Contenido
Introducción
7
Capítulo uno
El equipo de herramientas
9
Capítulo dos
Cómo conservar y utilizar las herramientas
21
Capítulo tres
Cómo conservar y utilizar las herramientas
37
Capítulo cuatro
Mantenimiento y uso de las herramientas
55
Capítulo cinco
Mantenimiento y uso de las herramientas
65
Capítulo seis
Máquinas ligeras para trabajar madera
79
Construcción
99
'Capítulo siete Capítulo ocho
Uniones
121
Capítulo nueve
Herrajes, etc
139
Capítulo diez
Chapeado
153
Capítulo once
Talla de la madera
163
Capítulo doce
Torneado
173
Capítulo trece
Maderas y materiales
181
Capítulo catorce
Acabado de la madera
185
Capítulo quince
Adhesivos
193
Capítulo dieciséis
Diseños
195
Indice
223
Introducción
El trabajo de la madera presenta muchas especialidades, cada una de las cuales requeriría un libro para ser desarrollada adecuadamente. Mucha gente sin embargo necesita un libro general que incluya información sobre todas las ramas del trabajo de la madera, con las cuales el artesano necesita enfrentarse. Para éstos se ha escrito este libro. No pretende tratar cada tema particular tan ampliamente como un libro que se especializase en tal rama, pero debe dar toda la información básica y en este sentido debería ser el mejor libro para el principiante en este trabajo. En la actualidad hay más gente que nunca trabajando la madera como un hobby y éste es uno de los signos más esperanzadores en esta era en que la tentación de aceptar las cosas hechas fácilmente es más irresistible. Lo mismo que es mucho más fácil escuchar la m úsica de la radio o el tocadiscos, que
producirla por sí mismo, es más sencillo aceptar la producción de una máquina que, sin esfuerzo, produce cosas uniformes con una velocidad y regularidad solamente igualada por su falta de individualidad y sentimiento por la materia que trabaja. Si bien hoy día disponemos de más ocio que en cualquier época pasada, existe una mayor tentación a no hacer nada útil con él. La radio, la televisión, el motorismo y el cine han ocupado su lugar en nuestros esquemas de vida, pero sólo muy pocas veces requieren algo más que nuestra atención y nuestro tiempo libre y dejan muy poco lugar para actuar con personalidad. Por ello saludamos con alegría esta presencia del trabajo manual, a través del cual se obtiene la constatación del valor de una construcción única y el aprecio del valor de un buen diseño, y en esto descansa la mayor esperanza para el futuro.
7
· Uno
El equipo de herramientas
La selección de las herramientas depende fundamentalmente , en general , del tipo de trabajo que se va a hacer; pero hay una serie de herramientas funda mentales que se necesitarán siempre. La elección individual puede variar ligeramente con la estatura y la edad del usuario, pero la lista que se da en las págs. 10 a 17 muestra un conjunto bien representativo y hemos marcado con un asterisco los elementos con los cuales debe comenzar el principiante. A medida que progresa se le hará patente la necesidad de otras herramientas y puede adquirirlas a medida que sienta tal necesidad. No compre una " caja de herramientas completa ". Si Ud. lo hace está aceptando cosas que cualquier otro ha crei do que necesita , y toma el conjunto sin hacer ningún juicio personal sobre los elementos que adquiere. Demasiado frecuentemente pagará algunos elementos que no utilizará nunca o que son in útiles para Ud. El mejor plan es ir a un vendedor de herramientas de confianza y decirle lo que Ud. desea , explicando que Ud. no espera herramientas " baratas" (en realidad a la larga no son baratas) . Una buena herramienta dura toda una vida, a veces " va ~ rias vidas" y aunque de entrada haya pagado más por ella , fácilmente le devolverá su coste . Puede suceder fácil mente que comprando una herramienta de baja calidad, se esté dificultando a sí mismo el comienzo de su aprendi zaje. Un cepillo o una escuadra faltos de precisión, un formón o un destornillador blandos, o una piedra de afilar que se embote fácilmente , pueden producir en el futuro un sinfín de molestias innecesarias. A la larga es barato comprar herram ientas de una buena marca . Los defectos de las herra mientas de baja calidad t ales como ilJil precisi6n, metal de segunda clase o mal diseño las ha ce n pronto inservibles.
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Fig . 1. Sierras y cepillos empleados en el trabajo de la madera en general.
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Equipo básico de herramientas n
Las herramientas señaladas con un asterisco son las que sugerimos para comenzar un principiante. Sierras (Fig. 1) *(C) Serrucho para cortar al través, de 610 ó 660 mm. Dentado 8 ó 9. (F) Serrucho para paneles, 500 mm. Dentado 10 ó 12. *(A) Serrucho de costilla, 350 ó 400 mm. Dentado 12 ó 14. Costilla de latón o hierro. (E) Serrucho para lazos, 200 mm. Dentado 18 ó 22. Costilla de latón o hierro. (Si desea limitar su equipo puede substituir el serrucho de costilla y el serrucho de lazos por un serrucho de costilla de 230 ó 250 mm. dentado 9 ó 10. Sin embargo los dos serruchos son la mejor elección) . (G) Sierra de rodear, 300 mm. (D) Sierra de marquetería , 150 mm . (B) Sierra para agujeros de cerradu ra, aproximadamente 280 mm.
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Fig . 1 . Cepillos para usos especiales.
Cepillos (Fig. 1) *(H) Garlopa , de madera , 400 mm. , hierro de 50 mm. *(J) Cepillo de afinar, ajustable metálico, 228 mm. , hierro de 50 mm. (K) Cepillo de alisar, ajustable metálico, 457 mm. hierro de 60 mm. (O) Cepillo dentado, de madera , hierro de 50 mm. dentado medio. (L) Cepillo de afinar, hierro de 44 mm . (M) Cepillo curvo. (R) Cepillo para rebajes, guillame metálico ajustable. Hierro de 38 mm . ( P) Cepillo de cuchilla al frente , hierro de 25 mm. (N) Cepillo para espaldones de espigas, hierro de 25 a 31 mm . 11
(1) (S)
(O) (T)
Portacuchillas, 70 mm. de hoja. Acanalador, metálico. Hay gran variedad de tipos disponibles. Los más pequeños, trabajan ranuras de 4, 6 y 8 mm. Los tamaños mayores hasta 12,7 mm. También combinados que además pueden trabajar molduras. Obtenga el mejor que pueda, pero incluso los más pequeños traba jan bien. Guimbarda de metal ajustable. Cepillos para molduras. Adquirirlos sólo cuando se necesiten.
Formones. escoplos y gubias (Fig . 2) (A) Formones de: *25 mm., 13 mm ., *6 mm. y 3 mm. (B) Formones biselados : 31 mm. , *19 mm . (e) Escoplos : 6 mm. , *8 mm. , 10 mm. (F) Escoplo para rebajes de cerraduras. (D) Gubia cóncava Arquirir sólo (E) Gubia convexa cuando se necesiten Berbiquí. barrenas, etc. (Fig. 2) (G) Berbiquí de carraca, de 200 ó 250 mm . de manivela. (D) Barrenas helicoidales : *6 mm. , *10 mm. , 12,5 mm., 19 mm. *(J) Brocas: 3 mm. a 6 mm. (Usadas principalmente para agujeros de tornillos) . Alternativamente pueden usarse brocas de mecánico. (K) Barrenas Fostner. Obtenerlas cuando se necesiten. (H,I) Avellanadores, *helicoidal y de rosa. (M) Barrenas con punta de centrado , 12,5 mm., *19 mm., 25 mm. (L) Destornillador. (N) Barrena extensible. *( P) Lezna . la de jaulero, de secclon cuadrada, es preferible . Adquirir dos de distintos tamaños. El utilaje para enclavijar hace posible emplear barrenas de distin-
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Fig . 2 . Herramientas de cortar y taladrar.
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Fig. 2. Herramientas de agujerear, t razar y comprobar.
13
tos t amaños, necesitando sólo un ajuste. Ver pág. 126.
Herra mientas para trazado (Fig. 2) *(W) Escuadra de comprobación, 300 mm. , es preferible la escuadra de mecánico con hoja deslizante. (O) Escuadra de comprobación, 600 mm. de madera , construcción ca sera . Los que tengan una escuadra de acero de calderero la preferirán. (X) Escuadra de ingletes, 300 mm . (Y) Escuadra ajustable o falsa e~cua dra, 250 mm . (Z) Reglas, 450 mm. y 910 mm ., de madera. Construcción casera . *(T) Metro plegable. *( R) Gramil de corte. (R) Gramil de trazar. (S) Gramil de mortajas. (U) Compás de puntas, 150 mm. Con ajuste fino por tornillo. (V) Entreguardas.
Herra mientas generales (Fig. 3) *(A) Martillo de tipo Warrington o Londres, de unos 250 gramos. Martillo de modelista de unos 100 gramos. *(C) Maza , aproximadamente 300 mm. *( B) Tenazas, 200 mm . *( D) Punzones, punta cóncava. Uno para puntas pequeñas y otro mayor. (E) Destornilladores *200 mm., tipo ebanista. *( F, G) 120 mm. , de trinquete y fino. Necesitará destornilladores para tornillos de tamaños entre el n.o 12 y el n. o 2. (1 , J) Uma para madera , me'dia caña de 180 mm. y cola de rata de 150 mm. (H) Escofina , media caña , 180 mm. ( L) Portacuchillas, *de madera , para cuchilla de unos 60 mm . (M) Portacuchillas, metálico , de cara 14
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Fig. 3. Herramientas varias de banco,
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Fig. 3. Herramientas varias. algunas de fabrica ción casera.
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curva, para cuchilla de 50 m m. Cuchilla de ebanista , 125 mm . De aproximadamente 1,2 mm . de gruesa. Cuchilla de ebanista curva. Chaila o piedra de aceite de grano fino o medio , o combinada finogrueso, de India , Carborundum , Unirumdum , etc. 200 por 50 mm . Piedras de afilar gubias, con dos cantos de curvatura variable . Frotado r de corcho ; aproximadamente 1 10 mm . Martillo de chapear ; construcci ón casera . Rascador de ranuras ; construcción casera . Herramienta de conforma r. Las hay de varios tipos, planas, mediacaña , redondas.
Utillajes de cepillar y cortar ( Fig . 4) (A) Soporte de cepil lar o tirador, aproximadamente *600 mm. y 1,5 m. construcci ón casera.
( B)
*(C) (D)
*(E)
(F)
Soporte de cepilla r ingletes, aproximadamente 450 mm . Taco de cepillar ingletes, aproximadamente 450 mm. Caja de ingletar, para molduras de hasta 100 mm . Construcción casera. Cortador o tope de gancho , de 180 mm. aproximadament e. Construcción casera. Plantilla para ingletes. Const rucción casera.
Gatos (Fig. 4) (K) Sargentos metálicos, un par de 600 mm. aproximadamente y otro de 1,2 m. aproximadame nt e. *(J) Gatos paralelos, un par de 2 00 mm. aproximadamente. Más cu ando se necesiten. (H) Gatos en C. Como alternativa a los gatos paralelos. (G) Tornillos de apriete de 80- 100 mm . Unos 6 como mínimo. (1) Prensa rápida de banco.
"-"===============:::I41~ .==================!!!!!!!!!!!!!!!~IIII l~__ .______________·~~~~_· _____________________~~ KI I'íf» U Fig . 4 . Gatos.
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Fig. 4 . Utillajes de cepillar y cortar.
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Fig. 5. Pequeña sierra circular de banco con mesa inclinable, guía de deshilar y guía de ingletes. (Foto, cortesía de Parry and Sons (Tools) Ltd.) .
La elección de las herramientas de las págs. 10 a 17 se ha hecho en el supuesto de que el lector es relativamente prin cipiante, y como tal no es presumible que prevea por el momento, la instalación de ninguna máquina. Los que tienen alguna experiencia saben que muchos de los trabajos que dan dolor de espalda pueden ahorrarse teniendo una pequeña máquina, y por eso damos en el capítulo sexto algunos consejos sobre la elección e instalación de máquinas adecuadas. Los que se propongan instalar una máquina , pueden modificar el equipo de herramientas manuales de acuerdo con las operaciones que vayan a realizar en ella. 18
Después de obtener sus herramientas, tan pronto como le sea posible, haga Ud. mismo un elemento para guardarlas. Puede ser una simple caja o arma rio o ser construido en el banco . Recuerde dejar sitio para la ampliación; indu dablemente , después, comprará más herramientas y es bueno pensar en lo que Ud. prevé como su posible equipo . Trate de disponer las cosas de tal manera que los filos 'de las herramientas no entren en contacto unos con otros; los formones y sierras en cremalleras, los cepillos en compartimentos y así sucesivamente. A la larga esto ahorrará mucho tiempo al evitar filos mellados, etc. Es posible obtener un papel antihu medad que evita la oxidación; una hoja de él, que se renueva de vez en cuando, puesta en la caja de herramientas puede ahorrar muchas molestias en este punto.
Sierras circulares. De las muchas máquinas disponibles para el artesano ca sero la sierra circular es la más útil generalmente. Además de para cortar el hilo , a través y a inglete, puede utilizarse para hacer entallas y rebajes y , en algunos casos moldurar. Particularidades esenciales de la máquina son : el movimiento de subir y bajar la sierra o la mesa , la guía de cortar al hilo, la guía de cortar a inglete , la protección de la sierra y , preferiblemente , una mesa o sierra inclina bies.
Una alternativa de la máquina anterior, es la máqu ina universal' con varios adi-
mentas, tales como sierra circular, sierra de cinta, disco de lijar, banda lijadora , mortajadora , cepilladora con accesorio para regruesar. Una de las ventajas de esta máquina es el pequeño espacio que ocupa, un beneficio evidente en los pequeños talleres. Además es menos costosa que comprar varias máquinas separadas. Sin embargo , quienes dispongan de espacio y no se asusten por el coste , encontrarán que las máquinas diseñadas para hacer un tipo de trabajo son más eficientes que una máquina que ha tenido que diseñarse para hacer varios trabajos.
19
Dos
En este capítulo puede estudiar los puntos principales a tener en cuenta acerca del uso de las herramientas ; pero, citando un antiguo dicho, " la habilidad de hacer, se logra haciendo"
Sierras
Cómo conservar y utilizar las herramientas
Serruchos . Son usados para cortar las grandes piezas de madera ; por ejemplo , habiendo trazado en un tablero las piezas que se necesitan se cortan con el serrucho. Un serrucho de cortar a tra vés es distinto de un serrucho de cortar al hilo, porque éste puede utilizarse para cortar tanto a través como a lo largo de las fibras. Puede serrarse con la made,ra apoyada sobre caballetes o cajas, o sobre el banco , o sujeta en el tornillo; es cuestión de ver lo más conveniente.
La Fig. 1 muestra el sistema de serrar sobre caballetes, o cajas. Comenzar a cortar con el serrucho formando un pequeño ángulo, como en la Fig. 2, porque de esta manera puede verse si el serru cho está alineado con el trazado. Esto es lo más importante ; porque si comien za mal el corte continuará yendo mal y al intentar corregirlo probablemente se desviará hacia el otro lado. Para comenzar el corte apoye la mano izquierda sobre el extremo de la madera y levante el dedo pulgar de forma que el serru cho roce en él , como en la Fig. 3; este sostiene la hoja y posibilita comenzar el corte en la posición exacta. Una vez el corte haya empezado a profundizar un poco, la mano puede llevarse hacia atrás y utilizarse para ayudar a sujetar la made ra. Mueva el serrucho hacia arriba y abajo
Fig. 1. (Izqu ierda) . Deshilando una tabla con el serrucho.
21
Fig. 2. Comienzo sosteniendo el serrucho con un ángulo bajo.
Fig . 5
Fig . 6
Fig. 3. Comenzando el corte, el pulgar izquierdo afirma la hoja.
Fig. 5. Guía para mantener la hoja en ángulo recto. Fig. 6. Previniendo que la madera se cierre sobre la hoja. Fig. 4. El corte se hace a un lado de la línea.
22
Fig. 7. Sosteniendo la parte sobresaliente al terminar el corte.
unas pocas veces, de manera que los dientes encuentren camino en la madera, y cuando haya hecho un comienzo suficiente, mantenga el serrucho de tal manera que forme un ángulo de aproximadamente 45° con la madera. Entonces puede trabajar ya con golpes firmes y a todo lo largo. Nunca debe ser necesario apretar hacia abajo. Si corta mal o lentamente, es necesario afilarlo. Aplique una ligera presión en el golpe de corte para mantenerlo sobre el trabajo. Fíjese en la Fig. 1, cómo el dedo índice de la mano derecha apunta a lo largo de la hoja: esto es de gran ayuda para mantener el control del serrucho. El corte se hace siempre a un lado de la línea de trazado , de tal manera que pueda emplearse el cepillo para ajustar la madera a la dimensión deseada. Esta idea se muestra en la Fig. 4. Es de utilidad el que la línea no se borre con el serrucho : para esto, cuando sea posible , coloque la madera de forma que el serrucho corte a la derecha de la línea. A veces esto no es posible , pero es ventajoso tener la línea a la vista. Recuerde que el serrucho debe estar siempre hacia el lado de la línea del trozo que se desecha .
puede ahorrarle una gran cantidad de trabajo en otras operaciones. A veces sucede, cuando se tiene que hacer un corte largo, que la ranura tienda a cerrarse de tal forma que la madera se agarra sobre 1<:1 sierra; una lezna introducida en la ranura como en la Fig. 6, mantiene el corte abierto y evita el aga rre . Cuando corte de través una tabla, nunca ponga la madera de tal forma que el corte quede entre los caballetes; esto puede por sí solo causar que la madera se doble a medida que progresa el corte; en el mejor de los casos puede hacer que se atasque la sierra, y en el peor la madera puede chascarse. En lugar de ello ponga la madera de tal forma que la pieza que debe eliminarse por serrado sobresalga a un lado. El comienzo del corte se hace como se ha descrito anteriormente, pero cuando se llegue al
Fig. 8. Serrando " a la francesa " .
Es evidentemente necesario mantener el serrucho en ángulo recto con la superficie. Del desvío del corte , hacia adentro la pieza puede resultar demasiado pequeña y si el corte cae hacia el otro lado implica una buena cantidad de trabajo innecesario en el cepillado; como guía coloque una escuadra de madera, como en la Fig. 5, no es necesario mantenerla así todo el tiempo, pero puede darle una indicación de si el serrucho está en ángulo recto. Trate de adquirir el sentido de la posición en ángulo recto y mire el borde después de serrado, para ver si se desvía hacia un lado u otro. Es una ventaja eliminar las dificultades lo antes posible, porque
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final , la mano izquierda debe colocarse de forma que soporte la madera , como se muestra en la Fig. 7 ; de otra forma es posible que se astille, especialmente cuando la pieza sobresaliente es de un cierto tamaño. Otro método de serrar al hilo , es, serrar " a la francesa" , Fig. 8; muchos lo con sideran menos cansado. La madera se fija sobre el banco con la línea de corte sobresaliendo del borde. Para comenzar el corte se dan unos pequeños golpes con el serrucho apuntando hacia atrás, Fig. 9. Tan pronto como se ha hecho un pequeño corte , se toma la posición hacia arriba, agarrándose el serrucho con ambas manos y utilizando toda la longitud del golpe. En cierta manera es también más facil apreciar cuando el serrucho se sostiene en ángulo recto . Cuando deba hacerse un corte a lo largo del centro de la tabla y hay dificultad en fijarla en el banco, puede colocar el tablero sobre caballetes, haciendo sobresalir el corte , situándose a horcajadas sobre la madera.
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Fig. 9 . Comienzo del corte para serrar a la francesa .
Fig. 10. Uso del serrucho con la madera sujeta en el tornillo de banco.
Los cortes relativamente cortos o en trozos de madera pequeños, genera lmente se hacen mejor sujetándo la madera en el tornillo, como se ve en la Fig. 10. No haga sobresalir la tabla más de lo que sea necesario, pues de lo con trario vibrará; la parte saliente depende del grosor, pero, por ejemplo. material de 22 mm. puede sobresalir aproximadamente 200 mm. Cuando el serrucho se aproxime a la superficie del banco , la madera se levanta en el tornillo. Recuerde revisar que no haya herramientas sobre la superficie del banco, pues de lo contrario el serrucho puede chocar con ellas. El serrucho de costilla se usa para serrar, en general , piezas pequeñas, serra r ensambles, etc. Es una cuestión de discreción si se debe util izar el serrucho
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Fig . 11. Cortador.
para espigas o el serrucho para lazos. A veces es conveniente sujetar la madera en el tornillo, otras veces es mejor el cortador, y en ocasiones es preferible fijar la madera al banco con un gato. Las medidas exactas de un cortador no son importantes; las que se dan en la Fig. 11 pueden tomarse como guía general. Nótese sin embargo que el listón inferior, que se apoya contra el borde del banco, está fijado con una clavija en el extremo en que trabaja la sierra. Esto se hace así porque la sierra, ocasionalmente , con el uso conti nuado, marca una ranura a través de la madera y un tornillo podría ser rozado y mellar la sierra. Para fijar el otro extremo pueden emplearse clavo5"o torni llos. En la Fig. 12 se muestra cómo se utiliza el cortador, nótese que la parte inferior de la palma de la mano izquierda presiona sobre el borde de la madera que debe ser serrada , teniéndola contra el respaldo del cortador.
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El borde inferior del cortador evita el movimiento, debido al empuje de la sierra , pero a menos que la madera se mantenga contra el respaldo se está expuesto a arrastrarla en el movimiento de retroceso . El dedo pulgar de la mano izquierda se utiliza para afianzar el serrucho ' al comenzar el corte . Comience con el serrucho levantado ligeramente, de manera que se sierre primero el canto más alejado, después vaya bajándolo gradualmente a medida que progrese el corte. Para trabajos de gran preci sión, como cuando se sierran los espal dones de una espiga , se dan unos goles de esta forma , después se comienza en el canto más cercano y luego es cuestión de nivelar cuidadosamente el serrucho para unir los dos cortes. Aprender a serrar a escuadra es de gran importancia; una ayuda muy útil en este
Fig. 12. Uso d el cortador para se rrar. La mano izquierda aprieta fuertemente la madera contra el respaldo del gancho para que no sea arrastrada .
aspecto es rodear la línea del trazado a escuadra en las cuatro caras de un palo grueso. Corte aproximadamente 2 mm. de profundidad sobre una superfi cie , vuelva la madera hacia Ud. de tal modo que este corte le quede de frente y haga un segundo corte , también de 2 mm. de profundidad sobre la superfi cie que ahora está encima . Repita esto hasta que haya serrado las 4 caras , después gradualmente profundice cada corte sucesivamente. De esta manera la sierra tiende a seguir en los cortes hech.os anteriormente. Cuando un extremo debe ser cortado perfectamente a escuadra, como por ejemplo para espigar o esquijear (se rrar espaldones), es de gran ayuda si la línea del trazado a escuadra se marca con un formón. Cortando una entalla contra la línea en la parte del desper-
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dicio, se forma un canal , en el que puede guiarse el serrucho. Esto se muestra en la Fig. 4 de la pág. 125. Cuando el corte se haga con la madera sujeta en el tornillo , asegúrese de que la pieza está nivelada ; de lo contrario sería fácil que el serrucho se desviase de la línea. Sobre este particular cuando se haya de hacer un corte en un determinado ángulo , es más fácil si la madera se coloca de tal manera que el corte sea vertical; de esta forma sólo es ne:cesario mantener vertical el serrucho. Esta idea es a menudo útil cuando se sierran lazos , la madera se fija con una ligera inclinación , de manera que la sierra se usa verticalmente .
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No trate nunca de usar el serrucho sin sujetar la madera en una de las formas que se han indicado ; la madera que no esté firmemente sujeta se moverá , ha ciando difícil el serrado y puede oca sionar el doblado de la hoja de serrucho. En las Figs. 13 (a) y (bl. puede verse un tope pivotante aconsejable , es oscilante para sujetar la madera mientras se comienza a serrar. Otra idea muy simple es taladrar un agujero de 12,5 mm . de diámetro , a través del tablero del banco, cerca del extremo , e introducir una clavija de madera cilíndrica en él , como se muestra en (c) ; cuando no se usa puede introducirse enrasándolo con el tablero. En cualquier caso evita la mala costumbre de sostener la madera contra el tope de banco, cuando corte a través ; la sierra irá marcando un surco profundo y cuando se utilice el tope para cepillar la madera, es probable que se balancee en el surco (vea (f) , Rg. 13). En general , para serrar, el cortador es perfectamente satisfactorio , pero cuando sea esencial que la madera se su jete ligeramente, puede usarse el enganche rápido (d) o el tornillo de banco , o un gato como en (e). El primero es extremadamente manejable , pero nece-
sita un tablero de banco bastante grueso, para ser efectivo , ya que se basa sobre la inclinación de un vástago en el agujero del banco para obtener el agarre; si el tablero es delgado , puede regruesarse en la parte inferior localmente. Desde luego debe haber espacio despejado por la parte inferior. Algunos enganches rápidos tienen un tope de metal para introducirlo en el tablero del banco. Serrado de curvas. Para curvas suaves y anchas en, por ejemplo, madera de 22 mm., la herramienta generalmente más útil es la sierra de rodear (ver pág. 25). Su hoja se mantiene en tensión mediante una disposición de torniquete y con sus mangos puede volverse el corte en cualquier dirección . La ventaja de esto último es que hace posible cortar una forma que sea más o menos paralela al canto. Puede comprobarse que, cuando se coloca a escuadra, la sierra solamente puede cortar a una distancia del borde igual a la distancia de la hoja al travesaño. Sin embargo girando los mangos la sierra puede cortar a lo largo de la madera paralelamente al canto. Es muy importante que la hoja no esté retorc1da. El serrar recto, es importante, ya que de lo contrario implicaría una gran cantidad de trabajo innecesario para el acabado, de hecho puede fácilmente suceder que la madera se estropee por cortar demasiado. Es una cuestión de juicio y práctica. El mejor plan es que Ud. vaya comprobando su trabajo a medida que sierre , véa si tiene tendencia a cortar hacia un lado o hacia otro , y trate de corregirlo en futuros cortes. . Puede precisar con muy poco error, si la hoja está a escuadra con el trabajo. En la Fig. 14 se muestra el uso de la sierra de rodear. Cuando el corte que se ha de serrar está en el interior de la madera , es decir
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Fig. 14. Forma de manejar la sierra con la madera sujeta en el tornillo de banco.
que no llega en ning ún punto al canto , es necesario hacer un agujero en la madera suficientemente grande para permitir que la hoja de la sierra pase a tra vés de él. Desde luego se ha de taladrar en la parte de la línea de la madera a desechar. La hoja de la sierra está sujeta con un pasador que se puede sacar fácilmente. Corrientemente la madera se sujeta en el tornillo de banco y es aconsejable mantenerla tan baja como sea posible , para evitar la vibración; esto puede hacer necesario elevar la madera una o dos veces, pero el serrado se realiza mucho más fácilmente. Agarre la sierra con ambas manos y trabaje con golpes largos, haciendo girar la sierra gradualmente -de manera que siga la curva. Otra sierra que tiene una utilidad parecida, pero empleada para trabajos más pequeños, es la sierra de marquetería (pág. 10). En este caso la madera corrientemente se mantiene en posición horizontal y se fija de manera que sobresalga del tablero del banco. Hay que
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Fig . 15. Uso d e la sierra para agujeros de cerradu ra .
evitar que sobresalga demasiado porque puede chas~arse . Aquí es esencial que el serrado se haga verticalmente; para comenzar puede sostener una pequeña escuadra cerca de la hoja, como guía , pero pronto será capaz de hacer el tra bajo sin ella . La tensión de la hoja en esta sierra se logra girando el mango . Utilizando la sierra de esta forma , los dientes apuntan hacia el mango . A veces sin embargo es más conveniente sostener la madera verticalmente en el tornillo y en este caso es mejor apuntar los dientes en dirección opuesta al mango , de tal modo que el astillado del corte quede en la parte trasera de la madera. En realidad la madera delgada se corta con la sierra de marquetería y utilizando una mesa especial , con un extremo saliente con un corte en V. A veces se tiene que hacer un corte interno a una distancia del borde demasiado grande para que alcance la sierréj de rodear. Entonces se tiene que utilizar el serrucho de calar. Este , sin embargo , no es una herramienta muy eficiente ,
ya que hay que tener en cuenta su rigidez relativamente pequeña para evitar que se doble. La . norma a seguir es dar a la hoja la mínima salida compatible con golpes razonablemente largos. Afortunadamente no se presentan muchos cortes de este tipo en el trabajo de la madera y el principal uso de esta sierra es cortar los lados de los agujeros para las llaves cuando se montan cerraduras. Puede desde luego utilizarse la sierra de rodear, si es necesario, pero esto implica desmontar la hoja y hacerla pasar a través del agujero para hacer unos cortes relativamente muy pequeños. En la Fig. 15 se muestra esta sierra cortando una curva ancha ; nótese cómo ambas agarran el mango. En general no es aconsejable al princi piante que afile sus propias sierras, porque probablemente limará los dientes desigualmente , y un afilador de sierras profesional le cargará más para arreglar el estropicio que el dinero que haya ahorrado . Si se decide a intentarlo comien ce por las sierras que tengan los dientes más grandes.
tas de filo : el formón , el formón bise lado y el escoplo. El primero de estos (Fig. 2 , pág. 12) es la herramienta de banco utilizada para uso general de corte. Está construido de forma robusta , para resistir el trabajo que implica el corte de entallas y otros tipos de en sambles y además puede usarse , si es necesario, para trabajos más finos , tales como ajustar dos piezas. Esto último sin embargo se hace mejor con un formón más ligero, especialmente diseñado para esta tarea: el formón biselado que se muestra en (b) (Fig. 2 , pág. 12). El mortajado que requiere fuertes golpes de maza y un cierto apalancado , exige el empleo del escoplo (c, Fig . 2 pág . 10) existen dos tipos: el escoplo pesado de mortajar y el escoplo más ligero , que es suficientemente fuerte y resistente para la mayoría · del trabajo , sin ser tan voluminoso .
Fig. 16. Cortando una esquina de la madera con el formón .
Debe tenerse en cuenta que además de limarlos, los dientes deben ser triscados, es decir torcidos a uno y otro lado alternativamente. Esto es un punto esencial en una sierra, en cuanto que ella debe hacer un corte ligeramente más ancho que el espesor de la hoja ; sin esto la sierra se atascaría en la madera . El afilador debe dar el triscado justo que la experiencia haya mostrado que es necesario. Un triscado excesivo debe evitarse, ya que significa que se está cortando madera innecesariamente '1 de esta forma trabajando más dura mente sin ninguna ventaja .
Formones y escoplos Además de las gubias para usos especiales, existen tres tipos de herramien-
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de la m ano o con la maza. El material es arrancado hacia arriba seg ún la diagonal. Después de dar vuelta a la madera se trabaja por el otro lado, como se muestra en (a) . Se acaba como se muestra en la Fig. 18, deslizándo el formón con una acción de balanceo , si es posible ; esto no solamente facilita el corte sino el apreciar claramente las partes sobresalientes que deben cortarse .
a
Fig . 17. Fases en el corte de un a entalla.
Corte con formón. En la Fig. 18 se muestra una operación típica de cortar con formón una entalla . La mano izquierda puede mantenerse como se muestra , con los dedos sobre la parte de encima y el dedo pulgar debajo. En cualquier caso, no importa cual sea la operación, ambas manos deben mantenerse detrás del corte. En un trabajo de este tipo los lados de la entalla se sierran primero y se dan 2 o 3 cortes de sierra intermedios para dividir la fi bra. El formón se sitúa entonces formando un ligero ángulo como en la Fig. 17, golpeando el mango con la palma
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Mortajado. La Fig . 17 muestra el mortajado de un montante de puerta y en ella pueden observarse distintos puntos. Primero, el trabajador se mantiene frente al extremo de la madera , porque así le es fácil ver si el escoplo se desvía a la de recha o a la izquierda (es claramente importante el que la mortaja esté a escuadra) . En segundo lugar la madera está sujeta sobre una parte sólida del banco , generalmente la pata . Tambié n hay colocado un gato paralelo en el ext remo , pa ra evita r cualquier ten dencia de la madera a rajarse ; corrientemente se dejan unos 25 mm. de madera a los lados de la mortaja , para hacer m ínimo este riesgo , pero incluso así es aconse jable el us.o del gato pa ralelo. Cuando varios montantes deben mortarjarse , pueden fijarse juntos costado a costado . Para aligerar el trabajo , la mayor parte de la madera a eliminar puede quitarse taladrando una serie de agujeros con una barrena algo más delgada que el ancho de la mortaja. El primer corte se hace aproximada mente en el centro de la mortaja y sólo superficialmente. El próximo aproxima damente a 3 mm. del primero , es más profundo, y así se sigue hasta aproximadame nte 1 mm . del extremo , donde la mayor parte de la viruta pueda sa carse apalancándola . Para esto es úti l emplear un escoplo ligeramente más estrecho. Trabaj ar desde el otro lado de la misma manera apalancando hacia afuera las astillas cuando proceda . La
Fig. 18. Acabando una entalla con el formón .
Fig. 19. Escopleando una mortaja.
Fig. 20. Afil ado del formón sobre la chaila.
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dedor de 30 grados, excepto en el caso de los escoplos y los formones de desbastar, que es mejor afilarlos aproximadamente a 35 grados, con lo que se obtiene un afilado más- -resistente. L:l Fig. 20 muestra la operación de afilado. La rebaba se vuelve sobre la piedra (lo mismo que en las cuchillas de cepillo!. y es fundamental que quede plana, pues de lo contrario es imposible utilizarlo correctamente para igualar una superfi cie. La rebaba es eliminada fácilmente con el bruñidor.
Fig . 21 . Forma de usar el formón para cerraduras en un espacio limitado.
profund idad , desde luego debe haberse decidido anteriorment e y es útil fij ar un trocito de pape l en el escoplo como guía de la profundidad. Cuando la mortaja se haya abierto de esta man era, se hacen los cortes finales sobre la s líneas de cada extremo, esto elimin a la s marcas dejadas por el apalancado sobre los mismos.
Escoplo para cerraduras de cajón. Esta herramienta, que se muestra en (f) (Fig. 2, pág. 12) está prevista para su uso en el espacio rest ringido de un ca jón . También es útil para cortar el hueco en el cual encaja el pasador de la cerradura en el hueco del cajón . La Fig. 21 muestra cómo puede ser golpeado con el lado del martillo y en ella puede comprobarse que sería imposible cortar con un escop lo ordina ri o. Afilado de formones. El procedimiento es casi el mismo que para afila r hierros de cepillo. Corrientement e el ángulo de amolado es de aproximadamente 25 grados, mientras que el afilado sobre la chaila o piedra de aceite es de alre-
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Gubias. Estas herramientas no son usadas extensamente, pero a veces se nece sitan para dar forma a un ag ujero o rebaje. Las herramientas de ta ll ar serán más ampliamente tratadas en el ca pítu lo sobre la talla. La gubia para cortes cóncavos, tiene el bisel en la parte ext erior y sirve para el trabajo en general. Para afilar se sostiene en ángulo recto , con la dirección de la piedra con el bisel plano. Eleve el mango un poco , de manera que solamente toque el filo y trabaje hacia adelante y atrás con un movimiento de giro hasta que la re baba se vuelva hacia el interior. Para eli minar ésta utilice la piedra de aceite de afinar boceles, por la parte interior, manteniéndola plana . La curvatura de la piedra debe ser ligeramente más cerrada que la de la gubia. Las gubias para cortes convexos tienen el bisel por la parte interior y de be n ser afiladas con la piedra de af ina r boceles. Para eliminar la rebaba ma ntenga plana la gubia sobre la piedra y hágal a girar.
Herramientas para taladrar El berbiquí. Se puede tener un berbi quí corriente o un berbiquí de carraca. El último bien vale su coste extra ,
en parte porque permite trabajar en un rincón donde es imposible el giro completo del berbiquí, y en parte porque es ventajoso mantener la mano en una posición determinada , cuando se taladra un agujero grande, porque proporciona mayor fuerza. Para el trabajo corriente un berbiquí de 200 mm. de diámetro de giro es el más adecuado. Es bastante fácil decir cuándo el berbiquí se inclina hacia la derecha o hacia la izquierda, pero más difícil detectar si se inclina acercándose o alejándose de uno mismo. Debe aprovecharse este hecho cuando la verticalidad de un agu jero es más importante en una dirección que en otra. Por ejemplo cuando se tala dran agujeros para espigas en un larguero es claramente fatal que los agu jeros se inclinan hacia los lados , y en consecuencia es aconsejable situarse en el extremo de la madera , como se muestra en la Fig. 22. Uso del berbiquí. Varios medios auxiliares pueden utilizarse como guía, uno puede ser la escuadra colocada a lo largo de la broca . En el caso de un agujero que deba taladrarse en el extremo de una pata, pueden fijarse provisionalmente dos tiras rectas en dos caras, apoyándose de ellas como guía , tal como se ve en la Fig. 23. Otra posibi lidad es pedir a un ayudante que permanezca al lado para indicar si el berbiquí se mantiene vertical. A veces es aconsejable sostener la cabeza del berbiquí con la mano izquierda mientras se taladra, y con ella se -sostiene el berbiquí y se ejerce la presión. A veces es más conveniente sujetar la madera en el tornillo y la presión se aumenta empujando con el cuerpo contra la mano izquierda. Eso no es recomendable cuando la precisión de los agujeros es importante, porque dificulta comprobar que el berbiquí esté a escuadra con la madera.
Fig . 22. Taladrado de agujeros en montantes como preparación del mortajado.
Cuando se ha de taladrar un agujero formando ángulo, debe hacerse una guía , como la de la Fig. 24. Esta se sujeta a la madera y la broca se pasa a través de su agujero. Brocas y barrenas. Para enclavijar se utiliza siempre la barrena helicoidal. Debido a que su vástago recto en espi ral no es fácil que se desvie si se comienza adecuadamente, ya que corta de forma limpia. Además su punta de gusanillo penetra en la madera sin esfuer33
Fig . 23
CD---~ Fig . 23. Ayuda para el taladrado vertical. El berb iquí se mantiene alineado con dos varillas sujetas a la pieza de madera .
Fig . 25
Fig . 24. Forma de asegurar el taladro con un ángu lo correcto de modo que la barrena comience en la posición correcta . Fig. 25 .
Tope~
de profundidad sencillos.
Fig . 26 Broca Forstner.
zo indebido. Es sin embargo algo delicada, porque tanto el gusanillo como los labios cortantes se estropean fácilmente si tropiezan con un clavo. Para enclavijar se puede utilizar una barrena extracorta . A veces es ventajoso utilizar una broca Morse, pero con ella se necesita un utillaje, pues si no es imposible sostenerla correctamente en el punto justo. Para taladrar a una profundidad determinada se utiliza un tope. Los hay de
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a
b
metal de tipo ajustable, pero tienen el riesgo de hacer marcas en la superficie y SOA especialmente peligrosos cuando el agujero se hace en el canto, debido a la posibilidad de que la superficie rozante astille el canto de la madera. Los dispositivos sencillos de la Fig. 25 son eficaces, y no producen más señales que un simple frote. El de (a) está especialmente hecho para un trabajo concreto, mientras que el (b) es ajustable a cualquier posición, a lo largo de la espiral de la barrena.
Para agujeros ciegos o para agujeros a través de madera delgada, se utiliza la broca con punta de centraje. Para el último de los usos indicados el agujero se hace por la cara frontal, justo hasta que la punta emerge por el otro lado y entonces el agujero se termina por este lado. La broca con punta de gusanill o, tiene la ventaja de que se empuja por sí misma hacia la madera y evita la necesidad de apretar. La barrena extensible (n) (Fig. 2, pág. 13) se utiliza para agujeros de gran diámetro, ahorrándo el tener que poseer una gran cantidad de barrenas (:on puntas de centrar. Los agujeros para tornillos se taladran generalmente con la broca Morse, o la barrena helicoidal (j) (Fig. 2, pág. 12), dos o tres tamaños son suficientes para el tamaño de tornill os que se usan en general , estas brocas pueden utilizarse con espiga cuadrada para adaptarlas al berbiquí, aunque generalmente las brocas lisas cilíndricas pueden ajustarse suficientemente fuerte. Mucha gente utiliza un pequeño taladro de mano para los tamaños de brocas más pequeñas. Las barrenas de hélice simple con uñas de corte, son herramientas de taladrar rá pidas y útiles para maderas duras y correosas. No deben emplearse nunca para maderas blandas, o cerca del canto, porque son propensas a astillar la fibra. Pa ra trabajos atornillados, el avellanador espiral (h) (Fig. 2, pág . 12) proporci ona un acabado limpio. A veces es necesario agrandar el avellanado con un ova lillo de latón, y para ello se utiliza el avellanador de roseta (j). Para la rá pida introducción del tornillo y cuando tiene que hacerse una fuerza considerable, es útil emplear una punta de destornillador en . el berbiquí; es esencial que se mantenga una fuerte presión en el sentido del avance.
Como se ha indicado anteriormente, la broca Morse se utiliza para los agujeros del vástago de los tornillos. Para los agujeros de la rosca una herramienta adecuada , para los tornillos pequeños, es la lezna. Si se emplea el tipo normal redonda , el corte debe hacerse en ángu lo ' recto con la fibra. Un tipo más útil es la lenza de jaulero o lezna cuadrada ; corta bien y no es propensa a astillar la fibra , incluso cuando se usa cerca de un canto. Por otra parte tiene , más que un extremo cuadrado, una pun t a. Para agujeros de tornillo de pequeños elementos, es útil un taladro autom át ico alternativo de vástago espiral. Cuando el agujero ha de ser peque ñísimo , puede utilizarse una aguja, a la que se afila formando un filo cortante , el ojo de la aguja se rompe y elimina. Broca Forstner. Esta (Fig. 6) es una ba rrena de corte limpio que puede utiliza rse pa ra algunos trabajos imposibles de rea lizar con cua lqu ier ot ro tipo de ba rrena. Aunque tiene una pequeña punta de centraje , es gu iada por su borde circular. Es especialmente útil cuando hay que hacer un agujero profundo , sin que llegue a calar la madera . Esto es imposible con una barrena con punta de centraje, o una barrena salomónica , ya que la punta de centraje puede atravesar hasta la otra cara . Para taladrar con esta broca en una posición exacta , hay que tener cuidado S sto que la punta 1"1 saliente mínimo de centrar tiene y está rodeada por el" reborde. Para comenzar a taladrar, a veces es ventajoso dar un par de vueltas hacia atrás, de manera que el anillo corte antes de que las cuchillas comiencen a arranca r la madera a eliminar. Algunos tipos de brocas son más satisfactorias en su uso que otras. Afilado de barrenas. Las barrenas con punta de cent raje, tiene tres partes princi pales que deben sobresalir en el sigu iente orden: punta de centraje, uña
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y labio de corte , como se muestra en la Fig. 27 . Use una lima fina para afilarlas, apoyando la punta de la barrena en un taco de madera para fijarla. Es de notar que el filo de la uña forme un ángulo (Fig. 27) de tal manera que corte más que hender; éste se afila por la parte interior y es importante que el lado externo no tenga rebabas. El labio de corte se afila por la parte superior. Los cantos de la punta de centraje pueden necesitar un frote ligero ; ésta es generalmente de sección triangular.
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Fig . 27 . Detalles de la barrena con punta de centraje .
Fig . 28 . Afilado de los cortes de una barrena hel icoida!.
