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ROBERT DESOILLE ___
EL SUEÑO DESPIERTO EN PSICOTERAPIA ENSAYO SOBRE LA FUNCIÓN REGULADORA DEL INCONSCIENTE COLECTIVO ____
Serie ROBERT DESOILLE TRADUCIDO Libros gratuitos digitales Colección TRAS LA SENDA DEL AUTOR TRADUCCIONES OLVIDADAS EDICIONES TORRE DE LOS PERDIGONES - SU EMINENCIA SEVILLA 2013
-EDICIÓN NO COMERCIAL-
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EL SUEÑO DESPIERTO EN PSICOTERAPIA ENSAYO SOBRE LA FUNCIÓN REGULADORA DEL INCONSCIENTE COLECTIVO Por ROBERT DESOILLE
<>. Sigmund Freud (Introduction à la Psychanalyse, p. 266 [Introducción al psicoanálisis, Alianza Editorial, p. 277]).
Serie ROBERT DESOILLE TRADUCIDO Libros gratuitos digitales Colección TRAS LA SENDA DEL AUTOR TRADUCCIONES OLVIDADAS EDICIONES TORRE DE LOS PERDIGONES - SU EMINENCIA SEVILLA 2013
-EDICIÓN NO COMERCIAL-
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Autor: Robert Desoille Título original: LE RÊVE ÉVEILLÉ EN PSYCHOTHÉRAPIE Essai sur la fonction de régulation de l’inconsciente collectif
Editorial: PRESSES UNIVERSITAIRES DE FRANCE 108, Boulevard Saint-Germain, Paris
Copyright by Presses Universitaires de France 1945.
__ Traducido por: Miguel Álvarez Trigo Serie ROBERT DESOILLE TRADUCIDO Libros gratuitos digitales
Colección TRAS LA SENDA DEL AUTOR TRADUCCIONES OLVIDADAS EDICIONES Torre de los Perdigones - Su Eminencia SEVILLA 2013 -EDICIÓN NO COMERCIAL___
[<> -P. 18-19 de la obra-]
Traducción sin ningún interés de índole económico; en pasos a incorporarla a los comunes bienes culturales del idioma hispánico. Sevilla 8 de mayo de 2013 _____
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ANEXO Nota del que traduce: El autor nos indica en la página 1 y 11, y más claramente en la 143, que este libro tiene vinculaciones con su primera obra Exploración de la afectividad subconsciente por el método del sueño despierto. Como en ella explicó detalladamente el modo de provocar el sueño despierto aquí se limita a hacerlo sucintamente. Si al lector no le queda claro este específico dato le recomiendo leerlo en dicha primera obra; Desoille da por hecho, implícitamente, en la p. 143, que quien lee su segunda obra conoce la primera. Ambos libros, traducidos sin ningún interés de carácter económico, podrán localizarse a través de los usuales catálogos digitales gratuitos. Los sentimientos que me llevan por estos derroteros considero que están bien descritos en la nota introductoria que incorporé en la anterior traducción; por ello, a modo de asumida enseña, aquí también la muestro, es ésta: Brevísimo apunte en cuanto a los orígenes de esta traducción. Ahondar en la sensación de ingravidez, aquella que en sueños o en parecidas situaciones alguna que otra vez la he experimentado, ha sido el motivo principal que me ha llevado a conocer la obra de este original psicoterapeuta; no me ha defraudado, al contrario, me ha abierto insospechadas puertas. Lo que me sorprende es que su Obra no esté traducida al habla hispana. Deben de haberse reunido circunstancias adversas, históricas o de cualquier otra índole para tan lamentable olvido. Lo único traducido es su obra póstuma, dos libros, El caso María Clotilde, y Lecciones sobre ensueño dirigido en psicoterapia. Estos dos escritos son muy buenos para un acercamiento a su método y a la personalidad de este investigador. Después de haberlos leído, mi tendencia a desfacer entuertos me ha hecho localizar aquellos no traducidos. He sugerido la publicación a varias editoriales pero ha sido un fallido intento. Así que debatiéndome entre el afán de colmar mi necesidad de leerlos y también el de rebelarme ante esta laguna cultural he decidido, apoyándome en que también tengo un carácter cuidadoso y perseverante, asumir la labor de traer a nuestro común idioma lo publicado por este originalísimo y atípico investigador. Necesito indicar, ya que a mí me ha conmovido grandemente, que toda la actividad investigadora desarrollada por Desoille la hizo desde la gratuidad; él no cobraba a sus pacientes ni a los terapeutas que llegaban para aprender su técnica; su profesión de ingeniero industrial era la fuente de sus ingresos; aunque se ve claramente que su verdadera pasión estaba en la investigación psicológica y terapéutica. ______ 5
