Farenheit 541
Ray Bradbury
FARENHEIT 451 Índice Fuego Brillante Era estupendo quemar La criba y la arena Fuego vivo El texto titulado "Fuego Brillante" es un prólogo del autor a su novela, pero no pertenece a la edición de Orbis.
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Fuego Brillante Cinco pequeos brincos y luego un gran salto. Cinco petardos y luego una explosión. Eso describe poco m!s o menos la gnesis de Fa#ren#eit $%&. Cinco cuentos cortos, escritos durante un per'odo de dos o tres aos, #ici #icier eron on que que invi invirt rtie iera ra nuev nuevee dóla dólare ress y medi medio o en mone moneda dass de die( die( centa centavo voss en alqu alquililar ar una una m!qu m!quin inaa de escri escribi birr en el sótan sótano o de una una biblioteca, y acabara la novela corta en sólo nueve d'as. )Cómo es eso* +rimero, los saltitos, los petardos En un cuento corto, -Bonire/, que nunca vend' a ninguna revista, imagin los pensamientos literarios de un #ombre en la noc#e anterior al in in del del mund mundo. o. Escri Escrib' b' unos unos cuan cuanto toss rela relato toss pare parecid cidos os #ace #ace unos unos cua cuaren renta y cin cinco aos aos,, no com como una pred prediicci cción, ón, sin sino corn corno o una advertencia, en ocasiones demasiado insistente. En -Bonire/, mi #roe enumera sus grandes pasiones. 0lgunas dicen as' -Lo que m!s molestaba a 1illiam +eterson era 2#a3espeare y +latón y 0ris 0ristó tóte tele less y 4onat 4onat#a #an n 25it 25it y 1ill 1illia iam. m. Faul Faul3n 3ner er,, y los los poem poemas as de, de, buen bueno, o, 6obe 6obert rt Frost Frost,, qui( qui(!, !, y 4o#n 4o#n 7onn 7onnee y 6ober 6obertt 8e 8err rric ic3. 3. 9odo 9odoss arro:ados a la 8oguera. 7espus imaginó las ceni(as ;porque en eso se convertir'an<. +ensó en las esculturas colosales de =ic#elangelo, y en el >reco >reco y 6e 6eno noir ir y en tant tantos os otro otros. s. =a =aa ana na esta estar' r'an an todo todoss muer muerto tos, s, 2#a3espeare y Frost :unto con 8ux?ey, +icasso, 25it y Beet#oven, toda aquella extraordinaria biblioteca y el bastante com@n propietario ... / Ao muc#o despus de -Bonire/ escrib' un cuento m!s imaginativo, pienso, sobre el uturo próximo, -Brig#t +#oenix/ el patriota an!tico local amena(a al bibliotecario del pueblo a propósito de unos cuantos miles de libros condenados a la #oguera. Cuando los incendiarios llegan para rociar los vol@menes con 3erosene, el bibliotecario los invita a entrar, y en lugar de deenderse, utili(a contra ellos armas bastante sutile sutiless y absolu absolutam tament entee obvias obvias.. =ientr =ientras as recorr recorremo emoss la biblio bibliotec tecaa y encontramo encontramoss a los lectores lectores que la #abitan, #abitan, se #ace evidente evidente que detr!s detr!s de los o:os y entre las ore:as de todos #ay m!s de lo que podr'a imaginarse. =ientras quema los libros en el csped del :ard'n de la biblioteca, el Censor 4ee toma ca con el bibliotecario del pueblo y #abla con un camarero del bar de enrente, que viene trayendo una :arra de #umeante ca. 8ola, eats di:e. 9iempo de brumas y rustración madura di:o el camarero. )eats* di:o el Censor :ee . DAo se llama eats Est@pido di:e . ste es un restaurante griego. )Ao es as', +latón
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Fuego Brillante Cinco pequeos brincos y luego un gran salto. Cinco petardos y luego una explosión. Eso describe poco m!s o menos la gnesis de Fa#ren#eit $%&. Cinco cuentos cortos, escritos durante un per'odo de dos o tres aos, #ici #icier eron on que que invi invirt rtie iera ra nuev nuevee dóla dólare ress y medi medio o en mone moneda dass de die( die( centa centavo voss en alqu alquililar ar una una m!qu m!quin inaa de escri escribi birr en el sótan sótano o de una una biblioteca, y acabara la novela corta en sólo nueve d'as. )Cómo es eso* +rimero, los saltitos, los petardos En un cuento corto, -Bonire/, que nunca vend' a ninguna revista, imagin los pensamientos literarios de un #ombre en la noc#e anterior al in in del del mund mundo. o. Escri Escrib' b' unos unos cuan cuanto toss rela relato toss pare parecid cidos os #ace #ace unos unos cua cuaren renta y cin cinco aos aos,, no com como una pred prediicci cción, ón, sin sino corn corno o una advertencia, en ocasiones demasiado insistente. En -Bonire/, mi #roe enumera sus grandes pasiones. 0lgunas dicen as' -Lo que m!s molestaba a 1illiam +eterson era 2#a3espeare y +latón y 0ris 0ristó tóte tele less y 4onat 4onat#a #an n 25it 25it y 1ill 1illia iam. m. Faul Faul3n 3ner er,, y los los poem poemas as de, de, buen bueno, o, 6obe 6obert rt Frost Frost,, qui( qui(!, !, y 4o#n 4o#n 7onn 7onnee y 6ober 6obertt 8e 8err rric ic3. 3. 9odo 9odoss arro:ados a la 8oguera. 7espus imaginó las ceni(as ;porque en eso se convertir'an<. +ensó en las esculturas colosales de =ic#elangelo, y en el >reco >reco y 6e 6eno noir ir y en tant tantos os otro otros. s. =a =aa ana na esta estar' r'an an todo todoss muer muerto tos, s, 2#a3espeare y Frost :unto con 8ux?ey, +icasso, 25it y Beet#oven, toda aquella extraordinaria biblioteca y el bastante com@n propietario ... / Ao muc#o despus de -Bonire/ escrib' un cuento m!s imaginativo, pienso, sobre el uturo próximo, -Brig#t +#oenix/ el patriota an!tico local amena(a al bibliotecario del pueblo a propósito de unos cuantos miles de libros condenados a la #oguera. Cuando los incendiarios llegan para rociar los vol@menes con 3erosene, el bibliotecario los invita a entrar, y en lugar de deenderse, utili(a contra ellos armas bastante sutile sutiless y absolu absolutam tament entee obvias obvias.. =ientr =ientras as recorr recorremo emoss la biblio bibliotec tecaa y encontramo encontramoss a los lectores lectores que la #abitan, #abitan, se #ace evidente evidente que detr!s detr!s de los o:os y entre las ore:as de todos #ay m!s de lo que podr'a imaginarse. =ientras quema los libros en el csped del :ard'n de la biblioteca, el Censor 4ee toma ca con el bibliotecario del pueblo y #abla con un camarero del bar de enrente, que viene trayendo una :arra de #umeante ca. 8ola, eats di:e. 9iempo de brumas y rustración madura di:o el camarero. )eats* di:o el Censor :ee . DAo se llama eats Est@pido di:e . ste es un restaurante griego. )Ao es as', +latón
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El camarero volvió a llenarme la ta(a. El pueblo tiene siempre alg@n campeón, a quien enaltece por encima de todo... sta y no otra es la ra'( de la que nace un tiranoG al principio es un protector. H m!s tarde, al salir del restaurante, Barnes trope(ó con un anciano que casi cayó al suelo. Lo agarr del bra(o. +roesor Einstein di:e yo. 2eor 2#a3espeare di:o l. H cuando la biblioteca cierra y un #ombre alto sale de all', digo Buenas noc#es, seor Lincoln ... H l contesta Cuatro docenas y siete aos ... El an!tico incendiario de libros se da cuenta entonces de que todo el pueblo #a escondido los libros memori(!ndolos. D8ay libros por todas partes, escondidos en la cabe(a de la gente El #ombre se vuelve loco, y la #istoria termina. +ara ser seguida por otras #istorias similares -9#e Exiles/, que trata de los persona:es de los libros de O( y 9ar(!n y 0licia, y de los persona:es de los extraos cuentos escritos por 8a5t#orne y +oe, exiliados todos en =arteG uno por uno estos antasmas se desvanecen y vuelan #acia una muerte deinitiva cuando en la 9ierra arden los @ltimos libros. En -Is#er 8/ mi #roe re@ne en una casa de =arte a todos los incendiarios de libros, esas almas tristes que creen que la antas'a es per:udicial para la mente. Los #ace bailar en el baile de disraces de la =uerte 6o:a, y los a#oga a todos en una laguna negra, mientras la 2egunda Casa Is#er se #unde en un abismo insondable. 0#ora el quinto brinco antes del gran salto. 8ace unos cuarenta y dos aos, ao m!s o ao menos, un escritor amigo m'o y yo 'bamos paseando y c#arlando por 1ils#ire, Los 0ngeles, cuando un coc#e de polic'a se detuvo y un agente salió y nos preguntó qu est!bamos #aciendo. +oniendo un pie delante del otro le contest, sabi#ondo. sa no era la respuesta res puesta apropiada. El polic'a repitió la pregunta. Engr Engre' e'do do,, resp respon ond' d' 6esp 6espir iran ando do el aire aire,, #abl #ablan ando do,, conv conver ersa sand ndo, o, paseando. El oicial runció el ceo. =e expliqu. Es Dlógico que nos #aya abordado. 2i #ubiramos querido asaltar a algu alguie ien n o roba robarr en una una tien tienda da,, #abr #abr'a 'amo moss cond conduc ucid ido o #ast #astaa aqu' aqu',, #abr'amos asaltado o robado, y nos #abr'amos ido en coc#e. Como usted puede ver, no tenemos coc#e, sólo nuestros pies. )+aseando, e#* di:o el oicial . )2ólo paseando* 0sent' y esper a que la evidente verdad le entrara al in en la cabe(a. Bien di:o el oicial . +ero, Dqu no se repita
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H el coc#e patrulla se ale:ó. 0trapado por este encuentro al estilo de 0licia en el +a's de las =aravillas, corr' a casa a escribir -El peatón/ que #ablaba de un tiempo uturo en el que estaba pro#ibido caminar, y los peatones eran tratados como criminales. El relato ue rec#a(ado por todas las revistas del pa's y acabó en el 6eporter la esplndida revista pol'tica de =ax 0scoli. 7oy gracias a 7ios por el encuentro con el coc#e patrulla, la curiosa pregunta, mis respuestas est@pidas, porque si no #ubiera escrito -El peatón/ no #abr'a podido sacar a mi criminal paseante nocturno para otro traba:o en la ciudad, unos meses m!s tarde. Cuando lo #ice, lo que empe(ó como una prueba de asociación de palabras o ideas se convirtió en una no vela de J%.KKK palabras titulada -9#e Fireman/, que me costó muc#o vender, pues era la poca del Comit de ?nvestigaciones de 0ctividades 0ntiamericanas, aunque muc#o antes de que 4osep# =cCart#y saliera a escena con Bobby ermedy al alcance de la mano para organi(ar nuevas pesquisas. En la sala de mecanogra'a, en el sótano de la biblioteca, gast la ortuna de nueve dólares y medio en monedas de die( centavosG compr tiempo y espacio :unto con una docena de estudiantes sentados ante otras tantas m!quinas de escribir. Era relativamente pobre en &%K y no pod'a permitirme una oicina. In mediod'a, vagabundeando por el campus de la ICL0, me llegó el sonido de un tecleo desde las proundidades y ui a investigar. Con un grito de alegr'a descubr' que, en eecto, #ab'a una sala de mecanogra'a con m!quinas de escribir de alquiler donde por die( centavos la media #ora uno pod'a sentarse y crear sin necesidad de tener una oicina decente. =e sent y tres #oras despus advert' que me #ab'a atrapado una idea, pequea al principio pero de proporciones gigantescas #acia el inal. El concepto era tan absorbente que esa tarde me ue di'cil salir del sótano de la biblioteca y tomar el autob@s de vuelta a la realidad mi casa, mi mu:er y nuestra pequea #i:a. Ao puedo explicarles qu excitante aventura ue, un d'a tras otro, atacar la m!quina de alquiler, meterle monedas de die( centavos, aporrearla como un loco, correr escaleras arriba para ir a buscar m!s monedas, meterse entre los estantes y volver a salir a toda prisa, sacar libros, escudriar p!ginas, respirar el me:or polen del mundo, el polvo de los libros, que desencadena alergias literarias. Luego correr de vuelta aba:o con el sonro:o del enamorado, #abiendo encontrado una cita aqu', otra all!, que meter'a o embutir'a en mi mito en gestación. Ho estaba, como el #roe de =elville, enloquecido por la locura. Ao pod'a detenerme. Ho no escrib' Fa#ren#eit $%&, l me escribió a m'. 8ab'a una circulación continua de energ'a que sal'a de la p!gina y me entraba por los o:os y recorr'a mi sistema nervioso antes de salirme por las manos. La m!quina de escribir y yo ramos #ermanos siameses, unidos por las puntas de los dedos.
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Fue un triuno especial porque yo llevaba escribiendo relatos cortos desde los doce aos, en el colegio y despus, pensando siempre que qui(! nunca me atrever'a a saltar al abismo de una novela. 0qu', pues, estaba mi primer intento de salto, sin paraca'das, a una nueva orma. Con un entusiasmo desmedido a causa de mis carreras por la biblioteca, oliendo las encuadernaciones y saboreando las tintas, pronto descubr', como #e explicado antes, que nadie quer'a -9#e Fireman/. Fue rec#a(ado por todas las revistas y inalmente ue publicado por la revista >alaxy, cuyo editor, 8orace >old, era m!s valiente que la mayor'a en aquellos tiempos. )Mu despertó mi inspiración* )Fue necesario todo un sistema de ra'ces de inluencia, s', que me impulsaran a tirarme de cabe(a a la m!quina de escribir y a salir c#orreando de #iprboles, met!oras y s'miles sobre uego, imprentas y papiros* +or supuesto 8itler #ab'a quemado libros en 0lemania en &N$, y se #ablaba de los cerilleros y yesqueros de 2talin. H adem!s, muc#o antes, #ubo una ca(a de bru:as en 2alem en &PK, en la que mi die( veces tatarabuela =ary Bradbury ue condenada pero escapó a la #oguera. H sobre todo ue mi ormación rom!ntica en la mitolog'a romana, griega y egipcia, que empe(ó cuando yo ten'a tres aos. 2', cuando yo ten'a tres aos, tres, sacaron a 9ut de su tumba y lo mostraron en el suplemento semanal de los periódicos envuelto en toda una panoplia de oro, Dy me pregunt qu ser'a aquello y se lo pregunt a mis padres 7e modo que era inevitable que acabara oyendo o leyendo sobre los tres incendios de la biblioteca de 0le:andr'aG dos accidentales, y el otro intencionado. 9en'a nueve aos cuando me enter y me ec# a llorar. +orque, como nio extrao, yo ya era #abitante de los altos !ticos y los sótanos encantados de la biblioteca Carnegie de 1au3egan, ?llinois. +uesto que #e empe(ado, continuar. 0 los oc#o, nueve, doce y catorce aos, no #ab'a nada m!s emocionante para m' que correr a la biblioteca cada lunes por la noc#e, mi #ermano siempre delante para llegar primero. Ina ve( dentro, la vie:a bibliotecaria ;siempre ueron vie:as en mi nie(< sopesaba el peso de los libros que yo llevaba y mi propio peso, y desaprobando la desigualdad ;m!s libros que c#ico<, me de:aba correr de vuelta a casa donde yo lam'a y pasaba las p!ginas. =i locura persistió cuando mi amilia cru(ó el pa's en coc#e en &NJ y &N$ por la carretera . En cuanto nuestro vie:o Buic3 se deten'a, yo sal'a del coc#e y caminaba #acia la biblioteca m!s cercana, donde ten'an que vivir otros 9ar(anes, otros 9i3 9o3s, otras Bellas y Bestias que yo no conoc'a. Cuando sal' de la escuela secundaria, no ten'a dinero para ir a la universidad. Qend' periódicos en una esquina durante tres aos y me encerraba en la biblioteca del centro tres o cuatro d'as a la semana, y a menudo escrib' cuentos cortos en docenas de esos pequeos tacos de papel que #ay repartidos por las bibliotecas, como un servicio para los lectores. Emerg' de la biblioteca a los veintioc#o aos. 0os m!s tarde, 5/124
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durante una conerencia en una universidad, #abiendo o'do de mi total inmersión en la literatura, el decano de la acultad me obsequió con birrete, toga y un diploma, como -graduado/ de la biblioteca. Con la certe(a de que estar'a solo y necesitando ampliar mi ormación, incorpor a mi vida a mi proesor de poes'a y a mi proesora de narrativa breve de la escuela secundaria de Los 0ngeles. Esta @ltima, 4ermet 4o#nson, murió a los noventa aos #ace sólo unos aos, no muc#o despus de inormarse sobre mis #!bitos de lectura. En los @ltimos cuarenta aos es posible que #aya escrito m!s poemas, ensayos, cuentos, obras teatrales y novelas sobre bibliotecas, bibliotecarios y autores que cualquier otro escritor. 8e escrito poemas como Emily 7ic3inson, Where Are You? Hermann Melville Called Your Name Last Night In His Sleep . H otro reivindicando a Emily y el seor +oe como mis padres. H un cuento en el que C#arles 7ic3ens se muda a la bu#ardilla de la casa de mis abuelos en el verano de &NJ, me llama +ip, y me permite ayudarlo a terminar 8istoria de dos ciudades. Finalmente, la biblioteca de La eria de las tinieblas es el punto de cita para un encuentro a medianoc#e entre el Bien y el =al. La seora 8allo5ay y el seor 7ar3. 9odas las mu:eres de mi vida #an sido proesoras, bibliotecarias y libreras. Conoc' a mi mu:er, =aggie, en una librer'a en la primavera de &$. +ero volvamos a -El peatón/ y el destino que corrió despus de ser publicado en una revista de poca categor'a. )Cómo creció #asta ser dos veces m!s extenso y salir al mundo* En &%N ocurrieron dos agradables novedades. ?an Ballantine se embarcó en una aventura arriesgada, una colección en la que se publicar'an las novelas en tapa dura y r@stica a la ve(. Ballantine vio en Fa#ren#eit $%& las cualidades de una novela decente si yo aad'a otras J%.KKK palabras a las primeras J%.KKK. )+od'a #acerse* 0l recordar mi inversión en monedas de die( centavos y mi galopante ir y venir por las escaleras de la biblioteca de ICL0 a la sala de mecanogra'a, tem' volver a reencender el libro y recocer los persona:es. Ho soy un escritor apasionado, no intelectual, lo que quiere decir que mis persona:es tienen que adelantarse a m' para vivir la #istoria. 2i mi intelecto los alcan(a demasiado pronto, toda la aventura puede quedar empantanada en la duda y en innumerables :uegos mentales. La me:or respuesta ue i:ar una ec#a y pedirle a 2tanley aumann, mi editor de Ballantine, que viniera a la costa en agosto. Eso asegurar'a, pens, que este libro L!(aro se levantara de entre los muertos. Eso adem!s de las conversaciones que manten'a en mi cabe(a con el :ee de Bomberos, Beatty, y la idea misma de uturas #ogueras de libros. 2i era capa( de volver a encender a Beatty, de de:arlo levantarse y exponer su iloso'a, aunque uera cruel o lun!tica, sab'a que el libro saldr'a del sueo y seguir'a a Beatty.
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Qolv' a la biblioteca de la ICL0, cargando medio 3ilo de monedas de die( centavos para terminar mi novela. Con 2tan aumann abatindose sobre m' desde el cielo, termin de revisar la @ltima p!gina a mediados de agosto. Estaba entusiasmado, y 2tan me animó con su propio entusiasmo. En medio de todo lo cual recib' una llamada teleónica que nos de:ó estupeactos a todos. Era 4o#n 8ouston, que me invitó a ir a su #otel y me preguntó si me gustar'a pasar oc#o meses en ?rlanda para escribir el guión de =oby 7ic3. Mu ao, qu mes, qu semana. 0cept el traba:o, claro est!, y part' unas pocas semanas m!s tarde, con mi esposa y mis dos #i:as, para pasar la mayor parte del ao siguiente en ultramar. Lo que signiicó que tuve que apresurarme a terminar las revisiones menores de mi brigada de bomberos. En ese momento ya est!bamos en pleno per'odo macartista =cCart#y #ab'a obligado al e:rcito a retirar algunos libros -corruptos/ de las bibliotecas en el extran:ero. El antes general, y por aquel entonces presidente Eisen#o5er, uno de los pocos valientes de aquel ao, ordenó que devolvieran los libros a los estantes. =ientras tanto, nuestra b@squeda de una revista que publicara partes de Fa#ren#eit $%& llegó a un punto muerto. Aadie quer'a arriesgarse con una novela que tratara de la censura, utura, presente o pasada. Fue entonces cuando ocurrió la segunda gran novedad. In :oven editor de C#icago, escaso de dinero pero visionario, vio mi manuscrito y lo compró por cuatrocientos cincuenta dólares, que era todo lo que ten'a. Lo publicar'a en los n@mero dos, tres y cuatro de la revista que estaba a punto de lan(ar. El :oven era 8ug# 8ener. La revista era +&ayboy, que llegó durante el invierno de &%N a &%$ para escandali(ar y me:orar el mundo. El resto es #istoria. 0 partir de ese modesto principio, un valiente editor en una nación atemori(ada sobrevivió y prosperó. Cuando #ace unos meses vi a 8ener en la inauguración de sus nuevas oicinas en Caliornia, me estrec#ó la mano y di:o ->racias por estar all'/. 2ólo yo supe a qu se reer'a. 2ólo resta mencionar una predicción que mi Bombero :ee, Beatty, #i(o en &%N, en medio de mi libro. 2e reer'a a la posibilidad de quemar libros sin cerillas ni uego. +orque no #ace alta quemar libros si el mundo empie(a a llenarse de gente que no lee, que no aprende, que no sabe. 2i el baloncesto y el @tbol inundan el mundo a travs de la =9Q, no se necesitan Beattys que prendan uego al 3erosene o persigan al lector. 2i la ensean(a primaria se disuelve y desaparece a travs de las grietas y de la ventilación de la clase, )quin, despus de un tiempo, lo sabr!, o a quin le importar!* Ao todo est! perdido, por supuesto. 9odav'a estamos a tiempo si evaluamos adecuadamente y por igual a proesores, alumnos y padres, 7/124
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si #acemos de la calidad una responsabilidad compartida, si nos aseguramos de que al cumplir los seis aos cualquier nio en cualquier pa's puede disponer de una biblioteca y aprender casi por osmosisG entonces las ciras de drogados, bandas calle:eras, violaciones y asesinatos se reducir!n casi a cero. +ero el Bombero :ee en la mitad de la novela lo explica todo, y predice los anuncios televisivos de un minuto, con tres im!genes por segundo, un bombardeo sin tregua. Esc@c#enlo, comprendan lo que quiere decir, y entonces vayan a sentarse con su #i:o, abran un libro y vuelvan la p!gina. +ues bien, al inal lo que ustedes tienen aqu' es la relación amorosa de un escritor con las bibliotecasG o la relación amorosa de un #ombre triste, =ontag, no con la c#ica de la puerta de al lado, sino con una moc#ila de libros. D=enudo romance El #acedor de listas de -Bonire/ se convierte en el bibliotecario de -Brig#t +#oenix/ que memori(a a Lincoln y 2ócrates, se transorma en -El peatón/ que pasea de noc#e y termina siendo =ontag, el #ombre que ol'a a 3erosene y encontró a Clarisse. La muc#ac#a le olió el uniorme y le reveló la espantosa misión de un bombero, revelación que llevó a =ontag a aparecer en mi m!quina de escribir un d'a #ace cuarenta aos y a suplicar que le permitiera nacer. Qe di:e a =ontag, metiendo otra moneda en la m!quina , y vive tu vida, cambi!ndola mientras vives. Ho te seguir. =ontag corrió. Ho ui detr!s. sta es la novela de =ontag. Le agrade(co que la escribiera para m'. +reacio de 6ay Bradbury,Febrero de &N
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ERA ESTUPENDO UE!AR Constitu'a un placer especial ver las cosas consumidas, ver los ob:etos ennegrecidos y cambiados. Con la punta de bronce del soplete en sus puos, con aquella gigantesca serpiente escupiendo su petróleo venenoso sobre el mundo, la sangre le lat'a en la cabe(a y sus manos eran las de un ant!stico director tocando todas las sinon'as del uego y de las llamas para destruir los guiapos y ruinas de la 8istoria. Con su casco simbólico en que aparec'a grabado el n@mero $%& bien plantado sobre su impasible cabe(a y sus o:os convertidos en una llama anaran:ada ante el pensamiento de lo que iba a ocurrir, encendió el delagrador y la casa quedó rodeada por un uego devorador que inlamó el cielo del atardecer con colores ro:os, amarillos y negros. El #ombre avan(ó entre un en:ambre de lucirnagas. Muer'a, por encima de todo, como en el antiguo :uego, empu:ar a un malvavisco #acia la #oguera, en tanto que los libros, seme:antes a palomas aleteantes, mor'an en el porc#e y el :ard'n de la casaG en tanto que los libros se elevaban convertidos en torbellinos incandescentes y eran aventados por un aire que el incendio ennegrec'a. =ontag mostró la iera sonrisa que #ubiera mostrado cualquier #ombre burlado y rec#a(ado por las llamas. 2ab'a que, cuando regresase al cuartel de bomberos, se mirar'a pestaeando en el espe:o su rostro ser'a el de un negro de opereta, ti(nado con corc#o a#umado. Luego, al irse a dormir, sentir'a la iera sonrisa retenida a@n en la oscuridad por sus m@sculos aciales. Esa sonrisa nunca desaparec'a, nunca #ab'a desaparecido #asta donde l pod'a recordar. Colgó su casco negro y lo limpió, de:ó con cuidado su c#aqueta a prueba de llamasG se duc#ó generosamente y, luego, silbando, con las manos en los bolsillos, atravesó la planta superior del cuartel de bomberos y se desli(ó por el agu:ero. En el @ltimo momento, cuando el desastre parec'a seguro, sacó las manos de los bolsillos y cortó su ca'da aerr!ndose a la barra dorada. 2e desli(ó #asta detenerse, con los tacones a un par de cent'metros del piso de cemento de la planta ba:a. 2alió del cuartel de bomberos y ec#ó a andar por la calle en dirección al -=etro/ donde el silencioso tren, propulsado por aire, se desli(aba por su conducto lubriicado ba:o tierra y lo soltaba con un gran Dpu de aire caliente en la escalera mec!nica que lo sub'a #asta el suburbio. 2ilbando, =ontag de:ó que la escalera le llevara #asta el exterior, en el tranquilo aire de la medianoc#e, 0nduvo #acia la esquina, sin pensar en nada en particular lar. 0ntes de alcan(arla, sin embargo, aminoró el paso como si de la nada #ubiese surgido un viento, como s' alguien #ubiese pronunciado su nombre. En las @ltimas noc#es, #ab'a tenido sensaciones in ciertas respecto a la acera que quedaba al otro lado aquella esquina, movindose a la lu( de las estrellas #acia su casa. Le #ab'a parecido que, un momento antes de 9/124
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doblarla, all' #ab'a #abido alguien. El aire parec'a lleno de un sosiego especial, como si alguien #ubiese aguardado all', silenciosamente, y sólo un momento antes de llegar a l se #ab'a limitado a conundirse en una sombra para de:arle pasar. Mui(! su olato detectase dbil perume, tal ve( la piel del dorso de sus manos y de su rostro sintiese la elevación de temperatura en aquel punto concreto donde la presencia de una persona pod'a #aber elevado por un instante, en die( grados, la temperatura de la atmósera inmediata. Ao #ab'a modo de entenderlo. Cada ve( que doblaba la esquina, sólo ve'a la cera blanca, pulida, con tal ve(, una noc#e, alguien desapareciendo r!pidamente al otro lado de un :ard'n antes de que l pudiera enocarlo con la mirada o #ablar. +ero esa noc#e, =ontag aminoró el paso casi #asta detenerse. 2u subconsciente, adelant!ndosele a doblar la esquina, #ab'a o'do un debil'simo susurro. )7e respiración* )K era la atmósera, comprimida @nicamente por alguien que estuviese all' muy quieto, esperando* =ontag dobló la esquina. Las #o:as otoales se arrastraban sobre el pavimento iluminado por el claro de luna. H #ac'an que la muc#ac#a que se mov'a all' pareciese estar andando sin despla(arse, de:ando que el impulso del viento y de las #o:as la empu:ara #acia delante. 2u cabe(a estaba medio inclinada para observar cómo sus (apatos remov'an las #o:as arremolinadas. 2u rostro era delgado y blanco como la lec#e, y rele:ando una especie de suave ansiedad que resbalaba por encima de todo con insaciable curiosidad. Era una mirada, casi, de p!lida sorpresaG los o:os oscuros estaban tan i:os en el mundo que ning@n movimiento se les escapaba. El vestido de la :oven era blanco, y susurraba. 0 =ontag casi le pareció o'r el movimiento de las manos de ella al andar y, luego, el sonido ininitamente pequeo, el blanco rumor de su rostro volvindose cuando descubrió que estaba a pocos pasos de un #ombre inmóvil en mitad de la acera, esperando. Los !rboles, sobre sus cabe(as, susurraban al soltar su lluvia seca. La muc#ac#a se detuvo y dio la impresión de que iba a retroceder, sorprendidaG pero, en lugar de ello, se quedó mirando a =ontag con o:os tan oscuros, brillantes y vivos, que l sintió que #ab'a dic#o algo verdaderamente maravilloso. +ero sab'a que su boca sólo se #ab'a movido para decir adiós, y cuando ella pareció quedar #ipnoti(ada por la salamandra bordada en la manga de l y el disco de nix en su pec#o, volvió a #ablar. Claro est! dR:o, usted es la nueva vecina, )verdad* H usted debe de ser ella apartó la mirada de los s'mbolos proesionales el bombero. La vo( de la muc#ac#a ue apag!ndose. D7e qu modo tan extrao lo dice Lo... Lo #ubiese adivinado con los o:os cerrados prosiguió ella, lentamente. 10/124
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)+or qu* )+or el olor a petróleo* =i esposa siempre se que:a replicó l, riendo. Aunca se consigue eliminarlo por completo. Ao, en eecto repitió ella, atemori(ada. =ontag sintió que ella andaba en c'rculo a su alrededor, le examinaba de extremo a extremo, sacudindolo silenciosamente y vaci!ndole los bolsillos, aunque, en realidad, no se moviera en absoluto. El petróleo di:o =ontag, porque el silencio se prolongaba es como un perume para m'. )7e veras le parece eso* 7esde luego. )+or qu no* Ella tardó en pensar. Ao lo s. Qolvió el rostro #acia la acera que conduc'a #acia sus #ogares. )Le importa que regrese con usted* =e llamo Clarisse =cClellan. Clarisse. >uy =ontag. Qamos, )+or qu anda tan sola a esas #oras de la noc#e por a#'* )Cu!ntos aos tiene* 0nduvieron en la noc#e llena de viento, por la plateada acera. 2e percib'a un debil'simo aroma a albaricoques y rambuesasG =ontag miró a su alrededor y se dio cuenta de que era imposible que pudiera percibirse aquel olor en aquella poca tan avan(ada del ao. 2ólo #ab'a la muc#ac#a andando a su lado, con su rostro que brillaba como la nieve al claro de luna, y =ontag comprendió que estaba meditando las preguntas que l le #ab'a ormulado, buscando las me:ores respuestas. Bueno le di:o ella por in, tengo diecisiete aos y estoy loca. =i t'o dice que ambas cosas van siempre :untas. Cuando la gente te pregunta la edad, dice, contesta siempre diecisiete aos y loca. )Qerdad que es muy agradable pasear a esta #ora de la noc#e* =e gusta ver y oler las cosas, y, a veces, permanecer levantada toda la noc#e, andando, y ver la salida del sol. Qolvieron a avan(ar en silencio y, inalmente, ella di:o, con tono pensativo )2abe* Ao me causa usted ning@n temor. l se sorprendió. )+or qu #abr'a de caus!rselo* Les ocurre a muc#a gente. 9emer a los bomberos, quiero decir. +ero, al in y al cabo, usted no es m!s que un #ombre... =ontag se vio en los o:os de ella, suspendido en dos brillantes gotas de agua, oscuro y diminuto, pero con muc#o detalleG las l'neas alrededor de su boca, todo en su sitio, como si los o:os de la muc#ac#a uesen dos milagrosos pedacitos de !mbar violeta que pudiesen capturarle y conservarle intacto. El rostro de la :oven, vuelto a#ora #acia l, era un r!gil cristal de lec#e con una lu( suave y constante en su interior. Ao 11/124
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era la lu( #istrica de la electricidad, sino... )Mu* 2ino la agradable, extraa y parpadeante lu( de una vela. Ina ve(, cuando l era nio, en un corte de energ'a, su madre #ab'a encontrado y encendido una @ltima vela, y se #ab'a producido una breve #ora de redescubrimiento, de una iluminación tal que el espacio perdió sus vastas dimensiones H se cerró conortablemente alrededor de s, transormados, esperando ellos, madre e #i:o, solitario que la energ'a no volviese qui(! demasiado +ronto... En aquel momento, Clarisse =eClellan di:o )Ao le importa que le #aga preguntas* )Cu!nto tiempo lleva traba:ando de bombero* 7esde que ten'a veinte aos, a#ora #ace ya die( aos. )Lee alguna ve( alguno de los libros que quema* l se ec#ó a reir. DEst! pro#ibido por la leyS TDO# Claro... Es un buen traba:o. El lunes quema a =illay, el mircoles a 1#itman, el viernes a Faul3ner, convirtelos en ceni(a y, luego, quema las ceni(as. Este es nuestro lema oicial. 2iguieron caminando y la muc#ac#a preguntó )Es verdad que, #ace muc#o tiempo, los bomberos apagaban incendios, en ve( de provocarlos* Ao. Las casas #an sido siempre a prueba de incendios. +uedes creerme. 9e lo digo yo. DEs extrao Ina ve(, o' decir que #ace muc#'simo tiempo las casas se quemaban por accidente y #ac'an alta bomberos para apagar las llamas. =ontag se ec#ó a re'r. Ella le lan(ó una r!pida mirada. )+or qu se r'e* Ao lo s. Qolvió a re'rse y se detuvo, )+or qu* 6'e sin que yo #aya dic#o nada gracioso, y contesta inmediatamente. Aunca se detiene a pensar en lo que le pregunto. =ontag se detuvo. Eres muy extraa di:o, mir!ndola. )?gnoras qu es el respeto* Ao me propon'a ser grosera. Lo que me ocurre es que me gusta demasiado observar a la gente. Bueno, )H esto no signiica algo para ti* H =ontag se tocó el n@mero $%& bordado en su manga. 2' susurró ella. 0celeró el paso. )8a visto alguna ve( los coc#es retropropulsados que corren por esta calle* 12/124
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DEst!s cambiando de tema 0 veces, pienso que sus conductores no saben cómo es la #ierba, ni las lores, porque nunca las ven con detenimiento di:o ella. 2i le mostrase a uno de esos c#óeres una borrosa manc#a verde, dir'a DO#, s', es #ierba* )Ina manc#a borrosa de color rosado* DEs una rosaleda Las manc#as blancas son casas. Las manc#as pardas son vacas. Ina ve(, mi t'o condu:o lentamente por una carretera. Condu:o a sesenta y cinco 3ilómetros por #ora y lo, encarcelaron por dos d'as. )Ao es curioso, y triste tambin* +iensas demasiado di:o =ontag, incómodo. Casi nunca veo la televisión mural, ni voy a las carreras o a los parques de atracciones. 0s', pues, dispongo de muc#'simo tiempo para dedicarlos a mis absurdos pensamientos. )8a visto los carteles de sesenta metros que #ay uera de la ciudad* )2ab'a que #ubo una poca en que los carteles sólo ten'an seis metros de largo* +ero los automóviles empe(aron a correr tanto que tuvieron que alargar la publicidad, para que durase un poco m!s. DLo ignoraba 0puesto a que s algo m!s que usted desconoce. +or las maanas, la #ierba est! cubierta de roc'o. 7e pronto, =ontag no pudo recordar si sab'a aquello o no, lo que le irritó bastante. H s' se i:a prosiguió ella, sealando con la barbilla #acia el cielo #ay un #ombre en la luna. 8ac'a muc#o tiempo que l no miraba el satlite. 6ecorrieron en silencio el resto del camino. El de ella, pensativo, el de l, irritado e incómodo, acusando Bueno, )y esto no signiica algo para ti* H =ontag se tocó el n@mero $%& bordado en su manga. 2' susurró ella. 0celeró el paso. )8a visto alguna ve( los coc#es retropropulsados que corren por esta calle* DEst!s cambiando de tema 0 veces, pienso que sus conductores no saben cómo es la #ierba, ni las lores, porque nunca las ven con detenimiento di:o ella. 2i le mostrase a uno de esos c#óeres una borrosa manc#a verde, dir'a DO#, s', es #ierba )Ina manc#a borrosa de color rosado* DEs una rosaleda Las manc#as blancas son casas. Las manc#as pardas son vacas. Ina ve(, mi t'o condu:o lentamente por una carretera. Condu:o a sesenta y cinco 3ilómetros por #ora y lo encarcelaron por dos d'as. )Ao es curioso, y triste tambin* +iensas demasiado di:o =ontag, incómodo. Casi nunca veo la televisión mural, ni voy a las carreras o a los parques de atracciones. 0s', pues, dispongo de muc#'simo tiempo para 13/124
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dedicarlos a mis absurdos pensamientos. )8a visto los carteles de sesenta metros que #ay uera de la ciudad* )2ab'a que #ubo una poca en que los carteles sólo ten'an seis metros de largo* +ero los automóviles empe(aron a correr tanto que tuvieron que alargar la publicidad, para que durase un poco m!s. DLo ignoraba 0puesto a que s algo m!s que usted desconoce. +or las maanas, la #ierba est! cubierta de roc'o. 7e pronto, =ontag no pudo recordar si sab'a aquello o no, lo que le irritó bastante. H si se i:a prosiguió ella, sealando con la barbilla #acia el cielo #ay un #ombre en la luna. 8ac'a muc#o tiempo que l no miraba el satlite. 6ecorrieron en silencio el resto del camino. El de ella, pensativo, el de l, irritado e incómodo, acusando el impacto de las miradas inquisitivas de la muc#ac#a. Cuando llegaron a la casa de ella, todas sus luces estaban encendidas. )Mu sucede* =ontag nunca #ab'a visto tantas luces en una casa. DO# D2on mis padres y mi t'o que est!n sentados, c#arlando Es como ir a pie, aunque m!s extrao a@n. 0 mi t'o, le detuvieron una ve( por ir a pie. )2e lo #ab'a contado ya* DO# 2omos una amilia muy extraa. +ero, )de qu c#arl!is* 0l o'r esta pregunta, la muc#ac#a se ec#ó a re'r. DBuenas noc#es Empe(ó a andar por el pasillo que conduc'a #acia su casa. 7espus, pareció recordar algo y regresó para mirar a =ontag con expresión intrigrada y curiosa. )Es usted eli(* preguntó. )Mue si soy qu* replicó l. +ero ella se #ab'a marc#ado, corriendo ba:o el claro de luna. La puerta de la casa se cerró con suavidad. DFeli( D=enuda tonter'a =ontag de:ó de re'r. =etió la mano en el agu:ero en orma de guante de su puerta principal y le de:ó percibir su tacto. La puerta, se desli(ó #asta quedar abierta. -Claro que soy eli(. )Mu cree esa muc#ac#a* )Mu no lo soy*/, preguntó a las silenciosas #abitaciones. inmovili(ó con la mirada levantada #acia la re:a del ventilador del vest'bulo, y, de pronto, recordó que algo estaba oculto tras aquella re:a, algo que parec'a estar espi!ndole en aquel momento. =ontag se apresuró, a desviar su mirada. 14/124
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DMu extrao encuentro en una extraa noc#e recordaba nada igual, excepto una tarde, un ao atr!s, en que se encontró con un vie:o en el parque y ambos #ablaron... =ontag meneó la cabe(a. =iró una pared desnuda. ,rostro de la muc#ac#a estaba all', verdaderamente #ermoso por lo que pod'a recordarG o me:or dic#o, sorprelidente. 9en'a un rostro muy delgado, como la esera de un pequeo relo: entrevisto en una #abitación oscura a medianoc#e, cuando uno se despierta para ver la #ora y descubre el relo: que le dice la #ora, el minuto y el segundo, con un silencio blanco y un resplandor, lleno de seguridad y sabiendo lo que debe decir de la noc#e que discurre velo(mente #acia ulteriores tinieblas, pero que tambin se mueve #acia un nuevo sol. )Mu* preguntó =ontag a su otra mitad, aquel imbcil subconsciente que a veces andaba balbuceando, completamente desligado de su voluntad, su costumbre y su conciencia. Qolvió a mirar la pared. El rostro de ella tambin se parec'a muc#o a un espe:o. ?mposible, )cu!nta gente #ab'a que reractase #acia uno su propia lu(* +or lo general, la gente era =ontag buscó un s'mil, lo encontró en su traba:o como antorc#as, que ard'an #asta consumirse. DCu!n pocas veces los rostros de las otras personas captaban algo tuyo y te devolv'an tu propia expresión, tus pensamientos m!s 'ntimos D0quella muc#ac#a ten'a un incre'ble poder de identiicaciónG era como el !vido espectador de una unción de marionetas, previendo cada parpadeo, cada movimiento de una mano, cada estremecimiento de un dedo, un momento antes de que sucediese. )Cu!nto rato #ab'an caminado :untos* )9res minutos* )Cinco* 2in embargo, a#ora le parec'a un rato interminable. DMu inmensa igura ten'a ella en el escenario que se extend'a ante sus o:os DMu sombra produc'a en la pared con su esbelto cuerpo =ontag se dio cuenta de que, si le picasen los o:os, ella +estaear'a. H de que si los m@sculos de sus mand'bulas se tensaran imperceptiblemente, ella boste(ar'a muc#o antes de que lo #iciera l. -+ero pensó =ontag, a#ora que caigo en ello, la c#ica parec'a estar esper!ndome all', en la calle, tan avan(ada #ora de la noc#e ... / =ontag abrió la puerta del dormitorio. Era como entrar en la r'a sala de un mausoleo des, pus de #aberse puesto la luna. Oscuridad completa, ni un atisbo del plateado mundo exteriorG las ventanas #ermticamente cerradas convert'an la #abitación en un mundo de ultratumba en el que no pod'a penetrar ning@n ruido de la gran ciudad. La #abitación no estaba vac'a. =ontag escuc#ó. El delicado (umbido en el aire, seme:ante al de un mosquito, el murmullo elctrico de una avispa oculta en su c!lido nido. La m@sica era casi lo bastante uerte para que l pudiese seguir la tonada. =ontag sintió que su sonrisa desaparec'a, se und'a, era absorbida por su cuerpo como una corte(a de sebo, como el material de una vela 15/124
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ant!stica que #ubiese ardido demasiado tiempo para acabar derrumb!ndose y apag!ndose. Oscuridad. Ao se sent'a eli(. Ao era eli(. +ronunció las palabras para s' mismo. 6econoc'a que ste era el verdadero estado de sus asuntos. Llevaba su elicidad como una m!scara, y la muc#ac#a se #ab'a marc#ado con su careta y no #ab'a medio de ir #asta su puerta y pedir que se la devolviera. 2in encender la lu(, =ontag imaginó qu aspecto tendr'a la #abitación. 2u esposa tendida en la cama, descubierta y r'a, como un cuerpo expuesto en el borde de la tumba, su mirada i:a en el tec#o mediante invisibles #ilos de acero, inamovibles. H en sus ore:as las diminutas conc#as, las radios como dedales uertemente apretadas, y un ocano electrónico de sonido, de m@sica y palabras, aluyendo sin cesar a las playas de su cerebro despierto. 7esde luego la #abitación estaba vac'a noc#e, las olas llegaban y se la llevaban con %& gran marea de sonido, lotando, o:iabierta #acia la maana en que =ildred no #ubiese navegado por aquel mar, no se #ubiese adentrado espont!neamente por ter cera ve( La #abitación era rescaG sin embargo, =ontag sin que no pod'a respirar. Ao quer'a correr las cortinas y abrir los ventanales, porque no deseaba que la luna penetrara en el cuarto. por lo tanto, con la sensación de un #ombre que #a de morir en menos de una #ora, por alta de aire que respirar, se dirigió a tientas #acia su cama abierta, separada y, en consecuencia r'a. In momento antes de que su pie trope(ara con el ob:eto que #ab'a en el suelo, advirtió lo que iba a ocurrir. 2e aseme:aba a la sensación que #ab'a experimentado antes de doblar la esquina y atropellar casi a la muc#ac#a. 2u pie, al enviar vibraciones #acia delante, #ab'a recibido los ecos de la pequea barrera que se cru(aba en su camino antes de que llegara a alcan(arlo. El ob:eto produ:o un tintineo sordo y se desli(ó en la oscuridad. =ontag permaneció muy erguido, atento a cualquier sonido de la persona que ocupaba la oscura cama en la oscuridad totalmente impenetrable. La respiración que surg'a por la nari( era tan dbil que sólo aectaba a las ormas m!s supericiales de vida, una diminuta #o:a, una pluma negra, una ibra de cabello. =ontag segu'a sin desear una lu( exterior. 2acó su encendedor, oyó que la salamandra rascaba en el disco de plata, produ:o un c#asquido... 7os pequeas lunas le miraron a la lu( de la llamitaG dos lunas p!lidas, #undidas en un arroyo de agua clara, sobre las que pasaba la vida del mundo, sin alcan(arlas. D=ildred El rostro de ella era como una isla cubierta de nieve sobre la que pod'a caer la lluvia sin causar ning@n eectoG sobre la que pod'an pasar las movibles sombras de las nubes, sin causarle ning@n eecto. 2ólo #ab'a el 16/124
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canto de las diminutas radios en sus ore:as #ermticamente taponadas, y su mirada vidriosa, y su respiración suave, dbil, y su indierencia #acia los movimientos de =ontag. El ob:eto que l #ab'a enviado a rodar con el resplandeció ba:o el borde de su propia cama. La botellita de cristal previamente llena con treinta p'ldoras para dormir y que, a#ora, aparec'a destapada y vac'a a la lu( de su encendedor. =ientras permanec'a inmóvil, el cielo que se extend'a sobre la casa empe(ó a aullar. 2e produ:o un sonido desgarrador, como si dos manos gigantes #ubiesen desgarrado por la costura veinte mil 3ilómetros de tela negra. =ontag se sintió partido en dos. Le pareció que su pec#o se #und'a y se desgarraba. Las bombas co#etes siguieron pasando, pasando, una, dos, una dos, seis de ellas, nueve de ellas, doce de ellas, una y una y otra y otra lan(aron sus aullidos por l. =ontag abrió la boca y de:ó que el c#illido penetrara y volviera a salir entre sus dientes descubiertos. La casa se estremeció El encendedor se apagó en sus manos. Las dos pequeas lunas desaparecieron. =ontag sintió que su mano se precipitaba #acia el telono. Los co#etes #ab'an desaparecido. =ontag sintió que sus labios se mov'an, ro(aban el micróono del aparato teleónico. 8ospital de urgencia. In susurro terrible. =ontag sintió que las estrellas #ab'an sido pulveri(adas por el sonido de los negros reactores, y que, la maana, la tierra estar'a cubierta con su polvo, como si se tratara de una extraa nieve. 0qul ue el absurdo pensamiento que se le ocurrió mientras se estremec'a. la oscuridad, mientras sus labios segu'an movindose. 9en'an aquella m!quina. En realidad, ten'an dos. Ina de ellas se desli(aba #asta el estómago como una cobra negra que ba:ara por un po(o en busca de agua antigua y del tiempo antiguo reunidos all'. Beb'a la sustancia verdu(ca que sub'a a la supericie en un lento #ervir. )Beb'a de la oscuridad* )0bsorb'a todos los venenos acumulados por los aos* 2e alimentaba en silencio, con un ocasional sonido de asixia interna y ciega b@squeda. 0quello ten'a un O:o. El impasible operario de la m!quina pod'a, ponindose un casco óptico especial, atisbar en el alma de la persona a quien estaba anali(ando. )Mu ve'a el O:o* Ao lo dec'a. =ontag ve'a, aunque sin ver, lo que el O:o estaba viendo. 9oda la operación guardaba cierta seme:an(a con la excavación de una (an:a en el patio de su propia casa. La mu:er que yac'a en la cama no era m!s que un duro estrato de m!rmol al que #ab'an llegado. 7e todos modos, adelante, #undamos m!s el taladro, extraigamos el vac'o, si es que pod'a sacarse el vac'o mediante la succión de la serpiente. El operario umaba un cigarrillo. La otra m!quina uncionaba tambin.
