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Pr of Aso soci ci ada: C. Sca catt t ol i n/ Ayt es 1a 1a: M. Le Leii pus, C. La Lan ndi ni , E. De Feo Feo y M. F Bu Bugl i ani ani
El poder del prestigio: generosidad competitiva y la emergencia de las sociedades de rango en las tierras bajas de Mesoamérica. Clark, J. E. y M. Blake En: Factional competition and political development in the New World. Editado por E.M. Brumfield y John W. Fox. Cambridge University Press. pp; 17-30. 1994. Traducción (resumida): M. Cristina Scattolin. Introducción Las explicaciones sobre los orígenes del desigualdad social y el privilegio privilegio político deben resolver la paradoja central de la vida política -por qué la gente coopera con su propia subordinación y explotación en circunstancias no coercitivas (Godelier 1986:13) En las siguientes páginas tratamos esta paradoja para un caso arqueológico de Mesoamérica. Mesoamérica. Las primeras jefaturas en las tierras bajas de Mesoamérica, el foco de esta discusión, parecen haberse desarrollado hace unos 3300 años entre los Mokaya en la región Mazatán Mazatán de Chiapas, México, México, durante la primera parte del Formativo temprano, 1550-1150 BC (todas las fechas están en años radiocarbónicos). este período también fue testigo de la adopción de la agricultura del maíz en las tierras bajas de la costa, la fundación de aldeas sedentarias, la adopción de la tecnología cerámica, un rápido aumento de población y los comienzos de la especialización artesanal patrocinada. Para explicar estos desarrollos, ofrecemos primero un modelo general de desarrollo de distinciones de rangos hereditarios como el resultado de la competición entre actores políticos buscando prestigio y estima social. Luego aplicamos este modelo a los temas de cambio demográfico y tecnológico en el desarrollo de la desigualdad social en la región Mazatán. Recursos, prestigio y privilegio Es difícil imaginar por qué la gente voluntariamente se somete a sistemas políticos no igualitarios. A pesar de esta percepción, la institucionalización del privilegio político puede haber sido muy simple; puede haber sido al principio en el mejor interés de la gente. Sin embargo, hoy día, al tratar este tema, estamos obstruidos por el pensamiento evolucionista y funcionalista que ve el cambio como reacción a problemas sociales existentes. Binford (1983:221), por ejemplo, afirma: “Cuando me enfrento con un asunto tal como por qué surgen los sistemas complejos, mi primer reacción es preguntarme qué problema estaba intentando resolver la gente por estos medios.” El desarrollo de la desigualdad social no fue un problema ni una solución. Más bien fue una consecuencia no esperada de largo término de muchos individuos que promovieron su propio engrandecimiento. Brevemente, argumentamos que la transición desde las sociedades igualitarias a las de rango fue un proceso que ocurrió en una escala regional bajo circunstancias históricas y tecnoambientales especiales. El motor para el cambio fue la competición entre actores políticos autointeresados que buscaban prestigio o estima social. Nos referimos a tales “entrepreneurs” (emprendedores) como “aggrandizers” (engrandecedores, ampliadores), paralelizando del término “accumulators” (acumuladores) de Hayden y Gargett (1990). A través del tiempo, algunos engrandecedores se hicieron jefes con autoridad institucionalizada. El proceso clave fue legalizar el prestigio temporario transformándolo en autoridad legítima. Supuestos primarios Nuestra visión de los orígenes de la desigualdad social descansan sobre varias proposiciones que se relacionan con la acción humana, la formación de facciones y la creación y despliegue de recursos físicos y sociales. Nuestro supuesto más crítico concierne a la cultura, la sociedad y el comportamiento individual. Los sistemas sociales son prácticas prácticas regularizadas. carecen de razón, propósito o necesidad y son incapaces de adaptación (Giddens 1979:7), sólo los actores dentro de un sistema comparten estos atributos y son capaces de dar respuestas adaptativas. La acción con propósito, motivada se transforma en punto de articulación entre la estructura y el agente humano (Vincent 1978; Giddens 1979; Callinicos
