Deborah Poole - Visión, raza y modernidad - una economía visual del mundo andino de imágenes

DEBOR PooL

VISIÓN, RA Y MODERIDA U na ecnmía visual del mund andin de imágenes

TDUCCIÓN DE MARUJA MRÍNEZ

Pmject Counseng Se
Trw

RGNAL  ING:

VSN, CE AO MDErN: A SU ECN F lE NN MGE wo/ DE0R1 P 997 NC NT PR 4 WlA E PN, EW EEY 854 .

©

ción: Maja Manez Diseño de Carála: Móna Hintze Fotograa: Indígena <<pico» de Fueroa Anar

©DE A ECÓN: uR CA DE Esro1s  1S M0 Av. Bsil 329-2, a  Telex: () 423543 email: CasaSur@terracompe oNSEJERA  P RYCOS Jr. Arca 83, Lma 8 Tlf () 828; 828; ax: (5) 2453 email: posast@pcspeorpe Hecho el depósito leg stro No 552254 a, aosto del 2

A Chachoy Lcas

ÍNDICE

Capítlo

1:

Introducción

11

Capílo

11:

La operática Inca

37

Capítulo III:

Una economía de la visión

77

Capítulo IV:

Mirando con un solo ojo

111

Capílo V:

Imgenes equivalentes

135

Capítulo V:

El rostro de una nación

177

Capítulo VI:

Los nuevos indios

207

Captlo VII:

Negociano a moderniad

243

Bibliografa

265

CAPÍTULO

I

NTRODUCCIÓN

se mueven a través de la vida de los puebos andnos en diversas rmas. Caendarios con tograas de todo tipo, desde gringas desnudas hasta incas emplumados o gatitos, adornaban as paredes de las tiendas y las depen dencias púbicas. En las casas campesinas los ibros y revistas se atesoran. Los periódicos se clavan en as paredes para protegerse de ío Sus imágenes desparramadas de poícos, artistas de cine y crímenes sanguinarios, evan los ojos a un mundo que pareciera ya no existir desde hace mucho tiempo. En muchas de as casas campesinas de las provincias altas de Cusco, donde traba jé como antropóloga durante a década de 1980; estas miias envovían os retratos de estudio e instantáneas de parientes y antepasados en bolsas de tela o pásico, y luego os guardaban cuidadosamente en as hornacinas de as paredes de adobe de as asas. Cada vez que he tenido a oportunidad de observaras, en ocasiones en as que sus propietarios han quitado as iversas cubiertas que protegen a tograa de aqueas miradas de quien no haya sido invitada para eo, siempre me he sentido impresionada por el parecido entre estos butos de imágenes y aquelos que suelen esconder as ilas y otros ata víos rituaes que se usa en os pagos a la tirra o pagapus. A pesar de a dversi dad de tograas que tienen en su entorno, las poses que elegían para sus propios retratos eran notoriamente unirmes. Cada vez que me han pedido tograar a una miia, sus miembros se han coocado muy rígidos, con los brazos cogando a ambos ados y con os rostros mirando directamente a a cámara. En general, elos rechazan ls tograas que muestran sonrisas, o as instantáneas -o o que se podría denominar tograas "naturaes que yo tomaba por mi cuenta. Hice gran parte de as entrevistas que eron parte de mi invesgación mientras daba vetas arededor de las casas esperando que las personas lavaran y trenzaran su cabello, que se avaran y peinaran, que reegaran a os bebés, e incuso que acicaaran la crin de cabao; todo elo en preparación para e retrato de mia que les iba a tomar con mi cámara de 35 mm, tal como me habían soiitado. Comencé a desarrolar un a teoría sobre la comprensión que eos mismos tenían acerca de los retratos y sobre su prefe LAS IMÁGENES

[11]

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DEBOR PoL

rni or trins oss. Sn s nots  o, t lo  vr on  stori   tor sor l  n sos ontos no s ránt n y on os os  oss  rrn s vijs árs  tov s sn n s zs is y os stios oils  Cs. En  i n    riosi or os sinos y s tors, oné  xrintr. Llvé ros  tors l o  ostrrlos   nt. Qu v óo juzn s ustrions, ué s o  in. Co u sp u los rn ints o mostrn soón. Pro ss omntios on muho ás stutos. Un , en s st osvdo Other mecas,  Sso Sdo, i  Og  sornió1 . Yo hí soo  trjo  So r istlo on , n rt o   uent d  r un io u no t rsusts is. Ls tos n hmoss, nts, tnn txr, rn nsunt s. L ipsón  téent prt. A  todo o u sí, onsint o onsntnt, so lo u se son  se n t  Sn emgo, oo ntopólo, tmén ls nconté iennts. Mostran  pesonas inlies o  prini dsd h ino lo u pntemente en coss sobentuls. ¿Dón stn  unt ls pesons ue sembn los cpos, tjn n ács, u onzn huegs, u tmbén mn pte e "ls ots méis? Sn mgo,  Og m peoupacón no tn myo ntés. A ll l ustb mucho l o; anqe a hí togs ue no se pen en n  ls suys, yos pesonjes esn en poses s. ás n, ls tos n n blno y nego, n fomto que ms "clientes hzbn sistámente. No obstnte, este e su lo voto ente los ivesos los qu mmos. Le pegunté po é. Y e esponó: "Poqe l poz es hemos. Luego poceó a aniz vs togs, paa mí. Le gust la m n que ls luscones  Sgdo destbn l textu de ls opas aíds e los cmpesos. De gulm l hho  que en una de ells ost  un paej de ncnos casnos vstos e esplda, poque so po la tnón n lo dajoso de su op (tnto, pens yo, como en q ean nónmos) Incluso  ela le stó l toaa del pe etado de un campeso, l únc mgen en la c m popa opón negv no cede Hst l í de hoy, no estoy segu s Oga me onvenó con s pe o po Other Amecas. L que el y sus vcnos heon, sin embago,  despeta mi� uosdd sobe as ms n ls les ls mágenes y las tec noloís vsaes vesan ls ontes d queo que con ecenc nten os coo cutus y ses feentes y sep� Es lo que los mp Salgado,

1 9 8 6.

ODUCCIÓN

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snos a quenes ftograé tean sus propas deas sobre lo que las ftoaas son. Aun uando estas deas tean muho en omn on las mas tambén haba mportantes derenas. Los omentaros de Oga sobre la pobrea  la bellea   reaón ante ellos me sureron mportana de reexamar ms propos supuestos acera del entreruamento entre las deoloas poas  las mágenes vsuae� De un modo smar nuestra apreaón común sobre las ualidades frmales de las ftograas sugera algo en torno a las frmas complejas en las uales una estétca vsual europea ha establecdo sus demandas en nuesras ieas por oro lad tan drenes sobre lo beo  lo terrenal. Aunque Oga y as oras personas con quienes vv hablé  trabajé en las provncas cusqueñas de Paruro y Chumbvlas durante los prmeros años de la década del ochena, no aparecen en nnn lugar de las pánas que sguen, este libro, en varios seios, se debe a ellos. Su comprensión del po der  la maga de la fogaa me adó a estructurar  propio nterés en la historia de las tenoloas visales en conextos no europeos. Sus acttudes haa la imagen fográca me hiciron pensar en W probema poío de la represenaión en na frma un poco más crtic! Fnalmente m propia ex perencia omo reaisa de la comunda estuvo constantemente en m mene cuando contemplaba las les de ágenes muas de ampesios andnos de New York Wasigon, Rocheser guardaas en los archvos Londres, París Lima  debería o desiar las nteciones de os ógrafs qe omaron esas imnes, a veces anónmas? Inclso ¿cómo podía omenza a imaginar o qe esaban pensando los personajes de estas ftograas de sigo x y e incios del siglo ? ¿Cómo poda yo hablar  teorar sobre los direnes estos visuales que comené a detecar en las ftogaas omaas en Eopa y el Per? ¿Dónde, más allá del arhvo, poda buscar el isceimieno que sbyace a los scrsos culrales  raciales que anmaban a esas silenciosas imágenes ? En los hechos, ¿qué rol jugaron estas fograas en la onfrmación de las identiades e imagnaos de la gene que posaba para elos? ¿Qué mensaje en torno a ms propias ideas sobre la foaa  a ienia, propias de nes del sigo x, me esaban envando desde s pno de visa sngular sobre el pasado andnolia 1.1) . *****

Ese ibro es un ineno e responer a algunas de esas pregunas. Es, en un s1tio, una conribción a una historia de las ágenes en los Andes. En otro sendo mucho más amplo,&a las imágenes vsuales como u medo paa eensa las dicoomías represenacoales, poicas  ulraª así como las oneras scrsivas, q oeran en el encenro entre los eropeos  

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DEBOR PoL

Figra 1 .1 . Niña con espejo (1925)

mundo andino poscoloial. A describir ese encuenro esoy parcularmen e ieresada en ivesigar E rol que han jugado las imágenes visuales que han circulado en la nasía ideas y senmeno � enre Europa y los des. Gn objetivo del lbro es pregnar cuál es el rol que los dscursos e imágenes visuales jugaron en las frmaciones inelecuales y los proyecos esécos que se plasmaron denro y alrededor d T los países andnos en el siglo X e iicios del siglo x. Un !e anaizar el rol de las mágenes visuales en la esrucuración y reproducción de los proyecos ciencos los sentimenos culrales y las endencias eséticas que a la moderndad en genemaeriales visuales que se ral y al dscurso racial moderno en analzan en ese libro incluyen imágenes de novelas y óperas del siglo III , grabados de expedciones ciencas del siglo XX caries de vste, fograa anropomérica, pira costumbrisa are indgenisa peruano, y fograas proveenes de esudos cusqueños de las décadas de 1910 y 1920. en � no es escribir una hsoria de la represenación visual en los Andes,  de compiar un invenario inegral de los motivos , esos, ecnologías e indviduos que esuveron imlcados en la construcción

NTOUCCIÓN

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d e "ua iage de o de. L diveridad d e a igee e a irua do e toro y a travé de o Ade, e ioe e ot de uaquier ioa igr. or e oario, e d deoido "o Ade a ido a  abo ao ovidado  téro "do de ie ar  oejidad y uii dad de et udo de iágee que iruó e uroa, Aéria de ote y i Aéria de Sur. Co te téro, abié eero reevr a uteaete atera y oia de  viió y a ver y e rereetar o ato "teae e  medida e que otituye edio de itrveir e e udo. o "veo ieete o que et a, at oo o.  bie, a ra eeía oo v -y reree e uo deteria óo e que atuao te a éte y, a aeo, reao o qe ee udo . Iguaee, e a dode a araeza oia de a viió etra e juego, dado que tato e ato aareteete idividua de ver, oo  ato  obviaete oia de a rereetaió, ourre e rede itória ete eeía de reaie oiae. La itoiadora de arte Grieda Pook a aado que "a eaia d a rereetaió reide e u iter abio ieate o otra rereeaioe2 •  a obiaió ee, or u ao, eta reaioe de reereia e iterabio etre a roia gee y, or e otro, aquea de arter oia y diurivo que vu a quiee eabora la o quiee a oue, o ua da r a a u "udo de L etáa de u udo de iágee a travé de ua a rereeta ioe uye de u ugar a otro, de ua eroa a otr de ua utura a otra, y de ua ae a otra, tabié o ayuda a  aete a oítia de a rereetaió. Coo o diveidad de iágeeobjeto viuale halada e e udo de iágee de o Ade, otituye u argu eto oa uquier reaió e etre la teooía reresetaioae, a viaia y e ode. Ni lo aeios uyo eato toé n o uho eruanos o quiees ás tade he hablado ietra vegaba ara ete bo, n a iágees que he haado e lo acvo y bro se edue  ete a  roaa oco o de lase. Eo o quiere dei que r ues a a eduioe de a ideoloa Má bie,  igu que a ayor arte de ootro, aee oupar ua ubicaió á difutoa e o iter ios de las diete osiioe ideoóas, poas y ures. Pa o ede e ol de as iágenes e la otucció de las hegeoas ues y poas, es eesario abadoa aquel discuo teório que ve "a iada Polock 1994, p. t 4.

DEBOR PoL

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por tanto el acto e ver como un instrumento sigular o unilateral de domiación  conol. Así, para explorar los usos políticos e las imágenes  su relación con el poer azo la inncaa  a veces conactoria esacación e relaciones, acties, senmientos  ambiciones a avés de los cuales los pueblos europeos  andnos han vestio a las imenes de sicado y valo Una frma e pensar en las relaciones  senmentos que an sigcao a las imágenes es verlas como "cultura visual Ciertamente, esto podría parecer el camo obvio para un antropólogo involucrado en el análsis visual. El térmo "cutura, s embargo, te consigo un pesado bagaje3• Tanto en el uso popar como en el uso antropolóco, implica un sendo de sigcados  códigos sbólicos compardos que pueden dar origen a comunidaes de personas. Aque no quisiera prescdr completamente el téro cultura vsua� aao que el concepto e economía vsual es más ú para pensar en las imgenes visuales como parte e una comprensión integl e las prsonas, las ideas  los objetos. En un sendo general, la palabra economía sugiere que el campo e la visión está orgazado en una frma sistemáti También sugiere claramente que esta organización tiene mucho que hacer con relaciones sociales, esigualad  poer, así como con sicados  comunia compara. En el sentido más especíco de una economía política, también sugiere que esta orgazación leva consigo una relación no necesariamente recta con la estruca políca  e clase de la sociea, así como con la producción e itercambio de bienes materiales o mercancías, que frman el alma de la modernidad. Falmente, el concepto de economía visual nos permite pensar más claramente en los canales globales - por lo menos ansatlánticos a avés e los cuales las imágenes - los dscursos sobr� las ágenes han luio entre Europa  los Anes. Es relavamente ác imaginar que personas de Pas  Pe, por ejemplo, parcip en la misma "economía. Pero imanar o hablar de eos como parte de una "culra comparda es considerablemente más dcil izo el término economía para aprehender mejor el sendo el entrecruzamento entre las imágenes visuales  las onteras nacionales  se centra este lbro está rmada por la  economía visual en producción, circulación, consumo  posesión e ágenes e los Andes  e los pueblos aninos en el peroo que corre entre aproximadamente meiados el siglo XIII e inicios del siglo . Las onteras cronológicas de esta economía visual h sido enidas, en un exemo, por la ocurrencia e cier -

i

§

'

Wams 1983, 1985 y 1977, pp 11-20. Sobre geneogías ccas de concepto de c en la atropolía norteamericana, véase, entre otros, Roseberry 1989, y Stockng 1992, pacularmente as pp. 11417.

ODUCCIÓN

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tos cambos en las epstemologas eurpeas acerca del stas de la vsón y del observador. En el otro exemo, m invesgacón llega hasta las décadas que precederon al advenmento de la comucacón de masas y a lo que Guy Debord ha lamado la "socedad del espectáculo. La televsón y el cne han cambado dráscente nuestra comprensón de mágenes y experenca vsual. Este bro consdera la economa vsual que precedó a estos cbos en la tecnología vsual, la cultura públca, y las frmas del poder del estado que ellas suponen4• A anazar esta economía m objevo es doble: por un lado, quero entender la especcdad de los pos de ágenes a través de las cuales Europa, y Franca en parcular, maaron a los Andes, y el rol que los pueblos andnos jugon en la creacón de tales mágenes5 Por otro lado, estoy nteresada en comprender cómo el mundo de mágenes andno partcpó en la rmacón de la economa vsual moderna. Son dos las caracteríscas que dsn guen a esta economa vsual, de sus antecesores de la Ilustracón y el Renacento Pmer en la moderna economía sual el domno de la vsón está organzado alrededor de la produccón y crculacón contnua de objetosma gen y experencas vsuales ntercambables o en sere. Senda, el lugar del sujeto humano u observador ha sdo rearcwado para adecuarse a este campo vsual altamente móvil o uido. Estos n�evos conceptos de observacón, vsón, e magen vsual, surgen haca cos del sglo XIX, en momentos en que la economa captalsta y el sstema potco de Europa estaban expermentando un cambo dramáco. La descrpcón y teorzacón de los campos dscursvo y socal al interor de los cuales ocurre esta reorganzacón total de la vsón y del conocento, plantean un desao a causa de su complejdad. Este lbro estructura la hstora de la vsualidad moderna a través del análss de un conjunto especí Sobre la sociedad del espectácuo, véase Debord 1 977. Debord ( 1 988) ja la fecha del surgimiento de la sociedad del espectculo a nes de la década de 1 920, fecha que, como lo señala Cray ( 1 989), corresponde a la invención de la televsión y  auge de los regímenes scistas europeos. 5 En este lbro me centro en el pensamento acés sobre los Andes. A la vez que reconozco la naturaleza necesariamente permeable de las onteras nacionales que ponemos en torno a las tradciones curales y specialmente intelecales, un enque en Francia se jus ca en el caso andino por diversas consideraciones histórcas, entre las cuales está el rol centr que los intelectules anceses jugaron en la producción de una cierta iagen utópica del Nuevo Mundo en el siglo XVII; el predomino de tógras y vajeros anceses en Amérca del Sur en �l siglo  la queza de las imágenes andinas de los archivos fnceses; y, nalmente, la importancia de la inuencia culral fncesa en las etes andinas del siglo . Abordo iágenes, textos e intelecales anceses en tanto son representavos, en gunos aspectos, de las ideas europeas" sobre la vsión, la raza y los Andes. Sin embargo, hasta donde ha sido posible, he intentado respeta la especicidad de las tradiciones intelectual, cienca, estéca y cultur ancesas

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DEBoR 1 PoL

o de ágenes, as omo de los ndvduos y soedades que las produen. De esta manera, la vsón se onverte en un problema de atores soales y de soedades, y no de los dsursos absatos, regmenes de onomentos, sstemas de sgnos e deologas que suele nvoar la lteratura teóra sobre la vsón. s regmenes dsursvos tenen una presena onsva e luso materal en la stora. S embargo, para entender ómo es que ellos modelan nuesas aones, reenas y sueños, debemos rar las frmas en las uales los dsursos se entreruzan on las frmaones eonómas y polas espeas. Esto es parularmente erto en el mundo noeuropeo, donde las noones europeas de representaón, vsón y verdad, a nvel losóo y eno, han sdo moldeadas para adeuarse a determnadas agendas polas y ulturales tanto de los agentes de la domaón mperal omo de los natvos que se ressten ( adeuan) a este domo.

NCIPIOS DE ECONOMA VISU

0 gual que otras eonomas, una eonoma vsual mpa por lo menos tres

nveles de organzaón. Prmero, debe haber una organzaón de la produ ón que omprenda tanto a las ndvduos omo a las tenoloas que produ en mágeneon relaón a la produón de mágenes, en el presente trabajo me entro en las personas, y aunque en menor meda en las nsones que elaboraban, dstrbuan, y pubaban mágenes del mundo andno. A este respeto, el lbro ben podra ser abordado omo una enoaa hstóra en torno a los nteletuales uyos dsursos e lusraones deron frma al manaro moderno sobre los des. Como oros etnógrafs, he sdo seletva al elegr a los ndvduos uyo abajo represenará el mundo anno de imágenes6 A haer esta seleón me he ado no por la dea de desubrr un onjno típio o represenavo de mágenes o de haedores e menes, sino más ben por una omprensón e que ada nvuo e imagen onstuye una insania parular al neror el ampo ango de práas y disursos repesenacionales que han interve nio en la onsrución el muno e mágenes anno. Los hombres y muje res que enonraremos van desde mosas personaliaes omo Volare, ntre los arstas y viajers de los siglo X y  a qienes he excldo con recencia de este análsis del mnd de iáenes andino están phrai George Sqer Fredec Edwn Church, Pal Marcoy, Pcho Fier, Asn Gerrer, rancico so Adlphe Bdeler, Hm Bingham y Marn Chambi La extensión de esta lsta expresa las dfctades d e presentar cualqer selección de imágenes como repres entava del dveo mndo de materiales qe han circlado en nesas imaginaciones científca y poplar como con stuyentes de ls ndes". Sobre Sqier, Chrch y Bingham, véase Poole 1998, p. 1 1 0 - 1 3 6.

NTODUCCIÓN



uboldt y Buon, hasta personajes desconocidos o incluso algnos podran decir nsantes, como l anopólogo Arthur Chervi, el asta Juan Manuel Figeroa Anar, y los ftógrafs de esto Fiberto y Csanto Carera. Aunque en los libos de hstoa en una relvncia dierente, ambos grupos jgaron un determiado rol en la confrmacó de los dscrsos y economías vsuales que aparecieron en el crso del encentro andnoeuopeo. Aunque, ciertamnt, los ljosos graados de Hmboldt han sdo vistos por más prsonas, las ftaas privada de Figoa o los atos d es do de Cabera habla cn igal - tal vez mayr lccia sobre el rol qe la econmía vsual a jgado  l ámito más ítimo dl sntimiento, el deseo emoción. sgndo nivl de la oazación económica la circación d mercancías o, n ee caso, d imágensobjeto el aspecto tecnolóco de la podcci jega n ol determiat Dant los siglos X y x, ds tecnoloías a sido de parclar imptacia n la prodccin de un arcivo de imágns l mndo anno Hata incios del iglo X los blos y lgares adnos ran vistos casi xclsivame en grabados. Lugo, dsd apxmadament mdados dl sigl X  adelat, l ftraa y la tograa s cnstiyn  las tcnolías prridas paa epodcir las imágen de ls Andes y d s plos7• El ect imdo de sa iova ción tecnlóca  una expnsió espctacar t de la cadad como d la accesibidad d las imágs adas Las litograas aí circuado n g pos rlavamnt peqñ d pronas q tan ls crsos para comprar gabados y libros. Las ftaas, pr el cntar, rn prdcidas a r escala e caes de vsite y pses y, dspés d la pccin l smitono qu cró a pcipis d la décad d 1880,  rvitas pa y n pódicos. cstión d la circlci se prp c l c y úim nivl l cal s  val a cnm  la vii: ls sistmas cltaes y dscrsivos a ravés d los culs la iá grácas se apecian, s rpta, y s ls aia vl tric, citíc y téti  s ivl d aálsi d la cnomía vial ay q djar d la la cst dl i cad d la imág cíca p pgs c  q la adquieren /� Pr ml,  l cla a dl il X l i á cas se valaban  ém d s rlaci c l  q sta mnt psta S  cr ras, l i d d p tacin visal  cr l c  l im    S c q l vl o dd d la ia ride  s cacidad a rar  ci la iman d n il (o s d la alda) E l tém l Sobre la ftograa en los pses andnos véase Anann 983, Benavente 1 9 95, Chboga y Caparni 1 994, McElroy 1 985, Serrano 1 983 y Watss y Zamora 998.

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DEBOR PoLE

discurso realsta domiante, por tanto, se podra pensar que esta nción representaciona de a imagen podra ser su "vaor de uso8• Sin embargo, cuando se piensa en a imagen como parte de una economa genera de visión, ea también debe considerarse en términos de su valo de cambio. Aqu e estas de objeto de as imágenes grácas producidas a avés de dierentes tecnoloas asume una importancia mediata. La to gaa y el tograbado, por ejempo, además de producir imágenes más "realstas'', también son tecnoogas para a producción mecánica y a gran escala de pos especcos de objetos visuales. Estos objetos se caracterizan, en primer ugar, po su relativa sponibiidad, poblidad y tamaño. Los campesinos qe togaé, por ejemplo, poan poseer etratos tográcos en ua frma en a que pobabemente no podan tene pturas. Y lo qe es más portante, elos poan guada sus togaas en secreto o exbilas, según deseaan. También podan reproduciras, hacerlas más grandes o más pequeñas, y regalalas. A pesa de la caidad técnca ·o dl contenido pictico, a posesión de ftograas conera un estatus especial a sus popietarios Cuando se toma en consideración tales usos sociales de objetos o mercancías fto gácos, se ve claramente qe el valor de las imágenes no se limita al que adqueren como vistas (o consumdas) por observadores ndividuales. Por�! imágenes también adqieren valor a través de os procesos sociales de acumlacin, posesin, ciculacin e intercambi� En algún nive, e valor de cambio de cuaquier imagen o imagenobjeto pacular está nmamente relacionado con su contenido represntaconal. Sólo se reqere pensar en as valoraciones my rentes que se ponen en los reatos de mia y en las postales. Ambas están basadas en tecnoloas ftográcas, ambas circulan en la sociedad; sn embargo, ambas adqeren dierentes valoes sociales y estécos en vitud dl hcho de que una conene la apariencia de la gente que conocemos, en tanto que la otra contene vistas de pesonas o lugares que conocemos sóo bajo la frma d mágenes. Po también hay un agmnto heusco para consdrar por sparado las dos rmas de valor, poq cada una tin go ernt q dcir Cuando se toman cmo parte del sistema de valoes, los cambi hitórics en técnca, género y frmato parecen haber sido, en retrspecva, el resultado inevitble de un impulso ginado en el perspecvismo renacensta y el racionamo carteino- hacia un mayr remo o verdad" en el dmini de la expeencia viual So bre discusin crícas en tono al discurso realsta en la historia del arte y la togr, veáse, entre otros, Byson 1 983, Crar 1 990, Krauss 1 989, MitcheU 1 986, Sekula 1 984 y Tag 1 988 9 M concepto de valr de cambio ene una deuda con el reciente trbjo sbre el carácter mercanti de l toraas Se puede halar diferentes popuest sb ete problema en Burdieu 1 965, Kuss 1 989, Metz 1 985, Roullé 1 982, Sekula 1 983 y 1 984, Tagg 1 988 y Taussi 1 993. Los enyos de Benjan (1 966 y 1 980) obre tograa y repoducción mecánca han sid claves para el replanteamient ecient e sobre la tograa en tnto rma de mercancía

IODUCCÓN

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obre la naraleza oal de la ágene. or ejemplo,  mramo una tarjeta potal de una udad andna en térmo de u ontedo repreentaonal u alor de uo u mportana oal y pola pareera etar relaonada on lo que no de - no no de obre el lugar parular que muetr ero  onderamo la mma tarjeta postal en térmno de u alor de am bo pensamos más ben en su relaión on milone de otra postale de otro lugare, y ómo u rulaón oneta al obsrador on ste otro mundo de ágne d postales asignándole aí u signicación y alor. En la litratura sobr la repreentacón olonal hay una tendnca a prgiar el anáis dl valor d uso de las ágen 0 • Eto trabajos nden más bin a drbr onjntos speíos d mágns tomadas en el mundo oloal o noropo en térmnos de u nción reprsntaconal (o su valor de uo). El sguente paso e, on euncia, dnuniar el heho de q ete ontnido "distorsiona la ralidad que arma ratar. Entones, es a través de st proso d isorsón s arma q l obsrvador europeo constru ye na dtrmnada "imagn dl mundo colonial. Est tpo de anásis plan ta dos problmas princpals. Prmero, si nfcamos solamnt la rprsn tación y sus dscontntos, sigu sindo prácticamnt iposibl istingr la manra cómo las pocas visals dl oloialismo son dirnts d s polí ca txtal., o ncluso  drn d ela. Sndo, un enf n l ontndo lud la usón más important d ealacin d la intrprtaons om pljas y a vcs conltvas q los dernts obsrvadors ponn n las má gs. Con s problma n mnt, algnos tabajos rcints s han nfcado n l análsis d las imágns n el coloaismo y las socidads d clas a partir dl concpto d archvo. S han cocntado n partcular n l anásis d dos tipos d imágns: las postals y la ftograa racial o tnográca 11 • La mayor part d stos aors compart l intrés fcaltiano , n r mos más gnrals, poststructuralsta por dlar las ncions potica dl archivo visal como na tcnología para la rlación o normazación de las ddads saltrnas, o para compila las ass stascas dl cooci minto impria12 Es nf n l arcvo visal nos sgir n cojno 

n cmparacin con la revolución en ls estudios lteras y cuturales que sig  la publcación de O'entalsm de dward Sd, se a prestado poca atencin  anáisis del imagina ro visual del coloialismo eurpe y el imperialm norteamecano ntre la excepciones imortantes están Aoa 1 986, Edwards 1 992, Graam Brwn 1 988, Lutz y Colns 1 993, Maure 1 980, Mon 1 987, Pinney 1 992a, Procaska 1 990 y SlomonGodeau 1 981  11 Sobre la post, véase especialmente Aoa 1 986 y Scor 1 992. Sobre l a tgra racial y etnográca véase especimente Pinney 1 992b 2 Una parte del trabjo más importte sobre el arcivo ftográco en tanto tecnolo gía del poder impeal se a enfcad en torno al estudio del terrto del oeste norteamecano; véase, por ejemplo, Kauss 1 989 y Tractenberg 1 989, p 1 1 9-1 63 Sobre el archiv ftográco

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DEBOR PooL

muy derente de pregntas sobre las rmas en las cuales la visión y el poder en el mundo colonial se explorar el mundo de imágenes anio, he tntado otorgar igual peso al contedo representacional (o valor d uso) de las iágenes y a las rmas de propiedad, intercambio, acumulación y agrupación que caracteria a determnadas rmas de imagen como objetos materiales. A causa de qu sus superfcies gráfcas se le como reprsntacioes d alún reerete material real o imagnad dl mundo ado, las imáges qu encontraremos han contribuido indvidual y colctivamet a crar u dscurso compartio sobr lo que era "los ds. En otras palabras, las cocurda en algú sentido con una cultura visual uropea doante e la cual las imágnes se leen como "represntacios de una reaidad que existe más allá de la ima g: También concurdan, lo qu no es sorprdt, con las comprensioes cotmporáneas sobr las drcias raciaes y la evolución clra, así como con las "isiones cilizadoras dl imperasmo uropo y ortamrcao A apuntar hacia esta compicidad entre el discurso imperial y la ción reprsntacional de las imágenes, mi lectra dl archvo visual anio comparte un iterés comú co otros trabajos recits sobre la rprstació de las persoas nativs o de los trabajadors orignarios del mudo ouro peo. A relvar la naturala colectiva y circular dl mundo de imáges adio, también comparto l interés gnral de lo postestructuralstas por la com presión de las tecoloías stascas y d arcvo qu subac al podr imprial. M álsis sobre l mundo andno de imágenes toma como puto d partida otros estudos d la rpresentació coloal, e itta ubicar las iá gnes al intrior de ua visió más general d la coomía visual, para lugo rlacionar sta ecoomía co l discurso sobr la raa, qu s  scurso históricament cambiant. Más cocretamt, sugro trs argumtos o bre la modridad visual  la raza Primro, al aborar las imág como objtos materials co sus propias caractrística ssorals, sugo maras pcífcas e las cuals l caráctr matral  las imágs, tals como la toraa, plasmaron las comprsions popula  "raza como u hcho mrial  biológicoSgo, amás d coira lo  poímos t r como l rol "idolgico d las ágs, tambié miro las m parti cas  las cuals la tía  l do tra  a producció   cou mo  las ims visal. Gloo sta mió bajo  téro,  cirto modo mos cocto pro omo arumtaré o mos "coóco de placr Fa, coiro qu las imágs ouopas   cao como concepto teórico y discursivo, véase Sekula 1989. En el capítuo v analizo la supresin de la ftograa colonial en la histoa que Sekula y otros hacen del archivo europeo

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NTODUCCIÓN

andnas son ago más que "relejos pasvos de scursos construdos en Europa Me pregunto, más ben, cuál es el rol que estas mágenes colonales jugaron en la rmacón y consodacón de los dscursos vsual y raca que frmaron el núcleo de la moderdad europea13• VISIÓN y RA

Las frmas parcuares de valor de cambo asocadas con las mágenes de produccón a gran escala tomaron frma haca medados del sglo En ese momento, las mágenes repoducbles las ftograas y as ltograas comenaron a adqurr valor ndependentemente del contendo reerencal el valor de us que se les como representacones de deteradas mayor parte de os ccos ha señalado que la personas, lugares u ftograa es la tecnoloa generadora que subyace a esta recuacón de la relacón entre magen y representcón. De parcuar mportanca han sdo los ensayos de Walter Benjmn acerca de la revolucón producda por la fto graa y el cne en el ámbto socal del arte Éste autor arma que, debdo a que l ftograa era capa de reproducr mágenes mecáncamente y en sere, ha desmantelado el aura (o "valor' que se había atrbudo a la obra de arte como una representacón sgular En el lugar de ésta, a emeró lo que Benjamn descrbe como una econo visual en la cual las reproduccnes de las obra de rte crculn lbre y más democrácamente en la socedd En est nueva economí vsual, las "representacones se reeren a otras mágenes, tan e cuentemente como a una snr readd reerencal1J M vesgacón cal p este bro estuvo nspd, en prte, por un nterés smar en el eso de las frms a través de ls cuales la tecnolo gí tográca hbí alterd los concepts de vsón y vsualdad que amn el mudo andino de mágenes S embrgo, cundo empecé  correlaconar ls hstors de los dscsos con ls práccs vsuales  tvés de ls cuaes los eupeos del sgl XII y pcps del hbín mnd los Ades, per cbí un cmbo en la orgzcn de l expeenc vsu pevo  l ntoduc cón de l tgr Cm l  señld Jonhn Cy en su estuo acer c de l mderndd vis, l ptu cucl en ls cmprensones eurpes .

X



De cuerdo con e uso que y h sido ceptdo entre os ccos postcoonaes, e término coonil" se uiz quí y en otros ures de este bro como u gosa pr no europeos". Ls ventjs de tl uso es que punta hci s reciones jerárqucas y as storas que vincun  Europ con no urp" Como o muestr carmente e cso ndino y nomericno,  desventj es que oscurece s imprtn tes discrepncis cronoógics que dieron rm  s historis y curs coonies" en dferents áres de mundo 14 Benjmin 1969 1980

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DEBORH PooLE

sobre la subjevidad visual y sobre el observador tuvo lugar en las primeras décadas del sio  poco ates de que Daguerre inventara el proceso fto gráco en 1839, y de la intrducción de las téccas de impresión de ftograas en posivo en 1850. Las caracteríscas que denen esta ruptura epistémica del campo de la visión ero: la consolidación de frmas particulares de visión subjea, y "una proleración de signos y objetos circulares cuyos eectos coinciden con su visualidad15• Crary ubica los orígenes de la moderdad visual e las técncas y dscursos losócos europeos viculados a la observación y la consció del sujeto observador. Por mi parte, me propuse la tarea de trazar los orígees de la modernidad visual y lo que Crary ha denomiado su "abstracció inexorable de lo visual en el mundo ando de imágene Aquí, e el explosivo terreno de las relacones (post)colonales, las ocones de acumlacó, serie e intercambio que están en el cetro tato de la modernidad visual como de la economía captalsta, han terminado más dramácamente en el ámbito de la teoría racial y en el correspondete discurso siognómico de los "tios Es obvia la relevancia de la raza para un estudio de la cultura visual E tal sentdo, al frmular la idendad mediante los severos métodos y lenguajes de la cienca biológica de esa época, la teoría racal del siglo XIX no hacía sio traducir la polítca de sojuzgamieto colonial en un cálculo vsual y estéco de derencias "naturales encaradas. Sin embargo, con esto no quiero decr que la raza nciona sólo - incluso principalmete a avés de tecnologías y ds cursos vsuale Tampoco que la vsión expqe a la raza o la raza a la vsó Por el coario, al observar los exos etre los dscursos visual y racial, este lbo abrda la visión y la raza como características autónomas, auqe relacoadas, de un campo eistémico e el cual el coocimieto se ha orgazad alrededor de prncipios de ticación, comarabildad y equivalecia La sciació centíca y voyeurísca de los grabados, y en esecal de las ftograas de gete y lugares oeuoeos qe circuló e la Eroa del sio XIX , estaba relacioada e arte co las frmas e las cuales s atraleza mateial de objetos visuales do soporte a la emergente idea de raza como  hecho materal, histórico y biológco a teoría racial costryó ss clascacoes comarado a os idvidos co otros y luego clascádolos l terior de cada "raza, se cosideraba qe alguos era eqvlentes a otos e tato reresetantes de s o Segú las categorías raciales, se comparaba a los idviduos co el roósito de asigarles tato ua detidad como u valor socal relativo E este lbro sgiero que el archvo vsal de imágenes coloales o eroeas partció de a frma esecíca e la considació, proaacó y olarizació de esta lógica de comarcó y 15

Crary 1 990, p. 1 1 .

INTODUCÓN

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eqivalencia. Los estdos de Peter Camper,Johannes Friederich Blmenbach y Pa Broca, para nombrar sólo a algnos de los ndadores de la teoría europea de raza, eron leídos por na cantidad más bien limitada de perso nas. Sin embaro, las ftoraas circaban ampliamente. En tl sendo, no ólo relejaron el scrso racial de la época, sio qe también parciparon en la frmación de la ctra racial e sbace a la moderidad eropea. En ss estdios sobre las moderna práccas diiliarias y los regímenes de obier no, Michel Focat a propesto e, para bcar los orgenes de la miraa clínca modea, debiéramo mirar as ráctcas iersales de scipción, registro e inspección. Este lbro ige e método geneógico de Focalt, pes poe la mirada e los mecanismo de archio y representación, de a prodcción y circación de imágenes cooiles, para así har los orgenes del pensamento racil moerno. El trabajo de Focat tabié oece a orietaión para pear en torno a la cronología del pensamiento raial moderno. En sus últimos trabajos, Focalt estaba interesado en deinear el proceso a través del cal n dscrso moderno de atoconciencia, vigilacia y dsciplina biológica o exal, srgió conjuntamente con el estado normalizador en la Eropa de es el siglo xvm e incios del siglo X. Él sugiere e este scrso y las tecnoloa dscplinaias qe le asisten eron  istmento para la frmación de u po especíco de poder moderno denominado biopoder" Para Focat, el biopoder se distinía por ser la primera ez en la historia ... [se] hace entrar a la ida y ss mecansmos en el domio de lo cálclos explícitos y convierte al podersaber en n agente de tansfrmación de la vida hmana". La biología, la demograa, la medcina y la estadstica moral se convirtieron en las principales ciencias del siglo XIX. Estos dicrsos iecos, dce Focat, constyeron las tecnooas políticas qe pamarn aqellas nevas frma de poder normalizador preocpado por la inasión del cerpo viiente, s valorización y la gestión distribtiva de ss erzas" 16• Este cambio trascendental en las frmas de poder y conocmiento tam bién ha sido signado por n cambio en los discrsos eropeos de idetidad desde lo e Focalt caracteriza como  iterés aristocrátco" por a sangre y el liaje, hacia a preocpación brgesa" en la progeie la reprodcción y la pobació. Para este cambio ha sido clave el oncepto biológico moderno de raza" Lo qe Focalt no die, sin embargo, es qe este neo discrso sobre raza  las frmas del biopoder" qe iplca no se dio sólo al interior de las onteras de Eropa. Por el contrario, como lo ha señalao A Stoler, el pensamiento racial y evolionta moderno debe estdiarse en relación con los impeios coloniales en expansión, e Focalt, de heco 16

ucault 1 980a, pp. 1 42-1 44. Acerca d biopder, véase también Foucaut 1 991 .

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DEBORH

Pom

omite en su historia de la sexualdad y el poder político en Europa En tto instrumento de expansión perial, la "ra proporcionó el lenguaje cienfco a traés del cual se podría describir, clasifcar y subordnar a los "nativos como tipos humanos que los europeos veron como moralmente riores l propio concepto de raza, por constuir una tecnoloía dsciplnaria, proporcionó un modelo - un estímulo para la percción de aquelos dscursos dscipnarios del ser burgués, que Foucaut glosa como "sexuadad 17• Este trabajo pretende contribuir a la dscusión que el lbro de S_!(le ha ayudado a abrir acerca de Foucault, de la raza y del colonalismo. Son dos las contrbuciones que hace: la prmera se refere a la cronología, la segunda al lugar de los dscursos y las tecnoloas visuales en la constución del pensamento racial moderno En Histor  Sexuali, Foucault afrma que e recién a fnes del siglo XIX que la mirada dsciplaria burguesa se interesó en obsrr a "otros18 En sus posteriores lecturas sobre la raza y el estado normzador, sin embargo, comienza a trazar un escenario más compljo para la emergencia del dscurso racial moderno Aunque no da  "origen exacto para el iscurso racial, sí aborda las nues tecnoloías de regularzación y enumeración que han surgido entre medados y fnes del siglo  19 Stoler ha argumentado que la cronoloía eurocéntrica de Foucault debe ser reexaminada a la luz de las historias, culturas y regímenes adnstrativos coloniales, donde la "raza e perccionada como una tecnología normalizadora. En este bro abordo el problema histórico de raza y colonalsmo desde un ángulo algo deente. En particulr, anzo la raza como una tecnoloa vsual ndada en los mismos principios de eqalencia y comparación que subyacen a las tecnoloías estadísticas, los dscursos morals, y l poder regador del stado normalzador Raza es una categoa resaladza y a mnudo vacía ocupa drentes posiciones estratcas y conlea signfcaos sustancialmnt rnts n momntos histócos, scipas cintífcas, traiciones nacionals, y contextos intlctes direntes Es tanto vsu como no isual, tanto cintífca como "olar, s fja y a la z simp camiat S embargo, co o 17

Stoler 1 995. Sobre raza y clonialsmo véase también Alatas 1 977; Brema 1 990; Hbsbawm 1 987, pp 252-254; Kiernan 1 969; McClintck 1 995; y Pieterse 1992.  Fcalt 1 998 Véase también Plock 1 992. 19 Focalt 1 991 , 1 992 Stoler (1 995, p 55 94) proporcina un resmen de las confe rencias inéditas de Focat bre la raza''. Es dic recnstrir la comprensión de Fucault sobre la historia del ensamiento raci, en buena pare prqe la propia natreza de s pryec to desesma efecvamente la sibidad de dnr oígenes  crnlgías absltas Pr el contrario, Fcalt presenta lo qe Stler (1 995, p 6 1) caracteza cmo n rebote dcrsivo" en el cual n viej dscrs bre raza es recbiert, mdicad, encajad e intrducido, aj nuevas formas".

NTODUCCIÓN

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no quero sugerir que no exsta a raza en térmnos materiaes o del dscurso, en e sendo en que os conceptos dscursivos ejercen una presencia materia en a sociedad y en a historia. Por e contrario, sugerimos qe ta vez podramos egar a entender mejor a raza si se a toma como parte de economías dscursis más ampas. En este lbro me circunscribo a una de taes econo mías scursivas: a economía visua de a modernidad. A reeonar n torno a a frma como la raza está representada n esta economía visa, estoy interesada en comprender, por un ado, la reación entre los cambios que ocurrieron en os reímenes percepivos eropeos modernos y e crecinte interés de os europeos en los pueblos noeropeos y, por otro, en entender el proceso por el cua as imágenes visaes han dado frma a las percepciones europeas en torno a a raza como un hecho bioóico y material.

L PROBLEM

DFL

PCER

fn nuestra prisa por devear los azos cómplces que hay entre arte, represen

tación y poder - t vez más apropiadamente en este caso, raza y representa ción con ecuencia ovidamos que as imenes también están reacionadas nos a con el pacer de mirar. nos mirarlas, especialmente cuando e materia lar o es extraño Esto la los ftograbados, que ción cuural de a Cirtamnte, las ftoraa ejercen u manejo pecarmente poderoso en nesas imaaciones Michal Taussi ha armado qe e encanto con qe a ftoraa nos eneve, se mutipca en las imgenes de gente del mundo colonial o noeuropeo que a parecer, a a vez se asemeja y no se asmjan a nosoros Ete ator ce que es a este "espacio ópico itercuura dl poder máico, el q deberamos mirar cuan do e trata de entender nestro dseo irrsisble de contmplar a otro (Figu ra 1.2)� La aracción qe snmos hacia la iáes vial poa y bi ser versl arte d na cltad miméica qe Tasi dscri ta adeca damt Las frmas paricar en las cales exrimntamos los placr de lo vil sin mbaro, on ca  hitóicmnt pcícas Al resec vi ió a la par q l roycto to, m inta l ipo roeo  moriad a s dl silo VIII  inicios dl ilo XI Edo recint han dtacao o actos  la orna clra via roa s cíco l racolo  la Ilstració ha antado hacia la rlacó 20

Taussig 1993, p. 188.

DEBORl

28

PL

Figura 1 .2. Muje r Boliviana (1 930)

entre el racionalismo cartesiano, las teorías gráfcas de la perspecva, y las prácticas y discursos de la dominación y vigilancia que modelan las comprensiones flosófcas y culturales europeas de alteridad y "otredad21 • Este es el aspecto de la cultura visual moderna que relevamos cuando se analizan las imágenes, ya sea como instrumentos o como reejos de los proyectos ideoló gicos y discursivos del colonialismo, el imperialismo y el capitalismo. Ors críticos, si embargo, han argumetado que las rmas alterna vas de visalidad coexisten con los regímees históricamente dominates de racioalismo y perspecvismo. De particular importancia es el argumento de dice que las imágenes visuales oper an según una semió tica abierta o descodifcada22 • Este argumento sugiere que, a despecho del 21

Véase, po  ejempo, ryson  83, Crar  990, Fabian  983, ucau  973b,  979 1 980b, Keer  Gronkowski  983, Rorty 1 979, y Tag  988 A ampliar esa crica a esudio de a visión y de as ecnoogías isuaes en e mundo coonia o noeuropeo, ha sido especiamene imporane e bajo de ucaul que raa del poder de vigiancia y discipina Véase, por ejempo, Chow 9 95, Michel  988, y Shoha  99  . 22 Baes 977

INTRODUCCÓN

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perspectivismo cartesiano, el valor de una tograa o de otra imagen visua no necesariamente está igado a su capacidad de representar un reerente material paticuar.�na imagen puede adquirir innumerables interpretaciones o signifcados según os direntes códigos y reerentes que diversos observadores poen en el� Si bien as ideologías existentes sobre género y raza limitan en rma eecva el rango de interpretaciones que se aplican a un retrato tográfco, la "signifcación de esa tograa no puede controlarse en el sentido de que su imagen (signifcante) permanece vinculada a algún código o r erente si ifcado) determiado La provoctia teoría de Barthes sobre el si no visual iene implicaciones importantes para u análisis ideológico de las imágenes Así, por ejemplo, auque era posible que la tograa de una mujer india o de u paisje adino vacío se interpretara como un reejo del racismo de la dominación coloal o del impulso expasionista del capitalis mo, ingua to raa uede ser atada a u uesta ideoló ·ca. 1 combinamos las observaciones de Barthes acerca del signo visual con otras perspectivas críticas en torno al rol de a imaginación sensorial y de la tasía en la conrmación de la imaginación histórica y visual europea, es posible especular sobre l existencia de regímenes subalternos en los cuales la visión no está necesariamete viculada a los mecaismos represivos o disciplinarios de lo que Marti Jay ha deominado "pespectivismo cartesiao23  Jay ha presentado uo de los argumetos más convincetes para a existeci de múltiples "regímees visuales en la modernidad europea. Identifca dos regímenes visuales dierentes a la moda perspecvista domiante. E el pri mero, la visón es agmentada y encada en lo material o empírico. Como tl, supuestamete las preocupciones jerárquicas y espaciales e toro a la perspectva son subvertidas, cudo no auldas. Jay idenifca luego el segun do régimen alternaivo con las rmas irregulares y la estética táctil de lo barroco, en el cual "el cuerpo vuelve a desbaratar la mirada desinteresada del espectador cartesiano desencarnado24 • ¿E qué medida cion estos regímenes subalternos para oponerse o icluso para debilitar al régimen visual dominate? Para el Barthes, semiótico la aturleza uida o abierta del a las en particular a las imágees tográfcas deseo25 • Para Walter Bejam, la calidad oarrativa de las imágees visuales opera de una rma similar al abrir espacios críticos desde los cuales es posble cuestior las arrativas histórics dominates26 • Algunas críticas e " 24

25 26

J ay 1 988, p  I 5. Jay 188 p. 123 Barthes 198 J  Sobre la teoría visual de Benjamn véase Buck Morss 1 989

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DEBORI Po.E

stas ha presetado arguentos siiares on relaió a a aturaleza agetaria e ihereteete oposiionsta de los odos eeos (o  stas) de irr 27 • Faete, os antropóogos y los histoadores del arte se ha prouiado a vor de a eesidad de onsiderar las bases ulraes de deretes regees perepvos y visuales 28 • E plaer es otro oepto ruial para a oprensión de la desguadad de os reees visuales "dominantes. Las imágenes visuales nos da plaer. Esto es ierto tato para a atropóloga omo para los ampesios a quiees ela tograa. El plaer, sin embargo, niona en rmas oplejas A proporioar u exo para el juego mméco de simpaa e imitaió, la iage estiula el ábito potencialente anárqio de la antasía y la imaació. Si ebargo, e propo plaer que las imágenes nos dan está oldeado por ideologías estétias uyas historas no so ada inocentes. La lteratura el arte, la úsia, ha servido oo vehíuos para expresar y rtaleer la devoió a a aió, a "raza y el ipero. Ciertaete, oo ha arguen tado eloueteente Edward Said, es a través de los "plaeres del perio que los itereses del ipero se ipregnan más abiertamente en la iagaió y subj etividad de os indviduos 29 • En i exploraió de las imágenes del udo adino, de ua era onstate he tendo e ente el aráter omplejo e ipredeibe de este ábito de plaer. Como ualquer analsta del iagario olol puede atestigarlo, asi se podra deir que es demasiado ái asigar a todas as iágenes la tarea de reprodr deologías imperales, raiales y sexuales. El mayor desao es pensar aerca de las rmas e las ules la estéca y el "ódgo abierto de imágenes visuales quebra oasionalete e poderoso doio que el dsurso impeil tiene sobre nuestras ima gacioes. Las espeulaiones en torno al rol del plaer y a exstenia de regíme es "alternativos o "subalternos de visión plantean uesones cruciales so bre ómo situar loatores de agecia y ubiaió en nestros análsis de imágenes y visió lQuén ve las imágenes? ¿Cómo es qe tores tales omo edad, género, raza, lase y ultura aectan las diferentes reacones ante las imágene 0  heos de argumentar a vor de la natrleza oposconsta de regímenes vsles alternatvos, entonces, ¿cómo es qe esta "oposiconaldad se proyecta en diferentes grupos en el tiempo y en el espaco? Y para retornar a ms prentas orgales sobre los sstemas de valores qe onrman la 27

Véae, p ejm, Re 1986, Kee y Gtkwki 1983. Los tetos paa hace eto  más o de o que se podía ee, aunque hay d excepces a eta ega: Chw 1 995 y Gutma 1 982. Et  debe quzá a que, a abaca a teoa postcooial, a atoogía vsua també ha teido a tedeca a cetarse e a fmas vuaes eueas (véae,  jem, Lutz y C 1 993, T 19 94). 29 Sad 1993 28

NTODUCCIÓN



�

moderna economía vsual uén "asgna valor a una magen u objeto vsual? ¿Es que el "valor ha sdo estrucrado por el propo sstema dscursvo omo ocurre, por ejemplo, con el dnero o el oro en la economa captalsta? ¿O el "valor de un objeto vsual vara según la ubcacón hstórica y scal de su observado� Una de las contrbuciones más mportantes que la antropoloa puede hacer a una teora crca de la visualdad y la magen, es resaltar la dversdad de las subjetividades visuales que operan en cualquier "mundo de imágenes. Aqueos análiss que asumen alguna versón del perspecvismo cartesiano como el únco régmen vsual en la moderdad, asumen un sujeto visual un tario Desde esta perspecva las imágenes que los vajeros del siglo X y de ncos del sglo x aían de los Andes, asumen la cón dscplnaria de normalzar o lmtar el rango de scados que era posible adscrbr a los Andes y a sus pueblos. Esta e, por ejemplo, una de las princpales ncones de las ftograas racales y de las cares de vsite que eran colecconadas por europeos de las clases alta o meda Certamente, en m anss de las cares de vsite, en el capílo v, pongo énis en esta nción "represva No obstante, es necesaio reconocer que para otos observadores noeuropeos o para los personajes ndígenas de las propas ftograas, las mágenes ben podrían tener signcados derentes30•

L VSIÓN EN OS AND POST-COLONI

Las imáees visuales, escribe Giselda Poock, coresponden "al punto ses ado donde el deseo por cooce y las elaciones de poder están estradas por los más mpredecibles  jueo de cinación, curosidad, espanto, deseo y oor31 Pate del arumento de este libro es que este contrapunto entre la imanacón sensoral y el coocimento, adquó característcas particulares e el mundo de imáenes e e a tejido alededor del ecuentro adnoeopeo (iua  .). Esto es aí po dos oe La pimera impca la frmas en las cales las propia imáenes ea interpetada y valoadas en el po de economa vual qe e enerada en Europa, dede es del silo •

'º

Estoy agradecida a Gay Uton po señalame ls iesgs que conleva el amir a una pesona ingena "senc iosa, incluso en las ma neas "epesivas de la ftogaa del sio X. Recientes esdis antropológicos sobe la taa han intntado abise paso en elación a este impasse, esaltando una nción elacional de la visin Lutz y Collns ( 1 993), po ejemplo, hablan de las múliples madas entecuadas que opean en las toas de noeupeos n su análisis n otos aspectos mu diente- de la togaa colnia, Taussig (1 993, p.  86) también pne éns is en ls "impulsos que emite cada lado de la división colnial  Polock  994, p 4



DEBORl  Porn.E

Figua 1 3 Prelados en Trono Inca Sacsawaman, Cusco (1 920).

hasta icios del sigo x. La seda imica las relacioes otcas e históricas que vicula a las reúbicas adas de Ecuador, Perú  Bolivia co los ases del orte euroeo  de América del Norte, que ha domiado la roducció cultural reatia a América Latia Este eríodo podría defirse como eríodo ostcooal adio His tóricamete, comieza co as reuetas idgeas de fes del siglo XII  os oimetos de cios de siglo X or a idepedecia. Se cierra co e surgimieto de los estados moderos e as rimeras décadas del sigo x • El período coicide co la rmació  maduració de la moderidad europea Este mometo estuo siado or la Iustració, el discurso acioalsta modero,  la uea rma de oder estata que Foucaut ha deomado "biooder Sin embargo, las corrietes que determia lo que sería la "mo derdad, o lue sólo e ua direcció Por el cotrario, os proios se timietos, rácticas y iscursos coocidos como moderdad euroea estu iero cor mados e gra medda por el cos tate ujo de ideas, imágees  ersoas etre los mudos europeo  oeuroeo, e este caso, ado E la misma medida que los cetros  erierias de la ecooma caitasta gobal que subace a la moderdad esiero vinculados a u costate ujo de biees, caital  ersoas, las iterpretacioes - culturas diergetes sobre la moderdad que surero e dieretes partes del mudo ero eóme XVII

32

Sobre histoas Jd peodo véase, entre otros, Burga y Flores Galindo 1987, Flores Gaindo 1 977, Gootenber 989 Lrn 1 988, McEroy 1 985,M on 983,  Wker 1 992.

INTODUCCÓN

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nos vuldos y dependentes. As, lo que do frm l modo dote de est iteronexón eron l iruón o el iterbo, y no l dependen,. Cronológmente, este bro se prt de otros trbos sobre los des en los ules se h tendo  nzr ls uestones de representión y enuentro ulrl s exlusvmente reeridos  los prmeros sglos del domino olonl espñoP3• Es ltertur expl ls raes de todo, desde l ultr ngen ndn hst la violeni po y el rism moderno, en térmnos de ls otomís étns y ulturles generds  prr de l experien olonl espñol. M itenión es ontribuir  un omprensón histór, onfrmd de un maner más ra, sobre las mners omo los modernos sursos visuales y estétos han dado frm  los imgnrios europeos y ndnos sobre el "mundo ndno. Ene los muy versos oneptos, losos y dsursos que hn nter venido en l onfrmón del moderno mundo de iágenes ndno, la no ón de rza sobresale, debdo tnto  su persisten omo  su unversdad Todos los europeos y norteamerinos que han viaado  Amér del Sur treron on ellos la ide de que existe algna no siempre bien deida lnea dvisori "rcial entre ss propias lras, historias, relgiones y cuer pos, y los pueblos andnos qe se proponen lr. A nterior de las propias repúblas nnas, las noiones sobre la derencia, basadas en apariencia si  ultura y color de la piel, hn ugdo un rol dominante en la escturaión de ls identdades soiales y de los sistemas poticoeonómos, por lo me nos desde la época de l onquist. Durnte el período olonal, l principal ivsión e quella que separb  los "indos de los españoles y tmién de los "riollos que se idencan ultural y étcmente co los europeos. La myor prte de antropólogos e historiadores a señalado que esta dvsión colol es la ente de las reliones raiales y étnas ontemporáneas34  En este esquema, se enende qe "raza es, por un lado, una relidad empír bsd en el heo stórico de qe el mndo nno ln vez estvo y pr lgnos stas todavía está onfrmado por dos grupos genécos y ultrales separados y, por otro, na trdción uturl en cuyo urso la com prensión de los peos sore todo queo qe proviene de la istoria hacia su propia subjetividad está asado en el dscurso "oloni de l desigaldad A anzar la istoria de la raz como un dscurso vsal, este lro propone una genealogí erente de rz en el mundo nno. En lugr de

33 Ver, por ejemp Adoo 1986

y

1991, Cummns 1988, MacCoack 1991, Stern

1982 y U rton 1 990.  Sobre los orgene coonaes de as ideogías raciaes dinas véase, entre otros Manque 1993, Rvera Cusicanqui 1 993, y Ste 1 982. Sobre as races de discurso racia andino de sigo X, véae Cargs 1 993, Patt 1 984 y Pooe 1990 y 1994 · 

34

DEBORl  Por.

pregntar por qé las dvisiones raiaes persisten en el mndo moderno -na pregunta imposible de responder si nos entramos solamente en os orgenes de la ideología raial este bro más bien se prenta, ómo es qe han llega do a pareer tn natrales aqellas aldades visles parares qe el ds rso raial moderno ha asignado a la "raza. Otras explaiones en torno a la raza omenzan on el spesto de qe el pensamiento raial moderno raism apareió ando los eropeos omenzaron a estableer defniones o onteras ada vez más preisas a las derenias observadas en las poblaio nes hmnas35• En estos trabajos, se ve qe la ienia raia moderna on ss mhas generalzaiones lsas y gresas ha estado motivada por n implso general haia u mayor realsmo. En oposiión a esta narrativa realsta, me prento ómo es qe la "raza egó a ser siqera vista. Esta pregnta podría ser rmlada on rela ión a alqier parte del mndo donde la msión olonzadora de las naio nes eropeas ha sido sanfada por los ontroles poltios y eonómos Sin embargo, lo qe es parlarmente iteresante sobre el ontexto andno es qe, a derenia de Á ia, donde los estereotipos e imágenes visales eron laramente insrtos en la onienia arsa y visal eropea, Améra pso ente a os viajeros y ienfos del norte eropeo n terreno relativamente inexplorado36 . Teórios de inios del siglo XIII omo Blmenbah, Georges Cvier y Johann Gottied von Herder, por ejemplo, se negaron a rmar opinones sobre la lasifaión "rai de los amerianos, afrmando qe en ese entones se onocía m poo sobre as fsiognomías, biología y tra de los amerianos37• De esta manera, a apertra de las ex olonias de España en Améria del Sr en las déadas de 1820 y 1830 a los ientífos y viajeros del norte eropeo, oincidó on dos momentos riales para la ndaión de la modernidad eropea: la revolión en las tenoloas vsales y de ob servaión qe aomañaron a lo qe Foalt, Crary y otros han identifado omo el srmiento del "observador moderno, y la aparición de n nevo dsrso sobre la dierenia rail enarnada, apoado por las nevas discipl nas de la biología y la anatomía omparada Los sientes apítlos trazan el srgimiento de n lengaje raial ela borado paa las realdades de los Andes El capítlo   onsdera la asenia general de n lengaje visal para desribir a las personas sdamericanas en la Frania del siglo XVII. Aqí estoy partilarmente teresada en indagar por qé on tanta ecenia los cerpos de las mjeres pareen consir la p 5

Véae, o ejemp, Bantn 1 987. Cohe n 1 980 ofec e una hstora detaada de os enguajes aca, esté co y vua a tavés de os cuaes, a aece, e dcuo poco y cutua fancés ha ado a os acans. 7 Estos teóicos acal se estudan en e capít 1   . 36

INTRODUCCÓN

35

mera instancia para teorizar la dierencia" y poco después l a raza" como un problema visual en las representacioes de los peruanos a fnes del siglo XVII e inicios del siglo XIX El capítulo m analiza el surgimiento de la rma de descripción fsiognómica o tipológica sustacialmente dierete que caracterizó las prouestas de inicios del siglo XI ara el estudio de América del Sur. Pone la mirada con cierto detalle en el trabaj de tres europeos que inuyeo en la conrmació de ua cierta iage de ls Ades para las turas gene racines de intelectuales eurpos y latioamericaos: Comte du Buon, Aleader vo Humbldt y Alcides d'Orbiy. El capítulo I regresa a la cuestión de énero, para tomar en considera ció las imágenes de mujeres peruaas que crearo ds artistas europeos de principis del siglo XI: Léoce Arand y Johan Moritz Rugendas. Sugiero que durante las primeras décadas de la idepedecia latnoamericana las mu jeres proporcionaron un vehículo a través del cual los artistas y viajeros europeos comenzaron a trazar los tipos raciales" distintivos que darían rma a todos los maginarios europeos del uro · sbre las repúblicas andinas, sus economías y sus pueblos. El cap1tu0  aaliza cómo e que estos tipos racia les operaron en las tograas de las cares de vsite que dominaron las coleccio nes tográfcas europeas en la segunda mitad del siglo XX. Al analizar la cares de vsite andinas veo a la tograa y la raza como tecnologas visuales relacio nadas ente s, en las cuales converge los placeres sensoriales de la acumula ción y el lenguaje estadístico de la equivalencia. Los capítulos restantes analizan cómo e que las polícas visuales de raza eron reelaboradas por itelectuales y tógras peruanos de fnes del siglo XX e inicios del siglo xx. Allí estoy interesada en analizar los proyectos raciales y nacionales desarrollados por intelectuales sudamericanos como rmas de contestación que estuvieron ítimamente vinculadas con la economía visual europea, e incluso eron dependietes de ésta. E el capítulo V analizo la elaboración estética de raza y género en el dscurso nacional peruano a través de un análisis del trabajo de Manuel Ataasi Fuetes, u prminente intelectual limeño. El capítulo VI aaliza las tgraas y la floso a indigensta de Juan Manuel Figueroa Azar. Como otros artistas andos de su tiempo, este artista residente en Cusco utilizó la tograa como un medio para inven tar nuevas identidades raciales y culturales, aunque rechazaba el concepto eu ropeo dominante que asumía a la tograa como una tecnología realista o documental. Finalmente, en el caítulo  I I I cocluyo con alguas relexiones sobre el rol que ha jugado la tograa y en partcular el retrato tográfco e la consolidación del discurso racial modern.

APÍTW

11

L ÜPERTCA INCA [A los Incas] sólo les falta nuestros vicios para se toente igues a los euopeos. Voltair 17 36'

En 745 Chaes Maie de La Condaine, membo de a Rea Acadeia Fancesa de Ciencias, pubicó un eato de vaje que ecientemente había cuinado, desde Ecuado hasta Guyana. Dividió en dos pates su Retion abrée o "Reato abevado de a jonada2 • En as pmeas 26 pánas descbe a oa, una, geoogía y pobados que había obsevado ientas estuvo en Améca de Su. Esta pate de bo también menciona a las ivesas "naciones indias que e académico cés había encontado a o ago de as ibeas de onas y sus auentes. En a segunda pate de a Relaon, La Condane epoduce una cata de cuaentcinco págas a "Madame ***, en a cua ?escibe e asesinato de un ciujano ancés amado Seniegues y su popios intentos po obtene justicia de los tibunaes coloniaes del Peú En la edción de 745 a cata, que no se menciona en a potada de bo, fa pate inteal de la Relation. La potada de la segunda edción pubicada en 778, sin embago, pomociona a cata como anexo, con el subtuo de "Un ecuento de a sublevación popula en Cuenca, Peú3  La segunda edción también incluye una cata inédita, escita po Monsieu Godin des Odonas, un matemático que acompañó a La Condamne a Améica de Su. En la cata, Go descibe os pegos que su esposa vo que enenta cuando viajó ente Cuenca y Manaos paa dale el encuento La edición de 1745 conene asimsmo un mapa plegable del Aazo nas y sus auentes La edición de 1778 incluye, además del mapa que sive como ontispicio, oto fo pegable ente a a pimea página del pecio del bo. Esta láma muesta una escena de desoden donde hay hombes amados, un gupo de cuas, y muchos espectadoes sentados en una tibuna alededo de una plaza central (igua 2.1 )  Dos eyendas numeadas apaecen Voltaie: Lttre s1r Alzi, mayo de 1 736; citada en Baun 1 989, p. 1 2 La Condamne 1745 L Condamine 1 778. En la época de la visita de L Condamine, Cuenca -ue hoy es parte de Ecuado- petenecía  Vieinato del Pe [3 7

38

DEBORAI 1 PoL

Figur 2. 1  Incidente en Cuenca (1 8)

en las esqinas ieriores del gabado La de la izqierda identfca a vaios de los hombes por su nombre; la de la decha incluye os nombres de las ige sias y montañas que sirven paa ubicar la escena en la pate andina del viaje de La Condamine Sin embaro, como dispositvos visuals, estas dos listas te nen algo más qu nombes Vistas en conjunto, miten la lámna a dos convenciones iconoráfcas cuiosamente simlares y, paa los lectores contem poráneos del lbr, iualmnt miliaes La primea convenció es el uso de lyendas numeradas qe l os geólogos y los geógas cién comenzaban a inclui en sus mapas4• La segunda está constituida or as intua eliiosas a tavés d las cuales durante silos los atstas europeos habían narado histo rias de martrio y santdad El subtítulo puesto xactamente dbajo de los recadros ue que ambas convecioes pdn  apopiadas paa inter preta el gabado. Dice así: Vist de un  pz preprd pr un o rid de Toros, en  Vil de C uenc, Perú, donde el señor Senierues, irujno y Antoist nombrdo r cmñar  s Señores de  cdemi de iencis enidos a Ecudor pr medir  Tierr, fe trssdo por vis herids mortes e 29 de gosto de 1 73, en un m otín pulr inci tdo contr é y cont os cdécos Rudwck 1 9 7 6 .

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A prmera vsta, el grabado de La Condamie parecera ser un ejemplo más ben común del tpo de sensaconsmo que para entonces se podría esperar de las represenacones de los europeos sobre el mundo no europeo. Como nos enteramos en una carta que descrbe el acontecmento, Seergues e asesado como resutado de una disputa personal que volucró a una mujer que alguna vez había estado comprometida con el hjo de Acalde de Cuenca5 • Si embargo, el grabado engaña a lector ue probablemente todavía no ha leído la carta a Madame *** con la ustración sin explcaiones qu muestra a personajes españoles colonales asesnando a un respetabe rujano ancés. Parecera que los cenfcos europeos huberan sdo las vícmas des gracadas de una horda bárbara; una sangrenta corrida de toros en e Pe s pone en contraste con a misón secuar de os cienfcos anceses y los prsonajes hspanoamecnos son presentados como herentemente ingoberles. Es posble que, parcuarmente para los lectores de la edicón de 1778  en cuya carátula se adverte que el lbro mosará detes de u "levntamento popu la e grabado también les hubese aído a la mente la reelta de os nortamecnos contra el domio brtánico ocurrida sólo dos años antes, y as mplicancias de esa revoucón para el tro poco de Frcia. A primera vsa, la ámna de La Condame parecera corresponder claramente al proceso general de aprehensón y preconcepción a través del cual, al parecer, los europeos sempre han vso a los mundos noeuropeo y colonial. S embargo, ¿qué es eactamente lo que queremos decr cuando hablamos de ta proceso o proyectde apropación y representacón? ¿Signif ca que los europeos sempre han sudo de una predisposcón cutural o voluntad polca de "mlrepresentar y dismuir a "el otr? ¿Es sufciente decr que una magen europea como la lámna de La Condamine representa como "bárbaros a quienes no son europeos? ¿Es sufcente explcar las representacones en térmnos de su udad ideológca para el colonismo, el captalsmo o, en el caso de la láma de La Condamne, del nterés de Franca en las colonias españolas en Amérca? La lógca - nenconaidad cultural que anma la produccón y consumo de representacones vsuales como esta, ¿es homóloga a la de la exploacón? ¿O necestamos pensar de una rma dierente para teorzar sobre la relacón enre las máenes vsules y el poder? Una rma de responder a esas preguntas es consderar cómo es que esta lámna difere de nuestras expectatvas onrmadas de un modo críco propo del sglo x en relacón con las representacones europeas de aquelos que no son europeos. Aquí enen a la mene, de nmediao, dos observaco Según L Condamine, la disputa comenzó cudo Seniergues fe a a casa de la mujer a cuidar a padre epilépico de lla. Entnces e hij del alcade, que estaba de novio cn a joven, l acusó de haber seducido a su novia.

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ne. L primera e que lo "otro reatado en eta lámia parular, realmente no  e ven muy derente a u vtima europea Su ropa e eenialmente idéna y no hay ningún éni parular en u aparieia ia. iertamente, parte de la importania de la leyenda e que perite al oervador ierr uále de lo atore on europeo y cuále on ameriano. La egunda oervaión ene que haer on el hecho de que el graado de La ondaine muetra un área del mundo que anteriormente haía oupado u lugar marnal en el imanario oial, políio y visual de lo letore predomnantemente aneses del lbro. ¿Qué signfaba para los lectore ancese de la Relon mirar esa láa? ¿Le importaba que Seergue huiera ido aeinado en lo Ade, a derenia de, por ejemplo, Á ia o Méxo?, ¿Por qué en u úna lámna La Condame privileó este evento trágo y no u propia atividade ienfcas o gún otro "alvaje más exótio?6 En ete apítulo exploro alnos de los temas que e neceario oniderar para reponder a esas preunta ore las ágene viuale en general, y obre la imagen anda ohoentita de La ondamie en parcular. Tomo en onideraión ómo lo debate de eso tempos aera de la naión, el uerpo, y la perepión ensorial anaban la uriosidad natural sobre "el otro que los europeo han ompardo on muha otra ulras alrededor del mundo y a travé del tiempo. Tamién anazo la dvera expectativa y deeo que lo inteleale ancese proyetaban haia lo Ande o "Pérou. Sugiero que una ontelaión identifale de idea, atude, impreione y onoiiento ore lo de y Perú tomó rma en Francia preisente durte aquello año que tranurrieron entre el viaje iniial de La ondamie (1735) y la egunda edión de u Reltion (1778). En ete perodo, aluno de lo priipale inteletuale de Francia dirieron revemente u atenión a lo Ande y a lo ina. El reultado e un pequeño grupo de ora de teao, ópera y novela en la uale peronaje inas protagonizaban dvero debate en torno a la tolerania, el gobierno y el sujeto enorial. Eta obra er produto tanto de un interé epeífo en la trageda de la onquita de lo inas, omo de un momento en el ual la "drenia o evaa una relaión onceptual on el uerpo, que era utanialmente derente de aquea que e rmó depué del dearrollo de la iencias biológia en el iglo X. Haia fne de ete período, do aonteimiento la dependenia de América Lana y el urgimiento de la ienia moderna de la bioloía y la anatomía omparativa tranrmaron la rma en la uale lo europeo periían y repre Debido a los altos costos, en esos emos era raro que los brs pubcados icluyeran más de una iustración, que se insertaba en las primeras pánas del bro Esta tación otoó un sigifcad extordnario a la iustración com "resumen visual del bro (udwck 1 976 p  54).

