desmond doss objetor de conciencia La historia historia de u n héroe inesperado
F R A N C E S M. DOS DOSS S
Asociación Casa Editora
Gral. S an Mart M artín ín 4555, 4555, B1604CDG B1604CDG F lorida Oeste Buenos Aires, R epública epública Argentina
DESMOND DOSS. Objetor de conciencia Francés Doss Título del original: DESMOND DOSS. Conscientious Objector. Pacific Press Publishing Association, Boise, ID, E.U.A., 2005. Dirección: Gabriela S. Pepe Traducción: Rolando A. Itin Diseño del interior: Romina Genski Diseño de tapa: Carlos Schefer Ilustración del interior: Archivos ACES Ilustración de tapa: Pacific Press Libro de edición argentina IMPRESO EN LA ARGENTINA - Printed in Argentina Primera edición MMXVI MMXVI - 4,5M 4,5M Es propiedad. © 2005 Pacific Press Publishing Association. © 2016 201 6 ACES ACES.. Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723. ISB ISBN 978-987-70 978- 987-701-4781-478-55 Doss, Frances Desm Desmond ond Doss. Doss. Objetor Objetor de de conciencia conciencia / Frances Frances Doss Doss / Dirigido Dirigido porr Gabri po Gabriela ela S. S. Pepe Pepe.. - 1 a ed . - Florida : Asociaci Asociación ón Casa Editora Editora Sudamericana, 2016. 183 p. ; 21 x 14 cm. Traducción de: de: Rolando Rolando A. A. Itin. Itin. ISBN 978-987-701-478-5 1. Biografía. Biografía. I. Pep epe, e, Gabriel Gabriela a S., S., dir. II. Itin, Ro Roland lando oA., trad. trad. III. III. Título. CDD 920
Se terminó de imprimir el 14 de abril de 2016 en talleres propios (Gral. San Martín 4555, B1604CDG Florida Oeste, Buenos Aires). Prohibida la reproducción total o parcial de esta publicación (texto, imágenes y diseño), su manipulación informática y transmisión ya sea electrónica, mecánica, por fotocopia u otros medios, sin permiso previo del editor.
DEDICATORIA
Por cuanto la madre de Desmond significó tanto para él, deseo deseo dedicar dedicar este libro a la memoria de Bertha Doss. Y por por cuan cuantto mi propi opia ma madre siempre significó mucho para mí, también deseo dedicar este libro a la memoria de Gertrude Sherman.
Con aprecio, Francés rancés Doss
El presidente de los Estados Unidos, en nombre del Congreso, tiene el placer de presentar la Medalla de Honor a:
DOSS, D E S M O N D T.
Rango y organización: S oldado de de primera clase, clase, E jército jército de de EE.UU. EE .UU.,, Dest Des tacamento acamento Médi M édico, co, 307° Inf I nfant antería, ería, 77a División División de Infantería. Lugar y fecha: fecha: Cerca Cerca de Urasoe Mura, Okinawa, Islas Ryukyu, 29 de abril a 21 de mayo de 1945. Ingresó Ingresó al a l servicio en: Lynchburg, en: Lynchburg, Va. Nació: Lynchburg, Nació: Lynchburg, Va. O.G. N.° N.° 97, 1° de noviembre de 1945. Mención: Mención: El soldado Doss era un ayudante de compañía cuando cuando el el 1er B atallón as a saltó un áspero ás pero acan ac antilado tilado de 120 120 metros de altura. Cuando nuestras tropas llegaron a la cumbre, una fuerte concentración de fuego de artillería, morteros y ametralladoras los atacó, lo que generó unas 75 bajas e hizo retroceder a los demás. El soldado Doss rehusó buscar cobertura, y permaneció en el área barrida por el fuego con los muchos heridos, llevándolos uno por uno al borde del acantilado y bajándolos allí con camillas sostenidas por sogas por el acantilado a manos amigas. El 2 de mayo, se expuso al nutrido fuego de rifles y morteros, y rescató a un hombre herido a 180 180 metros por delante dela nte de de las las líneas del mismo acantilado; acantilado; y dos días más tarde, trató a cuatro hombres que habían quedado asilados mientras asaltaban una cueva fuertemente defendida, avanzando en medio de una lluvia de granadas hasta dentro de 6,5 metros de las fuerzas enemigas en la boca de la cueva, donde vendó las heridas de sus camaradas antes de hacer cuatro viajes separados bajo el fuego, para evacuarlos a un lugar seguro. El 5 de mayo, sin vacilar, afrontó el fuego enemigo de armas pequeñas para ayudar a un oficial de arti-
llería. Aplicó vendajes, llevó a su paciente a un lugar que ofrecía protección de las pequeñas armas de fuego, y mientras los proyectiles de artillería y de morteros caían cerca de ellos, le adminis ad ministró tró plasma. plasma. Más tarde el mismo día, cuando un est es tadounidense fue gravemente herido por fuego desde una caverna, el el soldado so ldado Doss se arras rra s tró hasta hasta donde donde él él había abía caído, a 7,5 metros de la posición enemiga, prestó ayuda y lo llevó 80 metros a un lugar seguro, mientras estaba continuamente expuesto al fuego enemigo. El 21 de mayo, en un ataque nocturno sobre terreno elevado cerca de Shuri, permaneció en territorio expuesto mientras el resto de su compañía se refugió, arriesgándose sin temor a la posibilidad de que lo tomaran por un japonés infiltrado, y ayudando a los heridos hasta que él mismo fue seriamente herido en las piernas por la explosión de una granada. En vez de llamar a otro auxiliar por ayuda en su refugio, atendió sus propias heridas y esperó 5 horas antes de que los camilleros lo alcanzaran y comenzaran a llevarlo a lugar seguro. El trío fue sorprendido por un ataque de tanques, y el soldado Doss, viendo a hombres heridos más graves que él, se bajó de la camilla y ordenó a los camilleros que atendieran primero a los otros hombres. Esperando el regreso de los camilleros, fue herido nuevamente, y esta vez s ufrió una fractura compuesta compuesta de de un bra brazo. zo. C on magn magnífic ífica a fo r taleza, se ató un fusil fus il para ara inmoviliz in movilizar ar su brazo y se arras arra s tró 250 metros sobre terreno abrupto hasta el puesto sanitario. Por medio de su notable valentía y decisión intrépida frente a condiciones desesperadamente peligrosas, el soldado Doss salvó la vida de muchos soldados. Su nombre llegó a ser un símbolo en en toda la 77a 77 a División de Infant In fantería ería,, por su notable notable valo va lorr por por encima y más más allá allá del llamado del deber. deber. 12 de octubre de 1945.
LA CASA BLANCA. P or Harry H arry Trum Truman.
COSAS COSAS FAVORIT FAV ORITAS AS DE
DESMOND
T e x to b í b l i c o :
"F íate de de J ehová ehová de to to do tu corazón, corazón, y no te apoyes apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas" (Prov. 3:5, 6). S a ludo :
"Dios te bendiga". Dichos:
"Lo que no vale la pena hacer bien, no vale la pena hacerlo". "No "N o es tanto tanto lo que sabes, sabes, sino sino lo que haces con lo que sab sabes". s".
PREFACIO
Apreciado lector: La razón razón por po r la que pedí a F rancés, mi mi fiel fiel esposa, esposa, que escr es criibiera este libro es que ella, más que ninguna otra persona, conoce las experiencias que Dios me dio y sabe mi deseo de mantenerme tenerme estrictamen es trictamente te fiel fiel a los datos datos,, hasta hasta donde sea posible posible.. Mi principal interés es animarlos, queridos lectores, a elegir dedica de dicarr sus sus vidas al al Señ S eñor or,, y a est es tar listos para ara encon enc ontr trars arse e con él en su pronto regreso. Dios escribió es cribió los los Diez M andamientos sobre tablas tablas de pied piedra ra con su propio pro pio dedo. Dijo que su Ley L ey era era perfecta perfecta y que que no se debía añadir ni sacar nada de ella. Hemos de ser juzgados por esta Ley de libertad, de modo que el aceptarla o rechazarla es cuestión de vida o muerte. F rance rances s y yo hemos hemos dedicado dedic ado nuestras vidas a C risto, ris to, y le hemos dado el primer lugar en nuestros corazones. Como resultado, él nos ha dado un amor más grande el uno por el otro del que alguna vez pensamos que fuera posible, y nunca hemos sido más felices. S inceramente, inceramente, su hermano en C risto, Desmond T. Doss, CMH.
CONTENIDO
1. Recuerdos R ecuerdos - I ............ .................. ........... ........... ........... ........... ............ ........... ........... ........... ......... .... 10 2. R ecuerdos - II...... II ........... ........... ............ ............ ............ ........... ........... ........... ........... ........... ......... ....20 20 3. Recuerdos - III................................................................ III ................................................................ 27 4. Recuerdos - IV................................................................ IV ................................................................ 32 5. R ecuerdos - V ........... ................ ........... ............ ........... ........... ........... ........... ........... ........... .......... ....40 40 6. ¡G uerra!................ rra !............................................................................46 ............................................................46 7. D o ro thy thy........... ................ ........... ............ ........... ........... ........... ........... .......... .......... ............ ........... ..........50 .....50 8. "Ahora estás en elE elE jército". jérc ito"....... ........... ........... ............ ............ ............ ........... .......... .....59 59 9. E ntrenamien ntrena mientto bás bá s ico........... ic o................. ............ ........... ........... ........... ........... ........... ....... ..65 65 10. Campanas de bodas..................................................... bodas ..................................................... 72 11. F ort J ackson ackson y puntos puntos al al oe o e s te................................... 80 12. P untos untos al este otra vez, y al comba co mbate te......................... 91 13. Guam y Leyte..............................................................100 14. O kinaw kinawa....................................................................... a....................................................................... 111 15. Otra vez en casa......................................................... casa......................................................... 123 16. Camp Doss.................................................................. Doss.................................................................. 131 17. Sordera e implante coclear........................................138 18. Tragedia T ragedia....................................................................... ....................................................................... 147 19. Felicidad otra vez ....................................................... 151 20. 20. O tra vez en O kinawa kina wa...... ........... ........... ........... ........... ............ ........... ........... ...........161 .....161 21. C áncer nc er................................................................. ..........................................................................16 .........167 7
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C A P ÍTU L O 1
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* . pira iras s
r ec uer uer dos - i l soldado solitario estaba apoyado en la barandilla del transporte naval, mirando el océano. Una luna hermosa colgaba colgaba del cielo occidental, occ idental, y su estela brillaba sobre s obre el agua. El soldado estaba en un barco que llevaba tropas y había salido de Hawaii, donde la 77aDivisión de Infantería del Ejército de los Estados Unidos había estado en adiestramiento en la selva. Transcurría la Segunda Guerra Mundial; los soldados sabían que estaban en el Océano Pacífico, navegando hacia el oeste; sin embargo, para ellos, su destino era secreto. Algunos otros soldados deambulaban por la cubierta, que estaba oscurecida para evitar que cualquier luz permitiera que los detectaran barcos enemigos y enviaran explosivos en dirección a ellos. Sin S in embargo, embargo, a Desmond esmond le parecía que era el el únic único o en la cubierta y se sentía solitario. Sus pensamientos volvieron al hogar y sus amados: amados: sus padres, padres, su hermano hermano y su hermana; hermana; y Do rothy, su bella esposa de hacía dos años. La echaba de menos, y recordaba recordaba sus últim últimos os momentos momentos con con ella ella antes de que zarparan. zarparan. ¿ Cuándo uándo volvería a verla? verla? ¿La vería otra otra vez? vez? El pensamiento pensamiento era era tan doloroso, doloroso, que tra trató tó de dirigir dirigir su ment mente e en otra dirección.
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"E ste ste es un un cuadro cuadro hermoso. ¿ Quién hace una oferta? oferta? " preguntaba el rematador al tomar otro cuadro de la pila. "¿Qué
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me ofrecen?" repitió. "Diez centavos. Tengo diez centavos. ¿ Q uién uién ofrece ofrece veint veinte? e? M uy bien, bien, se ño r B rown. G racias. acias. T engo ve inte inte ce ntavos ntavos . ¿ A lguien guien da cincue cincue nta? nta? V ale muc ho más ás.. Es un cuad ro hermoso . C incu en ta centavos. centavos. ¿ Q uién uién da da 75?" 75?" El rem a ta do r miró a su alrede do r. "A "A llí te n go 75. ¿ Q uién da ochenta? ochenta? " E speró unos s egundo s y gritó gritó : "75, 75, 75. ¿ A lguien guien da ochenta? ¿No? Se va, se va... Se fue a 75 centavos a ese hombre de allí". O h , se ño r Doss. Doss. C ons iguió una una gang ganga, a, se ño r Doss. Doss. El se ñor Thom as Doss tom ó el cuadro en sus sus ma manos, nos, lo lo m iró y se preguntó por qué había hecho una oferta por una ilustración del del P adrenue stro stro y de los los D iez M andam ientos entos . Tení Tenía a que ad m itir itir que era era un cua dro hermoso, pe ro ¿ para ara qué lo quer quería? ía? B ueno ..., murmuró para sí, Bertha probablemente querrá colgarlo en la sala.
Él había había ido ido a la la ca casa sa de rem ates para para e nc o n tra r algún m ueble ble y otro otro s e leme ntos ntos para para su hogar hogar.. N o hací hacía a mucho que T ho mas y Bertha estaban casados, y estaban tratando de amueblar su cas ita s in ga star mu cho d inero. P or supues to, es to había abía o c urrido urrido muchos años antes antes de que Desmond Doss hubiera nacido, pero había escuchado el relato del incidente muchas veces. Además, hasta ese momento, ese cuadro todavía estaba colgado en la pared de la sala de la casita en la Avenida Easley. Desde que era un muchachito, Desmond miró el cuadro muchas veces. En realidad, mamá Doss a veces deseaba que él no estuvier estuviera a tan interes ad o en el el cuadro; no po rque ella no quisiera que lo mirara, sino porque él siempre arrastrab trab a una silla silla desde des de la co cocina cina hasta la la sala y se paraba s o bre ell ella a para para p od e r ve r me jor el cuadro. Una vez, la mamá le dijo: D e s m o nd , po r favor, lleva lleva la sil silla la a la la cocina. cocina. Te digo qu e esa sillla se es tá gastando, de ta sil ta n to tiem po que estás estás parado encima. encima. S in emba rgo, D es mon d se daba daba cue nta nta de que ella ella no es taba enojada con él. P ar arado ado s ob re cub ierta, ierta, en med io del O céa no P acífi acífico, y pens an do en su vida de sde la niñez, se dio cu en ta, una vez má más, s, de cuá habí había a influido influido él ese cuadro. El M and i
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to: "No matarás", estaba ilustrado con un cuadro de Caín con un garrote en la mano, parado sobre el cuerpo muerto de su hermano Abel, después de haberlo matado. Desmond se había preguntado muchas veces cómo puede un hermano hacer tal cosa. Le causaba mucho horror matar a cualquier ser vivo; y estaba seguro de que había sido el cuadro lo que lo había hecho decidir ser un soldado paramédico, a fin de salvar vidas, das, en en lugar de de quitarlas. quitarlas . P odía odía imaginarse imaginars e a J esús, que que le decía: "Desmond, si tú me amas, no matarás, sino salvarás vidas ,como ,como si yo es e stuviera tuviera en tu lugar. lugar. Sigu Sigue e mi mi ejemplo" ejemplo"..
★★★★★ Sus pensamientos siguieron vagando. Su querida mamá siempre llevaba llevaba a sus tre tres s hijos a la la Escuel E scuela a Sabát S abática ica y al culculto de adoración. adoración. P rimero, rimero, empujó el el coc cochec hecito ito de de A udrey; más tarde, mientras Audrey caminaba junto a su madre, Desmond ocupó el cochecito. Luego, Harold iba en el cochecito, mientras los dos niños mayores saltaban alegremente junto a su madre. ¡D esmon es mond, d, Haro H arold! ld! ¡Es tiempo iempo de estudiar es tudiar la la lección de de la la Escuela Sabática! A udre udrey y ya tení tenía a su pequeña pequeña Biblia, Biblia, list lista para para abrirla, y los muchachos chachos pro pronto se unían unían a ella y a su madre. madre. E sto llegó a ser un hábito para ellos. Desmond recordó que, cuando fue enrolado en el el E jército, acaba acababa ba de de rec recibir su cinta cinta de hono ho norr de ocho años por haber asistido a la Escuela Sabática cada semana, llegar a tiempo tiemp o y haber estudiad es tudiado o la lección lección siete siete veces: veces: una vez vez cada día durante la semana. O tro recuerdo rec uerdo era haber h aber asist asis tido a la peque pequeña ña escuela de de iglesia que estaba detrás de la iglesia, en la Avenida Park. Cada alumno de la escuela actuaba como conserje. La maestra asignaba a cada uno algunas tareas de limpieza, turnando las asignaciones de tiempo en tiempo para que los niños no se aburrieran. Desmond recordaba bien una tarea que se le había asignado: limpiar el pizarrón y sacudir los borradores. A hora, ese piz arrón está está bien pensó para sí mismo. Llevo los los bo rrado rrado res y los sacudo, y entonce entonce s pue do irme irme a casa. casa. Entonces, se le ocurrió una idea. Conocía suficiente acerca de los borradores ,
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como para para saber que si los restr restregaba egaba uno con el otro parecerían limpios, y no lo harían toser con ese polvo que se pegaba en la garganta. Además, le llevaría menos tiempo. Así que, Desmond restregó los borradores, los llevó de nuevo adentro y los puso en su lugar. Parecían limpios, pero estaban llenos de polvo de tiza. La sabia sabia maestra, aestra, Nell K etterman, etterman, se acercó al al pizarrón pizarrón justo jus to cuando Desmond dejaba los borradores. Ella tomó dos de ellos y los los golpeó juntos. juntos. U stedes saben lo que pasó pasó:: ¡el ¡el polvo V O L Ó ! Entonces, dijo algo que Desmond nunca olvidó: "Desmond, lo que no vale la pena hacer bien, no vale la pena hacerlo”. Desmond salió y limpió los borradores, esta vez adecuadamente. Sin embargo, lo que ella le había dicho le quedó grabado para toda la vida. Muchas veces, esa frase volvió a su memoria mientras mientras crecía crecía y después, después, cuando c uando estaba estaba en el el E jército. jército. Y muchas chas vec eces es decid decidió ió hacer hacer el trabajo trabajo bien bien la la prim primera era ve vez. Poco después de eso, Nell Ketterman se fue a China como misionera. A medida que Desmond crecía, pensó que le gustaría ser misionero en algún lugar remoto, así como su maestra favorita. Y en ese momento, en el barco lleno de soldados, no se dio cuenta de que tenía la oportunidad de ser un misionero en las islas a las que se dirigía con gastos pagados por "el Tío Sam am”” porque, a veces, veces, atenderí atendería a a los los isleños is leños así como como a los los soldados.
★★★★★ Su pensamiento esa noche fue el modo en que Dios lo había cuidado. Desmond parecía propenso a tener accidentes y, a veces, su madre se preguntaba cómo había logrado "sobrevivir” durante rante su infancia. infancia. A decir dec ir verdad, verdad, desde el el ventajoso ventajos o punto de vis vis-ta de sus 25 años, él también se hacía a veces la misma pregunta. Desmond, necesito algo de leche; si no, no tendremos para el desayuno desayuno dij d ijo o mam amá á Doss, Doss, un un día. día . C orre hasta hasta la ca casa sa de la tía Ella y trae un litro, por favor. La tía Ella tenía una huerta y una vaca; y muy generosamente compartía sus productos y la leche con sus familiares durante la época de la Depresión. Por eso, Desmond tenía que ir a la casa de la tía Ella por leche.
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Él podía recordar la conversación que generalmente mantenía con su tía. ¿ U n litro será será s uficiente, uficiente, Desmond Desmond?? preg preguntab untaba a ella ella.. E s o es es lo que me me pidió mam mamá á que que llevara res respo pond ndíí a él. él. M u y bi bien. Y la tía Ell Ella volca olcab ba la la leche en la botel otella la de lit litro que Desm Desmon ond d había había tra traíído (en (en ese entonce entoncess, la leche venía venía en botellas botellas de vidrio). G racias, racias , tía tía Ella Ella decía decí a D es esmond. mond. Y ya ya estaba estaba en en camin camino, o, después de prometer que saludaría a su madre en nombre de la tía Ella. Sin embargo, ese día en particular, Desmond nunca llegó hasta la casa de la tía. Por el camino, debía cruzar una calle empedrada, que era mejor que una calle de barro, pero muy despareja. Se tropezó con una de las piedras y se cayó. Él no quería que la botella que llevaba se rompiera, de modo que trató de mantenerla en alto mientras caía. No funcionó. ¡La botella se rompió! Los vecinos oyeron oyero n un grito, grito, y salieron sa lieron par ara a ver quién se había lastimado. Entonces, alguien corrió para contárselo a su madre. adre. La m mam amá á salió corrie co rriendo ndo y enco enc ontró a Desmond tirado en la calle. Desmond, querido, ¿qué te has hecho? Le llevó solo un segundo notar que su mano izquierda tenía una herida muy fea. Ella volvió corriendo a la casa y regresó con una toalla para envolver la mano. Uno de los vecinos se ofreció a usar su automóvil para llevar a Desmond al hospital de Lynch burg, a lo que hoy llamaríamos la sala de emergencias. El médico trabajó intensamente en los cortes en la mano y le hizo algunos punt puntos. Señora Doss, hice lo mejor que pude, pero me temo que su muchacho nunca podrá usar su mano otra vez. Con ese tendón y los músculos cortados... el médico no terminó la oración. Así que, Desmond fue llevado a casa, con esa terrible predicción pendiendo sobre sobre su cabeza, cabeza, y también también sobre la cabeza cabeza de su amante, pero triste, madre. Ella no podía soportar no hacer nada, así que, tan pronto como la mano de Desmond comenzó a sanar y ya no dolía demasiado al tocarla, ella comenzó a trabajar con sus dedos, dedos, hacia acia arriba y hac acia ia abajo, abajo, estirándolo estirándoloss cuanto cuanto podía. podía. ¡Ouch, mamá, eso duele!
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S í, hijo, hijo, lo sé. sé. P ero qu erem os da rle rle a esa esa m ano tod tod as las pos ibilidades bilidades de sanar sanar.. A ve r si puedes mo ver esos dedos tú mismo, mismo, cuando no es toy p or aquí para para hac értelo. értelo. Y, De smo nd, orem os para para que D ios sane tu mano, ¿ no te parece? parece? Ella ya había estado orado sobre el tema, pero ahora lo hacían cían ambos, y aún más fervie fervie ntem e nte. M am á , v en, en , quiero m os trart rarte algo algo llam llam ó D esmond mienmientras su madre entraba por la puerta unos días más tarde, al vo lver de su trab trab a jo en la la fáb rica rica de zapatos. zapatos. S í, D esm ond, ¿qué ¿qué qui quiere eres? s? C ua ndo la mad re llegó llegó adon de él estaba, él leva leva ntó ntó su mano izquierda... ¡y movió un poco su dedo índice! ¡D es m on d, es es maravil maravilloso ! ¡P uedes uedes mo ver el dedo! ex clamó la la madre. N o había había dudas de lo co ntenta y feliz que es taba po r lo lo que suce día. O remo s ahora mismo, par para ag radece r a D ios po r ayu da rte rte con tu tu mano. mano. Desmond inclinó su cabeza, mientras la madre agradecía a D ios po r esa bend ición ición maravil maravillosa. C on el tiem po , su mano se sanó, y aunque no se veía tan bien como la derecha podía usarla, usarla, y es taba co ntento.
M ientras ientras estaba estaba pa rado sob re cu bierta bierta esa noche, D esmond recordó otra experiencia en la que Dios lo había bendecido de una manera muy especial. E staba staba juga nd o en la call calle con los niños del vec inda rio rio , y co rrían de aquí para allá sobre un muro de piedra. Desmond se res ba ló y, al caer, se peló una ro dilla. dilla. ¡C óm o do lía! M e voy a casa casa d ijo ijo a los los otros. otros. Oh, duele, se dijo a sí mismo cuando miró su rodilla esa no-
che. Sin embargo, no contó nada, porque estaba seguro de que se sana ría y él él no quería que su ma dre se preocu para po r tan poca cosa como una rodilla raspada. Trató de no cojear y consiguió ocultar el dolor a su familia... por un par de días. La tercera mañana, no podía salir de la cama. La mamá mamá tení tení a que ir a tra tra ba jar a la la fáb rica rica de za patos y siem pre salía temprano. Una señora vecina, a la que los niños llama
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ban tía J enny, enny, vení venía, los ayudaba a levantarse levantarse,, les les daba daba el el desadesayuno yuno y los enviaba a la escuela. Esa mañana, mañana, le dijo dijo a Des Desmond mond que era tiempo de levantarse, pero unos minutos más tarde notó que todavía estaba en cama. Así que, fue a investigar. Lo encontró quejándose y sosteniéndose la rodilla. Aun con su falta falta de experiencia experien cia médica, édica, se dio cuenta, cue nta, al al mirarla, de que la rodilla estaba muy mal herida: estaba enrojecida y caliente, y unas líneas de color rojo fuerte muy feas sobresalían de la lastimadura, lo que indicaba envenenamiento de la sangre. Esta vecina llamó a la señora Doss a la fábrica de zapatos y le pidió que viniera a la casa, explicando un poco la situación de Desmond. Desmond, ¿por qué no me dijiste nada? le preguntó la madre cuando vio la rodilla. P ensé ens é que se sanaría y estaría bien; bien; no no quería quería preocupa preoc upart rte. e. Mamá Doss pensó para sí que habría sido mejor haberse preocupado un par de días antes que esperar hasta ahora. Sin embargo, decidió no decírselo a Desmond en ese momento. Por supuesto, vino el médico. Después de examinar la rodilla cuidadosamente, les dijo a los padres (el papá había llegado en ese momento): Lamento decirles esto, pero como ustedes ven, la rodilla está muy infectada y no veo otra solución que amputarle la pierna. El veneno de la infección está entrando en su cuerpo y podría matarlo. ¡Matarlo! ¡Qué pensamiento! Pero ¿cómo podrían permitir que el el médico le cortara ortara una una de sus piernas? piernas? ¡No! ¡No! ¡No! ¡No! ¿Que ¿ Que Desmond fuera de aquí para allá en una sola pierna? Eso sería terrible. Pero ¿y si no lo hacían y Desmond moría? ¡Qué decisión terrible terrib le debían debían tomar! tomar! Doctor, ¿no hay alguna otra cosa que podamos hacer? preguntó mamá Doss, desesperada. El médico sugirió que podría ayudar si le aplicaba calor en la rodilla. P uede uede probar, probar, señora señora Doss. No No sé si realment realmente e ayudar ayudará, á, pero no le va a hacer daño. daño. Tendr Tendríía que hacerlo hacerlo por por lo menos cada cada dos horas horas res respo pondió ndió el médico médico mientras ientras se iba. iba. P ruébel ruébelo, o, pero si si no está algo mejor mañana, la pierna tendrá que desaparecer.
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La mamá puso un gran recipiente con agua sobre la cocina y la mantuvo caliente. Luego, tomó una toalla grande, la mojó, la estrujó y la puso alrededor de la rodilla de Desmond, cubriéndola con una toalla gruesa, para mantener el calor. Cambiaba la toalla a menudo por otra caliente. Por supuesto, mientras lo hacía, también oraba, pidiendo a Dios que bendijera sus esfuerzos y salvara la pierna de Desmond. Después de poner esas compresas calientes en la rodilla el resto res to de ese ese día día y durante durante toda la noche, noche, mam mamá Doss estaba estaba exhausta; sin embargo, no se detuvo. Mamá, ya no duele tanto como antes afirmó Desmond durante la noche. Cuando la madre examinó cuidadosamente la rodilla otra vez, también sintió que no se veía tan mal. Las líneas rojas parecían estar desapareciendo. Con lágrimas de gratitud en sus ojos, ella ella agradeció agradeció al Señor S eñor y siguió orando... orando... y cambi ca mbiando ando las las compresas calientes. C uando uando vino el médico a la mañana añana siguiente, siguiente, examinó examinó otra otra vez la rodilla. S eñora eño ra Doss, realmente pienso que que está está ganando la la batabatalla. Vamos a observar la rodilla muy cuidadosamente durante los próximos días, aunque parece estar mejor. ¡Qué palabras bienvenidas! Toda la familia se alegró; pero nadie más que Desmond. O tro detalle acerca de esa esa experiencia experiencia fue que, que, después después de estar en cama por un tiempo y de recibir todos esos tratamientos, y sabiendo que su pierna estaba mejor, un día decidió que quería levantarse, levantarse, de modo modo que se s entó entó en el borde la cama, bajó los pies, se puso de pie... y ¡se derrumbó en el suelo! D escub es cubrió rió que que tenía tenía que recupera rec uperarr las las fuerzas, fuerzas , y casi casi aprender a caminar otra vez. i r k ' i t i r t r
M ient ientras Desmond Des mond seguía seguía junto jun to a la la barandilla barandilla del barco esa esa noche, estos pensamientos lo llevaron a recordar otra situación, aunque esta vez no giró alrededor de sí mismo. Harold, el hermano menor de Desmond, estaba enfermo, muy
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enfermo. Tenía fiebre, con una temperatura mayor a 39 °C, y sentía mucho dolor. La mamá había hecho todo lo que sabía para ayudarlo, pero no pareció hacer ningún efecto. Él estaba muy caliente ca liente y se quejaba quejaba de dolor. C uando vino el médico, tampoco tampoco supo qué más se podía hacer en favor de Harold. Señora Doss, me pregunto si sobrevivirá a la noche. Si lo hace, traeré a otro médico mañana por la mañana y le tomaremos una muestra de líquido raquídeo; quizá podamos definir cuál es el problema y ayudarlo de algún modo las palabras del médico no fueron muy consoladoras. Desmond, yo creo que deberíamos orar en favor de Harold, ¿no te parece? dijo la madre. Sí, S í, mam amá, á, creo que debemos debemos orar. orar. ¿San ¿ Sanar ará á J esús esús a Harold? Harold? respondió Desmond. N o es esttoy segur segura, a, querido. querido. S iempr iempre e tenemos tenemos que que pedir que que se haga la voluntad de Dios. Aunque esta no sea lo que deseamos, igual siempre podemos pedir y así, madre e hijo se arrodillaron junto a la cama del enfermo y ella oró: "Querido Padre celestial, tú sabes que Harold está muy enfermo y tú sabes que tiene mucho dolor. ¿Podrías, por favor, darle sanidad a su cuerpo, si eso está en armonía con tu voluntad? Pero, si ves que no sería lo mejor para él sanarlo... su voz se quebró con un sollozo en ese instante, entonces... pon fin a su vida, para para que no tenga tenga que suf s ufri rirr tan tanto. to. Gracias, Gracias, Señor. Señor. Amén” Amén”. Al levantarse de sus rodillas, la madre y Desmond miraron a Harold. De repente se dieron cuenta de que no respiraba con tanta dificultad como antes. Les vino el pensamiento de que se estaba muriendo, pero ¡NO! Estaba respirando tranquilament mente, y el colo colorr estaba estaba volviendo a su pálido ros ros tro. tro. P ronto se durmió en un sueño tranquilo y se despertó a la mañana siguiente sintiéndose mucho mejor. ¿Cómo podría Desmond olvidar esa experiencia? El médico fue esa mañana como había prometido, y se sorprendió mucho de ver a Harold tan bien. La madre se alegró de contarle al médico sobre su oración y cómo de inmediato Harold había comenzado a mejorar. H ijo le dijo el el médico médico a H aro arold ld,, el el Señor S eñor salvó tu vida, vida, y confío en que con un buen propósito.
RE CUE RD OS -I
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Me estoy sintiendo cansado. Creo que entraré y cerraré mis ojos por un tiempito, pensó Des Desmond, y se dirig dirigió ió a la la cabina que le
correspondía. Se echó en su litera, y pronto estuvo dormido.
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n par de noches más tarde, Desmond se encontró otra vez en la cubierta del barco. La luna estaba un poco más alta en el cielo, y su reflejo brillaba sobre el agua. Sus recuerdos recuerdos continuaron. continuaron.
*★★★* Dese De searía aría tene tenerr una una bicicl biciclet eta a le coment co mentó ó un día día D esmond es mond a su amig amigo o P ablo E ntonces ntonces podrí podríamos pasear juntos. juntos . ¿ P or qué qué no no te consi consigu gues es una una? ? pre pre g u ntó P ablo ablo.. N o puedo. edo. No No tengo tengo din dinero... ero... P or un momento omento guardaron silencio, pero solo solo por po r un momenmome nto. A P ablo ablo se le ocurrió oc urrió una una ¡de ¡dea. Vayamos al basural. Algunas veces hay partes de bicicleta que la gente gente tira tira a la basur basura. a. ¡P odemos odemos hacer hac er una bic b icic icle leta ta para ti! ¡Vamos! Desm Des mond est estuvo de acuer acuerdo, do, y antes antes de mucho, mucho, los jove jo venc ncitos itos
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dos o tres cadenas de diferentes medidas y hasta dos neumáticos tico s viejos, que parecía que necesit neces itaría arían n parches, parches, pero pe ro tal tal vez podrían usarse. Hasta encontraron guardafangos delantero y uno trasero (aunque uno era rojo y el otro azul; no importaba porque igual se podían usar). Los muchachos muchachos volviero volvieron n a la casa, casa, arrastr arras trando ando detrás de sí sus “teso tes oros ros ”. En la la caja de herramientas herramientas del padre padre de de P ablo enconencontraron algunos tornillos y bulones, y pronto tenían la bicicleta armada. No lucía muy bien, pero andaba... ¡y eso era lo principal! Desmond Des mond y P ablo ablo pasearon pasearon mucho mucho juntos juntos.. Y, probablemente, probablemente, gogozaron y apreciaron los paseos tanto más porque estaban usando la bicicle bicicletta en la que que ellos mismos habían habían trabajado. Pero, esa bicicleta también lo metió en problemas algunas veces. Después de conseguirla, la usaba para ir a la escuela. Un día, cuando salía hacia la escuela, pasó por la verdulería Green y notó no tó el camión de repa reparto rto del lechero. Y ¡le vino vino una ¡dea ¡dea loca! ¿Por qué no colgarse del camión mientras avanzaba, para no tene ten er que pedalear pedalear? ? Lo ayudaría ayudaría a llegar tempra temprano no a la escuela escuela.. Así que, cuando el señor Woods saltó al camión para hacer el recorrido hasta su próxima parada, Desmond se tomó del paragolpes paragolpes trasero trase ro derecho. ¡Qué divertido! pensó, mientras el camión entraba en la Avenida Campbell, una buena calle pavimentada de Lynchburg. A esa hora de la mañ mañana ana,, no había mucho tránsito. tráns ito. “Esto “E sto es diverdive rtido; ¡ni siquiera es peligroso!” exclamó Desmond. en voz alta. Sin embargo, de vez en cuando, el camión se acercaba hacia el cordón de la calle, dejando poco espacio entre el camión y la vereda. Obviament O bviamente, e, el señor seño r W oods oo ds no sabía sabía que el el muchacho estaba colgado de la parte trasera del camión. Desmond comenzó a darse cuenta de que ¡podía realmente ser peligroso! E ntonces ntonces,, miró miró hacia adelante, a la base de la colina, y notó no tó las vías ferroviarias que tendrían que cruzar. Había dos pares de vías de tren, además del par de vías del tranvía que pasaba por esa intersección. Desmond se encogió un poco, pero se mantuvo aferrado; iba demasiado rápido como para soltarse ahora. El cruce de las vías lo hizo saltar bastante. Se preguntó si la vieja bicicleta podría soportar ese castigo. Cuando cruzó sobre los rieles, parecía que las ruedas se destrozarían, y dos o tres
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veces le parectó que estaba perdiendo el control y que saldría "o and ando por por el el air aire. Sin embar embargo, go, el cam camión pron ro nto cruzo ruz o todas da s las las vías y se deslizó deslizó suavemente suavemente sub subie iendo ndo la colma colma hacia hacia su próximo próximo dest destino. Con su entusiasmo y atrevimiento, para cuando el señor Woods detuvo detuvo su camión camión frent fren te al res re s tauran au rantte a fin de e n tretre gar la leche y otros productos, Desmond casi se había olvida dodel dode l peligr peligro. o. El señor W oods salt saltó ó del del cam camión y fue a la la parte pa rte posterior, para sacar las cosas que tenía que entregar. Muchas M uchas gracia acias s por el viaje viaje en en su su camión le le dijo dijo D esmond, es mond, sonriendo. El señor Woods de repente se dio cuenta de lo que quería decir, y su cara empalideció. ¿Te das cuenta, muchacho, de que podrías haberte matado? Nunca más hagas algo así. Desm Desmond solo atinó a decir decir "B "B ueno” ueno”, y fue un mucha muc hac cho avergonzado el que saltó sobre su bicicleta y siguió hacia la escuela, a un paso más calmado.
O tro recuerdo inv involucr olucraba aba un un momento momento que fue más aloc a locaado y peligros peligroso o toda todavía. vía. Lynchburg era un lugar de cruce de trenes. Las antiguas y enormes locomotoras a vapor, con sus largas filas de vagones de carga, y las máquinas que arrastraban coches de pasajeros, siempre fascinaban a los muchachos que vivían cerca de las las vías. A las las madr madres es del del vecindario vecindario no les gust gus taba el ruid ruido o, y tampoco apreciaban el humo negro y las cenizas que cubrían el area, pero a los chicos no les preocupaban tales cosas, a escuela había terminado por ese día, y Desmond y sus
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M u y bie bien, n, ¡vam ¡vamos! os! co nfirmaron nfirma ron Desm Des mond y Bever Beverly ly.. Cuando llegaron a la estación, el tren acaba de detenerse allí brevemente. El tío de Desmond, conocido como el "Tío Lanza”, bajó de de un salto, salto, ayudó a un par pa r de de pasajeros pas ajeros a desce des cennder y saltó al tren, haciendo señales al maquinista para que siguiera. Vio a los tres muchachos que miraban, y los saludó con la mano mientras el tren tomaba velocidad. Cuando el tren de pasajeros se había ido, un largo tren de carga, que había sido enviado a una vía lateral mientras pasaba el de pasajeros, comenzó a moverse en las vías, muy lentamente al comienzo. J usto usto en ese mom moment ento, o, otra otra de de esa esas s ide ideas as aloc alocad adas as saltó saltó en en la mente de Desmond. ¡S altemos altemos a ese tren tren!! g g ritó ri tó por sobre el el ruido. ruido. ¿Y eso no es peligroso? preguntó Beverly, mientras veía pasar los ruidosos vagones. N o . M i pap papá solía hacer eso cuando cuando iba a visitar vis itar a mamá amá antes de que se casaran. Lo llamaba "tomar el carguero del brazo". Lo hacía todo el tiempo. Solo salta a la escalerilla, tómate y súbet s úbete. e. Es fácil. Por supuesto, Desmond no tuvo tiempo de contar que el papá trabajaba en el ferrocarril, y sabía cómo subirse y cómo bajarse de los trenes en movimiento; o que el tren generalmente andaba muy lentamente. P reston y Beverly B everly parecieron parecie ron convencerse, de de modo que comenzaron a correr junto al tren, sin pensar cuán peligrosa era la idea de Desmond. Y o salto salto primero y le les muest mues tro cómo se hace hace g g ritó ri tó DesDes mond, mientras se tomaba de la escalerilla. Los demás siguieron su ejemplo, y pronto estaban "viajando en el tren tre n”. P reston reston y Beverl B everly y pronto pro nto creyeron creyero n que ya ya era suficiente y s altaron abajo, abajo, pero no Desm Des mond. ¡Desm Des mond, salta! s alta!Va Va cada cada vez vez más más rápido g ritaro rita ron n los los dos. dos. ¡V ¡V a dem demasiado asiado rápido! rápido! ¡No puedo puedo saltar ahora! respo res pond ndió ió Desmond. Sin embargo, su mente le decía que tenía que saltar antes de
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mente, ente, lo hizo hizo y cayó cayó contra contra el el sue suelo, lo, dando dando tumbos tumbo s hast hasta llegar llegar a dar contra el muro de hormigón que separaba el terraplén de la Avenida Campbell, unos nueve o diez metros más abajo. Diez segundos segundos más, y él él se habrí habría caído caído hasta la aven avenida... ida... bien bien muerto muerto.. ¡Guau! ¡Apenitas me salvé! Respiraba fuerte, por el esfuerzo y la excitación del salto. C on cautela, cautela, movió movió los brazos brazos y las las piernas piernas.. ¡Es ¡E staban bien! Él sabía que tendría unos raspones pero, por lo menos, no tenía ningún hueso quebrado. Cojeando un poco, regresó a su casa y se mantuvo fuera de la vista cuando su madre regresó del trabajo en la fábrica de zapatos. Ella notó que estaba más tranquilo que de costumbre. pero como tenía que preparar la cena, decidió que hablaría con él más tarde. Desmond no quería que su padre supiera lo que había hecho, pero justo cuando el papá entraba en la casa sonó el teléfono y lo atendió. ¿Qué? ¿Qué me estás diciendo? exclamó mientras miraba en dirección a Desmond. Él escuchó unos instantes más y colgó. Más tarde, tarde, Desmond D esmond descubrió descubrió que sus sus primos no lo habían habí an vist visto salt s altar ar del del tren, tren, y entonces entonces le habían habían contado co ntado tod to do el inciinc idente a la tía Maud, quien llamó para saber si Desmond estaba en casa y si estaba herido. Desmond, ¿qué creías que estabas haciendo? Acabo de oírlo. ¡Estás loco, al pensar que puedes saltar a un tren! Te enseñaré a no hacer esas cosas. En esa esa época época,, el el papá apá no era era cris c risttiano iano y no sabía co c o n trola tro larr su tempe temperamento ramento violento. Papá, ¡nunca más lo haré! Lo digo en serio. ¡Nunca más lo haré! ño sé que nunca más lo harás. Y me voy a asegurar de que
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¡tanto, ¡tanto, que casi deseaba deseaba haberse muerto mue rto cuando saltó s altó del del tren! La madre todavía no sabía de qué se trataba todo eso, pero vino al rescate. Thomas, ¡eso es suficiente! Ya lo has golpeado demasiado. Bueno... él lo merecía. ¡Niño tonto! el enojo del padre ya se había aplacado, y salió ruidosamente a la otra habitación. Desmond, ¿qué hiciste, para merecer eso? preguntó la mamá, amá, mientras mie ntras se arrodillab arrodillaba a junto ju nto a él. Y Desmond Desmond,, entre entre sollozos, sollozos, confesó confesó cómo cómo hab había ía salt saltado del tren. O h , hijo. hijo. ¿No ¿ No sab sabes es que que pudiste pudiste habert ha berte e matado matado haciendo eso? ¡Podrías haberte caído y hasta cortado los pies con las ruedas del tren! Sí, ahora lo sé, mamá. ¡Y nunca más lo haré! E s toy cont con tenta de de escuchar escuchar esto, esto, querido. querido. No N o quisiera quisiera perpe rder a mi hijo de esa manera. Y cuando prometes algo, yo sé que cumplirás esa promesa. Mamá Doss era sabia, y sabía que demostrar confianza a su hijo lo ayudaría, más que las reprensiones, a cumplir con lo que debía hacer. Años más tarde, en la cubierta del barco, Desmond no pudo menos menos que rec re cordar rda r esa esa experiencia; experiencia; y al al pensar pens ar en ella ella,, se dio cuenta de nuevo de que Dios había protegido a ese “muchacho tonto” otra vez; ¡tenía mucho por lo cual agradecer! O tro pensami pensa miento ento cruzó por su ment mente, e, como lo hac hacía ía siemsie mpre que recordaba esa experiencia. ¿Qué habría sucedido, si P resión resió n o B everly everly se hubieran hubieran caído caído del del tren y hubiesen hubiesen muermue rto, o hubieran perdido un pie o una pierna? ¡Habría sido culpa un de Desmond! I lo podía mono', qm da r." m ■.! i d' • por por la uto era era dar dar un buen buen ejemp ejemplo lo,, I )i ■ Ir i¡ ■ o• I mD i dejarlo tal impresión en su mente, qun desde el momee'') en que sucedi ucedió ó lo ayudó a proc pro curar ura r dar siempre s iempre un bueri bueri ejempli > . M ientras ien tras pensaba pensaba en estas estas cosa cosas, s, se se pregunt iba < lánta lánta de esas expe experie rienc ncia ias s tenían tenían que ver ver con con las dec dec ¡ iones qu qu<•habla tomado mientras crecía, y especialmente en el momento de entrar en el Ejército. Cosas como el cuadro de los Diez Man
DESM SMOTOD ODOSS » OBJETORDECONCIE IENCIA IA manera de enseñarle aquello que lo haría desarrollarse en un joven joven bon bonda dado doso, so, refl reflexi exivo vo y servicial servicial;; un joven que estaría estaría de parte de lo correcto sin importar las consecuencias, y que recordaría la importancia de dar un buen ejemplo.
Como las noches anteriores, no había mucho para hacer a bordo del enorme transporte de tropas, que llevaba a los soldados a su destino. Pero, como era de noche, Desmond se sintió cansado y se encaminó a su litera.
CAPÍ TUL TUL O 3 *
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na de esas noches después de salir de Hawaii, Desmond se enco nc ontró otra o tra vez vez en su "rinc "rincón ón” ” sobre la cubie cu bierta rta del barco. Había estado recordando algunas situaciones casi trágicas en su vida juvenil; y ahora sus pensamientos tomaron un rumbo ligeramente diferente. i t i g 'f a ' k i t
Mamá Doss era una operaría fiel y trabajadora, y sus jefes en la fábrica de zapatos apreciaban su trabajo. Ella también era fiel en devolver al Señor lo que le pertenecía. Más de una vez, había oído que decía: "Yo nunca robaría un banco, y nunca robaré a Dios", refiriéndose a devolver el diezmo de sus ingresos: el diez por ciento que Dios dice que le pertenece a él. Sin embargo, Dios también promete una bendición especial para los que son fieles en devolverle el diezmo. Dios no pide a las personas que entreguen el diezmo para complicarles la vida; esto da a Dios la oportunidad de bendecirlos. La gente que devuelve el diezmo ha encontrado que nueve décimos llegan más lejos que diez; y Desmond recordó un par de ocasiones en que Dios los bendijo como la madre decía que lo haría. Después de vivir en diversas casas en Lynchburg, la familia Doss tuvo la oportunidad de comprar al señor Vandegrlft,
D E S M O N O D O S S » O B J E T O R D E C O N C IEI E N C IAI A un amigo adventista del séptimo día, una casita en la Avenida Easley. El señor Vandergrift y su esposa habían tenido varios hijos, y necesitaban una casa más grande. Así que, los Doss entregaron un pequeño anticipo e hicieron arreglos para rea lizar pagos mensuales por la casa. Los pagos mensuales no son muy grandes dijo un día la señora Doss a su esposo, pero con tu trabajo irregular, y como yo no trabajo tiempo completo en la fábrica, no veo cómo podremos pagar la cuota este mes. R ealment ealmente e espero espero que que el el señor V a nde nd e rgrift no no nos pres p resioione demasiado. Pero él también tiene una familia y necesita del dinero dinero con c onttes tó el señor Doss. Doss. P uedes estar estar segur seguro o de de que que yo oraré por est es to a a firmó firm ó ella ella.. N o sé si servi servirá rá de algo algo replicó replicó él, él, un un ta ta nto seca s ecament mente, e, pero hazlo. No hará daño. La señora Doss recordaba que Dios había prometido dar una bendición especial a quienes fueran fieles en devolver el diezmo, de modo que, cuando oraba, pedía a Dios esa bendición especial que ellos necesitaban en ese momento. Un par de días más tarde, alguien llamó a la puerta. Desmond fue a atend atender, er, y allí allí es estaba el el señor s eñor Va V andergrift. nde rgrift. Des De smond sabía sabía acerca acerca del problema de los los pagos pagos mens mensuales, así que se pregu pre gunntó qué qué querría querría el el hombre, hombre, porque era temp tempra rano no para para que les les co cobrara, pero lo invitó a pasar. Mamá, está el señor Vandergrift avisó a su madre, que estaba en la cocina. ¡Hola, ¡H ola, señor V andergri ande rgrift ft!! P or favor, favor, tome asient as iento o s s a ludó lud ó mamá Doss, entrando en la sala. Gracias, señora Doss. Vine para hablarle del pago de las cuotas de la casa. La señora Doss se preguntaba qué diría acerca del pago del dinero, que vencía dos días después. Yo sé que ustedes están pasando por momentos difíciles imament imament les les está está cost cos t do much ni
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mitad de la cuota por unos pocos meses, hasta que las cosas mejoren para ustedes sugirió. S eñor ño r Van Vande dergrift, rgrift, esa esa sería sería una una respues respuestta a mis oraciones. He estado preocupada, y estuve orando sobre el tema a d m itió mamá amá Dos D oss s P uedo uedo darle la la mitad mitad ahora ahora mismo. ismo. Y as así, ella ella hizo hizo precisam ecisamen entte eso. so. C uand uando o el señor señor V andergri andergrift ft se fue, dejó tras de sí a una familia muy feliz; además de dejar una impresión muy profunda en la mente del joven Desmond. Poco después, las cosas empezaron a mejorar, y pronto pudieron volver a entregar las cuotas completas. Incluso pudieron pagar un pequeño monto adicional, y el último pago fue hecho un mes antes del plazo fijado. La mamá siempre decía que era porque ella le daba siempre primero a Dios lo que le correspondía: el diezmo. Oh, sí, esa bendición especial de Dios la vieron en más de una una ocasión. La verdulería verdulerí a G reen vendía vendía a crédito cré dito a sus clienclie ntes, a menos que se atrasaran mucho en los pagos; en ese caso, el señor Green tenía que cortarles el crédito. Una noche, recordó Desmond, la mamá y los tres hermanos fuero fue ron n hasta hasta la verdulería verdulerí a para para comprar comprar algun algunas as cosas cosas y entreentregar algún dinero dine ro para para su cuen cuentta. Cuando C uando pusieron pus ieron las cosas cosas sobre el mostrador, el el señor s eñor Green G reen les les pregu preguntó ntó amablem amablement ente: e: S eñora eñora Doss, he notado que que últimamen últimamentte no han han comprado tantas tantas frutas frutas y verduras. verduras. ¿ Tienen Tienen algún algún problem problema? a? Bueno, señor Green, hemos estado yendo al supermercado a comprar algunas cositas allí. Son un poco más baratas, y pensamos que nos dejaría algo más de dinero para pagar nuestra cuenta de frutas y verduras en su negocio. Yo sé que la cuenta es bastante alta respondió ella, algo tímidamente Aprecio mucho que no nos haya cortado el crédito. S eñora eñora Doss, su crédito crédito aquí aquí es es bueno, bueno, mientras mientras este negocio negocio se mant mantenga enga abierto abierto re replic plicó ó él. Desmond sabía que aun algunos de sus parientes tenían que pagar al contado todas sus compras, de modo que se dio cuenta de que esta era otra bendición. P or supuest supues to, est es to hizo que la la señora Doss Dos s est es tuviera muy muy
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za que que el el señor Green G reen manifest manifes tó te te n e r en ell ella. a. O tra vez, mamá amá Doss supo que Dios les había dado esa bendición especial porque ella había sido fiel en la devolución del diezmo.
