1
Corpus de lectura obligatoria 1er. año - EES N° 16 (Edición 2014 para todas las divisiones !"riadna # $eseo%
(Versión de Guillermo Cácharo) La nave proveniente de Atenas se acerca a la playa de Creta una vez más. Cada año ocurre lo mismo, !eo, rey de Atenas, de"e enviarle a #inos como tri"uto una nave con siete $óvenes y siete siete doncell doncellas as para ser devorados devorados por el #inotauro #inotauro %&'. La proa %' ro$a del "arco ue se distin!ue en el horizonte parece una herida de san!re ue "rota del ne!ro casco, un anticipo som"r*o de lo ue va a ocurrir cuando los catorce $óvenes penetren en el La"erinto, para no salir $amás. +or in comienza el desem"arco. -na vez en la arena, los siete muchachos y las siete doncellas comienzan a caminar lentamente hacia la ciudad, escoltados por la !uardia cretense. La hi$a del rey #inos, Ariadna, o"serva los cuerpos y los rostros desallecidos y desanimados de los atenienses. e todos menos de uno. l primero en pisar tierra, el primero en emprender el camino, delante de la ila acon!o$ada ue lo si!ue, es dierente de todos los ue han lle!ado antes, distinto de cuantos cuantos $óvenes $óvenes ha conocido conocido Ariadna. n su manera de mirar a los cretenses reunidos all* no hay nin!/n temor, sino más "ien una serenidad desaiante. 0u paso es señal de una uerte convicción. Ariadna mira a ese $oven y entiende lo ue el $oven sa"e1 ue no ha venido a Creta a morir. n ese momento un "ramido %2' eroz, sinies siniestra tramen mente te humano, humano, va !anando !anando el aire hasta cu"rirlo por completo. 3odos enmudecen4 nadie puede evitar estremecerse cuando el #inotauro reclama por sus v*ctimas, cuando empieza a impacientarse. #inos tam"i5n lo ha escuchado4 el sonido lo enurece y descar!a contra los o"$etos ue tiene a su alcance su ira, ue es tam"i5n su culpa y su opro"io %6'. Al rey le pesa a/n más el casti!o ue +oseidón le ha enviado por su in!ratitud. l dios ha"*a ayudado a #inos a convertirse en el rey de Creta, y este en vez de cumplir con el sacriicio solicitado, uiso en!añar al dios. +oseidón, enurecido por la arenta, decidió ven!arse1 la presencia del #inotauro, una criatura cruel y monstruosa, ser*a el me$or casti!o para tan terri"le alta. La !uardia encierra a los atenienses, los viste para el sacriicio y los a"andona en una r*a ha"itación a la espera del unesto encuentro con el #inotauro. e pronto, se escucha con mayor erocidad el ru!ido de la iera a"omina"le. Los cautivos comienzan a sollozar al o*rlo. 0e a"razan unos con otros en el interior de la ha"itación para darse consuelo. 3eseo se pasea con %7'.. Al acercarse a irmeza de un lado a otro, tratando de calmar a sus compañeros de inortunio %7' la puerta, descu"re unos o$os ue lo o"servan por la a"ertura ue utilizan los !uardias para vi!ilarlos. +ero esos o$os no son de nin!/n !uardia. 0on los de una mu$er. 8 ¿Quién eres? 9pre!unta 3eseo. 3eseo. -na dulce voz responde desde el otro lado1 8 Mi nombre es Ariadna, soy la hija del rey. 8 No me agrada saberlo – dice 3eseo8. Si vienes a burlarte de nuestra desgraia! " No se trata de eso 9lo corta Ariadna8. Ariadna8. Sé u#n terrible es lo $ue ha heho mi padre. %o lamento m#s de lo $ue puedes imaginar. Me duele ver tanta muerte para omplaer a un monstruo. Querr&a $ue todo esto terminara de una ve'. Quiero irme de a$u&.
