108
m ÁI.OG OS
al rey el in fo rme mens ua l conce rn ie nte a la haci enda cua ndo llegó G iges lle va ndo el an illo. Tras se n tarse e n : t re los demá s. ca sualme n te volvió el e ngaste del an illo haci a el inte r ior de su ma no. Al s uceder es to se tornó 360<1 invis ib le pa ra los que esta ba n se ntados a llí. quienes se pus ie ro n a ha blar de él como s i se hu b ie ra ido . Gige s se asom bró , y luego. e xam in a ndo el a nillo. dio vuelta el e nga s te haci a a fue ra y tornó a hace rse visi ble. Al adver t irlo. e xpe ri mentó co n el a nillo pa ra ver s i te nía ta l propiedad. y co mprobó que así e ra : cuando gira ba el engas te h aci a adentro, s u dueño se hací a invis ible, y , cua ndo lo giraba ha cia a fuera. se hacía visible. En cuanto se hubo ce rcio ra do de ello, maqu in ó el modo de forma r parte de los qu e fu e ron a la residencia de l rey como b Inf orman tes: y una vez alli se d ujo a la reina, y con ay u da de ella mató al rey y se a poder ó del gobierno. Por consigu ie nte, s i ex is t iesen dos a nillos de esa índole y se o to r ga ra uno a un hombre justo y otro a u no injusto, segú n la opin ión co m ún no habría na d ie tan íntegro qu e perseverara firme me n te en la just icia y sopor ta ra e l a bst enerse de los bienes ajenos, s in toc a rl os, cuando po d r ía tanto apode rarse im pune me nte de lo q ue q uis ie e ra del me rcado, como. a l e ntra r e n las casas, acost a rse con la m uje r q ue prefir ie ra, y ta nto mata r a unos como lib ra r de las cade na s a otros, segú n s u volun tad, y hace r tod o como s i fue ra igu a l a un d ios ent re los homb res. En es to el homb re jus to no harta na da difere nte de l injus to, s ino q ue a m bos ma rcha rí an por el mi smo cam ino. E incluso se d ir ía qu e esto es u na im portante prue ba de q ue nad ie es ju st o volun ta r ia mente, s ino forzado, po r no co ns ide rarse a la justicia com o un bien individua l. ya q ue allí do nd e cada uno se c ree capa z d de come ter inju s tici as , las co mete. En efe ct o , t odo hombre piensa q ue la injus tici a le brin da m uc has más ve nt ajas individua les que la ju s tici a , y es tá en lo ci erto , si habl a de acue rdo con es ta teorí a. Y si algui en, do tado
REPÚB LICA II
109
de tal poder, no q u is iese nu nca cometer inju st icia s n i ec ha r m a no a los bie nes aje nos , seria cons iderado po r los que lo vieran como el hom b re má s desd ic hado y to nto. a u nq ue lo elogia ra n e n público, e ngañá ndose as í mutuame n te po r te mor a padece r injus t icia . Y es to es todo sobre es te p un to. En c ua nto a l ju icio sobre el modo de vid a de los dos hom b res que hemos descri to, po ndremo s a parte al más ju sto del más inju sto; de ese modo podremos juzga r cor rectamente. ¿Qué clase de separación efec t ua re mos ? La s igu ie nte: no quitaremos al inju sto nad a de la injusti ci a, ni a l ju sto nada de la justici a , s ino qu e s upo nd remo s a uno y otro perfectos en lo que hace a l comportamiento que les es propio. E n primer luga r, e l hombre inju sto ha de actuar como los a rtesanos expertos . El mejor piloto o el mejor médico. por eje m plo, discrim inan lo que es imposib le de lo qu e es posibl e, en sus re spectivas artes, para