E- 02
ORION
AB G GR UFU INFO RM AT¡l0N
RECREO
LA MUERTE Realidad y transcendencia
EI, TRIANGULO MORTAL DE LAS BERMUDAS
¿0TRAS YIDAS? Espiritu y reencarnación
LA ISLA DE PASCUA:
EL ISPIRITISMO y
TECNOL0GIA DEL PASAD0:
sus metodos
()VI{IS
EI\IGMAS
PARAPSICOL()GIA
¿Un ensayo del fin del mundo?
0VNIS: Una realidad indiscutible , CUANDO LOS OYNIS ATERRIZAN EFECTOS ELECTROMAGNETICOS DE LOS
Unos hallazgos
»0YNIS
sorprendentes PSICOFONIAS: Génesis y Práctica
OVNIS: TOP SECRET
La inminencia de EL FIN DEL MUNDO POI,:TERGEIST El poder mágico de LAS PIRAMIDES
,":C0M0
CLARIVIDENCIA Y TELBPATIA
Et DITUVIO Y EL ARCA
OVNIS: LAS DIFICILES MANIOBRAS
DE NOE
ASTROLOGIA: Teoria y práctica
LA ATLANTIDA: Mito H0R0SC0P0: Ellensuaje PRODIGIOS DE
tA
0YNIS; LOS VIAJIS IMPOSIBLES
v realidad
de los astros
EGIPTO MILENARIO
LOS TRIPULANTIS DEL COSMOS
MENSAJES EN PIEDRA
ENCUENTROS CON HUMANOIDES
SENSIBILIDAD
HIPNOSIS Y SUGESTION LOS MONSTRUOS IMPOSIBTES
"
LOS SUEN0S y su significado
At
VAMPIROS Y HOMBRES-LOBOS
" OYNIS: EL PRIMER CONTACTO
EL MUND0 MAYA y sus misterios
OVNIS: PELIGRO. ABDUCCION
FUTUR0: Claves de la Adivinacién
BRUJERIA Y SATANISMO MAGIA Y LEYENDAS DE LA INDIA QUIROMANCIA: El destino en las manos
LAS PIEDRAS DE ICA: Ellegado de otra historia
OVNIS SUBMARINOS
LAS PISTAS DE NAZCA y otros dibujos aéreos
LOS VISITANTES DE UMMO
LOS HECHOS MALDITOS
LA HISTORIA SECRETA DE LOS OYNIS
EL IMPERIO AZTECA Y SUS SECRETOS
LOS 0VNIS ¿PROTAG0NISTAS
I,A DESTRUCCION DEt COSMOS:
OVNIS: LAS GRANDES OLEADAS
Un hecho inevitable
EL HOMBRE Y EL UNIVERSO
LOS SENORES DEL CONOCIMIENTO
OVNIS: ENIGMATICA PUESTA EN ESCENA
LA FUERZA DE LA MENTE LA OTRA MEDICINA: Proceso a los curanderos PARAPSICOL0GIA en animales y plantas
D[ RELAJACION Y MEDITACION
ESPIRITISMO BRASILEÑO
OVNIS: ¿POR QUE LOS RAPTOS? OVNIS: SECTAS Y CULTOS
LAS FRONTERAS DE LA MEMORIA
TECNICAS
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EL UNIVERSO INCA
PROFETAS Y PROFECIAS
TELEPLASTIAS: Imágenes de otros mundos
OYNIS EN EL PASADO OVNIS: ENTIDAD DE LOS TESTIGOS
El enigma de TIAHUANACO
TAR0T: f,l futuro en los naiPes VIAJE
SON LOS 0VNIS?
tAS BSFERAS CELESTES DE COSTA RICA
0 TESTIGOS?
OVNIS: UNA CONSTANTE PRESENCIA
ENIGMAS DE AMERICA
tA
DESAPARICION DE LOS DINOSAURIOS
EDIC¡ONES I. QUORUM, S.A. Consejo editorial: CANDIDO CONDE, MANUEL GASCH BURoN Director artístico: LUIS DE MIGUEL Director de Ia obra: FERNANDo JIMENEZ DEL oso Director ejecutivo: JoAQUIN GoMEz LUIS DE MIGUEL Colabotradores: LEONOR MENDEZ, TOMAS OynRatof SEMMEL,ZEN, , JEAN Fotografías: PABLO RODRTGUEZ llustraciones: DARNELL' ANDREAS FABER KAISINESIO CASTELLANO, ALARAZKI, JULIO ARCAS, VICENTE J.BALLESTER, J.J. BENITEZ, MERCEDES MARIN, FRANCISOO PADRON, JEJUANA lBoR, LOPEZ M" PEñA, JosE L. JoRDAN JosE FREtxEDo, FELIx,-SALVADoR srn, rr¡. LAURA DEL zorrl. lmpresión: GRAFIcAS sus A. pEREZ oASTANo, ANToNto RtBERA, JosE RUESGA, ENRteuE DE vtcENTE, cARLo LlBERlo tomo l: B4-77O1-141-9 REUNIDAS, S. A. |SBN de ta obra: B4-77O1-143-5|SBN del fascículo: B4'77O1-142-7 ISBN del s. A. lmpreso: septiembre 199O 199O A.O S. IBERICA, MARCO Distribución: Déposito legat: M. 28466-1989printed in spain ldicione¡_,t -Quorum, Fax: 5645490 Tef.: 5645863 MADRID Redacción y Administración: Diego deLeón, 7 1s 28006
Cuando los ovnis aterrizan
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w&reffiffi effiffi ffiwffiffiffi &wffireffiffiK&re No sabemos de dónde vienen ni qué pre-
tenden de nosotros. Surcan los cielos de nuestro pláneta y, a veces, toman tierra en los lugares más insospechados. Cam-
pos calcinados, motores súbitamente detenidos, animales afectados por energías desconocidas, instalaciones eléctri-
cas interrumpidas e incluso efectos psicológicos en los testigos que observaron sus evoluciones y sus aterrizajes ponen
de manifiesto que esas naves misteriosas, de avanzadísima tecnología, no sólo
son reales y físicas, sino que también dejan huellas de su presencia, señales que se miden y comparan, que se fotografían y analizan. Una tarjeta de visita
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que es necesario interpretar para poder
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adentrarse con paso firme en el tremendo enigma que nos plantea la inquietan-
te fenomenología ovni. . .i-&: -..'€= -€
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abemos, por las
abundantes noticias divulgadas durante los últ¡mos años, que la presencia de los objetos volantes no identificados, especialmente si la presencia es muy cercana y aún más cuando se produce el aterrizaje de los mismos, produce una serie de efectos que son constatables a simple vista o tras los más eiementales análisis; efectos f ísicos y biológicos que sin duda deben ser atribuidos a la irradiación de algún tipo de energía, todavía no bien determinada, pero desde luego muy activa y potente. Precisamente, como acabamos de indicar, que esto suceda es una prueba de que estamos hablando de un fenómeno real, f ísico, apreciable y medible. Los investigadores ufólogos dan a estas pruebas físicas gran valor, y ello es lógico: son precisamente estas huellas las que restan importancia, hasta dejarlas reducidas al ridículo. a las hipótesis alternativas que pretenden convercer-
nos de que los ovnis son fenómenos psicológicos, míticos o sociológicos. Sin que esta af irmación quiera decir que no existan facetas del tema que se adapten a semejantes posibilidades. Hay, por encima de cualquier otro tipo de consideración, un hecho indiscutible: si el fenómeno que nos ocupa produce efectos físicos en su entorno, ello es prueba de que se trata de algo mate-
rial y energético, necesariamente.
Comprobar,
pues, estos efectos físicos, nos llevará a aceptar que la existencia de los ovnis es un hecho real.
Estudiemos detenidamente la amplia gama de los mismos. simple. Una primera clasificación -la más bien el ámpero que nos servirá para delimitar bito en el que vamos a movernos- nos obligará a establecer los siguientes tipos de efectos, todos ellos apreciables tras la presencia cercana o aterrizaje de un objeto volante no identif icado:
c
Efectos mecánicas. Esta terminología debe
abarcar a todo tipo de evidencias físicas, tales como huellas dejadas en el terreno por ei supuesto tren de aterrizaje de las naves, quema-
Siernpre que se produce el
aterrizaje de un ovni quedan las ht¡ellas del suceso: tierras
fundidas, carnpos calcinados, árboles secos.
".
iliiliill,,!ffiüirt,
ri
Cuando los ovnis aterrizan ffi No es
frecuente, pero a veces
sucede: junto a las huellas del aterrizaje de un ovni aparecen
también otras misteriosas huellas que
sugieren las pisadas de sus
tripulantes.
ffi
duras en el manto vegetal, fusiones de pequeñas piedras o de tierra en las zonas de contacto, ramas partidas en las copas de los árboles vecinos, sembrados aplastados o inclinados, manchas en guijarros dando fe de que ha existido un roce con elementos mecánicos... Estas huellas pueden borrarse suele ocurrir en la mayoen el transcurso de unos días ría de los casos--así o unos meses; pero en otras ocasiones ha pod¡do comprobarse que, tras un aterrizaje y permanencia dilatada, el terreno ha quedado calcinado tan intensamente que ha debido ser removido y revitalizado para que vuelva a ser fértil, persistiendo en él una especie de luminosidad tenue que, finalmente, ha acabado por desaparecer.