1988). De manera importante, tal acción frecuentemente dispara consecuencias inesperadas para el sistema. Es claro que los actores están limitados por la práctica pasada (historia del sistema y estructura) y las oportunidades para la práctica futura (por ejemplo: tecnología disponible, ambiente social y físico, redes sociales personales, etc.) Cada actor conoce mucho acerca de su sistema social y sus restricciones y límites bajo circunstancias cambiantes; lo conoce aún en la medida en que puede manipular aspectos del sistema para su ventaja personal. Presuponemos una motivación primaria de acción autointeresada basada en la elección racional limitada culturalmente (i. e. racionalidad mínima, ver Cherniak 1986). Obviamente las motivaciones individuales y las razones para la acción no pueden ser las mismas para todos (Callinicos 1988). Donde muchas personas persiguen el autointerés, su interacción está caracterizada por frecuentes conflictos de intereses, tensiones sociales internas y restricciones sociales del comportamiento. Específicamente, en las jefaturas emergentes o sociedades transigualitarias, postulamos la presencia necesaria de hombres ambiciosos (engrandecedores) que compiten por el prestigio dentro de un escenario regional. Los engrandecedores no se esfuerzan para transformarse en jefes; el resultado final de la competición política no puede ser previsto por los participantes del sistema. Los engrandecedores simplemente se esfuerzan por ser más influyentes. El despliegue exitoso de los recursos y el trabajo asegura finalmente la longevidad política y social de un engrandecedor y sólo ciertos ambientes pueden sustentar tal comportamiento en una escala regional y de forma crónica (Hayden y Gargett 1990). La competencia por el “prestigio” consiste en la rivalidad por el reconocimiento público de quienes puedan dar apoyo (con acceso a sus recursos). El prestigio se mantiene estableciendo una coalición con los sustentadores leales, o sea, la facción (Salisbury y Silverman 1977, Bailey 1977) En esta perspectiva, competir o rivalizar por el prestigio es el equivalente de competir por gente o su poder de mano de obra y por su apoyo (Binford 1983:219; ver también Sahlins 1968:89-90, Gulliver 1977:44; Silverman 1977:72; Price 1984). También involucra la competición sobre el “manejo del significado” y la “interpretación del comportamiento y las relaciones” (Cohen y Comaroff 1976: 102); esto probablemente se relaciona con el énfasis en la oratoria entre los líderes tribales (Clastres 1977). Aunque nuestro argumento requiere la presencia de un tipo de personalidad particular, consideramos la psicología como una constante. Los individuos ambiciosos están probablemente presentes en la mayoría de las sociedades. La presencia de tales individuos es una condición necesaria pero insuficiente para la transición a los sistemas no-igualitarios. Estructura y sistema social Asumimos que “todos los sistemas sociales, cualquiera sea su estructura, contiene la semillas de la desigualdad” (Josephides 1985:1, Beteille 1977). Nosotros no vemos la evolución social como un despliegue (desenvolvimiento, unfolding) de fuerzas internas, sino que mantenemos que todos los sistemas igualitarios enmascaran contradicciones estructurales fundamentales las cuales necesitan de mecanismos niveladores para asegurar (afirmar, assert) el igualitarismo (Woodburn 1982; Matson 1985; Lee 1990). Cohen (1974) argumenta que todos los sistemas sociales involucran jerarquía, lo cual sugiere la presencia de liderazgo con la asistencia de prestigio, no importa cuán efímero sea. En los grupos igualitarios, la jerarquía está probablemente basada en edad, género y aptitud. ... En nuestro modelo asumimos grupos igualitarios o comunidades donde existe una gran amplitud en el grado por el cual los individuos pueden maniobrar en busca de prestigio, esto es, sociedades en las cuales el prestigio es posible, se permite la ambición personal y los agentes tienen control sobre los frutos de su trabajo. ... Además asumimos la existencia de patrilocalidad, con descendencia patrilineal favorecida aunque no necesaria (cf. Allen 1984, Coontz and Henderson 1986). Ambiente y tecnología Las consideraciones del ambiente deberían reconocer actores con percepciones convencionales y construcciones de su “mundo” en interacción simbólica con otra gente y con los objetos (Blumer 1969). En suma, la “naturaleza” (incluyendo recursos, rasgos físicos, y conceptos de espacio y distancia) está sujeta a cambios interpretativos y aún a manipulación por parte de individuos interesados dentro de sistemas sociales dados (Sack 1986, Helms 1988). Usando los recursos, los engrandecedores compiten por el “prestigio”; la competencia por los recursos físicos no es un fin en sí mismo . La naturaleza está manejada como un rol pasivo en este 2