3eseo escruta la mirada de Ariadna y ve ue ue sus o$os no mienten. ntonces dice1 8 Si termino on el monstruo, ¿vendr#s onmigo? La muchacha siente ue el estino está de su parte, ue 3eseo ha venido a salvarla de su suerte y por eso ella uiere ayudarlo1 le entre!a una peueña espada y un ovillo. " (sto te ayudar# ayudar# a umplir umplir tu voluntad. voluntad. (s)ndelo (s)ndelo en tu ropa. ropa. Si atas el e*tremo e*tremo del hilo hilo en la entrada del %aberinto, sabr#s )mo salir después de matar al Minotauro.
2
Los $óvenes se despiden con la promesa y la esperanza de volverse a ver lue!o del enrentamiento entre 3eseo y la "estia. #omentos despu5s, el eco de un nuevo ru!ido le$ano y ansioso del #inotauro cruza la noche. La mañana ha lle!ado. Los atenienses son conducidos hasta las puertas !i!antescas del La"erinto. 3eseo es el primero en atravesar, con decisión, las puertas ue han tenido ue mover cuatro hom"res $untos. Apenas transpone el um"ral, 3eseo ata un e:tremo del hilo en una saliente de la pared y "usca entre sus ropas la peueña espada. 0in soltar el ovillo, desenrollándolo lentamente avanza por el primer pasadizo hacia su derecha. etrás de 5l se oyen los !emidos de los otros $óvenes atenienses. 3eseo avanza con cautela. Los corredores son estrechos y se "iurcan %;' constantemente1 a poco de andar se da cuenta de ue ha perdido la orientación. Alza la vista hacia el cielo. 3an altas son las murallas ue resulta casi imposi"le distin!uir desde dónde lle!a la luz del sol. l la"erinto es inmenso.
epite la acometida. ?tra vez 3eseo consi!ue saltar de lado y descar!a so"re la "estia uno, dos, tres !olpes, como si su "razo uera la poderosa maza de un herrero. l monstruo tropieza. stá apenas atontado, pero de su sien "rota ya un hilo de san!re. 3eseo aprovecha la situación. Antes de ue recupere uerzas, salta hacia el #inotauro y le hunde la espada en la !ar!anta. l #inotauro cae so"re su espalda. 0us o$os van perdiendo "rillo, hasta ue por in los apa!a la som"ra de la muerte. Cuando están todos convencidos del triuno, los atenienses corren a a"razar a 3eseo, a "esarle las manos. Varios se hincan %@' ante 5l. 8 No perdamos un segundo, amigos 9los incita 3eseo8. +odav&a debemos salir del %aberinto y de esta isla aborreida . >eco!e entonces el peueño resto del ovillo, ue ha ca*do a tierra durante la lucha, y con premura lo va enrollando para deshacer el camino hacia la playa. 8 No hay tiempo- 9!rita el h5roe8. ebemos 'arpar antes de $ue lleguen las /uer'as de Minos -nos instantes despu5s, la ne!ra nave de proa ro$a vuelve a cortar las a!uas rum"o a casa. Ariadna se a"raza a 3eseo en la cu"ierta y mira el horizonte, donde una nueva vida la a!uarda. 3eseo da indicaciones para ue la nave se diri$a a la isla de Ba:os, donde "uscarán provisiones y descansarán para lue!o continuar via$e a Atenas. Lue!o del arri"o, los hom"res encienden ue!os en la playa y recorren las cercan*as en procura de a!ua y v*veres para el resto de la traves*a. Con las otras mu$eres, Ariadna "usca al!/n lu!ar donde puedan pasar la noche. 3an cansada se siente, ue cuando encuentra un sitio de pasto mullido, reparado por unas rocas, se recuesta y se ueda proundamente dormida. Al despertar, Ariadna comprue"a ue ya es de mañana. 0e incorpora y a!uza el o*do en "usca de las voces de sus compañeros de via$e. Bada. ntonces corre hacia la costa, llamando y !ritando1 8+eseo-
3
Bo o"tiene respuesta. n los lu!ares donde los hom"res encendieron los ue!os solo uedan cenizas. ay rastros de movimiento en la arena, pero all* no están las mu$eres ni los hom"res. Ariadna !ira hacia todos lados para cerciorarse. D con terror reconoce su situación1 ya no está all* la nave. ?tra vez "usca, hur!a %E' el espacio con sus o$os.