. Efectos electromagnéticos. Para que éstos aparezcan no es imprescindible que el aterrizaje del ovni se haya producido; basta la proximidad. Es una casuística muy abundante, que se traduce en interferencias en los receptores de radio y TV, anomalías en los radares, anulación de lc¡s sistemas de encendido en vehículos a motor, interrupción de las conduciones eléctricas... Lo más frecuente es que, de pronto, circulando por una carretera secundaria, el conductor note que
te, de las facultades paranormales si ya existían en el ser humano afectado, o aparicición súbita si no existían.
las Iuces de su automóvil comienzan a parpa-
dear hasta llegar a apagarse del todo; y después es el motor el que se detiene. Coincide el fenómeno con la presencia de una extraña luminosidad que parece envolver el lugar donde se han producido las anomalías. El origen de la luz es un gran foco que suele hallarse sobre el vehículo, a escasa altura; Íara vez es plenamente apreciable la silueta del ovni. Cuando la luz se esfuma, todo vuelve de nuevo a funcionar. Es decir, la cercanía de la nave afecta a los elementos electromagnéticos del automóvil, mas no los deteriora. Desaparecido el ovni, cesan los efectos. Si el incidente se produce de día, probablemente lo que llegue a contemplar el sorprendido conductor sea un disco de aspecto metálico en vez de un foco de luz. A veces, la detención del vehículo es solamente el comienzo de una aventura que puede concluir con el transporte
del mismo, instantáneamente, hasta cientos o miles de kilómetros del lugar del encuentro, tal vez incluso hasta un país distinto. En otras oca-
siones, hallándose todavía la luz presente,
el
conductor abandona su coche y se encuentra de pronto en presencia de unos extraños seres, dando comienzo entonces uno de los sucesos más dramáticos de la fenomenología ovni: el contacto, del que ya hablaremos en su momento. o Efectos sobre seres vivos. Se producen sobre seres humanos y animales, y se constatan por quemaduras debidas a radiaciones o calor, enrojecimiento de la piel, urticarias, malestar general y una serie de perturbaciones f isiológi-
cas imposibles de enumerar por su variedad y abundancia. También, perturbaciones del comportam¡ento. de la memoria, transtornos psíquicos y, a veces, fuerte trauma irreversible. Algunos investigadores apuntan también la posibilidad de una potenciación, temporal o permanen-
DO§ Aunque sea adelantarnos un ETEIUIPLOS poco a los acontecimientos que SlGl{lFlCA- deberemos desarrollar en suceÍIVOS sivas monografías. expondremos un par de casos referentes ffiffi a efectos producidos por la presencia ovni en personas. Nos haremos así una idea de la trascendencia que los mismos tienen en el conjunto de la fenomenología que venimos trata ndo.
Uno de ellos tuvo por escenario una pequeña población serrana de la provincia de Huelva (Es-
paña) y su protagonista fue una joven de 19 años. Rafaela García, campesina y prácticamente analfabeta. Los hechos sucedieron en 1978, y pueden resumirse de la siguiente manera: salió Rafaela de su aldea aproximadamente a las cinco de la tarde, en dirección a una granja que distaba unos dos kilómetros; caminaba por un sendero estrecho junto a un riachuelo que discurría entre frondosa vegetación. Era un camino habitualmente solitario, y más todavía a aquella hora de un día de f inal de primavera, algo caluroso. Rafaela acababa de escuchar por la radio el capítulo de una novela por entregas, que se emitía diariamente de 4 a 4,30. Se entretuvo unos minutos y salió con buen paso. pues quería estar de vuelta antes de las 7 para poder escuchar otro programa radiofónico diario que era de su agrado. Se adentró por el sendero, entre los árboles, junto al arroyo rumoroso, y a unos 500 metros de su casa, de pronto, sintió una especie de desvanecimiento a la vez que recibía en sus ojos el impacto de un fuerte resplandor procedente de un objeto detenido en un pequeño claro entre la maleza. objeto cuyas formas no pudo distinguir a causa de la ceguera que le pro-
23
E-
,.
nalizara el capítulo de la rad¡onovela y unos m¡nutos
antes de que comenzara el programa de las siete. Más de una hora había estado desprovista de conciencia sobre el suelo del sendero. Más de una hora de la que no recordaba absolutamente nada. Lo últinno
que vio f ueron aquellas extrañas f iguras que se le acercaban envueltas en blancas túnicas. Durante algún tiempo Rafaela llegó a pensar que había tenido un encuentro con alguna aparición divina, quizás la Virgen y el Niño. Prefirió no contar a nadie el caso, y se esforzó por olvidar. Pero a los pocos días los dientes y muelas, sin dolor notable, empezaron a caérsele hasta no quedarle ni una sola pieza.
ROCAMBO-
Semejante en algunos aspectos
TESCO al suceso anteriormente relatado. ocurrió otro en Jumilla CASO Eil ¡UilltLLA L (Murcia) muchos años antes. También en este caso hubo pérffi dida de memoria -una laguna que duró exactamente en la conciencia 30 años- con recuperación
ducía el resplandor. Tomó asiento sobre una ele-
vación del terreno, y se cubrió los ojos con las manos. Enseguida oyó unos pasos. El resplandor había desaparecido. Hacia ella caminaban dos seres extraños: uno muy alto su descripción posterior. de más de dos -por metros-, tan menudo el otro que la muchacha pensó que se trataba de un niño. Ambos vestían una especie de túnicas de color claro, y eran rubios. Rafaela los vio acercarse e intentó huir. Un potente destello que ella no sabe de dónde provino le hizo perder la conciencia. Cuando Rafaela recobró el conocimiento. se halló tendida en el sendero. Los objetos que llevaba en una bolsa estaban esparcidos, y su reloj había sido desprendido de su muñeca. Aunque un poco aturdida, se encontraba bien. No comprendía lo que le había sucedido. Como estaba asustada, recogió apresuradamente sus cosas y regresó corriendo a casa. Casi automát¡camente conectó la radio: acababa de dar comienzo la emisión de las siete de la tarde. Hizo recuento de los objetos que contenía la bolsa. No faltaba nada. Observó el reloj de pulsera. quedando extrañada de que le faltara el saliente de la polea de la cuerda. Funcionaba, pero por alguna causa extraña, la ruedecilla había desaparecido. Ya algo más tranquila, ¡ntentó reconstruir lo que había sucedido. Una cosa estaba clara: los hechos se desarrollaron entre las 5 y las 6 ó 6,30 de la tarde, inmediatamente después de que fi-
posterior de la misma, en un momento previamente programado por los tripulantes de un ovni. Relatemos los hehos con orden, que la historia es interesante. Y cornienza por el final. Y en un lugar distinto del que se desarrolló. JLr¡i6 de 1982. Próspera Muñoz es una maestra que ejerce en Gerona, madre de varios hijos, mujer equilibrada y perfecta ama de casa. Durante sus primeros años vivió en una finca cercana a Jumilla. en la provincia de Murcia. hasta que sus padres se trasladaron a Gerona, por motivos laborales. Nunca había sentido Próspera la
menor curiosidad por el fenómeno ovni, ni por supuesto había tenido la más mínima experiencia en este sentido. Pero, súbitamente, al despertarse una mañana de ese mes de junlo de i 982, recuerda nítidamente lo sucedido 30 años antes en la finca de Jumilla, con tal cúmulo de detalles que parecen tratarse recuerdos del día anterior. La historia es apasionante. Lean. Próspera cuenta seis años de edad. Vive feliz en el campo, entregada por entero a los juegos con su herrnana mayor y su perro, con el que corretea por los alrededores. Una tarde del mes de junio ve posarse en el suelo un enorme disco plateado, que permanece estático unos minutos antes de elevarse y desaparecer. La niña no ha sentido miedo, aunque sí sorpresa. El perro, sin embargo, se ha mostrado muy inquieto y no ha cesado de ladrar. El objeto ha dejado sobre el suelo unas huellas, en forma de hoyos, como si hubieran sido producidas por unas patas que soportaran un gran peso. lnexplicablemente este detalle-, y pese a que el -recordemos aterrizaje de aquel objeto era algo fuera de lo normal, la niña no cuenta nada a sus padres ni a su hermana mayor. Y, a media noche. cuando todos duermen, menos
,
Evidencia de un aterrizaje. Se aprecia
perfectamente que la tierra y la vegetación han quedado calcinadas, y el suelo hundido y
removido.
ffi
r+
Cuando los ovnis aterrizan ffi
Próspera, por las ventanas se filtra un resplandor. La niña mira a través de los cristales: el objeto está allí, detenido en el mismo lugar donde se posó unas horas antes. De él descienden tres nhombres,, cubiertos con trajes blancos. El perro. que había comenzado a ladrar asustado. está ahora tendido en el suelo como dormido, a me-
dio camino entre el ovni y el vivienda. Uno de los tres uhombres, se detiene junto a é1, mientras los otros dos siguen avanzando hacia la casa. lnstantes después se abre la puerta. Dentro, todos menos Próspera parecen sumidos en su sueño profundísimo. Los dos uhombres» entran y toman a la niña cada uno de una mano, conduciéndola al exterior. Ya fuera, el grupo se encamina hasta donde se halla el otro ser junto al perro. Una vez todos juntos, toman a la niña y al perro en brazos y entran en la nave. Próspera está invadida por una gran paz.