proceso. Los recursos y la tecnología circunscriben la elección individual pero por otra parte no impiden ni promueven la competición o el desarrollo social. Sólo ciertas clases de ambientes y recursos sostendrán la explotación sostenida de engrandecedores. Los recursos deben ser accesibles, productivos y relativamente inmunes a las perturbaciones ambientales normales -característicos de especies r-seleccionadas, tales como peces, roedores y cereales- (Hayden 1986, 1990). La disponibilidad de los recursos y la productividad determinan los niveles potenciales de acumulación para el despliegue y la competición social. Además, la periodicidad y la extensión de la escasez de recursos es crítica para desarrollar la desigualdad política sobre una base permanente. El ambiente debe ser lo suficientemente productivo para sostener a una mano de obra que crece rápidamente: los seguidores que apoyan al engrandecedor. En otras palabras los engrandecedores se desarrollan mejor en “habitats intensificables” (Price 1984). ... Cualquier transición a un sistema de sociedad no-igualitaria requiere la emergencia de nuevas prácticas como preludio necesario para el cambio estructural. Y estas deben ser mantenidas y financiadas el tiempo suficiente para hacer que las prácticas se hagan habituales (Berger y Luckman 1966; Bourdieu 1977). Además los líderes faccionales deben tener acceso a importantes recursos en forma continuada a través del tiempo por un período de años y aún décadas (Binford 1983, Earle 1987). Una o dos temporadas malas pueden deshacer años de posicionamiento público, construcción de facciones y prestaciones, con la pérdida de imagen y el agotamiento de los recursos almacenados y los créditos sociales. Aunque los recursos productivos y la confiabilidad actúan como restricciones laxas sobre la acción individual, ellos solos no pueden explicar la localización específica, el timing (ritmo) o la extensión de el desarrollo social. Demografía, interacción social y rango El incremento demográfico no fuerza ni puede forzar a la gente a inventar y adoptar formaciones sociales no-igualitarias (Netting 1990). Aunque hay un fuerte correlato entre tamaño de población y nivel de complejidad sociopolítica (Cohen 1985, Keeley 1988), nosotros vemos a la población como una precondición necesaria o fenómeno umbral. La población debe alcanzar cierto tamaño y densidad antes de que puedan ocurrir las interacciones sociales complejas que conducen a la emergencia del rango. Tanto las interacciones intra como las intercomunitarias son esenciales para la construcción de facciones. La interacción dentro de (1) la comunidad, (2) la región y (3) varias regiones (el área) incluye discursos sociales positivos y negativos, desde el intercambio y el matrimonio a la guerra (Price 1977, 1984). La cooperación y la competición son recursos complementarios. ... Nosotros esperamos cambio social en puntos focales de interacción social regional o en sectores centrales de sistemas de asentamiento abiertos. La sociedades de rango emergen en una red de grupos q ue interactúan. Una sociedad no se eleva de un nivel social a otro, el proceso involucra la emergencia simultánea de una red de jefaturas desde una red de jefes que interactúan. En este sentido todo los desarrollos prístinos son desarrollos secundarios dependientes de recursos, alianzas y eventos externos. Sin embargo, el proceso es irreversible en la mayoría de los casos. Debido a que la competición se eleva a un nuevo nivel entre una pluralidad de unidades parecidas, no hay modo práctico de revertir el proceso y muy poco incentivo para hacerlo-. Los cambios estructurales y sistémicos modifican las condiciones para el desarrollo y posibilidades futuras para la acción. Incentivos (perks), persuasión y clientelismo Volviendo a la cuestión de la emergencia de la desigualdad institucionalizada, ¿por qué podrían algunos individuos en una posición subordinada rendir su libertad, igualdad y fraternidad a un sistema no-igualitario? Tradicionalmente se han propuesto dos respuestas: una enfatiza el “contrato social” voluntario y la otra enfatiza la coerción (Service 1975). Ambas propuestas tienen serias fallas. Las teorías de coerción enfatizan la importancia de las guerras y la conquista en la cosntrucción de la desigualdad social. Las incursiones juegan un papel importante en los sistemas emergentes de desigualdad como un modo en que los líderes pueden ganar reputación, pueden eliminar el prestigio de sus rivales y obtener botines que pueden compartirse con los seguidores de un jefe y aún obtener cautivos. También es importante el significado hostil atribuido al ambiente social exterior y al incremento de prestigio acrecentado por la negociación existosa en ese dominio. Pero las teorías basadas en la conquista y subyugación son inapropiadas para las sociedades igualitarias. Por otra parte, las teorías del 3
