PREFACIO
El objetivo de este manual es esencialmente pedagógico. Incluso pedagógico en dos sentidos: por un lado, la intención es p ro p or cion ar a los qu e se inte in terr esa n en la lin g üí stica st ica u n acce so a est a rama relativamente nueva que son los estudios sobre el texto; por otro lado, el objetivo objetivo es prop orcionar orcionar al (futur (futur o) pr ofesor ofesor de idiom as una base teórica que le permita trabajar en clase con "textos ordinarios". Para ello, ello, trataremos de dar respuesta a dos p regun tas básicas básicas:: ¿ En qué med ida la investigaci investigación ón lingüí stica stica actual actual perm ite comprender mejor el funcionamiento de esos objetos de intercambio lingüí lingüí stic stico qu e llamam llamam os intuitivamen intuitivamen te "text "textos" os"?? y ¿ Qué hay que saber de la teorí a d e los los textos textos para p oder introdu cir cir en la clas clasee de idiomas (mater no o extran jero) prácticas prácticas ped agógicas sobre sobre textos de la comu comu nicación nicación ord inaria? Los destinatarios primeros de este manual son entonces el estud iante de lingüí stica stica y el el (futur (futur o) pr ofesor ofesor d e id id iomas. Pero Pero sin du da qu e esta esta introd introd ucción, ucción, en la medida en qu e sea sea acertad acertad a, pu ede ser tam bién bién lectur lectur a útil pa ra todo aqu el qu e se interesa por la la comunicación humana: periodistas, publicistas, abogados, p sicólog sicó log os, os , sociól so ciólog og os, os , p r ofeso ofe sorr es, h istor ist or iad ia d or es, es , et c. En efecto, el texto es. por definición, el lugar de la interd isciplina. isciplina. Como lo señalaba ya Bajtí ajtí n en los años 20, 20, en su s reflexiones sobre "el problema del texto": "...nuestra investigación se d esenvu elve en zonas fronterizas, es decir, decir, sobre sobre los lí mites entre todas las disciplinas mencionadas, en sus empalmes y cruces" (l985: 294) Esta introducción será, sin embargo, casi exclusivamente sincrónica y monodisciplinaria, tanto por el objetivo que se propone como por n uestros pr opios intereseses intereseses cientí cientí ficos ficos.. Por lo tanto, d ejarem ejarem os de lad o la introd introd ucción ucción h istórica istórica sobre sobre el d esarrollo d e la la lingü lingü í stica stica del texto en en los d iversos pa í ses (sobre (sobre tod o Aleman ia, Estado Estado s Unid os, Francia, Francia, Inglaterra, Inglaterra, Rusia).
Para este aspecto se encu entra información en Bernár d ez (198 (1987) 7),, Van Van Dijk Dijk (198 (1980) 0),, De Beau Beau gra nd e y Dressler (198 (1981) 1) Ad am (1990), (1990), ent re otros. Tampoco entraremos en campos interdisciplinarios, como los estudios sobre textos y discursos psicóticos, o las investigaciones sobre la com un icaci icación ón ciberné cibernétic tica. a. Esos Esos estud ios son sin d ud a ap asionantes, pero sobrep asan el objetivo objetivo de este libro. Dicho Dicho en térm térm inos simp simp les, les, este este man ua l tratará d e presentar un a introd introd ucción ucción a los los estud estud ios lingü lingü í sticos sticos sobre el texto. Visión Visión redu ctora, sin sin la menor du da, pero qu e nos parece parece necesari necesariaa para la formación teórica básica del que se interesa por el fenómeno del lenguaje humano. Asumo, en todo caso, abiertamente, la responsabilidad de esta reducción, como asimismo la de las demás carenci carencias as que el man ual pu ede p resentar. resentar. Un texto p op ular m ejic ejicano ano dice que tod a recién casada formula el siguiente deseo: "Todo lo que pido es que mi marido no me engañe. engañe. Y que si m e en en gaña gaña , pues pu es que yo no n o lo sepa. sepa. Y que si lo sé pues pu es que no me importe. Yo d irí a al rev és, en lo que concierne a este libro: qu e espero que no haya muchos errores. Y que si los hay, que el lector se d é cuenta. Y qu e si se da cuenta, qu e haga su p rop io cam cam ino crí crí tico tico bu scan sca n d o u n a m ejor re sp u est a. Yo asumo la responsabilidad de mi escritura. El lector debe asumir la responsabilidad responsabilidad de su lectura. lectura. Por último, los agradecimientos de rigor, que en mi caso van sobre todo a mis cole colegas gas y a mis estud estud iantes que m e han ayu dad o a trabajar trabajar los textos textos que aqu í se incl incluyen, uyen, qu e me h an ap ortado textos y que m e han enriquecido enriquecido con sus crí crí ticas. ticas. Como no pu edo nom brarlos a todos, no nom braré a ningu no. Cada cual reconocerá reconocerá su contribución. Como gran parte de los profesores universitarios, yo soy esencialmente esencialmente u n intertexto. G. Alvarez Alvarez
PRIMERA PARTE
CAPITULO PRIMERO EL TEXTO TEXTO Y EL DISCURSO D ISCURSO
Text o, discurso; discurso; lingüí stica del del text o, análisis análisis del del discurso; competencia textual, competencia discursiva; tipos generales de textos.
N o h ar em os en est e m an u al u n a sep ar ació n ra d ical en tr e "anál "an álisis isis d el discurso" y "lingüí "lingüí stica stica d el texto". texto". Por el contr contr ario, consid consid eram os que am bas disciplinas están estrechamente ligadas, aunque mantengan su especificidad. De hecho, haremos constantemente alusión a uno u otro de estos campos, ya que, en nuestra perspectiva, se iluminan uno al otro. (van Dijk, l980: 21-29; Maingueneau, l976: 99-102). Trataremos, en todo caso, de precisar los términos cada vez que sea necesario. En efecto, lo primero que crea problema es la polisemia de los términos "texto" y "discurso". Cada uno por su lado es ambiguo, y a menudo se emplean indistintamente u no u otro como si fuesen intercambiables. intercambiables. Así , por ejemplo, ejemplo, Jean Jean Delisle, en su libro sobre el análisis del discurso y la traducción, define lo que el llama la "textologí a" com com o "el estud io de los discursos" (l98 (l984: 4: 16). 16). Por su p arte, Lozano, Peña-Marí n y A bril titulan su libro (l989 (l989)) "Aná "Aná lisis lisis del d iscurso" y agregan com o sub-tí tulo "Hacia una semiótica de la intera intera cción cción textual". Estos mismos autores señalan diversos sentidos del término "texto" (Lozano et al, l989: 15-19). Por su parte, Maingueneau presenta por lo menos seis sentidos posibles del término "discurso" (Maingueneau, l976: 15). Como lo señala van Dijk (l980: 20), la confusión confusión proviene ad emás de que en una lengua se emplea, por ejemp ejemp lo, "text "texto" o" par p ar a lo qu e en otra ot ra s se llam a "discu "di scu rso", rs o", o n o existe exis tenn los d os térm térm inos: in os: "discou "di scou rse studies" del inglés equivale a "textwissenschaft" del alemán. Agreguemos que, en francés, existe discusión sobre las expresiones "analyse du discours", "...de discours" y "...des discours", y que para cada una de estas denominaciones se avan zan serias razones teóricas. 1. 1 ¿ Qué es el texto? Diremos, para empezar, que ambas entidades, el texto y el discurso, están relacionadas: *El texto es un a configuración configuración lingüí lingüí stica. stica. Es un conjun conjun to d e elementos elementos lingüí sticos sticos (palabras, oraciones...) oraciones...) organizad os según r eglas estrictas de constru cción. cción.
*El discurso es la emisión concreta d e un texto, por un enun ciador d eterminado, en una situación de comu nicación determinad a. La relación es inextricable: no puede haber discurso sin un texto del discurso. El texto funciona como discurso en una situación determinada. Como lo dice J.-M. Adam (1990: 23), se puede hacer una ecuación admitida hoy en forma generalizada: el discurso es el texto más las condiciones de producción. De este modo, podemos por ejemplo analizar una conversación ya sea como discurso, ya sea como texto: en el p rimer caso, se observará que un enun ciador especí fico se dirige con sus p alabras a un destinatario especí fico, en un marco situacional (espacio temp oral) especí fico; en el segund o caso, se observará cómo los elemen tos lingüí sticos (palabras, oraciones...) se estru cturan resp ond iendo a reglas de construcción textual. El texto conserva en su superficie las huellas de la situación de discurso. Por lo tanto, un estudio acabado del texto remitirá necesariamente a sus condiciones de producción y de recepción. Textualidad y enunciación van necesariamente de la mano, como ya lo señalaba Ducrot en l980. (Ver "Texte et énonciation" en Les mots du discours ). En efecto, el sujeto productor del discurso inscribe en su texto las marcas d e su situación, como tam bién las m arcas de su destinatario real o imaginario. Cuando se habla de "texto" se focaliza la mirada en el aspecto construccional o arquitectural. Es por ello que se puede hablar de "gramática del texto". Dicho en los términos de Kintsch y van Dijk (1975: 100), "llamaremos "texto" la estructura formal, gramatical, de un discurso" [Nótese que estamos usando el término "texto" en su acepción restringida, relativa a textos verbales. En una concepción más amplia, que viene de la semiótica, se puede considerar texto todo conjunto significante, cualquiera que sea el sistema de signos con que esté construido. En ese sentido pueden ser considerad os textos una p elí cula, un a sinfoní a, un cuadro, etc. Para los fines de este manu al nos atend remos esencialmente al texto como realidad verbal]. 1. 2. Competencia dis cursiva y textual El texto, como entidad formal, corresponde al nivel superior de la competencia construccional (u organizacional) del individuo. El discurso corresponde a la puesta en acción de la competencia discursiva del individuo. Ambas competencias --textual y discursiva-- forman parte, pero a distintos niveles, de lo que se ha dado en llamar desde Hymes (1972) la competencia de comunicación. Recordemos brevemente que la competencia de comunicación del individuo, entendida como su capacidad para participar en interacciones comunicativas, comprende primero un componente sociocultural, y luego dos componentes interrelacionados: la competencia construccional (u organizacional) y la competencia discursiva. La primera designa el conocimiento del "código", es decir el conocimiento de los elementos y las reglas que constituyen el sistema de una lengua. La segunda designa la capacidad de utilizar el código en situaciones de comunicación determinadas. No es la actuación misma (o "performance", si aceptamos el anglicismo), sino el saber enun ciativ o que permite "la movilización de
la lengua por el hablante" (Benveniste). Decimos que estas dos competencias están interrelacionadas porque el individuo normal posee al mismo tiempo el conocimiento d e las reglas constitutivas d el código y el conocimiento d e las reglas que rigen el uso del lenguaje en las diversas situaciones de comunicación. Nadie pued e hab lar una len gu a si no con oce la orga niza ción (el cód igo ) d e esa len gu a; pero el con ocim ien to d el cód igo no basta par a p od er com u nicar en esa len gu a. En la competencia construccional (que también algunos llaman "gramatical", en el sentido amplio del término), podemos distinguir un componente pre-sí gn ico y un com pon en te sí gn ico. El prim ero se refier e al d om inio d e las unidades no significantes del código: fonemas y grafemas (en el caso de los ind ividu os alfabetizados). El segun do con cierne el nivel de los signos: comp etencia morfológica (conocimiento de la construcción de las palabras), competencia léxica (conocimiento de la forma y el significado de las palabras), competencia sintáctica (conocimiento de la estructura y significado de las oraciones) y competencia textual (conocimiento de la estructura y significado de los textos). A cada una de estas comp etencias corresponde u na u nidad sí gnica: el morfema, la p alabra, la oración, el texto. Por eso es que decimos que el texto es la unidad superior de la competencia construccional del individuo: un texto es una unidad mayor que la oración, así como la oración es una un idad m ayor que la palabra. Un texto está compu esto de oraciones, aunqu e pu ede haber, en situaciones determinadas, textos de u na sola oración, como en el caso de las pancartas: Se ruega transitar por la vereda del frente. Golpee antes de entrar. También en el caso de las pancartas se pueden encontrar textos constituidos por un a sola palabra: Peligro. Salida, o un sintagma: Estacionamient o prohibido. N o entrar. El texto es, entonces, la unidad de comu nicación. En efecto, el individ uo n o comu nica con oraciones aisladas, sino con secuencias de oraciones que muestran entre ellas relaciones formales que constituyen lo que llamamos las reglas de textualización ( o de construcción del texto). Estas reglas textuales se expresan en términos de recurrencia, progresión y relación (conexión), y rigen la creación de textos cohesivos y coherentes, como se verá en el capí tulo tercero. La competencia discursiva es de carácter diferente: es la capacidad de hacer fun cionar los textos en situaciones de comunicación determinadas, ante un destinatario determinad o, para obtener objetivos extra-lingüí sticos determ inados. La competencia discursiva se compone de una competencia situacional y una competencia enunciativa, esta última entendida en términos de competencia mod al, ilocutiva, inferencial e intertextual, como veremos e n el capí tulo segund o. 1.3. El texto como ocurrencia y como tip o. Otra d ificultad en la d istinción "texto / discurso" proviene d e considerar el texto como ocurrencia o como tipo, lo que en algu na m edid a se relaciona tam bién con el considerarlo como u na realidad concreta o como un a entidad abstracta. Para algunos autores un texto es una r ealidad concreta, emp í rica, correspondiente a un discurso efectivamente emitido. En este sentido, el texto representa el resultado material del acto de comunicación. Con palabras de Charaudeau, "el texto es la ma nifestación m aterial (verbal y semiológica, oral / gráfica, gestual, icónica, etc.)
de la puesta en escena de un acto de comunicación, en una situación dada, para realizar el proyecto de h abla de u n locutor d ad o." (1992: 645. Nuestr a trad ucción) *** Otros autores (Slatka, Adam, etc.) afirman, en cambio, que el texto es una entidad abstracta, opuesta al discurso que serí a la única realidad concreta observable. "Un enunciado --"texto" en el sentido de objeto material oral o escrito, de objeto emp í rico-- observable y descriptible, no es el texto, objeto construid o, por d efin ición, y qu e d ebe ser pen sad o en el m ar co de una teorí a d e su est ru ctu ra composicional. Esta definición de TEXTO como objeto abstracto, opuesta al DISCURSO (objeto concreto producido en una situación determinada) es hoy adm itida unán imemente" (Adam , l992: l5. Nu estra tradu cción) Por nu estra parte, preferimos no u sar la distinción "concreto / abstracto", que de todos modos nos parece confusa. Diremos que conviene distinguir sistemáticamente las unidades del nivel construccional (o gramatical) y las unid ades d el nivel discursivo: *nivel construccional: oración, texto. *nivel d iscur sivo: enun ciado, discurso. Las primeras son unidades formales, que pueden examinarse desde el punto de vista "configuracional". Las segundas son unidades observacionales, que sólo pued en ser exam inad as en el m ar co d e una situació n d e com unicación esp ecí fica. Ahora bien, repetimos, una m isma entidad lingüí stica pu ede ser mirada como texto o como discurso, según que pongamos la atención en su aspecto comp osicional o en su aspecto enun ciativo. Una d ificultad sim ilar aparece respecto a la relación "ocurr encia / tipo". En efecto, todo texto particular representa en alguna medida un tipo de texto. Hay una correspondencia, en este sentido, entre el texto como realidad particular, única, irred uctible, realizado u na vez en u na situación especí fica, y el texto como generalidad (como "entidad abstracta" dirí a Ada m). Todo texto, por in dividual o par ticu lar qu e sea, encarna tod a una ser ie d e "regu larid ad es textu ale s", y est o es lo que permite hablar de una "ciencia del texto". Como reza un aforismo muy conocido, no puede haber ciencia de lo particular, de lo irreductible. Una gramática del texto o una teorí a del discurso, subraya Van Dijk, sólo pued e dar cuenta de ciertas estructuras regulares y sistemáticas del tipo de discurso. (l980: 20). 1.4. Modelos textuales Cada texto es único, irreductible a los demás (por ejemplo, esta carta que he recibido h oy es única, especí fica); pero cada texto retom a, reprod uce, encarna caracterí sticas generales de todos los textos del mismo tipo o d e la misma familia (lo que me permite decir que lo que he recibido hoy es una carta y no un afiche publicita rio , o una convo cació n al tr ibu nal). "Si se pu ed e siem pre d escr ibir u n texto como una entidad única e irreductible a otras, no por eso deja de ser analizable como realización de un tipo de texto." (Beacco, l985: ll5).
Es esta d ialéctica "ocurr encia / tipo" la que p ermite p ostular la existencia de "mod elos textuales", culturalmente d eterminados, que regulan la forma d e los textos individuales. Dentro de la competencia textual del individuo existe, en mayor o m enor med ida, el conocimiento implí cito de los m odelos o matrices textuales: una carta de amor, un aviso económico, un parte de matrimonio, un afiche pu blicitario, un a crónica period í stica, un cuento, etc. [Notas: 1. esta noción de "modelos o matrices textuales", no es igual a la de "superestructuras textuales", qu e veremo s más ad elante, pero p ued e relacionar se con ella. También pued e relacion ar se con el pro blem a d e las tip olo gí as textu ale s y con lo qu e Bajtí n (l985) llama los géneros discursivos. 2. Sobre la utilización d e "mod elos textuales en la planificación de textos, ver por ejemp lo los artí culos de D rop y de Enkvist en Bernárdez, l987] Sin duda, en el campo de los modelos textuales se puede ir desde los modelos más estandarizados, como el aviso de defunción en un periódico, o un texto notarial, hasta los menos regulados institucionalmente, como la carta de am or. Como d ice Bajtí n (l985: 248-293), la gama p ued e ir desde u na ord en m ilitar "estandarizada y obligatoria hasta por su entonación" hasta una obra lí rica, "profund amente ind ividualizada". 1.5. Tipos generales de textos. En un a prim era aproximación a las tipologí as textuales, hay que señalar que los textos pueden ser dialogales o monologales y orales o escritos. La distinción "monologal / dialogal" se refiere al hecho d e que los textos pue den ser pro d ucto d e una intera cción en qu e am bos in terlo cuto res con tr ibu yen a la construcción del texto --es el caso de la conversación--, o bien pueden ser construid os por el solo emisor, ya sea en presen cia o en au sencia del receptor. Es el caso de una conferencia o de una pancarta. Lo esencial es que el interlocutor no par ticipa en la con stru cción d el texto . Dicho en ot ro s térm in os, lo qu e en ap ar ien cia es un fenómeno banal (la comunicación puede efectuarse con la participación alternada d e los dos interlocutores o bien con la p articipación de un solo em isor) tiene una importancia crucial para la organización o arquitectura del texto, y para toda una serie de fenómenos d iscursivos que d etallaremos m ás adelante. Por ahora podemos decir que, por ejemplo, en el diálogo la coherencia debe ser mantenida respecto al segmento textual que produce el interlocutor, según lo qu e Grice llama el prin cipio de cooperación. ( A : ¿ A qué hora es la reunión? -B: A las ocho. Y no B: Dos manz anas o B) A mi mamá le gust a el chocolate.,). Como dicen los analistas de la conversación, los textos dialogales son policontrolados. Llamamos en cambio textos monologales a aquellos que son el producto de la actividad lingüí stica d e un solo ind ividuo, ya sea que esté solo o en presencia d e un interlocutor, ya sea en forma oral o por escrito. Son textos monocontrolados. Si tom amo s la imagen d el tejido (texto quiere d ecir "tejido", nos recuerd a Barth es), en el primer caso estamos tejiendo el texto --valga la redundancia-- entre dos o más; en el segund o caso, estamos tejiend o solos. Ahora bien, aunque parezca extraño, la competencia conversacional es la más generalizada y la m ás fundam ental. Es la primera qu e desarrolla el niño en su
adquisición del lenguaje. Dicho en otra forma, el diálogo es la forma básica de la comunicación humana. La competencia monologal (oral o escrita) se adquiere más tardí amente y es menos generalizada: no todo el mun do p uede hacer una intervención oral ante una audiencia, o escribir una historia. Cuando alguien se resiste a tomar la palabra ante un a asamblea, diciendo algo como " N o. Y o no. Y o no sé hablar" --lo que esta contradicho por el solo hecho de hablar para decir eso--, en realidad está diciendo "Yo no soy capaz de construir un texto cohesivo y coherente sin la interacción con el otro". Hay que decir desde ya, para precisarlo más adelante, que hacemos una distinción en tre "dialogal" y "dialógico". En el fond o, todo texto es d ialógico, en el sentido que todo discurso es "discurso p ara alguien". El niño pu ede h ablar solo y tener largos monólogos; pero siempre se está dirigiendo a un interlocutor imaginario. Ya veremos cómo estos fenómenos de dialogismo aparecen en la sup erficie del texto. Los textos monologales, como ya lo hemos visto, pueden ser orales (una conferencia) o escritos (una crónica periodí stica). En cam bio, los textos conversacionales son mayormente orales. No parece haber conversación por escrito, como no sea en el caso tecnológico de los intercambios por m odem . Lo esencial, en todo caso, es desmarcarse de la tendencia tradicional que lleva a asimilar "texto" a "texto escrito". En efecto, esta asimilación es tal que un autor como E. Roulet (1991), evita el término "texto" y habla solo de "discurso" por qu e "text o est á d em asiad o ligad o en la m en te d e los franceses con la connotación de escrito, monológico". Nosotros hablaremos de "textos orales" y "textos escritos", que funcionan como "discursos orales" y "discursos escritos". La relación entre ambos es sin duda compleja, sobre todo en las sociedades de larga tradición de escritura: en esos casos, el texto escrito no es una simple transcripción de comu nicaciones orales, sino que desar rolla caracterí sticas especí ficas. En esos casos, oralidad y escritura tienden a separarse en forma tajante, al punto d e llegar a constituirse casi en códigos diferentes. (Ong, 1987). Y la tarea de la escuela se concentrará efectivamente en desarrollar en el niño la capacidad de contruir textos escritos monologales que contengan las marcas adecuadas de coherencia y de cohesión para qu e sean entendidos p or el destinatario. Pero desde el pu nto d e vista de la ciencia del texto, una producción oral y una producción escrita tienen un estatuto similar: pu eden ser examinadas como textos, es decir ser analizadas para ver cómo responden a las reglas de textualización a que h emos aludid o más arriba. Para h acer las cosas más d ifí ciles, no solo "texto" connota "texto escrito" en la mentalidad tradicional, sino que además "texto escrito" connota "gramaticalidad", "elegancia", "buen estilo", "alto grado de intelectualidad", en una pala br a est ilo form al. E inversam en te, se pien sa qu e la com unicació n oral es el lugar de la agramaticalidad, de lo descuidado, de lo mal organizado, en una pala br a d el estilo in form al. Desd e el punto d e vista d e la cien cia d el texto , t an to el texto oral como el texto escrito pueden ser formales o informales. y tanto el uno como el otro respon den a reglas construccionales especí ficas. Ejemp los: en la comu nicación ora l, el "N icola, tráeme las pant uflas" del Sr. Jour da in es una secuen cia textual oral informal; en cambio el discurso inaugural del año académico por parte del rector de una universidad es generalmente un texto oral del más alto nivel formal. En la comunicación escrita: los graffiti de los muros de la ciudad (como
"V ale callampa el proceso democrático", escrito en un muro de la Universidad de Concepción en 1992) son textos escritos en estilo informal --y más aún los graffiti de los baños públicos--; en cambio, un a comun icación cientí fica es generalmente un texto escrito del más alto nivel formal. Una distinción general más, previa para entrar en materia, se refiere a la oposición existente entre "textos literarios" y "textos ordinarios". En realidad esta distinción no es en absoluto clara, porqu e para man tenerla habrí a que disponer d e una definición universalmente aceptada de lo que es "texto literario". Y a nuestro par ecer esa d efin ición no existe. Es por ello qu e v an Dijk (1982: 118) llega a a firm ar que es literario lo que una sociedad dada, en un momento dado, decide que es literario. Bajtí n hablaba m ás bien de géneros discursivos pr imar ios y secund arios: aquellos serí an textos (simples) de la comun icación inm ediata; estos serí an textos que "surgen en condiciones de la comunicación cultural más compleja : comu nicación ar tí stica, cientí fica, sociopolí tica, etc." (1985: 250). Sin en trar en la discusión, y sin dejar de lado la utilización esporádica de textos literarios, 1 concentraremos nuestra atención más bien en lo que podemos llamar "textos ordinarios" (como Austin habla del "lenguaje ordinario"), es decir aquellos textos que surgen en la comunicación cotidiana: carteles, letreros, panfletos, textos de periód ico, texto s p u blicita rio s, anuncios, tira s cóm icas, chistes, etc. 1.6. Las fronteras del texto. Una última precisión teórica, que toma más bien la forma de una interrogante: ¿ Cuáles son los lí mites del texto?, ¿ Dónde emp ieza y dónde termina un texto?. La pregunta no es banal, y la respuesta no es fácil, aunque mu chos autores coincidan en que u na d e las caracterí sticas del texto es su clausura, es decir el hecho de presentarse como un todo. Pero la definición de esta clausura no es siempre clara. 2 Se puede decir, por ejemplo, que esta clausura está señalada por una notor ia interr upción en la interv en ción ; pero eso par eciera no ba sta r ya que una interrupción puede provenir del hecho que el texto está inconcluso, o qued ó inconcluso. Bajtí n apu nta al fenóm eno del "cambio de los sujetos discursivos" para indicar lo que él llama la frontera del enunciado (que en sus escritos parece coincidir con el texto): "El enunciado no es una unidad convencional sino real, delimitada con precisión por el cambio de los sujetos 1 Recurrir a ejemplos de textos literarios y a planteamientos teóricos que vienen del
campo de los estudios literarios se justifica, al menos por dos razones: una, los textos literarios han sido producidos por "textualizadores competentes" (o socialmente reconocidos como tales); dos, el campo de l os estudios literarios tiene una larga tradición de reflexión sobre la estructura y el funcionamiento de los textos, la que sería absurdo desconocer. 2 Nótese que también existe la
posición opuesta que subraya la apertura del texto. Pero se puede decir que los que plantean esta posición, acertada desde ese punto de vista, piensan en la apertura constitutiva del texto hacia todo el conjunto de textos que forman un universo discursivo. (Genette, 1978, 1982; Eco, l963, 1981). Veremos este punto en el subcapítulo sobre "intertextualidad"
discursivos, y que termina con el hecho de ceder la palabra al otro, una especie de dixi silencioso que se percibe por los oyentes como señal de que el hablante ha concluido." (1985: 261). Digamos que todo locutor tiene una noción intuitiva de la unidad de los elementos de un texto, es decir la impresión de que todas las oraciones de un conjunto bien formado constituyen un texto. Es lo que algunos llaman "el efecto de texto", y que tiene que ver con lo que más adelante llamaremos "macroestructura". Lo más imp ortante para nosotros es observar que todo texto contiene en m ayor o menor med ida las m arcas de su clausura. Dicho en otros términos, norm almente el texto presenta marcas formales de su comienzo y su fin. Existen morfemas que, por ejemplo, anuncian que se acerca el fin del texto (en el oral, elementos fáticos como "Bueno..." ; en el escrito, conectores com o "En suma, en resumen..." ), o ind ican que el texto ha terminado (en el oral: "He dicho. Gracias", etc. ; en el escrito, el "Vale" d e los roman os, el "Fin" de las novelas y de las pelí culas, etc. ). En el caso de los textos conversacionales asistimos por una parte a una verdadera "negociación" de los turnos de palabra que marcan el cambio de interlocutor; pero lo más importante es que se observan rituales de apertura y de clausura del intercambio total (Goffman, 1987). Por ejemplo, uno de los interlocutores empieza a emitir señales de que está proponiendo el fin del intercam bio (y, por lo tanto, el fin del texto): "Bueno, ent onces, quedamos en eso". A lo que el otro interlocutor puede responder con señales de que acepta el término del intercambio: "Sí , en eso quedamos" . A lo que pu ede suceder un a serie de em isiones pura m en te con firm ativas d e qu e am bos aceptan la clau su ra d el d iálogo: "Bueno, usted me llama". " Sí , yo lo llamo.", etc. (Ver, por ejemp lo, Roulet 1981 par a el estud io de las conversaciones auténticas).
EJERCICIO
Carteles observados durante una visita a la iglesia de San Francisco de Tucumán (en diversos lugares d e la nave). ------------------------------------------------------------------------------------------PROHIBIDA LA ENTRADA N O ESCRIBA RESPETE LAS COSAS SACRAS RESPETAD EL TEMPLO GUARDAD SILENCIO N O H AG AIS RUIDO N O SALIVEIS EN EL PISO ESTA PROH IBIDO TO CAR Y VENERAR LAS IMAGEN ES DURANTE LAS MISAS Y LOS ACTOS LITURGICOS SACRISTAN -------> o CABALLEROS DAMAS TOQU E EL TIMBRE EN LA ENTRAD A ¡ SEÑO RA, SEÑORITA! POR RESPETO A L TEMPLO, A SUS HERMAN OS O A UD. M ISMA, SE LE RUEGA PRESENTARSE DECENTEMENTE. QUE SU VESTIDO SEA SIN ESCOTE Y SIN SOLERAS. ------------------------------------------------------------------------------------------Observe que: * No se trata aqu í de u n solo texto, sino d e una serie de pequ eños textos, la mayorí a constituidos por un a sola oración. * No hay unidad temática entre ellos: algunos se refieren a realidades generales (como los letreros qu e ind ican los baño s: CABALLEROS, DAMAS, o instrucciones generales, como PROH IBIDA LA ENTRADA) y p odrí an encontrarse en cualquier otro lugar . Otros se refieren especí ficam ente a prácticas rituales, como la pro hibición d e tocar la s im ág en es d ura nte los act os litúrg icos. * Algunos mensajes están construidos en forma personalizada: NO ESCRIBA. RESPETE LAS COSAS SACRAS, etc. Otro s están construid os en forma imp ersonal:
PROHIBIDA LA ENTRADA. (Ver en el próxim o capí tulo la noción de "mod os enunciativos"). * Se observa una clara anacroní a, que ap unta a condiciones de p rodu cción diferentes: el texto nº 3, RESPETAD EL TEMPLO, GUARDAD SILENCIO, NO HAGAIS RUIDO, NO SALIVEIS EN EL PISO, muestra en su constitución morfológica (y quizás también en su contenido referencial: la costumbre de escupir en el piso) que fue creado y pu esto allí en un a época pasada. * El destinatario de todos estos textos es el público en general que frecuenta la iglesia, salvo el último que ap un ta explí citamente a las mu jeres (¡ SEÑORA, SEÑORITA!), con un fuerte llamado de atención, marcado en el texto escrito por los signos d e exclama ción, sobre la forma d e vestir. * Este último texto, por su marcado carácter ideológico (la mujer como fuente posible d e la in d ecen cia y d el p ecad o) m uest ra u na o rgan iza ción m ás com pleja qu e los anteriores. Ya no hay simples órdenes, por med io de imp erativos, como en NO ESCRIBA. o RESPETAD EL TEMPLO; ni simples prohibiciones en el modo impersonal, como en PROHIBIDA LA ENTRADA, o ESTA PROHIBIDO TOCAR LAS IMAGENES. En este texto se presentan argumentos como POR RESPETO AL TEMPLO, etc. y la exigencia está mod alizada por un SE LE RUEGA. (Ver la no ción de m odalización en el próximo capí tulo). * Los textos constituidos por una sola palabra: SACRISTAN (acompañado de una flecha), DAMAS, CABALLEROS, funcionan comunicativamente en forma diferente. No se trata , aunqu e están cercanos en la nave, de tres men sajes similares. El primero dice A quí se encuent ra al sacristán. Los otros dicen A quí entran las damas. A quí entran los caballeros. (y no para rezar). * Un trabajo pedagógico interesante, en español como lengua extranjera por ejemp lo, consistirí a en ind icar tod o lo que se pu ede hacer en esta iglesia y tod o lo que n o se pu ede h acer, siguiendo las instrucciones d e los rótulos. * Otro trab ajo interesante pod rí a ser el de buscar todas las imp licaciones contenid as en los letreros (por ejemp lo, que los fieles tienen la costum bre d e tocar las imágen es).
CAPITULO SEGUNDO EL TEXTO Y SU ENUN CIACION Carácter y formas de la enunciación; enunciación y deixis; modos enu nciativos; modalidades; actos de habla; secuencias de actos; actos preparatorios; actos indirectos.
La lingüí stica del texto y el análisis del discurso son d os disciplinas estrecham ente relacionadas, como ya lo señalamos en el capí tulo anterior. Ambas implican u na d oble ruptu ra con la lingüí stica "clásica", en la medida en que por una parte exigen sobrepasar el lí mite de la oración y, por o tra, examinar no oraciones fabricadas por el lingüista, sino estudiar textos [discursos] producidos en situaciones reales de comun icación. 2.l. De la oración al texto La lingüí stica, tal como la d efiní a Saussure (1916), tení a como objeto p ro p io el est u d io d e la lengua concebida como un código supraindividual: un conjunto de valores constantes, que forman parte de una serie de circuitos en los cuales cada elemento sólo tiene sentido en la m edida en que se opone a los demás. En cambio, el habla es la utilización individual, idiosincrásica, de la lengua: nada sistemático puede decirse de ella. En esta perspectiva, el habla (o discurso) es el reino de lo ind ividu al y de lo mom entáneo. Allí sólo se encontrarí an casos p ar ticu lar es, los qu e p or su d iver sid ad in fin ita n o pod rí an ser ob jeto d e descripción sistemá tica. El lí m ite superior d e esta "lingüí stica de la lengu a" (o "del código") es la oración, cuya estructura es estudiada por la sintaxis. Incluso, en Saussure no está claro si la oración pert enece a la lengu a (al sistema ), ya qu e en ella se m anifiesta un cierto margen d e creatividad individual, lo que la pond rí a más bien en el campo del habla. Una concepción similar, en este aspecto, encontramos en Chomsky (1965). Para él también la lingüí stica tiene como objeto prop io el estud io de la competencia, entendid a como el conocimiento implí cito que cada locutor / aud itor tiene de las reglas que permiten la construcción de todas las oraciones gramaticalmente p osible s d e su len gu a. El axiom a d e p ar tid a d e su gr am a tiv a gener at iva es p or lo tanto la oración. (Lo que no quiere decir que n o haya trabajos a n ivel del texto qu e usan el marco teórico de la gramática generativa. Ver, por ejemplo, De Beaugrande, en Bernárdez, l987, para una discusión de este tema). Se puede afirmar, entonces, que desde el punto de vista teórico "ha sido corriente en la mayor parte d e las teorí as lingüí sticas considerar a la oración como la máxima unidad de descripción" (Van Dijk, 1984: 31). En la práctica pedagógica ocurre algo similar: la unid ad de an álisis y de ejercicio era y en gran m edida sigue siendo la oración. Incluso se recomienda operar con "oraciones con sentido completo", para no tener que hacer intervenir ni el contexto ni la situación de
comunicación. Lo mismo p arece ocurrir en el campo d e la teorí a de la trad ucción. Com o dice Delisle, un a de las limitaciones a la aplicación de las teorí as lingüí sticas a la trad ucción p roviene del hecho que se ha tenido qu e "trabajar con una lingüí stica qu e sólo estaba interesada en la oración y en las construcciones lingüí sticas inferiores a la or ación." (1984: 61). Pero el tradu ctor no t iene por tarea traducir oraciones aisladas, sino traducir textos. Podemos afirmar, entonces, que tanto d esde el pu nto de vista de la teorí a lingüí stica, como d e las reflexiones y prá cticas de los profesionales que traba jan con el lenguaje (profesores, traductores, periodistas, psicólogos, etc), es indispensable desarrollar un estudio sistemático de esas unidades de comunicación que son los textos, los que normalmente sobrepasan el nivel de la oración y que no son sim plem ente analizables en térm inos de u na serie lineal de oraciones, o en térm inos de "oraciones compu estas", sino qu e son conjuntos d e oraciones articulados según reglas precisas de textualización. En efecto, para pod er compr ender los intercambios comun icativos reales es impr escindible contar con un a lingüí stica que sobrepase el lí mite de la oración. Gran cantidad de fenómenos puramente formales o semánticos no pueden ser descritos ni explicados en el m arco de la oración. No d aremos aquí un inventario de ellos (Ver, por ejemplo, Van Dijk, 1980: 21-25). Sólo diremos que conciernen fenómenos tan vastos como la entonación, la pronominalización, la referencia y la correferencia, la elipsis, la concordancia temporal, etc. Sólo ilustraremos, porque inciden en el prob lema d e las frontera s del texto, el uso de los conectores. En español, no se puede encontrar normalmente conectores como "ahora bie n", "sin em ba rgo ", y otro s, en p osición in icial d e texto . Si el p re sen ta d or d el noticiario de la televisión dice, por ejemplo, "Ahora dejo con ustedes al Sr. Pérez para su analisis polí tico de la semana" , y el Sr. Perez em pieza d iciend o: "Sin embargo, los acontecimientos se desarrollaron en tal forma que... etc. etc. todo oyente norm al pensará que hu bo una falla en el montaje y que d esapareció la p rim er a p ar te d el texto . Den tr o d e la com p eten cia textu al d el in d ivid u o, est á la capacidad de captar intuitivamente la clausura del texto (1.6) y de poder emitir juicios d e in con clu siv id ad (" Falta algo ") aunque en el nivel de la oración no se observe ninguna falta. Podemos anticipar ya una de las afirmaciones básicas de la lingüí stica d el texto: puede ocurrir que todas las oraciones de un a secuencia estén gramaticalment e bien formadas, pero que su conju nt o no constit uy a un t exto.
2. 2 De las formas al uso: la enun ciación La segund a rup tura con respecto a la lingüí stica de raigambre saussuriana o chomskiana consiste en sobrepasar el estudio de las formas lingüí sticas , para examinar el uso que de estas formas hacen los interlocutores en una situación de comu nicación especí fica. Como decí a Benveniste (1974), pasar d el estud io de las relaciones forma les que apa recen entre los elementos lingüí sticos, al estudio de la
lengua en uso, "la lengua puesta en funcionamiento por un acto individual de utilización". "Pasar del estudio de la lengua al estud io del discurso", pod rí a uno d ecir en forma escueta. Pero, en realidad es más complejo que eso: es pasar del discurso como producto al discurso como producción. Ese es el campo de lo que se llama habitualmente la enunciación: el proceso de producción, concebido no en cuanto fenómeno fí sico d e emisión o de recepción d el discurso, sino en tanto qu e "acto de lenguaje durante el cual las oraciones se actualizan, ya que son asumidas por un locutor particular en circunstancias espaciales y temporales precisas" (Ducrot y Todo rov , 1972: 405. N.t.). La enunciación consiste, según la definición clásica de Benven iste, en "poner a funcionar la lengua por un acto individual de utilización", o "el acto del locutor que mo viliza la lengua por su cuen ta" (1974: 84-87). En efecto, analizar un a oración creada p or el lingüista par a fines de análisis, como El gato se tomó la leche en la que se pod rán estud iar, por ejemplo, las relaciones sintácticas, de "sujeto" / "comp lemento ", o las relaciones semán ticas de "agente" / "paciente", no es lo mismo que prod ucir un enunciado similar El gato se tomó la leche ante un interlocutor real en una situación de la vida cotidiana. En este segundo caso, aun que las relaciones forma les entre los elementos lingüí sticos sean las mismas, estamos ante un fenómeno de enunciación: producción de un enunciado p or u n en u n ciad or qu e asu m e la re sp on sabid ad d e lo qu e d ice. ("qu e m ov iliz a los elementos lingüí sticos por su cuenta"). N os p ar ece necesar io, sin em ba rg o, p re sen ta r in m ed iata m en te p or lo men os tres precisiones: a) La enunciación no es "un acto indiv idual". Considerar el acto de producción del discurso como un fenómeno estrictamente individual implica el riesgo de derivar hacia lo irreductible, lo particular, lo no sistematizable. Habrá pues que decir, con Charaudeau (1983, 1992), que cada sujeto productor de discurso es al mismo tiempo un ser individual y un ser social. Parodiando a Jakobson, que alguna vez afirmó que en m ateria de lenguaje la propiedad privada no existe, pod emos decir que, en materia de lenguaje, el sujeto es siempre un ser social, un "socio-individuo". Este ser social ha interiorizado, por su experiencia comunicativa, un conjunto de convenciones, un sistema de regularidades del discurso (segun la expresión de Caron , 1983). Y es el estud io de estas regu larida des d iscursivas lo que constitu ye el objeto de la enu nciación. Habrá p ues que d esechar la idea d e que el locutor es un ser autónom o, que construye "libremente" su mensaje, con prescindencia de la institución social y de los imper ativos ritua les (Maingu eneau , 1976: 100). El siguient e texto pod rí a ilustrar esta observación: ------------------------------------------------------------------------------------------QUE TAL, LOPEZ
Un señor encuentra a un amigo y lo saluda dándole la mano e inclinando un poco la cabeza.
Así es como cree que lo saluda, pero el saludo ya está inventado y este buen señor no hace más que calzar en el saludo. Llueve. Un señor se refugia bajo una arcada. Casi nunca estos señores saben que acaban de resbalar por un tobogán prefabricado desde la primera lluvia y la primera arcada.(...) Ahí viene López. --¿Qué tal, López?. --¿Qué tal, ché?. Y así es como creen que se saludan. Cortazar. Historias de Cronopios y de Famas . ---------------------------------------------------------------------------------- b). La enunciación no es sólo la producción del discurso. En la visión "cibernética" (o "telegráfica") de la comunicación se representa, efectivamente a un emisor que emite un mensaje hacia un destinatario que lo descodifica. (Ver el esquema de Jakobson, 1966, y las numerosas d iscusiones a qu e ha dad o lu gar: Maingueneau, 1976, Charaudeau, l983 y l992; Kerbrat-Orecchioni, l980 y 1990, etc). Esa visión es unid ireccional: el acto d e comunicación serí a el resultado d e la sola actividad del emisor. Pero, la enunciación es siempre interlocución, interacción de dos p ar ticip an tes; y en est a in terlocu ción se d an , p or ejem p lo, fen óm en os d e anticipación y de retroacción qu e son tí picos de la comu nicación hu mana. En esta comunicación humana, la actividad del interlocutor no es una simple decodificación, sino que se trata siempre de un proceso de interpretación. "Todo enun ciado supon e un acto asimétrico d e enunciación , producción y reconocimiento interpretativo. Reducir la enunciación sólo a la producción y el enunciador solo al locutor, es, al fin de cuentas, no comprender que el enunciado no tiene sentido sin una doble intención de significación de los enunciadores respectivos" (Culioli, citado por Adam, 1992. Nuestra traducción). Por lo tanto, habrá que considerar siempre a dos sujetos (dos coenunciadores, como dice Culioli) en dos p ro ceso s d e en u n ciació n im br icad os: la p ro d u cción y la in terp re ta ción d el d iscu rs o. Y en ve z d e hab lar d e la en unciación como del surgimiento de "la subjetividad en el lenguaje" (Kerbrat-Orecchioni, 1980), habr á que h ablar d e un p roceso de "inter-subjetividad ": la interacción d e dos sujetos discur sivos. Así por ejemp lo, en el caso de los letreros citado s en el capí tu lo pr imer o (NO ESCRIBA. RESPETE LAS COSAS SACRAS, etc.) se pu ed e decir que el acto de enunciación se reactualiza cada vez que un individuo se instituye en su jeto interp retan te de ellos. Dicho en térm inos corrientes, cad a vez que un individuo se detiene frente a uno de esos letreros y lo lee, se reactualiza el p ro ceso d e en u nciació n -in ter p re ta ción . Y cad a v ez se re -p rod u ce e l fen óm en o d e la comu nicación, que será sólo pa rcialmente id éntico, puesto qu e cada vez el coenun ciador y su circunstancia serán d iferentes. En el uso habitu al, sin em bargo, se tiende a r eservar el térm ino d e enunciación para la actividad de producción del discurso. En ese uso, la enunciación no incluye la interpretación. Nosotros trataremos de conservar la unión solidaria d e estos dos p rocesos enun ciativos.
c) La enun ciación no es la "performance". Definir la enunciación, a la manera de Benveniste, como "el poner a funcionar la lengua en un acto individual de utilización" pu ede im plicar el riesgo de confund ir la enun ciación con la "actuación" (o la "performance" chomskiana: el uso de la lengua en situaciones reales de comunicación). Pero se trata, en realidad, de algo absolutamente diferente: no es el uso en tanto que tal que nos interesa, sino todo el saber (discursivo) que el hablante moviliza cuando h ace uso de la lengua. N o es la actividad como tal, sino "la actividad en potencia", como dice Coseriu (1962), retomando una antigua distinción de Aristóteles. Dicho de otro modo, lo que interesa al lingüista del discurso no es el hacer real --del cual parte forzosamente el análisis--, sino el saber hacer qu e perm ite ese hacer real. Por ejemp lo, si yo estud io el fenómeno d e "dar la mano" como u na m anera kinésica de salud arse en algun as cultu ras, debo pa rtir de la observación de la actuación real en la que un individuo da la m ano a otro, en tal lugar, a tal hora, etc. Pero lo que interesa, para el analista, es el "dar la mano" como activ idad en potencia : un gesto que todos los miembros de esa cultura saben efectuar antes de ejecutar la acción real de da r la man o. Lo que interesa, como objeto de estud io cientí fico, es el saber cont enido en el acto y no el acto mismo. Es este saber enu nciativo lo que interesa al estud iar la enun ciación, y eso no d ebe confund irse con la perform ance. Este saber enunciativo va por supuesto mas allá de los aspectos formales, sintácticos (en el caso de "dar la m ano", qué par te del cuerpo se mueve, cómo se mu eve, cuán tas veces se mu eve, etc.), y abarca tam bién los asp ectos interactivos (quién d a la m ano a quién, qu é significa no d ar la ma no a algu ien, etc.) y secuenciales (qué viene an tes de d ar la m ano, qué se hace despu és de d ar la m ano, etc.). N ót ese , en tonces, qu e la ru p tu ra con el est u d io p u ra m en te for m al y limitad o al nivel de la oración es una ru ptu ra d ialéctica: sobrep asa integran do. Dicho d e otro mod o, no se trata de n egar la validez cientí fica de esos estud ios, ni de dejarlos de lado. Muy por el contrario: el conocimiento de las relaciones formales (estructurales) existentes entre los elementos de la lengua es indispensable para su u so en u na interacción comu nicativa. El analista del discurso trabaja d e hecho con am bas dimensiones, formal y discursiva, y trata d e ver cómo el sujeto productor de discurso ejecuta elecciones formales para efectuar sus operaciones enunciativas. 2.3. Enunciación y deixis El estudio d e la enun ciación consiste, decí amos, en examinar el funcionamiento de las formas de la lengua cuando son puestas en uso en una situación de interlocución determinada. Este estudio permite, en primer lugar, mostrar qu e todo un conjunto d e formas lingüí sticas no pued en ser interpretadas sino en relación con una enunciación determinada. Es el caso de los elementos llamados deí cticos que constituyen el aspecto indicial del lenguaje: son fund amentalmente los deí cticos de persona ( YO - TU ), de lugar (AQUI -ALLA ) y de tiempo (H OY - AHORA ). * Deí cticos de persona. Un elemento formal como el pronombre "yo" no p u ed e s er in terp re ta d o s in o e n rela ción con la situ ació n d e d iscu rs o: la r ela ción "yo
- tú" se produce y se reactualiza en cada enunciación. El individuo que toma la p ala br a se ap ro p ia d e la for m a "yo" (o "nosotr os"), y en ese m ism o m om en to designa al otro como "tú" (o "ustedes"). Toda p ersona pu ede ser "yo" o "tú" según el p ap el qu e le to ca en cad a en u nciación . "Yo" y "tú" d esig nan , en to n ces, p osicion es en el diálogo, real o imaginar io, como en la canción: Y tú que te creí as el rey de todo el mun do y t ú que nun ca fuiste capaz de perdonar... o en un libro: N athanael, à présent, jett e mon livre. (...) Qu itt emoi. M aintenant tu m' importunes... "El" ( "ella", "ello") es, en cambio, la no persona, como dice Benveniste,. Designa a individuos o entidades que no participan en la situación de interlocución. Por supu esto que cada ind ividuo em pí rico pu ede ser m arcado por "yo", "tú" o "él" según como cambie la relación enunciativa: Yo soy "yo" cuando me apodero de la p ala br a; soy "tú" cu an d o e s el ot ro el q u e m e h ab la; soy "él" cu an d o los ot ro s h ab lan de mí . * Deí cticos espacio-temporales. Lo mismo ocurre con indicadores de lugar como "aquí / allá", "este libro / ese libro", o de tiem po com o "hoy", "ayer", "m añana", "ahora ", etc. Su valor referencial no puede calcularse sino en relación con la situación de enu nciación. Todos los luga res son "aquí ". Todos los mom entos son "ahora". Basta con que u n su jeto enunciador h aga coincidir su acto de enu nciación con un tiempo o con un lugar p ara que ese tiempo sea "ahora" y ese lugar "aquí ". Lo mismo ocurre con la enunciación-interpretación: cada vez que leo "hoy" tengo que referirlo al momento d e mi lectura, como lo sabí an los almaceneros que, cuando no existí a la costum bre del crédito, poní an en su tienda un letrero que decí a HOY NO S E FIA MA NA NA SI.