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setaa a os Ias y a o tros pueos oeuropeos. Po r tto, e este pto sitúo as represetaioes aesas e sigo XIII sore e Perú, os ias, y sus "vígees e so e e otexto e os eates e esa poa soe a perepió, a toeraia y e uerpo sesoria. Más aeate, e e apítuo m, rijo a raa a aueas teorías e  a aaeza y a visió ue preguraro u moero isurso visual sore os pos raiaes y aioaes

E CIUDADANO SENSIBLE Nuestra historia omeza e 1735 y o ua sputa e te aioasta entre os seores e iefo rtáco Isaa Newto y aqueos e savant (saio) as Jean Domiue assi. Mieas assii había proosao que el muo ea aargao, la teoría e a gravea e Newto sugería ue a terra era más ie ahataa por os polos. E u iteto e resove esta espiosa uesó, a Rea Aaemia e ieias e Faa aoró evar ae ate ua expeiió ue tuvera a su argo mer a oni e a líea eua tora uao os aamios busaa e sus mapas e ugar pereto, sus ojos ero a ar amete a sur e a Amria hispaa. A, erca e Quito, estaba e lugar ue oeía varias ventajas: haía so pobao por europeos por asi osietos años Aemás, teía  ima apio, oe e enrae meto e are propio e as montañas supuestamete itaría as meicio nes astonómas a través e las uaes se resovería amente a isputa Newtoass Se otuvo permiso e la oroa española y, el 16 e mayo e 1735, a expeiió encabezada por harles Marie e La onamne evó clas el puerto La Rochee. Aompañab a La Coame os matemáos Lous Go es Oonas y Perre Boue, y el naturasta Joseph e ussieu, uyas oleiones enrqueerían más tare e amoso Jar u Roi e París (vase e apíto m). Pa asegurar ue los eos aceses no re ueran oo tpo de "inrmaón, Jorge Ju y Antoo e Uoa parero con eos como represetantes de a orona e España7 • Las fcultaes omenzaron para la expeón as meatamente espués de su arrbo  Nuevo Mundo. Las azarosas concoes e vaje y os tozuos uróratas se colueron para entorpecer e progeso de grupo. Luego e as oe meses de paecmentos a travs e jungas y manglares, os acaémicos almete egaro a Qto onde escurieron ue había egao s ero. Entoces, para haer ectivas sus órenes e pago, La onde tuvo ue emprene ua jornaa acioal e ino meses haa

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-Juan y Uloa 1 748.

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ma, la capital de virreinato. Fnalente, en la ascua de Resurrección de 1738, es años después de su parda de Francia, los memros de la expedición legaron a as aderas del volcán Cotopaxi. Astaron sus istrumentos, eron a dormir, y cudo despertaron omo les sucedea a muchos oos ajeros en os siientes siglos los as idígenas, os cocineros y los cargadores haían desaparecido senciosamente. entras elos puna por halar nueva ada, de arís legaron nocias de que otra expedición, montada poco después de la partida de La Condamne, ya había regresado con las meddas que confrmaan a teoría de Newon. Ya no haía nna urgencia de medr la línea ecuatorial, y la otrora celebrada msión se encontró aando nada y olvidada en os andes ecuatoriales. A su retorno a París, unos ez años más tarde, el propio La Condamne e olgado a conesar que "la cuesón de a rma de a erra era asunto concludo8  Con la Reton abrgée, él esperaa resucitar su posición cienfca a partir del relato del viaje de exploración que e el ogro más iportante de su expeción9  Sin emargo,  Relaton hzo algo más que simplemente rerzar la posición d s autor en la Real Academa Frcesa. Desde que e conceida en 1735, la "Misión La Condame haía constudo na notcia de priera pana para el creciente púlco lector de Francia. Esto era en parte porque, como una msión de importancia cienfca sin precedentes, a expedción zo revir los senmentos protonacionalstas de lectores que pertenecían a una urguesía relativamente nueva y educada 10 • Como lo señala el propio La Condamne en el precio a la prmera edción: Nadie ignora que hace dez años varios astrónomos de la Academa eron enviados, por orden del Rey,  Ecuador y  Círculo Polar, para medir los meridianos terreses, mentras oos académicos asumeron las msmas tareas en Francia. Bajo otro renado, todos aquellos iajes con el equipo y el número de observadores que requerían, sólo hubieran poido ser el futo de una larga p Pero bajo el reinado de Luis x, eron concebidos y evados adelante exitosamente durante el curso de dos sangrientas guerras; y mientras los ejércitos del Rey volaban de uno a otro conn de Eurp para ayudar a sus Aados, sus matemácos recorrían la supercie de la Tierra  Condamne 1 7 5 1 , p v . Tambén publcó un lago ecuento oca  de a expedcón, dgido haca un públco má estingido (La Condamne 1 75 1) . 10 Sobe el pacto de la món de La Condne en Fanc véase Boc 1 969, pp 1 741 77; Boc 1 974, p 3841  Conlon 1 967; Duvios 1 978, pp. 2021 ; Macea 1 976, pp 51 57; y Mecer 1 969. A lo lago de este lbo ulzo el témno bugués" pa efeime a a macón cltl que sugió juntamente con a buuesía ancesa peo que, como dscuso de dsc ón no se lmta a esa clase En e capío v vevo a tata de la buguesía de sgo X como cae y cl nternaconal Sobe a pobemáca dencón de case de la buguesía peevouconaia y sus aacones cules con a atocraca, véae Hbsbawm 1 990, pp 78,  Tocquevle 1 967, pp 1 531 58

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y abajaban bajo las Zonas Tórrida y Glacial en pro del progreso de las Ciencias y el

benefcio mutuo de las Naciones.1 1

La Cndne uliza un lenaje sar cuando explica su decisión de publicar su relato sobre el asesinato de Senierues como a oblgación "para deender e honor y los tereses de mi Sobero, a Nación y a Academia12• De esta manera, la Misión La Condamine y sus posteriores publicaciones apelabn a una deterada comprensión del interés y la idendad nacional. Sin embargo, elo no quiere decir que el siifcado de la misión estuviera limitado, en modo lguno, al ámbito ideológco del nacionalismo De hecho, la misión La Condamine anció en algunas décadas el surgmiento del dscurso y sentimient< moderno de nacionalismo13 • Por lo tanto, debemos entender que esta expedición se constituyó en parte rmadora de o que pareciera n reospectiv la arena discursiva más mbigua de la Europa de mediados del siglo XIII. Para nuestros propósitos, podemos pensar en a ambigüedad - para decirlo mejor, en la parcularidad de esta arena discursiva en nción de dos acontecimientos En primer lugar podemos ver este período como un momento en el cua as comprensiones europeas del sujeto - el ser social estaban cambiando lentamente de un énsis ierentemente histórico en la descendencia y ogen, hacia una elaboración moderna del sujeto político encarnado. Como lo describe Foucaut, esta transición implcaba e traslado de "una preocupación por la geneloa hacia "una preocupación por la herencia1 4 • La clase más claramente asociada con el discurso genelóco era la aristocra cia, cuyos miembros deendían su prvego como una rma de disnción de casta basada en la sangre Y la clase más claramente asociada con el discurso psicológco y sexual era la burguesía: la misma clase que exorablemente y vctoriosamente dendería el proyecto moderno de nación. Su concepción de nación divergía de los viejos signifcados precisamente en el ismo sendo que Foucault ha descrito en relación al dscurso cambiante de la subjetividad social Mientras el viejo y arstocrático concepto de nación se centra en el lugar de origen y ascendencia, el concepto moderno de nación se refere a una mutualidad de idioma, territorio, comundad  cutura15 • En suma, se refere a 11

L Condamine 1 778, pp. i-ii. 12 L Condamine 1 778, p 257 1 3 Hobsbawm (1 990b) sitúa los orígenes del senmento nacionalsta moderno en el peodo inmedatamente posteor a la Revolución Fancesa. Anderson ( 1 99 1) explora los oríge nes noeuropeos del scurso nacionalsta Sobre el nacionasmo fancés del siglo X, veáse Gdet 1 972; Noiel 1 988, 1 992; Tocqueville 1 967;  Todorov 1 994 14 Foucault 1 980a, p 1 24 Véase también Noiel 1 992,  8 15 Hobsbawm 1 990b, p 1 4 1 7 Sobe nación  comundad, véase Andeson 1 991  Chattejee 1 993

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send de unidad ue ea ae ud n sini n e net de ain ue suyae en as as denas de eeii de de e idendad naina Un send deate de esa a, ue es de eevania aa nuesa teetain de a ána de L ndae, está eainad n a ase anata  fsiga de a eein sensa Duante s miss añs en ue La ndamne eaz su viae, s ripaes y más aaente eíds ós s y ienfs aneses estaan deaend en tn a la siidad de uia e lugar dnde las eeines sensrales entan en n tat n a materialidad fsilógia del uer Se ensaa ue este ug, nid m sensorum commune, rmaa parte de sistema nevis, e ua haía sid jet de nuevas elaaines teras 16 • m ta, se deenia a adalmente de a gándula ieal ue según la sugeenia de Desate ea el ugar de enuentr ntre la sensaión y la eain. A vuase n e sistema nervis enta, e nuev nept de sensorum commune uesnaa n só la gándua ie de Desates sin tda a searaión artesia ue esta eueña y a vees ausente glándua haía ayudad a mtener ente s ues y as mentes de s eures. En su ugar, a sensorum commune y e sistema nevis trnarn rrsas las líneas nteizas atesianas entre e uer y a mente; asimism, vncuó ams a u mund extern de sensaines a travs de  mdel más  mens meáni de eaines sias. Pr ser a ntea  aa uzar una voa más mdern, a interse entre el dvidu, e ue, y e mund extern, la sensorum commune era "e ugar en e ua s jets externs transmiten sus primes senments internos de els isms, y en e ua se determina la voluntad17 • En las paras del rini prponente de la nueva ienia de atomía mparada, Gerges uvie, la sensorum commune era nada mens que "el asentamento del alma18  Más tarde vlveré sbre la sensorum commune y su lugar en el ami eistém ue Fuaut y otrs han uicado en s rígenes de la modernidad europea. Per antes reeamnems lo que el proyet parcuar de La Condane ns dce sore la relación de ls Andes y el mund noeuropeo en general con ests demas del siglo XIII en relacón cn el uerp, la nacón y la perepción. La Condamne nos dce que él defne a "la Nación a través de tres agentes: el soero, sus ejércitos y la academia. Por onstuir el centro, el rey era quien defa la nación. Sus ejércitos combaan en las guerras que eron 

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Fglo 1 97 5 Sobre las teoas afes del slo xvm en torno a la percepcón, véase Cr 1990, pp25-66 17 Fgo 1 975, p. 18 1  18 Cuvier, ctado en Fgo  975, p 1 84 Sobre Cuver, véase el capítlo    .

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 oign d a onmain d Estado y a nain d a Fia modna. Finmnt, os aadémos, a igua u os jéitos d y, an naiona s n vitud d su ain on una instuin paua uya autoidad a, a su vz, a dfida po   E onoiminto u os poduían svía a y y, po impiain, a a nain u  y dfnía. Sin mbao, ta onoi nto y os aadémos u o podu�ían también staban íntiamnt ga dos a un poyto y a un ttoio u s xtna muho más alá d Fania y su aistoaia. A viaja, obsva y dsibi una pat stant d globo, a Condamin y sus ogas aadémios staban vando a abo un ato d consuccón de a nain ompaab on aulos azados po os j éi tos d y. D sta mana  aadéo o info a un psntant d una nan y un y, y un mdo a tavés de ua os tss  idntdad- d a nan y  ey podían xtnds mdant as aions d pib, dsi bi y studa l mundo En otas paabas, os aadémos popoonaban una sp d nts o sensorum commune nt, po un ado, a Cienia a a qu dbemos onsida, omo o hacía a Condamin, a mnt o ama d a nacn y po oto,  Rey y  publo qu han mado  upo o upos d a Naión n sus sntdos lásio y modno, sptivamnt. Esta ectua cha una uz dnt y más matzada n tono a la dei sin de a Condamn d pra l ncdent Snigus omo la únca ustain n su txto intífo. Co u s pued asgua u n a xpd in La Condamn  sus postos pubcacions, n su moso onsp io, tuvieon omo objtvo a descipón - muho mnos a (mal) ep sntan- de os habtants d Euado Este po d msin psntaona, u s anazaá n  sente apítulo, tendría qu aguada po  pnsa mnto asfcatoro  naional), ndamntalment eente, qu caacte zaía a a enia de sgo X. D sta manea, cee u ste grabado pau a s un ato d os puanos "bábaos, de alguna mana staría quvo ado po o menos n  siglo. Po  ontaro, sugieo u  intés d a Condamin y de sus ectos- n  esándao Senies tenía ue hac on a ma pacament smbólca o gáfca n la cual éste evelaba una ioación a ol pasivo  nope de iujano ancés n tanto obseva do de mundo E horo y sinación que os lectos anses contempo ános deben habe sendo ante es aontcimento y su pesentacón, t nía ue ve on  spetáuo d un mundo uya ma matia, La Condamn supustament medría u hac contacto so stho, u yndo a mut, con uepos ue an muy paedos a s popos cuepos. Esta identdad snsoia o nstintiva on os apemos matiaes en qu s eon os aadémos s vio aumentada -s no posibtada po  sntdo d omundad nacona, n es entoncs n macin, al cua La Condamin e su Relation.

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S marg, tamién  si a causa d dat racinad cn a rcción y a anata. E ataqu a s académics y  assiat d Snirs rrsntaa  rvés más dramác iagnal ara  asiv sujt cartsian cuya mnt y snds harían d rmancr sarads d mud matra d curs, muert y sx. Y a causa d qu l acntcint currió n un ugar qu ra tan dirnt y rativamnt dscncid, dramazó c mnt a mdida n a cua  cncimint - n términs d a sensoum commune, a ria rcción dndía d st "unt de cntact ntr  cur d a nación rrsntad r l cur dl académic y  mund xtrn, qu n est cas ra  mund nure. Cirtamnt, cm vrms, n ls Ads la cuestión del cntact snsria  iclus sxual en l ciudadan ancés y  "tr andin tuv a irtancia dscant ara s ósfs ancess de sig II.

STDO A LOS NC

Pr suuest, a cntmación d a rlación d Francia cn  mud n ur n ra nuva. A  larg d s sigs II y II, s inteectuaes ancss haían dad n trn a a ración ntr as cstumres ára ras d ls savajs, y as eyes, tica y cstumrs qu s intntaan refr  mar n la Eura "civizada. Durant as rmras décadas d sigl III, vvrn sus js a as cuturas imras de Ornt, n úsquda de insi ración  idas19• Las Cartas Persas d Mntesquiu (172)  una d las más ars d estas ras temranas. Prsentaa un cmentari críc a la cutura y ca de Eurpa, vista a través d s js de un viajer ctci caractrzad cm un nle ersa. Otrs autrs dl sigl XVII entre es Russau rsucitarn anterires escrits anceses sre s Tupinamá para idar las ncines d cntrat y naturaleza a través de as cuales cricaan al giern, la reigón y las cstumres d Eurpa20• D i manera, obras de tea cm L'equin sauvage (1 721), L Noveau monde (1 722), y L Sauvagasse (1732) seduj ern al úic ancés cn recreaccines de s Hurón y Mhawk nrteamericans; tras, cm Monézume (1702), reata a las aristocracias de América Centra Cn la ulicidad que rdeó a la expdición de La Cndan, la Améica anina se añadió a Bras, América de Norte y el Orinte cm una nueva zna ara la specación sóca e histórca de ls 19

En relación a discusiones importantes sobre la s cciones orientalstas de l si XVII, véase Kernan 196; Mannsaker 1990; Martn 1906; Netton 1990; y Pucci 1990. Sobre el Oentasmo como frmación discrsia y política, véase Said 1 979 20 Rousseau, a su ez, se basó en los relatos del sio xvt sbre los Tuinambá de De Ler (1 990  1 578) y Mntagne (1 892 1 580])

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css. Citant, po  bv podo qu tanscuó nt  vaj d L Conda y a sgunda dición d a Retion abrée,  Pú, y spcant os Incas, s convon n o qu podía dscbs coo una oda no d Pas. L sión L Condan puso a Pe  ant a atnción d un pco ancés ucho ás apo, aun cuando no   p ancés qu vajó a os Ands pus, a o ago d siglo xvm, contabandistas y iustos ancess navgaon po a costa d Pacífco d Aéca d Su. Sus atos u an ídos ávdant coo atos d avntuas don aguna inación so os putos y ciudads costas de P. Si bago, uy pocos d stos viajos s intnaon a adno. Y nguno gó a as ons andnas d viato d P21 • Duant los pos años de sigo XIII, la Coona spañola pó qu uchos naastas ancss vajaan y saan n sus coonias sudacanas. Los ás uyntes d stos pos atos d vaj on os dl Pad Louis Fué,  igno Aadus Fzi, y  ciujano Bach. Fué viajó a Aéca d Su n 1708 coo cosponsal d a Ral Acada Fncsa d Ciencias. Su objtivo a "hac as obsvacions ncsaas paa a sdad d a Navgación22  Su Journal  Pqsical Mathemal and Botanical Observaons, n ts volns, popocionaba atos d Vapaaíso, Bunos Aes, Lia y Aca, descipcions d costubs, vstnta dígna y 1 3 1 apas y ánas d spcíns botáncos, iios, anias y onsuos qu supuestante ncontó n su vaj n Bunos s y Lia. Fzi sió stchaent os pasos d Fuié y páccant po a isa uta. No obstant, a igua que Feué, Fz nunca se aventuó a i a into d Pe; su eato d viaje d 1 7 1 6 popocionaba dscrpcons dtaadas d las econoías, cutuas, ciudades y paisajs de a egión anna. S sabe que sus nueosos gabados estuvieon ente las entes ás ipotantes a las cuales acudían os itelecales de siglo XIII ávidos d iágns vsuales de os pueblos andnos. A igual que las lámias de Feué, stos gabados se cntaban principalente en los detes del vesdo y a cultua atei a tavés de los cuaes sus ectoes anceses del siglo xv habrían d pecibi as onteas de la dieencia cultual y "acial Los amosos dbujos 21

Mentras diversos países europeos copetían por acceder a los ercados coloniales de España, que eran cudadosamente resguardado, los anceses deostron se r parcular ente tnaces coo contrabanditas.  candad de barcos anceses que coercian en estos ares es extraordinaria" se quejaba la Audiencia de Lia en 1 08 Indan con aenazas a todo aquel que quera ipedir la decara de sus ercancías; desebarc u cara con la ea de la aras y frjan la libertad de u coercio con la erza o la violencia". Archive Naional de la Mane : B , p 25 1 ; citado en Dahlgren 1 909, pp 49649  Feuiée 114; citado pr Duviols 1978, p 149

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,    lw . >  x 1

Figra 22 Incas (1716)

u izo Frzir  icas  ciolos pruanos, por jmpo prstaban una atn ción consirab a os ts e vstio  tocao (Figura 2.2) Pro s nuso punto  vista, curiosament, as imágns rvan poco interés n rgisar las caractrísticas sicas o nopicas qu para os uropos  sigo  rnciaba a uropos y pruanos. Sus mosas scripcions  la cutura rión  stao civl  os  crioos pruanos revan una miraa simar para as caractríscas  vsmnta, rón, alimntación  cosm brs. Dspués  too,  ustament a través  stos rasgos  práccas qu la aristoracia ancesa había laborao sus propios cógos  istinción "ra cia. En ninn ugar, sin embargo, l txto  Frzir s rfer a los rasgos sicos a través e os cuas los vajros ancss  siglo X construirían sus "scipcions  crioos, inios  "blancos. Por el contraio, sus rlatos sobre la cutura  rma  vida ingnas stán irigios caramnt a nunciar al gobierno spaño  a incapacia  ést para expotar a cabaia os rcursos minras el Pe3 • En 1 720 oto viaro ancés, e ciruano Bachr, pubcó un rcun to usrao  via u varios años ants había hcho a Lma  a Aérica 23

Fezer 1 982,

pp. 226-235.

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Cenal24• Decriba en etle la ciuae cotera y lo uerto e ima, Callao, Arica y Va Valaraío, y roorcionaba grabao en cobre e un maa e ia, e la mna e  e Potoí y e la Inuiición e ima (Figura (Figura 2.3). Aunue Bacheler (al igual ue Frezier) ecribía la culra e lo ueblo ue había oberva ober vao, o, al arecer no eta etaba ba intereao en ar cuen cuenta ta e la caracterít caracterítica ica ica, color e iel o aariencia. "Lo inio e e te aí cbía en el Pe or lo general enen un eíri util y renao. renao. Arenen con ci cii ia a cualuer coa ue e le eneña. Para aoyar u armación, relata la hitoria e un ino ue, eué e mrar sólo una vez el reloj e bolilo e un ofcial, hizo una réca exacta. exacta. 'J ur uroo crbe crbe Bachele Bacheler r que nunca he vito vito un trabajo mejor ejecutao o má elicao. elicao. . . Sin embargo embargo e la obra e un indio ue ue nunca ha tenio nigún otro maeo ue u roio talento25• a cinación e Bacheler or lo lo ino, in embarg emb argo, o, no e exene hata el muno e aarencia ue caracterizaría los relato el iglo XIX. No ecribe ec ribe el color e la iel e los inio  u apariencia ica. Igualmen Igualmente, te, lo enuo mero idígena e u grabao obre Potosí, tamoco arecen iquiera mínamente rente e lo inuiiore españole que ean en u  u repreentación repreentaci ón e la l a Inuiición Inuiición e ima. Par Paraa Bachelier, Bachelier, Frezie Frezierr y otro otro e u tiemo, la "raza "raza era una eencia ue ebería er trazaa ólo a travé el

Figra 23. Las mnas de Potosí (1720)

24 25

Bachr (urret) 1 720. Bacheer (urret) (urret) 1 720, vol 1, p. 168.

DEBOR 1 Porn.

so

tempo y de najes especfcos de sucesón Certamente, la única reerenca de Bacheler al color de la pel en el Perú encaja claramente con la compren són "arstocráca de "raza. "raza. Los crollos peruanos screscre- enen "colo res derente derentess [que] [que] no hacen h acen sno proar el matrmoo matrmo o que han contrado26• contrado26• No e sno hasta prncpos del sglo  con el surgmento del moderno discurso cenfco sore la raza, que la fsognoma y el enopo se constui  en la prcpal preocupacón que anmaa el encuentro vsual de Europa con los puelos andos. Sea como co mo ere, los puelos de esos e sos tempos temp os que Frezer, Feu Feuée y Bacheler podan haer hallado en la Amérca del Sur ana, eran de poco nterés para para los flóso fló soss del so II. Sus magnacon magnacones, es, por el contraro, se vean aadas por las posldades morales de la hstora peruana. Por u lado, estaan scnados con el pasado aparentemente co de los reyes y prncesas prnces as ncas. ncas . Por el otro, otro, se s e vean vean aados aados por la conqusta española como un caso parcularmente convncente de la arbare europea. europea. Cuando requean rmacón sore la hstora nca y la Conqusta, los ósos acudí a dos entes: los escrtos del sacerdote domnico del so XV Bartolomé de las Casas, y los Comentaros Reales del nca Garcaso de la Vega. La apasonada deensa que Las Casas hace de los ndios amercanos descra a los ncas y a otros amercanos natvos como vícmas de una con qusta en la cual los prncpos crsanos de j usca y honor -vdos -vdos en gene ral para para toda EuropaEuropa- haan sdo traconados por la lujua y codca de los españoles27 Aunque este texto haa sdo escrto por Las Casas como parte de un deate especfco relaconado con el rol de la relgón y la glesa en la conquista española del Nuevo Mundo, e tomado por los ósos como pruea de la rraconaldad y anatsmo que haba corrompdo a la socedad érca en general y a la Iglesa Catóca Cató ca en particular.  argumentar a vor de una doctrna de toleranca, en sus textos Las Casas C asas tamén se haca eco de los msmos temas que ocupaan a los pensadores de la lustracón. En ellos, Las Casas no sólo argumentaa omo los flósos ue los ndos amercanos debean ser consderados uales a los europeos, por lo menos en su capac dad de conversón y por tanto de cvlzacón. Su argumento especfco a vor vor de la toleraca tambén prefguró los dos conceptos más aprecados para los humanstas ochocetstas: una comprensón de los derechos derechos en tanto doctr na de gualdad entre las personas; y un concepto de derenca en el cual las dspardades - desualdades desualdades oservada os ervadass entre grupos de personas se ex 26

Bacheler (Durret) (Durret) 1 720, vl 1 , p. 166. 27 La bra de Las Casas más amliamente amliamente leída leída fera d e Esañ a fe la Bvíima relaón de la cón de las Indias (1522). Sbe el us que ls anceses hcieron de s Casas, véase pp 59-64 Hanke 1 952 pp

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paban paban omo aratersas aratersas naturales naturales ausadas, en l a expaión más popular del da, por el lima en el ual estas personas viví viví2 28•8• De D e esta es ta maner las turas" eran eos narales nar ales y materiales materiales que debean deb ean ser se r tolerados" tolerados"  por oposiión a valorados- porue no poan ser n ambiados n ivoados omo si eran aentes morales indvduales. Mentras Las Casas dio sustento a los argumentos de los flósos sobre la tolerania y sus supuestos supue stos relaionados sobre sob re la deren derenia, ia, la rónia de Garilaso Garilaso les proporionó proporionó detalles de un imperio imperio que pareía saser sas er sus demandas por una soiedad más igualitara, justa y benévola. Si bien algunos ronistas y admistradores españoles anteriores habían esrito relatos sumamente ríos sobre lo s logros políos políos y eonómios de los Inas, In as, la róia de Garilaso sobre so bre la vda en el Perú de los Inas proporionó una desripión qu expresaba una onvinente sipaa ente al gobierno Ina. A medados del siglo xvm, su retrato nostio nostio de la soiedad Ina se abía onverdo en e n la letura vor vort taa de los lo s inteletuales de ambos lados del Atláno Atláno que estaban iteresados en revaluar la erenia prehspána de los Ades y del Nuevo Nuevo Mundo Mundo en general29 • Las historas morales de as Casas y Gariaso, on su énsis en la jusia, ju sia, la l a tolerania y el buen gobierno, gobierno, proporionaron u sustento sus tento per per eto para la Ilustraión. Ilustraión. A, en el dstante y iertamente muy dere derente nte pasado del Imperio I mperio Ina había evidenias evidenias tanto de la pre pre erenia universal de la humanidad por la raón raó n omo de su apaidad apaidad para generar rmas rma s poltia poltiass y soiales basadas e n la justiia, j ustiia, la benevoleni benevoleniaa y la jerarqua. Sn embargo, los Inas, omo habitantes habit antes de un tiempo y un lugar indsublemente indsublemente derentes, derentes, también onstuyeron objeto de interés para ese onjunto de preoupaiones de la Ilustraión que impaban defnr la atureza y el sifado de la derenia. Los proyetos proyet os etnolóos etnoló os omparavos de Montsquieu Montsquie u y Votaire, por ejemplo, inluan rerenias rerenias a la tur, las leyes y la reliión reliión de los nas3 n as3  No obstante, una vez más en estos textos, a iual que en los textos de los vajeros, la erenia de los amerianos parece par ece residr re sidr en su moralidad y ultu

28

Aunque la teoa ene sus rces en fentes mucho más anguas es probable que  'rt des lois de Montesquieu (1 78) haya sido el populazadr más inuyente del si XVIII ace rca del carácter determnante del clma. En el caítlo caítlo 111 se presenta una dscusión sobre las teoas del carácter determinante del clma en Amérca del Sur 29 L bra de Garcilaso fe publcada pmero en spaña en 1609 Una traducción ancesa ancesa aarec aareció ió en 1 632, y e seuida seuida por por nuevas edicines edicines en 1 633, 1 70, 1 737 y 1 7 Atkinson Atkinson 1 972, p 1 2) 2) Sobre la inuencia in uencia de Garciaso Garciaso en las imágenes del sio XVI sobre el Pe véase Atknsn 1 972,  1 00 y 1 23- 1 26 Sobre la utiació utiación n de Garciaso or ls intelectues intelectues erua nos durante más o menos el mism peodo véase Flores Gaindo Gaindo 1 987, 987 , p 50- 53, y Rowe Rowe 1 976 30 Véase por ejempl Voltaire Voltaire 1 769, v lll pp 2330 Sbr S bree la antrlgí antrlgíaa de la Ilustra Ilustración ción véase véase entre otrs otrs Duchet 1 97 1 , Malej t 1 97, p 7393, y Todor Todorov ov 1 994

DBOR1

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Poo1.

ra31 • En este ra31 es te recuento recuento -por -por otro otro ado deta detaa a e a conquista conquista de os ncas,  ncas, Voltaire, que os describe como e más civilzado de os imperios de Nuevo Mundo, no se muestra interesado en a cuesión e a apariencia sica. En otro pasaje especua que os americanos porían diidirse en dos "razas se  a presencia o ausencia de velo cia32 • E ste es e único rasgo rasgo sico que menciona en su reato sobre os inios americanos.

L ÜPETC INCA

Esta indrencia hacia la descripción de os cuerpos americanos se trasadó h acia otro grupo -mucho -mucho menos esudiad e sudiad  de textos text os en el cua se s e dio un gro operático a a preocupación de a Iustración por la derencia y la tolerancia. En estas obras, los incas -y en partcular partcular las mujeres incas- fgraba fgrabann no sólo como ejemplos ej emplos de razón sino como as encarnaciones de os pos de encuen tros percepivos o sensoriaes a través de o cuaes se descubriría la propia direncia. A igual que otras obras etnológicas de la época, estos textos e imágenes de o que denomino a "operática nca se remontan a Garciaso y Las Casas así como a os reatos de Frezier y Feuiée, con e f de construir un retrato romántico y prondamente sensua de os ncas, su imperio y, sobre too, sus mujeres (Figura 2.4)

Figra 2.4 Vigen del Sol S ol (1 790)

31

A ncuntrro con e ncunt e

nt ifrnt aramnt mnt ifr o M un und d o e c l ara uvo o con l  l N uv o urop o con ncuntr untro l  nc r cea ficanos p rcesbr los aficanos racaes y  stécos s str otipos ra dond e os str fca, donde

n 1980. s, véase vé ase Cohe Cohen o facé facés, c aso cto coonia coonial.l. Para e cas as to conta contacto ron a v vas 32 Vltire 1769, vo.  , p. 25. Ls dos "rzs que é ugr ern os e sqwmaes (que

tenín veo fc) y e resto d mercnos.

LA ÜPERTCA INA

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A derencia derencia de lo s textos text os de siglo X con su descripció de scripciónn detalada de os rasgos sicos que para para  esa época constituan la derencia racia, estos textos de siglo XVJI presentan a drencia co como mo un pricipio pricipio mora que se revea rev ea po r el contacto contacto con co n los cuerpos sensuaes s ensuaes y moralmente moralmente supeioes de es tas obras evean evean un dscurso as mujeres mujer es incas En ta sntido, sugie sugie�o que estas de encentro y percepción s ensoria similar a aque que hemos visto operan do en la sensou sensoum m commune. Sen este concepto dieciochesco era e cuerpo el sistema sis tema nervios nervioso o y no la vista lo lo qe proporcionaba el contacto sensoria sen soria entre e ser y el mundo, ente el yo y el otro. otro. En las obrs obr s de la Operática Op erática Inca halamos un sentido simar de descbrimiento sensual en la fgura deseabe aunque dstante, similar aunque rente, de la Virgen del Sol La primera obr importante qe levó a los Incas a os escenarios de París e e "balet héroique de JeanPhippe Rameau y Lois Fuzeler L lnds gaantes, que se estrenó en la Academia Real de Música de París el 2 3 de agosto de 1735, sólo tres mese mesess después de que La Condamine parera parera de La Rochele (ira 25). Como una de las primeras obras elegantes que trataba explícitamente de temas sudamericanos, sudamer icanos, Ls ndes gaantes introdujo personajes icas y españoles ado a lado con personaj es más mlres extraídos extraídos de "Oien "O ien-te y Améica de Norte El primer acto tituado "El turco generso trata

Figra 2.5. Afche de s ns Galants (1735)

EBOR  PooL

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oe u ánguo amooo ene un "aha amado Oman, un ocia tuco aado Vae,  una hemoa eca, Emie, a quien uno de o odado de Om haía areatado de o ro de u amado Vare Éte nauaga y tién e ve convedo en escavo Peo deué de que Omán o econoce coo e home que oora o haía ieado de l ecatud, Omán e arre iente, deeve Emiie a Vae  iea tamién a o oo ecavo acano. Cuando a cora e evnta en e segundo acto, os esectadore son anotado a Peú, donde un triánguo amooo iar se deseneve a inteio de un ecenaio cuyo montaje muestra u gan vocán en o "deier tos montañoos de Peú. Ete acto, tuado iemente "Lo Inca de Peú cuenta a hitoria de una joven incea inca, Phani Paa, que se enamoa de Don Caro, un ofcia esaño. Enoquecido po os ceos, Huáscar, e goenante inca, uca vengare de a areja uzando su poderes teúicos aa ovoca ua eución de vocán durante a feta anua de So. Phani y Cao ecaan eo, en tanto que Huáca e aatado or a rocas de u oio vocán E tece acto, "La Fore, contuye una tama un oco má co cada que invouca a íncie esa Tacma  a u aigo A. Taca aa a Zaie, incea cicaiana ecavizada que ertenece a A; éte, a u vez, aa a Fátia, princea geogiana escavizada que ertenece a Tacmas. Luego de aguno maentenddo damáticos y cai tráco, o dos homre intercam ian ecavaamante, y o cuao e regocijan junto en una "Fiesta de as Foes que cuye "hermosa odaicas de varia nacione de Aia. En e acto cuato y na, e aet retorna a Nuevo Mundo, donde un ancé y un ocia coonia españo copiten por a mano de una ea sauvagesse (salvaje) aada Zima. É sta, in emargo, rechaza a amo retendientes europeos a vor de Adario, u amante naivo. Como en e acto anteio, os cuao perso najes egan a reconcare y ceeran en una "festa de a paz. La cominación de espectácuo exótco, amo románico y comentario poíco, además de una compoición controversia, convtó rápidamente a Ls ndes galantes en una de as más extosas piezas ancesa de  et de sigo xv33 Es dc epecular cuánto de este éxito uede atriuirse drectamente a os personajes incas de a obra. Tampoco conoceos má aá de a posibe nuencia de a publciada misión La Condae o que udo inspirar a Rameau y uzeer a incur personajes sudamericanos en su ora. Las simtudes que nculan e sendo acto de Ls ndes galantes con aqueos rataientos erarios y tearaes de personajes incas que aparecerían en rancia •

33

L Indes galntes pemaneció en el eetoo de la Academia y fe eesentado

relamente hasta ne del sigl véase Masson 1 972, p. 68

xv11

(Chnad 1913 pp 233-23) Pa la cíca d esa éca

L

ÜPElTCA IN

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en a iguiente éaa ugiere, i eargo, que en e lreto e Fuzee haía algo que ia á alá e una iple apliaión e tea orientae a peronaje uaerano Un per mo que vua e eguno ato e Ls Indes gantes on e grupo e ora e teáa Ina que e repreentaron poterorente, e e voán, que ive para eahogar la ira e Huáar L prouión orina e a ora inlua na "erupión eeniaa eániaente on ena e ego, y pueta en n oento que oiniiera on l Fie Solar y e raáo olioquo al e Huáar34  En ea époa no era raro el uo e ete po e ario, y el púlio etaa aoturao a ver en o eenaro a rereaión e enóeno naturale oo torrente, torenta y or e ola. Eta on venione eénia, in eargo, ra parte e una aión operáa en a ual lo peronaje eran on euena e naraleza tolóa Eto igni aa que erza "narale, tale oo torrente, y voe, eran vito en a eena e a ia ra que la orrenia t "orenarale oo aparione, etori a y io iteoo e eenao35 • Sin eargo, en tanto preuror e una traión operátia euopea á oerna, Ls Indes galantes repreentaa u voán en un ontexto uy ierente En a ópera el iglo XVII eran oune lo aio e uiaión e Peria a Perú, o e Turqua a Aéra e Norte que a nuetra anera e ver apareen eorenao y i expaión. L que lo una era u aluione a áito geográfo real e un uno olonial en expanión36 • De una r a iilar, el relato e la ópera estaa etruturao no a travé e la hazaña maravoa e dioe y oa, no a travé e la izantina pola exual e o peronaje exóo aunque toavía humano el lireto. Aí, e volán el egundo acto no tendría que leere pleente omo una etára e la paión o la naturaleza en general, no á ien omo la aratea e un paiaje geográfamente epeífco de Améria el Sur. Los voane onnuarían oupando un lugar central en la tura repreentaione europea ore lo Ane La región tbién fraba e un odo promnente en lo aginario ieioheo ore los Ade. La tenenia anleriale al interior e a Iutraión anesa motraron impaa on las reone que anteriorente haían io onenadas por er pagana37 • Garao oeía a lo intele tuale e la Ilustraión la imagen e una región estatal benévola en la ua o "

Masson 1972, p 124. Masson 1 972, p. 1 24-1 25 36 Sobre ópera y coonalismo véas Said 1 993, pp. 1 1 1 - 1 32 37 Gay 1 966. Sobr e deím y e pagansmo n a Francia de sigo XVII y sus races en a terara de viajes véae Atknson 1 972, pp 1 1 0- 1 62 35

6

DEBOR

PoL

vos aran star na ran s rta  iata on o ivno Inso ara aos sos  no staan totant sstos a arazar e aanso o  eíso, e atoso saño onstía n o a ara xrsar ras reatvant ronas a a Iesa Estos os taan tanto  ro hstro ao or a rin y  ro n a vonta onsta sañoa  P, oo a orrn y  nrento tota nt ostntoso  a Iesa n as ooas e Esaña En  reto  Fzeier, os esetaares tos a So esrtos or Garaso s onvreron en n to a yo nteror a oa sexa  a era onvra on os ebates oos sore  Nvo Mndo y ss reones Los e onenar a regn "aana e os as or ser dlaa o rbar os oros traes a so en l seuno ato e Ls Indes galantes areera xresar saa haa las Vírenes de So qe sgen seno ales a s os nso esés de qe ss teos han so estros38 S eata e noena sv ara enarar la ra destrtora e rey varn, Hsar, en aona tanto a ss oses oo a s eblo Coo o anta e aasonao y atodestrvo Hsar al no de a esena na de Ls Indes galantes, Co e elo ordena, oedeeos s rentar39• Ms tare, a orenada ssn e a rn ofa e os nas s onverr en aos ando Hsar aona a ss ioss y ie ss oeres ivnos a a estrn de s roo ero y e s roo eblo: La lama se enciende de nuevo Lejos de evtarla, le imploro Fieros abismos, he traicionado los altares Rtumbe el trueno Vénguense los domnios de los inmortales Ábrase el seno de la tierra bajo ms temblorosos pies, Dermbense  dispérsense estas árdas montañas, Arroja tu fego en estos trstes campos, Que tus rocas ardientes caigan sobre .40

Para zeer y spuesamene ambén para Raea el lado osro de la relón nca no resde en s objeo de o sno en s oal y por tanto rracon y "náca ssón a lo vno. En sorprendene ontraste con la ra de Háscar, los ames europeos termn ss roblemas de aor, on reoncacón y paz. 38

El coro de las Vírgene del Sol se lamenta: Sol tus espléndidos anaros han sido destrudos Para  no queda otro temlo que no sean nueos corazones Dígnate escucharnos en estos apacibles desiertos Para los Dioes el fervor e el má exquisito de los honores" (ameau y Fuzeler 1 9 71 pp 1 841 85) Sobre la vírenes del sol, véase la nota 46 39 eau y Fuzelier 1 97 1  p 169.  Rmeau y Fuelier 197 1  pp 1 74-177.

LA ÜPERTCA INCA

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E tea a y de hecho e

á portat ue vcua s Indes gantes co u coto de ora ue e e, e a pcea peru Coo porvoz de a perdida ora de o ca, Pha Paa repreeta u puo daetaete derete a de Huác. A o aro de acto, ea de u propa ucacó roada de auea de o "fero Ica. "E pueo aderte ·a Carlo e áraro y o ee copaó. S earo, u pocó o e de acó. Cudo Caro dice a Pha Pala ue ea ha deorado e reure co é porue o lo aa, Pha Paa e reponde: "¿Puede uo roper t ácilete co u e e o lazo de a anre y la ey? Peroe  cerdure. E ua tuacó que prefra a de a otra prcea ca peroifcada e poterore ora are, Pha Paa encarna una poció ora á roada ue la de u preteete varone ca y epañol. Su dreca rede e u capacdad pa percr e en y el al e cada ado, a dereca de Carlo y Huácar, ue peraece eceecdo por u or haca ea. Lueo del éxto de s Indes galantes, otra ópera y ora cuía per oae ca y peruao coo portadore de tra roáca y orale. luo coo Indes chantan/es (1 735), Amours des Indes (1 735) , e Indes dansantes (17 51) parodiaa el popuar et de Raeau y Fuzeier, ateiedo a a vez u acttud de ra paa haca lo puelo del Nuevo Mudo41 • Solaente ua paroda (Baet des romans) crticaa a Ls Indes galantes por u vó deaado roáca de lo Inca. E tereate eñaar ue eta ora e ucho eo popuar ue a otra parodia, ue era á pota42 •

L

LEYNDA NGRA

E dic evaluar e pacto ue s Indes galantes y u parodia pudero haer teido e a percepcone púlica obre lo ca y el Nuevo Mudo e enera. S e juza a tavé de lo oderno etádare de repreetacó realta, por ejemplo, e oprendente que la ora uetre poco nteré en a caracteríca sca o ncluo e a cobre ue para ootro die rencarían a lo peronaje de a ora de u contraparte europeo y orentale Phani Pala, por ejemplo, aparece vetda con paniers ancee (arazone debao de la enagua), a pear de que la nrmacón ore la vetenta de lo ca etaa a la mano tant en la popular crónica de Garcao, coo e lo conocdo rabado de Frezer43 • Ete decdo, por aueo ue en el lo " 

Pougin 1 971  pp. 78. Chnard 1913 p. 235. 43 Masson 1 972 p. 1 3 1 . No he podid ubic descripciones o ilustraciones del vestua de  lndes gaantes, qu probablemente feron señads po Man et Bouquet, señadoes ciales de la Ópera.

5

DBORl  PooLE

se conoceía como el "colo local ( en el x como autencidad), no ea ao. Las óeas de esa éoca esentaban con ecuencia esonajes alegócos con nombes como Viento, Place o Sueño, aa los cules el concepto de vesenta elista simlemente no ea etnente• De iual manea los ve dos  las costumbes locales tamoco eon enentes aa la estuca de obas liteaias de esa éoca ues, aunque involucaban sujetos exóticos -o lo geneal oientales ncionaban aa epesenta valoes  maneas suuestamente univesles Incluso en aqueos csos donde los escitoes te nían conocimiento decto de la cultua oiental, po ejemplo, se consideaba que la inclusión de detaes de deteinadas costumbes constuía una e dnteía45. A utilza de una estatega opuesta a aquea nvocada o el ealis mo novecensta, se hacía que los esonajes exócos aeciean ceíbles, co locándolos al inteio de un sistema euoeo de valoes que ea a aa el esectado. Si se les ubica en el contexto de las taciones lteaias  oeácas de su emo, no es sopendente que los esonajes incas en Ls lndes gantes ean mejo valoados como eencias legócas a debates olíticos  losófcos de esa época,  no o se auténcos "eesentantes de indos de la eleza anua o actual Como sucedía con los gabados de Fezie, Feuiée  Bachee, la "dencia en la ópea de Rameau todavía no había adqido una dimensión visual. Pesonajes icas como Phan Palla  Huásca, sn ebago, levab consigo un conjunto esecífco de osibdades alegóicas que los disnguían tanto de los idios oentales como de los inios amecanos que no habían mado imeos o estados econocibles. En el beto de Fuzelie, al igual que sus contaates orientalizados, ea ecuente que los gobenantes incas como Huásca e eesentados como esonas excesivamente apasiona das , o tanto, imedecibles Iualmente, tanto las vígenes del sol como sus conaates coloniles, ls "tapadas, inducían a una constante comaa ción con las odlscas de ostos cubietos y con los haenes de u Oiente imagiaio46• Si embago, los Incas ieían de estos esonajes oientales en un aspecto cucial: a dieencia de los gobenntes que conuaban desafn do a la Euoa del siglo X I desde Tuquía, India, Cha  Medio Oiente, el Impeo Inca que hace mucho había sido conquistado, estaba disonible como X

••

Masson 1972, p 12. Véase también Bun 1989, p. 57. Mannsaker 1990 46 En la sociedad inca, las vírgenes del sol o als en mujeres enclaustradas que vian en un palacio especial llamado acawasi (casa de las aclas) . En la literatu del siglo VII que analios aquí, las acllas sn confndidas con prncesas incas" que supuestamente han vvdo en el Templo del Sol. Las tapadas eran mujeres collas que cubrían sus cabezas con mantos oscuros; en el capítulo IV se les examina con detae Sobre las mujeres nobles y las acllas en la sociedad inca, véase Silverblatt 199. "

L ÜPElTCA INC

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modlo dl po d bnvolncia q la imaginación uropa solía ngar a los Estados d Orint. Invrsamnt como gobrnants y aristócratas imprials los Incas no podan rprsntar n la inocncia ni la barbari d salvajs nobls tan célbrs com l os tpiambá, los hurón y los mohk. Por l conario la Francia dl siglo XII staba intrsada n los Icas como vícmas d  po spcíco d aición políca ropa. El asmo d la España católica había dsuido olntamnt a la oora nación cizada d los incas dond rlumbraban las glorias garcasianas d s rión sola Est nfqu n l lado oscuro d la avntura coloni gía d España s ha conocido como la "lynda ngra47• Para los ósofs rancses, sta historia d las barbaridads hchas por oa monarquía urpa ocía na vía conv nint por sr rlavamnt onsiva a avés d la cua xtndr s crtca a la monarquía y a la iglsia d Francia. En l librto d Fuzlir, l bin y l mal staban rprsndos rspcvamnt, por las castas aunqu snsuals vírgns dl sol (dncadas rcordmos con la purza d la vrdadra ) y l muy apasonado gobrnt varón (dncado con la dscción y la sira zón). En comparación, n las obras más "osócas o polícas d la lynda ngra todo lo malo staba adscrito a España como conquistador d las civiizacions iusadas d érica. Las parábolas poticas d la lynda ngra si mbgo compar con la antasía opráca d Fzr una sciación por las mujrs ica como punto d contacto snsorial a avés dl cual os uro pos ustrados poí prcibir lo q ran tanto la dirncia como la razón. L lynda ngra  dsarrolada d una frma más intgral n trs obras ltrarias dl siglo XIII con prsonajes inca: Alra d Voltair (1736), Lttres d'une pévienne (1 747) d Gragny, y Ls Incas (1 777) d Marmontl. A igual qu Ls Indes galantes, stas obras constryron su argumnto básico n torno a los triángulos románcos q involucran a un inca , un spañol, y una pricsa inca o Virgn del Sol. En cada una de las, asismo, las pocas d génro sirvn como l meo para la crtica polca y rligosa. Alzire d Voltair s strnó n París n 1736, un año dspués d la clbrada parda d La Condamin hacia el Nuvo Mundo. Luego del éxito tanto d Ls Indes galantes como d las obras antriors con temas dl Nuvo Mudo, Alzire  la primra tragedia ancesa con un escenario totalmnt inca. También  una d las obras más populares de Voltaire48 • 47

Para histrias detalada de la leenda negra" véase Carbia 1 943; Gibson 1 97 1 ; y Judea 1 954 48 A lzire llegó a tener 238 representacione incluyendo dos ante la Crte y per mane ci en el reperto de la Comédie Francaise hata 1 830 (raun 1 989, p 45 -47) lzire también inspir por lo menos tres parodias (Ls Sa1vu lzitte y a Fie obésante) , toda las cuale acuaban a Vltaire de n rereentar a los Inca l ufcientemente svaje. Má tarde Alzie e adaptada por Verdi com la bae de su pera naplita na de 1 845 a la que til lzia.

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DEBORI



l iua u Ls ndes galantes, Alzire saa una ina ánca u invucaa a una csa inca (zi), un nad d Prú (Gusan),  un nant inca d Ptsí (Zar)49 • s s ds snas inci as sn  adr d lia (Mntz)   ad d Gusan (vars). Cada un d s snas varns esnta sicins ustas s as cues ns d la cnuista  la cnvsión liisa. Ls ds ncians (Mntz  vas), lantan étds d cnvsión pacífca  ainza líca entre sus ds ues. Cirtant, s  pade de ir (Mntz), uin a cnvence d taicina a su aante Zame y de casarse más in cn Gusan, ara e in de su puel. lvars, uien era  prsna e vrt para Vltair  para sus audincias cntpránas, acula su pca d dración, alianza y teancia, n diál cn s étds de cnquista vlnta  cnvrsión zsa ppuesta r su hi Gusman, cuy ppi cris cn la Cris tiandad es presntad c hipócita  sinc Una desavnncia siila dide a s ds incas varns, e ven y el ancian. Zamra es ncarcelad p Mntz pqu la insurcción que é ncaeza ipdira  atrimni estratéc de lzi cn Gusman Vtaire cmpara a vlncia de Zare cn las actitudes inteants de su enemi Gusan, aunque tabién suere claramente que la venanza d Zamre se ustfca a causa de a xemada cruldad de los españles lzire, ientas tant, s descta c una hia bediente y pr tant virsa A dierencia d s rsnas vanes, cada un de los cuaes lanta psicines disntas n elación a Csasm y a la Cnquista, zie  a ás clara enca nación de la pia psición deísta de Voltaire- acepta ue es sible abrazar aluns dgas del Crsansmo mienras se mantenga leal a sus prpis dioses. Dis y la sincerdad de la ppia e, y n las insttucines de una reli ón rganizada, rman la ase de la reón de zire. La bra termina cuand Zamore hiere mrtalmente al malvad Gusman ars, muy turbad ante la visión de su hij mrbund, condena a Zamore y a lzire a muerte a mens que se cnvirtan al Cristanismo Luego de una larga discusión telóca, ls dos amantes se niegan, argumen tando qe ua conersión inscera sea la per tración. Ennces la obra hala una resolución insspechada en la imprbable fgura del mribundo Gsmn, qwen entra en una camla para declarar que ha enconrado la erda dera reliión Citand la misericordia de Cristo, él perdona a su asesin

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Vltare uiza argument mánco casi idéncos en sus anteore trabaj Adélaide d Gesin ( 734) y Za' (1 7 32). Mientras a' a bra con más sorprendentes simides con A lzre tto en argument cm en personajes e ubicada en el Oente, entonce de mda, A fe pueta pa ra cincidir cn l cambiantes intereses exticos de Francia inmediatente después de la msión La Condamine.

L ÜPERTCA IN

6

(Za)  a u pa (Azi) ncin u unón. L  inca paa  p a ipcaa nvncia  u ng up cin t a n cniación  Cani ,  a a ava u via. Auqu a  inca  Vta le va ag j qu a Huaca  Fuz,  taa  m up quin inpnintnt  u ppi paa cupt  ipócita cia a a,  l ac cm paa  a tancia,  pón  a cnciación.  inca vaon,  ca, ncitaán la gua  lo up pa qu u capaca  incida, paión y  ean culpia n la azón "univa. Alzire habla caant  la cnación  Vltai p a gala de a alza nca y p  enign deptim del ta Inca cit p Gcila50 • En ta  un cómoo cami e luga  vao igl y mucho m e kóetr ostaa un impi que poría itua cmo oelo e la ma ideal e gbeno del gl XIII: un dpim ilutado n l cua l pivileg d a alza n inta cn la aminitación d la jucia, done la iiade humana toavía n haían cmpi l pcipis  la vaa ligión,  don a igión pagana n  haía vito cuecda po a aninaa ceemna  acfci atiu a o azt ca  a oto impei el Nuvo Mun51 • Citamnt, l P Inca ecía a Voltai un scna iea paa do  u tea voto: la toleanca  e dím Ademá, po e hech  que el ecnaro de la cusión obe eto tea  ubca n l antigu P , dne el do de la culpa necaiamnt apuntaría no a Fanca n a Epaña, pudo hacl  una ma lativamnt cua. D hcho, Alzire e cta n gan dda paa apacgua a o cns luego l alboot qu un año ant cauó Lttres philosophiques, un elato en que Voltaie mostaba u impaa haca el Potetansmo y el gobeno de Inglata52  

Votaire poseía ejempares de s bros de s Casas y Garcilaso aí como una traduccin de io XVIII de crnita de a conquita Zárate (Perkns 1 943) Además de Garcila y La Caa, en su reat obre a conquista de Impeo Inca, Votaire (1 769, vo III , pp 2330) también cita  reat d a conquita de Herrra y Zárate Supuestamente también había concid as áminas y e perdico de Frezier Sin embargo, e vesario de lzre, mostraba poca recuacin po r e rgr htric ire, por ejempo, vesa una da  manto de pumas que evocaba más a una Améca" genéca que a os pe rsonajes incas descritos por Garcilao, Frezier y otr (Braun 1989, p 57) En Candde (1 759), Votaire muesa un descdo simar por e detale stórco cuando describe una erra utpica inspirada en e Perú 51 Lo diferentes vaores humastas que s europeos aignaron a as regiones inca y azteca muestran as muy direntes imágenes y rereentaciones sobre os dos imeos Sobre as rereentaciones de  ateca en a iteura y e arte europeo, véase Chiae 1 976; Keen 197 1 ; y Hnour 975 2 Braun 1 989, p. 3 L a estteia de Votaire e exitosa Alzire no só e representada dos vece ante a Corte in que también e reci bida por e mismo cero odero  que Vtaire connura ofendiendo en sus trabajs osterores

DEBORI PoL

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Alzire también onnúa los temas de religión y sexo que habí sido tan iportantes en el ato de temáa ina de Ls Indes gantes. En el guión de Voltae estos temas onvergen en el uerpo del únio personaje emeno de la obra, Aie. Ella es el onduto a avés del ual los españoles Alvars, y eventuaente Gusman desubren la razón Ea tbién es la fra a avés de la cu la audenia ohoensta de Volte podía peribir más laramente la posibdad de una rma de derenia verdaderamente radial Para Voltaire, esta dierenia era regosa y sexual Mienas Zore y Montze muesan elementos del mar esepismo europeo, Alze habla de la rma pura de la  religiosa l deísm, que Volte oece omo una alternava a la corrupión de la  europea tto a ausa de la onqsta omo d e la Iglesia Es la sexuaidad de lzire la que permite imaginar una reencia reliosa que sea ompable on la razón. Políente, su sexualidad fgura en el ón de Voltire omo el onduto potenial para una aliza que podría vinular a dos pueblos, y a dos ulturas En vista de que a ire le gusta Gusmn lo sufiente omo para asarse on él, es posible iaar su doa reliosa erana omo una dotra que un europeo también podría tener  , si embargo, Voltaire  dieeni de Rameau y Fuelier no permite que se aspase la disión sexual que separa al euopeo de la ina. Al f de la obra, el aráter distivo de sus ogenes - "naiones detera la ica resoluión de ada personaje, así omo las limitaiones t vez iguaente ágicas del ambiguo mensaje de Voltaie sobre la religón Gusm termina omo el sorprendente portavoz de la razón; e y Zore teran asados y mosando respeto por la razón y toleria de Gusman El auditoio termina prntándose lo iportnte que es inluso ianar una rma dierente de  religiosa y siéndose ómodo por el heho de que no se ha trsgeddo ningún te sexual o moral

L PRINCA PERUAA

Diez años después de la puesta en escena de Alzire, Madame de Grafgny pubcó una orta novela epitolar con el tulo de Lttres d'unepemvienne 1747] La novela, que e uno de los libros más leídos del siglo XII, presenta la historia de Za, una prcesa peruana y virgen del sol a quien al principio de la obra, españoles inescrupulosos raptan del Templo del Sol en llamas, y que luego es rescatada por piratas anceses (igura 2.6)53 • En una sere de treina y oho artas a su amante peruano Aza, Zia rememora sus experiencas en 53

Entre 147 y 1 835 l nvel de Grgny preció en un s setnta edciones en ancés, inés e italn iclti 1 96, p 49-67), y fe l tercer libr más buscad según un estd d las biblitecas eurpeas del sigl xvm (cer  976,  67).

L ÜPERTCA INC

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Fig 2.6 La princesa peruana ratada del Templo del Sol por los soldados españoles (1819)

Europa, su asombro por lo extraño e os modaes anceses, y a corte que e hace e chevalier Detervile, quien le devueve os tesoros que habían sido saqueados en el templo. En apoyo de la causa de Detervie está su amgable, aunque fnamente alaz hermana Celina (Figura 2.7. A fna de la novela, Za ha declarado su dependencia tanto de Aza ue va a España en u intento ldo de encontla como de Detervlle, quien persste en sus pre tensiones. iia comenta que Europa ha hecho que Aza s e eva indirente. Ciertamente, tanto su pueza como su sensuadad (americana) han sido co rompdas por España, donde omo se percata Zilia Aza e e infel. n reación a os anceses, a los encuentra cáldos aunque poco sensuaes. Ella se siente en deud c on Deter e por su amis tad y protección en Francia, pero lo encuentra poco atactivo como pareja para un matrimonio. La novea termina con el ruego apasionado de Za a Detervile para que ése respete su decsión de vvir como mu jer en condcones de iadad y sin ataduras En tonces Detere hace honor a la amstad que ela e oecía comprándoe un paacio, que é ha decordo con retatos de mujeres incas nobles y con tesoros esconddos en una habtacón secreta donde Za pueda revivr su pasado peruano. A través e las cartas de Za, Madame de Grafgny ue recientemen te había enviudad presenta un amargo comentaro sobre e ugar de as

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Figra 2 7.  princesa peuana (1752)

mujeres e su iempo Si embargo, os orígenes e a princesa peruana tienen una reación importante con este mensaje minista irigio a a sociea ancesa54 • De rma muy parecia a Azire, Ziia oece a sus ectores una visión raca y en este caso feminista e o que ebeía ser una sociea ferente Se hace que e pretenente europeo, a iua que Gusman, vea a a Razón a través e contacto con e ser sensu (y sexua) e Azire En esos momentos, a Razón sirve para sostener e mensaje feminista e veraera iuada, en oposición a Ja simpe toerancia. De una rma simiar, para Ziia, es su status e extranjera o que le permite percibi las injusticias que la socie a ancesa ine a as mujeres como a autora que eigen vivir inepenientemente e los hombres. La combinación e inepenencia y sensuaad 54

Los ctcos femistas  iteraros han tenddo a centrar su anáiss de las Ltres d'1ne pémvienne en e msmo de su autora, en e uso de a rma epstolar,  en as asveracio nes de que eUa modeó su novela en as Caras Persas de Montesqueu. Véase, or jemo, Hartmann 1989; Ncoet 1967; Robb 1992; Rusn 1989; y Schnedr 1989.  gua que otros trabajs de a operática inca -particuarmente A lzir curosamente se da oca imortancia a escenaro eruano en a teraura crítca sobre as tres d'1e pémvie. Douthwaite 1 9 9 1 ,  especamen te Atman 1990 son xcepcines a esta omsón

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 Zilia  rmit ouar una trminaa atu rsto a un amor ro máno qu irtamnt s una rmisnia  a a  Azi ara  a rligón: ta omo Azir rrsnta un ísmo lirao  a orruión los intrss matrials y  ro as Ziia roon irar  amor rmáno y a amista  as rmas  onquista y ossión qu sgn a orromn as relaions nt os homrs y as mujrs  Euroa.  ia qu n oas oras ontmoránas qu s anizan aqu a Ltes d Mame de Grafg no roorionan sñal alna sor a aania sia d sus ersonajes amerianos En as láminas que aompañan a las as eiions  a novela a pnsa pruana no s irnia e sus aompañan ts uropos. Como oría eserars as artas  Za no hal  sus ro pias caratsas   aqullas  Aza; tpoo roonn raión alguna ante os rosos xaños e sus aptors aness o spañols. Por  onao una vez más n l liro e Madame  Gragny la reigión juega l ro pia para marar a ierencia En su pmer nueno on Detervl, por jemplo Zia se asomra por su exaña onuta cuando é s arrolla ante su lho. "¿No será ióatra sta naión? prgunta Ziia a Aza n su arta. "No los he sto aorar al Sol: ¿Son t vz as mujrs su ojeto  uto?55• Trnta años spués  enorm éxito  a novla  Maame  Grafgny, Jean Fraois Marmontel pulicó una nova stóra taa Ls Incas, ou  destrucon de l'Empir du Péou (1 )56 • En tanto roagaora e la leyenda negr la novela de Marmontel  e liro más inluent el siglo XIII sore personajes peruanos o incas A lo largo e liro que Marmontel escribe omo un opúsculo contra el anasmo,  autor s implaale n su crítica a los españoles cuya cocia destruyó l Imperio Ina (Figura 28). Se asó en las entes usuales en todo lo que se refere a inrmaión história sobre la conqs y la sociedad inca. La detallaa histora de Garcaso proporcionó una base para las imagnavas descpciones que Marmontel rmulaa sobre svales arrocos en honor al Sol y sore rituales dinásticos57 • Pero e sobre todo la voz de Las Casas, la que resonó en la apopca épica 55

Grafgny 1990 p 9 Marmontel comenzó a escbir  Inca! en 1767 en leno escándalo por su obra anterior  Bélúaire Aunque termnó de escbir la novela en 1 7 7 1  la publc recién en 1777. En I , Belúaire, Marmontel había oendido a los c ensores aumentando a vor de una mayor carga de impuest para la astocracia, deendend el argumento teológico de que Dios perdona a los paganos, y sugiriendo que el rey (cmo Dios) debea ser más tolerante (Renwck 1974) Aunque  ,¡ Inca! también estaba relacionado con los temas de la tolencia y la salvación de los paganos viosos, nunca provocó escándalo. 57 Kaplan (1987 p. 366) sugiere que Marmontel también se inspiró en ritues y símbolos masónicos en su representación de las ceremonias incas. Otras entes citadas por Marmontel (1777 vol. 1, p. 183 y vol. 11, p. 42) incluyen a L Condine y la Hútoi générale du Vfagu del Abate Prévost. 56

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Fira 2.8. Aegoría de la Conquista (1777)

e Marmontel caracterizaa por la muerte y la estrucción Ciertamente, Marmontel eicó su novela a la memoria e Las Casas, a quien él escribe en el precio e su bro como "el moelo e too lo que yo venero  igual que con las otras obras e la operática inca, Ls Incas esarrolla sus argumentaciones sobre poltica, moral y tolerancia, a través e una com pleja intriga romántica, que envelve a Cra, una virgen el sol y Alnzo, su amante español De una rma simiar a las otras obras e la época, la "i rencia es señalada por las posiciones morales e estos personajes y no por alguna rma de ferencia sica  ial que zire y Ziia antes que ela, Cra encarna la pueza de la religón y el senmiento, la cual ha sido violaa por la Conquista Su amante español nzo es solao y iplomático Se parece al vars de Voltaire en su apología a la alianza y a la reconciliación. Sin embargo, Marmontel es mucho más claro en relación a las rmas en las cuales se poría haber obtenido una conquista pacíca Siguieno a Montesquieu, creía que el comercio y el intercambio habrían llevao -y posi blemente toaa poan llevar al Pe la razón y la paz58 • 58

A pncipio de L1 IncaI, Marmontel se lamenta de que los españoles habían optado por la violencia y no por el intercambio. A través de las nuevas necesidades y placeres" traídos

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través d prsonaj d ra, Marmontl compara  dsno d Impro Inca con  dsno d os curpos d las mujrs conquistadas (o voadas). En st punto, Marmont sigu n gran mida l ismo camino d sus prdcsors d la Oprática Inca: la Razón y la moralidad stán ncarnados n  curpo vrgna d la mujr inca Lugo llos son dscuirtos n su rma más pura y más difrnt por un homr uropo qu románca mnt y n st caso sxuant ga a volucrars con a princsa inca. Marmont añad un nuvo gro a st modo miiar d dscurr y mostrar a drncia: mustra  acto d conquista como un acto d vsión En la novla ncontramos a ra por prmra vz cuando stá a punto d sr iniciada como Virgn dl Sol (Figura 2.9). En una scna conmovdora -y más in mlodramática Marmontl relata la prmera ntrada de ra a Tempo dl So, dond su xperencia s arrolladora. Cuando pronuncia sus votos d castidad, siente un presago instintivo Sus labios se estrmcen y sus pirnas emlan. Su propo ser, tenemos que creer, es d puro insnto sensual. Se vincula con  mundo no a través de la razón sino a través d su curpo A

Fiura 2.9 Iniciación de Cora como una Vigen del Sol (1777)

pr el cmerci, ecbe l indis e habrían hech más indutrss, más acv; y la geneza habra obtendo de el lo que la violencia n pudo" (a rmntl 777, vl 1, p 2). En rlación  cmerci com un ign del tunf de la razón pr sbre la pasión en la Francia del i XVII, véase Hirschmann 1977, pp 70-80.

R PoL

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Estos snintos  snsaions gan a su max uo oa v a nzo o ima vz n una monia a a ua  saño aía sio ivitao omo "u vo  Ina. [Cora] avanza, u velo cubre su cabeza y su ente está coronada con ores. Sus ojos están bajos; s embargo sus largas pestañas permiten que escape u goso brlo. Sus hermosas manos emblan; sus labios papitan, su busto se hincha, todo en ela expresa la emoción de u corazón sensible ¡Cuán feiz aba sido] si sus mdos ojos no hubieran digido la mada hacia Alonzo! Ela estaba perdida en una mrada; esa sola e imprudente irada le hizo ver a más rmidable enemgo de su quietud e inocencia.59

onnida ora busa onsulo n la magn  su ivino sposo  Sol, pro no loga sino nconars on l ostro d nzo. No s nsaio ir que nzo tambén s aapado n "s vloz  ti lámago qu aavsó a los dos orones a la vez, aiénolos l uno ara  oto60 • El sentido de a vsta la percepón del otr es lo qu eneta n os ss sos de ora  Alonzo,  los modifa. Paa ora, las sensaons sas son generzadas  abrumadoras Ellas la transman tivamnte  una vign asta n una mujer sensual. Paa él a sensaión stá oalizaa n su oazón qu s  uga la sensorum commun sd  ual la vista  oa nta  tansma  uro  l s  onzo61 • El mismo nguaj vsual  slandors onoiminto, transmaión  ntaión sa a la supfe numnt n  elato e Marmonte so l siguint - fnal nunto d los amants. Sn embargo, n sta oasión  scnao s a asón dstuva d una rupión volánia. lnzo qu no ha jao d nsar n oa ese el ía n qu la vo o pima vz stá rondo  Tmplo l Sol uando el volán ominza a rupionar. Didido a resatar a la bella Cora lnzo epa por los muos dsmoronados dl tmplo Ls tenuemnte veladas metáras sexuas on las uals Marmontl  quien tbén scbó poesía erótia desb l gso  nzo n  templo prhbdo se expres una vez más en un lenguaj visual62 • Penetró en e gar srao donde nún mort jamás abía osado hacerlo antes que é L obr o vorecían Un día lúgubre y sombrío abía dado curso a a noce La noce sóo era abra por los gores lanzados por la montaña; y la luz aterroriaor  sóo pera a los ojos de Aonzo ver a las vírgenes asustadas que, ca sombra errabnas, corrían por los jardies de su paacio63 59

Marmontel 1777, vol. 11 , p. 17. Marmontel 1777 vl. 11, p 21 61 El corazón fe el óano más ecuentemente asociado con la elusiva sensorum commune. Véase Figli 197 S. 62 L obra eróca más conocida de Marmontel fe L Neuvaine d Cyther (1 765) Véase Kaplan 1973 63 Marmntel 1777 vol. 11, p. 29-30. 

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Finamente Anzo oga sting a Coa ente a oma. Aoa a a atemoaa mue y e anuncia que "un ios te va y cua e tus ía  escucha su voz intimidada, Cora se deene. En ese momento a er ra emba y, a través de una explosión, la montaña lanza una coumna de ego que en a oscuridad descubre ante los ojos de as sacerdosas  amante, quien exende os brazos hacia ea. Ya sea por un repenno momiento de pánico (rte«r), o t vez de amor, Cora cae desmayada en los brazos de joven españo.6

Entonces Anzo leva a Cora a un palacio que petenecía a un amgo de Bartolomé de as Casas Luego cuano los os amantes consuman su amo era de los muros de a ciudad, Coa adverte a Anzo soe e hoooso castgo que espera a cualquier vrgen del So que vola su voto. Sin emargo nzo dee dejar a Cora con el fn de levar adeante su plan de negociar a paz entre incas y españoles. Aunque almente Anzo no ene éxito sus eserzos se ven recompensados por los incas quienes le oecen un pncipado en Tumbes. Después de muchos odeos y armentos secundaos Mmonte concluye su novela con una escena que hoy sorprende por su meoramasmo65 • Cora que está a punto de dar a luz al ho de Alnzo se entea e la muete e su amante a manos de sus compaotas. Cudo ella sae en usca e su tuma coumnas de ciudadanos incas derrotados pasan en fa apatando los ojos. Finalmente la eoquecida prcesa hala a ma de su amante "en e mismo ugar donde alguna vez estuvo e ono del Inca.  descu la tuma un grito desgarrador est a en e fndo de sus entrñas Se arroj a a sueo. Cae aturdida en esa tierra todaa úmeda que e pasto no abía cubierto, y a abraza con e amor con e que hubiera querido abrazar e cuerpo de su esposo  Finmente, e exceso de door rompe os nudos con os que a naturaeza todavía mantea en sus costdos e uto de su desdicado amor, y expira mientras da a uz. Pero ese aque de desesperación no e ta sóo para ea, y e ño que abía traído a este mundo también recibe e impacto. Éste se apaga sin abrir os ojos a a uz, s haber sendo sus infrtuos

os de ser una melodramática nota a pe de págna en a histora de la novea europea la trágca muerte de Cora (Fra 2. 1 O) evea a medda en la cual se predcaba y aprendía la eyenda negra a través del sentimiento el sexo y a emoción. Si se debería odar a los españoles era a causa de la arare con la cual haían destudo las utópcas posibdades sexuaes y sensuales de 

Marmontel 1777, vol. 11, pp. 30-31. L trama del princip argumento secundaio incluye a un grupo de nobles indígenas eados, proveientes de México. que legan durante la Fiesta del Sol para advertir a los Incas sobre su destin.  Marmontel 1777 vol. 11 pp. 356357. 65

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Fa 210 Muete de Coa (1819)

América, a causa de su desvergonzada crueldad itolerancia y natismo religioso. Dejando poco a la imaginación Marmontel descibe la utopía ue los españoles destuyeron, en términos sorprendentemente sexuales En Améica escribe el flóso: De todos os maes qu e aquea n a a h umandad, sóo e dolo era conocdo paa este puebo N squea la mute ea conocda, pues a amaban el ao sueño.  Soamente e amo pudo petua la amoía e iteenca de una socedad tan encan tadoa. Pese a o pacíca que ea, e am estab a su eto a me  de a bel eza.  sexo, hecho pa domna po e n u o de place, tenía e z pode de aa, de mupca sus conqus tas, n captua al amante oecd, sn cmpmeterse   Seguos e haa a cada ns tante un coazón sensb le y m encantos, e amante abandonado no tenía tem po de amentase de su d esraca, o de esta ceso p la felcidad de que había sdo pefedo en su lua Los a zos que atan a dos esposos ean tan sóldos o áes como elos deseaan E sto ( e) deseo o maban, e capcho podía quebao Sn sonojase se deaba de amar; sn quejase se de aba de complace: en sus coazones e odo cue nunca sea al amor; todos os amantes ean raes; todos os aes eran mgos; cada una de sus muees ea en es, sn nnuna veüenza, a todos los hombres que eas habían hecho o harían ces en su mo mento67 67

Marmontel 1819,

pp. 217-21.