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La mane:aba un individuo igualmente impasible, vestido con un mono de color pardo ro:i(o. Esta m!quina extra'a toda la sangre del cuerpo y la sustitu'a por sangre nueva y suero. 8emos de limpiamos de ambas maneras di:o el operario, inclin!ndose sobre la silenciosa mu:er. Es in@til lavar el estómago si no se lava la sangre. 2i se de:a esa sustancia en la sangre, sta golpea el cerebro con la uer(a de un ma(o, mil, dos mil veces, #asta que el cerebro ya no puede m!s y se apaga. D7etnganse exclamó =ontag. Es lo que iba a decir di:o el operario. )8an terminado* Los #ombres empaquetaron las m!quinas. Estamos listos.. La cólera de =ontag ni siquiera les aectó. +ermanecieron con el cigarrillo en los labios, sin que el #umo que penetraba en su nari( y sus o:os les #iciera parpadear. 2er!n cincuenta dólares. 0nte todo, )por qu no me dicen si sanar!* DClaro que se curar! Aos llevamos todo el veG no en esa maleta y, a#ora, ya no puede aectarle. como #e dic#o, se saca lo vie:o, se pone lo nuevo y que dan me:or que nunca. Ainguno de ustedes es mdico. )+or qu no #an enviado uno* D7iablo El cigarrillo del operario se movió, sus labios. 9enemos nueve o die( casos como se cada noc#e. 9antos que #ace unos cuantos aos tuvimos que construir estas m!quinas especiales. Con lente óptica, claro est!, resultan una novedad, el re es vie:o. En un caso as' no #ace alta doctorG lo @nico que se requiere son dos operarios #!biles y liquidar e& problema en media #ora. Bueno se dirigió #acia puerta, #emos de irnos. 0cabamos de recibir otra llamada en nuestra radio auricular. 0 die( man(anas aqu'. 0lguien se #a (ampado una ca:a de p'ldoras, si vuelve a necesitamos, ll!menos. +rocure que su es permane(ca quieta. Le #emos inyectado un antisedante, 2e levantar! bastante #ambrienta. 8asta la vista. H los #ombres cogieron la m!quina y el tubo, ca:a de melancol'a l'quida y traspasaron la puerta. =ontag se de:ó caer en una silla y contempló mu:er. 0#ora ten'a los o:os cerrados, apaciblemente l alargó una mano para sentir en la palma la tibie(a la respiración. =ildred di:o por in. -2omos demasiados pensó. 2omos miles de millones, es excesivo. Aadie conoce a nadie. Llegan u desconocidos y te violan, llegan unos desconocidos desgarran el cora(ón. Llegan unos desconocidos y llevan la sangre. DQ!lgame 7ios )Muines son #ombres* D4am!s les #ab'a visto/ 18/124
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9ranscurrió media #ora. El torrente sangu'neo de aquella mu:er era nuevo y parec'a #aberla cambiado. 2us me:illas estaban muy sonro:adas H sus labios aparec'an rescos y llenos de color, suaves y tranquilos. 0ll' #ab'a la sangre de otra persona. 2i #ubiera tambin la carne, el cerebro y la memoria de otro... 2i #ubiesen podido llevarse su cerebro a la lavander'a, para vaciarle los bolsillos y limpiarlo a ondo, devolvindolo como nuevo a la maana siguiente... 2i... =ontag se levantó, descorrió las cortinas y abrió las ventanas de par en par para de:ar entrar el aire nocturno. Eran las dos de la madrugada. )Era posible que sólo #ubiera transcurrido una #ora desde que encontró a Clarisse =cC?ellan en la calle, que l #ab'a entrado para encontrar la #abitación oscura, desde que su pie #ab'a golpeado la botellita de cristal* 2ólo una #ora, pero el mundo se #ab'a derrumbado y vuelto a constituirse con una orma nueva e incolora. 7e la casa de Clarisse, por encima = csped iluminado por el claro de luna, llegó el eco de unas risasG la de Clarisse, la de sus padres y la del t'o que sonre'a tan sosegado y !vidamente. +or encima de todo, sus risas eran tranquilas y ve#ementes, :am!s or(adas, y proced'an de aquella casa tan brillantemente iluminada a avan(ada #ora de la noc#e, en tanto que todas las dem!s estaban cerradas en s' mismas, rodeadas de oscuridad. =ontag oyó las voces que #ablaban, #ablaban, te:iendo y volviendo a te:er su #ipnótica tela. =ontag salió por el ventanaD y atravesó el csped, sin darse cuenta de lo que #ac'a. +ermaneció en la sombra, rente a la casa iluminada, pensando que pod'a llamar a la puerta y susurrar -7e:adrne pasar. Ao dir nada. 2ólo deseo escuc#ar. )7e qu est!is #ablando*/ +ero, en ve( de ello, permaneció inmóvil, muy r'o Con e& rostro convertido en una m!scara de #ielo, escuc#ando una vo( de #ombre )la del t'o* que #ablaba con tono sosegado Bueno, al in y al cabo, sta es la era del te:ido disponible. 7ale un buido a una persona, at!cala, a#uyntala, locali(a otra, bua, ataca, a#uyenta. 9odo el mundo utili(a las aldas de todo el mundo. )Cómo puede esperarse que uno se encarie por el equipo de casa cuando ni siquiera se tiene un programa o se conocen los nombres* +or cierto, )qu colores de camiseta llevan cuando salen al campo* =ontag regresó a su casa, de:ó abierta la venta comprobó el estado de =ildred, la arropó cuidadosamente y, despus, se tumbó ba:o el claro de luna, que ormaba una cascada de plata en cada uno de sus o:os. Ina gota de lluvia. Clarisse. Otra gota. =ildred. Ina tercera. El t'o. Ina cuarta. El uego esta noc#e. Ina, Clarisse. 7os, =ildred. 9res, t'o. Cuatro, uego. Ina, =ildred, dos Clarisse. Ina, dos, tres, cuatro, cinco, Clarisse, =ildred, t'o, uego, tabletas sopor'eras, #ombres, te:ido disponible, aldas, buido, ataque, rec#a(o, Clarisse, =ildred, t'o, uego, 19/124
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tabletas, te:idos, buido, ataques, rec#ace. DIna, dos, tres, una, dos, tres Lluvia. La tormenta. El t'o riendo. El trueno descendiendo desde lo alto. 9odo el mundo cayendo convertido en lluvia. El uego ascendiendo en el volc!n. 9odo me(clado en un estrpito ensordecedor y en un torrente, que se encaminaba #acia el amanecer. Ha no entiendo nada de nadie di:o =ontag H de:ó que una pastilla sopor'era se disolviera en su lengua. 0 las nueve de la maana, la cama de =ildred estaba vac'a. =ontag se levantó apresuradamente. 2u cora(ón lat'a r!pidamente, corrió vest'bulo aba:o y se detuvo la puerta de la cocina. una tostada asomó por el tostador plateado, y ue da por una mano met!lica que la embadurnó de mantequilla derretida. =ildred contempló cómo la tostada pasaba a su plato. 9en'a las ore:as cubiertas con abe:as electrónicas que, con su susurro, ayudaban a pasar el tiempo. 7e pronto, la mu:er levantó la mirada, vio a =ontag, le saludó con la cabe(a. )Est!s bien* preguntó =ontag. =ildred era experta en leer el movimiento de los labios, a consecuencia de die( aos de aprendi(a:e con las pequeas radios auriculares. Qolvió a asentir. ?ntrodu:o otro peda(o de pan en la tostadora. =ontag se sentó. 2u esposa di:o Ao entiendo por qu estoy tan #ambrienta. Es que... Estoy #ambrienta. 0noc#e... empe(ó a decir l. Ao #e dormido bien. =e siento atal. DCaramba DMu #ambre tengo Ao lo entiendo. 0noc#e volvió a decir l. Ella observó distra'damente sus labios. )Mu ocurrió anoc#e* )Ao lo recuerdas* T)Mu* )Celebramos una :uerga o algo por el estilo* 2iento como una especie de :aqueca. D7ios, qu #ambre tengo )Muin estuvo aqu'* Qarias personas. Es lo que me iguraba. =ildred mordió su tostada =e duele el estómago, pero tengo un #ambre canina. 2upongo que no comet' ninguna tonter'a durante la iesta. Ao respondió l con vo( queda. La tostadora le oreció una rebanada untada con mantequilla. =ontag alargó la mano, sintindose agradecido. 20/124
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9ampoco t@ pareces estar demasiado en orma di:o su esposa. 0 @ltima #ora de la tarde llovió, y todo el mundo adquirió un color gris!ceo oscuro. En el vest'bulo casa, =ontag se estaba poniendo la insignia con la salamandra anaran:ada. Levantó la mirada #acia la re:illa del aire acond ondicio cionado que #ab'a en el vest' st'bulo. 2u espo sposa, sa, examinand examinando o un guión en la salita, apartó la mirada mirada el tiempo tiempo suiciente suiciente para observarle, DE# di:o. DEl #ombre est! pensando 2' di:o l. Muer'a #ablarte. 8i(o una pausa. 0noc#e, te tomaste todas las p'ldoras de tu botellita de somn'eros. DO#, :am!s #ar'a eso replicó ella, sorprendida El rasquito estaba vac'o. Ho no #ar'a una cosa como sa, )+or qu tedr'a que #aberlo #ec#o* Mui(! Mui(! te tomaste tomaste dos p'ldoras, p'ldoras, lo olvidaste, olvidaste, volviste volviste a tomar otras dos, y as' sucesivamente #asta quedar tan aturdida que seguiste tom!ndolas mec!nicamente #asta tragar treinta o cuarenta de ellas. Cuentos di:o ella. )+or qu podr'a #aber querido #acer seme:ante tonter'a* Ao lo s. Era evidente que =ildred estaba esperando a que =ontag se marc#ase. Ao lo #e #ec#o insistió la mu:er. Ao lo #ar'a ni en un millón de aos. =uy bien. +uesto que t@ lo dices... Eso es lo que dice la seora. Ella se concentró de nuevo en el guión. )Mu dan esta tarde* preguntó =ontag con tono aburrido. =ildred volvió a mirarle. Bueno, se trata de una obra que transmitir!n en circuito moral dentro de die( minutos. Esta maana me #an enviado mi papel por correo. Ho les #ab'a enviado varias tapas de ca:as. Ellos escriben el guión con un papel en blanco. 2e trata de una nueva idea. La concursante, o sea yo, #a de recitar ese papel. Cuando llega el momento de decir las l'neas que altan, todos me miran desde las tres paredes, y yo les digo. 0qu', por e:emplo, el #ombre dice -)Mu te parece esta idea, 8elen*/ H me mira mientras yo estoy sentada aqu' en el centro del escenario, )comprendes* H yo replico, replico... U8i(o una pausa y, con el dedo, buscó una l'nea del guión.-DCreo que es estupenda/ H as' contin@an con la obra #asta que l dice -)Est! de acuerdo con esto, 8elen*/, y yo -DClaro que s'/ )Qerdad que es divertido, >uy* El permaneció en el vest'bulo, mir!ndola. 7esde luego, lo es prosiguió ella. )7e qu trata la obra*
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0cabo de dec'rtelo. Est!n esas personas llamadas Bob, 6ut# y 8elen. DO# Es muy distra'da. H a@n lo ser! m!s cuando podamos instalar televisión en la cuarta pared. )Cu!nto crees que tardaremos a#ora para poder sustituir esa pared por otra con televisión* 2ólo cuesta dos mil dólares. Eso es un tercio de mi sueldo anual. 2ól 2ólo o cuest cuestaa dos dos mil mil dóla dólare ress repi repiti tió ó ella ella. . H creo creo que que algu alguna na ve ve(( deber'as deber'as tenerme tenerme cierta cierta consideraci consideración. ón. 2i tuvisemos tuvisemos la cuarta cuarta pared... pared... DO# 2er'a como si esta sala ya no uera nuestra en absoluto, sino que perten pertenecie eciera ra a toda toda clase clase de gente gente exótic exótica. a. +odr'a +odr'amos mos pasarn pasarnos os de algunas cosas. Ha nos estamos pasando de algunas para pagar la tercera pared. 2ólo #ace dos meses que la instalamos. )6ecuerdas* )9an poco tiempo #ace* se lo quedó mirando durante un buen rato. Bueno, adiós. 0diós di:o l. 2e detuvo y se volvió #acia su mu:er. )9iene un inal eli(* 0@n no #e terminado de leerla. =ontag se acercó, leyó la @ltima p!gina, asintió, dobló el guión y se lo devolvió a =ildred. 2alió de casa y se adentró en la lluvia. El aguacero iba amainando, y la muc#ac#a andaba por el centro de la acera, con la cabe(a ec#ada #acia atr!s para que las gotas le cayeran en el rostro. Cuando vio a =ontag, sonrió. D8ola l contestó al saludo y despus, di:o )Mu #aces a#ora* 2igo loca. La lluvia es agradable. =e encanta caminar ba:o la lluvia. Ao creo que a m' me gustase. Mui(! s', si lo probara. Aunca lo #e #ec#o. Ella se lamió los labios. La lluvia incluso tiene buen sabor. s abor. )0 qu te dedicas* )0 andar por a#' prob!n todo una ve(* inquirió =ontag. 0 veces, dos. La muc#ac#a contempló algo que ten'a en una mano )Mu llevas a#'* Creo que es el @ltimo diente de león de este =e parec'a imposible encontrar uno en el csped, avan(ada la temporada. )Ao #a o'do decir eso de totarselo contra la barbilla* =ire. Clarisse se tocó la barbilla con la lor, riendo. 22/124
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)+ara qu* 2i de:a seal, signiica que estoy enamorada, )#a ensuciado* l sólo ue capa( de mirar. )Mu* preguntó ella 9e #as manc#ado de amarillo. DEstupendo +robemos a#ora con usted. Conmigo no dar! resultado. Qenga. 0ntes de que =ontag #ubiese podido moverse la muc#ac#a le puso el diente de león ba:o la barbilla. barbilla. l se ec#ó #acia atr!s atr!s y ella rió. DEstse quieto 0tisbó ba:o la barbilla de l y runció el ceo. )Mu* di:o =ontag. DMu vergVen(a Ao est! enamorado de nadie. D2' que lo estoy +ues no aparece ninguna seal. DEs DEsto toyy muy muy enam enamor orad ado o =on =onta tag g trat trató ó de ev evoc ocar ar un rost rostro ro que que enca:ara con sus palabras, pero no lo encontró. D2' que lo estoy DO#, por avor, no me mire de esta manera Es el diente de león replicó l. Lo #as gastado todo contigo. +or eso no #a dado resultado en m'. Claro, debe de ser esto. DO# 0#ora, le #e eno:ado. Ha lo veo. Lo siento, de verdad. La muc#ac#a le tocó en un codo. Ao, no se apresuró a decir l. Ao A o me ocurre absolutamente nada. 8e de marc#arme. 7iga que me perdona. Ao quiero que est eno:ado conmigo. Ao estoy eno:ado. 0lterado, s'. 0#ora #e de ir a ver a mi psiquiatra. =e obligan a ir. ?nvento cosas que decirle. ?gnoro lo que pensar! de m' D7ice que soy una cebolla muy original Le tengo ocupado pelando capa tras capa. =e =e sien siento to incl inclin inad ado o a cree creerr que que nece necesi sita tass a ese ese psiq psiqui uiat atra ra di: di:o o =ontag. Ao lo piensa en serio. l inspiró proundamente, soltó el aire y, por @ltimo di:o Ao, no lo pienso en serio. El psiquiatra quiere saber por qu salgo a pasear por el bosque, a observar a los p!:aros y a coleccionar mariposas. In d'a, le ensear mi colección. Bueno.
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Muieren saber lo que #ago a cada momento. les digo que a veces me limito a estar sentada y a pensar. +ero no quiero decirles sobre qu. Ec#ar'an a correr. H, a veces, les digo, me gusta ec#ar la cabe(a #acia atr!s, as', y de:ar que la lluvia caiga en mi boca. 2abe a vino. )Lo #a probado alguna ve(* Ao, yo... ,=e #a perdonado usted, )verdad* 2' =ontag meditó sobre aquello. 2i, te perdonado. 7ios sabr! por qu. Eres extraa, eres irritante y, sin embargo, es !cil perdonarte. )7ices que tienes diecisiete aos* Bueno, los cumplir el mes próximo. Es curioso. =i esposa tiene treinta y, sin embargo, #ay momentos en que pareces muc#o mayor ella. Ao acabo de entenderlo. 9ambin usted es extrao, =r. =ontag. 0 veces, #asta olvido que es bombero. 0#ora, )puedo encoleri(arle de nuevo* 0delante. )Cómo empe(ó eso* )Cómo intervino usted* )Cómo escogió su traba:o y cómo se le ocurrió buscar empleo que tiene* Isted no es como los dem!s. 8e visto a unos cuantos. Lo s. Cuando #ablo, usted me mira 0noc#e, cuando di:e algo sobre la luna, usted la miró. Los otros nunca #ar'an eso. Los otros se ale:ar'an, de:!ndome con la palabra en la boca. K me amena(ar'an. Aadie tiene ya tiempo para nadie. Isted es uno de pocos que congenian conmigo. +or eso pienso que tan extrao que sea usted bombero. +orque la verdad que no parece un traba:o indicado para usted. =ontag sintió que su cuerpo se divid'a en calor y rialdad, en suavidad y dure(a, en temblor y irme(a ambas mitades se und'an la una contra la otra. 2er! me:or que acudas a tu cita di:o, por in. H ella se ale:ó corriendo y le de:ó plantado all', ba:o lluvia. =ontag tardó un buen rato en moverse. H luego, muy lentamente, sin de:ar de andar, levantó el rostro #acia la lluvia, sólo por un momento, y abrió la boca... El 2abueso =ec!nico dorm'a sin dormir, viv'a sin y ivir en el suave (umbido, en la suave vibración de la perrera dbilmente iluminada, en un rincón oscuro de la parte trasera del cuartel de bomberos. La dbil lu( de la una de la madrugada, el claro de luna enmarcado en el gran ventanal tocaba algunos puntos del latón, el cobre y el acero de la bestia levemente temblorosa. La lu( se rele:aba en porciones de vidrio color rub' y en sensibles pelos capilares, del #ocico de la criatura, que temblaba suave, suavemente, con sus oc#o patas de pe(uas de goma recogidas ba:o el cuerpo. =ontag se desli(ó por la barra de latón aba:o. 2e asomó a observar la ciudad, y las nubes #ab'an desaparecido por completoG encendió un 24/124
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cigarrillo, retrocedió para inclinarse y mirar al 2abueso. Era como una gigantesca abe:a que regresaba a la colmena desde alg@n campo donde la miel est! llena de salva:e veneno, de insania o de pesadilla, con el cuerpo atiborrado de aquel nctar excesivamente rico, y, a#ora, estaba durmiendo para eliminar de s' los #umores malignos. 8ola susurró =ontag, ascinado como siempre, +or la bestia muerta, la bestia viviente. 7e noc#e, cuando se aburr'a, lo que ocurr'a a diario los #ombres se de:aban resbalar por las barras de latón y +on'an en marc#a las combinaciones del sistema olativo del 2abueso, y soltaban ratas en el !rea del cuartel de bomberosG otras veces, pollos, y otras, gatos que , de todos modos, #ubiesen tenido que ser a#ogados, H se #ac'an apuestas acerca qu presa el 2abueso coger'a primero. Los animales eran soltados. 9res segundos m!s tarde, el uego #ab'a terminado, la rata, el gato pollo atrapado en mitad del patio, su:eto por las suaves pe(uas, mientras una agu:a #ueca de die( cent'metros surg'a del morro del 2abueso para inyectar una dosis masiva de morina o de proca'na. La presa era arro:ada luego al incinerador. Empe(aba otra partida. Cuando ocurr'a esto, =ontag sol'a quedarse arriba. 8ubo una ve(, dos aos atr!s, en que #i(o una apuesta y perdió el salario de una semana, debiendo enrentarse con la uria insana de =ildred, que aparec'a en sus venas y sus manc#as ro:i(as. +ero, a#ora, durante la noc#e, permanec'a tumbado en su litera, con el rostro vuelto #acia la pared, escuc#ando las carca:adas de aba:o y el rumor de las patas de los roedores, seguidos del r!pido y silencioso movimiento del 2abueso que saltaba ba:o la cruda lu(, encontrando, su:etando a su victima, insertando la agu:a y regresando a su perrera para morir como si se #ubiese dado vueltas a un conmutador. =ontag tocó el #ocico. El 2abueso gruó. =ontag dio un salto #acia atr!s. El 2abueso se levantó a medias en su perrera miró con o:os verdea(ulados de neón que parpadea, en sus globos repentinamente activados. Qolvió a gruir, una extraa combinación de siseo elctrico, de pitar y de c#irrido de metal, un girar de engrana:es parec'an oxidados y llenos de recelo. Ao, no, muc#ac#o di:o =ontag. El cora(ón le latió uertemente. Qio que la agu:a plateada asomaba un par de cent'metros, volv'a a ocultarse, asomaba un par de cent'metros, volv'a a ocultarse, asomaba, se ocultaba. El gruido se acentuó, la bestia miró a =ontag. ste retrocedió. El 2abueso adelantó un paso en su perrera. =ontag cogió la barra de metal con una mano. La barra, reaccionando, se desli(ó #acia arriba y silenciosamente, le llevó m!s arriba del tec#o, dbilmente iluminada. Estaba tembloroso y su rostro ten'a un color 25/124
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blanco verdoso. 0ba:o, el 2abueso #ab'a vuelto a aga(aparse sobre sus incre'bles oc#o patas de insecto y volv'a a ronronear para s' mismo, con sus o:os de m@ltiples acetas en pa(. =ontag esperó :unto al agu:ero a que se calmaran sus temores. 7etr!s de l, cuatro #ombres :ugaban a los naipes ba:o una lu( con pantalla verde, situada en una esquina. Los :ugadores lan(aron una breve mirada a =ontag, pero no di:eron nada. 2ólo el #ombre que llevaba el casco de capit!n y el signo del cenit en el mismo, #abló por @ltimo, con curiosidad, sosteniendo las cartas en una de sus manos, desde el otro lado de la larga #abitación. =ontag... Ao le gusto a se di:o =ontag. )Muin, al 2abueso* El capit!n estudió sus naipes. Olv'date de ello. se no quiere ni odia. 2implemente, unciona. Es como una lección de bal'stica. 9iene una trayectoria que nosotros determinamos. l la sigue rigurosamente. +ersigue el blanco, lo alcan(a, y nada m!s. 2ólo es alambre de cobre, bater'as de carga y electricidad. =ontag tragó saliva. 2us calculadoras pueden ser dispuestas para cualquier combinación, tantos amino!cidos, tanto a(ure, tanta grasa, tantos !lcalis. )Ao es as'* 9odos sabemos que s'. Las combinaciones qu'micas y porcenta:es de cada uno de nosotros est!n registrados en el arc#ivo general del cuartel, aba:o. 6esultar'a !cil para alguien introducir en la memoria del 2abueso una combinación parcial, qui(! un toque de amino!cido. Eso explicar'a lo que el animal acaba de #acer. 8a reaccionado contra m'. D7iablos exclamó el capit!n. ?rritado, pero no completamente urioso. 2ólo con la suiciente memoria para gruirme al tocarlo. )Muin podr'a #aber #ec#o algo as'* preguntó el capit!n. 9@ no tienes enemigos aqu', >uy. Mue yo sepa, no. )Muin podr'a #aber #ec#o algo as'* pregu el capit!n. 9@ no tienes enemigos aqu', >uy. Mue yo sepa, no. 4, =aana #aremos que nuestros tcnicos veriiqueD el 2abueso. Ao es la primera ve( que me #a amena( di:o =ontag. El mes pasado ocurrió dos veces. : 0rreglaremos esto, no te preocupes. +ero =ontag no se movió y siguió pensando en re:a deD ventilador del vest'bulo de su casa, y en lo que #ab'a oculto detr!s de la misma. 2i alguien del cuartd de bomberos estuviese enterado de lo del ventiladoG )no podr'a ser que se lo -contara/ al 2abueso ... *
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El capit!n se acercó al agu:ero de la sala y lan una inquisitiva mirada a =ontag. Estaba pensando di:o =ontag en qu es pensando el 2abueso =ec!nico a#' aba:o, toda la c#e. )Est! vivo de veras* =e produce escalor'os. l no piensa nada que no deseemos que piense. Es una pena di:o =ontag con vo( queda, porque lo @nico que ponemos en su cerebro es cacer'a, b@squeda y matan(a. DMu vergVen(a que solamente #aya de conocer eso Beatty resopló amablemente. D7iablos Es una magn'ica pie(a de artesan'a,S4 proyectil que busca su propio ob:etivo y garanti(a blanco cada ve(. +or eso no quisiera ser su próxima v'ctima plicó =ontag. )+or qu* )9e remuerde la conciencia acercOC algo* =ontag levantó la mirada con rapide(. Beatty permanec'a all', mir!ndole i:amente a o:os, en tanto que su boca se abr'a y empe(aba a con suavidad. =aana #aremos que nuestros tcnicos veriiquen el 2abueso. Ao es la primera ve( que me #a amena(ado di:o =ontag. El mes pasado ocurrió dos veces. 0rreglaremos esto, no te preocupes. +ero =ontag no se movió y siguió pensando en re:a del ventilador del vest'bulo de su casa, y en lo que #ab'a oculto detr!s de la misma. 2i alguien del cuartel de bomberos estuviese enterado de lo del ventiladorG )no podr'a ser que se lo -contara/ al 2abueso...* El capit!n se acercó al agu:ero de la sala y lan(ó una inquisitiva mirada a =ontag. Estaba pensando di:o =ontag en qu est! pensando el 2abueso =ec!nico a#' aba:o, toda la noc#e. )Est! vivo de veras* =e produce escalor'os. l no piensa nada que no deseemos que piense. Es una pena di:o =ontag con vo( queda, porque lo @nico que ponemos en su cerebro es cacer'a, b@squeda y matan(a. DMu vergVen(a que solamente #aya de conocer eso Beatty resopló amablemente. D7iablos Es una magn'ica pie(a de artesan'a, un proyectil que busca su propio ob:etivo y garanti(a blanco cada ve(. +or eso no quisiera ser su próxima v'ctima replicó =ontag. )+or qu* )9e remuerde la conciencia acerca de algo* =ontag levantó la mirada con rapide(.
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Beatty permanec'a all', mir!ndole i:amente a o:os, en tanto que su boca se abr'a y empe(aba a con suavidad. Ino, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete d'as. H cada ve( que l sal'a de la casa. Clarisse estaba por all', en alg@n :ugar del mundo. Ina ve(, =ontag la vio sacudiendo un nogalG otra, sentada en el csped, te:iendo un :ersey a(ulG en tres o cuatro ocasiones, encontró un ramillete de lores tard'as en el porc#e de su casa, o un puado de nueces en un pequeo saquito, o varias #o:as otoales pulcramente clavadas en una cuartilla de papel blanco, su:eta en su puerta. Clarisse le acompaaba cada d'a #asta la esquina. In d'a, llov'aG el siguiente, estaba despe:adoG el otro, soplaba un uerte viento, y el de m!s all!, todo estaba tranquilo y en calmaG el d'a siguiente a ese d'a en calma ue seme:ante a un #orno veraniego y Clarisse apareció con el rostro quemado por el sol. )+or qu ser! di:o l una ve(, en la entrada del -=etro/ que tengo la sensación de conocerte desde #ace muc#os aos* +orque le aprecio a usted replicó ella, y no deseo nada suyo. H porque nos conocemos mutuamente. =e #aces sentir muy vie:o y parecido a un padre. )+uede explicarme por qu no tiene ninguna #i:a como yo, si le gustan tanto los nios* Lo ignoro. DBromea usted Muiero decir... =ontag calló y meneó la cabe(a . Bueno, es que mi esposa... Ella nunca #a deseado tener nios. La muc#ac#a de:ó de sonre'r. Lo siento. =e #ab'a parecido que se estaba burlando de m'. 2oy una tonta. Ao, no replicó =ontag. 8a sido una buena pregunta. 8ac'a muc#o tiempo que nadie se interesaba por m' para #acrmela. Ina buena pregunta. 8ablemos de otra cosa. )8a olido alguna ve( unas #o:as vie:as* )Qerdad que #uelen a cinamomo* 9ome. #uela. Caramba, s', en cierto modo, parece cinamomo. Clarisse le miró con sus transparentes o:os oscuros 2iempre parece oendido. Es que no #e tenido tiempo... )2e i:ó en los carteles alargados, tal como le di:e* Creo que s'. 2'. =ontag tuvo que re'rse. 2u risa parece muc#o m!s simp!tica que antes. )7e veras*
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=uc#o m!s tranquila. =ontag se sintió a gusto y cómodo, )+or qu no est!s en la escuela* Cada d'a te encuentro vagabundeando por a#'. DO#, no me ec#an en alta contestó ella. creen que soy insociable. Ao me adapto. Es muy extrao. En el ondo, soy muy sociable. 9odo depende de lo se entienda por ser sociable, )no* +ara m', representa #ablar de cosas como stas. 8i(o sonar unas nueces que #ab'an ca'do del !rbol del patio. K comentar lo extrao que es el mundo. Estar con la gente es agradable. +ero no considero que sea sociable reunir a un grupo de gente y, despus, no de:ar que #able. Ina #ora de clase 9Q, una #ora de baloncesto, de pelota base o de carreras, otra #ora de transcripción o de reproducción de im!genes, y m!s deportes. +ero #a de saber que nunca #acemos preguntas, o por lo menos, la mayor'a no las #aceG no #acen m!s que lan(arte las respuestas i(as, i(as, y nosotros sentados all' durante otras cuatro #oras de clase cinematogr!ica. Esto no tiene nada que ver con la sociabilidad. 8ay muc#as c#imeneas y muc#a agua que mana por ellas, y todos nos decimos es vino, cuando no lo es. Aos atigan tanto que al terminar el d'a, sólo somos capaces de acostarnos, ir a un +arque de 0tracciones para empu:ar a la gente, romper cristales en el 6ompedor de Qentanas o triturar automóviles en el 0plastacoc#esG con la gran bola de acero. 0l salir en automóvil y recorrer las calles, intentando comprobar cu!n cerca de los aroles es posible detenerte, o quien es el @ltimo que salta del ve#'culo antes de que se estrelle. 2upongo que soy todo lo que dicen de m', desde luego. Ao tengo ning@n amigo. Esto debe demostrar que soy anormal. +ero todos aquellos a quienes cono(co andan gritando o bailando por a#' como locos, o golpe!ndose mutuamente. )2e #a dado cuenta de cómo, en la actualidad, la gente se (a#iere entre s'* 8ablas como una vie:a. 0 veces, lo soy. 9emo a los :óvenes de mi edad. 2e matan mutuamente. )2iempre #a sido as'* =i t'o dice que no. 2ólo en el @ltimo ao, seis de mis compaeros #an muerto por disparo. Otros die( #an muerto en accidente de automóvil. Les temo, y ellos no me quieren por este motivo. =i t'o dice que su abuelo recordaba cuando los nios no se mataban entre s'. +ero de eso #ace muc#o, cuando todo era distinto. =i t'o dice que cre'an en la responsabilidad. 8a de saber que yo soy responsable. 0os atr!s, cuando lo merec'a, me a(otaban. H #ago a mano todas las compras de la casa, y tambin la limpie(a. +ero por encima de todo prosiguió diciendo Clarisse, me gusta observar a la gente. 0 veces, me paso el d'a entero en el -=etro/, y los contemplo y los escuc#o. 2ólo deseo saber qu son, qu desean y adónde van. 0 veces, incluso voy a los parques de atracciones y monto en los coc#es co#etes cuando recorren los arrabales de la ciudad a medianoc#e y la +olic'a no se mete con ellos con tal de que estn asegurados. Con tal de que todos tengan un seguro de die( mil, todos contentos. 0 veces, me 29/124
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desli(o a #urtadillas y escuc#o en el -=etro/. K en las caeter'as. H, )sabe qu* T)Mu* La gente no #abla de nada. DO#, de algo #ablar!n Ao, de nada. Citan una serie de automóviles, de ropa o de piscinas, y dicen que es estupendo. +ero todos dicen lo mismo y nadie tiene una idea original. los cas, la mayor'a de las veces uncionan las m!quinas de c#istes, siempre los mismos, o la pared musical encendida y todas las combinaciones coloreadas y ba:an, pero sólo se trata de colores y de dibu:o abstracto. H en los museos... )8a estado en ellos* 9odo es abstracto. Es lo @nico que #ay a#ora. =i t'o dice antes era distinto. =uc#o tiempo atr!s, los cuadros algunas veces, dec'an algo o incluso representaban personas. 9u t'o dice, tu t'o dice... 9u t'o debe de ser un #ombre notable. Lo es. 2' que lo es. Bueno, #e de marc#arme. 0dios, =r. =ontag. 0diós. 0diós... Ino, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete d'as el cuartel de bomberos. =ontag, est!s puliendo esa barra como un p!:aro encaramado en un !rbol. 9ercer d'a. =ontag, #e visto que entrabas por la puerta posterior. )9e preocupa el 2abueso* Ao, no. Cuatro d'as. DMu curioso, =ontag Esta maana lo #e o'do contar. In bombero de 2eattle sintoni(ó adrede un sabueso mec!nico con su propio comple:o qu'mico y, despus, lo soltó. )Mu clase de suicidio llamar'as a esto* Cinco, seis, siete d'as. H, luego, Clarisse desapareció. =ontag advirtió lo que ocurr'a aquella tarde, peor era no verla por all'. El csped estaba vac'o, los !rboles vac'os, la calle tambin, y si bien al principio =ontag ni siquiera comprendió que la ec#aba en alta o que la estaba buscando, la realidad era que cuando llegó al -=etro/ sent'a en su interior dbiles impulsos de intranquilidad. 0lgo ocurr'a, algo #ab'a alterado su rutina. Ina rutina sencilla, es cierto, establecida en unos cuantos d'as, y, sin embargo... Estuvo a punto de volver atr!s para re#acer el camino, para dar tiempo a que la muc#ac#a apareciese. Estaba seguro de que si segu'a la misma ruta todo saldr'a bien. +ero era tarde, y la llegada del convoy puso punto inal a sus planes.