INOwIDABTE
Por su interior, el ovni está lluEXPERIEI{CIA minado con una luz especial: se DENIRO ve muy bien. pero no se s¡ente molestia alguna. Próspera y su DEt OYIII perro son conducidos de forma iiliiliitjii+Í{$fi.tj;i. amable en una dependencia que se asemeja algo a la sala de reconocimiento de un hospital. Allí se hacen cargo de ellos
otros seres, esta vez vestidos con batas de color beige. El perro se despierta, mas no se siente ya
inquieto. Lo depositan sobre una especie de mesa de operaciones, mientras hacen tenderse a la niña en otra. Extraños aparatos penden del techo, a modo de tentáculos, con multitud de cables y agujas. alguno de los umédicos, a temas niña-, no va-dice a pasaros nada ni a ti ni a tu pela -No rro.
Mientras la observan con atención, Próspera se da cuenta de que la han desnudado, no sabe cuándo ni cómo. Le pasan sobre la piel del brazo algo semejante a una af ilada cuchilla que cgrta sin notarlo el vello, para depositarlo en un re-
cipiente. Las manos que la están palpando llaman su atención, y pregunta con el candor natural de sus seis años: sólo cuatro dedos. ¿Por qué os falta dedo gordo? el -Tenéis Su pregunta no obtiene respuesta. Ellos siguen muy pendientes de lo que están haciendo: en ese justo momento, introduciéndole finas sondas por todos los orif icios de su cuerpo. Ella no siente molestia alguna. Como respondiendo a la preocupación de la niña, uno de los extraños seres dice: perro está perfectamente. Le estamos ha-Tu lo mismo que a t¡. ciendo qué? Arnparo. -¿Para -inquiere conocer totalmente el funciona-Deseamos miento de vuestro cuerpo. Por eso extraemos toda clase de líquidos de vuestro organismo y los analizamos, La niña repara que entre los nmédicos, hay también «enfermerag», ! QUe una de ellas tiene
26
t
En la casuística de aterrizajes,
menor grado o intacta, En
es muy frecuente que los ovnis dejen en los campos una
ambos casos, los testigos refieren la presencia de
huella circular, más o menos
objetos circulares u ovoides posados, y que se lanzan al
amplia, en cuyo interior la masa vegetal queda quemada
y removida, o desaparece por completo, A veces, la huella
cielo, en su despegue, velocidades de vértigo
a
semeja un aro, porque deja una zona central afectada en
Huella de
tres metros de
diámetro, encontrada por el granjero australiano
Robert Habner en su campo sembrado de trigo, en 1
965.
Magnífica evidencia de la presencia de un ovni,
obtenida en Brasil. Su
diámetro es superior a los 1O metros, y pertenece
ovnique aterrizó en
a un
1973, GiEá-de Bahía.
Efectos del ate'rizaje de un ovni, en lowa,
julio de 1969. En
en
éIffipo
sembrado de soja
quedó una huella
circular irregularmente quemada y removida.
Cuando los ovnis aterrizan Los ovnis em.iten :iLÍ:.:ffi.ut¡"r". qr"" pueden
I
manos normales, es decir, con cinco dedos, perfectamente apreciables a través del suave tejido de tos guantés, Y, captando su extrañe.a antes de que la pregunta surja de sus labios, oye la explicación:
comprobarse
CinCO dedOS COmO VOSOIToS loS hUma-
-Tiene porque es hija de una madre de ta Tierra y nos, de uno de nosotros. También a veces hacemos experimentos de ese tipo. Concluidos los análisis, ordenan vestirse a la niña y la conducen con su perro hasta la aber-
331,,11,"-" aeisoñ¡ao grabado por un $ug|"totun tura que existe en la parte inferior presencia. del ovni, la =á-j¡;situB¡Éárisi,it+d*kiE¡Áipln ;=@e#ffi&ffirts*r§rffi
puerta por donde entraron, extraño acceso que
se cerraba y abría por extensión o contracción de
las paredes de la nave. Ya en tierra, Próspera recibe la orden de alejarse del ovni y dirigirse a su
ttTb,r,ourás
todo lo que ha sucedido que -oye le dicen- durante 30 años. Pasado ese tiempo lo recordarás con todo detalle. Cuando la niña entra en su casa, todos siguen durmiendo. Nadie se ha dado cuenta de nada. Mira a través de la ventana: el ovni ya no está allí. Se acuesta y se duerme enseguida. A la mañana siguiente, no recuerda nada. Fue a los 30 años justos, según le dijeron los tripulantes del ovni, cuando lo recordó y nos lo contó. Tal vez la muchacha de la aldea de Huelva que se desmayó en el sendero junto al riachuelo recuerde también lo que pasó cuando pasen unos años más, en el momento que los viajeros llegados del Cosmos hayan determinado.
EXPIICACIOI{ Las huellas de los aterrizajes se PARA tOS deben al impacto mecánico de EFECIOS lo que podríamos denominar
FISICOS
trenes de aterrizaje, o son efec-
$iffiffi,ffiffi1ffi to de em¡siones de energía
Lonnie Zamora fue el testigo de un
espectacular aterrizaje de extraterrestre en Socorro, uno de los I\ casos mejo,
|\
l"ooTJ"n l-/
ffi
21-
/rllt? 6L
pro-
ducidas por el desconocido sistema de.propulsión que emplean los ovnis para trasladarse por el espacio cubriendo d¡stanc¡as inimaginables para las energías que conocemos. Pero conviene que indiquemos, antes de seguir adelante, que los efectos físicos, además de tener por sí mismos e[ valor comprobatorio derivado de su ralidad visible y constatada, son también pruebas que afianzan otros fenómenos más complejos de contactos, como los casos que hemos relatado un poco más arriba. Si. tras los detalles aportados por el sujeto de un avistamiento o de un rapto con traslado al interior de Ia nave, se pueden estudiar las huellas que han quedado sobre el terreno, las quemaduras y f uSiones, roturas y otros efectos físicos sin causa aparente, hay que comenzar a pensar que el suceso contado por el testigo es verdadero, en su totalidad o en parte. Ya veremos la cantidad de matices que es posible establecer en los estudios psicológicos complementarios de la investigac¡ón del fenómeno de los raptos. Lo primero que demuestran los efectos físicos es que los ovnis son objetos dotados de masa y de energía. Las huellas de un aterrizaje, por ejemplo, permiten averiguar el peso y el reparto
del mismo en la estructura total de la nave, así como numerosos detalles acerca de la técnica empleada en el momento de la toma de contacto con el suelo en el del despegue. Nada irreal deja huellas reales. lgualmente, las anomalías en motores y conducciones eléctricas ponen de manifiesto que se ha producido sobre estos elementos el impacto de una energía potente capaz de interferirlos. Son, por lo tanto, los efectos físicos las primeras pruebas inequívocas de que el ovni ha hecho acto de presencia. El investigador español, y verdadera autoridad ufológica de prestigio mundial, V¡cente Juan Ba-
llester Olmos realizó un catálogo de efectos electromagnéticos, y extrajo los siguientes resultados (referidos al funcionamiento de motores de automóviles, luces de los mismos, aparatos de radio y TV, relojes y conducciones para el suministro de energía eléctrica de muy distinta intensidad): Un 66 por ciento de los casos de aterrizaje o proximidad cercana denotó fallos en el sistema de encendido del motor, con paro generalmente total del vehículo, que no pudo ser puesto en marcha de nuevo hasta que el ovni se alejó. De estos 66 avistamiento, la mayoría se produjo con alteraciones del sistema eléctrico, apagándose los faros, incluso los de los vehículos diesel y alguna motocicleta. En 34 casos. de cada 1 00, hubo fenómenos de interferencia eléctrica, tanto en el interior de los automóviles
como en viviendas
al lugar de aparición del ovni: próximas
fuerte estática, ruidos extraños, pitidos estri-
dentes, interrupción
completa también en
2l
receptores de radio, interferencias en televisores y detención de relojes, cortes en el suministro de energía eléctrica en una población entera, o en toda una zona extensa. Los receptores de radio, como todos sabemos, son extraordinarlamente sensibles a las interferencias eléctricas, así como los aparatos de TV. Recordemos cuántas veces hemos notado que se ha perdido la sintonía, o se ha anulado prácticamente el sonido inteligible convirtiéndose en un molesto murmullo en la pequeña radio del automóvil al pasar cerca de una línea de conducción de alta tensión; o Ia aparición de puntos de nieve vibrátiles y líneas que anulan la imagen en las pantallas del televisor cuando se pone en marcha simplernente un secador para el cabello o una batidora. Lo que resulta más cllfícil de admitir es el hecho de que se detenga el f uncionamiento de un motor de explosión ante la presencia más o menos próxima de un ovni. Para ello es necesario que se anule totalmente la génesis de la chispa que produce la ignición de la mez-
pudo -
de abril de 1964 Zamora Una extraña nave, que observó, mientras perseguía a ser perfectamenle por el sargento un autcmóvil que había cometido una infracción, que de policía Leonnie Zamora,
-
contemplada
- - un objeto Cescendía hasta de - posarse en el campo, cerca
tomó tierra en el término Socorro (Nuevo IVIéxico) el 24
El objeto se posó apoyado en tres patas metálicas articuladas. Junto a é1, el testigo observó dos figuras de aspecto humano.
