Gerencia de Recursos Humanos
Caso: Marina Bustos
Se enuncian, por orden de aparición en el relato, las distintas personas que intervienen en el caso: Ing. Marina Bustos.
Ingeniera Industrial (UNT). Cursando el segundo y último año del Máster en Dirección y Organización de Recursos Humanos. Trabaja en el área de Planeamiento Estratégico Comercial de una gran empresa con sede en Trujillo.
Ing. Gutiérrez.
Gerente General de la Empresa donde trabaja Marina Bustos.
Ing. Olivar.
Jefe directo de Marina; es Gerente del Área de Planeamiento Comercial.
Paulo Ortiz.
Esposo de Marina
Dr. Villanueva Gallo.
Director de RRHH de una de las l as principales empresas del sector minero de Perú.
Acto Primero – Escena 1 La escena tiene lugar durante la tercera semana de julio del año 2007 en Trujillo. Se desarrolla en la oficina del Ing. Gutiérrez. Ing. Gutiérrez:
Marina, me han hecho saber que te están tentando de otra compañía con una buena oferta, y que estás evaluando seriamente la posibilidad de dejarnos. Dime ¿por qué tuvimos que llegar esta situación?
Marina:
Bueno, tú sabes, el tiempo puede hacer que una relación se desgaste. No sé, hoy estoy bastante insatisfecha… pensar que cuando todo comenzó - ¡y de esto hace ya casi cuatro años! – tenía muchas ilusiones.
Ing. Gutiérrez:
Marina, si bien no nos conocemos demasiado, he visto trabajos tuyos, te vi trabajar. Quiero decirte que te necesitamos y que me gustaría que te quedes con nosotros.
Marina:
…
Ing. Gutiérrez:
¿Qué puedo hacer para que te quedes?
Marina:
Mira… no lo tomes a mal, pero yo no quiero que me ofrezcan un aumento de sueldo
ahora por el simple hecho de tener una oferta de otra empresa; yo quiero que me paguen por lo que realmente vale mi aporte. Ing. Gutiérrez:
Marina, ¿Cuáles son tus pretensiones? 1
Acto primero – Escena 2 Retrocedemos en el tiempo siete días. La acción tiene lugar ahora durante la segunda semana de julio del 2007. Transcurre en la oficina del Ing. Olivar, jefe directo de Marina. Marina:
Quiero hablar con Ud.… es mi jefe directo, nos conocemos desde hace años, y creo que nuestra relación es muy buena. Es como que va más allá de lo puramente laboral ¿no es cierto?
Ing. Olivar:
Sí, Marina, claro que sí… pero toda esta introducción… me tienes intrigado, ¿Qué pasa?
Marina:
Me siento mal si se lo oculto a Ud. Pero le pido por favor que no diga nada, porque no sé qué hacer. Estoy pensando un tema y no sé qué decisión tomar…
Ing. Olivar:
Vamos, adelante, dime…
Marina:
Bueno… le anticipo que yo no lo busqué, ¡eh!... bueno, me ofrecieron un trabajo.
Ing. Olivar:
No me estarás diciendo que…
Marina:
Un momento, por favor déjeme hablar… ¡Me dan 40% más de sueldo! Es para el área de
planeamiento. No sé qué pasó, pero casi sin darme cuenta, en una semana, ya había pasado todas las entrevistas y exámenes. La empresa es una minera, grande, y me apura para que empiece a trabajar cuanto antes. Igual, Ud. quédese tranquilo, yo ya les dije que no podía ser antes de un mes. Ing. Olivar:
Bueno, creo que te entiendo, aunque no me gusta nada lo que estoy escuchando. Lo que no puedes hacer es pedirme que no diga o haga nada. Es injusto que me cuentes que estás pensando en irte, y que no permitas hacer algo para retenerte. Más allá de lo bien que nos llevamos, eres importante en el equipo y no me gusta nada la idea de perderte. Déjame que me ocupe del tema. Déjame que presione.
Marina:
Me parece que tiene nada que presionar, ya lo hemos hablado varias veces en todo este tiempo. Y además, porque una vez que lo termine de pensar, si la decisión es irme, yo me voy…
Ing. Olivar:
Es ridículo. Déjeme que lo hable más arriba y que sepan que hay una oferta, que te están robando.