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El revoloteo de los naipes, el movimiento de las manos, de los p!rpados, el (umbido de la vo( que anunciaba la #ora en el tec#o del cuartel de bomberos - ... una treinta y cinco. 4ueves maana, $ noviembre ... Ina treinta y seis... Ina treinta y siete de la maana ... / El rumor de los naipes en la grasienta mesa... 9odos los sonidos llegaban a =ontag tras sus o:os cerrados, tras la barrera que #ab'a erigido moment!neamente. +ercib'a el cuartel lleno de centelleos y de silencio, de colores de latón, de colores de las monedas, de oro, de plata. Los #ombres, invisibles, al otro lado de la mesa, suspiraban ante sus naipes, esperando. - ... Ina cuarenta y cinco.../ El relo: oral pronunció l@gubremente la r'a #ora de una r'a maana de un ao a@n m!s r'o. )Mu te ocurre, =ontag* El aludido abr'ó los o:os. Ina radio susurraba en alg@n sitio ... Wla guerra puede ser declarada en cualquier momento. El pa's est! listo para deender sus...X El cuartel se estremeció cuando una numerosa escuadrilla de reactores lan(ó su nota aguda en el oscuro cielo matutino =ontag parpadeó. Beatty le miraba como si uese una estatua en un museo. En cualquier momento, Beatty pod'a levantarse y acerc!rsele, tocar, explorar su culpabilidad. )Culpabilidad* )Mu culpabilidad era aqulla* 9@ :uegas, =ontag. =iró a aquellos #ombres, cuyos rostros estaban tostados por un millar de incendios autnticos y otros millones de imaginarios, cuyo traba:o les enro:ec'a me:illas y pon'a una mirada ebril en sus o:os. 0quellos #ombres que contemplaban con i:e(a las llamas de encendedores de platino cuando encend'an sus boquillas que ard'an eternamente. Ellos y su cabello cubierto de carbón, sus ce:as sucias de #oll'n y sus me:illas manc#adas de ceni(a cuando estaban recin aeitadosG pero parec'a su #erencia. =ontag dio un respingo y abrió la boca. )8ab'a visto, alguna ve(, a un bombero que no tuviese el cabello negro, las ce:as negras, un rostro iero y un aspecto #irsuto, incluso recin aeitado* D0quellos #ombres eran rele:os de s' mismo 0s', pues )se escog'a a los bomberos tanto por su aspecto como por sus inclinaciones* El color de las brasas y la ceni(a en ellos, y el ininterrumpido olor a quemado de sus pipas. 7elante de l, el capit!n Beatty lan(aba nubes de #umo de tabaco. Beatty abr'a un nuevo paquete de picadura, produciendo al arrugar el celo!n ruido de crepitar de llamas. =ontag examinó los naipes que ten'a en manos. Es ... estaba, pensando sobre el uego de la semana pasada. 2obre el #ombre cuya biblioteca liquidamos. )Mu le sucedió* 2e lo llevaron, c#illando, al manicomio. +ero no estaba loco. Beatty arregló sus naipes en silencio. 31/124
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Cua Cualq lqui uier er #omb #ombre re que que crea crea que que pued puedee enga engaa arr al >obi >obier erno no y a nosotros est! loco. 9rataba de imaginar di:o =ontag qu sensación produc'a ver que los bomberos quemaban nuestras casas y nuestros libros. Aosotros no tenemos libros. 2i los tuvisemos... )9ienes alguno* Beatty parpadeó lentamente. Ao. =ontag =ontag miró #acia la pared, m!s all! de ellos, en la que #ab'a #ab'a las listas mecanograiadas de un millón de libros pro#ibidos. 2us nombres se cons consum um'a 'an n en el ueg uego, o, dest destru ruye yend ndo o los los aos aos ba:o ba:o su #ac# #ac#aa y su manguera, que arro:aba petróleo en ve( de agua. Ao. +ero, procedente de las re:as de ventilación de su casa, un resco viento empe(ó a soplar #el!ndole suavemente el rostro. H, una ve( m!s, se vio en el parque #ablando con un vie:o, un #ombre muy vie:o, y tambin el viento del parque era r'o =ontag vaciló )2iempre..., siempre #a sido as'* )El cuartel de bomberos, nuestro traba:o* Bueno, quiero decir que #ubo una poca... D8ubo una poca repitió Beatty. )Mu manera de #ablar es sa* -9onto pensó =ontag, te #as delatado./ En el @ltimo uego, un libro de cuentos de #adas, del que casualmente leyó una l'nea... Muiero decir aclaro, que en los vie:os d'as, antes de que las casas estuviesen estuviesen totalmente totalmente a prueba de incendios... incendios... 7e pronto, pareció que una vo( muc#o m!s :oven #ablaba por l. =ontag abrió la boca y ue Ciarisse =acCiellan la que preguntaba )Ao se dedicaban los bomberos a apagar incendios en lugar de provocarlos y ati(arlos* DEs el colmo 2toneman y Blac3 sacaron su libro gu'a, que tambin conten'a breves relatos sobre los bomberos de 0mrica H los de:aron de modo que =ontag =ontag,, aunque aunque amili amiliari ari(ad (ado o con ellos ellos desde desde #ac'a #ac'a muc#o muc#o tiempo tiempo,, pudiese leer Establec Establecidos idos en !"# para $uemar $uemar los libros in%luenci in%luencia a inglesa inglesa de las colonias& 'rimer bombe (en)am*n +ran,lin& -E.LA & -esponder r/pidamente a la alarma& 0& Iniciar el %uego r/pidamente& 1& 2uemarlo todo& 3& -egresar inmediatamente al cuartel& 4& 'ermanecer alerta para otras alarmas&
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9odos observaban a =ontag. ste no se mov'a. 2onó la alarma. La campana del tec#o tocó doscientas veces. 7e pronto #ubo cuatro sillas vac'as. Los naipes cayeron como copos de nieve. La barra de latón se estremeció. Los #ombres se #ab'an marc#ado. =ontag estaba sentado en su silla. 0ba:o, el dragón anaran:ado tosió y cobró vida. =ontag se desli(ó por la barra, como un #ombre que suea. El 2abueso =ec!nico daba saltos en su guerrera con los o:os convertidos en una llamarada verde. D=ontag, te olvidas del casco El aludido lo cogió de la pared que quedaba a su espalda, corrió, saltó, y se pusieron en marc#a, con el viento nocturno martilleado por el alarido de su sirena y su poderoso retumbar met!lico. Era una casa de tres plantas, de aspecto ruinoso, en la parte antigua de la ciudad, que contar'a, por lo menos, un siglo de edadG pero, al igual que todas las casas, #ab'a sido recubierta muc#os aos atr!s por una delgada capa de pl!stico, ign'uga, y aquella conc#a protectora parec'a ser lo que la mantuviera erguida en el aire. D0qu' est!n El ve#'culo se detuvo. Beatty, 2toneman y Blac3 atravesaron corriendo la acera, repentinamente odiosos y gigantescos en sus gruesos tra:es a prueba de llamas. =ontag les siguió. 7estro(aron la puerta principal y aerraron a una mu:er, aunque sta no corr corr'a 'a,, no inte intent ntab abaa esca escapa par. r. 2e limi limita taba ba a perm perman anec ecer er quie quieta ta,, balance!ndose de uno a otro pie, con la mirada i:a en el vac'o de la pared, como si #ubiese recibido un terrible golpe en la cabe(a. =ov'a la boca, y sus o:os parec'an tratar de recordar algo. y, luego, lo recordaron y su lengua volvió a moverse -+ó -+órt rtat atee como como un #omb #ombre re,, :ove :oven n 6idl 6idley ey.. +or +or la grac gracia ia de 7ios 7ios,, encenderemos #oy en ?nglaterra tal #oguera que con'o en que nunca se apagar!./ DBasta de eso di:o Beatty. )7ónde est!n. 0bo 0boet eteó eó a la mu:e mu:err con con sorp sorpre rend nden ente te impa impasi sibi bililida dad, d, y repi repiti tió ó la pregunta. La mirada de la vie:a se i:ó en Beatty. Isted ya sabe dónde est!n, o, de lo contrario, no #abr'a venido di:o. 2ton 2tonem eman an alar alargó gó la tar: tar:et etaa de alar alarma ma tele teleó óni nica ca,, con con la denu denunc ncia ia irmada por duplicado, en el dorso 56engo motivos para sospechar del /tico& Elm7 n8mero ciudad& E& (9&
7ebe de ser =rs. Bla3e, mi vecina di:o la mu:er, leyendo las iniciales. 33/124
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DBueno, muc#ac#os, a por ellos 0l instante, iniciaron el ascenso en la oscuridad, golpeando con sus #ac#uelas plateadas puertas que, sin embargo, no estaban cerradas, trop trope( e(an ando do los los unos con con los los otr otros, os, como como c#iq c#iqu uill illos, os, grit gritaando ndo y alborotando. DE# Ina Ina cata catara rata ta de libr libros os cayó cayó sobr sobree =ont =ontag ag mien mientr tras as ste ste asce ascend nd'a 'a vaci va cila lant ntem emen ente te la empi empina nada da esca escale lera ra.. DMu DMu incon inconve veni nien encia cia 0nte 0ntes, s, siempre #ab'a sido tan sencillo como apagar una vela. La +olic'a llegaba prim primer ero, o, amor amorda da(a (aba ba y atab atabaa a la v'ct v'ctim imaa y se la llev llevab abaa en sus sus resplandecientes ve#'culos, de modo que cuando llegaban los bomberos encontraban la casa vac'a. Ao se daaba a nadie, @nicamente a ob:etos. H puesto que los ob:etos no pod'an surir, puesto que los ob:etos no sent'an nada ni c#illaban o gem'an, como aquella mu:er pod'a empe(ar a #acerlo en cualquier momento, no #ab'a ra(ón para sentirse, despus, una conciencia culpable. Era tan sólo una operación de limpie(a. Cada cosa en su sitio. D6!pido con el petróleo )Muin tiene una cerilla* +ero +e ro aque aquellllaa noc# noc#e, e, algu alguie ien n se #ab' #ab'aa equi equivo voca cado do.. 0que 0quellllaa mu:e mu:err estropeaba el ritual. Los #ombres armaban demasiado ruido, riendo, bromeando, para disimular el terrible silencio acusador de la mu:er. Ella #ac'a que las #abitaciones vac'as clamaran acusadoras y desprendieran un ino polvillo de culpabilidad que era sorbido por ellos al moverse por la casa. =ontag sintió una irritación tremenda. D+or encima de todo, ella no deber'a estar all' Los libros bombardearon bombardearon sus #ombros, #ombros, sus bra(os, bra(os, su rostro rostro levantado. levantado. In libro aterri(ó, casi obedientemente como una paloma blanca, en sus manos, agitando las alas. 0 la dbil e incierta lu(, una p!gina desga:ada asomó, y era como un copo de nieve, con las palabras delicadamente impresas en ella. Con toda su prisa H su celo, =ontag sólo tuvo un instante para leer una l'nea sta ardió en su cerebro durante el minuto siguiente como si se la #ubiesen grabado con un acero. El tiempo se ha dorm dormid ido o a la lu: lu: de dell sol sol de dell atar atarde dece cer r . =ont =ontag ag de:ó de:ó caer caer el libr libro. o. ?nmediatamente cayó entre sus bra(os. D=ontag, sube La mano de =ontag se cerró como una boca, aplastó el libro con iera devoción, devoción, con iera inconsciencia inconsciencia,, contra contra su pec#o. Los #ombres, desde arriba, arro:aban al aire polvoriento montones de revistas que ca'an como p!:aros asesinados, y la mu:er permanec'a aba:o, como una nia, entre los cad!veres. =ontag no #i(o nada. Fue su mano la que actuóG su mano, con un cereb cerebro ro prop propio io,, con con una una conc concie ienc ncia ia y una una curi curios osid idad ad en cada cada dedo dedo tembloroso, se #ab'a convertido en ladrona. En aquel momento metió el libro ba:o su bra(o, lo apretó con uer(a contra la sudorosa axilaG salió vac'a, con agilidad de prestidigitador. D=ira aqu' Dinocente D=ira
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=ontag contempló, alterado, aquella mano blanca. La mantuvo a distancia, como si padeciese presbicia. La acercó al rostro, como si uese miope. D=ontag El aludido se volvió con sobresalto. DAo te quedes a#' parado, est@pido Los libros yac'an como grandes montones de peces puestos a secar. Los #ombres bailaban, resbalaban y ca'an sobre ellos. Los t'tulos #ac'an brillar sus o:os dorados, ca'an, desaparec'an. D+etróleo Bombearon el r'o luido desde los tanques con el n@mero $%& que llevaban su:etos a sus #ombros. Cubrieron cada libro, inundaron las #abitaciones. Corrieron escaleras aba:oG =ontag avan(ó en pos de ellos, entre los vapores del petróleo. DQamos, mu:er sta se arrodilló entre los libros, acarició la empapada piel, el impregnado cartón, leyó los t'tulos dorados con los dedos mientras su mirada acusaba a =ontag. Ao +ueden quedarse con mis libros di:o. Ha conoce la ley replicó Beatty. )7ónde est! su sentido com@n* Ainguno de esos libros est! de acuerdo con el otro. Isted lleva aqu' encerrada aos con una condenada torre de Babel. DOlv'dese de ellos La gente de esos libros nunca #a existido. DQamos Ella meneó la cabe(a. 9oda la casa va a arder advirtió Beatty . Con torpes movimientos, los #ombres traspusieron la puerta. Qolvieron la cabe(a #acia =ontag, quien permanec'a cerca de la mu:er. DAo iris a de:arla aqu' protestó l. Ao quiere salir. DEntonces, obligadla Beatty levantó una mano, en la que llevaba oculto el delagrador. 8emos de regresar al cuartel. 0dem!s, esos an!ticos siempre tratan de suicidarse. Es la reacción amiliar. =ontag apoyó una de sus manos en el codo mu:er. +uede venir conmigo. Ao contestó ella. >racias, de todos modos. Qamos a contar #asta die( di:o Beatty. Ino, 7os. +or avor di:o =ontag.
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=!rc#ese replicó la mu:er. 9res. Cuatro. Qamos. =ontag tiró de la mu:er. Muiero quedarme aqu' contestó ella con serenidad. Cinco. 2eis. +uedes de:ar de contar di:o ella. 0brió ligeramente los dedos de una manoG en la palma de la misma #ab'a un ob:eto delgado. Ina vulgar cerilla de cocina. Esta visión #i(o que los #ombres se precipitaran uera y se ale:aran de la casa a todo correr. +ara mantener su dignidad, el capit!n Beatty retrocedió lentamente a travs de la puerta principal, con el rostro quemado, brillante gracias a un millar de incendios y de emociones nocturnas. W7ios pensó =ontag, Dcu!n cierto es La alarma siempre llega de noc#e. DAunca durante el d'aX )2e debe a que el uego es m!s bonito por la noc#e* )=!s espectacular, m!s llamativo* El rostro sonro:ado de Beatty mostraba, a#ora, una leve expresión dep!nico. Los dedos de la mu:er se engariaron sobre la cerilla. Los vapores del petróleo la rodeaban. =ontag sintió que el libro oculto lat'a como un cora(ón contra su pec#o. Q!yase di:o la mu:er. y =ontag, mec!nicamente, atravesó el vest'bulo, saltó por la puerta en pos de Beatty, descendió los escalones, cru(ó el :ard'n, donde las #uellas del petróleo ormaban un rastro seme:ante al de un caracol maligno. En el porc#e rontal, a donde ella se #ab'a asomado para calibrarlos silenciosamente con la mirada, y #ab'a una condena en aquel silencio, la mu:er permaneció inmóvil. Beatty agitó los dedos para encender el petróleo. Era demasiado tarde. =ontag se quedó boquiabierto. La mu:er, en el porc#e, con una mirada de desprecio #acia todos, alargó el bra(o y encendió la cerilla, rot!ndola contra la barandilla. La gente salió corriendo de las casas a todo lo largo de la calle. Ao #ablaron durante el camino de regreso al cuartel, 6e#u'an mirarse entre s'. =ontag iba sentado en el banco delantero con Beatty y con Blac3. Ai siquiera umaron sus pipas. +ermanec'an quietos, mirando por la parte rontal de la gran salamandra mientras doblaban una esquina y prosegu'an avan(ando silenciosamente. 4oven 6idley di:o =ontag por @ltimo. )Mu* +reguntó Beatty.
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Ella #a dic#o -:oven 6idley/ . Cuando #emos llegado a la puerta, #a dic#o algo absurdo. -+órtate como un #ombre, :oven 6idley/, di:o. H no s qu m!s. -+or la gracia de 7ios, encenderemos #oy en ?nglaterra tal #oguera que con'o en que nunca se apagar!/ di:o Beatty. 2toneman lan(ó una mirada al capit!n, lo mismo que =ontag, atónitos ambos. Beatty se rotó la barbilla. In #ombre llamado Latimer di:o esto a otro, llamado 6idley mientras eran quemados vivos en Oxord por #ere:'a, el & de octubre de &%%%. =ontag y 2toneman volvieron a contemplar la que parec'a moverse ba:o las ruedas del ve#'culo. Cono(co muc#'simas sentencias di:o Beatley. Es algo necesario para la mayor'a de los capitanes de bomberos. 0 veces, me sorprendo a m' mismo. DCuidado, 2toneman 2toneman renó el ve#'culo. D7iantre exclamó Beatty. 8as de:ado, la esquina por la que doblamos para ir al cuartel. )Muin es* )Muin podr'a ser* di:o =ontag, apoy!ndose en la oscuridad contra la puerta cerrada. 2u mu:er di:o, por in Bueno, enciende la lu(. Ao quiero lu(. 0custate. =ontag oyó cómo ella se mov'a impacienteG los resortes de la cama c#irriaron. )Est!s borrac#o* 7e modo que era la mano que lo #ab'a empe(ado. todo. 2intió una mano y, luego, la otra que desabroc#aba su c#aqueta y la de:aba caer en el suelo. 2ostuvo sus pantalones sobre un abismo y los de:ó caer en la oscuridad. 2us manos estaban #ambrientas. H sus o:os empe(aban a estarlo tambin, como si tuviera necesidad de ver algo, cualquier cosa, todas las cosas. )Mu est!s #aciendo* preguntó su esposa. =ontag se balanceó en el espacio con el libro entre sus dedos sudorosos y r'os. 0l cabo de un minuto, ella insistió Bueno, no te quedes plantado en medio de la #abitación. l produ:o un leve sonido. )Mu* preguntó =ildred. 37/124
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=ontag produ:o m!s sonidos suaves. 0van(ó dando traspis #acia la cama y metió, torpemente, el libro ba:o la r'a almo#ada. 2e de:ó caer en la cama y su mu:er lan(ó una exclamación, asustada. l yac'a le:os de ella, al otro lado del dormitorio, en una isla invernal separada por un mar vac'o. Ella le #abló desde lo que parec'a una gran distancia, y se reirió a esto y aquello, y no eran m!s que palabras, como las que #ab'a escuc#ado en el cuarto de los nios de un amigo, de boca de un pequeo de dos aos que articulaba sonidos al aire. +ero =ontag no contestó y, al cabo de muc#o rato, cuando sólo l produc'a los leves sonidos, sintió que ella se mov'a en la #abitación, se acercaba a su cama, se inclinaba sobre l y le tocaba una me:illa con la mano. =ontag estaba seguro de que cuando ella retirara la mano de su rostro, la encontrar'a mo:ada. =!s avan(ada la noc#e, =ontag miró a =ildred. Estaba despierta. Ina dbil melod'a lotaba en el aire, H su radio auricular volv'a a estar enc#uada en su ore:a, mientras escuc#aba a gente le:ana de lugares remotos, con unos o:os muy abiertos que contemplaban las negras proundidades que #ab'a sobre ella, en el tec#o. )Ao #ab'a un vie:o c#iste acerca de la mu:er que #ablaba tanto por telono que su esposo, desesperado, tuvo que correr a la tienda m!s próxima para teleonearle y preguntar qu #ab'a para la cena* Bueno, entonces, )+or qu no se compraba l una emisora para radio auricular y #ablaba con su esposa ya avan(ada noc#e, murmurando, susurrando, gritando, vocierando* +ero, )qu le susurrar'a, qu le c#illar'a* )Mu #ubiese podido decirle* H, de repente, le resultó tan extraa que =ontag no pudo creer que la conociese. Estaba en otra casa, esos c#istes que contaba la gente acerca del caballero embriagado que llegaba a casa ya entrada la noc#e, abr'a una puerta que no era la suya, se met'a en la #abitación que no era la suya, se acostaba con un desconocida, se levantaba temprano y se marc#aba a traba:ar sin que ninguno de los dos #ubiese notado nada =illie... susurró. )Mu* Ao me propon'a asustarte. Lo que s' quiero saber es... 7i. Cu!ndo nos encontramos. H dónde. )Cu!ndo nos encontramos para qu* preguntó ella. Muiero decir... por primera ve(. =ontag comprendió que ella estar'a runciendo el ceo en la oscuridad. 0claró conceptos )7ónde y cu!ndo nos conocimos* RO# +ues ue en... La mu:er calló.
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Ao lo s reconoció al in. =ontag sintió r'o. )Ao puedes recordarlo* 8ace muc#o tiempo. D2ólo die( aos, eso es todo, sólo die( Ao te excites, estoy tratando de pensar.=ildred emitió una extraa risita que ue #acindose m!s y m!s aguda. DMu curioso DMu curioso no acordarse de dónde o cu!ndo se conoció al marido o a la mu:er =ontag se rotaba los o:os, las ce:as y la nuca, con lentos movimientos. 0poyó ambas manos sobre sus o:os y apretó con irme(a, como para incrustar la memoria en su sitio. 7e pronto, resultaba m!s importante que cualquier otra cosa en su vida saber dónde #ab'a conocido a =ildred. TAo importa. Ella estaba a#ora en el cuarto de bao, y =ontag oyó correr el agua y el ruido que #i(o =ildred al beberla. Ao, supongo que no di:o. 9rató de contar cu!ntas veces tragaba, y pensó en la visita de los dos operarios con los cigarrillos en sus bocas rectil'neas y la serpiente de o:o electrónico descendiendo a travs de capas y capas de noc#e y de piedra y de agua remansada de primavera, y deseó gritar a su mu:er -)Cu!ntas te #as tomado esta noc#e* DLas c!psulas )Cu!ntas te tomar!s despus sin saberlo* DH seguir as' #ora tras #ora DH qui(! no esta noc#e, sino maana DH yo sin dormir esta noc#e, ni maana, ni ninguna otra durante muc#o tiempo, a#ora que esto #a empe(ado/ H =ontag se la imaginó tendida en la cama, con los dos operarios erguidos a su lado, no inclinados con preocupación, sino erguidos, con los bra(os cru(adosS H recordó #aber pensado entonces, que si ella mor'a, estaba seguro que no #ab'a de llorar. +orque ser'a la muerte de una desconocida, un rostro visto en la calle, una imagen del periódicoG y, de repente, le resultó todo tan triste que #ab'a empe(ado a llorar, no por la muerte, sino el pensar que no llorar'a cuando =ildred muriera, un absurdo #ombre vac'o :unto a una absurda mu:er vac'a, en tanto que la #ambrienta serpiente la de:aba a@n m!s vac'a. -)Cómo se consigue quedar tan vac'o* se preguntó =ontag. )Muin te vac'a* DH aquella #orrible lor del otro d'a, el diente de león Lo #ab'a comprendido todo )verdad* "DMu vergVen(a DAo est! enamorado de nadie" y ) por qu no* / Bueno, )no exist'a una muralla entre l y =ildred pens!ndolo bien* Literalmente, no sólo un muro,. tres, en realidad. H, adem!s, muy caros. H los t'os, las t'as, los primos, las sobrinas, los sobrinos que viv'an en aquellas paredes, la arullante pandilla de simios que no dec'an nada, nada, y lo dec'an a vo( en grito. 7esde el principio, =ontag se #ab'a acostumbrado a llamarlos parientes. -)Cómo est! #oy, t'o Louis*/ 39/124
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-)Muin*/ -) t'a =aude*/ En realidad, el recuerdo m!s signiicativo que ten'a de =ildred era el de una niita en un bosque sin !rboles ;Dqu extrao< o, m!s bien, de una niita perdida en una meseta donde sol'a #aber !rboles ;pod'a percibirse el recuerdo de sus ormas por doquier<, sentada en el centro de la -sala de estar/. La sala de estar DMu nombre m!s bien escogido Llegara cuando llegara, all' estaba =ildred, escuc#ando cómo las paredes le #ablaban. D8ay que #acer algo 2', #ay que #acer algo. DBueno, no nos quedemos aqu' #ablando D8ag!moslo DEstoy tan urioso que ser'a capa( de escupir )0 qu ven'a aquello* =ildred no #ubiese sabido decirlo. )Muin estaba urioso contra quin* =ildred lo sab'a bien. )Mu #ar'a* -Bueno se di:o =ildred esperemos y veamos./ l #ab'a esperado para ver. Ina gran tempestad de sonidos surgió de las des. La m@sica le bombardeó con un volumen tan intenso, que sus #uesos casi se desprendieron de los tendonesG sintió que le vibraba la mand'bula, que los o:os retemblaban en su cabe(a. Era v'ctima de una conmoción. Cuando todo #ubo pasado, se sintió como un #ombre que #ab'a sido arro:ado desde un acantilado, sacudido en una centriugadora y lan(ado a una catarata que ca'a y ca'a #acia el. vac'o sin llegar nunca a tocar el ondo, nunca, no del todoG y se ca'a tan aprisa que se tocaban los lados, nunca, nunca :am!s se tocaba nada. El estrpito ue apag!ndose. La m@sica cesó. Ha est! di:o =ildred. y, desde luego, era notable. 0lgo #ab'a ocurrido. 0unque en las paredes de la #abitación apenas nada se #ab'a movido y nada se #ab'a resuelto en realidad, se ten'a la impresión de que alguien #ab'a puesto en marc#a una lavadora o que uno #ab'a sido absorbido por un gigantesco aspirador. Ino se a#ogaba en m@sica, y en pura cacoon'a. =ontag salió de la #abitación, sudando y al borde del colapso. 0 su espalda, =ildred estaba sentada en su butaca, y las voces volv'an a sonar Bueno, a#ora todo ir! bien dec'a una -tia/. O#, no ests demasiado segura replicaba un -primo/. Qamos, no te enades. )Muin se enada* D9@ )Ho* D9@ est!s urioso )+or qu #abr'a de estarlo*
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D+orque s' DEst! muy bien gritó =ontag. +ero, )por qu est!n uriosos* )Muin es esa gente* )Muin es ese #ombre H quin es esa mu:er* )2on marido y mu:er, est!n divorciados, prometidos o qu* Q!lgame 7ios, nada tiene relación. Ellos... di:o =ildred. Bueno, ellos.... ellos #an tenido esta pelea, ya lo #as visto. 7esde luego, discuten =uc#o. 9endr'as que o'rlos. Creo que est!n casados. 2', est!n casados. )+or qu* H si no se trataba de las tres paredes que pronto se convertir'an en cuatro para completar el sueo, entonces, era el coc#e descubierto y =ildred conduciendo a ciento cincuenta 3ilómetros por #ora a travs de la ciudad, el grit!ndole y ella respondiendo a sus gritos, mientras ambos trataban de o'r lo que dec'an, pero oyendo sólo el rugido del ve#'culo. D+or lo menos, llvalo el m'nimo vocieraba =ontag. )Mu* preguntaba ella. DLlvalo al m'nimo, a oc#enta gritaba l. )Mu* c#illaba ella. DQelocidad berreaba l. H ella aceleró #asta ciento setenta 3ilómetros por #ora y de:ó a su marido sin aliento. Cuando se apearon del ve#'culo, ella se #ab'a puesto la radio auricular. 2ilencio. 2ólo el viento soplaba suavemente. =ildred. =ontag rebulló en la cama. 0largó una mano y s de la ore:a de ella una de las diminutas pie(as musicales. =ildred. D=ildred 2'. La vo( de ella era dbil. =ontag sintió que era una de las criaturas insertadas electrónicamente entre las ranuras de las paredes de onocolor, que #ablaba, pero que sus palabras no atravesaban la barrera de cristal. 2ólo pod'a #acer una pantomima, con la esperan(a de que ella se volviera y viese. 0 travs del cristal, les era imposible establecer contacto. =ildred, )te acuerdas de esa c#ica de la que #e #ablado* Ao. Muer'a #ablarte de ella. Es extrao. O#, s a quin te reieres. Estaba seguro de ello. Ella di:o =ildred, en la oscuridad. )Mu sucede* preguntó =ontag. +ensaba dec'rtelo. =e #e olvidado. Olvidado. 41/124
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7'melo a#ora. )7e qu se trata* Creo que ella se #a ido. )?do* 9oda la amilia se #a trasladado a otro sitio. +ero ella se #a ido para siempre, creo que #a muerto. Ao podemos #ablar de la misma muc#ac#a. Ao. La misma c#ica. =cClellan. =cC?ellan. 0tropellada por un automóvil. 8ace cuatro d'as. Ao estoy segura. +ero creo que #a muerto. 7e todos modos, la amilia se #a trasladado. Ao lo s. +ero creo que ella #a muerto. DAo est!s segura de eso Ao, segura, no. +ero creo que es as'. )+or qu no me lo #as contado antes* Lo olvid. D8ace cuatro d'asl Lo olvid por completo. 8ace cuatro d'as repitió l, quedamente, tendido en la cama. +ermanecieron en la oscura #abitación, sin moverse. Buenas noc#es di:o ella. =ontag oyó un dbil roce. Las manos de la mu:er se movieron El auricular se movió sobre la almo#ada como una mantis religiosa, tocado por la mano de ella. 7espus volvió a estar en su o'do, (umbando ya. =ontag escuc#ó y su mu:er canturreaba entre dientes. Fuera de la casa una sombra se movió, un viento otoal sopló y amainó en seguida. +ero #ab'a algo m!s en el silencio que l o'a. Era como un aliento ex#alado contra la ventana. Era como el dbil oscilar de un #umo verdoso luminiscente, el movimiento de una gigantesca #o:a de octubre empu:ada sobre el csped y ale:ada. -El 2abueso pensó =ontag esta noc#e, est!, uera. 0#ora est! a#' uera. 2i abriese la ventana...,, +ero no la abrió. +or la maana, ten'a escalor'os y iebre. Ao es posible que ests enermo di:o =ildred l cerró los o:os. 2'. D0noc#e estabas perectamente Ao, no lo estaba. =ontag oyó cómo -los parientes/ gritaban en sala de estar. =ildred se inclinó sobre su cama, llena de curiosidad. l percibió su presencia, la vio sin abrir los o:os, Qio su cabello quemado por los 42/124
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productos qu'micos #asta adquirir un color de pa:a quebradi(a, sus o:os con una especie de catarata invisible pero que se pod'a adivinar muy detr!s de las pupilas, los ro:os labios, el cuerpo tan delgado como el de una mantis religiosa, a causa de la dieta, y su carne como tocino blanco. Ao poda recordarla de otra manera. T)Muerr!s traerme aspirinas y agua* 9ienes que levantarte replicó ella. 2on las doce del mediod'a. 8as dormido cinco #oras m!s dc lo acostumbrado. )Muieres desconectar la sala de estar* solicitó =ontag. 2e trata de mi amilia. )Muieres desconectarla por un #ombre enermo* Ba:ar el volumen del sonido. =ildred salió de la #abitación, no #i(o nada sala de estar y regresó. )Est! me:or as'* >racias. Es mi programa avorito Uexplicó ella. T)H la aspirina* Aunca #ab'as estado enermo. Qolvió a salir. Bueno, pues a#ora lo estoy. Esta noc#e no ir a traba:ar. Llama a Beatty de mi parte. 0noc#e te portaste de un modo muy extrao. =ildred regresó canturreando. )7ónde est! la aspirina* TDO# La mu:er volvió al cuarto de bao. )Ocurrió algo* 2ólo un incendio. Ho pas una velada agradable di:o ella, desde el cuarto de bao. )8aciendo qu* En la sala de estar. )Mu #ab'a* +rogramas. )Mu programas* 0lgunos de los me:ores. )Con quin* O#, ya sabes, con todo el grupo. 2', el grupo, el grupo, el grupo. El se oprimió el dolor que sent'a en los o:os y, de repente, el olor a petróleo le #i(o vomitar. =ildred regresó, canturreando. Muedó sorprendida. 43/124
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)+or qu #as #ec#o esto* =ontag miró, abatido el suelo. Muemamos a una vie:a con sus libros. Es una suerte que la alombra sea lavable. Cogió una escoba de regar y limpió la alombra. 0noc#e ui a casa de 8elen. )Ao pod'as ver las unciones en tu propia sala de estar* 7esde luego, pero es agradable #acer visitas. =ildred volvió a la sala. El la oyó cantar. D=ildred llamó. Ella regresó, cantando, #aciendo c#asquear suavemente los dedos. )Ao me preguntas nada sobre lo de anoc#e* di:o. )2obre qu* Muemamos un millar de libros. Muemamos a una mu:er. )H qu* La sala de estar estallaba de sonidos. Muemamos e:emplares de 7ante, de 25it y de =arco 0urelio. )Ao era ste un europeo* 0lgo por el estilo. )Ao era radical* Aunca llegu a leerlo. Era un radical. =ildred :ugueteó con el telono. )Ao esperar!s que llame al capit!n. Beatty, verdad* D9ienes que #acerlo DAo grites Ao gritaba. =ontag se #ab'a incorporado en la cama, repentinamente enurecido, congestionado, sudoroso. La sala de estar retumbaba en la atmósera caliente. Ao puedo decirle que estoy enermo. )+or qu* -+orque tienes miedo/, pensó l. In nio que se inge enermo, temeroso de llamar porque, despus de una breve discusión, la conversación tomar'a este giro -2', capit!n, ya me siento me:or. Estar a#' esta noc#e a las die(./ Ao est!s enermo insistió =ildred. =ontag se de:ó caer en la cama. =etió la mano ba:o la almo#ada. El libro oculto segu'a all'. =ildred, )qu te parecer'a si, qui(!, de:ase mi traba:o por alg@n tiempo* )Muieres de:arlo todo* 7espus de todos esos aos de traba:ar, porque, una noc#e, una mu:er, y sus libros.... D8ubieses tenido que verla, =illie 44/124
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Ella no es nada para m'. Ao #ubiese debido tener libros 8a sido culpa de ella, #ubiese tenido que pensarlo antes. La odio. 9e #a sacado de tus casillas y antes de que te des cuenta, estaremos en la calle, sin casa, sin empleo, sin nada. 9@ no estabas all', t@ no la viste insistió l. 9iene que #aber algo en los libros, cosas que no podemos imaginar para #acer que una mu:er permane(ca en una casa que arde. 0#' tiene que #aber algo. Ino no se sacriica por nada. Esa mu:er era una tonta. Era tan sensata como t@ y como yo, qui(! m!s, y la quemamos 0gua pasada no mueve molino. Ao, agua no, uego. )8as visto alguna casa quemada* 8umea durante d'as. Bueno, no olvidar ese incendio en toda mi vida. D7ios =e #e pasado la noc#e tratando de apartarlo de mi cerebro. Estoy loco de tanto intentarlo. 8ubieses debido pensar en eso antes de #acerte bombero. D+ensar )Es que pude escoger* =i abuelo y mi padre eran bomberos. En mi sueo, corr' tras ellos. La sala de estar emit'a una m@sica bailable. 8oy es el d'a en que tienes el primer turno di:o =ildred. 8ubieses debido marc#arte #ace dos #oras. 0cabo de recordarlo. Ao se trata sólo de la mu:er que murió di:o =ontag 0noc#e, estuve meditando sobre todo el petróleo que #e usado en los @ltimos die( aos. H tambin en los libros. H, por primera ve(, me di cuenta de que #ab'a un #ombre detr!s de cada uno de ellos. In #ombre tuvo que #aberlo ideado. In #ombre tuvo que emplear muc#o tiempo en trasladarlo al papel. H ni siquiera se me #ab'a ocurrido esto #asta a#ora. =ontag saltó de la cama. Mui(!s alg@n #ombre necesitó toda una vida par reunir varios de sus pensamientos, mientras contemplaba el mundo y la existencia, y, entonces, me present yo y en dos minutos, i(as, todo liquidado. 7:ame tranquila di:o =ildred. Ho no #e #ec#o nada. D7e:arte tranquila Esto est! muy bien, pero, )cómo puedo de:arme tranquilo a m' mismo* Ao necesitamos que nos de:en tranquilos. 7e cuando en cuando, precisamos estar seriamente preocupados. )Cu!nto tiempo #ace que no #as tenido una verdadera preocupación* )+or algo importante, por algo real* H, luego calló, porque se acordó de la semana pasada, y las dos piedras blancas que miraban #acia el tec#o y la bomba con aspecto de serpiente, los dos #ombres, de rostros impasibles, con los cigarrillos que se mov'an en su boca cuando #ablaban. +ero aqulla era otra =ildred, una =ildred tan metida dentro de la otra, y tan preocupada,
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autnticamente preocupada, que ambas mu:eres nunca #ab'an llegado a encontrarse. =ontag se volvió. Bueno, ya lo #as conseguido di:o =ildred 0#', rente a la casa. =ira quin #ay. Ao me interesa. 0caba de detenerse un automóvil YYFnixZZ y se acerca un #ombre en camisa negra con una serpiente anaran:ada dibu:ada en el bra(o. )El capit!n Beatty* El capit!n Beatty. =ontag no se movió, y siguió contemplando la r'a blancura de la pared que quedaba delante de l. )Muieres #acerle pasar* 7ile que estoy enermo. D7'selo t@ Ella corrió unos cuantos pasos en un sentido, otros pasos en otro, y se detuvo con los o:os abiertos, cuando el altavo( de la puerta de entrada pronunció su nombre suavemente, suavemente, -=rs. =ontag, =rs. =ontagG aqu' #ay alguien, aqu' #ay alguien, =rs. =ontag, =rs. =ontag, aqu' #ay alguien/. =ontag se cercioró de que el libro estaba bien oculto detr!s de la almo#ada, regresó lentamente a la cama, se alisó el cobertor sobre las rodillas y el pec#o, semiincorporadoG y, al cabo de un rato, =ildred se movió y salió de la #abitación, en la que entró el capit!n Beatty con las manos en los bolsillos. 0#, #agan callar a esos -parientes/ di:o Beatty, mir!ndolo todo a su alrededor, exceptuados =ontag y su esposa. Esta ve(, =ildred corrió. Las voces gemebundas cesaron de gritar en la sala. El capit!n Beatty se sentó en el sillón m!s cómodo, con una expresión apacible en su tosco rostro. +reparó y encendió su pipa de bronce con calma y lan(ó una gran bocanada de #umo. 2e me #a ocurrido que vendr'a a ver cómo sigue el enermo. )Cómo lo #a adivinado* Beatty sonrió y descubrió al #acerlo las sonro:adas enc'as y la blancura y pequee( de sus dientes. Lo #e visto todo. 9e dispon'as a llamar para pedir la noc#e libre. =ontag se sentó en la cama. Bien di:o Beatty. DCoge la noc#e Examinó su eterna ca:a de cerillas, en cuya tapa dec'a >060A9?[07O IA =?LLOA 7E LL0=02 EA E29E EACEA7E7O6, y empe(ó a rotar, abstra'do, la cerilla qu'mica, a apagarla de un soplo, encenderla, apagarla, encenderla, a decir unas cuantas +alabras, a apagarla. Contempló la llama. 2opló, observó el #umo. 46/124
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)Cu!ndo estar!s bien* =aana. Mui(! pasado maana. 0 primeros de semana. Beatty c#upó su pipa. 9arde o temprano, a todo bombero le ocurre esto, 2ólo necesita comprensión, saber cómo uncionan ruedas. Aecesitan conocer la #istoria de nuestra misión. 0#ora, no se la cuentan a los nios como #ac'an antes. Es una vergVen(a. Ex#aló una bocanada. 2ólo los :ees de bomberos la recuerdan a#ora Otra bocanada. Qoy a cont!rtela. =ildred se movió inquieta. Beatty tardó un minuto en acomodarse y meditar sobre lo que quer'a decir. =e preguntar!s, )cu!ndo empe(ó nuestra labor cómo ue implantada, dónde, cómo* Bueno, yo dir'a que, en realidad, se inició aproximadamente con el acontecimiento llamado la >uerra Civil. +ese a que nuestros reglamentos airman que ue undada antes. En realidad es que no anduvimos muy bien #asta que la otogra'a se implantó. 7espus las pel'culas, a principios del siglo \\. 6adio. 9elevisión. Las cosas empe(aron a adquirir masa. =ontag permaneció sentado en la cama, inmóvil. H como ten'an masa, se #icieron m!s sencillos prosiguió diciendo Beatty. En cierta poca, los libros atra'an a alguna gente, aqu', all', por doquier. +od'an permitirse ser dierentes. El mundo era anc#o +ero, luego, el mundo se llenó de o:os, de codos H bocas. +oblación doble, triple, cu!druple. Films y dios, revistas, libros, ueron adquiriendo un ba:o nivel, una especie de vulgar uniormidad. )=e sigues* Creo que s'. Beatty contempló la bocanada de #umo que acababa de lan(ar. ?mag'nalo. El #ombre del siglo \?\ con sus caballos, sus perros, sus coc#es, sus lentos despla(amientos Luego, en el siglo \\, acelera la c!mara. Los m!s breves, condensaciones. 6es@menes. 9odo se reduce a la ancdota, al inal brusco. Brusco inal di:o =ildred, asintiendo Los cl!sicos reducidos a una emisión radioónica de quince minutos. 7espus, vueltos a reducir para llenar una lectura de dos minutos. +or in, convertidos en die( o doce l'neas en un diccionario. Claro est!, exagero. Los diccionarios @nicamente serv'an para buscar reerencias. +ero eran muc#os los que sólo sab'an de 8amlet ;estoy seguro de que conocer!s el t'tulo, =ontag. Es probable que, para usted, sólo constituya una especie de rumor. =rs. =ontag<, sólo sab'an, como digo, de 8amlet lo que #ab'a en una condensación de una p!gina en un libro que airmaba 0#ora, podr! leer por in todos los cl!sicos. =antngase al mismo nivel que sus vecinos. )9e das cuenta* 2alir de la guarder'a inantil para ir a la Iniversidad y regresar a la guarder'a. sta #a sido la ormación intelectual durante los @ltimos cinco siglos o m!s. 47/124
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=ildred se levantó y empe(ó a andar por la #abitación, cog'a ob:etos y los volv'a a de:ar. Beatty la ignoró y siguió #ablando. 0celera la proyección, =ontag, aprisa, )Clic* )+el'cula* =ira, O:o, 0#ora, 0delante, 0qu', 0ll', 0+risa, 6itmo, 0rriba, 0ba:o, 7entro, Fuera, +or qu, Cómo, Muin, Mu, 7ónde, )E#* , DO# DBang, D[as, >olpe, Bing, Bong, DBum 2elecciones de selecciones. )+ol'tica* DIna columna, dos rases, un titular Luego, en pleno aire, todo desaparece. La mente del #ombre gira tan aprisa a impulsos de los editores, explotadores, locutores, que la uer(a centr'uga elimina todo pensamiento innecesario, origen de una prdida de tiempo. =ildred alisó la ropa de la cama. =ontag sintió que su cora(ón saltaba y volv'a a saltar mientras ella le a#uecaba la almo#ada. En aquel momento, le empu:aba para conseguir #acerle apartar, a in de poder sacar la almo#ada, arreglarla y volverla a su sitio. H, qui(!, lan(ar un grito y quedarse mirando, o sólo alargar la mano H decir -)Mu es esto*/, y levantar el libro oculto con conmovedora inocencia. Los aos de Iniversidad se acortan, la disciplina se rela:a, la Filoso'a, la 8istoria y el lengua:e se abandonan, el idioma y su pronunciación son gradualmente descuidados. +or @ltimo, casi completamente ignorado La vida es inmediata, el empleo cuenta, el placer domina todo despus del traba:o. )+or qu aprender algo, excepto apretar botones, enc#uar conmutadores, enca:ar tornillos y tuercas* 7e:a que te arregle la almo#ada di:o =ildred DAo susurró =ontag. El cierre de cremallera despla(a al botón y el #ombre ya no dispone de todo ese tiempo para pensar mientras se viste, una #ora ilosóica y, por lo tanto, una #ora de melancol'a. 0 ver di:o =ildred. =!rc#ate replicó. La vida se convierte en una gran carrera, =ontag. 9odo se #ace aprisa, de cualquier modo. 7e cualquier modo repitió =ildred, tirando de la almo#ada. D+or amor de 7ios d:ame tranquilo gritó =ontag, apasionadamente , 0 Beatty se le dilataron los o:os. La mano de =ildred se #ab'a inmovili(ado detr!s de la almo#ada. 2us dedos segu'an la silueta del libro y a medida que la orma le iba siendo amiliar, su rostro apareció sorprendido H, despus, atónito. 2u boca se abrió para #acer una pregunta... Qaciar los teatros excepto para que act@en payasos, e instalar en las #abitaciones paredes de vidrio de bonitos colores que suben y ba:an, como coneti, sangre, :ere( o sauterne. 9e gusta la pelota base, )verdad, =ontag* La pelota base es un :uego estupendo.