de
la carretera, Se dirigió a él y lo
documentación del caso se
contempló durante unos minutos en todos sus detalles,
amplió con la obtención de
rnuy cerca, Pudo luego describirlo y reproducirlo en
dibujos Días más tarde,
la
Fotografía de una de las huellas del tren de aterrizaje. El dibujo destaca la forma de los pies de sustentación de las patas.
El gráfico refleja la posición lateral del
ovni. Las patas presentan la estructura y disposición perfectas para una completa sujeción.
l¡x;
69 }bi*üz
=
28
unas fotografías de las huellas.
.-.....
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En la
fotograf
ía
aparecen unos agentes de policía examinando una zona ¡ntensamente quemada en el
asfalto de una rretera, donde fue observado el despegue de un ovni el 21 de abril de 1 967, cerca de Detroit. I
ca
Cuando los ovnis aterrizan
§
así. Ciertamente, el oído humano es posible que no los capte; pero existen grabaciones magneto-
fónicas reveladoras en este sentido, y, basándonos en ellas, nos atrevemos a sugerir que esos sonidos inapreciables por el oído son así por su distinto tipo de onda a los habitualmente audibles, mas tan reales como éstos. Con respecto a los sonidos violentos, en ellos es posible también establecer distinciones; y así los investigadores hablan de ruidos violentos instantáneos, que serían semejantes a fuertes explosiones, y que se producen indefectiblemente en los comienzos de las vertig¡nosas aceleraciones o frenadas. y ruidos continuos, que son menos violentos que los anteriores, aunque también muy intensos. Suelen éstos acompañar a las maniobras de aproximación y a los vuelos rasantes.
Los sonidos suaves son descritos por los tes-
t¡gos de los aterrizajes de ovnis, o de sus vuelos próximos, como zumbidos agudos, ruidos de sierra, de turbinas de avión, de batidoras eléctricas,
chillidos, etc. McCambell, que estudió los ruidos de los objetos volantes no identificados y sus frecuencias, opina que los semejantes a zumbidos se deben a emisiones moduladas de microondas, y por los de tono alto -los definidos como silbiun de Colorado la Universidad lizadas en dos-, a emisiones de frecuencias audltivas del equipo de expertos en motores de combustión, inorden de los 1 .000 a los 10,000 ciclos por sela para: anular ésta debe actuar sobre ella ingundo. Precisamente son las emisiones de mide magnético campo un de iluencia directa tensidad superior a los 20.000 gauss; pero ello óroondas las responsables -según McCampsupondría que el registro magnético del motor bell- de algunos efectos directos sobre los tesdei automóvil quedaría permanentemente afec- tigos, porque este tipo de radiación crea tensionés eléctricas en las fibras musculares y en los tado y no recuperaría su comportamiento normal En el caso nervios motores, llegando a anular la coordinahasta haber sido verificado de nuevo. de los movimientos voluntarios y provocanvez ción una ovnis, con de los encuentros cercanos do, en consecuencia, una parálisis temporal, acéstos se alejan, los motores, luces y radios vuelcidente que con gran frecuencia relatan quienes ven a funcionar normalmente, como si nada hupara la ciencia. se han hallado cercanos a las naves' biera sucedido. Algo inexplicable lgualmente, estos campos eléctricos descritos afectan a veces a la piel, elevando su temperay picores, RUIDOS Otro aspecto que hay que con- tura y dando lugar a enrojecimientos estímulos como quemaduras, o actúan incluso los acera referirnos al siderar PECULIARES Y SIIENCIOS camientos y aterrizajes de los del sistema nervioso central provocando estados IOIALES ovnis es el comportamiento de somnolencia. confusión, nerviosismo.sonpequetarn;iir#:$I¡iii:.:i#ii: acústico de los mismos. Sabe- ñas amnesias, etc. Todos estos efectos bién constatables en muchos de los casos de enmos que su sistema de ProPulcuentros descritos en la ya prolija miscelánea de sión no tiene nada que ver con los debidos a las sorplaneta. Las los ovnis. nuestro en energías conocidas Pero, como hemos indicado anteriormente, prendentes velocidades y aceleraciones, las maveabundan los encuentros cercanos en los que no niobras siguiendo increíbles trayectorias -a y las perfectosse ha apreciado por parte de los testigos nl el rectos ces formando ángulos mqnor sonido que pudiera achacárseles, a pesar distancias que supuestamente deben cubrir viaPor ello de lo espectacular que haya podido ser el fenójando entre planetas, así lo confirman. meno en lo referente al tamaño del ovni, a las auseno su que sonido, el no debe extrañarnos maniobras, aceleraciones o hechos de tipo mecia, sean también peculiares, no convencionales, ramente mecánico, como la extracción del tren ya que el sistema de propulsión tampoco lo es' que previniendo y de aterrizaje o el aplastamiento del terreno, Íntentando una ordenación de puertas, tendido de rampas, etc. El apertura aproximada, manera posible de una es ello sólo psíquico, en el que también incluiremos aspecto clasificaremos los ruidos producidos por la enerparapsíquico, los encuentros cercanos será ruidos de tipos: el gía de los ovnis en los siguientes ías posteriores. Conviene, monograf en respecto estudiado Con inapreciables. e violentos, suaves aunque el fenómeno ovni escape a los métodos a estos últimos, en muchos casos cabe también la posibilidad de que no existan, lo que sería de análisis convencionales, que procedamos con igualmente sorprendente, aunque no debe ser cierto orden.
cla de aire y combustible que se forma en el interior del carburador y explosiona en la cámara de combustión. Según unas investigaciones rea-
30
En primer término, puede apreciarse una zona vegetal ¡ntensamente quemada, tras el aterrizaje de un extraño
objeto volador en Scainei (Rumania), marzo de
1976.
