JULIÁN HERBERT
CORAZÓN DE BOINA VERDE (prosas mercenarias 1999-2007)
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para Jesús de León León y Antonio Antonio Malacara, !e "e ense#aron la prosa
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para Jesús de León León y Antonio Antonio Malacara, !e "e ense#aron la prosa
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T%at ain&t 'or(in)* t%at&s t%e 'ay yo! do it
Dire !rai!s" Money for nothing
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#s!e es e$ p$an%
Los si)!ientes son escritos de ocasión !e "e !eron co"isionados por a"i)os, cole)as, editores y !ncionarios pú-licos en el transc!rso de los últi"os oc%o a#os1. /e trata de !na selección0 desec% !nas cien p2)inas y e3tra4i al)!nas "2s antes de conce-ir la posi-ilidad de aliar "ateriales tan dis5"iles. No %ay !nidad te"2tica o estil5stica !e 6!stii!e el con6!nto. /on arteactos con los !e aún "e entiendo, !e en al)!nos casos 7 p!esto !e !eron co"p!estos para !n a!ditorio7 per"anecieron "!c%o tie"po inditos, y a los !e no %e sa-ido dar !n concilio "e6or. 8i5cil"ente %a-r5a ele)ido por "i c!enta los as!ntos !e a!5 trato. Los a-ord c!ando al)!ien "2s "e lo pidió. 9or eso di)o !e son prosas "ercenarias :ranciscana"ente "ercenarias* nada "2s c!atro o cinco tra5an !n c%e!e dentro;, de donde se desprende el t5t!lo !e %e dado a s! re!nión. El orden !e les i"p!se se ase"e6a a lo cas!al. Apenas si proc!r !e los art5c!los "2s -re4es aparecieran al principio. /eleccion cada te3to sopesando la per"anencia pú-lica de la cosa !e trata y c!rando !e "i opinión respecto a ella no %!-iera 4ariado "!c%o desde !e el plie)o ori)inal se redactó. 9ero a 4eces ren!nci a estos dos criterios en aras de !na presa "2s tai"ada* la tesit!ra de la prosa. En !n cap5t!lo inal, y a contrapelo del s!-t5t!lo !e an!ncia la portada :co"o ya se 1
Cfr.aceta, ?=E, M3ico, 1@@, p. * CNadie creer5a en la act!alidad a !n escritor s! pretensión de !e no %a p!-licado sino por insistencia de s!s a"i)osD.
4er2, tiro por 4ia6e 7 rust never sleeps 7 -!sco poner"e en entredic%o;, %e incorporado c!atro trad!cciones en 4erso. Nin)!na !e %ec%a por Cencar)oD, pero se trata de 7di)a"os7 Centrena"ientos en !n ca"po de tiroD. 8esde 6o4en "anten)o la si)!iente di4isa 7"úsica de la -anda El Recodo co"o ondo7* CA ! le tiras con"i)o, si soy "2s 2cil !e la ta-la del !noD. Antes se lo dec5a a las "!6eres. Flti"a"ente "e lo reproc%o a "5 entre dientes cada !e "e co"pro"eto a escri-ir so-re pedido. 9erpetr los pasa6es !e prosi)!en por !na ca!sa triste* no s decir !e no. 9ero ta"-in por !na ale)re* por escri-ir 7único %erra6e !e reconoGco. =on5o en !e estas p2)inas ser2n, si -ien no útiles, al "enos le4es al %ipottico lector.
&' Va$$e e Zapa$inam" in*ierno e 200+,2007
A!orre!ra!o en sepia.
Nac5 en Acap!lco el $ de enero de 1@1. Mi padre desciende de !n in)eniero ci4il ale"2n !e i-a de paso y de ca"pesinos coste#os dedicados al c!lti4o de la copra. Mi "adre es !na c%ic%i"eca potosina y re)io"ontana %i6a de errocarrileros !e e"i)ró a la playa con la intención de %acerse 6ipi. A los c!atro a#os conoc5 a "i pri"er "!erto* !n a%o)ado. A los cinco a "i pri"er )!errillero* ito, el %er"ano "enor de "i "adrina Jes!, !e c!"pl5a sentencia por el asalto a !n -anco. Al principio la a"ilia 4i45a có"oda"ente0 pap2 lle)ó a e6ec!ti4o %otelero siendo 6o4en. 9ero res!ltó !n "!6erie)o y "a"2 lo a-andonó. 8esde entonces "e %e 4isto con l siete ! oc%o 4eces. =asi todas siendo yo ad!lto. =asi sie"pre e-rios los dos. Lle)! a Monterrey a los seis a#os. Mi a"or por el "odo de 4ida de esta re)ión !e in"ediato, incondicional, a-sol!to* ontoló)ica"ente, soy !n -ato norte#o. La a"ilia :dos %er"anos, "i "adre y yo; se "ant!4o en la ci!dad por poco tie"po. Era di5cil conse)!ir e"pleo. E"i)ra"os a ?rontera, =oa%!ila, !n p!e-lo se"ir!ral a donde 4ino a )olpearnos la recesión del $. /!ri"os !n desa%!cio y t!4i"os !e "!darnos a !na c%oGa aincada en terrenos e6idales en conlicto. /e"-r2-a"os "a5G so-re tierras tan 2ridas !e apenas prod!c5an dieG "aGorcas al a#o. 9or esa poca co"enc "i Cor"ación literariaD leyendo poes5a "ilitante en casa de J!an /antos La Kela, !n "ocoso co"pa#ero de la esc!ela c!ya única )racia era ser %i6o de
=o"isionado por Lolita Bosc%, escritora catalana, para la antolo)5a Hecho en México :Rando" Ho!se Mondadori;, de pró3i"a aparición en Espa#a. Enero de $.
!n sindicalista "ediana"ente c!lto. Al poco tie"po desc!-r5 "i pri"er )ran a"or* la Bi-lioteca Harold R. 9ape, en el centro de Monclo4a. A%5 !i al "enos dos 4eces por se"ana d!rante "i adolescencia, ca"inando !nos (iló"etros en cada 4isita por!e 6a"2s ten5a para el ca"ión. Aprend5, de "anera casi a!todidacta, a leer en in)ls. 8esc!-r5 a Eliot y a Allen >ins-er), !na "eGcla "!y c!riosa !e "e %a aco"pa#ado sie"pre, y ta"-in a =ort2Gar, >oytisolo :J!an;, 9aco I)nacio Tai-o II. Entend5 en esos a#os lo !e era la a"istad, el senti"iento !e "2s 4aloro, )racias a "i co"padre Adri2n =ontreras Brise#o. Todos en la casa de-i"os -!scar tra-a6o* Jor)e e"i)ró al e3tran6ero :4i4e en Japón desde %ace a#os;, /a5d y yo e"peGa"os cantando en ca"iones de pasa6eros a ca"-io de "onedas y contin!a"os l!e)o co"o ay!dantes de al-a#iler5a. /a5d "ontó ade"2s !na -anda inantil de ladrones de prod!ctos de -elleGa* opera-an en ar"acias y s!per"ercados0 4end5an la "ercanc5a ro-ada :a "itad de precio; a la le)ión de pel!!eras !e n!nca alta en los -arrios po-res. Al)!nas 4eces intent dis!adir a "i %er"ano de estas pr2cticas, pero "e so-orna-a con cartones de ci)arros y re4istas porno !e Adri2n y yo cons!"5a"os con estoicis"o roca"-olesco. 9or ese entonces c!"pl5 los 1 a#os. Te"erosa de !e s!s %i6os aca-aran en delinc!entes :lo !e sin d!da %a-r5a oc!rrido;, "a"2 se e"pleó co"o cost!rera en /altillo, donde la a"ilia 4i4e desde 1@. A los 1 conse)!5 "i pri"er tra-a6o esta-le* corrector de estilo en !na re4ista :en ese tie"po le5a "!c%o so-re orto)ra5a y )ra"2tica, !n 4icio !e por ort!na conse)!5 de6ar l!e)o;. Ta"-in in)res a la !ni4ersidad. 9re4isi-le"ente, est!di literat!ra. T!4e la ort!na de )rad!ar"e de !na esc!ela antic!ada c!yo pro)ra"a de est!dios aún no era 45cti"a de la modernización* en 4eG de aprender postestr!ct!ralis"o, ciencia co)niti4a o teor5a de la recepción, %ice c!atro c!rsos de lat5n, trad!6e ra)"entos de O4idio
y escri-5 so-re el o35"oron en la prosa de =er4antes. Esto, "ientras "e"oriGa-a en la )!itarra canciones de T%e =!re y de Nir4ana. /i es !e ten)o !n estilo de escrit!ra, estoy se)!ro de !e se deri4ó de se"e6ante co"-inación, a "i 6!icio s!-li"e. A los 1 "e 4ol45 "aestro de -ac%illerato :llora-a* "is al!"nos eran "2s altos !e yo;. A los $ "e instal con !na no4ia !e "e lle4a-a cinco a#os. A los $1 !i pap2 por pri"era 4eG :"i %i6o "ayor se lla"a Jor)e O"ar y nació en 1@@$, para con"e"orar el K centenario;. Ta"-in entonces p!-li! "i pri"er li-ro* Claves de Alejandra, c!yos e6e"plares intento destr!ir últi"a"ente. En 1@@+ "e separ de a!ella no4ia. En 1@@ "e cas con otra c%ica y t!4e con ella !n se)!ndo %i6o* Art!ro. L2sti"a !e a los pocos "eses nos di4orcia"os. A los $+ a#os era, p!es, padre de dos %i6os, proesor di4orciado y la"ante editor y pro"otor literario al ser4icio del )o-ierno coa%!ilense, e"pleo !e %e conser4ado %asta a%ora 7no sin alti-a6os. 8esde entonces life is peach!* soy !n %o"-re de p!e-lo, !n -!rócrata "2s o "enos discreto. /al4o en dos o tres 2"-itos* Escri-o co"p!lsi4a"ente. 9!-li! en 1@@ el poe"ario "l nom#re de esta casa, l!e)o $a resistencia :$+;, la no4ela %n mundo infiel :Joa!5n MortiG, $;, &u#la &han :poe"as, Era, $; y Cocana 'manual de usuario( :c!entos0 Al"!Gara, Espa#a, $;, y aún as5 ten)o en "i co"p! otros dos li-ros inditos. >an el 9re"io Nacional de Literat!ra >il-erto O'en, la 9resea Man!el Ac!#a y el 9re"io Nacional de =!ento J!an Jos Arreola, y %ace po!ito reci-5 la -eca del /iste"a Nacional de =readores de Arte. Escri-o loca"ente, a la "enor pro4ocación :"e te"o !e este te3to es !n e6e"plo de lo !e di)o;, y p!-lico casi en c!al!ier parte* re4istas acad"icas o de "odas, $etras li#res o anGines contrac!lt!rales. Escri-o art5c!los so-re pedido acerca de c!al!ier te"a* !t-ol,
pol5tica c!lt!ral, 6aGG latino, %2-itos c!linarios, poes5a "e3icana del si)lo PIPQ La "ayor parte de las 4eces ni si!iera "e pa)an. En 1@@@@ y en $ t!4e sendos a)arrones con la dro)a. /ie"pre %e e3peri"entado con s!stancias no procesadas :%on)os, peyote0 cosas as5;, pero en esas dos te"poradas, espec5ica"ente, "i relación con la coca5na des-ordó "is e3pectati4as y c!l"inó en adicción. No t!4e !e internar"e, pero s5 "e recl!5 !nos "eses en "i casa, %a-lando solo y dando de p!#etaGos a los "!ros. Mi )ran a"or clandestino es la "úsica. 9as la 6!4ent!d pensando !e era !n rocanrolero r!strado, %asta !e decid5 re4ertir esa sit!ación y, a los + a#os :!na edad a la !e la "ayor5a de los aicionados se retira; "ont "i pri"era -anda* Los Ti)res de Bor)es. El ensa"-le se desinte)ró al poco tie"po, pero de s!s ceniGas s!r)ió otro proyecto* Madrastras, )r!po de !n( del !e soy 4ocalista y con el !e %ice en $ !n pri"er disco* "l dia#lo es un jardn. No so"os ni con "!c%o !na -anda a"osa, pero tene"os !nos c!antos esc!c%as ieles en tres o c!atro ci!dades de M3ico.
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Koy a c!"plir + el s2-ado pró3i"o. Ki4o con Mónica Ál4areG Herrasti :di-!6ante y ani"adora de c!yo cl!- de ans soy presidente; y con Mar!ca :!na perra iris% 'ol%o!nd de dos a#os y "edio; en !na tercera planta rente a la Ala"eda de "i p!e-lo0 es !n departa"ento a"plio desde c!yo -alcón p!ede 4erse !na postal de la =atedral recortada contra la /ierra de apalina". /!pon)o !e, -endita"ente, "e %e 4!elto lo !e en M3ico se conoce co"o C!n pinc%e intelect!alillo -!r)!sD.
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/oy !n %o"-re eliG. 9ero, co"o dice "i co"padre Jos E!)enio /2nc%eG, Cnadie !eda ileso desp!s de esc!c%ar el -l!esD.
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A/no e ame!a.
I)!al !e todos esos "a)nates -rasile#os !e nos endil)a )i*e, yo nac5 en el es!erGo* norte#o y pro4inciano, %i6o de "adre po-re, al-a#il a los !ince, inc!lto y G!rdo. J!)! desde "irr!#a en prados !e, a !er de escasa %ier-a y "e5ticos -ac%es, di-!6aron la )loria de "is desca"iseos. Blan!irro6os esricos !e a p!nta de patadas se !eron desti#endo. aarranc%o de tenis en tiendas de desc!ento* tacos tan c%aos !e apenas !na c2scara y se te lesiona-an deiniti4a"ente, 4istas aG!les y a"arillas en 6irones, cad24eres atados por las cintas y arro6ados sin 4ictoria a !n ca-le de la l!G. 9orter5as %ec%as de la6a y -loc( ec%2ndose el re-ane de la nostal)ia en las rodillas. S no"-res de -atalla cinc%ados por la -!rla* el =%i4ol5n, la K5cti"a, la >!ac%a, la M!#eca. 9ero en todo ese desdoro de s!dor y "anoseos se!do4iriles, y "entadas de "adre con )ar)a6o, retratitos, intas, ropas des)arradas, yo 6a"2s sal5 )anando. /ie"pre !i el peor de la canc%a. =orr5a por la pelota tras el resto. /i "e en4ia-an a la "edia, da-a pases a los tec%os. /i adelante, "e aplica-an a Kalle6o* "e pe)a-an todos :incl!si4e los "5os;. /ensata"ente, n!nca nadie "e dio c%ance de portero. /ólo de 4eG en c!ando, "andón en la central recordando las consi)nas de la /ección 1 7rancios nopasarán del sindicato del acero7, lo)r la %aGa#a de casi ract!rar a "is a"i)os por )anar !na caricia de !)aG c!ero ponc%ado0 4end5 -arato el odio. 8e nada "e sir4ió ser pres!"ido, into3icado, -arri)ón, -a6ito y c%!eco* i)!al a Maradona. A "5 sólo "e dieron, en la repartición de los talentos de la -ola, !n -ander5n de aicionado.
=o"isionado por Mayra InG!nGa para la re4ista Complot . MarGo de $.
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=on ese -ander5n "e !i a la "arc%a en Monterrey, por todo 9ino /!2reG, !e reci-5a la!reados a los Ti)res de la U de N!e4o León. Era 1@$. =a-al5stica"ente, yo %a-5a c!"plido once. Rec!erdo no "!y clara la epian5a !e t!4e entre el )ent5o al 4er pasar ca"peón a n!estro e!ipo :Os4aldo y To"2s, Mateo, don =arlos Miloc;* era la sensación de !e la ni#a de "is s!e#os se pod5a ir a la "ierda con s! tal Heri-erto, y tener !na "adre !e co"pra-a 6!)!etes era casi "e6or !e tener Reyes Ma)os, y los 4idrios de "i esc!ela 7 tan a tiro de piedra7 sie"pre i-an a !e-rarse "2s 2cil"ente !e yo. 9re45 !e "is once a#os y los once 6!)adores s!"a-an !na s!erte de "ensa6e cirado* a partir de esa noc%e "is elinos y yo nos 4ol45a"os in4enci-les. 9ero, para ort!na de la t!r-a sarc2stica, el desen)a#o 4iene sie"pre en dosis de ca)!a"a. Aca-o de c!"plir los + y es %ora !e no %e 4!elto a 4er tri!nante a tan a4e6entada cater4a de %ara)anes. So !e !i tor"enta por la calle 9ino /!2reG. So !e pa)! "i -oleto en el Kolc2n 7tan apa)ado. 8esde entonces "e estoy desdi-!6ando en esta oto. 8e la en6!ndia llanera pas a oc!par las )radas. L!e)o 4ino la "odorra de !na -!ena cantina* repetición, 2n)!lo in4erso y co"entario a ras de canc%a :total, para !e a !no lo arrastren co"o resQ;. Ten)o secreta en4idia de los %o"-res en calGones. La Tecate en !na "ano, el control en la otra, la "5stica -as!ra !e sa%ú"a s! er4or. 9!ritanos del do"in)o a pesar de Or4a#anos atrinc%erados en !n tele4isor de $ p!l)adas, des)a#it2ndose en "antras de los !e, de 4eG en c!ando, e"er)en instr!cciones c!ya l!G el i"-cil del tcnico no %a de o5r ni sa-er, no %a-r2 de se)!ir n!nca. Apóstoles. Ascetas. ?racasados del to-illo para a-a6o. Flti"os santos ciertos !e le !edan al rit!al. Me a4er)enGo de no ser !no de ellos. /i t!4iera las a)allas, "e %a-r5a dado ese destino.
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9ero no. Ele)5 la "olicie de ser !n aficionado. La deección de 4er la ta-la de )oleo en !n periódico. La %!"illante coartada del !e llora sin estadio. 8es"e"oriado, co"o ins!lso perredista, del pri4ile)io de %a-er nacido con !n -eso del "!ndo en la "itad iG!ierda. 8es%ec%o en el terreno, -orrac%o en la tri-!na, %!rano 45a satlite* ay!no de )a"-eta.
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rem3!ica e$ resen!imien!o.
+omamos prestadas las fle chas de nuestros enemios.
Inscripci4n en na arca ecoraa con sae!as
He lle)ado a la concl!sión de !e los resentidos :esos sicarios de se"-lante lúcido y andares r5)idos, esos eno"enólo)os de la desapro-ación, esos e3pertos en control de calidad !e con!nden con "oscas todas las pasas del arroG con lec%e, esos inco"-!sti-les !e en las iestas son 2ciles de distin)!ir por!e no -ailan; pertenecen a !na de las "2s il!stres estirpes de n!estra especie* son !nos santos. 9ara e"peGar carecen de e3istencia. /i eres el recipiente de s! sa)rado "inisterio, t! 4ida se con4ierte en la de ellos. /on capaces de racasar en toda e"presa con tal de a-orrecer y cens!rar t!s lo)ros0 de con4ertir !n desac!erdo en !na ec%or5a0 de in4alidar t! -!ena s!erte paso a paso* e3%i-en s! sitio en el "!ndo co"o !na pr!e-a irre!ta-le de t! in6!sticia personal. /!elen lle4ar !na 4ida recta, incól!"e, -eatiicada en el i"pol!to lec%o de la "oral pe!e#o-!r)!esa 7!na 4ida so-erana"ente )ris y triste. 9ero no por p!dor o di)nidad. M2s -ien 4elando por !e nadie les reproc%e el arro6arse co"o lo-os so-re t!s pe!e#os pecados y e!orias.
=o"isionado por Alredo >arc5a KaldeG y Ale6andro 9reG =er4antes para el periódico -anuardia de /altillo. $1.
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Hay en s!s coraGones !na e3cntrica nostal)ia. To"2s de Tor!e"ada es s! patrono y s! )!5a, y nada toca con "2s 4i4o ardor s! 2ni"a !e lo !e no es as!nto s!yo. Hacen colecta de t!s deslices y t!s -anales opiniones con el deleite de !n acad"ico !e se pasea entre 4et!stos ana!eles. 9!eden %a-lar sin transición y con i)!al es"ero de t! reciente "aldad o -ien de la ocasión en !e, por la poca en !e c!rsa-as la pri"aria, se te ras)ó el pantalón a la %ora de recreo. Uno de s!s "2s con"o4edores sacriicios es el del %!"or. Te %acen o-6eto de s!s c%istes, pri"ero con in)enio :no %ay !e ne)ar !e el resentido s!ele tener ese talento* s! postración no se ori)ina en la alta de aptit!des sino en disciplinada 4ocación p!r)ati4a;. L!e)o la -ro"a se transor"a en !na arsa, la arsa en ira y sta en o-sesión* 2cida"ente, sorda"ente, i)!al !e !na resaca, co"o !na indi)estión. =o"o si !n "ecanis"o artic!lara %!eca risa por cond!cto de !na úlcera. Uno siente tern!ra c!ando el %!"or del resentido pierde plaGa y derrapa en el an)o de la "!eca. 8an )anas de to"arlo de la "ano y pedirle !e, sólo !nos d5as, los roles se in4iertan.
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corro"perlas, o decidir :y con raGón; !e res!ltan poca cosa co"paradas con el ilón de s! a"ar)!ra. Hay sin e"-ar)o !na postrera treta !e sie"pre le %ace s!c!"-ir* la 4oG de a!el a !ien pres!"e s! ene"i)o. =!ando reci-e del o-6eto de s! ra-ia !na resp!esta p!nt!al ante in4ecti4as, "aledicencias o dist!r-ios, el descontento corre el ries)o de enta-lar !n de-ate, !na liGa ideoló)ica, !na )!erra de ins!ltos. 9ierde as5 s! c!r!l de i"peca-le siniestro y se transor"a en !no "2s de los "ortales* al)!ien !e osc!ra"ente di!nde s! opinión. 9or eso, caro lector, si no-leGa %ay en ti, no esta-leGcas conlicto con nin)ún rencoroso. Estar5as o-li)2ndolo a a-olir s! santidad. Estar5as conin2ndolo a !na 4ida sin sentido.
