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INDICE DE CONTENIDOS • Portada del libro • Índice de C ontenidos O. Prólogo l. Los preliminar es d el encuentro o Lasker y Capablanca: su enfrentamiento de 1911-1912 fuera del tablero
5 9 . 13
• El Torneo de San Sebastián de 1911
25
• Ca.pablanca reta a Lasker par -primera vez
35
• Capablanca insiste en el reto
37
• Las condiciones impuestas por Lasker
39
• Ante la. falta de acuerdo.. llega la polémica
45
• Lasker y Capablanca rompen su relación y se
.
enemista.n
57
o Entra en juego Akiba Rubinstein
59
• Lasker desea enfrentarse a Rubinstein
73
• El acuerdo entre Lasker y Rubinstein
77
• Los problemas de Rubinstein o Lasker y Capablanca se reconcilian o Un nuevo acuerdo o Las negociaciones definitivas • La excelente forma de Capablanca • La falta de práctica de Lasker 1
83 85 117 119 127 143
• Otro nuevo acuerdiJ
147
• Surgen problemas ffrianci.eros. Lasker renunci.a al título • La rea,cción del público a. la renuncia de
151 155
Lasker • Capa.blanca hace todo lo posible por enfrentarse a Lasker
157 161
• Las últimas exigencias de Lasker
2. El d esarrollo del campe ona to del m u ndo o Las crónicas del encuentro o El campeonato del mtmdo según Capablanca
167 181
• Introducción
181
• Los protagonistas
191
• Las reglas del encuentro o El desarrollo del encuentro
203
• Partida 1
205
• Partida 2
209
• Partida 3
217
• Partida 4
221
• Partida 5
225
• Partida 6
233
• Partida 7
237
• Partida 8
239
• Partida 9 • Partida 10
241 243
2
263
• Partida 11
277
• Partida 12
285
• Partida 13
287
• Partida 14
o El reswnen del encuentro 3. C onsecuencias y conclusione s o Capablanca, una nueva in"tagen para el ajedrez o Las opiniones de los expertos sobre el encuentro o Las impresiones de los protagonistas o Nuestras conclusiones
293 295 295 301 303 319
• Índice de Partidas
325
• Índice de Aperturas
327
• Índice de Jugadores • Blib liografía utiliazad a
329
3
333
4
o. PRÓLOGO STE LIBRO está destinado tanto a los aficionados que quieran mejorar su juego como a los interesados en la historia del ajedrez, dado que no '--------' sólo ofrece partidas memorables y comentadas por conocidos grandes maestros, sino que también descnbe los pormenores del enfrentamiento por el campeonato del mundo entre Lasker y Capablanca, junto a todos los acontecimientos en torno al evento. En principio, nuestro objeti.''º era incluir sólo las partidas comentadas por los
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protagonistas a fin de ofrecer en español lo que ellos mismos publicaron en su día en otros idiomas, pero al ir creciendo el material decidimos tratar también los preámbulos de la competición y los testimonios de algunos de los testigos más destacados. El resultado es esta obra en la que se expone, además del aspecto puramente ajedrecístico, el lado más humano de estos dos titanes del tablero. Para conocer realmente lo que ocurrió y por qué ocurrió, consideramos necesario entender la personalidad de Lasker y Capablanca. En contra de lo que piensan algunos, en nuestro juego-ciencia-arte-deporte no sólo importa el dominio de la teoría de aperturas, la capacidad de cálculo, el juicio posicional y la técnica en los finales, sino muchos otros factores de carácter psicológico y vital que el ajedrecista no 5
suele tener en cuenta, pero que sin duda se dejan sentir cuando juega Wla partida. Lo bien o mal que haya dormido la noche anterior, lo que ha comido, la estabilidad (o inestabilidad) personal y familiar, el aspecto físico de quien tiene enfrente, sus gestos, sus miradas, sus mo>;iimientos... Esos factores que influyen en todos nosotros (aunque muchas veces no seamos conscientes de ellos o no queramos reconocerlo) también están presentes en los grandes maestros. Por eso es necesario conocer cómo es la persona, su carácter y sus fobias y filias, para entender su estilo y por qué realizó Wl mo>;iimiento y no otro. De ahí el enfoque histórico y psicológico que adoptamos en este libro con las
figuras de Lasker y Capablanca; una perspectiva humana que -estamos seguros- será del agrado del lector. Un libro de ajedrez - o de cualquier otra materia- es Wla obra creativa en la que el autor describe una serie de conocimientos que resultan útiles a los lectores. Además, esos conocimientos son de carácter humano y reflejan el carácter del sujeto transmisor y del objeto estudiado (cuando se trata de personas). Por eso es necesario conocer las circunstancias vitales de los campeones del mundo; ellos no son (ni nosotros tampoco somos) máquinas de calcular jugadas, sino individuos con sus sentimientos, sus ambiciones, sus frustraciones, sus puntos fuertes y débiles. Y los movimientos elegidos sobre el tablero dependen en gran parte de todos estos factores. No es posible abstraerse de la realidad y 6
pensar sin que nos influya nuestra vida cotidiana, nuestra formación y nuestro pasado; si así fuera, seriamos máquinas de ajedrez. El ideal del ajedrecista totalmente evadido del mundo que le rodea y que realiza movinúentos (mejores o peores, según su nivel) partiendo sólo de sus conocimientos, sus facultades cognitivas, su capacidad de cálculo y su fuerza de voluntad, no sólo es irrealizable, sino que constituye una falacia. Partiendo del enfoque mencionado, hemos elaborado este libro a partir de las fuentes que citamos en la bibliografía. En el capítulo 1 narramos los acontecimientos pre"l:.rios al encuentro de La Habana de 1921, especialmente las complicadas negociaciones que al final hicieron posible que tu'riera lugar. El capítulo 2 describe los hechos tanto desde el punto de vista de Lasker como del de Capablanca, a partir de sus respectivos libros, lVIi encuentro con Capablanca y El Encuentro por el Campeonato del Mundo disputado en La Habana entre José Raúl Capablanc.a. y el doctor Emanuel Lasker. Por último, el capítulo 3 está dedicado a las consecuencias y conclusiones, también desde distintas perspectivas. Esperamos que, al leer esta obra, el lector disfrute y aprenda igual -o más- que nosotros al redactarla.
I. K . Zurí Coefán 7
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l. Los PRELIMINARES DEL ENCUENTRO 1.1 Emanuel Lasker y el campeonato del mundo en la era anterior a la FIDE L ENFRENTAMIENTO de 188-6 entre Wilhelm Steinitz y Johannes Zukertort suele ser reconocido como el primer encuentro por el campeonato del mundo, aunque no lo organizara ningún organismo oficial. Steinitz era considerado campeón desde que venció a Adolf Anderssen en su encuentro de 1866, con Paul Morphy ya retirado. Antes de esta fecha hubo lo que podemos considerar campeones extraoficiales, generalmente los mejores jugadores de cada época, entre ellos Ruy López de Segura, Gioachino Greco, André Philidor, Charles de la Bourdonnais, Hoi.vard Staunton, Paul Morphy y Adolf Anderssen.
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Antes de que la FIDE se hiciera con el control del título, si nn maestro triunfaba en varios torneos importantes y pensaba que estaba a la altura del vigente campeón, lanzaba nn reto a éste y buscaba adinerados entusiastas que financiaran el encuentro apostando por su triunfo. Hasta 1894, año en que Emanuel Lasker arrebató el título a Steinitz, los patrocinadores de los dos protagonistas contribuían por igual a la bolsa de premios. Cuando .finalizaba el encuentro, el vencedor y sus fiadores se llevaban la mayor parte; nna 9
pequeña parte se la llevaba el perdedor; y los patrocinadores del perdedor no se llevaban nada. Lasker cambió en cierta medida este estado de cosas porque comenzó a exigir que el aspirante, mediante sus valedores, aportase la financiación completa del encuentro, si bien en algunos casos tomó parte activa en los preliminares. El título de campeón del mundo se consideraba propiedad de quien lo ostentaba, y éste podía establecer las condiciones que deseara para ponerlo en juego. Lasker, procedente de fanúlia hwnilde, dolido por las miserias que cobraban los maestros de su tiempo y testigo del penoso estado en que pasó sus últimos meses de vida su antecesor, Steinitz, quiso dignificar la profesión de maestro de ajedrez negándose a jugar cuando las condiciones no le satisfacían e imponiendo sus propias reglas (al fin y al cabo, el titulo era propiedad suya y nada ni nadie podía establecer normas para regular su obtención). Es cierto que en algunos casos perjudicó a sus retadores, pero, gracias a él, quienes vivían del arte del tablero mejoraron su situación. Comenta Hannak, biógrafo de Lasker, que, durante toda su carrera profesional, Lasker había trabajado para que los maestros de ajedrez fueran remunerados a un nivel similar al placer que ofrecían a millones de aficionados de todo el mundo. Desde que ganó el título había insistido en hacer valer sus propias condiciones, y - a diferencia de la mayoría 10
de sus colegas, que se vieron obligados por la necesidad econórrúca a aceptar prácticamente cualqtúer oferta- se podía perrrúti:r negociar, esperar o negarse a jugar. Por esa razón fue a menudo acusado de mercenario, pero no hay duda de que en las primeras dos décadas de su reinado favoreció a sus colegas incluso más que a sí rrúsmo. Todos ellos se beneficiaron de la elevación general de los prerrúos de los torneos y de las tarifas por participar gracias a los esfuerzos de Lasker. r-==~-m!!!!!!!===::::;;i
Emanuel Lasker nació en Berlinchen en 1868, que en aquella época perteneda a Alemania y
actualmente se denomina Barlinek y forma parte de Polonia. Tras ganar algunos torneos a finales de los ochenta v comienzos de los noventa del siglo XIX, qtúso '-=~~""""-"""""" = ='-----"-' enfrentarse a Tarrasch. el oWtto de referencia del ajedrez alemán; pero éste, con la soberbia que le caracterizaba, rehusó jugar con Wl joven que aún no había demostrado su valía ganando torneos internacionales importantes. Ante la despectiva respuesta, decidió ir a por todas y retar al campeón del mundo, Wilhelm Steinitz. El encuentro se jugó en 1894, y ante la sorpresa generalizada el joven Emanuel derrotó al fundador del ajedrez moderno. J
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Para acallar las críticas de quienes dedan que el título le verúa grande, se impuso en todos los eventos en los que participó en los años siguientes, excepto en Hastings, 1895, donde jugó estando convaleciente de fiebre tifoidea, y en Cambridge Springs, 1904. Esa larga serie de victorias incluyó la revancha que dio a Steinitz en 1896, el Torneo de San Petersburgo de 1895, el Torneo de Nuremberg de 1896, el Torneo de Londres de 1899 y el Torneo de París de 1900. A corrúenzos del siglo XX puso en juego su título ante quienes le retaron y venció a todos claramente, excepto al caballeroso Schlechter, que empató el encuentro. En la segunda década del siglo pareda inminente un enfrentamiento con Akiba Rubinstein, el posible aspirante con más triunfos en su haber, pero en ese momento surgió del continente americano un rival terrúble, el cubano José Raúl Capablanca, que no sólo poseía un estilo más molesto para el campeón, sino que había sido bendecido con un buen físico, un savoirfaire y unos modales propios de un aristócrata, cualidades que no estaban presentes en el patológicamente tímido y más bien desastrado Rubinstein. Y aquí comienza nuestra historia... .
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1.2. Lasker y Capablanca: su enfrentamiento de 1911-1912 fuera del tablero 1.2.1. El campeón Lasker y la joven estrella Capablanca
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Antes de comenzar, veamos la descripción que hizo de nuestros protagonistas el maestro húngaro Arpad Vajda:
"Es interesante comparar las fotografias de Lasker y Capablanca. Lasker es un filósofo. Su cara nos parece más familiar porque siempre hay algunas personas a nuestro alrededor cuyas caras reflejan una personaUdad similar debido a que han tenido condiciones de vida similares. Sus penetrantes vjos y su nariz aquilina parecen estar ansiosos pvr salirse de su ca.ra: el pensamiento quiere escapar y
el cuerpo supone un obstáculo. La cara de Capablanca es la de un atractivo joven. Es algo asf cvmo un hvmbre en una exhibición que se estuviera celebrando en Marte para servir de objeto de estudio a los marcianos. Nos 13
resulta familiar, y a la vez totalmente extraño. No suele haber persanas asf.. No sirve de nada mi7arle a los ojos para tratar de desentrañar su expresión: este hombre no tiene historia, carece de tradición, y sólo está rodeado de salud, riqueza, buenos modaies y juventud. Un nuevo tipo de hombre: el amerfrano de después de la guerra. " r;;;;;;=;;;;¡¡¡¡!!!!!!!!!!!l!l!!!!!!!!=
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Emanuel Lasker fue el campeón
del mundo que más años conservó el título: desde 1894, cuando venció a Steinitz en Norteamérica, hasta 1921, fecha en que lo perdió ante José Raúl Capablanca en Cuba. A lo largo de esos veintisiete años lo defendió ante Steinitz, en un ~--' encuentro de revancha celebrado en 1896, ante Marshall en 1907, ante Tarrasch en 1908, y ante Schlechter y Jano,vski en 1910. El dominio de Lasker sobre el tablero fue evidente durante todo su reinado, exceptuando la aparición de Pillsbury en H astings, en 1895, estrella fugaz que lamentablemente se apagó muy pronto, y la sorprendente ·victoria de Marshall en Cambridge Springs, en 1904. Con estas salvedades, Lasker ganó (en solitario o compartiendo la primera posición) todos los otros torneos y encuentros indi'i.iiduales en los que participó mientras fue campeón del mundo, que ciertamente no fueron muchos para un período tan largo de tiempo porque era un hombre con otras ocupaciones fuera del limitado mundo del tablero 14
escaqueado: matemáticas, .filoso.fía, escribir libros, dirigir una re,lista .. . Lasker reinó sobre el mundo del ajedrez sin excesi,1as preocupaciones: jugaba torneos y encuentros por el titulo de vez en cuando, y después pasaba largas temporadas sin dedicarse al juego y realizando las otras tareas a las que dedicaba su tiempo y esfuerzos. Sin embargo, a finales de la primera década del siglo XX un joven cubano comenzó a hacerse notar ganando varios torneos en Estados Unidos y venciendo a Marshall en un encuentro individual celebrado en 1909.
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Capablanca, JI • Marshal, FJ Nueva York , 1909
C62 - Mat ch USA
En la partida que ofrecemos a continu ación, una de las del encuentro entre Capablanca y Marshall, el cubano terúa sólo veinte años, llevaba poco tiempo jugando torneos en Estados U nidos, no había estado aún en Europa y prácticamente desconoáa la teoría de aperturas. A pesar de ello, ganó al ya consagrado Frank Marshall, de treinta años, que dos años antes se había enfrentado a Lasiker en un encuentro por el título mundial. Capablanca ganó también el encuentro con ocho victorias, catorce tablas y una sola derrota.
Comentarios de Capablanca y Panov 1. e4 e5 2. ~3 ~c6 3 . .A.b5 d6 4. c3 Capablanca: No está muy de acuerdo con la teoría de aperturas, pero, como ya he dicho alguna vez, mi conocimiento de la teoría en aquel momento era muy limitado. La continuación considerada correcta es d4. Panov: Capablanca dijo más de una vez que conoáa poco la teoría de las aperturas. Sin embargo, nunca se encontró en una situación difícil al comienzo de la partida, gracias a su fino sentido de la posición. 17
El movimiento 4 c3, aunque no se consideró ni se considera eficaz, es aceptable. En el caso que nos ocupa, tiene además el mérito de hacer que Marshall se desvíe del camino trillado.
En la octava partida, Capablanca jugó 4 0-0, a lo que Marshall contestó con el extraño movimiento 4 ... a3, v, tras 5 .fi.c6 bxc6 6 d4, se encontró en una situación crítica. 4 ... Ag4 Capablanca: No me gusta este movimiento porque más adelante, cuando las blancas hagan h3, el alfil tendrá que retroceder, con evidente ganancia de tiempo para las blancas. f5 parece bueno y origina complicaciones interesantes. Panov: Normalmente este movimiento no es eficaz porque deSPUés de h3 hav aue retirar el alfil o cambiarlo por el caballo, lo cual redunda en beneficio de las blancas. Después de 4 ... f5 , recomendado por Capablanca, las blancas logran ventaja: S. exfS ~xfS 6. 0-0 Lo mejor es 4 ... ~d7 S. 0-0 (5. d4 ~6 6. 0-0 ~el) 5 ... g6 6. d4 ~g7
5. d3 Ae7 6. ~bd2 ~f6 7. 0-0 0-0 8. lte1 h6? 18
(? de Panov). Panov: Este es el comienzo de una maniobra dudosa. Este movimiento no conviene al espíritu de la apertura. Como las negras ya han mo,i:il.izado el alfil de casillas blancas, les conviene realizar la reagrupación de piezas recomendada por Oügorin: 8 ....tld7 y luego ... ~f6. Capablanca: L.a maniobra que pretenden realizar las negras es demasiado lenta para ser buena. El tiempo es demasiado importante como para derrocharlo. Las blancas poseen la ventaja de la salida, que sólo puede ser contrarrestada con un juego preciso por parte de las negras. 9 .~f1~7
Panov: Aquí convenía jugar 9 ... a6 puesto que no es posible retirar el alfil. Después de 10. ~xc6 bxc6 11 . .'2le3 ~e6 la posición de las negras seria mejor que la que se dio en la partida. 10.~e3Ah5
Capablanca: Si 10 ... f5 11. exfS ~xfS 12. .tixfS :5.xfS 13. d4 exd4 (13 ... ~.f6 14. ~d3 y las blancas ganan la calidad. ) 14. ~xc6 bxc6 15 . .tlxd4 y las blancas ganan al menos un peón.
11. g4 .A.g6 12. ~5 h5 Capablanca: No es bueno porque las negras no pueden 19
obtener ventaja de la columna h abierta, mientras que las blancas podrán utilizarla para sus torres. Habría sido mejor . ..l1Jg5 para simplificar la posición. Panov: Tanto este movimiento como los siguientes son erróneos. Abrir la columna ofrece ventaja sólo al bando que tiene mejor desarrollo y lleva la iniciativa. Panov: Lasker aconsejó 12 ... ~g5 13. sig2 tLlxf3 14. ~xf3 SLgS 15. :ahl SLxcl 16. ~axcl l:iJe7 17. h4 c6
13. h3
8 7
6 5 4
3 2
1 a
b
e
d
hxg4? (? de Panov). 20
e
f
g
h
14. hxg4 iLg5 Capablanca: Yo, en su caso, habria movido ... <"2lg5, aunque seguramente tampoco así se habria salvado la partida.
15. ~g5 ~g5 16.
17. 'lfe2 lle8 18. 1ih1 Capablanca: Ahora se hace evidente lo que comenté en la jugada número 12.
18... lle6 19. !fe3 Capabl anca: Un movimiento muy importante, cuyo objetivo es impedir la acción de la dama del rival, y al mismo tiempo poner la propia d.ama en juego. También crea una diagonal débil en la posición de las negras, contra la cual podrá actuar el alfil blanco. Panov: Esto es una de las célebres celadas de Marshall. Si las blancas se dejan tentar por la ganancia de la calidad, se les dará mate: 19. .axgS ~xgS 20. exdS .axts 21. dxe6 .axg4 22. exf7+ ~23. ~e3 ~h3+ 21
19... f6 20. Aa4 ~e7 21 . .!.b3 c6 22. ifg3 a5 Panov: Las negras no pueden contrarrestar el ataque que se inicia en la columna h, y han de limitarse a una defensa pasiva. 23. a4 ~7 24. Ae3 b6 Capablanca: Para evitar que el alfil mueva a cS. Sin embargo, favorece los planes del blanco, que consiste en encerrar las piezas negras para poder utilizar las propias libremente. 25. I!h4
a
b
e
d 22
e
f
g
h
(! de Panov). Panov: Ahora se manifiesta el debilitamiento de los escaques balncos en el campo de las negras. Para defender dS tienen que tomar el caballo, lo que comprometerá definitivamente la posición de su rey. Capablanca: Obligando a las negras a tomar el caballo, lo cual fortalece aún más la posición blanca.
27... Lf5 Panov: No es mejo:r 27... dxe4 28. dxe4 ~e8 29. ~,y la decisiva amenaza ~8.
28. gxf5 nd6 29. Wh5 na7 30. 1!fg6 ~6
8 7 6
5 4
3
2 1 a
b
e
d 23
e
f
g
h
Capablanca: No hay defensa posible. Si 30... fiJe7 31. ~8+ l2lxh8 32. ~8+ ~g8 33. ~7 @fl 34. ~xb6 y ganan.
31. llxh6! (! de Panov). 31... gxh6 32. Axh6+ 'i'Be7 33. ifh7+ 'i'Be8 34. Wxg8+ 'i'Bd7 35. l!fh7+ l!fe7 3·6. Af81!fxh7 37. llxh7+ 'i'Bc8 38. 1ha7 Capablanca: Dejando aparte la apertura, seria dilicil decir dónde podían las blancas mejoll'ar su juego. Ésta es W1a de mis mejores partidas. Vi a Napier el siguiente día y me felicitó por ella. Panov: Capablanca comenta que esta partida es W1a de las mejores de su carrera. Realmente, en ella se manifiestan las cualidades de su singular talento y, particularmente, la conjW1ciÓn armónica de la estrategia con la táctica.
1-0
24
1.2.2. El Torneo de San Sebastián de 1911 En 1911 se celebró el Torneo de San Sebastián, uno de los más fuertes de la época, con la participación de Tarrasch, Rubinstein, Schlechter, Nimzo-;.IÍch, Janowski, Spielmann, Teichman y Marshall, entre otros. Lasker también fue in\IÍtado, pero no acudió a la cita. Capablanca, deseoso de medirse con los mejores maestros, fue in'l.IÍtado a participar en lugar del campeón del mundo, con Marshall como v aledor de sus méritos, pero Nimzomch y Bernstein se opusieron alegando que aún no había ganado ningún torneo importante como para jugar en un evento de ese nivel. Sin einbargo, el organizador, cl veterano Jacques Mieses, decidió incluir al joven cubano; y no se equivocó porque ganó a quienes se habían opuesto a su participación - Bernstein y Nimzomch-, se adjudicó el torneo por delante de Rubirutein -en aquel momento en su mejor forma- y comenzó su meteórica carrera.
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Capablanca, JR • Bernstein, O San Sebastián, 1911 C66 - San Sebastián
Comentarios de Panov, Gelabert y Pachman 1. e4 e5 2. ~f3 ~c6 3. A b5 ~f6 4. 0-0 Ae7 Panov : Esto conduce a la Defensa Steinitz, muy popular a principios del siglo XX. Con ella, las negras consiguen una defensa pasiva, pero sólida.
5. ~c3 d6 6. L c6+ Panov: El mo·v imiento habitual 6 d4 conduce a posiciones más conocidas.
6... b xc6 7. d4 exd4 8. ~d4 Ad7 9. Ag5 Panov : Lasker, amante de las simplificaciones, introdujo este movimiento en la práctica magistral.
9... 0-0 10. !te1 Panov: Con est o las blancas se anticipan a la combinación
10...ft:lxe4 11 Axe7 ft:lxc3. 27
La continuación 10. ~d3 y los subsiguientes .:áael y f4 parecen más prometedores, pero en aquellos años Capablanca daba poca importancia a las aperturas porque se dedicaba por entero al medio juego y al final.
10... h6 11. Ah4 ~7 Panov: La típica maniobra sinlplificadora de esta variante.
12. Le7 lfxe7 13. !fd3nabB14. b3 ~gs
Panov: Es más fuerte 14 ...~e8 y 15 ...~8 . Este intento prematuro de hacerse con la iniciativa demuestra que Bernstein subestimaba a su poco experto rival.
15. nadl 28
Panov: La variante 15. f4 ilJe6 16. ~5 es más eficaz, pero debe tenerse en cuenta que ésta es la primera partida que Capablanca jugó en un torneo internacional.
15 ... lieS 16. lie3 ~e6 17. ~ce2 1fa5 Panov: Parece que a las negras no les preocupa la defensa de su flanco de rey, por lo que retiran la dama con la esperanza de contraatacar en el flanco de dama o tomar el peón de a2. Es mejor 17 ... ~d4 18. ~d4 llieS (o 17... tLlcS 18. tLlg3 g{eS)
18. ~S! (! de Panov).
18... ~c5 Gelabert: Para hacer que se retire el caballo de fS. Panov: Si 18 ... ~xa2 19. ~c3 Se amenaza 20 gal 19 ... ~a6 20. ~4 f6 21. ~g3 g5 22. tLlg6! W (22 ... ~eS 23. ~3) 23. ~6+ ~g7 24. tLlxf7 'áxg6 (24... 'áxf7 25. f4) 25. ~d6 cxd6 26. ~d6 g b 7 27. e5 y ganan. 19 . ~ed4 29
Panov: Así se defiende el caballo v, se amenaza 20 ~c6. Gelabert: También era bueno 19. ~6+ gxh6 20. ~xh6 y luego llevar una torre al flanco de rey. 19.•.
Panov: No se puede jugar 19... ~xa2 porque se pierde la dama después de 20. !ial ~2 21. !iebl 20. g4
Gelabert: Capablanca continúa el ataque de forma enérgica. 20... !Ibe8 21. f3 ~e6 22. ~e2
Pachman: Las blancas están mucho mejor y amenazan con atacar con el caballo de e2 sobre el enroque enemigo. Por eso, lo más razonable para las negras habría sido intentar simplificar con 22...~- En este caso podrían haber conseguido tablas. Pero Bemstein no quería perder medio punto con su joven e inexperto adversario y se metió en aventuras arriesgadas. 22... 1!fxa2?
30
(? de Panov). Panov: Por lo visto, las negras creyeron que ya había pasado el peligro y que podían aceptar los peones que le ofreda su adversario. Habría sido mejor 22 ...~, aunque las blancas tendrían más acti-;lidad. Gelabert: Tomar este peón parece peligroso, pero las negras creyeron poder llevar la dama a la defensa del rey por la gran diagonal.
2.3. ~eg3 l!fxc2?
(? de Panov). Gelabert: &a necesario 23...DaS, para amenazar el cambio de damas en b6. Panov: Según Lasker, aquí era mejor 23... f6 24. l2\h5 :3.f7
24. !tell
(! de Panov). Panov: Con esto se desvanece la amenaza 24... ~cS. Pachman: Las blancas tienen ahora dos peones menos, y por ello deben evitar el cambio de damas ( ... ~c5) . Bernstein pensaba poder activar la dama en la gran diagonal, pero será demasiado tarde vara adootar esa medida defensiva. 31
24... ifb2 25 . .rui5! (! de Pachman). Gelabert: Ahora es imposible que las negras escapen sin perder algo.
25 ... lihS Panov: A 25 ... gS habria sucedido 26. eS! f6 27. ~d3! (Si 25... g6 26. ~xh6+ Sig8 27. eS gxh5 28. gxhS, seguido de Si hl y ~gl.) 26. 1!e2 ife5 27. f4
Pachman: La dama negra debe ahora abandonar la gran diagonal, con lo que hace posible una de las pequeñas combinaciones de Capablanca, su recurso táctico fundamental durante toda su carrera.
27... if'b5 Panov: De nuevo, la dama no toma parte en la defensa de su flanco de rev. J
28. ~fxg7! 32
(! de Pachman).
28 ... ~c5?
(? de Panov). Desmoralizado, Bemstein no opone resistencia. También parece que le quedaba poco tiempo de reloj. Panov: Según dijo Capablanca, las negras perderían si
hubiesen hecho 28 ... ~g7 29. ~6+ s9g6 30. ~d7 f6 31. e5! @fl 32. liJxf6 ge7 33. ~ Después de 28... ;g¿g , con el objetivo de cambiar damas, las blancas tendrían un ataque irresistible: 29. f5 !2\f8 (29 ... ~g7 30. !2\f6#) 30. e5 ~xe5 (30... ~g8 31. e6 fxe6 32. fxe6 ~e6 33. ~e4+ ~8 34. ~e6 ~xhS (34 ... ~xe6 35. ~xe6 WxhS 36. ~f6+ Sih7 37. ;ge?+) 35. ~g2) 31. ~d2 ~5 32. ~2 ;g8 s 33. !2\f6+ s9xg7 34. ~d7+ @h7 35. fa6+ @h8 36. ;gel
En cualquier caso, las negras terúan que haber jugado para que las blancas hubieran tenido que calcular todos esos golpes tácticos, ya que el mo'i.iimiento que hicieron implica rendirse. 29. ~e8 Axe8 30. 1!fc3 f6 31. ~6+ S>g6 32. ~5 !tg8 33. fS+
34. 9'e3+ h4 35. l!g3+ g5 36. h4# Mate. Un final poco frecuente. Esta partida obtuvo el premio de belleza con todo merecimiento.
1-0
34
1.2.3 Capablanca reta a Lasker por primera vez URANTE EL TORNEO, Capablanca lanzó un reto a Lasker por el campeonato del mundo, que se nos antoja un tanto prematuro si nos basamos en lo que había logrado hasta ese momento. El ajedrecista filósofo acababa de defender el título ante Marshall,
D
Tarrasch, Schelechter y Jano\vski, y estaba pensando en ponerlo en juego ante Rubinstein, el potencial aspirante con más prestigio en aquel momento. La propuesta de Capablanca llegó a Lasker el día 28 de febrero de 1911 (ocho días después del inicio del Torneo de San Sebastián, que se celebró desde el 20 de febrero hasta el 17 de marzo) por medio del señor Paredes, del Oub de Ajedrez de La Habana. Antes de proseguir, nos parece pertinente dar la explicación que ofrece Panov en su libro sobre Capablanca, que nos ayudará a entender la actitud de Lasker en todo lo que vamos a narrar. El campeón era consciente de que, cuando perdiera el título -lo cual sucedería algún día-, su caché caería en picado y le resultaría difícil '\rivir bien de jugar al ajedrez. Por eso, desde que conquistó el título mundial, exigía unos honorarios elevados por participar, aparte del premio que pudiera ganar. Fue el primero en exigir grandes cantidades de dinero por participar en torneos y en las competiciones en que se jugaba el título mundial. A veces se 35
le reprochó esta forma de actuar, pero él supo justificarse por las penurias que pasaron muchos compañeros, entre ellos su antecesor Steinitz, de forma que el temor a la pobreza le obligó a sacar el máximo rendimiento a su título, para asegurarse una vida decente en el futuro. Lasker escnbió lo siguiente en su colW1U1a del periódico neoyorquino New York Evening Post, el 15 de marzo de 1911, sobre la oferta recibida:
Los compatriotas de Capablanca desean verle jugar por el título de campeón del mundo. Hoy (28 de febrero) he recibido una carta del señor Paredes, del Club de A jedrez de La Habana, solicitándome jugar en Cuba un encuentro contra Capablanca en el que resultará vencedor qui:en obtenga diez victorias, sin contar las partidas tablas. Esta proposición no es aceptable. En la presente época en la que tanto abundan las tablas, ese encuentro podría durar medio año o más. Por supuesto, estoy meditando mi respuesta, pero no creo estar dispuesto a jugar en un clima semitropical más que unas cuantas partidas.
36
1.2.4. Capablanca insiste en el reto
P
OCO DESPUÉS a Lasker le llegó. del Oub de Buenos Aires Wla oferta, para poner en juego el título ante Capablanca, que indtÚa la suma de ~-5.000 dólares para el vencedor y 2.500 para el perdedor. En esta ocasión, el campeón se negó a aceptar la propuesta alegando su derecho a elegir el lugar y las condiciones del encuentro. Según él, en W1 país de habla hispana las simpatías estarian por completo del lado de su rival, un cubano. Pero Capablanca no se daba por vencido y volvió a insistir ese mismo año. Según cuentan Isaak y Vladímir Linder, el nuevo desafio se realizó por medio de W1 padrino, ya que lo lanzó en persona un joven abogado, F. D. Rosebault, quien, en el intermedio de una conferencia que estaba pronunciando Lasker el día 4 de noviembre de 1911 en el Brooklyn Arts & Educational Institute, se levantó y leyó al campeón la carta que le había ern.iiado Capablanca:
37
Doctor Emanuel Lasker: Estimado Senor, por la presente le expreso mi desafio para jugar un encuentro por el campe.o nato del mundo de ajedrez. Espero su respuesta, así como los términos
y condiciones que serían de su agrado. Sinceramente suyo. J. R. Capablanca.
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1.2.5. Las condiciones impuestas por Lasker NTE LA INSISTENCIA de Capablanca y esta nueva petición, Lasker contestó el 8 de noviembre que estaba dispuesto a defender su título y redactó una serie de cláusulas para regular el encuentro. El 22 de ese mismo mes entregó a Rosebault las condiciones que estableda para poner en juego el título de campeón del mundo. De los diecisiete puntos que redactó, los más importantes eran:
A
• Resultará vencedor quien antes obtU'viera seis victorias Oas tablas no contarian en la ptmtuaci.ón), con un máximo de treinta partidas disputadas. • El encuentro será declarado empate si los dos jugadores tienen los mismos puntos al acabar las treinta partidas, o si uno tiene sólo un punto de ventaja y el resultado del marcador es 1 a O, 2 a 1, ó 3 a 2. • El campeón decidirá el lugar y la fecha del encuentro. • La bolsa de prenúos no debe ser menor a 10.000 dólares, que tendrán que ser aportados por los valedores del aspirante. • El aspirante deberá depositar 2.000 dólares en concepto de fianza, que perderá si por cualquier motivo no llega a disputar el encuentro. • El control de tiempo será de doce movimientos por 39
ho:ra. A las dos ho:ras y media de dar comienzo las partidas hab:rá un descanso, y después se jugarán otras dos ho:ras y media, es deci::r, un total de cinco ho:ras diarias :repartidas en dos sesiones. • Se juga:rá no más de cinco días po:r semana. • Si el encuentro acaba en empate, las cantidades aportadas po:r los valedores se:rán devueltas a éstos. El campeón pagará al aspirante 250 dólares por cada partida ganada por este último, y 75 por cada partida tablas, y conservará los derechos de publicación de las partidas. Capablanca no consideró satisfactorias algunas de las condiciones impuestas po:r Laske:r, entre ellas el control de tiempo y la duración de las sesiones de juego (que consideraba demasiado breves), pero, sob:re todo, la cláusula que estipulaba que el campeón retendría su corona en caso de que el aspirante ganara por un punto de diferencia. Contestó a Laske:r el 20 de diciembre de 1911:
40
No puedo estar de acuerdo con la cláusula de que, si el encuentro se ganara por 1 a O, 2 a 1ó3 a 2, seria declarado empate y que usted retendría el título. En ajedrez, como en todos los departes y concursos, una victoria es siempre una m:ctoria, y asf debe ser considerada, sin importar lo estrecho que sea el margen. Y si el encuentro fína.lizara de una de esas formas sería considerado por el público como un encuentro ganado y perdido por alguien, independientemente de lo que nosotros hubiéramos acordado. Además, ese encuentro no sería
disputado en igualdad de condiciones, sino que sería una competición con desventaja, en la que yo, como aspirante, me vería obligado a darle a usted la ventaja de un punto. No me creo capaz de ello. Si considerara este asunto paniéndome en el lado contran:o, ¿qué ganaría con ese a.cuerdo? Si usted me ganara por 3 a 2, por ejemplo, yo habría perdido, me consideraría vencido, y lo mismo haría todo el mundo. En ese caso, yo tampoco ganaría nada si usted estuviera de acuerdo en considerar el encuentro como un empate, por el simple hecho de que lo cierto sería que yo habría perdido.