Lo mismo vale para los tiempos verbales: el "presente" coincide con el acto de enunciación, a menos que haya en el texto marcas formales (dataciones) que restringen su validez al m omento de la prod ucción del d iscurso. Es el caso de las crónicas periodí sticas: para interp retar un enunciado como "Se define hoy la composición del gabinete" tenemos que remitirnos a la fecha de publicación del p er iód ico. N ót ese , s in em bargo , q u e el fen óm en o d e la d eixis va m u cho m as all á qu e los simp les morfemas aquí señalados. Expresiones como Transite por la vereda del frente. Circule por el otro corredor,, etc. necesitan para ser interpretados hacer intervenir la situación de enunciación. Lo mismo sucede con los verbos "ir" y "venir", "llevar" y "traer" del español, o "retou rn er" y "reven ir" del francés. "Je reviendrai à Paris" y "Je retournerai à Paris" denotan la misma acción de volver: la diferencia estriba en el lugar de la enunciación, es decir, en el lugar donde está el individuo que produce ese enun ciado. (Si esta en Parí s, dirá Je reviendrai à Paris. Si no está en Parí s, dirá Je retournerai à Paris). También los posesivos tienen este valor ind icial. Cuan do u n aviso llama a una conferencia sobre "El clima de nuestra ciudad" , no podem os saber a qu é ciud ad se refiere a menos d e identificar al enunciador o al lugar de la
enu nciación. Incluso elemento s léxicos pu eden revelar u n asp ecto indicial: si a p ro p ósito d e u n p ar tid o d e fútb ol, p or ejem p lo, leem os Derrota del equipo transandino. la interpretación será diferente según que estemos en Chile o en Argentina (¿ Qu ién es el "transandino"?). 2.4. Modos en unciativos Considerar todo a cto de lenguaje dentro d e un marco enun ciativo implica, como pr imera cosa, distinguir el sujeto del enu nciado del sujeto de la enunciación. El p rim er o d esign a al ag en te d e la noció n exp re sad a en el en u nciad o; el seg u nd o designa al individu o qu e emite este enunciado. Por ejemp lo, si el enunciado es Pedro compró el diario. el sujeto del enunciado es sin du da Pedro (de qu ien se predica que compró el diario ), p er o el su jeto d e la en unciación --es d ecir , qu ién d ice est o, qu ién em ite est a aserción-- no es seguramente Pedro. Esta observación nos permite subrayar el hecho evidente, pero a menudo olvidad o, de qu e detrás d e todo m ensaje --a veces un simp le aserción en aparencia impersonal, como Se acabó el socialismo, o fragmentos nominalizados como La confusión del gobierno..., La crisis moral .... etc-- se oculta u n su jeto d e la enu nciación, que es el responsable de esta aserción, y con respecto al cual se pueden fijar los márgenes de veracidad, falsedad, confiabilidad, etc. No existen en el mundo humano palabras que no sean emitidas por un enunciador, que es el responsable de esas palabras. El mu nd o en sí no habla, hay siemp re alguien que habla sobre el mu nd o. Una estrategia periodí stica consiste en ocultar --consciente o inconscientemente-- esta mediación inevitable del lenguaje. Por ejemplo, una radio p u ed e em p ezar su not iciario co n u n slo gan com o Usted tiene derecho a saber la verdad. Y la verdad está en los hechos y luego comenzar la serie de noticias, como si fuesen los hechos. Pero los hechos no hablan. Siempre alguien habla por los hechos. Esta discusión nos lleva al tema central de los modos enunciativos y las mod alidad es de enu nciación y d e enun ciado, qu e constituyen elecciones formales que debe realizar el sujeto productor de discurso; pero que resultan al mismo tiemp o d e elecciones estratégicas del locutor . El sujeto productor de discurso elige, en efecto, por razones de su propia estrategia comunicativa entre los tres modos enunciativos ("comportamientos" dice Charaudeau 1983: 58-81) que le ofrece el aparato formal de la enunciación: dos mod os personalizados, elocutivo y alocutivo (yo / tú), y un m odo impersonalizado, delocutivo (él, ello, o un sintagm a nom inal). *Elegir el modo elocutivo es producir un discurso centrado en el YO, como sujeto del enun ciado. El sujeto enun ciador se inscribe a sí mismo en el texto de s u discurso por m edio de las diversas mar cas formales de la primera p ersona ( yo, m e, a mí , etc.) Encuent ro malo el clima de esta ciudad. M e gustan las flores blancas .
Evidentemente el "tú" de la interlocución existe (el discurso es siempre "discurso p ar a algu ien "); p er o el en un ciad or p u ed e n o p on er lo en su texto . Lo s t ext os qu e se construyen con este modo enunciativo permiten discursos de aspecto autobiográfico: M e quedé dormido en al arena, hasta que me despertó la voz de un niño. Salté como si me hubiera golpeado un rayo.... *En cambio, elegir el modo alocutivo significa centrar el discurso en el TU, hasta eventualmen te hacer desaparecer al sujeto enunciador. Tome Coca-Cola. Rompa el cí rculo de la pobreza. Hágase socio del hogar de Cristo. Este modo permite un comportamiento discursivo incitativo. Es por eso que abunda en los textos publicitarios: V enga a tal supermercado. Lávese con el jabón X . V ote por Fulano. *Elegir, por último, el modo delocutivo significa centra r el d iscur so en "el" o "ello" (la no persona, como dice Benveniste), lo que da al texto un aspecto impersonal, "como si el mundo hablara solo". "Ni el YO ni el TU aparecen explí citamente im plicados en el enu nciado." (Charau deau , 1983: 64). Es el modo pred ominante en los discursos informativos, por ejemp lo, las crónicas p er iod í sti cas: Los raptores salieron disparando. Sin duda que, en los textos reales, estos tres modos pueden combinarse, p er o gener alm en te uno es el m od o d om in an te, el qu e le d a su car áct er al texto . Ha y, entonces, cierta afinidad entre estos m odo s enun ciativos y los "tipos d e texto": un informe d e investigación cientí fica se construye generalmente en el modo delocutivo; los avisos publicitarios --com erciales o polí ticos-son p re d om in an tem en te alo cutiv os; las m em or ias o el d iar io d e vid a son con str u id os generalmente en el m odo elocutivo. Lo esencial es que el sujeto productor de discurso elige un modo enu nciativo, de entr e los que le ofrece la lengu a, según u na d ecisión estratégica: si desea asumir su discurso y dar, por ejemplo, una impresión de sinceridad, de intimidad o de subjetividad eligirá el modo elocutivo; si desea focalizar su discurso en el destinatario para implicarlo, para incitarlo a una acción, elegirá el modo alocutivo ; si desea dar u na ap ariencia de objetividad , utilizará el mod o delocutivo . Por ejemplo, en vez de decir Encuentro dificil este libro. M e cuesta entenderlo, un estudiante puede decir Este libro es dificil. Cuesta leerlo. Y todo pasará como si fuera culpa d el libro. N ót ese qu e est os m od os en u n ciat ivos p u ed en fu ncion ar com o m ar cas d e cortesí a: una emp leada dom éstica, en vez de d ecir a su patr ona ¿ Qu é quiere ust ed que haga hoy?, puede delocutivizar su enunciado para marcar la distancia: ¿ Qué quiere la señora que haga hoy? (Ver Haverkate, RLA 28, 1990). Este fenómeno de "distan cia" pu ede tam bién ser un recur so discursivo de algun os personajes, que p u ed en hab lar d e ello s en terce ra p er son a (com o De Gau lle o Ma ra d on a). De Gaulle podí a d ecir, hablando de él mismo: "Usted no le puede pedir a De Gaulle que haga eso"
Maradona puede responderle a un periodista que le pregunta como va a enfrentar un encuentro: "Y ...M aradona va a jugar como juega siempre M aradona." 2.5. Modalidades de enunciación (tipos d e oraciones) Cuand o el individuo d ecide interactuar con otro p or m edio del lenguaje, es decir cuando se da un "proyecto de habla" (Charaudeau, 1983) y construye el texto de su intervención (oral o escrita), está obligado a elegir, además de los modos enu nciativos recién m encionad os, algun a d e las modalidades de enunciacion o tipos de oraciones , de entre los que el aparato formal de la enunciación pone a su disposición. Estos tipos de oración son fundamentalmente tres: la aserción, la interrogación y la intimación (u "orden"), a los cuales algunos agregan la exclamación. Ahora bien, estas construcciones sintácticas constituyen no sólo marcos formales obligatorios [no puede existir una oración que no adopte alguna de esas formas], sino que ad emás ind ican u n tipo de r elación establecida p or el en un ciador entre él y su interlocutor. Por eso se las ubica en el campo de las "modalidades": porque señalan no relaciones formales entre los elementos de la oración, sino relaciones p ra gm át icas en tr e el texto y los su jeto s d iscu rs ivo s [en tr e los in terlocu t or es]. Por eso tam bién t ienen r elación con los actos de habla , de los que se ocupa la p ra gm át ica, d e la qu e h ab lar em os m ás ad ela nte. * La aserción adopta la forma de una oración declarativa (afirmativa o negativa): Los raptores salieron disparando. Los salarios no mejoran con este sistema. La enunciación asertiva apunta a comunicar al interlocutor una certidumbre. O má s bien dicho, se presenta estra tégicament e com o una certid um bre. Esta impr esión d e "verdad " que el enunciador transm ite con el comp ortam iento asertivo, se acentúa si, como en los dos ejemplos presentados, este enunciador adop ta el mod o delocutivo y "se borra" de su enu nciado. En realidad toda aserción delocutiva deberí a ser considerad a como un enu nciado introdu cido por u n "verbo d ictivo" como "decir", "afirm ar", etc.: Y o digo que los raptores salieron disparando . * La i nt err ogación es una construcción sintáctica que tiene marcas formales especí ficas (entonación, inver sión del sujeto, mo rfemas interro gativos), y que, desde el punto de vista pragmático, constituye "un comportamiento de doble entrada", como dice Benveniste. En efecto, esta figura discursiva plantea a un enun ciador qu e pone en escena a un interlocutor qu e debe responder, ya sea que es aludido directamente (y marcado en el texto con un enunciado alocutivo): ¿ Qu é piensas tú del libre mercado? o que qu eda imp lí cito (no señalado en el texto), como en las llamadas "preguntas al v oleo": ¿ Qu ien dejó estos zapatos aquí en el salón? Precisando más, se puede decir que las situaciones de interrogación son diversas: la más común es aquella en la que el enu nciador se plantea en p osición de
"no saber" y sitúa a su interlocutor en p osición de "saber" [de "pod er respon der con su conocimiento"]. Ejem plo: Situa ción: En la calle, ante un des conocido A) ¿ M e puede decir dónde quedan los Tribunales? B). Por la Diagonal. Al fondo. Pero en el caso de la interr ogación escolar la relación entre los su jetos es inversa: el p ro feso r est á en p osición d e "sab er ", y el alu m no es p u est o en p osición d e "ten er que d emostrar saber". Profesor: ¿ Qu ien descubrió A mérica? Alumno: Cristobal Colón, señor. Las relaciones interpersonales son, además, muy diferentes: en el primer caso, el "interrogador" asume un riesgo ya que, al dirigir un a pregun ta a su int erlocutor lo p on e en sit u ació n d e "ten er qu e re sp on d er ". Es d ecir , se ot or ga el d erech o d e p en etra r "agr esiva m en te" en el territo rio d el ot ro . En el seg u nd o caso , el interrogador está legitimado institucionalmente. * La intimación ["órd en"] también im plica un a relación activa entr e los interlocutores. Adopta particularmente la forma imperativa. Desde el punto de vista pragmático, el enunciador pone al interlocutor en situación de "tener que hacer": A) Salga de la sala . B) (Sale d e la sala) La intim ación supon e también un a relación riesgosa, ya que el enu nciador se pon e en posición d e "pod er d ar u na ord en" y por lo tanto tiene que existir entre él y su interlocutor una relación de jerarquí a tal que p ermita ese acto de lenguaje. En este caso, como en el de la interrogación se pueden dar situaciones diferentes: el "intimador" puede estar legitimado institucionalmente, en cuyo caso la relación jerá rq u ica e s d el o rd en d e la ev id en cia. Ejem p lo: Situa ción: En el ejército, un o ficial a u n su bord inad o. A) T raiga aquí al prisionero. B) Sí , mi teniente. Pero en la comunicación cotidiana la relación es más ambigua, más sutil. No cualquiera puede dar una órden, ni en cualquier momento, ni en cualquier lugar. Los estatus relativos de los participantes son objeto de una negociación p er m an en te.1 Ejemplo: Situa ción: En la casa, un pad re a su h ijo A) Vaya inmediatament e a acostarse. B) ¡ Estás loco! No pienso acostarme todaví a. * La excla maci ón p ar ece no tener for m as p ro p ias , y m u chos au to res no la incluyen entre las modalidades de enunciación. Utiliza las mismos elementos formales que la interrogación, p ero con un a entonación especí fica: ¡ Qu é lindo libro!
1 Ver,
más adelante (3.6), la distinción entre sujetos empíricos y sujetos discursivos.
También p uede adop tar la forma d e un a oración asertiva, con la entonación exclamativa: ¡ Los muebles se cayeron ! Desde el pun to d e vista enunciativo expresa sin embargo u na relación d el enun ciador h acia lo que enun cia, diferente de las mod alidades anteriores. Aquí el enun ciador se plantea ante los hechos d enotados ("caí da d e los muebles", por ejemplo) con una relación de sorpresa o de admiración; el interlocutor es simple testigo de esta adm iración, o es invitado a comp artirla. Estas diversas m odalides d e enu nciación no sólo constituyen, tal como lo hemos señalado, elecciones formales obligatorias, sino que además --y eso es lo más imp ortante para el estud io de los discursos-- son elecciones determinad as por razon es estratégicas. Por ejemplo, par a evitar el riesgo de "da r un a órd en" cuan do la relación jerárquica no es evidente, el locutor podrá utilizar una interrogación: ¿ M e podrí a decir la hora? (y no ¡ Dí game la hora !) Ejemplo de estrategia en u n d iscurso r eal: ----------------------------------------------------------------------------------------Situación: Entrevista periodí stica al capitán del equip o chileno de tenis d e Copa Davis, respecto a su relación con el jugad or Marcelo Rí os. ( La Epoca , 5-IV-1995). -
¿Cómo es su relación personal con Marcelo Ríos?
- (Lo piensa un poco) Es buena. -¿Normal o buena? -No, yo diría que es buena. -¿Marcelo le pregunta cosas? -Lo que se dice preguntar, no. Pero él hace comentarios para que uno le diga lo que piensa. El jamás quiere demostrar inseguridad. No hace preguntas directas, sino que dice, por ejemplo, "Le voy a jugar cruzado a este tipo", para que uno le diga "No, yo creo que mejor le juegas paralelo". (O sea, en nu estros térm inos, estamos en presen cia de u n enu nciador que, por razon es estratégicas, pr efiere utilizar aserciones antes que hacer pregun tas, para no aparecer en posición de "no saber", frente a otro que estarí a entonces en posición de "saber".) ------------------------------------------------------------------------------------------Al igual que los modos enunciativos (elocutivo, alocutivo, delocutivo), las mod alidad es enunciativas --o "tipos de oración-- pueden combinarse d entro d e un texto, con p redom inancia de u na u otra. Puede haber textos totalmente comp uestos de aserciones, y solamente en el m odo delocutivo, como la crónica p eriodí stica (texto "informativo"); pero es más raro encontrar textos compuestos sólo de interr ogaciones, com o es el caso d el cuestiona rio, o sólo de "instru cciones d e hacer" (que adoptan la forma de la enunciación intimativa) como las recetas de cocina. Lo que se encuentra habitualmente, en los textos reales, son alternancias de modalidades (pasar de una aserción a una pregunta, por ejemplo), pero con p re d om in an cia d e a lgu n a d e ellas.
EJERCICIO -------------------------------------------------------------------------------------Afiche observado en el Instituto de Lenguas, Universidad Concepción, en m ayo d e 1992.
de
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2.6. Modalidades de enunciado Como acabamos de ver, los modos enunciativos --elocutivo, alocutivo y delocutivo-- y las modalidades de enunciación --aserción, interrogación, intimación, exclamación-- representan mecanismos formales que revelan relaciones entre los sujetos de la interlocución y traducen la presencia del enunciador en su texto. Tienen que ver con nociones como la distancia y la tensión ligadas a la enunciación (Dubois, 1969). La primera noción tiene que ver con la "distancia" que el enun ciador establece entre él y los hechos d enotad os en su enu nciado: el sujeto enunciador asume totalmente su enunciado ( "Tengo frio" ) o presenta los hechos como parte d e un m und o exterior a él ("Hace frio" ) La segund a noción ap unta a la relación más o menos "tensa" que el enunciador establece con su interlocutor: la interrogación y la intimación dan un discurso más tenso que la aserción (porque p on en al in terlocu to r an te la ob ligació n d e re sp on d er ); el alo cu tiv o d a u na impr esión d e m ayor tensión ["toma" más al interlocutor] que el d elocutivo.
Pero tam bién bién estas nociones de distancia y tensión tensión , (al igual que las de transparencia y opacidad , , que veremos más adelante) tienen que ver con lo que se denomina clásicamente la modalidad , que se expresa fundamentalmente en los verbos modales: "querer", "poder", "deber", "saber", etc. y todas las formas fraseológicas fraseológicas qu e pu eden ado pta r: "hay "hay que...", que...", "tal "tal vez"... vez"... El discurso discurso p olí tico, tico, por ejemp ejemp lo, presenta presenta abu ndan tes ejemp ejemp los de relación relación tensa con el interlocutor, al que se quiere incitar a la acción o a la toma de posición, y esta tensión está dada por el uso de una modalidad: Hay que salirle al paso a las maniobras del gran capital...Tenemos que unirnos contra la privatizacion de los recursos naturales... Para d istinguirlas istinguirlas de las anteriores, anteriores, hablaremos de modalidades de enunciado . Son las las únicas mod alidad es que, de hecho, considera la lingüí lingüí stica stica trad icional. icional. A diferencia de las mo da lidad es de enu nciación, nciación, éstas éstas no son obligatorias, e indican la manera en que el enunciador se plantea frente los hechos denotados en su enunciado: posibilidad, probabilidad, obligación, deseo, apreciación favorable o desfavor able, etc En efecto, efecto, no es lo m ismo d ecir: ecir: Se firmará un tratado de libre comercio que decir: Felizm Felizm ente se firmará un tratado de libre comercio comercio Desgracia Desgraciadamente damente se firmará un tratado de libre comerc comercio io Ojalá que se firme un tratado de libre comercio En el segundo caso, ademas de la aserción, que da cierta información sobre hechos del m und o, el enunciador transm ite su valoración valoración favorable o desfavorable desfavorable de este estado d e cosas cosas.. Aunq ue éste éste es un tema am pliamente estudiado en la lingüí stica stica tradicional, no hay unanimidad entre los autores sobre su extensión, ni hay una terminologí a ún ica.( ica.(Ve Verr Langages, 43; Lozano et al . 1989, 1989, Cap . II; Pottier, 1993, 1993, Cap . Langages, 43; XV.). V.). Se Se d istinguen istinguen generalmente cuatro áreas de mod alidad alidad :
t i ca 2, tiene que ver con el "poder ser". Expresa lo posible, lo * la m oda l i da d al é p ro ba ble , lo con tin gen te, te , etc. et c. Puede que que haga frí o. Es posible posible que que haga frí o Qu izás haga haga frí frí o deónti ca tiene qu e ver con el "deber * l a modali dad deónti "deber ser". Expresa lo obligatorio, lo p ro h ibid ibi d o, lo in d isp en sable sa ble,, et c. Tenemos que un irnos para conquistar conquistar la paz. Hay que asistir a la reunión del sindicato. mi ca tiene que ver con el "saber" o el "creer", es decir con * la mo da l i dad epi st é operaciones mentales (imaginar, soñar, pensar...). Algunos autores distinguen: epi st é m i ca (verbos d e "saber") "saber") y dox át i ca (verbos d e "opinión"):
2 De
"aletheia" (verdad). Algunos las llaman "modalidades lógicas". Otros las incluyen en las "modalidades existenciales".
Ud. Ud . sabe que los hombres prefieren a las mu jeres sencillas. M e imagino que que Pedro ya lo hizo. Creo que Pedro está enfermo.
da l i d a d v o l i t i v a tiene qu e ver con el "querer ser", con * la m o da con el d eseo de ser. 3 ¡ Qu ien fuera fu era rico, para para andar andar en breque...! breque...! Ojalá pase algo que te borre de pronto... apreciati va (o axiológica ) tiene * la modalidad apreciati juicio valorativo qu e ) tiene que v er con el juicio el enunciador establece respecto a los hechos denotados en su enunciado. Expresa lo bueno, lo malo, lo triste, lo agradable, etc --desde el punto de vista del enunciador. ¡ Qu é bueno que ust ed sabe sabe leer! Lásti Lástima ma que está está lloviendo " La chair chair est est trist e, hélas, et et j' ai lu t ous les livres" Observaciones: 1.- La distinción tradicional de los "modos verbales" se inscribe dentro del marco de estas modalidad es. Por ejemp ejemp lo, la la d istinción istinción "indicati "indicativo vo / subjuntivo" tiene que ver con el grado de realidad o de certidumbre con que el enunciador presenta los hechos denotad os: Busco a un a mujer muj er que que tiene los ojos ojos colo colorr tu rquesa ("Sé ("Sé qu e esa m ujer existe) Busco a un a mujer muj er que que tenga los ojos ojos colo colorr tu rquesa. rquesa. ("No sé si e xiste. Me imagin o qu e existe") existe") 2.- Igualmente, el imperativo puede ser considerado dentro de la modalidad de "quer er", como lo h ace Pott ier (1993: (1993: 211): 211): Inscrí bete bete en el Vi deo Club 3.3.- La La mod alidad alidad apreciativa apreciativa abre un camp o vastí simo en el cual pueden caber fenómenos como los substantivos, adjetivos, verbos etc. subjetivos. (Ver KerbratOrecchioni, 1980, para la noción de "subjetivemas", lexemas marcados por rasgos de [axiológico] [axiológico],, [afectivo], [afectivo], [m oda lizador]: "La extraña reacción extraña reacción del Presidente..." ; Presidente..." ; "Esa nefasta ideologia, nefasta ideologia, un engendro un engendro alemán... alemán..."; "; "Este p "Este p er n icioso icio so profe profeta..." ta..." , etc. 4.4.- De hecho, hecho, la modalidad inund a todo el uso d el lenguaje, lenguaje, y "su "su estudio d eberí a incluir constr constr ucciones cuya cuya s marcas son difí cilmen cilmen te inven inven tariables." (Pottier, op. cit. ). cit. ). Por ejemp ejemp lo, en en p ancartas com o: EN CASO DE LLUVIA, REDUCIR LA VELOCIDAD
habrí a dos tipos de modalidades: modalidades: " posibilidad posibilidad d d e existencia existencia d e lluvia", "deber "deber reducir reducir velocidad". 5. Obsérvese Obsérvese tam bién el rol mod alizador del d iminu tivo español. Una oferta como: "¿ Se sirve sirve un juguito?
3 B
Pottier la incluye en la "modalidad factual" (1993: 210-212)
no d enota "un "un jugo m as pequ eño", eño", sino sino u na relación relación d e "ce "cercaní rcaní a". a". que el enunciador establece con el interlocutor. (Por eso puede aplicarse en español a morfemas que en principio principio no deberí an pod er ser ser puestos en diminutivo: Adios diminutivo: Adios > A diosito; M ás atras atras > más atrasito atrasito , , etc.) 6. Como balance parcial podemos decir que el sabe saberr enuncia enun ciativ tiv o del hablante comprende una competencia modal (Lozano, 1989), que es la capacidad del individuo para elegir un modo enunciativo y una modalidad de enunciación en función de la relación que quiere establecer con su interlocutor, y la capacidad de modalizar su enunciado en función de su actitud hacia los contenidos denotados en su enu nciado. EJERCICIO -----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Fragm ento d e un texto polí tico. Observe las mod alidad es. (El Siglo, Siglo, 10-16 10-16-VI-1995). Trabajadores, a luchar por lo nuestro
La Asamblea tendrá en su área sindical un trabajo arduo.Se trata de profundizar el análisis sobre el Código del Trabajo y ver cómo vamos hacia su derogación. Hay que tener claro que no basta la consigna. Es necesario trabajar duro para eso: hay que organizar, sindicalizar y elevar el nivel de conciencia clase de los trabajadores. impávidos cómo el No podemos seguir mirando paralelismo [sindical] destruye la organización. (...) Este sistema no perdona a nadie. Piensen que mañana pueden ser ustedes los afectados. (...) Que no nos quiten lo más valioso de que disponemos: la conciencia de que nos explotan y que hay que luchar para liberarnos de este sistema oprobioso. (...) No puede seguir pasando lo del sindicato Nº 1 del Metro. Hay que terminar con los rompehuelgas y el krumiraje. A recuperar la conciencia de clase. (Los subrayados son nuestros) ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------ciación y pragmática pragmática 2.7. Enun ciación La enunciación, como ya lo hemos adelantado, tiene estrecha relación con los fenómenos conocidos como actos de habla, habla, del estudio de los cuales se ocupa la pragmática. pragmática. (Austin, 1962, 1962, Searle, Searle, 1969 1969,, entre ot ros). Ya Ya h abí am os señalado que p ar a ab or d ar el est u d io d el d iscu r so d ebe m os sob re p asar as ar el an áli sis d e or acio n es aisladas, fabricadas por el lingüista, para estudiar enunciados usados en situaciones de comunicación e interacción social. Visto desde este ángulo, el lenguaje es una forma de acción, o más bien de interacción humana. En efecto, el sujeto productor de discurso no habla para producir "oraciones gramaticalmente bie n for m ad as", as ", sin o p ar a re aliza al iza r accio n es: in vit ar a algu al gu ien , p ro m eter et er alg o, rechazar o aceptar una invitación, pedir un consejo, dar un consejo, informar de
algo, etc. "Decir es actua r", como d irí a Au stin. Estas acciones qu e se ejecutan p or medio del lenguaje se llaman actos de habla ("speech acts", en inglés, "actes de p ar ole ", en fran cés). La repar tición d isciplinaria, en térm inos m ás o m enos clásicos, es la siguiente: la sintaxis y la semántica funcionan al nivel del estudio de la lengua (del sistema): la prim era estud ia las relaciones form ales existentes entre los elemen tos constitutivos de las oraciones y de los textos; la segunda estudia el significado de estos elementos y de estas relaciones. La pragmática, en cambio, funciona al nivel del discurso , y se ocupa de las relaciones que se establecen entre los enunciados y sus u suar ios, es decir las relaciones que los enun ciados y los textos establecen entre los sujetos del discurso. Se designa con el nombre d e fuerza ilocutiva la fuerza activa que conllevan los enunciados [textos] cuando son utilizados en situaciones reales de comunicación y que liga a ambos interlocutores en una especie de "contrato de habla" (Charaudeau, 1983), o "contrato de comunicación" (Charaudeau, 1992). Ya hemos visto anteriormente el caso de la interrogación: Si X se dirige a Y con la p re gu nta "Qué hora es?" , pone a su interlocutor en la situación de tener que reponder (salvo que no quiera, por alguna razón, aceptar el "contrato de comunicación" que se le propone, y entonces entra en una situación de beliger an cia). Esta noción de "fuerza ilocutiva" es una extensión de lo que Austin llama acto performativo. Se designa entonces como "performativos" aquellos enunciados que realizan la acción por el hecho mism o de ser pronun ciados. Al decir las palabras se realiza el acto m ismo. Ejemp los: El cur a a los n ovios: Los declaro marido y m ujer. El pr esidente d e la asamblea: Se abre la sesión Estos ejemp los permiten observar qu e un acto de habla sólo pued e llevarse a cabo exitosamente en u na situación de comu nicación determ inada, la cual incluye entre otras cosas: --un luga r ad ecuado : la iglesia, la sala de sesiones; --un enunciador ad ecuad o: el cura, el presidente d e la asamblea; --interlocuto res adecuad os: los novios, los miemb ros de la asam blea; Si estas condiciones no se cumplen el acto performativo no se realiza (no tiene éxito). Por e jemp lo, si el Sr. Pérez d ice "Se abre la sesión" , per o él no es la p er sona in sti tu cion alm en te hab ilit ad a p ar a h acerlo, lo m ás p ro ba ble es qu e su interven ción no tenga éxito. O si un cur a n ovicio, qu e necesita pr acticar su intervención, repite las palabras "Los declaro marido y mujer" en su p ieza, solo frente al espejo, no está con ello realizando el acto de habla en cuestión. Sólo está realizando lo que Austin llama "acto locutivo": simple emisión de las palabras, sin fuerza ilocutiva, porqu e no se pr odu cen en la situación adecuada. Lo mismo ocurre en las clases de idiomas extranjeros: repetir mecánicamente oraciones como "Voulez-vous danser avec moi?" o "Can you come tonight?" , fuera de toda situación de comunicación --real o simulada--, no puede dar al estudiante la noción del contrato socio-hum ano qu e implica pr onun ciar estas palabras ante un interlocutor real, en una situa ción real.
Los ejemp los pr esentad os en el pá rrafo anter ior se p rod ucen, es cierto, en situaciones institucionalizadas (un matrimonio, una sesión de asamblea...); pero los actos de habla se ejecutan en todas los mom entos de la vida d iaria, oralmente o por escrito: una pancarta como NO ESTACIO N AR ejecuta el acto de "prohibición"; el mar ido que le dice a su m ujer " Tranquilí zate. No voy a tomar más" efectúa el acto d e "promesa".4 2.7.1. Condiciones de satisfacción Una preocupación importante de la pragmática es el estudio de las "cond iciones d e satisfacción" (o condiciones d e éxito) de u n acto d e ha bla. (Searle, 1969). Retom emos el ejemp lo anterior, en el qu e el marido d ice Tranquilí zate. No voy a tomar más Esta aserción será normalmente interpretada por la esposa como una promesa, p or qu e cum p le las con d iciones p ar a ell o. En efecto, p ar a qu e hay a "pr om esa " tienen que reunirse, por o menos, las siguientes condiciones: l. la acción d enotada tiene que referirse al enunciador 2. la acción denotada apunta hacia el futuro. (No se pueden "prometer" cosas p asad as). 3. la acción d enotada n o pu ede realizarse sin la p articipación d el enunciador. (No se pu ede "prometer" que "Mañana será d omingo"). 4. la acción d enotada es d el agrado del interlocutor. 5. el enun ciad or sabe que esa acción agrad a al inter locuto r. Todas estas condiciones tiene que ver con el "saber compartido" de los interlocutores. Es por eso que se las llama "condiciones cognoscitivas" (Van Dijk, 1980:61). A ellas se unen las "condiciones sociales" que han sido mencionadas anteriormente: los interlocutores deben ser los adecuados, las palabras deben p ro nu nciar se en el lu ga r y el m om en to ad ecu ad os, etc. P or ejem p lo, en el caso d el acto de "orden" o "man dato": X no p ued e dar un a orden a Y si no tiene el estatus adecuado, es d ecir si no h ay entre ellos una relación tal que X tenga el p oder (o se arrogue el poder) de dar u na ord en a Y. 2.7.2 Secuencias de actos de habla La crí tica qu e se pu ede hacer tanto a los estudios teóricos sobre los actos de h abla (como los d e Austin y Searle), como a sus ap licaciones ped agógicas (com o Un niveau-seuil , de Coste et alii , 1976), es la de operar con oraciones aisladas, construidas por los autores, y no con textos [discursos] produ cidos en situaciones reales de comunicación. Ahora bien, los actos de habla rara vez ocurren aisladamente, en forma independiente. Lo que se encuentra generalmente son textos com plejos que realizan secuencias de actos de habla. La tarea será, pues, como para las oraciones, examinar cómo se ligan los actos de habla en interacciones comunicativas complejas. Desde este punto de vista, un texto [discurso] puede ser considerado como una secuencia de actos de habla, entre los cuales tienen que cump lirse las exigencias de coherencia / 4.
Examine ahora los actos de habla contenidos en los rótulos de la Iglesia de San Francisco de Tucumán, Cap. 1.
cohesión tí picas de los textos bien formad os (como verem os en el capí tulo cuarto). Estas secuencias de actos de habla pueden estudiarse ya sea en textos dialogales, como las conversaciones (Por ej., Roulet, 1981; Roulet et alii , 1985); ya sea en textos monologales, orales o escritos, pero que son de todos modos dialógicos (como ya lo hemos señalado). Como ilustración del problema, retomaremos aquí algunos casos de secuencias de actos d e habla a nalizad os en Van Dijk, 1980 (pp . 63-72). En el caso d e ¡ Cállate, por favor! Tengo que terminar este trabajo. la primera oración representa una órden (atenuada por el "por favor" ), y la segunda es una aserción, que funciona como una explicación o justificacion de la intim ación. En el caso de V eo que necesitas dinero. T e lo mandaré mañana. la relación es diferente: la primera aserción funciona como justificación de la p ro m esa con tenid a en la seg u n d a aser ción . Ya vim os qu e la p ro m esa re qu ier e, como condición de satisfacción que el enunciador sepa que el interlocutor apreciarí a cierto acto de su parte. Aquí le prim era aserción cump le esta función y p u ed e ser con sid er ad a com o u n "acto p re p ar at or io" p ar a el act o d e hab la d e p ro m esa . 2.7.3. Actos preparatorios Los actos prep aratorios son aquellos actos de h abla que p reparan el terreno p ar a el act o d e h ab la p rincip al. Un caso im p or ta nte d e "acto p re p ar at or io" es a qu el que se torna necesario para "proteger su cara" o para "proteger la cara del otro" (Sobre "face work", ver Goffman, 1970, 1987). En efecto, toda intervención lingüí stica imp lica arrogarse el derecho d e penetrar en el territorio simbólico del otro, y esto no puede hacerse sin tomar en cuenta los peligros que ello conlleva: p elig ro d e "perd er la car a" si el ot ro , p or ejem p lo, no con testa ; p elig ro d e "ha cer p er d er la car a a l o tr o", si se le p on e en la ob ligació n d e ten er qu e r esp on d er cu an d o no q uiere. Es por ello que el sujeto prod uctor de d iscurso introd uce todo tipo de actos p re p ar at or ios qu e sólo tie ne n p or ob jeto facilitar la ne go ciación d e la in tera cción comu nicativa. (Roulet, 1985 ) Por ejemp lo, en situación d e oral: Perdone, señorita. Salí sin reloj. ¿ M e podrí a decir la hora? o en situ ación de escrito: Estim ado señor, Ust ed seguramente no se acuerda de mí , pero me atrevo de todos modos a escribirle. Un a vez, ust ed me dijo que quizás tendrí a un trabajo para mí . En estos moment os just amente necesito trabajar y... etc. etc. En el caso de la carta que acabamos de m encionar, pod emos observar una serie de aserciones que funcionan como actos preparatorios, justificaciones, explicaciones, etc., antes de intro du cir explí citamente la pet ición. Pero tam bién p od em os ob ser va r qu e el texto como un todo constituye una petición. Es lo que se llama un macroacto de habla, en el cual pueden distinguirse un acto dominante o p rin cip al y u na ser ie d e a ctos su bo rd in ad os qu e p er m ite n p re p ar ar , exp licar , et c, el acto principal. A veces el enunciador señala explí citamente como debe interpretarse el macroacto, por una especie de rótulo que inscribe en su texto:
A dvertencia. Invitación. Contrato. Decreto , etc. como en el ejemp lo siguiente (carta d e alumn os a un profesor): -----------------------------------------------------------------------------------------INVITACION
Este año se integra a nuestra carrera una nueva generación de estudiantes, compañeros y compañeras. Por este motivo, el día lunes 3 de abril a las 12:00 horas se realizará un Acto de Recepción Académica en el Auditorio de Lenguas (...). Para tal evento, le invitamos cordialmente a participar de este encuentro. Pensamos que su presencia contribuirá a unir los distintos estamentos universitarios. Esperando contar con su presencia, le saluda atentamente. CENTRO DE ALUMNOS DE ESPAÑOL Concepción, 30 de marzo de 1995. ------------------------------------------------------------2.7.4. Actos de habla in directos Tanto en el caso del acto de habla aislado, como en el caso de las secuencias de actos de habla --el macroacto--, pueden encontrarse actos de habla indirectos, es decir, actos de habla que se efectúan mediante la realización de otro acto de habla. El caso más frecuente es el de las aserciones que se pueden utilizar p ar a d ar u na o rd en o p ar a p ed ir alg o. P or ejem p lo, s i u na e sp osa d ice a su m ar id o Se acabó la mantequilla. lo más probable es que no sea sólo para "informarlo" del hecho (aserción). Puede ser una órden indirecta (V aya a comprar ), o una excusa ( Perdone ). La interpretación de este acto indirecto dependerá del tipo de relación que une a los sujetos en cuestión (esposa autoritaria / marid o sumiso; o esposa sum isa / mar ido machista). Otro ejemp lo: si en la mesa, un comensal dice de pronto N o tengo cuchillo. lo más p robable es que la d ueña d e casa interprete esta aserción como un a petición y traiga u n cuchillo. (Si el comen sal es un estud iante d e lingüí stica y explica: Yo no dije que necesitaba un cuchillo. De hecho no lo necesito. Sólo estaba utilizando esa oración como una aserción, que denota la realidad de que no tengo cuchillo... , lo más probable es que sea asesinad o con el mismo cuchillo). La situación inversa se prod ucirí a si el interlocutor respond e a l acto literal, fingiendo n o captar el acto ind irecto: A) ¿ M e puede pasar la sal? B) Sí . (sin ha cer el gesto d e pasar la sal) A) ¿ Puedo hacerle una pregun ta? B) Y a la hizo. A diós. A) Un turista: Señora. Qu iero ir al Museo del Prado.
B) (sin d eten erse): ¡ Lo felicito! En algunos casos, todo un macroacto de habla puede constituir un acto indirecto. Si X quiere pedirle dinero a Y, pero no quiere perder la cara arriesgando una petición, o no qu iere hacer p erder la cara al otro poniénd olo en la situa ción difí cil de tener qu e rechazar la p etición, podrá emitir una serie de actos ind irectos: Hola. ¡Q ué bueno que te encont ré! Fí jate que tengo a mi señora enferma y tengo que ir al hospital. Y t engo el auto en pana. N o tengo plata ni para pagar un taxi. .. etc, etc, El sujeto enunciador va p reparand o su p etición, que pod rá no realizarse si observa que el interlocutor no da señales de reaccionar favorablemente. En resumen, en el proceso de la enunciación el sujeto productor realiza actos de habla o secuencias de actos de habla, y tiene para ello una competencia ilocutiva (un "saber ilocutivo") que forma parte de su competencia discursiva. Todo texto [discurso] tend rá qu e ser visto tam bién en su d imen sión activa: los textos circulan en una comu nidad lingüí stica para actuar sobre la gente, o para ha cer actuar a la gente: invitarla a un espectáculo, incitarla a votar por Fulano, informarla de un acontecimiento, advertirla de u n p eligro, etc. EJERCICIO Observe los actos de habla en el texto siguiente ( L' Express , 10-16-VII- 72, citada en "A comme...", Parí s, Hachette).
p egar texto "Sur la p lag e"
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Traducción al español: 1. La voy a abordar. Le diré: ¿ASI QUE ESTAMOS DE VACACIONES? 2. No, es demasiado banal. Más bien le voy a preguntar: ¿USTED ES PARISINA SIN DUDA? Tampoco es mejor... 3. Tengo que encontrar algo simpático y original. 4. Por ejemplo: SU PRESENCIA ILUMINA ESTA PLAYA. Es estúpido. 5. O bien: USTED TIENE LA FRESCURA ESCANDINAVA...Pero suena a publicidad... 6. O simplemente: ¿USTED ES ESTUDIANTE, SUPONGO? No me va a responder. 7. Podría preguntarle: ¿QUIERE UN CIGARRILLO? Pero sólo tengo "gauloises bleues" [= cigarrillos fuertes] 8. Tengo una buena idea. Le diré: ¿VAMOS AL AGUA? USTED DEBE NADAR COMO UNA SIRENA. 9. Podría aludir a su lindo bronceado ... 10. ¡Me va a mandar de paseo! 11. Esto no sería nada de tonto: ¿SABE QUE TIENE PERFIL GRIEGO? Se va a reir en mi cara. 12. ¿ASI QUE ESTAMOS DE VACACIONES? ¿SI Y USTED? ------------------------------------------------------------------------------------------Observe qu e en este texto -- Hay fundamentalmente dos personajes, un hombre y una mujer, de vacaciones en la playa , y un tercero qu e sólo aparece al fina l. -- De hecho, el único intercam bio verbal real se prod uce en esta última viñeta. -- El hombre tiene un proyecto vital --tomar contacto con la mujer-- y para ello se da u n pr oyecto de habla: "Voy a hablarle". -- para ello, debe construir un discurso que le permita obtener su objetivo: que ella respond a y qu e acepte entablar el diálogo. -- El peligro es el de "perder la cara": que ella no responda, o que responda rechazan do su interven ción. (Señálelo en el texto). -- para ello, doble creación de im agen: - una im agen d e ella, que sea agrad able para ella (Señale las oraciones en el texto). - una imagen de él mism o, que sea p ositiva (Señálelo). -- El hombre procede a imaginar une serie de "actos de habla", utilizando una serie de modalidades (señálelo): -- interroga ciones fáticas -- aserciones o pregu ntas sobre ella (Usted es...) -- aserciones o p regu ntas epistém icas (Usted sabe que...) -- ofrecimien to --invitación,etc.
CAPITULO TERCERO EL TEXTO EN RELIEVE Dialogismo e int ertext ualidad; la dimensión implí cita del lenguaje: presuposición, in ferencia; puesta en escena del acto de lengu aje.
Como ya lo hemos visto, "la enunciación plantea dos figuras igualmente necesarias: un enunciador y un destinatario. Es la estructura del diálogo." (Benveniste, op. cit. ). La relación d e diálogo es la relación fu nd am ental. Incluso, en el caso del monólogo, se puede postular que el individuo se desdobla en estas dos figuras del diálogo: él es el enunciador y al mismo tiempo el destinatario del men saje. El caso más n otorio es aquel en qu e un o se insu lta a uno m ismo: ¡ Imbécil!, ¡ Imbécil!. A veces uno pu ede incluso d irigirse a sí mismo en "tú": ¿ Cómo pudiste hacer eso?
3.1 Enunciación y dialogismo Yend o má s lejos, se pu ede p ostular siguiend o a Bajtí n (1929, tradu cido al fran cés en 1977) qu e el principio de dialogismo perm ea toda la comunicación hum ana. En una intervención que emana de un solo locutor se pueden escuchar "otras voces" además de la del individuo enunciante. Ningún discurso existe solo, sino que aparece en medio de otros discursos, responde a otros discursos, incorpora otros discursos. Cuando uno cree hablar solo, de hecho uno es hablado por los dem ás. (Como Lóp ez, en el texto d e Cortázar citado en 2.2). "Sólo el Adán mí tico, abordand o con un p rimer discurso un m und o virgen y todaví a no dicho, el solitario Adán pod í a realmente evitar totalmente esta reorientación mu tua con respecto al d iscurso del otro" (Bajtí n, en Todorov 1981: 98. N.t. Nótese que los franceses escriben Bakhtine). Como en la canción de Rivegauche y Dumont, que canta Edith Piaf, las pala bras del a mor ya ha n sid o in ventadas y u no n o h ace más qu e "calza r en ellas", emitiénd olas cada v ez ante un a nu eva person a, como si fuera la primera vez: C' est fou ce que je peux t' aimer / ce que je peux t' aimer des fois / des fois je voudrais crier ./ Car je n' ai jamais aimé / jamais aimé comm e ça / ça je peux te le jurer. / Si jamais tu partais, partais et me quitt ais / me quitt ais et pour toujours, / c'est sûr que j' en mourrais / que j' en mourrais d' amour / mon amour, mon amour...