intentar la e m p resa e n el ú lt imo 361" caso , abandonarla en el pri.m ero. Incluso s i e n a lgún se nt ido dan un pa so en fa lso. so n ca paces de e nmendarlo. De es te modo, e l hombre inju st o in te ntará come te r delitos co rrec ta me nte, esto es, s in se r desc ub ie r to, s i qu ie re ser efec t ivame nte injusto: e n poco es te nido quien es sor p re nd ido en el acto de delinquir. ya qu e la más alta inju sti ci a cons is te en pa rece r j us to s in se rl o. Que se confie ra al que es pe rfect amen te injust o la perfecta inju st ici a, s in qu ita rle nad a, pe ro a la vez qu e se conceda al q ue come te las mayores injus t ici as la mejo r re put aci ón que, en cu a n to a just icia, se le pueda procu rar. y s i da un paso e n falso, q ue lo pueda enmenda r y b se r ca paz de ha blar de mod o que co nve nza de su inoce ncia s i es den u nciado en alguno de sus de litos; o bien ha cer vio le ncia cuantas veces sea nece sa ri a la vio lencia, por medio de su fuerza y su co raje, o por med io de sus amigos y de la fo r tuna que se haya p r ocurado. Una vez supue sto semeja nte hom b re, coloquemos e n teo-
110
I
DIÁLOGOS
rt e. j unto a é l al homb re justo. s im ple y no b le. que no qu iere. a l deci r de Esqu ilo. parecer bu eno s ino se rl o ' . hay que quitarle la a pa r ie ncia de ju sPor e to; pues SI parece que es justo, s u apariencia le repo r tará honores y recom pe n sa s, y luego no queda r á e n cla ro si es just o con mi ras a lo just o o con mir a s a la s recompe nsas y hon ore s. Des poj émoslo de todo. pues, exce p to de la j ust icia . y conci bá moslo en la cond ici ó n opues ta a la del ante rior: que, sin cometer injus tici a, pose a la mayor reputación de inj usticia. a fin de que, t ra s ha be r sido pues ta a prueba s u consa gración a la j us tici a en no ha be rse abla nd ado por caus a de la ma la re pu tación y de todo lo q ue de és ta se deriva , pe rma nezca inal te ra d b le ha st a la mu e rt e, pareci endo toda la vida injusto a un s ie ndo justo , De es ta sue rte, lle gado s a mb os al punt o ex t remo, de la justici a uno, de la injusti cia el otro se po drá ju zga r cu ál de ellos es el más feliz. ' - ¡Es maravilloso, que r ido G lau cón -c-ex cla m é-; e l modo vigo r oso con q ue has pu lido a es tos d os ho mb res ' como si fu e ran est atuas, para poder juzgarlos! - Hag o lo mejor que pu edo -respondió-. Y me pa rece que, por se r a mbos de tal índole , no ha y d ific ultad alguna e n desc ri bir q ué cl ase de vida ag ua r da a cada e un o. Hable mos, pue s. y si lo que di go result a chocan te Sócrates, no piens es qu e so y yo quien hab la, sino aq ue 110s qu e alaban a la injus t ici a por sob re la jus ti ci a . Ellos dirán que el ju st o, tal como lo hemos prese ntado , se rá azo ta do y tortura do, pu e s to e n p ri sión, se le q ue3624 rua rán los ojos }', t ra s pad ece r tod a cl a se de cas tigos empa lad o . y recon oce rá q ue no hay que quere r se : smo parecerlo. En ese caso lo dicho por E squ ilo se na m ucho má s correcto s i se refi ri era al inj u sto. En 1 :'>iel e con/ Fa Teba s 592: «pu",s (Anfiaro) no quiere pa recer el mejOr SIOO se rlo _. Pocas line as m ás a bajo, en 36 2a-b, Plat ó n ella los verso s 593.594.