%&' #inotauro1 ser mitoló!ico, con ca"eza de toro y cue rpo de hom"re. %' +roa1 parte delantera de la em"arcación. %2' Iramido1 la voz del toro en este caso. %6' ?pro"io1 ver!Jenza, culpa. %7' Knortunio1 des!racia %;' Iiurcar1 dividirse en dos ramales. %=' m"estir1 ir con *mpetu so"re al!uien o al!o. %@' incarse1 arrodillarse. %E' ur!ar1 revisar. %&F' 0om"r*o1 melancólico. %&&' Htica1 re!ión de la pen*nsula !rie!a donde se encuentra Atenas. %&' Alicción1 ue causa tristeza, inuietud.
4
El Ca&alote% (anónimo) icen ue antes, en el >*o +araná, no e:ist*an los camalotes. ue la tierra era tierra, el a!ua, a!ua y las islas, islas. Antes, cuando no ha"*an lle!ado los españoles y en las orillas del r*o viv*an los !uaran*es.
5
'a &ocila% (Mean de la
6
!'as tres plu&as%
(versión de los hermanos Grimm) a"*a una vez un rey ue ten*a tres hi$os, de los cuales dos eran listos y "ien dispuestos, mientras el tercero ha"la"a poco y era al!o simple, por lo ue lo llama"an Ql leloR. Como el rey se sent*a ya vie$o y d5"il, pensó ue de"*a arre!lar las cosas para despu5s de su muerte, pero no sa"*a a cuál de sus hi$os de$arle la corona. ntonces, les di$o1 Q#archaos, y auel de vosotros ue me trai!a el tapiz más hermoso, será rey a mi muerte.Q D para ue no hu"iera disputas, los llevó delante del palacio, echó tres plumas al aire, sopló so"re ellas y di$o1 QKr5is adonde vayan las plumas.Q -na voló hacia el Levante4 otra, hacia el +oniente, y la tercera ue a caer al suelo, a poca distancia. D as*, un hermano partió hacia la izuierda4 otro, hacia la derecha, ri5ndose am"os de Ql leloQ al ue, si!uiendo la tercera de las plumas, le tocó uedarse en el lu!ar en ue ha"*a ca*do. l mozo se sentó, tristemente, en el suelo, pero muy pronto o"servó ue al lado de la pluma ha"*a una trampilla. La levantó y apareció una escalera4 descendió por ella y lle!ó ante una puerta. Llamó, y oyó ue al!uien !rita"a en el interior1 0Ama verde y tronada, pata arrugada, trasto de mujer $ue no sirve para nada1 a $uien hay ah& /uera, en el ato $uiero ver.0
0e a"rió la puerta y el pr*ncipe se encontró con un !rueso sapo !ordo, rodeado de otros, muchos más peueños. l sapo !ordo le pre!untó u5 desea"a, a lo ue el $oven respondió1 QVoy en "usca del tapiz más "ello y primoroso del mundo.Q l sapo, diri!i5ndose a uno de los peueños, le di$o1 0Ama verde y tronada, pata arrugada, trasto de mujer $ue no sirve para nada1 a$uella gran aja me vas a traer.0
l sapo $oven ue a "uscar la ca$a4 el !ordo la a"rió, y sacó de ella un tapiz, tan hermoso y delicado, como no se ha"*a te$ido otro en toda la supericie de la 3ierra. l animal se lo entre!ó al pr*ncipe. l mozo le dio las !racias y se volvió a su palacio. Los otros dos hermanos considera"an tan tonto al peueño, ue esta"an convencidos de ue $amás lo!rar*a encontrar nada de valor. QBo es necesario ue nos molestemos mucho,Q di$eron, y a la primera pastora ue encontraron le uitaron el tosco pañolón ue lleva"a a la espalda. Lue!o volvieron al palacio para presentar sus hallaz!os a su padre, el rey. n el mismo momento, lle!