contrato social son teleológicas y/o funcionalistas. Nosotros sugerimos que la desigualdad es una consecuencia no anticipada de la acción de engrandecedores que buscan seguidores. Los engrandecedores no pueden forzar a nadie a asociarse a su grupo o facción. Los seguidores deben ser persuadidos (coaxed), engatusados, rogados, coimeados (bribed) o sea ganados. ... El proceso de autoengrandecimiento es fundamentalmente político, basado en el simple principio de la reciprocidad. Nosotros vemos a la generosidad personal como el proceso competitivo clave para forjar una coalición de clientes (Price 1984). Los regalos de los engrandecedores son más tarde devueltos por sus seguidores en los intercambios recíprocos. Cuando esto no es posible, los beneficios noreciprocados crean obligaciones de deuda social las cuales se vuelven recursos sociales desarrollables por sí mismos (Blau 1964, Sahlins 1968, Orestenin 1980, Gosden 1989). Periódicamente los engrandecedores deben “extraer fondos del pozo para el bienestar común” (Paynter y Cole 1980), creado por previos actos de generosidad para movilizar mano de obra y recursos. Los engrandecedores más existosos son aquellos que pueden mantener un balance positivo de generosidad y de “créditos-regalos” (Lederman 1986); ellos dan más de lo que reciben. Esto los pone en un nivel social superior, el cual, si se sostiene por suficiente tiempo, puede conducir a la institucionalización de las desigualdades sociales. El rango o las sociedades de jefatura, empero, puede decirse que se han establecido en un lugar sólo cuando los privilegios especiales consiguen pasar a los herederos del líder. “La atención a los procesos de consolidación de poder modifica el foco desde los actores individuales a las familias” (Vincent 1978). El proceso de establecimiento de una sucesión es claro. Los hombres de riqueza, renombre e influencia pueden crear oportunidades para favorecer a los dependientes, “para causar efecto sobre los patrones diferenciales de elección matrimonial” (Wolf 1966). Las estrategias para pasar beneficios a los herederos pueden también involucrar la creación de riqueza heredable a través de la producción artesanal patrocinada (Clark y Parry 1990) o la monopolización de recursos externos importantes (Gosden 1989). Orenstein (1980) demuestra que las “reglas de la herencia” son la clave; nosotros también agregamos las reglas y arreglos matrimoniales (Friedman y Rowlands 1978, Collier 1988). Para hacerse habitual, es probable que se necesiten al menos dos generaciones para permitir la socialización de la mayoría de la sociedad a la realidad social así transformada. Síntesis Nuestro modelo de transformación estructural considera antecedentes históricos (sistema y estructura sensu Giddens), medioambiente, tecnología, escalas de interacción social, agencia, acción y personalidad. Da importancia a la acción más que a la reacción. (i. e., en respuesta a variables ecológicas). En particular, la principal motivación es la autointeresada persecusión de prestigio, o la competición por seguidores, usando una estrategia de generosidad competitiva. Formar una coalición es inherentemente competitivo. ... Los Mokaya y los orígenes del rango Antecedentes La región Mazatán se halla en el sector altamente productivo de la costa sur de Chiapas conocida como Soconusco, un área desde hace mucho tiempo famosa por su productividad (Voorhies 1990). Mazatán consiste en varias zonas ambientales cercanamente agrupadas con una llanura costera estrecha apretada entre un complejo estuárico lineal y la cordillera montañosa de la Sierra madre y su formidable piedemonte. La Sierra Madre está a unos 20-30km tierra adentro. En el sistema estuárico estaban localizados caseríos especializados, pero las comunidades Formativas tempranas más grandes estaban en la franja central de llanura costera, entre los 10-15m sobre el nivel del mar. La llanura está cruzada por numerosos canales abandonados de ríos que irradian