Crisis e historia: algunas consideraciones consideraciones sobre la economía europea occidental en los siglos XIV y XVII
Fernando Rosas Moscoso *
EL CONCEPTO DE CRISIS EN LA HISTORIA Crisis e historia La investigación histórica en las últimas décadas ha introducido una serie de instrumentos teóricos que contri contribuy buyen en a facili facilitar tar el proce proceso so de anális análisis is histór histórico ico.. Las Las nocion nociones es de estruc estructur tura, a, coyunt coyuntura ura,, acontecimiento y otras, han contribuido a una mejor comprensión de los procesos históricos que viven las las soci socied edad ades es.. En ese ese sent sentid ido, o, la noci noción ón de cris crisis is es otr otro de los los conc concep epto tos s que que est estan ando do profundamente ligada a la historia es tomada, desde hace relativamente poco tiempo, como una herramienta teórica de primer orden para conocer determinados per!odos históricos en donde diversos indicadores materiales y mentales evidencian "uctuaciones particularmente intensas, alterando los niveles de vida de l a sociedad en su conjunto. #sado desde antiguo, el concepto de crisis sedujo primero a cient!$cos de la naturale%a y luego a los cient!$c cient!$cos os socia sociales les.. Lo primero primero que salta salta a la vista, vista, al tratar tratar de de$nir de$nir &crisis& &crisis&,, es el error error constante en considerarla sinónimo de decadencia, descenso u otros elementos negativos, cuando la real realida idad d nos nos mues muestr tra a un proc proces eso o mucho mucho más más comp comple lejo jo,, en dond donde e se entr entrem eme% e%cl clan an aspe aspect ctos os ( contradictorios. En ese sentido, el historiador belga Leopold 'enicot , en un te)to que constituye uno de los más claros enfoques sobre la noción de crisis en la historia, llama la atención acerca de la necesi necesidad dad no sólo sólo de preci precisar sar ese ese caráct carácter er compl complejo ejo de las crisis crisis sino sino tambié también n de veri$c veri$car ar las informaciones y, $nalmente, la &realidad y la gravedad del supuesto fenómeno&. En todo caso, la noción de crisis en la historia tiene que ver con la e)istencia de tensiones a nive nivell del del cuer cuerpo po soci social al,, que que llev llevan an a una rupt ruptur ura a de los los equi equili libr brio ios s e)is e)iste tent ntes es en las las dive divers rsas as estructuras. *s!, la econom!a, la sociedad, la pol!tica o los elementos de la mentalidad colectiva, pueden, en determinado momento, evidenciar tensiones, desequilibrios o desajustes, que ponen en compromiso los procesos regulares regulares que vive una sociedad determinada. Es evidente que la noción de crisis en la historia se aplicará con mayor facilidad a los procesos económicos, ya que los elementos cuantitativos aportan pruebas privilegiadas de los desequilibrios, puntos de ruptura o di$cultades. +esde los aspectos agr!colas a los elementos $nancieros, pasando por la producción industrial y las "uctuaciones monetarias, todo lo económico permite un diálogo intenso con la noción de crisis. Los aspectos sociales también posibilitan la aplicación de dicha noción en ellos la cuanti$cación nuevamente cautiva más en el análisis, desde la demograf!a a los !ndices de tensión social, social, plasmados plasmados en revuelta revueltas, s, insurrec insurrecciones ciones o, eventualme eventualmente, nte, revolucio revoluciones nes todo ello permit!a permit!a mantener enfoques cuantitativos de la crisis pero con una cada ve% mayor presencia de los aspectos cualitativos. La crisis pol!tica también surge, plena de evidencias a lo largo de la historia, los trastornos pol!ti pol!ticos cos siemp siempre re están están prese presente ntes s pero pero su anális análisis is admite admite di$cul di$cultad tades es mayor mayores es por sus propia propias s limitaciones. -ás complejo pero no raro es el análisis de la crisis en el plano de las mentalidades en ese conte conte)to )to,, los mecanism mecanismos os de medici medición ón tropi tropie%a e%an n con di$cul di$culta tades des,, es el ámbito ámbito en donde donde la medición de la crisis requiere de análisis que permitan determinar climas de sensibilidad. omo se puede desprender de los aspectos ya se/alados, medir la crisis es una de las tareas fundamental fundamentales es al aplicar aplicar esa noción noción al análisis análisis histórico. histórico. omo se/ala se/ala 'enicot, 'enicot, se tiene que medir la gravedad, en qué medida los indicadores se alejan de los puntos de equilibrio se tiene que medir la e)tensión, determinar qué elementos se encuentran comprometidos y qué espacios comprende. La duración es otro de los elementos sujetos a medida, planteando esta tarea di$cultades importantes, pues ciertos indicadores pueden fácilmente ser considerados &estertores& de la crisis cuando ya forman parte de restaurados equilibrios. En todo caso, la noción de crisis aplicada a un proceso histórico constituye un elemento muy importante para su comprensión si es que el historiador no se deja seducir por los simples indicadores cuantitativos, por las generali%aciones y por las e)plicaciones que se apoyan en un factor único y 1'E0123,
Léopold. 4sobre la noción de crisis en la historia a la lu% de la 5aja Edad -edia&. En6 La crisis en la historia. 'énova6 !vico 1nstituto olombiano. (789. pp. :;:<.