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La respuesta iba acompañada de esta otra carla :
Doctor Emanuel Lasker: Estimado señor, he recibido su com.unicación del 21 de n0V1:embre, donde puso por escrito las condiciones para un encuentro conmigo y me preguntó si mantengo el reto. En respuesta, diré que sí mantengo mi reto, pero que me siento ofendido por algunas de las condiciones que usted desea imponer. Sincera.m ente, estas condiciünes son una gran sorpresa para m.f. Esperaba. que usted pidiera cantidades algo más elevadas, y estaba preparado para satisfacer tal demanda. También
pensaba que usted estipularia que se necesitaran menos vidorias para ganar el encuentro. Pero daba por hecho que las condiciones fundamenta.les del encuentro serían similares o idénticas a las que han preva.lecido en casi todos los anteriores. Incluso había albergado la esperanza de que sus wndiciones fueran tales que yo pudiera aceptarlas totalmente sin ningún coment ario ni objeción, pero lamento mucho tener que decir que usted ha hecho que eso sea imposible.
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Al preparar mi respuesta he intentado presentar mi postura
y dejar claras mis objeciones sin ofender; tampoco pretendo negociar para que usted obtenga menos beneficios. Todo lo que pido es un trato justo e igualdad de oportunidades: que gane el mej01'. Sinceramente suvo. J. R. Capablanca. J
Además de la cláusula que le obligaba a ganar por dos puntos de diferencia, la relativa a la duración de las sesiones era también difícil de aceptar para el aspirante y, sobre todo, para los organizadores, ya que las partidas se interrumpirían en una fase demasiado temprana del juego, y habría que volver después para presenciar la reanudación. Esto afectaría al público asistente, y por tanto dificultaría la posibilidad de financiación.
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44
1.2.6. Ante la falta de acuerdo, llega la polémica
[C]
APABLANCA protestó, rechazó algunas de las condiciones de Lasker, le dijo que estaba obligado a defender su título en los mismos términos que Steinitz le impuso, y añadió que era claramente injusta la cláusula que estableáa que, si el aspirante ganaba por un punto de diferencia, el encuentro se consideraria empate. Por su parte, Lasker se dio por ofendido ante la afirmación de Capablanca de que una de las condiciones era claramente injusta, y pidió a su amigo W alter Penn Shipley que valorara la situación. Escribió el 20 de enero de 1912 en el New York Evening Post:
..-...._
La. carla escn·ta por Capablanca en
f);'
respuesta a mis condiciones para un ~...... encuentro por el campeonato del mundo es
~\ -
un documento notable que revela la na.turaleza combativa del javen cubano, así
como su falta de respeto. Me pide que le diga mis condiciones, y sin embargo en realidad quiere imponer las suyas. Ñle afende y me acusa de una "clara injusticia". Ñie pregunto si espera que un hombre mayor, que comenzó una honorable carrera hace veinte años, se siente con él ante el mismo tablero después de una carta de ese estilo. Si Capablanca. considera eso posible, es porque su conocimiento de la naturaleza humana es más bien deficiente. 45
Después de haber leí.do cuidadosamente la carla de Capablanca, aún sigo pensa.ndo que mis condiciones son totalmente justas. Es verdad que me reservo dos ventajas, la posesión del título de campeón en caso de que el encuentro finalice empatado y la mayor parte de los derechos de las partidas, y ello por buenas razones. Que una ventaja. en el marcador tan pequeña como un 1-0 con veintinueve partidas tablas, o 3-2 con veinticinco tablas decida un encuentro por el campeonato del mundo y el pago de una. considerable cantidad de dinero, no sería. beneficioso para los patrocinadores, y ese tipo de acuerdo no seria satisfactorio para el público del ajedrez. La cláusula que yo pro-pongo protege a quien pierda una partida al comienzo, de forma que no pierda el encuentro por culpa de las tablas. Por eso seguramente servirá para elevar el nivel de juego. Además, un resultado final de 2-0, 3-1ó4-3 sería suficiente para ganar el encuentro, aunque las demás partidas fueran tablas. Yo tuve que ganar a Steinitz diez: veces para conseguir el título de campeón. El encuentro no duró treinta partidas, sino sólo diecinueve, y fue el más largo de cuantos he disputado.
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La carta de Capablanca se juzga por sí misma. Ha intentado imponerme sus condiciones, y por ello considero no válido su reto, y que m e encuentro en libertad de aceptar el de otro aspirante. Si desea protestar, acataré la decisión del Club de Ajedrez Franklin, de Philadelphia, o de cualquier persona que ese señor quiera nombrar.
El señor W alter Shipley, personaje relevante del mundo del ajedrez de aquel tiempo, uno de los fundadores del Oub de Ajedrez de Philadelphia, arrúgo de Steinitz, Lasker y Capablanca, y jugador con fuerza de maestro, declaró su intención de hacer de mediador, en una carta enviada a F. D . Rosebault, con fecha de 5 de febrero:
Deseo a.c tuar como árbitro, suponiendo que tanto Lasker como Capablanaz estén de acuerdo en dejar el asunto en mis manos y acatar mi decisión . Si se hace así, debería redactarse una declaración con los puntos para los que se necesita mi decisión, y no se me debería consultar sobre cuestiones rela.t ivas a simples diferencias personales entre los jugadores. Cuando tome una decisión, no se pondrá objeciones a la misma. P odrá modificarse o cambiarse si los azmbios o modificaciones son tomados por los dos jugadores. 47
Lograr una solución justa llevará bastante tiempo, reflex1:ún e investigación, y m.e temo que es más que probable que mi decisión, cuando la tome, no será. totalmente satisfactoria para uno de los dos jugadores.
Shipley partía con la mejor de las intenciones y pretendía limar asperezas desde el comienzo: "No creo que ninguno de los dos jugadores haya publicado nada que impida un buen entendimiento, ni que interfiera con una reunión en términos am.istosos en un encuentro por el co..m peonato del mundo. 11
Lasker, en principio, propuso el arbitraje del señor Shipley, pero quiso que sus derechos como campeón se tu'\IÍeran en cuenta. Esta carta fue escrita el 20 de febrero de 1912:
48
Querido senor Shipley: Con la carta que me dirigió, Capablanca quiso m.ancillar mi honor como profesional. Por eso rompí todas las negociaciones directas con él. No obstante, al ser yo quien ostenta actualmente el título de campeón, no le nega,ré el derecho a protestar, y por la presente le pido a usted o a quien usted desee nombrar, que actúe como árbitro en caso de que proteste. La cuestión que debe dirimirse es esta: ¿conlleva la posesión del título de campeón la obligación de proseguir las negociaciones con Capablanca, a pesar de sus cartas, cuyo propósito es atentar contra. mi honor profesional? Solicito que la parte reclamante le haga llegar a usted una copia
cert~f¡:cada
de la correspondencia habida hasta el
momento.
Suyo afectuosamente. Emanuel Lasker
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La prensa especializada de la época se hizo eco de la polémica. Veamos, por ejemplo, un fragmento de un artíatlo publicado por la revista American Chess Bulletin: "En ausencia de una autoridad reconocida en estos asuntos, distinta a la opinión pública, la cual, por no decir otra e.osa, es algo dificil de controlar, no hay nada que impida. al doctor Lasker dar su propia interpretación a las palabras utilizadas por Ca.pablanca o su abogado, aunque el árbitro designado por él mismo afirme que su interpretación [de Lasker] es improbable, por no decir errónea ( ... ) F. D. Rosebault, abogado de Capablanca, nos ha informado que no permitirán que este
asunto termine donde el campeón desea. Si fuera necesario, el cubano - según dice el señor Rosebault- podría llegar a hacer una reclamación formal en relación con el ca.mpeona.t o".
El asunto llegó a convertirse en una verdadera batalla dialéctica. Por una parle, Lasker no quena dar su brazo a torcer y pretendía hacer valer sus derechos. Por otra, en 1911-1912 Capablanca no era aún un maestro con grandes victorias que le permitieran presionar al vigente campeón. También parece que olvidaba que el título de campeón del mundo era de carácter privado, y que ningún organismo podía obligar a Lasker a poner su título en juego. Por tanto, parece cuanto menos ridíatla la amenaza de meterse en pleitos. 50
El señor Shipley puso toda su buena volnntad e intentó solucionar el asunto de modo amistoso. Veamos nna carta escrita a Lasker a finales de abril de 1912: Querido doctor Lasker: Le adjunto copias de dos cartas escritas pur el señur Rosebault, una del 13 de marzo y otra de 26 de marz·o. En mi carta yo afirmo que si el asunto se pone en mis manos debería haber una redacción clara de todos los puntos en los que se necesita mi arbitraje, y no se me debería pedir tratar asuntos que impliquen simples d~ferencias persona.les entre los jugadures ( .. .). No creo que se haya publicado na.da, pur parte de ningún juga.dur, que impida. un buen entendimiento, ni que interfiera con el hecho de que se celebre un encuentro pur el campeonato d.el mundo en un ambiente amistoso (. . .). Basándome en la correspondencia, no creo que Capa.blanca pretenda acusarle a usted de ser injusto ni que esté atentando contra su honor profesiona.l. En realidad, creo que no tenía esa intencián, y aunque el lenguaje utiliza.do en algunas partes de la ·respuesta de Capa.blanca a las condiciones que usted puso para. el encuentro puede ser poco diplomático, creo que esas partes pueden explicarse defurma razona.ble y no hostil. 51
Hay muchos puntos im.partantes en los que usted y Capablanca muestran diferencias de forma natura.l, en lo que a los términos del encuentro se refiere, y puedo deducir que será. extremadamente dificil establecer una serie de cláusulas pa.ra regular un encuentro por el campeonato del mundo que sean completamente justas para los dos. Creo que no es necesario extenderme más sobre este asunto. Afirmo, como ya he hecho antes, que, aunque no estoy ansioso por asumir la posición de árbitro en este tema, si el deseo de usted y de Capablanca es que lo haga, y si usted desea dejar el asunto en mis manos, haré todo lo que pueda para. establecer una serie de norm.as y reglas para dirigfr el encuentro. Por tanto, si usted desea que yo intervenga, prepararé un acuerdo para que lo.firmen los dos, a fin de plantear los puntos en discust:ón -tal como yo los conciboque deben dejarse a mi decisión. Este acuerdo garantizará. que mi voluntad será. aceptada por ustedes dos en todos los casos, con la salvedad de que cualquiera de las reglas establecidas por mí podrá. ser cambiada, ampliada, alterada o eliminada mediante el consentimiento conjunto de usted y Capablanca. Envío copia de esta carta a Capablanca. Suy o sinceramente.
Walter Penn Shipley 52
Capablanca interpuso una protesta ante el señor Shipley, el árbitro o m ediador. Lasker saca entonces a colación en un artículo publicado en American Chess Bulletin que Rub instein tamb ién desea un encuentro p or el título. Recordemos que el genial p olaco había hecho m u chos m ás méritos que Cap ablanca para asp irar al campeonato. Hace dos días, el señor Shipley, presidente del Club de Ajedrez Franklin, me envió un cable para wmunicarme que Capablanca había. interpuesto una protesta formal. Al estar pendiente esta cuestión ante el árbitro, no me es posible comenzar las negociaciones con Rubinstein. Con todos los contratiempos que han tenido lugar, hay muy pocas probabilidad.es de que este año se dispute un encuentro por el campeonato del mundo. La posesión del título de campeón es evidentemente un obstáculo para la propia libertad de movimientos, y no es ocioso preguntarse si sirve para algo realmente útil. Tal como está organizado adua.lment e el mundo del ajedrez, podría aba.ndonarse el título. Sus obll:gaciones y privilegios no están bien definidos, y no supone beneficios para quien lo ostenta. La historia del ajedrez de los últimos veinte años no habría sido diferente si el título no hubiera existido.
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La respuesta al señor Shipley es mucho más agresiva que la digresión sobre la utilidad o no utilidad del titulo de campeón. Lasker rompe definifu:Jamente las negociaciones con Capablanca:
Capablanca al dirigirse a mí, han sido en general poco diplomáticos, pero en un punto en concreto llegó más lejos. Me ha acusado de haber impuesto una condición claramente injusta. "Claramente injusta" es lo mismo que "deliberadamente injusta". En el futuro, consideraré a Capablanca como una persona que me retó con el propósito de inicia.runa disputa.
Ante esto, Capablanca llega al extremo de afumar que Lasker ha dejado de tener derecho a ostentar el título de campeón del mundo. La reo;,i:ista American Chess Bulletin habla del asunto y ofrece la solución que propone Capablanca en julio de 1912:
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Sobre el tema del campeonato del mundo y la.s recientes negociaciones con el doctor Lasker, que éste rompió, Capablanca tiene muchas cosas interesantes que decir. En opinión del cubano, el doctor Lasker ha perdido su derecho al título de campeón del mundo al imposibilitarle jugar contra. él, después de aceptar el reto al principio. De acuerdo con Capablanca, la situación no cambiará aunque Rubinstein juegue y gane al doctor Lask.er porque él se habrá visto privado de sus derechos. Como único método justo para resolver la. controversia, sugiere un torneo internacional a modo de campeonato, adecuadamente dot ado, a.l cual puedan
acceder los gana.dores de torneos internacionales y otros jugadores que merezcan competir por sus méritos.
Por último, ofrecemos la opinión de Leopold Hoffer, figura destacada del ajedrez de aquella época, publicada el 29 de jurúo en The Field: El asunto de las quejas del doctor Lasker lo han discutido en Poestyen los maestros allí reunidos, y puedo a.firmar que la opinión general, con tal vez una o dos excepciones, era que el doctor Lasker no tenía motivos para sentirse ofendido por las contrapropuestas de Capablanca a las cláusulas que éste no consideraba justas para e1 y para quienes le apoyan. Sólo podemos decir que si el doctor Lasker propone las mismas 55
condiciones a Rubinstein, ésta no las aceptará sin sustanciales modificaciones, aunque sus objeciones tal vez se expresen en un lenguaje más diplomático que el emplead.o por Capablanca.
Harold Schoenberg, que no parece ser muy partidario de Lasker, resume así toda la polémica: Capablanca, habí.a estado acosando a Lasker desde 1909 en muchos sitios. exigiendo una oportunidad para conseguir el título. Lasker puso una excusa. tras otra para evitar un
encuentro con el cubano. Impuso todo tipo de condiciO'nes increíbles para enfrentarse a él. Capablanca, con razón, protestó y le escribió una extensa ca.ria en la que ca.lificaba de "injustas" las condiciones. Inmediatamente, Lasker, afirmando que le habí.an faltad.o al respeto, dijo que Capablanca le había insultado.
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1.2.7. Laskery Capablanca rompen su relación y se enemistan E ESTE MODO no sólo se puso punto y final a las negociaciones por el título de campeón del mundo, sino que los protagonistas no se volvieron '---------' a hablar durante varios años. La.sker sin duda cometió un grave error al eludir el encuentro en esta fase de sus '\ridas, ya que Capablanca aún no había madurado lo suficiente como ajedrecista, ni tenía demasiada experiencia en enfrentamientos con maestros de élite; además, Lasker era aún relativamente joven (44 años) y podía resistir un largo encuentro.
D
En cambio, en 1921, cuando por fin se enfrentó al cubano, la situación había cambiado: Lasker tenía 53 años, su rival 33 y estaba en la mejor forma de su carrera. El mismo Capablanca reconocería, años después, que Lasker cometió un error al no poner en juego el titulo en 1912, y que en aquel momento habría tenido muchas más oportunidades de ganar. Capablanca tenía en aquel momento mucha menos experiencia en competiciones y estaba menos acostumbrado a soportar la presión de un encuentro indi,ridual. P or otra parte, al aceptar un reto sin excesivas reticencias, un campeón demuestra que no tiene nada que temer, lo cual es una victoria psicológica ante el aspirante. 57
58
l1.3. Entra en juego Akiba Rubinstein NMEDIATAMENTE después de quedar zanjado el asunto con el cubano, el campeón pasó a ocuparse del reto de Rubinstein. El genial polaco fue, sin duda, el ajedreásta más exitoso del periodo 1907-1914, desde que ganara el Torneo de Karlsbad de 1907 hasta la decepción del Torneo de San Petersburgo de 1914, donde no pudo clasificarse para la fase final. Lasker ya había tenido ocasión de comprobar su fuerza sobre el tablero en el Torneo de San Petersburgo de 1909, donde Rubinstein se impuso en la partida que los enfrentó y empató con Lasker en el primer
1
puesto de la clasificación final.
59
60
Rubinstein, A
• Lasker,E
St PetersbLrg , 1909 032 - St Petersburg
Comentarios de Lasker 1. d4 dS 2. ~f3 ~f6 3. c4 e6 4. AgS c5 Cuando este avance se :realiza prematuramente, el aislamiento del peón d es la consecuencia necesaria.
5. cxd5 exd5 6. ~c3 cxd4 7. ~d4 ~c6
a
b
e
e
d
61
f
g
~
h
Esto pone a las negras en dificultades. En su lugar, lo indicado era 7 ... ~e7. Si 8 e3 0-0, la posición negra sería buena. 8. e3 ll..e7 9. ll..b5 Este movimiento demuestra por qué la séptima jugada negra fue criticada. 9 ... ll..d7 10. Lf6 La ganancia del peón es sólo temporal. 10 0-0 habría sido mejor porque el peón d habría caído después de todas formas. 10... Lf6 11. ~d5 ll..xd412. exd4 lrg5 13 . .A.xc6 .A.xc6 14. ~e3 0-0-0 Un movimiento imprudente. Las negras no debían haber abandonado su intención de ganar el peón de g sólo porque las blancas omitieran el jaque en. e2. Después de 14... ~xg215. :S.gl (15. ~g2 ~xg2 16. ~e2+ S'd8 17. 0-0-0 ~g6 18. ~d3 ~c8+ 19. S>bl ~e8) 15 ... ~aS+ 16. ~d2~xd2+17. @xd2 ii.e4 las blancas habrían tenido una partida bastante buena. 62
15. 0-0 IDte8 16. !tc1
a
b
e
d
e
f
g
h
Un movimiento de gran sutileza. Las blancas ahora mantienen su ventaja. Amenazan ~cS y dS, y la obvia amenaza negra de 16... :axe3 se encuentra con lo que mostrará la respuesta de las blancas.
16... lhe3 Después de 16... 'áb8 17. ~cS ~f4 18. dS ~e3 19. ~el :Se4
20. dxc6 bxc6 21. ~c3 las negras también tendrían Wla ma posición. 63
17. llxc6+ bxc618. fiel llxd4 Ofreáa m ás posibilidades 18... be5 19. ~xc6+ ( no 19. f4 debido a 19 ... :acS) 19 ... ~8 20. dxe5 ( no 20. f4 debido a 20... :ae6) 20... ~xeS 19. fxe3 l!d7 20. fi'xc6+ d8 21. l!f4 Una idea excelente. Amenazan 22 ~a8 @e7 23 :áe4, ganando la partida por ataque. La única alternativa de las negras es cambiar las damas y perder el final.
21 ... f5 Si 21. .. ~aS 22. ~a8+ <:f9e7 23. ~e4+ <:i9f6 24. ~c6+ <:fBgS 25.
h4+ 22. lic51ie7 Si 22... :adl+ 23. <:i9f2 :ad2+ 24. ~el ~xg2 las blancas ganan
la torre. 23. 1ixe7+ fJ!Jxe7 24. I!xf5 I!dl+ 25. @f2 I!d2+ 26. @f3 I!xb2 27. I!a5 I!b7 28. I!a6 @fS 29. e4 I!c7 30. h4 @f7 31. g4 @f8 32. @f4 @e7 33. h5 h6 34. @f5 @f7 35. eS I!b7 36. I!d6@e7 37. I!a6 @f7 38. I!d6 @f8 39. I!c6 @f7 40. a3 1-0 64
Rubinstein, A • Capablanca, JR
San Sebastian , 1911 033 - San Sebastian
Comentarios de Mieses, Tartakower, Kmoch y Donaldson & Minev 1. d4 d5 2. ~f3 c5 3. c4 e6 4. cxd5 exd5 5. ~c3 ~c6 6. g3 .i.e6 7. .i.g2 .i.e7 8. 0-0 !Ic8 Tartakower: Demasiado dogmático. Las negras prestan demasiada atenáón al flanco de dama. Km.och: Lasker
recomienda 8...h6. 9. dxc5 Lc5 10. ~g5 ~f6 11. ~e6 fxe6 12 . .i.h3 fie7 13 . .i.g5 Mieses: Un movimiento bueno, pero no el mejor. (13. e4 d4 (13 ... dxe4 14. il.gS 0-0 15. ~e4 etc. ) 14. ~dS exdS 15. ~xc8 dxe416. ~b3)
13 ... 0-0 Tartakower: Habría sido mejor 13...!!dS.
65
14. A xf61!fxf6
a
b
e
e
d
f
g h
Mieses: Un error. Al calcular, Capablanca no ·vio la decimoséptima jugada de su rival. Lo correcto era 14...gxf6. Donaldson & Minev: 14 ... gxf615. ~d5 (15. e4 d416. CZJdS exd5 17. Slxc8 dxe4 (17... &:c8 18. ~g4+)) 15 ... exd5 16. Lc8 ~c817. ~xd5+ ~h8, con ligera ventaja para las blancas.
15. ~d5 ! (!de Donaldson & Minev) .
15 ... 1!fh6 66
Kmoch: Es e\iidente que 15 ... exd5 16. ~xd5+, seguido de ~xc8, etc. y 15 ... ~xf2+ 16. 'ág2 ~6 17. !ZJf4 etc., llevarian a una rápida derrota. Después del movimiento del texto comienza la combinación.
16. ©g2 !{cd8 17. l!fc1!!
Kmoch: Este es el magnífico movimiento clave. Independientemente de como jueguen las negras, pierden un peón como mínimo. Es una peculiar coincidencia que dos años antes Rubinstein ganara al campeón del mundo (San Petersburgo, 1909) también mediante una bella combinación que comenzaba con ~el. 67
17... exd5 18. lixcS 1id2 19. li'b S Tartakower: Habiendo ganado un peón con buen estilo, las blancas demuestran que pueden mantener lo ganado.
19 ... ~d4 20. 1id3 1ixd3 Mieses: Las negras no pueden e;.ritar el cambio de damas. 20 ... ~xb2 pierde una pieza después de 21. ~1. Si 20... ~ 21 . IDd1, seguido de ~e6.
21. exd3 I!fe8 22. Ag4! Donaldson & Minev: Esto es más fuerte que 22. IDe1 t2\c2 23. :axeS+ :áxe8 24. :3.cl ~e2 25 . ~g4 :3.d2 y las negras tienen buen contrajuego.
22... I!d6 23. I!fel I!xe1 24. I!xe1 I!b6 Mieses: No me gusta este movimiento. Lo mejor parece 24...
w.
Tartakower: De forma muy inteligente, las negras obtienen algo de contrajuego que les permitirá tomar un peón del flanco de dama. 68
25. 1Ie5 1Ixb2 26. lixdS ~c6 27. Ae6+ @fB 28. 1If5+ @eB Kmoch: Después de 28... 'i9e7 viene 29 . .1lc4, con la amenaza inmediata de ~29 . .A.f7+ @d7 30. .A.c4 a6 31. ID7+ @d6 32. 1Ixg7 b5 33 . .A.g8 a5 34. 1Ixh7 a4 35. h4 b4 36. 1Ih6+ @c5 37. 1Ih5+ @b6 38. .A.d5? Donaldson & Minev: Todos los comentaristas coinciden en que este mo·vimiento es un error y dificulta la victoria. La contirtuación correcta es 38. ~c4 , y 38... ~a2 es imposible debido a 39. ~bS+ 38 ... b3?
69
8 7
6 5 4
3 2
1 a
b
e
d
e
f
g h
Donaldson & Minev: Aquí todos los comentaristas están de acuerdo en que Capablanca dejó pasar la continuación más fuerte, 38... :!ha2, y algunos incluso afuman que permite conseguir tablas con 38... :axa2 Análisis posteriores sostienen que en ese caso las blancas ganan con 39. ~c4 (No 39. ~xa2 b3) El análisis de Vladimir Vukovic sugiere que Rubinstein ganaba también en este caso: 39. ID-18! b3 40. h5 :Sal 41. ~xc6 ~c7 (41 ... ~c6 42. :áb8 ~c7 43. :áb4 y ganan ) 42. ~e4 b2 43. d4 a3 44. ~7+ ~d6 45. :5b7 a2 46. :!hb2 agl +
47. ~gl al=~+ 48. :áb l ~xd4 49. ~f3, y la posición blanca es ganadora. ) 39 ... '):(c2 40. :5b5+ :;:,el 41. ~g8 a3 42. h5 a2 43. ~xa2 :!ha2 44. h6 d.a8 ( Con 44... ~a6! (en lugar 70
de ...:Sa8, las negras tienen opottunidades de conseguir tablas: 45. g4 (45. h7? :Sa8! y ...~8 ) 45 ... liJe7 46. g5 :Sb6 47. ~b6 ~b6 48. f4! b3! 49. h7
39. axb3! (! de Tartako\\rer). Resultado de cálculos muy precisos. 39 Axb3 es otra forma de ganar.
39 ... a3 40. hc6 lhb3 Mieses: 40... a2 41. IDJ5+ '4:?a6 (41 ... ~c6 42. :Sa5) 42. ~b8! etc. 41 . .Ad5 a2 42. l!h6+! Las negras abandonan. 1-0
71
72
1.3.1. Lasker desea enfrentarse a Rubinstein ASKER se sentia m ás iinclinado a enfrentarse a Rubinstein que a Capablanca, pero la financiación no era un asunto fácil, y a que el aspirante no tenía amigos adinerados que le sirvieran de patrocinadores del encuentro. En un artículo pu blic ad o el 26 de junio en New
L
York Even1:ng Post, dea'.a sobre .Rubinstein:
La marca que ha logrado, un 87 por ciento del total posible, pocas veces se ha conseguido. Tomado en conjunto con sus otros éxitos, le establece como uno de los mejores maestros. Después de una excelente carrera durante ocho años, aspira al título de campeón, y es de esperar que el mundo del ajedrez le conceda la oportunidad. Para tal fin, se necesita nada, menos que reunir la bolsa de premios.
Rubinstein se entre'\ristó con el do ctor Lasker en Hiddensee, una isla alemana situada en el Mar Báltico, para tratar los términos de su encuentro por el campeonato del mundo. Ganaría quien consiguiera ocho v ictorias, y el campeón 73
estuvo de acuerdo en jugar cuatro partidas más, después de las treinta acordadas, en caso de que uno de los jugadores tu·viera un punto más en su haber. La siguiente nota aparece en el New York Evening Post el 21 de agosto de 1912:
Vuelvo de Hiddensee, después de una visita de Rubinstein, quien vino a discutir las condiciones para un encuentro por el etimpeonato del mundo. Estuvimos de acuerdo en la mayoria de los puntos en discusión: el encuentro lo ganará quien se adjudique ocho
victori.as, sin contar las tablas; se jugará un máximo de treinta partidas, en
CllSO
de que antes ninguno haya lograd{)
ocho victorias; y el ganador será quien tenga más puntos, a no ser que la diferencia sea de un punto, en cuyo caso el encuentro continuará hasta que alguien gane una partida, hasta un máximo de cuatro partidas, y el encuentro será declarado empate si esas cuatro partidas terminan en tablas.
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Así pues, en esta ocasión sí hubo acuerdo. El carácter más tranquilo y menos arrogante de Rubinstein, en comparación con Capablanca, facilitó las negociaciones. Según cuenta el mismo Lasker, el único punto en que no hubo acuerdo fue el de la hora de comienzo de las partidas. Rubinstein quería empezar a las once de la mañana y Lasker a las doce.
Es importante señalar que una de las cláusulas establecía que, una vez establecidos los detalles del encuentro, si Lasker no pudiera o no quisiera jugarlo, Rubinstein sería proclamado campeón del mund!o. Este mismo punto figuró en las negociaciones entre Lasker y Capablanca pre'\iias al encuentro de 1921 en La Habana.
75
76
1.3.2. El acuerdo entre Lasker y Rubinstein
A
CONTINUAOÓN ofrecemos los detalles del acuerdo, tal como publicó una re•vista de la época (posteriormente se modificaron algunas
cláusulas): El doctor Lasker y Akiba Rubinstein han acordado condiciones más razonables que las requeridas para José Raúl Capablanca a fin de jugar un encuentro por el campeonato del mundo el próximo año. En el documento firmado se citan los meses de abril y octubre, y se hace una alusión un tanto '\'
que los maestros estén contentos, no podemos decir nada en contra. Por lo demás, las condiciones hablan por sí mismas.
Condiciones l. El encuentro consistirá d e veinte partidas. 2. Será vencedor qtúen obtenga más puntos. 3. El premio para el vencedor es el título de campeón del mundo. 4. Si el encuentro finaliza con empate, el título lo 5. 6. 7. 8.
9. 10.
retendrá el actual campeón. El límite de tiempo es de treinta mo'i.rim.ientos en dos horas. No se jugará más de cinco días por semana. Las horas de juego serán desde las 3 hasta las 7 de la tarde. El encuentro, si es posible, comenzará en abril o en octubre del próximo año, y no sufrirá interrupciones hasta que termine. Si se tiene que cambiar de sede, se permitirá un aplazamiento de dos o tres días. Cada jugador podrá solicitar tres descansos durante el encuentro.
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Reglas de juego l. Si se repite la misma posición dos veces, a quien le toque mover tendrá el derecho, pero no la obligación, de declarar la partida tablas. 2. El jugador que tenga que mover a las siete sellará su jugada, suporúendo que se ha hecho el mo•;,1itniento número 30, 60, 90, etc. 3. No cumplir el límite de tiempo conllev a la pérdida de la partida. El director tiene que dar su palabra de honor de que el reloj muestra la hora correcta. 4. Si se efectúan cincuenta jugadas sin un cambio
importante en la posición (por ejemplo, no se ha capturado una pieza ni se ha mo"i.iido un peón), cualquier jugador tiene el derecho de solicitar al director que confirme este hecho y declarar la partida tablas.
Compensación
l. El doctor Lasker negociará con los clubes que quieran patrocinar partidas del encuentro. 2. El encuentro tendrá lugar en Europa.
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3. Las ciudades donde se jugarán las partidas y el orden en que tendrán lugar se anunciarán lo antes posible, y al menos tres meses antes de que comience el encuentro. 4. Se publicará un libro sobre el encuentro. Contendrá la historia del encuentro y sus partidas, y los dos participantes comentarán las partidas. 5. Se abrirá un cupo de suscripciones para el libro, y éste se venderá sólo a los suscriptores. Se redactará en notación algebraica, en alemán y ruso, así como en otros idiomas para lo:s que haya al menos cien
suscriptores que deseen recibirlo. 6. El precio de la suscripción de momento no es definitivo, pero será de al menos cinco dólares (veinte marcos). 7. El dinero de las suscripciones se añadirá a la bolsa de premios. Y el encuentro se celebrará si los fondos recaudados son de al menos 2.500 dólares. 8. El ganador de una partida recibe 125 dólares de la bolsa de premios. 9. Todo el dinero recaudado con lo que paguen los espectadores y procedente de las suscripciones, restando lo establecido en el punto 8, se dividirá por igual entre los dos jugadores.
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10. El derecho de publicar las partidas, así como los derivados de su autoría, serán propiedad exclusiva del doctor Lasker.
Organización 1. Las discusiones en relación con las partidas serán resueltas por el director de juego. 2. En cada ciudad donde se juegue, los jugadores elegirán un asistente, el cual tiene que defender los intereses del jugador. 3. Cualquier otra discusión será resuelta por un juez. Deb€ elegirse para todo el transcurso del encuentro. Las negociaciones con él se realizarán por escrito; él tiene el derecho de solicitar declaraciones, v·' su decisión es inapelable. 4. El dinero de la bolsa de premios será custodiado por un tesorero. Cada club pagará a los jugadores lo que le corresponda al concluir las partidas que en él se jueguen. El tesorero Ctl!idará de los fondos procedentes de las suscripciones y repartirá a cada jugador la cantidad correspondiente inmediatamente después de terminar el encuentro. 5. Si los beneficios del libro superan los 2.500 dólares, el resto del dinero se utilizará para fundar una asociación ajedrecística internacional, cuya labor 81
consistirá en organizar competiciones internacionales.
Los dos maestros, al dar su palabra de honor, están obligados a jugar el encuentro, excepto si se lo impide alguna causa mayor. Además, Rubinstein asume sus obligaciones, no sólo si gana el encuentro, sino también si por cualquier otra razón el doctor Lasker decidiera renunciar al título en favor de su adversario, a fin de mantener la tradición creada por Steinitz.
(American Chess Bulletin, año 1913)
82
1.3.3. Los problemas de Rubinstein
IN EMBARGO, a pesar del excelente currículo y el prestigio de Rubinstein, no se pudo conseguir financiación para el encuentro. Su timidez patológica le había impedido ganarse amigos con recursos (una condición necesaria en el ámbito del ajedrez, tan minoritario y escaso de inversiones), y Lasker no pudo conseguir patrocinadores interesados. N o obstante, se acordó que se enfrentaría al campeón en 1914, si varios clubes de Alemania, Polonia y Rusia conseguían reunir dinero suficiente. En la primavera de ese año se celebró el Torneo de San Petersburgo, en el que la actuación de Rubinstein no fue buena, por lo que surgieron más dudas aún sobre la posibilidad del enfrentamiento con Lasker, que en ningún momento negó al polaco el derecho a disputarle el título.