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Ins!rcciones para sar n !eneor.
Hay que pensar en él como esqueleto: sostén de la carne, maquinaria sutil y al mismo tiempo obscena. No conviene desatar la fantasí a teniéndolo en la mano: su parentesco con herramientas infernales acabar í a por convertirnos en el vampiro ap ócrifo que asalta, cuatro colmillos de acero inoxidable, el cuello de una hermosa comensal –y esto, ya se sabe, es totalmente ajeno a la etiqueta. De acuerdo a las costumbres infantiles, su utilidad es la de catapulta en arduas guerras de chí charos y pedazos de pan. Este destino es suyo tanto como de la cuchara. Sin embargo el tenedor lleva ventaja. Primero porque su condici ón masculina vuelve más virulentos los ataques. Y segundo porque su dise ño resulta desconcertante para el enemigo. Con todo y ser tan adaptable, tan útil y concreto, hay en él una parte que se aprovecha poco: los diseños troquelados en el mango. Uno podr í a pasar la tarde entera descifrando las cursis florecillas, los roleos, burbujas, grietas, raz ón social, número de serie y fecha de fabricación. Esas diminutas galaxias plateadas son el verdadero tenedor : sirven para estacar la mente en el vací o mientras llega a su fin la estúpida charla de sobremesa.
=o"isionado por Nac%o KaldeG para la carpeta colecti4a de )r2ica $a ula, de la !e se i"pri"ieron e6e"plares. $1.
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E5ar 6ore/" i$s!raor.
para Mónica
9oco o nada, en la c!lt!ra conte"por2nea, se aprecia el )enio del il!strador. /i acaso se le 4e co"o arrimado de los li-ros inantiles, portadista y 4i#etista "!lti!sos, derrotado s!ced2neo de pintor. No o-stante, el arte de la il!stración posee c!alidades narrati4as, descripti4as y poticas especiales, c!alidades !e 7"2s all2 de 4an)!ardis"os escleróticos y ronteras )re"iales7 resplandecen en "anos de "aestros co"o ?ran( Miller :a!tor de in Cit! y /00;, Ti" B!rton :+he Melanchol! 1eath of O!ster 2o!; 9a!l arasi( :!ien, 6!nto a 8a4id MaGG!c%elli, adaptó a no4ela )r2ica la Ciudad de cristal de 9a!l A!ster; o, en el "e6or de los casos, Ed'ard >orey, antecedente indisc!ti-le del propio B!rton y creador de !n !ni4erso en el !e Ed)ar Allan 9oe, Le'is =arroll y Jac( t%e Ripper parecen %a-er !ndado !na secreta corad5a de la risa y la cr!eldad. Nacido en =%ica)o en 1@$ y "!erto en !na inca ca"pestre de s! propiedad en el $1, >orey sintetiGa dos de los paradi)"as de CcreadorD preeridos por la c!lt!ra an)losa6ona* el del e3cntrico aristócrata y el del trans)resor outsider . La ele)ancia y arca5s"o de s!s persona6es :traGos detallad5si"os y a la 4eG indiscerni-les, co"o de nie-la londinense y ed!ardiana; tiene !n contrap!nto e3acto pero e3tra#o en el "isterio, la
=o"isionado por Rodri)o ?lores para la re4ista Oráculo. Kerano $.
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-r!talidad y el %!"or ne)ro transor"ado en %orror "eta5sico !e p!e-lan s!s relatos, enc!adres y 4ersos. 8oy al)!nos e6e"plos* en CT%e -eastly -a-yD, >orey nos %a-la de !n recin nacido tan rep!)nante !e s!s padres deciden salir de picnic y de6arlo por a%5, en las in"ediaciones de !n acantilado, para 4er si por 4ent!ra se despe#a o al)ún a4e de rapi#a !iere %!rtarlo. En CLes pase"enteries %orri-lesD los persona6es "2s roGa)antes son acec%ados por )i)antescos y antas"ales adornos de cortina. En CT%e epiplectic -icycleD dos %er"anos 6!e)an el inocente 6!e)o de )olpearse "!t!a"ente la ca-eGa con "aGos de cric(et. S en CT%e )as%lycr!"- tiniesD :4erdadera pieGa "aestra de %orror y %!"or y )r2ica y poes5a ri"ada al "odo de las canciones inantiles; el a!tor nos propone !n cat2lo)o de ni#os "!ertos c!yas tra)edias se ordenan ala-tica"ente, en 4ersos pareados al calce de di-!6os !e representan al persona6e con)elado en el instante e3acto !e antecede a s! "!erte* CA es de A"y, !e cayó por las escaleras, B es de Basil, atacado por ososD :CA is or A"y '%o ell do'n t%e stairs B is or Basil assa!lted -y -earsD;. La o-ra de Ed'ard >orey e"peGó a p!-licarse en los :l "is"o edita-a y distri-!5a s!s li-ros;, pero no !e sino %asta dcadas "2s tarde !e ad!irió resonancia en el "edio c!lt!ral estado!nidense. /! pec!liaridad no pasó desaperci-ida para esp5rit!s atentos 7entre los c!ales %a-r2 !e "encionar de n!e4o a B!rton, c!ya a"a reciente sin d!da %a inl!ido en la "ayor di4!l)ación del tra-a6o de >orey. As5, el il!strador se con4irtió entre los a#os y principios de los en artista de c!lto para toda !na )eneración, lo !e se trad!6o en la edición de tres 4astas recopilaciones* Amphiore! :1@$;, Amphiore! too :1@; y Amphiore! also :1@+;0 o-ras !e, en a#os posteriores, %an sido p!-licadas para el lector de len)!a espa#ola por la editorial Kalde"ar.
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Ed'ard >orey es !n pasa6e de 4!elta a la a-s!rda y sa-rosa 4ersiicación inantil, !na 6ocosa 4isita al M!seo de la Tort!ra, !na encr!ci6ada donde /%erloc( Hol"es y Andr Breton, desde s!s respecti4os trenes, se sal!dan* !n "ila)ro )ótico, !na epian5a nacida de la arsa. 9ero, so-re todo, Ed'ard >orey es !n "aestro de la il!stración, ese arte %!"ilde y l!"inoso !e tan escasa"ente se cele-ra en n!estros d5as.
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a m8sica e Bae$.
En s! Arte poética, Bor)es nos encandila con este si"ple pensa"iento* C%e lle)ado a la concl!sión VQW de !e ya no creo en la e3presión. /ólo creo en la al!sión. 8esp!s de todo, X! son las pala-rasY Las pala-ras son s5"-olos para rec!erdos co"partidos. /i yo !so !na pala-ra, !stedes de-en tener al)!na e3periencia de lo !e representa VQ.WD1 Tal 4eG sin notarlo del todo :co"o oc!rre a los sa-ios, !e 4i4en re-asados %asta por s!s "2s le4es int!iciones;, Bor)es prei)!ra-a o atesti)!a-a el pa!latino arr!ina"iento de la ense#anGa de la literat!ra y, 6!nto con l, el de la lin)5stica* !n "are"2)n!" de ter"ina6os contradictorios, de ni"ios pero irreconcilia-les desac!erdos, de datos o sin)!laridades c!ya estad5stica y cat2lo)o re-asa en ocasiones los a"licos rec!rsos de la si"ple sensateG. La ense#anGa estr!ct!ral de los idio"as, y por ende la ense#anGa de la %istoria del len)!a6e, %a 4enido con4irtindose en !na n!e4a torre de Ba-el, esta 4eG acad"ica0 !na Gona 4er-al donde no se entiende a nadie. Es en este conte3to donde !iero !-icar, para "e6or %acer aprecio de s!s lo)ros, Cinco mil a3os de pala#ras* el ensayo de di4!l)ación !e, en s! aceta de escritor, nos orece el c%elista =arlos 9rieto. Cinco mil a3os de pala#ras consta de !na -re4e introd!cción, trece cap5t!los dedicados al ori)en y la %istoria de las len)!as, !no "2s consa)rado a los nú"eros y s!
=o"isionado por Ar"ando J. >!erra para la presentación de Cinco mil a3os de pala#ras, de =arlos 9rieto :?=E, $;. 9!-licado posterior"ente en $etras li#res, "ayo de $. 1 Bor)es, Jor)e L!is, Arte poética, Letras de H!"anidad, Editorial =r5tica, Espa#a, $1.
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inl!encia en conceptos cotidianos, y !n ep5lo)o !e intenta e!iparar la -elleGa ar"ónica del len)!a6e con la capacidad co"!nicati4a y ci4iliGadora de las artes "!sicales. En los pri"eros dos cap5t!los de s! o-ra 9rieto a-orda c!estiones !e, por antropoló)icas, lindan con la poes5a y el "isterio* los ancianos or5)enes aricanos del %o"-re, la posi-ilidad de !e todas las len)!as del "!ndo pro4en)an de apenas diecisiete :o incl!so doce; a"ilias lin)5sticas dispersas, la sorpresa del idio"a tocario :!na isla de la ra"a indoe!ropea !e loreció en el T!r(est2n c%ino;, los laGos a"iliares entre el 6apons y el t!rco, la pec!liaridad de idio"as co"o el 4asco 7!e %a %ec%o pensar a al)!nos cient5icos en la per"anencia en n!estra especie de resa-ios del %o"-re de =ro"a#ón7 y la "ara4illa de la escrit!ra ideo)ra"2tica, tan anti)!a y tan "oderna !e per"ite !e !na no4ela c%ina conte"por2nea p!eda leerse en "!c%as len)!as sin necesidad de trad!cción. Los cap5t!los !e 4an del tres al n!e4e, y !e conor"an el núcleo de este li-ro, se ali"entan de !n te"a !e nos es "!y cercano* el lat5n y s!s %i6os, los idio"as ro"ances. =arlos 9rieto posee en estos pasa6es la %a-ilidad de in4ol!crar lo "!ndano con lo er!dito y sorpresi4o* de la sole"ne entereGa del lat5n cl2sico a la 4i4aG %ol)!ra del l!nardo ar)entino el a!tor nos introd!ce en !n 4ia6e )oGoso, caGando a!5 y all2 eti"olo)5as oc!ltas, ancdotas a!to-io)r2icas, procacidades inconscientes, intri)as cortesanas y pasiones pol5ticas !e %ace si)los arrasaron la 4ida de los %o"-res y de c!yo ra)or sólo perd!ra %oy !n e"-le"a, !n antas"a de tinta y de sonido* las pala-ras. Los cap5t!los si)!ientes :antes de !e el a!tor decida a-ordar los nú"eros y la "úsica; se dedican al in)ls, el r!so, las len)!as se"5ticas 7con partic!lar nasis en el %e-reo7 y las a"ilias lin)5sticas de la A"rica precolo"-ina.
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9ero esto es sólo !na s!cinta descripción de lo !e narra Cinco mil a3os de pala#ras. X
C/e pare4a -o4es al-a pratalia ara-a al-o 4ersorio tene-a nero se"en se"ina-aD :parec5an -!eyes ara-an !n ca"po -lanco ten5an !na carreta -lanca se"-ra-an !na se"illa ne)ra;* la mano 7ue escri#e.
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n!estra escrit!ra no se ori)ina ni en la san)re "ilitar ni en las instit!ciones pol5ticas y reli)iosas0 sino en la poes5a, el 6!e)o y el aGar. =o"o li-ro de 4ia6es, Cinco mil a3os de pala#ras nos traslada a la Anatolia y al pa5s de los %ititas0 nos per"ite recorrer !na parte del ca"ino !e lle4ó a los )itanos desde tierras de la India al con5n e!ropeo0 nos re4ela !e por !n error de c2lc!lo, y a6!st2ndonos a la cronolo)5a 4i)ente, =risto nació en realidad el a#o Antes de =risto. Cinco mil a3os de pala#ras es, por últi"o, !n Censayo de a4ent!rasD en el sentido en !e lla"a"os Cno4elas de a4ent!rasD a las escritas por /te4enson o =onrad* a la e"oción, a la sorpresa y el peli)ro s!cede sie"pre la -er)soniana elicidad de lo c!"plido, de lo !e se desc!-re, de la transor"ación. La peripecia del len)!a6e ter"ina, co"o en la %istoria de todos los %roes !e 4ale la pena recordar, en "5 "is"o* yo soy ese %o"-re !e salió %ace "iles de a#os de los conines de Árica. So soy, y con"i)o cada !no de !stedes 7 de nosotros7 el %eredero de estos )loriosos y tr2)icos y có"icos y lúcidos "ilenios de len)!a6e. =arlos 9rieto escri-e de cara a esta sencilla epian5a* de cara a la elicidad de s! lector. Escri-e, dir5a Bor)es, pensando !e Clas pala-ras son s5"-olos para rec!erdos co"partidosD. Un "!y anti)!o pero ta"-in sólido p!ente a tra4s del c!al nos 4isita"os en el tie"po.
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Ba$as sore ee$$:n.
He le5do !na no4ela %er"osa y terri-le co"o los 2n)eles !e la p!e-lan* $a -iren de los icarios4 de ?ernando Kalle6o. Narra la %istoria de a"or entre ?ernando, !n )ra"2tico en4e6ecido y "is2ntropo, y Ale3is 7o Z5l"ar7, !n sicario adolescente !e, al perder s! e"pleo co"o asesino a s!eldo del narcotr2ico, decide salir cada tarde a la calle aco"pa#ado de s! anciano a"ante y aco"eter !na la-oriosa o-ra de caridad* CcascarD a -alaGos a la po-lación de Medell5n, =olo"-ia. La prosa de Kalle6o :o "e6or* la 4oG de ?ernando, el narrador; es precisa y proli6a. /! rit"o G!"-a en la ca-eGa co"o las -alas, co"o el odio, co"o el denostado 4allenato !e salta en cada p2)ina de la radio de !n ta3i o de !na casetera lanGada desde el -alcón y c!ya "2s preciada 6oya es este lacónico 4erso [di4isa de los sicarios ni#os* C"e lle4a l o "e lo lle4o yo pa !e se aca-e esta 4ainaD. Una len)!a espa#ola tan retorcida y 4eloG co"o los a-is"os de corr!pción, 4iolencia y "iseria !e )o-iernan las )randes ci!dades de Latinoa"rica. Una sa-id!r5a narrati4a cirada en la poster)ación y la di)resión* casi nada s!cede en el relato central, pero %asta el "5ni"o detalle es -!en prete3to para recordar toda !na %istoria patria de %!"illaciones.
=o"isionado por Ja4ier Rodr5)!eG Marcos para el s!ple"ento CBa-eliaD del diario espa#ol "l 8as. $1. Kalle6o, ?ernando, $a viren de los sicarios, Ala)!ara, Espa#a, 1@@.
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8esde !na perspecti4a iloló)ica, el idio"a de la no4ela transita en dos sentidos. 9or !na parte es er!dito y %asta did2ctico* constr!ye epi)ra"as latinos y pararasea lo "is"o a =er4antes !e a los lin)istas criollos o la 6er)a :a-sol!ta"ente literaria dada s! 2rsica di"ensión; de lo -!rocr2tico y lo orense. 9or otra, esta-lece !n c!asi diccionariodela len)!acolo"-ianar!in0 C-as!coD, Cc%!"-i"-aD, CparceroD, C)onorreaD, Cco"!naD, Cco"er polloD* stas y "!c%as otras e3presiones del slan) calle6ero son trad!cidas al espa#ol de !so corriente con !na 6!stiicación !e %ace tal e6ercicio 4eros5"il* la delirante y ar!et5pica 4ocación 4er-al del persona6e ?ernando, !e trata de e3plicarse y e3plicarnos todo %asta el últi"o detalle a in de !e nin)!na con!sión a"inore o des45e el l!6o de s! desprecio a n!estra especie. A!n!e el te"a de $a -iren de los icarios es la 4iolencia 7y la an)!stia !e sta )enera en n!estra percepción cotidiana, al p!nto de con4ertir !n si"ple paseo por calles cntricas en !na e3c!rsión a los c5rc!los del 9!r)atorio7 tiene el relato !n tópico s!-sidiario* el a"or %o"ose3!al. 8e-ido a la i"pericia de "!c%os a!tores !e lo tocan, el a"or %o"ose3!al %a sido !n 2"-ito di5cil para la narrati4a %ispanoa"ericana. A!n!e no nos %an altado e3celencias :co"o la prosa de 9!i), 9i#era o /ard!y; y o-ras )ratiicantes :co"o las pri"eras dos no4elas de L!is apata;, la "ayor5a de los a!tores se conor"a con !n erotis"o repetiti4o y sole"ne, o -ien !na arsa "elodra"2tica !e a estas alt!ras ni si!iera nos %ace sonre5r. ?ernando Kalle6o e4ita a"-os escollos o-rando con e"inencia intelect!al* s! no4ela no es erótica sino tan2tica. /! ca"po de -atalla es la "ente, no la piel. 9or e6e"plo* casi no %ay i)!ras e"eninas o rele3iones acerca de "!6eres. /ólo !na en !e el narrador las
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considera !na especie distinta al "ac%o0 preiere no ornicar con ellas para a-stenerse de eso !e la reli)ión lla"a Cpecado de -estialidadD. 9or lo !e ata#e a las pro-a-les escenas de erotis"o %o"ose3!al, stas %an sido posp!estas siste"2tica"ente, co"o si el narrador no !isiera !e s! presencia ne)ara o ate"perara la perspecti4a de !e el "!ndo !e y ser2 !na por!er5a. La %o"ose3!alidad aparece en $a -iren de los icarios co"o !na actit!d "oral, incl!so idealista de los persona6es. Ta"-in co"o !n rec!rso estil5stico, !n cataliGador de la "isantrop5a y el %orror ante la capacidad de en)endrar. :Bor)es escri-ió !e los espe6os y la cóp!la son a-o"ina-les por!e reprod!cen el nú"ero de los %o"-res0 cardinal"ente, el narrador de Kalle6o declara %acia el inal de la no4ela s! incapacidad para "irarse al espe6o.; La cr5tica rancesa %a co"parado a Kalle6o con el =onde de La!tra"ont y %a descrito s! prosa co"o C!ri-!nda, i"precatoria, "2)ica, apocal5pticaD. No p!edo a)re)ar "!c%o "2s. $a -iren de los icarios es, por otra parte, lo !e yo caliicar5a co"o !n deporte literario e3tre"o* %ay !e estar "2s o "enos c!rtido en el trato con el "al, la desesperación y la %er"os!ra para apreciar ca-al"ente la p!reGa de s! ener"o resplandor.
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Demasiao ;o*en para can!ar Satisfaction*
Un d5a co"pras !na %er"osa )!itarra ro6ine)ra* 4eloG, prea"pliicada, l!6osa co"o !na lla"a de laca y anc%a de caderas co"o !na p!ta de Ti6!ana. Al d5a si)!iente conectas !n oc%o y te pones %asta el t!-o. Al tercero te di4orcias. Al c!arto desay!nas 4od(a y 6!)o de naran6a, y le -a6as la "!6er a t! a"i)o del al"a, y te !ieres s!icidar oliendo el ondo de la al-erca, y aspiras pol4o %asta !e lle)a la "a#ana y dices s5, claro !e s5, por s!p!esto !e s5* so! una estrella de roc*. 9ero no0 todo eso es p!ra paranoia. Al 4erdadero talento no le -asta la depra4ación. Hay !e 4er lo !e a estas alt!ras :en estas c!"-res -orrascosas; %acen seres co"o Bo8ylan o Bo 8iddley o Neil So!n). Lo "e6or es no !e"arse ni o3idarse sino se)!ir tripeando en este para5so, este "!r"!llo, este -ar!llo, esto !e es t!yo* el delicioso rocanrol. Uno sie"pre ser2 de"asiado 6o4en para cantar 4ictoria. 8e"asiado 6o4en para cantar atisfaction.
Hace casi a#os, y de se)!ro sin ser "!y consciente de ello, Jos A)!st5n se e"-arcó en dos a4ent!ras* desesta-iliGar la prosa narrati4a "e3icana y %acerla de Kir)ilio Nacional en
=o"isionado por 9edro Moreno para la presentación de $os randes discos de roc* , de Jos A)!st5n :9laneta, M3ico, $1; en a-ril de $$. 9osterior"ente p!-licado en el periódico "l %niversal .