Marina:
Bueno, está bien, haga lo que deseé. Háblelo, pero por favor entienda que yo no le estoy planteando otra vez un pedido de aumento de sueldo. Eso ya lo conversamos hasta el cansancio. Voy a pensarlo unos días más y – entonces – le aviso formalmente si me voy o me quedo. ¡Ah!, me olvidaba: creo que – por las dudas – es mejor que no me proponga para la task force que está por empezar, porque van a quedar mal todos ustedes: me nombran y, luego, ¡yo les aviso que me voy! 2
Acto Primero – Escena 3 Retrocedemos unos días más, hasta fin de semana que transcurre entre la primera y la segunda semana de Julio del 2007. Marina, en su casa conversa con Paulo, su esposo Marina:
Es todo muy rápido… porque casi en una semana… son un montón de sensaciones.
Paulo:
Tú dices ahora que no sabes si realmente tienes ganas de irte, pero hiciste toda la búsqueda.
Marina:
Claro, en algún momento de las entrevistas pensaba: ¿Qué estoy haciendo acá? Por otro lado es como que racionalmente no puedo entender por qué me quiero ir. No puedo dormir en la noche. Creo que cambiar de trabajo siempre es estresante, pero lo mío es peor, porque yo no encuentro el por qué. Siento que no me quiero ir, ¡y no sé por qué!
Paulo:
No sé qué decirte…
Marina:
¿Será que yo realmente no tomé la decisión de irme? ¿Qué otros de fuera tomaron la decisión de que yo me fuera, pero no es una decisión mía?
Paulo:
…
Marina:
La realidad es que – independientemente de mi situación actual en la empresa, que creo que es mala – nunca había pensado hasta hoy seriamente en irme. Ni siquiera en el momento en que me dijeron “te recomiendo” lo pensé; le dije: “sí, recomiéndame, total…” Pero cuando a la semana me preguntaron formalmente: “¿Cuándo puedes empezar?”, entonces…
Paulo:
Te asustaste.
Marina:
Sabes que durante las entrevistas sentí – de alguna manera – que yo misma me bloqueaba un poco. Me preguntaba: “¿Y por qué te quiere cambiar de trabajo?”, y yo les contestaba la verdad: que no buscaba cambiarme tenía la sensación de: “Si me toman,
me toman; y si no me toman, ¡mejor! Vuelvo feliz a mi trabajo; ¡y mejor aún porque no tengo que tomar la una decisión yo!”. Pero la cosa fue avanzando, me mandaron al examen médico… Creo que recién ahora tomé plena conciencia de lo que estoy haciendo, y a veces me parece que – en el fondo – no quiero cambiar de empresa. Pero por otro lado, me cuesta entender cómo puede ser que me paguen un 40% más por hacer la misma tarea: quiere decir que me están pagando poco donde estoy, ¿o me equivoco? Además, qué quiere que te diga, hace mucho que no busco trabajo, no sé si es una oportunidad única, o si existen otras oportunidades que yo desconozco. ¿Qué te parece a ti?
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Paulo:
Mari, si te sientes así, tal vez no es el momento para cambiar de empresa; no lo aceptes, ya te ofrecerán otros trabajos. Mira, sin buscarla, de la nada, te sale esta oportunidad, bueno… el día que te decidas a buscar trabajo, vas a conseguir miles de posibilidades como ésta. No es tampoco la última oportunidad de la vida, que si no la tomas ahora ¡chau! Es un buen trabajo, más o menos lo mismo que haces ahora, un muy buen sueldo, pero nada más, ¿no? Dime, ¿no pensaste en hablarlo con Olivar?
Acto Segundo – Escena 1 Ahora retrocedemos en el tiempo hasta la primera semana de Julio del 2007. Todas las escenas del acto segundo se desarrollan en la oficina del Dr. Villanueva Gallo. Es la Dirección del Recursos Humanos de una importante empresa minera en la ciudad de Trujillo. Dr. Villanueva Gallo:
Por favor Marina, hábleme de Ud.
Marina:
¿Por dónde empiezo? ¿Por lo laboral? Bueno, podría decir que todo empezó en centro de fotocopias de mi tío (ríe). Yo lo ayudaba mientras estudiaba en la universidad. Una vez que terminé, trabajé nueve meses en una pequeña consultora de recursos humanos y marketing. De allí a mi empresa actual. Eso es todo.
Dr. Villanueva Gallo:
¿Cómo se conectó con aquella consultora de recursos humanos y marketing?
