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DEL RACIONALISMO AL STURM UND DRANG
El racionalismo o iluminismo es una etapa del pensamiento de la humanidad que que atra atravi vies esa a la mita mitad d del del sigl siglo o XVII XVII y todo todo el sigl siglo o XVII XVIIII –con –con dist distin inta ta intensidad y extensión según los países- en la que la filosofía alcanza una fuer fuerte te expa expans nsió ión n invo involu lucr cran ando do en ella ella a la lite litera ratu tura ra que, que, como como siem siempre pre,, también recibe y refleja los impactos del contexto político y cultural en el que aparece. Políticamente sigue en el poder la clase noble, con un rey como gobernante aunque es visible que la burguesía se va imponiendo gradualmente. Inglaterra, por ejemplo, realiza su revolución industrial que traerá profundos cambios y, a pesar de mantener al rey y la nobleza, la burguesía es el agente movilizador de la economía, la poseedora de los bienes de producción, la que accede cada vez más a los bienes culturales, que en general también produce. Otro Otross efec efecto toss será serán: n: el surg surgim imie ient nto o del del prol prolet etar aria iado do,, sus sus mise misera rabl bles es condiciones de vida y las nuevas teorías políticas que sustentan tanto a una como a otra clase. También se produce un fuerte éxodo del campo a las ciudades, crecimiento de la población, deterioro del ambiente y degradación del paisaje, explotación irracional de la tierra, despersonalización de las relaciones de trabajo, uso de nuevas fuentes energéticas como el carbón y el vapor, revo revolu luci ción ón en el trans transpo port rte, e, desa desarro rrollo llo de la cien cienci cia a y la tecn tecnol olog ogía ía para para aplicarlas a inventos y mejoras de los procesos productivos, producción en serie, desarrollo de grandes empresas, etc. Todo ello conlleva al desarrollo del capitalismo y del necesario liberalismo económico y político. políti co. En Franci Francia, a, en cambio cambio,, la monarq monarquía uía absolu absoluta ta mantie mantiene ne sus privil privilegi egios os y genera toda una cultura cortesana que responde a sus intereses. Esta cultura privilegia al teatro como el género superior (y particularmente la tragedia), imita a las culturas clásicas (de ahí el nombre neoclasicismo con que se conoce a la cultura del siglo XVIII). Genera un concepto del hombre superior como alguien culto, mesurado, de “buenas costumbres”, y acepta como arte solo a aquellas obras obras que se guíen por las normas normas del buen gusto, gusto, definidas definidas por el escritor escritor Bossuet (mostrar solo lo bello y agradable, usar lenguaje refinado, emplear métricas fijas, etc.). En literatura, los autores que gozan de mayor éxito son los dramaturgos Racine y Molière. En este contexto general, se hace oír la voz de los filósofos, científicos y pensadores en general, que comienzan a plantear nuevas posturas. Cierto es que nuevas formas de pensar o cuestionamientos sobre lo establecido ya habían aparecido en el humanismo y en el renacimiento, pero nunca tuvieron tanta difusión como ahora y así, según Paul Paul Hazard, impulsan la crisis de los estados monárquicos” pues” elaboran una filosofía al margen de la metafísica teológica, cada vez más vinculada a lo científico y conciben un sistema de organización político que se alza contra la concepción del origen divino del poder real”. Muchos de estos pensadores no son académicos, sino escritores activos, inconformistas, polemistas, etc. Así, vitalizaron la actitud del primer humanismo y dieron a la burguesía nuevas herramientas en su revolución contra la nobleza y el clero que terminaría en la l a Revolución Francesa.