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las a)!as procelosas de lo !e l "is"o -a!tiGó co"o Cla n!e4a "úsica cl2sicaD* el roc(. /ólo !e, i)!al !e pasa con el persona6e de Bor)es en "l jardn de senderos 7ue se #ifurcan, s! do-le la-or %a sido !na sola* %acer !n corp!s -i-lio)r2ico !e es ta"-in !n la-erinto estil5stico y "elódico. J!an Killoro escri-e !e, para s! )eneración, crecida y re)ada en !n pa5s donde el roc( era pro%i-ido, pro%i-iti4o, intolera-le o de plano ine3istente, leer !na no4ela de A)!st5n era !n s!ced2neo al adrenalinaGo de estar, as5 !era en )ayopa, en !n concierto de T%e Z%o o Ji"i Hendri3. A "5 la )lo-aliGación y el consi)!iente :"a)ro; -eneicio de contar con el Metropólitan, la Arena Monterrey y el A!ditorio =oca =ola "e i"piden opinar en este p!nto. /in e"-ar)o, %e notado en los li-ros de A)!st5n !n transc!rso estil5stico !e, sin orGar la estereoónica "et2ora, podr5a e!ipararse al de4enir "elódico del "!ndo. La pri"era estación ser5a $a tum#a* !n roc(a-illy seco, ni tr2)ico ni e3tasiado, c!yo inal es !na perc!sión ensi"is"ada, des"adrosa, pre"onitoria. Ense)!ida, y tras !n tr2nsito 1e perfil, la e6ec!ción se 4!el4e concept!al, pro)resi4a en 5nventando 7ue sue3o, !n disco :I "ean, !n li-ro; c!yos ca"-ios constantes de %!"or y de rec!encias espe6ean al te"prano 9in( ?loyd0 y en e está haciendo tarde 'final en launa(, !e posee de ?ran( appa lo !e de ?ranG a(a le alta* )re)!er5as seriadas, esoteris"o sin c2-ala, neorrealis"o a)aGapado en la arsa. L!e)o e"er)e !na le4e ase pop con Ciudades desiertas, donde Brian ?erry y
$@
+raicomedia mexicana, Jos A)!st5n se %a conectado al re)istro "!sical de sociopat5as oZall /treet !n poco en el ilin& de Man! =%ao, Restos H!"anos y la "úsica "estiGa. X
trad!cir lo !e el a!tor considera intrad!ci-le :o, "e6or* Cindeci-leD, dir5an "is A"i)os 9oetasTapat5osLectoresdeKalente;* la "úsica inconsútil1. 9or eso en la p2)ina $@ aparece !na oto de Little Ric%ard aplic2ndose con e a !nas n54eas nal)as "asc!linas. 9or eso se trad!cen letras de canciones de Leonard =o%en, 9atti /"it% y eit% Reid. 9or eso co-ran sentido la perc!ti4a prosa !e descri-e a =%!c( Berry, la ordenada redacción !e da c!enta de T%e =rea", el tono de /an J!an Ba!tista "etido a periodista !e rese#a !na "ila)rosa aparición de Ji"i Hendri3 en el "etro de la ci!dad de M3ico o el "ini"alis"o inor"ati4o !e introd!ce a Brian Eno. $os randes discos de roc* es !na a"istosa tierra de nadie, !na tensa !"arola !e conecta el a"pera6e de los a"plis a las o-sesiones y los de-ralles de Jos A)!st5n. Es, co"o la CBe-opal!laD de >ene Kincent, !na o-ra de cepa 6oyceana* todos los )neros orecen tela de donde cortar, el re4entón es !na Gona de lo tr2)ico, el Ta6 Ma%al tiene !n /tetson en la cúp!la, It&s a -ea!ti!l day, el )ran on!i de las loco"otoras es terrapln del %ea4y "etal %ec%o %oy, los tristes ta"-in co)en, los c!los s5 4an a la iesta, lo "is"o es ser eliG !e des)raciado, todo ca-e en !n li-rito sa-indolo aco"odar, nosotros asesina"os a Andy Zar%ol, nosotros so"os todo* el roc( en prosa y la prosa del roc( son la leprosa rocanrolera !e canta en esta orilla de !n siste"a !e %ace "!c%o se cayó. 9ara aca-ar pronto* Jos A)!st5n escri-ió este li-ro desde la c!na.
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Cfr . =rost%'aite, L!is H!"-erto, 5dos de la mente, 9laneta, M3ico, $$* todos so"os icticios0 sólo la "úsica es real.
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<1 a=os e n (e;emp$o) sa$!o.
Entre las )enealo)5as estil5sticas !e la %istoria de la literat!ra "e3icana conte"por2nea indeine o poster)a ca-e citar el no"-re de Mi)!el 8onoso 9are6a. A4ecindado en n!estro pa5s d!rante al)!na poca, este escritor ec!atoriano !ndó %acia "ediados de los !na red de talleres literarios en ci!dades "e3icanas de pro4incia. No s "!y -ien c!2les eran s!s preerencias estil5sticas0 p!edo, sin e"-ar)o, inerir !e entre ellas se conta-an la e3peri"entación l5rica y la incorporación de reerentes pop al 4erso, por!e en 1@ or"ó parte de !n 6!rado !e otor)ó el 9re"io Nacional de 9oes5a A)!ascalientes a Jos de Jesús /a"pedro 7poeta Gacatecano !e entonces conta-a $ a#os7 por s! li-ro un 'ejemplo( salto de ato pinto. Es c!riosa la "e"oria de la poes5a "e3icana* "!c%os co"entaristas y lectores se sorprenden de lo 6o4en !e era Ernesto L!"-reras c!ando o-t!4o esta distinción0 casi nadie, sin e"-ar)o, rec!erda lo 6o4en !e era ta"-in /a"pedro al reci-irla. S lo sorpresi4o !e res!ltó s! reconoci"iento, so-re todo to"ando en c!enta !e se trata-a de !n poeta pro4inciano, indito y desconocido0 !e los espacios para !na literat!ra e"er)ente eran "!c%o "2s red!cidos en a!ella poca :y "2s ard!a por tanto la co"petencia en torno a ellos;0 a"n de !e el pre"io t!4o en s!s pri"eras e"isiones "2s presti)io !e el !e )oGa a%ora.
=o"isionado por Rodri)o ?lores para la re4ista Oráculo. Oto#o $.
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A#os "2s tarde, a principios de los , dos al!"nos de Mi)!el 8onoso 9are6a 7el propio /a"pedro y el potosino 8a4id O6eda7 to"aron la estaeta de los talleres literarios de pro4incia y lle4aron el a2n e3tensi4o !e el ec!atoriano propon5a a dos e3tre"os* por !na parte, di!ndieron el proyecto :con !na 4ol!ntad entre e4an)eliGadora y post"oderna; en ci!dades del noreste tan ale6adas co"o /altillo, Torreón, Monterrey y =i!dad J!2reG0 por otra, incorporaron a la disciplina literaria !e %a-5an ad!irido s! partic!lar 4isión del "!ndo, en a"-os casos e"parentada con la c!lt!ra pop. Esto inl!yó sin d!da en la sedi"entación de !na literat!ra norestense c!ya distinción entre Clo c!ltoD y Clo colo!ialD es "!c%o "enos "arcada !e la !e s!ele %acer el disc!rso cr5tico al !so :casi sie"pre s!scrito desde el centro del pa5s;0 !na literat!ra 4inc!lada a Apollinaire, a Bo- 8ylan, al s!rrealis"o, al ne: jornalism )rin)o, al colo!ialis"o e3peri"ental de cepa s!da"ericana y al performance0 !na literat!ra c!yos a!tores :Jesús de León, Marco Antonio Ji"neG, L!is H!"-erto =rost%'aite 7ti6!anense !e inició s! or"ación literaria en Torreón y acatecas7, Jor)e H!"-erto =%24eG, Joel 9lata, Jos E!)enio /2nc%eG, por "encionar al)!nos; "!estran ind!da-le"ente la inl!encia del salto de ato de /a"pedro yo de los pri"eros c!entos p!-licados por O6eda. La sedi"entación de la !e %a-lo no es, de4eras, !n "ero espe6is"o c%a!4inista. I"plica, por e6e"plo, !e la reciente ola de inters de los poetas "e3icanos por lo !e se escri-e en =%ile o Ar)entina no sie"pre es prod!cto de la no4edad o la sorpresa* ta"-in, para a!tores co"o =sar /il4a M2r!eG o L!is Jor)e Boone, as!"e la or"a del reconoci"iento. Incl!so la or"a del reproc%e* %e escrito en otra parte !e a al)!nos poetas norte#os nos irrita la )loriicación a cie)as de la poes5a s!da"ericana reciente por!e lle4a i"pl5cito el nin)!neo de poetas de n!estros pa)os nacidos entre el :/a"; y el :/2nc%eG;, poetas c!ya o-ra 7y c!yos proyectos editoriales y "odos de leer en pú-lico, ++
para ir !n paso "2s all27 tienen !na entonación se"e6ante a la de "!c%os 6ó4enes a!tores ar)entinos, per!anos y c%ilenos. /i preciso todo esto es nada "2s para !-icar en !n conte3to %istórico y re)ional lo !e si)niicó la aparición de un 'ejemplo( salto de ato pinto. No es "i inters :al "enos no en esta nota; %acer !na cr5tica te3t!al del li-ro. Me conor"o con se#alar :y recapit!lo; !e* 1. un 'ejemplo( salto de ato pinto si)!e de al)ún "odo presente en las letras "e3icanas, pese a !e lle4a tres dcadas pr2ctica"ente a)otado. Hasta donde s, n!nca se reeditó de "anera independiente y sólo !na 4eG 7en 1@@, en los tres to"os !e con"e"oran los pri"eros treinta a#os del pre"io A)!ascalientes p!-licados por Joa!5n MortiG7 de "anera antoló)ica. No "e parece "ala idea, a%ora !e %ay tantas editoriales de poes5a )anando tantas -ecas, s!)erir s! relanzamiento. $. El C"o"ento lectorD !e 4i4en "!c%os poetas "e3icanos es propicio para re)resar a este li-ro* a!n!e sospec%o !e en n!estro pa5s el tr"ino crisis estilstica est2 4ol4indose !n de4enir de la "oda, n!nca est2 de "2s dese"pol4ar li-ros en -!sca de lo !e Bor)es lla"a-a :y, "a!illada"ente, Harold Bloo" 6!nto con l; Cla in4ención de n!estros prec!rsoresD. +. A!n!e un 'ejemplo( salto de ato pinto es poco le5do a%ora, s! i"pronta estil5stica aparece en al)!nos poetas "e3icanos 6ó4enes. Este de4enir p!ede rastrearse, a "i 6!icio, en por lo "enos tres 45as* de /a"pedro a $a división ! otros muertos de Joel 9lata a 8h!sical ;raffiti de Jos E!)enio /2nc%eG0 de /a"pedro a "l li#ro de los poemas de Jor)e H!"-erto =%24eG a A2Cdario de =sar /il4a M2r!eG0 de /a"pedro a Arena de há#ito lunar de Marco Antonio Ji"neG a 1iscover! channel de L!is Jor)e Boone.
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=reo !e estas pocas pre"isas -astan para reconocer a Jos de Jesús /a"pedro co"o !n in6!sta"ente ol4idado pariente de la poes5a "e3icana 6o4en.
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E$oio / e$e:a e$ amor in>ie$ .
1 9artir del s!p!esto de !e tú ta"-in lo %as "editado y, en t! !ero interno, sa-es !e el in4ento "2s apasionado y d!lce de la "ono)a"ia no es el "atri"onio sino la inidelidad. No "e reiero a la #o#eG de !e al inal de cada pleito cony!)al 4ayas a !na iesta y te pon)as %asta el t!-o de coca o 6ara-e %er4ido, y -o!ees al p!nto de la cac%onda inconciencia, y te escondas en al)!ien, y despiertes desp!s sin "2s deseo !e palpar, con ali4io y tristeGa, la te3t!ra del l2te3. Estoy %a-lando de personas !e se desean tanto !e ser5an incapaces de tocarse las "anos. 8e presidentas de cl!-es de 6ardiner5a !e ornican sin lle)ar al or)as"o con tal de 4er, "edia %ora "2s tarde, los ade"anes de !n "!c%ac%o !e se calGa las -otas. 8e a"orosospadresy"adresdea"ilia teniendo se3o oral de-a6o de !n adúltero paso a desni4el !na noc%e antes de !e s!s %i6os repr!e-en el c!rso de An2lisis de las Estr!ct!ras /ociales. 8e "!6eres %artas de %acer pastel de carne los do"in)os. 8e ta3istas cinc!entones !e 4an al cine porno a-raGando a !na 4estida. 8e co"erciantes o !ncionarios o traileros !e, c!ando pasan rente a !na "!e-ler5a, "iran !rti4a"ente el aparador de los colc%ones. So %a-lo de ellos. So los elo)io* son el único paisa6e !e nos !eda para atesti)!ar la d!ración del a"or.
=o"isionado por =arolina ?ar5as para el IK Enc!entro Internacional de Escritores de Monterrey, 1@@@. 9!-licado en el 4ol!"en colecti4o "rotismo ! literatura :=ONARTE, $;.
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2 9ara los %o"-res de la Edad Media :y "2s para las "!6eres, !e !eron las propietarias "ateriales del concepto;, el A"or Iniel no dier5a )ran cosa del A"or Eterno. 8!lce atalidad y "esianis"o e"enino, traicionar al esposo, a la castidad y a la i)lesia consistió, desde las "2s te"pranas pocas del occidente ro"aniGado, en !na or"a a)onista y retorcida"ente cristiana del sacriicio. A!tores tan dis5"iles co"o 8enis de Ro!)e"ont, Octa4io 9aG, >il-ert Hi)%et o =. /. Le'is reconocen en las or"alidades del A"or =orts :a4atar por s!p!esto del a"or iniel, co"o 4ere"os; la %!ella pro!nda del "ito !e narro a contin!ación* el ca-allero a4orito del rey 4ia6a a tierras le6anas con la "isión de c!stodiar, de 4!elta al castillo, a la doncella !e s! a"o desposar2. En el trayecto, y "erced a !n %ec%iGo e"pleado a destie"po y por accidente :s!ele ser !n per!"e, !na rara s!stancia "eGclada con aeites;, el ca-allero y s! !t!ra reina !edan ena"orados. As5, s! pasión es pre4ia a 7y por tanto "2s 5nte)ra !e7 el enlace "atri"onial. 8!rante el si)lo PIII esta %istoria se contó 4arias 4eces en rancs y ale"2n -a6o el t5t!lo de +ristán e 5solda. 9ero el relato ori)inal es "2s anti)!o, lo "is"o !e la presencia de s!s datos esenciales en los ciclos artúrico y carolin)io. 8e ac!erdo con los te3tos y a"-ientes a los !e %a)o reerencia, c!al!iera pensar5a !e el i"a)inario del A"or =orts :o \a"or ro"2ntico\, co"o ta"-in )!sta de lla"arlo Hi)%et para darle "ayor a"plit!d al concepto 7y es nota-le có"o los est!diosos %!yen de "encionar e3pl5cita"ente la inidelidad, c!ya presencia sin e"-ar)o es 2cil de inerir en los te3tos "edie4ales !e se citan; pro4iene de las c!lt!ras -2r-aras. No o-stante, es di5cil pasar por alto la inl!encia de O4idio en la poes5a pro4enGal, co"o ta"poco %ay !e +
desesti"ar la car)a de cristianis"o !e s!-yace en el concepto de \idelidad\ :al "atri"onio, a la incorr!pti-ilidad de la carne, a la e;. Asi"is"o, conte"pla"os la presencia ro"2nicocristiana en el 4ocati4o \do"nei\ :/e#or; con el !e los poetas pro4enGales se diri)5an a s!s a"adas. I)!al p!ede decirse del lar)o proceso sacraliGador "ediante el !e se prod!c5a el enc!entro carnal :o "e6or dic%o s! es-oGo;, c!yas etapas o estancias ten5an no"-res espec5icos y acciones concretas* !na s!erte de Cpr!e-asD ca-allerescas :por e6e"plo 4elar, apostado a ca"po a-ierto en pleno in4ierno, el s!e#o de la a"ada;1 sin c!yo c!"pli"iento no era posi-le aspirar a -eneicio a"atorio al)!no. /e trata de rit!ales de cepa asctica* al)o as5 co"o reGar !n rosario 7sal4o !e, en l!)ar de !na c!enta de 4idrio, en ocasiones el creyente pod5a sostener entre s!s dedos !na %endid!ra !l)!rante, !n 2cido peGón. Tal 4eG con4en)a insertar a!5 este parntesis* para la perspecti4a "edie4al la inidelidad "arital se %alla estrec%a"ente relacionada con la prdida de la doncelleG y, por ende, con la r!pt!ra de los 4otos reli)iosos. il-ert Hi)%et %a escrito el 1
=o"o se descri-e en C=an =%ai la !eillaD, de Arna!t 8aniel : Cfr. 9o!nd, EGra, "nsa!os $iterarios, =ien del M!ndo, =ONA=ULTA, M3ico, 1@@+, p. 1 y ss.
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si)!iente p2rrao*
Es interesante !e este concepto Vel a"or ro"2nticoW %aya "!erto pri"ero en ?rancia, !e !e donde nació. En la literat!ra rancesa "oderna, 4ale decir !e en la sociedad rancesa "oderna, no %ay casi %!ella al)!na de l. V...W Hay !n )ran li-ro !e si"-oliGa s! corr!pción y s! ocaso* Madame 2ovar!, c!ya %ero5na destr!ye s! 4ida -!scando el a"or y el ro"anticis"o, "ientras !e s! "arido la trata de !na "anera nor"al, 6!iciosa, "!y rancesa, i)!al a la de la "ayor5a de los "aridos !e %ay en este "!ndo.$
< 9ara ser !n -!en iniel %ace alta !na 4erdadera actit!d 4ocacional. Hay !e ren!nciar a la elicidad y el -!en 6!icio, pero ta"-in a la tristeGa, la loc!ra, el dispendio se3!al. Hay !e aprender a %acer el a"or al "enos de dos or"as, pero de4eras el a"or* cada !na de las dos con s!s relatos %eroicos, s!s posiciones eróticas a4oritas, s!s c%istes cada 4eG "2s pri4ados, "2s a-yectos y "2s inteli)entes. Hay !e e6ercitarse en la si"!lación, el contorsionis"o, el cinis"o y la corr!pción de polic5as. Hay !e co"prar !n plano de la ci!dad. Hay !e sa-er conse)!ir s!stancias "2s co"ple6as !e el %ielo a altas %oras de la noc%e. Hay !e %a-it!arse a leer li-ros 4ie6os, "onótonos, llenos de l!)ares co"!nes, pero !e dan !n lúcido sentido a la cr!eldad cotidiana, a la 4i4acidad con la !e nos des%ace"os los ner4ios y la 4ida en coc%es, en pri4ados de -ares, en "oteles donde las cintas porno son !na percepción "2s p!ra !e la l!na o el le6ano r!"or de los tr2ilers. Hay !e aprender a olerse !no "is"o, a "irarse detenida"ente en el espe6o, a palpar %asta el "5ni"o detalle de !no "is"o a!n en la %a-itación "2s osc!ra* %ay !e 4ol4erse narcisista por c!estiones de $
Hi)%et, >il-ert, $a tradición clásica, ?=E, M3ico, 1@, p. 11.
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se)!ridad. O por altr!is"o0 para no %acer ineliG a otro. S %ay !e de6ar !e el narcisis"o nos 4enGa, !e nos t!"-e en la ca"a, !e nos %a-le de a"orQ
? Todo el !e a"a %a e3peri"entado en carne propia el "odo s!til y !nesto en !e los ideales de li-ertad e i)!aldad !e-rantan la pr2ctica del a"or. /er li-re es no poseer a nadie. /er i)!alitario es ren!nciar al 4asalla6e !e los anti)!os escand5an sonora"ente y !e para nosotros no es "2s !e !na nostal)ia p!esta en "etros re)!lares. En los i)!alitarios y li-erales tie"pos de la "odernidad, %o"-res y "!6eres nos %e"os a-is"ado en el "atri"onio a secas y en la pro"isc!idad o, en todo caso, en el cansado 6ero)l5ico del onanis"o y los placeres proil2cticos. He"os ren!nciado a la -elleGa carnal y ilosóica del a"or iniel, y %e"os pa)ado esta ren!ncia perdiendo n!estra e en la eternidad del a"or. Tal 4eG el )esto "2s eloc!ente para il!strar el in de esta e sea el s!icidio de Zert%er, !ien 7en !na escena )e"ela e in4ersa a la de >enie4ere entre)ando s! c!erpo a Lancelot7 reci-e :casi; de "anos de la "!6er deseada la prenda osc!ra del desa"or* las pistolas con las !e 4a a "atarse. 8esde !e la "entalidad -!r)!esa pereccionó el espe6is"o del "atri"onio, la i)!ra de la :o el; a"ante %a perdido toda s! di)nidad* no "2s cortesan5a, no "2s literat!ra, no "2s l2)ri"as de r!e)o, no "2s J!lien /orel posando desn!do contra el espe6o "anc%ado de la %a-itación +11. Es !na l2sti"a decirlo pero, para ser iniel, ya ni si!iera %ace alta talento.
@ Me %an dic%o !e el sol sie"pre -rilla en las a!topistas de la inor"ación. 8e-e ser cierto por!e en todas partes 4eo a esos n!e4os inieles, esos n!e4os a"antes cortesanos* se en45an e"ails, c%atean de "adr!)ada, tienen ci-erse3o en oicinas pú-licas y l!e)o esperan %asta la "edianoc%e para "ast!r-ar a solas s! dierido or)as"o. /e de6an recaditos a"orosos todo el tie"po y, a 4eces, %asta son capaces de darse a conocer el !no al otro* se citan en !n ca o !n aerop!erto sólo para 4ol4er del s!e#o, para co"padecerse "!t!a"ente por s! alta de a"or. Hace !nos a#os le5 la noticia de !e !n "arido israel5 "ató a s! esposa y a s!s dos %i6os por!e se enteró de !e ella "anten5a !na relación con otro %o"-re a tra4s del internet. 9ese a la cr!eldad y est!pideG !e s!pone esta %istoria, no p!edo e4itar "i ad"iración ante lo s!-li"e de los )estos !e p!ede desencadenar la escrit!ra a"orosa. La ci-erinidelidad es triste* carece de la precisión, del a-sor-ente y penetrante 3tasis !e e"ana de los olores, las ca4idades y los l!idos. /in e"-ar)o, s! c!erpo es "!y %er"oso* !n te3to a-ierto, lleno de oriicios, col!"nas, 2n)!los a)!dos y plie)!es !e sólo la a"iliaridad 4!el4e e4identes. Una s!cesión de rases, es decir, de rit"os. Una ar"oniosa dispersión !e ri)e la "e"oria, !na persec!ción y !n )oce, !n 4asalla6e !e nos reinte)ra, en tanto !e seres discontinuos 7dir5a Bataille7, a n!estra irreal idelidad, a n!estra real inidelidad* la de la escrit!ra.