S
Llegan noticias de San Petersburgo que afirman que el doctor Lasker continuará las negociaciones para jugar con Akiba Rubinstein el encuentro por el campeonato del mundo. El enfrentamiento comenzará en otoño. El doctor Laske:r propone jugar cuatro partidas en este país [Estados Unidos], pero el precio que los clubes americanos tendrían que pagar es elev ado y dificulta que 83
estas partidas se disputen aqw. Además, la mayoría de los ajedrecistas de este país demandan W1 encuentro entre Lasker y Capablanca. Por otra parle, Rubinstein, aunque decepcionó en San Petersburgo, es aún uno de los mejores jugadores del mundo, y en cualquier caso tul buen aspirante al título. Su ausencia durante un año de las competiciones internacionales le ha hecho perder su buena forma y no ha tenido el éxito del doctor Lasker durante el torneo preliminar. American CJiess Bulletin, año 1914
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1.4. San Petersburgo, 1914. Lasker y Capablanca se reconcilian ERO EN EL VERANO de 1914 estalló la Gran Guerra, el encuentro nunca se celebró y Rubinstein ._____ ___, inauguró la lista de los campeones sin corona. Cuatro años más tarde, cuando se firmó la paz, Rubinstein y a no era el mismo; y además Capablanca le había sobrepasado claramente en prestigio. Precisamente en la ceremonia de clausura del Torneo de San Petersburgo tuvo lugar un feliz acontecimiento para la lústoria que estamos narrando. Martha, la mujer de Lasker, escribió en un reportaje para la prensa:
P
Durante la cena, pedí a Emanuel que demostrara la generosidad de su carácter reconciliándose con Capablanca. Sin deci.r una sola palabra, se levantó, se dirigió con su copa de champán al sitio donde estaba sentado Capabla.nca y allí bebió a su salud y le dio la mano. Yo estaba muy contenta de ver a los dos hombres charlar de nuevo, y este acto público de reconciliación fue recibido con grandes aplausos por parte de todos los presentes en el banquete.
La versión del mismo Lasker dice así: 85
Fui aclamado como vencedor, y muchos brindaron a mi salud. Y después se brindó a la salud de Ca.pablanca. Mientras la gente iba a darle la m.a.no, la señora Lasker se me a.cercó y me propuso que yo también le diera la mano. En ese momento pensé que él, al haberle vencido, no vendría hacia mí sin sentirse humillado. Así que me levanté, me dirigí hacia él y brindé a su salud. Y él me d1:0 la mano afectuosamente. Los comensales se alegraron y acudieron hacia nosotros, y después hicieron lo mismo con la señora Lasker, a la que a.clamaron como persona que había
hecho posible que nos reconciliáram,os.
La versión que da Panov en su libro sob re Capablanca es esta:
Empujado levemente por sus am.igos, Capablanca se acercó a Lasker, también empujado ligeramente por los suyos, lo f elicitó por su victoria. y lamentó que su carla le hubiese causado disgusto. Afortunadamente, Capablanca evitó aclarar la palabra unfair (. . .) El campeón del mundo brindó por los éxitos v enideros del maestro cubano y los dos conversaron am.istosam.ente.
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Lasker,E • Capablanca, JR
St Petersbt.rg , 1914 C6B - St Petersburg
Comentarios: Panov, Pachman, F. Coria y Palau, Fine & Reinfeld, Richard Reti y Lasker Antes de la reconciliación, los dos maestros tuvieron que enfrentarse tres veces a lo largo del evento. De las tres partidas, dos fueron tablas y una la ganó Lasker con gran estilo, su famosa ·victoria sobre el cubano con la Variante del Cambio de la Apertura Española. Gracias a esta ·victoria y a su efecto p sicológico sobre Capablanca, el campeón del mundo pudo superarle y se adjudicó el tomeo-i: sin duda, toda una lección de humildad.
1. e4 e5 2. ~f3 ~6 3 . .A.b5 a6 4 . .A.xc6 Panov: Capablanca conoa'.a la Variante del Cambio por haberla utilizado alguna vez. Por tanto, conoa'.a los pros y los contras de ese sistema y el riesgo que corren las negras en una defensa imprecisa. En la partida Lasker-Janovski (1909), que él conoa'.a, el campeón del mundo aplicó esa estrategia, incluyendo la continuación fS, lo mismo que en la presente partida.
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Además, el día anterior a esta partida, Alekhine jugó con blancas contra Lasker, eligió esta variante y también hizo t5, pero no pudo sacar ventaja en la apertura, y en una posición igualada cay ó en la celada que Lasker le había tendido y perdió la partida. Esto seguramente desorientó al maestro cubano en cuanto a la v aloración que Lasker hacía de este sistema de apertura y su verdadero propósito. Al optar por esta variante tan poco agresiva, ¿pensó Capablanca que Lasker intentaria vencer, conociendo su habilidad en el ataque y en la defensa? La partida se jugó cuando faltaban cuatro vueltas para
finalizar el torneo. Capablanca no había sufrido ninguna derrota y tenía un punto más que Lasker. Por eso, tenía motivos para pensar que el campeón del mundo se conformaría con el segundo puesto, y por tanto trataría de empatar rápidamente. Siendo así, continuaría teniendo un punto más que él. Por ello jugó esta partida con la despreocupación que caracteriza a la juventud, y la perdió. Lasker fue un gran psicólogo deportista que supo aprovechar con astucia el estado de ánimo y las intenciones de sus adversarios.
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4... dxc6 5. d4 exd4 6. 1ixd4 ifxd4 7. ~d4
a
b
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g h
Pachman: Los espectadores debieron sentirse decepcionados. La Variante del Cambio de la Apertura Española ya entonces estaba considerada como un insulso sistema que conduce a tablas. Por tanto, se terúa la impresión de que Lasker había renunciado a la lucha por el primer puesto, que no quería arriesgar en esta partida y que se daba por satisfecho con obtener el segundo premio en el torneo.
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Pero nada más lejos de las intenciones de Lasker que abandonar la lucha. La elección de este sistema fue en realidad un recurso genial, un ataque psicológico contra las concepciones del adversario. Para entender la estrategia de Lasker, estudiemos con detalle la estructura de peones. Las blancas tienen una estructura ventajosa porque su superioridad en el flanco de rey les permitirá, después de ulteriores simplificaciones, avanzar los peones y finalmente crear un peón libre. Las negras, por el contrario, tienen un peón doblado en la columna c, con lo que su superioridad en el flanco de dama queda devaluada porque una superioridad de este tipo no permite crear un peón libre sin utilizar recursos tácticos. Recomiendo al lector que retire todas las piezas del tablero, excepto los peones y los reyes, y compruebe que las blancas ganan fácilmente el final. Por eso la estrategia de las blancas es evidente: cambiar todas las piezas menores que puedan y hacer valer su superioridad de peones.
¿Qué deben hacer las negras? Su recurso más importante es la pareja de alfiles. En las posiciones abiertas, dos alfiles son más fuertes que alfil y caballo o que dos caballos. No obstante, para explotar la ventaja de la pareja de alfiles hay que jugar al ataque. 90
Pero Capablanca no ha acudido a esta partida con intenciones de atacar. Se ha sentado ante el tablero con el propósito de huir de las complicaciones, simplificar el juego, contentarse con unas tablas y asegurarse el primer puesto en el torneo. Precisamente Lasker ha contado con eso: la intención de su rival está en contradicción con el carácter de la posición.
7 ... Ad6 Pachman: Esta tranquila jugada de desarrollo no es un error, pero las negras podían haber elegido una continuación , ' . mas energ:ica. Los manuales de apertura reconúendan 7 ... ~d7 8. ~e3 00-0 o 7 ... cS 8 . .:tie2 Ad7, seguido de ...0~0-0.
F. Coria y Palau: Mo,..uniento sólido, aunque en la actualidad se prefiere 7... Ad7 S. Ae3 0-0-0 9. ~c3cS10. ld:Jde2 Ac6 , con juego igualado. 8. ~c3
F. Coria y Palau: La alternativa es 8. Ae3 c5 9. ~2 f6 10. ~f4 Ae611. Axd6 cxd6, con igualdad.
91
8 ... ~e7 9. 0-0 F. Coria y Palau: Si 9. ~e3 sigue 9... f6! 10. lilb3 b6 ll. 0 -0
cS 12. tLld2 ~e6 13. f4 Cfa0-0 , con igualdad.
9 ... 0-0 F. Coria y Palau: Lo correcto era 9 ... ~d7. 10. f4
Fine & Reinfeld: Al tener mayoría de peones en el flanco de rey, Lasker se lanza inmediatamente a utilizar su ventaja. 10... !!e8 Pachman: Las negras también podían haber jugado aquí de forma activa. Con 10... f5 sus piezas menores habrían ganado más espacio, y esto es importante para explotar la pareja de alfiles.
Reti: Era más enérgico 10... ~cS, lo que Lasker impide con su siguiente mo•vitniento.
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11. ~b3 f6 Reti: Un movimiento defensivo innecesario porque el avance del peón de e blanco no seria malo para las negras porque tendrían las casillas f5 y d5 para sus piezas. Por el juego excesivamente temeroso de Capablanca podemos ver que, debido a su buena situación en el torneo, jugaba a hacer tablas, lo cual es lo menos recomendable para las negras en la Variante del Cambio de la Ap€rlura Espafiola. Fine & Reinfeld: evita e5, pero debilita la casilla e6.
Pachman: Aquí también habría sido posible 11 ... f5 Si 12. e5, entonces 12 ... ~b4 13. ~d2 ~xc3 14. ~xc3 b6, seguido de ... c5, y las negras estarían bien. F. Coria y Palau: Capablanca adelantó el peón porque tenúa el avance del peón de e blanco. Sin embargo, podía haberlo permitido: 11 ... ~e612. e5 ~b4 13. ~ (13. ~d4 ~c5 14. ~e3 ~xd4 15. ~xd4 b6) 13.. . ~f5, con igualdad en las dos variantes.
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12. f5!?
a
b
e
e
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h
Reti: Un movimiento sorprendente. A primera -.;iista, parece que el peón de e quedará retrasado y débil la casilla eS, pero analizando en detalle se ve que las v entajas son mayores. En primer lugar, el alfil blanco obtiene más radio de acción y el alfil negro de c8 y el caballo negro quedan muy restringidos. Además, hay que añadir que las blancas dominan ahora de forma permanente la casilla e6, lo que compensa la debilidad deeS.
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Pachman: Un movimiento paradójico a primera ·vista. Las blancas dejan irunó-.¡liJ. su peón de rey, pero, a modo de compensación, las piezas menores negras quedan muy restringidas (~c8, ~7) . Fine & Reinfeld: W1 movimiemto sorprendente y enérgico que da a las blancas Wla ventaja decisiv a. Crea W1 agujero para las piezas negras en eS, pero es bueno para las blancas por tres razones: 1) fija el peón f negro, permitiendo a las blancas llevar a cabo
ataque a base de g4-g5. 2) impide la salida del alfil negro de c8. 3) permitirá emplazar W1 caballo en e6. W1
Que Lasker pudiera llevar a cabo todos estos planes demuestra que Capablanca no captó la esencia de la posición.
u ... b6 Pachman: Es digno de resaltar que Capablanca no muestra ni Wla sola idea en toda la partida. El desarrollo del alfil a b7 debería servir para presionar contra el peón blanco de e, pero, en realidad, hace posible ]a penetración de W1 caballo blanco hasta e6. Con 12 ... Ad7, la partida seguiría estando igualada. 95
Reti: Una mala idea de Capab]anca porque la casilla e6 es mucho más débil que el peón e4 blanco.
13. Af4 Ab7?
(? de Pachman). Pachman: Continúa el juego pasivo. Todavía podía haberse jugado 13 ... ~xf4 14. &cf4 ~d7, seguido de ...~adS, con posible igualdad. Lasker: Capablanca hizo este mo'\IÍnliento después de reflexionar mucho. La altemati•va era 13... ~xf4 14. ~4 c5
En ese caso las blancas no podrían situar un caballo en e6, pero cambiarían las torres en la columna d y tendrían prácticamente un peón de ventaja. 15. ~dl ~b7 16. ~f2 :S.adS 17. cixdS cixdS 18. !id2 ci.xd2 19. tZ::ixd2 Aún puede haber muchas complicaciones, pero jugando bien las blancas pueden conservar una ligera ventaja. 14. A xd6! (! de Pachman).
14... cxd615. ~d4 I:Iad8
96
Pachman: Es cierto que con el cambio en d6 las blancas han desdoblado el peón c negro, pero el peón de d6 de las negras constituye ahora una debilidad que imposibilita la defensa de la casilla e6.
En caso de 15 ... ~c8 16. ~adl, seguido de :!;d.2 y llidl, con lo que cae el peón de d negro. F. Coria y Palau: Tal vez era mejor 15 .. . ~a?, pero después de 16. ~dl ~c8 17. g4 las blancas quedarían mejor.
16. ~e6 ~d7 17. ~adl ~cB ( F. Coria y Palau: Si 17 ... d5 , seguiría 18. ::;f2 y llie2, y las negras estarían en una situación muy incómoda. ) 97
Panov: Era mejor 17 ... c5 amenazando hacer 18 ... dS 18. ~dS ~xdS 19. exdS bS , ,v se traslada el caballo a la casilla clave eS vía c8-b6-c5. Con el movimiento del texto, Capablanca preparó la entrega de la torre por el caballo y un peón, pero luego cambió de idea.
18. llf2 b5 Fine & Reinfeld: Para tener más espacio, pero permitirá abrir la columna a, que sólo puede beneficiar a las blancas gracias a su mayor movilidad. Lo mejor para las negras era ceder la calidad. 19. llfd.2 Fine & Reinfeld: Para e'\IÍtar que las negras muevan su caballo. 19 ... llde7 Pachman: El movimiento 19 ... b4 ofreda perspectivas de defensa. Después de 20. ~2 ~de7 las negras podrían activar su alfil mediante el avance del peón de c.
20. b4! (!de Pachman). F. Coria y Palau : Para impedir la liberación negra. 98
20... q;f7 21. a3 ..i.a8?
(? de Panov). Panov: "Cuando se forja cierto plan, hay que llevarlo a efecto, cueste lo que cueste", dice Capablanca comentando esta partida. Después de 21 ... :3.xe6 22. fxe6+ ihe6, el subsiguiente ...~e7 y la maniobra ~b6-c5, es dudo!SO que las blancas ganen.
22. q;f2! (!de F. Coria y Palau). Sin riesgo alguno, el rey blanco se
dirige a participar en la batalla. 22... 1la7 23. g4
99
8 7
6 5 4
3 2
1 a
b
e
d
e
f
g
h
Reti: El centro está cerrado, y las blancas, que disponen de más espacio, preparan la ruptura en el flanco de rey. Las negras intentan una ruptura en el de dama, pero no tienen éxito. Panov: El campeón del mundo demuestra objetividad y energía extremas en esta partida. Las blancas preparan la ruptura del flanco de rey, lo cual es propio de este sistema.
23 ... h6 24. l!d3 a5?
(? de Pachman). Pachman: El primer movimiento activo de las negras no es precisamente muy bueno. La apertura de la columna a resultará beneficiosa a las blancas, que también podrían haberlo conseguido jugando a4. 100
Panov: La operación de diversión en el flanco de dama no es suficiente para reforzar la defensa de las negras, ya que su torre no tendrá puntos de apoyo para el ataque, además de que la torre blanca podrá utilizar la columna a cuando se abra.
25. h4 axb4 26. axb4 !tae7 27.
27... !tg8 F. Coria y Palau: La situación de las negras es crítica. No pueden organizar ningún con trajuego aceptable y tienen que conformarse con quedarse a la espera de los acontecimientos.
28. cat4 g6 29. llg3 g5+ Reti: Con este movimiento las blancas consiguen la decisiva apertura de la columna h. Era mejor abrir la columna g con ...gxf. En ese caso, si las blancas toman con el peón de e, las negras mejorarían su situación con ...dS. Si las blancas toman con el peón de g, entonces las negras cambian torres y conquistan rápidamente la columna g con la otra torre. 101
Después del movimiento del texto no hay salvación contra el elegante final de Lasker. Pachman: Tras el cambio 29 ... gxf5 30. exf5, las blancas prepararían la ruptura g5, que les garantizaría un fuerte ataque. 30.
(! de Pachman). Pachman: Si las blancas cambiaran inmediatamente, después de 30. hxgS hxgS+ 31. ~ ~8 todo estaría en orden para las negras. Pero Lasker retrasa el cambio una jugada más para dominar la columna h. 30... ~b6!
(! de Pachman). Fine & Reinfeld: Un intento desesperado por obtener contrajuego. Pachman: Por supuesto, no 30... gxh4 31. ~ , seguido de :!hh4, tras lo cual las negras perderían rápidamente el peón de h6. Con el movimiento· del texto, Capablanca intenta conseguir contrajuego sacrificando un peón. 102
31. hxg5! (! de Panov).
Pachman: Si 31. ~d6, entonces 31 ... l2lc4 , seguido de ...ttJes. 31... hxg5 Fine & Reinfeld: Después de 31. .. fxgS 32. IDt3 el peón de h negro está perdido.
32. llh3 lld7 Panov: tampoco a:yudaba 32... ~c4 porque seguiría 33. ID17+ ~e8 34. ~al ~b7 35. ~c7+ ~d7 36. ~e?+ ~e7 37. ~a7
33. S>g3!
(! de Pachman).
103
8 7
6
a
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g
h
Reti: Un fino movimiento de preparación para la combinación final. Al haber planeado hacer eS, el rey no debe quedar expuesto en la gran diagonal.
33 ... ~e8 34. !ldh1 ( F. Coria y Palau: Ahora no serviría 34. eS, a causa de 34... d5 35. exf6 'áfl , etc. ) 34... lLb7
F. Coria y Palau: Si 34... ~a7, se gana con 35. ~8 . Si 34 ... d5 35. exdS ~dS 36.
™
104
35. e5! (! de Pachman). La única pieza menor blanca poco activa es el caballo de c3. La típica ruptura hace posible que entre en juego de forma decisiva. También se hace evidente ahora la jugada 33 de las blancas, con la que han alejado al rey de la acción del alfil negro de b7. Esta ruptura es definitiva. Ahora entra en juego el segundo caballo, lo que paraliza totalmente a las negras.
35 ... dxe5
F. Coria y Palau: Otras posibilidades serían 35 ... fxe5 36. ~ ~dS 37. ~8 ~8 38. ~8+ ::!le? 39. ~6xg5 fz}f6 40. ~6 ::!Jxi6 41. ~6+ ::!le? 42. f6+ y ganan.
Si 35 ... dS 36. ~cS :ae7 37. :ah8 ~8 38. :5.xh8+ ~f7 39. :ah?+ ~e8 40. &
36. ~e4 ~d5 37. ~6c5! (! de Pachman). Pachman: El caballo ha estado situado veinte jugadas en e6, y ahora al mover gana la calidad.
105
37... Aes
Si 37... :S.c7 38. ~b7 ~b7 39. ~d6+ 38. ~d7 bd7 39. llh7 !lf8 40. l!a1 @d8 41. l!a8+ Ac8 4.2.~c5
Las negras abandonan. Panov: Romanovsky presenció. esta histórica partida y dice que al finalizar hubo aplausos. El campeón del mundo se levantó y abandonó la sala, mientras Capablanca permaneció sentado, con el rostro pálido y los ojos entomados. 1-0
106
Capablanca, SI • Bemstein, O St Petersburg , 1914 053 - St Petersburg
Comentarios de Capablanca y Panov l.. d4 d5 2. ~f3 ~f6 3. c4 e6 4. ~3 ~bd7 5. iLg5 iLe7 6. e3 c6 Capablanca: Este y los siguientes movimientos forman un sistema de defensa que el doctor Bernstein había estudiado cuidadosamente y que ya había empleado contra rrú en una de nuestras partidas de Moscú. Esa terminó en tablas, después de haber quedado mal en la apertura por no haber sacado el alfil de dama.
7. iLd3 dxc4 Panov: Éste es el comienzo de la defensa que Bernstein usó con acierto y frecuencia, imitando la partida Schlechter Perlis, del Torneo de Ostende de 1906.
8. Lc4 b5 9. iLd3 a6 10. e4 e5?
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Capablanca: Todo esto forma parte del sistema al que me he referido en la nota anterior, pero debe ser malo porque va contra los principios de las aperturas. Las blancas, por otro lado, se adhieren estrictamente a lineas de buen desarrollo, v pronto podrán demostrar las debilidades del plan del adversario. J
Panov: Este movimiento es contrario al espíritu de la posición, lo que Capablanca demuestra brillantemente. Es mejor jugar 10... c5, pero es 11.rerdad que, después de 11. eS no coni;,iiene 11. .. cxd4 porque sigue 12. exf6 gxf6 13. ~d4 fxgS 14. ~e6 fxe6 15. ~+ ~8 16. ~f3+ y 17 ~xRa8.
11. dxe5 ~g412. Af4 Ac5 13. 0-0 Vc7 108
Capablanca: Las negras no juegan 13 ... ~e7 debido a 14. e6 , y tendrían que capturar con el peón de alfil. Esa fue la explicación que dio Bemstein. Panov: Era mejor 13 ... ~e714. e6 fxe6 (No 14 ... ~xeG 15. ~gS)
14. licl f6 Panov: Es forzado porque a 14 ... ~dxeS podría seguir lS. ~es ~es 16. ~bS cxbS 17. b4, y las blancas tienen una posición que les asegura la victoria.
15. Ag3 fxe5
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Capablanca: Las negras han recuperado el peón, pero un examen de la situación mostrará que las blancas tienen una ventaja aplastante. Todas sus piezas están en juego, algunas en posición defensiva y otras en posición de ataque. Incluso el alfil de d3, que no parece hacer mucho, pronto será muy efectivo. En cambio, las negras aún no han enrocado y sus torres están sin desarrollar. Las blancas deben aprovechar su ventaja antes de que las negras tengan tiempo para desarrollar sus fuerzas. Panov : En caso de 15 ... ~dxeS las blancas podrían continuar el ataque mediante 16. ~eS fxeS 17. ~3!
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16. b4! (!de Capablanca). 16... ll..a7 Capablanca: Un examen cuidadoso muestra que las negras no podían tomar el peón debido a tZ::ldS. Se ha cumplido el objetivo del último movimiento blanco. El alfil y a no controla dos diagonales, una ofensiva y otra defensiva, sino sólo una, y puesto que ha quedado debilitada la defensa de su rey, es el momento de comenzar el asalto. Panov: 16 ... Axb4 17. tZ::ldS tl?d6 18. tZ::lxb4 tl?xb4 19. :S.Xc6 ,v otras amenazas. (16... Ae7 17. ~dS) (16 ... Ad6 17. AxbS axbS 18. tZ::lxbS cxbS 19. :S.Xc7 1'..xc7 20. 'WdS tt:lb6 21. 'Wc6+ @d8 22. Ílh.4+) 17. Lb5! (! de Capablanca) .
17... axb518.
~b5
lld8 19. ~d6+ f8 20. llxc6 ~b6 21.
Ah4! 111
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(! de Capablanca). Capablanca: En mi opinión, éste es el mejor movimiento de la partida, aunque ha pasado desapercibido para todos los comentaristas. Antes de hacerlo tuve que revisar un montón de combinaciones que sobrepasaron las cien ju g adas. La combinación del texto es una de ellas, y tuve que calcularla hasta el final antes de realizar este movimiento. Si no lo hubiera hecho, habría elegido la continuación m ás simple, ~eS .
21 ... ifd7 Panov : 21 ... ~6 22. ~eS ( o bien 22. ~cS ~cS 23. §.xcS ~xc8 24. ~d6+ y el ataque es irrechazable.)
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22. ~c8! (!de Capablanca).
22... 1!xc6
23. l!dS+ Panov: Con su profundo sentido de la posición, Capablanca consiguió llegar a una que debía darle la '1.lictoria estratégicamente, pero no halló el procedimiento para lograrla antes: 23. il..e7+ @e8 (23 ... @f7 24. ~g5+ S>g6 25. ~xg4 ~xc8 26. ~6+ 'iÉifl 27. ~xg7+ 'iÉixe6 28. :ád1 con mate ) 24. °@'d8+ 'iÉifl 25. ~gS+ S>g6 26. ~xh8 !LJí6 27. il..xf6 ~xf6 28. h4 113
23 ... Bes Capablanca: Si 23... qgfl 24. ~d6+ ggg6 25. ~gS# 24. Ae7+
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Capablanca: El momento cumbre de la combinación comenzó con itlt4. Las blancas aún amenazan mate, v, lo que mejor que pueden hacer las negras para evitarlo es devolver todo el material que tienen de ventaja y quedarse con tres peones de menos. Creo que es una de las combinaciones más largas que se recuerdan, y si se considera el número de piezas implicadas, será difícil encontrar otra que se le parezca. Personalmente, no creo que la combinación sea tan compleja como la que también hice al doctor Bernstein en San Sebastián, pero es más larga, y la posición a la que se ha llegado en la última jugada parece más un problema que una partida real.
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Espero que se me perdone que me detenga demasiado en esta partida, pero resulta atractiva a mi sensibilidad artística porque cumple los requisitos lógicos y analíticos que considero esenciales en una obra maestra. Panov: Ésta es la clave de la combinación porque las negras no pueden retirar el caballo y se ven forzadas a retirarlo; si no, recibirán mate. 30... ~es Panov: Este movimiento tiene p-0r objeto abrir la diagonal a7-gl para el alfil de casillas negras. A 30... :!5.d7 seguiría 31. hxg4+ ~g4 32. f3+ ~f4 33. g3# 31. hxg4+ <8.xg4 32. Ld8 l!xd8 33. g3 lld2 34. @g2 lle2 Capablanca: Si 34... ~a2 35. ~ 3S. a4 ~b6 36. ~e3+ @h5 37. a5 ~d7 38. ~hf5 ~f6 39. b5 .i.d4 40. @f3 lla2 41. a6 .i.a7 42. llc1 llb2 43. g4+ @g6 44. llc7 Capablanca: Las negras ya podían haber abandonado. 44 ... llxf2+ 45. xf2 ~g4+ 46. @f3 1-0 116
l 1.5. Un nuevo acuerdo N ESTE TORNEO no sólo tuvo lugar la feliz reconciliación entre estas dos estrellas del ajedrez, sino que Capablanca logró que se aceptaran una serie de normas para el campeonato del mundo. Lasker estaba entre los que secundaron el acuerdo. Además, antes de comenzar, se había decidido que el vencedor, si no fuera el vigente campeón, sería proclamado candidato al título mundial, y que las federaciones rusa, inglesa y alemana deberían redactar las condiciones de un encuentro entre ese candidato y Lasker, quien, en caso de no aceptar el enfrentamiento, perdería el título, que sería concedido al candidato.
E
Ese mismo año, las normas acordadas en San Petersburgo se votaron en el Congreso de Mannheim, y allí también fueron aprobadas.
• El campeón debe aceptar el reto de un aspirante durante el año posterior a su consecución del título. Debe aceptar retos con una frecuencia anual. • El control de tiempo será de quince jugadas por hora. • El vencedor será el primero que consiga seis u ocho victorias. El campeón será quien decida entre las dos opciones. • La cantidad de dinero necesaria para que el encuentro se celebre no debe ser inferior a 1000 libras. 117
118
l1.6. Las negociaciones definitivas 1.6.1. Las consecuencias de la Gran Guerra
La Gran Guerra - así la llamaron quienes la vivieron; la Primera Guerra Mundial para la posteridad-, que se extendió desde agosto de 1914 hasta finales de 1918, supuso un parón casi completo para la acti•vidad ajedrecística internacional, hasta el extremo elle que en Europa los torneos fueron escasos y de carácter local. Finalizada la contienda, se tardó un tiempo en volver a la normalidad, ya que la posguerra fue un período de confusión en el mundo del ajedrez y en todos los demás ámbitos. Las privaciones y las muertes también se habían cobrado víctimas entre los maestros: Schlechter murió como resultado de la escasez de alimentos en Europa Central al terminar la guerra, y Rubinstein quedó tan desequilibrado mentalmente que ya no se le podía considerar capaz de realizar el esfuerzo necesario para un campeonato del mundo. De los demás aspirantes, sólo Capablanca pareda tener posibilidades. Como hemos contado, poco antes de la guerra Lasker había manifestado su deseo de enfrentarse a Rubinstein, pero éste - que siempre había sido una persona taciturna y reservada- había quedado emocionalmente desequilibrado 119
por culpa de las tensiones padecidas y sufrió a partir de entonces grandes depresiones. Aún logró brillar en algún torneo, pero era evidente que no podría soportar la presión de un encuentro por el título mundial. Por tanto, parecía obligado retomar las negociaciones entre Lasker y Capablanca, dos hombres que no se terúan en mucha estima, aunque se hubiesen reconciliado durante la clausura del Torneo de San Petersburgo de 1914. El cubano había aprovechado bien los últimos años, había pasado toda la guerra en América y se encontraba en la cumbre de su potencial físico y mental. Veamos, por ejemplo, una partida disputada en 1916.
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Capablanca, ..R • Schroeder, A. New York , 1916 063 - New York Rice
Comentarios de Panov 1. d4 d5 2. ~f3 e6 3. c4 ~f6 4. ~c3 ~bd7 5. Ag5 Ae7 6. e3 0-0 7. !!el a6 Se suele jugar 7 ... c6, pero el movinúento de la partida es
aceptable, aun cuando conduzca a la llamada defensa suiza. No obstante, exige de las negras un juego preciso.
8. lic2 Fle8 Las negras no hallan un plan defensivo conveniente. Deberían hacer 8 ... h6 9. ~h4 dxc4 10. ~xc4 bS 11. ~d3 c5
9 . .i.d3 dxc4 En posiciones como ésta, tal operación de cambio debe jugarse después de haber hecho ...h6, para que el peón de h no quede amenazado por complicaciones posteriores.
10. Lc4 b5 11. .i.d3 Ab7
121
Ya no conviene hacer 11 ... c5 porque sigue 12. ~xf6 l2ixf6 13.~
12. a4! Con esto se deb ilita la formaáón de los peones negros del flanco de dama e indirectamente se impide el mo\rim.iento ...c5.
12 ... b4 13. Axf6 Si se retira el caballo, las negras hacen ...c5.
13 ... ~f614. ~e4 ~e4 15 . .L:e4 Axe4 En caso de 15 ... b3 las blancas podrían continuar 16. ~xh7+ ~817. ~d3 g618. Lg6 fxg6 19. ~xg6, con un ataque que garantiza las tablas.
16. fixe4 c5!
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Las negras no pueden jugar de otro modo, a pesar de ser peligroso. Si no, se les aislará un peón y sus piezas estarán dispuestas pasivamente. En tal caso, la victoria de las blancas seria sólo una cuestión técnica.
17. dxcS l!faS 18. b3 18. c6 es inferior debido a 18 ... ~xa4 19. 0-0 Si.f6! Ahora, el alfil negro se ve forzado a tomar el peón y, por ende, a alejarse de la defensa del flanco de rey, lo que Capablanca aprovecha inmediatamente.
18 ... Axes 19. ~g5 h6 Si 19 ... g6 20. ~f3! ci.f8 (20... cia7 21. ~c6) 21. ~ cia7 22. lifti6+ <ág7 23. ~ 123
20. 1!fh7+ ~f8
21. 1!fh8+! Esta entrada ha sido calculada C!Of\ mucha preásión, deja desprotegido al rey negro y le obliga a peregrinar por el tablero. Además, las blancas entregan el caballo por dos peones y dispondrán de un peón libre y amenazador. La continuación 21. ~ iLb6 22. ~8+ 'áe7 23. ~xg7 es inferior porque 23... ~fS 24. ~g3 ~d3 ofrece contrajuego a las negras. 21 ... ~e7 22. 1!fxg7 hxg5 23. 1!f:Xg5+ ~d6 24. ~e2! El propósito es doblar torres y avanzar el peón de h. 124
24 ... l!acS 25. l!c4 'it>c6 26. l!hcl 'it>b6 27. h4
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Ahora es evidente el sentido de la combinación iniciada en la jugada veintiuno. Después de Wla serie de jugadas forzadas, las negras se hallaron ante una doble amenaza y su dama quedó al margen del juego. E1 peligroso peón libre avanzará inconteniblemente.
27... f5 Esto acelera la derrota. Según Capablanca, en caso de haber seguido 27... ~c7, movimiento mejor que el realizado en la partida, las blancas habrían forzado bellamente el final: 28. h5 ~ec8 29. h6 ~d6 30. ~xaS+ 'áxaS 31. :axc7 ~c7 (31. .. if..xc7 32. ~c6) 32. ~c7 if..xc7 33. f4 if..d8 34. g4 ~f6 35. g5 ~h8 36. e4 ~6 37. f5 exf5 38. exf5 'ác5 39. g6 125
28. l!fg7! Este movimiento es contundente, ya que su objetivo es el punto h8, a donde se dirige el peón. La dama se trasladará al centro y paralizará las maniobras de las negras. 28... !!e7 No se puede jugar 28... ';3.c? debido a 29. ~xc7+ 29. l!fe5 !!c6?
El último error en una posición indefendible.
30. lhc5 Y las negras se rindieron porque a
30... !!xc5 sigue 31. l!fd6+ 1-0
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1.6.2. La excelente forma de Capablanca
La partida que ofrecemos a continuación llegó a hacer historia y es una buena prueba de la fuerza ajedrecística que había alcanzado Capablanca alrededor del año 1920. Frank Marshall, un buen "cliente" del cubano, había estado preparando en secreto durante mucho tiempo una novedad teórica en la Apertura Española. Había analizado con todo detalle :infinidad de continuaciones tácticas, fiel a su estilo; y en esta partida lanzó la bomba para que le estallara a su rival en la cara. Pero Capablanca, al darse cuenta de que se enfrentaba a una preparación casera, se tomó la partida muy en serio, reflexionó todo el tiempo necesario y la refutó sobre el tablero, con lo que Marshall no logró salirse con la su ya. No obstante, el planteamiento después demostró ser correcto, desde entonces se conoce como Ataque Marshall y con algunas modificaciones ha sido utilizado por algunos jugadores de élite, Anand y Adams entre ellos.