3.1.1 Polifoní a Este principio de dialogismo, que algunos llaman de polifoní a (Ver, por ejemplo, Ducrot, 1983), permite precisar mejor la relación entre enunciación y enunciado: en un enunciado puede haber no sólo un enunciador, sino varios enunciadores , que se ocultan detrás de la figura del "locutor" (que es de hecho una
noción ambigua y poco operatoria). Este principio permite también distinguir dos nociones a men ud o confund idas, como son "dialogal" y "dialógico". Para nosotros, armados de este principio, un texto es "dialogal" cuando en su construcción particip an [colaboran] d os o m ás individ uos. Es "m on ologal" cua ndo es constr uido por un solo individ uo. (Ver Cap. 1). Pero un texto mon ologal p ued e ser dialó gico en la med ida en q ue ha y en el señales de la presencia del otro. 3.1.2. La neg ación Un caso no torio de texto mon ologal dialógico es el de la aserción negativa. Si alguien dice: Juro por mis hijos que yo nun ca he consumido drogas.
de alguna manera está poniend o en escena a otro enunciador qu e ha emitido (real o sup uestam ente) la aserción afirmativa: Esta persona consume drogas. Se pu ede así postular la existencia d e, por lo menos, dos tipos de negación: una negación "descriptiva" y una negación "polifónica" o "polémica" 1. La prim era serí a "esp on tánea", no rep licativa, com o en el ejem plo sig uien te: Parece que Pedro está enfermo. No le he visto desde la
semana pasada.
La segun da sólo pu ede interpretarse a partir de u na enu nciación p revia. Sup one la existencia --real o imaginaria-- de un enunciador qu e ha emitido [o podrí a haber emitido] la aserción afirmativa corresp ond iente. Así cuand o Richard N ixon, durante el escándalo de Watergate, declara I' m n ot a crook ("Y o no soy un pillo")
está saliendo al paso a enun ciaciones previas que poní an en d ud a su honrad ez. (Observe que en un determinado momento de su vida, Cristo debe precisar: M i reino no es de este mundo. Por qué?) En realidad, la negación constituye un fenómeno enunciativo bastante complejo. En el caso de los letreros negativos: N o estacionar. N o entrar. N o hay vacantes , etc. es difí cil postu lar u n "decir anterior" real o imag inario. ("Alguien d ijo que se p odí a estacionar"). Se trata más bien d e oponer u na n egación a un "hacer habitual", o a un "ser anterior", lo que tiene que ver con el "saber compartido" por los miembros de una comunidad. Por ejemplo, en el caso de las pancartas negativas de la Iglesia de San Francisco, en Tucumán, (Cap. 1) como "N o escriba. Respete las cosas sacras", hemos señalado que ellas implican un "hacer habitual conocido": la gente tiene la costumbr e d e escribir men sajes sobre los í conos. Se trata de todos modos de una "negación polémica" (Attal y Muller, 1984. Langue Française, 62. La négation . ). EJERCICIO
1
Los tipos de negación son sin duda más numerosos. Ver, por ej., los fascículos 56 y 57 de los Travaux du Centre de Recherches Sémiologiques de Neuchâtel (1988, 1989).
Aserciones n egativas ------------------------------------------------------------------------------------------Woody Allen: "NO SOY INTELECTUAL" Los Angeles, (UPI).- Woody Allen dice que su reputación de intelectual es falsa. (...) El Sur , 18-3-1992. FLUOR EN EL AGUA...
!NO SOMOS RATAS DE LABORATORIO! Graffito en la Univ. de Concepción, abril de 1995. GENERAL PINOCHET NO ES BIENVENIDO EN ECUADOR El general Augusto Pinochet llegó sorpresivamente en la tarde de ayer a Quito, al tiempo que el gobierno ecuatoriano declaró que su presencia no es bienvenida. El Sur, 19-3-1992. "EL PAPA NO TIENE CANCER" Categórico desmentido del Vaticano. La Tercera, abril de 1996.
------------------------------------------------------------------------------------------Observe, en estos fragmento s textuales, qu e: * A veces la n egación es claram ente dialóg ica. Dé ejemplos. * Otras veces la situación n o pa rece muy clara. No p arece haber u n "decir anterior ". * Busque letreros o titulares de periódico que contengan aserciones negativas y analí celos en término s de "negación d escriptiva" / "negación d ialógica". ------------------------------------------------------------------------------------------3.2. Dialogismo e intertextualidad Se puede decir con Todorov (1981: 95) que el principio de dialogismo de Bajtí n se inscribe en el camp o más am plio de la intertextualidad . (Kristeva, 1968). Ningu n texto exist e solo, sin o qu e se in ser ta en un universo discu rs ivo y m an tien e relaciones longitudinales (diacrónicas) o transversales con otros textos. 2 Un texto retoma otros textos ya existentes, o aparece en un universo discursivo al mismo tiempo que otros textos. Los textos se responden unos a otros, se oponen unos a otros. En u n sentid o amp lio, el intertexto es este conjunto d e relaciones que u n texto man tiene con los dem ás textos. En un sentid o más restringido , se llama intertexto a la ap arición en u n texto da do d e fragmentos textuales ajenos. En efecto, el texto no es u na entid ad u nitaria, creada í ntegramente por un sujeto ind ividu al autónomo e ind ependiente del universo discursivo en el que se mueve. Por el contrario, todo texto es como una arpillera: incorpora en su construcción --consciente o inconscientemente-fragmen tos de otros textos.
2 Tambien se
utilizan los términos de "transtextualidad", "interdiscursividad", "interdiscurso", "architexto", etc. (Ver Genette, 1978, 1982; Maingueneau, 1987).
Todo sujeto prod uctor / receptor de discurso tiene pu es un comportamiento intertextual (lo que implica una competencia intertextual) , que puede ser mirado desde d os ángulos: * desd e el pu nto d e vista de la produ cción del di scurso, se llama intertextualidad el hecho de que el sujeto enunciador movilice las palabras de otro para hacerlas funcionar en su p ropio d iscurso: El amor es más fuerte, dice Juan Pablo . Y o creo, como Galileo, que la tierra se mueve . * desde el punto de vista de la recepción del discurso, se llama intertextualidad la capacidad del interpretante para reconocer en un texto dado la presencia de fragmentos de otros textos, que h an sido p rodu cidos p or otros enunciadores y que el sujeto enunciador actual retoma y moviliza por su cuenta. Si una mujer escucha a su enamorado proponerle un amor como el de los marineros que besan y se van, seguramente va a reconocer el fragmento d el poema de N eruda. 3.2.1. El inte rtexto El intertexto es, pues, una alusión a otros discursos, o una reproducción exacta de palabras ya pronunciadas, un "decir precedente". Como lo subraya Riffaterre (1980), "es una referencia a un decir monumentalizado , un decir qu e tiene el estatuto de lo "ya dicho" y que es reconocido como tal". Es en este "reconocimiento" do nd e reside la clave del comp ortam iento intertextual. En efecto, cuando uno le dice a su compañero de oficina "Voy a tomarme un café " no está haciendo intertexto, aunque este enunciado ya haya sido emitido antes por millones de p ersonas qu e ya han tom ad o antes millones de tazas d e café. Lo mismo ocurre con el "Qué tal, Lopez ", del texto de Cortazar, o con las palabras de amor de Piaf. El individ uo q ue d ice "Te amo " asume la responsabilidad de esta enunciación actual y no pu ede refugiarse d espués en u n supu esto comp ortamiento intertextual. Entran pues en el intertexto, tanto la utilización de clichés, fórmulas estereotipadas, proverbios, fragmentos de textos anónimos, que forman parte de la sabidu ria popu lar: Los hombres son todos iguales. A gua que no has de beber, déjala correr.
como --en el otro extremo -- fragmen tos textua les qu e pertenecen especí ficamente a un autor d eterminad o y que forman parte d e la "cultu ra enciclopédica": "Es tan corto el amor y tan largo el olvido" (Pablo N eruda) 3.2.2. Intertexto marcado y no marcado Conviene distinguir, enton ces, el intertext o marcado y el int ertext o no marcado . * En el primer caso -- intertexto marcado --, el fragmento ajeno está señalado, indicado como tal por med io de mar cas lingüí sticas especí ficas. Los ejemp los más notorios son el discurso referido ("discours r app orté") y la cita textual:
Jarpa dice que él no hará sombra a nadie. "N o se puede no comunicar" (Watzlaw ick)
Las mar cas form ales del intertexto son, entre otra s, las comillas, los verbos d ictivos (de "decir")3 y expresiones diversas como " Según Fulano", "Para Fulano" , etc. El estudio de estas marcas formales permite examinar la distancia o la adhesión que el enun ciado r actual establece frente a este cuerp o textu al ajeno. En efecto, no es lo mismo decir: El Papa dice que el amor no puede existir fuera del matrimonio . que d ecir: El Papa pretende (se imagina, se figura, etc) que el amor no del matrimonio .
puede existir fuera
Se observa entonces que la intertextualidad marcada tiene un efecto modalizador. Podemos hablar de una "modalidad dictiva" 4 Y podemos observar que la eliminación del verbo dictivo puede cumplir fines estratégicos, como en algunos titulares de periódico en los que se hace aparecer como "hechos del mundo" lo que en realidad son "discursos sobre el mundo". Por ejemplo, durante un incidente de espionaje polí tico qu e se vivió en Chile en marzo d e 1992, en los que u n organ ismo de "inteligencia" del ejército --la DINE-- aparecí a entr egand o d ocume ntos confidenciales a parlamentarios de oposición, el diario La Tercera (25-III-92) publica en prim era p ágina un titu lar en letras gig an tes: DINE
no en tregó los d ocumentos
De hecho, en el artí culo que da cu enta d el suceso se especifica qu e se trata d e un comun icado del Est ado Mayor del Ejército. Al omitir la modalidad dictiva (El ejercito dice que la DIN E no entregó los docum entos) , el diario en cuestión pretende instalar en el lector --que mu chas veces no lee el artí culo, sino qu e se contenta con los titulares, sobretodo los de la portada-- una determinada representación de los "hechos del mu nd o". * En el segundo caso -- intertexto no marcado- -, el fragmento textual ajeno no está señalado por ninguna marca morfosintáctica. Es el caso de la alusión . Por ejemplo, un pro fesor de lingüí stica da en 1994, en Chile, un a conferencia titulada La lingüistica para los nu evos tiempos.
Sin que ninguna marca lo diga, todos sus estudiantes saben que está usando una estrategia intertextual, porque "para los nuevos tiempos" era el slogan ampliamente difundido por el Presidente de la República cuando era candidato. Al no existir marcas, la percepción del juego intertextual por parte del interpretante es, en este segundo caso, aleatoria: varí a en función d e su experiencia textual, de su capacidad de m emoria, de su saber enciclopédico, etc. 3 Se acostumbra distinguir, en el uso
del discurso referido: el discurso a)directo, b) indirecto y c) indirecto libre. Ejemplos: a) Pedro dijo "Salgan todos de la sala"; b) Pedro dijo que salieran todos de la sala; c) Pedro se dirigió a la asamblea. Había que salir de la sala. 4 Como existe, en lenguas como el mapudungu , una modalidad testimonial: el hablante
señala con ella que lo asertado no lo dice por experiencia, sino por haberlo oído. (Adalberto Salas, comunicación personal)
Ha y qu e subra yar, pu es, el carácter cultural del intertexto, en el sentido amplio de "cultura" (conjunto de saberes socialmente compartidos). Nuestro discurso ha bitual está salpicado d e fragmentos textuales colectivos, especí ficos de una cultura determinada: palabras de canciones, expresiones proverbiales, frases histór icas, etc.: Veinte años no es nada. (palabras de u n tango) ¡ A l abordaje, mu chachos! (palabras históricas: Artu ro Prat ) Penetrar en una cultura extranjera es, en parte, penetrar en su intertextualidad cotidiana: ser capaz de movilizar los fragmentos textuales habituales de esa cultura, y ser capaz de identificar y comprender los fragmentos de intertexto que utilizan aquellos hablantes. Es decir, poder participar en la relación de comp licida d, o de connivencia, que el intertexto establece entre los interlocutores. Por ejemplo, los franceses dicen siempre, para referirse al perfil de los montes Vosgos, La ligne bleue des V osges , retomando una expresión histórica habitual. Los chilenos usan a menudo la expresión "esta larga y angosta faja de tierra" , para referirse a su paí s. 3.3. Funcion es pragmáticas del intertexto El intertexto cumple en efecto funciones pragmáticas que resultan de la relación intersu bjetiva que establece entre los dos co-enun ciado res. Es, en lí neas generales, el caso de la relación de connivencia ya mencionado: provocar la ad hesión d el otro, establecer con él un a comp licida d, "guiñarle el ojo", mostra r q ue conocemos los mismos p oemas, las mismas canciones. En el caso especí fico de la cita, ésta puede tener la función pragmática de conferir autoridad al discurso citado, darle el estatuto de "palabra autentificada", certificada por un autor de peso; y al mismo tiempo conferir autoridad y valorizar al discurso citante. Autoridad autorizante, ese es el doble papel del fragmento movilizado como cita textual de un autor reconocido. Habrá que remarcar, sin embar go, que la calida d de "palabra au téntica" es relativa. En realida d el fragm ento citado dice lo que el sujeto enunciador le hace decir en su propio discurso. El fragmento textual movilizado en la cita funciona en otra situación enunciativa, en la que el enunciado actual le puede hacer tomar un sentido totalmente diferente del que tení a en la situación original. De allí vienen las conocidas d iscusiones: "Y o no dije eso". "Son sus palabras textuales". "Esas palabras están fuera de contexto" , etc. Como lo dice Maingueneau, "Citar es extraer un material textual, ya significativo de p or sí , para hacerlo funcionar en un nuevo sistema significativo. No basta pues con identificar el discurso d el cual ha sido extraí da la cita; ad emás ha y que d ar cuenta d e su sentido en la nu eva estructur a d iscur siva en la cual se inte gra." (1976: 127. Nu estra trad ucción) Si la cita textual cu mp le un a fun ción "sacralizante", el simp le "pon er entre comillas" puede cumplir la función contraria: marcar el fragmento extraño, denunciarlo como un discurso ajeno del cual el enunciador no se hace cargo. Ejemplo: el diario La Epoca (18-IV-95) cita al diario norteamericano The Journal of Commerce qu e critica la polí tica d el gobierno de EE.UU. hacia Cuba:
"La emigración masiva no es la única consecuencia de la torpe política norteamericana hacia Cuba. El embargo está en conflicto con nuestro apoyo mundial al comercio más libre, pone a Washington en desacuerdo con nuestros principales socios comerciales (...)"
y pon e como tí tulo de esta crónica: UN A PO LITICA "TORPE" dejand o así en evidencia que esa calificación no es suya. Otra forma de desmarcarse de la palabra ajena es el uso de señaladores de intertexto, como los adjetivos y otras exp resiones similares. Así , por ejemplo, algunos periódicos no hablan n un ca de "los presos polí ticos" de la d ictadu ra militar chilena sino qu e dicen sistemáticam ente: Los llamados presos polí ticos , o Los presu ntos presos polí ticos. Un p olemista dirá en el curso d e un debate: Los presos polí ticos --como dice usted--... 5 3.4 Pluralidad de enunciadores Lo esencial de estas considera ciones sobre polifoní a e intertextualidad es la necesidad de considerar la enunciación como un proceso complejo, en el que, detrás de un texto aparentemente unitario, construido por un solo enunciador, pued en exist ir diversos en unciadores qu e man tien en entre ellos relacio nes de solidaridad o de antagonismo. Dicho de otro modo, habrá que cuidarse de considerar que todas las aserciones de un texto deban ser atribuidas al sujeto enun ciador. El error d e un "aplanamiento enun ciativo" llevarí a a su poner, ingenuamente, que todo lo que el sujeto enunciador dice es asumido por él o, en otros térm inos, que él tomarí a la responsabilidad de tod o lo asertado en su texto. Muy por el contrar io, habrá qu e considerar siemp re el texto "en relieve", es d ecir distinguiendo todas aquellas aserciones que el actual enunciador atribuye a otros, retoma de otros, etc. y frente a las cuales muestra una actitud ya sea de adhesión o de rechazo. Por ejemplo, si Pérez dice Y o no uso un celular por esnobismo, sino por necesidad . él no está afirmando que usar un teléfono celular sea un acto de esnobismo, sino que pone en escena a un enunciador diferente de él (la "vox populi", la opinión de sus ad versarios...) que estarí a afirmando aquello. Por último, cabe subrayar que en algunos tipos de textos [discursos] el peso de la intertextualidad es preponderante. Algunos textos no son más que intertexto, como los trabajos de los profesores universitarios. Con razón decí a Montaigne "nous ne faisons que nous entregloser". Es el caso de las crónicas periodí sticas (¿ y de la Historia?), como lo subraya Van Dijk:
5 Nótese el uso
"desmarcador" de la expresión " autodenominado", frecuente en algunos periódicos para organismos no afines a ellos. Por ejemplo: El autodenominado Frente Manuel Rodriguez (sic). Nunca se dirá El autodenominado Partido Demócrata Cristiano.
"La mayor parte de las rutinas sociales en las que los periodistas se ven envueltos durante la recolección de noticias aparecen como [inter]"textuales". Esto significa que los periodistas casi nunca tratarán con los "hechos" mismos, sino con versiones ya codificadas, es decir, interpretaciones o construcciones de los hechos en forma de discursos de muchas fuentes: informes de testigos oculares, entrevistas, declaraciones(...) (1983: 293)
Es por ello qu e, muchas veces, las crónicas periodí sticas muestran abu nd antes marcas de intertextualidad, como "Bustos critica a empresarios por no negociar el salario mí nimo" "El senador Sule emitió ayer una declaración donde reitera su posición". EJERCICIO
Intertextualidad en u na crónica period Í stica (La Epoca, 31-III-92) ---------------------------------------------------------------------------------
N aranjo dice qu e, seg ún ex presos, Mery no torturó El presidente de la comisión de Derechos Humanos de la Cámara, Jaime Naranjo, dijo que "las informaciones que yo he recogido no me permiten confirmar que las informaciones que han aparecido en la prensa en que se trata de involucrar a Nelson Mery en casos de detenidos desaparecidos o de torturas sean ciertas. Muy por el contrario, me indican que su comportamiento fue meramente institucional". Naranjo hizo tales declaraciones al comentar la información publicada ayer por La Epoca, en el sentido que Mery declaró en un proceso por la detención y desaparición de Alejandro Robinson Mella Flores, admitiendo que funcionarios de su institución lo detuvieron y asumiendo la versión oficial en cuanto a que si no continuaba en esa calidad es porque debió ser dejado en libertad. --He estado investigando la situación que vivió el actual director interino de Investigaciones. He conversado con mucha gente en Linares que estuvo presa, en cuyas detenciones estuvo implicado directamente el señor Mery, y todas estas personas, alrededor de seis, me manifestaron que no podían hacer ningún reparo, porque habia tenido un trato muy decente con ellos--, dijo Naranjo.
-------------------------------------------------------------------------------------------Obser ve qu e *el trabajo intertextu al es notor io en este texto: ¿ Qu ién d ice qu é? (el period ista, Naran jo, los ex presos, otra gente...) *hay d iversas form as de introd ucir el intertexto: ¿ Cuáles son? (comillas, verbos dictivos, guiones, discurso directo, discurso indirecto...) *diversas n omin alizaciones remiten a l intertexto: ¿ Cuáles son? (inform aciones, afirmaciones...) *la negación en "M ery n o torturó" es po lifónica. Dem uéstrelo. *hay aquí una p luralidad de enunciadores. ¿ Puede hacer un esquema d e ellos? Si observam os bien el tí tulo d e la crónica period í stica recién an alizado, pod em os g raficar así el reliev e d e este texto:
--------------------------------------------------------------------------------- Enu ncIador X : [ Mery tortu ró ]
Enu nciador "Ex presos": [ Mery no tortur ó ]
Enu nciador "N aranjo" : [Ex presos dicen qu e Mery no tortu ró]
Enu nciador "La Epoca" : [Naran jo d ice qu e ex pr esos dicen...]
--------------------------------------------------------------------------------- Nota: Obsérvese qu e la intertextualidad abun da tamb ién en otros sistemas semióticos. En el cine, los notorios hom enajes de Brian de Palma a Eisenstein (como la famosa escena de la escalera); en pintu ra, Picasso retomando Las menin as de Velázqu ez; en música, los acordes de La M arsellesa en la obertur a 1812 de Tchaikow sky, etc. 3.5. La dimensión imp lí cita de la enunciación Hasta ahora hemos considerado el discurso sólo en su dimensión explí cita: lo qu e el enu nciador d ice o ha d icho. Pero ya con los actos de ha bla indirectos (2.7.4) señalamos que el enunciador no dice necesariamente en forma explí cita lo que quiere decir, pero lo dice sin decirlo. Por ejemplo, un señor emplea una aserción como para dar una información: Son las nueve ; pero en realidad el acto de habla que está realizando (ante los niños, posición de autoridad) es el de una orden imp lí cita: V ayan a acostarse. Los ejemp los abund an: en Argentina, en los vidrios de algunos automóviles está p egado u n letrero qu e d ice: Este aut o no tiene pasacassett e. Esta aparente información cumple un objetivo pragmático de disuasión: N o gana nada con tratar de robar. Este es el caso de muchos letreros implí citamente disuasivos: El cajero no puede abrir la caja fuerte. Los objetos de valor de esta casa han sido marcados con un código, etc. En verdad , el problema d e los contenidos implí citos en un discurso es extremadamente complejo. (Ver, por ej., Ducrot, 1972; Kerbrat-Orecchioni, 1986). Primero, el implí cito tiene u n carácter p arad ojal: consiste en "decir sin decir". Esto plan tea ser ios problem as para la lin güí stica , sobre todo si ella es vista com o una ciencia d e observación: ¿ cómo dar cuenta d e contenidos semántico / pragm áticos que no aparecen expresados [manifestados] por ninguna unidad material en el texto prod ucido? En efecto, da r cuenta del implí cito sup one considerar el acto de lenguaje como una actividad mental, durante la cual se activan conocimientos (nuevos o ya almacenados) por medio de señales que constituyen instrucciones de
sentido y qu e, en su m anifestación formal, sólo refieren a u na p arte d el saber mov ilizad o. El sujeto interp retante resuelve, sin d arse el cu enta, las "ausencias": él "llena el texto" con su saber interiorizado. Dos son p ues las caracterí sticas fundam entales del implí cito: -- su au sencia form al -- su recuperabilidad. Dicho d e otro m odo, el contenido imp lí cito no está en el texto; pero todo interpr etante lo pu ede integrar en él. De todos mo dos, definir el imp lí cito como "todo elemento n o expreso o subyacente" (Cerda Massó, 1986: 152) implica el riesgo de juntar en una sola rúbrica dos fenóm enos d iferentes, a saber, el carácter constitutivam ente incomp leto de tod a enun ciación y la existencia de contenid os implí citos o subyacentes. 3..5.1. La información incomp leta En efecto, conviene d istingu ir el imp lí cito y el carácter siemp re par cial de la información: ningún discurso p odrí a d ecir todo lo que es posible decir en relación a un tema. El sujeto enunciador efectúa siempre elecciones --consciente o inconscientemente-- en la información que va a integrar a su mensaje. Siguiendo a Grice (1979) dos son los criterios básicos para esta p erma nente elección: la "máxima de cantidad" y la "máxima de pertinencia". La primera recomienda incluir en el mensaje toda la información que parece necesaria; pero no más que eso. La segunda recomienda transmitir toda la información que se estime pertinente, y omitir aquellos elementos de información que el enunciador puede manejar, pero que no parecen pertinentes para la comunicación actual. Por ejemplo, alguien pued e contar: Y en ese instante, me paré, abrí la puerta y me fui.
Pero "abrir la puerta" es una información resum ida. El hablante podrí a haber dicho: M e paré, caminé hacia la puerta, tomé la llave, la metí en la
cerradura,
la
hice
girar... etc.
Y, de todos mod os, "toma r la llave" es un p rogram a complejo. Se pod rí a decir: M etí la mano al bolsillo, tomé el llavero, escogí la llave...
A su vez, "escoger la llave" es un pro gram a comp lejo, etc. etc. Nota: Obsérvese que éste es un mecanismo del humor. Un cliente llega a un café y pide un sandwich de jamón. La mesera no se mueve y le pregunta: ¿Pan de molde o pan francés? El cliente reponde "pan de molde" y espera así tener su sandwich. La mesera no se mueve: "¿Tostado o sin tostar?" . El chiste consiste en que las preguntas son interminables: Cortado en dos o en cuatro; con mantequilla o sin mantequilla; jamón pierna o jamón planchado; con palta o sin palta; caliente o frío; etc., etc.
En este sentido , ningún texto es absolutam ente explí cito, ni siquiera los textos que se presentan como puramente informativos, como el informe del tiempo o las
"instrucciones para ar ma r". Un informe m eteorológico en la televisión n o d ice todo lo que po dr í a d ecir. Igua lmente, en el caso de las "instrucciones para ar mar ", el emisor sólo da la información que estima necesaria y pertinente; pero puede ocurrir que el sujeto interpretante estime que le falta información (y no puede armar el mueble que compró!). La cantidad y la pertinencia de la información es siempre, en última instancia, el resultado de una previsión, o "cálculo" del enunciador sobre el saber de su destinatario; pero este cálculo puede resultar errado. 3.5.2. El implí cito Preferimos, entonces, reservar el término de implí cito para aquellos contenidos semánticos subyacentes que el interpretante puede recuperar [identificar], y que de hecho recupera inconscientemente durante la comunicación. El rol pragm ático del implí cito es diverso, como son d iversos los tipos de imp lí cito. Señalaremos sucintam ente los casos principales: La elipsis es extremadamente frecuente en el uso del lenguaje. El enunciador no manifiesta materialmente algún segmento textual, generalmente para n o rep etir lo. Ejem plo: * La eli psis.
Juan no comió. Y o tampoco. (elipsis d el verbo "comí " ) Juan es más grande que Pedro. (elipsis del pred icad o "es grande" ) A) ¿ V as a venir a la fiesta esta noche? B) N o. (elipsis de toda la oración)
En la mayorí a de los casos, el interp retante recup era "automá ticamen te" el fragmento borrado; pero pueden darse casos de am bigüedad : En fran cés: Je vous aime plus que votre soeur. (¿ La ama más que lo que la ama su hermana?, o ¿ La ama más a ella que a su hermana?
O, en castellan o, el ejemp lo de U . Eco: Juan hace el amor con su mu jer dos veces por semana.
Pedro también.
Como ya lo vimos, el ind ividu o pu ede realizar un acto de habla en forma indirecta, es decir realizando en su d iscur so explí cito otro acto de habla: usa una aserción, como para dar una información, pero de hecho está dando una órden: Son las nueve. (Imp lí cito: V aya a acostarse. ). En algunos casos, el interpretante puede pedir que se explicite el acto de habla. Si un patrón dice a una secretaria La espero esta noche en mi casa; ésta pu ede p reguntar ¿ Es una * L os act os de habla i ndir ectos.
orden o una inv itación?. * El sobreent endi do. Con el "sobrentendido" se entra en el campo del implí cito estratégico, es decir, de todo aquello que el individuo puede decir sin tomar la responsabilidad de decirlo. En este caso el conten ido imp lí cito se insinúa, pero el
emisor siempre se reserva la posibilidad de negar esa insinuación ( "Yo nunca he dicho eso" ) Por ejemplo, durante la campaña presidencial de 1989, en Argentina, don de se enfrentaban dos cand idatos, Angeloz y Menem, el primero usaba como slogan: ANGELOZ. Presidente en serio. con lo qu e afirmaba imp lí citam ente --sin tomar la responsabilidad d e decirlo-- que el otro cand idato no era serio. En la interacción cotidiana, los participantes en el acto de lenguaje tienen conciencia de estos sobreentendidos, en el sentido que saben interpretarlos, y pued en reaccionar an te ellos: A) N o hay que ser mu y int eligent e para ent ender eso. B) O sea que me consideras tonto. ILUSTRACION -----------------------------------------------------------------------------------Dur ante la campañ a pre-electoral de 1993, el comand o del precand idato socialista a la Presidencia de la República, Ricard o Lagos, p ublicó el siguiente texto de prop agand a, con su foto. ----------------------------------------------------------------------------------------Un hombre que se ganó su n ombre Y se lo ganó con coraje en la recuperación de la democracia para Chile, de frente contra la dictadura. Se lo ganó con el trabajo, con responsabilidad en la conducción política, construyendo con todos la realidad que hoy disfrutamos: más libres, más unidos, de cara al Siglo 21. Se lo ha ganado trabajando para tener una mejor Concertación para Chile, y un mejor Chile para todos.. Un nombre bien ganado ------------------------------------------------------
El d iario "El Mercu rio" (9-V-1993) retom ó este folleto, con comentario siguiente: "Molestia causó en la DC [Democracia
el
Cristiana] esta página del folleto propagandístico de Lagos. Estimaron que violaba el acuerdo de no hacer una campaña confrontacional, y que la han hecho con malas artes para descalificar a Frei."
------------------------------------------------------------
Observe que
* Aqu í hay varios d iscursos (o "varias voces"): el texto del Par tido Socialista, el mismo texto retomad o por El Mercurio, para su p rop ia estrategia polí tica, y el discurso atribu ido p or el periódico a la Democracia Cristiana. * Las expresiones del Mercurio "campaña confrontacional" , "descalificar a Frei", apu ntan a contenidos implí citos en el primer texto (presentes en el saber compartido d e los chilenos): el cand idato Eduard o Frei heredó el nom bre polí tico de su pad re (Presidente en el perí odo 1964-1970); habrí a ingresado a última hora a la lucha contra la d ictad ura, etc. El caso de la presup osición es diferente: aquí el conten ido subyacente está inscrito en la lengua. Ella vehicula contenidos semánticos que están contenidas en lo asertado explí citamen te. Por ejemp lo, decir "Dejó de llover" presu pon e "esta ba llov ien do": decir "Juan cambió de auto" presupone "Juan tení a auto". Nótese que ni la negación ni la interrogación alteran la presuposición: tanto "Juan no cambió de auto", como "¿ Juan cambió de aut o?" p resuponen "Juan tení a auto". Conviene, pues, en toda enunciación distinguir lo asertado y lo presu puestad o. Si alg uien dice "Pedro ya no canta" , el contenido presupuesto es que "antes cantaba". La presuposición tiene fuerza ilocutiva en el sentido de que pone al interlocutor en situación de tener que aceptar los contenidos semánticos subyacentes en lo asertad o. Por ejemp lo, si Juan le pregun ta a Pedr o: * La presuposi ción.
¿ Cuándo vas a dejar de pegarle a tu mu jer?
Juan está emitiendo, por presuposición, la afirmación: "tú le pegas a tu mujer". Si Pedro acepta la pregunta, acepta la presuposición. En este marco se inscribe también lo que se llama habitualmente la presuposición existencial En el ejemp lo anterior, "Juan cambió de auto" , decí amos que esta aserción p resupone "Juan tení a au to". Agreguemos que ella presupone tamb ién la existencia de "Juan " y de "auto ". En esto la enu nciación se distingu e d e la sintaxis, como veí amos en el capí tulo anterior. El lingüista pu ede an alizar formalmente una oración como "El gato se tomó la leche" ; pero eso es totalmente diferente a la enun ciación real de "El gato se tomó la leche" . En este segu nd o caso, "el gato" existe y "la leche" existe, o por lo menos el sujeto productor de discurso los plan tea com o exist entes. (Recu érd ese a este resp ecto qu e Benv eniste decí a qu e la referencia se d a en la enun ciación) En las entrevistas period í sticas, muchas veces el interrog ad or utiliza abiertamente estas presuposiciones como mecanismos estratégicos. En efecto, pregu ntarle al entrevista do, p or ejem plo: ¿ Qu é piensa Ud. de la crisis del gobierno?
imp lica impon er la existencia de u na "crisis del gobierno". El entrevistado, si está alerta puede, por supuesto, rechazar la aserción presu puesta en la p regu nta, y d ecir alg o com o: ¡ Pero de qué crisis m e está hablando!
pero en ese ca so entra en una relación an tagónica con el inter rogador.
ILUSTRACION --------------------------------------------------------------------------------------En abril de 1994, el entonces Ministro del Interior, Germán Correa dictó una clase magistral en La Universidad de Santiago, a la salida de la cual tuvo que responder a varias preguntas de diversos medios de información. Una de ellas, alud iendo a l llamad o caso Stange, fue: "¿ Cree Ud. que la inseguridad pública se puede acrecentar por la falta de confianz a en Carabineros?"
A lo cual, según La Epoca (14-IV-1994), "Correa respondió señalando que esa « era una tí pica pregunta p eriodí stica» Y agregó que no iba a reaccionar sobre "situaciones hip otéticas". En términos lingüí sticos, la pregu nta d el period ista involu cra varias presu posicio nes: "que existe inseguridad ciudadana", "que hay falta de confianza en Carabineros", "que esto puede acrecentar aquello". Responder a esa pregunta imp licaba, entonces, aceptar las presu posiciones. ----------------------------------------------------------------------------------------Otra forma de romper la presuposición existencial es el recurso de la modalidad dictiva, como vimos anteriormente. Por ejemplo, en Argentina, el ex almirante Emilio Massera, uno de los mayores responsables de la represión du rante la dictadu ra militar en ese paí s, defiend e a los jefes de la Iglesia diciendo que ellos "siempre se preocuparon por la suerte de los llamados desaparecidos y detenidos". (La Epoca, 12-IV-95. El subrayad o es n uestro). Lo mismo ocurre con el uso de la modalidad alética (2.6). En efecto, no es lo m ismo d ecir, por ejemp lo: El gobierno investigará las conexiones ent re parlament arios y n arcotraficant es.
que d ecir: El gobierno investigará las presu ntas conexiones entre narcotraficantes.
parlamentarios
y
Nótese qu e las mod alid ades ep istémica y doxática (2.6) (saber , pen sar, creer, ima ginar, sup oner, etc) establecen relaciones de p resup osición especí ficas. Ejemplos: a) M i mamá sabí a que estábamos en la biblioteca b) M i mamá creí a que estábamos en la biblioteca c) M i mamá se imaginaba que estábamos en la biblioteca En a) se presupone que "estábamos en la biblioteca", en b) y c) se presupone que "no estábamos en la biblioteca". * La inf erencia. El caso d e la inferencia es también pertinen te en este rubr o. Tiene que ver con operaciones mentales como "deducir", "inducir", "razonar por analogí a". En lógica, se llama inferencia a la "operación men tal por la cual se p asa de uno o más juicios dados a un nuevo juicio que resulta de los anteriores" (Rey Pastor, 1952). En el lenguaje cotidiano, las operaciones de inferencia son perman entes. Por ejem plo, si Ped ro invita a Juan a una fiesta y Juan resp on de diciendo a lgo como: Estoy sin aut o...y m e queda poco dinero...
Pedro pu ede inferir que Juan no v a a ir a la fiesta. En términ os técnicos, "Juan no irá a la fiesta" aparece como una inferencia adecuada y normal, en cambio "Juan irá a la fiesta" es una inferencia altamen te imp robable. Las dos fun ciones p rincipales de la inferencia en el lenguaje ordinario son: --llenar los vací os en la inform ación entregad a por el enun ciad or (que, como ya lo vimos nunca dice todo lo que pod rí a decir). --construir en laces omitidos entre las oraciones del texto, para conectar enun ciado s que a par ecen desconectados. (Ver, entre otros, Warren et alii , 1979; Van Dijk, 1984, Chara ud eau, 1994) En el ejemp lo anterior, si alguien d ice Juan no vino a la fiesta. Estaba sin auto.
el interlocutor infiere que hay relación de causa a efecto entre las dos aserciones: "no vino a la fiesta porque estaba sin au to". A diferencia de la presuposición (que está inscrita en la lengua), la inferencia es difí cil de d eterminar exactamente, porque d epend e del enun ciador por un lad o y del inter pretan te, por el otro, y de lo qu e am bos saben sobre el mundo. Dicho de otro modo, la inferencia tiene que ver con "el conocimiento de mundo" o "el saber supuestamente compartido" que circula entre los participantes en el acto de lenguaje. Un excelente ejemplo de "cadena de inferencias" es el que analizan De Beaugrande y Dressler (1981: 8). Se trata de un aviso de la Compañia de Teléfonos Bell: CALL US BEFORE YOU DIG. YOU MAY NOT BE ABLE TO AFTERWARDS (En español: Llámenos ant es de hacer un a excavación. A lo mejor después no va a poder hacerlo. ) La cad ena d e inferencias serí a la siguiente: 1). puede haber un cable subterráneo > 2). usted puede tocarlo > 3a) lo pued e cortar , o 3b) p ued e provocar un cortocircuito >>>no p ued e llamar. En alguno s casos el cálculo inferencial pu ede n o da r el resultad o esperad o, como le ocurrió a un joven "gay" que publicó el aviso siguiente (según La Epoca, 12-VI-1993): " Lo hago todo igual que un a chica. Y gratis ". El resultado fue que un señor lo hizo venir a su casa para h acer el aseo y la cocina. Nótese que el mecanismo de los chistes está basado fundamentalmente en un cálculo de inferencias, por un lado, y en una ruptura de la inferencia "normal", por otro. (la "doble isotopía" de que habla Greimas, 1966). Ejemplo: En la sala de operaciones de una clínica, todo está listo: el equipo médico en su lugar, el enfermo anestesiado; pero el cirujano no aparece. De pronto entra y dice: Ya podemos empezar. El cheque tiene fondos. Otro ejemplo: en EE.UU. y Canadá se venden muchas pancartas jocosas. Una de ellas dice: No tire los chiclets al urinario. Se les echa a perder el sabor. (Calcule usted la cadena de inferencias).
Se llama habitualmente implí cito cultural al hecho de no explicitar aquello que es evidente para todos los miembros de una socio-cultura determinada. Es lo que se llama también la evidencia compartida : lo que no se necesita decir porque pertenece al saber compartido de toda la comunidad. Es más: no sólo no se necesita decirlo, sino que puede, incluso, ser absurdo el decirlo, porqu e ser í a decir la obviedad . Es un implí cito del cua l los hablan tes no se dan cuenta, salvo cuand o provienen d e otra cultura. Por ejemplo, en algunos periódicos chilenos se publican avisos de hoteles que indican tarifas por hora: "3 horas ----$4.000" . Sin necesidad de decirlo, todo el mu nd o sabe de qu é hot eles se trata. Lo mismo ocurre con los avisos en que aparece sólo la imágen de una jóven, con u n n úm ero de teléfono, y eventu alm ente u n m en saje como "Llámame". Ahora bien, alguien ligeramente extraño a ese medio puede no descifrar el imp lí cito cultural. Por ejemp lo, el diario El Su r, de Concepción, (26-IV-1995) en su cartelera d e cines sólo da u na información mu y escueta: *El i mplícito cult ural.
CONCEPCION (227193). "Blan c". Matin é, selecta
y noche. Mayores d e 14. ROMANO (227364). "Forrest Gump". Matiné, selecta y noche. Mayo res de 14. La hora de las funciones no está señalada, porque se supone que todos lo saben. Pero alguien qu e no es d e Concepción pu ede no saberlo * El impl ícito codifi cado . Pod emos también considerar, siguiendo (1983), el caso del implí cito codificado, que serí a aquel que resulta
a Charau deau de los estatus respectivos de los dos participantes en el acto de lenguaje, y de la relación que los un e en un a situación especí fica. Por ejemp lo: Situación: un p arad ero de taxis. Participantes: A) Un cliente; B) Un chofer. A) A los Tribun ales. B) (pone el vehí culo en marcha) El individuo que aparece con el estatus de cliente no necesita explicitar nada respecto a la situación Este es un automóvil que cum ple funciones de taxi, mediante pago en dinero. Yo soy u n cliente eventu al que necesita ir a tal lugar, etc. Incluso serí a mu y extraño que empezara a dar d etalles sobre su persona: Y o era casado con M arí a; pero iniciamos un trámite de divorcio. Hoy tiene que haber un fallo sobre el caso en los Tribunales, de modo que lléveme ahí ...
Otro ejemplo: Situación: en la ven tanilla de u n cine. Participan tes: A) un cliente, B) la vend edora . A) Dos. B) (le pa sa do s entrad as).
