Cuento de Terror 40: "El Escritor y Sus Fantasmas"
Como alguno de ustedes quizás sepa, mi nombre es Mauro Croche y desde hace algún tiempo publico historias de terror en mi sitio web 666cuentosd 666cuentosdeterr eterror or.. El blog por suerte suerte tuvo una ascensin meterica meterica y actualmente es visitado por miles de personas por d!a. Muchos de esos visitantes, lo s", llegan al blog de casualidad, y tal vez unos cuantos ni siquiera lean una sola historia# otros las leen y no les gusta# y otros, que teng tengo o la espe esperranza anza sean sean la mayo mayor! r!a, a, perc percib iben en que que el mate materi rial al es lo su$icientemente bueno como para quedarse un rato a leer un poco. %" que no soy &orges ni 'arc!a Marquez, y nunca lo voy a ser, ser, pero mi traba(o tiene bastante aceptacin entre los lectores, y eso a m! me basta para hacerme $eliz. )o que más más me gusta es el contac contacto to con los los lectores lectores.. *e conocido conocido,, a trav"s de este medio, gente muy interesante y divertida +guay dicen los espa-oles, chida dicen los meicanos, copadas decimos nosotros los argentinos/, a las cuales les he tomado cari-o pese a que nunca las vi personalmente 0y con toda probabilidad, dadas las distancias, (amás lo haga. Creo que eso es lo me(or de esta eperiencia, lo más estimulante, y lo que seguramente recordar" cuando llegue a la historia número 666, el gran ob(etivo, y de(e de publicar a trav"s de este medio. %in embargo embargo +siempre hay un pero en las historias/, tambi"n tambi"n he conocido, pese pese a m! mism mismo, o, otro otro tipo tipo de gent gente, e, la gent gentee que que de algú algún n modo modo representar!a el 1lado oscuro2 de esta eperiencia. 3or $ortuna son amplia minor!a, pero cuando aparecen, lo hacen con la $uerza destructora de un huracán grado cinco. Muchos podrán decir que me lo busqu". Cuando uno escribe escribe sobre sobre demoni demonios os antigu antiguos, os, can!ba can!bales les,, vampir vampiros os y mucha, mucha, mucha mucha sangre, es lgico atraer este tipo de personas. )o que nunca de(a de sorprenderme es la variedad tipolgica que al parecer pulula en la red. )os hay desde $anáticos religiosos, que me auguran el 4n$ierno por escribir sobre el 5emonio +con este criterio, la persona que escribi la &iblia, o al menos la parte del pocalipsis, en este momento debe estar asándose como un pavo dentro del horno/, gente que cree que realmente contacto con esp!ritus y me solicita ayuda para hablar con uno, otros que directamente me llenan la casilla de email con groser!as irreproducibles7 *ayy much *a muchas as an"c an"cdo dota tass al resp respec ecto to,, algu alguna nass dive divert rtid idas as,, y otra otrass sencillamente inquietantes. 8al vez un d!a haga otro post contando todo lo que viv! por tener un blog como este. 3or e(emplo, hace poco un tipo, que $irmaba como annimo, puso el siguiente comentario en el cuento de terror 9:, titulado 1El *orror2; 1ui"n <>ui"n te dio permiso para escribir mi *istoria=2. *istoria=2. 3ara 3a ra los que que no leyeron leyeron el cuent cuento, o, trata trata de un tipo tipo que se come come a su mu(er muerta. Es muy posible, posible, lo s", s", que se haya tratado tratado de la broma de alguien que no ten!a nada me(or que hacer. 3ero lo cierto es que, en el momento que le! el comentario, yo estaba solo en la casa, era de noche y esas palabras me impr impres esio iona naro ron n bast bastan ante te.. %obr %obree todo todo esa esa 1*2 mayú mayúscu scula la en la pala palabr braa 1*istoria2. ?o s" por qu", pero me pareci un detalle muy convincente; el tipo de detalles que pondr!a un trastornado capaz de dar un mordisco al brazo podrido de su esposa. Me apresur" a borrar el comentario y, por $ortuna, no volv! a tener noticias de este usuario.