***** Una vez más, los pensamientos de Desmond se orientaron hacia otros recuerdos. ¿Corno podría olvidar la noche en que su padre se emborrachó? rrachó? La familia familia Doss Doss había ido a visita vis itarr a la tía M a ttie ttie,, una herm hermana de papá apá Doss, y su esposo, el el tí tí o A rturo rtur o . M ientra ie ntras s los los niños niños jugab jugaban an y la las mujeres mujeres conversaban, conversa ban, el papá y el tío A rtu ro comenzaron a ingerir bebidas alcohólicas, de unas botellas que tenía el tío Arturo. Ahora bien, mamá Doss había establecido una regla para su esposo en cuanto a la bebida. Tho T hom mas había habí a dicho ella, tú tú me recibist recibis te de un hogar dondo nde nadie bebía, y a mí no me gusta que estés bebiendo. Tengo que criar a tres hijos, y no quiero que andes bebiendo o traigas bebidas a la casa. O dejas de beber o puedes irte de casa. Como el señor Doss sabía que su esposa hablaba en serio, y siendo que él amaba a ella y a su familia, decidió dejar de beber. Y le est estab aba a yendo yendo bastant bastante e bien ien. Sin embar embargo, go, cuando esa tarde se reunieron reunieron con el el tí tí o A rturo, rturo , él se olvidó de su decisión de no beber más. No pasó mucho tiempo antes de que ambos estuvieran estuvieran bast bas tante ante ebrios y comenzaran a discutir. dis cutir. ¿Quién se acuerda acerca de qué pelearon? Más tarde, ni lo podían recordar. La familia observaba lo que ocurría. Para sorpresa de la mamá, papá Doss sacó una pistola y le apuntó al tío Arturo. iThomas, iT homas, detente! detente! le le gritó ella ella.. N inguno inguno de de ell ellos os est es taba tan tan ebrio e brio como para para no darse dars e cuenc uen-
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lo que ella decía era cierto, así que, finalmente le entregó el arma. arma. Ella se salió salió de en medio de los los dos hombres hombres y fue a darda rle el arma a Desmond.
orriendo ndo,, Desm Desmond, y escond esconde e el el arm arma. ¡No me imporVe corrie ta dónde! Desmond se fue corriendo a su casa. Al entrar, se preguntaba cuál sería un buen lugar para esconder el arma, de modo que el padre no pudiera encontrarla. ¡Oh, claro! claro! En la canasta canasta donde mam mamá águarda sus sus hilos para tejer con ganchillo. Dio ganchillo. Dio vuelta la canasta sobre la mesa, puso la pistola adentro, y volvió a poner los hilos y los trabajos que estaban en proceso. (Más tarde, Desmond dijo a la madre dónde había guardado el arma. Allí quedó por algún tiempo, hasta que ella la escondió en el cajón de más abajo de una cajonera que rara vez usaban.) Después Después de esco es conder nder el el ama, ama, Desm Des mond volvió corriend co rriendo o a la casa del tío, tío, a tiempo tiemp o para para ver que est es taban llevando al papá papá en la “Negra María", como llamaban al vehículo que usaba la policía para trasladar, entre otros, a los borrachos. El papá tuvo que queda quedars rse e en la cárcel por un día, día, hasta hasta que se se recuperó recupe ró de la ebriedad. ebriedad. Al final, reco re conoc noció ió totalmente totalmen te que su esposa esposa tenía tenía razón al decirle que no bebiera más. Esta experiencia hizo que Desmond grabara profundamente en su mente y corazón la decisión de nunca consumir bebidas alcohólicas. Había visto que esos hábitos hacían que la gente hiciera cosas terrib terribles les.. Adem Además, ás, se propuso no fum fumar, pues pues dos de sus tíos que fumaban mucho habían muerto por problemas en los pulmones. En ningún momento lamentó Desmond la decisión que tomó ese día, de nunca beber alcohol ni fumar.
***** Una vez más, un Desmond cansado buscó la tranquilidad de su cabina; después de arrodillarse frente a su litera y orar sin interrupc interru pcio ione nes s y con tranquilid tranquilidad, ad, se acostó. acostó. P or un un mom moment ento, o, antes de dormirse, recordó el tiempo en que sus camaradas le tiraban zapatos y botas mientras oraba; sin embaí go, ahora ya
CAPÍTULO A
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espués de un tiempo, el pequeño rincón de la cubierta del tras tras port po rte e de tropas tropas hac acía ía que D es esmond mond se sintiese sintiese casi como en casa. Era un lugar donde podía alejarse del trajín rají n de los los muchos muchos soldados s oldados que est es taban aba n a bordo bo rdo y poder pensar un poco.
El sol todavía no había terminado de ponerse, cuando Desmond se acom acomodó en su camastr camastro o esa tar tarde. de. Sacó de su bols bolsilillo lo la pequeña Biblia que Dorothy le había regalado poco después de haberse casado. Primero, leyó el versículo bíblico que ella había copiado en la página delantera: "No os ha sobrevenido ningun ninguna a tenta tentación ción que no sea sea humana; humana; pero pero fiel fiel es Dios Dios,, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que pod podáis soport oportar" ar" (1 (1 Cor Cor.. 10:13). 10:13). Ley Leyó ó tambié también n otro otross pasaj asajes es que le daban ánimo y eran una ayuda. Luego, hizo una breve oración: por sus padres, por su esposa y por sí mismo. Sentía que necesitaba orar, y él sabía que necesitaba la oración.
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est es tudiando. Sin embargo, el tra tra bajo bajo escaseaba escaseaba durante la la Depresión y él sabía que pedir pe dir el sábado s ábado libre haría haría que le fuese fuese más difícil conseguir un trabajo. "Si me hago adventista, me moriré de hambre", era su excusa Así, durante dura nte años se mantuv ma ntuvo o fuera fue ra de la ig iglesia. Tambi ambién én seg seguía fumando, práctica que no les es permitida a los miembros de la Iglesia Adventista. Después de la noche en que él y su cuñado se tren trenz z aran aran en una pelea, pelea, decidido dec idido que que no beberí beberí a más más.. Algún tiempo más tarde, mamá y papá Doss estaban conversa versando ndo acerca acerca de unas reuniones reun iones que se reali realizaban zaban en en Bue B ue-na V ista, ista, a unos trein tre inta ta kilóme kiló mettros de Lynchbu Lynchburrg. R ealment ea lmente e me gustaría gustaría ir d ijo B ertha ertha ¿ P odr odríamos íamos ir por lo menos la noche del viernes? Oí decir que el pastor Lester C oon es un buen orador. M e suena suena bien bien.. Vayamos Vayamos co ncordó nc ordó Thom Thomas. Audrey. Desmond y Harold estaban encantados. No salían muy a menu menudo do de L ynchburg, ynch burg, de modo que era una una especie de fiesta fiesta para para ellos. L legó el viernes de tarde, tarde, y todo todos s se s ubieron ubieron al auto de la familia para ir a Buena Vista. Pensar en ese automóvil le recordó a Desmond la ocasión cuando J ack, ack, su mascota as cota bulldog, bulldog, embist embis tió desde desde adent ade ntro ro con su cabeza contra la ventanilla plástica del auto. Si un perro pudiera pudiera pensar, pensar, tal vez vez J ack razonaría: razonaría: Ahora, esto está mejor. Ten Tengo un poco po co de a ire y, y, además, además, puedo ver mejor mejor..
P ero ero est esta vez, J ack no los acompañ acompañó; ó; despu después de viajar viajar por un buen tiempo, la familia llegó al lugar de las reuniones, en Buena Vist Vis ta. En E n aquello aquellos s días, muchas muchas reuniones evangelizador evangelizadoras as se llellevaban a cabo en e n carpas c arpas grandes, grandes, con el suel s uelo o cubierto cubierto de aserrín; aserrín; sin embargo, esta vez, las reuniones se realizaron en la Iglesia Adventista de Buena Vista. Los niños corrieron hacia adelante, para sentarse en el primer banco, y también fueron hacia adelante lante papá y mamá mamá Doss, Doss , porque po rque no quería querían n perderlos de vist vista. a. P ront ron to comenz come nzó ó la reunión. reunión . La congregaci congregación ón canto canto algu alguno nos s himnos himnos,, hubo música mús ica especial, y el asociado del pas or oon
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dijo . E sper speramos amos que estén haciendo haciendo planes planes de de as a s ist is tir mañana a la mañana mañana.. , . Buen Bueno, o, lo lo dudo... o... replic re plicó ó el señor se ñor D os s U s ted sabe, sabe, aunque justo mañana no trabajo, vivimos en Lynchburg, y eso es aúna buena distancia desde aquí. P ero, eso se arregl arregla a muy fácilment fácilmente. e. La señora señora C oon oo n y yo estaríamos muy muy cont contentos deque deque pasaran pasaran la noche en nues nuestra casa casa.. Ellos podían ver que hablaba en serio, pero no querían ser una molestia. E sa sería una incomodidad incomodidad muy grande para para ust us tedes. edes . M e jor jo r no nos qued quedam amos os res re s pondió po ndió la señora señora Doss. N o sería sería ningu ninguna na molest molestia, ia, y est es taríamos muy c ont on tent en tos de tenerlos en casa la señora Coon, que se había acercado a donde estaban parad parados, os, añadió añadió su invitació invitac ión n a la de su s u esposo. esposo. Así que, la familia Doss fue a la casa con los Coon. Para cuando llegaron, se estaba haciendo tarde y los niños estaban cansados. Pero, hubo algo que Desmond siempre recordaría. La casa de los Coon tenía una ventana con un vidrio grande, que sobresalía un poco de la pared, y un vidrio más pequeño a cada lad lado, que que formaban formaban un ángulo ángulo con la pared pared.. P roporc rop orciona ionaba ba un espacio delante la ventana, que había sido llenado con un sillón apropi apropiado. ado. Allí, la señora Coon C oon preparó prepa ró la cama cama para Des Desmond. Al acom acomodarse odarse para para dormir, giró giró la cabeza hacia la ventana ven tana y vio algo que nunca olvidó: a través de las tres ventanas podía ver las las estrellas estrellas que brillaban sobre él. él. A la mañana siguiente se levantaron, comieron un buen desayuno y volvieron a la iglesia para la Escuela Sabática y el culto de adoración. Después del almuerzo, papá Doss pensó que ya era hora de irse a casa. Sin embargo, mamá Doss y los tres niños querían quedarse. Realmente gozaban con la conversación del pastor C oori. oori. Así que, que, el el papá apá cedió, y se quedaro qued aron. n. Ll pastor Coon era una persona interesante, llena de chispa
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Si la gente gente había comid comido o demas demasiado, iado, hací hacía a calor calor en el el salón salón y a la gente le daba sueño, él golpeaba el pulpito con un fuerte puñetazo mientras mientras predicaba, y preguntaba: preguntaba: "¿ Verdad Verdad que es es así, así, hermahermanos?” ¡Cualq ¡C ualquiera uiera que estuv estuviera iera dormido dormido se despert despertaba aba de golpe! golpe! Después de la reunión de la tarde, el señor Doss pensó que realmen rea lmente te era hora de volver a Lyn L ynchbu chburg rg,, Después de todo, a la puesta del sol el sábado habría pasado, y ellos siempre iban al centro del pueblo el sábado de noche y compraban las provisiones para la semana siguiente. ¿ T endrán en Lynchburg algun alguna a cosa que no no se pueda pueda conseconseguir aquí, aquí, en Buen B uena a Vista? Vista? pre pregu guntó ntó el pastor C oon. Los Doss tuvieron que concordar en que podían obtener lo que necesitaban en Buena Vista. De modo que otra vez decidieron quedarse. Después de ir al almacén y comprar las provisiones, todavía volvieron a la iglesia a tiempo para la reunión de la noche. El tema del pastor Coon esa noche era la marca de la bestia del libro libro del Apocalipsis Apocalipsis,, en la la Biblia. Biblia. Explicó E xplicó que ninguno tiene tiene la marca de la bestia ahora mismo, pero que cuando las leyes dominicales se promulguen promulguen antes antes de la segunda segunda venida venida de J esús y la gente se convenza de que deben elegir entre guardar el sábado est establecido ablec ido por Dios o el el domingo domingo establecido establecido por por los hombr hombres, es, los que elijan el domingo recibirían la marca de la bestia. Entonces, el pastor Coon recordó a los presentes que era peligroso postergar la decisión de hacer lo que Dios pide de nosotros tros.. Su Su colorida colo rida observación obs ervación fue: fue: "Cualqu "Cualquiera iera que que sabe lo lo que que es es correc rrecto y no lo hac hace, e, tiene tiene una una columna columna vertebral vertebral de fide fid e o . Thom T homas as Doss no no había abía pen pensado sado en ello ello de esa maner anera a ant antes, y le dio algo en qué meditar en el camino de vuelta a casa esa noche. ¿Sabes?, siento realmente que debería guardar el sábado, y realmente quisiera hacerlo, pero si lo hago, mor iríamos de hambre. Es difícil conseguir un trabajo si no trabajas los sábados le dijo a Bert B ertha, ha, más más tarde. tarde. La respues respuestta de ella ella fue: fue: Bueno, podremos morir de hambre todos juntos ella ha-
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Thomas Thomas estuvo estuvo muy co c o ntento con la a c titud itud de su espoes posa. Poco después de las reuniones de Buena Vista, el pastor Clinton Coon, presidente de la Asociación de Virginia, y el hermano Lester Coon fueron a Lynchburg para realizar una serie de reuniones evangelizadoras. Thomas y Bertha Doss, y sus hijos, asistieron fielmente; y más y más, Thomas deseaba llegar a ser un miembro de la Iglesia Adventista. Sin embargo, argo, antes antes de eso, eso, tenía ení a que pelear pelear una bat ba talla con co n el señ s eñor or Nicotina. Cuando mamá Doss realizaba el culto con sus tres hijos cad cada tarde, tarde, cad cada a uno uno incluía incluía en su oración; oración; "Q uerido ue rido J esús, esús, por favor, favor, ayuda ayuda a papá apá a deja dejarr de fuma fumar” r”. A quel que l po r quie qu ien n ora o ra-ban generalment generalmente e estaba en en el el comedor, sen s enttado ado en su su mecemecedora y leyendo el diario, sosteniéndolo frente a su rostro. Sin embargo, escuchaba las oraciones. Una noche, justo después del culto con las oraciones usuales les por el el pap papá y su hábit hábito de fumar, fumar, mamá mamá Doss os s pre pre guntó suas uavemente: ¿ N otaron que pap papá á no ha ha est es tado fumando últimame últimamente? nte? ¿E ¿ E n serio serio?? Sí, S í, hace hace ya como tres semanas semanas que que no fuma ningún ningún ciga cigarrillo. rrillo. Mamá, M amá, eso eso es mar marav avililloso. loso. No lo habíamos abíamos no n o ta d o dijeron dijero n los niños. Y enton entonces ces se fueron fueron corriendo donde estaba estaba el pap papá y le dijeron cuán contentos estaban porque ya no fumaba. El papá no dijo mucho, pero se alegró de que lo hubieran notado. Al fin final al de de la serie erie de de reuniones, reuniones, el el past pas tor C linton linto n C oon oo n bautizó a papá Doss. Enseguid nseguida a después cié cié que el el pap papá se bautizara, bautizara, co c omenz menzó otra otra vez a uscar trabajo. Él era carpintero, carpintero, y podía cons co nse eguir guir traba trab a jos jos de tiem iempo parci arcial al de vez en cuan cuand do, pero pero nad nada a perm permanen anentte. O tra vez vez fue a ver a J ohn Hancock, Hancock, un cont on tratist ratis ta de cons co nsttruc
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habían habí an pens pensado ado.. H acia el final de la la tarde, J ohn fue a ver cómo iba y notó que todavía no estaba listo. Thomas, estás haciendo un buen trabajo, pero veo que no podrás termina term inarlo rlo hoy. oy. Ven mañ mañan ana a sugirió s ugirió J ohn ohn. L o lamento, J ohn, pero mañana añana es mi mi sábad sábado. o. Bueno, Bueno, el el sábasábado de Dios; y no puedo trabajar en ese día respondió Thomas. B ueno ue no,, entonces entonces ven mañ mañana ana par para a buscar buscar tu dinero fu fue e la siguie guiente nte sugerencia s ugerencia de J ohn, ohn, que no pare parecía cía estar muy muy contento. contento. L o lament lamen to, tampoco tampoc o puedo puedo hacer hacer es eso. o. P Per ero o vendré el lunes por mi pago. E s tá bien bien,, Thom Thomas. Y con eso, eso, el el señor s eñor Doss se fue a ca casa sa par para a pasar pasar el viern viernes es de noche y el sábado con su familia, ir a la Escuela Sabática y al culto. El señor Doss fue el lunes de mañana para buscar su pago, se ac acerc ercó ó a J ohn, y este le dijo: A que qu e l trabajo traba jo todavía todavía no e est stá á term terminado. inado. ¿Quie ¿ Quiere ress hacerlo ahora? ¡ Por P or supuesto! supuesto! E star staré é contento contento de de terminarlo respond res pondió ió Thom T homas. as. Se fue a buscar las herramientas que necesitaría y pronto estaba concentrado en la tarea. C uando estaba estaba terminando terminando el trabaj trabajo, o, J ohn Hancock se se acercó a Thomas y le dijo: Tom, T om, ten tengo go o tro trabajo traba jo que puede puedess hace hacer, r, si estás estás interes interesado. ado. Por supuesto que Thomas estaba interesado, y se dedicó a esa nueva tarea el resto del día. De allí en adelante. Thomas siempre tenía trabajos para hacer. Él sabía que esto era así porque, con la ayuda de Dios, era fiel en su desempeño y en lo que él sabía que era lo correcto. Ahora que, además de mamá Doss. el papá también tema mucho mucho trabajo, traba jo, las las cosas cosas comenzaron comenzaron a mejoi ar en lo financie financie-ro para la familia.
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seguir un trabajo. Lo encontró en la Compañía Maderera Lynchburg, donde le pagaban ocho centavos por hora. Era un trabajo duro: en el aserradero, había una hornalla donde se mantenía encendido el fuego para producir el vapor que hacía funcionar las maquinarias: Desmond ayudaba a descargar vagones de madera, recogía los trozos de madera y viruta cerca de la hornalla, y descargaba bolsas de 45 y 90 kilos de fertilizante. Para un adolescente que solo pesaba 57 kilos, eran tareas pes pesad adas. as. Además, Además, trabajaba cincu cin cuen entta horas p o r seman semana. a. Cuando llegaba a la casa de noche, estaba tan cansado que apen apenas as podía podía cenar cenar.. Luego se se sent ntaba aba en el sillón, sillón, y se dormí dormía a al instant instante. e. Mam amá á Doss lo despert des pertaba aba,, para que se fuera fue ra a la la cama. cama. Más tarde le aumentaron la paga a diez centavos por hora. Tod To das las sem seman anas as devolv devolvía ía su diezmo, diezmo, s iguiendo el buen buen ejemplo ejemplo de su madr madre, e, y ponía ponía cincuenta cinc uenta centavos c entavos ap a rte como ahorro, como ella le sugería. Luego, le daba a su madre tres dólares para ayudarla a pagar la cuenta de las provisiones. Eso :e dejaba un dólar para ropa y cualquier otra cosa que necesitara o deseara deseara,, i odav odavía recordaba recordaba cuán moles mole s to se puso puso cuancua ndo la maderera comenzó a quitarle qu itarle de su pag paga a cinc c inco o centavos por día para el Seguro Social. A r?lamá Doss le gustaba ayudar a sus hijos, y encontró una manera de animar a Desmond. Él necesitaba ropa para rem p^ aza ateu ateunas nas muy gastadas gastadas,, y ell ella a lo ac acompañó mpa ñó a compra mp rarr pr ” das C uando venía venía algún familia familiar, r, la mamá seña T T T ”' aP=C0S Y el pantalón pantalón nuev nuevos os de D es esmond. mond. y decía " T j T . ” p ■~ =33 comprando comprando su propia ropa ahora, con su senh’a complacido. Mamá M amá Dos D osss nunca 0 J se senh’ ~ 3 c a/udaba a co comprar mprar la la ropa con c on el dinero dine ro @3n 3 D3.
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hombre que él sabía que era un alcohólico. Recordó lo que su madre le había dicho acerca de los que beben: "Cuidado con las personas que beben. No se puede confiar en ellas". E ste alco alc o hólico hó lico lo vio y se acercó donde él estab estaba. a. A migo, migo , ¿ tie ienes nes un fósforo? fósforo? Necesito Necesito uno uno le le dijo. ijo. L o lament lamento, o, pero no fumo fumo res respondió pondió Desmon Desmond. d. Y o sé que no fumas fumas le dijo el el hombre ho mbre ¿A dónde vas? Entonces, Desmond le contó que iba a la casa de su tía para hacerle un trabajo. El hombre sorprendió a Desmond, al decirle: Y o sé dónd dó nde e vive ell ella. a. También También sé dónde vives vives tú, tú, y que que eres eres un muchacho del séptimo día y dónde vas a la iglesia, y dónde trabajas, y sé que no peleas. El hombre parecía saber más acerca de Desmond de lo que él sabía de sí mismo. Le hizo pensar en que si este hombre, un alcohólico a quien nunca había visto sobrio, lo observaba y sabía cuáles eran sus hábitos, entonces, ¿cuántos otros lo estarían observando, aún más de cerca? Realmente, necesitaba ser cuidadoso con su ejemplo como cristiano adventista del séptimo día, a fin de no ser un tropiezo para otros.
El enorme barco que transportaba tropas había salido de Hawaii bastantes días antes. Realmente, pronto deberíamos llegar ga r a algún lug lugar, ar, pensó pensó Desmond es mond Él no sabía sabía si es esttaría con c ontentento de bajar del barco o si prefería seguir en él. ¿Cómo serían ios comb co mbat ates es?? Al orar esa noche, pidió a Dios que lo acompañara y lo mantuviera a salvo al ir a la batalla. “Y acompaña a mi familia y a D o ro rothy thy””, concluyó. conc luyó.
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abían abían pasado varios días des desde de que zarpara za rparan n de Hawai H awaií. í. Desmond sabía que habían estado navegando bastante en zigzag, como medida de precaución. También, que estaban con los ojos abiertos por si veían barcos, submarinos o aviones japoneses. Una vez, cuando Desmond estaba bajo cubiert cub ierta a en su lit litera, era, oyó un sonido como como de algo que se rasgaba debajo del barco y, alarmado, se preguntó qué sería. Subió a cubierta para averiguarlo. ¿ Viste Viste eso? so? le preguntaron preguntaron lo los otros solda s oldados dos U n to rpe do ven venía ía direc d irectto hacia acia el el barco ba rco y, y, entonces entonces,, de repe re pente nte cambió de dirección y pasó debajo del barco. Desmond sintió que los ángeles habían guiado el torpedo alejándolo del barco; aunque había pasado suficientemente cerca como para raspar el fondo. Aliviado, elevó una oración de gratitud a Dios. Esa noche, sobre la cubierta, se sentó sobre su cajón. El clima era agradable allá afuera,en el Pacífico, y él gozaba con sus
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tos machos machos del veci ve cind ndario ario a menudo menudo se acercaba acercaban n par para a sociasocializar con las gatas de ella, y el resultando era crías mestizas. El señor Doss quería matar a los gatos machos del vecindario desde su ventana siempre que podía. La abuela temía que él también matara a uno de los gatos de ella; sin embargo, estos parecían tener un sexto sentido del peligro: cuando se abría de repente la ventana, corrían para meterse debajo de la casa. Desmond dijo la abuela un día, quiero deshacerme de siete gatitos mestizos. ¿Quisieras tú atraparlos y llevarlos al arroyo, para ahogarlos allí? Te pagaré un centavo por cada uno. Y así así fue que que Desmond Desmond lle llev vó al ar arrroyo oyo lo los gati gatitos en una bolbolsa y los tiró al agua. Cuando vio a los gatitos desesperados en el agua trató de rescatarlos, pero no pudo, y al final se ahogaron. Él no podía recordar si había recibido los siete centavos, pero entonces decidió que nunca ahogaría a otro gato, no importa cuánto dinero le ofrecieran. La abuela y los animales también tuvieron algo que ver con que Desmond fuese vegetariano. Ella criaba pollos y, de vez en cuando, iba al gallinero, atrapaba un pollo, le retorcía el pescuezo, lo limpiaba y lo cocinaba para la cena. A Desmond también le gustaba comer pollo. Pero, un día... Desmond, ¿podrías matar un pollo para lacena de hoy. le pidió la abuela. ¿Yo, abuela? Oh, no, yo no quiero matar un pe.lo Des mond sintió que temblaba un poco al decido. Bueno, te gusta comerlos, ¿verdad? Si puedes comeros, puedes matarlosrespondió la abuela. Él pensó en un pobre pollo saltando por allí sin su cabeza, solo para que él gozara comiéndolo. A buela bu ela,, no voy voy a comer má más pollos pollos anuncio. anuncio. V fl IP Algún tiempo más tarde, Desmond conocio a un jo joven que
trabajaba en el matadero Kennedy, en Lynchburg.
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Desmond llegó a la hora convenida. Más tarde, dijo que se nuedó nuedó absolut absolutament amente e impact impactado ado con lo que vio. vio. U na c ant an tidad de vacas eran piel y huesos, y parecían enfermas. Una hasta tenía una pata quebrada, sin embargo, la empujaron con las otras y la mataron. Los cerdos eran tratados aún peor. Se sentía mal por los animales. C o rta rta n la carne carne separánd separándola ola de de los huesos, aun cuand c uando o estén enfermas. Si tienen alguna herida, recortan la herida. Lueg Luego, muelen muelen toda esa carne carne y hacen hamburgu hamb urgues es as con co n ella e lla explicó Leroy. A Desm Des mond le gustaban gustaban las las hamburgues hamburguesas as.. P ensó en cómo có mo su madre las las preparaba, y luego las las cubrí cub ría a con co n sal s alsa... sa... P ero, ero, después de la visita al matadero perdió el apetito por las hamburgu burguesas. esas. E ligió ligió ser se r vegetariano.
Otra noche, en su rincón en la cubierta del barco, Desmond recordó una ocasión más en la que sintió cómo Dios lo había protegido. ¡M i pelota! pelota! ¡Tío ¡Tí o Desm Des mond, ond, mi mi pelota! ¿ La ves? P or favor, favor, tráemela ráemela R onnie, onn ie, de cinco años, años, miraba miraba a nhe nh e lant lan te a su tío tío.. Ronnie y su familia habían ¡do a pasear a la orilla del Océano A tlántico, lántico, y R onnie onnie estaba estaba jugando juga ndo con su pelo p elotta nueva, nueva, roja, roja, amarilla y azul, cerca de la orilla. De algún modo, se le había escapado escapado y estaba estaba yéndos yéndose e mar aden ad enttro. Desmond, que con sus 18 años ya era tío, no sabía nadar muy bien, sin embargo, se las arreglaba; y como la pelota no estaba muy lejos de la orilla, se metió al mar y comenzó a nadar haci hacia a la la gran gran pelota pelota de play playa. a. N adaba ve v e loz lo z me nte pero, pero , de alguna manera, la pelota siempre estaba más adelante que él. No estaba estaba haciendo haciendo mucho mucho progres pro gres o para para alcanz a lcanzarl arla. a.
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cuenta de que nadar de regreso contra la marea sería imposible. Además, ya estaba bastante cansado. Su única esperanza era alcanzar la pelota y usarla como una especie de salvavidas, para mant man teners en ers e a flote. flo te. P ero ¡no ¡no lograb lograba a alcanzarla! alcanzarla! Desmond estaba acostumbrado a orar acerca de las cosas, pero nunca había estado frente a esta clase de problemas antes. "¡Señor, ayúdame!", rogó. V o lvió a mirar mira r a su alrededor, alrede dor, y allí allí est es taba la pelota, pelota, todavía todavía flota flo tan n d o un poco poc o más más adelante adelante que que él. él. Luego Luego,, notó no tó algo algo que no no había visto antes: un bote. Era un pequeño bote pesquero con motor. Dos hombres parecían estar recogiendo sus avíos de pesca, y preparándose para adentrarse más en el océano. Las olas no eran muy altas, pero eran lo suficientemente fuertes como para que Desmond a veces pudiera ver el bote y otras veces, no. S abía abía que los los pescadores no podrían verlo aun si si estuvieran mirando en su dirección. “Señor, ayúdalos para que me vean", oró esta vez. ¡S oco rro! rro! grit gritó . P ero con el mo tor en marcha, marcha, los los hombres hombres no lo lo oyeron ni le prestaron atención. Comenzaron a dirigirse mar adentro . P ero entonces entonc es parec pa recieron ieron ver ve r la la gran gran pelota pelota de de play playa; a; dirigiedirig ieron el bote hacia ella y la sacaron del agua. Entonces... ¡H ¡ H e y, allí allí tamb también ién hay un hombre! hombre! exclamó uno. uno. P ronto, el bot bo te estaba junto jun to a Desmond. Desmond. P e rmíteme rmí teme ayuda ayu dart rte e a s ubir al al bote. bote. Fu F ue muy muy bueno bueno que que te te viéramos. Sí que necesitabas ayuda. D esmon es mond d est es taba muy de acuerdo. Sabía Sabía que J esús esús los hab había ía ayudado a verlo. No hablaron mucho mientras se dirigían hacia la playa, pues el mo m o tor hacía hacía demasiado demas iado ruido. P ronto ronto est es tuvieron cei cei ca de la orilla. ¿ P uedes llegar desde aquí aquí hasta hasta la play laya? le le pregunto pregunto uno de los hombres. S í, est es tá bien. bien. ¡Y muchís muchísim imas as graci gracias! as! res re s pondió po ndió Desmond Desmond,, mientras mie ntras toma om a ba la pelot pelo ta y saltaba saltaba al agua agua poco poco profunda. profunda.
DESM ON O DOSS
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en el ag agua. ¿ Dónde Dónde estaban estaban esos dos ho m bre s que los ángeles habían habían enviado enviado en res pues ta a su o ración ? C uanto uanto má más pensab pensaba a D esmo nd en esa exp erienc ia, más se convencía convencía de que habían s ido ángeles. ángeles.
*★★★* Mirando al mar oscuro, Desmond pensaba que el tiempo que debían pasar viajando ya se estaba terminando. Aunque todavía no sabía sabía cuá cuáll era era el el des de s tino del barco, barc o, se se imaginab imagin aba a que pronto llegarían. Sus recuerdos también avanzaron en el tiempo y se concentró en sucesos más recientes. Después de trabajar en la Compañía Maderera Lynchburg durante un un año año,, trabajó trabajó par para la ciudad por po r un tiemp tiempo. o. R ecorec ordó cómo él y otros obreros, en un día muy frío, habían hecho un fuego, que al final no los ayudaba porque el frío era extremo. Antes ese día, el pico que usaba se le había escapado del costado de la zanja helada en la que trabajaban y había caído sobre su pie, que no le dolió, y ni siquiera sangró, del frío que hacía. Finalmente, el último lugar en el que había trabajado antes de ser reclutado por el ejército era los astilleros en Newport News, en Virginia. Aún antes de que se iniciara la Segunda Guerra Mundial, el astillero estaba remodelando, renovando y reconstruyendo barcos, para ser usados por los militares. Algunos de los navios habían sido transatlánticos de lujo, y Desrnond recordaba corno habían arrancado todo lo suntuoso, como las alfombras y los muebles de los camarotes, para dejar dejar pisos desnudos desnudos y cabinas cabinas vac vacías. ías. Las llena lle naron ron con c on litera literas s de lona lona para para los los hombres, hombres, luego de de lo cual quedab que daba a un espac es pacio io muy limitado para cada soldado. también pensó en los navios más famosos que había visto / P 'iM los los que que hab había ía desempeñado desempeñado larca la rcas s en el el as tillero. illero . I la -
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Cada tanto, Desmond veía el "USS Hornet", que había sido transformado en un portaaviones. Por ese tiempo, vivía con el pas pastor H arry Gray, Gray, y dos de sus sus hijos eran eran electricistas electricistas en el "Ho "H ornet'’ net'’. Desmon es mond d lo veí veía a cada dí día cuando cuando pasaba pasaba para para ir hasta dondonde estaba el "Indiana", que era el que le tocaba en ese momento. M e gust gus taría arí a ver ve r ese ese barco grande grande en en el que que estás estás trabaja trabajanndo le le dijo a J immy immy G ray un día. ía. C laro. la ro. Ven V en y te lo mos mosttraré raré le le respond respondió ió J imm immy. S in embargo, emba rgo, Desmond De smond pensaba pensaba que no no era apropiado que él ocupara tiempo de su trabajo para ver el otro barco, y al final fina l nunca fue. Más Más tarde, tarde, deseó haber ¡do ¡do a verlo. En ese momento nadie lo sabía, pero el "Hornet" sería el barco que trans tran s portarí po rtaría a a los aviones aviones que que bombardearon T okio okio en en 1943. Los bombarderos eran un grupo atrevido, comandado por J imm immy D oolit oo litttle. Más tarde, arde, D oolit oo litttle recibió ecibió la Medall Medalla a de H onor no r del C ongreso ongreso por su liderazgo liderazgo y heroísm heroísmo en en esa ocasión. C omo Doss y D o o little little est estaban muy muy cerca cerca en en el el orden alfabético fab ético,, Des D esmond mond a menudo almorzaba almorzaba con J imm immy Doolitt Do olittle, le, en ciert cie rtas as celebraciones milit ilitares. P ara ara cuando cuando partie partiero ron n de Hawaii, Hawaii, Desmond ya hab había estado en el ejé ejérc rcito ito por, por, aproximadamente, aproximadamente, dos años añosy y medio medio.. Era Era el verano de 1 9 4 4 ,y por por primera primera vez partic participarí iparía a en la lucha lucha en ultram ultramar. ar.
De aquí en adelante, este libro tratará sobre las experiencias de de Des D esmond mond Doss en el el E jército de de los los Est E stad ados os Unidos U nidos de Norteamérica.
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esm esmond, ¿t ¿ te gustaría ¡r a Nueva Y ork este es te fin de sesemana? ana? le le preguntó preguntó su amigo amigo R obert obe rt Taylor Taylor..
¿ P or qu qué? ¿Qué ¿ Qué pa pasa? sa? D D es mond mon d respondió a la pregunta de su amigo con otra pregunta. N o he visto vis to a mi familia por mucho tiempo, tiempo , y no no creo qu que mi automóvil viejo pueda hacer el viaje. Tú tienes un auto bastante mejor. Te pagaré el combustible y un poco más. ¿Qué te parece? M u y bien. bien. ¿C ¿ C uánd uándo o salim salimos? os? E l viernes; viernes; y volvemos volvemos el el domingo domingo res re s pond po ndió ió R obert obert.. En ese tiempo, el Gobierno de los Estados Unidos estaba reclutando jóvenes para servir por un año en las fuerzas armadas. adas. R obert obert era era uno de esos reclutas re clutas,, y le faltaba solo un un mes para concluir su servicio. Antes de poder salir, los muchachos tuvieron que terminar sus trabajos, de modo que partieron más bien tarde para el viaje de 480 kilómetros a Nueva York. En un lugar, era una carretera de solo dos vías, vías, y estaba tan tan oscuro os curo que Desmond no no podía ver el camino. M ira le dijo a R obert, obert, ¿ves ¿ves esa esa limusina limusina que va all allá á adeadelante? lante? Voy a seguirla. La limusina tenía buenas luces y marchaba a bastante velocidad, y Desmond logró mantenerse cerca de ella. Lo llamativo fue que el domingo, durante el viaje de regreso, notaron
que el el camino camin o pot donde donde habían ido detrás de la limusina era un angosto camino de montaña, con banquinas más angostas aún. Desmond agradeció profundamente a Dios por haberles permitido recorrer ese tramo sin deslizarse hacia los precipicios que había junto a este. Si hubiera ocurrido eso, seguramente ambos habrían muerto. Antes, mientras Desmond se preparaba para salir de la casa de los los Taylor Ta ylor y R obert ob ert acomodaba el el equipaje en el automóvil, automó vil, su amigo dijo: Muchísimas gracias por el hermoso tiempo que pasamos con ustedes, mamá y papá. Y por la rica comida añadió. Sí, ha sido muy bueno estar aquí. Muchas gracias agregó Desmond. P ronto, ronto, est es taban recorrien rec orriendo do el camino camino de de regreso, regreso, gozando de la calidez del automóvil en un frío día de diciembre, y escuchando radio. De repente, se interrumpió el programa de música y, por un segundo, todo quedó en silencio. Entonces... "Los japoneses bombardearon Pearl Harbor en Hawaii. ¡Norteamérica está en guerra! Cualquier miembro del personal militar que no está en su cuartel, debe presentarse de inmediato. inmediato. R epit epito. E stados stados U nidos está está en guerra guerra con J apón”. R obert obe rt y Desmond Des mond se miraron, miraron, con con incredulidad reflejada en sus rostros. El anuncio comenzó a penetrar en sus mentes. S os ospec pecho ho que es e s te es es el el fin fin de mis mis planes planes de pasar pasar solo so lo un mes más de servicio militar dijo Robert, un tanto conmocionado na do S eguramente estaré en en las las fuerzas armadas armadas to to do el tiempo que dure la guerra... Me pregunto cuánto tiempo será. ¿ Q uién lo sabe? sabe? P robablement robablemente, e, me me toque oqu e unirm un irme e cont co ntigo igo pronto respondió Desmond. Él no había sido reclutado porque tenía un número de sorteo muy alto, y además trabajaba en el astillero, que él consideraba que era una indu in duss tria esencial es encial par para a los planes planes militare militaress del Gobierno. M ientras los los dos jóvenes viajaban viajaban por po r la la ca carret rretera era es esa a tarde ard e del 7 de diciembre de 1941, sus pensamientos estaban en el futuro, futuro , y lo que este trae traería ría para para ellos. ellos. Tres T res veces, esa tarde, tarde , fuero fue ron n det de tenido en idoss poi la policía antes antes de llegar llegar a ca casa. sa. Siendo S iendo que R obert obe rt estaba estaba con el unifoim un ifoime e
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policía quería saber saber adond puesto la policía adonde e se dirigían los dos jóve nes Después Después de que que R obert les les explicara que habían habí an es tado ado en Nueva York Y ork y se dirigían dirigían a su cuai tel, los dejaban pasar. E ntretanto. ntretanto. Des D esm mond pensaba en el el día día en que qu e había había ido ido a la la oficina de reclutamiento para registrarse, como debían hacer todos los los varones varones a los los diecioc dieciocho ho años. años. El pas pa s tor W o o d, de su iglesia, fue con él. Esperaron en el pasillo, hasta que el oficial de reclutamiento los llamó. Había Había unos unos cuat cua tro o cinco oficiales oficiales en la oficina. oficina . D espué es pués s de registrar su nombre y el domicilio, estaban listos para darle una clasificación. Q uisiera registr registrarm arme e como como "N "N o comb co mbatien atientte” le s dijo Desmond. Hijo, no hay tal cosa en el ejército le respondió un oficial. S eñor Desmond De smond record reco rdó ó dirigi dirigirse rse al oficial como "señor" "seño r", , pertenez pertenezco co a la Iglesi Iglesia a A dvent dven tist is ta del S épt ép timo Día, y nos no s o tro tro s guardamos el sábado, por lo que no realizamos tareas regulares ese día. Sí podemos cuidar de los enfermos y los heridos los los sábad sábados, os, tal tal como lo hizo J esús. esús. ¿ Qué tiene tiene eso que que ver con ser "N "N o co c o mba mb a tiente” ie nte”? ? p re guntó otro o tro oficial oficial.. Bueno, creemos que debemos guardar todos los Diez M andamient andamientos os.. U no de de ellos ellos dice: dice: "N "N o matarás matará s ”. D e modo mo do que no creemos en usar armas respondió Desmond. El pastor Wood asintió con la cabeza, al parecer satisfecho con las respuestas de Desmond. El oficial reclutador parecía perplejo. ¿ Q ué pasar pasaría ía si todos odo s se s intieran intieran de esa manera, manera, jo jo venc ve nci i to? ¿C ¿ C ómo ómo podríamos pelear en una una guerr gue rra? a? S i todos todos pensar pensaran an de ese ese mod modo, o, no habría habría guerr gue rras as re p licó lic ó Desmond: pero habrá soldados que serán heridos, señor, y me gustaría gustaría ayudar ayudar a cuidarlos cuida rlos.. OK, Doss. Pero entonces tendrás que registrarte como
¡G U E R R A !
quie qu ierr cosa cosa que pudiera pudiera ayudar en la guerra. guerra. Él no quería que que lo mezclaran con esas personas. P ues ues verás verás,, hijo: hijo: tú me d dices ices que quieres guardar el el sábado sábado y que no quieres portar armas. Si entras en el ejército con la clasificación de 1A, y quisieras guardar tu sábado y no portar armas, te puedo asegurar que pronto estarías frente a una corte marcial. Pero si tienes la clasificación 1AO, en que la O representa "Objetar de conciencia", aun el ejército no puede pone po nert rte e ante una co cort rte e mar arcial cial explicó explicó el oficial ofic ial Así qu que, ya ves: eso sería lo mejor para ti. Ser un objetar de conciencia no significa que no servirás a tu país; solo significa que vas al e jércit jérc ito o con esc e scrúp rúpulos ulos o reser reserv vas. Desmond miró al pastor Wood, que le devolvió la mirada. Desmond, creo que será mejor para ti tomar la clasificación que él te sugiere. No hay mucho más que tú puedas hacer le recomendó ecomendó el el pas pa s to r. Mientras avanzaban con el automóvil ese domingo 7 a la tarde, Desmond recordó aquel momento clave. ¿Qué le deparaba el futuro? Él no tenía dudas de que pronto sería llamado al s ervicio ervic io militar. militar. o Y tenía razón: razón: pronto le lle legó gó su "sal salu udo" en el corr correo, y el 1 de abril de 1942 Desmond ingresó en el Ejército de los Estados Unidos de Norteamérica. Y eso no er era a ningu ninguna na br broma. oma.
CAPÍ TUL TUL O 7
olvam olvamos os a 1920. 1920. F red y Eisi E isie e S chut chu tte vivía vivían n en el E stado de C olorado en ese tiempo. F red había había sop s opo o rta rta do un ataque ataque con gases ases durante du rante la P rimer rimera a G uerra ue rra M undial un dial y había quedado con una invalidez permanente. Eisie estaba embar embarazada azada de de su primer prim er hijo, hijo, y est es taba muy feliz fe liz por po r ello. Sin embargo, ella no se sentía muy bien, así que Fred contrató a una señora del vecindario para ayudar a Eisie con las tareas del hogar y de la cocina. Betty (así la llamaremos) era adventista del séptimo día, y le gustaba leer su Biblia y hablar de ella a otros cada vez que tenía oportunidad. No pasó mucho tiempo antes de que hablara a Eisie sobre la Biblia, y de cosa cosas s que ell ella a nunca hab había ía oído oí do antes. antes. C on mucho much o cuidado, cuida do, Betty le explicó la santidad del sábado, lo que ocurre con las personas personas luego luego de que mueren, mueren, la segunda venida ven ida de J esús en las las nubes nubes de los los cielos y otras otras verdades verdad es bíblicas.
V
Realmente, todo eso suena razonable. Aunque nunca antes había escuchado nada parecido le comentó Eisie un día.
Luego, Eisie comenzó a estudiar por su propia cuenta en la
1 DORO THY
Lamento mucho eso, Elsie declaró Betty, pero te digo algo: sigue estudiando la Biblia, y las cosas finalmente se arreglarán, estoy segura. Poco después de eso, Fred y Elsie decidieron volver a vivir en Richmond, Virginia, donde estaban sus familiares, En camino a Virginia, les resultó necesario detenerse en Filadelfia, P ensilvania, ens ilvania, para el nacimie na cimiento nto de de una una de sus sus hijas, hijas, a quien llamaron Dorothy Pauline. Como Dorothy le contó a Desmond mucho más tarde, el de los S chutt hu tte e no era un hogar hogar feliz. feliz. En E n primer lugar lugar,, a F red no le gustaba que Elsie estuviese interesada en una religión diferente de aquella en la que él había sido criado; aun cuando rara vez asistía a la iglesia. Él ni siquiera quería que ella leyera la Biblia, que ahora le era tan preciosa. N o quie qu iero ro que est es tés leyendo leyendo todo od o el tiempo tiempo ese ese viejo viejo libro le dijo un día, día, muy enojad enojado. o. Y le ar arran rancó có la Bibl Biblia ia de las manos y la tiró a la estu estufa encendida. Esto había sucedido varios años antes de que naciera Dorothy. Para este tiempo, otros seis niños se habían unido a la familia. familia . Su S u padre padre había adqui ad quirido rido el hábito há bito de de beber y se hab había ía vuelto alcohólico. La bebida siempre sacaba lo peor de él, y muchas veces veces era abus abusivo ivo para con su esposa esposa y con sus sus hijos. hijos. A menudo, llegaba a su casa después de haber estado en el bar de la esquina, donde compraba bebidas y bebía con sus amigos, y comenzaba a golpear a sus hijos. Un día. Dorothy prot pro te s tó con un sollo sollozo: zo: P apá, apá , ¿ por qué me pegas? pegas? ¡No ¡N o hice nada nada malo! alo! E s para compen comp enss ar por po r las las muchas muchas veces que que hiciste hiciste cosas cosas malas y no recibis rec ibistte ninguna ninguna pal paliza iza co c o ntest ntes tó fríament fríamente. e. Parecía que le gustaba "desquitarse’, especialmente con los dos hijos mayores; así, Dorothy y Thomas aprendieron a es conde co nders rse e cua c uando ndo veían veí an que su padre volvía volvía a la casa sa.. Cuan o Dorothy tenía quince años, su padre murió, probablemente como resultado de su mala salud y del alcoholismo. N as tar de, ella diría dirí a que es estte hecho trans ran s formo la ca casa sa re os L 'IU 'IU te; que fue fu e co como mo s alir del infierno infie rno e ir al cielo, cielo, es esput puta a t a
DES M O NO DOSS
O B J E T O R O E C O N C IEI E N C IAI A
la iglesia Adventista. Elsie hizo arreglos para que los dos en la Iglesia / i i - • I„ ^ i i / -v -v r la c o r m llo k '. „ la escuela de iglesia, que se desarrollaba en niños asistieran a un salón detr detrás ás de la iglesia. iglesia. . Para ese entonces, Dorothy había terminado el octavo grado rado y estab estaba a lista lista para ara asis as isttir a la la S henando henandoah ah V alley alle y Aca Aca demy una escuela de nivel secundario con internado, donde los alumnos podían aprender de la Biblia junto con las otras materias. Dorothy quería asistir a la academia, de modo que m
habló sobre ello con su madre. Mamá, M amá, realmente realmente me me gustaría gustaría as a s ist is tir a esa esa escuela. ¡Apre ¡A prenndería tanto de la Biblia! Y sería divertido vivir en el dormitorio con las otras niñas dijo Dorothy. P ero, Dorot D orothy, hy, ¿ podr podremos emos pagar pagar las las cuentas cuentas? ? S ería ería basbastante costoso observó Elsie. P odría odrí a traba trabajar jar en la la escuela. escuela. Hay H ay muchas cosas cos as que que un estudiante puede hacer allí, como ayudar en la cocina con la preparaci preparación ón de los los aliment alimentos y lavar los los platos platos,, cosa cos a que qu e sabes que he hecho muchas veces. También, es posible trabajar en el lavadero, o cortando el pasto, o en una oficina, depende de lo que uno pueda hacer bien. Yo trabajaría cada minuto que me permitiera permitieran n hacerlo, y est es toy segura segura de que po p o dré gana ganarme rme una buena parte de los gastos. E stá bie bien, n, Dorot Do rothy. hy. Veremos Veremos qué puedes averiguar. E s cribe a la escuela escuela pidiendo pidiendo informació información n y una s o licitud lic itud de ingres ingre s o concedió la mamá. De este modo, Dorothy se encontró en la Shenandoah Valley Academy y pronto se sintió muy a gusto allí. O tra cosa cosa que lo los alumnos alumnos podían hace ha cerr para para ayu a yuda darr a pagar sus sus est estudi udios os era era vende venderr revist revistas as religiosas religiosas y libros libro s dura du ran n te los los meses del verano. verano. Un U n día, día, en la la academia, academia, D o roth ro thy y es es taba hablando con su compañera de cuarto.
