Arquitectura Arquitectura Penitenc Penitenciaria iaria en México México Considera Consideracion ciones es en la implemen implementaci tación ón de los modelos modelos de Nueva Nueva Generación Generación Francisco Javier Piña Mendoza Arquitecto
El pasado 2 de febrero estalló un un motín en el nuevo reclusorio para segregados segregados de Laguna Laguna del Toro en Islas Marías, dejando en evidencia evidencia que las modernas instalaciones y las grandes grandes inversiones no garantizan que se estén haciendo bien las cosas, los detonantes fueron la ausencia de vigilancia por parte de un organismo de derechos humanos, el maltrato, la mala alimentación y la deliberada 1
obstrucción a la visita familiar entre otros factores . Considerando la imbatible imbatible sobrepoblación en en los centros penitenciarios penitenciarios del país y el saldo de la guerra guerra contra contra el narcotráfi narcotráfico, co, era imposte impostergab rgable le la construc construcción ción de nuevas nuevas pris prisiones iones federale federaless en nuestro país. país. Este esfuerzo que inició inició en el sexenio sexenio pasado pasado permite la entrada entrada en funcionamiento funcionamiento de 12 nuevos centros federales federales de nueva generación, generación, adicionalmente a los que que actualmente se construyen por diversas entidades entidades federativas, sin duda es benéfico para para el país. Si bien el diseño y funcionamiento funcionamiento de estos penales debe debe ser discutido, no cabe cabe duda que brindan un importante importante incremen incremento to en la gobernab gobernabilid ilidad ad del sistema sistema penitenc penitenciari iario o federal federal y apoyo a los problemas más urgentes en materia materia de seguridad, considerando considerando el vergonzoso incremento incremento en el número número de internos internos fugados fugados desde las prision prisiones es estatale estatales, s, sobrepob sobrepobladas ladas por reos reos del del fuero fuero federal que deberán ser transferidos a estos nuevos centros. El programa Nacional de Seguridad Pública 2008-2012 contempló la construcción de estos centros como estrategia estrategia para para crear las condici condiciones ones para la reinser reinserción ción de los sentenci sentenciados ados mediante mediante programas en materia de empleo, capacitación para el trabajo, educación, salud y deporte. Sin embargo, por soberbia o ignorancia, los altos funcionarios desaprovecharon la oportunidad histórica de darle darle al país bases sólidas sólidas en materia de arquitectura arquitectura penitenciaria, penitenciaria, ignorando el trabajo realizado realizado en México para el desarrollo de normas y procedimientos procedimientos en esta materia, como como las que generó generó la secretar secretaría ía de Gobernac Gobernación, ión, y tomaron tomaron el camino camino fácil de copiar copiar y pegar pegar lo que hacen en otros países países para implantarlo implantarlo en el nuestro, a través de especificaciones especificaciones en en el anexo de de los contratos para la construcción construcción de estas estas nuevas prisiones. No cabe duda que la creciente aceptación internacional internacional del modelo penitenciario penitenciario llamado llamado “nueva generación” que se ha desarrollado en los Estados Unidos y adoptado en diversos países como Canadá, Canadá, Chile y Argentin Argentina, a, ha introduci introducido do conceptos conceptos innova innovadore doress como la “supervis “supervisión ión directa” directa” y los “módulos” “módulos” como unida unidad d funcional funcional;; estos estos concepto conceptoss permiten permiten una una mejor mejor goberna gobernabilid bilidad ad de los los centros, centros, apoyados apoyados por sofisticad sofisticados os sistemas sistemas de seguridad seguridad,, comunicacion comunicaciones es y control. No obstante, obstante, debieron introducirse sin menosprecio de los avances en materia de derechos humanos y reintegración reintegración social que se han establecido en nuestro nuestro país. país.
No parece descabellado que para tal actualización, la Secretaría de Seguridad Pública contrató a expertos internacionales para establecer los alcances, requerimientos y normas que se entregarían a las empresas nacionales para desarrollar los nuevos penales, en especial los que funcionarán bajo el esquema de proyectos de prestación de servicios, introduciendo a nivel federal un sistema de cárceles privadas en las cuales el gobierno mantiene la operación de los cuerpos de seguridad y el tratamiento técnico de los internos. Pero parecen haber olvidado que un reclusorio es sólo una parte de la compleja maquinaria de procuración e impartición de justicia. Así, no es posible mejorar el funcionamiento al insertar engranes de un modelo extranjero, cuando el resto de las piezas se mueve con otra dinámica.