Las barrenas helicoidales se afilan de forma similar, pero la punta de gusan illo no debe tocarse. Si es posible se ha de utilizar una lima con un borde de segu ridad. Las uñas se afilan sólo por la parte interior y los labios de co rte po r el lado más lejano al gusan ill o, com o se muestra en la Fig. 28. Si se forma una rebaba en la parte exterior de las uñas de la barrena , debe frotarse pl ana sobre una piedra de aceite. De vez en cuando los avellanadores exigen un retoque con una pequeña lima de cola de rata y una lima plana. Para afilar las brocas Forstner, se eliminan por amolado los dientes de una lima triangula r, convirtiéndola en un rasquete de tres cortes que se utiliza actuando sólo sobre la parte interior de la barrena .
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Tres
Cepillado La madera se cepilla por dos motivos : para hacerla recta , plana y a escuadra y para alisarla . Para la primera finalidad los cepillos deben ser tan largos como sea posible en relación con la madera. Un cepillo corto puede introducirse demasiado en las partes bajas, mientras que con un cepillo largo se evita esto por su propia longitud. En el trabajo de la madera el operario usa el cepillo de desbastar o el de afinar para planear un canto o afinar una junta.
Cómo conservar y utilizar las herramientas (continuación)
Para el trabajo previo de cepillado para quitar las marcas de la sierra u otras rugosidades se usa la garlopa; ésta es suficientemente larga para no bajar sobre las superficies y, ajustando el corte suficientemente grueso , quitar rápida mente las rugosidades. De esta manera el cepillo de afinar se reserva para el trabajo más delicado y su filo dura más y siempre puede ajustarse con mayor f inura.
Fig . 1. Angulas de amolado y afilado . Fig . 2 . Afilado de un hierro de cepillo en la chai la .
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Esta es la forma de p roceder idea l; pero si no se pu ede te ner un juego de cepillos completo , se puede utilizar la garlopa lo mismo para afinar las juntas, que para las operaciones de desbaste. Si este es el caso puede encontrar que el sistema mejor, cuando hay que preparar un cierto número de piezas similares , es ajustar el cepillo ligeramente basto y elimi nar las irregularidades de toda s las piezas ; después se reajusta el cepillo (afilado si es necesario) para un corte más fino y se ajustan todas las piezas. El labrado de la madera incluye el aju star las piezas al trazado y el corte de las uniones, esto sin embargo no signifi ca que la superficie labrada haya quedado necesariamente lisa ; la fibra de la madera es propensa a astillarse si no se cepilla de la forma correcta y el cepillo ajustado para labrar no se adapta bien a esta operación. Consecuentemente se debe de utilizar el cepillo de afi nar que es de un tamaño manejable para el trabajo y que está especialmente ajust ado para evitar que las fibras se astill en. Algo m ás sobre este punt o ve rem os en el apa rtado de ajustar un ce pillo. Afilado del cepillo . Cuando se com pra un cepillo , la cuchilla (o hierro, co mo se llama generalmente) ha sido afilad a en una amoladora pero no es ut ilizabl e hasta que se le haya dado un corte real mente fino en una chaila o piedra de aceite. Si el amolado previo se hace con un ángulo más cerrado que el usa do en la piedra de ace ite , se ahorra tra bajo innecesario , ya que de esta manera solamente el extremo del filo ha de ser afinado. Esta idea se muestra en la Fig. 1. Para sacar la cuchilla en un cepillo de madera , se sostiene éste vuelto hacia abajo con la mano izquierda, introd uciendo el dedo pulgar en el alojam ie nto sosten iendo el cont rah ierro ; se golpea el taco por la pa rte t rase ra (o en el tope
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de golpear si lo tiene !. y la cuñ a y la cu chilla se deslizan así, pero no caen porque las sostiene el dedo pulgar. En el caso de un cepillo metálico solamen te es necesario levantar la leva de la palanca de hierro. Se encontrará que el contrahierro está suj eto a la cuchilla con un tornil lo. Fi jando los dos en el banco , y agarrand o el hierro por la parte no afilada, se afloja el tornillo hasta que pueda deslizarse en la ranura del hierro y pasar por el agujero. No es necesario quitar sola mente el tornillo , de hecho es mejor no hacerlo , ya que de otra forma puede pe rderse en el serrín o en las virutas. Se echan unas cu antas gotas de aceite so bre la piedra de afilar y se coloca el hierro sobre ella de tal manera que el bisel amolado descanse plano. Se leva nta la mano un poco de tal manera que sólo el extremo del filo toque la pied ra y así se da el ángulo correcto ; éste no es crítico pero si se logra el de 30 grados es casi perfecto . El ángu lo de amolado es de 35 grados (vea Fig . 1).
La Fig. 2 muestra la operación de afilado. El hierro se sujeta de forma que quede atravesado con un pequeño án gulo y se frota hacia atrás y hacia delante bien sea con movimientos rectos o co n un movimiento ovalado. Unos prefi eren uno y otros otro . Después de unas cuantas pasadas pase el pu lgar por la parte de detrás del filo ; si ha sido afilado se detectará una rebaba o rugosidad , ya que el afilado vuelve hacia atrás el filo . Cuando esto suceda se da la vuelta al hierro, se sostiene plano sobre la piedra y se frota hacia atrás y hacia delante, unas cuantas veces, para elim ina r la rebaba como se muestra en la Fig . 3. Hay que eliminar esta rebaba pues de otra forma puede ser doblada hacia atrás sobre el corte y embotar éste .
Se hace pasar el filo una o dos veces a través de un bloque de madera dura, como se muestra en la Fig. 4 . Esto eli mina la rebaba pero deja el corte un poco rugoso por lo que se acaba de afinar dándole unos pocos frotes , como en la Fig. 5, Y otra vez volviéndolo pIa no como en la Fig. 3. Por último se frota alternativamente el bisel y la trasera sobre una pieza de cuero preparada con aceite y polvo de esmeril fino. Cuando esté completo el afilado se mira el filo a la luz , el borde agudo no puede verse , mientras que un borde em botado refleja una fina línea de luz. Del mismo modo cualquier melladura se detecta como reflejos de luz. Cuando uno se acostumbra a hacerlo puede decir por la apariencia si el filo es agudo. La rebaba es una indicación de que el filo se ha vuelto , pero no permite apreciar las mellas. En los cep illos el corte debe estar ligeramente redondeado ,
Fig. 3. Volviendo la rebaba en la chaila .
Fig . 6
a
b
Fig . 4 . Qu itando la rebaba sobre un ta co de ma dera. Fig . 5 . Form a del fil o de la cu chill a (la curva est á exagerad a). Fig. 5
Fig . 6 . Cómo el afilado estre cha el bisel.
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como se muestra exageradamente en la Fig. 5, con las esquinas eliminadas. En la garlopa, como generalmente debe presentar un corte más pesado la curvatura debe aumentarse ligeramente. Después de haber sido afilado varias veces, el bisel del filo puede hacerse ancho como se muestra en la Rg. 6 (b). y ha llegado el momento de amolar la cuchilla de tal manera que no deba eliminarse demasiado metal al reafilar. Algunos trabajadores nunca vuelven a amolar la hoja a menos que se haya mellado, porque es lo suficientemente Jina y no hay que eliminar demasiado metal para afilarla. Ajuste. Para ajustar el cepillo coloque el contrahierro y rosque el tornillo de fijación hasta notar presión en los dedos. La distancia del contrahierro al filo depende del trabajo que se vaya a hacer; en la garlopa , que corta virutas gruesas, debe ser de aproximadamente 1,5 mm.; en el cepillo, que corta viru tas más finas, debe ser algo menor. Para el cepillo de afinar cuando se ajusta para trabajar maderas difíciles con vetas retorcidas , la distancia del contra hierro al filo debe ser la menor posible. Cuando se haya situado correctamente el contrahierro apriete el tornillo de fi jación a fondo. Todos los ajustes del cepillo metálico se hacen mediante el tornillo de reglaje y la palanca de ajuste lateral. Sin golpearlo nunca con el martillo. Se mira ala largo de la suela, como en la figu ra 7, con un papel blanco o un trozo de madera clara detrás. La cuchilla debe aparecer como una línea negra que disminuye de grosor hacia los lados hasta desparecer. El espesor de corte se gradúa con el tornillo trasero y el centrado con la palanca de ajuste lateral hasta que la cuchilla quede a igual distancia de los dos lados.
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En el caso de cepillos con el cuerpo de madera coloque en la ranura la cuchilla y el contra hierro sosteniéndolos con el pulgar de la mano izquierda , ajustando el espesor de corte, e inserte la cuña apretándola golpeando ligeramente con el martillo. Vuelva a mirar a lo largo de la suela y si sobresale poco la cuchilla golpéela hacia adentro, si uno de los lados sobresale más, golpee el lateral trasero de la cuchilla. Si la cuchilla sobresale excesivamente, golpee ligeramente el botón de martillar. Cuando ' todo esté ajustado apriete a ' fondo la cuña; no es necesario martillearla con gran fuerza, pues se podría deformar el cepillo. De vez en cuando las suelas de los cepillos deben lubrificarse para facilitar el trabajo. Esto es fundamental en los cepillos de metal. Un buen sistema es disponer una almohadilla de algodón ligeramente empapada con aceite de linaza sobre una pieza de madera y de vez en cuando pasar por ella el cepillo transversalmente, o frotar la suela transversalmente con cera de velas. Uso del contrahierro. Posiblemente en este punto debemos considerar mejor la finalidad del contrahierro. Este es únicamente necesario por la tendencia de algunas maderas a astillarse a causa de las ondulaciones de la veta, dejando pequeñas oquedades y levantamiento de las fibras conocidos como " repelo" de apariencia desagradable. Si la veta de la madera fuese siempre recta y pa ralela a la superficie, como en la figu ra 8 (a). no habría tendencia a astillarse . Pero, sin embargo , un árbol nunca es perfectamente recto y es inevitable que la sierra que corta las tablas corte la fibra de través en algunas partes y se tiene entonces la veta con inclinaciones u ondulaciones. En (b). por ejemplo la veta forma ángulo con la superficie; si se cepilla en la dirección indicada por la flecha no se producirá repelo, pero si se
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d ~ ~~~ :_~] Fig . 7 . Obse rvación de la cuchi ll a mirando a lo la rgo de la suela .
cepilla en sentido opuesto , como en (c) será inevitable el repelo . Empieza por formarse una grieta , pero la viruta levantada es llevada hacia arriba por la cu chilla, arrancada y rota y lo mismo se repite una y otra vez hasta que se alcan za el final de la madera . El defecto , como puede verse , es debido a que el filo no corta continuamente porque la grieta se forma delante de él. Sólo cuando el filo de la cuchilla alcanza la astilla la corta y por ello la viruta es arrancada en mayor o menor grado. Si , por el contrario, la viruta se rompe inmediatamente después de ser levantada pierde su resistencia y la grieta no se desarrolla. Esta es la finalidad del contrahierro , romper la viruta lo más pronto posible después de que es levantada.
La idea se presenta en la figura 9 . Cuanto más cerca está el contrahierro del
Fig. 8. Forma en que la veta afecta a la dirección del cepillado .
filo antes se rompe la viruta , y menos tendencia se presenta al repelo de la veta . Las cosas se facilitan , también , siendo la boca del cepillo pequeña ; la figura 10 muestra como esto limita el levantamiento de la viruta , incluso cuando no hay contra hierro , producien do su rotura antes que si la boca fuese demasiado ancha. El hecho de que el cepillo de afinar se use solamente para cortar virutas finas también ayuda , en cuanto las virutas finas tienen menos resistencia que las gruesas y se rompen antes o se doblan hacia afuera. Puede comprobarse , sin embargo, que el ajuste cerrado del contrahierro tiene la desventaja de ofrecer más resistencia al movimiento del cepillo. Es pues una cuestión de compromiso, el contrahierro se ajusta más atrás para virutas medias o gruesas a costa de aumentar la tendencia al repelo.
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En el caso de la madera presentada en la figura 8 (c), la solución más simple es darle la vuelta y cepillar en el sentido indicado en 8 (b), y siempre se ha de proceder así mirando la direccion de la veta antes de cepillar. A veces hay poca diferencia , como en el ejemplo de (d), en cuyo caso siempre habrá partes a repelo, cualquiera que sea el sentido en que se cepille. Otro caso difícil es aquel en que la veta se presenta en bandas continuas, como en algunas clases de caoba, quedando unas lisas y otras a repelo ; si se cepillan en senti do contrario sucede al revés.
Empleo del cepillo. Generalmente cuando se cepilla la madera ésta descansa sobre el banco y el tope de cepillar levantado impide que se mueva. Sin embargo hay que tener ciertas precauciones; el tablero del banco con frecuencia no es plano y el peso del cepillo y la presión ejercida para el cepillado pueden doblar la madera. Esto puede no ser importante cuando se trata sólo de alisar, pero no puede impedir la precisión del trabajo de acabado a medida. En la figura 11 , en (a) por ejemplo , debido a la concavidad del banco , la madera se dobla hacia abajo con la presión y con toda probabilidad el cepillo dejar~ de cortar cuando pase por el centro de la madera . En (b) la superficie del banco es una curva convexa y como consecuencia el extremo más alejado de la madera se levanta al comenzar a cepillar y todo el conjunto es proyectadO hacia adelante. Las dos ilustraciones son exageradas pero muestran la idea. Corrientemente el mejor sistema es emplear un tablero de cepillar perfectamente plano y colocar la madera sobre él. Este tablero es cualquier pieza de madera perfectamente planeada que sea algo más larga que la pieza a cepillar. Un par de tornillos introducidos parcial mente en el extremo más alejado sirven de tope; cuando éstos no son deseables
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Fig. 9
Fig . 10 Fig. 9 . Forma en que la cuchilla produce el repe lo. Fig. 10. El contrahierro impide a la veta astillarse.
porque pueden marcar la madera, se retiran y se substituyen por una pieza transversal de madera atornillada sobre el tablero 'c omo se muestra con la línea de puntos en (c) figura 11. Incluso cuan do se emplea tablero de cepillar o la superficie del banco es plana, es corrientemente una ayuda colocar una viruta debajo de la parte central de la madera especialmente si se trata de una pieza delgada. A veces si una pieza grande de madera puede moverse mientras se cepilla, puede ayudar a fijarla enyesar la superficie del banco o espolvorear yeso.
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b Torn ill os ligeram ent e sobresalientes
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Fig . 11 . Cepi llado de la madera sobre el banco . a) El hueco en la supe rficie del banco dificulta el cepillado. b) El banco abombado hace que se levante el extremo. e) Tablero de ce il lar.
La dificultad corriente co n que se encuentra el principiante es la ten dencia a redondear la superficie , especialmente en los extremos. Para evitarlo siga el sistema que se muestra en la figura 12. Al comenzar la carrera presione bien en la parte delantera del cepillo y al llegar al extremo más lejano pase la presión a la parte trasera. Después de un tiempo se encontrará que el proceso será prácticamente automático.
Comprobación del alabeo. Actualmente mucha madera se compra cepillada a
medida y no requiere mucho más que un alisado para acabarla después de cortarla a medida, ensamblarla , etc. Sin embargo , cuando está en bruto la madera debe ser verificada para com probar si su forma es correcta, y esto significa que debe estar recta a lo largo, plana a la ancho y libre de alabeo. Para comprobar la rectitud se utiliza la regla , pero para comprobar el alabeo son necesarias las entreguardas. Una verifi cación rápida puede hacerse mirando a través la superficie como en la figura 13 ; cualquier alabeo importante puede apreciarse enseguida. Para realizar una
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Fig . 12. Forma de presionar al cepillar una ta bla.
comp robación más precisa deben em plearse las entreguardas; si la madera está correcta el borde superior de la en treg uarda más cercana al observador aparecerá paralela a la línea de apoyo de la más lejana. La figura 14, muestra la forma de usar las entreguardas.
Para corregir una superficie alabeada trabaje con el cepillo diagonalmente entre una y otra de las esquinas levantadas, como se muestra en la figura 15. El mismo cepillo puede emplearse como regla; apoyándolo sobre la superficie formando un cierto ángulo da una idea rápida sobre la planitud de ésta.
Fig. 13. Comprobando si la tabla está alabeada .
Cepillado de cantos . Para cepillar un canto el cepillo se sostiene en la forma que se muestra en la figura 16. Observe como los dedos de la mano izquierda se sitúan bajo la suela y rozan el costado de la madera. Esto actúa a modo de guía de modo que el cepillo sobresalga del canto por igual a lo largo de toda la carrera. Tal cosa es importante porque el trabajo correcto permite corregir el escuadrado de un canto que no esté a escuadra. La idea se muestra en la fi gura 17. La viruta es más gruesa en el centro de la cuchilla que a los lados, debido a la ligera curvatura del filo. Cuando un canto esté fuera de escua dra, el cepillo se deja sobresalir más por el lado más alto; la suela del cepillo debe mantenerse plana. Nunca intente corregir un canto balanceando el cepillo. A veces un canto está a escuadra en un extremo y fuera de escuadra en el otro , o fuera de escuadra en ambos, pero en
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Fig . 14. Comprobación del alabeo usando entreguardas.
Fig .
19'
Cómo cepillar la madera alabeada .
Fig . 16. Cepi llado de un canto.
sentido opuesto. Comience la pasada con el cepillo hacia el lado más alto y desplácelo gradualmente levantando los dedos de la mano izquierda de forma que la suela se pase hacia el otro lado al acabar la pasada en el extremo final , como se muestra en la figura 18. La fi gura 19 muestra como se comprueba el escuadrado del canto en varias posiciones a lo largo de la pieza. Para comprobar que un canto es recto se usa la regla. Esto es innecesario cuando se cepilla una junta , porque las dos piezas se trabajan a la vez. Un buen método de trabajo para cepillar un can to recto es usar el garlopín y cortar virutas del centro de la pieza hasta que el cepillo deje de cortar. Siga cortando una viruta recta a todo lo largo . Por este sistema un cepillo que tenga la suela plana puede cepillar bastante recto un canto considerablemente más largo que él. Los cantos de tablas de 12 mm . o más de grueso pueden cepillarse en el tornillo de esta manera . Sobre maderas más delgadas el cepillo puede tender a balancearse y es aconsejable utilizar el soporte de cepillar o tirador
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Fi g . 17. Forma en que varía el espesor de la viruta a través del ancho del cepillo.
Soporte de cepillar o tirador. Este útil se muestra en la figura 20 y se usa para cepillar cantos rectos. La madera descansa sobre la plataforma superior y el cepillo se apoya de lado en la plata forma inferior. El costado del cepillo debe , naturalmente, estar a E1~Fuadra con la suela si ha de cepillarse el canto a escuadra. Puesto que el cepillo hace el canto recto en virtud de la precisión de su propia suela, la madera se sostiene de forma que sobresalga unos 3 mm. de la plataforma superior. Se cortan virutas de la parte central hasta que el cepillo no corte después de lo cual se cortan un par de virutas a todo lo largo. En el caso de una junta a tope una de las piezas se cepilla con la cara hacia arriba y la otra al revés; de esta forma si el cepillo está ligeramente fuera de escuadra los ángulos de los cantos se com pensan entre sí. La forma de usar el soporte de cepillar para igualar la testa de una pieza de
Borde alto
Fig .
Fig. 18 Corrección de un canto fuera de escuadra en uno o los dos extremos. Fig. 1 9 . Comprobación del escuadrado de un canto con la escuadra en varias posiciones a lo largo de la pieza .
46
Fig. 20 Cepillando un canto en el t irador o soporte de cepillar.
madera es algo diferente. En este caso el cepillo se apoya en el canto de la pla taforma superior y la pieza se apoya contra el tope con suficiente fuerza para mantenerla en contacto con la suela del cepillo, como en la figura 21.
Orden en el cepillado. En todas las operaciones de cepillado debe seguirse un orden determinado. Primero se cepilla correctamente una cara y se cepilla un canto a escuadra con ella. Estos se denominan lado de cara y canto, a escua dra con ella. Se marcan como se muestra en la figura 22 y todo el trazado posterior se realiza partiendo de ellos. Por ejemplo la escuadra de trazar se apoya por el talón sobre uno de ellos o el gramil se usa con el tope deslizándose contra la cara o el canto cepillados. Hay excepciones a esta regla pero se emplea
Fig. 21 . Alisando una testa en el tirador.
línea de gramil
Fig. 22 . Marcas de identificación de cara y can to. Fig. 23. Orden de cepillado de los cantos de un tablero.
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Fig . 24 . Tendenc ia de la ve t a a astill arse y f orm as de evita rl o.
Fig . 25. Afin ado con un cepi llo de afinar m et álico .
en la mayo ría de los casos. Cua ndo la madera se ha obten ido cepillada a m áquina puede comprarse ya a un espesor uniforme ; en caso contrario debe ajustarse al gramil al grosor deseado y marcar ambos cantos partiendo de la cara . Cuando la madera es ancha , también deben calibrarse los extremos. La an chura debe calibrarse en cualquier caso como en la figura 22 . Cuando hay que cepillar los cantos de un tablero ancho debe hacerse siguien do el orden señalado en la figura 23. Esto permite cortar las esquinas con un cierto ángulo para prevenir el astillado . El cepillado final de (4) elimina las esquinas cortadas. Este sistema de cortar las esquinas para prevenir el astillado se ilustra en la figura 24, (a) muestra como una esquina es susceptible de astillarse, mientras en (b) se muestra la esquina eliminada . Cuando la madera no es suficiente ancha para cortar las
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Fig. 26. Vista en sección de un cepillo de afinar sobre un soporte de cepillar ingletes.
esquinas, puede colocarse un taco, con un gato, en la parte trasera como en (c) . Otro sistema consiste en cepillar la mitad desde cada extremo , como en (d) . Esto se aplica igualmente al caso de trabajar sobre el tirador.
Afinado . Puede verse que la garlopa se emplea para el cepillado previo de la madera basta y el garlopín y su com pañero pequeño el cepillo de alisar para labrar a medida las piezas. En esta fase todo el trazado se ha realizado ya , se han pre parado las juntas y ensambles. Sin embargo antes de que el trabajo pueda montarse , algunas piezas deben afinarse finalmente y para ello se utiliza el cepillo de afinar. El mismo cepi llo se emplea pa ra afinar tableros de mesa y piezas simila res, puertas con bastid or, etc. En la actualidad se emplea co rrientemente el cepi llo metálico aju st able . Es una he rram ienta extremadamente maneja ble para el trabajo general de banco, la fi gura 25 mu estra uno de los antiguos modelos de cepillo de afinar metá lico usánd ose en el afinado de una superficie. Ot ro pequeño cepillo extremadamente manejabl e pa ra ajustar pequeñas piezas es el que se mu estra en sección en la figura 26. Es especialmente manejable
para alisar los ingletes de pequeñas molduras y piezas similares por lo pequeño de su boca . Los cepillos grandes de banco tienen el bisel del hierro ha cia atrás de modo que , aunque la boca sea pequeña por si misma , hay una abertura detrás de ella y el extremo de una pieza delgada pueda caer dentro de ésta haciendo imposible un trabajo cuidadoso. Este cepillo tiene el bisel de la cuchilla hacia arriba lo cual reduce necesariamente la abertura , como se muestra en la figura 26.
Cepillos para usos especiales Cepillo para rebajes. El tipo general mente más útil es el metál ico ajust able con una guía móvil. Una vez ajustado pueden realizarse con él cualquier núm ero de reba jes de las mi smas dimensiones. Un tope de profund idad asegu ra el que deje de cortar cuando se alcanza la profundidad requerida .
Al lado derecho hay ajustada una uña o cuchilla , pero sólo se utiliza para tra bajar a contra hilo ; su final idad es cortar la veta al través para que no se astille . En este caso es necesario pasar el cepillo hacia atrás con una suave presión un par de veces antes de usarlo de la manera normal ; de lo contrario la veta no se cortaría al t ravés lo suficiente. Como la uña corta algo más profunda mente , es necesario parar el rebaje aproximadamente un milímetro justo antes del final y acabar con la uña reti rada o vuelta a una posición neutra . Algunos prefieren el guillame . Este no t iene gu ía y para comenzar el cepillado los dedos de la mano izquierda se mant ienen bajo la suela para mantenerla equ id ista nte del borde . A vece s es más conveniente fijar una regla a la pieza , para que actúe como guía. Como no
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tiene uña es esencial hacer un corte de sierra cuando hay que trabajar a contrahilo, de lo contrario la veta se astillará inevitablemente.
La figura 27 muestra la realización de un rebaje con un cepillo metálico. Comenzar por el extremo más lejano quitando una o dos virutas cortas; luego en cada pasada sucesiva llevar el cepillo un poco más atrás hasta arrancar la viruta de toda la longitud, de este modo no es tan probable desviarse del borde. En cualquier caso es importante mantener una presión fuerte hacia abajo. La cuchilla debe sobresalir un punto por el lado de la madera - no más que el grosor de un papel fuerte- a menos que esto no sea así es posible que el cepillo se desvíe hacia afuera un poquito en cada pasada, lo que se traducirá en un rebaje que no estaría a escuadra. Fig. 27. Trabajando un rebaje con un cepillo metálico de rebajes.
Fig. 28. Uso típico de un cepillo de espaldones de ensambles. Es especialmente útil para trabajar de testa .
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Cepillo de espaldones de ensambles. Aunque es una forma especial de cepillo de rebajes , se utiliza más que para rea-
lizar rebajes para afinar. Es especialmente valioso para afinar la madera en las testas. Ya que los espaldones o apoyos anchos de los ensambles han de cepillarse con él, de aquí su nombre. El hierro tiene el bisel hacia arriba y esto significa un soporte cerrado práctica mente hasta el filo. Se ajusta siempre para cortar muy fino ya que su finalidad es únicamente la de afinar. Es importante que el hierro esté ajustado a escuadra, porque aunque generalmente puede golpearse ligeramente la parte superior del hierro si no está correcto , esto hace que el costado de la cuchilla se incline desigualmente de forma que el cepillo no se puede apoyar correctamente en su costado. La figura 28 muestra una operación típica, la de ajustar una junta de inglete con lazos ocultos. Cepillo de cuchilla al frente. También es otra forma de cepillo para rebajes , pero el filo del hierro se encuentra cerca del frente del cepillo de forma que puede trabajar muy próximo a un rincón . Además de esto , también es una pequeña herramienta valiosísima para el trabajo en general y con frecuencia es más adecuado para usarlo en lugar del cepillo de apoyos para ensambles. La figura 29 muestra su uso. Existen tam bién en un tipo muy estrecho.
Fig , 29 . Utilización de un cepillo de cuchilla al frente.
Fig . 30. Cepillo de costado para rebajes.
Cepillo de costado para rebajes. Este no es necesario con frecuencia , pero cuando se necesita es verdaderamente necesario. Un ejemplo de su uso es en sanchar una ranura para encajar en ella estantes chapeados. Obviamente estos últimos no pueden cepillarse para adel gazarlos. El cepillo de costado para rebajes es la única herramienta que puede emplearse para ensanchar la ranura . Este se muestra en la figura 30. Cepillo curvo. En la figura 31 se muestra un tipo metálico con la suela flexible. Puede utilizarse para curvas cóncavas
Fi g. 30
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Fig . 31. Cepillado de una superficie curva con el cepillo curvo.
y convexas. Aunque está provisto de un contrahierro debe ser utilizado lo más posible a favor de la veta. Solamente pueden cepillarse curvas circulares. Para ajustarlo se sostiene el cepillo sobre la pieza de madera serrada y se hace girar el tornillo de ajuste hasta que la suela toma la forma aproximada. Para las superficies cóncavas la suela debe tener una curvatura algo más cerrada y casi plana para formas convexas. Cepillo acanalador o guillame. Existen muchas variedades de estos cepillos , tanto metálicos como de madera. Hay acanaladores metálicos de muchas formas, desde el sencillo guillame pequeño con tres tamaños de cuchilla de aproximadamente 6 mm. de ancho hasta el acanalador m últiple. Este último puede labrar ranuras prácticamente de cual quier ancho, aunque para las muy an chas es corriente utilizarlos en dos veces,
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reajustando la guía para ensanchar la ranura : esto es especialmente necesario cuando se cepillan maderas duras. El acanalador puede usarse también para cepillar rebajes , aunque para este trabajo es más apropiado el cepillo de rebajes de la figu ra 27 . Para ajustar el acanalador se coloca la cuchilla con el saliente adecuado, se fija la guía a la distancia requerida del canto de la pieza y se ajusta el tope de profundidad de ranura deseada. La figura 32 muestra la utilización de un acanalador Record 044C. Cualquiera que sea el tipo de cepillo utilizado se comienza dando uno o dos cortes cortos en el extremo más alejado de la pieza y se va retrocediendo el inicio del corte un poco en cada pasada hasta llegar a cortar toda la longitud de
Fig . 32 . Uso del cepillo acanalador Record (044C) .
la ranura. De esta forma el guillame corre por la ranura que ya ha hecho y se evita el que pueda desviarse del canto . En cualquier caso se debe mantener una presión firme hacia abajo. Las herramientas anteriores sirven sólo para labrar ranuras rectas. Cuando hay que hacer una ranura en un canto curvo es de valor inapreciable el cepillo Technikos de la figura 33. Tiene dos cuchillas opuestas y cuando se necesita una ranura de ancho excepcional pueden ajustarse al ancho requerido. Está provisto de una guía estrecha para seguir la curva y un tope para ajustar la profundidad . Con él pueden labrarse ranu ras curvas en un plano horizontal o vertical.
Cepillo de fondos o guimbarda. El tipo metálico con cuchilla ajustable es el más ampliamente utilizado en la actua-
Fig. 33. Trabajando una ranura sobre un canto curvo con el guillame Technikos. Las dos manos se emplean normalmente sobre la herramienta , pero aquí se ha bajado la mano izquierda para mostrar el detalle.
lidad, puede ser de boda abierta o cerrada. La cuchilla es acodada y su filo casi horizontal de modo que corta fácilmente . De otra parte es propenso a astillar la madera con veta complicada y además no puede emplearse en huecos rebajados cuya longitud sea inferior al doble de la de la parte acodada de la cuchilla; esto se ve claramente en la figura 32. El uso de esta herramienta se muestra en la figura 35. El antiguo cepillo de fondos de diente de vieja se utiliza aún debido a que puede emplearse en espacios mucho más cerrados (ver figura 34) y no es tan propenso a astillar la madera ya que su acción es más un tipo de rascado en vez de corte.
Cepillos para molduras. Actualmente tienen un uso muy limitado ya que la mayoría de las molduras son hechas a máquina . Sin embargo se usa un pequeño cepillo redondeado para lat)rar 53
Fig . 34. Secciones de cepillos para fondos (gu imbardas) : a) metálico y b) de madera .
concavidades ; carece de guía y el ángulo con que se sostiene es cuestión de apreciación. Los dedos de la mano izquierda puestos bajo la suela actúan a modo de guía . Para hacer una canal en un canto primero se hace un chaflán con el cepillo plano. Otros tipos de cepillos para molduras especiales están provistos de una guía que se mantiene apretada contra el canto de la madera. Algunos deben sostenerse formando un ángulo determinado; lo cual puede determinarse por el elemento de guía el cual debe quedar vertical mientras se usa el cepillo.
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Fig . 35 . Uso del cepillo para fondos Stanley.
Cepillo dentado. Este cepillo, mostrado en (q), figura 1, p. 11 , se utiliza para dar rugosidad a las superficies que deben ser chapeadas y a algunas juntas anchas que hayan de encolarse. Su cu chilla , que es prácticamente vertical, tiene una serie de entallas en la cara lo que produce un filo provisto de dientes parecidos a los de una sierra . Además de proporcionar una superficie adecuada para el encolado , elimina las faltas de planitud dejadas por el cepillo corriente . Su uso se muestra en la pági na 155.
Cuatro
Mantenimiento y uso de las herramientas (Continuación) Fig . 1 . Empleo del corcho de lijar con papel de lij a.
Herramientas de uso general Martillo. El tipo más útil para el trabajo en el taller y en ebanistería es el modelo Warrington o Londres (ver p. 14), tiene la pena trasera horizontal que se utiliza para iniciar el clavado, para frotar tiras incrustadas, etc. Un peso útil (incluyendo el mango) es el de aproximadamente de 300 gramos. Para clavos muy pequeños es valiosísimo el martillo de modelista de aproximadamente 170 gramos. El martillo de orejas es poco útil para la ebanistería; es más usado por los carpinteros para quienes resultan , útiles las orejas para arrancar clavos ; un buen tamaño de éste es el de 750 gramos. Tome el martillo por el extremo del mango para aprovechar la ventaja del efecto de palanca que produce. Mire siempre al punto que golpea . Así, si se utiliza un botador mire a su cabeza , no al extremo con que se presiona sobre el clavo. Botadores y tenazas . Los botadores o punzones para asentar clavos son necesarios para introducir los clavos más allá de la superficie de la madera. El tipo generalmente más útil es el de punta cóncava , que evita la posibilidad de resbalar fuera de la cabeza del clavo , aunque para tachuelas de entarimados y otros clavos forjados se use más un punzón cuadrado. Las tenazas son necesarias y es preferible un par suficientemente grande. Cuando se usan es conveniente colocar bajo ellas un trozo de madera inservible o una cuchilla para evitar dañar la su perficie.
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Maza. Un tamaño adecuado para todo uso es el de 180 mm . de cabeza cuyo 55
peso es del orden de 1 Kg. Aseg úrese de que el mango és cónico y se ajusta a la cabeza mediante una cuña para prevenir el que se suelte. Destornilladores. Se necesitan por lo menos dos, y preferentemente tres. El mayor debe ser adecuado para tornillos del 12 al 16 y tener una longitud de 250 a 300 mm. (e, pág. 14). Para tornillos del 8aproximadamente se necesita un destornillador más pequeño; el grande no encajaría en la ranura y sobresaldría por los lados. El más pequeño de los destornilladores se necesita para fijar bisagras pequeñas, etc., es decir para tornillos del 4 a 6. Un tipo excelente es el de trinquete (f, pág. 15), que puede usarse con una sola mano mientras con la otra se sujeta la puerta o cualquier otra cosa ; sólo se necesita girarlo hacia adelante y atrás alternativamente sin variarlo de posición. El agarradero para los dedos es
también una disposición útil permitiendo dar una o dos primeras vueltas mediante el pulgar y los dedos mientras el resto de la mano reposa simplemente ejerciendo presión. Para los tornillos más pequeños es utilísimo el destornillador largo y delgado de electricista (g, pág. 15). Martillo de chapear. Suele construirse en el taller. Se usa para desplazar la cola de debajo de las chapas. Consiste en un taco de madera con un mango en ángulo recto (ver s, pág. 15); en una ranura , en el taco, se introduce ajustada una tira de latón con el canto exterior recto y redondeado en sentido transversal. Las dimensiones exactas no son importantes ; la tira de latón puede ser de 150 a 180 mm . de largo. Corcho de lijar. Se utiliza siempre para lijar superficies planas, figura 1. Su uso evita que se redondeen o maten las esquinas y cantos. Empléelo siempre si-
Fig . 2 . Dirección en que se usa el papel de lija en un panel en cuartos : es imposible seguir la dirección de la veta. Fig. 3 . Lijado en una junta .
a
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b
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r
guiendo la dirección de la veta , en línea recta . El frotar a través de la veta o en forma circular produce rayas de mal aspecto y da lugar a manchas formando trozos desiguales. A veces es inevitable ; en un panel chapeado en cuartos, por ejemplo, es imposible seguir la veta y el único sistema es evitar la lija gruesa y trabajar a lo largo del panel según se muestra en la figura 2 . Otro caso que requiere una solución de compromiso es el caso de un armazón de puerta. Primero se lija a través de la junta, como en (a) figura 3, donde será inevitable trabajar a través de la veta; sin embargo si el lijado se hace después paralelo a la junta (b) eliminará las rayas hechas previamente. Para lijar molduras es necesario preparar pequeños frotadores de madera con la forma inversa de la sección de la moldura , como se muestra en la figura 4 ; a no ser que se haga así los cantos pue-
den deformarse. En cualquier caso este es el único sistema que permite ejercer dicho grado de presión .
Portacuchillas. Existen de madera y metálicos. Estos últimos son similares a los cepillos tanto en el ajuste como en el afilado de la cuchilla. Como las cuchi llas son cortas se montan en un soporte con una ranura en él. Pueden así manejarse como una cuchilla de cepillo. La figura 5 muestra el uso de esta herramienta. Para afilar las cuchillas un sistema consiste en sujetarlas en un torni llo de mano o de banco y trabajar al bisel con un piedra de aceite de afilar gubias; otro sistema es utilizar la piedra de aceite o chaila como se muestra en la figura 6. Por regla general , la herramienta trabaja mejor si no se intenta eliminar la rebaba del afilado.
La cuchilla se sostiene simplemente por la fricción de las espigas, que están inclinadas en una u otra forma para pro-
Fig. 4 . Tacos utilizados para lijar molduras .
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Fig. 5. Utilización del portacuchillas metálico .
porcionar el ajuste necesario. Después de un uso prolongado las espigas se aflojan y la cuchilla tiende a soltarse. Se pueden colocar tornillos de cabeza redonda con las puntas cónicas, como se muestra en la figura 7. La figura 8 muestra el uso de la cuchilla con soporte de madera. Está claro que la cuchilla no puede al canzar rincones agudos como el indicado con (X) en la figura 9 y éstos deben trabajarse con la lima, acuchillados después con la cuchilla de ebanista y lijados finalmente. De igual forma las curvas cóncavas de pequeño radio tampoco pueden alcanzarse con el portacuchillas (Y), por lo que pueden necesitarse una pequeña lima de media caña o de cola de rata.
Urna y escofina. La lima se usa con un movimiento compuesto, como se mues-
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tra en la figura 10 ; mientras se empuja hacia adelante se hace girar parcialmente. De esta forma quita las marcas y señales de sierra . A su vez deja rayas de lima que se eliminan por acuchillado. Cuando hay que eliminar bastante madera es más rápido comenzar con la escofina , cuya superficie de corte más vasta elimina las desigualdades más rápidamente. Se sigue con la lima que debe tener una curvatura algo más cerrada que la curva que se trabaja.
Raspadores. Estos tienen usos análogos a los de la escofina y la lima y tienen la ventaja de no ser propensos a embotarse gracias a los agujeros abiertos entre los filos de corte. Se fabrican de varias formas : planos, curvos y circula res. Su valor principal se encuentra en el trabajo de eliminar rápidamente la madera sobrante y en el trabajo de materiales abrasivos como el tablero de
Fig . 6 . Af ilado de una cuc hill a para portacuc hill as de madera .
viruta aglomerada , etc. Su uso se muestra en la figura 11 .
Cuchilla de ebanista. Independientemente de lo cuidadosamente que se cepille una superficie , el cepillo deja algunas señales. Además algunas maderas forman repelo cualquiera que sea la dirección del cepillado. La única forma de eliminar estos defectos es emplear la
Fig. 7 . Cu chill a floja sujeta con tornillos.
Fig. 8. Acabado de un canto cóncavo con el portacuchillas de madera .
cuchilla de ebanista. Una dimensión manejable es la de 150 mm., con un espesor de 1,2 mm . Un espesor menor se caliente enseguida y se hace penoso manejarla. Una cuchilla más gruesa es poco flexible y más cansada de usar.
La figura 12 muestra el manejo de la cuchilla. Se empuja hacia adelante con los pulgares, mientras los dedos de los extremos la doblan ligeramente hacia atrás. De esta manera el filo queda ligeramente curvado y la parte central es la que toca la madera. Nótese que se inclina hacia adelante con un cierto ángulo, la inclinación exacta depende de la forma en que esté afilada. La inclinación más efectiva se determina probándola. La cuchilla debe levantar virutas muy finas y no simple polvo. La parte más difícil del acuchillado es el comienzo en el canto más próximo; el
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Fig. 9
Fig. 9. Dirección en que se usa el portacuchillas . Fig . 10 Fig. 10. Movimiento compuesto de una escofina o una lima sobre una curva .
Fig. 11. Afinado de un canto de un material abrasivo con un rascador.
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Fig. 14. Limado del filo de la cuchilla.
Fig . 12. Acuchillado de una superficie con la cuchi lla de ebanista . Fig. 15. Acabado del filo sobre la chaila o piedra de aceite.
Fig . 13. Forma de iniciar el acuchillado en el canto de la madera .
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Fig. 16. Frotado de los lados de la cuchilla sobre la chaila.
Fig. 17. Aplanando los lados con la gubia o el bruñidor. Fig. 18. Forma de volver el filo con la gubia o el bruñidor.
Fig. 19. Cepillo de acuchillar.
mejor sistema es sostener la cuchilla formando un ligero ángulo como en la vista en planta de la figura 13. De esta forma una parte de la cuchilla descansa siempre sobre la madera y no hay ninguna dificultad en comenzar el corte.
Afilado de la cuchilla de ebanista. Para afilar la cuchilla se sujeta en el tornillo y se lima el canto recto y a escuadra con una lima fina, eliminando cualquier
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curvatura que se .haya producido en el canto, ver figura 14. Para eliminar las marcas de la lima se sujeta la cuchilla con un trapo y se frota sobre la piedra de aceite o challa , cambiando la dirección del movimiento para igualar el desgaste de la piedra. Algunos prefieren trabajar sobre el canto de la piedra apoyando contra la caja soporte de ésta, como en la figura 15. En los cantos se forma una pequeña rebaba que se elimi-
na frotando ambos lados de la cuch illa de plano sobre la chaila , como en la figura 16. El canto de la cuchilla queda así listo para volver el filo . Sujete la cuchilla plana sobre el banco, a unos 5 mm. del borde y pase sobre el filo una o dos veces una herramienta de acero duro , tal como una gubia , como en la figura 17. Tenga cuidado de no engancharse los dedos con la gubia. Existe un útil redondo especial para esta operación conocido como bruñidor. Adelante la cuchilla hasta que sobresalga unos 5 mm. del borde . Humedezca el lado de la gubia en la boca y , sosteniéndola formando un ligero ángulo , pásela a lo largo del canto de la cuchilla, primero en un sentido y luego en el opuesto, presionando fuertemente, como en la figura 18. Esto produce un resistente filo vuelto. Algu nos prefieren sostener la cuchilla verti calmente y mover la gubia hacia arriba . Después de un cierto tiempo de uso el filo se embotará . Puede restaurarse al gunas veces aplanándolo, como en la figura 17 y volviéndolo de nuevo , como en la figura 18. A veces, sin embargo , esto no logra un filo satisfactorio y es necesario utilizar nuevamente la lima y la gubia. En ciertos casos es útil el cepillo de acuchillar o portacuchillas, figu ra 19, especialmente para maderas con vetas duras y blandas. Mientras que la cuchilla de ebanista tiende a hundirse en las partes blandas del veteado , el cepillo evita esto. La cuchilla del cepillo se lima y
afina a 46° aproximadamente y el filo se vuelve en forma de gancho como un bruñidor. La cuchilla se sujeta vertical mente en el tornillo y el bruñidor se mantiene plano sobre el bisel y en pa sadas sucesivas se va llevando hasta una posición que forme un ángulo de 15° con la horizontal. Para colocar la cuchilla , el cepillo se coloca en un tablero plano con los tornillos de fijación totalmente flojos. La cuchilla se deja caer en la ranura de alojamiento, en la que debe llegar hasta la madera por su propio peso. Se aprieta entonces los tornillos de fijación y se aprieta el tornillo de ajuste de la parte posterior, esto hace que la cuchilla se curve ligeramente y sobresalga bajo la suela.
Piedra de aceite y piedras de aceite de afilar gubias. Actualmente las piedras de aceite de productos artificiales tales como la India , Carborundum y Unirundum se usan con preferencia a las piedras naturales, debido a la uniformidad de su calidad y su efectividad de corte . Se pueden obtener de tres granos : grueso, medio y fino también en formas combinadas. Para la chaila empleada en ebanistería es recomendable el grano fino; se usa un aceite ligero y se limpian después de usar y debe prepararse una caja para alojarla y guardarla en ella pues se rompe con facilidad. Se necesitan una o dos piedras de aceite para afilar gubias y es recomendable escoger las de sección en disminución ya que con ellas se logran filos de distintas curvaturas.