DOROTHY
quería la situación, pero ¿qué se puede lograr sin sueños? Así que, con la ayuda y el ánimo de los dirigentes de esa actividad, hicieron los arreglos para vender revistas. Les asignaron la zona de Lynchburg, en Virginia. Fue en la iglesia en Lynchburg que Desmond se encontró por po r primera vez con Dorothy. Dorothy. En ese tiempo, Desmond estaba trabajando para la ciudad y viviendo con su familia. El que primero llegaba del trabajo el viernes de tarde comenzaba a preparar la comida para el sábado. Para este tiempo, Audrey estaba casada y a Harold realmente no le gustaba cocinar, de modo que la mayor parte de la tarea tare a normalm no rmalmen ente te recaía recaía en mamá amá Do D o s s y en Desmond. Desmond. Un viernes, Desmond llegó a la casa primero, de modo que comenz co menzó ó a cocinar. S iempre iempre tenía tenía que haber sobre el el fuego fuego una olla con porotos (frijoles) blancos, de modo que puso un puñado en la olla grande, los cubrió con agua y los puso a cocinar. ar. Luego, prep p repa a ró algunas algunas verduras verduras e hizo hizo un delicioso delicios o guiso guiso vegetal. vegetal. C uando terminaron termina ron de cocerse cocerse los los porot po rotos os y el el gui guiso, so, se sentía bastante bien acerca de su comida para el sábado. M a má , ¿t ¿ te parece que mañan mañana a podríamos podrí amos invitar in vitar a casa casa a comer con nosotros a Dorothy y a Mary? Tú sabes, las dos señorit ño ritas as que est es tán vendiendo ven diendo revistas revistas en Lyn L ynchbur chburg g este este veraverano. Sería divertido sugirió Desmond más tarde ese día. Sí, S í, por po r supuesto, Desmond res respo pondió ndió la madr adre, que que siemsiempre era hospitalaria. Al día siguiente, cuando Desmond vio a las señoritas en la iglesia, les preguntó: D o rothy, ro thy, ¿ quisie quisierras venir ve nir con M ary hoy a comer a casa? sa? Las niñas se miraron y al mismo tiempo dijeron: "Sí". Lo que Desmond no sabía era que a estas señoritas no les iba muy bien vendiendo revistas y que su alimentación no era muy adecuada. ¡Tenían mucho apetito! En realidad, si les hubiesen pedido que recordaran algún día en el que no tuvieron nada para come co merr ni dine din e ro para para comprar comprar,, les les habría habría resultado fáci fácil. l. El viernes, un hombre les había comprado una revista por diez centavos cuando le dijeron que tenían hambre. Con esos diez centavos, compraron una hogaza de pan y unos cien gt a
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m0do que ese sábado Dorothy y Mary estaban muy contentas de ir a la casa de la familia Doss para almorzar. Desmond llevó disimuladamente aparte a su mama cuando dijo: ._ llegaron a casa, y le dijo: Mamá, siéntate a conversar con las ninas un poco, mientras pongo a calent cale ntar ar la comida. comida. M u y bien ien. Desmon Desmond, d, si es eso eso lo lo que que prene preneres res res re s p o n d ió la mamá. mamá. ,, , . Así As í que que.. Desmond Desmond puso puso los porotos biancos y el guiso s obre el fuego, y levantó la llama para que se calentaran más de prisa. Luego, sacó algunas galietitas. cortó una rebanadas de pan y preparó ot o tras cosas cosas como para para ponerlas pone rlas sob s obre re la mesa. mesa. ;Q ué era ese olor olor?? ¡Oh. Oh. los los porotos! De Desmond smond los quitó qu itó rápido de la estufa. Se habían secado, y el olor indicaba que se habían quemado. Los echó en otra olla, cuidando de que los que estaban quemados quedaran en la primera olla. Luego, añadió agua y los puso de nuevo sobre el fuego, pero con el fuego bajo. Raspó los porotos quemados del fondo de la olla y los los guardó, guardó, pensando pensando que podría podrí a comerlos comerlos más tarde tard e . J usto usto cuand cuando o pen pensaba saba que todo od o estaba estaba bajo c o ntrol, o tra vez sint s intió ió olor olo r a quemaao.¿ Y ahora qué es? :EI guiso! Lo quitó de la estufa y realizó otra vez lo mismo que con los porotos. Era demasiado tarde para preparar alguna otra cosa y, además, en la casa casa de los los Doss no se des des perdiciaba perdiciaba nada. P robó rob ó el gu:so gu:so: tenía un sabor ligerament ligeramente e a tost os tado ad o, pe p e ro le parec pa reció ió que igual era comible. Así que. llamó a los demás a la mesa. Una vez, mucho más tarde, Desmond le recordó a Dorothy ese almuerzo, y los porotos y el guiso quemados. Se rieron bastante bastante por por ello. ello. Do D orothy rothy dijo: dijo: Estábamos con tanto apetito, que ni nos dimos cuenta de que los porot porotos estaban estaban quemados quemados..
D O R O TH Y
S e ñora ño ra H ildebra ilde brand ndtt, ¿t ¿ tiene iene idea idea de dónde dónde se se encuentra encuentra ahora D o ro rothy thy S chutt chutte? N o he tenido notici noticias as de de ell ella a ni sé dónde est es tá ahora preg p regun unttó Desmon Desmond d. B ueno ue no,, sí. sí. Desmond De smond co c o ntes tó ella ella Se gradu graduó ó de la la She She nandoah Valley Academy y ahora asiste al Washington Mís sionary College. Esa institución está en un suburbio de Washington, D. C., Takoma Park. La Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día, la Reviewand Herald Publishing C ompany, y el S anat ana torio y Hos H ospit pital al de W as ashingt hington on están están totodos en la misma zona. Eso era todo lo que Desmond necesitaba saber. El siguiente fin de semana es esttaba por po r W as ashingt hington, on, D. C.. C.. esperando esperando poder ver a Dorothy. Había tres iglesias adventistas en la zona: la gran iglesia de Sligo, la iglesia del hospital y la iglesia del Washington t/issio nary College. Pensó que. probablemente, Dorothy asistía a la iglesia del de l ccole olegio, gio, de modo mod o que all allíí fue. fue. Estu E stuvo vo frente fre nte a la igl igleesia sia po p o r unos momentos momentos,, para para ver ve r si si Doro D orotthy entr entraba con otros otros esttudiantes es udia ntes;; sin s in embargo, no la vino. vino. Decidi De cidió ó ent en trar y adorar alií de todo tod o s modos. Tal Tal vez. vez. podría encontr enc ontrar ar a Do D o rothy má más tarde. arde . Se se s e ntó cerca ce rca del fondo fon do y, de inmediat inmediato, o, notó notó que DoD orothy ro thy est es taba en el asient as iento o just jus to delante delante de de él él. La tocó toc ó en el ho h o mbro. mbro . E lla lla se dio vuelta, vuelta, y una una expresión expresión de s orpresa orpres a aparec ap areció ió en su rost ros tro. Él le quería quería ssusurrar usurrar alg algo, pero ella, ell a, cono co nocie ciend ndo o las las reglas, reglas, dij dijo: o: ¡S hh! H ablaremos más más tarde. arde. Es dudo dud o s o que q ue D es esmond mond escuchara escuchara mucho mucho de de lo que dijo dijo el el predic pre dicad ado o r ese día. día. Después Des pués del cult culto, ai fin tuvo tuvo la o port po rtun uniidad de hablar ha blar con Dorot D orothy. hy. ¡Q u é bueno bue no volver volve r a verte. verte. D orothy! Ha pasa asad do mucho ucho tiempo desde la última vez que nos vimos. Se me ocurre que fue cuando cua ndo ustedes dos est es tuvieron en Lynch Lynchbu burrg. D e s mond mo nd,, ¡qué ¡qué bueno bue no es verte! Sí, Sí, fue en Lynchb Lynchbur urg. g. Par P areece como que fue hace hace mucho tiempo tiempo subrayó s ubrayó Dorot D orothy hy.. ¿ P odemos odemo s comer come r juntos en al algu guna na parte: parte: Des D esmond mond hab había ía
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En ese momento, momento, los M iller ille r llegaron llegaro n 3 donde estaban Do rothy ro thyy y él él conver conversando, sando, par para reco recoger ger a Do D o rot ro th y y lleva llevarla rla a su casa para el almuerzo. Desmond De smond no perdió tiempo en explicarles: explicarles: E s to y aqu aquí para ara ver a Dorot Do rothy, hy, pero ella no sab s abía ía que yo vendría. Me gustaría llevarla a comer. P o r supu supuesto, esto, D orot oro thy dijo d ijo la la señora señora M ille r S igan gan con sus sus plan planes. es. Tú puedes puedes venir ven ir en en cualquier cua lquier o tro mome mo mento nto a casa. casa. Así que que,, los los M iller fueron hast hasta a su su aut au tomóvil omó vil y part pa rtie iero ron n hacia cia su casa casa.. Desmond D esmond y Do D o rothy queda qu edaron ron solos. Dorothy, D orothy, tú tú conoces más este lugar que yo. yo. ¿ D ónde hay un buen lugar para comer? preguntó Desmond. B ueno, ueno , hay hay dos lug lugar ares. es. Uno U no es es la cafet ca feterí ería a del C olegio. ole gio. El otro es el comedor del hospital respondió Dorothy. ¿ A donde donde prefer preferir iría ías s ir? pre pregu guntó ntó él él. G eneralmente, eneralmente, voy voy a la cafetería cafetería del del C olegio re res s pond po ndió ió ella ella.. El Colegio C olegio tení tenía a la regla regla de que los los amigos amigos "especiales "espec iales"" no debían comer juntos norma que hoy consideraríamos anticuada D o rothy esper esperaba que que cualquiera cualquiera que la viera pensara que Desmond era su primo o algo así. Después de todo, él no era su amigo especial, sino solo un conocido. Así que, Desmond y Dorothy comieron juntos en la cafetería del Colegio. Más tarde, encontraron un lugar donde pudieran conversar. ¿ Q ué est estás estudi estudiando ando en el C olegi olegio, o, D orot oro thy? le prepre guntó Desmond. Desmond. A hora ho ra mism mismo o estoy estoy tomando tomando el el curso previo para para es e s tudiar udia r E nferm nfermería. ería. E spero spero entra entra r el año próxim próximo. o. ¿ Qué estás estás hacien ha cien-do tú, Desmond? preguntó ella. Trabajo en el astillero de Newport News, en Virginia. Soy ensamblador, como carpintero, solo que la mayor parte del
Desmond observó bien de cerca a Dorothy mientras ella respondía, respondía, con con una sonrisa s onrisa en el rostro: rostro: Ven cuando quieras. Lo he pasado bien hoy. De allí en adelante, Desmond viajaba cada fin de semana: uno para ver a sus padres en Lynchburg, y el siguiente, para ver a D o ro rothy thy en el W as ashington hington M issionary Colleg College. e. Se enencontró gozando los días que pasaba con Dorothy, y siguió alternando los fines de semana. M ás ta rde, rde , cua c uand ndo o D es esmond mond y Dorothy Do rothy hab habían ían lle llega gad do a se serr muy amigos, salían junto con otra pareja. ¿ P or qué qu é no manejas tú mi automóvil est esta a ve vez, y perm permit ites es que Dorothy y yo nos sentemos atrás, como para cambiar un poco? sugirió Desmond a su amigo. N o tengo en go problemas. problemas . N o creo que que pu pueda eda hace hacerrle alg algún daño a tu auto viejo fue la respuesta, medio en burla. Ahora bien, Desmond no había planeado las cosas para que ocurrieran de esa manera; pero aquí estaba Dorothy, a su lado, ¡y tan cerca! Él se inclinó un poco y la besó en la mejilla. Lo que realmente él no esperaba fue lo que ocurrió después. Ella sedio vuelta, ¡y casi le dio una bofetada! ¡D e s mond mo nd,, N O ! ¿ Qué quieres decir con bes esar arm me? Es Es la la primera vez que un muchacho me besa, y ¡yo no te dejé hacerlo! Lo hiciste sin preguntarme nada Desmond veía que ella estaba enojada con él. M e dio miedo pregu p reguntart ntarte e dijo dijo suaveme suavement nte e por orqu que e temía que no me dejaras... Pero, Dorothy, te besé poique realme rea lmente nte te amo. Yo Y o no est es taría viajando seiscien seiscienttos kilómekilómetros para verte si no estuviese interesado seriamente en ti, ¿verdad? Bueno... no, seguramente, no respondió Dorothy,y ha 1a una expresión de sorpresa y alegría en su rostro. Desde entonces, su relación se fue desarrollando natura mente, mente, y D es esmon mond d y D o ro rothy thy pasaban asaban tiempo juntos juntos cada cada vez
que podían. podían.
T
D E S M O N D D O S S >>OBJETORD ECO N CIEN CIA
detenerse detenerse unos unos pocos minutos minutos para para hablar ha blar con D o rothy ro thy aceracerca de la guerra. M ientras ientras R obert daba daba vueltas vueltas por po r la zona, D esmond es mond fue a la casa donde Dorothy trabajaba por alojamiento y comida, pues pues vivía vivía allí allí mientras mientras est es tudiaba en el colegio. coleg io. E lla lla est es taba comenzando a estudiar para sus clases del día siguiente, cuando la señora para quien trabajab traba jaba a vino vin o hasta has ta la^ la ^puert pue rta a de su hahabitación y le dijo que tenía una visita. La señora, a propósito, no le dijo quién era, y Dorothy estaba perpleja. Ella sabía que Desmond no tenía planes de verla ese fin de semana. Cuando vio a Desmond, gritó de alegría. Pero, pronto se dio cuenta de que él estaba muy preocupado. Dorothy, ¿has oído las noticias? le preguntó Desmond. ¿ Q ué not notici icias? as? d ijo ella ella,, con un un dejo de temo tem o r en sus oj ojos. J apón bombar bombardeó deó P ear earl Harbor H arbor,, y Est E stados ados U nidos y J apón apón están ahora en guerra. No, no sabía nada. Desmond, ¿eso quiere decir que tendrás que ir a la guerra? S upong upongo o que que sí res pondió po ndió é l E stoy stoy segur se guro o de que me me espera el reclutamiento. Hablaron unos minutos más, y Desmond sabía que debía irse, pues todavía tenía por delante un largo viaje hasta su casa casa.. Esta vez, cuando to to mó a D o rothy ro thy en sus brazos braz os y le dio un beso de despedida, no hubo protestas.
CAPI TUL TUL O 8
D
esmond se dio cuenta de que se acercaba el momento en que realmente realme nte entraría en el ejércit ejérc ito. o. P ero, ero, mientr mientras as esperaba su llamado al reclutamiento, todavía trabajaba en el astillero. Des D esmond mond,, ¿ tienes ienes alguna alguna ¡dea ¡dea de cuándo irás irás al al servicio? le preguntó su jefe un día. La verdad que no sé cuándo será respondió Desmond, pero supongo que pronto, a juzgar por el número que están llamando ahora. Están muy cerca del que me tocó a mí. Tú sabes que estás trabajando en una industria esencial, y podríamos tratar de que te pongan en la lista de los postergados s ugirió ug irió su je fe C reo que que puedo puedo conseguirl conseguirlo. o. Tantos Tantos de de nuestros obreros están yendo al ejército, que ahora estamos cortos de personal. Bueno, no creo que debería procurar estar entre los postergados. Mi salud es buena, no tengo ninguna preocupación por ese lado. Y no creo que sea mejor que los otros amigos que van por 21 dólares por mes. Gradas, de todos modos, pero creo que debo ir... Está bien. Pensé que debía ofrecerte la posibilidad, de cualquier maner manera a co conc ncluy luyó ó su jefe, y se fue a atender atend er otras tareas. tareas.
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Ahora que el tema de su servicio estaba decididamente resuelt suelto, Desm Des mond s intió intió que no era era necesario neces ario que tomara toma ra alguna otra decisió de cisión n al respecto. respecto. Él estaba en Washington otra vez, y con Dorothy había pasado un hermoso sábado juntos. El domingo de tarde, después de que Dorothy había terminado su trabajo por el día, Desmond la pasó a buscar para ir al parque, antes de que él tuviera que regresar a su casa. ¿Has tenido alguna otra noticia de cuándo irás al ejército? preguntó Dorothy. Nada definido todavía. Te dije que el jefe en el astillero me ofreció postergar postergar el servici servicio, o, ¿v ¿ ver erd dad? ad? pr pre e g u n tó Desm Des mond. Sí, me contaste eso, y te admiro por tomar esa actitud, aun cuando cuando habría habría sido má más fácil para para ti habe ha bert rte e qued quedad ado o fuera fue ra del ejército subrayó Dorothy. Desmond estacionó el automóvil cerca de un arroyito donde hab habían ían gozado gozado de de muchos muchos momentos momentos juntos. juntos . A hora ho ra se incliin clinó más cerca de Dorothy, puso su brazo sobre los hombros de ella y la abrazó con firmeza mientras le preguntaba: Do D orothy, te amo amo muc mucho ho,, y me me gustaría gustaría que fueras mi es e sposa. ¿Lo harías? Yo también te amo, Desmond, y no hay nada que me gustaría más que ser tu esposa fue la bienvenida respuesta de Dorothy. Hubo otras palabras cariñosas, y esta vez Dorothy no puso objeciones a los besos del hombre que había ganado su corazón. Sin embargo, esos eran años de guerra, y las parejas que querí querían casar casarse se tenían que reco recorda rdarr esto, esto, al hace hacerr planes para el futuro. Tenemos algunos problemas, Desmond dijo Dorothy, cuando conversaban sobre toda esta situación. Uno de ellos es que que tengo plan planes es de de empezar empez ar a es tudia ud iarr E nfermerí nfermería a en septiembre, y la escuela de Enfermería no me permitiría calarme. Bueno, ellos realmente no me pueden detener, pero
" A H O R A E S T Á S E N E L E J É R C ITI T O ' mera. O tro probl ro ble ema es que si me me voy al ejército ejército y me env envían ían a ultramar, te quedarías sola. ¿Qué pasaría si tuvieras un bebé 7 preguntó Desmond. H e pens pensado ado en eso, Desmond. Desmond. Cuando tenga enga un bebé ebé quiero ser madre de tiempo completo. Pero si tuviéramos un bebé y tú es tuviera tuvie ras s en ult ultramar, ramar, me quedar quedaría ía complet completam ament ente e sola y tendría que trabajar. Y peor aún añadió Dorothy, un tanto tímidamente, ¿qué pasaría si tuviera un bebé y tú no regresa regresaras? ras? ¿ C ómo podría po dría c riar a un niño niño yo sola sola? ? M ientras ie ntras convers co nversaba aban n sobre s obre estas estas co cosas, sas, decidi decidieron eron que. por más que se amaran el uno al otro y les gustaría casarse, sería mejor que esperaran hasta después de la guerra. Ellos sabían que muchas otras parejas habían llegado a la misma conclusió conc lusión. n. E s to era part pa rte e de la la guer guerra. ra.
E ra el I o de abril bril de 1942, 1942, y el ejército ejé rcito estab estaba a llamand llamando o a un nuev nuevo o reclut rec lutam amiento. iento. ¿ N ombre? inter in terro ro g ó el ofici oficial al en en la la recep ecepci ción ón.. Dos D os s , Desmond De smond T. dec de c laró el nue nuev vo rec reclu lutta. Tú T ú eres e res de L ynchburg, ynchb urg, ¿ verda erdad d? dijo di jo el oficia oficial, l, mir mirand ando o los los papeles de Desmond. Sí, señor respondió Desmond. M u y bien, Doss. Dos s. Ve V e donde do nde está está aque aquell grupo grupo de hom homb bres. res. P ronto saldrán para para C amp Lee Lee. Poco después, los nuevos reclutas estaban en el tren. Desmond notó que la mayoría de los muchachos tenían apenas 18 o 19 años, mientras que él tenía 23. Todos parecían estar nerviosos. Desmond suponía que él tenía en su mente algo que los demás no: era viernes, por lo que el día siguiente sería sábado sábado.. ¿ Qué ocurriría? Se aco ac o modó mo dó en el as a s ient ien to e int in te ntó relaj relajarse. arse. Desmond Desmond per cibió el terrible olor del humo de tabaco, v también dewhiskc y cerveza. Los reclutas todavía no habían prestado su juia mentó militar; eso ocurriría en Camp Lee. Asi que, tenían una
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realment realmente e cigarros cigarros grand grandes es y oscuros. osc uros. M uchos ucho s de ellos se s e embriagaron tanto que apenas podían ponerse en pie. Cuando el tren llegó a Camp Lee, Desmond sintió como si él mismo hubiese estado fumando. Tenía un terrible dolor de cabeza. A bajo todos, muc mucha hach chos. os. Vayan Vayan a aquel aquel edifi ed ificio cio o rde rd e n ó el oficial a cargo. Desmond saltó del tren, se puso en la fila y, después de algún tiempo, estaba frente a la mesa donde un soldado les entregaba regaba uniformes uniformes y otros element elementos os.. Veamos, ¿tú eres Doss? ¿Cuál es tu talle? Después de que Desmond le diera sus datos, el soldado tra jo dos dos unifor uniform mes, ropa ropa interior, interior, zapat zapatos, os, calcetines calcetines y un abrigo pesado, junto con una bolsa de lona para poner todo adentro. P ont on te esta esta ropa, ropa, Doss le le dijo, dijo , y llev lleva a tu tu ropa de civil civil a aquella mesa; ellos te ayudarán a enviarlos a casa. No la necesitarás en el ejército. Cuando Desmond hubo hecho todo eso, se sintió como si fuera otra persona. ¿A dónde había ido el otro Desmond? Después de recibir su ropa militar, los nuevos reclutas fueron enviados a las diversas barracas, donde dormirían mientras estuvieran en este lugar. Siendo que era un centro de reclutamiento, los jóvenes no estaban todavía limitados, así que Desmond Desmond fue fue a P etersburg etersburg para para la la reunió reu nión n del viernes vierne s de noche en la Iglesia Adventista. Le habría gustado volver a la mañan añana a siguiente siguiente para para los cultos cultos,, pero pe ro no le res re s ultó posibl pos ible. e. El sábado de mañana, se despertó al grito del sargento: M u y bien bien,, mu muchacho chachos. s. Es tiempo de levantarse levantarse y des de s tacarac arse. Tenemos trabajos que hacer hoy. Ahora están en el ejército: no pueden holgazanear todo el sábado, como lo hacían en casa. Desmond se levantó con el resto de los jóvenes, se vistió y fue al comedor para el desayuno. Él no sabía qué sucedería el resto del día, pero sabía que no podría hacer ciertas actividades en sábado.
" A H O R A E S T Á S E N E L E J É R C ITI T O ' pisos; deben sacudir el polvo de todos los muebles y limpiar el inte in teri rio o r; las camas debe deben n es estar hec hecha has s perf perfectam ectament ente, e, sin sin arrugas; arrugas ; y el e xte rio rio r de las las barracas también ambién debe debe estar estar limpi limpio o Todo lo que no crece debe debe recog ecogerse. erse. Oh, Oh, sí, rio se olv olviden de las ventanas: tienen que brillar por dentro y por fuera. Recuerden que los inspectores usan guantes blancos, y ¡ay de aquel de ustedes ede s que deje de je algo algo de polvo po lvo encima encima de de su aparador aparador!! Los Los trapo rapos, s, palas palas y ele e leme mento ntos s de limpiez limpieza deben deben de estar estar en esta esta ala alace cen na. Si tienen alguna pregunta, háganmela ahora. ¡A trabajar! E ste era el mome mo mento nto en que Desm Des mond deb debía ía hablar hablar con el sargento. S argen arg entto , s eñor eñ or d ijo ij o S oy advent adventist ista a del sépt séptimo imo día, ía, y hoy es es el s ábado ábado de Dios. Dios . N o puedo hacer esa cla clase de trabajo rabajo en sábado. ¿ T ú eres e res qué? ¿ Q ué dia d iantre ntre es un un "adv "advent entist ista a de del séptim séptimo o día", y por qué no puedes ayudar con la limpieza, nenito de mamá? El sargento parecía escupir cada palabra. N o tengo ten go miedo mie do de limpiar. P ero ero no no pued puedo o hacer hacerlo lo en sásábado. bado. U s ted ve, soy s oy un OC O C , “O “O bjetor bje tor de de conc concien iencia cia B ueno ue no,, ¿ qué qué les parece? parece? Tenem T enemos os un OC dijo sar sarcásto stocamente el el s a rge rg e n to to C ompañero, ompa ñero, debes debes saber saber que no puedo edo usar gente como tú. Ahora, ¡ponte a trabajar! L o lament lame nto, o, señor, s eñor, pero pe ro no puedo puedo insis ins isttió Desmond Desmond TraTrabajaré mañana, el doble de fuerte. Se lo prometo. Te necesitamos hoy, no mañana. Si no trabajas, ¡vete de aquí aquí antes de que te eche ec he afuera! afuera! ¡No quiero verte: Así As í que, D e s mond mon d s alió y se sent s entó ó en los los escal escalon ones es de entraentrabolsillo, y comer da a la barraca. Sacó su pequeña Biblia del bolsillo, comerizó izó a leer. Los últimos minutos habían sido como una pesan ¡la.» él neces nece s itaba itaba o b tene ten e r algo de áni á nim mo de de su Bibli Biblia a. B uen ue no , ¿ qué qué tene ten e mos mo s aqu aquí? u n oficial oficial estaca estaca pa pa^amA.. v vio a D e s mond mo nd se s entado nta do en los escalones, escalones, leyend leyendo o su | lia ■ No debes estar fuera de la barraca en este momento. ¡Vue.v
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realmen realmentte cigarr cigarros os grandes grandes y oscuros. M ucho uc hoss de ellos e llos se em em bn garon tant an to que apena apenass podían podía n pone po ners rse e en pie C uando el tre tre n llegó a C amp Lee Lee. Des D esmo mond nd s in ,o como co mo si si él mismo hubiese estado fumando. Tema un terrible dolor de cabez cabeza. a. . . , A bajo todo todos, s, muc mucha hacho chos. s. Vayan a aquel edificio ed ificio o rde rd e n o el oficial a cargo. Desmond saltó del tren, se puso en la fila y, después de algún tiempo, estaba frente a la mesa donde un soldado les entregaba uniformes y otros elementos. Veamos, ¿tú eres Doss? ¿Cuál es tu talle? Despué Despuéss de de que que Desmond Des mond le diera sus sus datos, datos , el so s o ldado lda do tra jo dos unifor uniformes, mes, ropa ropa interior, zapatos, zapatos, calce ca lcettines ine s y un abrigo ab rigo pesado, junto con una bolsa de lona para poner todo adentro. P ont on te est esta a rop ropa, a, Doss le le dijo, dijo , y llev lleva a tu tu ropa rop a de civil civil a aquella mesa; ellos te ayudarán a enviarlos a casa. No la necesitarás en el ejército. Cuando Desmond hubo hecho todo eso, se sintió como si fuera otra persona. ¿A dónde había ¡do el otro Desmond? Después de recibir su ropa militar, los nuevos reclutas fueron enviados a las diversas barracas, donde dormirían mientras estuvieran en este lugar. Siendo que era un centro de reclutamiento, los jóvenes no estaban todavía limitados, así que Desmond fue a Petersburg para la reunión del viernes de noche en la Iglesia Adventista. Le habría gustado volver a la mañana siguiente para los cultos, pero no le resultó posible. El sábad sábado o de de mañ mañan ana, a, se se des de s pert pe rtó ó al gri g rito to del de l s a rgento rge nto:: M u y bie bien n, mu muchac chacho hos. s. Es tiempo de levantars leva ntarse e y des de s tacarac arse. Tenemos trabajos que hacer hoy. Ahora están en el ejército: no pued pueden en holgazanear holgazanear todo todo el sábado, como lo hací hac í an en casa. casa.
" A H O R A E S T Á S E N E L E J É R C ITI T O ' pisos; deben sacudir el polvo de todos los muebles y limpiar el interior; las camas deben estar hechas perfectamente, sin arrugas arruga s , y el exteri ex terio o r de las barracas barracas también también debe est es tar limpio limpio Todo T odo lo lo que no crece debe debe recoger ecogerse. se. Oh, sí, no se olvid olviden en de las ventanas; tienen que brillar por dentro y por fuera. Recuerden que los inspe ins pec c to res usan guantes guantes blanc blancos, os, y ¡ay de aquel aquel de de ustedes tede s que qu e deje de je algo de polvo po lvo encima encima de su aparador! Los trapos, rapos, palas y eleme ele mento ntos s de limpiez limpieza a deben deben de est es tar en esta alacen alacena. a. Si Si tienen alguna pregunta, háganmela ahora. ¡A trabajar! Este era el momento en que Desmond debía hablar con el sargento. S argen arg entto, s eñor eño r d ijo Soy advent adventist ista a del del séptim séptimo o día día,, y hoy ho y es es el sábado sá bado de Dios. N o puedo hacer esa esa clase clase de de trabajo raba jo en sábado. ¿ T ú eres ere s qué? qué? ¿ Qué diantre dia ntre es un un "advent "adventist ista a del del sépt s éptimo imo día", y por qué no puedes ayudar con la limpieza, nenito de mamá? El sargento parecía escupir cada palabra. N o te ngo ng o miedo de de limpi limpiar. ar. P ero ero no no puedo puedo hacerlo hacerlo en en sábado. bado. U s ted ve, soy un OC , "O bjet bje ta r de de conciencia” conciencia”. Bueno, ¿qué les parece? Tenemos un OC dijo sarcásticamente el el sa s a rge n to C ompañero, ompañero, deb debes es saber saber que que no no pued puedo o usar us ar gent gen te como c omo tú. Ahora, Aho ra, ¡ponte a trabajar! rabaja r! L o lamento, amento, señor señor,, pero pero no pue puedo do ins istió istió D es mond mo ndT T rabajaré mañana, el doble de fuerte. Se lo prometo. Te necesitamos hoy, no mañana. Si no trabajas, ¡vete de aquí ant an tes de que te te eche ec he afuera! afuera! ¡No quiero verte! verte! A sí que, D esmond es mond salió y se sent se ntó ó en los los escalon escalones es de entr en tra ada a la barraca. Sacó su pequeña Biblia del bolsillo, y comenzó a leer. Los últimos minutos habían sido como una pesadilla, y él necesitaba obtener algo de ánimo de su Biblia. B ue n o , ¿ qué qué tenemos ene mos aquí? u n ofi o ficial cial est estaba aba pasan pasando do,, y vio a Desmond sentado en los escalones, leyendo su Biblia, N o debes es ta r fuera de la la barraca barraca en este moment momento. o. ¡Vuel ¡Vuelve aden ad en tro y pont pon te a trabajar!
RD EC O N C IEN C IA D E S M O N f)f ) D O S S » OBJETO
El sargento lo vio. ¡P ensé ens é que te te había había dicho que salieras! salieras! E s tuve afuera, afuera, pero un oficial me me dijo que volviera volvie ra a entrar respondió Desmond. ¡B o n ito lío es este! OK, OK , Doss, vete a aquel rincón, rincó n, fuera fuera del del camino, así los otros muchachos no tropezarán contigo dijo irónicamente. Así que, Desmond fue y se sentó en la esquina, mientras los demás demás soldados soldados que pasaban pas aban cerca de él lo maldecían maldecí an y se burlaban de él. A la mañana siguiente, dijeron a los reclutas que juntaran sus cosas y estuvieran cerca de las vías a las diez de la mañana. Irían a F ort J ackson, ackson, en C arolina del Su S ur, para para el el entrenamienentrena miento básico.
CAPÍ TULO
PJ T
II
R E M A M I E N T O B Á S ICI C O
S
úbanse a ese tren, muchachos del ejército. Pónganse lo más cómodos que puedan, pues el viaje es largo. Además, una vez que lleguen, no tendrán tiempo de estar cómodos señaló el oficial del ejército. Fue un hermoso hermos o viaje por po r el el sur de V irginia, irginia, cruzando C arolin lina del del N orte or te y s iguiendo iguien do por p or C arolina del Sur, Sur, hast hasta a F ort J ac kson, son, cerca cerca de Colu C olumbia. mbia. Indica In dicaron ron a los los hombres que dejaran el tren y subieran a los vehículos del ejército, que los esperaban para para llevarlos llevarlos a F ort J ackson. Al llegar al cuartel, les indicaron que fueran a las mesas, donde les darían información y asignaciones. Cuando le llegó el turno, D esmond es mond se acerc ac ercó ó a la la mesa mesa y le le dio al oficial un saludo más bien torpe, pues no había aprendido todavía esa técnica. El oficial devolvió el saludo con una media sonrisa. Luego tomó los papeles de Desmond, los revisó, y dijo: Doss, Dos s, tu número núme ro en el el ejércit ejé rcito o es 3315803 3315 8036. 6. El número número de tu registro registro médico médico es C 6067 60 6728 288. 8. A quí tienes tienes una tarjeta tarjeta con esos números, pero sugiero que los aprendas de memoria. Los usarás muchísimo. Te asignamos a la Compañía M. Ese soldado en la puerta te indicará el camino. '¿ Dónde Dó nde está está la C ompañía ompañía M? pre pregu guntó ntó Desmond D esmond al soldado soldado.. El soldado le dio las instrucciones. Sin embargo, luego le dijo: 8 5
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Espera. Quieren que todos aguarden aquí, pues les darán más instrucciones. Loss inst Lo ins tructores ructores leyeron leyeron a los hombres hombres el A rtí rtí c u lo de G uerra, y les dijeron que no se ausentaran sin autorización oficial (Absent W ith ith o u t O fficial fficial Le Leav ave) e) y otras otras cuest cues tiones. F inalmente, dijeron: E s tarán en cuarentena cuarentena las próxim próximas as dos sem seman anas. as. N o deben salir de F ort J ackson ackson durante ese tiempo. Y los despidieron. Desmond encontró la Compañía M. Guardó prolijamente sus cosas en el extremo de su camastro. Era el comienzo de la semana, y decidió que no esperaría hasta el viernes para preguntar acerca del sábado. Quería estar seguro de que no le asignarían asignarían un grupo de traba trabajo jo ese día, y tam ambié bién n quería que ría ira ir a la iglesia; pero se preguntaba cómo podría hacerse ese arreglo, teniendo enie ndo en cuenta cuenta que estaban estaban en cuarentena. cuarentena. A ntes ntes de salir s alir de la barraca, hizo una breve oración, pidiendo a Dios ayuda para resolver estas cosas. Buscó al sargento. Sargento, yo soy adventista del séptimo día, y quiero hablar bla r acerca acerca de te te ner ne r el sábado libre. ¿ A donde voy voy,, y a quién quié n tengo que ver ver?? pregunt pregu ntó ó Desm Des mond. M e suen suena como como que que tienes tienes que ver al al capellán del regireg imiento. Su nombre es Stanley, y puedes encontrarlo en la capilla, cerca de la enfermería del regimiento respondió el sargento, sin rudeza. Después de que le dieran las indicaciones para llegar, Desmond buscó la enfermería. ¿Estará el capellán por aquí cerca? preguntó. L o encontr enc ontrará ará allá allá, en la capilla, capilla, soldado. s oldado. Desmond fue hasta la capilla y vio a un hombre sentado ante una mesa cerca de la puerta. •Señor, ¿es usted el capellán Stanley? A l recibir rec ibir una una respuesta respuesta afirmat afirmativa, iva, D es esmond mond siguió:
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señor. señor. S oy cris c ris tian tia n o a dve dv e ntist ntis ta del séptimo séptimo día día,, y quiero quiero ver si me será po p o s ible ib le e s tar libre lib re de tareas tareas los los sáb sábados. Me gust gustar aría ía mucho tener un pase, de modo que pueda ir a la iglesia en Co luinbia explicó Desmond, cortésmente. C o n ten te n to de cono co noc c e rte rte , Doss. Tengo Tengo un bu buen ami amigo que es adventista del séptimo día. Me parece que es uno de tus pastores. En cuanto a tu problema, no estoy seguro de lo que podré hacer por ti, por causa de la cuarentena. Pero puedo tratar de hacer algo dijo el capellán. U s ted te d verá, verá , señ s eñor, or, s iemp ie mpre re he ido a la igle iglesia sia,, y no me me gusta sta ni pensar en no poder ir subrayó Desmond. O K . G racias rac ias po r venir. ven ir. Ven a verme verme un poco poco más tarde arde en en la semana, y veré si puedo hacer algo por ti respondió el capellán mientras despedía a Desmond. Desmond podía ver que el capellán Stanley era amigable y comprensivo, y creyó que él lo ayudaría, si pudiera. Con el paso del tiempo, muchas veces pudo confirmar esta opinión, porque el capellán lo ayudó con problemas que surgían por causa de su fe adventista. Desmond regresó a la Compañía M y pronto se adaptó a la rutina de la vida en el cuartel. Hasta donde pudo ver, la M parecía ser una compañía en la que al menos algunos de los soldados nuevos eran ubicados hasta que los oficiales pudieran decidir de cidir dónd dó nde e podían podí an desemp des empeñar eñarse se mejor. or. El viernes, Desmond fue a hablar otra vez con el capellán. C a pe llán llá n S tanley, ¿ qué qué pudo pu do conseguir cons eguir acer acerca ca de mi mi pedipedi-
do de ir a la iglesia mañana? le preguntó. E s to y c o n te n to de que vi viniese nieses, s, Doss Doss.. Nuestra comisión par para atende aten derr pedidos ped idos tales se se reunió, y hemos decidido decidido dejar dejar M ir mañana a la iglesia.
1.1
único pr problema ( "a iu c in r 'l.c
que que alguien alguien vaya cont on tigo. igo . . ,, Desmond mond se pre pregu gun ntaba taba quién quién en el el mund mundo o po poc r ia ir r° r°JJ 1 a la iglesia el sábado, cuando so dio alenta lentado do qu que i o'P* j
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tumbrada a ver ve r que que los soldados s oldados venían y se iban, iban, lo s aludó calurosamente. Hasta lo invitaron a quedarse para el almuerzo a la canasta para los soldados que estaban allí de otras compañías pañías en F ort J ackson. ackson. A l final de de ese sábado, sábado, ten tenía ía un sentimiento imie nto muy cálido y agradeció a Dios por po r ese día hermos hermoso. o. Desm Des mond estab estaba a aprendiendo cómo se conforma con forma un ejérciejérc ito, con divisiones, divisiones, regimientos regimientos,, bat ba tallones y compañías. compañías . El E l DeD epart pa rtame amento nto M édico es una una unidad unidad separada, separada, que no res re s ponde a los comandantes de la compañía, sino ante el Departamento Médico. Sin embargo, los soldados de sanidad son divididos de ral ral modo que están están agregados a cada compañía. compañía . D u rante ra nte la semana siguiente, Desmond fue transferido al departamento médico como soldado de sanidad, agregado a la Compañía B, del 307 3 07°° R egimiento egimiento de de la 7 7 a D ivisión. El viernes siguiente, de tarde, fue hacia la enfermería del regimiento a fin de obtener su pase para ir a la iglesia al día siguiente. Después de los arreglos de la semana anterior, no esperaba problemas. ¿ P uedo obtener obten er un pase pase par para a maña mañana, na, para para po der de r asis as isttir a la iglesia? preguntó Desmond al sargento en la enfermería. Sospecho que tendrás que conseguirlo del capitán Wen dell (no (no es es su nombre real), si quieres tene ten e r uno. Tú sabes s abes que los nuevos reclutas están en cuarentena durante dos semanas, y no no puedo dart da rte e un pase pase le le respon res pondió dió el sargen s argentto. ¿ Dónde Dó nde puedo encon enc onttrar al al capit capitán? án? E n este moment momento o ha ha sali salido, pero debería vo lve r en unos unos quince minut minutos os.. Si quieres, puedes puedes esperarl es perarlo... o... L o esperar esperaré é D esmond es mond sabía sabía que er era impo imp o rta rta nte que viera viera al capitán. El capit capitán án Wendell W endell volvió diez minutos minutos más tarde tarde,, y vio a Des mond sent s entado ado en en una una silla. silla. Des Desmond se puso de pie y saludó. ¿ Q ué puedo puedo hacer hacer por ti, ti, soldad soldado? o? pre gu n tó el capitán. capitán. Señor, S eñor, mi mi nombre nombre es es Desmond D esmond Doss, y soy adven ad venttist is ta del sép sép moGl31- 3 seman semana a pasada pasada el capellán St S tanley fue bondado bondados so, e
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turmbre ir ir a la igles iglesia cada cada sábad sábado... o... cuando estoy estoy en casa casa p ahora estamos en el ejército. Yo tengo que trabajar en sábado y tú tend tendrá rás s que qu e hace ha cerr lo mis mismo s subrayó el el capit capitán án Wende Wendell ll L o lamento, lamento, capitán, capitán, pero pero no puedo conside considerar rarlo lo de de ese modo odo M¡ Biblia me dice que no hemos de hacer ninguna obra en el sábado de Dios, y tengo que obedecer a Dios. El capellán Stanley habló de algún tipo de comisión que se reunió a fin de tratar mi pedido, do donde nd e de d ecidie idiero ron n que podía ira ira la igle iglesia sia aun aunque que estuv estuvieiera en la cua cuare rente ntena na.. P or eso, ¿pod ¿ podría ría tener tener un pase para ara mañana? C re o que que ten te n d ré que da d arte rte uno, uno, si Stanle anley y dijo dijo eso eso.. Pide Pide al sargento que te prepare uno y yo lo firmaré concluyó el capit capitán Wend W endell. ell. D esmon es mond d se fue fu e alegre legremen mentte con su pase ase, sabien sabiendo do que podría dría as a s istir is tir a la iglesia igles ia al día siguiente. siguiente. Tambi También én se acordó acordó de agradecer a Dios. C ada vie vie rne rnes de tarde tarde,, Desmond Des mond fielmente fielmente iba iba a la enferm enfermeería del regimiento por su pase. El capitán Wendell siempre rezongaba con él acerca de que no trabajaba los sábados y que quería un pase para la iglesia, sin embargo, finalmente se lo daba. Hasta que un día... Doss, estoy cansado de darte un pase para ir a la iglesia cada semana. Ya te he dicho que tienes que olvidarte de este asunto del sábado mientras estés en el ejército. Tendrás que trabaja traba jarr como como el res re s to de nosotr nos otros os.. Despu Después de todo, pu puedes tener el domingo libre. Esto debería ser suficiente dijo e: capitán ese viernes. C a pitán pitán,, señor, no puedo puedo hacer eso. so. Yo trabajo rabajo lo los domin domin-gos cuando me tomo el sábado libre. Pero, simplemente, no puedo trab tra b a jare ja ren n el sábado de Dios. ios. t B ueno , Dos Doss, te daré un pase hoy hoy.. pero no no vuelv vuelvas as rr rr¡oS. No te firmaré otro pase y no permitiré que nadie firme un pose. ¿ Está stá claro? claro? y Des mond mond se dio cuenta cuenta de que que hab hab;a ;aoa oa en se. 10. D o s s , ¿a qué qu é hora hora termina rmin a su reunión reunión tu tu igl iglesia esia.. s¡& s¡&uio
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Sí, señor. Al día siguiente, Desmond fue a la iglesia con un poco de preocupación. Cuando llegó el momento para la oración matutina, Desm Des mond expli explicó có a los presentes pres entes el proble pro blema ma que qu e est es taba tenien teniendo, do, y pidió pidió que oraran por él para que pudie pu diera ra asis as isttir a la iglesia regularmente. Ellos oraron por él en la iglesia y prometieron hacerlo durante la semana. C uando Desm Des mond regres regresó ó al al cuartel cuartel y se pres ent en tó en la enfermería ferme ría esa tarde, el capitán capitán Wen W ende dell ll no est es taba allí. allí. O K , Doss. Doss. V olvist olviste e a tiempo iempo di dijo jo el s argen arg entto ¿ P or qué no vas a la capilla por po r un un moment momento? o?S S i te te necesit necesitamos, amos, te te llamaremos llamaremos.. Desmond no estaba seguro de qué ocurriría si lo necesitaban, pero cruzaría ese puente cuando llegara el momento. En la capilla, se encontró con el capellán Stanley; fue una alegría alegría hablar con est es te amigabl amigable e hombre ho mbre de Dios. H o la, Doss. Doss. Qué Q ué bueno verte. verte. ¿C ¿ C ómo ómo andan andan las las cosas cosas desde que que entr e ntra a s te al grupo de de sanid sanidad ad? ? le pregu pre guntó ntó el capellán. capellán. N o demas demasiado iado mal mal,, capellán capellán Stanl Stanley ey.. E s toy realmente aprendiendo aprendiend o mucho y est es toy contento con mi trabajo. trabajo. P ero hoy tuve un problema y Desm Des mond le contó co ntó al al capellán ca pellán lo que hab había sucedido con el capitán en relación con el sábado y los pases. D esmond, es mond, realment ealmente e quiero quiero ayudarte ayudarte o frec fre c ió el capell capellán án S tanley an ley Lo único que queda queda es llevarlo ante ante la División. Divisió n. A l capitán Wendell no le gustará y él no me apreciará por hacerlo, pero no veo qué otra cosa se puede hacer. Lo haré, y te haré saber cómo me resulta. El capellán Stanley y Desmond conversaron un poco más. Entonces, al ponerse el sol y terminar el sábado, Desmond se despidió del capellán diciéndole cuánto apreciaba la ayuda que le había estado dando, y salió de la capilla. El viernes viernes,, nuevamente nuevamente fue a ver ve r al capellán capellá n S tanley. anley. Buena B uenas s not noticias, cias, Doss le dijo el el capellá ca pellán n La D ivisión ha ha aprobado tu pase los sábados. Aquí está el papel con la apro-
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Esa tarde tard e , D es mond mon d fue fu e a la la enfermería enfermería del del regim regimient iento o llevando van do el pape papell de la Divis D ivisió ión n que el el capellá capellán n S tanley anley le había abía dado. El sargento lo vio venir.
Y o no le pued puedo o dar da r un pase, pase, Doss di dijo jo él, él, y el cap capitán itán no está aquí. S argento rgento,, es una orden orden de la la División División explicó explicó Desm Desmond ond ¿Dónde está el capitán? E s tá en el camp c ampo o de depo de port rtes es,, dando dando un una clase clase de calist caliste e nía a los reclutas respondió el sargento. E sto era era algo alg o que q ue D esmon es mond d no había había visto que que el capi capittán hiciera antes. B ueno ue no,, prepá pre páre reme me el pas pa s ey yo yo lo llevaré llevaré al cam campo pa para que lo firme le dijo Desmond De smond al sarge sargent nto. o. D es mond mond tom to m ó el pase y se fue a donde est estab aba a el el cap capit itán án.. Saludó, y luego le pasó el papel de la División y el pase. ¡D e s cans ca nso o ! o rde rd e n ó el capitán capitán Wendell Wendell,, mie mien ntras tomaomaba el papel y lo leía. Su cara enrojeció, pero firmó el pase que había declarado que nunca más firmaría... frente a todos sus hombres hombre s . D es de ent en tonces onc es,, Desm Des mond sintió que que el capit capitán án ya no tenía ninguna simpatía por él... y el capitán Wendell le dio razones para sentir eso. Sin emba embargo, rgo , otra o tra vez, Desmond es mond Doss fue a la igle iglesia sia el sáb sábado. ado.