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Capablanca, ~ • Marshal, FJ New York , 1918 CB9 - New York
Comentarios de Panov y Gelabert 1. e4 e5 2. ~f3 ~c6 3 . .t.b5 a6 4 . .t.a4 ~f6 5. 0-0 Ae7 6. !lel b5 7. Ab3 o-o Panov: Este mo'\.rimiento de las negras y el siguiente fueron una novedad teórica que Marshall ideó para este encuentro con Capablanca. Por ello la mantuvo en secreto unos dos años antes de jugarse esta partida. Conviene señalar que, aunque perdió su encuentro individual y muchas partidas de torneo frente al joven maestro cubano, nunca jugó a hacer tablas, sino que siempre intentó desquitarse a través de una lucha compleja y audaz. Gelabert: Es asombroso que este mo'\.rimiento no se encuentre [hasta ahora] en ningún análisis de la Apertura Española. Lo único indicado aquí es 7 ...d6. ¿Será que lo que jugó Marshall es malo?
129
8. c3 Gelabert: De todos modos, no es así como las blancas podían obtener ventaja por la omisión de 7 ... d6, ya que las negras pueden hacerla ahora y entrar en las variantes conocidas. Probablemente lo mejor sea 8 d4, pero a Capablanca no le gusta hacer innovaciones en la apertura. Panov: No es conveniente jugar 8. t¡,¿5 porque sigue 8 ... ~dS 9. exd5 lZJb4 y las negras recuperar el peón y están mejor situadas.
Si 8. d4 la mejor respuesta es 8 ... d6 (pero no 8 ... ~d4? debido a la efectiva continuación 9. 1¡,xf7+ ~ 10. ~eS iZ:lc611.tzJxf7'iBxfl12. eS ~8 13. ~dS+ <áf8 14. ~e3!)
8... d5!?
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Panov: No obstante haber fracasado en su primer ensayo, esta variante pasó a formar parte del caudal de la teoría de aperturas con el nombre de "Ataque Marshall". En el transcurso de medio siglo de análisis detallados no se ha podido determinar si las negras compensan el sacrifiáo del peón. Ello prueba la variedad táctica y el contenido de dicho ataque. 9.exd5 Panov: El joven Capablanca ad--virlió que se encontraba ante una novedad ideada espeáalmente para esta partida, pero seguro firmemente de su b uena estrella se creyó capaz de rechazar cualquier ataque imprevisto. 131
Si las blancas quieren eludir el Ataque Marshall, no tienen más que hacer 9 d4.
9 ... ~d5 Panov: La segunda entrega de un peón: 9... e4 10. dxc6 exf3 origina posición aún más complejas y tensas. 10.~e5
Panov: 10. d4 exd4 conduce al equilibrio.
10... ~e5 11. I1xe5 ~f6 Panov: Capablanca rehusó el lógico 12. d4 para desorientar a su adversario en el análisis que había preparado. Gelabert: He aquí la posición que pre·vió Marshall al hacer el sacrificio de peón en la octava jugada. Las negras tienen, sin duda, muchas posibilidades de ataque por medio de ... ild6, ...~g4 y ... ~4, sin contar la colaboración del alfil de casillas blancas en la gran diagonal. La defensa exige mucho cuidado. Como las negras van a jugar el alfil a d6, no queda más opción que elegir entre la jugada del texto y 12 h3.
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12. llel Panov: Tras 12. d4 la lucha suele desarrollarse así: 12 ... ~d6 13. :5e2 Ílb7 (13 ... ~~g4 14. h3 §ñ4 15. /¿jd2) 14. /¿jd2 ~d7
15. lilll
12... .A.d6 13. h3 ~g4 Este audaz mO'vimiento caracteriza el estilo de juego del campeón estadounidense. El ataque también podía desarrollarse de la siguiente manera: 13... ~b7 14. d4 ~d7
14. llf3!
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(! de Panov). Panov: Capablanca creyó que este movimiento era más eficaz, al suponer que no se puede tomar el caballo. Gelabert: El sistema defensivo adoptado por las blancas consiste en este movimiento y el siguiente. El movimiento de la dama es muy enérgico, no porque amenace la torre de a8, sino por la presión que ejerce sobre el peón f negro. Panov : 14. hxg4 ~4 15. ~f3 ~h2+ (15 ... ~h2+ 16. @fl
(16. @hl ~xg4 17. ~xg4 ~xg4 18. @xh2 ~ae8) 16... ~xg4 17. ~e4 ~f4 18. g3 ~+!) 16. ~fl ~xg4 17. ~xg4 ~1 + 18. @e2 áfe8+ y parece que las negras ganan, pero Marshall no advirtió en sus análisis la inesperada respuesta 19. ~e6!! hallada por el leningradense E. Palkin treinta y seis años después. Con este movimiento las blancas rechazan el ataque y obtienen una superioridad material decisiva, así que las negras deben jugar 15... ~h2 en lugar de 15... ~. 14... l!fh4 15. d4
Gelabert: Los cuatro últimos mo'i.'Ímientos de las blancas eran los únicos posibles, aunque su orden podía haberse invertido. Esto, que es muy fácil de ver analizando, es muy difícil durante la partida. La sangre fria de Capablanca debió ponerse a prueba en esta partida, y la prensa hizo notar que Marshall había obligado 134
a su rival a emplear los sesenta minutos completos en las quince primeras jugadas. Panov: El mo•vimiento 15. :aes es inferior, aunque se
amenace 16 Wíxfl, debido a 15 ... ilb7! 16. ~8+ ~8 17. W/xg4 :aeS 18. ~fl 19e719. ile6 ild5! Si 15. ~e4 entonces 15... h.5 16. d4 ilb7 17. ~g4 hxg4 18. W!xb7 :afe819. lLld.2 :ael+ 20. ~l gxh3 En los dos casos las negras tienen un ataque contundente. 15 ... ~f2! (! de Panov).
Gelabert: Todos estos movimientos debieron ser muv .. bien estudiados previamente por Marshall. Este movimiento de caballo conlleva una bonita trampa. 16. lle2
Gelabert: Un golpe de maestro. Este debe haber sido el movimiento más difícil de toda la partida, y probablemente escapó a la sagacidad de Marshall cuando analizó esta variante. Desde este momento la emboscada de Marshall no tiene éxito.
135
Capablanca ahora encuentra la contestaáón a todos los ataques de su adversario, estando obligado Marshall a pensar más, con lo que el tiempo final fue de dos horas y seis minutos para Capablanca y dos horas y veintiséis minutos para Marshall. A primera 'iista, parece que las blancas pueden jugar tranquilamente 16. ~xf2, pero ahora viene 16 ... ~h2+ (Las negras no pueden jugar 16 ... ~g3 debido a 17. ~xf7+) 17. S>fl ~g3) Panov: No conviene 16. ~xf2 porque sigue 16 ... ~h2+ 17. ~1 Ag3 18. ~e2 Axh3 19. gxh3 ~e8
16... Ag4?
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(? de Panov). Panov: Marshall procuró ganar y, por eso mismo, rehusó toda posibilidad de tablas y la continuación 16...
Gelabert: Si 16... ~+ 17. gxh3 Axh3 18. :Se4 gana. Panov: Tartako\ver aportó estas variantes: 16... •'tlg4 17. :Ses
(17. Af4 Ab7 18. d5 !2\f6 19. Axd6 cxd6 20. fl ~g3 20. ~e3 ~1+ 21. Agl Ah2 22. S>el ~xgl+ 23. S>d2 Af4+) 17 ... !2\f6 18. ~8+ S>xf8 19.
17. hxg4 Panov: No con"i.iiene 17. ~xf2 porque sucede 17 ... ~g3 18. ~fl ~xe2 19. ~xe2 ~ae8
17... Ah2+ Panov: 17 ... l2ocg4 es inferior debido a 18. ~f4
18. f1 Ag3 Panov: A 18... l2ocg4 seguiría 19. ~f4 Y si 18... ~1 seguiría 19. ~e3
19. lht21!fh1+ 20. e2 Axf2?
(? de Panov). Gelabert: Marshall cede a la tentaáón natural de seguir con el ataque. Mejor hubiera sido 20... ~xcl Las complicaáones que siguen, por ejemplo, 21. ~xg3 :Sae8+ 22. "9d3 c5 son extremadamente interesantes, aWlque las blancas acaban siempre rechazando el ataque y quedando con ventaja sufi.áente para ganar.
138
Panov: Esto supone la pérdida de un tiempo importante, lo que permite a las blancas rechazar pronto el ataque y, después de haber finalizado el desarrollo de sus piezas, mentener la su perioridad material.
Por otra parte, las blancas ganarían la partida tras el movimiento 20... ~xcl 21. ~xg3 ( es inferior 21. ~xfl+ ~h8 22. ~1 ~c2+23. fz:Jd2 llie8+ 24. ~xe8 ~e8+ 25. ~e3 d.xe3+) 21. .. ~xb2+ 22. ~d3 ~xal 23. ·;;9c2 b4 24. g5 y las negras tendrian que evitar la contundente amenaza g6 mediante el final desventajoso 24... bxc3 25. ~xc3
21. Ad2! (! de Panov). 21... Ah4 22. 1!fh3!
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(! de Panov). Panov: Esto tiene por objeto forzar a las negras a dar una serie de jaques para que el rey blanco halle un refugio seguro en el flanco de dama.
22... 1!ae8+ 23. @d3 1!ff1+ 24. ~c2 Af2 25. 1!ff3 lfg1 Gelabert: La debilidad de las negras en las casillas blancas es lo que hace su juego insostenible, así que empiezan a vacilar. Ahora habríamos esperado 25 ... ~e2. Panov: Al mo'\iim.iento aparentemente lógico 25 ... '.e:e2 habría seguido 26. a4! ~el 27. axbS y no se puede jugar 27... fi.e3 debido a 28. ~xe3!
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26. Ad5 Gelabert: Preparando b4 y a4. .Ahora las negras se adelantan a los planes de su adversario. Panov: Con este mo'\iimiento se prepara la defensa del peón g2, a fin de poder continuar 27 ~dl.
26... c5 27. dxc5 Axc5 28. b4
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Panov: El ataque ha sido rechazado y la superioridad material de las blancas decide el resultado de la contienda. Esta partida pone de relieve la maestría de Capablanca en la defensa, incluso en las posiciones más complejas y diliciles. 141
28... Ad6 29. a4 a5 Gelabert: Si esto fuera un combate de boxeo, diríamos que Marshall está completamente K.O. Panov: Las negras queman el último cartucho para abrir la posición del rey adversario; si no, la torre blanca penetrará en su retaguardia. 30. axb5 axb4 31. l!a6! (! de Panov).
31... bxc3 32. ~c3 Panov: No es muy frecuente que el caballo salga a jugar cuando está terminando la partida. 32... Ab4 3,3_ b6 Lc3 34. Lc3 h6 35. b7 l!e3 36. Lf7+ l!xf7 37. b8='9+ @h7 38. lhh6>+ Gelabert: Negras rinden. Ya era hora. El mate en tres jugadas es inevitable: 38... gxh6 Si 38... Wl6 39. ~'h8+ ~gS 40. ~ #
39. '9h8+ @g6 40. 1'ff6+ l!xf6 41. 1'xf6+ 1-0 142
Lasker,E
• Schlechter, e Berlín , 1918 032 - Berln
1.6.3. La falta de práctica de Lasker Frente a esta intensa actividad de Capablanca, Lasker prácticamente no jugó durante la guerra: tan sólo un encuentro individual con Tarrasch en 1916, v, el Torneo de Berlín de 1918, en el que participó junto a Rubinstein, Schlechter v, Tarrasch.
Comentarios de Emanuel Lasker 1. d4 ~6 2. ~f3 d5 3. c4 e6 4. Ag5 c5 5. cxd5 exd5 6. ~c3 Ae6 7. e3 ~bd7 Ese caballo debería situarse en c6 para ejercer presión sobre d4. En d7 lo único que hace es molestar a las otras piezas negras.
8. Ab5! cxd4 9. ~d4 Ae7 10. f4! a6 11. f5 axbS 12. fxe6 ~e513. Af4 Lo mejor.
143
13... ~g6 14. exf7+ '21x.f7 15. 0-0
Con ttlcxbS las blancas habrían ganado el peón inmediata.mente, pero prefieren tomarlo más adelante en una posición más cómoda.
15 ... b416. ~ce2 l!e8 17. l!cl !lcS 18. ifb3 lfd7 19. l!xc8 l!xc8 20. Ag5 g8 21. Axf6 Lf6 22. lfxb4 ~e5 23. b3 ~c624. lfd2 Desde este momento hasta la jugada treinta, el juego blanco es débil. Lo más indicado era 24 ~5 para mantener la presión.
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24... ~d4 25. exd4 !IeB 26. ~c3? (26. lilg3)
26... !fg4 27. !If4 !fe6 28. !If1 !fg4 29. !Id1? Las blancas deberían haber continuado 29. ~4 ~e6 30. h4 con una posición muy superior.
29 ... Ag5 30. 1!fd3
Ae3+?
145
La amenaza blanca de ~5 h ace que las negras tengan miedo de h acer el fuerte mo,lirn.iento 30... :Se3 Lo podría haber hecho perfectamente, ya que después de 31. ~bS h5 32. :Sel SihS! las negras tendrían la partida ganada.
31. 'i!i>h11!fxd4 Pero no 31 ... ~xd4 debido a 32. h3
32. llb5 !fe5 33. l!xdS 1!fe7 34. l!d71!ff6 35. l!d1 l!f8 36. ~dS 1!ff2 37. ~e3 l!fxe3 38. h3 b6 39. 1!fd3 1!ff2 40. a4 h6 41. !fd4 !fe2 42. 'i!i>h2 'i!i>h8 43. l!d3 l!f6 44. l!e31!ff1 45. l!e8+ 'i!i>h7 46. 1!fe4+ g6 46... ~fS 47. ~xf5+ :Sxf5 48. ~e-6 bS 49. ~e2 habría permitido a las blancas tener un final ganado porque su rey amenaza con acudir a b4, por lo que el rey negro se verá obligado a ir al flanco de dama, tras lo cual simplemente sacrifica su peón de b y después captura con su rey los peones enemigos.
47. l!e7+ l!f7 48. l!e6 l!f6 49. !fb7+ l!f7 50. 1!fb8 b5 51. axb5 lff4+ 52. 1!fxf4 l!xf4 53. ~e7+ 'i!i>g8 54. b6 1-0
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1.6.4. Otro nuevo acuerdo N SU LIBRO My Chess Career, publicado en 1920, Capablanca comentaba que esperaba enfrentarse ,__ ___, pronto al campeón porque quería jugar contra un fuerte maestro, no contra un anciano. Añadía que estaba preparado desde mucho tiempo atrás, y que no era culpa suya no haberlo conseguido aún.
E
Lasker no prestó demasiada atención a las declaraciones del cubano. Como no existía una federación internacional que controlase el campeonato del mundo, se sentía dueño de su título para hacer con él lo que deseara. No obstante, y ante la continua presión, accedió finalmente a entrevistarse con Capablanca en La Hay a y tratar todos los puntos relativos al encuentro. El acuerdo firmado en Holanda por los dos, con la presencia de los directiv os de la Federación Holandesa de Ajedrez, estipulaba que el encuentro se jugaría al mejor de treinta partidas, con un control de tiempo de quince movimientos por hora y una bolsa de premios de 8.000 dólares, además de abonarse a los maestros los gastos de 'i.riaje y alojamiento. La primera parte del encuentro se jugaría en Holanda y la segunda en los Estados Unidos. El ganador seria quien consiguiera 15,5 puntos. También se incluyó una cláusula según la cual Capablanca seria proclamado campeón si Lasker se negaba a jugar.
147
Así deda una noticia de The New York Times del 15 de febrero de 1920:
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Lasker se enfrentará a la estrella flot iri !.L. cubana del aJ·edrez 1
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Se ha acordado un encuentro por el tí tulo mundial del ajedrez entre el campeón y
Capablanca
Ayer se supo que en una reunión entre los dos famosos maestros, que ha tenido lugar en La Haya durante la última semana de enero, se han dado los primeros pasos para que el doctor Emanuel Lasker y José R Capablanca se enfrenten en un encuentro por el campeonato del mundo de ajedrez. Con la mediación de la Asociación Holandesa de Ajedrez discutieron los términos bajo los que jugarían y, antes de abandonar La Haya, establecieron y fumaron un acuerdo sobre los puntos más importantes del enfrentamiento que los aficionados al ajedrez de todos los países del mundo están esperando. Lamentablemente, Capablanca, el aspirante, estipuló que, por "razones de peso", no podría jugar antes del próximo 1 de enero. Mientras tanto, el doctor Lasker continuará con los preparativos y dará a su rival no menos de tres
148
meses para anunciar el lugar de juego y otras disposidone.s. Los maestros estu'\.rieron de acuerdo en que el encuentro lo ganará quien consiga ocho '\'Íctorias, pero si después de treinta partidas ninguno las ha logrado, será declarado vencedor quien tenga má.s puntos. El control de tiempo será de quince movimientos por hora, con sesiones de cuatro horas, seis días por semana. la bolsa de premios no será inferior a 8.000 dólares. Se dividirá llevándose Lasker el sesenta por dento, y Capablanca el cuarenta por dento. Walter Penn Shipley, presidente del Oub de Ajedrez Franklin, de Philadelphia, fue designado árbitro prowional. Debido al aplazamiento solicitado por Capablanca, el doctor Lasker se reserva el derecho a acordar un encuentro por el título con cualquier otro maestro, por lo que hay alguna posibilidad de que se celebre un enfrentamiento entre Lasker ,v Rubinstein.
149
150
1.6.5. Surgen problemas financieros. Lasker renuncia al título
ERO PRONTO fue evidente que los holandeses no podrían conseguir la financiación en la pésima situación en que se encontraba Europa después de la guerra. Se recibió entonces una oferta procedente de Argentina, del Oub de Ajedrez de Buenos Aires, pero las condiciones econórrúcas no gustaron a Lasker. Una oferta procedente de Cuba también fue rechazada porque el campeón no quería jugar en un lugar tan caluroso.
P
En ese momento, el principal problema era dónde iba a celebrarse el encuentro. Era evidente que iba a resultar muy difícil reunir la cantidad de dinero exigida por el campeón en la Europa de la posguerra. Ante las dificultades, en el mes de junio, Lasker - que se había negado a jugar en Cuba y en Argentina - , para e·vitar toda clase de reproches, renunció oficialmente al título alegando que no existía suficiente interés por el encuentro y manifestó su deseo de cederlo a Capablanca, en cumplirrúento del acuerdo firmado en La Haya. Ohiidándose del ajedrez, Lasker se dedicó durante un tiempo a actividades comerciales que no le fueron demasiado bien.
151
Capablanca, que en ese momento se encontraba en La Habana, se quedó sorprendido. Él no quería ser campeón del mundo de esta forma. Aceptó el título, pero, como veremos a continuación, hizo todo lo posible por jugar contra Lasker porque sabía que esa no era la forma adecuada de conseguirlo. Así expresó Lasker su renuncia al título mundial, tal como se publicó el 27 de junio de 1920 en The New York Times:
Dice que Capablanca ha ganado el título Lasker fundamenta su renuncia a la corona del ajedrez sin jugar en las normas establecidas para el encuentro
La decisión del doctor Emanuel Lasker de ceder su título a José R Capablanca, en lugar de jugar el encuentro que habían acordado, fue dada a conocer en una carla que ha escrito a Capablanca, en la que decía: .. Basándome en varios hechos, debo inferir que al mundo del ajedrez no le gusta las amdiciones de nuestro acuerdo. Yo no puedo jugar el encuentro sabiendo que sus reglas son altamente impopulares. Par tanto, renuncio a.l título de
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campeón del mundo en su favar. Usted se ha gana.do el título, no par la formalidad de haber lanzado un reto, sino por su gran maestría. Le deseo muchos éxitos en su futura carrera".
En carla dirigida al diario Telegraaf, el doctor Lasker dice que habría preferido perder su título en dura lucha con Capablanca, con lo cual su car:rera habría finalizado de forma normal. Al comentar hoy la renuncia del doctor Lasker al campeonato del mundo, el experto en ajedrez de The London Times recuerda las negodadones de hace ocho años, que terminaron con la negativa de Lasker a enfrentarse a Capablanca, y los comentarios negativos ante la actitud del campeón. La continuación de las negodadones a comienzos de 1920 condujo a un acuerdo entre los dos jugadores para enfrentarse el próximo año, por el que el doctor Lasker recibiría el sesenta por dento del fondo de premios, independientemente del resultado, y también tendría el privilegio de decidir dónde se disputaría el encuentro. El autor del dtado artículo critica la actitud de Lasker en este asunto y dta lo dicho por Capablanca referente a que podía aceptar cualquier serie de condiciones razonables voraue estaba deseoso vor terminar con este litigio jugando con el doctor Lasker. 153
Hannak, biógrafo de Lasker, narra estos hechos diciendo que, después de largos e infructuosos esfuerzos por llegar a un acuerdo satisfactorio para los dos, Lasker lanzó una bomba al anunciar solemnemente que renunciaba al título por el bien de todos. Deáa que, habiendo ostentado el título durante más de veintisiete años, pensaba que había llegado el momento en que pasara a manos de un hombre más joven y, ya que en ese momento Capablanca era el aspirante de may or valía, renunciaba al campeonato formal y voluntariamente, y se lo cedía. Puesto que en aquel momento no había federación internacional, ni reglas reconocidas para dirigir el mundo del ajedrez, y al haber ganado Lasker su título por iniciativ a privada, se podía argumentar que el campeón tenía derecho a hacer con él lo que deseara, incluso renunciar y transferirlo a otra persona.
154
1.6.6. La reacción del público a la renuncia de Lasker ASKER tomó esa decisión, pero al público no le gustó la idea de que pudiera ceder o legar el título, sino exigía que se ganara mediante una competición . N o considerab an adecuado que Lasker diera el título a quien él deseara, independientemente de su valía. El
L
maestro Amos Bum, comentand o el tema en el periódico The Field, deda en un artículo publicado el 3 de julio de 1920:
Ahora surge la cuestión de si quien ostenta
el título de campeón del mundo tiene el derecho, al renunciar a él, de cederlo a quien él nombre. La opinión general está sin duda a fav or de Capablanca por ser el mayor riva.l del excampeón, pero si quitamos a la reputación del cubano todo el glamour añadido y examinamos sus victorias reales en torneos internacionales, enamtramos que no sólo n o es superior a otros maestros, sino que en algunos casos en realidad es inferior, especialmente cuandc lo compara.mos am el doctor Tarrasch, R ubinstein o ivfaroczy. Por ello sugerimos que el título de campeón del mundo quede sin propietario, y que éste se decida lo antes posible mediante un torneo a doble ronda. entre, por ejemplo, seis de los mejores m aestros del mundo. 155
Bum, por tanto, aceptaba la renuncia de Lasker, pero no que Capablanca fuera nombrado campeón. Por su parte, E. S. Tin:sley comentaba el 26 de junio en The Times que "Lasker tenía razón al pensar que al mundo del ajedrez no le gustan sus condiciones, pero que si esa impopula.rida.d le preocupaba, entonces debía. haberla tenido en cuenta antes de formular sus •
•
exigencias.
11
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1.6.7. Capablanca hace todo lo posible por enfrentarse a Lasker APABLANCA, que aún buscaba la oportunidad de jugar contra Lasker por el título, vohrió a Holanda en julio-agosto de 1920 para intentar '-------' convencerle de que se retractara de su renuncia. Le comunicó que en La Habana habían hecho una oferta de 20.000 dólares para que se disputara allí el encuentro, con sólo modificar ligeramente una o dos de las cláusulas firmadas en La Haya. Veamos la repercusión en la prensa de la época:
e
Capablanca viaja a Europa para acordar un encuentro por el campeonato del mundo El campeón cubano José R Capablanca embarcó ayer en el na·vío Rotterdam, rumbo a Europa. A su llegada intentará ponerse en contacto con el doctor Emanuel Lasker para convencerle de que juegue un encuentro por el campeonato del mundo en La Habana el próximo in\riemo. Cuando Las.ker en\riÓ a Capablanca su carta de renuncia al título no sabía que La Habana había ofrecido 20.000 dólares por este enfrentamiento bajo la
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condición de que deberían modificarse algunas de las reglas que se habían acordado en La Haya. Capablanca, así como la mayoría de quienes desean ver ese gran encuentro, opina que Lasker reconsiderará su decisión de renunciar al título de campeón. Añadió que si Lasker persiste en su actitud, él mismo buscará otro aspirante que quiera jugar bajo condiciones razonables. Ihe New York Titn es, 22 d e julio de 1920 Hemos recibido más información sobre la decisión del doctor Emanuel Lasker de renunciar al título de campeón
del mundo en favor de José R. Capablanca, además de la impopularidad de las condiciones, tal como alegó Lasker. Ahora parece que el doctor Lasker, algo desalentado por la actitud de indiferencia de la may or parte del público, no deseaba sacrificar nueve meses de su vida en un encuentro para el cual había un deseo general, pero no apoy o sustancial. Añadía que han pasado cinco meses desde que Capablanca y él firmaron un acuerdo, y que en todo ese tiempo no recibió apoyo de ningún sitio fuera de Holanda. No mencionaba la oferta de 20.000 dólares procedente de La Habana, y se supone que no tenía noticia de ella cuando renunció al título. The Nero York Ti.mes, 3 d e ago sto de 1920 158
Así que Capablanca viajó a Europa el 21 de julio con la expresa intención de convencer al doctor Lasker para que reconsiderara su renuncia y pedirle que jugara un encuentro por el título mundial. Le hizo una suculenta oferta que no podía rechazar: 20.000 dólares en premios, de los cuales 11.000 serían para Lasker y 9.000 para Capablanca, independientemente del resultado.
El doctor Emanuel Lasker, campeón del mundo durante veintiséis años, y José R Capablanca, el campeón cubano, han firmado hoy un acuerdo por el que jugarán un
encuentro de veinticuatro partidas por el título de campeón del mundo de ajedrez. El encuentro tendrá lugar en La Habana. The New York Titnes, 10 de agosto de 1920
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1.6.8. Las últimas exigencias de Lasker ASKER accedió, pero insistió en que, puesto que ya había renunciado al título en favor de Capablanca, jugarla en calidad de aspirante. También añadió que, si resultara vencedor, renunciarla al título para que se disputara entre los maestros mis jóvenes. Este hecho suele ser ignorado en los libros de historia del ajedrez: Capablanca era campeón del mundo antes dlel encuentro de La Habana del año 1921. Esto, que puede parecer una nota de carácter bizantino y sólo interesante para eruditos, podía haber originado una situación bastante complicada si el encuentro
L
hubiese terminado en empate, ya que WlO de los artículos del acuerdo deda que en ese caso el campeón retendría el título: Capablanca habría sido campeón del mundo habiendo empatado en su enfrentamiento con Lasker, gracias a que ya era campeón gracias a la anterior abdicación de su rival. Sin embargo, a última hora, Lasker pidió que se le pagara por anticipado - antes de salir de Europa - parte de la bolsa de premios, y otra pequeña parle antes de comenzar la competición, o de lo contrario no jugarla. Así las cosas, a mediados de diciembre de 1920 aún no había nada decidido:
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Capablanca espera que Lasker viaje a La Habana para disputar el encuentro por el campeonato del mundo Con destino a la escena del encuentro acordado por el campeonato del mW1do de ajedrez, en relación con el cual, no obstante, hay aún bastantes dudas, José R Capablanca, ostentador del título por gracia del doctor Emanuel Lasker, campeón in'\licto durante veintiséis años, embarcó ayer rumbo a La Habana en el buque de vapor México. Hasta el momento de su partida, el maestro cubano no había recibido noticias sobre las intenciones del doctor Lasker. Cuando llegue a su ciudad natal, Capablanca se asegurará de si puede hacerse un último esfuerzo para convencer al doctor Lasker de que acuda a jugar el encuentro, a pesar de que Capablanca ya ostenta el título y se considera campeón del mundo. Ayer dijo que creía que, aW1que las exigencias económicas del doctor Lasker no se cumplirán totalmente, tal vez se le haga W1a oferta razonable para los gastos de su viaje.
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Mientras tanto, Capablanca se ocupará de los detalles de las nuevas condiciones para regular los futuros encuentros por el campeonato del mundo, que desea tener pronto y remitirá al mundo del ajedrez, en caso de que el doctor Lasker no acuda a su cita. En cualquier caso, espera quedarse en Cuba hasta abril. The New York Titnes, 19 de diciembre de 1920
Las nuevas demandas de Lasker contaron con la aprobación de los patrocinadores del evento, y el señor Truffin, uno de los patrocinadores y presidente de una de las mayores empresas azucareras de Cuba, escribió a Lasker para confirmarle el pago anticipado. Hannak comenta en su biografía de Lasker que, comparada con las fortunas que se invertían en otros deportes, la suma de 20.000 dólares no era exorbitante, pero que cierta.mente era la mayor recompensa económica ofrecida hasta ese momento en el ámbito del ajedrez. Después de todo, el encuentro iba a celebrarse en el mejor casino de Cuba, y por ello podían permitirse esa suma. Lasker no terúa muchos deseos de jugar, pero la situación económica en Alemania era ternble, la inflación se había comido todos sus ahorros v-' le vendría muy bien ese dinero. Estaba preparado para 163
jugar, pero no iba a acudir a la cita con ese espíritu de lucha indomable que siempre había tenido y que nunca le había fallado. El 15 de febrero de 1921, Lasker y su esposa partieron para Cuba, y llegaron a su destino a primeros de marzo. Antes de partir para Cuba, Lasker había aceptado enviar al periódico holandés Der Telegraaph crónicas de su enfrentamiento con Capablanca, que después utilizó para escnbir un libro. En él escribió que embarcaron con abrigos de pieles y desembarcaron en mangas de camisa. En lo relativo a su preparación, dice que pudo hacer poco por culpa de los trámites, y que durante el 'i.1iaje aprovechó para descansar y acostumbrarse al clima tropical. Acerca de su preparación, Ossip Bemstein, en un artículo muy posterior Gulio de 1955) publicado en la revista Chess
Review, incluyó la siguiente conversación con Lasker, poco antes de que éste partiera para La Habana: - ¿Se ha preparado usted para el encuentro?
-No. - ¿Se ha tomado algún tiempo para descansar?
- No. - Al menos, ¿se va a llevar un tablero para estudiar durante el viaje?
-No. 164
- ¿Ha revisado las aperturas que va a jugar y ha estudiado las partidas de Capablanca?
- No. - Esto es una locura- dijo Bernstein. Y no obtuvo más respuesta. El lector podrá imaginarse, en consecuencia, la escasa preparación que había realizado Lasker para el encuentro, a lo que se suma lo poco que había jugado desde 1914, el año de inicio de la Primera Guerra Mundial.
165
166
2. EL DESARROLLO DEL CAMPEONATO DEL MUNDO
l 2.1 . Las crónicas del encuentro L TAJ\l' ESPERADO enfrentamiento entre Lasker y Capablanca dio comienzo el 15 de marzo de 1921, a las nueve de la noche. A lo que el lector ya ha leído sobre los preámbulos del encuentro y lo que podrá leer en este capítulo, hay que añadir que la primera partida se jugó en el Oub Unión de La Habana y las demás en el casino de la Playa de Marianao. Después de la quinta partida, se añadió a la bolsa de premios una cantidad adicional de 3.000 dólares para el vencedor y de 2.000 para el perdedor, aportada por la Comisión para Estimular el Turismo en Cuba. Seria proclamado vencedor qtúen antes obtuviera ocho victorias o el que más puntos consigtúera en las veinticuatro partidas, pero en caso de empate (12 - 12) Capablanca retendría el título, y a que partía como campeón tras la renuncia de Lasker que ya hemos comentado. Parece ser que los cubanos esperaban tma dura lucha, e incluso consideraban favorito al alemán:
E
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Lasker, ligeramente favorito Se espera que gane el en-cuentro con Capablanca La Habana, Cuba, 12 de marzo. Ni Capablanca ni Lasker se encuentran totalmente preparados para el próximo encuentro por el campeonato del mundo. Los dos han declarado que no han practicado a su máximo nivel durante los últimos años, pero que sin embargo conservan su destreza para :rendir como se espera de ellos.
En el club de ajedrez local se considera a Lasker favorito, a pesar de que los cubanos desean que gane su paisano, Capablanca. The New York Titnes, 13 de marzo de 1921
Capablanca ganó el sorteo inicial y jugó con blancas la primera partida, lo cual supone cierta ventaja. Lasker pronto se dio cuenta de que había hecho mal al no haber escuchado a sus amigos, quienes le advirtieron de que la primavera en Cuba es cálida y extenuante para un hombre acostumbrado a un clima más frío. Tampoco se sintió muy a gusto en el lujoso ambiente del casino, donde la gente acudía desde el 168
bar o las mesas de las ruletas para contemplar a los famosos maestros de ajedrez; apostaban cuál seria el siguiente movimiento, y si se aburrían de esperar volvían a las mesas de juego. No era lo que Lasker habria considerado un ambiente agradable, pero lo soportó como pudo, y las cuatro primeras partidas, todas ellas de carácter posicional, fueron tablas. En la quinta partida, como y a había ocurrido en el encuentro contra Schlechter, echó a perder una buena posición, y finalmente tuvo que ceder el punto ante la infalible precisión técnica de Capablanca.
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i~.. jl .:.-::. "=':"-
Capablanca se anota una victoria Vence a Lasker en la quinta partida del encuentro por el catnpeonato del mundo despu-és de cuarenta y seis jugadas
José R Capablanca ganó ayer noche a Emanuel Lasker en la quinta partida del encuentro por el campeonato del mundo ( ... ) La partida de anoche fue la primera con un resultado distinto a tablas ( ...) Después de cuarenta y tres jugadas, el doctor Lasker ofreció tablas, pero Capablanca, que tenía ventaja, rechazó la oferta. Lasker se vio obligado a abandonar tres jugadas después. Según los expertos, Lasker cometió un error en su último 169
movimiento y dio a Capablanca la oportunidad de ganar. Para explicar su juego, Lasker dijo que juzgó mal la posición de su rival, y con ello se convirtió en presa fácil. The New York TI.1nes, 31 de marzo de 1921
Lasker comentó en su crónica [artículos publicados por Lasker en el diario holandés Der Telegraaf, y posteriormente en su libro Mein Wettkampf m.it Capablanca (lvli encuentro con Capablanca)] que no fue capaz de prever el terrible error de su movimiento número cuarenta y cinco: "Parece que se debió al efecto de la aclimatación al abrasador sol de Cuba. He notado que causa un estado de agotamiento y cierta sensación de mareo: una especie de borrachera causada por el sol". Al darse cuenta del efecto del clima sobre él, Lasker decidió seguir una dieta muy estricta y un estilo de vida sobrio durante el resto del encuentro.