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Cinco
Reglas, gram ¡les, compases, escuadras, falsa escuadra, entreguardas Estos útiles son de la mayor importancia ya que es imposible un trabajo de precisión a menos que la madera esté correctamente ajustada.
Mantenimiento y uso de las herramientas (continuación)
Regla graduada. Para el trabajo general en el banco es conveniente la regla de 1 metro, aunque se tiende a sustituirla por la cinta métrica flexible de acero que tiene las ventajas de extenderse a una longitud mayor a la vez que ocupa muy poco espacio cuando se enrolla. El tipo con medidas métricas e inglesas tiene ciertas ventajas. Coloque siempre la regla de forma que el borde con la graduación esté en con t acto con la madera.
Fi g . 1 . Forma correcta de medir el grueso o el an cho de la madera. Fig . 2 . Medición de una distancia exacta a lo largo de un tablero.
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Así en la fi gu ra 1 la regla está sobre el canto y no hay duda sobre la medida, como sucedería si la regla estuviese plana , en cuyo caso la med ida pu ede aparecer variable según se m ire la madera desde la derecha o desde la izquierda . Esta ilustración sirve también para mostrar cómo se mi de el espesor o el ancho de una pieza ; f íjese en que la medida no se toma desde el extremo de la regla , sino desde una de las divisiones. Es mucho más f ácil apreciar cuando el canto de la madera est á en coincidencia con una divis i ón que en coincidencia con el extremo de la regla. Flexionando el pulgar de un modo u otro puede hacerse deslizar la reg la las más diminutas dist ancias y la medida exacta puede tomarse con fac ilidad. En cualquier caso el pulgar act úa como una gu ía y mantiene fi ja la reg la.
La misma idea se sigue en la fi gura 2 en la que se está marcando una distancia exacta. En vez de situa r el ext re mo de la regla en la marca , se utiliza la graduación del primer cent ímetro (10 mm.). Luego al medir la distancia se añaden 10 mm . Si por ejemplo la dist ancia a marcar es de 200 mm ., la marca se ha ce en coincidencia con la graduación de 210 mm. de la regla . Otro sistema es colocar un taco de madera exacta-
mente sobre la marca y poner el extremo de la regla contra él; este mismo sistema puede seguirse cuando se ha de tomar la distancia desde el canto de la madera , como en la figura 3. Todos estos sistemas se emplean para trabajos de gran precisión, pero son innecesarios para mediciones aproximadas.
La regla se usa con frecuencia para tra zar una línea de lápiz paralela a un canto, como en la figura 4. Aunque no proporciona la gran precisión de una línea de gramil, el sistema es suficien temente adecuado para, por ejemplo, marcar un tablero para serrarlo. Algunas veces el sistema de calibrar con los dedos de la figura 5 puede usarse para trazados bastos. Bastante más preciso es utilizar un trozo de madera entallado como en la figura 6 ; éste es especialmente útil para chaflanar, cuando las marcas del gramil pueden ser difícilmente visibles. Otro uso eventual de la regla es el trazar la división en partes aproximadamente iguales de un tablero de un ancho de medida rara. Suponiendo, por ejemplo, que se debe dividir un tablero de 142 mm. de ancho en cinco partes iguales; se toma la cifra más próxima por exceso que pueda dividirse fácil -
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Fig . 3 . Otro sistema de tomar una medida exacta .
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Fig . 4. Trazado de una línea de lápiz paralela a un canto.
Fig. 5. Sistema de calibrar con los dedos.
Fig. 6 . Uso de una madera con un' rebaje como guía para trazar una línea de lápiz paralela a un canto.
Fig . 7 . División en partes iguales de un ancho de dimensión rara .
.... 67
Fig . 8. Forma de empuñar el gramil de rayar o corte .
mente por 5, ésta en 150. Coloque la regla con el extremo en un canto de la tabla y la marca de 1 50 en el otro canto, formando la regla un ángulo (Fig. 7) Y marque en las divisiones 30, 60,9 Y 120 mm. Gramiles' Los tres tipos principales de gramiles son: el de marcar, el de corte y el de mortajar. Existe también el gramil para paneles, que es similar al de marcar pero de mayor tamaño y tiene un lápiz de la punta de acero de marcar ; se usa para marcar tableros anchos.
Fig. 9. Ajuste del gramil de corte . La cuchilla se inclina a un ligero ángulo de modo que tienda a dirigir el gramil hacia adentro.
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La Fig. 8 muestra cómo se agarra el gramil de marcar o de corte. El dedo índice descansa por encima del gramil, mientras que el arranque de este dedo y el dedo pulgar lo empujan hacia adelante. Los otros tres dedos presionan hacia adentro contra el canto. Esto último es de gran importancia ya que es funda-
Longitud a dividir en nueve partes
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Aumentar la abertura del co m pás en 1/ 9 de esta longitud
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Fig . 10. División de una longitud en un número impar de partes utilizando el compás de puntas:
mental que el gramil no se separe hacia afuera; lo cual puede suceder fácilmente si la veta sigue esta dirección. Con el gram il de marcar sólo se puede trazar a favor de la veta o en las testas.
Además de para trazar el gramil de corte se . usa para cortes rectos de madera delgada. Se da una mayor salida a la cu chilla y se hace un corte profundo por ambas cara s.
Para trazar a contrahilo es necesario el gramil de corte, ya que el otro sólo asti ll aría la madera. Este gramil tiene una cuchilla en lugar de una punta de tra zar. Se usa del mismo modo pero es aconsejable ajustar la cuchilla formando un ligero ángulo, com o en la Fig. 9 de manera que tienda a co rrer hacia ad entro de la madera . Naturalmente la g uía impide esto; pero lo interesante es evit ar la tendencia de l gramil a correr ha cia afuera.
Por 'este sistema pueden cortarse pie zas de hasta 6 mm. de espesor de algu nos tipos de maderas blandas.
1 El gramil corrientemente usado en España es diferente. Es de doble vara , con uñas de corte y se usa para realizar todas las operaciones que se realizan con los descritos aquí. Su majeno es, sin embargo, muy similar (N . del T.).
El gramil puede ajustarse con la regla o con el objeto para el cual se necesita. En el primer caso el extremo de la regla se apoya en el tope de guía y se ajusta el gramil hasta que la punta o cuchilla de trazar coincide con la medida deseada . El ajuste final se realiza golpeando suavemente sobre el ban co uno u otro extremo de la vara del granil. Cuando hay que trazar la colocación de alg ún herraje , tales como bisagras, cerraduras, etc., el gramil se ajusta sobre éstos, apoyándolos sobre la guía
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Fig. 12. Comprobación con la escuadra de la perpendicularidad de una sierra circular o de cualquier otra cosa .
Fig. 11 . Comprobación de un rebaje con la escuadra.
y ajustando la punta de trazar uniones de lazos, el gramil se ajusta sobre el grueso de las tablas de unir.
Fig. 13. Uso de la escuadra desde la cara y el canto bu·enos.
El gramil de mortajas tiene dos puntas de marcar, una de las cuales es móvil sobre la vara soporte de la otra. Primero se ajusta la distancia entre las puntas sobre el formón y luego se ajusta el tope guía a la distancia del canto requerida. En el caso de un ensamble a caja y espiga que deba quedar liso, se trazan ambas piezas apoyando en la cara.
Filo de:"-"-' Escuadra formón en el deslizándose .--cc;rte
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Compases de puntas. Estos tienen diversos usos, desde trazar una circunferencia hasta dividir una distancia dada en un número impar de partes iguales. La Fig. 10 muestra cómo se hace esto último. Se ha supuesto que la distancia debe dividirse en 9 partes iguales. Coloque el compás con una abertura que
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Fig. 14. Trazado de los espaldones con el formón y la escuadra.
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crea es aproximadamente la novena parte de la distancia y vaya trasladando esta medida desde el extremo. Si queda mal la división, corrija el ajuste ; es necesario algún tanteo. Si los nueve pasos quedan cortos aumente la abertura del compás en aproximadamente una novena parte de la longitud que sobra y vuelva a trasladar la medida. Esto le conducirá a una aproximación mayor, y repetido otra vez puede llegar a ajustar la distancia exacta. Si al dar los nueve pasos la longitud se rebasa, se cierra el compás en una novena parte de la longitud sobrepasada. Escuad ra. La escuadra de mecánico con hoja deslizante que se muestra en (wl. pág. 13, tiene muchas ventajas. Aparte del uso normal en el trazado y verificación, puede usarse en la comprobación del trabajo de rebajes, como en la Fig. 11 y como escuadra de trazado (Fig. 12). La escuadra corriente de talón de madera y metal no puede utilizarse para todas las finalidades. En cualquier caso este último tipo es con frecuencia impreciso. Una regla que hay que tener siempre presente es que la escuadra ha de usarse partiendo de la cara y el canto buenos, siempre que sea posible. Hay excepciones pero puesto que estos están correctamente trabajados y a escuadra entre sí es obvia la conveniencia de partir de ellos. La Fig. 13 es un ejemplo exagerado de la aplicación de esta reg la; las líneas para trazar una espiga han de trazarse alrededor en las cuatro caras de la pieza. La pieza de la figura se muestra intencionadamente falta de precisión, pero si el talón de la escuadra descansa siempre sobre la cara y el canto buenos, las marcas se cerrarán en coincidencia. Cuando deben trazarse dos o más piezas iguales, es ventajoso fijarlas juntas y trazar el escuadrado a través de todas ellas; después se separan y se rodean
las marcas de escuadra independientemente en cada una de ellas. Un ejemplo típico son los montantes o los travesaños de una puerta. Para lograr una mayor precisión trace siempre con un corte de cuchilla o formón mejor que con líneas de lápiz. Estas últimas se usan sólo para trabajo bastcr o aproximado o cuando las marcas de cuchilla puedan aparecer como un defecto. Como ejemplo típico tome los montantes de una parte en los que deban tra zarse las quijeras. Fíjelos juntos con los cantos buenos igualados y usando la regla y un lápiz afilado señale las posi ciones de las quijeras. Colocando la cu chilla o el formón sobre cada señal trace líneas a escuadra a través de ambos montantes. Separe los montantes y rodee el trazado en cada uno independientemente. Pa ra hacer esto coloque la cu ch illa en el ángulo de la madera con su filo descansando sobre el ligero corte hecho anteriormente como en la Fig. 14 y desl ice la escuadra hasta él. De esta forma se alcanza la posición correcta . Fíjese en que el formón o la cuchilla deben inclinarse hacia la der.~cha de forma que el bisel quede a escuadra con la madera , de lo contrario impediría a la escuadra alcanzar la posición corre cta. Este deslizamiento de la escuadra ha ci a la cuchil la es siempre más preciso que t ratar de posicionar la escuadra simplement e a ojo . Para trabajos grandes es necesaria la escuadra de madera que se muestra en (ql. pág. 13. Corrientemente el artesano la construye él mismo. Escuadra de ingletes. Es necesario para trazar y comp robar ingletes a 45 grados. No hay nada de particular en su manejo , excepto que cuando deba rodearse el t razado a las cuatro caras debe tene rse cuida do de posicionar la escu ad ra exactamente , pues de lo contrario las líneas no cerrarán el ángulo.
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Falsa escuadra. Se utiliza principal mente para ángulos no corrientes : por ejemplo los espaldones de los montantes de un soporte con patas inclinadas. El ángulo debe ajustarse con un transportador de ángulos o con un dibujo. Para algunos trabajos es ventajoso si tuar la hoja centrada en el talón ya que así se tiene el ángulo agudo y el obtuso suplementario. En la Fig. 15 se muestra en uso para trazar una junta de un travesaño con la pata situada en ángulo. En la pata , debido a su convergencia , la escuadra debe utilizarse desde el interior, mientras que el travesaño a causa de su forma recortada , debe trazarse desde arriba . En el caso que se muestra en la Fig . 16, del ajuste de la inclinación de una mesa de sierra circu lar, la falsa escuadra se utiliza con la hoja completa mente desplazada a su extremo.
Marca del lápiz
Fig. 17 Fig . 15. Trazado de un soporte con patas inclinadas empleando la falsa escuadra . Fig . 16. Comprobación de un ángulo con la fal sa escuadra . Fig. 17. Empleo de la regla de escuadrar para comprobar el escuadrado de un armazón .
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Reglas y entreguardas. Ambos elementos suelen ser construidos por el propio trabajador. Las reglas deben ser de madera dura bien curada y de veta recta. Una prueba de la precisión de su canto recto co nsiste en colocarla sobre un tablero plano y trazar una línea con un lápiz afilado, volviendo la regla sobre el otro lado, si el canto es correcto quedará en co incid encia con la línea traza da. Las reglas tienen m últiples usos generalmente en el trazado y comprobación ; muchos trabajadores utilizan dos, una de 500 mm . y otra de 1 metro respecti vamente. Ocasionalmente es empleado para la comprobación de las reglas el método científico de cepillar tres reglas cada uno de cuyos cantos rectos debe coincidir con el de las otras dos cuando se emparejan en ambas direcciones, pero este sistema es poco necesario para el trabajador de la madera . Las entreguardas se usan principalmente para verificar si no existe alabeo en una superficie, ver Rg. 14, pág. 45. Otro uso es la comprobación de si las cuatro patas de un mueble descansarán por igual
en el suelo ; si las entreguardas no son suficientemente largas para alcanzar a apoyarse sobre las patas, se colocan sobre listones de madera largos cuyos cantos sean paralelos. Regla de escuadrar. Cuando se ha ensamblado un armazón de gran tamaño, su comprobación con la escuadra puede ser errónea, ya que cualquier curvatura de la madera puede dar lugar a una apreciación falsa. En tal caso es aconsejable el uso de un listón en diagonalo regla de escuadrar que se muestra en la figura 17. Se coloca en diagonal sobre la pieza armada y se marca la longitud con el lápiz ; cuando se sitúa en la diagonal de las esquinas opuestas debe mostrar la misma longitud si el armazón está correctamente escuadrado.
Tablero principal
Utillajes auxiliares Todos ellos pueden ser construidos por el propio artesano.
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Soporte de cepillar o tirador. Existen diferentes formas de construirlo . El más sencillo se muestra en la figura 1 8. Las medidas exactas no son importantes, pero las que se dan pueden servir como orientación general. Dos tamaños son prácticos : uno corto , de por ejemplo 600 mm. para el trabajo general y las uniones cortas y otro de 1 m. a 1,5 m. para juntas largas en maderas delgadas. Fíjese en el rincón achaflanado que sirve para atrapar el polvo y evitar la coloca ción en falso del trabajo. El canto de trabajo del tope debe estar a 90 grados. Su forma de cuña asegura el ajuste fuerte. En caso de aflojarse puede golpearse hacia adentro e igualar la parte que sobresalga. Cuando sea posible debe emplearse para la construcción una madera cortada al cuarto para evitar ala beo.
Fig . 18. Tirador o soporte de cepi ll ar, adecuado para trabajos pequeñ os , la longitud no necesita ser exacta.
El soporte de cepillar se utiliza con dos finalidades distintas. La primera es cepillar juntas de madera delgada o cepillar cantos rectos a escuadra . Su ventaja en el cepillado de madera delgada es el evitar la oscilación del cepillo. Esta operación se muestra en la figura 19. Fíjese en que la madera sobresale aproximadamente 6 mm. de la plata forma superior y el cepillo hace recto el canto en virtud de la propia rectitud de la suela , no debiendo tocar el canto de la plataforma superior. El si~tema corriente es cortar y seguidamente dar un
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Fig. 19. Ajustando el canto de un tablero sobre el tirador.
Taco de desperdicio
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par de pasadas a todo lo largo de la pieza. Generalmente con esto queda el canto recto automáticamente ; no obstante , si se trata de una junta las piezas se comprueban una con otra y si se trata de una pieza aislada se comprueba con una regla .
Madera Que se cepilla
Teóricamente el canto debe quedar a escuadra. suponiendo que la suela del cepillo esté a escuadra con su costado. En el caso de una junta . sin embargo . es aconsejable cepillar una pieza con la cara buena hacia arriba y la otra con la cara buena hacia abajo ; de esta forma cualquier inclinación del canto de una pieza queda compensada con la del canto de la otra y las piezas juntas quedan alineadas. Fig . 20 Forma de evitar el astillado de un ángu lo , cuando se cepillan testas.
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El segundo uso del soporte es cepillar las testas de la madera a escuadra . En este caso la madera se sostiene fuertemente apretada contra el tope y el ce-
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Fig . 21 Uso de l tope de ing letes. La pieza de desecho (detalle) impide co rtar la base del bloq ue.
pillo trabaja a lo largo del canto de la plataforma superior, la madera se presiona ha cia el cepillo y de esta manera se va alimentando el corte a medida que avanza el t rabajo . Como la esquina más alejada t iene tendencia a astillarse , es aconsejable cortarla en bisel con un formón ; si esto no es posible o el bisel es insuficiente se cepilla la mitad de la pieza partiendo de cada extremo o se coloca un trozo de madera desechable , con sus cantos paralelos, detrás de la pieza, como en la figura 20. Soporte de cepillar ingletes. Sus apli caciones son similares a las del soporte de cepillar pero para cepillar ingletes. Se muestra en (b) de la pág. 16. La dirección del cepillo se invierte cuando la pieza debe colocarse en la parte más lejana del top e. Cortador o gancho de banco. Se utiliza para sujetar la madera firmemente
cuando se sierra , es un elemento muy útil (ver E, pág. 16). Un punto importante acerca de él es que el listón que hace tope en el borde del banco debe estar enclavijado , no clavado ni atornillado, por ning ún motivo en la parte por la que se usa el serrucho. La razón para ello es que el uso continuo desgasta la madera y los clavos o tornillos pueden llegar a quedar al descubierto y dañar la sierra. La Rg. 12 de la pág. 25 muestra cómo se usa, manteniendo la pieza fuertemente sujeta sobre el tope trasero del cortador. Tope y caja de ingletes. Son necesarios para cortar ingletes, el primero para molduras delgadas. El único punto importante acerca del tope es que la moldura debe sujetarse fue rtemente contra el tope y la sierra de cortar hacia el interior de la moldura no hacia el exterior. En otras palabras el dorso de la moldura debe apoyarse contra el tope , de ma-
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nera que cualquier grieta producida por la sierra quede en la parte trasera donde no importa. La figura 21 muestra el uso del tope de ingletes.
Lo mismo se aplica a la caja de ingletes. Así, por ejemplo, para serrar una moldura ancha para cornisas, es aconsejable colocar la parte superior hacia abajo y serrar hacia la moldura como en la figura 22 . De esta forma los dientes de la sierra cortan hacia el interior de la sección tanto en dirección vertical como horizontal. Esta ilustración es también interesante en cuanto muestra cómo actuar con una moldura rebajada que no tiene respaldo. Para cortar un inglete correcto las caras de arriba y de detrás de la moldura que forman ángulo recto entre sí deben apoyarse contra la trasera y el fondo de la caja de los ingletes y, para asegurar esto, se cepilla una pieza de relleno de forma que ajuste exactamente entre el canto de la moldura y el costado de la caja. Con esto se logra la posición definida. No importa si la sierra corta correctamente a su través. Plantilla de ingletes. La figura 23 muestra su empleo en el corte de un inglete necesario en el bastidor de una puerta con una moldura labrada en el mismo. Se coloca sobre la moldura y su extremo inclinado (a 45 grados) se usa como guía para el formón. Para cortar molduras pequeñas puede sujetarse con la mano ; en los más grandes es conveniente sujetarlo con un gato.
Gatos Se utilizan para empujar las piezas hasta cerrar las juntas y mantenerlas apretadas hasta que se endurezca la cola y también para sujetar al banco la madera mientras se trabaja.
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Fig . 22 . Moldura de cornisa vaciada . preparada para ing letar.
Fig . 23 . Corte de una moldura empleando la plantilla de ingletes. El pulgar se halla normalmente sobre el formón para sujetarlo , pero para no ocultar la hoja aquí se ha situado al lado.
Sargentos. Son necesarios para armar un bastidor de puerta o una junta a tope. Sus longitudes se sitúan desde los 600 mm. en adelante y sus tamaños deben seleccionarse adaptándose al tamaño promedio de los trabajos que se reali zan. Bajo las zapatas de los gatos deben colocarse tacos para evitar que dañen la superficie. Tan pronto sea posible después de apretar los gatos debe comprobarse el escuadrado y el alabeo. Si la escuadra muestra una imprecisión , como en la fi gura 24, la posición de las zapatas debe desplazarse en la dirección indicada por las flechas. La comprobación del alabeo se hace mirando a través del trabajo . Los travesaños próximo y alejado deben aparecer paralelos. Si no es as í, como se muestra exageradamente en la figura 25 , los gatos deben ajustarse de nuevo en la dirección que muestran las flechas . Un punto que debe recordarse es que los gatos son necesariamente pesados y pueden arrastrar un bastidor fuera de su alineación debido al peso dando así una observación falsa . También pueden ser causa de que un bastidor aparezca correcto cuando el peso de los gatos está actuando sobre él. El bastidor puede flexarse volviendo a su alabeo al quitar los gatos. Cuando hay que armar un bastidor muy largo y los gatos disponibles no son sufi cientemente largos, pueden unirse dos juntos mediante tuercas y tornillos que pasen a su través. De esta forma la longitud puede ajustarse al trabajo que se tiene entre manos. Se quitan las zapatas permitiendo que los tornillos puedan apretar desde ambos extremos. Gatos en C. gatos paralelos y tornillos de apriete. Se usan fundamentalmente cuando la madera debe unirse en sen tido de su grueso. Su aplicación es obvia.
Fig. 24
Fi g. 25
Fig. 24. Comprobación del escuadrado de un bastidor fijado con gatos. Fig . 25. Bastidor apretado con gatos, alabeado. Fig . 26. Orden de apriete de los tornillos de un gato paralelo .
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El gato paralelo o tornillo manual es especial mente útil. Para usarlo abra las mordazas a la medida aproximada tomando un mango en cada mano y haciendo girar éstas una con respecto a la otra; por este sistema se puede hacer un ajuste rápido. Después se aprieta el tornillo interior (1) figura 26, en el sentido de la flecha , y por último se hace girar el tornillo exterior (2) también en el sentido de la flecha. Esto último produce el efecto de apalancar la mordaza contra la madera. Cuando finalmente queda apretado, las mordazas deben quedar aproximadamente paralelas. Los tornillos de apriete son gatos en C de pequeño tamaño y se utilizan para trabajos pequeños. Agarradera rápida de banco. Esta (¡, pág. 16) se usa para inmovilizar la madera sobre el banco cuando se trabaja .
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Su vástago pasa a través de un agujero en el tablero del banco y su fuerza se produce por apalancado sobre las paredes del agujero. Naturalmente sólo es efectiva sobre un tablero de banco grueso, si éste es delgado es necesario suplementar su espesor localmente. Al gunas de estas agarraderas tienen un cubo metálico que se incrusta en el tablero. Cuando se hace un agujero en el banco para este tipo de agarradera es claramente necesario evitar hacerlo encima de un cajón o un estante. Gatos improvisados. Pueden hacerse siempre con palos de madera con topes atornillados sobre sus extremos para actuar de z.a patas; un par de cuñas móviles se introducen en un extremo para producir la presión golpeándolas.
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Fig. 27 . Co mproba ción del esc'uad ra do de un bastido r bajo presión de los gatos.
Para la fijación ligera de formas raras se utiliza n muelles circulares. Estos son simples muelles viejos de tapicería, cortados y parcialmente aplanados en forma de C. Son especialmente útiles en trabajos de reparación en que sólo se necesita una presión moderada sobre superficies de f ormas complicadas.
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Máquinas ligeras para trabajar madera
Aunque la mayoría de los artesanos caseros utilizan métodos manuales, existe una tendencia creciente a la instalación de uno u otro tipo de máquina para abreviar los trabajos más tediosos o cansados. La elección más natural en relación con esto es una pequeña sierra, ya que probablemente serrar es la tarea más laboriosa en el trabajo de la madera . Es bueno señalar, sin embargo, que es una gran ventaja disponer de una máquina básica a la que puedan acoplarse distintos accesorios. Esta máquina básica corrientemente es un torno para madera, para el cual se dispone de acoplamientos de sierra circular, sierra qe cinta , cepilladora, lijadora y mortajadora. También existe la máquina universal pequeña que puede incluir sierra circular, cepilladora y barrena , pero que no es un torno. Como regla general la máquina diseñada para un solo trabajo es más satisfactoria que otra que haya de adaptarse a varios usos, pero teniendo en cuenta el espacio del taller y el hecho de su menor coste , la máquina adaptable es generalmente una opción mejor, para el artesano casero , que varias máquinas separadas. El uso de las máquinas individuales es prácticamente el mismo cualquiera que sea su construcción , aunque puede haber ligeras variaciones en el manejo y en la forma de afilado seg ún cada tipo particular. Se aplican los principios generales siguientes.
Sierra circular Para el trabajo general de la madera éste es el tipo de sierra más útil, porque no solamente puede cortar al hilo , al través y a inglete, sino que también es
Fig. 1 . Empl eo de una máquina ligera en el ta ller.
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Fig . 2. El torno Myford ML8, mostrando los aditamentos de sierra circular, el disco de lijar y la mortajadora .
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Fig. 3. Tipos de dientes de sierra .
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posible hacer con ella rebajes y ranuras . Una disposición esencial es la mesa que puede subirse y bajarse de forma que puede ajustarse la profundidad de l reba je o ranura. Es preferible también que sea ajustable su inclinación hasta un án gulo de 45 grados, para hacer posible cortar la madera con ángulos diferentes del recto. En algunas máquinas es la sierra la que se inclina en lugar de la mesa y esto tiene la ventaja de que puesto que la mesa permanece horizontal , no hay tendencia de la madera a deslizarse lateralmente cuando se hacen cortes en bisel. Una guía es un requisito indispensable' para cortar el hilo a una anchura determinada , también una superficie de la mesa ranurada de modo que pueda usarse la guía de ingletes para cortar al través en ángulo recto o con cualquier otro ángulo, es igualmente necesaria una cuchilla de hender de forma que la madera no tienda a pegarse a la sierra
Fig. 4. Listón empujador para evitar acercar los dedos a la sierra.
en el caso de que el corte tienda a cerrarse. Por último debe estar equipada con una defensa por arriba y por abajo (aunque en muchas máquinas el soporte inferior actúa como defensa por debajo de la mesa) .
Fig. 5. Corte a través de la fibra usando la guía de ingletes.
Para uso general puede emplearse la sierra de combinación, (b) figura 3 o la de dientes radiales cruzados (a), pues ambas pueden usarse para cortar al hilo y al través. Aquí es necesaria una advertencia : rnantenga afilada la sierra . Una sierra embotada quemará la madera y un empeño en forzar la madera puede ocasionar un trabajo impreciso y posiblemente causar un accidente. Las sierras con puntas de carburo de tungsteno en los dientes (c) tienen la ventaja de permanecer afiladas durante' mucho tiempo y pueden usarse sin que pierdan su filo con materiales duros o abrasivos, tales como tableros de viruta aglomerada y otros tableros armados con resi nas. 81
Tope
Guía de ingletes Fig. 6 . Corte de través a medida .
Fig . 7 . Corte de un inglete en lá sierra circular empleando el tope de ingletes. La protección del disco se ha levant ado para mostrar éste .
Serrado al hilo. Cuando el tablón tiene un canto recto sólo se necesita colocar la guía a la distancia de la sierra requerida (la sierra cortando en la parte sobrante de la pieza). y empujar la madera manteniendo el canto deslizándose contra la guía. Para serrar tableros largos es una ayuda tener una persona detrás de la sierra para sacarlos, estirando y sosteniendo los tableros cuando se completa el corte. Si esto no es posible debe cortarse la madera hasta la mitad y luego darle la vuelta y completar el corte desde el otro extremo. En cualquier caso evite acercar los dedos a la sierra mientras gira y nunca los ponga entre la sierra y la guía donde pueden ser atrapados. Al finalizar el corte use siempre un palo para empujar la madera, como se muestra en la figura 4 . Si no hay un canto recto desde el que comenzar, puede , o bien cepillarlo primero (a m áquina o a mano) y traba jar desde él , o bien trazar una línea de lápiz con una regla y serrar por la línea sin utilizar la guía . Todos los cortes siguientes se hacen utilizando la guía como referencia .
Serrado al t ravés. La figura 5 muestra una operación típica : observe cómo amnas manos se mantienen al lado de la sierra . Cuando se han de cortar varios trozos de la misma longitud puede seguirse el método de la figura 6 : se fija un taco de madera , que actuará de tope cerca de la parte frontal de la mesa , mediante un gato en C, ajustando su posi ción de forma que su distancia a la sierra sea igual a la longitud deseada ; la madera se sostiene contra la guía de ingletes y se empuja contra el taco de tope, luego se avanza la guía de ingletes contra la sierra . El proceso se repite hasta que se haya serrado la cantidad de piezas necesarias. Los cortes a inglete se hacen en forma similar al corte de través, figura 7 y en caso de cortes compuestos la mesa se inclina también.
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Ranurado. Para efectuar esta operación en las máquinas ligeras suele ser necesario pasar la madera sobre la sierra tantas veces como se requieran para dar a la ranura la anchura deseada. Si se dispone de una sierra bamboleante se puede ajustar al ancho, aunque el fondo de la ranura no es plano sino ligeramente curvado ; sin embargo la curva es tan ligera que para la mayoría de los trabajos no tiene importancia. Algunas sierras pueden equiparse con un cabezal de fresa que puede ranurar ; las máquinas ligeras no suelen estar hechas para poder equiparse así, en parte por no tener sufi ciente espacio en el eje y también porque el corte sería demasiado duro. La mesa (o la sierra) se ajustan primero de forma que la sierra sobresalga una altura equivalente a la profundidad de la ranura . Después se coloca la guía de forma que el corte se alinee con un lado' de la ranura a cortar. Si la guía sólo llega hasta la sierra , se atornilla en ella una pieza de alargamiento de forma que la madera puede rozar en ella hasta que haya pasado de la sierra. Después de un corte de prueba , se pasan por la sierra todas las piezas. Luego se desliza la guía para cortar el otro lado de la ranura , y se cortan otra vez todas las piezas. Para ranuras estrechas probablemente el segundo corte dará ya el ancho deseado, pero pueden también ser necesarios tres o cuatro cortes. Recuerde en cualquier caso · mantener la cara buena de la madera contra la guía. Para completar el corte es necesario el palo para empujar, figura 4. También puede ser ventajoso , en ciertos casos, el taco de empujar de la figura 8, que permite mantener la presión tanto hacia abajo como hacia adentro.
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Fig . 9
Agujer o para el gato
Guía vertica l Borde desli· zante a lo lar· go de la guía
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Fig. 8 . Taco de empujar para hacer rebajes.
Rebajado. Pueden hacerse rebajes estrecnos dando cortes paralelos uno al lado del otro como en (a). figura 9, pasando la madera tantas veces como sea
Fig . 9 . Di stintos métodos para hace r rebajes. Fi g. 10 Utilaje empleado para espigar.
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necesario para lograr el ancho del rebaje. Para rebajes más anchos, sin embargo, el método más sencillo es dar dos cortes en ángulo recto como en (b). Si no hay inconveniente el corte N.o 1 debe hacerse primero, porque al dar el segundo corte el sobrante queda suelto y es conveniente que se apoye sobre la mesa de la sierra por la superficie mayor para que no se vuelque. También aquí se debe utilizar el palo de empujar al finalizar el corte. Esto es especialmente útil ya que no se puede utilizar la cuchilla de separar y posiblemente tampoco la guarda (según sean las dimensiones de la pieza que se rebaje).
Fig. 11. Corte de espigas en una sierra circular. La protección inferior se ha quitado para mostrar la sierra .
Fig. 12. Sierra de cinta de banco del tipo de tres volantes, Coronet Tool Company.
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Espigado. Ajustar la sierra para cortar una espiga o un par de ellas no resultará económico en tiempo, pero se conseguirá un sensible ahorro de éste si se necesitan una serie de ellas. El método más sencillo es construir el sencillo utillaje que se muestra en la figura 10. Las piezas son encoladas y atornilladas; no es importante que las medidas sean exactas pero la longitud debe ser alrededor de 150 mm ., la altura de 175 mm. , y el ancho de unos 100 mm. Para usarlo la madera que ha de ser espigada se sujeta contra la guía vertical con un gato que se pasa a través del agujero hecho para ello o se fija al lado según el ancho de la madera que se ha de trabajar. El canto más distante se desliza contra la guía de cortar al hilo que debe situarse a la distancia adecuada para que la sierra corte al lado de la línea del trazado. Si es necesario se coloca una alargadera de la guía para que el útil sea soportado a todo lo largo del corte. La altura de la mesa o de la sierra se gradua para que llegue justo a la línea del espaldón. Se hace un corte de cada espiga , se reajusta la sierra y se hace el segundo corte de todas las espigas. La figura 11 muestra la operación. Corrientemente los cortes de esquijerar se hacen a mano.
Es evidente que los excedentes de longitud de todas las espigas deben ser 'iguales, de lo contrario la sierra cortará unas con exceso y otras con defee:to. Esto si gnifica que debe seguirse un s"istema diferente al usado cuando se tra baja a mano. El excedente de longitud incluyendo la espiga debe fijarse exactamente de antemano. Aparte del tiempo de corte se ahorra aun más tiempo ya que solamente se tiene que traza r una espiga con el grami l. Velocidad . La velocidad teóricamente óptima para una sierra circular de 2 0 cm. de diámetro se encuentra en la región de las 4 .500 r.p.m. , pero pocas sierras pequeñas están diseñadas para velocidades tan altas. Las velocidad es más corrientes se hallan entre las 1.500 y 2.50 0 r.p.m. y la sierra cortará perfectamente bien si se mantiene afilada. Como orientación de la potencia necesaria se dan los promedios siguien tes : Diámetro 175 200 225
de la sierra mm. mm. mm.
C. V. del motor 1/ 3 a 1/ 2 1/ 2 a 3/ 4 1/ 2 a 1
Sierra de cinta Junto a la sierra circular ésta es la máquina de serrar más útil que se puede tener, figura 12. Puede emplearse para cortes rectos más que la sierra circular y también para cortes curvos para los cual es no puede usarse ésta. Por otra parte no sirven para ranurar ni hacer rebajes, aunque sí se pu eden hacer espigas con ella . Ajuste . En una sierra de cinta hay disti ntos ajustes que deben atenderse . En primer' lugar la mesa suele hacerse inclinable y el ángulo correcto debe comprobarse con una escuadra o un transporta -
dor de ángulos. El volante superior tiene un tornillo tensor que se afloja cuando no se usa la sierra . Cuando se ha de colocar una sierra nueva , generalmente debe desmontarse el dispositivo frontal de fijación rígi do de la mesa , para permitir el paso de la cinta hasta la ranura.
La carrera o camino es el primer ajuste de la sierra en sí, que debe hacerse , y se lleva a cabo inclinando hacia un lado u otro el volante superior. Debe llevarse a cabo sin las guías ni el rodillo de empuje. Se hace girar a mano el vola nte y se observa si la sierra se mantiene centrada en los volantes o tiende a desplazarse hacia delante o atrás. Si tiende a desplazarse hacia atrás, incline un poco hacia adelante la parte de arriba del volante superior. Contin úe ajustando la carrera de la cin ta hasta que corra en la posición adecuada. Es aconsejable variar esta posición de vez en cuando para igualar el desgaste de las llantas. Cuando la cinta ruede satisfactoriamente lleve hacia adelante el rodillo de empu je de manera que toque ligeramente el canto trasero de la cinta ; sólo debe rodar cuando la cinta se presiona contra él al trabajar. Las guías pueden ser bloques de metal o de madera dura y se ajustan horizontalmente. Deben si tuarse próximas a tocar los flancos de la cinta , no los dientes desde luego. Por regla general las guías forman un conjunto con el rodillo de empuje , que puede desplazarse verticalmente. En funcionamiento este conjunto debe estar situado dejando espacio justo suficiente para permitir el paso de la madera y que se vea la línea de corte que debe seguirse. Práctica del serrado. Siempre que sea posible evite el tener que retroceder la madera de la ci nta. A veces es inevi-
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Fig . 13
Fig. 15
Fig . 13. Serrado con cinta : a. El corte previo próximo a la lín ea de trazado .- b. Corte s previos en el desperdicio que faci litan su fá cil caída.
Fig . 15. Co rte de pi ezas al hi lo en la sie rra de cinta .
Fig . 14. Fases del se rrado co n ci nta de una pata cabrio lé.
t able y entonces debe hacerse cui dadosamente siguiendo la forma del cort e. Cuando una línea sea muy complica da, dar primero un corte siguiendo la forma general , ignorando los detalles pequeños. Por ejemplo , en la figura 13 (al. el primer corte se indica con la línea de puntos ; esto elimina el grueso del desperdicio sin tener que retroceder en el corte y faci lita despu és el corte . de los rincones agudos. Fíjese en que el corte se hace en la parte de desecho de la línea , para perm iti r el acabado posterior. En el caso de la f igura
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Fig. 16. Co rt e a gru eso de una ta bla en la sierra de cint a. El ancho ha sido en part e se rrad o previam ente por cada lado en una sierra circ ular.
13 (bl. los cortes previos permiten que vaya cayendo el desperdicio cuando se sierra la curva cerrada. Algunas piezas exigen ser serradas en dos superficies. Por ejemplo la forma de una pata cabriolé se traza en dos superficies adyacentes y se sierra en ángulo recto , produciendo una sección cuadrada lista para redondear. Después que se han cortado las formas de una cara , los sobrantes se colocan como en la figura 14, permitiendo hacer los cortes restantes. En algunos casos el so-
brante inferior se coloca para que sirva a modo de cama de soporte . Esto es poco necesario hasta abajo y por ello no hay tendencia a la inestabilidad. Cuando se utiliza la sierra para dar cortes rectos al hilo se emplea una guía. Puede ser un accesorio ajustable hecho para la mesa o una simple pieza recta de madera, fijada a la mesa como en la figura 15. Aseg úrese que es paralela a la cinta, de forma que ésta quede alineada con el corte.
dera un grueso uniforme, pero no es muy utilizada en los pequeños talleres por ser cara. Sin embargo es posible obtener un accesorio para regruesar para la mayoría de las cepilladoras.
Partes de la cepilladora. El esquema de la figura 18 muestra las partes principales. Hay un cuerpo principal en cuyo centro gira el eje portacuchillas; este eje puede llevar dos o tres cuchillas. Delante y detrás del eje portacuchillas hay dos mesas ajustables a lo largo de guías inclinadas. De esta forma su
A veces se utiliza la sierra de cinta para tablear, es decir para cortar una tabla al grueso. En este caso es de gran ayuda hacer unos cortes previos a la sierra circular de forma que aligere el trabajo de la sierra de cinta. La operación se muestra en la figura 16, en la que puede verse la guía alta empleada para asegurar que la madera se mantenga vertical.
La figura 17 muestra el uso de la sierra de cinta para espigas.
Cepilladora Dentro de este epígrafe se encuentran dos tipos de máquinas : la cepilladora y la regruesadora. La última como indica su nombre se utiliza para dar a la ma-
Fig . 17. Corte de una espiga en la sierra de cinta . Fig. 18. Esquema de las partes principales de la cepilladora .
Gu ía
Mesa trase ra o de salida
Mesa fronta l o de
111
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Fijación
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Fig . 19. Utillaje de madera para afilar cuchillas. Fig . 20. Comprobación de la altura de la mesa tra sera .
altura puede ajustarse con respecto al eje portacuchillas. En la mesa frontal hay acoplada una guía ajustable en cualquier posición y también inclinable a cualquier ángulo. En algunas máquinas hay acoplada una mesa de hacer rebajes, la cual es realmente una extensión lateral de la mesa frontal. Invariablemente hay también una protección que puede extenderse transversal mente a lo largo del eje porta cuchillas y situarse a una altura variable.
Afilado y ajuste . Aunque estén afiladas, las cuchillas de una máquina nueva necesitan ser asentadas con una piedra de aceite para lograr un buen filo. Un utillajes sencillo , para esto, se muestra en la figura 19 y pueden hacerse varia ciones adaptadas a las cuchillas en concreto. El utillaje hace posible mantener el ángulo de afilado .correcto. Cuando han de reafilarse con muela es necesario montar las cuchillas en un soporte especial que corre atrás y adelante
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transversalmente a la cara de corte de la muela , lo que asegura un amolado regular. Las cuchillas se fijan en el eje por distintos sistemas; algunas con piezas acuñadas sujetas con tornillos o mediante un tapón también atornillado. Por regla general existe algún tipo de ajuste de su altura : bien un tornillo de reglaje en cada extremo o un agujero en la parte trasera por el que puede golpearse la cuchilla. Cuando coloque las cuchillas en el eje apriete los tornillos de fijación con la fuerza de los dedos y realice todo el ajuste antes de apretarlos definitivamente. Cuando no hay sistema de ajuste las distintas cuchillas deben ser amoladas y asentadas exactamente a la misma medida . Durante el uso la mesa posterior debe estar exactamente nivelada con los filos de las cuchillas cuando se encuentran en su posición más alta y una vez ajus-
Fig. 21. Posición de las ma nos para cepillar de plano .
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tada no se mueve nunca para el cepillado normal, hasta que haya que afilar otra vez. Proceda al ajuste de las cuchi llas una por una. Coloque una madera de canto 'recto sobre la mesa trasera, como en la figura 20, hacia un lado y gire el eje a mano, ajuste la altura de la mesa hasta que la cuchilla toque justo rozando la madera. Cuando un extremo esté ajustado lleve la madera al otro lado y pruebe este lado de la cuchilla. Probablemente será necesario subirla o bajarla y esto ha de hacerse hasta que ambos lados toquen justo la madera, no más. Desde este momento la mesa tra-
sera no debe moverse más (la mesa delantera se ajusta por debajo de este nivel). Ahora proceda con la segunda cuchilla , ajustándola hasta que ambos extremos toquen justo la madera. Cuando todo esté en orden apriete los tornillos de fijación y haga una segunda prueba . El espesor del corte queda determinado por la altura de la mesa frontal ; para comprobar éste sostenga la madera recta contra la mesa trasera , como an teriormente, el espesor del corte vendrá
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Fig . 22 . Pl aneado en la cepill adora .
Fig . 23 . Empl eo del útil de empujar para planea r.
Fig . 24. Uso del accesorio de regru esar para cepi llar la mad era a un espesor dado.
Fig . 25 . Cepilladora preparada para labrar un rebaje.
determinado por la separaclOn de la madera y el plano superior de la mesa anterior. Algunas máquinas llevan una escala para indicar el espesor de corte , pero requieren su ajuste después de cada afilado. Para hacer éste se ajusta un gramil exactamente a 3 mm. y se traza el canto de una pieza recta de ma dera. Coloque la mesa frontal a un corte que se vea claramente inferior a 3 mm. y poniendo en marcha la máquina , cepille una parte de la madera trazada. Baje la mesa hasta que el corte alcance justo al trazado de 3 mm . y sitúe el ín-
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dice indicador de la escala en la marca de los 3 mm . Todos los espesores indicados se rá n así correctos.