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CAM PANAS DE BODAS
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urante los diversos problemas que estaba teniendo, especialmente acerca del sábado. Desmond siempre podía contar con que una persona estaba de su lado y lo animaba: Dorothy. Estaban separados por muchos kilómetros. metros. pero pe ro el el servicio servicio postal postal s iempre es e s taba dis ponible po nible y lo lo usaban bien. Un sábado en la iglesia, Desmond estaba hablando con la señora Thomas. uno de los amistosos miembros de la iglesia. ¿ C ómo van la las cos osas as,, Desmond? Desmond? pre p re g u n tó e lla ¿Te está stá tratand rata ndo o bien el el ejército? ejército? Bueno, B ueno, sí, sí, señor señora a Thomas Thomas co c o n te s tó é l R ealmente, ealmente, estoy estoy aprendiendo muc mucha hass co cosas sas en el ejé ejérc rcit ito o . A p a rte de las dificultades que tuve para obtener mis pases para venir a la iglesia. no tengo demasiados problemas. Lo único es que siento la ausencia de la familia, en especial de Dorothy. Usted sabe, es mi prometida. No nos hemos visto desde que me reclutaron. Des D esmond mond dijo d ijo la señora señora T homas homa s , ¿ hay hay alguna manera en en que Dorothy pudiera venir a verte? Si fuera así, estaríamos contentos de que se alojara con nosotros en cualquier mo-
C A M P A N A S D E B O D AS AS
pocas poca s semana s emanas s más tarde tarde. P ara ara ese tiempo, iempo, por supuesto supuesto !a cuarentena ya había terminado, de modo que Desmond d ^só todo tod o el tiemp tiem p o que pudo con D orot oro thy durant durante e el el fin fin de de sem semana en que ella estuvo allí. La familia Thomas era muy hospitalaria, y parec pa recíí an alegrars ale grarse e de ten tener er a estos estos jóven jóvenes es en su casa El sábado de noche. Desmond y Dorothy estaban convers ando en la sala (los esposos espos os Thom T homas as discret dis cretament amente e se habían abían ¡do al comedor). Los jóvenes gozaban mucho en orar juntos de modo mo do que ambos oraron, ora ron, y lueg luego o Doro D orotthy preg pregunt untó: ó: D es mond mo nd.. ¿ cómo van realmente las las cosa cosas s par para tí? tí? ¿Tie ¿Tien nes alalgunos otros problemas, además de los que me contaste en tus cartas? C a riño riñ o , en cua c uanto nto a lo que que es es el el ejército, ejército, no está está tan tan ma mal, lo voy vo y sob s obrelleva rellevando ndo.. P ero ero te extraño extraño muc mucho ho,, y desear desearía ía que que hubiera alguna manera en que pudiéramos casarnos. Yo sé que quieres ir a la escuela de Enfermería en septiembre, y no quie qu iero ro imp im p e d irte irte hacerlo. hace rlo. P ero ero sería sería tan tan lindo lindo si si pudi pudiér éram amos os cas ca s arnos y es e s tar juntos jun tos,, por po r lo lo men menos os part pa rte e del del tiempo. iempo. D o rothy suspir suspiró. Q u e rido rid o , yo he estado pensan pensando do ace acerrca de de est este e probl problem ema a por mucho tiempo. Todavía quiero prepararme como enfermera, pero estoy comenzando a sentir que tú me necesitas más de lo que yo soy necesaria como enfermera. ¿Por qué no nos casamos, pero cuidándonos mucho, para no tener niños hasta que vuelvas de la guerra? ¿Qué te parece? C a riño riñ o , ¿l ¿ lo dices en serio? serio? ¡E so sería sería tan tan maravil aravilloso! loso! Po P odrías venir a cualquier lugar donde me estacione, si estamos casados. Y yo podría podrí a tene ten e r ta ta nto tiempo tiempo libre libre com como sea sea posi posi-ble para para es e s tar conti c ontigo. go. Los ojos de Desmond brillaban cuando pensaba en esa posibilidad. Después de algunos abrazosy besos mas, para seliar esta maravillosa nueva idea. Desmond y Dorothy decidiei on que, tal vez, deberían hacer algunos planes definidos.
DES M ON D DOSS
O B J E T O R D £ C O N C IEI E N C I A
creo. creo. T endré endré que que averi averiguar eso eso,, y ve r si pue do c o n s e gu ir una una
fecha firme para la licencia. Miraron el calendario que estaba en la pared. Parecía que podrían tener ia ceremonia a mediados de agosto, si todo iba bien. Dorothy tenía que volver a Richmond el domingo, pero fue con con corazones corazones comparativam comparativament ente e alivianados aliviana dos que que la pare ja ja se despidió al separarse. Des mond fue a ver al al capit capitán W en de ll y le pre g u n tó p o r un u na licencia, pero no pudo conseguir ninguna fecha precisa.
Los oficiales y los no combatientes vienen primero. Tendrás que esperar tu turno. Des mond dese deseab aba a poder darle darle a D o ro th y a lgo espe cífico, cífico, pero tendrían tendrían que ser pacient pacientes, es, de cidió él. él. F a ltab ltab a n tod avía
dos meses para agosto. En 1942, el 4 de julio cayó en viernes, y para todos en Fort J ac ack kson ese día era fer feriado. ado. Desm Des mond se sentía sentía solo, y deseaba ver a su am amad ada a Do D orothy otra vez; vez; ¡tendría ¡tendrí a que que en e nc o ntrar trar una manera de verla! Si se iba a Richmond en un ómnibus el juev jueves es de de noc noch he, deci decidi dió, ó, y vol olv vía e ell domingo domingo a tiempo iem po para para el el toque de diana del lunes, nadie lo sabría. No le contó a nadie en el cuartel sobre cuáles eran sus intenciones. Afortunadamente, le dijo a la señora Thomas que tenía planes de ver a Dorothy durante el fin de semana. Todo Todo est estab aba a sali saliendo endo muy bien. en. Llegó Llegó a R ichmond ichmond y enconenc ontró el camino camino a la ca casa sa de la familia S chutt chutte, e, a nticip tic ipa a ndo una alegre reunión de sorpresa con Dorothy. Él sabía que ella estaría feliz de verlo. Golpeó, esperando que Dorothy saliera a recibirlo, deseand deseando o ver la la ca carra de sorpres orpre s a y aleg a legría ría de ella. En su lugar, abrió la puerta la señora Schutte. Desmond, ¿qué estás haciendo aquí? ella fue la sorprendida, en lugar de Dorothy.
rep repllicó D amoniT amo niT
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dü'Ce h¡ia SUya' mamá Schutte
C A M P A N A S D E B O DA S
Vea V eamos mos d ijo ij o ella ella, , ¿ C ómo ómo se llam llama a la gent gente e don donde de se se alo aloia D o rothy ro thy cuando ua ndo va para allá? allá? ¿No ¿ No es es Thomas? Thomas? ¿P ¿Por qué qué no no la la llamamos llamamos y le pedimos pedimos que D o rothy rothy vuel vuelva va ense ensegu guid ida a^1 Era viernes de mañana, así que lo que ella sugería era todavía posible. E ntretan ntre tanto, to, D o ro thy había llegado llegado a C olum olumbla, bla, esper esperan and do la maravillosa sorpresa que tendría Desmond cuando la viera. Llegó a la casa de los Thomas y llamó a la puerta. Se preguntó por un instante por qué la señora Thomas tenía esa cara de sorpresa cuando abrió la puerta. D o rothy ro thy,, ¿ qué qué haces aqu aquí? pregu pre guntó ntó la señor señora a Tho Thomas. Vine para ver a Desmond. Quería sorprenderlo contestó D orothy, orothy, alegrement alegremen te. L o s orpren orp rende derí ría a s , claro... si estuviese estuviese aqu aquí. P ero ero se se fue a R¡ R¡ chmond para sorprenderte a ti, Dorothy. La realidad realidad de la situac situació ión n finalmente finalmente quedó clara clara para para Dorothy Dorothy.. ¿ Q ué hago ahora, ahora, señor s eñora a Thom Thomas? as? Llamemos a la estación, para ver si hay un tren hacia Rích mond que salga temprano sugirió la señora Thomas. La llamada Informó que un tren partiría para Richmond en unos veinte minutos. Dorothy prácticamente corrió hasta la estación, y llegó justo a tiempo para subir al tren antes de que comenzara a ponerse en movimiento. C uando ua ndo la mamá mamá S chutte hutte y Desmond Des mond llamaron llamaron a la señora señora Tho T hom mas, ella ella pudo Informar Info rmar que que D orot oro thy estab staba a en camin camino o de regres reg res o a R ichmond. ichmond. Desmond es mond la esperó en la estación estación y pudieron pasar juntos un sábado maravilloso. Pero decidieron que ¡nunca, nunca más, tratarían de sorprenderse mutuamente de esa manera! El domingo, Desmond decidió tomar el tren, en lugar del ómnibus, ómnibus , de regre re gres s o a F ort J ackson porque porque de ese modo llellegaría a la hora correcta. Estaría en Columbia a las cuatro de la mañana del lunes, lunes , lo que le daría tiempo suficient s uficiente e par para a llegar llegar a Fo F o rt J acks ac kson on antes a ntes del toque oq ue de diana iana.. El único único prob problem lema a fue... ¡que el tren tuvo un desperfecto! Pudieron arreglarlo
D E S M O N D O O S S ” O B J E T O R D E C O N C IEI E N C IAI A
¿ D ónd e dian tre es tuvist uviste e al a l to qu e de diana e sta sta mañan añana? a? le preguntó el sargento, cuando Desmond finalmente entró
en su área del cuartel. Desmond decidió no ocultar nada y le conto al sargento toda la historia. Su castigo fue que pasaría las siguientes diez tardes en la enfermería de su compañía rasqueteando el piso y enderezando las estanterías. Y durante ese tiempo, no podría ir al PX (el pequeño almacén del cuartel donde los soldados compraban artículos generales). No era un castigo demasiado difícil para él. Rasqueteaba un piso que probab prob ablemen lementte había había sido s ido ya limpiad limp iado o ese es e día, día, y puso puso algo de orden en varios de los estantes. Luego, le quedaba tiempo iemp o para para escribir es cribir a D o ro rotthy y a sus padres padres.. C o mo no pod podía ir al PX él mismo, le pidió a un amigo que llevara su uniforme allí para enviarlo a la tintorería. El mejor cast cas tigo que pude haber haber recibido, recibido, se dijo. P onerm onerme e al día día con con mis cartas cartas y cons co nseg eguir uir que me limpiaran el uniforme para el casamiento.
El momento en que Desmond y Dorothy querían tener su boda se acercaba rápidamente. Necesitaban fijar una fecha, pero Desmond todavía no había podido conseguir la licencia. El sargento Ricky estaba de turno en la enfermería cuando Desmond fue una vez más a preguntar por la licencia. Sargento, ¿qué puedo hacer con mi licencia? Ya le dije que tengo planes de casarme, y necesito saber cuándo podré tener mi mi licen licenci cia, a, par para que que D o ro rotthy pueda f ja jarr una fecha fec ha definide finida para la boda insistió Desmond. ¡Felicitaciones, Doss! Tengo una sugerencia. ¿Por qué no va a las oficinas centrales del regimiento y ve al Ayudante? Él es el que maneja esas cosas. Tal vez él pueda darle una fecha sugirió el sargento Ricky. Así que, Desmond fue a las oficinas centrales del regimiento, pero el Ayudante no estaba. Se quedó allí un momento,
C A M P A N A S D E B O DA DA S
_Te digo dig o una cosa: yo te doy ese ese perm permiso iso dijo d ijo bon bondadosa mente me nte el c o mand ma nda a nte nte . Ahora, A hora, ¿q ¿ qué es lo que que nec necesi esittas" S eñor, eñ or, quie qu iero ro casarme cas arme cuando cuando termi termine ne mi mi ent entrenam renamie ient nto o básico. Tengo la novia y la iglesia, pero no he podido conseguir la fecha de mi licencia, para poder hacer los planes para la boda Me preguntaba si de algún modo usted podría conseguir que me fijen una fecha para mi licencia respondió Desmond N o c reo re o que sea posible, posible, Doss, Doss, por cau causa de la OCS [Es[Escuela de cadetes del ejército] dijo el comandante. C ua n do vio v io la mirada mirad a en blanco en el rostro ros tro de Desmond Desmond le preguntó: ¿ N o est es tás en la lista lista par para la la OCS? N o , señor señor.. O h , eso es o es dife d ifere rente nte.. E ntonce ntonces, s, no sé por qué qué no no pod podem emos os darte una fecha. Llamaré al capitán Wendell y mientras decía est es to, tom to m ó el telé fon fo n o y disco el número número del del capit capitán án.. "W e n d e ll, ten te n g o a Desmond Des mond Doss en mi ofi oficina. cina. Me dice que q u iere ie re casars cas arse. e. C uando uan do un soldado quiere quiere casa casarrse, se, es es mejor dejarlo seguir adelante con sus planes y que lo haga. ¿ P uede d e fin ir una fecha fec ha para para su licencia licencia ,de ,de modo que que pue pue-da hac er sus planes? planes?”” Desmond estaba escuchando la conversación telefónica, pero no podía oír lo que decía el capitán Wendell. Cuando el c o mand ma nda a nte colgó, se dirigió dirig ió a Desmond Desmond y le le dijo: ijo: O K , Dos Do s s. El cap c apit itán án W endell end ell fijará fijará la la fech echa. Y de de pa paso, so, ¡fe¡felicitaciones! i G racias, racias , s eñor! eñ or! Y muchas uchas graci racias as por su ayu ayuda Desm Des mond sonrió mientras saludaba. C u a ndo nd o llegó lleg ó a la la enfermería, enfermerí a, caminó caminó en en dirección dirección a la oficina del c a pitán pitá n W ende en dell, ll, pero el sargento sargento Ric R ick ky lo detuv etuvo. o. D o s s , ¡no te atrevas atreva s a entrar en trar allí! Te cortará cortará la cab cabeza. za. Est Está á furioso. rios o. ¿ C ómo te atrevis atre viste te a hablar con el comanda comandant nte e sin sin per permiso. D e s mon mo n d explic xplicó ó que qu e el A yudant yudante no estaba estaba en la o ciñ ciña, y que qu e él no se s e había habí a diri d irig gido id o al comandant comandante, sino que e coman coman da nte le habí
habla ha blado do
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D E S M O N O D O S S » O B J E TO T O R D E C O N C IEI E N C IAI A
Desmond finalmente encontró que su licencia comenzaría el jueves jueves 13 de agosto. agosto. E sto sto le le permit pe rmitiría iría casarse cas arse con D o rothy el sábado de noche, noche, 15 de de agosto, como co mo habían ha bían esperado. es perado. Llegó a Richmond el jueves de noche. El viernes, él y Dorothy fueron al tribuna tribunal, l, para para obten o btene e r su licencia licencia de matrimon matrimonio. io. Sin embargo, se presentó un problema: ambos necesitaban hacerse hacerse un análisis análisis de sangre. sangre. P odían sacarse saca rse sang s angre re ese día, pero los los resultado resultados s est es tarían recién re cién el lunes lunes de mañana. mañana. N o podrían obtene ob tenerr la licencia licencia de ma m a trimonio trimo nio hast has ta el lunes, lunes, así que que,, tampoco habría casamiento hasta ese día. El lunes de mañana, buscaron su licencia de matrimonio del P alacio alacio de J ust us ticia. La boda sería a las las c ua tro de la tarde. ard e. Los miembr miembros os de la igl iglesia esia estaban tod todos os intere interes s a dos do s en ayudar a la joven pareja pareja a tener tene r un cas ca s amiento amiento hermoso; hermos o; muchos regalaron laron flore flores s para para adorna ad ornarr la la igl iglesia. esia. Des De s mond usó us ó el automóvil de mam mamá á S chutte chutte para ara ir a varios domicilios do micilios a busca bus carr las las floflo res, y las llevó a la iglesia. Entonces, decidió que necesitaba c ortarse ortars e el el cabello, para para lucir luc ir bien bien en la la boda. C uando ua ndo llegó llegó a la peluq peluquería, uería, hab había varios hombres delante de lante de él, él, esperando. Acababa de decidir que no tenía tiempo para esperar, cuando ent en tró un hombre hombre pregunt pregu ntand ando o de quién era era el el F ord que estaestaba frente a la peluquería. M ío, ío , ¿ por qué? d ijo Desmon Desmond. d. T iene un un neumático neumático pinchado. pinchado. P ensé ensé que le interes interes aría arí a saberlo respondió el hombre. El peluquero ya sabía que Desmond quería un corte de cabello porque se casaba esa tarde. S oldado, ve a hacer arreglar ese neumáti neu mático co,, y te te guardaré el lugar en la fila dijo el peluquero. Así que, Desmond hizo arreglar el neumático, consiguió su corte de cabello, y todavía llegó a tiempo a la iglesia para prepararse para su casamient cas amiento. o. La boda boda tran trans s c urrió con toda alegría. alegría. El no vio est es taba feliz y la la novia novia bril brillaba. laba. La ceremonia ceremon ia fue fue un poco dife d ifere ren n te de las dem demás. ás. En lugar de pedir pe dir a la la novia y al al novio no vio que qu e dije dijera ran n "Sí, quiero", el el
C A M P A N A S D E BO DA S
jo v e n p a re ja d e u n a m a ne ra es pecia pe cial, l, y que los mant man tuviera a salvo salvo aun en tiem tiem p o s de guer guerrra, i po r fin era n el s e ño r y la la señora señora Doss! D e s m o n d d e c id ió qu e la fras e "para "para la pobreza” pobreza” en su cereceremo nia e ra m uy ap rop iad a. V eintiún eintiún dólar dólares es por me mes no no al alcan canza rían pa ra m uc ho , y D o ro th y tampo tampo co ten tenía ía muc mucho ho diner nero. P as aron la no c he de bo das en casa casa de los los padr padres es de Desmo Desmond nd,, en L yn c hb urg , d o n d e se q ue da ron unos unos pocos pocos días ías má más, antes de que D es m o nd tuv iera que regresar regresar a F ort ort J ackson son. D e s m o nd e n c o n tró que cua ndo se es cas casad ado o la paga en el e jé rc ito ito a u m e ntab a un dó lar en te ro po r mes . a veint veintiidós dól dólaares, y qu e D o ro th y rec ibiría ibiría o tros cincuen cincuentta dól dólar ares es por mes. E lla tra tra ba jab a d o nd e y cua ndo podía, podía, mi mientr entras segu seguía a Desmond y vivía cerca de los cuarteles donde él estaba estacionado , co m o m uc ha s o tras espos as durant durante e la la S egu egunda G uerr uerra M un dial. D o ro th y tra tó de guardar esos sos cinc cincue uent nta a dól dólar ares es que recibía cada mes, de modo que pudieran tener algunos a ho rro rro s para cu a nd o term term inara la guer guerrra. C ua nd o te rm in ó la licenc licenc ia de de D esmond y él volvi volvió ó a F ort J a c k s o n , n o s e a le g ró p o r te n e r qu q u e s eparars ep ararse e de su s u flam flaman antte es pos a. S in e m ba rgo , e s taba fe liz liz porque se hubi hubiesen esen casad sado. Le daba un sentido de estabilidad, así como de responsabilidad. A g ra d e c ió a D ios po r te te ne r una una esp esposa osa mar maravi avillosa que lo a nim a ra y lo ac om paña ra... po r lo meno menos, s, part parte del del ti tiempo. empo.
CAPÍ PÍT TULO 11
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IJACKSCN UNTOS A L O ES TE
uando ando Desmond Desmond regresó a F o rt J ackson acks on después des pués de su licenc icencia ia,, comenzó a o í r rumores rumo res de que su unida un idad d saldr s aldría ía
C
pronto. ¿Hacia dónde? Tal vez algunos lo supieran, pero
la mayoría de los soldados no tenía ¡dea. El 10 de septiemb septiembre re de 1942, la la 77a 77 a D ivisión ivis ión p a rtió rtió en un tren tren con la la tropa hacia hacia F ort Sil! Sil!,, O klahoma. El cua cuartel rtel est es taba aba ubica ubicado do cerca de la pequeña ciudad de Lawton. Desmond pronto encontró la iglesia adventista de la ciudad, y junto con varios otros soldados obtuvieron pases para ir a la iglesia los sábados de mañana. Cada sábado, las hermanas de la iglesia preparaban un almuerzo de cam camar arad ader ería, ía, también también llamado almue almu e rzo rz o a la canas ca nastta. A los sols oldados dados siempr siempre e les les gustab gustaba a la buena comida comida que que recibí rec ibía an allí. P ero ero una una dam dama de de la iglesia glesia hizo hiz o la "s "s e gund gu nda a ” o , tal vez, vez , hashas ta la tercera y la cuarta milla. Se llamaba Lovey Hutchlnson u n nombre nombre muy apropiado, apropiado, pues pues "Lo "L o vey” ve y” s ignifica ign ifica "ca riño” riño ” y se relaciona relaciona con la palabra palabra /ove ove: amor, en in g lé s
D e s mond mo nd y
F O R Í J ñ C K S O N Y P U N T O S A l O E S TET E
rjemas¡ados muchachos hayan atacado el refrigerador al mis n0 tiempo tiemp o ! S í rvans rva nse e lo que deseen, des een, con toda libert libertad' ad':: 11 £Sto £Sto hiz hi z o m a ravi ra villa llass para pa ra la moral mora l de los los soldad soldados, os, y ellos llos aprovecharon su bondad. Su hogar llegó a ser una especie He USO [por sus siglas en inglés, Organizaciones de Servicio priva da.. M uch uc h a s veces, L ovey y los los solda soldad dos se unían ían Unidas] privada ra prepa pre para rarr una comida co mida.. ¡Les gustaba gustaba hacer hacerlo! lo! Después es pués de un p a r de meses en F ort Sill, Sill, la 77aDivi 77 aDivisión sión inv invirirtió la dirección de marcha y pasaron unos días en un tren que volvía olvía a F o rt J acks ac kson. on. Las tro tropa pa s pasaron los sigu siguien ientes dos meses y medio allí, mayormente haciendo maniobras que, en general, involucraban ¡caminatas de unos cuarenta kilómetros)! Desmond, por supuesto, iba con todos los demás hombres. Una de las cosas malas que ocurrían a los caminantes eran las ampollas. Doss, necesito ayuda. ¡Mis pies me están matando! ¿Tienes algo para las ampollas? Numerosos soldados se acercaban a Doss pidiendo ayuda. Él pinchaba la ampolla con una aguja desinfectada con alcohol, exrtaía el líquido que contenía, colocaba una gasa en forma de una ros ro s q u illa frita fr ita a lred lre d e d o r de la ampollay la la vendaba. Eso quitaba la presión sobre la ampolla, y permitía al hombre camin caminar ar sin que le doliera do liera ta nto. D esmond es mond es ta ba algo o rgullos rgu llos o por po r su su trabajo rabajo de de san sanar ampollas. Ninguna de ellas se infectó. A veces, mientras trabajaba en eso, se preguntaba si lo que su maestra le había dicho acerca de hacer las cosas bien de entrada podría aplicarse in cluso cluso al trata tra tam m ien ie n to de ampollas ampollas.. _ . Cuando los soldados estaban de maniobras, en ocasiones Desmond tenía problemas con la observancia del sana c ¿Podría conseguir un pase para asistir a la iglesia manan p reg re g u ntó al c a pitán. pitán . ~_na _na ^ Doss, no tenemos idea de dónde estaremos '1iai
D tSt S M O N D D O S S - > O B J E TO T O R D E C O N C IEI E N C IAI A
E l problema es que que no sé sé n¡ n¡ s iquiera a proxima pro ximada dame mente nte dónde estarem estaremos. os. P ero ero el el capitán fina finalmen lmentte le dio un pase. pase. Después Des pués de pasar un día día maravillos ma ravilloso o con co n la familia fam ilia de la iglesia. Desmond volvió al cuartel, para intentar encontrar que alguien lo llevara hasta donde estaban los soldados haciendo mani maniobr obras. as. F inalment inalmente, e, enco en co ntró ntró un M P [poli po licí cía a m ilitar] ilita r] que que le dijo dijo que fuera fuera a c ierto ierto edifici edificio, o, do nde enc e nco o ntra ntra ría vehículos del ejérc ejé rcit ito o que iban hasta hasta donde dond e est es taba la tro trop p a en el campo. campo. S in embarg embargo, o, cuando cuando llegó llegó al al edificio y le le pregu pre guntó ntó al M P que que estaba de guardia si alguien salía esa noche hacia donde estaba la la tropa, ropa , recibió rec ibió una una res respues pues ta negati ne gativa. va. C o menz me nz ó a irse, irse, pero el el M P lo detuvo. detuvo. N o irá irá a ningu ninguna na parte, parte, soldado. soldado. E stá stá bajo arres arre s to . P uede uede salir mañana con el resto de los prisioneros. ¿Qué otra cosa podía hacer Desmond? Al día siguiente, cuando llegó llegó junto ju nto con los los dem demás ás presos pres os al lugar dond do nde e se encont co ntraba raba la compañ compañía, ía, se enc en c o ntró con las inevitables inevitable s bromas. bromas. ¿ E n qué qué clase clase de picar picardía día es tuviste, uviste, Doss? ¿Te ¿ Te embo em bo rrachast chaste? e? qu quis isiero iero n saber s aber muchos muchos soldados. N o : tod todo o lo que que hic hice e fue ir a la la iglesia glesia c o n te s tó Desmon Des mond, d, inocentemente. El tiempo pasó con rapidez, y nuevamente la unidad de Desmond estaba sobre un tren de transporte de soldados, esta vez en dirección a Louisiana... y más maniobras. Este campamento era diferente de todo lo que había experimenta do hast has ta entonce entonces s . P or un lado, lado, el lugar luga r era nuevo; nu evo; es ta ba ubicado en un área donde nunca antes había habido un campamento. Era terreno salvaje: incluyendo cerdos salva jes. jes. que eran abunda abu ndant ntes es.. C o rría rrí a n a lre d e d o r del c u a rtel y hasta se arrastraban, a veces, para entrar en las carpas con los soldados. Se las arreglaban para entrar en la carpa de los
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, loiarnient loiarniento o en la casa de un cha c haca carero, rero, del del o tro lado del tr° \ o al campamento. Ella y Desmond agradecieron al Seca'1'1" ue p u d iera ie ran n e s tar ta r ju n tos to s o tra vez. ñ U i viernes de tarde, Desmond pidió al mayor Wendell (el
U'tán había sido promovido) un pase para ir a la iglesia el si cap nte día. El mayor se lo rehusó directamente. Desmond y n 'rothy quedaron chasqueados, pero decidieron que guar H'r H'rían ían juntos juntos el sábado, s ábado, de to d a s maneras maneras.. Desmond fue hasta la casa del granjero por la mañana para buscar a Dorothy, y pasaron el día en la pradera, leyendo sus Biblias,
cantando y convers conve rsand ando. o. C u a n do llegaro lleg aron n de regres reg reso o al al cam campa ment0 esa tarde, le d ije ron ro n que qu e el ma m a yor yo r querí que ría a verlo ve rlo ¡enseguida! ¡enseguida! El sold soldado ado raso raso D oss os s se pres pres enta, enta, s eño r d ijo Desmond. Desmond. ¿Cuá ¿Cuál es la la ¡dea, ea, Doss D oss? ? g ru ñ ó el m a yo r Y o no le di un pase, pero pero ust us ted se fue al pu p u e b lo de d e tod o s modos. Señ Señor, yo no es tuve en el el pue blo hoy ho y rep re p licó D es mond mond M i esposa vive vive del otro o tro lado lad o del d el c a mino min o y pasamos pas amos el día en la la pradeprade ra allí. Señor, permítame recordarle que fue una orden de la Divisió sión que que tuviera uvie ra mis s ábados ába dos libres libre s s iempre iem pre que fuera posibl posible. e. Eso Eso le qu itó itó el ent en tus ias ia s m o al mayo r, pe ro él debía dar un go lpe más, antes de term te rm in a r. Si alguna vez tengo la mitad de una oportunidad, Doss, lo enviar iaré a una c o rte ma rcia rc ial. l. Señor, procuraré nunca darle ni la mitad de una oportunidadrespondió Desmond.
El sigui siguient ente e luga lug a r ado ad o nde nd e se d irig ió la 7 7 a D ivis ivis ión fue el el deserto serto de A rizo rizona. na. L legaro leg aro n allá allá en a bril de 1943. 1943 . y pasaron un verano muY caluros ca luroso. o. P a rtie rtiero ro n en s ept ep tiembre, iemb re, ot o tra vez vez haci hacia jj jjn ugar ugar dond do nde e nunc nu nca a a n tes habí ha bía a h a b ido id o un ca mpam mp ame e nto mi
T O R D E C O N C I E N C IAI A D E S M O N D U O S S - O B J E TO
firie Lueg Luego, las cosas cosas se se volviero vo lviero n más difíc iles, iles , pues pue s alguien decidió que el agua debía contener sal, puesto que muchos hombres se desmayaban de agotamiento por el calor. También bién entr entregaban egaba n tabletas tabletas de sal sal a los ho mbres mb res . E llos llos neces nec esiitaban agua, y la bebían... pero no porque les gustaba el agua caliente y salada. De hecho, a menudo los enfermaba más del est es tómago de lo que antes antes est es taban. De vez en cuando, cuando, traían traían un carga ment me nto o de cervez c erveza a al campamento. La cerveza estaba rodeada de hielo, para mantenerla fría. ¡Cuánto más hubieran gozado esos hombres de tener algo de hielo para poner en el agua caliente y enfriarla un poco! S in embargo, no se les les permit pe rmitía ía usar us ar ese hielo h ielo.. ¡D espués es pués de todo, era para mantener fría la cerveza! Es tris tristte decirlo, decirlo, pero pe ro muchos muchos soldados s oldados que nunca antes habían habían bebido bebido cerve cerveza, za, ahora la consumí co nsumían an po p o rque rqu e era la única bebida bebid a fría fría en el el desiert desierto. Y formaro fo rmaron n un hábit há bito o que nunca abando a bandonaron. naron. Un día, llamaron a reunirse a todos los soldados. "Hoy iremos de maniobras aniobras a M ontezuma's ontez uma's Head. H ead. R eúnan sus cosas. cosas. P ueden ueden llevar una cantimplora de agua, que debe durarles hasta el final de nuestra marcha de veinte kilómetros. Allí se les dará el almuerzo, uerzo, y agua agua para para po p o ner ne r en las las cantimplo ca ntimploras ras para el camino ca mino de regreso". Hubo bastantes rezongos. Andar veinte kilómetros en un clima templado con una brisa que baja de las montañas, habrían brían sido sido suficienteme suficientement nte e severo; pe ro en es te cli c lima ma abrasa abrasa-dor, dor, ¡er ¡era a un un asesinato! ase sinato! En E n rea reali lida dad, d, para algunos alguno s , casi cas i lo fue. fue. Desmond fue con todos los demás, por supuesto. Pero, cuando cuando llegó llegó al al final final de la la marcha marcha de vein te kiló m e tros ro s , no había agu agua par para a que él él llenara su c a n timplo imp lora ra vacía. vacía . H a bían bí an llevallevado agu agua a en barril barriles es,, sin embargo, emba rgo, mucha much a de ella fue fu e usada us ada para para hacer hacer ca féy té, té, que él no bebía. bebía. C o mo no había s uficie ufic iente nte agu agua
F O R T JAJ A C K S O N Y P U N T O S A L O E S TET E
de ellos, y también un jeep. Cargaron al soldado inconsciente jee p en el jeep S eñor, eño r, ¿ podemo pod emoss te te n e r un poco de agua7 No r • nada antes antes de s alir alir y esa es la la razón del del desma smayo d é ís T ? declaró declaró D es mond. ^s o lda do
Usted miente, soldado, y sabe que es así. así. S implemente implemente c la bebieron toda y ahora quieren más fue la cruel resDuÑta de| coma co mand ndan antte . N o , señor. señor. N o recibimo rec ibimoss nada nada insist insis tió Desm Desmo ond En ese momento, el comandante volcó un poco de agua de su cantimplora sobre el soldado inconsciente, ni siquiera procurand cu rando o qu q u e le en e n trara tra ra en la boca, que era donde la la necesi cesittaba S eñor, eño r, ¿ puedo ten te n e r un poco de ag agua? rogó Desmond. A quí, quí , pue p uede dess to m a r un tra tra go res pond po ndió ió el el comandante D es mond mo nd llevó lle vó la ca c a n tim tim p lora lo ra a sus lab labios, y tomó omó un sor sorbo bien grande, hasta que el comandante le quitó la cantimplora délas manos. manos. E s o es s u ficie fic ien n te . A ho ra, tu amigo amigo tendrá tendrá que que volv volver er en el jeep, p e ro tú c a m ina rás rá s . ¿ E nten ntendiste? diste? o rde rd e n ó el el com comanda andan nte. El comandante se fue y, contra sus órdenes, Desmond saltó al jeep y trató de hacerle sombra al soldado inconsciente. Se dio cuenta de que también él, sin agua, fácilmente podría desmayarse si trataba de caminar de regreso, y no quería ser una baja allí ,en el des de s ierto. ie rto. E l jee je e p llegó lleg ó a úna ún a es esttación de socor socorrros, dond onde había algo algo de d e agua. D e s m o n d tom to m ó una buena cant cantid idad ad y lue luego lle llenó su ca c a n timplo timp lora ra.. D e s pués pu és de eso, fue a pie pie el rest resto o del camino ino sin dificu dific u ltade ltad e s . N u n c a s upo up o qué q ué le pasó pasó al al solda soldado do incon conscie scien nte.
El campamento en el desierto estaba ubicado a unos pocos kiló t de P ho ix, A rizo E ntre ntre P h ni l
D E S M O N D D O S S > > O B J E T O R D E C O N C I E N C IA IA
Te diré algo, Doss. Se supone que yo no debo llevar a nadie a Buckeye, pero súbete a la parte trasera de mi camión. Cuando llegues adonde quieres bajar, golpea el techo de la cabina. Crearé un pequeño problema en el motor durante un minuto, mientras saltas. Pero recuerda, si te descubren, yo no sé nada acerca de esto. Desmond golpeó el techo de la cabina. El conductor se apartó a la banquina, y saltó para levantar el capó por un instante. Luego salt sa ltó ó de nuevo nuevo al al camión. E ntretan ntre tanto, to, Desmond Desmond bajó y se escondió detrás de un edificio. Llegó a la iglesia a tiempo, fácilmente, pero él sabía que pocas veces ocurriría algo así. Había cerca del campamento una pequeña estación, donde el tren se detenía cuando alguien le hacía señas. Los soldados podían podían subir subir a ese tren, que se detenía detení a en Buckeye. P ero ero alg algu unos de los soldados probablemente, después de haber bebido algo de esa cerveza gratuita causaron muchos problemas en el tren, de modo que ningún soldado, ni siquiera los generales, podían subir al tren en ese campamento. Así que, había solo una manera segura en que Desmond podía podía ir a la iglesia: ir a P hoenix hoe nix en un vehí culo ulo del ejército e jército y tomar el tren de regreso a Buckeye. Pero, para cuando terminara de hacer el recorrido, la hora del culto habría pasado. Así que, Desmond fue a ver al jefe de esa pequeña estación de tren. S eñor eño r le dijo, dijo , soy adventista adventista del sép s épttimo día y quier quiero o ir ir a la iglesia en Buckeye el sábado por la mañana. Yo sé que se supone que los soldados no deben subir al tren, pero ¿le parece que será será posible pos ible hacer hac er una excepción? Q uiero ie ro ir a Buck Buckey eye e para asistir a la iglesia, y a ningún otro lugar. E n realidad, realidad, mis mis superio sup eriores res no me me prohí pro híbe ben n permitir p ermitir un soldado en el tren. Así que, si lo que quieres es ir a la iglesia, creo que puedo depender de ti, que no hagas un alboroto. Sí, puedes tomar el tren aquí respondió el jefe de la estación. ¿ Tod Todos los los sábados sábados de maña mañana? na? p p reg re g u n tó Desmond Desmond.. Si, todos los sábados de mañana. Muchas Muchas grac gracia ias, s, señor d d ijo Desmond Des mond,, cont co ntento. ento. h 6 e'^ e' ^onces onc es’’ cada sábad sá bado o de mañana Desmond es mond torna orna Da el tren hacia Buckeye y asistía a la iglesia. Sin embargo, no
FO R TJACK SO NYPU N TO SALO ES TE
le fue tan bien con sus superiores en el campamento. Uno de ellos subrayó: s ubrayó: "Doss "Do ss cons consigue igue más más pases pases que un un Gen G enera eral” l”. Otra razón por la que Desmond estaba tan ansioso por ir a la iglesia era que Dorothy también estaba en Arizona. Ella estaba trabajando para un médico en Buckeye, de modo que no solo iba a la iglesia, sino también ¡iba a la iglesia con Dorothy! Los sábados llegaron a ser días especiales para ellos.
Un viernes de tarde, cuando Desmond fue a la carpa de las oficinas centrales del batallón médico para recoger su acostumbrado pase sabático, sintió que estaba sucediendo algo, que él no podía comprender. El sargento principal, que refle jaba jaba la desaprobaci desaprobación ón que ten tenía ía el coman comanda dant nte e hacia cia Doss, Doss, le le extendió el pase con una desagradable media sonrisa. N o seguiré haciendo est es to much mucho o má más, Doss Doss le l e dijo d ijo Se están haciendo arreglos de modo que puedas tener todos tus sábados libres de ahora en adelante. Desmond decidió que encontraría de qué se trataba todo esto, de modo que buscó a un oficial de su batallón y le preguntó qué estaba pasando. Tengo T engo noticias noticias para para ti, Doss le le informó info rmó S aldr aldrás ás del del ejército. Hemos discutido tu caso extensamente, y hemos llegado a la conclusión de que estás en condiciones de ser dado de baja baja por la S ección O cho. Vete V ete a tu carpa, carpa, hasta hasta que la C omisión de Bajas esté lista para verte. No demorará mucho. Desmond era humano. Estaba cansado de ese desierto abrasador. Su nariz estaba inflamada por el polvo constante y sus ojos le lloraban. Los oficiales estaban en contra de él y no podía nunca relajarse. Ya había tenido suficiente. Estaba listo para salir del ejército e irse a casa. Sin embargo, él sabía que la Sección Ocho se refería a inestabilidad mental. mental. Y D esmond es mond Doss no creía que estuvi estuvies ese e "chi"chiflado” sencillamente porque quisiese ir a la iglesia los sábados. La C omisión de Baja B ajas s pro p ronto nto lo llamó llamó para para que que compareciera compareciera ante ellos. La comisión consistía en cinco oficiales médicos y el comandant comandan te del batallón; est es taban sentados alrededoi de una una 8 7
DESMOND DOSS
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mesa afuera, afuera, al al calo calorr del des de sierto. ierto. El pre p res s idente ide nte de la la com comisión isión po r ser se r dado dad o de baja sobre la base de HRoabesmondque estaba por la Sección Ocho, hecho que él ya sabia. ¿ P or qué qué la S ección Ocho? O cho? ¿ No es satis s atisfac factorio torio mi tr trabajo? preguntó Desmond. P etab etaba a fren fre nte a cinco cinc o oficiale ofic iales s nnédicos nnédicos Que creían creían que que él él es taba loco. ¿Qué ¿ Qué diría él? él? Bueno B ueno,, sí, sí, lo lo es a d m itió el oficial oficia l . N o tene tenemos mos proble oblem ma con tu trabajo. Es solo que eres demasiado estricto con tu religión. Estar afuera el sábado podría significar que podrías perderte algo importante que deberías saber. S eñor eño r di dijo jo D esmond, es mond, si sirvo a Dios D ios en sus sus sábad sábados os como él ordena en en el C uarto ua rto M anda an damie miento nto,, sie s iento nto que q ue él él me me dará la sabiduría suficiente cuando la necesite. Si es una emergencia, siempre siempre estoy listo para cuida cu idarr de los solda s oldados dos enfermos enfermos o heridos, ridos, aunque sea sea sábado. sábado. O tro param pa raméd édic ico o y yo hemos hemos he hecho el arreglo, de modo que él atiende mis deberes el sábadoyyo atiendo los de él el el domingo. domingo . Y permí pe rmítame tame recorda rec ordarle, rle, se señor, que la Compañía B tiene el número menor de licencias por enfermedad de todo el regimiento. Desmond bien podría haberse evitado gastar esas energías. Todo lo que a la comisión le interesaba era que Desmond aceptara la baja sin protestar; algo que él no podía hacer. Ustedes dicen que mi trabajo es satisfactorio le recordó a la comis omisión ión,, de modo mo do que la única únic a caus c ausa a para mi baja es mi observancia del sábado. Sería un cristiano muy pobre si aceptara la baja, implicando que estoy desequilibrado mentalmente por mi religión. Lo lamento, caballeros, pero no puedo aceptar esa clase de baja. Esa respuesta detuvo la baja por la Sección Ocho. Era obvio que Washington nunca aprobaría una baja dada por motivos puramente religiosos. Así que, Desmond permaneció en el ejérc ej ército ito en el el des de s ierto ie rto abras a brasado ador. r. E ra una vic v ictor toria ia ext extraña raña.. QLie no aumentó su popularidad con el alto mando. Se comenzó a insinuar que la División se mudaría del desier °, un indicio bienvenido. No más arena caliente, no más agua caliente para beber, no más maniobras en el desierto. La División estaba lista para seguir adelante. 8 8
FÜRIJACKSONYPUNTOSALOESTE
Un par de días después de la reunión de la Comisión de Ba jas, jas, se se le dijo a Desmond Des mond que se present presentara ara en las las ofici oficinas nas de la enfei mei ía del i egimiento. Se preguntaba para qué, pero pi onto lo supo. Doss, Dos s, se te tra trans nsfie fiere re a la Infan In fantería tería””, le co comumunicó el sai gento. Sus enemigos en el batallón médico habían encontrado otra manera de sacárselo de encima. Él debía de volvei su equipo eq uipo médico y presentarse prese ntarse a las las oficinas oficinas centrales centrales de la C ompañía del P rimer Bat Ba tallón. Mientras recogía su equipo médico, se dio cuenta del comienzo de sus dificultades. Inclinó la cabeza por un momento y oró: oró: “Q uerido ue rido J esús, esús, por favor, favor, quédate conmigo conmigo y ayúd ayúdam ame e a sa saber ber qué debo debo hace ha cer” r”. Le vino el pensa pensamiento miento de ir a ver ve r al al capellán Stanley, quien ahora era el capellán de la División. El capellán escuchó su historia y le mostró simpatía, pero había poco que él pudiera hacer en ese momento. Desmond devolvió su equipo médico. Cuando abandonaba su tienda, un amigo, amigo, T /4 M arch arc h H owell, lo despidió. De paso, Doss le dijo, acabo de hacer una apuesta de diez dólares con tu nuevo comandante de compañía. Él dijo que te tendría portando un arma dentro de treinta días. Le aposté que no lo conseguiría. H owell, ow ell, tú tú sabes sabes que que nocreoe no creoenjuego njuegosd sdea eaza zar. r. No sé có cóm mo hacer para que los dos ganen, pero tú sabes que no portaré un arma respondió Desmond. Desmond se presentó a su nuevo comandante, el capitán Cosner (no es su nombre real). Cosner había sido advertido acerca acerca de es estte "alb "a lbo o rotad ro tado o r” que era transferid trans ferido o a su compañía y estaba listo para recibir a Doss. Había asignado a Desmond a la sección de zapadores con municiones; la carabina que había de llevar estaba lista para él. Aquí, A quí, Doss le o rde nó Toma Toma est esta a car carab abin ina. a. Desmond se dio cuenta de lo que el capitán estaba ti atando de hacer. hacer. C omo "O b jetor je tor de concienc con ciencia” ia”, oficialmente oficia lmente estaba estaba exento exento de po p o rtar rta r armas: armas: aunque a unque no estaba estaba exento exento de de obe e cer una orden de un oficial a cargo. Así As í que Des D esmond mond no to to mó la carabina, sino que con con es o.
-Lolam lamento, ento, señor, señor, pero perodeacuerdo acuerdoconmisconviccio cciones
religiosas, no puedo portar armas. .
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y luego < w E , capitán trato traato nfra otra vez con la carabina, ca|¡bre 45 intentó el mismo ismo luego co Vamos, Vamos, Doss, Doss, P
^ toma tom a r es t0. N o es realmente un arma. p regu re gu ntó Desmond.
ifc a p itán itá n trató tra tó con un un cuchillo de mont mon te y un equipode municiones Desmond declinó tomar estas cosas, pero sin recha ZarM ire r Dossm ssmednyo e l ca c a pitán pi tán, no n o qu q u iero ie ro que mate mate a nadie, ie, soto quiero quiero que se entrene como c omo el res to de los solda soldado dos. s. ? o confiaré más más bien bien en Dios D ios que en una carabina respon respon dió Desmond. . E l capitán probó otra cosa. Dos D oss, s, tú eres eres casado. casado. S upont upon te que qu e alguien alguie n est es te violan violando do a tu esposa. ¿No usarías un arma? N o tendría un arm arma. ¿ Q ué harías, harías, entonces? entonces? N o me qued quedaría aría allí allí parado re p lic ó Desmond, Des mond, cla clarramen amen-te ¡No mat mataría aría y no no usaría usaría un arma, pero pe ro ciertame ci ertamente nte él él de searía estar muerto para el momento en que terminara con él! De este modo, terminó el conflicto por ese día. De paso, al final de de los treinta trein ta días, días, se pres presume ume que T /4 H owell owe ll reco recog gió sus diez dólares.
H
abía llegado el momento de que los soldados abordaran el tren tre n para el el viaje a la R eserva eserva M ilitar ilita r Indian I ndiantown town Gap, en P ensilvania. Es dudoso dudos o que siquiera un soldado hubiera hubiera deseado des eado quedars q uedarse e en el el desiert des ierto: o: todos estaban estaban listos listos para trasladarse a un lugar con menores temperaturas. Casi se habían olvidado cómo se sentía el aire fresco. No sabían, entonces, que más tarde llegaría el momento en que habrían estado contentos con un poco del aire caliente del desierto. El tren, cargado de tropas, recorrió su camino a través de los Estados Unidos y llegó a Indiantown Gap. Allí, el capitán Cos ner tuvo la última palabra en el conflicto con Desmond sobi e la portación de armas. Puso a Desmond en KP [policía de la cocina] perma p ermane nente, nte, y se le dio la tarea de rasquetea! rasquetea! ollas y sartenes, y lavar las mesas. Se ponía lejía en el agua para estas tareas, y las manos de Desmond pronto quedaron lastimadas
y sangrantes sangrantes.. No podía tocar tocar nada nada sin que le dolieran.