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De una ma muy sia a Madame de Gagny, aunue si su es ecv msta, Mamonte encuenta en os amecanos, y acuamente en os Incas, un meio aa imagna una ma de amo sensua ue no está domnado o a conuista n o la osesión. Paa él, como aa Dideot e tun de a Razón tajo consigo una nostaa o as ma s más naa es" de betad sexua ue eos imagnaban ecea tanto a a azón como a contato socia. En suma, aa imagna un encuento sensua con e oto, e sexo y e omance constuían os vehcuos ivegados a tavés de os cuaes estos autoes odan imagina o ue eente ea la ieencia". Paa estos hombes, así como aa su coega Madame de Gagny, era a muje uen encanaba los meos más uos aa ecibi esa eencia.  ue es so endente en la novea de Mamonte, en comaación con otas obas de a Oeáca Inca, es ue utiza la visión y el sexo como os medos aa obtene este encuento sensua. Al consuma su amo, Anzo y Coa se destuyeon a eos mismos, a su hijo, a Impeo Inca, y a a osibidad de ealiza una ma más ua de moidad y eón.

MAGINANO

F.

DEO

E gabado de La Condamne sobe e Incidente de Cuenca", con e cua iniciamos este caítulo, ahoa tiene más aa contanos. Como o he sugeido anteomente, e esta expeción a ue intodujo a los Andes en e debate úbco cés. Más aún, en el incidente Seniegues, La Condamne estaba udiendo onsciente o inconscientemente- a dos asectos aculaes de este debate úbco en la Fancia ochocensta. El primeo se eee a os cambiantes egstos semánticos de se y a nación; e segundo tiene ue ve con a especulación osófca y cienca relacionada con a base siológca de a ercepción y el conocimiento sensoa. oa es posible compende cómo los Andes fguaban en estos dos ámbitos del emento dscursivo euoeo. Como hemos visto, en as décadas ente la expedición ogna de La Condamine (1735) y la edción aumentada de su Relation abrée (1778), e de bate púbco ue se reizaba en Francia sobe los Andes aduió caacteís cas especícas. Divesas obras y noveas pesentaon ante un ampio úblico ancés a una nobleza Inca basada en parte en a ntasía y en pate en os hechos. Otas -ue no hemos considerado en este taba, eon a célebe novela de Volaire Candide (1 75 9), eaborada sobre la scinación en boga con la ealeza Inca y con el mito de El Dorado para constur una poongada imagen utópica de Le Pérou" como sinónimo de riqueza y placer. En a leenda nega e senmieno popar anepañol amentó as parábolas po ticas en las cues estas imágenes utópicas se enentaban a los verdaderos

DEBRt Pom.

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x  a uia  Améra pr par  Epaña, y a   agar u upuamee maría  ua mó vzara a a aaa  a razó y  tram mra. Fame, a ra  a Operáa Ia rvea u eré  a frma  ira riga y xua araa   urps a auu eua e a pra a y  a vrge  . Cm hería rága  a va  g II r  rú, Cra, Za, ha aa y Are haba  a mea e a ua  eaje "p  ¡ eyeda egra  exprmaa m u ur téi  eua  placer y dee Icrt a trr e u curp ta a a trgeia e a árbara coqusta e Epaña y a pasó o a ua  aese había reuberto la ruza de Améra. L ecó e L Cdae e embleer u reat ce o o artas ue e reeren a los aspecto má ramátis - extate- e u xpeicó reeja eta evlucó e la expecativa públicas e tor a a mportaca  Prú. La prmera, reacoada  el icdete Seiergue u, om rerarems, e coverte e u tema cetr  a eó e 1778 a om un ataque tenuemete vead a a orrupcó y a e aca e  gber o que e había cverd e bjetivo vorto e s óf68 •  resuctar el cdete Seergues, La Cdamie buaa auear a vba e su propa expecón ontrbuyedo, asso, a a preupaó ue haía cmezado a urgr e  g XVIII a aua de a aturaleza crrupta y mavaa de mpero epañ  e Nuev Mudo. A  rspet,  tereate señaar e ro ue e géer y e ex jugar e e rat a  La Ce. La cdete aóa a que La Cn reva  tae e a trága muerte e Seiergue e ua t Madame ***; la hería e u tr apéce e ua mujer acesa que vaga pr el azoa  iver eta e lcura ( esudez) e búqua d u epos ce c. Icus Seergue, e márr e La Cdane, auere u reova terés s cderams ue u muert mo a del Guma de Vltaire y e Aozo de Marmotel- etá ttalmete relaconada  lo el exua ue urgero e los hombrs "demasado apaoado de a lias aas de Espa. oucaut ha ugerd que a e del glo XII, el exo e había over d e "u tema que egía al cuerpo oca e u cojuto, y práccamete a d su viduos, que e ometa a ecrui69 • Las re ue ucau 68

La Condamine también hace una elaboración basándose en los senmientos anclercales de esa época, al denominar  vicaro de Cuenca como el prmer promotor" (1 778, p 234) que está detrás del aseinato d e Senergues. Acusa al vicao de negarse a dar lo ú s sacramentos a Senieue, incitand así a una revelta gene contra el fancés here je" ( 1 778, p. 241) 9 Fucault 1 980a, p. 1 1 6

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a ara t araión on ihrntnt iuriva y itant. S or n  tror  Euroa, y on xiaa oo routo  na onai ión rnt y n arrolo ntr l or onárquio y  oirno  a y. La notala or una ra pura  aor, qu o autor  a Orátia Ina roytaron or o Ina, u aud a a irta onaa n ta nu ra  diipa y xuaia. Má iortant aún  qu taién aun a a "xploión l diuro or  xo qu, ún Fouaut, uía n o onto. La utora rinas ina  Voltair, Mada  Grany, Marontl y Fur, por uputo, no ron la únia ujr nouroa qu aajron a atnión d la Europa ohonsta. Sóo hara qu rordar a a tahiana d Ddrot. La ra  a Opráa Ina taién  parían n otros aptos a a onocia polinia d Dirot. Su hitora, tal oo ron ontada por Voltar, Marontl, Mada  Grany y Fuir, urn qu una  la ron por a qu u urpo y su xo ran tan aaynts ra por las ras n las qu lla (oo ujr) inntivaan u srunio ás uidadoo dl yo urué (auo). Azir, oo ho vto, ra l do por l ul los pripios "ronados d los hor  narnaban o  transraan n aión. Zia lva a Dtrvl a raón  a iguaad. Phani Pala ralta a irraionada  Huásar a aua  u or por Don Carlo. Fnalnt, Cra onsttuy una inpiraión para  propóto qu Ano tin d asurar a paz  l orio) ntr l Ina y lo pañol, n part podríos suponr, oo dio para asrar un ro ara u dhado hjo. Pa Maront  turo no incuiría os poil uto  una ión ntr los puo uropos y aninos. Por la nra n qu prsntan a razón, oo atruto d un r aulino á displado, las vírgn dl ol d la Oprátia Ina pariran apoy a toría d Foucault quin planta qu hubo u abo ptéio aao n la nuvas rmas d onnia, dsiplina y "xualdad qu urron n l ilo xvrn. No obstant, su orign no uropeo ur una ítia posib a la toría d Foucault n otro aspto. Fouaut arunta qu l dsurso uropeo obr la sexualdad s dsarrolló oo una ra lasista d autosrunio Sur qu rén n dados y  dl o X, la ursía onzó a dfnr l dsurso  a xualidad on rrnia a otros uro rnts al propo; n Fouault sto urpo drnts on píant o d hobrs y ujr d la las trabajadora uropa70 • No ostant, n la opráa na vo larant qu l yo buré o ilus ado onstruyó su dndad por lo no n part a través d un nuno nsual on el otro, s dci, con l nouropo. Aún uando st ot no 70

Fucault 1980a, pp. 1 27-1 28. Véase también PoUock 1 992 y 1994 pp 25-37.

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DEBORI Porn

era descrto  concebdo como un ser scamente derente, elo no quta el mérto a hecho de que la propa direnca legó a ser consuda a través de esta nocón del encueno sensual y sexual. El hecho de que este encuentro con el otro amercano ocurrera a través de sus mujeres no sorprenderá a la mayor parte de eso sos de discurso colonal europeo. No obstante, las mujeres guraban en la operáca ca no sólo omo hemos legado ahora a reconocer como la gura canónca de una rma ya teorzada de "dierenca exótca. Elas tambén guraban como los verdaderos contactos sensorales a través de los cuales la direnca misma podría ser prmero percbda y luego teorzada como producto de una determnada relacón sensoral con el noeuropeo (o el "o tro'. En otras palabras, en la operátca nca, los cuerpos de las mujeres eran el vehículo smbólico para descubrr la erenca y, como lo pone en claro la novela de Marmontel, para destrurla Esto, a su vez, suere algo mportante sobre el rol que el género desempeñó en el surmento del pensamento racal moderno a cos del sglo X. En los sguentes capítuos examaremos más estrechamente los nculos entre género, sexo y raza en las teorías de cos del sglo X reerdas a raza y po. Qusera resaltar aquí, la medda en la cual un certo cambo en el sendo común europeo en relacón a los sendos permió hablar de estas nues rmas de dierenca encarnada que ahora concebos como "género y "raza. Tal cambo estuvo representado por el debate relaconado con la sensorum commune, aunque n se limtó a éste. L dea expresada por la sensorum commune era que las percepcones sensoales comparan algunos damentos scos en el cuerpo y que este punto de contacto  menos potencalment era constvo de lo que era el cuerpo. Para comprender lo que elo mplcaba, sólo tenemos que pensar en el hoy amar dcho de "amor a prmera vsta. En este dicho, se concbe que la vsón es una experenca que se orna en los ojos y, desde al, procede, a exctar el cuerpo y a transrmar al ser. A traés de este proceso, la són n parcular l vsón del otr hace posble certo conocmiento del ser encarnado al cual Foucaut se ha rerdo como sxualidad. Aunque esta ecuacón de contacto sensual con transrmacón perso nal, sca y moral, subyace a todas las obras de la operátca nca, no es sno hasta la novela relatvamente tardía (1777) de Marmontel que las sensacones scas o erótcas del amor están tan ertemente atadas al sentdo de la vsta. Cora se transrma y se debta scamente ante la mrada de su amante. De una rma smlar, el ngreso orgásmco de Alnzo en el Templo del Sol, es representado como una experenca sual en la cual la oscurdad da paso a destelos de lu y a la reelacón enceguecedora que traen consgo Fnmente, el trágco fn del Impero Inca se ve cuberto por metáras de la ceguera

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L ÜPERTA INC

de os cudadanos ncas que desvían os ojos de bebé que nace muerto y que es prvado de a oportunidad de ver o sentr. Muere sn aber aberto sus ojos a a uz, sn aber sentido sus nrtunos". Es nteresante señaar que Marmonte, quen hace e uso más expcto de lenguaje de a sensacón vsua, tambén es e único autor en cuya obra se legan a consumar as reacones sexues entre a nca y e españo. De esa manera en a novela de Marmonte a vsón es ago que está vncado a un sentdo de direnca. No obstante, al gua que otras obras de a operátca nca, construye esa dierenca como una experenca o contacto sensua entre dos cuerpos esencaente sares. La direnca per se no es todavía un problema vsua. Tanto Zia e sus grabados, como Pani Pa en e escenaro, usan vesmenta europea. Una lta smar de preocupacón por e po de vestuaro que podría disnr a os ncas como otros" sale a la superfce en as ustracones que ncluyen a Cora, en las dos edicones de a novea de Marmontel (1  y 1 81) . Mentras otros ncas son mostrados con la vestmenta más o menos exacta de monarca nca, os artstas resaltaban de un modo consstente la naturaeza sexual del cuerpo de las vírgenes del so. Los grabados de 1 representan a Cora con un tocado de plumas y una lda sares a aqueos que Voltare asgnara a Azre7 • Su cuerpo desnudo y su desamparo transmten a nocenca y volacón del Nuevo Mundo por parte de a ujura y barbare españoa. En 1 8 1, e cuerpo desnudo de Cora se a convertido en el únco motvo vsua de la istora de Mar montel. Tres de los cuao grabados que acompañan esa edicón representan a una Cora de nuda o semdesnuda. La cuarta muestra a Amaz, su contraparte azteca que, como as ticas amazonas, tene un solo seno Iguamente, tampoco los pos de derencas enopcas o fsognócas que emos egado a entender como raza" fguran en los lengajes, ya sea descrptvos o gráfcos de a operáca ca. Za uen teralmente e sobre sí la carga smbóca de a conqusta es representada en los grabados que acompañan las útimas edcones del lbro como una mujer hermosa, cuya complexón y característcas la acen nstnguibles de sus smares ance sas 72 . En a novea de Marmontel, Amaz y Cora sgnifcan la vnerabdad de la cvzacón amercana nte la brutadad de os españoles Como conos gráfcos de las amércas, sn embargo, n Cora  Amaz tenen las caracte rístcas scas n la fsognomía que e sglo X egaría a dentfcar como propa de os ndos" Incuso en as lámnas que acompañan a los relatos

Véase l n �O. En las representacines gráfcas, Zia aarece ttalmente vestida, inclus rencia de Cora- en el moment de s er sacada a rastras del Temlo del Sl 71 72

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DEBoR PL

más sobrios de Frezier, Feuiée, Bachelier y La Condame, las mujeres dias eran representadas como idéncas a las europeas. Su dierencia no reside en sus cuerpos, sio en el gdo de su perección. A los Incas, relexiona Voltaire, "sólo les ta nuestros vicios para ser totalmente iuales a los europeos En la medida en que durante el siguiente siglo el cálculo de la "dieren cia se iba haciendo cada vez más visual, la posibilidad de que se hiciera ácilmente ua afrmación como la de Voltaire se zo cada vez más remota. Las vírgenes del sol y las agendas utópicas de la operática inca ya no sobrevivian a los lenguajes de raza y po a través de los cuales el siglo XIX reimaginaría las comprensiones europeas sobre eos smos y sobre los "otros

CAPÍTW 111

UNA ECONOM DE L VISIÓN

"Empecé a cansarme de encontar a cada paso sólo inios y meszos, todos vesdos de la misma frma.. (/des d'Orbin, 1854) .

E 1 739, el mismo año del asesnato de Senergues en Cuenca,  Condane nalmente mdó el merdiano en Quto y Alzire gresaba al segundo año de su presentacón en París, el rey de Franca nombró un nuevo ntendente paa el Jardn du Ro. E elegdo para el cargo e un naturalista de trenta y dos años lamado Georges Lous Leclerc, Comte de Buon Desde su poscón en el Jardin du Ro, este hombre llegaría a tener el supremo domio sobre las cencas bológcas fncesas, hasta su muerte en 1788, sólo un año antes del nco de la revolucón que transrmaría para sempre a la socedad fncesa, así como la polítca europea en su conjunto En su calidad de "jardinero del rey, las aspracones de Buon eran necesaramente enormes Su tarea después de todo, era arcular, por un lado, na losoa de la naraleza que pudiera vorecer el orden soca encarnado por el rey y, por otro, un método que pudiera avnzar s no ternar el proyecto encclopédico a través del cual los ósos del sglo XIII esperab obtener el conocento del mundo Como parte de su esdo ntegral de la naturaleza, Buon consderó a Amérca del Sur como un problema "especal''. Sus deas sobre este stante connente son algo sorprendentes, dado que las rmuó en momentos en que otos parsnos atestaban las saas de balet y los teaos para ver a los cas de Voltare y Raeau. Su punto de partda e el clima. Desaando los relatos de vajeros como Feuée y Frezer, Buon descrbía el ca de Amérca del Sur como unirmemente río y húmedo Poa como evdenca los tamaños relatvos de los amales del Vejo y del Nuevo Mundo Armaba que el tapr del Nuevo Mundo era más pequeño que el eleante del Vejo Mudo; que los camélidos amercanos eran más pequeños que los camelos del Vejo Mundo; que el puma era más pequeño que el león, y así por el eso. Esta dieenca de tamaño e tomada como prueba de una erordad total de los animales del D'Orbigy, 1854, p. 3 1 1 . (7

7

DBOR POOi.E

Nv Mnd, y d a ialdad d s ca, pus Bn cía  só s cas cáds pdían pdci animas gands2• E hm n stv xnt d sta y nvsa p a c s clmas hds pdcían ss vivnts cy tamañ a mn: Aunque el salvaje del Nuevo Mundo sea más o menos de la msma naturaleza que el hombre de nuestro mundo, esto no es sufciente para converto en una excepción al hecho general del menor tamaño de los seres vventes de este connente [América del Sr] El savaje es débi y ss órganos reproducvos son pequeños No tene velo en el cuerpo ni barba, y no siente ningún ardor por su mujer. Aunque más gero que el europeo, porque está más abituado a camiar, si embargo es mucho menos erte de cuerpo. También es menos sensible, aunque más cobarde y ocioso No ene guna vcidad, n actdad espi. La actdad] de su cuerpo es menos un ejercicio, un momiento vountario, que una acción casada por a necesidad Príveos del ambre y la sed,  al mismo empo usted destruirá e prncipal actador de todo su moviento; permanecerá tontamente en reposo, o de pie, o ecado, a veces durante das.3

Dos cosas aman a atnción n la dscipción u Bn hac d la natralza y os puelos d América dl Su: s intés n s tamaño y s prcpación por lo qu, n térnos genrals, pdía denmnars s vta idad. Ls anmas del Vij y dl Nv Mndo, arma, son stcramnt my simas La lama es como l camelo y  lant s com el tapi. Pr s dncian n s tamaño. En  caso d os hmanos l drncial d tamañ stá acompañado por la alta de "vgr sxa  poducvo. El tip d incia u pocupa a Bu on n la dscripción s la dirnca gnral  sistémca, y no a dtalada y spcífca. Ls hmans d Nvo Mnd sn dints -y más in eplsvamnt dernts- a casa de la propia nataza d s s. En otro lugar Bon dscr e clma u ha producido sts hmans aantes n términos sopndntmnte táces  incluso vscrals: América de Sur, escri, s mojada, pgajosa, angosa, nmohci da, húmda y ría. En tal medio amnt só pudn prspear nsects y epes. Cietamente specula ranas, sapos, srpients y "otras estias de est po "n ningún lug son tan grandes como en  Nvo Mndo4 Considéese la rma muy dient cmo chnta años después otr ancés, Alcdes d'Orbgny descrbiría a los indos sdamericanos:

L esenci del umeno de Bufn sobre ls especi es del Nuevo Mundo parece en el ensyo Amux cmmuns ux deux continents", publicdo en 1 76 1 en l Hitoºa nat1rele, vol. IX (Buon 1 49- 1 809) Sobre l excepcionsmo ecno, vée Gerbi 1 982. 3 Buon 1749 1 89 X, pp 443-4 Buon: Amux comuns" p. 106

UNA ONOM DE L VSIÓN

79

PRA A. D-ERUANA. PRIMERA SCCIÓN. PERUANA.

Color: aceitunado. Estatura pmedio: 1 met 597 milímets. Foas mazas tnco m largo en laón al counto. ente incnada haa atás; cara largay olada. Naz laa, m aguileña, agrandada en  base. Boca más bien gande, bios medianos Ojos hozontale con córnea amaenta. Pómulos no pminentes. Rasgos pnunados. inomía: seo, rxvo, tste. 

En esa descripción de los sudamecanos de imediao saa a la visa la severa por momenos despiadada división del cuer. E ino esá hecho de ene, nari, onco, y así por el eso. Su boca e s grde, sus oos arenos, su piel aceinada. El lenae que D'Orbigny ua para describir la diferencia se parece más a una inspección o disección del cuerpo del idio en agmenos, y le ieresan poco os modos sisémicos, áctles y esétcos de describir la irencia como e e caso de Buon. El lenae de D'Orbigny nos suena faliar porque es e lenae de la eoría racial del siglo X. Pero, ¿qué es lo que realmene separa esas dos rmas de describir y eorizar l ido sudamericano? Una de las explicaciones sería que la descrip ción de D'Orbigny es produco de una endencia general hacia una mayor precisión o exaciud en la descripción, hacia o que podríamos denominar una conabildad vsual. De hecho, na gran direncia enre D'Orbigny y Buffon era el hecho de que el primero pasó ocho años en América del Sur. Su relao llev consigo la auoridad del "estgo presencial. Ora explcacin podría relacionar los muy direnes e stlos de Buffon y D'Orbigny, con una drástca rupura hisórica enre los drenes "episemes o campos episemológicos, caracestcos del pensamieno europeo clásico y moderno6• En lugar de ver una hisoria coniua o progresiva que se dirige hacia un mayor resmo, esa propuesa planea un quiebre o rupura enre la mirada nauralisa de Buon, propia del siglo xvm, y la écnca clnica de D'Orbigny, propia del siglo XIX. Por supueso, en realidad la hisoria que separa a Buon y D'Orbigny no constuye una rupura oal ni una ransición fác. En ninguna pare eso se ve más claramene que en el concepo de raza que subyace a los relaos de ambos auores. Si, por ejemplo, razáramos el concepo de raza como una jerarquía de diferencia eséica, muy fácilmene podríamos argumenar a vor de un laje conuo que vincula a Buon ue en oros exos ambién se

D'Orbigny 1 839, p. impresa.

6

250.

Foucault 1973a, 1973b

Se ha reproducido la cita en la misma rma como fe

0

DEBoR PLE

tró uy tr   ró  lr    u  D'Org D u r r,   ró u D'Orgy   rtrí  l txr y  r      ur,   u  v u    r  Bu, uu   trr Su l, ,  i, ul, u r at, t uav   té,  u lr rur rt   gr y u   rt7• Lug, ¿ó  x la ráta ra tr Bu y D'Orgy rt d ls   ró l ur? ¿Có rl a t irt gua desrtv n las ire y la ltu ls  su rv rnsne r  ra? E t aítul xpr  tmas itór y mtlóg u uya  ta rgunt, a arr el traa d tre utr ue  hr nd r u ras sre éra del Sur. E rmr lugar, aliz la rlaó ntr l spao y la erceó en la ra d Bun Lueg nsder las muy rntes ténias de saalizaón y vsualzaón de exander v Humoldt, el más mprtant rt d Buo. Aunu la ora de Humldt s mortant en una sr de asets, n el resnte traao m entr  su lsa de la prpón vsual, su tría el asaje, y las rmas n u su mrada fgómia" xluy a los sujetos humanos. Fnamet, xamin l urgmeto d u enguae de qva, mpratv  lóg   sdio d D'Orgny sobr las razas udameaas Soteng qu sól rv st ngua paaadr y staís del p, dms rr la rá trasrmaó u tuv ugar  las mrensns ur sr la raz urant los añ u pararon a B un y D'Orgy E JAINERO

D RY

Cualqer análiss sobre la ra de Bun de omenar por examinar a nsttucón que él nabezaba8 El Jarí  Ry, ndado n 1626 mo u jardn de plantas medcnales, haía d mpado en las déadas aterres a sglo XVIII hasta onvertrs n un rdí otáni xrmentl. En 1793, uando Bun asumó la reón, l Jarn luía además e los huerts uy tamaño Buon haría reer hast más l dole, vars difos u argaa a una oleón de espímes de hstora natural, onods

D'Orbigny 1 839, pp. 6-7. M relato sob la vida de Bufon proviene de la excelente biograa rezada por Jacques Roger (1 989) Sobre el Jardín del Rey, véase ssus 1 964. Luego de la Revolución, e Jdn del Rey se conviró en el Museo de Historia Nar.

UNA EONOMIA

DE L

VSÓN

1

oo Gaiee e Re Los jaries y e gaee, e ojuto, oeiero a uo y a sus oegas u aute aeria e vesgaió sore a a y a ora e oa uropa, así oo ua sigifaa auue go a ar seeió e paas vivees y espeies e aiaes preservos e Meio Oriete, Idia, Aia y Aéa9• E Jarí y su Gaiete, por ser uo de os pipaes eos e ives gaió e Europa, expresa el terés de Estado aés e la istoa aral y e as ieias iológias A vés de su eego a la ivesgaió iea, a Coroa auetó su presio en Europa. Si ebargo, e ipuso ieoóo proporioado a proyeto ipeia de Frnia por e epeño e a ieia e esur s eyes uversaes o gloaes e la atueza e de ua ipotaia aú ayor  visitar el Giete e Rey y asisr a ases reaas e e Jar, os setores e a emergete uresía e Pas po paripar e los utos e a exporaió reaizaa e e exeor E este seo, e Jar uplió ua sió pegógica propagaora uya portaia para os iereses rees era tata oo a e su stas e ua oleió e ivesgaió10· E gra úero de persoas ue asisa a lases e el Jarí tato eusiastas ovatos oo aadéios proesionales ayuó a overtir a uo e uo e os autores ás leíos e Europa. Su ora aga e a Htoire naturee, générale et parculiére1 1 • Sus uareuao volúees apia ete iustraos, ue se puiaro a lo argo e io déads, oeía u restro eiopéo e os es e aiaes y plaas ue uo haía vso e e Jar y e Gaiete e Rey e Pas, e la oleión zoolóa de Rey e Versaes, y e as uerosas exposiioes ierates ue pasaro por Fraia e e siglo II. Si a Histoire naturel e uno de los ibros más populares del siglo XIII, elo se eió e prte al heho de ue relata u historia reativaete simpe Buon sa todo, desde  direiión e s espeies hasa a izió, e un solo proeso: el eniiento grdu de l tierra, oenzando por los polos. En l meda e que e lim se tor ada vez ás río, los grandes iales ue supuestaete haía reido e regioes áids se exiero o se veron rzdos a igrar a sur haia  zoa tropia. Ya ue L colección ericn inclu espe címenes ndnos tídos por Feu ée y por l misión L Condmne. 'º El Jrdn se direncib de otrs insituciones de educción supeor en vos spectos: ls conferencis ern en ncés y no en ln; ls clses ern biertas  estudntes extrnjeros, y no se rque reqwsitos cdémcos ni inscripción previ (ssus 1964, pp. 314417). Sobre ls spirciones colonles y ls ciencis biológics en el siglo X V I I veáe Broc 1 97 4; Morvi 1 967, 19 80; Mornet 1 9 1 1 ; y Roer 1993. 11 L Htoi natrle (en delnte H N s e vde e n siete sees que s e publcron entre 1749 y 109

8

DEORt Po.

e penaa que o ca má cdo eran el orgen de a pie má ocura, e apearía a ete mmo proceo para expicar a variación en e coor e a pie uana12 Buon pona como evidencia para u teoría o óie de mamu en e norte europeo, aí como e eco de que a gente nega y tamién o eene, a jra y otro amae grande, e aaan óo en a regone opicae de Viejo Mundo. Aunque eta expicacón acerca de a varación de a epecie y e coor de piel parecería correponder muy ien a Vejo Mundo, e vo te ero proema para apcarse a Nuevo Mundo. No óo uceda que no aía pueo nativo "nego en o trópico amercano, no que aguno de o pueo e pie ocura vivían en a regone poare de América e Norte y de Sur. Tampoco os aniale de Nueo Mundo correpondan a a predc cione de Buon. En e trópico amercano no aía naa comparae con e eente o a jra. Ciertamente, todo o grande mamero vvan en e ejano norte, incluyendo e ace, cuya caeza Toma Jeeron envó a Buon en un intento de earatar u teoría1 3 Para ajutare a a evidencia ercana, Buon eaoró u doctra e excepconamo udamercano. Eta doctrna panteaa que en e Nuevo Mun do toda la epece aían nacido orignamente en e norte, one aía aundancia de "moécula orgánica. A parr de a, o animae arían migrado acia el ur ata que egaron a io de Panamá donde a monta ña -upuetamente- eada e impidieron entrar a América de Sur. A cau a de que eta epecie de norte, no puderon entrar, América de Sur e vo "reduca a u propia podade [y] óo do origen a animae má déi e y mucho má pequeños que aqueos que han venido dede e norte para poar nuetra regione meronale14• Lo umano -que para Buon contuan una especie orgnada en el Viejo Mund no etaban exento de eta ley general de empequeñecimiento cuando mgraron a ur, hacia e "Nuevo Contnente Pero, ¿cómo expcaba Buon el mecanimo a travé de cual e clia podía acer que lo orgasmo dmnuyan (o aumenten) de tamaño? Para entenderlo es necesaro consderar do caracterítcas de a teoría de Buon: su comprensón espac del clma y su teoa de la generacón. Para Buon, a pabra cima/ e usada ndsttamente con contre o regón, para referrse a a

12

Sobre las teoas de B uon en torno a la vaación humana, véase Roger 1 989, pp 223-247, y Todorov 1 994, pp. 96 1 06. Sobre las razas amecana, véase aétés'', HN, vol. 111 (1 749), pp. 509-51 2. 13 Glacken 1 967, p. 68 1 -682. Sobre respuestas laoamecanas a Buon, véase Brading 1 99 1 , pp. 460-462,  Gerbi 1 982. " Bufn, citado en Rger 1989, p. 546

UNA ECNOM

DE LA

VSIÓN

8

anja atdna dnida por a tmprara y la humdad, aí omo por a ditana d a na atora15 En potror voúmn d la Histoire naturele ta mnón paal d paón d Bun   traadando ada v má haa algo muy pardo a dro modrno d naón Cada anima ría Buon n 1 7 6 1 - "tn  paí,  trra natal, n la a prman a aua d u propo rqurnto o; ada uno d lo  l hjo d a rra qu hata, y n t ndo  dría dr qu t o aqul animal  orgnaro d t o aqu ima16• En u útima gran ora, rta n o año qu ondujron a la Rvoluón Fransa, Buon agna a ada anima una úa "patra d orgn17 Buon xpaa a orrpondna n ta "paa y a rma d vda qu lorron a u ntor, a avé d u propa toría d la genraón q, n rto modo, ra dionráa. Rhaando a toa popuar d hom1nc1/1s, Buon aplaa má n a la aón d "organmo moluar qu tuvron prnt n l mdo amnt dd ant d la aparón d la vda y qu  omna y romna d aurdo a la onon láa prvalnte. Cada rma d da, dí taa modlada por la tracón n l emrón y la parcua ora aorda d la amntaón; d a qu ra pífa al ambene parcular n el ual  almnto  haía ornado. Para reponder a la preta de cómo  qu ada nua gnracón d na pe  pare a la tror, Buon pltaa la xitna de n "parón ntror. E parón ervía omo na pe d planla para uar la par ula orgáca qu los miemro ndidual d la p aorn a avé d mnto. Sn emargo, puto qu Buon rconoía la xtnca d ólo do paone uno adeuado para l trópco, y l oo para lima templados  patrón por í mo no poa dar cuenta de la aparenca que duo o epece asan18 En Amérca, o do paones uvron má erncado por la abundanca y la scaez relava d molécula orgánia en éra dl Nor y Améca del Sur, repecent.  eror de esa teoría haía lugar para la nervncón na ólo n  entdo reco d que Do determna la ley uvrale que gobern la combnacón de parcula moleculare n torno a o paon19• En l 5

Para referire a  o que hoy e n da conocemos como clma e n el sendo d e condiciones aoféricas, Bu on utiizaba e término ir Véase Broc 1969 p. 173 6 "L on", HN IX (1761) vo. 2 citado en Roger 1989, p. 173 7 L noción de patr ia de orien" está dearroada en Époq1es de l nt1re pubcado en 1787 como e quinto de o siete voúmenes de 1 de a Histoire nt1ree. Véase tam bién Roger 1989, pp. 544-555. 18 Sobre e patrn interor, véae HN, vo. IV, (175) Sobre la teoría general de Buon acerca de a geneción, véase Bower 1973 y Roer 193 pp 542558. 9 Bower 1973 pp. 275-276; Glacken 1967 p. 518519; y Roger 1989 pp. 37839

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DEBORAJ 1

PoL

Fgra 31. Cambo de color de piel (1 799)

mundo de Bun tampoco h abía ugar para ngún mecanismo por e cua la conrmación de cerpo de los padres podría actar a locaización específca de las "parculas a interior del embrión para que a descendencia asumiera a isma rma o ipo que el padre o madre. Aunque esta teoría de patrón interior reconoce indirectamene a esencia de un protoipo genera de va rias especies en la naturaeza, e rol causa que él asignó a este patrón típico e decididamente secundario al que e asignó al medio ambiente En otras paabras, ni Dios ni la herencia, ni lo que el sigo IX legó a entender como el principio bioógco de la herencia racia, iterviieron en la teoría de a repro ducción de Bon. La brecha que separa a Buon de una moderna comprensión sobe raza y herencia, se hace más cara aún si consideramos la avesión qe duante toda su vida mostró hacia la noción de "ipo. En a Htoire nature//e, Buon describ a la nauraleza como un co1tnm intacto o un tejido (reseau) horiontal de seres inteelacionados cuyas conexiones, si bien podían describirse nunc podían ser fjadas en el iempo, y donde cieras especies acaban como categoías transicionales o como vncuos entre otas categorías mayores y más esables de seres "La naturaeza avanza por gradaciones desconocidas es criba Buon  pasa de una especie a o tra y a menudo de un género a otro, por maices imperceptbles2º. Asimismo, nnna categoría de la naturaeza 20

"Premir discours,

HN 1

(1749), p. 3.

UN EONOMIA

DE LA

VSÓN

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er nmute Pr eemp, e cr e  piel umn pí cmir cn e cm y, cm reut e e, "un p in re cuent e c  mren y e mren  ner21• Et cmi en e cr e  piel et cmpñ pr  crrepniente cmi en  imí e  pern (iur 31). E crácter cnnente e icnstante e  epecímene vue rinó que Bun cnsierara que a ie mima e ps   iee e un impia lógica Daa eta pinione re natuaeza y p, n es orenente que Bufn eemara a nueva ciencia e la tnmí e nneu,   que enminó "un ren ritrari puesto pr l mente22• Ls iferencis que epn    nturaita iban de acuer cn o cmi en  igni cad de "nación y "raza que hemos vist perar en e cpítu 11. nneu deí a la eecie com ps idees que existen en a natuaeza. En tant cncepto imutáneente espacia y estaític, u ie e epecie preuró e cncept mern e plación y, l que e má imortante par nues prpóit, un scur ilóco nvecentista en e cu as "zas umna pían ser teriza y ervadas a travé e a tecnoía espacia y visua de a "tiicción  objetar que la natualeza n cntenía tales ntera as, Buffn enió más bien a las "esecies como la "cntnte uceión de inviuos imires que e reprucen23• Eran los laz herentemente invsibles de  ane y la istria los que agruaan a  iu en rup, especie  ncines. No incluyó ninn crteri e si vsual  psicóica. De acuer cn este scuso astocátic ore e naje  la especie, Buffon e rea  puebls que abita cima parcuares cm "pue (euple)  "nacine. A través de miles de pán de ecritura muy ramente utizó el términ más ambi de "raza24• Si se anaza la oba de Buon de esa manera, reulta un poc más ci entende la imptancia oítica de su Jarín del Rey. Dese su atri, e ainer del ey enseñó alo más que una tea de la natueza. Él pantea un visión del mundo en a cual las epecies y las "razas eran denias r el derecho de ucesión. En este sentido, la desinteresada ciencia otánica que se praccaa en el Jarín del Rey tuvo much que ver cn e ámit cada vez más cuesnado de la nación ancesa de sigo XVIII. Ciertamente, por casi 21

Roger 1 989, p 242 Premier dcour", HN 1 (1 749), p 1 3. Sbre el debate Bufn-Linnaeus, véase Slan 1976. Foucault (1973b, p 135) desema el debate y enza qu los dos hombres com parí el dscurso de la clasicación. Sin embargo, estas comprensiones -t simlares sobre el po y las especies hablan de la dipadad de la rupra epistemológica que Foucat itúa entre la histoa natural del siglo XI y la moderna biología. 23 De l'asne", H IV (1 753),citado por Sloan 1 976, pp 370371  24 Roer 1 989, p 24. 22

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DEBORI



inn ñs,  Histoe nature/ d Bun y, pr siin,  Jrdn d Ry nsiyrn s más imprans ars nr  rvin sm   ini d nnaus imp25•

E MÉTDO DE lA DCRIPCIÓN

H nad n rma xtnsa dos caracríscas d a histria natural d Bun. L prra s rfr a la structura trrtrial a través d a al Bun ní  as "rzas matrials ( clima) qu causan la variain d as spis. A rspt, h sugrido qu l lnaj d Bun ps cira ai dd n l dsurs mdrn d nación La sgunda impla s mprnsin sr as spis y la gnracin. En st as h sugrid xatamn  pust: u su dfniión d anen gime (antigu rémn) d as spcis staa mtdlgia y discursivamnt n dsaurd cn   pdríams nsidrar n mprnsión mdrna d a idndad rai. r uisira xaminar más srhamnt la osa prptva qu, n ir sntid, impi a Bun ampiar l nguaj spacalizadr y tpfcadr, qu s inhrn a su tría lmatlgica, hasta la clasifcacón d los nimals y s srs hmns. A srr la tnsin xistnt ntr stos ds aspts d la ra d Bn, pdms cmnzar a plantar un onjunt d prgntas sr a rain nr visin y spaci n ls nuvs ps d scurs racial qu mrgrían n as décadas pstrirs a la murt d Bun. Para Bn,  jtiv d la dscripcin ra capturar la sncia l u Bn dnminaa "l tut (l tod) o "!'nsml ( conjunto) d n anima. Esta snca, afrmaa, s mjr aprhndida a parr d las pmras imprsins qu rcms d un dtrmnado jto. "En st golp d vista coup d'oei qu lanzamos haca una csa, prcimos  conjunto (/'ensemble) y a totalidad (ota/ie, ants d qu pdamos snguir las parts6• Para cmcar l q s ha captado n sta primra mrada, Bun pra os dibujos y no las palaras, pus l caráctr lnal d las dscpcons vras ia n sndo contrao a la posdad d captar la cualdad mprsonista qu la mrada tn. Solamnt a través d las palaras, armntaa Buon, ra posbl ver la natrlza solnt n rma parcl. Tal losoía de la descrpcón s asaba n na dtrmada comprnsión d la prcpcón sensoral Bon ngaba la stncia d na dntdad ntr los vntos y los objtos n l mundo, y nstra prcpcón o snsacón rspct a los. Por l cntrar, él plantaa "n paralsmo lbzano 25 26

Véase Sloan 1976 y Stafeu  9 7 , pp. 267-336 De la descrption", HN, IV (1 749), citado en Reynaud 1 990, p 364

UNA ECNOMA DE

LA VSIÓN

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entre un orenamiento apropao e as eas, por un ao, y a vraera sucesón e acontecentos e muno, por otro27. Para uon, e orn  as eas o a secuenca e os pensamentos que este paraesmo provoca en nuestro nteror conrmaba a presón más veraera ante nosoos y nos reacona con os objetos exterores que poemos percbr como vraeras reacones, pues en recón a nosotros eas son varabes y sempre constantes 28. De esta manera, e hombre se manene separao e a naturaeza en tanto ente e la percepcón sensora y, en consecunca, tambén se separa e conocmento a través de cua es posbe entener a a naturaeza n su conjunto. Para efr al hombre, Buon prvegaba el sento e tacto y no e sento e a vsón. "Es sóo en vrtu el tacto scrb que pomos aqurr u conocmiento completo y veraero; es este seno  que recfca a toos os o trs [] sn e cua toos os eectos seran sóo usones 29. Como centro rerenca e la epstemoogía percepva e uon, e cuerpo sensora tambén constuía e punto e para ncesaro para cuaquer tento e clasfcar e muno natura. Los objetos de l Histori Nturl se juzgn en térmos de ls relciones que enen con él [el ombre] Aquellos que le son más necesrios y úes estrán en l prier l Por ejemplo, en el orden de los nles se drá preferenci  cbllo, e perro y l vc Luego se interesrá por quelos que, si bien no le son fires o hbitan en los mismos lugres y los ismos cims, como el ciervo, el conejo y todos los nmles slvjes . Sucederá lo mismo con  todos los otros productos de l Nturlez: [el ombre] los estudirá en proporción  uso que pued cer de ellos30

De acuero con este oren más natural, uon y su coaboraor Lous Jean Mare Daubenton concberon el pan orgnal e a Histoire naturel como una sere e círcuos concéntrcos que graban en torno  hombre. Aquelos animales que ocupaban os círcuos más ntrnos eran aqueos que tenían ua relacón más estrecha con los humanos. Y aqueos qu estaban en los círcuos más externos eran aquelos que tenían poca o nnguna uta para el hombre31 • Esta estructura concéntrca se reproducía en e métoo escrptvo y representaconal de Buon En a Htoire nauree las istancas relatvas que separan al hombre e especs tales como a ama y e perro, se escrbían 27

Sloan 1 994 p. 24. 28 Histoire gnrale des anmaux", N 11 (1 49) citado en Sloan 1 96 p. 368 (el énsis es mío). 29 Des sens en gnrale", citado en Roger 1989 p. 214. Sobre la impocia del tacto para Bufon, véase también Roger 1 989 p 561 Sobre la prevalencia del tacto en los re nes percepvos del siglo XVII, véase Cry 1 990 pp 59-64 0 Premier dscours", N 1 1 749) p 1 3 citado en Sloan 1 976 p 360.  31 Reybaud 1 990 p. 365; Roger 1 993 pp 528-542.

DEBOR Por.E

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Figra 32. Lamas (1749)

oo produto de su ulidad reativa para el hore. En el lenguaje visual de a iagen, se sugería la "utildad a través de la jearqua espai que oen zaa del hore, de éste al perro, y de éste a los aales doésos (Figura 3.2) Un paón siilar, de jerarquía onéntria, aniaa las despiones que Buon hizo de deterinados aniales Todos los aniales sriía Dauenton- "se pareen uno al otro en e entro y se dierenian en los extre os: la ola, a ano, los uernos, los órganos del oento32 Para Buon, esta ténia de desripión signfcaa que el arsta deería oenzar por el orazón de ada aal y "luego overse progresivaente haia la perieria donde todos los seres se diereni33• Esta ténia no sólo era radialente ierente de la taxonoa onu rrente de Lnnaeus, asada en la desripión agentada de la orlogía de plantas y aniales. Era taién totaente isí de la oprensión de la direncia, que legaría a ser arateríso del pensaiento del siglo XIX. Buon deenda una comprensión oncéntria tanto del espaio oo de la ra en que el ojo lo aaviesa. En este ordenaiento onéntrio y tá de la perep ión, se peribía que la dierenia era reiente, sea por el grado de "utilidad que diereniaa a los diversos anes, sea por las azadas variaiones que dierenian a un individuo de otro, o sea por el grado de dierenia que Daenton y Buon asignaron a eno y la perieria del uerpo de un ani lZ ''

Cito en Rynaud 1990, p 366. Rcynaud 1990, p 365

ÜNA EONOMIA

DE L

VSÓN

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. Un atz de variacón, el color de la el, o la suerfce del cuero aarecía ercebleente en el sente. Coo vereos, este atrón esaca ara a visuazacón y la reresentación de la derenca era uy lejano a aquel de los esacos vcuados, dscretos y contguos que Humboldt y otros cenfcos del sgo XIX deendieron coo edos ara disclinar la irada cenfca. E GR HO En las reras décadas del nuevo sglo, as teorías de Buon sobre las eseces, el clia y la generacón recberon arreedas desde diversos entes. Sólo algunos años desués de la uerte de Buon, el étodo leano e consagrado coo a cenca ofcal de la Revolucón, y la Histoe naturelle e reescrta con el  de ncororar la terinología lineana. Uno de los crícos ás nuyentes y eligrosos que tuvo Buon e el célebre ajero y geógra rusano Friedrich Herich Alexander von Huboldt, quien arreeó contra Buon desde dos entes: or haber vajado reente a Aérca del Sur, oa reunr evidencas contra las aacones ás escdosas de Buon sobre la naturaleza de Aérca del Sur. En segundo lugar, deenda una etodología visual basada justamente en la nocón de o contra a cual Buon había luchado con tanta digencia. Huboldt había nacdo en Berln, en 1769 Por el lado de su adre rusano había heredado su ostura de nob/esse de robe. Por el lado aterno ancés adquirió no sólo vncuacones con la buresía coercal en exansón, so tabén la sustancosa herenca que fnancaría algunos de sus viajes y ublicacones. Luego de una breve carrera de geniero y adinstrador de las inas estatales de Prusa, Huboldt cabó haca el ás roánco ofco de cenfco vajero. Insrado or las exedcones que Bougaive y Cook hceron al Pacífco, así coo or las aventuras aazónicas de L Condae uyo obra había leído en 1 797 nicalmente Huboldt se rouso eprender una expecón alrededor de la Terra35• Coo rearacón, vajó or toda Europa, y varas veces cruzó a e los Ales. Luego conteló la osbdad de realiar una exedicón en coaa de nobles ngleses, con el fn de estudar las anedades de Egto. Fnalente, juntaente con el botánco Aié Bonland, hzo varos ntentos de viajar a Á ca del Norte. El rier ntento e desde Marsella, y el segudo desde España, donde una vez ás la magi

1969.



Sobre la vida  educación de Humboldt, véase Botng 1973 Bruhns 1873; y Minguet

"

Sobre la infuencia de L Condamine en Humbldt, véase Minguet 1991

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DEBORH PoL

nación de Humboldt se desvió, e esta ocasión, de Agelia hacia Aéca. Finalmente cotando con la necesaria bendción de la Corona de España en unio de 1799, Humboldt y Boplad pareron de Europa. Pocas semanas más tarde, el 1 6 de ulo, llegaron al pueblo venezolano de Cumaná Luego de una gira de dos ños por Venezuela y el Orinoco en abri de 1 8 0 1 , Humboldt y Boplad emprederon viaje haca el interior de érica del Sur desde la osta caribeña d Nuev Graada Luego se abrieron camino hacia el sur, a lo largo de la or ra de los Andes aavesado Popayán, Pasto Quito, Cueca, oja y Cajr y or las udades costeras de Trullo y Lima (Figura 3.3) Luego de u es e Lma ode Humboldt legó a desesperarse a causa de la inderecia de los criollos ente al interior ndno del Perú y el pasado ia- los dos ciefcos se embarcaro con deso a Méxco6• A año siguiete, ya de regreso de Améca, Humboldt se estableció en Pas para dctar conrecis y escribir sobre sus estudos en América Su rimera publicación, el Essq on the geograpf  plants, aareció en 1805. A éste le sguó un lbro publicado tres años después, Views  nat1re, que llegó a ser

Figur 33. Pso de Quindiu en la Cdier de los Andes (1 8 1 0) 36

Vase especialmene la caa a Don Iaci Checa 1 803 en Humbld 1 980 Lima e un de ls pcs lugaes de Amica donde las teas de Bun sbre la infedad amecana hallaron partidarios acs (Bdn 1 99 1, p 49). Sobre la idencación de la ma colla cn Europa véase el capítl V del pesene libo

UNA ECONOMA DE

L

VSIÓN

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su bro más popular. En 1 81 0 publcó un volumen compuesto por tograas tado Views  the cordilras and monuments  indenous peoples Ameca (que de aq en adelante lamaremos Views). Luego, durante las tres décadas siguientes publcó treinta volúmenes de obras cienfcas, a los que tituló Trave to the equinocal regions  the new continent in 179, 1800, 1801, 1802, 1803y 1804. Finalmente, y sumándose a lo que él consideraba su obra cienfca más seria, Humboldt también pubcó un recuento de tres volúmenes sobre sus expe riencias de viaje hasta Cartagena37• No es exagerada la inluencia que las obras de Humboldt tuvieron tanto en su Europa nati coo en las nuevas repúblcas lanoamericanas Para los lectores anceses, acostumbrados a los ntásticos excesos de las obras de Buon y de la Oeráa Ica, su Views proorcionaba una mirada scinante sobre la realidad de América Su obra también presentaba, como veremos, una visión racalmente erente de la hstoria americana Para aquelos que soñaban con proyectos olonzadores y comerciales en las inquietas colonias de España, ravels constitua una coberra enciclopédica de la geograa, botánica, zoologa, astronoa, lma y oltica de América del Sur y América Central Para los hsoaeranos riolos y patriotas, su obra ons tiyó la prueba del carácter singular de su asaje, recursos e hstoria Otros autores han esado las contribuciones de Humboldt a la iden dad latinoameriana, la geograa euroea, las ciencias biológcs y los rela tos de viaje3• Estoy de acuerdo con estos críticos, pues entiendo que la  uencia de Huboldt en el esaento americanista es un producto tanto de la envergadura de sus asraiones como de las particularidades de su mé todo Sin embargo, en el sguiente análisis centro mi atención en las teorías de Humboldt sobre la vegetaión y el isaje M argumento es que su trabajo sobre América del Sur debe ser etendo oo parte de una nueva econo ma de la vsón en la cul los rios eretivos del undo conéntrco y tátil de Buon serían reelazados or un dscurso tipológico o fsiognómico sobre la exerienia vsual

L MRADA FISIOGNÓCA

De manera uy slar a Bu, uya corensión del lima/ conlevaba un omonete terrtoral, uboldt osderaba que el udo estaba cor 37

Humboldt 1 8 1 4 - 1 8 2 5 ; traducción  inglés en Humbldt 1852. Sobre la inuencia de umboldt en América Latna, véase Bradng  9 9 1 , pp. 5  4  534,  Pratt 1992, pp  1 1    3  Prat también anaza la estética  esl narraiv de Humbldt. Sobre Humboldt  la moderna gegrafa de la vegetación véase Cannon 978 y Nicolson 1987 38

DEBOR Po.E

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mado por reones, cada una de las cuales tena "sus propias características distintivas39• Sin embargo, las simitudes con Buon terminan aí. Para Humboldt, la región naral era un todo orgánico y observable, cuyo carácter dependa menos de tales cualdades absolutas y en úlma instancia táces como la temperatura y la humedad, que del eecto visual y estéco al cual Humboldt se rería como una "fsiognoma de la reón "De la misma manera como reconocemos una determinada fsiognoma en seres orgánicos sttos sbó Humboldt as tambén podemos reconocer en cada regió de la terra una fsogoma natural que le es pecular40 Para Humboldt "el g roblem de la desricó sca del obo [era] la determinacón de la rma de estos pos [y] las leyes de las relacones mutuas entre unos y otros41• Para la defció de la fsooma o "o distntvo de determinado lugr no se privilegiab gún elemento en arcular. Certa clase de cosas, s embargo, inan más que otras en la composción de aquello a lo que Humboldt una y otra vez se rera como la "mpresón de conjunto creado or determnadas regioes o localdades. Humboldt consderaba, por ejemlo, que ls rmacones rocosas era elemetos sufcentes para defnir la fsognoma de una región. En vsta de que sólo un número lmitado de rmacones geológicas del mudo eran recurrentes, ls rocas evocaban poderosos recuerdos que Humboldt tema pueran obstruir la tarea cenfca de descar la fsognoma o carácter sual de un lugar. Los amles también resultaban inadecuados ues su moveto impeda al observador retenelo al inteor de un pasaje visual. Sin embargo, las plantas constuían recisamente el po de experieca vsul, estable y recurrete, que Humboldt con siderba eesario para defcr la fsooma de lugar: Empero, s el aspecto característco de porcones dferentes de la superce de la terra depende conuntamente de todos los nómenos externos; s los contornos de las montañas, la sognoa de las plantas y los anmales, el azul del cielo, las rmas de las nubes, y la transparenca de la aósfera, todo eo se combna en la conrmacón de esa mpresón general que es el resultado del conjunto, entonces no se puede negar que la capa vegetal que adorna a todo el planeta es el prncipal elemento de la impresión. Las rmas anmales son, en conjunto, decentes, y el poder nddual de movento que los anales poseen, as como la ecuente pequeñez de su tamaño, los reran de nuestra sta Las rmas vegetales, por el contrario, prducen un efecto mayor debdo a su magnitud y a su presenca constante42•

39 40

 42

Humbldt Humboldt Humboldt Humboldt

18 50, p. 234. 1 850, p 234. 1 852, vlumen 1 850, p  236

1, p . x.

UNA ECONOMA DE

LA

VSIÓN

93

Para entender el carácter revolucionao del método de Humboldt, es de mucha ayuda considerar cómo este enque en a vetacón ría de los tereses que los botácos del siglo XI tenían respecto de as plantas. Para Hboldt, la tarea cienfca consisa en medr el eecto total o acumavo del todo, y hacerlo a través del contacto drecto con la naraleza Por tanto, las plantas deberían esdarse en sus lugares narales en la meda en que son partes de todos sistémcos, y no como especímenes botácos arrancados de su contexto naral Para lograrlo, afrmaba Humboldt, los cienfcos deberían reemplazar el parcuarsmo botánco con una visión totalzadora incluso arsca del carácter o "po ntegral del paisaje43 En la deermación de esas frmas o pos principales ... enonces, no debemos seguir el lineamieno de sisemas que usa la boánca en la cual, por otros movos, las pares más observadas son pequeños órganos de propagación las ores y los uos; por el conaro debemos considerar únicamene aqueo que a causa de su volumen estampa un carácter peculiar en la impresión total pduda, o en el aspeco del campo. . []I boánico sisemazador divde muchos grupos que la sognoa se ve obligada a uni44•

El método de Humboldt se asemejaba al de Buon en que ambos se opoan al proyecto parcularizante de la botáca lnneana. S embargo, Humboldt tuvo el cudado de adverr contra la tendecia omún etre los botáncos de ver el todo a través de sus partes  así como contra la scinacón sesoal ecochesca ante los senmentos que despertaba el carácter exóco de los amecaos. E su lugar Humboldt exió al viajero cutvar ua scpa de los sedos y del intelecto. "La itada riqueza de la aturaleza scbe Humboldt ocasona una acumulación de imágenes separadas, y tal acumuacón perturba el reposo y la undad de la presón los que debería resdr e la propa ilustracó .. [uando se aborda los senentos y l aacó, se requere ua mao frme pra viar que el eso no degeere e ua espece deseble de prosa poétca45 . Metras Buon veía a la naturleza coo un adoro que rodea al ser humano, el método fsoóco de Huboldt requería u sujeto observador y móvi cuyos ds clados setdos pudera perbr la esenca o la "ndad de los pasajes a través de los cuales se moa. as sesetueve lámnas cludas en Views hablan de la importancia que el psaje tuvo para el método fsogoómco de Humboldt46• El aactivo 0

En relación a la teoas de Humboldt sobre la geograa de la vegetación, véase Cannn 1978 p 73-110; Glacken 1967 p 543548: y Nicholson 1987 " Humboldt 1 850 p. 236-237 el énsi es mío. •5 Humboldt, 1 850 p 236. 46 Views e la única obra de Humboldt que incluy imágenes gráfcas cmo la rma e descrbir el Nuevo Mundo. Las lámina habían sido grabadas en París y Sttart or arsta,

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DEB0R1 Por.

que sobre él ejercía el paisaje no se debía, al menos en parte, a su polémca con los naraliss. Para Buon y oos naturalstas las montaña rmab la esucra - el esquelet que subyacía al aparente desorden de la superfcie terrese7• En vista de que los volcanes constituí una eidencia de las erzas termodnámicas a avés de las cuales se habí rmado la superfcie de la erra, se asuma que las rones donde había muchos volcanes oo la Améca del Sur dina eran geológicamente inaduras y que, por tto, constuían ambientes inestables. En u meo biente t host, afrmaba Buon, los humanos no podían alcanzar la cización. Armado de tales teoas, Buon sólo necesitaba puntuaar la presencia de numerosas coreras y de volcanes acvos para "probar que en América nunca había existido una sociedad clizada. A igual que casi todos los académicos de su tiemo, Humboldt estaba de acuerdo con la premisa de Buon sobre el carácter determinante del medio ambiente. En lo que no estaba de acuerdo era en la afrmación de Buon sobre los eectos parculares del clima, la altitud y el paisaje en América del Sur Cieamente, ronaba Humboldt, en Europa lo que había nuido a la civización eran las cadades bengnas y templadas del Mediterráneo griego En el Nuevo Mundo, sin embargo, la civización había buscado su inspira ción no en los ves templados sino más bien recisamente en aqueas áreas de la sierra de América del Sur y Central, que para Buon eran menos hospi talaas. "Cuando las raas emprendedoras habitan una erra donde la rma del terreno les presenta dfctades scribe Humboldt este reto de la naturaleza se convierte en un medo de aumentar su rtaleza y poder, así como su coraje48 "La arquitectura y arte de los antiguos amercanos ice Hboldt en Views- "ene consigo el sello de la naturalea salvaje de las montañas49• La apreciación de Humboldt sobre el psaje andno silvestre (o "sala je'') debe mucho a la estéca romántica del aisaje de esa éoca. Su étodo, sin embargo, era mucho más que una simle coia o reetición de estas teo rías50. L que Humboldt buscaba lograr con sus desripciones e ilustraciones quienes tbajaron a parir de los bocetos de Humboldt. Casi dos tercios de estas láminas rere sentan materles arqueolgicos FJ seund grup en tamaño está compuesto por paisajes, cataratas y volcanes de los Andes de Ecuador y Colombia Falmente, unas pocas láminas muestran escenas urbanas o imágenes curiosas, como los carteros del n orte del P, que lleva ban a nado la crrespondencia. Sue a estas láminas una expcacón de Humbol dt en torno a las circunstancias, eventos, artects y lugares que los grabads muestran " Epochs  Nature de Bufon (véase Nota 17) conta lo que se cnsideraba el nven taio más completo de montañas del mundo En ese trabaj descbe las montañas del Nuevo Mundo cmo una sola cadena connua, cuyo punto más alto se ubica en la nea ecuatorial. Véase Broc 1 969, pp 4953 • Humboldt, 1 850, p 3 49 Humboldt, 1 81 0, p3 véase también Humboldt, 1 850,  1 44. �' L inuencia de los rmánc os alemes en la obra de Humboldt ha sd señalada por Nicolson 1 987, pp 1 761 79; y criticada por Pratt 1 882, p 1 37- 1 38.

ÜN ECONOMIA DE

J

VSÓN

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del paisaje andino era un método para traducir tales "eectos emocionales o estécos en los "hechos y erzas materiales que dieron rma a la hstora huana. Para lograrlo Humboldt viró hacia dos métodos relacionados: la as acción y la comparación. La rma gráfca en la cual estos métodos salen a la superfcie de un modo más claro es la división por coordenadas que Humboldt uzó para describir las montañas (Figura 34). La parte delantera de la mon taña estaba aavesada por la progresión ordenada de las zonas cliácas y ecolócas y sus correspoentes inventarios botánicos, desde el nvel del mar hasta la cima. Estos tros codensan la experiencia que Humboldt tuvo con cumbres específcas en una especie de modlo de volcán tan completo que cluye marcas de rerca para señalar la altura relati de otras mosas montñas. De manera muy simiar a los cuadros y mapas que enen un lugar tan promnente en la obra publicada de Humboldt, este dbujo da un orden a la experiia desordada, abrumadora, e cluso sublime, que Humboldt sena ante la prsca de los volcaes, traduciendo el ordenado espacio del mapa o carta. Una abstraccó o iscó smar del spacio y de la percepció sale a la superfcie en los pasajs ptórcos publicados e Views. Por ejemplo, en un grabado del olcá ecuatorano Chimboro, mostrado a color, Humboldt rpresnta una cumbre neada colocada nte a un cielo levemente nublado51. a base de la motaña oulta l horizot; su cumbre llega hasta los límites dl marco d la ustraó A etro del primer plano se puede obser

Figra 3.4. Disección de los Andes (1 805)

si

Humbldt 1 8 1 O lmina 25 En la épca del viaje de Humboldt a Aérica del Sur, se creía que el Chmborazo era la mntaña más ta del mundo.

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DEOR

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vr  un grupo de europeos y de gus dgens que se dirigen haci el volcán, de esplds  obserdor unas parejs de amas camn s rumbo parente, como si estos nimles tmbén estuvern apdos por el hechzo del volcán "L láma xplic Humboldt muestra al Chimboro tl como lo hemos visto luego de l peor nevada, el 24 de juo de 1802, l d siente de nuestro scenso  la cumbre Luego lude a l luz especial y trnsparente de los Ades "El carácter suente enrarecido de las caps de aire a trvés de las cuales se puede obsear las cumbres andnas, escrbe, .. contibuye en g medida al bio de la eve y al efecto mágco de su eejo En el trópco, a una altua de cinco m metos, la cúpula azulada del cielo adquiee un ne ai. Ls cononos de la montaña se separan del telón de ndo de esa aósfea pua y tanspaente desnuda de vegetación y que eeja el adiante resplando; son vaporosos y se asemej a un velo que cube los planos posteiores del pasaje52

En los escrtos d Humboldt sobre los Ades aparce, una y otra v, el problema vsual qu la gran alttud mpca53 En algunas ocasones le atrbu y la gnracón d una mayor claridad para la visón y en otros momntos le atrbuy la genración de usons ópticas a lu de las alturas, por jmplo, hace que la cumbr del Cotopaxi pareca "otar sobre la erra. A gual qu en el caso de la lámina dl Chmboro, Humboldt reconoce esta separacón como eecto visual; sin embargo, a parr de este ecto él pudo comnzar a imanar un método que l prmta trazar una separacón entre las montañas y los paisajes que las rodan. En otas ocasones intenta mdir la transparen cia de la luz como si domesticara su sterio y, por tanto, que lo transrmara en el método visual que buscaba para aislar y comparar las característcas de la fsognoa de l erra En otro cápte de Views Humboldt habla de su proyecto refréndose a él como una "fsiognoa de las montañas, n la cul se ve llevado a "comparar las rmas de las montañas en las partes más rmotas del globo, d la msma manera como se poda comparar las rmas d la vgtación bajo dvrsos climas54• Buon había mrado las mont�as d ma nra muy parcda a cómo él había mirado la derenca: como vínculos cada v más rncdos n una cadna úca de montañas que conrma l "squlto d l trra. Humboldt, por el contrario, creía que las montañas eran lo qu caractraba a la "vsta o al pasaje parcular que las rodeaba. L que era sngular n su método es el doble sentido que tal enque daba a las sz

umbldt 1810, p 200. En relación a sus idea bre ls efectos de la d en la visión y la luz, umboldt ene una deuda con Hen Saussure cuy lbro de cuatr tms V�age dans   (1 78'-1796) leí palabra por palabra" ante de sa lir de América del Sur, y han igado todas esas experien ias e las cuales !SaussureJ desearía haber tenio a" (umbldt, citad en Broc 1 969, p. 262  umboldt 1 81 0, p. 41  51

UNA ECNOMIA

DE L

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VSÓN

caractescas de la idea de " fsiognomía. En la medda en que las caracteríscas se absaen de un todo visual, rmas tan singulares como las montañas podan comparse con otras montañas como si se tratara de las rmas absactas de una "fsiognoía de las montañas. Sin embargo, como e más comú en Views, también se las podía asumir como detalles sinares o puntos cales de una "impresión general que, a su vez, rmaba la esencia de la "fsiognomía natural del paisaje55•

EL DI L. DE HMOLT De esa manera, la mirada fsiognómica de Hmboldt requería de dos operaciones relacionadas: primero, una separación entre el sentdo de la vista y los otros sentidos más "dsos, que caracterizan tanto a la "mrada de Buon como a la estética románca de esa época; y, segundo, una dscipla de la visión medante su inscripción en l espacio sico, incluyndo l espacio atmoséco. El eecto de esta inscripción e una segmentación o encuadra ento, necesario para aislar a las istas y los tipos naturales a traés d los cuales Humboldt mraba los paisajes. Es claro que esta técnica de espaciación o armazón amó las torías de Humboldt sobre la vegetación y el psaje. S embargo, sus eectos ron considerablemente menos evidnts en sus observaciones del sujeto humano. De acurdo con las convenciones iconográfcas de esos empos sobre la pi tura del paisaje, la mayor parte de las lámnas de Views sobre la naraleza icluyen, en primer plano, personajes ya sea europeos o americanos. Colocados n la mayoa de los márgenes dl espacio de la ilustración, estos humanos mran los acontecimntos y las ruias, toman notas, leen lbros, y conersan ene elos. Si embargo, en todos los casos, sólo los europos están reexonando (o estudando) la scna que tinn ente a ellos. Un ejmplo sorprn dnt s la lámia d la pirámide de Cholula en la cual se v a dos obsrado rs uropeos qu anzan la pirámde mexcana, a la vez que se muestra la fgura d una mujr smidsnuda sin duda una alegoa de América reclnada y lyendo un lbro Su spalda y ojos se mannen apartados d las runas qu los europos están xamando. En "Rochers basalques et Cascade d Rgla, dos uropeos señalan hacia una exaña rmación rocosa, que da l to a la ustración, en tnto que un hombre americano semidsnudo aguar da dtrás de eos, indrnte a la escena que elos están mando.

ss

Sobr la noción d sinlaridad n l toa dl siglo

Stford 1984.

xvm

acrca dl paisaje, véase

98

DEBOR l POOi

En estos ejemplos, los personajes europeos ue sin duda alguna se referen a los propios Humboldt y Bonpland- reerzan la autoridad de Humboldt tanto para pronunciarse a vor de América como para frmar que el estudo de a naturaleza debea basarse en la experiencia subjetva y visual. Pero, ¿y los americanos? Con excepción de dos lámnas sobre la ves menta mecana, los americanos que aparecen en las láminas de Humboldt son fguras románcas convencioes. Desnudos o vestidos con holgadas túnicas, guan a los personajes europeos (Figura 3.5) o los trasorta (Figura 3.3) a través de la campiña sudamericaa. A igul que en las covecioes gráfcas de la operáca inca, los americanos so idéncos a los europeos, incluso su estara es igual o mayor que la de los europeos y, en algunos casos, el color de su piel es incluso más claro que el color de la piel de los euroeos. Sólo en una lámna los americaos son mostrados como parte de un paisaje mico (Figura 3.6). Sin embargo, el texto de umboldt pone en claro que la roca es el verdadero personaje del grabado. Sus sódos bordes y su tamaño desmesurado se ajustan al caon estético de la ictograa. Su superfcie ha sido esculpida en varos gradetes tenuemete marcados. Un lado ee una pictograa descrita por Humboldt como "el sol, tal como fguraba para los pueblos de todo el mundo en los orígenes de la civizació• Los amerca nos están en el prmer plao riédose hacia la roca en busca de regio. Sus gestos evoca la expulsión de Adán y Eva del Edén.

Figura 35. Ruinas de Cañar (1810)

s•

Humboldt 1 980,

p.

111.

UNA ECONOMA DE !A VISIÓN

9

Figr 3 6. Roca del Int-Guaicu (1 8 1 0)

En la unversdad de Gogen, Hboldt había estuddo con el naturasta y médco alemán Joha Friedrich Blumenbach57 A gual que Buon, Blumenbach consderaba que los humanos eran una sola espece. Tambén estaba de acuero en que la esuctura ósea, la melan la rma del cabeo y la expresón podían cambar con la iuenca tanto de cla como de la ctura. Para Buon, t varacón ocuría en etapas casi mpercepbles y, por tto, afrmaba que no era posble halar pos" scos distntvos. Sn embargo, Blumenbach llegó a una conclusón dierente: todo el problema resdía en la decón de los dierentes tpos scos disvos en los cuales la espece humana se había ddido a través de la mgracón Estos pos correspondí más o menos a las razas blanca'', ara" y negra" para las cuales Blumenbach popularó las denomacones caucásco'', mongol" y eope"8• Humboldt adquró el modo de pensar de Blumenbach respecto a la mgracón, entendida como el proceso hstórco con el que se pretenda expcar la varacón cultural y sca que disngue a las dierentes razas humanas Podríamos esperar de él que tambén hubera tomado terés por el lenguaje vsual o descrptvo que Blumenbach popularzó en el pensamiento racal euopeo En lugar de eo, y en sorpendente contraste con su maestro, el nterés de Humboldt en la raza y la mgracón estuvo enmarcado más ben en términos de cultura, y sólo de un modo secundaro como un poblema de f sología 57

Bruhns 1873, tomo 1, p 78 Blumenbach  795 epecialente las p 227-234.

10

DEBORt PooLE

comprtv Sgún Humboldt,  la mgrcón ctr  l "rza, er prn cplmnt  cu d l rm n l cul l cultur  ls bdde umn bn do ltrd por lo difrnts clms, pje  geologí, y no or ron como l ocurcmnto d l pl o l nncmento d l nrc Et ntré d Humboldt n l mgrcón  un lcnte pr el t qu rló obr l rquologí dl Nuvo Mundo, pue él sprb lr l tor "rcl d Amérc  trvé d l pdr  jroglco mudo d l rquolog d  mexcn. S mbrgo, pr Humboldt, l pron qu l rodron durnt u v -lo cmpo ndgn, lo crgdor mzo  lo publo nt v- no l ocron nngun vdenc d l tor "rcl qu le ntr  No otrbn gnlog nobl, jrogco o mampotr, no ólo l �o m d curpo  rotro; , por otro ldo, lo rgo co d lo curpo no tnn rlcón con l tor qu pr Humboldt gnicba l "rz. El únco rlto mplo qu t utor oc d un ncuntro con un pron ndno trt dl ccqu Atorpco d Cmrc El ccqu t r  mbt, n mbrgo, no omo "ndo no má bn como dcn nt dl Inc Atwp S rlto d "condo plndor  toro áuro l rcurdn qu "cd nonlidd uprmd pr do qu lgu l d d cmb59• L único qu Humboldt not n l prnc dl ccqu s qu tien "trz de brb qu tl vz pudrn ndcr lgun mzcl d n gr pño 60• S l "rz  de tudir como un tor d mgrcón, llo dbr cr  trvé d documnto o,  lt d éto,  trvé d ru, rtcto  rlto q Humboldt lr como l tor "rcl d lo dio mrcno Entonc, pr Humboldt, l ndio común d  époc  dcr, u ndio "l común'', qu no r nobl-, no contitu un obto d pcul cn rcl. Tmpo con un ndvduo ocl, pu l trgdi d u htr   lv condon d u xtnc rl  bn coludo pr rrr ql lmnt  rátr  trvé d lo cul Humboldt co mbrb  r l rotro rpo ¡Cuá grande es la diferecia, con respecto a la volubiidad de los rasgos y la variedad de la siooa, etre perros que retornan una vez más l e stado salvaje en el Nuevo Mudo, y aquellos cuyos más leves caprichos son sat isfechos en las casas de los ricos ! Tanto en hombres como en animales la s emociones de l alma se releja en l os rasgos; y l semblate adquiere el hábito de la moviidad, e proporció a la ecuecia, vriació y urabildad de las emociones de la mete. Pro el ido  las sioes, estano leJano de toda cultura, ifluenciado sólo por sus ecesidades sicas, satsciedo casi 59 6

Humbldt 1850  Humboldt 1 850, p.

432. 432.