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0#ora Beatty era casi invisible, sólo una vo( en alg@n punto, detr!s de una cortina de #umo. )Mu es esto* preguntó =ildred, casi con ale gr'a. =ontag se ec#ó #acia atr!s y cayó sobre los bra(os de ella. )Mu #ay aqu'* D2intate gritó =ontag. Ella se apartó de un salto, con las manos vac'as. DEstamos #ablando Beatty prosiguió como si nada #ubiese ocurrido. 9e gustan los bolos, )verdad, =ontag* Los bolos, s'. )H el gol* El gol es un :uego magn'ico. )Baloncesto* In :uego magn'ico. )Billar* )F@tbol* 9odos son excelentes. =!s deportes para todos, esp'ritu de grupo, diversión, y no #ay necesidad de pensar, )e#* Organi(a y superorgani(a superdeporte. =!s c#istes en los libros. =!s ilustraciones. La mente absorbe menos H menos. ?mpaciencia. 0utopistas llenas de multitudes que van a alg@n sitio, a alg@n sitio, a alg@n sitio, a ning@n sitio. El reugio de la gasolina. Las ciudades se convierten en moteles, la gente siente impulsos nómadas y va de un sitio para otro, siguiendo las mareas, viviendo una noc#e en la #abitación donde otro #a dormido durante el d'a y el de m!s all! la noc#e anterior. =ildred salió de la #abitación y cerró de un porta(o. Las -t'as/ de la sala de estar empe(aron a re'rse de los -t'os/ de la sala de estar. 0#ora, consideremos las minor'as en nuestra civili(ación. Cuanto mayor es la población, m!s minor'as #ay. Ao #ay que meterse con los aicionados a los perros, a los gatos, con los mdicos, abogados, comerciantes, cocineros, mormones, bautistas, unitarios, c#inos de segunda generación, suecos, italianos, alemanes, te:anos, irlandeses, gente de Oregón o de =xico. En este libro, en esta obra, en este seriaD de televisión la gente no quiere representar a ning@n pintor, cartógrao o mec!nico que exista en la realidad. Cuanto mayor es el mercado, =ontag, menos #ay que #acer rente a la controversia, recuerda esto. 9odas las minor'as menores con sus ombligos que #ay que mantener limpios. Los autores, llenos de malignos pensamientos, aporrean m!quinas de escribir. Eso #icieron. Las revistas se convirtieron en una masa insulsa y amora. Los libros, seg@n di:eron los cr'ticos esnobs, eran como agua sucia. Ao es extrao que los libros de:aran de venderse, dec'an los cr'ticos. +ero el p@blico, que sab'a lo que quer'a, permitió la supervivencia de los libros de #istorietas. H de las revistas eróticas tridimensionales, claro est!. 0#' tienes, =ontag. Ao era una
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imposición del >obierno. Ao #ubo ning@n dictado, ni declaración, ni censura, no. La tecnolog'a, la explotación de las masas y la presión de las minor'as produ:o el enómeno, a 7ios gracias. En la actualidad, gracias a todo ello, uno puede ser eli( continuamente, se le permite leer #istorietas ilustradas o periódicos proesionales. 2', pero, )qu me dice de los bomberos* 0#. Beatty se inclinó #acia delante entre la dbil neblina producida por su pipa. )Mu es m!s !cil de explicar y m!s lógico* Como las universidades produc'an m!s corredores, saltadores, boxeadores, aviadores y nadadores, en ve( de proesores, cr'ticos, sabios, y creadores, la palabra -intelectual/, claro est!, se convirtió en el insulto que merec'a ser. 2iempre se teme lo desconocido. 2in duda, te acordar!s del muc#ac#o de tu clase que era excepcionalmente -inteligente/, que recitaba la mayor'a de las lecciones y daba las respuestas, en tanto que los dem!s permanec'an como muecos de barro, y le detestaban. )H no era ese muc#ac#o inteligente al que escog'an para pegar y atormentar despus de las #oras de clase* 7esde luego que s'. 8emos de ser todos iguales. Ao todos nacimos libres e iguales, como dice la Constitución, sino todos #ec#os iguales. Cada #ombre, la imagen de cualquier otro. Entonces todo son elices, porque no pueden establecerse dierencias ni comparaciones desavorables. DEa In libro es un arma cargada en la casa de al lado. Mumalo. Muita el proyectil del arma 7omina la mente del #ombre. )Muin sabe cu!l podr'a ser el ob:etivo del #ombre que leyese muc#o* )Ho* Ao los resistir'a ni un minuto. H as', cuando, por @ltimo, las casas ueron totalmente inmuni(adas contra el uego, en el mundo entero ;la otra noc#e ten'as ra(ón en tus con:eturas< ya no #ubo necesidad de bomberos para el antiguo traba:o. 2e les dio una nueva misión, como custodios de nuestra tranquilidad de esp'ritu, de nuestro pequeo, comprensible y :usto temor de ser ineriores. Censores oiciales, :ueces y e:ecutores. Eso eres t@, =ontag. H eso soy yo. La puerta que comunicaba con la sala de estar se abrió y =ildred asomó, miró a los dos #ombres y se i:ó en Beatty y, despus, en =ontag. 0 su espalda, las paredes de la pie(a estaban inundadas de resplandores verdes, amarillos y anaran:ados que oscilaban y estallaban al ritmo de una m@sica casi exclusivamente compuesta por bater'as, tambores y c'mbalos. 2u boca se mov'a y estaba diciendo algo, pero el sonido no permit'a o'rla. Beatty vació su pipa en la palma de su mano sonrosada, examinó la ceni(a como si uese un s'mbolo que #ab'a que examinar en busca de alg@n signiicado. 8as de comprender que nuestra civili(ación es tan vasta que no podemos permitir que nuestras minor'as se alteren o exciten. +reg@ntate a ti mismo )Mu queremos en esta nación, por encima de todo* La gente quiere ser eli(, )no es as'* )Ao lo #as estado oyendo toda tu vida* -Muiero ser eli(/, dice la gente. Bueno, )no lo son* )Ao 50/124
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les mantenemos en acción, no les proporcionamos diversiones* Eso es para lo @nico que vivimos, )no* )+ara el placer y las emociones* H tendr!s que admitir que nuestra civili(ación se lo acilita en abundancia. 2'. =ontag pudo leer en los labios de =ildred lo que sta dec'a desde el umbral. 9rató de no mirar a ella, porque, entonces, Beatty pod'a volverse y leer tambin lo que dec'a. 0 la gente de color no le gusta El pequeo 2ambo. 0 quemarlo. La gente blanca se siente incómoda con La cabaa del t'o 9om. 0 quemarlo. Escribe un libro sobre el tabaco y el c!ncer de pulmón )Los abricantes de cigarrillos se lamentan* 0 quemar el libro. 2erenidad, =ontag. L'brate de tus tensiones internas. =e:or a@n, l!n(alas al incinerador, )Los unerales son tristes y paganos* Eliminmoslos tambin, Cinco minutos despus de la muerte de una persona en camino #acia la >ran C#imenea, los incineradores son abastecidos por #elicópteros en todo el pa's. 7ie( minutos despus de la muerte, un #ombre es una nube de polvo negro. Ao sutilicemos con recuerdos acerca de los individuos. Olvidmoslos. Muemmoslo todo, absolutamente todo. El uego es brillante y limpio. Los uegos artiiciales se apagaron en la sala de estar, detr!s de =ildred. 0l mismo tiempo, ella #ab'a de:ado de #ablarG una coincidencia milagrosa. =ontag contuvo el aliento. 8ab'a una muc#ac#a, a#', al lado di:o con lentitud. 0#ora se #a marc#ado, creo que #a muerto Ai siquiera puedo recordar su rostro. +ero era distinta )Cómo... cómo pudo llegar a existir* Beatty sonrió. 0qu' o all', es atal que ocurra. )Clarisse =cClellan* 9enemos ic#a de toda su amilia. Les #emos vigilado cuidadosamente. La #erencia y el medio ambiente #ogareo puede des#acer muc#o de lo que se inculca en el colegio. +or eso #emos ido ba:ando, ao tras ao la edad de ingresar en el parvulario, #asta que, a#ora, casi arrancamos a los pequeos de la cuna. 9uvimos alsas alarmas con los =cC?ellan cuando viv'an en C#icago. Aunca les encontramos un libro. El #istorial conuso, es antisocial. )La muc#ac#a* Es una bomba de relo:er'a. La amilia #ab'a estado inluyendo en su subconsciente, estoy seguro, por lo que pude ver en su #istorial escolar. Ella no quer'a saber cómo se #ac'a algo, sino por qu. Esto puede resultar embara(oso. 2e pregunta el porqu de una serie de cosas y se termina sintindose muy desdic#ado. Lo me:or que pod'a pasarle a la pobre c#ica era morirse. 2', morirse. 0ortunadamente, los casos extremos como ella no aparecen a menudo. 2abemos cómo eliminarlos en embrión Ao se puede construir una casa sin clavos en la madera. 2i no quieres que un #ombre se sienta pol'ticamente desgraciado, no le ensees dos aspectos de una misma cuestión, para preocuparleG ensale sólo uno. o, me:or a@n, no le des 51/124
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ninguno. 8a( que olvide que existe una cosa llamada guerra. 2i el >obierno es poco eiciente, excesivamente intelectual o aicionado a aumentar los impuestos, me:or es que sea todo eso que no que la gente se preocupe por ello. 9ranquilidad, =ontag. 7ale a la gente concursos que puedan ganar recordando la letra de las canciones m!s populares, o los nombres de las capitales de Estado, o cu!nto ma'( produ:o lo5a el ao pasado. 0tibórralos de datos no combustibles, l!n(ales encima tantos -#ec#os/ que se sientan abrumados, pero totalmente al d'a en cuanto a inormación. Entonces, tendr!n la sensación de que piensan, tendr!n la impresión de que se mueven sin moverse. H ser!n elices, porque los #ec#os de esta naturale(a no cambian. Ao les des ninguna materia delicada como Filoso'a o 2ociolog'a para que empiecen a atar cabos. +or ese camino se encuentra la melancol'a. Cualquier #ombre que pueda desmontar un mural de televisión y volver a armarlo luego, y, en la actualidad, la mayor'a de los #ombres pueden #acerlo, es m!s eli( que cualquier otro que trata de medir, calibrar y sopesar el Iniverso, que no puede ser medido ni sopesado sin que un #ombre se sienta bestial y solitario. Lo s, lo #e intentado D0l diablo con ello 0s', pues, adelante con los clubs las iestas, los acróbatas y los prestidigitadores, los coc#es a reacción, las bicicletas #elicópteros, el sexo y las drogas, m!s de todo lo que est relacionado con rele:os autom!ticos. 2i el drama es malo, si la pel'cula no dice nada, si la comedia carece de sentido, dame una inyección de teramina. =e parecer! que reacciono con la obra, cuando sólo se trata de una reacción t!ctil a las vibraciones. +ero no me importa. +reiero un entretenimiento completo. Beatty se puso en pie. 8e de marc#arme. El sermón #a terminado. Espero #aber aclarado conceptos. Lo que importa que recuerdes, =ontag, es que t@, yo y los dem!s somos los >uardianes de la Felicidad. Aos enrentamos con la pequea marea de quienes desean que todos se sientan desdic#ados con teor'as y pensamientos contradictorios. 9enemos nuestros dedos en el dique. 8ay que aguantar irme. Ao permitir que el torrente de melancol'a y la unesta Filoso'a a#oguen nuestro mundo. 7ependemos de ti. Ao creo que te des cuenta de lo importante que eres para nuestro mundo eli(, tal como est! a#ora organi(ado. Beatty estrec#ó la l!ccida mano de =ontag. ste permanec'a sentado, como si la casa se derrumbara a alrededor y l no pudiera moverse. =ildred #ab'a desaparecido en el umbral. Ina cosa m!s di:o Beatty. +or lo menos, una ve( en su carrera siente esa come(ón. Empie(a a preguntarse qu dicen los libros. O#, #ay que aplacar esa come(ón, )e#* Bueno, =ontag, puedes creerme, #e tenido que leer algunos libros en mi :uventud, para saber de qu trataban. H los libros no dicen nada. Aada que pueda ensearse o creerse. 8ablan de gente que existe, de entes imaginarios, si se trata de novelas. H si no lo son, a@n peor un proesor que llama idiota a otro ilósoo que critica
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al de m!s all!. H todos arman :aleo, apagan las estrellas y extinguen el sol. Ino acaba por perderse. Bueno, entonces, )qu ocurre si un bombero accidentalmente, sin proponrselo en realidad, se lleva un libro a su casa* =ontag se crispó. La puerta abierta le miraba con su enorme o:o vacio. In error lógico. +ura curiosidad replicó Beatty Ao nos preocupamos ni eno:amos en exceso. 7e:amos que el bombero guarde el libro veinticuatro #oras. 2i para entonces no lo #a #ec#o l, llegamos nosotros y lo quemamos Claro. La boca de =ontag estaba reseca. Bueno, =ontag. )Muieres coger #oy otro turno* )9e veremos esta noc#e* Ao lo s di:o =ontag. )Mu* Beatty se mostró levemente sorprendido. =ontag cerró los o:os. =!s tarde ir. Mui(!. 7esde luego, si no te presentaras, te ec#ar'amos en alta di:o Beatty, guard!ndose la pipa en un bolsillo con expresión pensativa. -Aunca volver a comparecer por all'/, pensó =ontag. Bueno, que te alivies di:o Beatty. 7io la vuelta y se marc#ó. =ontag vigiló por la ventana la partida de Beatty en su ve#'culo de brillante color amarillo anaran:ado, con los neum!ticos negros como el carbón. 0l otro lado de la calle, #acia aba:o, las casas se ergu'an con sus lisas ac#adas. )Mu #ab'a dic#o Clarisse una tarde* -Aada de porc#es delanteros. =i t'o dice que antes sol'a #aberlos. H la gente, a veces, se sentaba por las noc#es en ellos, c#arlando cuando as' lo deseaba, mecindose y guardando silencio cuando no quer'a #ablar. Otras veces permanec'an all' sentados, meditando sobre las cosas. =i t'o dice que los arquitectos prescindieron de los porc#es rontales porque estticamente no resultaban. +ero mi t'o asegura que ste ue sólo un pretexto. El verdadero motivo, el motivo oculto, pudiera ser que no quer'an que la gente se sentara de esta manera, sin #acer nada, mecindose y #ablando. ste era el aspecto malo de la vida social. La gente #ablaba demasiado. H ten'a tiempo para pensar. Entonces, eliminaron los porc#es. H tambin los :ardines. Ha no m!s :ardines donde poder acomodarse. H ':ese en el mobiliario. Ha no #ay mecedoras. 6esultan demasiado cómodas. Lo que conviene es que la gente se levante y ande por a#'. =i t'o dice... H mi t'o... H mi t'o ... /
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La vo( de ella ue apag!ndose. =ontag se volvió y miró a su esposa, quien, sentada en medio de la sala de estar, #ablaba a un presentador quien, a su ve(, le #ablaba a ella. =rs. =ontag dec'a l. Esto, aquello y lo m!s all!. =rs. =ontag... 0lgo m!s, y vuelta a empe(ar. El aparato conversor, que les #ab'a costado un centenar de dólares, suministraba autom!ticamente el nombre de ella siempre que el presentador se dirig'a a su auditorio anónimo de:ando un breve silencio para que pudieran enca:ar, las s'labas adecuadas. In me(clador especial consegu'a, tambin, que la imagen televisada del presentador en el !rea inmediata a sus labios, articulara, magn'icamente, las vocales y consonantes. Era un amigo, no cab'a la menor duda de ello, un buen amigo. =rs. =ontag, a#ora mire #acia aqu'. =ildred volvió la cabe(a. 0unque era obvio que no estaba escuc#ando. 2ólo #ay un paso entre no ir a traba:ar #oy, no ir a traba:ar maana y no volver a traba:ar nunca en el cuartel de bomberos di:o =ontag. +ero esta noc#e ir!s al traba:o, )verdad* preguntó =ildred. 0@n no estoy decidido. En este momento tengo la #orrible sensación de que deseo destro(ar todas las cosas que est!n a mi alcance. 7ate un paseo con el auto. Ao, gracias. Las llaves est!n en la mesilla de noc#e. Cuando me siento de esta manera, siempre me gusta conducir aprisa. +ones el coc#e a ciento cincuenta por #ora y experimentas una sensación maravillosa. 0 veces condu(co toda la noc#e, regreso al amanecer y t@ ni te #as enterado. Es divertido salir al campo. 2e aplastan cone:os. 0 veces, perros. Qe a coger el auto. Ao, a#ora no me apetece. Muiero estudiar esta sensación tan curiosa. DCaramba D=e #a dado muy uerte Ao s lo que es. D=e siento tan condenadamente ineli(, tan urioso E ignoro por qu tengo la impresión de que estuviera ganando peso. =e siento gordo. Como si #ubiese estado a#orrando una serie de cosas, y a#ora no supiese cu!les. ?ncluso ser'a capa( de leer. 9e meter'an en la c!rcel, )verdad* Ella le miró como si =ontag estuviese detr!s de la pared de cristal. =ontag empe(ó a ponerse la ropaG se mov'a intranquilo por el dormitorio. 2i, y qui(! uese una buena idea. 0ntes de que cause dao a alguien. )8as o'do a Beatty* )Le #as escuc#ado* l sabe todas las respuestas. 9ienes ra(ón. Lo importante es la elicidad. La diversión lo es todo. H sin embargo, sigo aqu' sentado, dicindome que no soy eli(, que no soy eli(. Ho s' lo soy. Los labios de =ildred sonriero H me enorgulle(co de ello. 54/124
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8e de #acer algo di:o =ontag. 9odav'a no qu, pero ser! algo grande. Estoy cansada de escuc#ar estas tonter'as di:o =ildred, volviendo a concentrar su atención en el presentador. =ontag tocó el control de volumen de la pared y el presentador se quedó sin vo(. =illie. 8i(o una pausa. sta es tu casa lo mismo que la m'a. Considero :usto decirte algo. 8ubiera debido #acerlo antes, pero ni siquiera lo admit'a interiormente. 9engo algo que quiero que veas, algo que #e separado y escondido durante el ao pasado, de cuando, en cuando, al presentarse una oportunidad, sin saber por qu, pero tambin sin dec'rtelo nunca. =ontag cogió una silla de recto respaldo, la despla(ó lentamente #asta el vest'bulo, cerca de la puerta del entrada, se encaramó en ella, y permaneció por un momento como una estatua en un pedestal, en tanto que su esposa, con la cabe(a levantada, le observaba. Entonces =ontag levantó los bra(os, retiró la re:a del sistema de acondicionamiento de aire y metió la mano muy #acia la derec#a #asta mover otra #o:a desli(ante de metalG despus, sacó un libro. 2in mirarlo, lo de:ó caer al suelo. Qolvió a meter la mano y sacó dos libros, ba:ó la mano y los de:ó caer al suelo. 2iguió actuando H de:ando caer libros pequeos, grandes, amarillos, ro:os, verdes. Cuando #ubo terminado, miró la veintena de libros que yac'an a los pies de su esposa. Lo siento di:o. Aunca me #ab'a detenido meditarlo. +ero a#ora parece como si ambos estuvisemos metidos en esto. =ildred retrocedió como si, se viese de repente, delante de una bandada de ratones que #ubiese surgido de improviso del suelo. =ontag oyó la r!pida respiración de ella, vio la palide( de su rostro y cómo sus o:os se abr'an de par en par. Ella pronunció su nombre, dos, tres veces. Luego, ex#alando un gemido, se adelantó corriendo, cogió un libro y se precipitó #acia el incinerador de la cocina. =ontag la detuvo, mientras ella c#illaba. La su:etó y =ildred trató de soltarse, ara!ndole. DAo, =illie, no DEspera D7etnte 9@ no sabes... DC!llate La aboeteó, la cogió de nuevo y la sacudió. Ella pronunció su nombre y empe(ó a llorar. D=illie di:o =ontag. Escuc#a. )Muieres concederme un segundo* Ao podemos #acer nada. Ao podemos quemarlos. Muiero examinarlos, por lo menos, una ve(. Luego, si lo que el capit!n dice es cierto, los quemaremos :untos, creme, los quemaremos entre los dos. 9ienes que ayudarme. Ba:ó la mirada #acia el rostro de ella y, cogindole la barbilla, la su:etó con irme(a. Ao sólo la miraba, sino que, en el rostro de ella,
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se buscaba a s' mismo e intentaba averiguar tambin lo que deb'a #acer. 9anto si nos gusta como si no, estamos metidos en esto. 7urante estos aos no te #e pedido gran cosa, pero a#ora te lo pido, te lo suplico. 9enemos que empe(ar en alg@n punto, tratar de adivinar por qu sentimos esta conusión, t@ y la medicina por las noc#es, y el automóvil, y yo con mi traba:o. Aos encaminamos directamente al precipicio, =ildred. D7ios m'o, no quiero caerme Esto no resultar! !cil. Ao tenemos nada en que apoyarnos, pero qui(! podamos anali(arlo, intuirlo H ayudarnos mutuamente. Ao puedes imaginar cu!nto te necesito en este momento. 2i me amas un poco admitir!s esto durante veinticuatro, veintioc#o #oras es todo lo que te pido. H luego #abr! terminado. D9e lo prometo te lo :uro H si aqu' #ay algo, algo posible en toda esta cantidad de cosas, qui(! podamos transmitirlo a alguien. Ella ya no orce:eabaG =ontag la soltó. =ildred retrocedió tambale!ndose, #asta llegar a la pared. H una ve( all' se desli(ó y quedó sentada en el suelo, contemplando los libros. 2u pie ro(aba uno y, al notarlo, se apresuró a ec#arlo #acia atr!s. Esa mu:er de la otra noc#e, =illie... 9@ no esta, viste all'. Ao viste su rostro. H Clarisse. Aunca llegaste a #ablar con ella. Ho s'. H #ombres como Beatty le tienen miedo. Ao puedo entenderlo. )+or qu #an de sentir tanto temor por alguien como ella* +ero yo segu'a coloc!ndola a la altura de los bomberos en el cuartel, cuan do anoc#e comprend', de repente, que no me gustaba, nada en absoluto, y que tampoco yo mismo me gustaba. H pens que qui(! uese me:or que quienes ardiesen ueran los propios bomberos. D>uy El altavo( de la puerta de la calle di:o suavemente =rs. =ontag, =rs. =ontag, aqu' #ay alguien, #ay alguien, =rs. =ontag, =rs. =ontag, aqu' #ay alguien. 0mbos se volvieron para observar la puerta. H los libros estaban desparramados por doquier, ormando, inclusoG montones. DBeatty susurró =ildred. Ao puede ser l. D8a regresado susurró ella. La vo( volvió a llamar suavemente 8ay alguien aqu'... Ao contestaremos. =ontag se recostó en la pared, y, luego, con lentitud, ue resbalando #asta quedar en cuclillas. Entonces empe(ó a acariciar los libros, distra'damente, con el pulgar y el 'ndice. 2e estremec'a y, por encima de todo, deseaba volver a guardar los libros en el #ueco del ventilador, pero comprendió que no podr'a enrentarse de nuevo con Beatty. =ontag acabó por sentarse, en tanto que la vo( de la puerta de la calle
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volv'a a #ablar, con mayor insistencia. =ontag cogió del suelo un volumen pequeo. )+or dónde empe(amos* 0brió a medias un libro y le ec#ó una o:eada. 2upongo que tendremos que empe(ar por el principio. El volver! di:o =ildred, y nos quemar! a nosotros y a los libros. La vo( de la puerta de la calle ue apag!ndose por in. 6einó el silencio. =ontag sent'a la presencia de alguien al otro lado de la puerta, esperando, escuc#ando. Luego, oyó unos pasos que se ale:aban. Qeamos lo que #ay aqu' di:o =ontag. Balanceó estas palabras con terrible concentración. Leyó una docena de p!ginas salteadas y, por @ltimo, encontró esto 2e #a calculado que, en pocas diversas, once mil personas #an preerido morir que someterse a romper los #uevos por su extremo m!s ailado. =ildred se le quedó mirando desde el otro lado del vest'bulo. )Mu signiica esto* DCarece de sentido DEl capit!n ten'a ra(ón Bueno, bueno di:o =ontag. Qolveremos a empe(ar. Esta ve( por el principio.
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"A #RIBA $ "A ARENA 0mbos leyeron durante toda la larga tarde, mientras la r'a lluvia de noviembre ca'a sobre la silenciosa casa. +ermanecieron sentados en el vest'bulo, porque la sala de estar aparec'a vac'a y poco acogedora en sus paredes iluminadas de coneti naran:a y amarillo, y co#etes, y mu:eres en tra:es de lam dorado, y #ombres de rac sacando cone:os de sombreros plateados. La sala de estar resultaba muerta, y =ildred le lan(aba continuas e inexpresivas miradas, en tanto que =ontag andaba de un lado al otro del vest'bulo para agac#arse y leer una p!gina en vo( alta. Ao podemos determinar el momento concreto en que nace la amistad. Como al llenar un recipiente gota a gota, #ay una gota inal que lo #ace desbordarse, del mismo modo, en una serie de gentile(as #ay una inal que acelera los latidos del cora(ón. =ontag se quedó escuc#ando el ruido de la lluvia. )Era eso lo que #ab'a en esa muc#ac#a de al lado* D8e tratado de comprenderlo Ella #a muerto. +or amor de 7ios, #ablemos de alguien que est vivo. =ontag no miró a su esposa al atravesar el vest'bulo y dirigirse a la cocina, donde permaneció muc#o rato, observando cómo la lluvia golpeaba los cristales. 7espus, regresó a la lu( gris!cea del vest'bulo y esperó a que se calmara el temblor que sent'a en todo su cuerpo. 0brió otro libro. El tema %avorito7 ;o. =iró de reo:o a la pared. El tema %avorito7 ;o& Eso s' que no lo entiendo di:o =ildred, +ero el tema avorito de Clarisse no era ella. Era cualquier otro, y yo. Fue la primera persona que #e llegado a apreciar en muc#os aos. Fue la primera persona que recuerde que me mirase cara a cara, como si uese importante. =ontag cogió los dos libros. Esos #ombres llevan muertos muc#o tiempo, pero yo s que sus palabras sealan, de una u otra manera, a Clarisse +or el exterior de la puerta de la calle, en la lluvia, se oyó un leve araar. =ontag se inmovili(ó. Qio que =ildred se ec#aba #acia atr!s, contra la pared, y lan(aba una exclamación a#ogada. Est! cerrada. 8ay alguien... La puerta... )+or qu la vo( no nos dice ... * +or deba:o de la puerta, un olateo lento, una ex#alación de corriente elctrica. =ildred se ec#ó a re'r. 58/124
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DAo es m!s que un perro )Muieres que lo a#uyente* DMudate donde est!s 2ilencio. La r'a lluvia ca'a. H el olor a electricidad a(ul soplando por deba:o de la puerta cerrada. 2igamos traba:ando di:o =ontag. =ildred pegó una patada a un libro. Los libros no son gente. 9@ lees y yo estoy sin #acer nada, pero no #ay nadie. =ontag contempló la sala de estar, totalmente apagada y gris como las aguas de un ocano que pod'an estar llenas de vida si se conectaba el sol electrónico En cambio di:o =ildred, mi -amilia/ si es mi gente. =e cuentan cosas. D=e r'o y ellos se r'enS DH los colores 2i, lo s H, adem!s, si el capit!n Beatty se enterase de lo de esos libros... =ildred recapacitó. 2u rostro mostró sorpresa y, despus, #orror. D+odr'a venir y quemar la casa y la -amilia/ DEsto es #orrible +iensa en nuestra inversión. )+or qu #e de leer yo* )+ara qu* D+ara qu D+or qu exclamó =ontag. La otra noc#e vi la serpiente m!s terrible del mundo. Estaba muerta y, al mismo tiempo, viva. Fue en el 8ospital de Irgencia donde llenaron un inorme sobre todo lo que la serpiente sacó de ti. )Muieres ir y comprobar su arc#ivo* Mui(!s encontrases algo ba:o >uy =ontag o tal ve( ba:o =iedo o >uerra. )9e gustar'a ir a esa casa que quemamos anoc#e* DH remover las ceni(as buscando los #uesos de la mu:er que prendió uego a su propia casa )Mu me dices de Clarisse =cC?ellan* )7ónde #emos de buscarla* DEn el depósito DEscuc#a Los bombarderos atravesaron el cielo, sobre la casa, silbando, murmurando, como un ventilador inmenso e invisible que girara en el vac'o. DQ!lgame 7iosl di:o =ontag. 2iempre tantos c#ismes de sos en el cielo. )Cómo diantres est!n esos bombarderos a#' arriba cada segundo de nuestras vidas* )+or qu nadie quiere #ablar acerca de ello* 7esde &K, iniciamos y ganamos dos guerras atómicas. )Aos divertirnos tanto en casa que nos #emos olvidado del mundo* )0caso somos tan ricos y el resto del mundo tan pobre que no nos preocupamos de ellos* 8e o'do rumores. El mundo padece #ambre, pero nosotros estamos bien alimentados. )Es cierto que el mundo traba:a duramente mientras nosotros :ugamos* )Es por eso que se nos odia tanto* 9ambin #e o'do rumores sobre el odio, #ace muc#'simo tiempo. )2abes t@ por qu* DHo no, desde luego Mui(! los libros puedan sacarnos a medias del agu:ero. 9al ve( pudieran impedirnos que cometiramos los mismos unestos errores. Ao esos est@pidos en tu sala de estar #ablando de, 7ios, =illie, )no te das cuenta* Ina #ora al d'a, #oras con estos libros, y tal ve(... 59/124
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2onó el telono. =ildred descolgó el aparato. D0nn 2e ec#ó a re'r. D2', el +ayaso Blanco act@a esta noc#e =ontag se encaminó a la cocina y de:ó el libro aba:o. -=ontag se di:o, eres verdaderamente est@pido )0dónde vamos desde aqu'* )7evolveremos los libros, los olvidamos*/ 0brió el libro, no obstante la risa de =ildred. -D+obre =illie pensó. D+obre =ontag 9ambin para ti carece de sentido. +ero, )dónde puedes conseguir ayuda, dónde encontrar a un maestro a estas alturas*/ 0guardó. =ontag cerró los o:os. 2', desde luego. Qolvió a encontrarse pensando en el verde parque un ao atr!s. ]ltimamente, aquel pensamiento #ab'a acudido muc#as veces a su mente, pero, en aquel momento, recordó con claridad aquel d'a en el parque de la ciudad, cuando vio a aquel vie:o vestido de negro que ocultaba algo, con rapide(, ba:o su c#aqueta. El vie:o se levantó de un salto, como si se dispusiese a ec#ar a correr. H =ontag di:o DEspere DAo #e #ec#o nada gritó el vie:o, tembloroso Aadie #a dic#o lo contrario. 2in decir una palabra, permanecieron sentados momento ba:o la suave lu( verdosaG y, luego, #abló del tiempo, respondiendo el vie:o con vo(. descolorida. Fue un extrao encuentro. El vie:o admitió ser un proesor de Literatura retirado que, cuarenta aos atr!s, se quedó sin traba:o cuando la @ltima universidad de 0rtes Liberales cerró por alta de estudiantes. 2e llamaba Faber, y, cuando por in de:ó de temer a =ontag, #abló con vo( llena de cadencia, contemplando el cielo, los !rboles y el exuberante parqueG y al cabo de una #ora di:o algo a =ontag, y ste se dio cuenta de que era un poema sin rima. 7espus, el vie:o a@n se mostró m!s auda( y di:o algo, y tambin se trataba de un poema. Faber apoyó una mano sobre el bolsillo i(quierdo de su c#aqueta y pronunció las palabras con suavidad, y =ontag comprendió que, si alargaba la mano, sacar'a del bolsillo del vie:o un libro de poes'as. +ero no lo #i(o. 2us manos permanecieron sobre sus rodillas, entumecidas e in@tiles. Ao #ablo de cosas, seor di:o Faber. 8ablo del signiicado de las cosas. =e siento aqu' y s que estoy vivo. En realidad, eso ue todo. Ina #ora de monólogo, un poema, un comentarioG y, luego, sin ni siquiera aludir el #ec#o de que =ontag era bombero, Faber, con cierto temblor, escribió su dirección en un pedacito de papel. +ara su arc#ivo di:o, en el caso de que decida eno:arse conmigo. Ao estoy eno:ado di:o =ontag sorprendido.
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=ildred rió estridentemente en el vest'bulo. =ontag ue al armario de su dormitorio y buscó en su pequeo arc#ivo, en la carpeta titulada FI9I602 ?AQE29?>0C?OAE2 ;*<. El nombre de Faber estaba all'. =ontag no lo #ab'a entregado, ni borrado. =arcó el n@mero de un telono secundario. En el otro extremo de la l'nea, el altavo( repitió el nombre de Faber una docena de veces antes de que el proesor contestara con vo( dbil. =ontag se identiicó y ue correspondido con un prolongado silencio. 7'game, =r. =ontag. +roesor Faber, quiero #acerle una pregunta bastante extraa, )Cu!ntos e:emplares de la Biblia quedan en este pa's* DAo s de qu me est! #ablando quiero saber si queda alg@n e:emplar. DEsto es una trampa DAo puedo #ablar con el primero que me llama por telono )Cu!ntos e:emplares de 2#a3espeare y de +latón* DAinguno Lo sabe tan bien como yo. DAinguno Faber colgó. =ontag de:ó el aparato. Ainguno. Ha lo sab'a, de luego, por las listas del cuartel de bomberos. +ero, sin embargo, quiso o'rlo de labios del propio Faber. En el vest'bulo, el rostro de =ildred estaba lleno de excitación. DBueno, las seoras van a venir =ontag le enseó un libro. ste es el 0ntiguo y el Auevo 9estamento, y... DAo empieces otra ve( con eso +odr'a ser el @ltimo e:emplar en esta parte del mundo. D9ienes que devolverlo esta misma noc#e El capit!n Beatty sabe que lo tienes, )no es as'* Ao creo que sepa qu libro rob. +ero, )cómo esco:o un sustituto* )7eber entregar a =r. 4eerson* )0 =r. 9#oreau* )Cu!l es menos valioso* 2i esco:o un sustituto y Beatty sabe qu libro rob supondr! que tengo toda una biblioteca aqu'. =ildred contra:o los labios. )Qes lo que est!s #aciendo* DAos arruinar!s )Muien es mas importante, yo o esa Biblia* Empe(aba a c#illar, sentada como una mueca de cera que se derritiese en su propio calor. Le parec'a o'r la vo( de Beatty. 2intate, =ontag. Observa. 7elicadamente, como ptalos de una lor. Cada una se convierte en una mariposa negra. 8ermoso, )verdad* 61/124
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Enciende la tercera p!gina con la segunda y as' sucesivamente, quemando en cadena, cap'tulo por cap'tulo, todas las cosas absurdas que signiican las palabras, todas las alsas promesas, todas las ideas de segunda mano y las iloso'as estropeadas por el tiempo. Beatty estaba sentado all' levemente sudoroso, mientras el suelo aparec'a cubierto de en:ambres de polillas nuevas que #ab'an muerto en una misma tormenta. =ildred de:ó de c#illar tan bruscamente como #ab'a empe(ado. =ontag no la escuc#aba. 2ólo #ay una cosa que #acer di:o. 0ntes de que llegue la noc#e y deba entregar el libro a Beatty, tengo que conseguir un duplicado. )Estar!s aqu' esta noc#e para ver al +ayaso Blanco y a las seoras que vendr!n* preguntó =ildred. =ontag se detuvo :unto a la puerta, de espaldas. =illie... In silencio. )Mu* =illie, )te quiere el +ayaso Blanco* Ao #ubo respuesta. =illie, te... =ontag se #umedeció los labios )9e quiere tu -amilia/* )9e quiere muc#'simo, con toda el alma y el cora(ón, =illie* =ontag sintió que ella parpadeaba lentamente. )+or qu me #aces una pregunta tan tonta* =ontag sintió deseos de llorar, pero nada ocurrió en sus o:os o en su boca. 2i ves a ese perro a#' uera di:o =ildred, +gale un puntapi de parte m'a. =ontag vaciló, escuc#ó :unto a la puerta. La abrió H salió. La lluvia #ab'a cesado y el sol aparec'a en el claro cielo. La calle, el csped y el porc#e estaban vac'os. =ontag ex#aló un gran suspiro. Cerró, dando un porta(o. Estaba en el -=etro/. -=e siento entumecido pensó. )Cu!ndo #a empe(ado ese entumecimiento en mi rostro, en mi cuerpo* La noc#e en que, en la oscuridad, di un puntapi a la botella de p'ldoras, y ue como si #ubiera pisado una mina enterrada. /El entumecimiento desaparecer!. 8ar! alta tiempo, pero lo conseguir, o Faber lo #ar! por mi. 0lguien, en alg@n sitio, me devolver! el vie:o rostro y las vie:as manos tal como #ab'an sido. ?ncluso la sonrisa +ensó, la vie:a y prounda sonrisa que #a desaparecido. 2in ella esto perdido./
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El convoy pasó velo( rente a l, crema, negro, creema, negro, n@meros y oscuridad, m!s oscuridad H el total sum!ndose a s' mismo. En una ocasión, cuando nio, se #ab'a sentado en una duna amarillenta :unto al mar, ba:o el cielo a(ul y el calor de un d'a de verano, tratando de llenar de arena una criba, porque un primo cruel #ab'a dic#o -Llena esta criba, y ganar!s un real./ H cuanto m!s aprisa ec#aba arena, m!s velo(mente se escapaba sta produciendo un c!lido susurro. Le dol'an las manos, la arena ard'a, la criba estaba vac'a. 2entado all', en pleno mes de :ulio, sin un sonido, sintió que las l!grimas resbalaban por sus me:illas. 0#ora, en tanto que el -=etro/ neum!tico le llevaba velo(mente por el subsuelo muerto de la ciudad =ontag recordó la lógica terrible de aquella criba ba:ó la mirada y vio que llevaba la Biblia abierta. 8ab'a gente en el -=etro/, pero l continuó con el libro en la mano, y se le ocurrió una idea absurda -2i lees aprisa y lo lees todo, qui(! una parte de la arena permane(ca en la criba./ +ero =ontag le'a y las palabras le atravesaban y pensó -7entro de unas pocas #oras estar! Beatty y estar yo entreg!ndole esto, de modo que no debe escap!rseme ninguna rase. Cada l'nea #a de ser recordada. =e obligar a #acerlo./ 0pretó el libro entre sus puos 9ocaron las trompetas. -7ent'rico 7en#am./ -C!llate pensó =ontag. Considera los lirios en el campo./ -7ent'rico 7en#am./ -Ao manc#a ... / -7ent'rico ... / -Considera los lirios en el campo, c!llate, c!llate./ -D7en#arn/ =ontag abrió violentamente el libro, pasó las p!ginas y las palpó como si uese ciego, i:!ndose en la orma de las letras individuales, sin parpadear. -7en#am. eletreando 7en ... / -Ao manc#a, ni tampoco.../ In iero susurro de arena caliente a travs de la criba vac'a. D-7en#am/ lo consigue -Considera los lirios, los lirios, los lirios ... /, -7etergente 7ental 7en#am./ DCalla, calla, calla Era una s@plica, un grito tan terrible que =ontag se encontró de pie, mientras los sorprendidos pasa:eros del vagón le miraban, apart!ndose de aquel #ombre que tenia expresión de demente, la boca contra'da y reseca, el libro abierto en su puo. La gente que, un momento antes,
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#ab'a estado sentada, llevando con los pies el ritmo de -7ent'rico 7en#am/, -7uradero 7etergente 7ental 7en#am/, -7ent'rico 7en#am/, 7ent'rico, 7ent'rico, uno, dos, uno, dos, uno dos tres, uno dos, uno dos tres. La gente cuyas bocas #ab'an articulado apenas las palabras 7ent'rico, 7ent'rico, 7ent'rico. La radio del -=etro/ vomitó sobre =ontag, como una represalia , una carga completa de m@sica compuesta de #o:alata, cobre, plata, cromo y latón. La gente era or da a la sumisiónG no #u'a, no #ab'a sitio donde #uirG el gran convoy neum!tico se #undió en la tierra dentro de su tubo. Lirios del campo. -7en#am. / -D8e dic#o lirios/ La gente miraba. Llamen al guardi!n. Este #ombre est! ido... -Dnoll 1ie5/ El tren produ:o un siseo al detenerse. -Dnoll 1ie5/ In grito. -7en#am./ In susurro. Los labios de =ontag apenas se mov'an. Lirios... La puerta del vagón se abrió produciendo un silbido. =ontag permaneció inmóvil. La puerta empe(ó a cerrarse. Entonces, =ontag pasó de un salto :unto a los pasa:eros, c#illando interiormente y se (ambulló, en @ltimo momento, por la rendi:a que de:aba la puerta corredi(a. Corrió #acia arriba por los t@neles, ignorando las escaleras mec!nicas, porque deseaba sentir cómo mov'an sus pies, cómo se balanceaban sus bra(os , se #inc#aban y contra'an sus pulmones, cómo se resecaba su garganta en el aire. Ina vo( ue apag!ndose detr!s de l -7en#am, 7en#arn/. El, tren silbó como una serpiente y desapareció en su agu:ero. )Muin es* =ontag. )Mu desea* 7e:eme pasar. DAo #e #ec#o nada DEstoy solo, maldita sea )Lo :ura* DLo :uro La puerta se abrió lentamente. Faber atisbó, parec'a muy vie:o, muy r!gil y muy asustado. El ten'a aspecto de no #aber salido de la casa en aos. l y las paredes blancas de yeso del interior eran muy seme:antes.