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espec!$co. =or otra parte, siempre se debe tener en cuenta que en el interior de la crisis están presentes aspectos positivos, o que la misma crisis en su conjunto puede estar vinculada a un proceso de consolidación. En ese sentido, convendr!a retomar la antigua vinculación del concepto de crisis con las ciencias de la naturale%a y, espec!$camente, a esa conocida relación del estado de crisis en el diagnóstico médico, cuando tiene que ver con el punto cr!tico en donde el enfermo supera el estad!o más comprometido de su enfermedad y logra su recuperación o cae derrotado bajo el impacto del mal. Tipología de las crisis La complejidad del análisis de las crisis en la historia y, a su ve%, el gran número de crisis que se pueden advertir a lo largo de los procesos históricos, hacen pertinente intentar establecer una tipolog!a de éstas. Es evidente que todo intento en ese sentido debe reconocer la multiplicidad de casos y las numer numerosa osas s variab variables les de anális análisis. is. abe abe resal resaltar tar que la propu propuest esta a debe debe ser consid considera erada da como como una posibilidad más para facilitar su comprensión y análisis. En el análisis de las crisis se pueden establecer cinco factores de distribución tipológica6 Por su composició, composició, considerando los elementos que la conforman. En ese sentido la crisis puede ser6 -
!lo"al# cuando cuando todos los aspec aspecto tos s de la vida vida del hombre hombre en socied sociedad ad se encuen encuentra tran n comprometi comprometidos, dos, presenta presentando ndo indicador indicadores es económico económicos, s, sociales, sociales, pol!ticos pol!ticos y mentales. mentales. =or =or ejemplo, las crisis de los siglos >1?, >?11 y >>.
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Parcial# cuando Parcial# cuando solo uno o dos de los elementos se/alados muestran fuertes desequilibrios. Es evidente que la alteración de sólo uno de los aspectos in"uye en todos los demás, pero en este caso, los análisis de e)tensión, gravedad y duración no permiten e)tender el carácter cr!tico a todos los elementos. Es el caso de las crisis económicas espec!$cas, producto de fenómenos climáticos o colapsos accidentales de centros de producción.
Por su aturale$a u orige orige,, las crisis pueden ser6 -
De %atig %atiguo uo tipo%# tipo%# cuando están fuertemente vinculadas a un desequilibrio en términos demográ$cos o de subsistencias. aso de la crisis del siglo >1?. >1?.
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De %ue&o tipo%# en tipo%# en donde los aspectos industriales y@o $nancieros constituyen los más importantes desequilibrios. =or ejemplo, la crisis del siglo >>.
Por su e'tesió, e'tesió, en tanto se dispersa por espacios que pueden ser delimitados, en ese sentido la crisis puede ser6 -
!eeral# cuando !eeral# cuando involucra espacios continentales o mundiales. 0uevamente se evidencia en las grandes crisis seculares de los siglos >1?, >?11 y >>.
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Local# en Local# en tanto compromete áreas limitadas geográ$camente, sea en la dimensión de pa!s o región. =or ejemplo, las crisis que vivió la %ona norte del pa!s durante el fenómeno de El 0i/o.
Por su (recuecia, (recuecia, pues al anali%ar los procesos históricos se pueden establecer relaciones con otras situaciones de crisis que permiten identi$car caracter!sticas comunes o singulares. +esde esa perspectiva, la crisis puede ser6 -
Cíclica o típica# cuando típica# cuando las relaciones llevan a establecer ciertas semejan%as a través de un carácter recurrente. El ejemplo más claro estar!a en las llamadas crisis seculares del siglo >1?, >?11 y >>.
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Atípicas# en Atípicas# en tanto no se puede de$nir una recurrencia espec!$ca. En otras palabras, no se pueden $jar ciclos de recurrencia, término que no necesariamente debe entenderse como repetición. Es el caso de crisis locales.
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Por su e&olució, e&olució, en tanto su estudio, más allá de los mismos márgenes de la crisis, evidencia que corresponde a una determinada condición general, que puede ser6 -
De crecimieto# crecimieto# cuando cuando la crisis crisis no sólo sólo no afect afecta a en sus últimas últimas y más complej complejas as implicancias, sino que $nalmente favorece un proceso de e)pansión en las estructuras comprometidas. Es el caso de las crisis de consolidación del sistema capitalista Asiglos >1? y >?11B.
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De decadecia# decadecia# en en la medida en que su connotación dentro de la evolución del proceso histórico anali%ado es eminentemente negativa, manifestándose en términos de disolución o contracción. =odr!a considerarse la crisis del siglo >11 a.. en 'recia o la del siglo ? d.. en Coma.