UN ECONOMA DE

LA

VSIÓN

101

sin dcutad s us deseos, en u n cima vorabe, s e arrstra por un vida opaca y monótona. Prevaece a más grande igudad entre os miembros de l a misma comunidad; y esta unfrmdad, esta igualdad de stuación, está retratada en os rasgos de los ndos61•

Aunque se dea que oos "svajes tbén regsab una expresón parcal o a expresón, Humboldt consderaba que los amecos en los más resstentes a su mrada2• "La nmovdad de los rasgos reeonaba Humboldt no es pecar a todas las ras de hombres de complexón oscura. Es mucho menos marcada en Áca que en los navos de Aéca63 Por oo lado, esta resstenca era producto de la histoa, y más parcularmente de la "leyenda negr' del colonalsmo español S las czacones pcolombas se habí deslado a pr de su lucha con na "naturaleza salje, onaba Hboldt ¿cómo podrían desrollar los ndos de las misones que sas todas sus ' necesdades, o los cpesos de la serra que habí visto conqstada a su nacó el caácter e dendad que había ansrmado a sus cesos en reyes y "personas? Por oo lado, s embargo, el lema de Humboldt pa descb a los ecos tambén expresaba las rmas en las cuaes su propa metodología sual excluía lo que él mismo desesaba como rmas anmales "vlubles. Humboldt elaboró un lenje polóco pa la prduccón de vistas y pasajes; s embargo su "mda fsognómca no abarca la fsogno del hombre Pa Humboldt esto connba sendo un problema sepado, abordado más por la stoa que por la nocón espacal de "po EL LNGUAJE DEL TPO Insprados por la expedcón augural de umboldt, los centífcos y expedconaros comenzaron a vajar con más ecuenca a América del Sur en las prmeras décadas del sglo • Entre los prmeros estuvo el zoólogo ancés Acdes d'Orbgny, especalsta en moluscos, que en 1825 e comsonado por el Museo de Hstora Natural de París para "que vestgue en pronddad el lenguaje y característcas fsológcas de los pueblos sudamercanos65 Medante el estudio del lenguaje y específcamente del examen de los voca 1

Humboldt 1 852, , tomo 1 p. 234. Humbold está describiendo a lo s indios chayma de una misión en Venezuela 62 La preguntas de i los salvaje manifestaban sus expreiones, en el caso de que así l hicieran, e ampliamente debada en Europa a ne del siglo XVII e inicios del iglo X  . Véase Courtine y Haroche 1989 6- Humbold 1 852, tom 1, p 305  Sobre el viaje del silo X al Pe y los andes, véase Mace 1 976; Núñe 1 989 y Duvil 1978 65 D'Orbigny 1 839, ix.

102

DFBORl PoL

buaos, el princpal recurso de los flólogos él esperaba trazar las amplas vaedades y "as güíscas de las "aoes y "trbus de érca del Sur La dstrbucó ggráfca de estas agrupaoes lnst  as y culrales, etoces, sera utlzada para recostrur las rutas mgratoras por las cuales los sudamericaos habían legado a sus acals ubcacoes D'Orbg esperaba llegar a u mapa de tpo smar examnado los cuerpos de los habtates de Amérca del Sur. E  ste mapa, las caraterstas scas tales como el color d la pl y el olor dl abllo s orrelaoaran con las zoas lmátcas  las rutas de mgracó. El proyecto específco d "mapo estaba nsprado por una brha exs tete e el mapa maor de la ariaó racal. E el monto e qu se solctó a D'Orbgy que aje a Aéra dl Sur, los tórios raals de Europa o había deddo todaía l status raal de los araos66• Por ejemplo, Blumebah, el maso d Huboldt, se había lamtdo a ausa de la "gra cadad de bulas... espardas en toro a las caratrscas raales de esta aredad (ameca], y de la ausa de represntaoes ofables67• El pro po metor de D'Orbgy, Georges Cuer, ctdo la alta de desrpones scas presas, se había rehusado a adeltar ua opón sobre el status racal de los ecaos L tara de D'Orbgy era lear est aío d la teoa racal. Durante los ocho años que D'Orbg peraecó e l Nueo Mudo, obseró a los dos guaraí, oa, mapuhe, amara, quechua y hriguao. Apredó a hablar ara y també s mlarizó on aras otras leguas. "Cada ua de estas nacoes asegura D'Orbg a sus lctores ha sdo studada poedo escrupuosa atecó a todas sus caraterscas fsológicas, a los más pequeños detalles de sus maras, ostubrs, relgó, doa, [] a lo cambos que su estado salaje ha expermetado a causa d la lgada de la zacó6• Luego esperaba compararlos co el f de "dstngur a cada grupo por su rm aparea y maz (teinte y "cada agrupameto mayor etre sus membros, qu corrspoda a "caractrstcas fsológcas6• Fue en 1 839 cuado D'Orbgy mostró por prmera ez los resutados d su esgaón, e  u olum ttulado L'Homme amécain (El hombre amecano). El lbro oea co u estudo de las caratrístas gográfcas, latolóas y sas d Aéra dl Sur. Tabé o ua hstora sp culaa d las graos a traés d las uls s pobló l onete. El resto dl studo stá ddado a ua dscrpó y taxoomía d las trs "ra as y las trta  u "aos del cott, ada ua ompuesta por  7 68 69

D'Orbigny 1 839; véase también Blumenbach 1 795  p. 271273. Bluenbach 795,  1 60- 1 6 1 y 27 1 . D'Orbigny 1839, p xxi D'Orbigny 1 839, p xxiv

UN ECNOMÍA DE LA VISIÓN

103

dierenes cantidades de "ramas y "ribus. A su vez, esos agrupamienos se defnen como una amalgama de caraceríscas lscas y fsiológcas omo si D'Orbigny, cieramene lo hubiera hecho con el  de junar el esudio de los cuerpos y de las palabras en una sola esuctura específca para la comparación y clasifcación de los humanos. Las "naciones y las "ribus eron deidos en ano agrupaciones líscas Aquelas lenguas que descendían de un ronco común se incluan en una sola "nación. Se consideraba luego que los dialecos al inerior del ronco rmaban "ribus disinas e idenfcables. Sin embargo, las "ramas ern conjunos de "naciones a las que se había agrupado sobre la base de "rasgos sicos o morles. Por ser el grupo más inclusivo, D'Orbigny denía a las "razas como "un grupo de naciones cuya base común era la identidad de su s caracerísticas sicas generales70. Si embargo, en la prácica, las descripciones que hacía D'Orbigny de los tres grupos raciles annoperuano, pampeano y brasieñoguaraní se deslizan muy cilmene del riguroso lenguaje de la anaomía comparativa dsciplna en la que se había especialzad hasa converrse en un lsado de las caracerísicas morles, emocionles y culturales de cada grupo. Cieramene, lo que más sorprende de las descripciones y eso a veces conradicoros de D'Orbigny es su aparene desconfanza en lo que podría verse en los propios cuerpos de los sudamericanos. En lugar de proporcionr una pisa confable en orno a la idenidad racial, el color de la piel, por ejemplo, era un elemeno incidenal - inconsisene en el sisema de clasifca ción racial de ese auor. D'Orbigny escribe que esán "dividdos en dos grupos: los pardos aceitunados y los amarilos. Sin embargo, coniúa, al ine rior de esos dos grupos los onos de la piel varían an amplamene que la descripción y la clasifcación se ornan problemáicas. "Hay pocas pares en el mundo señala D'Orbigny donde el color del hombre varía más en su inen sdad [] en la mixua de maices, según las ramas y naciones1  l color de la pel de los inos uros de Argenna y Perú, por ejemplo "se parece mucho al de los mulaos2• En suma, como anaomisa, D'Orbigny veía el color de la pel como una caacerísica superfcial inamene variable, como algo que cilmene podría conndir a los cienfcos como causa de dierenes razas, o mezcla de razas que se asemejan De una manera smiar a Humbold D'Orbign ambién consideraba que el color de la pil de los sudameicanos ra un obsclo que impeda percbi la xpesión, la idividualidad y la idenidad "n odas las naciones la xpresin exeior de los snimienos es exacamen an genua y no me 'º

.,

D'Orbigy 1839, p. 1 D'Orbiy 1839, p. 75 . D'Obi 1839 pp. 74 y 264.



DEBOR Po

nos enérgica que en la raza blanca; sin embargo onúa D'Orbigny en vista de que el maz [de los sudamericanos) es más oscuro el eecto sico es menos obvio73• L urmdad de sus características ciales también con tribuía a producir t eecto. El perl quechua rma un ángulo muy obuso y dere poco de nuestro perl, excep to por las manulas que sobresalen más que e la raza caucásica; los arcos superciaes son prominentes; la base de la nariz es muy profunda. Su siooa es casi unirmemente seria, pensatva, incluso triste, pese a lo cual no muestra indiferencia; revela más bien una penetración sin anqueza énétaon sansfranche). Se da que quere escon der sus pensamientos bajo el aspecto unirme que se ve en sus rasgos, donde sólo raras veces los senmientos se revelan hacia el exterior (se peinent a l'extéeur).74

ial que Humboldt, D'Orbigny creía que los indios eran algo urm, que eran ials ene sí. Ciertamnt como él se lenta en el epígra de este capíto, s sena exasperado por la unrmdad, ya que no era posible disr ene los dos y los mszos peruanos "todos vesdos d la misma rma. En el caso de D 'Orbigny, s embargo, por atars de un anatomsta, sus quejas en torno a la simd d la apaencia de los dios estuveron acompañadas por u trés n lo parc. El aspecto ufrme que había impedido qu el humanista Humboldt dsguiera la individualdad, pa D'Orbigny  el anatomista se convó e una ent de aburento y lo que es más porant en una base dsd la cual consuir el leaje msmo de la parlazación y sección sica que sría el punto clave para sus descripciones verbales acerca d "los indios. Esta esategia descripva diría de la de Buon por su énsis en la sió y el po. Pensar en el po en su totalidad era pensar en la unrdad, la seación y la progresión estadísca dsde la norma hasta los exemos. ¿D qué otra mera entdr cuando un dividuo s ajusta a u "po? La propuesta impcaba, en suma, pensar de tal mera que simplement ea no ra posible n la osoa percepva de Buon como aproación al cocpto d la spcie como ua sucesión a avés dl mpo. A

VISIÓN y TP

Como lo ha sñado Jonathan Crary, la cámara oscura constuyó la principal metára y la más importante tecnología qu orgazó la visión en los siglos XII y II7 5• En la cámara oscur un solo sujeto, invisible y sin movimento, observaba el mundo extrior a través de una pequeña mrila, o a través del " " 75

DOrbigy 1 839, pp 2666 D'Orbigy 1839, p. 27. Cray 1990, pp. 26-66

UNA ECONMA

DE L

105

VSIÓN

reeo verdo que ese mundo emia hacia el lente interior de la cámara oscura. En tto maestación sobre la naturaleza del conociento, la visión y la subetividad humana, la cámara oscura rmuó dos importantes afrmaciones: (a) que todo conocento, o vista, tena como base una división ene, por un lado, un sueto interiorizado y s moviento y, por otro, el mundo exterior; y () que el propio conocimento estaba organzado, de una rma simlar a los cuadros de los naturastas, como un extenso campo o "espacio fcado de orden que poda ser observado por una serie de posiciones exteriores y estables76• Durante las primeras décadas del siglo XIX, la visión se desarraigó de cualquier lugar o reerente fjo. La nueva ciencia de la Ó pca Fisiológica, por eemplo, explicaba la visión en rerencia a los órganos de la vista y percep ción. La visión ya no era producto de una relación fja entre el sueto interior y el mundo exterior omo en la cámara oscura, sino que tena sus races ás bien en el cuerpo inherentemente móvi del observador. Esta ruptura con el clásico modelo de obserdor, afrma Crar vo lugar entre 1810 y 1840 como parte de la "reorganzación masiva del conocimiento y las prác cas sociales ocurrida entre fnes del sio III y principios del siglo X. Las propuestas de Buon la flosoa de la descripción y la teora concéntrica de la clasifcación estaban rmales con la métara domante de la cámara oscura; en contraste, Humboldt y D'Orbigny parciparon en la construcción de un nuevo sendo de lo que constuyó el conocimiento y el ámbito de lo visual. El método fsiognómico de Humboldt proponía un observador móvl y sensitivo y, como tal, una ruptura sustancial con la división que la cámara oscura estableca entre un sueto que observa desde el interior, por un lado, y un mundo exterior, por otro. Tbién introdujo las nociones de experiencia y de la visión centrada en el sueto como las nuevas bases para una metodoloa visual a través de la cual se poda reunr, archivar, intercambiar y coparar el conocimento de los americanos Dado que a incios del siglo X los europeos coenaron a viajar hacia América con mayor ecuenia, su conocimiento de Aérica del Sur y de sus repúblicas recientemente depenzadas estaba odelado por este dscurso tipológico y espacializante n el cual la experiencia del Nuevo Mundo era estrucrada y transmitida bao la rma de una serie de imágenes visuales que pretendan captar la "fsiognoa nar del paisaje. Sin embargo, coo heos isto, este nuevo discurso sobre el po ncionaba de una ra desigual con dsciplnas y sujetos direntes. Los cuerpos y los paisajes se confraban de una anera dierente en el étodo fsiognómico de Huboldt. Incluso en el proyecto de clasifcación racial de 76

Crary 1 990, p. 55; Fucault 1973b ; véase también Rorty 1 979,

pp

131-164.

10

DEORH PO

'Orbgn la mrada parcularzante del atomsta pasó apenas y con vaclacón por la superfce del cuerpo de los sudamecanos ¿Entonces qué debemos pensar sobre la relacón entre raza y la vsón en la nuea "epsteme? Se podría responder afrmando que no se trata de mrar tanto a la "raza msma sno a los lenajes espacales y las técncas estadscas que hemos visto operando en Buon Humboldt y 'O rbgny. A comparar las obras de Humboldt y 'Orbgny con el muy derente sendo de vsón y descrpcón de Buon, este captulo ha sugerdo algunas rmas en las cuales el ámbto del dscurso racal se reorganzó en torno a lo que Foucault ha descrto como aquelo que "se consdera como el método de los espacos, que comenzó "a desarroarse a fnes del sglo xvm"77• Nueso punto de partda e el examen del patrón espacal de la "descrpcón concéntrca, propuesto por Buon, en el cual se plantea que la visón y el tacto se mueven a parr del cuerpo para construr una clasfcacón de la naturaleza cuya base sea la proxmdad o la utdad respecto al cuerpo estaconaro del observador. Luego hemos vsto la teoría de Humboldt muy derete a la  de Buon de la "mrada fsognómca como ua tecnologa esaal para la descrpcón y objetvacón de la proa "aturaleza. Tambén puos aprecar que el proo Humboldt lmtó su "método fsognómco de descrpcó atural a lo que él smo ha descrto como el mundo "nmóvl de la vegeta cón y la geograa. Aqu el proyecto mucho meos ambcoso y en muchos asectos menos coherente de 'Orbgny es út para comrender que la "mrada fsognómca de Humboldt a pesar de su retceca a nvolucrar al sujeto humano, tea relevanca ara los ndamentos esacales y vsuales de un nuevo scurso sobre la raza, cuya base estaba en la bología. En su ntroduccón a L'oe aércaine, D'Orbgny reconoe su deuda ntelec y person con dos autores. A gual que muchos otros autores de su época, 'Orbgny cta a umboldt or u lado, como su sracó ersonal para estudar el Nuevo Mudo y, or el otro, como la úa ete confable de nrmacó sobre l ggra, la geologa y la tureza de Aéra del Sur78• Sn embar go, coo  ra la decsó de cóo estuar y defr a los humaos que habtba e el "uevo Coete de uboldt, D'Orby vró haca su metor, Georges Cuver, el r arqtecto de la ueva ceca de la zoologa y a ato oarada.  sus escrtos y lases, Cuver lateaba u método basado e la dseccó y la clsfcacó taoómca segn el to. n este sstema, se clas 7

Fucault 1 980 p. 264. D'Orbigy (1 839 p v) ddica L 'Homme amércaine a Humbldt, ue Eurpa ha proclamado cmo ejemplo y mde de ósof-ajero" 

UN ECNOMfA

DE 1

VSIÓN

107

fcaba a los organismos no sn sus caractrísticas suprfcials, como n el sistma naralsta dl siglo xvm, sino sgún una struca anatómica que se rvelaba a avés d la disección. Espinazos, nrvios y sistemas reproducvos remplazaron a la piel, la rma y la txra n tanto strucra organiadora de un reino animal divido n vrtbrados  nvrtbrados, anfbios y mamíros. Mintras Buon y Daubnton dscribían a los animales en la medida en qu las xmidads d éstos s iban "drnciando progrsivnte, Cuvr colocó a la drncia msma n la invisibl structura interna dl curpo. Para Cuvr y sus sguidors, l conocimnto y la visión qu daba rma al conocimnt pasaban, n palabras d Foucaut, a través dl "grosor dl curpo y no sólo rozaba la suprfci tangibl d las rmas individuals, como sucdía con la mrada d los botánicos 79• En su calidad d zoólogo, la misión d D'Orbigny si no su métod n América dl Sur tstimonó la rvolución qu Cuvir había ayudado a provocar n las rmas uropas dl conociminto. Cirtamnt, trinta años ants hubira sido impnsabl qu l Muso d París escogira a un zoólogo y no a un botánco para enviarlo en una msión a Amérca dl Sur. Sn mbaro, la "revolución d Cuvr no s rstringía a la discción como método, n a la anatomía como structura organzadora dl conocimnto. Igualmnt important n l nuvo régmn dl conociminto dl zoólogo ra la noción lásca y producva d "po. Cirtamnt, l concpto de tipo consttuía la pidra d toqu d la osoa zoológica d Cuir. Buon ncó su atnción n los indiduos y n los "macs imprcpbls a través d los cuals los s inculan con la naturalza. En oposición al particarismo d Buon, Cuir al igual qu Humboldt propoa "rlacionar lo qu la naralza un80• En st rémn, los dividuos s convirtn n spcímns d "pos fjos o morlógicamnt stabls, y la varación no s xplicaba omo n la biología modrna a través d los prncipios d volución y transrmación, sino más bin a través d la noción stasca d qu cirtos iniduos ran más - mnos rprsntativos d sus rspctivos tipos Rspcto a las spcis, Cur cntró sus sccions y dscripcons n aqullos individuos qu él considraba como rprsntatvos d sus pos; y rspcto a los génros s cntró  aqullas spcis qu rprsntab mjor l tpo dl génro. Para Cuvir y D'rbiy la comprnsión anatómica d "tipo tnía mucho n común con la osoa sumamnt romántica d Humboldt acrca dl paisaj y la "imprsión gnrl. A intrior dl cambiant panorama visul d la naturlza, Humboldt sparaba dtrminadas "fsiognomías. Cuir, 79 "º

Foucault 1 980, p 149 Cuvier 1 828; citado en Cleman 1 964, . 102.

10

DFBORt PoL

por su parte, afnó la variación infnita de los indduos hasta egar a una rma esucrl estable El método de Humboldt vo como resultado el concepto de la vsión en tanto imagen reproducible a través de la cual el viae ro podría dar el encuentro a la naraleza, entendida como una sere de experiencias vsuales intercambiables. La noción zoológica de Cuvier sobre el po morológico estable contenía a su interior una idea muy similar de reproducibilidad o seriación81• Sn embargo, de l a misma manera que Humboldt, Cuvier vo difcul tades para amplar el rigor de su método pológico y isual de tal modo que abarque el concepto de "raza. En el sistema de Cuer, los humanos rma ban una sola especie al interior de la cual esan "ciertas parcularidades hereditaras de conrmación o "razas82• Respecto a estas úlmas, Cuvier reconocía la "caucásica o blanca, "la mongólca o amaria'', y la "eope o negra como razas disntas. Otros tres grupos los amercanos, los malasos y los esquimales estaban clasifcados como "variedades y no como "razas porque, según Cuvier, lo que se conocía era muy poco como para permirse hacer una clasfcación exacta. "os amercnos decía Cuier en Animal ngdo no enen una índole [fsiológica] precisa o constante que los haga merecedores de considerarlos una raza parcular83• En el atlas para el Animal Kingdom, las láminas que ilustran estas varie dades trasmiten de algún modo el dema de Cuvier. En la primera lámina, Cuvier ilustra las princpales "razas con buos de las dierentes rmas de cráneo que cada una de ellas tene. En las lámnas que siguen, presenta dbujos de rostros, basados en los esbozos de vajeros y arstas84• En eas, los rostros, cultura, indumentaria y rma de cabeo octan la rma del cráneo que sire para grupar a las personas que han sdo consideradas como pertene cientes a una sola "raza. De manera similar l estudio de D 'Orbigny sobre las razas sudamericaas, la fsiognomía y el notipo eran ctores superfciales que fcultaban la percepción de los agrupamentos raciales que Cuvier rela conaba con ls inisbles estructuras de huesos y tejidos. Para corregir este problema Cuer nstruyó a los arstas que acompañaban a las msiones cien fcas ara que "representen todas las cabezas [que han dibujado] con el mis mo eso de cbeo, que elminen cualquier adorno, dermaón o tatu �je

81

La metodoloas viual y espaial de Humboldt y Cuver también onvergían en los terrenos de la geología y la artoga dnde el segundo de eos desarr olló uevas onveno nes pa la elaboración de mapas, con el fn de ilustrar las etrutras invisibles o subterráneas Véase Rudwk 1 976, pp 16 1 - 1 62 y 1 69170 82 Cuvier 1836 tomo 1, p. 98 •3 Cuvier 1 836, tomo 1, p. 1 03  Cuvier 1836 tomo 11, láminas 1 a  6.

UNA EONOM

DE L

VISIÓN

109

del cuerpo, y que dibujen con la "precisión geométrica, que sólo se logra en ciertas posiciones de la cabeza Luego, adelantándose al género de la to policial, Cuvier aconsejaba que, con el n de obtener una verdadera comparabilidad entre los especímenes, los dbujo s "siempre deberí mostrar un per exacto y un reato de ente, colocados uno junto l otro 85• Sólo de esta manera, advera, sería posble elaborar una clasifcación cienfca basada en el estudio y comparación uidadosos de los especímenes inviduales A establcer las bases de una teora de observaión y descripción vi sual en el régimen espacial y estasco del "tipo, Humboldt y D'Orbigny, cada uno a su manera adaron a sentar los ndamntos para el "rigor comparativo qu Cuvier avzoraba aunque no lo logró como ncesario para una dfiión prisa de "raza. He argumentado que para ntnder la lógica y, en cierta mdda, l origen dl scurso moderno de "raza, dbemos examinar los rgímnes spaciizadors, los discursos pológicos, y las práccas comparatis, a través d los cuales, citando nuevament a Foucault, la visibi ldad era "separada y la mirada "se inscribía en un espaio social86 Estas prácas y sursos no smre se refren directamente a la "raza, sin m bargo constuyen la clav para comprender lo que, d hcho, e nuvo n el signfcado que esa palabra tan antigua llegaría a adquirir en el siglo X.

85

Cuer, en Hervé 1910 p. 305 Cuvier también nstuyó a los viajeos para que reúnan la mayor candad de pieza anatmcas posibles, teniendo cuidado de hace hevir los huess en una solución de soda o potasio cáusco" antes de depositalos en bolsas de lino (í., p. 306).  Foucault 1980 p 146.

C APÍTLO 

MIRDO CON

U

SOLO ÜJO

(as mujeres de Lma por lo gener son n belas, de u Semblante despejado y más aacvas que en otros Lugares: aunque t vez su Hermosu se deba en Parte al Contraste con las horribles caras de los Muatos, Negros e Indios 1 •

(e autor anónimo, 1 748)

E L DÉCAD posteriores a las icursioes de Hboldt y D'Orbigy e el Nuevo Mudo, el interés de los aceses por los Ades aumetó jutamete co la curiosidad de los europeos sobre las ecoomías, los mercados, los re cursos y la política de las uevas repúblcas sudamericaas. E la medda e que las relacioes ecoómcas y diplomáticas co América Laa se torab más apremiates, se e reclutado u creciete úmero de ciefcos, arstas, y viajeros comues A través de este trabajo para el impeio comezó a surgir u cojuto más defdo de imágees de los Ades y de los pueblos ados. Como e oos lugares del mudo oeuropeo, el per icoo que surgió de este ecueo co las repúblcas das, ocurdo a incios del siglo X asumó la rma del cuerpo emeio. E muchos aspectos est opció estaba predetermiada E el arte europeo e geeral, desd hacía siglos la categoa "mujer costuía u vehco seductor y miliar para la expresió creadora de los artistas vroes sta herecia de la adció arstica europea adquirió u sigifcado particular e el caso de las vírgees del sol y las pcesas de la operática ica del siglo III; como hemos visto, para los ósos aceses el cuerpo de estas mujeres idealzadas costuyó el puto de cocto imgiario para el (re)descubieto de los Ades e ese siglo. Si embargo, e otro tipo de mujer el que capturó la imagiació de los hombres que lograro visitar las repúblicas adas durate las primeras décadas del uevo siglo. Se trataba de ua mujer terreal y o imagiaria; coqueta y o soleme; ambivalete y sin pricipios; y, sobre todo, de ua exacció claramete europea pues o era ica  "inda. Esta mujer e la mosa tapada lmeña, así llamada por que vestía u mato que evolvía su cuerpo, su cabeza y su rostro de tal modo que por lo geeral sólo se poda ver uo de sus ojos (Figura 4 1 l propósito del mato era mateer el aoi

Anórmo, 17 48, p. 49. [ 1 1 1J

11

DEBOR Po

Figra 4. 1 . Tapadas

mato y, por tanto, la posbldad de evadr la vgilanca de sus las en gene rl y de sus esposos en partcuar. l verdadero ecto, sn embargo, era la seduccón Este uso del manto -una costumbre del período del dono colo al español- pasó de moda poco después de que el Perú obvera su nde pendenca, en 1 8 2 1 . No obstante, para los hombres fanceses, gleses y nor teamericanos que llegron medatamente después de la Independenca, las tapadas eñas n trance de desapacón- se convireron en el símbolo del Perú como mercado postcolonal , así como de su naraleza atemporal por constur otro mundo cuyas costumbres nunca cambab2 ste capítulo explora las representacones de las tapadas y de otras mujeres peruanas en la obra de dos arstas europeos de ncos del sglo XIX. l primero, Johann Mortz Rugendas, era un ustrador y pntor alemán que vistó Lma entre 1 842 y 1845 Antes de llegar al Perú había permanecdo por mucho tempo en Bras, Méxco y Che. n cada país reunó un portalo con nuerosos tros, acuarelas y pnturas al óleo que descbían las costum bres y asajes3• stas obras estaban desnadas a la venta, y varias de elas eron ncludas en las conocdas publcacones parsnas L'Iustration y L Tour du Monde.

Las tapadas tbién feron comunes en Sanag de Chle y Buenos Ares. Se puede hlar relatos genees sobre la tapada lmeña en Bromley 1 944 pp 1 725 y Mar 1 983, pp. 299306. s catáogos y compilaciones publcados de la obra de Rugendas incluyen Rugendas 1 968 1 966, 1 975; Lago 1 960 y Richert 1 959.

MIRND CON

U

SOi JO

1 13

El otro asta es Léonce Angrand, un dplomático ancés que eg a ma en 1833 A ual que Rendas, la obra de Angrd se encuadra percente en la lteatua y la tación arsa novecensta del costumbrismo. Duante los ses años que peraneció e el Pe, grand viajó por todo el país pntando actos elgiosos popaes, cosmbres y personajes. Sus dibujos y acuarelas se hcieron, en gran medda, para sascer un deseo personal de entender y registra las cosmbres y los personajes que había observado. La obra completa de Angrand poporciona una de las más nrmatvas compaciones pictóricas de lo que se podría denomnar el "color local de la sociedad y la cultura del Pe del siglo 4• Su rmacón en las tradicones académcas del arte europeo, sn embargo, detenó que este "color local era adaptado para corresponder a las categoras de un "otro lustrativo que haba sido puesto en boga por las anturas colonales europeas en la Ina, Á ca y el Medo Oriente. A su vez, estos "otros coloniales eran odelados por la economa su del "po cuyo surgento en los esos americanistas hemos trazado a través de la obra de Humboldt y D'Orbgny. A analzar la obra de Angrand y Rugendas, he examnado la scnacón que éstos senan ante tres tipos de mujeres peruanas: la tapada criolla, la mulata y la natva o ndígena5• Estos res tipos de mujer consyen una muesa de las divisones racales y culturales prevalecentes en el Pe de esos empos: por un lado ma como capital hspanohablante del Pe, era la ciudad natal de las tapadas crioas y de las mulatas de ancesto acano. Las mujeres indígenas, por otro lado, representaban a la remota serra andna, donde los ndos quechuahablantes supuestamente seguan las anguas tradciones de sus ancesos ncas. Estos tres tipos de mujeres, defndos en razón de su raza y naconaldad, tomaron rma en el preciso momento en el cual las etéreas ntasas sexuales y las nociones desencarnadas sobre la ra en tanto esenca histócamente mutable ambas caracterscas del siglo XIII- dab paso a una comprensión moderna y más vsu de la raza como "tipo biolóco o sico estable En tal sendo, argumentan el importante lugar que tuvo elgénero en la consodación de una economa vsual novecensta basada en la noción de pos raciales y naconales.

Las acuarelas y bocets oginale rman pae de la Colección Angrand, en la Biblioteca Nacinal de París. En el Pe coloni el mulato era una persona de orgen africano e indígena Para la mayora de los viajeros europeos que se anzan en este capílo, sin embargo, el término mulaa se reere a algunas de las vaas mixturas raciale, incluyendo lo que los peruos clasicaan como zamba (descendiente de afcano, europeo e indgena) y nera (o africana) Para ets europeos, lo que determinaba la raza" de las mulata era su apariencia y no s u ancestr (o casta) .

114

DBOR 1 PoLE

DE BELÉN  lA EUZ

Las tapadas eran mujeres "blancas pertenecientes a las clases terratenentes y comerciantes del Perú• La vesmenta que las dsnguía estaba compuesta por la saya y el manto La saya era un ldón largo; s estaba vieja o deeriorada esta prenda adquiría el nombre de "saya pcada. Llevaba dos mantos de un solo color, sempre oscuro• Uno de los mantos estba recogdo a la altura de los hombros y cubría el torso de las tapadas. El oto manto ocultaba casi todo su rostro, excepto los ojos. Lejos de trtarse de una demostración frzosa de reliosdad, casdad o verenza <e es el caso del velo slámic ellas usa ban el manto por propia voluntad. Bajo este embozo, las mujeres de las clases altas, que suía el érreo control de sus esposos u otros parientes, podían escapar unque er por breves momentos, de la vgca y escudriñamiento de aquellos. El hecho de que tal cosmbre sobreviera de alna manera hasta el período republicano, se debe a la decsión de estas mujeres de burlar ls restrccones de la cultura conservadora de las clases altas lmeñas Una y otra vez, durante el período colonal, la vestmenta de la tapada había sido prohibida sn éxto algun por los reyes espñoles Felpe n Fepe r, Felipe I y Carlos m, por el Tercer Conco de Lima (1583), y por los goberos de los vrreyes Frncisco de Toledo (1 571 ), el Marqués de Montesclaros (1 609), y el Marqués de Guadalcázar (1624)• El segundo elemento de denicón de la vestimenta de las tapadas era la alda o saya. Más o menos hast la décad de 1 820 - hasta la Independencia del Perú la saya estaba recogida exactamente encima de ls rodas (Figu r 4.2) El eecto que ello lograba era destacar el trasero de la mujer ( lmtar l movimento de ésta). Cuando Angrand y Rugendas llegaro a Lma, la saya recogida ya no estab de moda, aunque algunas mujeres todaa la usab• Es

Se denminaba colos o colas a aquellas personas de ascendencia española que habían nacido en América En vista de que la piel de los criollos ea de un clr elavamente clar o de que els misms se consideraran blanco" lo que es más imprtante, en la ideo logía racial de ma ellos entraban e n la categría de tales. L mayor parte de viajeros europeo, sin embargo, n percibían a los crills cmo blancos ''  En vita de que os texes imprtados que se uaban eran fácilmente reconocibles, cuand e vesían de taadas, las mujere por lo general escogían ches viejos o sayas picadas L vesimenta vieja le permia verse cm pobre" (lres Aráoz 1975, p. 56) y moverse anónimente en ls lugaes públco 8 Brmley 1 94, p 1 9-23 Martn 1 983, pp. 301 -305 y D'Orbigny y Eyriés 1 842, vol n, pp. 1 1  1 2. L Corona epañla tuvo dcultades simares para controla a la mujeres A pesa de los repedos intento de ilegalar u uo, las mujere españlas de la znas del sur de spaña con una erte inuencia mrisca, adpaon el manto buscando la mayor bertad que éte les perma en calles y plaas. 9 Rdiquet 1 874, p 87; y Bley 1 865, p 1 1 1 

MIRND CN UN SOL J

115

Figra 4.2 Anuncio de na pelea de gallos.

portante señalar que este eecto fguratvo legó a captar la mrada de vajeros y artstas europeos. De esta manera, nclso cuando dbujaban las das llanas y holgadas que estaban d moda, en el caso de las tapadas tanto Anrand como Rugendas sempre exageaban el tamaño del traso (gura 4.3)10• Certamente, su preeenca or dbuja a las tapadas puestas de espalda, sugiere que las grandes nalgas s ervan en sus mentes como una espece de extensón del manto. Al gual que éste, el enque osteror le permtía más c mente suprmr la den tdad ndvdual de una mujer, y verla como una hechura exclusvamente fsológca o sexual. Y elo ocuría sn que a msmo empo se dest uyera el ms tero abstracto o tchzado de la tapada como mujer de clase alta, reservada y anónma, pues el rosto permanecía dscretamente oculto, en este caso por la esp alda y el tasero de la propa mujer. La dnámca que caracterzó a la tapada como po surge, en parte, de esta paradójca xtaposcón de su oculta dendad socal (el ostro), como mujer de clase alta, y el énss prncpal, e ncluso defntoro, que los dbujos  pnuas ponen en su sexualdad (el trasro) mostrada en públco. Más aún, esta dnámca no e totalmente creada por el artsta europeo Funconaba en tanto constuía pate de la magen proyectada de la tapada. Como compo nentes de una elte rbana relatvamente pequeña, las tapadas aprovechaban de su seductra vesmenta. Tal sedccón descansaba, al meno en pate, en la segurdad de que la dentdad pesonal o ar de la taada sería rcono 'º

(. 132

Véase tambin Ang rand 1972, láminas 1 1 (pp. 4-6) 23 (. 4) 1 1 2 (. 1 33)

y 1 10



DEBORAI  PJ.

Fira 4.3 Monjas  clérgo con tapadas.

cia de inmedato si dejaban caer el manto. Los plees de su lda erte mente recogida estaban acomodadas de rma ta que resataran su fgura, destacaran su anonimato y burlaran los estándares en ese entonces prevale centes de la sexuaidad emena. Al respeto, se podía decr que la moda nconó para desviar la atencón del observador varón de la identidad social e individul de la mujer, pues, así anónma, podía en carla en su sexualdd. S embargo, esto no quiere decir que la scnación de los europeos por el trasero de las tapadas era simplemente un caso de realismo novecentista En a estrateia de a moda de la tapada, a saya recogida consti ta un elemento en un todo estratégicamente ccuado. Al reducir a la tapada a su tasero, los europeos desplazaron esta visón del todo con una lógica metonmica elaborada por as teorías raciales y ginecológicas de esos tiempos. Estas teorías correlaconaban el sexo de las mujeres respecto a las s mltudes que se percibían entre los gentales y los traseros de las mujeres aicanas y  aquelos de as prositutas europeas  • n la representación no solctada que os artistas europeos y vaones realzaban sobre ella, la mujer blanca de la clase alta de ma adquría así tanto aquellos atributos de la promiscudad como la desviación etermnados en térmnos acales que su propa deología aistocrica hubese rechazado con vehemenca Esta percepcón de l a sexualdad de la tapada no s e derivaba sólo de su provocaiva vesmenta, sino tambén de as opnones de los varones euo  peos sobre su escandaloso l bertinaje y su agesva conducta  Elos estaban 11

Vése Gn 1986 n prte de a especuacn en tn  l sía de  muje fcna se bsó en   dseccin que Cuie hz en  8  2, de l "Venus htentte 1 2 Aguns vjers que nterirmente hbían vjdo a Lma descibían a be t de mvimen de as ts com un a ente  e coupcn y decdenc gener Vése  ejem Fee  982 (1 7  6),  220-221 .

1 17

MIRNDO CN UN SW OJO

scinaos por la complacencia que as apaas emosraban para iciar conersaciones con hombres. "Por lo gnera son as apaas quiens oman a iniciaia e as conersaciones, obsraba e iajero ancés Maxiian Raique. "De esa manera, su saya y mato, cuo desino origina era para serir a os ieales e a cas ida   receo, han erinao proegieno hábi tos compeaente opuesos [a esos ideaes] 3 De u moo siar, gran ambién se sió exasiao por los encanos e estas "agresoras esergonzaas, qienes a avés del ocutamento de sus povocavas gacas bajo los peges de faldas andajosa s y cubrendo sus nas sonrsas deás de manto .  no se mezcan con os paseantes,  sen e l camno po donde pasan  os viandantes, nvtándoos a da una batala con una aaenca que es sóo suya; y conducdas o sus cap chos, elen a la víctima que desean sacrica o encadena14•

Segn estos mism os obseradores ancses, se dbía jusamt a tales encantos pligrosos ue la aada ea trasrmada po sus dsamara as víctmas aros en l o to d o que Angran escri como un "c o púico, y que Lima era una ciudad onde aquet afrma que "as mujers gobernaan como rdaderas rinas soeraas15  Los encantos emeninos d las tapadas s parecían aú ás amenaza ores por su perturadora semejaza co las tsías europeas e torno a as mujers árabs ' primra vista scribía D'Orbign porían omársles por aquelas mueres antsmaes y casi iisibles que los iaeros hacia Oie e encontraron n Costaninopla y e oas as ciuades musumaas 6• Una

Fa 44. Taadas

IJ . 5 16

Radique 1874, p. 84 Angand 972, p 172 Anand 1972; adiquet 1874, p. XI  Véas también B esson 1886, p 99 D'Orbiny y Eriés 1 842, vol  , p 1  .

11

DEBOR

P

iluencia orientsta, igualmente, ñe gran parte del imaginario visual de las tapadas peruanas del siglo XJX. Estos maces orientstas salen a la superfcie, por ejemplo, en la interpretación que los arstas hacían del propio manto, en su scinación con la "almbr de oración de ls tapadas y con su tendencia a representar a éstas en grupos de dos (véase, por ejemplo, las fgurs 4. 1 , 4.2, 4.3, 44 y 4.9)7• Los europeos también comparabn la tapda con l fgur de la monja ctólc Tnto Agrand coo Rends se sen visulmente scindos por l regosidd de l tpd En los dbujos de mbos, l rm encpuchd de la tpda a menudo se soci explícitmente o se contrst con l de l monj (Figura 4.3). Ambos rsts también solí describir a ls tpads en ls iglesis o en sus alrededores, en procesiones reoss, o recogiendo ls moss 18• En otrs esces Agrd sign un sensulidd ú ás descrd  ls práctics regoss de ls tpds, suriendo que ells coquete con los hombres durante solenes actos regiosos como l mis y ls procesiones 19. Est sm mezcl seductora de sensudd y devoción sle a l superfcie e la comprción que csi todo observador ncés hcí entre Snt Rosa y ls tapdas. Sant Ros de Lim e u meña del siglo III que se hzo célebre por las severs rms de autosupcio sico que se gí, así como por sus visiones místicas. Radquet uien e tal vez más entusist, y ciertamente el de estio más orido entre los muchos admiradores anceses de las tpadas tambié era u rviente devoto de Santa Rosa y un vistdor ecuente de la esculr de Melchor C que represent l muerte de l snta en Lima. Su descpción de esta escultura revela l medd en l cul la sensualidd y la sfcación se entrecruzban e lo que él ma l "doble bellez de Snt Rosa: L snt está tendd en un pied; sus lbios entrebietos exhln su último liento; su mno deech cuelg como p etom el osio u e h dej do ce. En el hy,  l vez, el éxtsis del ángel y el sueño de l muj e. Su osto resplndece con un doble belez; un elez plástic y pecs ue detemin un adoble purez de los sgos [y] un bellez ide ue reej tods ls divins perfecciones de un ntulez gulmente excepcionl2º

L primer vez que Rdiquet y Reds se enconro e ete  l escultura de Snta Ros Coo Rdiquet lo expc, luego se hrí uy mi 17

Se ued haa reesacoe d tada y d afbra d oacó,  Rueds 1 975, lámnas 90 ( 1 7), 55 ( 35), 6 ( 1 3940, 65 (p 1 4 1 - 1 4, 67 ( 54), y 74 (p 1 64) 18 Véase Arad 1 97, áas 1 6 ( SO), 1 7 (p. 51 ), 56 (p 83, y 36 (p 65 66; y Rugendas 1 975, lánas 1 7 (p 1 03) y 99 ( 1 79) 19 Véase Arand 1 97, áas 1 07 (p 1 30) y 1 1 0 (p. 1 32). 2º Radique 1 74, p 1 58

MIRNDO CON UN

Si

JO

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gos, en gran medida a causa de la admiración que comparan tanto por la santa como por su estatua21• El esbozo de Rugendas sobre la esculra de Ca pareciera confrmar el vínculo sensual que los dos hombres comparan en relación con Santa Rosa En este esbozo, la fgura recostada de Caa está volteada hacia el observador de tal modo que asume la pose de la Maa. Sus senos y piernas están delineados más claramente que en la esculra, donde están pudorosamente cubiertos; y el ángel de la guarda que en el original de Caa está suspenddo sobre ela, ha sido estratégicamente rerado con el f de destacar la soledad sica de la muer22. Para hombres como Radiquet y Rugendas, las seducciones ambivalentes de la fra mísca de Santa Rosa giran en torno a los aactivos opuestos de la casdad y el descaro. A ial que en el caso de la tapada, se percibía que Santa Rosa estaba en actud de agresiv búsqueda de varón Cristo a quien sera, entras a la vez mantenía la paradóica ( típicamente "mena'') preocupación por la pureza sensual y la perección sica. Raquet iguala esta "doble belleza con el poder de la tapada como una doble muer. La lmeña, escbe, es apasionada, espiritual, juuetona, sensible, sin niguna necesidad apreante que no sea su encanto..; se mueve, sin la menor dfcultad [] con una increíle exibiidad de conciencia, desde a carga de sus tendencias icitas hasta sus prácticas reigosas; usted verá que unas veces ela asume la máscara estáca de la santa y la ardente expresión de la cortesaa, y otras veces pasa de los santos sacramentos hacia la eoquecedora sensualdad23

Para aprehender la idea de la tapada como una muer que por propia voluntad se hallaba desgarrad entre la devoción y el pecado, otros observadores anceses se reerían a la "doble personaldad de la leña24• Una de estas persoaldades era la casta aunque sensual Santa Rosa. La otra e Mariquita Viegs, u ctriz mestia coocida como "La Perricho, cuyas intri gas románticas la convireron e la más amosa muer públca de la ma coloial. Para los admiradores anceses de las tapadas, la Perricholi era la síntesis de la sensulidad y l dispoibdad pra no hblar de los egmas raciales de la tapada lmeñ De esta maer el pelgro que leva consigo la eigmática mirada de la tapada, en palbras de u observdor de esa época, era "llevar la ateció del hombre de lo espiritual  lo temporal, de la Virge Marí del pasdo a las hjas vírgenes del presente, de Belén  l beleza25• Sus ambivalencias conan a

21 22 23

25

Rdiquet 1 874, p 157 Rugendas 1 97 5, lámina 50 ( 1 32). Radquet 1 874, p x  Breson 1886, p 100 Véae también Raquet 1 874, p. x  Baxley 1865, p 1 t o.

2

DEBORt PooL

los hombres, pues lleban lo que era el placer sensual de la contemplación de una muer idel, hacia la conontación con las realdades seductoras y sicas del cuerpo de la muer Uno de los exmos de la sexualidad de la tapada se uzgaba tomando como patrón a una pléyade de mueres ideals que iban desde una mon a y Santa Rosa hasta la princsa inca nunca vista dl sigo XIII. El otro extremo estaba defnido por las alusiones racials que su trasero y su manto sugerían resecto a otras colonias uropeas Estas coneons citaron la apropiación uroea d la tapada como símbolo d la dfcultosa idndad dl Perú como nación ostcolonal qu necesitaba la orientación y las versiones provenentes de Euroa No obstante, antes d xplorar sta dmensión polca d la imagn de la taada, debemos examnar la relación de ésta con las mueres aicanas y andinas que la rodeaban en los esacios úblicos de Lima.

P BLCOS, SENOS NEGROS

El lado casto y emeno d la lusiva tapada se elaboraba tnindo las iglsias y santos como telón de ndo, y era en las calls, plazas y corridas de toros dond entaba en uego su otro rostro, es dcir, su rostro descarriado Cada uno de los europeos qu ha scrito acrca d la tapada dstaca su presencia aparentmente ubicua en las calls d la ciudad Algunos dscriben el esacio urbano d Lima como un paisae d taadas Para stos hombrs, la taada adornaba las festas de Lima con beleza y color, y ra ela quin daba a la Plaa Mayor su "pícara aacción, y quin "ncarnaba a la proia ciudad26• Una part d st ncato s dbía, por suusto, al hcho d qu sólo en públco la taada ra plgrosa y objto d galanto, ues ra sólo n úblico qu usaba l manto Como otros viajeros ancess d la éoca, Radiqut sn a horror or la vida domésca d Lma, y or el cto d ésta n las mujres Dno d sus casas, las mujrs vstían la lgant moda arisién qu ara est ancés ra monótona, y dirigían codas aburdas Pro ra de la casa stas smas murs odan scinarlo con su sducción anónma27 Para Radiqut, cuando las mujrs s sacaban sus sayas y mantos n la purta d sus casas, se tansrmaban ltralmnte de seres míticos n seres mortals Cuando la oscura saya "cae a sus pies [y], de una manera simlar, el manto s desliza suavemente scrib Radquet, el ángel s dspoa d sus alas, ro en su lugar queda una mortal encntadora28 26 27

Rdquet 1 874 p. x  Rdquet 1874 pp 13-106 Rdquet 1 874, p 18.

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sto

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elaboración pictórica de la tapada en tanto po se consuyó sobre esta dvisión ene los ámbitos públco y prado de la sexualdad permisible Ciertamente, la scinación de la tapada como objeto sexual depena de una violación (u ocultamiento) de la idendad doméstica de la mujer como a y esposa. Esta scinación creció en el arte europeo que representaba a la tapada usando como telón de ndo la a púbca, parcularmente las pobladas calles de Lima Su agresividad "anormal surge de estos espacios públicos y a parr del acto de cubrirse el rostro, lo que le perma acceder a elos En la construcción pictórica de la tapada, e de parcular importancia el modo en que la dinámica racial de los espacios públicos de Lima plasmó sus ambivalentes encantos. Hacia es del período colonal, el Perú tea una población de más de un m ón de habitantes (1 '076997) de los cuales el 80 por ciento estaba clasifcdo como indios (609 ) y mestizos (24 mil). El resto de la población (41 ) era clasifcada como "pardos (de ascendencia europea y acana), 40 mil como esclavos negros (que no se emanciparían sino hasta 1854) y sólo 136  eran considerados blancos o criollos2• A menudo las antasías europeas sobre la tapada se centraban en el temor del hombre de que al quitar el manto de una mujer tapada podría encontrarse con una mujer mulata. Wis Baxley, el representante norteamericano en el Perú, por ejemplo, describe su temor de que la mujer que está debajo del "mto de Mokanna puera ser menos blca que lo que sus "brazos con blancos antes y sus párpados blqueados le hacían creer• De una rma siar, Raquet estaba perturbado por la idea de que detrás del manto que tanto admaba se hallara escondida no una Santa Rosa, sino "una aca. L

Uno nunca está seo de superar la extrema severidad con la que los mantos están cerrados, sobre todo si, contrariamente a la costumbre de la limeña de ir con los brazos desnudos, una larga manga ega justo hasta el gute de t manera que no permte adivinar el color de la piel. No tenga duda de que el traicionero manto esconde a una aficana, negra como la noche [] de ancha naz como la muerte, ante la cual sea superuo desplegar las perlas de l galantería Como se puede ver, la saya y el manto hn brinddo a las mjeres sólo ventajs [] a los hombres sólo disstos (desagrmentsJ1 •

l manto no sólo octaba el rostro de la tapada. Escona también los risgos de la esra públia e una ciudad donde los blancos constuían sólo u pqueño porentaje d la población total La tapada, como mujer rebelde, dpedía de su limtada libertad en este espacio púbco y, por tanto, ante los ojos de los hombres qu la ontemplaban, legaba a encarnar también los pligros raiales inherentes a la vida públca de ima. 29  31

Gootenberg 1 99 1 , p. 1 1 1 . Véase también Flores Galindo 1 977. Baxley 1 865 p 113 Rdiquet 1 874 p 86.

1 22

DEBOR 1 POOLE

Una serie de dibujos de Angrand y Rgendas han sido elaborados con el f de des tacar el contrate entr los rasgos deicados, la cintra peueña y los pies fnos de la tapada, y el oluptuoso curpo de las matas. En estos dbjos, las mlatas parecen ser muj eres lstas, ertes y dspestas, qe bben, baian, montan cabo y coquetean abirtamente con los hombres. Con ecuencia muestran n soltario seno que se yergu, como si estuiera era de control, de lo ato de s esmenta usalmente escotada. Esta imagen se deria en parte d los esterotipos rtment sexualizados d los europeos en torno a la mlata dl Carbe, y se repite en los dbuj os de ugndas u aluden a Brasil y a la zona del Caribe. En Lima, si embargo, e dsorden de "elemento mlato y más partclarment de las ujeres latas se ha co nsttuido por negación, es dcr, como "lo que las cass altas no son. n l cuadro de Rugndas llamado "Festa d San Juan en Amancaes, por ejemplo, el es paco públco stá claramnt dviddo ntr las sras rvals d los blacos de clas alta, por un lado, y las actidades claramnte más alborotadas de las "class bajas (Figura 4.5). En la interpretacón que Rugends hace sobre esta división, escoge el contxto abiertamnt tatral de la fsta públca, con el f de dstacar la medda en la cua cada grpo está consttudo por la mirada de otro. En la pitra, un puño grpo d refnados espectadores ·blancos mantne una cautosa dstancia dl tumto circundant. A aulas pocas tapadas y muj

Figra 4.5. Fiesta popular en las afueras de Lma ( 1 843)

MRND CON UN

SL



OJO

res blancas que han ingresado en el plano más festivo del acontecimiento, se les asigna un carácter moralmente dudoso de acuerdo a los patrones de pintura y la literara de esa época acerca de la mujer deshonesta o descarriada. Las pinturas de Rugendas sobre el mercado central repiten esta estructuración del espaco púbco como un escenario en el cual dferentes grupos raciales y clases sociales ocupan distintas y claramente deleadas posiciones Otro cuadro de Rndas, por ejemplo, muestra a dos mujeres de la clase alta con sombreros y  cbalo, en uno de los dversos mercados de a32• Desde su destcd colocación en el centro del cudro, elas precen observar al apñado gntío qu ls roda. Su aprtda prsencia conduce a los ojos del observador hc vrs tapads que psn, notoramente de dos n dos, entre el propo go. Otrs tapadas convrsan con las vendedoras que las rodean. A difernc de ls mujeres a cabalo, los rostrs de estas tapadas y sus idendades son mntendas e estrcto secrto. Su anonmato les gran za l posibildad de mzclrse con la chusma dl mercado. Esta imagen de las tapadas conversando co mujres de bajo rngo era, en gran medda, una parte de su mstero. A trvés d tales transaccons, l tapada se stuba exac tamente en el centro de la vd públca, que pra los europos era pelgroso precisamnte por su proxmdad con las mulats y las vendedoras del merca do, con sus niños y sus cuerpos oscuros y expuestos. Gran parte del aspcto desordenado de la magen de la mulata prove a del ambnte comercl dl mrcado. Se creía qu el mercado público y n menor mdda la festvidd públca estaba en totl oposición a ese oo espacio meño que los vjros habían pntado con colores románcos: los jardnes prados. Uno de los pocos escritos de Angrand sobre La es una carta que descrbe estos jrdns, que él al gual que otros europeos de su tiemp compar co los jrdines orentales, en gran medda por su carácter de "santuario interno. E la misma carta, compar la "ordnada ruscidad de los j ardins con l rz sublme y caóca dl dserto que rodea  ma y de los ríos que dscndn dsd los Andes par rrigar la costa33• n drecto contrst con stos apcbls jrdns estb l bicioso mercado públco dod las mults ndí us mrcncís y ruí  sus nños. os hobrs uropos y ortrcos qu vstaron m, cluydo a Angrnd y Rugndas, con cunc rrbn n l hcho d qu lls cdrn  sus nños en est lugr públco4 Uos trnt ños dspués, cudo l hge 32

. 190)



Rugendas 1 97, lina 73  1 61 - 1 62); véase tabién las lánas 75 (p  6)



68

Angrand 1972,   63 1 73 Para ejelos de ulatas con sus nñs, véase Angrand 1 972, lminas 1 1 4 ( 1 3) y 1 1 6 ( 1 361 37). Es prbable que en est iinari el lugar de la ulata uviera un rl ortante c aa d lche para ls criUs de clase alta "

124

DEBOR PoL

pública se había converdo en una gran preocupación para los observadores exeros el cónsul norteamericano Baxley comentaba que Todas as vendedoras de mercado de Lima son mujeres, por o genera cholos (siq .  E extranjero no no debe visitar e mercado antes de desayno; se e uitará e apeto cuando vea a as vendedoras espugando os peudos peejos de sus perros ...; o reventando con as uñas de sus manos a insectos menos es ue ha sacado de a cabeza de su hijo.. Agunas veces se puede ver a as mujeres montando na mua con un innte en brazos tomando su primer alimento, o dormida con e seno cogando y expuesto a a rada púbica De hecho, es raro e caso en ue uno camine en cauier parte de la ciudad, de día o de noche, sin verse sobresaltado por siones de indecencia, inmodes a e inmoradad, demasiado groseras incuso para referirse a eas.35

guos años después otro viajero norteamericano el arqueólogo Ephraim George Squier pudo admti que "el Mercado Cetr de Lima en muchos aspectos [era] mejor y más espacioso que cualquier mercado de Nue v Yok. No obstante advera a los viajeos que ecarguen sus compras "a un mayordomo de confanza y que tenga un estómago erte pues a masa de vendedoras, que son mujeres sentadas en el sueo, en cuc as, al borde de as arquerías o en espacios abiertos .. charan y bromean entre ellas y con sus compradores, cuidando a os niños tal vez, o reaizando  mismo empo agún otro deber materno menos placentero. Cuando ya enen a erza necesaa, estos nios revootean y se an en e sueo de una rma n promiscua, que os compradores pierden e apeto.

Las tapadas se maeen apatadas de este desordenado revoljo maternal en vird de su erente apariencia sica y, sobre todo, por sus atributos que decididamente, o era domésticos  maternales. Nuca se muestra a las tapadas co los seos expuestos n con niños. Por el contario Angrand y Rugedas las caacteriza co el toso, al igual que el ostro sugerentemente embozado por el mato que co su oametal caída, covierte el seo matero e u pecho escultural. l icoo frativo y distintivo de la tapada se asfee más be a los t es apetados, los gades traseros y el pie miuto del cal supestamete estaba dotadas todas las tapadas37• Esta disecció 35

Baxley 1 865, pp. 1 42-1 43. En las observaciones europeas, la amenazadora sexua dad de la mulata s asociaba con su acvidad económica Muchs vajers, por ejemplo, comen taban que el trueque era una estratagema de la mujer para oblgar a ls hombres (blancos) a conversar con ela 36 Squer 1 877, pp 5455 37 Radiquet ( 1 874, p 87) consideraba que las dlcadas apa as eran la piedra de toque de la elegancia, el arma despiadada de la seducción" (/'ae sans mer de la séducton). Otros observadores anteores de l vida social lmeña, sin embargo, consideraban que esta bsesión po el pie pequeño e un iche parcular de los hombres españoles (o peuanos) L compa ban en rma desfvorable con su io interés más natural" en los sens de las mujeres Véase, por ejemlo, Freier 1 982 (171 ) p 223

MRND CON UN SOL OJ

125

del cuerpo de ls tpds es prculrmente lmtivo cundo se compr con los pocos retos que hzo Ruends l myorí de elos bocetos en lápz de ls mujeres de l clse alt, que no usbn el mnto. En estos retos l mujer, en tnto objeto retrtdo, sume l ndvdudd bures crcterístc del reto clásco. Vsten sombreros europeos y mod nces. Sus rotros son reconocbes y sobre tod están descubertos. En sum, :on ns mujeres complets y doméscs, con dentddes socales props, o por lo menos mres. Por el contrro, ls tpds nunc son objeto de u reto. Su representcón ocurre exclusvmente en tnto consttuyen tpos seccondos, eprmidos, confndos  su condcón de cono que legó  cons turse en su "propo yo pctórco De est mner, los rsgos scos de l tpd echzd srven pr estblecer l drenc entre l muje r doméstcmente dscret y l tpd  quen se ve y está expuest en público. Como sgno de su sttus como mujer de clse alt, sn embrgo, estos smos gmentos de cuerpo sldos tm bén srven r dstnr l contextur sc de l tpd en tnto mujer, de qell de ls mlts qe l roden en ls cles de l cudd Su embozd distnc ente  est otr clse de mujeres se ve ún más resltd por el hecho de que ls tpds cs sempre son pntds en grupos de dos o compñds po u crd o "chol En ls pnturs de Rugends, l representcón por pres de ests mujeres que mrn con un solo ojo estblece su equvalenc con l mujer complet y con sus dos ojos (Fgur 4.4). L represent cón de ls vendedors negrs del mercdo, unque tmbén es ecuente, suele ocurrr en escens de jrns y borrchers, o en mágenes que representn al poderoso vrón negro uyo torso con ecuenc tmbén está desnud compñdo por sus dos mjeres8  Ambs rms de est mcón bnr provenen de ls poplres ntís orentlists sobre e hrén slám co o sobre el espoo árbe qe tene dos espos39• E EACER D L VRGENES ICAS En comprcón con l mteros tpd y l desordend mlt, ls dis de los dbjos de grnd y Rends son csts, retríds y smples Como en el cso de l tpd el tpo de l mjer ndgen se elbo en contrste con el escenro de otrs meres qe e erencn de el en clse y rz En un boceto de Annd, po eemplo, n me ndígen está ente  un mest z quen está llevndo e, presmbemente p venderl Fr 46  " 39

Véase Angrand 1 972, lánas 50 p 77-7 8) y 51 (pp 780). Vae oua  986  GrahamBrown 988.

1 26

DBRAI 1 POLE

Fgra 4.6. Mestiza e Inda.

dos mujeres s e dierencian por sus rmas o por o que isten (o no isten). La representación de la indgena o mujer de campo como un po de mujer irtosa o pasia es recurrente en toda la obr de ambos artistas. Agrand tiende a purifcar e ideazar e mundo de mujeres indígenas y as muestra icuidas aunque caramente separadas en a es era púbica mascua a traés de a cua eas s e ueen de una rma reativamente inadvertida (éase, por ejempo, as gras 47 y 4.9). Es indudable que esta ideazación de las mujeres idgenas proiene de as ntasías de os europeos en torno a as írgenes de so y as pricesas de a Operática Inca de sigo xm.

Fra 4.7 ndas costeñas

MIRND CN UN SOL J

1 27

 , . ) 1�: 1•

Figura 4.8 Muj eres ndas

La scinación e Angran y Rugenas por la muer igena, sin em bargo, es ago más que un mero exoismo nosálco En su s ibos y boce tos suelen mentar a las mjeres indgenas según las pares componenes e su vesimenta, caa na e las cuales es miuciosamente elaa y nom braa (Fira 4.8)0• En la práctca, este moo e representación agmenaa tvo el eecto e eclipsar la estencia el cuerpo o e la muer que llevaba la ropa. Mientras la tapaa era eichizaa por eterminaas partes e s u cuerpo -el raero, na mano, n ojo o un ie- y la mulata a tavés el enque en as partes " sucias e su cuerpo vnculaas con a maternia, la mjer ingena es etchizaa y transrmaa en una superfcie, una glosa, es ecir, como la ropa que cubre su cuero y su exo Paa el arisa ineresao en aprehener n Peú "pintoresco, esta vesimenta lórica  signo énic era la rma y fgra consittiva el iniviuo observao por el arista Su agmentación y enominación recurrentes, por tanto, tienen un oble nterés en la meia qe relejan ls intenos el arista por homogeneizar a las veraeras mueres inígenas y convertirlas e n un ipo lklóric iealzao, así como u eeo e reucir este obetomuer en na imen o "o cientfcamente coniuio 'º

Véase también Angrand 1 972, lána  69 (. 55).

128

DEBOR Pol

ragmentación de la mujer indígena en elementos de la superfcie de su vesmen o disaz también la hzo ecvamente insible como ser sexual. En sorprendente conaste con la tapada y la mulata, las mujeres indígenas que se ven en las ilusacioes de los libros de Angrand y Rendas no son signos posivos  negavos de la sexuadad me Esta sexuadad detera su rol pictóco como un contexto o escenao para estas oas rmas de mujeres sexuales. En los dibujos y pituras que muesan juntas a las tapadas y las indias, estas úlmas son representadas como rmas pictócas que h sido incluidas porque su presencia es ecesaria para completar la composición de u abajo románco bien hecho. En los óleos de Rugendas, uo de los cuales se muesa, por ejemplo, en la Figura 49, se consuyó na jerqua de persoajes emenos deidos por las eas que se enecruz y que proenen de cuao adas drentes L pera es la mrada de las tapadas hacia era, hacia quien obser el cuadro. Sin embargo, la mrada de eas se enecru a su vez, con la seda que proviene del monje y del caballero, cuyos ojos están puestos como si, e ecto, ate ellos sólo hubiera dos tapadas. La comti de sirentas mulatas de las tapadas está excluida de esta mrada masculin Ua de estas criadas dge su mirada la tercera hacia un sujeto no idenfcado. Esta mirada de soslayo es descaradente desibida y, como tal, apela a las creencias popres sobre la moral sexual de las mulatas. Finalmente, las dos mujeres ingenas de la iquierda intercambi madas cuyo radio se restge a ellas msmas. Ni su presencia n su iada se relacioa e modo alno con los otros persona jes de la composición. Por el coao, su presencia ene como objevo deliitar el marco del cuadro, co el  de completar el áno que es el contexto público y racial en el cual pasea las taadas. Oas acuarelas de Rugendas ponen a una indgna cerca de una tapada empeñada, al parecer, en seducir a un hombre1• L mujer na, arconada y sin roso, ha sido puesta en el margen derecho y opuesto a las sbócas taadas. Su etcidad y raza están marcadas por su sombrero y, más esecfcamente, por la rma angular pica que su ald adquiere cuado e se siet s la vesmenta, y o el cue, lo que señala su iddad racial o o de la mujer dge  estas pras, coo e oas de Rugedas y grad, la mujer ingea es el "contexto lla es el ouesto deivo del verdadero objeto de la obra: la taada sexualete seductora, msteriosa y se espera blca n nin caso donde se icluye ujeres idgenas e un composición con oo po de mujeres, las indis arce como el sujeto del cuadro. Por el conao, ellas asuen ua rma de "noidedad sexual que sirve para contextualizar o acenar la invisibilidad e intención sexuada de la tapada blca. L

"

137-138).

Ruendas 1975, láina

49

 1 26); véase tbién las láinas 55  1 35)

y

61 (pp

MIRNDO CON UN SOL OJO

Figra 49 Tapadas

en

1 29

la plaza.

s TPOS MERIALIZDS

E sigo X rajo asobrosos cabios a a cóoda sensuaidad que aenaba tano a a operáica inca coo a la pintoresca eafsica del primer viaje de Hubodt. A o argo del sigo X, e proteccioniso españo anuvo u

130

DEBORI Por

gares y pueblos de América a una conveniente dstancia de la mirada de los polícos y naturastas europeos. El comercio con exanjeros er casgado con la confscación de las pertenencias y la pena de muerte. Todos los barcos que llegaban a puertos de España en el Nuevo Mundo sean tratados como barcos de guerra. Aunque hacia fnes del peodo coloial estas normas se habían exibilizado y se permió que naralistas como Frezier L Conde y Humboldt viajen con relativa lbertad por las colonias españolas en América e la independencia la que signó una apertura signfcativa y sin precedentes de los puertos sudamericanos a los intereses comerciales y también a la rada de los europeos. Como resultado los súbtos coloniales de España comenzaron a adquirir una presencia nueva y muy activa en el imagnario europeo. Esta presencia se vio acentuada por las actividades polcas de los propios americanos. Inspirados por los principios de las revoluciones ancesa y estadodense los patiotas criolos de toda América Lana volvieron sus ojos hacia Inglaterra y Francia en busca del apoyo moral y material que necesitaban para lanzar sus campañas de lberación nacional. En los salones de diseño de modas de Pas los nombres de Bolvar, San Man y Sucre se hicie ron moneda corriente. Su moral y sus causas poticas convergían claramente con la especulación europea sobre los mercados de la América hispana y un escepcismo liberal de antigua data sobre la legimdad de las pretensiones coloniales de España. Con la independencia de las repúblcas andinas en los primeros años de la década de 1 820, la especulación viró hacia la diplomacia y las guerras comerciales en la medida en que Europa compea con Estados Undos por los vores comerciales de las nuevas eltes criolas del continente. El repentino panorama de territorios accesibles mercados abiertos bienes negociables y mano de obra indígena tbién estiuló la recolección de descripciones nuevas y más precsas sobre los Ands. S rquea especifcar clasifcar y contabizar recursos os, minas caminos y cmas. Igualente ra ncsrio contabilar a los pobladores explorar los paisajes navegar los os, invntarir los rcursos, domsticar la selva. grand y Rendas eron l primr scón d est jército d europeos que durante las siguentes décadas obsrvaan, dsribrín y sentaan a los Ads para el úblco, cuando rgrsaan a sus roos pss. Como  l caso d l myor parte de stos primros viajros, la obra d Angrand y Rds tí un objtivo ddo. n la mayor parte d los casos, los s lmitaron a dscbir las ciudades Asimismo, estaban más int rsados en las psonas qu  los paisajs y la narla qu la imginación de Humboldt había ctado s pruanos d carn y huso con quens estos artistas viajros y plomátios dl sglo XIX rmpazaa a los áureos ncas d la lustción, ran d una natula tomt rnte. Por ser

MRND CN UN

SLO

JO

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residentes del Nuevo Mundo el sello exótico y la trageda que se adscrbía a sus reales ancestros persisan a través de elos. No obstante, a derencia de sus antepasados, eos exan n vird de su propia contemporaneda una existencia más material. Esta presenca ecarnada, sica, sea la preocupación de los nuevos dscursos europeos sobre raza, bioloa y anatomía que sureron paralelamente al proceso independensta de Améca Lana, e las prieras décadas del siglo X. Con el amanecer de esta nueva era de ciencia, moderndad y raza, la arena en la cual se reazó el debate europeo sobre éca se desplazaa del diso doo de la naturaleza del Nuevo Mundo hacia el sio más claramente defnido del cuerpo de los pobladres de éca. El acoso pictórico que Angrand y Rugendas hcieron a la elusi tapada ocurrió al interior de esta ampla de debate político y cenfco sobre las nuevas repúbcas latinoaericanas y el sifcado de la raza y el tipo. Como lo hemos visto en la obra de Humboldt y de D'Orbigny, la noción de "tipo en tanto construcción visual y fsiognómca, con una esencia o stas de objeto que sura de sí msmo, se maestó en rma independente - anterior al dscurso taxonómco y biolóco totalmente desarrolado que más tarde se relaconaría con las teorías "cienfcas sobre la raza. La transrmación del pesamento racial que tuvo lugar durante las prmeras décadas del siglo X  desde el viejo paragma genealóco o histórico de pos raciales, hacia el nuevo dscurso objetvador de pos raciales basados en características biolócas esvo condcionada por este dscurso visual sobre el po.  ial que en el caso de Humboldt, el tipo era una estrategia para dsciplar la mrada cientíca. A través de la noción de tipo y de la "mirada siognómica, Humboldt y otros autores de su tiempo lucharon con una economía visual denida por la medación de un obserdor móvi y sensual y de la producció en serie de imágees e imágenesobjeto. Sin embargo, la obra de Angrand y Rendas dfere de las tradicones pictóricas de los grabados de Humboldt en un aspecto básico. Humboldt estaba nteresado en establecer un observador móvi y senstivo como la pieda angular de un método visual y cienfco, por eo él incluía al sujeto europeo en muchos si no en todos los paisajes andnos pubcados en Vues. Y para Angrd y Rugendas, en cambio, el sujeto obserdor europeo está excluido del espacio pictórico. Un objetivo de esta estrategia de supresión era conducir al observador a creer en la preciión o transparencia del medo a avés del cual los personajes era reatados42• Suprimir al observador, sn embargo, también permia que el arsta aslara a la fra representada de cualquer encuadre específcamente narrativo y la hciera hablar omo suce 

Nochn 1983, pp. 122-123.