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A!orre!ra!o con aneri!a !rico$or.
1- DE EIIO COO OA DE A EORIA XAl)!ien rec!erda Corona del Mar Y... Era !na serie de tele4isión !e pasó por canal cinco en al)ún "o"ento de los a#os . La tra"a, con re"iniscencias de la cl2sica "l fuitivo, p!ede res!"irse as5* !n %o"-re despierta !na "a#ana en !n calle6ón cercano a los "!elles y, tras rotarse !n "o"ento la ca-eGa, desc!-re !e s! "e"oria est2 4ac5a. No rec!erda ni s! no"-re ni el l!)ar del !e pro4iene, proesión o %2-itos "2s co"!nes0 ni si!iera !nas acciones a"iliares. /! "ente al-er)a sólo !na rase, tres pala-ras !e poseen la nitideG de !n p!nto osc!ro en la -lanc!ra di!sa de la a"nesia* C=orona del MarD. 8e cap5t!lo en cap5t!lo, el %o"-re :con s! loo* "itad Ji" 8ean y "itad /i"on Te"plar, c!al correspond5a a los )!apos de la poca; colectar2 pe!e#os ra)"entos de s! "ente "ientras corre las "2s conspic!as a4ent!ras, )!iado a partes i)!ales por s! o-sesión y el aGar. Hasta !e, en !n "o"ento pleno de e"oción y de -elleGa, alcanGa s! o-6eti4o* se detiene en los "!elles de !na ci!dad desconocida rente a !na s!erte de ]taca "i)ratoria, !n -lan!5si"o yate con "old!ras doradas !e ostenta el consa-ido no"-re en las c!adernas* Corona del Mar . El %roe sin "e"oria s!-e a la c!-ierta, entra en la ca-ina co"o !ien in)resa a !n palacio o al recinto de !n or2c!loQ S eso es todo* aparecen los crditos del cap5t!lo inal. XLo rec!erdanY
=o"isionado por Isa-el Orte)a para el KII Enc!entro Internacional de Escritores de Monterrey :el te"a del con)reso era CE3ilio y literat!raD;. $+. Indito %asta a%ora.
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/!pon)o !e no. S es !e desde %ace a#os 4en)o pre)!ntando lo "is"o a c!antas personas conoGco, y no sólo nin)!na tiene "e"oria del pro)ra"a, sino !e las "2s irritante" irritante"ente ente teleadictas teleadictas "e ase)!ran !e este relato "e lo in4ent yo, !e la serie 6a"2s !e trans"itida. 9or des)racia, no ten)o ya "2s pr!e-a de lo contrario !e "is rec!erdos* el único otro testi)o de !e Corona del Mar e3istió era "i a-!ela Lic%a, !e lo 4e5a con"i)o, y %ace a#os est2 "!erta. No s por p or !, a%ora !e se "e anto6a escri-ir es cri-ir so-re el e3ilio, e 3ilio, "e 4ino a la ca-eGa este 4ie6o pro)ra"a. Tal 4eG por la "et2ora s!-yacente en la %istoria del pere)rino sin -rú6!la, el a"nsico !e sólo sa-e de s5 s 5 "is"o el no"-re del l!)ar %acia el !e se diri)e, y el %ec%o de !e a!n ese l!)ar no sea sino !n -arco* !na isla en l!6o per"anente, !na patria c!ya esta-ilidad es la -elleGa de s! no"-re.
2- DE EIIO COO EFA ARICAR Una 4eG escri-5 !n poe"a para con"e"orar las iestas patrias. 8ice as5*
2? e >erero En la plaGa, !n pi!ete de soldados do-la-a la -andera. /! ri)or era !n -allet de -2r-aros lotando
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en la sorda piscina del crepúsc!lo. 9ens en "i "adre !e, d!rante a#os, ple)ó paciente"ente paciente"ente las co-i6as de "i ca"a. Una patria distinta* el coraGón de la "ateria, i"percepti-le en s! tai"ada 4ocación de ili)rana.
Me parece !e el "!ndo :y con l la patria o el %o)ar; es esta clase de )eo)ra5a te3til y %!idiGa a la !e al!de el poe"a. Tal 4eG se trata de !n 4ir!s a!to-io)r2ico !e conta"ina conta"ina "i 4isión 4isión %istórica :e incl!so incl!so "i 4isión "eta5sica, "eta5sica, si es !e toda45a p!ede !no decir !e tiene se"e6ante cosa;. Me reiero a !e, no es !e yo sea el 6!d5o errante pero al)o s del tr2nsito0 al)o !e "e desnacionaliGa, incl!so, del e3ilio Cre)!larD* Mi "adre 4ia6a-a. =asi sie"pre "e lle4ó con ella. 8e s! a"or "aternal %ered el desarrai)o. He pasado casi toda "i 4ida en tierra adentro, al -orde del desierto de Mayr2n, pero "i pri"er rec!erdo es la playa de =aleta donde !nos %o"-res sosten5an de ca-eGa, 6!nto a las olas, a !n a%o)ado. N!nca %e 4isto las %!ertas de copra de "i a"ilia paterna en la costa de >!errero, pero de ni#o so#a-a con ellas a la so"-ra de !n %!iGac%e !e %a-5a cerca de "i casa. Mis rec!erdos inantiles yacen desperdi)ados entre Acap!lco, L2Garo =2rdenas,
No s "!c%o de "is antepasados. Mi padre tiene !n apellido distinto al "5o, el %i6o de "i %er"ano "enor nació en Estras-!r)o, los %i6os de "i %er"ano "ayor 4i4en en So(o%a"a, no conser4o !na sola oto)ra5a de "i ni#eG, ten)o ++ a#os y %e 4i4ido en + casas distintas* no %ay en el "!ndo !n solo -arrio de la inancia donde al)!ien "e rec!erde o reconoGca. 9ara pereccionar estas or"as de la a!sencia, o "2s -ien para !itarles s! sentido deiniti4o y perentorio, para %!"illarlas %asta el e3tre"o del "ito personal, decid5 %ace a#os a)re)ar !n detalle* 6a"2s %e p!esto !n pie !era de M3ico1. No ten)o ni t!4e n!nca pasaporte. =o"o $a =o"o $a Hija de la $árima, $árima , Cyo n!nca !i a Ne' Sor(, no s lo !e es 9ar5s 4i4o -a6o la tierra 4i4o dentro de "5D* el e3ilio perecto "e parece !na taGa de ca en la terraGa del %otel Mayestic, rente a 9alacio Nacional, de cara a !na estúpida -andera tricolor aparatosa y tne-re co"o los %!esos de !n pterod2ctilo cocinado con la receta de los c%iles en no)ada. Ele)5, en plena era de la )lo-aliGación, )lo-aliGación, "i propio pa5s co"o l!)ar de "i destierro.
<- DE EIIO COO ABRACCIÓN Hace al)ún tie"po !i a !na e3posición de Jose o!del(a. Entre la se)!nda sala 7!e doc!"enta la in4asión r!sa a =%ecoslo4a!ia en el 7 y la tercera 7!e se t5t!la CE3iliosD7, pens* "5stico o no, el arte es el re)istro del 4ac5o !e circ!nda los e4entos. Las pieGas de o!del(a so-re la 9ra)a in4adida tienen, 6!nto a la 4iolencia del otoperiodis"o, la -elleGa casi ani"al de !n arte cr!do, !na especie de e!oria "ali)na ante el desastre. Los rostros y los )estos de los persona6es aparecen sat!rados de 4italidad.
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=a"-i este ras)o -io)r2ico a inales de oct!-re de $ con !n 4ia6e de 1 d5as a Ale"ania.
lo !e "2s los e"-ellece es la o-6eti4iGación* el %ec%o casi in%!"ano de !e al)!ien se %aya detenido a oto)raiarlos. En contrapartida, "!c%as de las otos de CE3iliosD parecen n!trirse en !n proceso de 4acia"iento de sentido c!ya esera incl!ye no sólo lo oto)raiado, sino ta"-in al otó)rao. 9ara o!del(a, a dierencia de otros creadores, el 4i4ir en el e3ilio :%ay !e decir !e a-andonó =%ecoslo4a!ia poco desp!s de la in4asión y a%ora es ci!dadano rancs; es !na or"a de antinostal)ia. La li"pideG con la !e retrata !n con6!nto de %o"-res orinando en Irlanda, o !n tele4isor rodeado de sil!etas en >ales, o !n %aG de l!G en !na %a-itación cú-ica con tres persona6es de edades distintas en 9ort!)al, pro4iene no de la recolección de e3presiones %!"anas, sino del oport!nis"o ante la co"posición. No o-stante, no %ay ri)ideG en estas otos* al contrario, %ay !na or"a pro!nda de la s!-4ersión, !na prosopopeya !e %a-la de al)o "2s %ondo !e el desarrai)o nacional. =reo !e c!al!ier artista aclara s! 4isón c!ando as!"e la post!ra de !n nó"ada ec!"nico, c!ando se reconoce co"o desterrado no de !n pa5s, sino de los si"!lacros de si)niicación a los !e por "al %2-ito lla"a"os realidad . 9or!e el aso"-ro es !n senti"iento !e instant2nea"ente nos 4!el4e e3tran6eros.
?- DE EIIO COO EERIENCIA O(O)AOCAICA El dci"o octa4o li-ro de la Bi-lia narra la %istoria de Jo-, !n %o"-re al !e Sa%4 e3ilió de s! "isericordia sin raGón al)!na 7o peor aún, con la raGón !e podr5a asistirle a !n carnicero %aciendo ap!estas en !na cantina* la de de"ostrar a /atan2s !e el a"or de Joera co"pleta"ente in6!stiicado y !e, ya entrados en )astos, la s!tileGa de la "aldad di4ina p!ede %acer !e el inierno pareGca !n cl!- de -oysco!ts.
/i)los desp!s de la conección de esa o-ra, el a#o d. =., el poeta 9!-lio O4idio Nasón !e desterrado de Ro"a por A!)!sto. El decreto i"perial lo condena-a a 4i4ir en el p!erto de To"is, rente al 9onto E!3ino o "ar Ne)ro. /e)ún los r!"ores "2s di!ndidos, se le ac!sa-a de per4ertir a la 6!4ent!d a tra4s de s!s 4ersos, pero esto es -astante i"pro-a-le* O4idio %a-5a escrito el Ars Amandi en s! le6ana 6!4ent!d y casi todas s!s o-ras de "ad!reG tratan te"as )ra4es, a"n de !e cele-ran la i)!ra i"perial. As5 !e la 4erdadera ca!sa de s! casti)o es toda45a !n "isterio. 9or a#os "e %a ascinado la desesperanGada si"etr5a !e %ay entre estos dos persona6es2. Lo pri"ero !e %ice !e pensar en ellos co"o coordenadas* la r!ina 5sica del santo Jo- y la r!ina "oral del poeta O4idio no son paralelas, sino xlas)o' :o /altillo;, en el deseo post%!"ano de ren!nciar a la carne !e trasl!cen la pel5c!la +he Matrix, el #od! art del peror"ancero /telarc o la ideolo)5a ar-órea del pensador Hans Mora4ec3 palpita el desarrai)o, la sensación de %a-er sido $
Cfr. $a resistencia :ilodeca-allos, M3ico, $+;. /er5a oneroso incl!ir a!5 la descripción detallada de lo !e estos dos e3cntricos persona6es proponen. Baste se#alar !e a"-os nie)an la pertinencia del c!erpo tal y co"o lo conoce"os* el pri"ero a tra4s de la "!tilación, el dolor y la icticia adición de ór)anos ci-ernticos0 el se)!ndo planteando !e lo "2s +
arro6ados del "!ndo sin a4iso ni raGón. Las !top5as de Cla n!e4a carneD :co"o -a!tiGó 8a4id =ronen-er) a esta ideolo)5a "aso!ista y "edi2tica; poseen !n do-le ondo* la realidad nos parece ya post%!"ana, y si s!ri"os es por!e nosotros toda45a no lo so"os. En eso consiste, creo, el últi"o de los e3ilios. O4idio y Jo- son para "5 r!nas !e de"arcan el r54olo apocalipsis de lo pos"o, 4isiones tr2)icas !e n!estra sociedad -analiGa* la 'e- y las inanGas nos ec%aron del "!ndo, sólo %allar2s l!)ar en la tri-! de los )lo-alió-icos si costeas t! pasa6e de 9ar5s a =ancún para asistir a la protesta, el al"a es !na casa de p!tas a la !e ac!di"os cada d5a de pa)o, y claro, sie"pre nos !eda este "ara4illoso, -landen)!e, este anacrónico pa5s* la de"ocracia !e nos corona a todos a condición de ser !n p!e-lo de reyes 6!-ilados. O4idio y Jo- ad"iten, inal"ente, !na lect!ra a!tista* 4i4i"os insertos en !na din2"ica de indi4id!ación casi es!iGornica, y no %ay nada "2s cont!ndente !e la sensación de !n e3ilio "eta5sico para %acer del ?in de los Tie"pos !na pesadilla personaliGada. >oGa"os, p!es, n!estro aisla"iento co"o !n tri!no. A!n!e si)nii!e darle la espalda a n!estros a"ores, n!estros deseos, n!estras patrias "2s 5nti"as.
con4eniente para )arantiGar el pleno desarrollo del cere-ro %!"ano ser5a e4ol!cionar de n!estra condición de "a"5eros a !na "2s si"ple y e3t2tica* la de 4e)etales pensantes. Cfr. 8ery, Mar(, -elocidad de escape, /ir!ela, Espa#a, 1@@@.
oes:a / crea!i*ia. n acercamien!o *inc$ao a $a promoci4n c$!ra$
Hace poco me pidieron un “arte poética” para acompañar mis textos en una antologí a. Como esa nota se relaciona vagamente con mi noci ón de creatividad, he decidido transcribirla aquí .
Moscas y dédalo Martí n Lutero dijo una vez que Alguien habí a creado a las moscas para distraerlo mientras trabajaba en buenos libros. Sospecho que las poéticas cumplen la misma funci ón. No que nos distraigan; le dan alas a nuestro ego.
Escri-o poe"as desde los !ince a#os, y sie"pre lo %e %ec%o con !na intención pr2ctica* todos dec5an !e era !n "!c%ac%o -ondadoso, as5 !e 7por "oti4os de se)!ridad personal7 p!se "i e"pe#o en arr!inar"e el car2cter. Sa casi lo lo)ro. N!nca %e sa-ido de dónde salen los 4ersos. S no %a-lo de inspiración. M2s -ien creo !e en el poe"a no se es !n pensador sino !n piloto. Es co"o s!rir !na ce)!era e3tra4a)ante, co"o si !no leyera de !n "odo tan a-s!rdo !e, de pronto, desc!-riera !e es capaG de descirar %o6as en -lanco. /oy "2s despistado !e Zoody Allen. Mi propia casa es !n la-erinto para "5. Ni ! decir del deseo, la "e"oria, la calle. Me acost!"-r ya tanto, sin e"-ar)o, al 4rti)o nó"ada del ddalo, !e proc!ro perci-irlo a!n "ientras in6o estar in"ó4il. Los poe"as "e son la-erintos port2tiles, %erra"ientas para constr!ir ata6os y calle6ones sin salida en la piel de las desapariciones. Escri-o para 4ol4er al idio"a del !e nac5.
=o"isionado 9or Rosa del Tepeyac ?lores para !n Enc!entro Re)ional de 9ro"otores =!lt!rales en /altillo. $+. Indito %asta a%ora.
@
Humor y fervor aparte, algo que me interesaba plantear en esa p ágina era que el arte es un fenómeno y no sólo un suceso, un proceso o un producto, como asumen algunos poetas y crí ticos recientes –quizá por influjo de análisis culturales avalados por la burocracia en turno. Heidegger explor ó este conflicto como nadie, pero Heidegger es un filósofo. Y sé por experiencia que, en estos tiempos, citar en p úblico a un filósofo es casi casi un delito federal. Para plantear mi visión fenomenológica de la creatividad en la poes í a he preferido ocuparme aquí de algo mucho más simple, dos conceptos obvios, humildes y terribles: “expresión” y “comunicación” a través del arte. En su último libro póstumo 1, Borges cita casi con repugnancia la idea de Benedetto Croce de que la poesí a es “expresión”. El rechazo borgiano parte de dos razones evidentes: en primera, no todo lo escrito en verso merece llamarse poes í a; y en segunda, al hablar de “expresión” nos olvidamos del lector al otro lado de la p ágina, es decir, de la “comunicación”. Cuando los aficionados a una disciplina art í stica abogan en favor de sus productos – casi siempre embrionarios y faltos de rigor–
diciendo que “todos tenemos derecho a
expresarnos”, se olvidan de otra verdad de Pero Grullo: expresi ón no es sinónimo de creación. Nadie prohí b e a nadie escribir en verso. Pero la crí tica, los editores, los promotores culturales, la historia de la est ética y una reducida y a la vez sólida comunidad de lectores tienen derecho a rechazar estos productos si los consideran falsos o endebles. Es curioso que, cuando se plantea una idea como ésta (la de la peculiaridad instrumental de un reducto de cultura al que solemos llamar “la poes í a”) la gente lo acuse a uno de elitista, 1
Bor)es, Jor)e L!is, Arte poética, Letras de H!"anidad, Editorial =r5tica, Espa#a, $1.
excluyente y hasta perverso; pero si cuatro tenores interpretaran a canon una canci ón de José Alfredo Jiménez y se presentaran ante el público como artistas cardenches 2, el pleno de la comunidad coahuilense se les echar í a encima acusándolos de impostores, reduccionistas y oportunistas. Dicho en lenguaje familiar, lo pol í ticamente correcto nos está partiendo la madre: no tenemos derecho a falsificar especificidades de la cultura popular, pero cualquiera es libre de defenestrar el patrimonio entero de nuestra civilizaci ón. Por lo que respecta a la poes í a en tanto que vehí culo de comunicación, dos de los autores que mejor han indagado sus resortes son T. S. Eliot y, en lengua espa ñola, su traductor Jaime Gil de Biedma. Gil de Biedma resume las ideas de Eliot diciendo que, si bien el poema ha de ser fundamental para la “economí a interior” (la emotividad privada) de su autor, debe asimismo contener efectos ret óricos que no sólo testimonien sentimientos, sino que –m ás importante aun– permitan al lector reproducir la experiencia espiritual del poeta en su propia conciencia. Es decir: la poesí a no n os cuenta una emoción, sino que aplica estrategias verbales que nos permiten recrearla, percibirla cuantas veces queramos sin que medie mayor impulso externo que el que nos brinda el texto. Esta sutileza es el principio de la creatividad aplicada al poema. Y es esto justamente lo que diferencia a un verdadero poema de las inacabables reiteraciones
e
imitaciones
del
“declamador
sin
maestro”.
Los
“poemas”
que
machaconamente repiten frases trilladas, sentimientos e ideas aprobados por el canon intelectual y erótico al uso y temas cómicos y trágicos largamente visitados por la tradici ón, $
El Ccardenc%eD es !n tipo de canto r!ral tradicional de La La)!na, re)ión desrtica entre 8!ran)o y =oa%!ila. Es !n arte a p!nto de desaparecer. =onsiste en la e6ec!ción a capella, en canon de tres o c!atro 4oces :pri"era, se)!nda, "arrana y arre!inte; de pieGas tradicionales casi sie"pre relacionadas con el te"a a"oroso, el paisa6e 2rido y la "elancol5a.
1
son exitosos y aceptados dentro de un cierto c í rculo de la sociedad porque resultan idos: no cuestionan, ni insultan, ni sorprenden, ni horrorizan, ni confortablemente fr íg
embelesan, ni subliman, ni extas í an, ni conmueven, ni transforman al lector. Cuando uno lee, por ejemplo: “Pues bien, yo necesito decirte que te quiero, decirte que te adoro con todo el corazón”, uno es testigo de palabras comunes y corrientes que se entienden f ácilmente y que no nos requieren demasiado esfuerzo emocional. Cuando uno lee, en cambio: “amar es una envidia verde y muda, una sutil y l úcida avaricia”, uno deja de ser testigo para volverse protagonista del poema: porque la frase debe ser interpretada (es decir: vivida) por cada uno de nosotros de manera diferente –independientemente de que nos guste o no. Eso es, a mi juicio, lo que diferencia un poema de una mera versificaci ón: en el poema los lectores somos fuertes y confiamos en nuestras emociones y nuestro instinto, incluso cuando el significado de lo escrito no nos parezca absolutamente claro; en la mera versificación, en cambio, todo es cómodo: aceptamos que nos den de comer palabras-papilla, emociones previamente digeridas, como si fu éramos bebés o enfermos mentales o personas emocionalmente seniles. Hay que decir, no obstante, que “comunicar verbalmente una emoci ón” representa sólo un enfoque de la hechura de poemas: el más tradicional. En torno a dicho enfoque han florecido técnicas más especí f icas y hondas como el misticismo laico, la noción mallarmeana de la página como carta astronómica y concepciones que pretenden abolir las fronteras sonoras y significativas que separan la m úsica de la razón; lo plástico de lo ritual. Si no me detengo ahora en tales asuntos es porque no estoy hablando ante poetas, sino ante promotores culturales: potenciales lectores que, asumo, estar án más interesados en los
$
mecanismos básicos de la creación poética que en melindres estilí sticos y cismas culturales cuya demarcación territorial afecta casi exclusivamente a los poetas –valga decir: al más estrecho y endoscópico conjunto de la ciudadan í a mexicana.