Datos técnicos en cuanto a esta traducción
Esta traducción consta de doble paginación, la propia a pie de página (283 páginas-folio) y la intercalada en el texto, entre paréntesis y en negrita (388 págs.), que indica estrictamente donde comienza cada página del libro original en francés; éste corresponde a la 1ª edición francesa editada en París en el año 1945. Se facilita de esta manera la posible labor de contrastación. El índice, al final del libro, tiene en cuenta ambas numeraciones. He realizado una ligera variación en esta versión que considero hace más cómoda la lectura del libro, y es que las notas que hay a pie de página las completo en la misma página en que comienza; en el libro original, según el tamaño de la nota, aparece distribuida por sucesivas páginas. La obra la he intentado traducir lo más literalmente posible y tratando de respetar su ritmo expositivo mientras no dificulte el entendimiento de su contenido. Considero que es versión suficientemente fidedigna. En los párrafos entre corchetes, [ ], -a veces en letra pequeñita- introduzco términos que en el texto original se dan por sobrentendidos y también introduzco anotaciones que considero necesarias en cuanto a la propia traducción. Los cinco libros publicados en francés por Robert Desoille se encuentran disponibles en la Biblioteca de la Facultad de Psicología de la Universidad de Sevilla, España. _________
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A la memoria de mi mujer Lucie Desoille quien fue, en una búsqueda proseguida juntos, mi colaboradora y mi inspiradora incomparable
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(Página, 1) INTRODUCCIÓN
Cuando he publicado Exploración de la afectividad subconsciente por el método del sueño despierto, me había propuesto simplemente presentar una técnica e indicar las aplicaciones que se podía hacer con ella pero sin entrar en los detalles. Pensaba que tenía que interesar especialmente a los médicos y a los psicoanalistas y esto es lo que bien parece haberse producido en el extranjero (1). En cambio, en Francia, mi libro parece haber primero atraído la atención de los filósofos. Por eso, cuando he sido animado por los médicos a hacer yo mismo la aplicación de esta técnica para determinados casos de neurosis, no he dudado en hacerlo pensando que, en nuestro país, el psicoanalista es mucho más un facultativo que ejerce su profesión que un investigador; así pues si se desea serle útil, no basta con indicarle algunos principios generales, es necesario entrar en todos los detalles de la técnica, aplicada ésta al problema que le interesa: la curación de los trastornos psíquicos. Este es el objetivo de esta obra la cual está dividida en tres partes. La primera pone de manifiesto una condición para la curación que, si dicha condición no puede ser satisfecha por el paciente, el resultado es el fracaso. La segunda es la descripción o informe de una serie de sesiones hechas con cinco sujetos [(el autor recurre usualmente a esta genérica expresión sinónimo de: individuo, persona, paciente)]. La lectura completa de esta segunda parte no es indispensable para quien no desee iniciarse en los detalles de la técnica del sueño despierto dirigido. Aconsejo pues, para una primera lectura, limitarse a leer, por ejemplo, los informes de algunas de las sesiones de Alice. La tercera parte de este libro, a la lectura de la cual el lector podrá pasar seguidamente, es una ____ (1) El Dr. Guillerey, de Lausana [(Suiza)], en particular, ha elaborado una nueva técnica inspirándose, al principio, en mis primeros trabajos. La guerra me ha impedido seguir sus investigaciones personales; no he podido, lamentándolo mucho, tener en cuenta, en este libro, los resultados que tiene obtenidos y que sé son muy interesantes.