^
C uando Des D esmond mond dejó el desierto des ierto de Arizona, Doi o y vo vio a su casa, casa, en R ichmond, Virginia. C omo Desm Des mon ñopo ño po l^ l^c0' c0'1 1 seguir seguir ni ni siquie siquiera ra un pase para para salir del área área de de campam campamen en o, tenía sen s entido tido que ella fuera hasta hasta P ensilvania ensilvania par para a vivir ce
y
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Aquí hay una carta para ti, Doss. El sargento le tiró la carta a Desmond mientras volvía a |as barracas una tarde. Desm Des mond estaba estaba co c o ntento nten to de rec re c ibir ib ir not no ticias icia s de sus sus pa padres. Sin embargo, el mensaje era un tanto desconcertante. "Ha rold estará en casa, de licencia de la marina, comenzando el día doce. ¿Hay alguna posibilidad de que consigas una licencia también, de modo que podamos estar todos juntos antes de que Harold vaya a ultramar? Estará aquí una semana. Desmond miró el el calendario, calenda rio, y enc en c o ntró que tendría tendrí a que que sasalir dentro dentro de solo tres o cuatro cuatro días, si querí que ría a ve ve r a su her herm mano. ano. A Desmond, Desmond, y a varios otros o tros soldados, so ldados, les les toc tocaba aba pronto pro nto ten tener er una una licencia, licencia, de modo que pensó pens ó que podrí podría a cons co nsegu eguir ir un una a tiempo para ver a Harold. Al día siguiente, el capitán Cosner reunió a estos hombres para darles los papeles de la licencia. Los estaba distribuyendo, cuando le llegó el turno a Desmond. Doss, todavía no te has calificado para portar un arma le d ijo Hay un reglamento que dice que no puedes tener un una licencia a menos que te hayas calificado con un arma y así, arrancó los papeles de manos de Desmond y los rompió. ¡Qué chasco! Desmond Des mond salió s alió para ver ve r al capellán capellán y lueg luego oa otros oficiales, y finalmente al comandante del regimiento. S eñor dijo dijo Desmo De smond nd Soy un O C , y se supone que que esto stoy exento de portar armas. Pero, por cuanto no porto armas, el capitán de mi mi compañía no quiere quie re darme da rme una licencia lic encia para para que pueda ir a casa y ver a mi hermano, antes de que él se vaya a ultramar. ¿Puede usted ayudarme? Dos D oss s , usted viene de V irginia, irginia , ¿ver ¿ verdad? dad? H ay much muchos os bu buenos hombres en el ejército que son de Virginia. Usted debería seguir el ejemplo de ellos. Me parece que usted es un holga zán zán y esquiv esquiva a el el traba trabajo jo d ijo el co c o mand ma nda a nte ¿ P or qué qué no no se olvida de to to do est este asunto as unto del O C y to toma un arma, arma, como como el rest res to de la Infantería? E ntienda, Doss, Dos s, que que est es ta es sim simplen lennen te una conversación amable, que inenta que vea las cosas en forma forma diferente. diferente.
palabra-
Señor, no he tenido la oportunidad de decir ni una
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Si esto era una conversación amable, se preguntaba cómo sería una que no lo fuera. No, no le daré licencia. No la merece. Puede irse terminó el comandante. Así que, Desmond se fue triste hasta la cantina militar, para llamar a su casa por teléfono de larga distancia. Cuando su madre respondió, le dijo: Mamá, habla Desmond. Recibí tu carta, pero no puedo ir a casa...y se atascó. En ese momento, se preguntaba si vería a Harold o a sus padres padres otra vez. P or la manera manera en que se estaban estaban dando las las cosas, fácilmente podría terminar en prisión. Y allí se quedó mudo, incapaz de hablar, mientras los segundos que estaba pagando seguían pasando. Des D esmond, mond, ¿qué ¿qué te te pasa? sa? preg p regun unttó su madre madre ¿ Dónde Dónde estás, Desmond? Finalmente, Desmond logró controlar sus emociones lo suficiente como para explicar a su madre la situación. Ella se entristeció, y no sabía qué decirle que hiciera. Sin embargo, a Desmond lo ayudó el escuchar la voz de su madre. A la mañana siguiente, estaba en la carpa de la cocina, con sus manos anos y brazos en agua agua jabonosa, cuando entró e ntró un soldado. soldado. Dos D oss, s, el sargento s argento me me ordenó orde nó que te te dijera dijera que te prese p resentantaras a las oficinas del Batallón Médico. ¿Y ahora qué?, é?, pensó Desmond, mientras se secaba las manos en la áspera toalla. Cuando llegó a las oficinas del Batallón Médico, el mayor Wendell le dijo: Bienvenido de regreso, Doss. Estás otra vez en el batallón sanitario. Desmond casi no podía creerlo, y se preguntaba el porqué del cambio repentino. En ese momento, tuvo la presencia de ánirno de pedir al sargento que estaba parado cerca:
-¿Puedotener ner mi licencia? cia?-Yexplicóquesuherm hermanoest esta ría ríaensucasaporunospocosdías díasantes antesdeir iraultramar. -No, tendrásqueesperar tuturnoparalal lalicencia--rrespon espon dióel sarg sargento. -¿Puedo, enton entonces, conseguir uir unpase?-pregun -preguntó.
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S i te te damos un un pase pase,, no podrás tene ten e r una una licencia. licencia. N o tengo otra elección elecc ión en este asunto. Deme un pa pase, se, po por favor. Ese mismo día se fue a su casa; y descubrió lo que había sucedido. Cuando sus padres recibieron su llamada telefónica, enviaron una una carta nocturna nocturna a C arlyle B. Haynes, pres preside idente nte de la la Comiomisión de Serv S ervicios icios de Guerra G uerra de la Iglesia Iglesia Adve A dventista ntista en Washi Washing ng-ton, D. G, contándole acerca de Desmond y su problema. Entonces, a la mañana, Haynes llamó al comandante del regimiento en Indiantown Gap. E ntiendo ntien do que tiene tienen n algunas algunas dificul tades tades con con un soldado llam llamado Desmond Doss.¿Será necesario que vaya allí, para investigar? O h, no, señor Haynes. Haynes. Es solo un malentendido. Ya tenemos tod todo o atendido atendido res res pond po ndió ió el comandant comandante. Y fue en en ese moment momento o que que repent repe ntinamen inamentte llamar llamaron on a DesDesmond para transferirlo de nuevo al Batallón Médico. Lo cierto era que tanto el comandante como los que estaban debajo de él, que le habían causado tantos problemas a Desmond, se dieron diero n cuent c uenta a de que est es tarían aría n en problemas problemas si Carlyl Carlyle e B. Haynes Haynes llegara llegara a venir venir a su su campame campamento nto para investigar. investigar. DesDesmond mond era un "O "O bjetor bje tor de Consc C onsciencia" iencia" y no no debía ser s er forzado forzado a portar armas. Desmond hasta había visto sobre la mesa del comandante mandante una carta que él sabía que estaba e staba en su prop propio io leg legajo: ajo: una una carta firmada firmada por p or el el P residente res idente R oosevelt oosevelt,, C omandante omandante en en J efe, efe, y por G eorge eorge C. C. Marshall, Marshall, jefe del del Est E stado ado Mayor, Mayor, dicien ciend do que los objetares de consciencia no podían ser obligados a portar armas. Así que, Desmond sabía que el comandante conocía esta reglamentación y que era consciente de que tendrían dificultades si C arlyle B. Haynes hacía hacía alguna alguna invest inves tigación. Cuando Desmond vio que las situaciones imposibles se resolvían a su favor, se dio cuenta de que Dios estaba actuando. Y siem s iempre pre se se acordó de de agradecer agradecer a Dios por la forma mar marav aviillosa en que lo cuidaba.
La 77aDivisión se entrenó en toda esa área. Estuvieron en India In diantown ntown G ap; en el Camp C amp P ickett, ickett, en V irginia; y arriba, arriba, en
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las montañas cerca de Elkins, West Virginia. Cuando fueron llevados a las montañas, vestían uniformes color caqui; y al llegar a su destino, había en el suelo como 18 centímetros de nieve. ¡Ese allí que desearon tener solo un poquito del calor del desierto de Arizona! En las montañas sucedió algo que fue importante para la post pos teriot carret ca rret a militar mil itar de Desmond; Des mond; aunque aunque no se dio cuenta de ello en el momento. Una cosa importante que los soldados dos tuvieron tuvie ron que apren a prender der fue a atar atar nudos. nudos. Tenían Tenían que que bajarbaja rse unos a otros por barrancos, cruzando corrientes de agua y amarrándose de árboles, y sus vidas podían depender de cuán bien supieran hacer un nudo. Desmond había aprendido a atar nudos en su programa de de J óvene óvenes s M isioneros isione ros Volun V oluntatarios en la escuela de iglesia, y era una actividad que le gustaba. Doss, tú eres bastante bueno con los nudos. ¿Por qué no ayudas a algunos de los otros? dijo el sargento un día. Desmond estuvo contento de hacerlo. Un día, tenía ení a a varios vario s hombres practicando en cada cada extremo de una una soga soga larga. larga. C omo estaban estaban haciéndolo haciéndolo bien y él quería practipracticar haciendo el as de guía él mismo, dobló un trozo de la soga en el medio e hizo hiz o un as de guía. guía. E ncontró nco ntró que tenía dos lazos en vez de uno, uno, y que ambos estaban estaban firmes firmes.. Nunca lo hab había ía visto visto antes, antes, y decidió memorizarlo en caso de que lo necesitara más adelante.
Los Los soldados so ldados de la 7 7 a División, la División "Estat "E statua ua de de la L ibert ibe rtad ad” ”, se habían entr e ntren enad ado o juntos juntos en los los Esta E stados dos Unidos U nidos por un poco más de dos años. Su adiestramiento había sido completo, y trabajaban juntos como un buen equipo. Había llegado el momento de poner ese adiestramiento en uso en la S egun egunda da G uerra M undial. _ Las Las tropa rop a s es e s taban aba n en C amp Picket P ickettt, V irginia. irginia. ¿A donde crees que nos enviarán? en viarán? ” se preguntaban preguntaba n los los soldados unos a otros. Nadie sabía. Podría ser el escenario de guerra de Europa o el escenario de guerra del Pacífico. Un día, llamaron a todos odo s . "J unten unten todas sus sus cosas cosas para para via jar jar"", les les dijeron. "S aldremos aldremos pasado manana. manana .
PUNI OS AL ESTE OIRA VEZ, Y AL COMBATE
las las mont montañas añas cerca de E lkins, lkins, W es t V irginia. irginia. C uando fue fueron ron llevados a las montañas, vestían uniformes color caqui; y al llegar a su destino, había en el suelo como 18 centímetros de nieve. ¡Ese allí que desearon tener solo un poquito del calor del desiert des ierto o de Arizo A rizona na!! En las montañas sucedió algo que fue importante para la pos terior carrera ca rrera militar m ilitar de Desmond Des mond;; aunque aunque no se dio cuenta de ello en el momento. Una cosa importante que los soldados tuvie tuvieron ron que aprende ap renderr fue a atar nudos. nudos. Tenían Tenían que que bajarb ajarse unos a otros por barrancos, cruzando corrientes de agua y amarrándose de árboles, y sus vidas podían depender de cuán bien supieran hacer un nudo. Desmond había aprendido a atar atar nudos nudos en su programa programa de J óvenes óvenes M isioneros isione ros V olunt olun tarios en la escuela escuela de iglesia, y era una activ ac tividad idad que le gustaba. gustaba. Doss, tú eres bastante bueno con los nudos. ¿Por qué no ayud ayudas as a algunos de los otros otros? ? d ijo el sargento un día. día. Desmond estuvo contento de hacerlo. Un día, día, tení tenía a a varios hombres practicando en cad cada a extremo de una soga soga larga larga.. C omo est es taban haciéndolo ha ciéndolo bien y él él quería practipracticar haciendo el as de guía él mismo, dobló un trozo de la soga en el medio e hizo un as de guía. guía. E ncon ncontró tró que tenía enía dos lazos en vez de uno, uno, y que que ambos estaban estaban firmes. Nunca lo había había visto visto antes, antes, y decidió memorizarlo en caso de que lo necesitara más adelante.
Los Los soldados de la 7 7 a División, la Divisió División n "Estat "E statua ua de la Libertad", se habían entrenado juntos en los Estados Unidos por un poco más de dos años. Su adiestramiento había sido completo, y trabajaban juntos como un buen equipo. Había llegado el momento de poner ese adiestramiento en uso en la Segunda Guerra Mundial. Las Las tropa tropas s est es taban en C amp amp P ickett ickett, V irginia. irginia. ¿A dónde crees que nos enviarán?" se preguntaban los soldados unos a otros. otros. Nadie N adie sabía. sabía. P odría odría ser s er el el escenario esc enario de de guerra guerra de EuroE uropa o el escen es cenario ario de guerra g uerra del P acífico. acífico. Un día, día, llamaron llamaro n a todos odo s. "J unten todas sus cosas cosas para para via ja jar", les les dijeron. dijeron. "S "S aldre aldrem mos pasad pasado o mañana. mañana. 95
Q E S W Í 0N ! ) D O S S
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Les permitieron a las esposas que vinieran al área del campamento para despedirse de sus maridos, así que, Dorothy viajó desde Richmond muy temprano, la mañana en que la división saldría. Fue bueno estar juntos, aunque solo pudieran darse las manos y susurra us urrarr “Te amo”, mientras mientras espera es peraban ban la partida del tren. tren. ¡Todos a bordo! Un último beso, y Desmond abordó el tren con los demás soldados. Se sentó en una ventanilla desde donde podría saludar a su querida Dorothy. Mientras el tren arrancaba rumbo al oeste, le dijeron a Desmond que debía presentarse en el vagón del equipaje para ayudar a pelar papas; un trabajo interminable en el ejército. A medida que avanzaban, comenzó a reconocer el paisaje y se dio cuenta de que, pronto, el tren pasaría por su pueblo natal de Lynchburg. Sabía que el tren pasaría muy cerca de la casa de sus padres en la Avenida Easley. También sabía que a su padre le gustaba ver pasar los trenes. ¡Oigan, muchachos! les dijo a los soldados que trabajaban con él é l E stamos por po r pasar pas ar fre fre n te a mi casa, y a mi pap papá le le gusta gusta ver pasar los trenes trenes.. Ayúdenme A yúdenme a saludarlo. saludarlo. Así que, que, los compañeros reunie reu nieron ron escobas, lampazos lampazos y palanganas, langanas, y se pararon para ron a la la entrada entrada de los vagones. vagones . Al llegar al lugar donde vieron al hombre parado en su porche delantero, comenzaron a saludar con todos los elementos que tenían en la mano. P robablemente, robablemente, él se preg pregun untarí taría a de qué se trataba rataba todo eso, sin soñar que uno de los soldados era su propio hijo. Desmond hizo algo más. En un trozo de papel, escribió: "Estamos saliendo. s aliendo. O ren ren por por mí. mí. Los amo, Des D esmo mond nd” ”. Luego, Luego, ató ató al papel el pañuelo con que había despedido desde el tren a Dorothy, y lo arrojó. Su familia recibió el papel con el mensaje al día siguiente. Desmond se sentía bastante abatido en ese momento. Sentía que dejaba atrás todo lo que conocía y le era querido. Mientras el tren cruzaba el viaducto en el centro de Lynchburg, le asaltó el pensamiento de que podría saltar del tren y terminar con todas sus dificultades. Pero, se dio cuenta de que se esta ría quitando la vida y quebrantando el sexto Mandamiento Elevó una breve oración a su Dios, y volvió a pelar papas.
PUNTOS AL ESTE OTRA VEZ, V AL COMBATE
Al poco I lempo, los s oldados oldado s comenz c omenzaron aron a darse darse cuenta cuenta de que estaban viajando hacia el oeste, lo que finalmente slgnlfi cat ¡a el esce es cena nario rio de guerra gu erra del P acífico. acífico. Tres días más más tarde, tarde, entraron entraron en Ünkland, Ü nkland, C ulifoi nia. ia. Desdo D esdo all allí, fueron trans trans feridos al al laai co de ti anspo ns poii te de ti opas que los llevaría llevarí a por por dede bajo del put ntc Golden Gate y a través del Océano Pacífico Nunca pensé que vería las las islas islas Hawaii H awaii obs o bservó ervó uno de los los soldad soldados, os, mientr mien tras as él y Des D esmond mond est es taban parados parados juntos en la la cubierta del barco, después de haber atracado en Honolulú. Tampoco Tampoco yo res re s po ndió nd ió D esmond es mond S ospec ospecho ho que que esto esto es es Pearl Harbor, donde los japoneses dejaron caer sus bombas. Desde Honolulú, la división fue llevada a las montañas en el extremo opuesto de la isla, donde establecieron su campamento. El primer jueves de noche, Desmond estaba sentado sobre su camastro, escribiendo una carta a Dorothy, cuando de repente le pareció oír una voz que le decía: "Vé a la base de la la F uerza Aé A é rea re a ”. La ignoró, igno ró, pero pe ro otra o tra vez vez vino el mensaje. mensaje. Aunque no entendía de qué se trataba, puso a un lado la carta y fue a la la enferme enfe rmerí ría. a. ¿ P uedo te te ne r un pase para ir a la base base de de la F uerza uerza Aérea? Aérea? ¿ C onoce a alguien allá allá?? pre pre g untó un tó el el sargen sargentto. No. Bueno, no sé por qué quiere ir, pero vaya. Debe estar de regreso regreso a las las diez y media de la noche noche le respondió respo ndió el el sargento mientras le alcanzaba el pase. Desmond ni siquiera sabía dónde estaba la base de la Fuerza Aérea. C omenz ome nzó ó a caminar ca minar por el camino camino de tierra hacia acia la carretera, pero no sabía en qué dirección ir cuando llegara allá llá. Se volvió vo lvió hacia la derecha, y pro p ronto nto un jeep del ejército ejé rcito lo recogió. ¿Hacia dónde va? le preguntó el conductor. A la base de la Fuerza Aérea respondió Desmond.
-Sol dado, entonces es m ejor ej or que se baj eaquí yvaya en a otradi recci ón. . , Desm ond baj ó, se di ri gi óhaci ael lado opue o puess to y, y, na men e, encontróla basede la laF uerza A érea. / , . Decid ci di óque irí iría aalaofi cina, paraver si habí aaguna v tadel sépti m odí aen la labase. 97
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¿ Hay algún algún adventista adventista del del s éptimo día aquí? aquí? pregunt preguntó. ó. N o sé de ninguno. ninguno. P ero le digo algo, algo, soldado. s oldado. ¿ P or qué qué no no va a la enfermería allí? Ellos tal vez puedan ayudarlo. Desmond encontró la enfermería, pero hizo su pregunta de una manera un poco diferente esta vez. ¿ Hay alguien alguien que sale cada cada sábado s ábado de mañana mañana para ir la iglesia? N o sé de ningun ninguno o replic re plicó ó el asistente. asistente. En ese momento entró un oficial. Él había oído la conversación. W a rm va a algún lugar luga r cada sábado sábado de mañana. Tal vez vez se sea él a quien quiere ver. Él trabaja en la oficina dental, allí. Desmond encontró al cabo Warm. Sí, él era adventista del séptimo día. Sí, él sabía dónde estaba la iglesia en Honolulú e iba allí cada sábado. Los dos tuvieron una buena charla, y acordaron que Desmond vendría para encontrarse con Warm el sábado, a fin de ir a la iglesia juntos. Cuando Desmond salió, miró su reloj: ¡las diez y quince! No llegaría de regreso para las diez y treinta. Eran más de las diez cuarenta y cinco cuando llegó a la puerta del campamento. ¡Alto! ¿Quién va? preguntó el guarda. El soldado raso Doss, señor respondió Desmond. Doss, ¿qué diablos estás haciendo aquí a esta hora de la noche? Tenía Tenía un pase pase para ir a la base de la Fuerza F uerza Aér A érea ea y me llevó más tiempo de lo que pensaba. Lo lamento se disculpó Desmond. Bueno, corre de vuelta a tu carpa, y que no te atrapen, o ambos am bos est es taremos en problemas problemas.. Cuando Desmond fue el viernes al puesto sanitario a buscar su pase para salir el sábado, el sargento estaba de guardia. Desmond cortésmente pidió un pase para poder ir a la iglesia. Dos D osss, ¿ha ¿ hab brá algún algún lugar de la T ierra donde don de los adventistas adventistas no no tengan una iglesia? preguntó el sargento, de muy buen humor. N o hay muchos lugares, lugares, sargento. s argento. E stamos stamos por todo todo el el mundo undo res pondió pon dió Desmond, Desmond, sonriendo. sonriendo. Desmond y el cabo Warm pasaron un día muy agradable con los miembros de iglesia en Honolulú. Desmond se encontró allí con otros soldados, hombres de la Marin M arina a y de la Fuer F uerza za Aérea Aérea.. Se encontró con un capellán civil que cuidaba bien a “sus mu
PUNTOS AL ESTE OTRA VEZ,
y AL COMBATE COMBATE
chachos”. El "Papá” "P apá” M uns un s on era tamh¡¿n tamh¡¿ n de las charl arlas que que daba aba ocasi ocasion onal alm ment ente c o m ^ Gozab zabf'J f'J n cuadr cuadro o que dibujó dibu jó fue el de un soldado do « r en tlZaU n paba aba de de un soldado solda do herido, h erido, con C risto ris to ni ni 1 d qUe Se ocu aprobación. A D es mond ^ I ^ ^ S ? a ba “ n pocos años más tarde arde,, "Papá Papá" M u n s o n C o u “ esa escena para que el usara en sus presentaciones.
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* *★ * * Antes de mucho, la 77* División estaba preparándose para dejar dejar Hawai, con co n s u c m a maravil maravilloso, loso, su gente gente amab amable le y sus sus sabrosas pinas (ananas). Esta vez, el barco que llevaba las tropas fue mas mas al al oest oes te. O tra vez, los soldados s oldados desconocían su dest des tino Fue en ese barco, mientras navegaban saliendo de Hawaii, que Desmond pasó varias noches en cubierta, recordando lo que había vivido mientras crecía.
CAPÍTULO 13 *
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l 9 de julio de 1944, el convoy de barcos con tropas zarpó de Pearl Harbor, otra vez en dirección al oeste. La 77a 77 a División, Divis ión, "Es "E s tatua de la L ibertad", est es taba a bordo. Varios destructores acompañaban a los barcos, y todo el convoy zigzagueaba, en un intento de evitar cualquier clase de ataque ataque sorpresa s orpresa de los los japones japoneses. es. Varios días días más más tarde, el convoy co nvoy cruz cru z ó la línea Internacional de C ambio de Fecha y, luego, luego, llegaro lleg aron n al A toló tolón n de E niwet niwetok, ok, en las Islas Marshall. Allí el grupo recibió órdenes oficiales de seguir se guir hacia hacia Guam. Guam. P or primera vez, vez, to to da la división divis ión participaparticiparía de un combate real. N o sé si tene tenerr mied miedo o o estar entusiasmado obs ob s ervó Des mond a otro soldado un día. Ambas cosas fue la respuesta. La guerra que se había iniciado el 7 de diciembre de 1941 con el el bombardeo de P earl earl H arbo ar borr en Hawa H awaii, ii, estaba ahor ahora a en su tercer año. No es un secreto que Estados Unidos no estaba preparado para una guerra el 7 de diciembre de 1941. Pero de inmediato toda la nación se transformó de manera urgente en una máquina de guerra. Debían fabricarse barcos, tanques, vehículos y municiones de todas clases, y había que adiestrar hombres para para que que sirvieran s irvieran en el E jércit jérc ito, o, la Marina, M arina, la Inf Infan an
GUAM Y LEYTE
feria de Marina y la Fuerza Aérea. Se inició el sistema de reclutam clutamient iento: o: Vas a la gue guerra, rra , te gus guste o no". o". La gente gente vivía con raciona racionam mient iento de azúcar, aceites, gasolina y otros otro s elementos elementos Loss japone Lo japoneses, ses, ademas ademas de bombard bo mbardea earr Pear P earll H Harb arbor or ránida ránida ment ente co conquis nquistaron taron Guam Guam,, las Filipinas, F ilipinas, lwo lwo J im y otras islas del r r f c a Dos a"0 a" 05 V medí0 medí0 más más tarde, los estadou estadounid nidenses enses estab estaban anco comenza menzando ndo a libe libera rarr estas islas una a la la vez ¡No era fá fá di! Los japoneses estaban bien atrincherados y tenían Dlanesde quedars rsedonde estaban. Fueron necesarios muchos combates para convencerlos de lo contrario ontrario.. Much M uchos os militares militares murieron murieron v muchos más fueron heridos. Desmond era uno de los soldados de sanidad, o paramédicos, que cuidaban de estos hombres Mucho más tai de, de, Des D esmond mond oyó oyó una historia fascina fas cinante nte Él nunca supo con certeza si era verdad, pero pudo haberlo sido Un pastor pastor adven ad ventista tista se dio cue c uenta nta de que lo seguían Un din' din' su "sombra” se acercó rcó a él. ' ’ Señor, ¿sabe usted algo de Guam? inquirió el. Bueno Bueno,, ssíí res re s pondió po ndió el ministr ministro. o. El gener general al M a c A rthur rthu r quisiera quisie ra hablar con usted. usted. ¿ Sería Sería tan amable de venir conmigo, para verlo? le preguntó el hombre. Cuando llegaron al cuartel del general, el general le preguntó: ¿Qué sabe usted acerca de Guam? Si yo tuviera que desembarcar en Guam para luchar contra los japoneses, ¿dónde lo haría usted? Hay H ay solo un un lugar, lugar, señor: se ñor: Aga A gatt Bay [Bahía [Bahía Agat] A gat],, Hay demademasiados barrancos empinados en el resto de la isla. Pero le advierto, Agat Bay está fuertemente fortificada. Los japoneses está stán bie bien n atrinche atrincherado radoss le res respon pondió dió el ministro. ministro. Después de examinar un mapa de Guam y analizar toda la sit situac ació ión n, el el general M a c A rthur rthu r preguntó: pre guntó: “¿Cómo sabe tanto acerca de Guam? General, yo fui un misionero adventista allí por muchos ^nos. Llegué a c onoc no cer bien bie n toda toda la isla mientras es estuve tuve allá. allá. iln embargo, tuvimos que abandonar la isla cuando la tomaron los japoneses. ^Sl Que la 77aDivisión estaba ahora en Agat Bay. + +
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L o sentimos entimos mucho, pero pe ro no podremos pod remos acercarnos más a la orilla dijero ije ron n los los marineros marine ros a los los soldados soldado s El agua agua no tiene suficiente profundidad. Los soldados recibieron muchas municiones, pero tuvieron que llevarlas por sobre las cabezas al entrar en el agua que les llegaba casi hasta el cuello. Desmond no tenía municiones pero tenía muchos elementos elementos y vendajes de primeros primeros aux auxilio ilios s que llevar, llevar, y debía evitar e vitar que se mojaran. F inalmente, los los hom hombres llegaron a tierra firme sin saber qué esperar. Una cosa que no habían tomado en cuenta acerca de Guam era la lluvia. Lluvia, Lluvia, lluvia y ¡LL ¡L L U V IA ! En E n la la orilla orilla,, la lluvi lluvia a ha había transformado la tierra en un barro blanduzco. A medida que los soldados subían hacia los cerros, ese barro blanduzco se transformó en uno pegajoso. Se supone que los soldados son altos y se ven bien vestidos ves tidos en sus unifo u niformes rmes,, ¿ verda erdad? d? Este Este es el cuadro que tiene la mayoría de la gente. Sin embargo, estos soldados no eran ni parecidos a aquellos, con sus uniformes mojados y embarrados. Su reacción era usar todas las imprecaciones y las maldiciones que les vinieran a la mente mientras chapoteaban en el barro. Desmond pensó que había una manera mejor. "Firmes y adelan adelante, te, hues huestes de la fe” fe ”, cantaba ca ntaba en voz baja para sí mismo, mientras él también chapoteaba en el barro, que a veces le llegaba hasta la rodilla. A quí qu í están sus sus raciones K, tropa. tropa . S uficientes para para durarle arles s tres días, hasta que tomemos Barrlgada dijo el teniente ¿Saben por qué es un objetivo importante? No, señor respondieron varios soldados a la vez. H a y allí un un buen pozo pozo de agua agua potable. potable. Ustedes, cam camaraaradas, han estado tomando el agua que pudieron. Aun con las tabletas de purificación, muchos de ustedes tuvieron dolores de estómago y diarrea. C reo que una buena provisión provis ión de agua ayudará. Las raciones K eran principalmente porotos y tocino, o tocino y queso. queso. C orno Desmond Desmond era vegetarian vege tariano o y, y, particular particularm mente, no comía productos derivados del cerdo por lo que en Levítico 11, tenía poco para comer, excepto duras para para perros pe rros'' y, ocas oc asion ionalmen almente, te, un coco coc o de las las palm palmera eras. s. Cier Cier
leemos "galletas
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G U A M Y LE Y TE
to o no, los soldados ci oían que las "galletas para perros”y las radones radones C y K eran sobrant so brantes es de la la P rimera rimera Guerra G uerra Mundi M undial. al. La pi imera noche en la Isla, cavaron trincheras barrosas para pasar la noche. Api eciai on el hecho de que un cañón es tuviei a ti onando conti a los japoneses en los cerros detrás de ellos, peí o el i nido ei a ensordecedor y sentían como que sal tai ían expulsados de las ti ¡ncheras. Ninguno de los soldados recordó haber dormido esa noche. Al día siguiente, los soldados observaban cuidadosamente por si veían al enemigo. ¡Vieron algunos soldados a muy poca distancia de ellos! Abrieron fuego, y el enemigo devolvió el fuego... hasta que, de repente, se dieron cuenta de que ambos grupos grupos eran soldado so ldados s est es tadounidens ado unidenses es.. La "batalla” se detuvo detuvo antes de que comenzara... o, por lo menos, antes de que hubiese heridos. Un poco más tarde, mientras andaban por un camino, vieron una iglesia iglesia en llamas. llamas. S upieron upieron que los japoneses japones es habían habían usado esa iglesia como depósito de municiones y oficinas centrales. Los estadounidenses habían bombardeado ese edificio, y las municiones municiones almacenadas allí est es tallaban, al al quemarse. quemarse. A fortu fo rtu-nadamente, estaba lo suficientemente lejos como para que no hubiera la más mínima posibilidad de que alguno de los hombres fuera herido o muerto por el estallido de las municiones. Al otro día, siguieron hacia Barrigada; sin embargo, con los francotiradores japoneses y, ocasionalmente, el fuego de un tanque o de una trinchera con ametralladoras, les llevó más tiempo de lo que esperaban. Los soldados comenzaron a quejarse de hambre, incluyendo a Desm Des mond. F inalmente, llegaron a su objetivo ob jetivo y se enco en contrantraron vinculados con una unidad de los Infantes de Marina. En este lugar, los marinos tenían buena comida, por lo que no dependían de las raciones C o K; por lo tanto, habían tirado sus raciones en la pila de desperdicios. La comida que los infantes de marina les prepararían no estaba lista, pero las descartadas raciones C y K estaban allí mismo. Muchos de los soldados recogieron algunas de esas latas mientras esperaban. ¡Tenían hambre! hambre! Des D esmond mond e nco nc o ntró algo que podía comer, comer, así así que, que, hizo lo mismo.
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Esta cosa no tiene un gusto muy bueno, pensó. Probablemen J W esuvier esuviera a det de teriorado, porque para para cuando la la comida buenaest es tuvo lista, lista, él estaba enfermo en fermo y no pudo comer comerla. la.
C reemos ree mos que hay un puest pues to japonés japoné s arriba de ese ese cerro, y se supone que debemos debemos sub s ubir ir y limpi limpia arlo —dijo dij o el el sarge sargent nto o a su grupo de hombre hom bres s Vayamos. Vayamos. P ronto ron to oscurecerá. oscurecerá. Esp Esperemos que podamos terminar con esto antes de que sea de noche, así no tendremos que preocuparnos porque los japoneses anden por ahí. El grupo, con Desmond como soldado de sanidad, comenzó a subir por la senda. Antes de mucho, vieron a cuatro japoneses que corrían corrí an a través través del cerro. ce rro. P ronto, ronto, los cuatro cua tro fuer fueron on eliminados eliminados,, pero pe ro los estadounide estado unidens nses es no tení tenían an idea idea de de dónd ónde podría haber más, y pronto estaría oscuro. Muchachos dijo el sargento, mejor acuéstense a lo largo de la senda. Esperemos que no haya ningún japonés por allí cerca, pero manténgans manténganse e en guardia. guardia . P odría haber habe r alg algu unos. Un poco más tarde, cuando Desmond estaba sentado en el suelo tratando de ponerse cómodo, sintió que algo estaba cerca de él. ¡Alto! gritó. No tuvo tiempo tiempo de añad añ adir ir “¿ “¿ Q uién anda allí? allí ? ”, cuando algo lgo agudo le golpeó el hombro y luego la cabeza. ¿Era una bayoneta? Parecía ser eso. "¡Miauu! ¡Miaaau!” Un gato negro, con sus uñas, lo paralizó de susto por un momento, hasta que se dio cuenta de lo que era... y luego se rió un rato a solas.
La batalla que quitó Guam a los japoneses y la devolvióa manos estadounidenses duró hasta mediados de agosto. Lúe go, por un tiempo, los soldados permanecieron en la isla para patrulla pa trullarla rla.. F ue una una especie es pecie de vacació vaca ción n de la guerra. El clim lima era hermoso y cálido.
GUAM Y LEYTE
Desmond estuvo contento por unos pocos días, cuando pudo descansar y dormir, escribir cartas y leer la pequeña Biblia que Dorothy le había regalado. La mayor parte del tiempo había tenido un resfrío y estaba cansado. Mucho más tarde, se dio cuenta finalmente de que era más que un poco de frío. Se sintió mucho mejor después de unos días de descanso. Cuando el barco con la tropa abandonó Guam, estaba listo para ser un paramédico otra vez. Todo Todo el el convoy convoy salió salió de Guam el 2 de noviem noviembr bre. e. Se Se dirigiedirigieron hacia el sur, y escucharon que irían a Nueva Caledonia para un período de descanso y recreación, hasta que fuera necesario que combatieran en otra región. El Pacífico se portó a la altura altura de su nombre nom bre en ese viaje. El océano estaba increí bleble mente ente calmo. calmo. U nos pocos días más más tarde tarde,, cruzaron cruz aron el E cuador y entraron en el hemis h emisferio ferio sur sur. Estaba viajando hacia el sur. Pero un día todo el convoy viró y se dirigió hacia el noroeste. El general MacArthur había enviado un mensaje por radio diciendo que los necesitaba en Leyte, una isla grande en las Filipinas. El barco de tropa ancló en la costa oriental de Leyte y, más tarde, dio vuelta hacia la isla y fue a la parte occidental. "Subiremos por la sección del río Ormoc, en la parte noroest roeste de Leyte” L eyte”, dijero ije ron n a los los soldados soldados.. Los japoneses japones es est es taban bien ien atrinch atrincherad erados os allí, allí, y los soldados veteranos supieron que tendrían un combate rudo. Y estab estaban an en lo lo cierto. cierto. Siempre que había tales combates, los paramédicos tenían que trabajar muy duramente, cuidando de los heridos y llevándolos de regreso al puesto sanitario en camillas. * * * * * Un día, día, la Compañí C ompañía a B se est es taba tras traslada ladando ndo a otra área de de vivac. Mientras Desmond caminaba con el grupo, un soldado de infantería se le acercó. ¿Sabías que Glenn recibió una herida? le pregunto. N o respond res pondió ió Desmond, Des mond, ¿ dónd ónde est está á? E n ese cerro, allí allí mismo mismo s s eñaló eña ló el solda soldado. do.
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Otros se detuvieron cuando oyeron la conversación. Yo Y o iré iré a buscarlo anun a nunci ció ó Desmond es mond, , ¿ Quién viene viene co conmigo igo? Yo iré respondió Herbert Schechter. Desm Des mond sabía que S chec chechter hter era un judí jud í o que creía creía en la predest predes tinación, inació n, y que ¡na con Des D esmond mond a lugares lugares donde ot otros ros no querrían ir. El capitán Vernon dijo a otros cinco soldados que fueran con Doss y Sch S chec echter hter como retaguardia, retagua rdia, par para ayudar a protegerlos en el área expuesta hacia donde iban. Había dos hombres heridos en el cerro: Glenn y el soldado a quien Glenn había ido a ayudar. Desmond se agachó todo lo que pudo y corrió hacia el otro soldado, mientras Schechter corría hacia Glenn. El joven soldado tenía una fea herida en la frente, y la sangre le corría por el rostro y le cubría los ojos, donde comenzaba a coagularse. Desmond sacó una gasa de su equipo, la humedeció con agua de su cantimplora y lavó la sangre de la cara del soldado. De repente, el ros ro s tro del joven jove n se iluminó ilumin ó con una sonri sonrisa, sa, au aun en el peligroso lugar y la circunstancia en que se encontraban. P ensé que me hab había ía quedado ciego d dijo ijo.. Desmond recordó esa sonrisa toda su vida, y se sintió recom compensado pensado por por la ayuda ayuda que que había dado dado a ese soldado soldado y a muchos otros. El joven se arrastró sobre una pequeña elevación, donde otros soldados lo ayudaron a llegar al puesto sanitario. Entonces, Desmond dirigió su atención a Glenn. ¿ C ómo ómo está está él él? le le gritó a S chechter. chechter. E s tá muy mal herido. herido. Incons Inc onsciente, ciente, pero viv vive... informó Schechter. Evidentemente, los japoneses estaban cerca y oyeron sus voces, y abrieron fuego en dirección a ellos. Schechter saltó y empezó a correr. ¡Abajo, Schechter! ¡Tírate al suelo! gritó Desmond. Schechter se tiró al suelo en forma tan realista que Desmond pensó que le habían pegado. Se arrastró para ver cómo estaba, y estuvo más que contento de encontrar que no había sido herido. N o habl hablem emos os má más, S chechter d ijo D esmond es mond Solo Solo susu susu-rremos.
GUAM V LEYTE
Ahora el problema era qué podían hacer por Glenn. Era un muchacho grande y bastante pesado. Los dos paramédicos tomaron su poncho, lo abi ¡eron sobre el suelo y envolvieron a Glenn con él. Luego, comenzaron a arrastrarlo en dirección a la estación de socoi i o. Estaban en terreno abierto, y tenían que agacharse lo más posible. En un lugar, lo arrastraron por sobre el cuerpo de un japonés muerto; y finalmente, a un área con arbustos. C reo que aq aquí podemos podemos seguir s eguir de pie pie dijo d ijo Desmond Desmond.. Aprovechó para controlar a Glenn. Seguía inconsciente, pero pero todavía respiraba. respiraba. La retaguardia seguía allí. Desmond pidió prestado un machete a uno de ellos y echó abajo dos palos de bambú. Ataron el poncho poncho a las las cañas y siguiero siguieron, n, mientras dos de los soldados so ldados los ayudaban. Hacía calor, y Desmond estaba muy cansado. Pero se concentró en que llevaba a su amigo y siguió empu jánd jándos ose e a sí mism mismo, o, hast hasta a que que llegar llegaron on al al área área de del viv vivac ac.. Desmond controló a Glenn otra vez. ¡Parecía que no respiraba! Le tomó el pulso. ¡No tenía! Clarence Glenn había muerto El Dr. Tann miró a Desmond y vio cuán cansado y emocionalmente agotado estaba. Le dio un puñado de píldoras, y le ordenó tomarlas y acostarse. Esas píldoras lo noquearon, y no se despertó hasta el día siguiente. Cuando lo hizo, recordó otra vez agradecer a Dios por su protección en aquella situación muy peligrosa. Perder a su mejor amigo fue un choque terrible para Desmond. Desde ese momento en adelante, trataría de hacer todo loque pudiera por los soldados heridos. Pero intentó no mirar nunca sus sus ros ro stros: tros : no quería querí a ver ve r a o tro buen amigo amigo muerto. Algún tiempo más tarde, Schechter y Doss estaban llevando a un soldado en una camilla. En el momento en que estaban subiendo el barranco del río que acaban de cruzar, una bala de un francotirador le pasó silbando a Desmond y golpeó a Schechter, que cayó. "¡Vengan, ¡Vengan, ayúdenme! g g ritó ri tó Desmond Des mond a algunos algunos soldad so ldados os en ün jeep que estaba a poca distancia. dis tancia. Uno de ellos fue para ayudar a Desmond a llevar hasta el jeep a' hombre hombre que él él y Sche S chechter chter habían es estado cargando. E ntonces, ntonces, 1 0 7
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consiguieron otra camilla y volvieton para buscar a Schechter. J usto usto cuand cuando o estab estaban an poniéndol poniéndolo o en el el jeep jeep,, los los jap japon ones ese es cocomenzaron a regarlos con balas de ametralladora. Los soldados saltaron al jeep y arrancaron. Desmond solo tuvo tiempo de empujar la camilla camilla de Schec S chechter hter un un poco más adentro de ntro del jeep y afeaferrarse de la parte trasera del vehículo con la punta de los dedos. Sintió como si volara la mayor parte del camino hasta el puesto sanitario, sanitario, pero estaba estaba agradecido agradecido porque porque pudo llegar hasta hasta all allí.í. H erb Schechter S chechter nunca nunca recupe rec uperó ró la co conciencia nciencia.. O tro bu buen soldado y amigo se había ido. Desmond no se atrevió siquiera a pensar acerca de esto. ***** Cuando Desmond estaba con los soldados que combatían, siempre trataba de estar a dos tercios del camino detrás del frente del grupo; de ese modo, podía ver más fácilmente a cualquier soldado herido y llegar a él. Un día estaba caminando con ellos, ellos, y antes antes de darse cuen cuenta ta de lo que hacía hacía se encon encon-tró muy cerca de la línea del frente. J usto usto entonc entonces, es, un soldado soldado que estaba estaba a su lado lado gritó gritó y comenzó a tomarse el pie, diciendo "¡Oh, eso duele mucho!” Desmond se detuvo, examinó el hoyo de la bala en el pie del hombre y lo vendó. Camarada, mejor te doy una inyección de morfina. Te ayudará a sentirte mejor del pie sugirió Desmond. No, no necesito eso. Realmente no duele tanto replicó el soldado, y se volvió para ir al puesto sanitario, mientras Desmond seguía con el resto de los hombres. Desmond realmente quería darle el calmante al soldado, pero no le gustaba ir contra los deseos de los pacientes. Él sabía que cuando el shock pasara, el pie le comenzaría a doler realmente. Un poco más adelante, otro soldado cayó. Había recibido un balazo en el estómago, y Desmond podía ver de inmediato que dolía dolía muchísim uchísimo. o. El balazo había abie a bierto rto un gran agujero,y agujero,y sus sus in intestinos estaban comenzando a salir del cuerpo. Desmond siempre creía en dar a cada hombre todas las posibilidades que pu diera, aun si la situación parecía desesperada. Así que, empujó los
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intestinos do nuevo adentro y puso una gasa de batalla grande encima de la herida. Los camilleros llevaron al soldado al puesto de so socorro; corro; pero Des Desmond nunca pensó que lleg llegaría aría con allí vida. vida. Al día siguiente, estaba en el puesto sanitario para recoger m á s vendas, y api ovechó para preguntar por ambos hombres. O h d d ijo el médic méd ico o ¿El que que tenía tenía el el agujero de bala bala en el pie? Él murió. ¡Q ué pena! pena! res re s pond po ndió ió Des D esmond mond No estab estaba a tan mal mal herido. ¿Qué pasó? Realmente, no lo sé. Supongo que fue el shock. Tú sabes que eso puede pasar. ¿Y ¿ Y el que tenía tenía los los intest intestinos colgand colgando? o? preg p regun untó tó Desmond Desmond.. L o operaro o peraron n en el hospital ho spital de campañ campaña a y entiendo que meme jorar jorará á co contes ntesttó el méd médico ico.. Desmond apenas podía creerlo. Años más tarde, se encontró con este soldado en una ceremonia militar. Al hombre le gustaba decir: "Tengo pruebas de que tú te preocupaste por mí", í", mien mientras tras señala s eñalaba ba la cica ic atriz que le cruzaba cruzaba el abdomen. ***** O tro día, en en Leyte, eyte, un solda s oldado do cayó herido he rido y quedó en el el borde de un arrozal. Cuando Desmond comenzó a ir hacia donde estaba, un par de sargentos lo llamaron: Tonto, cúbrete, hasta que las cosas se calmen. Hay un francottirador co irador allá allá y no lo hemos enco encontrado ntrado todavía. todavía. ¿Tien ¿ Tienes es que que ir? ir? Siento que debo ir. Si espero, él puede morir antes de que llegue hasta él respondió Desmond. Cuando estuvo junto al hombre, encontró que estaba inconsciente. Atendió sus heridas y luego llamó a dos camilleros. Rápidamente lo pusieron en la camilla y lo llevaron al puest puesto o s anitario. C uando uando volvió adonde es esttaban los los sarg s argent entos, os, ellos le dijer dijeron: on: “Esperábamos verte muerto en cualquier momento. No podíamos íamos dis dis parar al fra franc nco o tirado tirad o r sin matar matar a nuest nues tros propios propios hombres, y él tenía una ametralladora apuntando directamente hada ti. ¿No lo viste? No respondió Desmond. 10 9
DESMONDnOSS
OBJtÍDRUI CÜNCIINCIA
Y otra vez agradeció agradeció a Dios por su protec protección. ción. Tres Tres o cuatro año añoss más más tarde, un misionet misionet o en en J apón apón estab staba a contando esta historia acerca de Desmond. Un hombre, en la parte de atrás del salón, dijo a uno de los diáconos: "Ese japonés bien pude haber sido yo. Yo estaba allí, y recuerdo haber tenido al soldado en la mira de mi arma, pero no pude apretar el gatillo". Más tarde, quisieron preguntar más detalles a este hombre, pero había desaparecido.
En Leyte, Desmond pasó por un momento en el que se sentía muy débil. Los soldados estaban caminando por en medio de la jungla, desbaratando la resistencia japonesa. Caminaban cincuenta minutos y descansaban diez. Desmond encontró que no podía seguirlos. Alcanzaba a los hombres en el momento en que ellos se levantaban para seguir. Esto significaba que la mayor parte del tiempo estaba caminando por la peligrosa jungla infestada de japoneses, completamente solo. Fácilmente podrían haberlo matado, si el Señor no lo hubiera protegido. Cuando las tropas llegaron al área de descanso en la playa, los soldados descansaron, y luego se pusieron a jugar; pero no Desmond. Él durmió y durmió; y probablemente no habría comido, comido, si si J im Dorris D orris no le le hubiese llevado comida. co mida. Se sintió sintió mejor después del descanso y estaba listo para seguir otra vez. Él sabía que Dios lo cuidaba. Al fin, la isla de Leyte estuvo en manos de los estadounidense denses. s. La 77a División debía debía se seguir guir adelante. La Lass fue fuerza rzass estadouni estadounidenses denses estaban cercando a lo loss japoneses japones es por tod todos os lados. La isla de Okinawa estaba a solo unos 560 kilómetros de J apón apón mism mismo, o, y los los japoneses es esttaban comba c ombattiendo fuertemente allí. Así que, allí fue enviada la 77aDivisión. Leyte no había sido un lugar bueno para Desmond Doss. La pérdida de sus dos mejores mejore s amigos amigos fue una tragedia que enconencontró difícil difí cil de afront afrontar. F ue únicame únic amente nte median me diante te sus sus oraciones oraciones a Dios y su pedido pedido de fuerzas, que pudo s o portar po rtar la tristeza risteza..
CAPITULO Ik
® T .....| .....| so es Okinawa? kinawa? No No pare parece ce muy grande grande observó obs ervó m«m.J M un sold soldado. ado. ^ I 1 N o , creo que que esa es solo una ¡sli ¡slitta cerca cerca de Okinawa, que se llama "Le Shima”; "Shlma” significa “isla”. Hay otra otra isla isla llamada llamada Zamami Zamami Shim S hima, a, creo c contribuyó ntribu yó o tro soldado. soldado. Y otro proporcionó proporcion ó má más inform información: ación: Ustedes saben, acabo de escuchar que Ernie Pyle, ese corresponsal de guerra verdaderamente bueno, fue muerto en Le Shima hace uno o dos días. Es una desgracia. Él siempre estaba junto a los hombres, y a los soldados en el campo de batalla les decía exactamente lo que sucedía. Por unos pocos días, la división permaneció a bordo del barco en esa área, y para el 20 de abril los hombres estaban en la isla de Okinawa misma. Los japoneses habían dicho a los nativos de Okinawa que los estadounidenses los tratarían cruelmente; que violarían a sus mujeres y matarían a sus niños. Dijeron a la gente que se escondiera o, incluso, que se matara, para alejarse de estos "terribles” estadounidenses; y algunas madres creyeron lo que les dijeron. Cuando desembarcaron en la isla, vieron evidencias de que muchas madres les habían cortado la gargarit garita a a sus hijos y luego se habían suicidado. O tias tias habían habían arrojado a sus hijos al océano desde los acantilados y luego habían saltado ellas mismas. Centenares perdieron la vida de
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ese modo. Quienes no lo hicieron, pronto supieron que los estadounidenses no eran tan crueles como les habían dicho los japo japone neses. ses. E xtendié xtendiéndos ndose e a través de la isla, isla, había un barranc ba rranco o de 12 12.0 metros metros de altura, altura, llamado el el Aca A cantilad ntilado o de Maeda, Maeda, que del del lad lado del mar se elevaba verticalmente. La cumbre tenía entre 75 y 90 metros de ancho, y luego bajaba del otro lado lentamente. Aunque no lo percibieron hasta más tarde, los japoneses estaban enterrados en el mismo centro de esa gran colina. Habían excavado cuevas de dos y tres pisos en su interior, conectadas por escaleras de un piso a otro. La 77aDivisión acampó frente al acantilado de 120 metros de altura. Su trabajo era eliminar a los japoneses que estaban en la cumbre y en la parte posterior del barranco. Pero comenzaron a darse cuenta de que iba a ser un trabajo enorme. Como paramédico, Desmond no tenía obligación de hacer guardias. Sin embargo, los soldados habían estado combatiendo y perdían mucho sueño, de modo que algunas veces se ofreció voluntariamente vo luntariamente para para hacer guardias. guardias. C ierta vez, vez, cerca de la base del acantilado, estaba de guardia junto con otro soldado. Desmond tomó el primer turno, o vigilia. Después de un par de horas, despertó al otro soldado... que de inmediato se volvió volvi ó a dormir. Entonces Desmond escuchó algo. Al lado de donde estaban había un hueco grande; podía oír voces que salían de ese hueco... y no hablaban inglés. Había granadas a su lado, y él sabía que si echaba una adentro, tendría algunos japoneses muertos. Desmond sintió esto como su mayor tentación de destruir vidas. Creía que si un japonés arrojaba una granada que cayera cayera en su falda, falda, él est es taría jus ju s tificado tifica do en devolve de volverla rla antes antes de de que explotara; pero también sentía que causaría confusión si él, un OC, arrojaba una granada y mataba a varios hombres. Tocó al otro sold s oldado: ado: estaba estaba roncando y Desmond Des mond se pregun pregun-taba si los japoneses podrían oírlo. El hombre inmediatamente se durmió de nuevo. Así que, Desmond se puso lo más lejos que pudo de ese pozo y el resto de la noche oró pidiendo la protección de Dios. Sus oraciones fueron respondidas, y otra vez no fue herido.