Cepillado de caras. Sitúe la guía a un ancho ligeramente mayor que el ancho de la made ra y la protección de manera que la made ra pase cómodamente bajo ella . Se ajusta entonces la mesa f ro ntal al espesor de corte deseado. Empuje la madera hacia adelante con la mano derecha, apretándola firmemente , con la mano izquierda , hacia abajo contra la mesa fronta l. A medida que la madera
pase sobre el árbol portacuchillas vaya retrocediendo la mano izquierda para que no se aproxime a él. Cuando haya pasad o una longitud razonable sobre el árbol, traslade su mano izquierda más all á del árbol y presione la madera sobre la mesa trasera. Cuando el final de la madera se acerca a las cuchillas pase también la mano derecha a la mesa tra sera donde ayudará a presionar y hacer mover la madera. Procediendo así ninguna mano estará nunca inmediatamente sobre el árbol de cuchillas mientra s gira. Figuras 21 y 22. Cuando se ha de cepillar una pieza corta es aconsejable emplear un taco de empujar como se ve en la figura 23. Al comienzo del corte se alimenta la madera de la forma normal, pero cuando se acerca el extremo final se usa el taco de empujar. Cuando sea posible ponga hacia abajo la cara cóncava porqu e es más fácil de planear. Si esto no es posible es necesario cepillar primero la parte ce ntral antes de pasar la madera a todo lo largo. Cepi llad o de canto s. Es una operación simi lar pero la madera debe sujetarse firmemente contra la guía de forma que el canto se cepille a escuadra. Si la protección es de tipo telescópico es corriente situarla baja sobre el árbol portacuchillas y dejando el espacio justo entre su extremo y la guía para que pase la madera. Cuando la madera es muy ancha es conveniente aumentar la altura de la guía atornillando a ella una guía de madera. Esto aumenta la superficie de roce con la cual roza la madera. Con ello se aumenta la presión exigida en todas las ope racio nes de cepi llado y es conveniente frotar las superficies de la madera y de la guía con un trapo ligeramente aceitado. Una última palabra . Examine la madera y pásela en la dirección en la cual pa rezca menos propensa a astillarse.
Accesorios para regruesar. Se coloca en una cepilladora corriente en la forma que se muestra en la figura 24 y se usa después de que una de las caras de la madera ha sido cepillada plana. La columna del accesorio se fija en la mesa fronta l, con lo cual la pl aca regru esadora sube y baja con ella . La mesa posterior se ajusta de igual forma que pa ra el cepillado normal, y la distancia entre ella y la placa regruesadora se iguala al grueso f inal que se desea en la madera después de cepillada. Si se ha de eliminar mucha madera se hace en dos pasadas ; reajustando el grueso en la segunda . Rebajado. Muchas máquinas están previstas con una mesa para labrar rebajes , que es una extensión lateral de la mesa frontal. Esta soporta la madera mientras se pasa por la cepilladora . La mesa posterior se mantiene sin alteración , es decir al nivel de la posición más alta del filo de las cu chillas. La mesa frontal se baja a la medida de la profundidad del rebaje y la gu ía se lleva a una posición que deje una longitud de cu chilla igu al a la anchura del rebaje . Normalmente la madera puede labrarse en una sola pasada , pero si el reba je es ancho o la madera dura , es bueno ajusta r el co rte a la mit ad de la profu ndi dad y hacer dos pasadas. Al comienzo al imente el t raba jo lent ame nte , de lo contrario las cuchill as pueden aga rrar la ma dera y hace rla saltar hacia atrás. La figura 2 5 mu est ra la operación de rebaja do. Biselado y chaflanado . Cuando estos se hacen a todo lo largo de la pieza se procede como en el cepillado norma l, excepto en que la guía se incli na al ángulo necesario. Con los chaflanes limitados es dif erente, si endo necesario que las dos mesas estén al mismo nivel y las cuchill as sobresalga n en la misma medida que la profun didad del ch afla nado. Sobre la guía
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se fija una superficie de madera con topes atornillados que determinan el comienzo y final de los chaflanes. La madera se sostiene firmemente contra el tope más próximo y el extre'mo más lejano se va bajando lentamente contra el árbol portacuchillas. Las cuchillas tienden a agarrar la madera al hacer esto pero el tope impide que la madera sea lanzada hacia atrás y una vez la madera descansa sobre las mesas cesa la tendencia al agarre. La madera se alimenta hacia adelante hasta alcanzar el tope frontal. La figura 26 muestra la labra de unos chaflanes limitados.
Fig . 26. Cepillado de un chaflán limitado.
Convergencias. La mesa trasera se nivela con las cuchillas como en el cepillado normal y la mesa anterior se baja una altura igual a la madera que se ha de quitar del extremo más delgado. Se coloca un tope en la mesa o en la guía
Fig. 27. Cepillado de patas convergentes.
Tope
Guía
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Fig. 27
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de manera que las cuchillas comiencen a trabajar justo cerca del punto deseado como en (A) figura 27, quedando contra el tope el extremo cercano de la madera. La madera se empuja hacia adelante como se muestra en (B). Si debe labrarse en forma convergente toda la longitud de la madera, el corte debe comenzar cerca del extremo, porque es esencial que éste descanse sobre el labio de la mesa trasera. El tope se sitúa de forma que por lo menos 6 mm. de madera descansen sobre el labio. Si no se hace así se producirá un fuerte retroceso.
Lijadoras Hay dos tipos principales de lijadoras usadas en el taller casero: de disco y de banda. La primera se muestra en la figura 28, siendo su empleo corriente el ajustar las piezas más que el afinado de las mismas. Por ejemplo es de valor inapreciable para ajustar los ingletes, después de serrados, o acabar a escuadra las testas de las piezas. Otro uso es acabar los cantos de maderas de for-
Fig. 29. Util para ajustar varias piezas a la misma longitud.
Fig. 28. Ajustando una pieza de madera en la lijadora de disco.
mas curvas convexas. Naturalmente la mesa debe estar en ángulo recto con el disco, y la ranura que hay en ella debe ser paralela al mismo. El tope de ingletes se usa para guiar el trabajo y se desliza de un lado a otro para igualar el desgaste del abrasivo. Sólo se usa la parte descendente del disco, pues de lo contrario la madera tiende a levantarse. Posiblemente el caso principal en que se da un mayor ahorro de tiempo con la lijadora de disco es cuando hay que
Fig. 30 . Lijadora de banda con guía ajustable.
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aj ustar a la misma longitud un cierto número de piezas. Primero se escuadra un extremo de todas las piezas sosteniéndolas contra el tope de ingletes. Luego se prepara un útil como en la fi gura 29 ; en él se corta un rebaje y su longitud es tal que cuando se presiona sobre el extremo de la pieza , toca al borde de la mesa cuando la pieza ha llegado a la longitud prevista tocando al disco el extremo opuesto. Para usarlo el útil se sostiene contra el extremo de la pieza y se presionan juntos hacia adelante hasta que el útil toca la mesa y el disco deja de cortar. Para piezas grandes es aconsejable fijar el útil a la pieza mediante un gato. Los ingletes se trabajan en la misma forma que los extremos a escuadra , pero con el tope de ingletes colocado en el ángulo preciso. Si es necesario puede hacerse un útil similar al de la figura 29 , pero con el corte del rebaje acomodado al corte del inglete. En todos los casos la cara de la moldura debe colocarse hacia arriba de modo que el astillado que es inevitable se forme en el dorso, donde será invisible. Los ingletes compuestos con inclinación en am bos sentidos, ancho y grueso, pueden ajustarse con facil idad en la lijadora de disco. Renueve el papel abrasivo tan pronto como deje de cortar, de ot ro modo simplemente quemará la madera . Cua lqu ier adhesivo en fr ío puede producir buena adherencia. Colóquelo sobre una superficie plana con un peso encima , si es necesario, para que el disco quede en . estrecho contacto -con el papel. Pueden emplearse papeles de lija que se venden en discos especialmente para este fin o papel de grana te. Evite permitir que se humedezca.
Lijadora de banda. Este tipo de lijadora puede utilizarse para ajustar igual qu e la lijadora de disco, pero tiene dos ve n-
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tajas : su movimiento es rectilíneo, por lo cual puede usarse para el trabajo de alisar y pulir, para lo que la lijadora de disco es inadecuada, y los tambores alrededor de los cuales pasa la banda de lija permiten alisar superficies cóncavas. La Fig. 30 muestra una lijadora de banda. Casi todas las lijadoras de banda están provistas de un tope de algún tipo y los modelos mejores están equipados con una mesa ajustable. Cuand o no lleva n ésta, se puede construir una cuyos detal les se adapten a las particularidades de la máquina. Puede incluir una m esa que pueda disponerse con varias inclinaciones de modo que puedan ajustarse ingletes, etc. Invariablemente lleva n incluido un dispositivo de alineación que asegura la permanencia de la banda sobre los tambores.
Maquinas manuales Así como el torno es la base de una serie de dispositivos para serrar, cepillar, lijar, etc. , el taladro eléctrico es la máquina manual para la que se pueden obtener sierras, discos de lijar y . muelas, aunque también existen máquinas portátiles para usos individuales. El taladro eléctrico de pistola puede utilizar brocas hasta de 6 mm. (los taladros mayores y más pesados pueden usar brocas de hasta 12 mm. pero su uso para trabajar madera es limitado). Desde luego, pueden utilizarse las brocas para metal , pero es necesario marcar todos los agujeros con un punzón , pues estas brocas no llevan punta de centrar. Pueden obtenerse barrenas helicoidales especiales con el vástago cilíndrico, pero si hay dificultad para ello puede serrarse la parte cuadrada ·de acoplamiento al berbiquí de las barrenas normales. Muchas de estas ba -
rrenas tienen la punta de centrar en forma de tornillo y debido a la velocidad del taladro , tienen tendencia a clavarse en la madera y si el agujero es grande la máquina puede atascarse. Generalmente se obtendrán resultados más satisfactorios si se lima el gusanillo en forma de pirámide cuadrangular, pues entonces el avance del taladro puede hacerse a la velocidad adecuada en cada caso. Para agujeros ciegos y a escuadra es aconsejable utilizar algún tipo de soporte para el taladro que permita bajarlo contra la madera. Esto presenta dos ventajas, el agujero puede hacerse perfectamente a escuadra o a cualquier ángulo determinado y puede pararse a la profundidad deseada sin necesidad de comprobación individual. Las puntas de pala o rápidas , figura 31 , utilizadas con el taladro eléctrico hacen agujeros limpios. Son intercambiables sobre un vástago común y trabajan con una acción de rascado más que de corte . Los cortes están afilados a un ángulo bajo, lo cual tiene la ventaja de evitar que se claven. Se afilan en una pequeña muela .
Fig . 31. Punta de pala utilizada en un ta ladro el éctrico.
Fig. 32 . Acoplamiento de sierra port át il.
En la figu ra 32 se muestra un pequeño dispositivo de sierra circu lar. Está provisto de una galga de profundidad y una guía ajustable y puede hacer cortes a escuadra y en ángulo. La ventaja de esta herramienta se encuentra en los trabajos en los que es preferible llevar la máquina sobre la madera y no viceversa . Sierra de patín. Se muestra en la fi gura 33. Se utiliza para cortar curvas y tiene la ventaja de poder hacer cortes interiores. Es ideal para cortar madera de 12 mm. o menos de grueso, pero puede usarse ocasionalmente para cortar trozos más gruesos. Puede usarse en dos formas, seg ún el tipo de trabajo: para serrar paneles grandes la sierra se lleva sobre la madera , pero para pe-
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Fig. 33. Sierra portátil de patín o espada. Foto : cortesía de Black and Decker Ltd .
(figura 34). Puede obtenerse como máquina individual o como un accesorio para el taladro eléctrico. Este tipo no gira en el sentido corriente de la palabra y posiblemente la forma más sencilla de describir su acción es imaginar una serie de puntos de lápiz en la superficie de la lija, cada uno de los cuales se mueve girando en un pequeño círcu lo del orden de los 2 ó 3 m m. de diámetro.
queñas piezas es mejor lo contrario; la sierra se fija al revés sobre el banco o en el tornillo y la madera se pasa por ella. Ujadoras. De los distintos tipos de lijadoras portátiles, la más útil , en general, para superficies planas es la orbital
Fig. 34. Utilización de una Iijadora orbital.
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Cepillo de fondos eléctrico de gran velocidad. Esta máquina presenta grandes ventajas para trabajos tales como rebajar huecos, ranurar, hacer rebajes, molduras, etc. Sin embargo, es bastante caro y por ello, además de por la dificultad de adaptarle un amortiguador, no se encuentra con frecuencia en los talleres del artesano casero. Puede , sin embargo, realizar trabajos que son difí-
Fig. 35. Corte de una ranura con el rascador de alta velocidad .
Fig. 36. Realización de un rebaje con el accesorio de rebajar Arcoy. El rebaje se hace mediante dos cortes en ángulo recto.
ciles O incluso imposibles de hacer por otros medios. En la figura 35 se muestra haciendo una entalla.
Util de hacer rebajes. Es prácticamente una pequeña sierra circular que se acopia al taladro eléctrico. Hace los rebajes mediante dos cortes formando ángulo recto entre sí, como se muestra en la figura 36.
Fig. 37. Corte de lazos con la escopleadora Arcoy. Se muestra el accesorio de paso variable.
Escopleadora de lazos. Es una máquina eficiente para labrar juntas de lazos, cortando simultáneamente los huecos y dientes. Además de los dispositivos normales, existe un dispositivo de paso variable, figura 37, que permite espaciar los lazos en la madera de forma que ninguno quede cortado parcialmente en un extremo. También existe un acopia miento para cortar lazos ranurados.
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Siete
Construcción
Actualmente existe una tendencia creciente a utilizar materiales manufacturados en lugar de madera maciza . Esto sucede fundamentalmente por la casi imposibilidad de obtener madera maciza de las especies más atractivas de maderas duras. En consecuencia se tiene que usar el chapeado sobre una base de tablero contrachapado, laminado o conglomerado de virutas. Los cantos se cubren con listones de madera maciza o se chapean. Solamente se hacen con madera maciza patas, largueros estrechos o piezas que deben ser labradas en curva , torneadas o talladas. Puesto que los materiales manufacturados están libres de la tendencia al movimiento hay en los métodos de construcción una libertad considerablemen te mayor que cuando se usaba sola mente madera maciza . Por otra parte cada uno de estos materiales tienen sus peculiaridades que hay que t ener en cuenta para su uso en la construcción , especialmente en los t ipos de uniones que deben usarse. Elementos tales como puertas y piezas de cajones se hacen frecuentemente con estos materiales modernos, ya con tableros chapeados listos para su uso o chapeando posteriormente los paneles base. Así las puertas lisas son popu lares, necesitándose solamente rebordearlas o proveerlas de un canto suficientemente an~ R8 Bara recibir las bi sagras o las ce FF guras, etc. Aunque por otro lado, en determinadas circunstancias, se prefieran puertas de paneles para ciertos trabajos, también en este caso, frecuentemente se emplea tablero contrachapado para los paneles. Tam bién deben ser conocidos los métodos de co'nstrucción tradicionales con madera maciza , especialmente por aquellos a quienes atraiga la reproduccjón de muebles. Fig . 1. Listones encolados por los cantos y cha peados.
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Un punto a tener en cuenta es que al gunos materiales modernos requieren el empleo de máquinas para ser utilizados eficazmente. Un ejemplo es el de los tableros aglomerados que han de serrarse a medida en la sierra circular porque es difícil y a veces imposible cepillar límpiamente sus cantos . El cepillo sólo levanta polvo y en cualquier caso pierde su filo rápidamente debido a la naturaleza abrasiva de los adhesivos de aglomeración . El corte con la sierra de mano deja los cantos rugosos y el cepillado es esencial. Es mucho más satisfactorio utilizar la sierra circular que, en una máquina adecuada , produce un corte recto y a escuadra y con un acabado limpio. El uso de una sierra con las puntas de los dientes de metal duro evita el rápido embotamiento de los dientes.
Puertas lisas Genera lm ente están en concordancia con las act uales ideas de diseño y se han hecho posibles ampliamente , debido a la introducción de materiales tales como los tableros de contrachapado y aglome rados que pueden obtenerse en grandes paneles y están libres de con tracción. Puertas alistonadas y chapeadas. En tamaños pequeños puede seguirse el sistema de la figura 1, que fue el orig inal para hacer estas puertas y a ún se util iza con cierta extensión. Se emplea madera de veta recta , seca y fiable. Los listones de 50 mm. de ancho aproximadamente se encolan can to con ca nto ,
Hay otro punto relacionado con éste en el uso de tableros ch'apeados por las dos caras. El uso del serrucho, casi con toda seguridad , producirá astilladuras en la chapa trasera, por lo que cuando sólo se pueda trabajar a mano deberá darse el corte lo suficientemente separado hacia la parte del desperdicio, para poder eliminar posteriormente con el cepillo la chapa astillada. Los cortes se hacen mejor con la sierra circular, dando a ésta la mínima proyección por encima del tablero de modo que los dientes salientes corten lo más cerca posible de la línea del ta blero en vez de golpear hacia arriba con lo que se aumentaría el riesgo de astillar la chapa de atrás. El afilado de los dientes es esencial , en casos muy importantes es acons~jable cortar previa mente la chapa de atrás con el gramil (o con el formón y una regla) de modo que quede cortada la veta de la chapa. No hay dificultad en acabar con el cepillo el contrachapado o la madera laminada. 100
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Fig . 2 . Puerta de contrachapado o lami nado , ca nteado y chapeado.
alternando la cara del corazón hacia adelante y detrás. Se alisan las dos caras y se recubren con chapas lisas con la fibra al través. Sobre esta contrachapa se aplican las chapas vistas. Es importante que a las dos caras se apliquen chapas de igual espesor. A veces se omite la contrachapa , pero los resultados no son tan seguros. Tableros laminados o contrachapa dos. Estos se muestran en la f igura 1. Cualquiera que sea el material ut ilizado , las chapas de cubrir deben tene r la veta cruzada con la de la chapa exterior del tablero. En el mejor sistema se usan contrachapas como en la f igura 1, pero con frecuencia se omiten . Ambas caras deben tratarse por igual. Para ocultar las diferentes capas en el borde se necesita una tira de canto y en muchos casos se coloca antes de chapear, po rque produce un efecto de continuidad a ambas caras. Sin embargo , si es previsible que el panel esté sometido a mucho roce en los cantos es mejor chapea rl o primero. Así el canto proporciona protección y siendo tan estrecho no se ve indebidamente. Los sistemas de disponer el canto se muestran en (al, (b) y (c) de la figura 3 . El más sencillo , el de (al, tiene de 5 a 6 mm . de espesor y se encola todo alre dedor con las esquinas ingletadas. El chapeado se hace sobre él. Un sistema más fuerte es el de (b) que es amplia mente utilizado en la industria. Como , sin embargo, la sección del canto es bastante difícil de hacer a mano , debido a que los dos rebajes deben ser de igual profundidad , puede preferirse el canto (c). En este caso sólo se necesita una entalla y los rebajes en el tablero , que forman la lengüeta son más fáciles de trabajar por disponerse de mayor superficie de apoyo. Los rebajes pueden marcarse con el gramil de corte y tra bajarse independientemente desde cada cara .
Puerta de bastidor recubierto . El sistema de la figura 4 se emplea con frecuencia para trabajos pintados. En la mejor forma de hacer, ambos lados se cubren con contrachapado, aunque con frecuencia se omite la trasera. Los tra vesaños intermedios son deseables para evitar la tendencia de los paneles a hundirse localmente. Cuando se recubren las dos caras, a veces se presentan com plicaciones debido a la desigualdad de condiciones del aire necesariamente atrapado entre los paneles y el aire de la atmósfera circundante ; para evitarlas pueden trasladarse una serie de agujeros en los travesaños, como se muestra en la figura. El tablero frontal puede acabarse enrasado con los cantos del bastidor o dejarse sobresalir, como en (d) figura 3; esto es útil en cuanto forma un rebaje y ayuda a impedir el paso de pol vo. Alternativamente puede usarse el tablero ajustado hacia adentro de (e) figura 3. Puertas de bastidor. Consisten en un armazón principal, ensamblado con uniones a caja y espiga y uno o más paneles ajustados en ranuras o rebajes. La idea es que el armazón proporcione la resistencia , siendo los paneles simples pie zas de relleno. Si estos son de madera maciza tienen libertad para moverse en las ranuras si se produce contracción o dilatación . Panel en ra nuras. El tipo de panel en ranuras se muestra en la figura 5. Se usa principalmente para puertas pintadas en lo que no hay dificultad para la aplicación del acabado ya que se usa la brocha. Es inadecuado para un acabado barnizado a muñeca en cuanto es qifícil trabajar frotando en los cantos internos y rincones. Según sea el tipo de trabajo el panel será preferentemente de contrachapado , madera laminada o madera maciza. Fíjese en que el ranurado corta auto101
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Fig. 4. Puerta de bastidor con paneles encolados sobre él.
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Fig . 5. Panel encajado en ranuras. Nótese cómo el ret alón llena el ext remo de la ranura .
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Puede dejarse retalón
Fig. 6 . Puerta con bastid or moldurado y re bajado.
máticamente la espiga por su parte interior; consecuentemente la mortaja debe disponerse correspondiendo a esta posición interior. Otro punto a señalar es que en la parte exterior de la espiga se deja un retalón, como en (a). para llenar la ranura que necesariamente recorre todo lo largo del montante. Puerta moldurada y rebajada. Es ampliamente utilizada en trabajos de muebles con acabados barnizados ya que el panel puede barnizarse separadamente y ser colocado después. En los mejores trabajos los cantos frontales son moldurados en la madera maciza , como en (b) figura 6 (a diferencia de una moldura aplicada). y un hecho esencial es que la base de la moldura está al nivel del rebaje como se muestra. Esto es así para que al cortar la parte de la moldura que corresponde a la junta quede una superficie plana para apoyar los espaldones de la espiga.
Cuando se traza debe tenerse en cuenta que la distancia entre espaldones se toma desde el rebaje no desde el canto de los montantes. Esto parece bastante obvio después de moldurar y rebajar, pero no está tan claro de antemano , cuando la madera a ún está solamente escuadrada. Se puede lograr una obra más fuerte si se hace un retalón en la parte inferior, donde se sugiere en (a) . Para el trabajo barato la moldura se apli ca separadamente (c) figura 6, siendo ingletada en las esquinas. Es más rá pido de hacer porque solamente se necesita un bastidor cepillado a escuadra y la moldura puede adquirirse lista para su aplicación. Un uso más justificado de este recurso se da cuando se requi re una moldura sobresaliente como en (d) que no puede trabajarse fácilmente en la madera maciza . Panel rebajado. Cuando el panel se hace
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Fig . 7 . Puerta con panel en rebaje .
rebajado y sin moldura se emplea la unión de (b) figura 7. Esta exige espaldones corto y largo en la espiga , el de detrás es más largo que el de delante en la profundidad del rebaje. También en este caso puede ser ventajoso dejar un talón . En todos estos ejemplos los ensambles se trazan y cortan primero ; esto es seguido del rebajado o ranurado , la moldura se labra después. El ingletado (como en 'a; figura 6) es el proceso final y se realiza durante el armado.
Construcción de una puerta de bastidor. La figura 8 muestra el proceso general. Los detalles se adaptan de acuerdo con el tipo particular de puerta a construir. En el ejemplo dado en (a) el bastidor es rebajado y moldurado y la unión utilizada puede ser la que se muestra en (d) de la pág . 122. Habiendo cepillado a medida los montantes y travesaños, trace con el gramil la profund idad del rebaje y la moldura (l os dos son iguales). Sosteniendo un montante con104
tra el armazón del armario (b) marque con lápiz la altura de la puerta , añadiendo 1,5 mm. pa ra el cepillado y ajuste. Para marcar la distancia entre espaldones de los travesaños coloque los dos montantes sobre la parte inferior del armazón, coloque sobre ellos el travesaño como en (c) y traslade la línea de los rebajes , aumentando también 1,5 mm. aproximadamente . Para asegurarse de que los montantes sean parejos deben unirse temporalmente con gatos como en el (a) y trazar a escuadra a través de ambos. Fíjese en que además del ancho total del travesaño deben trazarse a escuadra la profundidad del rebaje y la entrada de la mortaja en el extremo. Estas dos últimas marcas nos dan la longitud de la mortaja , todas las marcas deben pasarse a lápiz. Un procedimiento similar se sigue con los travesaños, pero utilizando la cuchi-
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Fig. 8. Cómo se marcan las piezas para hacer una puerta : a, dónde se toma la medida entre espaldones en un bastidor moldurado y rebajado.- b, marcado de la medida del montante.- e, longitud entre espaldones del travesaño.- d, trazado de la posición de las mortajas en los montantes.- e, escuadrado de los espaldones.
105
3
4
Después de armar el bastidor se igualan las juntas y se acopla la puerta en el orden indicado en (g). Si después de cepillar el canto n.o 1 para acoplarlo al armario, la puerta es apreciablemente demasiado ancha, cepille el exceso repartiéndolo por igual entre los dos cantos opuestos, de lo contrario la puerta quedaría desequilibrada. Lo mismo debe hacerse con los cantos de arriba y abajo.
Puertas grandes 2
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Fig. 8 . f , orden en que deben cepillarse los can tos de la puerta .- g, cómo se inclina el canto de cierre.
lIa de marcar o un formón (e). Después se separan las piezas y se vuelve el trazado alrededor de cada pieza independientemente. El talón de la escuadra debe apoyarse siempre en la cara o el canto buenos. Sigue el corte de las espigas, después de lo cual se trabaja el rebaje y finalmente la moldura. Las quijeras no deben serrarse hasta que estas dos últimas operaciones no se hayan terminado. El ingletado de la moldura se hace utilizando la plantilla de ingletes seg ún se explicó en la pág. 76.
106
Puertas con travesaños y tirantes. La forma más sencilla de puerta es la del tipo que puede hacerse para una barraca. Consiste en una serie de tablas machihembradas, corrientemente de 22 mm. de grueso o menos si es una puerta ligera, unidas por piezas de mayor grueso -digamos de 32 mm.- clavadas transversalmente. Para evitar que se descuelgue, se añaden unos tirantes en diagonal , como en la figura 9, que se encajan en entallas cortadas en los travesaños. Es improbable que el ancho coincida con un número exacto de tablas y la forma de proceder es alcanzar el ancho por exceso y eliminar éste repartido entre las dos tablas extremas, así el efecto queda equilibrado. Recuerde que en cualquier caso la ranura y la lengüeta de los cantos libres de estas tablas extremas deben eliminarse. Puede suceder, ocasionalmente, que en los lados queden unos listones muy estrechos, en cuyo caso es aconsejable reducir el ancho de todas las tablas, rehaciendo la ranura si es necesario o, lo que es mejor, eligiendo un ancho de tabla más conveniente. Prepare los travesaños recordando remeterlos si es necesario dejar espacio para las jambas de la puerta. Bisele o chaflane las aristas como se muestra. Los travesaños se colocan generalmen-
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Fig. 9. Puerta de travesaños y tirantes.
Fig. 10. Travesaños fijados a un montante .
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Fig. 11 . Puerta con bastidor, travesaños y tirantes y construcción de la misma .
te en el interior, pero en caso de que vayan en el exterior la arista inferior debe dejarse a escuadra y practicar en el 'canto inferior una . ranura de goteo o goterón. Es conveniente hacer las entallas para recibir los tirantes antes de fijar los travesaños, es un trabajo sencillo de serrar a través y cortar con formón las entallas inclinadas. Clave los tres travesaños en un montante, como en la figura 10, compruebe el escuadrado y 108
dé la vuelta al conjunto. Con lápiz y regla marque las posiciones y clave las tablas punzonando las cabezas hacia dentro. En esta forma los clavos pasan a través del material más delgado hacia el más grueso. Vuelva otra vez la puerta al revés y corte los tirantes para que ajusten bien en las entallas. Clávelos desde la otra cara , habiendo trazado líneas de lápiz como
guía. En todos los casos incline los clavos, cuando sea posible , para evitar rajaduras . Puerta con bastidor, travesaños y tirantes. Estas se usan en trabajos de mejor clase. Se arma un bastidor con uniones a caja y espiga y se ajustan tirantes para evitar que se descuelgue. Sobre una cara se clavan tablas machihembradas como en la figura 11 . El travesaño superior y los montantes tienen un rebaje para recibir las tablas de machihembrado , pero los travesaños central e inferior están adelgazados en la medida equivalente al espesor del ta blero y tienen espigas enrasadas a la cara. En (a) se muestra el ensamble del travesaño superior ; fíjese en los espaldones cortos y largos, el frontal llega hasta el rebaje. Las espigas enrasadas de los travesaños central e inferior se muestran en (b). Todas están tomadas a todo el ancho y apoyadas por la cara de fuera .
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Suponiendo que las tablas tengan una junta en V en las uniones, el bastidor principal debe chaflanarse antes de armar, para un mejor aspecto. El chaflán del travesaño corre a todo lo largo , pero el de los montantes debe terminar en la junta y se acaba con un corte a inglete de albañil hecho en la madera maciza , después de encolada. Los tirantes se cortan a la medida y se clavan con un clavo en el canto por cada extremo. El machihembrado debe ser lo más plano posible. Cualquier reducción del ancho que sea necesaria debe repartirse por igual entre las dos tablas de los lados. Clávelo en posición y rehunda las cabezas de los clavos. Puertas lisas. Las hay de muchos tipos. Un modelo atractivo con o sin panel de cristal se muestra en la figura 12. Se construye un bastidor principal con
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Fig . 11 . a, ensamble de ca ja y espiga de arri ba .- b, espiga enrasada a la cara del travesaño central.
juntas a caja y espiga y se encolan ta bleros de contrachapado por las dos caras. Para prevenir el hundimiento en tre los travesaños se colocan un cierto número de tablillas. También se pone un taco en el que pueda tallarse la mortaja para la cerradura y montantes que hagan posible el corte de la ventana circular. Por último se añaden cantos con lengüeta. en parte para un mejor acabado y también para proteger los cantos de la chapa.
109
Es esencial que el bastidor esté completamente libre de alabeo y también que el conjunto se mantenga completamente plano cuando se encolan y prensan los paneles. De otra forma se perpetuaría el alabeo.
Puertas correderas Hay muchos sistemas de disponer estas puertas. Puertas de madera maciza. Un método sencillo para las puertas de madera se presenta en (a) de la figura 13. Consiste en un rebaje suficientemente ancho para contener las puertas y una tira de separación entre ellas. Es práctico hasta cierto punto , pero las superficies deslizantes son amplias y en consecuencia hay mucho roce ; además el desgaste se produce en la superficie del canto de la propia puerta y eventualmente puede formarse una desagradable marca. El uso de grasa de velas como lubrifica nte ayuda a dism inuir la fricción . La tira de separación se inserta después de colocadas las puertas en posición. Haga un ajuste fuerte y utili ce solamente uno o dos puntos de co la de forma que no exista una dificultad innecesaria para desmontarla. Si se prefiere , la tira de arriba puede fijarse permanentement e de antemano. La de abajo puede ser de dos trozos con una pequeña junta de empalme ; uno solo de los trazos se encola permanentemente, con lo cual se perm ite que puedan introducirse las puertas y deslizarlas hacia un lado, después de lo cual se coloca la segunda pieza su jetándola con dos puntos de cola . Las puertas más ligeras, de contrachapado, pueden disponerse como en (b). Las ranuras superiores son el doble de profundas que las de abajo de form a que las puertas pueden levantarse y est irarse hacia afuera para desmontarlas. 110
I
para cerradura
Fig. 12. Construcción de una pu erta li sa.
Como alternativa puede emplearse una gu ía de sección ranurada (c) insertada en un rebaje . Guías y correderas especiales . Para puertas pesadas se usan con frecuencia las guías y correderas de bolas de la figura 14. Las correderas pueden colocarse en el canto inferior como en (a) y (b) y la guía se atornilla en un rebaje en el suelo del armario. Si se puede colocar un tapajuntas la disposición mostrada es satisfactoria. En caso contrario debe ranurarse el canto inferior de las
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Fig. 13. Puertas correderas : a, puertas macizas en rebaje.- b, puertas de contrachapado en ra nuras.- c, guía de ranuras. Fig . 14. Distintas disposiciones de correderas de bolas y guías metálicas. Fig . 15. Guías y correderas de fibra , silenciosas.
puertas, de modo que se ajuste bien sobre las guías, como en (e). En la parte superior hay simples lengüetas de madera . Una variante sencilla es la trasera de las puertas y se atornillan a ellas ; éstas se deslizan en ranuras y - pueden atornillarse después de colocadas las puertas en posición . De esta forma las puertas pueden desmontarse con facilidad . Un dispositivo de especial buen resulta do son las guías y correderas de fibra de la figura 15. 'Las guías de fibra se
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e Fig . 14
introducen en ranuras en el bajo del armario y cuando puede ponerse un ta pajuntas las correderas se colocan en un simple rebaje en el canto inferior de la puerta. Sin embargo, un sistema mejor es hacer ranuras en el canto inferior de las puertas para que éstas ajusten cerradamente con el suelo del armario , como en la figura 1 6. Una variante es la del esquema de la figura 17, usado a menudo en puertas de contrachélpado grueso; primero se introducen las lengüetas de arriba y luego se coloca la tira inferior en trozos separados. 111
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Fig . 16. Variante del montaje de gu ías y correderas de fibra .
Fig . 17 . Puerta s correderas co n ranura y le ngüeta arriba y abajo.
Puertas de cristal. Un sist ema sencillo se muestra en la figura 18, en el cual se hacen ranuras abajo y arriba que proporcionan un ajuste libre. Debe observarse que las ranuras superiores tiene n una p ~ofundidad extra , que permite levant ar las puertas y dejarlas caer en las de abajo. Esto permite desmonta r las puertas en cualquie r momento. Un deslizam iento bastante m ás suave puede obte nerse colocando t iras de fibra en el fondo de las ranuras inferiores, como se muestra a la izquierda. Otra alternativa es enco lar t iras de fieltro a lo largo de las ra 1 12
Fig. 18. ' Puertas correderas de cristal . deslizándose en ranuras.
nuras, pero esto no produce un desl izamiento tan bueno . También -se pueden obtener canales especiales de fibra o metal , como los de la figura 19. En ambos casos se hace una ranura ancha arriba y abajo para recibir las canales como un conjunto. Una última palabra en relación con cualquir diseño que presente tiras salientes en el suelo ; es un buen plan hacer que ambas tiras salientes finalicen por un extremo unos 50 mm . antes del final
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Fig . 19
sólo pueden emplearse cu rvas convexas (con la lona por la parte interior) porque las juntas se pueden abrir cuando la persiana pasa alrededor de la curva . Al gunas persianas, especialmente las que equipaban los antiguos escritorios, tienen alambres que atraviesan las tablillas para mantenerlas juntas, en lugar de lona ; esto hace más fácil el uso de la persiana la cual puede doblarse en los dos sentidos ya que el punto de giro está en el centro de la madera en línea con el alambre.
Variedad de secciones. En la figura 21 se presentan algunas secciones de persianas. La más sencilla es la (a) que en este caso se presenta chapeada pero puede usarse con listones macizos. Para esto último es práctica corriente utilizar listones de madera clara y de madera oscura alternados.
Fig . 19. Ejemplos de guías de fibra . Fig. 20. Armario pequeño con frente de persiana de tambor.
de la puerta de forma que el fondo pueda fácilmente limpiarse de polvo.
Persianas de tambor Una persian a de tambor consiste en una serie de listones estrechos encol ados sobre un respaldo de lona. Los extremos se introducen en ranuras practicadas en el mueble, figura 20, y pueden correr a lo largo de una curva de radio razonablemente grande. Generalmente
Cuando se usa chapa , como en (a), la veta se toma al través y se usa una sola hoja de chapa de forma que la veta es continua. Para hacer una persiana as í, el trabajo se prepara de un ancho sufi ciente para cortar todos los listones, uniendo dos o más piezas ; entonces se chapea y después se corta en listones, numerando cada uno de modo que pue dan colocarse en el mismo orden , guardando así la continuidad del veteado. Para evitar la curvatura por tiro, se cha pean las dos caras. Cuando se necesita una sección moldurada , los listones se preparan de modo que cada uno forme una sola moldura , a menos que éstas sean muy estrechas, en cuyo caso pueden hacerse dos en cada listón como en (b). Puede com probarse que tanto en este caso como en el de (a) las juntas se abren necesariamente cuando la persiana pasa sobre una curva. Por regla general esto no importa porque la persiana está oculta alrededor de la curva. Cuando esto no puede disponerse así es aconsejable 113
b
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Fig . 21 . Diferentes secciones adecuadas para pe rsi anas de tambor.
emplear una sección que se solape , como la vista en (c) . Una sección bastante más limpia es la de (d), en la cual la pequeña curva está trazada con el mismo centro de la curva de la lona de respaldo; así las dos piezas ajustan limpiamente una con otra, sin embargo , es una sección complica da para trabajarla a mano. La sección (e) es una simple variante de la (c), mientras que la (f) tiene la ventaja de poder curvarse en los dos sentidos. Armado de una persiana de tambor. Es necesario construir un tablero de montaje sobre el que se puedan colocar las piezas juntas como se muestra en la fi gura 22. El tablero está rebordeado por tres lados con listones clavados, cuya al tura es algo menor que el espesor de los listones de la persiana . Estos últimos deben tener todos exactamente el mismo grueso y sus cantos deben estar cepillados perfectamente a escuadra y rectos. Antes de colocarlos en posición
114
frote los cantos con un trozo de cera de vela, para evitar que se adhiera cual quier rastro de cola que pueda penetrar. Se colocan uno al lado de otro y la pieza de cuatro cantos se sitúa al final ; ésta debe ser apretada ligeramente con un gato y luego clavada , lo cual lleva a todas las piezas a juntarse cerradamente. Para evitar cualquier tendencia de las piezas a levantarse por la presión coloque un batiente a través de la cara de las piezas de la persiana hasta que se hayan introducido los clavos en la pieza del fina l. En todo caso sólo se necesita una ligera presión. Para el respaldo utilice una pieza de lona fina de buena calidad. Estírela lo más posible pasándola atrás y adelante sobre un canto redondeado de un palo recto. Fíjela en uno de los bordes del tablero con unas cuantas tachuelas y dóblela hacia afuera . Encole las piezas de la persi ana , eche la lona recta a su
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Fig. 22
Piezas de la persiana
Fig. 23
Fig.
Corte de gramil
Fig. 22. Tablero de montaje utilizado para colocar la lona. Fig. 23. Piezas en posición y lona prensada encima. Fig . 24. Cómo se rebajan los extremos de los listones. Fig. 24 Fig. 25. Cómo se asegura la lona al final de la persiana .
115
través hasta el extremo más alejado y sujétela con una o dos tachuelas. Alise cualquier arruga de la lona y coloque un tablero encima fijándolo con gatos (figura 23). Una hoja de papel evita que se pegue al tablero cualquier escurridura de cola que pueda producirse. Con frecuencia es innecesario utilizar tablero de prensa, alisándose simplemente la lona con la mano. Aseg úrese de que todas las arrugas se han eliminado. Ajuste. Deje un tiempo amplio para asentarse la cola y pruebe el movimiento, asegurándose de que se abre cada junta. Entonces se cepillan los extremos de modo que entren en la ranura. A veces la ranura es más estrecha que el espesor de las piezas de la persiana y se hace un rebaje en la cara de ésta, como en la figura 24, formando un espaldón. La ventaja de esto es que la ranura queda enteramente disimulada por el espaldón incluso después de un desgaste considerable. Esto es especialmente útil para piezas de persiana molduradas en las que de otra forma la ranura sería visible en los entrantes. Para hacer el rebaje, corte la cara de la persiana con el gramil de corte y utilice el cepillo de espaldones o de cuchilla al frente. Cuando la persiana está colocada sobre una forma curva que sea visible es corriente emplear listones moldurados que se encolan planos. La ligera abertura en la curva se ve muy poco. Sin embargo si se requiere una sección plana, como la (a) de la figura 21, es preferible ajustarla sobre un camón que tenga la misma curvatura que la obra , como se muestra en la figura 26. Los listones se cortan unos 38 mm . sobremedida de largo y se colocan de cara hacia abajo en el camón . Al cepillar las juntas el soporte de cepillar se ajusta para que los cantos queden ligeramente fuera de escuadra lo cual asegura una junta más 116
cerrada cuando las piezas están en la curva . La primera pieza se coloca con un par de clavos entrados a medias, se colocan una media docena de listones apretándolos entre sí y otra pieza cla vada. Puede dar vuelta de lado al camón para comprobar por debajo si las juntas están bien cerradas en la cara . Por regla general la pieza final se hace más ancha , lo cual permite fijar un ti rador en ella . La lona se encola hasta la mitad de ella dejando un final libre de 50 a 75 mm. Este se enrolla en un listón o tira que se atornilla detrás fijando así la lona. Una variante consiste en atornillar el listón simplemente encima de la lona. Ranuras para la persiana. Las ranuras en que corre la persiana deben ser hechas corrientemente con el formón . La guimbarda puede usarse para acabar e igualar la profundidad del fondo y para las partes rectas puede fijarse una guía que permite usarla como acanalador. No haga las curvas demasiado cerradas. Como regla general es necesario hacer las ranuras algo más anchas en las curvas para que la persiana pase fácilmen te. Naturalmente debe haber un lugar (generalmente detrás) por el que la persiana pueda introducirse (ver figura 27) ; éste puede ser bloqueado después de colocada la persiana o puede ajustarse un tope. A veces es posible hacer un forro separado para el mueble en el cual se hacen las guías. El acanalador Tech nikos es útil para labrar las ranuras, especialmente curvas circulares planas. La herramienta se muestra en uso en la figura 28.
La persiana no debe montarse definitivamente hasta que ella y el mueble no hayan sido pulidos y barnizados porque sería imposible pulirla límpiamente. De hecho en el caso de una persiana moldurada deben pulirse los listones sueltos antes de encolar el respaldo de lona .
Fig . 26 . Camón para montar listones para una cur-
va. Fig. 27. Ranuras en las que corre la persiana de tambor.
De otra forma es imposible alcanzar los arranques con el taco de lijar. Cuando ya está todo acabado y se ha probado el funcionamiento los extremos de la persiana se lubrifican con grasa de vela , con lo que se hará más fácil el deslizamiento y más silencioso.
(b) y (c). Por detrás el fondo ajusta debajo del canto inferior escuadrado de la trasera. En el caso de cajones pequeños de poca altura en los cuales se requiere la máFig . 28. Trabajando una ranura curva con el acanalador Technikos.
Construcciones de cajones En su mejor forma los cajones se construyen con las juntas enlazadas y en los buenos trabajos de ebanistería estas uniones a ún se hacen manualmente. La figura 29 muestra en (a) el trazado de un cajón en su forma corriente. Los lazos ocultos del frente tienen los dientes reducidos casi a un punto, lo que produce una limpia apariencia. Fíjes;e en que, ya el fondo del cajón debe encajarse en una ranura del frente, ésta debe hallarse dentro de la última cola de milano (vea las líneas de puntos); si no fuese así aparecería un hueco en los costados. Los costados no están ranurados ya que se usan molduras ranuradas aplicadas, vea las secciones 117
b
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Fig. 29 . Diseño de cajones con uniones enlazadas.
xima profundidad, el fondo se coloca enrasado con los cantos inferiores de los costados, encajado en un rebaje. Esto exige un pequeño diente cortado a escuadra en la parte baja de los extremos de los costados, como se muestra en (d), figura 29. A veces los costados del cajón han de prolongarse más allá de la trasera , en cuyo caso se emplea la ra-
nura en lazo mostrada en (f) que tiene tope en la parte de arriba. En (a) el fondo se presenta prolongado por atrás; esto es necesario únicamente si se utiliza madera maciza , para permitir correr el fondo hacia adelante en caso de contracción. Si se utiliza contrachapado o tablero de fibras puede acabar enrasado con la trasera. Construcción de un cajón. Cepille el frente del cajón para ajustarlo cerradamente en el hueco (a, figura 30). A esto ayuda hacerlo ligeramente convergente , no más que el espesor de una viruta fina. Cepille primero el canto inferior y luego un extremo para alinearlo al hueco. Marque la longitud, cepille para ajustarla y finalmente cepille el canto superior. La trasera se trata de forma similar, pero su anchura es menor debido a que descansa sobre el fondo del cajón, y debe medirse desde arriba. Cepille los cantos inferiores de los cosluego los extremos a escuatados dra, haga los dos costados parejos, y cepille el canto superior hasta lograr un ajuste suave (b, figura 30). Sigue la construcción de las juntas enlazadas (ver pág. 114) Y después de armado se ajusta el cajón antes de añadir el fondo. Un sistema conveniente para cepillar sin peligro de que el cajón padezca se
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Fig . 30. Forma de ajustar el frente (a) y los costados (b) de un cajón .