Marina:
“Sembrando” mi currículo. Ellos habían puesto un aviso en la bolsa de trabajo de la facultad. Yo pensaba en ese entonces: “En lo primero que encuentre, entro; porque
necesito trabajar, porque ya me recibí y no puedo estar todo el día sin hacer nada. Y – mientras – busco con más tiempo algo que me guste”. Dr. Villanueva Gallo:
¿Po qué se fue de allí?
Marina:
Renuncié desilusionada por la manera en que se trataba al personal, y por la poca seriedad con la que se trabajaba. Por una parte, la consultora era poco seria, poco seria entre comillas… el nivel profesional era bajo, porque los sueldos eran bajos, trabajaban todos en negro… o sea, no era atractivo para ninguna persona que tuviera buena carrera
profesional. Realmente, no había mucha gente de la que pudiera aprender. Y se trabajaba a pedido: venía alguien y te decía: “yo quiero un estudio de mercado sobre –
no sé – tal cosa”, y luego otro sobre otro, y otro. O sea, es como que no llegas a profundizar: vas de tema en tema y al final no dominas ninguno. Y si alguna vez te pedían algo y no lo tenías, ¡lo inventabas! O sea, era como que de golpe te decían que lo “estimes”, pero bueno, al final era una estimación un poco “trucha” ( ríe). Dr. Villanueva Gallo:
Ud. se incorpora a su actual empresa a fines del año 2003, a un año de haberse recibido. ¿Cómo se conectó, cómo ingresó?
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Marina:
Desde que ingresé a la consultora estuve buscando otro trabajo, imagínese, no conocía ninguna empresa, no sabía lo que era trabajar. Durante todos esos meses – seis meses buscando trabajo – tuve entrevistas en varias empresas, algunas no me convencían, otras no me tomaban, ¡lo de siempre! Y en marzo había empezado a tener ya entrevistas en la que hoy es mi empresa.
Dr. Villanueva Gallo:
Pero el contacto con su empresa fue…
Marina:
El diario “La Industria”…
Dr. Villanueva Gallo:
¿Tuvo en esa época alguna otra propuesta de trabajo?
Marina:
Sí, casi el mismo día me llamaron de otra compañía.
Dr. Villanueva Gallo:
Tenía dos alternativas para elegir.
Marina:
Dos en la misma semana, de casualidad.
Dr. Villanueva Gallo:
Y ¿Por qué eligió la que eligió?
Marina:
La otra recién iniciaba el proceso de privatización. En ese momento era cuando se estaba formando la nueva empresa. Me parecía muy interesante, pero era poco seguro, o sea, seguro entre comillas. Era seguro el trabajo, pero se estaba formando recién la empresa. Me dije: “Acá entro y al día siguiente aparezco en cualquier lado menos donde me dijeron”; y no iba a poder decir nada porque así estaban dadas las cosas… Parecía
que era toda gente con muchas pilas, muchas ganas, pero era toda gente de distintos orígenes, que no venía trabajando junta, que tanto podía salirles un éxito como ser un fracaso. Parecía gente muy buena. Me había dado muy buena impresión la persona que me entrevistó; pero en sí, parecía una mezcla de culturas… supongo que sería lo mismo que en cualquier privatización. Por ahí hubiera sido una oportunidad muy buena porque cuando entras en cero, cuando todo recién se está formando, tienes una capacidad de crecimiento que no tienes cuando te incorporas en una empresa que ya está totalmente estable. Mi actual empresa me dio un poco más de seguridad, no sólo de seguridad porque no me iban a echar, sino de seguridad de en qué tema iba a trabajar. De hecho, me dijeron que iba a trabajar en Planeamiento Estratégico, y así fue. El que me hizo la entrevista era también un ingeniero… me dio una buena impresión.
Dr. Villanueva Gallo:
¿Se acuerda con qué sueldo ingresó?
Marina:
Sí, S/. 1,500. Y me acuerdo que en la consultora ganaba S/.500… ¡Sí que había una gran diferencia!
Dr. Villanueva Gallo
Le propongo que hablemos sobre la experiencia en su actual empresa. ¿Cómo la evalúa?