***
En resumen, las intenciones po éticas comienzan como “expresión personal” y culminan, al llegar al lector, como sustancia emotiva e intelectual comunicable. Lo que sucede en el transcurso de una a otra estancias –ll ámese retórica, disciplina, filosof ía , imaginación o inteligencia– es a mi juicio el pleno territorio de la creatividad. Crear es jazzear (en el sentido de ejecutar una técnica depurada que admite la improvisaci ón, la toma de decisiones instantánea) pulsando las cuerdas del esp í ritu: entre lo que quiero expresar y lo que logro comunicar(me)te hay un trapecio de ceguera suspendido sobre un mar de esplendor y de veneno, hay un puente de tablas muy delgadas que va de lo sagrado a lo inteligible; hay, en fin, el arte como fen ómeno, como experiencia radical. 3 Tal vez no se requiera ciencia para estar m ás o menos de acuerdo con esta perspectiva: la verdadera creatividad de la poes í a es una zona colectiva donde autor y lector estrechamente se vinculan. Bastan, para afirmarlo, un m í nimo conocimiento de los procesos creativos y otro poco de ese huidizo deporte mental al que llamamos sentido com ún. Entonces no me explico porqu é es tan dif íc il encontrar un proyecto cultural burocr ático que no pase por alto esta apreciaci ón.
+
Bor)es lo lla"ar5a Cla al!siónD, para oponer !n concepto "2s le3i-le a los entroniGados pero escleróticos tr"inos comunicación y expresividad .
+
Los esquemas de apoyo a los creadores implementados por el Estado en a ños recientes cuentan con algún beneplácito de los gremios artí sticos, pero yo nunca he visto que opinen bien de ellos los demás sectores de la comunidad. Es indiscutible que dichos proyectos no siempre contribuyen a elevar la calidad del arte, y mucho menos a su divulgación en amplias capas sociales. Me temo que esto es marcadamente cierto en lo que atañe a las nuevas generaciones de creadores: digamos, los menores de 40 a ños. El Estado posee avasalladores instrumentos cuantitativos, pero si comparamos sus logros cualitativos con los generados por la zeitgeist del vasconcelismo, o con la calidad de las obras literarias publicadas en los 50, o con la independencia intelectual gestada en los 70 y los 80 por los propios artistas, ni la invocaci ón del Todopoderoso ISO-9000 puede salvarnos del fracaso. Parte de este fracaso cualitativo es, por supuesto, responsabilidad de los creadores más jóvenes: una beca o un apoyo sucedáneo bastan para no involucrarse en la pol í tica cultural del paí s. En el gobierno mexicano s ólo existen dos carreras con escalaf ón: la del Servicio Diplomático y la de becario del FONCA. Pero otra parte del problema se debe, creo yo, a la ignorancia o sumisi ón de los propios promotores culturales. Apuntaré que, en aras de la eficacia y la eficiencia, cada vez es m ás dif í cil para un artista emplearse como promotor cultural. Las instituciones prefieren individuos de otro talante, con mayor perspicacia administrativa. No niego que, para trabajar como promotor, un creador deba adquirir nuevas herramientas filos óficas y metodológicas (dicho sea de paso, esto no sucede viceversa: a un administrador del área rara vez se le pide una s ólida formación antropológica, por ejemplo). En México contamos con estudiosos –menciono sólo a dos, de enfoques y ámbitos muy distintos: Gilberto Giménez y Sabina Berman– que
han redimensionado la discusi ón en materia de cultura. Pero el rechazo que la burocracia sostiene contra los artistas2 está más cerca de la mentalidad empresarial que de una verdadera renovación sociológica de los conceptos de cultura. Quiero consignar este pasaje de Ricardo Piglia que, aunque se refiere a los medios acad émicos, puede aplicarse a los de la promoción:
La situación actual de la literatura se sintetiza en una opini ón de Roman Jakobson. Cuando le consultaron para darle un puesto de profesor en Harvard a Vladimir Nabokov, dijo: “se ñores, respeto el talento literario del Se ñor Nabokov ¿pero a quién se le ocurre invitar a un elefante a dictar clases de zoologí a?” La estúpida y siniestra concepción de Jakobson es la expresión sincera de la conciencia de un gran crí tico y gran lingüista y gran profesor que supone que cualquiera est á más capacitado para hablar del arte de la prosa que el mayor novelista de este siglo. La autoridad de Jakobson le permite enunciar lo que todos sus colegas piensan y no se animan a decir. Se trata de una reivindicaci ón gremial: los escritores no deben hablar de literatura para no quitarles el trabajo a los cr í ticos y a los profesores.”3
Puedo inferir desde ya la desestimación más obvia que puede hacerse de mi discurso: hablar de un escritor como individuo vinculado a la cultura genera de inmediato el prejuicio de que uno está defendiendo las anticuadas nociones de Cultura que produjo la tradición filosófico-literaria 4. Nada más lejos de mi intención. Lo que sucede es que el escritor (y especialmente el poeta; y, m ás especí ficamente aún: el poeta mexicano de $
M!c%os de los c!ales, esto ta"-in %ay !e decirlo, critican a las instit!ciones "2s co"o criollos ante penins!lares !e co"o 4erdaderos interesados en el enó"eno. + 9i)lia, Ricardo, V O&O% GAA GIC'A BIBIO6RHGICA Cfr. Ji"neG, >il-erto, +eora ! análisis de la cultura, To"o I, =ol. Intersecciones, =onac!ltaIcoc!lt, M3ico, $.
principios del siglo XXI cuya edad linda entre los 25 y los 40 a ños) acostumbra, puesto que rara vez vive de sus regalí as, trabajar en sectores anejos a la industria cultural: periodismo, casas
editoras,
divulgación
cientí f ica,
medios
audiovisuales,
turismo,
proyectos
independientes relacionados con el ocio, pol í tica, burocracia: escaleras de servicio de la verbalidad.
***
No es dif íc il reconocer que nuestra sociedad, a semejanza de las renacentistas, tiene predilección por el mecenazgo. El principal mecenas en M éxico es, por supuesto, el Estado. No voy a darme baños de pureza: hace nueve a ños trabajo en instituciones culturales y, como escritor, he sido beneficiado cuatro veces por alg ún programa de “estí mulo a la creatividad”. Aún así tengo serias disensiones con la estructura del proceso. El mecenazgo renacentista propugnaba como rasgos canónicos, es decir estandarizados, una serie de valores estrictamente estéticos; por ejemplo la perspectiva, el scorzo, las unidades aristotélicas o el endecasí labo 5. El mecenazgo nacional en cambio aboga por groseras consideraciones metodológicas completamente ajenas a la forma y el fondo de las obras artí sticas, y procura no el ensanchamiento o diversificaci ón de nuestro patrimonio cultural, sino su adecuación a formatos y tablitas. Al margen de su ficticia efectividad, cuyos detentadores serán unos cuantos ratones, un contralor malhumorado y un ir ónico historiador de las mentalidades del siglo XXIV, estos documentos expresan una realidad terrible:
No!a e iciemre e 200+% Aca-o de 4er !n pro)ra"a de tele so-re la 4ida de Leonardo y no p!edo sino cens!rar lo in)en!o !e "e s!ena este pasa6e "5o* o-4ia"ente el "ecenaG)o e!ropeo era tan i"positi4o :y "!c%as 4eces "2s cr!el; !e el n!estro. Lo c!al no %a-la -ien de =ONA=ULTA, sino "al de =esare Bor)%ia 7"a)ro y -!rdo -eneicio.
debemos contabilizar los activos y pasivos de nuestra cultura porque no poseemos la creatividad y el conocimiento suficientes para apreciarlos de manera natural: es decir, a través del intelecto.
***
Cada dí a escribo poemas. Cada dí a trabajo, además, en una institución que “promueve la cultura”. Últimamente me indigna tener que cuadricular mis ideas y proyectos de trabajo mediante formatos desastrosos, incompatibles con cualquier noci ón (tradicional o aprendida en Baudrillard) de la cultura. Formatos dise ñados por una suerte de Testigos de Jehov á de la Calidad Total: personas incapaces de cuestionar la sapiencia sobrenatural de sus sistemas, apóstoles que pretenden mejorarnos mediante el saludable m étodo de saber absolutamente todo acerca del ISO e ignorar hasta los rasgos m ás elementales del fenómeno que pretenden evaluar. Confieso que me caen bien estos Testigos de Jehov á: son buenas gentes, así que trato de seguir fielmente sus instrucciones y llenar los cuadritos con la mejor letra que puedo. No me indignan porque soy un promotor cultural: yo crec í entre sindicalistas de una empresa siderúrgica y no conozco más orgullo que el de vender mi fuerza de trabajo. Me indignan como artista, sí , un poco. Pero, sobre todo, me indignan como ciudadano. Porque sé, desde el seno mismo de la “planeaci ón”, que yo para ellos como ciudadano no soy nada, que no soy más que un dato, que lo mismo da cinco productos vendidos, una leyenda rural del XIX o toda la metaf ís ica de Alvaro de Campos y la muchacha que come chocolates.
Concluyo en este punto. Tal vez parezca que, al hablar de mis penas oficinescas, me he desviado del tema de la charla, pero conf í o en que no: primero, porque no est á de más decir en un encuentro como éste que la cultura es una vivencia cotidiana, un espejo, una fortuna y un cadalso, todo antes de llegar a la sacrosanta hojita de í ndices de evaluación. Y segundo, porque la creatividad en el arte sucede, como dije ya, durante el fen ómeno que media entre expresión y comunicación: es decir en los terrenos de la alusi ón, esa zona ambigua donde la identidad del hacedor y el espectador se vuelven intercambiables, y donde los verdaderos promotores culturales mejor se desenvuelven. Por otra parte, hay que ser bastante creativo para sobrevivir a la mediocridad, la estandarización, el triunfalismo, el maltrato moral e intelectual, y luego volver a casa con el ánimo de sentarse a escribir unos cuantos versos. No es gran cosa, supongo. Pero esa es, lo confieso, la verdadera creatividad de los poetas.
Apn!es para na >i$oso>:a e $a escomposici4n.
1- E AOR E NIE6A A CIR ENCOIENDA En algún momento del 2002, Hernán Bravo Varela y Ernesto Lumbreras me solicitaron una breve poética que acompañarí a mis textos en El manantial latente1. Acepté redactarla (y es que entonces me pareció una idea interesante) sin saber que me estaba hipotecando a una fiebre cultural: la de los “poetas pensadores”. De entonces a la fecha he participado en tres encuentros (dos de escritores y uno de promotores), un par de publicaciones y al menos diez o doce charlas de cantina –feroces todas– alrededor del mismo asunto. Desde el principio mi opini ón ha sido ésta: concebir poéticas por encargo, en el contexto semi-institucional en que venimos haci éndolo y con tanta frecuencia, deviene en gestos meramente narcisistas. Antes lo dije escuetamente, luego en tono de broma, y s ólo conseguí que me acusaran de no tomar en serio la poes í a, de ser perezoso, de no respetar a mis colegas que sí hacen la tarea (y con letra bonita). Ahora, para evitar mi desafuero y posterior juicio de amparo, tratar é de ser cumplido y de paso abordaré otros asuntos que no necesariamente son componentes de un “arte po ética”, pero sí principios de discernimiento y sentido común que me ayudan cotidianamente a leer poemas. Lo reitero: escribir poéticas a destajo me parece narcisista. Expongo mis razones.
=o"isionado por Jair =orts y Ro)elio >!edea en a)osto de $ para el 4ol!"en colecti4o A contraluz :?ETA, M3ico, $;. 9!-licado parcial"ente en la re4ista -ozOtra, eneroe-rero $. 1 Cfr. L!"-reras, Ernesto y Bra4o Karela, Hern2n :selección, prólo)o, notas y apndices;, "l manantial latente. Muestra de poesa mexicana desde el ahora= 4>?@6006, =ONA=ULTA, M3ico, $$, p. $
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a).- Hasta donde sé, una Poética será un discurso activamente filosófico, radicalmente personal. Si entendemos aún la poesí a como formulación melódica de pensamiento, como encuentro feliz entre ritmo verbal y percepci ón sublimada (incluso extática o balbuciente) de la naturaleza, y establecemos que su base es la po ética, entonces cada autor decidirá (o no) emprender la construcción extra-lí r ica de esta última a su albedrí o, cuando una confrontación individual con el fenómeno se lo exija, o cuando est é convencido de que debe actualizar, rectificar, profundizar en sus aspectos esenciales. Instituir la confección de tales textos como un pasatiempo generacional, y concebir cada seis meses nueva materia intelectual para este juego me parece una afici ón cuya banalidad no tiene orillas. b).- Un argumento a favor de las po éticas es que contribuyen a romper el cerco solipsista que aprisiona al autor. Esto puede ser cierto en t érminos abstractos, pero no siempre en la práctica (no sin duda si viajamos hacia un pa í s sin lectores), y mucho menos si el concepto se ritualiza por v í a de la presión social. c).- Hay quien asume que las poéticas son una panacea desde la que puede abordarse no sólo la problemática psí quica, estética y ética del poeta, sino asuntos tan puntuales como la falta de lectores, la torpeza de las instituciones culturales o la escasez de crí tica literaria. Ofrezco disculpas por mi tradicionalismo pero, la última vez que miré, la reflexión intelectual no sucumbí a aún a la globalización de los conceptos, imitación inane de una simpleza polí tico-económica que nos tiene (al menos a la mayor í a de quienes vivimos en este paí s) arruinados. Me pregunto, ¿por qu é no somos más pragmáticos y tratamos cada uno de estos temas (crisis comunicacional, crisis institucional, crisis de
reflexión en torno a la poesí a2) por separado, dando a cada uno un rango de elucubraci ón más profundo?... Quizá porque estos temas no nos suenan, por s í solos, lo suficientemente vistosos. O tal vez porque exigen un rigor y claridad expositivos que no siempre queremos conceder a nuestra prosa. d).- Hablar de “poéticas” forma parte de un conjunto al que llamo “discernimientos mitificados”, mismo que rige muchas de las discusiones que hay actualmente en M éxico en torno a la poesí a, y cuya pasiva aceptación sólo revela, a mi juicio, un gran vac í o de crí tica. Enseguida trataré de ampliar esta reflexión.
2- DICERNIIENO IIGICADO EN A CRICA DE OEA EICANA RECIENE Es ind!da-le !e, )racias a al)!nos art5c!los period5sticos+, "!estras poticas p!-licadas en re4istas y la aparición de 4olú"enes antoló)icos, la reciente poes5a "e3icana concitó !na -2sica a!n!e contradictoria plataor"a cr5tica. En!"ero, si"pliic2ndolas por raGones de espacio, al)!nas de estas opiniones* es desea-le !e los poetas 6ó4enes rele3ionen siste"2tica"ente acerca de s! !e%acer 0 a la poes5a "e3icana Cle alta calleD y parece no i"portarle la pro-le"2tica del "!ndo conte"por2neo0 los 6ó4enes poetas "e3icanos tienden a cierta !nior"idad estil5stica "!y li-resca0 es di5cil encontrar en A"rica Latina !n corp!s potico tan sólido co"o el de M3ico, etctera. $
=o"o se 4er2, "i preoc!pación a!5 se circ!nscri-e a este p!nto. 9ienso !nda"ental"ente en los escritos por Jor)e ?ern2ndeG >ranados, Ed!ardo Mil2n y Ernesto L!"-reras. He tratado ya el ori)en y de4enir de esta noción. J!lio Orte)a. Lo %an se#alado al)!nos cr5ticos de "l manantial latente :?ETA, M3ico, $+;, y lo reto"ó Ernesto L!"-reras :para contradecir la idea; en !n te3to p!-licado en el nú"ero $ de la re4ista per!ana Inter"eGGo tropical* C8esp!s de el "anantial 4iene otra iestaD, p. 1. 8eclaración de !n escritor colo"-iano citado por Kicente
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Todas estas opiniones "e parecen i"portantes, y coincido con al)!nas :las "enos elo)iosas;. 9ero considero !e, c!ando Ed!ardo Mil2n se#ala !e la poes5a "e3icana 6o4en parece a6ena a todo conlicto e3traliterario del "!ndo conte"por2neo, no est2 -!scando n!estra si"ple ad%esión a lo !e en!ncia* est2 -!scando interloc!tores. S as!"ir c!al!ier idea certera co"o al)o !e no p!ede acotarse, disc!tirse y ser reela-orado "ediante el propio discerni"iento "e parece !n la"enta-le error. Arries)o este ap!nte* a!n!e co"parto en tr"inos )enerales la preoc!pación de Mil2n, no "e parece !e la poes5a de Jos E!)enio /2nc%eG y Án)el Ort!#o 7por citar dos a!tores incl!idos en "l manantial 7 p!eda asi"ilarse sin "ayor disc!sión al panora"a !e l descri-e. Ade"2s, y a!n s!scri-iendo plena"ente la idea de Ed!ardo, %a-r5a !e pro!ndiGar en ella aportando in!iet!des personales0 yo "e pre)!nto por! el co"pro"iso con la realidad act!al es constante en poetas "e3icanos 6ó4enes de escasa destreGa tcnica, y se dil!ye conor"e el a!tor consolida s!s rec!rsos or"ales :lo !e no necesaria"ente s!cede en otras tradiciones;. Las cr5ticas 4ertidas por Orte)a y Mil2n se %an end!recido en la con4ersación, de "odo !e no es raro esc!c%ar :so-re todo en el norte del pa5s; !e la poes5a "e3icana e"er)ente es sole"ne, retórica y escapista. No altan los poetas !e s!scri-en estas opiniones sin "ayor conlicto, !iG2 con la intención de Cdes"arcarseD del sector criticado0 otros "iran pasar la procesión en silencio, con !n )esto de astidio y %asta "enosprecio. 9ero "!y pocos :destaco a Ernesto L!"-reras; %an op!esto te3tos rele3i4os a tales consideraciones. No co"parto del todo lo declarado por L!"-reras en la re4ista per!ana 5ntermezzo tropical :parece decir* p!es s5, as5 es la "e6or poes5a "e3icana* ale6ada de la
Ta"-in en la presentación de "l manantial latente. Te3to posterior"ente p!-licado en la re4ista 9ar!e Nandino n!". +.
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cotidianidad 7a!n!e no tan !nior"e7, y no por alta de e"oción, sino por oponer a la in)en!idad del Ca!5 y a%oraD !n escepticis"o !e tiene ra5ces %istóricas y c!lt!rales, y !e res!lta "2s re4elador @;. 8i)o !e no co"parto este criterio por!e "ar)ina s!til"ente %ec%os !e de-ieran i"portarle a la cr5tica, co"o los eectos de la presión social so-re disc!rsos de 4ocación s!-4ersi4a :sean 4italistas o escpticos1;, la do"esticación acad"ica de lo e3cntrico y la pro!nda inl!encia so-re el "edio literario de la tradición clasista nacional. No o-stante, la actit!d )eneral de Ernesto y s! capacidad cr5tica "e %acen 4er n!e4a"ente a !n interloc!tor, no a !n adalid de ca!sa al)!na. So ta"-in perci-o !e n!estra poes5a no es tan !nior"e en esencia0 creo !e la repetición de ciertos tics or"ales :%iperconsciente ne)ación del yo, ad6eti4os s!perlati4os relacionados con claridad-lanc!ratransparencia, descripción "eta5sico"ini"alista de o-6etos y espacios a"iliares, rec!rrencia te"2tica de Clo inasi-le lo indeci-leD, e3tracción !irúr)ica de todo lo !e ten)a !n 4a)o t!o a Cpoes5a de la e3perienciaD, "enosprecio de lo %!"or5stico, etctera; ac%ata y e"po-rece la di4ersidad de re)istros, lo c!al "e parece le4e:pero si)niicati4a;"ente distinto. Reitero* no estoy contra nin)!na de las ideas !e res!"5 antes, sino contra la pasi4idad de aceptarlas per se, sin esta-lecer "ayores conlictos intelect!ales a tra4s de ellas. No soy !n des"itiicador a !ltranGa, pero "e res!lta pert!r-adora la ren!ncia a conrontar !na entidad tan de"ocr2tica co"o la opinión, "23i"e c!ando sta es 4ertida por a!tores :co"o Mil2n y L!"-reras; c!ya %onestidad y )!sto por el di2lo)o son e4identes.
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La lect!ra !e %a)o de las ideas de L!"-reras es es!e"2tica0 no %e !erido citar pasa6es de s! te3to por!e res!ltar5a oneroso, as5 !e as!"o el ries)o de estar "alinterpret2ndolo. 1 Esto se nota :para dar !n e6e"plo a6eno a n!estro "edio; en la act!al poes5a ar)entina, c!yo presti)io colo!ial %ace !e !n poeta co"o /il4io Mattoni 74i)oroso, pero reacio a la lorit!ra calle6era7 sea poco apreciado en s! propio conte3to nacional.