118
Fig. 31 . Tablero atornillado al ban co que facilita el acabado de los cajones.
muestra en la figura 31 . Una buena lubrificación es frotar grasa de vela en frío sobre las superficies de roce, pero ésta no debe usarse hasta después del acabado. Una alternativa rápida y barata es seguir la construcción de la figura 32. En el frente se hace una unión con rebaje y una ranura sencilla en la trasera. El conjunto se arma con cola y clavos, estos deben introducirse inclinados de modo que converjan unos con otros a ma nera de lazos.
Bastidores de ventana Es raro que u n artesano casero necesite hacer una ventana para la casa , pero a menudo necesita una para la caseta del jardín o el garaje . En la figura 33 se presenta el bastidor y marco de una ventana ligera de doble hoja .
Marco. Está hecho según se muestra en la figura 34. Los montantes y el travesaño superior se unen mediante una simple junta en rebaje . En la parte inferio r los montantes se acoplan al umbral
Fig. 32 . Construcción se nci lla de un cajón .
que está cepillado por el lado de fuera de su parte superior, para darle pendiente. Bajo el canto frontal hay un goterón . Hay que cortar un sencillo alojamiento para recibir los montantes y es aconsejable hace rlo antes de cepillar el chaflán para poder utilizar la guimbarda o cepillo de fondos.
Hojas . Para hacerlas se emplea una sección estándar. Se utiliza el ensam-
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Fig. 33 . Hojas de ventana y su marco.
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Fig . 34. Cómo está hecho el marco.
ble de la figura 35, y puede observarse que en lugar del retalón de ebanistería hay un encaje . El ancho de la mortaja se hace igual al ancho del escuadrado central. Se usan espigas acuñadas al través y el chaflán se une en punto de pluma en vez de a inglete. Fíjese en que el chaflán ha sido eliminado frente a la espiga para permitir espaldones iguales en la espiga. La moldura de cierre central se acopla en un rebaje como en la figura 33 , y ello requiere
120
Fig. 35 . Ensamble para las hojas.
hacer rebajes en cada hoja. Es necesario biselar los cantos inferiores para alinearlos con la inclinación del umbral.
Ocho
Uniones .
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El número de uniones usadas en el trabajo de la madera casi da vértigo si se tienen en cuenta las variantes de detalles y tamaños. Sin embargo uno sólo debe molestarse con las relativamente pocas uniones básicas, y nosotros damos éstas en las páginas siguientes. Su aplicación se encontrará en los diseños de objetos a construir. Ensamble caja y espiga. Las principales clases se muestran en las figuras 1 y 2 . Generalmente el grueso de la espiga se hace igual a un tercio del grosor de la pieza y es cuestión de seleccionar el escoplo cuya medida sea lo más cercana a esto. Así, para una pieza de 19 mm. se usa un formón de 5 mm.; para maderas de 22 y 25 mm. es adecuado el de 8 mm. En las figuras 1, 3 y 4 se muestra un ensamble de caja y espiga sencillo y la forma de hacerlo. En principio cuando hay que realizar una serie de ensambles relacionados , como por ejemplo para una puerta , todas las espigas deben trazarse al mismo tiempo, escuadrando juntas todas las líneas de las quijeras ; esto se explica más detalladamente en la página 88, donde se trata de la construcción de las puertas. Aquí sin embargo, para mayor claridad, daremos el procedimiento para una sola unión. Escuadre el ancho del travesaño a través del canto del larguero como en (b) de la figura 3 , trazando con lápiz; fíjese en que todo se traza invariablemente partiendo del extremo de la madera dejando un trozo de sobrante para disminuir cualquier tendencia a rajarse de la madera (a). Se traza una tercera línea para señalar la longitud de la mortaja. Ahora ajuste las puntas del gramil de mortajas a la anchura del escoplo a utilizar (c) y fije la guía de forma que las puntas queden lo más centradas posible sobre el canto de la madera (en el caso de bastidores con rebaje las mor121
c
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Retalón
d
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Franqueo
Fig. 1. Variantes del ensamble a caja y espiga: a, caja y espiga en esquina (puede añadirse un retalón como en c).- b, caja y espiga en bastidor rebajado , obsérvese los espaldones corto y largo.- c, caja y espiga en un bastidor rebajado y moldurado.- e, caja y espiga enrasada a la cara .- f, caja y espiga acuñada al través.- g, caja y espiga doble con lengüeta.- h, caja y espiga para bastidor de ventana.- i, caja y espiga enrasada a la cara .
122
1
a
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Fig. 2. Más ejemplos de ensambles a caja y espiga : a, caja y espiga para pata y travesaños, se presentan las variant es del retal6n , las espigas se cortan en ángulo para encontrarse en el interior de la pata .- b, espigas dobles para t ravesaños de cajones.- c, espigas dobles para bastidores pesados.d , dentado recto para divi siones d e armazones, etc.
123
Esp iga Mo rt aja
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Fig. 3 . Caja y espiga : a, ensamble acabado.- b, trazado.- e, ajuste del gramil.- d, mortajado.
tajas se hacen generalmente alineadas con el rebaje). Marque la madera (c) con la guía frotando sobre el lado de la cara .
La mayor parte del desperdicio de la mortaja puede eliminarse taladrando con una barrena algo más delgada que el ancho de la mortaja. Esto se muestra claramente en la página 31. El mortajado se muestra en (dl. figura 3. La madera se fija sobre una parte sólida del banco, poniendo un tornillo de apriete en el extremo con una madera de desperdicio bajo el tornillo ; esto reduce el 124
riesgo de que la madera se raje. Haga el primer corte cerca de la mitad , penetrando sólo un poco. Desplace el escoplo un poco y haga otro corte , esta vez más profundo y vaya trabajando así hasta llegar a 1 mm. del final. Un trocito de papel f ij ado en el escoplo muestra la profundidad a la cual se toma el escoplo. Dé la vuelta al escoplo y repita el proceso en la otra dirección. Apalancando hacia arriba con el escoplo se elimina el desperdicio del centro , finalmente se corta sobre las líneas de lápiz mante-
b
Fig . 4 . Ensamble a caja y espiga : a, trazado de los espaldones.- b, c, corte de la espiga.- d , cort e de las quijeras (esquijerado) .
niendo vertical el escoplo. Estos cortes finales eliminan los extremos aplastados por la acción de apalancar con el escoplo. Los espaldones de las espigas se escuadran volviendo el trazado todo alrededor, con el formón o una cuch illa como en (al. figura 4. Mantenga siempre el talón de la escuadra sobre los lados de la cara y el canto de la madera . Marque el ancho de la espiga con el gramil de mortajas, apoyado también en la cara. Deben marcarse los dos cantos y la testa . Pa ra serrar sujete la ,.rn adera en
el tornillo con una cierta inclinación (b) y sierre por el lado del desperdicio de la línea del trazado. Para completar el corte dé la vuelta a la madera, como en (cl. esta vez manteniéndola vertical. Una espiga bien cortada debe encajarse tal como queda sin otra atención. Para posibilitar el serrado de las quijeras haga un corte inclinado con el formón del lado del desperdicio como se muestra en el detalle de (d). Esto proporciona una canal en la que puede correr el se rrucho. Por último marque el trozo que debe eliminarse del lado de la espiga y
125
b
Fig. 5. a, junta a tope reforzada con clavijas. - b, unión enclavijada para bastidor.- c, útil para entallar las clavijas.
córtelo. Cuando se arma el ensamble es aconsejable colocar un tornillo de apriete en el extremo de la mortaja para prevenir el que se raje. En algunos casos se deja ·un retalón en la espiga como en la figura 1 (c) .
Utilaje de enclavijar Record. Utilaje de enclavijar Woden .
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Uniones enclavijadas. Aunque éstas tienen un lugar legítimo en algunos trabajos, a menudo son usadas como un sustituto rápido de los ensambles a caja y espiga en algunos tipos de bastidores como en la figura 5 (b). Los silleros usan clavijas frecuentemente para unir los travesaños del asiento a las patas. Aunque hay distintos procedimientos para trazar estas juntas el método usado principalmente en la actualidad es el empleo de una plantilla especial para clavijas. El único trazado requerido con este útil es una línea de centros, estando las clavijas equidistantes de los dos lados. Aparte del ahorro de tiempo en el trazado, la barrena es guiada por
Fig. 6 . Ensambles a media madera, a tenaza , con lengüeta , en rebaje, etc.: a, a media madera en esquina.- b, a media madera en T.- c, a media madera en cola de milano.- d, a media madera en cruz.- e, a tenaza.- f, de lengüeta suelta y ranura. - g, rebaje simple.- h, de lengüeta y ranura en ángulo.
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los casqu illos que se insertan en la planti lla y los agujeros quedan con ello perfectamente alineados. Existen distintas med idas de casquillos para qu e se adapten a las diferentes medidas de barre nas. El útil se muestra en (d) y (e) figu ra 5.
portar alg ún esfuerzo (como en el asiento suelto de una silla , por ejemplo), debe ser encoladas y atornilladas. En el caso de media madera en cruz (d) las piezas pueden justo apretarse con la mano ; un ajuste demasiado fuerte puede producir deformaciones.
Debe hacerse una entalla a lo largo de todas las clavijas para permitir la salida del exceso de cola cuando se introducen ; sin esto se corre el riesgo de raj ar la madera. Una forma sencilla de ha cer esta ranura es el uso del útil qu e se . muestra en la figura 5 (c). En una pieza de madera dura se hace un agujero algo mayor que la dimensión de la clavija y se introduce un torn illo de mane ra que su punta sobresalga en el interior de l agujero . La varilla para las clavij as se empuja a pasa r por este agujero antes de cortarla y la punta del torni llo hace la ranura .
La unión en tenaza (e) se aplica cuando un banco , mesa o pieza similar tiene tres patas en el frente. El travesaño su perior se hace de una sola pieza y la pata central se embrida en él.
Otro detalle es, que es aconsejable avellanar ligeramente los agujeros pue s la cola es difícil de quitar cuando se han introducido las clavijas. Tambíén es una ayuda el que las clavijas estén li geramente chaflanadas porque facilita el comienzo de su entrada en los agujeros. Existe un afilador especial de cla vijas para el berbiqu í.
Ensambles a media madera . Son empleados en la constru cción de bastidores , etc. a menudo como un su stituto de los ensambles a ca ja y espig a. Se utilizan principalmente para unir pie zas demasiado delgadas pa ra ensam blarlas a caja y espiga. Las posiciones en que se usan son manifiestas en la figu ra 6 (a, b, c y d). En los casos a, by c se t ra za con el gramil una línea de cent ro, part iendo de la cara y seguidamente se da un corte al lado sobrante de la línea. La línea de espa ldón se t raza al través con formón o cuchilla y se co rta una entalla inclinada similar a la de la espiga (d ) figu ra 4 . Cuando la unión ha de so128
La unión de ranura y lengüeta suelta (f) se utiliza cuando se necesitan juntas resistentes en tablas encoladas por los cantos (tableros de mesas, extremos de armazones, etc.). La unión en rebaje (g) se usa a menudo como una alternativa sencilla de las uniones de lazos ocultos; necesita ser encolada y clavada. La (h) se usa en forma similar pero no es muy satisfactoria debido a lo corto de la fibra en la testa que puede fácil mente astillarse . Uniones en entalla. Las entallas simples (a) figura 7 se usan principalmente para estantes, divisiones, etc. Cuando su apa riencia en el frente es indeseable , la ranura se hace oculta como en (b). En el caso de (a) la entalla es fácil de hacer. Se trazan a escuadra dos líneas a tra vés de la madera con el formón o la cu chilla; se cortan entallas inclinadas hacia el lado del desperdicio y se trabaja en ellas con el serrucho de espigar. Se escoplea el grueso del desperdicio y se alisa el fondo con la guimbarda. Con las ranuras ocultas no es tan sencillo. El sistema es labrar un hueco inmediatamente junto al extremo cerrado, como en la figura 8. Esto permite al serrucho trabajar en cortos golpes hasta alcanzar la profundidad. El sobrante se quita con el escoplo o el formón y la guimbarda , como en el caso anterior.
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Fig. 7. Ejemplos de uniones en ranura , ingletes, etc: a, en ranura en cola de milano.- d , en ranura en cola de milano acuñada.- e, inglete simple.- f , inglete con lengüeta .- g, inglete con llaves de cha pa.- h, inglete enclavijado.
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traduce completamente en posición. Esto hace mucho más fácil determinar dónde necesita retoque . Uniones a inglete . El inglete simple se muestra en (e) figura 7. Según su ta maño se corta en el bloque o en la caja de ingletes. Frecuentemente los ingletes pequeños pueden encolarse directa mente después de serrados , pero los mayores es nece sa rio ce pill arl o s en el soporte de cepill ar ingletes, (b ) pág. 17.
Fig . 8 . Serrado de los lados de una ranura ocul-
ta .
Fig . 9 . Gu ía para serrar ranuras en cola de milano.
Para una unlon más resistente pued e usarse la de ranura en cola de milano (c) . Puede cortarse a todo lo an cho , como se muestra , u oculta de modo simila r a (b) . Como gu ía para mantener el se rrucho con el ángulo correcto puede fi jarse un taco de madera al lado de la línea , como en la figura 9 , bien con un gato o clavándolo. Casi igual de fácil de cortar y ciertamen te más sencilla de ajustar es la unión d e ranura en cola de milano en cuña oculta (d). Su ventaja consiste en que está completamente suelta hasta que se in130
En (f). (g) y (h) se presentan varias form as de reforzar ingletes. La pri mera y la úl t ima se utilizan principalmente para bastidores, mientras que la (g) se usa para reforzar cajitas ingletadas para cha pear. Se hacen cortes de sierra a través del inglete y se encolan en ellos astillas de chapa que se enrasan después de seca la cola. Junta s de la zo s en cola de m i lano . Estas son las más resistentes para es tructuras tales como cajas , etc . Cuando la apariencia no importa los lazos al descu bierto (a) figura 10, es la forma más sencilla y resistente . La de lazos semi ocultos (b) se ut iliza cuando una cara debe ser lisa, como los costados de un armazón, los f rentes de cajo nes, etc. En la forma (c) la junta queda oculta excepto una delgada línea de veta de testa fo rmada por la solapa . En (d) la junta queda enteramente disimulada . En (e) se mu estra, la aplicación de lazos sem iocultos a la unión de un t ra vesaño su perior a un costado de arma rio con montante en la esquina. La disposición (f) es para un armazón anch o en el que los lazos estrechos de los ext rem os impiden a la madera ondularse hacia afuera. Para una pieza inclinad a formando un cierto ángulo se sigue la disposición mostrada en (a). El proceso de cortar lazos vistos se m uestra en la figura 11. El grueso de la
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Fig. 10. Diferentes tipos de juntas de lazos: a, lazos vistos o sencillos.- b, lazos semiocultos.- c, lazos ocultos con doble solapa.- d, junta a inglete con lazos ocultos.- f , lazos semiocultos para un armazón, observe los lazos estrechos para evitar que la madera se curve hacia afuera en los extremos.- g, lazos en ángulo.
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Fig. 11. Fases del trazado y corte de una junta de lazos : a, junta terminada.- b, t razado con el gramil de corte. - c, serrado de los lazos.- d, escipleado de los lazos.- e, trazado de los machos partiendo dé los lazos.- d, serrado de los machos.
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madera se marca con gramil , como en (b). Cuando los gruesos de las piezas son d iferentes, se ma rca el de cada una en la otra. No corte profundame nte , pues la m arca debe ser luego eliminada cepill ando. Trace a lápiz las posiciones de los lazos. Si la posición es import ante se miden y t razan con una plantilla . La inclinación es de 10 mm. en 60 mm. como se muestra en la figura 12. Coloque la madera en el tornillo formando án gulo de modo que el serrucho quede vertical y corte hacia abajo como en (c) . Marque cruces en las piezas sobran tes. La mayor parte de éste puede quitarse cortando con la sierra de pelo hasta aproximadamente 1 mm. de la línea . Corte el sobrante como se muestra en (d). Haga una entalla inclinada sobre la línea del gramil (1) Y corte hacia abajo a 1 mm . de la línea (2). Haga un corte incli nado (3) de modo que no estropee el rincón formado. Rep ita el proceso justo en la línea del gramil (4) y final mente vuelva la pieza del otro lado (5) para acabar el corte . Sujete la pieza de los dientes eh el tornillo y sitúe en posición sobre ella la pieza con los lazos como en (e) ; un trozo de desperdicio en la parte de atrás puede mantenerla en posición correcta . Pase una punta de trazar alrededor de los lazos, según se muestra y corte como en (f) . El serrucho debe sostenerse justo en el lado del desperdicio de la marca , lo cual propo rciona un cómod o ajuste apretad0 a mano. Fíjese en las cruces que indican las partes de desperdicio, éstas hacen aparentes los t rozos a eliminar. La talla· se hace como para los lazos. Antes de armar los cant os interiores de los lazos se recortan ligerame nte con el formón según (a) de m odo que el com ienzo de la entrada se facilite .
La unión de lazos semiocultos se corta de forma similar, pero los dientes sólo pueden tallarse desde un lado. En la
unlon mero de lo pieza
a inglete con lazos ocultos, prise han de labrar los dientes, pues contrario no puede trazarse una a partir de la otra.
Uniones de armazones. Cuando se em plea madera maciza en la construcción de un armazón , tal como el cuerpo de un armario , la junta de lazos semiocultos se usa en los trabajos en los que se desea ocultar las juntas, como se muestra en (a) figura 13, donde se supone que existirá un tablero superior separado que cubrirá los lazos. En los costados la solapa de los lazos oculta la unión. Una variante utilizada a veces en la parte superior es el uso de largueros delante y detrás, con refuerzos angulares en las esquinas encolados en los cantos interiores , como en (b) . Si no hay imped imento para que se vean las juntas se puede utilizar una junta de lazos se ncilla (c). en cuyo caso debe ha cerse bonítamente espaciada y límpiamente cortada . En el caso de un cuerpo que no tenga tapa suelta encima y cu yas juntas deban ocultarse se usa la unión de lazos ocultos (d) . En ésta la ún ica indi ca ción de la junta es la delgada lín ea de veta de testa visible en el cost ado. A veces, para trabajos baratos, se usa la junta (e). que es una simpl e ju nt a en rebaje encolada y clavada , a la qu e en algunos casos se añade en las esqu inas interiores un refuerzo en ángulo en lazado como el que se muestra en la fi gura 17. Tableros prefabricados. Se incluyen en estos los tableros de contrachapado , los alistonadas y los de viruta aglomerada ; cuando se usan son indispensables t écnicas de construcción especiales. En un sentido tienen la ventaja de estar libres de la contracción o dilatación característica de la madera maciza . Por el contrario su construcción significa a menudo que las juntas normales no pueden usarse. El método de la figura 14 es útil para los tableros de contra 133
Ustón de canto
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Madera maciza
Fig . 14
A Fig. 12. Inclinación normal de los lazos.
10mm
Fig . 12
Fig . 13. Juntas enlazadas para armazones : a, a todo el ancho de la tapa.- b, travesaños con refuerzos angulares.- c, con lazos vistos. - d , con lazos ocultos.- e, junta en rebaje simple.
Fig. 14. Travesaño macizo ensamblado a cola de milano a ta blero contrachapado o alistonado.
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Fig. 15
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Fig. 16
Fig. 15. a, taco en esquina atornillado a un armazón de contrachapado.- b, el mismo con junta en rebaje. b
Fig . 17
Fig. 16. a, taco en esquina unido con ranura y lengüeta al contrachapeado. - b, inglete con lengüeta. Fig . 17. Refuerzos de rincón enlazados.
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chapado gruesos y para los alistonados. En la parte superior se disponen travesaños delante, detrás y posiblemente en el centro, ensamblados con colas de milano. Esto puede hacerse con éxito si se usan colas de milano algo grandes. Los cantos de los costados se recubren con listones y lo mismo los cantos de la tapa que se sujeta con tornillos pasantes por los travesaños. Si se hace un ligero rebaje alrededor de la cara inferior de la tapa se logra un aspecto atractivo. Otro método adecuado también para contrachapado y alistonado es el que se muestra en la figura 15. En (a) las piezas se juntan a tope simplemente y el ángulo se refuerza con un taco encolado y atornillado. Un sistema algo más limpio es el de (b) en el que la tapa está rebajada y sólo se ve en el costado una línea fina del contrachapado ; el taco encolado se coloca como en el caso anterior y está representado en línea de puntos. A veces el diseño permite el uso de un taco con doble ranura , y lengüetas en la tapa y el costado según (a), figura 16. Si se prefiere el efecto de esquina en redondo puede hacerse (líneas de puntos). De un efecto más limpio es la unión en inglete con lengüeta (b) , f igura 16. Sin embargo las ranuras son difíciles de hacer a mano, porque la corta veta del contrachapadQ tiende a chascarse bajo la acción de la guimbarda. No obstante si se dispone de una sierra circular o un cepillo de fondos de alta velocidad , pueden lograrse en esta forma una unión muy resistente. Temporalmente pueden encolarse unos tacos triangulares para permitir el apriete con los gatos durante el armado. A veces resulta ventajoso en las uniones a tope , en rebaje o en inglete usar refuerzos como en el de la figura 17. Estos se encolan y atornillan delante y detrás, como en (a) . Están ensamblados con la136
Fig. 18. Un iones para tab leros alistonad os : a, de lazos grandes.- b, en re baje y atorni llad a.
Fig . 19. Acoplamiento atornillado.
zas y cu ando se cortan los lazos es ventajoso aj ustar el gramil por debajo del grueso de modo que cuando se arman las piezas, las testas de los lazos y los dientes quedan rehundidas ligeramente, como se muestra en (b), figura 17. Si no se hace así, la madera , con su tendencia a con trae rse en el grueso puede ocasionalment e hacer que so~resalgan los lazos y los dientes produciendo el
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aflojamiento de la unlon. En algunos muebles este sistema de refuerzo puede usarse con madera maciza , tal como en la junta en rebaje de (e) figura 13.
del tablero rebajado tiene la fibra al través, como se muestra ; de lo contrario los tornillos entrarían de testa y no harían buen agarre.
A veces pueden usarse lazos gruesos para unir tableros alistonados, como en (a) figura 18. Esto sin embargo depende en gran manera de la dirección de la veta en el material. También pueden usarse tornillos adornados, como en (b), para los tableros alistonados. Debe tener en cuenta , sin embargo , que esto sólo puede practicarse cuando el núcleo
En el caso de algunos tableros de aglomerado chapeados, el único sistema realmente practicable es usar los acopiamientos atornillados especiales, mostrados en la figura 19. Los acopiamientos, de dos piezas, se atornillan en el ángulo de las piezas a unir. Los pernos llevan las piezas a juntarse apretadamente.
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Nueve
Cerraduras Existen muchos tipos de cerraduras hechas para fines especiales. La figura 1 muestra las más corrientemente usadas : las (al, (bl, (cl, (d) , (dl, (f) y (g) son cerraduras para muebles y las (hl, (j) Y (j) cerraduras para puertas de viviendas.
Herrajes, etc.
Clases de cerraduras. La (a) es la cerra dura recta de armario , la cual se atornilla por la parte interior de la puerta y no es engorrosa. La mayoría de estas cerra duras trabajan por los dos lados y por ello pueden usarse para puertas que abran a la derecha o a la izquierda . La cerradura entallada (b) es mucho más limpia , pero requiere un rebaje en la madera . Como el pasador sale en un solo sentido la cerradura debe pedirse " izquierda '· o " derecha ". Para determinar cual necesita , mire la puerta de frente desde fuera. Si la cerradura está a la izquierda necesita una cerradura de " mano izquierda ". La cerradura que se muestra es de mano izquierda . De forma similar es la cerradura para cajón (f); que debe colocarse en el fren te del cajón. La cerradura para cajas (g) también se encaja en la madera , pero además tiene una placa que debe encajar y atornillarse en la tapa.
La cerradura (d) es conocida como cerradura de eslabón y se usa para puertas de armario que cierren sobre los cantos. La cerradura se incrusta en la cara posterior de la puerta y la placa de eslabón en el canto frontal del armario. El eslabón pasa por la ranura y el pasador atraviesa el eslabón; como el pasador se proyecta a izquierda y a derecha puede usarse en ambos lados. Para puertas correderas se utiliza la cerradura (e). La cerradura (n) se usa para puertas correderas de cristal ; la cremallera se sujeta en el cristal trasero con un tornillo de presión y el cierre suelto se coloca sobre 139
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Fig. 1. Ejemplos de cerraduras y pasadores usa·dos en mobiliario y puertas de viviendas.
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ella impidiendo que se muevan los dos cristales. En (1) y (m) se muestran dos tipos de cierres de bola y (k) es un pasa dor empotrado para puerta de habitación. De las cerraduras para puertas de casas la más sencilla y barata es la de lado (hl. que se atornilla simplemente , aunque en algunas hay una placa sobresaliente por lo que debe rebajarse la madera en los cantos. En (j) se muestra un modelo de cerradura Yale , en el que la parte empotrada se reduce al mínimo . L:l ce rradura empotrada (j) se coloca en una mortaja en el canto de la puerta . Colocación de una cerradura entallada Este tipo es usado extensamente en los muebles. L:ls fases de su colocación se muestran en las figuras 2 a 7 . Se traza a escuadra en la cara y el canto de la puerta una línea de centro . Se ajusta el gramil a la distancia desde la placa lateral alojo de la llave , como en la fi gura 2 , y se traza sobre la línea. Esto proporciona la posición del ojo de la cerradura y seleccionando una barrena de medida que proporcione un ajuste fuerte a la parte redonda del escudo que hace un taladro que atraviese la puerta. Se coloca el escudo en posición como en la figura 3 y se da un ligero golpe con el martillo, marcando una huella de la forma, cuyos lados se cortan con la sierra para agujeros de cerradura . El desecho se corta con un formón o escoplo estrecho.
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Coloque la cerradura con el centro del ojo nivelado en la línea y marque la puerta alineada con el cuerpo de la cerradura , como se muestra en la figura 4 . Ajuste un gramil al grueso del cuerpo de la cerradura incluyendo la placa y trace sobre el canto de la puerta. De forma similar trace el fondo de la cerra dura en el dorso de la puerta . Esto le dará la posición y extensión de la madera que debe eliminarse, haga una
serie de cortes de sierra a través da la fibra tan profundos como lo permita el trazado , figura 5. L:l puerta debe sujetarse en el banco con gatos. Quite el sobrante con el formón como se muestra cortando hacia abajo en los lados y el respaldo, en éste último debe hacerse con cuidado para evitar que se astille a lo largo de la veta. Saque de nuevo el sobrante. Sitúe la cerradura en posición asegu "' rándose de que el ojo está nivelado con el agujero y trace los extremos de arriba y abajo con la cuchilla de marcar. Es de poca utilidad marcar los lados de la pla ca., pues en esta fase la cerradura no puede introducirse hasta su posición correcta. La forma más simple de trazar estos lados es emplear el gramil junto con una pieza de desecho con las caras paralelas. Ajuste el gramil a la placa del canto con la pieza colocada sobre la cerradura , luego coloque la pieza sobre la puerta y trace como se muestra en la figura 6; la pieza de desecho debe ser más larga que la cerradura. L:l placa trasera se traza de forma similar. L:l figura 7 muestra el rebaje completo. Atornille la cerradura y pruebe el accionamiento de la llave. Para encontrar la posición del rebaje que hay que cortar para recibir el pasador, se hace salir éste y se unta su cara con una pintura adelgazada o , por ejemplo, con el aceite sucio de la piedra de asentar. Retroceda el pasador y cierre la puerta. Ahora gire la llave tanto como pueda ; esto hará una marca sobre el costado del armario que debe cortarse con un formón o escoplo estrecho. L:ls cerraduras de los cajones se acoplan de forma similar, pero el agujero de la llave está vuelto en sentido perpendicular al canto. También puede ser necesario el uso del escoplo para cerraduras (pág. 12) cuando el espacio es reducido. En el caso de la cerradura para cajas (g) figura 1, es necesario también fijar 141
Fig. 3. Colocación del escudo .
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Fig . 2 . Gramilado de la posición del agujero de llave.
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Fig. 5. Corte del encaje .
Fig. 4. Marcado de la posición del cuerpo de la cerradura.
----------Fig. 6. Trazado de la posición de la placa.
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Fig. 7. Encaje terminado.
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Fig. 8 . Cerradura empotrada al canto y su mortaja.
Fig. 9. Trazado preliminar.
Fig. 10. Trazado de los agujeros de la llave y el tirador.
Fig. 11 Taladrado correcto de los agujeros.
144
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en el rebaje y escoplee los agujeros para los pestillos. Puede encontrarse con que una parte de la placa ' sobresale hacia el frente , esta parte debe doblarse hacia el lado , en parte para facilitar el cierre del golpe y además para evitar que se enganchen los vestidos de cualquiera que pase.
Bisagras
Fig . 12 Idea en el ajuste de la placa de canto.
la llave y el tirador y atornille la cerra dura. Eventualmente , algunas cerraduras llevan dos placas en el canto , la de fuera sujeta con tornillos para metal. Esta debe quitarse siempre que se haya de repintar. Ajuste de la placa de golpeo. Para fijar la placa de golpeo, cierre casi la puerta y trace líneas donde inciden los pestillos. Traslade las marcas a escuadra sobre el rebaje de la jamba . Ahora , abriendo la puerta y sacando los pestillos unte su cara con aceite sucio de la piedra de asentar. Retire los pestillos y cierre la puerta apretando fuerte. Saque los pestillos lo más que pueda de modo que dejen una huella en la jamba. E~to da la posición de la placa de golpeo , la cual puede situarse ahora alineada con la parte superior de las marcas y trazar una línea en todo su contorno. Trabaje siempre partiendo de arriba , porque así se posibilita el ajuste cuando posteriormente caiga la pUE}rta . Atornille la placa
Tipos de bisagras. En la figura 13 se muestran algunos de los tipos de bisa gras y pernos más corrientes. De estos la bisagra de canto (a) es el tipo más usado en la construcción de muebles , ventanas, puertas interiores, etc. Está prevista para incrustarla en la madera y su forma relativamente estrecha la hace apropiada para los cantos de las puertas. La de aletas (b) es similar pero más ancha y se usa para tapas de escritorio abatibles, alas de mesa , etc. , donde hay bastante anchura . Para el tipo especial de ala de mesa con junta en redondo, se usa la bisagra (c) ; fíjese en que los agujeros están chaflanados por la parte opuesta al pasador y que un ala es más larga que la otra para sobrepasar la ranura.
La bisagra de adorno (d). conocida a veces como bisagra de mariposa se atornilla plana sobre la superficie sin incrustarla. Para cantos estrechos se usa -la bisagra de tira (e) . La bisagra de bellotas (f) se usa cuando por alguna razón la bisagra sobresale de las puertas; las bellotas de los extremos tienen un efecto ornamental. Cuando el centro de giro ha de estar en la esquina exterior de una puerta que cierra sobre la carta de un armario se emplea el perno al canto (g); éste permite a la puerta abrirse sin sobresalir hacia e1 costado. El que se muestra en (h) fiene un efecto similar. 145
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Fig. 13. Tipos corrientes de bisagras para distintos fines: a, bisagra sencilla de canto.- b, bisagra de aletas con respaldo.- e, bisagra para alas de mesa.- d , bisagra de mariposa.- e, bisagra de tira .- f , bisagra abellotada.- g, pernio de canto. - h, pivote desplazado.- e, compás.- j, compás angular.k, bisagra reversible. - 1, pernio de elevación.- m , bisagra oculta .- n, bisagra de guarnición.- o , bisagra de piano.
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a Fig . 14 Puerta cerrando sobre los cantos , la articulación se encaja totalmente en la puerta . Fig . 15. Puerta encajada : a, bisagra encajada por igual en la puerta y el costado .- b, articulación en cajada totalmente en la puerta.
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El compás (j) se emplea colocado arriba y abajo cuando los pUl1tos de giro en los extremos no son accesibles. El tipo de compás angular (j) lleva además el centro de giro a otra posición . Para elementos tales como biombos se emplea la bisagra reversible (k) ; la distancia entre los pasadores tiene que ser igual al grueso de la madera , si este grueso es mayor la bisagra puede bloquearse . Los pernios de elevación (1) se utilizan en una puerta que deba salvar una alfombra en el centro de la habitación; se hacen de mano derecha e izquierda , para determinar ,de qué mano se necesitan se mira de frente la puer ta por fuera; si las bisagras quedan a la derecha se necesitan de mano derecha y viceversa . La bisagra oculta (m) se incrusta en juntas de canto de , por ejemplo , un tablero de mesa y es completamente invisible en la superficie ; la hoja puede girar 1 80 grados. La bisagra de guarnecer travesaños (m) se emplea para puertas exteriores grandes de tra -
vesaños y tirantes. La bisagra de tira (o), conocida también como bisagra de piano se usa para tapas abatibles de gran anchura.
Situación de las bisagras de canto. Estas bisagras pueden colocarse de varias formas seg ún la disposición y detalles de la puerta. En (a), figura 14, la puerta cierra sobre la cara del amario , si se prefiere puede encajarse por igual en la puerta y en el cuerpo del armario. Sin embargo , corrientemente se sigue el sistema mostrado en (a), porque, generalmente se hace un acanalado a lo largo del canto de la puerta , para un acabado más limpio y la articulación de la bisagra se alinea con él. La articulación se aloja completamente en la puerta; pero, para que la apariencia sea más limpia y evitar que todo el esfuerzo cargue en los tornillos, es corriente cortar un encaje inclinado en el canto del armario. Fíjese en que sólo el borde de abertura se encaja en él, mientras 147
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Fig. 16. Embisagrado de la tapa de una caja ; las bisagras se encajan por igual en la tapa y la caja . Fig. 17. Trazado de la posición de las bisagras en el canto de una puerta . Fig . 18 . Ajuste del gramil a la articulación .
que en el lado de la articulación la madera no llegar a cortarse . En (b) se muestra cómo se marcan sobre la puerta y el armario las medidas tomadas de la bisagra. Cuando la puerta está encajada entre los costados del armario puede seguirse uno de los sistemas presentados en la figura 1 5. En (a) la puerta está enrasada con los cantos de los costados y la bi sagra se encaja por igual en la puerta y en el costado. En (b) la puerta está remetida y la articulación de la bisagra se aloja totalmente en la puerta , mien-
tras que en el costado se hace sólo un rebaj e inclinado para la aleta. Para permitir a la puerta un giro de 180 grados el pasador de la bisagra se sitúa a mitad de la distancia entre la cara de la puerta y el canto del costado. Las cajas se embisagran de modo similar a las puertas, pero por regla general las bisagras se encajan por igual en la tapa y la caja como muestra la figura 16, que muestra también el movimiento de apertura. Pernios d e elevación. Estos, (1) figura 13, se usan para puertas de habitación
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Fig . 19. Serrado previo del encaje . Fig . 20. Fases de la talla. /'
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y su función es levantar la puerta por encima de una alfombra central. Se hacen de tamaños correspondientes a los de las bisagras corrientes y pueden por ello usarse para reemplazar éstas. Un punto a tener en cuenta es Que son derechos o izquierdos y Que deben pedirse de mano adecuada. Un bastidor previsto para pernios de elevación tiene su parte superior rebajada en ángulo para permitir la subida. Cuando el rebaje es a escuadra, comq cuando se utilizan bisagras normales, es imprescindible cortar la esquina de la puerta si se colocan pernios de elevación. Esto no se
Fig. 21. Traslado de las posiciones al armario.
ve cuando la puerta está cerrada , porQue el rebaje oculta la esquina. Los pernios deben engrasarse periódicamente para facilitar el movimiento. Colgar puertas. Decida la posición de las bisagras y trácela a escuadra sobre el canto como en la figura 17. No hay regla sobre esto, pero como idea general se suele tomar una distancia de los bordes igual a la longitud de la bisagra. Para trazar el ancho y profundidad ajuste el gramil a la propia bisagra , como en la figura 18. No sobrepase, al trazar, las líneas de lápiz. Sierre a través jus-
149
Cl avando los ángulos ingletados de un marco de cuadro.
to hasta cerca de la diagonal del traza do, como se muestra en la figura 19 ; los cortes intermedios sirven para rom per la fibra y así evitar astilladuras al cortar. Corte en los extremos (a) figura 20, con un formón afilado y quite el material sobrante . Finalmente iguale el fondo plano como se muestra en (b). Fije las bisagras con solo dos tornillos. Coloque la puerta en posición , traslade las posiciones de las bisagras al arma rio según la figura 21 , trace y corte los encajes de forma similar. Fije las bisagras con un solo tornillo cada una y ensaye el movimiento. Lleve a cabo cualquier rectificación necesaria antes de añadir los tornillos restantes. El canto de cierre de la puerta debe formar un ligero ángulo hacia dentro, de lo contrario tiende a trabarse cuando se abre.
Bisagras reversibles. Estas, (k) figura 13, permiten a un biombo abrirse en las dos direcciones. Tienen articulaciones en los dos cantos y es importante que el grueso de la madera sea igual a la
150
distancia entre los dos pasadores. Si la madera es más gruesa el biombo se atasca cuando se abre ; si es más delgada quedará una separación en la junta cuando se abre ; éste es el menor mal de los dos, pero en el caso de un biombo de tocador esto significa que no es completamente efectivo.
Clavos y tornillos Clavos. De la gran variedad de clavos hechos para fines especiales los que se muestran en la figura 22 son los más útiles para el trabajo de la madera en general. Las puntas de París (a) tienen un fuerte agarre y se emplean en posiciones en las que sus grandes cabezas no sean inconvenientes. Por esto son usadas en carpintería , etc. Un clavo similar pero con la cabeza más pequeña es conocido como clavo de cabeza perdida (6) . No tan fuerte pero de cabeza más pequeña y menos propenso a agrietar
Calibre
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a
b
d
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Agujero de paso, ajustado suave
g
h
e
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Fig . 22. Tipos de clavos de uso diario ; a, Punta de París.- b, de cabeza perdida .- c, clavo ovalado.- d, clavo cortado. - e, punta de tablero.- f , punta para chapa .- g, tachuela.- h, clavo de ta picero.- i, clavo cortado de enganche .
e- - --
Aguj ero de rosca
Fig. 23. Tipos corrientes de tornillos y cómo se toma su tamaño: a, avellanado.- b, de cabeza redonda .- c, avellanado de gota de sebo.- d, cabeza Phillips.- e, detalles de los agujeros para tornillos.
151
clava con el diámetro mayor del óvalo alineado con la veta. Las puntas (e) son los clavos de uso general en el trabajo de ebanistería, como son delgadas y tiene la cabeza pequeña, no son de tan mala apariencia y no son propensas a rajar la madera. Una variante más pequeña es la punta para chapa (f); aparte de su uso para el chapeado es manejable para pequeñas molduras, etc. Los clavos cortados (d) se usan generalmente en carpintería. Similares pero algo más pesados son los clavos de entarimar. Ambos tipos tienen la ventaja de no tender a rajar la madera . Las ta chuelas (g) son usadas generalmente en tapicería . Los clavos de tapicero (h) se usan de modo limitado en tapicería, para tejidos, pero son utilizados más generalmente para cubiertas de fieltro, etc. El clavo cortado de en ganche (i) es un clavo para carpintería extremadamente fuerte. Cualquiera que sea el clavo utilizado proceda siempre a clavar de la madera
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más delgada hacia la más gruesa. También es ventajoso clavar en cola de milano, es decir inclinando ligeramente los clavos a un lado y otro alternativamente. En el caso de trabajo para el exterior utilice clavos galvanizados. Tornillos. Los tipos principales se muestran en la figura 23 , que también muestra cómo se toma su longitud. El calibre es el diámetro del vástago y es independiente de la longitud. Así un tornillo del N.o 8 x 50 mm. tiene el mismo diámetro que uno del N.O 8 x 75 mm. El agujero de paso debe presentar un ajuste suave , como se muestra en la figura 23 e, y el agujero roscado debe taladrarse a la medida del núcleo central sin la rosca . El agarre lo proporciona puramente la sujección de la rosca . Los tornillos Phillips , (d) figura 23 , son mayormente usados en la industria . Tienen un rebaje en cruz en la cabeza en lugar de ranura , siendo su ventaja que el destornillador no tiene el peligro de resbala r y producir rayas.
Diez
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El chapeado es un proceso enteramente legítimo siempre que no se use simplemente para cubrir un mal trabajo y pobres materiales. Hace posible el uso de ciertas maderas decorativas en una forma que sería insegura si se cortase en madera maciza y hace posibles muchos efectos decorativos, tales como el cuarteado y dibujos combina dos que serían completamente impracticables por cualquier otro sistema. Además hay que admitir que la economía en el uso de muchas made ras duras decorativas es esencial y que cortándolas en chapas hay un desperdicio mínimo de ellas.
Chapeado
Trabajo de base. En cuanto concierne al artesano casero existen dos métodos principales de chapear : a plancha y a martillo. Cuando se dispone de una prensa , ésta ofrece el sistema más sim ple. Sin embargo , cualquiera que sea el sistema utilizado el trabajo de base es el mismo ; pudiendo utilizarse diversos materiales para éste .
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Fig . 1. Detalles del trabajo de base para chapea r.- a, base maciza hecha con listones macizos con el lado del corazón arriba y abajo alternativamente.- b, tablón de corte al cuarto, que da una buena base. - c, como determinar el lado del corazón de una madera.
Madera maciza. Prácticamente pu ede usarse cualquier madera de veta recta, con tal de que sea segura y agarre bien la cola. La caoba es excelente pero muy cara. El obeche , el pino del Paraná , etc. son extensamente usados. Tambi én se usa el pino noruego, pero debe estar lo más limpio posible de nudos ; cua lquier pequeño nudo, inevitable, debe quitarse, rellenando después el hueco. A las maderas blandas debe dárseles una capa de cola para hacer cuerpo antes del encolado de la chapa , pues sino, absorbe más cola de la que se aplica. A veces se utiliza el roble , pero no es lo ideal porque su veteado grueso aparece a través de la chapa debido a la contracción de la cola en los PQros ; en cualquier caso tampoco es la mejor madera para agarrar la cola .
La forma más fiable de madera maciza como base del chapeado se ha ce con 153
el tiro de la chapa se opone a la t endencia natural a curvarse de la madera.
Contrachapado. Este proporciona una buena base si está fabricado en forma fiable ; el más barato del tipo de cajas de té es inutilizable. El contrachapado del Gabón es especialmente adecuado.
