Prefacio a
Las preguntas planteadas más a menudo sobre Un Curso de Milagros Nuestro objetivo al escribir este libro es reponder a las preguntas planteadas más a menudo menudo que los estudian estudiantes tes de Un Curso de Milagros han estado estado preguntando desde su publicación en 1976. A lo largo de los muchos años en que hemos estado enseñando el Curso, se ha hecho visible que su mensaje radical ha sido frecuentemente una fuente de mucha confusión, malentendidos y distorsiones. Nuestro objetivo en este libro es ayudar a aclarar, por medio de este formato de preguntas y respuestas, muchos de los principios del Curso, para facilitar una mayor comprensión y aplicación de su sistema de ideas. Se ha divi dividi dido do las las preg pregun unta tas s en cinc cinco o cate catego gorí rías as,, que que form forman an los los cinc cinco o capítulos del libro: La naturaleza del Cielo, La naturaleza de la separación, Aplicación y práctica de Un Curso de Milagros, Milagros , Jesús, y El plan de estudios de Un Curso de Milagros. Milagros . Queremos dar las gracias a los empleados y amigos de la Foundation for A Course in Miracles por su ayuda en formular y compilar muchas de estas preguntas, y a los estudiantes que a lo l o largo de los años las l as han planteado.
Reproducido por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Sistema de notación para las citas de UCDM En estas traducciones al español se utiliza un sistema de notación uniforme, desarrollado por Kenneth Wapnick, para todas las citas de Un Curso de Milagros y sus anexos. Las abreviaturas utilizadas son las siguientes: T para el Texto E para el Libro de E jercicios M para el Manual para el maestro C para la Clarificación de términos (que forma parte del manual) P para el anexo Psicoterapia: propósito, proceso y práctica O para el anexo El canto de la Oración
Introducción troducción In es In Epílogo ílogo Ep es Ep (hay introducciones y epílogos en más de un sitio) pI y pII son las partes I y II del libro de ejercicios epasos del libro de ejercicios, y r se refiere a los r epasos LF son las Lecciones Finales del libro de ejercicios
Ejemplos: T-26.IV.4:7 T-26.IV.4:7 es “¿Qué “ ¿Qué otro milagro puede haber aparte de éste?”, que está en: Texto (T) ........................................................ T Capítulo 26 (26) .................................. T-26 Sección IV (IV) ......................... .................. ....... T-26.IV 4° párrafo (4) ................. ....... .......... T-26.IV.4 T-26.IV.4 7° versículo (7).....T-26.IV.4:7 E-pI.169.5:2 es “Y en Su Ser, Ser, Él abarca todas las cosas.”, que está en: Libro de ejercicios (E) ............................................... E Primera parte (pI) ........................................... E-pI Lección 169 ......................................... E-pI.169 5° párrafo ...................... ........... E-pI.169.5 2° versículo .................... E-pI.169.5:2 M-13.3.2 es ”Pero el sacrificio que éstos conllevan, ¡eso sí que es un sacrificio!”, que está en: Manual para el maestro maestro (M) ........................... ......... M Punto 13 (13) ........................ ........................ M-13 párrafo 3° (3) ....................................... M-13.3 2° versículo ............................... M-13.3.2 C-6.4:6 es “Parece ser un Guía por tierras lejanas, pues ésa es la clase de ayuda que necesitas.”, que está en: Clarificación de términos (C) ..................................... C Punto 6 (6) ........................... .......................... C-6 4° párrafo (4) ........................ ............... C-6.4 6° versículo ................................ C-6.4:6
Sistema de notación para las citas de UCDM En estas traducciones al español se utiliza un sistema de notación uniforme, desarrollado por Kenneth Wapnick, para todas las citas de Un Curso de Milagros y sus anexos. Las abreviaturas utilizadas son las siguientes: T para el Texto E para el Libro de E jercicios M para el Manual para el maestro C para la Clarificación de términos (que forma parte del manual) P para el anexo Psicoterapia: propósito, proceso y práctica O para el anexo El canto de la Oración
Introducción troducción In es In Epílogo ílogo Ep es Ep (hay introducciones y epílogos en más de un sitio) pI y pII son las partes I y II del libro de ejercicios epasos del libro de ejercicios, y r se refiere a los r epasos LF son las Lecciones Finales del libro de ejercicios
Ejemplos: T-26.IV.4:7 T-26.IV.4:7 es “¿Qué “ ¿Qué otro milagro puede haber aparte de éste?”, que está en: Texto (T) ........................................................ T Capítulo 26 (26) .................................. T-26 Sección IV (IV) ......................... .................. ....... T-26.IV 4° párrafo (4) ................. ....... .......... T-26.IV.4 T-26.IV.4 7° versículo (7).....T-26.IV.4:7 E-pI.169.5:2 es “Y en Su Ser, Ser, Él abarca todas las cosas.”, que está en: Libro de ejercicios (E) ............................................... E Primera parte (pI) ........................................... E-pI Lección 169 ......................................... E-pI.169 5° párrafo ...................... ........... E-pI.169.5 2° versículo .................... E-pI.169.5:2 M-13.3.2 es ”Pero el sacrificio que éstos conllevan, ¡eso sí que es un sacrificio!”, que está en: Manual para el maestro maestro (M) ........................... ......... M Punto 13 (13) ........................ ........................ M-13 párrafo 3° (3) ....................................... M-13.3 2° versículo ............................... M-13.3.2 C-6.4:6 es “Parece ser un Guía por tierras lejanas, pues ésa es la clase de ayuda que necesitas.”, que está en: Clarificación de términos (C) ..................................... C Punto 6 (6) ........................... .......................... C-6 4° párrafo (4) ........................ ............... C-6.4 6° versículo ................................ C-6.4:6
P-2.VI.5:1 es “La enfermedad toma muchas formas, y lo mismo hace la falta de perdón”, que está en: Psicoterapia (P) ........................................................ ...................................... .................. P Capítulo 2 (2) ................................ ..... ........................... ................. P-2 Seccion VI (VI) ...................... ............... P-2.VI 5° párrafo .................................. P-2.VI.5 versículo 1° ...................... P-2.VI.5:1 O-2.II.7:7 es “Cristo es para todos porque está en todos”, que está en: Canto de la oración (O) ................................................ O Capítulo 2 (2) .......................... .......................... O-2 Sección II (II) ......................... ................. O-2.II 7° párrafo (7) ........................... .... O-2.II.7 7° versículo ........................ O-2.II.7:7 Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo I: LA NATURALEZA DEL CIELO 1) ¿Cuál es la naturaleza de Dios? Para empezar, es imperativo reconocer que el verdadero Dios vivo de Quien se habla en Un Curso de Milagros es un Ser no dual, en Quien de manera absoluta no residen opuestos. El Santo es el Creador de toda vida, un Ser de puro Amor, Fuente y Causa Primera de la realidad no física y de la totalidad, el Ser Perfecto que todo lo abarca, fuera de Quien no hay literalmente nada, pues Él lo es Todo. La naturaleza de nuestra Fuente no puede verdaderamente describirse ni comprenderse en absoluto, como Jesús comenta en el libro de ejercicios: La unidad es simplemente la idea de que Dios es. Y en Su Ser, Él abarca todas las cosas. Ninguna mente contiene nada que no sea Él. Decimos "Dios es"; y luego guardamos silencio, pues en ese conocimiento las palabras carecen de sentido. No hay labios que las puedan pronunciar, ni ninguna parte de la mente es lo suficientemente diferente del resto como para poder sentir que ahora es consciente de algo que no sea ella misma. Se ha unido a su Fuente, y al igual que ella, simplemente es. No podemos hablar, escribir, ni pensar en esto en absoluto (E-pI.169.5:1-6:1). Jesús declara que no se puede escribir sobre la naturaleza de Dios y Su Unidad porque es una realidad no dual pura, y la palabra escrita y hablada que expresa el pensamiento de la mente separada es dualista. Por tanto, cualquier intento de describir lo no dual tiene que fallar, e inevitablemente quedarse corto para expresar la realidad de la unicidad que está más allá de toda expresión. Una vez más, sencillamente es. Por tanto, lo más que podemos hacer es describir la naturaleza de Dios, teniendo en mente siempre que nuestras palabras no son más que "símbolos de símbolos" y "por lo tanto, están doblemente alejadas de la realidad" (M-21.1:9-10). Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo I: LA NATURALEZA DEL CIELO 2) ¿Cuál es la naturaleza de la realidad? La realidad tal como la define Un Curso de Milagros no es una esfera física, dimensión o experiencia, puesto que la realidad está creada por Dios y, como Dios, carece de forma, es amor inmutable, eterno, infinito y de una perfección ilimitada y unificada – una unicidad no dual. Realidad en el Curso es sinónimo del Cielo, y es obvio que no puede relacionarse de manera alguna con el universo de formas que el mundo llama realidad. Al ser inmutable, la verdadera realidad está fija y es permanente, y por tanto cualquier idea de separación – que es cambio – es imposible y por consiguiente nunca fué. Como estado no dual, la realidad está más allá de la percepción, pues la percepción presupone una dicotomía sujeto-objeto inherentemente dual, que no puede por tanto ser real. En Un Curso de Milagros, realidad es también sinónimo de conocimiento, el estado de ser que es el Cielo. Un pasaje representativo de "La realidad inmutable", hacia el final del texto, proporciona un buen resumen de la naturaleza de la realidad: La realidad, no obstante, es inmutable. Esto es lo que hace que sea real y lo que la distingue de todas las apariencias. Tiene que estar más allá de toda forma para poder ser ella misma. No puede cambiar. El milagro es un medio para demostrar que todas las apariencias pueden cambiar precisamente porque son apariencias y porque carecen del atributo de inmutabilidad que la realidad entraña [...] La realidad es inmutable. Los milagros no hacen sino mostrar que lo que tú has interpuesto entre la realidad y tu conciencia es ilusorio y que no es en modo alguno una interferencia (T-30.VIII.1:6-2:1; 4:1-2). Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo I: LA NATURALEZA DEL CIELO 3) ¿Cuál es la naturaleza de la vida? En Un Curso de Milagros la vida tal como fue creada por Dios no tiene nada que ver con lo que llamamos o conocemos como vida en el cuerpo. La vida es espíritu: inmaterial, no dual y eterna. Tal vez la declaración más clara del Curso sobre la esencia de la vida – lo que es y lo que no es – viene en este pasaje tan intenso de "Las leyes del caos", en el Capítulo 23 del texto. Comienza con una burla amable y certera de nuestra adoración al cuerpo: ¿Puedes acaso darle vida a un esqueleto pintando sus labios de color rosado, vistiéndolo de punta en blanco, acariciándolo y mimándolo? ¿Y puede acaso satisfacerte la ilusión de que estás vivo? Fuera del Cielo no hay vida. La vida se encuentra allí donde Dios la creó. En cualquier otro estado que no sea el Cielo la vida no es más que una ilusión. En el mejor de los casos parece vida, en el peor, muerte. Ambos son, no obstante, juicios acerca de lo que no es la vida, idénticos en su inexactitud y falta de significado. Fuera del Cielo la vida es imposible, y lo que no se encuentra en el Cielo no se encuentra en ninguna parte. Fuera del Cielo lo único que hay es un conflicto de ilusiones, de todo punto insensato, imposible y más allá de la razón, aunque se percibe como un eterno impedimento para llegar al Cielo. Las ilusiones no son sino formas. Su contenido nunca es verdad (T-23.II.18:8-19:9). Muy cuidadosamente, por tanto, Jesús explica que la vida es Unidad con nuestro Origen en el Cielo donde la Mente de Cristo y la Mente de Dios son Una. La vida, el espíritu y la Mente son términos sinónimos en lo básico, que comparten las características de ausencia de forma, inmutabilidad y vida eterna. Lo que hemos identificado en el mundo como vida del cuerpo, tal como ondas cerebrales y latidos del corazón, claramente no es lo que el Curso llama vida. En efecto, una lección (167) del libro de ejercicios se titula "Sólo hay una vida y ésa es la vida que comparto con Dios". Por lo tanto lo que como organismos físicos y psicológicos experimentamos como vida es una torpe parodia de nuestro verdadero Ser, el Cristo que Dios creó como la vida real. Es importante comprender como se ve la vida en Un Curso de Milagros, de lo contrario los estudiantes acabarán confundiéndose, tanto en la comprensión de las enseñanzas no dualistas del Curso como en aplicarlas a sus vidas personales. Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo I: LA NATURALEZA DEL CIELO 4) ¿Es el Dios de Un Curso de Milagros el mismo que el de la Biblia? Jesús declara de manera inequívoca en el Curso que Dios no creó este mundo y, por tanto, ya sólo sobre esta base Él es claramente distinto de la deidad judeo-cristiana. El Dios bíblico es un creador dual de un universo material creado por medio de la palabra hablada, como señala el primer relato de la creación del Génesis: "Y Dios dijo: hágase..." Así este mundo y todas las criaturas vinieron a ser entidades separadas existentes fuera de él. En efecto, el Dios bíblico crea proyectando una idea o concepto fuera de si mismo, donde se convierte en "realidad" física, de lo que da testimonio, otra vez, el relato de la creación en el Libro del Génesis. Pero las diferencias entre los dos son aún más profundas. El Dios bíblico tiene mucho de persona, ve el pecado como algo real y tiene, por lo tanto, que responder a él, primero con el castigo, y luego con un plan de expiación en el que la salvación y el perdón se ganan por medio del sacrificio y el sufrimiento de su santo Sirviente – el Sufriente Sirviente de Isaías (Antíguo Testamento), y su Hijo unigénito Jesús (Nuevo Testamento). El Dios de Un Curso de Milagros , por otra parte, no es una persona y por tanto no tiene ninguna de las cualidades antropomórficas del homo sapiens. Este Dios ni siquiera sabe de la separación (el equivalente en el Curso de la noción bíblica de pecado original), y por lo tanto no puede responder a ella, y no lo hace. Por consiguiente el Dios del Curso no es el Dios de la religión formal, y con certeza no es el Dios de la Biblia. En verdad, nuestro Origen está más allá de todo concepto y antropomorfismo, y no tiene nada que ver con el Dios bíblico, que tiene todos los atributos del amor especial (un Dios que tiene un pueblo elegido) y del odio especial (un Dios de castigos) asociados al sistema de ideas del ego. La sección mencionada anteriormente, "Las leyes del caos", contiene un retrato muy gráfico de este Dios bíblico que ha hecho real el pecado, revelando así sus orígenes en el ego o, mejor dicho, en los egos de los autores de los libros de la Biblia: En ninguna otra parte es más evidente la arrogancia en la que se basan las leyes del caos que como sale a relucir aquí. He aquí el principio que pretende definir lo que debe ser el Creador de la realidad; lo que debe pensar y lo que debe creer; y, creyéndolo, cómo debe responder. Ni siquiera se considera necesario preguntarle si eso que se ha decretado que son Sus creencias [la realidad del pecado] es verdad. Su Hijo le puede decir lo que ésta es, y l a única alternativa que le queda es aceptar la palabra de Su Hijo o estar equivocado [...] Pues si Dios no puede estar equivocado, tiene entonces que aceptar la creencia que Su Hijo tiene de sí mismo [que es un pecador] y odiarlo por ello Observa cómo se refuerza el temor a Dios por medio de este [...] principio. Ahora se hace imposible recurrir a Él en momentos de tribulación, pues Él se ha convertido en el "enemigo" que la causó y no sirve de nada recurrir a Él [...] Ahora el conflicto se ha vuelto inevitable e inaccesible a la ayuda de Dios. Pues ahora la salvación jamás será posible, ya que el salvador se ha convertido en el enemigo. No hay manera de liberarse o escapar. La Expiación se convierte en un mito, y lo que la Voluntad de Dios dispone es la venganza, no el perdón. Desde allí donde todo esto se origina [la creencia en la realidad del pecado], no se ve nada que pueda ser realmente una ayuda. Sólo la destrucción puede ser el resultado final. Y Dios Mismo parece estar poniéndose de parte de ello para derrotar a Su Hijo (T-23.II.6:1-4,6; 7:1-3,5-6; 8:1-5).
