REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA DEFENSA UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL POLITÉCNICA DE LA FUERZA ARMADA VICERRECTORADO ACADÉMICO DEPARTAMENTO DE POSTGRADO NÚCLEO TÁCHIRA
Ensayo Reflexivo
Participante: Leslie Cano Facilitador: Ph. D. Rolando Eslava Unidad Curricular: Organizaciones Transcomplejas
San Cristóbal, Octubre del 2016
El propósito de este ensayo se basa en un análisis reflexivo del capítulo 1 del libro de Edgar Morín intitulado: La cabeza bien puesta: repensar la reforma, reformar el pensamiento, que lleva por nombre “Los desafíos”; a pesar de que el epicentro
del mismo se basa en la reforma de la enseñanza, también hace alusión a la imperante necesidad de que el individuo lleve a cabo un cambio de pensamientos, en donde abra su mente, que sea capaz de percibir las cosas de manera holística, sin desprendimientos, ni fraccionamientos disciplinarios. En este capítulo se hace una crítica a manera de reflexión, referente al parcelamiento del conocimiento y de los saberes versus la multi y pluri disciplinariedad que exige la complejidad de las situaciones y fenómenos cotidianos globales, en donde debemos romper con la
“hiperespecialización ” a la que se
refiere Morin, haciendo alusión a una forma de especialización que se encapsula en si misma sin permitir ser permeada por un macro contexto que alberga situaciones complejas de manera más integral; y allí radica lo complejo, el entender de manera concatenada un fenómeno en el cual están inmersas varios componentes, que en algunos casos distan uno de otro. La lectura del mismo invita a armar rompecabezas de manera síncrona y sinérgica entre varias disciplinas, áreas, pensamientos, en estos tiempos de incertidumbre y caos; por lo que de no percibir e internalizar las cosas de manera unísona estaremos en menor capacidad de hacerle frente a los retos enmarcados por la turbulencia y complejidad que per se contiene lo multivariado y lo multicultural. En el ámbito educativo es donde más se replica este enjuiciamiento del cual hace alusión el autor, en el sentido que, como docentes limitamos a nuestros estudiantes a aislar la unidad curricular que dictamos con las demás áreas de conocimiento y a veces hasta del contexto externo, más que a reconocer la importancia de la cohesión entre las diferentes disciplinas. En la educación muchas veces nos volvemos cómplices coartando el ingenio y el aprehender por parte de los alumnos, reduciendo lo “complejo a lo simple” tal cual como manifiesta Morin,
limitando el nivel máximo que a nivel cognitivo puede experimentar un individuo, como lo es la generación de un nuevo conocimiento. Morin hace un llamado a la reflexión, acotando que como individuos estamos limitados a ver el mundo por pedazos y no de modo multidimensional, esto deslinda y dificulta en el plano educativo la comprensión del entorno. Al respecto De Jesús , Andrade, Martínez y Méndez (2007), afirman que: La propuesta educativa de Morin en el marco de la Complejidad implica una enseñanza comprensiva de un conocimiento multidimensional, que contempla un aprendizaje orientado al abordaje de problemas, promotor de la integración de saberes y la interculturalidad, alejado de verdades absolutas en el reconocimiento de la incertidumbre el error, la ilusión y la comprensión de realidad desde la diversidad. Un aprendizaje que incorpora al sujeto cognoscente, su emocionalidad, sus experiencias, el entorno donde se produce el acto de conocer y el contexto donde deviene aprendiz. (p.10).