R EPUB Ll CA It
11 1
efecto, d irán que el inj u sto es el q ue e n rea lid ad se ocupa de lo s u yo a teniéndose a la verdad y no viviendo segú n la a pa r ienci a : no qu ie re pa rece r injusto s ino se rl o,
cosechan do en los su rcos pro fun dos que atraviesan su [corazón, de do nde brotan sus nobles propósitos,
b
En pr imer lu ga r. a l pa rece r que es un ju sto , gobie rna en el Es tado; des pués, se casa a llí don de le plazca, da sus h ijos en matr imonio a quie nes pref iera, y se asocia concerta ndo contra tos con quienes de see; y saca ventaja de todo esto, e n c uan to a prove cha el obrar injustamente si n tener esc rú pu los. Cua ndo e nta b la una contienda e n forma privada o pública , predomina y supe ra a su s adve rs a ri os. y a l obtener ve ntaj a se enrique ce y puede ben eficia r a s u s a mi gos y pe rju dicar a su s ene - e m iga s, as í como ta mbién ofrece r sacri ficios a los d ioses, consagrándoles ofre ndas e n forma adecuada y magn ífica, y puede honra r a los di oses y a los hombres q ue quiera, mucho más que el justo; de modo que, con toda p ro b ab ilid ad, le cor respo nde se r má s amado po r los dioses que e l justo. Así d icen, Sócrates, que el homb re injust o es p ro vis to ta nto por los d ioses como po r los ho mbres pa ra llevar una vida mej o r que la de l ju sto. Una vez quc Gla uc ón dijo es ta s cosas, me propuse d responderle, pe ro su hermano Adim anto me pregu ntó: -¿ Tú no c rees, Sóc ra tes, que el te m a ha q uedado su ficie nte me nte e xpuesto, ver dad ? -¿ Qué? ¿ Hay algo m ás a ún? -c-exclam é. - Lo que no h a s ido expue s to es lo que e ra más necesar io e xponer - respo nd ió. - Pues b ien -dije- , como d ice el p ro ve r bio, q ue el herma no a yude a l he rmano; de modo que, s i a t u herman o le fa lt a algo , ac ude e n su s oco r ro . Au nque lo e xpues to por él h a s ido su fici e nte p ara abatirme y torna rme incapaz de salir e n auxilio d e la ju sti ci a ,
112
DIÁLOGO S
- No es ci e rto lo q ue dices - re plicó Ad ima n to- , a ún tie nes q ue oí r mas, pues es necesa ri o que e xam inemos los a rgume ntos o pu es tos a los que e nunció Gla ueón: los de q uie nes a jaba n la j us t icia y ce nsuran la injus t ici a. pa ra que resu lte más cl aro lo que me parece que re r deci r Glau cón . Los pa dres dice n y e xho r ta n a 363a s us h ijos c uá n necesa ri o es ser j us to -y cuan tos ve la n por alg u ien-oaunq ue no es po r si mi sma por lo que alaban la jus tici a . s ino por la bu ena repu tación q ue de ella se de ri va . con el fin de q ue, a l pa rece r q ue se e s ju st o. se obtenga n ca rgos, casam ie ntos conve nie nt es y todo lo que Glaucón acaba de desc ri b ir. cosas qu e co r responde n a l jus to por su b ue na reputa ció n. Y en cues ti ón d e fama. va n m ás lejos en sus a rg umentaci ones. Afirma n , en ef ect o, q ue , al gozar de b uena re pu tación a nte lo s dioses, cuen tan con lo s ab undantes bienes que, según dic e n, los dioses confie re n a los qu e los reve rencian . As í el nob le H es íod o ha bl a co mo H ome ro . Hes íod o afi rb ma que los d iose s hacen, pa ra los ju stos, que los e
robles porten bello tas en sus copas y abejas en el medio y las ove ías est én cargadas de lana 1 y mu chos otros bien es q ue se añ ade n a éstos. Y en fo ro ma s im ila r se e xp resa Hom ero:
Tal como la glo ria de un rey irreprochable y tem eroso [d e los dioses, qu e mantiene recta justicia. la negra tierra le apo rta e trigo y cebada, m ient ras fas árboles se cargan de frutos, el ganado pare S ¡'1 cesar y el ma r 10 p rovee de peces l.