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Precursores
Entre los diversos precursores de este cambio paradigmático que podemos mencionar, destacaremos dos : René Descartes y John Locke. Entre los múltiples aportes de Descartes (1560 – 1650; “Discurso del método”, “Reglas para la dirección del espíritu”, “Meditaciones”) resaltamos la importancia que le da al fundamento del conocimiento humano. Es el primero que sitúa a la epistemología en el centro de la filosofía, intentando responder a la pregunta ¿cuáles son las verdades que podemos conocer con certeza? La idea cartesiana de dudar de todo lo establecido (la duda sistemática) es un aporte indispensable para la existencia posterior de la Ilustración. Para Descartes la razón es la fuerza única, central, incluso para dominar las pasiones: “yo no comparto la opinión de que debemos estar exentos de pasiones, basta con que las sometamos a la razón”. Locke (1632-1704; “Ensayo sobre el conocimiento humano”, ”Dos tratados
sobre el gobierno civil” y “Carta sobre la tolerancia”) critica al absolutismo político y a la idea de una monarquía de derecho divino, propone el liberalismo político y afirma que las ideas provienen solo de la sensorialidad y la experiencia interna o externa (contrario a la existencia de ideas innatas que propone Descartes). Políticamente propone que el hombre está capacitado para comprender sus deberes morales y el cumplimiento de éstos (los deberes y derechos morales a que obliga la ley natural son: la vida, la libertad y la propiedad). Los hombres se unen en sociedad llevados por la libertad que sienten y quieren proteger, se vuelven ciudadanos por decisión propia y su objetivo primario es defender la propiedad. Locke es el paradigma de filósofo ilustrado pues participa como actor en la vida social y política de su país. Podemos nombrar también como precursor a Bacon (por su postura de privilegiar la experiencia como forma de conocimiento) y a Lutero que sostuvo la libertad interpretativa de la Biblia. El protestantismo asocia el valor productivo del trabajo y el bienestar económico a la felicidad. Los pensadores y filósofos protestantes son burgueses o nobles, pero estos últimos no son ociosos como los franceses, sino que se dedican a la producción de las tierras. Otro aspecto que debemos destacar como estímulo y soporte de la difusión de las ideas de la Ilustración es el constante aumento del lectorado y la participación de las mujeres ricas o nobles que abrían sus salones para recibir a filósofos y artistas. Todos estos factores estimulan la aparición de un nuevo intelectual que es el librepensador , es decir, alguien que no debe respetar ninguna autoridad fuera de lo que parece evidente a su vista, usa su mente para buscarle significado a cualquier proposición, para considerar la naturaleza de la evidencia a favor o en contra de ella y en juzgarla de acuerdo con la fuerza que muestra. Fácil es deducir el impacto que estas ideas tuvieron en la concepción religiosa, pues llevaron a cuestionar la certeza histórica de los textos bíblicos, las autoridades religiosas y varios dogmas cristianos. Se postula el deísmo como religión natural, despojada de todo el aparato teológico-metafísico y del culto. Se muestran contrarios a la religión revelada.
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El deísmo quita todo lo que considera supersticioso en las sectas y religiones. Concluye que Dios existe pero tan lejano es que no se metería en los asuntos humanos. No se puede explicar la naturaleza de Dios, solo se llega a la idea de Dios. Siendo universalista, este concepto no es dogmático, es decir, no postula que alguna secta o religión sea la verdadera. Voltaire es tal vez quien más difundió esta teoría en Francia. Él se niega a hablar de algo que no pueda conocerse. En su deísmo no hay cultos ni intermediarios en relación a Dios y ostenta una postura radicalmente anticlerical. Es evidente la influencia que tuvieron en él los filósofos ingleses conocidos en su exilio y debió pagar estas afirmaciones con dos encarcelaciones en la Bastilla. Además de Voltaire, la mayoría de los enciclopedistas fueron en principio deístas y luego se volvieron ateos (Diderot, D’alembert, D’holbach). Voltaire nunca fue ateo. Políticamente, los filósofos y librepensadores se enfrentaron a las teorías de Bossuet (1627-1704) quien sostuvo que el príncipe es perfecto igual que Dios, por lo tanto su poder es sagrado, paternal y absoluto pues solo debe rendir cuentas a Dios. Voltaire sostiene que la historia es la crónica del desarrollo del espíritu que adquiere forma en las costumbres, obras e instituciones, y cuyo conocimiento debe ilustrar al lector e influir en sus actos. Afirma que ” el espíritu de una nación reside siempre en el pequeño hombre que hace trabajar al grande, es alimentado y gobernado por él” . Nada más opuesto, obviamente, que el