Fig. 2. Cantos para tableros de contrachapado y laminados.
listones pegados uno al lado del otro, con las caras de corazón alternadas a una y otra cara, como se muestra en (a) figura 1, la razón de esto es que cualquier tendencia a curvarse de una pieza es contrarrestada por la tendencia a curvarse en sentido contrario de sus contiguas. Otra buena base de madera maciza es la de (b); la madera está cortada al cuarto y no tiene tendencia a curvarse en ningún sentido. Debe tenerse en cuenta que la chapa cuando se seca tiende a tirar del ta blero y curvarlo; por ello es aconsejable chapear ambas caras con lo que el tiro se iguala. Tomando ciertas precauciones este tiro puede disminuirse e incluso eliminarse; pero siempre es más seguro chapear las dos caras, especialmente para piezas tales como puertas que no tengan bastidor que las dé rigidez. Cuando sea inevitable chapear por una sola cara, es aconsejable colocar la chapa sobre la cara del corazón, (c) figura 1; la razón para esto es que así
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La chapa debe colocarse con la veta en ángulo recto con respecto a la de la chapa exterior del contrachapado. Los cantos son , a veces, un problema. La chapa no se une realmente bien a la veta de testa y generalmente la única solución es colocar un listón al canto como se muestra en la figura 2. El de (a) es el sistema comercial, pero la sección del listón es bastante difícil de hacer manualmente ; el de (b) es más simple , la lengüeta en el tablero es más fácil de hacer porque hay más superficie de apoyo. El de (c) es aun más sim ple , sólo se encola y apunta; no debe utilizarse para trabajos de primera clase . Un punto a considerar es que si se chapea antes de colocar los cantos, estos proporcionan una protección a la chapa que siempre es vulnerable en los cantos ; por contra el listón de canto es visible en la superficie.
Tableros laminados y alistonados. Estos proporcionan bases para el chapeado buenas y fiables. Los primeros son mejores porque las delgadas cha pas que forman el núcleo son menos propensas al movimiento. Las observa ciones hechas sobre la dirección de la veta para el contrachapado son igualmente válidas en este caso. También pueden util izarse los cantos de la figura 2 . Aglomerado de virutas. Estos tienen un uso creciente como base para el cha peado, de hecho una gran parte del mismo se comercializa ya chapeado . Es satisfactorio para paneles y piezas de
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Fig. 3. Uso del cepillo dentado para eliminar las desigualdades y dar un agarre a la cola.
Fig. 5. Corte de tiras paralelas con el gramil. El palo apretado hacia abajo evita que la chapa se arrugue.
Fig. 4. Corte de la chapa con el formón y una regla . Es importante que la chapa descanse en una superficie plana.
Fig. 6. Cepillando la chapa en el soporte de cepillar. El palo evita que se arrugue la chapa .
sostén, pero no es recomendable para puertas lisas que no tengan bastidor de refuerzo. Para ellos es apropiado un canto como el (a), figura 2 y como al ternativa más barata el de (c). El (b) es inadecuado. Tableros de fibras. Hay muchas variedades de ellos y unas son más adecuadas que otras. Ninguna es tan duradera como los materiales citados anteriormente y deben usarse solamente para trabajos baratos o piezas poco importantes. Preparación de la base. Como la chapa debe estar en estrecho contacto con la superficie de la base es evidente que
cualquier irregularidad de ésta aparecerá a través de la chapa. Si se emplea madera maciza debe ser cepillada enteramente lisa. El contrachapado y los tableros laminados son de antemano suficientemente lisos. Para dar rugosidad a la superficie de modo que ofrezca agarre a la cola y quitar las señales del cepillado, se usa un cepillo dentado, figura 3, con el que se trabaja en todas direcciones, a lo largo, a través y en diagonal con la veta. Si la base es de madera blanda debe dársele una capa de cola espesa y esperar que se seque, las desigualdades inevitables se elimi nan frotando con papel de lija grueso sujeto en un corcho.
155
Manej o de las chapas. Actu almente la mayor parte de la chapa es cortada con cuchilla , ya que así no se produce desperdicio. Ocasionalmente pueden encontra rse chapas de sierra; éstas son siempre más gruesas y prese ntan las rayas de la sierra circular con que se ha cortado ; és'tas deben ser eliminadas de la cara a encolar con un cepillo dentado, sosteniendo la ch apa sobre un t abl ero plano. El modo más convenient e de dar cortes de cuchilla en la chapa es : col ocarla en un tablero plano , presionand o contra ella un palo con un canto recto y cort ar con una cuchilla afilad a o con el form ón, como en la fi gu ra 4 . La presión del palo es esencial pues si no la chapa puede arrugarse y astillarse. Cuando hay que cortar varias tiras del mismo ancho puede usarse el gram il, como en la figura 5. También en este caso la chapa se coloca sobre un tablero plano, con el canto sobresaliendo unos 3 mm . y se su jeta con un palo presionando a su través para afirmarla . Generalmente bast a un solo corte para dividirla pero en las chapas gruesas puede ser necesa ri o cortar por las dos caras. Las chapas de sierra se cort an con una sierra de dientes fi nos ; la ch apa se mantiene sobre un ta blero plano y se si erra hacia abajo. A veces es necesario cepilla r el canto de la chapa ; por ejemplo en las juntas. Esto se hace en el soporte de cepillar o tirador, con la chapa en la plat aforma superior, sobresaliendo unos 3 m m. del canto y presionada por un palo para evitar que se arruge. La operación se muestra en la fi gura 6. Adhesivo de resina. En la página 19 3 se describe detalladamente. Se usa am pliamente en el ch apeado industrial y está bien adaptado pa ra el t rabajo con prensas. Cuando no se dispone de pren sa la única posibilid ad es usar planchas. El método de l m art illo (véase este epígrafe) es impracticable porque el 156
adhesivo no tiene el aga rre natura l de la cola animal y la chapa es propensa a levantarse antes de adherirse. Para abaratar su coste estas colas se alargan con harina de centeno. La resina es especialmente adecuada para su perficies sometidas al roce, como tableros de mesa, especialmente porque el adhesivo es ampliamente resistente al calor y la humedad. Otra ventaja sobre la cola animal es que se aplica en frío; esto proporciona un tiempo amplio para el armado. Generalmente es suficiente aplicar el adhesivo sólo a la base ; pero, desde luego , ha de tenerse cuidado de que la unión no quede falta de cola. En la industria se usa un distribuidor de cola que proporciona una capa uniforme, pero para el uso artesano puede emplearse la brocha , seguida del paso de una tira de madera con el canto recto que uniforma la aplicación. Si se requiere acabar rápidamente una pieza, se puede sacar ventaja del hecho de que la- resina se asienta rápidamen te con el calor utilizando una plancha caliente. Sin embargo , esto requiere rapidez y habilidad, para que todos los gatos queden en posición antes de que se produzca el asiento de la cola. Para detalles de la aplicación de planchas ver la pág. 158, donde se trata de la cola animal. Cola de A. P. V. Se usa de forma similar a la de resina pero su distribución uniforme es aun más importante, porque la exposición de esta cola al aire tiende a cuajarla rápidamente. Puede ser curada por calor, pero esto no es aconsejable a menos de que se disponga de una prensa , por su tendencia a asentarse rápida mente antes de que se haya hecho el ajuste. Con ciertas maderas tiene ten dencia a la penetración. Ad hesivos de impacto. Son útiles en ocasiones yen el comercio se encuentra un tipo especial para chapeado, algo más fluido y 'fácil de extender que el tipo usado normalmente. Es poco ade-
cu ado para superficies realmente ext ensas, por su dificultad en aplicarlo de modo uniforme, libre de aglomeraciones. El adhesivo se aplica a la base y a la chapa y se obtiene un resulta do algo mejor si se dan dos capas. Se dejan secar y lu ego la ch apa se aplica sobre la base, presi on ándola , con lo que se obtien e la unión inmediat amente . De hecho el cuidado al colocar la chapa es esenci al pues las dos superficies encoladas se agarran en cuanto entran en contacto y es casi im posi ble levantar la chapa cuando se ha colocado en posición. Muchas persona s utili za n el sistema de la hoja deslizante ; se coloca un trozo de papel de em balar entre la chapa y la base y se retirar gradualmente. El papel no se pega porque el adhesivo de impacto de una superficie cuando ha empezado a asentar, sólo se agarra al de la otra . Otra ocasión en la que es útil el adhesivo de impacto es el caso de tener que chapear una superficie curva pequeña. Puede ser difícil hacer una plancha y si se hace el chapeado a martillo la chapa puede tend er a desdoblarse. Con el adhesivo de impacto el agarre es inmediato. Otra ventaja más de adhesivo de impacto es que no tiende a curvar la base ya que no se emplea agua. Así no hay hinch azón seguida de contracción , lo que es la causa de la distorsión cuando se usan otros adhesivos. Cola animal. La principal diferencia entre el método a seguir para emplear ésta y los de otros adh esi vos consiste en la necesidad del calor. Por ello cuando se usa una plancha , puede calentarse a su través de manera que vuelve a licuarse la cola y puede prensarse toda la superficie. Lo mismo puede aplicarse cuando se usa una prensa. Otro hecho es el de que es el único adhesivo con el que puede hacerse el chapeado a martillo. La cola se prepara en un ca lentador especial y se recubren la base
y la chapa . No importa que la cola se sol idifique si se apl ica calor más tarde. Hay trabajos para los cuales la cola animal tiene ventajas sobre otros adhesivos. Así cuando se chapea un canto curvo la adherencia natural de la cola hace posible prensar el encolado con un martillo sin pe ligro de que se desdoble la chapa , cuando es difícil o imposible colocar una plancha de forma . La cola animal es aún extensamente usada en el negocio de antigüedades, para reparaciones. El método de chapeado a martillo se tratará más adelante . Chapeado a la plancha. En este método la chapa se prensa sobre la base con un tablero plano al que se llama plancha . Si se necesita una junta en la chapa ésta se prepara antes de recubrir. En una junta sencilla los cantos se cepillan , las piezas se ponen juntas en un tablero plano y se pega una cinta engomada sobre la unión . Otros dibujos, que no sean del tipo más simple , pueden necesitar un trazado sobre el que pueda montarse la chapa.
La plancha es un tablero de madera plano de un tamaño algo mayor que la base , se aprieta con gatos sobre la cha pa, interponiendo una hoja de papel para evitar que se adhieran las escurriduras de cola . Para un panel pequeño los gatos pueden aplicarse todo alrededor, pero para un panel mayor es necesario utilizar pares de travesaños con el canto ligeramente curvado como se muestra en la figura 7. La idea es dirigir la cola desde el centro hacia afuera , la curvatura asegura la aplicación de la presión primero en el centro. Ya que la curvatura de cada par de travesaños es opuesta , el trabajo se mantiene pIano. Observe el orden en que se aplican los travesaños; también otra vez, se ajusta primero el del centro para llevar la cola hacia afuera. Cuando se chapean las dos caras, la operación se hace si157
1 h
Base
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Fig. 7. Forma de dar presión a la plancha en el chapeado a plancha .
multáneamente utilizando chas, una en cada cara.
dos
plan-
En el caso de cola animal es necesario calentar la plancha, porque la cola debe relicuarse. El calentamiento debe Fig. 8. Forma de usar el martillo de chapear.
hacerse en todo el grueso, no sólo en la superficie y toda la operación debe llevarse a cabo rápidamente de modo que la presión se aplique antes de que la cola se endurezca. Cuando el cha peado debe colocarse con exactitud , como en el caso de dibujos, se trazan líneas de centrado en la chapa y en la base , y estas líneas se hacen coinci dir. Para evitar que la chapa se deslice fuera de posición, se clavan un par de puntas para chapas en lugares sin importancia. Chapeado a martillo. Este procedimiento se usa sólo con cola animal. Se emplea la herramienta especial (s) de la página 1 5. Tiene una tira de bronce de 1,5 mm. de grueso incrustada en el canto y se usa para presionar hacia afuera el exceso de cola. Preparada la base y cortada la chapa a medida , se cubren ambas manos con cola, se coloca la chapa en posición y se alisa presionan~ do. La cola animal debe estar libre de grumos. Si se usa una madera clara se
158
añade a la cola un poco de polvo blanco para evitar que se vean líneas oscuras de cola . ,1
Para un trabajo de cualquier t amaño, humedezca ligeramente la mitad con un estropajo y pase una plancha de hierro ca liente a su través para licuar la cola. Use solam ente un mínimo de humedad y no caliente la plancha más de lo esencial. Trabaje con el martillo de chapear en un movimiento de zig -zag desde el centro hacia el extremo, como en la fi gu ra 8 y procure evitar estirar la chapa a lo ancho. La mayoría de las cha pas se pegarán fácilmente , pero algunas maderas con la veta muy compli cada pueden tender a levantarse y se necesita mucha paciencia. A veces resulta una ayuda colocar un bloque de metal (un cepillo de hierro, por ejem-
plo) sobre la parte que tien de ' a leva ntarse , porque el meta l frío hace que la cola se asiente más rápidam ente y fija la chapa . En casos extremos puede ser necesario f ijar con un gato un taco de madera , con un trozo de papel debajo para evitar que la cola pueda adhe rirse a él. Para comprobar si la chapa está pegada golpéela con las uñas. Una burbuja se notará ,por el sonido a hueco que produce. Una vez pegada correctamente la mitad proceda con la otra mitad de igual forma. Cualquier traza de cola sobre la superficie puede limpiarse frotando con el estropajo húmedo , pero use la mínima humedad posible porque ésta es la causa principal del tiro de la chapa al secarse. Juntas. Las juntas pueden ser nece-
Fig. 9 Fases en la ejecución de una junta en el chapeado : a, col ocación de la primera hoja .- b, colocaci ón de la segunda hoja solapada .
159
sarias simplemente porque el ancho de la chapa no sea suficiente o pueden necesitarse en medio panel en el que se colocan lado a lado dos hojas consecutivas para que haga juego el veteado. En este último caso la línea de junta debe trazarse a lápiz en la base y tener cuidado en la colocación de las chapas para que el veteado quede equilibrado. Para juntar el ancho, una de las piezas de chapa se coloca, como se muestra en (a) figura 9. La siguiente se coloca solapándola sobre la primera, como en (b). Se coloca una regla a lo largo del solape (á lineada con la marca de lápiz, si la hay), y con una cuchilla afilada o un formón se corta a lo largo,
como en (c). Si el panel es largo es aconsejable sujetar la reg la con torni llos de apriete.
La primera tira sobrante puede desprenderse tirando recto. La otra se quita levantando la chapa, con lo que queda visible (d). Es necesario volver a colocar la chapa enseguida y frotarlo hacia abajo con el martillo. Un trozo de cinta engomada pegada sobre la junta previene el que se abra al secarse la cola. Algunos prefieren cepillar la junta en las chapas y unirlas con cinta engomada pero algunas chapas complicadas son propensas a deformarse con la humedad y el calor y pueden forma r separaciones en la junta o arrugas. .
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Fig . 9. c, corte a lo largo del solape .- d, arra ncado del sobrante .
160
Sobrante arrancado
Fig. 10. Eliminación del sobrante para colocar una franja . La chapa principal no llega al canto , se recorta con un gramil todo alrededor y se arranca el sobrante antes de asentarse la cola .
Fig. 11. Cómo se encintan las juntas. La cinta se pega sobre las juntas inmediatamente después de recubrir.
Fig. 12. Montando una franja de chapa con la fibra al través alrededor de una hoja de chapa lista para encolar.
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Franjas con la veta al través. Un detalle necesario a veces al chapear, especialmente en reproducciones , es rodear un panel con una franja de chapa con la fibra al través. Para hacer esto al panel principal, se chapea normalmente, excepto en que la chapa · se hace más corta todo alrededor. Inmediatamente después de recubierto , un gramil ajustado al ancho de la franja se pasa todo alrededor, como en la figura 10, Y el sobrante se arranca. " La franja se corta a través de la veta en cintas algo más anchas que la medida. El canto se cepilla en el soporte de cepillar y las tiras se cortan con el gramil (Fig . 5) . En un panel de gran tama ño puede ser necesario juntar las tiras y esto se hace sobre el mismo trabajo (Fig. 11). Los ingletes se cortan con un formón ancho y si es necesario se ajustan con el cepillo en el soporte de cepillar. La chapa se encola frotándola con la cola del martillo y sobre las jun-
162
tas se pegan trozos de cinta engomada para evitar que se abran al secarse la cola. Umpieza . Deje el trabajo secarse todo el tiempo que sea posible antes de limpiarlo. Cada trozo de cinta engomada que haya en la superficie debe humedecerse ligeramente y arrancarlo. Después se limpia la superficie con una cuchilla . A menudo se sostiene la cu chilla formando un ángulo de modo que tenga un corte tajante. Esto es especial mente necesario sobre las franjas de veta cruzada para evitar que se astillen . Cuando esté acuchillado satisfactoriamente, trate el conjunto con papel de lija puesto alrededor de un corcho , pri mero del 2 fino y luego del N.o 1. En caso de veteado muy complicado se usa sólo el papel de lija más fino y se frota con un movimiento circular. Los que tengan una lijadora orbital la encontrarán ideal para este trabajo .
Once
Para lograr buenos resultados con la talla de la madera es esencial que las herramientas tengan realmente filo y que estén afiladas en la forma correcta . El sistema es distinto que el de los formones y escoplos para el trabajo general de la madera en los cuales el biselado está en un lado solamente . En las gubias para tallar, el bisel principal está en el exterior pero hay un segundo bisel en el interior y éste con repetidos afilados puede alcanzar un cuarto o un tercio de la longitud del otro.
Talla de la madera
Fig . 1 . Formas principales de las gubias usadas para tallar : a. gubia recta .- b, gubia curva .- c, gubia acodada al frente .- d, gubia acodada al dorso.e, escoplo.- f , escoplo de punta .- g, escoplo acodado o de cuchara .- h, gubia en V.- i, gubia de espada .
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El bisel interior tiene varias razones de ser. Una es que cuando la herramienta se usa con el hueco hacia abajo le da una tendencia a subir cuando se ha ce el corte. Sin él la herramienta tendería a clavarse . Otra es que el bisel interior ensancha el juego de la herramienta de modo que pasa más fác ilmente por un corte profundo. Por último , aumenta considerablemente la resistencia de l filo . El afilado principal se hace con la pied ra de aceite o con las piedras de afilar gubias, pero para lograr un filo más agudo y mantenerlo se usa un asentador de cuero con un abrasivo fino. Los tallistas tienen estos asentadores a mano y con frecuencia frotan las herramientas en ellos. El principio directriz es : " poco y a menudo" . Gama de herramientas . Las principales clases de herramientas se muestran en la figura 1, y de ellas la gubia recta (a) es usada para la talla en general. Las gubias curvas (b) se usan para ahuecar como por ejemplo cuando se hace un cuenco. De forma parecida pero para agujeros más cerrados es la gubia acodada al frente (c). La gubia acodada hacia atrás (de contracodillo ) (d) no tiene muchos usos y no debe obtenerse hasta que no se tenga necesidad inmediata . 163
Fig. 2. Afilado del bisel principal de una gubia en la piedra de aceite. Se le da un movimiento de giro de forma que se afile todo el filo .
Hay dos tipos de escoplos el recto (e) y el de punta (f). Son empleados fundamentalmente para profundizar; el tipo de punta es útil para llegar a rincones agudos. Para limpiar los rebajes de fondo es inapreciable la punta de cuchara (g); además de la recta se necesitan las de rincón, derecha e izquierda, tam bién para rincones agudos.
Fig . 4. Cómo se asienta la gubia después del afilado en la piedra de aceite .
Fig. 3. Forma de frotar el interior de la gubia con la piedra de aceite de afilar gubias.
Las gubias en V(h) se usan fundamen talmente para subrayar, rotular y, a veces, para detalles de las hojas. Pueden obtenerse con ángulos de 90 y de 60 grados. Las gubias de espada se pueden obtener en casi todas las formas anteriores, pero puede verse que la herramienta se extiende en los extremos y es de una forma más ligera; se usan prin cipalmente para el acabado de tallas delicadas. Todas las herramientas pueden obtenerse con distintos grados de curvatura y varios anchos. Esto puede crear algu na confusión, pero la regla general es que cada número tiene el mismo grado de curvatura en relación con su anchura. Por ejemplo la gubia recta del n. o 9 es semicircular, cualquiera que sea su an chura. Así la de 6 mm. del n.o 9 tiene un corte semicircular de 3 mm. de radio. Cuanto más bajo es el número más aplanada es la curva. Las gubias rectas van de los números 3 al 11. Las gubias curvas y acodadas, los escoplos, etc. , tienen otras numeraciones.
Afilado de herramientas Gubias. El bisel principal exterior se afila en la piedra de aceite , la herramien164
ta se sostiene en ángulo recto con la piedra y se hace girar con un movimiento de barrena, es decir moviéndola hacia ádelante y atrás, según se muestra en la figura 2. Después usando una piedra de afilar gubias de curvatura aproxi madamente la de la herramienta o un . poco menor se frota el interior con un ángulo pequeño , como en la figura 3. Son necesarios muchos afilados para llevar a la gubia al estado de trabajo de primer orden, pero ayuda a ello afilar principalmente por el interior después del primer afilado exterior. Sigue el asentado , para el que se prepa ra un trozo de cuero blando con una mezcla de aceite y el esmeril más fino. Puede usarse también la pasta que se vende para esmerilar válvulas de motores. Coloque el cuero sobre un tablero liso y el bisel de la gubia plano sobre él, como en la figura 4 ; balanc ee la gubia de modo que todas las pa rtes del filo sean asentadas, desplazándola ligeramente hacia atrás , de modo que el filo salga y no se clave en el cuero . Para el interior puede ponerse un trozo de cuero envolviendo un dedo o doblado sobre sí mismo , como muestra la figura 5, o encolado en una pieza de goma redonda.
Banco. El banco para taller debe ser pesado con el tablero grueso, de modo que se sienta sólido cuando se golpea con la maza . Para sujetar la madera se emplean distintos sistemas. A veces son adecuados los gatos en C corrientes, pero siempre es ventajoso que haya piezas sobresalientes. Por tal razón es útil el tornillo de tallista , figura 6; especialmente si la madera es suficiente m·ente gruesa y un hueco en la parte tra sera no tiene importancia. El extremo puntiagudo se introduce en la madera empleando la tuerca de mariposa como mango de barrena . El extremo del tornillo se pasa por un agujero del banco y la tuerca se aprieta por debajo. Cuando la madera es delgada puede usarse el sistema de la figura 7, unos torni llos de cabeza redonda se pasan a tra vés de bridas o pequeñas piezas de madera dura o metal atornillándolos al banco. Los extremos exteriores de las bridas descansan sobre trozos sobran -
Fig . 5 . Asentado del interior de la gubia.
Los formones se afilan de forma parecida excepto en que se han de mantener planos en lugar de girar. Los biseles deben ser iguales en ambos costados. Las gubias en V presentan , a veces , problemas, cada bisel exterior se frota sobre la piedra de aceite , y para el interior se usa una piedra de canto en V, esta . debe frotarse a un ángulo como las gubias normales. Cuando la piedra en V se desgasta, frecuentemente deja de al canzar el rincón y en lugar de un ángulo afilado se produce un ligero hueco. Lo cual se traduce en que se forma una punta y es necesario quitar el ángulo extremo exterior.
165
Fig . 6 . Torn illo de tall ista . Fig. 6
tes de madera del m ismo grueso aproxi mado que el traba jo, y así se sujeta éste firmemente . Algunas bridas de metal están acodadas y tienen los extremos dentados como una sierra. La iluminación es importante y debe llegar de una sola dirección de modo que las ondulaciones de la superficie puedan verse fácilmente . La luz a todo alrededor elimina las sombras de la su perficie y quita el relieve a la talla. Con luz de día es idea l una ventana en la trasera del banco. De noche una sola lámpara eléctrica que pueda subirse y bajarse será lo más satisfactorio ; debe tener una pantal la de modo qu e ilum ine el trabajo si n deslumbra r los ojos.
Uso de las herramientas Cuando se usa n las herramie ntas en su carrera general de t raba jo, la mano de-
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Fig . 7 . Bridas ato rn ill ad as en el ba nco para sujetar la made ra.
recha proporciona la preslon de corte, mientras que la mano izquierda guía la herramienta y hace un cierto efecto de limitación , para evitar el sobrecorte de la herramienta. Fíjese en que la muñeca y la base de la palma se apoyan firmemente en el trabajo o el banco afirmando la herramienta , como muestra la figura 8. Aquí decimos mano derecha e izquierda , pero de hecho el buen tallista es ambidiestro y puede variar las manos si quiere , lo cual le permite alcanzar las partes difíciles sin tener que mover el trabajo. A veces se usa la maza , especialmente para algunas operaciones de encajado , y el mejor tipo de maza es el redondo , que permite golpear la herramienta con cualquier parte de su cabeza sin tener que girarlo para encarar la superficie correcta . Las herramientas se colocan al ineadas en la parte trasera del banco, con las hojas hacia el tallista. Esto permite al
Fig . 8 . Forma de empuñar la gubia .
Talla incisa. En la cual el dibujo se corta en la madera generalmente con una gubia en V. La línea cortada forma el dibujo. Talla en bajorrelieve. En ésta la madera se rebaja dejando el dibujo sobresaliente y se hace una cierta cantidad de modelado. Así la forma de una hoja puede hacerse ondulada o un detalle , tal como una cinta, se hace que parezca pasar sobre otro.
tallista agarrar cualquier herramienta en la posición en que debe sostenerla , ahorrando mucho manejo innecesario. Una práctica corriente es tener todos los mangos diferentes ya sea en forma , clase de madera o color, de modo que . la herramienta correcta se reconozca rápidamente . En una pieza de trabajo complicado puede haber hasta treinta o cuarenta herramientas alineadas y se ahorra mucho tiempo si la herramienta necesaria puede localizarse rápida mente. A veces el tallista coloca en el mango un anillo de color como ayuda. La mayoría de los mangos son octogonales para evitar que rueden hacia el lado o al suelo.
Las mismas reglas generales se aplican a todas las tallas. Toda la obra se lleva a una fase, antes de adelantar el trabajo. Estas fases variables seg ún la obra son:
Las ta llas pueden dividirse en tres clases principales :
Encajadó. En esta fase las líneas prin cipales se cortan, con un corte de gubia
Talla exenta. Es la más' difícil , todas las caras de la madera se tallan sin ningún fondo. La forma humana , an imales, etc., son ejemplos de ella.
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hacia el sobrante o con cortes penetran tes con gubias siguiendo las curvas. A menudo se usan los dos sistemas combinados como se explicará más adelante. Desbaste ó realzado. En esta fase se quita el grueso del material sobrante , dejando las masas principales en las que más tarde se tallarán los detalles. Se trabajan las ondulaciones principales sin ninguna atención al detalle. Modelado. Aquí toman forma los detalles, se trabajan las formas y se cortan las superficies ti :1ales. En toda la talla la madera debe ser siempre cortada , no rascada , arrancada , astillada o apalancada. La superficie además debe dejarse tal como sale de la herramienta. El papel de lija lo estropea , y esto es lo que obliga al traba jo exacto . No se hace ningún intento para eliminar las facetas dejadas por la herramienta , y es probablemente en esto en lo que se muestra la ventaja del hombre expert o. En su t rabajo las marcas de la herramient a son intencionadas y onduladas, y su dirección ayuda al desa rrollo del diseño. A veces se da al fondo una textura especial usando un punzón , pero esto no debe ser excusa para un mal trabajo con la gubia . Su propósito es únicamente hacer resaltar el dibujo en sí, dando al fondo una apariencia completamente diferente. Los punzones pueden com prarse listos para usar o hacerlos a partir de un clavo de 150 mm . limado a escuadra y con indentaciones limadas en su extremo. Cortes de gubia. La mejor manera de describir el proceso es tomar ejemplos reales y para empezar son una bue na práctica los cortes sencillos de la figura 9. En (a) se presenta una moldura plana formada por cortes en V a los la168
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Fig . 9 . Cortes de gubia sencillos en una moldu ra.
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Fig . 10. Forma de hacer los cortes de gubia y orden del trabajo .
dos. Una gubia algo más estrecha que la banda central se utiliza para hacer una serie de acuchilladuras hacia abajo en los puntos (al. fi gura 10. Sostenga la gubia con una ligera inclinación , como se indica en la flecha recta punteada de la sección , y emplee la maza. Es venta joso hacer todos los cortes hacia abajo primero. El trabajo pesado es algo duro para las herramientas y, una vez hecho, permite que se mantenga el filo en buenas condiciones para el proceso siguiente , el de excavar el mat erial sobrante. Por otra parte el corte hacia aba jo puede astillar las fibras co rtas producidas por el corte próximo , aunque esta dificultad puede evitarse haciendo los cortes en el orden señalado en la figura 10. Fíjese en que para lograr el para lelismo de los lados la gubia debe introducirse hacia abajo y luego bajar el mango rápidamente, según muestra la línea de puntos de la figura 10. Por regla ge-
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Fig . 11. Cabecero de cama con t allas decorat ivas en las esquinas.
neral se ha ce un solo corte para el iminar el grueso d el material sobrante y un segundo corte para el acaba do final a medida . Este trabajo se hace en su mayor parte a ojo , excepto la distribución inicial de los cortes ; sin embargo pueden hacerse trazos de lápiz como guía , que después deben ser acuchillados localmente. En (b) , figura 9 , primero se hace una sección cóncava y se señala la repartición del dibujo con un compás de pun tas o una tira de papel. Se usa una gubia para cortar hacia abajo el dentado , sosteniéndola con un ángulo tal que el filo acabe el corte alineado con la inclinación del lado exterior del corte en V. Los cortes deben encontrarse . Puede usarse una gubia plana alineada con el lado de la V para cortar cada uno de los pequeños trozos sobrantes. Un proceso similar se sigue para (c), usando la gubia para cortar los semi -
círculos. De nuevo la gubia se mantiene a un ángulo tal que el corte quede alineado con el lado exterior de la V. Esto permite cortar limpiamente el sobrante con una gubia plana o formón . Algunos encuentran más fácil de usar para esto un formón acodado. En (d) se presentan diseños similares hechos en una esquina o chaflán. En ambos casos se hacen los cortes pene trantes y el sobrante se saca después fácilmente con un formón. Diseños modelados. En la figura 11 , se muestran ángulos decorativos talla dos en la parte superior de un cabecero de cama, pero la idea general puede aplicarse en otros sitios. Los diseños pueden ser distintos y en las figuras 12 y 13 se dan dos variantes. El dibujo puede hacerse en un papel y transferirse a la madera con papel carbón o, si se prefiere, dibujarse directamente en la madera partiendo de un boceto previo . 169
Fig . 12. Vista aumentada de una variante de diseño para la cabecera de la Fig . 11 .
El proceso de talla es similar para ambos ejemplos. Las formas principales se subrayan aproximadamente con una gubia en V y se encajan con gubias que siguen la forma final. Esto permite rebajar el fondo, sacando el sobrante con gubias estrechas o escoplos y acabarlo con la punta de cuchara. Para trabajos de este tipo es para los que son inapreciables las herramientas de rincón izquierda y derecha. Debe cuidarse de que todo el fondo tenga la misma profundidad. Sigue un ligero modelado de las hojas y flores. Cuando una hoja pasa sobre otra la curva debe parecer natural , no subir y bajar abruptamente a cada lado. Finalmente puede punzonarse el fondo, aunque algunos prefieren omitir este detalle. Su ventaja, sin embargo , es que da una textura distinta, haciendo resaltar claramente el detalle del dibujo.
Fig. 13. Otra variante .
Fig . 14. Un colgante decorativo tallado en la base de madera maciza de caoba . lB parte derecha muestra las primeras fases de la talla .
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Fig . 15. Detalle t all ado en madera delgada recortada en su forma y pegado a un tabl ero. Figs . 16. 17 Y 18. Fases en la talla de un ca ndelabro.
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La figura 14 muestra un colgante , parcialmente acabado. A ola derecha se muestra el fondo rebajado y los detalles subrayados parcialmente . A medida que la talla progresa los trazados interiores se cortan necesariamente , pero es bueno ponerlos porque indican los lu gares que deben dejarse llenos y los que hay que cortar. En cualquier caso pueden cortarse nuevamente a medida que el trabajo avanza. Otra pieza de detalle tallado es la que se muestra en la figura 15. En este caso está prevista para apl icarla más que para tallarla en la madera de base. La madera se recorta por su dibujo exterior y se pega en un tablero plano con interposición de un papel , para que pueda levantarse después de terminada . Puede comprenderse que sin este respaldo sería difícil sujetar la pieza y en cualquier caso .Ia talla sería frágil. El colgante de la figura 14 puede cortarse y aplicarse de la misma forma. Las figuras 16, 17 Y 18 se dan porque presentan fases de la talla de un brazo de candelabro. Otros objetos pueden
Fig . 16
Fig . 17
Fig . 18
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Fig. 19. Det all e repetido talla do en un a moldura.
pasar por las mismas fases. En la figu ra 16 la forma se ha recortado y los detalles dibujados a lápiz en ella. La fase sigui·ente muestra el trabajo parcialmente desbastado , esto es , con las formas principales toscamente talladas. En la figura 18 el modelo está ampliamente completo. Las molduras son talladas frecuente mente , en especial en trabajos de reproducción. Es aconsejable hacer una plan tilla en papel encerado o en una chapa fina mostrando completos uno o más de los detalles que se repiten . Las formas de las hojas, etc., deben cortarse en la plantilla con las mismas gubias que se usen para el trabajo real. De hecho puede haber una cuestión de adaptación del detalle a realizar a las curvas de las gubias disponibles. El trabajo de este tipo debe hacerse con el mínimo de cortes posible. Por ejemplo en la
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figura 19 , la curva de las hojas grandes debe cort arse en profundidad con una sola gubia . Los ext remos inferiores separa d os por las flechas se profund izan después, t ambién los lados de las fle chas cortados hacia adentro y el triángulo d e madera entre ellos sacado con un escoplo en una sola viruta . Esto no se hace sólo para ahorrar tiempo , sino que también da al trabajo una calidad de ond ulación limpia. El modelado de la s fl echas puede hacerse de dos cortes, cada uno inclinado hacia las hojas . El pequ eñ o reb aje circular de arriba se hace girando una peq ueña gubia semi circular. Si est o prod uce una aleta latera l corrientem en te puede arrancarse de l fo ndo dejando un acabado limpio ; si no hay que hacer un punzón limando plano el extremo de una punta de París del tama ño adecuado . Sin em bargo no use éste como su bst it ut o de la tall a mism a.
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Torneado
El torneado de la madera es un tema extenso , y es imposible en un solo ca pítulo hacer nada nada más que esbozar una o dos de las operaciones fundamentales. Para mayores detalles el lector debería estudiar un manual sobre este tema . En una clasificación aproximativa el torneado puede divid irse en dos clases: torneado entre puntos y torneado en el plato . El primero se usa para elementos largos tales como pies de lámparas, husillos, etc. El torneado en el plato se usa para elementos bajos y anchos, tales como cuencos, bandejas, etc. La opera ción de torneado puede llevarse a cabo en dos formas: por corte o por raspado. Cada una tiene su finalidad y es esencial para determinadas clases de trabajo , aunque en algunos casos estos métodos son intercambiables. El corte es generalmente más rápido que el rascado y por ello se emplea a menudo para el desbaste prelim inar incluso cuando es necesario el raspado para el acabado. Tam bién es esencial para muchos tipos de maderas blandas que no se pueden raspar con limpieza. Por el contrario es difícil cortar muchas maderas realmente duras , porque el filo se embota demasiado rápidamente. Torneado entre puntos. Se emplea un perro de arrastre en el cabezal y un aro de centraje en el contrapunto. La madera debe centrarse a ojo con un cui dado razonable y después hacerla girW a mano para comprobar si alguna arista sobresale más que las otras. Esto puede comprobarse fácilmente viendo si las aristas están a la misma distancia del apoyo de la herramienta. De vez en cuando la madera en el contrapunto . debe lubrificarse con una gota de aceite.
Fig .. 1. Torneado de desbaste preliminar con una gubia grande .
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Cuando gire satisfactoriamente apriete fuertemente el tornillo del contrapunto y luego aflójelb ligeramente. Una presión excesiva puede curvar la madera , causar un exceso de fricción y un ca lentamiento. Trabajo con la gubia. Con una gubia bastante grande trabaje pasándola de un extremo a otro hasta que desaparezcan· todas las superficies planas. Si trabaja a una medida exacta ajuste un compás de calibrar a unos 2 mm. más , aproximadamente , que el diámetro deseado y continúe trabajando hasta que el calibre se deslice justo sobre la pieza , como en la figura 2. Utilizando la gubia no se logran superficies perfectamente lisas pero pueden evitarse las irregula ridades grandes.
Fig . 2 . Comprobaci ón del diámetro con el cali"",/ brador.
Fig . 3 . Uso del formón grande' de punta para alisar el cilindro .
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Empleo del formón. Se pasa ahora a trabajar con formón grande de punta ; debe tener de 30 a 40 mm. de ancho.
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Sosténgalo como se muestra en la fi gura 3 , utilizando sólo la parte entre el talón y . el centro. El escoplo de punta larga no se emplea nunca para este trabajo, ya que si se deslizase se clavaría en la madera con resultados desastrosos. El escoplo permitirá obtener una superficie perfectamente lisa y recta . No debe comenzarse en el extremo, sino a unos 25 mm. de él y moverlo a lo largo y rectamente hasta el otro extremo. Después se le da la vuelta y se repite la operación en el otro sentido. Compruebe de nuevo con el calibre hasta alcanzar la medida. Puede comprobarse en seguida que la gubia corta el material más rápidamente que el formón , por ello la madera debe llevarse lo más cerca posible de la medida final trabajan do con la gubia antes de sustituirla por el formón . El formón es una herramienta de manejo difícil hasta que se ha adquirido maes-
Fig. 4
Fig . 4. Uso del formón : a, posición preliminar.b, subida del mango para aplicar el corte a la madera.- c y d movimiento lateral del formón .
Fig . 5 . Forma alternativa de usar el form ón.
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tría. El secreto reside en gran manera en dejar que el bisel de la herramienta frote con el trabajo. A menos que se haga así el filo es propenso a ser arrastrado por la madera en giro de forma que la punta se clave en ella. El mejor sistema es sostener la herramienta de modo que sólo el bisel toque la madera, como en (a) figura 4, y luego ir levantando el mango hasta que comience a cortar. Entonces se mantiene esta posición. El formón puede sostenerse en una de las dos maneras que se muestran en las figuras 3 y 5. La de la figura 5 es de especial valor cuando se tornea material delgado. El material se soporta detrás ya que se deja que los dedos se deslicen ligeramente contra él , evitando que se doble y la aparición de un defecto consistente en una marca en espiral sobre la supe rficie. Fíjese en que en ambos casos el filo del form ón fo rma un ángulo con la madera , de modo qu e tiene un efecto de cizalla . Torneado de canales. Para ha ce r canales, en general , se usa una peque ña gubia con el corte afilado según se muestra en la figura 6. La herramienta debe trabajar desde los dos lados de la canal. A menos que se haga así dejará un acabado basto. Vaya primero sobre el lado derecho de la canal , sostenga la gubia sobre este lado con el bisel más o menos en ángulo recto con la madera y con un movimiento combinado desplace el mango hacia la derecha levantándolo y al mismo tiempo haciéndolo girar sobre sí mismo hasta que el filo llegue a descansar sobre su dorso. La fi gura 7 da idea de esto. En la práctica la canal no se corta en toda su profundidad en una sola pasada. Lo que se hace es un corte de la forma descrita en un lado y el sobrante se elimina con un segundo corte desde el otro lado. La canal se termina con cortes sucesivos desde uno y otro lado. La parte más difícil es la entrada de la herramienta , 176
porque hay tendencia a que se clave y acuchille la madera , la razón de ello es qu e hasta que no se ha hecho un pequeño comienzo , el bisel no tiene apoyo en que deslizarse. Una vez introducido el bisel ligeramente én la madera evita el desplazamiento lateral por frote contra la madera.
La respuesta a esta dificultad es comenza r decididamente porque basta una ligera penetración para proporcionar apoyo al bisel. Igualmente importante es comenzar con la gubia de lado de modo que el bisel esté en ángulo recto aproximadamente con la madera e inmediata mente mover el mango de lado de forma que el bisel presione contra el corte de la madera. En realirlad el corte se hace más por el giro del mango que por empuje de la herramienta hacia adelante. Para tornear molduras y partes redondas similares se utiliza el escoplo recto o el de punta. El trabajo se aligera quitando primero la mayor parte del sobrante con la gubia. Por ejemplo en la fig ura 8 la mayor parte del traba jo de desbaste puede hacerse con la gubia, como en (a), antes de acabar con el formón. Recuerde que la gubia no sólo es una herramienta más fá cil de m anejar sino que también elimina el m aterial más rápidamente.
La f igura 9 muestra co mo la punt a de la herramienta comie nza en lo al to de la moldu ra y va girá ndose a medida que ava nza sobre la curva. Sólo traba j a la punta de la herrami enta , que se sost iene en án gu lo com o se muestra , pasando de la posición (a) a la (b) y a la (c). Es corrient e utilizar un formón afilado en recto de form a que puedan t rabaja rse ambos lados de la moldura sin cam biar de he rramienta. El co rte puede hacerse con una herramienta especial de cortar o co n el es-
Fig . 6
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Fig. 9
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Herramienta de cortar
Fig . 12
Fig. 10 Fig. 6. Gubia afilada en punta de nariz. Fig. 7. Dos .fases en el torneado de una canal. Fig. 8 . Torneado de una moldura. Fig. 9. Posiciones del formón al tornear una moldura . Fig. 1 Q. Uso de la herramienta de cortar. Fig. 11. Posición de la herram ienta para raspar. Fig. 12. Uma vieja qfilada para raspar.
. 177
copla acodado. El último da genera lmente un acabado más limpio, pero requiere una mayor longitud de madera en la que operar. La figura 10 muestra la herramienta de corta r. Observe que es algo más ancha en la punta de modo que se proporciona el juego a medida que avanza contra la madera . Raspado. Mientras que los formones y gubias cortan la madera arrancando vi rutas gruesas, como las de un cepillo basto de rebajar, las herramientas de raspar sólo raspan , quitando poco m ás que polvo. La mayor parte de las ma deras blandas no pueden ser raspadas con éxito , pero muchas maderas duras responden bien y de hecho en algunos casos es la úni ca forma posible de tornea r. La herramienta se sostiene como muestra la figura 1 1, en la que puede verse que baja ligeramente haci a la madera . La idea es qu e si se clava en la made ra en giro se desenganche inmediatame nte , m ientras que si estuviese apunta da ha cia arri ba el movimiento tende ría a cl ava rla más profun dame nte . Pueden comprarse juegos de herramient as para el ra ~pado , pero corrientemente se hacen amolando limas vieja s. Esta s si rve n perfectamente bien y puede n am olarse de cualquier secc ión qu e se necesite. La figura 12 muestra como se am uelan los dientes en un lado de la superfi ci e y el co rte se amuela aproximadamente a 80 grados. En poco t iempo pueden coleccionarse un bu en número de estas herramientas. Cuand o las prepare amuele primero la superficie y luego el filo , al hacer este último se produce una rebaba que mejora el corte . Algunas maderas tales como el olmo y el roble se trabajan mejor con la herramienta directamente salid a de la muela . Otras necesitan que el filo se acabe en la piedra de aceite. Torneado en el plato. El ementos tales como cue ncos se fij an generalmente en 17 8
el plato mediante tornillos y es bueno colocar entre ambos una pieza de desecho, lo cual permite hacer completamente el torneado sin peligro de que la herramienta toque el plato. La figura 13, muestra esta idea. Si la totalidad del trabajo se ha de hacer en una sola estacada , el fondo de la madera debe cepillarse plano , de modo que asiente convenientemente sobre la pieza de desecho. Los tornillos pasan a través del plato y la pieza de desecho y se agarran solamente en la pieza que se trabaja (figu ra 13). Su longitud debe ser cuidadosamente calculada para que no sobresalgan en el interior del cuenco. Esto debe también considerarse cuando taladre los agujeros, porque estos agujeros pueden aparecer como una maJdiQión. Trate primero la parte exterior, usando una gubia de 6 ó 9 mm. Sosténgala de modo que corte , no simplemente raspe , y deje que el bisel frote la madera , de modo que se evite cualquier tendencia a clavarse. La figura 14 muestra el sistema . El interior se trata de la misma forma para eliminar el grueso del sobrante , pero aquí es vital hacer que el bisel frote . Un punto a recordar aquí es que el ángulo del bisel afecta el trabajo. De hecho, un bisel largo y delgado no puede usarse para el interior, porque es imposible dejarlo frotar, como se muestra en (a) la figura 15. Fíjese cómo el bisel menor agudo en (b) hace posible el roce . Para acabar límpiamente la made ra debe rasparse como en la figura 16. Fíjese otra vez que la herramienta baja ligeramente hacia la punta de modo qu e si se clava se separa enseguida . Generalmente se necesitan dos herramientas : una ligeramente curva para el fon do (al. figura 17, y otra curva más cerrada (b) . Trabaje primero con la más plana a través del fondo llegando lo más posible hacia los lados, despu és substitúyala por la de curva más cerra da . Trabaje hacia los lados ya qu e esto
El bisel
no puede frotar
Fig . 13. Madera montada en el plato para tornear un cuenco.