Está claro que este es un retrato no sólo del ego-dios arquetípico que yace en el núcleo de cada mente que cree en la separación, sino también de lo que se expresa con tanta fuerza en la Biblia, lo mismo en el Antiguo Testamento que en el Nuevo. Este dios es un personaje, por decirlo otra vez, que cree en la realidad del pecado y en su expiación por medio del castigo, cuyos principales componentes – sufrimiento y sacrificio – se convierten en el gran plan de salvación o redención. Y, como enseña Un Curso de Milagros, en cuanto se le otorga algo de realidad a la creencia en la separación es inevitable que el dios del ego se perciba como un vengador en el sistema de ideas de la mente enferma del ego. Esto refleja la "trinidad impía" del ego: pecado, culpa y miedo. El sistema de ideas del ego postula la separación como algo consumado, y la llama pecado. Luego viene la experiencia psicológica del pecado, y nace la culpabilidad. Y ahora el egodios exige castigo, el origen del miedo, como ya hemos visto en la cita anterior. Y detrás de toda esta locura sigue estando el verdadero Dios del Amor, Quien sencillamente "espera" a que las mentes de Sus hijos dormidos se despierten de sus sueños pesadillescos y vuelvan a Aquel de Quien nunca salieron. Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo I: LA NATURALEZA DEL CIELO 5) Si Dios no es una persona, ¿porqué Lo retrata Jesús como tal? Esto confunde. Esta pregunta va directa al centro de un asunto muy importante para los estudiantes de Un Curso de Milagros: el uso metafórico del lenguaje que hace Jesús. Es una fuente de muchos malentendidos para los estudiantes, tanto en términos de comprender lo que se enseña en el Curso como de su aplicación a la vida cotidiana. El lenguaje del Curso es claramente dualista, simbólico y metafórico – como todo lenguaje tiene que ser – y hay muchos sitios en el Curso donde Jesús explica que tiene que utilizar el lenguaje de la ilusión – o sea, de la dualidad – para que sus estudiantes comprendan las verdades que está enseñando. Dice, por ejemplo, en el contexto de la relación santa recién nacida: De todos los mensajes que has recibido y que no has entendido, sólo este curso está al alcance de tu entendimiento y puede ser entendido. Éste es tu idioma. Aún no lo entiendes porque tu comunicación es todavía como la de un bebé. No se puede dar credibilidad a los balbuceos de un bebé ni a lo que oye, ya que los sonidos tienen un significado diferente para él, según la ocasión. Y ni los sonidos que oye ni las cosas que ve son aún estables [...] Mas una relación santa, que apenas acaba de renacer de una relación no santa, y que, sin embargo, es más antigua que la vieja ilusión que acaba de reemplazar, es como un bebé que ahora renaciera. Pero con este bebé se te devuelve la visión, ya que te hablará en un idioma que podrás entender (T-22.I.6:1-5; 7:23;cursivas añadidas en 7:3). Todos hemos experimentado esta misma necesidad que Jesús describe aquí. Cuando hablamos con niños utilizamos palabras y conceptos apropiados al nivel de comprensión del niño. Aunque la forma de lo que decimos no sea siempre literalmente verdadera, el contenido de nuestro amor y deseo de ser útiles es de verdad genuino. Y más adelante en el texto, hablando de la Unicidad de Cristo que nos enseña desde dentro de nuestras mentes separadas, Jesús señala lo mismo: Puesto que crees estar separado, el Cielo se presenta ante ti como algo separado también. No es que lo esté realmente, sino que se presenta así a fin de que el vínculo que se te ha dado para que te unas a la verdad pueda llegar hasta ti a través de lo que entiendes [...] Él [el maestro de la Unicidad] necesita, no obstante, utilizar el idioma que dicha mente entiende, debido a la condición en que esta mente cree encontrarse [el estado dual de la separación]. Y tiene que valerse de todo lo que ella ha aprendido para transformar las ilusiones en verdad y eliminar todas tus falsas ideas acerca de lo que eres, a fin de conducirte allende la verdad que se encuentra más allá de ellas (T-25.I.5:1-2; 7:4-5; cursivas añadidas en 7:4). Como ya hemos visto, no hay manera de que Jesus pueda comunicarnos lo que Dios nuestro Creador y Origen es en verdad, y tiene que recurrir al lenguaje de los mitos y las metáforas. Esos son los símbolos que nosotros – identificados con cuerpos – podemos comprender. Y así a lo largo de Un Curso de Milagros se refiere a Dios como si tuviese cuerpo, pues ni siquiera somos capaces de pensar en Él sin que tenga uno (T-18.VIll.1:7). Se Le llama "Padre" y se le retrata con Brazos, Manos y Voz, y con sentimientos de soledad e incompletitud. Incluso se deduce que debe tener lacrimales, pues llora porque Sus Hijos están separados de Él. Está claro que el Dios no dual que hemos descrito no puede tener estos rasgos, ni esas partes del cuerpo. Más aún, el Dios verdadero no piensa, tal como nosotros experimentamos el proceso de pensar. Ni puede realmente tener un plan de Expiación como respuesta a la ilusión de la separación cuando, tal como
se describe en el Curso, crea al Espíritu Santo. Esta contradicción aparente se resuelve cuando comprendemos, insisto, que Jesús nos habla desde un nivel antropomórfico que podemos comprender, un maravilloso ejemplo del principio que enuncia al principio del texto: [...] para que un milagro sea lo más eficaz posible, tiene que ser expresado en un idioma que el que lo ha de recibir pueda entender sin miedo (T-2.IV.5:3). Los estudiantes de Un Curso de Milagros tienen que ser cautelosos para no caer en la trampa de tomar al pie de la letra lo que se dice de manera figurada. Una buena regla general es recordar que sólo lo no dual es real. En contraste, la dualidad es la ilusión de la separación, como puede verse en esta paráfrasis de un pasaje del manual para el maestro en el que sustituimos muerte por dualidad , un pasaje que citaremos más extensamente en la respuesta a una pregunta posterior: Maestro de Dios, tu única tarea puede definirse de la siguiente manera: no hagas ningún trato en el que la dualidad sea parte integrante de él (M-27.7:1) Cualquier pasaje de Un Curso de Milagros en el que Jesús habla de que Dios hace algo o tiene cualquier característica del homo sapiens – antropomorfismos – es inherentemente dualista, y por tanto es una metáfora para expresar el Amor de Dios abstracto e inespecífico que está más allá de todo dualismo. De manera similar, cualquier referencia a que el Espíritu Santo hace algo cae dentro de la misma categoría. Con seguridad estos pasajes son extremadamente significativos para nosotros que aún creemos estar en el mundo dual del tiempo y del espacio, pero tomar estas declaraciones como la verdad literal garantizaría que nunca aprendamos las lecciones que nos a yudarán a despertar del sueño de que, en efecto, hay un mundo de individualidades y cuerpos separados. Demasiado a menudo los estudiantes acaban reforzando su propio afán de ser especiales y su identificación con sus cuerpos, por nunca ir más allá del lenguaje del Curso – prestado de la Biblia – que en gran parte consiste en descripciones metafóricas de Dios y el Espíritu Santo como cuerpos y personas que interactúan con ellos. Centrarse en el verdadero papel del Espíritu Santo como idea en nuestras mentes, que nos llama a elegirlo a Él como maestro en lugar del ego, mantendrá al estudiante en el buen sendero del perdón. Para una discusión más completa de este tema tan importante, el lector [que comprenda la lengua inglesa] podría desear consultar las grabaciones " Making the Holy Spirit Special: the Arrogance of the Ego" y "Duality as Metaphor in A Course in Miracles ." ["Hacer especial al Espíritu Santo: La arrogancia del ego" y "La dualidad como metáfora en Un Curso de Milagros".] Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo I: LA NATURALEZA DEL CIELO 6) ¿Qué significa creación en Un Curso de Milagros? En Un Curso de Milagros, creación no se refiere a nada físico y por tanto no tiene nada que ver con la creación material o artística. En lugar de eso la creación sólo tiene que ver con el espíritu y puede definirse como la suma de todos los pensamientos de Dios, infinita, ilimitada, sin principio ni fin (E-pII.11.1:1). Cristo, el único hijo de Dios, es el término que usa el Curso para denotar la creación de Dios. Cristo es uno con Su Creador y no hay un sitio donde Dios acabe y empiece el Hijo (E-pI.132.12:4). Por tanto, aunque Dios es la Causa Primera y Cristo es Su Efecto, en un Cielo no dual – en el estado de la Unicidad perfecta – no puede haber ninguna separación o distinción entre el Creador y lo creado. Causa y Efecto son pues indivisibles e inseparables. Más aún, la creación de Dios tiene que compartir los atributos no duales y no físicos de su Fuente. Como el Creador es amor perfecto infinito, inmutable, espíritu sin forma, vida eterna – íntegro y unificado dentro de Sí mismo – así Su creación, Cristo, tiene que ser lo mismo. Por tanto, Dios y Cristo no son cuerpos, ni son entidades físicas y psicológicas con personalidad. En "¿Qué es la Creación?", punto 11 de la Parte II del libro de ejercicios, encontramos este encantador párrafo de resumen: La creación es lo opuesto a todas las ilusiones porque es la verdad. La creación es el santo Hijo de Dios, pues en la creación Su Voluntad es plena con respecto a todo, al hacer que cada parte contenga la Totalidad. La inviolabilidad de su unicidad está garantizada para siempre, perennemente a salvo dentro de Su santa Voluntad, y más allá de cualquier posibilidad de daño, separación, imperfección o de nada que pueda mancillar en modo alguno su impecabilidad (E-pII.11.3). Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo I: LA NATURALEZA DEL CIELO 7) ¿Qué quiere decir Un Curso de Milagros con creación como proceso? Puesto que la creación está fuera del ámbito de lo espacio-temporal, no es un proceso comprensible para el cerebro humano, que está condicionado por las ideas de tiempo y espacio. Creación, tal como se entiende en Un Curso de Milagros, es sinónimo de extensión no espacial , el proceso en el que Dios extiende Su Ser y Su Amor en una efusión incesante de Su Ser. Ésta es una efusión, sin embargo, que nunca sale de Su Mente y por tanto nunca está fuera de Él. Puesto que la creación de Dios – Cristo – comparte los atributos de su Creador, Cristo igualmente crea por el mismo proceso de extensión. Como el Curso explica: La capacidad de extenderse es un aspecto fundamental de Dios que Él le dio a Su Hijo. En la creación, Dios Se extendió a Sí Mismo a Sus creaciones y les infundió la misma amorosa Voluntad de crear que Él posee (T-2.I.1:1-2). [...] y si Dios te creó extendiéndose a Sí Mismo hasta dar lugar a lo que eres, sólo puedes extenderte a ti mismo tal como Él lo hizo. Sólo la dicha aumenta eternamente, pues la dicha y la eternidad son inseparables. Dios se extiende hacia afuera, más allá de todo límite y más allá del tiempo, y tú que eres cocreador con Él, extiendes Su Reino eternamente y más allá de todo límite (T7.I.5:2-4). Las creaciones del Hijo (que se definen en la siguiente pregunta) permanecen en la Mente Única de Cristo, así como Cristo permanece en la Mente Única de Dios. De manera natural, la Unicidad sólo puede permanecer como Una, como expresa este pasaje del libro de ejercicios: Los Pensamientos de Dios [Cristo] poseen todo el poder de su Creador. Pues Él quiere incrementar el Amor extendiéndolo. Y así, Su Hijo participa en la creación, y, por lo tanto, no puede sino compartir con su Padre el poder de crear. Lo que Dios ha dispuesto que sea uno eternamente, lo seguirá siendo cuando el tiempo se acabe, y no cambiará a través del tiempo, sino que seguirá siendo tal como era antes de que surgiera la idea del tiempo (E-pII.11.2). De nuevo, lo que se refiere a continuación como el "círculo de la creación" no puede entenderse en términos físicos, ni como lo que en el mundo se llama creatividad. Aquí en este mundo el creador y su creación están separados; en el Cielo son uno – un estado más allá de nuestra comprensión. Los pasajes del texto que siguen dejan claro este punto: El círculo de creación no tiene fin. Su punto de partida y su punto final son el mismo, pero dentro de sí encierra a todo el universo de la creación, sin principio ni fin (T-28.II.1:6-8). Tu función es aumentar el tesoro de Dios creando el tuyo. Su Voluntad hacia ti es Su Voluntad para ti. Él no te negaría la capacidad de crear porque en ello radica Su dicha. Tú no puedes hallar dicha excepto como Dios lo hace. Su gozo estriba en haberte creado a ti y Él te extiende Su Paternidad para que tú puedas extenderte tal como Él lo hizo. No comprendes esto porque no lo comprendes a Él. Nadie que no acepte su función puede entender lo que ésta es, y nadie puede aceptar su función a menos que sepa lo que él mismo es (T8.VI.6:1-7). "