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<- EIICA IA#ICA ?raGer 11 deine co"o "a)ia si"pattica a la aplicación pri"iti4a del sentido co"ún y el principio de ca!sa y eecto so-re enó"enos cotidianos, y di4ide esta or"a de pensa"iento en dos 4ertientes* "a)ia %o"eop2tica :Clo se"e6ante en)endra lo se"e6anteD; y "a)ia conta"inante :Clo !e est!4o en contacto si)!e en contactoD;. 9erdónese"e si declaro !e %ay principios si"patticos en la or"a en !e a 4eces nos lee"os "!t!a"ente los poetas "e3icanos. Hace poco, en J!2reG, !n a"i)o de all2 decidió !e los te3tos de L!i)i A"ara y L!is Kicente de A)!ina)a se parec5an tanto entre s5 :opinión !e no co"parto; por!e a"-os a!tores son poetas Cdel centroD. Al)!ien "2s "aniestó s! desac!erdo y se !e6ó de !e Clos norte#osD, p!esto !e escri-i"os distinto, deina"os 4a)a"ente a >!adala6ara y el 8.?. co"o Cel centroD, c!ando en realidad se trata de dos l!)ares "!y ale6ados )eo)r2ica"ente. /in e"-ar)o, el a!tor de la declaración incl!5a en el pa!ete indierenciado de Clos norte#osD a !n tipo de Ti6!ana y a "5, !e 4i4i"os a "2s de + "il (iló"etros de distancia !no del otro. Hay casos "2s si)niicati4os, dada s! especiicidad. =ito al)!nos al 4!elo. a;. A!n!e la o-ra de L!i)i A"ara "antiene !n tono se"e6ante desde el principio, "e parece !e 8asmo es !n li-ro "enos sólido :se sir4e de la "eta5sica "ini"alista !e tanto a"a y conoce el a!tor, pero "!c%as de las rele3iones e i"2)enes !e contiene se res!el4en apres!rada"ente, con !n talante "aniersta !e las %ace "2s cercanas al c2lc!lo retórico !e a 4erdaderas epian5as de la "ateria deleGna-le1$; !e "l cazador de rietas o 11
En $a rama dorada, ?=E, M3ico, c1@@. Lo !e 4ierto no es !n 6!icio deiniti4o, sino !n co"entario )eneral :y pendiente de ela-oración precisa "ediante citas te3t!ales;. Ele)5 a L!i)i A"ara co"o e6e"plo de !n tipo de disc!sión !e se presenta en n!estro "edio literario por!e a;. %e planteado personal"ente ante l "i apreciación y -;. con5o en !e L!i)i 4er2 en "i co"entario !n desac!erdo estil5stico, no !n acto de "ala e. 1$
"nvés, dos li-ros c!ya precisión or"al no est2 re#ida con la persec!ción de ideas e i"2)enes re4eladoras. Un par de 4eces %e planteado esta apreciación a otros poetas, y en l!)ar de disentir de "i opinión con ar)!"entos literarios, "e dicen* Ces L!i)i, )ey, no "a"es* L!i)i sie"pre escri-e i)!alD. 8e n!e4o estoy en desac!erdo. S no creo !e la rele3ión 4al)a poca cosa, por!e si)niica !e, en la lect!ra de este a!tor, %ay !ien sólo act!aliGa los co"ponentes "2s s!periciales. -;. L!is Kicente de A)!ina)a es elo)iado :"erecida"ente, "e parece; por li-ros co"o "l aua circular, el fueo y $a cercana. Esto, a!nado a la concesión del pre"io A)!ascalientes a s! li-ro Beducido a polvo, lo con4irtió se)ún ciertas opiniones :"2s orales !e escritas0 y a!n* "2s de actit!d !e de pala-ra; en !na especie de Cintoca-leD. 9or eso !ienes %e"os rese#ado con al)!na d!reGa s!s poe"as recientes nos topa"os, a 4eces, con c!al!iera de estas dos des"es!radas reacciones* o se nos elicita sotto voce co"o a !ien c!"ple !na proeGa clandestina, o se nos ac!sa sotto voce de e6ec!tar !n co"plot "aledicente contra el a!tor 7por en4idia de s!s lo)ros. =o"o si !era i"posi-le !e %aya )enerosidad al)!na c!ando !no "enciona lo !e considera deectos o carencias en !na o-ra literaria1+. Keo en estas reacciones !na s!-esti"ación del desac!erdo, !na descaliicación a priori del desac!erdo en tanto !e enó"eno tica"ente desea-le. Esta actit!d "e parece "!c%as cosas, pero, so-re todo, "e parece !na in"oralidad* !na especie de a!toritaris"o -asado en el c%anta6e senti"entalc!rric!lar. c).- Los primeros comentarios que recib í cuando declaré mi admiración por los poemas de Luis Felipe Fabre fueron del tipo “pues s í , pero escribe como Milán”. No niego 1+
O co"o si !n li-ro )alardonado t!4iera la o-li)ación de ser !ni4ersal e inali-le. 8e paso, dir esto* ten)o la i"presión de !e las cr5ticas a la o-ra de L!is Kicente de A)!ina)a se de-en "2s al aprecio por s!s li-ros anteriores 7y a la consi)!iente e3pectati4a ante los pró3i"os7 !e a actores tan )roseros y "eG!inos co"o la de"eritación de !n pre"io literario.
que percibo algunas semejanzas, como el modo de encabalgar o la repetici ón de frases con leves deslizamientos de significado; pero el campo tem ático de Fabre me parece distinto y original, su sentido del humor es más constante y crucial para la resolución del poema, y el decurso que lleva de su nacionalismo f ársico a su reciente (casi beckettiana) interpretación de lo provenzal me parece, por decirlo sin demasiado entusiasmo, un trance de ejemplar curiosidad lí rica: suficientes razones para empezar a leer a este autor desde otra perspectiva. De hecho, yo no lo vinculé a Milán en un primer acercamiento, quiz á porque no vivo en el D.F. y no sabí a que fue su alumno.
d;. A!n!e la o-ra de Jos E!)enio /2nc%eG %a "antenido sie"pre !n "is"o tono, %ay en s!s te3tos recientes !n reina"iento en el traslado al poe"a de teor5as estticas 4inc!ladas al arte-as!ra. /in rele3ionar en torno a esto, el a!tor se)!ir2 siendo denostado por %acer Cc%istoretesD o elo)iado por ser !n poeta CpadreD. S s! o-ra se "antendr2 co"o ne-!losa en n!estro conte3to. El caso Jos E!)enio "e per"ite a-ordar el pro-le"a "ayor de la Cestil5stica si"patticaD* Xpor ! "!c%os poetas :casi n!nca por escrito, otra 4eG en corrillos; dicen !e /2nc%eG %ace Cc%istoretesD, o peor, !e Ceso no es poes5aDY /i Clo se"e6ante en)endra lo se"e6anteD, lo !e no parece poes5a :de ac!erdo a n!estra e3periencia cotidiana; no lo ser2. S air"are"os esto sin i"portar !e s! poder de s!-4ersión, s! reerencialidad, s! "úsica y s! 4ariedad tcnica sean ori)inales y c!estionen la noción de yo y de realidad !n54oca :pro-le"as !e a todos parecen i"portarnos;, conronten la s!pericie del poe"a 7 s! retórica7 "ediante la parado6a de intentar pro!ndiGar en l a tra4s de disc!rsos !e lla"a"os Cs!pericialesD, y ade"2s a%onden en la poco e3plorada 4eta del %!"or.
8e a%5 lo !e iniero* si acepta"os !e Clo se"e6ante en)endra lo se"e6anteD y lo dese"e6ante retórico no es poes5a :o es c%istorete potico, !e e!i4ale casi al "is"o "enosprecio;, entonces n!estra "anera de leer poe"as constit!ye "2s !n siste"a de creencias !e !no de reerencias y discerni"ientos.
?- E JEGECO AN6OK L ORA CRII Ante un panorama tan peculiar –demanda gregaria de una po ética, discernimientos mitificados en torno a la poes í a, estilí stica simpatética–, no me extraña que algunos autores se declaren en crisis y hagan de ese gesto su “filosof í a de la composición”. Tal es el caso de León Plascencia Ñol y Julio Trujillo, en quienes admiro el ser consecuentes hasta el desgarramiento con su hiperconsciente noci ón estética. Otros –pienso en Sergio Valero, Rocí o Cerón y Hernán Bravo Varela– manifiestan esta crisis no como discurso extra-l í rico, pero sí como incorporación de rasgos diferenciales (casi siempre de extracci ón coloquial y/o popular) a sus poemas recientes. El tema es vasto, as í que me ocuparé sólo de dos de sus aspectos: el “efecto tango” (la influencia de la nueva poes í a del Cono Sur sobre la nuestra) y la variedad estil í stica (a ratos vecina de la indecisi ón) en un solo poeta: León Plascencia Ñol. Entre 2002 y 2004, la relación de los poetas mexicanos con los sudamericanos se agudizó. A las lecturas y publicaciones hechas en Chile y Argentina por Luigi Amara, Sergio Valero, Rocí o Cerón y Hernán Bravo Varela, entre otros autores, sigui ó un creciente interés nacional (aunque –de nuevo– m ás en corrillos que en publicaciones) por la poes í a de los chilenos Germán Carrasco, Damsi Figueroa y Kurt Folch, o de los argentinos W. Cucurto, Martí n Gambarotta y Alejandro Rubio, por citar algunos.
De los chilenos se admira en particular la plenitud de la obra de Carrasco y, en general, la vivacidad con que asumen su vocaci ón literaria, elevándola casi al rango de performance y deporte nacional. De los argentinos, su soltura para “abrir el arco” del
discurso poético incorporando coloquialismos, cómics textuales y otras variedades pop del constructio cultural contemporáneo. 14
Creo que la influencia del Cono Sur sobre nuestras po éticas puede ser, en términos generales, revitalizadora. Pero también me parece que existe el riesgo de asumirla de manera superficial, incluso injusta. Superficial, porque algunos poetas (pienso fundamentalmente en Sergio Valero) se han dejado llevar por el entusiasmo de lo nuevo, y se arriesgan a ver el coloquialismo de chilenos y argentinos como una suerte de Deus ex machina, lo que contribuye a generar vací os de crí tica. Si ubicamos en un mismo plano la obra de Germ án Carrasco y la de Damsi Figueroa (poesí a la de esta última que me parece sobrevalorada aun en su contexto nacional) sólo porque sus autores son chilenos, o si endiosamos a cualquier poeta argentino sólo porque su poesí a sí “tiene calle” 15, estaremos sustituyendo un prejuicio por otro. Para que la poesí a sudamericana enriquezca nuestro medio hace falta publicarla ac á y hacer de ella una lectura detenida, crí tica (pero si no criticamos ni lo nuestro...). Injusta, porque ciertos rasgos que se celebran en la poes í a sudamericana están presentes en autores mexicanos (y no s ólo jóvenes: recuérdese al primer Ricardo Castillo y a José de Jesús Sampedro, Joel Plata o Marco Antonio Jim énez) completamente borrados 1
Lo !e di)o en este p2rrao pro4iene de "is con4ersaciones con, al "enos, c!atro de los poetas "e3icanos a !ienes %a)o reerencia en este apartado* 9lascencia, Bra4o Karela, =erón y Kalero. 1 S %ay al)!nos "!y -!enos, co"o Z. =!c!rto. 9ero, co"o ya di6e, creo !e el colo!ialis"o es la retórica instit!cionaliGada de la reciente poes5a ar)entina, lo !e ac%ata y a-r!"a las reales 4irt!des de al)!nos a!tores.
del mapa de nuestras referencias. Asumir un contexto ajeno fervorosamente, con prisa, y sin que ello afecte la visión del pasado inmediato de nuestro medio, se parece menos a una lectura que a una infatuation. El caso de León Plascencia Ñol me resulta perfecto para ejemplificar c ómo un poeta mexicano de mi generación aplica a la práctica la noción de “crisis creativa”. Es relativamente f ácil notar cómo León sabotea –él estará de acuerdo con que use esta palabra– ya no digamos la integridad del poema, sino la noci ón tajante de “estilo”, y con ello la identidad autoral, valiéndose de los registros más diversos, incluso contradictorios, en la sucesión de cada uno de sus libros. Personalmente, no todo Enjambres me complace (aunque aprecio mucho algunos pasajes), y de plano me siento ajeno a La fr ágil insistencia, un libro que ha sido celebrado en ciertos medios, creo que por la obviedad un poco domesticada de sus filias literarias: alguna poesí a francesa y mexicana que ve en los blancos de la página el endecasí labo de lo inasible. Pero El árbol, la orilla me parece un libro entrañable porque, pese a las deudas con Viel Temperley y Du Bouchet 16, la imaginación del autor logra conquistar un espacio intermedio de verdadera creaci ón personal, y, sobre todo, estoy interesado en los poemas recientes que le conozco, textos que me parecen menos rí gidos que los anteriores desde una perspectiva t écnica, y cuya autoironí a me resulta (no negaré mis afectos estilí sticos) muy saludable para nuestra literatura. Un reproche tengo que hacer a Le ón: los ciclos formales que agitan su escritura provienen más de la lectura de otros poetas que de cualquier otra clase de experiencia 17
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Trat este as!nto en !na rese#a p!-licada en $etras li#res N!". , a-ril de $. /!pon)o !e ya es %ora de de4ol4erle a esta pala-ra s! a"plit!d ori)inal y rescatarla del sec!estro al !e nosotros "is"os la condena"os por rep!dio a !nos c!antos "alos :y al)!no -!eno; poetas penins!lares. 1
@
vinculada a la poesí a. Otra vez lo libresco se impone a lo vivencial y extra-ret órico 18; incluso, paradó jicamente, cuando justo se trata de confeccionar poemas con mayor carga extra-retórica19. No pretendo desvirtuar, ni mucho menos, la impronta de la lectura de poemas en la mente de un autor, y por supuesto que no cometer é la avaricia de plantear con mi señalamiento la grosera disyuntiva entre vida y literatura. Lo que observo es m ás simple (y grave), y opera en el mediano o largo plazo: si es la lectura lo que en forma preeminente rige la renuncia estilí stica, la experiencia poética será más azarosa de lo que le es connatural (también más superficial), y el sentimiento del tiempo, del verbo y del mundo ero. Estas condiciones pueden producir buenos libros, pero será más tenue y ef ím dif í cilmente, creo, una obra coherente (y hablo de coherencia espiritual e intelectual, que no es poca cosa). Tal es a mi juicio la parte m ás delgada del hilo que sostiene la poes í a de León Plascencia Ñol.
@- as ins!i!ciones c$!ra$es como !rama eneraciona$ Al)!nos 4en en los apoyos instit!cionales !na con!ista del "edio c!lt!ral nacional$, otros a-o)an por !e %aya "enos rec!rsos directos del Estado a los artistas, otros "2s consideran !e los est5"!los de-ieran de"ocratiGarse, a lo !e al)!nos responden !e no es 6!sto !e se trate con !n "is"o rasero a los diletantes y a !ienes tienen 4erdadero c!rric!l!" yo a"plia -i-lio)ra5a, etctera. 9ersonal"ente %e reci-ido satisacciones y decepciones :no 1
=reo !e todo rec!rso literario, en s! perecciona"iento yo des)aste, aca-a por con4ertirse en retórica. Al !sar esta e3presión :e3traretórico; intento dar !n no"-re restrin)ido a !n con6!nto di5cil de caracteriGar* el de a!ellos ras)os te3t!ales y se"ióticos c!ya incorporación a n!estro conte3to literario o n!estra len)!a intenta %acer "enos predeci-les, do"esticadas o tediosas la creación y la lect!ra de poe"as. 1@ Me te"o !e esta cr5tica podr5a aplicarse ta"-in a los intentos de conte"poriGación con lo s!da"ericano realiGados por Roc5o =erón y Hern2n Bra4o Karela. En ca"-io, /er)io Kalero parece estar "2s có"odo en el re)istro viene viene de s!s poe"as recientes :aclaro !e sólo conoGco !nos c!antos; !e en la encorsetada transparencia de s!s te3tos in"ediata"ente posteriores a s! pri"er li-ro, Cuaderno de Alejandra. $ =%ristop%er 8o"5n)!eG lo dice acerca del /N=A en $etras li#res :septie"-re $;.
tanto co"o a!tor* co"o pro"otor c!lt!ral, !e es el oicio del !e %e "al 4i4ido desde los diecioc%o a#os0 y co"o ci!dadano, !e es lo !e "2s i"porta; de parte de las instit!ciones c!lt!rales del pa5s. =reo !e el te"a es 4asto y co"ple6o y !e, co"o di6e antes, de-iera de-atirse en oros destinados a ello de "anera espec5ica. No o-stante, "e parece !e nos !e6a"os de"asiado del conte3to sociopol5tico, y "!y poco, en ca"-io, de nosotros "is"os* !iero decir, de la posi-le i"pericia del corp!s literario al !e pertenece"os, de n!estras %erra"ientas intelect!ales para 6!G)ar la o-ra de otros. A "5, y lo %e dic%o antes, lo !e "2s "e i"porta es la poes5a y los poe"as, as5 !e, Xdónde est2n las o-ras "ad!ras de los poetas de "i )eneraciónY... /ie"pre !e %a)o esta pre)!nta reci-o resp!estas co"o las si)!ientes :todas son reales;* Ctoda45a no tene"os edad para pensar de ese "odo en n!estra o-raD0 Cesa es !na actit!d ro"2ntica y antic!ada, la poes5a no opera co"o enó"eno )r!pal, )eneracional y pro)ra"2ticoD0 Cpor s!p!esto !e ya %ay o-ras "ad!ras, !e no las 4eas es otra cosaD, Cpara deinir la trascendencia de las o-ras %ace alta perspecti4a %istóricaD, y Clo !e planteas es "!y pretenciosoD. Kaya"os por partes. X9or ! no tendr5a"os edad para %a-lar de n!estra o-ra en tr"inos de "ad!reG :4aya, ni si!iera es#ozando deseos de "ad!reG;Y... Me a%orro a Becerra y a LópeG Kelarde por no condescender a la o-4iedad, pero no p!edo a%orrar"e esta parado6a espaciote"poral* todo "!ndo la"enta !e los li-ros de poes5a "e3icana ten)an c!artillas pro"edio por!e eso es lo !e e3i)en las con4ocatorias de los pre"ios, pero nadie :y, siendo %onesto, no ten)o "2s re"edio !e incl!ir"e; se !e6a de "antenerse %asta los + en calidad de C6o4en creadorD. A!5 %ay !n as!nto de lon)e4idad !e !iG2 trasciende lo social y literario, y linda de al)ún "odo con lo psicoló)ico* ser 6o4en %asta los + es cool :so-re todo si !no se co"para con los !t-olistas;. 9ero !na cosa es !e
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acepte"os la con4ención social de ser 6ó4enes para el ?ON=A, y otra distinta !e crea"os !e eso nos e3i"e de la plenit!d literaria. En este p!nto, "e interesa enatiGar !n %ec%o !e trasciende el as!nto de la edad y la "ad!reG creati4a, y ata#e ta"-in a la cr5tica, la con4i4encia en el plano de las ideas, la C4ersión c!lt!ralD 7dir5a Adorno7 !e %ace"os del imao de escritor* dedicarnos a la literat!ra no sólo nos re!iere !n aprendiGa6e acad"ico, esttico y estil5stico, sino ta"-in !n aprendiGa6e psicoló)ico !e contri-!ya a %acer "enos encarniGadas y a"aneradas n!estras disp!tas, "enos se#oriales :o inantiles; n!estros "odos de relación te3t!al y e3trate3t!al, "enos e)o5stas y resentidos n!estros "oti4os para criticar :tanto en lo indi4id!al co"o en lo tocante a las instit!ciones;, "enos s!spicaG y e"ocional la recepción de las cr5ticas !e se nos %acen. No estoy e3cl!yndo"e de estos CdeectosD* sólo los considero co"o tales, y creo !e de ellos participa"os casi todos los poetas de este pa5s. La se)!nda resp!esta :!e "e parece la "2s propositi4a, as5 !e declaro s! a!tor* Hern2n Bra4o Karela; pone el dedo en !na )ran lla)a* sa-e"os !e las 4aloraciones tradicionales ya no nos alcanGan para deinir !n enó"eno c!lt!ral tan concreto y a la 4eG co"ple6o co"o la poes5a e"er)ente de !n pa5s o !na len)!a. 9ero opon)o "i rplica* Xpor ! acepta"os esto en lo !e "2s directa"ente nos ata#e :n!estra escrit!ra;, pero en ca"-io 6!G)a"os a las instit!ciones, a las nociones estticas !e no co"parti"os, a las antolo)5as, a todo el cla!stro noescrit!ral !e rodea n!estra poes5a :y !e p!ede res!"irse en lectores y pro"otores; con la "is"a 4ara ro"2ntica, antic!ada y pro)ra"2tica de anta#o, co"o si !era posi-le !e las ideas tradicionales %!-ieran "!erto para nosotros pero si)!ieran 4i)entes para el resto de los actores 4inc!lados a la literat!raY... Hay a!5 !na parado6a !e reiere s!til"ente, creo, n!estro tra!"a )eneracional con el paternalis"o de las instit!ciones pú-licas y otras i)!ras de a!toridad :co"o la cr5tica;. $
La tercera resp!esta :Cya %ay o-ras "ad!rasD; "e parece ta"-in propositi4a, pero escandalosa"ente si"plista. X=!2les son esas o-rasY XAl 6!icio de ! lectores se %a p!esto a pr!e-a s! 4i)orY XLee"os en ellas do"inio tcnico, con4eniencia con !n est2ndar estil5stico, rei4indicación del pasado en el sentido de tradición :o de !n %ipottico presente a-sol!to;, %!"anis"o, pali"psesto disc!rsi4o, p!ra -elleGa "elódica, no4edad, todo lo anteriorY... 9re)!ntas si"ples ta"-in, pero !e no se responden sino "ediante el e6ercicio cotidiano de la cr5tica. S sal4o Mil2n, ?ern2ndeG >ranados y L!"-reras, "2s la reciente y espor2dica presencia de ?a-re y Bra4o Karela, los poetas de plano preeri"os Ce3plicar n!estra poticaD, o )eneraliGar so-re las constantes or"ales de !n estrec%o con6!nto !ni4erso de a!tores, !e ponernos a co"entar co"pro"etida"ente y "ediante e6e"plos te3t!ales la o-ra de otros. No desesti"o la necesidad de perspecti4a %istórica para 6!G)ar las o-ras, sie"pre y c!ando poda"os con4enir !e dic%a perspecti4a se constr!ye :as5 sea en or"a 4acilante; desde !n te"prano "o"ento. X=arece"os deiniti4a"ente de perspecti4a :y lo !e es "2s* de conte3to; para criticar o analiGar li-ros co"o "l cielo de Ernesto L!"-reras, $os há#itos de la ceniza de ?ern2ndeG >ranados, $a cercana de L!is Kicente de A)!ina)a, 8h!sical raffiti de Jos E!)enio /2nc%eG, -ida 7uieta, de L!is ?elipe ?a-reY... Me parece !e no. ?inal"ente, la idea de !e Ces pretenciosoD estar "2s interesado por la "ad!reG de las o-ras poticas !e por ac%acar s!s carencias a las instit!ciones o al "edio literario "e parece !n disparate a-is"al. 9ri"ero, por!e %ay !na contraposición esencial entre el escepticis"o li-resco !e L!"-reras considera re4elador 7a4atar !e no co"parto, pero perci-o y respeto7 o la noción de crisis creati4a 7a la !e "e siento "2s cercano7 y !na 4isión tan oport!nista de la escrit!ra* !era del a!5 y a%ora en s!s 4irt!des, pero plena en +
!n a!5 y a%ora c!ando se trata de 6!stiicar s!s carencias. S se)!ndo, por!e de in"ediato se iniere !e, al %a-lar de !e lo i"portante es la -!ena poes5a, al)!nos creen !e estoy as!"iendo :y a-!sando de; el papel de a!tor. S no* yo ante todo "e considero !n lector de poe"as, de poes5a. 9reiero el ries)o de ser 6!eG y parte !e el silencio despecti4o, el "onólo)o e3!isitoide o el 4ale"adris"o pos"o. So rei4indico "i posición co"o lector de poe"as por!e :lo di6e %ace a#os, lo reitero aún; para "5 el pro-le"a !nda"ental es ! tan capaces so"os de :y !e tan disp!estos esta"os a; distin)!ir !n -!en poe"a de otro !e no lo es. S a lo "e6or esto s5 es pretencioso. 9ero %ay !e arries)arse, por!e :y cito !n pasa6e de Mil2n !e "e parece re4elador en s! sencilleG; CLo único !e nos %ace sortear la retórica, !e sie"pre est2 presente en el len)!a6e, es la e3periencia indi4id!al del %a-la poticaD$1.