Trahaíos y J){a$ 232·234, Od. XIX 109· 113. P]¡.ló n um ite, ,,,, el ver so 110,
1
HEh fUlJo ,
RE PÚB LI CA 11
113
Muse o y su hijo , po r s u parte, conceden a los justos, de parte de los di oses, bienes má s res pla nd eci e ntes que los de Ho me ro y H esíodo. Segú n lo que se na rra, e n efec to, (os lleva n al Had es, coronadas s us cabe zas, le s p repa ran u n ba nq ue te de sa ntos y les hace n pas a r tod o d el t iem po e m b r iag ados, con el pe nsamiento de q ue la ret r ibució n más be lla de la virtud es una borrac hera e te rn a. Y o tros prolongan más a ún que ello s las recomo pe nsas con que los d ioses ret ri b uye n: dicen q ue , t ras el varón p ío y fie l a sus juramentos, quedan h ijos de s us h ijos y, de allí en adela nte , toda un a es t irpe . Es ta s y ot ras cosas an á loga s refie ren e n favor de la just ici a. En c ua nto a los sacrí legos e injustos, en cambi o. lo s su me r gen en el fango en el Hade s y los obligan a lleva r agu a en una c r iba ' , h acié nd olos portado res de mala reputación mient ras vive n y de t od os los cast igos que Gla ucón de scribió respecto de los justos qu e h an adquirido fa ma de inj u s tos; y estos castigos -y no otrost ie ne n e n c ue nt a al hablar acerca de los injust os. Ta l es el elog io y ta l la censura de la justicia y dela injust icia. Cons idera, ade más, Sócrates, otra especie de d iscu rsos res pecto de la just icia y de la injus ticia, d ichos ta nto po r poeta s como por pro fa nos. Todo s a u na voz, en 36<4a efecto, ca n tan a la sob riedad y a la just ic ia por se r a lgo be llo, a u nque tambié n di fícil y pe noso; la lnte rnpe ra ncí a y la inj u st icia, e n cambio, son a lgo ag radable y fá ci l de adqu ir ir , ve rgonzoso sólo para la opin ión y la conven ción. Af irma n que la inju sti cia e s más vent ajosa, po r lo gen e ral, que lo just o; y que los pe rve rso s son r icos • Alus ió n, segú n ADAM y el LSJ , al casti go de las Da naid es, q ue es mencio nado por p ri me ra vez en e l pse udo -pla tón ico Ax{oc n 371e (GIl' 1 H MIE, Uri eo y la religió n griega, trad. J . V AL M AMD , Buenos Aires, 1970, pág. 192, n. 10). S in la refe re nci a a las hija s d e Dáuao se ha lla ya e n Gorgias 493b. 94. - 8
114
DIÁ LOG OS
y cuentan con otros poderes, por lo cual est án di spuestos a co ns ide ra rlos felices y a ho n rarlos ines crupu losamen te, t anto e n público como e n privado. y a subest ib mar e ignorar a q uienes son débiles y pobres. aun cuando reconozcan que és tos son mejores que los ot ros. Pe ro los re la tos qu e c ue ntan acerca de los d ioses y de la exce lencia so n los más asombrosos de todos : los d ioses han acordado. a la mayoría de los bu en os, infort unios y una vida desdichada. e n tanto que a los malos la sue rt e contra r ia. Sacerdotes mend ica ntes y ad ivinos acuden a las puertas de los ricos. convenciéndol os de que han sido provistos po r los d ioses d e u n poder de reparar. mediante sacr ifici os y encantamientos acamo e pañados de fe stines placenteros. c ualqu ier delit o com etido po r uno mismo o po r sus antepasados; o bien, si se quiere dañar a al gún ad versario por un precio reducido, trátese de un hombre justo lo mismo que de uno inju sto, por medio de encantamientos y ligaduras mágicas, ya que -c-según afirman - han persuadido a los d ioses y los ti enen a su se rv ici o. Como testigo s de todas est as narraciones ponen a los poetas. Unos confieren 1 a la maldad fácil acceso, de mod o que
d
tam bién en abun dancia se puede olcanrar a la pe rve rtsidad fácilmente; el cam ino es liso )' ella mora muy cerca . Fren te a la e xce lencia, e n ca m b io, los dioses han im puest o e l sudor ", y un cam ino la rgo y escarpad o. Ot ro s in voca n a Home ro como te sti go de la persuas ió n de los dioses por los hombre s, po r que tamb ién él di jo: 1 Aq u l no .. a parta mo s de Adam y segu imos los man uscritos. c on Bu rne r. • Traba jas y Dlas 787·789. Au nqu e en el te xto de Hesíodo la t radu cción más co nve ntemc de areN! pa re ce se r la de Pao la víc ncno. «é xi. to o. seguimo.. la interpretación de Pla tón como «excele ncia •.