abr!a también hacer la distinción entre la noción de crisis aplicada a cualquier etapa o per!odo de la historia, dentro de lo que podr!a considerarse una perspectiva macrocr!tica y que posibilita el ya se/ala se/alado do anális análisis is compa comparat rativo ivo y de recur recurren rencia cia y la perspe perspecti ctiva va micro microcr! cr!tic tica, a, aplica aplicada da a una organi%ación, a una actividad, etc., y a condiciones espec!$cas y momentáneas por las que pasa una sociedad en su proceso histórico. Dinalmente, queda pendiente establecer algunos puntos de referencia respecto del posible carácter estructural o coyuntural de la crisis. i nos atenemos a las apreciaciones que se/alan el carácter casi perm perman anen ente te,, late latent nte e o endé endémi mico co de una cris crisis is,, tal tal como como lo hace hace 'eni 'enico cot, t, se visl vislum umbr brar ar!a !a una una naturale%a estructural en las crisis y podr!amos entenderla como una caracter!stica de las estructuras históricas, tal como el cambio o la contradicción. =ero si consideramos la estrecha vinculación del estado de crisis en un proceso con la coyuntura, predominar!a ese estado coyuntural que estar!a "uido y naturalmente relacionado con el carácter &circunstancial& que mani$esta toda crisis. onsideramos que ambas interpretaciones no tienen por qué e)cluirse, pues todo proceso histórico encierra, en potencia y por ello permanentemente, los &gérmenes& de la crisis, pero la e)plicitación de esos factores potenciales se materiali%an en la coyuntura. En otras palabras, la crisis es inherente a los procesos históricos y se hace evidente en la medida en que se produ%ca una ruptura en el equilibrio y en la dinámica propia de los complejos procesos que involucran la e)istencia del hombre y de las sociedades. omo se/alamos hace un tiempo6 &La crisis es presente, pasado y devenir, como una especie de remolino en donde se va me%clando todo en una dinámica tremenda&;. E(o)ues históricos de las crisis #na revisión de los diferentes estudios históricos de las crisis nos permiten advertir un gran conte)to de análisis de microcrisis, en donde masivamente los historiadores se han volcado a tipi$car, comprender o presentar situaciones de crisis en diferentes instituciones, organismos, organismos, sectores sociales, áreas de la producción, etc. *s!, se puede estudiar la crisis de valores en la *tenas del siglo ? a. ., o la crisis del equilibrio europeo entre (8FG y (7(:, pasando por el gran tema de la crisis del *ntiguo Cégimen o la crisis de los misiles en la época Hennedy. En ese sentido, la producción historiográ$ca es inmensa y variada. =ero al margen de esa revisión microanal!tica de la crisis surge una evaluación de los grandes per!odos de crisis o de lo que podr!amos considerar como crisis generales y globales en ese conte)t conte)to, o, la re"e) re"e)ión ión se conduc conduce e no sólo sólo a los aspecto aspectos s propi propios os de la crisis crisis sino tambié también n a apreciaciones generales que tocan el terreno de la teor!a y enriquecen la re"e)ión histórica en su conjunto. +entro de los precursores del análisis integral de las crisis en la historia está Iacob 5urcJhardt, quien en sus Ce"e)iones sobre la historia universal, trata de identi$car las crisis a lo largo de la historia universal y precisa que éstas deben considerarse un signo auténtico de vida. =asando de un historiador del siglo siglo >1> a aquell aquellos os de nuestr nuestro o siglo, siglo, en la actual actualida idad d la inquie inquietud tud por compr comprend ender er las crisis crisis histór histórica icas s puede puede ser impuls impulsada ada por el estar estar sumerg sumergido ido en ellas ellas Ano se debe debe olvida olvidarr que muchos muchos estudios de la crisis son alimentados por la misma crisisB, o por una pasión por el juego de contrarios, vale decir captar esas manifestaciones contradictorias en un estado de equilibrio. En las tres o cuatro últimas décadas los trabajos de Leopold 'enicot, Derdinand eibt, 'uy 5ois, 3. 3. *ston o Ian de ?ries, representan representan hitos importantes para el análisis general de las crisis. -ención aparte aparte merece merece Cuggie Cuggiero ro Comano, omano, quien quien en su import important ante e obra obra oyunt oyuntura uras s opuest opuestas as,, reali reali%a %a un 2C2*,
Dernando. En6 Las crisis en la historia, oloquio 1nternacional. Lima6 #niversidad de Lima, (77:, p. <.