+- Co$o>4n Enlisto tres posi-les inales. a).- Si el lector estuvo de acuerdo con al menos una cuarta parte de lo que he enunciado, y en desacuerdo con la falta de entusiasmo negativo con que he tratado la impericia institucional (tema que, insisto, me parece importante pero ajeno al esp í ritu de este texto), coincidirá en que tanto llevar y traer la noci ón de “arte poética” es, por decir lo menos, una elegante forma de escurrir el bulto. b).- Notarán que, en varias ocasiones, tuve que recurrir a charlas de caf é, conversaciones privadas, mesas de discusi ón pública y otras cifras orales para catalogar parte de las ideas en torno a la poes í a mexicana reciente de las que tengo conocimiento. $1
+rata de no ser constructor de ruinas, ilodeca-allos, $+, p. . 8e "2s est2 decir !e esta Ce3periencia indi4id!alD no sólo ata#e :desde "i perspecti4a; a los poetas, sino ta"-in a los lectores.
Creo que es importante que la cr í tica del fenómeno poético tenga una vida oral, pero es innegable que a nuestro contexto le hace falta poner por escrito muchas de las nociones que aquí abordé someramente, para trascender el desorden y la tergiversaci ón. Es dif íc il (y no ignoro su lado injusto) debatir por escrito con una idea ajena que s ólo se ha esbozado en la conversación. Creo que es un buen momento para posponer brevemente el í ntimo macramé y las marchas contra Sari Berm údez y sentarnos a discutir por escrito sobre c ómo estamos leyéndonos y por qué. Este texto aspira a dialogar (así sea torpemente) con los pocos autores que han intentado actualizar nuestro discurso cr í tico en torno a la nueva poes í a mexicana. c).- Y último: he recorrido aquí , aprisa, la obra de algunos de mis amigos y colegas; no he sido lo suficientemente atento con ellos, porque los he criticado sin demorarme en poemas concretos, y (algo importante para mi manera de leer) sin citar pasajes que muestren de manera especí fica lo que afirmo 22. Me importaba dar en este ensayo una visi ón al mismo tiempo concreta y compendiosa. No obstante, me declaro en deuda con estos escritores, y me comprometo (es lo menos que puedo hacer, para resultar consecuente con lo que hasta ahora he dicho) a iniciar la escritura de una serie de art í culos sobre los libros y los poetas de mi generación que cité en estas páginas.
Septiembre de 200423 $$
Antes %e p!-licado al)!na nota so-re ellos0 esto "e %ace sentir "enos in6!sto. Addenda 600@ :septie"-re;* Unas c!antas circ!nstancias de las a!5 descritas %an ca"-iado. Me te"o !e para "al* el C%!"orD de6ó de ser "ar)inal para 4ol4erse !n n!e4o :y se)!ra"ente !)aG; rey lelo0 los ensayistas e"er)entes 7pienso en Al5 =alderón y s! insistencia en catalo)ar a los poetas 6ó4enes de ac!erdo a s! "ayor o "enor Cpresti)ioD7 con!nden la cr5tica con el ratin 0 y no alta por des)racia !ien no se %a enterado toda45a de !e la pol"ica intelect!al es !n pa5s independiente del ins!lto. /!pon)o !e esto ser2 $+
"ateria de otro escrito. =onsi)no la ec%a ori)inal en !e co"p!se ste por!e s !e lo acec%a !n a!ra de cad!cidad* lo conce-5 co"o !n te3to de periodis"o c!lt!ral, no co"o !na tesis. No o-stante, opino !e la "ayor parte de s!s o-ser4aciones se "antienen 4i)entes %asta a%ora.
E$ nor!e como >an!asma.
1 JET LAG Flti"a"ente %ice tres cosas !e "e o-li)aron a destilar cierta 4isión de Clo norte#oD* 9ri"ero !i a Keracr!G. Mi cole)a de 4ia6e, el 85ler Ni#o Hroe :!e no es d5ler ni "!c%o "enos ni#o, pero as5 lo lla"ar sólo por a"-ientar "i %istoria;, se lanGó en ta3i a !n "ercadito s!-!r-ano y, arries)2ndose a !e la polic5a port!aria yo la pro4er-ial )andalleG porte#a le "etieran !n -!en s!sto, nos i3eó 4arios )ra"os de !na coca5na diG!e )!ate"alteca !e ol5a a talco del doctor /i"i pasado por los pies, pero !e pe)a-a lind5si"o 7so-re todo por!e al ni4el del "ar el coraGón se 4!el4e "enos en2tico en s!s paranoias. Lo se)!ndo !e trepar"e en !n a4ión y 4ol4er a /altillo, a presentar $a mara, de Raael Ra"5reG Heredia. 8e la lect!ra de esa no4ela o-t!4e !n par de lecciones de %istoria* "e enter por e6e"plo de !e, d!rante el últi"o a#o, $ "!6eres %an sido 4ioladas y asesinadas en la rontera s!r de M3ico, casi todas en la Gona li"5troe de Tecún U"2n, la po-lación "2s norte#a de >!ate"ala 7ta"-in conocida por los centroa"ericanos con el "ote de CTi6!anitaD. Toda45a no se esta-lece la s!"a de cr5"enes de 5ndole se"e6ante co"etidos a%5 d!rante los últi"os dieG a#os :y es !e es !n territorio !e a nadie parece i"portarle; pero, de ac!erdo con las inda)aciones de Ra"5reG Heredia, podr5an s!"ar el do-le de las a"osas CM!ertas de J!2reGD. /!pon)o !e las 45cti"as del s!r no c!entan
=o"isionado por Mar)arita Reynosa para el I Enc!entro Re)ional de Escritores CJó4enes en la /illaD. Monterrey, "ayo de $. 9!-licado posterior"ente en las re4istas $iteral y Hermanocerdo :$;.
tanto :sal4o las !e de al)!na inopinada or"a se relacionan con el Gapatis"o;, por!e %asta a%ora nadie %a 4isto a Jane ?onda pasearse con !na pancarta por las calles de Tecún U"2n. Lo tercero !e %ice 7co"o si !n Meistóeles s!riano %!-iera estado te6indo"e el itinerario de este te3to7 !e trepar"e a otro a4ión y 4olar a Ti6!ana, donde est!4e "enos de $ %oras* apenas lo 6!sto para %a-lar + "in!tos en !na tacit!rna eria del li-ro y -e-er respeta-les raciones de cer4eGa Me3icali en los ti-ols del -!le4ar Re4ol!ción, 6!)ando al 6!e)o de adi4inanGas t5pico de los ti6!aneros* decidir si esa -ailarina de piernas pri"orosas y silicona %asta los peGones es o no es !n se#or. /e dice !e Ti6!ana es la es!ina pr5stina de n!estra norte#idad, el aleph de aspiraciones de !na Ctercera naciónD. /e dice !e a Ti6!ana la %iGo 8ios !n sa-adito por la noc%e para -ailar con ella a!erenciada contra el pec%o. /in e"-ar)o en este 4ia6e sent5 por pri"era 4eG la p!nGada de !na desaparición idiosincr2sica, la "anera en !e !na mise en scene %olly'oodense :por e6e"plo !na iesta electrónica en el se3to piso de !n estaciona"iento donde la se)!ridad corre a car)o de !n pelotón de la Mara /al4atr!c%a; e"pieGa a "arc%itar el )!arrito )la"o!r de al)!nas ci!dades norte#as, e"parent2ndolas "2s con !n ardid p!-licitario !e con el "ito de s!-4ersión y resistencia y 4iolencia4ista co"opasa6eraentr2nsito !e al)!na 4eG le diera pica no"-rad5a a n!estros desiertos. Lo !e intento il!strar con estas tres ancdotas :el rush 4eracr!Gano, las M!ertas del /ocon!sco y, en contrapartida, el off2road:a! en !e est2 con4irtindose Ti6!ana; es la en)a#osa artic!lación de !n disc!rso !e 4e al norte co"o !na Gona pri4ile)iada"ente a-yecta, !na s!erte de Arcadia de la de)radación, la -alacera, el cons!"o de est!peacientes, el tr2nsito a-sol!to, las iestas %asta el a"anecer con "!6eres desn!das
dando 4!eltas dentro de t! ca-eGa y, en )eneral, el estat!to de lo pro4isorio co"o identidad colecti4a y la a!todestr!cción e6ercida co"o !n derec%o ci4il hardcore. /i -ien es cierto !e "!c%os de estos ras)os de -ar-arie post"oderna ad!ieren en ci!dad J!2reG, =!liac2n o Ti6!ana :e incl!so en la reciente escalada de e6ec!tados !e aecta a Monterrey y s!s alrededores; !n co"ponente "itiicador, ta"-in es oport!no ap!ntar !e s! ra5G no sie"pre nace en el norte* %a-r5a !e "encionar al "enos la inl!encia del deep south "e3icano :Gonas r!rales de =%iapas, Oa3aca y >!errero !e de 4eG en c!ando n!tren la prensa septentrional con s! transterrada tradición de la vendetta a "ac%etaGos;, el anecdotario Cresid!alD !e )eneran ciertas "i)raciones :or"as de 4iolencia or)aniGada !e se desarrollan desde =entroa"rica a lo lar)o de todo el pa5s y %asta el s!r de Estados Unidos, pero !e )oGan de "ayor p!-licidad en n!estros pa)os;, y el "!y nórdico 7a!n!e no necesaria"ente Cnorte#oD7 esp5rit! li-re"presarial del narcotr2ico, !e a !er de tanta "itiicación pop!lar y tanta Cpersec!ciónD ad!anera s!ele esca"otearnos el plie)!e "2s si)niicati4o de s! e3istencia* se trata de !na acti4idad transnacional, )lo-ali5lica, c!yo único "otor es la codicia y c!ya leyenda ronteriGa res!lta, en )ran "edida, !n s!-prod!cto t!r5stico, !n accidente iscal. 8esde !na óptica cercana a la %istoria de las "entalidades, el norte se %a 4!elto !na especie de olla podrida de la identidad, !n estrato no de Ca!sencia de c!lt!raD :co"o %an !erido 4erlo a 4eces esp5rit!s 4i)orosos pero o-t!sos, e"peGando por Kasconcelos;, pero s5 de "últiples si"!lacros c!lt!rales !e a tra4s de los "edios de co"!nicación, la -!rocracia y n!estra propia co"placencia ci!dadana desenocan y tri4ialiGan la realidad. M2s !e !n corp!s social o )eo)r2ico, Clo norte#oD deine, a "i 6!icio, !na proesión de e* !n a2n de pertenencia a ciertos "itos, cond!ctas y códi)os.
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2 VEO A I RECERDO AANDO DE O&ADO Vivo en Saltillo. Valga decir vivo en el norte. Valga: vivo en una ciudad hip ócrita, balsámica, elí ptica y –en cierto modo– horrenda. Una ciudad donde, a causa de la ley seca, los domingos por la tarde resulta m ás sencillo conseguir drogas ilegales que un six de cerveza. Una ciudad al pie de la Sierra de Zapalinam é y a dos tiros de piedra del Desierto de Mayrán. Una suerte de discotec de bajo impacto o arbolito navide ño horizontal que linda al oriente con bosques end émicos y al poniente con plantas de gobernadora que han vivido más de diez mil años. Saltillo: tierra de nadie, “tarea de todos”, “una ciudad para vivir mejor”, “la Atenas del Noreste”, “aqu í el que no es poeta hace cajeta”: pest í feras rondallas ez Para Presidente y mondrianescos espectaculares con la cara de Enrique Mart ín
decorando una avenida tan polvosa como un western. ¿Qué comparte mi pueblo con ciudades como Hermosillo, Monterrey, Zacatecas, Mexicali, por dar algunos nombres?... No siempre una geograf ía : mi casa está a mil kilómetros del D.F. y a tres mil de Tijuana. Tal vez sea hora de que empecemos a pensar también en términos de Este y Oeste, nociones a las que no solemos dar importancia pese a que afectan algo tan cotidiano como nuestro huso horario. No comparte tampoco mi ciudad con otras del norte un estricto corpus de h ábitos generados por el entorno natural, social o econ ómico: Coahuila es (o era hasta hace unos dí a s) un estado con bajos í ndices de violencia, contrario a otros estados fronterizos. Durango tiene mayor emigraci ón que inmigración, a diferencia de lo que sucede en Nuevo León o en la Baja Norte. Y en Zacatecas rifa m ás el mezcal que la Tecate, con sobrada
razón: aquí a las doce del mediodí a nos estamos derritiendo entre sudores, all á casi siempre hace un chingo de frí o. ¿Cuál será entonces el eje de nuestra “norte ñidad”? Me parece que, de manera señalada, un conjunto de sí mbolos: el desierto (que en realidad no es s ólo nuestro, porque el ecosistema llamado Desierto Chihuahuense va desde Arizona hasta el estado de Hidalgo); la franqueza (a veces más histriónica que real, lo digo francamente aunque se enojen mis amigos); el rabelesiano ritual de la fiesta que no se acaba nunca; el ancestral nomadismo comanche traducido en clave postmoderna a los fen ómenos de la migración ilegal y la población flotante; y el subversivo privilegio de haber hecho de la violencia (con todo y Tigres del Norte, con todo y cuernos de chivo) nuestro patrimonio, nuestra Gran Aportación al imago nacional. También nos define un asunto estil í stico: quienes creemos en la existencia de este norte inasible hemos perfeccionado, tanto en la literatura como en la vida cotidiana, un delicioso corpus de inflexiones del lenguaje, gestos, hablas tribales, gags y slangs que no siempre coinciden (los del oeste dicen “está bien curado, Ese”, los orientales nos conformamos con el pétreo “ta con madre, wey”), pero que est án dispuestas a contaminarse en tanto se reconozcan como “hablas norte ñas”, es decir, ni del sur ni del centro, what ever that means. Esto ha dado lugar a un parad ó jico chauvinismo tránsfuga y pragmático, casi dirí a provisional. Por otra parte, creo que uno de los rasgos mayores de nuestra norte ñidad está poco a poco desapareciendo: me refiero al sentimiento insular. Migrante y an ónimo, a cientos (a miles) de kilómetros del institucionalismo capitalino, el norte ño original era un bato
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ontológicamente solo, un outsider , un lone ranger intentando construir su identidad regional a punta de apremios y recuerdos. Hubo, creo, un bello momento cultural donde lo que nos hermanaba, igual que sucediera siglos atr ás con los cientos de naciones apaches que rolaban por estos rumbos, no era la pertenencia sino la extra ñeza, la desemejanza, la distancia. Ahora, en cambio, la globalizaci ón de nuestro chauvinismo (y es que hasta los chauvinismos se globalizan: basta echarle una mirada a las naciones árabes para constatarlo) estrangula la m í stica insularidad del norte mexicano, rest ándole frescura a su discurso, aunque dándole por otra parte mucha mayor cohesi ón, y en consecuencia más poder frente al tradicional discurso del nacionalismo centralista. Mitificar la barbarie devino actitud cosmopolita y hasta colonizadora. Se me ocurre un ejemplo trivial que permite observar de soslayo este fen ómeno: recuerdo que cuando yo era niño y viví a en Monterrey (y a contrapelo de las opiniones defe ñas, que siempre fijaron en San Luis Potosí su frontera con lo chichimeca) Saltillo era vista por los norte ños de cepa como la más cercana ciudad del centro del pa í s ; ni qué decir de Zacatecas, incluso de Durango. Ahora, en cambio, el constructio de “lo norteño” se ha difundido y multiplicado, en parte porque somos más conscientes de nuestras semejanzas culturales, pero tambi én porque nuestra resistencia a la tradici ón ultramontana genera un belicoso “chauvinismo incluyente” (valga otra vez la paradoja). Entiendo que hay que celebrar el poder í o y la expansión de una serie de costumbres, expresiones populares, inflexiones lingüí sticas y estructuras simbólicas que ha luchado con éxito por oponerse al acendrado centralismo dominante. Pero, como yo soy negro y estoy
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enamorado de mi blues, no dejo de sentir nostalgia por el relajado norte de mi primera juventud: sus clicas que aún no eran ejércitos, sus asesinatos a tiro limpio y sin escenograf í a ni tanta prensa, sus putas casi sin tetas (casi tambi én sin silicón), su música norteña de verdad y no esta bipolar aguachirle grupera, sus escritores (pienso en Abigael Boh órquez, Jesús de León, Joel Plata, Joaquí n Hurtado, Paco Luna) voluntariamente provincianos y desdeñosos de la fama de su gremio. En fin: su insularidad sumamente ingenua, pero m ás radical y sincera que la nuestra. Estas opiniones no pretenden desestimar las virtudes intelectuales de mi generaci ón: cualquiera sabe que el norte es actualmente uno de los polos culturales m ás ricos de México. Pero, ¿qué es realmente el norte?... ¿Una geograf í a, una mercancí a, una mera costumbre, un ideario polí tico y verbal? ¿De cuándo acá nos volvimos tan complacientes con la estandarización del habla, la sacralización de un par de temas obvios, la maquila en escayola de nuestras chulas fronteras?... Algunas veces me levanto con la sensaci ón de que yo mismo, lanchero acapulque ño avecindado en el desierto por vocaci ón personal, por puro amor a su armoní a indecisa y sin fanfarrias, voy otra vez, a causa de la puerca estandarizaci ón de unos discursos que se pretenden subversivos, voy otra vez, chingada madre, camino del exilio. .
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os pan!eones son !es!ios. cinco *i=e!as sore e$ corrio nor!e=o
1- A BEER ROAD As5 co"o Ho"ero !ndó el poe"a pico para de"ostrar !e el "ar y el 4ino son del "is"o color, los aedas "odernos in4entaron el corrido norte#o para !e nosotros t!4ira"os !n eterno anto6o de cer4eGa. Unos c!antos 4ersos de CLa"-erto
%n da 6? de enero, cómo me duele esa fecha, a don $am#erto uintero lo seua una camioneta. 5#an con rum#o a "l alado nomás a dar una vuelta.
8asaron "l Carrizal. 5#an tomando cerveza.
=o"isionado por L!is H!"-erto =rost%'aite para el li-ro colecti4o 8uro #order :=inco 9!ntos 9ress, Estados Unidos, $+;, p!-licado ori)inal"ente en in)ls. Le5do en el KI Enc!entro Internacional de Escritores de Monterrey, $$. Incl!ido en el 4ol!"en colecti4o +erritorios de la violencia :=onarte, M3ico, $+;. 9!-licado ta"-in en "l#ride :El 9aso, T3, $$; y ;azeta del altillo :$+;.
u compa3ero le dice= D)os siue una camioneta. $am#erto sonriendo dice= DE8a 7ué son las metralletasF
La sonrisa rente a la a"enaGa, la ri"a entre Ccer4eGaD, Cca"ionetaD y C"etralletaD, la li4iandad de estar disp!esto a "orirse con tal de salir Cno"2s a dar !na 4!eltaD* en estos pocos traGos se int!ye el perecto -ato norte#o. /in e"-ar)o, %ay !e co"pletar s!s atri-!tos. /o"-rero Resistol, troca =%eyenne con las -alatas pe)adas, estreo 9ioneer co"prado c%ocolate en !na ad!ana antas"a, !n Marl-oro entre los dientes y !na lata de Tecate entre los "!slos, pe)adita a los %!e4os* as5 es el anóni"o %roe de la norte#idad !e transita las carreteras de Ti6!ana a Her"osillo, de =%i%!a%!a a 8!ran)o, de =oa%!ila a Ta"a!lipas, !niendo en !n %elado sor-o de esp!"a el territorio "2s 4asto y solitario de M3ico. Un %o"-re !e recorre, a 1$ (iló"etros por %ora, el s!e#o de 4i4ir y de "orir en esta tierra donde la 4iolencia es eliG y próspera y !n po!ito c!rsi, y las "!c%ac%as sólo aceptan -ailar con los 4alientes, y se pasa, con acordeón y -a6o se3to, "!c%o "2s 2cil"ente el tra)o a"ar)o de los dólares perdidos.