R EPÚB LIC A JI
115
los dioses mismos son tam bién accesi bles a los ruegos, po r m edio de sac rificios y tiernas plega rias, con libaciones y aroma de sac ri ficios los conmueven e [los hombres que imploran, cuando se ha cometido alguna transgresi ón [o algu na falta r. Provee n. po r otra pa rt e, u n fárrago de libros de Mu seo y de Orfeo. descendientes de la luna y de la s Mu sas, seg ún afirman, y llevan a cabo sacr ifici os de acue rdo con ta les lib ros. Y persuade n no sólo a individ uos s ino a Estados de que, por medio de ofrendas y jue go s de p lace res, se producen tanto absoluciones como pu r ificaciones de c rí mene s, tanto mientras vi ven como in - 36Sa c1uso tras ha be r muerto: y a es tas co sa s la s llaman ' inici aciones', que nos libran de los males del más a llá . A los que no han hec ho esos sacrificios, en camb io, agu a rdan cosas te rribles. Si se cu e nta n todas est as co sas, de talíndole y ta nta cant idad, ace rca de la excelencia y del mal ogro. as¡ como del modo en que hombres y d ioses la s es t ima n, mi que r id o Sóc rates -aña d ió Adimanto-, ¿cómo pen o sa re mos q ue, una vez escuchadas, afec tarán las almas de jóvenes b ien dot ados y capaces de revolo tear, por asl decirlo , de u na a otra sob re todas estas leye ndas, y de in fe ri r de ellas de qu é modo se ha de se r y por h dónde ha y que e ncami na r la vida para pa sarla lo mejor po s ible? Pro ba bleme nte, s igu ie ndo a Pínda ro , se dirá a si mis mo aque llo d e J En e pa s aje de la ex hortación de Fé nix a Aquil es en ti. IX 497-501, cita d o de memoria a qul o no, gu a rd a algu na s dife re ncias con los Mss. d e Ho mero. de las cuales la má s not abl e se h a lla en el v. 49 7, don d e el adje tivo Slrepto( (emud a bles de á nim os} es sus t itui do po r e l extra ñ o voc ablo íistot (trad ucimos . a cces ih les a los rueg os - ). Es om itido e l v. 498, ele virt ud, la fue r za y la hon ra de e llos es much o mayor. ,
DIÁLOGOS
¿por cuál de las dos vías ascenderé a la al ta ciudadela, por la jus ticia o po r las trapace rías to rtuosas ', para atrincherarme a lll y as l pa sa r toda la vida ? Pue s se me dice que. si soy justo re al ment e y no lo parezco . no obtendré ventaj a algu na. sino penas y cas tigos man ifie stos; en ca mb io. si soy inju st o y me p roveo de u n a reputación de practica r la jus tici a. se d ice que lo q ue me espera es una vida di gn a de los dioses. Ahora, pue se lo que. segú n muestran los sabios. elparecerpreya lece sobre la _verdad y de cid e eo cu_a nto a la felicidad, deb o abocarme por-entei--ü--aeso!i He de trazar a mi derre dor una fachada -extei' io r-que-forje un a ilusión de virtu d. y arrastrar t ras de mí al astuto y su til zorro de l sapient ísimo Arqu lloc o. " Pero », dirá algu ie n, «no siemp re es fác il al ma lo pasar inadvertido », Por nuestra parte re sponderemos que nada de enve rgadu ra es de fác il obtención. No d obs ta nt e, si hemo s de ser felices. debemos marchar por el ca mino q ue trazan los pa sos de est os argumentos. En cuan to a lo de pa sa r inadvert idos, nos reuni rem o s en liga s sec retas y hermandades: y hay mae stros que ens eña n a pe rs ua d ir med iante un a sabi du ría adecuada a las asamb leas po pu lares o a las cortes judi cia les. Co n estos rec u rsos persuadire mo s en a lgu nos casos. en o tros eje rceremos la violencia, para p revalece r sin sufrir castigo.• Pero no es posibl e ocultarse de los d iose s ni ha cerles violencia.» Ahora b ien, si los dioses no ex is ten o no se mezcl an en los hechos human o s, ¿por qué preoc uparse en ocu lta rnos de ellos? Si exis ten y se pre ocupan po r no sotros, no sabe mos de e llos ni h em os oído nada qu e proceda de a lguna ot ra pa rte qu e de las leyen das }' de los poetas q ue han hec ho su genealogía : lo s m is mo s poetas que d icen q ue los d ioses so n de tal Indole que se les pu ed e h ace r mu da r de opi ni ón convencién 5
Fr . 213
(90 d e origen i n ci ert o, PUECH).