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El perdón, que si somos capaces de comprender, es nuestra función mientras creamos que estamos aquí en el mundo, y es el proceso por el cual aprendemos a aceptar nuestra identidad como Cristo. Esta aceptación, una vez más, es lo que finalmente nos permite comprender la realidad y lo que significa ser como Dios nos creó. Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo I: LA NATURALEZA DEL CIELO 8) ¿Qué son las creaciones de las que se habla en Un Curso de Milagros? Las creaciones son las extensiones no espaciales, no temporales y no físicas de Cristo, Quien crea como lo hace Su Fuente. Como acabamos de ver, está en la naturaleza del Amor del Cielo el extenderse a si mismo, a lo que el Curso se refiere como el proceso de la Creación. Como Cristo es Uno con Su Creador e igual a Él en todas las cosas, Él también extiende Su Amor creando, como hemos explicado en la pregunta anterior. Lo que Un Curso de Milagros llama creaciones son estas extensiones del Amor de Cristo. Por insistir en este punto tan importante, nuestras creaciones no tienen paralelo en nada del mundo físico; igual que la creación de Dios, Cristo no tiene paralelo en nada del mundo físico, incluido el homo sapiens. De manera similar, nuestra función de crear en el Cielo no tiene nada en común con las actividades que el mundo suele considerar "creativas", tales como la creatividad artística, crear un bebé, tener una idea creativa, etc. Como extensiones de Cristo, las creaciones pueden entenderse como parte de la Segunda Persona de la Trinidad del Curso, como si fueran nuestros "hijos", tal como se ve en estos dos pasajes del texto: Lo único que Dios desea es Su Hijo porque Su Hijo es Su único tesoro. Tú deseas tus creaciones tal como Él desea las Suyas. Tus creaciones son tu regalo a la Santísima Trinidad, creadas como muestra de agradecimiento por tu propia creación. Tus creaciones no te han abandonado, de la misma manera en que tú tampoco has abandonado a tu Creador, sino que extienden tu creación de la misma forma en que Dios Se extendió a Sí Mismo hasta ti (T-8.VI.5:1-4). A tus creaciones les corresponde estar en ti del mismo modo en que a ti te corresponde estar en Dios. Tú eres parte de Dios, tal como tus hijos son parte de Sus Hijos. Crear es amar. El amor se extiende hacia afuera simplemente porque no puede ser contenido. Nunca deja de fluir porque es ilimitado. El amor crea para siempre, aunque no en el tiempo. Las creaciones de Dios han existido siempre porque Él ha existido siempre. Tus creaciones han existido siempre, porque tú sólo puedes crear como Dios crea. La eternidad es tuya porque Él te creó eterno (T-7.I.3). Manteniendo su uso de la metáfora, Jesús habla de las creaciones de Cristo en un lenguaje que recuerda a las animadoras de un equipo deportivo, estimulando a los Hijos separados a volver a casa, como en este pasaje: El Cielo aguarda silenciosamente, y tus creaciones extienden sus manos para ayudarte a cruzar y para que les des la bienvenida. Pues son ellas lo que andas buscando. Lo único que buscas es tu compleción, y son ellas las que te completan (T-16.IV.8:1-3). Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo I: LA NATURALEZA DEL CIELO 9) Si Dios tiene un Hijo, ¿porqué Un Curso de Milagros usa la expresión Hijos de Dios? Jesús usa muchas veces el plural para dirigirse a los hijos de Dios que creen ser muchos y estar separados. Este es otro ejemplo del uso flexible del lenguaje que hace Jesús para encontrarse con sus estudiantes en un nivel de la separación o dualidad que ellos puedan aceptar y comprender. Pero esto no debería tomarse como que significa que hay individualidad y separación en el Cielo. En la realidad, como Un Curso de Milagros afirma repetidas veces, sólo puede haber un Hijo, puesto que l a Unidad sólo puede crear unidad, y la multiplicidad no puede tener su origen en la Unicidad. Esto se subraya en estos importantes pasajes del texto y del libro de ejercicios: Debe observarse con especial atención que Dios tiene solamente un Hijo. Si todas las creaciones de Dios son Hijos Suyos, cada una de ellas tiene que ser parte integral de toda la Filiación. La Filiación, en su unicidad, transciende la suma de sus partes (T-2.VII.6:1-3). Nosotros, los Hijos de Dios, somos la creación. Parecemos estar separados y no ser conscientes de nuestra eterna unidad con Él. Sin embargo, tras todas nuestras dudas y más allá de todos nuestros temores, todavía hay certeza, pues el Amor jamás abandona Sus Pensamientos, y ellos comparten Su certeza. El recuerdo de Dios se encuentra en nuestras mentes santas, que son conscientes de su unicidad y de su unión con su Creador (E-pII.11.4:1-5). Por tanto el término Hijos de Dios se usa por conveniencia cuando Jesús se dirige a sus estudiantes tal como ellos creen que son. Por otra parte, Hijo de Dios es el término que se refiere a lo que realmente somos como Cristo, la Identidad de la Unicidad a la que despertaremos cuando nuestro sueño de multiplicidad esté des-hecho. Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo I: LA NATURALEZA DEL CIELO 10) ¿Porqué usa Un Curso de Milagros el lenguaje masculino para referirse a la Trinidad? ¿Es sexista Jesús? No, Jesús no es sexista, ni la escriba del Curso, Helen Schucman, era sexista al revés. Un Curso de Milagros está escrito dentro de la linguística dominada por lo masculino de la tradición judeo-cristiana y usa el lenguaje bíblico-patriarcal propio de dicha tradición. En consecuencia, el Curso se adapta a esta cultura religiosa y usa términos exclusivamente masculinos para la Trinidad. Tiene que entenderse, sin embargo, que la Trinidad ni es masculina ni es femenina y que el Santo no sabe nada de géneros, pues Él no creó cuerpos. Esta es otra prueba de las diferencias entre el Dios creador del mundo de la Biblia y el Dios de Un Curso de Milagros . De hecho el propio Jesús habla de su uso de un lenguaje orientado al ego: Este curso opera dentro del marco de referencia del ego, pues ahí es donde se necesita [...] se vale de palabras, las cuales son simbólicas y no pueden expresar lo que se encuentra más allá de todo símbolo (C-In.3:1,3). Y así está claro que el sentido de que el Curso use este lenguaje masculino está en otro sitio. Mientras la forma de las palabras del Curso es la misma que la de la tradición occidental de veinticinco siglos de antigüedad, su contenido es exactamente el opuesto. Esto proporciona un buen ejemplo de un principio enunciado dos veces en el texto: que el Espíritu Santo no nos quita nuestras relaciones especiales – la forma – sino que las transforma, cambiando su objetivo – el contenido (T-17.IV.2:3-6; T-18.II.6). Así se le da al lector una oportunidad maravillosa de practicar el perdón, al traer a la consciencia por medio del lenguaje "sexista" del Curso, cualquier idea de juzgar que pueda tener enterrada en el subconsciente para mirarla de manera diferente con la ayuda del Espíritu Santo. Y así una relación de odio especial (o de amor especial) con las autoridades patriarcales – religiosas o seculares – se puede transformar en una relación santa, una relación que tiene como objetivo el perdón y la paz, en lugar del juicio y el ataque. De manera similar se puede entender el uso del término Hijo de Dios en el Curso. Durante dos mil años se ha utilizado en la teología cristiana exclusivamente para Jesús, el Hijo unigénito del Dios bíblico y Segunda Persona de la Trinidad. Además, la condición especial de Jesús fue acentuada por San Pablo, que relegó al resto de la humanidad a la condición de "hijos adoptivos" de Dios (Gálatas 4:4). Para poner el acento en el hecho de que él es nuestro igual, Jesús usa en Un Curso de Milagros el mismo término que hasta la fecha había excluído a todos menos a él. Ahora, sin embargo, se refiere a toda la gente, a los hijos de Dios que aún se creen que son cuerpos y están separados de su Fuente, y por tanto son distintos de Él. Y aún de manera más específica, el término Hijo de Dios se refiere a los discípulos que leen y estudian Un Curso de Milagros, un uso que claramente no tiene en cuenta el género. Este término, pues, se usa deliberadamente para ayudar a corregir dos mil años de lo que Un Curso de Milagros ve como la distorsión del mensaje básico de Jesús por la cristiandad, en este caso la unidad e igualdad perfecta de la Filiación de Dios. Y así Jesús se presenta en el Curso como quien en realidad no es diferente de ningún otro (aunque en el tiempo sea con certeza diferente de nosotros). Por consiguiente, para decirlo una vez más, el mismo término – Hijo de Dios – que se usaba sólo para Jesús se usa ahora para todos nosotros. Más aún, el mismo término se usa para Cristo, la creación de Dios anterior a la separación, Su único Hijo. De nuevo vemos el uso de la misma forma
tradicional cristiana con un contenido totalmente diferente. Hijo de Dios es fácil de entender como sinónimo de hijo* , un término que también se usa a menudo en el Curso. La reinterpretación del uso exclusivo de Hijo de Dios para hacerlo totalmente inclusivo es crucial en el sistema de ideas del Curso. Y a causa de la razón que Jesús tiene para usar esta expresión, los estudiantes – mujeres y hombre por igual – deberían estar vigilantes ante la tentación de cambiar el lenguaje "ofensivo" del Curso. Aunque sea comprensible, serviría para socavar uno de los objetivos pedagógicos de Jesús. Estaría mucho más en linea con las enseñanzas de Un Curso de Milagros dejar la forma tal como está y cambiar las ideas de uno. En estas circunstancias vendría bien parafrasear una frase famosa del texto: "No trates, por lo tanto, de cambiar el Curso [el mundo en el texto], sino elige más bien cambiar de mentalidad acerca de él" (T-21.In.1:7). Puesto que la forma del Curso no va a cambiar, sería prudente que el estudiante utilice su reacción como un aula en la que puede aprender a perdonar, no sólo a Jesús, a Helen, o al propio Un Curso de Milagros , sino también a todos los que en el pasado (o en el presente) ha percibido que le trataban injustamente. Un último comentario sobre el lenguaje masculino del Curso: durante siglos ha sido una regla gramatical usar el masculino para hacer referencias que no tienen en cuenta el género. Claramente, puesto que una enseñanza central de Un Curso de Milagros es que no somos cuerpos – y por tanto los miembros de la Trinidad tampoco son cuerpos – el asunto, una vez más, es meramente de forma o de estilo. Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
* La palabra inglesa "child" del original se usa indistintamente para las hijas y los hijos; también puede traducirse como niña o niño.
Capítulo II: LA NATURALEZA DE LA SEPARACI ÓN 11) ¿Cómo tuvo su origen el ego, y qué impide que la separación ocurra otra vez? De todas las preguntas ésta es, de manera incuestionable, la que se plantea más a menudo, y parece como si cada estudiante de Un Curso de Milagros se la hubiera planteado una u otra vez. A lo largo de los años nos ha impresionado el ingenio con el que los estudiantes del Curso han formulado la cuestión de tantas maneras distintas; pero la pregunta básica se puede hacer así: "Si Dios es perfecto y está unificado, y tiene un Hijo perfecto y unificado, ¿cómo puede haber brotado de semejante Mente una idea imperfecta de separación y división?" La respuesta de Jesús en el Curso viene dentro de un marco de referencia no dualista, y difícilmente va a satisfacer a una mente intelectualmente inquisitiva que exija una respuesta en sus propios términos. Sin embargo, en el marco de referencia dual que experimentamos como nuestra realidad, la pregunta es verdaderamente una afirmación disfrazada de pregunta, "planteada" por una mente-ego para establecer su propia realidad y su identidad única. Por tanto lo que realmente dice el que pregunta es: "Yo creo que estoy aquí, y lo que quiero ahora es que me expliques cómo me he metido aquí". La consciencia, que es la primera separación introducida en la mente del Hijo dormido, es un estado del ego en el que quien percibe y lo percibido parecen existir como "realidades" separadas. La consciencia produce un concepto de un falso ser limitado que está separado y es incierto, y que experimenta aparentemente algo opuesto al verdadero Ser tal como Dios Lo creó. Y es este ser falso quien cree que está "aquí" y "pregunta" por su propio origen aparente, buscando en ello una verificación. En verdad, sin embargo, la imperfección no puede emanar de la perfección, y una idea imperfecta de separación y división no puede brotar de la Mente perfecta del Hijo perfecto de Dios, en la cual los contrarios no pueden existir. Sólo en un mundo de sueños pueden estos absurdos, y las creencias que fomentan semejante incertidumbre, conducir a cavilaciones como ésta. La pregunta, por tanto, sólo puede ser planteada por los que creen y experimentan que en efecto están separados y son distintos, y sólo puede ser contestada por alguien que está de acuerdo con la premisa de que lo imposible ha ocurrido, y por tanto requiere de, e incluso exige, una explicación. Así pues sólo un ego que está soñando plantearía semejante pregunta puesto que un Hijo de Dios, seguro de su Identidad en el Cielo y despierto en Dios, ni siquiera podría concebir la idea de la separación, que es la base necesaria de la pregunta. Y, obviamente, si en realidad la separación nunca ha ocurrido por primera vez, ¿cómo podría ocurrir una segunda vez? Por lo tanto, insisto, es una pregunta con truco, que se parece mucho a la del cómico: "¿Cuándo dejaste de pegarle a tu mujer?", en la que cualquier respuesta sólo puede incriminar a quien responde. Jesús trata directamente esta pregunta dos veces: La primera está en el texto, donde da una respuesta muy práctica a lo que originalmente fue una pregunta de William Thetford, el colega y amigo de Helen, planteada mientras ella tomaba el dictado: Es razonable preguntarse cómo pudo la mente haber inventado al ego. De hecho, ésa es la mejor pregunta que puedes hacerte. Sin embargo, no tiene objeto dar una respuesta en función del pasado porque el pasado no importa, y la historia no existiría si los mismos errores no siguiesen repitiéndose en el presente (T-4.II.1:1-3). Dicho de otra manera, ¿porqué te preocupas de cómo y porqué ocurrió la separación en un pasado distante, cuando sigues eligiendo estar separado en el presente?