Con el marcador 1-0 a favor del cubano, los maestros disputaron cuatro partidas muy luchadas que ternúnaron en tablas, y llegó la décima. Lasker intentó lograr lo que había conseguido con Schlechter once años antes, pero esta vez no fue posible. Tuvo una posición muy favorable, pero la estropeó y Capablanca ganó mediante un buen contraataque. 170
Décima partida: segunda victoria de Capablanca Veamos qué dijo la prensa sobre la décima partida:
El maestro cubano obtiene su segunda victoria sobre Lasker en el , ~ ;i encuentro por el título mundial f; =· José R. Capablanca ganó anoclie la décitna partida del encuentro por el campeonato del tnundo con el doctor Lasker flOt lCltlS '
Capablanca ha. gana.do hasta el momento dos partidas, Lasker ninguna, y ocho partidas han sido tablas
El doctor Lasker admitió poco después de la reanudación de la partida que estaba perdido, pero que no abandonaba porque él y el público estaban ansiosos por ver cómo Capablanca conseguiría la victoria, y a que la posición era muy compleja. Se tomó casi cincuenta minutos antes de contestar al movimiento número sesenta y cuatro de Capablanca, que había sido la jugada secreta de la sesión anterior.
The New York Titnes, 10 de abril de 1921
Estos fueron los comentarios de Lasker sobre la décima partida: 171
Según cierta regla genera.l, un hombre a.gotado m.ostrará en primer lugar las deficiencias que ha superado hace poco tiempo. Pasar mucho tiempo jugando posiciones igualadas suponía mucho esfuerzo para mí. Esas posiciones no estimulaban mi fantasía y no me daban oportunidades para encontrar combinaciones decisivas; me agotaban. Creo que mi estado de agotam1:ento en esas posiciones fue lo que m.e llevó a cometer err
El marcador estaba 2 - O en contra de Lasker. La decepción causada por la derrota de la décima partida, que podía h aber ganado si hubiese jugado de forma más precisa, se hizo notar en la siguiente, que también perdió.
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Undécima partida: tercera victoria de Capablanca Comentó Lasker sobre esta partida:
Esta partida pone de relieve el elevado estilo de Capablanca. La jugó con energía y prudencia, buscando posiciones sólidas apropiadas para el ataque. Y yo la jugué bastante bien, a excepción de la fase final; a.qui las fuerzas me abandonaron a causa del clima. Con ello no pretendo desvalorizar el mért:to de Capablanca, que me
pla.nteó problemas lo suficientemente d(fiC1:Zes para quebrantar por completo las fuerzas de cualquier ajedrecista. fatigado.
Con tres derrotas y ninguna victoria, Lasker se sentía completamente perdido, no sólo en el plano deportivo, sino en el psicológico, así que jugó de manera casi mecánica la duodécima y decimotercera partidas. En la decimocuarta sucedió lo ilnpensable: no vio una sencilla maniobra de su rival que ganaba la calidad en d os jugadas. Resistió con desventaja m aterial e intentó lograr tablas, pero no le fue posible.
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Decimocuarta partida: cuarta victoria de Capablanca
Capablanca gana la decimocuarta partida El experto cubano gana de nuevo a Lasker en el encuentro por el título 1nundi.a l
José R Capablanca ganó a prim.eras horas de la mañana la decimocuarta partida del encuentro por el título mundial con el doctor Emanuel Lasker, maestro alemán. Lasker abandonó después de que Capablanca hiciera su mo'\IÍmiento número áncuenta y seis. Lasker consumió tres horas y treinta minutos, y Capablanca tres horas y cuarenta minutos. Los expertos que asisten al ena.ientro expresan la opinión de que, a no ser que h aya un repentino y decisivo cambio en el transcurso de las siguientes partidas, Capablanca ganará el encuentro. The New York Tiines, 22 de abril de 1921
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Lasker comentaba: " Perdí esta partida en el punto en que la posición me garantizaba ganarla; pero al finalizar la cuarta hora de juego, y por ende el tiempo reglamentario, cometí varios errores que desbarataron todo mi plan estratégico. Fuertes dolores de cabeza hicieron que se me nublase la vista. Esto fue una advertencia que comprendí perfectamente ~.
Un marcador de 4 - Oen contra era demasiada desventaja para remontar en las diez partidas que quedaban, incluso para el infatigable luchador. Se acercaba el mes de mayo, y nuestro alemán de cincuenta y dos años estaba sintiendo la fatiga del clima semitropical, al que no estaba acostumbrado. Solicitó un aplazamiento de v arios días, que fue amablemente aceptado por su rival y los árbitros. Partida aplazada El doctor Lasker, enfenno, no puede enfrentarse a Capablanca en la deci1noquinta partida La Habana, 23 de abril. La decimoquinta partida del encuentro por el campeonato del mundo entre el doctor Emanuel Lasker y José R Capablanca, que tenía que haberse celebrado anoche, fue aplazada debido a la indisposición de Lasker. The New York Titn.es, 24 de abril de 1921 175
Así transcurrieron varios días; sin embargo, Lasker no deseaba días de descanso ni un aplazamiento, sino dejar de jugar, dar por finalizado el encuentro. El público estaba esperando la reanudación de la lucha, pero sus deseos iban a verse frustrados por completo.
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Puede que prosiga la lucha por la corona mundial del ajedrez Los oficiales a cargo del encuentt'o están intentando persuadir a Lasker para que continúe
La Habana, 26 de abril. Ni Capablanca ni Lasker hicieron anoche acto de presencia para disputar la decimoquinta partida del encuentro por el campeonato del mundo. Los encargados del encuentro no han hecho ningnna declaración oficial sobre la continuación del encuentro, y se supone que están intentando convencer a Lasker para que dispute todas las partidas. Se ha informado de que el doctor Lasker quería
abandonar el encuentro debido a una enfermedad. Hasta anoche, ningnno de los jugadores había anunciado nada sobre sus planes, y los miembros del comité de competición no habían dicho exactamente qué va a pasar. 176
No obstante, se sabe que el doctor Lasker ha enviado una carla al árbitro Ponce en la que expresaba su deseo de abandonar el encuentro debido a una enfermedad, y que el árbitro había en·viado la comunicación al comité, que está estudiando la solicitud. Se habían disputado catorce partidas de las veinticuatro pre'\Jistas cuando ocurrió la interrupción. Capablanca había ganado cuatro y las diez restantes habían sido tablas. El doctor Lasker pidió el sábado por la noche que
se aplazara la decin1oquinta partida hasta el martes por la tarde, y después se informó de que deseaba abandonar el encuentro. A ello se opusieron Capablanca y el comité. El maestro cubano declaró que quería ganar el título sobre el tablero, no por abandono. The New York Titnes, 27 de abril de 1921
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Lasker abandona el encuentro: Capablanca es campeón del mundo Lasker llegó a sugerir que el encuentro continuara en Nueva York o Philadelphia, pero Capablanca insistió en cumplir las obligaciones contraídas con los patrocinadores cubanos, por otra parte ineludibles (recordemos las dificultades pre'i.r.ias al evento). Estaba muy preocupado por su mal estado Hsico y consultó a un médico y a un psiquiatra, quienes le recomendaron que guardara reposo. Ante la compleja situación, Lasker decidió abandonar el encuentro y no jugar las diez partidas que aún quedaban por disputar. Se dirigió por escrito al árbitro y a los organizadores expresándoles su voluntad de retirarse, se aceptó su propuesta y se dio por finalizado el evento. Fue la primera y única ocasión en que decepcionó a su público porque sólo se habían jugado catorce partidas de las veinticuatro programadas. Aun así, en esa fase del encuentro, la ventaja de cuatro puntos del cubano era tan convincente que igualarla le habría resultado Hsicamente imposible incluso en su mejor forma; y en ese momento se encontraba muy lejos de ella. Harulak añade que Lasker vol'i.r.ió a Europa enfermo; tuvo que pasar varios meses en un hospital, y después ingresó en el balneario de Karlsbad para recuperar su salud. 178
Capablanca, vencedor, porque Lasker abandona El cubano gana el catnpeonato del m.u ndo de ajedre~ en catorce partidas Ha conseguido cua.t ro victorias y die:z tablas. Una enfennedad, la ca.u sa del desenlace El maestro alemán se siente físicamente incapaz de continuar - La bolsa de premios se reparte romo si se hubieran jugado todas las partidas
La Habana, Cuba, 27 de abril. El comité de competición que ha estado a cargo del encuentro por el campeonato del mundo de ajedrez entre el doctor Emanuel Lasker, de Alemania, y José R Capablanca, el experto cubano, ha decidido hoy acceder a la solicitud del doctor Lasker de abandonar el encuentro y otorgar a Capablanca el título mundial. El cubano se ha anotado cuatro ,,¡dorias y diez partidas fueron tablas, de las catorce disputadas. El doctor Lasker explicó que una enfermedad es la razón de su deseo de abandonar el encuentro. Los 25.000 dólares del encuentro se repartirán entre los jugadores como si se hubieran disputado las veinticuatro partidas. 179
Los organizadores y los oficiales del encuentro se h an reunido hoy en una pequeña sala de un club local para hablar sobre la carta de renuncia que el doctor Lasker en·1;iió el lunes, en la que declaraba que no podía continuar jugando debido a su enfermedad. Además de alegar un problema de salud, el maestro alemán dijo que estaba convencido de que de ninguna forma podría haber g anado a Capablanca. Capablanca dijo que, aWlque él habría preferido ganar el titulo sobre el tablero, la decisión del comité de dar por terminado el encuentro y otorgarle el campeonato le resultaba completamente satisfactoria. The New Y ork Ti.tnes, 28 d e abril de 1921
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2.2. El campeonato del mundo de La Habana de 1921, según Capablanca Lo que resta de capítulo lo ocupa el libro de Capablanca, The World's Championship Chess i\1at ch Played at Havana Between fose Raul Capablanca and Dr. Emanuel La.sker (El encuentro por el campeonato del mundo de ajedrez, disputa.do en La Habana entre José Raúl Capablanca y el doctor Emanuel Lasker), publicado aquí por primera vez en español.
2.2.1. Introducción [Capablanca da su versión de los hechos] 2.2.1.1. Los preliminares, según Capablanca El Campeonato Mundial de Ajedrez, que todo el mundo ha estado esperando con el más vivo interés, el encuentro por la supremacia ajedrecística, es cosa del pasado, y actualmente José Raúl Capablanca es el nuevo campeón, tras haber arrebatado el título al doctor Emanuel Lasker, que ocupó el trono durante más de veintisiete años. N o es necesario entrar aquí en los detalles del encuentro, que se ofrecerán más adelante. Baste decir que el joven campeón puede estar orgulloso de su éxito porque no perdió ni una sola partida, mientras que ganó cuatro partidas a Lasker, quien nunca, en ninguno de sus. enfrentamientos 181
individuales, había estado cuatro puntos por detrás de su rival. Este simple hecho indica la valía del nuevo campeón. Mientras que muchos amigos de Capablanca estaban seguros de que saldría victorioso, un número igual de aficionados, si no la mayoría, estaban seguros de que Lasker añadiría una nueva victoria a su palmarés. Creían que su dilatada experiencia y sus éxitos serian demasiado para su joven rival, quien, aunque tenía espléndidas victorias en su haber, no contaba con la completa seguridad de vencer, y sólo algunos de sus más fervientes admiradores estaban seguros de que inclinaría la balanza a su favor. Cuando el doctor Lasker retó a Wilhelm Steinitz ocurrió un hecho muy notable: no pudo reunir la bolsa de premios necesaria entre sus amigos de Nueva York y, si no hubiera sido por el apoyo financiero que recibió de tres periódicos neoyorquinos, habría sido difícil que se hubiese disputado el encuentro. Entre los miembros del Oub de Ajedrez de Manhattan, por ejemplo, las sirrtpatías estaban casi exclusivamente a favor de Steinitz, quien logró reunir la suma necesaria, y casi nadie confiaba en el joven Lasker, por la simple razón de que sus victorias no podían compararse con las de su rival; pero los expertos se equivocaron y Lasker se con-;iirtió en el nuevo campeón del mundo. El caso del encuentro Lasker - Capablanca es algo distinto. Aunque el palmarés del último no era tan bueno como el de Lasker, Capablanca ya era considerado como uno de los mayores 182
genios del ajedrez de la historia, y así se explica que se confiara más en él que en el Lasker anterior a su enfrentamiento con Steinitz. Los ajedrecistas de generaciones anteriores recordarán bien las dificultades casi insuperables que surgieron para organizar el encuentro entre Steinitz y Zukertort, y el doctor Lasker ha contado muchas veces los problemas que tuvo para enfrentarse a Steinitz, pero las dificultades pre'\rias a estos encuentros no fueron nada en comparación con las del que acaba de finalizar. En nu\riembre del año 1919, Capablanca recibió una carta de la Federación Holandesa de Ajedrez mientras estaba en Londres, preguntándole si le gustaría disputar un encuentro con el doctor Lasker y las condiciones que pondría. Contestó por correo que estaría encantado, pero que no podía poner condiciones sin saber lo que pensaba el doctor Lasker. Por ello, sugirió reunirse con Lasker en La Hay a para ganar tiempo. Lamentablemente, Lasker tardó varias semanas en contestar la carta de la Federación Holandesa. Cuando llegó la respuesta, accedió a reunirse y fijó una fecha. La reunión se celebró y, después de mucho hablar y discutir, se firmó un acuerdo. Cuando los jugadores se encontraron en La Habana acordaron una serie de reglas por las que se regiría el encuentro, las cuales pueden leerse en este hbro.
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Poco después de firmarse el acuerdo, Capablanca recibió varias ofertas para financiar el encuentro. Una procedía de España, otra de los Estados Unidos y otra de La Habana, ciudad que ofrecía la cantidad más grande jamás vista para un encuentro de este tipo. Cuando Lasker estaba a punto de ser informado, se reabió una carla en la que decía que renunciaba al título mundial y que lo cedía a Capablanca, y la razón que dio para esa actitud fue que el mundo del ajedrez no demostraba suficiente interés en el encuentro. En cuanto Capablanca pudo, salió de La Habana, se dirigió a Europa, habló de nuevo con el doctor Lasker, y finahnente logró persuadirle para que aceptara la oferta de La Habana, y acordaron comenzar el encuentro el día 1 de enero de 1921. Se firmó un nuevo acuerdo, después de una entrevista un tanto tempestuosa en La Haya, ciudad a la que Capablanca había renunciado prácticamente como sede para el enfrentamiento. Todo parecía estar firmemente atado, cuando el doctor Lasker planteó nuevas exigencias que no estaban recogidas en los artículos del acuerdo. El asunto quedaba de nuevo en el aire. Sin embargo, Capablanca logró obtener permiso de La Habana para aceptar las nuevas exigencias de Lasker. Entonces Lasker estableció como día de comienzo del encuentro el 10 de marzo. Sólo él sabe por qué fijó esa fecha, y se le envió un cable en el que se le aseguraba que se aceptarían sus nuevas exigencias. La gente estaba perpleja, sobre todo al saberse que sus amigos le ad,rirlieron sobre el hecho de jugar en 184
marzo y abril, cuando bien podía haber comenzado en febrero. Aun así, se le garantizó en La Habana que las condiciones climáticas serian las: que él deseaba hasta finales de abril. Cuando todo parecía ir por buen camino, surgió otro problema. El delegado norteamericano en Berlin rechazó conceder a Lasker el pasaporte para viajar a Cuba ·vía Nueva York o cualquier otro puerto norteamericano y, cuando el corresponsal de prensa envió un cable con la noticia a Nueva York, Lasker añadió que, si no podía viajar ·o;/Ía N e\\r York, no iría a La Habana.
En ese momento, el señor Herberl R Llmburg, presidente del Oub de Ajedrez de Manhattan, escribió al Secretario de Estado de Washington pidiéndole que anulara esta decisión y que ordenara al delegado de Berlin que concediera el pasaporte a Lasker. Pero cuando el Secretario de Estado envió un cable a Berlín para conceder el pasaporte, el doctor Lasker ya había decidido ir a La Habana ·vía Amsterdam, y de esa forma se evitaron las complicaciones. Debemos hacer notar que nunca en la historia del ajedrez ninguno de los protagonistas de un gran encuentro ajedrecístico pasó tantas dificultades, ni perdió tanto tiempo y dinero como Capablanca en los preparativos necesarios para que el mundo del ajedrez presenciara la lucha entre 185
estos dos gigantes. Todos deberíamos agradecer al maestro cubano que hiciera posible la b atalla más importante de la era moderna. 2.2.1.2. Capablanca com enta el desarrollo del encuentro De acuerdo con mi experiencia, hubo algunos días muy calurosos durante el encuentro, pero las tardes fueron ideales. Nunca senb'. la influencia del calor del día porque tuve mucho cuidado en no exponerme al sol durante el mediodía y las horas posteriores, echándome la siesta hasta la tarde. Creo que la comida fue buena en todos los sentidos y, por supuesto, evité comer demasiada carne y me abstuve casi por completo de las bebidas alcohólicas. No pude quejarme de nada y gocé de buena salud y buen ánimo durante mi estancia de nueve semanas en La Habana.
En cuanto a la sede, la considero ideal para un encuentro de ajedrez. Los jugadores estaban situados en una sala totalmente privada, donde no se admib'.a a nadie excepto el árbitro y los asistentes. La sala, con un techo de seis metros de altura, dispotÚa de un acceso a los jardines, donde los jugadores podían pasear cuando no era su turno y esperaban el movimiento del rival. Un camarero ofrea'.a todo tipo de refrescos exclusivamente a los jugadores, el árbitro, los asistentes y los periodistas. En resumen, nunca un encuentro de ajedrez se jugó en mejores condiciones, sin hwno de tabaco ni ruidos; Lasker estaba encantado con la 186
forma silenciosa en que actuaban el organizador, el árbitro y los jueces, y nunca el más leve susurro distrajo a los jugadores mientras estudiaban el tablero. No debemos olvidar un asunto muy importante, el trato amistoso entre los protagonistas. En mi larga experiencia de testigo de encuentros y torneos importantes, nunca antes había visto un trato más cortés entre los jugadores que en esta ocasión. Nunca hubo la más mínima discusión sobre las reglas ni sobre ningún otro asunto y, ruando surgía alguna duda, los jugadores se ponían de acuerdo de una u otra forma, y nunca consultaban al árbitro ni a los asistentes. Cuando el doctor Lasker decidió tomarse su último día libre, el viernes 22 de abril, llegó al casino al día siguiente y, en una conversación con el árbitro, Alberto Ponce, dijo que se encontraba enfermo y que posiblemente no podría jugar esa noche, Capablanca no objetó nada y Lasker, con permiso del árbitro y de su rival, se ausentó hasta el martes siguiente. Sin duda, no podía esperarse más cortesía. 2.2.1.3. Lasker se rinde La escena final del enruentro puede descnbirse brevemente como sigue:
En lugar de presentarse a jugar el martes 26 de abril, Lasker envió una carta al señor Ponce en la que expresaba su deseo 187
de renunciar al campeonato a favor de Capablanca, dar el encuentro por finalizado, etc. La respuesta fue que las razones aducidas para no seguir jugando no podían aceptarse, y que el árbitro ordenaría que continuara el encuentro, pero que si accedía a enviar otra carta, el comité, el árbitro y Capablanca estarían encantados de considerar de nuevo el asunto. Finalmente, el doctor Lasker esaibió esta otra carta:
Señor Alberto Ponce: Club de Ajedrez de La Habana: Querido señor. En su calidad de árbitro del encuentro, le dirijo esta carta a usted proponiéndose mi renuncia al encuentro. Por favor, dígame si esta decisión es aceptable para mi rival, el comité y usted. Sinceramente suvo, , Emanuel Lasker La Habana, 27 de abril de 1921
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A esta carta el señor Ponce contestó lo siguiente:
Estimado doctor Lasker: En respuesta a su carta, en la que propone abandonar el encuentro que estaba disputando con el señor Capablanca, tengo el placer de decirle que, después de informar al señor Capablanca y al comité sobre su intención, y puesto que ni el comité ni el señor Capablanca han puesto ninguna objeción, no veo problema en aceptar su propuesta. Sinceramente suyo, Alberto Ponce
El miércoles 27 de abril por la tarde, en la pequeña sala de recepciones del Oub Unión, los protagonistas del encuentro, el árbitro y los asistentes se rewúeron y, tras una breve conversación, declararon el encuentro oficialmente finalizado. En ese momento Capablanca fue declarado vencedor y nuevo campeón del mundo. Del mismo modo que el encuentro comenzó en el Oub Unión el 15 de marzo sin ningún tipo de ceremonia, también terminó en el Oub
Unión sin ningún acto formal. 189
Estaríamos cometiendo una grave onúsión si no agradeceríamos la generosidad del comité. Si este enruentro se hubiese disputado en otro lugar distinto de La Habana, es muy dudoso que el doctor Lasker hubiese recibido la cantidad completa de dinero estipulada en las reglas. No fue culpa del comité que no se disputaran todas las partidas, es decir, veintiruatro, v•. con todo el derecho sus miembros podían haberse negado a pagar al doctor Lasker todo el dinero. Corrió el rumor de que el comité insistiría en reducir los honorarios, pero me siento feliz de decir que era totalmente infundado y que nunca pretendió faltar a su generosidad. Para concluir, debemos decir que nos parece ademada la decisión del señor Capablanca de publicar este pequeño libro que contiene todas las partidas del enruentro y los comentarios del vencedor.
Hartwig Cassel La Habana, mayo de 1921
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2.2.2. Los protagonistas 2.2.2.1 José Raúl Capablanca El nombre de José Raúl Capablanca es sin duda bien conocido. El vencedor del Torneo del Oub de Ajedrez de Manhattan, que ahora tiene treinta y un años, está en la
cumbre de su fama y en posición de aspirar al título de campeón del mundo, que seguramente poseería en este momento si no hubiera sido por el estallido de la guerra. El mismo doctor Emanuel Lasker, con quien el genial cubano hizo las paces al finalizar el memorable Torneo de San Petersburgo de 1914, escribió para el periódico neoyorquino Evening Post sobre la hazaña de su joven rival en San Sebastián:
Este es un gran momento en su '\iida. Su nombre es conocido en todas parles; su fama como maestro de ajedrez se ha establecido firmemente. La re'\iista Berliner Tageblatt publicó su biografía; la Lokal - Anzeiger su retrato; numerosos periódicos, columnas y re'\iistas de ajedrez hablan de él, del hombre y del maestro. Y tiene veintitrés años. ¡Feliz Capablanca! Su estilo de juego agrada. Es excelente y está lleno de ideas. Tiene un toque 191
de originalidad. Sin duda, al mundo del ajedrez no le gustaría perderle, ahora que le conoce. Al comienzo de su carrera, hace ocho años, algunos temían que se con\iirliera en lo que ahora es. Querían que tuviera una profesión, y además que fuera maestro de ajedrez. Felizmente, la naturaleza fue más fuerte que su influencia. El mundo habría ganado poco si se hubiese convertido en ingeniero; el mundo del ajedrez sin duda habría sido más pobre con ello.
Capablanca nació en La Habana, el 19 de noviembre de 1888. En ajedrez, como bien sabemos, fue un niño muv , precoz; aprendió los movimientos a la tierna edad de cuatro años y, como Morphy, hizo muy rápidamente los más increibles progresos. Cuando tema doce años se proclamó = = =::.i campeón de Cuba después de derrotar a Juan Corzo por 4 a 2, con 6 tablas. En 1914 fue a los Estados Unidos a completar :su formación, asistió a una escuela preparatoria y después a la Universidad de Columbia, a la que representó en 1907, cuando esa 192
universidad ganó el campeonato estudiantil a Ha1vard, Yale y Princeton, con la puntuación de 11,5 de 12 posibles. El mismo año participó en el equipo americano universitario por cable, en el encuentro anual contra Oxford y Cambridge por el Trofeo Internacional Rice, haciendo tablas con Rose, de Oxford, en el primer tablero.
En la temporada 1908/1909 Capablanca decidió dedicarse profesionalmente al ajedrez, y la re·vista American Chess Bulletin le organizó su primera gira. Estableció una nueva marca al jugar 734 partidas, de las cuales ganó 703, hizo tablas en 19 y perdió sólo 12. En la primavera del año 1909 causó gran sensación y dio a conocer al mundo las posibilidades reales de su genio al derrotar en un encuentro a Frank Marshall, campeón de los Estados Unidos y el mejor representante internacional de América, por el sorprendente resultado de 8 a 1, con 14 tablas. Tal proeza no terúa parangón y le dio el derecho a ser conocido como campeón panamericano de ajedrez. En la siguiente temporada realizó su segunda gjra por N orleamérica, la cual le permitió ganar más laureles como jugador de exlúbición de gran nivel. En 1910 ganó el campeonato del Estado de Nue\·1a York, con Marshall entre sus adversarios, y a principios de 1911 participó en su primer torneo de maestros y quedó segundo, con una puntuación de 9,5 - 2,5, por detrás de Marshall, quien consiguió 10 - 2. 193
Sin embargo, la experiencia mereció la pena en todos los sentidos porque, al hacer poco después su debut europeo en el Torneo de San Sebastián, España, Capablanca, igual que Pillsbury en Hastings, logró tm tremendo éxito y se llevó el primer premio ante el asombro de algunos de los mejores ajedrecistas de la época. Su ptmtuación fue 9,5- 4,5, lo justo para quedar por delante de Rubinstein y Vidmar, que lograron 9 - 5, y de Marshall, que consiguió 8,5 - 4,5. El cubano ganó seis partidas, hizo :siete tablas y perdió sólo tma, ante Rubinstein. Inmediatamente el nombre de Capablanca estuvo en boca de todos como el candidato lógico al título de campeón del mtmdo. En realidad, las negociaciones con el doctor Emanuel Lasker comenzaron en 1912, pero fueron infructuosas y originaron tma fuerte enemistad entre los dos grandes jugadores. Naturalmente, la victoria en San Sebastián fue seguida por tma gira por los principales centros ajedrea'.sticos de Europa, y en este viaje jugó 305 partidasJ de las cuales ganó 254, hizo tablas en 32 y perdió 19. Después viajó a Sudamérica, acudió a Buenos Aires directamente desde Europa y repitió sus
éxitos en esa lejana parte del mundo.
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El segundo Torneo Nacional Americano, disputado en Nueva York en 1913, supuso otro triunfo para Capablanca. En este evento consiguió una puntuación de 11 - 2, por delante de Marshall, con 10,5 - 2,5 . Las cosas cambiaron en el torneo de maestros de la ciudad natal de Marshall, donde éste frustró a los compatriotas del cubano al lograr una puntuación de 10,5 - 3,5, frente a 10 - 4 de Capablanca. Más adelante, ese mismo año (1913), con Marshall ausente, barrió por completo en el torneo de maestros del Oub de Ajedrez Rice, con una puntuación de 13 - O, idéntica a la marca del doctor Lasker en el Torneo Improvisado de Nueva York de 1893. Oldrich Duras fue segundo, con 10,5 - 2,5, y R. T. Black tercero, con 10 - 3. Esto nos lleva al inolvidable Torneo de San Petersburgo, cuatro meses antes del estallido de la guerra, al cual el desdichado zar aportó 1.000 rublos. Aquí Capablanca y Lasker se enfrentaron por primera vez. Capablanca, imbatido en la fase previa, pareda que iba a imponerse en la fase final después de hacer tablas en sus dos primeras partidas contra el campeón, quien había perdido ante Rubinstein. Entonces ocurrió algo: Capablanca perdió su tercera partida ante su único rival, sucumbió ante el doctor Tarrasch el día siguiente, núentras Lasker, jugando como nunca lo había hecho, logró realizar un gran final de torneo y quedó primero con 13,5 - 4,5. La puntuación de 195
Capablanca fue de 13 - 5 . Tan cerca, y sin embargo tan lejos, pero el clamor por un encuentro Lasker - Capablanca no fue silenciado de ningún modo. Después, cuando comenzó la guerra, Capablanca salió de Europa para hacer su segundo viaje por Sudamérica. En Nueva York se organizó otro torneo de maestros en abril de 1915, en lugar del enfrentamiento previsto entre Nueva York y La H abana, que no pudo organizarse. Una vez más, Capablanca quedó primero, con 13 - 1, seguido por Marshall, con 12 - 2, sin perder una sola partida y superando a los otros seis competidores. Su exlúbición de simultáneas más exitosa fue la del 12 de febrero de 1915, contra 84 adversarios, en 65 tableros, en el auditorio del Brooklyn Daily Eagle, que estuvo totalmente lleno. En seis horas y tres cuartos de juego continuo, ganó 48 partidas, hizo 12 tablas y perdió 5 . En el Torneo Memorial Rice, celebrado en enero de 1916, en honor del profesor Isaac L. Rice, quien había fallecido en noviembre de 1915, Capablanca triunfó de nuevo y acabó primero con 14 - 3. Jano\vki, con 11- 6, fue el segundo clasificado. Es digno de señalar que el joven maestro ha conseguido invariablemente la primera o la segunda posición en los torneos en los que ha participado; la primera en la may oría. 196
Cuando ha quedado segundo, en todos los casos ha sido sólo con medio punto menos que el ganador. Capablanca pasó casi todo el año 1917 en Cuba, y durante ese tiempo se abstuvo de participar en eventos importantes y apareció sólo dos veces en público. Una de ellas fue en el torneo de maestros del Oub de Ajedrez de Manhattan, en octubre y noviembre, en el cual su puntuación fue de 10,50,5; Kostic fue segundo con 9,5 - 1,5. Después dio una exitosa gira por el Reino Unido, y con ello alcanzó el punto cumbre de su carrera.
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2.2.2.2. Doctor Emanuel Lasker r.==~~-l!!!!!!!!==:::::;;i
Emanuel Lasker nació en
Berlinchen, provincia de Brandenburgo, Prusia, Alemania, el 12 de diciembre de 1868. Después de graduarse en el Real Gymnasium de Landsberg, estudió Matemáticas en las universidades de Berlín y Gotingen, donde no terminó sus estudios. Los completó en Heidelberg, en 1897, donde :reabió el título de docto:r en Matemáticas. Comenzó a estudiar ajed:rez cuando era un niño, con doce años, pero más adelante estudió el juego en serio con su hermano, el doctor Berthold Lasker. A su debido tiempo, y después de dedicar mucho tiempo y estudio al juego, se con'\iirtiÓ en ajed:recista profesional en 1890. Un año después demostró su destreza en una exposición alemana en L.ond:res. Pasó siete años en Inglaterra, ganando bastante fama por sus exhibiciones en varios clubes de Lond:res y de otras localidades. A continuación ofrecemos sus logros ajed:reásticos más importantes: 199
T o rneos
Después de pasar un tiempo con Emil Feyerfeil, ganó el Hauptturnier de Breslau en 1889, y gracias a ello recibió el título de maestro alemán. Unos meses después, en el mismo año, participó en el Torneo Internacional de Amsterdam, donde ganó el segundo premio. En 1890 compartió el primer y segundo premios en un torneo de maestros de Berlín, y en el mismo año ganó el tercer premio en un torneo internacional de menor nivel en Graz, Stiria.
En 1892 ganó dos torneos en Londres: el primero en un torneo nacional y el segundo en un torneo quintangular. En el Torneo Internacional Improvisado de Nueva York de 1893 logró la increíble marca de ganar las trece partidas que disputó, pero en el Torneo Internacional de Hastings, en 1895, sólo pudo ser tercero. En 1896 ganó el primer premio en el torneo cuadrangular de San Petersburgo, siendo sus rivales Steinitz, Oligorin y Pillsbury, el mismo año ganó el Torneo Internacional de Nuremberg, y cuatro años después el Torneo Internacional de Londres. Tras ausentarse de los torneos durante nueve años, participó en el Torneo de San Petersburgo, pero esta vez tuvo que conformarse con compartir el primer y segundo premio con Rubinstein. B mismo año, en París, de 200
nuevo se impuso, lo mismo que en el Torneo de San Petersburgo de 1914. Durante la guerra ganó un torneo en el que participaron Schlechter, Rubinstein y Tarrasch, el cual tuvo lugar en Berlín.
Encuentros individuales • Ganó a Bardeleben en 1889, por 2- 1y 1 tablas; en 1890 derrotó a Bird por 7 - 2 y 3 tablas, a Miniati por 3 - Oy 2 tablas, a Mieses por 5 - Oy 3 tablas, a Englisch por 2 - Oy 3 tablas. El año siguiente ganó a Lee por 1 - Oy 1 tablas. En 1892 ganó a Blackburne por 6 - Oy 4 tablas, y a Bird por 5 - O. • En 1893, en La Habana, ganó a V ázquez por 3 - Oy a Gohnayo por 2 - Oy 1 tablas. Al volver de La Habana
venció a Sho\valter ese mismo año por 6 - Oy 1 tablas, y a Ettlinger por 5 - O. • En 1894 ganó a Steinitz en el encuentro por el Campeonato del Mundo por 10 - 5 y 4 tablas, y tres años después en un segundo enfrentamiento por 10 - 2 y 5 tablas. • En 1907 Marshall se puso en el camino del león, pero fue barrido por 8 - O y 7 tablas. Un año después ganó a Tarrasch, quien lo hizo un poco mejor, por 8 - 3 y 5 tablas. 201
• Jano"rski se enfrentó dos veces al campeón durante 1909. La primera en una serie de cuatro partidas en la que empataron a dos, pero en el siguiente encuentro Lasker ganó por 7 - 1 y 2 tablas. • En 1910 tuvo lugar el memorable encuentro con Schlechter. Estuvo limitado a diez partidas, contando las tablas. El resultado final fue 1 - 1 y 8 tablas. Schlechter ganó la quinta partida y Lasker la décima. • Ese mismo año Janowski volvió a enfrentarse con él y perdió por 8 - Oy 3 tablas. • Durante la guerra, Lasker venció a Tarrasch una vez más, en esta ocasión por 5 - O y 1 partida tablas.