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D Po

di por sí msma. E po visua representado adquiría materiadad y existen cia po sí smo.  ia que a noción de aza, a noción de "po adquia na dimensión sica y fsioógica que no había tenido en a obra de Hmboldt. Pa esta nueva economía visua de raza y tipo, a aacción de a tapada se derba de género y nacionadad de ésta. Para os arstas de norte de Europa como Rugendas y Angand, os Andes rmaban un terreno virgen, cuyos aactivos tean mucho que ver con e oreciente mercado de graba dos y de teratura de viajes.  interior de ese mercado, as ideas sobre los sudericanos todavía no habían cuajado. Sus "tipos todavía estaban en pro ceso de surmento; el signfcado de sus rmas parculares de "inga exó ca aún no se había deterado. La operática inca no había dejado nguna ación pictórica de cómo eran los peruanos. Tampoco exisa un inventario adecuado de iusacioes de viajes o incuso de descripciones de los habitantes de Nuevo Conete de Humboldt. En suma, ni los arstas  los escri tores que describí a los sudamericanos tenían a mo e vasto repertorio de estereotipos y tipos pitorescos dsponbes para por ejempo el pintor orientalista o e viajero hacia Á ca. A dierencia de a mujer "oriental o acana para las cuales ya exstían claros estereopos, en cierto sendo a mujer sudamericaa era objeto de un escruio más itenso. L que aajo la ateción de os europeos hacia la tapada y a conviró en un símbolo del Perú era el manifesto objetivo de ésta de representar se. La tapada era a verdadera mujer, que cubría su roso con un manto como gesto tto de rebeló como de coqueteo sexual. Más aún, por ser una mujer sin idedad soci o dvidual, a tapada al igual que a odasca de Oriete oecía al observador europeo la visión seductora de una mujer re ducida a la pura esecia material de su cuerpo. Como producto de una mirada mascua empoderate, la tapada cioaba como etiche precisamete por esta escisió de lo social. Como mujer c u solo ojo, la tapada ivitaba a la reducció cocepal: e tato mujer, o obstate, podía ecararse e un sol ( equeñ) pie, e u ra) trasero, o e la equeña) "blanca mano eguatada. N obstate, para las mujeres invlucradas, igualmete importate era que el mat tambié se levara como un buarte que las separaba de las clases de iel morea que dmaban las cales de la ciudad de Lima. Iróica mete, los eurpeos que observaban este acto de segregación racial creín que la sexualdad de las tapadas ecesariamete se dervaba de estos otros tipos más visibles de mujer. Las contibuciones idígena y egra a esta reconsción de la mujer ocuta y converda e ntasía ero, más aún, sorpredetemete complemetarias: la mujer egra servía para resaltar la sexualdad sica de la tapada cm mujer rebelde y, por tanto, remente eis

MRD CON UN

SL

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ene a ingena, a aés de su nuaión on a sierra dina, desaaba a asdad  reienia de a mujer reigiosa disreamene ubierta, que haba sido ideaizada por as uras maras de ima  de a uropa aóia or ser peruas, sin embargo, as apadas eron imporanes para que Angrd  Rugendas inour muhas más ensiones que aqueas rmadas por as duaidades omparatiamene simpes de onrao heerosexua  erú era una repúba reienemene berada, uas ees roas dominantes esab pugnando por rjar nues idenidades , sobre todo, nuos azos on os países europeos que habí apoado a independenia poa  eonóma de as repúbias aoamerianas respeo a spaña or tano, a "mrada dominante que modeó as presiones europeas sobre e erú  sus mujeres haba aternado enre una mirada de bienenda  una mirada de sospeha, ambas interambiadas enre os inereses oonales europeos, por un ado,  as eies domantes de erú, por otro Las apadas rioas de Lima proetaban una imagen a mantenerse on as inerdumbres uturaes, raiaes  poas de a nua repúba. Si bien a numerosa pobaión de origen arano e indígena había tendo poa reeania para as intrigas poias  as guerras auisas que ouparon a os hombres rioos de e, era euente que as mujeres roas tuiern relaiones mu ínmas on sus sirentes inos  negros43 a imagen de las mujeres, por tanto, a dierenia de a imagen de sus esposos, padres  herma nos, inua neesariamente  por to modeaba a ese oro mundo de a repúbia de erú, e mundo "no bano ste ontexto sifaba que as apadas peruanas eran, a a ez, más inesrutabes y menos áimente onnadas a a úa dimensión de a dierenia sexua que muhas de as mujeres que estos arsas habían podido ooar ante sus abaletes en gamos as, ndres o Nuea York as no eran tan áimente sertadas en uaquera de as narratias exisenes de empoderamiento (de os hombes)  desempoderamieno (de as mujeres) que e ate ocidental trazó a eaborar su disuso sobre a representaión• Las mujeres ciollas de Lima no ean inmediatamente aesibles omo Casandas o Pandoas, o omo Vírenes Maas o damas itoas. or e ontario, sus identidades soia y representaiona tean que neoiarse y reenase simtáneamente a través de nuevas ombinaiones de as estra tegias estabeidas aea de a posiión emenina A navega a traés de este terreno reatimente nueo del oro suderano, e la idea de tipo, la que oientó a artista En iertos aspetos, las 43

Sbre el nacionalsmo crioo peruo, véase el capítulo I. Sobre las guerras ente caudos riones, véase especialmente Gootenbe 1 989 y Wke 1992.  Nochn 1 988: Polock 1 988; Polock y Parke 1981

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DEB0R1 PoL

rmas narratvs de pntura eran inadecuadas porque omo país del Nue Mund el Pe no se nsertaba ácente en las narrats bíblcas o cláscas que subyacen a gran parte del maginario orientalsta a través del cual la Europa novecentsta só a sus colonas de Oente que, por otro lado, eran geográfca e hstóricamente conguas Mentras el norte de Á rca, Epto, Araba y la Inda podían ser ncorporados n derentes grados en un canon establecdo de pntura hstórca, el género pctórico domnante en éca del Sur provenía del tpo ustratvo nonarratvo. En las representacones de Angrand y de otros arstas sobre el Perú del sglo XIX, los personajes son colocados aparte de su entorno. La reproduccón de escenas de calles y de crcustancas, proporconaba un ambente que estableca los parámetros de un determado "tpo. Por tanto, aquellos ejes de derencacón que constyen cada tpo eron colocados como líneas de contraste u oposcón con los otros tpos humanos a qenes se consderaba natvos del Perú. Esta dnámca representaconal no era, sn embargo, unateral El caso de la tapada es nteresate, no smplemente por lo que revela acerca de las deas y representacones europeas sobre las mujeres no europeas. Tmbén es ú para pensar en la manera como las construccones locales de género y raza adaron a esbozar las rmas de representacón y tpfcacón que legarían a caracterzar las ágenes que los europeos asgnaban a determnadas regiones del mundo Las dendades sexul y racal con las cuales las tapadas captaron y manveron la mrada europea, contrbuyeron a una decón más concreta de los pos vsuales que llegaron a denfcar al "Perú en la maacón visual europea. Como contraste vsual, moral y sexual con la beleza engañosa de las tapadas, la mulata y la nda enron en la magiacón vsual europea del sglo X como conos de la espece de derenca encarnada y sca que consturía la nocón moderna de "raza Segudamente veremos la tecnoloa y certamente la ndustra toáfca a avés de las cuales estos tpos racales eran comercalados y transrmados en las décadas que sgueron a las avenras de Rugendas y grand en La

CAPÍT V

IMGNS QUAENTS L

gente frmará colecciones de toda índole. (uis ]arques Mandé Daguem, 1839)

EN NOVR DE 1854, André Adolphe Eugne Disdéri patentó un nue mato tográfco que revolucionara el arte de la tograa. Las ventajas esecífcas del nuevo rmato de 6 x 1 O centímetros al que Disdéri propuso deomnar ca d st, es decir tarjetas de visita ilustadas eran su tamaño equeño, la cdad para manipular e imprimi, y las posibildades que se abrían para una producción a gra escala. Para el consumidor, el tamaño traía cosigo ventajas de novedad, portabilidad y pecio1• Para el tógra, el tamaño pequeño signfcaba la elnación del tiempo desperdciado y de las ostosas operaciones de retoque y acabado, que eran necesarias para pr la imresión de los reatos en rmato grande. Y para el lento negocio de la tograa, las cas d s o tarjetas de visita signfcaría un boom de enormes roporciones.  abrir el mercado de reatos tográfcos con el fn de incluir lo que Disdéri denominaba las "masas púbcas'', las cari d s marcaron el tánsito etre los pimeros años de la tograa artesaal uando el propio cocepto de la imagen tográfca se mantenía atada al arte, y su posterior desaroo como tecnología industrial aa la epoducción de imágees visuales en tanto mercancías capitalistas2 En este caítulo examiaré las mas de objetición e intercambio asocadas con la carie de vse, en tanto tecología reesetacional y e tanto áctica social. A causa de las caacteíscas ecares de la tajeta de visita como icoo de itecambio, armeto de que las dos categoías más imotates de la togaa ara caris de se andna la tograa de "os y el ate bugués del reato (igua 5.1 ) debiera analizarse no como simples re

Los etatos estánda que medí 18 x 24 cm, s e vendan en 1 00 ancs cada uno en tanto que el nuev mat permia a Disde vende 25 retratos con dos poses diferentes por menos de un tecio del pecio (Gernheim 1 988, p 1 91) . Fuente del epígafe: Duee 1 980 (1 839), p 12 2 Rouillé (1 982) analza el discuso económc del nocio de carie de visite.

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DEBORt PoL

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Figra 5 1 . Cholas

presentaciones sino como mercancías cuyo valor y signifcado aumentaban a avés de determinadas rmas de intercambio.

IMGEN CRCULANT

unue las caries de vste se usaban para una amplia variedad de tareas representacionales, su uso más comú -y económicamente signfcativ era el de tarjeta de recuerdo (igura 52). A menudo la persona que entregaba su cae dedicaría la tograa a un amigo, a un pariente o a la persona amada con una nota o dedicatoria personl ue se inscribía en la parte alta o en la parte baja del reato Además, la mayoría de las caes de visite levaban u logotipo en releve idicando el esudo ográfco en el cual se había elaborado la tograa. A igual que las actuales etiuetas del diseñador, el logopo confr maba el gusto y la posición social del comprador del reao.

IMGEN EUIVAN

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Figura 5.2. Reato de una mujer de clase alta de Lima.

De la misma manera como la moda de la cae de vste se popularizó en la década de 1860, la prácca de intercambiar tos como recuerdos entre amigos y parientes rápidamente se conviró en una obligación social en la cual se esperaba ue los visitantes oecieran un reato de sí smos como "pago por visitar una determinada casa o salón. Las ca de vste se coleccio naban en álbumes ue se tercambiaban entre amigos, y eran mostradas como evidencia de la ampld y calidad de un círculo individua de conocidos. Como portadores de status y prestigio, las caries de vste circulaban a avés de la sociedad de clase media como una rma de capital simbólico o moneda social ue un observador norteamecano de esa época ha inmortalizado denominándolas "los billetes senmentales de la civización3• Como indcio visible e icónico de las relaciones sociales, las caes de v peneon en el mismo corazón de la cultura burguesa del siglo XIX. Debido en parte, al rol altamente ritual que se le asignó como arculo de intercambio, la cae de vse muy pronto adquirió una connotación riual también en el ámbito de la roducción. Para la persona, la decisión de posar para un reato destinado a la cae de vste era trascendental. La imagen ue sería captada e inmortalizada a través del lente y ue circulaba en el medio socil, trátese de hombre o mujer, permanecería como tesmonio inaltera ble de sus logros morales, esirituales y mateales. Era una imagen e la cual la persona eseraba trascender a su roio yo mundano y reafrmar la belleza moral y sica que permaecea como evidencia de la esencia únca e inmort Holes 1 863, p 8.

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DEoR PL

de su alma. Para t individuo, el estudio tográfco era algo más que u establecimiento comercial. En muchos aspectos era más bien un luga ritualizado de autocontemplación• s tógras sacaban provecho de las connotaciones rituales y morales de estos pequeños reatos. Disdéri aconsejaba a los tógras que aíslen el estudio de cualquer vista o sondo que pudera recordar a la persona tografada el mundo que está era del estuo. Las áreas del estudio desnadas a las poses estaban compuestas por escenarios cuyo suelo había sido visualmente apartado del resto de la habitación por una almbra y tres biombos. Cada "salón de pose, instruía Disdéri: debe esa otalmene sepaado de los laboaoos ogácos, poegdo de cualque uido; debe se un ale [atelie� pacíco y siene. constuido de pefeencia en la pae ala de la casa, de manea que ningún elejo de los objetos cecanos pueda nterumpi súbitamene el efeco escogido po el arsta El ateier despejado de odo objeo, debe oecer ane Jos ojos un espacio sosegado y agadable5•

Una vez ubicados en el espacio ritualizado del salón de poses, la tarea del tógra era aprehender el carácter moral e interno del personaje. Correspona a los tógras y en menor medida a la persona tografada uzar su conocimiento de la fsiognomía, la popular pseudociencia a través de la cual las posras y los rasgos ciales específcos se leerían como signos de las natas cualidades morales o écas de un individuo. Durte las décadas de 1 840 y 1 850, la fsiognomía se había converdo en una viral obsesión en París y en otras ciudades europeas6• s populares manuales fsiognómicos se elaboraron a partir de las teorías de Giambattista dea Porta en el siglo I acerca del signfcado y naturaleza de las semejanzas animalhombre, y del esdio que Johann Caspar Lavater hiciera a fnes del siglo XII sobre las características ciales humanas. Estos manuales que inundaron Euroa a mediados del siglo X, oecían a sus lectores una guía y normas áces con las cuales se pretendía dscernir el verdadero carácter interior de u nuevo conocido, un viejo amgo, o un probable empleado. Otros lbros, conocidos como pfsio/ogies, oecían una guía sobre la diversidad de pos humanos que podrían encontrarse en París u otras ciudades europeas. En eas, el pncipal cálco no era de carácter ni de calidad moral per se, sino más bien de clase. Oecían a sus lectores una técnca para dsnr los orígenes de clase de las personas sobre la base de la apariencia sica.

Roué 1 984 Disdé 1 862 pp. 290-291 Sobre l  fsiognomí, véase Courtne  Hroche 1989; Cwlng 1989  Wechsler 1982.

GNE UIV

3

invención de Disdéri cocidió con el punto más alto de la moda fsiognómica. En la década de 1 860, el mismo momento que las caries de se tenan amplia demda, la fsiognoa había pasado, de ser un pasaempo nuevo y "cienfco de moda, a rmar parte del sentido común de todo parisién. Los EnsOS de Fognomía de Later habían tenido cientos de ediciones, cuyo precio se fjaba para que esté  alcce de todo bolsillo, y el cálculo quasitotémico para correlacionar el rostro animal y humano se había converdo en u tema de renovdo interés. A través de su énsis en las apariencias sicas como supuestos indcadores del visible valor interno de una persona, la fsiognoa oecía un vocabulario para interpretar los nuevos y populares retratos tográfcos. Disdéri capitalizó la afndad natural que exisa entre la tograa y la fsiognomía, al inclur el medaón del reato de Della Porte junto con los medaones de los padres ndadores de la tograa que exponía en el recibidor de su lujoso "Palacio de la Fotograa7• Los historiadores de la tograa norteamerica y europea, con ecuencia han destacado las rmas en las cuales la estética del reato que se desarrolló juntamente con el mercado de las caries de vste reejaba las necesi dades y aspiraciones de los clentes burgueses que se congregaban ante los estudos de Disdéri y de otros tógras para comprar las nuevas tarjetas de retrato• La prmera exgencia de estos clientes era que el retrato era un tesmonio de su situación social y sus logros mateales. Una segunda exigencia era que el reato reeje sus logros personales en tanto individuos cuyas cuadades morales, personidad y carácter se devon de una esencia interna lbre de los vnculos societarios de stas y rgo. Entre estas dos demandas, algo contradctorias, Dsdéri uen estableció el estándar universal del estio de las caries de st eligió la segunda con el  de destacar la nueva rma de reato en sus scursos públicos y escrtos Fue la pmera, sin embargo, la que se traslucía en un modo muy claro en las caries de st que él elaboraba. El tógra, escribió Disdéri, en prmer lugar debe obserr cudadosamente al cente "con el fn de desentrañar el verdadero carácter que subyace a las acdes y apariencias copiadas. Luego, a avés de una hábil colocación de la luz y de la sombra, y habiendo elegdo el telón de ndo, la pose, la indumentara, y los accesoros, el tógra debe bosquejar lo que hay en "el ndo [del sujeto... , en su apariencia nma y pronda y, a través de ello, hacer que hable "la propia alma9• El reato tográfco, escribía Disdér, L

La sala de recibo exhibía retraos de Nipce, Daguerre, Talbot y Dellaprta (Gernsheim t 998 p t 91)  8 Véase especialmente Rouié  82 y 1 84; Freund 1 980; Sekula t 98; y Trachtenberg 189. Disdéri, citado en Rouilé ,  82 p  72.

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DE0R1 PoL

no ebe ser una mera copia el rostro; al lao e un parecio material, también ebe aber un parecido moral• El contraste ene la excelsa prosa e isdéri y los mies e iágenes casi iéncas que a iario se producan en sere no sólo en su estuio sino también en otros esdos dedicaos a las caes de vste no poría ser mayor Para apreener la esencia de caa induo, los esios se basaban en  conjunto litado e accesoros, poses y telones de ndo Su repeción en las iles de caries de vste que se producan cada año da  an a los reatos  carácter e órmula, totalmente ajna a las seductores loas que Disdér edicaba al individuasmo Tal vez lo más sorprendnt de la unrdad de senento, pose y expresión, que egó a institucionazars en este po de tarjetas, sea la medida en la que las caries de vse de todo el mundo son xemadte parecidas Salvo las muy pocas caries que cieron uso de temas, costumbres o smbolos nacionales como parte de los accesoros del estudo, un historiador se vería en difcultades para derenciar las tarjetas postales de Boston, París, Nueva York Viena, ciudad d México, Bunos Aires, o Lma, para nombrar sólo algunas de las ciudades donde las caries de vste se produc y comerciab actimente desde fnes de la década de 1850. Las sids no son casuales Casi iediatamente dspués de que isdéri anunciara el nuevo rmato en 1854, el negocio de las devisite comenzó a propagarse en todo el mundo En 1 865, isdér abró estuios en Madrd y Londres Fascinados por las nuevas posibidaes de ganancia, otros tógras adopron rápidamente la orentación e isdéri para entrar en el mundo dustrial del pequeño rmato, la exposición múple y el reato tográfco Aaan a nuevos centes propaganizdo esta nuev tcnoloa y el sueño de ser tografados con la útima moda en posras, porte y accesorios usados en las caries de vste europeas La demda exaordnaria y mundal por las tograas para caes de vste durante la década de 1860, reeja la medida en la cual estas iágenes pequeñas y circulants rsponan a los desos y sentimientos compardos de lo que rápidamnte surgiría como una clase global En tanto rma de circulación de moneda social - de "bilete sentimental la carie de vste tuvo rlevancia para canes mucho más amplios que las reducidas rees de conocidos y agos crcanos a través de las cuales circuab Como modelos del ego, los ones e pequeñas iágenes producidas urante las décadas e 1 860, 1 870 y 1 880 también servían para propagar el parcular canon de valor estético, juicio moral, gusto y stinción que llegarían a constuir la culra buresa el siglo X En este caso entró en j uego el oble carácter de la cae de vste como mercanca y como representación (o imagen) P� r su rma e 10

Disdér, citado en Rou é  982, p. 178. ,

MGEN FUIVA

141

mercancía producida e intercambiable a un masivo nivel, las poses, modas y dstción, santifcada por las caes de vste tenderan un puente para salvar las distancias, Jos idomas y las onteras nacionales. En tal sentido, la propia semejanza de las imágenes de las cari adó a modelar la mera especfca de autoimanación, la estéca personal, y Jos elementos del eslo que lega r a caracterizar a las burguesas ("o culras burguesas) en dierentes par tes del mundo. De manera similar al "capitalsmo impreso descrito por Benedict derson, que adó a arcular los intereses compardos de secto res de clase al interior de tertorios nacionales emergentes, el mercado en expansión de las caries de vste ayudó a modelar los senmentos de comunidad o igualdad ente las buresas metropolitanas, los comerciantes provinciales ambiciosos, y las clases alta y meda de las colonas esparcidas por todo el planeta S embargo, la importancia de las caries de vste e más allá del acto ncional de rmacón de la comundad, que el "capitalsmo impreso de Anderson supoa.  intercambiar caes de v lo que se oeca a amgos y conocidos no eran meros obj etos con un valor simbólco separado o un valor monetario o de cambio que hubiera sido defnido en rma arbiaria. En tanto imágenes emoconalente investdas de la persona, estas cartas contri buyeron a la rmación de una identidad cultural y sentimental sa y pode rosa, que se analza más apropiadamente en lo que Raymond Wiams ha denominado "estructuras del senmento. Tal como han sido dedas por Wiams, las estructuras de senmiento son "los elementos caracterscos de mpulso, restricción y tono; elementos de conciencia y relación especfcamente aectivos. Por constir rmas de aecto y senmiento concomtantes a la rmación de una clase social, son "experiencias sociales en solución, como rmas dsntas de otras rmaciones sociales semántcas que han sido combinadas y existen más evidente e inmediatamente1 1 • La explosiva populadad mundal de la cae de vste de reato, s e expl ca por las mas en las cuaes sus poses cargadas de aectación y las rmas ceremoniales de producción e intercambio aaviesan gran parte del ordena miento económco y moral que segua siendo incierto en las nuevas estruc ras de senmento que, almente, rmara lo que podríamos denominar ua culra burguesa internacional madura. L carie de vste, con sus imágenes moralmente cargada de ciudadanos ejemplares, estaba desnada a lenar lo que el propio Disdéri denominaba la "msión civizadora de a togra a12. Si bien Disdéri conceba claramente esta msión en térmnos de as ,

11

W as

'z

Disdér

1 977, pp. 132- 1 34. 1862

4

DEBOR PoL

masas europeas, la cae tenría repercusiones igualmente importantes en esa oa "misión civaoa el coloalsmo euop

L IMAGEN COMO OBJETO

Aunque icialmente Disdér imaginó que el reato era la eza motr que conucía la misión civizaora e la cae de vste, hubo otras personas que también eron rápidamente alistados para la causa Luego del uncio de su nueva patente, el propio Disdér propuso tografar todos los objetos del Museo de Louvre, hacer un inventaro para la Exposición Uversal y el Palacio e la Industria, y establecer un departamento de tograía para el Miso de Guerra acés  Muy pronto Disdéri y casi todos los otros tógras e París estab oeciedo caries de vste de monumentos, escenas urbanas, efcios púbcos, obras de arte, y personajes célebres. Estas imágenes er vendidas individualmente, o en paquetes y álbumes defdos por temas Auque desde la década de 1 840 los paisajes tográfcos y escenas de vaje, ambos en gran rmato, habían sido comerciazados en Europa por tógras como Gustave L Gray y Frcis Frith, el precedente más inme iato de la proucción en serie e caes de vste con escenas y vstas e la estergraa (Figura 53)• Cuando eran vistas a través de un aparato especial llamao estereoscopio, las imágenes obles e la estereograa se uan para crear un eecto triimensional  igual que las vistas e las caries de vste, con ecuencia las estereograas er empaquetadas y venidas por temas como monumentos, vistas e la ciudad, obras de arte, historia y culra Otros grupos era orgazaos por series en las cuales un juego, un relato humorísco o una escena erótica se desplegab a lo largo e una vsta secuencial de las estereograas La estereograa prefguró, en muchas rmas, el mercado y la demda públca por tarjetas de visita que no er reatos Tanto las estereograas como las tarjetas postales oecían a sus respecvos púbcos tograas que er relativente baratas6• Ambos, igualmente, construyeron sus mercados 13

Freund 1 980 p 57 . En 1 861 el Estdo ncés ceptó l propuest de Dsdér de mplementr un deptento mtr de togr. • L psón europe por colecconr caru de vsite en sees o ábumes comenzó con el Album Rel vendido en ondres en 1 860 (Gernshem 1 987 p 1 92). 15 Inudo r pme ve e n  830 -nueve ños tes d e que Derr nven e peso toc en 1 85  l ester comeó  umen su popd después de u exbcón en el Pco de Ebón Cs en ndes. Con l perfecón de us presos brtos de mprsón de ppel,  medios de la décd de  850 e medo de l esters crecó. 6 En  857 l estereogrs se venn en Ps  un preco de 5 frcs

MGEN UIVA.

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Figura 53. Estereograa del Cusc: «El erte donde los jefes nativos resiseron a los españoles en el s. XV».

en torno a la seductora promesa de una mercancía pequeña, novedosa y constantemente actuazada, cuyo dsute provenía de la probabidad de poseerla en candad o de coleccionar todas sus variedades. Ya no se trataba de imágenes singulares, de obras arscas destinadas a ser admiradas a la distancia Con la carie de vse y la estereograa, la imagen visual adquirió el status de W objeto para la propiedad, el atesoraento, la compra y la venta, al igual que cualquier otra mercancía producida a nvel industrial. La estereograa plasmó y en cierta medda revolucion una comprensión de las imágenes tográfcas como artectos materiaes, o mercan cías, de varias e importantes maneras. En primer lugar, el visor manual del estereógra o estereoscopio y su usión de prondidad se conjugaban para crear una relación única entre la imagen y su espectador. El crtico norteame ricano Olver Wende Holmes ha sido quien mejor ha descrito la sensación de novedad y derio que las estereograías despertaban en sus espectadores novecentistas, en un arcuo publcado en 1859 en Atlanc Month!17• La principal innovación del estereoscopio, explicaba Holmes, era que conería soldez a la imagen "el estereoscopo scribió es un instrumento que hace que las superfcies se vean sóldas, y permite que "la mente vaya a tientas hacia la propia prondidad del retrato• Para este crítico novencentista, el estereoscopio desplazó la noción de "representación bidimensional con la tangibilidad iusoa de objetos que parecían ler consigo una rlación espacial y sica concreta, incluso amenazadora con el espectador.

17

Holmes 1980.

18

Hoes 1 980,

p  77.

14

DEBOR PoLE

L seda innoción de la estergraa reside en la percepción onse-

encia del msmo sendo de solidez e inmersión descrito por Holmes de que la imagen, por sí sma, ha adquirido una existencia sica o materia idepenente. Holmes se refere a la teoría griega del imaginario para expicar esta transrmación aparentemente magrosa de la imagn en matea. La visión, pensaban los griegos, estaba producida por los "cuerpos [mateales que] conuamente emiten ciertas imágenes que se parecen a ellos msmos, cuyas sutiles emanaciones, al tocar nuestros órganos corporales, dan origen a nuestras sensaciones. Si bien los griegos habían pensado que tales euvios ran transitorios e inmatrials, Holmes especulaba que la tograa, y en parcular la estereograa, con su snsación de pronidad, tangibidad y soidez, había permido que las "rmas, imágnes, láminas o pelculas emdas por cuerpos materiales adquireran una "exstencia ral, sparable d su nte iuminada. Continuaba dcindo qu la "rma desde entonces está vorcada de la matera De hecho, la matera en tanto objeto vsble ya no es de gran udad, excepto como el patrón sobre el cual la rma se plasma. Dennos unos pocos negatvos de una cosa que merezca verse, tomada desde dferentes puntos de vsón, y eso es todo lo que queremos de ea. Tírela o quémela s así lo desea . En las grandes masas la materia sempre debe ser ja y costosa; la rm es barata y trsporble19

Una vez realizado est "divrcio de la rma y la sustancia, Hoes iaginaba que entoncs las "cáscaras podían ser almacenadas, ventaadas y estudiadas en una rma tal qu la naturalza y los obetos matriales, con sus gacs "euvios, no podan hacerlo. "legará el momnto prozaba Homs en que si un hombre dsa vr cualquier obto, natural o artifcial, irá a la Biblioteca Estreográfca Imrial, Nacional o d la Ciudad, y solcitará su cáscara o rma, como lo haría para pr un libro n una biblioteca común. Las strogas, ronaba, ciitarían l studio d las cubirtas o rmas rcodas d stas ibliotcas, hacindo posible una qvncia o comparabdad xacta ntr los objtos Si s toman a través d lnts d la misma longitud cal, si s sitúan xactnt a la msma dstancia d la cá mar y si son vistas a través de un stereovisor estándar, objetos naralmnte dsís tals como un olmo y una catdral, concluye Holmes, srían transrmados en lo que él dscrb como imágns quivalnts y, por tanto, comparabls20. En esta innovación al, entonces, la estrgraa introduo l principio de equvalencia o comarabildad entre imenes (o "cáscaras) d obe

19 2

Holmes 1 980, p. 72. Holes 1980, p 8 1 .

MGEN UIVA

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tos qe de otra manera son totalmente dspares e ncomparables . Pesto qe las mágenes se prodcen como obj etos sóldos o tgbles y qe eran mrados en grpos o colecciones parecían rmar s propio conjunto de objetos separado y distinto de los objetos qe representaban. El diste de mirar estergraas no se derivaba del placer de comparar s imagen realsta con la readad orignal qe ellas representaban omo ocrría en oas rmas de las impresones tográfcas de gran rmato y bidimensionales sino de la experiencia casi sica de inmersión en na imagen qe haba adquirido ss propas coordenadas espaciales y temporales. Por ser objetos producidos para la veta a colecciostas y buscadores de curiosidades las caries de ste de Disdéi reproducan en otra escala esta scinación que el observador de estereograas sena ente a la materaldad de la imagen vsual.  que altaba a las caries de vste en tridmensionalidad lo compensaba en portabilidad y tanbdad. A dierencia de otras tograas no eran  áes n dcies de manejar. Montadas sobre cartlna e presas en el papel más durable del que se poda disponer eran imágenes que pod ser mimadas acariciadas posedas, exhibidas y atesoradas de ua manera que era imposible para las estergraas, cuya lusoria tanbidad se basaba, en úlmo término en n visor. En tanto objetos las caries de v aumentaba s valor a través de los hechos sociales de la propiedad y la exposición y no a avés del acto solitario de experimentar una vista de estereoscopio. El rango de sujetos reatados en las caes de v reejaban las ventajas y litaciones relativs del rmato para objetivar la imagen. teriores intentos de Disdéi y otros empresaos tográfcos por dar rma a n mercado de caries de sta que no era reatos reproducan los temas y el eso de las ya popuares estereoaas. Las caes de ste que representaban pasajes rrales escenas urbanas moumetos y edfcios históricos se vendan solas y también por grupos temáos. Iguaente se comercialzaba esenas teaales o eróticas. S embargo, a reatar tales personajes el tamaño pequeño de las caries de vste constuyó un estorbo más que una ventaja. El estereoscopio oeca a sus usuarios ua expeiencia visual en la cual los monumentos los paisajes y las esceas eróas asuan una prondidad y dimensión que permta experimentarlas si o orporalmente; en conaste la representación de tales escenas en la cae de ste permaneca estáca y dstante. De ia modo la cae de vte tampoco poda aprovechar exitosamente de los seductores aactivos de la niatura que durante el siglo XIX haba scinado tanto a los observadores del daeropo y las iustraciones de gran rmato21• L tecnología y los mateales de imprenta necesarios para mtener bajos los costos de la producción de caes de ste, dio al pequeño rmato una desven 21

Véase, por ejemplo Holmes 1 863 y P, 980.

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DEBOR PolE

taa derente si se le compara con la alta resolución  los detlles realistas de estas rmas tográfcas anteriores. e esta maner el ismo tamaño pequeño que había dado a la carie de vste su ventaa competitiva en el mercado de reatos, ternaría siendo un problema en la comercialización de imágenes de paisaes, monumentos  escenas. L úca área en la cual la cae de vste pudo dear atrás al estergraa como una rma de obeto tográfco coleccionable e la representación de tipos  rarezas humanos. Auque el estereoscopio proporcionaba una experiencia sensorial singular en la observación de pisaes  escenas, tena pocas ventaas cuado se trataba de la observación de rostros  cuerpos humanos. Cudo se miraba a través del estereoscopio, los reatos de estudo reten mucho de su llaneza original. El rostro  el cuero asuman un cierto volume, rma  texra percepvos. A menos que el sueto - los suetos eran colocados en un ambiete o paisae natural que proporcionara una cierta perspecva  pronddad (como por eemplo, en la estereograía que se muesa en la Figura 5.3), la fgura humana tenía poco que oecer para aumentar las sensaciones de inmersión e incorporación que el público buscaba en los estereograas. Ls ambientes arfciales del estudio o el arfcio teaal de las caries de visita estaban situados e el extremo opuesto de la experiencia del estereoscopio. Ubicados en u n irreal espacio plano del esdio, el cuerpo humano adquiría una monotonía que aumentaba el eecto de obetivción inherente a la imagen tográfca. Privdos del peso, la sustancia, el movimiento, el olor  la temperatura, que rma el contorno sensitivo  el espacio que rodea  cuerpo humano,  visualmete aislados de los cotextos  actividades que ormalmente dan vida a los cuerpos, éstos, reatados en el minúsculo reato de estudo para cae de vste, se oeca de una rma singularmete potete tanto para la observació como para la posesión. Con ecuecia, los vesdos de las mujeres eran puestos e primer plo o expuestos en " as horizontales con el f de aumetar el eecto de aeza. En el reato de Teresa Capac, por ejemplo, el bro y el respdo de la silla oretada en la cual está setada, sirve para amar la atenció hacia su bro  su mao que está colocados e ua postura icómoda Figura 5.4). En este  otros retratos la utea del estudio sirve para amar la ateción sobre el cuerpo  gesto del persoae,  o e desviar los oos del cuerpo, como ocurrió con las estereograas co sus hipnoztes planos en perspecv. El ecto plao de las caries de vse también mostró ser perecto para caricaturizar los rasgos fsioócos. De la sma maera como se poda uzar la uminación arfci omo lo aconseaba Disdéri para rebajar las caracteríscas cies más idesebles del cete burés, lo mismo se poda hacer para destacar las caracterscas "desviadas o "de clase baja, de de

MEN EQUIVAENT

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Foto 54. «Teresa Capac, 41 años, de raza pura, tomada en París por el Mariscal Santa CruZ (París, 1 864)

cuentes, campesinos, mendigos, prostutas y exavgantes" retratados en las caries de ve comerciales. La iumnación tosca o dircta, por ejemplo, s podría usar para resaltar los pómuos saientes y para ampliar las narices de los indgenas andios A través de estos eectos de la iuinación, y retiando de sus cabezas los sombreros y chuos con el fn de dejar al descubierto el cabelo y los contornos enológicos, era posible sugerir su correspondencia con las deiciones fsiognómicas dominantes de bandidos" y otos tipos criminales" (igura 5.5)2• La scinación pública por las caes de pos humanos raros o exócos creció a un ritmo constante en las décadas de 1860 y 1870, conjuntamente

2

En la colección que se ha revisado para el presente esdio, era raro halar ftograas de indígenas andios sin sombres. La únicas tarjetas de indios con la cabeza descubierta estaban catalogadas bajo los tuos de "depiojadres y "sirvientes doméscos. Sin embargo, la cabeza descubierta sería oblgatoa en la ftoga antropométca que e anza después, en este mismo caítulo

14

DEOR P

Fira SS. <
con un ntrés gnral n la lteratura d vaj y en el jrcco dl propo colonalsmo uropo. En la mdda en que los ancs n la tcnología tográfca hcron qu la tograa ra más portabl y prácca, una crecente candad d tógras comnzó a vajar a ultramar con el objetvo específco d complar tograas de tpos "exócos o "natvos para las caries de vste. Oos tógras orntaron sus lnts haca los tpos exócos más crcanos a llos. Entr los prsonaj s europos vortos estaban los campesnos de Franca, Europa dl Est, Ita y Rusa, así como los vnddors calleros  los artsos d la cudad. L ETC

DE



IGUA

En los Ands, las caries de vste eran producidas por tógras naconals  xtanjros. Los personajes no burguss vortos ran las tapadas, las mulatas, y los trabajadors pntorscos o scos como aatros, veleros  utros. Los o fcos rprsntados n las prmras caries habían tomado como modelo, drctamente, a los méters (artes y ofcos) dscritos en las populares fsoloas arsinas tto como n los scrtos y obras d art de los pntores

GEN UIV

14

costumbristas de inicios del siglo XIX, tales como grd y Ruendas, o el escrtor peruo Ricardo Palma En el Perú, los tógras que producían cas d vst para el mercado exterior comenzaron a especiazarse en un personaje que práccamente no había sido vesgado por los anteriores tógras urbos y costumbsta de La23• Este personaje e el indio serro o andino. Inspirado por el mercado europeo para imágenes de mérs y personajes exócos, a lo largo y cho de la zona adina los tógras emprendieron la búsqueda de os que pudier posar para las tarjetas de sita. Aunque se conoce poco de los proceentos a avés de los cuales se lograba que los indios posen para las tograas, las propias cartas dejan pocas dudas respecto a las relaciones de poder que separaba al tógra de personaje que reaba. L mayor pte de los ingenas que aparecen en las caes se muesa como modelos desconfados y, e el mejor de los casos, recentes. Oos, a quienes se ho posar como despiojadores o con las herramietas de  ofcio que pbablemente no era el suyo, muesan a mirada fja y suspica hacia el lente de la cámara (Figuras 5.5 a 58). Tal vez se les pagaba por su empo con una pequeña candad de hoj de coca o de cohol. Es improbable que recibier ua copia de la tograa completa. Oos posab a cambio de dinero. Era ecuente que la misma persona modara con diversas leyendas y vesmentas en dierentes cas d vst. Aunque alnas caes de vste de personajes genas er compradas y atesoradas indduente, la mayor parte de ellas era insertada en álbumes junto con oas tarjetas que representab navos, campesios y "pos exócos de oas partes del mundo. Oos álbumes eron organados en relación a unidades nacionales o gográfcas. Era ecuente que, por ejemplo, tograas de indígenas peros, bolivios y ecuatoranos eran colocadas al lado de aquellas de otras "personaidades sudecas con el  de cre una espe cie de imagen sumatoa del "po eco. Un álbum como ese, que hoy en día es propiedad de la Bibothque Naonale de Frci conene uas setenta cas d vt de personajes y pos sudamericos24• Ene las páginas de personajes mtares y polícos, toreros, gauchos, soldados y gente común que conrm el geso del álbum todos elos anónimos y s rót, el coleccionsta ha incluido una media docena de caris de personajes dinos: una muchacha 

Véase el capítlo V. sto ocuó en meno popoción en Bolivia y Ecuado cuyas capites estaban ubicadas en la siea y donde en consecencia ea mucho más dicil que los pintores inoen la presencia de una cula idíena andina. Vée po ejemplo, las pitas cosmbstas de pos indíenas desde la década de 850 del ecuatoano Juan Asn Gueero (uereo 981; véase también Muratoa 1994). Sobe la toaa del idio ecuatoo del silo X véase Chiriboa y Cipani 994 24 Poraits de pesontés del'Aeque du Sud" album en 8º, sin fecha (silo X). stampes e t photogaphies, Bibliothque Naonale (Pas)

150

DEoR P

Figra 5.6. Caradores de aga.

cpesia de la sierra eal del Pe u ingea ao vesdo con harapos,  ido de la costa, u u cho y, almete, u misteoso reato de u hombre setado y desudo, cuyo cuerpo está adorado co vistosa pira25• E este y otro álbumes silares los persoajes idígeas de las caries peruaas destaca e u coete aparetemete poblado por poícos españoles, soldados meszos y el ubicuo y exañete desacioazad gauho26 Oo álbum de esa época reúe ocheta caes de vste e  vasto ivetario titlado "Los Tipos Idígeas de América27• Co nrme el obserdor recorre las págas, ve desar las iágees si rótulo de dos excanos, peruaos, ecuatoriaos, paraayos y guatemaltecos, e ua sucesió implacablemete aónima Co el eecto de la igualdad producida por los tamaños idéos y las poses estadarizadas de las caes, las imágees parece sioarse e u "Tipo Americao urme. Como icoos de érica eqivaletes o iterabiables, las úcas señales de las caes, que denota drecia, so las herramietas coocidas y los esearios de estuio que deota los supuestos artes u ofcios de los persoajes. 25

Aunque se produjo -y tal vez se vendó- en el estudo lmeño del ftógraf ancés Eugene Courrt, esta ftoraa parece haber sido tomada durante los vaes del ftógraf a avés de Ponesia. Es probable que el rótulo que reza Tipo peruano" haya sido agregado por el propietao del álbum. 26 Vése, por ejemplo, Personns et cosmes du Prou", bum en 8º, v. 87, oon Si Estmpes et photographes, Biblotue Naonale (Pa). En casi todos los bues eru s o bolvanos del siglo X había ftoraas con el rótuo de aucho" e inclu so e auho argenno". 27 Types Jndgnes d'Ameque, álbum, olecon Sirot, Estampes et hotographies, Biblothque Naonale (Pas)

MGEN UIV.

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A ce est mgen comest o con de po eicno, con ecenc os ctores estcos esn ms qe os socoócos. Un b de doscents ms tmño ost en e de búmn, oy oedd de  George Esmn House, opocon n ejemo sorendente de  motnc qe  estic vo tnto  os qe rodcí s ces como r qenes s combn. Este lbm, bemete esedo o s de cero, conene cs todo e ngo de pos dsonbes  os coecconsts de ces de vst ejs, otedoes, solddos, cos, vendedoes, mendgos, despojdores, meros y "bons2 Os seeccones menos ecentes uín escens elbodmente montds en s cues nos nños dgens "se conesbn nte otros ños vesdos de scedotes, o boivianos de  lse lt posbn como dos tocndo quen. Tmbn se incye ndos de l cost, sí como  mezcolnz de ricnos y un imr de ncestro icno quen est denfcdo con e rótulo mtemco "No + Inden. El ngo y mpltud de pos ocupconles y rces que e bum conene, sí como el eco de qe ls mns de búmin no en montds en  crtu usd pr mnucrr aries dvdes, dcn qe e lbum puede ber servido como mestrrio de n estdo togrfco, osbemente en L P29• Este so tmbn es sugerdo por e ordenmento de s togrs, summente rml o putdo. L ognzcón de lbm no corresponde omo uno t vez podrí esper  ctegorís de o ocupcon, étnco o cluso de gnero. Por e contrrio, s togrs qe estn colocds en número de dos por págin, y que se rec en conjntos de cutro (es decr mrndo s dos págs cots  l vez), estn odends en ls págs del lbum según u lóc más ben estc de simerí y de bnce (Fr 5.7) . S, por ejemplo, ls dos ágenes de  pg derec retn  dos personjes sentdos mrdo hc l derec, s dos mns de l p n opuest retrtan  dos ersoj es setdos mrndo c  zquerd (como por ejemplo, e ls 4 togrs de l Fr 5.7). S l á derech ene dos togrs d u de ls ues ret  dos ges, uo setdo  l zquerd y el oto  l deeh de e (Fgur 5.8, sus poses y escs est 28

Internaonal Museum f Photography, George Easan House, Rochester, NY. El lo completo del álbum es: Pru et Bovie tes et coumes indens du Prou et de la Blvie (Quichuas Aynaras). Ms cholos et cholas). Ngres et ms dvee." Las rabonas" eron uno de ls personajes más pulares en las caes de vste. 29 Aunque el to del álbum se reere a Pe y Bolvia, la mayora de las tograas muestran personajes con vestmenta indíena blviana l hecho de que vaas de estas imáge nes correspondan a tograas comercadas como cares de vsite por los Hermanos Courret en Lima sugere que los esdos tgrácos vendí cares elaboradas a partr de negavos de otros esos

152

DEBoR PL

Figra 5.7. «espiojadores».

elejadas con pecisión en la pána de enente, donde el pesonaje de la deecha está de pie y el de la izquieda está sentado Ls eatos de cuerpo enteo están colocados juntos en págnas consecutivas, al igual que las tomas de osto y las de meo cuepo cu epo a cieta dstancia. En cada caso, los pincipios de simeta igno cualquie consideación de ocupación, etncidad o po geneal. El objetivo ob jetivo del ábum ábum ea tansmiti tansmiti no sólo só lo el ango de pos sociológcos dsponibles a os usuaos de estdo, sino también el ango de matos, oses y modos mo dos de d e composición, composici ón, que udean obtenese a pa pa  de su achv achvo o de imágenes. Cietente, la estéca mal que subyace a la lóca casifcadoa del álbum conduce a uno a imanase a un usuaio que se deene en el

IMGEN

EUVN

1 53

Figa 5.8. Hombres sentados  muchachos parados parados

mostrdor de estudio tográfco pr ordenr no "dos crgdores y u n despiojdor sino más bien dos toms medns de pie, y un tom con e personje rec recdo do hci hc i  izquierd izquierd A servise de este nventrio de poses, modos y á áos, os, e coecciost c oecciost us s  s cddes cddes rmes de  iustr iu str  ción ci ón pr proporcionr un sentido s entido de cbdo o de bnce  su propi coec ción30

FIAS Y

COLMA

L lógic lógic ritmétic de coleccionsta cole ccionsta de cares de vsite se trsuce de un rm ú ás cr en un ábum áb um dondo  l Sociedd Geográfc Geo gráfc de Prís e 27 de uno de  885 por e Dr. L C Thibo, cónsu bolivino bolivino en Bruses31 Bruses 31 • A ig ig  que otros otros ábumes áb umes de  époc, e de Thibon Thibon b br rc c desde grndes vists hst



E ábum e  e mueve a travé travé de nc ncee categría de  e: e: () a cue r enter, de d eronaj er onaje e de e e;; (2) (2) areja are ja de hombr, de cuer cuer enter, en a cua un etá e tá entad y e tr etá de ie (3) arja de cuer enter dnde dnde amb ernaje e án entad en tad  (4) areja de cuer enter en la cua n es tá entad entad en un cajón  e tr en e pi (5) gr de cuer enter de má de ds (6) hmbres l, en cuer enter y de ie (! (!)) hmbre l , en cuer entero, entad (incyendo e n cucila  de rda) rda) (8) mjere en cuer enter, de ie (9) areja de india, en cuer en tero (1 O) tma de mei cuer de hombre o (de la rodia hacia arriba) : ( 1  ) hmbre sls entad, a medi cuero. 31 "92 htograhi htograhie e de Blivie ferte ferte a a Société de Gégrahie ar M L Dr  C. Thibn, cnu de Blive a BruxeUes, 27 jun 1885", Bbthque Natnae (París)

1 54

DEBOR 1 POOLE

esenas de peqeño rmato y termina con las minúsclas caes de site de tipos. ti pos. El dereiente amao de la imagen imagen en el pu puramente ramente arreglad ál ál bm de Thibon coincide on n ordenamento temátio parecido l qe se ha haado en los álbmes de mias eropeas más brgesas, así omo en os de mhos mhos perano pe ranos, s, bolvianos bolvianos y ecatorianos ecatorianos de las ases ase s atas atas  En Eropa, las primeras páginas de estos álbmes, por lo general esaban dedcadas a retrataba n a la ma ma real real o iperial. ip erial. Las L as págnas siien siienes es caes de visita qe retrataban conteían cartes on retraos de celebridades polítias y personajes púbios Los álbmes soan soa n cerr cerrarse arse con nmerosas caes de visit de miliares y amigos32. Anqe está enrado en n país y no en na ma, el álbm de ibon reprode la misma m isma progresión progresi ón ordenada que pare del género género (mila real/ nación), pasa por la espeie (lase/ afiaión poia/ afiones) y llega a la subespee o ipo (mila/ amgos). Las primeras imágenes, qe mesran la eleción y el nombrmeno de Gregrio Paheo omo presi dente de Boivia, o ee na versión repbliana de n ipo de reato qe era sal en na mia de la releza. Lego en el álbm sigen seis páginas de istraiones de peqeo rmato qe podrían onsiderase omo la seió de espeies". Enre ellas hay ograías del ementerio de Poosí, el peblo iero de Colqehaa, el peblo natal del Presdene Pres dene Paheo, Paheo, alnos homhom bres de pie p ie en as  as aeras de apamento minero, mine ro, na  e en e n Sre, y na maada maa da de lamas (ogr (ograa aa qe, para mayor mayor énsis éns is o  vez omo n anio anio de lo que vien viene e se repite en as pági páginas nas v y 4 del del álbm). álbm) . Las at atro ro imágenes siienes de esa seión son más sorprendenes. La primera es na cae de vite de el Miagoso Nio Jesús del Prado" qen, según la supersiión poplar, hae n milagro e primer lunes de ada mes... mes ..."" (Fira 5.9) La

« 

Id- / , "  & nu  f. o  •�· l ri

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f"

Figura 5.9. « E l magroso iño Jesú s» y «  l gran dragón con tres cabezas J>

Grnshei 1987,

p. 200.

MGEN UIVENT

155

iagen de Nio Dios comparte a pna con una bestia con apariencia de drn, a la que Thibon idenfca como un "gran saurio con es cabezas de 1 1 metros y medio de arg argo, o, que e muerto en e Ben [erra [er ra baja de Bovi Bovia a después de haber recibido 23 disparos de carabina ). No está caro si a seña seña de interrogación señaa e escepci esc epcismo smo de Thibon Thibon en reación a a exs exs  tencia tencia de dragón dragón o a a  número de baas que o mataro mataron. n. En cuaquier cuaquier caso, cas o, e observador moderno se siente ipresionado por el hecho obvo de que a tograa se ha hecho a artir de una pintura. Para osotros, a improbabe imagen de dragón es ua intusió discordante en el domino de realismo tográfco, surendo ua vsta dirente de aquella que las iágenes to gráfcas pretenden trsitir. En la página página siguete, la mirada mirada del observador obse rvador recién recién recuperada recu perada de la vsió del sau saui i ostruo o struo de Thbo, se euetra ate ate  reato reato oval oval del Presidente Pachec Pacheco o vesto de d e gala, gala, coocado en u portarretratos. Deba jo de a magen, Thibo esribe: "G.regoro [sic] Pacheco, examansador de caballos, actual Presidente de la Repúblca de Bolva, de sangre mesza, sin educación, acaudaado mero, y caballero. Frente a él, en a misma página, está una cae de vste muho más pequeña de una mujer modestamente ves da, de rostro agradable, que apoya sus manos en el respado de una sia de estuio estuio,, orlada con e cos. cos . Aunque Aunque su sombrero, sombrero, con ores or es y e aa elegante elegante mente vuelta hacia arrba, y la arga cola de vesdo, aluden a su amardad con a moda de Pars, su saco sugiere un compromiso estratéco entre a moda euroea y as bus b usas as o mon monos carrujados carrujado s y adornados ado rnados que en Bolvia Bolvia visten as vendedoras mestias del mercado. Colgando varas pugadas debajo de su s u lda está la eagua ica de a "chola bolviaa. bolviaa. La leyeda de la toto graa rea "Maiuita, esosa de Presidente Pacheco. La iage híbrida de Mariquita srve coo oetario acerca del "exaasaor de caballos y iero acaudaado, de quie es esosa, e itrodue las siuentes catorce áas de pos bolviaos. Las seteta y ocho caries de vste ue orma esta seió está olocadas e gruos de cinco o ses or áa. La rolja ubaó e idéo tamao sugiere ue una lógca de itercabiabilidad o ialdad do do ra a la sciació de Thbon Thbon or los diversos tios acioales boliviaos. La seció se abre e la ága 7 co caries de los hombres ás a meudo incluidos en álbumes de tios sudaeriaos. aeria os. La era es u "Gauho geo. El segundo es u soldado gea gea o, en este est e aso as o o o  el róo "la de tera. Luego Luego Tbon cambia ara ostrar u o bolivao vorito de los euopeos la "chola (Fg (Fgur uraa 5 5  1 O). Las ujeres ujere s de las treitidós treitidós caries de "holas ha sdo reatadas e oses casi idénticas. Alguas está de e o las manos obre el resldo de ua sla co eos o recostaas e eas. Otras se aoya e n odio o oluna de madera. L reaarició reaarició de la misa sla olaa y el odo

156

DEBOR 1 PoL

Fiaa 5. 1 0 «Cholas» bovanas de abú Fi abúm m de Dr L C Thibon

en una tras otra de las cares sugiere que Thbon Thbon compró las cares de vit vitee en un solo estudio tográfco. Pero ¿conocía Thibon Thibon a las mujere mujeres? s? Thibon Thibo n sugiere sugiere una cierta in dad con las mjeres mjere s a través través de los rótu rótuos os y nombres qe les le s asigna. asigna. Cierta Cierta mente, en la secuencia inicial inicial de "chol "cholas as los rótulos se s e aplican con una mnmnciosidad casi complsiva Una "muchacha chola de catorce años icia la secuencia. Después De spués de ela en rpida sucesión venen: venen: "Cc ineraa de "Cciner de una fm maa burgesa "Sienta de una ma rica rica [na "chola si n rótulo] rótulo] Una Cocotte du peuple peuple [cortesana de puebo de Su cre "La hermosa Rosine ste te ropa idén idéntca tca a a de las otras "cholas' "chola s' Cocoe en négli" vs dell estrato ato ato de Sucre_ Cocoe de "Doña J uana Vidaue, Vidaue, archiona archionaria ria que a veces leva más de dos mlones en e n joyas

MGEN UIVA

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(os cares de "cholas sin rótulo) "Muchacha chola "Muchacha chola recién casada [dos copias] "Chola reconocible por la enorme candad de joyas que lleva en sus dedos [Se a de la misma mujer de la ae anterior, con ropa diferente.] "Española nacda en Bolva

Lugo d una spañola rasgando la gitarra al parr Thibon abandonó su proyto d otorgar na idntidad a ada una d las mujrs. D las on mujrs qu sin, sólo a una "Mujr d handado d las ranías d Sur s l asigna una idndad Rién n la pnúlma carie d "holas omo una rma d rrar la sión, Thbon idnfa toda la sri d caes, on l rato d "Una mujr qu dgolló a su marido y qu por llo  inomunada durant trs años y dportada a la ontra. La última mujr d la sri llva un rótulo simpl y n irto modo hoant qu rza "Vnddora sria ¿Podría Thibon habr onoido a todas stas mujrs uyas imágns rola on tanta sguridad? ¿O son los rótulos un intnto d ponr un ordn n la larga sunia d mujrs n idéntias poss y vsnta siar, qu lo miran fjamnt dsd las ordnadas sunias d sus álbums? Thibon, al igual qu otros viajros uropos qu visitaron los Ands n sa époa, par sinado on la "hola bovia. Esta siaión opró n dos nvls. Como objtos sxuals, las "holas rts y onómiamnt idpndints, también sinaban por sr su prsnia ativa  inluso domiant n los tambos, mrados y ngoios d Bolvia. Así llamaron la atnión d los viajros tanto por su idpndnia onómia omo por lo qu los uropos viron omo una mzla tormntosa d minidad y dominaión. El ambivalnt aativo d su sxualidad ra rrzado por su mzlada hrnia éa y ultural. Como "holas por diión soslayab la dsripión d blana da o mstiza. Dsafaban la raza y la oninia d las d los viajros on una idntidad raial ontriza o inluso, sin nnguna idndad raial dsrnibl Qo qu ra muho más santoso para la mntalidad uropa novnsta). Si ataduras a onvnions o ostumbrs d alguna utura o raza n parular, ni a oiadas on algún art u ofio spífo y usdo vsmnta y joyas qu surn una riquza subrpia la "hola al igual qu la intangibl tapada prua sa n la imagaión d los europeos omo una mujr br d las normas tanto d la soidad bursa omo también  la soidad tradiional 0 supustamnt d raza pura o indígna) dl mudo andino. Como t, l urpo d la "chola y su imagn s insrbían d rma sinlar n las ntasías d podr y possión d los uropos. Las "cholas d Thibon afrman l nionaminto d st trpl álulo d raza, las y génro. A al qu n otros álums ontmorános

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DEBORl PoE

los ombres meszos -sobre cuyos cuerpos el saus mixo racial se veía me os bie pa os ojos de los europeos- esá oalmee ausees. or el corario, es la mujer la que ecara esa caegoría racial que es "ilounoi looro del ciudadao ano rido Miaturizados, objeivados y dis ciados e el espacio plano de la superfcie eczada de la cae de ste y arreglada por flas y columnas prolijas y urmes en las mucas págias del álbum, los reaos de las "colas ivitan al observador a roular, clasifcar, ordenar y reordear estas iágees esencialmene equilenes. L inscrip ción debajo de cada imagen de mujer pareciera sugerir que el propio Tibon sucumbió ate esa urgencia de roular, clasifcar y poseer las imágenes de ésas. E las oco páginas que siguen a las colas (páginas 1320) Tbo coninúa su cálcuo de po, con cuarenta y cuao imágenes en cas d s de ipos ingenas (Figura 5 1 1) En este caso ambién el cónsu roula casi odas las imágenes. Algnos rólos tales com "Mujer que vende esodo pican e o endedor de cica de jora, acen alusión a los esos y porongos con los que se abía eco posar a los indígenas en el esudio del ógra. Oos como "Lecera de La az'', "Novia indígena o "Famila de buscadores de oro, o coeen indicio alguno de las rones por las que Tibon esco era esos rólos. Algunos de elos describen ofcios ales como "agricul or, "poreador, o "cargador. Oros, ieen la ineció de ipresionar. Sobre el sple róulo de "obrero (ouve, por ejemplo, se ve a u indgea reclado de ua rma incómoda e el suelo del estudo, con la mrada fja y cauelosa acia la cámara, a la vez que fnge beber de una botela de vino. En la esqua opuesa de la misma página, una cari de una joven, que está de pie derás un no acurrucado, lleva la improbable leyenda: "Mucacha de cator ce años con su bebe de cinco años. Dos caris de las conocidas escenas de despioje que se exponen en tograas posadas de todas partes del mundo coloal, así como en cari de campesinos europeos, auí están aderezadas con rólos como "L ol La mujer come los piojos que encuentra. En ora ca un grupo de indios arrolados miran fjamente  observdor sobre un róo alarmante que los idenifca como "Una ma de envenenadores (Fame ds emposonurs [s�). El carácer deadante de muchas de las leyendas no es sorprendente para cualquiera que esé milarizado con las representaciones de la Europa novecensta acerca de los pueblos noeuropeos o colonizados. Para los ob sevadores de esa época, las leyendas abrían servido para llevar a los pueblos *

 auto ulza el término sh-sized jugando con las palabras fesh (fetiche) y sze

(tamaño), para dnotar la imrtcia que tuv el tamaño de las caes en el prces de fechización. (ota de la aductora.)

MGEN UIVANT

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andnos lejanos  cnicamene ablando, no colozados acia a miar esera del "oro coonia. Las isorias  cras específcas de os ndes esán concenradas en e inerior de rbros qe se defnen por as msmas poses, ofcios  acos degradanes  peligrosos qe se san para represenar a los peblos colonizados,  a los abajadores  campesinos de odo e mndo.  derencia de personaje brs, co pore  esilo nrmes as cs d vst adaron a consoldar, los personajes indgenas reaados en e álbm de Tbon no eran, con oda probabildad, clenes qe pagaban n iclso personas volarias. Con más ecencia eran modelos pagados. En dversos casos, el mismo modelo aparece dos veces en irenes cris. En oros, se asigna a las ograas de indios en poses esas leendas qe implcan qe las tograas de ss personajs eron omadas en momenos en qe relizab s ofcio. Por ejemplo, n hombre que posa de per con na laa de aga o alcohol en s espalda, leva la improbable leenda: "Cargador desps de abr venddo s coca. Oa imagen de cao varones indgenas qe esán de pie en acitd rzada  en orno a na mesa lena de bolsas a sido denomnada "Comrciaes contando s nero (Figra 5 .1 1). Ua vez más, al iga que en l caso de las "colas'', la la d atencidad de la ograa  el obvio arfcio no desvirúa el valor q las imágees de "pos enen para l colecciosta.  parecer, el objetivo de Tibon es rpresenar a Bola a ravs de na acmlación de imágenes esencialment siares, la sma oal de las cales podra conrmar es algo dnomiado "Bolvia. La lóca ariica esá acetada por el tamaño urme de las cries, las poses simlares, las cidadosas as, y las colmas ordeadas, as como por prácca de Tibon d onr varias ins d la misma ce n ua isma pána. En la prera pága, ddicada a los tios igeas, u Vddor de chicha se repie dos vcs  la páina sigit ua carie d  qño mchacho esá cuda dos vcs, y  abas carc d róo  voltar la ágina coraos dos ratos d la misa "aa d Ios Aymaras. n la páa 16, ua carie d dos cargadors fra dos vcs juo co trs coias, cada una d las cuas  l mismo rólo "Mulros.  a si págia, ua carie d "aicltors fra dos vcs;  la áa 1 9 cotramos dos copias d la msma "amilia d bscadors d oro y s d la tograa con poss radas "Vddores cotado su diro (ira 5.1 1).  la págia fnal d álb Thibo abadoa toda rtsió d divrsidad y alia trs caries idécas e el ctro d la ága, crado ara los obsrvadores modros l cto d u rolo d ci  a cua os dos róos fas d Thibo: "Poa>' (cargador o ortador cu a ció d vicar cada ua d as toraas co ora (ira 512 stas rcios aumt  cto d ialdad crado or las disios, toos y xprsios uirs d as

GN QUIVALEmS

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Figura 512. Cargadores o porteadores

escrupuosmente ineds. T vez e objetivo de Thibon de conccio nr u ábum e simpemente enr s fs y coumns de s hojs vcís, como un juego de pabrs cruzds L diversidd iertmente,  propi Boivi h sido scrifcda nte a erza ue s caries dieren como objetos en buc de rrego y exposición. Un estétic siar motiv  otrs coecciones de cartes de vte nds de es époc Un de s más importntes ue se evron a Frnci e  coección de csi cien caries de vste comprd or Chres Wiener en sus vijes  trvés de Pe y Boivi (ir 51; vése tmbién  Figur 55). Ls cartes de Wiener proporcionron mtei pr os cientos de grbdos ue aprecieron en su conocidos retos de vije por e Pe y Bolivi33• Posteriormente os origines eron dondos a Musée d'Etnogrphie, que e propio Wener ydó  ndr  rr de s exhibciones reaizds en e Pis d'Industrie, en 18774• E ordenmiento casifcdor de Wiener evit os róos de corte senscionist ue gustbn  Thbon. Como prte de un coección científ caries

33

Wener 1880. Caítus seleccinas e ibr e Wener ern serias en a ppula revista e viajes  Tour du Monde. 3• Hy en día as ce an s clascaas gegrácamente baj el ítem Ts y Vestmentas" en la coección tráca el Musée e 'mme En vista e que as carie han s ncuias en e chero el muse cn prósts e archivo, no es psbe revsar su rgen (or jempo l stu el tgra)  cualquer cmenta aicinal que e r Wener uda abe escrto rectamente en el reveso e as ces Ls rótus para as ferntes caries en caa oja están puests un ebajo e tr en el resp e a ca el muse y suuestamente suen e ren e s orinaes e Wener. N e i aveuar s as ce han s ana vez bas en exsciones en e Palais  en el mus que actualmente se esas ceccones

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DEBORI PooL

Figra 5.13 «Ofcos», del

abúm

de Charles Wiener

c, se h sindo  ls ftogrs l tre de retrtr los cos de méters remios) de Bolivi y Pe. Los títulos o rótulos cubren más o menos nueve ctegorís mplis de ocupciones: (1) vendedores d mercdo ( marchands), (2) "doctores o curnderos (médens), (3) crboneros (charboniers), 4 bndi dos, 5 portedores y crgdores, 6 mineros,  gricutores y jornaleros, (8) rrieros y cocheros, y 9 sirvientes35• 35

Tal cm en la actuala están achivaas las car tas stán ccadas n un nú me e ses  hja, segú n las categías cupacnaes. N es tá cla s este fe el den que le d Wene  s se tata e un agupamento m uesto sterment e p e muse de acued cn ls ótus iinaes e Wene.

IMGEN EUIV N.

163

l que en el álbm de Tbon, los rótulos y las ágenes a las que aluden se relacon en el mejor de los casos, en frma preca En este caso, reundas sobre la base de las chas del mseo, aparecen  la as oa de rosos igenas. L mayor parte de elos mra jente haca la cáma con  gesto de susto o ncluso de pavor. Unos pocos sonen mdamente. Oos r erozmente aparentando ra. Unos sjetan las herramentas de su oco, n "caricero emponchado se senta sonente, con una hacha colgando relajadente de su mano. Dos "coseras posan con prendas de vesr puestas sobre sus hombros, de la msma maera y posibemente con las msmas prendas qe los "porteadores qe aparecen en oas cares de v E oa de las caes de ener, el ftógraf no ha hecho ngún tento por isinar algún oco En estas caes se tta qe os modelos representen no ocos, sino dios puros y smples La asenca de herramientas  oos signos qe idenqen a determiada ocpación dstaca la stcia qe seara s rótlos de Wiener del verdadero cotenido de a mayor parte de as cares. n ds iscas, Wiener asna ocios 'pescadores y "srventes a ftograas en las cales se ha sudo a los modelos idgenas para qe posen como si estvier sacando piojos de la cabeza de oos En agnos casos se ha asignado direntes ocupacones a diversas ftograas de la msma persona 36 • A asignar eqetas, ocupaciones y ocios a estas iágenes prodcdas con otros propósitos, Wiener ansfrmó a los cuerpos ndos reprodcdos en pequeñas cares de vsite en imgees eqvalentes e ntercambiabes, qe entonces podan ser clascadas, jerarquizadas y seriadas para reatar os gre mos a través de los cales el discso socioógc de esa época dena la strctra soca. Con as cares en la man ya no habría nga cesdad de stdiar a los verdaderos objtos (o personas) q haban sid reatados Por l cntraio, al igal qe en el acho de "cáscaras o fmas qe Holmes haa imanado veite años ants en as coccines y álbmes de Wiener Thibon y otros e valor de as imáges no s eivaba de s dldad a n iina (o sea como ftgaas "eastas sio d s stats d objts qe etenecan a sistemas de acmación clasicación e intcambi A

 ÍNDICE AN Con la care de vsite, el idal hesiao de constrir n acho d iágees en e ca "a partir de ntoces a fma poda ser dvoiada de la matea 3

Por ejemplo, u modelo posó sentado en una care de vsite, con el rótuo "jornalero (aon defe). Otra ftograa de myor tamaño, donde el mismo hombre está de e cn el telón de fndo del mismo estdo, leva como rótu: "indo tertenente.

16

DEoRI P

ha sdo realzado, por lo menos parcmente L reato burgués gzaba a la ftograa un status de mercancía que anterormente le había sdo negado por las técncas artesales que habín producdo mágenes snulares o "arscas Como conos de ntercambo producdos a gr escala, las caes adqurieron valor por medio de su crcuacón a avés de la socedad y entre las personas .. A gual que otras monedas, su valor como objetos de ntercbo al nteror de esta red socal tvo poco que ver con las ágenes especícas reatadas en cualqer care Qo que podría denomarse el valor de uso de la care). Aunque las poses, la utea y las apaencas, estandarzados, jugaron un rol en la arculación de las estrucras de eso, usto y senmento, a avés de los cuales la burguesía llegaa a denrse a sí msma como una clase global, la homogenedad restante de las ca refrzó la seía en virtud de la cual eas se podí converr en verdaderos objetos equvalentes de ter cambo. A causa de que el género de la cae de vte estvo tan esechamente asociado con el retrato brés y con su status de cono de ntercamb, las imágenes de personajes y pos, que no eran burgeses producdos en el msmo frmato, necesaramente se obserban con el mismo sstema de vlores ya establecdo por la cae de vsite burgesa Como mágenes ndviduales, las ftograas de "nativos y "negocites que pos en frmas cómodas y que están exócamente ataados, ern jgados con los msmos cánones de beeza, connciones y siognomía uzados para evaluar los reatos burgueses Tales mágenes estaban dgdas al consumdor burés novecensta de exosmo visual, precisamente en razón de las frmas en las cuales los pos guab la veracdad detlada del realismo ftográco como evdenca de la legmdad de estos cánones de elegancia y dsncón basados en la clase socal. Por ser una clase de objetos o mágenes, las caes de tipo tambén eseron modeladas por la lóca de eqalenca o ntercambo de las tarjetas de reato. A igal qe estas úmas, las cares de vsite de tpos eran colecconadas, clasicadas y exhbidas en (ss propos) álbumes A erenca de las cares de reato, sin embargo, las ftograas de as, cholas y métiers no er objetos de tercambio recproco obsequiados por el ndivdo reatado, so mágenes mdas y anómas de "pos. En vista de qe la readad de la persona reatada en la cae estaba tan stante del mdo amar del observador y del propetaro de la ftograa, el contedo de la cae adquría una cer irrelevanca que se sumaba a los sistemas de clasicacón y ordenamento en los cuales era juntada con oas caes sares. Para un obsevador de Pas, ¿qué haba de dierente, si el io reatado en s cae era de Améca del Norte o del Sr, s era boio o perano, quecha o mara, n mero o n sirvente? A iual qe en la cae de ite, la apariencia del dio adqia sn

IMGENF

EUIVAN

5

cado como parte de u archo compuesto por todas as oas imágenes equientes de pos A estandazar e tamaño, frmato y eso de a imgen, y a coocar a idendad y cuerpo de cada persona en e espacio uersmente idéntico y riamente preparado de estudio ftográco burés, a cae de vsite producía u sistema de representación en el cua icuso os objetos más disímies podan n palabras de Homes ser "transfrmados en imenes equilentes y, por tanto, comparables. Pa os coeccionistas, a aacción de tal sistema de imágenes intercambiabes y equlentes resida en su potencial para a acumuación, exposición y ordenamiento en ábues y archos tan diversos como los de Wiener y Thibon. Sin embargo, as implcancias del sistema de equilencias de la cae de vsite eron más allá de las ntasías o los eches personales del Vfeur casua o del coleccionsta En tanto tecnología representacional que combinaba la noción de eqvalencia o comparabidad con el principio basado en la idea del reasmo ftográc de que la imagen poda reemplazar a su ori, la care de vsite encajaba cuidadosamente con el viraje cuantativo de as teorías raciales que ocurrió a nes del sigo X. Sobre la base de la teoría de Cuvier de los pos morflógicamente jos y de as teorías dacionaes de Camper y Blumenbach con respecto a los "ángulos ciales y a conguración craneal, desde mediados hasta nes del siglo X, biólogos y tropóogos de Europa y Estados Unidos comenzaron a desarrolar nuevos sistemas para medir y cuancar el ilusorio espectro de la "raza37 • En términos generales, estos bióogos y antropólogos proponían marcar los lmites que separab a las disntas "ras de a especie huma, ando la medición craneal en curvas estadíscas que denan la confrmación cranea norma para una determinada raza. A reunir las mediciones de cráneos de aimaras y compararas con las mediciones de cráneos quechuas, por ejemplo, los ciencos esperaban establecer de una vez por todas la cuestión de si los habtes de quechua y el aimara eran parte de dsntas ras. Aunque los ciencos no estabn de acuerdo entre elos sobre las mediciones que debería realizarse ni cómo éstas deberían traducse en curs, todos estaban de acuerdo en e prcipio ndamental de que la idendad racial debea ser dscernida a través de un cuida doso estudio cuantativo del cerebro humano. De una frma muy similar a los enólogos y los siognomistas, que interpretaban el carácter moral y a personalidad de un individuo a parr de la supercie sible de cuerpo, los cientcos propoan interpretar a la ra individul mirando las supercies craneales visibles ( mensurables) del cuerpo y el cráneo.