Es decir, como por arte de magia, basta con decir "Dos" para que se realice la interacción interacción lingüí stica stica (y la transacción). transacción). Incluso Incluso toda otra interven ción ción estará d e más y h asta pued e ser mal interpretada, interpretada, como en el siguiente siguiente diálogo diálogo oí do en la ofici oficina na de correos d e Concepción: estampillas? A) un cliente joven: ¿ Tiene estampillas? B) la vend edora: ¡Muchas! (La (La vend edora finge no captar el imp lí cito cito de la pregu nta d el jóven jóven --" --"estamp illas" illas",, por p or op osición os ición a "fran qu eo a m áqu áq u ina"-in a"-- y rep re p on d e al exp lí cito, cito , qu e ento en tonn ces aparece absurdo, como entrar a la carnicerí carnicerí a y pregun tar al carnicero carnicero ¿ Usted vende carne? ) En resumen, si el fenómeno de la intertextualidad nos hace considerar el texto, en su r elación elación con otros textos y al enun ciador ciador actual con otros enu nciadores reales o ima ima ginarios, la consideración consideración d e la dimensión imp lí cita cita del discursos nos obliga a consid consid erar el texto texto en su p rofun did ad. Dicho en otros términos, términos, más allá de la superficie textual manifestada, existen contenidos semánticos subyacentes, que el interpreta nte pu ede recup erar a partir de los elementos elementos explí citos. citos. Esto perm ite, utilizando utilizando u na m etáfora, etáfora, comp comp arar la comunicación comunicación hum ana con u n iceberg, iceberg, en en el que la m asa visible visible es sólo sólo una í nfima nfima p arte de la m asa total. total. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
explí cito cito
implí implí cito ito
[lo [lo qu e se da por sabido] [lo [lo qu e se d ice ice sin d ecirlo] ecirlo] [lo [lo qu e no se estima necesario d ecir] ecir]
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EJERCICIO Observe en el texto siguiente ("L'Halloween et la sécurité des enfants") que hay aspectos esenciales de la información que no han sido explicitados: no se dice en qué consiste la fiesta de Halloween, no se dice cuáles son los peligros que amen azan a los niños. ("med ("med idas d e seguridad " presu p one "peligros") "peligros").. Pero a partir de los elementos explicitos se pueden recuperar estos contenidos contenidos implí citos. citos. ¿ Puede Ud . hacerl hacerlo? o?
pega p ega r text t extoo H allo w een
3.6 El acto de lenguaje como puesta en escena 6 6 La idea de "escenografía" o de "puesta en escena" de los sujetos de la enunciación no
es ni muy nueva ni muy original. (Ver, por ejemplo, los trabajos de Goffman). Pero es útil para sobrepasar la visión "cibernética" de la comunicación, según la cual ésta consiste en una "transmisión de información" entre un emisor y un receptor (que
Hasta aqu í hemos u sado las expresiones expresiones "suj "sujeto eto produ ctor ctor d e discurso" discurso" y "sujeto enunciador", sin mayor discusión. En cambio hemos evitado expresiones como "el locutor" o "el sujeto hablante", porque son ambiguas e inadecuadas. 7 Siguiendo a Charaudeau (1983, 1992), distinguiremos sistemáticamente las entidad es discur discur sivas --l --los os "seres "seres de habla"-habla"-- y los individu os emp í ricos que son responsables responsables d e la prod ucción/ ucción/ recepci recepción ón d el texto. texto. "Todo acto de lenguaje resulta de un juego entre el imp imp lí cito cito y el explí cito cito qu e nace en circun circun tancias de discurso pa rticulares, rticulares, que se realiza en el pu nto d e encuentro de los procesos procesos de p rodu cción cción y d e interpretación, interpretación, y que es puesto en escena por dos entidad es, cada un a d e las cuales cuales se desdobla desdobla en su jeto de habla y su jeto actuan te (los (los cuatr o p rotagon istas del acto de lengu aje) aje) [... [...]] Como consecuencia de este desdoblamiento, observamos que el acto de lengua je, en su tota lida lida d, se comp one d e do s circuitos circuitos [... [...]: ]: --el circuito de la palabra configurada , en cuyo interior se encuentran seres de habla en forma de imagen del sujeto enunciador e imagen del sujeto destinatario [...], y --el circuito externo a la palabra configurada, donde se encuentran seres actuantes, en forma de imagen del sujeto comunicante e imagen del sujeto interpretante." (Char au d eau , 198 1983: 3: 47-48; 47-48; N uest ra trad ucción.Ver tam bién, bién, 1992: 199 2: 637644) En esta perspectiva, el enunciador y el destinatario son entidades discursivas, sujetos que sólo tienen existencia en el discurso. Sus contrapartidas emp í ricas ("seres ("seres dotado s de un estatu s psico-soc psico-social" ial",, dice Charau dea u) son el en escena escena a sujeto comu comu nicante y el sujeto interpretan te. El El sujeto comu comu nicante pone en un enu nciador, e instituye instituye a u n d estinatario. Obsérvese Obsérvese qu e el sujeto com com un icante icante y el sujeto sujeto enunciador p ueden ser la misma p ersona, pero con con u n estatus d iferente iferente en cada caso. Por ejemp ejemp lo, en u na a serción serción como "N o me gusta el el vino"
el sujeto sujeto comu comu nicante nicante se pone a sí mismo en escena como como su jeto enunciador que afirma que "no le gusta el vino". Qu e al individ uo em pí rico --sujeto --sujeto comu comu nicante-le guste o no le guste el vino es algo que no podemos saber fehacientemente. Si apostamos a que entre el sujeto comunicante y el sujeto enunciador hay una relación relación d e transparencia ("sinceridad ("sinceridad ") pod emos p ensar qu e "no le gusta el vino". Si Si la relación relación es d e opacidad, es probab le que al individ uo "le guste el vino". vino". La relación relación d e no eq uivalencia "sujeto "sujeto com com un icante icante - sujeto sujeto enu nciador" se ironí a. Si un a mad re dice da claram ente en el caso de la ironí dice "¡Muy bonito! ¡Siga no más!"
constituyen entidades unitarias). 7 Ya en 1980, Ducrot proponía, en Les mots du discours discours , distinguir entre el "sujeto hablante" y el "enunciador".
a u n n iño que está ensuciando la alfombra, el niño entenderá qu e la mad re (sujeto emp í rico) quiere d ecir lo contrar io de lo que está diciend o (como su jeto enu nciador). A menos qu e no capte la ironí a, y siga efectivamen te ensuciando la alfombra...lo que le p ued e costar caro. Un caso similar se da con la no equivalencia "sujeto destinatario - sujeto interpr etante". Si un a ag encia comercial le escribe a Pérez ofreciendole su tarjeta de crédito, puede decirle: "Para Ust ed que pertenece al sector más selecto de la Usted que siempre compra lo mejor, etc, etc.
población,
para
El Señor Pérez, como su jeto interp retante pu ede cap tar el discurso demagógico d e esa compañia (= construir una imagen halagadora de destinatario, que agrade al interpretante) y puede rechazar la identificación con la imágen de destinatario que se le prop one. En la comun icación cotidiana, las personas p arecen funcionar sobre la base de u na relación d e identidad entre los sujetos discursivos y los sujetos empí ricos. Es por ello que en el discurso publicitario se tiende a presentar como enun ciadores del mensaje a individuos que, como seres del mund o empí rico, tengan u na buena dosis de credibilidad. Por ejemplo, en una publicidad de detergente hablarán "dueñas de casa" que "usan ese detergente" y a quienes "siempre les da excelentes resultados". En una publicidad de aceite, aparecerá como sujeto enunciador un señor que, en la vida real, tuvo un infarto y asegura que desde entonces "sólo consu me el aceite X". 8 Esta asimilación "comunicante-enunciador" llega al extremo de que personas sen cillas toman al actor como respon sable de las palabras qu e emite como personaje. Por ejemplo, Charles Aznavour, en algún momento, cantaba una canción en que se poní a en escena a un hom osexual: "Je suis u n homo, comme ils disent..."
lo que no d ejaba de chocar a personas que "nun ca hubieran creí do eso de Aznavour". Algo parecido le ocurrió a Georges Brassens cuando cantaba "La prière" (" La oración"), que era una mu sicalización de u n p oema d e Francis Jamm es. Inmediatamente surgieron voces que se felicitaban de que ese chansonnier tan irreverente se hubiese convertido a la fe cristiana! (René Fallet, Brassens ). Se puede observar que, en los ejemplos recién citados, la cadena de "pr otagonistas" del acto d e lengua je es m uy comp leja. Está, por ejemp lo, "Brassenscantante" que pr esenta un texto del que es co-au tor ("Brassens-autor"); pero qu e de todo s mod os es distinto de "Brassens-sujeto empí rico". Otro ejemp lo: en la pieza de teatro "L'Impromptu de Versailles" de Molière, se pone en escena a Molière, ensayan do u na obr a, en la que actúa él mismo, y en la qu e éste (¿ cuál?) discute sobre la pieza misma y sobre el teatro de Molière. ¿ Cuán tos Molière hay, en último an álisis?: Podemo s dejarle la pregu nta a los especialistas del texto literario. Al linguista, aclara Ducrot (1983), le interesa poco saber quién es el ser 8 Publicidad de un
aceite, por el diputado J.A. Coloma.
emp í rico que constru ye el texto (un pu blicista, que constru yó el mensaje qu e dice "la dueña de casa" en la publicidad de un detergente; una secretaria que construyó la carta qu e firma el director...). Todo lo que el linguista p ued e determ inar es qu ién es el sujeto enunciador que se presenta como tal en el acto de lenguaje. Nosotros dirí amos que tenemos poco acceso al sujeto empí rico que comu nica, y que lo que vemo s es sólo la imagen qu e él se da como su jeto enun ciad or. ILUSTRACION ---------------------------------------------------------------------------------------En el panfleto polí tico siguiente (Tucum án, Argen tina, mayo d e 1989) el sujeto comunicante pone en escena a un enunciador "mujer", que se dirige a un destinatar io "mu jeres". ¿ Qu ién es el sujeto comu nicante que p rod ujo este texto? No lo sabemos. Puede ser u n equipo de p ersonas, una agencia d e pu blicidad en la cual incluso pued e no haber ninguna m ujer. Lo único qu e sabemos es que el enun ciad or "se presenta como m ujer"
TEXTO MUJERES
TEXTO MUJERES
------------------------------------------------------------------------------------------3.6 El acto de lenguaje como juego de imágenes
El acto de lenguaje puede ser considerado, entonces, como un juego de imágenes: una imagen de YO y una imagen de TU, construidas por el sujeto comunicante. Pero también una imagen de TU y de YO construidas por el sujeto interpretante, y que pueden coincidir, o no, con las que propone el sujeto comunicante. El éxito del acto de lenguaje dependerá de la mayor o menor coincidencia que haya entre estas imágenes. Como lo dice Pécheux (1969), todo proceso discursivo supone, por parte del emisor, una anticipación de las representaciones del receptor, en la cual se basa la estrategia del discurso. Este juego cruzado de imágenes pu ede resumirse así : - imá genes forjad as por el sujeto comun icante ¿ Qu ien soy y o al hablar? ¿ Qu ién es él con respecto a mí y cómo le debo hablar?
- imá genes forjad as por el sujeto interp retante ¿ Qu ién es él para hablarme así ? ¿ Qu ién soy yo para él?
Este juego de imágenes incluye también al mundo referencial: el sujeto comunicante construye, y pone en escena, una imagen del mundo (o de un fragmento del mundo). Es decir construye una representación del "mundo real". Llamaremos estas dos entidades "el mundo hablado" (o "el mundo enunciado") y "el mun do em pí rico". Ahora bien, lo que el acto de lengua je nos mu estra es el mu nd o hablado y no el mun do emp í rico. En verdad, lo que se nos presenta por medio del lenguaje, no son "los hechos reales", sino la representación que de estos hechos tiene el sujeto comunicante, y que de algún modo quiere imponer al interlocutor. Nótese que no se trata de hablar aquí de u na "manipulación" -intencional o insconciente--, sino de un fenómeno general de la comunicación humana. Muchas veces se dice que los periodistas no informan de los hechos reales, sino qu e "construyen " la realidad . Pero, de h echo, todos los ha blantes hacen lo mismo: todos contribuyen a construir --por medio del lenguaje-representaciones de la realidad. El mund o del hombre es u n m und o de lenguaje, y por lo tanto un mundo de represen tación . Lo qu e nosotros escu cham os o leem os son discursos sobre el mundo y estos discursos son construidos por enunciadores especí ficos, de acuerd o a sus estrategias comu nicativas especí ficas. Retomand o, entonces, a Charau deau, d iremos que estas seis entidades, tres del mun do d el discurso y tres del mu nd o empí rico, se representan así en los circuitos interno y externo: ----------------circu ito del HACER--------------------- ____circu ito del DEC IR______ enunciador
destinatario
comu -
inter pretante ______ mu ndo h ablad o ______ ------------------mu ndo em pí rico ------------------------
nicante
Esta concepción del lenguaje como representación del mundo es bastante difundida en el campo d e la sociologí a d el conocimiento. Como d icen, por ejemp lo, Berger y Lu ckman n (1986: 40), aquello a qu e asistimos en la vida hu ma na es a "la creación social de la realidad ", la cual se efectúa fun dam entalmen te a través del lenguaje. "La realidad de la vida cotidiana se me presenta como un mundo intersubjetivo, un mundo que comparto con otros. (...) En realidad, no puedo existir en la vida cotidiana sin interactuar y comunicarme continuamente con otros". Y es en este comunicarse permanentemente con otros, donde se van construyend o las representaciones socialmente compartidas sobre el m un do , que funcionan como si fuesen la realidad objetiv a. "La vida cotidiana se presenta como una realidad interpretada por los hombres y qu e pa ra ellos tiene el significad o sub jetivo de un mu nd o coherente" (Berger y Luckman n, 1986: 36. El subrayad o es mí o) Esta noción del discurso como "imagen del mundo" o como "escenario del mundo" puede ponerse en relación con la noción de "mundos posibles" y de "creación de mundos", que utiliza Van Dijk (1983, 1984) y con la noción de "espacios mentales", o "espacios referenciales" de Fauconnier (l984), que tienen una importancia fundamental para decidir de la coherencia de los discursos, como verem os en el cap í tulo siguiente. En los térm inos de Faucon nier, "la prod ucción y la interp retación de los discursos instala paralelam ente a las form as lingüí sticas, o fuera de ellas, construcciones mentales o espacios mentales, relacionados entre ellos por conexiones. Estos espacios están llenos de elementos: es generalmen te el discurso el que los introduce y que especifica las relaciones que satisfacen". (Nuestra traducción). Siguiendo a Pécheux, podemos decir, entonces, que el funcionamiento del discurso supone un mecanismo de "mise en place", de "posicionamiento" de los protagonistas, uno con respecto al otro, y de posicion am ien to d el objeto del inter cam bio. Es en este juego de posicion es imaginad as don de se desarrolla el acto de lenguaje. A nosotros, desde una perspectiva didáctica, lo que nos interesa examinar son los mecanismos lingüí sticos de esta construcción de imágen es: cómo el sujeto comunicante va construyend o la imagen de sí mismo, la imagen d el otro y la repr esentación del mun do, cuáles son las eviden cias lingüí sticas de estas estrategias discursivas. EJERCICIO -----------------------------------------------------------------------------------------Observe la historia qu e apar ece en la página siguiente (Quino, Sí , cariño. Buen os Aires, Ed . de la Flor, 1987) -- Señale la evolución de las expresiones utilizadas para construir (o quizás más bien, "descon truir") la im agen
- del "otro" - de la relación qu e los unió. ( A mor de mi v ida -> Amor -> Cariño -> Qu erido Rolando -> Rolando ) ( Lo nuestro : muy hermoso -> experiencia positiv a -> , etc.) ( N o supimos comprendernos-> ........-> nu nca me entendiste , etc.) -- Observe el paso d el elocutivo al alocutivo. ¿ Qu é significa? -- Observe que Roland o, que n o ha asistido al proceso d e génesis del texto --y a los procesos m entales q ue le d iero n origen -- qu ed a estu pefacto.¿ Por qué? -------------------------------------------------------------------------------------------
pegartextoSicariño.
3.7 Conclusi ón p arcial Podemos concluir esta primera sección del manual precisando algunas nociones, a la luz d e estas últimas observaciones:
* La sit uación de comunicación . 9 Cuando el individuo decide intervenir en un intercambio, por medio del lenguaje, es decir se da un "proyecto de habla", debe realizar una serie de elecciones formales que le son dadas por el aparato formal de la enunciación. Para ello, debe proceder a una evaluación de la situación de comunicación, la qu e consiste esencialmente en: -- un tiempo y u n lugar : ¿ Dónde hablamos? ¿ Cuándo hablamos? -- los participan tes, y los estatus relativos que los un en: ¿ Qu ién soy yo? ?Qu ién es él?
Pero esta relación, como acabamos de ver, se da fundamentalmente al nivel de las imágenes construidas p or los participantes, y depend e d el saber relativo qu e un o tenga respecto del otro. Además, esta relación estatutaria no se d a d e un a vez p ara siempre, sino qu e pu ede cambiar en fun ción del tiempo y del lugar. Por ejemplo, si A es un profesor de Universidad y B es un estudiante gradu ado, pu eden encontrarse en la cafeterí a y compartir una cerveza. B pu ede tratar de "tú" a A, en este tiempo y lugar en los que el peso de la relación de amistad es mayor qu e el peso d e la jerarqu í a. Pero si B entra al aud itorio de la Facultad a presentar su tesis de doctorado y A es miembro del jurado, la relación entre los mismos ind ividu os habrá cambiado, y que B trate a A d e "tú" serí a inadecuado. La situacionalidad es un a caracterí stica de todo texto (De Beaugrand e y Dressler, 1981). Ella contribuye a la construcción del sentido por parte de los interlocutores. Visto desde el ángulo del comunicante, al situación permite el recurso a los d iversos tipos de imp lí cito (3.5). Visto desd e el ángulo d el interpr etante, la situación per mite llenar los vací os en la información contenida en el mensaje. La situación es decisiva también en cuanto a la pertin encia de la información. Por ejemplo, en un club de rayuela de Penco encontramos una pan carta qu e d ice: "Se prohibe el ingreso a las canchas a toda persona en estado de ebriedad"
La prohibición de ingreso a algún lugar a personas "en estado de ebriedad" es seguramente bastante generalizada; pero no siempre es pertinente decirlo. (Por ejemp lo, serí a extraño encontrar semejante pan carta en una sala d e clases al lado del letrero "No fum ar"). Ello tiene qu e ver con el hecho d e qu e la proh ibición, como la negación, tiene un carácter d ialógico o p olémico. Prohibir explí citamen te algún comportamiento (fumar, escupir, tocar las imágenes del templo, entrar en estado de ebriedad ,...) presup one u n "hacer habitual" en u na d eterminada situación.
9 Nótese que, a
diferencia de los autores anglosajones, nosotros reservamos "contexto" para designar la serie de elementos lingüísticos que preceden o siguen a un elemento dado.
* La adapt ación del l enguaje a la sit uación. El
sujeto comunicante evalúa la situación, y en función de ella adopta el "registro de lengua" que le parece adecuado. Por ejemplo, elegirá un sociolecto y un estilo --formal o informal-determinados: "¡ Hola, compadre!" es adecuado para saludar a un compañero de curso. "¡ Buenos días, señor!" será adecuado para saludar a un profesor. "¡Atina! A siste a la fiesta de mechones" pu ede ser ad ecuad o en u na invitación estudiantil. Pero la invitación a una clase inaugural d irá sin d ud a algo como "La Facultad de Ciencias tiene el agrado de invitar..." . Se trata en realidad de algo más complejo que lo que algunos autores llaman "adressee awareness" --la conciencia de quién es el destinatario (Bell, 1984). Se trata de la relación de estatus (real o imaginario) que un e a los d os p articipa ntes: qu ién soy yo; qu ién es él; qu ien soy yo p ara él; qu ién es él para m í , etc. (De todos modos las nociones de "adressee awareness", de "audience design" y de "speech accomodation", pueden ser útiles para estudiar estas relaciones entre la situación d e comu nicación y las elecciones estilí sticas d el individu o. Ver, por ej. Bell, 1984, Beebe y Giles, 1984). En función de estas evaluaciones (de la situación y del registro de lengua adecuado), el sujeto comunicante procede a toda una serie de elecciones que resultan de lo que se pued e llam ar "operaciones enunciativa s" (en un sen tid o qu e no calza necesariamente con el que le da Culioli) y que podemos graficar en el cuadro siguiente. NOTA: Este esquem a sólo tiene p or objeto situar las d iversas categorí as que hem os analizado en esta primera parte. No tiene ninguna pretensión cognitiva: es decir, no pretende caracterizar lo que ocurre realmente en los procesos mentales del individuo. Nos parece sin embargo útil como instrumento de trabajo, porque permite al an alista visualiz ar las categorias lingüí stica s qu e debe, por lo menos, observar al estudiar un texto desde el punto de vista de las operaciones enu nciativas que su byacen a él. * Las el ecci ones for mal es y los obj et i vos ext ral i ngüísti cos.
------------------------------------------------------------------------------------------El sujeto comunicante se da
un proyecto de habla en función de su intencionalidad en una situación de comunicación Hace elecciones formales en función de lo que decide explicitar: modos enunciativos: elocutivo alocutivo delocutivo tipo de oración: aserción interrogación intimación modalidades: poder, querer, deber, saber intertexto: marcado o no marcado Al mismo tiempo, realiza actos de habla directos/indirectos/preparatorios para obtener resultados estratégicos La intervención es exitosa si logra su objetivo en el mundo del HACER -cambia el estado de cosas -o cambia los estados mentales ----------------------------------------------------
CAPITULO CUARTO LA ESTRUCTURA DEL TEXTO Cohesión, coherencia; reglas de textualización; recurrencia, progresión, conexión.
El texto es una configuración lingüística que resulta, por una parte, de operaciones enunciativas que realiza el locutor y, por otra parte, de operaciones seriales que permiten a este mismo locutor conectar las oraciones individuales para constituir secuencias cohesivas y coherentes. En este capítulo, nos concentraremos en este segundo aspecto: la capacidad del individuo para construir esas secuencias de oraciones llamadas textos. 4.1 La coherencia textual Comenzaremos el estudio de la estructura del texto con un axioma de base: un texto es una secuencia de oraciones; pero no cualquier secuencia de oraciones constituye texto. Para que una secuencia de oraciones constituya "texto", es decir sea aceptada como un texto coherente en una interacción determinada, tiene que cumplir con
ciertas normas de "buena formación textual". Dicho de otro modo, todo emisor/ receptor de actos de lenguaje ha desarrollado unacompetencia textual que le permite construir textos bien formados o aceptar emisiones de otros como textos bien formados. Generalmente, las exigencias de la "buena formación textual" se engloban bajo los términos de "cohesión" y "coherencia" (Halliday y Hasan, 1976; Van Dijk, 1983, 1984; Charolles, 1978, 1988; De Beaugrande y Dressler, 1981.). Hay una ligazón estrecha entre la cohesión y la coherencia textuales; pero conviene respetar la diferencia entre ambos conceptos. El primero designa el aspecto formal, gramatical de las relaciones que existen de una oración a otra en el texto. El segundo designa el aspecto mental, conceptual de la relación que se postula entre los hechos denotados. La coherencia es el resultado de una interacción entre el texto y el "saber sobre el mundo" que comparten supuestamente los interlocutores. La coherencia es un trabajo conjunto del sujeto comunicante y del sujeto interpretante. (Alvarez, 1991). Para "compartir la coherencia", tiene que activarse, por medio de las señales contenidas en el texto, el saber compartido por ambos interlocutores sobre las relaciones existentes en el mundo puesto en escena por el acto de lenguaje. La cohesión/coherencia de un texto está dada por los fenómenos de recurrencia, progresión y conexión , que constituyen las exigencias constitutivas de todo texto. Antes de discutir en detalle estas nociones, es mejor examinar algunos ejemplos de buena y mala formación textual.
? Textos y textoides 1 En los ejemplos que siguen, algunas secuencias serán consideradas de inmediato por todo usuario del español como "textos bien formados". Otras pueden suscitar dudas, y otras serán descartadas inmediatamente y serán declaradas "no textos".
1 Utilizo este neologismo para designar lo que otros llaman los "no textos", es d ecir objetos
que "parecen textos", "tienen un aspe cto físico de textos" pero que no so n realmente textos. (Como "humanos" y "humanoides").
EJERCICIO: -------------------------------------------------------------------------------------------TEXTOS Y TEXTOIDES Observe las secuencias siguientes. ¿Cuáles le parece que constituyen textos bien formados? ¿Cuáles no? ¿Por qué? l. ¡Oh! está lloviendo y el gato se quedó afuera . Hay que entrarlo, si no, se va a mojar. 2. Prohibido pisar el césped. 3. La Armada rechaza la escalada terrorista. Maradona recibió una suspensión preventiva. Compre hoy mismo su VTR celular. 4. El labrador se levantó temprano. El labrador se levantó temprano. El labrador se levantó temprano. El labrador se levantó temprano, El labrador... 5. A) ¿Usted se enoja de vez en cuando? B) Raras veces. Hace veinte años que no me ocurre... A) ¿Hace veinte años? B) Sí... Desde que conocí a Teresa. 6. A) ¿Dónde es la reunión? B) Mi madre vivió muchos años. 7. A) ¿Vas a ir donde Ruperto esta noche? B) i- No. Voy a ir mañana. ii- No. Tengo el auto en pana. iii- No. Yo soy negro. 8. A) Buenos días. B) Buenos días. A)¿Usted arrienda caballos? B) ¿Usted no es de aquí? A) No. Estoy de vacaciones. En el camping. ¿Usted arrienda caballos? B) ¿Y va a estar mucho tiempo por aquí? A) Unas dos semanas... Me gustaría arrendar un caballo. 9. Raúl Alfonsín visitará Chile. El ex mandatario argentino se alojara en la embajada de su país. 10. Juana se cree la Sofía Loren, y se dá ínfulas en el barrio. Sofía Loren fue acusada de evadir impuestos y puesta a disposición del tribunal. 11. Esta mañana fui al zoológico. Escuché una sinfonía de Mozart. -------------------------------------------------------------
Elementos de respuesta: 1. Es una secuencia textual bien formada; hay recurrencia semántica o "continuidad de sentido": de una oración a otra se habla siempre del mismo individuo (el gato). Las marcas de cohesión son evidentes ("el gato"--> "entrarlo"; "llover" --> "se va a mojar"). 2. Es un texto formado por una sola oración, lo que es posible en una situación determinada (aquí, rótulo colocado en un jardín). 3. Esta secuencia de oraciones (cada una de ellas bien formada individualmente), no constituye texto. Cada una de ellas se refiere a individuos diferentes. No hay continuidad de sentido. Por lo tanto, no hay cohesión, ni coherencia. 4. Esta secuencia no constituye texto. No hay progresión, en el sentido de que las oraciones sucesivas no aportan nueva información. (Salvo que se trate de una canción rock, cuyo texto conste de una sola frase que se repite interminablemente). 5. Esta secuencia constituye un texto dialogal, en cuya construcción participan dos interlocutores. Las intervenciones de cada uno son cohesivas y coherentes con las del otro. 6. Dos oraciones perfectamente gramaticales; pero que no constituyen texto. La intervención de B no es coherente con la de intervención de A. 7. En este caso se dan tres posibilidades de respuesta de B a una pregunta de A. La primera es evidentemente cohesiva y coherente. En la segunda no hay cohesión; pero hay coherencia (en el sentido de que A puede interpretarla como una respuesta adecuada: no irá a la fiesta porque tiene el auto en pana ). La tercera sería coherente si A y B saben que Ruperto es racista y que los negros no son bienvenidos en su casa. 8. Este diálogo parece incoherente (B no responde a las preguntas de A); pero es coherente si se toma en cuenta que en una conversación no sólo se negocian los turnos de palabra, sino también las implicaciones pragmáticas del intercambio (aquí B --un lugareño-- está dilatando la respuesta para decidir si A es una persona a quien se le puede arrendar un caballo). 9. Las dos oraciones forman una secuencia coherente, a condición de saber que "Raúl Alfonsín" y "el ex mandatario argentino" son el mi smo individuo. 10. Estas dos oraciones no constituyen texto. No se refieren al mismo individuo, a pesar de las apariencias. 11. A primera vista no parece haber relación entre ir al zoológico y escuchar una sinfonía ; pero nada impide a una persona ir a algún lugar y escuchar música. No
parece coherente en el mundo ordinario; pero sí puede serlo en el mundo que está poniendo en escena el sujeto comunicante. La coherencia no sólo tiene que ver con el saber sobre el mundo , sino también con la normalidad de los mundos y con los mundos posibles que crea el sujeto comunicante por medio de su discurso. (En este caso, si el interpretante sabe que el comunicante es un melómano empedernido y que no se despega de su "walkman", la coherencia será para él inmediatamente accesible). 4.2 Competencia textual Antes de estudiar en detalle las "reglas de textualización" conviene retomar la noción de competencia textual del individuo. Decíamos que todo emisor/ receptor es capaz de -- producir secuencias de oraciones que presentan continuidad de sentido, es decir, que son coherentes en una situación dada. -- y de reconocer qué secuencias de oraciones tienen continuidad de sentido, y por lo tanto constituyen textos bien formados. Esta competencia textual es diferente de la competencia discursiva (ver capítulos 1, 2 y 3); aunque está estrechamente ligada a ella. La competencia textual forma parte de la competencia construccional u organizacional (Alvarez, 1995b). Es la capacidad de construir / interpretar textos bien formados. Ahora bien, esa capacidad --como ya lo habíamos anunciado en el Cap. 1-- se manifiesta diferentemente en las diversas situaciones de comunicación: monologal/ dialogal; oral/ escrita; cara a cara/ a distancia; en directo/ en diferido; etc. Como resultado de ello, el texto producido presentará características diferentes según cada caso. Dicho de otro modo, la situación de comunicación induce un tipo determinado de texto, y cada texto muestra las huellas de sus condiciones de producción. Como resumen, podemos representar en un gráfico las diversas características de cada tipo de texto en función de estas distinciones generales. Ello nos permitirá, entre otras cosas, observar que la oposición "oral / escrito" no es tan radical como a veces quiere presentarse.
COMPETENCIA TEXTUAL
DIALOGAL (policontrolada) oral
MONOLOGAL (monocontrolada) oral
escrita
destinatario presente
destinatario presente
destinatario ausente
texto construido entre dos o más locutores
texto construido por un solo locutor
texto construido por un solo emisor
"back channel" 2 o retroalimentación
solo back-channel proxémico
sin ninguna retroalimentación
texto ligado a la situación
texto ligado a la situación
deixis posible
deixis posible
texto desligado de la situación deixis "descrita".
presión de tiempo para la réplica
presión de tiempo sobre el locutor
texto desligado de presión de tiempo
corrección sólo por adición corrección sólo por adición corrección por adición o o reformulación o reformulación por "borradura" negociación de turnos de palabra
sin turnos de palabra
sin turnos de palabra
4.3 Las reglas de textualización
Todo texto bien formado responde, dentro de estas características generales mencionadas en el gráfico precedente, a reglas específicas de organización de sus oraciones constitutivas. Todo usuario de la lengua puede también emitir juicios de buena o mala formación textual. Como lo señala Charolles (1978), todo estudiante recuerda las descalificaciones de que han sido objeto algunos de sus textos por parte de sus profesores: "Incoherente", "Sin sentido", "Sin piés ni cabeza" , etc. Estas descalificaciones no sólo responden generalmente a una concepción normativa del uso de la lengua ("Hay que escribir bien, como los grandes maestros"). Además, son a menudo vagas e intuitivas. En 2 Se llama "back channel" (canal secundario) a las señales que el receptor está
constantemente emitiendo para indicar a su interlocutor que está recibiendo bien el mensaje. (señales de l tipo " hum hum") (Ver, por ej., Bublitz, 1988).
efecto, no basta con decretar que un determinado texto está mal construido o es incoherente. Lo que se necesita es poder señalar por qué decimos que está mal construido. Lo que el profesor (y el estudiante) necesita, entonces, es el conocimiento explícito y sistemático de las exigencias de la buena formación textual. Como ya lo hemos señalado, estos fenómenos de la arquitectura de los textos se engloban bajo los términos de cohesión y coherencia. No existe, sin embargo, unanimidad entre los autores respecto a la extensión de ambos conceptos. La cohesión textual designa las relaciones visibles entre las oraciones en la superficie textual. Pero, para algunos la cohesión concierne específicamente los fenómenos de mantención de los referentes. En cambio, para otros, la noción de cohesión incluye todas las funciones que pueden ser usadas para señalar relaciones entre los elementos que aparecen en la superficie textual. Para algunos, la distinción misma de "cohesión" / "coherencia" es poco clara e incluso inútil y usan sólo uno de los términos. Nosotros mantendremos la distinción, y hablaremos de cohesión cuando queramos aludir a los aspectos formales de las relaciones entre las oraciones del texto, y de coherencia cuando nos refiramos a las relaciones cognoscitivas --mentales-- que se establecen entre los interlocutores gracias a las instrucciones de sentido contenidas en la superficie del texto. Pero hablaremos de "cohesión/coherencia" cuando queramos referirnos a los fenómenos de relación interoracional en su conjunto, los que desglosaremos en recurrencia, progresión y conexión . Estos tres últimos términos designan lo que llamamos "reglas de textualización" o "reglas de la buena formación textual". Estas relaciones pueden ser observadas tanto en el nivel micro-estructural (o "local"), como en el nivel macro-estructural (o "global"). Se consideran en el nivel micro-estructural las relaciones "de corto alcance", es decir que se producen dentro de la oración o entre oraciones adyacentes. Por eso se habla también de "conexión lineal", como en la secuencia siguiente: Juan entró a la pieza, se sentó en un diván y prendió la desprendía un calor insoportable.
radio.
La
estufa
La aparición de "el diván" y "la radio", en la primera oración, son totalmente coherentes, porque forman parte de "la pieza" Lo mismo ocurre con "la estufa" en la segunda oración. Los hechos denotados están relacionados en un mundo referencial que es conocido por nosotros. Pero el texto debe satisfacer además la exigencia de "coherencia global", es decir que haya continuidad de sentido en el conjunto del texto. Luego de estas observaciones generales, podemos abordar el tema de la reglas de textualización, siguiendo en lo esencial a Charolles (1978), que habla de cuatro "meta-reglas de buena formación textual": repetición, progresión, relación y no contradicción. Nosotros sólo retendremos las tres primeras, aunque no con los mismos términos, y consideraremos la "regla de no contradicción" como un caso particular de la regla de relación.
4.4 Regla de recurrencia Un texto bien formado presenta normalmente en su desarrollo elementos que recurren o reaparecen. Dicho de otro modo, cada nueva oración retoma elementos de las oraciones anteriores. Los mismos "individuos" o referentes reaparecen de una oración a otra. Es lo que se llama también, "mantención de los referentes". Esta persistencia de los referentes, unida a la persistencia de las indicaciones de tiempo y de lugar, contribuye a formar un texto coherente y cohesivo, como ya lo vimos en el ejercicio anterior. afuera", -- En el ejemplo 1, "el gato" aparece con respecto a "se quedó y reaparece con respecto a "entrarlo" y "se va a mojar". -- En el ejemplo nº 5, que es un texto conversacional: "raras veces" , en la 2a oración, retoma "¿de vez en cuando?" de la pregunta de la 1a. oración; "Hace veinte años" retoma "raras veces" ; "No me ocurre" responde a "¿Usted se enoja?, etc." Los mecanismos lingüísticos de la recurrencia textual son muy diversos. Los principales son: 4.4.1. La repetición Un lexema o un sintagma reaparece, retomado en la misma forma, en las oraciones siguientes. Ejemplo: "El general habló por la televisión. El general habla mucho; pero dice poco".
La repetición puede ser idéntica, como en el caso anterior, o parcial: "Triunfo del Real M adrid. (...). El Real ganó ayer..." "Entonces apareció un pequeñ o ni ñ o . El ni ñ o dijo..."
Notas sobre la repetición: a) Se supone que cada vez el lexema o el sintagma repetido designan al mismo
individuo. Si se escucha la secuencia: "Juan se encontró un gato. El gato estaba muy asustado"
el interpretante normalmente supone que el enunciador está hablando del mismo gato. (Gracias a lo que podemos llamar "postulado de coherencia"). Ahora bien, esto no siempre ocurre. Retomemos el ejemplo nº 10, de "Textos y textoides": "Juana se cree la Sofía Loren y se da ínfulas en el barrio. Sofía Loren fue acusada de evadir impuestos y puesta a disposición del tribunal" En este "falso texto", el sintagma "Sofía Loren" no designa las dos veces al mismo
individuo, ya que se trata de dos "mundos referenciales" diferentes: el mundo imaginario de Juana y el mundo cotidiano. Otro caso sería el de una secuencia como: "El perro es un animal doméstico. ¿Le dieron comida al
perro?
En esta secuencia --también "falso texto"--, en la primera oración se habla del perro como concepto, en la segunda se hace referencia a un perro concreto. b) En los textos ordinarios, se tiende a evitar la repetición idéntica de lexemas o
sintagmas. En otros tipos de textos, la repetición (a veces de oraciones enteras) suele ser de uso relativamente frecuente: -- en los textos de ciencias exactas, donde cada lexema tiende a ser unívoco: "El hidrógeno pertenece a... El hidrógeno tiene... El lugar del hidrógeno en el sistema periódico...etc
-- en los textos publicitarios, para imponer un slogan: "Tecnología en la que Ud. puede confiar" "Tecnología en la que Ud. puede confiar"
-- en los textos literarios, como recurso retórico" ¡Venid a ver la sangre por las calles! ¡Venid a ver la sangre por las calles! ¡Venid a ver la sangre por las calles!
(Pablo Neruda, España en el corazón ) 4.4.2. Los procedimientos anafóricos En los textos ordinarios, como ya dijimos, la repetición de lexemas, sintagmas u oraciones tiende a evitarse, entre otras cosas por la tendencia a reducir la redundancia en la información. Diversos otros mecanismos permiten la mantención de los referentes sin necesariamente repetir los lexemas o sintagmas. El más generalizado es el de los procedimientos anafóricos, como el uso de pronombres , que permiten retomar un elemento lingüístico ya mencionado (anáfora propiamente dicha) o anunciar un elemento que vendrá después en el texto (catáfora). * la pronominalización Los pronombres establecen una relación de correferencia; es decir, refieren al mismo individuo que su antecedente. La gran ventaja de la pronominalización es que toda información de contenido semántico del antecedente se elimina y sólo se actualiza la información sobre número, persona y género (y, en algunas lenguas, el caso). Ejemplos: a) anáfora: " Pedro está enfermo. L e dije que no viniera hoy".
b) catáfora: " E s t a s son l as l eccion es que podemos sacar de
fracaso".
nuestro
Además de la pronominalización, pueden cumplir un papel anafórico otras construcciones , como: * la definitivización "U n sospechoso fue detenido hoy [...]. El sospechoso fue
puesto a disposición
del juez.
* la determinación "Un hombre asaltó el banco X. Este hombr e logró..."
* la nominalización "Celebr an en P ar ís Día de la Victoria aliada. En la celebración parisina se dieron cita representantes de 80 países." . (La Epoca, 9-V-1995)
* los pro-verbos Llamamos "pro-verbos" a aquellos verbos que cumplen un papel anafórico respecto a predicados anteriormente expresados. Por ejemplo: "Nunca ha sido arri ada nuestra bandera , y espero que no sea ésta la ocasión de hacerlo."
4.4.3. La substitución léxica Otro mecanismo corriente de la recurrencia es la substitución de un lexema por otro. Aquí se pueden distinguir dos casos: -- substitución en el mismo nivel: el término substituyente está en relación de sinonimia (o parasinonimia) con respecto al término substituido. Ejemplo: "Cat orce presos vestidos con traje y corbata escaparon de una cárcel Bogotá. (...). Lo s reclusos escaparon por la puerta utilizada para retirar las basuras."
de
-- .substitución en un nivel diferente: el término substituyente está en relación de
hiperonimia con respecto al término substituido (un hipónimo incluido en el hiperónimo). Ejemplo: "Un gato dejó sin energía eléctrica a la ciudad de Caracas. El animal provocó un corto circuito al tocar un cable."
4.4.4. La correferencia sintagmática ( o paráfrasis designativa) Otro mecanismo formal de la recurrencia es la correferencia por medio de elementos léxicos o sintagmáticos.3 En este caso la recurrencia se produce por el uso de una expresión compleja, es decir, un sintagma que designa al mismo 3 Caso diferente al de la pronominalización, que también implica correferencia.
individuo mencionado anteriormente. (Por eso se la llama también "paráfrasis designativa": designar al individuo con una paráfrasis). En el ítem nº 9 del ejercicio anterior: "Raúl Alfonsín" = "El ex mandatario argentino"
Conviene subrayar que la correferencia sintagmática se diferencia de la substitución léxica en que esta última está inscrita en la lengua ("gato" está incluido en "animal", antes de cualquier uso en discurso). En cambio la correferencia sintagmática es discursiva : sólo puede interpretarse con respecto a una situación y a un contexto enunciativo determinados. Por ejemplo, en la secuencia recién mencionada, "ex mandatario argentino" es correferente con "Raúl Alfonsín" ; pero en otro texto podría ser correferente con "Lanusse" , u otro. Dicho de otro modo, esta relación de correferencia no puede ser calculada "si no tomamos en cuenta la situación de interlocución y la intervención de los interlocutores" (Charolles, 1978). Además, no puede ser calculada si no hacemos intervenir el saber compartido por los interlocutores. En efecto, la secuencia "Alfonsín -- ex mandatario argentino" es interpretable como correferencial sólo por los locutores que saben que ambas expresiones refieren al mismo individuo. En cambio, si alguien lee en el diario francés Le Monde una noticia sobre un encuentro entre el rey Hussein de Jordania y el rey Hassan II de Marruecos, en la cual se dice que "el jefe de la dinastía hachemit" propuso tal cosa y que "el jefe de la dinastía cherifiana" propuso tal otra, es muy probable que no sepa quién es quién. Otro ejemplo. En una noticia sobre la visita de Reagan a España, se lee: "El Rey Juan Carlos y Felipe Gonzalez recibieron hoy al
presidente
Ronald
Reagan. El j efe del est ad o espa ñ ol declaró en la conferencia de prensa que... (etc).
¿Cuál de los dos individuos españoles mencionados es "el jefe del estado español"? Es solo nuestro saber sobre el mundo lo que nos permite decidir . 4 4.4.5 La elipsis Hay autores que citan la elipsis como uno de los mecanismos de la cohesión textual. (Por ej., Halliday y Hasan, 1976). En efecto, en secuencias como Juan fue al mercado, compró algunos mariscos y volvió a su casa a preparar el almuerzo. es evidente que los predicados "compró algunos mariscos" y "volvió a su casa a preparar el almuerzo" están también referidos a "Juan" , aunque éste no reaparezca
formalmente. Las reglas gramaticales del español permiten elidir el sujeto una vez que éste ya ha sido mencionado una vez. (Nótese que en francés habría que decir: "...i l acheta des fruits de mer, i l rentra à la maison" ).
4 No podemos tratar aquí el vasto dominio de la paráfrasis como un medio para reformular
fragmentos textuales. Ver, por ej., Martin 1976; Fuchs, 1982; Langue Française, nº 73, 1987).
La elipsis, que pertenece al dominio más vasto de los contenidos implícitos (ver 3. 5), presenta entonces la situación paradojal de constituir una instancia de recurrencia de los referentes, sin que éstos estén formalmente presentes. EJERCICIO Un ejercicio pedagógico muy útil consiste en establecer cadenas referenciales como en el ejemplo siguiente.
En este texto ( El Sur, abril 1993) podemos establecer las siguientes cadenas referenciales. ( § = "párrafo") Zamorano (título)
Real (Madrid) (título)
París StGermain (pre-título)
Zamorano (§1)
Real Madrid (§1)
París S-G (§1)
Zamorano (§3)
conjunto español §2
los visitantes (§2)
goleador chileno §4
el local (§2)
equipo galo (§3)
Zamorano (§6)
Real Madrid (§3)
los rivales (§4)
Zamorano (§7)
los locales (§5)
los franceses (§5)
(leyenda de foto) -Iván Zamorano -artillero del R.M.
los madridistas
los visitantes (§5)
Real Madrid (§7)
París S-G (§6)
( Obsérvese, además, el rol anafórico del posesivo: en el § 6, "Zamorano en característica" -> "su característica" es otra forma de decir "la característica
su de
Zamorano" )
Al llegar al §8, se encuentra una paráfrasis designativa --"el equipo catalán"- que no corresponde ni al referente "Real Madrid" , ni al referente "Paris StGermain" . Algo anda mal. Una mirada atenta muestra que en los párrafos §8 y §9 se habla de otro equipo, el "Barcelona" , que no había sido anunciado. El texto está, en efecto mal construido. En los párrafos §8 y §9 hay coherencia local, pero el texto en su conjunto no es coherente: no hay coherencia global.
4.5. Regla de progresión Hemos visto que la cohesión/ coherencia de un texto está asegurada, entre otras cosas, por la recurrencia de los individuos denotados. Ahora bien, esta mantención de los referentes, que asegura la continuidad de la información --se sigue hablando de lo mismo-- es necesaria, pero no es suficiente para la buena formación textual. En un texto bien formado, cada nueva oración debe, de algún modo, hablar de lo mismo (recurrencia); pero al mismo tiempo debe decir algo nuevo (progresión). Por ello dijimos que la secuencia nº 4 de Textos y textoides
"El labrador se levantó temprano. El labrador se levantó labrador se levantó temprano... etc.
temprano.
El
no constituye texto, porque no hace sino repetir indefinidamente la misma información. A este aporte constante de información nueva se le llama progresión textual. En todo texto bien constituido se da una especie de tensión dialéctica entre la recurrencia y la progresión, entre la información conocida --o que se da por conocida-- y el aporte de nueva información. En todo texto se pueden observar mecanismos de anclaje cognitivo: retomar lo conocido antes de introducir lo nuevo, anclar lo nuevo en lo conocido, etc. Concretamente, en un texto la progresión se manifiesta por -- la introducción de nuevos referentes, o -- la introducción de nuevas informaciones sobre los referentes ya mencionados (nuevas acciones, nuevas caracterizaciones). 4.5.1. Tema y Rema En la terminología de la Escuela de Praga, se utilizan los términos de tema y rema para designar, respectivamente, a lo que se da por conocido 5 y a la información nueva, dentro de lo que se llama la perspectiva funcional de la frase (Ver Combettes, 1984). Las ideas básicas son las siguientes: * La disposición lineal de los constituyentes en la oración (al comienzo, al medio, al final) tiene que ver con la organización de la información. * Se postula que la "dinámica comunicativa" aumenta por grados desde el comienzo hasta el final de la oración. Dicho de otro modo, el sintagma ubicado al final de la oración comportaría un mayor grado de informatividad. * Se llama tema al primer sintagma de la oración (posición inicial =menor grado de informatividad). Corresponde a la información que se da por conocida. * Se llama rema a cada uno de los sintagmas que siguen al verbo (que se considera "transición"). Cada rema aporta información nueva. Ese domingo, los jóvenes llevaron todo tipo de regalos
TEMA REMA 1 a los enfermos
REMA 2
5 Nótese que éste es un uso técnico del término "tema". En el lenguaje corriente se
acostumbra llamar "tema" a la idea general del texto ("aquello de que trata el texto").
Esta concepción de la distribución de la información en el mensaje6 permite concebir la progresión del texto como una sucesión de temas y de remas, según diversos tipos de combinaciones que veremos a continuación. Pero este tipo de análisis presenta numerosas dificultades teóricas que no corresponde detallar aquí. Sólo mencionaremos dos: -- este análisis descansa sobre el orden lineal de los elementos en la superficie textual manifestada , lo que obliga a considerar cada alteración del orden canónico por separado. Por ejemplo, las dislocaciones ("Vino Juan esta mañana "), las interrogaciones, las construcciones enfáticas ("Fue esta mañana cuando vino Juan" ) etc. son construcciones que alteran el orden declarativo "normal". -- este análisis, en lo esencial, se aplica al nivel de la oración y de las relaciones interoracionales . O sea en el nivel micro-estructural. Los analistas discuten entonces del estatus de cada uno de los sintagmas dentro de la oración, lo que puede ser de poco interés cuando se trabaja con unidades textuales mayores. 4.5.2 La progresión temática El aporte fundamental de este tipo de análisis, de gran utilidad para los estudios sobre la estructura de los textos, es que todo texto, se organiza como un juego de temas y de remas. La cohesión del texto está garantizada por la recurrencia de temas; la progresión del texto está dada por la aparición de nuevos sintagmas --con información nueva-- en forma de remas. A su vez, estos remas pueden convertirse en tema de la oraciones siguientes. En otros casos, todas las oraciones del texto pueden referirse al mismo tema. El tejido textual se va organizando así según diversas líneas de progresión. Se acostumbra distinguir tres tipos básicos de progresión temática, los que pueden combinarse entre ellos en un texto dado. * la progresión con tema continuo
En este primer tipo de progresión, el texto conserva el mismo tema (se habla siempre del mismo referente), y cada rema aporta una nueva información en forma de nuevos predicados. Ejemplo: (tomado de "Las Ultimas Noticias", 8-V-1995)
6 Otros autores utilizan otra terminología, para distinciones similares, aunque n o
idénticas: "tópico" y "comentario" (Van Dijk); "soporte" y "aporte" (Pottier). No examinaremos aquí las diferencias entre estas diversas concepciones. Ver también la noción de "foco", en De Beaugrande y Dressler, 1981.
"Ricardo Arjona cumplió su palabra. Hace unos meses prometió regresar y lo hace en este momento, para presentarse en dos conciertos el próximo 23 y 24 de junio en Santiago. Además, el artista sentirá los aires sureños de Chile, ya que ofrecerá un concierto en Concepción. El cantante estará en Chile dos semanas en el marco de su gira latinoamericana. (Subrayado mío)
Obsérvese que en este tipo de estructura temática, todas las informaciones (todas las predicaciones) están referidas a un mismo individuo que puede reaparecer cada vez con distintas designaciones (ver "recurrencia"). En este caso: "R. Arjona" > "ø"-> "el artista" -> "el cantante". Oración 1: Tema: R. Arjona Oración 2: Tema id.
Rema:"cumplió su palabra" Remas: "prometió..." "lo hace en este..." "para presentarse.."
Oración 3:Tema: el artista Remas: "sentirá aires..."" "ofrecerá concierto"
Oración 4: Tema: el cantante
Rema: "estará en Chile..."