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Desde el área del vivac, al pie del barran™ ■ sub¡r hasta una altura de unos den metros metros’’ ^ solda soldado dos s Podía Podían n porque la pendiente era muy pronunciada y el íerreno ademas, los los últimos últimos diez o quince quince metros metros PL , : °'.aspero; °'.aspero; ¡la part parte e superior superior sobresal sobresalía ía más de un metro metro i vortlcf ortlcf les’ les’y y Más tarde, arde, el teniente G ornto pidi pidió ó aD e l " Vert' Vert'Cal! des marineras marineras para cargas ca rgas hasta allá allá y Dr, Dr,.,,n ' r t ; ler lera para para los los últimos diez metros? metros? Yo creo cre o que qu e pueden hace'rlo uniendo las redes con vigas de cinco por diez centímetros Si, Si, señor señor,, rataremo s de hacerlo hac erlo res re s pondió po ndió Desmond Unieron las redes de carga y las ataron a las rocas coralíferas, en el borde s upe up e rior rio r del barranco. O tros soldados usaron usaron rocas que encontraron en la zona para hacer un muro cerca del borde borde del aca a cantilado ntilado como c omo una pequeña pequeña protección, jB uen trabajo, trabajo, camaradas! camaradas! d ijo el te niente nie nte P or cierto cierto ,nos ayudará a subir y bajar más fácilmente... y con mayor se guridad, espero. El 29 de abril de 1945, comenzó la verdadera batalla del Acantilado Maeda. El combate ocurrió en la cumbre del barranco, después de que los soldados llegaran arriba. Un problema grande que encontraron era que los japoneses habían estado tanto tiempo allí, que habían podido cavar trincheras y pozos individuales para los tiradores, y los estadounidenses ni siqu siquier iera podían reco rec o noce no cerr que había había trincheras trincheras.. La zona parecía terreno natural, pero los fusiles asomaban para tirarles a los estadounidenses que no sospechaban de nada. Henry D. López, en su libro F rom J ackson ackson to to J opan opan [De [De J ack ack son son a J apón] apón], mencionó menc ionó:: "Las defensas defens as japonesas en O kinawa fueron las más robustas e impenetrables alguna vez asaltadas [•••] El terre terreno no en O kina kin awa, wa , con c on su su infin infinida idad d de montícu montí culos los,, crescres tas y promo pro monto ntorio rios s de roca roc a de coral co ral y caliza [...] ...] se prestaba muy tavorablemente a la conducta de una defensa decidida.
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DÍA DE M ILAGROS M u y bien, bien, cam camarad aradas, as, subiremo s ubiremoss a la la cumbre hoy otra otra ve vez. Estas redes de carga están arriba, así que, será más fácil llegar. Tienen munici uniciones ones suñcient suñcientes. es. Hagan lo mejor que que puedan, hombr hombres es el e l teniente G ornt orn to daba las las inst ins truccione rucc ioness de últ últim ima a hora. . Desmond fue hasta donde estaba el teniente Gornto. Tenient T eniente e le le dijo, dijo , yo creo que una una oració o ración n es el el mejor sa sallvavidas que existe. Los hombres realmente deberían orar, antes de subir. Muchacho M uchachoss exclamó exclamó G ornt orn to , acérquense. acérquense. Doss qui quier ere e orar por nosotros. ¡Esa no era la idea que tenía Desmond! Él sentía que había que recordar a los hombres que oraran por sí mismos antes de subir, porque nadie sabía si sobrevivirían a esta batalla. Pero, como como el el ten tenien iente te G o rnto lo dijo de esa esa manera, Desm Des mond oró oró en voz alta: "Querido Dios", comenzó, cuando todos se habían reunido, "bendícenos hoy. Sé con el teniente y ayúdalo a darnos las órdenes correctas, porque nuestras vidas están en sus manos. Ayuda a cada cada uno de nosotros nos otros a toma tom a r toda todass las las precauciones precauciones debi debidas, das, de de modo que todo todoss podamos regres reg resar ar vivos. Y Seño Señor, ayúdanos a hacer las paces contigo, antes de subir esa red. Gracias. Amé A mén” n”. Con eso, todos comenzaron a subir el barranco y a la red de carga. Llegaron a la cumbre, y casi de inmediato quedaron inmovilizados, incapaces de seguir adelante. La Compañía A estaba combatiendo a su izquierda izquie rda y enc en c o ntrand ntra ndo o una oposición oposición encarnizada. Los primeros cinco hombres de la Compañía A que habían alcanzado la cumbre fueron matados. Por radio, llegó un mensaje del cuartel general preguntando cuántos hombres de la Compañía B habían sido muertos o heridos. Desmond informó que, hasta el momento, no había ninguna baja. Así que, dieron órdenes a la Compañía B de que debía tomar toda la cumbre ella sola, porque la Compañía A estaba totalmente diezmada. El "Tío Sam”, a veces, tiene que sacri-
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ficar vidas para ganar objetivos importantes, y el Acantilado Maeda era un objetivo importante. A sí que, la C ompañí ompa ñía a B comenzó co menzó a atravesar atravesa r la la cumbre del del acantilado. acantilado. Los hombres ho mbres liquidaron liquida ron ocho o nuev nueve e "nidos "nidos” ” japoneses. El milagro de la historia fue que ningún hombre de la Compañía B fue muerto y solo uno fue herido... ¡por una roca que le cayó sobre la mano! Fue un evento tan asombroso, que las oficinas centrales pronto lo supieron y la noticia llegó hasta los Estados Unidos. ¿ C ómo pudiero pud ieron n hacerlo? hacerlo? era e ra la pregunt pregunta a que que todos se hacían. F ue por p or causa causa de la la oración de Desm Des mond respondía respo ndían n los los hombres hombres de la la Compañí C ompañía a B. Al día día siguiente, sigu iente, un miembro del del C uerpo de Señaleros Señaleros llegó llegó a la zona zona de la C ompañ ompañíía B. Hemos escuchado del buen trabajo que ustedes hicieron ayer ayer,, muchac muchachos hos.. ¿P ¿ P uedo sacarles sacarles una foto? S í d ijo el ten teniente iente G o rnto rn to Doss, Doss, sube sube el acant acantil ilado ado y permítele que te saque una foto. Ven conmi co nmigo go arriba a rriba le dijo Desmon D esmond d al al hombr hombre e del del CuerC uerpo de de Señaleros. S eñaleros. N o pienso piens o hacerlo ha cerlo.. N o perdí pe rdí nada nada allí allí arriba, arriba, ¡y no tengo la intención intención s ubir!
EL D Í A D E L A M E D A L L A D E H O N O R Era tiempo de subir el barranco otra vez. Aunque en el fra or de la batalla no siempre era posible recordar en qué día ivían, por otras fuentes, se cree que fue el sábado 5 de mayo. Desmond estaba leyendo su Biblia, cuando el capitán Vei on se acercó a él y le dijo: Dos D oss, s, ¿ te moles mole s taría arí a s ubir ub ir hoy el acantila acantilado? do? Tú sa es que que res res el el único úni co para pa ramé médic dico o que nos queda, y i ealment ealmen te e ne sitamo itamos s. , , , Sí, Sí , capitán, subiré. su biré. P ero ¿le parece que po ría ° ma'™ a'™ emp empo para para termina term ina r mis devocio devo ciones nes ? pregun preg un o esn 115
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O K , te te esperarem esperaremos os rep replicó licó el capit capitán. án. Desmond estaba estudiando su lección de la Escuela Sabática. El tema tema hablaba de segui se guirr a J esús. Terminó, Terminó, e inclinó la cabeza en oración. Más tarde, calculó que habían pasado unos diez minutos desde que el capitán Vernon le había pedido que subiera el barranco hasta que estuvo listo para unirse al grupo. Alguien le dijo después que fue una media hora. Pero, como ninguno de los hombres estaba ansioso de subir y combatir, estuvieron contentos por la demora. Los soldados creían que la batalla más severa ya había sido peleada y que, este día, sería más bien un trabajo de "limpieza” final. Desmond mencionó otra vez lo de orar, pero el capitán Vernon dijo: Lo lamento, Doss, ya postergamos todo demasiado Y no se dijo más nada acera de la oración. Los 155 hombres que quedaban en la Compañía B subieron el barranco. De inmediato, enfrentaron el infierno de la guerra. Todo parecía salir mal. Había una posición japonesa que los hombres parecían no poder aniquilar. Los estadounidenses arrojaron bolsos de cargas (bolsas de TNT) y otros explosivos a la posición japonesa, pero el enemigo arrancaba las las mechas mechas antes antes de que estallaran. F inalmente, varios hom hombres tomaron latas de veinte litros de gasolina y las arrojaron sobre las posiciones japonesas. Entonces, el teniente Phillips arrojó una granada de fósforo blanco. El resultado fue mayor del que esperaban. Hubo una explosión terrible en la trinchera misma, pero una explosión aún mayor más abajo, como debajo del cerro. Evidentemente, no solo estallaron todos los explosivos que los hombres habían arrojado a la trinchera cuando se incendió la nafta, sino también un depósito de municiones más, adentro del barranco. Lo que sucedió después fue totalmente inesperado. De todas direcciones, emergieron japoneses de otras trincheras; probablemente, hayan calculado que era ahora o nunca. Había tantos japo japone neses ses y comba combattían tan tan ardient ardientemen ementte, que que hab habrría sid sido o sui suicida que los estadounidenses se mantuvieran en la cumbre del acantilado. Se dio la orden de retirada. Se esperaba que fuera una retirada ordenada, pero terminó en pánico. 116
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Desmond estaba en la cumbre, con sus hombres... hasta que todos se fueron fue ron.. P ero ¿ qué pasaría pasaría con los heridos que estaban esparcidos por todo el acantilado? No podía irse y dejarlos solos. Sabía que muchos de ellos tenían familias en casa. Comenzó por el soldado que se encontraba más cerca de él, que estaba muy mal herido. Desmond lo arrastró hasta el boi de del aca a cantil ntilado ado,, y miró a su alrede alre dedo dorr para para ver qué podía podía usar. Había una camilla y la soga que habían usado para subir los suministros. Hizo rodar al herido hasta ponerlo en la camilla y lo ató tan bien como pudo. Luego, lo dejó bajar por el acantilado mientras él sostenía la soga. Cuando iba a medio camino, pensó que perdería al hombre, pero la soga aguantó y la camilla llegó con toda seguridad al lugar donde terminaba la red de carga, unos diez metros más abajo. Allí, algunos de los soldados se habían dejado caer para descansar un momento antes de seguir bajando el barranco. ¿ Q ué es es lo que está pasando? pasando? s e preguntaban, preguntaban, al al ver ver que que la camilla estaba bajando. Llévenlo al puesto sanitario, ¡pronto! les gritó Desmond desde desde la la c umbre um bre E stá stá muy mal herido. Mientras un par de hombres comenzaba a bajar el barranco con el hombre herido, Desmond subió la soga. Le había llevado mucho tiempo bajar a ese hombre. Entonces, se acordó del nudo as de guía con dos iazos que había atado durante su entrenamiento en Elkins, West Virginia. Hoy, Desmond cree que Dios se lo hizo recordar. Rápidamente ató ese nudo, trajo a otro hombre herido al borde del barranco y deslizó los dos lazos por sus piernas. Luego, dobló la soga otra vez y la ató alrededor del pecho del hombre. Cuidadosamente, lo bajó. Dios hasta le proveyó un tocón allí cerca, y Desmond pasó la soga a su alrededor mientras la iba soltando gradualmente. Esto evitaba que tuviese que mantener él todo el peso del hombre que bajaba. Todo el tiempo se mantenía orando: "Señor, ayúdame dame a baja ba jarr a uno un o más” más ”. Por qué los japoneses no fueron hasta esa parte del barranco donde estaban los soldados heridos para liquidarlos finalmente, Desmond no lo sabe. Su única explicación es que Dios cuidó de él y de sus hombres. Más tarde, tuvo tiempo de
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agradecer a Dios. Él no sintió que pudieran matarlo, porque recordó que nunca había deshonrado a sus padres, y el quinto Mandamiento dice que si honras a tus padres tus días se alargarán en la tierra que el Señor tu Dios te da. Él no sintió que eso lo mantendría sin ser herido, pero sintió que valía la pena ser herido, si podía salvar a sus hombres. A Desmond le llevó unas cinco horas rescatar a todos los soldados heridos, pero lo hizo. Fue un soldado cansado, agradecido y cubie cu biert rto o de sangr s angre e el que fina finalmen lmentte bajó bajó del del Acant A cantiilado Maeda ese día. E increíblemente, ¡no estaba herido! Los miembros de la Compañía B que habían visto a este paramédico, a este soldado objetor de conciencia, haciendo lo que hizo, quedaron queda ron as asombr ombrados ados;; no pasó mucho tiempo tiemp o hast hasta a que el resto de la compañía también lo supo. Y luego, otros. Cuando Desmond llegó de regreso al área del vivac, escuchó palabras palabras de bienvenida. Dos D osss , ese uniforme de fajina est es tá empapado en sangre sangre.. Además, te te cubren cubre n las las moscas, moscas, y no tene tenemos mos ningún aerosol aerosol contra contra las las mosca moscas. s. Tendrem T endremos os que enc e ncon ontrar trar otro o tro uniforme unifo rme de faji fajin na. Antes de mucho, lo vistieron con un uniforme limpio. Decidió irse irse a un un lugar tranquilo tranq uilo y leer su Bibl B iblia. ia. ¡C iertamente iertamente tetenía algo especial que agradecer a Dios por esta ocasión! M ientras ien tras estaba alejado del grupo, grupo , el general A. D. Bruce, Bruce, de las oficinas centrales de la 77aDivisión, llegó al campamento. Había escuchado de la hazaña de Desmond y quería estrecharle la mano. También sugirió que debería recibir la Medalla de Honor del Congreso, y pidió a los que podían iniciar el proceso que lo comenzaran. comenza ran. D es esmond mond supo de es e s to más tarde, ya que no había estado para estrechar la mano al general. Deseó haber habe r estado allí. allí. ¿Cuántos hombres había bajado Desmond del barranco? Los oficiales más altos dijeron: Veamos. Fueron 155 hombres los que subieron, y solo 55 hombres bajaron por p or sí mismos. mismos. Así que, debist debis te de haber haber sa sallvado a 100 hombres. Eso no puede ser dijo Desmond, modestamente No pudieron haber sido más de 50; no habría tenido tiempo de salvara 100 hombres.
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es el núm úm ero que apareceenlacit aci taci ónde la laMedal l ade Honor del Congresoque reci bi óDesm esm ond. i
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Dos semanas más tarde, todavía había lugares donde los japo japone neses ses combat c ombatían ían durament duramente. e. Se decidió decidió usar las las táct tácticas icas japo japone nesas, sas, que llegaban llegaban a la mañan añana a temprano temprano par para a encontrar encontrar durmiendo a los estadounidenses y matarlos. ¿Por qué no hacer ellos lo mismo? Los oficiales decidieron probarlo. Una noche muy oscura, los soldados estadounidenses salieron marchando de su vivac. Desmond pegó un trozo de cinta adhesiva blanca en la mochila de cada hombre, de modo que pudieran seguirse unos a otros con el débil resplandor que mostraban. Pero era tan oscuro, que ni siquiera eso ayudaba. Finalmente, llegaron cerca del área donde debían estar a la mañana siguiente. Desmond ond y o tros tros tres enco en contraron ntraron un pozo y se arrastraron a él. ¡La viero vie ron n venir! ven ir! ¡Una granada! granada! Los L os otros tres alcanzaron a salir del pozo, pero Desmond estaba demasiado atrás en la trinchera. La granada cayó a sus pies. Casi sin pensarlo, puso su pesada pesada bota milita m ilitarr sobre sob re la granada. granada. ¡¡B O O M !! Se s intió volando por el aire, y vio estrellas... que no estaban allí. Cuando estuvo otra vez en el suelo, se tocó la pierna. ¡Todavía la tenía! P ero est es taba sangrando s angrando copiosament co piosamente. e. Vendó su pier pierna na lo mejor que pudo. Ten Tenía que s alir de la zona zona porque era era te rritorio rrito rio japon japonés, és, de modo que, con otro soldado, comenzaron a arrastrarse cruzando la colina, para llegar a territorio estadounidenses. Encontraron allí una trinchera pequeña. Como el otro soldado estaba herido en el hombro, Desmond le pidió la pala y cavó para ensanchar un poco más la trinchera. Luego, se acurrucaron para pasar el resto de la noche allí. Desmond sabía que estaba perdiendo mucha sangre. Se sentía adormilado y estaba acostado con la cabeza inclinada hacia atrás. Cuando comen zó a aclarar, aclarar, los los dos do s hombres hombre s miraron miraro n a su alrededor. E ntonntonces, vieron que la pala que Desmond había usado la noche an
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tenor para ensanchar el pozo estaba a pocos centímetros de una bala de artillería sin estallar. Si la hubiese golpeado, solo habría quedado una mancha de grasa. Otra vez, Dios había cuidado de Desmond. Poco después de amanecer, los camilleros vinieron para recoger co ger a los heridos. heridos. C argaro argaron n a Des Des mond en la camilla camilla y em em-pezaron a volver al puesto sanitario. Por el camino, encontraron a un soldado que ahbía sido herido en la cabeza cuando los japoneses abrieron fuego. Pero tenían solo una camilla y no había suficientes hombres para llevar a dos soldados. Desmond se dio vuelta vuelta bajando de la camilla, camilla, y les les dijo dijo que llevar llevaran an al hombre con la herida en la cabeza. N o quere queremos mos hace hacerr eso so,, Doss dijeron dije ron.. Pero, Desmond insistió. H e es esttado aquí aquí por p or cinco horas y puedo esperar es perar un un po poco más. Llévenlo. M u y bien bien,, Doss. Doss. Per P ero o volveremos volveremos pronto. p ronto. Cuando ellos se fueron, Brooks, un amigo de la ciudad de D orot oro thy, R ichmond, ichmond, V irginia, pasó por allí. allí. Él había había sido herid herido o solo ligeramente. Doss, ¿qué te pasó? Oh, ya veo. Si te recuestas sobre mí, ¿te parece que podríamos llegar al puesto sanitario por nosotros mismos? Vamos, tratemos de hacerlo sugirió Brooks. Comenzaron a caminar, y no habían llegado muy lejos cuando un francotirador japonés le pegó un balazo a Desmond en el brazo. La bala entró por la muñeca en dirección al codo, y se alo jó en el brazo brazo,, destr destruyendo uyendo huesos huesos y nervi nervios os en su ca cam mino. ino. Si la bala bala no le hubiera dado en el el brazo, prob p robab ablem lemen ente te habría habría atraatravesado el cuello de Brooks y, posiblemente, lo habría matado. Brooks, dame tu fusil dijo Desmond. B rooks se preguntaba preg untaba por po r qué este hombre ho mbre que nunca nunca ha había portado un arma de repente quería un fusil. Pero Desmond lo sabía. Lo puso junto a su brazo inutilizado, y le pidió a Brooks que envolviera su chaqueta alrededor del arma y de su cuerpo. Funcionó como un entablillado. Siguieron hacia un puesto de soco so corro, rro, pero pe ro D es esmond mond había perd p erdido ido tanta an ta sangre sangre qu que se desmayó. Brooks corrió al puesto y consiguió que unos camilleros fueran a buscar a Desmond. Pero el puesto sanitario al
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quehabí anl l egadonoerael del Pri Pri m er Batal l ón Esonm a, • un suce suceso so interes intere s a nte en L ynchburg, V irginia
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cua cuandolo loscam i l l erosori gi nal esdel Primer Batal l ónvol vi e ronal l ugar donde habí andeiad ei ado aD aDesm esm ond, él ya noesta staTa orm aron aronque habí a m uert uert o enacció cci ónyeseinfor Así que. I nf orm inellegóhasta sta Lyn Lynchburg, donde se publ i cóen el di ari o Sin em bargo, m i entras ta tanto, Desmond estaba en el hospital- v despuésdela lascii ugí asde supi ernaydesubrazo, pi di óauna enferm eraque lo loayudara araaterm i nar sucartaalafa afam ilia, que él envi óaC3S3. El día después de que saliera el periódico con la historia de que Desmond Doss había muerto en acción, mamá Doss fue a trabajar en la fábric fáb rica a de zapatos z apatos,, como c omo siem s iempre. pre. Sus Sus compacompañeras de trabajo estaban en estado de shock. ¡Señor ¡S eñora a Doss! Dos s! ¿ C ómo puede pue de venir ven ir a trabajar, rabajar, cuando cuando su su muchacho ha muerto? P ero ¡él ¡él no ha ha mu m u e rto! rto ! F ue herido he rido y está está en el hospital; hospital; pero estará estará bien. M ire iren, n, recibí rec ibí una cart ca rta a de él él ayer ayer.. Al día siguiente, el periódico tuvo que publicar una corrección. Cuando Desmond llegó al hospital de campaña, el médico miró su brazo y pierna heridos, y dijo: Doss, lo estamos registrando para que vuelva al continente tan pronto como esté un poco más en condiciones. En ese momento, Desmond decidió que haber sido herido era una cosa buena. La cirugía incluyó remover diecisiete trozos de metralla de su pierna herida, y componer el brazo herido y ponerle un yeso muy pesado. Después de la operación, lo pusieron en un barco hospital, esta vez, con rumbo al este. ¡Ya era tiempo de notar que le faltaba faltaba su pequeña peque ña B iblia! iblia ! D ebió eb ió de habérse habérsele le caído en algún algún campo de batalla. Envió un mensaje a sus compañeros, pidiéndoles que mantuvieran sus ojos abiertos, por si la encontraban. Los smig sm igos os se abriero abrie ron n en aban a banico ico por po r tod toda a la zona, zona, la encontrai encontrai on y se la devolvieron devo lvieron a Des De s mond. mon d. Él ates atesora ora esa Biblia. Biblia. ^ ti barco hospital llegó a Guam y un avión lo llevó u M i brazo brazo rea re a lmente lme nte me duele, y además además ue e mu dijo Desmond al soldado que lo ayudaba. ^ , ~Le pediré pediré al al médico méd ico que lo mire res re s po ndió nd ió e so
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El médico tuvo que cortar un trozo de yeso para llegar a! bra bra o E ncontró nco ntró un un vendaje de gasa que envolvía envo lvía los hu huesos esos,, y descubrió des cubrió que la herida est es taba Infect Infec tada. C uando uan do vio la con con dfc ón del brazo de Desmond, de su boca sal,o una buena se le dón dó n de maldici maldiciones ones dirigidas a c ierto ie rto medico en Okina Okinaw wa. SI ese médico fuera veterinario, no le llevaría ni siquiera a mi pe p erro —0st31ló. 0st31ló. D o c tor to r ¿ hay algo que pueda hacer, hacer, para que este e ste yeso yeso se sea más cómodo? Es terriblemente pesado, y no me permite pararme derecho d d ijo ijo Desm Des mond al médico médico que trabaja traba jaba ba en su brazo. zo. Se está poniendo muy malo. Si se pone un poco peor, tal
veztengam os quecam bi arl o.
Así que, Desmond se preocupó para que el yeso se pusiera peor en en muy muy poco tiempo. C omo resultad res ultado, o, le quitaron quitaro n el el pe pesado sado yeso yeso y le colocaron colo caron un nuevo nue vo tipo tip o de tablilla tab lillas s en su br brazo azo. E stab staba a hecho con tiras tiras de metal y cub c ubie ierto rto con co n muselina, uselina, y lo lo llamaban llamaban "entablilla "entablillado do avió avión” n”. Cuando el médico terminó con el brazo de Desmond, este se sintió mucho mejor... Y además, ya no hedía. Luego, Luego, siguió su viaje a través del O céan céano o P acífico ací fico hacia su casa.
CAPI TUL TUL O 15
uerida, estoy otra vez en casa. Bueno, no en mi casa, pero en casa, en los Estados Unidos. Estoy en Sea ttle. ttle. Todav T odavía ía no sé cuán pronto pron to podré po dré estar en en V irginia, pero estaré allí tan pronto como pueda dijo Desmond por teléfono. Cuando Desmond llegó a Seattle, le dijeron que podía tener hacer llamada telefónica gratuita. Por supuesto, hablaría con Dorothy, pero ¿dónde estaría ella? No le habían llegado cartas de Dorothy desde que había sido herido. Él sabía que ella estaba enseñando en una escuela en Norfolk, pero ahora era verano. Cuando llamó a Richmond, mamá Schutte dijo que Dorothy rothy estaba estaba en en el el Was W ashington hington M iss issionary ionary Colle C ollege ge estudiando estudiando durante los meses de verano. Así que, llamó a Washington. La llam llamada ada telefónic telefó nica a de Des D esmond mond era lo que Do D o rothy ro thy había había estado esperando. ¡Qué gozo fue escuchar su voz! Él le había esc escri ritto, contánd co ntándole ole lo que le había había ocurrido, oc urrido, pero no era lo mismo que escuchar su bienvenida voz. Hola, H ola, querido, que rido, te te amo. Y ¡es tan bueno realment realmen te escuchar tu voz! Desmond, Des mond, quie qu iero ro ir a S eattle eattle para para verte. verte. ¿P ¿ P uedo uedo?? p re guntó Dorothy. Querida, ni siquiera sé cuánto tiempo estaré aquí. Me dicen que me mandarán a algún lugar cerca de casa. De modo Que sería mejor que esperaras hasta que regrese allí contestó Desmond.
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Pocos días días más más tarde tarde,, estaba es taba en el el H ospital pital Swan S wannen nenoa, oa, en en Asheville, Carolina del Norte. Sus padres fueron a visitarlo allí, y fue maravilloso maravilloso verlos; verlos ; sin sin embargo, todaví todavía a no había había visto visto a Dorothy. Ambos anhelaban mucho verse. Le habló otra vez por —Desm Desmond, Quiero Q uiero ir ir a Asheville heville.. Todaví T odavía a me Quedan dos sesemanas anas de de escuela escuela de de verano, verano, pero las las abando aba ndonaré naré dijo ijo Dorot Dorothy hy.. s abes s quequiero que quiero vert ve rte, e, pero no creo que que debe debe-Querida,tú sabe rías perder tu esfuerzo de todo el verano. Quédate hasta que termines. ermines . El tiempo pasará pasará rápida ráp idamen mente te le pidió pidi ó Desmond Desmond.. Pero Dorothy se las arregló para adelantar unos días sus exámenes finales. P ero "a "a los que esperan, todas toda s las cosas cosas les vienen vien en a bien ien", y para cuando Dorothy llegó a su casa en Richmond, Desmond estaba tomando el ómnibus para ir hacia allá. Mamá Schutte llevó a Dorothy a la estación de buses y, por fin, Desmond tenía a su Dorothy en sus brazos... Bueno, por lo menos, en su brazo sano. ¡Qué maravilloso era estar juntos otra vez! Desmond todavía tenía la bala alojada en la parte superior del brazo brazo y fue tran trans s ferido al H ospit os pital al W o o dro w Wilson, Wilso n, cer cerca de Waynesboro, Virginia, donde se la extrajeron No pasó mucho tiempo más y le quitaron también el yeso. Comenzó a sentirse otra o tra vez vez "como un ser human h umano” o”. Un día, día, el el comandante co mandante del hos hospital pital se detuvo de tuvo en su hab habit itación ación.. Doss, ¿está listo para ir a Washington? le preguntó. ¿ Q ué quiere decir dec ir con eso, eso, señor? p reg re g u ntó Desmon Desmond da su vez. Vamos a llevarlo a Washington, para recibir la Medalla de Honor del Congreso. Hasta lo llevaremos allá en mi automóvil oficial. ¿Podría venir su esposa con usted? ¿Y sus padres? ¡Esperamos que ellos también puedan estar allí! ¡Qué sorpresa agradable y qué tiempo maravilloso tuvieron en W ashington! as hington! La historia his toria de est es te sold s oldado ado adventista del del sé séptimo día día que que recibiría recibirí a la M edalla edalla de H o nor no r del C ongreso ha había sido contada vez tras vez en las iglesias adventistas de todas partes. Su foto y su historia hasta fueron publicadas en la Re~ viewond Herald, revista oficial de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Varios dirigentes de la Asociación General asistieron
OTRA VEZ EN CASA
a las las ceremonia ceremonias s en los prados prados de la C asa Blan B lanca, ca, el 12 de ococ tubre de 1945, cuando el presidente Harry S. Truman colocó la cinta azul con la medalla alrededor del cuello de Desmond La “C itació itación n de la Med M edalla alla de H onor no r del del C ongres ongre so” fue leída en la ceremonia (la citación está transcripta al comienzo del libro). C uando uando Des D esmond mond pa p a rtió de de W ashingt as hington, on, pidió permiso permiso para para tomar su licencia, po r mucho tiempo tie mpo demorada, demorada, en R ichmond ichmond.. Luego, como no había realmente ninguna razón para volver al Hospit Hospital W o o drow dro w W ilson, fue al al hospital hospital de R ichm ichmond y hahabló acerca acerca de ser s er trans tran s ferido fe rido allí. allí. S encill enc illamente, amente, preséntese pres éntese como co mo enfermo aqu aquí. E ntonc ntonces, es, no tendrá que que regres ar al al W o o dro w Wil W ilso son n le le dijeron. dijeron. N o puedo puedo hacerlo. N o es toy enfermo, enfermo, y eso sería sería ser desdeshone honest sto o res pondió po ndió Desmond. Desmond. Así que, que, volvió al al H ospit os pital al W o o dro w Wilso W ilson n y, y, má más tarde, tarde, fue transferido. Ahora era paciente en el hospital del ejército en Richmond; pero también estaba trabajando en el departamento de Hidroterapia y le gustaba. Sin embargo, encontró que, aunque se sentía bien por la mañana, hacia el mediodía se sentía tan cansado que apenas podía seguir adelante. D esmond es mond Doss, ¿ podría podría venir ve nir a nuestr nuestra a igle iglesia sia,, o a nuestra nuestra reunión reunión campes tre, o a nues nue s tro tro C ongreso ongres o de de J óvene óvenes, s, para para contarnos su experiencia? Esta pregunta le llegaba continuamente, y se encontró "en la c arretera arre tera” ” dura du rante nte los fines de semana semana.. Una semana se suponí supo nía a que debía debí a ir a C alifornia alifo rnia para para una una asamblea de jóvenes de fin de semana, pero se sentía agotado y exhausto, y tenía tos seca todo el tiempo. Fue a ver a un médico del ejército. Doctor, tengo una tos que no puedo superar, y estoy cansad sado todo od o el tiempo iem po le dijo Desmon Des mond. d. ¿ Q ué ha ha es tado haciendo hac iendo que lo cansa cansa tant tanto? o?
-Vi aj ar por todoel país, habl ando lo losfi nes desem ana. Le contó co ntó al médico médic o sob s obre re su Meda M edalla lla de de Honor Ho nor y poi poi qué estab estaba a viajando viajand o tanto. S e espera que vaya vaya a C alifornia alifo rnia est es te fin fin de sem semana, ana, pero no me siento en condiciones de hacerlo.
-Parece que necesi ta una orden m édi ca de que arse en
D E S M O N O D O S S » O B J E T O R D E C O N C IEIE N C IAIA casa. Es mejor que no viaje este fin de semana. Quédese en casa y descanse le indicó el médico. P or lo tanto, tanto, Des Desmond canceló canc eló la cita. La siguie siguiente nte sem semana, sintió un dolor agudo en el pecho, así que, volvió a ir al médico. C reo re o que será mejor que le tomemos una una placa de de ray rayos os X del pecho, y veamos qué está pasando. Luego de que le hicieron la placa de rayos X, Desmond se quedó esperando los resultados. Dos D oss s, ust us ted necesitará necesitará más más radiografías radiografías s ubray ubrayó ó el médic édico o. Un tiempo después, cuando tuvo los resultados en la mano, afirmó: Doss, lo transferiremos a otra ala. Tendrá que quedarse aquí, en el hospital y lo transfirieron a una habitación privada en otro pabellón. ¿De qué se trata todo esto?, esto?, se preguntaba Desmond. Finalmente, tuvo la respuesta: tenía tuberculosis, y debería quedarse en el hospital. Entonces, llamó a Dorothy. Q uerid ue rida a, es estoy en en el el hospital, y no me me dejan volve vo lverr a casa. sa. Han Han encontrado que tengo tuberculosis él estaba muy molesto. ¡O h, no, no, Desmond! D esmond! J usto cuando est es tábamos listos listos para establecernos y vivir una vida normal... ¡Y yo, embarazada! Lo lamento, querida fue lo único que Desmond pudo responder. Una cosa por la que estaba molesto era que Dorothy solo podría ir a verlo en horario de visitas, pero, como estaba enseñando, no podía hacerlo. N o te preocupes preocupes por po r eso eso as eguró egu ró el el médico cuand cuando o DesDesmond le explicó la s ituaci itua ció ón Y o haré arreglo arre glos s para para que que pu pueda venir a visitarte en cualquier momento en que lo desee. Desmond aprovechó para contarle al médico sobre las veces en que, que, estando es tando en el P acífico, acífico, se había había pesca pescado do resfrío res fríos s que no podía sacarse s acarse de encima; encima; y también habló de cuando cuando estab estaba a dedemasiado cansado para marchar junto con sus camaradas. ¿ M e habré estado enfermando de tuberc tuberculos ulosis is en ese ese entonces? le preguntó. P robablement robablemen te, sí res re s pondió po ndió el méd médico ico.. Durante los siguientes cinco años y medio, Desmond paso la mayor parte de su tiempo en hospitales de veteranos. Po
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dría llenar un libro entero relatando solo todas las cosas que le ocurriero oc urrieron n duran durante te ese tiempo, así así que, que, aquí vam vamos os a contar co ntar solo algunas. En un primer momento, estuvo en el Hospital Fitzsimmons, en Colorado, porque esa institución tenía un buen registro de tratamientos exitosos de tuberculosis. Sin embargo, se sentía muy solitario sin Dorothy y estaba preocupado por ella. Ella estaba enseñando otra vez y él sabía que era capaz de quedarse levantada la mitad de la noche para tener las cosas en forma perfecta para el día siguiente; además, estaba embarazada. Estas preocupaciones hicieron que la salud de Desmond empeorara. El Dr. Dart, un médico adventista del hospital, tenía un primo, Archa Dart, que trabajaba en la obra educacional. Archa Dart era el supervisor de Dorothy, así que, el doctor le escribió y le dijo: Desmond necesita más a Dorothy que tú. Entonces, Dorothy fue a Colorado, y la salud de Desmond mejoró.
Muchos adventistas del área área de de Ashevi As heville, lle, Carolina C arolina del No N o rte, donde Desmond estuvo un tiempo, iban a visitarlo. Dos de ellos pasaron un sábado de tarde: ¿ Hay Ha y algo que podamos podamos hacer por usted usted o conseguir conseguirle? le? le preguntaron. P or cierto, cierto, me gustaría gustaría poder ten tener er unas unas grabaci grabaciones ones y algo con qué reproducirlas. Me ayudaría a pasar el tiempo, y me daría daría algo para escuc es cuchar har los los sábados. Como C omo saben, saben, no puedo ir a la iglesia. C reo que tengo tengo una una grabadora grabadora en casa casa que podría podría pres tarlerespondió uno de ellos. Se la llevó a Desmond, junto con muchas grabaciones para que que escuchara. escuchara. A hora ho ra Des De s mond gozaba de oír oí r las las grabaciones grabaciones y, cuando podía, compartir la música con otros.
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En otra ocasión fue a verlo Sug, la encargada de la institución. Ella era "Sug" para todos los pacientes, y todos ellos eran "Sug" para ella. Sug, S ug, ¿ust ¿ usted ed realment rea lmente e quiere qu iere que todos nos nos sanem sanemos os?? |e |e preguntó Desmond. P o r supuest supuesto, o, Sug Sug. ¿ P or qué? re pregu pre guntó ntó ella. ella. Bueno, los pacientes reciben aquí todos los cigarrillos gratis que puedan fumar. No son buenos para uno, usted sabe. Y todavía, quieren disminuir la cantidad de leche que podemos tomar. ¿Cómo es eso? Sug respondió ella, recibirás tu leche.
A Desmond le sacaron muchas placas de rayos X, broncos copías, y le dieron otros tratamientos. La tuberculosis estaba en ambos pulmones, pero el izquierdo estaba peor que el derecho. La broncoscopía era para ensanchar sus tubos bronquiales, de modo que pudiera respirar mejor. El médico le hacía una broncoscopía cada dos semanas. Escupía sangre durante dura nte una semana semana,, y justo jus to cuando cuando empezaba a sent sentirse irse me jor, jor, se se repet repetía ía todo todo el pro proceso ceso.. Un día, Desmond fue llevado al laboratorio para hacerse otro análisis de sangre. (Él se preguntaba si le quedaba todavía algo de sangre.) Después del análisis, lo llevaron al departamento ame nto quirúrgico. ¿ De qué se se trata rata todo esto? esto? preg preguntó. untó. Órdenes respondió el camillero, y no dijo nada más. Cuando llegó un médico a la sala de espera un poco más tarde, él observó: Supongo que sabe por qué está aquí. No, no sé nada. Eso es lo que estoy tratando de averiguar dijo d ijo Desmon Desmond. d. Hablaré con usted en un momento. Cuando volvió, le mostró a Desmond sus placas de rayos X y le explicó que necesit neces itaban aban removerle remo verle su pulmón izquier izquierdo do.. ¿Y cuáles serían mis expectativas de supervivencia, si no me oper operara aran? n? pre pregu guntó ntó Desmond.
O T R A V E Z EN C A S A
Ninguna dijo e! médico. ¿ C uálss uáls s son s on las expectativa expe ctativas s con con la ciru cirugía^* Cincuentacincuenta. D o c soy veget vege tariano le cont con tó Desmond, Desmond, pensand pensando o que que eso podría ayudarlo a tener más posibilidades de recuperarse. O h, Doss, ust us ted nunca superaría esta cirug cirugía ía sin una una dieta dieta alta en proteína. La única manera en que puede obtener suficiente proteína es comiendo carne. Doctor, seguiremos adelante con la cirugía, pero no comeré carne. Tomo mucha leche, huevos y queso cottage (una variedad de requesón o queso fresco). Compraré mis propios porotos de soja y me darán media lata cada día. ¿No debería eso ser suficiente? s uficiente? N o lo sé res re s pond po ndió ió el médico; médico ; pero si si insist insiste e en hacerlo hacerlo a su manera, tendremos que ver cómo resulta. ¡Muy ¡Muy desanim desanimador! ador!,, pensó Desmond; y en voz alta preguntó: ¿ C uándo me me oper operan? an? Se fijó una fec fecha ha para unas unas dos semanas semanas más más tarde. E ntretanto, Dorothy llamó a amigos y personas interesadas por todos los los E stados U nidos, y les les pidió que recordaran reco rdaran a Desmond en sus oraciones. Además, contactó al pastor Roach, un ministro adventista, y él prometió ir y orar con Desmond la mañana de la cirugía. La mañana de la cirugía, cuando Dorothy, el pastor Roach y los padres de Desmond llegaron, las enfermeras ya estaban preparando a Desmond porque el camillero había aparecido una hora más temprano de lo fijado para llevárselo. Ni bien Desmond supo que ellos estaban afuera, él insistió en que quería que oraran por él antes de entrar a cirugía. Por lo tanto, lo sacaron en la camilla hacia donde estaban Dorothy, los padres de él y el pastor Roach. Se reunieron todos alrededor de él, y mientras el pastor Roach oró por Desmond. Después de eso, Desmond se sintió completamente relajado mientras lo llevaban de nuevo a la sala. Estaba seguí o de que que Dios sabía tod to d o lo que le pasaba pasaba,, y que él él lo cuidaría y haría lo que fuera mejor para él. Más tarde, después de la cirugía, le dijeron a Desmond que había salido de la operación mejor que cualquiera de los otros
D E S M G N Ü B O S S » O BJ E TO R DE C O N C I E N C I A pacientes. pacientes. Además, que su columna co lumna vertebra ve rtebrall era la más más derederecha de todos los pacientes quirúrgicos. Y cualquiera que vio a Desmond puede testificar de esto. Otra vez, él supo que Dios lo había cuidado. Por ese tiempo, los médicos estaban comenzando a usar antibióticos para tratar muchas enfermedades, y una de ellas era la tuberculosis. El único problema era que su uso estaba todavía en la etapa experimental, y nadie sabía exactamente qué dosis usar. Algunos de esos antibióticos le fueron administrados a Desmond. Él recuerda uno que tenía que tomar por vía oral, y ¡qué gusto malo tenía y cuánto lo enfermaba! El o tro medicamento se lo lo administ adminis traban raba n con con una aguja aguja hipod hipodér ér mica y le produjo una herida tal que apenas podía sentarse. Pero los antibióticos lo ayudaron y, pronto, los resultados de los análisis eran todos negativos. Doctor, todo el tiempo me zumban los oídos. ¿Qué puede ser? preguntó un día. P robab robableme lemente, nte, sea sea una una pequeña pequeña reacción reac ción a los los antibiótiantibióticos. Debería pasar pronto respondió el médico. Pero no solo no pasó, sino que Desmond encontraba que cada vez le era más difícil oír; y durante aproximadamente los siguientes 25 años, la sordera de Desmond fue avanzando cada vez más. Al principio, lo ayudó usar audífonos, pero finalmente, ni aun así podía escuchar lo que la gente decía. Los médicos le dijeron que la pérdida de audición sin duda se debía a los antibióticos que había tomado en la etapa experimental, cuando realment rea lmente e no se sabía sabía cómo proporcionarlos proporcio narlos..
o sé que tuvimos muchos cursos de adiestramiento de Cadetes C adetes P aramédicos, aramédicos, a fin de ayudar ayudar a nues nue s tros tros jóv jóvenes enes que que estab estaban an en esp esper era a para ser reclutados reclutados Pero ¿cómo sería abrir un campamento nacional donde los muchachos puedan venir y obtener un buen entrenamiento que los ayudara? Además, hay muchos jóvenes que no viven cerca cerca de los los lugares donde do nde se enseñan enseñan las clases de Cade C adetes tes P aram araméd édico icos s le le dijo el el coronel coro nel E veret vere tt Dick, Dick, uno de los los oficiaoficia les de la Organización Nacional de Servicio de los adventistas del séptimo día, a C arlyle arlyle B. Haynes, su jefe. M e parece parece una una bue buena na id idea res re s pondió pon dió Haynes H aynes Y creo que conozco un lugar donde podríamos tenerlo. Me parece que la Asociación de Michigan nos dejaría usar el lugar de su campamento juvenil cerca de Grand Ledge. Yo fui presidente de esa Asociación cierta vez. Otra cosa que conversaron era qué nombre pondrían al campamento. ¿ R ecuerda ecuerda a ese joven joven que recibió la Medalla de Honor? H onor? Se llama Desmond Doss. ¿Por qué no llamar al campamento Camp Desmond Doss”? sugirió Haynes. Tod Todos lo los pr present esentes acept aceptaron aron la la idea. Se estableció el campamento en Michigan, como habían esperado, y lo llamaron Camp Desmond Doss. Desmond pasó P°r el lugar en diversos momentos, ayudando a los líderes y
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hablando a los jóvenes que se registraban para el curso, animándolos. Por causa de la terrible presión a la que estuvo sometida Dorothy durante el tiempo en que Desmond estuvo en tratamiento por tuberculosis y otras cosas que surgieron que le produjeron estrés, ella tuvo un quiebre nervioso. Sentía que nunca más podría hacer nada que valiera la pena, ni siquiera manejar un hogar. Por el consejo de una persona que había pasado por una situación similar, Desmond llevó a Dorothy a un Centro de Salud en Wildwood, Georgia, donde el personal empleaba alimentos mentos nutritivos, nutritivos , eje ejercicio rcicio y descanso descans o para ayudar ayudar a la la gent ente a superar esas situaciones. Dorothy fue admitida como paciente, y estuvo allí por más de un año. Durante ese tiempo, mientras Desmond trabajaba, los padres de él y su hermana, Audrey, se ocuparon de Tommy, el hijito de Desmond y Dorothy. Desmond viajaba casi cuatrocientos kilómetros para ver a Dorothy casi cada fin de semana. Un fin de semana, Dorothy y otros sugirieron que él pidiera una una licencia en su su trabajo traba jo y fuera a W ildw ild wo od para para qued quedar arse. se. Él podría trabaja trab ajarr en el C entro de Salud S alud en el el área de manantenimiento, y no tendría que viajar ¡da y vuelta esas grandes distancias. Finalmente, decidieron hacerlo. Un día, día, Roy R oy C ooper, que tamb también ién traba trabajab jaban an en el el Centro C entro de Salud de Wildwood, sugirió: Desmond, una señora, la señora Terry, está comenzando una escuela en Lookout Mountain. ¿Le gustaría subir allá con algunos algunos de nosotr nos otros os,, y ayudar a c o ns truir algunos edif edific icio ios? s? C re reo o que que me me gust gustaría aría hacerlo; pero primero prime ro oraré so sobre esto respondió Desmond. Y al al orar orar,, sintió sintió que que Dios D ios quería quería que ayudar ayudara a en ese proyec oyec-to. Mientras Desmond estaba en Lookout Mountain, a unos 35 kilóm kilómetro etross de W ildwo ild woo od, la esposa espos a de Roy, Roy, Edit E dith, h, lo ayudó a cuidar cuida r de Tomm Tommy. O tra vez, vez, sintió s intió que D ios estaba atend atendien ien-do sus necesidades. En la montaña, Desmond encontró una propiedad de cinco acres (unas dos hectáreas), con una cabina de tres ambientes en ella. Era realmente bastante vieja. Había que poner ollas
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en los lugares donde goteaba el techo cuando llovía, y cuando soplaba el viento, el piso de linóleo se levantaba en algunos lugares. En 1955, usó su póliza de seguros del ejército y la compró. Dorothy estaba mejorando por ese tiempo, pero no estaba muy contenta con la compra, porque sentía que nunca más podría hacerse cargo de una casa. Sin embargo, estaba muy equivocada. equivocada. Más M ás tarde, D o rothy rothy no solo volvió a atender su hogar, sino también terminó su curso de enfermera; además, obtuvo su título de Enfermera Registrada y hasta un Bachillerato en Ciencias en Enfermería. Desmond edificó otras habitaciones alrededor de las tres originales, y la pequeña casita terminó siendo una casa más bien grande. Desmond y Dorothy agradecieron a Dios por ella, y se establecieron en ese lugar, que pronto llegó a ser su hogar.
Hola, Desmond. Soy Clark Smith Desmond se preguntaba por qué qué C lark S mith, ith, uno de los oficiales oficiales de la la O rganización rganiza ción Nacional de Servicio, lo llamabaTenemos la oportunidad de hacer una película para ayudar a nuestros soldados, y queremos contar su historia. Pensamos que sería maravilloso si pudiera pudiera ir a C aliforn ali fornia ia y hablar hablar en la película. película. Sin dud duda, a, aumentaría la calidad del film. C lark, la rk, no sé sé. He hablado habla do mucho mucho en en tantos lugares. lugares. Estoy E stoy teniendo dificultade d ificultades s con el el pozo de de agu agua y necesit neces ito o arregla a rreglarrlo. lo. Además, Además, ust us ted sabe que que J osephine C unnington E dwards dwards está escribiendo mi historia, y necesito estar por aquí cerca, para atender cualquier pregunta que ella tenga. Bueno, Desmond, simplemente, no podemos dejar pasar esta oportunidad. ¿Le dije que un señor está pagando todo? Y eso no ocurre con mucha frecuencia... Le digo una cosa: deme el número de teléfono de laseñora Edwards; la llamaré, para saber si puede interrumpir su trabajo por unos pocos días. Realmente queremos que venga. ¿Qué le parece? insistió Clark. Desmond le pidió unos momentos y, dándose vuelta, le explicó la situación a Dorothy. Yo creo que debes ir, Desmond fue su consejo.