(P. 2) exposición crítica del proceso de la cura y una visión de conjunto sobre los mecanismos de nuestras representaciones en función de nuestro estado afectivo. La presentación de los casos que he tenido que tratar me ha llevado a exponer determinados puntos de vistas personales. En efecto, no se puede justificar el empleo de ciertos procedimientos más que en función de la representación que nos hacemos de la psique y de los mecanismos de los fenómenos psicológicos. En una ciencia tan nueva como 9
la psicología, tales enfoques no pueden ser más que muy efímeros y sobre todo hay que pedirles que nos sugieran nuevas experiencias y no, ya, que nos entreguen una exacta cuenta de los fenómenos que observamos. Siendo esto verdad para todas las teorías actuales, el lector comprenderá que tenga pocas preocupaciones a encontrarme en contradicción con algunas corrientes de ideas, por muy extendidas como puedan éstas encontrarse. De este modo, sin mayor motivo, he tomado de escuelas muy diversas aquellas de sus explicaciones las cuales me parecen que mejor dan cuenta de lo que tengo observado y, para los hechos que parecen haber escapado hasta ahora a la mayoría de los psicólogos, propondré mis puntos de vistas personales sin darles otro valor más que el de hipótesis de trabajo. He conservado de la técnica de E. Caslant [(en Exploración de..., da más detalles sobre este autor)] lo que de esencial valor ella tiene: las sugerencias de la ascensión, o del descenso, de las cuales él ha sido el primero en observar los efectos tan notables. Me he visto obligado a utilizar expresiones de la terminología de diversos autores. Estos términos son actualmente de un uso lo suficientemente corriente como para que, manteniéndoles su significado habitual, ninguna confusión resulte de ello. Para la interpretación de los hechos, he adoptado los enfoques teóricos del psicoanálisis, muy especialmente las nociones de inconsciente colectivo y la de arquetipo de C. G. Jung que, en razón de su importancia, las recuerdo aquí al mismo tiempo que la definición del inconsciente personal (1). <
(P. 3) tibilidad con los imperativos sociales les impide la entrada para mantenerlos artificialmente por debajo del umbral (de la conciencia)...>> <>. La experiencia de la que habla C. G. Jung, sólo está descrita de manera fragmentaria por este autor que no indica ninguna técnica especial para rehacerla. La técnica del sueño despierto dirigido ha sido elaborada independientemente de las ideas de C. G. Jung cuyos trabajos no los he conocido sino mucho tiempo después del principio de mis investigaciones. Pero las interpretaciones que da C. G. Jung de las manifestaciones del inconsciente también están confirmadas por mis propias experiencias, así que me resultaba casi imposible no interpretarlas, yo mismo, según las opiniones de este eminente psicólogo. 10
En fin empleo el término de sublimación, de una manera más completa al sentido que tiene éste en psicoanálisis, por la noción de adquisición psicológica. El término que traduciría mejor mi pensamiento sería el de hominización [(humanización)] empleado por Édouard Le Roy [Filósofo y matemático francés (1870-1954)] o el de individuación empleado por C. G. Jung, pero dichos términos no implican la idea de sublimación tal como la concebía Freud. El lector tendrá a bien acordarse que debe entender la palabra sublimación en el sentido más amplio de sublimación-humanización. Además he empleado el término Sí-mismo en un sentido más restringido ____ (1) Como se verá en esta obra, estoy tentado de atribuir al inconsciente colectivo una mayor realidad a la que C. G. Jung no recurre.
(P. 4) del que C. G. Jung le atribuye a éste. El Sí-mismo en esta obra, designa un estado límite: un máximo de humanización, hacia el cual tiende la conciencia. La técnica empleada aparecerá en la relación detallada de las sesiones de <> realizadas por algunos sujetos bajo mi dirección. Esta técnica consiste esencialmente en colocar al sujeto en un estado de relajación muscular lo más completamente posible, después en mantenerlo en un estado psíquico que es exactamente el del período de pre-adormecimiento durante el cual el juicio no está aún completamente obnubilado, pero dónde la disociación de la imaginación y del espíritu crítico es tal que, el espíritu crítico no controlando prácticamente ya a aquélla, puede ésta jugar libremente. Se puede entonces penetrar en el inconsciente colectivo por la simple sugerencia de subir o descender. El lector, con conocimiento de los conceptos de C. G. Jung, comprenderá en seguida el significado profundo de esta sugerencia: ella no es más que el empleo o aplicación de, lo que este autor ha llamado, un arquetipo y que él lo define del siguiente modo (1): <>. Partiendo de las ideas de C. G. Jung, podemos mejor comprender que la imagen de la ascensión o la del descenso constituyen un arquetipo extremadamente poderoso. Este autor explica, en efecto, la formación de los arquetipos por la repetición de situaciones típicas como lo son los fenómenos periódicos de la naturaleza. No es la imagen del fenómeno físico que está fijada en el inconsciente por esta repetición, sino las fantasías provocadas por la emoción que acompaña a este fenómeno. Ahora bien, de todos los fenómenos naturales, la sucesión del día a la noche es la más frecuente. La salida y la ascensión del sol ahuyentan los terrores nocturnos, aportan el bienestar físico y moral y nos disponen al optimismo. La caída del día y la aparición de las tinieblas nos disponen a la tristeza y a la depresión. Estos sentimientos están perfectamente expresados en las láminas <> y <> que ilustran la obra Exploración de la afectividad sub____ (1) Loc. cité.; p. 85.