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2.2.3. Las reglas del encuentro Unos días después de la llegada del doctor Emanuel Lasker a La Habana, los jugadores aceptaron a Alberto Ponce como árbitro, y después de una conversación con él, se acordaron las siguientes reglas: 1. Ganará el encuentro el jugador que gane diez partidas, sin contar las tablas, pero, si después de veinticuatro partidas, ninguno ha logra do esa puntuación, el que tenga más puntos será declarado vencedor. 2. Cada sesión de juego será de cuatro horas de duración. (El primer acuerdo incluía una segunda sesión de dos horas, después de un descanso de al menos tres horas). Originalmente se acordó jugar seis días por semana, pero en La Habana se modificó esta regla y se acordó jugar cinco días por semana. 3 . Límite de tiempo: quince mo·vimientos por hora. 4. Árbitro: Alberto Ponce. 5. La bolsa de premios de 20.000 dólares se repartirá de la siguiente forma: el doctor Lasker reabirá 11.000 dólares, y Capablanca 9.000, independientemente del resultado final. Después de disputarse cinco partidas, la Comisión para Fomentar el Turismo en Cuba aportó un premio extra de 5 .000 dólares, de los cuales 3.000 dólares serian para el ganador del encuentro y 2.000 para el perdedor. 203
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Capablanca, JI • Lasker,E La Habana , 192103.15
D63 - Campeonato Mundial -partida 1
Comentarios de Capablanca 1. d4 d5 2. ~f3 e6 3. c4 ~f6 4. Ag5 lLe7 5. e3 ~bd7 6. ~3 0-0 7. l!c1 b6 8. cxd5 exd5 9 . .A.b5 Un mo,iilniento novedoso que no tiene otro mérito que su novedad. Lo jugué por primera vez contra Teichman en Berlín, en 1913. El mo\iilniento habitual es 9. ~ d3 Pero 9. ~a4 tal vez sea mejor, después de todo.
9 ... .A.b7 10. l!fa4 a6 10 ... c5 inmediatamente es la continuación adecuada.
11. Ld7 ~d7 11. Axe7 l!fxe7 13. l!fb3 Con la idea de evitar ... cS, pero habría sido aún mejor enrocar mediante 13. 0-0
13 ... ifd6 205
Las negras podían haber jugado 13... c5 Creo que las negras habrían sorteado todas las complicaciones que surgen con este movimiento.
14. 0-0 1lfd8 15. !ifdl !iab8 16. ~el
a
b
e
d
e
f
g
h
El objetivo era apartar al caballo de la diagonal del alfil, la cual pronto se abriría, como de hecho ocurrió en la partida.
16... ~f6 17. !ic2 c5 18. dxc5 bxc5 19. ~e2 ~e4 Todos los ataques que dan conúenzo con 19 ... ~g4o19 ... d4 habrían fracasado.
20. 1ia3 !ibc8 21. ~g3 ~g3 22. hxg3 1ib6 23. !icd2 206
23. :Sdcl no habría sido mejor, debido a la réplica 23... d4 etc. 23 ... h6 24. ~f3 d4 25. exd4 Axf3 26. !fxf3 lhd4 27. 1lc2 lhdl+ 28. !fxdl 1ld8 29. !fe2 !fd6 30. h2 !fdS 31. b3 !ffS 32. g4 l!fgS 33. g3 1ld6!
a
b
e
e
d
f
g
h
Sin duda el mejor movimiento. Con cualquier otro, las negras posiblemente no habrían podido conseguir tablas. 34. g2 g6 35.1!fc41le6 36. 1!fxc5 1!fxg4 37. f3 1!fg5 38. 1!fxg5 hxgS 39. f2 l!d6 40. e3 l!e6+ 41. d4 l!d6+ 42. e3
42. S'c5 era demasiado peligroso. No estaba claro el camino hacia el triunfo, y yo llegué a pensar que con este 207
movimiento las negras podrían ganar.
42 ... !le6+ 43. d3
Si el rey hubiera estado en e3, habría podido ir a d4, con lo cual habría ganado un tiempo muy importante.
46 ... <&g7 47. b4 !lfl Lo mejor. Sin embargo, las negras no habrían conseguido nada con este movimiento si el rey blanco hubiera estado en d4. 48.e3
El resto de la partida no necesita comentarios. 48... !lbl 49. !lc61!xb4 50.1!xa6 !lb2 1/2-1/2
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Lasker,E • Capablanca, JR La Habana, 1921.03.17 037 - Campeonato Mundial - partida 2
Comentarios: Capablanca y William Winter 1. d4 d5 2. c4 e6 3. ~c3 ~f6 4. ~f3 ~bd7 5. e3 Capablanca: según los principios generales del ajedrez, es mejor sacar primero el alfil de dama. W . Winter: la antigua forma de la apertura comúnmente jugada antes de Steinitz y Pillsbury indtúa la más fuerte 5 ~4. Ahora prácticamente ha desaparecido de la práctica magistral porque se considera que las negras deberían obtener igualdad sin problemas.
5... Ae7 6. Ad3 0-0 7. 0-0 dxc4 8. A xc4 c5 9. 't!e2 a6 W . Wint e r: se ha llegado a una forma del Gambito de Dama Aceptado en la que, no obstante, las blancas tienen un tiempo menos porque su alfil ha tardado dos jugadas en llegar a c4. Contra esto, en el Gambito de Dama Aceptado, el caballo de dama de las negras suele estar mejor situado en f3 que en d.2.
209
10. lld1 b5 11. Ad3
W. Winter: en este tipo de posiciones es siempre tema de discusión si el alfil deb e ir a d3 o a b3. Normalmente se prefiere la primera casilla porque facilita el avance del peón de dama blanco y ejerce presión sobre el peón de rey blanco.
Lasker prefirió no entrar en la variante 11. ~b3 ~b712 . e4 b413. eS bxc314. exf6 ~xf6 con una partida m uy buena para las negras.
11... Ab7 12. e4
a
b
e
d
210
e
f
g
h
Cap ablanca: mi rival jugó esto para desarrollar el alfil de dama, y en consecuencia renunció a su plan de desarrollo porque pudo haber hecho esto antes, tal como indicamos en el comentario anterior, y la úrúca razón por la que jugó e3 en la quinta jugada fue que desarrollaría este alfil por b2.
12... cxd4 13. ~d4 ~e5 14. ~b3 W. Winter: permitiendo el cambio del alfil, las blancas pueden llevar la torre al flanco de rey, pero en esta apertura es muy difícil realizar un ataque sin la ayuda del alfil, y la mayoría habría preferido 14 ~ c2. Capab1anca: las combinaciones que dan comienzo con 14. Si.xbS son incorrectas, por ejemplo: 14... axbS 15. lL:ixe6 fxe6 16. &:d8 ~axd8 17. ~xbS ~e4 y las negras tienen la partida ganada.
14... ~d3 15. llxd3 !fc716. e5 Capablanca: las blancas no pueden jugar 16. ~gS debido a la réplica 16... lL:ixe4
16... ~d5 17. l!g3 ~c3 18. llxc3 !fd7 Cap ablan ca: tuve la impresión de que, después de este movimiento, las negras tenían una partida mucho mejor. 211
19. !Ig3 !Ifd8 20. lLh6 g6
8 7
l~ú
6 5
11>'/ffi.W.
4
3
11:-'-®ú
2 1
a
b
e
d
e
f
g h
W. Winter: las negras se ven obligadas a debilitar su flanco de rey. Si 20... ~f8 21. ~xg7 il..xg7 22. ~g4 y ganan. 21. Ae3
W. Winter: este movimiento se hace con la idea de obligar al cambio de uno de los dos alfiles negros, lo cual consigue Lasker. Una alternativa más agresiva era 21. lZ:JaS ~dS 22. ~e3 , amenazando 23 IDl3 y 24 ll..g?. 212
21... !fd5 W. Winter: Capablanca demuestra su excelente juicio posicional al no hacer ningún esfuerzo por conservar su pareja de alfiles. Capablanca: esto lleva al cambio de uno de los dos alfiles, pero es difícil encontrar un movimiento mejor. W. Winter: si Capablanca hubiera jugado 21. .. :S.ac8 22. ~b6 :S.e8 23. ~a5 ~d5 24. ~dl las blancas tendrían oportunidades de atacar porque las piezas negras se encuentran muy restringidas. 22. ~a5 !Iac8 23. ~b7 !fxb7 24. Ah6 !fd5 25. b3 !fd4 Capablanca: las negras no hicieron el mejor movimiento que terúan a su disposición. 25 ... ~b4 era lo mejor.
26. !If1 !Id5 27. l!e3 .A.a3 Capablanca: 27... ~f8 era mejor, ya que las blancas no pueden permitirse tomar el alfil. Estarian obligadas a jugar antes 28. '.:l'e4, y después ~f4.
213
28.g3 W. Winter: es necesario dejar una casilla de escape para el rey debido a la amenaza ...~el.
28... 1!b2 29. ne1 nc2 1l:l.I'
•
.
Capablanca: 29 ... i=xe2 segwdo por ... ti.b4 era la continuación correcta. 30. 1!f3 Jl.e7 Capablanca: cuando me tocaba hacer la jugada número treinta estaba muy apurado de tiempo y no pude analizar lo suficiente para averiguar si 30... Ílf8 era un mo•vimiento ganador o perdedor. Si 31. ÍlxfS ~8 32. °%lYf6 ~gS 33. h4 y las negras tendrían una posición difícil de defender.
214
31. !t3e2
a
b
e
d
e
f
g
~
h
lhe2 Capablanca: 31 ... ~xa2 perdería debido a 32. ~c2 ~xc2
33. :Sel seguido de ~c8+, etc. W. Winter: v ahora 31. .. ~xa2 se contesta con 32. ~c2 ~xc2 33. '.5'.cl ~f5 (Si 33... ~d3 34. :=:c8+ ~d8 35. ~xd3 ~d3 36. ~g5 y ganan. ) 34. ~c8+ '.O!d8 ( Si 34... ~d8 35. ~xd5) 35. ~c6 con mate. J
32. lhe2 !fb1+ 33.
215
W. Win ter: todos los ingeniosos ataques de Lasker han fracasado contra la precisa defensa de su rival, y ahora la partida termina en tablas.
36... l!fxe4+ 37. llxe4 rág7 38. !lc4 A es 39. ráf3 g5 40. hxg5 hxg5 41. A xg5 1/2-1/2
216
Capablanca, JR • Lasker,E La Habana, 1921.03.19
C66 - Campeonato Mtndial - partids 3
Comentarios de Capablanca 1. e4 e5 2. ~f3 ~c6 3. ~3 ~f6 4. Ab5 d6 5. d4 Ad7 6. 00 Ae7 7. net exd4 8. ~d4 o-o 9. Axc6 bxc6 10. Ag5 h6 11. Ah4 nes 12. 1!fd3 ~7 13. Le7 Un movimiento antiguo, habitualmente jugado por todos los maestros. Sin embargo, yo creo que 13. ~g3 es la mejor continuación.
13 ... nxe7 14. ne31!fb8 15. b3 Es innecesario en este momento porque las negras no pueden capturar el peón.
15... 1!fb6 16. nael nae817. ~f3 1!fa5 18. 1!fd2 ~g5
217
8 7
6 5 4
3
2 1
a
b
e
e
d
Un movimiento muy bueno, que da a las negras mejor
posición. 19. ~g5 hxg5 20. h3 I:Ie5 21. Ildl Ac8 22. I:Id3 fi'b6 23 . h2 I:I8e6 24. I:Ig3 I:If6 25. S>gt
25. f3 habría sido contestado con 25 ... ~cS 25 ... f8 26. ~a4 lia5 27. fi'xa5 I:Ixa5 28. I:Ic3
Hice esto porque pensé que las negras tendrían que jugar 28 ... 1Ld7. Puesto que las negras pueden hacer el movimiento del texto, habría sido mejor para las blancas jugar 28. c4 28 ... .t.b7 218
Si 28... ~d7 habria seguido 29. l!JcS ~e8 30. e5
29. f31le63 0. 1lcd3 Aa6 31. 1ld4 f6 32. 1lc1c5 33. 1ld2 Ab5 34. ~c3 Ac6 35. a4 1la6 36.
38. ~e3 1lb8 39. 1lh11lee8 40. llddl 1lh8 41. g4 Muy dudoso. Habria sido mejor jugar 41. ~g3 amenazando h4.
41. .. Ad7 42. ~d5 1lb7 43.
a
b e
d
e 219
f
g h
Las negras retroceden con su rey porque ven que les resultaría imposible llegar con él al .flanco de dama, ya que en cuanto el rey llegue a b4, las blancas le hacen retroceder dándole jaque con el caballo en c2.
56. I!hl llb8 57. 1lh2 llf8 58. I!hl d7 59. 1lh2 il.f7 60. ~f5 llfh8 61. ~e3 e6 62. ~d5 llc8 63. ~e3 Las negras no pueden penetrar en el campo contrario mediante ningún método.
1/2-1/2
220
Lasker,E • Capablanca, St La Habana , 192tD323 061 - Campeonato Mundial - partida 4
Comentarios de Capablanca 1. d4 d5 2. c4 e6 3. ~3 ~f6 4. ..A.g5 ..A.e7 5. e3 0-0 6. ~f3 ~bd7 7. ifc2 c6 7 ... c5 es el movimiento correcto.
8 . ..i.d3 8. o~o~o habría sido una continuación más enérgica, pero probablemente las blancas no querian arriesgarse a aguantar un ataque en el flanco de dama terúendo su rey en ese flanco.
8 ... dxc4 9. Lc4 ~d5 10. Le7 tfxe7 11. 0-0 ~c3 12. bxc3 b6 13 . .A.d3 g6 14. a4 A b 7 15. a5 c5 16. ~d2
221
8 7
6 5 4
3
2 1
a
b
e
e
d
f
g h
Tal vez no sea el mejor mm.lim.iento blanco. No obstante, es extremadamente difícil encontrar algo mejor. 16... eS
Seguramente el úrúco mo"i.lim.iento que salva la partida. Era crucial romper el centro blanco y crear una debilidad en su posición que compensara la debilidad negra en el flanco de dama. 17. Ae4 Le4 18. 1!fxe4 &e8 19. axb6 axb6 20. l!a7 exd4 21. 1!fc6 21. ~xe7 era algo mejor, pero en ese caso las negras disponían de una defensa adecuada. 222
21... l!d8 22. cxd4 cxd4 23. exd4 No 23. !De4 debido a 23.. . ~b8!
23 ... 1!ff6 24. 1!fxf6 ~f6 25. ~f3 ~d5 26. l!bt f6 27. @ft l!f7 28. l!bat l!dd7 29. l!xd7 lhd7 30. g3 No había razón para continuar la partida, y ninguno de los ju gadores podía hacer demasiado.
1/2-1/2
223
224
Capablanca, JR • Lasker,E Hevana , 19210329 063 - Campeonato Mundial -partida 5
Comentarios de Capablanca, Lasker y Kaspárov. Análisis complementarios de Rybka 1. d4 d5 2. ~f3 ~f6 3. c4 e6 4 . .A.g5 ~bd7 5. e3 il.e7 6. ~c3 0-0 7. llc1 b6 Lasker: Un movimiento de dudoso valor. Lo más seguro es 7... c6.
8. cxd5 exd5 9. l!a4 c5 Capablanca: Considerada hasta ese momento la mejor respuesta para las negras, pero creo que tuve el honor de encontrar en esta partida, sobre el tablero, la refutación. Lasker: tuve que hacer el sacrificio de peón porque después de 9...~b7 10 ~a6, las negras tienen las casillas a6 y c6 débiles. 9 ... Cb8 tampoco parecía demasiado buena. 10. 1!fc6 llb8 11. ~d5 il..b7
225
8 7
6 5
4
3
2
1 a
b
e
e
d
f
g
h
Lasker: Las negras tienen algo de ataque, pero Capablanca sabe cómo combatirlo. Habría sido mejor para nú jugar para hacer tablas con 11. .. ~dS 12. ~xd51'.b713.1'.xe7 ~xe7 14. ~gS ~xgS una variante que creo se debe a Teichmann.
12. ~e7+ 1!fxe713. fia4 llbc8 Lasker: Las negras podrían igualar fácilmente con 13... ~xf3 14. gxf3 cxd4 etc.
14. fia3! (! de Lasker) Capablanca: Este es el movimiento clave del plan de las blancas. El principal objetivo es jugar 1'.a6. 226
14... llfe615. Lf6! (! de Lasker)
15 ... llfxf6 16. .A.a6!
(! de Lasker) 16... .A.xf3 Capablanca: El doctor Lasker pensó durante más de media hora antes de decidirse por esta continuación. No sólo es la mejor, sino que demuestra al mismo tiempo la buena mano del maestro. Un jugador corriente nunca habría pensado en ceder la calidad para mantener la iniciativa en esta posición, que era en realidad el único procedimiento razonable para poder hacer tablas. Lasker: En este momento se me planteó un dilema 16 ... cxd4 estaba descartado debido a 17 . ~c8 ~c8 18. 0-0 17. Lc8 lhc8 18. gxf3 llfxf3 1'9.1Ig1 l!e8 20. l!fd3 g6 21. 'i!?f1 Capablanca: El juego se puso muy complicado. Seguramente no encontré el mejor sistema de defensa. Tampoco ahora puedo decir cuál es la mejor defensa, pero creo que jugando lo mejor las blancas deberían ganar. 227
21 ... l!e4 22. ifd1fih3+23. l!g2. ~f6 24. ~g1 cxd4
a
b e
d
e
f
g h
25. l!c4! Lasker: excelente. Capablanca: El movimiento con el cual contaba para poner a prueba el ataque negro.
25 ... dxe3 Lasker: Ahora 25...
~g4
seria malo debido a 26. ~c8+
26. &ce4 ~e4 27. tfd8+ ~g7 28. tfd4+ ~f6 29. fxe31'e6 30. llf2 g5 31. h4 gxh4? 228
Lasker: No es demasiado bueno. Capablanca: Esta fue la jugada secreta de Lasker al aplazar la partida. No era lo mejor. Podía haber hecho tablas jugando 31 ... Sig6 Cualqtúer otra continuación debe perder. Lasker: Era mejor 31 ... SigG 32. hxgS ~ 32. 1!fxh4 ~g4 33. 1!fg5+ 'i!lf8 34. !!f5 Capablanca: No es lo mejor. 34. :gd2 habría conllevado la victoria. El movimiento del texto da a las negras oportunidad de hacer tablas. Lasker: aquí habría sido mejor 34. ~d2 porque me habría obligado a jugar 34... f6 debilitando la posición del rey. 34... h5 Lasker: lo mejor. 35. 1!fd8+ S>g7 36. 1!fg5+ @f8 37. 1!fd8+ S>g7 38. 1!fg5+ @f8 39. b3 l!fd6 40. l!ff4 l!fd1+ 41. 1!ff11!fd7 42. !!xh5 ~e3 43. llf31!fd4 44.1!fa8+ Capablanca: No es lo mejor. El mo,rimiento 44. Sihl ofrecía más posibilidades de éxito. 229
44... <áe7 45 . lib7+
a
b
e
e
d
f
g
h
<áf8? (? de Lasker). Capablanca: Un error que lleva a perder lo que de otra forma habría sido una partida tablas. Hay que mencionar que al doctor Lasker le quedaba muy poco tiempo y, además, tal como luego admitió, había valorado mal la posición porque pensaba que podía ganar cuando, en realidad, a todo lo que podía aspirar era a hacer tablas. Lasker: un error increible. 230
Con ...S>e6 o ...S>f6 las negras podían haber e'i.ritado el fatal cambio de damas. Alguien ha dicho que cometí este tremendo error debido a la presión del tiempo, pero no es así. Aún tenía más de quince minutos para reflexionar sobre este mo'i.rimiento, pero el problema era que no podía pensar nada en absoluto. Kaspárov: una lástima. El fatigado campeón del mundo pierde el caballo. 45... S>e6 46. ~c6+ S>e7 47. ~f3) (45... S>f6) También me gusta 45 ... S>d6 46. ~f3 !i'ld5+ (es inferior 46... f5 47. filt6+ S>e5 48. ~g3+ f4 49. ~g7+ S>e4 50. ~e6+ S>d3 51. ~xd4+ ~d4 52. ~f2) 47. ~ f6 con verdaderas probabilidades de tablas. Análisis d e Rybka 4: 45...S>d6 46.1M'f3 !ild5+ 47.~ !ilf4 48.IDl6+ ~5 49.ID\8 f5 50. ~e8+ S>f6 51.El.e3 ~dS 52.gd3 ~e5+ 53. ~g3 f4 54.1M'f3 ~3 55.gds S>e7 56.gc8 li:ld5 57. S'g2 °@'d4 58.a3 S'd6 59.b4 ) 46. 1!fb8+ Las negras abandonan:
46 ... ~e7 47. l!fe5+ if'xe5 48. l:rxeS+ 1-0
231
232
Lasker, E • Capablanca, JR La Habana , 1921.03.30 C66 - Carnpt3onato Mundial - partida 6
Comentarios de Capablanca 1. e4 e5 2. ~f3 ~c6 3. .ilb5 ~f6 4. 0-0 d6 5. d4 .ild7 6. ~c3 .ile7 7. Ile1 exd4 8. ~d4 0-0 9. L c6 bxc6 10. .ilg5 Ile8 11. fid3 h6 12 . .ilh4 ~7 13 . .ilxe7 !txe7 14. fic4 H asta este momento la partida era idéntica a la tercera. Aqw Lasker cam bió el curso de la partida.
14... fieS 15. Ile2 15. ~e3 era digna de consideración.
233
15 ... llb8 16. b3 c517. ~f3 Ab5
a
b
e d
e
f
g h
No es lo mejor. La jugada del texto deja a la snegras con un final muy complicado. 17 ... lilgS era el movimiento correcto.
18. ~b5 1!fxb5 19. 1!fxb5 llxb5 20. f1
~g5
21.
~d2
~e6
Las maniobras de este caballo son mucho más importantes de lo que puede parecer a primera vista. Es crucial obligar a las blancas a jugar c3 para debilitar la fuerza defensiva de su
peónb. 22. c3 f6 23. ~4 ~f4 De nuevo los movimientos del caballo tienen un significado definido. El estudiante debería conocer bien este final. 234
24. l!e3 ~g6 25. ~d.2 l!b8 26. g3 a5 27. a4 Ahora se puede ver por qué las negras tenían que obligar a las blancas a jugar c3. Con el peón en c2, los esfuerzos del negro serían práctica.mente inútiles porque el peón b blanco no tendría que ser protegido por una pieza, como sucede ahora.
27... ~e5 28. f4 ~d7 29.
32. eS habría conducido a un final mucho más complejo y difícil, pero parece que las negras disponen de una defensa adecuada jugando simplemente 32... fxeS seguido de ... dS, cuando las blancas tomen el peón, por ejemplo: 33. fxeS d5
32... ~c4 33.
235
a
b e
d
e
f
g h
Este es el mejor movimiento, y no 33 ... ~e6 , que habria sido contestado con 34. .§.d3
34. e5 fxe5 35. fxe5 d5+ 36.
37... dxc4 38. !Ie4 Seguramente la única forma de conseguir tablas seguras.
38 ... c3 39. !Ic4 h5 40. !Ie3 !Ib2 41. !Icxc3 llxh2 42. b6 !Ib2+ 43.
1/2-1/2 236
Capablanca, JR • Lasker,E La Habana , 192104.02 064 - Campeonato Mtmdial - partida 7
Comentarios de Capablanca 1. d4 d5 2. ~f3 e6 3. c4 ~f6 4. Ag5 Ae7 5. e3 ~bd7 6. ~c3 0-0 7. !Ic1 c6 8. l!fc2 c5 Un mo•;.1imiento nada recomendable.
9. !Id1 9. cxdS habría sido la continuación correcta.
9... 1ia5 10. cxd5 ~d5 11. Axe7 ~e7 12. Ad3 ~f6 13. 0-0 cxd4 14. ~d4
237
8 7
~. ~~ ~f"/J~&
-
~·~ ~· -----%~ ~~ !•: 'T:~&,~----%~
: ---~,,1~~ í~~--~ lt-//////.'~"%~'< ,:_,~,~ ~~ 3 ~ ; ;~~ ~ • 4
2
~~-~~~:- ~----~~-~ ~~'0 -----/~ !~ K~ ~
1
a
b
e
d
e
f
g
__, h
14. exd4 era la otra alternativa. Sin embargo, habría conducido a una partida muy dificil en la que, a cambio del ataque, las blancas habrían quedado con el peón d aislado. Al llevar un punto de ventaja en el match, no quise correr ningún riesgo.
14... .t.d715. ~e4 ~ed5 16. ~b3 fid8 17. ~f6+ ~f6 18. fic51'b6 Con este movimiento las negras neutralizan cualquier pequeña ventaja que puedan tener las blancas. Las tablas están ahora muy cerca.
19. Ilc1 llfc8 20. 1'xb6 axb6 21. Ilxc8+ Ilxc8 22. Ilc1 Ilxc1+ 23. ~c11/2-1/2 238
Lasker, E •
Capablanca. JR
La Habana , 1921.04.03 D12 - Csmpe.onato Mundial - partida B
Comentarios de Capablanc.a
1. d4 d5 2. ~f3
~f6
3. c4 c6 4. e3
Esto permite a las n egras sacar el alfil de d ama sin excesiva dificultad.
4 ... Af5 5. ~c3 e6 6. Ad3 A xd3 7. 1!fxd3 ~bd7 8. 0-0 Ad6 9. e4 dxe4 10. ~e4 ~e4 11. 1!fxe4 o-o 12. Ad2 1!ff6 13. !I.ad11!fg6 14. 1!fxg6 hxg6 15. A c3 !Ifd8 16. !Ife1 A c7 17. @ft ~f8 18. Ad2 f6 19. h4 @f7 20. g3 ~d7 21. Ae3 ~b6 22. !Ic1 ~c8 23. !Ie2 ~e7
239
8 7
6 5 4
3
2 1
a
b
e
d
e
f
g h
Es difícil explicar completa.mente todas estas maniobras del caballo. El estudiante haría bien analizándolas. Ahora se puede decir que la posición negra es inexpugnable.
24. llc3 a6 25. a4 llab8 26. b4 b5 26... ~d6 era mejor, ya que daba a las negras cierta posibilidad de victoria.
27. cxb5 axb5 28. a5 .i.d6 29. Ilb3 ~d5 30. .i.d2 lldc8 Se acordaron las tablas porque, habiendo analizado la partida durante las veinticuatro horas anteriores a la reanudación, los dos llegamos a la conclusión de que ningún bando podía ganarla.
1/2-1/2 240
Capablanca, JR
• Lasker, E
La Habana , 1921.04.06
033 - Campeonato MlK1dial - partida 9
Comentarios de Capablanc.a
1. d4 d5 2. ~f3 e6 3. c4 c5 4. cxd5 exd5 5. ~c3 ~c6 6. g3 ~f6 7. Ag2 A e6 8. 0 -0 Ae7 9. dxc5 A xc5 10. Ag5 d4 11. ~e4
8 7
6 5 4
3
2 1 a
b
e
d
e
f
g
h
Yo n unca había ·visto antes esta variante, y por tanto reflexioné durante un buen rato para decidir si debía jugar 11. .SÍ.xf6o11.~. Finalmente decidí hacer esto último como alternativa más segura. 241
11 ... lLe7 12. ~f6+ lLxf6 13 . .i.xf6 1fxf6 Tengo la impresión de que esta posición no es buena para las negras, aunque las blancas tal vez no tengan forma de forzar la "i.lictoria.
14. 1fa4 0-0 15. 1!fb5 Amenazando no sólo 16.~xb7, sino también 16.~gS, con cambio de damas.
15 ... nab8 16. nfd1 h6 17. ~e1 IDeB 18. nd2 18. ~xc6 sólo conduciría a tablas, por ejemplo 18... bxc6 19. ~xc6 2aec8 seguido de 20...&b2.
18... Ag419. nc1 ne5 20. 1fd3 Si 20. ~cS ~gS y la partida está ganada.
20... nbe8 21. Af3 lLxf3 Las negras deberían haber intentado seguir atacando con 21. .. h5 El movimiento del texto simplifica la cuestión y permite conseguir unas tablas fáciles.
22. ~f3 ne4 23. nc41fe6 24. ~d4 ~d41/2-1/2 242
Lasker, E • Capablanca. JR La Habana , 1921.04.08 DB1 - Campeonato Mtmdial - partida 10
Comentarios de Lasker, Capablanca, William Winter, Reinfeld y Kaspárov. Análisis complementario de Rybka Reinfeld: esta es considerada la mejor partida del encuentro, y una de las más características del estilo de Capablanca. Fue Lasker quien dijo, con encomiable objetividad, que el juego del cubano a partir de la jugada 24 fue fascinante.
1. d4 d5 2. c4 e6 3. ~c3 ~f6 4. A g5 A e7 5. e3 0-0 6. ~f3 ~bd77. 1lc2
W. Winter: en la actualidad se sabe que este movimiento sólo permite igualar. Es preferible 7 ~el, tras lo cual las negras no pueden hacer ...cS de forma segura; o bien la variante del cambio 7 cxdS. 7 ... c5 Reinfel d : aunque este movimiento parece liberar el juego negro, genera nuevas dificultades. Seguramente sea mejor el más conservador ...c6. 243
8. I:Id1 Reinfeld: la continuación más antigua.
8 ... 1!fa5 9. .i.d3 h6 Reinfeld: las blancas amenazaban ~xh7. Sin embargo, este avance de peón puede convertirse en una debilidad más adelante.
10. .A.h4 cxd4 11. exd4 dxc4 12 . .A.xc4 ~b6 13 . .A.b3 .A.d7
244
Reinfeld: parece que las negras se han desarrollado más eficazmente, y a que no tienen debilidades estructurales (con la posible excepción del peón de h) y pronto podrán ejercer presión sobre el peón blanco aislado de d. Sin embargo, al ser la posición blanca mucho más abierta y más agresiva, podemos augurarle mejores perspectivas.
14. 0-0 Capablanca: el desarrollo se ha completado. Las blancas tienen el peón d aislado, pero, por otro lado, las negras tienen sus piezas un tanto obstaculizadas.
14... nac8 15. ~e5
245
W. Winter: aquí Golombek sugiere 15. ~e2 , desclavando el caballo, pero parece que las negras obtienen buen juego con 15 ... ~
15 ... Ab5 Capablanca: con este movimiento y el siguiente, las negras obligan a un cambio de piezas que libera su juego.
Reinfeld: este movimiento que en su día fue elogiado, en realidad es una imprecisión porque pierde un tiempo precioso en una situación critica, ya que permite que las blancas lleven la torre de rey a una casilla buena. Era mejor . ..~c6.
16. !Ifet W. Winter: amenazando 17 !Llg6, y si 17...fxNg6, entonces 18 &:e6.
16... ~bd5!
246
a
b
e
d
e
f
g h
(! de Reinfe1d). Reinfe1d: estamos ante 1a conocida posición que dio la vuelta al mundo debido al sensacional análisis de Breyer que concedía a las blancas una mejor partida.
17. Axd5 Kaspárov: un cambio totalmente innecesario, con el que las blancas se privan de toda esperanza de lograr ventaja. Lasker: las blancas han salido de la apertura con una posición superior, pero pierden su oportunidad. El joven maestro húngaro Julius Breyer (poco antes de su prematuro fallecimiento) indicó la continuación correcta.
247
Lasker: las blancas debieron jugar 17. 1lxf6, y si las negras capturan con el caballo 17... ~6 las blancas pueden ganar con (y si las negras capturan con el alfil 17... 1lxf6 , entonces 18. 1lxd5 exdS 19. ~fS) 18. .tlg6 W. Winter: aqw el maestro húngaro Breyer ofreció la siguiente continuación, que parece dar a las blancas una mejor partida: 17. 1lxf61lxf6 (17... tLlxf6 18 . .tlg6 füe8 (si 18 ... fxg6 19. áxe6 recupera la pieza con posición ganadora.) 19. áxe6 fxe6 20.1lxe6+ ~h7 21. .tlf8+ ~8 22. 'W'h7+ li»ch7 23. '-'2lg6#) 18. 1lxd5 exdS 19. '-'2lg41lg5 20. f4 1lxf4 21. Wif5 1lg5 22. WixdS a6 23. a4 :S.cd8 24. ~fS g6 25. ~es ~e8 26. .tlf6+ 1'.xf6 27. ~xf6 y el poderoso peón de d pasado da ventaja a las blancas. Reinfeld: Bogolyúbov ha estudiado en detalle el análisis de Breyer y ha demostrado que las negras pueden quedar con la partida igualada. 17. 1'.xf6 Axf6 (No 17 ... tLlxf6 18. ~g6!, seguido de áxe6!) 18. 1lxd5 exdS 19. ~f5 (19. ·~g41lg5 20. f4 ~xf4 21. ~fS ~gS 22. ~xd5 (22 . .tlxdS ~a6) 22 ... a6 23. a4 ~cd8 24. ~xb7 1'.xa4 25. b4 ~fS 26. ·fLlxh6+ 1lxh6 27. .tlxa4 ~c2 28. '-'2lc5 ~e3+ 29. ~1 ~xd4 30. ~xa6 1'.xcS con posición que conduce a tablas. (19. '-'2lg41'.g5 20. f4 ~h4 21. g3 ~d8 22. '%Yif5 áxc3 23. bxc3 '%Yixc3 24. '%Yixd5 ~c6 25. ~3 ~f3 o 25... ~xc3, recuperando la calidad.) 19 ... ~c6 20. ·~g4 (20. '-'2ld7 1lxd7 21. ~xd7 füd8 22. ~fS :S.c4 23. .tlxdS '%Yixd5 24. :SeS+ :5.xeS 25. ~xdS :S.Xd4 26. Wb3 :S.d2 y las blancas no 248
pueden ganar.) 20... ilgS 21. f4 g6 22. WeS ~ce8 con igualdad. Análisis de Rybka 4: 17.ilxf6 Axf6 18.AxdS exdS 19.°%Wf5 Ac6 20.~g4 Ag5 21.f4 g6 22.~6+ Axf6 23.°%Wxf6 'íJ..ce8 24.fS ~d8 25.°%Wxd8 ~d8 26.b4 a6 27.'íJ..e7 IDeB 28.f6 ~e7 29.fxe7 ges 30.gel f6)
17... ~d5 18. il..xe7 ~e7 19 .. "9b3 il..c6 Capablanca: no 19 ... Aa6 debido a 20. Tz:)d7, seguido po:r 21.lZ:lcS.
20. ~c6 bxc6
a
b
e
d
e
f
g h
W. Winter: como :resultado de los cambios, las posibilidades 249
de las blancas de atacar en el flanco de rev se han reducido al mínimo, y su peón d aislado es más débil que el peón c negro. De ahora en adelante, las blancas lucharán por las tablas. J
21. I:Ie5 Rei nfeld : 21. ~a4 el movimiento más natural 21 ... ~d8 22. ~eS gds y las negras están mejor.
21 .. . l!fb6 22. l!fc2 Reinfeld: El cambio de damas eliminaría la debilidad de los peones negros y persistiría la de los blancos.