La siguiente respuesta tiene dos partes y se encuentra en la clarificación de términos, el apéndice del manual para el maestro. Aquí la respuesta de Jesús va más directamente al asunto y trata la pseudonaturaleza de la propia pregunta, y su respuesta está reflejada en nuestros comentarios anteriores: El ego exigirá muchas respuestas que este curso no provee. EI curso no reconoce como preguntas aquellas que sólo tienen la apariencia de preguntas, pero que son imposibles de contestar. El ego puede preguntar: "¿Cómo sucedió lo imposible?", ¿A qué le ocurrió lo imposible?", y lo puede preguntar de muchas maneras. Mas no hay una respuesta para ello; sólo una experiencia. Busca sólo ésta y no permitas que la teología te retrase (C-In.4). Si alguien te pide que definas al ego y expliques cómo se originó, es porque cree que el ego es real e intenta, por definición, asegurarse de que su naturaleza ilusiva quede oculta tras las palabras que parecen otorgarle realidad. Ninguna definición que se haya hecho de una mentira puede hacer que ésta sea verdad (C-2.2:5-3:1). Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo II: LA NATURALEZA DE LA SEPARACIÓN 12) Si Dios no creó el mundo ni el cuerpo, ¿quién lo hizo? Además, ¿quiénes somos y como nos metimos aquí? Esta está entre las preguntas que se plantean más comunmente, y ciertamente es comprensible. Casi todo el mundo cree ser un ser físico y psicológico, que vive en un universo material pre-existente a su llegada y que sobrevivirá a su marcha. La dificultad de comprender que éste no es el caso yace en el hecho de que estamos tan identificados con nuestros seres corporales individuales, que es casi imposible concebir nuestra existencia en el nivel de la mente que está fuera del mundo espacio-temporal. Cuando pareció que ocurría la idea de la separación, Un Curso de Milagros explica que pareció que el Hijo de Dios se quedó dormido y soñó un sueño, cuyo contenido es que la unicidad se volvió multiplicidad, y la Mente no dual de Cristo se volvió fragmentada y separada de su Origen, dividida en fragmentos dementes que están en guerra consigo mismos. Como explica el Curso, estos fragmentos proyectaron fuera de la mente una serie de sueños o guiones que, en su conjunto, constituyen la historia del universo físico. Al nivel individual, las series dramáticas que nuestras personalidades-ego identifican como nuestras propias vidas personales son también una proyección de nuestras mentes fragmentadas y escindidas. Así todos somos actores y actrices en el escenario de la vida, como dijo Shakespeare, dándo vida a un sueño que experimentamos como nuestra realidad individual, separada y aparte de Quien somos verdaderamente como Cristo. Además nuestras mentes han proyectado muchas personalidades distintas en el sueño colectivo del Hijo fragmentado, complicando todo el proceso. Así pues la pregunta "¿cómo nos metimos aquí?" tiene que entenderse desde esta perspectiva del sueño colectivo e individual. Dicho de otro modo, no estamos aquí en realidad, sino que estamos soñando que estamos. Como Un Curso de Milagros establece: "[...] estás en tu hogar, soñando con el exilio" (T-10.I.2:1). Y así es como el sueño pareció ocurrir: Una diminuta y alocada idea, de la que el Hijo de Dios olvidó reírse, se adentró en la eternidad, donde todo es uno. A causa de su olvido ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales (T-27.VIII.6:2-3). Estos "efectos reales" constituyen el mundo físico que creemos nuestro hogar. El siguiente pasaje es tal vez la mejor descripción en el Curso del proceso por el cual este efecto llegó a existir, una vez que el Hijo se tomó en serio la idea diminuta y alocada de que puede haber un sustituto del Amor de Dios. Como veremos ahora, esto resultó en la fabricación del universo físico que se cree es lo opuesto al Cielo: Tú que crees que Dios es miedo tan sólo llevaste a cabo una sustitución. Ésta ha adoptado muchas formas porque fue la sustitución de la verdad por la ilusión, la de la plenitud por la fragmentación. Dicha sustitución a su vez ha sido tan desmenuzada y subdividida, y dividida de nuevo una y otra vez, que ahora resulta casi imposible percibir que una vez fue una sola y que todavía sigue siendo lo que siempre fue. Ese único error, que llevó a la verdad a la ilusión, a lo infinito a lo temporal, y a la vida a la muerte, fue el único que jamás cometiste. Todo tu mundo se basa en él. Todo lo que ves lo refleja, y todas las relaciones especiales que jamás entablaste proceden de él. Tal vez te sorprenda oír cuán diferente es la realidad de eso que ves. No te das cuenta de la magnitud de ese único error. Fue tan inmenso y tan absolutamente increíble que de él no pudo sino surgir un mundo totalmente irreal. ¿Qué otra
cosa si no podía haber surgido de él? A medida que empieces a examinar sus aspectos fragmentados te darás cuenta de que son bastante temibles. Pero nada que hayas visto puede ni remotamente empezar a mostrarte la enormidad del error original, el cual pareció expulsarte del Cielo, fragmentar el conocimiento convirtiéndolo en inútiles añicos de percepciones desunidas y forzarte a llevar a cabo más sustituciones. Ésa fue la primera proyección del error al exterior. El mundo surgió para ocultarlo, y se convirtió en la pantalla sobre la que se proyectó, la cual se interpuso entre la verdad y tú. Pues la verdad se extiende hacia adentro, donde la idea de que es posible perder no tiene sentido y lo único que es concebible es un mayor aumento. ¿Crees que es realmente extraño que de esa proyección del error surgiese un mundo en el que todo está invertido y al revés? Eso fue inevitable (T-18.I.4:1-6:5). Pero Un Curso de Milagros añade que el mundo se fabricó como un acto de agresión a Dios (E-pII.3.2.1), y esto fue logrado por la mente escindida colectiva del Hijo, que creía en su sueño alucinado haber usurpado el ser Causa Primera. Este es el principio de la trinidad impía del ego mencionada en la pregunta 4. La culpabilidad por este aparente pecado de separación y usurpación exigía un castigo para el Hijo. En consecuencia, el Hijo atemorizado buscó escapar de su propia proyección demencial de un dios iracundo y vengativo que deseaba destruirlo. Por lo tanto el Hijo proyectó su culpa ilusoria y su ser fragmentado fuera de la mente, malcreando así un mundo físico espacio-temporal donde esconderse de un Dios no-físico a Quien creía haber destronado y destruido. Dentro de estos sueños múltiples, el único Hijo pareció escindirse en billones de fragmentos, cada uno de los cuales quedó encerrado en un cuerpo de locos sueños individuales, creyendo que esto proporcionaría "protección" personal contra el castigo definitivo de un dios iracundo imaginado por el ego. Es importante señalar una vez más que estamos hablando de la mente colectiva del Hijo separado como el hacedor del mundo. Cada fragmento aparentemente separado no es más que una parte escindida de aquella mente única original que quiso reemplazar a la Mente Única de Cristo. Por tanto, el fragmento individual no es responsable del mundo, pero si es responsable de su creencia en la realidad del mundo. Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo II: LA NATURALEZA DE LA SEPARACIÓN 13) ¿De verdad quiere decir Un Curso de Milagros que Dios no creó el Universo? ¡La respuesta a esta pregunta es una resonante afirmación! Puesto que nada que tenga forma, materia o sustancia puede ser de Dios, entonces nada del universo físico puede ser real, y no hay excepciones a esto. La Lección 43 del libro de ejercicios declara, en el contexto de la percepción, cual es el ámbito de la dualidad y la separación: La perc percep epci ción ón no es un atri atribu buto to de Dios Dios.. El ámbi ámbito to de Dios Dios es el del del conoci conocimie miento nto [...] [...] En Dios Dios no puede puedess ver. ver. La percep percepció ción n no tiene tiene ningun ninguna a función en Dios, y no existe (E-pI.43.1:1-2; 2:1-2). En la clarificación de términos encontramos la siguiente declaración, más clara que el agua, sobre la naturaleza ilusoria del mundo de la percepción, que Dios no creó: El mundo que ves no es más que la ilusión de un mundo. Dios no lo creó, pues lo que Él crea tiene que ser tan eterno como Él. En el mundo que ves, no obstante, no hay nada que haya de perdurar para siempre. Algunas cosas durarán en el tiempo algo más que otras [p.ej. el gran cosmos, como veremos más adelante en otro pasaje del texto]. Pero llegará el momento en el que a todo lo visible le llegue su fin (C-4.1). Y finalmente una declaración similar en el texto: Las leyes de Dios no pueden gobernar directamente en un mundo regido por la percepción, pues un mundo así no pudo haber sido creado por la Mente para la cual la percepción no tiene sentido. Sus leyes, no obstante, se ven reflejadas por todas partes [por medio del Espíritu Santo]. No es que el mundo donde se ven reflejadas sea real en absoluto. absoluto . Es real sólo porque Su Hijo cree que lo es, y Dios no pudo permitirse a Sí Mismo separarse completamente de lo que Su Hijo cree. Él no pudo unirse a la demencia de Su Hijo [...] (T-25.III.2; cursivas añadidas). Estos Estos pasaje pasajess son son import important antes es porque porque clarifi clarifican can una fuente fuente de malent malenten endid didos os para para muchos estudiantes de Un Curso de Milagros, que sostienen que Jesús enseña que de hecho Dios creó el mundo. Afirman que todo lo que el Curso enseña es que no creó nuestras percepciones erróneas de él. él. Las Las decl declar arac acio ione ness que que cont contie iene nen n la fras frase e "el "el mundo que ves", como el pasaje anterior del manual para el maestro, no se aplican solamente al mundo que percibimos a través de la lente de nuestra mente enferma, sino al mismo hecho de que vemos, vemos, sea lo que sea. De nuevo, el universo físico completo, completo, el mundo de la percepción y la forma, es ilusorio y está fuera de la mente de Dios. Por lo tanto, nada que se pueda observar – nada que tenga forma, que sea físico, que se mueva, que cambie, que se deteriore y finalmente muera – es de Dios. Un Curso de Milagros es inequívoco sobre esto, por lo que hablamos de él como un sistema de ideas no dualista perfecto dualista perfecto:: no contiene excepciones. excepciones. Y así la aparente majestad del cosmos y la gloria que percibimos en la naturaleza son todas expresiones del sistema de ideas de separación del ego, como vemos en este maravilloso pasaje del texto: A todo lo que parece que parece eterno le llegará su fin. Las estrellas desaparecerán, y la noche y el día dejarán de ser. Todas las cosas que van y vienen, la marea, las estaciones del año y las vidas de los hombres; todas las cosas que cambian con el tiempo y que florecen y se marchitan, se irán para no volver jamás (T29.VI.2:7-10). Intentar hacer una excepción a este hecho es intentar llegar a un compromiso con la verdad, justo lo que el ego quiere para poder establecer su propia existencia. Como Jesús
declar declara a en el libro libro de ejerci ejercicio cios: s: "lo falso es falso falso y que lo que es verda verdad d jamás jamás ha cambiado" (E-pII.10.1:1). Y de nuevo en el texto: ¡Qué simple es la salvación! Tan Tan sólo afirma que lo que nunca fue verdad no es verdad ahora ni lo será nunca. Lo imposible no ha ocurrido, ni puede tener efectos. Eso es todo (T-31.I.1:1-4). En conclusión, a ningún aspecto de la ilusión se le puede otorgar ningún valor de verdad, lo que quiere decir que nada del universo material ha venido de Dios, ni siquiera es conocido por Él. Su realidad está totalmente fuera del mundo de los sueños. Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo II: LA NATURALEZA DE LA SEPARACIÓN 14) ¿Y qué hay que decir de la belleza y la bondad que hay en el mundo? Como se deduce de la respuesta anterior, podemos ver que los así llamados aspectos positivos de nuestro mundo son tan ilusorios como los negativos. Unos y otros son aspectos de un universo perceptivo dual, que no hace sino reflejar la escisión dual en la mente de la Filiación. La famosa frase: "La belleza está en el ojo del observador" también es aplicable aquí, puesto que lo que uno considera belleza otro puede encontrarlo estéticamente desagradable, y viceversa. De manera similar, lo que una sociedad juzga buen bueno, o, pued puede e ser ser juzg juzgad ado o malo malo y en cont contra ra del del bien bien comú común n por por otra otra.. Un estu estudio dio cuidadoso de la historia, la sociología y la antropología cultural pone esto en evidencia. Por lo tanto, si tomamos el criterio de realidad que Jesús emplea en el Curso, la inmutabilidad eterna, podemos deducir que nada de lo que el mundo considera bello o bueno es real, y no puede entonces haber sido creado por Dios. Por consiguiente, dado que tanto la belleza como la bondad son conceptos relativos, y por tanto ilusorios, debemos seguir el mandato de Jesús de preguntarnos siempre: "¿Cuál es el significad significado o de lo que contemplo?" contemplo?" (T-31.VI (T-31.VII.13: I.13:5). 5). Dicho Dicho con otras palabras, palabras, aunque algo sea ilusorio sigue siendo neutro, como todo lo demás que hay en el mundo. Dándoselo al ego servirá a su objetivo impío de reforzar la separación, el afán de ser especial y la culpabilidad. Por otra parte, dándoselo al Espíritu Santo sirve para el santo obje objetiv tivo o de cond conduc ucir irno noss a una una expe experi rien enci cia a de la verd verdad ad que que está está más más allá allá de la percepción. Por ejemplo, una puesta de sol puede reforzar la creencia de que sólo puedo encontrar paz y bienestar mientras estoy en su presencia, o puede ayudarme a recordar que la verdadera belleza de Cristo es mi Identidad, y que esta belleza es interior, está dentro de mi mente y es independiente de todo lo que hay fuera de ella. Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo II: LA NATURALEZA DE LA SEPARACI ÓN 15) Dado que nos hemos hecho separados a nosotros mismos, ¿cómo es que todos parecemos percibir los mismos atributos de la materia, estamos de acuerdo en sus características básicas y experimentamos sus leyes? Cuando la idea de la separación pareció ocurrir, era una sola idea en una sola mente escindida. Conforme avanzó el proceso de la idea de la separación, que culminaría en la fabricación del universo físico, esta sola idea pareció dividirse en billones y billones de fragmentos. Cada uno de esos fragmentos contiene todos los aspectos de la idea original de separación. En consecuencia, cada aparente fragmento experimenta todos los efectos de esa idea ilusoria de separación, esto es, todas las llamadas leyes de la astronomía, la física, la química, la biología, etc., que son parte inherente del funcionamiento del universo. Así una sola idea del ego se presenta como muchas. Esto explica la paradoja de que la gente por un lado comparta una percepción común del mundo, mientras por el otro tiene gustos, percepciones y experiencias muy personales e individualizadas. Al final, todas las mentes aparentemente separadas son una – una sola idea de separación – pero cada fragmento parece estar separado y se cree a sí mismo único e independiente de los demás. Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo II: LA NATURALEZA DE LA SEPARACI ÓN 16) ¿Qué visión del tiempo tiene Un Curso de Milagros? Desde la perspectiva de Un Curso de Milagros, todo el tiempo ha ocurrido ya, aunque "parece como si tuviera un futuro que todavía nos es desconocido" (E-pI.158.3:7). Para entender el Curso es vital tener un vislumbre de la visión del tiempo que Jesús presenta. De otra manera sería muy dificil entender su metafísica y su aplicación. Como establece claramente en este pasaje del manual para el maestro: Para entender el plan de enseñanza-aprendizaje de la salvación, es necesario entender el concepto de tiempo que expone el curso (M-2.2:1). Cuando (antes de que hubiera cuerpos) aceptamos en nuestras mentes la creencia de que podíamos ser nuestros propios creadores – esto es, ser auto-creados – pusimos en marcha una serie de relaciones de causa y efecto. La manera más fácil de entender esto es considerar que si tomamos en consideración la idea de que podíamos fabricar algo opuesto al Cielo, uno de los efectos de esta idea sería el comienzo del sueño de un mundo espacio-temporal, y de todas las maneras en que manifestaríamos los efectos de esa idea; por ejemplo, todos los muchos guiones de nuestras así llamadas diversas vidas. Otra analogía es que un efecto de esa idea loca fué un sueño-holograma de odio, que tiene una plantilla espacio-temporal. Es, por tanto, importante reconocer que la mente de la Filiación, una vez que pareció quedarse dormida, tomó en consideración ideas opuestas a lo que es en verdad. Por ejemplo:
REALIDAD
ILUSIÓ N
eternidad
tiempo
vida
muerte
inmutabilidad
cambio
perfección
imperfección
amor
odio
sin límites
limitación
espíritu
cuerpo
sin forma
forma
Por tanto todos los efectos que engendró la idea de la separación han ocurrido ya, así como la corrección por el Espíritu Santo de cada idea equivocada. Como el Curso declara: "Hace mucho que este mundo desapareció" (T-28.I.1.6) y lo que hacemos es sencillamente "repasar mentalmente lo ocurrido" puesto que "el guión ya está escrito" (EpI.158.4:5;4:3). Estos dos "guiones" pueden compararse a dos hologramas – los hologramas del odio y de la corrección – que se muestran en el diagrama que sigue. La parte de la mente que elige entre esos dos es el tomador de decisiones.