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acerta acertado do y lúcido lúcido trabaj trabajo o de llevar llevar el anális análisis is de la crisis crisis más allá allá de los l!mites l!mites contin continent entale ales, s, planteando un enfoque interactivo de los aspectos cr!ticos tanto en Europa como en *mérica, durante el siglo >?11 se liberaba as! la crisis del &corsé& eurocéntrico, aunque propiamente allende el *tlántico no se pudiese tipi$car de crisis lo evidenciado en tierras europeas. 0o quisiéramos olvidar a Kilhelm *bel, quien en su obra La agricultura6 sus crisis y coyunturas, introduce el tema de la crisis en el importante sector de las subsistencias, o el bello libro de 5enjam!n . Hadar6 -ercanti in crisi a 'énova e ?enecia nel MGG, en donde se combinan magistralmente los tra%os cuantitativos de la crisis con los aspectos de la mentalidad, plenos de vitalidad y sensibilidad, en un mundo urbano efervescente y en cierto sentido dramático. 0o podemos dejar de lado en una perspectiva integral del enfoque histórico de las crisis el tema peruano. En nuestro conte)to poco se ha reali%ado para comprender los procesos de crisis en nuestra historia, que, de paso, se nos muestran con un dramático sentido estructural. *ún as!, resaltan esfuer%os concretos como los representados por la compilación reali%ada por Neraclio 5onilla bajo el t!tu t!tulo lo Las Las cris crisis is econ económ ómic icas as en la hist histor oria ia del del =erú, erú, o el volu volume men n que que publ public icam amos os a trav través és del del ?icerrectorado de la #niversidad de Lima, bajo el t!tulo Las crisis en la historia, en donde se recog!an las ponencias de un coloquio internacional, que contó con la presencia de importantes investigadores del tema de la crisis, como 'uy 5ois y *lbert +ONaenens. Los trabajos de Luis -iguel 'lave, Eduardo +argent y -iriam alas en relación a la econom!a colonial, o de carlett 2O=helan en torno a la sociedad colonial, as! como los de -anuel 5urga y *lberto Dlores 'alindo para la época republicana, constituyen enfoques representativos representativos del estudio particular o monográ$co de las crisis. Es evidente que en nuestro n uestro conte)to conte)to se hace necesario reali%ar estudios de larga duración de las crisis, estableciendo, si fuera posible, la recurrencia c!clica de esos per!odos. Pueda, pues, mucho por reali%ar en el estudio de las crisis en la historia del =erú. LA CRISIS DEL SI!LO *I+ Lieamietos geerales Nasta $nes del siglo >111, Europa occidental se encontraba en un incesante proceso de crecimiento el desarrollo del capitalismo mercantil hab!a permitido desplegar, tanto en el conte)to urbano como rur al, los mecanismos de su dinámica económica. on un comercio internacional distribuido por casi todo el mundo mundo conoci conocido do con con técnic técnicas as mercan mercantil tiles es adecua adecuadas das,, entre entre las que destac destacan an los avance avances s en la contabilidad, el crédito, los seguros, las asociaciones comerciales, la banca, etc. y con una creciente presencia de la producción industrial, inicialmente representada por la te)tiler!a la Europa occidental presentaba una transformación material que ten!a incidencias en todos los aspectos de la vida en sociedad. Los fundamentos de la econom!a feudal sucumb!an bajo el in"ujo de una econom!a urbana y capitalista tanto el campo como la ciudad adoptaban mecanismos y patrones que caracteri%aban a una econom!a alejada ya del autoabastecimiento y comprometida con la búsqueda de la acumulación y el dominio de los mercados. La econom!a capitalista, capitalista, a pesar del notable predominio del conte)to rural, hab!a alcan%ado alcan%ado cimentaci cimentación ón de$nitiva. de$nitiva. En ese conte)to conte)to de capitalism capitalismo o formado, formado, se produce produce una profunda crisis que afecta toda Europa crisis de crecimiento, global, de antiguo tipo, c!clica y general. risis de enormes proporciones y con un impacto profundo en todas las manifestaciones de la vida del hombre de la época. Drente al evidente dramatismo rápidamente se buscan y se encuentran e)plicaciones la más clara y evidente es la presencia de la llamada &peste negra&, que se propaga por toda Europa a partir de (M:8 y que determina una ca!da demográ$ca de grandes proporciones. La peste negra fue as! considerada el factor causante de la crisis, ocultando con su carácter pandémico a otros importantes elementos. 3al 3al a$rmación no correspond!a correspond!a a una realidad mucho más compleja de lo que se supon!a y generó una imagen de la crisis que se nutr!a e)clusivamente de las proyecciones cuantitativas de la mortandad. =or =or otra otra part parte, e, es la cris crisis is de casi casi cien cien a/os a/os de turb turbul ulen enci cias as,, muer muerte tes, s, rece recesi sión ón,, etc. etc.,, espec!$camente en el siglo >1?, aunque e)istan evidencias anteriores, no hay que perder de vista que los primeros indicadores se presentan con el siglo y se e)tinguen con él. Nambre, epidemias y guerra constituyen los aspectos más siniestros del proceso, aún cuando tienen carácter endémico a lo largo de
