Del Sol a los confines del Sistema Solar Esperanza Carrasco Licea y Alberto Carramiñana Alonso
Colección La Ciencia para Todos 102 pp. por Judith Dorantes Los hallazgos y observaciones sobre el origen y la evolución del Sistema Solar han llevado a los científicos a realizar análisis detallados que permitan encontrar las innumerables posibilidades que tiene la vida en la Vía Láctea y en todo el Universo. El enigma que encierra el Sol, los orígenes de la Luna, las similitudes y diferencias entre los planetas y la Tierra; satélites, asteroides y cometas, así como el descubrimiento de poblaciones de objetos menores como Varuna y Quaonar, que en los albores del siglo XXI aún no han sido reconocidos como planetas; su evolución, comportamiento y destino, nos van revelando la estructura de un Sistema Solar que hasta hoy en día parece resultado de la casualidad y que se ha extendido a partir del descubrimiento del Cinturón de Kuiper. El Sol que domina a todos los planetas ha consumido ya la mitad del hidrógeno que le será útil y brillará todavía unos 5 mil millones de años para que el resto de los planetas sigan reflejando su luz y puedan seguir siendo observados. Así, tenemos la posibilidad de admirar a Saturno, el más hermoso de los planetas, con su espectacular sistema de anillos; a Júpiter, el más grande de todos, 10 veces mayor que la Tierra; el misterioso movimiento de Urano que gira alrededor del Sol en forma perpendicular; a Mercurio, el planeta de los pies alados que se mueve más rápidamente alrededor del Sol y se encuentra más cercano a él; a Neptuno que fue descubierto mediante matemáticas y con el simple empleo de lápiz y papel, antes de la existencia de los telescopios; o al más pequeño, Plutón, que en la actualidad puede ser no considerado un plantea, sino uno de los más importantes objetos del Cinturón de Kuiper, aunque cuente con un satélite: Caronte. Sin perder el sentido de un texto científico, Esperanza Carrasco y Alberto Carramiñana hacen uso de su experiencia didáctica y, mediante elementos claros y concisos, hacen una descripción exhaustiva del espectacular Sistema Solar. Algunos de los artículos que conforman este libro ²y que nos van llevando al conocimiento de nuestro sistema planetario y los misterios que encierra, los
descubrimientos más recientes y lo que se espera de las exploraciones próximas, que probablemente serán efectuadas por robots² fueron publicados con anterioridad en el diario Síntesis. Las características de cada uno de los planetas nos permite identificarlos con claridad. El planeta agua, como se ha dado en llamar la Tierra, es el único lugar del Universo donde sabemos que existe vida, debido, en gran medida, a las grandes cantidades de agua que se hallan en sus tres estados y a la actividad volcánica que regenera constantemente su superficie. Desde George Tucker, Edgar Allan Poe y Julio Verne hasta las misiones para explorar su superficie y las actuales exploraciones sin el protagonismo del hombre, la Luna, nuestro satélite natural, es el más grande laboratorio para estudiar la geología planetaria. Sigue habiendo rocas de 4 mil millones de años que dan información sobre la historia del Sistema Solar. Venus, el gemelo de la Tierra por su semejanza y cercanía, marcó el inicio de la ciencia contemporánea en México, debido a la expedición científica organizada por nuestro país con motivo de su tránsito por el Sol. El dióxido de carbono del que está compuesto causa un efecto invernadero como el que produce la actividad humana en nuestro planeta, aunque no en la misma magnitud. Montañas, desiertos, casquetes polares, cañones y las cuatro estaciones hacen de Marte el planeta más similar a la Tierra, motivo por el cual a principios del siglo XX se consideraba que también podría albergar vida inteligente, aunque la falta de agua parece evitar que así sea. La complejidad del Sistema Solar visto a través de los ojos de los autores nos permite una mirada más clara de su magnitud en el inmenso Universo en el que la gran variedad de objetos se dividen de manera jerárquica, y en el que el Sol ocupa el primer lugar, ya que contiene 99.99% de la masa de todo el sistema; después vienen los planetas, siendo la Luna una de las más grandes, luego los cometas y los asteroides que son de menor tamaño, y por último los meteoritos que conforman lo que a simple vista y bajo ciertas condiciones podemos apreciar como estrellas fugaces y la luz zodiacal. Además de sus labores de investigación y docencia en el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INOAE), los autores contribuyen activamente en la divulgación de la
ciencia. Son egresados de la Facultad de Ciencias de la UNAM y realizaron estudios de doctorado en astronomía en la Universidad de Durham, Inglaterra.