Por ende como docentes debemos desaprender a parcelar, dividir o separar el conocimiento de una disciplina de otras, en cambio debemos aprehender y enseñar a engranar y entretejer los saberes, es aquí donde cobra relevancia la capacidad que como individuos tengamos de adaptarnos integralmente. Resulta impresionante la sapiencia de Morin cuando para 1999, describía lo que actualmente conocemos con la sociedad de la información y el conocimiento como “la expansión descontrolada del saber”, catalogando a este como otro
elemento adicional de la complejidad. Dicha expansión trae consigo nuevos lenguajes e interpretaciones del contexto, a su vez se multiplica la fragmentación de los conocimientos y saberes de manera dispersa, masificada y acelerada. Ni siquiera los expertos en determinadas ciencias pueden llegar a concretar y a conocer toda la información de su área debido a la proliferación del conocimiento. Para Morin, los desafíos antes señalados se derivan de tres dimensiones: la cultural, sociológica y la cívica. En relación al desafío cultural, existen dos vertientes que lo conforman, por un lado nos conseguimos con la cultura humana y por otro
lado con la cultura científica, las cuales son vistas de manera aislada, como si ambas no tuvieran un impacto implícito entre ellas. La cultura humana se relaciona con el cuestionamiento humano, acerca de los conocimientos, paradigmas; mientras que la cultura científica, fragmenta las áreas de conocimiento, en la generación de nuevos saberes generales y universales, que en la mayoría de los casos deja de vincularse intrínsecamente con los problemas psicosociales del individuo. Tal vez este desafío cultural al que se refería Morin no tenga tanta vigencia para esta época, en donde la ciencia se ha abocado al contexto humano; vemos como se ha usado la ciencia gerencial para recalcar la importancia que tenemos los individuos dentro de las organizaciones, o también como la ciencia en la educación se ha complementado y compenetrado con el aspecto emocional y psicológico del ser humano, en los postulados referentes a la neuroeducación. En cuanto al desafío sociológico, relacionado con los aspectos que entraman a la sociabilización de todas las actividades cotidianas del ser humano y
la
influencia de la información y comunicación del conocimiento, Morin alienta a que el conocimiento debe alinearse con la información y ser replanteado por el pensamiento, como el elemento más importante de la sociedad. El desafío cívico que plantea el autor está vinculado a la falta de concepción de la realidad global indistintamente de las partes que lo conforman, esto causa mella en una responsabilidad comunitaria y solidaria, el autor plantea con ello una democratización del conocimiento, como una forma de aprovechamiento colectivo de conocimientos y saberes. Pudiera ser que hoy en día el internet se convierta en un elemento valioso para esta propuesta por parte del autor y aún más cuando las herramientas de la web 2.0., permiten una socialización y participación activa de los individuos, abriendo horizontes y por ende la comprensión global. La complejidad vista desde lo sociológico, cultural y cívico, expresa la dificultad para explicar un hecho, acontecimiento, fenómeno o realidad, la misma se
hace imperceptible ante la división disciplinaria de las cosas, por ende lo complejo radica entonces en la vinculación conjunta y no en la peculiaridad de las disciplinas en sí, sino la comunicación y compenetración con otras. El desafío de la interconexión no solo deben quedar para aquellas mentes brillantes que tienen la facilidad de vincular de manera innata eventos o disciplinas heterogéneas entre sí, quienes fungimos como docentes sobre todo, debemos velar porque nuestros estudiantes internalicen sus conocimientos y experiencias como un omnímodo y no de manera fraccionada o separada, lo cual les permitirá comprender la realidad como un todo y por ende adquirir competencias para hacer frente a los desafíos existentes en el entorno. A manera de reflexión final, se debe repensar con base en los desafíos de la complejidad, e ir en oposición al reduccionismo o simplicidad, para ello se requiere comprender las relaciones entre el todo y las partes. El conocimiento de las partes no es suficiente, pero también el conocimiento del todo en su conjunto no basta, si se prescinde de sus partes; de esto se desprende un ir y venir para reunir el conocimiento del todo y sus fragmentos, allí radica el repensar y reformar el pensamiento con base en lo complejo.
Referencias Bibliográficas De Jesús, M., Andrade, R., Martínez, R. y Méndez, R. (2007). Re-pensando la Educación desde la Complejidad . Revista Latinoamericana Polis [En línea],
consultado el 23 octubre 2016. Disponible en: http://polis.revues.org/4581 Morin, E. (1999). La cabeza bien puesta. Repensar la reforma, reformar el pensamiento. Buenos Aires: Ediciones Nueva Visión.