Marina:
Yo siento que puedo aprender de mucha gente, ya sea superiores o compañeros, pero puedo aprender mucho. Además, en estos casi cuatro años de carrera que llevo aquí 5
tuve mucha suerte: siempre participé en tareas interesantes y mis jefes fueron personas de las que mucho aprendí. Pertenecer a un área relativamente pequeña, y de mucha actividad, me dio la oportunidad de participar en muchos proyectos con una gran responsabilidad. En cuanto a mi crecimiento, fue casi semejante – tal vez un poco mejor – al de otras personas que entraron en mis condiciones al mismo tiempo. Rescato como muy positivo de toda esta situación el gusto por el trabajo y la relación compañeros de trabajo. Dr. Villanueva Gallo:
Ud. dijo que en su trabajo hace tareas interesantes. ¿Cuándo o por qué son interesantes las cosas para Ud.?
Marina:
Yo aquí aprendí mucho. No hay que olvidar que la empresa forma parte de uno de los sectores de – podríamos decir – mayor dinamismo de la economía del mundo; en el Perú somos miles de personas y estamos entre las diez compañías de mayor facturación. En Planeamiento Estratégico estudiaba mucho: qué pasaba en el mercado, cuáles eran las tendencias; estudiaba diversos temas, analizaba la evolución de distintas empresas. O sea, sentía que todo el tiempo estaba aprendiendo. Estudiar el mercado es como estudiar la psicología de las empresas. Y me parece divertido, a cada uno le divierten cosas distintas, ¿no lo cree, así?
Dr. Villanueva Gallo:
¿Por qué quiere cambiar de trabajo? ¿Cómo llega a nuestra empresa?
Marina:
La verdad es que no estoy – lo que se dice – buscando trabajo. Hace poco un amigo me ofreció recomendarme para una búsqueda laboral que estaba realizando “una importante empresa minera”. Me dijo que el trabajo era parecido al que yo venía
realizando, y que necesitaban a alguien con una experiencia como la mía. Yo no pensé mucho y comencé el proceso. ¡Y aquí estoy! Dr. Villanueva Gallo:
¿Podría ampliar un poco más?
Acto Segundo – Escena 2 Marina:
Lo que pasa es que… es una historia un poco larga… pero, por distintas razones, hace un tiempo que empecé a estar bastante insatisfecha. ¿Quiere que entre en detalles?
Dr. Villanueva Gallo:
Por favor
Marina:
Estoy mal porque me siento mal valorada. Mi problema fundamental no es el sueldo, no es la plata. Primero, porque no la necesito para llegar a fin de mes o para comer; segundo por más grande que sea la mejora, mi capacidad de ahorro tampoco cambiará de tal forma como para que uno diga: “¡Me salvé! Me voy a poder comprar un departamento de dormitorios en la mejor zona residencial de Trujillo”. Quiero que
entienda, no es la plata, sino que me valoren en la medida en que yo creo que valgo. ¿Cómo explicarlo? Por una parte, mis jefes directos (o sea mi jefe y el jefe de mi jefe) me valoran; el problema principal es que la Gerencia de RRHH argumenta siempre en 6
contra; ahora el punto es que no me pueden dar aumento de sueldo porque no han dado aumentos los últimos dos años. Esto ya viene de tiempo atrás. En enero del 2006, al plantear mi inquietud de hacer un Máster en la UNT, mi Subdirector en aquel entonces me dijo que ya dos personas del área con más categoría que la mía lo habían pedido y era muy difícil que nos pagaran algo a los tres. Posteriormente me exhortó a que comenzará de todas maneras el Máster, y me comunicó que él estaba solicitando un aumento de sueldo para mí. De concretarse, consistiría en un gran crecimiento, ya que representaría un aumento del 30% en el sueldo y un salto de casi tres categorías – equivalía a una subgerencia de aquella época, hoy se llaman jefaturas. Yo decidí – igual – iniciar el Máster en marzo. Pasó el tiempo y las respuestas que obteníamos desde la Gerencia de RRHH con respecto a mi aumento eran siempre negativas. Que, por una parte, no se podían saltar categorías; que, por otro lado, yo había recibido aumentos todos los años (y en algunas ocasiones más de una vez por año), lo cual era cierto; y que era joven, y que consideraban que no hacía falta que creciera tan de golpe; finalmente, el argumento fue que “todos” los aumentos de sueldo estaban congelados hasta fin de año. Cabe resaltar que la gente de RRHH que mantenía estos argumentos jamás se molestó en conocerme en profundidad; sólo disponían de mi legajo y de las notas de mi Director. Personalmente, estaba muy contenta con mi trabajo; me encantaba lo que hacía, tenía una muy buena relación con todo el grupo de gente y me sentía muy valorada por mi jefe y mis superiores. Mis jefes tuvieron la sensatez de darme muchísimo trabajo - y muy divertido – y yo ni me di cuenta de que el tiempo pasaba. Durante ese año recibí gran reconocimiento de mi Director, ya que logró dos cosas: la promesa de que la empresa pagaría un porcentaje importante del costo del segundo año de mi Máster, y una excepción para poder darme parte del premio que – teóricamente – debería repartirse sólo hasta el nivel de gerentes. Después llegó enero del 2007, y la empresa me anunció – además – un aumento de sueldo del 12% a partir de febrero, que representaba llevarme al tope de la categoría siguiente a la mía. En los primeros dos meses del año se dieron distintos cambios en los niveles superiores de mi área; mi Subdirector se fue a EEUU a estudiar su Máster, mi Director fue promovido a Director General en otra área de la empresa. Paso a tener nuevo reportes. Mi jefe estaba en una situación también complicada, ya que a pesar de estar trabajando como gerente, llevaba un año sin recibir ni el sueldo correspondiente ni el nombramiento, con lo cual podía comprender mi situación. Finalmente se definió la estructura del área, y mi nueva Directora inició otro pedido de aumento de sueldo para mí. Ya a esa altura, lo que en algún momento había sentido como un gran reconocimiento, me parecía lo menos que podía recibir por mi trabajo.