Fig. 14. Dando la forma exterior al cuenco con la gubia.
permite juzgar la suavidad de la curva . La figura 17 muestra la operación. Dé la forma correcta antes de utilizar el papel de lija y quitar el repelo. Este puede ser molesto y producir arrugas en un cuenco que tenga la veta al través . como en la figura 18. Las partes indicadas (a) y lb) deben trabajarse necesa riamente contra la fibra. La solución está en emplear herramientas bien afiladas y dar cortes finos. Cualquier intento de dar cortes gruesos levantará la fibra. Si es posible monte una piedra de afilar al otro lado del cabezal y reafile la herramienta sobre ella frecuentemente.
Fig . 15. Torneado del interior con gubia.
Fig . 16. Raspado del interior del cuenco.
Finalmente alise el trabajo con papel de lija. primero con número dos y medio. seguido del número uno y medio y por último con grado finísimo. Un buen aca bado se puede obtener usando Speedaneez. La pieza se hace girar a la velocidad más baja y el frotador se pasa lentamente a través de la superficie. Déjelo . unos minutos y repita el proceso hasta que se obtenga un brillo mediano. Déje179
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lo endurecer tanto tiempo como sea posible y púlalo con cera. Algunas ceras de pulir deben dejarse endurecer después de su aplicación , antes de pulirse; otras pueden pulirse inmediatamente después. La ventaja de un barnizado con goma laca preliminar es que proporciona una base de espejo y ayuda a mantener limpio el objeto cuando está en uso. Fig . 17. Herram ientas de raspar el interior del cuenco.
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Fig. 18. Partes del cuenco propensas a ser ru gosas.
Fig. 19. Cuenco torneado con asas talladas.
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En la figura 19 se muestra un atractivo cuenco con asas. Para hacerlo se ha de tornear un ancho anillo con la sección aproximada de las asas. La forma del plano de las asas se traza sobre la parte de arriba ; el sobrante se corta con una sierra de rodear y la superficie se limpia con la lima y la cuchilla . Después el efecto de enrollado en las asas se acaba con herramientas de tallar.
Trece
Maderas y materiales
Las variedades de maderas se cuentan por miles y aqu í nos referirem os 8610 a las , relativamente pocas, d u o corriente. Para hacer una distinción aproximada de las maderas pueden dividirse bajo dos epígrafes: maderas duras y maderas blandas ; las primeras corresponden a árboles de hoja caduca , que pierden sus hojas en invierno y las segundas a plantas de coníferas con hojas en aguja , Las denominaciones son puramente convencionales y frecuentemente tienen poca relación con la dureza real. La más dura de las maderas blandas es más pesada y dura que la más ligera de las maderas duras.
Maderas duras. Para ebanistería en general se usa ampliamente el robl e. El roble ingl és cuando se pueden obtener tablas adecuadas tiene un bonito espejuelo, pero frecuentemente no es fiable debido al mal curado y es propen so a las rajaduras y alabeos. Una alternativa excelente la ofrece el roble japonés el cual , debidamente curado, es sano , bien espejeado, se trabaja bien y puede obtenerse en tablones de buena medida. También se usa el roble de Eslavonia que es una buena madera . A menudo el roble puede obtenerse solamente en cuadrados de 37 , 50, 62 Y 75 mm . adecuado sólo para patas, etc., pero cuando se necesita para piezas tales como travesaños, estos cuadra dos pueden cortarse a lo largo si se dispone de una sierra circular y unirlos para obtener un ancho mayor.
anua les · Madera de corazón
Tronco de roble most rando cómo se forma el es- . pejuel o seg ún la form a de cortarlo : A, no muest ra espej uelo. - B, presenta espejuelo pequeño.- e y D presentan espejuelo amplio .
El roble americano no se ve a menudo en la actualidad , posiblemente debido a difi cu ltades come rciales, pero cuando se encuentra se presenta en hermosas tablas estandar. Hay dos clases : rojo y blanco, siendo el último invariablemente de mejor calidad . 181
La mayor parte del atractivo del roble es debido al espejuelo derivado de sus rayos m ed ulares que irradian del corazón. Una tabla cortada paralelamente a ellos muestra el espejuelo mayor y es la madera más fiable. Cuanto más se separa la tabla del paralelismo más pequeño es el espejuelo, hasta que los rayos pasan en ángulo recto y aparecen sólo como pequeñas manchas sobre la superficie. El roble satinado, ocasionalmente disponible, procedente de Australia no es un verdadero roble en absoluto, pero debe su nombre al pronunciado espejuelo que posee. Se trabaja bien y es perfectamente adecuado para muebles porque admite un buen acabado y se pule bien. Como sustituto del roble se usa a veces el castaño. No tiene espejuelo derivado de los rayos medulares, pero se parece fuertemente al roble liso tanto en veteado como en color. El haya se encuentra a menudo en palos cuadrados y es adecuada para patas torneadas, etc. Tiene un buen espejuelo aunque más pequeño que el del roble. Debido a la escasez el castaño es a menudo usado para piezas torneadas, siendo el resto de la obra chapeada 'con castaño.
La caoba es una excelente madera para muebles, aunque los hermosos tablones anchos se han hecho difíciles de encontrar. Prácticamente la única verdadera caoba americana obtenible es el tipo de Honduras; la caoba de Cuba es prácticamente imposible de obtener. La caoba africana se usa frecuentemente y aunque no tiene el aspecto tan bonito es considerablemente más barata. Varía ampliamente en fiabilidad y calidad. El sapeli es considerado a veces como una caoba, y tiene a veces el color y dibujo de la verdadera caoba. Su característica principal consiste en las lí182
neas de espejuelo consistentes en bandas estrechas de madera clara y oscura. Tanto el raulí como el niangón tienen algo de la apariencia general de la caoba, pero las tablas varían enormemente ; algunas son completamente lisas mientras otras tienen un veteado más atractivo. Hay muchos sustitutos de la caoba entre los cuales es corriente el gabón . No es una verdadera caoba pero es una útil madera dura secundaria para costados de cajones, traseras de armarios, etc. A menudo se utiliza para fabricar contrachapado. El nogal es una madera fina para muebles, pero es generalmente difícil de obtener. Tanto el nogal inglés como el francés se encuentran ocasionalmente , pero es difíci l obtener stocks del nogal liso americano o nogal negro. El nogal australiano es una buena madera para muebles y muchos de los tablones tienen un bonito dibujo. Hay muchas otras maderas duras de importación cuyo suministro es fluctuante . Entre ellas está el raulí de Chile , una madera marrón claro algo parecida al haya pero sin señales de los rayos medulares. La mansonia tiene algo de color del nogal y es útil como madera para muebles. El afara de Nigeria tiene un color claro de paja y se puede obtener a veces. La afrosia tiene un color amarronado, con sombras amarillas, con la veta entrecruzada que necesita cuidado al cepillar. Todas estas maderas varían considerablemente en calidad y el mejor plan para su uso es consultar un texto sobre sus características o ver si el comerciante de maderas puede ofrecer al guna información.
La teca se ha hecho popular como madera para muebles' y puede obtenerse en una buena gama de gruesos y anchos. No es una buena madera para el encolado debido a su naturaleza grasosa pero
ayuda el uso de desengrasantes. Uno de los adhesivos modernos de A. P. V. con aditivos de resina es el de mejor resultado.
rica es una madera deliciosa , pero es de lo más difícil de obtener; si se puede lograr como madera usada es excelente como base para el chapeado.
Maderas blandas. La principal de las maderas blandas para carpintería es el pino rojo del Báltico. Su calidad es muy variable, siendo el mayor inconveniente de las calidades bajas la presencia de nudos, pero las mejores tablas pueden estar razonablemente limpias de nudos grandes. Es ampliamente usada como madera estructural, techos, suelos, puertas, etc. pero necesita cuidado en su se.Iección cuando se usa para pilares, vigas y fines similares, porque los nudos en mala posición pueden reducir enormemente su resistencia. En la construcción de muebles se usa con frecuencia para bastidores traseros , travesaños ocultos, etc., aunque deben evitarse las malas calidades.
El pino del Paraná se suministra bien y es una madera de rendimiento de primera clase, a menudo enteramente libre de nudos y es útil, aunque con frecuencia se alabea al secar y se raja fácilmente .
El pino amarillo o blanco de Norteamé-
Cuando se puede obtener cedro rojo de Oriente es una madera excelente para estructuras, pudiendo lograrse tablones anchos y largos libres de nudos. Es adecuada para uso interior y exterior. Para este último no necesita protección y por esta razón es usada a menudo para techumbres. Contrachapado. Las calidades varían enormemente. El barato de cajas de té es inútil para trabajos de calidad; las chapas probablemente no se han seca-
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Fig . 1. Ejemplos de : a, tabl ero laminado.- b, table ro alistonado. - e, tablero tableado.
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do bien , la cola puede faltar y presen ta muchos defectos tales como separaciones en la capa media o incluso solapes. Sin embargo un contrachapado bien hecho po r un fabricante de confianza , es completamente seguro y puede usarse para el cuerpo de un trabajo chapea do. Más información sobre esto se encuentra en el capítulo sobre el chapea do. Los contrachapados más delgados tienen tres chapas, la del centro es más gruesa que las otras. El contrachapado grueso tiene más de tres chapas. Para su fabricación se usan diversas maderas ; abedul , aliso , fresno , pino y gabón . Esta última en tableros contrachapados proporciona una buena base para puertas lisas chapeadas. Tablero laminado , etc. Están constru idos como se muestra en
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ras y piezas de muebles, pero es inadecuado para su uso en exteriores. Su mejor modo de empleo es fijarlo a un bastidor, pero cuando se usa estructu ralmente , en lugar de como relleno , debe colocarse un borde bastante ancho en los cantos, ensamblado a lengüeta . Este , además de aumentar su resisten cia proporciona una superficie adecua da para los rebajes de las bisagras , etc. El chapeado puede realizarse con éxito co mpleto, debiendo chapearse las dos caras. Algunos tableros aglomerados se fabrican por un proceso de ext rusión y recubiertos con chapa fina por ambas caras. Estos tableros son generalmente fiables , pero deben evitarse las ra nuras profundas perpendiculares a las caras , porque son propensos a chas carse. Tablero s de recu b ri m iento . Bajo esta denominación se comprende una gam a extensísima , desde los tableros pren sados realmente duros, aptos para t echar una caravana , etc., hasta los table ros blandos previstos fundamentalmen te para aislamiento. Las calidades mejores y medias se usan con frecuen cia para traseras, fondos de cajones y para paneles en general que deban ir pin tados.
,
Catorce
En la actualidad se dispone de un am plia gama de materiales para el acabado, y la elección depende de si el objeto ha de ser usado a la intemperie o en el interior, el roce que tenga , el tipo de madera en que esté hecho y el gusto personal. Algunos de los materiales antiguos han sido dados de lado, pero otros siguen siendo aun populares para ciertos trabajos.
Pintura
Acabado de la madera
Para obtener buenos resultados deben darse por lo menos tres capas: de imprimación, de recubrimiento o base y de acabado. Es aconsejable obtener las tres clases de material del mismo fabricante , para asegurarse de que pueden usarse juntas sin riesgo. Imprimación . Habiendo limpiado pre viamente la madera proceda a pintar cualquier nudo que haya con pintura especial para estos. Déjela secar durante media hora y dé una segunda mano. Los nudos realmente malos deben cortarse y taponar el hueco. Todos los clavos deben punzonarse. Alise con lija y dé la primera mano de imprimación. Esta es corrientemente de color gris o rosado, aunque para la pintura blanca o crema es con frecuencia blanca. Debe ser relativamente delgada, y debe apli carse uniformemente , brochando bien en la madera. Trabaje en la dirección de la fibra para acabar. Introduzca con la brocha la pintura en las grietas, etc . Déjela endurecer de 12 a 24 horas. Capa de recubrimiento. Todos los agu jeros de los clavos, las grietas , etc., deben rellenarse con masilla o una pasta de sellar adecuada . Esta se prensa hacia adentro y la superficie se alisa pasando sobre ella la parte plana del cuchillo. Ocasionalmente, en el caso de ventanas acristaladas , etc., los rebajes deben re-
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cubrirse con imprimación antes de usar las pastas; de lo contrario estas pueden deja r de adherirse correctamente . Frote con papel de lija en húmedo-seco , puesto en un corcho, cualquier rugosi dad o desigualdad, humedeciendo la superficie previamente para que no se levante el polvo. Cualquier gota o chorrera que se haya formado debe limpiarse aunque deberían evitarse desde el principio tanto como sea posible.
La pintura de recubrimiento o base se aproxima en color a la de acabado , aunque corrientemente hay una ligera diferencia, de modo que es fácil ver las partes que han sido cubiertas. La aplicación es similar a la de la imprimación. Trabaje bien primero en las partes difíciles, evitando rellenar los detalles y extienda la caja con brochazos largos y uniformes en la dirección de la fibra . Déjela de nuevo endurecer durante 24 horas. Capa de acabado. Se frota otra vez con papel abrasivo, como antes, y se limpia el polvo. Como las pinturas brillantes tienen la propiedad de fluir y eliminar las marcas de la brocha no se necesita el pintar cruzado más que lo justo para dar una capa uniforme, de hecho no es aconsejable prolongar el trabajo porque enseguida tiene lugar un asentamiento. Trabaje bien los cantos en cuanto sea posible de forma que se eviten los regruesos en los cantos y las chorreras. Si hay alguna chorrera en los cantos laterales trabaje estos a lo largo para quitarlas. Todas las pinturas deben revolverse bien antes de usarlas, y si se ha formado una película sobre ellas debe cortarla con un cuchillo y quitarla . La pintura al aceite que haya reposado algún tiempo . debe colarse a través de un trapo de seda viejo antes de usarse. Las brochas que deban dejarse por la noche para
emplearse al día siguiente se colocan en un recipiente con agua. Cuando se acaba el trabajo deben limpiarse enseguida con aguarrás y finalmente con agua caliente y jabón.
Acabado de m uebles Laca de poliuretano. Está basada en una resina sintética y es conocica generalmente como laca P.U. Corrientemente es del tipo catalítico ; la laca perma nece en buenas condiciones de uso durante un tiempo casi ilimitado si se guarda sellada . Solamente cuando se le mezcla el catalizador comienza a endu recer. Por regla general con el paquete se suministra un tercer envase con teniendo disolvente que también puede usarse para limpiar brochas. Como regla general se necesitan dos capas como mínimo para un buen acabado y generalmente los mejores resultados se obtienen diluyendo la pintura y apli cando capas extras, en lugar de aplicar una capa gruesa. Después de endurecida , la superficie se frota ligeramente con papel de lija finísimo (grado de ha rina) o con lana de acero del grado más fino. Puede dársele un brillo de espejo frotándola con pasta de pulir fina después de estar la laca completamente curada . La laca se aplica con brocha y no requiere mayor habilidad que un tra bajo cuidadoso . Puede ser necesario aplicar un sellador de la fibra si ésta es abierta , aplicándose antes de dar la laca. Es aconsejable usar el sellador su ministrado por el fabricante de la laca , pues otros productos pueden ser incompatibles. Celulosa . Es otro acabado frecuentemente usado en la actualidad . Según el tipo puede ser aplicado con brocha o con pistola , siendo preferible el último. Si se usa la brocha es necesario
un toque hábil cuando se aplica la segunda capa, pues esta tiende a ablandar la primera . En algunos casos el trabajo se deja tal como queda de la brocha o la pistola , pero se obtiene un efecto más brillante con el pulido . Se hace una almohadilla de algodón cubierto con cuero blando , con la superficie completamente lisa sin arrugas. Se moja en un líquido especial de pulir, que tiene una acción disolvente media sobre la celulosa , y se frota la superficie primero con un movimiento circular y lu ego con toques rectos en la dirección de la fibra . Esto tiene el efecto no sólo de eliminar todas las irregularidades d e la celulosa , sino también el de forzar a la ce lulosa a penetrar en la fib ra abierta . Si queda dem asiado brillante para el gusto , pued e apagarse el brillo frotando con lana de acero lu brificada co n cera de pulir. Aceite de teca. En la actualidad el uso de madera de teca para muebles, mas el gusto por un acabado semibrillante . han dado popularidad al aceite de teca como acabado. Además de para la teca puede utilizarse para otras maderas du ras . Da un acabado blando y lustroso y es uno de los acabados más simples de aplicar ; simplemente se frota con un trapo. Las maderas nuevas necesitan varias aplica ciones , pero gradualmente se va formando una película . El aceite de teca va reemplazando ampliamente el antiguo acabado de aceite de linaza con secantes de trementina . Seca más rápidamente y se adhiere mejor. Barnizado a muñeca. Aunque el barni zado a muñeca con goma la ca no es tan ampliamente usado como antiguamen te, este acabado es preferido a ún por muchos trabajadores, especialmente en el negocio de restauración de antigüedades. Es capaz de dar el acabado más atractivo pero tiene el inconveniente de no ser resistente al calor, al agua, al al -
cohol y otras sustancias que manchan. Además exige un alto grado de destreza si se ha de obtener un acabado realmen te limpio. Para trabajos caseros la mayoría de los trabajadores prefieren los acabados más modernos y simples. Pa ra describi r las fases brevemente ; la madera se tiñe (si lo requiere) , se rellena la veta (también si lo requiere) y después comienza el barnizado propiamen te dicho. Este consiste en cuatro fases: manchar, colorear (si se necesita). recargar y acabar. La laca para muñeca se hace de varios tipos : granate, de un tinte marrón oscuro ; botón , un color amarillento; naranja, un barniz medio ; blanco, de un tinte cremoso y transpa rente , un líquido casi incoloro. Los barnices claros son para maderas claras y el granate para oscurecer el color de la madera . El naranja es el usado más corrientemente. Se hace una muñeca para barnizar, como se muestra en la figura 1, Y el barniz se aplica a la almohadilla de algodón levantando el trapo. Para el manchado preliminar la muñeca se mueve sobre el trabajo en golpes largos y rectos , como en (a). figura 2, estando la muñeca generosamente cargada de barniz. Esto es seguido de la fase de recargar en la cual se forma un buen grueso de barniz; en ella el barniz se aplica con un mov imiento circular (b) , figura 2 , seguido de un movimiento en forma de ocho (c) variando éste con un movimiento ova lado (d). Finalmente se usan pasadas rectas . Es necesario poner una gota de aceite de linaza en la cara de la muñeca para lubrificarla , pero no debe ponerse más de lo imprescindible. Son necesarias varias aplicaciones con intervalos de secado. El trabajo puede acabarse con barniz estirado o con alcohol. Para lo primero
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Fig. 1. Fases de la prepa raci ón de una muñeca para barnizar. Para el cuerpo se emplea algodón en rama que se moldea en forma de pera . Despu és de cargado con el barniz se envuelve en un trapo fino de hi lo.
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Fig. 2 . Movimientos de la muñeca durante el barnizado.
se carga la muñequilla con la mitad de barniz y la mitad de alcohol y se desliza por la superficie con golpes rectos a lo largo de la veta, como en (f). La ligereza del toque es esencial. Para acabar con alcohol se hace una muñeca nueva y en la almohadilla de algodón se ponen un par de gotas de alcohol solamente. Se aplica a la superficie en grandes círculos o en forma de ocho, cambiando gradualmente a los golpes rectos. A medida que se seca la muñeca se aumenta la presión hast a que actúa como un bruñidor quitando el aceite. La cara de la muñeca se va engra sando a medida que absorbe el aceite y la envoltura debe cambiarse a un si tio limpio.
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Pul ido a la cera. Es sencillo de usar y puede renovarse de vez en cuando. Si previamente se ha aplicado un teñido al aceite es fundamental fijarlo primero con dos capas, por lo menos, de barniz a muñeca. De lo contrario puede levan-
tarse en manchas irregu lares. En cualqu ier caso es un buen sistema da r cuerpo a la madera usando barn iz blanco para un trabajo que deba ir en color natural o goma laca. Esto no sólo ayuda a preservarlo del polvo sino -que proporciona una película previa . Puede utilizar cualquier cera de pulir con buenas características o prepara r la suya propia partiendo de cera de abejas disuelta en trementina . La tremen tina americana de la mejor cal idad es la más satisfactoria pero puede usarse un sustituto de buena calidad (white spirit) que es m ás barato. El proceso de disolución se acelera calentando al baño María (no use nunca la llama directa ). Para endurecer el pulimento añada una pequeña cantidad de resina la cual se funde y mezcla bien . Cuando esté frío el pu limento debe tener la consistencia de la m antequ illa en verano. Apl íquelo li brem ente con un cepill o (tipo cepillo para botas) y se deja endu189
recer durante 12 a 24 horas. Púlalo con un cepillo similar y acábelo con una muñeca . No se forma ninguna película hasta que no se ha evaporado la tre mentina. Barniz para tableros de mesa. Este acabado es considerablemente más resistente al calor y las manchas de agua y alcohol, que el barnizado corriente de goma laca. Se aplica de la misma forma pero sin emplear aceite. Barnizado . No es usado ampliamente en la actualidad, habiendo sido susti tuido en gran parte por los acabados a base de celulosa y lacas catalíticas ; de las cuales hay muchas variedades que producen superficies extremadamente duras y resistentes al calor, al agua y al alcohol. Sin embargo el barni zado se emplea a ún con cierta exten sión, siendo las dos clases existentes: el barniz al aceite , usado a veces sobre la pintura o sobre la madera desnuda que ha de exponerse a la intemperie y el barniz al alcohol , el cual incluye los distintos barnices de goma laca , no es tan duradero a la intemperie y se usa generalmente para objetos de interior solo o en combinación con la goma laca. A veces se conoce como laca transparente. Tintes . Aunque la tendencia actual es usar la madera en su color natural , los tintes se prefieren a ún en ciertas circunstancias. Debe tenerse en cuenta el hecho de que algunos acabados modernos no son compatibles con los tintes porque se produce una reacción cau sando diversas perturbaciones. Deben consultarse previamente las instrucciones suministradas con los productos de acabado. Hay muchos tintes con base de agua, aceite y alcohol que se presen tan en una amplia gama de tonos. Aparte de estos hay también ciertos materiales de gran valor para oscurecer, aclarar o colorear las maderas. 190
Para el roble el tinte básico más útil se hace con cristales de Vandyke , disueltos en agua caliente; dependiendo la cantidad de la profundidad del color requerido . Remueva la solución y fíltrela a través de muselina. El sistema usual es hacer una solución concentrada y diluirla lo necesario. Inmediatamente antes de su uso se añade un poco de amoníaco de 0 ,880 que facilita la penetración en la fibra . También pueden obtenerse cristales de caoba que dan un tono más rojizo. Las dos soluciones pueden mezclarse (después de preparadas separadamen te) para obtener un torio especial. Otro material para avivar el color es el polvo de eosina el cual , disuelto en agua , da un tinte rojo brillante. Tenga cuidado en no excederse en su uso. Para oscurecer la caoba se usa generalmente el bicromato potásico. Los cristales se disuelven en agua que torna un color naranja brillante. Sin embargo su acción sobre la madera es química y vuelve la caoba de un tono marrón . Es usado extensamente en el negocio de reproducciones. Puede también usarse sobre el roble el cual se vuelve marrón ligeramente verdoso. Añadiéndole cristales de Vandyke y amoníaco pueden obtenerse tonos variados. El sulfato de hierro o caparrosa verde disuelto en agua volverá al roble de un color gris azulado (evite usarlo demasiado fuerte o acabará en un brillante color azul Air Force). A veces se usa para hacer que la caoba parezca nogal. Como el efecto aparece principalmen te cuando se seca , debe usarse con ·cúi dado. Debe ser prácticamente agua clara y su efecto se ensaya sobre un trozo de madera sobrante y dejado secar. El sicomoro se trata frecuentemen te con él para volverlo de color gris. El amoníaco tiene un efecto oscure-
cedor sobre el roble. El mejor sistema no es aplicar el líquido a la madera , sino someter ésta a sus vapores. El mueble en conjunto se coloca en una cámara estanca, con las superficies lim pias de cola y grasa y todos los cajones , puertas , etc. , abiertas. El líquido se echa en un par de salseras y se sella la cámara. Si no es practicable un vi drio de observación , debe taladrarse un agujero e insertar en él una pieza del mismo roble. El tiempo que se toma va desde diez minutos a varias horas de acuerdo con la profundidad de color requerida y el tamaño de la cámara. Como algunas variedades de roble son más fácilmente afectadas que otras debe emplearse la misma clase para cada ~no de los trabajos. Tenga cuidado de no inclinarse sobre los vapores del amoníaco que son mu y fuertes y pueden tener resultados desa gradables. No maneje el amoníaco directamente pues puede ser dañino para los dedos y amarillearlos. Tintes al aceite. Usualmente se compran preparados , dispuestos para apli carlos. Tienen la ventaja de no levantar la fibra , pero no son tan transparentes como los tintes al agua y su efecto es diferente en que dejan un depósito oscuro en las fibras abiertas. Después de secos hay que aplicarles dos manos de goma laca antes de que pueda apl icárseles algún pulimento de cera , de lo contrario el tinte puede levantarse desigualmente en manchas. Colorantes al alcohol. Tampo co estos levantan la fibra , pero, debido a su rá pida evaporación requieren un manejo diestro y seguro . En superficies grandes es difícil mantener el canto libre , se obtienen listos para aplicar o en polvo para mezclarlos con alcohol. Colorantes de anilina. Las anilinas deben usarse con cuidado debido a sus co-
lores brillantes y poco ortodoxos desde el punto de vista del trabajo de la madera. Frecuentemente se usan como aditivos para entonar otros tintes. General mente los más usados son: el pardo Vandyke, un marrón algo frío , usado principalmente para el roble ; el negro para imitar el ébano; el pardo Bismarck, un rojo potente usado principalmente para entonar los tintes marrones. Hay una amplia gama de colores ; verde , azul, amarillo, etc. que pueden ser a menudo usados para el acabado de juguetes, etc. Los colorantes de anilina se presentan en forma de polvo y pueden obtenerse solubles en agua o en aceite. Los pri meros pueden disolverse en agua o en alcohol y si se necesita un aglutinante se añade un poco de cola al agua o un poco de barniz de laca blanco al alcohol. Estos tipos solubles en alcohol son a menudo útiles para añadir al barniz de goma laca para obtener acabados de color. Las anilinas solubles en aceite se disuelven en sustitutivos de la tremen tina y en caso de necesitar un agluti nante se añade un poco de cola de dorar. Aplicación del tinte. Puede emplearse una brocha o un trapo. En todos los ca sos hay que mantener los cantos libres para evitar señales de unión de mala vista y acabar en el sentido de la veta . Antes de usar un tinte al agua la madera debe mojarse con agua caliente , dejar que se seque y alisarla con lija. Entonces cuando se aplica el tinte la fi bra no se levanta indebidamente . Como la fibra de testa absorbe el tinte más rápidamente y en consecuencia tiende a oscurecerse más, el tinte debe diluirse para estas partes. Cuando se haya seca do aplique dos veces barniz de goma laca. Esto sirve para fijar el tinte . Tapaporos o selladores. El roble se 191
puede acabar tal como es, pero en otras maderas duras tales como la caoba y el nogal hay que tapar los poros existentes entre sus fibras. Existen diversas pastas tapaporos o selladores. Los selladores pueden obtenerse en color natural (gris) o en varios colores para seguir el de la madera . En cualquier caso pueden colorearse con tintes al aceite. Si es demasiado espeso adelgácelo con trementina. Mantenga la tapa bien cerrada , pues si no el sellador se endurecerá. Puede aplicarse con una brocha o un trapo, pero el último se aplica cuando el asentamiento ha comenzado para forzar al sellador a introducirse en
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los poros. Se aplica en sentido transversal a la fibra . Para las maderas blandas el sistema corriente es usar cola. Esta puede ser cola corriente adelgazada hasta que no se sienta su pegajosidad. La cola espesa se queda sobre la superficie, mientras que la cola fluida se empapa en las fibras y sella los poros. Cuando está completamente seca se alisa la superficie con papel de lija y el trabajo queda listo para aplicar el acabado. Como caso especial. la cola no puede aplicarse a un trabajo teñido al aceite; en este caso debe emplearse pasta de sellar.
Quince
Adhesivos
En la actualidad se dispone de una am plia gama de adhesivos para el trabajo de la madera. Los modernos tipos han desplazado en gran parte a la antigua cola animal porque son más convenien tes en su uso y también en muchos casos son más resistentes a la humedad. En cambio son generalmente más caros. la cola animal se usa aún amplia mente en la reparación de antigüedades, y con tal que la pieza no esté expuesta a la humedad es un pegamento exce lente si se emplea adecuadamente .
Resinas sintéticas . la UF (úrea formaldehído) es ampliamente usada en la industria y casi en exclusiva en el ta ller casero. Se usa en frío, es alta mente resistente a la humedad y no tiñe. Existen di stintos tipos; uno se presenta en forma de jarabe con un líquido en durecedor separado de aspecto acuoso y tiene una vida propia limitada. Más conveniente para el pequeño consumi -
dar es el polvo que mezclado con agua se conv ierte en un jarabe similar al an terior ; su vida es considerablemente mayor. Otra forma de adhesivo en pol vo tiene el endurecedor incorporado de an temano y sólo necesita mezclarse con agua . Es un adhesivo universal extremadamente fuerte .
APV. (acetato de poli vinilo). Es una emulsión blan ca lista pa ra su uso tal como se presenta . Hay muchos prepa ra dos disponibles y a menudo tienen aditivos de resina . Se usa en frío como adhesivo general y tiene una buena resistencia aunque su resistencia a la humedad es baja . No mancha aunqu e algu nas marcas tienen t endencia a volvNse marrones al conta cto con ciertas made ras tal es como el roble. Caseína . No es tan usada com o anteri orm ente , pero es una cola fuert e, en forma de pol vo para me zc lar con agu a. Un inco nveniente es su t end encia a t eñir algu nas m adera s duras tales como el ro bl e, la caoba , el nogal , etc. Ti ene bu ena resisten cia a la humedad . Resinas epoxílicas. Esta s son usadas princi palmente para un ir metal a la madera . Se p rese ntan como dos prod uctos separados qu e de ben m ezclarse pa ra qu e comien ce el endureci mie nto . Ti enen un uso limitado en los talleres de ca rpint ería y eban istería , sie ndo ca ras. Son úti les para trabajos especi al es y son m uy resi stentes a la hum edad. Cola animal. Es un a cola fuerte pa ra uso ge neral , aunque no es resistente a la h umedad y no pu ede usarse para t raba jos para la intemperie. Necesita usarse en ca liente , po r lo qu e algun as uniones ensamblada s se calientan antes de armarlas. Hay productos fabricados que no necesita n calor m ás que en in vierno. la col a animal no ti ñe y es la ún ica que puede utilizarse en el chapeado a martillo.
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Se obtiene en forma de granos o placas . estas últimas deben partirse en trocitos. Se coloca en el recipiente para la cola . se recubre de agua y se deja remojar durante toda la noche. Se calienta después al baño maría y la cola se funde . Cuando está caliente debe chorrear de la brocha libremente sin grumos y también sin dividirse en gotas. No caliente nunca la cola directa mente sobre la llama ni la deje hervir. Adhesivos de impacto. El principal uso de estos es pegar laminados plásticos
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sobre la m adera . aunque pueden en algunos casos emplearse para trabajos especiales de chapeado. Se apl ican a las dos piezas y se dejan secar un rato y al juntar las piezas el agarre es inmediato. Son útiles para algunos trabajos de reparación de formas extrañas en los que hay dificultad para apl icar los gatos de apriete . No pueden usarse para uniones de bastidores de ningún tipo porque se agarran instantáneament e y las uniones tales como espigas y lazos no pueden llegarse a encajar.
Carrito de té con bandeja suelta
Dieciseis
Es un elemento manejable que puede usarse tanto en el jardín como en el interior de la casa. La bandeja suelta permite transportar cosas desde la cocina y es una ventaja cuando se han de salvar escalones. La bandeja tam bién puede usarse independientemente del carrito . Para el armazón puede usarse prácti camente cualquier madera sana , aunque si es posible debe hacer juego con el contrachapado de la bandeja. Alterna tivamente puede recubrirse la bandeja con laminado plástico.
Diseños
Puede verse que las patas están adel gazadas por ambos lados; por dentro desde el estante hacia abaJo , por fuera hacia arriba hasta la parte superior. ·Sin embargo, los cantos interiores son paralelos desde el estante hasta arriba .
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Fig . 1. Carrito para el té.
Fig . 2 Vista en explosión mostrando la construcción .
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Aparte de su apariencia esto tiene la ventaja de que los apoyos de las espigas de los travesaños están a escuadra . En la figura 2 se muestra una fijación sen cilla para los listones del estante, dos travesaños delgados se encajan en entallas de las patas y aprisionan las tablillas entre ellos. Arriba las patas están conformadas y mortajadas para recibir los travesaños. Los travesaños extremos están recorta dos en la parte central para que por ellos pasen las asas de la bandeja, figura 5. Las patas están entalladas para los tra vesaños que sostienen las tablillas del estante , las entallas son ciegas. Los largueros se deben conformar según se muestra en la figura 5, estando unidos a caja y espiga a las patas. Para dar una resistencia adicional pueden colocarse refuerzos en las esquinas, por debajo del fondo de la bandeja. Las tablillas tienen los cantos y extremos redondeados y se sostienen entre dos listones en cada extremo , sobresaliendo ligeramente de ellos , encoladas y clavadas por debajo. Cuando está terminado el estante se encola encajado en las patas y se clavan en diagonal en las patas dos puntas bien fuertes. Una alternativa para el estante es usar una pieza de contrachapado de 9,5 mm. encajada en las entallas. En cierta forma ésta tiene la ventaja de que las tazas y vasos, etc., no tienden a caerse . Sin embargo la finalidad real del estante es sostener una bandeja suelta. Para la bandeja es aconsejable usar contrachapado de 9,5 mm. Los cantos se redondean. Si se emplea madera maciza debe ser seca y sana . Las molduras del borde se chaflanan en una pieza mayor y se cortan. Si las caras inclinadas se unen temporalmente con clavos se pueden biselar los cantos opuestos con el cepillo. Las molduras ingletadas se ator-
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nillan desde abajo a través del fondo y las esquinas se redondean ligeramente por fuera. Despiezo 4 2 1 2 1 4 5
pata s travesaños moldura bandeja largueros bandeja listones tablillas
Largo Ancho Grueso cm . cm. cm .
58 36 100 60 66 40 63
4,5 6, 6, 5,5 42, 2 ,5 5,5
22 , 22 , 22 , 19, 9.5 6 ,5 6,5
Invernaderos de jardín Pueden hacerse de una sola cristalera como el de la Fig. 1, o doble com o el de la Fig. 2. Las dimensiones pueden modificarse un poco, pero es aconsejable mantener la medida de 308 mm. entre los rebajes porque permite emplear el vidrio del ancho standar de 12 pulgadas, A veces se colocan dos o tres vidrios en un hueco y entonces se deben preveer el solape. Cuerpo. La construcción se muestra en la figura 2 , las dimensiones se hacen siguiendo las medidas del bastidor. Se emplean tablas machihembradas y es bueno disponer las alturas de forma que se emplee un número entero de éstas en el frente y la trasera, teniendo en cuenta la ranura y la lengüeta que deben cepillarse. Una independientemente el frente y la trasera, atornillando los postes enrasados con los extremos y en el caso del de vidriera doble , los tra vesaños. Es aconsejable pintar todas las superficies de juntas antés de fijarlas. Los costados se añaden a estos, fijando primero las dos tablas enteras de abajo. Coloque las dos tablas de arriba en posición sobre las otras, trace una línea a
Fig. 4. Secciones de la parte superior y la ban. deja.
Fig. 3. Vista de arriba.
Fig. 5. Vistas de frente y de lado con las med idas principales.
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Fig . 1 . Invernadero de jardín con vidriera deslizante. Se usan vidrios standar.
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Fig . 2 . Construcción del cuerpo del invernadero con dos vidrieras .
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'---_ _ _--'-' 107.8cm _ __ ----' -
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Fig . 3
Fig . 3 . Medidas principales del bastidor.
travé's con una regla para tener la inclinación y corte las partes sobrantes. Atornille los costados a través de los postes de detrás y añada las piezas de guía . Estas últimas dan rigidez al conjunto , aunque deben añadirse montantes centrales si aparece alguna debilidad. Es aconsejable cortar ranuras de desagüe a lo largo del canto inclinado de los costados. Para el de dos bastidores se hace una sección en T invertida clavando o atornillando dos piezas juntas como se ve en la figura 2. Se cortan entallas en el frente y la trasera , para recibirla. A medida que avance el trabajo embuta todos los clavos; aunque los agujeros no se empastan hasta después de dada la capa de imprimación.
Fig , 4
Bastidor. Las medidas se dan en la figura 3. Si se prefiere pueden emplearse madera de sección normalizada , especialmente para los barrotes. Si se hace esto hay que adaptar las medidas a ello. Los ensambles para el bastidor principal se muestran en la figura 4 , y puede verse que el travesaño inferior es más delgado que los otros ya que el cristal ha de descansar sobre él. Como consecuencia es necesaria una espiga enrasada a la cara. En la parte de abajo se hace un reta Ión , como se muestra. Fíjese en que todos los ensambles están emboquillados (a inglete), y se ha cortado la madera del lado de las mortajas opuesto al rebaje enrasándola con éste. Esto permite que los apoyos de las espigas estén igualados. Todas las cajas son abiertas y las espigas acuña das por fuera.
La figura 5 muestra los ensambles de los barrotes con el bastidor. En la parte baja se corta una entalla en el travesa ño para recibir la parte saliente , los ensambles se hacen emboquillados como los anteriores. Es aconsejable hacer una ranura de goteo en la parte baja del travesaño superior, para que el agua no corra hacia adentro.
Fi g , 4 . Ensambl es de las esquinas del bastidor, Fi g . 5. Ensamble de los barrotes al bastidor.
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Después de igualar las juntas proceda a repasar todos los nudos con el cepillo adecuado. Dé al conjunto una capa de imprimación incluso a los rebajes cuando esté seca , empaste todos los agu jeros de los clavos, grietas , etc. y proceda al acristalado. Extienda una capa de masilla sobre el rebaje , coloque los cristales de modo que asienten bien planos y enmasille todo alrededor. Despiezo P ara una sola cristalera Cuerpo
Largo cm.
6 8 2 2 2
107 137 64 33 140
15, 15, 5, 5, lO ,
22 Mach 22 Ma ch 50 50 23
140 110 137 137
7,5 7,5 10, 4.4
50 50 38 50
piezas piezas postes postes guías
B astidor 2 montantes 1 travesaño 1 t ravesaño 2 barrotes
Ancho mm.
Grueso mm.
P ara dos cristaleras Cuerpo 6 piezas 8 piezas 2 postes 2 postes 2 guías 1 pieza T pieza T
2 20 137 64 33 140 140 140
15, 15, 5, 5, 10, 7, 5 5,5
2 2 Mach 22 Ma ch 50 50 22 22 22
BAST IDORE S Igual al de una sola cristale ra pero en cantidades dobles.
Banco de carpintero Las características requeridas para un banco de carpintero son : que sea rígi do , que tenga el tablero lo más grueso posible y plano y pueda quedar completamente liso cuando se necesite y que 200
esté provisto de un tornillo y un tope para cepillar. El tamaño está en gran forma determinado por el espacio disponible , pero como regla general se hace tan grande como lo permita el taller. Detalles. En el banco de la Fig. 1, la rigidez está asegurada por el ancho largero frontal (faldón) que está entall ado en las patas. El grosor del tablero depende del material disponible , pero suponiendo que se emplée tabla de 25 mm. de grueso solamente , también el faldón ayuda a evitar que se doble. Si se dispone de un tablero más grueso será desde luego, preferible y las medidas que se dan en la Fig . 2 deberán adaptarse a éste. Se dispone un cajoncillo rehundido , que permite guardar sobre el banco las herramientas de uso diario sin que estorben para la colocación de piezas de madera anchas sobre el banco . Además hay un ancho estante para las herramientas grandes y los útiles , y una cremallera en la parte posterior. El tope de banco .es un bloque de madera que puede introducirse golpeándolo hasta igualarse con la superficie del banco, Para facilitar el corte de las maderas se dispone en el extremo del banco de otro tope , también escamoteable para dejar libre la superficie de la mesa . Para apoyar piezas largas , cuando se sujetan en el tornillo, se dispone una serie de agu jeros de 12,5 mm. de diámetro en la pata del lado derecho ; una clavija introducida en uno de estos agujeros proporciona un apoyo útil. Armazón . Para las patas se emplea madera de 75 por 50 mm. Son preferibles maderas duras tales como el haya , o el fresno , aunque es frecuente usar maderas blandas con buen resultado. Escuadre las secciones y trace los ensambles. Las patas traseras son más cortas que las de delante , para permitir la colocación del cajoncillo
Tope de ba nco Cajoncillo para herramientas
Cremalle ra Tope de extre mo
o Tornillo
Fig . 1 . Banco se ncill o para un pequeño t all er case ro.
y los travesaños de los lados está n rebajados para adapt arse a esto (figura 2) .
La bandeja para herramientas es una simple caja poco profunda , con los bordes clavados o atorn illados y con el fondo de contrachapado atornillado por debajo. Se fija en posición con tornillos y se le añade la cremallera detrás. Esta es un simple palo atornillado detrás con la interposición de tres piezas distanciadoras para dejar un claro a trav és del que pasan las herramientas. Topes. Para recibir el tope de banco se hace un agujero cuadrado en el tablero . El tope (de madera dura) se hace ajusta do fuerte en el agujero. La figura 2 , muestra como se añade el tope pivotante de extremo. Este está conformado de modo que cuando se cierra queda enrasado con la superficie del banco.
Para hacerlo debe usarse madera dura y debe añadirse un canto atornilla do al extremo del banco . No es un elemento esencial y puede omitirse si se quiere utilizando el cortador para los cortes de serrucho transversales. Torn illo . Este necesita ciertamente un bloque de recubrimiento debajo del ta blero cuyo espesor depende del modelo del tornillo y del espesor del tablero. Posiblemente también será necesario hacer un rebaje en el delantal para recibirlo y cortar ranuras ; con seguridad habrá que hacer agujeros para pasar el husillo y las barras de gu ía. Es imposible dar detalles porque los modelos varían según el fabricante. Es esencial una fijación fuerte y rígida y la cara del tornillo debe estar alineada con el canto del banco. En algunos casos puede ser mejor fijar el cuerpo del tornillo
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Fig. 2
El banco se completa con la adición de un estante para herramientas. Se atornilla por debajo de los travesaños laterales y se añaden listones para sostenerlo po r dentro de los travesaños delantero y trasero , como se muestra en la sección transversal de la figura 2.
riores y el trasero también están espi gados y para evitar la debilitaci ón indebida de la madera los inferiores están escalonados , los de delante y detrás inmed iatamente debajo de los laterales. El travesaño delantero superior O delantal no está espigado sino entallado para acoplarse a las patas. El ajuste cerrado de este último ensamble es esen cial , pues su función es evitar el bam boleo.