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Así fue que Desmond se encontró en camino a California; esta vez en en tren tren,, en lugar de avión. avión. C lark había había hecho los los arreglos para el boleto y le dijo que, como la película tenía que filmarse en determinado tiempo, debía avisarle de inmediato si perdía alguna combinación. ¡Y una vez casi la perdió! Clark Smith y Des Cummings, el presidente de la Asociación del Sudeste de California, lo esperaron en la estación. Cuando fuero fue ron n a buscar el el equipaje, ¡no había había equipaje equipaje!! Las valijas no no habían llegado, y ¡la reunión debía realizarse esa noche! E stá bien bien dijo d ijo C lark lark Iremos Iremos a los los lugares lugares donde vende venden n lo los sobrant so brantes es de equipo militar, ilitar, y veremos veremos qué podemos encont encontrar. rar. Les llevó bastante tiempo encontrar un buen uniforme y luego fuero fueron n a co comer mer alg algo. o. Pare P arecía cía que C lark lark y Des querían querían estar seguros de que Desmond estuviera bien alimentado, porque seguían poniendo comida en su bandeja. O igan, caballer caballeros. os. Nunca podré co comer mer to do eso protest protes tó. Sencillamente, coma lo que pueda comer le aseguraron. No se dio cuent cuenta a de que hacían to todo eso para para llenar llenar el tiem tiempo. po. P ronto, llegó la hora de de ir al al estudio es tudio para el el programa. progra ma. Un hombre los buscó del hotel donde habían registrado a Desmond. Él se había puesto el uniforme que le habían comprado ese día. A todos les pareció que lucía bien. C uando llegaron al es esttudio, el el cco o nduc nd uctor tor se ace acercó rcó a un portón y el cuidador lo abrió de inmediato. Desmond parecía un poco sorprendido y el conductor observó: N o se preocupe preocupe por eso eso.. Yo solo traba trabajo jo aquí. aquí. Llevaron a Desmond a un estudio en la parte posterior del edificio, y pronto estaba en una plataforma, preparado para dar un mensaje especial para los soldados que verían ese film. Apenas había comenzado a hablar, cuando se le acercó un hombre y lo interrumpió. Desmond se preguntaba: ¿De qué se trato todo esto? ¿Por qué me interrumpe, cuando estoy tratando de concentrarme en el mensaje? Además, Desmond pensó que
el hombre se parecía un poco a un payaso (en realidad, esta persona estaba maquillada para salir en televisión, pero era algo que Desmond nunca había visto de cerca). El hombre fue muy cortés. "Desmond Doss, de Rising Fawn, Georgia, quien recibió la Medalla de Honor del Congreso, us
C A M P D QS S
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Desmond Desmond no podía podí a cre c ree e r lo que oía. oía. P ronto se encon enc ontr tró ó en en plataforma, a, con co n cent cen tenares ena res de personas personas en la la audíen audí enct ct 0tra plataform Ra| Ra|ph Edwards E dwards est es taba dando d ando a la la gente gente una una breve breve historia historia * su carrera militar y lo que había hecho para recibir la Medalla de Honor. Esta entrevista había traído a muchos amigos y asociados pai a soi pi pi ender ender al hués hué s ped ped honrad honrado. o. Tres de sus amigos amigos del ejército estaban allí: el mayor Cooney, O. C. Brister y Fred Carr. Sus hermanos Audrey DossMillner y Harold también se encontraban allí, así como sus padres, Thomas y Bertha Doss Y por último, último, y no menos menos valioso, valioso, D orot oro thy y su hijo hijo,, Tomm Tommy' ¡Qué sorpresa! Desmond se sentía muy nervioso:'"Esto es peor peor que un co c o mba mb ate” te”. Recibió muchos regalos agradables: una sierra circular de mesa; un pequeño tractor para el jardín, con sus herramientas; un automó au tomóvil vil E dson; dso n; y aun dinero, dine ro, con el que compraría compraría un poco más de tierra para añadir a las dos hectáreas que había comprado en Lookout Mountain. Tanto él como todos sus familiares fueron invitados esa noche a participar de una placentera cena en el hotel. Desmond comenzó a darse cuenta de por qué habían sucedido algunas algunas de las cosas cosas.. El largo largo viaje viaje en tren, él lo sabía sabía ahora, ahora, dio tiempo a sus familiares, y en especial a Dorothy y a Tommy, de volar a C aliforn alifornia. ia. Él sabía ahora por qué Do D orothy lo ha había anim animad ado o a ir a C alifo lifornia rnia:: ella sabía lo de “T hls ¡s ¡s Y our Ufe! Ufe! Él también ambién se dio cuen cu enta ta de por po r qué C lark Smit S mith h lo hab había ía llamado llamado y le había pedido que fuera; y además podía ver por qué le dijeron que no era tiempo de ir a las oficinas de la Voz de la Profecía (su programa de radio favorito) en Glendale. Alguien allí podi ía haber dado algún Indicio, ya que todo había tenido que mante oorse oorse en s ecreto para que Desmond es mond no se enterara, pue puess si o hubier hubiera a sabido, sabido, el progra pro grama ma no se habría emitido emitido al al aire aire.. Ra p i Edwards lo habría sustituido con otro programa. Tamb También ién supo supo que J osephine os ephine C unnington unnington E dwar dwar s, que que es es taba aba esc es cribiend ribie ndo o un libro lib ro so s obre él, le había había est es tado pi pi ien ien o 'forma 'form a c ión, ió n, que ella le pasaba pasaba a R alph alph E dwards dwards par para a e pro13 5
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grama. Ella era pariente lejana de Ralph y era una escritora adventista popular, quien había sugerido su nombre a Ralph E dward dwards. s. P oco después después de esto, el esposo es poso de J os osephine ephine fallefalleció y ella no se sintió con ánimo de terminar el libro, de modo que el proyecto fue dado a otro escritor, Booton Herndon. Él The Unli Unlik kelie eliest st Her Hero [El héroe inesperado]. escribió el libro The Hay que añadir una cosa. A Desmond y a Dorothy les gustaba devolver el diezmo (incluso de los regalos que recibían). En determinado momento, calcularon la cantidad que debían dar, pero estaban tan ajustados de dinero que no lo pudieron entregar. Sin embargo, Desmond recordó las experiencias de su madre con la devolución del diezmo. Así que, decidieron dar a Dios su parte, aun cuando les quedó muy poco para sus gastos. Solo un mes después, Desmond estuvo en "This is Your Life!" Esto representó una buena ayuda y, de allí en adelante, sus finanzas mejoraron mucho. Desmond sabía que Dios lo había cuidado y bendecido otra vez.
Por ese tiempo, Desmond se dio cuenta de que, por causa de su experiencia con la tuberculosis y la pérdida de un pulmón, no podía mantener un horario de trabajo de ocho horas por día. Fue a ver a varios médicos y a la Administración de V eteranos eteranos (AV), (AV), y finalmente finalme nte lo pusieron pus ieron en la categorí categoría a de inincapacidad permanente. Así que, los siguientes quince años, aproximadamente, Desmond trabajó sus dos hectáreas (cinco acres), que habían llegado a ser cinco, al añadirles el terreno que compraron con el dinero dinero del programa “T “T his is Y our Life’ L ife’''. E stas parcelas parcelas adicionales eran mayormente boscosas, con muchas flores delicadas y hermoso musgo verde. Un invierno, hubo una terrible tormenta de hielo y cayeron muchos árboles. Él solucionó los daños causados, y el condado le construyó un pequeño dique en su propiedad, de modo que ahora tenían un lago muy hermoso. Tambi También én pasó muchos muchos fines de seman semana, a, y aun aun sem seman anas as seseguidas, atendiendo invitaciones para hablar. Su audición no era buena, pero se las arreglaba. Los que le pedían que fue-
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ra a hablarles le pagaban los gastos, pero Desmond nunca cobio por la charla misma: el quería hacerlo como gratitud poi poi el cuidado de Dios. Dios . Sin S in embargo, él él siempre siempre hablaba hablaba de cons co nstr truir uir una una capilla en L ookout oo kout M ountaln, y mucha muchas s veces veces se recogieron ofrendas para ese fm. Con ese dinero, Desmond compraba materiales necesarios para la construcción y, cuando estaba estaba en casa, casa, pasaba pasaba muchas muchas horas edifica ed ificando ndo H oy hay una hermosa hermosa capillit ca pillita a adventista en Looko L ookout ut Mountain. Mo untain.
capí t ul o
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n a l E IE2PLANTE COCLEAS reo que debo arreglar esa cerradura en la puerta del dormitorio, pensó Desmond. Fue a buscar las herramientas que necesitaría y comenzó la tarea. Esto sucedía en 1976. Dorothy era una buena enfermera, que trabajaba todo
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el día, y volvería pronto. pro nto. De repent repente, Desmond D esmond se se sintió mareado. "M e pregun preg unto to qu qué me pasa” pasa”, murmuró murmu ró para para sus adentros ade ntros.. "C reo re o que q ue me voy a recos co s tar unos unos minutos min utos ”. E ntretant ntretanto, o, D orot oro thy llegó a casa casa del tra traba ba jo y encon enc ontr tró ó a algunas personas en la puerta delantera. V inimos inimos para para ver a Desmon Des mond d d d ije ro n S abemos abemos que que está stá adentro, pero no responde a la puerta. I ré a ver cu cuál es es el el problema problema re s po nd ió ella ella.. Entró en la casa y se encontró con Desmond recostado en el sofá. ¿ Q ué te pasa pasa,, cariñ cariño? o? le pregunt pregun tó, preocupada. No tuvo respuesta, pero él la miraba con una expresión de perplejidad en su rostro. Desmond, ¿me puedes oír? ella sabía que Desmond estaba casi sordo.
S O R D E R A E IM IM P L A N T E C O C L E A R
Aunque había vivido con su sordera durante años, generalmente, podía escuchar algo y le respondía. Esta vez, no respondió. Por su parte, él la miraba con perplejidad pues pensaba que ella ella había había perdi pe rdido do la voz. E ntonces, ntonces , él sacudió la cabeza cabeza y ambos se se dieron die ron cuenta, cue nta, de repente, repe nte, de que él estaba estaba totalme totalmente nte sordo: ¡no podía oír nada! Esto sucedió de tarde, y Desmond decidió ir de inmediato al hospital de veteranos en Atlanta, para ver si podía obtener ayu ayuda allí. allí. P or el el camino, ca mino, se detuvo de tuvo en C alhoun, Georgia, G eorgia, en las las oficinas de la Asociación, para dejar su informe de tesorería de la iglesia que acaba de terminar. También le dijo a la gente que estab estaba a to to talmente talme nte s ordo y pidió que oraran o raran por él él. Cuando llegó a Atlanta, en el hospital de veteranos le dijeron: Te vamos a poner en una habitación en un hotel y te vemos mañana de mañana. No, N o, no voy a hacer eso respo res pondió ndió Desmond Des mond No oigo oigo nada y necesito ver a un médico ahora mismo. Bess, una de las voluntarias en el hospital, lo tomó bajo sus alas, las, y se aseg as eguró uró de que que tuvie tu viera ra una cama cama en el el hospit hos pital al y que que el médico lo viera esa misma noche. Lo revisaron, decidieron que era una sordera dependiente del nervio y lo pusieron con suero intravenoso, tratando de salvar los nervios que pudieran. Nada pareció ayudar en forma permanente y volvió a su casa, a un mundo casi totalmente silencioso. Podía oír un poco de lo que sonaba como un ruido, pero no podía decir qué clase de ruido era. Durante los siguientes doce años, fue todo asi. Dorothy tenía que escribir cualquier información que él recibía, en casa, en la iglesia iglesia o en cua cu a lquie lq uie r o tra parte. / , Q uerido, uerido , yo soy so y tu "perro lazarillo" par para tu tu oído le le decía Dorothy. Tuv Tuvo que dejar de jar de de hacer hac er bast bas tantes cosa cosas: s: era era el tesorei es orei oye o ye primer primer anciano ancia no de su iglesia, igles ia, pero pe ro al no podei escuchan ya no no Podía realizar ciertas tareas. ~¿Te ¿Te parece que puedes pue des seg s eguir uir s iendo el el jefe je fe e os res totas otas del del C ondado de Walker, Desmond? Desmond? le preguntara preguntara colegas de rescate.
D E S M O N D D O S S » O B J E T O R D E C O N C IEI E N C IA IA
Era una buena pregunta. Desmond había sido el jefe de rescate del condado durante años, y había conseguido desarrollar el trabajo con buen equipamiento y buenos trabajadores. Si había problemas en cavernas, de las que había muchas en la zona, Desmond siempre estaba allí. Él no pedía a otros camaradas que hicieran cosas que él no estuviese dispuesto a hacer personalmente. Una vez, la cuadrilla tuvo que ir a rescatar a algunas personas en una caverna grande. Consiguieron sacarlas, pero dos de ellas murieron por los efectos de los gases en la caverna. Esos mismos gases hicieron que a Desmond le fuera muy difícil respirar. Fue llevado al hospital, y casi perdió la vida por neumonía. Esa fue otra vez en la que Dios lo cuidó. No, no podré ser el jefe de rescate, si no puedo escuchar nada. ada. Tendré que que abandona a bandonarr esta tare tarea a y dejar de jar que ustedes ustedes se hagan cargo de ella respondió. Renunciar era muy difícil... P asaron los los años. años. P robablemente, robablemente, a media mediados dos de la década de 1980, Desm Des mond comenzó comenzó a enterarse enterars e de algo llamado llamado implant implantes es cocleares. cocleares. Se suponía suponía que podía ayudar ayudar a quienes quienes eran totalme totalmennte sordos. C a riño, riño , ¿po ¿ podr drías, ías, por po r favor, pregu pre guntar ntar a la la A V si saben alg algo o acerca de esto nuevo, llamado implante coclear? sugirió Desmond a Dorothy. D o rothy ro thy llamó. llamó. Sí, Sí, ellos sabían s abían algo acerca de eso, pero pe ro toda toda-vía no mucho. Recordarían a Desmond y lo contactarían con las novedades. A lgunas sem s emanas anas más más tarde tarde,, la A V llamó a Des De s mond para para dedecirle que lo enviarían al hospital de veteranos en West Haven, C onnecticut onne cticut,, donde los los médicos médicos estaban comenz c omenzando ando a hace hacerr implantes cocleares a los pacientes, si creían que eran buenos candidatos para para el procedimien proc edimientto. Esa vez, vez, Des De s mond fue solo solo. Echaba de menos a Dorothy, que generalmente estaba con él, pero ella no podía ir. Sin embargo, la AV escribió notas para que él se las diera a la gente de la aerolínea, a los conductores de taxi, y a cualquiera otra persona que necesitaba ayudarlo. C on ell ellas, as, llegó llegó con toda se seguridad guridad a W e s t Haven. Aun cuando Desmond estaba tan sordo que no podía oír
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casi nada, los médicos le dijeron que él podía oír "demasiado bien” y, por eso, no era ca c andida ndi dato to para el implante. Le diero die ron n audífonos más potentes, pero eso no lo ayudó. Volvió a su casa desanimado. Ahora, ¿qué hago? le preguntó a Dorothy; ella tampoco sabía qué decir. El Señor se estaba haciendo cargo de la situación, pero en ese momento Desmond no sabía nada de esto. La convención de la Medalla de Honor ese año se llevó a cabo en Orange, California. Se realizaba cada dos años en diferentes lugares de los Estados Unidos, y las aerolíneas generosamente llevaban a los que habían recibido las Medallas de Honor y a sus esposas sin cobrarles nada. Así que, Desmond y Dorothy se encont enco ntraron raron en el el sur s ur de de C alifornia. Q uisiera uis iera asegurarm ase gurarme e de ver a Dot Do t Reid mient mientras ras es e s toy allá allá le había dicho Dorothy a Desmond. Dot era una prima de Desmond que vivía en Glendale. P asaron asaron un poco de de tiempo adicional a dicional en C alifornia alifo rnia después des pués de que terminó la convención, para visitar a Dot Reid. Después de conversar un poco, ella les dijo: Algunos de mis amigos en Loma Linda tienen amigos que nunca se encontraron con Desmond y quisieran verlo. ¿Por qué novamos allí esta tarde? De esa manera, Desmond llegó a Loma Linda, un centro médico adventista muy grande. Las personas que querían ver a Desmond eran bien conocidas en el centro médico, y ellos sugirieron: "Veamos si podemos llegar hasta el departamento de Audiología, udiologí a, y le hacemos hacemos revisar revis ar su audición audición"". Y ¡oh, ¡oh, maravilla!, consiguieron un turno para la mañana siguiente. Mientras lo revisaron, Desmond le preguntó al personal médico: ¿ Q ué pueden decirme acerca de de los implant implantes es cocleares? Ahora los estamos haciendo aquí todo el tiempo, si creemos que un implante puede ayudar a yudar a la la audición audición de una pers pe rsoona. Cada uno es muy diferente, así que, tenemos que revisar sus problemas con mucho cuidado. Después de varios controles a la audición de Desmond, le dijeron:
HESMON D DOSS
» O B J E TO T O R O F C O N C IEIE N C IAI A
U s ted es un un muy muy buen buen candida candidato to para el el implante impla nte coc cocle lear ar.. No solo eso, lo hemos conversado y hablamos con las autoridades, y están de acuerdo en que le hagamos un implante coclear sin costo, en agradecimiento por su servicio a Dios y a la patria. Desmond apenas podía creer lo que escuchaba. Pero otra vez vio la mano de Dios solucionando las cosas para él de una manera maravillosa. Sin embargo, había un problema. El mantenimiento y el seguro por el implante sería costoso, y la AV no estaba lista para atender nada de eso. Desm Des mond y Doro D orothy thy regresaron regresa ron a su cas casa, a, pero siguieron s iguieron tratrabajando en ese proyecto. La AV finalmente aceptó hacerse cargo del costo del mantenimiento y el seguro por el implante, por lo que ese problema estaba resuelto. Ahora lo que necesitaban era dinero para el viaje a California. Las diversas organizaciones militares en Chattanooga el DAV [Veteranos norteamericanos incapacitados], el VFW, y la del Corazón Púrpura, bajo la dirección de Bryant Cook, jefe de asuntos de veteranos recogieron una donación para ayudarlos a llegar a Loma Linda, y para los gastos mientras estuvieran allí. R ealmente ealmente apreciamos apreciamos esta esta maravillosa aravillosa donación, y que piensen en nosotros y en nuestro problema les dijo Desmond. La donación fue presentada a Desmond y Dorothy en una reunión del DAV. Durante la reunión, llamaron a Desmond para que saliera y se encontró con que otra sorpresa lo esperaba. El cuñado de Dorothy, R obert obe rt J ensen, ensen, le entregó en tregó una llav llave. E s ta es la llave llave de la la casa de mi mi madre madre en Loma oma Linda. Linda. Ella Ella no está allí ahora, y dice que pueden quedarse en la casa mientras estás allí, si tan solo pagas los servicios y el alquiler de un pequeño departamento donde está ella. Desmond no se dio cuenta de cuán maravilloso era esto, hasta que llegó a Loma Linda y vio cuánto le habría costado alquilar un lugar allí. Después de establecerse en la casita, que estaba a solo dos cuadras del centro médico, Desmond fue al departamento de Audiología. Hubo más pruebas y más conversaciones con el Dr. J ung, ung, quien haría harí a la cirugía. P or supuesto, upues to, la conversación conversación se des de s arrolló arro lló con el el Dr. Dr. J ung escribie es cribiendo ndo en un pape papel, l, pero ero ambos estaban acostumbrados a eso.
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U s ted ve, ve, señor seño r Doss, entraremos en una una zona detrás detrás de su oído donde está la cóclea. Para decirlo en términos no médicos, básicamente, lo que haremos es conectar los nervios a un imán que pondremos dentro de su cabeza. Luego, ponemos otro imán imán del lado de afuera de su cabeza, cabeza, en el el lugar dondo nde está el Imán dentro de ella. El sonido irá por un alambre a una pequeña computadora que llevará usted en un bolsillo. La computadora tiene los controles, de modo que puede hacer los ajustes necesarios para oír. ¿ C ree usted usted que realmente realmente ayud ayudar ará, á, Dr. Dr. J ung? pre p regu guntó ntó Desmond. E s difícil difí cil garantiza ga rantizarr cualquier cualqu ier cosa, cosa, debido a la complejidad complejidad de los oídos, pero creo que hay muy buenas posibilidades. Señor Doss, Doss, ¿ cree cree usted usted en en la la oración oración? ? preg p regun untó tó el el Dr. J ung ung Loma Linda es un centro médico adventista, y muchos de los médicos son buenos cristianos. P or supuesto supuesto qu que sí sí respondió respo ndió Desmond Des mond Y ciertament ciertamente e he estado orando acerca de esto. Yo creo que Dios hará lo que sea mejor. La cirugía de Desmond fue fijada para septiembre de 1988. Thom Thomas, el el hijo hijo de Desmond Desmond y Dorothy Dorothy,, estab estaba a en EHa EHawaii en ese momento y voló a Loma Linda para la cirugía de su padre. Desm Des mond fue llevado al al quirófano. quirófan o. P recisamente recisamente cuando el anestesista estaba por administrarle la anestesia se detuvo, esperó quince minutos y comenzó el procedimiento de nuevo. Luego, se detuvo y esperó un poco más. Desmond se preguntaba por qué no comenzaban la cirugía, pero no podía escuchar ninguna explicación. Más tarde, supo que justo en ese momento estaba sucediendo algo que casi nunca ocurre en Loma Linda: una lluvia con relámpagos y truenos. El hospital tenía un sistema eléctrico para emergencias, pero llevaría unos momentos para que se reconectara la corriente eléctrica. El equipo de cirujanos no quería que nada sucediera que pusiera en peligro la cirugía de Desmond. El hermano de Dorothy, el Dr. Harold Schutte, tenía un hijo que que era era médico y estaba estaba haciendo su residencia residenc ia en el el C entro Médico Loma Linda. Era animador para Desmond que Del estuviera en el quirófano con él. También, mantenía informados
DESMOND DOSS
O B J E T O R D E C O N C IE N C I A
a Dorothy y a Thomas, que estaban en la sala de espera, respecto de lo que iba ocurriendo. Desm Des mond despertó des pertó con un fue fu e rte do d o lor lo r de cabeza y la la cabecabeza enyesada. E s to no resulta resulta muy muy cómodo. Siento S iento como si mi mi cabeza cabeza esestuviese hinchada hinchada y va a revent reven tar el yeso d ijo a Do D o rothy y a Thomas, Thomas, per pero o por por lo menos enos la la ciru cirugía gía terminó. erminó. También También nosot noso tros estam estamos os contentos co ntentos co c o nco nc o rdaron rda ron ambos. os. Un mes más tarde, llegó la hora de sacar el yeso, enganchar ese imán imán del lado exterio exte riorr de la cabeza y ver ve r cómo có mo funcionaba. Linda Dyer, que afinaría el implante dentro de su cabeza por medio de la comput computado adora ra que est es taba del lado de afuera, puso puso cuidadosamente el auricular en su oído. Desmond, este auricular solo mantiene todo el conjunto en su lugar. Usted no oye a través de él, como con un audífono. Ahora pondré el imán, esta pieza redonda, sobre el imán que está en su cabeza; puede sentirlo con su dedo. Todo esto ya está conectado con la pequeña computadora que puede poner en en su su bolsillo. bolsillo. Ahora, Aho ra, ¿ está está listo? listo? L inda ind a iba iba escribi esc ribiendo endo esto mientras lo decía. Listo como nunca, supongo dijo Desmond. Linda ajustó el imán exterior por encima del imán interior. Luego, le preguntó: Desmond, ¿puede oírme? ¡Su rostro se iluminó! C laro que que pued puedo o respondió. Era el primer sonido inteligible que había escuchado en doce años. años. D orot oro thy y el Dr. Dr. J ung estaban mirando, mirando, así como otros que estaban interes interesados ados en lo que que sucedía. Todo T odo era entusias mo y emoción, y los los prese p resent ntes es aplaudían. aplaudían. P ero no todo estaba termina do todavía. todavía . C omo el médico médico le le había explicado a Desmond: E s to nunca nunca será será tan tan bueno como un audífono, audí fono, porque con con un audífono usted escucha sonidos que conoce. Esto le da sonidos, pero no son sonidos familiares. Tiene que aprender a reconocerlos como palabras y Desmond encontró que eso era cierto.
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Linda Dyer pasó horas con él, enseñándole y diciéndole cuán bien iba adelantando, y animándolo de toda manera posible. Aun cuando Desmond todavía no oía bien, era tanto mejor que no escuchar nada que realmente apreció ese implante coclear. Cuando se lo saca por la noche o se agota su batería, él se da cuenta aún más de cuánto lo aprecia. Es otra cosa por la que agradece a Dios.
En junio de 1986 ocurrió otro incidente feliz. Los graduados de la Universidad Adventista del Sur, en Collegdale, Tennessee, pidieron a Desmond que pronunciara el discurso de graduación. A su vez, el colegio decidió darle a Desmond en ese momento un doctorado honorario. Él y Dorothy estaban vestidos con birretes y togas, y él marchó por la plataforma para recibir su título honorífico. ¡Era un graduado universitario! Un día, Do D o ro rothy thy estaba estaba visitando una una tienda tienda de artíc artículos ulos de segunda mano en Chattanooga. Ella notó una réplica de la Estatua de la Libertad, de 2,40 metros de alto. Desmond, quiero que vayas a la tienda de cosas usadas conmigo. Tienes que ver algo allí dijo a Desmond cuando se encontró con él en otra tienda. Ella lo condujo hasta donde estaba la réplica de la Estatua de la Libertad. Desmond no pudo menos que admirar este símbolo de su división del ejército. Pero, aunque era usada, era costosa. C o nsidé ns idéralo ralo de este modo: modo: Tú nun nunca ca fumas fumastte. C ompra ompra esta estatua con el dinero que habrías hecho humo y que te ahorraste bromeó Dorothy. Desmond decidió comprar la estatua y la llevaron a su casa. Más tarde tarde,, un am amigo igo,, C liff J ohnston, la montó sobre un pedestal de concreto. Luego, planificaron un evento para inaugurar aquella Estatua de la Libertad. Los amigos militares de Desmond y muchos otros vinieron para participar de la celebración. Su Estatua de la Libertad todavía está en pie en el patio delantero de la casa de Desmond, y constituye un lugar favorito para tomarse fotografías.
D E S M O N D D O S S » O B J E T O R DE D E C O N C IEIE N C IAI A
En el el centro ce ntro de la la ciudad de de F ort Ogletho O glethorpe, rpe, G eorgia, eorgia, cerc cerca a de la la ciudad de C hattano hattanooga oga,, Tennessee, la Carr C arretera etera 2 cruza cruza la R uta uta 27. Desde Desde ese punto hast has ta la C arretera rre tera 193, a unos unos diez kiló kilómetros metros al oeste de la la ciudad, la C arre arretera tera 2 es un un ca ca-mino de cuatro vías. Bryan Hall J ackson es es un militar mil itar retirad re tirado o muy agradab agradable, le, a quien nada le gusta más que planificar cosas lindas para los héroes y otros hombres bien conocidos. Él decidió que los diez kilómetros de la la C arret arre tera 2 entre en tre la Ruta Ruta 27 y la la C arretera 193 lleven lleven el el nombre de de ""C C arretera M edalla de Honor Desmond T. Doss". El 10 de de julio julio de 1990, esta esta sección sección de la ca carretera rretera fue dedicada a Desmond. Baio la la direcció direc ción n de de Bryan Hall J ackson, David David CarrolI C arrolI,, de de la estación WRCBTV, de Chattanooga, fue el maestro de ceremonias; onias; y el el gobernado gobe rnadorr de de Georgi G eorgia, a, J oe F rank Harris, H arris, fue el el orador principal. Después de la ceremonia de dedicación, Desmond cortó la cinta, y luego él y Dorothy anduvieron por la carretera de un extremo al otro. Desmond sintió que era un gran honor que una carretera llevara su nombre; además, era la primera vez que una carretera en Georgia llevaba el nombre de alguien que había recibido una Medalla de Honor. Dios ha bendecido a Desmond tantas veces y de tantas maneras, que él no puede menos que estar sumamente agradecido.
CAP Í TUL TUL O 18
TRAiEiA
E
ra el año 1982.
C a riño, riño , hoy encontré enco ntré un un bulto bulto en mi seno seno le escries cribió Dorothy a Desmond una noche ¿Te parece que podr podría ía ser cáncer? E stoy preocupada. preocupada. S eguramente, eguramente, espe e spero ro que no sea sea cán cáncer cer,, querida res re s ponpo ndió Des De s mond mo nd P ero, ero, la única manera manera de est es tar seguros es que vayas al médico. Dorothy pidió un turno con el médico y pocos días más tarde le dieron los resultados. Era el temido cáncer. Dorothy fue operada, se recuperó bien, y volvió a ejercer enfermería. Poco después de esto, la madre de Desmond también recibió bió un diagnós diagn óstico tico de cáncer, y mamá amá S chutte chutte también tuvo el mismo ismo diagnós diag nósti tico co.. P arece ser una una epidemia epidemia en nuestr nuestra a fami familia lia dijo d ijo D orothy ¡Qué epidemi epidemia a te te rrible! rrible ! Mamá Doss no tenía a nadie que la atendiera; así que, Desmond decidió ir a Lynchburg a cuidar de ella. No le gustaba dejar a D orothy, oro thy, pero pe ro corría co rría el año año 1983 198 3 y ella ya estaba estaba a punto de fallecer, por lo que lo animó a ir. Desmond pasó seis meses en Lynchburg. Durante ese tiempo, nunca volvió a su casa, pero Dorothy fue a Lynchburg al gunas veces, para verlos a él y a mamá Doss. Al final de los seis M7 •i
T O R D E C O N C IEI E N C IAI A D E S M O N D D O S S » O B J E TO meses, mamá Doss falleció. Más o menos al mismo tiempo, también falleció mamá Schutte. En 1990 Dorothy empezó a sentir síntomas extraños. ¿Era el cáncer? Otra vez, las esperanzas de Desmond y de Dorothy se desvanecieron. El cáncer se había extendido por metástasis. El año siguiente fue muy triste en el hogar de los Doss. Dorothy fue muy valiente, y hasta alegre, pero llegó a ser evidente durante el verano y el otoño de 1991 que el cáncer estaba dominando su cuerpo. Peor aún, los médicos no podían prometerle una recuperación completa... En realidad, no podían prometer ninguna recuperación. Q uerida ue rida,, ¿q ¿ qué pued puedo o hacer para para ayudarte a no sufr s ufrir ir tantanto? le preguntaba Desmond, al ver que ella declinaba y que sufría mucho. Los masajes ayudan algo respondía ella. Así que, Desmond masajeaba su cuerpo donde le dolía. A veces, eso ayudaba; a veces, no. Ambos comenzaron a darse cuenta de que solo era una cuestión de tiempo, y trataron de no pensar en el futuro. Oraban a Dios pidiendo ayuda y bendiciones. La noche del del 16 de noviembre, D orothy ro thy estaba muy adolo adoloririda. Había llegado a ser una rutina que Desmond le hiciera masajes. sajes. P ero esa noche no parecía parecía ayudar ayudar mucho, y Desmond Desmond estaba ¡tan cansado! Sin embargo, no se detuvo; quería ayudar a Dorothy tanto como pudiera, mientras todavía la tenía. Finalmente, como a las cuatro de la madrugada, Dorothy decidió levantarse y darse un baño caliente; tal vez, eso la relajaría. Desmond estaba tan cansado, que se volvió a dormir tan pro p ronto nto como ella ella salió salió de de la cama. cama. C uando uan do ella ella volvió a acostarse, se sentía mejor y más relajada, y se durmió. El pequeño despertador vibrante de Desmond, preparado para personas sordas, marcó las siete de la mañana. Apenas podía levantarse de la cama, pero sabía que tenía que llevar a Dorothy al hospital a las ocho y media, para uno de los tratamientos mientos diarios que recibía. recibía. Se preparó, y des pert pe rtó ó a Dorothy Dorothy.. Querida, no me gusta tener que despertarte, pero tenemos que ir, si queremos llegar al hospital a tiempo. ¿Qué quieres ponerte? dijo Desmond.
t r agedi gedia a
S olo dame dame el tapado. tapado. M I ves tido está aquí aquí respon res pondió dió ella ella el mejor automóvil qué Des Entraron en su C adillac rojo, el mond alguna alguna vez vez haya ten tenido ido.. D o rothy ro thy sentía sentía que era era un veh veh culo seguro, comparado con otros más pequeños C omo s iempre iemp re inclina inc linaro ron n las cabezas cabezas para para orar ora r antes antes de de sali salirr. Q uerido ue rido P adre se con nos otros esta esta mañan añana, a, mient mientras ras viajamos al hospital. Tu sabes que son momentos tristes para nosotros. nosotros. Q uédate uéd ate con D orot oro thy. Dale consuelo y fortalez fortaleza a Lo pedimos pedimos en tu tu nombre no mbre.. Amé A mén” n”, o ró Desm Des mond. Con eso, salieron a la carretera. A unos tres kilómetros, estaba el Nickjack Road, camino que tomarían para bajar de L ookout ooko ut Mo M o untain un tain al valle. valle. N o lejos de la esquina, esquina, hab había ía una una curva curva bien suave, y entre e ntre la curva cu rva y el Nickjac N ickjack k Road hab había ía una una caída de tres a cuatro metros a la derecha del camino. Desmond no iba muy rápido, pero él sabía que Dorothy estaba algo nerviosa, así que, tocó suavemente el freno para disminuir un poco más la velocidad. ¡Lo que sucedió después es increíble! increí ble! El C adillac adilla c rojo ro jo se salió de contr co ntrol. ol. P atinó atinó por el el camino y cambió de dirección, y se dio vuelta por el pequeño barranco. barranco. A terriz te rriz ó del lado del acomp ac ompañant añante, e, y la la cabeza cabeza de de Dorothy quedó aplastada entre el techo y el asiento. ¡Dorothy estaba mue m uert rta! a! El automóvil se detuvo de tuvo finalmen fina lmentte en posición normal normal junto junto a un poste de teléfono, y la puerta del lado del conductor no se podía abrir por el poste. Desmond no creía estar herido, pero pero tení tenía a que q ue s alir y cons co nseg eguir uir ayuda. ayuda. En ese ese moment momento, o, el vehículo se movió un poco, apenas lo suficiente como para que él pudiera abrir la puerta. Había visto la muerte muchas veces durante la guerra, y por eso sabía que Dorothy había fallecido. S eñora d ijo a la persona que contestó co ntestó el el llam llamado a la puerta en una casa cercana, hemos tenido un accidente. ¿Podría hacerme el favor de llamar al 911 por mí? Soy sordo. La señora, bajita, estaba tan nerviosa que sentía que no po dría llamar, así que, Desmond llamó al 911, y pidió al equipo de rescate que viniera con elementos para cortar la carrocei la, pues su esposa espos a estaba atr a trapa apada da en el autom au tomó ó vil P or o men menos, os, él sabía que lo podían oír... aun cuando él no podía oírlos a ellos. La señora eño ra acept aceptó ó llama lla marr a T homas homas,, que había había i o a a casa
T O R DE D E C O N C IEI E N C IAI A D E S M O N O D O S S » O B J E TO desde Hawaii para estar con su madre. La policía y el equipo de rescate llegaron pronto, pero como Dorothy estaba muerta. no podían hacer nada hasta que llegara el médico forense. Las siguientes dos horas estuvieron cargadas con mucha tris tristeza teza y emoción. emoción. F inalment inalmente, e, todo tod o había había terminado. terminado . Y Des mond estaba sin Dorothy. El día del funeral, parecía que el cielo simpatizaba con los deudos. Llovía y llovía. A pesar de la lluvia, muchos concurrieron al al funeral. Todos amaban amaban a D orothy. oro thy. C uando uan do la procesión procesión llegó llegó al al Cemen C ementterio Nacional, donde ente e nterra rraro ron n a Dorot Dorothy hy,, Desmond. desde su lugar al frente de la procesión, miró hada atrás desde la cumbre de la colina, y vio automóvil tras automóvil acompañándolos al lugar del servicio junto a la tumba. Ahora, Desmond estaba en casa con su dolor y su confusión. Por causa de la sordera, Dorothy había atendido muchas cosas, y Desmond no tenía idea de dónde estaban las cosas. Eso fue duro; pero era peor lo mucho que extrañaba a Dorothy. Los meses meses siguientes fue fu eron ro n muy difícile difí ciles s para Desm Des mond. Se Se sentía solo. Sus amigos de la iglesia y del museo de la Medalla de Honor en Chattanooga, así como también otros, fueron muy bondadosos con él, pero igual se sentía muy desolado. P erder erder a D orot oro thy habría habría sido difícil en cualquier circunstancircunstancia; sin embargo, con su problema de audición, la soledad le pesaba aún aún más. más. A veces, se le cruzaba cruz aba por po r la mente men te que, que, quizás, algún día podría volver a casarse, pero su amor y respeto por Dorothy, y su recuerdo, lo llevaron a decidir no hacer nada hasta que hubiesen pasado por lo menos dos años. Además, ¿quién querría casarse con un sordo? Cada tanto, surgían en su mente estos y otros pensamientos, mientras continuaba con su día a día.
CAPITULO
F E L I C i O A O GTM VEZ
H
abía pasado un año desde el accidente en el que había muert mue rto o D orot oro thy. Desm Des mond comenzó comenzó a senti se ntirr que que necenecesitaba otra compañera, especialmente cuando un amigo le recordó que Dorothy no habría querido que él siguiera viviendo en la soledad en la que se encontraba. Un día, después del almuerzo de compañerismo en la iglesia, estaba hablando con el pastor y su esposa, cuando surgió el tema ema de casarse de nuevo. S onriendo, Desmond Des mond dijo: dijo: Necesito a alguien que pueda preparar una comida decente. He descubierto que no sé cómo cocinar: una lata de arvejas un día, una lata de porotos el siguiente, y si me pongo realmente ambicioso, un par pa r de papas con con algo de sal. sal. Me M e gustan las salsas, salsas, pero no sé cómo hacer hacer una. una. Además, sería bueno que que pudiese pudiese ayudarme a mantener la casa en forma decente; aunque, en realidad, ¡cualquier forma de atender una casa sería mejor que la manera en que lo lo hago hago yo! D D e s mond mo nd hizo una una pausa P ero, ero, lo lo peor peor de de todo es que, que, por po r causa de mi sordera, necesito necesito alguien que que pueda pueda escribirme es cribirme los sermone sermones s que no puedo puedo escuchar. escuchar. Oh, sí, sí, y alguien alguien que me pueda ayudar con todo el correo que me llega. Con una sonrisa de picardía, la esposa del pastor respondió: Desmond, uno no sale a buscar una esposa como quien busca comprar un auto. lodos se rieron, pero Desmond se dio cuenta de que, por cau causa de de su sordera, sorde ra, tenía necesidades neces idades que no toda mujer ujer podría, o querría, atender.
T O R D E C O N C IEI E N C IAI A D E S M O N D D O S S » O B J E TO
En Wildwood, a unos 35 kilómetros bajando Lookout Mountain, el Centro de Salud, una Institución de sostén propio, estaba realizando un seminarlo médico. Los visitantes de otras Instituciones contaban buenas historias de cómo Dios los conducía cuando llegaban al seminarlo. El sábado de tarde, Desmond fue a Wildwood. Él no podía escuchar bien las historias, pero se anunció que, después de la reunión, los que desearan podrían participar de una caminata con Earl Qualls, quien sabía mucho sobre la naturaleza. Desmond decidió que ¡ría. Mientras caminaban por el sendero, Desmond vio a una dama que le pareció familiar... ¿Podría ser Sue Westcott? Él y Sue se habían conocido antes de la Segunda Guerra Mundial. ¿Qué estaba haciendo en Wildwood? Sí, Sí, era era Sue Sue, y tuv tuvie iero ron n momentos momentos muy agradables al volver volve r a conversar. Ella le contó que su esposo había fallecido poco antes, y Desmond supuso que estaba en Wildwood para recibir ayuda al tratar con su duelo. ¿Qué haces en Wildwood, Sue? preguntó cortésmente; aunque creía que ya lo sabía. O h, estoy trabajando aquí aquí como voluntaria. voluntaria. M e gust gusta a Wildwood. Los dirigentes y mis compañeros de trabajo son muy buen buenos. os. Todos sent s entimos imos que Dios nos tra trajo jo aquí desde desde diferentes direcciones, y es realmente agradable trabajar como un equipo. Siento que este es el lugar donde Dios quiere que esté esté en este este moment momento o res respo pond ndió ió Sue Sue. Al final de la caminata, Sue le dijo a Desmond: Si quieres bajar para asistir a cualquiera de las reuniones en W ildwood ildwo od,, tendré mucho gusto en tra tratar tar de es cribir par ara a titi lo que los oradores dicen. ¡Qué pensamiento maravilloso! Y Desmond aprovechó esta sugerencia; descubrió que recibía mucho más de los sermones que antes. Sue era una buena secretaria. Mientras se veían durante las semanas que siguieron, Desmond le contó a Sue de la terrible soledad que había estado s intiendo intiendo durante el el año anterior.
F E L I C ID ID A D O T R A V E Z
Realmente, me casaría otra vez, si pudiera encontrar una compañera que yo sienta que es quien Dios quiere para mí. Sue Sue comenzó a pensar pens ar en las damas damas que estaban e staban en el el C enen tro tro de de Salud Salud de de Wild W ildwo woo od y que pudieran pudie ran ser s er adecuadas adecuadas para para Desmond. Ella sabía que había varias viudas... tal vez, alguna de ellas podría ser la apropiada. Un día, ella decidió llamar a Happy Hollow, como le decían a la casa rodante donde vivían vivían F rancé rancés s Duman Duman y Dor D oro o thy J ohnohn son, dos hermanas que eran viudas. Dot (así llamaban a Dorothy), contestó el teléfono. ¿Alguna de ustedes estaría interesada en conocer a Desmond ond Doss? Se sien siente te muy solo... Sue y Dot hablaron algo más. Francés estaba en su habitación, pero alcanzaba a escuchar la parte de la conversación de su lado. C uand uando o D ot colgó el el teléfono, teléfono , dijo: Fran, Sue se estaba preguntando si alguna de nosotras estaría interesada en conocer a Desmond Doss. Bueno, yo sí lo estoy observó Fran, un poco tímida. Francés se acordó de que, cuando se estaba realizando el seminario médico, una noche después de la reunión, ella quería saludar a Bill Dull, un amigo amigo de ella que había había venid ve nido o de Living Springs, Nueva York. Como otros estaban hablando con él, se quedó en el vestíbulo de la capilla, y allí cerca estaba aba Desm Des mond Doss, tambié también n esperando. es perando. Un U n poco más más tarta rde, Desmond y Bill se saludaron, se dieron un buen abrazo y conversaron brevemente antes de que Desmond se retirara. Desearía conocer a este hombre, pensó Fran repentinamente, mientras observaba. Tal vez ahora, por medio de Sue, su deseo podría cumplirse. Ocurrió que unos días después de esa llamada telefónica, el sábado, Sue y Fran visitaron la iglesia de Lookout Mountain. Después del almuerzo de compañerismo, Desmond llevó a Sue Sue y Francés Francés a vis itar a Mar M arga gare rett Miller, M iller, un miembro de la iglesia que había sufrido un accidente cardiovascular. Luego volvieron a la iglesia, y Desmond y Sue conversaban en la ca m¡oneta que Desmond usaba (su automóvil estaba en el mecánico). Mientras, Fran caminaba por los alrededores.
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P ronto, llegó llegó la hora en que ambas ambas debían debían regresar. regresar. Des Des mond, siempre caballeroso, fue al otro lado de la camioneta para abrirle la puerta a Sue. Antes de salir, ella se inclinó y le preguntó en voz baja: ¿ Q ué te te parece parece ell ella? a? De repente, Desmond se dio cuenta de que Sue había esperado que él notara a Francés... y él no lo había hecho. Fran era la directora de la Escuela Sabática en la iglesia adventista de New England, en el valle, cerca de Trenton. Unas tres semanas más tarde, decidió que sería bueno invitar a Desmond para que contara sus experiencias, como ella sabía que él hacía cada tanto. Como él era sordo y ella no podía llamarlo por teléfono, fue hasta la casa de él en su tarde libre, pero no había nadie, así que, le dejó una nota. “¿Podría venir el próximo sábado a la iglesia de New England, para contar sus experiencias en la Escuela Sabática? Él la llamó para decirle que iría... pues él podía hablar por teléfono, pero no podía oír nada. Finalmente, se hicieron los arreglos. El viernes de noche comenzó a nevar, una de esas tormentas raras e inesperadas en el sur. El sábado de mañana había entre 25 y 30 centímetros de nieve sobre el suelo, y la nevada continuaba. Ese día nadie fue a ninguna parte: Desmond se quedó aislado en Lookout Mountain, y Fran y Dot en su casa rodante en Wildwood. Desmond llamó para decirle que é! no podría ir,y Fran trató de explicarle que ella tampoco podría hacerlo, pero se dio cuenta de que tal vez él no podría escucharla. Entonces, más tarde, Fran le mandó una nota: "Lamento lo de la nieve. ¿Podría venir la próxima vez que me toque dirigir la Escuela Sabática? Eso será el segundo sábado de abril. Tend T endre rem mos un un almuer almuerzo zo de de compañer compañerism ismo, o, y nos gust gustar aría ía qu que pudiera quedarse, si lo desea. Y hasta trataré de escribirle el sermón, si usted cree que pueda ir”. (Desmond dice ahora que ella se metió en problemas ese día: se ofreció a hacer just justaamente lo que él necesitaba... Fran no está de acuerdo en que haya sido un problema.) Fran era la directora solo una vez por mes. Siendo que Dot era la directo dire ctora ra general, general, ella le pregu preguntó ntó a Fran F ran si alguna alguna otra person ersona a podría invitar a Desmond en su programa de Escuela Sabática.
FELICIDAD OTRA VEZ
¡No, él es mío! respondió Fran. Desmond respondió a Fian con otra nota; "Sí, estaré contento de ir en abril. Des D espués pués del almuerzo, ¿ podríamos podríamos salir salir a camin caminar ar,, para para conoc co nocerno ernoss mejor? mejor? Y gracias gracias por ofrecers o frecerse e a escribir cribir para para mí, mí, estoy es toy seg seguro uro de que lo puede hacer hacer muy bien” bien”. Lo que Desmond no dijo a Fran hasta mucho más tarde es que, en ese momento, él no estaba seguro de poder reconocerla cuando cuando la la viera: ¡eso mos mostraba traba cuán cuánto to la había había observado obs ervado cuancuando estuvo estuvo en la iglesia iglesia de Looko L ookout ut Mou M ountain! ntain! P ero, ero, al al final, final, DesDes mond sí la recordó cuando la vio en la iglesia de New England.
Desmond Desmond tenía varios va rios am amigos igos en W ildwood ildwo od y se aseguró de de hablar con varios de ellos. Su pregunta era; "Conoces, por supuesto, a Francés Duman. ¿Qué clase de persona es ella?” Las respuestas de los amigos eran más que satisfactorias. Él también sabía que ella tenía planes de jubilarse pronto y mudarse udarse a C aro arolina lina del N orte, donde vivía vivía su hijo. Desmond Des mond pensaba para sus adentros: No puedo permitir que se mude a Carolina del del Norte. Norte. P odría perderla. Teng Tengo que que "juntar heno heno mienmientras brilla el sol".
Fran recuerda un sábado en que Desmond le pidió que visitara la iglesia de Lookout Mountain y estaban gozando del almuerzo de compañerismo. Don Chace, cuyos suegros eran vecinos vecinos de de Fran F ran en W ildwo ildwoo od, le co comentó mentó a Desmond: Des mond: “E “E lla lla es es una muy buena dama”. Desmond le respondió, pero Fran no escuchó lo que dijo, así que le preguntó a Don: ¿Qué ¿ Qué dijo? dijo? Se S e pregunt preguntaba quiénes más más se dieron cuenta cuenta res re spondió pondió Don.
~¿ Por qué no baja y viene a la la reunió reunión n de oración oración conmigo? conmigo? “Sugirió Fran.