(P. 5) consciente por el método del sueño despierto. Comprendemos entonces fácilmente que la sugerencia <>, haciendo actuar una muy potente imagen inconsciente, provoca la aparición de todas las formas de sentimientos y emociones vinculadas a esta 11
imagen. Las visiones del sueño despierto son exactamente lo que Jung ha llamado las <>. Como tales, El lector quizá esté tentado de considerarlas como manifestaciones de una pura y simple introversión. Si esta introversión se producía espontánea e involuntariamente, sería ciertamente mórbida. Pero es un acto voluntario y, además, orientado. Los resultados muestran que el sujeto modifica su comportamiento, en la vida normal, en el sentido de una mejora. Eso solo da cuenta y justifica el empleo del procedimiento. Además, esto no invalida en nada la interpretación psicoanalítica; es el criterio global a llevar en el método el que puede modificarse. Resulta del valor terapéutico de este procedimiento que he tratado de efectuar en las experiencias descritas en la presente obra. Haciendo, con C. G. Jung, la distinción entre el inconsciente personal y el inconsciente colectivo, tengo que indicar que sería falso establecer una rígida distinción entre estos dos aspectos del inconsciente. En el transcurso de su evolución afectiva, la energía psíquica (la libido) de un individuo no puede fijarse más que según un número limitado de posibilidades que, por definición, pertenecen al inconsciente colectivo de tal modo que lo que pertenecía ayer al inconsciente colectivo pasa a ser, hoy, del inconsciente personal. Si se me permite emplear una imagen, el inconsciente personal es un poco como el líquido encerrado en una membrana porosa sumergida, ésta, en otro líquido que representaría al inconsciente colectivo. Los intercambios osmóticos entre los dos líquidos son posibles, pero la existencia de la membrana nos permite distinguirlos. Durante el sueño despierto, la energía psíquica pondrá en juego las fantasías de la libre imaginación y el simbolismo de las imágenes nos informará en seguida sobre ____ (1) C. G. Jung, Métamorphoses et symboles de la libido, Éditions Montaigne, Paris, p. 169.
(P. 6) las diversas tendencias del sujeto. El sueño despierto nos entregará, al principio, todas las fantasías del inconsciente personal; después, -si no hay fijación neurótica- nos adentraremos poco a poco en el inconsciente colectivo del que podremos explorar las profundidades. Si, por el contrario, el sujeto es neurótico, nos toparemos con un complejo, expresión del modo infantil según en el qué su libido esté fijada, y experimentaremos cierta dificultad a franquear la barrera (la membrana porosa de nuestro ejemplo) para explorar las disposiciones afectivas del sujeto -es decir, su inconsciente colectivo-, permanecidas en estado de simples posibilidades. Esta dificultad puede esquivarse, como lo veremos, por un procedimiento que recuerda al del psicoanálisis clásico. Pero mientras que en la técnica de la anamnesis [(traída a la memoria)] se limita a seguir las regresiones de la libido, en el sueño despierto, se lleva al sujeto, haciéndolo descender, a retroceder más allá de las actitudes infantiles, a las cuales se le supone fijado, se podría decir que se llega hasta el nivel de la <>. Al mismo tiempo, se alcanza el inconsciente colectivo y resulta posible hacer la exploración de éste. Este procedimiento de la regresión al máximo posible, sin ser indispensable con un sujeto normal, parece acelerar la evolución afectiva que resulta de la exploración del inconsciente colectivo. El lector quizá se sorprenderá de que haya considerado tener que iniciarlo a esta técnica 12
comenzando por el informe detallado de un fracaso. Le pido considerar que, en la investigación científica, el éxito no hace más que confirmarnos la exactitud de nuestros puntos vistas, pero no nos enseña nada. El fracaso, obligándonos a plantear otras hipótesis, a hacer nuevas tentativas hasta que una experiencia inédita salga bien, es siempre fecundo. Además, ¿no es simple honestidad mostrar, a través de un ejemplo vivido, los límites de aplicación de una técnica o de una teoría? La experiencia hecha con Alexandre será para mí la ocasión de discutir varias cuestiones importantes y de exponer con mayor claridad los elementos de una teoría extraída de los hechos, teoría de la que veremos luego la confirmación por los casos donde la