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8ab'a blancura en la pulpa de sus labios, en sus me:illas, y su cabello era blanco, mientras sus o:os se #ab'an descubierto, adquiriendo un vago color a(ul blancu(co. Luego, su mirada se i:ó en el libro que =ontag llevaba ba:o el bra(o, y ya no pareció tan vie:o ni tan r!gil. Lentamente, su miedo desapareció. Lo siento. Ino #a de tener cuidado. =iró el libro que =ontag llevaba ba:o el bra(o y no pudo callar. 7e modo que es cierto. =ontag entró. La puerta se cerró. 2intese. Faber retrocedió, como temiendo que el libro pudiera desvanecerse si apartaba de l su mirada. 0 su espalda, la puerta que comunicaba con un dormitorio estaba abierta, y en esa #abitación #ab'a esparcidos diversos ragmentos de maquinaria, as' como #erramientas de acero. =ontag sólo pudo lan(ar una o:eada antes de que Faber, al observar la curiosidad de =ontag, se volviese r!pidamente, cerrara la puerta del dormitorio y su:etase el pomo con mano temblorosa. 2u mirada volvió a i:arse, insegura, en =ontag, quien se #ab'a sentado y ten'a el libro en su rega(o. El libro... )7ónde lo #a ... * Lo #e robado. +or primera ve(, Faber enarcó las ce:as y miró directamente al rostro de =ontag. Es usted valiente. Ao di:o =ontag. =i esposa est! murindose. Ina amiga m'a #a muerto ya. 0lguien que #ubiese podido ser un amigo, ue quemado #ace menos de veinticuatro #oras. Isted es el @nico que me consta podr'a ayudarme. 0 ver. 0 ver... Las manos de Faber se movieron inquietas sobre sus rodillas. )=e permite* 7isculpe. =ontag le entregó el libro. 8ace muc#'simo tiempo. Ao soy una persona religiosa. +ero #ace muc#'simo tiempo. Faber ue pasando las p!ginas, detenindose aqu' y all' para leer., tan bueno como creo recordar. 7ios m'o, de qu modo lo #an cambiado en nuestros -salones/. Cristo es uno de la -amilia/. 0 menudo, me pregunto si reconocer! a 2u propio 8i:o tal como lo #emos disra(ado. 0#ora, es un caramelo de menta, todo a(@car y esencia, cuando no #ace reerencias veladas a ciertos productos comerciales que todo iel necesita imprescindiblemente. Faber olisqueó el libro. )2ab'a que los libros #uelen a nue( moscada o a alguna otra especia procedente de una tierra le:ana* 7e nio, me encantaba olerlos. D7ios m'o En aquella poca, #ab'a una serie de libros encantadores, antes de que los de:!ramos desaparecer. Faber iba pasando las p!ginas. =r.
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=ontag, est! usted viendo a un cobarde. 8ace muc#'simo tiempo, vi cómo iban las cosas. Ao di:e nada. 2oy uno los inocentes que #ubiese podido levantar la vo( cuando nadie estaba dispuesto a escuc#ar a los -culpable/, pero no #abl y, de este modo, me convert', a mi ve( un culpable. H cuando, por in, establecieron el mecanismo para quemar los libros, por medio de los bomberos, re(ongu unas cuantas veces y me somet', porque ya no #ab'a otros que re(ongaran o gritaran conmigo. 0#ora es demasiado tarde.. Faber cerró la Biblia. Bueno )H si me di:era para qu #a venido* Aadie escuc#a ya. Ao puedo #ablar a las paredes porque stas est!n c#ill!ndome a m'. Ao puedo #ablar con mi esposa, porque ella escuc#a a las paredes. 2ólo quiero alguien que oiga lo que tengo que decir. H qui(!s si #ablo lo suiciente, diga algo con sentido. H quiero que me ensee usted a comprender lo que leo. Faber examinó el delgado rostro de =ontag. )Cómo #a recibido esta conmoción* )Mu le arrancado la antorc#a de las manos* Ao lo s. 9enemos todo lo necesario para ser elices, pero no lo somos. Falta algo. =ir a mi alrededor. Lo @nico que me constaba positivamente que #ab'a desaparecido eran los libros que #e ayudado a quemar en die( o doce aos. 0s', pues, #e pensado que los libros podr'an servir de ayuda. Es usted un rom!ntico sin esperan(a di:o Faber 6esultar'a divertido si no uese tan grave. Ao son libros lo que usted necesita, sino alguna de las cosas que en un tiempo estuvieron en los libros. El mismo detalle ininito y las mismas ensean(as podr'an ser proyectados a travs de radios y televisores, pero no lo son. Ao, no no son libros lo que usted est! buscando. B@squelo donde pueda encontrarlo, en vie:os discos, en vie:as pel'culas y en vie:os amigosG b@squelo en la Aaturale(a y b@squelo por s' mismo. Los libros sólo eran un tipo de recept!culo donde almacen!bamos una serie de cosas que tem'amos olvidar. Ao #ay nada m!gico en ellos. La magia sólo est! en lo que dicen los libros, en cómo un'an los diversos aspectos del Iniverso #asta ormar un con:unto para nosotros. 7esde luego, usted no puede saber esto, sigue sin entender lo que quiero decir con mis palabras. ?ntuitivamente, tiene usted ra(ón, y eso es lo que importa. Faltan tres cosas. /+rimera )2abe por qu libros como ste son tan importantes* +orque tienen calidad. H, )qu signiica la palabra calidad* +ara m', signiica textura. Este libro tiene poros, tiene acciones. Este libro puede colocarse ba:o el microscopio. 0 travs de la lente encontrar'a vida, #uellas del pasado en ininita prousión. Cuantos m!s poros, m!s detalles de la vida ver'dicamente registrados puede obtener de cada #o:a de papel, cuanto m!s -literario/ se vea. En todo caso, sa es mi deinición. 7etalle revelador. 7etalle reciente. Los buenos escultores tocan la vida a menudo. Los mediocres sólo pasan apresuradamente la mano por encima de ella. Los malos violan y la de:an por in@til. 66/124
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/)2e dan cuenta, a#ora, de por qu los libros son odiados H temidos* =uestran los poros del rostro de la vida. La gente comodona sólo desea caras de luna llena, sin poros, sin pelo, inexpresivas. Qivimos en una poca en que las lores tratan de vivir de lores, en lugar de crecer gracias a la lluvia y al negro estircol. ?ncluso los uegos artiiciales, pese a su belle(a, proceden de la qu'mica de la tierra. H, sin embargo, pensamos que podemos crecer, aliment!ndonos con lores y uegos artiiciales, sin completar el ciclo, de regreso a la realidad. Conocer! usted la leyenda de 8rcules y de 0nteo, gigantesco luc#ador, cuya uer(a era incre'ble en tanto estaba irmemente plantado en tierra. +ero cuando 8rcules lo sostuvo en el aire, sucumbió !cilmente. 2i en esta leyenda no #ay algo que puede aplicarse a nosotros, #oy, en esta ciudad, entonces es que estoy completamente loco. Bueno, a#' est! lo primero que #e dic#o que necesit!bamos. Calidad, textura de inormación )H lo segundo* Ocio. O#, disponemos de muc#as #oras despus del traba:o. 7e #oras despus del traba:o, s', pero, )y tiempo para pensar* 2i no se conduce un ve#'culo a ciento cincuenta 3ilómetros por #ora, de modo que sólo puede pensarse en el peligro que se corre, se est! interviniendo en alg@n :uego o se est! sentado en un salón, donde es imposible discutir con el televisor de cuatro paredes.. )+or qu* El televisor es -real/. Es inmediato, tiene dimensión. 9e dice lo que debes pensar y te lo dice a gritos. 8a de tener ra(ón. +arece tenerla. 9e #ostiga tan apremiantemente para que aceptes tus propias conclusiones, que tu mente no tiene tiempo para protestar, para gritar -DMu tonter'a/ 2ólo la -amilia/ es gente. )Mu dice* =i esposa airma que los libros no son -reales/. H gracias a 7ios por ello. Ino puede cerrarlos decir -0guarda un momento./ Ino act@a como un 7ios. pero, )quin se #a arrancado alguna ve( de la garra que le su:eta una ve( se #a instalado en un salón con televisor* DLe da a uno la orma que desea Es medio ambiente tan autntico como el mundo. 2e convierte ; es la verdad. Los libros pueden ser combatidos con motivo +ero, con todos mis conocimientos y escepticismo, nunca #e sido capa( de discutir con una orquesta sinónica de un centenar de instrumentos, a todo color, en tres dimensiones, y ormando parte, al mismo tiempo, de esos incre'bles salones. Como ve, mi salón consiste @nicamente en cuatro paredes de yeso. H aqu' tengo esto mostró dos pequeos tapones de goma. +ara mis ore:as cuando via:o en el -=etro/.
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-7entirico 7en#am/G no manc#a, ni se reseca di:o =ontag, con los o:os cerrados. )0dónde iremos a parar* )+odr'an ayudarnos los libros* 2ólo si la tercera condición necesaria pudiera sernos concedida. La primera, como #e dic#o, es calidad de inormación. La segunda, ocio para asimilarla. H la tercera el derec#o a emprender acciones basadas en lo que aprendemos por la interacción o por la acción con:unta de las otras dos. H me cuesta creer que un vie:o y un bombero arrepentido pueden #acer gran cosa en una situación tan avan(ada... +uedo conseguir libros. Corre usted un riesgo. Eso es lo bueno de estar moribundo. Cuando no se tiene nada que perder, pueden correrse todos los riesgos. D0caba de decir usted una rase interesante di:o, riendo, Faber. ?ncluso sin #aberla le'do. En los libros #ay cosas as'. +ero sta se me #a ocurrido a m' solo. 9anto me:or. Ao la #a inventado para m' o para nadie ni siquiera para s' mismo. =ontag se inclinó #acia delante. Esta tarde, se me #a ocurrido que si resultaba que los libros merec'an la pena, pod'amos conseguir prensa e imprimir algunos e:emplares... )+odr'amos* Isted y yo. DO#, no Faber se irguió en su asiento. 7:eme que le explique mi plan... 2i insiste en cont!rmelo, deber pedirle que se marc#e. +ero, )no est! usted interesado* Ao, si empie(a a #ablar de algo que podr'a #acerme terminar entre las llamas. 2ólo podr'a escuc#arle, si la estructura de los bomberos pudiese arder, a su ve(, 0#ora bien, si sugiere usted que imprimamos algunos libros y nos las arreglemos para esconderlos en los cuarteles de bomberos de todo el pa's, de modo que las sospec#as cayesen sobre esos incendiarios, dir'a DBravo 7e:ar los libros, dar la alarma y ver cómo arden los cuarteles de bomberos. )Es eso lo que quiere decir* Faber enarcó las ce:as y miró a =ontag como si estuviese viendo a otro #ombre. Estaba bromeando. 2i cree que valdr'a la pena intentar ese plan, tendr'a que aceptar su palabra de que podr'a ayudarnos.
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DAo es posible garanti(ar cosas as' 7espus de todo, cuando tuvisemos todos los libros que necesit!semos, a@n insistir'amos en encontrar el precipicio m!s alto para lan(arnos al vac'o. +ero necesitamos un respirador. Aecesitamos conocimientos. H tal ve( dentro de un millar de aos, podr'amos encontrar barrancos m!s pequeos desde los que saltar. Los libros est!n para recordarnos lo tontos y est@pidos que somos. 2on la guardia pretoriana de Csar, susurrando mientras tiene lugar el desile por la avenida -6ecuerda, Csar, eres mortal./ La mayor'a de nosotros no podemos andar corriendo por a#', #ablando con todo el mundo, ni conocer todas las ciudades del mundo, pues carecemos de dinero o de amigos. Lo que usted anda buscando, =ontag, est! en el mundo, pero el @nico medio para que una persona corriente vea el noventa y nueve por ciento de ello est! en un libro. Ao pida garant'as. H no espere ser salvado por alguna cosa, persona, m!quina o biblioteca. 6ealice su propia labor salvadora, y si se a#oga, muera, por lo menos, sabiendo que se dirig'a #acia la playa. Faber se levantó y empe(ó a pasear por la #abitación. )Bien* preguntó =ontag. )8abla completamente en serio* Completamente. Es un plan insidioso, si es que puedo decirlo. Faber miró, nervioso, #acia la puerta de su dormitorio. Qer los cuarteles de bomberos ardiendo en todo el pa's, destruidos como nidos de traición. DLa salamandra devorando su rabo DO#, 7ios 9engo una lista de todas las residencias de bomberos. Con un poco de labor subterr!nea... Ao es posible coniar en la gente, eso es lo malo del caso. )Muin, adem!s de usted y yo, prender! esos uegos* )Ao #ay proesores como usted, antiguos escritores, #istoriadores, lingVistas...* 8an muerto o son muy vie:os. Cuanto m!s vie:os, me:or. +asar!n inadvertidos. Isted conoce a docenas de ellos, adm'talo. DO#, #ay muc#os actores que no #an interpretado a +irandello, a 2#a5 o a 2#a3espeare desde aos porque sus obras son demasiado conscientes del mundo. +odr'amos utili(ar el eno:o de stos. H podr'amos emplear la rabia #onesta de los #istoriadores que no #an escrito una l'nea desde #ace cuarenta aos. Es verdad, podr'amos organi(ar clases de meditación y de lectura. D2' +ero eso sólo servir'a para mordisquear los bor es. 9oda la cultura est! des#ec#a. El esqueleto necesita un nuevo andamia:e y una nueva reconstitución. DQ!lgame 7ios Ao es tan sencillo como recoger un libro que se de:ó #ace medio siglo. 6ecuerde, los bomberos casi nunca 69/124
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act@an. El p@blico #a de:ado de leer por propia iniciativa. Istedes, los bomberos, constituyen un espect!culo en el que, de cuando en cuando, se incendia alg@n ediicio, y la multitud se re@ne a contemplar la bonita #oguera, pero, en realidad, se trata de un espect!culo de segunda ila, apenas necesario para mantener la disciplina. 7e modo que muy pocos desean ya rebelarse. H, de esos pocos, la mayor'a, como yo, se asustan con acilidad. )+uede usted andar m!s aprisa que el +ayaso Blanco, gritar m!s alto que -=r. >immic3/ y las -amilias/ de la sala de estar* 2i puede, se abrir! camino, =ontag. En cualquier caso, es usted un tonto. La gente se divierte. D2e est! suicidando, asesinando In vuelo de bombarderos #ab'a estado despla(!ndose #acia el Este, mientras ellos #ablaban, y sólo entonces los dos #ombres callaron para escuc#ar, sintiendo resonar dentro de s' mismos el penetrante (umbido de los reactores. +aciencia, =ontag. Mue la guerra elimine a las -amilias/. Auestra civili(ación est! destro(!ndose. 0p!rtese de la centr'uga. Cuando acabe por estallar, alguien tiene que estar preparado. )Muin* )8ombres que reciten a =ilton* )Mu digan recuerdo a 2óocles* )6ecordando a los supervivientes que el #ombre tiene tambin ciertos aspectos buenos* Lo @nico que #ar!n ser! reunir sus piedras para arro:!rselas los unos a los otros. Q!yase a casa, =ontag. Q!yase a la cama. )+or qu desperdiciar sus #oras inales, dando vueltas en su :aula y airmando que no es una ardilla* 0s', pues, )ya no le importa nada* =e importa tanto que estoy enermo. )H no quiere ayudarme* Buenas noc#es, buenas noc#es. Las manos de Faber recogieron la Biblia. =ontag vio esta acción y quedó sorprendido. )7esear'a poseer esto* Faber di:o 7ar'a el bra(o derec#o por ella. =ontag permaneció quieto, esperando a que ocurriera algo. 2us manos, por s' solas, como dos #ombres que traba:aran :untos, empe(aron a arrancar las p!ginas de^ libro. Las manos desgarraron la cubierta y, despus, la primera y la segunda p!gina. DEst@pido )Mu est! #aciendo* Faber se levantó de un salto, como si #ubiese recibido un golpe. Cayó sobre =ontag. ste le rec#a(ó y de:ó que sus manos prosiguieran. 2eis p!ginas m!s cayeron al suelo. =ontag las recogió y agitó el papel ba:o las narices de Faber. DAo, o#, no lo #aga di:o el vie:o. 70/124
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)Muin puede imped'rmelo* 2oy bombero. D+uedo quemarlo El vie:o se le quedó mirando. Aunca #ar'a eso. D+odr'a El libro. Ao lo desgarre m!s. Faber se derrumbó en una silla, con el rostro muy p!lido y la boca temblorosa. Ao #aga que me sienta m!s cansado. )Mu desea* Aecesito que me ensee. Est! bien, est! bien. =ontag de:ó el libro. Empe(ó a recoger el papel arrugado H a alisarlo, en tanto que el vie:o le miraba con expresión de cansancio. Faber sacudió la cabe(a como si estuviese despertando en aquel momento. =ontag, )tiene dinero* In poco. Cuatrocientos o quinientos dólares qu* 9r!igalos. Cono(co a un #ombre que, #ace medio siglo, imprimió el diario de nuestra Iniversidad. Fue el ao en que, al acudir a la clase, al principio del nuevo semestre, sólo encontr a un estudiante que quisiera seguir el curso dram!tico, desde Esquilo #asta OSAeil )Lo ve* Era como una #ermosa estatua de #ielo que se derritiera ba:o el sol. 6ecuerdo que los diarios mor'an como gigantescas mariposas. Ao interesaban a nadie. Aadie les ec#aba en alta. H el >obierno, al darse cuenta de lo venta:oso que era que la gente leyese sólo acerca de labios apasionados y de pueta(os en el estómago, redondeó la situación con sus devoradores llameantes. 7e modo, =ontag, que #ay ese impresor sin traba:o. +odr'amos empe(ar con unos pocos libros, y esperar a que la guerra cambiara las cosas y nos diera el impulso que necesitarnos. Inas cuantas bombas, y en las paredes de todas las casas las -amilias/ desaparecer!n como ratas asustadas. En el silencio, nuestro susurro pudiera ser o'do. 0mbos se quedaron mirando el libro que #ab'a en la mesa. 8e tratado de recordar di:o =ontag. +ero Ddiablo, en cuanto vuelvo la cabe(a, lo olvido. D7ios DCu!nto deseo tener algo que decir al capit!n 8a le'do bastante, y se sabe todas las respuestas, o lo parece. 2u vo( es como alm'bar. 9emo que me conven(a para que vuelva a ser como era antes. 8ace sólo una semana, mientras rociaba con petróleo unos libros, pensaba -DCaramba, qu divertido/ El vie:o asintió con la cabe(a. Los que no construyen deben destruir. Es algo tan vie:o como la 8istoria y la delincuencia :uvenil. 7e modo que eso es lo que yo soy. En todos nosotros #ay algo de ello. =ontag se dirigió #acia la puerta de la calle. 71/124
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)+uede ayudarme de alg@n modo para esta noc#e, con mi capit!n* Aecesito un paraguas que me prote:a de &a lluvia. Estoy tan asustado que me a#ogar si vuelve a meterse conmigo. El vie:o no di:o nada, y miró otra ve( #acia su dormitorio, muy nervioso. =ontag captó la mirada. )Bien* El vie:o inspiró proundamente, retuvo el aliento y, luego, lo ex#aló. 6epitió la operación, con los o:os cerrados, la boca apretada, y, por @ltimo, soltó el aire. =ontag... El vie:o acabó por volverse y decir Qenga. En realidad, me propon'a de:ar que se marc#ara de mi casa. 2oy un vie:o tonto y cobarde. Faber abrió la puerta del dormitorio e introdu:o a =ontag en una pequea #abitación, donde #ab'a una mesa sobre la que se encontraba cierto n@mero de #erramientas met!licas, :unto con un amasi:o de alambres microscópicos, pequeos resortes, bobinas y lentes. )Mu es eso* preguntó =ontag. Ina prueba de mi tremenda cobard'a. 8e vivido solo demasiados aos, arro:ando con mi mente im!genes a las paredes. La manipulación de aparatos electrónicos y radiotransmisores #a sido mi entretenimiento. =i cobard'a es tan apasionada, complementando el esp'ritu revolucionario que vive a su sombra, que me #e visto obligado a disear esto. Faber cogió un pequeo ob:eto de metal, no mayor que una bala de usil. 8e pagado por esto... )Cómo* 4ugando a la Bolsa, claro est!, el @ltimo reugio del mundo para los intelectuales peligrosos y sin traba:o. Bueno, #e :ugado a la Bolsa, #e construido todo esto y #e esperado. 8e esperado , temblando, la mitad de mi vida, a que alguien me #ablara. Ao me atrev'a a #acerlo con nadie. 0quel d'a, en el parque, cuando nos sentamos :untos, comprend' que alguna ve( qui(! se presentase usted, con uego o amistad, resultaba diicil adivinarlo. 8ace meses que tengo preparado este aparatito. +ero #e estado a punto de de:ar que se marc#ara usted, tanto miedo tengo. +arece una radio auricular. DH algo m!s DOye 2i se lo pone en su ore:a, =ontag, puedo sentarme cómodamente en casa, calentando mis atemori(ados #uesos, y o'r y anali(ar el mundo de los bomberos, descubrir sus debilidades, sin peligro, 2oy la reina abe:a, bien segura en la colmena. Isted ser! el (!ngano, la ore:a via:era. En caso necesario, podr'a
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colocar o'dos en todas las partes de la ciudad, con diversos #ombres, que escuc#en y eval@en. 2i los (!nganos mueren, yo sigo a salvo en casa, cuidando mi temor con un m!ximo de comodidad y un m'nimo de peligro. )2e da cuenta de lo precavido que llego a ser, de lo despreciable que llego a resultar* =ontag se colocó el pequeo ob:eto met!lico en la ore:a. El vie:o insertó otro similar en la suya y movió los labios. D=ontag La vo( sonó en la cabe(a de =ontag. DLe oigo Faber se ec#ó a re'r. D2u vo( tambin me llega perectamente 2usurró el vie:o. +ero la vo( sonaba con claridad en la cabe(a de =ontag. Cuando sea #ora, vaya al cuartel de bomberos Ho estar con usted. Escuc#emos los dos a ese capit!n Beatty. +udiera ser uno de los nuestros. D2abe 7ios Le dir lo que debe decir. 6epresentaremos una buena comedia para l. )=e odia por esta cobard'a electrónica* 0qu' estoy, envi!ndole #acia el peligro, en tanto que yo me quedo en las trinc#eras, escuc#ando con mi maldito aparato cómo usted se :uega la cabe(a. 9odos #acemos lo que debemos #acer di:o =ontag. +uso la Biblia en manos del vie:o. 9ome. Correr el riesgo de entregar otro libro. =aana... Qer al impresor sin traba:o. 2', eso puedo #acerlo. Buenas noc#es, proesor. TAo, buenas noc#es, no. Estar con usted el resto de la noc#e, como un insecto que le #ostigar! el o'do me necesite. +ero, de todos modos, buenas noc#es y buena suerte. La puerta se abrió y se cerró. =ontag se encontró otra ve( en la oscura calle, rente al mundo. +od'a percibirse cómo la guerra se iba gestando aquella noc#e en el cielo. La manera como las nubes desaparec'an y volv'an a asomar, y el aspecto de las estrellas, un millón de ellas lotando entre las nubes, como los discos enemigos, y la sensación de que el cielo pod'a caer sobre la ciudad y convertirla en polvo, mientras la luna estallaba en uego ro:oG sa era la sensación que produc'a la noc#e. =ontag salió del -=etro/ con el dinero en el bolsillo. 8ab'a visitado el Banco que no cerraba en toda la noc#e, gracias a su servicio de ca:eros autom!ticos, y mientras andaba, escuc#aba la radio auricular que llevaba en una ore:a... -8ernos movili(ado a un millón de #ombres. Conseguiremos una r!pida victoria si estalla la guerra ... / La m@sica dominó r!pidamente la vo( y se apagó despus. 7ie( millones de #ombres movili(ados susurró la vo( de Faber en el otro o'do de =ontag. +ero dice un millón. 6esulta m!s tranquili(ador.
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)Faber* 2i. Ao estoy pensando. 2ólo #ago lo que se me dice, como siempre. Isted me #a pedido que tuviera dinero, y ya lo tengo. Ai siquiera me #e parado a meditarlo. )Cuando empe(ar a tener iniciativas propias* 8a empe(ado ya, al pronunciar esas palabras. 9endr! que iarse de m'. D=e #e estado iando de los dem!s 2', y i:ese adónde #emos ido a parar. 7urante alg@n tiempo, deber! caminar a ciegas. 0qu' est! mi bra(o para guiarle. Ao quiero cambiar de bando y que sólo se me diga lo que debo #acer. En tal caso, no #abr'a ra(ón para el cambio. DEs usted muy sensato =ontag sintió que sus pies le llevaban por la acera #acia su casa. 2iga #ablando. )Le gustar'a que leyese algo* Lo #ar para que pueda recordarlo. +or las noc#es, sólo duermo cinco #oras. Ao tengo nada que #acer. 7e modo que, si &o desea, le leer durante las noc#es. 7icen que si alguien te susurra los conocimientos al o'do incluso estando dormido, se retienen. 2'. D0#' va =uy le:os, en la noc#e, al otro lado de la ciudad, el lev'simo susurro de una p!gina al volverse. El Libro de 4ob. La luna se elevó en el cielo, en tanto que =ontag andaba. 2us labios se mov'an liger'simamente. Eran las nueve de la noc#e y estaba tomando un cena ligera cuando se oyó el ruido de la puerta de &a calle y =ildred salió corriendo como un nativo que #uyera de una erupción del Qesubio. =rs. +#elps H =rs. Bo5les entraron por la puerta de la calle y se desvanecieron en la boca del volc!n con -martinis/ en sus manos. =ontag de:ó de comer. Eran como un monstruoso candelabro de cristal que produ:ese un millar de sonidos, y =ontag vio sus sonrisas elinas atravesando las paredes de la casa y cómo c#illaban para #acerse o'r. =ontag se encontró en la puerta del salón, con boca llena a@n de comida. D9odas tenis un aspecto estupendo Estupendo. DEst!s magn'ica, =illie =agn'ica. DEs extraordinario DExtraordinario =ontag la observó. +aciencia susurró Faber.
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Ao deber'a de estar aqu' murmuró =ontag, casi para s' mismo. 9endr'a que estar en camino para llevarle el dinero. =aana #abr! tiempo. DCuidado )Qerdad que ese espect!culo es maraviloso* preguntó =ildred. D=aravilloso En una de las paredes, una mu:er sonre'a al mismo tiempo que beb'a (umo de naran:a. -)Cómo #ar! las dos cosas a la ve(*/, pensó =ontag, absurdamente. En las otras paredes, una radiogra'a de la misma mu:er mostraba el recorrido del rerescante breba:e #acia el an#elante estómago. 7e repente, la #abitación despegó de un vuelo raudo #acia las nubes, se lan(ó en picado sobre un mar verdoso, donde peces a(ules se com'an otros peces ro:os y amarillos. In minuto m!s tarde, tres muecos de dibu:os animados se destro(aron mutuamente los miembros con acompaamiento de grandes oleadas de risa. 7os minutos m!s tarde, y la sala abandonó la ciudad para orecer el espect!culo de unos autos a reacción que recorr'an velo(mente un autódromo golpe!ndose unos contra otros incesantemente. =ontag vio que algunos cuerpos volaban por el aire. )8as visto eso, =illie* DLo #e visto, lo #e visto =ontag alargó la mano y dio vuelta al conmutador del salón Las im!genes ueron empequeecindose como si el agua de un gigantesco recipiente de cristal, con peces #istricos, se escapara. Las tres mu:eres se volvieron con lentitud H miraron a =ontag con no disimulada irritación, que ue convirtindose en desagrado. )Cu!ndo creis que va a estallar la guerra* preguntó l. Qeo que vuestros maridos no #an venido esta noc#e. O#, vienen y van, vienen y van Udi:o =rs. +#e&ps. Ina y otra ve(. El E:rcito llamó ayer a +ete. Estar! de regreso la semana próxima. Eso #a dic#o el E:rcito. Ina guerra r!pida. Cuarenta y oc#o #oras, y todos a casa. Eso es lo que #a dic#o el E:ercito. Ina guerra r!pida. +ete ue llamado ayer y di:eron que estar'a de regreso la semana próxima. Ina guerra... Las tres mu:eres se agitaron y miraron, nerviosas, las vac'as paredes. Ao estoy preocupada di:o =rs. +#e&ps. 7e:o que sea +ete quien se preocupe. 6ió estridentemente. Mue sea el vie:o +ete quien cargue con las preocupaciones. Ao yo. Ho no estoy preocupada. 2' di:o =illie. Mue el vie:o +ete cargue con las preocupaciones. 7icen que siempre muere el marido de otra. 9ambin lo #e o'do decir. Aunca #e conocido ning@n #ombre que muriese en una guerra. Mue se matara arro:!ndose desde un ediicio, s', como lo #i(o marido de >loria, la semana pasada. +ero a causa las guerras, no.
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Ao a causa de las guerras di:o =rs. +#elps 7e todos modos, +ete y yo siempre #emos dic#o que nada de l!grimas ni algo por el estilo. Es el tercer matrimonio de cada uno de nosotros, y somos independientes. 2eamos independientes, decimos siempre. l me di:o -2i me liquidan, t@ sigue adelante y no llores. C!sate otra ve( y no pienses en m'./ 0#ora que recuerdo di:o =ildred. )visteis. anoc#e, en la televisión la aventura amorosa de cinco minutos de Clara 7ove* Bueno, pues se reer'a a esa mu:er que... =ontag no #abló, y contempló los rostros de las mu:eres, del mismo modo que, en una ocasión, #ab'a observado los rostros de los santos en una extraa iglesia en que entró siendo nio. Los rostros de aquellos muecos esmaltados no signiicaban nada para l, pese a que les #ablaba y pasaba muc#os ratos en aquella iglesia, tratando de identiicarse con la religión, de averiguar qu era la religión, intentando absorber el suiciente incienso y polvillo del lugar para que su sangre se sintiera aectada por el signiicado de aquellos #ombres y mu:eres descoloridos, con los o:os de porcelana y los labios ro:os como rub'es. +ero no #ab'a nada, nadaG era como un paseo por otra tienda, y su moneda era extraa y no pod'a utili(arse all', y no sent'a ninguna emoción, ni siquiera cuando tocaba la madera, el yeso y la arcilla. Lo mismo le ocurr'a entonces, en su propio salón, con aquellas mu:eres rebullendo en sus butacas ba:o la mirada de l, encendiendo cigarrillos, ex#alando nubes de #umo, tocando sus cabelleras descoloridas y examinando sus enro:ecidas uas, que parec'an arder ba:o la mirada de l. Los rostros de las mu:eres ueron ponindose tensos, en el silencio. 2e adelantaron en sus asientos al o'r el sonido que produ:o =ontag cuando tragó el @ltimo bocado de comida. Escuc#aron la respiración ebril de l, Las tres vac'as paredes del salón eran como p!lidos p!rpados de gigantes dormidos, vac'os de sueos. =ontag tuvo la impresión de que si tocaba aquellos tres p!rpados sentir'a un ligero sudor salobre en la punta de los dedos. La transpiración ue aumentando con el silencio, as' como el temblor no audible que rodeaba a las tres mu:eres, llenas de tensión. En cualquier momento, +od'an lan(ar un largo siseo y estallar. =ontag movió los labios. C#arlemos. Las mu:eres se le quedaron mirando. )Cómo est!n sus #i:os, =rs. +#elps* Uprguntó el. D2abe que no tengo ninguno DAadie en su :uicio los tendr'a, bien lo sabe 7ios exclamó =rs. +#elps, no muy segura de por qu estaba uriosa contra aquel #ombre. Ho no airmar'a tal cosa di:o =rs. Bo5les. 8e tenido dos #i:os mediante una ces!rea. Ao ob:eto pasar tantas molestias por un beb. El mundo #a de reproducirse, la ra(a #a de seguir adelante. 0dem!s #ay veces en que salen igualitos a ti, y eso resulta agradable. Con dos
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ces!reas, estuve lista. 2', seor. DO# El doctor di:o que las ces!reas no son imprescindibles, ten'a buenas caderas, que todo ir'a normalmente, yo insist'. Con ces!rea o sin ella, los nios resultan ruinosos. Est!s completamente loca di:o =rs. +#elps. 9engo a los nios en la escuela nueve d'as de cada die(. =e entiendo con ellos cuando vienen a cada tres d'as al mes. Ao es completamente insoportable. Los pongo en el -salón/ y conecto el televisor. Es como lavar ropaG meto la colada en la m!quina y cierro la tapadera. =rs. Bo5les rió entre dientes. 2on capaces de besarme como de pegarme una patada. D>racias a 7ios, yo tambin s pegarlas Las mu:eres rieron sonoramente. =ildred permaneció silenciosa un momento H, luego, al ver que =ontag segu'a :unto a la puerta, dio una palmada. '8ablemos de pol'tica, as' >uy estar! contento =e parece estupendo di:o =rs. Bo5les Qot en las @ltimas elecciones, como todo el mundo, y lo #ice por el presidente Aoble. Creo que es uno de &os #ombres m!s atractivos que #an llegado a la presidencia. +ero, )qu me dec's del #ombre que presentaron rente a l* Ao era gran cosa, )verdad* +equea:o y t'mido. Ao iba muy bien aeitado y apenas si sab'a peinarse. )Mu idea tuvieron los -Outs/ para presentarlo* Ao es posible contender con un #ombre tan ba:ito contra otro tan alto. 0dem!s, tartamudeaba. La mitad del tiempo no entend' lo que dec'a. H no pod'a entender las palabras que o'a. 9ambin estaba gordo y no intentaba disimularlo con su modo de vestir. Ao es extrao que la masa votara por 1inston Aoble. ?ncluso los #ombres ayudaron. Comparad a 1inston Aoble con 8ubber 8oag durante die( segundos, y ya casi pueden adivinarse los resultados. D=aldita sea gritó =ontag. )Mu saben ustedes de 8oag y de Aoble* DCaramba Ao #ace ni seis meses estuvieron en esa mism'sima pared. Ino de ellos se rascaba incesantemente la nari(. =e pon'a muy nerviosa. Bueno, =r. =ontag di:o =rs. +#elps, )Muer'a que vot!semos por un #ombre as'* =ildred mostró una radiante sonrisa. 2er! me:or que te apartes de la puerta, >uy, y no nos pongas nerviosas. +ero =ontag se marc#ó y regresó al instante con un libro en la mano. '>uy D=aldito sea todo, maldito sea todo, maldito sea
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)Mu tienes a#'* )Ao es un libro* Cre'a que, a#ora, toda la ensean(a especial se #ac'a mediante pel'culas =rs. +#elps parpadeó. )Est! estudiando la teor'a de los bomberos* D0l diablo la teor'a di:o =ontag. Esto es poes'a. =ontag. In susurro. D7e:adme tranquilo =ontag se dio cuenta de que describió un gran c'rculo, mientras gritaba y gesticulaba. =ontag, detnte, no... )Las #as o'do, #as o'do a esos monstruos de monstruos* DO#, 7ios D7e qu modo c#arlan sobre la gente y sobre sus propios #i:os y sobre ellas mismas y tambin respecto a sus esposos, y sobre la guerra, malditas sean, y aqu' est!n, y no puedo creerlo. 8e de participarle que no #e dic#o ni una sola palabra acerca de ninguna guerra Ureplicó =rs. +#e&ps. En cuanto a la poes'a, la detesto di:o =rs. Bo5les. )8a le'do alguna* =ontag. La vo( de Faber resonó en su interior. Lo #undir! todo. DC!llese, no sea est@pido Las tres mu:eres se #ab'an puesto en pie. D2intense 2e sentaron. =e marc#o a casa tartamudeó =rs. Bo5les. =ontag, =ontag, por avor, en nombre de 7ios, )qu se propone usted* suplicó Faber. )+or qu no nos lee usted uno de esos poemas de su librito* propuso =rs. +#e&ps. Creo que ser'a muy interesante. DEso no est! bien gimió =rs. Bo5les. Ao podemos #acerlo. Bueno, mira a =r. =ontag, l lo desea, se nota. H si escuc#amos atentamente, =r. =ontag estar! contento y, luego, qui(! podamos dedicarnos a otra cosa. La mu:er miró, nerviosa, el extenso vac'o de las paredes que les rodeaban. =ontag, si sigue con esto cortar la comunicación, cerrar todo contacto susurró el auricular en su o'do. )7e qu sirve esto, qu desea demostrar* D+egarles un susto tremendo, sólo eso R7arles un buen escarmiento =ildred miró a su alrededor. Oye, >uy, )con quin est!s #ablando* Ina agu:a de plata taladró el cerebro de =ontag. 78/124
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=ontag, escuc#e, sólo #ay una escapatoria, diga que se trata de una broma, disimule, in:a no estar enadado. Luego, dir':ase al incinerador de pared y ec#e el libro dentro. =ildred anticipó esto con vo( temblorosa. 0migas, una ve( al ao, cada bombero est! autori(ado para llevarse a casa un libro de los vie:os tiempos, a in de demostrar a su amilia cu!n absurdo era todo, cu!n nervioso puede poner a uno esas cosas, cu!n demente. La sorpresa que >uy nos reserva para esta noc#e es leeros una muestra que revela lo embrolladas que est!n las cosas. 0s' pues, ninguna de nosotras tendr! que preocuparse nunca m!s acerca de esa basura, )no es verdad* 7iga -s'/. 2u boca se movió como la de Faber 2'. =ildred se apoderó del libro, al tiempo que lan(aba una carca:ada. D7ame Lee ste. Ao, ya lo co:o yo. 0qu' est! ese verdaderamente divertido que #as le'do en vo( alta #ace un rato. 0migas, no entenderis ni una palabra. 2ólo dice despropósitos. 0delante, >uy, es en esta p!gina. =ontag miró la p!gina abierta. Ina mosca agitó levemente las alas dentro de su o'do. Lea. )Cómo se titula* +aloma en la playa. 9en'a la boca insensible. 0#ora, lelo en vo( alta y clara, y #a(lo lentamente. En la sala, #ac'a un calor soocanteG =ontag se sent'a lleno de uego, lleno de rialdadG estaban sentados en medio de un desierto vac'o, con tres sillas y l en pie, balance!ndose mientras esperaba a que =rs. +#elps terminara de alisarse el borde de su vestido, y =rs. Bo5les apartara los dedos de su cabello. 7espus empe(ó a leer con vo( lenta y vacilante, que ue airm!ndose a medida que progresaba de l'nea. H su vo( atravesó un desierto, la blancura, y rodeó a las tres mu:eres sentadas en aquel gigantesco vac'o. El Mar es +e Estuvo una ve: lleno7 envolviendo la tierra& Yac*a como los pliegues de un brillante manto dorado 'ero7 ahora7 s
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=e los desnudos gui)arros del mundo .