* la progresión en cadena
El segundo tipo de progresión, llamado habitualmente "lineal" --pero que proponemos llamar más bien progresión en cadena---, es aquella en la cual el rema d e una oración se transforma en el tema de la oración siguiente, la cual presenta un nuevo rema (o varios nuevos remas), el que será a su vez el tema de la oración siguiente, y así sucesivamente. El texto se presenta entonces como una cadena: "T1>R1", "R1 deviene T2, e introduce R2", "R2 deviene T3, e introduce R3", etc. etc. Ejemplo: "Un hombre compró un huevito. De este huevito salió un pollito. El pollito dió origen a cada vez nuevos pollitos. Los nuevos pollitos terminaron por constituir una gran empresa, la que sustenta a un conocido político que sueña con ser Presidente de la República. Otro ejemplo es la conocida canción popular que dice: De la tierra nace el trigo, y del trigo nace el pan, y del pan nace el derecho, el derecho a comer pan. * progresión derivada de un hipertema
El tercer tipo básico de progresión temática es aquella en que una expresión del segmento textual tiene un valor hiperonímico, que se va en seguida descomponiendo, en cada nueva oración (o en cada nuevo párrafo), en sus elementos constitutivos. Ejemplo: (tomado de "La Epoca", 14-III-1995)
"Los servicios públicos de las ciudades austríacas funcionan a la perfección, los trenes salen puntualmente, el correo no pierde una sola carta, el servicio de limpieza deja las calles "como chorros de oro" y la policía , los bomberos y ambulancias están rápidamente donde se les necesita. (El subrayado es mío)
Nótese que de una oración a otra aparecen otros referentes ("los trenes", "la policía", etc). Uno podría pensar que en este texto no se respeta la regla de recurrencia. Sin embargo, no es así. Todos los referentes que van apareciendo están incluídos en el conjunto "los servicios públicos", expresión que funciona como un hipertema que va dando origen a los sub-temas siguientes. Esta es una forma de progresión temática muy usada en los textos/ discursos científicos. En la primera oración (del segmento textual considerado) se indica un hipertema --un concepto general o una enumeración de los fenómenos que se van a analizar-- y en seguida, si el texto está bien construido se abre un fragmento textual para cada uno de los elementos anunciados (como las "ventanas" de los programas de computación).
EJERCICIO Diversos tipos de progresión temática
Analice en el texto siguiente, la utilización combinada de diversos tipos de progresión. (Texto tomado de "La Nación", Guía médica para la mujer, mayo 1995)
Pegar
texto
LAS
DEFENSAS
DEL
ORGANISMO
Pistas de solución (sin entrar en detalles del nivel micro-estructural) §1 y §2------T1 "la sangre" , que funciona como anclaje cognitivo: lo que se supone sabido por haber sido expuesto en los capítulos anteriores; para luego introducir un rema "un fluido" , que deviene el nuevo tema: "la linfa". -->T2 "este fluido" -------->R2 "recibe el nombre de linfa..." -------->R3 "llena los espacios" -------->R4 "es un fluido claro..." , etc. El mismo mecanismo se repite para informar sobre las funciones de "la linfa": --anclaje cognitivo (lo sabido): ..."mientras la sangre circula..." --nueva información sobre "la linfa": R5 "circula por..." R6 "transporta nutrientes" R7 "recoge productos" , etc. En §3, §4 y §5-- se introduce un hipertema --"El sistema linfático"-- y se enumeran sus constituyentes, que serán tematizados por secuencias textuales particulares. El sistema linfático
--> los capilares linfáticos --> los vasos linfáticos --> los nódulos linfáticos ---------------------------------------------------------------------
Si el texto está bien construido, cada uno de los elementos contenidos en la expresión hiperonímica debe ser desarrollado como tema . Incluso puede reforzarse más esta progresión temática usando algunos de los articuladores llamados organizadores textuales , como: "en primer lugar" > "en segundo lugar" >"finalmente"; "el primero" > "el segundo"... etc. "ésta / aquella"; "el uno / el otro"; etc.
Estos organizadores textuales contribuyen a señalar la progresión del texto, subrayando la articulación de sus partes. (En muchos casos, sobre en textos orales producidos por textualizadores poco competentes, se encuentran infracciones a esta organización. El orador anuncia un desarrollo complejo con un "Primeramente" ; pero luego no lo retoma o no cierra la serie temática con un "Finalmente" . Otro comienza una secuencia textual con un "Por una parte"; pero nunca llega el "por otra parte" ). * Otros tipos de progresión
A los tres tipos básicos de progresión que hemos señalado, se pueden agregar otros.
- progresión por tema fragmentado : (variante del hipertema): el tema inicial, va dando origen al desarrollo de cada una de sus partes, pero sin que éstas se organicen en un programa riguroso como en el caso del hipertema. Por ejemplo, en un texto descriptivo, se puede hablar primero en general de "la ciudad", y luego hablar de "sus avenidas", "sus paseos", "su río", "sus lugares de distracción", etc. - progresión por tema disociado : en un texto en el que aparecen dos o más individuos, el texto puede progresar con desarrollos alternados sobre cada uno de ellos (como el montaje paralelo en las películas, o en las telenovelas). - progresión por temas entrelazados : como en el caso anterior, los dos temas van siendo desarrollados paralelamente, pero ambos se van entrelazando, como en el texto de Cortázar, "Tema para un tapiz". , de las "Historias de Cronopios y de Famas"). 4.5.3. Regla de conexión Decíamos que en un texto bien formado, debe haber recurrencia de los referentes , por una parte, pero también progresión en la información . Cada nueva oración debe introducir nuevos referentes, o nuevas predicaciones sobre los referentes ya conocidos. Pero además, es necesario que tanto los individuos como los hechos denotados estén relacionados entre sí. Esta es la regla de relación , que también puede llamarse regla de conexión. En el ejercicio "Textos y textoides", señalábamos que el ejemplo nº 3: "La Armada rechaza la escalada terrorista. Maradona recibió una suspensión preventiva. Compre hoy mismo su VTR celular" , no constituye texto porque no hay ninguna
relación entre los hechos denotados por las oraciones sucesivas. Sin entrar en mayores discusiones teóricas, podemos decir que la conexión es sólo un aspecto de un fenómeno conceptual mucho mayor que es la relación. En efecto, la noción de relación cubre un área muy vasta de fenómenos. Casi se puede decir que todo fenómeno gramatical (oracional o textual) puede englobarse dentro del concepto de relación: la relación sujeto -predicado, la relación adjetivo-substantivo, etc. Por lo tanto, hablaremos de relación cuando aludamos al fenómeno en general. En cambio, reservaremos el término conexión para designar los nexos interoracionales. Dos o más oraciones pueden estar conectadas en forma implícita, porque sus referentes están relacionados. Por ejemplo: El teatro estaba vacío. Todos los espectadores se habían
retirado.
O bien pueden estar conectadas en forma explícita, por medio de elementos gramaticales llamados conectores: Juan estaba enfermo. Po r eso , no vino a la fiesta. ....................................... Pero vino a la fiesta. ...................................... Si n embar go, vino a la fiesta.
La exigencia de relación entre los hechos denotados por las oraciones sucesivas parece una evidencia. Sin embargo, es una regla cuya aplicación es extremadamente difícil de evaluar, entre otras cosas porque la relación no es necesariamente un fenómeno del mundo empírico, sino que debe ser evaluada con respecto al mundo de referencia ("mundo textual", "espacio mental") que se construyen los interlocutores (Ver 3.6). Así, por ejemplo, en la secuencia "Está lloviendo. El gato se va a mojar"
todo sujeto interpretante establecerá una relación normal entre la lluvia y la mojadura del gato. En cambio, la secuencia "Está lloviendo. Hay que invitar a los Jiménez"
no parece, a primera vista, constituir una secuencia coherente, porque no parece haber relación entre la lluvia y el hecho de invitar a alguien. A menos que en el universo en cuestión --cuyo conocimiento comparten los interlocutores-- el hecho de que llueva sea una buena razón para invitar a los Jiménez. Por ejemplo, que cuando llueve tienen la costumbre de quedarse en casa y jugar a la canasta con esos amigos. En este caso, la cadena de inferencias que debe recorrer el interpretante (ver 3.5.2) es más o menos azarosa: "llueve"-> "buen momento para quedarse en casa"-> "jugar a la canasta"-> "Los Jiménez son los compañeros habituales" -> "hay que invitar a los Jiménez". (Por supuesto que puede haber muchas otras posibilidades interpretativas). La relación se encuentra entonces en el mundo referencial que se construyen los hablantes, o mejor dicho en la imagen de mundo que construye el enunciador y que propone al interpretante. Dicho de otro modo, la coherencia se construye al nivel de cada sujeto enunciador, y se re-construye (o se rechaza, o no se puede calcular) al nivel de cada sujeto interpretante. Dicho en forma extrema, nadie es incoherente para sí mismo ("Yo sé lo que quiero decir" ) ; pero en la comunicación humana el sujeto comunicante debe poner en su texto suficientes instrucciones de relación como para que el sujeto interpretante pueda tener acceso a su coherencia. En resumen, la coherencia es algo que se comparte entre los individuos participantes en la interlocución, en función de los saberes compartidos que circulan entre ellos.
Nota: Problemas de cohesión /coherencia:
Acabamos de ver que pueden presentarse problemas en la determinación de la coherencia de algunos textos en virtud de la posibilidad del paso de un mundo referencial a otro por parte del sujeto enunciador. Estos "cambios de tópico" están a veces señalados por el emisor: ¿Y cambiando de tema, qué pasa con la elección?. Otras veces, como en las cartas personales, el autor puede pasar de un tópico a otro sin transición.
En el caso de las conversaciones cotidianas, pueden darse dos situaciones de este tipo: -- el enunciador puede saltar del tópico de la conversación a una intervención sobre la situación hic et nunc. Por ejemplo, algunos amigos están conversando de temas políticos mientras preparan un cóctel. Uno de ellos puede decir: "A mí me sorprende la actitud de González. Su discurso no representa la opinión del partido. Espero que alcance el pisco..."
-- en forma más general, se puede señalar que en los diálogos cotidianos existen aspectos cooperativos (en el sentido de Grice), y aspectos antagónicos. Nos referimos en este último caso a la "lucha por el tópico" que se da en algunas conversaciones (cada interviniente trata de traer la conversación al tema que a él le interesa). Ello puede dar origen a textos con problemas de coherencia, como en los llamados "diálogos de sordos": cada emisor es coherente consigo mismo, pero el conjunto no le es. 4.5.3.1 Tipos de relación Tradicionalmente, las relaciones gramaticales que más se han estudiado son aquellas que se producen al nivel del sintagma y de la oración: funciones como "sujeto / predicado / complemento"; relaciones de caso, como "agente", "paciente", "beneficiario", "instrumento"; relaciones de coordinación y de subordinación de las oraciones, etc. En los estudios sobre la estructura de los textos, el problema de la relación se aborda en términos más bien conceptuales y temáticos. Las relaciones son lazos mentales que los interlocutores establecen entre los hechos denotados por cada oración o fragmento de oración. Este campo de las relaciones es extremadamente vasto, y los tipos de relación pueden ser muy variados. Podemos distinguir dos grandes tipos: -- las relaciones semánticas que están dadas por el saber sobre el mundo , y que no necesitan explicitación, y -- las relaciones que el enunciador establece implícita o explícitamente entre dos o más oraciones (y que no están necesariamente inscritas en el "saber enciclopédico"). Las relaciones del primer tipo son múltiples. Sólo mencionaremos las principales (para más detalles De Beaugrande y Dressler, 1981: 48-80; Van Dijk, 1984: 166-169). * relación parte > todo Juan entró a su pieza. Encendió le estufa y se tendió en el sofá. Todo interpretante sabe que "estufa" y "sofá" están comprendidos en "la pieza". * relación continente > contenido El gato volcó la botella. Todo el líquido se derramó sobre la * relación acción > instrumento
alfombra.
A) Hay que sacar el clavo. B) ¿Trajiste el martillo? * relación de posesión Juan pasa por un mal momento. Sus acciones se han desvalorizado.
Las relaciones del segundo tipo son aquellas creadas por el enunciador entre dos o más hechos que, entonces, aparecen como conectados. Ejemplo: Juan se enfermó. Habrá que suspender la reunión.
Aunque no hay, en el "saber enciclopédico", relación entre "la enfermedad de Juan" y una eventual reunión, el interlocutor interpreta normalmente una secuencia así como una relación de causa a efecto , según el "postulado de coherencia" que ya hemos mencionado. Este postulado lo podemos expresar así: si el enunciador presenta dos hechos en secuencia, aunque no estén explícitamente conectados, el interpretante les atribuye el beneficio de la coherencia. Sólo si la relación es inaccesible, la secuencia será declarada incoherente. En este caso, el interlocutor puede denunciar abiertamente la incoherencia, con expresiones como "¿Y eso qué tiene que ver? "¿A qué viene eso? , u otras por el estilo, como en el texto siguiente, de Peanuts. pegarPeanuts
Traducción: A) ¡Peggy Jean se fue, Linus! ¡Se enojó! Dijo que yo no tenía confianza en ella. !Yo la amaba, Linus! Y ahora no la volveré a ver nunca más. B) El golf es un juego difícil, Charlie Brown. A) ¿Pero y eso que tiene qué ver? B) Bueno, no hallaba qué decir.
4.5.3.2 Conexión y conectores Las relaciones interoracionales, como lo hemos visto, quedan muchas veces implícitas, es decir no están marcadas por ningún elemento gramatical. En ese caso, el cálculo interpretativo queda a cargo del interpretante. Supongamos la secuencia: Juan salió a las diez. Perdió el tren.
El receptor puede interpretarlo como una relación consecutiva: Juan salió a las diez, luego perdió el tren. En ese caso, la inferencia es que Juan salió atrasado. Pero si el enunciador pretende decir que Juan salió a tiempo, pero que por alguna circunstancia perdió el tren, puede utilizar algún conector que exprese explícitamente esta relación: Juan salió a las diez, pero perdió el tren ; ....sin embargo perdió el tren.
Los conectores son, pues, elementos gramaticales (conjunciones, adverbios o expresiones gramaticalizadas) que permiten explicitar las relaciones que el enunciador establece entre las oraciones o las secuencias de oraciones de un texto. Desgraciadamente, no disponemos ni de un inventario exhaustivo de todos los conectores, ni de una clasificación coherente de todos ellos. Podemos por lo menos señalar los principales tipos de conectores y las relaciones que expresan. -- temporales (anterioridad, simultaneidad, posterioridad): Antes de, mientras, cuando, entonces, después de, etc. Mientras Juana planchaba la ropa, su marido leía el diario.
-- causales: porque , ya que, dado que, por eso, etc. Juan llegó borracho. Por eso lo mataron. Lo mataron porque llegó borracho.
-- consecutivos: luego, en consecuencia, entonces, etc. --El vino me hace mal. -- Entonces , deja de tomar!
-- adversativos (o "contracausales": la causa no produce la consecuencia "normal"): Pero, sino, aunque , sin embargo, a pesar de,.. etc. "Te tengo, pero de nada me vale..."
-- concesivos (que "conceden" un punto en una argumentación): Claro, claro que, cierto, cierto que, sin duda... Claro que los sueldos son bajos. Pero la empresa no puede
ofrecer más.
-- comparativos: Al igual que, como, así como, del mismo modo que, etc. Te quiero como sólo se quiere una vez.
-- finales (finalidad, objetivo): para que, para eso, con el fin de, etc. Juan compró un auto para no tener más problemas.
A estos conectores específicos hay que agregar --el conector "y" , que para muchos locutores permite expresar una pluralidad de relaciones: temporal, consecutiva, adversativa, etc. Juan leía el diario y María cosía. El niño cayó del árbol y se rompió la cabeza. El niño buscó su juguete y no lo encontró.
Los organizadores textuales tienen por función subrayar la estructura del texto: las anáforas intratextuales: éste / aquel, el susodicho, el antes nombrado, el infrascrito...
los indicadores de progresión del texto: en primer lugar, en seguida, ahora bien, por una parte...por otra parte, etc. los indicadores de reformulación: Dicho de otro modo, En otras palabras, Vale decir" etc. los indicadores de "anclaje cognitivo": Como ya dijimos, así como X, al igual que X,
los conclusivos: En resumen, en suma, en conclusión,... Observaciones: 1. Hay una afinidad entre conectores y tipos de textos (ver cap. 5). Los conectores temporales aparecen sobre todo en los textos narrativos; los conectores causales, adversativos y concesivos aparecen sobre todo en l os textos argumentativos. 2. Conexión y enunciación. La relación establecida por un conector determinado resulta siempre de una operación mental del sujeto comunicante. No se trata necesariamente de relaciones en el mundo empírico, sino de relaciones postuladas, por el proceso de la enunciación, entre elementos del mundo representado (ver cap. 3). Dicho de otro modo, es siempre el enunciador el responsable de las relaciones que se postulan en la secuencia textual. Como en la frase de Flaubert sobre el boticario Monsieur Homais, en Madame Bovary: "Bien que philosophe, Monsieur Homais respectait les morts". ("Aunque era filósofo, el Señor Homais respetaba a los muertos" ) Para interpretar esta oposición que Flaubert establece entre "ser filósofo" y "respetar a los muertos" , hay que ubicarse en el universo mental de la sociedad rural francesa a comienzos del Siglo XIX (la noción de "filósofo" y su relación --para las "buenas gentes"-- con el agnosticismo y con la irreverencia), ubicarse además en la mentalidad de este personaje caricatural del boticario y en la mirada irónica de Flaubert hacia las "idées reçues" de la burguesía de su época. La relación de oposición marcada por un conector adversativo puede, entonces, estar dada por el "universo mental" que trasuntan los discursos de una comunidad dada. Si no, cómo entender la expresión corriente: Es pobre, pero honrado.
que presupone que hay oposición entre "ser pobre" y "ser honrado".
3) Conexión y polifonía. Algunos conectores, sobre todo los que están relacionados con la argumentación (causales, adversativos, concesivos, etc.) implican una relación dialógica o polifónica con otros discursos (ver Cap. 3). Si alguien dice Claro que los salarios son bajos...
de algún modo está poniendo en escena a otro enunciador que ha afirmado que "los salarios son bajos". El uso de un conector concesivo como Claro que, o sin duda, anuncia, además, que el enunciador va a continuar su texto con un contraargumento que, en su perspectiva, invalida la aserción del otro. ...pero la empresa no puede ofrecer más. EJERCICIO ------------------------------------------------------------------------------------------Secuencias coherentes o incoherentes Señale con un sí las oraciones que le parecen una continuación totalmente coherente con la primera aserción; con un ?, aquellas que exigirían una serie de inferencias para ser interpretadas coherentemente, y con un no , aquellas que
darían irremediablemente una secuencia incoherente. La profesora salió de su casa a las cinco,.... sí
?
no
1. Pero llegó atrasada a la escuela. 2. Porque es casada. 3. Por lo tanto mintió. 4. El hombre esperaba en la esquina, 5. Calderón es un gran escritor español. 6. Llevaba un sombrero verde. 7. ¿Cuándo llegaste? 8. Y sin embargo llovía. 9. Claro, los salarios son muy bajos. 10. Zamorano se iría del Real Madrid. 11. Y se sentó en la mesa. 12. Pero los perros siguen ladrando.
4.5.3.3. Conexión y marcos Una condición importante de la coherencia es, como dice Van Dijk (1984: 156), "la supuesta normalidad de los mundos implicados". Nuestros juicios de "coherencia/ incoherencia" están en gran medida determinados por nuestro conocimiento de la forma en que los hechos del mundo se conectan entre sí. Dicho de otro modo, la coherencia de las secuencias textuales tiene que ver con nuestro conocimiento sobre las secuencias de acciones o de estados en el mundo de referencia. Para designar este saber sobre "conjunto de acciones relacionadas" se puede utilizar ventajosamente la noción de "marco" ("frame") que
viene de las investigaciones en Inteligencia Artificial (Minsky, 1975; Schank y Abelson, 1977). La idea esencial es que "Cuando uno enfrenta una situación nueva, uno selecciona de su memoria una estructura básica llamada marco. Este es un esquema memorizado que puede ser adaptado para calzar con la realidad, cambiando detalles si es necesario. Un marco es una estructura de datos para representar una situación estereotipada, como estar en el living-room de una casa o ir a una fiesta de cumpleaños de un niño. Cada marco contiene varios tipos de información: cómo usar el marco, qué se puede esperar que ocurra después de tal acción, qué pasa si estas expectativas no se confirman." (Minsky, 1975: 212. Nuestra traducción). Esta noción de marco nos permite dar otra mirada a la noción de coherencia textual. Una secuencia de acciones será coherente si cada una de ellas puede ser integrada dentro de un marco conceptual memorizado. Véase el ejemplo siguiente.
------------------------------------------------------------------------------------------En la cama Caricatura publicada en La Razón , Buenos
Aires, 11 de abril de 1986
Pegar caricatura "En la cama"
Obsérvese que: -- todas las preguntas de la mujer son coherentes. La relación entre ellas es que caben dentro del marco "acciones que deben realizarse antes de acostarse". -- en este marco otras acciones podrían agregarse coherentemente: "¿Entraste el auto?, ¿Guardaste el dinero? Otras serían incoherentes: ¿Leíste a Cortázar?, ¿Tomaste desayuno? 4.5.3.4 Marcos ordenados
En el texto recién citado ("En la cama" ), la secuencia de acciones presenta un orden libre , lo que implica que el orden de presentación de las acciones es indiferente para la coherencia. Pero también se pueden dar secuencias de orden canónico. Por ejemplo, en la situación "irse a la cama", el orden obligado de las secuencias sería: "acostarse" -> "taparse" -> "apagar la luz" -> "dormirse" -> "soñar", etc. lo que haría incoherente la secuencia (ejemplo de Charolles): "Juan se acostó y se durmió profundamente. Se tapó bien con las frazadas y apagó la luz."
Por supuesto que el orden canónico puede ser alterado por el enunciador, por razones expresivas y de focalización de la información. Pero para ello tendrá que incluir en su texto marcas formales (conectores) que indican esta alteración del orden canónico. Es decir, esta alteración del orden implicará un costo en términos de material lingüístico. Retomemos un ejemplo de Van Dijk (1984: 163-4). Sea el orden (para actante "mujer"): "entrar en la oficina" -> "quitarse el sombrero" -> "sentarse en el escritorio" -> "empolvarse las mejillas" el enunciador puede alterar la relación cronológica de las acciones denotadas, mediante indicadores de esta alteración: "Ella entró a su oficina y, ant es de sentarse en el escritorio, se quitó el sombrero y se empolvó las mejillas." , o "Ella entró a su oficina y, si n quitarse el sombrero, se sentó en el escritorio y se empolvó las mejillas."
Nota: Aspecto cultural de la relación La coherencia discursiva y textual , como ya lo hemos visto, es un fenómeno de interacción. El sujeto enunciador presenta hechos del mundo que da por conectados e introduce en su texto marcas lingüísticas (anáforas, conectores, etc.) que funcionan como instrucciones de coherencia para el interpretante. Estas instrucciones contribuyen a hacer accesible la coherencia del texto para el
interpretante. Pero, como hemos señalado, este compartir la coherencia depende también del saber supuestamente compartido por los interlocutores sobre los mundos posibles.
Ahora bien, este conocimiento de mundo está determinado culturalmente. Por ejemplo, el intercambio siguiente (Galisson y Coste, 1976): El padre: ¿No vas a la escuela, hijo? El hijo: ¡Es miércoles, papá! es perfectamente normal en una socio-cultura, como la francesa, en la que no hay clases el día miércoles en la tarde. En el caso del texto "En la cama" , alumnos canadienses de español como lengua extranjera,7 no interpretaron fácilmente por qué "entrar el felpudo", por ejemplo, es una acción coherente en el marco "acciones a realizar antes de acostarse". Cuando entienden que en países como Argentina o Chile toda este serie de acciones están basadas en implícitos culturales (3.5) como "economía" ("apagar las luces", etc.), "seguridad--evitar robos" ("echar llave a la puerta"), esta coherencia se les hace aparente. 4.5.4 La no contradicción Una última regla de textualización exige que, para que un texto sea coherente, los hechos denotados por las secuencias de oraciones no deben ser contradictorios entre sí. En la práctica, ésta es una regla bastante difícil de aplicar, por varias razones: --una, porque no es fácil dictaminar, en materia de lenguaje natural, qué es contradictorio. Como dice el filósofo francés J.B. Grize (1989) "la contradicción es y no es contradictoria. Depende." --dos, porque el enunciador puede, abiertamente, asumir la contradicción , es decir emitir enunciados paradojales. Veamos algunos casos de contradicción: a) las oraciones sucesivas no deben contradecir el orden secuencial de las acciones, cuando éstas se inscriben en un marco ordenado (ver 4.5.3.4). La secuencia siguiente es contradictoria por esa razón: "Juan se durmió y tuvo lindos sueños. Estiró las frazadas y apagó la luz."
b) no se pueden contradecir las presuposiciones inscritas en las aserciones anteriores. Si alguien dice (O1)"María es viuda", no puede agregar después, coherentemente, (O2) "Su marido vive en Chiguayante" . La aserción "María es viuda" presupone en efecto, entre otras cosas, que María fue casada, que su marido murió, etc.
7 En una clase del autor, en Québec, en 1990.
El texto siguiente (letrero en una línea de autobuses en Concepción) contiene una contradicción de este tipo:8 SEÑOR PASAJERO EXIJA Y CONSERVE SU BOLETO COMPLETO. NO TENER BOLETO SIGNIFICA QUE UD. NO HA PAGADO Y EL INSPECTOR LE HARA PAGAR NUEVAMENTE SU PASAJE.
("pagar nuevamente" presupone que "ya pagó" y se contradice con la aserción anterior). c) en un sentido más general, que viene del campo de la lógica formal, una secuencia no puede contradecir las "relaciones de verdad" que unen las oraciones. Si alguien dice (oración 1) "Pedro se sacó el abrigo" , no puede continuar coherentemente con (O2) "Juan llevaba abrigo" . Como dicen los lógicos, es imposible que O1 y O2 sean simultáneamente verdaderas (Martin, 1976).9 Por ejemplo, 10 en un artículo de periódico (La Discusión , Chillán, 7-I-1993), se lee en el título. "Fue encontrado cuerpo del menor ahogado"
y en el primer párrafo del artículo:
Pese a la intensa jornada de búsqueda por parte de los buzos tácticos de la Armada de Chile no fue posible rescatar el cuerpo del menor R.J.S. de ocho años de edad, quien murió el domingo 3 en el sector El Oratorio. (El subrayado es mío ).
Otro ejemplo: en un artículo de La Epoca (23-12-1995), el título dice: "Importaciones de autos bajarían en Japon el 96"
lo que está reafirmado en el pre-título: Caída llegaría a un 15,4% Sin embargo, en el primer párrafo se lee: "La importación de automóviles en Japón continuará su tendencia alcista en 1996, con un aumento previsto del 15,4% en relación con este año..." (El
subrayado es mío). Estas contradicciones pueden explicarse sin duda por la existencia de dos enunciadores diferentes: el autor del tîtulo y el periodista que escribió el artículo. Pero el caso es diferente cuando se trata de un solo productor, como ocurre con textualizadores poco competentes. En las redacciones escolares, se encuentran a menudo secuencias textuales contradictorias. Ejemplo:11 8 Texto proporcionado por Jorge Osorio. 9 Nótese, sin embargo, que debido a la linealidad del discurso, nunca dos oraciones
aparecen "simultáneamente" en la superficie textual. En algunos casos, si O2 dice lo contrario de O1, puede interpretarse como dos acciones contradictorias que ocurren en sucesividad: "Se puso el sombrero. Se sacó el sombrero. Se puso el abrigo. Se sacó e l abrigo. Al final, salió sin abrigo y sin sombrero," 10 Texto proporcionado por Omar Salazar. 11 Tomado de un trabajo inédito de María Sidorov, Univ. Laval. 1992.
Decidimos subir al Monte Whistler en las Montañas Rocosas. (...). Una vez en la cumbre, mis padres y yo empezamos a escalar la montaña." "
Paradojas
Siendo ciertas todas estas observaciones sobre la contradicción, también es cierto que el lenguaje natural no se rige por las exigencias de la lógica formal. Por ejemplo, el principio del "tercero excluido" no rige en la comunicación cotidiana, donde las cosas pueden ser y no ser ; uno puede estar y no estar ; ante una pregunta que exige una respuesta "Sí" o "No" uno puede responder "Sí y no", etc. En materia de lenguaje, el enunciador puede emitir secuencias aparentemente contradictorias, que él asume como tales. Eso implicará un costo en conectores u otras formas sintácticas, porque el sujeto enunciador deberá mostrar explícitamente que está expresando una relación contradictoria: Hay que estar ahí, si n estar ahí. Uno puede estar acompañado, y al mi smo ti empo estar
solo.
Nótese además que, sin ninguna marca formal, el enunciador puede emitir enunciados paradojales --dos ideas que aparentemente se contradicen--12 como en la famosa expresión de Pirro: Otra victoria como ésta y estamos perdidos.
Otros ejemplos: Pedro miente, pero al mentir revela la verdad. Pedro respondió en la forma más correcta: no respondió
nada.
La paradoja es un recurso retórico muy utilizado en poesía: "Porque nunca te retengo, te tengo firmemente" (Rilke) "Yo no soy yo" (J.R. Jiménez, citado por Romo 1995) Sobre la regla de no contradicción, podemos decir --en conclusión-- que los hechos denotados en un texto no deben ser contradictorios entre sí, a menos que el enunciador esté expresando una relación paradojal que asume como tal. 4.5.5 Macroestructura y coherencia global Como ya lo avanzamos en 4.3, las relaciones de cohesión / coherencia pueden ser observadas tanto en el nivel micro-estructural (y se habla entonces de coherencia local ), como en el nivel macro-estructural. En este segundo caso, se observan las relaciones entre segmentos textuales mayores, como párrafos o capítulos, que conforman el texto (y se habla de coherencia global ) Se entiende, entonces, por macro-estructura la organización total de un texto, que hace que el conjunto de sus 12 Sobre la retórica de la paradoja, ver Romo Feito (1995).
partes (oraciones, párrafos) se integren en un conjunto coherente, que es percibido globalmente como una unidad textual, como un texto. Se hablará en ese caso de un "efecto de texto": la percepción por el interpretante del conjunto del tejido oracional como un todo, que subsume e integra cada una de sus partes. Una característica de esta macro-estructura, que da la coherencia global, es que sobre ella puede operarse una extracción semántica que expresa el contenido total del texto. Puede tratarse de un título, de una oración o de un párrafo que condensa y expresa este sentido total del texto. Obsérvese esta función de macro-estructura, por ejemplo, en los títulos de los artículos científicos13 : "El rol de los anabolizantes en la terapia de la enfermedad X", "La competencia textual y discursiva del hablante nativo",
etc. Por ejemplo, el título del texto citado en 3.5, "L´Halloween et la sécurité des enfants" resume y condensa la totalidad del contenido de ese conjunto de oraciones y funciona como revelador de la macro-estructura. El texto, entonces, aparece como un texto bien formado, tanto en su nivel micro-estructural como en su nivel macroestructural. Un caso contrario es el del ejemplo siguiente (artículo publicado en El Sur, Concepción, 10-IV-1992)
pegar texto Yelsin
13 En el caso de las obras literarias, la situación es más oblicua. El título a veces
aparece como un enigma: El nombre de la rosa , El canto del verdugo , La cantante calva.
Observe que: * el título de este artículo sólo abarca los dos primeros párrafos del texto, como lo revela un estudio de las marcas de cohesión: "Yelsin" -> "el Pdte ruso B. Yelsin¨, etc. * En cambio, este mismo estudio de las marcas de cohesión muestra que los párrafos 3, 4 y 5 hablan de otra cosa. El individuo Yelsin reaparece, pero en alguna medida ya no es el mismo. Ahora se trata de un evento referido a dos individuos que se presentan actuando en conjunto: "Boris Yelsin" y "Leonid Kravchuk", respecto a unas "reivindicaciones sobre la flota del Mar Negro". * Lo mismo ocurre con los párrafos 6, 7, 8 y 9. El tema recurrente en ellos es un incendio en Ereván: "un depósito incendiado" -> "fuego" -> "municiones que estallaban" -> el fuego" -> "el fuego".
* O sea, se trata de tres textos diferentes que el periodista colapsó en uno sólo. Hay cohesión y coherencia entre los tres segmentos: párrafos 1 y 2; luego 3, 4 y 5; luego 6 a 9; pero no hay coherencia global. No hay "efecto de texto". * Sin duda que hay una relación entre estas tres informaciones: todos los hechos denotados ocurren en la ex URSS. El periodista podría haber construido un solo texto, usando conectores marcadores de transición: "Por otra parte", "al mismo tiempo", etc. y creando un título que resumiera el conjunto de las informaciones. EJERCICIO ------------------------------------------------------------------------------------------
En este texto de Cortazar, estudiar los fenómenos de coherencia local y global. pegar texto Instrucciones para tener miedo
-- Estudiar las marcas de cohesión / coherencia internamente en cada párrafo. ¿Hay coherencia local? -- Estudiar la progresión de un párrafo a otro. ¿Cómo se conecta cada nuevo párrafo con el anterior? -- Dar una mirada macro-estructural. ¿Hay coherencia glo bal? -- ¿Qué función cumple el título?
------------------------------------------------------------EJERCICIOS sobre "cohesión / coherencia" 1. El juego de los proverbios
Construya una expresión proverbial juntando las dos mitades que correspondan. Guíese por los indicios de cohesión / coherencia. a - en español:
1. A rey muerto, 2. En casa del herrero, 3. Dime con quien andas, 4. Hoy por tí, 5. De tal palo,
a. mañana por mí. b. y te diré quién eres c. tal astilla. d. rey puesto e. cuchillo de palo,
b - en francés 14
1. Chacun pour soi 2. Ce que femme veut, 3. Mieux vaut un tiens 4. Les bons comptes 5. Loin des yeux, 6. Comme on fait son lit
a. font les bons amis. b. que deux tu l'auras. c. on se couche. d Dieu le veut. e. loin du coeur. f. et Dieu pour tous.
c - en inglés
1. Like father, 2. The higher they climb, 3. An eye for an eye, 4. Better late 5. A bird in hand 6. No news
a. then never. b. is good news c. like son. d. worths two in the bush. e the harder they fall. f. a tooth for a tooth.
2. Historias entrelazadas
Aquí se presentan dos historias entrelazadas. Sepárelas y póngalas en órden, guiandose por los indicios de cohesión / coherencia. 1. El funeral del artista. 2. El burro muerto. 1. Un sepulturero llega a su casa, tarde en la noche. Su mujer está
furiosa.
2. Había mucha gente. Y lloraban y lloraban. Hubo gran cantidad de
discursos.
3. Exactamente. Pero también la ley dice que primero hay que avisarle familia. 4. "Yo no tengo nada que ver con eso. Es tarea suya la de enterrar a muertos".
a
los
5. Pero el alcalde, que detesta al sacerdote, le replica: 6. "¡Tienes el descaro de llegar a esta hora!" 14 Agradezco la colaboración de Elda Flores y de Ninette Cartes para las expresiones
proverbiales en francés y en inglés.
la
7. Un cura encuentra delante de la iglesia un burro muerto. 8. "¡Tuve que subir el cajón como quince veces!" 9. "No es culpa mía, tesoro. Enterrábamos a un actor célebre". 10. Se va inmediatamente a ver al alcalde para darle cuenta del
hecho.
11. Y cuando cada orador terminaba aplaudían como locos.
3. El hilo de Ariadna
Reconstruir las tres historias que se presentan en paralelo: se toma uno de los encabezamientos y se busca como sigue en nivel 2, y así sucesivamente. Luego se recomienza con las otras historias15 A Cuatro personas fueron detenidas por Carabineros
B Un obrero resultó gravemente herido
C Un niño murió ahogado
1) al caer a un canal de regadío.
2) al ser sorprendidas con 70 kgs de marihuana.
3) luego de ser agredido con un arma de fuego.
David Huenumán caminaba junto a sus amigos y fueron interceptados por cuatro desconocidos.
El menor se entretenía solo a orillas de un canal de regadío.
Los sujetos fueron detenidos en un automóvil durante un control rutinario.
Los detenidos fueron identificados como D. Espinoza, E. López, C. Cádiz y M.A. Ramírez.
Estos los agredieron sin motivo. Posteriormente los agresores emprendieron la fuga.
El niño cayó a las aguas siendo arrastrados unos 200 metros hasta la cercanía de otra vivienda.
En tanto, el herido debió ser trasladado hasta el Hospital J.J.Aguirre.
El fallecimiento por asfixia Los detenidos quedaron a por inmersión fue disposición de la policía constatado por el personal para ser trasladados al de la ambulancia. juzgado.
15 En este caso, las tres historias fueron tomadas de la crónica policial de La Nac ión,
24-III-1992.
CAPITULO QUINTO LOS TIPOS DE TEXTO Las tipologí as textu ales. Criterios de clasificación. El niv el micro- y el nivel macro-estructu ral. La noción de superestructu ra.
Señalábamos en el prim er capí tulo que es conveniente distinguir en tre el texto como ocurrencia y el texto como tipo. Es el momento de retomar esta distinción para p recisarla. Decí amos que cada texto es, por un a parte, una realidad única, irrepetible. Por ejemplo, si uno recibe una carta, esa carta constituye un docum ento único, especí fico. Pero al m ismo tiempo, esa carta encarna caracterí sticas de tod os los textos del mismo tipo. Eso es lo que nos p ermite reconocerla como una carta, y distinguirla d e otros tipos d e textos, como un aviso económico, un panfleto polí tico, un boletí n d e noticias, etc. 5.1 Las tipologí as textuales Sin embargo, es extremadam ente difí cil establecer una tipologí a exhaustiva y coherente de todos los tipos de textos o discursos. Las dificultades son, por lo menos, de cuatro órd enes: -- la diversidad de los textos/ d iscursos es extremadam ente grande. Pueden ir desde conversaciones ocasionales hasta un a novela, pasand o por un a canción, un grafitti, un recado escrito, un boleto de au tobús, etc. -- sus d imensiones son absolutamente d esiguales. Pued en ir desde textos de u na p ala br a, com o la p an car ta "PELIGRO ", hasta u na no ve la d e va rios to m os, com o "En busca del t iempo perdido" de Prou st. -- los criterios de clasificación son tan variados que se hace casi imposible obtener un a clasificación u nitaria. -- por último, se encuentra en los textos una inevitable heterogeneidad constitutiva. En una narración puede haber descripciones; en una argumentación puede encontrarse un pasaje narrativo; un texto informativo puede tener una finalidad argu men tativa. (Ver Bajtí n, 1985; Langue française, nº 74, 1987; Pratiques, nº 62, 1989; Adam, 1992) Todo esto hace que exista u na extrema impr ecisión term inológica cuando se pretende caracterizar los diversos tipos de textos. Por ejemplo. se pueden encontra r expr esiones como "el discur so femen ino", "el texto cientí fico", "el texto p er iod í sti co". ¿ Cu ál es el criterio p ar a est as car act er iza cion es? En el p rim er caso , p ar ece ser el d el su jeto em iso r, es d ecir , "los d iscu rs os p ro d u cid os p or em iso res mujeres". Pero parece evidente que emisores mujeres pueden producir diversos tipos de discursos: un a diputad a pued e produ cir discursos polí ticos argumentativos, una novelista producirá, por ejemplo, textos narrativos o textos p oético s, u na bió log a qu e red act a u n in for m e sob re u n p ro yecto d e in ve stiga ción estará prod uciendo seguramente un texto cientí fico. ¿ Y qué significa "texto
cientí fico"? En el camp o d e la ciencia existen seguram ente un a plu ralidad de tipos de textos: descriptivos, argumentativos, explicativos, informativos. Lo mismo p u ed e d ecir se r esp ect o a l "texto p er iod í sti co". Esta situación de confusión terminológica, hace que algunos autores renun cien a tratar de establecer una tipologí a, ya que toda tentativa serí a p re m at u ra (Ch ar au d eau , 1992). Ot ro s est im an qu e se p u ed en est ab lecer d iver sas tipologí as con d iversos criterios (Petitjean, en Pratiques, 1989). Otros afirman que hay qu e establecer tipologí as de unid ades m enores, como las "secuencias" constitutivas de todo texto: narrativas, argumentativas, descriptivas, explicativas, dialogales. (Adam, 1992). 5.2 Diversos criterios de clasificación Los diversos intentos clasificatorios utilizan, en general, tres criterios fund amentales, que creemos conveniente presentar aquí , para tratar por lo menos de d ar alguna pista de trabajo en este campo d ifí cil de los "tipos de texto". 5.2.1 Un criterio socio-cultural , permite distinguir tipos de texto que son prod ucto d e las prácticas discursivas d e un a sociedad . Como lo su braya Bajtí n (1985: 248), "la riqueza y diversidad d e los géneros discursiv os es inm ensa, porque las posibilidad es de la actividad hu mana son inagotables y porqu e en cada esfera de la praxis existe todo u n r epertorio de géneros discursivos que se diferencia y crece a m edida de que se d esarrolla y se comp lica la esfera m isma". Y Bajtí n enu mera algun os ejemp los de lo qu e él llama los "género s d iscur sivos": las réplicas de un diálogo cotidiano, una carta, una orden militar, un decreto, las declaraciones públicas, las ma nifestaciones cientí ficas, "así como tod os los géneros literar ios". Existen entonces, desde este punto de vista, diversos "campos de actividad hum ana", como la actividad cientí fica, polí tica, económica, pedagógica, etc. dond e circulan diversos tipos de textos que, en forma global, reciben el nombre del camp o. Se habla así del "discurso cientí fico", "el discurso polí tico", etc. Se encuen tran tam bién, respecto a las prá cticas d iscur sivas cotidian as, caracterizaciones de los textos según el individuo emisor (o la clase de individuos). Se habla en tonces, por ejemp lo, del "discurso infantil" (="que pr odu cen los niños"), "el discurso d e la d ictad ur a", "el discurso m ilitar", etc. Circulan además, en una comunidad socio-cultural, formas más o menos estereotipadas de textos, que los miembros identifican intuitivamente: una carta, un afiche, un aviso económico, una canción, un parte de nacimiento, una tira cómica. Todas estas caracterizaciones son, como se vé, apro ximativas, intu itivas y no atienden ni a la estructura de los textos, ni a las funciones comunicativas que ellos cumplen. 5.2.2 Un criterio funcional p er m ite car act er iza r "tip os d e d iscu rs os" (los texto s como d iscur sos, ver Cap. 1), según la función qu e éstos cump len en la comunicación. Es decir, según la relación que el sujeto comunicante establece con su interlocutor, en términos d e su proyecto de h abla.
Desde este pu nto de vista, se pu eden distinguir, entre otros: -- textos/ discursos informativos (o referenciales) que tienen p or fun ción informar de algo al interlocutor. Por ejemp lo, un informe d el tiemp o, el acta d e un a r eunión, etc., -- textos/ discursos explicativos, (expositivos) qu e tienen p or función explicar algo al interlocutor. Por ejemp lo, un capí tulo de un man ual escolar de ciencias naturales. -- textos/ discursos incitativos (directivos, instructivos, program áticos), qu e tienen p or fu nción incitar al interlocutor a hacer algo. Por ejemplo, las instrucciones para arm ar, un p anfleto polí tico, etc. -- textos / discursos expresivos, que tienen por función p ermitir la expresión de la subjetividad del comunicante. Por ejemp lo, una carta de amor, u n d iario de vida, Sin duda que los textos naturales pueden combinar dos o más de estas funciones. Por ejemplo, un texto publicitario será predominantemente incitativo, p er o ta m bién p u ed e tene r asp ectos in for m at ivos. Un gr afit to p u ed e satisface r una función expresiva ( Rosa te amo) , pero tam bién p ued e cump lir u na fun ción incitativa (¡ Todos a la marcha de la CUT !). 5.2.3 Un criterio estructural , (o "construccional"), por último, permite caracterizar los textos según el modo de organización dominante. Se distinguen fund amentalmente tres "modos d e organización del d iscurso" (Charau deau, 1992): -- narrativo, -- argum entativo y -- descriptivo. Estos tres mod os básicos d e organización se combinan en grad os diversos para la construcción de los textos En efecto, en todo texto se podrán encontrar secuencias narrativas, secuencias descriptivas y secuencias argumentativas. Pero, en la medida en que uno de estos modos de organización es dominante y le da su carácter al texto, podemos hab lar de -- textos nar rativos, -- textos argumentativos, y -- textos descriptivos. Este es el criterio que nosotros retendrem os para el estudio d e la estructura de los textos. Para ello, distinguiremos la organización en el nivel local, o microestructural, la organización en el nivel del texto en su conjunto, o macro-estructura, y el esquema abstracto que d efine al tipo d e texto, o superestructura. 5.3 El niv el de la oración En algun as prá cticas de an álisis textual se utiliza la oración. como base tipológica. En este caso se trabaja en el nivel local o micro-estructural. Se distinguen entonces tres tipos de oraciones básicas: narrativa, descriptiva y argumentativa. -- La oraci ón narrat iv a , es aquella que pone en escena a actantes y acciones de los actantes. Por ejemp lo: Pedro env ió un ramo de flores a M arí a con un amigo. Cabe aquí recordar que ya Tesnière observaba que el enunciado elemental se asemeja a un espectáculo, en el cual ha y ind ividu os que h acen acciones a favor o
en contra de otros, etc, con la ayuda de otros. Como lo dice Greimas (1966), "el espectáculo es permanente: el contenido de las acciones cambia todo el tiempo, los actores varí an, pero el enunciado-espectáculo sigue siendo el mismo, porqu e su p er m an en cia est á g ar an tiz ad a p or la d ist ribu ción ún ica d e lo s r ole s". Estos ro les, en una perspectiva "actancial" del enunciado (por ej. Pottier, 1987) --o en una "gramática de casos", (Fillmore, 1968)-- son principalmente los de agente, paciente, benefactivo, instrumental, locativo, etc. (Ver tam bién la noción de "papeles tem áticos" en la gram ática generativa). De esta man era, en un enunciado como: La Univ ersidad forma profesionales para la sociedad p u ed en con sid er ar se los ro les a cta nciales d e: -- agente: La Univ ersidad -- paciente: profesionales -- benefactivo: para la sociedad La proposición narrativa se presenta, entonces, como un predicado con una cantidad variada de papeles temáticos (Adam, 1985: 36). El verbo organiza los elementos y distribuye los papeles. Así , podemos señalar par a un enu nciado como M arí a amenazaba a su marido con un cuchillo la estructur a actancial: [ A1 --> amenazar --> A2 --> por med io de A3 ] y los pap eles temáticos: -- agente [+ anima do , +activo]: el iniciado r d e la acción M arí a -- paciente [+anim ado , -activo]: el que recibe la acción su m arido -- instru m ento [-anim ad o, -activo]: el objeto que p osibilita la acción: un cuchillo. N o es nu est ra in tención aq u í exa m in ar cad a u no d e e sto s r ole s a cta nciales o papeles temáticos en el enunciado narrativo. Lo esencial es subrayar esta p osibilid ad d e id en tificar "ora cion es n ar ra tiv as". * La oración descriptiva es aquella que introduce caracterizaciones de los actantes. En efecto, "el espectáculo del mundo" requiere que los actores que cumplen los diversos papeles temáticos sean caracterizados por med io de lexemas, sintagmas u oraciones descriptivas. En el ejemp lo anterior, podrí amos encontrar: La dulce M arí a... la pobre Marí a... ...su infame marido ...un cuchillo de cocinero....con u n enorme cuchillo, que serví a para degollar cerdos. etc. O con oraciones separadas: M arí a era suave y du lce como la miel. Su marido, un hombre feo y brutal, tení a un carácter endemoniado. * La oración argumentativa es aquella que introduce "relaciones lógicas" entre los p re d icad os. (Ver 4.5.3) Ejem p los : -- causalid ad : M arí a mató a su m arido porque era un bruto. -- finalida d: M arí a mató a su m arido para que le sirviera de lección.