concepto del origen divino del rey o de la sujeción de la historia a los hechos bíblicos como ciertos y universalmente válidos. Arriba mencionamos a los enciclopedistas. Agreguemos que éstos fueron sobre todo, pero no únicamente, los representantes de la Ilustración francesa. La “Enciclopedia o diccionario razonado de las ciencias, las artes y los oficios” (17 volúmenes que vieron la luz entre 1751 y 1765), fue un intento de exponer y difundir las nuevas ideas y conocimientos, pues los enciclopedistas sostenían que el conocimiento hace libre y feliz al hombre. Como se desprende de todo lo expuesto, el racionalismo no solo fue una expresión de conceptos filosóficos, sino que incidió profundamente en otros campos, como la política, la religión, el arte y la economía. Por ello sostenemos que la Ilustración implicó un cambio de paradigma, una nueva cosmovisión que se profundizará en el proceso que conducirá al romanticismo. Un claro indicio de esto es la actitud ilustrada a favor de un progresismo que no se detiene en la auto-conmiseración o ante la auto-satisfacción. El ilustrado es un tipo de individuo que tiene una aversión señalada hacia la comodidad, vive en constante inquietud, es un inconformista permanente en quien esa inquietud funciona como su aguijón. Esa “inquietud”, unida a la pasión, será un rasgo propio de los románticos, como veremos en la próxima unidad.
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Del arte de la Ilustración al Sturm und Drang
Dada la necesaria condición de generalización informativa de este material, es necesario plantear que las ideas racionalistas y la evolución del arte no fueron homogéneas ni idénticas en los distintos países. En Inglaterra, con la liberación de las colonias americanas que edifican el primer sistema político liberal y democrático, se oyen las voces de pensadores como Burke, Godwin, Paine, que reflexionan entorno a los distintos campos de la libertad y la organización social, económica y política. Con este contexto tan movilizador, aparecen las obras de los poetas lakistas (Wordsworth, Coleridge) que rompen con las normas del neoclasicismo y valoran al individuo y su sensibilidad. También los pintores –como Blake-, usan la vaporosidad y la libertad de ejecución, abandonando los temas bíblicos y mitológicos, priorizando lo onírico y el subconsciente por primera vez en el arte. La imaginación, la fantasía, el desbordamiento espontáneo de sentimientos, la naturaleza como fuente de analogías con el interior del hombre, la reflexión del propio autor sobre su obra, considerarse como un pequeño dios que crea su microcosmos de palabras a partir del macrocosmos creado por Dios, son todos conceptos que revolucionan el arte. A la primera generación de poetas lakistas (componen entre 1798 y 1815), le seguirán los poetas “satánicos”, llamados así por los escándalos que produjeron su forma de vida y sus ideas (Byron, Shelley). Importantes son también las obras narrativas de Richardson (con sus melodramas trágicos en que aparecen por primera vez personas comunes como personajes) y W. Scott con sus novelas históricas. Así queda consolidado el movimiento romántico en Inglaterra. De la evolución del Romanticismo en Francia nos ocuparemos en la segunda unidad, pero mencionaremos ahora la influencia de las narraciones del Marqués de Sade, no solo por su calidad literaria sino por lo escandaloso de las mismas. Tal vez sus aportes más importantes fueron: --- tener en cuenta la recepción de sus novelas, particularmente por parte de las mujeres, logrando así un crecimiento del lectorado femenino y que éste se sintiera protagonista, alcanzando una introspección del mundo emocional y afirmando la literatura confesional que será la base de la novela sentimental y del protorromanticismo. --- considerar a la novela como un cuadro de costumbres en el que lo esencial es la naturaleza del corazón del hombre “cuando se saca la máscara”. --- la verosimilitud, describe lo que realmente ve y lo que es el hombre (según él, claro). Por eso pintará el crimen al desnudo, con todo el horror que lo caracteriza. --- impregnar sus novelas con la temática sexual y erótica. También debemos mencionar la obra de Rousseau, por: -- sus afirmaciones de que el hombre es naturalmente bueno y se deforma por su vida en sociedad; -- privilegiar –describiéndolas minuciosamente- sus emociones y sentimientos, su inspiración en la soledad y sus íntimos vínculos con la naturaleza, privilegiar lo sencillo, simple y popular (ver:”Ensoñaciones de un paseante solitario”), que serán clave en el Romanticismo.