Los sillones en que se sentaban las tres mu:eres cru:ieron. =ontag terminó >h7 amor7 seamos sinceros El uno con el otro& 'or el mundo $ue parece Etenderse ante nosotros como una tierra de ensue@os7 6an diversa7 tan bella7 tan nueva7 Sin tener en realidad ni alegr*a7 ni amor7 ni lu:7 Ni certidumbre7 ni sosiego7 ni a;uda en el dolor Y a$u* estamos nosotros como en l
=rs. +#elps estaba llorando. Las otras, en medio del desierto, observaban su llanto que iba acentu!ndose al mismo tiempo que su rostro se contra'a y deormaba. +ermanecieron sentadas, sin tocarla, asombradas ante aquel espect!culo. Ella sollo(aba inconteniblemente. El propio =ontag estaba sorprendido H emocionado. Qamos vamos di:o =ildred. Est!s bien, Clara, de:a de llorar. Clara, )qu ocurre* Ho... yo sollo(ó =rs. +#e&ps. Ao lo s, no lo s, es que no lo s. DO#, no... =rs. Bo5les se levantó y miró, uriosa, a =ontag. )Lo ve* Lo sab'a, eso era lo que quer'a demostrar. 2ab'a que #ab'a de ocurrir. 2iempre lo #e dic#o, poes'a y l!grimas, poes'a y suicidio y llanto y sentimientos terribles, poes'a y enermedad. DCu!nta basura 0#ora acabo de comprenderlo. DEs usted muy malo, =r. =ontag, es usted muy malo Faber di:o 0#ora... =ontag sintió que se volv'a y, acerc!ndose a la abertura que #ab'a en la pared, arro:ó el libro a las llamas que aguardaban. 9ontas palabras, tontas y #orribles palabras, que acaban por #erir di:o =rs. Bo5les. )+or qu querr! la gente #erir al pró:imo* Como si no #ubiera suiciente maldad en el mundo, #ay que preocupar a la gente con material de este estilo. Clara, vamos, Clara suplicó =ildred, tirando de un bra(o de su amiga. Qamos, mostrmonos alegres, conecta a#ora la Yamilia/. 0delante. 6iamos y seamos elices. Qamos, de:a de llorar, estamos celebrando una reunión.
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Ao di:o =rs. Bo5les. =e marc#o directamente a casa. Cuando quieras visitar mi casa y mi -amilia/, magn'ico. D+ero no volver a poner los pies en esta absurda casa* Q!yase a casa. =ontag i:ó los o:os en ella, serenamente. Q!yase a casa y piense en su primer marido divorciado, en su segundo marido muerto en un reactor H en su tercer esposo destro(!ndose el cerebro. Q!yase a casa y piense en eso, y en su maldita ces!rea tambin, y en sus #i:os, que la odian proundamente, Q!yanse a casa y piensen en cómo #a sucedido todo en si #an #ec#o alguna ve( algo para impedirlo D0casa, a casa vocieró =ontag. 0ntes de que las derribe de un pueta(o y las ec#e a patadas. Las puertas golpearon y la casa quedó vac'a. =ontag se quedó solo en la r'a #abitación, cuyas paredes ten'an un color de nieve sucia. En el cuarto de bao se oyó agua que corr'a. =ontag escuc#ó cómo =ildred sacud'a en su mano las tabletas de dormir. 9onto, =ontag, tonto. DO#, 7ios, qu tonto repet'a Faber en su o'do. DC!llese =ontag se quitó la bolita verde de la ore:a y se la guardó en un bolsillo. El aparato crepitó dbilmente - ... 9onto... tonto... =ontag registró la casa y encontró los libros que =ildred #ab'a escondido apresuradamente detr!s del rerigerador. Faltaban algunos, y =ontag comprendió que ella #ab'a iniciado por su cuenta el lento proceso de dispersar la dinamita que #ab'a en su casa, cartuc#o por cartuc#o. +ero =ontag no se sent'a urioso, sólo agotado y sorprendido de s' mismo. Llevó los libros al patio posterior y los ocultó en los arbustos contiguos a la ver:a que daba al calle:ón. 2ólo por aquella noc#e, en caso de que ella decida seguir utili(ando el uego. 6egresó a la casa. )=ildred* Llamó a la puerta del oscuro dormitorio. Ao se o'a ning@n sonido. Fuera, atravesando el csped, mientras se dirig'a #acia su traba:o, =ontag trató de no ver cu!n completamente oscura y desierta estaba la casa de Clarisse =cC?ellan... =ientras se encaminaba #acia la ciudad, =ontag estaba tan completamente embebido en su terrible error que experimentó la necesidad de una bondad y cordialidad a:ena, que nac'a de una vo( amiliar y suave que #ablaba en la noc#e. En aquellas cortas #oras le parec'a ya que #ab'a conocido a Faber toda la vida. Entonces, comprendió que l era, en realidad, dos personas, que por encima de todo era =ontag, quien nada sab'a, quien ni siquiera se #ab'a dado cuenta de que era un tonto, pero que lo sospec#aba. H supo que era tambin el vie:o que le #ablaba sin cesar, en tanto que el -=etro/ era
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absorbido desde un extremo al otro de la ciudad, con uno de aquellos prolongados y mareantes sonidos de succión. En los d'as subsiguientes, y en las noc#es noc#es en que no #ubiera #ubiera luna, o en las que brillara brillara con uer(a sobre la tierra, el vie:o seguir'a #ablando incesantemente, palabra por pala palabr bra, a, s'la s'laba ba por por s'la s'laba ba,, letr letraa por por letr letra. a. 2u ment mentee acaba acabar' r'aa por por imponerse y ya no ser'a m!s =ontag, esto era lo que le dec'a el vie:o, se lo aseguraba, se lo promet'a. 2er'a =ontag m!s Faber, uego m!s agua. H luego, un d'a, cuando todo #ubiese estado listo y preparado en silencio, ya no #abr'a ni uego ni agua, sino vino. 7e dos cosas distintas y opuestas, una tercera. H, un d'a, volver'a la cabe(a para mirar al tonto y lo reconocer'a. ?ncluso en aquel momento percibió el inicio del largo via:e, la despedida, la separación del ser que #asta entonces #ab'a sido. Era Era agra agrada dabl blee escu escuc# c#ar ar el ronr ronron oneo eo del del apar aparat atit ito, o, el (umb (umbid ido o de mosq mosqui uito to ador adormi mila lado do y el deli delica cado do murm murmul ullo lo de la vo( vo( del del vie: vie:o, o, prim primer ero, o, ri rind ndol olee y, desp despu us, s, cons consol ol!n !ndo dole le,, a aque aquellllaa #ora #ora tan tan avan(ada de la noc#e, mientras sal'a del caluroso -=etro/ y se dirig'a #acia el mundo del cuartel de bomberos. DL!stima, =ontag, l!stima Ao les #ostigues ni te burles de ellos. 8asta #ace muy poco, t@ tambin #as sido uno de esos #ombres. Est!n tan coniados que siempre seguir!n as'. +ero no conseguir!n escapar. Ellos no sabe saben n que que esto esto no es m!s m!s que que un giga gigant ntes esco co y desl deslum umbr bran ante te meteoro que de:a una #ermosa estela en el espacio, pero que alg@n d'a tendr! que producir impacto. Ellos sólo ven el resplandor, la #ermosa estela, lo mismo que la ve'a usted. /=ontag, los vie:os que se quedan en casa, cuidando sus delicados #uesos, no tienen derec#o a criticar. 2in embargo, #a estado a punto de estropearlo todo desde el principio. DCuidado Estoy con usted, no lo olvide. =e #ago cargo de cómo #a ocurrido todo. 7ebo admitir que su rabia ciega me #a dado nuevo vigor. D7ios, cu!n :oven me #e sentido +ero, a#ora... a#ora... 0#ora, quiero que usted se sienta sienta vie:o, quiero que parte parte de mi cobard'a se destile a#ora en usted. Las siguientes #oras cuando vea al capit!n Beatty, mantngase cerca de l, d:eme que le oiga, que perciba bien la situación. Auestra meta es la supervivencia. Olv'dese de esas solas y est@pidas mu:eres... Creo que #ace aos que no eran tan desgraciadas Udi:o =ontag. =e #a sorprendido ver llorar a =rs +#e&ps. 9al ve( tengan ra(ón, qui(! sea me:or no enrentarse con los #ec#os, #uir, divertirse. Ao lo s, me siento culpable... DAo, no debe sentirse 2i no #ubiese guerra, si reinara pa( en el mundo, dir'a, estupendo, divertios. +ero, =ontag, no debe volver a ser simplemente un bombero Ao todo anda bien en el mundo. =ontag empe(ó a sudar. =ontag, )me escuc#a*
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=is pies di:o =ontag. Ao puedo move overme. D=e siento tan condenadamente tonto D=is pies no quieren moverse Escuc#e. 9ranquil'cese di:o el vie:o con vo( suave. Lo s, lo s. 9eme uste usted d come comete terr erro errore res. s. Ao tema tema.. 7e los los erro errore res, s, se pued puedee saca sacarr provec#o. D2i cuando yo era :oven arro:aba mi ignorancia a la cara de la gente =e golpeaban con bastones. +ero cuando cumpl' los cuarenta aos, mi romo instrumento #ab'a sacado una ina y agu(ada punta. 2i esco escond ndee usted sted su igno ignora ranc ncia ia,, nadi nadiee le atac atacar ar!! y nunc nuncaa lleg llegar ar!! a aprender. 0#ora, esos pies, y directo al cuartel de bomberos. 2eamos gemelos, ya no estamos nunca solos. Ao estamos separados en diversos salones, sin contacto entre ambos. 2i necesita ayuda, cuando Beatty empi empiec ecee a #ace #acerl rlee preg pregun unta tas, s, yo esta estar r sent sentad ado o aqu' aqu',, :unt :unto o a su t'mpano, tomando notas. =ontag sintió que el pie derec#o y, despus, el i(quierdo empe(aban a moverse. Qie:o di:o, qudese conmigo. El 2abueso =ec!nico no estaba. 2u perrera aparec'a vac'a y en el cuartel reinaba un silencio total, en tanto que la salamandra anaran:ada dorm'a con la barriga llena de petróleo y las mangueras lan(allamas cru(adas sobre sus lancos. =ontag penetró en aquel silencio, tocó la barra de latón y se desli(ó #acia arriba, en la oscuridad, volviendo la cabe(a cabe(a para observar observar la perrera perrera desierta, sintiendo sintiendo que el cora(ón se le acelerabaG despus, se tranquili(abaG luego, se aceleraba otra ve(. +or el momento, Faber parec'a #aberse quedado dormido. Beatty estaba :unto al agu:ero, esperando, pero de espaldas, como si no prestara ninguna atención. Bueno di:o a los #ombres que :ugaban a las cartas, a#' llega un bic#o muy extrao que en todos los idiomas recibe el nombre de tonto. 0largó una mano de lado, con la palma #acia arriba, en espera de un obsequio. =ontag puso el libro en ella. 2in ni siquiera mirar el t'tulo, Beatty lo tiró a la papelera y encendió un cigarrillo. Bien venido, =ontag. Espero que te quedes con nosotros, a#ora que te #a pasado la iebre y ya no est!s enermo. )Muieres sentarte a :ugar una mano de póquer* 2e instalaron y distribuyeron los naipes. En presencia de Beatty, =ontag se sint sintió ió llen lleno o de culp culpab abililid idad ad.. 2us 2us dedo dedoss eran eran como como #uro #urone ness que que #ubie #ubiesen sen cometi cometido do alguna alguna ec#or' ec#or'aa y ya nunca nunca pudie pudiesen sen descan descansar sar,, siem siempr pree agit agitad ados os H ocul oculto toss en los los bols bolsilillos los,, #uye #uyend ndo o de la mira mirada da pene penetr tran ante te de Beat Beatty ty,, =ont =ontag ag tuvo tuvo la sens sensac ació ión n de que que si Beat Beatty ty #ubi #ubies esee lleg llegaado a lan( an(ar su alie alien nto sobr sobree ell ellos, os, sus sus mano manoss se marc#itar'an, ir'an deorm!ndose y nunca m!s recuperar'an la vidaG #abr'an de permanecer enterradas para siempre en las mangas de su c#aqueta olvidadas. +orque aqullas eran las manos que #ab'an obrado por su propia cuenta, independientemente de l, ue en ellas donde se 83/124
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maniestó primero el impulso apoderarse de libros, de #uir con 4ob y 6ut# y 2#a3espeareG y, a#ora, en el cuartel, aquellas manos parec'an baadas en sangre. 7os veces en media #ora, =ontag tuvo que de:ar la partida e ir al lavabo a lavarse las manos. Cuando regresaba, las ocultaba ba:o la mesa. Beatty se ec#ó a re'r. =u =ust stra rano noss tus tus mano manos, s, =ont =ontag ag.. Ao es qu qu desc descon oni iem emos os de ti, ti, comprndelo, pero... 9odos se ec#aron a re'r. Bueno di:o Beatty, la crisis #a pasado y est! bien. La ove:a regresa al redil. redil. 9odos somos ove:as que alguna ve( se #an extraviado. extraviado. La verdad es la verdad. 0l inal de nuestro camino, #emos llorado. 0quellos a quienes acompaan nobles sentimientos nunca est!n solos, nos #emos gritad gritado. o. =ulce alimento de sabidur*a mani%estada dulcemente , di:o 2ir +#ililip +# ip 2idn 2idney ey.. +e +ero ro por por otra otra part parte e Las palabras son como ho)as7 ; cuanto m/s abundan raramente se encuentra encuentra deba)o demasiado %ruto o sentido, 0lexander +ope. )Mu opinas de esto*
Ao lo s. DCuidado susurró Faber, desde otro mundo muy le:ano. )K de esto* n poco de instrucci
El mismo ensayo. )7ónde te de:a esto* =ontag se mordió los labios. Ho te lo dir prosiguió Beatty, sonriendo a sus naipes. Esto te #a embriagad embriagado o durante durante un breve pla(o. pla(o. Lee algunas algunas l'neas y te caes por el preci precipi pici cio. o. Qamo Qamos, s, est!s est!s disp dispue uest sto o a tras trasto torn rnar ar el mund mundo, o, a cort cortar ar cabe(as, a aniquilar mu:eres y nios, a destruir la autoridad. Lo s, #e pasado por todo ello. Ha estoy bien di:o =ontag, muy nervioso. 7e:a de sonro:arte. Ao estoy pinc#!ndote, de veras que no. )2abes* 8ace una #ora #e tenido un sueo. =e #ab'a tendido a descabe(ar un sueecito. H, en este sueo, t@ y yo, =ontag, nos en(ar(amos en un urioso debate acerca de los libros. 9@ estabas lleno de rabia, me lan(abas citas. Ho paraba, con calma, cada ataque. +oder, #e dic#o. H t@, t@, cita citand ndo o al doct doctor or 4o#n 4o#nso son, n, #as #as repl replic icad ado o DEl DEl cono conoci cimi mien ento to es superior a la %uer:a H yo #e dic#o -Bueno, querido muc#ac#o/, el doctor 4o#nson tambin di:o Ning8n Ning8n hombre hombre sensato sensato abandonar/ abandonar/ una cosa cierta por otra insegura . Mudate con los bomberos, =ontag. D9odo lo dem!s es un caos terrible Ao le #agas caso susurró Faber. Est! tratando de conundirte. Es muy astuto. DCuidado Beatty rió entre dientes.
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H t@ #as replicado, tambin con una cita La verdad saldr/ a la lu:7 el crimen no permanecer/ oculto mucho tiempo . H yo #e gritado de buen #umor D>h7 =ios DS
una ocasión. =ontag meneó la cabe(a doloridamente. Le parec'a que le golpeaban implacablemente en la rente, en los o:os, en la nari(, en los labios, en la barbilla, en los #ombros, en los bra(os levantados. 7eseaba gritar DCalla DEst!s tergiversando las cosas, detnte/ alargó la mano para coger una mueca del otro. DCaramba, vaya pulso 9e #e excitado muc#o, )verdad, =ontag* DQ!lgame 7ios 2u pulso suena como el d'a despus de la guerra. D9odo son sirenas H campanas )8e de decir algo m!s* =e gusta tu expresión de p!nico. 25a#ili, indio, ingls... D8ablo todos los idiomas D8a sido un excelente y est@pido discurso D=ontag, resista La vocecita sonó en el o'do de =ontag. DEst! enangando las aguas O#, te #as asustado tontamente di:o Beatty porque #e #ec#o algo terrible al utili(ar esos libros a lo que t@ te aerrabas, en rebatirte todos los puntos. DMu traidores pueden ser los libros 9e iguras que te ayudan, y se vuelven contra ti. Otros pueden utili(arlos tambin, y a#' est!s perdido en medio del pantano, entre un gran tumulto de nombres, verbos y ad:etivos. H al inal de mi sueo, me #e presentado con la salamandra y #e dic#o -)Qas por mi camino*/ H t@ #as subido, y #emos regresado al cuartel en medio de un silencio beat'ico, llenos de un proundo sosiego. Beatty soltó la mueca de =ontag, de:ó la mano l!ccidamente. apoyada en la mesa. 0 buen in, no #ay mal principio. 2ilencio. =ontag parec'a una estatua tallada en piedra. El eco del martilla(o inal en su cerebro ue apag!ndose lentamente en la oscura cavidad donde Faber esperaba a que esos ecos desapareciesen. H, entonces, cuando el polvo empe(ó a depositarse en el cerebro de =ontag, Faber empe(ó a #ablar, suavemente Est! bien, #a dic#o lo que ten'a que decir. 7ebe aceptarlo. Ho tambin dir lo que debo en las próximas #oras. H usted lo aceptar!. H tratar! de :u(garlas y podr! decidir #acia qu lado saltar, o caer. +ero quiero que 85/124
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sea su decisión, no la m'a ni la del capit!n. 2in embargo, recuerde que el capit!n pertenece a los enemigos m!s peligrosos de la verdad y de la libertad, al sólido e inconmovible ganado de la mayor'a. DO#, 7ios DLa terrible tiran'a de la mayor'a 9odos tenemos nuestras arpas para tocar. H, a#ora, le corresponder! a usted saber con qu o'do quiere escuc#ar. =ontag abrió la boca para responder a Faber. Le salvó de este error que iba a cometer en presencia de los otros el sonido del timbre del cuartel. La vo( de alarma proveniente del tec#o se de:ó o'r. 8ubo un tic tac cuando el telono de alarma mecanograió la dirección. El capit!n Beatty, con las cartas de póquer en una mano, se acercó al telono con exagerada lentitud y arrancó la dirección cuando el inorme #ubo terminado. La miró uga(mente y se la metió en el bolsillo. 6egresó H volvió a sentarse a la mesa. Los dem!s le miraron. Eso puede esperar cuarenta segundos exactos, que es lo que tardar en acabar de desplumaros di:o Beatty, alegremente. =ontag de:ó sus cartas. )Cansado, =ontag* )9e retiras de la partida* 2'. 6esiste. Bueno, pens!ndolo bien, podemos terminar luego esta mano. 7e:ad vuestros naipes boca aba:o +reparad el equipo. 0#ora ser! doble. H Beatty volvió a levantarse. =ontag, )no te encuentras bien* 2entir'a que volvieses a tener iebre... Estoy bien. =agn'ico ste es un caso especial. DQamos, apres@rate cuando el polvo empe(ó a depositarse en el cerebro de =ontag, Faber empe(ó a #ablar, suavemente ,TEst! bien, #a dic#o lo que ten'a que decir. 7ebe aceptarlo. Ho tambin dir lo que debo en las próximas #oras. H usted lo aceptar!. H tratar! de :u(garlas y podr! decidir #acia qu lado saltar, o caer. +ero quiero que sea su decisión, no la m'a ni la del capit!n. 2in embargo, recuerde que el capit!n pertenece a los enemigos m!s peligrosos de la verdad y de la libertad, al sólido e inconmovible ganado de la mayor'a. DO#, 7ios DLa terrible tiran'a de la mayor'a 9odos tenemos nuestras arpas para tocar. H, a#ora, le corresponder! a usted saber con qu o'do quiere escuc#ar. =ontag abrió la boca para responder a Faber. Le salvó de este error que iba a cometer en presencia de los otros el sonido del timbre del cuartel. La vo( de alarma proveniente del tec#o se de:ó o'r. 8ubo un tic tac cuando el telono de alarma mecanograió la dirección. El capit!n Beatty, con las cartas de póquer en una mano, se acercó al telono con exagerada lentitud y arrancó la dirección cuando el inorme #ubo terminado. La miró uga(mente y se la metió en el bolsillo. 6egresó H volvió a sentarse a la mesa. Los dem!s le miraron.
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Eso puede esperar cuarenta segundos exactos, que es lo que tardar en acabar de desplumaros di:o Beatty, alegremente. =ontag de:ó sus cartas. )Cansado, =ontag* )9e retiras de la partida* 2'. 6esiste. Bueno, pens!ndolo bien, podemos terminar luego esta mano. 7e:ad vuestros naipes boca aba:o +reparad el equipo. 0#ora ser! doble. H Beatty volvió a levantarse. =ontag, )no te encuentras bien* 2entir'a que volvieses a tener iebre... Estoy bien. =agn'ico ste es un caso especial. DQamos, apres@rate 2altaron al aire y se agarraron a la barra de latón como si se tratase del @ltimo punto seguro sobre la avenida que amena(aba a#ogarlesG luego, con gran decepción por parte de ellos, la barra de metal les ba:ó #acia la oscuridad, a las toses, al resplandor y la succión del dragón gaseoso que cobraba vida. DE# 7oblaron una esquina con gran estrpito del motor y la sirena, con c#irrido de ruedas, con un despla(amiento de la masa del petróleo en el brillante tanque de latón, como la comida en el estómago de un gigante mientras los dedos de =ontag se apartaban de la barandilla plateada, se agitaban en el aire, mientras el viento empu:aba el pelo de su cabe(a #acia atr!s. El viento silbaba entre sus dientes, y l, pensaba sin cesar en mu:eres, en aquellas c#arlatanas de aquella noc#e en su salón, y en la absurda idea de l de leerles un libro. Era tan insensato y demente como tratar de apagar un uego con una pistola de agua. Ina rabia sustituida por otra. Ina cólera despla(ando a otra. )Cu!ndo de:ar'a de estar urioso y se tranquili(ar'a, y se quedar'a completamente tranquilo* DQamos all! =ontag levantó la cabe(a. Beatty nunca guiaba pero esta noc#e s' lo #ac'a, doblando las esquinas con la salamandra, inclinado #acia delante en el asiento del conductor, con su maci(a capa negra agit!ndose a su espalda, lo que le daba el aspecto de un enorme murcilago que volara sobre el ve#'culo, sobre los n@meros de latón, recibiendo todo el viento. D0ll! vamos para que el mundo siga siendo eli(. =ontag Las me:illas sonro:adas y osorescentes de Beatty brillaban en la oscuridad, y el #ombre sonre'a uriosamente. DHa #emos llegado La salamandra se detuvo de repente, sacudiendo #ombres. =ontag permaneció con la mirada i:a en la brillante barandilla de metal que apretaba con toda la uer(a de sus puos. 87/124
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-Ao puedo #acerlo pensó. )Cómo puedo reali(ar esta nueva misión, cómo puedo seguir quemando cosas* Ao me ser! posible entrar en ese sitio./ Beatty, con el olor del viento a travs del cual se #ab'a precipitado, se acercó a =ontag. )9odo va bien, =ontag* Los #ombres se movieron como lisiados con sus embara(osas botas, tan silenciosos como araas. =ontag acabó por levantar la mirada y volverse. Beatty estaba observando su rostro. )2ucede algo, =ontag* Caramba di:o ste, con lentitud. Aos #emos detenido delante de mi casa.
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FUE%O &I&O Las luces iban encendindose y las puertas de las casas abrindose a todo lo largo de la calle, para observar el espect!culo que se preparaba. =ontag y Beatty miraban, el uno con seca satisacción, el otro con incredulidad, la casa que ten'an delante, aquella pista central en la que se agitar'an numerosas antorc#as y se comer'a uego. Bueno di:o BeattyG a#ora lo #as conseguido. El vie:o =ontag quer'a volar cerca del sol y a#ora que se #a quemado las malditas alas se pregunta por qu. )Ao te insinu lo suiciente al enviar el 2abueso a merodear por aqu'* El rostro de =ontag estaba totalmente inmóvil e inexpresivoG sintió que su cabe(a se volv'a #acia la casa contigua, bordeada por un colorido maci(o de lores. Beatty lan(ó un resoplido. DO#? noS Ao te de:ar'as engaar por la palabrer'a de esa pequea est@pida, )e#* Flores, mariposas, #o:as, puestas de sol... DO#, diablo 0parece todo en su arc#ivo Mue me a#orquen. 8e dado en el blanco. F':ate en el aspecto enermi(o que tienes. Inas pocas bri(nas de #ierba y las ases de la luna. DQaliente basura )Mu pudo ella conseguir con todo eso* =ontag se sentó en el r'o parac#oques del ve#'culo, despla(ando la cabe(a un par de cent'metros a la i(quierda, un par de cent'metros a la derec#a, i(quierda, derec#a, i(quierda, derec#a, i(quierda... Ella lo ve'a todo. Aunca #i(o dao a nadie. los de:aba tranquilos. )9ranquilos* DAarices 6evoloteaba a tu alrededor, )verdad* Ino de esos malditos seres cargados de buenas intenciones y con cara de no #aber roto ... un plato, cuyo @nico talento es #acer que los dem!s se sientan culpables. D0parecen como el sol de medianoc#e para #acerle sudar a uno en la cama La puerta de la casa se abrióG =ildred ba:ó los escalones, corriendo, con una maleta colgando r'gidamente de una mano, en tanto que un taxi se deten'a :unto al bordillo. D=ildred Ella cru(ó corriendo, con el cuerpo r'gido, el rostro cubierto de polvos, la boca invisible, sin carm'n. D=ildred, no #as sido t@ quien #a dado la alarma Ella metió la maleta en el taxi, subió al ve#'culo y se sentó, mientras murmuraba D+obre amilia, pobre amilia DO# D9odo perdido, todo, todo perdido ... Beatty cogió a =ontag por un #ombro, mientras el taxi arrancaba velo( y alcan(aba los cien 3ilómetros por #ora antes de llegar al extremo de la calle. 89/124
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2e produ:o un c#asquido, como el de la ca'da de lo ragmentos de un sueo coneccionado con cristal, espe:os y prismas. =ontag se volvió como si otra incomprensible tormenta le #ubiese sacudido, y vio a 2toneman y a Blac3 que, empuando las #ac#as, romp'an cristales de las ventanas para asegurar una buena ventilación El roce de las alas de una mariposa contra una r'a y negra tela met!lica. =ontag, aqu' Faber. )=e oye* )Mu ocurre.* Esto me ocurre a m' di:o =ontag. DMu terrible sorpresa di:o Beatty. +orque actualmente todos saben, est!n totalmente seguros, de que nunca #a de ocurrirme a m'. Otros mueren y yo adelante. Ao #ay consecuencias ni responsabilidades. +ero s' las #ay. =as no #ablemos de ellas, )e#* Cuando compruebas las consecuencias, ya es demasiado tarde, )verdad, =ontag* =ontag, )puede marc#arse, ec#ar a correr* preguntó Faber. =ontag anduvo, pero no sintió cómo sus pies tocaban el cemento ni el csped. Beatty encendió su encendedor y la pequea llama anaran:ada ascinó a =ontag. )Mu #ay en el uego que lo #ace tan atractivo* Ao importa la edad que tengamos, )qu nos atrae #acia l* Beatty apagó de un soplo la llama y volvió a encenderla. Es el movimiento continuo, lo que el #ombre quiso inventar, pero nunca lo consiguió. K el movimiento casi continuo. 2i se la de:ara arder, lo #ar'a durante toda nuestra vida. )Mu es el uego* In misterio. Los cient'icos #ablan muc#o de ricción y de molculas. +ero en realidad no lo saben. 2u verdadera belle(a es que destruye responsabilidad y consecuencias. 2i un problema se #ace excesivamente pesado, al uego con l. 0#ora, =ontag, t@ eres un problema. H el uego te quitar! de encima de mis #ombros, limpia, r!pida, seguramente. 7espus, nada quedar! enrai(ado. 0ntibiótico, esttico, pr!ctico. =ontag se quedó mirando aquella extraa casa, que la #ora de la noc#e, los murmullos de los vecinos, y el cristal quebrado #ab'an convertido en algo a:eno a lG y all' en el suelo, con las cubiertas desgarradas y esparcidas como plumas de cisnes, yac'an los incre'bles libros que parec'an tan absurdos. Qerdaderamente, era indigno preocuparse por ellos, porque no eran m!s que rayitas negras, papel amarillento y encuadernación semides#ec#a. =ildred, desde luego. 7ebió vigilarle cuando escond'a los libros en el :ard'n, y #ab'a vuelto a entrarlos. =ildred, =ildred. Muiero que seas t@ quien realice ese traba:o, =ontag. 9@ solo. Ao con petróleo y una cerilla, sino a mano, con un lan(allamas. Es tu casa y t@ debes limpiarla. D=ontag, procure #uir, marc#arse DAo gritó =ontag con impotencia.. DEl 2abueso D0 causa del 2abueso 90/124
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Faber oyó, y Beatty, pensando que el otro #ablaba con l, tambin le oyó. 2', el 2abueso est! por a#' cerca, de modo que no intentes ning@n truco. )Listo* Listo. =ontag abrió el seguro del lan(allamas. DFuego In c#orro llameante salió desde la boquilla del aparato y golpeó los libros contra la pared. =ontag entró en el dormitorio y disparó dos veces, y las camas gemelas se volatili(aron ex#alando un susurro, con m!s calor, pasión y lu( de las que l #ab'a supuesto que pod'an contener. =ontag quemó las paredes del dormitorio, el tocador, porque quer'a cambiarlo todo, las sillas, las mesasG y, en el comedor, los platos de pl!stico y de plata, todo lo que indicara que l #ab'a vivido all', en aquella casa vac'a, con una mu:er desconocida que maana le olvidar'a, que se #ab'a marc#ado y le #ab'a olvidado ya por completo, escuc#ando su radio auricular mientras atravesaba la ciudad, sola. H corno antes era bueno quemar. =ontag se sintió borbotear en las llamas y el insensato problema ue arrebatado, destruido, dividido y a#uyentado. 2i no #ab'a solución... Bueno, en tal caso, tampoco quedar'a problema. DEl era lo me:or para todos DLos libros, =ontag Los libros saltaron y bailaron como p!:aros asados con sus alas en llamas con plumas ro:as y amarillas. H luego, =ontag entró en el salón, donde los est@pidos monstruos yac'an dormidos con sus pensamientos blancos y sus sueos nebulosos. H lan(ó una andanada a cada una de las tres paredes desnudas y el vac'o pareció sisear contra l. La desnude( produ:o un siseo mayor, un c#illido insensato. =ontag trató de pensar en el vac'o sobre el que #ab'a actuado la nada, pero no pudo. Contuvo el aliento para que el vac'o no penetrara en sus pulmones. Eliminó aquella terrible soledad, retrocedió y dirigió una enorme y brillante llamarada amarillenta a toda la #abitación. La cubierta de pl!stico ign'ugo que #ab'a sobre todos los ob:etos, quedó des#ec#a y la casa empe(ó a estremecerse con las llamas. Cuando #ayas terminado di:o Beatty a su espalda, quedar!s detenido. La casa se convirtió en carbones ardientes y ceni(a negra. 2e derrumbó sobre s' misma y una columna de #umo que oscilaba lentamente en el cielo se elevó de ella. Eran las tres y media de la madrugada. La multitud regresó a sus casasG el gran entoldado deD circo se #ab'a convertido en carbón y desperdicios, y el espect!culo terminó. =ontag permaneció con el lan(allamas en sus l!ccidas manos, mientras grandes islas de sudor empapaban sus sobacos, y su rostro estaba lleno de #oll'n.. Los otros bomberos esperaban detr!s de l, en la oscuridad, con los rostros dbilmente iluminados por el rescoldo de la casa.