en el abanico aluvial semicircular. ... Los ríos estacionales dividían la selva tropical en un mosaico de árboles, arbustos, pequeñas lagunas y pantanos, ideales para una amplia variedad y densidad de fauna pequeña. La abundancia de presas de caza está implícita en el nombre azteca de del lugar: Mazatán, “lugar del ciervo”. Los concheros del Arcaico Tardío (Fase Chantuto) en la zona estuárica probablemente representan las acumulaciones estacionales de las ocupaciones de cazadores-recolectores-pescadores residencialmente móviles (Voorhies 1976, 1990). Hacia el final del Arcaico Tardío, los grupos Chantuto se involucraron en el intercambio a larga distancia para obtener obsidiana de las tierras altas de Guatemala (Nelson y Voorhies 1980). La transición al Formativo temprano comenzó alrededor de 1550 A.C. o unos 200 años después de los últimos datos confiables sobre el Arcaico. La Fase Barra (1550-1400 A.C.) fue testigo de la 4
fundación de aldeas sedentarias, presumiblemente con agricultura y de la introducción de la cerámica. Nos referimos a estos aldeanos del Formativo temprano como los “Mokaya”, un término indígena que significa “gente del maíz”. Los concheros de la costa tuvieron un uso mínimo después de la Fase Chantuto, quizá como consecuencia de una modificación en el sistema de asentamiento-subsistencia desde la movilidad al sedentarismo. Hacia el final de la Fase Barra aparecen las primeras indicaciones de rango, con evidencia más convincente en la siguiente Fase Locona, que comienza hacia el 1400 A.C.. Brevemente, los indicadores de sistemas de rango son (1) un sistema de asentamiento doble que comprende caseríos y aldeas pequeñas centrados alrededor de grandes aldeas, (2) arquitectura doméstica común y de elite (Blake, Clark, Feddema et al. 1993), (3) prácticas mortuorias diferenciadas, (4) acceso desigual a bienes suntuarios y a importaciones de larga distancia, (5) especialización artesanal asociada y centrada alrededor de montículos residenciales de elite y (6) redistribución dentro de cada comunidad mayor (Clark 1991). Los artesanos confeccionaron vasijas y figurinas cerámicas, elaboraron boles de piedra pulida que imitan las formas cerámicas finas, cuentas de piedras verde y quizás textiles y cordelería. Los siguientes eventos o procesos están implicados en la emergencia del rango en la región de Mazatán: (1) un cambio desde la movilidad residencial al sedentarismo, (2) énfasis creciente en la agricultura, incluyendo la adopción de cultígenos de altura tales como maíz y porotos, (3) los comienzos de la tecnología cerámica, (4) crecimiento poblacional rápido y (5) los comienzos de la especialización artesanal. Más que causales, estos procesos son indicadores de un proceso más fundamental de construcción de prestigio y de generosidad competitiva. Presión de población Como ha sido presentado por Carneiro (1970) la presión de población sobre recursos limitados provoca intensificación agrícola y más tarde, cuando esta medida temporaria se prueba como inadecuada, conduce a la conquista y la subyugación. En esta visión, la transición a la desigualdad institucionalizada ocurre dentro de una zona circunscripta una vez que se exceden los límites de de su capacidad de acarreo (carrying capacity). ... Tecnología cerámica Las explicaciones tecnológicas y ecológicas de los orígenes de la cerámica de Mesoamerica no pueden dar cuenta de la sofisticación técnica y estética de la cerámica más antigua de la costa de Chiapas y Guatemala. Actualmente las cerámicas de la fase Barra (fig. 2.4) del área de Mazatán son las más tempranas que hayan sido datadas con precisión en Mesoamérica (1550-1400a.C.), pero estas cerámicas fuertes y de paredes muy delgadas están muy bien terminadas y elaboradamente decoradas (bicroma, tricromo, inciso, grabado, acanalado etc.). Este conjunto está claramente bien desarrollado, sugiriendo un origen y desarrollo en otro lugar. Alternativamente, algunos investigadores conjeturan que la cerámica más temprana y menos compleja del Soconusco todavía no se ha hallado. ¿Estas cerámicas se desarrollaron localmente o fueron traídas de otro lugar? Tanto Coe (1960) como Lowe (1975) especulan que tiene orígenes en Centro y Sudamérica. Pero con el beneficio del reciente conocimiento de conjuntos más completos de Mazatan y de las áreas de Sudamérica reconocemos que sólo hay vagas similitudes entre la cerámica de Mazatan y la de Sur y Centroamérica. Sin embargo, es notable que haya (1) una visible