-- oposición: A un que su marido era feo y brutal, Marí a lo
amaba con locura.
Esta clasificación de los tipos de oración, en cuanto a su contenido temático, puede ser útil en el trabajo con textos; sobre todo porque permite subrayar el hecho de que en tod o texto se encuentran estos tipos fundam entales de enun ciados. En efecto, cualquiera qu e sea el tipo d e texto--en tanto que estructura global--podremos observar que en su constitución se encuentran estos tres tipos bá sicos d e en u nciad os: na rr at ivos, d escr ip tiv os y ar gu m en ta tiv os. En est e sen tid o p od em os d ecir , com o en Ch ar au d ea u 1983, qu e est os tr es ti p os d e en u nciad o constituyen las tres "tramas" fundamentales que van contribuyendo a formar el "tejido textual". Sin embargo, esta clasificación es teóricamente discutible. Primero, sólo p ar ece ap licars e a las aser cion es d ecla ra tiv as no m od aliza d as. En cu an to intervienen las modalidades, la clasificación se hace tortuosa. En efecto, un enun ciado como M aria podrí a matar a su m arido. ya no es tan claramente narrativo, porque la acción es vista bajo el ángulo de la mo da lidad alética ( "lo que pu ede ocur rir"). Con la mod alidad intimativa ocurre algo similar. Un enunciado como: Tome dos huevos y bátalos enérgicamente. p re sen ta accio n es y act an tes, p er o t am poco es cla ra m en te n ar ra tiv o. Segundo, la misma oración puede cumplir un rol diferente según el texto en el cual se inserta. Por ejemplo, una oración descriptiva puede constituir un argumento dentro de una argumentación, como en el caso de la publicidad para autom óbiles, en las cuales a menu do se describen las caracterí sticas del vehí culo. Ejemplo, N ada se iguala al XX X X X . Un motor de 2000 cm. Encendido electrónico. Su spensión reforzada. Bloqueo cent ralizado de puert as. Inyección electrónica. V idrios tin teados con protección solar, etc. Igualmente, un enunciado aparentemente narrativo -- en la medida en qu e p on e en escen a act an tes y accio nes d e act an te s-- p u ed e sin em ba rg o cum p lir u n p ap el d escr ip tiv o, p or qu e car act er iza a los act an tes . Dicho d e ot ro m od o, se p u ed en en con tr ar or acio nes qu e con sti tu yen "caract er iza cion es comportam entales", es decir que denotan comportam ientos habituales: Pedro trabaja en Sant iago y ju ega al fútbol todos los domingos. Estas oraciones no denotan propiamente acciones, sino caracterizaciones del actante. No es lo mismo, desde el pu nto d e vista temático, decir Juan es débil y camina con dificultad (dond e "caminar con d ificultad" es un a caracterí stica d e Pedro), que d ecir Juan ent ra a la pieza, camin a con dificult ad hacia el escritorio y toma la pistola. (donde "caminar con dificultad" denota efectivamente una acción).
En resum en, la tipologí a temática en el nivel de la oración --nivel microestructural-- pu ede ser útil como instrum ento de análisis; pero n o d ebe confund irse con las tentativas para distinguir tipos de textos. En efecto, cuando hablamos de "texto" nos ubicamos en el nivel global --el texto como un todo--, es decir en el nivel macro-estru ctural. Y cuand o hablam os de "tipos d e texto", nos ubicamos en el nivel superestructural, aquel que n os perm ite reconocer cualquier texto individu al como actualización d e un mod elo abstracto. Para dar un ejemp lo simp le, pod emos decir qu e "un cuento" es la actualización del tipo d e texto "nar ración".
5.3. Superestructuras textuales Para d escribir la estuctura abstracta de un texto, considerado como tipo, se ha elaborado la noción de superestru ctu ras textu ales (Van Dijk, 1983), que se p ued en definir como estructuras esquemáticas, para diferenciarlas de las macro-estructuras, que son estructuras semánticas. Las superestructuras son, entonces, indep endientes del contenido semán tico d e cada texto. Un gráfico puede ayu dar a ver m ejor estas nociones. Micro- y m acro-estructura se ap lican a u n texto ind ividual:
microestructura
el nivel de la oración y de las relaciones interoracionales.
----- ------- ------ ------- ------- ------ --- - - - - - - - - - - - - -TEXTO ----- ------- ------ ------- ------- ------ ----------------
macroestructura
el texto en su conjunto. Efecto de texto.
En cambio la noción de "superestructura" se aplica a textos modelizados, es decir a estructuras vací as de contenido que pu eden llenarse con cualquier texto individual.
narracion 1 narracion 2 narración 3
-------------------- - - - - - - - - - LA - - - - - ---NARRACION - - - - - - - - -------------------- - -------------------------------------------
narración 4 narración n Tomemos un ejemplo. Si la superestructura m í nima d e la narración comp rend e, en térm inos simples, una situa ción inicial, luego un q uiebre --algo que viene a perturbar las cosas -- y por último un desenlace, entonces toda narración p ar ticu lar , p or ejem p lo tod o cu en to , ten d rá qu e con tener eso s elem en to s básicos.
Veremos con más detalle, en los próximos capí tulos las superestructuras especí ficas. Por ahora dir emos qu e conviene reten er, para el trabajo con los textos, p or lo m en os tr es su p er est ru ctu ra s: nar ra tiv a, d escr ip tiv a y ar gu m en ta tiv a, qu e correspond en a tres tipos d e textos -----------------------------------------------------------------------------------------EL TEXTO NARRATIVO: pon e en escena secuen cias de acciones, qu e se desarrollan cronológicamente, según un esquema que comprend e, en lo esencial: un a situación inicial, un qu iebre y un desen lace. Es principalmen te monológico. Su mod alidad fund amental es la aserción delocutiva. -----------------------------------------------------------------------------------------EL TEXTO ARGUMENTATIVO: pon e en escena p rocesos ment ales que instalan relaciones entre los hechos den otad os, según un esquema que comprend e, en lo esencial, una tesis u opinión y una serie de argu mentos qu e la apoyan. Es esencialmente d ialógico. Puede u tilizar diversas modalidades. -----------------------------------------------------------------------------------------EL TEXTO DESCRIPTIVO: pone en escena procesos aspectuales, de caracterización de actantes, de lugar es o de pr ocesos, esquema básico que comp rende, en lo esencial: un p ar tes constitu tiv as y su s p ro p ied ad es. Es fund amentalmente m onológico. Su m odalidad caracterí stica es la aserción delocutiva.
según tema,
un sus
----------------------------------------------------------------------------------------Antes de examinar en detalle cada una de estas tres superestructuras (lo que h aremos en los pr óximos capí tulos), veamos algunas observaciones generales sobre las superestructuras. 1) La sup erestructura --o estructura esquemática-- parece ser indep endiente d e la lengua. Es decir, puede expresarse en otros sistemas semióticos: podrán entonces observarse, por ejemplo, aspectos narrativos, descriptivos y argu mentativos en un a p elí cu la, o exam in ar u n film e com o n ar ra ción . 2) Pero, quizás puede ser dependiente de la cultura. Vale decir que no es seguro que la estructura esquemática de la narración, por ejemplo, sea la misma de una cultura a otra. 3) Seguramente pueden considerarse otras superestructuras de otros textos, por ejemplo, las conversaciones. (Ver, por ej., Roulet 1981, 1985; Cosnier y Kerbrat-
Orecchioni, 1987). Está claro que las tres superestructuras básicas que retenemos aquí no agotan el tema. Nos par ece sin embargo qu e el "conversacional" se ubica en otro n ivel. Como lo expresábamos en el Cap. 1, pod emos d istinguir "tipos generales de textos" según el soporte (fónico o gráfico) del material significante y según el modo de interacción (monolocutivo o interlocutivo). Parece entonces que p od em os en con tr ar cu alq uier tip o d e texto -- en los sen tid os 2 y 3: fu n cion al y estructu ral-- con esta dob le repa rtición: "oral / escrito"; "monologal / dialogal". Por ejemplo, para el "argumentativo", nos parece evidente que se puede argumentar oralmente o por escrito, y en forma monologal o dialogal. En forma dialogal, tenemos las "conversaciones argumentativas" ("discusiones") y en forma monologal, el "debate í ntimo". 4). En todo caso, nos parece (con Adam 1992) que no debe confundirse "sup erestru ctura" con "formato" o "plan d e texto", o con lo que en el cap í tulo p rim er o h em os lla m ad o "mo d elo s textu ale s". Por ejem p lo, u n av iso d e d efu nción es un tipo de texto en el sentido 1 --prácticas discursivas cotidianas en una sociedad-- y cada aviso de defunción actualiza un modelo textual , socialmente instituido. Su formato implica, según las culturas, un a serie de d atos: nom bre d el difunto, lugar y hora del funeral, etc. Lo mismo ocurre con una carta comercial. En un curso de redacción comercial habrá que enseñar los diversos formatos de estas cartas: dónd e va la fecha, cóm o introd ucir el tema, cómo desp edirse d el cliente, etc. Lo mismo vale para los textos rituales, los rezos, las proclamas militares, las actas nota riales, etc. N os p ar ece, sin em ba rg o, qu e n o cabe en est os caso s hab lar d e superestructura, porque se corre el riesgo de extender desmesuradamente esta noción ha ciénd ola enton ces irrelevan te. 5) La noción d e superestructura no d ebe hacer olvidar la heterogeneidad constitutiva de todo texto (Ver 5.1). Será justamente la estructura global del texto --que actualiza un esquema superestructural-- la que permitirá caracterizar un texto determ inado como nar rativo, argumentativo o d escriptivo. Diremos entonces, por ejemp lo, ante un cuento como La Caperucita Roja, --que es globalmente una narración, --pero qu e tam bién se encuen tran en ella secuen cias d escriptivas ( Era un a niña mu y bonit a, viví a con su mamá en u na aldea...), -- y que tam bién tiene u n contenido ar gum entativo ( Las niñas jóvenes deben evitar hablar con el lobo ...). N ot a: En ot ro s sist em as sem iót icos se p u ed en sin d u d a ob ser va r d ist in cion es semejantes. Por ejemplo, en pintura, se podrán encontrar cuadros que son esencialmente descriptivos (los paisajes o las marinas), otros que "cuentan una historia" ("El regreso del hijo pródigo"), y otros que fundamentalmente ilustran ideas (como "Guern ica" de Picasso, o los trabajos de Magritte).
CAPITULO SEXTO EL TEXTO NARRATIVO Competencia narrativ a; superestru ctura narrativa; esquema actancial; narraciones cotidianas: crónicas periodí sticas, parábolas, relatos infant iles. Vimos en el capí tulo anterior que pod emos distinguir, en el nivel microestructural, oraciones o secuencias de oraciones de carácter narrativo. Son aquellas que ponen en escena individuos o entidades --que podemos llamar actantes-- que realizan determ inadas acciones. Ejemplo: M arí a amenaza a su marido con un cuchillo. Visto así , el térm ino "nar rativo" abarca un camp o mu y general. El narrativo aparece como un ingrediente de cualquier texto, en la medida en que en todo texto el enun ciador de algun a m anera p one en escena a actantes que ejecutan acciones. En efecto, en todo texto, por pequeño que sea, aparecen generalmente acciones (expresadas gramaticalmente por verbos o substantivos verbales), que son atribuidas a actantes determinad os, aunque éstos queden im plí citos, como en el caso de las señales del trán sito: DISMINU YA LA VELOCIDAD NO G IRAR A LA IZQ UIERD A
En estas pancartas, las instrucciones de acción,"disminuir la velocidad" o "no girar a la izquierda", están dirigidas al conductor d el vehí culo (actante implí cito), lo que -- dad a la situa ción en que apa recen estos rótu los-- no necesita ser explicitado. 6.1 El texto narrativo Otra cosa es hablar de texto narrativo. En este caso, nos ubicam os en el nivel macro-estructural. El texto en su conjunto ap arece como u na nar ración, y sus par tes constitutivas corresponden a las de una especie de matriz, que llamamos superestructura narrativa. (Ver Cap. 5) En este sentido, el texto narrativo se presenta como un tejido textual que p on e en escena secuencias de acciones, organizadas en tal forma que, luego de una situ ación inicial , ocurren una serie de peripecias que llevan a un desenlace, o fin de la historia. Esto permite precisar lo siguiente: el texto narrativo está constituido de secuencias de oraciones que denotan secuencias de acciones; pero no toda secuencia de acciones constituye un texto narrativo. Ya vimos, por ejemplo, que se pueden encontrar secuencias de oraciones que contienen "verbos de acción", pero que son más bien caracterizaciones de los individuos, como en "Juan es débil y camina con dificultad". Eso hace que una secuencia de oraciones como Ese joven, el que baila con M arí a, trabaja en el puerto. no sea contradictoria, sino totalmen te coherente. No estamos pred icando respecto a "ese joven" dos acciones contradictorias (no se puede "bailar" y "trabajar" al mism o tiemp o): "baila con Mar í a" es una acción, "traba ja en el puer to" es una caracterización.
Se encuent ran tam bién textos entero s constituid os por secuencias de acciones pero que no son considerados textos narrativos, como por ejemplo, las instrucciones para armar : Tome el trozo A. U nalo al t rozo B usando el pegant e C... O los llam ados "relatos depor tivos", que constituyen d escripciones d e acciones. Toma la pelota Pérez; avanza por el costado derecho; elude a Gómez...lanza un centro laaargo... O el informe d e un laboratorista: Puse el metal en u n hornillo. Lo calenté a 300º durant e veint e minu tos. Luego lo puse en el recipient e... Volveremos más adelante sobre este tema de las diversas secuencias de acciones. (Ver Cap. 8) Por ahora, nos quedaremos con la definición restrictiva que hemos d ado d el texto narrativo. 6.2 La competencia textual narrativa Como dice Van Dijk (1983: 153), "los textos narrativos son formas básicas globales muy importantes de la comunicación textual". Todo sujeto desarrolla desde muy tempran a edad la competencia textual narrativa, es decir la capacidad de construir textos que le permiten narrar eventos, al comienzo en forma oral dialogal, y ulteriormente en forma monologal, oral o escrita. La capacidad narrativa puede desarrollarse en mayor o menor medida según los individuos, y se puede manifestar en situaciones como: contar chistes, narrar anécdotas, contar p elí culas, etc. Esta capacidad pu ede d ar origen a diversas investigaciones cientí ficas sobre, por ejemp lo, los procesos men tales que subyacen a la capacidad para recordar y contar historias, (Kintsch y Van Dijk, 1975; Adam, 1985, entre otros). Esta competencia textual narr ativa parece ser am pliamente compartid a por los diversos grupos humanos. En efecto, todos los pueblos construyen mitos, leyendas, cuentos, que en alguna medida expresan su representación del mundo. La estructura de los cuentos populares ha sido muy estudiada por la semiótica narrativa. (Propp 1968 [1928]; Greimas, 1966). Las narraciones literarias constituyen, sin lugar a dudas, el terreno p re d ilect o d e las in ve stiga cion es sob re el texto nar ra tiv o. La teor í a d e la nov ela y la teorí a del cuento p ueden, en este sentido, darnos abund ante información sobre la estructura de los textos narrativos. (Bremond, 1963, 1970; Todorov, 1968, 1973; Chabrol, 1973; Adam, 1984, 1985, entre muchos otros). Pero ni los cuentos populares tradicionales ni las narraciones literarias constituyen el centro de nuestra preocupación. Lo que a nosotros, como lingüistas, nos interesa más son los textos narrativos ordinarios, tal como aparecen en la comu nicación cotidiana: an écdotas, chistes, tiras cómicas, telenovelas, canciones, etc. y las secuencias narrativas que pueden aparecer en cualquier texto (una an écdota o un a "historia vivida" dentro de u na ar gum entación, un segmento narrativo en un texto publicitario). 6.3 Estructura del texto narrativo : un mod el o ternario
En un texto n arrativ o la secuencia de acciones se presenta con una forma de organización qu e tiene, como m í nimo, tres elementos básicos. ------------------------------------------------------------------------------------------EL TEXTO NARRATIVO: estructu ra m í nim a. 1. UN ESTADO INICIAL - de equ ilibrio 2. UN QUIEBRE - un hecho inespera do, un a complicación, que rompe el equilibrio in icial 3. LA RESOLUCION
- que instau ra un nu evo equilibrio
------------------------------------------------------------------------------------------Así , por ejemp lo, en un cuen to trad icional como "La Caperu cita Roja", encontramos: 1. un estado inicial : que pone en escena actantes, en un tiempo y en un lugar , con sus respectivas caracterizaciones1: Erase una vez una niñita, que vivía en una aldea con su mamá. Su abuelita, que la quería mucho, vivía al otro lado del bosque.
2. la complicación , el hecho inesperado ("quiebre") que viene a alterar este equilibrio y qu e da origen a un a serie de peripecias: Un día su madre la mandó con unos buñuelos donde su abuelita... Se encontró con el lobo...El lobo llegó primero donde la abuela, y la engañó...Cuando llegó la Caperucita, la engañó también.... 3. la resolución, qu e pon e térm ino a la historia (que en el caso de La Caper ucita "term ina m al" [en la versión or iginal]): El lobo se comió a la Caperucita. Estos tres momentos parecen constituir los elementos básicos de todo relato. Como lo dice Todorov (1973: 82): "Un relato ideal comienza por una situación estable que una fuerza cualquiera viene a perturbar. De ello resulta un estado de desequilibrio. El equilibrio se restablece por la acción de una fuerza dirigid a en sentid o contrario (...); pero el nu evo equilibrio no es nu nca idéntico al p rim er o." Lo e sen cial p ar ece v en ir, en tonces, d e la ru p tu ra d el equ ilib rio. En el ca so de la Cap eru cita Roja, "existe historia por qu e existe el lobo. Sin lobo no h ay cuen to de Caperucita"2. Como vimos anteriormente (4.7.3), la descripción de la serie de 1 Nótese
que en este segmento textual que constituye el "estado inicial", se encuentran sobre todo secuencias descriptivas. 2 Como dijo un joven autor argentino cuyo nombre no retuve.
acciones [hacer buñuelos --> mandar a Caperucita con ellos donde la abuela --> ir don de la abu ela --> entregarle los buñuelos] constituirí a u na secuencia d e acciones articuladas según u n m arco ("frame") ordenado cronológicamente; pero no serí a ni siquiera u na an écdota. 6.4 Un modelo quinario de la narración Diversos autores proponen, en lugar de un modelo de tres elementos, un esquema quinario de la narración. (Adam 1985: 57-63). En el fondo, consiste, por un lado, en separar "la complicación" y las "peripecias", y por otro lado, afinar más el análisis de la resolución, distinguiendo la "resolución" propiamente tal (que cierra el proceso) y el "estado final", que representa al nuevo equilibrio, lo que da cinco elemento s:
l. ESTADO IN ICIAL: la situación de equilibrio inicial. 2. COMPLICACION: el elemento detonador que abre el proceso. 3. DESARROLLO: el proceso pr opiam ento ta l (episod ios, p er ip ecia s). 4. RESOLUCION : la fun ción q ue cierra el pr oceso y pone fin a la secuen cia de acciones. 5. ESTADO FINAL: el nuevo equilibrio, desp ués d el pr oceso. Otros autores agregan una función llamada EVALUACION, que permite señalar cómo el sujeto enunciador se sitúa frente a los hechos que está relatando. Esta última función puede desembocar en una MORALEJA, que orienta al narratario sobre la interpretación qu e debe d ar a los hechos d enotados en el relato. "La moraleja tiene que v er con la interpretación que el enun ciador desea dar a su narración. La estructura narrativa actúa como un conjunto de actividades enun ciativas que tienen p or objeto anticipar y guiar la interpretación d el receptor co-enu nciador " (Adam , 1985. Nu estra trad ucción). En algunos casos, como en las fábulas de La Fontaine o de Samaniego, el autor d ice explí citamente cómo d ebe entend erse lo que se ha relatado. En otros casos, por ejemplo en las parábolas de Cristo, los destinatarios interpelados por el relato --los discí pu los-- pued en expresar incertidum bre respecto a cómo d ebe interp retarse el relato. (Ver la par ábola de la m ala hierba, en 6.8). 6.5 La relación narrador-narratario El texto narrativo clásico es esencialmente monológico. La modalidad p rivileg iad a es la aser ción d elo cu tiv a. Dicho e n ot ro s t érm in os, el n ar ra d or pon e en escena u n m und o d istante de él mismo, relata hechos pasados, los que aparecen en tercera p ersona, "como si los hechos se narr aran solos". Obsérvese d e nu evo el cuento d e La Cap erucita Roja y se verá qu e no hay en él indicios ni del narra dor n i del narratario. El narrador se borra de su texto por medio del uso de la aserción delocutiva.
En las narraciones cotidianas, sin embargo, suele ocurr ir que el narrad or esté pr esente en su texto (y las m arcas del pro ceso de la enun ciación así lo revelan). Y tam bién suele ocurrir qu e se dirija abiertam ente al narrata rio, al qu e pued e interpelar con preguntas o con el uso de modalidades exclamativas: ¿ Se imagina ust ed mi sorpresa cuando ví eso? ¡ Qu é terrible lo que ocurrió ent onces! N o quiero ni recordarlo. El texto narr ativo ap arece entonces con caracterí sticas dialógicas, lo que es mucho más notorio cuando el narrador introduce un PROLOGO y/ o un EPILOGO, en los cuales se dirige explí citamente a su au di torio. Veam os el caso del corrido mejicano "Juan Charrasqueado". ----------------------------------------------------------------------------------------JUAN CHARRASQUEADO (Corrido de Juan Mendoza)
1. Intervención de apertur a (PROLOGO): Voy a contarles un corrido muy mentado lo que ha pasado allá en la hacienda de La Flor la triste historia de un ranchero enamorado que fue borracho, parrandero y jugador. (El narrador abre su intervención con un prólogo en el que, metatextualmente, anun cia el tipo de texto --una historia--y da un resumen de la m acro-estructura de su texto: " la trist e historia de un ranchero enamorado" , el que contiene ya un a perspectiva de evaluación por parte del narrador.) 2. La situación inicial: Juan se llamaba y lo apodaban Charrasqueado era valiente y arriesgado en el amor, a las mujeres más bonitas se llevaba de aquellos campos no dejaba ni una flor. (La descripción de la situación inicial habí a comenzado ya en el p ró log o: un lugar ["A llá en la hacienda de La Flor ], un tiempo [relativamente reciente respecto al mom ento del relato, como lo señala el uso del tiemp o verbal [ha pasado]. Ahora se agrega el actant e principal , con sus caracterizaciones). 3. La comp licación, el desar rollo y el desenlace (resolución) apar ecen junt os en un a sola estro fa: Un día domingo que se andaba emborrachando a la cantina le corrieron a avisar: "Cúidate, Juan, que por ahí te andan buscando. Son muchos hombres, no te vayan a matar". No tuvo tiempo de montar en su caballo pistola en mano se le echaron de a montón "Estoy borracho, les gritaba, y soy buen gallo" cuando una bala atravesó su corazón.
(Como es tí pico de los textos textos narrativos, el quiebre está indicado por un deí ctico tico temporal [Un [Un dí a domingo domingo ], acompañado de un cambio temp oral: del imp erfecto descriptivo de la situación inicial: inicial: se se llamaba llamaba,, era valiente, se llevaba llevaba a las las mu jeres.. jeres.. se p asa al pr etérito: etérito: le corrieron a avisar. avi sar. O bsérv bsérv ese que el narrad or hace hablar a los personajes personajes : diálogo interno, diferente del diálogo narrad ornarratario). 4. La La situación final: el nuevo equ ilibrio en el cual cual "la vida sigu e su cur so": so": el pa sto crece, crece, se faenan faenan toros en el ma tad ero, etc. Creció la nulpa con la lluvia en el potrero y las palomas van bajando al pedregal. Bonitos toros llevan hoy al matadero. Qué buen caballo va montando el caporal. Ya las campanas del santuario están doblando todos los fieles se dirigen a rezar y por el cerro los rancheros van bajando a un hombre muerto que lo llevan a enterrar. En una choza muy humilde llora un niño y las mujeres se aconsejan y se van sólo su madre lo consuela con cariño mirando al cielo llora y reza por su Juan.
5. Una intervención intervención d e cierre cierre ( EPILOGO): Y aquí termino de cantar este corrido de Juan ranchero, Charrasqueado y burlador que se creyó de las mujeres consentido y fue borracho, parrandero y jugador. (El (El narrad or anu ncia ncia el fin fin de su intervención intervención y hace un nuevo resumen de la historia narrad a. La mod alidad doxática doxática "se creyó de las mujeres consentido" da consentido" da un indicio indicio sobre la evaluación evaluación que el narrad or hace de los hechos narrad os. No hay en este final final una moraleja moraleja explí cita; cita; pero se da a entender que es ese comportam iento iento de Juan lo que habrí a desen cadenad o su "triste fin". fin". ¿ Es coinciden coinciden cia cia qu e el person aje se llame "Juan "Juan " y que el nar rad or le llame "burlador", o es una alusión intertextual? Cualqu iera que sea sea el caso, la m oraleja par ece ser qu e ése es el final qu e espera a los m ujeriegos.) ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Seguram ente habrí a mu chas cosas cosas más que ver en un análisis más acabado de este corrido corrido m ejic ejicano. ano. Para n osotros, lo que n os interesaba mostrar son dos cosas: -- que en los textos no literarios se puede encontrar la misma superestructura esquemática de los textos narrativos literarios, y
-- que toda narración es, en el fondo, dialógica. La narración es siempre narración para alguien y alguien y tiene por objeto objeto decirle algo algo a alguien. algui en. Lo Lo que algunos autores designan como la categorí a d e "interé "interés" s" es, en buena s cuen cuen tas, este aspecto ilocutivo ilocutivo d e la narración. La narración concierne de concierne de algún modo al narratario. Si no, ¿ para qué me cuentas esta hist oria? oria?
actancial de los relatos 6. 5 Análisi s actancial Un instrumento de análisis muy utilizado en el trabajo con textos narrativos es el esquema actancial , que ha sido ampliamente aplicado al estudio de los cuen tos p op ula res (Greim as, 1966; 1966; Cou rtés, rtés, 1976; 1976; Fossion y Lau ren t, 1978). 1978). La mayorí a d e estos "cuentos "cuentos maravillosos" maravillosos" tiene una estructura similar: similar: se narran las p er ip ecia s p or las qu e at ra viesa vi esa u n h éro e, qu e cu m p le u n a gr an h az añ a (p or ejemp ejemp lo, resc rescata ata a la p rincesa rincesa prisionera de un dragón), y qu e finalmente finalmente d a cuenta de su hazaña al qu e lo mand ató (por ej., ej., el rey, pad re de la p rincesa), rincesa), y recibe una recomp ensa (se casa con con la p rincesa). Los roles actanciales son, resum idam ente, los siguient siguient es: a) el iniciador - el person aje que convoca al héroe héroe y lo ( destinador) encarga de la búsqued búsqued a b) el sujeto de
sujeto qu e toma conciencia de la - el sujeto necesidad necesidad d e actuar actuar
la búsqueda
c) el objeto de - aquello qu e el héroe héroe d ebe ir a bu scar, y la búsqueda que tiene un doble carácter: carácter: concreto concreto / abstracto. abstracto. (ej. (ej. un a camisa / la felicidad felicidad , en "La camisa del hom bre feliz") d ) el destinatario - el person aje en beneficio beneficio de quien se destinatario realiza realiza la p roeza (puede ser el mismo iniciador). En el proceso de consecución de su o bjetivo bjetivo --pro curarse el objeto de la búsqued a--, búsqueda encontrará d os tipos de actantes más: el sujeto de la búsqueda encontrará e) el adyuvante
- que le ayuda en su búsqueda ( aliado, aliado , si instrumento , si es no es hum ano [+H]; instrumento, hum ano [-H]).
f) el oponente - que trata de imped irle procurarse el objeto (si (si +H = adversario; si -H= -H= obstáculo).
Lo que se pu ede graficar en el esquema siguiente: -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------ini ciado r -------------------------> ---> s ujeto --------------------->des ---->des tinatario tinatario adyuvante--> adyuvante-->
EJER EJERCICIO: CICIO: EL EL PAJARO PAJARO AZ UL , d e Maeter linck (resum en) Dispon ga losactantes de este relato en el esquem a actancial. -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Una noche de Navidad, el hada Claraluna se aparece ante dos niños y les pide que vayan a buscar el pájaro azul que necesita para devolverle la felicidad a su niña niña enferma. Para ayudarlos en su tarea, les da un sombrero mágico con un brillante que permite ver las cosas como realmente son, en el pasado y en el futuro. Hallan muchos pájaros que les parecen azules, pero que finalmente examinados por el hada, no lo son. Cansados y después de sortear varios peligros --entre ellos, ver a la muerte y al Tiempo, al girar el anillo hacia el futuro--vuelven por fin a su casa " y allí en su propio hogar hallaron el pájaro azul de la felicidad , que en tantos sitios habían buscado inútilmente." -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
N ot as al e squ sq u em a a cta n cial: cial : a) En el curso del proceso de búsqueda, puede haber cambio de roles: el que p ar ecí a aliad al iad o se reve re ve la com o ad vers ve rs ar io (Jud as, as , Ga n elon elo n ,...); el qu e p ar ecí a adversario se transforma en aliado. b) En alg u n os caso s, los l os ro les d e in i n iciad icia d or y d est in at ar io p u ed en no act u aliza al iza rs e en en p er son so n ajes d ist in to s d el h éro e. En est os casos, cas os, el su jeto d e la bú squ sq u ed a es ta m bién bién iniciador y destinatario. Un ejemplo puede ser el cuento de "La princesa y el guisan te": un p rincipe busca (para él él mismo) un a prin cesa; per o que sea una verdadera princesa y para ello somete a las sucesivas candidatas a la prueba del guisante instalado debajo de veinte colchones, hasta que encuentra a una que lo descubre y a la cual toma p or esposa.
Este esquem a actancial pued e tamb ién ap licarse licarse a narra ciones ordinar ias, en las cuales un actante --individual o colectivo-- busca obtener o recuperar un objeto (concreto o abstracto), lo que aparece como su preocupación vital. Por ejemp ejemp lo, alguien alguien cuenta q ue su esposa se fue, y narra todas los episodios por los
que ha pasado y las ayudas qu e ha solicitado (la policí a, una ad ivina...) para recuperarla y arrancársela a su rival (el adversario). Incluso se puede encontrar esta distribución actancial en una crónica depor tiva: el periodista cuenta cómo el equipo X se pr epara p ara ganar la copa Y; y p ar a ello bu sca con tr at ar al jug ad or Z; p er o ten d rá qu e vérs ela s con el pod er oso equipo W. 6.6 Las narraciones cotidianas Hemos presentado diversos esquemas que permiten analizar la estructura de los textos narrativos. Habrá qu e subrayar sin embar go que cada texto narrativo individual pu ede diferir de todos los dem ás por su forma especí fica de actualizar el esquema superestructural abstracto. Puede haber largas descripciones de los estados inicial y final; las peripecias pueden ser narradas en forma muy breve o bie n ser am p liam en te d etall ad as; p u ed e hab er o no m or aleja exp lí cita ; p u ed e haber largos pasajes dialógicos; el narrador puede "apropiarse" de la historia y hacer partí cipe d e ella al narratario, etc. Adem ás, la nar ración no necesariamente se desarrolla en el orden señalado en la superestructura ( situ ación in icial --> complicación --> peripecias --> resolución...). Muchas veces, el narrador altera el orden cronológico de los hechos y comienza su relato, por ejemplo, con la resolución. Es por eso que diversos autores subrayan la conveniencia de distinguir rigur osamente la "historia" como contenido denotad o, y el "relato" como form a textual d e contar la historia.3 Se pueden encontrar, entonces, sobre todo en los textos literarios, diversas formas d e relato: -- un relato circular, como en "Crónica de u na m uerte anu nciada", de Garcí a Márquez; -- dos o más histor ias en para lelo, como en las telenov elas; -- dos o más historias engarzadas, como en El Quijote: una sub-historia comienza en m edio de otra h istoria. N o ah on d ar em os en el est u d io d e las d iver sas for m as d e nar ra ción . Sólo nos interesa d estacar qu e, en las interacciones cotidianas se encu entran nu merosos textos o secuencias textuales narrativas, las que no necesariamente presentan la forma canónica d el esquema superestructural. Retendremos entonces: -- las narraciones cotidianas no ficcionales: por ej. un individuo testigo relata a un p er iod ist a, o a u n tr an seú nte, lo qu e v ió d e u n asalt o; -- las historias contadas por hablantes ordinarios , como los escolares o los aprendices de u na lengua. El estud io de estos textos permite trazar un perfil de la comp etencia discursiva y textual d e estos hablantes en lo que se refiere a la n arratividad. -- las secuencias narrativas qu e pu eden ap arecer en cualquier texto. Por ejemplo, en un texto publicitario se cuenta a veces la historia d e la comp añí a pr oductora. En 3 Esta
distinción es muy notoria en el caso de las narraciones fílmicas.(Véase por ej. Pulp Fiction, de Tarantino.)
un gu í a turí stico, que es esencialmente descriptivo se encuentran a veces segmen tos narr ativos, como en el caso siguient e: MUSEO Y PARQUE HUALPEN: Es la casa parque, hacienda y colección
particular que Pedro del Río Zañartu (1840-1918) legara a la ciudad de Concepción para su conservación y preservación ecológica. Pedro del Río Zañartu fue gran empresario, agricultor, ballenero, salitrero y escritor; realizó 3 largos viajes por el mundo entre 1880 y 1900, coleccionando objetos seleccionados con la curiosidad propia de un amateur e intelectual de la época. La casona, cuadrada, con techo de tejas...etc. (sigue la descripción) (Guí a Turistel, Sur , 1989)
6.7. La crónica periodí stica Dentr o de los relatos n o literarios, un caso inter esante es el de las "crónicas p er iod í sti cas". Est as cró nicas nar ra n u na secu en cia d e eve nto s e n to rn o a u n tem a: un delincuente raptó a un gerente de banco y exigió rescate; una religiosa belga vendió el convento qu e dirigí a y se fue a vivir a la Costa Azul, etc. Estos textos narrativos presentan por lo menos d os caracterí sticas distintivas: -- relatan hechos del mundo real , o más bien dicho, relatan hechos de un mundo que se presenta al lector como real; y -- no presentan estos hechos en el orden cronológico. En efecto, por las exigencias de la comunicación periodí stica, el enun ciador debe en este caso pr esentar p rimero el desenlace o "resolución" --lo que es noticia--, y luego contar la historia, lo que p ro d u ce to d a su er te d e salto s cro noló gico s. (ve r Van Dijk, 1983, 1988; Fuchs, 1983; Ad am . 1985, entre otros). Un ejercicio pedagógico interesante consiste entonces en pedir a los alumnos que reconstruyan el orden cronológico de los hechos. Dicho en otros térm inos: constru ir la secuencia de evento s en el orden cronológico en que se supon e ocurrieron los hechos denotad os (y que no es necesariamente el orden de apa rición de ellos en el relato). EJERCICIO -----------------------------------------------------------------------------------------Restablecer la secuencia cronológica de los eventos Lea el texto siguiente. Luego -invente un tí tulo que revele el sentido global del texto -haga una lista de todas las personas mencionadas y señale la relación que existe entr e ellas. (¿ Qu ién es q uién?) -para cada persona indique la acción o las acciones que les son atribuidas. (¿ Qu ién h ace qué?)
-por últim o, narre los hechos siguiend o la secuen cia cronológica.(¿ En qué ord en ocurr en los hechos?) N ot as: 1: p u ed e hab er , en u n curso, d iver sas in terp re ta ciones re sp ecto a la secuencia cronológica. Sencillamen te, eso dar á origen a d iversas narr aciones. 2: se puede proceder por etapas y discutir oralmente sobre las diversas soluciones. 3: se pued e también d ecidir com enzar la historia de d iversas forma s: según E. Yañez, según los par ientes, etc. (es decir, adop tar u n "pun to de vista"). ------------------------------------------------------------------------------------------HISTORIAS DE LA VIDA REAL (La Epoca, 11-III-1994)
Una semana después de que sus familiares recogieran su ensangrentado cadáver de la morgue, lo velaran y enterraran, el ecuatoriano Eduardo Yáñez apareció vivo y preguntando a sus parientes por quién vestían de luto. Conductor de autobús de 40 años de edad, Yáñez relató a la prensa que se enteró de su "defunción" cuando regresó de un viaje de vacaciones y se encontró con un primo vestido de negro quien, pasado el susto, le contó que todos lo daban por enterrado. Los "deudos" vieron la semana pasada, en un diario de Guayaquil, fotos de un cadáver que yacía en esa ciudad ecuatoriana, sin identificar, y creyeron que era Yáñez. Reclamaron el cuerpo, lo velaron, lloraron y sepultaron. Yáñez explicó a sus familiares y amigos que él había estado esa semana en la playa, pues necesitaba descansar. Después tuvo que iniciar trámites para que sea anulada su acta de defunción, pues piensa seguir viviendo. -----------------------------------------------------------------------------------------6.8 Narración y argume ntacion Como ya lo hemos señalado, el texto narrativo puede tener una función argum entativa. El sujeto enun ciador cuenta un a historia --o introd uce en su texto un fragmento narrativo-- no por el placer de contar una historia, sino porque ella sirve para hacer avanzar u n p un to de vista o para influenciar la opinión del otro. O sea para argu mentar. En el mismo sentido, los relatos pued en cump lir u na función didáctica, como se ve claramente en las fábulas, en las que, por medio de una ficción alegórica, se intenta dar una enseñanza moral. (Adam, 1981, 1992; Portine, 1981). Un buen ejemplo de narración en la argumentación se encuentra en la "Carta a un empresario" (cuyo texto comp leto apar ece en 7.5). Un sacerd ote se dirige a un empresario para tratar de convencerlo de que "distribuya su ganancia entre quienes lo ayudaron a obtenerla" En medio de su argumentación ( procure ser un hombre enterament e feliz... N o le digo que elimine su empresa...renun cie volun tariamente a parte de sus ganancias), el autor introd uce un segmen to nar rativo. En él, relata el caso de u n vecino suyo, que "trabajó toda su vida y mu ere pobre como emp ezó":
Mi vecino, Don Ernesto, se está muriendo. Trabajó toda su vida como inquilino. Con toda su sabiduría campesina e inteligencia, ahora muere pobre como empezó. Ese trabajo no le valió para tener una mejor atención médica, ni para dejar a su esposa un buen pasar. Mientras tanto, los diversos patrones que tuvo compraron y vendieron el fundo en que él trabajó, para hacer otros negocios. Ellos, los que se enriquecieron con el azadón de don Ernesto, pueden quejarse de los impuestos, del IPC, de las dificultades para importar. Don Ernesto no tiene cómo hacerse escuchar. Luego el autor retom a su argum entación, con referencias al Evangelio y a la concepción cristiana de la vida. El segmento narrativo que introdujo es un elemento más al servicio de la argu mentación, que es la caracterí stica d ominante de este texto. * las parábolas Otro ejemplo se encuentra en las parábolas de Cristo: cuando los discí pu los le plantean a Jesús alguna p regunta, él responde con una p arábo la [un texto narrativo], como por ejemplo la historia de la mala hierba en el trigo (Mateo, 13. 24-43). Luego él mismo explica el sentido argu men tativo d e cada p arábola. ---------------------------------------------------------------------------------LA PARABOLA DE LA MALA HIERBA
24. Jesús les contó esta otra parábola: "El reino de Dios es como un hombre que
sembró buena semilla en su campo; pero cuando todos estaban durmiendo, llegó un enemigo, que sembró mala hierba entre el trigo y se fue. Cuando el trigo creció y se formó la espiga, apareció también la mala hierba. Entonces los trabajadores fueron a decirle al dueño: 'Señor, si la semilla que sembró usted en el campo era buena, ¿de dónde ha salido la mala hierba?' El dueño les dijo: 'Algún enemigo ha hecho esto.' Los trabajadores le preguntaron: '¿Quiere usted que vayamos a arrancar la mala hierba?' Pero él les dijo: 'No, porque al arrancar la mala hierba pueden arrancar también el trigo. Lo mejor es dejarlos crecer juntos hasta la cosecha; entonces mandaré a los que han de recogerla que aparten primero la mala hierba y la aten en manojos, para quemarla y que después guarden el trigo en mi granero.'"
JESUS EXPLICA LA PARA BOLA DE LA MA LA H IERBA
36. Jesús despidió entonces a la gente y entró en la casa, donde sus discípulos se
le acercaron y le pidieron que les explicara la parábola de la mala hierba en el campo. Jesús les respondió: "El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre, y el campo es el mundo. La buena semilla representa a los que son del reino, y la mala hierba representa a los que son del maligno, y el enemigo que
sembró la mala hierba es el diablo. La cosecha representa el fin del mundo, y los que recogen la cosecha son los ángeles. Así como la mala hierba se recoge y se echa al fuego para quemarla, así sucederá también al fin del mundo. El hijo del hombre mandará a sus ángeles a recoger de su reino a todos los que hacen pecar a otros y a los que practican el mal. Los echarán en el horno encendido, donde llorarán y les rechinarán los dientes. Entonces, aquellos que cumplen lo que Dios exige, brillarán como el sol en el reino de su Padre. Los que tienen oídos, oigan." ----------------------------------------------6.9 Narraciones i nfantiles : enu nciación y textualidad Las narraciones producidas por niños en edad escolar han dado origen a nu m erosas investigaciones, que tienen por objeto observar h asta qué pu nto estos niños han interiorizado los diversos componentes de una "gramática narrativa" (Bocaz, 1986, l993). Sin entrar en la discusión sobre el concepto teórico de "gramática narrativa", a nosotros nos interesa observar cómo el niño pone en acción las operaciones enunciativas que detallamos en la primera parte de este man ual; cómo m aneja las reglas de textualización que vim os en el capí tulo cuarto, y finalmente, cómo ha interiorizado la superestructura narrativa que hemos mostrad o en este capí tulo. Para ello, y a tí tulo d e ejemplo, haremos el análisis detallado de u n texto llamado "El perro que se tomó el agua" (La Nación, 28-IV-1993). Se trata de una anécdota contada p or u na niña escolar d e 8 años de edad .
------------------------------------------------------------------------------------------El perro que se tomó el agua Un día en mi casa, yo me estaba sacando un diente y me sangraba mucho, fui al corredor de mi casa a buscar agua para enjuagarme la boca. Yo iba a sacar el agua del balde cuando llega mi perro y se tomó el agua que pensaba ocupar. A mí me dio mucha risa por lo que hizo el perro. Marcela Herr era 3er Año Básico "B". Escuela G-409. Cancha Larga.