22... I:Ifd8 23. ~e2 Lask er : aqtÚ comencé a jugar mal. Después de que la torre ha llegado a dS, con la idea de llegar a cS, 23.~a4 era el movimiento más normal. Cap a blanca: probablemente el primer error de las blancas. Quieren adoptar una buena posición defensiva, pero en lugar de eso deberían haber contraatacado con 23. !Da4 y ~cS. W. W inte r: contra 23. !Da4 las negras continúan 23 ... ~el 24. gcS (no 24. !Des ~d4) 24... ttJfs 2S. gc4 ~d6 26. !Dc3 ~6 con un fuerte ataque sobre el peón d de las blancas. 250
Kaspárov: ¡Demasiado pasivo! 23 ~a4 es lo que debían haber jugado las blancas, y aunque después de 23. ~~a4 aunque después de 23... ~8 24. gc5 <'Llf5 25. ~c6 ~c6 26. ~xc6 ~d4 27. ~e4 e5 las negras habrían conservado una ventaja microscópica, con un juego correcto las blancas habrían podido hacer tablas. Ahora, en cambio, tienen problemas. 23 ... !Id5!
8 7
6 5 4
3
2 1
a
b
e
d
e
f
g h
(! de Reinfeld).
Reinfeld: Lasker ahora cambiar torres, con lo que bloquea el ataque frontal sobre su peón d, pero elimina la debilidad negra y concede a su rival la columna c. 251
24. 1hd5? (? de Lasker). Lasker: W1 movimiento peor aún que el anterior.
.
Lo correcto era 24. ~e3 , y. si 24... tili5, entonces 25. ~b3 v las blancas ganan tiempo para el ataque. W. Winter: esto permite a las negras eliminar su única debilidad. 24. ~e3 parecía más prometedor. Si ahora 24.. . entonces 25. ~ed3 ~cd8 26. h3
m
Reinfeld: se ha sugerido 24. ~e3 , pero ahora sigue 24 ... ~5 25. ~b3 ~d8 26. ~b4 ~d7 y se amenaza ...eS y ... :Sd8.
24 ... cxd5 Lasker: ahora las negras han vuelto a enlazar sus peones y dominan en el flanco de dama. Capablanca: las negras tienen ahora la columna abierta y la posición de sus peones es muy sólida, mientras que las blancas tienen el peón d débil. El aparentemente débil peón a de las negras en realidad no es débil porque las blancas no pueden atacarlo de ningWla forma.
252
25. tfd2 ~f5 26. b3 Lasker: muy mediocre. Este avance podía haber esperado. Era mucho mejor 26 g3. Capablanca: para hberar la dama de la defensa del peón b, y también para evitar ...~c4 en cualquier momento. 26... h5 Capablanca: para evitar un eventual g4. También para hacer una demostración en el flanco de rey, en preparación de posteriores operaciones en el otro flanco.
27. h3?
(? de Lasker). Lasker: malo, sin duda, porque permite a las negras retardar el avance de los peones blancos con el moo;.i:imiento que hicieron en la partida. Era crucial jugar 27. g3 Capablanca: débil, pero las blancas quieren estar preparadas para jugar g4. W. Winter: parecía mejor forzar el cambio de caballos con 27. ~g3 lt:Jxg3 28. hxg3 , y si 28 ... ~c7 29. S>fl , entonces 29... Wc2 30. f3, pero las negras aún tendrían ventaja gracias a la columna c. 253
27... h4!
(!de Lasker). Capablanca: para mantener inmóvil el flanco de rey. Después veremos que las blancas se ven obligadas a jugar g4 y de este modo debilitan su posición. W. Winter: muy bien jugado, para asegurarse de que el caballo no sea molestado en ningún momento. Reinfeld: las negras intentan constantemente mejorar la posición de sus piezas y limitar la de las blancas, al mismo tiempo. 28. !fd3 llc6 29. f1g6 30. !t'b1?
(? de Reinfeld). Reinfeld: permite la infiltración que ahora vamos a ver, y por tanto pierde más terreno. Era mejor '@'d.2. 30... !fb4!
(!de Reinfeld). 31. g1?
Lasker: el rey estaba bien situado. Las blancas debieron haber jugado 31 °@'b2. 254
Capablanca: esta fue la jugada secreta de las blancas. No era lo mejor, pero es dudoso que puedan encontrar un buen sistema de defensa. W. Winter: las blancas no tienen plan y sólo pueden perder tiempo. Reinfeld: otro movimiento débil. Era mejor 31. ~2 aS 32. ~d2 . Pero las negras también tendrían ventaja en este caso. 31 .. . a5!
8 7
6 5 4
3
2 1
a
b
e
d
e
f
g h
(! de Lasker). Lasker: esto decide la partida. Las negras ahora ganan la partida con buen estilo, y desde ahora hasta el final sus maniobras van a ser muy atractivas.
255
W. Winter: otro excelente movimiento posicional. Las negras crearán a las blancas otro peón aislado en el flanco de dama. Desde este momento hasta el final, el juego de Capablanca es modélico. Reinfeld: este movimiento permitirá llegar a una posición en que las negras amenacen simultáneamente al peón d y al peón b.
32. 1!1'b2 a4 Capablanca: ahora las negras cambian el peón y dejan a las blancas con el peón b débil y aislado, que caerá antes o después.
33. 1!rd2 W. Winter: esperando aliviar la presión mediante el cambio de damas.
33 ... 1!rxd2 34. 1hd2 axb3 35. axb3 !Ib6!
(! de Reinfeld). Capablanca: para forzar ~d3 y así evitar que la torre blanca después apoye a su peón mediante ~b2. En la práctica supone que las torre blanca quede atada a la defensa de sus dos peones débiles. 256
Reinfeld: fuerza la penetración de la torre en la séptima fila. 36. l!d3 W. Winter: si 36. ~b2 ~b4 gana un peón. 36... l!a6 W. Winter: ahora las negras no pueden e'i.iitar que su torre quede detrás de los peones blancos.
37. g4 hxg3 38. fxg3 Reinfeld: 38. ~g3 ~al + 39. @g2 lild6, seguido de ... :S.bl. Las blancas pronto perderán un peón. 38... l!a2 39. ~3 l!c2 40. ~dl Capablanca: la alternativa 40. lila4 no era mejor. Las blancas están condenadas.
40... ~e7 W. Winter: el caballo ha cumplido su objetivo en fS y ahora se unirá al ataque sobre el peón b blanco.
257
41.~e3
Reinfeld: si 41. b4 ~el, seguido de .. .~bl y el peón cae.
41 ...
~c1+ 42.
@f2 ~c6 43.
~d1 ~b1!
(! de Lasker). Lasker: evitando la pequeña trampa que tendí a mi rival en caso de que moviera 43 ... ~b4 44. ~d2 ~bl 45. ~b2 Bxb2 46. ~xb2 ~d3+ 47. ~e2 ~b2 48. ~d2 y el caballo no puede escapar. Capablanca: no 43 ... ~b4 debido a 44. ~d2 ~bl 45. ~b2 ~b2 46. ~b2 ~d3+ 47. ~2 ~b2 48. 'Éd2 y las negras no pueden ganar.
44. @e2?
(? de Lasker). Capablanca: no es un error, sino que se jugó deliberadamente. Las blancas no pueden proteger su peón b. W. Winter: posiblemente un error, pero no significa mucha diferencia porque si 44. ~el ~aS permite ganar el peón b. Sin embargo, en este caso las negras tendrian que cambiar las torres. 258
44... lhb3 45. e3 l!b4
a
b
e
d
e
f
g h
W. Winter: Capablanca prefiere mantener las torres sobre el tablero, lo cual facilita su tarea. No obstante, parece que el final de caballos también estaria ganado porque las blancas no pueden evitar que el rival juegue ...f6 y eS...
46. ~c3 ~e7 47. ~e2 ~f5+ 48. f2 g5 49. g4 ~d6 50. ~gl ~e4+ 51. ft W. Winter: si 51. '4i'e3 ~b2 deja a las blancas sin defensa ante la amenaza .. . f5 v, ...f4.
259
51 ... gb1+ 52. «!?g2 gb2+ 53. c¡!;>f1gf2+54. «!?e1 ga2 Capablanca: todos estos movimientos tienen sentido. El estudiante debería intentar comprender su significado.
55. «!?f1 «!?g7 56. ge3 «!?g6 57. gd3 f6 W. Winter: las negras están ahora listas para el decisivo avance del peón e, que permitirá tener un peón pasado en el centro.
58. ge3 «!?f7 59. gd3 «!?e7 60. ,g e3 «!?d6 61. gd3 gf2+ 62. «!?el gg2 63. «!?fl ga2 64. ge3 e5
260
8 7
6 5 4
3 2
1
a
b
e
d
e
f
g h
Capablanca: esta fue mi jugada secreta, y sin duda el mejor método para ganar. W. Winter: el propósito de los últimos movimientos negros era llevar la torre blanca a e3, en lugar de a d3, para poder contestar a ~2 con ...~d2.
65. !Id3 Capablanca: si 65. & 2 ~d2+ 66. ~ e4 67. ~c3 l2\f3 68. ~e3 & 1 69. ~f2 ~g2 y las blancas quedarían indefensas.
Si 65. ~ ~d2+ y las neg:ras ganan cambiando los caballos.
261
6S ... exd4 66. 1!xd4 «!l>c5 67. lidl d4 68. licl + «!ó>d5 Cap abla n ca: todo está decidido. El peón negro avanzará y las blancas tendrán que dar su caballo a cambio de él. Esta es la mejor partida del match y probablemente acabó con las esperanzas del doctor Lasker dle ganar o empatar el match. W. Wint e r : seguir seria frívolo e inútil. Un excelente ejemplo de la perfecta técnica de Capablanca, que no dio a Lasker oportunidad de producir alguna de sus típicas complicaciones.
0-1
262
Capablanca, JR • Lasker,E La Habana , 192t04.13 064 - Campeonato Mundial - partida 11 Comentarios de Capablanca, William Winter y Reinfeld. Análisis complementarios de Rybka 4
Reinfeld: esta partida fue la que realmente decidió el encuentro. Después de la partida anterior, Lasker estaba convencido de que ya no podía alcanzar a su adversario. Se nota fácilmente la actitud apática del hombre mayor y la confianza y el optimismo del aspirante. 1. d4 d5 2. ~f3 e6 3. c4 ~f6 4. Ag5 ~3 0-0 7. llcl lle8
~bd7 5.
e3 il.e7 6.
W. Winter: un movimiento mallo que no sólo pierde tiempo, sino que también crea una seria debilidad en f7 en algunas variantes. Actualmente sabemos que lo correcto es 7... c6 8. ~d3 dxc4 9. ~xc4 •°LldS 10. he7 ~xe7, y si 11. ttJe4 <'Ll5f6 12. <'Llg3 eS la partida está igualada, más o menos.
8. !fc2 c6 9. il.d3 dxc4 10. Lc4 ~d5 11. il..xe7 llxe7
263
Reinfeld: un fallo cuyas consecuencias sufrirá Lasker el resto de la partida debido a la posición restringida en la que va a caer. Era correcto 11. .. ~xe712. 0-0 (12. ~dl l!Jxc3 13. ~xc3 b6, seguido de ... ~b7.) 12... ~c3 13. ~xc3 e5 Análisis de Rybka: ll .. .~xe712 .'De4 ~f6 13.0-0 l!Jxe4 14.~xe4 e5 15.~el h6 16.~b3 exd4 17. ~xe7 ~e7
18.l!Jxd4 ~8 19.f3 ~e6 20.~e6 l!Jxe6 21.~cdl Slf8 22.S> f2 S>e8 23.h4 ~d8 24.:S.Xd8+ S'xd8 25.a3 ~d7 26.~xe6 Tablas.
264
12. 0 -0 ~f8 13. 1!f d1 .A.d 7 Capablanca: no creo que el sistema de defensa adoptado por el doctor Lasker en esta partida sea nada bueno. Reinfeld: la posición negra es sólida y libre de defectos estructurales, pero es insoportablemente rígida, con escasas perspectivas de liberación. Las blancas deben e'\ritar todas las posibilidades de liberación de las negras (especialmente ...e5 y ...c5). En algún momento las negras tendrán que lanzarse a hacer maniobras para conseguir más espacio, y al hacerlo se crearán debilidades que las blancas podrán explotar gracias a su may or movilidad. 14. e4 ~b6? (?de Reinfeld). Reinfel d : lo indicado era ...~Nc3, siguiendo la conocida máxima que dice que quien tiene una posición restringida debe soltrar lastre para simplificar. Es cierto que la posición negra no habría sido ideal, pero se habrían librado de una pieza que no va a ser útil en toda la partida. Capablan ca: el mo'\rimiento del texto, al obligar al alfil a retroceder, gana tiempo para la defensa. 14 ... ~c3 habría simplificado la posición en cierto modo, pero habría dejado a las negras con una posición muy incómoda.
265
W. Winter: 14... lLJx:c3 habría supuesto Wla ligera liberación en esta posición tan restringida. 15 . .1lf1! W. Winter: Wla excelente casilla para el alfil. Reinfeld: esta novedosa retirada es muy buena; el mo'l.iitniento natural Bb3 habría bloqueado el peón b. Bq3 habría obstaculizado la acción de la torre de dl, v, ~e2 habría interferido en la presión sobre la columna e. 15 ... l!c8 16. b4 Capablanca: para evitar ...c6-c5, que podría venir ahora o en cualquier momento. No hay alfil de casillas negras, y todo el plan de las blancas se basa en eso. Intentarán, a su debido tiempo, situar W1 caballo en d6, apoyado por su peón de eS. Si pueden hacer esto sin debilitar la posición de otra forma, las negras estarán perdidas. 16... .1le8 17. ltb3 Capablanca: las blancas podían haber jugado ya 17. a4 pero antes querían evitar que la dama negra entrara en juego vía d6 y f4.
266
17... l:Iec7 Reinfeld: para evitar una posible ruptura blanca con dS y para preparar un eventual cS.
18. a4! (! de Reinfeld). Reinfeld : las blancas quieren jugar eS, para situar un caballo en d6, y de ese modo restringir aún más la posición negra. Sin embargo, no quieren permitir que el caballo mal situado de b6 llegue a la excelente casilla dS; por eso antes quieren que el caballo se vaya de donde est á.
18... ~g6 19. a5 ~d7 20. e5 Reinteld: hacer un movimiento de esta clase, que, como veremos, conlleva cierta compensación para las negras, requiere coraje y un juicio posicional muy preciso. Sin embargo, todas las decisiones que toman las blancas se ven favorecidas por su mayor movilidad. W. W inter: para llevar el caballo a d6, vía e4, pero el transcurso de la partida sugiere que las blancas pueden haber sobrestimado la fuerza de esta maniobra. 20. g3 evita ...~4 y habría servido para mantener la presión sobre la posición negra y mantiene la ¡posibilidad de un at aque alternativo mediante lDeS y f4. 267
20... b6 21. ~e4 lib8 22. l!fc3
Capablanca: el movimiento del texto da a las negras la oportunidad de ganar tiempo. 22. ~a3 era mejor. W. Winter: a primera vista, este mo·vimiento parece una pérdida de tiempo, pero 22. ~a3 podía contestarse con 22.. . ~e7 23. ~6 c5, con contrajuego.
22... ~f4 23. ~d6 ~d5
8 7
6 5 4
3 2
1 Capablanca: si la dama blanca estu~iiera en a3, las negras no podrían ganar este tiempo tan importante.
268
24. 1!fa3 f6 W. Winter: un movimiento excelente que socava la situación del caballo en d6 y libera la posición negra. 25.~e8
Capablanca: este alfil tenía que capturarse porque amenazaba con ir a hS, clavando el caballo. 2.5 ... fixe8 26. exf6 gxf6 Capablanca: tomar con cualquiera de los dos caballos habría dejado el peón e extremadamente débil. Reinfe1d: deja el rey expuesto al ataque, pero con 26 ...tD2xf6 la debilidad negra de eS llevaría a la derrota más rápidamente que en la partida. 27. b5! (! de Reinfeld). Reinfeld: antes de emprender acciones contra el rey enemigo, Capablanca adara la situación en el otro .flanco para quitar al negro cualquier posibilidad de contrajuego. Al mismo tiempo, el espacio así abierto en el flanco de dama será más valioso para las blancas que para su rival, gracias a su mayor movilidad.
269
Capablanca: con este movimiento las blancas se libran de sus peones débiles del flanco de dama. 27... l!bc8 28. bxc6 l!xc6 29. l!xc6 l!xc6 30. axb6 axb6 31. l!e1 W. Winter: amenazando ~bS, seguido de ~d6. La respuesta negra le permite defender su peón e débil mediante ...lL\fS. (31. ~bS era mejor. ) 31 ... 1!fc8 32. ~d2 Capablanca: esta fue mi jugada secreta, y sin duda la única para conservar la iniciativa. 32... ~f8 Capablanca: 32... ::ac3 habría sido contestado con 33. V&al Reinfeld: Lasker sugiere aquí 32... ~c3, pero después de 33. ~d6 ~b8 34. !i:le4 ~c6 35. ~a3 llegamos a la misma posición que se da en la partida.
270
33.~e4
Capablanca: el caballo blanco ocupa ahora una posición muy buena. La posición negra es mucho más difícil de lo que parece a primera vista, y creo que el único sistema adecuado de defensa seria a base de ...fS, después de ...h6, para hacer retroceder al caballo blanco. 33 ... 1!fd8 34. h4! (! de Reinfeld). Reinfeld: la continuación de ataque más fuerte. El peón servirá para apoyar •'tlgS, en respuesta a ...fS, y el peón tal vez pueda avanzar.
34... l!c7 Capablanca: podemos afirmar que éste es el movimiento que pierde la partida. Las negras debieron jugar 34 ... h6 para poder continuar con ...fS, forzando al caballo blanco a retirarse. Reinfeld: 34 ... f5 35. ~bS :Sc7 36. lilgS ~e7 37. ~c4 y las blancas tienen posición ganadora. 35. l!fb3
271
a
b
e
d
e
f
g h
Capablanca; el plan blanco consiste en librarse del caballo negro favorablemente situado en dS, la clave de la defensa negra. 35 ... l!g7 36. g3 l!a7 37. .A.c4 l!a5 38. ~c3 ~c3 39. l!fxc3 ~f7
Reinfeld: las negras van a sufrir ahora debido a la terrible presión sobre su posición, principalmente sobre el peón de e. 40. !fe3 l!fd6 41. l!f e4 l!a4
272
Capablanca: a ninguno de los dos nos quedaba demasiado tiempo en esta fase de la partida. La alternativa para las negras era 41. .. ~a7, que habría sido contestada con 42. d5 , dejando a las negras con lo que, en mi opinión, es una posición perdida. W. Winter: hasta ahora las negras han defendido su posición restringida con la perseverancia propia de Lasker, pero aquí cometen un grave error. Era crucial defender la segunda fila con 41. .. ~a7 , y si 42. dS exdS 43. ~xdS+ S>g7 44. ~g4+ S>h6 , y la partida puede defenderse. 42. l!fb7+ ~g6 Capablanca: si 42 ... ~e7 43. ~c6 gana. ( Reinfeld: si 42.. . ~e7 43. °@'c6 (43. ~xe6+ .'2ixe6 44. ~xe7+ @xe7 45. d5 también gana ) 43... ~a7 44. dS y las blancas ganan. ) Reinfeld: si 42... S>g8 43. ~cS , con posición ganadora para las blancas. 43. l!fc8 l!fb4 W. Winter: esto pierde en pocas jugadas.
273
La única defensa posible era 43 ... 'iBfl 44. d5 e5, pero después de 45. ~b5 :aa7 46. °@'e8+ no hay demasiadas esperanzas para las negras.
44. llcl!
a
b
e
d
e
f
g h
(! de Reinfeld).
44 ... 1!fe7 Capablanca: las negras ya no tienen esperanza; por ejemplo, 44 ... ~a3 (lo mejor) 45. ~d3+! f5 (lo mejor) 46. ~e8+ 'iBh6 47. :5i.el :::::.as 48. :S.Xe6+ tt:lxe6 49. ~xe6+ Slg7 50. ~e5+, etc. En prácticamente todas las otras variantes el jaque con el alfil en d3 lleva a la victoria. 274
W. Winter: si 44 ... <:áfl 45. dS es decisivo.
45. Ad3+ h6 Capablanca: 45 ... fS sólo habría servido para prolonga la partida unas jugadas más, porque 46. ~c7 siempre sería ganador. 45 ... f5 Reinfeld: 46. ~xf5+ 'áf6 47. ~c7 ~d6 48. ~c6 ~b4 49. ~cS y ganan.
46. 1lc71la1+ 47. g2 ifd6 48. 1!fxf8+ 1-0
275
276
•
Lasker, E Capablanca, JR
La Habana, 1921.04.16
C66 - Campe.anata M111dial -partida 12
Comentarios de Capablanca y William Winter 1. e4 e5 2. ~f3 ~c6 3. Ab5 ~f6 4. o-o d6 5. d4 .A.d7 6. ~c3 ll.e7 7. l!e1 exd4 8. ~d4 0-0 9. Afl W . Winter: movimiento recomendado por el doctor Tarrasch, que continuaba con 10 b3 y 11 ~b2. Su principal mérito es que evita el cambio del movimiento normal 9 ~xNc6, y sin duda Lasker lo eligió por ese motivo. En esta fase del encuentro era vital para él ganar una partida.
9... l!e8 10. f3 .A.f8 W. Winter: después de este mo•;.iimiento, el juego de las negras es muy difícil. La mejor continuación la jugó el mismo Capablanca en una partida posterior contra Euwe, en Londres, 1922: 10... ~d4 11. ~xd4 iLe6 12. '%Wf2 (12. b3 ft:id7, seguido de ...fil6 ) 12... c6 13. ~d2 ~6 con igualdad.
11 . .A.g5 h6 12. ll..h4 g6 277
W. Winter: es arriesgado en apariencia, pero es difícil encontrar una continuación satisfactoria. 12... g5 es posible, pero implica un grave debilitamiento de la defensa negra.
13. ~d5
8 7
6 5 4
3 2
1
a
b
e
d
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f
g
h
W. Winter: esto da lugar a una configuración que probablemente sea única en la práctica magistral y que, por sí sola, hace que esta partida sea digna de comentar. 13. ~c6 bxc6 (13... ~xc6 14. e5 y las blancas están mejor) 14. e5 g5 W . Winter: es e·vidente que pierden una pieza si toman el peón. 15. exf6 gxh4 16. ~d4 y las negras tienen
278
una posición muy buena. Sir G. A. Thomas sugiere aquí 16... ~8 que puede contestarse con 17 . :SX:eS ~xeS (Si 17... Le8 18. ~g4+ ~8 19. ~d3 con ataque ganador.) 18. 1S'xh4 ~e3+ 19. ~1 d5 20. á:el con un peón más y mejor posición. 13... ll..g7
Capablanca: no puedo recomendar a nadie el sistema de defensa que adopté en esta variante. 14. ~b5 Capablanca: la combinación que da comienzo con este movimiento es totalmente errónea. Después del movimiento del texto, las negras deberían tener mejor partida. El movimiento correcto para las blancas era simplemente mantener la posición jugando 14. c3 W. Winter: 14. f4 seria contestado con 14... g5 15 . fxg5
tt:lxe4 14 ... g5 15. ~dxc7 Capablanca: si 15. ~f2 ctJxdS daría a las negras una mejor partida. La combinación que se permiten las blancas es sólo buena en apariencia. 279
15 ... gxh4 16. ~a8 !fxa8 17. ~c7 W. Winter: parece mejor 17. ~xd6 ,que amenaza e5 y fije?. Si las negras contestan 17... ~8 ,entonces 18. eS ~xd6 19. exd6 con peones blancos muy fuertes.
17... !fd8 18. ~e8 ~e8
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W. Winter: las blancas tienen dos torres y tres peones contra tres piezas menores por parte de las negras, lo cual, calculado en unidades, supone una ventaja material considerable. Sin embargo, la disposiáón de las fuerzas hace que este cálculo tenga poco valor material y que para las blancas sea imposible mantener sus peones del flanco de dama. 280
19. !lbl .A.e6 20. c3
W. Winter: las blancas deben proteger la casilla d4. Si, por ejemplo, 20. b3 11:\YaS 21. a4 ~d4+ 22. ~1 ~c3 23. :§.e2 ~d4 y las negras dominan. Las torres blancas se muestran impotentes ante las poderosas piezas menores negras. 20... .A.xa2
Capablanca: un error. Las negras no tuvieron en cuenta el tiempo que les quedaba y decidieron recuperar un peón que no tenia importancia. Peor aún, la captura sólo ayudó a las blancas. Las negras habrían tenido la partida ganada si hubiesen jugado 20... ~eS 21. !tal .A.e6
W. Winter: por supuesto, no 21. .. ~6+ 22. ~1 ~xb2 23. :§.e2 22. 1!fd2 a6
Capablanca: 22... h3 era mejor. Después del mo'Vi:miento del texto, las negras tienen una partida extremadamente difícil.
281
23.
iff2 hS
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W. Winter: Capablanca reflexionó más de una hora antes de hacer este movimiento. La posición es complicada para él, ya que las blancas, después de haber asegurado su posición, están listas para atacar con f4 y :Sdl, seguido posiblemente de :l!e3, f5 y :l!hl, etc. El movimiento de la partida debilita su peón de h más retrasado, pero tiene el mérito de abrir una nueva diagonal para su alfil de casillas negras, que podrá atacar el peón de f blanco después de que éste se haya situado en f4. Capablanca: 23... ~g5 habria dado a las negras mejores oportunidades de ganar. Después de lo que jugaron, no tienen nada mejor que las tablas. 282
24. f4 W. Winter: las blancas no tienen otra forma de llevar a cabo su ataque.
24 ... Ah6 25. Ae2 W. Winter: si 25. f5 ~b3 26. ~e2 tZ::leS 27. h3 para e'ritar ...~g4 27... ~g5, seguido de ....~6, con buena partida. La jugada 25. ~adl se contesta 25... ~f6.
25 ... ~f6 W. Winter: aprovechando inmediatamente la oportunidad de cambiar uno de sus peones doblados por uno de los peones blancos. La pérdida de un peón en el flanco de dama tiene menos importancia.
26. llxh4 W. Winter: no hay nada mejor.
26... ~e4 27. ifxd8+ ~d8 28. ha6 d5 29. Ae2 W. Winter: si 29. ~d3 ~c5 (No 29 ... ~xf4 30. ~xe4 dxe4 31. ~a8 ~g5 32. ~dl y las blancas ganan.) 30. ~e2 ~xf4
283
29 ... A xf4 30. Axh5 Ac7 31. l:tad1 Capablanca: con veinticuatro horas para analizar la posición, los dos llegamos a la conclusión de que la partida era tablas. W. Winter: por supuesto, aún se puede jugar mucho, pero es imposible decir qué bando tiene ventaja, ni tampoco sugerir posibles continuaciones. El juego de Capablanca al final de esta partida fue extremadamente preciso.
1/2-1/2
284
Capablanca, JR • Lasker, E La Habana , 192104.19 063 - Campeonato Mundial -partida 13
Comentarios : Capablanca
1. d4 d5 2. ~f3 ~6 3. c4 e6 4. .A.g5 li..e7 5. e3 ~bd7 6. ~c3 0 -0 7. lic1 lie8 8. 1!fc2 h6 9. lLh4 c5 10. cxd5 ~d5 11. li..xe7 ~e7 12. dxc5 ~c5 13 . Ji..b5
8 7
6 5
3 2
1 a
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d
e
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h
No es lo mejor. El movimiento 13. b4 era más enérgico y totalmente seguro.
13 ... Ji..d7 14. 0-0 1!fb6 15. li..xd7 ~d7 16. l!fdl l!ed8 17.
h3 285
Una pérdida de tiempo. 17. ~a4 era el movimiento adecuado.
17... liacB 18. l!a4 ~c6 19. l!b5 a6 20. B'xb6 ~b6 21. lI.xdB+ ~d8 22. ~e2 'i!?f8 23. lI.xcB ~c8 La partida no dio más de sí. Con tres puntos de ventaja me relajé. Mi rival, al jugar con negras, no podia esperar demasiado. 1/2-1/2
286
Lasker,E • Capablanca, JR La Habana , 192104.20 C66 - Campeonato Mundial - partida 14
Comentarios de Capablanca y Lasker 1. e4 e5 2. ~f3 ~c6 3. .A.b5 ~f6 4. 0-0 d6 5. d4 .A.d7 6. ~c3 .A.e7 7. .A.xc6 .A.xc6 8. !fd3 exd4 9. ~d4 .A.d7 10. .A.g5 0-0 11. llael h6 12 . .A.h4 ~h7 13 . .A.xe7 !fxe7 14. ~d5 !fdS 15. c4
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Capablanca: las blancas tienen ahora una posición muy fuerte y las negras deben jugar con ct.údado para e·vitar caer en una posición desesperada.
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15 ... l!e8 16. f4 c6 Capablanca: esto debilita el peón d, pero hay que hacer algo para que las piezas negras dispongan de espacio para maniobrar. Además, con el avance del peón f, el peón blanco de e también es débil, lo cual compensa en cierto modo. 17. ~c3 1!fb6 18. b3 l!ad8 Innecesario. 18.. . ge7 era lo correcto. 19. c¡t¡ih1~f620. h3 .A.c8 21. l!d1 Capablanca: esto es una pérdida de tiempo. Para obtener ventaja, las blancas tendrán que atacar en el flanco de rey, ya que el peón negro de d, aunque débil, no puede ganarse mediante un ataque directo. 21 ... l!e7 22. l!fe1 l!de8 23. l!e21!fa5 24. l!f11!fh5 25. c¡t¡lg1 a6 26. l!ff2 1!fg6 27. l!f3 Si 27. ~ ~xfS 28. exfS ~ 29. ~e7 ~e7 y las negras tienen buen juego. 27... irh5 28. f5
288
Capablanca: de dudoso valor. Encierra al alfil blanco, pero debilita más el peón de e y también crea un agujero en eS para las piezas negras. La posición, a primera vista, parece muy favorable a las blancas, pero un detallado análisid muestra que esto es más aparente que real.
28 ... l!h4 29. ~h2
a
b
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g h
Capablanca: un error, cometido bajo la presión del tiempo, sumada a las dificultades que encierra la posición. Lasker: un terrible error. Lo lógico era IDe3, o bien a4.
29 ...
~g4+
Lasker: gana la calidad y la partida.
30. ~h1~e5 31. fid2 ™3 32. ™3 fif6 289
Capablanca: 32... ~g3 era peligroso y podria causar la pérdida de material.
33. a4 Capablanca: para prevenir ...b7-b5. H ay algunas variantes en las que las blancas recuperarían la calidad a cambio de un peón si jugaran 33. g4 , seguido de e4-e5 y ~' pero el final resultante seria tan favorable a las negras que la continuación elegida por las blancas puede considerarse la mejor.
33 ... g6 34. fxg6 fxg6 35. lte3 A.f5 36. !fd3 Capablanca: hay muchas variantes interesantes que conúenzan con 36. ~d3 ; por ejemplo, 36... ~xe4 37. ~d6 l:Wg7 38. ~4 ~f5 39. !ilxfS gx:fS 40. ~6 ~el+ 41. ~ WfeS+ 42. g3 ~xc3 y las blancas están perdidas.
36... g5 37.
~d2
Ag6 38. b4
290
b e d e f g h Capablanca: la idea de las blancas consiste en cambiar
a
tantos peones como les sea posible, con lo que esperan llegar a un final en que la ventaja negra de la calidad no sea suficiente para ganar. 38... l!fe6 39. b5 axb5 40. axb5 !!a8 41. 1!fbl 1!fe5 42. l!fe1 c¡!¡>h7 43. bxc6 bxc6 44. 1!fg3 1!fxg3 45. l!xg3 lla3 46. c¡!¡>h2 llb7 47. c5 Capablanca: forzado, porque se amenazaba 47...~b2, ganando una pieza. 47... dxc5 48. ~c4 llal 49. ~e5 llcl Capablanca: vale la pe-ta estudiar los mm.rimientos de esta torre. Creo que las negras no tenían otra forma mejor de jugar. 291
50. h4
50... l!e7 51. ~c6 l!e6 52. ~d8 gxh4 53. l!d3 l!f6 Capablanca: la clav e de la defensa negra, conservar la columna f en su poder.
54. l!d7+ @h8 55. ~d5 l!ff1 56. @h3 Le4 0-1
292
l 2.2.5. El resumen del encuentro Fecha
15 y 16 de marzo 17 y 18 de marzo 19, 20 y 21 de marzo 23 de marzo
[PIJUG. 1 RES. 1
1115°1= 12Fi= f 1631= 1413°1=
TIEMPOS
Capablanca 2:44 Lasker 2:35 Lasker 2:36 Capablanca 2:37 Capablanca 3:59 Lasker 4:20 Lasker 2:04 Capablanca 2:16
Capablanca 2:55 Lasker 2:45 fFF Lasker 2:30 31 de marzo y 1 de abril Capablanca 2:30
29 y 30 de marzo
fFi=
2 de abril 3 y 4 de abril 6 de abril 8. 9 y 10 de abril
171231= fl3°i= fFi= F
r 81+capa.
Capablanca 1:22 Lasker 1 :20 Lasker 2:07 Capablanca 1:48 capablanca 1:55 Lasker 1:37 Lasker 4:20 Capablanca 4:20
13y14 de abril
F Fl +Capa. Capablanca 3:00 Lasker 3:05
16 de abril
Fri= Fr3i=
19 de abril 20 y 21 de abril
f r 61 +Cap. 293
Lasker 2:05 Capablanca 1:54 Capablanca 1:05 Lasker 1 :15 Lasker 3:30 Capablanca 3:40
• Resultado final: Capablanca 4 - Lasker O. Diez partidas tablas. • Número de movimientos: 576. • Tiempo empleado: Capablanca 35 horas y 55 minutos, Lasker 36 horas y 9 minutos. • Aperturas utilizadas: Gambito de Dama Rehusado, en diez ocasiones; Apertura Española, en tres ocasiones; Apertura de los Cuatro Caballos, en una ocasión.