)o último que me ocurri +y que en parte es motivo por el cual escribo todo esto/, tuvo que ver con un incidente bastante etra-o, que todav!a me pone la piel de gallina al recordarlo. Empez en $orma de un email aparentemente trivial, hace dos semanas atrás. 5ec!a lo siguiente +las $altas de ortogra$!a están corregidas, pero salvo este necesario detalle, es literal/; 1?@% 'A%8? 8A% *4%8@B4%. ?@% 'A%8 8A @BM 5E E%CB4&4B. 5E%EM@% *CEB8E A? 3E84C4D?2. Como en ese momento acababa de inaugurar en el blog la seccin 1*istorias a pedido2, naturalmente pens" que se trataba de un tema para algún cuento. unque no de(aba de llamarme la atencin el uso del plural, algo in$recuente en los mensa(es de correo. Bespond! que no hab!a problemas, que me di(eran de qu" iba el pedido. )a contestacin que recib! me de( pensando un par de minutos $rente a la computadora; 1>AEBEM@% >AE E%CB4&% %@&BE ÉL2. Es curioso cmo a veces $unciona la mente, la $orma en que los pensamientos recorren pro$undos y sorpresivos recovecos, estableciendo coneiones que segundos atrás cre!amos ineistentes. 4nmediatamente despu"s de leer esto, pens" en Bobert *oward, el creador de la serie de $antas!a "pica que tiene como protagonista a Conan, el &árbaro. *oward se suicid en :F6, y según la leyenda, al $inal cre!a que Conan de verdad hab!a eistido, en un mundo ya olvidado para el hombre, y que las historias que "l cre!a surgidas de su imaginacin, en realidad eran dictadas. 5ictadas por Conan. *oward dec!a que incluso pod!a sentir su presencia, la pesada y lenta respiracin detrás suyo, mientras tecleaba sobre su vie(a máquina de escribir. Me imagin" haciendo algo similar, sentado $rente a mi laptop en las horas más pro$undas de la noche, slo que con otro tipo de presencia a mis espaldas. )a presencia de Gl. %ab!a qui"n era Gl. ?adie contactar!a a un hacedor de cuentos de terror para escribir sobre Hesucristo. s! que borr" el email y sal! de mi casa para tratar de olvidar el asunto. 5e nuevo eist!a la posibilidad de un ignoto bromista, pero de todas maneras no quer!a que un asunto de mal gusto ocupara mucho espacio en mi cabeza. 8en!a otras cosas en qu" pensar, los eámenes en la Aniversidad se me ven!an encima y no pod!a perder el tiempo con unos supuestos adoradores de %atán. Cuando regres", horas despu"s, ten!a un nuevo mensa(e; 1I? ?@ BE%3@?54%8E ?AE%8B@ 3E545@2. Me sent" $rente a la computadora y les respond!. Con toda la amabilidad posible, les di(e que se equivocaban de persona, que yo no era el indicado para escribir sobre algo as!. Envi" el mensa(e y de inmediato, como si hubiesen estado a la espera de mi respuesta, me lleg el siguiente email; 1%@M@% E) 3@)J84C@ K ) BE)4'4D?. %@M@% ) L4B'E? K ) 3B@%848A8. %@M@% E) 3B@'BM5@B K E) *CEB. *@B %D)@ )8 E) CB@?4%8. K E%E EBE% 8I. L4E?8@% 5E CM&4@ %E LEC4??. ?@ *K 84EM3@ >AE 3EB5EB K 8A L@)A?85 E%8N %AHE8 ) L@)A?85 5E )@% %4E8E2. l parecer ya no quedaba lugar para la duda; mi blog estaba siendo visitado por elOlos tipoOs más escalo$rianteOs de su corta historia. Lolv! a borrar el email y luego no recuerdo qu" hice, tal vez com! algún sándwich o mir" la tele, hasta que se hicieron las doce de la noche. Esa es mi hora $avorita para escribir, es como una cábala, as! que me dispuse manos a la obra y, ca$" de por medio, comenc" a traba(ar. En menos de cuarenta minutos ten!a un cuento corto de terror, a mi parecer bastante aceptable,