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Alemania: el Sturm und Drang
Alemania en el siglo XVIII aún no es un país sino un conjunto de principados y repúblicas, con un ordenamiento feudal en el que la burguesía no ha progresado demasiado y la sociedad es provinciana y conservadora. La burguesía había perdido su influencia desde el siglo XVI, lo cual se vio reflejado en el decaimiento las ciudades. Lutero convierte a los príncipes en cabezas de las iglesias locales y les da libertad de guiar la vida espiritual de sus súbditos, lo cual utilizaron éstos para predicar el deber de obediencia a la autoridad y para confirmar el derecho divino de los príncipes. En la primera mitad del siglo XVIII los 200 pequeños estados alemanes participan del estilo aristocrático francés. Hacia 1700 vuelve a enriquecerse la burguesía y en general copia los moldes aristocráticos. Pero vuelve a incidir en la cultura, el número de escritores aumenta y muchos de ellos pueden vivir de sus trabajos literarios. Se puede decir que en esta etapa la evolución en el arte está muy impregnada por el afán de constituir una nación, de buscar raíces que unificadoras (“volkgeist”: identidad, carácter de lo propiamente alemán). En este proceso son esenciales el filósofo y crítico literario Herder (1744-1803) y Goethe, quienes escribirán “sobre el estilo y el arte alemán”, planteando la necesidad de expresar una literatura en lengua propia para crear una identidad, con sus mitologías propias incorporadas a la judeo-cristiana y la greco-latina. Ellos no se enfrentan con otras culturas, solo contra la preceptiva neoclásica francesa. Lessing fue otro de los propulsores del protorromanticismo y los sturmers lo consideran un adelantado. Fue el primer traductor de Shakespeare y propone, en su obra “Lacoonte”, la capacidad teórica de reflexión estética, es decir, opinar, debatir, con elementos, sobre la propia obra (y las ajenas). Rousseau también influye particularmente por sus ideas mencionadas más arriba. En ese contexto surge el Sturm und Drang (título de un drama de Klinger): “tormenta y pasión” (o “empuje”, “impulso”). La palabra tormenta alude a que el artista emprende una tarea titánica, propia de los dioses y pasión o empuje a que el mismo rompe barreras para trasmitir esa intensidad. La fuerza poética creativa (poiesis) es el afán de ser análogo a la figura del creador. Estos artistas toman como modelos a Homero y a Shakespeare cuyas fuerzas creativas exceden las del individuo común; son genios, titanes, no solo por lo que hicieron sino por lo que buscaron. El concepto de genio fue introducido por el escritor Hamann, y se define como aquel que crea a partir de la experiencia interior y hace saltar en pedazos las reglas miméticas de la naturaleza. Lo que lo define es su capacidad de riesgo y transgresión (“Fausto” de Goethe). Este concepto expresa también el sentimiento de hallarse perdido en la realidad, el individualismo exagerado para el que la creación artística se convierte en un proceso misterioso que surge de fuentes tan profundas como la inspiración divina y la intuición ciega. El genio se libera de las miserias cotidianas, vive en tierra libre, como un dios (por ello, ideológicamente, es una tendencia reaccionaria no igualitaria) Con el Sturm und Drang la literatura se hace totalmente burguesa y se liquida la cultura cortesana.