37

Véase Banton 1987, pp. 28-64; y Gould 1 98 1 , pp 731 1 2. Acerca de la teoría racial faces véase especialmente Cohen 980, pp 210222; KremerMae 1984; y Todorov 1994

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DOR PLE

Por ser las mágenes más baratas, numerosas y de ampla crculacón, las de personas colonales y noeuropeas, las caes de vsite muy pronto eron puess al seco de Jos nuevos esdos acerca de la raza. El célebre polgensta de arvard us Agassz quen había vajado muy poc colecconaba caes de vsite de pos de todo el mundo, como edenca para sus teorías de orígenes racales separados 38 El zoólogo y etnólogo brtánco Aled addon tambén bajó con una coleccón de caes de vsite que clan por lo menos alnos dígenas del Ade 39 Como menes equvalentes o neutrales, las caes de vsite se prestan con gal cdad a la elaboracón magnaa de jerquías y clascacones racales, a la frmacón de álbumes voyeurstas y a la manacón de pos naconales. Certamente, algunas de las msmas cares que Agassz recogó en La Paz e dentcó con la smple etqueta "racal de 'ymara tambén aparecen en el álbum de la Easan House y en el archvo Wener. Las cares de vsite tambén eron usadas por el antropólogo sco  cés Atu Chervn para estuar la "sología racal de los dos cholos y mestzos bolvanos. Como membro de la Msón Cenca de CréquMontfrt et Sénéchal de la Grange confrmada en 1903 para estudar los restos arqueolócos bolvanos de la cultura Tawanaku, Chervn era responsable de analzar la composcón racal tto de los cráneos arqueolócos descubertos en las excavacones de la msón, como de las personas que en esa época habtab Bolva. A través del estudo de estas dos muestras de poblacones, Chern esperaba cumplr dos tareas especícas. Pmero creía que Jos quentos especímenes anatómcos reundos por la msón podrían proporconar la clave para establecer las rutas mgratoras prehstócas de los pueblos quechua y amara. Sedo crea que un esdo de la verdadera composcón racal de Bolva daría luces sobre las turas perspectvas de desarrollo ( colozacón) de ese país. Sobre el prmer puto concluó que los quechuas y los amaras confrmaban "dos pueblos braquicéalos retes  por tanto egaron en dos mgracones dstntas. Respecto a lo sendo concluó en que la frtaleza y "ogndad resdía en su "clase socal más út": los mestzos4• Por tanto, s deseaban egar al "pogreso, los bolvanos necestarían más no menos mezcla racal. 38

s caries de Agassiz provean del esto de Rardo Vlba en La Paz (Bolvia) Hoy en día esta colección está en manos del Museo Peabody de la Uveidad de arvard 39 L caes de Haddon provean del estudio Casa en Lima Hoy en día la ole ción está en el Museo de Arqueología y Anopología de la Uversidad de Cbdge. Agradezco a Christopher Pinney por proprionarme ftoopias de las caes de Haddon. 4 Chervin 1908, vol 1, p 52 El interés de Chervin en las raas meladas de Boliva esvo inspirado por la obra de su maestro y mentor Pau Broa a qen están dediados todos los tbajos de Chervin que se publaron Al uesonar el tratado de Gobineau ( 1 854) que hae

IMGENF EUIVAN

17

Para nuestros propósitos, la relevancia de las recomendaciones e Chervin para el desarrolo nacional de Bolva reside en el hecho de que él las rmuló sin jamás haber puesto siquiera un pie en Boia. Cuando los otros embros de la són salieron de París, en abr de 1903, Chervin se quedó. Consideraba necesario vaar personalmente a ver in situ Bolia, su gente, y sus cráneos or lo que más bien envó a un asistenteJulen Glaume quien era u esecialsa en ograa antrooica en el Servicio Antropomtrco de la cidad de París de honse Beron41• La tarea de Guilaume era reunir tograas y esecamene caes de vite, de ersonas inígenas de Bolivia, y oar ss roias ograas "ciencas de ersonas andnas. Luego Cherv coleenaría esa coección con oras cares de site olivianas que habí do lledas a País or ajeros. Fe a ras del esudio y medición coa rai de esas igenes ogrcas ue Chervin legó a su conclusión en orno a la denidad racia y al ro nacional de los boliano. Las ograas sore las cuales Chervn basa su análsis ertenecen a dos caegorías: 'hotogrhiespittores q u y ortraitsparlé!. La pera caego ría es conrada o una seccn de ograas de E. Snchal de la Grang M. Sauer y J-B. Vadry odos ellos a arecer emros de la sn42 Tn inclye un se d caes de vte enregadas a Cen or L and  M. Wo a nn e eos  denicado en  x. Se asia yna exaa a s oraas d gr rao oada or eros d la són deallando el orien ocuacn y, a eces el nore de ersone o ersonaj as cares de sia sn eargo se esran en las cacones de hern en as y colnas de una anera y arecida a a de es y acos de ersonas aes coo Thon y Wener. Varas de as cares sn las ias e aelas conedas en a coeccn Wnr y en el á  la Easan Hose. Sn eargo coo era de eserarse lan dfe renes endas sgundo la ea de o iereses racales de Cer on s ortrait pa" (reao aado) e scaa ejorar el rnc d coaradad de as cares de ste coeenando a ra cn coneda n la aen ogrca con u conuno de descrcones erales y esadsticas. E conceo de rerao haado e desarrolado orgi equivalentes la idendad nacional y la pureza raci, la amosa memora que Broca redactó sobre la hibrdez racial en 1 85 6, puso la cuesón clonial y el rblema de la mezcla racial en el centro de a agenda de invesgacin de ls antrpogos euroeos (Broca 1 864; véase también Wiiams 1985). 41 Chervin 1908, vol. , p. v.  Más tarde Chern ertaría a ciencos y viajeros contra el us de tes ftograas pintorescas", porque aunque en muy aacvas, y muy interesantes desde el punto de vista pntoresc, estéico o de cusidad, lamentablemente no tenían carácter documental, ni carácter cienco, pues no pueden ser comparadas unas con ots" (Beron y Chervn 1909, p. 5)

68

DEoR Pu

Figura 514. Reato hablado: <
nalmente por Alphonse Beron, colaborador de Chervi Tal como e concebido por Beron, el reato hablado cluía un reato de ente y de perl de una persona (Figura 51) con una cha de archivo que contenía medidas de nueve caracteríscas siognómicas Bertillon prescribía además que los reatos eran tomados a una determinada distancia, usdo una lontud cal estandarizada, cámara, implementos de medición y una sa de posar (a la ue se denominó el "aparato de Beron'') desarrollado en París por su Servicio Anopométrico, y puesto en uso en los archivos policiales de la Prefectura de París (Figura 515)43• De esta manera las imágenes tográcas adquirirían una exacta relación indexada con sus personajes (crimines o antropológicos), así como una comparabilidad precisa, o equivalencia, con otras imágees simlares. Para destacar la comparabildad, Chervin prescribía que cada reato boliviano esté acompañado de un conjunto de mediciones antropométricas de la cabeza, cuerpo, membros torso y otras caractesticas

prescbir que la distcia fc, el águo,  condiciones de uminación y la pos endan que ser pcisos para a elaboración de retratos ftográcos Berlon proponía elar a ftograa a la categoa de a ciencia exacta y a estadísca Su sistema, que se enseñó en e Service Anthropométque de Pas, se conviró en a base de os modeos sistemas de idencación cminológca Berlon 1 885; Phne 1 985. •3

A

IMGEN QUVAL

69

Figa 5.15 Usando e aparat Je laton n Bliva.

sicas de la esona Con el f de demosta la ecisón de su método Cev comaaba las togaas de esonajes desnudos con togaas de los e sonajes con su vesmenta "ina tadicion. Cevin amentaba que esta exacta equivlencia o compaabiidad de las togaas le emia denfca imenes que eesentaba a un msmo indivduo4• El eco de que Cevin se adscibiea  sistema de Beton, si embago, no esde en su capacidad de identifca a los indivduos que inteesaban a los cimiastas, so más bien en su otencil aa const un eato ablado de ango de las vaiaciones enocas eales,  de a vaación anatómica istóica en la lejana Boia. Pmeo, al cuanfca iágenes togáfcas dvdues en conjuntos numécos comaables, las medidas del etrato ablado pemieon a Chevi concebi a los esonajes de su acivo togáfco como ate de ua oblación úca, estadscamente e ida. De acueo con su objevo de avua el tuo acial de Bovia, Chev euvo menos nteesao en la defncón de os aciales que en el descubmento e una ma de abaca el ampo ango de fsiología  sembante egstados po a cámaa en un solo guo obacional comuesto o todos los bolvanos. "No es e medo (moenne) lo que nos inteesacbó Che «

Véase por ejemplo, Bertillon y Chervin 1909 Figras 37-38, pp. 100-101

7

DEBR Po

pues será la varación lo que nos permita opinar sobre la homogeneidad del pueblo en esdo45 Segudo, los reatos hablados permeron a Chervin eectuar una equivalencia exacta entre cares de vsite, tograas pitorescas, y los más de quinietos cráeos bolanos y peruos que conrmaban la oa parte, más grde, de la colección que ajo al retoro de la msión (Figura 5.16). Pa ograr esta equivalecia ene bolvanos vivos y muertos, Chervn citaba la "norma ndamental del reato hablado la separación analíca de os dos elementos prmordaes que conrman el reato rma y dimensión.46• L "rma era deida por las neas ciales, los perfles y las características fsiológicas dstivas. En tal sendo, varaba considerablemente de ua persona a otra  de esta manera oeca una base importante para el proyecto de Berllon de idenfcar a los delcuentes). S embargo, práccamente no sirvó para la descrpción de los cráneos si rasgos característicos que cons tuía por lo menos la mitad de la muesa racial de Chervi. Por el cotrario, Chervn y su mentor Paul Broca, recoocía que los cráneos planteaban dos problemas específcos al sistema de las equivaencias tográfcas Prmero, como lo expca Chervn, era necesaro "nsrmar el plano fsiológco [ndamenl para el reato haado] en un plao aatómco47• Segdo o más cruia para hacer eo era ecesaro ubicar la mirada de ersonaje "¿Pede uno reconocer la miraa? ¿Ya no hay aí nnguna mrada? se pregaba Chern48• Extrayendo de los escrtos de su maeso Broca Cherv argumenaba que sí era posible haar la "mirada ausente del cráneo y reconsla como u idividuo fioógico (e tano opuesto a inviduo simpemente anaóico) Propona hacelo tomando en cuenta e sedo y más cuantiv prcipio de eton: la "dmensión para reemplazar a la "rma como el eje en torno a cua se podría trazar las equivlencias enre las imágenes de indivduos vvos y las ágenes de cráneos arqueoógcos Tomaas e s aboraorio de París, y bajo la orientación del proio Beron los cientos de ogras de cráneos permeron a hervn consur el sitema percto e euivalencias tográfcas A cuancar las ca racerísticas regitraa e reratos individuaes en conjuntos de medidas atropométricas y too de ie el sistema de Che ectvamente pertió a las tograas aduiri u rango ifnto de comparabiidad no sóo al iteror e las razas y tos nacionales sino entre todas la trazas y nacionada

45  47 48

Chervin 1908, p xxv Berton y Chervin 1909 p. 1 1 2 Bertn y Chervin 199,  153. Bertn y Chervin 199 p. 153

IMGN EQUVALNT PaNU

th•on1q

Fira 516 tografa estereométrica: <<k No.

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171

21».

2'

des49• Como soporte vis pr su sistem de equivalencis, Chervin sumiistró esbozos de los cráneos en hojs de ppe de sed de color nrnjdo. Armdo con est trnsprencis removibles, e lector podrí entonces comprr s dens densiones iones y rms de cd cráneo qe se ilustr en el volmen volmen m de aAnthropologie bolivienne de Chervin. Este utor creí que ls hojs de ppe de sed ern  prueb l de que su sistem de togr ntropométric sifcb n mejor respec respecto to  os estereoscopios prescritos por su mentor Boc pr el estdio de los cráneos Si bien er imposible conducir un com 49

Bertin  Cervin Bertin Cer vin (190 (1909, 9, . 112) recmendaban que tdas las medidas, medida s, incluyend incluyend  el clr de la el ue ls recmendaban sea registrada en términs tn cuanttatvs com muy pequeñ, pequeñ, equeñ equeñ, , grande, gra nde, mu rande"rande"- sean caculadas cacula das sbre sb re la base bas e del tp ancés romed" Este o, a su vez, era defnd pr Bertllon sbre l base de 25,000 medcnes registradas registr adas pr él en el Sevice S evice Anthrpmétrque de Paris.



DEBOR PoL

paracon sistemática de dierentes cráneos utiliando las imágenes del estereosc este reoscopio, opio, Cher Cher  afrmaba que qu e sus tograas bidensiones bidensiones sí le permian consuir t archio•  Y FORAA L distancia estéca y conceptual aparentemente mensa que había recorrido los reatos desde la cae de v de Disdéri, cargada de moralidad, hasta el

sistema cienfco de Chen de equvalencias anatómicas, cubrió un poco más de tres décadas. Aunque a primera ista pareciera que las obas dierencias entre los dos géneros han superado sus simtudes, el esdio de su utación en los Ades sere que la care de site sentó las bases para la concepalzación de los mismos prcipios de equlencia y dierencia que darían rma tanto a los l os archivos pociales p ociales de Ber on como al sistema siste ma de Cherin Cher in para medir poblaciones raciaente dierenciadas. Se ha aibuido a Berllon la vención de los sistemas modernos de tograa para archio policial e idenfcación crimiológica El pcipio de equiencia o comparabilidad sobre el cual descansa su sistema signolécco" e introducido anteriormente, si embargo, en los vastos archios de caes de site cminales compilados por la policía parisia en las décadas anteriores a que la Prectura de París empleara el sistema de Beron51• on51• L importancia que la care colonial o de po o en la consolidación del sistema archvísco de intercambios y equi lencias que sería ndamental ndamenta l para el sistema de Berlon está signado, igualmente, por el hecho de que Bertillon quien era miembro de la Société d'Athro d'Athroologie ologie de Paris, a igu igu que Broca uó caes de site como ilsRc es sauvages52• aciones para su prmera publicación proesiona, Ls Rces Las genealogías históricas y discursivas que viculan las cares de site coloniales colonial es con la bien estudiada estudiad a tograa signoléctica signol éctica (o pocial) poci al) de Beron ha sido suprimidas en gran medida por los ccos de la tograa, quienes



Chervi 1908 vow  especiment especimentee las las pp. pp. 31 3 1 -34. Broca (1 ( 1 875) crea que  estereoscopio e el único medio cap de pporcion la perscva geoméca que él cre e ndament pa el esdio de os cráneos n respuesta a las objeciones de Bra, quien aba que las ágenes bidiensiones no pan ardar adecuadamente os métodos geográcos de a coga, Chei rescbía e uso de imágenes múlpes tomadas desde seis ángulos ópcos diferentes. "Se debe rna como si se atara de seis cámas idéncas cocadas aededor del cráne y oentada se las sei caras de u cubo hipotéco (1908 vol , p. 13). 51 Ent 1877 y 1 883, 883 , a Prefectura Prefectura acwó un archivo archivo de de unas 75 m cares de vnte Phne 1985, p 34) 52 Bert Berton 1 882

IMGENF

EUIVAN

17

pesisten en aboda la togaa como un discuso y tecnoloa exclusiva mente euopeos. En su esdo sobe la togaa policial euopea y note ameic Aan Sekula señala la ipotnte elación que existe ene el ea ea to bugués y el achivo polcial como dos es opuestos de la pácca y ds cuso que conocemos como "togaa. "Cada etato decente escibe Sekula ene su conao, objetido y al acecho, en los achivos de la poli a.53 Luego él concluye que e en vd de este campo de polazación moal que que sepaa y vncua al eato bugués bugués y la togaa polcial que "la togaa ha llegado a establece y delta el teeno del ot, con el fn de de tto la aena genera generaliz lizada ada la pologí pología a como como la inst instana conngente de desvació y patología social• Sin embago, e el discuso de Sekula no hay meció alna del coloialismo ni de su ideología acial o de los es de caes de site de personajes ativos y de las colonas que se ueo y ciertamente se aciparo aciparo a la tograía de archvo archvo policial, paa delimitar delimitar lo que Sekula denomia adecuadamente el "teeno del otro" Cietamete, el mundo noeuopeo y sus imágees han sido extrañamente omitidos po pácticamente todas las histoias de la togaa que intetan vicula la togaa con la historia de sistemas ideológcos y dscipinaios jados duante el auge de la ea coloial de Euopa55. Las caes cae s de sit sitee andias, y otras caes poveentes de las colonias s deci, noeuopeas noeuopeas pueden audanos a epensar la stoa de la tograa, así como las historas paalelas del colonialismo y las ideoloas aciales e dvesas maeras En pme luga, sueo que no e la "togaa lo que llegó a def el "tereo del otro" al que se efee Sekula, sino un ncuo coceptual especíco ente la aza, la togaa y los sistemas de mecantilización e intecambio asociados con el capitasmo. Este vínculo concep, a su vez, se vio encarado en ua ma específca de tograa: la cae de site. En tanto imageobjeto, la cae de visite ea, como hemos vsto, valoda o po el contenido estético inseco de su imagen, como e el caso de muchas de las ilustaciones "arscas de gan rmato Po el conao, el tamao, la pose, el telón de do y la ulería, todos ellos unmes, que se usan en la tajetaeato bgés, ealzab el aactivo de la cae como una mecacía modena y poducida a nivel idustal, que ea acumlada y exhibida como cualquiea de las numeosas coleccioes halladas en los ecibidores de la bugesía del siglo XIX. E esumen, la care de site adquiría valo por se u objeto pasible de apropiase de él, de coleccionalo, expoerlo y

s3 5 ss

Sekula 1989 p. 346. Sekua 1 989 98 9 p. p. 346 Énfsis en el ogin Véase, Véase, por ejemplo, Bolto Bolton n 1 989 ; Rollé Rollé 1 982; Sqers Sqers 1 990 990;; y Tagg 1988

74

DEBoR PL

ordnarlo. Fu sta rma d producción d valor la qu prmió qu la cae rma s d tograa s adcuara a la idologa idologa clasifcade site y no otras rmas dora qu subyac tanto a la poloa racial como al archvo policial Sndo, anqu lo qu Sekua ha dnominado la "nción honoríf ca de retrato burgués podra defnir adecuadamente el deal contra y también a vor del cual se elaboró el arcvo policial, e la cae de se colonial la qu defnió las posbdades de siquiera consur un archvo Acuulados como imágenes anónimas en álbumes privados y en arcvos úlcos, a tra vés de las cares de rostros y cueros annmos de natvos se traan as rmas de valor y sgado haladas en as cas urguesas A derencia de las cares burguesas cuya nería antenía un "vaor de uso resdual en tanto se arecaan or su seeanza con amgos y arenes as caes de se coloniales o de "navos eran reaos de ndviduos annos y s hsora Como resulado de eo, as caes coonles a drenca de sus conraartes urguesas eron vacadas de o que odraos odraos denominar denominar e e vor vo r to gráfco de uso de reresenacn de la redad a care colon acuulaa lor solaente a través de los acos de propedad, recoleccón acuuacn acuuacn e ntercao La urgenca con a cul Thon len las nas de su á con ágenes ucraene coocadas y a veces déncas, evdenca esa ra de producción de valor al gual que el imulso archvísco coulsvo ue está detrás del ordenameno "cenco de Wiener al cual él denon aropiadamente "cos de métie'. A ordenar las ograas, era caro que n los personajes de las tos n su relación respecto a a realidad de Bova y Perú, motivaron a Thbon o Wiener Por el contraro e o que Baudrard ha denomnado "la asón or el cdgo  la scnacón amlene or una rma [que es la] gica de la mercancía o sstea de ntercao56• Un exaen cuidadoso de tales vínculos entre la iaen coona la oraa euroea y las raciones de clase e deologas ue n aoañado a a roagacn de caalso era de Euroa, revela a oranca que ara a stora de a roa ograa enen anto la ogaa colonl oo e dsurso raal Es guaente iortane señar que a racn sra de la cae de vsite en tanto ra de ercanca taén nos de uco sore las ras en as cuales el roo conceo de raza toado oo srso de drenca drenca vsual se desarro de anera anera araea a un tio especo de econoa vsual Coo lo sugeren as oras de Huodt D'Orbgny grand y Rugendas esta economa vsual rearul e uar de ersonae uano al nteror de un o de vsn aaene v y udo Tamén reoanz coo o eos vsto, as ras de vaor uestas en o 5

Baud Baudar 1981, p. 93.

IMGFNE EUIVAN

175

objetos vsuales que circularon tanto al interor de Europa como -lo que es más portanteportante- en el mudo noeuro noeuropeo. peo. En los l os siguiente siguientess capítulos vere mos los dversos usos de las cares de vsite, las tograas raciales, los reatos tográfcos y los tipos pintorescos" en dos proyectos nacionales y culra les del Perú. Estos proyectos se implementaron para impugnar, en derentes rmas y grados, los desiguales lazos que atan a las culturas perua y euro pea S embargo, lo hicieron en términos que revelan una comprensión muy clara de los vínculos hstóricos entre la tograa, e concepto de raza y las econoas y culturas domadas por Europa.

APÍ V

L ROSTRO DE UA ACIÓN

La está más

lejos del Perú que Lndres.

Alexander von Hmbo, 1803.

EN JULO DE 1866, el estadígra, abogado, humorista y periodsta peruo Muel Atanasi Fuentes dio los toques fnales a un lbro con el cual esperaba recfcar algunas de las exañas ideas que "ciertos viajeros europeos imagnativos habían escrito sobre el "país mágico {tSfer q ue) de Perú. Sufcientemente mundano para saber que la mayoa de los europeos tendan poco interés en el Perú y su reputación, uentes introduce su lbro con alnos ejemplos de cómo los escritores viajeros habían representado a sus vecios europeos. "Un viagero ancés señala en las primeras lneas de su manuscrto en español entraba á Madrid en el momento en que dos mozos crúos sostenían una lucha, cuchilo en mano; el viagero sacó, en el acto, su libro de memorias y escribió: A las doce de la noche todos los españoles se dan de navajasos'. Luego Fuentes cita el caso de u ajero inglés que e tesgo de un incidente en el cual un carruaje aopelló a u ciano peatón en las cales de Pas. "La crueldad de los anceses anotaba el inglés en su dario de viajes, "es tan exema que todos los jueves, á las seis, hacen matar a las viejas. empleando para ello unos coches municipales que persigen á esas inelces. Si los más "dsnidos viageros europeos cometen tales aocidades al representar icluso a sus vecinos cercanos, "¿con cuánta soltura se prentaba Fuentes no se cala a los pueblos dstantes, y muy especialente, á los americanos del sur? 2 • En respuesta a esta pregunta, Fuentes oece a su propio país como ejemplo. En el Pe, armenta, la scinación europea con la ggaa de los Andes y el pasado precolombino ha causado que muchos viajeros conndan los Andes con todo el Perú En tal sentido, no sólo connde la parte con el

exander von Humld "Caa a Don Ignacio Checa(803J, en Charles e CaasAercanas Caracas: Ayacucho, 1980, p 107 2 Muel Atanasi Fuentes: La Apuntes histórcos despvos, estascos y de cost1· bm. Pas: Lbrea de Firmin Didot hermos, hijos y C, Imprenta mercier & Cie, 1 867, pp. ii-v Para las citas se ha usado esta edición, respetando la caligrafa del origin

[177]

78

DEBORl PCL

Fiura 6.1 Pade JM. Plaza.

todo; so que también han conndido perodos histórcos dsintos. "Ls vageros de dversas nacional nacionaldades dades que, en estos úlimos años, han escrito algo sobre el Pe se lamenta Fuentes, .. parece que se hubieran propuesto descrbir lo que debió ser ántes de la conquista (española]. Aora msmo se publca en Pas una obra sobre ages que, si se juzga de la verdad de las la s nocias refrentes á varos pueblos de d e mundo por la de las la s que tocan al Perú, puede decirse que sus autores pretenden escribir una novela cuyos personages tenga todos el po grosero del savage3•

Para sustentar las implicancias de este proceso de exozación, Fuentes apunta hacia la poderosa potica de representación visual. L sirven como ejemplo tres grabados de un reciente libro ancés de ajes4• E primero reata a Padre José Manuel Plaza, a quien Fuentes descbe como "incesante obrero en la grande emresa de civilzar algunas tribus incultas (Figura 61). Aunque uentes está presto a conceer que el Padre Plaza "no é un modelo de belleza vaonil, sin embargo considera que el retrato del artista ancés comete una injuscia con "el aspecto esterior gradable y una fsonomía tan inteligente como humde al reraar a cura "bajo la vulgar fgura de un arrie r"5. El segundo y tercer bujo son de un estudiante de teoloa y de una lbíd., p vj Aunque no on identifcado por Fuente, los grabado prvenen de un amplia mente leído lbro de viaje en el e, ecrito por el Vizconde Laurent Santcq y pubcado en  Tour du Monde bajo el eudnmo de Paul Marco Marcoyy (Saitcq (Saitcq 1 862-1 866)  ilutracio ilutracio ne eran de "Riou', el arita que iusró mucho otro arculos pubcado en  Tour du Monde 5 Fuente: Apuntes  p vj. .

EL ROSO

DE

UA ACIÓN

179

rabona6 El primero, se queja Fuentes, se muestra bajo el aspecto de un montón de paja, sobe el que se hubiera colocado un mascarón con sombrero, y á la seda, como ria con cabeza de Meduza, cagando no sólo los úes de su menage, sio también las armas del soldado7 ¿Por qué iuiere uiere Fuentes Fuentes a sus lectores lectores el viajero ene ene que miar miar más en su asia que en la verdad? . . . ¿Po qué pretende si, en realidad, existe un personaje grotesco o estralario, presentarlo como el po de una ma, de a raza o e un greo?8• Con esta pregunta, Fuentes centra su cuestionamiento a los bros de iaje europeos en el aunto espnoso del po. Como peruano, objeta las ras en las cuaes los euroeos han ido consuyendo sus nociones - imáge e e pos. Si embargo, no cuesona cuesona a posbidad posbidad osófca de la existen existen a de os. Tamoco etalla su objeones al lenguaje cienfco o reasta el métoo reresentaconal. En lugar de eo, este autor peruano objeta la ienes sobre bases estéas y estadísticas. Los europeos, aega se h eui ocado ocado etacamente al eucir eucir el tipo sólo a parr parr de u rango liitao e experiencia co (o vsone de) peruano. Así, sus tpos no ressten las ruebas estadístias de reresentaivad y muestreo. Asismo, estécamen te, sus enqu en lo exóo y horriiante lo han conducido a presentar los ejemplos más exemos como tios reresentativos. Los verdaderos os, observa exsten necesariamente en oposción a los exemos nrepresenta tvos o marnales del groero y desaado. Estas normas corresponden etadícamente al promeo o la meia, y estéticamente a balance y la armo nía ue defnían a beeza" en a estéca novecensta. Así, en su inrouión Fuentes abona el terreno imultáneamente estadístico y estético a ravés el ual su libro Lm impugnaría las imagiativas imresiones de lo �uroeos sobre el Perú. Publicado en París simultá eamente en eiones en cés, ingés y español, e libro proclaaba su agena estéca con las nuerosas y otosas utraciones que aparecían casi en todas las páginas9• Su agena estadíca e anuniada por e subtulo ecriptio -Apuntes Htócos, Desctivos, Estadíticos,  de Costumbres que lo ienfcaba ante los ectores conteoráneos coo u estuo de etadística social (ura 6.2). Sobre la rabona éase el Capítuo VI lbíd., p. vij. . e. ct .

vs, sques , , adm inisa vs, s, sta sques s h istorque s, . Véase Véase también L a . Esqui s Fuentes: Apunt  .  . Fue taca e: Histo a  S taca  P e:  thee Capital  P Didot y Stches  th Firmin Didot mmerales et m et m oraks París: Lb. de Firmin co mmerales al igu publicadas en 1867, al igu ambas publicadas ndres:: Trubner & Co amba Adm in isve, Co m meal and M ora ndres .

anécdta sobre el la anécd idéncas: la nte, no son idé obstante, ediciones, n obsta que la edic españl. Las edi ión en españl. edición fancés. edción en fa áccamete en la edción fancés se omite táccamet viaj viajero fancés

180

DEOR 1 P

L CMA.

ESQUISSS HISTORUS. STSIS AMNSRVS, CMCL  MLS

Figa 6.2. Portada de Lima.

E

ROSO DE

UA ACIÓN

11

ste arcl arcl explra la rgaaci rgaación ón y lóca de Uma d e Fentes, Fentes, c n ed para cprender ds de ls prcipales teas en ls cales es nteresad este lbr l prier se refere a la relación de las tecnlgías visales del sigl XIX cn ss idelgías segdras de realis y ciencia Menas en ls capítls anterres he explrad la ra en la cual las tecnlgías vsales y las idelas dlan las cprensines cprensines erpeas de derndad y raa, aquí me precparé parcularmente pr la pregunta de có n intelectu sudamercan se aprpia de tecnlas descptis tales cm la tgraa y la estasca para cnsr su prpi pryect de mderndad En el sigente capítul retrn a este tema cn una scusión sbre ls intelectuales peruans ands quenes, en echa geramente psterir sinarn la tgraa y el rmancism eurpe para deender un pryect intelecal y pc ttmente erente. Un segnd tema que surge del lbr de Fuentes está reerid a nuestra cnnua interrgante sbre la relación entre la mderndad y el dscurs vsu sbre las razas Si bien al exinar exin ar el incipiente sistema racial de D'Orbigny, D'Orbigny, la mgca rientalzación de las tapadas leñas, y las cudades echistas de las cares de vsite, m interés ha estad en la raza cm n scurs que ene la cuadad de bjetivar y de crear un espíritu de cmndad en este ensay explr la manera a través de la cual la raza ncina cm un scurs estétic de st y snción,  de l que denminaré la "estéca de las entrañas del nacinasm peran

ZA Y NACÓN EN  SIGLO X PERUANO

Cm en el cas de trs peruans de su tiemp las creencias racies y ls sentimients nacinales de Fuentes estaban cnrmads más pr las tumultusas décadas que sigiern a la Independencia que pr cualqer resenmient hacia el Perú anterir al dmi clal europe. Nacid un añ antes de la Independencia del Perú Fuentes creció en una ciudad en la cual las vsines de clase se trazab muy cercanamene a neas de rencia racial. En la base de la jerarquía sci estab ls negrs esclavs y bres ue trabaab cm sirvientes dmésics, vendedres caejers, penes y artess. Para algunas esmacines este grup egaba a cnsr el 30 r cient de la blación tt de Lma 10• Cmparend ls rgs más bas 'º

Aberto Flores Galind: Astoiaay plebe: Uma, 1760-1830, Lma: Mosca Azu Editores Editores 1 984 , pp. 99-1 9 9-1 08 08  Gootenberg Gootenberg anaa anaa las difcultades difcultades de la esmación de la la democraa democraa "étnica pveniente de los censos peruanos de la época. Paul Gootenberg: "Popuaon and Enicity i Early Rpubc Peru Ln mecan Rsarch v 26(3) pp. 109-157

2

DEBOR PoLE

c ls egrs había ua pblació urbaa más pequeña de idígeas, muhs de las cuales trabajaba cm sirvientes dméscs. Os idis vi e las aeras de ls mus cliales de la ciudad. Gberad a esta pbla ció urbana estaba una pequeña ete crilla que se autidefcaba cm "blaca. Dads ls benefcios concretos que esta ete había obtend de la admiisació cenalizada de España y del mnopolio cmercial, la mayría de ells no había apoyado el paso hacia la Independencia, que comenzara a sacudir las colnas americanas de España en las rimers décadas del sig XIX. Ciertamente, e más el temor ue la convicción lo que persuadió a la elite de Lima a abrazar la cusa de l nmnente neva república rmad en 1821. Cuando las troas eñolas se dionan a sir de Lma, los lmeños se vieron atrapados entre s desconfanza ente al nacionsmo berl de Simón Bo, y el pertrbdor ensameno de e los solddos mezos, indios y arcaos ue habían egrado el jércio Liberador pdieran verse tentados de tomar venganza contr los crolo reastas de Lima por los abusos que había sudo drante el domino español11• Irónicamente, lego de la derrota de Espña, los miembros de la elite de Lima se lieron del nacionlismo como meo para rtalecer las medidas proteccionstas que asegrarían l conuación de su monopolio sobre el comercio. Ls comerciantes britáicos, anceses y norteamericanos que habí respaldado la Independencia se vieron acorralados por los severos impuestos a la importación, las restricciones a la propiedad y las leyes de aturlización. Se permió la aperra de muy ocos estblecimientos comercies eropeos en a, y auellos comerciantes exanjeros que ingresaron a la ciudad con ecuencia eran intimidados or los gremios de artesanos mestizos y aoamericnos, uienes tmbién se oonían l libre comercio1 2 comercio1 2 • No obstnte, el más serio desao al poder y principios roteccionsta de Lma, no vino del exterior sino del proio inerior del Perú. Las eies de la ciudad de Areqipa y de la costa norte abían aoyado a la Independencia como na rm de romper atduras en relación al estrnamiento admisativo y comercil qe el colonlismo español había pesto sobre us economías reones Pra esos hacendados y comercines, las docrias del libre comercio roporcionba un instrmento acto con el cu distar el priviegio colonil e había mnteido subordinds ss econoas ante la demandas de las etes comercies y brocrács de Lima.

11

Sobre relaciones de clase y de raza en la Lma de inicios de la Reúblca, véase loes Gando op t. 12 Paul Gootenberg: Beeen Si/ver and G1ano: Commeal Poli and the State in PostPrinceton: Princeton Princeton Univei Univei Press, 1 989, 98 9, p. 8�5 Sobre la la astocracia astocracia Indendence Pe, Princeton: olonial de Lma y la oosición al bre comeio véase Flores ndo: op t t

EL ROSO DE  Ó



De es maera, durate las pmeras décadas que sgero a la depedeca, las batalas por el cool del Estado peruao y su poltca ecoó mca se levaro a cabo ee Lima, por u lado, y estas etes eoales ra les, haca el orte y el sur, por el otro13 A lo lago de las décadas de 820 y 1830, los leños e su cojuto cotuao estado a vor de u gobero cetal erte y de polítcas proteccostas. No obstate, su poder era peró dcamete desafado por ua sere de caudos del su, que usaba sus breves períodos de gobero para mplemetar potcas ecoómcas más berales. No e so hasta medados de la década de 1840 que las eltes de Lima, bajo el lerazgo del Geeral Ramón Casa, falmete pudero teer e sus manos u cotrol permanete del Estao peruao Bajo Casta, Lima igresó a un período e proseria relatva en el cual crecía la importaca de las dscusioes sobre el carácter acio del Pe y sobre el turo ecoómco La dea de acó y e nacioalismo por supuesto, o era uevas para el Pe  para Améca Laa Había sido el dscurso de acó el que había permo a los lbertadores crioos como Smó Bovar imaar ua comu idad e latioamericaos uios or su oposició a la metrópols y por su iea comparda de "americaos14• E el propo Pe, el cocepto de ua comudad imagiaa de peruaos, había do tomado rma ya dese la écada de 1780, cuao Tuac Amaru, u arriero mestzo que se había autoproclamado hereero el ca, arrastó a cetos de mes de dos y meszos de los Ades a una violeta rebelón para protestar cotra los prv legios ecoócos de los esañoles Poco después de eso, los cas uya represetació públca había sio prohibda por la Corona española después de la derrota de Tupac Amaru ero resuctados e la lteratura y e la imaació popular como evecia de la dead istórca del Pe como ua ació 5• E la meia e que las ersevas e ua reúbica eruaa ide endiete tomab rm oetas y escritores como Mariao Melgar, José Joaquí e Oeo, Hióto Unaue y José Faustio Sáchez Carrió co mezaron a reerirse a los es, los Inas y el pasao recolombio como 13

Jorge Basadre Htoa de l Repúba de Pe, 1822-1933, Lima: toal Uiveitaa, t 968; Gootemberg: Beeen Si/ver.  .  Chaes F Walker: "Peaants, Caud os, and the State i Peru: Cusc i the Transion m Colon y to Republc, t 7801 8, Tesis de Doctor, Unversity of Chcao, 1 992.  Benedict Anderon: lmagined Communies ndon: Verso,1 99 1 , pp. 475; D. A Brang The Firsf Ameca: The Spanish Monarc, Co/e Patots, and the Ubera Stafe, 1492-1867, Cambride and New York: Cambdge Unversity Press, 199 1 . 1 5 Ceca Méndez: Incas Sí, Indio No: Auntes ara el esto del naconalsmo colo en el Perú, Lima: Instto de Esdos Peanos, Documento de trabajo No. 56,  993; Jhn H. Rwe:  movimiento nacional ink del siglo xvi en Alberto Flores Gndo (ed): Tupac Ama , 1780 Lma: Rtablo de Papel 1 976.

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DER PeL

armetos para señalar el carácter unfcado o acioal de la idetidad histórica y teritoral del e. Como sucedó tbié e muchas oas paes del mudo, estos pmeros poetas y escritores que deed coceptos lberales er, casi si excepcioes, hombres que habí llegado a Lima desde las procias. Su experiecia provicial les había proporcioado ua compresió o sólo de la dversidad e itegridad terrtorial del erú como una ación que icorpora sur y orte, sierra y costa, sio tambié la importacia del pasado precolonal o Ica del e. Para estos tempraos acioalistas prociaos, la tarea de recuperar la herencia Inca o anna del Perú o estaba en conicto co el legado europeo del domo español "M ació scribe Melgar es todo el obo Soy hermano del indo y del español16 L posbdad de maginar una cutura nacional que pudera ncorporar lo españo y lo io, había desaparecdo eectmente en el momento en el cual, enre meados y fnes de la década de 1840, Casla asumió la tarea de recostruir el Estado central conrolado por Lima Luego de años de erras cles y ridades entre Lma y las provncas, era poco lo que había quedado de los sueños emancpadores de un territorio nacional unfcado en el cual, en el lenaje utópico de Megar, "El indo () el sabio de la unón amante, Os ha de gobernar en adelante7• En su lugar, los intelectuales y pocos de Lima elaboraro un dscurso de comudad naconal que perpetuaría n lu gar de reconciar las dvisiones raciales y poticas que separaban a Lma y las provincias. Como apoyo hstórico para su visión de la ación, puseron los ojos en las tadciones aristocrácas del pasado coloal de Lima Encabezando este eserzo por rerzar e privegio histórico de Lma, estuvo la intelentsia encabezada por el cura y putado Bartolomé Herrer El 28 de julo de 1846, vigésimo quito aniversario de la Independenca del Perú, y a un ao del gobierno de Casa, Herrera planteó os térnos del nuevo debate naconal en un sermón iesperadamete dramáco pronuciado en la catedral de Lima En este sermón, Herrera nvocaba la bología, a raza y la historia, para argumentar que las ideas europeas de soberanía popuar eran iapropadas para el Perú Inrendo la imagen románca ue los pardarios de la emancpacón tenía sobre el pasado incaico, Herrera argumentaba ue, aue los Incas habían comenzado a ufcar a los ndios saljes del Perú en un solo terrtorio naciona, habían sacrifcado su msión histórica de construr una ación, pues habían sucumbido ante sputas dnáscas ue habían termado en una erra cl enre los príncipes Incas Los espaoes, sin embargo, sí habían sdo capaces de connuar a tarea de construir la nación de acuerdo co los princpos fcadores y soberanos del catolicsmo y la mo 16 17

Mariano Melgar: Poesías, Ncy Crépn-Lblond 1 878, pp Ibíd., p. 102.

102-103

E ROSO DE U Ó

1

naruía L dependencia no e sno u breve y divente ordenad parntess en a hstora nacional del Pe Para connr co la tarea de reconstruir la dendad acional del Pe era necesaro onclua erre respeta esta herencia brca onáruica y catóica. El Per debe tener u erte gobierno cenal ubicado en ma, conrdo por Dios (es decr, la glesia Catóca), con absoluta soberaa, y en la cual el derecho a dictar leyes pertenece a   . una aristocracia del saber, creada por la naraleza18 El suago sería selecvo Los indios en parcular estarían prohbidos de votar porque lo que errera denomaba su incapacidad naral para el ronaiento iteligente es hacía ineegbles para una ciudadanía plena Las doctras conservadoras de Herrera eron retadas por un creciente círco de inteecaes liberaes y anticlercaes Muchos de los más ertes crícos de Herrer como Francisco de Paula Gonáez Vig de Tacna y Benito Laso de Puo y Cusco, azaron una erte voz de oposición proncia - en el caso de Laso, andina hacia a soberana nteectual y poítica de ima En su conjunto, sin embargo, la vida inteectua del Perú seguía estando otabemente centlizada en ma La políca de Cas a abierta al comercio, y a renovada prosperdad de la ogqa, ajeron una súbita auencia de libros e ideas europeas a ima E periosmo también oreció durante e régien de Castla19• En el extenso y ma dedo terrtorio naciona de Pe del sigo XIX sin embargo, el "capismo escrto que había ayudado a unir a muchas otras comunidades nacionaes siró principamente para refrzar la naturaeza ocasta de los muchos proyectos nacionaes que compe en e país20• Por ejemplo, en Cusco, una ciudad de sur anno, e más común encontrar peródicos argentnos y anceses que cuaquiera de los cinco prncpaes periódicos de ima Entre os teecaes iberaes de ima, ninuno avizoraba  proyecto nacional que incorpora a a vasta mayoría de ciudadaos de país, n un terrtoro que era más aá de as muralas de ima Inclu so románcos lberaes como Ricardo Palma ceebraban una idendad nacio

8

Herre, citado por Basadre  op. t , II, p. 8 5. Sobr Herre véase también Washington Delgado: Histoa de la literatura pubh'ana, ma: E Rikchay Pe, 1980 pp 68. 19 Basadre: op t., II, p. 902. Gootenberg: Beeen Si/er. .  pp. 65-6. Sobre la histria económica e intelecal de La durante ete peodo véase Jorge Basadre: op. t. Heraclio Bonla: Guanoy Buuesía en el Pe, ma: Insto de Esdos Peruos 1 974; Antonio Cornejo Polar: Uteratura y soedad en el Pe:  nove indenista, m Instuto de Esdios Peruanos, 1980; Washington Delgado: op. t; Pau ooemberg: Imagining Deelopmen: Economic deas in Pe } Fitious Proe  Guano 1840-1880, Berkeley iversity of Cifrna Press, 1 993 ; y fnso W Quiroz: La Deuda daudada: Consoidaón de 1850y dominio económico en e Pe, Lima: Instito Nacional de Cura, 1987. 2 ndrson ha denido como "capitalismo escrito a un mecaismo a tvés del cu en el nacionalsmo europeo se creó la idendad territoa comparda. nderson: op t.



DER PoL

na! alternaiva basada en las tradciones colonaes de Lima L que celebra ban era la culra urbana popular, y no la cura de los Andes rurales e idí genas 2 1. L posición de Fuentes al interior de los debates polcos de su empo iba desde la rebelón juveni hasta el conserdurismo secuar En muchos aspectos, su carrera reeja el precario estado de las lealtades personales y las alianzas ideológicas de los cios de la repúblca peruana En algún momento ene 1841 y 1844 abandonó Lima y se unó a as fas de Manuel Ignacio Vinco, un caudo del bre cambo del sur ue combaó en una dura y proonada camaa contra Ramón Casa 22 • Lueo de ascenso de Casa a poder, Fuentes, junto con Vivanco y otros de sus sedores, e exado a Chie por su particiación en la reelta A Fuentes comenzó su carrera de perosta y humosta con una serie de ataues a Casa En 1856 escribió una bioraa sarica de Casa, que adó a incitar e tercer itento de Vinco de reazar una revolución contra Casa En ese momento Vivanco estaba a la cabeza de un rupo abiarrado de conservadores y reionalstas del sur unidos por su odo comartido tanto a Caslla como a su régmen centrazado en Lima 2 3 Restableciendo lo ue había dejado cuando saó para Chle, Fuentes reasumó su trabajo en Lima como erodsta, humorsta e historesta polí co Su trabajo, ue era publcado bajo el seudómo de E Murciélago", era cercano a una tradción de periosmo humorístico que exsa en el Per desde por lo menos las ostrimerías del eríodo colonal Las caricaturas de Fuentes también se basaban en las convenciones fsionócas de arte de la caricara potica europea n parcuar arisina en e cual las caractes cas ciaes se eían como señales de carácter mora de u indduo24• Las actividades oítcas de Fuentes no se limitaban a periosmo También ractcaba y enseñaba Lees, Mecia Lea y Estadísca En 1858, pubc a Estadítica General de Lma, un trabajo de cual exajo a mayor parte de 1

Sobre Pala  l rántico de Lia, véae Cornejo Polar: op. t, p. 43-46; Delgado: op. t., pp 73-77;  Flore G: Astoaay plebe, pp.  79- 84 El indo anio no urgió coo ujet de interés iterario o potico sino hasta después de la Guerra del Pacífco  Frankn Peae: "Plogo  a Manuel A Fuentes: L: p1ntes histócos despvos estadís de cost1mbu, a: Banco Indutal del Pe, 1 988, pp 1-3 3 Basadre: op t, II I, p. 1 4  9. En  856, la bioga de  80 pginas e pubicada anóniaente en Chile baj el lo de Biraja del Excelensmo señor Rmón Casa Lbeador del Pe esta por el más fel adorado 24 n una cacatra de Fuente producida en Baadre (op t, V p  ) se muera la coupción de un polco en tre ecena Cada una etá caracteada por el cintrn que crece  e hace cada vez á abultado,  por su ari, que evolucioa de la nariz giega leña, considerada por los fsiognota cmo un io de integencia, a la naz bulbosa del tnto, y a la naz sobreida del asno

EL

ROSO DE

U CÓ

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los hechos y cias de Lma. En 1866, publicó un inrme internacionalente dstrbudo sobre la planta de la coca y sus posibidades comercies25• Diez años después como Director del Departamento de Estadísca del Perú, drió el prier censo nacional exitoso. En 1877 escribió el irme económico ofcial del Pe. A año siente publcó dos guas de Lima Como autor de la prmera guía política autoconsciente del Perú, arqtecto de su primer censo, y el más moso historieista, humorista, teórico de leyes y críico público del país, Fuentes no e simplemente un representante de la clase alta leña Fue, en palabras del historiador Paul Gootenberg: "lteralmente el constructor social de la realidad del leño6• De todos sus trabajo tal vez es Lma el que nos proporciona el mejor ejemlo de cómo Fuentes emrenió la construcción de esta "realidad. Lma e la publcación más acceile de uentes y, ciertamente, la más ródigamente ustrada. La impresión ariina del volumen, simultáneamente en ediciones en glés, ancés y esañol así como la polémica introducción irvieron para que era leído - a meno hojead por reresentantes de la burguesía de ambos lados del Atánco27 En su introducción señala claraente que estaba interesado, a cierto nivel, en correir las percecione euroeas incorrectas sobre su país Incluo taién etaa y tal vez princialment interesado en llegar al autorio pequeño pero polcamente vtal conrmado por la propia elite criola del Peú Fuentes quería convencer a ete audtorio parcular sobre la viabdad de su ropio proyecto nacional que estaa situado a nvel polco. Para convencer a los euroeos, no otante Fuentes reuería sar del eguaje arcuariate de nación. Para etos lectore para qees, como emo recordado, una imagen más bien negativa el po nacional peruano aía sido conurada desde acía tiem Fuete requería vocar más ien lo á neurales lenguajes de autecidad y usto estétco. Requea robar ue, como peruano sus proia experiencias proporcionaan una base etatica ore la cual decriir a e  lo eruanos, mejor que el azar o la exeriencia caual Si ebargo, taién necesitaba convencer a su lectores euroeos de que u voz era dgna de coanza orque, en el ndo él y sus coañero eruano deués de tod no eran tan derentes. Reuería roar ue lo eruao, a ear de u derentes oígene  lenguaje, abla 25

Manuel tanasi Fuentes: Mémoi sur le coca d1 Péro1, Paás: Imp de Ad Lné et J Havd, 866 26 Gootenberg Imaginin Development .  , p 7 1  27 No existe inrmación sobre la recepción de libro en la época. Sin embargo, su frmato lujoso y ediciones en vao idiomas habáan garanzado al meno alna visibilidad en uropa El impme1r pasio y la reputacin de Fuentes habáan garanado, asimsmo, que logre el interés de la elte peuana

R PoL

88

 l mismo lnaj d la lza, l un sto y la sción como  cvado ciudadano ancs o táco. Fu a há disposición d Funts n lación a las tcnoloas vsua ls y dscpas d la stadística, la toaa, la ltoga y la sáa, la qu l pó cons una imagen d comundad nacional qu intsaa a su púlico puo, sin inispon al mismo timpo a sus lectors uopos. El mato visual de Lma pemit a Fuentes voca l discrso d comundad y petenncia consttis de a ida de nación, sin usar realment el lngaje dado de nación" mismo De hcho, una vez que e lector ha pasado la inodcción n la c Fentes sitúa su bo como na poléca contra los opeos la palabra nación" no aparece Aislado del enaje políco de la poléca nacionasta y apoyándose en os lengajs reastas de la estaísca y la tograa, e tour enciclopédico de Fentes sobre Lima pesenta as cotomías raciaes y cturales de discurso nacionaista perano como hechos objetivos y natraes Esto no qiere deci, sin embargo, que el recunto de Fentes es en sí netral u objetivo A presentar estos echos" raciaes en el rmato atamente estizado de reato, el grabado y a itograa, Fentes los inscribe al iteor de n iscrso parcua de estéca o distción de clase Es a través de este discrso visal y racial de distinción qe Fentes da expresión a este proyecto parcular sobre la modena idendad nacional del Perú Más específcamente, Fentes s basaba en la misma estéca traiciona de disnción e identdad qe hemos visto en ncionamiento en os retratos de las cares-de-vsite qe eron tan poplares en esos empos

UN CP DE

FOR

En Lma, Fentes consye o qe poríos imanar como na fsiognomía de Lma" En este métdo fsiognómico, a sperfcie material de a cidad y ss pobadores están presentados como signos atoevidentes de a esencia interior  valor de a cidad y ss habitantes Estas imágenes transparentes"  objetis, entonces, están sbornadas omo o sería e rostro de un indi vduo en na verdaderafsiognomí a un rgoso scrso de distinción acial y estética El prpio texto está vidido en seis secciones bien ordenadas En as seccions 1 a 5 aproximadamente el pimer tercio del br Fentes hac un invntario de las insttuciones adistratvas, ecesiáscas, militares, duca vas, económicas y cltrales28• Presentado como un registo de la inaestuc 2

s secciones se an: " 1  Fundación y Descripción de Lima; 2. Templos; 3 Esbleciientos y Ofcinas del Gobierno, Administración, Instrucción Pública, Benefcencia y M-

E ROSO

D

189

UA NACIÓ

ra sica d la ciudad, l txt d stas sccins n s discursv. El rmnt narrav, las cnclusins dfnivas, la sucra d párra,  inclus racins cmpletas, sn una xcpcin ás qu la ra. En su lugar, cada edifci, iglsia y lugar públic stá dtad d un acápit sparad. Dbaj d cada ncabaient, Funtes lista hchs cm la echa de creación dl edifci, mdas, aniación sica y principls uss. Para difcis cupados cm cnvnts y mnastris, tbién prprcina un cens de sus habitantes. Ds ps de ágenes visuals acmpñ a st txt estasc Por un lado, muchs pequeñs grabads anóns, en madera, de plazas públcs, caes, fcios púbcs, iglesias, cnvents, beatas y curas están intercados entre ls acápites descriptivos (Figura 6.3). Otra serie de tograas a oda páa, intercaladas, cntrastan cn ests pequeñs grabdos en madera nto en detae com en dimensión. Quinc de estas ltograas mest edifcios, iglesis, monumentos y a hmbres púbcos proentes, incluyendo al Presidente Cas y al empresari de errcrriles Candamo. Otras einuno muestran reats de mujeres de la clase alta meña (Figra 6.4). Si ben los numerosos peqeños grbados est puestos para iustrar secciones

Fira 6.3 Relgosas.

tares: 4 Otros ifcio, Empress Parculres, Producciones, Comercio e Indust; y 5. Edifcios p Diversiones Púbc, Obrs de Ornto y Lugares de Pseo".

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DEBORAJ 1 PoL

Figur

6.4

Limeñ.

específcs del texto, s itogrs están etremezclds e itervos regu res, prentemente  zr Co pocs excepcioes, ls ltogrs o een relción direct o iustrtiv co el texto l cu compñ. Más bien ncio n como u cometrio depediete y siudo po ecim de  cutur cívic de Lim. Ests itogrs de costruccioes y mujeres proporcionn evideci visu de l bie orded dmiistrció públic de l ciudd, ls isitucioes religioss, el gobierno miitr, y de  crcterizción rci bl c o europe; e sum, evidecin l "modernidd de Lim. E  secció sext y f del lbro titudo "Brochzos y pincelds, Fuetes cmbi  u régime descripivo. Mietrs e ls seccioes nteriores hbí presetdo y documetdo msivmente os "hechos estdís cos y visules de Lim, quí é jut los grbdos y ltogrs co descripcioes srics y con edtories. E cojuto, ls ustrcioes y e texto itrodu ce  lector  rngo totl de crcteres, costumbres y mers que cor mn s pitorescs etrs de l Lim moder. Est secció comprede os dos tercios de libro. Se bre co u esyo levemete srcásco tldo: "¿Cuátos colores?, e el cua Fuetes compr ls vricioes e e coor de  piel hds en los hbittes de Lim co u "cmpo de ores Si, ce, e cmpo está "totlmete cubierto co ores blcs su eecto e el observdor se presetrí como "l iguldd es l mootoní; que .. cs os sedos E cotrste,  visió de u cmpo muticolor "o es... ni igu, ni moóton, ni cansadora de os setdos. Y que "l poblció de Lim oece, pues, e sus idividuos, u escl de tintes desde e egro más fo y brilte

L RSRO DE

UNA ACIÓN

191

Figra 6 . 5 . «Zamba».

 banco, y desde este colo hasta e amao 29, azona Fuentes, el ecto debeía se similamente pacenteo paa los sentidos. Luego Fuentes describe los gupos aciales que confman este "campo de oes. Comenzando po os descendentes negos de los esclavos ai canos, connúa descibiendo pimeo a os chinos y después a os indos30• Cuiosamente, los esteeoipos aciaes que uentes enumea paa descibi estas azas dieen poco de aqelos de os elatos euopeos contempoáneos que él msmo citica tan seveamente en la toducción del lbo Descibe al escavo aicano nego, po ejempo, como "el ciado más sumiso, eal y hu mlde ue se espee ve31• Como otros de su tiempo, se lamenta po los duos castigos y el cuel tato que os esclavos haban ecibido, y enatece e patenalsmo de los amos blancos que os habían bauzado y cuidado. No obstante, atibuye su "humidad y sevilismo a a topeza que los maca como una "aza. Descbe a os chinos ue haían sdo taídos paa eepza la mano de oba esclava de ls pantaciones como buenos cocineos, aunue no son "n tan obustos n tan vigoosos para ecios tabajos, n tan suidos n tan sumisos como os aicanos32 29 

Fuentes: Apunte.  p 80. Fuentes (lbí. p.78) defn las tres "razas orinaes de Peú cm "banca (euoea), "ama a (india) y "negra (acana). bí. . 81. JI l2 Jbí, p. 89. .

2

DER PO

s indios cibn l ataminto más coto n l invntaio acial d Funts, na dcisin qu tnta, sin duda, dsvia tanto la scinacin uopa po la hncia andina d P y los itss d aqulos pocos lbrals dl P qu todaa considab a los indos como ciudados n potncia. Obsva qu, como divduos, los pos sicos d los indios varían sn l cla. s indos d la costa dl P, po tanto, son dints d aqulos haados n la sirra. Sob sus cualidads acials", slo sñala qu los indos son obsnados y qu abaj muy duo33• Finalmnt, para dsviar cualquir spaa libal qu pudira quda hacia los indos por part d sus compatrotas, él hac scanio dl potncial d los dios como ciudadanos modrnos. El soldado indio bs siv y combat sin sabr a quién sirv ni por qué lucha, y sin más ida qu la d lnar un dbr qu s l impon, no la xin, ni la concincia, ni l patrosmo, sino l tmor; sigu sus banderas  las raiciona, si la sigun  las taicionan sus js"34• Es claro qu n la visión de la nacin que Funts n, hay poco lugar u no sa como abajador o como sguidor para l ino. Tampoco, arumena Funts, hay bases stóricas para considerar a los indos como part d la nación moderna. Las razas puras noblancas del P son, pa Funts, un nmno dl pasado d sa part dl P Qos Ands) qu todavía corpora las dudosas virtuds d s pasado. Funts dic qu La como l cno dl Pú modrno y po tanto d la nacin n un nro cada vz mno d pos racials puos. D la ra d los acos nos scrb apnas habrá uno qu oo ngro vjísimo qu la psnt"35• Para frz su punto d vsta incluy dos ftograbados inrcalados d mujs d ra mzclada qu, com vos n l capítulo N, garon a ocupa un luga muy spcial n la aación sal uropa (ira 6.)3• Una lca similar s mustra n l reato qu Funts hac sobr la muy corta"37 poblacin indígna d Lima. Sus pos s mustran n dos

JJ  35

bíd., p 99 bíd, p 173. bíd pp 79-0 De hecho seún a propia estadísca de Fuentes (Fuentes 1858), en 857 casi un quinto (o 10) de a pobación tota de ma (55,0) era casicada como neros" (citado por Gotenbe: magining Developm.   p 6).  Aunque Fuentes no o acredta así as toraas de as mujeres zba muata e india se basan en traas de Esdio Courret de ma. L populaidad de estas imáenes pcuaes se suiere a parr de hech de que se puede ver tanto ftoraas como toraas en muchas as coecciones contemeas Vése por ejempo Cosmes et Mu. Amque d Sud" stpes et phtoraphes Of. 4 111 Biboteque Naone as). Fuentes dene a a amba como a combinación de negr y banco L muata eo coo a combinación de na zamba ( zbo) con un banco Fuentes: Apuntes  p 79 " Ibd p. 94

L ROSO DE

193

UNA ACIÓN

Figura 6.6. <
lámias de una muje india (Figua 6.6), y un aieo. Fuentes pone cidado en señala que la muje idígena es "de la siea, es deci una fastea en Lima El aieo (que luego Fuentes diá que es a picial ocupación de los indios de ima) popociona una pueba simla de la pesencia tansitoia de los indos en Lima y, po tanto, en la nación modena38• A nega que los extemos aciaes puos todava puedan hallase en Lima, Fuentes extae simultánea mente su ciudad de su pasado colonial de esclavos e indios, y la aceca al po de homogeneidad acial y cultual que se consdea consttuva de un modeno Estadnación. La agenda de Fuentes en este caso, sin embago, también es estética Si la masa de ciudadanos de Lima no puede se totalmente "blan queada u homogeeizada, entonces podía al menos se confmada de tal modo que esté dento de un aceptable ango medio donde os extremos más desagadables de colo de piel hayan sido discetamente eliados La siguiente sección de Fuentes sobe las "Cudades moales, intelec tuales y scas de los meños popociona clave sobe cómo es que é espe aba tansma este aadable ango medio en un ipo nacional peuano. Aquí Fuentes enfca en paicla os detales de cutua y elión que dsti 38

Fuentes también descbe a los arrieros indios como vaos Como otrs estadígas de su empo, Fuentes estaba muy interesado en la vancia como un probema estadísco y polco En su Estadíta de Lma de 1858 él identifca a un quinto de a pobación aduta de Lima como sin empeo" o vago" (citado por Gootenbrg: ing Developmen. . , p 67. .

94

DEBOR 1 PoL

en la cultura colectiva de Lima (es decir la culra nacional) A igual que en la sección decada a la ra, el nsis no está puesto en la defnición de sntos tipos raciales - en este caso culturales sino más bien en el estable cimiento de alguna base arededor de la cual se pueda proclamar una iden dad comn o colecti para la población urbana de Lima Mienas en la sec ción dedicada a la raza, esta base comn estaba indicada por el nsis de Fuentes en la diución de pos raciales puros y su supuesta sión en un po algo más gratamente híbrido, aquí las elites criollas de la cultura moderna de Lima proporcionan una idendad comparda. El "vesdo nacional, por ejem plo, es reresentado or la vestimenta de las mujeres de clase alta limeña, los racs de sus ministros y presidente, y los hábitos que disnguen a las órdenes reliosas "Los aresanos, obreros, etc xplca Fuentes no visten ingún aje esecial39 Tamoco menciona siquiera las vesentas disntivas de los pueblos ingenas del Pe La reigión constituye otro espacio donde Fenes imaina que las dierencias entre razas, orora puras, podrían ser saizadas a ravs de una enajosa mezcla con na relión católica nacional De esa manera, exlica Fuees, enas los "negros de Lima reenen ss aaciones noaes con "bs o "castas acanas, hoy en a estas "ibus conrman las coaas, que promueven una devoción colec o nacional a Nesra Señora del Rosaro y al Corpus Chrs• Mienas los autores euroeos e buscaban el asado pagano del Pe soan mirar hacia los Anes, Fenes se cena en los blancos o los acanos, cuyo número es mayor que el de los indios en la La urbana Como limeño, Fenes también ve las cosmbres aicanas como símbolo de todo lo que debería civilizarse, si el Peú quisiera obener el satus de un modeo Esadnación. Para Fuenes, el svajismo de los acaos esá signado o s volubiidad, modales obres y aa de discreción Lo e es más adable, dice Fenes, "es la raidez co e los eos asan de n eemo de seeidad a oo de griería, bla y desbarro41 Ecaezado s lisa de babarie acaa esn su músca y daa e "o tieen ada de radable "n la músca, en el bae y en las oras mhísimas relaones deeees del aleo y del gso e mchísimo ms aasados esn los eos en comaración de los idios, e los idos reseamee  los esañoles42 Paa sus lecores eruaos ees eiene e "ede e nuesros hjos vea la rema de esos y oros absos de igal aturaleza

39

4

Fuentes: Apuntes . . , p. 106. /bi, pp 81-3

� '2

lbíd.,  85 Ibíd., pp 86 7.

L

ROSO

DE UA NAIÓ

195

Para los europeos deja en claro que en este ente se está logrando el progre so ' buena cuenta scribe la superiordad ha pedido que los negros leven y disparen armas de ego en el discurso de la procesión, como lo hacían tes43 Es en su tratamento a las mujeres, sin embargo, que los negros revelan su lado más bábaro. Los negros, afrma Fuentes, creen que "en un hombre e engua mostrar dolor por la muee de una múge cundo por una que se pierde, se encuentran ento. Si en algo se conoce qe son bábaros estos miserables aricanos, es e la adopción de esa máxma ca No piesan así los hombres sensibles y ustos, concluye Fuentes• Como veremos, las mueres ocupan un lugar pvlegado en la imagen qe Fentes tee de la nacón A defn a los "aicaos como una raza que abusa de sus mueres, Fuetes dea en clao que esta gente nunca podía mar la base de una comudad aonal vable Con el f de rerzar s punto de vsta, Fuentes descrbe luego las costumbres "cvzadas, a las que stúa como opuestos smbólcos y meoras evolucionadas en relacón a las cosumbres de los "acanos Aquí se incluye cortas descripcones de las festas seculares de Lma, ss proesioes (medcna, abogacía, peroismo), acoecimentos públcos, "festas egosas y costmbes picas, incluyendo visas, codolecas, besamos, veloros, enerros, neraes, vísperas y peleas de galos mbén descrbe las comidas, bebidas y danzas naconales, así como las graes celebraciones púbicas del carnal y de Corpus Chris, y el balnearo de Chorr os, punto de reuón de la clase alta Fuenes cerra el lbo con un apute humoísco sobe las cosmbes lmeñas, ttulado en la edición español "Babardades de Oba y "Barbaades de Palaba45• Las más notoias de estas "barbaidades son comeas por las clases más baas y revoltosas de la udad, que bloquea las veredas con sus paquetes, brros y mercacías Tambén señala e patcuar a los mozos de Lma que, afrma, so bie coodos por dear a sus comensales espeando hoas paa poder almorza A lo lago de esta seccón, Fuetes maene una iónica dstanca de las páccas y cosmbres que desbe El álogo se usa extensamente paa capar el sabor de la vda y legae de Lma De un modo muy parecido a los cuentos y relatos cosmbstas sobe los cuales el autor do rma a esta sección, su sátra es más aecosa ue ctca Siendo un conocedor de la cultura de Lma desde dento, la críca de Fuentes muestra la amiliaridad y cercaa del autor con las páccas que des ,

1bíd., p. 84.  Jbíd, p. 89. 45 En la edicin en fancés ( 233), la sección se tula: "Costumbres que revel la fat de civización

196

DEBoR PL

crb. Es ua sáira d propitaro a qu cioa para sñalar  ora qu spara a aquos qu prtc a a cura "acioal d Lim d qus o prnc a a. uqu a dircia si sido u mto csaro por o igabl d a vda púbca d Lima, la divrsidad ha d sr suaviza da pudo sus xmos "grosros y "dsalñados.

L PUTC

VSUA

DE M

La poítica visual de Fuentes e Lma nciona e dos iveles relacionados tr sí. El primro toma ventaja de la presentación ncsaramet  sr o eal d menes en un ro co e fn de sugr ua progresió de menos a más a través del empo cvzada. Este vel proporciona ua coheencia arrativa sutil  mplícta co  texto escrito compesto de vietas y aptes que, de otra rma estarían desconectados. El segdo ve sita a evide cia estasca y descrpva del progreso racal y civzador e e rino más elusivo de a visaidad y la estéca. Aí, género y raza so vocadas no como ideologías raconales de exclusó so como parte del suconscte stéco de los púlcos europeo y peruano de Fuents. E amos vles la estrcra ásica d a poca visual d liro es dada por la xtaposicó u Futs hac d dos tecologías d rprsentació caractríscas: los graados en madra y las ltograas. Las tcoogías s disgue por su capacdad de comuicar la gradació tonal y l detal qu connota "reasmo. En el lro d Fuentes ellas tamé s dstingu por su tamao reativo y su prsentació dsigual. Las ltograas  os omrs tato del ltógra (A. Charptir) como de impresor parsio mrcier & Ci.). Asiismo está impresas e  papl más gruso co ordes dorados. Cada una está protegida y aslada del texto cotiguo con una hoja smsparent de papel de sda. Como resutado, s reuir hacr u moviento lento y deerado para descurirla antes de ue puda sr cotemplada y distada. E contraste, los pequños graados está imprsos ntre los párras d relatos y agmtos d ases a través d los cuals Fuents desce su ciudad. No enn ord  marco La mayor parte si o todos, lva lyedas dscrptivas. Su ecto visual es itrrumpir  jo d palabras co vistazos a los "tipos pictócos d Lima,  la mdida  qu s cotrapo a a rada más cotmplativa xigda por as litograas de difcios y reatos. Las ltograas vocan el art aunu s asan n la magia rasta de la cámara. Como tal seducn a ctor con los icevos rvas d a stética y a cicia. E contraste, l dbujo no prtc i a a stética pictórca d la ltograa i a la maga raista d a tograa sio más bi a la stéca más imdiata o "strecha d fsiogomía la raza y  tipo.

E

ROSO DE

UA NACIÓ

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 recorrer el bro de Fuentes de rinciio a fn, uno de inmediato se ve imactado or el rio que crea ene las litograas a toda ágina y los equeños y oscuros grabados de ersonalidades y tios Este ritmo, y las emociones que conlleva, se mues an más claramente en la sexta y mayor sección del bro de Fuentes. Esta sección se abre con un equeño grabado  suuestamente sacado de una tograa de un Indio or conquistar4• Vestido con túnica de umas, colar de cuentas y vincha, el indio es resentado a su observador con un er de tres cuartos que sugiere cierta renuencia. Su acd vacante está rerzada or el oscurecimiento arcia de os ojos. Su savajismo es evocado or e arco y echa que emuña y a tres argas lanzas apuntaadas detrás suyo. A votear la pa, el ector es luego conontado con un "Indio conquistado. E grano más fno de graado revea un rostro curdo y oscuro, e caeo  descuierto y hombros caídos. Este indio con qstado no tiene armas. En su ugar eva un sombrero arrugado en a mano derecha Con la izquierda, doa hacia aera su camisa ara mostrar su echo anco y lampio47 Siguen os tograados de un "Indio arrero y una India de a sie rra (fra 6.6). Como hemos visto, estas láminas sien ara colocar al indio como un elemento eterno o pasajero en la demograa urana de ma Están segdos por equeos grabados de una ChinaChoa quien, en la tradición iconográfca de la mata, tiene uno de sus senos a aire. Luego sigue un Negro de raza ura que tal vez con e fn de oner énsis en a oca rtuna de su otrora raza pura se apoya contra una ared que se está desmorondo. Siguen dos grandes tograas de una mulata y una zamba (fra 6.). L siguiente página rae un equeño grabado de una mujer negra bandiendo una istoa y un astón, que corta abrutamente u párra que describe a as "trius acanas de Lima y su devoción al Corpus Christi. Está seguida or una litograa de una meña banca, cuyas manos recogidas, rosario, y vestido cuidadosamente draeado, roorciona un caro contraste con a beeza oscura de la zamba y a mulata, así como con las cuesonables intenciones de a hermana de éstas que bande una istoa. Esta graciosa señora ue está identifcada como Elisa Mendes de Castro en la lista de láminas, aunque no en una leyenda rma arte de un sere de eintiún reatos siares de disnguidas beezas de Lima. Aque as litograas no enen eyendas, cada mujer es idenfcada en la lista de áinas ubicada a fnal de bro. De las einún mujeres, es están isertadas juntamente con seis liograas silares de ofciales mtares y curas en 

Fuentes: Ap1nte , p. 77. Ls europeos estaban fscinados por el supuesto hech o de que los dios ecanos o te pelos en el cuer  . . .

47

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DEB0R1 Pou

la sección estadsca incial del bro. Las veinocho restantes se suceden en absouta simetría hasta la sección fnal, donde proporcionan un marcado conaste con los aptes sarcos y los grabados anónmos de trabajadores, indos y personalidades (Figura 6.7. Ciertente, la conrtable repeción de las poses, gestos, expresiones, vestidos y peiados de las limeñas proporciona una coherencia vsual a os distintos "apuntes que conrman esta parte del bro de Fuentes. Como elemento visual más promiente del bro de Fuentes, os reatos meinos cumpen dversos roles48• E primero, y ta vez el más obvo, su propia blancura proporciona un contraste visua constante con os rostros morenos y los cuerpos de pie oscura de las personas de la secuencia menos ordenada de pequeños grabados. Temiendo que este punto sea perdo por sus lectores, e ropio Fuentes señala la bancura de as mujeres en su texto: "E coor de os lmeños scrbe Fuentes incuso de aqueos que directamente proceden de a raza europea, es trigueño, páido y amarloso, siendo mucho más banco e de as mujeres49 En segndo ugar, Fuentes oece os rosos de as mujeres como ejemplos de fsonomía perecta. "En cuanto a las cuaidaes sicas [de as imeñas], Fuentes escribe: ..juzgar puede el lector por los grabados qe acompaña á estos aputes de costum bres Ellos so exactas reproducciones sacadas de copias tográcas por los más itelgetes arstas de Pars Nada ha hecho el arte sino reproducir elmente la obra de la aturaleza" Si la sooa basta para jzgar, hasta cierto punto de las bueas ó malas cualda des á que ela sie de espejo ¿qué se echa de méos en la acha y elevada ete; e el ojo hermoso y despierto y e el conjuto, e n de esas fccioes regulares al mismo empo que as y espresvas?50•

Las regas de a interpretación fsiognómica habrían sido bien conocidas para os ectores de Fuentes en ambos lados del Atlánco. E prestigio que a fsiognoma había obtenido como rma popuar de conocimiento tuvo su auge duante as écaas inmedatamente anteriores a a pubcacin de lbro de Fuentes. Una gran parte de esta pouaiad se ebió a as ms en as cuaes las demanas de a fsiognoma se ensambaban con el nuevo culto burgés a a indviduaiad. Se trataba de una órmua para escia exacta

48

Fuentes no concede a ninguna otra categoría de fgura púbca o "tipo popular una cdad simiar de lámnas. L siguiente categoría más prominente e la de obipos y aobispos, de los cues Fuentes incluye slo cinco, todas en los primeros capílos, que son estadíscos. Fuentes incluye sólo do retrato de hombres pocos y mitares. 49 Fuentes: Apuntes  , p. 1 0 1  5 Jbí,p. v. .



L RSRO DE

UNA ACIÓN

199

Fira 6.7. «egras que vende herbas de té» y <<egra vendedora de chch>.

ee cóo er u perso A preder ls regls del método fsiognóco er posibe ecí los fsiognoúss- coocer o sólo  cotxo socil d u perso sio bié ls íis cuddes orales y espiriuales que costitye el crácer o persoalidd de ese idividuo. Auque ruds coo guí pr el crácr idividl, s regs del éodo fsiognóúco r, por supueso, codfcds estéic  rciee. Se pesb que s crcters ics que sb cores co los cáoes d bellez clásicos de Europ revelb l crácer  ieligeci recos". Por ejeo, ls rices rgs y esrchs er signo de u crácer ere; se creí que si r mpls o grue ss revelbn lsedd y debilidd oral. L iteigci sb rcd po u ee l  prereteete icid ci rás (como e e vr europeo bco y calvo).  vés de es regs, l fsiogno seí eecve l grmáic de os rcdores rciales, de doio esoérico de l biolog  l eoog al sló bugués. Coo l,  fsiogno e uo de los más iportes cles  rvés del cul  discurso rcial s poder de l ició socil y eséc d urop.

20

DER Po1.