El siguiente pasaje importante del texto explica estos dos hologramas: Dios te dio Su Maestro* [el Espíritu Santo] para que reemplazase al que tú inventaste, no para que estuviese en conflicto con él. Y lo que Él ha dispuesto reemplazar ya ha sido reemplazado. El tiempo tan solo duró un instante en tu mente, y no afectó a la eternidad en absoluto.Y así es con todo el tiempo que ha pasado; y todo permanece exactamente como era antes de que se construyese el camino que no lleva a ninguna parte. El brevísimo lapso de tiempo en el que se cometió el primer error -en el que todos los demás errores están contenidos- encerraba también la Corrección de ese primer error y de todos los demás que partieron de él . Y en ese breve instante el tiempo desapareció, pues eso es lo que jamás fue. Aquello a lo que Dios dio respuesta ha sido resuelto y ha desaparecido (T-26.V.3; cursivas añadidas). La manera en que el Curso entiende el tiempo y el espacio se resume en el siguiente pasaje del texto: Pues el tiempo y el espacio son la misma ilusión, pero se manifiestan de forma diferente. Si se ha proyectado más allá de tu mente, piensas que es el tiempo.
Cuanto más cerca se trae a tu mente, más crees que es el espacio (T26.VIII.1:3-5). La "misma ilusión" es la creencia en la separación de Dios, y esta es la idea que subyace al universo físico completo que parece extenderse billones de años y un número casi infinito de kilómetros. Pero puesto que las ideas no abandonan su fuente (E-pI.167.3:6-7), el universo aparentemente inmenso sigue siendo la manifestación de este sencillo pensamiento único, que siempre permanece en la mente escindida que, en su locura, lo concibió. Es parte integral de la estrategia del ego mantener protegida la idea de la separación – la "idea diminuta y alocada" que nunca ocurrió en realidad – proyectándola fuera de la mente, de manera que el Hijo nunca pueda des-hacerla volviéndose a la presencia del Espíritu Santo, que también está en su mente. Si el Hijo se olvida de que tiene mente, y por tanto ya no está en contacto con la decisión de su mente de estar separada, entonces no hay manera de que cambie de ideas nunca. Esta es la meta última de la conjura del ego para sostener su propia existencia. Por lo tanto, cuando la idea de la separación se proyecta "muy lejos" de la mente del Hijo, se expresa en la dimensión temporal: el pasado, lo que parece el presente y el futuro parecen reflejar la enorme brecha de billones de años que el ego desea introducir entre la decisión de la mente de estar separada de Dios y del Espíritu Santo, y la experiencia que el Hijo tiene de sí mismo como cuerpo. Cuando la idea de la separación se experimenta entre un individuo y otra persona – esto es, más cerca de su experiencia de sí mismo – entonces se le conoce como espacio, la brecha física que experimentamos entre nosotros y los demás en nuestras relaciones especiales. Dicho de otra manera, el tiempo (e igualmente el espacio) fue hecho específicamente por el ego para mantener separados la causa (la mente y sus pensamientos) y el efecto (nuestro dolor y sufrimiento). Así, en nuestra experiencia ahora hay un abismo enorme entre la decisión de la mente de estar separada y los múltiples guiones de sueños diferentes en los que experimentamos dolor y sufrimiento como personajes de esos sueños. Sólo cuando la causa y el efecto se pongan juntos, y por tanto sean des-hechos, podrá haber verdadera curación, esto es, cuando el personaje al que llamo "yo" despierte de su sueño de separación y acepte la Expiación. En conclusión, podemos comprender que el mundo del tiempo (y también del espacio) no es más que la proyección y expresión en la forma – fuera de la mente del Hijo – de la idea de la separación que sigue oculta dentro de la mente del Hijo, astutamente escondida detrás de la defensa del tiempo y el espacio. * Ver en la pregunta 5 una discusión del uso del lenguaje metafórico en el Curso, tal como se expresa aquí en la frase "Dios te dio Su Maestro". Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo II: LA NATURALEZA DE LA SEPARACI ÓN 17) ¿Es la mente del ego igual al cerebro humano? No. La mente es no-física e intangible; esto es, no puede diseccionarse en un laboratorio, ni fotografiarse con una cámara, ni analizarse por ningún método empírico. El cerebro, por otra parte, es un órgano físico completamente tangible, se puede diseccionar y es fácil de estudiar en un laboratorio. Es la "computadora" que parece gobernar el cuerpo, organizando en patrones con significado aparente los datos sensoriales que le entran, y dirigiendo todos los sistemas y funciones corporales para que se ajusten al lugar del cuerpo en el universo físico. En verdad, sin embargo, la mente es el programador y ordena al cerebro funcionar como le parece apropiado, igual que una computadora hace lo que su operador le diga que haga. La mente es el centro de mando del que emanan todas las órdenes, que dan instrucciones al cerebro para establecer como realidad de la experiencia un mundo espacio-temporal que ya pasó, ¡y que en verdad ni siquiera existió nunca! En sí y de por sí el cerebro no puede hacer nada, porque no es más que el órgano receptor de la mente. Esta loca creencia de que el cerebro puede funcionar de manera independiente de la mente – que es crucial en la estrategia del ego para proteger a la mente dividida y por tanto a sí mismo – se refleja en este pasaje del libro de ejercicios: Crees también que el cerebro puede pensar. Si comprendieses la naturaleza del pensamiento, no podrías por menos que reírte de esta idea tan descabellada. Es como si creyeses que eres tú el que sostiene el fósforo que le da al sol toda su luz y todo su calor; o quien sujeta al mundo firmemente en sus manos hasta que decidas soltarlo. Esto, sin embargo, no es más disparatado que creer que los ojos del cuerpo pueden ver o que el cerebro puede pensar (E-pI.92.2). La relación entre cerebro y mente, de efecto y causa, se explica aquí en el texto: El cerebro no puede interpretar lo que tu visión [basada en la razón o presencia del Espíritu Santo en la mente] ve. [...] El cerebro interpreta [solamente] para el cuerpo del que forma parte (T-22.I.2:7,9). Está claro pues, que es la mente, y no el cerebro, la que hace la verdadera función de interpretar. Esto se subraya en este pasaje del manual para el maestro, donde la causa de la percepción se ve en la mente, no en los ojos ni, por deducción, en el cerebro. Este pasaje, por cierto, no se encuentra en la primera edición [en lengua inglesa] del Curso: Sin embargo, no hay duda de que es la mente [no el cerebro] la que juzga lo que los ojos contemplan: la que interpreta los mensajes que le transmiten los ojos y la que les adjudica "significado". [...] La mente proyecta su propia jerarquía de valores al exterior, y luego envía a los ojos del cuerpo a que la encuentren.[...] Mas la percepción no se basa en los mensajes que los ojos traen. La mente es la única que evalúa sus mensajes, y, por lo tanto, sólo ella es responsable de lo que vemos. Sólo la mente decide si lo que vemos es real o ilusorio, deseable o indeseable, placentero o doloroso (M-8.3:3-4,7,9-11). Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo II: LA NATURALEZA DE LA SEPARACI ÓN 18) ¿Dónde está la mente? La mente, como se enseña en Un Curso de Milagros y acabamos de ver, es incorpórea o inmaterial, a diferencia del cerebro. Por lo tanto es invisible e intangible. Como tampoco es espacial ni temporal, es imposible responder a esta pregunta, que se basa en la suposición de que el tiempo y el espacio son reales. La propia palabra dónde tiene una connotación espacial, desconocida para la mente. Así pues, contestar esta pregunta sería negar la propia naturaleza de la mente y reforzar la creencia de que el cuerpo es real e independiente de la mente que lo proyectó, y que es su verdadera causa. Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo II: LA NATURALEZA DE LA SEPARACI ÓN 19) ¿Cómo se accede a la mente para cambiarla? En cierto sentido, el objetivo de Un Curso de Milagros es precisamente ayudarnos a hacerlo. La piedra angular sobre la que se apoya el sistema de ideas del ego es nuestra culpa no perdonada. Esto nos arraiga en nuestras experiencias físicas y psicológicas como cuerpos y como personalidades individuales. Así, la meta del ego es "proteger" la culpabilidad en nuestras mentes para que no se la des-haga. Como la culpabilidad en nuestras mentes es el programador de nuestras vidas individuales, esta culpabilidad tiene que des-hacerse por medio del perdón, la enseñanza central del Curso. Conforme el perdón des-hace esta culpabilidad inconsciente y cambiamos de una mentalidad enferma a una mentalidad sana, permitimos que el Espíritu Santo sea nuestro programador. Así Su Amor y su paz arbitran nuestras mentes y se convierten en nuestros guias, en lugar del sistema de ideas de miedo y odio del ego. El ego siempre se esfuerza en que adoptemos algún sistema nuevo que se ha inventado, como las técnicas de autoayuda tan de moda, para reprogramar nuestras "mentes" de manera que nuestros cerebros funcionen para "arreglar" y reprogramar nuestras vidas. Así nos enredamos aún más en el sistema de ideas del ego aunque no seamos conscientes de que eso es lo que estamos haciendo. Sin embargo, deberíamos tomar nota de que fue justamente la creencia en que somos autocreados, estamos solos y podemos conseguir cosas por nosotros mismos, la que para empezar llevó a la separación. Además, todo pensamiento tendría esto como su meta y patrón básico. El importante principio del Curso de "la pequeña dosis de buena voluntad" de pedir ayuda al Espíritu Santo para corregir nuestra percepción de nosotros mismos y de los demás, nos imbuye una sensación de humildad. Esto culmina en darnos cuenta de que no sabemos qué es lo que más nos conviene, con independencia de lo que el sistema de ideas del ego proponga y enseñe. Por tanto, es la responsabilidad de uno reconocer que para cambiar a una mente sana y quedarse así, uno siempre tiene que acceder al Espíritu Santo. Aún más específico es el mandato de Jesús a sus estudiantes de Un Curso de Milagros de mirar al ego sin juzgarlo. Éste es el camino de acceso a la mente. Si los estudiantes, con el amor de Jesús a su lado pueden mirar a sus egos en acción sin juzgarlos y sin culpabilidad, entonces ¿ quién es el que está mirando? No puede ser el ego sino la mente – o mejor dicho, el tomador de decisiones de nuestra mente – que no está en el cuerpo y por tanto, una vez más, no es el ego. El siguiente pasaje del texto proporciona una descripción muy clara de este proceso, y explica lo importante que Jesús cree que es para la práctica de su Curso: Nadie puede escapar de las ilusiones a menos que las examine, pues no examinarlas es la manera de protegerlas. No hay necesidad de sentirse amedrentado por ellas, pues no son peligrosas. Estamos listos para examinar más detenidamente el sistema de pensamiento del ego porque juntos disponemos de la lámpara que lo desvanecerá, y, puesto que te has dado cuenta de que no lo deseas, debes estar listo para ello. Mantengámonos muy calmados al hacer esto, pues lo único que estamos haciendo es buscando honestamente la verdad. La "dinámica" del ego será nuestra lección por algún tiempo, pues debemos primero examinarla para poder así ver más allá de ella, ya que le has otorgado realidad. Juntos desvaneceremos calmadamente este error, y después miraremos más allá de él hacia la verdad. ¿Qué es la curación sino el acto de despejar todo lo que obstaculiza el conocimiento? ¿Y de qué