ó tam"i5n Ql leloQ con su precioso tapiz4 y, al verlo, el rey e:clamó, admirado1 Q0i hay ue proceder con $usticia, el reino pertenece al menor.Q +ero los dos mayores importunaron a su padre, dici5ndole ue auel tonto de capirote era incapaz de comprender las cosas4 no pod*a ser rey de nin!/n modo, y le ro!aron ue les propusiera otra prue"a. i$o entonces el padre1 Qeredará el trono auel de vosotros ue me trai!a el anillo más hermoso,Q y, saliendo con los tres al e:terior, sopló de nuevo tres plumas, destinadas a indicar los caminos. ?tra vez partieron los dos mayores1 uno, hacia el Levante4 otro, hacia el +oniente, y otra vez ue a caer la pluma del tercero $unto a la trampilla del suelo. ntonces, l leloR descendió nuevamente la escalera su"terránea y se le presentó al sapo !ordo, para decirle ue necesita"a el anillo más hermoso del mundo. l sapo dispuso ue le
7
tra$esen inmediatamente la !ran ca$a y, sacándolo de ella, le dio al pr*ncipe un anillo reul!ente de pedrer*a, tan hermoso, ue nin!/n ore"re del mundo ha"r*a sido capaz de a"ricarlo. Los dos hermanos mayores se "urla"an de Ql lelo,Q ue pretend*a encontrar el o"$eto pedido. 0in apurarse, uitaron los clavos de un vie$o aro de coche y lo llevaron al >ey. +ero cuando el menor se presentó con su anillo de oro, el rey hu"o de repetir1 Q0uyo es el reino.Q +ero los dos no cesaron de importunar a su padre, hasta ue consi!uieron ue impusiese una tercera condición, se!/n la cual heredar*a el trono auel ue tra$ese la doncella más hermosa. Volvió a echar al aire las tres plumas, ue tomaron las mismas direcciones de antes. Buevamente, "a$ó Ql leloQ las escaleras, en "usca del !rueso sapo, y le di$o, preocupado1 QAhora ten!o ue llevar a palacio a la doncella más hermosa del mundo.Q QPCaram"aQ 9replicó el sapo9. QPLa doncella más hermosa Bo la ten!o a mano, pero te la conse!uir5.Q D le dio una zanahoria hueca, de la ue tira"an, como ca"allos, seis ratoncillos. Ql leloR pre!untó con tristeza1 QND u5 ha!o yo con estoOQ D el sapo le respondió1 Qaz montar en ella a uno de mis sapos peueños.Q l mozo eli!ió al azar uno de los sapos y lo instaló en la zanahoria. Apenas estuvo en ella, se transormó en una "ell*sima doncella4 la zanahoria, en carroza, y los seis ratoncitos, en ca"allos. io un "eso a la muchacha, puso en marcha los corceles y se diri!ió al encuentro del rey. 0us hermanos lle!aron al!o más tarde. Bo se ha"*an tomado la menor molestia en "uscar una mu$er hermosa, sino ue se llevaron las primeras campesinas de "uen parecer. Al verlas, el rey e:clamó1 QA mi muerte, el reino será para el más $oven.Q +ero los mayores volvieron a aturdir al anciano, !ritando1 QPBo podemos permitir ue Ql leloQ sea reyQ y e:i!ieron ue se diese la preerencia a auel cuya mu$er uese capaz de saltar a trav5s de un aro col!ado en el centro de la sala. +ensa"an1 QLas campesinas lo harán ácilmente, pues son ro"ustas4 pero la delicada princesita se matará.Q l vie$o rey, resi!nado, tam"i5n accedió. D he au* ue saltaron las dos la"radoras. +ero eran tan pesadas y toscas, ue se cayeron y se rompieron "razos y piernas. 0altó a continuación la "ella damita ue tra$era Ql leloQ, y lo hizo con la li!ereza de un corzo, por lo ue ya toda resistencia ue in/til. D Ql leloQ heredó la corona y reinó por espacio de muchos años con prudencia y sa"idur*a.