en
-
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I
Cuando los ovnrs aterrizan
de de Yl-9'll ^- ^,
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il:o'J'rt:"
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metro de
;i;;;r;; Sucedió en Barnesville
(Ivlinnesota)'
CERTERA
I
Estudiaremos las huellas dejadas por la presencia de ovnis en algunos casos concretos de encuLntros cercanos o aterrizajes;
e
incluiremos en aquéllas no
sólo el contacto f íSico de la nave con el terreno, vegetales y seres vivos, entre éstos los testigos, sino también los efectos electromagnéticos apreciados en receptores de radio, aparatos de televisión, motores. luces y conduc-
ciones eléctricas. ---' Signif icativo es el avistamiento que tuvo lugar ;;;;;;" rLstos de una * en la playa de Nazaré. Portugal, el 28 de agosto sustancia de 1957, por parte de Carlos Rocha Campos, de 19 años, y una muchacha sueca de 20, que es:l:ili' Dtanca. taban recitando a dúo su idilio, arrullados por las ]]]4***** I olas a las tres de la madrugada de aquella nory che cálida de finales de vacaciones. Cuando en f )L un momento determinado dejaron de mirarse a tt J . ) . .'Y . los ojos y miraron hacia el mai, descubrieron con sotpiesá un objeto frente a ellos, sobre las NYI /.\A a unos 2OO metros de altura y a unos 100 tt ¡l \ Y t *.' ugrut, de distancia del punto donde se encontraba. El (-' / -_ obieto no estaba quieto, como les pareció en un Junto al crater
( ) ¿+
orinclglor¡r1"
-':i:'fl"1i!i
!y"encima,de sus cabezas, "l-1'1"::l"I y desureste. Pasó por sapareció tras unas dunas cercanas. No hacía ningún ruido en su vuelo. Los enamorados decidieron acercarse al punto en el que parecía haberse detenido, tras una elevación, para poder contemplarlo y averiguar de que se trataba. Subieron a una duna y observaron el objeto suspendido a unos 5 metros sobre el suelo. Ofrecía la forma más concencional de los oplatillos volantes»; es decir, parecía estar formado por dos platos unidos por su parte hueca. Pero en la parte superior se distinguía con absoluta claridad una semiesfera, a modo de cúpula. En torno al objeto, y como si se tratara del ala de un sombrero. se destacaba un saliente de aproximadamente 2,5 m. de ancho, que irradiaba una luz naranja, cambiante a intervalos a un azul pálido. Debajo de esa primera franja parecía haber otra, de color verdoso. Tumbados sobre la arena de la duna, Carlos Rocha y su amiga.estuvieron contemplando el objeto. Durante algo más de cinco minutos permaneció inmóvil, hasta que, de pronto, de su
Aunque no se produzca el
alerrizaie, la proximidad de los ovnis
EX¡ 70
provoca
efectos físicos (roturas, y quemaduras)
en las masas vegetales que sobrevuela. Fotog rafía obtenida en el pafque a la --Daimond, que se hace referencia en el texto general
22r\r)v 66
zona central inferior part¡ó hacia el suelo una luz verde-amarillenta, en forma de cono, y unos segundos después el ovni comenzó a descender, muy lentamente, casi de manera imperceptible. Volvió a detenerse, ya sólo a unos 2 metros del suelo. Continuaba sin emitir ruido alguno. Los enamorados intentaron dominar su temor, mas la muchacha insistió en alejarse de allí, y así lo hicieron. Regresaron a la playa, que distaba solamente unos metros. y se introdujeron en el agua del mar, donde creyeron hallarse más ocultos y protegidos. Dos horas después vieron elevarse el objeto por encima de la duna. A muy escasa velocidad y a poca altura puso dirección al mar, pasando por encima de sus cabezas. Un poco más adelante el ovni pareció acelerar brusbamente, desapareciendo enseguida sobre el Atlántico, en dirección noroeste. Transcurrido un buen rato, y cuando ya se sintieron algo menos asustados, los testigos se acercaron al lugar donde el ovni se había detenido; allí encontraron un área de unos 4 metros cuadrados de terreno hundido y del que había desaparecido toda vegetación. Algunas piedras se hallaban partidas y removidas. Los investigadores, considerando las informaciones facilitadas opr los dos test¡gos mediante sus respuestas a unos cuestionarios minuciosamente elaborados, dedujeron que las dimensiones del ovni eran de unos 57 metros de diámetro y 17 de altura, medida ésta desde la base hasta el extremo de la cúpula. La zona de contacto f ue sometida a seguimieñto; y de esta manera se pudo
31
En ocasiones
No es raro encontrarse con
que ha estado la tierra sometida al contacto con el tren de aterrizaje, muestra luego
fenómenos extraños al estudiar las huellas de un aterrizaje, Los más sorprendientes son los que suponen calcinaciones luminosas del terreno, o crecimientos anormaies en
un
crecimiento mucho más lento de su
la
vegetación tras el suceso. Parece que alguna sustancia misleriosa impregne la tierra de una peculiar energía, que
En esta huella, se aprecia la t¡erra calcinada, como si hubiera sufrido la influencia de una temperatura elevadísima.
masa vegetal.
emite radiaciones luminosas en algunos casos, y en otros revitaliza o debilita las plantas, Veamos algunos ejemplos significativos sobre este asu nto.
Otras veces se produce el fenómeno inverso: crecen más aprisa las plantas que han sido afectadas por el aterrizaje.
constatar que no volvió a crecer ningún t¡po de vegetación hasta que pasaron dos años largos.
La
que los contornos luminosos eran algo difusos pero rnás brillante que el resto. Daba la impresión de estar girando sobre sí mismo mientras
cambiaba la intensidad de la Iuz, y no emitía soHe aquí otro caso notable. Senido alguno. tlAtltOBRAS rían las 1 1 de la noche cuando i- El Sr. Darnaude no salía de su asombro. El obDE Ull OYl{¡ Gregorio Darnaude se ha- jeto cambiaba sin cesar de color: blanco, naran-José SltEl{C¡OSO llaba descansando en una ha- ja, rojo, blanco; y siempre con gran intensidad. maca junto a un cort¡jo de su El testigo llamó a gritos a algunas personas que ffi,ffiffidffi+ propiedad, cercano a la poblase encontraban en el interior de la vivienda, las ción de Villanueva del Río y Minas, provincia de cuales tuvieron ocasión de contemplar junta$gyill¿. Era el 11 de junio de 1961, el día había mente con él el fenómeno que se estaba produsido especialmente caluroso y, en ese momen- ciendo. Los perros encargados de la vigilancia to, al aire libre, se disf rutaba de una temperatu- del cortijo y los ganados se sentían aterror¡zara deliciosa. De pronto, nuestro personaje se sindos y, más que ladrar, gemían. Algunos caballos tió inquieto a causa de una repentina sensación y mulas que había en las cuadras saltaban y dade malestar que se concretaba en un molesto ban coces como enloquecidos. Unas ovejas, que cosquilleo y picazón por todo el cuerpo, pero espoco antes habían sido recogidas en su ied para pecialmente en la cabeza. Cuando se ¡ncorporó pasar Ia noche, rompieron su cerca y huyeron en e iba a levantarse de la hamaca, descubrió que todas direcciones. Y un dato muy curioso que aproximaba por el noroeste un objeto lum¡ninguno de los presentes ignoró: los insectos, noso, a gran veloc¡dad. A unos 250 metros del que abundaban en aquel lugar y a aquella hora, test¡go. efectuó un brusco cambio de dirección, parecieron haberse esfumado; incluso Ios griformando en su trayectoria un ángulo de 9O grallos, cantores incansables, enmudecieron. dos, y se detuvo en seco, suspendido en el aire, - - Al cabo de unos minutos, ei ovni recobró su a unos 25 metros de altura sobre el suelo. El tescolor blanco brillante primitivo, ascendió vertit¡go pudo observarlo con todo detenimiento: mecalmente a gran velocidad y desapareció hacia diría 5 metros de diámetro y casi 4 de altura, el sur. La noche era oscura y estrellada, con una siendo su forma lenticular. Su aspecto era sólivisibilidad inmejorable. do decir, no se trataba de una Iuz--, aunEn este último caso relatado merece la pena -es
fA§
I *
Se trata de la misma huella fotografiada durante la noche. zona calcinada emite urra rara luminosidad.
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que destaquemos, sobre otros Fruchos aspectos
sorprendentes. el efecto que la presencia del ovni produjo en los animales más diversos, desde grillos hasta caballos: todos ellos se sintieron despavoridos, y cada uno manifestó su miedo incontrolable a su manera, huyendo, saltando o enmudeciendo. Ningún animal, ante la presencia del misterioso objeto. se comportó dentro de los límites de la naturalidad. En ocasiones, son precisamente los animales quienes antes que el hombre detectan la presencia de los ovnis. Da la impresión de que tuvieran un sentido especial capaz de captar su llegada incluso antes de que se produzca.
HUEIIAS Son numerosos los casos de aterrizajes de ovnis que han deEN lOS CAftIPOS jado señales de destrucción en YCUITIVOS los campos de cultivo. Realmente todos se parecen en lo rr: ' , r
El 25 de noviembre de 1969, a las 10 de la nominera nPotasas de
- che, muy cerca de la factoría
Navarrar, en Esparza, en un paraje conocido como «Las Arrubias, un ingeniero observó un objeto posado en tierra, que medía unos B metros
de diámetro y 2 de altura, con forma de lente, de aspecto metál¡co y con bordes agudos. Se hallaba detenido a 200 metros de la carretera, y descansaba sobre un tren de aterrizaje. El testigo reparó en él porque despedía una intensa luminosidad fluorescente amarillenta. Para poder contemplarlo mejor, el ingeniero disminuyó la velocidad de su vehículo, hasta casi detenerlo por completo; pero entonces el objeto despegó rápidamente y desapareció a una velocidad de vértigo. Examinado posteriormente el lugar, en él se hallaron unas huellas, debidas al mecanismo
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que se refiere a la descripción de las huellas destructoras y a las características del objeto causante cuando éste ha podido
ser observado claramente en sus dimensiones y materialidad. Expondremos algún ejemplo que nos sirva de modelo aplicable a la mayoría. el verano de 1966, una familia de campe-En sinos de Cantabria venía observando con disgusto que sus cultivos de maí2, ya a punto de ser cosechados, recibían durante la noche una serie de daños irreparables y cuya causa era insospe-
chada. Analizando detenidamente el hecho, y tras desechar la intervención de la mano humana, sólo cabía en principlo una explicación: que los destrozos de plantas. arrancamien-roturas tos y hundim¡entos en el terreno- se debían a la acción de animales salvajes, probablemente jabalíes, cuya presencia no es rara en la región. Así pues, decididos a exterminar a las f ieras, los campesinos solicitan la ayuda de algunos amigos y se apostan entre unas rocas, a la eSpera, junto al campo de maí2, por la noche. Y hallándose así ocultos, de repente oyen un ruido extraño a sus espaldas, un ruido que posteriormente describieron como procedente de algo que se arrastrase entre los matorrales. Al volverse y mirar, vieron, ya sólo a casi 20 metros de ellos, un objeto en forma de rueda, que se hallaba posado en el suelo. Despedía una luz fluorescente azulada, y medía unos 3 metros de diámetro. En la parte superior se destacaba una curvatura pronunciada, con f ulgor palpitante. Ni que decir tiene, el grupo huyó despavorido con sus armas al hombro. Contaron después que se habían topado con un «aparecidor. Pero la realidad no era ésa, ni mucho menos. Unos días más tarde, los investigadores ufólogos descubrieron en el lugar un aplastamiento entre Ia masa vegetal, donde las plantas estaban rotas. Era una especie de círculo bien visible, en cuyo centro se distinguían dos huellas paralelas, como de arrastre, de 0.50 centímetros de profundidad, separadas entre sí 1 metro. Entre ambas había un depósito de polvillo blanquecino.