sobre un ni-ito que es visitado por una bru(a en el d!a de su cumplea-os. En ningún momento pens" en los locos adoradores del diablo; lo bueno que tiene la escritura es que te abstrae de la realidad y en mi caso sirve como un cable a tierra. Me par" para estirar los huesos y sal! a tomar un poco del $resco de la noche. Cuando regres", el cuento hab!a sido borrado y la pantalla estaba en negro, a ecepcin de una nota en el bloc de Pindows, que advert!a; 1?@ >AEBEM@% >AE E%CB4&% %@&BE E%8@. E%8@ E% 4CC4D?. E%8@ ?@ %4BLE. >AEBEM@% >AE E%CB4&% %@&BE ÉL. C@?%45EB E%8@ C@M@ A? 5LEB8E?C4. %&EM@% >A4E? EBE% K 5@?5E L4LE%. %&EM@% >A4E?E% %@? 8A% %EBE% >AEB45@%. K C@?@CEM@% 8A ?IMEB@ 5E CE)A)B2. En ese momento, mi vie(o celular, un aparato totalmente vetusto que nunca me molest" en reemplazar por los nuevos y maravillosos smartphones, comenz a vibrar sobre la mesa. Me acerqu" y mir" la pantalla; era un número desconocido. 3or supuesto nunca atend!. l otro d!a llam" a mi vie(o amigo de la secundaria, 3ablo ernández, que es un cracQ de las computadoras. )e cont" de mi problema +omitiendo entrar en detalles sobre el origen 1demon!aco2 del asunto/, y le pregunt" si pod!a recuperar el cuento perdido, dado que el sistema, luego del ataque, hab!a quedado en $alla +1catastro$ic $ailure2, dec!a, un poco apocal!pticamente, el mensa(e azul de la pantalla/. Mi amigo trat por todos los medios de recuperar los datos perdidos, y de hecho logr rescatar la introduccin del cuento, pero lo demás result un problema indesci$rable, incluso para una mente asquerosamente cibern"tica como la suya. 1ue un ataque muy grande, y tendr!as que sentirte agradecido de haber perdido solamente un cuento. 3odr!an haber entrado a tu cuenta bancaria con las claves almacenadas, y haberte de(ado desplumado en un santiam"n2, trat de consolarme. Ko le agradec! la ayuda y le di(e que no se preocupara por el cuento, que probablemente no era tan bueno como hab!a cre!do y de hecho tal vez $uera una basura total. 15e aqu! en adelante, te sugiero que escribas los cuentos a mano. @ con tu vie(a máquina de escribir mecánica2, me di(o. )e respond! que me volver!a loco si ten!a que hacer algo as!. 1Entonces desconectá 4nternet cada vez que escribas algo2, $ue su e$ectiva solucin $inal. s! que aqu! estoy, escribiendo este largo mensa(e offline, con el cable del mdem desconectado. ?o volv! a tener noticias de aquel misterioso usuario, y espero de verdad no volverlas a tener. Me gustar!a decir que no qued" a$ectado por el asunto, pero mentir!a. &aste mencionar lo que me ocurri ayer a la noche, mientras escrib!a una historia a pedido para una de las $ans más entusiastas y cálidas, Celamar . 5eb!an ser la una de la madrugada, el resto de la casa dorm!a y yo estaba agazapado delante de la pantalla, escribiendo lo me(or de la historia, cuando de repente cre! sentir algo a mis espaldas. Ana especie de respiracin. 5e(" de escribir y mir" hacia atrás, tan rápido que las v"rtebras de mi cuello emitieron un cru(ido. ?o hab!a nada $uera de lo común, pero por supuesto yo ya estaba comenzando a sentirme intranquilo. Begres" mi atencin al cuento, trat" de terminarlo, pero constantemente ten!a el impulso de girar hacia atrás para veri$icar que no hubiese nadie. rustrado, guard" la historia inconclusa y cerr" el Pord. pareci el $ondo de pantalla, que muestra el logotipo de Pindows delante de un $ondo negro +antes del ataque ten!a uno de los dragones de Ciruelo, pero todav!a no me molest" en regresarlo a la con$iguracin/. Li mi imagen
re$le(ada en la pantalla, y durante unos aterradores segundos, tambi"n cre! ver algo más. lgo que asomaba por detrás de mi hombro derecho; una cara, una cara que era humana pero al mismo tiempo no lo era, de$ormada por gestos de odio u horror. %alt" sobre mi silla y volv! la mirada hacia atrás, pero all! no hab!a nada. Cerr" la notebooQ con rapidez y me dirig! hacia el dormitorio, (urándome a m! mismo que no volver!a a quedarme tan tarde escribiendo historias de terror. )a oscuridad trae cosas. )a negrura atrae más negrura. veces es me(or no tentar al 5estino. Mand" mi vie(a cábala a pasear, y ahora escribo de d!a. -