R EPÚ BUCA 11
117
dolos «po r me d io de sac r ificios y ti ern as plegarlas - y ofre ndas . lI ay q ue c reer a los poe ta s en ambos pun tos o en ningu no d e e llos. Si hemos d e creerles, debe mos ob rar inj us ta me nte y hace r sacrificios po r los crí me nes cometidos . Cie r ta mente. si somos jus tos no sufrire mos cas tigos de los dio ses, pe ro rechazaremos las ga nancias de la injus ticia. Si somos injustos, en ca mb io. obt end rema s esas gana ncias y, cuando co meta mos transgresiones o faltas. implorando pe rsuadiremos a los d ioses para evitar se r cas tigados. Se nos di rá : «Pero en el Had es exp iaremos la cu lpa de los delitos que hem o s come tido en esta vid a y. si no nosot ros. al m enos los hijos de nuestros híjcs. » «Sin embargo, mi am igo ». responderá haciendo sus cá lcu los , «es mucho lo que pued en las 'iniciaciones' y los dioses absolutorios. seg ún afirman los Es tados m ás importan tes y los h ijos de dioses, con ve r- b tidos en poetas y en intérpre tes de los dichos divinos. quien es h an revelado qu e es tas cos as so n así». En tal ca so, ¿qué razón no s llevarla aú n a preferi r la justicia an tes que la máxima injusti cia. si podemos practicar és ta con un di sf raz .de res pe tabilidad y obrar a nuestro gusto tanto en lo co nce rn ien te a los dioses co mo a los hombres. tal como lo afirm a no só lo la mulo t itud sino ta mbién la éli te ? Pues b ien. Sóc ra tes. u na vez d ich as es tas co sas . ¿por qué artificio es ta ría di s- e puesto a venera r a la ju sticia a lgui en que co ntara co n algún pod er me nt al o físi co, o con riquezas O nob le linaje, en lugar de echarse a reír a l oír que se la elogia ? Porque incluso si algu ien pudiera demost ra r q ue es fa lso lo que hem os d icho y tuvi ese un co nocim ie nto satísfacro r ío de q ue la ju st icia es lo mejor, rendrta m ucha indu lgencia con lo s ho mb re s injust os y no se encoler izaría con ellos: sabr ía que sólo por inspiración di vina a u no le repugna come ter injusti cia. o bi en qu e s e abstiene de ello por haber teni do ac ceso a la ciencia; pero que, en los dem ás casos, nadie es justo voluntariame nte d
118
DIÁLOGOS
y que sólo por coba rdía. por vejez o por cu alqu ier o t ro
t ipo de debilidad, ce ns u ra la acción inj u sta , al ser incapaz de llevarla a cabo . Que es as l es evidente. ya que el prim e ro de tal e s censore s q ue acceda al poder será el primero en cometer injust ici a s tanto cua nto le sea posible. Y la ca usa de todo es to no es otra que aquello de lo que partió el argumen to que Gla ucó n, aq uí presente, y también yo, te expo nemos a ti. Sócrates. a sabe r: . Admi ra b le am igo : entre t od os cuantos recomendáis e la jus t ici a. comenzan do po r los héroes a nt iguos cuyos discu rsos se han co nse rvado, has ta los de los hom b re s de hoy en d ía . jamás a lguno ha cens u rado la inju st ic ia o ala bad o la jus t ici a po r ot ros mot ivos que la reputación, los hono res y dádivas que de ellas de ri va n . Pero en cuan to a lo que la ju sti ci a y la injusticia son en sf mism as , po r su p ropio poder en el interior del alma q u e lo pose e, oc ulto a diose s y a hombres, nadi e jamás h a d emost rad o -ni en poe s ía ni en pro sa - que