curación ha sido obtenida. En la descripción de las experiencias que vaya a leer, continúo el informe de las sesiones con análisis muy concisos; dichos informes no tienen en absoluto la pretensión de agotar el significado de los sím(P. 7) bolos encontrados; tienen simplemente por objetivo indicar, en líneas generales, la naturaleza de los conflictos de los cuales padecen los enfermos. Excepto indicación contraria, estas interpretaciones no han sido dadas a los enfermos por razones que expondré detenidamente en la tercera parte de esta obra. En fin, debo aún prevenir al lector que la preocupación que me ha guiado en la elección de los ejemplos descritos en este libro, ha sido mucho más dar una idea clara de la técnica propuesta, mostrándole las dificultades encontradas y los medios empleados para provocar el sueño despierto, que demostrarle la eficacia terapéutica. Ésta no puede ser establecida, en la mente del lector, más que por la experiencia que él mismo tendrá al comparar el resultado con el de otros métodos. Mi experiencia es la de un investigador y no la de un profesional que solamente ejerce. Si se me permite una comparación, he hecho un trabajo análogo al del químico que estudia las propiedades farmacológicas de un nuevo producto, siguiendo los efectos sobre algunos enfermos y que luego lo confía a los médicos. A título de indicación, añado que, sobre nueve enfermos tratados, o en curso de tratamiento, durante la guerra, cuatro han sido completamente curados, dos muy profundamente mejorados. De esta enumeración naturalmente están excluidos los sujetos venidos a verme a título de médicos o filósofos para iniciarse en la técnica del sueño despierto. Los filósofos podrán también sorprenderse de que no haya sacado de estas experiencias toda la enseñanza que conllevan ellas desde el punto de vista de la ontología. La filosofía del sueño despierto dirigido queda por hacer. Es un trabajo considerable que me ha parecido prematuro de emprender antes de que este mundo apenas entrevisto como es la psique humana no haya sido ya completamente explorado. ______
(P. 8) [Página en blanco]
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(P. 9) LIBRO I EL GUARDIÁN DEL UMBRAL [(Estos dos títulos es lo único que contiene esta página. -N. del que t.-)]
(P. 10) [Página en blanco]
(P. 11) Capítulo Primero LA EXPERIENCIA Describo en lo que sigue una experiencia cuyo relato está destinado: 1º A precisar la exposición, ya hecha en otra parte [(en Exploración de la…)], de la técnica que tengo en perfecto uso. Nada he modificado de esta técnica en la experiencia descrita aquí; 2º Para mostrar cuanto de esta técnica, que debe completar a las corrientemente utilizadas en psicoanálisis, permanece, sin embargo, de limitada aplicación. El sujeto Alexandre, incluso debo decir el enfermo, es un hombre de treinta y siete años. Ha sido psicoanalizado, una primera vez, durante dos años hasta la muerte de su psicoanalista que sobrevino al cabo de este período; después, una segunda vez, otra vez durante dos años, por el profesor del primer médico, psicoanalista con la ciencia y habilidad a la que nuestro enfermo rinde de buen grado homenaje. Alexandre me fue enviado por un amigo común. No ocultaré la inquietud que experimenté al enterarme de que después de cuatro años de tratamiento, aun reconociendo que su estado había sido realmente mejorado, no se consideraba como totalmente curado. Su actitud me hizo temer una psicosis en sus principios; le expresé mis dudas en cuanto a la naturaleza exclusivamente psicógena de sus trastornos e hice todas las reservas sobre los resultados que podía esperar de una cura puramente psicológica. Además, le rogué someterse al examen de un amigo médico, lo que prometió de hacer. Después, como parecía apremiado por someterse a una experiencia y ésta no pudiendo en nada serle nociva, comenzamos inmediatamente. (P. 12) Antes de dar la relación completa de esta primera sesión, debo terminar de presentar a Alexandre. Alexandre me dice estar graduado de tres grandes Escuelas y además hablar y escribir cuatro idiomas con fluidez. Tranquilo -al menos en apariencia-, culto, es de un trato agradable. Según sus declaraciones, Alexandre ha nacido de un padre netamente muy neurótico y de una madre que indudablemente lo es también. Muy pronto, su padre lo atormenta, 14