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los siglos. =or otra parte, en muchas regiones no hay crisis sorpresiva sino un progresivo y lento deterioro. Pueda por presentar una premisa general, que estar!a representada por la interrogante que plantea el t!tulo de un libro de =hilippe KolQ, referido a los siglos >1? y >?6 R2to/o de la Edad -edia o primavera de los tiempos nuevosS Ronsiderar a la crisis como el cierre dramático del medievo o el inicio doloroso pero esperan%ador de la época modernaS 0os inclinamos a dejar de lado el primer camino, por entender que la ruptura con las caracter!sticas propiamente medievales, si es que as! puede puede simpli simpli$ca $carse rse un proce proceso so de e)tr e)trema ema comple complejid jidad, ad, se ha produc producido ido en lo que alguno algunos s han llamado el &renacimiento& del siglo >11 y también nos apartamos del segundo aspecto, por considerar incierto el inicio de algo que ya desde hac!a por lo menos dos siglos se hab!a ido consolidando, que era el predominio de la estructura capitalista, con efectos innegables en todos los aspectos de la vida del hombre en esa época. 0i oto/o de la Edad -edia ni primavera de los tiempos modernos crisis de crecimiento en una sociedad en donde los mecanismos de producción, el incremento demográ$co, el fortalecimiento del poder del Estado, la acumulación de capitales y las tensiones generadas por el c reciente predominio predominio de una econom!a de mercado, rompen con las limitaciones impuestas por el estado de los conocimientos, por el utillaje técnico, por las instituciones pree)istentes, y por el universo mental en ebullición y pleno de e)presiones e imágenes nuevas. risis de crecimiento tanto en las %onas de econom!a avan%ada como en aquellas que no lo eran, pues como crisis global y general, se anali%a desde la perspectiva del sistema y no desde los efectos locales y espec!$cos que puedan presentarse en algunos casos. La crisis del siglo >1?, en una visión inicial con vocación de perspectiva e intención de introducir inicia inicialme lmente nte l!neas l!neas genera generales les de anális análisis is y re"e re"e)ió )ión, n, se nos prese presenta nta como como el primer primer trasto trastorno rno y reajuste de las matrices de las estructuras capitalistas frente a una realidad que plantea una dinámica contra contradic dictor toria ia en sus múltip múltiples les manife manifesta stacio ciones nes y nivele niveles s de e)pr e)presi esión. ón. +el proces proceso o emerg emergerá erán n consolidadas las &virtudes& de una econom!a capitalista y de una sociedad burguesa, as! como el imprescindible Estado e$ciente y los desconcertantes rasgos de una no tan nueva mentalidad que indujo a resaltar el $at lu) del Cenacimiento, cuando en realidad la ruptura hab!a ocurrido qui%ás dos siglos antes. Desarrollo , mai(estacioes omo se/ala ComanoM, el primer sector al que hay que dirigirse para anali%ar la crisis del siglo >1? es la agricultura es all! donde empie%an a manifestarse los primeros signos de la crisis. Está ampliamente estudiada la crisis de v!veres que ocurrió entre (M(< y (M(F, en donde el factor climático tuvo una especial incidencia lo cierto del caso es que la disminución de la producción agr!cola llevó a las autoridades de diversas ciudades y regiones rurales a prohibir la e)portación de cereales, aún cuando los precios de esos productos se incrementaron notablemente. K. *bel registra con especial énfasis los indicadores cr!ticos del sector agr!cola durante esos a/os :. El problema generado por el clima merece comentario aparte. +espués de (M;G(M1, afect afectó ó profundamente los niveles de producción agr!cola. Nay que recordar que los glaciares avan%an as! como los hielos en el océano, impidiendo en ese caso las comunicaciones entre 1slandia y 'roenlandia y ante antes s aún, aún, entr entre e esa esa gran gran isla isla y ?inl ?inlan andi dia a A*mé A*méric ricaB aB.. Esos Esos asent asentam amie ient ntos os nórd nórdic icos os fuer fueron on languideciendo hasta su $nal desaparición probablemente a $nes del siglo >?. En el continente las cosas no estaban mejor, el clima devino más fr!o y húmedo, los glaciares avan%aron cubriendo áreas en las que no se hab!a notado su presencia desde varios siglos antes. abe se/alar que no se intenta revivir el espectro de un determinismo climático pero es evidente que dichos cambios tuvieron un efecto negativo sobre la producción.
3 C2-*02, Cuggiero. Dundamentos del mundo moderno. ap. 1. pp.(G(( 4 *5EL.
Kilhelm. La agricultura6 sus crisis y coyunturas. ap.11. pp. 9M99.
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Drente al impacto climático, el hombre reacciona desplegando su instrumental técnico y sus mecanismos de control social. En ese conte)to, conviene precisar si las hambrunas de inicios de siglo no tuvieron como factor importante el crecimiento demográ$co. omo se ha adelantado, desde el siglo >1 se produjo un aumento de población, tanto en las áreas rurales como urbanas de Europa occidental. *s!, para (MGG, la población de 1nglaterra llegó a < millones de personas y la de Drancia a más de (F millones frente a estos indicadores apareció un doble problema, el de la producción de alimento su$ciente y también su distribución lo que se vio afectado por guerras, agitaciones sociales o incluso probl problema emas s de caráct carácter er burocr burocráti ático co.. 2tro 2tro obstác obstáculo ulo que enfre enfrentó ntó el corre correcto cto abaste abastecim cimien iento to de alimen alimentos tos para para la poblac población ión en creci crecimie miento nto,, estuvo estuvo relac relacion ionado ado con la actitud actitud conser conservad vadora ora del campesinado que se resistió a asumir transformaciones o cambios en el conte)to de los instrumentos y prácticas agr!colas. in embargo, se debe evitar también caer en un determinismo demográ$co o en una perspectiv perspectiva a e)clusiv e)clusivament amente e malthusian malthusianista. ista. omo se/ala se/ala *bel<, la poblac población ión debe debe estudi estudiars arse e dentro del marco de las condiciones técnicoeconómicas y sociales. El no dejamos llevar fácilmente por el peso del número nos permite reparar en las importantes limitaciones técnicas que evidenciaba el sector productivo rural. Comano 9 pasa revista a numerosos casos, que evidencian una decadencia en la organi%ación agr!cola con efectos comprobados en el pago de los cánones de arriendo de la tierra y reducción del número de bueyes y de los arados. 3ambién se asiste a una reducción de la productividad del suelo y a una pauperi%ación progresiva en los tipos de cereales cultivados. 