la injustici a es e l má s gra nde de los male s que puede a lberga r el alma dent ro de si mis ma, ni q ue la just ici a es el 367<1 su pre mo bien . Pu es s i desde un com ienzo hu bi erais hablado de este mod o y desde n iños hubiésemos s id o persua d idos po r tod o s vosot ros, no tendríamos que vigila r no s los u nos a los otros pa ra no comete r injus ti ci as , s ino q ue cad a uno de nosot ro s se rí a el pro pio vigilan te de s i m ismo, temeroso de que, al come te r in ju s tici a , qued a ra conviviendo con el peor de lo s mal es. » Esta s cosas, Sóc ra te s, y pro ba b lemen te m uchas otras m ás las podría decir Trasl ma co o cua lquier otro a propós ito de la jus ticia y de la injusticia, in vir t ie ndo grose ra mente, me parece, la propiedad de una y otra. En lo b qu e a m i re specta, me s ien to ob li gado a no ocult arte nad a. Si ha bl o co n tod a la vehemencia que me es posible, es porque deseo escuchar de ti lo con t rario. Por 10 tant o, no s6 10 debes demost rar con tu argumento que la ju st ici a es su pe rior a la injusti ci a, sino qué produc e
REP ÚBLICA 11
11 9
\
- el ma l en un ca so, e l bien en el o t ro - sobre su portador cad a una po r sí so la, despo jad a de s u re pu taci ón, tal como G la ucón rec lama ba . En efec to, s i no su pr imes en a mbos casos la re pu tación ve rdade ra y añades en ca mb io la fa lsa. di remos qu e no el ogias lo ju s to s ino lo qu e parec e ser j usto, y que no cens u ra s lo q ue es e inj us to s ino lo que pa rece se r in justo, y que recom iendas se r inj us to ocu lta me n te . Y también , que es tás de ac uerdo co n Trasímaco en que lo justo es u n b ie n aj en o para qu ien lo practic a, ven tajoso para el más fu er te; lo inj ust o, en cambio, es vent aj oso y ú t il en si mis mo, pero de s vent ajoso par a el más d éb il. Has conven ido en que la justicia es uno de los. b ienes su premos, o sea, de tos que merecen ser poseídos por las consecuencias que de ellos se derivan, pe ro mucho más por s i mismos, como, por ejemplo, ver, escu char, comprende r, est a r sano. y to dos aquellos bien es gen u inos por su natu rale- d z.a y no por lo que se ju zgue d e ellos . Elogia. pues, la justi ci a por lo que por medio de ella se benefi cia el q ue la posee - m ient ras se perjud ica por la inj usti cia- , y deja a o t ros el encom io de hon ores y recompensas. Yo adm it irl a que ot ros e logiaran la justicia y cens u ra ra n la injust ici a de ese mo do, así como que a labaran o vitupera ran los ho no re s y recom pen sa s correspo nd ien tes, pero no qu e lo haga s tú, s alvo q ue lo ordenes, ya q ue has pas ado toda t u vida examin ando só lo es to . No só lo e debes de most ra r con tu a rg ume nto , po r ende, qu e la j us t ici a es s upe ri or a la inju s ticia, s ino q ué produce - el b ien en un caso, el ma l en el o tro- sob re el portador cada una po r si sola, pas e inadve rt ido o no a los homb res y a los d ioses. Yo s iempre habla admirado las do tes nat u ral es de Glau cón y de Adi manto, pero en esta oc as ió n, t ra s escu36 8a cha rlos, me regocij é m uc ho y exclamé: - Oh, hijos de aquel varón, con razón el amante de Gla uc ón os ha di stingu ido a propósito de la ba tall a d: ,.). '.