persuadido de que su hijo se masturba, lo que no es. Estas son escenas repetidas constantemente. El padre ata las manos del niño, después le pone una camisa de fuerza. Cuando el niño acaba, para escaparse de esta persecución, por confesar -contrariamente a la verdad- que se masturba, es un interrogatorio sin final para conocer las circunstancias de esta falta en los menores detalles. Alexandre llegado a la edad adulta huye de su país y viene a París para terminar sus estudios. Retorna luego al lado de los suyos, ejerce su profesión durante seis años, después, renunciando a su carrera, vuelve a París con el deseo de entregarse a estudios filosóficos. Es entonces cuando es psicoanalizado hasta el momento de la guerra. Alexandre se queja todavía de una impotencia a todo esfuerzo prolongado, sobre todo en el ámbito de la creación personal. Además especialmente está cansado al despertar. He pedido a Alexandre redactar la relación de cada una de sus sesiones. Esto por varias razones: 1º Para obligarlo a realizar algo; Alexandre es en efecto un abúlico; 2º Para que reviva los estados afectivos que tiene ya vividos a lo largo de sus sesiones a fin de transformarlos en nuevos hábitos que sustituyan a las antiguas costumbres de carácter negativo; 3º Para detectar los posibles rechazos. Ocurre, en efecto, que un sujeto olvida completamente de informar tal punto importante de su sesión lo que prueba que una determinada actitud afectiva no ha sido asimilada o que tal complejo es aún insuficientemente consciente; 4º Aun tan completas como puedan ser las respuestas de un sujeto a lo largo de una sesión, la idea que uno puede hacerse de sus estados afectivos es insuficiente y es de gran valor compararla con el recuerdo que el propio sujeto guarda de la experiencia. Pregunto además al sujeto lo que más lo ha afectado o impresionado en el (P. 13) transcurso de su sesión después de que me haya aportado la relación. Muy a menudo es totalmente distinto de lo que ha podido a mí afectarme y esta comparación es muy valiosa como lo mostraré más adelante. No doy otra directriz para la redacción de estas relaciones más que el consejo de hacerlas lo más completas posible. La mayoría de los sujetos describen mis propias intervenciones realizadas durante la sesión. Alexandre, por el contrario, no hizo ninguna mención de mis intervenciones. En cambio, durante la conversación, me la atribuye equivocadamente. Como su memoria es muy fiel hay aquí, indudablemente, la indicación de una transferencia negativa bajo la forma de una hostilidad atenuada, pero en gran parte consciente gracias a la experiencia y a la comprensión que Alexandre tiene del psicoanálisis. Primera sesión (24 de febrero de 19…) Después de la preparación que consiste en ayudar al sujeto a ponerse en estado de relajación, sugiero a Alexandre una llave y le pido describírmela. <>. 15
<>. Sugiero a Alexandre buscar una escalera. <>. Se constata que la sugerencia aceptada de la escalera es un medio simbólico que ayuda al sujeto a liberarse y a rechazar la imagen negativa que tiene de sí mismo. Habría que recomendar, muy encarecidamente, utilizar la imagen como símbolo para el trabajo de desplazamiento de la energía afectiva (P. 14) (de la libido) que es la base de la cura psicoanalítica. <>. No dejo a Alexandre en este paisaje ya que es necesario que el esfuerzo de subir comience; le pido pues franquear rápidamente el espacio en posición horizontal como si volara, buscar un macizo montañoso y escoger la montaña más alta para escalarla. <>. Como tiene dificultad, pregunto a Alexandre de que manera va vestido y lo hago cambiar de vestimenta explicándole que este acto es simbólico para su alejamiento de los objetos de los que la imagen inconsciente lo obsesiona aún [(un desprenderse de lo que va en él, en forma de vestimenta, como rémora)]. <>. <>. <>. Aquí el sujeto cae (1). Propongo a Alexandre subir de nuevo sugiriéndole la imagen de una pista en espiral. ____ (1) Recuerdo que el retorno brusco a las imágenes de la vida normal corresponde a menudo con una sensación de caída. Es siempre un brusco cambio de estado de conciencia, que obliga a recuperar el esfuerzo que corresponde a la sugerencia de subir para reencontrar el estado de conciencia sublimado. En una primera sesión como esta, la diferencia es apenas perceptible, pero ella indica sin embargo la dificultad que tiene el sujeto a mantener su atención fijada hacia un estado afectivo nuevo.