3odas estas evidencias, que se locali%an en diferentes %onas de Europa occidental, van demost demostran rando do que no se puede puede simpli simpli$ca $carr el proce proceso so a través través de e)plic e)plicaci acione ones s purame puramente nte demo demogr grá$ á$ca cas s o clim climát átic icas as.. *lre *lrede dedo dorr de (;FG (;FG apar aparec ecen en en 1ngla 1nglate terr rra a los los prime primero ros s sign signos os de subalimentación que quedan evidenciados en la abundante fuente documental de la época. E)isten más bocas que alimentar y las condiciones que rodean la producción no son favorables, sea por el clima, por las carencias técnicas o por limitaciones de mano de obra. 0o debemos olvidar el incesante "ujo demográ$co campociudad que ten!a efectos negativos bajo condiciones de presión como las que se iban presentando a inicios de siglo. =ara enfrentar las hambrunas se necesitaba diversi$car los cultivos, introducir cambios en el almacenaje de los productos, as! como también incrementar el intercambio de ellos entre diferentes conte)tos, lo cual no se desarrolló en la medida de lo necesario también es materia de debate el empobrecimiento de los suelos debido a un e)ceso de e)plotación, que se acentúa debido a los cambios climáticos que, como se ha se/alado, empie%an a acentuarse en los a/os iniciales del siglo >1?. En una econom!a de mercado, las carencias en términos de producción agr!cola bajo presión de una una dema demand nda a en crec crecim imie ient nto, o, se re"e re"eja jan n auto automá máti tica came ment nte e en los los prec precio ios. s. Es por por ello ello que que se encuentran numerosas evidencias de al%a de precios de los productos alimenticios que van a tener efectos devastadores devastadores en los sectores menos favorecidos favorecidos de la población. La presión de los precios altos se nota nota partic particula ularme rmente nte en las ciudades ciudades pero el campo campo no se e)ime e)ime de sus efectos. efectos. +esde +esde esa perspectiva es que los salarios disminuyen en relación a los precios no es que se dé una reducción cuantitativa real sino que el poder adquisitivo de ese salario se reduce notablemente frente al al%a de prec precio ios s de los los prod produc ucto tos s alim alimen enti tici cios os.. La ca!da ca!da del del sala salario rio real real de$n de$ne e un prob proble lema ma soci social al de proporciones. proporciones. omo se/ala 1. 1 . Iohsua6 4T la Edad Edad -edi -edia a está está en tran trance ce de perd perder er la carr carrer era a entr entre e la pobl poblac ació ión n y las las subsistencias. Los rendimientos cerealeros decrecen, decrecen, la producción agr!cola se debilita y aquella disponible Oper capitaO baja, instalándose el hambre, sin que la remuneración obtenida en los campos del se/or o del trabajo traba jo en general, aporte un elemento salvador&F. La care carest st!a !a,, que que es much mucho o más más que que prec precio ios s alto altos, s, se inst instal ala a en vast vastas as área áreas s de Euro Europa pa occidental. La pauperi%ación en todos sus sentidos va invadiendo a los sectores menos favorecidos de la poblac población ión.. Drente rente a los preci precios os altos altos se proce procede de a reemp reempla% la%ar ar progr progresi esivam vament ente e los alimen alimentos tos,, 5 1b!dem. p. 9F. 6 C2-*02.
7 I2N#*,
Cuggiero. 2p. cit.. pp. (G(7.
1saac. La face cachée d u -oyen *ge. ap. >, pp. M(9M(F.
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deprimiéndose alarmantemente sus contenidos prote!nicos, vitam!nicos y alimenticios en general. on una alimentación pobre y disminuida, la población va manifestando una creciente depresión f!sica. Es en esas condiciones que llega la llamada peste negra, pandemia que desde $nes de (M:F impacta Euro Europa pa occi occide dent ntal al,, enco encont ntra rand ndo o una una pobl poblac ació ión n debi debili lita tada da por por hamb hambru runa nas s gene genera rada das s por por una una disminución de la producción agr!cola y traumati%ada por los altos precios. Nabiendo desvirtuado inicialmente el supuesto papel generador de crisis atribuido a la peste negra, no se debe, sin embargo, dejar de lado su importante acción perturbadora a partir de mediados del siglo siglo >1?. >1?. El primer primer elemen elemento to que se debe debe consid considera erarr es que las enferm enfermeda edades des no hacen hacen su aparición en (M:F muchas manifestaciones patológicas de carácter endémico y epidémico ven!an afectando permanentemente a las poblaciones desde la b!blica lepra a las enfermedades eruptivas, pasand pasando o por aquell aquellas as bronc broncopu opulmo lmonar nares es y aun virale virales, s, todas todas ellas ellas hab!an hab!an puesto puesto a prueba prueba a las poblaciones y a los conocimientos médicos sin embargo, el impacto que genera la peste negra es enorme y no sólo por las implicancias i mplicancias relativas a su alta tasa de mortalidad. La peste negra es causada por el bacilo yersenia pestis, que se encuentra presente parasitando el aparat aparato o digest digestivo ivo de las pulgas pulgas circun circunsta stanci ncialm alment ente e y debido debido a agente agentes s e)ter e)ternos nos,, este este bacilo bacilo incrementó notablemente su número produciendo su inoculación cuando la pulga picaba al animal o humano que parasitaba. La enfermedad presentaba tres tipos de manifestaciones6 -
Peste "u"óica. "u"óica. uando el bacilo atacaba los ganglios y produc!a unos bubones, de all! ese nombr nombre, e, que eran eran nódulo nódulos s que crec! crec!an an progr progresi esivam vament ente e y que eventu eventualm alment ente e pod!an pod!an reventar reventar con desprend desprendimient imiento o de materia materia y sangre. sangre. La alta temperatura temperatura,, convulsione convulsiones s y debilidad, conduc!an al enfermo a la muerte en un 8G por ciento de los casos.