294
3. CONSECUENCIAS Y CONCLUSIONES
l 3.1. Capablanca, una nueva imagen para el ajedrez
e
OMO YA HEMOS mencionado, a pesar de que Capablanca era campeón del mundo antes de disputarse el encuentro de La Habana, para el público en general y para la posteridad se proclamó campeón después de vencer a Lasker. Así le desaibía la prensa:
Capablanca es distinto a los
antiguos maestros de ajedrez El nuevo catnpeón tiene la apariencia de un exitoso agente de bolsa neoyorquino - No es una persona absorta en el juego Ahora que los organizadores del encuentro de ajedrez de La Habana han aceptado la renuncia del doctor Lasker y han otorgado el título de campeón del mundo a Capablanca, el vencedor debe pasar otra prueba después de su '\rictoria. Tendrá que soportar las miradas de los curiosos y las comparaciones de los expertos. El hombre de la calle se preguntará:" ¿Qué aspecto tiene?". Los expertos querrán compararle con las grandes figuras del pasado. 295
En apariencia, el nuevo campeón es muy diferente al estereotipo del ajedrecista. La barba, las gafas, el ceño fruncido, los hombros caídos, el humo del tabaco, el traje descuidado: todo eso está ausente. El nuevo campeón parece más un exitoso agente d.e bolsa o un hombre de negocios que un ajedrecista. Cuando no se encuentra estudiando el tablero parece más joven de lo que realmente es - nació en La Hab ana, el 19 de no\riembre de 1888-, y casi siempre está de buen humor. Además, es atractivo, va bien afeitado, es de altura media, con un cuerpo bien proporcionado de porte aristocrático,
y la cabeza y la frente tienen un aspecto especialmente hermoso. Se 'i.riste con cuidado, tiene modales perfectos, conversa en un inglés fluido y se maneja bien con los idiomas. También a diferencia de los maestros de ajedrez tradicionales, no se muestra absorto en el juego. Todo le interesa. Excepto cuando juega o se prepara para jugar, olvida el ajedrez y disfruta de la 'i.rida como puede hacerlo cualquier hombre sano y alegre de treinta y dos años. Y también en otro aspecto Capablanca es diferente a la mayoría de maestros. No ha conocido la pobreza. Llegó a este país cuando era un jovencito para aprender inglés en la escuela secundaria y estudiar ingeniería quírrúca en la Universidad de Columbia. Después de dos años, su 296
talento para el ajedrez se hizo tan evidente que decidió convertirse en ajedrecista profesional. Más adelante, el gobierno cubano le nombró cónsul asistente y le en'\ri.Ó a sus delegaciones en Europa cuando allí se celebraban torneos. 5u gobierno tomó una excelente decisión porque Capablanca ha situado a Cuba en el mapa para muchos miles de personas de todo el mundo. ¿Cómo podemos comparar a este alegre joven, en lo que al ajedrez se refiere, con los carripeones mundiales del siglo XIX como Morphy, Steinitz y Lasker? Nunca se puede contestar con exactitud a este tipo de preguntas, pero sí que podemos hacer una valoración aproximada. Morphy es el nombre que suele mencionarse junto al de Capablanca. Los dos tienen antepasados españoles y los dos llegaron a la cima del ajedrez con gran rapidez y a una edad muy temprana. Morphy era virtualmente campeón del mundo con veintiún años. Capablanca fue aspirante al título con veintidós. Los dos han demostrado una precocidad fuera de lo normal cuando eran niños; por ejemplo, Capa derrotaba a sus mejores compatriotas a la edad de doce años.
297
También hay un gran parecido en su estilo de juego. Los dos muestran finura, sencillez, amor y búsqueda de la simplicidad. El efecto general es una gran claridad, como la de un cristal. Capa dice en su libro que le disgustan los planes elaborados. Siempre busca reducir el ajedrez a sus elementos, obtener sus principios intrínsecos, seguirlos, y de ese modo derrotar inevitablemente a quienes desobedecen sus leyes. Sin embargo, si cogemos una serie de partidas jugadas por Morphy y Capablanca vemos una chocante diferencia. Las de Morphy contienen un gran número de sensacionales sacrificios y combinaciones brillantes y llamativas. Resultan más entretenidas a la hora de reproducirlas. No obstante, esto se debe a los cambios que ha sufrido el ajedrez desde su época, y no quiere decir que esas sutilezas estén por encima de las capacidades del cubano. Las gemas más brillantes de Morphy tu\iieron lugar frente a jugadores inferiores. Es difícil adivinar si habría tenido las mismas oportunidades frente a los científicos maestros modernos y es mejor abandonar el intento de saber si uno de estos dos jóvenes campeones es mejor que el otro.
298
Steirútz representa un tipo distinto de hombre y de ajedrecista. Se parece a la habitual caricatura del ajedrecista, y aunque pasó mucho tiempo deleitando con el arte de su juego, concluy ó su carrera como apóstol de la precisión, cautivo de sus propias preferencias. Esta debilidad psicológica le llevó a la derrota y nos permite asegurar que Capablanca es superior a él. El nuevo campeón no tiene predilecciones especiales ni tampoco obsesiones, a no ser que la constante búsqueda de la verdad ajedrecística sea una obsesión para un profesional. El jugador que más se parece a1 cubano es el Emanuel Lasker ai\teriot al año 1914. Lasker, en su mejot momento, se pareáa mucho al actual Capablanca. Lasker tal vez fuera un poco más inclinado a las combinaciones, pero en lo que respecta a su dev oción por el buen sentido, la ·visión general del tablero y el juego, así como por su notable '\fisión posicional, los dos son similares y verdaderos grandes maestros. No importa quién pueda ser el mejor.
The New York Ti.1nes - 1 de mayo de 1921
299
300
3.2. Las opiniones de los expertos sobre el encuentro AX EUWE, al comentar años después este encuentro, consideraba que el juego de Lasker sorprendió negativamente en muchos sentidos. Su manejo de la apertura fue a menudo débil, su jtúcio posicional no fue con\FÚlcente, y su juego estuvo marcado por graves errores. Hay que tener también en cuenta que se había preparado poco para el encuentro. Y todo esto fue fatal para enfrentarse al enérgico Capablanca, en la cumbre de su dominio de la técnica.
M
Reinfeld decia que se dieron muchas explicaciones para el mal juego de Lasker, pero que aún no se había explicado por completo, sobre todo cuando recordamos que durante los años sigtúentes resistió los embates de la vejez y quedó entre los primeros clasificados en todos los torneos en los que participó. Algunos comentaristas han sugerido que el clima de La Habana le afectó negativamente, mientras que otros han asegurado que el clima no influy ó en nada. Sigue diciendo Reinfeld que la razón más profunda es, sin duda, de carácter personal: Lasker había perdido todos su.s ahorros durante la guerra y accedió a disputar el encuentro principalmente para recuperar lo que había perdido.
301
Además, la guerra y sus consecuencias habían tenido W1 efecto depresivo sobre su carácte:r; añadamos a esto las premoniciones de W1 hombre de cierta edad presionado por W1 joven y ambicioso rival, y entonces los mo·vimientos extrañamente apáticos de W1 hombre que juega sin convicción desde el principio dejan de ser W1 misterio.
302
l 3.3. Las impresiones de los protagonistas ARA ENTENDER un acontecimiento es necesario tener en cuenta el testimonio de sus protagonistas, de quienes lo vi-.¡'1.eron directrunente, aunque sus opiniones sean clarrunente parciales y en algunos casos interesadas.
P
3.3.1. Lasker
En su libro Mi encuentro con Capablanca, Lasker comenta los pormenoces desde su propia perspectiva. A continuación ofrecemos un restunen de sus conclusiones.
~
Este encuentro me causó las dificultades f~ ~ f que ningún otro me había creado, pero ~ de todos modos fue un placer para mí. Es ~\a evidente que las condiciones externas no fueron favorables, pero el ajedrez de Capablanca fue todo un reto. Sus partidas son claras, lógicas y enérgicas. Nada es oculto o artificial en ellas. Su forma de pensar puede leerse en sus movimientos, aunque él quiera ser elegante. Cuando juega para tablas o para ganar, o cuando teme perder, sus movúnientos expresan sus sentimientos de forma exacta. Sus ideas se reflejan en ellos incluso cuando pretende ser astuto. Pero, a pesar de 303
su claridad, sus movimientos no son estereotipados, sino profundos ( ...) No es amigo de situaciones complejas rú de aventuras, sino que quiere saber de antemano hada dónde se encamina. La profundidad de su juego es matemática, no poética. Su espíritu es romano y no griego ( .. .) Las combinaciones de Anderssen o Chigorin fueron posibles en determinadas situaciones porque en ellas pudieron manifestar su individualidad. En cambio, las de Capablanca pueden preverse varias jugadas antes porque
se asientan sobre prii'tcipios generales. Anderssen y Chigorin buscaban posiciones originales; en cambio, Capablanca se ciñe a la lógica de las posiciones sólidas. Su juego me agradó, y también me satisfizo enfrentarme a un adversario duro como el acero, a pesar de que las circunstancias me impidieron jugar como habría querido. Sin embargo, estas circunstancias no lo aclaran todo, sino que hay que completarlas con el punto débil de mi juego, que durante varios años no hice nada por mejorar; no perfeccioné mi estilo ( ...) Los predecesores de Capablanca son Mason y Schlechter. No obstante, él es más reflexivo que esos maestros porque es capaz de hacer combinaciones bellas y fuertes que le 304
permiten obtener ventaja en algunos momentos, una habilidad que Mason y Schlechter sólo manifestaban raras veces. Capablanca refutó una apertura mediante una combinación en la quinta partida del encuentro, cuya posibilidad había sido todo un problema durante años. Si tiene tiempo suficiente para pensar, examina de modo preciso y riguroso las maniobras del rival y después demuestra sus debilidades ( .. .) Estamos acostumbrados a representarnos a los grandes genios como personas que conocen su camino, que ven, como adivinos, cosas que permanecen ocultas a los mortales. Es posible que Capabolanca haya suprimido su aspecto visionario. Es también posible que su genio sea de tipo práctico y lógico, y que él se esforzara por ser '\iisionario sólo dentro de esos límites. No obstante, creo que Capablanca no da rienda suelta a su fantasía. ¿Es Capablanca el maestro definitivo e ideal? No lo creo, pero se merece el título de campeón del mundo. Tiene un estilo enérgico que resulta preciso, inventivo, lógico y enérgico. Lucha con honor en todas las batallas ( ... ) El estilo de Capablanca sorprende por su lógica. Posee una eficacia aplastante.
305
Por encima de toda rivalidad y de diferencias de carácter y estilo, Lasker admiraba a Capablanca. Su libro sobre el campeonato termina así:
Cuando Steinitz supo que iba a perder la última partida de nuestro enfrentamiento, se levantó y dijo: "¡Tres hurras por el nuevo campeón del mundo!". Estas palabras me conmovieron. Ahora, es para mí cuestión de honor pronunciar estas mismas palabras ante el campeón del mundo de ajedrez.
306
3.3.2. Capablanca Capablanca, ya definitivamente proclamado campeón, quiso contestar a Lasker y expresar su versión sobre lo sucedido en el campeonato y sus preliminares. En octubre de 1922 publicó un artículo en la re,lista Briti sh Chess Magazine, en respuesta a los comentarios de Lasker incluidos en las crónicas que escribió durante el encuentro. N o se tiene constancia de que Lasker contestara a estas acusaciones.
B doctor Lasker, en su reciente libro sobre el encuentro por el campeonato del mundo de La Habana, distorsiona tanto los hechos que no podemos permitir que no se pongan en cuestión. Sobre su ' opinión acerca. de las partidas no diré nada, excepto que no puede mostrar un solo momento en el que pudo h aber ganado una partida. Eso basta por sí mismo. No podria decirse lo mismo de las demás competiciones que ha disputado. Que cometió algunos errores es evidente, pero también lo hizo contra otros riv ales en encuentros anteriores; lo que ocurrió es que ellos cometieron más errores que él. Que él jugó de forma débil en algunos momentos también es cierto; si hubiera jugado siempre lo mejor no habría perdido. Eso también es evidente, pero así es el transcurso natural de los
~ . .:r
307
acontecimientos en cualquier competición: siempre gana quien juega mejor. Lo más destacado del encuentro, y lo que la mayor parte de los comentaristas no mencionan, es que no ganó una sola partida. Una hazaña de la cual sentirse orgulloso, ya que hasta el momento es única en los anales de los enfrentamientos por el campeonato del mundo. El doctor Lasker va demasiado lejos cuando afirma que y o difundí información falsa sobre que La Habana había hecho una oferta de 20.000 dólares. Sus insinuaciones sobre el asunto son un claro ataque contra mi honestidad y buena fe. Esas acusaciones sin pruebas son innobles. Yo he demostrado una paciencia infinita durante toda mi relación con el doctor Lasker, y he soportado muchas cosas por respeto a su edad y a sus muchos años como campeón del mundo, pero esas insinuaciones son totalmente imperdonables. Mi respuesta no tiene como objetivo discutir. Mi propósito es mostrar al público los verdaderos hechos de este asunto tan debatido. Así los historiadol!:'es del ajedrez tendrán las premisas correctas de las cuales extraer sus conclusiones. A continuación, los hechos por sí mismos:
308
A finales del año 1911 reté al doctor Lasker para disputar el campeonato del mundo y le pregunté las condiciones que ponía. Su respuesta consistió en redactar una serie de cláusulas que pueden encontrarse en cualquier publicación de ajedrez de la época. Le contesté a él directamente, mediante una carta, comentándole que una de las condiciones era "claramente injusta" . El doctor Lasker afirmó que se sintió ofendido por haber utilizado esa expresión y no tuvo la cortesía de contestarme por carta. En lugar de eso, contestó a través de la prensa y dijo que no jugaría con el hombre que le había insultado. Por tanto, fue él, y no y o, quien usó la prensa para contestar al adversario. Afirmó por el mismo medio que, si yo no estaba satisfecho con su decisión, delegara en el señor W. P. Shipley para que actuara como árbitro. (El doctor Lasker omite este hecho en su historia del encuentro). Aunque el doctor Lasker no había contestado a mi carta, sino que simplemente utilizó la prensa para expresarse, expliqué el asunto al señor Shipley, quien escnbió al doctor Lasker que él no veía ninguna razón por la que no deberían proseguir las negociaciones y llegar a un acuerdo: una manera muy diplomática de decir al doctor Lasker que estaba equivocado. Su respuesta fue típica de él. Escribió otro artículo en la prensa diciendo que el señor Shipley podía pensar lo que quisiera, pero que él (Lasker) pensaba de forma distinta y que en ningún caso jugaría 309
connúgo después de lo que había ocurrido. Por tanto, nombró su propio árbitro, y cuando este árbitro no estuvo de acuerdo con él lo dejó al margen. Después el doctor Lasker escribió más artículos en los que hacia comentarios despectivos sobre mí. Mientras tanto, yo nunca escribí nada en la prensa. Es e"\iidente que todos los insultos procedieron de él. Pasemos ahora a la segunda ronda de negociaciones.
En el año 1919, mientras estaba en Londres, recibí una carta de la Asociación de Ajedrez de Holanda en la que se me preguntaba si quería jugar con el doctor Lasker, y si era así bajo qué condiciones. Contesté inmediatamente que estaría encantado de jugar por el campeonato del mundo y sugerí celebrar una reunión en Holanda para hablar sobre el tema en persona. Después de una larga espera, en la que prácticamente perdí toda esperanza, reabí la noticia de que el doctor Lasker se reuniría conmigo en La Hay a. En enero de 1920 llegamos a un acuerdo, por el cual, además de los gastos de viaje y de estancia de los dos jugadores, n.o se tomarían en consideración bolsas de premios inferiores a 8.000 dólares. También estuve de acuerdo en que jugaríamos donde hicieran la mejor oferta. Acudí inmediatamente a España, donde me habían hecho una propuesta. Desde España fui a Nueva York, donde traté el asunto con unos amigos. 310
Después, finalmente viajé a La Habana, donde mis paisanos querían que tuviera lugar el encuentro. Allí conseguí una oferta mucho mejor que todas las demás, y estaba a punto de comurúcársela al doctor Laske:r cuando llegó la notiáa de que renunáaba al título de campeón del mundo, lo cual, de acuerdo con una de las dáusttlas de nuestro acuerdo, me convertía a nú en
campeón. La misma cláusttla existía en el acuerdo del año 1913 entre el doctor Lasker y Rubinstein para un encuentro por el titulo. No hay otra forma justa de tratar este asunto: si el campeón acepta un reto y después no juega, debe otorgarse el titulo al aspirante. Cualquier otra solución seria injusta para éste. No obstante, yo prefería jugar en lugar de proclamarme campeón sin ganar sobre el tablero. Para tal fin hice un segundo ·viaje a Holanda (esta vez directamente desde Cuba) para explicar el asunto al doctor Lasker, a quien yo había escrito acerca de la oferta de La Habana y que me había pedido que nos reurúéramos en La Haya. Allí, en agosto, llegamos a un segundo acuerdo, dejando pendiente que el doctor Laske:r reabiría, antes del 10 de septiembre, una carta que garantizaría la bolsa de premios. Partí haáa París, donde 311
tuve la buena fortuna de encontrarme con el señor R Truffin, presidente del Oub Unión, uno de las personas que aportaban dinero para los premios, además de tesorero de los mismos. Inmediatamente se envió una carta al doctor Lasker, por duplicado (una a Berlín y otra a La Haya), garantizando los premios. La carta fue firmada por el señor Truffin. La existencia de esta carta es omitida por completo en el libro del doctor Lasker, probablemente porque, como en el caso de la carta del señor Shipley durante las primeras negociaciones del año 1911, su simple mención h abría desmantelado sus argumentos, que se basan muy poco en los hechos y mucho en la imaginación, por no decir otra cosa. Que él consideró la carta del señor Truffin garantía suficiente queda demostrado por el hecho de que me escribió inmediatamente una carta a tal efecto. Lamentablemente, en esta carta también escribió que quería más cosas, que en realidad no eran sino nuevas exigencias que no tenían ningún fundamento en los artículos que acabábamos de firmar. Estas exigencias eran totalmente absurdas y podían haberse considerado ofensivas. Aunque el encuentro iba a comenzar en enero de 1921, exigió que en octubre de 1920 se pusiera 3.000 dólares a su disposición en Amsterdam. También se le debería 312
pagar 4.000 dólares más veinticuatro horas antes de comenzar el encuentro. El lecto:r podrá sacar sus propias conclusiones sobre el astmto. Esas exigencias podían haberse considerado ofensivas para la buena fe de los generosos patrocinadores. Por su parte, el doctor Lasker no ofrea'.a otra garantía que su palabra. Escribió tma carta s:im.ilar al árbitro Ponce. Como Ponce no terúa nada que ver con los acuerdos económicos del encuentro, no podía, por supuesto, satisfacer las exigencias. Además, en aquel momento, Ponce no conoa'.a la carta del señor Truffin, va que en ese caso le habría dicho al doctor Lasker que se dirigiera al señor Truffin. J
Yo estaba aún en Europa cuando recibí otra carta del doctor Lasker y, temiendo que :no se celebrara el encuentro, viajé por tercera vez a La Hay a, donde le dije que si él quería jugar el encuentro yo creía que podía arreglarlo todo, que el dinero estaba totalmente garantizado y que estaría disponible cuando comenzara el encuentro, pero que yo dudaba de que los cubanos pudieran satisfacer todas sus peticiones, que lo único que se podía hacer era esperar (puesto que insistía en sus nuevas exigencias) a que yo llegara a La Habana, en diciembre, y me hiciera cargo del asunto personalmente.
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Y a en La Habana, tuve una reunión en la que conseguí, para no dar al doctor Lasker ninguna oportunidad de eludir el encuentro, que el señor Truffin enviara el mensaje que menáona el doctor Lasker en su libro. El mensaje fue enviado por cable el 24 de diáembre de 1920, pero el doctor lasker contestó que el encuentro comenzaría el 10 de marzo. ¿Por qué ese retraso? Él no lo dice en su libro, pero la verdad es que intentó viajar en primer lugar a los Estados Unidos (probablemente para conseguir dinero para pagar el viaje), y sólo cuando no pudo hacer esto hizo el ·viaje directo a La Habana. Para lo que sigue a continuación debemos recordar que el doctor Lasker había estado antes en La Habana dos veces, dando exhibiáones en el club de ajedrez. Así, es lógico suponer que conocía el dima que se iba a encontrar. En cualquier caso, no le era completamente desconoádo.
En su carta del 11 de abril, incluida en su libro sobre el encuentro, escrita después de perder la déáma partida, el doctor Lasker se queja del sol. Las partidas se jugaron de noche, entre las nueve de la noche y la una de la madrugada; el sol ya se había puesto dos horas antes de comenzar las partidas. Si el sol le molestaba durante el día, todo lo que tenía que hacer es quedarse en casa, descansar y esperar a la tarde para salir. 314
En su carla del 18 de abril, tam.bién incluida en su hbro, se queja del sol y esta vez también del calor. Afirma que esa tarde había treinta y dos grados de temperatura a la sombra. ¡Cuánta imaginación! Esas temperaturas no existen en Cuba excepto en pleno verano, en agosto, el mes más caluroso del año. Afirma que había veintinueve grados por la noche, con viento del norte. Eso es también absurdo. Cuando sopla el viento del norte en Cuba por la noche durante esa época del año, la temperatura no supera los veinte grados, y es probable que caiga por debajo. En esos casos se nota fresco. Recuerdo que en dos ocasiones tu\iimos que cerrar 1as ventanas porque el aire era demasiado fresco, y sin embargo él dice que hacía demasiado calor. En este momento debo decir que, lejos de estar acostumbrado al calor, como mucha gente cree, yo no puedo soportarlo. Durante los pocos veranos que pasé en Cuba desde el año 1904 me puse enfermo. He pasado la mayor parle de mi ·v ida en dimas muy fríos, me gusta el frío y el calor me pone enfermo. La verdad es que jugamos en las condiciones más perfectas que se puedan imaginar. Jugamos en el casino, situado cerca del club de campo y a un kilómetro de la playa. Teníamos una sala separada con ventanas en tres 315
lados y jardines detrás, donde solíamos pasear mientras el otro pensaba. Había un camarero sólo para nosotros dos. Podíamos tomar cualquier cosa irunediatamente y sin pagar. Sólo jugábamos una sesión nocturna de cuatro horas, de nueve a una de la madrugada. El tiempo fue excelente, no sólo para un hombre nacido en el trópico, sino también para un europeo. Remito al lector a la introducción a mi libro escrita por el señor H. Cassel, alemán de nacimiento, que ha "\tivido toda su \tida en Alemania, Inglaterra y los Estados Unidos. Pero creo que ya es suficiente; como dijimos antes, el doctor Laske:r había estado antes dos veces en Cuba, sabía muy bien lo que estaba haciendo, y si el encuentro no dio comienzo en una fecha anterior no puede culpar a nadie excepto a él mismo. Si hubiera cumplido el acuerdo de agosto de 1920, el enfrentamiento habría comenzado el 21 de ene:ro. Si el doctor Lasker quiere una excusa para su derrota, debería buscarla donde los hechos no le contradigan. El doctor Lasker dice en su libro que :rechazó reducir el número de partidas, y da la impresión de que se le llegó a proponer. La verdad es que él fue el primero que habló sobre eso. Puesto que yo iba por delante en el marcador, yo no podía proponer tal cosa. Esa propuesta sólo podía venir de él, que tenía cero puntos en el marcador. No recuerdo los detalles, así que no diré más. 316
También habla de la conúda y de que perdió peso, y afirma que yo soy infatigable. Perdí cinco kilos y conú muy poco, no porque la comida fuera mala, sino debido a la normal tensión nerviosa que conlleva una competición tan dura. En cuanto a su enfermedad, no puedo decir nada porque no soy médico. Todo lo que sé es que dos o tres días después del encuentro se había marchado. El doctor Lasker partió hacia Europa con buen aspecto y alegre, muy lejos del hombre enfermo que uno imagina al leer su libro.
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l 3.4. Nuestras conclusiones
N
UESTRA MODESTA opinión es que, igual que Lasker era superior a Steinitz en prácticamente todos los sentidos, y del núsmo modo que
posteriormente Alekhine lograría vencer a Capablanca con algo menos de talento innato -pero con mucho más trabajo ajedrecístico y psicológico-, Lasker -el más culto, con mejor formación intelectual y más versátil de todos los campeones del mundo, además de gran psicólogo y profundo conocedor de la naturaleza humana - , sin duda sabía que el estilo de Capablanca era prácticamente inmune a su forma de jugar contra el hombre, no sólo contra las piezas. Es cierto que en 1914 logró ganarle una estupenda partida en San Petersburgo, pero en La Habana Capablanca tomó precauciones y no permitió que las partidas se complicaran en exceso. El estilo caracteristico de Lasker, con su fuerza disminuida por las circunstancias históricas y personales, no podía hacer nada contra un Capablanca en su mejor forma, que jugaba con una técnica muy precisa y evitaba las complicaciones, en las que Lasker se movía como pez en el agua. Además, Lasker tenía ya cincuenta y dos años, frente a los treinta y dos de Capablanca. La guerra había hecho estragos en él, igual que en todos los maestros europeos, mientras que Capablanca, por el contrario, había pasado esos años en 319
América, estudiando y practicando. Lasker no había jugado casi nada durante la guerra, excepto pequeños encuentros de escasa entidad; y, sobre todo, estaba imbuido de un profundo pesimismo por los desastres de una guerra sin sentido y por haber perdido casi todos sus ahorros. Creemos que estos factore:s que hemos citado son la causa de su actitud negativa antes del enfrentamiento con el cubano, así como de su mal rendimiento. Y también explican el farol que se marcó ante Capablanca, los potenciales patrocinadores y todo el mundo del ajedrez, cuando decidió renunciar al título de campeón. Era un farol porque sabía que ni Capablanca ni sus partidarios aceptarían su renuncia: no aceptarían que fuera campeón sin haber vencido a su predecesor. Y el órdago que lanzó ese gran jugador del juego de la vida que era Lasker cumplió su objetivo: Capablanca, gran diplomático y amigo de opulentos aficionados cubanos, le permitió con su propuesta ganar una fortuna nunca antes vista en el mundo del ajedrez. El •viejo león la aceptó - como es lógico- , y al ver que tenía a su disposición una gallina de huevos de oro (los patrocinadores cubanos) que haría cualquier cosa para que su polluelo (Capablanca) consiguiera el tan preciado título, planteó más exigencias aún, sabedor de que se las conce.derian. Y por fin accedió a disputar el encuentro, pero sin excesivas ganas en lo deportivo, razón por la que cometió errores impropios de él.
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Cuando el marcador estaba 4 - O en su contra, y la '1.lictoria de Capablanca era imposible de e'l.litar aunque consiguiera recuperar su mejor forma, Laske:r sabía muy bien que los partidarios del cubano ya se encontraban satisfechos. Para no derrochar más energías en vano abandonó el encuentro alegando problemas de salud y de mala aclimatación, que posiblemente fueran ciertos en parte. Todos aceptaron su retirada -Capablanca, los organizadores y los árbitros-, se le pagó el dinero acordado y dos días después dejó La Habana y partió hacia Europa habiendo cumplido su objetivo. Todos quedaron contentos: Capablanca y sus seguidores con su título mundia], y él con su dinero para poder vi'l.li:r bien y no morir en la miseria, como les había sucedido a Steinitz v, Schlechter. Es oportuno en este momento señalar una gran diferencia entre Lasker y Capablanca. Este tÜtimo nadó en una familia de clase media, y los gastos que no pudo costear los cubrió un mecenas que le ayudó desde niño, Ramón Pelayo, lo cual le permitió estudiar en la Universidad de Columbia, Estados Unidos. Años después, cuando comenzó a cosechar triwtlos en torneos internacionales, el gobierno cubano le nombró miembro del cuerpo diplomático, puesto en el que no debía hacer nada excepto jugar al ajedrez representando a su país. En consecuencia, su '1.lida fue un camino de rosas en lo que al ámbito financiero se refiere, y esa despreocupación por lo económico se reflejaba en su estilo de juego, su personalidad 321
y su forma de ser. Lasker, por el contrario, nació en una familia de escasos recursos, y durante su niñez pasó una temporada malviviendo con su hermano mayor, Berthold, y ganándose el sustento a base de jugar partidas de ajedrez en nn café de Berlín. Sólo nnos años después, cuando comenzó a ganar torneos, pudo disfrutar de una situación más desahogada. Sin embargo, pese .a sus esfuerzos por lograr un puesto de profesor de universidad y por vi'\lir de esaibir, tuvo que seguir ejerciendo de ajedrecista profesional, aunque en algnnos momentos de su vida prefiriera dedicarse a otras tareas más gratificantes para él. Por lo expuesto, nos parece evidente que el dandi optimista y
bon mvant Capablanca -que nunca había pasado dificultades económicas y para quien el ajedrez era algo natural, igual que hablar- debía tener una visión del mnndo y del juego muy distinta a la de Lasker, matemático, filósofo, esaitor y maestro de ajedrez por necesidad, que en los años siguientes al encuentro de La Habana volvió a brillar en torneos cuando las circunstancias '\IÍtales le obligaron, hasta que no pudo continuar haciéndolo cuando su avanzada edad ya le imposibilitaba aguantar varias horas delante del tablero. Lamentablemente, a pesar de todos sus esfuerzos por tener una posición desahogada, pasó dificultades durante su vejez, al tener que abandonar Alemania en 1935 y emigrar a la Unión So'\iiética para huir del acoso nazi a los judíos, dejando todas sus posesiones en 322
su país natal. Debió salir también de la URSS en 1937 debido a las tristemente famosas purgas de Stalin, y se dirigió a los Estados Unidos, donde ·vivió sus cuatro últimos años de vida pasando penurias. Falleció el 11 de enero de 1941 en un hospital de la beneficencia, a causa de una infección renal mal tratada. En cuanto a Capablanca, nunca tuvo problemas económicos y su vida fue más feliz, pero tu''º que soportar la humillación de que Aliojin nunca accediera a darle la revancha después de perder el título ante él en Buenos Aires, en 1927.
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INDICE DE PARTIDAS 1. Rubinstein, A - Lasker, E 2. Capablanca, JR - Marshall, FJ 3. Rubinstein, A - Capablanca, JR 4. Capablanca, JR - Be:mstein, O 5. Lasker, E - Capablanca, JR 6. Capablanca, JR - Bemstein, O 7. Capablanca, JR - Schroeder, A. 8. Lasker, E - Sduechter, C 9. Capablanca, JR - Marshall, FJ 10. Capablanca, JR - Lasker, E 11. Lasker, E - Capablanca, JR 12. Capablanca, JR - Lasker, E 13. Lasker, E - Capablanca, JR 14. Capablanca, JR - Lasker, E 15. Lasker, E - Capablanca, JR 16. Capablanca, JR - Lasker, E 17. Lasker, E - Capablanca, JR 18. Capablanca, JR - Lasker, E 19. Lasker, E - Capablanca, JR 20. Capablanca, JR - Lasker, E 21. Lasker, E - Capablanca, JR 22. Capablanca, JR - Lasker, E 23. Lasker, E - Capablanca, JR
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INDICE DE APERTURAS • C62. Ruy Lopez, Defensa Steinitz antigüa o Capablanca, Jose Raul - Marshall, Frank James 1909 • C66. Ruy Lopez, Defensa Berlinesa, 4.0-0, d6 o Capablanca, J. - Bemstein, O. 1911 o Capablanca, Jose Raul - Lasker, Emanuel 1921 o Lasker - Capablanca 1921 o Lasker - Capablanca 1921 o Lasker - Capablanca 1921 • C68. Ruy Lopez, Variante del Cambio o Lasker, Emanuel - Capablanca, Jose Raul 1914 • C89. Ruy Lopez, Gambito Marshall o Capablanca, Jose Raul - Marshall, Frank James 1918 • Dl2. QGD Eslava, 4.e3 Af5 o Lasker - Capablanca 1921 • D32. QGD, Defensa Tarrasch o Rubinstein, Akiba - Lasker, Emanuel 1909 o Lasker, Emanuel - Schlechter, Carl 1918 • D33. QGD, Defensa Tarrasch, Sistema SchlechterRubinstein o Rubinstein, Akiba - Capablanca, Jose Raul 1911 o Capablanca - Lasker 1921
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• 037. QGO, 4.Cf3 o Lasker - Capablanca 1921 • 053. QGO, 4.Ag5 Ae7 o Capablanca, Jose Raul - Bemstein, Ossip 1914 • 061. QGO, Defensa Oxtodoxa, Variante Rubinstein o Lasker - Capablanca 1921 o Lasker - Capablanca 1921 • 063. QGO, Defensa Oxtodoxa, 7.Tcl o Capablanca, Jose Raul - Schroeder, A. 1916 o Capablanca - Lasker 1921 o Capablanca - Lasker 1921 o Capablanca - Lasker 1921 • 064. QGO, Defensa Oxtodoxa, Ataque Rubinstein (con Tcl) o Capablanca - Lasker 1921 o Capablanca - Lasker 1921
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I NDICE DE JUGADORES • Bernstein, O o Capablanca, JR - 1911 o Capablanca, JR-1914 • Capablanca, JR o Marshall, FJ - 1909 o Rubinstein, A - 1911 o Bemstein, O -1911 o Lasker, E - 1914 o Bemstein, O -1914 o Schroeder, A. - 1916 o Marshall, FJ - 1918 o Lasker, E - 1921 o Lasker, E - 1921 o Lasker, E - 1921 o Lasker, E - 1921 .o Lasker, E - 1921 o Lasker, E - 1921 o Lasker, E - 1921 o Lasker, E - 1921 o Lasker, E - 1921 o Lasker, E - 1921 o Lasker, E - 1921 o Lasker, E - 1921 329
o Lasker, E - 1921 o Lasker, E - 19?1 • Lasker, E o Rubinstein, A - 1909 o Capablanca, JR - 1914 o Sch1echter, C - 1918 o Capablanca, JR - 1921 o Capablanca, JR - 1921 o Capablanca, JR-1921 o Capablanca, JR-1921 o Capablanca, JR-1921 o Capablanca, JR-1921 o Capablanca, JR- 1921 o Capablanca, JR - 1921 o Capablanca, JR - 1921 o Capablanca, JR-1921 o Capablanca, JR - 1921 o Capablanca, JR - 1921 o Capablanca, JR - 1921 o Capablanca, JR-1921 • Marshall, FJ o Capablanca, JR- 1909 o Capablanca, JR-1918 • Rubinstein, A o Lasker, E - 1909 330
o Capablanca, JR - 1911 • Schlechter, C o Lasker, E - 1918 • Schroeder, A. o Capablanca, JR- 1916
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