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M u y bien bien,, iré iré aceptó ac eptó Desm Des mond. ond. Fran y Dot fueron a la iglesia de New England a la reunión de oración, pero Desmond no estaba. ¿Por dónde andaría? Cuando terminó la reunión, se quedaron esperando algunos minutos más, pero Desmond todavía no había llegado. —¿Te parece que él él entend en tendió ió que se enc e nco o ntrarí ntra rían an en la reu reu nión nión de de oració oración n de de W ildwood? s ugirió ug irió Dot. N o lo creo ella e lla pensó pensó un un mome nto A hora que lo pi pienso enso,, podría ser. Realmente no especificamos el lugar. Así que, volvieron a Wildwood. La capilla estaba a oscuras, por lo que volvieron a su casa. Desmond estaba allí, casi listo para para irse. irse. Pia P iab bía ¡d ¡do a la reunión reun ión de oració ora ción n de Wild W ildwo woo od. Mucho más tarde, mientras hablaban acerca de esta confusión, decidieron que Dios seguramente había tenido algo que ver en en eso eso.. En W ildwood, ildwoo d, Desm Des mond se encon enc ontró tró con el Dr. Ber nell y la Dra. Marjorie Baldwin, quienes eran amigos tanto de él como de Fran. Desmond aprovechó para hablar con ellos sobre algo que no habría mencionado si hubiesen estado juntos: les preguntó qué pensaban del romance que estaba creciendo entre él y Fran. Ellos le dieron buenos consejos y su bendición. A ntes ntes de que que Desmond partiera de Wildw W ildwo o o d esa esa noch noche, e, pasó unos momentos conversando con Fran. Todavía no te he pedido que te cases conmigo observó Desmond. No, no los has hecho respondió Francés, sonriendo. Tengo planes de hacerlo el viernes dijo él. F rancés rancés sabía sabía que el el viernes era el des file del Día de las las F uerza uerzas s Arm A rmadas, adas, en Chatt C hattanoo anooga. ga. El 14 de mayo mayo de 1993, D esmond es mond recog rec ogió ió a F rancés en Wildwood. Vestido en pantalón azul marino y chaleco rojo, se veía muy atractivo; al igual que ella, que llevaba un saco rojo y una falda azul oscuro. Y ambos tenían alegres sonrisas en el rostro. El desfile no comenzaba hasta la una de la tarde, después de un almuerzo. Son solo solo las nueve de de la mañana. mañana. ¿ Qué suced sucederá erá a ora., se preguntaba Fran. Desmond fue con el vehículo al C ement emen terio N acional en C hattano hattanooga oga,, y hasta la cumbre de de la colina donde se había plantado el árbol de la Medalla de
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Honor. La tumba de Dorothy estaba cerca de allá. La pareja recorrió recorrió un poco poc o el lugar, lugar, y entonces entonces... ... Fra F rancé ncés, s, ¿ quier quieres es ser s er mi mi esposa esposa? ? pre pregu guntó ntó Desmond, Desmond, mientras la atraía hacia sí. Sí, quiero respondió ella, y se abrazaron. Se sentían de maravillas estando oficialmente comprometidos. Tenían algo especial por lo cual agradecer a Dios ese día, y oraron oraron juntos juntos antes de volve vo lverr para ver el desfile. Es maravilloso estar en el desfile contigo, querido dijo F rancés rancés Es la la primera vez que he estado es tado en un desfile. SuS upongo que tú has estado en muchos... preguntó, y él asintió. Un cementerio ce menterio era un lugar más más bien ext extraño raño para para hacer hace r una una propuesta de matrimonio. Sin embargo, Fran pensó en ello y decidió que Desmond, probablemente, sentía que terminaba una etapa etapa de su vida y comenz co menzaba aba una nueva nueva... ... y que el cemence menterio sería un buen lugar para comenzar esa nueva etapa. Más tarde, supo que eso mismo era lo que él había pensado.
Desmond y Francés miraban un calendario de 1993. ¿Qué fecha podrían fijar para la boda? Querida mía dijo Desmond, tengo que hablar en una iglesia bautista bautista en T iftoni ifto nia a el 4 de julio, julio, y tengo que ir a un desfile desfile en Douglasville Douglas ville el 5 de julio julio.. ¿P ¿ P or qué no nos casamos casamos antes, antes, de modo que puedas venir conmigo? La gente siempre quiere que vaya a diferentes lugares y ahora me gustaría no ir solo. Dot será mi madrina, y yo quiero que Mary, otra hermana, sea mi dam dama a de honor. honor. P ero M ary y Al van al al E stado de de Was Wa shington en junio para ver a su hijo, y no estarán de regreso hasta sta cerca de fines de junio jun io.. ¿ Qué te parece parece si nos casamos casamos el juev jueves es I o de julio? julio? A las las seis de la tarde, tarde , proba pro bable blemente, mente, sea una buena hora sugirió Francés. "C reo que que ser sería bueno res re s pond po ndió ió D esmond es mond S iend iendo o que que trabaj abaja as en W ildwo ildw o o d, ¿ te parece que te permit pe rmitiría irían n tenei boda en la capilla de allí? La iglesia de Lookout Mountain n° sería suficientemente grande. Me parece que estamos de acuerdo en que queremos la boda en una iglesia.
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Sí, S í, est es tamos de acuerdo en eso. E stoy segura de de que que podrepodremos hacerla en Wildwood. Tengamos una boda sencilla, pero invitemos a todos los que viven en la zona, poniendo la información en los boletines de las iglesias. Cuando el grupo estaba ensayando la ceremonia de bodas, el pastor Boykin pidió a Desmorid que, para practicar, respondiera la pregunta “¿Tomas esta mujer...?" ¡C laro la ro que sí! sí! res re s pondió po ndió Desm Des mond, para para deleite de de todos. El pastor Boykin le sugirió que sería mejor si contestara solamente: “Sí, quie quiero” ro ”. Desmond y Francés se sorprendieron gratamente porque unas trescientas personas asistieran a la boda. "Debe ser que querí que rían an ver ve r a una una pareja pareja de anciano ancianos s cas casarse” ars e”, le dijo dijo más tarde a Desmond, riéndose. Dot fue la madrina de honor, como lo habían planificado, pero Mary se quebró ambas muñecas en una caída y Al tuvo que someterse a una cirugía, de modo que no pudieron asistir. Fran pidió a su nuera, Tracy, que ocupara su lugar. El amigo del novio fue Bob J ensen, su su cuñado, y su padrino padrino,, el Dr. Dr. Bernell Bernell Baldwin. La niña con las flores y el niñito que llevó la Biblia fueron Heidi y Pasul Hogfeldt, hijos de un compañero de trabajo de Fra F ran n en en la oficina de Con C ontabilida tabilidad. d. El pastor pas tor Bill Bill Boykin realizó la ceremonia. Loretta Wilson se aseguró de que toda la procesión hiciera lo que debía en el momento en que debía, y Sue estuvo allí para recordarle a Fran, cuando estaba a punto punto de entrar: "Sonr "S onríe. íe. E ste es es un día feliz fe liz ”. Parada a la entrada de la capilla y esperando la señal para avanzar por el pasillo, Francés miró hacia la plataforma, donde Desmond ya estaba en su lugar. ¡Qué emoción, casarse con Desmond! Des mond! Más M ás tarde, le pregu pre guntó ntó qué est es taba pensando él en en ese momento. momento. S olo me me preguntaba si podría podrí a hacer ha cer bien bien todas odas las cosas”; y las había hecho bien. Margaret ofreció música hermosa en su violín; Lorraine, una amiga de Fran de Florida, cantó "Because"; y un trío de Dona. A nita y Rob R oby y Ann cantaron c antaron un himno himno es e s crito por p or Warren W¡ W¡F son: "J esús y tú y yo yo". No fue fácil encontrar un lugar lo suficientemente grande para tener la recepción, de modo que Francés decidió que se
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ría al aire libre,^cerca de la capilla de Wildwood. El jueves de mañana era difícil de saber si más tarde llovería. Alguien sugirió que podi ían tener la recepción en el nuevo edificio de una hienda. La habían terminado, pero todavía no tenía estanterías y los muebles. Además, tenía aire acondicionado, y la tarde estab estaba a resultand res ultando o calu c aluios iosa a y húm húmeda. J eannett eanne tte e A twood, la gerente, dio su consentimiento con gusto, y Diane Mclnnis y sus ayudantes se ocuparon de los arreglos. Laurel Rudnick preparó y decoró un hermoso pastel de frutas de cinco pisos. Cuando llegó el momento de cortar la torta, Desmond recuerda que, cuando empezó a serrucharla, se comenzó a mover de lado a lado y alcanzó a detener sus movimientos a tiempo para evitar evitar un un desastre. desa stre. C on todo, fue una una recepción muy agrada agradable ble.. Después Después del cas c asamiento, amiento, la pareja pasó pasó los los primeros tres días en un hermoso hotel para recién casados: su propio hogar en Lookout Mountain. Estaba bien lejos de la carretera, y era tranquilo quilo y con mucha paz. paz. ¡Qué ¡Q ué lugar podría haber sido mejor! El domingo y el lunes cumplieron con los compromisos que tenía Desmond. Luego, estaban solos otra vez. Pasaron luego unos días en Helen, Georgia, un delicado pueblo de estilo europeo. Allí, Fran realizó una tontería: sacó 24 fotos, sin haber puesto el rollo de película en la cámara. Lo insólito es que, tres años más tarde, le sucedió lo mismo cuando pasaron su tercer aniversario en el mismo lugar. El siguiente fin de semana de su luna luna de miel, miel, fuero fue ron n a C arolina aro lina del N orte, donde vivía vivían n los hijos de Fran (ahora hijos de ambos): Mike; su esposa, Tracy; y sus sus dos dos muchachos, muchachos, C hris topher toph er y J onathan onathan.. Al pensar en el noviazgo y el casamiento, y en el modo en que Dios los había reunido, a Fran y a Desmond les pareció que que tod todo o era e ra como co mo un sueño; s ueño; quizás un milagro. milagro. Los años años fue fue ron bondadosos con los Doss, y ellos agradecen a Dios cada día por la felicidad que les brindó. * * * * * Aun cuando habían pasado más de cincuenta años desde que que D esmond es mond rec re c ibió ib ió la M edalla ed alla de H onor, ono r, to av'a /~ecl ecl 19 frecuentes frecuentes invitac invitacione iones s para para firmar firma r autógrafos, autógrafos, y a ar en
DESMOND OOSS OOSS » OBJETOR OBJETOR DE CONC CONCIEN IENCIA CIA
iglesias, escuelas y otras reuniones. Él está muy agradecido por todo lo que puede hacer para animar a otros en su trayectoria de vida con Dios.
E
n marzo de 1995, Desmond Des mond recibió una una cart carta de J ohn M andeville, jefe del E jércit jérc ito o de los los Esta E stados dos Unidos en en Okinawa, invitando a los veteranos de Okinawa a volver a la isla para celebrar el quincuagésimo aniversario de la victoria victoria sobre J apón en la S egund egunda a Guerra G uerra Mund M undial. ial. La celebración también conmemoraría cincuenta años de paz y de amistad entre los dos países. Desmond respondió a la carta y mencionó que él tenía la Medalla de Honor. Tan pronto como Mandeville supo eso, Desmond y Francés comenzaron a recibir llamadas telefónicas de Okinawa. El ejército quería que estuviera allí para la celebración, especialmente porque había recibido la Medalla de Honor por lo que había hecho en Okinawa. El ejército acordó pagar los gastos de viaje de Desmond; y como, por causa de su sordera, no podría ir sin Francés, el ejército también dispuso pagarle los gastos a ella. Dennis Dennis J ohnson, un misione mis ionero ro que era era terapeuta terapeuta de inhal inhalaación ción en el H ospital os pital A dventis dve ntista ta de H ong Kon K ong, g, era amigo amigo de los los Doss. Había estado en casa de ellos el verano anterior, y Ft an le había había dicho; dicho; "C "Cuan uando do estés e stés en H ong Kong, ¡rem ¡remos os a vei te . Tod Todos rieron, rieron, porque po rque sabían que que era era imposibl imposible e que que ocui ocui riei riei a. Pero ahora Fran dijo: “Tenemos que ir a Hong Kong a ver a Dennis". Entonces, antes de ir a Okinawa, pasaion por Hong K°ng. K°ng. Dennis y Hazel, su prometida (se (se casaron en junio e ese año), les mostraron el lugar mientras estuviei on e vi si a.
T O R D E C O N C IEIE N C IAIA D E S M O N D D O S S » O B J E TO Tomar Tomaron on el el ómni ómnibu bus s para ir al al lugar lugar más más alto alto de Hong Hong Kon K ongy gy gozar gozar de la vista desde allí. O tro día fuero fue ron n al mercado chin chino o una excursión muy interesante. El sábado asistieron todos a la iglesia iglesia y se reunie reunieron ron en la capilla del Hospital. os pital. P or la la tarde arde Desmond habló a los creyentes adventistas filipinos. Después todos odo s querían fotos, fotos , así que, que, Des D esmond mond y F rancés rancés est es tuvieron en en el centro ce ntro de diversos diversos grupos que se turna turnaba ban n para para sacar sacar fot fotos. El dom domingo, ingo, Desmond De smond y Fran F rancés cés volaron vola ron a Okinawa. kinawa. J ohn Mandeville y su esposa estuvieron allí para recibirlos, como también Bry B ryan an y Mischelle Mis chelle C anter. anter. J ohn Mande M andeville ville sab sabía que Desmond y Francés eran adventistas del séptimo día, y atentamente les había asignado al capitán Bryan Canter, un adventista también, para que fuera su escolta durante su visita a Okinawa. Hemos arreglado para que ustedes se queden en la Base K adeena adeena de la Fuerza F uerza Aérea. Aérea . ¿Le ¿ Les s gust gus taría arí a ver ve r la iglesia iglesia adv advenentista de cam camino? ino? pre pregu guntó ntó Bryan. Bryan. Sí, por supuest supuesto o con c onco cordaro rdaron n ambo ambos. s. Así que, vieron la Iglesia Adventista Internacional en la primera tarde en Okinawa. Desmond la recordaba. Había estado en Okinawa durante la Segunda Guerra Mundial, por supuesto, pero pero también había había es e s tado allá en 1969. 1969 . En ese ese mom momenento, la iglesia acababa de terminar un edificio para el centro de atención a los soldados junto a la iglesia misma. ¿Sabe usted, Bryan preguntó Desmond, que fui el primero que durmió en ese centro? centro? Y o estuv es tuve e allí en 1969, cuan cuan-do se dedicó dedic ó el el centro. centro. P regunté regunté si podía podía do d o rmir rmir allí la prim primera era noche, y me lo permitieron. T endremos que ir a ciertos cie rtos eventos even tos mientras estén aq aquí, en en Okinawa. Pero, en otros momentos, podemos ir por nuestra cuenta a cualquier lugar que deseen ver. Estoy a su servicio dijo Bryan, más tarde. Un día, fuero fue ron n a un lugar luga r donde don de había una pared, semejant semejante ea la que hay en Washington, D. C., en donde están registrados los nombres de los que murie mur iero ron n allí. allí. O tro día, día, vivieron vivie ron una una av aventura cuando fueron a Le Shima, donde Ernie Pyle, el famoso corresponsal de guerra, fue matado. Esta vez, Mischelle también fue con ellos. El plan era tomar un ferri y recorrer la isla junto con un grupo. Fueron con el automóvil hasta el lugar donde se W
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supon suponía ía que estaría es taría el ferri fe rri,, ¡y no lo enco encontraro ntraron! n! La mayoría ayoría de l0s habitan ha bitantes tes de esa pa parte de O kinawa kina wa no saben ¡n ¡ngTés Tés de modo odo que Bryan B ryan tuvo que buscar busc ar a alguien alguien que que pudiera pudiera dediles dedile s cómo cómo llegar llegar al al ferri. F inalment inalmente, e, encontró enc ontró a algu alguie ien n que que le le e x * có oomo llegar, y fueron hasta esa parte del puerto... solo para ver cómo el ferri ya estaba navegando en el océano P obre obre B ryan. Se sin s intió tió muy mal mal.. P ero s upieron que que un una hora hora más tarde saldría otro ferri, así que, pudieron viajar en ese y llegar llegar a Le Shim Shima. a. P ero ¿ahor ¿ ahora a qué? qué? Otra vez Bryan fue a averiguar. Mientras tanto, un soldado se acercó a los demás. ¿ A dónde quieren ir? les pregun pregunttó. Esperábannos poder ir a la ceremonia en el monumento Erny Pyle, pero perdimos el ferri. Ahora queremos ver el monumento, aunque sea tarde respondieron. Yo los llevo en mi van del ejército ofreció. De ese ese modo, pud p udiero ieron n llegar a ese monumento monumento interesa interesant nte e y tomar oma r algunas fotos fo tos,, y volve vo lverr a tiempo para para tomar oma r el el ferri de regreso a O kinawa kina wa con todo tod o el rest res to del del grup grupo. o. O tro día fue muy intere in teres s ante y agradab agradable. le. Iban a ir a Zama Zama m¡ S hima, hima, otra isla, ¡en helic he licó óptero pte ro!! Llegaron L legaron al al lugar donde debían subir al helicóptero, se registraron, y les dieron salvavidas (pues habían de volar sobre el océano), y audífonos para escuchar escuchar instrucc instrucciones iones.. Esto les gustó, especialmente a Fran, que volaba en helicóptero por primera vez. En la isla, se realizó una ceremonia japonesae japones aestadounidense stadounidense para para inaugur inaugurar ar un monum onumento, ento, y luego fueron cerro arriba, desde donde podían ver el océano y la aldea de Zamami. Mientras comían una vianda provista por el ejército, Des mond descubrió que su pequeño micrófono que lo ayudaba a escuchar a poca distancia había desaparecido. Bryan y un amigo amigo fue ron ro n para ver ve r si podían podía n enco en contiai ntiai lo, lo, mientr mientras as es mond y Francés caminaban por la playa Y oraban para recuperarlo. rarlo. C uando B ryan volvió, volvió, ¡tenía ¡tenía el el micrófono. micrófono. ^ pi o o helicóptero lo había encontrado cerca del he icop ero no sabía a quién pertenecía. Fran y Desmond recordaron gracias a Dios.
D E S M O N D O O S S » O B J E T O R DE D E C O N C IEIE N C IAIA Bryan también los llevó al museo de la Batalla de Okinawa, tres tres salones salones con recuerdos coleccionados por Dave Davenport Davenport.. Cuando Bryan presentó a Desmond, el rostro de Dave se iluminó. "Yo he llevado gente para que suba el barranco muchas veces, y siempre les cuento la historia de Desmond Doss. ¡Estoy tan emocionado de tenerlo tene rlo a usted aquí a quí!!” expresó. expresó. Después de un día de recorridas, Desmond, Francés, Bryan y Misc M ischelle helle volvieron volvie ron al hogar de de los C anter an ter para para una agr agradaadable cena. Mischelle había invitado a varias familias de la iglesia a comer con ellos y para que conocieran a Desmond. Ellos lo gozaron inmensamente. El viernes de tardecita, Mischelle invitó al anciano de la iglesia, el señor Rice, y a su familia. Su hija tenía trece o catorce años de edad, y tenía un cabello negro, sedoso y brillante, que le llegaba más abajo de la cintura. N unca unc a te te cortes cortes el el cabello cabello le dijo Des D esmond mond Es tan herhermoso. Yo solía hacerle trenzas a mi madre. Ella tenía cabello largo, pero no tanto como el tuyo Entonces, tomó su cabello en las manos y comenzó a trenzarlo en forma bien suelta. Cuando lo soltó, el cabello volvió a su condición original, lacio, largo y brillante. Al día siguiente, ella le dijo a una amiga: "Desmond Doss me hizo una trenza anoche. ¡Nunca más me lavaré el cabello!” El sábado, Bryan y Mischelle llevaron a Desmond y a Francés a la iglesia. Fue un culto de adoración interesante. Predicó el pastor Dean Floronouchi, que era estadounidense. Contó la historia de Desmond como parte de su sermón. Las damas de la iglesia sirvieron un sabroso almuerzo de compañerismo, y to todo el grupo fue muy amable amable con las las visitas. Desmond y Francés hicieron la fila para servirse y se sentaron en una una de las mesas. mesas. P ronto, una una niñita, niñita, de unos cinco o seis años, se sentó junto a Desmond. Fran notó que tenía una porción pequeña de tallarines en su plato de papel y nada más, pero que el pequeño plato para postre estaba repleto con todos los postres que pudo ubicar en él. Entonces, ntonces, ella miró a Desm Des mond con con ojos de admiración, admiración, y le dijo: dijo: U s ted también puede servirse algún postr pos tre. e. Hay muchos chos allá y señaló la mesa donde estaba la comida.
OTRA VEZ EN OKINAWA
No pudieron pudieron evitar e vitar reírse. Frente a la iglesia, había un monumento en memoria de los soldados que habían combatido en Okinawa; mencionaba a Desmond por nombre. Una vez, había habido un monumento dedicado a Desmond Doss cerca del acantilado, sin embargo, terminó rodeado de edificios y fue fue cubie cu biert rto o por la mal maleza eza,, por loque se decidió llevarlo hasta la iglesia. Así que, ahora estaba en el patio pa tio delantero dela ntero.. Al final de la semana de celebraciones del quincuagésimo aniversario del final de la guerra, Bryan tenía que volver a trabajar a la base, pero el avión que llevaría a los Doss saldría recién tres días más tarde. Así que, Dean y Kathy Horonouchi, con Andrew y Deanne, llevaron a los Doss a otros hermosos lugares en Okinawa. Uno de sus recuerdos es haber estado sentados todos junto a la mesa, una noche, comiendo... con palitos chinos. Se rieron muchísimo. Desmond recuerda otro incidente en Okinawa. Le gusta preguntar a la gente: “¿Lo mordió un pez alguna vez?” y luego explicar: "Los Horonouchi nos llevaron un día al océano. Salimos en un barquito que tenía una parte del fondo hecho con vidrio. El capitán del barquito repartió un tipo de pan para los peces. Me estiré por el costado del barquito con un trozo de ese pan. Dos peces grandes procuraron procuraron comerlo. comerlo. Uno consi consiguió guió el pan pan;; el el otro, mi dedo” dedo”.
Antes de regresar a los Estados Unidos, Desmond y Fran pasaron cuatro días maravillosos en Guam. Desmond había estado allí, con el ejército, en 1944. Los adventistas de Guam estaban contentos de darles la bienvenida. El sobrino de Francés y su familia, Calvin y Laura Rick, Bonnie y Albert, habían sido misioneros allí por varios años, cuando Calvin era médico en la clínica adventista. Mary (la hermana hermana de F ran) ran) y Al Rick también fueron fue ron maest aes tros allí allí por po r algún tiempo. Un lugar en Guam que visitaron fue la Radio Mundial Adventista, que predica el evangelio por radio desde esa parte del mundo. Fue una visita emocionante.
DESMOND DOSS
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Desmond y Francés hicieron algunos cambios en sus vidas En lugar de vivir en Lookout L ookout M ountain, ou ntain, cerca de Chat C hatttanooga anooga Tenn Tennessee essee,, se se mudaron udaron a P iedm iedmont, ont, Alabam Alabama, a, donde donde vivie ivierron cerca de Mike y Tracy Duman. Desde que Desmond quedó casi ciego, ciego, no aceptaron ace ptaron compro c ompromiso misos s para para hablar, hablar, sino que que se se quedaron quedaron en casa casa.. E s tuvieron muy conten co ntentos tos con el ambie ambient nte e que los rodeaba, pero esperaron siempre ansiosos la venida de su precioso precioso S eñor y Salvado Salvador, r, J esucri es ucristo. sto. •k i t 'f o ' + c i t
Cuando Desmond Doss miraba hacia atrás, repasando los muchos años de su vida, no pudo menos que recordar algunas vece veces s con aso a sombr mbro o y siempre s iempre con co n gra g ratitud titud cómo el el gr gran Dios del universo cuidó de él.
CAPITULO 21
CAN CER uerida, no me he estado sintiendo bien, y me parece tener problemas al orinar le confió Desmond a Francés un día, en 1999. En realidad, él había estado teniendo esos problemas desde hacía algún tiempo. El hijo de Francés, Michael Duman, es anestesista y trabaja en Rome, Georgia. Mami, ¿por qué no traes a Papi aquí, a Rome, para ver al Dr. Formby? Él es urólogo, y muy bueno. Deja que el Dr. Formby vea lo que piensa acerca de ello sugirió por teléfono, un día. M e parece una buena idea... idea... si Desmond Des mond está está dispues dispuesto to a hacerlo respondió Francés. Desmond también pensó que era una buena idea. Por lo tanto, salieron de Lookout Mountain (en ese entonces todavía vivían allí) y el 22 de junio estaban en el consultorio del médico. El médico habló con Desmond. Pensaba que sufría de algunos espasmos, pero necesitaba estar seguro. Realmente, necesitaría hacer una biopsia les dijo. ¿Cuándo, Dr. F o r m b y ? preguntó Francés. Si les viene bien, mañana respondió él. Al día siguiente, Desmond y Fran estaba en el departamento de Pacientes Externos del hospital, cuando Mike entró a verlos por un momento.
T O R D E C O N C IEI E N C IAI A D E S M O N O D O S S » O B J E TO
Apareció un problema en el análisis de sangre de esta mañana. La hemoglobina está muy baja. ¿ Q ué signi signifi fica ca eso eso? quis quisiero ieron n saber saber.. Tendrán T endrán que que esperar esperar,, y ver qué dice dice el Dr. F ormby respon res pon dió él. Momentos más tarde, llegó el Dr. Formby y repitió la información que había dado Mike. Tendremos que darle una transfusión de sangre y posponer la biopsia por unos días. Sería peligroso utilizar anestesia cuando su hemoglobina estaba tan baja, por lo que trasfundieron a Desmond tres unidades de sangre y un antibiótico. Unos pocos días más tarde, hicieron la biopsia. Francés estaba en la sala de espera cuando llamaron su nombre. El Dr. Formby se encontró con ella en el pasillo. S eñora Doss le informó, informó , es cáncer de vejiga vejiga.. Ahora tenemos que hacer una tomografía computarizada, para comprobar si se ha extendido y hasta dónde. P ronto se se hicieron los arreglos, arreglos, y Des D esmond mond se encon enc ontró tró en en otro edificio, acostado sobre una tabla dura, que lo empujaba eléctricamente, para que entrara y saliera de una pequeña zona cerrada de la sala, mientras se tomaban placas de rayos X de su vejiga. La tomografía confirmó el diagnóstico de cáncer de vejiga, pero también mostró que no había metástasis en ningún otro órgano. Más tarde, Mike dijo a Desmond y Francés: E l Dr. Dr. F ormby ormby se so sorprendió rprendió mucho de encon enc ontr trar ar que el el cáncer estaba solo en la vejiga porque esa clase de cáncer suele suele producirse producirs e allí allí como como metástasis metástasis desde o tro órgano. órgano. ¿Y ahora qué? Tanto Tanto Desmond Desmond como como Fran Fran sint s intieron ieron la necesidad necesidad de ofrecer una oración especial por él, y cierto día se detuvieron en la oficina de la Asociación. El grupo que estaba allí se reunió alrededor de Desmond y oraron por su curación. Eso fue una fuente de ánimo para él. En otra ocasiónase realizó un período de oración en el hogar de Desmond. Él y Fran recordaron lo que dice el libro de Santiago, cuando una persona está enferma, se debe llamar a los ancianos para que oren por ella y que la unjan con aceite: y
afirma que la oración de fe puede salvar al enfermo. Entonces, un día, ía, los los pastores J ohn S wafford, Alian W illlamson y Les Les Ril R ile ea fueron a la casa de Desmond en Lookout Mountain y siguieron esas instrucciones. Fue una ceremonia emotiva y maravillosa. Sin embargo, desde el punto de vista médico, el doctor sentía que que Desmond Des mond debía rec re c ibir ibi r tratam tratamien ientos tos para para su su cáncer de de vejig ejiga. a. C omo Desmond es mond y F ran creen cree n que Dios D ios da a los médimédicos sabidut ía y habilidad para tratar muchas enfermedades, de las cuales una es el cáncer, cada martes durante las seis semanas siguientes, Desmond recibió un tratamiento en el cual se insertó en su vejiga, y se mantuvo allí por un tiempo, una sustancia que eliminaría el cáncer. Cada vez que Desmond recibía una sesión del tratamiento, los efectos colaterales se hacían cada vez más incómodos. E xperimentaba xperimentaba náuseas y no se sentía bien. bien. A veces, veces, le daba daba fiebre alta y se sentía muy débil. Y con con eso ¡surg ¡surgió ió un milagr ilagro o mar marav avil illo loso! so! Este Este es su desar desarro roll llo. o. ★★ ^ En Oshkosh, Wisconsin, iba a realizarse un gran camporí internaciona internacionall de C onquis on quisttadores ado res,, del del 10 al 14 de agosto. agosto. El El pastor J ohn S wafford, wa fford, líder líd er de los los jóvenes adventistas adventistas de la la Asociaci As ociación ón G eorgiaC eo rgiaC umberland, es un un buen buen amig amigo o de de DesDes mond y de F rancés, y s iempre iemp re le gusta tene ten e r a Desmond Des mond en los los campo camporís rís de de Conqu C onquistadore istadores. s. Francés, esperamos que tú y Desmond puedan ir al camporí porí de de Oshkos O shkosh. h. S iempre es una una inspiración inspirac ión para para los los jóvenes tener a Desmond allí. ¿Pueden hacer planes de ir? preguntó J ohn ohn por teléfono. eléfono . N o es e s toy segura, segura, J ohn. Tú sabes sabes que que Desm Des mond está está haciendo esos tratamientos por el cáncer. Sin duda le gustaría ir, pero ten tendre dremo mos s que es e s perar pera r y ver cómo c ómo se siente poi esa époc época. a. Nos mantene mantenemos mos en contac co ntactto res re s pondió po ndió Fi anee anees. s. ^ Siendo que Desmond es sordo, siempre eta Francés quien hablaba por teléfono. Una vez, cuando estaba en el consultorio del medico, Desmond dijo:
T O R D E C O N C IEI E N C IAI A D E S M O N D D O S S » O B J E TO Dr. Formby, tenemos esta oportunidad de ir a Wisconsin para un campamento de jóvenes, pero ocurre durante la semana de de mi mi último ú ltimo tratamiento. tratamie nto. ¿ E staría staría bien si tom tomo o ese tra tra-tamiento la semana siguiente? Sí, podría ser... si está con ánimos de viajar contestó el Dr. Formby. Así que, Desmond hizo planes de ir. El tiempo pasó rápidamente, y pronto llegó la semana anterior al viaje planificado a Wisconsin. La hermana de Fran, Dot J ohnson, ohnson, hizo hizo plan planes es de de ir, ir, tamb también; ién; los los ayud ayudaba aba a conducir el el automóvil, automóvil, y aprovechaba aprovec haba para para ver a su su hijo y a su familia, familia, quieq uienes nes vivía vivían n en J efferson, no lejos lejos de de Oshkosh. Os hkosh. Era un jueves, la semana antes de que se iniciara el camporí el martes siguiente, 10 de agosto. Q uerida ue rida,, no me me siento muy muy bien bien.. El tra tratamie tamiento nto de esta esta semana realmente me me dejó mal mal le l e dijo d ijo Des D esmond mond a F ran ran S iento iento que no deberíamos tratar trata r de ir a W isconsin, isco nsin, por po r más más que que quiera. Si fuéramos y me enfermo, no sería muy bueno. Así As í que, que, decidieron decid ieron que sería sería mejor quedarse quedars e en casa casa.. Fran sabía lo mucho que Desmond deseaba ir. Siempre gozaba al al estar es tar con los Conq C onquis uistadores tadores,, y este, además, además, era un un camporí muy especial. Pero ¿qué otra cosa podían hacer? Pasó el fin de semana, y el domingo de tarde Desmond se sentía un poco mejor... realmente mucho mejor. Decidió que, tal vez, podrían hacer el viaje conforme lo planeado. Como era demasiado tarde para ir por tierra, aceptaron el ofrecimiento que J ohn S wafford había abía hecho de que que fuera fueran n por avión avión a Wisconsin. Además, Dot se había enterado de que sus hijos tenían planes para estar fuera de casa esa semana, de modo que no tenía un interés especial en viajar. Así que el lunes de mañana, Francés hizo algunas llamadas telefónicas. Sí, podían volar a Appleton, Wisconsin, el aeropuerto más cercano a Oshkosh. Sin embargo, había un gran problema. Alguien debía esperar a Desmond y a Francés en Appleton, y como no había respuesta por ese lado, Francés no podía podía alcanzar a J ohn S wafford para para pedirle que hiciera lo los arreglo arre glos s para para esperarlos. espe rarlos. P or lo que, que, una vez más, más, decidieron decidie ron que había solo una cosa que podían hacer: quedarse en casa.
CANCER
Querida, ya que no vamos a Wisconsín como habíamos planeado, ¿te parece que debería ¡r a hacer el últimoTrata mient miento, o, aun cuando cua ndo el médico dijo que eso podía podía esperar? esperar? e
pregunto Desmonda Francés el lunes de noche
Sí, creo que deberías hacerlo y terminar con eso estuvo de acuerdo Fran. Entonces, al día siguiente, Desmond fue nuevamente al departamento extei no, esta vez, para su último tratamiento. Y la pri mer a parte pa rte del milagro milagro fue fu e que no se enfermó, enfermó, como solía solía ocurrir ocurrir El miércoles, cerca de las nueve de la mañana, sonó el teléfono y Fi anees anees lo atendió. atendió . Era J ohn S wafford, wafford, desde desde el el cam cam poi í en Oshkosh. Recién se había enterado, por la oficina en Calhoun, Georgia, de que Desmond no iba a ir al camporí. F rancés, rancés , ¿ cómo cómo se sient sien te Desmond? Desmond? ¿Cre ¿ Crees es que que podr podría ía venir al camporí? Realmente queremos que venga. Lo tenemos en el programa para esta noche, y los Conquistadores y yo lo extrañaríamos mucho si no estuviera aquí. J ohn, oh n, traté tra té de hacer hace r arreglos el lunes lunes par para volar ay ayer, er, pero pero no pude conseguir hablar contigo para que alguien nos esperara. Desmond tuvo su último tratamiento ayer, pero le preguntaré y veré qué dice respondió Francés. Dejó un mome mo mento nto el teléfon telé fono o y se acercó acercó a Desmond Desmond.. C ariño, ariño , es J ohn al teléfono. eléfo no. Él quiere saber saber si podr podríam íamos os volar a Oshkosh hoy, si ellos pueden hacer los arreglos... iSIII! Fran volvió al teléfono y trasmitió el mensaje. Media hora más tarde, J ohn y F red F uller estaban otra otra vez vez al al teléfono. teléfono. Hemos hecho todos los arreglos. Pueden tomar el avión en Chattanooga a las 12:30, cambiar de avión en Cincinnati y llegar a A pple pp leton ton alre a lrede dedo dorr de las las cinco de la tarde. tarde. Fred F red Fu er los esperará y los traerá al campamento. Eran Eran la las 9:30, y tend tendrían rían que que est es tar en en el el aer°P aer°P u^t u^t ° d e 1 ttanooga ano oga,, a unos 45 minutos minu tos de distancia, a as . •¿ den imaginarse imagina rse lo que pasó entonces entonc es en la casa casa e ^ durante dura nte la s iguie igu iente nte hora y cuart cua rto? o? A pesar e apu apu 12:30 12:30 es es taban taba n en el avión, avión , y agrade gra deci cier eron on a ^IC|S, F red F uller ulle r los est es taba esperando es perando;; los los l evo a ■ al campamento, ca mpamento, dond do nde e había comida en e area area
D E S M O N D D O S S » O B J E T O R D E C O N C IEIE N C IAI A Para cuando comenzó el programa de la noche, ya estaban esperando detrás de una gran plataforma. ¡Era increíble que estuvieran realmente allí! Ahora llegaba el momento en que Desmond Doss debía subir a la plataforma. A los 22.000 jovencitos y sus consejeros reunidos esa noche, contaron la historia de cómo Desmond había recibió la Medalla de Honor del Congreso por haber bajado aproximadamente 75 hombres del barranco hasta el puesto sanitario. Luego, hubo una sorpresa completa y maravillosa para Desmond. En la plataforma, con Desmond y Francés, estaban los líderes líderes J ohn Swafford S wafford y Fre F red d Fu F uller ller,, de la la Asociación As ociación de Geor giaC umberland; umberland; Alian Willi W illiamson, amson, de la Unión Asoc A sociación iación Sur Sur; y W illie Oliver, liver, de de la División N orteamericana, orteamericana, junto con otros otros diversos diversos dirigent dirigentes. es. Desmond Doss, usted trabajó con los Conquistadores, pasó tiempo con ellos en camporís, les habló muchas veces y deseó haber sido un Guía Mayor. Esta noche haremos que su sueño se convierta en realidad. Luego, Luego, al al colocar coloc ar a Desm Des mond el el pañuelo de Guía G uía M ayor ayo r alrededor del cuello, Alian Williamson dijo: Ahora, usted es un Guía Mayor. ¡Felicitaciones! (Más tarde, Desmond descubrió que el pañuelo de Guía Mayor que Alian le entregó pertenecía realmente a Alian mismo, ya que no habían traído ninguno extra para Desmond. Eso hizo que lo apreciara aún más.) Qué sorpresa alegre para Desmond. A! aceptar ese honor, declaró: E s te es el mayor honor hon or que he tenid ten ido o en mi mi vida. vida. Es aún aún mejor que una Medalla de Honor. El sábado siguiente fue el privilegio de Desmond de investir a otras dos personas que llegaban a ser Guías Mayores. Y hasta Francés invistió a una niña. Fueron momentos muy felices. La Three Angels Broadcasting Network (3ABN), ubicada al sur de Illinois, estaba en el camporí con un equipo de video. Toda Toda la ceremoni ceremonia a de Desmond Desmond fue registr registrada ada para ara ser prepresentada en las estaciones satelitales de la 3ABN, y Desmond guardó una copia de ese video. El jueves, el viernes y el sábado fueron días maravillosos 7,
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para ara Desmond Des mond y F rancé rancés. s. Glenda G lenda P att atterson, E lizabeth lizabeth T ucker y C arol E lliott llio tt los los conduje co ndujeron ron de paseo paseo por el el campament campamento o en vehículos para golf, y en un automóvil cuando salían del campament pamento. o. Des D esmond mond habló a grupos de C onquist onquis tadores ado res un par par de veces, y luego firmó su nuevo libro, Desmond Doss bajo el cuidado de Dios. En to to do lugar donde iban iban,, los niños y las las niñas niñas querían autógrafos, o darle la mano, o hablar con él. E stuvo stuvo en desfiles, desfiles, u observándolos, mientras ientras los los Conq C onquis uistatadores recorrían la calle principal del campamento hasta donde podían observar aviones haciendo acrobacias aéreas. El sábado, él y Francés estuvieron en el desfile en Oshkosh que mostraba los buenos efectos de evitar el alcohol y las drogas. Y ent entonce onces, s, ocurrió ocurrió la seg segunda par parte de del mil milag agrro: despu espués de de sus sus tratamientos, tratamientos , el esquema esquema usual usual eran náuse náuseas, as, fiebre y debili debili-dad dad por po r vario varios s días. Sin embargo, embargo, durante dura nte el el tiempo en que DesDes mond se encon encontraba traba en el campamento, campamento, aun cuando acabab acababa a de tener su tratamiento del martes, estuvo notablemente bien. Por momentos, sentía incomodidad en el estómago, pero descubrió que el jugo de tomates lo ayudaba, así que, el personal hizo lo necesario para que que tuviera jugo jugo de tomates tomates cuandoquiera que lo deseara. Su apetito fue bueno y gozó con la comida. El domingo de mañana mañana,, el el C amporí de Conquis C onquisttadores ado res de 1999 había concluido, y era tiempo de empacar y volver a casa casa.. Fred F red F uller llevó a Desmond Desmond y a F rancés rancés al al aero ae ropu puerto erto de A ppleton, y a la tardecita tardec ita estaban estaban de de regreso en C hatta hatta nooga, Tennessee. Desmond entró en su automóvil y manejó hast hasta a una estación de servicio se rvicio cercana, cercana, para para cargar comb c ombus ustitible. Pero como Francés se dio cuenta de que no se sentía del todo bien, se sentó detrás del volante mientras llenaban el tanque y condujo cond ujo el resto res to del camino. camino. Cuando llegaron a casa, Desmond comentó: M e s iento miserable y entonces "saltó a la cama” cama”, como dijo Francés. Por dos días, su estómago rehusaba retener alimentos o líquidos, quidos, y los siguientes s iguientes dos días fueron fue ron casi casi igualmente igualmente malos. alos. Los siguientes dos días los pasó en el hospital, y realmente no se sintió bien hasta dos semanas más tarde. Esta es la razón por la que Desmond y Francés dicen que el 173
DESMONO DOSS
» O B J E T O R DE D E C O N C IEIE N C IAI A
camporí de Oshkosh fue un milagro para Desmond. Durante los cuatro días que estuvieron en el campamento, así como durante los viajes de ¡da y de vuelta, Desmond se sintió bien y comió bien; y se gozó con los jovencitos, autografiando libros, estando en los desfiles y haciendo muchas cosas. Sin embargo, cuando llegó a casa estaba enfermo, y peor de lo que se sentía tras los tratamientos. ¿Por qué se sintió bien, por qué comía bien y no se enfermó en el campamento? Ellos sienten que fue porque Dios hizo un milagro para él. Por supuesto, los médicos continuaron realizando un seguimiento del cáncer de Desmond. En septiembre de 1999, los resultados res ultados de la biopsia biopsia fueron fuero n negativos. negativos. P ero en diciembre fueron positivos otra vez. Así que, en febrero y marzo de 2000 Desmond tuvo treinta sesiones de radiaciones. En junio, cuando lo controlaron otra vez, los resultados dieron negativo. Pudo estar activo y trabajar más de lo que lo había hecho en mucho tiempo, y no se cansaba tanto como solía. El día en que Desmond recibió el último informe negativo, estaba tan contento que decidió detenerse en las oficinas de la Asociación de GeorgiaCumberland, en Calhoun. Quería contarle tarle a J ohn y a los los demás demás las las buenas buenas noticias. noticias . Antes Antes de salir de de la oficina ese día, Desm Desmond y Francés rancés ju j u nto con J ohn, su secretaria, Glenda, G lenda,y y o tros tro s se arrodilla arrodillaron ron y agradecieron a Dios por su cuidado para con Desmond y por el buen informe médico. Dios ha cuidado de Desmond, hasta el día en que descansó en C risto, el 23 de marzo marzo de 2006, y él él quiso dar su propio test es timonio. A continuación, continuación, se prese present nta a ese test es timonio.
Mensaje de Desm De smon ond d Doss J ulio ulio de de 2000. 2000. Q uiero decir dec ir que que ser inves investtido como Guía M ayor en el el camcamporí de Oshkosh, Wisconsin, fue el mayor honor de mi vida. Para mí, representa el gran amor que tengo por los jóvenes. Este honor me fue dado ante 22 mil jovencitos en el camporí, y tengo un video del programa que hizo 3ABN.
MENSAJE DE GESMOND DOSS
Ahora, con res pecto pe cto a mi mi experiencia con el cáncer cáncer En jumo de 1999 descubrieron que tenía cáncer de veiiga Una vez est es tuve tan e nfermo nfe rmo y tan débil que no podía podía pararm pararme n¡ caminar caminar.. Dos D os veces, vece s, cua c uando ndo fuimos fuimo s a ver al médico médico F rancés ancés tuvo que conseguir una silla de ruedas para que pudiera lleear al cons co nsult ultorio. orio. C uando ua ndo est es taba tan enfermo e nfermo y débi débil, l, y no no podía podía conservar alimentos en el estómago, comencé a preguntarme: ¿Hasta cuándo podré durar? En ese tiempo, estuve muy agradecido por la "bendita esperanza" del pronto retorno de nuestro Señor. Me sentía preparado preparado para para do d o rmir rm ir en J esús. esús. Fu F ui ungido y oraron oraron por mí, mí, según según la ins trucció trucc ión n de S antiago antiago 5:14, por los los pastores pastores J ohn S wafford, wafford, A lian W illiams illiam s o n y Les Ril R ilea ea,, amig amigos os míos míos de much mucho o tiempo. No le pedimos necesariamente a Dios que me sanara. Lo que queríamos era que se hiciera la voluntad de él. Me animó mucho el creer que Dios sabe lo que es mejor. Si era la voluntad de Dios que descansara hasta que el Señor viniera, yo estaba estaba confo c onforme. rme. Es una bendición saber que, si muero, seré llamado de mi tumba umba cuando cua ndo J esús venga, y ten tendré dré un cuerpo cuerpo perfecto perfecto y sasalud lud perfecta para servirlo se rvirlo.. Además, podré estar con C risto y mis amados amados y amigos dura du rante nte toda la eternidad. eternidad. La B iblia nos dice, en 1 C o rintios rintio s 2:9: "C "C osas que que ojo no vio, vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman". La Biblia también dice, dice, en J uan 14:1 14 :15: 5: "Si me amáis, amáis, guardad mis mis mandamientos” os ”. P or cua cu anto yo amo a Dios Dio s y a C risto ris to con todo mi corazó corazón, n, siempre he tratado de guardar sus Diez Mandamientos. Los principios de los M anda an damien mientos tos est es tán incluidos en la Regl Regla a de Oro, y siento que recibí la Medalla M edalla de Hono H onorr del del C ongre ongreso so por el amor que Dios me dio por mis camaradas. Los puse antes de mí mismo. Me gusta ayudar a la gente. Volvamos al cáncer. La última biopsia mostró que no hay cán cer cer. Sabiendo S abiendo que D ios vio mejor mejo r sanarme, sanarme, quiero que él me me use use para para ayudar ayuda r a o tros a amar a J esús con to to do su corazón. Sinceramente, Des mond T. T. Doss
Miran Mirando do hacia aba abajo, jo, desde la cumbre cumbre del del acantilado, un pozo por donde los japoneses japoneses subían y bajaban bajaban por escaleras.
Des Desmond Doss en la cumbre del del barranco del Acantilado de Mae da.en Okinawa. En este este lugar fue donde Desmond oró por los soldados, y ninguno murió urió y solo uno resultó herido... por una roca que le lastimó la mano. La soga en la foto foto fue la que usó para para bajar aproximadamente 75 soldad soldados os heridos por el barranco al día día siguiente.
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Desmond Desmond y Doro Dorothy thy Doss en el Southern College of Seventhday Adventists, del del 2 al al 4 de mayo mayo de 1986. Desm Desmond rerecibió un título honorario en esa ocasión. 177
DESMOND DOSS DOSS » OBJETOR OBJETOR DE CON CONCIE CIENC NCIA IA
tha. De izquierda a derecha están Harold e Hilda Doss, Audreyy Lawson Millner, y Dorothyy Desmond Doss. Los padres están adelante.
FOTOGRAFIAS
Desm Desmond dando una de de las las muchas charlas sobre Okinawa nawa y otras áreas de la Segund Segunda Guerra Mundial Mundial.. Aquí está demostrando cóm cómo ató el nudo as de de guí guía que usó usó para bajar bajar a los soldados soldados desde el el
cumbre cumbre del del acantil acantilado ado es ahora ahora un parque japonés de conm conmemorac emoració ión. n. Este es el lugar lugar del acantil acantilado ado donde Desm Desmond bajó bajó a los soldados.
Desm Desmond y Fran Francés cés Doss viajando viajando en en el helic helicóptero óptero hasta Zamami Shima. Shima. Fue Fue un viaje div diver ertid tido o para una una pareja feliz.
OESMOND DOSS DOSS » OBJETO OBJETOR R DE CONC CONCIEN IENCIA CIA
Desm Desmond "atando” "atando”a J ohn Swa Swafford, líde íder de jó jóvenes de la Asociación GeorgiaCumber land de los adventis adventistas tas del sépti séptim mo día, en el el camporí camporí de Conqu Conquis is-tadores en Cohutt Cohutta a Springs, Georgia, el 18 de abril abril de 1998.
HllUI HllUI INC UC V LJI _ _ LJI
I L j U IO L a u w i
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mond ha contado contado su histori historia a a miles iles de jóvenes jóvenes conquistadores.
FOTOGRAFÍAS
j .
La Iglesia Adventista dventista del del Séptimo Día de de Lookout Lookout Mountain, que Desm Desmond ayudó aconstruir construir..
"Carretera Medalla de Honor Desmond T. T. Doss”, en For Fort Oglethorpe, Georgia Georgia.. Inaugurada el 10 de de juli julio o de 1990.
OBJETOR DE DE CONC CONCIEN IENCI CIA A O E S M Q N D D O S S » OBJETOR
La casa de montaña ontaña de Desm Desmond Doss Doss en Lookout Mountain, en Georgia, cerca de Cha ttanooga, Tennessee. Se destaca la bandera y la Estatua Estatua de la Libertad Libertad en el patio delantero. Abajo: Ni Nieve eve en la casa casa de Desm Desmond, en marzo arzo de 1993.
FOTOGRAFÍAS
Desm Desmond y Francés Francés Doss, en ca casa sa en en 1997. (Foto (Foto del del Dr. J im Coy, usada usada con perm permiso.) iso.)
)esmond y Francés iss iss, I ode septiembre septiembre de 2005.