2- EO ME ANDO 'ACIENDO E ORME NO MIERO ROBAR 9as "i inancia en !n p!e-lo de =oa%!ila* ci!dad ?rontera. Mi a"ilia era po-re, as5 !e a los n!e4e a#os t!4e !e -!scar tra-a6o. M!y pronto lo encontr* cantante de a!to-ús. El )r!po lo inte)r2-a"os "i %er"ano /a5d y yo. El escenario era el pasillo de !n Transportes
An2%!ac oloroso a s!dor y a "etal corro5do. =ant2-a"os 4ie6os -oleros norte#os y, por s!p!esto, corridos* CEl asesinoD, C9istoleros a"ososD, CEl pol4o "alditoD. =ant2-a"os con 4oces a)!das pero -ra)adas, por!e c!ando !no canta corridos de narcos a-aleados no p!ede andarse con "ariconer5as* %ay !na sa4ia de 4alor !e los persona6es de las %istorias le conta)ian a la 4oG. L!e)o de dos o tres canciones colect2-a"os las )anancias y -a62-a"os en la si)!iente ter"inal. B!sc2-a"os otro transporte y n!e4a clientela sin i"portar !e la deri4a nos lle4ara "2s le6os o "2s cerca de n!estra casa. =i!dad ?rontera es el 2pice de !n arc%ipila)o de p!e-los antas"a* /an B!ena4ent!ra, La"adrid, Nadadores, /acra"entoQ =ada !ince o dieG "in!tos aparec5a rente al a!to-ús !n caser5o encalado, !na plaGa con !n (ios(o cacariGo de -alaGos o !na ala"eda !e ser45a para )!arecerse de las tol4aneras. 8e ranc%er5a en ranc%er5a, de dos de la tarde a n!e4e de la noc%e, /a5d y yo conoci"os el "!ndo y cele-ra"os la 4ida y la "!erte de s!s %roes. L!e)o 4ol45a"os a casa con las -olsas del pantalón llenas de "onedas de a !no y de a cinco. Una 4eG, en !n trasporte para e"pleados de la siderúr)ica, !n o-rero "e dio !n -illete de cien pesos y "e di6o* CA 4er* c2ntate el corrido de La!rita >arGaD. En otra ocasión nos a)arra"os a c%in)aGos con dos )ercos !e intentaron asaltarnos en "edio de !n -ald5o. /!pon)o !e )ana"os por!e, "!y en el ondo, sa-5a"os !e el esp5rit! de al)ún pistolero a"oso pelea-a de n!estro lado.
<- ARIA 6ARZA Lalo Mora, el rey de "il coronas, !ndador de Los In4asores de N!e4o León y co"positor de canciones alineadas en la tristeGa -orrac%a de =ornelio Reyna o Han( Zillia"s, es
ta"-in a!tor de CLa!rita >arGaD, !n corrido norte#o !e p!ede arro)arse el t5t!lo de o-ra "aestra de la narrati4a pop!lar "e3icana. He a!5 el te3to 5nte)ro*
A orillas del ro 2ravo, en una hacienda escondida, $aurita mató a su novio por7ue !a no la 7uera ! con otra i#a a casarse nomás por7ue las poda.
Hallaron dos cuerpos muertos al fondo de una parcela. %no era el de "milio ;uerra, el prometido de "stela. "l otro el de $aura ;arza, la maestra de la escuela.
$a Gltima vez se vieron, ella lo mandó llamar= DCari3o del alma ma, tG no te puedes casar. E)o decas 7ue me ama#as, 7ue era cuestión de esperarF
+G no puedes hacerme esto, 7ué pensará mi familia. )o puedes a#andonarme después 7ue te di mi vida. )o dias 7ue no me 7uieres como antes s me 7ueras.I
Dólo vine a despedirme D"milio le contestóD. +eno a mi novia pedida, por ti mi amor se aca#ó. ue te sirva de experiencia lo 7ue esta vez te pasó.
)o sa#a 7ue esta#a armada ! su muerte mu! cer7uitaJ de la #olsa de su a#rio sacó una escuadra cortita. Con ella le dio seis tiros. $ueo se mató $aurita.
No es di5cil encontrar !n retint5n tradicional en los pri"eros dos 4ersos* se apro3i"an le4e"ente al CEn !n l!)ar de la Manc%aD con !e inicia el uijote 7ór"!la !e
a s! 4eG est2 -asada, co"o rese#a Mart5n de Ri!er, en !n osc!ro ro"ance recopilado por L!is de Medina en Toledo, en 1@1. Ta"-in, %ay !e decirlo, este arran!e coincide con la detallada i"precisión )eo)r2ica !e caracteriGa a casi todos los c!entos de cepa ol(lórica. A la "anera de al)!nos ro"ances %istóricos y de la nota period5stica, pero ta"-in a la "anera de no4elas conte"por2neas !e ap!estan por el tour de force narrati4o, co"o Crónica de una muerte anunciada o "l #arón rampante, lo !e relata el corrido se res!el4e de in"ediato, a!n en la pri"era estroa* La!rita "ató a s! no4io por!e ya no la !er5a. En la se)!nda estroa desc!-ri"os al)o a si"ple 4ista intrascendente, pero !e a-ona en a4or de la tensión y la 4erosi"ilit!d* La!ra >arGa era "aestra. /e iniere, por la mise en scene, !e la s!ya era !na esc!ela r!ral. Este dato, !e %a-la de !na %ipottica pree"inencia c!lt!ral con respecto a s! conte3to, a!nado al di"in!ti4o CLa!ritaD, e3plica por ! E"ilio no te"ió citarse con ella en !n l!)ar escondido sólo para rep!diarla. As5, la econo"5a 4er-al nos per"ite i"a)inar el car2cter de a"-os persona6es, lo !e da "ayor dra"atis"o al di2lo)o s!-si)!iente. Las estroas tres, c!atro y cinco reieren el doloroso interca"-io de a"or y desprecio entre la doncella -!rlada y el a"ado inconstante. Esta parte del corrido es -astante si"ple y no a-!ndar en s!s ras)os tradicionalespop!lares. En contrapartida, la últi"a estroa res!lta !l"inante* cada 4erso descri-e datos espec5icos co"o la -olsa del a-ri)o, el ta"a#o de la pistola o la cantidad de -alaGos !e reci-ió E"ilio. Esta precisión, !e ro"pe con el tono )eneraliGador del relato, pro4oca !e
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=er4antes, Mi)!el de, "l inenioso hidalo don uijote de la Mancha. 9rólo)o y notas de Mart5n de Ri!ier. RBA, Espa#a, 1@@, p.+, nota 1.
@
la escena res!lte "2s 4eloG. La 4iolencia destaca por s! 4!elo y se 4!el4e irónica )racias a los tres di"in!ti4os* la "!erte cer!ita, la esc!adra cortita y La!rita s!icid2ndose. /i nos re%!sa"os a los "oldes p!ritanos, el te3to de CLa!rita >arGaD podr5a catalo)arse co"o conceptista* s!s 4irt!des poticas no radican en la "et2ora, sino en la s!)erente co"-inación de detalles narrati4os y accidentes 4er-ales. 9or últi"o, creo !e carece de i"portancia si el a!tor %iGo esta %!"ilde 6oya a sa-iendas o no* -asta con 4erla detenida"ente para apreciar s! !l)or.
?- O ANEONE ON EI6O En s! car2cter de sa)as o ser)as, los corridos norte#os representan !n te6ido c!lt!ral caótico, pero ta"-in "etic!loso. Todos tienen se)!ndas partes, or5)enes re"otos, resp!estas -roncas y coincidencias %istóricas. /on co"o !n !e)o cr!Gado, !n territorio donde distintos planos de la realidad se "eGclan. Un aleph %ec%o a -alaGos. En los a#os , Ra"ón Ayala y s!s Bra4os del Norte )ra-aron C>erardo >onG2leGD, %istoria de !n pistolero a6!sticiado por la polic5a. E"pieGa as5*
Ka todos sa#an 7ue era pistolero, !a todos sa#an 7ue era mu! valiente, por eso las le!es ni tiempo le dieron el da 7ue a mansalva ! co#ardemente le dieron la muerte.
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A#os "2s tarde, ya en los , el propio Ra"ón )ra-ó CEl ederal de ca"inosD, donde se relata el asesinato de !n %roe leal * Ja4ier 9e#a, a)ente de la 9olic5a ?ederal de =a"inos. ^sta es la últi"a estroa*
Lavier su de#er cumpla. Cómo poder olvidarlo cuando sonriendo deca 'da tristeza recordarlo(= Due me canten los 2ravos del )orte el corrido de ;erardo.
El corrido norte#o %a dado ori)en al "etacorrido* si al)!ien dice !e es Cel 6ee de 6eesD de los narcotraicantes, no alta !ien le responda !e es !n pollo !e se cree )allo0 si Lino
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Ca!eron 1imas de $eón, ;eneroso ;arza Cano ! los hermanos 1el 9ierro ! uno 7ue otro americano. '(
$ucio ca!ó en Monterre!, ilvano en el Bo ;rande '(
$i7uidaron a "ze7uiel por el a3o del N0 Losé $ópez en $inares siuió aumentando la cuenta ! Arturo ;arza +revi3o allá en el once sesenta.
C9istoleros a"ososD da c!enta de la "ayor aspiración de toda pica* totaliGar el "!ndo en el no"-re de !n %roe. /ólo !e para el corrido norte#o no e3iste %ero5s"o "2s )rande !e "orir. Un %o"-re p!ede ser 6!G)ado -!eno y ca-al por!e -!rla a las a!toridades )rin)as en !na a4ioneta, por!e intenta !na y otra 4eG cr!Gar de "o6ado, por!e -e-e s! cer4eGa aco"pa#ado de !na r!-ia, "ata 6!diciales, es -!en a"i)o, no perdona las oensas, e3porta @$
pacas de a (ilo o, as5 de si"ple, "antiene 4i)ente la tradición "e3icana de 4i4ir para c%in)ar. 9ero no %ay %ero5s"o "ayor !e de6arse !e-rar a -alaGos. S si es en la l5nea ronteriGa, "!c%o !e "e6or. La penúlti"a estroa de C9istoleros a"ososD lo dice a las claras*
$os pistoleros de fama una ofensa no la olvidan ! se mueren en la ra!aJ no les importa la vida. $os panteones son testios, es cierto, no son mentiras.
Esta 4ocación a!todestr!cti4a, lo "is"o !e el aecto !e despiertan los anti%roes, los narcotraicantes, los ene"i)os de la nor"a, es la ra5G del senti"iento pico. Jor)e L!is Bor)es %a dic%o !e los 4erdaderos %roes de $a 5lada son, para casi c!al!ier lector, los troyanos0 por!e %ay "2s di)nidad y -elleGa en la derrota !e en la 4ictoria. An2lo)a"ente, en la )!erra c!lt!ral !e se li-ra en la rontera norte de M3ico los esc!c%as del corrido sa-e"os !e nos toca 6!)ar el rol de los troyanos. C9istoleros a"ososD ter"ina con dos 4ersos di)nos del clasicis"o pico* C"!rieron por!e eran %o"-res no por!e !eran -andidosD. =laro !e estoy %aciendo lo !e Harold Bloo" lla"a misreadin 0 !na lect!ra e!i4ocada. /e)!ra"ente lo !e el a!tor !iere decir es !e "!rieron por 4alientes y no por 4i4ir !era de la ley. 9ero yo preiero entender !e la ca!sa de s! "!erte no es la 4ida !e esco)ieron, sino s! in"anente @+
condición de seres destinados a e3tin)!irse* C"!rieron por!e eran %o"-res no por!e !eran -andidosD.
@- La con s!a me espio Una -!ena cantina se reconoce por tres ras)os esenciales* %ay aserr5n en el piso, la cer4eGa se enr5a en %ielo y la radiola contiene los "e6ores discos de Los Ti)res del Norte, Los In4asores de N!e4o León y Los =adetes de Linares. Lo "is" "is"oo !e !e los los celt celtas as y los los le)i le)ion onar ario ioss ro"a ro"ano nos, s, lo "is" "is"oo ! !ee los los tres tres "os!eteros "os!eteros o el 4!l)o isa-elino, isa-elino, lo "is"o !e los co"padritos co"padritos ar)entinos, ar)entinos, los co'-oys de =olorado y los -as!!eros de Medell5n, el %a-itante del norte de M3ico cons!"e s! lenta cer4eGa al a"paro de esp5rit!s letales y si"p2ticos. B!rreros s!icidas, capitanes incorr!pti-les, polleros caritati4os, )!ardaespaldas ne!róticos e %i6ospolic5as !e "atan a s!s narcopadres en ed5picos operati4os 6!diciales* ellos son n!estra "itolo)5a. La cantina es la plaGa del 6!)lar, la re!nión en torno de la %o)!era anti)!a, el territorio se"ile)endario al !e descienden, de 4eG en c!ando, los %roes. Al calor de los tra)os, los acordeones y las 4oces arre!intadas de !na -!ena radiola, el norte#o resta!ra la -ar-arie !e le es tan cara y !e, en la era postsalinista, es dieG"ada por la prolieración de las escpticas lores del Mall, las aspticas ran!icias y !na e3ótica s!cesión de n!e4as leyes de tr2nsito inaplica-les en !n pa5s lleno de -ac%es y polic5as. Hay !na esencia ptrea, entre sórdida y "ineral, !e %ace !e !na -!ena cantina se ase"e6e a !na c!e4a o !na )r!ta. /i la cer4eGa y los corridos se disr!tan "e6or en las carreteras desrticas y las cantinas co"o c!e4as, es por!e en la conl!encia de estos dos 2"-itos %ay !na elicidad @
casi apac%e. S a!n!e nada o casi nada de la san)re de los indios nó"adas so-re4i4a en la n!estra, %e"os %ec%o del paisa6e !na or"a de destino. Zallace /te4ens escri-ió !na 4eG !e CNin)ún %o"-re es !n %roe para !ien lo conoGcaD. Nosotros, !e 4e"os cada "a#ana n!estra cara en el espe6o, y nos entera"os de las noticias 45a satlite o por internet, y %e"os conte"plado n!estras propias 45sceras a tra4s de ila"entos de i-ra óptica, nos conoce"os de"asiado co"o para res!ltar %eroicos ante n!estros propios o6os. 9ero -astan los tres "in!tos "in!tos !e d!ra !n corrido para resta!rar en n!estra "ente !na pasión anti)!a* la de %a-er sido 7en la inancia, en la -orrosa pel5c!la de !na parranda, en la "e"oria co"!nitaria, en la ca"a de !na prieta "!y %er"osa7 !n pistolero a"oso, !n )!errero )!err ero !e con s! espada atra4iesa !n -lando si)lo de %a"-!r)!esas y rerescos de lata. S es este s!e#o distante lo !e nos %ace cantar.
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Bonus tracks tracks
En!renamien!os en n campo e !iro
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B$es para n >nera$
8eten)an los relo6es, desc!el)!en el telono0 denle !n %!eso 6!)oso al perro* !e no ladre0 silencien los pianos y, con !n ta#ido sordo, sa!en el ataúd. Ha)an sitio a los dolientes.
Era "i norte, "i s!r, "i este y "i oeste, "i se"ana la-oral y "i do"in)o de descanso, "i "ediod5a y "edianoc%e, "i c%arla, "i canción0 pens !e el a"or d!ra-a para sie"pre* esta-a e!i4ocado.
Sa no i"portan las estrellas, !e las apa)!en todas. En4!el4an la l!na, desar"en el sol, 4ac5en el ocano y arrasen el -os!e, p!es nada ya tendr2 -elleGa ni -ondad.
Wystan Hugh Auen
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Ca> ries!e% an Grancisco
Kol45 a esta calle co"o a los la-ios 4!el4e !n eco -!scando !n -eso en 4eG de !na pala-ra.
No ca"-ia nada a!5. Ni el cli"a ni las ac%adas. En n!estra a!sencia, las cosas )anan 7"anc%a a "anc%a7 per"anencia. Helado, detr2s del 4a%o de los escaparates, 4eo a los inla"ados sar)os :locos )estic!ladores; enti-iando s!s peceras.
9asado !e se e3pande. Un r5o es !na l2)ri"a. Lo real es "e"oria !e pelliGca con la p!nta de los dedos al)o de la)arti6a* el 2pice de la cola. S en !n desierto ansioso de !e el 4ia6ero se tope con la esin)e, @
la la)arti6a se osc!rece %asta la in4isi-ilidad.
:T! crin dorada, t! eni)"a. Los r2)iles to-illos, la alda color lila. El o5do perecto, entendiendo C"i a"orD donde dice Cla-orD.;
XBa6o c!2l palideG de n!-es late a%ora, inclinando s! "2stil, el na45o tricolor de t! !t!ro, t! presente y t! pasadoY
X/o-re ! a)!as de lino lotas )allarda con r!"-o a n!e4as playas, e"p!#ando t!s o6os o t!s perlas en ali4io a la de"anda "2s sal4a6eY
Mas si %!-iera perdón 7!iero decir, si es !e las al"as 4an a ro"per con la carne en al)ún lado7, entonces esta !nión ser2 )oGada, ta"-in,
co"o !n d!lce parloteo de tras"!ndo. 8onde 7-orrasca o lino* n!-es7 @@
4alen "edio centa4o los santos y la a!sencia.
8onde sie"pre el pri"ero en lle)ar 4oy a ser yo.
Jose!h Brosky
1
a sorpresa
NiGa" el pederasta 7c!yo a"or por los c%icos Ba)dad -ien conoc5a7 %alló !na tarde, en !n claro apartado, el resplandor de !n c!erpo tendido 6!nto a !n seto. Acerc2ndose, 4io* contornos de !n "ance-o "2s )entil !e c!al!iera pro"esa de s!s s!e#os. A la so"-ra dor"5a 7lar)o, es-elto7 apoyada en los -raGos la ca-eGa, oreciendo !nas nal)as desc!-iertas y ir"es. NiGa" saltó 4eloG co"o la )arra de !n c%acal so-re el "oGo, enrollando s! "anto a la cint!ra, y en "enos !e lo c!ento penetró a!el trasero con s! 4er)a 4i)orosa. 9ero l!e)o, c!ando !iso a-raGarlo, desc!-rió !e no era él , sino ella. La sorpresa incre"entó s! deleite, p!es creyó %a-er %allado !n "anantial de placer !e otros a"ores no le da-an.
X/e con4irtió NiGa"Y Ja"2s. En ca"-io la doncella 11
a%ora -rinda !n ser4icio pec!liar a s!s a"antes.
An"ni#o $ra%e e& sig&o '( )so%re una ersi"n a& ing&+s e ,erek -arker.
1$
n se=o e caa$$os
Nacidos ca-alleran)os0 aún dor"i"os en las ca-alleriGas. ?ort!na n!estra, estircol y pela"-re de ca-allos. /ólo sa-e"os con4ersar so-re dolencias e!inas.
Ba6o la noc%e derra"ada tras las p!ertas del palacio -at5an pisadas y pisadas y pisadas de ca-allos* o6os en -lanco n!estras -estias patalea-an s!s pese-res.
S nosotros, aprisa :ratón en !n -olsillo, pa6a entre los ca-ellos;, sali"os al osc!ro despe#arse de ca-allos* te"-lor en %errad!ras. La lla"ita naran6a
del !in! 4ertió "2scaras atónitas en rostros dor"idos0 rostros sin otro c!erpo !e ca-allos relinc%ando y atronando y coceando desde !n esta-lo al "!ndo.
El palacio l!c5a tan alto y al-o, la l!na -ien redonda. Lo de"2s eran estas ca-riolas de ca-allos rente a p2rpados c%apados en sonido.
1+
Ba6a"os n!estras l2"paras :el c!erpo -orrac%o ya de r!ido; y an%ela"os "orir -a6o peG!#as de ininitos ca-allos 7cada con5n del pol4o i"a)inado co"o cascos y !na crin.
S es se)!ro !e ca5"os 7e-rios ardos7 en !n s!e#o de o5das, -a6o el tr!eno arr!llador de los ca-allos. La claridad del sol nos despertó "2s d!ros.
M2s all2 del palacio se e3tend5a el desierto 4ir)en pleno de piedra y escorpión. N!estros ca-allos yac5an so-re la pa6a, indierentes y desdic%ados.
A%ora de6en !e, "ediante so)as, nos desc!articen estas po-res "ont!ras.
Te Hughes
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nice
ste es el plan/ A!torretrato en sepia, Ay!no de )a"-eta, 9re"2tica del resenti"iento, Instr!cciones para !sar !n tenedor, Ed'ard >orey, il!strador, La "úsica de Ba-el, Balas so-re Medell5n, 8e"asiado 6o4en para cantar atisfaction, Treinta a#os de !n :e6e"plo; salto, Elo)io y ele)5a del a"or iniel, A!torretrato con -anderita tricolor, 9oes5a y creati4idad, Ap!ntes para !na iloso5a de la desco"posición, El norte co"o antas"a, Los panteones son testi)os,
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