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=ontag trató de #ablar un par de veces, y, por in, consiguió ormular su pensamiento. )8a sido mi esposa la que #a dado la alarma* Beatty asintió. +ero sus amigas #ab'an dado otra con anterioridad. 7e una u otra manera, ten'as que carg!rtela. Fue la tonter'a ponerte a recitar poemas por a#', como si tal cosa. 8a sido el acto de un maldito est@pido. 7ale unos cuantos versos a un #ombre y se creer! que es el 2eor de la Creación. Cree que, con los libros, podr! andar por encima del agua. Bueno, el mundo puede arregl!rselas muy bien sin ellos. F':ate adónde te #an conducido, #undido en el barro #asta los labios. 2i agito el barro con mi dedo meique, te a#ogas. =ontag no pod'a moverse. Con el uego #ab'a llegado un terremoto que #ab'a aniquilado la casa y =ildred estaba en alg@n punto ba:o aquellas ruinas, as' como su vida entera, y l no pod'a moverse. El terremoto segu'a vibrando en su interior, y =ontag permaneció all', con las rodillas medio dobladas ba:o el enorme peso de cansancio, el asombro y el dolor, permitiendo que Beatty le atacara sin que l levantase ni una mano. =ontag, idiota, =ontag, maldito est@pidoG )qu te #a impulsado a #acer esto* =ontag no escuc#aba, estaba muy le:os, corr'a tras de su imaginación, se #ab'a marc#ado, de:ando aquel cuerpo cubierto de #oll'n para que vacilara rente a otro loco urioso. D=ontag, m!rc#ate de a#' di:o Faber. =ontag escuc#ó. Beatty le pegó un golpe en la cabe(a que le #i(o, retroceder, dando traspis. La bolita verde en la que murmuraba la vo( de Faber cayó a la acera. Beatty &a recogió, sonriendo. La introdu:o a medias en una de su ore:as. Oyó la vo( remota que llamaba =ontag, )est! usted bien* Beatty desarmó el pequeo receptor y se lo guardó en un bolsillo. Bueno, de modo que aqu' #ay m!s de lo que me iguraba. 9e #e visto inclinar la cabe(a, escuc#ando. 7e momento, #e cre'do que ten'as una radio auricular, +ero, despus, cuando #as empe(ado a reaccionar, #e dudado. 2eguiremos la pista de esto, y encontraremos a tu amigo. DAo exclamó =ontag. 0brió el seguro del lan(allamas. Beatty miró instan!neamente los dedos de =ontag, y sus o:os se abrieron levemente. =ontag vio la sorpresa que expresaban y, a su ve(, se miró las manos, para ver qu #ab'an estado #aciendo. =!s tarde, al recapacitar sobre la escena, =ontag nunca pudo decidir si ueron las manos o la reacción de Beatty para con
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ellas, lo que le impulsó deinitivarnente al crimen. El @ltimo derrumbamiento de la avalanc#a resonó en sus o'dos, sin aectarle. Beatty mostró su sonrisa m!s atractiva. Bueno, ste es un buen sistema para conseguir un auditorio. 0punta a un #ombre y obl'gale a escuc#ar su discurso. 2ultalo ya. )7e qu se tratar!, esta ve(* )+or qu no me recitas a 2#a3espeare, maldito est@pido* No ha; terror7 Casio7 en tus amena:as7 por$ue esto; tan bien armado de honestidad $ue pasan )unto a m* cual una tenue brisa7 $ue no me causa respeto& )Mu te parece* 0delante, literato de segunda
mano, aprieta el gatillo. 0delantó un paso #acia =ontag. =ontag sólo pudo decir Aunca #ab'amos quemado... H, entonces, se produ:o una estridente llamarada, y un mueco saltar'n, gesticulante, ya no #umano ni identiicable, convertido en una llamarada, se retorció sobre el csped, en tanto que =ontag lan(aba contra l un c#orro continuo de ardiente l'quido. 2e produ:o un siseo como cuando un escupita:o cae sobre el #ierro ardiente de una estua, un borboteo y un espumear, como si se #ubiese ec#ado sal sobre un monstruoso caracol negro +ara producir una terrible licuación y un #ervor sobre la espuma amarilla. =ontag cerró los o:os, gritó, gritó y orce:eó +ara llevarse las manos a los o'dos, para aislarse de aquel ruido. Beatty giró sobre s' mismo una y otra H otra ve(, y, por @ltimo, se contra:o sobre s' mismo como si uera un mueco ac#ic#arrado y quedó silencioso. Los otros dos bomberos no se movieron. =ontag contuvo su mareo el tiempo suiciente para apuntar con el lan(allamas. DQolveos de espaldas 0mbos obedecieron, con sus rostros totalmente descoloridos y #@medos de sudorG =ontag les quitó los cascos y les golpeó en la cabe(a. 0mbos cayeron sin sentido. 0mbos permanecieron tendidos y sin movimiento El susurro de una #o:a otoal. =ontag se volvió y el 2abueso =ec!nico estaba all'. Estaba atravesando el csped, surgiendo de las sombras, movindose con tal suavidad que parec'a una sólida nube de #umo blanco gris!ceo que lotara #acia l en silencio. El 2abueso pegó un @ltimo salto y cayó sobre =ontag desde arriba, con las patas de araa alargadas y &a agu:a de proca'na asomando en su enurecido morro. =ontag lo recibió con un c#orro de uego, un solo c#orro que se abrió en ptalos amarillos, a(ules y anaran:ados en torno al perro de metal, que golpeó contra =ontag y le #i(o retroceder tres metros, #asta c#ocar contra el tronco de un !rbolG pero no soltó el lan(allamas. =ontag sintió que el 2abueso se apoderaba de una de sus 93/124
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piernas y, por un instante, clavaba su agu:a en el antes de que el uego lan(ara al 2abueso por el aire, #iciera estallar sus #uesos de articulaciones de metal, desparramando su mecanismo interior como un co#ete arro:ado en plena calle. =ontag permaneció tendido, observando cómo el aparato se agitaba en el aire mor'a. ?ncluso entonces parec'a querer volver :unto a el y terminar la inyección que empe(aba a causar eecto en la carne de su pierna. =ontag experimentó una me(cla de alivio y de #orror por #aber retrocedido :usto a tiempo para que sólo su pierna uera ro(ada por el parac#oques de un automóvil que pasó a ciento cuarenta 3ilómetros por #ora. 9em'a levantarse, tem'a no ser capa( de volver a ponerse en pie, debido a su pierna anestesiada In entumecimiento dentro de otro entumecimiento, y as' sucesivamente... )H a#ora ... * La calle vac'a, la casa totalmente quemada, los otros #ogares oscuros, el 2abueso all', Beatty m!s all!, los otros tres bomberos en otro sitio. )H la salamandra* =ontag miró el enorme ve#'culo. 9ambin tendr'a que marc#arse. -Bueno penso, veamos cómo est!s. DEn piel Con cuidado, con cuidado... 0s'. / 2e levantó y descubrió que sólo ten'a una pierna. La otra parec'a un tronco de !rbol que arrastraba como penitencia como alg@n pecado cometido. Cuando apoyó su pie en ella, una lluvia de alileres de plata le atravesó la pantorrilla #asta locali(arse en la rodilla. =ontag lloró. -DQamos DQamos, no puedes quedarte aqu'/ Las luces de algunas casas volv'an a encenderse calle aba:o, bien a causa de los incidentes que acababan de ocurrir, o debido al silencio que #ab'a seguido a la luc#a. =ontag lo ignoraba. Co:eó por entre las ruinas tirando de su pierna maltrec#a cuando le altaba, #ablando, susurrando y gritando órdenes a aquel miembro, H maldiciendo y rog!ndole que uncionara, cuando tan vital resultaba para l. Oyó una serie de personas que gritaban en la oscuridad. =ontag llegó al patio posterior H al calle:ón. -Beatty pensó, a#ora no eres un problema. 2iempre #ab'as dic#o "Ao te enrentes con un problema, qumalo." Bueno, a#ora #e #ec#o ambas cosas. 0diós, capit!n./ H se ale:ó co:eando por el l@gubre calle:ón. Cada ve( que apoyaba el pie en el suelo, un pual se clavaba en su pierna. H =ontag pensó -Eres un tonto, un maldito tonto, un idiota, un maldito idiota. En buen l'o te #as metido. )Mu puedes #acer a#ora* +or culpa del orgullo, Dmaldita sea, y del mal car!cter. H lo #as estropeado todo. 0penas comien(as, vomitas todos y sobre ti mismo. +ero, todo a la ve(, todo, :untamente, Beatty, las mu:eres, =ildred, Clarisse, 2in embargo, no #ay excusa, no #ay excusa. DIn maldito tonto Qe a entregarte por propia voluntad. /Ao, salvaremos lo que podamos, #aremos lo quese deba #acer. 2' #emos de arder, llevmonos a unos cuantos con nosotros. DEa/
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6ecordó los libros y retrocedió. +or si acaso. Encontró unos cuantos all' donde los #ab'a de:ado cerca de la ver:a del :ard'n. 0 =ildred, 7ios la bendiga, la #ab'an pasado por alto. Cuatro libros estaban ocultos a@n, donde l los #ab'a de:ado. Inas voces murmuraban en la noc#e, y se ve'a el resplandor de los #aces de unas linternas. Otras salamandras #ac'an sonar sus motores en la le:an'a, y las sirenas de la +olic'a se abr'an paso con su gemido a travs de la ciudad. =ontag cogió los cuatro libros restantes y co:eó y saltó calle:ón aba:o y, de repente, le pareció como si le #ubiesen cortado la cabe(a y sólo su cuerpo estuviese all'. 0lgo en su interior le indu:o a detenerse y, luego, le abatió. +ermaneció donde #ab'a ca'do, con las piemas dobladas y el rostro #undido en la grava. Beatty #ab'a deseado morir. En medio de su sollo(o, =ontag comprendió que era verdad. -Beatty quer'a morir. +ermaneció quieto all', sin tratar de salvarse. 2e limitó a permanecer all', bromeando, #ostig!ndole/, pensó =ontag. H este pensamiento ue suiciente para acallar sus sollo(os H permitirle #acer una pausa para respirar. DCu!n extrao desear tanto la muerte como para permitir a un #ombre andar a su alrededor con armas, y, luego, en ve( de callar y permanecer vivo, empe(ar a gritarle a la gente y a burlarse de ella #asta conseguir enurecerla H entonces... 0 lo le:os, ruido de pasos que corr'an. =ontag se irguió. -Largumonos de aqu'. Qamos, lev!ntate, lev!ntate, no puedes quedarte a#' sentado./ pero a@n estaba llorando, y #ab'a que terminar aquello. ?ba a marc#arse. Ao #ab'a querido matar a nadie, ni siquiera a Beatty. 2e le contra:o la carne, como si la #ubieran sumergido en un !cido. 2intió n!useas. Qolvió a ver a Beatty, convertido en antorc#a, sin moverse, ardiendo en la #ierba. =ontag se mordió los nudillos. -Lo siento, lo siento. 7ios m'o, lo siento ... / 9rató de enca:ar las pie(as, de volver a la vida normal de alg@n tiempo atr!s, antes de la criba y la arena, del -7ent'rico 7en#am/, de las voces susurradas en su o'do, de las mariposas, de las alarmas y las excursiones, demasiado para unos breves d'as, demasiado para toda una vida. Inos pies corrieron en el extremo m!s ale:ado de^ calle:ón. -Lev!ntate se di:o =ontag. '=aldita sea, lev!ntate/ di:o a la pierna. H se puso en pie. +arec'a que le #undieran clavos en la rodillaG y, luego, sólo alileresG y, por @ltimo, un molesto cosquilleo. H tras arrastrarse y dar otra ciencuentena de saltos, llen!ndose la mano de astillas de la ver:a, la molestia se #i(o, por in, soportable. H la pierna acabó por ser su propia pierna. =ontag #ab'a temido que si corr'a podr'a romperse el tobillo
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insens'bil'(ado. 0#ora, aspirando la noc#e por la boca abierta, y ex#alando un tenue aliento, pues toda la negrura #ab'a permanec'do en su interior, emprendió una caminata a paso acelerado. Llevaba los libros en las manos. +ensó en Faber. Faber estaba en aquel #umeante montón de carbón que carec'a ya de identidad. 8ab'a quemado a Faber tambin. Esta idea le impresionó tanto que tuvo la sensación de que Faber estaba muerto de verdad, totalmente cocido en aquella diminuta c!psula verde perdida en bolsillo de un #ombre que a#ora apenas si era un esqueleto, unido con tendones de asalto. -9ienes que recordarlo qumalos o te quemar!n pensó =ontag. En este momento, resulta as' sencillo./ Buscó en sus bolsillos el dinero segu'a all'. y en otro bolsillo, encontró la radio auricular normal con, que la ciudad #ablaba consigo misma en la r'a soledad de la madrugada. +olic'a, alerta. 2e busca ugitivo en la ciudad. 8a cometido un asesinato y cr'menes contra el Estado Aombre >uy =ontag. +roesión bombero. Qisto por @ltima ve(... =ontag corrió sin detenerse durante seis man(anas, siguiendo el calle:ón. H, despus, ste se abrió sobre una amplia avenida, anc#a como seis pistas. -0 la cruda lu( de las l!mparas de arco parec'a un r'o sin barcasG #ab'a el peligro de a#ogarse tratando de cru(arla/, pensó =ontag. Era demasiado anc#a, demasiado abierta. Era un enorme escenario sin decorados, que le invitaban a atravesarlo corriendo. Con la brillante iluminación era !cil de descubrir, de alcan(ar, de eliminar. La radio auricular susurraba en su o'do ...alerta a un #ombre corriendo... Qigilen a un #ombre corriendo... Busquen a un #ombre solo, a pie... Qigilen... =ontag volvió a #undirse en las sombras. Exactamente delante de l #ab'a una estación de servicio, resplandeciente de lu(, y dos ve#'culos plateados se deten'an ante ella para repostar. 2i quer'a andar, no correr atravesar con calma la amplia avenida, ten'a que estar limpio y presentable. Eso le conceder'a un margen adicional de seguridad. 2i se lavaba y peinaba antes de seguir la marc#a para ir... )dónde* -2' pensó, )#acia dónde estoy #uyendo*/ 0 ning@n sitio. Ao #ab'a dónde ir, ning@n amigo a quien recurrir, excepto Faber. H, entonces, advirtió que desde luego, corr'a instintivamente #acia la casa de Faber. +ero Faber no podr'a ocultarleG sólo intentarlo, ser'a un suicidio. +ero sab'a que, de todos modos, ir'a a ver a Faber, durante unos breves minutos. Faber ser'a el lugar donde poder repostarse de su creencia, que desaparec'a r!pidamente, en su propia #abilidad para sobrevivir. 2ólo deseaba saber que en el mundo #ab'a un #ombre como Faber. Muer'a ver al #ombre vivo y no ac#ic#arrado all', como un cuerpo introducido en otro cuerpo. H deb'a de:ar parte del dinero a Faber, claro est!, para gastarlo cuando l 96/124
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siguiese #uyendo. Mui(! podr'a alcan(ar el campo abierto y vivir cerca de los r'os o las autopistas, en los campos y las colinas. In intenso susurro le #i(o mirar #acia el cielo. Los #elicópteros de la +olic'a se elevaban desde un punto tan remoto que parec'a como si alguien #ubiese soplado una lor seca de diente de león. 7os docenas de ellos (umbaron, oscilaron, indecisos a cinco 3ilómetros de distancia, como mariposas desconcertadas por el otoo. H, despus, se lan(aron en picado #acia tierra, uno por uno, aqu', all', recorriendo las calles donde, vueltos a convertir en automóviles, (umbaron por los bulevares o, con igual prontitud, volv'an a elevarse en el aire para proseguir la b@squeda. H all' estaba la estación de servicio, con sus empleados que atend'an a la clientela. 0cerc!ndose por detr!s, =ontag entró en el lavabo de #ombres. 0 travs de la pared de aluminio oyó que la vo( de un locutor dec'a -La guerra #a sido declarada./ Estaban bombeando el combustible Los #ombres, en los ve#'culos, #ablaban, y los empleados conversaban acerca de los motores, del combustible, del dinero que deb'an. =ontag trató de sentirse impresionado por el comunicado de la radio, pero no le ocurrió nada. +or lo que a l respectaba, la guerra tendr'a que esperar a que l estuviese en condiciones de admitirlo en su arc#ivo personal, una #ora, dos #oras m!s tarde. =ontag se lavó las manos y el rostro y se secó con la toalla. 2alió del lavabo, cerró cuidadosamente la puerta, se adentró en la oscuridad y se encontró en un borde de la vac'a avenida. 0ll' estaba, #ab'a que ganar aquella partida una inmensa bolera en el r'o amanecer. La avenida estaba tan limpia como la supericie de un ruedo dos minutos antes de la aparición de ciertas v'ctimas anónimas y de ciertos matadores desconocidos. 2obre el inmenso r'o de cemento, el aire temblaba a causa del calor del cuerpo de =ontagG era incre'ble cómo notaba que su temperatura pod'a producir vibraciones en el mundo inmediato. Era un ob:etivo osorescente. =ontag lo sab'a, lo sent'a. H, a#ora, deb'a empe(ar su pequeo paseo. Inos aros brillaban a tres man(anas de distancia. =ontag inspiró proundamente. 2us pulmones eran como ocos ardientes en su pec#o. 9en'a la boca reseca por e& cansancio. 2u garganta sab'a a #ierro y #ab'a acero oxidado en sus pies. )Mu eran aquellas luces* Ina ve( se empe(aba a andar, #ab'a que calcular cu!nto tardar'an aquellos ve#'culos en llegar #asta l. Bueno, )a qu distancia quedaba el otro bordillo* 0l parecer, a un centenar de metros. +robablemente, no eran cien, pero me:or calcula, eso, puesto que l andaba lentamente, con paso tranquilo, y qui(!, necesitase treinta segundos, cuarenta segundos para recorrer la distancia. )Los ve#'culos* Ina ve( en marc#a, pod'an recorrer tres man(anas en unos
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quince segundos. 7e modo que, incluso si a mitad de la traves'a empe(ase a correr... 0delantó el pie derec#oG despus, el i(quierdo, y luego, el derec#o. +isó la vac'a avenida. ?ncluso aunque la calle estuviese totalmente vac'a, claro est!, no pod'a tener la seguridad de cru(arla sin riesgo, porque, de repente, pod'a aparecer un ve#'culo por el cambio de rasante a cuatro man(anas distancia y estar a tu altura o m!s all! antes de #aber podido respirar una docena de veces. =ontag decidió no contar sus pasos. Ao miró a i(quierda ni a derec#a. La lu( de los aroles parec'a tan brillante y reveladora como el sol de mediod'a, e igualmente c!lida. Escuc#ó el sonido del ve#'culo que aceleraba, a dos man(anas de distancia, por la derec#a. 2us aros móviles se despla(aron bruscamente y enocaron a =ontag -2igue adelante.// =ontag vaciló, apretó los libros con mayor uer(a, y reanudó su andar pausado. 0#ora estaba a mitad de la avenida, pero el (umbido de los motores del ve#'culo se #i(o m!s agudo cuando ste aumentó su velocidad. -La +olic'a, desde luego. =e ven. +ero, despacio, a#ora, despacio, tranquilo, no te vuelvas, no mires, no pare(cas preocupado. Camina, eso es, camina, camina ... / El ve#'culo se precipitaba. El ve#'culo (umbaba. El ve#'culo aceleraba. El ve#'culo se acercaba velo(. El ve#'culo recorr'a una trayectoria silbante, disparado por un rile invisible. ?ba a unos doscientos 3ilómetros por #ora. ?ba como m'nimo, a m!s de doscientos por #ora. =ontag apretó las mand'bulas. El calor de los aros del ve#'culo quemó sus me:illas, le #i(o parpadear y #eló el sudor que le resbalaba por el rostro. Empe(ó a arrastrar est@pidamente los pies, a #ablar consigo mismo. H, de repente, dio un respingo y ec#ó a correr. 0largó las piernas tanto como pudo, una y otra ve(, una y otra ve(. D7ios, 7ios 7e:ó caer un libro, interrumpió la carrera, casi se volvió, cambió de idea, siguió adelante, c#illando en el vac'o de cemento, en tanto que el ve#'culo parec'a correr tras sus pasos, a sesenta metros de distancia, a treinta, a veinticinco, a veinteG y =ontag :adeaba, agitaba las manos, mov'a las piernas, arriba y aba:o, m!s cerca, sudoroso, gritando con los o:os ardientes y la cabe(a vuelta para enrentarse con el resplandor de los aros. Luego, el ve#'culo ue tragado por su propia lu(, no ue m!s que una antorc#a que se precipitaba sobre lG todo estrpito y resplandor D7e pronto, casi se les ec#ó encima =ontag dio un traspis y cayó. -DEstoy listo D9odo #a terminado/ +ero la ca'da le salvó. In instante antes de alcan(arle, el raudo ve#'culo se desvió. 7esapareció. =ontag yac'a de bruces, con la cabe(a gac#a.
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8asta l llegó el eco de unas carca:adas, al mismo tiempo que el sonido del escape del ve#'culo. 9en'a la mano derec#a extendida sobre l, llana. 0 levantar la mano vio, en la punta de su dedo cora(ón una delgada l'nea negra, all' donde el neum!tico le #ab'a ro(ado al pasar. =ontag miró con incredulidad aquella l'nea media, mientras se pon'a en pie. -Ao era la +olic'a/, pensó. =iró avenida aba:o. 0#ora, resultaba claro. In ve#'culo lleno de c#iquillos, de todas las edades, entre los doce y los diecisis aos, silbando, vocierando, vitoreando, #ab'an visto a un #ombre, un espect!culo extraordinario, un #ombre caminando, una rare(a, y #ab'an dic#o -Qamos a por l/, sin saber que era el ugitivo =r. =ontag. 2encillamente, cierto n@mero de muc#ac#os que #ab'an salido a tragar 3ilómetros durante las #oras de luna, con los rostros #elados por el viento y que regresar'an o no a casa al amanecer, vivos o sin vida. 0quello era una aventura. -=e #ubiesen matado +ensó =ontag balance!ndose. El aire a@n se estremec'a y el polvo se arremolinaba a su alrededor. 2e tocó la me:illa magullada sin ning@n motivo en absoluto, me #ubiesen matado./ 2iguió caminando #asta el bordillo m!s le:ano, +idiendo a cada pie que siguiera movindose. 2in darse cuenta, #ab'a recogido los libros desperdigadosG no recordaba #aberse inclinado ni #aberlos tocado. pas!ndolos de una a otra mano, como si uesen una :ugada de póquer o cualquier otro :uego que no acababa de comprender. -Muisiera saber si son los mismos que mataron a ClarDsse./ 2e detuvo H su mente volvió a repetirlo. -Muisiera saber si son los mismos que mataron a Clarisse/ 2intió deseos de correr en pos de ellos, c#illando. 2us o:os se #umedecieron. Lo que le #ab'a salvado ue caer de bruces. El conductor del ve#'culo, al ver ca'do a =ontag, consideró instant!neamente la probabilidad de que pisar el cuerpo a aquella velocidad pod'a volcar el ve#'culo y matarlos a todos. 2i =ontag #ubiese seguido siendo un ob:etivo vertical... =ontag quedó boquiabierto. Le:os, en la avenida, a cuatro man(anas de distancia, el ve#'culo #ab'a renado, girado sobre dos ruedas, y retroced'a a#ora velo(mente, por la mano contraria de la calle, adquiriendo impulso. +ero =ontag ya estaba oculto en la seguridad del oscuro calle:ón en busca del cual #ab'a emprendido aquel largo via:e, ignoraba ya si una #ora o un minuto antes. 2e estremeció en las tinieblas, y volvió la cabe(a para ver cómo el ve#'culo lo pasaba velo( y volv'a a situarse en
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el centro de la avenida. Las carca:adas se me(claban con el ruido del motor. =!s le:os, mientras =ontag se mov'a en la oscuridad, pudo ver que los #elicópteros ca'an, ca'an como primeros copos de nieve del largo invierno que se aproximaba La casa estaba silenciosa. =ontag se acercó por detr!s, arrastr!ndose a travs del denso perume de rosas y de #ierba #umedecida por el roc'o nocturno. 9ocó la puerta posterior, vio que estaba abierta, se desli(ó dentro, cru(ó el porc#e, y escuc#ó. -)7uerme usted a#' dentro, =rs. Blac3* Upensó. Lo que voy a #acer no est! bien, pero su esposo lo #i(o con otros, y nunca preguntó ni sintió duda, ni se preocupó. H, a#ora, puesto que es usted la esposa de un bombero, es su casa y su turno, en compensación por todas las casas que su esposo quemó y por las personas a quienes per:udicó sin pensar./ La casa no respondió. =ontag escondió los libros en la cocina, volvió a salir al calle:ón, miró #acia atr!sG y la casa segu'a oscura y tranquila, durmiendo. En su camino a travs de la ciudad, mientras los #elicópteros revoloteaban en el cielo como trocitos de papel, teleoneó y dio la alarma desde una cabina solitaria a la puerta de una tienda cerrada durante la noc#e. 7espus, permaneció en el r'o aire nocturno, esperando y, a lo le:os, oyó que las sirenas se pon'an en uncionamiento, y que las salamandras llegaban, llegaban para quemar la casa de =r. Blac3, en tanto ste se encontraba traba:ando, para #acer que su esposa se estremeciera en el aire del amanecer, mientras que el tec#o ced'a y ca'a sobre la #oguera. +ero, a#ora, ella a@n estaba dormida. -Buenas noc#es, =rs. Blac3/, pensó =ontag. DFaber Otro golpecito, un susurro y una larga espera. Luego, al cabo de un minuto, una lucecilla brilló dentro la casita de Faber. 9ras otra pausa, la puerta posterior se abrió. Faber y =ontag se miraron a la media lu(, como si cada uno de ellos no creyese en la existencia del otro. Luego, Faber se movió, adelantó una mano, cogió a =ontag, le #i(o entrar. Lo obligó a sentarse, y regresó :unto a la puerta, donde se quedó escuc#ando. Las sirenas gem'an a lo le:os. Faber entró y cerró la puerta. 8e cometido estupide( tras estupide( di:o =ontag. Ao puedo quedarme muc#o rato. 2abe 7ios #acia dónde voy. +or lo menos, #a sido un tonto respecto a lo importante di:o Faber. Cre'a que estaba muerto. La c!psula auditiva que le di...
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Muemada. O' que el capit!n #ablaba con usted y, de repente, ya no o' nada. 8e estado a punto de salir a buscarle. El capit!n #a muerto. Encontró la c!psula, oyó la vo( de usted y se propon'a buscar su origen. Lo mat con el lan(allamas. Faber se sentó, y, durante un rato, guardó absoluto silencio. 7ios m'o, )cómo #a podido ocurrir esto* prosiguió =ontag. 8ace pocas noc#es, todo iba estupendamente. H, de repente, estoy a punto de a#ogarme. )Cu!ntas veces puede #undirse un #ombre y seguir vivo* Ao puedo respirar. Est! la muerte de Beatty, que un tiempo ue. mi amigo. H =illie se #a marc#ado. Ho cre'a que era mi esposa. +ero, a#ora, ya no lo s. H la casa #a ardido por completo. H me #e quedado sin empleo, y yo ando #uyendo. H, por el camino, #e colocado un libro en casa de un bombero. DQ!lgame 7ios DCu!ntas cosas #e #ec#o en una sola semana 8a #ec#o lo que deb'a #acer. Es algo que se preparaba desde #ace muc#o tiempo. 2', eso creo, aunque sea lo @nico que crea. 9en'a que suceder. 7esde #ace muc#o tiempo sent'a que algo se preparaba en mi interior, y yo andaba por a#' #aciendo una cosa y sintiendo otra. 7ios, todo estaba aqu' dentro. Lo extrao es que no se trasluciera en m', como la grasa. H, a#ora, estoy aqu', complic!ndole la vida. +ueden #aberme seguido #asta aqu'. +or primera ve( en muc#os aos me siento vivir replicó Faber. =e doy cuenta de que #ago lo #ubiese debido de #acer #ace siglos. 7urante tiempo, no tengo miedo. Mui(! sea porque, por in, estoy cumpliendo con mi deber. O tal ve( sea porque no quiera mostrarme cobarde ante usted. 2upongo que a@n tendr que #acer cosas m!s violentas, que tendr que arriesgarme para no racasar en mi misión y asustarme de nuevo. )Cu!les son sus planes* 2eguir #uyendo. )2abe que #a estallado la guerra* Lo #e o'do decir. )Qerdad que resulta curioso*. di:o el anciano, La guerra nos parece algo remoto porque tenemos nuestros propios problemas. Ao #e tenido tiempo para pensar. =ontag sacó un centenar de dólares. Muiero darle esto, para que lo utilice de un modo @til, cuando me #aya marc#ado. +ero... Mui(!s #aya muerto a mediod'a. Itil'celo. Faber asintió. 2i le es posible, ser! me:or que se diri:a #acia el r'o. 2iga su curso. H si encuentra alguna vie:a l'nea erroviaria, que se adentra en el campo, 101/124
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s'gala. 0unque en la actualidad todas las comunicaciones se #acen por v'a area, y la mayor'a de las v'as est!n abandonadas, los ra'les siguen all', oxid!ndose. 8e o'do decir que a@n quedan campamentos de vagabundos esparcidos por todo el pa's. Les llaman campamentos ambulantes, H si anda usted el tiempo suiciente y se mantiene o:o avi(or, dicen que quedan muc#os antiguos graduados de 8arvard en el territorio que se extiende entre aqu' y Los _ngeles. La mayor'a de ellos son buscados y perseguidos en las ciudades. 2upongo que se limitan a vegetar. Ao quedan muc#os, y me iguro que el >obierno nunca los #a considerado un peligro lo suicientemente grande como para ir en busca de ellos. +odr'a reugiarse con esos #ombres durante alg@n tiempo y ponerse en contacto conmigo en 2t. Louis. Ho me marc#o maana, en el autob@s de las cinco, para visitar a un impresor retirado que vive all'. +or in salgo a campo abierto. Itili(ar el dinero adecuadamente. >racias, y que 7ios le bendiga. )Muiere dormir unos minutos* 2er! me:or que siga #uyendo. Qeamos cu!l es la situación. Faber condu:o a =ontag al dormitorio y levantó un cuadro que #ab'a en la pared, poniendo as' al descubierto una pantalla de televisión del tamao de una tar:eta postal. 2iempre #ab'a deseado algo muy pequeo, algo a lo que poder #ablar, algo que pudiera cubrir con la palma de la mano, en caso necesario, algo que no pudiera avasallarme a gritos, algo que no uese monstruosamente grande. 7e modo que, ya ve. Conectó el aparato. =ontag di:o el televisor. H la pantalla se iluminó. =OA90>. Ina vo( deletreó el nombre. >uy =ontag. 2igue en libertad. Los #elicópteros de la +olic'a le buscan. In nuevo 2abueso =ec!nico #a sido tra'do de otro distrito... =ontag y Faber se miraron. ...2abueso =ec!nico nunca alla. 7esde que ue usado por primera ve( para perseguir una presa, este invento incre'ble no #a cometido ni un solo error. 8oy, esta cadena se enorgullece de tener la oportunidad de seguir al 2abueso, con una c!mara instalada en un #elicóptero, cuando inicia la marc#a #acia su ob:etivo... Faber sirvió dos vasos de 5#is3y. Lo necesitaremos. Bebieron. ... olato tan sensible que el 2abueso =ec!nico puede recordar e identiicar die( mil olores de die( mil #ombres distintos, sin necesidad de ser rearmado.
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Faber tembló levemente y miró a su alrededor, las paredes, la puerta, la empuadura y la silla donde =ontag estaba sentado. ste captó la mirada. 0mbos examinaron r!pidamente la casa y =ontag sintió que su nari( se dilataba y comprendió que estaba tratando de rastrearse a s' mismo, y que su nari( era, de pronto, lo suicientemente sensible para percibir la pista que #ab'a de:ado en el aire de la #abitaciónG y el sudor de su mano estaba pegado a la empuadura de su puerta , invisible pero tan abundante como la cera de un pequeo candelabro. 2u persona estaba por doquier, dentro, uera sobre todo, era como una nube luminosa, un antasma que volv'a a #acer imposible la respiración. Qio que Faber conten'a, a su ve(, el aliento, por miedo a introducir en su propio cuerpo aquel an a quedar tal ve( contaminado con las ex#alaciones antasma y los olores de un ugitivo. DEl 2abueso =ec!nico est! siendo desembarcado de un #elicóptero, en el lugar del incendio H all', en la pantalla pequea, apareció la casa quemada, y la multitudG y del cielo descendió un #elicóptero, como una grotesca lor. -0s', pues, tienen que seguir con su :uego pensó =ontag. El espect!culo sigue, aunque la guerra #a empe(ado #ace apenas una #ora .... / Contempló la escena, ascinado, sin desear moverse D+arec'a tan remota y a:ena a l Era un espect!culo distinto, ascinante de observar, que no de:aba de producir un extrao placer. -9odo eso es para m', todo eso est! ocurriendo por mi causa. 7ios m'o./ 2i lo deseaba, pod'a entretenerse all', con toda comodidad, y seguir la cacer'a con sus r!pidas ases, carreras por las calles, por las avenidas vac'as, atravesando parques y solares, con pausas aqu' y all' para de:ar paso a la necesaria publicidad comercial, +or otros calle:ones #asta la casa ardiendo de =r. y =rs. Blac3, y as' sucesivamente #asta aquella casa en la que l y Faber estaban sentados, bebiendo, en tanto que 2abueso =ec!nico olateaba el @ltimo tramo de la pista silencioso como la propia muerte, #asta detenerse rente a aquella ventana. Entonces, si lo deseaba, =ontag pod'a levantarse, acercarse a la ventana, sin perder de vista el televisor, abrirla, asomarse y verse dramati(ado, descrito, anali(ado. In drama que pod'a contemplarse ob:etivamente, sabiendo que, en otros salones, ten'a un tamao mayor que el natural, a todo color, dimensionalmente perecto. H si se manten'a alerta, podr'a verse, asimismo, un instante antes de perder el sentido, siendo liquidado en beneicio de la multitud de telespectadores que, unos minutos antes, #ab'an sido arrancados de su sueo por la rentica sirena de sus televisores murales para que pudieran presenciar la gran cacer'a, el espect!culo de un solo #ombre. )9endr'a tiempo para #ablar cuando el 2abueso lo cogiera, a la vista de die(, veinte o treinta millones de personas*, )no podr'a resumir lo que
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#ab'a sido su vida durante la @ltima semana con una sola rase o una palabra que permaneciera con ellas muc#o despus de que el 2abueso se #ubiese vuelto, su:et!ndolo con sus mand'bulas de metal, para ale:arse en la oscuridad, mientras la c!mara permanec'a quieta, enocando al aparato que ir'a empequeecindose a lo le:os, para orecer un inal esplndido* )Mu podr'a decir en una sola palabra, en unas pocas palabras que de:ara #uella en todos sus rostros y les #iciera despertar* =ire susurró Faber. 7el #elicóptero surgió algo que no era una m!quina In animal, algo que no estaba muerto ni vivo, algo que resplandec'a con una dbil luminosidad verdosa. +ermaneció :unto a las ruinas #umeantes de la casa de =ontag y los #ombres tra:eron el abandonado lan(allamas de ste y lo pusieron ba:o el #ocico del 2abueso. 2e oyó un siseo, un resoplido, un rumor de engrana:es. =ontag meneó la cabe(a, se levantó y apuró su bebida, Ha es #ora. Lamento de verdad lo que est!. ocurriendo. )Mu* )Ho* )=i casa* Lo mere(co todo. DCorra de prisa, por amor de 7ios Mui(! pueda entretenerles aqu'... Espere. Ao vale la pena que se descubra usted Cuando me #aya marc#ado, queme el cobertor de esta cama, lo #e tocado. Mueme la silla de la sala de estar en su incinerador. Frote el mobiliario con alco#ol, as' como los pomos de las puertas. Mueme la alombra del salón. 7 la m!xima potencia al acondicionador de aire y, si tiene un insecticida, roc'elo todo con l. 7espus, ponga en marc#a sus rociadores del csped, con toda la uer(a que pueda, y riegue bien las aceras. Con un poco de suerte, podr'amos evitar que nos siguieran la pista. Faber le estrec#ó la mano. Lo #ar. Buena suerte. 2i ambos estamos vivo la semana próxima o la siguiente nos pondremos en contacto. En la lista de Correos, de 2aint Louis. 2iento que, esta ve(, no #aya manera de poder acompaarle con mi c!psula auricular. 8ubiese sido bueno para ambos. +ero mi equipo era limitado. 8!gase cargo, nunca cre' que #abr'a de utili(arlo. 2oy un vie:o est@pido, 2in ideas. Est@pido, est@pido. H, a#ora, no tengo otra c!psula verde para que pueda llev!rsela usted. D=!rc#ese ya Otra cosa, Daprisa Ina maleta. Có:ala, con su ropa m!s sucia, un trapo vie:o, cuanto m!s sucio me:or, una camisa, algunos calcetines y (apatos vie:os... Faber se marc#ó y regresó al cabo de algunos minutos. +ara conservar en su interior el antiguo olor de =r. Faber, claro est! di:o ste, sudoroso por el esuer(o. =ontag roció todo el exterior de la maleta con 5#is3y.
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Ao creo que ese 2abueso capte dos olores a la ve(. +erm'tame que me lleve este 5#is3y. Lo necesitar m!s tarde. DCristo, espero que d resultado Qolvieron a estrec#arse la mano y, mientras se dirig'an #acia la puerta, lan(aron una o:eada al televisor. El 2abueso estaba en camino, seguido por las c!maras de los #elicópteros, silencioso, silencioso, olateando el aire nocturno. Ba:aba por la +rimera 0venida. D0diós H =ontag salió velo(mente por la puerta posterior, corriendo con la maleta semivac'a. Oyó que, a su espalda, los rociadores de csped se pon'an en marc#a, llenaban el aire oscuro con lluvia que ca'a suavemente y con regularidad, lavaban las aceras y corr'an #asta la calle. Inas gotas de aquella lluvia mo:aban el rostro de =ontag. Le pareció que el vie:o le gritaba adiós, pero no estuvo seguro. Corrió muy aprisa, ale:!ndose de la casa, #acia el r'o. =ontag corrió. +od'a sentir el 2abueso, como el otoo que se acercaba, r'o, seco y velo(, como un viento que no agitara la #ierba, que no #iciera cru:ir las ventanas ni despla(ara las #o:as en las blancas aceras. El 2abueso no tocaba el mundo. Llevaba consigo su silencio, de modo que, a travs de toda la ciudad, pod'a percibirse el silencio que iba creando. =ontag sintió aumentar la presión, y corrió. 2e detuvo para recobrar el aliento, camino del r'o. 0tisbó por las ventanas dbilmente iluminadas de las casas las siluetas de sus #abitantes que contemplaban en los televisores murales al 2abueso =ec!nico, un suspiro de vapor de neón, que corr'a velo(. 0#ora, en Elm 9errace, Lincoln, Ca3, +ar3, y calle arriba #acia la casa de Faber. -+asa de largo pensó =ontag, no te detengas, sigue adelante, no te desv'es./ En el televisor mural apareció la casa de Faber, con su rociador de csped que empapaba el aire nocturno. El 2abueso #i(o una pausa y se estremeció. DAo =ontag se aerró al ali(ar de la ventana. D+or este camino D0qu' La agu:a de proca'na asomó y se escondió, asomó, se escondió. Ina gotita transparente de la droga cayó de la agu:a cuando sta desapareció en el #ocico de 2abueso. =ontag contuvo el aliento, y sintió una opresión en el pec#o. El 2abueso =ec!nico se volvió y se ale:ó de la casa de Faber, calle aba:o. =ontag desvió su mirada #acia el cielo. Los #elicópteros estaban m!s próximos, como una nube de insectos que acudiesen #acia una solitaria uente luminosa 105/124
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Con un esuer(o, =ontag recordó de nuevo que aquello no era ning@n espect!culo imaginario que pod'a se contemplado mientras #u'a #acia el r'oG en realidad, era su propia partida de a:edre( la que estaba contemplando, movimiento tras movimiento. >ritó para darse el impulso necesario para ale:arse de la ventana de aquella @ltima casa, y el ascinador espect!culo que #ab'a all'. D7iablo DH emprendió la marc#a de nuevo La avenida, una calle, otra, otra, y el olor del r'o. Ina pierna, la otra. Qeinte millones de =ontag corriendo, muy pronto, si las c!maras le enocaban. Qeinte millones de =ontag corriendo, corriendo como un persona:e de pel'cula cómica, polic'as, ladrones, perseguidores y perseguidos, ca(adores y ca(ados. tal como lo #ab'a visto un millar de veces. 9ras de l, a#ora, veinte millones de silenciosos 2abuesos atravesaban los salones, de la pared derec#a a la centralG luego a la i(quierda, desaparec'an. =ontag se metió su radio auricular en una ore:a. La polic'a sugiere a toda la población del sector 9errace que #aga lo siguiente en todas las casas de todas las calles, todo el mundo debe abrir la puerta delantera o trasera . o mirar por una ventana. El ugitivo no podr! escapar si, durante el minuto siguiente, todo el =undo mira desde el exterior de su casa. D+reparados DClaroS )+or qu no lo #ab'an #ec#o antes* )+or qu, en todos los aos, no #ab'an intentado aquel :uego* D9odos arriba, todos auera DAo pod'a pasar inadvertido DEl @nico #ombre que corr'a solitario por la ciudad, el @nico #ombre que pon'a sus piernas a prueba D0 la cuenta de die( DIno D7os =ontag sintió que la ciudad se levantaba. D9res =ontag sintió que la ciudad se dirig'a #acia sus millares de puertas. D0prisa DIna pierna, la otra DCuatro La gente atravesaba sus recibidores. DCinco =ontag sintió todas las manos en los pomos de las puertas. El olor del r'o era resco y seme:ante a una lluvia sólida. La garganta de =ontag ard'a y sus o:os estaban resecos por el viento que produc'a el correr. C#illó como si el grito pudiera impulsarle adelante, #acerle recorrer el @ltimo centenar de metros. D2eis, siete, oc#o Los +omos giraron en cinco millares de puertas. DAueve =ontag se ale:ó de la @ltima ila de casas, por una pendiente que conduc'a a la negra y móvil supericie del r'o.
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D7ie( Las puertas se abrieron. =ontag vio en su imaginación a miles y miles de rostros escrutando los patios, las calles, el cielo, rostros ocultos por cortinas, rostros descoloridos, atemori(ados por la oscuridad, como animales gris!ceos que desde cavernas elctricas, rostros con o:os grises e incoloros, lenguas grises y pensamientos grises. +ero #ab'a llegado al r'o. Lo tocó para cerciorarse de que era real. 2e metió en el agua, se desnudó por completo y se roció el cuerpo, los bra(os, las piernas y la cabe(a con el licor que llevabaG bebió un sorbo e inspiró otro poco por la nari(. 7espus, se vistió con la ropa y los (apatos de Faber. Ec#ó su ropa al r'o y contempló cómo se la llevaba corriente. Luego, con la maleta en la mano, se metió agua adentro #asta perder pie, y se de:ó arrastrar en la oscuridad. Estaba a unos trescientos metros corriente aba:o cuando el 2abueso llegó al r'o. 0rriba, las grandes aspas de los ventiladores giraban sin cesar. In torrente de lu( cayó sobre el r'o, y =ontag se (ambulló ba:o la iluminación, como si el sol #ubiese salido entre las nubes. 2intió que el r'o lo empu:aba m!s le:os, #acia la oscuridad. 7espus, las luces volvieron a despla(arse #acia tierra, los #elicópteros se cernieron de nuevo sobre ciudad, como si #ubieran encontrado otra pista. 2e ale:aron. El 2abueso se #ab'a ido. Ha sólo quedaba el #elado r'o y =ontag lotando en una repentina pa(, le:os de la ciudad, de las luces y de la cacer'a, &e:os de todo. =ontag sintió como si #ubiese de:ado un escenario lleno de actores a su espalda. 2intió como si #ubiese abandonado el gran espect!culo y todos los antasmas murmuradores. 8u'a de una aterradora irrealidad para meterse en una realidad que resultaba irreal, porque era nueva. La tierra oscura se desli(aba cerca de l, que se avan(ando #acia campo abierto entre colinas. +or primera ve( en una docena de aos, las estrellas brillaban sobre su cabe(a, ormando una gigantesca procesión. Cuando la maleta se llenó de agua y se #undió, =ontag siguió lotando boca arribaG el r'o era tranquilo y pausado, mientras se ale:aba de la gente que com'a sombras para desayunar, #umo para almor(ar y vapores para cenar. El r'o era muy real, le sosten'a cómodamente y le daba tiempo para considerar este mes, este ao, y todo un transcurso de ellos. =ontag escuc#ó el lento latir de su cora(ón. 2us pensamientos de:aron de correr :unto con su sangre. Qio que la luna se #und'a en el irmamento. La luna all', y su resplandor, )producido por qu* +or el sol, claro. )H qu iluminaba al sol* 2u propio uego. H el sol sigue, d'a tras d'a, quemando y quemando. El sol y el tiempo. El sol, el tiempo y las llamas. Llamas. El r'o le balanceaba suavemente. Llamas. El sol y todos los relo:es del mundo. 9odo se reun'a y se convert'a en una misma cosa en su mente. 7espus de 107/124
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muc#o tiempo de lotar en el r'o, =ontag supo por qu nunca m!s volver'a a quemar algo. El sol ard'a a diario. Muemaba el 9iempo. El mundo corr'a en c'rculos, girando sobre su e:e, y el tiempo se ocupaba en quemar los aos y a la gente, sin ninguna ayuda por su parte. 7e modo que si l quemaba cosas con los bomberos y el sol quemaba el 9iempo, ello signiicar'a que todo #ab'a de arder. 0lguno de ellos tendr'a que de:ar de quemar. El sol no, por supuesto. 2eg@n todas las apariencias, tendr'a ser =ontag, as' como las personas con quienes #ab'a traba:ado #asta unas pocas #oras antes. En alg@n sitio #abr'a que empe(ar a a#orrar y a preservar cosas para que todo tuviera un nuevo inicio, y alguien tendr'a que ocuparse de ello, de una u otra manera, en libros, en discos, en el cerebro de la gente, de cualquier manera con tal de que uese segura, al abrigo de las polillas, de los pececillos de plata, del óxido, del mo#o y de los #ombres con cerillas. El mundo estaba lleno de llamas de todos los tipos y tamaos. 0#ora, el gremio de los te:edores de asbestos tendr'a que abrir muy pronto su establecimiento. =ontag sintió que sus pies tocaban tierra, pisaban gui:arros y piedras, se #und'an en arena. El r'o le empu:ado #acia la orilla. Contempló la inmensa y negra criatura sin o:os ni lu(, sin orma, con sólo un tamao que se extend'a dos millares de 3ilómetros sin desear detenerse, con sus colinas cubiertas de #ierba y sus bosques que le esperaban. =ontag vaciló en abandonar el amparo del agua 9em'a que el 2abueso estuviese all'. 7e pronto, los !rboles pod'an agitarse ba:o las aspas de multitud de #elicópteros. +ero sólo #ab'a la brisa otoal corriente, que discurr'a como otro r'o. )+or qu no andaba el 2abueso por all'* )+or qu la b@squeda se #ab'a desviado #acia el interior* =ontag escuc#ó. Aada. Aada. -=illie pensó. 9oda esta extensión aqu'. DEsc@c#ala Aada y nada. 9anto silencio, =illie, que me pregunto qu eecto te causar'a. )9e pondr'as a gritar "DCalla, calla" =illie, =illie*/ H se sintió triste. =illie no estaba all', ni tampoco el 2abueso, pero s' el aroma del #eno, que llegaba desde alg@n campo le:ano y que indu:o a =ontag a subir a tierra irme. 6ecordó una gran:a que #ab'a visitado de nio, una pocas veces en que #ab'a descubierto que, m!s all! de los siete velos de la irrealidad, m!s all! de las paredes de los salones y de los osos met!licos de la ciudad, vacas pac'an la #ierba, los cerdos se revolcaban en cinagas a mediod'a y los perros ladraban a las blancas ove:as en las colinas. 0#ora, el olor a #eno seco, el movimiento del agua le #i(o desear ec#arse a dormir sobre el #eno en un solitario pa:ar, le:os de las ruidosas autopistas, detr!s de 108/124
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una tranquila gran:a y ba:o un antiguo molino que susurrara sobre su cabe(a como el sonido de los aos que transcurr'an. +ermaneció toda la noc#e en el pa:ar, escarbando el rumor de los le:anos animales, de los insectos y de los !rboles, as' como los leves e ininitos movimientos y susurros del campo. -7urante la noc#e pensó, ba:o el coberti(o qui(!s oyese un sonido de pasos. 2e incorporar'a, lleno de tensión. Los pasos se ale:ar'an. Qolver'a a tenderse y mirar'a por la ventana del coberti(o muy avan(ada la noc#e, y ver'a apagarse las luces de la gran:a, #asta que una mu:er muy :oven y #ermosa se sentar'a :unto a una ventana apagada, cepill!ndose el pelo. 6esultar'a di'cil verla, pero su rostro ser'a como el de aquella muc#ac#a que sabia lo que signiicaban las lores de diente de león rotadas contra la barbilla. Luego, la mu:er se ale:ar'a de la ventana, para reaparecer en el piso de arriba, en su #abitación iluminada por la luna. H entonces, ba:o el sonido de la muerte, el sonido de los reactores que part'an el cielo en dos, yacer'a en el coberti(o, oculto y seguro, contemplando aquellas extraas estrellas en el borde de la tierra, #uyendo del suave resplandor del alba./ +or la maana no #ubiese tenido sueo, porque todos los c!lidos olores y las visiones de una noc#e completa en el campo le #ubiesen descansado aunque sus o:os #ubieran permanecido abiertos, y su boca, cuando se le ocurrió pensar en ella, mostraba una leve sonrisa. H all' al pie de la escalera del coberti(o, esper!ndole, #abia algo incre'ble. =ontag descender'a cuidadosamente, a la lu( rosada del amanecer, tan consciente del mundo que sentir'a miedo, y se inclinar'a sobre el pequeo milagro, #asta que, por in, se agac#ar'a para tocarlo. In vaso de lec#e resca, algunas peras y man(anas estaban al pie de la escalera. 0quello era todo lo que deseaba. 0lg@n signo de que el inmenso mundo le aceptar'a y le conceder'a todo tiempo que necesitaba para pensar lo que deb'a ser pen sado. In vaso de lec#e, una man(ana, una pera. =ontag se ale:ó del r'o. La tierra corrió #acia l como una marea. Fue e vuelto por la oscuridad, y por el aspecto del campo, por el millón de olores que llevaba un viento que &e #elaba el cuerpo. 6etrocedió ante el 'mpetu de la oscuridad, del sonido y del olorG le (umbaban los o'dos. 7io media vuelta. Las estrellas brillaban sobre l como meteoros llameantes. =ontag sintió deseos de (ambullirse de nuevo en el r'o y de:ar que le arrastrara a salvo #asta alg@n lugar m!s le:ano. 0quella oscura tierra que se elevaba era como cierto d'a de su inancia, en que #ab'a ido a nadar, y una ola surgida de la nada, la mayor que recordaba la 8istoria, le envolvió en barro salobre y en oscuridad verdosaG el agua le quemaba la boca y la nari(, alborot!ndole el estómago. D7emasiada agua D7emasiada tierra 109/124
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7esde la oscura pared rente a l, una silueta. En la silueta, dos o:os. La noc#e, observ!ndole. El bosque, vindole. DEl 2abueso 7espus de tanto correr y apresurarse, de tantos sudores y peligros, de #aber llegado tan le:os, de #aber se esor(ado tanto, y de creerse a salvo, y de suspirar, aliviado... para salir a tierra irme y encontrarse con... DEl 2abueso =ontag lan(ó un @ltimo grito de dolor, como si aquello uera demasiado para cualquier #ombre. La silueta se diluyó. Los o:os desaparecieron. Las #o:as secas se agitaron. =ontag estaba solo en la selva. In gamo. =ontag olió el denso perume almi(clado y el olor a #ierba del aliento del animal, en aquella noc#e eterna en que los !rboles parec'an correr #acia l, apartarse, correr, apartarse, al impulso de los latidos de su cora(ón. 7eb'a de #aber billones de #o:as en aquella tierraG =ontag se abrió paso entre ellas, un r'o seco que ol'a a trbol y a polvo. DH a otros olores 8ab'a un aroma como a patata cortada, que sub'a de toda la tierra, !spero, r'o y blanco debido al #ec#o de #aber estado iluminado por el claro de luna la mayor parte de la noc#e. 8ab'a un olor como de pepinillo de una botella y como de pere:il de la cocina casera. 8ab'a un dbil olor amarillento como a mosta(a. 8ab'a un olor como de claveles del :ard'n vecino. =ontag tocó el suelo con la mano y sintió que la male(a le acariciaba. 2e irguió :adeante, y cuanto m!s inspiraba el perume de la tierra, m!s lleno se sent'a de todos sus detalles. Ao estaba vac'o. 0ll' #ab'a m!s de lo necesario para llenarle. 2iempre #abr'a m!s que suiciente. 0van(ó por entre el espesor de #o:as ca'das, vacilante. H, en medio de aquel ambiente desconocido, algo amiliar. 2u pie trope(ó con algo que sonó sordamente. =ovió su mano por el suelo, un metro #acia aqu', un metro #acia all!. La v'a del tren. La v'a que sal'a de la ciudad y atravesaba la tierra, a travs de bosques y selvas, desierta a#ora, :unto al r'o, 0ll' estaba el camino que conduc'a adonde quiera se dirigiese. 0qu' #ab'a lo @nico amiliar, el m!gico encanto que necesitar'a tocar, sentir ba:o sus pies, mientras se adentrara en las (ar(as y los lagos de olor y de sensaciones, entre los susurros y la ca'da de las #o:as. =ontag avan(ó, siguiendo la v'a. H se sorprendió de saber cu!n seguro se sent'a de repente de un #ec#o que le era imposible probar. 110/124
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En una ocasión, muc#o tiempo atr!s, Clarisse #ab'a andado por all', donde l andaba en aquel preciso momento. =edia #ora m!s tarde, r'o, movindose cuidadosamente por la v'a, bien consciente de su propio cuerpo de su rostro, de su boca, con los o:os llenos de negrura, los o'dos llenos de sonidos, sus piernas cubiertas de bri(nas y de ortigas, vio un uego ante l. El uego desapareció, volvió a percibirse, como un o:o que parpadeara. =ontag se detuvo, generoso de apagar el uego con un solo suspiro. +ero el uego estaba all', y =ontag se ue acercando cautelosamente. Aecesitó casi quince minutos para estar muy próximo a l y, entonces, lo observó desde un reugio. 0quel pequeo movimiento, el calor blanco y ro:o, un uego extrao, porque para l signiicaba algo distinto. Ao estaba quemando. DEstaba calentando =ontag vio muc#as manos alargadas #acia su calor, manos sin bra(os, ocultos en la oscuridad. 2obre las manos, rostros inmóviles que parec'an oscilar con el variable resplandor de las llamas. =ontag no #ab'a supuesto que el uego pudiese tener aquel aspecto. 4am!s se le #ab'a ocurrido que pod'a dar lo mismo que quitaba. ?ncluso su olor era distinto. Ao supo cu!nto tiempo permaneció de aquel modo, pero #ab'a sentido una sensación absurda y, sin embargo, deliciosa, en saberse como un animal surgido del bosque, atra'do por el uego. +ermaneció quieto muc#o rato, escuc#ando el c!lido c#isporroteo de las llamas. 8ab'a un silencio reunido en torno a aquella #oguera ra, y el silencio estaba en los rostros de los #ombres, y el tiempo estaba all', el tiempo suiciente para sentarse :unto a la v'a enmo#ecida ba:o los !rboles, con el mundo y darle vuelta con los o:os, como si estuviera su:eto en el centro de la #oguera un peda(o de acero que aquellos #ombres estaban dando orma. Ao solo era el uego lo distinto. 9ambin lo era el silencio. =ontag se movió #acia aquel silencio especial, relacionado con todo lo del mundo. H entonces empe(aron a sonar voces, y estaban #ablando, pero =ontag no pudo o'r nada de lo que dec'an, aunque el sonido se elevaba y ba:aba lentamente, y las voces conoc'an la tierra, los !rboles y la ciudad que se extend'a :unto al r'o, en el extremo de la v'a. Las voces #ablaban de todo, no #ab'a ning@n tema pro#ibido. =ontag lo comprendió por la cadencia y el tono de curiosidad y sorpresa que #ab'a en ellas. Entonces, uno de los #ombres levantó la mirada y le vio, por primera y qui(! por sptima ve(, y una vo( gritó a =ontag DEst! bien, ya puedes salir =ontag retrocedió entre las sombras. Ao tema di:o la vo(. 2ea usted bienvenido.