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Cuando los ovnis aterrizan
sustentador. Se apreció también que la vegetación estaba totalmente quemada en un área que abarcaba un círculo de más de 15 metros, y la
tierra se hallaba calcinada igualmente. Por los síntomas, se determinó que el calor no había afectado al suelo y a las plantas de una forma
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directa contacto del elemento caloríf ico-, radiación. Al caso no se le prestó musino por-por cha atención al principio, pues los investigadores tenían ya en su poder una nómina muy abundante de avistamientos y efectos físicos semejantes; pero fue recordado un año después, a raíz de que un campesino de Morón de la Frontera (provincia de Sevilla) descubriera, y posteriormente mostrara a la policía, extrañas huellas y quemaduras en el terreno y los cultivos que abarcaban una zona considerablemente extensa: nada menos que 5.000 metros cuadrados. Las
quemaduras eran debidas a irradiación precisamente. En el área afectada por el intensísimo calor se distinguían perfectamente dos círculos, de aproximadamente 1 metro de diámetro cada uno y separados entre sí unos 24 metros" Estos círculos estaban totalmente desprovistos de vegetación, siendo incluso imposible encontrar en la tierra restos de raíces. Además. en el perímetro de ambos existían cinco pares de agujeros, de 4,5 centímetros de diámetro, así como dos más en el centro, éstos de 6 centímetros. Todos penetraban en el terreno en forma diagonal y con una prof undidad cercana a un metro y medio" Las autoridades opinaron que tanto las quemaduras como las perforaciones eran producto de una tormenta; pero la existencia de ésta sólo había sido sugerida por el testimonio del Sr. Gordillo, que así se llamaba el agricultor, y su fa-
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35
*
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milia, al af irmar que habían sic{o despertados de madrugada por un tremendo estruendo, un trueno con toda seguridad. porque ningún otro ruido se le parecía. Nadie en la zona conf irmó que hubiera habido fenómenos tormentosos durante la pasada madrugada ni durante muchos días antes. Sin embargo, algunos vecinos sí confirmaron que el estruendo, semejante a un trueno, se había producido. Lo habían oído perfectamente. El terreno, por otra parte, estaba seco. Se realizaron pruebas de radiactividad, sin resultado positivo. Aquellas quemaduras y agujeros eran un misterio. Pero después se supo que en aquella misma noche se habían visto extrañas luces evolucionando por los cielos de Morón, y que unos conductores comentaron en bares de la carretera que habían presenciado cómo dichas luces se posaban en el suelo a lo lejos.
tUZ ElllRO pOR tA YE]{TAI{A Ul{A
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Vamos a relatar ahora un extra-
ño suceso del que fue testigo único un estudiante de velnte años, llamado Javier Bosque.
;i:,i!i',ü:i:i:ri!,j'.:r'I Fue en 1972' a las dos de la ma-
drugada del22 de junio, Y tuvo de Logroño. A esas horas se la ciudad lugar en hallaba el estudiante leyendo en la cama, cuando vio aproximarse a la ventana una potente luz llegada al parecer desde las alturas. La luz se detuvo unos ¡nstantes ante los cristales; pero, sin que nada pudiera justificarlo, las hojas de la ventana se fueron abriendo lentamente, como impulsadas por manos invisibles, dejando expedito el paso. La luz, entonces, penetró en la habitación, avanzó unos metros y se detuvo. J6vis¡ Bosque no salía de su asombró. Obser- vó atentamente aquello. No era, como a simple .- -vista había creído, una luz, sino un objeto lum¡noso de formas concretas. A pesar del miedo que sentía, lo contempló en su total dimensién: se trataba de algo ovalado, semejante a un balón de rugby, de unos 50 centímetros de largo por 30-35 de ancho. Silenciosamente, elextraño objeto se situó en el centro de la estancia, a una altura aproximada de 2 metros y a una distancia
de también 2 metros referida a la cabecera de la
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36
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cama. Un pequeño transistor que había sobre la mesita de noche comenzó a emitir silbidos; el estudiante puso en marcha una grabadora automática que tenía depositada sobre una silla. Entonces el objeto descendió bruscamente para detenerse a sólo 40 centímetros del suelo; allí emitió por uno de sus extremos un rayo luminoso compacto, de unos 5 centímetros de anchura, que tocó la radio haciéndola oscilar en su base.
Un inmenso *' ovn¡ aterrizó en Delphos (Kansas) el 2 de noviembre -
de 1971. El terreno quedó marcado oor luminoso
-/ que \
perduró durante meses.
-
Cuando los ovnis aterrizan Luego, el haz lumino-
La cercanía de los ovnis supone
so g¡ró, dirigiéndose a la grabadora, la cual no acusó el ¡mpacto.
siempre un peligro. Se
Finalmente. la luz se contrajo hasta desaparecer dentro de la luminosidad propia del objeto, y éste volvió a elevarse hasta los 2 metros, se detuvo unos instantes, y desapareció por Ia
desconoce
todavía la influencia que pueden tener a la larga en el
comportamiento de los seres vivos, plantas o animales.
ffi
ventana.