Readaptación o venganza De acuerdo al Panorama del sistema penitenciario federal, situación actual y perspectivas, elaborado por la Secretaría de Seguridad Pública, se menciona como si fuera un logro respecto a los nuevos centros federales “Destaca el complejo de Papantla, Veracruz, que contará con un módulo de supermáxima seguridad diseñado para 256 internos que tendrán 23 horas de reclusión 2
y sólo una hora de sol dentro de un régimen de aislamiento total .” Lo primero que debemos considerar, es si estos nuevos centros, se construyen para encarcelar de por vida a los grandes criminales del país o tuvieron en cuenta que la mayoría de los internos regresarán a las calles en algunos años; es así que, el programa arquitectónico, contempla áreas de máxima seguridad, en las cuales los internos son aislados, rompiendo vínculos afectivos con sus amigos y familiares, acumulando rencor con la sociedad, el cual será liberado junto con el delincuente al cumplir su condena. Resulta muy peligroso importar el modelo de tratamiento que acompaña a las prisiones “supermax” de Estados Unidos, negando el derecho a la visita familiar e íntima que permite al interno mantener un vínculo con la sociedad, sin mencionar el deporte, la educación y el trabajo. El programa arquitectónico de estos centros, deja en evidencia las intenciones de las autoridades en cuanto a la forma de operarlos. Si bien, fuera del área de máxima seguridad existen espacios para privilegiar el trabajo y la educación, habría que revisar los espacios y programas para el desarrollo cultural y artístico, así como la capacidad para llevar a cabo vistas familiar e íntima, ya que si no hay instalaciones ni facilidades para que los internos ejerzan este derecho, inevitablemente, en un futuro habrá protestas y acusaciones por la violación a los derechos humanos de los internos, tal como ocurrió recientemente en Islas Marías. No nos confundamos, hay individuos que no están dispuestos a readaptarse, pero negar las oportunidades de convivencia, aprendizaje, salud, discusión en la perspectiva de las situaciones cotidianas, de alcanzar una paz espiritual y mantener una nutrición adecuada, entre otros avances en los derechos, sería como negarnos el derecho a convivir con una persona adaptada y respetuosa de la sociedad, cuando este ciudadano haya cumplido su condena y ejerza su derecho a ser liberado.
Leyes y normas
Para evitar que decisiones trascendentales queden al albedrío de un funcionario, dentro de la legislación federal, se debe actualizar y reglamentar el tratamiento penitenciario y los beneficios de los internos sujetos a tratamiento, como son la educación, el trabajo y el deporte que establece la Constitución, además de actividades y talleres artísticos, tanto como el acceso a la cultura y apoyo espiritual que deberían ser impulsados y trasladados al marco normativo para el diseño y construcción de prisiones. Actualmente estos programas existen en muchas cárceles, pero deben se establecer los alcances y condiciones como parte de la normatividad federal, para no ser restringidos o suprimidos por razones de seguridad o simplemente por no estar considerados dentro de un modelo operacional para una prisión en especial. También, los espacios deben ser congruentes con estas normas de tratamiento, por lo que es necesario retomar los esfuerzos realizados en el pasado en cuanto a la elaboración de normas para definir los criterios, dimensiones, interrelación, uso de materiales y características de los espacios, aprovechando la experiencia de los arquitectos y constructores, pero en especial de quienes operan y mantienen estos centros.