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En síntesis, trabajé en Planeamiento Estratégico hasta diciembre del 2006. Enero y febrero del 2007 fue medio ir y venir la cosa, hasta que al final me ofrecieron pasar a la Dirección comercial para trabajar en temas de planeamiento a partir de marzo. Una vez allí me di cuenta que el trabajo era muy orientado a lo “técnico comercial”, y sentí que ése no era mi fuerte, que no lo sabía hacer; y que – además – no me gustaba demasiado. También había otro tema: era la gente de sector… ¿Cómo podría decir?... Como que me
encontré con la otra parte de la empresa, algo que no conocía hasta ese momento, con la gente diferente, con una cultura diferente, y con una forma de trabajo que yo no compartía. Mientras tanto, más o menos para el mes de mayo, me ofrecieron “extra oficialmente”
pasarme a otro sector con una persona que había sido mi gerente en otro momento, y que se había pasado a esa área. Me había ofrecido pasarme con él, pero nunca me lo llegaron a formalizar: dijeron que no, que yo no me podía pasar, que recién había rotado de sector… Finalmente nunca se concretó. Esa posición me hubiera gustado más que
estar en el área comercial, tal vez. Y, por último, como si todo esto fuera, poco el día antes de encontrarme con el amigo que me ofrece este contacto, ¡No sabe lo que me pasó! Mi jefe - ¿Le dije que se llama Olivar? – me había ofrecido ir a hacer un curso a Brasil por un tema que venía llevando yo; y resulta que el jefe de mi jefe le dijo: “No, Marina no puede ir, porque tiene mucho trabajo”. Y la realidad es que yo siempre tengo mucho trabajo, porque siempre me
quedo hasta tardísimo, y siempre entro a la hora – es decir a las ocho de la mañana pero bueno, ahora resulta que el curso tampoco, que me van a impedir capacitarme. Estoy enojada por eso. Si se lo sumamos a casi cinco meses de trabajo que no me terminan de convencer… no le veo salida posible.
O sea, es como que de alguna manera no me siento contenta con todo lo que tengo. No sé cómo explicarle: es la parte afectiva, es la parte personal, es la parte profesional, como que nada me termina de satisfacer completamente. Dr. Villanueva Gallo:
¿Por qué estudió Ingeniería Industrial?
Marina:
A mí me gustaba mucho la Administración de Empresas y la Psicología. Vengo de familia de padre ingeniero, que me dijo: “para estudiar Administración de Empresas, sigue
Ingeniería Industrial y luego te puedes ir especializando en la rama que má s te guste”… pero siempre supe que no me dedicaría a la ingeniería propiamente dicha. Dr. Villanueva Gallo:
¿Cuánto demoró en hacer la carrera?
Marina:
la hice entre el 97 y el 2002
Dr. Villanueva Gallo:
¿Cómo fue su desempeño académico?
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Marina:
Tengo de promedio ponderado 14,5. El promedio más alto de mi promoción fue de 15,2 – creo – me considero dentro del tercio superior.
Dr. Villanueva Gallo:
¿Por qué decidió hacer Máster en Dirección y Organización de Recursos Humanos?