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=ontag se adelantó lentamente #acia el uego, y #acia los cinco vie:os all' sentados, vestidos con pantalones y c#aquetas de color a(ul oscuro. Ao supo qu decirles. 2intese di:o el #ombre que parec'a ser el :ee del pequeo grupo. )Muiere ca* =ontag contempló la #umeante inusión que era vertida en un vaso plegable de aluminio y que seguidamente +usieron en sus manos. =ontag sorbió cautelosamente el breba:e y se dio cuenta de que los #ombres le miraban con curiosidad. 2e quemó los labios, pero aquello resultaba agradable. Los rostros que le rodeaban eran barbudos pero las barbas eran limpias, pulcras, lo mismo que las manos. 2e #ab'an levantado como para dar la bienvenida a un invitado, y, entonces, volvieron a sentarle. =ontag sorbió el ca. >racias di:o. =uc#'simas gracias. 2ea usted bien venido, =ontag. Ho me llamo >ranger. El #ombre alargó una botellita de l'quido incoloro. Beba esto tambin. Cambiar! la composición qu'mica de su transpiración. 7entro de media #ora oler! como otra persona. 9eniendo en cuenta que el 2abueso le est! buscando, lo me:or es esto. =ontag bebió el amargo l'quido. 0pestar! como una comadre:a, pero no tiene importancia di:o >ranger. Conoce usted mi nombre observó =ontagT >ranger sealó un televisor port!til que #ab'a :unto al uego. 8emos visto la persecución. Aos #emos igurado que #uir'a #acia el 2ur, a lo largo del r'o. Cuando le #emos o'do meterse en la selva como un alce borrac#o, no nos #emos escondido como solemos #acer. 8emos supuesto que estar'a en el r'o cuando los #elicópteros con las c!maras se #an vuelto #acia la ciudad. 0ll' ocurre algo gracioso. La cacer'a sigue en marc#a, aunque en sentido opuesto. )En sentido opuesto* Ec#emos una o:eada. >ranger puse el televisor en marc#a. La imagen era como una pesadilla, condensada, pasando con acilidad de mano en mano, toda en colores revueltos y movedi(os. Ina vo( gritó DLa persecución contin@a en el norte de la ciudad DLos #elicópteros de la +olic'a convergen en la 0venida Oc#enta y 2iete y en Elm >rove +ar3 >ranger asintió. Est!n invent!ndoselo. Isted les #a despistado en el r'o y ellos no pueden admitirlo. 2aben que sólo pueden retener al auditorio un tiempo determinado. El espect!culo tendr! muy pronto un inal brusco. 2i empe(asen a buscar por todo el maldito r'o, qui(! necesitasen la noc#e entera. 0s', pues, buscan alguna cabe(a de turco para terminar con la 112/124
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ex#ibición. F':ese. +escar!n a =ontag durante los próximos cinco minutos. +ero cómo... F':ese. La c!mara, su:eta a la pan(a de un #elicóptero, descendió a#ora #acia una calle vac'a. )Qe eso* susurró >ranger. 8a de tratarse de usted. 0l inal de esa calle est! nuestra v'ctima. )Qe cómo se acerca nuestra c!mara* +repara la escena. ?ntriga. In plano largo. En este momento, un pobre diablo #a salido a pasear. 0lgo excepcional. In tipo extrao. Ao se igure que la +olic'a no conoce las costumbres de los pa:arracos como se, de #ombres que salen a pasear por las maanas, sólo por el capric#o de #acerlo, o porque suren de insomnio. 7e cualquier modo, la polic'a le tiene ic#ado desde #ace meses, aos. Aunca se sabe cu!ndo puede resultar @til esa inormación. H #oy, desde luego, #a de serles util'sima. 0s' pueden salvar las apariencias. DO#, 7ios, ':ese a#' Los #ombres que estaban :unto a la #oguera se inclinaron. En la pantalla, un #ombre dobló una esquina. 7e pronto, el 2abueso =ec!nico entró en el campo visual. El #elicóptero lan(ó una docena de brillantes #aces luminosos que construyeron como una :aula alrededor del #ombre. Ina vo( gritó D0#' est! =ontag DLa persecución #a terminado El inocente permaneció atónitoG un cigarrillo ard'a en una de sus manos. 2e quedó mirando al 2abueso, sin saber qu era aquello. +robablemente, nunca llegó a saberlo. Levantó la mirada #acia el cielo y #acia el sonido de las sirenas. Las c!maras se precipitaron #acia el suelo. El 2abueso saltó en el aire con un ritmo y una +recisión que resultaban incre'blemente bellos. 2u agu:a asomó. +ermaneció inmóvil un momento, como para dar al inmenso p@blico tiempo para apreciarlo todo la mirada de terror en el rostro de la v'ctima, la calle vac'a, el animal de acero, seme:ante a un proyectil alcan(ando el blanco. D=ontag, no te muevas gritó una vo( desde el Cielo La c!mara cayó sobre la v'ctima, como #ab'a #ec#o el 2abueso. 0mbos le alcan(aron simult!neamente. El #ombre ue inmovili(ado por el 2abueso y la c!mara c#illó. C#illó. DC#illó Oscuridad. 2ilencio. Aegrura. =ontag gritó en el silencio y se volvió. 2ilencio. H, luego, tras una pausa de los #ombres sentados alrededor del uego, con los rostros inexpresivos, en la pantalla oscura un anunciador di:o
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La persecución #a terminado, =ontag #a muerto, 8a sido vengado un crimen contra la sociedad. 0#ora, nos trasladamos al 2alón Estelar del -8otel Lux/, para un programa de media #ora antes del amanecer, emisión que... >ranger apagó el televisor. Ao #an enocado el rostro del #ombre. )2e #a i:ado* Ai su me:or amigo podr'a decir si se trataba de usted. Lo #an presentado lo bastante conuso para que la imaginación #iciera el resto. 7iablos murrnuró. 7iablos... =ontag no #abló, pero, luego, volviendo la cabe(a, permaneció sentado con la mirada i:a en la negra pantalla, tembloroso. >ranger tocó a =ontag en un bra(o. Bien venido de entre los muertos. =ontag inclinó la cabe(a. >ranger prosiguió 2er! me:or que nos cono(ca a todos. Este es Fred Clement, titular de la c!tedra 9#omas 8ardigan, en Cambridge, antes de que se convirtiera en una -Escuela de ?ngenier'a 0tómicaZZ,. Este otro es el doctor 2immons, de la Iniversidad de Caliornia en Los _ngeles, un especialista en Ortega y >assetG ste es el proesor 1est que se especiali(ó en tica, disciplina olvidada actualmente, en la Inivers'dad de Columbia. El reverendo +adover, aqu' presente, pronunció unas conerencias #ace treinta aos y perdió su rebao entre un domingo y el siguiente, debido a sus opiniones. Lleva ya alg@n tiempo con nosotros. En cuanto a m', escrib' un libro titulado Los dedos en el guanteG la relación adecuada entre el individuo y la sociedad y... aqu' estoy. DBien venido, =ontag Ho no soy de su clase di:o =ontag, por @ltimo, con vo( lenta. 2iempre #e sido un est@pido. Estamos acostumbrados a eso. 9odos cometimos alg@n error, si no, no estar'amos aqu'. Cuando ramos individuos aislados, lo @nico que sent'amos era cólera. yo golpe a un bombero cuando, #ace aos, vino a quemar mi biblioteca. 7esde entonces, ando #uyendo. )Muiere unirse a nosotros, =ontag* 2'. )Mu puede orecemos* Aada. Cre'a tener parte del Eclesiasts, y tal ve( un poco del de la 6evelación, pero, a#ora, ni siquiera me queda eso. El Eclesiasts ser'a magn'ico. )7ónde lo ten'a* 0qu'. =ontag se tocó la cabe(a. D0# exclamó >ranger, sonriendo y asintiendo con la cabe(a. )Mu tiene de malo* )Ao est! bien* preguntó =ontag. =e:or que bienG Dperecto >ranger se volvió #acia el reverendo. )9enemos un Eclesiasts* 114/124
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Ino. In #ombre llamado 8arris, de Houngto5n. =ontag >ranger apretó con uer(a un #ombro de =ontag. 9enga cuidado. Cuide su salud. 2i algo le Ocurriera a 8arris, usted ser'a el Eclesiasts. DQea lo importante que se #a vuelto de repente D+ero si lo #e olvidado Ao, nada queda perdido para siempre. 9enemos sistemas de rerescar la memoria. D+ero si ya #e tratado de recordar Ao lo intente. Qendr! cuando lo necesitemos. dos nosotros tenemos memorias otogr!icas, pero pasamos la vida entera aprendiendo a olvidar cosas que en realidad est!n dentro. 2immons, aqu' presente #a traba:ado en ello durante veinte aos, y a#ora #emos pereccionado el mtodo de modo que podemos recordar dar cualquier cosa que #ayamos le'do una ve(. )Le gustar'a alg@n d'a, =ontag, leer La 6ep@blica de +latón* DClaro Ho soy La 6ep@blica de +latón. )7esea leer =arco 0urelio* =r. 2irnmons es =arco. )Cómo est! usted* di:o =r. 2immons. 8ola contestó =ontag. Muiero presentarle a 4onat#an 25it, el autor de ese malicioso libro pol'tico, Los via:es de >ulliver. Este otro su:eto es C#arles 7ar5in, y aqul es 2c#open#auer, y aqul, Einstein, y el que est! :unto a m' es =r. 0lbert 2c#5eit(er, un ilósoo muy agradable, desde luego. 0qu' estamos todos, =ontag, 0ristóanes, =a#atma >and#i, >autama Buda, Conucio, 9#omas Love +eacoc3, 9#omas 4eerson y =r. Lincoln. H tambin somos =ateo, =arco, Lucas y 4uan. Ao es posible di:o =ontag. 2' lo es replicó >ranger, sonriendo. 9ambin nosotros quemamos libros. Los leemos y los quemamos, por miedo a que los encuentren. 6egistrarlos en microilm no #ubiese resultado. 2iempre estamos via:ando, y no queremos enterrar la pel'cula y regresar despus por ella. 2iempre existe el riesgo de ser descubiertos. =e:or es guardarlo todo en la cabe(a, donde nadie pueda verlo ni sospec#ar su existencia. 9odos somos ragmentos de 8istoria, de Literatura y de Ley ?nternacional, Byron, 9om +aine, =aquiavelo o Cristo, todo est! aqu'. H ya va siendo tarde. H la guerra #a empe(ado. H estamos aqu', y la ciudad est! all', envuelta en su abrigo de un millar de colores. )En qu piensa, =ontag* +ienso que estaba ciego tratando de #acer las cosas mi manera, de:ando libros en las casas de los bomberos y enviando denuncias. 8a #ec#o lo que deb'a. Llevado a escala nacional #ubiese podido dar esplndidos resultados. +ero nuestro sistema es m!s sencillo y creemos
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que me:or. Lo que deseamos es conservar los conocimientos que creernos #abremos de necesitar, intactos y a salvo. Ao nos proponemos #ostigar ni molestar a nadie. 0@n no. porque si se destruyen, los conocimientos #abr!n muerto, qui(! para siempre. 2omos ciudadanos modlicos, a nuestra manera especial. 2eguimos las vie:as v'as, dormirnos en las colinas, por la noc#e, y la gente de las ciudades nos de:an tranquilos. 7e cuando en cuando, nos detienen y nos registran, pero en nuestras personas no #ay nada que pueda comprometernos. La organi(ación es lexible, muy !gil y ragmentada. 0lgunos de nosotros #emos sido sometidos a cirug'a pl!stica en el rostro y en los dedos. En este momento, nos espera una misión #orrible. Esperamos a que empiece la guerra y, con idntica rapide(, a que termine. Ao es agradable, pero es que nadie nos controla. Constituimos una extravagante minor'a que clama en el desierto. Cuando la guerra #aya terminado, qui(! podamos ser de alguna utilidad al mundo. )7e veras cree que entonces escuc#ar!n* 2i no lo #acen, no tendremos m!s que esperar. 9ransmitiremos los libros a nuestros #i:os, oralmente, y de:aremos que nuestros #i:os esperen, a su ve(. 7e este =odo, se perder! muc#o, desde luego, pero no se puede Obligar a la gente a que escuc#e. 0 su debido tiempo, deber! acudir, pregunt!ndose qu #a ocurrido y por qu el mundo #a estallado ba:o ellos. Esto no puede durar. )Cu!ntos son ustedes* =iles, que van por los caminos, las v'as rreas abandonadas, vagabundos por el exterior, bibliotecas por el interior. 0l principio, no se trató de un plan. Cada #ombre ten'a un libro que quer'a recordar, y as' &o #i(o. Luego, durante un per'odo de unos veinte ao, uimos entrando en contacto, via:ando, estableciendo esta organi(ación y or(ando un plan. Lo m!s importante que deb'amos meternos en la cabe(a es que no somos importantes, que no debemos de ser pedantes. Ao debemos sentimos superiores a nadie en el mundo. 2ólo somos sobrecubiertas para libros, sin valor intr'nseco. 0lgunos de nosotros viven en pequeas ciudades. El Cap'tulo & del 1alden, de 9#oreau, #abita en >reen 6iver, el Cap'tulo ??, en =illo5 Farm, =aine. +ero si #ay un poblado en =aryland, con sólo veintisiete #abitantes, ninguna bomba caer! nunca sobre esa localidad, que alberga los ensayos completos de un #ombre llamado Bertrand 6ussell. Coge ese poblado y casi divida las p!ginas, tantas por persona. H cuando la guerra #aya terminado, alg@n d'a, los libros podr!n ser escritos de nuevo. La gente ser! convocada una por una, para que recite lo que sabe, y lo imprimiremos #asta que llegue otra Era de Oscuridad, en la que, qui(!, debamos repetir toda la operación. +ero esto es lo maravilloso del #ombre nunca se desalienta o disgusta lo suiciente para abandonar algo que debe #acer, porque sabe que es importante y que merece la pena serlo. )Mu #acemos esta noc#e* preguntó =ontag,
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Esperar repuso >ranger. H despla(arnos un poco r'o aba:o, por si acaso. Empe(ó a arro:ar polvo y tierra a la #oguera. Los otros #ombres le ayudaron, lo mismo que =ontag, y all', en mitad del bosque, todos los #ombres movieron sus manos, apagando el uego con:untamente 2e detuvieron :unto al r'o, a la lu( de las estrellas =ontag consultó la esera luminosa de su relo: sumergible. Las cinco. Las cinco de la madrugada. otro ao quemado en una sola #ora, un amanecer esperando m!s all! de la orilla opuesta del r'o. )+or qu con'an en m'* preguntó =ontag, In #ombre se movió en la oscuridad. 2u aspecto es suiciente. Ao se #a visto usted @ltimamente en un espe:o. 0dem!s, la ciudad nunca se #a preocupado lo bastante de nosotros como para organi(ar una persecución meticulosa como sta, con el in de encontrarnos. Inos pocos c#ilados con versos en la sesera no pueden aectarla, y ellos lo saben, y nosotros tambin. 9odos lo saben. En tanto que la mayor'a de la población no ande por a#' recitando la Carta =agna y la Constitución, no #ay peligro. Los bomberos eran suicientes para mantener esto a raya, con sus actuaciones espor!dicas. Ao, las ciudades no nos preocupan. H usted tiene un aspecto endiablado. 2e despla(aron por la orilla del r'o, #acia el 2ur. =ontag trató de ver los rostros de los #ombres, los vie:os rostros que recordaba a la lu( de la #oguera, mustios, y cansados. Estaban buscando una vivacidad, una resolución. In triuno sobre el maana que no parec'a estar all'. 9al ve( #ab'a esperado que aquellos rostros ardieran y brillasen con los conocimientos, que resplandeciesen como linternas, con la lu( encendida. +ero toda la lu( #ab'a procedido de la #oguera, y aquellos #ombres no parec'an distintos de cualesquiera otros que #ubiesen recorrido un largo camino, una b@squeda prolongada, que #ubiesen visto cómo eran destruidas las cosas buenas, y a#ora, muy tarde, se reuniesen para esperar el inal de la partida, y la extinción de las l!mparas. Ao estaban seguros de que lo que llevaban en sus mentes pudiese #acer que todos los uturos amaneceres brillasen con una lu( m!s pura, no estaban seguros de riada, excepto de que los libros estaban bien arc#ivados tras sus tranquilos o:os, de que los libros esperaban, con las +!ginas sin cortar, a los lectores que qui(! se presentaran aos despus, unos, con dedos limpios, y otros, con dedos sucios. =ientras andaban, =ontag ue escrutando un rostro tras de otro. Ao :u(gue un libro por su sobrecubierta alguien. H todos rieron silenciosamente, mientras se mov'a r'o aba:o.
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2e oyó un c#illido estridente, y los reactores de la ciudad pasaron sobre sus cabe(as muc#o antes de que los #ombres levantaran la mirada, =ontag se volvió para observar la ciudad, muy le:os, :unto al r'o, convertida sólo en un dbil resplandor. =i esposa est! all'. Lo siento. 0 las ciudades no les van a ir bien las cosas en los próximos d'as di:o >ranger. Es extrao, no la ec#o en alta, apenas tengo sensación di:o =ontag. ?ncluso aunque ella muriera me #e dado cuenta #ace un momento, no creo que me sintiera triste. Eso no est! bien. 0lgo debe de ocurrirme. Escuc#e di:o >ranger, cogindole por un bra(o y andando a su lado, mientras apartaba los arbustos para de:arle pasar. Cuando era nio, mi abuelo murió. Era escultor. 9ambin era un #ombre muy bueno, ten'a muc#o amor que dar al mundo, y ayudó a eliminar la miseria en nuestra ciudadG y constru'a :uguetes para nosotros, y se dedicó a mil actividades durante su vidaG siempre ten'a las manos ocupadas. H cuando murió, de pronto me di cuenta de que no lloraba por l, sino por las cosas que #ac'a. Lloraba porque nunca m!s volver'a #acerlas, nunca m!s volver'a a labrar otro peda(o do madera y no nos ayudar'a a criar pic#ones en el patio ni tocar'a el viol'n como l sab'a #acerlo, ni nos contar'a c#istes. Formaba parte de nosotros, y cuando murió todas las actividades se interrumpieron, y nadie era capa( de #acerlas como l. Era individualista. Era un #ombre importante. Aunca me #e sobrepuesto a su muerte. 0 menudo, pienso en las tallas maravillosas que nunca #an cobrado orma a causa de su muerte. Cu!ntos c#istes altan al mundo, y cu!ntos pic#ones no sido tocados por sus manos. Coniguró el mundo, #i(o cosas en su beneicio. La noc#e en que alleció, el mundo surió una prdida de die( millones de buenas acciones. =ontag anduvo en silencio. =illie, =illie murmuró. =illie. )Mu* =i esposa, mi esposa. D+obre =illie, pobre =illie Ao puedo recordar nada. +ienso en sus manos, pero no las veo reali(ar ninguna acción. +ermanecen colgando l!ccidamente a sus lados, o est!n en su rega(o, o #ay un cigarrillo en ellas. +ero eso es todo. =ontag se volvió a mirar #acia atr!s. -)Mu diste a la ciudad, =ontag*/ -Ceni(a./ -)Mu se dieron los otros mutuamente*/ -Aada./ >ranger permaneció con =ontag, mirando #acia atr!s. Cuando muere, todo el mundo debe de:ar algo detr!s, dec'a mi abuelo. In #i:o, un libro, un cuadro, una casa, una pared levantada o un par de
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(apatos. O un :ard'n plantado. 0lgo que tu mano tocar! de un modo especial, de modo que tu alma tenga alg@n sitio a donde ir cuando t@ mueras, y cuando la gente mire ese !rbol, o esa lor, que t@ plantaste, t@ estar!s all'. -Ao importa lo que #agas dec'a, en tanto que cambies algo respecto a como era antes de tocarlo, convirtindolo en algo que sea como t@ despus de que separes de ellos tus manos. La dierencia entre el #ombre que se limita a cortar el csped y un autntico :ardinero est! en el tacto. El cortador de csped igual podr'a no #aber estado all', el :ardinero estar! all' para siempre./ >ranger movió una mano. =i abuelo me enseó una ve(, #ace cincuenta aos unas pel'culas tomadas desde co#etes. )8a visto alguna ve( el #ongo de una bomba atómica desde cientos 3ilómetros de altura* Es una cabe(a de aliler, no es nada. H a su alrededor, la soledad. /=i abuelo pasó una docena de veces la pel'cula tomada desde el co#ete, y, despus maniestó su esperan(a de que alg@n d'a nuestras ciudades se abrir'an para de:ar entrar m!s verdor, m!s campia, m!s Aaturale(a, que recordara a la gente que sólo disponemos de un espacio muy pequeo en la 9ierra y que sobreviviremos en ese vac'o que puede recuperar lo que #a dado, con tanta acilidad como ec#arnos el aliento a la cara o enviamos el mar para que nos diga que no somos tan importantes. /Cuando en la oscuridad olvidamos lo cerca que estamos del vac'o dec'a mi abuelo alg@n d'a se presentar! y se apoderar! de nosotros, porque #abremos olvidado lo terrible y real que puede ser./ )2e da cuenta* >ranger se volvió #acia =ontag. El abuelo lleva muc#os aos muerto, pero si me levantara el cr!neo, Dpor 7ios, en las circunvoluciones de mi cerebro encontrar'a las claras #uellas de sus dedos. l me tocó. Como #e dic#o antes, era escultor. -7etesto a un romano llamado 2tatu Muo/, me di:o. -Llena tus o:os de ilusión dec'a. Qive como si ueras a morir dentro de die( segundos. Qe al mundo. Es m!s ant!stico que, cualquier sueo real o imaginario. Ao pidas garant'as, no pidas seguridad. Aunca #a existido algo as'. H, si existiera, estar'a emparentado con el gran pere(oso que cuelga boca aba:o de un !rbol, y todos y cada uno de los d'as, empleando la vida en dormir. 0l diablo con esto di:o, sacude el !rbol y #a( que el gran pere(oso caiga sobre su trasero./ D=ire exclamó =ontag. H la guerra empe(ó y terminó en aquel instante. +osteriormente, los #ombres que estaban con =ontag no ueron capaces de decir si en realidad #ab'a visto algo. Mui(!s un leve resplandor y movimiento en el cielo 9al ve( las bombas estuviesen all', y los reactores veinte 3ilómetros, die( 3ilómetros, dos 3ilómetros cielo arriba durante un breve instante, como grano arro:ado desde lo alto por la enorme mano del sembrador, y las bombas cayeron con espantosa rapide( y, sin embargo con una repentina lentitud, sobre la ciudad que 119/124
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#ab'an de:ado atr!s. El bombardeo #ab'a terminado para todos los ines y propósitos, as' que los reactores #ubieron locali(ado su ob:etivo, puesto sobre aviso a sus apuntadores a oc#o mil 3ilómetros por #oraG tan uga( corno el susurro de una guadaa, la guerra #ab'a terminado. Ina ve( soltadas las bombas, ya no #ubo nada m!s. Luego, tres segundos completos, un pla(o inmenso en la 8istoria, antes de que las bombas estallaran, las naves enemigas #ab'an recorrido la mitad del irmamento visible, como balas en las que un salva:e qui(! no creyese, porque eran invisiblesG sin embargo, el cora(ón es destro(ado de repente, el cuerpo cae despeda(ado y la sangre se sorprende al verse libre en el aireG el cerebro desparrama sus preciosos recuerdos y muere. 6esultaba incre'ble. 2ólo un gesto. =ontag vio el aleteo de un gran puo de metal sobre la ciudad, y conoc'a el aullido de los reactores que le seguir'an diciendo, tras de la #a(aa 7esintgrate, no de:es piedra sobre piedra, perece. =uere. =ontag inmovili(ó las bombas en el cielo por un breve momento, su mente y sus manos se levantaron desvalidamente #acia ellas. DCorred gritó a Faber, a Clarisse. DCorred a =ildred. DFuera, marc#aos de a#' +ero Clarisse, recordó =ontag, #ab'a muerto. H Faber se #ab'a marc#adoG en alg@n valle proundo de la región, el autob@s de las cinco de la madrugada estaba en camino de una desolación a otra. 0unque la desolación a@n no #ab'a llegado, todav'a estaba en el aire, era tan cierta como el #ombre parec'a #acerla. 0ntes de que el autob@s #ubiera recorrido otros cincuenta metros por la autopista, su destino carecer'a de signiicado, su punto de salida #abr'a pasado a ser de metrópoli montón de ruinas. H =ildred... DFuera, corre =ontag la vio en la #abitación de su #otel, durante el medio segundo que quedaba, con las bombas a un metro, un palmo, un cent'metro del ediicio. La vio inclinada #acia el resplandor de las paredes televisivas desde las que la -amilia/ #ablaba incesantemente con ella, desde donde la amilia c#arlaba y discut'a, y pronunciaba su nombre, y le sonre'a, y no alud'a para nada a la bomba que estaba a un cent'metro, despus, a medio cent'metro, luego, a un cuarto de cent'metro del te:ado del #otel. 0bsorta en la pared, como si en el a!n de mirar pudiese encontrar el secreto de su intranquilidad e insomnio. =ildred, inclinada ansiosa, nerviosamente, como para (ambullirse, caer en la oscilante inmensidad de color, para a#ogarse en su brillante elicidad. La primera bomba estalló. D=ildred Mui(!, )quin lo sabr'a nunca* 9al ve( las estaciones emisoras, con sus c#orros de color, de lu( y de palabras, ueron las primeras en desaparecer. 120/124
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=ontag, cayendo de bruces, #undindose, vio o sintió, o imaginó que ve'a o sent'a, cómo las paredes se oscurec'an rente al rostro de =illie, oyó los c#illidos de ella, porque, en la millonsima de segundo que quedaba, ella vio su propio rostro rele:ado all', en un espe:o en ve( de en una bola de cristal, y era un rostro tan salva:emente vac'o, entregado a s' mismo en el salón, sin tocar nada, #ambriento y saci!ndose consigo mismo que, por in, lo reconoció como el suyo propio y levantó r!pidamente la mirada #acia el tec#o cuando ste y la estructura del #otel se derrumbó sobre ella, arrastr!ndole con un millón de 3ilos de ladrillos, de metal, de yeso, de madera, para reunirse con otras personas las colmenas de m!s aba:o, todos en r!pido descenso #ac'a el sótano, donde inalmente la explosión le librar'a de todo a su manera irra(onable. 6ecuerdo. =ontag se aerró al suelo. 6ecuerdo. C#icago. C#icago, #ace muc#o tiempo, =illie y yo. D0ll' ue donde nos conocimos 0#ora lo recuerdo. C#icago. 8ace muc#o tiempo. La explosión sacudió el aire sobre el r'o, derribó a los #ombres como ic#as de dominó, levantó el agua de su cauce, aventó el polvo e #i(o que los !rboles se inclinaran #acia el 2ur. =ontag, aga(apado, #acindose todo lo pequeo posible, con los o:os muy apretados. Los entreabrió por un momento y, en aquel instante, vio la ciudad, en ve( de las bombas, en el aire. 8ab'an permutado sus posiciones. 7urante otro de esos instantes imposibles, la ciudad se irguió, reconstruida e irreconocible, m!s alta de lo que nunca #ab'a esperado ser, m!s alta de lo que el #ombre la #ab'a ediicado, erguida sobre pedestales de #ormigón triturado y bri(nas de metal desgarrado, de un millón de colores, con un millón de enómenos, una puerta donde tendr'a que #aber #abido una ventana, un te:ado en el sitio de un cimiento, y, despus, la ciudad giró sobre s' misma y cayó muerta. El sonido de su muerte llegó m!s tarde. 9umbado, con los o:os cubiertos de polvo, con una ina capa de polvillo de cemento en su boca, a#ora cerrada, :adeando y llorando, =ontag volvió a pensar recuerdo, recuerdo, recuerdo algo m!s. )Mu es* 2', s', +arte del Eclesiasts y de la 6evelación. +arte de ese libro, +arte de l, aprisa, a#ora, aprisa, antes de que se me escape, antes de que cese el viento. El libro del Eclesiasts. 0#' va. Lo recitó para s' mismo, en silencio, tumbado sobre la tierra temblorosa, repitió muc#as veces las palabras, y le salieron perectas sin esuer(o, y por ninguna parte #ab'a -7ent'rico 7en#arn/, era tan sólo el +redicador entregado a s' mismo, erguido all' en su mente, mir!ndole... 0ll' di:o una vo(. Los #ombres yac'an boqueando como peces uera ue del agua. 2e aerraban a la tierra como los nios se aerran a los ob:etos amiliares, por muy r'os y muertos que estn, sin importarles lo que #a ocurrido o lo que puede ocurrirG sus dedos estaban #undidos en el polvo y todos gritaban para evitar la rotura de sus t'mpanos, para evitar el estallido de 121/124
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su ra(ón, con las bocas abiertas, y =ontag gritaba con ellos, una protesta contra el viento que les arrugaba los rostros, les desgarraba los labios y les #ac'a sangrar las narices. =ontag observó cómo la inmensa nube de polvo iba pos!ndose, y cómo el inmenso silencio ca'a sobre el mundo. H all', tumbado, le pareció que ve'a cada grano de polvo y cada bri(na de #ierba, y que o'a todos los gritos y voces y susurros que se elevaban en el mundo. El silencio cayó :unto con el polvo, y sobre todo el tiempo que necesitar'an para mirar a su alrededor, para conseguir que la realidad de aquel d'a penetrara en sus sentidos. =ontag miró #acia el r'o. -?remos por el r'o. =iró la vie:a v'a erroviaria. O iremos por ella. O caminaremos por las autopistas y tendremos tiempo de asimilarlo todo. H alg@n d'a, cuando lleve muc#o tiempo sedimentado en nosotros, saldr! de nuestras manos H nuestras bocas. H gran parte de ella estar! equivocado, pero otra ser! correcta. 8oy empe(aremos a andar y a ver mundo, y a observar cómo la gente anda por a#' H #abla, el verdadero aspecto que tiene. Muiero verlo todo. H aunque nada de ello sea yo cuando entren, al cabo de un tiempo, todo se reunir! en mi interior, y ser! yo. F':ate en el mundo, 7ios m'o, 7ios m'o. F':ate en el, mundo, uera de m', m!s all! de mi rostro, y el @nico medio de tocarlo verdaderamente es ponerlo all' donde por in sea yo, donde estn la sangre, donde recorra mi cuerpo cien mil veces al d'a. =e apoderar de ella de manera que nunca podr! escapar. 0lg@n d'a, me aerrar con uer(a al mundo. 0#ora tengo un dedo apoyado en l. Es un principio./ El viento cesó. Los otros #ombres permanecieron tendidos, no preparados a@n para levantarse y empe(ar las obligaciones del d'a, las #ogueras y la preparación de alimentos, los miles de detalles para poner un pie delante de otro pie y una mano sobre otra mano. +ermanecieron parpadeando con sus polvorientas pestaas. 2e les pod'a o'r respirando aprisaG luego, m!s lentamente... =ontag se sentó. 2in embargo, no se siguió moviendo. Los otros #ombres le imitaron. El sol tocaba el negro #ori(onte con una dbil pincelada ro:i(a. El aire era resco y ol'a a lluvia inminente. En silencio, >ranger se levantó, se palpó los bra(os, las piernas, blasemando, blasemando incesantemente entre dientes, mientras las l!grimas le corr'an por el rostro. 2e arrastró #acia el r'o para mirar aguas arriba. Est! arrasada di:o muc#o rato despus. La ciudad parece un montón de polvo. 8a desaparecido. H al cabo de una largu'sima pausa se preguntó)Cu!ntos sabr'an lo que iba a ocurrir* )Cu!ntos se llevar'an una sorpresa*
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-H en todo el mundo pensó =ontag, )cu!ntas ciudades m!s muertas* H aqu', en nuestro pa's, )cu!ntas* )Cien, mil*/ 0lguien encendió una cerilla y la acercó a un pedal de papel que #ab'a sacado de un bolsillo. Colocaron el papel deba:o de un montoncito de #ierbas y #o:as, y, al cabo de un momento, aadieron ramitas #@medas que c#isporrotearon, pero prendieron por in, y la #oguera ue aumentando ba:o el aire matutino, mientras el sol se elevaba y los #ombres de:aban lentamente de mirar al r'o y eran atra'dos por el uego, torpemente, sin nada que decir, y el sol iluminó sus nucas cuando se inclinaron. >ranger desdobló una lona en cuyo interior #ab'a algo de tocino. Comeremos un bocado. 7espus, daremos media vuelta y nos dirigiremos corriente arriba. 9al ve( nos necesiten por all'. 0lguien sacó una pequea sartn, y el tocino ue a parar a su interior, y empe(ó a tostarse sobre la #oguera. 0l cabo de un momento, el aroma del tocino impregnaba el aire matutino. Los #ombres observaban el ritual en silencio. >ranger miró la #oguera. Fnix. )Mu* 8ubo un pa:arraco llamado Fnix, muc#o antes de Cristo. Cada pocos siglos encend'a una #oguera y se quemaba en ella. 7eb'a de ser primo #ermano del 8ombre. +ero, cada ve( que se quemaba, resurg'a de las ceni(as, consegu'a renacer. H parece que nosotros #acemos lo mismo, una y otra ve(, pero tenemos algo que el Fnix no ten'a. 2abemos la maldita estupide( que acabamos de cometer. Conocemos todas las tonter'as que #emos cometido durante un millar de aos, y en tanto que recordemos esto y lo conservemos donde podamos verlo, alg@n d'a de:aremos de levantar esas malditas piras unerarias y a arro:amos sobre ellas. Cada generación #abr! m!s gente que recuerde. >ranger sacó la sartn del uego, de:ó que el tocino se enriara, y se lo comieron lenta, pensativamente. 0#ora, v!monos r'o arriba di:o >eorge H tengamos presente una cosa no somos importantes. Ao somos nada. 0lg@n d'a, la carga que llevamos con nosotros puede ayudar a alguien. +ero incluso cuando ten'amos los libros en la mano, muc#o tiempo atr!s, no utili(amos lo que sac!bamos de ellos. +roseguimos impertrritos insultando a los muertos. +roseguimos escupiendo sobre las tumbas de todos los pobres que #ab'an muerto antes que nosotros. 7urante la próxima semana, el próximo mes y el próximo ao vamos a conocer a muc#a gente solitaria. H cuando nos pregunten lo que #acemos, podemos decir -Estamos recordando./ 0#' es donde venceremos a la larga. H, alg@n d'a, recordaremos tanto, que construiremos la mayor pala mec!nica de la 8istoria, con la que excavaremos la sepultura mayor de todos los tiempos, donde meteremos la guerra y la enterraremos. Qamos, a#ora. 123/124