Los travesaños laterales están espiga dos, los de arriba con retalón , como se ve en la figura 2. Los travesaños infe-
Encole y arme los dos bastidores de los extremos separadamente . Un buen sistema es enclavijar las uniones de
por detrás del faldón en lugar de por delante. En la mordaza móvil se pone una gualdera de madera .
202
caja y espiga. Esto no sólo ahorra el tener muchos gatos, sino que mantiene firmes ·las uniones. El agujero de la clavija se taladra en la mortaja ; se coloca en posición la espiga apretándola con un gato y se marca con la punta de la barrena, pasándola por el agujero . Se separan las piezas y la espiga se taladra a 1,5 mm. más cerca de los apoyos. Las clavijas deben ser ligeramente cónicas para que entren fácilmente. Las uniones se encolan al armar , naturalmente. Despu és de secarse la cola se añaden los travesaños delanteros y traseros, estos también preferiblemente enclavijados. Finalmente se encola y atornilla el delantal. Tablero. Si le es posible use para éste una madera dura tal como el haya . El espesor mínimo es de 22 mm. , pero si es posible debe ser de 50 mm .; en cuyo caso se rebajan las posiciones de los travesaños superiores , laterales y ·tra sera de acuerdo con éste espesor. Fíjelo con tornillos desde arriba , empotrando los tornillos y taponando los agujeros. En los lados lo más simple es colocar tornillos en rebajes, pero los agujeros deben ser de un tamaño sufi cientemente grande para permitir la contracción.
Despiezo Largo cm. 86 2 patas 84 2 patas 123 1 fald ón 102 1 travesa ño 102 2 travesaños 46 2 travesaños 46 2 travesa ños 123 1 tablero 103 1 estante 123 1 fondo ca jón 123 1 canto cajón
Ancho mm. 75 75 160 75 50 50 100 390 3 70 160 30
Grueso mm.
50 50 25 50 50 50 50 25 12,5 Contrach . 6 ,6 Contrach. 22
1 canto cajón 2 canto cajón 1 cre.mallera
123 12 123
50 50 60
25 25 12,5
Mesita auxiliar Es un objeto fácil de hacer, consistente en un tablero de contrachapado con dos largueros atornillados debajo en los que se unen las patas a caja y espiga. Si se prefiere el tablero puede tener la superficie recubierta de laminado plástico de color o en acabado de madera natural. Su poco peso hace posible retirarla con facilidad del lado del sillón . Primero corte el tablero. Es de contra chapado de 12,5 mm . y es preferible chapearlo por ambas caras para evitar la tendencia a tirar y curvarse. Sin embargo , si se utiliza laminado plástico no se presenta este inconveniente , con tal de que se coloque con adhesivo de contacto. En este último caso es aconsejable dar dos capas al contrachapado para mejorar la adherencia . Primero , sin em bargo , corte el tablero en su forma . Las curvas pueden trazarse con un listón doblado a su forma , se dibuja una línea de lápiz todo alrededor del canto . Se hace un chaflán alrededor de la cara inferior, como se muestra en la sección de la Fig . 1 Y se redondea la arista supe ri or. Cuan do se usa plástico laminado la forma ideal de cortarlo es con una ' sierra de cinta equipada con sierra para cortar metal. El canto puede cepillarse después para obtener una curva suave y hacerse el chaflán inferior. Finalmente se redondea la arista de arriba . Los dos largueros se chaflanan por el canto exterior y los extremos , y en ellos se escoplean mortajas pasantes para recibir las patas. Como éstas son inclina das las mortajas deben tallarse con el ángulo correspondiente ; también deben ser más anchas arriba que abaja para
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Fig . 1 . Al zados de frente y de lad o. Fig . 2 . Pl anta del t able ro. Fig . 3 . Detall e de la un ión de la pata .
permitir la efectividad de las cuñas. La Fig. 3 muestra el corte de la espiga en la parte superior de la pata . Fíjese en que los espaldones deben estar en ángulo para dar la inclinación. Los lados de la espiga son paralelos a la línea exterior de la pata.
La Fig. 3 muestra en (a) la forma de la sección de las patas. Habiendo cortado los ensambles, adelgace las patas de arriba hacia abajo. En el ancho todo el adelgazamiento debe hacerse por el interior y lo mismo en el grueso. Se cepilla ahora la sección redondeada oval, como en la Fig. 3. Es aconsejable trabajar las
204
Fig . 3
cuatro patas progresivamente . Así los chaflanes de adelgazamiento se hace n primero en todas y luego se sigue con el redondeado. Finalmente encole las patas a los largueros, comprobando para que el ángu lo sea correcto e introduciendo las cu ñas. Cuando se ha encolado una pata las otras pueden comprobarse con ella. Por último los largueros se encolan y atornillan debajo del tablero. Un excelente acabado para todas las piezas d'3 madera ' es la laca plástica diluída a la mitad de su fuerza seguida de encerado.
Despiezo
1 tablero 2 largueros 4 patas
Largo cm .
Ancho mm.
81 67 41
36, 6 ,5 4 ,5
Grueso mm. 12,5 Contrach 25 32
Divisor de habitación Este tendrá un buen aspecto con las partes macizas de mansonia y chapea dos de nogal australiano o con las partes macizas de caoba africana y chapas de caoba de Honduras. Las partes cha peadas tienen la base de tableros alistonadas y debe tenerse en cuenta que las capas exteriores de estos deben tener la fibra en ángulo recto con la del chapea do.
Construcción de los armários. Las diversas piezas de las tres cajas se cortan a medida y se chapean por su cara interior. Después se ajustan y se labran las uniones de los ángulos. Para un trabajo sencillo se pueden emplear la unión en rebaje , como (a) Fig . 3 . Para un trabajo mejor deben cortarse uniones en lazos semiocultos , como (b). Estas figuras muestran el uso de madera maciza y ésta puede ser preferida. Para tableros alistonados los lazos deben ser bastante más anchos, pues de lo contrario la fibra es propensa a chascarse. En el caso de la caja inferior se coloca una división central , que debe encajarse en ella. Después de armadas las cajas deben cha pearse las superficies exteriores. Cuando la cola se ha asentado se cepillan los cantos de chapa sobrantes y se añaden las tiras de los cantos del frente . Los frentes de la caja inferior pueden tener la forma de puertas abisagradas a los costados o de batientes abisagrados en la parte inferior y provistos de tiran tes para limitar su movimiento. Ambas caras se chapean y en la del frente la chapa se remete unos 10 mm. del canto, lo que permite pasar un gramil de
Fig. 1. Divisor de habitación con bastante espacio de exposición .
corte todo alrededor de los cantos para colocar una banda de chapa con la fibra al través. La chapa sobrante se tiene que quitar antes de que asiente la cola . En la caja central que tiene puertas correderas de cristal, es necesario hacer ranuras cerca de los cantos del frente . Hay que notar que las superiores son doble de profundas que las inferiores, como muestra la Fig . 4; esto hace posi ble pasar los vidrios hacia arriba y luego dejarlos caer en las ranuras de abajo.
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Fig . 2. Al zados con las dimensiones pri ncipa les
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Fig . 3. Variantes constructivas de las cajas.
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Fig . 4 . Secc ión mostrando las puertas correde ras de crist al. Fig. 5 . Ca nteado de las pue rta s. Fig . 6 . Separadores de va rillas de latón .
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Téngase en cuenta que cuando se usan tableros alistonados hay que poner un canto de madera maciza ensamblado a lengüeta, pues el alistonado no admite el ranurado. La Fig. 4 , muestra también formas alternativas de fijar las traseras de contrachapado . La de arriba es un re baje , pero una variante más simple es la de abajo en la que la trasera de contra chapado se fija directamente sobre una moldura de cuarto de círculo añad ida todo alrededor. Sop o rte . Es una construcción separada , ensamblada con uniones a caja y espi ga. Las patas son adelgazadas y si el adelgazamiento se hace a todo lo largo , como en la Fig . 2 , los espaldones de los travesaños deben tener el ángulo correspondiente . Alternativamente los apoyos pueden ser escuadrados y el ade lgazamiento comenzar por debajo de los travesaños.
Despiezo
2 tapa y base 2 costados 2 tapa - y base 2 costados 2 tapa y base 2 costados 1 separación 1 trasera trasera trasera 2 puertas 4 montantes 4 patas 2 travesaños 2 travesaños
Longitud
Ancho
Grueso
cm . mm. 91 5 27 5 91 5 30 5 91 5 46 5 44 91 91 91 44 177 27 81 41
mm . 235 235 325 325 465 465 465 460 300 270 450 55 63 55 55
mm. 19 19 19 19 19 19 19 6,5 6,5 6,5 19 25 63 25 25
M o ntaje. Las tres cajas se unen con dos montantes principales a cada lado . Se fij an mediante tornillos pasados por los costados de las cajas a los montante s. Habiendo hecho los agujeros en los costados de las cajas , los montantes se mantienen f ijos con gatos mientras se atornillan . La apariencia es más limpi a si se chaflanan todas las aristas de los montantes o se les da un redondeado de lápiz. El soporte se fija con tornillos desde debajo al fondo de la caja inferior. En la caja superior se colocan dos separa dores de varillas de latón. Su forma se muestra en la Fig . 6. Aca bad o. - El conjunto se desarma lo máximo posible , ya que esto facilita el acabado. Un acabado excelente es el recubrimiento plástico aplicado con brocha . Son necesarias varias capas y pue de dársele un acabado brillante con pasta de pulir o un acabado semimate frotándolo con lana de acero de la más fina lubrificada con cera de pulir. Alternativamente puede acabarse barnizán dolo con goma laca a muñeca.
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Fig . 1. Pajarera transportable.
Pajarera transportable Con frecuencia es ventajosa una pajarera q ue se puede llevar de un sitio a otro . La que se muestra en la Fig. 1, se hace preferi bl eme nte de roble o posiblemente de castaño. Bien hecha en principi o, y dándole de vez en cuando una capa de protección, puede durar años.
Poste .- El poste principal se hace de un cu ad rado de 5 cm. y 147 cm . de largo , inclu yendo las espigas de los dos extremos. Cepíllelo recto y trace las espigas .
Las dos espigas son pasantes ; la de aba jo cuadrada y la de arriba a todo ancho alineada con la veta de la pieza transversal en la que se acopla (Fig . 4 ). El adel gazamiento del poste comienza justo por encima de los puntales. Para el pie use material de 7, 5 cm . por 25 mm . unido a media madera . En los extremos se atornillan por debajo tacos cuadrados de 10 cm . Corte la morta ja pasante a través del ensamble a media madera , ensanchándola por deba jo en una dirección para que puedan introd ucirse· las cuñas. Los puntales deben uni rse al pie a caja y espiga , pero se unen al poste con 'un ensamble de caja in clina-
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Fig . 2. Alzados con las medidas principales .y escala.
Fig . 3 . Detal le de los ensambles del poste y el pie .
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según se muestran pueden añadirse después de colocada la pieza transversal. Casita. Se puede construir como un conjunto en sí misma. En los cantos del suelo se hacen entallas para reci bir los montantes, que se atornillan en ellas. Recuerde que las superficies interiores deben estar inclinadas. En la parte de arriba unas entallas poco profundas reciben los caballetes. La inclinación superior no se corta hasta más tarde, para hacerla coincidir con la de los caball etes. En las uniones de la cumbrera con los caballetes se hacen juntas a media madera. En la Fig. 2 aparecen detalles de la forma y agujeros decorativos de los caballetes. Una las piezas con cola de resina cla vando o atornillando donde sea necesario. Para el tejado use piezas de cubr.ir del tipo adelgazado o con rebaje solapado. Atornille el conjunto a la pieza transversal.
Fig . 4 . Construcción de la casi t a y su forma de unión co n el poste.
Suponiendo que deba ser de color natural, dele una capa de protector transparente y déjela al aire de forma natural. Si se prefiere puede aplicarse u n protector con tinte combinado.
Despiezo da , como se muestra en la Fig . 3. Arme el conjunto en una sola operación , fijan do los puntales al poste y añadiendo la base. Debe usarse cola de resina , que es resistente al agua, pero es aconsejable enclavijar la unión supe ri or de los puntales. Ajuste el travesaño superior, ensanchando la mortaja por arriba para la expansión de la espiga cuando se introduzcan las cuñas. La Fig. 4 muestra como los soportes de refuerzo se acopian en entallas incli nadas. Si se corta n
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1 poste 2 pies 4 puntales 4 tacos 4 refuerzos 1 pieza tranvers. 1 suelo 4 montantes 2 caballetes 1 cumbrera 10 tablas techar
Largo cm .
Ancho mm .
Grueso mm .
150 62 55 11 12 31 37 32 26 37 37
50 90 60 110 90 170 310 25 190 60 75
50 25 25 25 25 25 25 25 12 .5 20 12 5
Jardinera Las plantas de interior se han hecho extraordinariamente populares y esto ha traído una resurrección de las jardineras, aunque en una forma revisada para a.daptarse al gusto moderno. La que se muestra en la Fig. 1, puede contener cinco o seis tiestos en el cajon principal de arriba y varios otros en la parrilla inferior. Los lados de la caja tienen la inclinación propia de los tiestos corrientes de barro, pero si ha de acomodarse algún tiesto especial o de forma no corriente, la forma o tamaño puede variarse de acuerdo con ellos. La caja se hace como un conjunto separado y las patas se unen a ella con tornillos. Los travesaños atan cada par de patas de los extremos y las tablillas que forman la parrilla dan rigidez al conjunto. Fíjese en que la separación de las patas es deseable para dar estabilidad.
corte no debe hacerse en esta fase porque el moldurado de la superficie principal podría estropear los apoyos. Por último los cantos inferiores deben rebajarse para recibir el fondo. En las tablas de los extremos el rebaje también debe ser oculto y de nuevo debe usarse el cepillo de fondos o·tallarlo a mano. La otra única alternativa es cortarlo a todo lo largo y taparlo después del montaje.
Moldurado de la superficie. Este toma la forma de un escalonado con un efecto algo semejante a la apariencia de una persiana veneciana. Hay varios sistemas de trabajarlo, pero, por cualquiera que se siga, la idea general es cortar primero una serie de ranuras estrechas, llegando casi hasta la profundidad total, y luego hacer las ranuras inclinadas. La forma se muestra en las Fig. 2 y 3. Las ranuras previas pueden hacerse o con la sierra circular o la guimbarda o bien con el acanalador manual.
Caja. El ensamblado se hace con simples ranuras. Los que dispongan de un cepillo de fondos mecánico encontrarán sencillo el hacer las ranuras ocultas. De lo contrario hay que hacerlas manualmente. Se puede emplear una sierra circular para cortarlas parcialmente desde el extremo abierto de abajo, pero debe pararse algo antes del extremo cerrado de arriba y acabarlas a mano. Teóricamente la ranura debería cortarse ligeramente inclinada, ya que los laterales y los extremos están inclinados formando un ángulo compuesto, pero la inclinación es poca y el ángulo escasamente puede medirse. En consecuencia pueden estar en ángulo recto. La lengüeta se corta fácilmente con el cepillo" de rebajes, la sierra circular o con el serrucho de costilla. La lengüeta es enrasada y el primer corte debe hacerse a través de la fibra. Use una sierra de dientes finos. El grueso de la lengüeta debe trazarse con el gramil, pero el
Fig. 1 . Jardinera de caoba africana .
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Fig . 2 . Alzados frontal y lateral.
Fig. 3 . Construcción de la caja.
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Por último se atornilla el fondo.
Fig . 4 . Detall e de la pata .
Posteriormente se trabajan las superficies inclinadas con el cepillo de rebajes. Finalmente se acuchilla para eliminar las arrugas o repelo de la fibra y se acaba con lija envuelta alrededor de un taco. Comience con el grado n. o 2 y medio y acabe con el n.O 1 1/2 ó 1. Los extremos están recortados en su parte superior. El corte se hace con la sierra de cinta o con la sierra de vaiven o a mano con la sierra de calar. Después se limpia con una lima, seguida del acuchillado y el lijado con el papel arrollado a un corcho. En la Fig. 1, puede verse que en el frente se ha incrustado un panel. Este no es esencial y puede omitirse si se prefiere. Alternativamente puede ser un panel liso chapeado con una madera atractiva . Se incrusta en un rebaje hecho en el frente. Cuando se arma hay que colocar tacos de madera bajo las zapatas de los gatos para prevenir que se estropeen las su perficies. Sino se dispone de gatos se puede atar una cuerda alrededor y apretarla con un torniquete. En este caso es esencial poner tacos en las esquinas.
Soporte. Las patas se preparan primero escuadrándolas y se adelgazan. Los arranques de soporte se unen a lo alto de las patas con un ensamble a caja y espiga un poco especial, como se muestra en la Fig. 4. Fíjese en que las patas se han cortado arriba con un cierto ángulo, lo que permite que los espaldones de la espiga de los arranques sean escuadrados. Como las patas se cepillan a una sección ovalada, es necesario cepillar los cantos inferiores de los arran ques. La forma más sencilla de hacerlo es realizar el ensamble cuando la pata está a ún escuadrada, después se cepilla la pata a su sección ovalada, se arma el ensamble en seco y se traza una línea de lápiz en el arranque que muestra cla ramente lo que se ha de cepillar de él. Después de acabadas, las patas pueden fijarse con tornillos pasando hacia abajo a través del fondo de la caja. Cepillando la parte superior del arranque y la pata , puede darse a ésta cualquier inclinación que se necesite. En la parte baja de las patas se colocan travesaños, y la construcción más sencilla consiste en hacer unos pequeños planos en las patas en los que se hace la mortaja. La longitud entre los espaldones de las espigas se mide directamente. El trabajo se completa con la adición de las tablillas de abajo, que se fijan con tornillos de latón con ovalillos. Como deben sentar planos, el canto superior de los travesaños debe tener una inclinación que, naturalmente debe hacerse antes de encolar las espigas en sus mortajas. Los extremos de las tablillas se cortan en ángulo de modo que, cuando están atornilladas las cuatro, acaban en una curva. Un añadido deseable es un forro interior de metal, de forma que la humedad que pueda escapar como consecuencia del 213
riego no estropee la madera. Debe tener un reborde hacia arriba pero no necesita ser mayor de 25 mm. de profundidad.
Despiezo Largo cm. mm. 2 costados 2 extremos 1 fondo 4 patas 4 arranques 2 travesaños 4 tablillas
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81 58 16 22
232 2 5 5 8 5
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Ancho Grueso mm. mm. 19 205 19 232 12 190 32 55 32 55 25 32 10 38
Aparador de teca o caoba Está diseñado para que pueda emplearse tablero aglomerado chapeado en su estructura principal. La ventaja de este material es que puede encontrarse fácil mente recubierto con chapa de teca o de caoba, mientras que es más difícil encontrar madera maciza del espesor adecuado . Las únicas piezas macizas son las patas y los estrechos largueros y travesaños. Las medidas pueden ajustarse a las exigencias individuales, aunque deben tenerse en cuenta las medidas estándar del material. Idealmente el tablero aglomerado debería trabajarse con máquinas, especialmente si éstas están equipadas con herramientas de acero al tungsteno. Esto permite cortar las piezas a la medida justa con total precisión de forma que sólo hay que lijarlas para su acabado. Además pueden trabajarse fácilmente los rebajes, ranuras, etc. Con medios puramente manuales es algo más difícil, pero también puede hacerse. Primero se corta la chapa por ambas caras con formón o cuchillo y el corte de sierra se hace junto a éste por el lado malo. Entonces es solo cuestión de cepillarlo o 214
rasparlo hasta llegar justo a la línea. El aglomerado no es un material agradable de cepillar porque sólo se arranca polvo, no viruta , y el filo de la cuchilla se embota enseguida , debido a la naturaleza abrasiva de la resina aglomerante. Corrientemente las uniones de lazos, caja y espiga, etc., son escasamente practicables y es más sencillo hacer juntas a tope enclavijadas como se muestra en la Fig. 3 . Para éstas, en gran canti dad, es económico hacer un utilaje, bien para trazar sus posiciones o directamente para guiar la barrena o la broca . Una alternativa es emplear los herrajes " Contijoin " especialmente fabricados para este fin; estos se atornillan en el interior del cuerpo del mueble y las piezas se unen con pernos. El único punto a te ner en cuenta en este caso es que se ha de dejar espacio para los herrajes al hacer piezas tales como cajones , etc. y esto significará probablemente ajustar los cajones de acuerdo con ellos. Los cantos principales del tablero aglomerado estan chapeados, pero cuando se han hecho cortes de sierra se han de chapear de nuevo. Corrientemente es preferible hacerlo después de haber hecho las uniones. Para piezas tales como los lados y traseros de los cajones se utiliza tablero contrachapado de 9,5 mm. aunque los frentes ~e hacen de aglomerado chapeado.
Armazón principal. Primero corte todas las piezas del armazón principal. Fíjese en que aunque la tapa descansa sobre los costados, el fondo queda contenido entre estos. Puesto que la trasera se ajusta contra listones colocados por el interior en los cantos traseros de la tapa y los costados, estos son del mismo ancho. El fondo , los divisores y el estante, sin embargo, son más estrechos en el espesor de la t rasera , porque ésta se fija directamente sobre los cantos de det rás
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Fig. 2. Alzados de frente y de sección lateral.
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Fig . 3 . Form a de estar ensamblado el aparador.
de ellos. Puede encontrarse conveniente trazar las posiciones de las guías de los cajones, los estantes, etc., antes de armar el conjunto ; de hecho las guías de los cajones deben encolarse y atornillarse en su posición en esta fase. Cuando lo encole, prense con gatos las divisiones interiores al fondo , colocando al mismo tiempo la guía del cajón central. Si se tienen pocos gatos el trabajo
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Fig . 4 . Construcción del cajón .
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se puede dejar para que se asiente la cola , previa comprobación de que el conjunto está correcto. Luego se añaden los costados y al mismo tiempo las guías de los cajones de la izquierda yel estante de la derecha y se deja otra vez asentar la cola . Finalmente se encola la tapa. Puede verse en la Fig. 3, que en las esquinas superiores se han fijado unos listones cuadrados, encolados y atornillados. Tales listones aumentan considerablemente la resistencia . En la parte de delante están remetidos una distancia igual al grueso del frente del cajón y de la puerta abatible. La adición de la trasera de contrachapado atornillada a los listones, encolada y clavada a la tapa y los costados completa el armazón principal.
Soporte. En esta fase debe hacerse el soporte con las patas. En todo él se usa una madera maciza. Los largueros y tra vesaños se espigan en las patas y hay otros dos travesaños intermedios que se unen con clavijas o en ranuras en cola
de milano. Encole los largueros a las patas y déjelos para que se asiente la cola antes de colocar los travesaños extremos e intermedios. Para fijar el soporte por debajo al armazón principal se usan tornillos rehundidos. Cajones, etc. La construcción más adecuada de los cajones se muestra en la Fig. 4. Los costados de contrachapado se acoplan en rebajes en los frentes. Si los rebajes se hacen a todo lo ancho es necesario encolar unos taquitos en las esquinas superiores. Sin embargo, resulta un trabajo más limpio si los rebajes se hacen ocultos, como en (al. pero cuesta algo más cortar los rebajes. En la mejor forma la trasera se une con lazos vistos, pero algunos prefieren la unión más sencilla de ranura (b). El fondo se encaja en una ranura en el frente y en molduras ranuradas en la parte inferior de los costados. Para la puerta principal , probablemente puede ser necesario unir dos trozos de aglomerado chapeado. Si los cantos de la junta están chapeados es preferible quitar la chapa primero. Cuando se ha hecho la junta bien cerrada se usan cuatro o cinco clavijas para darle resistencia . Se utiliza una bisagra de piano a la izquierda y se fijan listones Despiezo Largo cm .
Ancho cm .
1 tapa 1 fondo 2 costados 2 divisiones 1 estante 1 puerta 1 puerta abatible 1 frente cajón 1 frente cajón 1 frente cajón 1 frente cajón 1 frente cajón 1 frente cajón
131 128 61 58 45 47 47 36 36 36 36 46 46
38 38 38 38 38 47 36 12 15 17 18 12 22
1 trasera 1 trasera cajón
130 36
60 10
Grueso mm . Tablero aglom. 17 17 17 17 17 17
1 trasera cajón 1 trasera cajón 1 trasera cajón 1 trasera cajón 1 trasera cajón 2 costados cajón 2 costados cajón 2 costados cajón 2 costados cajón 2 costados cajón 2 costado s cajón 4 fondos cajón 2 fondos cajón 3 travesaños 1 travesaño 4 patas 2 largueros 2 travesaños 2 travesaños
36 36 36 46 46 36 36 36 36 36 36 35 45
13 15 16 10 20 12 15 17 18 12 22 35 35
36 46 27 197 35 31
5,5 5,5 5 cua . 5,5 5,5 5,5
9 ,5 9 ,5 9,5 9 ,5 9,5 9 ,5 9,5 9 ,5 9,5 9 ,5 9,5 5 5 Macizo 22 22 22 22 22
para que hagan tope , debajo de la guía del cajón central y en el costado de la división . Tanto para la caoba como para la teca puede usarse un recubrimiento de plástico o puede preferirse el aceite de teca para un acabado sin brillo.
Taller para el jardín La caseta de la Fig. 1 está construída por elementos que se unen con tornillos.
17 17 17 17 17 17 17 Contrcho. 6,5 9.5
Fig . 1 . Caseta para jardín.
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Fig. 2. Alzados del frente. trasera y cortados y vista ampliada de la unión en las esquinas.
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8 · 10 ..
2m 69 cm
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6'
1 m 83cm
Fig. 3. Vista en explosión mostrando los distin tos elementos.
Las dimensiones se dan en la Fig. 2, pero pueden variarse un poco para adaptarlas a cualquier exigencia particular. Armazón. Para el armazón principal se usa material de 50 mm. por 38 mm. , aunque el cuadrado de 50 mm . hará una estructura más rígida . Corte las distintas piezas a su longitud y ensamble las verticales en las horizontales con juntas entalladas. Esto es más resistente que hacerlo con juntas a tope, porque las entallas resisten empujes laterales. Com pruebe el escuadrado con una varilla diagonal y coloque los puntales inclinados. Recubrimiento . Las tablas deben ser de 16 a 22 mm . de grueso. Para el material delgado es efectiva la junta en rebaje que se muestra en la Fig. 4 . Las tablas más gruesas deben ser machihembradas. Las tablas de los lados más cortos, con caballete, acaban enrasadas al armazón pero las de los lados más largos
sobresalen una longitud igual al grueso del armazón (vea la sección ampliada de la Fig. 2) . La fijación de las tablas que acaban enrasadas es obvia , pero para los costados largos es aconsejable tener a mano una pieza sobrante del armazón para usarla como guía del saliente en el extremo. Clave sobre los bastidores y punzone los clavos hacia adentro. En las aberturas de las ventanas las tablas de los lados acaban en el centro de los montantes del bastidor (vea la Fig. 4) . Esto permite clavar después el listón cuadrado (b). Arriba y abajo de la abertura las tablas acaban enrasadas y puede ser necesario cepillar las tablas localmente. En la parte de abajo se coloca un alfeizar con el borde inclinado y un soterón , cortado y clavado. En la parte de arriba se coloca un elemento similar. Finalmente se clavan todo alrededor los listones (al. para hacer las ventanas estancas al agua . Estos estan remitidos una distancia igu al al espesor de los bastidores de la ventana.
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En la abertura de la puerta las tablas acaban en el centro de los montantes, como en las ventanas, lo que permite clavar un listón de remate. Para hacer la puerta estanca al agua se clavan listones todo alrededor de la abertura . Las tablas de la puerta se extienden por delante del travesaño inferio r del bastidor. Suelo. Puestos juntos los bastidores de las paredes puede hacerse el suelo. Para éste son deseables tablas machihem bradas de 19 a 22 mm. de grueso. Se clavan sobre cuatro viguetas de 50 mm. en cuadro por lo menos. Se logrará un trabajo más fuerte si se dispone de material de 75 mm. por 50 mm . Si se extiende una base de hormigón el suelo puede descansar sobre ella directamente. En caso contrario deben usarse una serie de estribos de ladrillo para mantener la made ra separada del terreno. Cada vigueta debe estar apoyada por ambos extremos y preferiblemente tam bién por el centro. Excave hoyos para los ladrill os y consolide el terreno apisonándolo. Hágalo todo tan nive lado como sea posible empleando una regla larga y un nivel de aire. Ponga el suelo en posición y levante las paredes. Mas t arde puede ser necesario llevar a cabo un ajuste de la nivelación y un sistema conveniente para ello es hacer pa res de cu ñas enfrentadas de roble e introducirlas entre los ladrillos y las viguetas en los puntos en que el suelo se hunda . Si se agacha hasta el nivel del suelo y mira a lo largo , cualquier depresión se le aparecerá en forma manifiesta Cubierta . En la Fig . 3 se muest ra uno de sus elementos, consiste en una serie de tablas machihembradas de 16 mm. clavadas en dos carreras. Corte las tablas a su longitud y clave el conj unto. El canto de la cumbrera debe cepillarse en ángulo para que se forme un inglet e cuando se colocan en posición las dos partes de la cubierta. Para recibir la ca220
rrera superior se cortan entallas en los caballetes de los dos extremos. Esto es esencial porque , además de proporcionar un ajuste cerrado, la entalla sirve para sostener rígidamente la carrera . Los dos elementos de la cubierta deben caer justo en su posición. Para sujetar la cubierta hacia abaj o, pueden introducirse tornillos hacia arriba a través de las piezas inclinadas del bastidor de los ca balletes hacia las ca rreras. También se fijan dos palos por debajo del techo, con tornillos pasados desde fuera. Estos palos deben estar ali neados con el interior del bastidor. Pa sando tornillos desde los palos a este últ imo la cubierta se fija firmemente . Cuando no se prevé que la caseta se desmonte nunca , puede cl avarse toda la cubierta. Tres tiras de tela de techar corren a lo largo. Deje que sobresalgan para volverlas por debajo todo alrededor y fije primero las dos de abajo. Fíjelas en posición provisionalmente con un par de ta chuelas cada una y ponga la tira del centro , que debe descansar recta sobre la cumbrera recubriendo las de abajo en varios centímetros. Clave a lo largo del canto inferior utilizando clavos galvanizados de techar.
La adición de las tablas de reborde , cla vadas en los extremos completa la cu bierta. Ventanas. Lo mejor es hacerlas con material estándar para bastidores de ventana unido con los ensambles corrientes de caja y espiga acuñadas, como en la Fig. 5. En ventanas dobles pu eden embisagrarse ambas hojas, o una puede ajustarse fuerte y clavarse. La junta central se hace estanca haciendo un rebaje en los cantos de cierre e insertando u na moldura en el bastidor móvil. El vidrio se enmasilla , pero antes debe imprimarse el rebaje .
Ventanas 4 2 8 8
120 22 92 120 22 56 92 moldura vento 92 moldura vent o
alféizar alféizar barrotes barrotes
Suelo 9 tablas 5 viguetas
2 1
70 200 83 50- 75
22 50
180 50
16 38
Cubierta 32 tablas 4 carreras Ó correas
1 10 2 80
En los largos sobrantes para corte. Los anchos y gruesos son nominales. Si los anchos de las tablas varían, el metraje debe corregirse en correspondencia .
Indice alfabético Abedul. 184 Acabado. 185 Acabado para tableros de mesa , 190 Aceite de linaza . 187 Aceite de teca . 187 . 217 Aclarado. 190 Acodado. escoplo. 178 Adhesivos de impacto. 156 Afara , 182 Afilado de barrenas, 35 Afilado de cuchillas. 57 Afilado de formones . 32 Afilado de cepillo. 38 Afilado de la cuchilla de ebanista. 62 Afinar. cepillo de 11 , 38. 39 . 40 Alabeo. 43 Alineación de la sierra de cinta . 85
Al iso. 184 Amoniaco. 190 Angulos de afilado de las gubias, 164 Aparador. 214 Asentado . 165 Asentado del corte del cepillo. 40 Asentador. 164 Banco para talla . 165 Bandeja suelta . 195 Barniz. 187 Barniz transparente. 187 Barniz granate. 187 Barniz naranja. 187 Barnizado a muñeca . 187 Barra diagonal , 73 Barrena con punta de centrado . 12. 35 , 35 Barrena de pala . 95
Barrena extensible, 12 Barrena Fortsner, 12, 35 Barrena helicoidal , 12, 35 Base, 153 Bastidor de ventana , 119 Berbiquí, 12, 32 Bicromato potásico, 190 Biombo, bisagras para , 150 Bisagra, 145 Bisagra de aletas con respaldo, 145, 146 Bisagra de bellota , 145 Bisagra de canto , 145, 147 Bisagra de compás , 147 Bisagra de guarnición, 147 Bisagra de mariposa , 145 Bisagra de piano, 147, 217 Bisagra para ala de mesa , 145 Bisagra reversible , 147, 150 Broca , 12, 33 Broca Morse , 35 Burbuja, 159 Cabeza perdida , clavos de, 150 Cabriolé, pata , 86 Caja, cerradura para , 139 Cajones, 11 7 Cajones, cerradura para , 139, 141 Camón , 117 Canteado, 91 , 101 Canteado de tableros , 101 Canto, 46 Cantos, cepillado de, 44 Caoba , 153, 182 Capa de re'c ubrimiento , 185 Caparrosa verde , 190 Cara , 47 Carrito para té , 195 Castaño, 182 Cedro rojo oriental , 183 Cepillado, 37 Cepillado a máquina , 90 Cepillado , secuencia del, 47 Cepilladora, 87 Cepillo, afilado del , 38 Cepillo , asentado del corte , 40 Cepillo, uso del. 42 Cepillo curvo , 11 , 51 Cepillo de afinar, 11 , 37 , 38, 45 , 49 , 63 Cepillo de cuchilla al frente , 11 , 51 Cepillo de moldurar, 12, 53 Cepillo dentado, 11 , 54 Cepillo metálico ajustable, 49 Cepillo para espaldones, 11 , 50 Cepillo para rebajes , 49 , 50 Cepillo rascador, 52 Cera de pulir, 189 Cerradura , 139 Cerradura empotrada , 141 Cerradura entallada , 139 Clavijas, varilla para , 128 Clavo, 150
Clavo de tapicero , 152 Clavo de entarimar, 152 Clavo cortado, 152 Clavo ovalado, 152 Cola , 153, 157, 193 Cola animal , 157, 193 Cola de resina , 156, 193 Colgante, 171 Colgar una puerta, 149 Colorantes de anilina , 191 Compás de puntas, 14, 70 Comprobación de la planitud , 39 Comprobación, escuadra de, 14, 47 Construcción de puertas, 99, 110 Contrachapa , 99 Contrachapado , 99 , 133 , 154, 183 Contrachapado de Gabón , 154, 184 Contrahierro, 38, 40 Convergencias, 92 Corazón , lado del , 153 Correa , 222 Corredera para puertas, 110 Cortador, 16, 25 , 27 , 75, 201 Cristales de caoba , 190 Cristales de Vandyke , 190 Cuchilla de ebanista , 14, 59 Cuchilla de hender, 80, 84 Cuenco, 178 a 180 Chaflanado, 91 Chaflán limitado, 91 Cha ila (piedra de aceite). 16, 57 , 63 , 165 Chapeado, 99, 153 Chapeado a martillo, 56, 153, 158 Chapeado a plancha 153, 157 Chapeado de franja, 162 Desbaste (en la talla). 168 Deshilar, 24, 82 Destornillador, 14, 56 Destornillador para berbiquí. 12, 35 Dientes de la sierra circular, 81 Diseños, 195 Eje de la cepilladora , 87 Ensamble a caja y espiga , 70, 121 Ensamble a media madera , 128 Ensamble a tenaza , 128 Entalla en cola de milano, 130 Entreguardas, 14, 43 , 72 Eosina, 190 Escofina, 14, 58 Escopleadora de lazos, 97 Escoplo, 12
Escoplo acodado, 169, 178 Escoplo para cerraduras, 12, 141 Escuadra , 14, 47 , 71 Escuadra de ingletes, 14, 72 Escuadra, falsa , 14 Escudo, 141 Espaldón , 103 Espiga, 121 Espiga enrasada , 122 Espiga pasante acuñada, 122 Espigado, 84, 125 Falsa escuadra, 14 Formón , 12, 29 , 174 Forstner, barrena , 12, 35 Franqueo, 120 Fresno, 184 Frotador de corcho , 16, 56, 186 Galga de profundidad, 95 Garlopa , 11 , 37, 38, 49 Gato en C, 16, 78 Gato improvisado, 78 Gramil de corte , 14, 68 , 69, 156, 205 Gramil de trazar, 14, 68 Gramil para mortajas, 14, 68, 70 Gubia , 12, 32, 164 Gubia , afilado de la, 32 , 164 Gubia, cortes de, 168 Gubia de espada , 164 Gubia en V para tallar, 164 Gubia recta, 163 Gubia , torneado con , 174, 176 Guía , 80, 82 Guía de fibra , 111 Guías de sierra de cinta , 85 Guías para puertas correderas, 110 Guillame, 49 Haya , 182 Herrajes, 139 Herramientas, equipo de, 9, 11 a 17 Herramientas en la talla , uso de las, 163, 166 Herramientas de cortar, 163, 176 Herramientas de raspar, torneado con , 178 Igualado, 29 Iluminación, 166 Imprimación, 185 Ingletado, 93 Inglete, 49 Inglete de albañil , 109 Inglete, uniones a, 130 Ingletes, caja de , 16, 75 Ingletes compuestos, 93 Ingletes en el chapeado, 162 Ingletes, escuadra de, 14 Ingletes, galga de, 93
Ingletes, plantilla de, 16, 76 Ingletes, soporte de cepillar, 16, 75 Invernadero de jardín, 196 Jardinera , 211 Junta continua de lazos ocultos, 133 Juntas de ehapas, 159 Juntas enclavijadas, 126 Laca de plástico, 205, 217 Laca de poliuretano, 186 Laminado plástico, 203 Lazos ocultos, 117, 130 Lazos vistos, 130 Lezna, 12, 23 , 35 Lezna cuadrada , 35 Lijadora, 93 , 96 Lijadora de banda, 94 Lijadora de disco, 93 Lijadora orbital, 96 Lima para madera, 14, 58 Machihembrado 106, 109, 196 Madera , 181 Madera blanca americana , 183 Madera blanda, 183 Madera maciza , 153 Madera maciza , 181 Manchado , 187 Mansonia, 182 Máquinas, 79 ·Máquinas manuales, 94 Martillo, 14, 45 Martillo de chapear, 16, 56, 158 Materiales prefabricados, 154 Mazo, 14, 55 , 166 Media madera , ensamble a, 128 Mesita auxiliar, 203 Modelado de la talla, 168 Modelado del diseño, 169 Moldura de separación, 110 Moldura sobresaliente, 103 Mortaja para cerradura , 143 Mortajado, 30 Mortajas, gramil para , 14, 68 , 70, 121 Motores, potencia de los, 85 Muñeca para barnizar, 187 Niagon, 182 Nogal , 137, 182 Nudos, sellador de, 185 Obeche , 153 Pajarera , 209 Palo de empujar, 82 , 83 , 84 Palo de fijación , 156, 220 Papel de lija , 57, 162, 179 Pardo de Vandyke, 191 Pardo Bjsmark, 191 Persianas para muebles, 113 a
111
Piedra de aceite (chaila!. 16, 57 , 63 , 165 Piedra de afilar boceles, 16, 57 , 63 , 165 Pino, 183 Pino amarillo 183 Pino del Báltico, 153, 183 Pino del Paraná , 153, 183 Pintura , 185 Placa de golpeo, 145 Planitud, 37 Plancha , 157, 158 Plato de torno, 178 Poliuretano, laca de, 186 Portacuchilla , 14, 57, 58 Prensa rápida de banco, 16, 78 Puerta alistonada y chapeada, 100 Puerta con bastidor, 101 , 104 Puerta con bastidor, travesaños y tirantes, 108 Puerta con travesaños, 106 Puerta corredera, 110 Puerta corredera de cristal , 112 Puerta de bastidor recubierto , 101 Puerta de paneles, 99 Puerta lisa , 99, 100, 109 Puerta moldurada y rebajada , 103 Puntas de París, 150 Puntas para chapa , 152 Ranura oculta, 128 Ranura para persianas, 116 Ranurado en puerta de paneles, 101 Ranurador, 12, 52 Ranurador Record , 52 Rascador de ranuras, 16 Rascador Technicos, 53 , 116 Raulf, 182 Rayos medulares, 181 Rebajado, 49 , 83 , 91 Rebajes, cepillo para, 11 , 49 Refuerzos atornillados, 136 Reglas, 14, 45, 65 Regruesadora , 87 , 91 Retalón, 104, 126, 166 Roble, 153, 181 Roble americano, 181 Roble de Eslavonia, 181 Roble inglés, 181 Roble japonés, 181 Roble satin, 182 Rodillo de empuje , 85 Rosa , avellanador de , 12, 35 Sapeli, 182 Sargentos, 16, 77 Sellador de nudos, 185 Serrado, 85 Serrado al través, 81 , 82 Serrucho, 21 , 40 Serrucho de cortar al través, 11 , 21 Serrucho de costilla , 24 Serrucho para lazos, 11 , 25
Sicomoro , 190 Sierra bamboleante , B3 Sierra circular, 19, 72 , 95 Sierra combinada , 81 Sierra de cinta , 83 Sierra de marquetería , 12, 28, 133 Sierra de rodear, 11 , 27, 27 Sierra , dentado de la , 81 Soporte de cepillar (tirador!. 16, 46, 47 , 73 Sulfato de hierro, 190 Tablear, 87 Tablero aglomerado, 99, 133, 154, 184 Tablero alistonado, 100, 133, 154 Tablero contrachapado, 133, 136 Tablero de fibras, 155 Tablero de mesa , bisagras para , 145 Tablero de montaje, 114 Tablero laminado, 99, 100, 154, 184 Taco de empujar, 83 , 91 Tachuelas, 152 Taladro, broca para , 12 Taladro eléctrico, 94 Talla , 163 Talla en bajo relieve , 167 Talla exenta , 167 Talla incisa , 167 Taller para jardín, 217 Tapaporos (selladores!. 186, 191 Teca , 182 Té, carrito par, 195 Tenazas, 14 Teñido, 187, 190, 191 Tintes, 190 Tintes al aceite, 191 Tintes al alcohol , 191 Tirador de cepillar, 16, 42 , 46, 47 , 48, 49 Tope, 201 Tope de banco, 200- 201 Tope de profundidad , 34 Torneado, 173 Torneado en el plato, 178 Torneado entre centros, 1 73 Tornillo, 136, 152 Tornillo de apriete , 16, 77 Torñillo de banco, 201 Tornillo de tallista , 165 Tornillo Phil lips, 1!;i2 Tornillo tensor, 85 Travesaños, 35 Trazar, gramil de, 14, 68 Trementina, 189 Uniones para armazones, 133 Utií para rebajes , 97 Utilaje para enclavijar, 126 Velocidad de la sierra , 85 Ventana , 119 Verd e, caparrosa , 190
·
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