-----------------------------------------------------------------------------------------a) aspectos enunci at i vos El sujeto narrad or ad opt a el mo do elocutivo, es decir se pon e él mismo en escena como sujeto enunciador [ yo m e estaba sacando u n diente, m e sangraba, m i casa. etc]. Este modo enunciativo permite al narrador apropiarse de la historia y darle un carácter de veracidad ( "M e ocurrió a mí " ). La modalidad asertiva utilizada es norm al en este tipo d e texto. (Serí a raro encontrar historias que fueran contadas en
forma de secuencias de interrogaciones o de órdenes: "Un dí a salga al patio, vaya hacia el corredor, sáquese un diente, venga un perro..." ). Desde el punto de vista de la organización del tiempo, el texto presenta una serie de acciones que aparecen como durativas, expresadas en imperfecto (como es tí pico d e la ":situación inicial"): me estaba sacando un diente, me sangraba mucho, iba a sacar el agua. Luego aparece una serie de acciones "puntuales", expresad as en p retérito: fui al corredor de mi casa, llega mi perro y se tomó el agua, m e dió risa, lo que hizo el perro. N ót ese la irru p ción d el p re sen te gr am at ical en cuando llega mi perro, que puede considerarse como una marca de situación de relato oral dialogal. El niño narra dor p arece conservar hu ellas de su mod o dialogal de contar historias. La deixis espacial es muy somera: desde el comienzo se señala el lugar don de ocurr en las acciones (en mi casa ). El único desplazamiento espacial presenta una relación "todo-parte" (casa ---> corredor ). Nótese que aquí aparece una repet ición inn ecesaria: el corredor de mi casa . Este texto prácticamente no contiene aserciones modalizadas. Todas las acciones son denotadas como hechos acaecidos, salvo en "el agua que pensaba ocupar" , que imp lica qu e la acción p revista m entalm ente ("pen sar") no se realizó. Desde el punto d e vista de la relación "implí cito/ explí cito", el texto es extremad amente económico. El narrador sólo da el mí nimo d e informaciones qu e estima pertinentes. El sujeto interpretante d ebe recup erar los contenidos implí citos gracias a su saber sobre el mund o: "yo m e estaba sacando un diente" pone en escena a un enun ciador de corta edad, qu e pu ede sacarse él mismo u n d iente de leche; "fui al corredor de mi casa a buscar agua" apunta a una habitación de tipo más bien rural, que no tiene agua corriente dentro de la casa (lo que se confirma con los datos sobre el sujeto com un icante: escuela G-409. Cancha Larga, lo que pr esumimos qu e es una localidad ru ral). Adem ás esta imp resión d e ruralidad se confirma con "sacar el agua de un balde". Por inferencia, el sujeto interpretante debe establecer la relación entre "el balde", "el agua" y "el perro": el balde del cual la niña va a sacar el agua está en el suelo, al alcance del perr o. b) aspectos t ext ual es Esta secuencia de oraciones aparece como un texto bien constituido, dotado de coherencia local y global, como lo demuestra el hecho de que todo su contenido semán tico pu ede condensarse en un solo sin tagma qu e le sirve de tí tulo: El perro que se tomó el agua. El texto es altamente cohesivo. Las marcas de recurrencia son notorias. Todas las acciones están referidas a dos actantes: el YO narrador y el perro. Los diversos individuos mencionados recurren por simple repetición: mi casa --> el corredor de mi casa; buscar el agua --> el agua; mi perro --> el perro. La no u tilización (o la escasa utilización) de otros p rocedimientos de recurrencia para la man tención d e los referentes --como la p ronom inalización o la substitución léxica-- par ecen tí picos de estos nar rad ores d e corta ed ad (Véliz, 1996). La progresión textual está dada por la secuencia de acciones que introdu cen cada vez un a información n ueva, centrada en el actante "yo", dentro d e
un marco coherente: me estaba sacando un diente --> me sangraba mucho --> fui a buscar agua. La relación entre los hechos denotados es fácilmente accesible para el interpretante, gracias a su saber sobre el mundo: sacarse un diente --> sangrar --> enjuagarse la boca... Las relaciones que no están explicitadas se reconstruyen fácilmen te por in ferencia, como en buscar agua --> ir al corredor de la casa. La relación entre la acción a pu nto d e realizarse yo iba a sacar agua y la acción puntual sorpresiva que la impide, aparece conectada por el conector temporal "cuando": cuando llega mi perro. En los demás casos, la narradora sólo emp lea el conector "y" o la simp le yuxtap osición d e oraciones, lo que tam bién p ar ece ca ra cteriza r el d iscu rs o d e lo s n iño s d e cor ta ed ad (Al va re z , 1996). c) est ruct ura narrat iv a En este relato infantil encontramos los elementos básicos de la superestructura narr ativa: --la situación inicial: me estaba sacando un diente...me sangraba... --la complicación, o hecho impr evisto que rom pe el equilibrio: cuando llega mi perro. --la resolu ción, que cierra el pr oceso: el perro se tomó el agua. Luego encontramos una evaluación de lo acontecido: A mí me dio mu cha risa por lo que hizo el perro, que red ond ea la imagen d el sujeto enun ciador: una n iña de corta edad (dientes de leche), de condición rural (agua fuera de la casa), y con mucho sentido del humor (a pesar de estar sangrando, le da risa lo que hace el p er ro). D e ello p od em os ta m bién d ed u cir la in tención ilocu tiv a d el n ar ra d or : con ta r algo divertido, que haga reir al lector; y su m atiz argum entativo: "Hay q ue tom ar las cosas con buen hu mor ." Observemos, por último, que hay texto narrativo porque interviene el p er ro (el elem en to p er tu rb ad or d el eq u ilib rio). Sin él, la secu en cia d e accio nes: me estaba sacando un diente --> me sangraba --> fui a buscar agua --> saqué agua --> me enjuagué la boca, constituirí a un a secuencia de acciones según un mar co ordenado, p er o n o u na a nécd ot a.
CAPITULO SEPTIMO EL TEXTO A RGUMEN TATIVO La argum entación: sus element os constit ut ivos; tipos de argumentación; estructuras argumentativas. La lógica de la argumentación; argum entación persuasiva; argum entación y enun ciación.
Ya vimos en el capí tulo 5 que en todo texto, cualquiera qu e sea su carácter, se pueden encontrar en el nivel micro-estructural secuencias de oraciones argumentativas. Son aquellas que ponen en escena relaciones lógicas entre los hechos denotados: relaciones de causalidad, de finalidad, de oposición, etc. Ejemplo: Escribo luego el otro existe (E. Lihn ) Pero lo que ahora nos interesa es la argumentación como caracterí stica dom inante de u n texto, al que entonces llamarem os texto argumentativo. 7.1 La argume ntación: def inición Se entiende por argumentación un discurso que tiende a convencer al destinatario sobre cierto punto de vista, a persuadirlo de realizar cierta acción, o a reforzar en él convicciones ya existentes. Entend emos, en tonces, por texto argumentativo un texto que, en el nivel global, o macro-estructural, actualiza la superestructura argumentativa (ver 7.4.). Dicho texto --independientemente de que en su interior se puedan encontrar secuencias narrativas o descriptivas-- se p re sen ta en su glo ba lid ad com o u na ten ta tiv a d e influ ir sobr e las id ea s o cre en cias del destinatario. Como dice Vignaux (1976: 17), "toda argumentación es un conjunto de razonam ientos que ap oyan un a tesis. Es decir, hay argum entación cuand o se trata de resolver un problema. El problema permite que se desplieguen argumentos en favor de un a tesis o con tra ella". Dicho en los t érm inos d e Cha rolles (1980: 7), "hay argumentación cada vez que un agente (individual o colectivo) produce un comportam iento destinad o a m odificar o a reafirmar las disposicione s de u n sujeto (o conjun to d e sujetos) respecto a u na tesis" La argumentación supone, entonces, que existe un sujeto argumentador, que p one en acción med ios discursivos para "provocar o au mentar la adhesión de una audiencia a las tesis que se presentan para su asentimiento" (Perelman, 1970: 18). 7.2 Elementos de la definición Si tomamos uno a uno los elementos que aparecen en las diversas definiciones de argum entación ya citadas, encontramos:
1: un sujeto trata 2: por med io de su discurso 3: de (aumentar, reforzar) 4: razonadam ente 5: la adh esión de otro 6: a un a tesis u op inión.
pr ovocar
Esta explicitación de los elementos básicos nos permite precisar mejor las caracterí sticas de u na interacción argum entativa: 1: Un sujet o enunciador tr ata de i nfl ui r sobre l as opini ones de un desti nat ari o. Esto quiere decir que la argumentación tiene una fuerza ilocutiva. Es una interacción p or m edio de la cual un sujeto trata d e cambiar algo en el orden d e las ideas o las opiniones de los dem ás. 2: por medio de su discurso, subraya el aspecto discursivo, verbal, de la argu men tación. Esto la diferencia de la acción fí sica, que, como d ice Char olles "es el lí mite d e toda ar gum entación". En efecto, si después de toda u na serie de intervenciones verbales para hacer salir a alguien de la sala (i- Por favor, salga de la sala. Ust ed n os está molestando. ii- Déjenos t rabajar tranquilos, salga de la sala, etc.), el sujeto lo toma fí sicamente y lo saca de la sala, se ha p uesto fin a tod a argumentación. 1 Esto no niega la existencia de aspectos no verbales de la argumentación. Las imágenes, los colores, la música de fondo, pueden jugar un p ap el en una ar gu m en ta ción p u blicita ria. Los asp ecto s kin ésicos y p ro xém icos p u ed en re for za r u na ar gu m en ta ción or al d ialog al (son re ir. m ir ar a los ojos...). Sin duda que la argumentación debe ser estudiada en el marco más amplio de la semiologí a. Pero aquí sólo nos detendrem os en sus aspectos discursivos. 3: provocar, aumentar, reforzar l a adhesión. Este es el caso más general. Por ejemp lo, con los pan fletos polí ticos se trata de ganar ad herentes para la idea d e elegir a Fulano. Para salir de la crisis, vote por Fulano. Pero también p uede ocurrir qu e un su jeto argum entador intervenga simp lemente p ar a exp on er su op in ión , sin in tenta r con ve ncer a su d est in at ar io, y est o p or diversas r azones: -- por ejemplo, porqu e su d estinatario real no es el ind ividu o que está discutiendo con él (ver nº 5 más abajo); -- porque, aunque sepa que no va a convencer a su destinatario, siempre espera que, en algún momento, en algún lugar, va a cambiar el estado de cosas en el campo d e las ideas. 2 4. razonadamente. Si alguien intenta, por medio de su discurso, influir sobre las opiniones de otra persona --es decir, si argumenta--, en alguna forma estima que esa person a es sensible a la razón ("que entiend e razones"). Obsérvese, sin em bargo, que no toda ar gum entación r ecurr e al razonam iento explí cito. Conviene d istinguir: 1 Alguien
podrá decir una frase como: " En Chile, siempre que la Derecha ve en peligro su hegemonía , recurre al argumento de las armas". Pero en ese caso no está usando el término "argumento" en su sentido discursivo. 2
-- una argumentación basada en el razonamiento, como en el caso de la argum entación cientí fica, en la cual las diversas tesis y los argum entos que las ap oyan son p lan te ad os ab ier ta m en te p or el a rg u m en ta d or , y -- una argumentación persuasiva, que se da por ejemplo en los avisos publicitarios y en la propagand a polí tica, en la cual no se discuten explí citam ente puntos de vista diversos ni se recurr e al razonam iento formal. Los tipos d e argum entación recién citados --razona nte y persu asiva-representan sin duda casos polares. En la argumentación cotidiana se pueden encontrar tanto movimientos "razonantes" como movimientos "persuasivos" (ver 7.4.2). 5: l a adhesión del ot ro. Esto subraya el aspecto esencialmente dialógico de la argumentación (incluso en el caso de un texto monologal, como un editorial de p er iód ico). El su jeto ar gu m en ta d or siem p re a rg u m en ta con alg u ien ("el o tr o") p ar a lograr su adhesión. Pero la situación en este sentido es bastante compleja: el "otro" p u ed e no ser el con tr in can te hic et nunc sino alguien más lejano: el auditor, en el caso de un debate televisivo; un lector ideal "en otro tiempo y en otro lugar", las generaciones futuras, la Historia, etc. ("La Historia me absolverá" ). La noción de "audiencia", como se ve, es bastante compleja y comprende mucho más que los individuos p resentes fí sicamente en el intercambio. 6: una t esis u opi nión. Para qu e exista argum entación, tiene que existir un campo p ro ble m át ico o un tem a re sp ecto al cu al se d an p un to s d e vis ta d ifer en tes. Po r ejemp lo, legalizar o n o el consumo d e drogas, d espenalizar o no el adu lterio, o en un dom inio estrictamente cientí fico, qué lugar d ebe ocup ar el hidrógeno en el sistema periódico de los elementos. De h echo, este campo es problemático porque existe no una, sino por lo menos dos tesis antagónicas. El sujeto argumentador interviene en favor de u na tesis que d e algún m odo se enfrenta a una tesis opuesta, aunq ue ésta última qued e imp lí cita --no está pr esente en la superficie textual-- y como qu iera que ésta se llame: tesis adv ersa, tesis anterior, antí tesis. A veces, esta tesis adversa puede ser simplemente la vox populi, la opinión general, que no es necesario explicitar p orque está p resente en el saber compartid o d e los hablantes. 7.3 Prohibición versus argumentación: un ejemplo. N o s e d ebe co nfu nd ir la ar gu m en ta ción con la or d en o con la p ro h ibición , 3 que tam bién son actos de habla (condu ctas pragmáticas) que ap untan a obtener algún comportamiento del destinatario. Cuando alguien da una orden, por ejemplo: ¡ Salga de la sala!, no está argumentando respecto a ella, porque no da ningun a razón p ara tratar d e convencer al interlocutor d e que salga. Simplemente confí a en qu e la fuerza ilocutiva d e la intimación y la relación de estatus qu e hay entre ellos harán qu e el otro obedezca (ver 2.7).
3 Ni
tampoco con la simple información.
En los hechos, pu ede observarse toda una gradación entre un a orden o una prohibición lisa y llana, y una argumentación para obtener del otro el comportam iento deseado. EJEMPLO
------------------------------------------------------- N O FU MAR ----------------------- Veam os el caso de " N O FU MAR ". Podem os encontrar: 1. La prohibición lisa y llana. El sujeto enunciador, dada su posición de autoridad, no n ecesita justificar nad a. - en forma imp ersonal Se prohibe fumar (aserción d elocutiva ) Prohibido fumar N o fumar --en forma personalizada (alocutivo, intimativo) 2. La p rohibición m odalizada -delocutivo+modalidad
N o fume
-alocutivo+modalidad
Se ruega no fumar A quí no se puede fumar Por favor, no fum e
-elocutivo+modalidad
Le rogamos no fumar
3. La prohibición con argumentación -explí cita
-imp lí cita (indirecta)
Por razones de salud, se ruega no fumar. Por respeto a los demás, no fum e.
¡ Y o no fumo! (+imagen) Fumar no hace daño. Y o morí de cáncer pulm onar y ni me dolió. (ironí a) -------------------------------------------------------------------------------------------
p egar texto Fu m ar no h ace d añ o.
EJERCICIO
Lea el texto siguiente. Observe cómo se argumenta sobre N O FUMAR.. ¿ Qué tipo d e razones se esgrimen? ¿ Qué mod alidad es se utilizan: elocutivo, alocutivo; aserciones, inter rogaciones, intim aciones; saber, pod er, deber, quer er?
p egar texto U. d e Co n cep cion : No fu m ar
7.4 Estructura de la argumentación
Existen diversas proposiciones teóricas sobre la estructura de los textos argumentativos (Charolles, 1980; Van Dijk, 1983; Charaudeau, 1983, 1992, etc.). Presentaremos aquí algunas estructuraciones posibles, que son sin d ud a simplificadoras respecto de un fenómeno complejo como es la argumentación. Estos esquemas tienen, sin embargo, la ventaja de facilitar tanto el análisis de los textos argumentativos como la explotación pedagógica de este tipo de textos. Distinguirem os dos aspectos básicos d e la argu mentación: su componente racional o lógico (razonamiento) y su componente discursivo o retórico (interacción). 7.4.1 La lógi ca de la argume ntación. En una argumentación directa (Charolles, 1980), el sujeto argumentador p re sen ta exp lí cita m en te u n p u nto d e v ist a (u na t esis u op in ión ) y e xp on e u na ser ie de argu mentos o razones, que d eben desembocar en una conclusión qu e confirma la tesis propuesta, provocando así la adhesión del destinatario. 4 Este tipo de argum entación pu ede encontrarse: -- en textos cientí ficos que imp lican d iscusión teór ica; -- en los periódicos: en algunos tipos de editorial, en las páginas de opinión, en las cartas d e los lectores, -- en los tribunales, donde cada abogad o alega y defiend e el punto de vista d e su cliente y rebat e la tesis de la otr a par te; -- en los debates orales (foros de op inión), etc. Desde el punto de vista lógico (Toulmin, 1958; Toulmin, Rieke y Janik, 1984), se puede p ostular una estructura m í nima d e la argumentación con tres elementos: ----------------------------------------------------------------------------------------- hechos del mundo emp í rico 1. Los ARGUMENTOS que el sujeto argumentador transforma en razones que apoyan su opinión.
2. La CONCLUSION
- que corresponde a la tesis u opinión que d efiende el sujeto argumentad or.
3. Las PREMISAS 5
(generalmente implí citas) que p er m ite n p asar d e los ar gu m en to s a la conclusión.
-------------------------------------------------------------------------------------------
4 Conviene
distinguir la fuerza ilocutiva de la argumentación --el intento de convencer-- y el efecto perlocutivo. Puede ocurrir que el argumentador no logre convencer a su auditorio; pero ello no anula que haya habido discurso argumentativo. 5 Que Toulmin llama "garantías" (warrants).
N ot as: 1) Las pr emisas son afirmaciones de valor genera l (norm as, leyes, pr incipios generalmente aceptados) que permiten --garantizan-- que se pueda lograr tales conclusiones a partir de tales argumentos. Ejemplo: una intervención en que alguien reclama su derecho a voto: "Y o soy u n ciudadano de este paí s y por lo tant o tengo derecho a votar". Argumento: Y o soy un ciudadano Conclusión: Tengo derecho a votar Premisa (implí cita): Todos los ciudadanos tienen derecho a voto. En realidad , la categorí a de p remisa plantea serios problemas teóricos que no es del caso examinar aquí . En tod o caso parece haber consenso en: -- su carácter de no discutible (o más bien dicho, vista por el enunciador como no discutible ). La pr emisa d enota "un h echo no controvert ido" (Perelm an, 1970). -- su estabilidad precaria en la argumentación cotidiana, porque depende de lo que es tenido por indiscutible en una sociedad dada, en un momento histórico determinado ( Ibid ) . Dicho en forma de paradoja, una premisa en un juicio indiscutible...mientras no sea discutido por el otro. Es por esta última razón que Toulmin (1958: 104-107) propone un cuarto elemento en el apara to lógico d e la argu men tación: lo que él llama "respaldo" (backing ) . Si alguien pretend e cuestionar la prem isa (¿ Y de donde sacó Ud. que todos los ciudadanos tienen derecho a voto? ), el argumentador deberá poder esgrimir "aserciones de hechos" que avalen su premisa (la constitución, las leyes, datos emp í ricos, datos estadí sticos, etc.). 2) La relación "argu m entos ---> conclusión" pu ede da rse en esa direccion (Soy ciudadano, por lo tanto tengo derecho a voto ), o en el sentido con trar io (Tengo derecho a voto, porque soy ciudadano ).6 Es por ello que las expresiones "tesis", "opinión", "conclusión" apuntan al mismo tipo de juicio. En los textos reales, aparece a veces p rim er o la op inión d el ar gu m en ta d or --y la llam am os tesis-- y al fin al la conclusión, que es la ima gen-espejo de la tesis. EJERCICIO ------------------------------------------------------------------------------------------Observe de nuevo el texto "He decidido dejar de fumar". Trate de identificar las prem isas implicitas detrás d e cada ar gum ento. Ejemplo: Arg: Estoy comprometiendo mi salud. Prem: El tabaco hace daño a la salud. Arg: Estoy perdiendo mi libertad. Prem: El tabaco produce dependencia.
6 Sin
contar el caso de la conexión implícita: "Soy ciudadano. Tengo derecho a votar".
(Argumentos: ahorrar dinero, ser más activo, tener piel sana, dientes limpios, aliento agradable, demostrar fuerza de voluntad, demostrar respeto [por los demás], no dañar a mi hijo, etc. ) En este texto, las premisas parecen indiscutibles. Pero si alguien quisiera cuestionarlas, el argum entador d eberí a ser capaz de p resentar un "respaldo": ¿ Cómo es eso de que el tabaco daña a la salud? --Bueno, lo prueban las inv estigaciones cient í ficas. ------------------------------------------------------------------------------------------7.4.2 La argume ntación como interacción . Un esquema del mecanismo lógico de la argumentación, como el de Toulmin, debe sin embargo ser completado con elementos que tipifican la argumentación como forma de int eracción hum ana.. Ello implica considerar la situación en que se produce la argumentación y los sujetos que argumentan (argumentad or y argum entatario), los cuales comp arten o disputan un conjunto de representaciones del mundo, un sistema de valores y un conocimiento del universo discursivo en que se produce la argumentación. Ello supone además considerar las estrategias discursivas (retóricas) a que recurre el argumentador p ar a log ra r su s ob jetiv os p ra gm át icos. Retom an d o lo qu e d ecí am os en 7.2, d esd e este punto de vista la argumentación supone siempre un movimiento dialógico, una interacción entre YO y EL OTRO. (En el caso del texto "He decidido dejar de fumar", "la salud ", "el respeto a los demás", "la no contaminación", son valores que el argum entador sup one comp artidos por el destinatario). De este modo, aunque en una intervención de tipo argumentativo, el enunciador sólo presente su opinión y los argumentos que la avalan, siempre existe --al trasluz-- la opinión opu esta. Siempre q ue hay argum entación, hay do s opin iones en conflicto ( sí o no; a favor o en cont ra ) aunqu e la opinión adversa no se explicite. 7 Si no, no hay por qué argum entar. Pero la tesis adversa no está necesariamente radicada en el oyente inmediato, sino que puede estar en el universo discursivo ambiente: el cura que arenga a sus feligreses contra el pecado p re d ica an te gente qu e com p ar te esa tesis, p er o "el d iscu rs o d el m al" está siem p re p re sen te fu er a d e la iglesia. En el caso d el texto "He d ecid id o d ejar d e fu m ar ", recién an alizado, la tesis ad versa suby acente es la que esgrimen los fum ad ores: Fumar es un placer, genial, sensu al... Observe que en la segund a par te del texto "He decidido d ejar d e fumar ", el autor d iscute las d iversas posibilidades: A) Si no fumas ---> M antente así B) Si fumas ---> Toma conciencia del daño C) Si quieres dejar de fumar ---> Eres capaz de lograrlo D) Si no eres capaz de dejar de fumar ---> Solicita ayuda médica EJEMPLO
-------------------------------------------------------7 "De
cualquier forma, deliberamos sobre lo que parece que puede resolverse de dos modos" (Aristóteles, Retórica, Libro I)
Con motivo del juicio de la Corte Sup rema de Chile, que en mayo de 1995 condenó a la cárcel al General Contreras y al Brigadier Espinoza por el asesinato del ex Canciller Orlando Letelier, diversos actores del mundo politico chileno emitieron opiniones encontradas: respaldando o condenando el fallo; sosteniendo la inocencia o culpabilidad de los acusados, etc. Ahí hay bu en material para estud iar los mecanismos de la argu mentación cotidiana. Por ejemplo, diversos personeros emitieron su opinión sobre la imp licación po sible del ejército. El Ministro d e Defensa fue inter rogad o a este respecto a los periodistas ( El Su r , 4-VI-1995):
El ministro aseguró que el Ejército acataba el dictamen judicial y que ese cuerpo armado "está absolutamente aparte y no afectado por este proceso" (...) -¿El Ejército va a interceder en algún sentido? -El Ejército está absolutamente aparte de este proceso. No está afectado por este proceso, porque éste afecta a sólo dos personas, pero no es un juicio que afecte para nada al Ejército. Es evidente --aunque no se diga-- que tanto la pregunta del periodista como la respuesta del m inistro ap arecen en un universo discursivo en el cual se ha p lan te ad o ab ier ta m en te la te sis op u est a: que, más allá del juicio a dos personas, este fallo afecta al Ejército. (Véase el cará cter d ialógico d e la nega ción, 3.1.2). ------------------------------------------------------------------------------------------7.4.3. Un modelo interactivo de la argumentación Si incluimos entonces a los sujetos de la interacción, tenemos un modelo más complejo, pero que permite mejor dar cuenta del carácter pragmático de la argumentación cotidiana: el argumentador quiere siempre actuar sobre las opiniones del otro, qu iere obtener algun a acción (fí sica o mental). ------------------------------------------------------------------------------------------ARGUMENTADOR A RGUMENTATARIO (Enunciador) (audiencia)
Represen- Sistema de Universo taciones valores discursivo ----------------------------Operaciones lógicas ARGUMENTOS [PREMISAS] CONCLUSION ----- ------- ------- ------- ---
------------------------------------------------------------------------------------------Visto desde el ángulo de la interpretación --es decir, en análisis de un texto realizado-- podemos identificar los elementos siguientes (no necesariamente explí citos, no necesariamente en un orden canónico): 1. OBJETO
- aquello sobre qué se argum enta
2. [TESIS ADVERSA ]
-la opinión pre-existente
3. TESIS PROP UESTA
-la opinión del argum entador
4. [PREMISAS] -juicios o pr incipios que se da n p or acep ta d os 5. ARGUMENTOS
-aserciones qu e apoyan la tesis
6. CONCLUSION
-que confirma la tesis prop uesta
7.4.4. Argume ntación y contra-argume ntación La estructura del texto argumentativo se torna más compleja aún si consideramos que en un texto argumentativo, incluso monologal, se pueden también encontrar los argum entos de la p arte contraria (que se pueden llamar contra-argumentos,), y las refutaciones de estos contra-argum entos.
EJEMPLO
---------------------------------------------------------------------------------------- ¿Cá rceles privadas? (La Nación, 11-V-1993) Observe el texto presentado en la página siguiente:
Pegar texto Carceles p rivadas
- El OBJETO de la discusión está anun ciado en el tí tulo, que con el uso d e la modalidad interrogativa --¿ Cárceles privadas? -- señala que éste es un tema debatible. Nótese que este OBJETO de discusión aparece en una situación de argumentación (Chile, años 90), en la que la postura ideológica de los partidarios de la privatización generalizada de las funciones sociales (salud, educación, orden p úb lico...) se en fre nta con la d e lo s d efen sor es d el r ol d el Est ad o e n est as m at er ias. -- LA TESIS ADVERSA aparece explí citamente en el primer p árrafo: "los problemas del sist ema penit enciario chileno podrí an solucionarse mediante la privatización de las cárceles. " N ót ese qu e el en u nciad or d e est a tesis no es id en tificad o. Sólo se alu d e a él med iante la expresión impersonal "se ha plant eado". (Intertextualidad). -- LA TESIS PROPUESTA no está explicitada abiertamente. Sólo aparece la negación de los argumentos de la tesis adversa: "no es así ", "desmienten","no hay pruebas". Pero a p artir d e estas negaciones podem os reconstruir la tesis del autor: N o a la privatización. -- LOS ARGUMENTOS en favor de la tesis adversa --la privatización de las cárceles -(tal como los evoca el enunciad or) son tres: a) Este modelo (las cárceles privad as) supuestamente se está imponiendo en el mundo (§1) b) ...la supuesta mayor eficiencia de la administración privada de los penales (§4) c) ...los menores costos que se at ri buyen a la administ ración subrayado es mí o)
privada (El
N ot a. Ob sérv ese qu e el ar gu m en ta d or nu nca es neu tr o cu an d o p on e en escena la tesis o los argum entos del adversario. Aqu í el uso retórico d e las mo da lidad es alética y dictiva (Supuestamente, se atribuyen ) permiten al enunciador tom ar d istancia frente a los argum entos d el otro (Ver 3.3). -- LA REFUTACION de los ARGUMENTOS CONTRARIOS ataca primero el primer p u nto ("se estarí a imponiendo" ): -cifras: -en EE. U U, cubre menos del 1% de los establecimientos... - y menos del 2% del total de internos. -fechas: en G.B. recién en 1991 se privatizó un penal. -- CONCLUSION PARCIAL (§3): ni las cifras ni el plazo transcurrido permiten hablar de una tendencia significativa. (Es decir el primer argumento en favor de la tesis ad versa es falso).
A pa rtir d el §4, el autor a taca el fondo m ismo d e la tesis ad versa: la idea de privatizar las cárceles. Para ello utiliza d os tipos d e arg um entos ("objecciones"): "do ctrinarios" y "factu ales": -- ARGUMENTOS ("doctrin arios") que se basan en la prem isa del r ol del Estad o (§5): --la privación de libertad de un indiv iduo es un a fun ción int ransferible del Estado -- las cárceles deben administrarse en forma pública -- la sociedad en su conjunt o debe hacerse cargo de la encarcelación (de los criminales) y en la prem isa de que la privat ización respond e a objetivos com erciales: -- las cárceles privadas crean intereses comerciales -- los presos se transforman en objeto de lucro -- REFUTACION de los ARGUMENTOS ("factuales") sobre la supuesta mayor eficiencia (§6), y sobre el su pu esto m eno r costo (§7): -- auditorí as a cárceles privatizadas en EE.UU . demostraron que habían fr acasado -- no hay pruebas de que tengan mayor eficacia con menores costos -- La CONCLUSION apa rece en el §8, anu nciada p or el conector "en sí ntesis" : La oposición del gobierno chileno a la privatiz ación (de las cárceles) está bien fun dada. (Nótese que por primera vez el enunciador nos dice que su tesis es la tesis del gobierno.) -- Una CONCESION a la tesis adv ersa (§9) aparece con el conector "No obstant e" -que al igual qu e "sin embar go" y otros-- perm ite este mov imiento d ialógico: -- serí a absurdo impedir la participación de los empresarios en la formación laboral de los presos -- la subcont ratación de servicios... siempre se ha hecho y puede extenderse Esta concesión es, por supuesto, inmediatamente anulada, según el movimiento tí picamente argum entativo "concesión-refutación": "Ello no significa avanzar hacia la privatiz ación". Lo que d esemboca en la -- CONCLUSION FINAL: -- N o, a la privatización, -- Sí , a buscar mecanismos más eficient es. N ot as: 1- Obsérve q ue a p ar tir d el segm ent o concesivo (§9) ha sta la con clusión fin al (§10) se revela que la tesis del autor es algo más compleja que la simple negación que aparecí a al comienzo.
2- Observe que hay otras premisas, de un nivel más general, que tampoco aparecen explicitadas (lo que es normal ya que las premisas constituyen fund amentos ind iscutidos) : -- que "la sociedad en su conjunt o" está represent ada por el Estado; -- que la sociedad (el Estado) tiene el derecho a priv ar de la libertad (encarcelar) a algunos individuos. -----------------------------------------------------------------------------------------
7. 4. 2 La argume ntación p ersuasiva Se puede estimar que en toda conducta argumentativa hay, además de su mecanismo lógico, un mecanismo d e persuasión. En los térm inos de Char aud eau, (1992: 779-801.) argumentar "es una actividad discursiva que participa de una doble búsqueda [de parte del sujeto enunciador] : una búsqueda de racionalidad [que conduce el razonam iento], y una búsqued a de influ encia, que tiende hacia un ideal de persuasión , que consiste en hacer compartir al otro (interlocutor o destinatario) cierto un iverso de discurso ". N os p ar ece, sin em ba rg o, qu e ta nto d esd e el p u nto d e vista d e la estructura del texto como desde la perspectiva del trabajo pedagógico, conviene señalar que estos dos aspectos de la argumentación pueden dar origen a dos subtipos de textos, según que el argumentador ponga el acento en una u otra bú squ ed a: -- los textos que se presentan abiertamente como una discusión de opiniones o tesis encontradas (que hemos llamado "argumentación razonamiento". Ver 7.4.1), y -- los textos en los que no se discuten opiniones, sino que se trata de convencer al destinatario --por medios generalmente indirectos-- de que adopte un determ inado comp ortamiento. La llamam os "argum entación p ersuasiva". En este segundo tipo de texto argumentativo no se discuten dos tesis en conflicto, ni se presentan n ecesariamente argum entos explí citos. 8 Se utiliza fund amentalmente en la publicidad comercial o en la propagan da polí tica, dond e se trata de persuadir al interlocutor de que compre u n determ inado pr odu cto, o de que vote por un determinad o cand idato. Su estructura se pu ede representar así : ---------------------------------------------------------------------------------ARGUMENTACION PUBLICITARIA
1. la TESIS PROPUESTA es que este prod ucto, dad as sus cualidad es, resolverá su deseo o n ecesidad . 2. los ARGUMENTOS tienden a imp lantar la idea de la eficacia del pr odu cto (presenta ción de sus cualidad es, da tos supu estamente cientí ficos, testimon ios de supu estos usuarios, la experiencia de la compañí a, etc.). 8 Razón
por la cual un esquema estrictamente lógico como el de Toulmin (1958) se aplica más difícilmente.
3. las PREMISAS (imp lí citas), subyacen a los argum entos. 3. la CONCLUSION es la confirmación de los resultad os p ositivos utilización del p rodu cto. 4. Adem ás aparece generalmente u na INCITACION A LA Compre este producto...Llama ahora mismo...V ote por Fulano.
de
la
ACCION :
N ot a: n o h ay TESIS ADVERSA , es decir, los hechos se presentan como si no hubiese otra alternativ a. (lo que es subrayado por los recursos lingüí sticos utilizados: Sólo este product o...; Gómez es el úni co que...; ----------------------------------------------------------------------------------
EJEMPLO
-----------------------------------------------------------------------------------------Publicidad de u n aceite (Visa Magazin e, octub re d e 1994). (La imagen mu estra la lámpara de Aladino y una botella de aceite "Superior") TEXTO : Sólo una de estas botellas le ayudará a cumplir su mayor deseo: mantenerse mejor. El Nuevo Aceite Superior, ahora enriquecido con Vitamina E, es 100% puro de maravilla y no contiene colesterol. Además de tener el mejor sabor, el nuevo aceite Superior enriquecido con Vitamina E, ha sido especialmente desarrollado para aquellas personas que gustan disfrutar de todo el sabor natural de las comidas, sin descuidar su salud. Aceite Superior. Para mantenerse mejor, por más tiempo. -----------------------------------------------------------------------------------------A) El mecanismo lógico subyacente pu ede presentarse así : Tesis: Este aceite le ayudara a mant enerse mejor. Arg.1: Enriquecido con V itamina E (Prem.1: La vitamin a E ayu da a mant enerse mejor ) Arg. 2: es 100% pu ro de maravilla (Prem. 2: Los aceites de maravilla son más saludables) Arg. 3: N o contiene colesterol (Prem. 3: A ceites con colesterol son dañinos) etc. Conclusión: A ceite Su perior , para mant enerse mejor.
B) En el aspecto discursivo (retórico), hay que observar las expresiones que apuntan a acreditar la idea de lo único (que elimina todos los otros candidatos p osible s): Sólo una de estas botellas N uevo A ceite (dos veces) El mejor sabor Las premisas (juicios que se dan por aceptados y que por lo tanto no se explicitan) tienen que ver con los estereotipos culturales socialmente compartidos: "comer bie n", "man ten er la lí nea ", qu e re m ite n a va lor es qu e "us ted no p u ed e d ejar d e compartir". Esta faceta retórica queda mejor en evidencia si analizamos el texto aplicándole el esquema actancial (Ver 6.5), dado que, en general los textos p u blicita rios p on en en escen a a u n d est in at ar io com o sujeto de un a búsqueda ("su mayor deseo"), y el prod ucto es presentado como u n adyuvante en la obtención del objeto de la búsqueda. Los elementos constitutivos de esta "retórica de la búsqueda" son entonces los siguientes: 1. el OBJETO D E BUSQUEDA : el texto instala en el destina tario un a NECESIDAD o u n DESEO , que desencadena u na búsqueda. 2. el SUJETO de la BUSQUEDA : es el destinatario (designad o generalmente por "Usted " u otr a mar ca alocutiv a) 3. el ADYUVANTE: es el prod ucto (o el cand idato) ofrecido 4. el OPONENTE (adver sario u obstáculo): aqu ello qu e dificulta la obtención del objeto d e búsqueda. En el caso de esta publicidad de aceite, estos elementos aparecen de la siguiente forma: l. La N ECESIDAD u objeto de búsqued a: "su mayor deseo: mant enerse mejor" ; sin por ello dejar de"disfrutar de todo el sabor natural de las comidas". 2. El SUJETO d e la búsqueda: el destinatar io (designado com o "Usted"-->"su mayor deseo" ): una p er sona a qu ien le g u sta co m er bie n "sin descuidar su salud". 3. El OPONENTE (obstáculo): las comidas, el colesterol. 4. El ADYUVANTE: este produ cto :"el N uevo A ceite Su perior". N ot as: i-- la necesidad (u objeto de deseo) aparece como una contradicción insoluble: "cuidar la salud --- disfrutar de la comida". El producto ofrecido se presenta enton ces como la solución de la contrad icción.
ii-- en este tipo de argumentación no puede haber, en el discurso, una tesis adversa. 9 En efecto, la eventual tesis adversa tend rí a que ser: Este producto no sirv e para satisfacer su necesidad (y nadie va a pagar una publicidad para decir que su p ro d u cto no sir ve ), o bie n : Hay otro producto m ejor para resolver su problema (y nadie va a pagar una publicidad para ofrecer un producto rival), o bien, atacando las p re m isa s: N o se preocupe por su silueta; coma lo que quiera (lo que serí a contrario al interés del prod uctor). Eventualmente, se alude al p rodu cto rival --sin nom brarlo--, sólo para demostrar qu e el prod ucto propu esto es mejor. En resumen, en el discurso argumentativo persuasivo (como el de la p u blicid ad ), se p on e e n m ar cha una ar gu m en ta ción qu e co nsist e e n con ve ncer qu e este producto, dadas sus cualidades es un aliado eficaz para obtener el resultado prometido. Si ponemos esto en el marco teórico del doble circuito del acto de lenguaje (Charaudeau, 1983, 1992. Ver 3.6), tenemos las relaciones siguientes: --en el circuito del HACER existe un ente productor , que tiene un producto que satisface cierta necesidad. El necesita comunicar este hecho a otros individuos, consumidores potenciales en el circuito comercial. Entre estos sujetos del mu ndo empí rico hay una relación de intercambio comercial. --el ente productor se da por lo tanto un proyecto de comunicación, que p asa necesar iam en te p or el d iscu rso. En tr a en tonces en el circu ito d el DECIR y constru ye un texto (él mismo , o un interm ediario p ublicista), en el que el objeto emp í rico de intercambio aparece en el mun do d e la representación ("el mund o enunciado") como un aliado de la búsqueda, la que satisface en su doble carácter concreto / abstracto (material: un aceite: / abstracto: la salud, mantenerse en forma. En el texto así construid o, pueden a parecer uno o varios enunciadores: un sup uesto usuario qu e dice que él o ella usa ese p rodu cto; la compañí a m isma que p arece hablarle al destinatario, etc. El destinatario es el cliente como "imagen de cliente". Entre estos sujetos del mundo enunciado hay una relación de intercambio lingüí stico. El sujeto comunicante espera que el sujeto emp í rico qu e recibe el texto, y que asume entonces su rol de sujeto int erpretante se identifique con la imagen d el destinatario que se le propon e ("efectivamente, yo quiero comer bien, pero al mism o tiempo disfrut ar de las comidas" ). O sea
------------------------circuito del HACER-------------------------------------circuito del DECIR-----------------enunciador(es) p ro d u cto r
9 Por
destinatario (imagen d e clien te ) clien te p ot en cial
supuesto que, en el mundo empírico, el producto ofrecido rivaliza con otros productos; el candidato de un partico rivaliza con los otros candidatos.
tor -----------el producto como aliado-------------------------------------------un producto----------------------------
EJERCICIO
------------------------------------------------------------------------------------------Aviso d el Lloyd s Bank (en Time International, 24-IV-1989). Ver el texto or iginal en in glés, en an exo.
Es tarea nuestra procurar que el hecho de mayores impuestos.
ser rico no le signifique
Una cosa es segura: si valía la pena obtener el éxito, vale la pena conservarlo. Y en las condiciones inciertas del mundo de hoy, ésa puede ser una ocupación de tiempo completo. ¿Tiene Ud. el tiempo necesario para evaluar cómo las tendencias políticas y económicas pueden afectar el valor de las inversiones que Ud. tiene en el extranjero? ¿Para buscar y evaluar formas de inversión nuevas y potencialmente ventajosas? ¿O para planificar sus negocios del modo más conveniente desde el punto de vista de los impuestos? Felizmente, si Ud. no puede hacerlo existe una alternativa práctica. Se llama Banco Privado Internacional del Banco Lloyds. Su banco privado Nosotros lo pondremos en contacto con un consejero personal, su ejecutivo de cuentas, que es especialista en inversiones globales para las personas. Esto pone a su disposición toda la capacidad de gestión de inversiones, la información y los contactos de un banco que tiene sucursales en 40 países. Para saber más, por favor escriba a Nigel Simpson, de nuestra oficina de Nassau, Casilla N1262, Nassau, o llame al teléfono (809) 322-8711/6. Islas Caimán, Dubai, Ginebra, Guernsey, Hong-Kong, Jersey, Londres, Luxemburgo, Marbella, Miami, Mónaco, Nueva York, Panama, Zurich.
Lloyds Bank International --------------------------------------------Elem entos p ara el análisis: --¿ Qué imagen de d estinatario se pu ede despren der d e este texto?
¿ Usted, como interpr etante, se identificarí a con el destinatario? (¿ Tiene inversiones en el ext ranjero? ¿ Hace negocios con Hong-Kong? ¿ Tiene cuenta bancaria en las Islas Caimán?) --¿ Cuáles son las prem isas y valores implí citos? (¿ Es malo ser rico? ¿ Conv iene pagar más impu estos?). --¿ Cuál es la necesidad del cliente --su "objeto de búsqu eda"? --¿ Cuál es el obstáculo par a la satisfacción de esa búsqued a? --¿ Cuáles son las cualidades d e este aliado qu e se ofrece?
7.5 Argumentación y enunciación La argumentación, en lo que a nosotros nos interesa, sin olvidar su dimen sión lógica, tiene qu e ser estud iada sobre tod o en sus aspectos discur sivos. En este sentido, hay qu e destacar que tod a intervención argu mentativa se inscribe dentro de un proceso de enunciación, y por lo tanto el discurso manifestado respond e a toda una serie de operaciones enunciativas (Ver Caps. 2 y 3). Por lo tan to, además de los aspectos macro- y super-estructurales, conviene examinar las estrategias enunciativas que el individuo pone en acción para construir su texto argumentativo. 7.5.1. la designación de los referentes La argumentación --como toda la actividad discursiva-- se sitúa en el nivel de la representación del mundo (Ver 3.6). En su conducta discursiva, el sujeto enunciador orienta la representación de las cosas del mundo que quiere imponer al interlocutor desde la d esignación misma de los referentes.10 Así , por ejemp lo, referirse a la policí a como "las fuerzas del orden" implica una visión positiva, favorable, que el d estinatario es llama do a comp artir. (Véase, en el contexto chileno, la utilización reiterada, durante la dictadura militar, de la paráfrasis designativa las Fuerzas Armadas y de orden" ). Llamar a la policí a"los pacos" , como se hace en Chile en el sociolecto popular, no es sólo un fenómeno de registro de lengua: refleja tam bién u na actitud enun ciativa frente al referente así designado. Igualmente no es lo mismo llamar a un grupo armado "los mercenarios", "los combatientes" o "los terroristas". Cada una de estas denominaciones resulta de una opción que adopta el sujeto enunciador para influir sobre la concepción del mundo que tienen los demás hablantes. El hecho de nombrar no es inocente. De ahí la lucha en el discurso p úblico por imp oner un a denom inación. (Como en Argentina, hablar del "proceso" y no de"la dictadura militar". O en Chile, tratar de
10 Es
por eso que la noción de ortónimo de B. Pottier (1993): (la designación justa, en una situación no marcada.), si bien puede ser justa en "lengua", parece discutible en el nivel del discurso. Seguramente, la designación "neutra" --sin visión particular del sujeto enunciador-- se da en los discursos informativos objetivos, si de telles choses existent.
impon er la expresión eufemí stica "el gobierno autoritario" p ar a re fer irse a la dictad ur a m ilitar de 1973-1989). 7.5.2. la califi cación d e los referentes Estrechamente ligada a la designación, la calificación de los referentes también contribuye a la estrategia argum entativa d el enunciador. Por ejemplo, en la polémica sobre "prohibir o n o pro hibir la pr áctica del boxeo" que se desarr olló en Chile en 1992 (Fuentes, 1996), algunos enunciadores hablan del box como de "este deporte" ; en cambio otros lo califican de "pseudo deporte" y de "barbarie". Los diversos enunciadores revelan así , desde el comienzo, su posición en esta p olém ica. La simple adjetivación está a menudo cargada de una visión argum entativa. Así pod emos encontrar en los periódicos ejemp los como: -"el mo not emát i co actor" (Schwartzenegger); - "el discutido director" (Almodóvar); 7.5.3. el uso de modalidades A diferencia de la narración, en la que la modalidad predominante es la aserción delocutiva, en la argumentación se encuentran los diversos tipos de oración y los diversos modos enunciativos. Hemos visto que se encuentran frecuentemente intervenciones en elocutivo, sobre todo de parte de supuestos usuarios en la argumentación publicitaria ( " Yo uso este producto" ). El destinatario es a menudo interpelado en forma alocutiva ( " U sted necesita tal cosa", "Para usted que busca lo mejor" ). Los argum entos explí citos, en cambio, apa recen generalmente como aserciones delocutivas, es decir como afirmaciones que deben ser tenidas por verdaderas. Pero también la m odalidad interrogativa cum ple un rol argum entativo importan te. Hemos visto que la mención d el objeto de la argum entación en form a interrogativa subraya su carácter de tema debatible, como en ¿ Cárceles priv adas?. Adem ás, el presentar la tesis adversa, en el tí tulo d e un texto, en forma interrogativa anun cia qu e el enunciador se d esmarca de ella para combatirla, como en el caso siguient e.