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Principales características del Sturm und Drang
1) Rechazo del racionalismo como pauta de comportamiento individual. No se desvaloriza a la razón como instrumento del conocimiento humano, sino que se exalta la actitud de la personalidad impulsiva, que actúa guiada por la pasión antes que por los consejos de la reflexión racional. 2) Los sturmers se inspiran en la literatura alemana medieval; son nacionalistas que buscan el retorno del viejo fondo cultural germánico. 3) No se respetan las reglas de la creación. Todo se centra en el creador y la armonía se desecha en función de la expresión del artista. 4) Valoración de lo misterioso como un componente de los hechos que ocurren con prescindencia de la lógica racional. 5) Panteísmo naturalista. Tratan de armonizar los fundamentos de la religión reformista con una permanente invocación a la naturaleza, a la que presentan como un gran organismo viviente, libre y salvaje, incluyendo los componentes espontáneos y hasta instintivos del ser humano que son vistos como otras manifestaciones de la voluntad divina. 6) Exaltación del sentimiento. El impulso emanado de los sentimientos y las emociones, especialmente del amor y su pasión, es valorado como factor predominante al que es preciso liberar en sus manifestaciones vitales. 7) Exaltación de lo individual. Lo esencial de la poesía y el arte consiste en una manifestación del espíritu, una especie de confesión íntima que bucea en lo más específicamente singular del individuo. A veces los personajes son símbolos de caracteres humanos típicos y representativos de complejas concepciones filosóficas. 8) Concepción del yo. Para los sturmers el yo es un creador que entra en un trance místico que lo hace olvidar de su propia limitación y lo pone en consonancia con las fuerzas de la naturaleza. Es la disolución del yo, diferente al concepto romántico que lo pone antes y por sobre todo. La tarea del artista es volver de esa experiencia y lograr expresar esa intensidad sin traicionar la dinámica espiritual que esa intensidad produjo. El esfuerzo es titánico. Tal vez por eso fue el género dramático el más explotado por los sturmers, pues éste permite proyectar al “yo” en un personaje. Los principales representantes de este movimiento fueron Goethe, Schiller, Hölderlin, Novalis y Herder. El “F austo “de Goethe
Johan Wolfgang von Goethe (1749-1832) fue novelista, poeta, dramaturgo y científico. Algunas de sus obras más conocidas, además de “Fausto”, fueron “Las cuitas de Werther” y “Hermann y Dorothea”.
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Goethe comienza en 1769 a trabajar en “Fausto”. Esta primera parte, conocida como “urfaust” o fausto primitivo pertenece a la época del Sturm und Drang. La segunda parte, empezada en 1800 y terminada en 1831, ya muestra rasgos clásicos y de complejo simbolismo. Esta obra acompañó gran parte de la vida del autor. El personaje Fausto. Parecería que un ser real histórico vivió entre 1480 y 1540, cuyo nombre fue Johann Faust. Los testimonios que quedan lo presentan como un aventurero errante, de reputación dudosa, admirado por muchos, estimado en círculos estudiantiles y que despertaba la curiosidad de hombres cultos. Era un poco curandero, iba de pueblo en pueblo haciendo ilusionismo e hipnotismo, prediciendo el porvenir y practicando medicina ilegal. Al morir se convirtió en leyenda y surgieron muchas fábulas sobre su vida. Se encontró su biografía escrita por su discípulo Wagner a la que se completa con el relato de su muerte. Este es el volksbuch o libro popular del Dr. Fausto. Allí aparece como una víctima de su curiosidad intelectual, la que lo aleja de la fe y lo lleva al libertinaje moral. Pero él intenta escapar del diablo porque siente, en el fondo de su ser, la nostalgia de la salvación. El dramaturgo Marlowe (contemporáneo de Shakespeare) escribió una obra sobre este personaje, pintándolo como un ser hambriento de saber, con un violento apetito carnal y una gran voluntad de poderío, inmerso todo en un sombrío pesimismo. Lessing también escribe una obra en la que Fausto es redimido al final, pues los ángeles valoran en él el uso de la razón como “el más noble de los instintos” que le diera Dios. Goethe no solo lo exalta como sabio que aspira a la verdad., sino como el superhombre genial y apasionado que con todas las fuerzas de su ser aspira a la ciencia y a la vida al mismo tiempo y aspira a conjugar en su persona las alegrías y tristezas de la humanidad toda. Fuentes consultadas: Hauser, Arnold: “Historia social de la literatura y del arte”. Curso impartido por el Prof. Luis Bravo.