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Peste pulmoar pulmoar.. uando los pulmones eran afectados produciéndose el fallecimiento por congestión pulmonar en el 7G por ciento de los casos.
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Peste septic-mica. septic-mica. *l producirse una septicemia aguda por la masiva y virulenta presencia del bacilo en el torrente sangu!neo, causando una muerte fulminante.
La enfermedad llegó a Europa en (M:F, a bordo de unas naves genovesas procedentes del -ar 0egro, concretamente, de los establecimientos genoveses de la %ona, que hab!an sido ya afectados por la peste. La e)istencia de muertos entre la tripulación llevó a las autoridades de algunos puertos a e)pulsar a las naves pero no impidió que se difundiera el mal, ya que las ratas, parasitadas por las pulgas pulgas transm transmiso isoras ras,, se trasla trasladar daron on a tierra tierra a través través de las cuerdas cuerdas de atraqu atraque. e. +esde +esde icili icilia a y posteriormente desde las costas mediterráneas francesas, el mal empe%ó a e)pandirse rápidamente por toda Europa. Drente al mal la población tomaba medidas aislando a los enfermos en sus casas, incluso tapiando puertas y ventanas, e impidiendo el ingreso o salida de personas de la ciudad. Estas medidas no surt!an efecto porque las ratas eran las que portaban la enfermedad. La muerte de las ratas, pues la aparición de la peste era precedida por u na epi%ootia, era el fúnebre anuncio del "agelo. La medicina de la época era también incapa% de controlar la enfermedad el desconocimiento del agente causal fue decisivo para el fracaso de cualquier medida pro$láctica o de control. En ese sentido, fueron las ciudades las más afectadas debido al hacinamiento y tuguri%ación en el campo la situación fue mejor debido a una mayor dispersión demográ$ca y a mejores condiciones de vida. 3odo ello e)plica el afán de los habitantes de la ciudad por abandonarla, cosa que era más factible para los grupos de poder. Entre (M:8 y (M<( toda Europa soportó el embate de la peste con una ca!da demográ$ca que "uctuó entre el ;G y
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de obra en art!culo escaso 8. La escase% de moneda circulante, a consecuencia de las perturbaciones que sufrió el comercio y la producción industrial, se unió a los factores mencionados, acentuando la disminución de precios. La inversión de las tendencias económicas y sociales causadas por el impacto de la peste determinaron una disminución de l a rentabilidad mercantil e industrial, preferentemente preferentemente en el conte)to urbano, y una disminución de la rentabilidad agr!cola en el conte)to rural en otras palabras los negocios, tanto en el campo como en la ciudad, no estaban produciendo ganancias o e)cedentes. La crisis de rentabilidad que se dejó sentir en el campo tuvo como consecuencia un aumento de opresión a la masa campesina por parte de los terratenientes, a través del incremento de impuestos o corveas, en los los caso casos s de mayo mayorr depe depend nden enci cia, a, o de inte intent ntos os de dism disminu inuci ción ón de sala salari rios os en el caso caso de trabajadores asalariados. El aumento aumento de opresión opresión determinado determinado por el deseo deseo de contrarr contrarrestar estar la pérdida pérdida de rentabilid rentabilidad, ad, determinó la aparición de revueltas, con las consecuencias que este tipo de movimientos sociales sol!an generar. omo se/ala Dossier 7, es después del primer asalto de la peste que el descontento del campesinado se deja sentir en 1nglaterra las protestas se reali%an a consecuencia de una ordenan%a emitida por el rey Eduardo 111 en (M<(, para frenar el al%a de salarios provocada por la peste en Drancia los campesinos se resisten contra los impuestos reales. La &Iacquerie&, movimiento campesino que se inició el ;M de mayo de (M<8, comprometió a varias regiones francesas. En 1nglaterra la revuelta campes campesina ina alcan% alcan%ó ó nivele niveles s e)cep e)cepcio cional nales, es, en (M8( (M8( el al%a al%a del impuest impuesto o de la capita capitació ción n Apago Apago personalB, generó una revuelta en la región de Esse) que se e)tendió a otras %onas del reino. 3odas las regiones europeas se vieron agitadas por peque/as o grandes revueltas, acentuándose el proceso en la segunda mitad del siglo >1? y las primeras décadas del siglo >?. >?. En los conte)tos en los que no se producen revueltas, el aumento de opresión genera un proceso migratorio campociudad que no sólo compromete al campesinado sino también al sector terrateniente, empujado por los problemas generados por la disminución de la rentabilidad agr!cola. Es evidente que no se plantean los mismos niveles de reacción en toda Europa, pero de alguna manera es posible establecer tendencias generales que respetan las variables temporales y espaciales de un proceso bastante complejo. La migración campociudad genera un aumento de tierras abandonadas