Marina:
Primero, a mí me gusta estudiar. Y en 2006 ya eran como tres años que no estudiaba nada… hoy mismo seguiría otra carrera si tuviera tiempo para hacerla. Un Máster era
para aprender cosas nuevas. Después – por allí – los conocimientos nuevos no fueron tantos… Yo, de entrada, pensé que iba a prender muchas cosas nuevas, y era algo que me iba a servir para mi trabajo. Dr. Villanueva Gallo:
Ud. dice: me gusta estudiar. ¿Por qué le gusta estudiar?
Marina:
Creo que una parte te demanda una exigencia. Superarme, y ver hasta dónde podía llegar; y quedarme sin dormir y todo eso. Es como que – en sí misma – la experiencia me es grata. Es como ver todo lo que se puede llegar a aprender o todo lo se puede llegar a ser… que te superes; que siempre puedes saber más, que siempre hay otras personas que saben más. Por ejemplo, una vez hablé con una persona de finanzas y dije: “¡Me gustaría hacer ahora un postgrado en Finanzas!”. Creo que leyendo aprender lo mismo,
pero necesitas una especie de doctrina. A mí tal vez me cueste más tener una disciplina interna. Es como cuando se hace una Máster… se debe tener algo que te exija.
Dr. Villanueva Gallo:
¿Descubrió alguna perspectiva de carrera distinta a partir de hacer el Máster?
Marina:
No, de hecho estoy en una empresa en donde no creo que mi carrera vaya a ser distinta por haber hecho el Máster. Lo hice más a nivel personal. Sé que ahora puedo hacer mejores trabajos, y que eso – a la larga – derivará en una mejor carrera. Pero nadie va a valorarme a mí más porque yo tenga un Máster… No, no lo hice por pensar que iba a tener una carrera mejor.
Dr. Villanueva Gallo:
Marina, ¿Qué edad tiene?
Marina:
Veintisiete
Dr. Villanueva Gallo:
¿Cómo está compuesta su familia?
Marina:
Mi familia… ¿La de la niñez o la de ahora?
Dr. Villanueva Gallo:
…
Marina:
Estoy casada
Dr. Villanueva Gallo:
¿Hace cuántos años?
Marina:
Hace dos años y cinco meses. Nos casamos en febrero del 2005
Dr. Villanueva Gallo:
¿Tiene hijos? 9
Marina:
No
Dr. Villanueva Gallo:
¿A qué se dedica su esposo?
Marina:
Mi esposo trabaja por su cuenta, es comerciante. Hizo unos años de Ingeniería, también; pero tuvo que abandonar. Siempre piensa en retomar sus estudios.
Dr. Villanueva Gallo:
¿Padre, madre, hermanos?
Marina:
Papá, mamá. Tengo un hermano; yo soy la mayor.
Dr. Villanueva Gallo:
Y su hermano, ¿A qué se dedica?
Marina:
Mi hermano, a estudiar Psicología y trabaja en una ONG con jóvenes.
Dr. Villanueva Gallo:
¿Su madre?
Marina:
Mi madre de odontóloga
Dr. Villanueva Gallo:
¿Su padre?
Marina:
Como ya dije, mi padre es Ingeniero. Tiene una pequeña empresa de servicios
Dr. Villanueva Gallo:
¿Dónde se ve de aquí a cinco años? ¿Haciendo qué cosas?
Marina:
Yo soy un poco ciclotímica, pero si me pregunta hoy, le digo, al frente de una unidad de negocios, manejando una cuenta de resultados.
Dr. Villanueva Gallo:
Marina, creo que por hoy es suficiente. Si bien Ud. no nos conoce, y viene de otro sector, todas las personas que la hemos entrevistados coincidimos en que se adaptará perfectamente a nosotros. Mañana debería presentarse al examen médico, y terminamos con el proceso de incorporación. ¿Cuándo puede comenzar a trabajar?
Marina:
No sé, pero nunca antes de un mes.
Dr. Villanueva Gallo:
Nosotros tenemos urgencia, necesitamos que ingrese lo antes posible
Marina:
…
Dr. Villanueva Gallo:
Bien, piénselo un poco, y yo la llamo en dos o tres días. ¡Ah! Le confirmo todo lo que se le habló respecto de puesto, tareas, etc. … En cuanto a la remuneración es lo que conversamos, lo que representaría…
Marina:
Un 40% más que mi sueldo actual
Dr. Villanueva Gallo:
Exacto.
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