El proyecto de Fuentes era parcularmente adecuado al dscurso de la fsiognoma. Con el f de deender su proyecto nacional, Fuentes requea mantener la fcción t cenal al concepto europeo de Nación de que Lima (es decir, "el Pe' era una comunidad conrmada por idividuos o ciudados. Aunque sicamente derentes uno de otro, estos "idvduos rmab un "campo de ores placenteramente variado, en el cual los ojos podrían contemplar la ontera comparda o común del campo, pero no los claros lmtes que separan los dsntos colores de las ores Para deender su parcular proyecto de clase y reonal para a nacin, s embargo, Fuentes se basaba en el discurso de disnción raca a través el cual radicionalmente la elte crioa de Lima se había disnguido de las povncas "árbaras y de la plebe negra e india. A resaltar a fsonoa de las mjeres  no sóo su blcura), Fe!tes puede presentaas como indvidos que representan el po naionl peruano, garantizando a a vez ue s eeza era eída como parte del discurso de a disnción racial y de case ue sstentaba las pretensiones de Lima en relación al poder. Sin dejar nada al azar, sin embargo, Fuentes asegura una ecra parcular de los reatos de las mujeres, camiando sulmente las fonomas de las negras e indas reatadas en los grabados. Aune omo el popio Fuentes lo señala en una nota que acompaña a "Indio conuistado los grabados se basaban en tograas, una comparación con as cares de se orinales revea que, en varios casos, las caracteríscas de los sujetos han sido alteradas para exagerar deteradas caractescas caes. No seía sorprendente ue esta alteración esté de acuerdo con as regas de la siognomía y ue, en cada caso, esté orentada a poner énsis en e carácter débil o en a deshonestidad de las fgras reatadas. Por ejempo, un gabado rmado por e arista ancés Hot se baa en una cae de vite de Corret e muestra a dos pocías arretando a un bzcochero51 En el grabado ue Fuentes reproduce en Lma, el rostro del bizcochero ha sido stimente aterado para sugerir lo e un siognomista desciiría como características "dencuenciales. Otros ejempos son los grabados (anómos) de una "nega melonera'', un "neo velero, y una "negra tisanera, cuos ojos están ados con irises que no egan al párpado superior. Según el mual sioómco de Lavater, este po de iris es signo de carácter débil y, en las mujeres, de prostción. La rma parcuar de los ojos de la melonera urvados por arrib icluso con una lnea recta o párpao en la parte de abaj proporcion más edencias de  cácter pobre o débil. El eecto se ve rerzado por e heo de que, en la edicin en español, el vendedor de meln está pesto en la pa e está a ente de una -

•

51

/bíd., p  1 8 1  L ftograa oigina de Courret está reproducida en Keith McElroy

Earl Pen Photograp: A Cca/ Ce Stu, Ann Arbor: U Research Press, 1 985, Fig 37.

L ROSO DE

UA NACIÓ

201

tograa con e retrato e una tapaa e case ta Ls ojos e a tapaa ue son a única caractesca ci qe puee percibse enen a cásica rma alenraa que se consiera es inicaa e buen carácter y buena mor52• Aun cuano no hubieran sio ateraas, la cultura visual e as cares de vite aseguraba que los reatos e negros e inos en los grabaos se leyeran como tpos raiaes anónimos Con una ógica siilar, a cutura su el retrato europeo garantzaba qe as itograas, con su cubierta e pape e sea y ss bores oraos, se vieran como retratos e indiuos y no como ejemo e un tpo eterminao. E rmato e as litograas también mar aba as caractescas e as mujeres on a era", naturaia" y moernia que estaban asociaas a a tecnooa tográfca. El esveltz del cuerpo de las imeñas, lo pequeño  bien frmado de sus piés, la eegancia  desenvolura de su andar han sido en odo tempo reconocidos  eojiados. Si son belas, si ienen que envdiar la hermosura de las múgeres de otros países, lo dirán,

Fua 6 . 8 . Liña

52

Aunque otras dos litograas mustran mujeres blacas con irs que o leg l párpado inferor, la rma de ss ojos, n cada caso ha sido dibujada en la "clásica rma almendrada La melonera puede ve en  a página 204,  "ngro elr n a páa 19 3. Dada la indigada ntroduccó de Fuentes, al ez el ejmplo más notabe d teración siognómca son ls rostros carcaturiados de dos de as cuatro rabonas que trae (pp 73, 175 y 1 76). Ss rasgos y "caráter son, en conjunto, notablmn siilaes  aqulos de rabado d Rio qu Funs cita como ejemplo de cacatura uropa

202

DER Pol

mejor que toda descpción, los reatos que se ven en este bro. Eos no son reproducciones de la obra d te, sino sacados de togafas tomadas del natual. 53

Como eezas naraes", as mujeres eran u signo de ren vi sua de ansparencia a avs de cu e ro de Fuentes se propone aduc la superfcie sica (es decir, visile) de ma en u signo de su verdadero carácter interno como nación moderna y cizada (Fiura 6.8). EITC RCI

En as dcadas que preceeron a la pubcación dl libro de Fuentes, los euro peos haí sido tesgos de dos eventos concurrentes -y no siempre comple mentarios- en las artes de la descripción soci y sica Por un lado, la oora racal noción de Cuvier sobre los pos morlógicos fjos había logrado te nr un uencia discule en la comprensión popular sore la raza y los pos raciales54• Este impso poloizte culó n las dcadas anteriores al trabajo de Fuentes- con la publicación, en 1854, del aajo pliamente leído de Goineau sore los pos raciales nacionales, la creciente demanda popular por manuales de fsionomía y enolo y el oom" en el mercado urgus de la moda de las caries de vste de Disdri. Frederic  Play, que tenía la misma proesión de Estasco que Fuenes, tamin haía introducido una teoría de descripción estadísca asada en la noción de pos ideales o representativos55 Por otro lado, e mismo peodo que produjo a Goeau, Disdéri y Le Play, tambén rajo consigo u creciente escrunio fosófco y representacional del individuo56. En la teoría de la visión, e inters del siglo XII en la óptica geométrica se o desplado por una nue ciencia de la ópca fsiológica que ubcaba la visión en el cuerpo (móvil y sujetivo) del oservador invi dual57. En las artes, el realismo se conviró en el estio predote para la represencón teral y visual58. A plantear a idea de arstaoserdor como  s

Fuente: Ap1ntes.. , p 1 01 . Aunque la idea de po fjo e, por upueto, rechazada pr lo evoluciota daniano inuyó grdemente en la comprenión popu obre la contcia y predecibilidad vu de "po racie.  I Hacn The Taming  Chanc, Cambdge: Cambdge Univeity Pres, 1 990, pp. 135141.  Mich ucaul The Bih  the Cnic: An Ahaeol  Meca/ Peon, N York tage 1973 (1 966], y Dispne and P1nh: The Birh  he Pson New York Vtage, 1979 7 Jonathan Crar Techniq1s  the Obser. On Vion and Moderni in the Nineeenth Cent1, Cbdge: MT Pre, 1990 8 Lnda Nochln: &asm ndon: Pen Book, 1971

E

ROSO DE

UA NACIÓ

203

o neutr para a percepción de a reaidad sica meat e resmo coocó mtes aparentes a os actos especuavos y generaiztes a avés de os cuaes dersos campos como a estadsca a mecia a fsiooma y a iooa constr sus nociones sore e po oria o idea. Los reaistas pon énsis más ien en a especifcidad y sinuaridad de os dierentes enómenos y en a naturaea emera y momentánea de a percep ción empírica. Eos panteaan que uno podría descrbir sóo o que exisa ante os propios ojos en un determnado momento en el empo. Como ta, e reasmo desafaba a la empresa especulativa e ideaadora que suyacía a las nocones contemporáneas de raa y tipo Aunque, de algún modo, el reasmo hacía equbro en un exemo opuesto del deate alrededor de cómo - si- los ivduos podran ser clasi cados en agrupamientos o "tipos esencaes, coincdía con as teoras sognomista y de raa en un ámbto mportante: amos privegaban una dscripción socia exclusvamente sica, o vsua o de enguaje. Los sognomistas y los enologistas estuaban las caracteríscas exteriores vsi bles de un individuo como pstas de la esencia interior o ivisie de esa per sona. La ciencia racia legó con una solucón siar a problema del po siológico. Como hemos vsto en las obras de Buon y en a Operáca Inca, las sociedades de Renacimento y la Ilustración enteneron que "raza era un inaje hstórico esenciaente visible que podría traarse a avés de ge nealogías y "relaciones de sangre. En conaste, en el sigo XX los teórcos sore as raas vieron (o leyeron) a dentdad "racia de una persona (y por tanto de a historia) a parr de un conjunto de signos visiles inscrtos en la superfcie de cuerpo. s realistas realizaron una ruptura simiar con a histo ra de la pintura de sglo XVIII al insistir en que sólo los sujetos sicamente tanles  por tanto contemporáneos) podan ser representados por e arte. Como o que el propio Courbet dena como "un lengae completamente sco, e reasmo omo a fsiognoma y la teoa racal- vio a a apariencia nmediata de cada ojeto como u sino de su esencia o identidad ocuta59 Ciertamente, muchos realistas -incluyendo Courbet y Flauert- se vaeron del lenaje del po sognómico en sus descripcones de "indduos que contuyeron e seo dsntivo del método reasta6• A parecer, al elaorar su ro como una arremeda contra los viajeros europeos, Fuentes apuntaba a reaizar un esero reasta de crca. Los " u

conducto ojeo

59

Para los eistas del siglo XIX, toda "esencia necesaiamente ea efmea o tanitoria. Véase Nochin op t. 6 Po ejemplo, Bzac en la iteatua y Fth en la pin ente ots Véase May owlng: The At as Anthpo The Reprnlaon  pe and Character in Vctoan A, New Yok; Cambdge Unvesity Pess 1989; y Judith Wechsle: A Human Come: Pogno an Cacature in NineteentCentu Pas hicago: hicago Uivesity Pess, 1 982

20

DEBORl PoLE

pos parece argüir Fuentes en su ioducción son demasiado áciles. Como generalizaciones áciles reducen y así distorsionan la compleja readad social y la versidad sica de la sociedad peruana Para enentar esta imag distorsionada producida por los europeos Fuentes pretenda oecer un reato más realista o verdadero de su país; la vsión de u oservador desde dentro en oposición a la vsión de un rastero Nuestra lecra del lro de Fuentes sin emargo revela que su proyecto era mucho más compleo Para corregr la opía europea Funtes hac uso de una sere de técnicas descriptivas Algunas de estas técnicas corresponden a lo que podríamos nomiar un ésis reista en la especifcidad hstórca y en el individuo Otros, sin embargo, dpenden del mismo énsis clasifcatoro dl po al cual el autor parece obetar tan enácamente en su introducción. Ciertament, los graados de uets utzan los msmos cód gos fsiognómicos a través de los cuales en los relatos europeos la aparien cia se muestra como carácter A siar el tto de Fuentes en los contextos históco políco y scursi de la a de mediados del siglo X, he itentado demosar algunas de las rmas en que la posición aparentemente contradctora de Fuentes sore la cuesón de rmas restas versus rmas polócas de conocimento, estaa plasmada por su proyecto poco El malato de uentes a las ilusaciones de SaintCcq tesmona el hecho de que los propios peruanos conocían los peligros ierentes de tales carcaturas y representaciones equivocadas Después de todo a avés de sus ilusaciones y textos vajeros como SaintCrcq no sólo comentaan el asacto carácter sico y fsionómic del Pe. L más im portante es que eos también estaban haciendo juicios sobre las prspecvas del país como lugar para turas versiones imigración y colonización desde Europa Fuentes no ra el único que oetaa las representaciones uropeas como lo edencia un episodo que ocurró en Pas n 1877, unos di años después de la pubcación del bro de uentes Ese año la colonia perua de Pas organó una protesta cona la decisión de colocar estaas de dos guerreros icas a cada lado de la puerta de la muesa pruana en la Exposición U vrsal de 1878. Un obserdor cés contemporáneo osea que "os peruanos se qua t su consulao, sisendo en el hecho de que rcia, y posilemente toa Europa, toma erróneete a estos dos dios como si ern pos peruos mornos En lugar de los errros cas los peruanos sean qu la puerta s queara con dos maniqs: uno de una crioa d clase al con mtón y n el otro ua tapada limeña 6 1• 61

André Bresson: Spt annés d'xloraon d1 Vfags t de sours dans lmque Austral, Pas: Chaamel iné, 1886, pp 589-590. L exposición peruana e montada por eóogos fncess.

EL

ROSO DE

UA ACIÓN

205

El trabajo de Fuentes habla elocuentemente sobre la peculiar posición desde la cual las etes peruanas respondían al creciente conjunto de lteratura de viaje europea sobre los Andes. Como miembro prominente de la elte inte lectual del Pe, Fuentes no estaba en condiciones de rechazar a los europeos en conjunto En la sociedad donde vivía donaban el comercio británico y la oda de París Las lmeñas, coo el propio Fuentes lo proclamaba con orgu llo, eran conocidas por su devoción a los últios seños parisinos La mayor ate de los arstas e intelectuales con quienes e ropio Fuentes estaba vn culado habían sido educados en Euroa, y la totadad de elos estaban al no de ls úlas noveddes euroes sobre osoa y ciencia Para estos eruanos, e robea con los retratos euroeos de "tio no era que distosionban "la readd'' L que os eruanos objetaban era más bien as ras en as cuales una obsesión eroea con los tios nacionaes había eclisado as iortantes divisiones raciaes, cturales y de clse que seara n a los lieños de clase alta "blanca de las ráccas sociaes -y de as siognomías- aasadas de sus compatrioas eruanos La transaencia casi surreasta de l estadística de Fuentes y su re cuento visual sobre Lima roorcionan el insruento consumado ara ela orar tal crítica  los viaeros euroeos Cogidos en sus propios egos y cega dos or sus itos sobre el "país mágico del Pe, los europeos -parece decir uentes- son incapaces de uizar sus roias tecnologías para describir an o este aís coo otros aíses exaneros Como peruano, utiizará las técni cs descriptivas europeas ara lograr lo que los propios europeos son incapa ces de hacer: elaborar una descrción detalada, objeti y sin eaciones sobe el Pe y ma, su caital A través de modernas tecnologías de esadís ca, ograa, itograa y grabado, obará  paridad de su aís con otros eados-nación odernos, reinsertándoo en la narrativa históica de ogre so y la oddad de l cu los escritoes - ustradores- euroeos la ha ín divorciado efctivaente Aoyado en la autoridad que icaba su sta s de "obsevador de iera ano o nativo, uentes rechaza totaente el inerés casi obssivo or a voz y la ubicación a través de as cuales los autores europeos se situaban en la escena En su ugar, uego de la breve introducción n l cua el auor se sitúa (coo natvo) con esecto a  o enci de- los vieros euroeos, Fuentes rácticaene desaarece de texto A anear su esdísca obetiva y su eato visual de Lma, Fuentes, el nativo, es caaz de roceder y decir "Men, aquí está la verdadera Lma Esta es i realidad A causa de que e lro estaba dirigido a euroeos y que, a a ve, usaba háimente as ismas tecnologías decitivas que habían estado asociadas con la construcción de la nación euroea (esadística, sionoía, reaso), dba ra a una intervención su aunque hábilene consruida en no e de un proyecto arcular y conservador para el Pe. En via de que

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DEoR PoL

Fuentes haía asado su armento herentemente líco sore la nación peruana en un moderno rmen visual que se presentaa como evidencia de la "modernidad y "ciización de Lima, el ro e eciido deno del Perú además como pate de  proyecto estadístico y no aietamente po c para denr a la nación peruana En mi opión, Fuentes opta deliberadente por asar su armento en po de un proyecto nacional en este reino isual y sensivo de las imágenes, pues era a avés de ésts y no de palabras que Fuentes poa obtener las inaculbles respuess sensibles y estécs de sus lectores sus "reacciones estrechas te los "hechos rales del Perú. Como estadígraf, el estudo de Fuentes se centaba tanto en l ubicacón y la descipcón del ciudadano medo o pomedo y en la deicón del rgo de vación o desación por el cual este po "normal o promedo pría derenciarse De una rma simlr a L Play y oos socólogos contemporáneos Fuentes tentaba comprender a l socedd perun a avés de un reato de lo que l tomaba como sus iduos más "repesentvos: l ete coa de la a moderna y ada. Paa sustentar su representcón de est clse como los cudadanos nacionales representavos del Pe s embgo, Fuentes tuvo que recurrir a la estsca. A cenase en ma podí borrr de un modo conncente a la mayoa demográca díge. Negando l supervenca de negros "puros en la cap de la nacón poía entonces consur una desción estándar en la cual la "normali dad se deiría a parti de la relavamente pequeña elite de Lma Sn embargo, paa Fuentes la r no era  dscurso ctao de hencia y sangre sino más ben un cálclo cta de sto y disón. A colocar las rs del Pe en la cura de la cpa esdísc Fuentes se cercó al dscurso estéco contemporáneo en el cual "l beleza se denía como  eso de monía o balce: un rgo medo de valor tonos y ánlos en el cual los exmos no exsten. A examin l lóc que hay des de ess enes podemos ver cómo l ra y el nero no son cidenes en los proyectos nacionles so que constuyen más ben esences componentes estécos y sensuales que expcan cómo Jos dscursos naconalstas "tom rma, cómo n oas palabas la nocón absc de "nacón se mbca a sí msma en los inos más ínmos d senmiento la emoción l pasón y la vold. En la lteraa sobre la isón y l sdad, con eenca se asume que las enes smiten sus "mensjes a vs de pcesos que pecen notablemente discuvos. Incluso, como lo see nueso peplo a avés del libro de Fuentes, las imágenes bin oper a un niel menos culado o dscurs; y es así precsente en ón de los dscursos estécos a los que apelan. En el siguente capítlo exploremos el ol asgnado a l imágenes ses, las tcno logís tográcas, y las ideoloas estticas en otro proyecto naconal, susvente erente de ceos indgent de inicos del sio X peo.

CAP ÍTW VII

Ls NUEVOS INDOS "Cuaocientos años de ciencia europea han repdo la expsión del espíritu orignal e eso pueblo. Por esa ón, las nuevas ideas que están circdo en el pensaento emporeo deben servirnos sólo como préstamos de corto plo o como punos de referencia pa la armación de nuestros propios vores

(osé Uel Gara, 1926)

momento de prncipios dl siglo X el arsta peruano Juan Muel ueroa Aznar colocó su caballete, sus piras, su bquillo y su paleta, dos ss de graa y dos lienzos de reato ente a un telón de ndo. En este ón, que él también uaba para abajos ocasionales como tógra comer l, había ptado en un lado ua arquea colonial española y en el oo, la ad de un altar dio adicional. Habiendo acomodado sus utensos y su ballet delante de este escenaro, Fieroa alistó su cara, preparó la placa, compuso la imagen y dispuso que oa persona apreta el disparador. Acomoó su ropa, ajusó la or en su solapa, y posó, cigarrllo en mano y con una prna cruzada sobre la oa, contemplando su obra de arte (Figura 7.1). Pero ¿dónde, exactamnte, siar el objeto de esta mirada contemplat dadosamente encuadrada? ¿S trata de la pintura aú no termnada? ¿Del spacio temáco que une al arsta, el caballete y las pinturas? ¿O del marco ún más amplio de una imagen ancipada que había compuesto recién en ua pca de vidro revesda qumicamente y producida industrialmente? ¿Cómo, n suma, ntender la relación entre ese dan, tógra y pintor de prncipios  slo, y las tecnologas rpresentaciones que tan hábilmene manejaba? Una mrada a las estrucras pictóricas enmarcadas en este autorretrato pcuar sugere que el propio Figueroa estaba plteando prentas acerca de  ración ene tograa, pinra y arte. L tela, ajustada y pitada, está  nuadrada por un caballete. É ste, a su vez, está encuadrado por un telón de ndo también ajustado y pintado. Toda esta escena, a su turno, está encuada por el borde superior del lenzo del telón de ndo, apenas vsible y uemente arrado Este marco ineror ue ácimente podra habrse orrgdo en la placa desmantela la iusión que el elón de ndo itenta nstr. Yapuesto cerca a la nea aún más ada, dejada por el ropo ode del negatio, el vacío hecho vsbl por l borde de ste telón itado, la el conocimiento del tógra de los arfcos tecnológcos y arscos  le permien una mrada románca e nrospectiva en el mundo del pcel,  pleta y el dsaz EN AGÚN

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DEBORI 1 POOL

Fiura 7 1. Autoretrato (Figueroa zn ar, Cusco).

L NUEVOS INDOS

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En este capítulo sugiero que Fieroa tenía ciertamente un iterés parcular en comprender y n cierta medida desmantelar los arcios tto de la ftograa como del arte A semejanza de la imagen de dant que asuió sus aproximaciones a estos problemas provenen claramente de la literatura y l arte del romancismo europeo. Incluso cona la idea de una entretenid bunada colonial que nuestra propia pmera visión de este dant prociano poda evocar su reapropiación y reelaboración de estos elementos europeos prestados no eron ni ocentes ni malas interpretaciones. Ates bien Fieroa creó ua aproximación a la ftograa y a la modernidad que para itencionalmente del molde domiante del modernismo europo. En el subsiguiente análisis de su vida, me interesa, parcularmente explorar las rma n las cuales este eso tangencialmente moderista estuvo modelado por comprensiones peruanas de la tograa y el arte y por el momiento itelcal y estéco conocido como neodianista FOTOGRAA y AT EN E PÚ

Juan Manuel Figueroa Aznar nació en 1878, en el pequeño pueblo de Carás en las alras andinas del depaamento peruano de Ancash. Su padre Juan Manuel Figueroa y Pozo provenía de la ciudad costeña de Lbayeque y su madre Maa Presentación Aznar de Usúa era de Zargoza España Aunque su padre contiuó trabajado n explotaciones mineras en la sierra central hasta su muerte en 1910, poco después del naciiento de Ju Muel la ma jó su residencia en Lima. Fue n la Lima de la década de 1880, turbulnta y atada por la guerra donde el joven Juan Muel pasó su juend. Luego de sus estudios en la Academa Figueroa se abrió su camio como pintor de reatos a través de Ecudor Colombia y Panamá Es posible que en Colombia Figeroa se entera d dsarrollos en el arte tográco tales como l academicismo y el narismo por ejemplo praccados tempranamente n Colombia por ftógras antioqueños como Melión Rodez2• El Pe al cual Juan Manuel retornó en 1899 o 1900, era si embargo sorprendentemente disto de países como Colombia y los de Europa occidntal donde la ftograa arsca había aparecido con anteoridad. La vasta myoa de la población estaba confrmada por campesinos quechua y aimarahablantes que trabajaban en riculra comunal d pequeña escla o como pones de haciendas agcolas semieudales La pequeña elie de terrateen

 Perú vo una erra con Che entre 1 879 y 883. Serrao 983 y Mejía Argo  988

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DEBORI PoL

tes rurales que posean estas haciendas vivan en las ciudades de provncias que, con pocas excepcions, estaban aisladas de las corrientes modernizantes del desarrollo capitasta industial. Lma, la capital de este pas predomiantemnte rural, albergaba ua oligarqa pequeña pero póspra cuya riqueza provenía de las plantaciones de azúcar y algodón construidas a parr de la acumulación de ganancias qu, tes d la Guerra del Pacco produjo el comecio del guano y del saltre. La producción en las islas guanras y en las plantacions que ellas engndraron, se basaba en mo de obra d origen cho, obligada por contratos a plazo, y en el trabajo aparcero de campsnos de la costa y la sera. Poco o nada del gso provnente de estas propiedades e iverdo n desarrollo indus trial 3. Como consecuencia, Lma careca de la burguesa y de las clases medas emergentes que, en Europa y Colomba servan como púbco para las fto aas pictóricas y de aconados4 En estos diernts contextos sociales y de clase, la "ftograa arsca haba surgido para llena un conjunto histórcamente especco de tareas rprsentacionals Estas tareas estaban relacionadas con la ruptura entre un scurso estéco basado en nocions de crea vdad arstca, producción manual y autor, por un lado, y las frmas de pis temologa cenca, tecnologa mecizada y producción d merccas que confrmaban la sociedad industrial buruesa, por el otro5• Las ftograas pictócas resolvan el problema a transfrmar las cualidades ciencas (o industriales) de la ftograa en "arte a través de la itrvención personal s decr, mual del arsta en la tcnoloa mecáica de fco, tono, estructur ángulo y textura L mpresión ftográca, a este respecto, no era más una mcanca rproducible a escala masiv sino una "oba de arte úca. En comparación, en la Lma de incios de siglo, la clase domante todava no se haba sto desaada por frmas dustales de producción de meccas o de arte de masas (ktsch). En esta socidad d mcenazgo y ami el éxito d un arsta dpenda tanto del acceso a recusos miares como d la aurola d peso que el ntrenamiento arsco en Europa y pacular mente n Pas otorgaba a aquellos que tenan medios paa estudar en el extanjro 6 • En relacón a la situación pesonal de Fiueroa, el éxito como arsta visual l siicó éxito como pinto, y los pitores aún no se haban Véase Bura y Flores Gaindo 1987. Con relacin a los rígenes de clase de la ftoa pictrica europea, véase Hassne 1 987 y eln 1987 eden donde viveron y trabajaron Melitón Roduez y Benjamín de la Cae, ftgrafs inuenciados por el pictoraismo, también alberó a una buesía industral y comercial relavamente progeiva que se disnía del rest de Colombia en térnos culles, socies  raciale. 5 Véase Benjamin 1969; Caslo 1 9 1 9 . Véase Ju anuel Uarte Eléspuu 1968

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sto olgados a enentar el mercado arsco cuyos aas ha preparado el camno para el modernsmo pctóco y la tograa arsca en Europa. El hecho de que las ftograas estecstas y pctográcas no puderan desarrollarse en Lma, dee entenderse en relacón a la clase y las estrucras socales especcas que dean la readad peruana de esa época. Este hecho tene dos consecuencas mportantes para la rma como aprecamos las tograas de Fgueroa. En primer lugar, suere que su trabajo tográco nunca e consderado uzás tampoco pensad como "arte. En seundo lugar, sugere ue la decsón temprana de Fgueroa de dedcarse a la tograa no e tanto una opcón arsca como una solucón práctca al dlema creado por su posón socal relatamente marnal en la socedad cerrada y ertemente estracada de la Lma ogáruca. Para un arsta sn lazos mares on la clase alta y sn entrenamento europeo, el aprendzaje en un estudo tográco extoso era una de las pocas as dsponles a traés de las cuales segur una carrera ale en el arte del reato, el género de representacón arsca en el que Fgueroa se haa especazado. En 1900, el negoco del reato ftográco era una ndustra próspera - ncluso algo saturada en Lma, con poco espaco para la expermentacón arsca o la estétca ohema que Fgueroa haa cultado en sus ajes al exanjer. Unos cuarenta o cincuenta esdos compean por un mercado confrmado por una polacón relatmente estale de olgarcas y comercantes meños 7• Estos esdos elegantes, estaan clascados de acuerdo con el prestgo y poscón socal de sus respecos clentes. Además, de u eslo de retrato domnte asado en las poses rgdas y teatrales de las ucuas cares de vsite. Dada la naturaleza de órmula de su composcón y contendo, las cuadades "arscas de tales tograas estaan adscrtas a las cualdades varia bles de sus eectos supercales. En los prmeros años de la ftograa peruana, cudo los prestgosos esdos anceses de Courret, Garreaud y Manoury domaron el mercado de retratos de Lima, esta caldad estéca se explcaa en térmnos de los ectos técncos y de lumnacón producdos al nteror del propo reato por el tógraf (entrenado en Europa)8• S emargo, en la medda que la tograa se dnda en el país, los ftógras peruanos e a menudo no conta con los antecedentes en Europa que puderan dotar de estatus arsco a las mágenes otendas a traés de una máqua comen zaron a mrar haca otros medos para derencar el alor estétco de sus productos comercales. a solucón orta e trsrmar totalmente la magen producda por una máquna en una "ora de arte producda manual Véae McElroy 1 985. F Castro 1 990.

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DER Pol

mente. Esto se logró a avés de las técnicas del retoque por las cuales rosos y fgus eran alterados en el negativo y se añadía color a la impresión al. De estas técnicas de retoque la más radcal e aquella conocida como tograa iluminada o toóleo. En esta úlma, se usaba óleo para idealizar los rasgos del reatado, añadr color, e incluso crear telones de ndo y eectos especiales que no estaban presentes en el negavo oinal Debido a sus cualidades pictóricas, la toóleo proporcionaba tanto el au de una orial obra de arte, como la scinación de modernidad propio de la tograa como tecnología industrial y, sobre todo, imporda.  que es más importante, desde el punto de sta de las clases altas y comercites, que al pncipio monopolaron el mercado, las toóleos mtenían esta scinación a la vez que negab la naraleza democráca de la tograa como tecnoloa de reato mecáncente reproducible, accesible a las clases trabajadoras y a los sirvientes de Lima. Precisamente a causa de su combación contradictoria de exclusividad y disponibilidad, la toóleo rápidamente se conviró en una de las más populares rmas de arte en Lima. Durante las primeras décadas del siglo x, en los principales estudios de Lima se realizaban con cierta regadad exhibiciones de tograa uminada que eran reseñadas en la prensa del país L popularidad de la toóleo habla acerca de la medida en la que la cultura tográfca limeña dería de la tograa arsca contemporánea colombiana y europea con la cual Figueroa pudo también haber estado amiliarizado. Mienas los pictoastas buscaban convertir a la tograa en arte interviniendo como artistas en el proceso qco y mecánico de la producción tográfca, los peruanos buscab separar totalmente el trabajo del tóra del abajo del arsta. Incluso este compromiso conservador encontró resistencia en el principal cco de Lima, Teóo Caso, quien, en pleno 1919, abuyó a las toóleos de tener eectos "inmorales en las clases populares de Lima. Caso afrmaba que en la medda en que las toóleos desplegaban "un vlor más industrial que arsco, el públco debea ser protegido de su "inculra y cursilera9 La deensa virulenta que Castillo hacía de los valores estécos tradicionales en nombre del bien públco reejaba la acusación que mucho antes, en 1859, había hecho Baudelaire en París, señalando que la tograa propagaa "ene las masas la aversión a la historia y a la pinra10• El aparente acronismo de los ataques del crco perua "Incua y curslea; Caso 1 9 1 9 Baudelre 1 980; véase tbién os documentos respecto a este debate en Roé 1989 A g que Baudelare, Caso 191 9) tabién decía que e arte era necesaente p do, vsionao y mual, que s ben "la ftoga puede servir como un documento para recons t una semblanza perdda ... de nnguna manera puede (servr para tsfrm a sembza en u elemento básco de una composicón sea En a década 1890 se ezn debates sis en relacón a la ftoóeo en Colomba Véase Serno 1 983, pp 2 13 y 218-219. 'º

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no a la fograa, sesena años después -do la ograa ya era una r ma arsca acepada en Europa y Noreamérica reeja no ano la legda tara de la ecnología y las ideas fográcas a Lma, como las vías a ravés de las cuales análogas esucras de clase dan frma a las percepciones que los dos ccos an sobre la ograa • Para Baudelae, que escbía en la Francia de la década d 1850, la ftograa era una amena para la pinra prcisamene porque conndía las nciones de la indusra buresa y el are d salón de la e. Para Caso, la foólo como kisch "indusral o burgués ea resonancias similares para los valores culrales de una sociedad oliárquica ennada con la prspecva del esado modernizane dl presidnte Auguso B guía 2• Ni la ecnología del rato ftográco ni la écnica de la foóleo podían, s embargo, ser ternamente dendidas de las exigencias de las clases populares limñas. En la mdida en que un crciene número de esdios comenzó a ocer una versión comrcial de la presigosa foóleo, oros crícos ernieron para asegurar que la foóleo "arsca segía siendo un monopolio d los pocos esudios de moda qu usaban fógrafs enrena dos en París, Londres y Roma, o que vnían de aqueas ciudades. A su vez, ésos dependían dl aura arsca asignada a su rabajo para reener o su monopoo del presigio como su rica y leal clinela Las fograas y las foólos producidas por fógrafs enrenados en el país, o por los esdios ftográcos equipados más pobremene y que serví a la clase abajadora y a los secors comercianes limeños, eron relegados por los crícos a n sas de ecnología o "aresanía Aunque no se sabe en qué sudio abajó Figueroa, en 1901 exibió dos foóleos una de una mujer ocando el piano, y la ora de una "joven mujer semicubierta con les vaporosos en un almacén de la cae Mercade rs, donde esaban ubicados los esudios ográcos limeños de moda Una rsña sobre la exhibición señala que el rbajo de Fieroa "revela el eser zo por ir más aá de la runa, pero añade qu sus ras eran rígdas; care cían dl lusre de los reasas de esdios limños, más logrados, que habí sido enrenados en Europa 3 Es claro que el ingreso a los exclusivos círclos 1

 traa apeció en ma pocos años después de anuncio de Daee en 1839 Véase McEroy 1985. 2 s arculos de Caso que acab a as fto-óeos corresponden a un eodo de dramácos cbios ocurridos en ma l o 1 9 1 8 esvo signado por una see de vioentas huelgas de obres y artesos; 919 trajo consigo una csis de a radicion econoa de exporción agraa En juo de  9  9, Austo R guía asumió e per promeedo consui un estado merno y oigárqco  que se denominaa la "Paa Nueva (ores Gaindo y Burga  987; pp 1 251 42) IJ Reco de E/ Comero, sin e ma, 1901 Ahivo person de Luis Fiera Yábar

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DEoR P

sociales y arscos de La no sería ác para un recién egado como Fieroa, quien carecía del ine qua non de la educación europea UNA ECA

BOHE

En 1902 Ju Manuel Figueroa se trasladó a Arequipa, el centro urbano y comercial de la bulente exportación de lanas del sur peruano. En el período en que Figueroa llegó, la sociedad arequipeña estaba dominada por una oligarquía pequeña pero próspera cuya riquea estaba basada en el comercio exportador. A erencia de la olgarqía limeña, ellos dependían muy poco del comercio del guano y, por tanto, perderon muy poco en la guerra del Pacíco. A dierencia de otras elites provincianas del país, tenían propiedades grarias relaivmente reducidas y, más bien, compraban lana de las grandes haciendas de Puno y Cusc. Asimismo, la ciudad albergaba a un número relaamente grande de extranjeros, en particular agentes británicos de casas exportadoras y a una pequeña clase comerciante árabe y española4 • Como resultado de eo, la institucionaidad ftográca y arsca en Arequipa, aunque más pequeña, era más cosmopota y más recepva a nuevo talento que la de Lima. En al escenario, Figueroa encontró trabajo en el nuevo aunque ya reconocido en el ámbito nacional estudio tográco de Maximiano T Vgas.  Figueroa pintó telones de fndo, carteles y toóleos para lo que era el mas lujoso estudio ftográco arequipeño. Figueroa aprendió muchas de sus écnicas de iluminación en el estudio de Vargas, quien también e maeso de Marn Chambi, otro ftógraf a quien Fieroa conocería en el Cusc. La uencia de Vargas sobre Fieroa y Chambi puede derivarse de su habidad en el reato ftográco y, tal ve lo más importante, de su temprano interés por tomar tos de esdio a indígenas. Aunque estas inuencias se muestran claramente en el trabajo posterior de Fieroa, su trabajo inicial no desarroó las percepciones de Vargas sobre los dígenas o la composición tográca. Por el contrario, durante esos años Figeroa siguió inmerso en el mundo de la ftoóleo y, por tanto, deno de la dicotomía omniabarcante de ftograa versus arte. En 1903 en el estudio de Vargas y en una joyería cercana, se montó una exhibición de ftoóleos y paisajes, incluyendo lienos de reatos de Figueroa. Sin embar go, eron las "ftoaas uminadas las que el cco de L Bolsa de Aequipa singularizó como lo más expresivo del potencial arsco de Figueroa. El jo

"

Fores Gndo 1 977.

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v arsta, scribió, "se se sobre todo por s be gsto en la selec ción de dtalles qe da da a ss rtratos Las "miacioes de Fieroa s ped comparar vorablemte, coúa dicido, co las pinras de Calos Baca Flor, Dail Hrádez y Alberto Lych es arstas peraos qu vía  París, si o ra por los "peqños dectos oriados en an part por su lta de frmació académica5 • D la misma maera, otras sñas sob s trabajo  Areqpa, s centra  las ftoóleos como  crso a través dl cual se podía dotar d setmito y mejorar el deseable alismo de la ftoaa. Para s cciete público arqipeño, Figeroa era u asta "d la scula moderna (qu) aba la raidad, aq embellecida y viorzada por l art y l smito 6 • E 1 904 Firoa s  al Cusc. E sta época, esta cidad albergaba a uos 19000 ias quchuahablates,  disprso rpo de comerciats meszos y árabs, u rupo aú más peqño de terrateietes blacos, y ua mdia doca d as itaaas y spañolas volcradas e el comercio de laa y d alcohol, así como e la aciete indstria tex7 • El cotraste nt los ljosos slos de vida d estos sectores, trrateientes y brueses mrts, y los mpobrcidos campsinos idías, d cya mao de obra y lana depdía la ecoomía reioal, s había strctrado e frmas silas a las oposicios ctrs y d clase habitals  otras cidads laoamricaas d la época. s primros abajos de Firoa e el Csc parece sgerr qe, por lo mos icialmte, ss simpaas staba dl lado dl polo más prósper d la vida clral dl Cusc. Ciertamt, la cáda recepció qe el Csc oció al jov ftóaf y arsta dbió sr  rato coaste ete a lo sucdido e Lia y Aquipa, dod a Firoa s l había eado el pleo coociminto como arsta La prmra xhibició d Fieroa en el Csc n octub d 1 90  d "ftoaa ilminada, la frma ambivalet de t/ ftoraa co que Fiuroa aba esprado sascr el sto d la t éte dominant limeña. El trabajo s xhibió  el stdio de Vidal Gozález,  ftóraf d stdio cusqño con q Firoa había traba jado dsd su ada  Cusco8 • E su rsña sobre la xbició, l anóio

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"Un artista nacinal'', L a Bolsa, Arequipa,   de mao de 903 "Progresos ftográcos, L Bolsa, Arequpa, 3 de enero de 904 17 Véase Tayo Herrera  9 8  , pp 07-108; y Vcárcel 198 18 Este esdio ftoráco e ndado en la década de 890 por una congración  misioneros evangécos ingeses, que dejaron el esdio y todas las instalaciones a la amila nále como pago por quleres aaados J . Gonzále manvo el nombre "Fotograa Igesa para su negocio, l que e hedado por sus jos y etos (ntrevista con Wahington onalez, Cusco, julio de 986). 16

216

DEoR Pol

críco de are del peróico cusqueño L Unión presagaba el ro de Fiea señalando que el arsa endría que asocar odas sus ambiciones meopoanas. Aunque el rabajo de Figueroa reejaba, como él decía, una "nobleza del aa, esaba resrngdo en alcance y espír por la "inuencia demasiado poderosa de Lima Durane los años siguienes, Figueroa se consodó como personaje imporane en los pequeños, aunque viales círculos inelecales de Cusco 2 Su éxio reejó su capacidad por acorar la disancia ne sus iniciales nociones de arte, más meropolianas, y la idendad asenda localmene, requerida por su prmer críco cusqueño. Un arculo de José Ángel Escalane, impor tane inelecl del Cusco, dscribe una vsia realizada en agoso de 1907 al aelier de Figueroa en la acienda Marabamba, en las aeras del Cusco 2  Provniendo d un imporane inelecual local, los comenarios de José gel Escalane sobre Figueroa y la exibición de 1 907 son de parcular inerés, ya que nos hablan acerca de las acuds del cusqueño acia la fograa y el are. Pa Escalane, el reorno de Figueroa a la pinra durane su esaa en Marabamba marcó un ance en su frmación rsca acia "rabajos de mayor envergadura. Eso era parcularmene ciero ya qu, enas esuvo en el Cusco, "sólo se ocupó s verdad qe el púbco así lo obligaba de fogaas ilundas. Sólo vsiándolo en la plenid de la naraleza de Marabamba señalba Escalane era posible comprender la medida en la cual ese arsa casi lampo con su ·�speco moro... , endencias impresioniss y sangre era y reozona sobresalía en su verdadera vocación como pinor y como "la quinaesencia colorsa 22• Pa ese escror, como para mucos de sus conemporáneos del Cusco, las pinras de Figueroa, a dierencia de su fograa o de sus foóleos sí eran are, debido a su relación ínma y dieca con los rs elemenos que en conjuno consiían el "are: el color, la naraleza y el espíri umano. Similares asociaciones que igualaban el ámbio del are con el del color, la pinra con su ene en la naueza, y la sensibdad creai con la idiosincrasia divdual ("sangre reozona y "aspeco moro), aparecen una y otra vez en las reseñas cusqueñas sobre el tabajo de Figueroa. Hablaban de

19 

rte nacional: Plumadas', L Unión, Cusco, 10 de mayo de 1905. É e, por ejemplo, Director Adjunto de la Academia de Arte del Cusco. También esvo cerca al cíuo de especistas que conrman el Centro Cienfco del Cusco, una orzación dedicada a promover el progso a través de la recpeción de los recuos de la selva del Cusco. Más tarde Fieroa sería subpreecto de una de estas provincias de la zna baja del departento. 21 Escant 908. Escaante 1908. 

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L NUEVOS INDOS

un concepto de arte y de arsta eaído del discurso del romancismo euro peo, aque coneccionado en frmas especícamnte cusqueñas L noción restante de arte inuiría en la carrera de Fieroa en dos aspectos cruciales En primr lugar, la asociación entre color y arte colocó mites crícos a la acptbildd púbca del tabjo d Figueroa Que Figueroa era aceptado e incluso aclmado como ftógrf s dbía a sus habildades como cromasta o colorista En los dís prvos  la ftograía de color, tal arcición se rería por suusto  su habilidad mnul como pintor al óleo y al pastel Como rsultdo d llo, gan prt dl mjor trbajo ftográco d Fieroa en blco y ngo s dsrolló n un géno stictamnte privado: autorratos ingniosos y erimntls, atos d lia dotados de sen miento, así como studios cdémicos ilumindos  d "tio confrm l núcleo de su opus ftográc. Est trabjo  hcho pra uso personal y limitadas ventas comercils No  pnsado en modo algno para ehibirse públicnte como "rt'' En segundo lugar, l rchazo d los tlcls cusquños al establshment arsco acdémico d m s fmuló como doctrna d la ceatividd rsc spontán, Figuo, quin bí sido criticdo n L por ccer de ennamiento uro  albdo en el Cusc cismnt debido  que su "modalidd pictóc no si ninna d ls coints canalizads por alguna escula de art 23 • Oo cítco reionb sobr l spontanei dad e indivdudd de l pintura de Figueroa n términos más losócos, que recordaban las ides románcs urops dl art como u cultivado d sarroo orgánico: E arte consste.. en hacer tangbes las impresones del artsta, la cadad, a ervescen cia, ta como son sendas.. en traduc al enzo as concepcones de su fntasía,  como brotan  antes de que se vean congeadas por la ialdad del cácuo24•

En el Cusc, po nto,  l indivduo pr se,  no su frmción socil  cdémica (o "cálculo), lo qu s idlizb como nt d hbdd s ca  intlctul n gn El snnto s vlorb más qu l hbdd, la psión más qu l cinci, l colo qu l fm, y l insnto qu l trdición En l ostio oso indinist, l nt d st tlnto nturl s dnirí como l poio pisj ndino En st príodo inicil, no obstnt, s xpsb principlnt  tvés  cirts idndds bohmis, conscin temente inventadas, asocids con l personaldd arstica En ste nt también, el esttus ntul d Fguo como fastro lo colocó en un osi ción d vntj rstic P los cusquños, Fio uo años dspués 21 24

"Notas de arte'', El Fe"o
30

de enero de

1908

218

DoR

Pol

de su asado al Cusc ea todavía "nuestro nvtado e conocdo pnto meño a tavés de cuyas venas coe sange andauza y en cuyo espítu peduan avismos moos25 Este estas de fasteo que en Lma const un mpedmento paa su aceptcón astca anzó una esada dendad bohema que habí de se a maca dtntv de Fgeoa en a socedad cusqueñ "Como todos os astas ben nados scbía su coega ndgensta Juo GuéezJuan Manue Feo evó una eegnte y eada vda bohema26 La dentdad bohem atbd a Feoa en e Cusco de novecentos tomó pestados sus témnos de eeenca de a tadcón de  bohema de ncos de sgo XIX, onada en s metópos euopeas en expansón: Pas y otas gandes cudades En éstas y bjo as esones de a competenca mecan y a poduccón masva de ate y ctua jóvenes nteectuaes y astas hceon e esezo onscente de enunca a os vaoes matestas de a socedad ndustia buges Habéndose modeado a pa de modeos de otedad tales como tanos os bohemos de País sentaon e pecedente paa u modensmo emegente basado en e culto a a ndviduadad a eeganca y a causa del "ate po e ate27 L pmea deenca n muchos aspectos sopendente entre este cásco ambente bohemo euopeo y e Cusco ual y señoial es a ausenca cas total de la caracteísca estuctua que dene al omtcsmo europeo el mecado lteao y astco28 A denca de su contaparte euopea novecensta el arsta cusqueño de ncos de sgo no se vio ente al desao de una ampa case meda ectoa y un púbco consumdo de arte2. S ben había un mtado mecado oca pa e peodsmo antes de a ema u vestaia de 1909, exisa muy poco púbco paa e peodsmo teao y menos aún paa as ates vsuaes De hecho a pimea compa púbca de obs pesentadas en a exhbcón anua de Cento Naconal de te e Hstoa de Cusco ecén se eazó en 193• Como esutado de eo a magen del

25

"Ntas de ae, El Fercarl, Cusco, 30 de enero de 1908. 26 O bituao, 1951 (mecanoaad) 27 Graña 1964; Graña y Graña 1990; Brown 1985 28 Wiams y Graña 1964 29 Surgen discrepancias simiares ene la tradición mántica eurpea y sus imitadores contemporánes de la oligquía limeña en la década de 1 840. Mientras los bohemios eurpeos legaron a vincularse con una esfera públca mundana secular de discusión cutur, los artistas lmeños se basaron en el mecnazgo prsnal de personajes como dn Miguel del Caio. Un ctico peruano descbe este perd señalando que: "El rmanticismo peruan germina . no en un café , ni en una esquina d l ce  ino ás bien en una mansión elegante permado y enriquecid pr una aósfera de mcng y prtección (Arrila Grande 1948 1967, p. 19). 30 "L exposicin de art El Comerco, Cusc, 4 de ctubre de 1922

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2

genio arsco marnal, usado ara descbir a Figeroa y otrs artistas de Cusc no e insirada, coo en Europa, or la aversión a los consudores de arte bureses, sino más bien or el rechazo de los cusqueños al dono cultural de Lima. Figueroa e visto or sus contemoráneos del Cusc como un bohemo" orque él no era cusqueño. Era visto como un genio" bohemo debido a su andad natural con la naturaleza y la beleza, que lo habían conducdo hacia el aisaje del Cuc, y debido a su rechazo pernl y etéti co a la ociedad lmeña y a la vida ubaa. De esta anera, una dntdad y dcurso qu en Euroa haían sido estructurados or la etéca rgnte de artstas urano y la nestad socal hacia las clases conuta urge sa, en Cusc, en cambo, eon articulados ara atiscr la ncdades ttalmete ttas de un idearo rvinciano de demanda rgoalta El artsta co vocero dl royecto cltural roo ara Cuc s rgua en oosicó a un lugar a) y no, como en Euroa, a una cla Oa uría) Ete lero vraje en la tradición bohemia cusqueña sicó, a su vez, que era la naturleza, a manera de geograa o lugar, lo que l eros hes dl usc rivlegiaran en u denicón del sentimento o ecón qu npra l o artico, y no los tans u otros rastros a partr d l cul s haa delad el dal o up En el uc, ta da re la ntlza, el dvdul y l ld b, tal vz tvron jor artculada e la da pr dl wau. En qchu walqchu  rere al hobre que reemlaz lo lazo ocle  lares or na stencia fgale y vaaunda q a ar d tod, a dferenca del oheio euro o, no etá totalente dprotida  daraada Por l cntraro, el walaychu relaza su tradcón cul y a or un a rodamente snttal a la ta. Est a cnl a una rovnca, regón o aaj es codrado l nte d la ul ndade articas y muscale dl walaychu  tlcls cuqu  veían a í o d cando sre ete concpt, d ndad etétca, a cundad aada en n tinto artico cpartd (ia 7.2). Dd a u raíc da, eta coudad excli  a y  l ra d rd ope qu  los ntlcles cquños aa cavad la autnticdad eial" de La. Fieroa cultivó esta idntidad bohema n ua carrra teatal corta ero notable a nivel local, en la cual egió roles roánticos, tles como el de Luciano en la eza de Joaquín Dcnta Luciano o el amor de un arsta"3 1• 31

Teao'', L Unión, octubre d e 1 07; afche teatr echado e n el Cusco el 3 0 de mayo de 1907 en la coleccón de Ubaldna Yábar de Figueroa, Lima. En la pieza de Dicen, escrita en 1 83, Luciano es un artista guiado por la ntasía, la poesía y el mundo de las musas", que combate con un mundo de materialsmo y mujeres burguesas (as Ferrer  978).

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DBORJ 1 Poo

iura

72.

Bohemo s (Figueroa Azn a, Cusco).

D la misma manra, ra dl scnao, complmntó su psonalidad as ca con una imagn cidadosamnt cltivada de "spíitu igable, vagabundo y avnturo qu conuó tabaando a dspcho d sus paints pocos d clas alta n explotaciones inas qu también habían sido l negocio d su padr32• A plasma esta pesonidad pública de "atista y homb d acción, Figuoa sonó la trenal poesión d mino con la elva da vocación d pinto d atos, dando ogn a una psonaidad púbica basada n l idal dl atsta xsndo n los mágns d la socidad33 . 1 VGUA NINIST

El fn d la cara públca d bohmio por Figroa lgó n juio d 1908 cuando s casó con Ubaldina Yába Amanza. Los Yábar ran una d las más Obtuaro, La Prensa, Lma 20 de febreo de 1 9 5 1  "Ante unos cuadros de J M. Fguera Aznar, El Com , La, abr de 1 9 5 1 . En una entrevs ta reada en 1 937 por ejemplo gueroa se descbe a sí msmo cmo un "enego de a publicdad que había Uegado a su exbcón de Arequpa desde las nas en "e úmo ncón de la erra, separado de tdo contacto cn e mundo cvlizado; na exosc ón de más de 40 cuadrs.  , Notcas Arequpa, 20 de ener de 1937. 32

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dsndas mias del Cusc. El o de Ualdina, por ejmplo, ra obispo dl Cusco, y la amiia posía grands haciendas en la provncia d Paucarto El grueso de las placas ftográcas d Figueroa qu se han consrvado, son tratos d la ama d Ubaldia tomados en l spacio ínimo d su casa miar n l Cusco, o n una d las hacindas d Paucartamo  El spacio vorto d Firoa para car stos reatos d ama ra l salón crmoal dond l Oispo Yáa rciía a sus invitados (Fira 73) Conocido omo l "salón azul, por su afmba d vidos macs, la imana nota t adosada d sus muros atsgua la cntraldad moumntal d la aría vsua n la vda socia y rlosa dl Cusco Aunqu s dsconoc  qué mdda ta uso tradcioa d mágnes actó l trabajo tográco d goa, varas lacas sobvivints mustran vdncia d qu Figuroa xrmtó rcando l saco iconográco d las itras colonales y losas d la scula cusquña (Figra 74). Oos ratos d ma d st msmo príodo rvlan las ncómodas ontadccos d una vda arsca opulnta, n una ciudad qu, como el Cusco, staa divdda raciamnt En una ftograa, por jmpo, vmos a  gupo d la aa Yába n las aras d su protda casa hacinda n aucatambo (Fgra 75) En mo d xurant vgtación, esta amiia spga toda la gala d una salda domcal n l Cusco Emrndo d la osuridad d un bosquco d ucaliptos siuado tras d los, un cpsio u s apnas rcpb irtamt ljos d la concncia dl grupo qu osa paa la cámara asba con curosidad al ftógraf y sus psonajs. ¿S ataba d un mado doméstco, un sirvnt o simplmnt n campsino  asaa o ahí? ¿Vino d Cusco con a mia? ¿En qué, condicón lo ooció guroa? ¿Lo uso l ftógra n l fndo? O, más probalemnt,  xldo d la ftogaa sólo paa raarcr insisttmnt al intrior  aco, como ocrr  mucas otas ftograas dl Cusco d sos mos? Haido sido al prcio ua prsncia acdóca, casi accidntal,  s trabajo ftográco, sta tu rsncia d los campsnos idígnas  uso va amntando asta lga a jugar n ro cntral n a idndad, snto y at d Furoa Mtas qu sus princias n las acindas d a ama Yábar n aucaambo dron a Figuroa la opornidad d osr a os dígas d los cuals dpna la conomía d Csco,  l discuso intlcal y político dl idgismo l qu dtrminaía las rmas  as cals roa itó y ftogo a los idígas E idignsmo  u moviito intcta panlainoamano uos ojtvos cntals ra dr a as masas ndígnas y const clas oíicas oalstas  acoastas sobr la bas d lo qu los tlctas mstizos  su maoría os entdan or fmas culuals

Ls NUEVOS INDS

Figura 7.4. Altar (Fiuera Azoar, Cusc).

Figura 7.5. Familia Yábar (uera Aoar Paucartambo, 1915).

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DEoR Pool

auóconas o indígenas. A ineror de ese amplio movimieno de vanarda, el indigensmo cusqueño ocupó una posición privlegiada debido a la hisoria del Cusc como capial del impero de los Incas. Esa hisora hizo del Cusc un lugar parcularmene dispuado en la baa por arrancar la hisoia nacional peruana de la mirada hisorzane y de incesane escrunio de los ciencos, arqueólogos e hisoriadores europeos y noreamercanos, cuyas relaciones de viaje e infrmes reducían la hisora del Perú a a de deroado ipeo de los Incas. A reclamar la hisora y la geogaa incas coo popias, los indigenisas cusqueños inrodujeron a olvidada ga del dígena anno coneporáneo en la teaua y la ianacn asca peruanas, así coo en e discurso nacionasa, la jursprudencia y la poca inerna• Aunque las raíces de movimieno indigensa cusqueño pueden remontarse a la eraura coloal y la del sigo XIX sobre los indgenas y los Incas, a denomnada "edad de oo del ingensmo cusueño suele siase en el período coprendido enre 1910 y 19035• Durane ese período, os escros indigensas sobre el campo andino, el pasado Inca y la cultura dígena se sionaron con, y responan a, las egencas polícas en vor de una mayo auonomía regona y a vor del descenraso. A su vez, estas demandas respondían a los poyecos de modernizacin económica y las cambianes aanzas de clase de la "Paa Nue del Pesdente Auso B. Lía. En ese conexo, e cor ás ipoane que ov e ineés de os ineecuaes cusqueños po los indígenas e una see de violenos evamienos campesios ocurdos a mediados de la década de 1920. sos levenos en las povincias alas del Cusc, habidas pncipamene po pasores, juno con os pocesos de modezación económica que ocuan en los procias de lo ves agrícolas de deparameno, enaron a hemonía cultur y socia de la clase señorial eaeniene cusqueña. Fue en ese conexo que los ineleces de las clases alas y medias del Cusc coenzaon su capaña por eivindica una auénica idendad indígena paa todos os cusqueños.

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Antes de la década de 1920 los indígenas aparecen en a obra de un soo pintor peo, Francisco Lso. En 868, aso se tograó a sí msmo vesdo con ropa indgena como modelo para estas pinturas. Aunque las sides entre os trabajos de autorretrato de Lso y Figueroa son sugentes, es muy dudoso que Figueroa haya conocido las ftogas de o, que nunca eron exibidas a públco. Estas togaas han sido pducidas en Mclroy, Eay Peruvian Photography, gs. 41 y 42. Sobre la ltera indgensta hay más precedentes; véase Delgado 1980 y Cornejo Poar 1980. Js En 1910, e norteamericano berto Giesecke e nombrado rector de la Unversidad del Cusc. l nuevo currícuum que ipuso pona énsis en sos europeos como Spener, Ortega y Gasset, Froebenius,Taine y Simmel. VéaseTayo 1981 y Vcárcel 1981, p. 187. En el otro extremo de a "edad de oro, 1930 marcó el n de la dictadura del Presidente Austo B gua.

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Dos obras portantes de este peodo determnarí el ro curso del pesamiento cusqueño sobre "la cuesón indígena: Tempestad en los Andes de Luis E. Valcárcel, publcado e 1927 y El nuevo indio de José Uriel García, publicado en 190 como una réplca al primero, que había sido acamado en todo el país. Mietras Valcárcel veía la hstoria colonial postconqista como un proceso de deeneración racial y culral, y propunaba e regreso a los vaores y pureza de la sociedad inca preispca, García veía la historia colonal como un proceso de mejoramiento cultural y racial. El verdadero dio, eñalaba, no era el puro (o "incaco', sino el meszo, producto del pasado olonial del Cusc. En confrmida con esta vsión histórica, la misión indigenista de García era crear u "nuevo indio. Rechazaba la visión de alcárcel de la cutura anda como una tradición reciida que podía ser resucitada uizando metodooías histórcas o arqueoócas de descrpción epírica e inducció cienca. Por el contrario, la emergente cura dina de García, había de ser e producto de un mesaje drido (mezcla cultural y racial). Los inteectuales "nuevos neoidianstas que conducirían esta miión debían ser frjdos medante la sión del poder telúrco - espirtual el paisaje andno con la vaea intelectua de una vanardia mesza. Las nociones de los neonantas sobre el oder teúrico, provena e su teoría de que las caracteísticas de la utura andna estaban determina as por las enormes erzas geoócas y orgáncas que la naturaleza haía volcado en e paisaje andino. Estas teorías cusueñas , a su vez se basa en s ideas del determnismo grco o ambiental de la roducción arstica y de espíritu culral, parcuarmente las de HpoteAdolphe Tae. El mé de Tae, del ca arce  García tomaron mucho, exa las fras arscas como ectos cencamente eterminados de ambiene y raza36• Nocioes sares tomaron de Oswad Senger, ien ecía ue e espír utural y racia etaba rídamente vncuao a su medio amiente,  e Hen Beron, cuyo concepto de ntución e emeado or os indgentas para xcar a reación casal entre erza teúricas  frmas ienas de arte, nucidas esontneaente or auella3 Para lo sedore de crce, tae teorías roorcionron a motivaión ara ss esos empíros e as raíces históricas  ienca e la culra andna en a civización Inca  en el edio amiente. Dos de las rouests d Taine eran de paricular interés para os eños La prera era  erión de artta coo el ersonaje s 1

Tne 1875 Más o menos durante el mismo peodo los indgenstas bolivians desarrolan teoas simiares con relación a la idendad nacion y al paisaje telúco; véase Queiser Morales 1984 " Sobre Bergson véase Sivich 1937 y Valcárcel 1981.

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DEeR Po

representvo de  sociedd;  segund er su noción de eso rsico como signo de esp coecto y por tnto iderencid de  sociedd A combr ests propuests de Tie con su seo prculr de determsmo mbientl los idigenists puderon plnter un coneón espitu ufrme y empíricente vericble que uní  los indduos de tods s eis y cses sociles con s entes telúrics de l cultur din Ests propiciones de  oso estétic europe del sigo XIX por pre de telectues cusqueños de l décd de 1920, sentó ls bses pr u complejo progrm de producción culrl drid L sinridd de este progrm se deriv de s frms en ls cules los idgenists combinbn su psche de préstmos losócos con el discurso contemporáneo de l vngurd modernist Ene 1910 y 190, proxidmente egron l Cusco desde Buenos Aies peódicos lterrios moderniss como Psm Cldd y Pro38• El más importnte de elos e Mrn Fierro un revist de iuenci rist y ultríst que preció por pmer vez en 1924. E grupo de inteecles rgenos en torno  Mrn Fierro rmbn  existenci de u ordenmiento nr" del rte y l culr bsd en ls ides prentemente contrdctoris de criollsmo y de purez nstic• Est oso conservdor sobre l idendd ncionl proporcionó un modeo  os indigenists cusqueños que como Uriel Grcí estbn borddo e problem de cómo derencir su ncionismo ndo de los proyectos ncionles de eños como Mue Atnsi Fuentes (vése el cpito V). A buscr sus ides en Agen y no en Lim os cusqueños espeb rmr  movimento culr que pod oponerse etosmente  domino cur que  Li metopoitn ejercí sobre e pís L propición que os neoidsts cieron de discurso moernist no er s embrgo ctic De cuerdo con su gend potic reonist y su dedd osóc l idel de un cultur ndin utócton seeccionron sólo quellos componentes de modernsmo europeo  rgeno) que puder poyr su propuest de que el senmiento cur y l cretividd estéc embn de l err Así por ejemplo elos doptron vehementemente  visión europe de un cultur en progreso en constnte cmbio su cuesonmiento de l utoridd istitucionl y estéc su insistenci en l interncionzción de l cultur y su cmpñ contr l iducción cienc y los conceptos nraizdos de trdición y comunidd• Sobre todo brz  Tayo 1981, p. 102 L preocupación de os argenns por a pureza lingsca y e crioismo provino de contexto de inigración europea masiva fmentada por e Estado hacia Buenos Aires, a principios del sigo x . Vée Romero 1965 y Saro 1983. " s digenistas de Cusc insisn en que la  dina cendía  ntes nones Est in m tarde en a da aps de "ndoca (aya de l Tor 1935). 39

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on l de de u vd cuul que se uode coo u esuc nsioi que exs fe o ás lá de l hsoi y de  dcón. E ls visiones de Luis E. Vcácel y de Uel Gc, ls ces hsóics de l culr ndn hbn sdo ds por los idgens. L usiccón de un vnudi esz que puder hbl en nobe de odos los ebos de l sociedd nd, incluyendo  ls ss dígens opids y po ucho empo si voz, eque po no excene es elevción po enci de l sori y l dción que oecí l concepcón oderns de un vnrdi En l visión del idigeniso de Grcí, est seprció de los roles hisórcos del indo y el indgens seguí ls bien conocids dicoos modernss de rdiconsmo versus inovción culul, culturs populres versus l culur, hisorcsmo versus espirilidd, y counidd psiv versus vnurd dnáic y ud: Hay, pues, en América dos indianidades: la prmitiva, la que fgó, destruido el incnato, a las cavernas milenarias, y desde llí acecha; la que sustenta el alma popular de nuesos campos . La tra indianidad es aquella que se encarna en los grandes hom bres representatvos del espíritu americano -pensadores, arss héroes- todos aque llos que con su genialidad han hecho de nuestro Continente una posiblidad de cul tura elevada Estos hombres que han hecho o van haciendo la historia de América son os legtmos indios ante quienes todas las ideas de un "inkario son meo tradi cionalismo •

Agunos ños ás rde, Ao Svirich, coleg de Gcí, endurece s ún l docrn vnrds del neoindnso. "L eru l poesí, el re en ods sus niesciones se converián en s espiriles con l doinción, rb Sivirich "Poes, ineecules, rsas, hom bres de cenci rn l gran vrd indgens.. L reudi esá consud por ones de indos que viven en los cerros dnos, culindo sus cpos y hciendo ées  los vlles42• Al dopr el lenguje del vngurdsmo, no obsne los "neoinnss se eron pdos en un decdo impse. Desde el punto de vista de ls culrs popures cpesins que Vlcárcel celebrr como un conución ronc del psdo inc, los neondaniss de Grcí se vieron obligdos  derse coo un vnrd modernis exstene por encim y ms l de los connes de lo que veín como el cejón sin salid de l hstri de los Incs Desde el punto de st de m y l culur cr dante, por otro ldo, su ledd como voceros de l nuev cultur in descnsb precisene en sus víncos necesriaene hisórics y 41

García

1973, pp. 90-91, énfsis en el og. Inkaro es un término con el cu

Valcáel ude a la visión de una cultura inca restauda

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Sivich

193, p. 21.

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DEBOR PoL

ggrcos con as erzas "telúricas de os Andes, donde vivan. Es esta conadicción la que mta el desarroo de dscurso modernista en el Cusc y dene as pecares caractescas emergentes del indigensmo cusqueño. jos de ser una copia al carbón menos aún, una imposición imperiasta) del modrismo uropeo, e idgenismo e un pasch dliberadamente iconocasta de préstamos losócos, estéticos y dscursivos. El resultado es un "modrnismo que imita sóo parcialmnt al uropo y que aparenta tner, desde  punto de vista dl modrnismo uroo, structuras y propósitos conadictorios. La contradicción ms sib qu surg d st procso s la xistent ntre la adhsión ntusiasta d los cusquños al idal d una vanardia, y su rchazo simultno a los lnajs frmalstas e ntrnacionastas d absac ción y modrndad a avés d os cuas s consyó la vanara modrnsta n Europa, n os campos d a ltratura, la pintura, la ftograa y a música. Para los "nuvos indios d García a modridad, y n arcular l rio o vlocidad d a vida modrna,  prcibida como una na al propio paisaj dl cua los ublos annos sacaban su frtalza spiritual y emociona. Pa os, " ingsmo (ra) un rtorno a a irra ... una bataa insnti contra los nuvos concptos dl Sigo Vint43• D ial manra, para los arstas "noinanstas como Firoa, la abstracción, l frmalismo y la modrndad, sían sindo tabú• Como rstado d o, ant los ojos d un obsrvador europeo, nortamricano o lmeño, la mayoría de inturas d los indgstas cusquños parcen sr composicions sorprndntmnt ingenuas, sobrestzadas, románcas; n rsumn, parecn "mal art. E rcho de los cusqueños a los lnguajs pictóricos moderstas, no obstant, no puede ser sumariamente descartado. Elos expusiron y también conociron los estios pictóricos modrnstas. La mayor part de los recibieron nnanto en art uropo. Cuando se exhbía pnturas cubistas y de otros stilos frmalistas abstractos en el Cusc, ran atacados de inmedato por los crítcos cusqueños45• La dcisión colectiva d los cusqueños de no iitar stos esos, se tomó conscientement a parr de dos critrios polcos. Por un lado, en la medida que precisamnte el rmalismo y el academicismo de la pinra uropea se habían idnicado strchamente con

•3

Y épe Minda 194, p 30  L pna de los neo-indianisas cusqueños se descbe apopiadamene como cos mbisa, po su estlo y su compsición Recibió infuencias del localismo espol y de la pina indigesa del nore de Agena •s En una eseña, el cubismo ue el auo descbe como una "omadua de pelo y una "chifadua de alnos es dicuzado po ea "lo que parece que es más de lo ue es; Feando Molnedo, "Noas del día: Palique'', El Sol, 6 de mayo de 1911.

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a culra hegemónca de Lma. Por el oo, en tto la legimidad políca y social del discurso neoinansta permanecía necesariamente siada en una histora y un medio ambiente locales. Este basamento poítico e históco en intereses regionaistas y anticosteños, hizo que os cusqueños eran juscadamente cautos ante a estéca frmalista europea que aababa la desconexión de constantes históricas taes como la representacón y a adción. Esta dscrepancia en cuanto a os ugares en os cuaes se desarrolaron os "modernismos europeo y cusqueño determnaa, asimsmo, la derente arcuación de a reacón de os cusqueños con e oro eemento centra de a osoa modernista y a estéca románca: el icono prmivo o campesino.  romanticsmo europeo se desarroó, en parte, a través de a goricación o esetización de campeso y "a erra, en momentos en que a cutura ndusra amenazaba tanto as economías agrarias tradicionaes como a naraeza e a producción arstica46•  moersmo europeo hizo usos simares de un otro preindustria, a ravés e a apropación del arte de os puebos que habían sido cooados por uropa. L capacidad de os moderstas europeos paa aisar o abstraer elementos de arte de Árica u Oceanía dependía de esa reación coonal, tano para a visbidad de sus reerencias iconográcas (e mercado cooal y de edaes), como para la parcuar condicón de poder, a parr de la cua e posbe siarse por encima de o prmtivo y ehstorzaro como si era una estéca frmaista47• Para os arstas cusqueños, sin embargo, a cuestión de la derenca cutural estaba condicionada por a proximidad espacial y socia de arsta con os indígenas. Muchos de los inteecaes indgenistas eran elos mismos hacendados que conoaban a sus peones indígenas, y en ocasiones vivían con eos en haciendas ruraes primtis. Muchos de eos eran abogados o pocos provincanos que representab a "sus inos ente a Estado. Todos eos tenían relaciones paternastas con os sirventes indígenas incluyendo "amas de leche que habían conocido desde su niñez. Todos elos vvían en e compejo meo ambente urbanorura de la cudad del Cusco y, en conse cuencia, todos eran conscentes de a mutud de gradaciones écas existentes entre los estados ideaes de meso puro y e indo puro. Esta miardad 

Ws 1983. A incios de sigo x os arstas csteños de a se siab de una frma simiar respecto a su otro pmivo o cpesio s arstas coos residentes en ima como José Sag, Camo Bas y Juia Codesido usaron a idígena para desarlar un eso pictóco frm basado en tecnoogía de grabado en madera, préstamos esscos de a pia expresionsta europe e imitación de a iconograa popuar. Ess representaciones absactas de idios y cura dia rman parte de una reidicación poca izquerdista de a cultura campe sia durante as décadas de 1920 y 1930 Véase Maátegui, "L obra de José Sa  ga (1928) Y '�a Codesido (1928) Véase Maátui 1987c y d. 47

DEoR PL

2

o  omli  l i ulrl y éti  u soi i  roso  morió mó  s rms  las uls os itlls  so rm su oió sobr  ri url. Est oió i   l orista limño o uropo  su rho  roor  otmporni  un "otro iníg primitivo. En as rmulios  Luis E. Vlcárl, por mplo, l absolut ria ultu ral or siuars sólo  l pso Inc y n lo qu s rí ra  ultur rsiul sobrvivnt e unos pocos inios xistntes. Un vz islao  tr vés l so mpírio, Valcárce cría qu est asado o ierncia ulrl rsiu porí sr onscintemnt rsucitdo bo la rma d una rsturió ri   lngua ultul mergnt del inignismo noinc. D ua mnr sar, para Url Grcí no xisa una iernia ull bsout ntr inígnas y spañoles, incluso desd ts d la Conquist. L utur nin ra un producto de cuatro siglos d olonilismo y msz rcil y, como rsultdo d lo, no xisn "otros ulturals qu puir hrs  l uso d ese ntons. Si, por tto, hbí qu ostruir u tur ultur , sólo s por hacr consuyno un intid srn unif qu brra por igul a campsios  intlctuls. Pr Gría y sus sguiors, st ulr olta d los "oinios habrí  consuirs n toro  ls rlids poícs d un contxto ncionl y existnt: l oo olvo l uso s nontrara, n otrs pabras,  la ost y n im, y no n los suérsits rsiuls  l ación ia que Vlcárl intntb rvv4• Fu st osint o gopotico  l irnci ural hho n l gga olí prun, lo qu ondujo  los rstas noiianistas l Cuso a prvgr l mio ambinte o pais más que l id de un otro cultur o ril "utético como ent d su ituición spiril y sté. Est consución del paisa tlúrico anino svo precda y diseñada por una stéc bohmia que, como hmos vsto, dfnía la rbldía y l creativa iivdu  trvés d la rerncia a los nculos mocionals prga

•s

L dicotomía hstóca y cutua caramente denida de inca vesus españo en a tendencia indigenista de uis  Vcáce citó su aceptación en ma. os esctos de Vcárce inuyeon en as ideas de José Caros Maáte y en e Pado Socista que éste ayudó a rmar. En 1931 e propio Vacáel se tasadó a ima donde e diecto de Museo Nacion y Ministro de Educación. Mientras to, Ue Gaa permanecía en e Cuc como miembo de Pado Comunista. Fue en pate por su eatad con os asuntos pocos ocaes y os eca mos egionistas, que e movmiento neo-indianista de Ue Gacía pedominó sobe a tenden cia Incaís de Vacáce como osoa que dio fma a un discuo indigeista especícente cusqueño durante as décadas de 1930 y 1940. No obstante en décadas posteos, y en parte como sutado (paadójico) de su inuencia poíca en ma, a visión que Vcáe tenía sobre e ncao a a donar e discurso cura cusqueño (véase Nieto Dego 1995)

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dos de rs co  rlez Auque ese discurso provcio sore  bohem proí de  rdció romác europe, die dráscmee de l rdició ohem europe que hizo uso icoográco expcio de gos, squis, persoes prmvos y oos "mrgdos sociles pr cosuir sus ees de ueicidd y de creividd idvdu E coprción, e e Cusco, i os bohemos ovecess i os eoidiiss de os años veie usc cur sus ocioes de iduo rs co e i gen per se. E idio, como pre de  urez, más ie er vocdo como evdeci de  iuició cuurl geerlizd y ielmee circuscr ue sepr  odos os puebos ados de sus compios de  cos Es ció homogeizdor -y edor de paise co respeco  ls direcis cuures, rciles y de clse, e expresd de meor mer por l oció de Grcí de eurismo sicreize Grcí y oros eoindiiss uro ese cocepo pr descbir e proceso hisórico  rvés del cua odos os hies de los Ades ieeces e dges por igu dqui lee u idedd homogée cerd e  rm especíc de "emoció que emb de pise do No ose, pr escpr de los pelgros del psdiso o rcioismo,  emodd y  iuició ds requer u iderzgo ilusrdo y vsioro Es codicció e la que proporcioó u puer de ed  os cocepos oderss de  elie vrdis

 FOGRAFÍ Y  PROGA DE LOS NEO-INDIANIST

proximció de Figuero   pur y l ogr e moded o por sus experecis persoles en Cusco y Pucrmbo, como por s r ms e s cues los discursos ingeiss de Vlcárce y Grcí diero r m  u cocepció de re, eticidd y vrdi ieec que er e muchs rms especíc  Cusco Ls dos décds de ermeo idgens e Cusco, enre 1910 y 1930 correspode l perodo e el cul Fiero esvo más civo en el ejercicio de l ogr, y unque o deó regsos escros, esá clro que los intereses indgess dieron rm  sus os de esudio de ipos indígens idelizdos, grupos erles estilizdos y uorreros bohemios (Figurs 7.6 7.7 y 7.8). En esces monds co mucho cuiddo, Figuero uiz l tog pr documenr u rco exco de idendd Cd togra esá compues cuddosee con e lones de fndo pindos por Fiero pr su bjo desdo  teo y/ o el reto Frente  estos esenaos, ha hecho recinrse  un modelo ine n, o es el proio arsta en posa como un czdor rtivo, un ovdor no, un monje en meión o u rs penstivo En otro expemento, 

232

DEBOR 1 PoL

Fiura 76. Indíena «ípico» (Fueroa Aznar Cusco).