EJEMPLO
------------------------------------------------------------------------------------------Situación: en Santiago de Chile (en 1993) ocurrió una avalancha que ocasionó destrucción y m uerte p ara cientos de p ersonas. Int erdiscurso: autoridades d ijeron que se trataba de u n d esastre natur al. Desastre ¿natural? (La Nación, 6-5-1993) (Leonar do Cá ceres) Veinticuatro horas después de ocurrida la tragedia en diversas comunas de Santiago, que dejó un saldo cercano a dos decenas de muertos y casi un centenar de desaparecidos y heridos graves, la mayoría tendemos a olvidar lo sucedido. Y surgen de todos lados las explicaciones de que se
trató de un desastre "natural". ¡Como si fuera "natural" que por cada lluvia otoñal perdieran la vida tantas personas! Si así fuera, habría que llevar a los tribunales a San Isidro, y procesarlo con los agravantes de alevosía y premeditación. Hay otros, que están más cerca de nosotros, y son los que hacen los planos, construyen las casas y pavimentan las calles por los antiguos cauces de las avenidas de aguas. Esos, ¿no merecerán un juicio? Observe el carácter ind irecto d e esta argu mentación: -- la tesis pr opu esta sólo aparece en forma d e interrogación: "D esastre ¿ natural?", y de exclamación ¡Como si fuera "natural"...!. A partir de estas fórmulas retóricas, el lector r econstruy e la tesis: Esto no es un desastre natu ral. -- la argumentación "por el absurdo" (Perelman): "Si así fuera, habrí a que llevar a los tribunales a San Isidro". -- la conclusión presentad a bajo la forma de u na p regunta r etórica, que indu ce una respu esta afirmativa, y bajo la mod alidad alética (posibilidad ): Esos, ¿ no m erecerán un juicio? ------------------------------------------------------------------------------------------* las preguntas retóricas En este rubro de las modalidades de enunciación hay que destacar sobre todo el uso de pregunt as retóricas qu e es caracterí stico d e la argum entación. Estas p re gu nta s re sp on d en a una m ecán ica ri gu ro sa, en la m ed id a en qu e la re sp u est a (men tal o enu nciada) está estrictam ente calculada. Véase el texto del Lloyds Bank: hay un a serie de tres preguntas retóricas que pod emos resumir así : a) ¿ Tiene usted el tiempo necesario para preocuparse de sus inversiones en el extranjero? b)¿ ...para buscar nuevas formas de inversión? c)¿ ... para planificar sus impu estos? Evidentemente, la respuesta indu cida en el interpretan te es "No" . Y el texto lo confirma: "Felizmente, si Ud. no puede hacerlo, exist e una alternativa: el Banco Lloyds". En otros casos, la respuesta inducida es " S í " , como en la serie de pregu ntas argumentativas del Papa a los jóvenes en su visita a Chile en 1987: "¿ Estáis dispuestos a renunciar al pecado?" . "¡Sí!" , respuesta a coro de las decenas de miles de jóvenes --como estaba sabiamente calculado por el orador, sobre la base de la p re m isa im p lí cita "El pecado es malo" . Pero, como dice Charaudeau, el acto de lenguaje es siempre u na aventur a. Nun ca el orador p uede estar totalmente seguro que la m ecánica va a fun cionar . En el caso que m encionam os, despu és de varias p re gu nta s e n qu e e l m ecan ism o fu ncion ó a la p er fección , v in o u na qu e o bt u vo u na respuesta que no estaba prevista: "¿ Estáis dispuestos a renun ciar al sexo?" ---> .........."¡No!". *modalidades de enunciado El uso de las d iversas modalidad es de enu nciado es también caracterí stico de la argumentación. Se trata en este caso de las modalidades epistémica, doxática, alética, deóntica, volitiva : "saber", "creer", "poder ", "deber", "querer" (2.6). (Ver, por ejemp lo, el texto "He d ecidido d ejar d e fuma r"). En particular, es importante subrayar el uso de estas modalidades para redu cir el valor universalizante d e la conclusión. Dicho de otr o m odo, el emp leo
de una modalidad permite relativizar el campo de aplicación de la conclusión, limitand o su alcance. Ejemplo: despu és de una serie d e argum entos sobre el daño que hace el tabaco, la conclusión puede ser: Dejar de fum ar. Pero esta conclusión universal pued e mod alizarse en: -- Pienso dejar de fum ar -- Q uiero dejar de fumar -- Tengo que dejar de fumar -- Posiblemente deje de fumar, etc. 7.5.4. actos de habla Toda condu cta argum entativa tiene por objetivo influir sobre las opiniones del otro, como ya lo hemos anotad o. Por lo tanto, el discurso argu mentativo tiene la fuerza ilocutiva d e todos los actos de habla. Los discursos argumentativos d eben también ser estudiad os desde el pu nto d e vista pragm ático, es decir desde el pu nto de vista de la relación que establecen entre el enunciador y el interlocutor: darle un consejo, proponerle una acción, convencerlo de votar por Fulano, etc. Ya hem os visto que en la argumentación publicitaria este aspecto incitativo aparece expresado con la modalidad deóntica: Llame enseguida, V enga a vernos, N o lo piense m ás. V isitenos sin compromiso.¬¬ 7.5.5 dialogismo y polifoní a Si el discurso argumentativo intenta siempre influir sobre el otro, quiere decir que la argum entación es esencialmente d ialógica. De un a u otra m anera, el otro --o la opinión del otro-- se trasluce en la argumentación. En efecto, aunque se trate d e un texto escrito, constru ido sólo por el emisor, éste debe toma r en cuenta las representaciones del otro para responder por anticipado a los contraargumentos posibles. Por ejemplo, en la argumentación publicitaria, si un p ro d u cto es car o se in sis tirá en qu e "su calidad es mayor", "los otros productos no ofrecen lo que éste ofrece" , o se utilizará su mayor precio para construir una imagen halagadora del d estinatario: "Ust ed se lo merece..." , " Para ust ed que busca lo mejor..." El rol del intertexto es tam bién d igno d e considerarse en este ru bro. Ya vimos en 3.3. qu e el enu nciador pu ede m ovilizar las palabras ajenas haciénd olas suyas o desmarcándose de ellas. En efecto, el examen de los mecanismos del discurso referido 11 son cruciales para el análisis de los textos argumentativos, en p ar ticu lar en lo q u e se re fier e -- a los "argumentos de autoridad": Según Chomsky.... El Papa afirma que... Ya Hume demostró que... -- a la forma de presentar el discurso del otro (reformulándolo, deformándolo, caricaturizándolo). * legitimación / deslegitimación
11 El
filósofo australiano D.C. Stove (1995), en una parte de su crítica de los irracionalistas contemporáneos (Popper, Kuhn, Lakatos, Feyerabend) señala cómo el uso del encomillado permite a estos autores neutralizar el contenido semántico de palabras como "verdad", "conocimiento", "progreso científico".
Un asp ecto particular del fenómeno d e dialogismo en la argum entación, es el uso de recursos de legitimación de pa rte del sujeto enun ciador. En térm inos generales, hablarle a alguien es siempre una operación delicada porque, de un modo u otro, entramos en su territorio simbólico. Es por eso que se deben tomar toda suerte de precauciones: uso de elementos fáticos, actos de habla indirectos, etc. (¿ Puedo hacerle una pregunt a?; ¿ M e permit e una palabra?; Perdone, señor, ¿ podrí a darme una in formación?" ) Con mayor razón, estas precauciones son necesarias cuando se trata de argum entar con alguien, es decir, cuando se trata d e penetrar en el terreno de sus opiniones, para intentar modificarlas. Es por eso que en una conducta argum entativa aparecen toda clase de estrategias de -- legitimación de sí mism o como sujeto argum entador, y de -- legitimación del objeto de la argumentación, es decir validar el hecho mismo de discutir un determinado tema (que, en algunos casos puede parecer, para el otro, "no objeto de discusión"). Para ello, se utilizan mecanism os como --señalar un estatus legitimante: "Yo, como padre de fami l i a , opino que..." --declararse portavoz de u n gru po: " A nombr e de los trabajadores de esta empresa, quiero decir que..." --presentar los tí tulos académicos (u otros): "El autor es D octor en D erecho de la Univ ersidad de Parí s." --recurrir a estrategias de denegación: " N o quisiera meterme en tus asuntos, pero creo que..."; "Y o no pretendo convencerte, pero..." El m ovimien to dialógico contr ario consiste en el uso de estrategias d e --deslegitimación del adversario. (es decir, estrategias que apuntan a disminuir el estatus del ad versario, hasta eventualmente descalificarlo como ar gum entador). Ejemplo: alguien critica a un emp resario porque trata mal a sus trabajadores 12 A) Usted es demasiado duro con sus empleados. El interpelado replica: B) Usted tiene muy poco derecho a decir eso. En su propia industria las cosas andan mucho peor. En este terreno, se entra en lo que se llama habitualmente los argumentos ad hominem. 13 Se trata de intervenciones que tienen por objeto atacar a la persona del adversario, para no tener que responder a sus argumentos. Por ejemplo, en una asamblea A) Exijo que el Director dé cuenta de los dineros que recibió del gobierno y que no aparecen en el balance... B) Usted no tiene derecho a exigir nada porque nu nca ha asistido a las reuniones. 7.5.6. implí cito/ explí cito
12 Ejemplo
citado por Perelman. (1970) propone distinguir los argumentos ad hominem y los argumentos ad
13 Perelman
personam.
Ya señalamos el rol impor tante d e los elementos implí citos en un a argum entación, por ejemplo en lo que se refiere a las prem isas, que generalm ente deben inferirse a partir del texto manifestado. Pero, sin d ud a, se trata de algo más general. La argumentación, como dice Charolles (1980: 14), es un "montaje" por medio del cual el sujeto enunciador "pone en evidencia las cosas que es bueno decir y evita lo que p odrí a ser explotado en un sentido desfavorable". Dicho en otros términos, el sujeto enun ciador elige aquellos argumentos que ayu dan a su tesis, y deja de lado otros elementos de la realidad que pod rí an constituir argumentos desfavorables. En la argumentación publicitaria, el automóvil corre p or calles libre s d e at och am ien to s; el ciga rr illo est á en u n cen icer o im p ecab le, sin acumulación de colillas malolientes; los bebedores de cerveza son jóvenes y esbeltos. En u na carta que los p rofesores de leng uas clásicas d e un liceo francés enví an a los padr es de los alumn os para convencerlos de que inscriban a sus hijos en los cursos de latí n o de griego (analizada en Charolles 1980), los autores d an todo tipo de argumentos sobre la utilidad de estas lenguas; pero por supuesto no mencionan el hecho de que si la enseñanza de esas lenguas desaparece de la enseñanza secund aria ellos se quedan sin trabajo. Eso constituirí a un argum ento contraproducente. 7.5.7. puesta en escena "Montaje", "puesta en escena", "teatralidad", son diversas expresiones que se utilizan p ara d estacar el hecho de que la argu mentación --como tod o d iscurso, p er o m ás ab ier ta m en te qu e los d em ás d iscu rs os -- se sit úa siem p re en el n ivel d e la s representaciones del mundo que se construyen las personas. "El discurso argumentativo debe ser siempre considerado como una puesta en escena para el otro", dice Vignaux (1976). Los argumentos son aserciones que se presentan com o justificación d e un a opinión. Es decir, los argumentos son entidades discursivas, y no entidades del mu nd o emp í rico. Dicho llanamente, los argumen tos no son los "hechos reales", sino la representación de los hechos, que el sujeto enunciador pone en escena con su a cto d e lengu aje (Ver 3.6). Por ejemplo, supongam os que Pedro tiene que ir a una entrevista para un emp leo y pide la op inión a dos am igos. El amigo A le dice, A) N o te preocupes; ellos te conocen bien y el am igo B, le dice, B) Ten cuidado; ellos te conocen bien. El hecho emp í rico de "conocerlo bien" argu men ta en favor o en contr a, según cual sea la visión que de ello tiene cada enu nciador. De un modo más general, cualquier elemento de la realidad puede ser p re sen ta d o p or el su jeto en u nciad or com o un ar gu m en to fav or ab le o d esfa vo rab le. Por ejemplo, que X sea negro o blanco, joven o viejo, caro o barato, será transformado por el enunciador en un argumento que apoye su tesis, según las representaciones compartid as y según la situación de interacción.14 14 Como
dice Aristóteles en la Retórica , para atacar a un hombre prudente hay que presentarlo como frío y calculador; para alabar a un hombre simple, hay que subrayar que
7.6. Argume ntación y textualidad Cada texto argumentativo que se somete al análisis tendrá que ser examina do tam bién es sus aspectos prop iamen te textuales, es decir con resp ecto a las relaciones d e recurren cia, pr ogresión y conexión qu e se observa n en él. (Ver Cap. 4). En el caso de la argumentación, los fenómenos de conexión son p ar ticu lar m en te im p or ta ntes . Estos fen óm en os tend rá n qu e ser est u d iad os por lo menos en dos aspectos: a) la relación de los argum entos, unos con otros y con respecto a la tesis propu esta. La pertinencia de los argumentos es, en este sentido, crucial (Maier, 1989). Un argu men to que p resente un a relación débil con respecto a la tesis pod rá ser fácilmente refutad o. (Como, por ejemp lo, adu cir qu e un ind ividuo condenad o por un crimen sufre de hipocondrí a, para pedir que no sea encarcelado). b) el u so d e conectores y otros operadores. Estos son p articularm ente importan tes en la argumentación, en la medida en que ellos orientan la interpretación que debe da rse a la relación entr e dos aserciones. (Anscombre y Ducrot, 1983). Así , por ejemplo, "pero" y "porque" ind ican u na r elación diferente entre "trabajar mucho" y "estar cansado" : i) Pedro está cansado porque trabaja mucho ii) Pedro está cansado pero trabaja mucho. N ót ese ta m bién el ro l ar gu m en ta tiv o d e op er ad or es com o "más", "menos", "sólo", "apenas", "casi" , etc. Por ejemp lo, si en u nas elecciones, el partid o X obtuvo 31% de los votos, un enu nciador pu ede d ar u na visión favorable del hecho, diciendo i) El Partido X obtu vo más del 30% de los votos. ii) El Partido X obtu vo casi el tercio de los votos. Otro enunciador pod rá dar un a visión negativa diciendo ii) El Partido X obtu vo apenas 31% de los votos. iii) El Partido X obtu vo sólo el 31% de los votos. Todas estas aserciones son ciertas en el nivel de la información; pero son radicalmente diferentes en cuanto a la opinión qu e trasuntan. Los conectores más frecuentes en los discursos argumentativos (ver 4.7.2) son los: -- causales: porque, ya que, dado que, puesto que... -- consecutivos: luego, entonces, por lo tanto, en consecuencia... -- adversativos o contracausales, que indican que, en vez de la conclusión p re visib le, se verifica la con clu sión op u est a: pero, sino, etc. ( Juan está enfermo, pero vendrá a trabajar ). -- concesivos, que permiten en un prim er movim iento "conceder" un argum ento de la tesis adversa para -en un segund o movimiento- oponerle otro argum ento que lo anula: sin du da, claro, etc. (Claro que los sueldos son bajos, pero el patrón no puede pagar más).
es honesto. (Libro I).
EJERCICIO
------------------------------------------------------------------------------------------La argumentación: aspectos enunciativos y textuales Lea el texto de la pág ina siguiente ("Carta a un emp resario", 14-VI-1993).
La Epoca,
p egar
em p re sario
texto
Ca rt a
a
un
Observe: -- el aspecto d ialógico de este texto (facilitado p or su form ato "carta"). ¿ Cómo, cuántas veces, el enunciador interpela al destinatario? ( señor empresario, ust ed...) -- las precauciones que tom a el argum entad or, concedién do le pun tos favorables al otro. (Tal vez sea usted un hombre generoso) -- la evocación dialógica de los posibles argumentos del otro (contra-argumentos) y las refut aciones. (Usted dice que da trabajo a otros...pero... ) --la evocación y la refutación de op iniones que el otro pod rí a atribuir al enunciador. ( N o le digo que elimine su empresa...No estoy proponiendo un sistema socialista...Tampoco le propongo...) --el uso de preguntas retóricas. (¿ Es necesario decirle que la pobreza es una realidad entre nosotros?) --el uso d e fragmentos narrativos. ------------------------------------------------------------------------------------------7. 6 La argume ntación e n textos literarios En las obras literarias se encuentran a menudo secuencias textuales argumentativas. Estas argumentaciones pueden presentarse en forma monolocutiva, como en los casos de monólogo interior del teatro clásico (como Hamlet que se interroga ante una calavera sobre el dilema To be or not to be). Pueden aparecer tam bién argum entaciones d ialogales (como en las largas discusiones entre N aph ta y Settembr ini en La Mont aña Mágica, de Thomas Mann ). La famosa oración fúnebre d e Marco Anton io ante el cad áver d e César --en el Julio César de Shakespeare-- ilustra muy bien la estrategia argumentativa de un orador. Recordem os que cuand o Marco Antonio interviene, ya la tesis adversa ha sido planteada por Bruto: Habí a que dar mu erte a César, porque César era un tirano". Y el auditorio ya ha aceptad o esa tesis, como lo p rueban los gritos de los ciud adan os: "¡ Este César era un t irano! ¡ Eso es seguro, felizm ente ahora Roma se ve libre de él!" . Cuando Marco Antonio habla, empieza por legitimarse: "V engo a ent errar a César, no a hacer su alabanza". E inmediatamente señala que si lo que afirma Bruto es cierto, enton ces César es culp able. Aún más: afirm a y repite qu e no pon e en du da la veracidad de Bruto, porque "Bruto es un hombre honorable". Pero de hecho, en su discurso, se dedicará a refutar u no por uno los argum entos de Bruto: -- que César era ambicioso, -- que César no a ma ba a su pu eblo, etc. Esta refutación la ap oya con todo tipo d e ejemplos que pru eban lo contrario de lo que afirmaba Bruto. La conclusión la dan los propios ciud adan os de Roma con sus gritos: "¡ Oh, noble César!", "¡ Traidores, v illanos!, ¡ V enganza!". 7. 7 La argumentación cotidiana La argumentación puede ser estudiada desde distintos puntos de vista -lógico, filosófico, retórico--, y en diver sos camp os --jur í dico, cientí fico, religioso, p olí tico , etc. P er o lo qu e m ás in tere sa a u n lin gü ist a y a u n p ro feso r d e len gu a es sin duda la utilización de la argumentación que hacen los individuos en
situaciones cotidianas de comunicación. Ello lleva a estudiar formas de lógica que se apartan de la lógica formal, en particular la "lógica natural" (Grize, 1982). Ya vimos por ejemplo en 4.8. que en el lenguaje natural hay que dejar lugar a la contrad icción, la parad oja, la indeterm inación, etc. En efecto, en el lenguaje natu ral --- A y -A p ued en d arse conjuntamente: Y o no soy yo. Qu iero y no quiero. Hay que estar ahí sin estar ahí . --- A pu ede transformarse en -A: ¡ Y a no soy una niña! --- Ha y indeter min ación entre A y -A: Y a no la quiero es cierto; pero tal vez la quiero. En un sentido m ás general, hay qu e recordar que en el lenguaje natural las relaciones entre un argumento y una conclusión son pragmáticas, vale decir resultan d e la representación d el mu nd o qu e construye el sujeto enu nciador. Véase de n uevo el ejemp lo de Flaubert citad o en 4.7.2.: A un que era filósofo, el Sr. H omais respetaba a los muertos. Si se le aplicara la lógica form al a este enu nciado, eso darí a algo mu y extraño. Argumento: El Sr. Homais era filósofo. Conclusión: N o respetaba a los muert os. Premisa: Los filósofos no respetan a los muertos (??). Refutación ("adversativo"): Sin embargo respetaba a los muertos. * argumentación oral: La comp etencia argum entativa oral dialogal es la m ás generalizada, ya que se desarrolla desde la más temprana edad. El niño aprende a discutir desde muy p eq u eño, en situ acio nes in for m ale s d e com un icaci ón (con u n a "lógi ca" q u e ha br í a que estud iar). Lo que es más difí cil es desarrollar la capacidad de intervenir en argumentaciones más ritualizadas, del nivel formal, como debates, foros, paneles, etc. Aquí aparecen problemas de planificación del texto y de encadenamiento de los argumentos (Perelman ), para que la intervención sea coherente y bien estructurad a. Una dificultad similar se presenta con la argumentación oral monologal. En efecto, el ind ividuo p uede ser llamad o a hablar en p úblico, es decir a tom ar la p ala br a an te u n au d ito rio p ar a p resenta r un p u nto d e vista. Ten d rá qu e p ro d u cir un texto monocontrolado (Ver 4.2), en el que tend rá qu e incluir p or polifoní a los argum entos del adversario, para r efutarlos. *argumentación escrita Más difí cil aún es la argum entación escrita. En este caso --que generalmente exige el uso del estilo formal de la lengua-- el individuo tiene que p ro d u cir solo, en au sen cia d el d est in at ar io, u n te xto m on ocontr ola d o, e n el q u e sin embargo tiene qu e considerar las opiniones del ausente (Ver 4.2). Aquí la necesidad de elaborar un adecuado plan de t exto es crucial. Además se requiere un man ejo acertado de tod os los conectores y operad ores argum entativos de la lengua formal, como sin embargo, si bien es cierto, ahora bien, no por eso, a mayor abundamiento... N o p ar ece clar o, d esd e el p u nto d e vista teór ico, cóm o se p u ed e p asar d el aprendizaje de una de estas formas de argumentación a la otra: de la argumentación oral a la argumentación escrita (Bain, 1991). Lo más probable es que haya que prever variadas formas de intervención pedagógica para que el
alumno ponga en acción diversas conductas argumentativas según las diferentes situaciones de comu nicación: oral / escrita; monologal / dialogal; y las diferentes formas d e argumentación: razonada / persuasiva; directa / indirecta.
EJERCICIO
-----------------------------------------------------------------------------------------Construir una argumentación escrita Sobre la base de algunas ideas prop uestas en una discusión tratar de construir un texto argum entativo escrito, como una declaración o un panfleto.
informal, carta, una
Ejemplo Tema: reivindicaciones del personal de u na em presa 1. La conversación que se transcribe aquí da cuenta (en forma resum ida) de una discusión que diversos trabajadores de una empresa han sostenido entre ellos, p ar a p re p ar ar u na p etición al em p re sario. 2. Identifique los problemas y los argumentos que se presentan para justificar las eventu ales peticiones. Iden tifiqu e también los posibles contr a-argu men tos. DISCUSION (texto inventado)
A) Bueno. ¿ Qu é es lo que le vamos a plantear al patrón? (...silencio...) B) N o sé. M ejor esperemos que él nos present e su proposición. C) N o, mejor hay que adelantarse. Porque él v a a recurrir a su equipo t écnico. Y va a decir que estamos muy bien. D) Por lo menos habrá que decir que los sueldos están mu y bajos. C) Sí , pues. A algu nos, con diez años de servicio nos pagan lo mismo que a los que recién ingresan... E) Y a otros nos calificaron en el nivel superior; pero nos siguen pagando el mismo sueldo. N o hubo aument o por la capacitación. A) Bueno. En general, los sueldos son malos... F) Si, pero él dice que nunca han aumentado tanto los sueldos como ahora...y que los reajustes han sido superiores al alza del costo de la vida. D) Claro, pero es que nos tení an en una sit uación im posible desde hace varios años... G) V a a haber que mencionar las condiciones de trabajo. Hay problemas de seguridad. Y a veces nos hacen t rabajar hasta las ocho de la noche... E) ¡ Y el problema del rancho! La empresa tendrí a que ver que haya comida buena y a precios razonables... H ) Claro. Porque si uno no se alimenta bien no puede rendir... B) Sí , pero ahora por lo menos hay una cafeterí a. Ya no tiene que traer uno su comida de la casa...
G) Sí , pero a qué precios. Hay que inclu ir un a cláusu la que fije el precio máxim o de la colación... (...silencio...) A) Bueno. En eso quedamos. Podemos pedirle a Pérez que redacte un a carta para el patrón. 3. Imagine qu e usted es Pérez. Prepare el docum ento. H aga un plan d e texto. Presente aquí una red acción posible. N o o lvid e q u e tien e qu e -- usar un estilo formal -- legitimarse como interventor -- cuid ar "la cara" del destinat ario -- ordenar su s argum entos -- tomar en cuenta el pun to de vista del otro y refutar por anticipad o sus contra-argum entos. -------------------------------------------------------------------------------------------
CAPITULO OCTAVO EL TEXTO DESCRIPTIVO Sintagmas descriptivos, textos descriptivos. Estru ctura de la descripción. Operaciones básicas. Descripción objetiva y su bjetiva. Text os programáticos.
Hemos visto ya que en todo texto se pueden encontrar sintagmas u oraciones descriptivas (Cap. 5). En efecto, todo hablante ordinario tiene una competencia descriptiva que le permite describir y caracterizar los individuos, lugares, objetos, etc. que aparecen en su discurso. Esto se puede observar incluso en los t extos conversacionales: A) ¿ Ust ed vio a los asaltant es? B) Sí , pero todo fue mu y rápido. Eran tres, dos hombres y un a mu jer. A) ¿ Eran jóvenes? B) Sí , de pelo corto...y andaban bien vestidos, etc. 8.1 Segmentos textuales descriptivos Ahora bien, si en todo texto se puede encontrar descripciones, eso no quiere decir que todos los textos sean descriptivos. Una vez más, convendrá distingu ir los niveles de aná lisis. -- En el nivel micro-estructural, podemos encontrar todo tipo de segmentos descriptivos, desde una simp le adjetivación hasta un p árrafo entero. Así , por ejemplo, ya vimos que en los textos narrativos se encuentran caracterizaciones de p er sonajes y lu ga re s, so br e t od o en la s itu ació n in icial: En u n lejano reino, en medio de mont añas y rí os, viv í a Sebastián, un joven mu y v alient e y astut o, que soñaba con hazañas que lo hicieran famoso y admirado. (Cuentos adaptados por Soledad Espinoza, VISA). -- En el nivel macro-estructural, podemos encontrar textos que, como un todo, tienen p or car act erí stica la d e consti tu ir u na d escr ip ción . Po r e jem p lo, u na gu í a t u rí stica, un capí tulo de un libro cientí fico, un av iso de remate, etc. Dicho de otro modo, podemos encontrar secuencias descriptivas en un texto narrativo (como acabamos de señalar en el párrafo anterior), o en un texto argum entativo (por ej., al describir las caracterí sticas de un prod ucto). Pero tam bién en contram os textos cuya fun ción globa l es describir algo: en este caso hablamos de texto descriptivo. 8.2 Sintagmas descriptivos
En el caso de las oraciones o sintagmas descriptivos no pod emos hablar de una estructura rigurosa. En efecto, pu eden cum plir un a función descriptiva, entre otros: --un simp le adjetivo (o sintagm a ad jetivo): Un labrador muy . pobre --un sintagma p reposicional: Un reloj de or o ; la casa de l a playa . --un a subord inada relativa: Un labrador que tenía sei s hi j os . Se trata en todo caso de sintagmas u oraciones que cumplen una función adjetiva, y que son por lo tanto incidentes a un elemento de carácter nominal. En los térm inos d e Pottier (1987: 67-96), se trata d e sintagm as qu e funcionan como aporte respecto a un soporte. O sea: SOPORTE <------ APORTE un reloj <------ -muy hermoso -de oro -que Pedro habí a heredado de su abuelo.
El segmento descriptivo puede tener cualquier dimensión (desde una p ala br a hasta u na ser ie d e p ár ra fos) y p u ed e a p ar ecer en cu alq u ier lu ga r d el texto, según la necesidad que sienta el sujeto enu nciador d e describir ind ividuos, objetos o lugares. En algunos textos literarios, como las novelas, pueden aparecer largos p asajes d escr ip tiv os (p iénsese en las d escr ip cion es d e Balza c o d e Flau bert , por ejemplo). Algún lector puede incluso saltarse esos pasajes para retomar rápidam ente la secuencia narrativa (lo que ind ica que el lector tiene la capacidad de reconocer esos fragmentos textuales como descriptivos). 8.3 La enumeración Como lo señala Adam (1992: 80-102), la enumeración de las partes y de los atributos de un objeto constituye el punto de partida del procedimiento descriptivo. Obsérvese la enumeración de las prop iedad es de u n vehí culo en la p ro p ag an d a a u tom ot riz: Nueva Ranger TRACK * Motor de 2.300 cc * inyección electrónica * dirección hidráulica El enumeración apar ece enton ces como el nivel de base de la descripción. En efecto, la descripción se constituye primero como un inventario de los elementos que com pon en un conjun to. En el caso de la pu blicidad recién citada, la estructur a bá sica es:
----------------------------------------------------------------------------
1. el OBJETO o TEMA de la d escripción: la Ranger TR A CK camioneta) 2. las PARTES (o ASPECTOS ) del todo: motor, iny ección,
(una
dirección...
3. la CARACTERIZACION -- del objeto: Ranger TRACK <---nueva -- de cada un a d e estas partes o aspectos: motor <--- de 2.330 cc inyección <--- electrónica dirección <--- hidráulica ----------------------------------------------------------------------------8.4 Estructura de la descripción Ha y, entonces, tres operaciones básicas de la d escripción: 1 identificación de un OBJETO o tema de la descripción, que funciona como hiperónimo (un h ipertema). Esta identificación del tema pu ede ir al comienzo del texto, y ap arece como u na especie de tí tulo, como en el caso de la pu blicidad recién mencionada. O bien puede ir al final del texto, como una suerte de solución a un enigm a, com o en el ejemp lo siguient e:
Este que veis aquí, de rostro aguileño, de cabello castaño, de frente lisa y desembarazada, de alegres ojos y nariz curva, aunque bien proporcionad a (...); éste, digo que es el rostro del autor de Galatea y Don Quijote de la Mancha. Llámase Miguel de Cervantes Saavedra. 2. enumeración de las PARTES o aspectos d el objeto, y 3. CARACTERIZACION tanto de las p artes, como d el objeto mismo. N ót ese qu e las op er acio nes 2 y 3 son re cu rs ivas. Vale d ecir qu e p u ed en aplicarse varias veces, y pu eden d ar origen a constru cciones encastrad as. En efecto, una vez que se ha descrito un a parte d el todo, puede d escribirse una parte d e esta p ar te, y a sí su cesiv am en te . Ejem p lo: TEMA :---------------------UNA MUJER PARTES: la cabeza
el talle las piern as, etc. SUB-PARTES: los ojos
(de la cabeza)
la boca la nariz
SUB-SUB-PARTES; los labios
(de la boca)
los dien tes
Esta estructuración se pu ede mostr ar como una jerarqu í a vertical de p ar ticu lar iza ción , en la q u e cad a elem en to p u ed e r ecib ir u na ca ra cteriza ción : UN A MUJER <--- hermosa cabeza <--- erguida labios <--- rojos dientes <--- de una blancura inmaculada. 4. Agréguese a tod o esto, una op eración de EXPANSION que, ya sea por comparación , por metaforización o por reformulación, permite al texto descriptivo abrirse ha cia otros horizontes. Ejemp lo: Era una hermosa mujer, de cabeza erguida, y labios rojos, que dejaban ver un os dientes de un a blancura inm aculada. Par ecía un a de esas git anas qu e ro dean a Carm en en l a ópera de Bi zet . En sum a, tenemos un a estructuración con los siguientes elementos: ----------------------------------------------------1. el OBJETO de la descripción 2. la enum eración de las PARTES 3. la CARACTERIZACION -del todo -de las partes 4. la EXPANSION de las caracterizaciones ----------------------------------------------------------------------
8.5 Des cripción y enunciacion Desde el punto d e vista enun ciativo, es decir d esde el punto d e vista de la p re sen cia/ au sen cia d el su jeto d escr ip to r en su texto , p od em os d istin gu ir u na descripción objetiva y una descripción subjetiva. En este último caso podemos incluso en contrar instancias d e d escripción tend enciosa, de carácter mar cadamente argumentativo. 8.5.1 la descripción objetiva En una descripción objetiva, la modalidad dominante es la aserción delocutiva. El enunciador describe el mundo sin intervenir, aparentemente. Es "como si el mundo hablara solo" (Ver 2.4). Este tipo de descripción se encuentra, p or ejem p lo, en los texto s cie ntí ficos --u n en tom ólo go d escr ibien d o u n in sect o, un bo tá nico d escr ibien d o u na p lan ta , u n geóg ra fo d escr ibie nd o u n terr ito rio, etc. (Ve r sin embargo 8.5.2.) EJEMPLO (el texto "Las d efensas d el organ ismo", citado en 4.6.2.)
------------------------------------------------------------------------------------------LA LINFA
Es un fluido claro acuoso, de color pajizo, con una composición similar a la del plasma, del que deriva. Mientras que la sangre circula únicamente por los vasos sanguíneos, la linfa lo hace por el propio tejido y transporta nutrientes, oxígeno y agua desde la corriente sanguínea hasta cada célula individual. También recoge productos de desecho como dióxido de carbono, urea y agua, y los lleva hasta la sangre. La linfa es el conducto intermedio entre las células tisulares y la sangre. ------------------------------------------------------------------------------------------8.5.2. la descripción subjetiva Existen en cambio discursos descriptivos en los cuales el sujeto enunciador asume su descripción, la que entonces aparece como claramente subjetiva. Es el caso de los textos o segmentos descriptivos construidos en el modo elocutivo, al estilo de la aut obiografí a, com o en el texto siguient e:
Por mi parte, soy o creo ser duro de nariz, mínimo de ojos, escaso de pelos en la cabeza, creciente de abdomen, largo de piernas, ancho de suelas, amarillo de tez, generoso de amores, imposible de cálculos, confuso de palabras, tierno de manos, lento de andar,...etc. Pablo Neruda. Defectos escogidos. También pu eden en contrarse textos descriptivos subjetivos constru idos en el mo do alocutivo, como en la canción: Eres alta y galana... Pero, y esto es lo más impor tante, cualquiera qu e sea el modo enun ciativo utilizado (elocutivo, alocutivo o delocutivo), la descripción es siempre el resultado de una actividad enunciativa de un sujeto, que describe el mundo desde su visión y que pone en relieve los aspectos que le parecen pertinentes. En este sentido, incluso en las descripciones cientí ficas se pued en encontrar indicios d e subjetividad: adjetivaciones subjetivas, uso de modalidades, empleo de metáforas, etc.1 (Sobre discurso subjetivo en la ciencia, ver p or ejem plo Cor acini, 1991). EJEMPLO
Obsérvese el fragm ento d escriptivo sigu iente de Coronación de José Donoso: ------------------------------------------------------------------------------------------LA NUEVA SIRVIENTA ( Nuestro título)
El aspecto de la muchacha le pareció notablemente poco agraciado. Observándola con más detenimiento, sin embargo don Andrés concluyó que no tenía derecho a esperar otra cosa de una campesinita. Pero era fuerte y bien formada, con un curioso color cobrizo opaco y cálido esparcido sin matices sobre los labios gruesos, sobre los pómulos levemente alzados, 1 Lo
que no debe ser puesto en una escala valorativa donde "lo objetivo" sería lo bueno, y "lo subjetivo", lo malo.
sobre los párpados gachos que ocultaban ranuras húmedas y oblicuas bajo el espesor de las pestañas, sobre la manos toscas. Don Andrés observó que sólo el dorso de la mano era cobrizo como el resto de la piel; la palma era unos tonos más clara, un poco rosada, como..., como si estuviera más desnuda que el resto de la piel de la muchacha. Un escalofrío de desagrado recorrió a don Andrés. En fin, el aspecto de la pobre sirvientita ganaría bastante con el delantal blanco de uniforme, y a su modo quizás llegara a verse bonitilla. José Donoso. Coronación, p.17. m uchacha ha --->una campesinit campesinita a * Observe las reform ulaciones: la muchac --->la pobre pobre sirvient ita. * Observe cómo la d escripció escripción n sigue la mirad a d e don And rés: rés: "fuerte y bien formada" formada" caracteriza el todo, subrayando la unidad temática; luego la caracterización "el curioso color cobrizo" p er m ite ir re cor ri en d o las d ive rs as p ar tes te s y sub-partes: los pómulos, las manos, el dorso de la mano, la palma (de la mano). cómo el color color más p álido álido d el dorso de la man o introdu ce una expansión, expansión, * Observe cómo p or m ed io d e u na com p ar ació n : la piel más clara ---> la desnudez . desnudez . ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------8.5.3. la descripción tendenciosa La subjetivi subjetividad dad en la d escripci escripción ón p ued e dar incluso incluso origen a descripciones descripciones tendenciosas, en las cuales la intención argumentativa es marcada. Un ejemplo notorio de este tipo de descripción lo da Charolles (1980), en un texto del p er iod ist a Ph ilip p e Bouva Bou va rd sobr so br e la ar tis ta d e cine cin e fra n cés cés De lp h in e Seyr ig. (Nuestra trad ucción) ucción) --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------La crónica de Bouvard
SABADO
Cuando llegó a Maxim's no la reconocí. Yo conservaba de Delphine Seyrig el recuerdo de una rubia alta, de cabellos platinados, bastante sofisticada. Ahora, vestida con descuido y peinada a la diabla, más bien parecía salir de un taller de desabolladura que del Actor's Studio. ¿Confesaré que me asusté un poco? Y no sólo porque sospecho que lleva en su cartera alguno de esos instrumentos cortantes con los cuales algún día las señoras del MLF [Movimiento de Liberación Femenina. Nota de G.A] nos impondrán la verdadera igualdad sexual: la de la anatomía. Lo que me hiela en Delphine Seyrig son sus ojos de batracio, sus labios que se abren apenas y que parecen ignorar la pasión, su mentón que a fuerza de retener la expresión se hace más agudo cada año y que quizás se pondrá un día tan puntudo como el de una bruja. ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
EJERCICIO
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Observe el el texto texto siguiente siguiente de una gu í a tu rí stica stica (Turiste (Turistel) l)
MUSEO Y PARQUE HU ALPEN (Entrada gratuita. Sólo pagan los vehículos)
La casona (aprox. 1885), cuadrada, con techo de tejas, patio central y corredores exteriores vidriados, es una sobria y amplia mansión, con salones y dormitorios alhajados con los muebles originales. Los restantes espacios albergan una extraordinaria colección de ebanistería oriental, armas, monedas, cachimbas, iconografía religiosa, arte egipcio, platería mapuche e hindú, piedras preciosas y de ciencias naturales. Sorprende la variedad y calidad de los objetos coleccionados, entre los que destacan piezas de indiscutible valor. El parque, contemporáneo a la casa, rodea un promontorio con vistas al río y lo adornan esculturas, laberintos, piletas, miradores, senderos con molduras vegetales y añosos eucaliptus, palmeras y árboles autóctonos. Es una visita entretenida e interesante. -- ¿ Cuál es el OBJETO o TEMA de la d escripción? escripción? -- ¿ Cuáles son son las PARTES que se mencionan? A veces la descripción es una simple enu mer ación de las partes; otras veces se señalan señalan algu nas caracterí sticas de ellas. ¿ Puede mostrarlo? mostrarlo? -- ¿ Cuáles son las CARACTERIZACIONES? -- El texto muestra algunas REFORMULACIONES: museo ---> la casona --->una mansión. Como se trata de una descripción objetiva, no hay metáforas ni comp comp aracione araciones. s. ¿ Podrí a Ud. proponer algunas? algunas? -- A pesar de su aspecto puramente objetivo, hay intervenciones evaluativas del enun ciador. ciador. ¿ Cuáles son?¿ son?¿ Qué función función ilocutiva ilocutiva cumplen? -- La progresión progresión temática temática correspond correspond e a la la derivación derivación de un hipertema. ¿ Puede mostrarlo? -- Examine Examine otras guí as turí sticas: sticas: observe observe cómo ellas traslucen, traslucen, por la elecc elección ión y la descripción d e los "lugar "lugar es de interés" interés" y por las intervenciones evalu ativas del enun ciador, ciador, u na im agen del d estinatario estinatario y d e sus intereses (diversión, (diversión, arte, compras...). -----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------8.6 El correo sentimental Este aspecto subjetivo de la descripción aparece claramente en los textos del "Correo sentimental" o "Correo del amor". Estos son textos por medio de los cuales cuales un a p ersona busca par eja eja enviand o un mensaje a través través de un periódico. El forma to de estos "avisos "avisos matr imon iales" es generalmen te el siguiente: siguiente: 1. El ind ind ividuo enu nciador se describe describe a sí mismo: Ingeniero, 40 año años, s, buena situ ación, ación, busca... busca... 2. Luego describe a la persona bu scada: ... señorita, señorita, 25-30 año años, s, buena presencia presencia,, cariño cariñosa... sa... 3. Luego indica, eventualmente la finalidad: ... para para compartir compartir m omentos í nt imos. 4. E incluye incluye u na incitación incitación a la acción: acción: Int eresa eresadas das escribir escribir a J.C.M ., Correo Correo 82, Concepc Concepción. ión.
Lo importante, p ara n uestro análisis, análisis, es que generalmente los enu nciadores nciadores sólo describen de ellos aquello que les favorece: un estatus: buena situación.; situación. ; una p ro fesión fesi ón p re stig st igios iosa: a: ingeniero, industrial.; industrial.; rasgos fí sicos: sicos: ojos verdes, alto, etc. En este sentido, se puede decir que los elementos de estas descripciones, claramente subjetivas, se asemejan a los argumentos de la argumentación persuasiva (Ver 7.4.2.). EJERCICIO
------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Examine estos avisos del Correo sentimental. ¿ Qué imagen de sí mismos quieren quieren dar los enunci enunciadores adores?? ¿ Qué valores social socialmente mente compartidos están en juego? (Diario La (Diario La cuarta cuarta ) ) Seria: Dama de 48 años, viuda, buena presencia, seria, educada, sin ánimo de aventuras, desea conocer varón viudo, situación estable, sin vicios, ojalá de la Octava Región.. Contestar a C.J.S., correo central, Santiago. Con casa: Varón de 45 años, soltero, sin hijos, casa propia, desea conocer dama soltera, viuda o separada, sin hijos a su cargo, entre 30 y 45 años, con fines serios. Escribir a I.V.J., correo central. Los Angeles. (Diario Las (Diario Las últimas noticias) noticias) Soy persona adulta mayor. Deseo conocer a varón de 50 a 60 años, viudo pensionado, sincero, respetuoso, que guste del campo y de los paseos al aire libre. Ruego enviar fotografía.
Soy morena y algo feúcha, acepto las mismas condiciones, pero que no le guste el alcohol. Soy viuda, pero mi hija ya hizo su vida. Ruego contestar a..., Correo Vital Apoquindo, Santiago. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
8.7 Descripción y organizadores textuales Cuando el sujeto enunciador describe lugares o paisajes, la secuencia descriptiva descriptiva se organ iza en u n m arco espacial. espacial. Ello Ello implica implica d e par te del enu nciador la capacidad de localizar los objetos denotados, mediante el uso de todo tipo de morfemas indicadores de situación espacial, los que actúan como organizadores textuales: --deí cticos: cticos: aquí aquí , allá, más allá... allá... --adverbios: arriba, abajo, delante, detrás, afuera, adentro... --expr --expr esiones ad verbiales: a la derecha, a la izquierda, a la entrada, al fondo... EJEMPLO: Canciones descriptivas.
Paisajes de Catamarca (Zamba de Polo Jiménez)
Desde la cuesta del Portezuelo mirando abajo parece un sueño: un pueblito acá, otro más allá y el camino largo que baja y se pierde. Hay un ranchito sombreado de higueras y bajo el tala durmiendo el perro. Y al atardecer, cuando baja el sol. una majadita volviendo del cerro. La descripción pu ede organizarse tam bién siguiendo una progresión temporal: el enunciador describe el objeto según el orden temporal de su mirada. Los organizadores textuales son, en este caso: en primer lugar, luego, después, en seguida, en fin, finalmente, y por supuesto los conectores que señalan la adición: además, también, y.
EJERCICIO --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
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PEGAR TEXTO ZAPATO LIGHT
8.8. Des cripción de acciones Se dice a menu do que a diferencia del texto na rrativo, que pone en escena una secuencia de acciones en un marco temporal, el texto decriptivo presenta entidades o estados en un marco espacial. La situación sin embargo no es tan clara como parece, ya que también p odemos encontrar textos descriptivos qu e pon en en escena secuencias de acciones. El estatus de estos textos es objeto de discusión. Trataremos de precisar algunas diferencias: 8.8.1 acciones en el pasado (realizadas) * descripciones en la situación inicial de los textos narra tivos: Caperucita Roja v i v i a en un a hermosa aldea con su mamá y su abuelita a quienes quería mucho... Ya vimos, en el capí tulo 6, que en estos casos se trata de caracterizaciones de los actantes. Son po r lo tanto oraciones descriptivas. * las crónicas periodí sticas En este caso, estamos ante un a situación difí cil. Por ejemp lo: El President e se reunió ayer con el general Porra en el palacio de gobierno. El general ingresó por la puerta trasera para evit ar las manifestaciones en su contra. A la salida no hizo declaraciones. Estos textos se asemejan a los textos narrativos por el hecho de que "cuentan una historia". Pero carecen del componente de "quiebre" --o "complicación"-- que considerábamos esencial en la superestructura de las narraciones. Tampoco está aquello del primer equilibrio que se rompe para luego reconstruir un segundo equilibrio. (Ver cap. 6). Sin du da q ue habrá q ue d istinguir diversos sub-tipos de crónicas: --primero, la que acabamos de citar que corresponde a la "información de actualida d". Ella da cuen ta de hechos polí ticos, sociales, dep ortivos, etc. que acaban de ocurrir. Desde el punto de vista de su función pragmática, son textos informativos. Desde el punto de vista estructural, se asemejan más bien a la descripción de eventos. --luego está la crónica policial, o la rúbrica que los franceses llaman "fait divers", que sí se asemeja más a los textos nar rativos. Véase por ejemp lo, el caso del ecuatorian o mu erto qu e apareció vivo (citado en el Cap. 6). 8.8.2. acciones en el presente (que se están realizando) En el caso de situaciones de comunicación oral, pueden encontrarse descripciones de acciones que se están realizando en el momento mismo de la enunciación. * el relato dep ortivo radial
El enunciador describe acciones que se están realizando y que el destinatario no ve. Fernández avanza velozment e por el costado derecho... se acerca a la lí nea de fondo... env í a una pelota laaarga... * idem, televisiv o El enunciador describe acciones que el destinatario está viendo en el mismo momento. Fernández...Pérez...en la marca Rivas...la conserva Pérez,,, finalment e la pierde ante Rivas...Gómez...A lvarez... N ot a: Ob sérv ese qu e en las nov ela s p oliciales, existe u na esp ecie d e convención tácita entre el autor y el lector, según la cual el primero finge estar escribiendo su texto narrativo en el momento mismo en que vive las acciones (como en las novelas de San-Anto nio): A l recibir el impacto, siento que me desvanezco y el mu ndo desaparece. Cuando recobro el conocimient o, me incorporo lent ament e y me acerco a la ventana...
8.8.3. accione s p otenciales: textos programáticos En este tipo d e textos. el enun ciador d escribe secuencias de acciones qu e el destinatario puede o debe realizar en un tiempo futuro. Es el caso de las recetas de cocina, los horóscopos, las predicciones, las instrucciones para armar (para tejer, p ar a b or d ar , p ar a t om ar un re m ed io...), et c. 8.8.3.1. la receta de cocina -------------------------------------------------------------------------------------------
p egar RECETA DE CO CIN A
N ót ese p rim er o el OBJETO de la descripción: Pescado con salsa agridulce, que funciona como tí tulo. Luego, la ENUMERACION o inventario: secuencia descriptiva de ingredientes con sus cantidades. Luego, la SECUENCIA PROGRAMATICA d e acciones por realizar, construida en el mod o alocutivo y en la modalidad intimativa: Escame el pescado, hiérvalo con la zanahoria, etc. Observe que estas acciones se organizan según un marco ( frame) ordenado temporalmente. La secuencia Hierva el pescado, lí mpielo, escámelo... no serí a aceptada como coherente (ver 4.7.3.).
8.8.3.2. el texto "ins truccion es de hacer" Examine el texto siguien te: "Así se juega la nu eva Polla Gol" Observe: -- las modalidades utilizadas (alocutivo, intimativo, deóntica). -- el orden d e las oper aciones, que en este tipo d e texto es generalmen te rigur oso. -- el "saber anterior" sobre el cual se apoya el enunciador, y que se subraya con mar cadores como nueva Polla Gol, ahora sólo trae 10 partidos, juéguelos como ant es a L, E, V . Señale los implí citos culturales que se trasun tan en este texto. -- las relaciones "si ---> entonces" , que apa recen varias veces.
p egar texto Po lla Gol
8.8.3.3. el horóscopo
Pegar texto HOROSCOPO