Misael Jesús Rubio Espinosa La filosofía del lenguaje 08.10.14 Categorías de pensamiento y categorías de lengua La lengua hablada y su estructura en general permanece desapercibida por los propios hablantes. Éstos no disciernen la organización interna, pero corrientemente la usan con los fines deseados sin entender las implicaciones a nivel neurobiológico, de la mente y de los factores extralingüísticos. Se habita la palabra desde el pensamiento y el estudioso intenta alcanzar esa primera constitución. Y entonces, ¿cómo saber si hay una correlación entre el lenguaje y el pensamiento – categorías categorías ontológicas de cada lengua – como determinantes uno del otro, o si es anterior el pensamiento a la lengua o viceversa? Por lo que se expone la hipótesis de delinear los escolios analítico-comparativos de las categorías Aristotélicas y la función del verbo ser. Desde el capítulo " Categorías de pensamiento y categorías de lengua" de Émile Benveniste en su obra Problemas de lingüística lingüística general I (1997). La sensación de apropiación del lenguaje y el uso intelectual o práctico que hacemos de él, plantea problemas de un lado gramaticales y de otro fisiológicos, todo desde un eje epistemológico. Decir qué, cómo decir y querer decir se asumen como contenidos del pensamiento indisociables del molde significante; pero nunca concluyen con el estudio del pensamiento desde un posible análisis en sí de la lengua. La relación entre pensamiento pensamiento y lengua conduce al indoeuropeísta Benveniste en Problemas de (1997), a abordar las diez categorías ontológicas del griego clásico propuestas por lingüística general I (1997), Aristóteles que son en un sentido modos lingüísticos de predicación, como el punto de partida para evidenciar las implicaciones que acaecen a toda categorización. Dice Benveniste que
"Aristóteles tenía la
intención de sensar (sic) todos los predicados posibles de la proposición con la condición de que cada término fuese significativo en estado aislado, no metiendo en una , en un sintagma [...] es la lengua la que, gracias a sus propias categorías, permite reconocerlos y especificarlos" (1997, p. 70). En otras palabras, la lengua da lugar a la estructuración primera del "ser" configurado por la subjetividad "el espíritu" a las cosas del mundo. De esta manera, mostrar los predicados posibles de las proposiciones es lo que es posible a decir y luego de si, delimitar u organizar lo que se piensa. En conclusión, lo que es factible decir desde cada lengua, es lo mismo que delimita y organiza lo que puede ser pensado, pues en cada lengua subyace una lógica que permite fundamentar la aprensión del mundo. Se puede decir que las categorías son construcciones del pensamiento con pretensiones de categorías universales lingüísticas que ayudan a entender los predicados que pueden afirmarse del ser. La conclusión de Benveniste:
"se despliega la noción de ser que envuelve todo. Sin ser un predicado el
mismo, el ser es la condición de todos los predicados. Todas las variedades de ser-tal, del estado, todas las visiones posibles del tiempo, etc., dependen de la noción del ser" (Benveniste, 1997, p. 70). En efecto
véase las categorías : sustancia –qué–, cualidad –cuál–, cantidad –cuánto–, relación –relativamente a qué–, tiempo –cuándo–, lugar –dónde–, estado –estar en postura –, medio –estar en estado–, acción –hacer– y pasión –sufrir–. Las agrupan en dos secciones; las primeras seis como nominales y las cuatro restantes como verbales; además cumplen las primeras mayores características determinantes, es decir son por necesidad, mientras que en sentido invertido subyace la accidentalidad o el azar dentro de las categorías verbales.
Es
necesario recalcar, entonces que la función del verbo ser hace girar el logos a derredor de la y así surge una estructura lingüística – la del griego clásico – predispuesta a "la noción de ser a una vocación filosófica". Esto gracias a las partículas y la configuración prototípica de la subjetividad de cada lengua. En conclusión, y junto a la comparación de la lengua ewe – y sus funciones particulares del verbo ser – se entiende que cada lengua tiene su escala de valores ontológico-subjetivos sobre el mundo y a partir de eso construye su lenguaje. Los estudios arrojan dos posibles errores antagónicos, el uno que "la lengua da la impresión de no ser más que uno de los trujamanes posibles del pensamiento – libre éste, autárquico, individual, que emplea la lengua como su instrumento" (Benveniste, 1997, p. 73). Y el otro que existe la "calca de una lógica que sería inherente al espíritu, y así exterior y anterior a la lengua [...] Ingenuidades y tautologías" (Benveniste, 1997, p. 73). Esto surge porque lo asimilable, lo comprensible es interpretado en el sentido de una totalidad cerrada, siendo que el lenguaje está vivo, cambia, evoluciona, que sólo arroja categorías gramaticales y cuando se le asume estatismo ya ha mudado y que sobre todo existe imbricado al pensamiento. Lo otro responde a un ideal generativo primordial. Sin embargo, se puede concluir que "ningún tipo de lengua puede él mismo y por sí mismo ni favorecer ni impedir la actividad del pensamiento [...] la posibilidad del pensamiento está vinculada a la facultad de lenguaje, pues la lengua es una estructura informada de significación, y pensar es manejar los signos de la lengua" (Benveniste, 1997, pp. 73-74). En efecto la capacidad del pensamiento está más próximo a las potencialidades y capacidades humanas cuya condición anterior suele ser la cultura, la sociedad y no el del lenguaje en si. Creo ver en esto la valoración de todo lenguaje y su naturaleza traducible y así aprehendible de todo conocimiento. Benveniste, E. (1997). Problemas de lingüística general I . México: Siglo Veintiuno Editores. pp. 63-74.