Reclusorio prototipo Con la idea de simplificar el desarrollo de normas, desde hace varias décadas se ha manejado la idea de un reclusorio prototipo, que sirva para cualquier lugar y cualquier nivel de gobierno realizando adaptaciones de acuerdo al medio ambiente de cada región y al número de internos requerido, sin embargo, esta visión ha sido rebasada. La clasificación y determinación del tratamiento para cada individuo sujeto a una pena de libertad, es una idea fundamental con la cual se han diseñado las prisiones desde hace mucho tiempo, sin embargo las barreras de clasificación al interior de un reclusorio, muchas veces son superadas por la realidad, por esta razón parece inadecuado crear cárceles pensando en concentrar a la población penitenciaria en general, dividiendo pabellones para mujeres, sujetos a protección, enfermos mentales, enfermos crónicos, primo delincuentes e internos de mínima, mediana y alta peligrosidad. A pesar de los esfuerzos, es inevitable la contaminación de individuos y la comunicación entre familiares que asisten a visitar a los distintos grupos de población, por lo que debe considerarse el diseñar distintas tipologías para cada nivel de peligrosidad y características de la población. Con esta visión, debemos comenzar a crear cárceles diseñadas con un programa arquitectónico para un perfil específico, para cada nivel y condición de seguridad. Actualmente, ante el creciente número de centros penitenciarios, es posible considerar una verdadera clasificación de ellos, que permitan reclasificar realmente a los internos de acuerdo a su perfil y buscar el manejo de prisiones totalmente independientes, separadas físicamente a kilómetros de distancia, para los diferentes grupos de población y establecer programas de educación, talleres, deportes, actividades culturales, artísticas, familiares y espirituales, dirigidos cada grupo de individuos, que permitan su desarrollo dentro de un marco de mayor gobernabilidad; inclusive, se debe contemplar la creación de centros especializados en rehabilitación contra las adicciones para
internos, brindando beneficios especiales contra compromisos definidos, como fue contemplado por el Gobierno del Distrito Federal.
La fortaleza bipolar Desde tiempos remotos, los castillos y fortalezas se han diseñado como sistemas de capas o círculos concéntricos de protección, que impedían el acceso de los enemigos al interior, otorgando una ventaja visual y física a quienes se defendían de los ataques externos; estas cualidades estructurales llevaron a convertir castillos y fortalezas en cárceles, una vez que fueron obsoletos. Así, en el siglo XX, cuando se desarrolló la arquitectura penitenciaria, se consideró que el enemigo se encuentra al interior y las edificaciones se diseñaron como una fortaleza invertida. Y es verdad, debemos mantener la seguridad de una prisión, con círculos de seguridad para evitar que los internos se den a la fuga, pero la realidad de la delincuencia organizada y las fugas masivas de delincuentes de cárceles estatales en nuestro país, nos obligan a recordar que el peligro viene tanto de adentro como de de afuera, por lo que se deben establecer medidas preventivas para estos ataques, considerando el perímetro de una prisión como una fortaleza bipolar. Es importante señalarlo, pues no podemos seguir haciendo prisiones a la orilla de la carretera o dentro de lugares poblados, sin tomar en cuenta que los ataques a prisiones se realizan por comandos cada vez más numerosos y con mejores armamentos. Por lo anterior, se procura rodear de concreto a los internos, para evitar su huida, pero no debemos dejar los cuarteles y servicios exteriores de un reclusorio vulnerables a estos ataques.
Conclusiones En México, cada sexenio se deshacen los avances en materia de normalización de la arquitectura penitenciaria, para iniciar con una nueva visión por un funcionario que pretende dejar su huella. Esta actitud ha sido señalada reiteradamente e incluso hay propuestas en la metodología para el diseño de normas en la materia, impulsadas por arquitectos y especialistas en el quehacer 3 nacional ; sin embargo, no han sido escuchadas y debemos insistir en ello para no condenarnos a repetir la historia. 4
Retomando las opiniones de expertos en la materia , es momento de realmente ir por un nuevo modelo penitenciario nacional, impulsado desde la actualización del Artículo 18 Constitucional, nos referimos a crear una normatividad congruente de todo el sistema penitenciario, incluyendo criterios de tratamiento, operación, manejo de seguridad, capacitación del personal, entre muchos otros factores que determinan el uso y manejo de los espacios. Sin duda, esto permitirá el desarrollo de normas para el diseño y construcción de reclusorios en nuestro país.
Referencias 1.- Juan Arvizu, El Universal, Gobernación: motín en Islas Marías, sin enfrentamientos. 2.- Ignacio Alzaga, Milenio, 2012-02-07, Impreso M.P., En seis meses se terminarán ocho nuevos "superpenales". 3.- Luces Verticales, La humanización de los espacios, Roberto Rojas Argüelles, José Luis Musi Nahmías, Ernesto Mendieta Jiménez, 2001. 4.- Hazael Ruíz Ortega, Es Sol de México, 24 de noviembre de 2012, Se parecen, pero no son iguales. Un antes y un después en las cárceles.