120
DIÁLOGOS
Mega ra . c ua ndo dice a l com ie nz o de la eleg ía qu e com pu so:
hijos de Ari slón, lin aje divino de un varón renom brado. y es to, mi s amigos. me pa rece b ien d icho. Sin duda habé is e xpe rimen tado a lgo divino. pa ra que no os hayái s persuadido de q ue la injustici a es mejor q ue la justici a , cuando sois ca paces de ha b la r de ta l mod o e n favor d e esa tesi s. Y me dais la im presión de que rea lme nte no b est áis persuadidos de e lla. Pe ro el juicio me lo forme a partir de vuestro modo de se r , ya que, s i me a t uviera a vues tros argumentos, de be rí a desconfia r de vosotros. Ahora bien. c ua n to má s confío en vosotros, tanto más siento la dificultad respe cto de lo que d ebo hace r . Pue s ya no sé co n qué recur so s c uento, y me parece una tao rea imposib le. Señal de eso es, pa ra mi, que cuando creía de mos t ra r, a l ha bla r a Trasímaco, qu e la justicia es mejor qu e la injust icia, no os he sati sfe c ho . Per o tampoco puedo dejar de ac ud ir e n su defensa, ya que te mo que se a sac r ílego es ta r presente c ua ndo se injuria a la jusfie cia y re nu nci a r a defenderla mi entras respire y pueda hace r me o ír. Por elJo lo más valioso es p resta r le a yu da e n la medida que me se a posible. En tonces Gla ucó n y los de más me pid ieron q ue apela ra a tod os mi s recu rsos, y que no abandonara la di sc usión s in indaga r previa men te q ué es la ju st ici a, Qué la inju st ici a, y q ué ha y de cie r to acerca de las ventajas de cada una de a m bas. Yo dije a continuación lo que . opina ba: - La invest igación que in ten taremo s no es se nc illa, sino qu e, según me pa rece, req u ie re una m irada pe ned n-a n te. Ahora b ien, p uesto que nosot ros, cr eo, no somos su ficie nt e men te h áb iles pa ra ello - d ije-, dicha in ves ti gaci ón debe realizarse de es t e modo: si se presc ribie ra leer desd e lejos le t ras pequeñas a qu ie nes no ti enen un a vist a m uy agu da, y a lgu ien se pe rcata ra de que las m is -
Rl' PÚB LlCA
J(
12 1
mas le tras se h allan e n un ta maño ma yor e n o t ro lugar más gra nde , pa recerte un regalo del ciel o el reconoc e r prime ra mente las le tra s más grandes , pa ra observar de sp ués s i las pequeñas son las mis mas que aq uélla s. - Muy b ien, Sócra tes -dijo Ad iman to-, pero ¿qué ha y de s imila r en tre eso y la indagaci ón de la j us t ic ia? e - Te lo d iré -cconrest é-c-. Hay una j ust icia propia del indi vid uo; ¿ y no ha y tam bién una jus ticia propia del Es tado? - Cla ro q ue sí -respond ió. - ¿ Y no es el E stado más grande que un individ uo? -Por cierto que más grande. -Quizás entonces en lo más grande haya más ju st icia y más fácil de aprehender. Si qu e réis, indaga remos primeramente cómo es ella e n los Estados; y de spués. 369<1 del mi smo modo, in speccionaremos también e n cada Indivi duo, prest ando a tención a la s imili tu d de lo más grande en la figu ra de lo más pequeño. - Me parece que hablas correctamente -eexpresó Adiman to. - En tal caso - p rose gu í-, si contempláramos en reor-ía u n Estado que nace, ¿no veríamos ta mbién la just icia y la injusticia q ue nacen en él? - Pro bablemen te - respond ió. -Una ve z logrado eso, ¿no podremos es pe ra r ver más fácilmente aq uello que indagamos ? -Cie rtamente. b - ¿O s pa rece q ue es necesa r io in te nta r lle va r a cabo esta ta rea ? Creo que no es un a t area pe qu e ña; exam inad lo me jor. - Ya est á examinado -repuso Adimant o- . No hagas de ot ro mo do. - Pues bien - dije-, segú n est imo, el Es tado nace cuando cad a uno de n osotros no se autoaba ste ce, s ino qu e nece sita de much as cos as. ¿O piensas que es otro el origen de la fu ndaci ón del Estado ?