progresión temporal de los conjuntos más tempranos a medida que uno se mueve hacia el norte desde Ecuador hasta Mesoamérica (Hoopes 1987) y (2) también son notorias las disimilitudes estilísticas entre conjunto tempranos adyacentes. Los datos de Sur y Centroamérica sugieren que los antiguos Mokayas adoptaron la tecnología cerámica básica de gente de más al sur. Entonces las preguntas centrales son: (1) por qué eligieron adoptar la cerámica en el momento en que lo hicieron, (2) a qué funciones sirvió la cerámica y (3) cómo ocurrió el proceso de adopción. Sostenemos que la adopción de la cerámica fue el resultado de la competición entre engrandecedores que trajeron la tecnología foránea y los productos como parte de su búsqueda de prestigio. Para ubicar esta hipótesis en perspectiva, necesitamos considerar los antecedentes históricos probables para la adopción de cerámica. Primero, postulamos la presencia de numerosos engrandecedores dentro de la región de Mazatán y una red igualitaria dinámica, una sociedad de cazadores-recolectores pescadores (Price y Brown 1985). Segundo, estos cazazadores-recolectores-pescadores habitaron la zona por al menos unos 2000 años antes de la adopción de la cerámica. Indudablemnte, la adaptación de estos “foragers” arcaicos de la fase Chantuto a su ambiente tropical costero ya incluía tecnología viable de recipientes y técnicas de preparación de alimentos. La adopción de la cerámica, por tanto, involucró el
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reemplazo de algunos recipientes perescibles por vasijas cerámicas. Los atributos de las primeras vasijas cerámicas sugieren que sirvieron para fines especializados. Toda la cerámica Barra esta muy bien confeccionada .... Hasta el momento no ha sido recuperada ninguna cerámica sin decoración, sin tratamiento de engobe o cerámica lisa. Las vasijas imitan las formas de calabazas (Lowe 1975, Marcus 1983). Sugerimos que las primeras vasijas cerámicas copiaron en gran medida los recipientes de calabaza finos. Todas las técnicas que fueron usadas para embellecer la superficie de las vasijas Barra son usadas aún hoy para decorar calabazas (ver Lathrap 1977). Tales técnicas pueden haber sido usadas inicialmente para decorar calabazas y sólo después transferidas al nuevo medio cerámico. Pensamos que los engrandecedores tomaron la tecnología cerámica para aprovecharla y usarla en forma personal en el despliegue de festines competitivos. Los engrandecedores pueden haber enviado a alguien a las áreas productoras de alfarería para aprender las técnicas (o fueron ellos mismos) o alternativamente, auspiciaron a un alfarero para venir a la región de Mazatán. Pero si la tecnología cerámica fue traída completamente desarrollada ¿cómo explicamos las diferencias en los estilos cerámicos en el área de receptora (Mazatán) y el área dadora (América Central)? Si las vasijas de calabaza, las cuales podrían haber sido elaboradamente decoradas y caras, ya estaban funcionando en una esfera competitiva de despliegue público/ritual, los contenedores muy probablemente imitados en formas cerámicas, ya habrían sido estilísticamente elaborados y socialmente restringidos. Esto es, el estilo de vasija habría sido ya socialmente significativo y semánticamente complejo dentro de contextos sociales especiales Producir estas vasijas en un nuevo y más caro medio (arcilla cocida) habría realzado su valor pero no habría cambiado sus convenciones sociales significativas. En contraste la transferencia directa de formas y estilos de vasijas foráneos no habría sido inmediatamente significativa en las convenciones tradicionales y puede haber sido de menor valor para aquellos que buscaban prestigio a través del consumo cosnpicuo. ... La transferencia tecnológica en un medio de engrandecedores competitivos puede dar cuenta de aquellos aspectos de tecnología cerámica que previos investigadores encuentran incomprensibles. Explicaría (1) el timing (ritmo) de adopción, (2) el estilo de las vasijas y la decoración exterior, (3) las formas de las vasijas, (4) la destreza técnica, (5) la función general de estas primeras vasijas y (6) el desarrollo de la cerámica durante las fases siguientes. El timing fue dictado por el nivel elevado de competición social en Mazatan. El estilo de las formas de las vasijas estuvieron fundados sobre el estilo y las formas de los recipientes no-cerámicos de festines rituales que ya estaban funcionando en despliegues sociales competitivos: todo lo