Figura

77

Grupo e Teatro (Figueroa znar, Cuco).

Ls NUEVOS INDOS

Figur

7.8

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Autoetto (Fgueo Aznr, Cusca).

Figeroa manipula y compone hábimente su negativo hasta producir el curso narrativo de un sentmento obtendo y perddo (Figura 7.9). Esta fscinación tográca por la maleabidad y escenicación de idendades sociles reeja un ensanchamento de la estéca bohemia o walchu de Figueroa con el n de involucrar a la losoa neo-inianista de identdades culturales elaboradas. A igual que los dersosyo bohemios que Figeroa cons uye en sus tos, las identidades tncas y cuturles elogadas por los neo indianistas no eran idendades naturales o histórcas e espera de ser empí rcamente descubieras y descritas, como en el indgensmo de Vacrcel. Por el contrario los neoindanstas creían que la identidad debía ser construda segn los criterios conscientemente elaborados de una vanarda poca y arsica. La tograa encaja en esta losoa de idendad o del ego como me do para imaginar nuevas identidades, no como medo para represenarlas o expresarlas. Figeroa, por ejemplo a menudo hizo tograas de estudio de personajes para usarlas en turas pinturas aún cuando nunca exhibió to graa lgna "como arte Como resultado de ello pese a la pda y técnica sosticación de su trabajo, Figueroa unca desarrolló lo que podríamos lla mar una "visión togrca capa de transrmar la relidad de lo que la

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DEBOR Po

Figura 7.9. Autoretrato (Figueroa Aznar, Cusco).

cámara reistraba en el arcio de iusión obtenido por mecanismos tles como encuadre, ángulo, fco, tono y composición. En las ftograas de Fieroa, por el contrario, la identidad y el arcio se construyen a avés de rcios y vesentas teaales. Este interés en manipar el personaje en lugar de hacerlo con el medio ftográco es tal vez una razón por la cual en las ftograas de Figueroa nunca aparecen verdaderos indígenas o cpesi nos. Para los neodialistas la "ra y por tto los idios no eran tanto un hecho material que pudira docuentarse y ftograarse, como lo era para los intelecales neoincas de Valcárcel y los ftógrafs europeos que hemos anzado en capítulos teriores. Por el conao, en el discurso y el arte neoindianista la raza se convró en una ente de idendad, constantemente cbiante De hecho, para ellos "la reja era un actud y una pose, y no un hecho de la naturaleza. Esta concepción sobre la raza ayuda a entender las dierencias entre Fieroa y su contemporáneo Marn Chbi, el úco ftógraf cusqueño que ha logrado el reconocimiento de los hstoriadores europeos y norteercanos de la ftograa49• Las dierencias entre el trabajo de Figueroa y el de •9

Se ha mondo exhbiciones de las ftogas de Chbi en el Muso de Art Meo de Nueva Yok así como en Eupa Para un anisis cco del trabajo de Chambi, esto desde la pespeva de la histoa ftográca uropea, véase Kozlo 1985, pp. 155-166

L NUEVOS INDOS

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Chambi revelan en qué medda la ftograa había sido objeto de apropiación por parte de dos ramas dvergentes del digensmo cusqueño Un pmer punto de comparación tene que ver con los eectos de la posición de clase en los usos de la ftograa en la sociedad de Cusco. Como hjo de una ama campesa de Puno, a posicón de Chambi en la socedad cusqueña dependía en mucho de u contua ersón en el trabajo ftográco En conaste Feroa, en su cadad d parnte poítco de una ma terrateniente, tenía a bertad d abandonar os rs rvnnte de a ftograa cmrci. E eecto que estas dndad d ca dímes tuveron sobre las looa ftográa y ara d  d hmbrs, sin embargo, se vio expresado princpalmente en trmn d s adhons ntelectuae a las do vía conapuetas asuda pr e ndm cusqueño. La prmera de eta vías cnduj a a sclía y a arqgía empíricas de Vacárce obre o  ds; a otra, a cuetnamnt q Ur García hacía a a autordad cenca y al concmitante dsarro de una vanardia cultural y estétca. Marn Chamb só strchamnte a prmera de estas dos opone. Para é, la ftograa r cncebda cmo un med en el cual regitrar a exstenca de l que é vía cmo e ngena andno hitórico o "autn en acelrado proe de daarcón te erzo conscente por cntrur un ventaro tográc d tp tnco crrepondía a a promocón postivista de Valcárcl a vr d estudo enco y etnoógco de pasado nca Como en otros lugare de mundo, ería la cámara a que proporconaría a tecnoloía más apropada para  requermento cienco de inventarar, clascar y estudar e mundo aborgn. La ftoaa de Chamb de personajes y stas ngenas estuvo motvada por ta msón, como lo sure su propa dnomnación de as ftograas como "coección de "pos étc, así como por e hecho d que mchas de sus ftgraa de indígenas se aprxiaran a a poses antropomtrca darrolada por la tropoogía ancesa y exbdas en a Uversdad d Cuc por peronajes de os abores del indgensmo cmo Manuel Bun y Jé Coe. Etas ftograa eran venddas a ustas urops y norteamco. De esta manra, el indgemo reclamó como suyos os trabajo de Feroa y de Chb. Si ben Chamb buscaba dar vda a un po idígena dealizado y románco a avés del reasmo ilusorio de su trabajo documenta, la teaadad de Fieroa rechazaba el realismo destacando más bien la nauraleza uida y eaborada de la idendad social. A anazar las derencias he destacado la aidad de a obra de cada uno de estos dos tógrafs con las osoas direntes de Vacárcel y García, respecvamente. S emargo, sea un error encasllarlos en campos telectuales opuestos. Ciertamente la propensión de Fieroa a lo teaal hzo que se conera en un ado naral de la sión Perua de Ate Incaico, de Valcárcel,  grupo de teao

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DEBR 1 PooL

iinerante montado en 192 por éste para llevar el ejemplo de arte neoinca a Bovia y genna• Por su parte, Figueroa elaboró los diseños para la producción de la puesta en escena del drama colonial quechua O, de la Misión. También ftograó los ensayos, el vesuario y los escenarios (Figura 7.10 y 7.11). Las poses ertemente esizadas presentes en estas ftograas de la Misión recuerdan a aquellas usadas en sus autorreatos y en sus ftograas de pos indígenas, muchos de os cuales utilzaron el miso modeo (Fi gura 7.6)5• A lo argo de su vida, Figeroa reservó medios especícos para de rentes tareas representacionales: la ftograa para el autorreato, el estudo teaa, y os pos dgenas disazados que pudieran ser vendidos a los uristas; y la pintura cuando se trataa de paisajes y de "arte que se exhibiría en la sociedad de Cusco5• Para la concepción románca de los cusqueños sobre el arte, los pintores consttuían el conducto a través del cual podía transrirse a lenzo la emoción o a elleza inherente a la naturaleza. Por tanto, se esperaba que las pinuras "revearan a verdad de la naturaleza. La ftograa, por ser u proceso moderno y basado en la mecánca, interería en la relación del artista con la naturaleza No ostante que la ftograa no era reconocida como "arte, eo no signcó que no pudera usarse para imaginar frmas de idendad nuevas y conscientemente construidas (Figura 7.11). Este interés en la idendad era más an a las frmas contemporáneas de la bohemia modernsta europea que a las románicas nociones novecenstas de seniento, nara leza y arte a las cuales los cusqueños habían circunscrito la relación del arsta con la pintura. Estas concepciones doctrinales de los cusqueños sobre los orígenes telúricos de la idendad anda lmitaron aún más la posibilidad de que Figueroa aara a los "esdos ftográcos como "arte. Uriel García, junto con otros crícos cusqueños, atriuía el sentimento y el éxto estético de las pinturas de Fieroa a su inmersión en el paisaje rural do de Paucartambo53• 

Valcárcel 1981, pp. 21822 En la doctrna indigenista de Valcárcel, l arte neo-inca se basaría n un cudadoso estudo cientíc y en la adpción de auténcos esos y movos icaicos.  Un aviso del estudio ftográco de Figuera publcado en la Guía del Surde/ en de 92 oc ftograas de pos indígenas e incluye la reproducción de dos de estas ftograas. 2 A pcipios de la década de 91O ocurró un viraje en el tbaj de Figuea: de las ftoóleos pintus a aire lbre, desnudos y reproducción de temas reosos, hacia pinras centradas casi exclusivamene en temas relacionads con personajes indgenas e Incas. Para ejemplos de los pos que Firoa vendía a los tstas véase la gura 76 y el aviso publcitario de su estudo n la eción d 1921 d la uía el Surdel en (pp 30 89 y 195) L uía estaba gida a cmeiantes tustas y viajeros 53 Uel Garc, l S/, Cuco, 2 de juo de 908. José Gabrel Cossío descb de una frma simiar la iuencia de Paucartambo en el tbajo de Figuea como producto de "ensue

Ls NUVO INDOS

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Figura 7.10. Estdo para el grpo de teatro Olanay (Figeroa Aznar, Cusco).

Eos amaban qe la especial sensibilia bohemia e Fieoa hizo de él n inemediaio fecno paa auci al ienzo los poees ogánicos espon táneos con qe a naaleza había oao al paisaje e Pacaambo y qe consitía la esencia de la iena clal andina. Ese efeco esetizane o sensibilizao el paisaje anino se vio limitado, sin embago, a la itemeiación de la pina, y no poía aspasa el medio mecánico y mo deno e la cámaa Como esulao e ello, la ogaa e paisaje -a pime a ma picóica e ogaa sgia en Eopa y Esaos Unios- nunca se esaoló seiamene en el Cusco. Anqe ógas cusqeños como Man Chambi, beo Ochoa y Pabo Veamendi omaon nmeosas to gaas e los sitios aqeológicos, esas ogaas estaban esiaas a mos ta el pasado hisóico icaico qe ea encomiado po escrioes ingenistas como Valcácel54. La aea e expresa la esencia telúica del paisaje mismo ño y tagedia, porque en la soledad de sus cbes nevadas y Ja plastcidad de sus bosques es donde reside la tragedia de la emoción"; El Pueblo, Arequipa, 17 de febreo de 1957. Oto cco emonta a ma de pasajista de Figeoa a esa exubeante egón de Paucatamo, cecana a la selva pero también, or otro ado, encajada en la escabrosidad de los Andes; l Comerco, Cusco 4 de octube de 1922 s• ncuso en e caso de taes asajes arqueoógcos, los neo-indastas ue considera ban que a cáaa era un instrumento de modendad y, pr tanto, anatema aa Jos senmientos teúicos de Cusco señaaban que era e propi aisaje y no la cáara la ue captuaba a escena. Así, por ejemplo, en una eciente peícua sobre Marn Chambi, Atio Sivirich describe un proces en el cul un asaje (arqueológco) lanza un hechio en a pelcula de Chai Entrevista a Sivich, en la pelcua Matín Chai and the Heirs of the Incas', de ndy Harris y Pau Ye, 1986.

 NUEVOS INDOS

29

estaba reserda para la vanardia de los pintores indigenistas, quenes pdí traducir este sentimiento en el arte colorido de la emoción, y en la sensibdad personal en tanto opuesta a la sensibdad mecánica. Oos arstas de Cusco sieron el ejemplo de Fieroa en la medida en que experimentaban tanto e la ftograa como e la pinr Con excepció de Marn Chambi, sin embargo, los ftógrafs indigestas de la generación de Figueroa siempre recurriero a la pintura como el medio preerido para expres lo que denonaban el seeto o" Para los indigenistas la belleza no era inherente al ingena   paisaje per se; por tal razón no podía ser aprehendida por lo que los europeos consideraban la maa" de la tecnoloa ftográca Por el conario, la readad del mundo andino tendra que ser transfrmada y reelaborada, cuidadosamente enmarcada y hábilmente co loreada, antes de que puera servir como sumento para la losoa y la estéca idigenista. Com lo expresó un crtico idigenista, Los pintores (digenistas) interpretan el paisaje indígena y llevan la idianidad pura a la objedad de las artes pláscas"55• L importancia de Figueroa al dar frma a esta estéca, tanto para la ftograa como para la pinr se revela en las palabras del escritor indigenista José Gabriel Coso, que hizo un obituario para Figueroa que lo alababa por haber estado entre los primeros en emplear la temáca digensta en un sendo puramente estéco sin preocupaciones etnológicas ni sociales"56•

SEENT Y CIENCIA

Retomemos brevemente mis preguntas oales sobre el carácter unversa de la escisión socialmente consuida entre ftograa y arte, y acerca de l comprensión de la modernidad arsca de Figueroa. Como lo h mosad claramente los orgenes y frmación del movimento ingenista en el que parciparon, los telectuales de la perieria" conscientemente se prestaron e hcieron uso de concepciones osócas y estéticas a avés de las cuales, como lo saban bien, Europa haba consuido su dscurso hegemónco sobre el arte y el arsta. No aprendieron ingenuente la tecnoloa neual" de la ftograa con el n de usarla luego para registrar temas apropiados para su propia agenda indígena" Icluso en el Cusco predustrial la ftograa y la pintura no er tecnoloas trsparentes o neutrales que actuaban simplemente para reejar ideas sociales e inspiraciones personales. Pr el conrio, 55

Sivichi 137, p. 1.  José Gabel Cosio, "Obituio, l Comero Cusco 151; sepata si fcha ahvo personal de Lus Figea Yábar.

24

DER PoL

ya que eran tecnologías de representación social y estéca, la pira y la ftograa en el Cusco de pricipios del siglo x frmaron parte de las complejas estrategias discursivas del arte occidental. Como lo sabían los propios digenstas cusqueos, eran tecnologías representacionales colocadas bajo las frmas propias de la producción ctura occidental postilustrada, en la cual a representación estéca, la clasicación, la idealzación y la categorización de tipos sociales, paisajes naturales y frmas humanas frmaban parte tegral de las losoas humanistas y del conocimiento cienco a avés de los cues se regula y controa la distbución del poder en la sociedad. A causa de su estreha vinculación con la expansión coonal y la gobización de la cultura buresa de nes del sigo X y principios de siglo x, la ftograa es un medio parcularmente scinte a través del cual estudiar la frma como os inteetues de la periria desaaron esta mada controladora". La ftograa e introduida en el Cusco por expediciones ciencas y viajeros, en las cuaes representaban intereses pridos o de gobiernos. Uno de los primeros y más amplios usos de la ftograa en el sur del Perú, por ejemplo, e e de una expeción británca enviada para demaar la ontera ene Perú y Bovia. Oos usos tempranos eron aquelos esdios arqueolócos conducidos por académicos ceses, alemanes, suizos y nor teamericanos, y las caries de vte de pos idios'', comercialzados en los crculos elegtes de París por ftógrafs anceses como Courret y Manoury. Estas caes de vste y ftograas de estuo contribuyeron a una imagen popular, con base cienca, del Pe como ua erra vacía, u iperio derrotado, un país de indígenas aasados y empobrecidos, cuyo ro progreso hstórico dependería del capital exanjero y del progreso occidenta. Sin embargo, lo más interesante de este proceso es el hecho de que, s excepción, los ftógrafs peruanos aprendieron su arte de estos mismos ftógrafs euro peos, tanto ciencos como de estudio. El primer estudio ftográco en el Cusco onde Figueroa trabajó luego de su legada a esa ciudad en 1904 e montado por una sociedad misionera inglesa. s msioneros tomaron ftograas de igenas desarrapados, y utilzab estas ftos para recolectar lmosnas en Inglaterra. Otros estuos inodujeron una frma de reatos de estudo, cuyas poses frmales y ambientes elaborados habrían contribudo a la rmación de una cierta noción del individuo burgués en la Europa novecensta57• Pa los cusqueños, estos usos de la tograa y su contendo ideoló co no eran un secreto; y tpoco eran admrados accamente como emblemas de moderndad, ciencia y proeso. Por e contraro, como hemos sto, s7

Véase e capíto v.

L NUEVOS INDOS

241

los neoindianstas del Cusco buscaban sr al paso de esta irada conoladora y del regso positivsta de su histora y geogaa, a través de la consucción de ua comnidad imaada basada en los vlores osócos y estécos de tución y senento que modaron su noción de emoción dina". Fue ate integr e este eserzo a elaboraión de na adción locl dl walchu, o Lohemo dino, como persona que reempaza los vnculos de la adición socil y a hstoria cienca (o pasadismo), por una agresiva osoa y estéca de l nostla, el senento y la música basada en su esecho vncuo con la rr A parr de esta adción sur un cierto repertorio de ideas relacionadas con la bohema y a pra como frmas de expresión senmenta espontána onadas por las erzas telúrcas del psaje ndo del Cusco (Figura 7.12). Al mismo empo, sin embargo, el surgmiento de un imaaro pictórico y leraro especíco de los indgenistas del Cusc sólo e permiido por el dsarrolo que en esa época tuveron e arte europeo y el movmento vguardista lanoamercano. En Europa, l prmer romancismo, con sus cm pesinos y bohemos, y luego el modernismo, con sus otros" coloniales surgieron como parte d una ampla estructura dscursiva relaionada con a elaboración y reproducción de la derencia social y racial como una esatega consciente de exclusión"58• Esta estratega de exclusión" izo posibe ue los arstas y escrtores europeos se compromeeran con la cutura industril y con el oro" colonal rnsfrmando tl encuentro en un acto estéo de producción ultural burguesa Para l arsta del Cusc, d la misma manera, lo que permó l indígena salr a la supercie como tma dl discurso culra peruano de principios del siglo x e el dscurso excluyente ue rodaba a la stética bohemia y a su sucesor, el moderismo vuadista, y no las idolo ías pictórcas o representaionles del personae ingena, ue los indigenstas rchazaban de una frma clara. Esta explosión discursiva a través d la cual el indo" igresó en el imainaro arsco peruno y poco desués al ima ginaro polc, esaba relacionada con los debats ue se desarrolaban en l Cusco n torno a do de modernizar las relaiones de produción tradi ionls, y con la orazaión y violnia poltica de los propios iníenas, ue se haía cada ez ás vdnte. st escenario económio y socil de elos cambios onóios y soiales inciados dsde abajo, onstiuyó el smulo para que los inelectuales perus hablaran, alente, sobre el asta entonces probido tema de: los indios. ste cambio en l discurso, si embargo, también tendría implcacions especícas para l dsarrolo de la ctura ftográca y la moderna econoa vsual en el Cusco Una vz ue s abía superado la división onptua gemica entre la ftograa y el ar,  uandG la ftoólo a abía asado "

Hussen 1986, p. vi.

4

DEBORt PoL

Figura 7.12 Autoretrato pintando «Azares y óleos andinos» (igueroa Aznar, Cusco).

de moda, las drecciones en las cuales Figeroa y otros rstas cusqueños orentaron la ftograa esuveron determidas por u nuevo discurso sobre el arte, centrado en la regón. Mientras la Ptria Nueva" del presidente Lgua (19191930) abogaba por la modernización y el capital norteamericno, los polcos y ósofs cusqueños elaboraron una doctrna reonalista y de opo sición basada en el sentimiento y la nmodernidad. Según esta nueva docr na, la críca indgensta celebraba la creavidad individal y el realsmo senmental de la pintura por sus nculos con la nareza. Elos se centrab en la naturaleza y en los indgenas como tems cuya esencia o sentimento no poda ser capturado por el resmo tecnológco (o transparente de l re presentación ftográca.  que el prograa culral de los indgenistas re quea era una determinada recanazación del seniento y el espírtu, con el n de frmar la comunidad recién imagnada del cusqueñismo. Por lo tnto, rechazaron las ftograías reastas" que solamente mostraban a los indge nas empobrecidos que les rodeaban La tecnologa ftográca y el reaso ftográco se restrngieron, por tanto, al domino privado de los estudios ftográcos tanto para teao como para ptura y, en el caso de Figuero, para una serie notable de autorreratos qe demuestran el interés de los inigenstas en constr idndades anardstas o bohemias qe algún da puderan plasmar la cultura neoidia dl Cusco.

CAPL VIII

NEGOCIDO

L

MODERAD

EXOS EA ftogaa de una ma de Cusc (Figu 8.1). No conozco sus nombes. No estoy segua sobe cundo se tomó es toga, pobblemente a icios de a década de 1940. De hecho, n sique etoy segua e sabe quén a tomó.  mia Cabea no paece est de cueo en cuál de los dos hermnos e el vedadeo" ftóg, Filbeto o nto1• Hallé esta ftogaa en 1987, ente guns polvoents cjs e negtos de lámns de vidio que lguna vez petenecien    Cabea de Cusc, peo que ecientemente había sido compd po u inito de  vesgación con sede en es ciudad. M amig F eboó u contacto a pa de la lámna.  impmó en nuesto cuto oscuo de Cusc, en papel o: me paece que e papel Potiga. En ese momento es stó  todos. Creo que estabn ipesionados po o modena" que pecí esta toga. Te hce pensa, me dijo alguien, en el tabajo de la ftóga ine Abus Es el lente gan angula. Los ostos distorsionados". 'bién son as poses ígidas", dje, ecodando ms propios reatos ezados coo pte del abajo de campo. Elas hcen que la gente no paezc ntul". El negato originl de esta iustación ahoa pertenece a la Fototeca Andina, un achvo de togaas históricas de Cusc, donde histoiadoes, antropólogos, cuadoes e intelectuales pueden escoge iágenes para sus lbros, invesgaciones y exposiciones. Guardé mi copia de la fto en ua cja de papel Ag, que no es e po de cosa que se supone sea usda paa guard ftogaas. Es probable que Fran depositaa una to en su casa, tl vez gu dada de un mnea más segura y tmbién menos ecodda. Poque p m, de guna mnea, e reato siempre me viene  la mente. Ente los cientos e reatos de ma que ran y yo hemos hecho esucita de los acivos de Cusc y Lima, po alna rzón ésta se quedó en m mente. Habiendo incia

Ambos hermos toma ba n togra fa s, a un que sólo Cristo, que había esdiado con Ma n Chbi, llegó a t rabajar como ftógraf a empo completo (navnte 1995 p. 11)

[243]

NEG

L

MODERIDA

245

do el libro con el relato de i propia experiencia como retrata, ahora quiera cerrarlo reexonando obre eta tograa, a manera de interrog te obre cómo ha cambiado  propia comprenión del retrato depué de lo vario año que paé umida en el mundo de la imágene dna Pero, ¿cómo debeamo inertar eta tograa anónma de Cuc en un mundo andino de imágene que hace mucho tiempo ha ido conrado en torno a hombre de una clae tan alta e utre, y obre todo, tan renombra do como Humboldt, Didér, D'Orbigny o Fuente? Puedo enayar vara repueta a eta pregnta Una de ea e que la tograa oca de una anera totalmente clara la inación qe eno cuando rmo la imá gene de gente qe e parece y, al o eo, no e arece a nooo Eta e la cinación qe he tratado de entender cuando intenté hallar el entdo de la rma muy diferente como Humboldt, Thbon, Fuente y Figueroa abordan al "otro Algo á concretaente, la tograa tbién evoca pregunta en torno a la técnca, el rmato, la poe y el ignicado, qe he intentado rmular ente a cada una de la ágene que hemo vto. Ahora, in embargo, lego de incurionar por el mundo de la imágene, pue de er má fáci rmular la regunta y la repueta a algna de ea Coencemo con el mantel a uadro que irve como telón de ndo del reato Para  ete mantel irve como una epecie de 'unctum": el punto u objeto cal en una deterinada tograa que egún el teórco Roland Barthe no lleva hacia la to, qe toma netro ojo y nuetro corazón, y que rara vez e lo mmo ara do perona2• L noión de Barthe obre el punctum, in embargo, ólo me permite haar el entido emocional que ete mantel prodce. Para ituar mi interé en un entido ntelectual pieno má bien en la cares de vsite. Ciertamente eto mantele que cuelgan detrá de la familia coo un imroviado telón de n do, me invtn a "leer eta tograa como parte de una hitora en la cual la tarjeta-reato de Didéri, producida a gran ecala, introdujeron en lugare como el Cuc el ambiente y ritual del edo burgué de reato Si e le conidera en el contexto de eta hitora y convención ocial, incluo el hecho de qe el tógra haya elegido el lente gran angular ene un ignicado acional. Si en rma imultánea e extiende el epaio y e exagera el ángulo del plano ontal de la imagen hacia u improviado telón de ndo, el lente ha aydado al tógra a elaborar un epacio cúbico y cerrado, imilar al de un edo, a parr del epacio abierto del pao exteror de eta aa popular en la cual e tomó la tograa T importante omo eta convencione rmale es qe una vez que penamo en todo el mundo de imágene, comenzamo a darno cuenta Bates 1981.

24

DER Po

cuán famiares somos con esta rma de miar las tograas como si er parte de un arvo elaborado de imáenes que irculan en nuestras mentes como objetos omparables e intercambiables. Aí, omenzamos también a entender l impacto que la cares de vsite de Didér ha tedo en nuestra propia culra tográca, y las rmas sutiles en las uale esta culra se entrecruza y a la vez se deencia de la comprenión que esta famila hubiese tedo acera de la togaa y el reato en el Cuo de hae medio siglo. Asimsmo, nos gute o no, hbmo de admr qe este mato no invta a leelo como parte de otro ah, má velado, de la tograa raia. Miramo la tograa y pensamo,  luo lo deims: "Bueno, la muer de atrá, aquella vesda de nego, ae má iígena que ls otr. De a omen zamos a examar las ota ra. "El hmbre del cno es alto y tene rasgos diferentes. Probablemente no a d la amia. Lugo tal vez de mo conclur: "Es el padrno de n que etá en la prmera la. Y los adr nos cusqueños, como lo sabe cualqer antroólogo, s eligen uuamnte en la lase alta y, si es posible, en el gruo étnco que se considera alto. En reu men, son más rcos y más blns. Connuado on nuestro cálculo del pa rentesco y genealoa raial, ntns dm did qu la mur q n los "rasgos más indígenas probablemente a la abuela. La tograa nos obliga a enentarno a la pronda bh que una economía vsal baada en la lóca de la equvalencia y el nguje del o racial, ha trazdo en nea propia relación "críca con esa imagen muda. Fialmente, podrís qerr avenarnos aún má en las prndi dades de nuestro subconscient cítio y conesa las rmas en la cale detrmndo vlores etétis  tln en nuetra reaiones ane tale togras. L omparaión n Dine Abu n es irelvante aquí: Abus e, r esto, noida   tgaas de en q de gú mdo ían mnales paa los etánd d l q la ultu oidtl i dan "rml y "bell. En eta toga de C, l lnt gan gul h ahaad lo cuerpos y,  el  d o hmb qe án  l exe m, ha dtosionado su . Cm inttu y tóga dm end qe eto es podd   ent. Sin emrg, el t im d de  ditrión e itmnt t. Cmo l ugiió nta t d Fents, desués de todo l tétia nin a nl d l enta y ó ridalmente en el intelet. Algo qe na iión   t d  a iu d  , entoes,  ayd  d  es d t dmd d sa de q la equilen,  z y  éa  tnt e nt í cías mo en nuestro imgi vuaes. Sn embarg, n q t n l id d q  t  l m vial, n    iión, l y t, d -

NEGI

L

MODERIDA

247

 modo han coloizado iemediablemete nuesto iaaio o el a gaio de esta milia de Cusco. Tato la modenidad como la togaa o asutos egocables. La togaa, ideeetemente de lo que pe a, o uede "lasma la ietia de alguie Y tamoco la "moderni a cioa de ua maea uime o si coastes e todas las erso a y cutuas. Estas esoas e Cusco e los años cuaeta, o ejemplo uabemete ha ccea su oia comesió eculia aceca de a eva demaas qe es ataba el Esta euao modeizado abi ha oetad las oe,  ó e  y os esoaes to áos c e óga a i atao aa qe les tome la toga a Qiiea exama más eseete estas omlejas egociaciones  t a a meia, la aza, la ettica y el e e un ojuto de aos tás toma o óas e Csco e la meas déca a e slo x. A iga que Fuea yo taba emos examinad e el aío ateo- muchos e estos óas aeeo su ate e os ele ates estuos ogács de Lima y Aequia De igual mae su trabajo ate co el e Fiueoa u ites e el eao, la ideaizació y a ma ulació e as das oeas aciaes, cuales y tcas que costtuen la ietia e el Cusc. Auque au de ls tógas etaba fama zas co los debates itelectuale de los igeistas que alimetao la oa e Fiuea, oos tabajo e os mágees e la sociea ustraa de Cusco. a este último guo de eastas, los abstactos ebates y olmias ue deao las scusioes itelectuales e esos tiemos acca de la cultura ada y de iígea del Ade, e vieo eslaos o las esioes  execia comeciales e sus eoajes tabajades y camesios Paa es  letes de los estuios togács e Cusco, que gab aa se to aados, las eqetas "idio o "aio cooaba meos co el mesaje eeto del oyecto moeista e los iigeistas que co la oítica scmiata e la sieda ca, a f y al cabo ua sociea ecida e tmios tcos y e cla

RTOS

DE

FAMILA

La miias cusqueñas de iciio el sigo  escogían a su tóga se  citeios  eso, eco y eutaó A s vez, esa eutacó ea pro to de su ieela. U tóga veao comtaba e una eevsta azaa e 1986: "D aa e ex ua toaa estea y marav a, ls ua a e ae,  a ea es escoa  Tal o  Las aas e y  aa biia eme be e  e

24

DEBoR Pl

snas que son muy conocidas en la localdad"3• La elección del ftógraf, de esta manera, constuía una decisión consciente de aarse a la clase" de la gente que también ba a ese esdo. En el esecho tejido social de Cusco esta elección er más aún, un asunto relativmente púbco. En tal sociedad era dcil que los membros de la amlia tuvieran retratos tomados si que alien les hubiera infrmado sobre el costo y el lugar al cual iban. Además de su uso evenal como icono recordatorio l rol que con más ecuencia asociamos con la imgen amar, a prcipios del siglo x la ftograa ar e primero y antes que nada  intercambio o negociación simbólica ene el ftógraf y la a cuya ftograa tomaba n esta sociedad serrana étnicamente mixta y en trane de experimentar veloces cambios, las milias establecí su idendad y estas a través del acto púbico de ser ftogada por un deternado ftógaf o esudio, y no a través de las vistas relativamente pridas del mismo reato o imagen. Desde su invención a icios del siglo X el arte del reato ftográco, como hemos visto en el capíto v, cumpió el papel de moneda universal, cuya circulación sivió para dndir y poner los cimientos de los estndares representacionales de la identidad buruesa en tanto tipo culral y pictórico. Una mercancía crucial que la mayor parte de los estudios de Cusco tea en venta, ea el acceso a estas convenciones representacionales euopeas. S embao, si bien el ftógraf de estudio enenado en Lma podía suger frmatos, arreglos y ambientes que según él correspondían a la última moda del reato de estudio, la amila tena el derecho, a por lo menos opar en la elección de eso, colocación, pose y ordenamiento del grupo. En otras palabras, la relación contractual de los miembros de la ama con el ftóraf les dab deecho a opinar sobre la elección de sus egos ftogrcos que los pos" e tapadas, mulatas e dígenas rara vez habían dsutado. Por atarse de un género de ftograa, el reato de amilia en este capítulo dere así de la mayoría de imgenes zadas en los capíos anteriores, por dos importantes rones: Pero, las ftograas eron tomadas con la colaboración de las personas a ftograase Segundo, se tentaba ue estas imgenes eran vistas por las mismas personas que vemos en eas, y no por un observador desconoido y a menudo exanjero. Es esta úlma caracterísca la que permió al estudio de reato su status privegiado como medio a través del cual los discursos raciaes, las elaboraciones visuales y los nacionalismos culrales anazados anteriormente llegon a encarnarse en autoimgenes y, mente, en las identidades de los pueblos andios de las muy dversas clases sociales. Ya no se trata de una representación pasiva ya

Entrvsta a Davd Sas, Cusco 1986.

NI

LA

MODERIDA

249

qe la ftograa de reato e una expresión de la conciencia del sjeto d qe será mrado, reconsido y recordado por la actual y las ras genracio nes. En una medida aún mayor qe el reato dvidual, la ftograa d a proporciona n epacio excepcionalmente provocador para explorar ea proyección de identidades e ideales. Por ser la institción social ndamenal de la sociedad de Csco, la mila proporcionó el telón de fndo neeaio delant del cal las aspiraiones personales de un individo podrían er tazadas y pestas al descbierto. Esta inmidad frtiment reveladora e los reatos de mila se omplementa con la identidad social colectiva rmada por aqellos egos qe se entrecrzan y qe confrman el grpo mar. Con ecuenia, e el reato invdal de na persona, las poes eandaizadas y la colocación de determinados accesoros, propios del eso brés, mestran la pretensiones d clase como n elemento más o menos natral de la idendad personal. En el reato de mila, s embargo, las apiraciones relativas a estats y clase se revelan my nídamente a avés de las demandas a veces contradictoras planteadas en frma indvdual por cada no de los miembros de la mila. Estas demandas personale y aspira cine de stats también se expresaban en el cambiante terreno de la iendad racial.  conucción de la raza en n reato de ama andino era el prodcto de la posr la bicación y la proporción. Eas convenione fr males etablecían los mitados márgenes al interir de lo cale lo indvi dos podían manplar la acipcine racizada" de ecia pesas ante ellos por na soiedad en la cal cada relación social eab encadrada necesariamente por las etiqeta de meszo, blanco, indi y chl Comencemos con l retrao de dos de la prncipales as de la clase alta csqeña. A partir de a iremos bajando" la escala soial para examar las frma cieramente derente en qe lo membro de la clases poplares" de Csco negociaban lo lengajes ftográs de clae, raza y género. Lo reato de la claes altas de Csco, com ocrre en cai tdas las partes del mndo, revelan na amaidad y natralda con el propio frmato e reato. Para e personaje, el contexto del e fográco era na experiencia altamente maleable y milar.  Romainve, pr ejemplo, elgieron para s reato de ma n frmato qe pera exprear s sita ión soci (ira 8.2).  madre Maa de Romainve y  hjo mayor cnfrman la base de na pirámde e descendientes. La posta e ésta, aí como s mrada ireca, sirven para etablecer la derencia ene s propia perona y s relativo poer , y la perna y el poder de s hjo mayor, qen ene la mrada ja en aln pnto haia la izqerda y detrá el tóga.  mae, mentras tanto, ata na preencia claramene atarma, e n

250

Figura

DBOR 1 PLE

8.

Familia Romainville (Cusco).

clso domiante Por ser la generadora de os otros persoaes de la to, la contratante de la tograa y la propetara de las terras y pantas mactreras de la ma, María de Romavlle constrye na magen atoconteda y atoscente de sí msma como cabeza de na a nclear bresa Despés de todo, ella rmaba parte de na de las más acadalaas mlas de terratenentes y comercates de Csco La ma Yábar, en comparacón, era a mla relatvamente me nos adnerada y menos mponente (Fgra 8.3) Era, como recordaremos, la milia en la cal el tógra Feroa Aznar había ngresao a través del matrmono A drenca de os Romave, cyos ntereses abarcaban tanto la manuctra como la agrcltra de captal tensvo, los Yábar basaban ss pretensones de clase y estas en ss ndos agraros traconales bcados en Pacartambo El grpo de mla extensa qe mestra la toraa qe Feroa tomó a la mlia Yábar, reeja la culra tradconal del hacendado, con s herenca cooa y ss raíces olgárqcas En este caso es partcularmente mpresonante la centradad de la abea (quien tambén es la abuela paterna de la esposa del tógra S stats de tronco mlar está señalado claramente A través de ella, rodeada por los descendentes cyo centro es el personaje de mayor edad de la ma, la fama Yábar converte esta to en na dad atocontenda de empo, longevad y remembranza, para las tras generacones El círclo expansbe reemplaza a la prámde

NEGIA

LA

MODRID

251

Figura 8.3. Famlia Yábar (Figueroa Aznar, Cusco).

autocontenida de la mlia nuclear de los Romnve mentras el carácter aberto del pato y el espaco del zagun acenan la lón de espaco y ampludnherente al retrato de grupo que ha sdo hábmete ordnado. Los deales de mia y género de a clase alta eran remedados transrmados y progresvamente renterpretados en la medda en que la esca socal ba bajando". En la gura 84, por ejemplo la madre asume como María de Romaivle a postra y bcacón de una matrarca ndadora en la base de la pirámide conrmada por los hijos. Empero a dferencia de María de Romainvle as aspracones de la mjer para elevr s staus ocal se revelan de vaias rma probemátcas l tradconal vestido español que ela vste y su pose cas cómcamente arreglada contrastan con la actitud toarmatva de María de Romaive ente al tógra y ente a sí ms ma. A direncia de esta últma un persoaj dámicamente moderno el rol de esta mujer como matrarca tende más ben a mostrarse pétreo o inmóvi. Su actud soldicadora hacia la uidad miliar que ela se ecarga de preser var se ve rerzada por aquellos elementos pctóicos que marcan l staus colcvo ascendente de los miembros. Estos elaborados sigos de status i cluyen e hijo clérigo el eto vesdo de terno el telón d ndo pintado y

252

DEBOR 1 Po01.

Figua 84 Retrato de fmilia (Cusco).

rmal del estudio,  una mbra arrugada4• A diferencia de los pisos planos  el vacío espacio posterior de la to del grupo milar autosuciente de los Romaville, la identidad de esta milia requiere ostentar estos signos externos de status social. De una manera similar, mientras los hijos de la mlia Romaiville parecen miembros obedientes, espontáneos y dócles de la mila, denidos  uidos por la presencia pasiva aunque conada de la madre, aquí los miembros más jóvenes de la mia esán literalmente puestos en su siio por el erte brazo de su madre. Los retratos de las clases medias aún en ascenso o emergentes revelan estas erzas cenrígas al interior de la ma exensa a través de u conjunto de señales Alguas parecen ser creaciones otalmente individuales, reme dos con pretensiones de clase; otras, pareciera errores sintácticos ivolunarios comeidos en la apropiación de la cultura tográca europea En la gura 85 el grupo de ma esá compuesto, una vez más, por la madre  los hijos• Su

El enviar a uno de los hjos a cler era una de las rmas más comnes qe las ias aspirantes de ls estrat más bajos de las clases terrateientes saban para mejorar su posición social. En comparación, era rao qe la mias de los gandes teratenentes o de la incpiente bresía, como l RmanviUe, enviaran a sus hjos a einaro 5 Por un lado, a mayoría abrumadora de los retrat de faa qe hemos halado en

NEIAD

LA MODERI

253

Figura 8. Retrato de fmilia (Cusco).

poscón de clase está sada ostensblemene por la conversón del pao en esudo tográco, un gesto ecuenemente adopado por as que no podían tener acceso a los tógras que cobraban ars muy as. A gal que en los estudos burgeses eropeos, los accesorios corresponden al mol de clásco. Imitan las columnas que eron predomnantes en odos los es dos de retratos del sglo X. Además, los miembros de la mlia muestran u peódco, guantes, un reloj, un re de jugete, o una acttud que se expresa en la novedosa moda de su traje, sus aneojos de sol o su vesdo. Estos efec tos personales señalan la pretensón de moderndad que cada persona mai esta con respecto a la mia, colecvo del cual rma parte. La poscón socal ascendente de esta mla está enmarcada, en un extremo, por las den dades aparentemene profesonales - vez médco, abogado o nelecal proyectadas por los cuaro hjos de pe y, en el otro, por la vestienta campe sina tradicional de la madre. Las dos hjas han blanqueado sus rostros para la togaa en un gesto que sgncaba, al gal que sus poses y acttud, dsan carse de la madre ya cas nvsble al centro de ellos. los archivs d Cusco no incluyen varons adultos. Por otro lado, los archvos clían un núro casi int nr d tgrafas d vnts públics u ociales n ls culs práctica mnt no hay ujeres.

254

DEoRAJ 1 PoL

El emblaqueciiento ci e una herramienta comú uzada en os esdios ogrács de las ciuades andas En otro ejemplo, los rstros de las dos ujeres parecen haber sido storsionados de manera estrabóica. (ira 86). En lugar de banquear sus rostros con cosmétcos o incluso con hara, e ógra eligó "mejorar la raza de ellas alterand el color a través de la emulsión Este inteno de "ejoraieto racial se nuestra de ua manera icuso más torpe por el moo defecuoso como el tógra se aprpa de la sintaxis tográca europea El ijo aopta una pose casua y estilzaa, que constituye una remniscencia - ta vez una itación, eca a istancias del tógraf e aquelas que se usaban en retratos de mias coo ls Roaivie. Esta mia prvicaa carente e uiez en el ia tográco e clase, sn embargo, está mrcaa empátcaente pr la inclusón e la sirvienta o "mucaca En ess temps, las "ucacas rara vez se n clían en u retrato de as mlas buresas o de clase alta. En la to esta jven, a uen n se a asignao una psción en el espac el telón e n, carga al bebé e una rma ncómoa, con el n de que el bebé aparezca cn a mla en el espac dedo por el nd blanco Está descalza y su rostro no ha si blanqueado. En la tograa e las mias de clase alta e esa época los bebés casi sempre estaba puestos en el centro de a tograa En ugar de estacar el staus e case que su presencia ebea expresar, la incómoda posición e la criada lama la atención hacia la pare e adobe que está

Figura

8.6.

Retrato de fmla (Cusc).

NEG LA MODERIDA

255

aás de ella. Es posible que a obsedores más acostumbrados que nosoros a las frmas riualizadas de la fograa de esuo, les llamaría la aención ese po de pared por la ausencia de cornas, columnas y accesorios con los ues los es udos más eleganes" consuyeron la recud moral y el carácer" de sus personajes reaados. En la sociedad provincial, y odavía oene radicional de las ciudaes serranas como Cusco, la amia esaba consiuida seg su ubicación an en las realidaes maeres de la jeraquía e lase de Cusco, como en la imagaria eéa de la dsición y color que en la cosmología del Cusco uano onsiuía a raza". En las fograas de a que hemos omado en nsideración hasa aquí, ese componene rai se muesra de ua mane a ás obvia en los inenos habacanos que los fógrafs realizaban con el n de blanquear los rosros de las mujeres.  crear en el papel fográco un esro permanene e la ma, mosrándola como blanca" -, en e enaje de Cuso, mejorada" la fograa ransfrma el mundo imaginario de a disción racial en un hecho concreo y maeri: la idenidad raci mejorada  n de la ma es regisrada para la poseridad, expuesa en la repisa, e vocada riuaene como prueba irreable no sólo del prísino saus raial de la ma sino ambién del hecho msmo de la raza. Sin embargo, la cuesón de la raza va mucho más allá de los rucos osméics del blanqueo. Cieramene, en esos reraos la raza se expresa más claramene a ravés de un lenguaje de negación, pues cada ia ha compueso su auoimagen coleciva a ravés de su propia exclusión respeco a mundo serrano, campesino e indígena que esá era de su marco. Aunque la manera de exclusión varía en el grado y po según las aspiraciones de clase de sus proponenes, el eeco es, en gran medida, el smo. Los reaos de mila de la emergene clase meda, así como aquellos de la a burguesa, esán visual y socimene consuidos como un muro que iene el objeivo de separar o negar la implicancia real de cada ia on e enorno rural, provnciano y deciddamene no burgués en el cual viven.  rsfrmar esa aspiación en maerial perdurable y areco visual, el reao fográo jugó un rol cenral en senar las bases de la consruccin ieológa de la raza  omo una supuesa onera biológca y siológica que sepra y de esa manea consiuye, grupos poblaionales derenes. Es posibe que el ro echsa el reao fográo haya sido especiamene acenuado en una ciudad como Cusc, donde las dsinciones vívidas y verdaderas enre los grupos énicos o ulurales era mucho más compliadas que lo que ales reaos y muhos anropólogos nos inducen a creer6. comprenin acerca de la elabración tográfca se ha construido baj el cncept de Metz del "ef ecto externo al marco, a tra vés del cual las tog as adquieren la calida d M

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DEBORl PoL

Pero, ¿cómo es que este mecanismo evasivo o estrucrador opera en el caso de los campesinos y los trabajadores? Varios ftógfs de Cusc trabajab exclusivamente para ese mercado. Sus ftograas, a semejanza de aquellas de las amias cusqueñas más pudientes, representaban un compromiso ene los estándares adquiridos de hábies ftógrafs de esdio, por un lado, y las necesidades e idendades de las personas que posaban, por el otro. s mujeres reatadas en estas ftograas, por ejemplo, se eserzan por parecer anquilas y seguras. Su actud ante la cámara es unas veces menos frmal y más inclusiva que aquella de las mujeres de la clase alta. Para ellas la ftograa era un lujo y un aconteciiento; sin embargo  aquí aparece la dierencia entre las mujeres de la clase alta y las mujeres de las ias de clase media) en sí misma no consye un acto de autodeción. En la ra 8 7, por ejemplo, vemos a una mujer cpesina, o t vez abajadora, y sus hijos. La relación entre las dos mujeres mayores, que po drían ser hermanas o madre e hija, es incierta. De un modo simiar, otras relaciones entre los personajes sentados de esta ftograa no están marcados frmalmente en la composición de los personajes. Los os ya no constuyen los adornos o tesmonios bien vestidos de la vida ar como lo eran, por ejemplo, en el reato de los Romainville. Por el contrario, son personas cuya presencia social y ftográca habla por propio derecho y de su propio derecho. s jovencitos aparecen con gorr lo que los dene como niños urbanos que tal vez trabajan - pronto trabajarán en las plantas textiles de Cusco. Las muchachas mayores proyectan una personalidad y presencia que no depende  tampoco recha a la(s) persona(s) igualmente autosuciente de su(s) madre(s). El tema de la mayoría de los reatos de las clases bajas de Cusco, sin embargo, gira alrededor de acontecientos como conrmaciones, matrimonios, entierros, primeras comuniones. A partir de las ftograas de este po es dici dicernir las jerarquías y las relaciones existentes entre los personajes, a dierencia de los reatos de las milias de clase alta, cuyos personajes han sido cidadosente ubicados. Los personajes de la ftograa (Figura 88), obviamente, pertenecen a una misma a extensa, aunque su composición precisa no está pensada para confrmar una imagen que pudiera servir como una ftograa de la amilia per se. En oas imágenes, no se da la separación rigurosamente mantenida entre la milia y el marco, característica del reato de amilia burgués como género (Fira 89) El tema de las ftograas no es su propia estrucra sino determinados acontecientos donde los grupos n o de feche. Metz arma que la toraa se diferencia del cie en la natureza de su estructura y en las rmas en as cues esta estructura "seña e ugar de una ausencia irversibe, un ugar desde e cual a mirada ha sido apatada para siempre (198 p 87

NEIAD

Figra 8. Retrato de fmilia (Cusco).

LA MODERI

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DBORAJ 1 Pol.E

Figura



Retrato de fmilia (Cusco).

igura

9

etrato de mia (usco)

NGIA

LA

MODERID

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tienen delimitaciones jas o rígidas. Como si esvieran pronosticando las acdes de los campesinos modernos ante la ftograa, todos aquelos que pueden hacerlo se han apretujado para poder salir en la ftograa. Esta relación dierente con el espacio denido por el margen de la ftograa es, más que cualquier oo ctor, lo que separa a las ftos de las milias de cpesinos y de trabajadores, de aquelas de sus paisos de las clases altas. Por un lado, esta discrepancia muestra las dráscas dierencias en la estrucra miliar. Para la mila campesina anda los dersos tejidos de parentesco ral, a través de los cuale los miembros de la a establecí alianzas con otras clases sociales y grupos étcos, constuía un componente intrínseco de su identidad social. De un modo sar, debido en parte a los requermientos del trabajo agcola, las relaciones de reciprocidad y cooperación entre parentes colaterales y anes eran cada vez más íntimas y más extendidas que los ideales de la amilia burguesa autosuciente. En suma, la ma nuear, aunque era importante por estar confrmada por los parentes con quienes se vivía, no era el frn cerrado y autoconstuido de idendad, como sí lo era para los miembros de las clases media alta y alta de Cusc. En comparación, la milia cusqueña de clase media, se idencaba social y ftográcamente por su separación del conjunto de indígenas que la rodeaban. Como resultado, el propio acto de ser ftograado consyó un medio para consolidar - incluso inventar la dierencia racial que puera asegurar esta separación.  respecto, e por lo menos parcialmente a través del arte" de la ftograa, un arte ertemente naralista y de stas jo, que los cusqueños de clase meda llegaron a asur erencias culrales más que como un gesto consciente de reiterada autoarmación, como algo aprendo y cuidadosamente ctido, de modo que el personaje y la mila se manteng aparte del resto. A avés de su frmalización, como parte de la representación ftográca de sí smo y de la milia, tanto la cultura" como su compañera constante, la raza, adquirían el aura de cosas reales, concretas, observables y ciencamente cuanticables. L ia campesina anna, en contraste, no estaba parcularmente interesada en probar su identidad culral o racial. Y de ial manera  su ser social ni su ser ftográco e concebidos como un acto de exclusión u oposición. Para estas aas, todavía ni la culra"  la raza" habían sido naralzadas como un signo echizado de dierencia.

VISIÓN, R Y MODERNIDAD

Este breve repaso por el abundante archivo de reatos de aas andinas, muesa el rol crucial que la economía vsual en eneral, y más especícamente

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DR PoL

a ftograa,  ugado en la frmación de os os raciales modernos. L a" en sí misma y or sí misma siemre a sido y sie siendo u conceto imugnado y, sobre todo, resbaladizo. Incuso ya en el sio X, cuando el racismo biológico" suuestamente tenía el domio suremo, no abía dos teóricos que esvieran de acuerdo en el contenido o siquiera en la deción de ra" Un co de signicados aún más cotradictorio oeró en las comensiones oulares sobre la raza. A, las ideas sobre la aariencia visual, el color de la iel, la siognomía y la erencia, se entrecruzaban con los uos y reujos subterráneos de los preuicios, las emociones, los senmientos y las creencias que han ido surgiendo a través de la istoria Foucault }a uesto énsis e n el heco de que la raza es un discurso de vacilaciones"7• Sin ninn ndamento claro resecto a la apariencia biolóca o sica, la ra" - ial que la sexidad, para Foucat debe ser costantemente reinventad revocada y resucitada hablando incesantemente de ella, reriéndse a ella, deéndola y negndola Esta dináca e muy clara en el Cusco de inicios del sigl x donde las devastadoras caídas del mercado reonal de lanas y una serie de violentos levtamients camesinos en la década de 1 920, eron sedos a nivel local por proyectos indigenistas que prougnaban una idendad cultural y nacionadad que eran reinventadas or las incursiones del primer Estado moderno y nrmalizador del Perú. En t context, no resta exagerad decir que la cuestin de la raza era cnstantemente ivcada y debada en un intent pr dar sendo a las cambiantes plícas de cultura y de clase El reato cusqueñ de a suere que la ftgraa ad a ansfrmar este discurso vacilante sbre la raza" en un conjunt de caracteíscas  rasgs concrets, obseables y ciencente cuancables, que la imaginacin ppular deseaba cn el n de otrgar send a tl cncept La ftgaa l lgaba a través de la frmalización y ccacin del lenaje de la pse y el gesto a avés de ls cues las persnas y as de ls Andes se repesentaban y veían a sí mismos Las ftgras sugieren, sin embargo, que hay ds frmas de cncebir la interseccin entre la frmación del sujet y el lenguaje del reat ftgrác, ue ha sido modelado en térns raciales. La rimera frma, apyada r ls escritos de Foucault cree que el proceso de sedimentación racial en el reat ftográco cnstituye una accin discinante de la visión, or ser ésta una tecnología que plasma las subjetividades sen una determinada visión de la modernidad que, en su mayr parte, ha sido elaborada y centrada en Euroa Esta lecra da frma a mi comrensión de cómo y or qué las clases

Foucal, pafaseado en Stoler 1995, p . 72.

NEG

L

MODERIDA

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alta y media de Cusco se apropiaron de las convenciones ftográcas euro peas y de su lenaje de disción. M enda lecra sie un hio algo más utópico de la moderndad, para buscar lo que Pa Giroy ha denomiado la mutación culral y la inquieta (s)contindad que sobrepasaba el dscurso racial e impedía que sea aprehendo por sus propios gestores" 8• Esta lectura provene de m comprensión acerca de la frma en que los reatos de las clases populares parecen desmantelar y subverr el conjunto de arcios que eran inerentes a las ftograas de etudo. Sugere que en estos reatos de peronajes trabajadores y campesino las tecnoloías destinadas a encarnar y confrmar la raza, el po, y la propia ftograa, han ido reencnadas y han encontrado resistencia9• Como antropóloga, soy ecépca en lo que concierne a mi capacidad de responder a preguntas en torno a las moderndades, el ser, las resitencias e idendades de los cusqueños, simplemente a parr de mrar las fto. Incluo despué de mi travesía en el archivo hitórico, me ha quedado una cierta incomodad para hablar de la mda imenes de etos peronajes andno. L que espero transmitir a parr de la obserción de esta personas, e una idea sobre el poder con el cual etas ideologías uaes y estas tecnologías viuaes hubieron de sedimentar y materiazar lo dcursos abtracto y con ecuencia contadictorio de la idendad racial, étca y de clases que aaviean nuetras propias vda, de la mima manera como sucede con lo persona je andinos de las ftograa. En el campo de la ambiedad y uidez que la raza" contuye, la tograa y las tecnologías suales del po" que lo precederon jugaron un rol crucial en la producción del propio concepto de la ra". Eto ocurre a avés de la producción de la evidencia material de que la raza" y su lógica de proporcionar comparabidad, intercambiabdad, equivalencia e intercambio, exan no sólo a y en el mundo sino, de un modo más cerco, aquí, en los cuerpos de nooo mimo y de quiene no ro dean. Es igualmente importante señaar que la ftograa proporcionó, como hemos visto en los casos ue son dierentes en otros apecto de los indgestas y los ftógrafs de eso de Cusco, un frmato a tavés del cual cada persona poa cambiar su idendad racial restrándola en la ilusación ftográca que es el medio concreto, realista, y basado en la tecnoloa que, por tanto, consye un medo cienco. Como lo he argumentado, esta tecnoloa y la ideoloa racial que adó a reazar y concretiar, frmaron parte de una economía su en la cual Gilroy 1993, p. 2. Pr oto lado -más pesimista-, los ret ratos pueden ser f ácmente leídos como

a propiaciones na decuadas dél eso y disnción que dieron rma  meo ser t ográfco europeo.

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DEBOR PE

dos prcpios eron el doino total. El primero se reere a la cualdad dscipnante de la sión en tanto tecnoloa espacial. Este mpulso iscplnante aseguró que nuestras miradas" del mundo como la mrada de Hboldt icluyeran un arcio estructurador a través del cual las ágenes podan ser espacalzadas, segregadas, echzadas y, nalmente, separadas del mundo que representan" Este aspecto particular de la economa vsual de la moderndad ha sido teorzado en alún oro lugar como un producto de cambios iternos en la moderndad europea. He planteado que es imposible entender la lógca económica de equivalencia e intercambio que anma tanto a los regímenes vsuales modernos como a los lenajes modernos de la dierencia", sin tomar en consideración la expeencia europea ente al mundo no europeo". El sgundo prcipio de la economía visual se reere al ujo o circulacón de imágenes. A su vez, esta circulación requea que las imágenes er desarraigadas respecto a sus reerentes materiales, de modo que pueran ser compadas con otras imágenes y, a través de esta lóca de equvalencia, llegaran a constur una realidad" de eas mismas Esta lóca es tal vez más clara en el perodo de las caes de vsie de Disdé Estas caes y su circulacón, no obstante, contenan las losoas suales que la precedieron, en torno al tpo, artculadas por hombres como Humboldt, D'Orbigny, Rugendas y grd, mucho antes de la invención de la ftoaa. Para nuestros propóstos, lo que es más nteresante en toda esta historia es el hecho de que estos remenes que dscplnaban la vsión y arculab los pos" no siempre esveron claramente adscrtos a proyectos raciales o ncluso omo el caso de Humboldt a algún interés paricular en la raza. Más aún, siguiendo a Foucault, debemos pensar en los entrecruzamientos de los iscursos visual y racal, en tanto caractescas de una frmación epistémca en la cual la visión y la raza se han orgazado a través de los mismos pricipios de equalencia e ntercambio sin necesariamente estar causal o históricamente vnculada. El caso de los Andes o de América del Sur es scinante para reexonar acerca de las frmas en las cuales, en el sio XIX, los scursos raciales y vsuales convergían. L'homme amércane de D'Orbigny e publcado en París el mismo año en el cual Domique Franois Aago hzo su amoso anuncio de que la ftograa había sido ventada por Daerre. Aunque esta con uenca en el tiempo e una pura coincidenca, vo importantes implicancias para la teorzación y vsualización simultáneas de la raza en Amérca del Sur. Para los anopólogos y para los teórcos crícos interesados en la histora de la vsón y/ o de la raza, Amérca del Sur se ha converdo en un lugar especialmente interesante aunque no necesaramente únc para invesgar el lugar que las tecnologías y los regímenes suales ocuparon en el pensamieno racial moderno.

NGIA

L

MODERIDAD

6

Como Raymond Wiams lo ha señalado elocuentemente en su estu dio de las imenes de la ciudad y el campo, el origen de cuquier imagen o idea parcular conrma un horzonte en constante reoceso0 En m inten to por zanjar la cuetión del signfcado de la visión y la raza en el contexto ano, he ubicado un tenue punto de origen en el romance de la Ilustración ancesa con lo Incas. Durante este período, cuando las óperas, las novelas y la hitoria naturale exploraban el signfcado de la historia Inca y las posibi le del encuentro europeo-anno  nvel de la sensualidad, uría un di o aunque dicernble conjunto de iágenes en los Andes, un espacio de po ibiliade utópicas irrealzadas. El incio de m trveía en la Operáca Inca, también constuye una frmación obre el lugar donde n m opinón deberíamos situar los orí enes" tanto del penamiento racil moderno como de la economa visul de l modernidad. Se ha astado mucha tnta ntentando decir si la idea de rza" es vieja o nueva dónde ha nacido", y cuán contnua ha sido en la storia de la sociedade europea. Por supuesto el racimo", al que yo de fría como la moilación del poder (desigul) de acuero a principios de prejcio que pueden tener - no tener algo que hacer con la aprencia de una perona, ciertamente no es nuevo. L que he armentado en este lbro,  embargo, es que en un período que corre dede fne del iglo XI hata prncipios del siglo XIX, en Euopa suró una cierta concepción acerca de la raza. Ee período coincide con la ruptura epistémca que Foucault ha situado entre lo regímenes cláico y moderno del conociiento. Tmbién coicie con la periodizción e su hitoria de la moderna sexudd (europea).  ituar los orígenes del pensamiento racial moderno en eta mima coyntur, no quisiera ecir que too lo que tata de la moerna iea de raz ea nue o". El dicuro rcil e poeroo preciamente por l rma en la que cnumente ree y pone en moiento nua comprenione acer ca e la renci l apriencia, l fionomí y l moralid11• Para arg mentar ue lo moerno reímene rcile on nuevo', por tanto, he op to por miar no ólo la tranrmacione en lo ifcao que se aia l térno rz", ino tmién la tranrmcione prela que ocurrieron en lo dicuro vule y en la tecnol epacizadora tales como el po o l iión De et manea, al exanar la comprenión de Buon acerca e la raza, me he centro en u concepto obre la epecie. En el cao de Humbolt he anlzado u iea de ión" y epacio fionóco". Fl mente para entender cóm e que lo peruano Fuente y Figueroa pusieron

!O 11

Wias, 1973. Foucault 1991 1992; Stoler 1995

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DR PoL

n acción el discurso racial, h alizado sus idas d nación, bllza, saj  art. n cada caso, los cambios n la idea d raza" uden sr vistos como art de una historia aralela, cuyo contnido stá confrmado or tcnoloas visuales y esaciales A l, sugero que las frmas mistosas, e incluso soterradas, en las cuales los discursos raciales actúan a avés de la historia son más diciles si no imosibles de entender si sólo nos centramos en la raza" El roio carácter evasivo de la raza" es el indicao más oderoso de su oder, de su capacidad para dirigr nuesas roias concepciones sociales y pocas, y de su resencia en la confrmación de la modernidad Tbién constuye un cador de que el scurs racial nunca puede ser entendid en sus proios términs A trazar la tortusa trayecta del cncepto de raza a través de una storia de la visión, este bro armenta, no tant a vor de una esecha adecuación entre las histoas de la raza y la visualidad Ni, mucho menos, intenta armentar a vor de una simple relación causal entre ambos Pero al situar la raza memente l inteor de la economía sual de la moderdad, odemos repensar las frmas en las cuales estudiamos  teorizamos la raza,  las frmas en las cuales la pensamos como un componente necesario, e inclu so como un elemento confrmador, de la modernidad euroea

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28 29 2 0

. 38 Incidente en Cuenca; La Condae  778 (Rare Books and Mnuscpts Division New York Pubc brary Astor, Lenox y Tiden Foundatios). [ 48 Incas; Frezier 1716. [ 49] Las minas de Potosi; Bacheer 1 720 p 52 Virgen del So; Ve au Pérou en 1790. Biblothque Nationae de France) [. 53] A ch e de Les Indes Galantes Rameau y Fuzeler 1 735. [. 63] a pricesa peruaa rapada de Templo de Sol; Gray s/  (Fales Lbrary New York University Lbraries). [ 64 a princesa peruaa Gragny 1 752. Rre Book and Manuscript Lbrry, Columbia University). [. 66] Aegoria de a Coquista Marmontel 1 777 [. 67] niciación de Cora como ua Vigen del Sol; Maronte  777 [. 7 Muerte de ora; Maronel 1 81 9 .

31 32 33 34 35 3.6

p 84 p 88] p. 9 p. 95 p 98 p. 9

41

 1 1  Taaas; ujo a ápizJ oa ori Rua aac ai Sau uc   1 5 ucio de ua pelea de gaos acuarea oc r ibliothue atioa de Frace. p 116 Mojas y co co tapaas acuarela oc ra iioe aoae de Frace). p. 1 1 7 Tapaa oo obre pape J oha ori Rua aatie Grapice au Muic)

22 2.3 2.4 2.5 26 2.7

4.2 43 44

abio de coor de piel; Buon 1 749 Llaas Buon 1 749. Abra e Quiiu e a ordira de o s Ades ubo 1 81 0 Disecció d los Ades; uboldt 1 805 Ruias  Cañar uo 1 81 0 Roca  iGuaicu uolt 1 81 0.

LUSTRCIONF,

45 4 47 4.8

49

5

289

[  22] iesta popula en las eas d ima (iesta de Sanun en Aances); oleo; ohann Motz Rugenda NG Bng, ondon) [  26] Mesza e india; diuo  lápiz; once Angand (Biliothque Naonale de ance). [  26] Indias costeñas; once Angnd (Biliothque Naonale de ance) [  2 Muees idias; éonce Angd (Biliothqu Naonle de ance) [  29] Tapadas e la plaza; oleo; oha Motz Rugendas (Cotesa Calos Ma Bates) .

  

[. 1 36] Cholas Ca e de vsite, al bum ''Types et coutumes indiens du Péou et de la Boliva" (Geoe as House, Rocheste, New Yok) [. 1 3 Retato de ua muje de clase alta de a. Foogaa Couet (Geoge astma House, Rocheste, New Yok) [ 1 43] steeogaa: l ete donde los jefes natives esistieon a los Españoles e el S. XI"; fogaa Ameican Steeoscopic Company U.S ibay of Congess) [  47] Teesa apac, 41 años, de aza muy pua, levada a Pais po el mascal Sata Cuz" (Colection Weine; Photothque , Musée de lHomme, Pais). [ 1 48] Caes de visie de Bandoleos idígeas" (Colectio Weine; hooque, Musée de lHomme, Pais) [.  50] Cagadoes de aua Cates de vsie, album Types et coutumes idies du éou et de la Boliva" (Geoge astma House, Rocheste, New Yok)  [ 1 5] Despiojadoes" Cate de visite, lbum Types et couumes idiens du Péou et de la oivia". Geoge asa House, Rochese, New Yok). [ 1 3] Hombes seados y muchachos pados. Cte de sie, album Types et cotumes idies du éou et de la Bolvia". Geoe Easa House, Rochese, New Yok) . [. 1 4] E maoso o Jesus" y l a daó co tes cabezas"; abum 9 phooaphies de bovie oetes a la Société de Géogaphe de Pais, pa M le D LC. ibo, consu de Bolve a Buxeles 7 jui  885" (Sociéé de Géoapie de ais) p. 1 56] holas bolivaas; caes de vsite; album 9 phoographies de bolivie oees a a Sociéé de Géoaphie de aris, pa M. e D LC. thibo, cosul de Bolvie a ueles 7 jin 1885" Sociéé de Géoape de Pas). [ 1 60] Ideas boliviaos; caes de vsie; abum 9 hooapes de bolie ofees a la Sociéé de Géorapie de ais, pa M. le D  tibo, cosl de olvie a Buxeles 27 jui 1 885" Sociéé de Géoaphe de ais) ! 161] aadoes; caes de visie; bum 92 photoapes de boive ofetes a la Sociéé de Géoaphie de ais, pa M. le D. .C tibo, cosl de Bolve a elles 7 j  1 885" (Société de Géoaphie de Pas) [ 1 6] Ocios; caes de visite; olectio Wee; hototque, Musée de Homme, ais) p 168] Rerao hablado de M Sadibal; (Beilony ein 190. p 1 6] El apato de Beo e oivia; (Beilony Chervin 190 p 71] oaa esteeoméca"; (Beilony Chein 190 

1

p 1 8 ade J  aza; abado ( Fuentes 1867a)

52 5.3

5.4 55 56 5.7

58 

50 511 512 13 5.14 5.1 

290

DEeoR PoolE

Ptada d ma� aad (Fentes a) ia; abad (Fentes a) mña; tfa (Fentes a Zama; tafa (Fentes a da d a mtaña; tfa (Fentes a Na; aad (Fentes a mña; tafa (Fentes a

6.2 6.3 6.4 6.5 6.6 6. 7 6.8

[. 1 80] . 189] [. 190] [. 19] [. 193] [. 199] [. 20]

7.1

[ 208] Autretrato; togafa Figuroa Ana; copia modena hcha p Fan Aa (Crtía Lui Fiua Yabar) [ 220] Boh; togafa Fua Aa; cpia modrna hcha p Fr Antman (Ctía uis Fiua Yaa) [ 222] Saón au d Monseñ Yab; tgafa Fiua Aa; cpa mda hecha p Fran Antmann (Cortía ui Fiua Yaar) [. 223] lta; tgrafa Figera An; cpa moderna hecha por Fan Antma (Crtesía Luis Fiueroa Yaba). [ 223] Rtat d a amia Yabar; tgafa Fguera Ana; cpia modena hcha p Fan Antmann (Ctsía ui Fguera Yaba) [. 232] Indgena pico"; toafa F!ea Ana; copia mdera hecha pr Fran Anan (Cortesía ui Figura Yaba) [ 232] Gup de teato; tgrafa Fiua Ana; cpia mdrna hecha po Fan Antmann (Ctía Li Figuea Yaba) [ 233] Auttato; togafa Figuroa Anar; copia moderna hecha pr Fan Ana (Ctía Lis Fiua Yabar) [ 234] Autato; tografa Figuroa Ana; cpia moderna hecha por Fan Anann (Cotesía Luis Fiueroa Yabr) [ 237] Eudio para el grupo de teatro Ollantay; tgaa Figuroa Ana; cpa mdna hcha po Fan Antmnn (Crtía uis Figueroa Yabar)  238] "L que ueña l vajr n l Palaci dl t"; tgafa Figueroa Ana; copia modrna hecha p Fr na (Ctía ui Figueroa Yabar) [ 24 Autoreato pntando 'zares y oleos andino "; tografa Figueroa An; copia modrna hecha po Fr Aann (Crteía Luis Figuroa Yabar)

7.2 7.3 7.4 7.5 7.6 7.7 7.8 79 70 7 .1 1 72 81 8.2 83 8.4 85 86 87 8.8 89

p. 2] Retat d miia; tografa Cabrera; cpia moderna hecha por Fran Anann (Fototeca Andia; Centro Bartolomé d a Caas; Cuco) p. 250] Rato d la amiia Rmaine. [ 251] Reato d a miia Yaba; tografa Figueroa Anar; copia moderna hecha por Fran Atmnn (Crtsía uis Fguoa Yabar) . p. 252] at d mila (Mueo Histórc Regiona; Cusco) [. 253] tat de mia (Mueo Hitórico Regoa; Cuco) p. 254] tat d amia (Museo Hitórco Regional; Cuco)  [ 257] Reato de miia; togafa Cabrea; copia mderna hecha por Fr Antmann (Fototca Andna; Cntr Batomé d Las Caas; Cuco) [ 258] Rtato d mia; tografa Cabra; cpa moderna hcha po r F Atmann (Fottca Andina; Centro Batolmé d a Caas; Cuc) [. 258] Rtrato d mia; tografa Cabera; copa modra hech a por Fr Anmann ttca Adina; Cnto Batlmé d as Caa; Cusc) ·

Deborah Poole - Visión, raza y modernidad - una economía visual del mundo andino de imágenes

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