En total, el suceso había durado 15 minutos. Tras alejarse el objeto, la pequeña radio siguió emit¡endo pitidos, pero cada vez más levemente, hasta enmudecer. La graba-
dora registró en su c¡nta todo lo audible
,
del fenómeno, que no pudo ser explicado. Nosotros no podemos
evitar acordarnos
de
las famosas obolas de
fuego, q ue perse-
guían en pleno vuelo a los aviones durante la guerra mundial. ATERRIZATE§ Transcurría plácidamente la Etl , mañana del día 5 de mayo de Iullill{ESOTA¿1 964 en Barnesville, tocalidad Y OREGOI{ de Minnesota, cuando el granAlf red Ernst condujo su vieffi -jero camioneta cargada de semi¡a llas de trigo hasta un granero cercano a Lomstock; una vez en su destino, y mientras se dedicaba a descargar el grano, observó en el suelo que le llamó la atención por extraño. nEra algo ouemaduras ._ un objeto oval resplandeciente desde contornás -contó pués- que se encontraba a unos 500 concretos y de metros de origen distancia. Parecía tener 1,5 metros de largo y desconocido aproximadamente lo mismo de ancho." Aunque suelen sei era pleno día, pues eran las B de la mañana, el muestras evidentes de objeto era tan brillante que impedía f ijar la vista los aterrizajes. en é1. A los pocos segundos, el sorprendido granEn la imagen, jero observó que el objeto despegaba del suelo huellas rápidamente para desaparecer entre las nubes dejadas por un ovni, o varios, de inmediato. La maniobra de marcha, desde el en la provincia momento del despegue hasta perderse entre las de Btrrgos, el nubes, no duró más de cinco segundos. 1 de enero de Alfred Ernst f ue a buscar a su hermano Leo - pueblo, y juntos se dirigieron al lugar donde alel objeto había estado posado. Allí encontraron en el terreno una depresión en forma de cráter, de 1 metro de diámetro; y otros cuatro hoyos, de unos 4 centímetros de diámetro, que se hallaban a unos 60 cm. de distancia, formando las cuatro esquinas de un cuadro en torno al agujero central. Toda la zona estaba extrañamente
I
seca. En los márgenes de la depresión había una
sustancia blanca que los análisis definieron
como alcalina, circunstancia difícilmente explicable porque una de las características destacables de aquella tierra era la de no ser precisamente alcalina en absoluto. Dos años más tarde, en 1966, el 22 de viembre. aparecieron huellas inexplicables en un campo de cultivo cercano al Parque Diamond, próximo a Willamate Pass, en Oregón (USA). Varias perforaciones en el terreno, así como que-
t
maduras en las plantas e incluso fusiones en las piedras atestiguaban que todo ello había estado en contacto con algo que llegó y se fue. Nadie
había visto nada, ni había oído nada tampoco. Pero quiso el azar que un doctor en medicina que estacionó su automóvil en un mirador con el fin de obtener unas fotografías del paisaje, captara en su cámar algo que en verdad él no sabría decir si llegó a verlo con sus ojos o no. Tan instantáneo fue. Cuando el carrete de fotografías fue revelado, el negativo mostró con toda claridad tres discos superpuestos. a, r
OVNI POSADO EN
En la población de Valensole,'. perteneciente al departamento francés de los Bajos Alpes, se VATEH§OIE produjo el aterrizaje de un ovni, el 1 de julio de 1965. El testigo ffi fue también un agricultor, que se dirigía en coche hacia su terreno durante la madrugada. Eran aproximadamente las cinco de l" la mañana. Maurice Masse, que así 5s ll¿¡¿§¿ el testigo, observó cerca de la carretera un ob- jeto ovoidal posado en el suelo sobre unas patas -* metálicas. Junto a él pudo divisar también -en este caso con menos claridad- una pequeña f igura de aspecto humano, que rápidamente su- bió a la nave, poniéndose ésta en movimiento enseguida y elevándose a una velocidad tremenda, hasta desaparecer. Maurice Masse puso el incidente en conoci-
E-
ffi
0 lEhJ E75 37
miento de las autoridades, y se.elaboró un informe que firmó el prest¡gioso general de Aviación Lionel Max Chassin (posteriormente jefe de las Fuerzas Aéreas de la OTAN). Chassin era en la época del avistamiento que estamos relatando presidente del nGrupo de Estudios de Fenómenos Aéreos,, comisión encargada de la investigación acerca de los objetos volantes desconocidos en la que se hallaban igualmente integradas personalidades de diferentes ámbitos de la ciencia y la milicia, El general aludido redactó un informe preciso; pero oficialmente se informó que lo que Chassin había definido como ovni
en su sentido más literal -es decir, objeto volante no identif icado- no era otra cosa que un hel¡cóptero militar que se posó en el suelo durante ios ejercicios de unas maniobras denominadas Provenza 65. Antonio Ribera, ufólogo pionero y puntero español rescató para el gran público bl informe de Chassin, una de cuyas páginas informa de lo siguiente: «Si el objeto hubiera sido un helicóptero, hubiera tenido su programa de vuelo, y en tal caso las autoridades militares, ante las cuales los pilotos militares tenían la obligación de presentar un informe de su vuelo, se hallarían indudablemente capacitadas para decir si un helicóptero, que dependía de sus órdenes, se posó en el campo donde fue visto por el Sr. Masse. Si así fuera, bastaría una declaración precisa y clara de dichas autoridades a este respecto para poner fin a todas las dudas (esta declaración no se efectuó). Si el objeto observado no era, pues, un helicóptero, y tampoco era un protot¡po francés de aparato de despegue vertical, su presencia en Valensole plantea, en lo que concierne a la defensa del territorio -si se tratase de un aparato fabricado por una potencia extranjera- o en el terreno humano, científico y astronáutico -si se tratase de un aparato de origen extraterrestre-, gravísimos problemas., Tanto el Sr. Masse como el personal encargado de la investigación hallaron en el suelo cultivado las huellas del tren de aterrizaje, y se constató que en el lugar tardaron años en volver a crecer las mieses.
ovl{l
L.
En la localidad de Anolaina,
a 50 metros de distancia de sus sorprendidos espectadores. En este momento todos supieron que
no era una luz, sino un objeto con dos «patas luminosas, azules. La forma no era muy precisa, pero parecía esférico o alargado, con un diámetro aproximado a los dos metros, No emitía so-
nido alguno. Uno de los adultos del grupo. de nombre Arcesio Bermúdez, tomó la linterna y se aproximó hasta una distancia estimada de siete metros, desde donde contempló el fenómeno
Matadepera (Barcelona),
a
aterrizajes y
extensión demuestran una intención exploratoria del
finales de enero de 1 969
aproximaciones que las
terreno. Uno de los casos
El obleto volador
huellas no sólo sean
más claros en este sentido
debidas a los mecanismos
una extraña maniobra de aproximación al suelo, pero no llegó a detenerse,
Es frecuente,
en los
-
realizó - ..-.
de sustentación, Hay
puede ser el conjunto de huellas que aparecieron
también algunas cuyo
en el suelo tras un
aunque obviamente llegó
trazado, profundidad y
avistamiento ovni en
toca rlo,
a
En el lugar se encontraron varias huellas como las que aparecen en la fotografía.
Semejantes a un eatrecho y profundo surco.
Esta otra fotografía recoge, ampliado, uno de los surcos trazados por el ovni' La intención debió ser extraer tierra del ¡nterior.
a
70 kilónretros de Bogotá, se Produjo un curioso y siniestro incicoroliBlA dente durante el mes de julio 1969. A eso de las ocho de la i noche, un muchacho de doce años que se encontraba jugando en torno a una explotación agrícola se sorprendió al ver cruzar el cielo una gran luz de color amarillo-rojizo. Llamó entonces a gritos a los que estaban en el interior (varios adultos y otros niños) para que lo contemplaran. Se reunieron un total de once personas, y todos pudieron verlo perfectamente, A menos de 300 metros de distancia se había situado una gran luz. Mauricio Gnecco, el muchacho que hábía alertado a los demás, la enfocó con una linterna; y entonces la gran luz se aproximó, quedando suspendida entre unos árboles
TIORTAT
Eil
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38
El dibujo muestra el plano y sección transversal de los surcos, Tenían una anchura que oscilaba
entrelos3y4 centímetros.
Cuando los ovnis aterrizan ffi perfectamente. lnstantes después. el ovni se elevó desapareciendo en el cielo a in'rpresionante velocidad. Arcesio dijo haber visto dentro de Ia nave a una persona de aspecto normai en su par- te superior, pero con la forma de letra uA, en la parte inferior. Dos días después del avistamiento Bermúdez [-as quemaduras se sintió enfermo. Padecía vómitos y diarrea. 9:-b_'_9:-t,:-l9t^ Trasladado a Bogotá, falleció en el hospital el día 12 det mismó mes de julio a conseiuencia :;"J,'JTj"r' "" acompañadas de una «gastroenteritis,, segÚn el parte facultahabitualmente tivo emitido por el centro médico. de
hundimientos
catcinaciones MUtÍlPtE§ del terreno. EFECTOS En el lugar
afectado, la normalidad tarda
en
gando hasta desaparecer del todo, y con él el misterioso objeto se esfumó. Cuandn hizo acto de presencia la policía e inspecclonó el lugar, halló unas extrañas huellas, cuyas dimensiones eran 17 por 13 centímetros, que se habían hundido en el terreno más de 10cm. Las hojas de los árboles murieron diez
James Richards, técnico del cuidado de animales en la Uni-
versidad de Missouri, y sus dos Ell MIS§OUR¡ hijos -Vanea, de dieciséis años, y Jamie, de tres- fueron ffiffiffiffi "nvpq'ffi§,Wffi
O\lN¡
restablecerse.