que cambió fue la base material y algunos procesos de manufactura y terminación de las superficies. Las funciones socio-políticas de la alfarería también dan cuenta de la calidad superior de las primeras vasijas (son preciosidades) y la ausencia inesperada de vasijas utilitarias lisas. Las funciones más tarde relegadas a la cerámica lisa continuaron llevándose a cabo en la fase Barra en calabazas o jícaras, sacos de red y cestos. La cerámica sin terminación superficial de engobe se hizo más común durante la Fase Locona, un momento en el que las técnicas de manufactura cerámica se hicieron más ampliamente conocidas y consecuentemente menos “caras” y probablemente cuando el uso de las vasijas cerámicas en despliegues competitivos había perdido su novedad. Las vasijas Barra no parecen haber sido diseñadas o usadas para cocinar, por el contrario, son apropiadas para preparar y servir líquidos. ... Recién durante la fase Locona se introdujeron vasijas para cocinar. ... En suma, sospechamos que la cerámica fue adoptada inicialmente por su poder de impresionar a otros en despliegues competitivos más que por su potencial culinario para la preparación de comida. ... La diversidad cerámica se incrementó a través del tiempo con una proliferación durante la Fase Locona de platos finos pero también tecomates relativamente lisos, quizás usados para almacenamiento y/o cocción. Las tasas de consumo entre las fases, se mantienen relativamente constantes para los tecomates decorados, engobados y altamente pulidos (Tabla 2.1).. La más pequeña proporción de tecomates en los conjuntos Locona resulta de la adición de nuevas formas, que incluyen tecomates utilitarios, más que de un incremento de los tecomates finos durante la fase Locona. Comienzos de la agricultura La primera evidencia clara de agricultura en Mazatán consiste de vegetales domesticados traídos de las tierras altas. Esto puede haber sido otro ejemplo de engrandecedores que se apropian de materiales de fuera del área en su búsqueda constante de autopromoción . El maíz y el poroto domesticados están ambos claramente presentes en tiempos Locona y sospechamos que estos cultígenos de tierras altas
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fueron traídos por primera vez al área durante el Arcaico Tardío. Pero varias líneas de evidencia indican que el maíz pudo no haber sido muy importante en la dieta hasta tiempos posteriores. ... Sugerimos que la adopción del maíz puede haber estado vinculada a la adopción de la tecnología cerámica. Claramente el maíz fue importado dentro de un sistema ya autosuficiente de recursos alimenticios básicos. ... También sugerimos que el maíz puede haber sido adoptado como alimento de estatus y no como alguna clase de proyecto de mejoramiento agrícola previsto con antelación. ... Argumentamos que la cerámica de la fase Barra fue diseñada para líquidos, presumiblemente líquidos con significado ritual y valor de prestigio para el dador. El maíz ha sido parte de este complejo, introducido a la costa antes de la adopción de la cerámica primariamente para hacer cerveza de maíz. Alternativamente, puede haber sido usado con chocolate o como una bebida en sí misma tal como el atole (el atole todavía es una bebida ritual en Chiapas). ... Síntesis y conclusiones Nuestra explicación de la emergencia de desigualdad social permanente descansa en seis proposiciones: 1. Los sistemas sociales igualitarios contienen las semillas de la desigualdad social permanente en su estructura de edad, parentesco, género y en distinciones de aptitud. 2. El desarrollo de desigualdad social permanente es una consecuencia no anticipada de unos individuos persiguiendo intereses propios y engrandecimiento personal. 3. Las posiciones temporarias de prestigio se hacen hereditarias y legitiman posiciones de autoridad bajo condiciones sociales y naturales limitadas. 4. Estos cambios resultan de la acción con propósito de individuos que persiguen estrategias y agendas individuales dentro de los límites estructurales de su sistema cultural. 5. El motor del cambio es la competencia por el prestigio -constituida como reconocimiento público de status, derechos y responsabilidades- dentro de una red de engrandecedores. 6. La competición efectiva dentro de la comunidad de uno requiere que los engrandecedores trafiquen por fuera de sus respectivas comunidades y establezcan lazos duraderos con individuos en otros lugares. ...
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