que ya se hab!a iniciado después de (M:8 con la llegada de la peste, lo que se convierte en el mejor indicador del impacto de la crisis en el sector rural. En el conte)to urbano la situación generada por la disminución de la rentabilidad mercantil e industrial hab!a generado a su ve% desajustes profundos. El intento de frenar al%as de salarios, lleva a comerciantes e industriales a aumentar la presión sobre los trabajadores, incluso con la ayuda de la monarqu!a, esta situación desemboca en revueltas urbanas más fugaces pero no menos violentas que aquellas reali%adas en el campo. Nay que resaltar que ciudades como =ar!s, -ilán, ?enecia, Dlorencia y olo oloni nia a ten! ten!an an una una pobl poblac ació ión n que que lleg llegab aba a a las las (GG (GG mil mil pers person onas as y que que crec crec!a !a grac gracia ias s al "ujo "ujo proveniente del campo. El aumento de salarios no era ninguna solución para la clase trabajadora pues su correlato inmediato era el aumento de precios de los productos no agr!colas por ejemplo, los objetos de $erro trabajado pasan de una valoración promedio de (GG a inicios del siglo, a (9G después de la peste y a M?. *demás se debe considerar la ca!da vertiginosa de ciertos sectores de la producción urbana tales como la te)tiler!a en 1talia o la construcción de naves en Couen, Drancia. *s! empe%aron las agitaciones urbanas en 'ante y Lieja (M:7(M
8 =2#0+, 0orman. Nistoria económica de la Europa medieval. ap. >. p. <(M. 9
D21EC, D21 EC, Cobert. Le -oyen *ge. Le 3emps des crises (;
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*s!, pues, la crisis golpeaba al campo y a la ciudad, siendo esta última la que, por su dinamismo, recupera con mayor rapide% su estabilidad y se convierte nuevamente en polo de desarrollo material. Dinalmente, el impacto de la peste negra se notó también en los modos de pensamiento, en la vida cultural y en las sensibilidades colectivas, creando $suras entre las masas y las autoridades, entre los marginados y la sociedad en su conjunto cambiaron los ritos en los funerales y las actitudes frente a la muerte, de$niéndose claramente un pavor ante ella, lo que se puede observar tanto en las tumbas como en las $estas y en los te)tos de la época. omo se/ala Nerlihy, la plaga y el pánico dividieron a aquell aquellos os que perten pertenec! ec!an an al conte conte)to )to cultur cultural al predo predomina minante nte,, de aquello aquellos s que se coloca colocaban ban a sus márgenes jud!os, leprosos, e)tranjeros, delincuentes, herejes y demás, fueron perseguidos, castigados y eliminados en algunos casos(G. .alace Las evidencias hacen innegable la crisis tanto en el campo como en la ciudad en todas partes se presentan manifestaciones de contracción y retroceso, pero todo ello también está vinculado a un aspect aspecto o positi positivo vo Ano olvida olvidando ndo la atina atinada da observ observaci ación ón de L. 'enico 'enicott se/ala se/alada da anteri anteriorm orment enteB, eB, el comien%o del derrumbamiento del sistema feudal en lo que a las relaciones de producción se re$eren. En otras otras palabr palabras, as, la crisis crisis desemb desembara ara%a %a de relac relacion iones es feudal feudales es de produ producci cción ón a una estruc estructur tura a económica capitalista emergente. #na &necesaria& puri$cación dentro del proceso de consolidación del capita capitalis lismo mo como como siste sistema. ma. =or otra otra parte, parte, debemo debemos s recor recordar dar que la crisis crisis acent acentúa úa el proce proceso so de liberación campesina y la fuer%a de los gremios en las ciudades. omo se/ala Comano6 a través de la &crisis& feudal del siglo >1? se lleva a cabo una vasta revolución, pues la empresa rural ya no sólo estaba dirigida por se/ores sino también por campesinos((. Los indicadores de la crisis del gran comercio internacional representados por la decadencia de las las ruta rutas s más más impo import rtan ante tes, s, gene genera ran n tamb tambié ién, n, en cont contra rapo posi sici ción ón,, proc proces esos os de revi revita tali% li%ac ació ión, n, especialmente relativos al peque/o comercio que se incentiva por la participación cada ve% mayor del campesinado con una producción para el mercado. La crisis re"eja fenómenos aparentemente contradictorios, por ejemplo quiebras de familias de banqueros italianos Alos Drescobaldi Drescobaldi en (M((, los =eru%%i y 5ardi en (MM8B, pero a la ve% una estabilidad monetaria en 1talia que contrasta con las devaluaciones en Drancia y Dlandes. * pesar de la crisis los negocios se perfeccionan a niveles insospechados. *s! pues, es posible a$rmar que la crisis trae consigo una profunda renovación material que tendrá efectos importantes en todos los niveles estructurales del sistema.
10 NECL1NU, +avid. 3he 5lacJ +eath and the 3ransformation 3ransformation of the Kest, pp. <798. 11C2-*02.
Cuggiero. 2p. it., p. ;M.
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