ffi-el
no se notó efecto alguno sobre eilos, tanlpoco se oía ruido alguno. La familia Richards estaba rnuy asustada. y no sabía qué hacer. Por fin, el objeto --volvió a alejarse un poco, deteniéndose otra vez. Parecía que aquello no iba a acabar nunca. Pero poco a poco el brillo de su superficie se fue apa-
test¡gos de la llegada cle un ovni 28 de junio de 1973, en Columbia. Flichards, de cuarenta y un años entonces, vivía con su familia en una caravana situada fuera de los límites de la ciudad. Fue Vanea quien se percató de que algo raro sucedía, mientras faenaba en la cocina dei remolque. Oyó un fuerte sonido, que procedía de unos árboles a unos 25 metros de distancia. Se asomó al exterior, pero no vio nada, de manera que llamó a su padre, pues se sentía asustada. James inspeccionó el exterior, contemplando - dos haces de luz que provenían del lugar donde * se originaba el extraño ruido. Eran unos conos de luz blanca plateada, muy cornpacta, más amplios en su parte inlerior_y separados entre sípor una distancia de '! ,75 ó 2 metros. Por encima de los haces luminosos, ni detrás, se distinguía forma alguna. Pero. súbitamente, Ias luces se apagaron y apareció en el lugar donde se origina- ban una forma ovalada de 4,5 metros de diáme*= tro en su parte más ancha. Era un objeto rr-luy brillante, de bordes dif usos y sin detalles en su superficie. Aunque era de noche, podían verse periJ fectamente los árboles de alrededor y toda la escena estaba iluminada «corno si fuera de día,. Los árboles se balanceaban de un lado a otro, como cuando son rnecidos por ei viento. y era sólo el sonido de las ramas y las hojas al moverse Io que ahora se oía. El ruido molesto que acompañó a los haces de luz y que había alertado a la muchacha había desaparecido por completo. Pero a los pocos segundos también cesó el murmullo de las ramas de los árboles, aunque --- seguían meciéndose, cosa inexplicable. El objeto se mantuvo estático en la misma posición durante varios minutos; luego se desplazó paralelamente a Ia tierra y en dirección al Norte, deteniéndose de nuevo a unos 70 metros de la caravana. Las luces de la vivienda se habían apagado; tarnpoco el teléfono f uncionaba bien, pero Richards pudo comunicar solicitando ayuda. Al * - rato, el objeto se dirigió nuevamente hacia la caravana, situándose casi en la posición del principio" En su segundo acercamiento a los'árboles
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Cuando los ovnis aterrizan ffi perfectamente. lnstantes después, el ovni se elevó desapareciendo en el cielo a in'lpresionante velocidad. Arcesio dijo haber visto dentro de la .- nave a una persona de aspecto normai en su parte superior, pero con la forma de letra «A» en la parte inferior. Dos días después del avistamiento Bermúdez Las quemaduras se sintió enfermo. Padecía vómitoS y diarrea. Trasladado a Bogotá, falleció en el l-rospital el 9:-b-'-9:-',:-19: aternzates de día 12 del mismo mes de julio a consecuencia ;;;i;;á;'acompañadas de una «gastroenteritis,, según el parte facultahab¡tualmente tivo emitido por el centro médico. de
hundimientos
áatcinaciones MU¡.TIPIE§ del terreno. En el lugar afectado, la normalidad tarda en
restablecerse
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EFECTOS
OYill
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James Richards, técnico
no se notó efecto alguno sobre eilos, tanrpoco se oía ruido alguno. La familia Richards estaba rnuy asustada. y no sabía qué hacer. Por fin, el objeto volvió a alejarse un poco, deteniéndose otra vez" Parecía que aquello no iba a acabar nunca. Pero poco a poco el brillo de su superficie se fue apa-
'*
gando hasta desaparecer del todo, y con él el misterioso objeto se esfumó. Cuando hizo acto de presencia ia policía e inspeccionó el lugar, halló unas extrañas huellas, cuyas dimensiones eran 17 por 13 centímetros, que se habían hundido en el terreno más de 10 cm. Las hojas de los árboies murieron diez
del
cuidado de animales en la Universidad de Missouri, y sus dos
IIIISSOUR¡ hijos -Vanea, de dieciséis años, y Jamie, de tres- fueron ffiffi ffihlw -**-*
testigos de la llegada de un ovni 28 de junio de 1973. en Colurnbia. Richards, de cuarenta y un años entonces, vivía con su familia en una caravana situada fuera de los límites de la ciudad. Fue Vanea quien se percató de que algo raro sucedía, mientras faenaba en la cocina del remolque. Oyó un fuerte sonido, que procedía de unos árboles a unos 25 metros de distancia. Se asomó al exterior, pero no vio nada, de manera que llamó a su padre, pues se sentía asustada. James inspeccionó el exterior, contemplando - dos haces de luz que provenían del lugar donde : se originaba el extraño ruido. Eran unos conos de luz bianca plateada, muy cornpacta, más amplios en su parte inferior-y separados entre sípor una distancia de '! ,75 ó 2 metros. For encima de los haces luminosos, ni detrás, se distinguía forma alguna. Pero, súbitamente, las luces se apa*- garon y apareció en el lugar donde se originaban una forma ovalada de 4,5 metros de diáme.--- tro en su parte más ancha. Era un objeto muy brillante, de bordes dif usos y sin detalles en su superficie. Aunque era de noche, podían verse per¡1 fectamente los árboles de alrededor y toda la escena estaba iluminada «como si fuera de día,. Los árboles se balanceaban de un lado a otro, como cuando son rnecidos por ei viento, y era sólo el sonido de las rarnas y las hojas al moverse lo que ahora se oía. El ruido molesto que aeompañó a los haces de luz y que había alertado a la muchacha había desaparecido por completo. Pero a los pocos segundos también cesó el murmullo de las ramas de los árboles, aunque El obje--- seguían meciéndose, cosalainexplicable. to se mantuvo estático en misma posición durante varios minutos; luego se desplazó paralelamente a la tierra y en dirección al Norte, deteniéndose de nuevo a unos 7O metros de la caravana. Las luces de la vivienda se habían apagado; tampoco el teléfono f uncionaba bien, pero Richards pudo comunicar solicitando ayuda. Al el objeto se dirigió nuevamente hacia la ca- rato, ravana, s¡tuándose casi en la posición del principio" En su segundo acercamiento a los árboles
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mente alta de estroncio, por lo que se dedujo que lo que cayó, o
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días después del avistamiento, y algunas ramas
estaban totalmente quemadas a una altura de 9-10 metros del suelo. ESCUADRILLiA Ray Strickland, sheriff de treinDE OVNIS Ell ta y cinco años, circulaba en su
CAROtIilA DEt I{ORTE ::: : ,
vehículo por una carretera secundaria. Le acompañaban su esposa y sus dos hijos. A 25 k¡L lómetros al norte de Pembrok, y ,, a lás 5.15 de la tarde, observaron todos los ocupantes del automóvil un grupo compuesto por grandes luces rojizas volando en formacinco "ción. Cada una de las luces dejaba tras sí una especie de cola azulada muy ancha. La formación cruzó la carretera por delante del automóvil y pareció aterrizar en el campo. a unos 150 metros a la derecha de los viajeros.ft sheriff calculó el tamaiio real de los objetos en 1 metro de diámetro. El automóvil siguió avanzando lentamente. Una casa había impedido a los testigos contemplar el aterrizaje. El sheriff y su familia abandonaron el coche y se acercaron a la casa, donde había unos niños. Uno de ellos, David F., de doce - _ años contó que había visto caer «dos grandes bolas de luz. que chocaron contra el suelo. levantando mucho polvor. En el lugar donde habían caído aparentemente las luces, encontró Strickland seis zonas de color azulado, de unos 30 centímetros de diámetro. En torno a ellas, la vegetación aparecía quemada, así como partículas de tierra. Una análisis con rálos «X» mostró una cantidad anormal-
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golpeó el suelo, fue un instrumento que contenía sales de es-troncio. Las bolas de luz parecieron desaparecer tras su contacto con la tierra, porque nadie las vio elevarse de nuevo. Aproximaciones como las que hemos relatado se han producido a milares. algunas de ellas con aterrizaje f inal del ovni. Prácticamente en todos los casos, la presencia de estos misteriosos objetos ha producido efectos físicos y dejado huellas que han podido ser estudiadas con los medios científicos de que hoy disponemos. Testigos de estas aproximaciones los ha habido, y los hay, de toda condición y cultura, desde simples campesinos hasta científ icos y expertos en aeronáutica. La conclusión que se obtiene tras analizar un muestrario amplio y variado de efectos debidos a los ovnis puede resumirse en que se trata de auténticos objetos propulsados, conducidos por inteligencias, y que aparecen y desaparecen siguiendo las directrices de un plan. En cualquier caso, lo que a nosotros en estos momentos nos interesa del fenómeno en su realidad física. es saber que cuando nos referimos a los ovnis no estamos habiando de ilusiones, sino de aparatos voladores. No conocemos su origen ni sus propósitos, pero por lo menos podemos certificar su existencia, porque se aproximan a nosotros y, en muchas ocasiones, aterrizan. Y esta presencia y estos contactos dejan unas huellas que son como tarjetas de visita, certificados indiscutibles de que no estamos inventando ni soñando, muestras inequívocas de que nos hallamos frente a una realidad trascendente que tal vez cambie el rumbo de nuestra existencia, para bien o para mal. Probablemente, en la inmensidad del espacio inexplorado, alguien antes que nosotros sintió la misma curiosidad y se lanzó a la misma aventura que ahora estamos iniciando los seres humanos. Tal vez nos lleven muchos siglos de delantera, tantos que su comportamiento y su moral nos dejan perplejos. El fenómeno ovni es apasionante y ofrece tantas vertientes que su estudio es inagotable. Ya lo comprobaremos a lo largo de las siguientes monografías que a ellos vamos a dedicar en esta enciclopedia. lntentaremos ir encajando en su lugar exacto cada una de las piezas de este inmenso rompecabezas, para que al f inal obtengamos una idea clara, que siempre presentará matices muy particulares, porque el tema de los ovnis produce también una actitud personal, una postura que es el reflejo a la vez de nuestra actitud ante la vida y ante el significado más profundo del Cosmos.
Cuando los ovnis se aproximan a los lugares
habitados, su presencia suele producir
múltiples efectos en receptores de radio,
aparatos de
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electrodomésticos. Es también frecuente que provoquen apagones y
deterioros en las redes de
conducción eléctrica. ,
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