otra manera puede uno disipar las ilusiones, excepto examinándolas directamente sin protegerlas? (T-11.V.1:1-2:2). Y en esta frase sucinta, también del texto, encontramos claramente enunciada la meta de este proceso: Esta es una etapa crucial en este curso, pues en este punto tiene que tener lugar una completa separación entre tú y el ego (T-22.II.6:1). El "tú" es el tomador de decisiones, la parte de nuestra mente escindida que elige, que ahora ha pasado de identificarse con el ego (la mente enferma) a hacerlo con el Espíritu Santo (la mente sana). Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo II: LA NATURALEZA DE LA SEPARACI ÓN 20) ¿Qué se entiende por la Filiación, y a quién o a qué incluye? El término Filiación, o Hijo de Dios, se usa en el Curso de dos maneras: para denotar los estados de realidad y de ilusión. En el Cielo, la Filiación se refiere a la creación única de Dios, el Cristo que es el único Hijo de Dios. Ese Hijo, como ya hemos visto, está totalmente unificado y es uno Consigo mismo y con Su Creador. En el nivel del sueño, la Filiación se refiere a todas las partes de la mente separada única que creyó que podría lograr la separación, dentro de la cual cada fragmento parece tener forma y "vida" propias. Así, los llamados reinos animal, vegetal y mineral son tan parte de la Filiación como lo es el homo sapiens. Las distinciones entre lo que está animado y lo que es inanimado fueron introducidas por el homo sapiens de manera arbitraria, siguiendo las enseñanzas del ego, para ser capaz de establecer categorías y controlar un mundo ilusorio, y ejercer su "dominio sobre todas las cosas vivas" (Génesis 1:26,28). Semejante creencia es lo que Un Curso de Milagros llama la primera ley del caos: que hay una "jerarquía de ilusiones" (T-23.II.2:3) por la cual algunos aspectos de la ilusión son superiores, más evolucionados, o están más inclinados a lo espiritual que otros; como cuando los científicos hablan de una "cadena de la vida", por ejemplo, de donde se deduce que hay un rango de vida y novida. De hecho, sin embargo todas las formas de "vida" son la misma, porque todas son iguales en ser proyecciones de la idea de vida-aparte-de-Dios del ego. Esta es la defensa contra la idea (o recuerdo) de la Vida, que el Espíritu Santo mantiene en las mentes de todos los que parecen ser fragmentos. Esto es lo que quiere decir el pasaje siguiente, que tiene la forma de una oración de Jesús a Dios nuestro Padre: Te doy las gracias, Padre, sabiendo que Tú vendrás a salvar cada diminuta brecha que hay entre los fragmentos separados de Tu santo Hijo. Tu santidad, absoluta y perfecta, mora en cada uno de ellos. Y están unidos porque lo que mora en uno solo de ellos, mora en todos ellos. ¡Cuán sagrado es el más diminuto grano de arena, cuando se reconoce que forma parte de la imagen total del Hijo de Dios. Las formas que los diferentes fragmentos parecen adoptar no significan nada, pues el todo reside en cada uno de ellos. Y cada aspecto del Hijo de Dios es exactamente igual a todos los demás (T-28.IV.9;
cursivas añadidas). La idea del Hijo separado en la mente, por tanto, no es forma, sino contenido. Y es la idea de que uno puede estar separado de su Creador y ser independiente de Él. La forma que tome esta idea – animado o inanimado, organismo unicelular o mamífero – es irrelevante, porque la idea sigue siendo la misma. Y más allá de cada idea está la Idea de Dios, mantenida bajo la custodia del Espíritu Santo hasta el instante en que volvamos a ella. Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo II: LA NATURALEZA DE LA SEPARACI ÓN 21) Un Curso de Milagros enseña que no hay muerte. ¿Se puede entender esto en el sentido de que la inmortalidad física es posible? ¡En absoluto! El Curso enseña que no hay muerte porque el espíritu es inmortal. La lección del libro de ejercicios "Soy tal como Dios me creó" se presenta por tres veces y también es el tema central de una sección de repaso. Esto destaca la importancia del concepto de que sólo lo que Dios creó (Cristo) es eterno, y que este mundo de cuerpos – hecho para ser lo contrario del Cielo – tiene en su agenda hacer que la inmortalidad sea imposible. Al principio del texto se habla de la incapacidad del ego para alcanzar "lo eterno": El ego cree que es una ventaja no comprometerse con nada que sea eterno, ya que lo eterno sólo puede proceder de Dios. La eternalidad es la única función que el ego ha tratado de desarrollar, si bien ha fracasado repetidamente. El ego transige con la cuestión de lo eterno, al igual que con todas las cuestiones que de algún modo tienen que ver con la verdadera pregunta (T-4.V.6:1-3). Además, los cuerpos sólo existen en los sueños – las alucinaciones que llamamos vidas – y por tanto la duración de esta "vida" no tiene nada en absoluto que ver con la realidad, sin mencionar a la vida eterna del espíritu. Puede verse pues que la mismísima expresión inmortalidad física es un oxímoron [una expresión cuyos términos se contradicen], una contradicción que refleja una defectuosa comprensión de la teología de Un Curso de Milagros y oscurece la diferencia crucial entre realidad e ilusión. El concepto no es más que otra conjura del ego que muchas mentes separadas se permiten, intentando con ello pervertir el significado verdadero del Curso haciendo real el sistema de ideas y el mundo del ego. El diablo sabe cómo citar las escrituras para que le den la razón, como comentó Shakespeare en "El mercader de Venecia", y por desgracia los egos de los estudiantes de Un Curso de Milagros saben hacer el mismo truco. Si los estudiantes quieren apoyar su sistema de ideas de que ellos (y sus cuerpos) pueden ser inmortales, es facil retorcer frases del Curso sacadas de su contexto que apoyen su deseo. Por ejemplo, en "la atracción de la muerte", el tercer obstáculo a la paz del Capítulo 19 del texto, hay la siguiente declaración en la subsección "El cuerpo incorruptible": Tú tienes otra consagración que puede mantener al cuerpo incorrupto y en perfectas condiciones mientras sea útil para tu santo propósito. El cuerpo es tan incapaz de morir como de sentir [...] La muerte, de ser real, supondría la ruptura final y absoluta de la comunicación, lo cual es el objetivo del ego (T19.IV-C.5:1-2; 6:5). Y otra frase que se ha sacado de contexto para "demostrar" que el cuerpo puede ser inmortal es del manual para el maestro, de la sección titulada "¿Qué es la muerte?" Damos aquí sólo la frase, el pasaje completo lo citaremos más adelante en la siguiente pregunta: Por otra parte, ¿qué puede originarse en Dios y morir? (M-27.6:8) Y así los estudiantes sacarán la conclusión falsa de que al ser – como indivíduos físicos y psicológicos – creados por el Dios eterno y como Él, no pueden morir nunca. Esto luego se convierte en el fundamento para afirmar la validez de la inmortalidad física. El error, obviamente, está en creer que Dios, en efecto, los creó como individuos, y como cuerpos por añadidura. Lo que verdaderamente "se origina en Dios" es Cristo, nuestro Ser que
sólo es espíritu, y ése es el Ser que es eterno y que nunca puede morir. El ser falso que tiene una identidad física y psicológica permanece dentro del sueño donde sólo hay una ilusión de nacimiento, vida y muerte. Algunos estudiantes, además, utilizan las líneas anteriores como prueba de que Jesús está a favor de la inmortalidad física cuando declara que el cuerpo es incorruptible. Sin embargo, han dejado de comprender el contexto del pasaje anterior (y del título de la subsección) al eliminar la cita completa. La razón de que "el cuerpo sea tan incapaz de morir como de sentir", y de que la muerte no sea verdadera, es que el cuerpo no existe en realidad. En efecto, en verdad el cuerpo no muere, pero eso es porque no vive. Sólo dentro de los sueños ilusorios de la mente dormida del Hijo parece que el cuerpo nace, vive y muere – una sucesión de la que el propio Dios de la vida no sabe nada. Más todavía, la muerte del cuerpo presupone que primero haya estado vivo, de lo contrario el concepto carece de sentido. Como Jesús declara también en este pasaje: [el cuerpo] No hace nada. De por sí, no es ni corruptible ni incorruptible. No es nada. Es el resultado de una insignificante y descabellada idea de corrupción que puede ser corregida (T-19.IV-C.5:3-6). Lo que no es nada no vive (ni puede vivir) y en consecuencia tampoco muere (ni puede morir). En el texto encontramos un pasaje aún más convincente que describe la absoluta carencia de ser del cuerpo, similar a un títere inanimado que meramente lleva a cabo los deseos de su amo, el titiritero. El amo del cuerpo, naturalemente, es la mente: El que castiga el cuerpo está loco, pues ahí es donde ve la diminuta brecha [la separación], que, sin embargo, no está ahí. El cuerpo no se ha juzgado a sí mismo, ni se ha convertido en lo que no es. No procura hacer del dolor un gozo, ni espera encontrar placer duradero en lo que no es más que polvo. No te dice cuál es su propósito, ni tampoco puede él mismo entender para qué es. No hace de nadie una víctima porque no tiene una voluntad propia, ni tampoco preferencias o dudas. No se pregunta lo que es. Por lo tanto, no tiene necesidad de competir. Se puede hacer de él una víctima, pero no puede considerarse a sí mismo como tal. No acepta ningún papel, sino que hace lo que se le dice [por la mente] sin atacar. [...] no puede ver, y [...] no puede oír, [...] no tiene sensaciones. Se comporta tal como tú [el tomador de decisiones en la mente] deseas que lo haga, pero nunca toma decisiones. No nace ni muere . Lo único que puede hacer es vagar sin rumbo por el camino que se le haya indicado (T-28.VI.1:1-2:5; cursivas añadidas). Una vez más, dentro del sueño de separación del Hijo parece que en efecto el cuerpo nace, vive y muere, pero esto es solamente en el mundo de la ilusión. Pues sólo en la realidad del espíritu hay verdadera vida o ser , y esto no tiene nada que ver con la existencia física, que es del ego. Esta es la razón de que al principio del texto Jesús contraste la especificidad de la existencia ilusoria con la realidad abstracta del ser (T4.VII.4,5). Concluimos, por lo tanto, que Un Curso de Milagros es inequívoco en su enseñanza de que sólo es espíritu es inmortal. Creer que podemos existir en cualquier otro estado – el físico – es seguir al ego en sus intentos de hacer real el sueño de la separación, en el cual nuestra identidad individual se asegura haciéndonos creer en la ilusión que el ego llama vida. Y naturalemente estos intentos son diametralmente opuestos al objetivo definitivo del Curso, que es ayudarnos a todos a despertar del sueño de la individualidad a nuestra verdadera Identidad como Cristo, el Hijo único e inmortal de Dios.
Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítul Capí tulo o II: I I: LA NATURALEZA NATURALE ZA DE LA SEPARACI ÓN 22) ¿Qué ocurre cuando morimos y a dónde vamos? Las experiencias próximas a la muerte que mucha gente relata, ¿son relevantes para los estudiantes de Un Curso de Milagros? La "transición" a la muerte puede compararse a lo que sigue: 1) cambiar de un sueño a otro mientras dormimos; 2) terminar de ver una cinta de vídeo y empezar con otra; 3) cambiar de canal el televisor cuando termina un programa, o antes de que termine si uno lo elige así; o por último 4) salir de una habitación y entrar en otra, como enseñaba Ramakrishna, el gran sabio indio del siglo XIX. Como la consciencia es inherente a la mente escindida y no se encuentra en el cuerpo ni en el cerebro (aunque se experimente ahí), la muerte física no es sino la ilusión del final del estado mental de uno, que se mantiene al morir. A pesar de que esta idea de separación se proyecta en el cuerpo, sigue estando dentro de su fuente: la mente enferma. Por tanto uno no va a ningún sitio al morir. Volviendo a la analogía de cambiar de canal la televisión, uno permanece físicamente en el sillón de su sala de estar, aunque la atención de uno pasa del lugar que se ve en un canal de televisión al que se ve en el otro. Además es importante darse cuenta de que lo que llamamos muerte no trae un estado de iluminación ni de paz. Si no se completa en su totalidad el abandono del sistema de ideas del ego, abandonando la mente enferma, la iluminación o resurrección no se puede alcanzar. De hecho Jesús advierte específicamente contra semejante visión escapista de la muerte: ¿Qué otras alternativas tienes ante ti, sino la vida o la muerte, despertar o dormir dormir,, la guerra guerra o la paz, paz, tus sueños sueños o tu realid realidad? ad? Existe el riesgo de pensar que la muerte te puede brindar paz porque el mundo equipara el cuerpo con el Ser que Dios creó. No obstante, una cosa jamás puede ser su propio opuesto. Y la muerte es lo opuesto a la paz porque es lo opuesto a la vida. Y la vida es paz. Despierta [el significado de la resurrección] y olvida todos los pensamientos de muerte, y te darás cuenta de que ya gozas de la paz de Dios (T-27.VII.10:1-6; (T-27.VII.10:1-6; cursivas añadidas). Una variedad reciente de esta creencia en que la muerte física trae libertad o alivio del cuerpo cuerpo se encuentra encuentra en las experienc experiencias ias "próximas "próximas a la muerte" de mucha gente, gente, y a menudo surgen preguntas sobre estas experiencias en nuestras clases y seminarios. Los relatos normalmente incluyen la experiencia de la persona de abandonar el cuerpo y continuar a través de un tunel oscuro hacia un círculo o ser de luz, que a menudo se identifica con Jesús. Esta presencia amorosa y amable a veces repasa la vida con la persona, persona, y luego "envía" a la persona persona de vuelta vuelta a completar completar ciertas lecciones, lecciones, aceptar responsabilidades, o asumir una función importante (siempre un tema favorito de las necesidades de ser especial del ego). A nadie le toca juzgar sobre las experiencias próximas a la muerte, y sería imprudente negar los efectos muy positivos que tales experiencias han tenido sobre la gente. Sin embargo se puede comentar la "teología" de tales experiencias y las conclusiones que se sacan sacan de ellas ellas sobre el sentid sentido o de la vida, vida, la muerte, muerte, el más allá, allá, y la llamada llamada "vida "vida después de la vida". Tenga en cuenta el lector que Un Curso de Milagros declara con toda claridad que la mente no está en el cuerpo, aunque ciertamente parezca lo contrario. Por ejemplo, de el libro de ejercicios:
La mente puede pensar que duerme, pero eso es todo. No puede cambiar su estado de vigilia. No puede hacer un cuerpo, ni tampoco habitar en un cuerpo. Lo que es ajeno a la mente no existe porque no tiene una fuente [...] Lo que parece ser lo opuesto a la vida es meramente un sueño. Cuando la mente elige ser lo que no es [el cuerpo] y asumir un poder que le es ajeno y que no posee, un estado foráneo [el cuerpo] al que no puede adaptarse o una condición falsa que no forma parte de su Fuente, simplemente parece que se va a dormir por un rato. Y sueña al tiempo: un intervalo en el que lo que parece acontecer en realidad nunca ha sucedido, los cambios ocurridos carecen de fundamento y los acontecimientos que parecen tener lugar no están en ninguna parte. Cuando la mente despierta, sencillamente continúa siendo como siempre fue (E-pI.167.6:1-4; 9; cursivas añadidas). Y de "Más allá del cuerpo" en el texto: La morada de la venganza [el cuerpo] no es tu hogar. hogar. El lugar que reservaste para que albergase a tu odio no es una prisión, sino una ilusión de ti mismo. El cuerpo es un límite que se le impone a la comunicación universal, la cual es un atributo atributo eterno de la mente. Mas la comunicación comunicación es algo interno. interno. La mente se extiende hasta sí misma . No se compone de diferentes partes que se extienden hasta otras. No sale afuera. Dentro de sí misma es ilimitada, y no hay nada externo a ella. Lo abarca todo. Te abarca completamente: tú te encuentras dentro de ella y ella dentro de ti. No hay nada más en ninguna parte ni jamás lo habrá (T-18.VI.8:2-1 (T-18.VI.8:2-11; 1; cursivas añadidas). Por tanto, tanto, cuando cuando consid considera eramos mos tales tales experi experienc encias ias próxim próximas as a la muerte muerte desde desde la perspectiva de Un Curso de Milagros, podemos ver que no tienen sentido en el nivel de la forma ¿Cómo puede uno abandonar su cuerpo, viajar por un tunel y saludar a una luz estupenda, si para empezar uno nunca estuvo en el cuerpo? Recuerda que el ser permanece en la mente y no en el cuerpo, igual que el ser de un soñador no está en el sueño, aunque haya partes de este ser que se reflejan ahí. Una vez más, no se trata de negar o hacer inválida una experiencia personal, sino de decir que por muy válida que la experiencia sea para la persona, su interpretación es puramente subjetiva y no debería tomarse como una verdad "objetiva". Por ejemplo, en la experiencia de todo el mundo el sol sale y se pone cada dia, y mucha gente relata sentimientos estéticos e incluso espirituales muy significativos asociados con las salidas y puestas de sol. Y sin embargo sabemos por la ciencia que el sol ni sale ni se pone sino que es la tierra la que hace el movimiento, girando sobre su eje y en torno al sol. La experiencia es opuesta a la explicación verdadera. De manera similar la tierra es plana en la experiencia cotidiana de todos, aunque comprendamos intelectualmente que es redonda. Y así la experiencia que uno tiene de un acontecimiento próximo a la muerte, o de un sitio al que uno va al morir (o casi morir) no significa necesariamente que lo que se comprende de la experiencia es lo que verdaderamente es. Y de nuevo, cuando se miran tales experiencias a través de la lente de Un Curso de Milagros, se entienden de una manera completamente diferente: expresiones de perdón proyectadas por la mente sobre el cuerpo y su mundo de vida, muerte y casi muerte. Como hemos visto, no puede haber una verdadera experiencia de estar fuera del cuerpo porque, para empezar, la mente nunca está dentro del cuerpo. Y así la mente no puede dejar el cuerpo, viajar por un tunel y reunirse con Jesús después de salir del cuerpo. Además hay un peligro en creer esto, porque sugiere fuertemente – como lo hace mucha gente que ha tenido tales experiencias – que tal paz, alegría y felicidad sólo puede llegarle a una persona después de morir y abandonar el cuerpo. Todo el enfoque de Un Curso de Milagros está en elegir tener un instante santo ahora mismo, en elegir a Jesús o al
Espíritu Santo en lugar del ego. No hay que morir para ir al Cielo, pues el Cielo es la consciencia de la Unidad perfecta, dentro de la mente, y nada más aparte de esto. La maravillosa experiencia de perdón que a menudo se relata se puede tener en un instante santo, de nuevo, sin haber salido del cuerpo, pasado por un tunel, etc. Mantener que las experiencias próximas a la muerte son algo que se debe idealizar y buscar (como se ve en la popular película Flatliners) de hecho sirve muy bien a la estrategia fundamental del ego de primero hacer real el cuerpo, para luego convertirlo en una cosa repulsiva. Esto establece una situación en la que la gente desearía estar libre de su oscura prisión anhelando escapar a una luz incorpórea. Y mientras tanto, el sistema de ideas de separación, culpabilidad y ser especiales del ego anida cómodamente en la mente, protegido por la creencia de que en efecto hay un cuerpo que es real y que verdaderamente existe en el mundo físico. Así pues, creer en la realidad de tales experiencias es la mismísima transigencia con la verdad – darle a la luz y a la oscuridad igual poder y realidad – contra la que Jesús nos advierte en Un Curso de Milagros. Vemos semejante advertencia claramente declarada en la sección sobre la muerte del manual para el maestro, y citamos enseguida este pasaje extremadamente importante. Comienza con una referencia a la creencia religiosa convencional de que en la muerte el alma se libera para volver a Dios, o para seguir su viaje, como en la doctrina católica del purgatorio. Sin embargo el interés actual por las experiencias próximas a la muerte, como acabamos de ver, cae en la misma categoría de no reconocer la naturaleza ilusoria de todo el universo físico y de la existencia individual – cuerpo, mente y lo que erróneamente se llama "espíritu": La extraña creencia de que una parte [esto es, un alma o "fuerza vital"] de las cosas que mueren puede seguir existiendo separada de lo que muere, tampoco proclama a un Dios amoroso ni vuelve a sentar las bases para que se tenga confianza. Si la muerte es real para una sola cosa, la vida no existe. La muerte niega la vida. Pero si la vida es real, lo que se niega es la muerte. En esto no puede haber transigencia alguna . O bien existe un dios de miedo o bien Uno de Amor. El mundo intenta hacer miles de transigencias al respecto, y tratará de hacer mil más. Ni una sola puede ser aceptable para los maestros de Dios, ya que ninguna de ellas sería aceptable para Dios. Él no creó la muerte, puesto que no creó el miedo. Para Él ambas cosas están igualmente desprovistas de sentido. La "realidad" de la muerte está firmemente arraigada en la creencia de que el Hijo de Dios es un cuerpo. Y si Dios hubiese creado cuerpos, la muerte sería ciertamente real. Pero en ese caso Dios no sería amoroso. Ningún otro punto ilustra en forma tan clara el contraste que existe entre la percepción del mundo real y la del mundo de las ilusiones [...] "El último enemigo destruido será la muerte". [la famosa frase de San Pablo en su primera epístola a los corintios, 15:26] ¡Por supuesto que sí! Sin la idea de la muerte no habría mundo. Todos los sueños acabarán con éste. Ésta es la meta final de la salvación, el fin de todas las ilusiones. Y todas las ilusiones nacen de la muerte. ¿Qué puede nacer de la muerte y tener vida? Por otra parte, ¿qué puede originarse en Dios y morir? Las inconsistencias, las transigencias y los ritos que el mundo fomenta en sus vanos intentos de aferrarse a la muerte y al mismo tiempo pensar que el amor es real, no son más que necios trucos mágicos que no tienen sentido ni eficacia. Dios es eterno, al igual que todas las cosas creadas en Él. ¿No ves que de no ser así, Él tendría un opuesto y el miedo sería tan real como el amor?
Maestro de Dios, tu única tarea puede definirse de la siguiente manera: no hagas ningún trato en el que la muerte sea parte integrante de él . No creas
en la crueldad, ni permitas que el ataque oculte la verdad de ti. Lo que parece morir [el cuerpo que había estado "vivo"], tan sólo se ha percibido incorrectamente y se ha llevado al campo de las ilusiones. De ahí que tu tarea sea ahora permitir que las ilusiones sean llevadas ante la verdad. Mantente firme sólo en esto: no te dejes engañar por la "realidad" de ninguna forma cambiante. La verdad no cambia ni fluctúa, ni sucumbe ante la muerte o ante la destrucción. ¿Y cuál es el final de la muerte? Nada más que esto: el reconocimiento de que el Hijo de Dios es inocente ahora y siempre. Nada más que eso. Pero no olvides que tampoco es menos (M-27.4:1-5:4; 6-7; cursivas añadidas). En conclusión, podemos comprender que cualquier cosa que parece vivir y luego morir, que cambia, crece y después se deteriora, o que parece estar separada de las otras cosas, no puede ser de Dios y por tanto no puede ser real. Y así todas las categorias que se refieren a los cuerpos de cualquier manera – incluidas la muerte y la casi muerte – no tienen ningún significado verdadero porque no existen en realidad. Su único significado dentro de la ilusión es que sirven de aulas en las que aprendemos la lección de discernir entre lo que carece de sentido y lo que lo tiene. Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo II: LA NATURALEZA DE LA SEPARACI ÓN 23) ¿Significa la iluminación o la resurrección liberarse del cuerpo? No, porque la mente no está aprisionada por el cuerpo sino sólo por su propia decisión de identificarse con el sistema de ideas del ego; por tanto la iluminación puede entenderse como despertar del sueño, un proceso que ocurre sólo en el nivel de la mente. Como dice el Curso "La iluminación es simplemente un reconocimiento, no un cambio" (E-pI.188.1:4). Por lo tanto se puede entender como la aceptación de nosotros mismos tal como Dios nos creó, y el reconocimiento de que ningún cambio es necesario porque en verdad la separación de Dios nunca ocurrió. Este reconocimiento es lo que Un Curso de Milagros quiere decir cuando habla de aceptar la Expiación en uno mismo. Además, la definición de resurrección del Curso es el despertar del sueño de muerte del ego, como se ve en la respuesta del manual a la pregunta "¿Qué es la resurrección?" donde el proceso de "superar" a la muerte se coloca claramente en la mente, pues la muerte no tiene nada que ver con el cuerpo: La resurrección, dicho llanamente, es la superación de la muerte o el triunfo sobre ella. Es un redespertar o renacimiento; un cambio de parecer con respecto al significado del mundo. Es la aceptación de la interpretación del Espíritu Santo con respecto al propósito del mundo; la aceptación de la Expiación en uno mismo. Es el fin de los sueños de aflicción y la jubilosa conciencia del sueño final del Espíritu Santo [...] La resurrección, al ser la afirmación de la vida, es la negación de la muerte. De esta manera, la forma de pensar del mundo se invierte por completo (M28.1:1-4; 2:1-2; cursivas añadidas). Y en "El mensaje de la crucifixión" en el Capítulo 6 del texto, donde Jesús habla de sí mismo y de su importancia para nosotros como modelo, leemos: Tu resurrección es tu redespertar. Yo soy el modelo del renacimiento, pero el renacimiento en sí no es más que el despuntar en la mente de lo que ya se encuentra en ella. Dios Mismo lo puso allí, y, por lo tanto, es cierto para siempre (T-6.I.7:1-3; cursivas añadidas). El énfasis que ambos pasajes ponen en la mente claramente señala a ella, y no al cuerpo como el lugar de la resurrección (o del proceso de perdón). La mente escindida es la fuente de todos los sueños y por tanto es sólo en ella donde se necesita corrección y donde puede ser verdaderamente eficaz. Por lo tanto uno puede estar iluminado y aún tener la apariencia de permanecer en el cuerpo, como hizo Jesús por ejemplo, plenamente consciente de que su realidad estaba fuera del sueño de los cuerpos. Resurrección, pues, sólo significa libertad de la creencia de que existimos de hecho dentro de un cuerpo y somos un cuerpo. Es la culminación del proceso que, insisto, ocurre sólo en el nivel de la mente, porque el sueño de separación del ego existe sólo ahí y en ningún otro sitio. Las ideas siempre permanecen dentro de su fuente, como Jesús enseña a menudo en el Curso, y así la idea de un mundo y un cuerpo separados nunca ha salido de su fuente en la mente separada. Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo 3: APLICACI ÓN Y PRÁCTICA DE UN CURSO DE MILAGROS 24) Si todo esto es un sueño, o una ilusión, o un guión que ya está escrito, ¿que más da lo que yo haga con mi vida? Mientras que en un nivel Un Curso de Milagros enseña que este mundo es una ilusión y que en verdad nuestras experiencias aquí son alucinaciones, en otro nivel Jesús nos asegura que "es casi imposible negar su existencia [la del cuerpo] en este mundo. Los que lo hacen se dedican a una forma de negación particularmente inútil " (T-2.IV.3:10-11). Como fue nuestra mente enferma la que escribió el guión de nuestras muchas "vidas" en este engañoso holograma del odio, se deduce que el objetivo del ego es reforzar la creencia en la aparente realidad de nuestra experiencia aquí, que refleja nuestra creencia en la realidad de nuestra separación de Dios. Y nada sirve mejor a este objetivo que la defensa de la negación, que hace las ideas de culpabilidad y miedo tan insoportablemente reales que se hace necesario reprimirlas y no volver a mirarlas nunca. Esto garantiza que la idea de separación permanezca siendo real dentro de la mente separada, segura y protegida contra el Espíritu Santo. Un Curso de Milagros nos pone ante una opción entre dos maneras de vivir en este mundo de sueños, que es la única opción verdadera que nos queda dentro del sueño. Como sugerimos anteriormente, el Curso enseña que tenemos una mente escindida con una estructura triple: 1) una mente enferma que mantiene el sistema de ideas del ego en su sitio, y aunque parezca que tenemos distintas opciones dentro del sistema de ideas del ego, Jesús declara de manera inequívoca que la creencia en que hay opciones en el sistema de ideas del ego es un autoengaño ilusorio; 2) una mente sana que es el hogar del Espíritu Santo y contiene la corrección de cada idea o creación errónea del sistema de ideas del ego; y 3) la parte de la mente que elige entre el ego y el Espíritu Santo, a la que nos referimos como el tomador de decisiones. Por lo tanto, nuestra única verdadera libertad y posibilidad de elegir dentro del sueño ilusorio de la separación es elegir nuestras mentes sanas y permitir que nuestras mentes enfermas sean des-hechas. Volveremos a este importante punto en una pregunta posterior. En consecuencia, Un Curso de Milagros nos enseña que el único objetivo del mundo es que nosotros elijamos el guión del perdón. El Espíritu Santo nos ofrece una corrección para los sueños pesadillescos de ataque y culpabilidad del ego, en la cual el mundo se convierte en un aula donde podemos aprender las lecciones del perdón. Así la culpabilidad que fabricamos, y que finalmente resultó en hacer el cuerpo y el mundo, se des-hace. Consentir sencillamente las fantasías del ego con la justificación de que "de todas formas da igual" haría reales esos deseos (¿porqué permitirlos si no es así?) y lo arraigaría a uno todavía más en el sueño de culpabilidad del ego. Semejante autopermisividad podría incluir poner en práctica deseos reprimidos de asesinar, robar, engañar, enfurecerse, explotar sexualmente, etc., o por el otro lado ceder a ideas de carencia de sentido, depresión e incluso suicidio. Y así la pregunta "¿que más da lo que yo haga con mi vida?" puede entenderse desde una perspectiva por completo diferente. Esta es una perspectiva que le da mucho sentido a nuestras vidas, pues declara que "tengo elección: ¿qué sueño elijo seguir? ¿a qué sueño seré leal? ". En resumen pues, vemos que en el nivel metafísico todo lo que hacemos – sin mencionar nuestra identidad personal – es una ilusión. Sin embargo, en el nivel del sueño, en el que con toda certeza creemos que estamos, nuestras vidas cambian las cosas de una manera tremenda; no tanto en términos de lo que hacemos, sino de con quién lo hacemos. Sólo eligiendo a Jesús o al Espíritu Santo como maestro, guia y amigo podemos des-hacer la causa de que sigamos dormidos y soñando sueños que tienen su raiz en la creencia de que la separación de nuestro Origen, y de los unos de los otros, es real. No podemos
cambiar el guión, que ya está escrito y, en efecto, ya ha sido des-hecho. Pero podemos cambiar el guión del ego por el del Espíritu Santo. Ayudarnos a lograr esto es el objetivo de Un Curso de Milagros. Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo 3: APLICACI ÓN Y PRÁCTICA DE UN CURSO DE MILAGROS 25) Si todo esto es un sueño o una ilusión, ¿significa esto que debería negar o desentenderme de los abusos que sufrí en mi infancia porque son irreales? Continuando la respuesta a la pregunta anterior, se puede comprender que los abusos durante la infancia, o cualquier otra manera de ser víctima, forman parte de un guión más amplio que tomó existencia con la idea original de separación, el cual luego se hizo añicos en billones de fragmentos. El "yo" que experimento como mi mismo, así como todas las experiencias de la vida que digo que es la mia, no son más que un aspecto del gran guión del tomador de decisiones. Todos los guiones del ego no son, en efecto, más que sueños proyectados de un mundo de contrarios que resulta de la creencia en que nosotros (los verdugos) pudimos desterrar a Dios y Su unidad (la víctima) de nuestras mentes. Así cualquier parte de nuestras vidas individuales es una coagulación en la forma del guión de víctimas y verdugos del ego. Además, tengo que aceptar la responsabilidad de que mi tomador de decisiones haya escrito un guión en el que yo sufro el dolor de que abusen de mi, para poder demostrar que Dios estaba equivocado y yo tenía razón. Dicho de otra manera, no hay ninguna unidad en la Filiación ya que las ideas de separación y ser víctimas ocurrieron de hecho. Hasta que no pueda aceptar este hecho sobre mi sueño no seré capaz de aceptar la corrección y la curación del Espíritu Santo. Es de la mayor importancia que nunca neguemos lo que parece ocurrirnos en nuestros sueños, pues esos acontecimientos se convierten en el medio de ayudarnos a despertar del sueño. Al contrario, debemos poner cuidadosa atención en tales experiencias y luego pedir ayuda al Espíritu Santo para convertirnos en aprendices felices y aceptar que Sus sueños felices de corrección sustituyan a los sueños pesadillescos frabricados por nuestros egos. Si, por ejemplo, uno sufrió abusos en su niñez tan dolorosos que todos los recuerdos han sido reprimidos y están por tanto inaccesibles a la corrección, algún tipo de intervención terapeútica que permita recordar el abuso puede ser a menudo de gran ayuda. Si no se hace esto, se le otorga poder a la idea de miedo que "protege" a la idea de ser víctima, y continúa, en efecto, ejerciendo su poder al servicio del mantenimiento del sistema de ideas de separación y dolor del ego. Como Un Curso de Milagros enfatiza y repite, un sueño feliz de perdón tiene que preceder al despertar definitivo, en el cual – todavía en el contexto del sueño de separación – la persona es capaz de mirar con Jesús a los símbolos amargos del sueño pasado y abrirlos a re-examen y por tanto a corrección. Ese es el significado del siguiente pasaje del texto, de gran importancia, que transmite la suavidad del amor correctivo y curativo de Jesús: Todo lo que aterrorizó al Hijo de Dios y le hizo pensar que había perdido su inocencia, repudiado a su Padre y entrado en guerra consigo mismo no es más que un sueño fútil. Mas ese sueño es tan temible y tan real en apariencia, que él no podría despertar a la realidad sin verse inundado por el frío sudor del terror y sin dar gritos de pánico, a menos que un sueño más dulce precediese su despertar y permitiese que su mente se calmara para poder acoger -no temer- la Voz que con amor lo llama a despertar; un sueño más dulce, en el que su sufrimiento cesa y en el que su hermano es su amigo. Dios dispuso que su despertar fuese dulce y jubiloso, y le proporcionó los medios para que pudiese despertar sin miedo (T-27.Vll.13:3-5). Y así, cualquier intervención que permite a los indivíduos ganar acceso a sus ideas de miedo para poder mirarlas con los ojos de perdón de Jesús – una visión que no juzga – es de ayuda. Por eso Jesús le dictó a Helen el panfleto "Psicoterapia: propósito, proceso y práctica". Aunque está claro que tiene lugar dentro del sueño de separación del ego, la psicoterapia puede sin embargo redirigirse por el Espíritu Santo a servir a Su santo
objetivo de des-hacer el sueño – por medio de invertir la dinámica de la negación y la proyección – reflejando en paciente y terapeuta la unión de Dios y Cristo, que es la única verdad. Como ya hemos dicho es cierto que, hablando metafísicamente, los abusos durante la infancia de uno (o cualquier otra cosa dentro de un sueño) son ilusiones, pero mientras uno crea que ocurrieron en realidad – de lo contrario no habría miedo, negación, rabia ni dolor – la ayuda tiene que reflejarse de la forma que la persona necesite. Desestimar un problema como mera ilusión, cuando uno sigue creyendo que es un cuerpo y una personalidad, es sencillamente una tontería, no una práctica espiritual legítima. Semejante práctica de la negación claramente no le sirve a nadie, y Jesús no nos dió un Curso de negación, sino uno sobre cómo des-hacerla. Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo 3: APLICACI ÓN Y PRÁCTICA DE UN CURSO DE MILAGROS 26) ¿Qué se puede decir de los defectos congénitos y las muertes de niños? ¿Son elegidos también? Un defecto congénito, igual que la muerte de un bebé, no es elegido por el cerebro del bebé, sino por la mente que proyectó un personaje de un sueño que nació deformado o murió a muy temprana edad. Véase el diagrama de la pregunta 16, y recuérdese que la mente escindida proyecta muchas ideas que toman forma por medio del holograma espacio-temporal. Por tanto, si la mente separada toma en consideración una idea de imperfección o de muerte, se puede experimentar, en lo que se percibe como la vida de un indivíduo, como un defecto congénito o la muerte de un bebé. Si se vuelve a nuestra anterior analogía del cuerpo (y el cerebro) como una marioneta que ejecuta los deseos de la mente no humana, las respuestas a preguntas como ésta tienen perfecto sentido. Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo 3: APLICACI ÓN Y PRÁCTICA DE UN CURSO DE MILAGROS 27) ¿Nacen inocentes los bebés? El único estado verdadero de inocencia está en el Cielo, el hogar real del Hijo de Dios. Con poquísimas excepciones – los Maestros de los maestros de los que habla el manual para el maestro (M-26.2) – sólo "vienen aquí" a nacer los que retienen culpabilidad en sus mentes. La Lección 182 del libro de ejercicios hace un patético retrato de todos los habitantes de este mundo: Hoy hablamos en nombre de todo aquel que vaga por este mundo, pues en él no está en su hogar. Camina a la deriva enfrascado en una búsqueda interminable, buscando en la oscuridad lo que no puede hallar, y sin reconocer qué es lo que anda buscando. Construye miles de casas, pero ninguna de ellas satisface a su desasosegada mente. No se da cuenta de que las construye en vano. El hogar que anda buscando, él no lo puede construir. El Cielo no tiene sustituto. Lo único que él jamás construyó fue un infierno (E-pI.182.3). Y esta misma creencia de que hay un sustituto del Cielo es lo que constituye el pecado, y la culpa resultante e inevitable empuja contínuamente al Hijo separado a repasar mentalmente la idea de la separación y sus efectos, que ya han pasado. Todos los que vienen aquí comparten esta culpabilidad por su inocencia perdida. Además, el objetivo de su manifestación en este mundo es, para sus egos, reforzar esta culpabilidad. Por otra parte, el objetivo del Espíritu Santo, una vez que la gente cree que está aquí, es que desaprendan esa culpabilidad por medio de la práctica del perdón, que des-hace la creencia en ser víctimas. Esto al final restablece en todos los separados la consciencia de la inocencia que les pertenece eternamente como Hijo único de Dios, el Cristo que Él creó Uno con Él. En este contexto se puede entender que la idea popular de que los bebés nacen inocentes y la sociedad los corrompe – la tesis del "buen salvaje" de Rousseau – se adapta muy bien al plan estratégico del ego de convencernos de que el mundo es real y nosotros somos sus víctimas. El sistema de ideas del ego sostiene la idea de que no somos el soñador del sueño que es el mundo, sino que al contrario es el sueño el que nos sueña a nosotros. Por lo tanto, el mundo es el responsable de la pérdida de mi inocencia. No es que yo la entregara con mis ideas, sino que por el contrario me la quitaron, a mi que soy la víctima de un mundo que no hice ni elegí. Este principio fundamental del ego es el tema del siguiente pasaje de "El héroe del sueño": Las aventuras del cuerpo, desde que nace hasta que muere, son el tema de todo sueño que el mundo jamás haya tenido. El "héroe" de este sueño jamás cambiará, ni su propósito tampoco. Y aunque el sueño en sí adopta muchas formas y parece presentar una gran variedad de lugares y situaciones en los que su "héroe" cree encontrarse, el sueño no tiene más que un propósito, el cual se enseña de muchas maneras. Ésta es la lección que trata de enseñar una y otra vez: que el cuerpo es causa y no efecto. Y que tú que eres su efecto, no puedes ser su causa . De esta manera, tú no eres el soñador, sino el sueño. Y, por lo tanto, deambulas fútilmente entrando y saliendo de lugares y situaciones que él maquina. Que esto es todo lo que el cuerpo hace, es cierto, pues no es más que una figura en un sueño (T-27.VIII.3:1-4:3; cursivas añadidas). Como en definitiva nuestras vidas son nuestros sueños – un retrato externo de las ideas de nuestras mentes – sólo nosotros podemos ser los responsables de la pérdida de la inocencia, que es el tema central del sueño de todo el mundo. Nadie nace inocente; sólo
Cristo es inocente y Él nunca nació. Pero por medio del perdón y aceptando la corrección de nuestras ideas equivocadas, podemos acordarnos de que en realidad nunca pecamos. En verdad, pues, somos inocentes de cualquier creencia en que nos separamos de la Propia Inocencia. Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo 3: APLICACI ÓN Y PRÁCTICA DE UN CURSO DE MILAGROS 28) ¿Tiene Un Curso de Milagros una moral o un código ético? La respuesta a esta pregunta depende de cómo se defina moral . El diccionario define el término como un conjunto de normas o principios de conducta; un sistema ético que define lo que está bien y lo que está mal. Mirando a la primera parte de la definición, Un Curso de Milagros no presenta un conjunto de normas sobre cómo uno debería actuar en el mundo, pero presenta de manera muy definida un esquema de la mente escindida posterior a la separación, dividida en una mente enferma y una mente sana, los dominios respectivos del ego y el Espíritu Santo. Desde el punto de vista histórico, la estancia del homo sapiens en este planeta ha sido cualquier cosa menos moral, aunque se haya establecido, civilización tras civilización, códigos morales que gobiernan los asuntos de la vida cotidiana de sus ciudadanos. Si los miembros de cualquier sociedad, nación-estado o civilización operan desde la creencia en la escasez, el principio de carencia que gobierna a todo el sistema de ideas del ego, los códigos morales y las leyes de manera inevitable reflejarán esta elección. Y los acontecimientos empapados en sangre de la historia dan testimonio del sistema de ideas del ego de "matar o ser matado", que es el sustento inconsciente de todas las morales del mundo. Por lo tanto, aunque un sistema de moralidad podría adoptar ideales nobles, si su origen es la mente enferma nunca podrá traer una corrección de lo que se considera inmoral o amoral. Más aún, ¿cómo puede una sociedad determinar lo que está bien y lo que está mal, y quiénes son los que van a tomar esas decisiones? Si se estudia las culturas del pasado y del presente, produce asombro ver lo que se considera correcto e incorrecto por cualquier grupo de gente a lo largo del tiempo. Por ejemplo, en los tiempos de la Inquisición se consideraba parte de la moralidad superior buscar, encontrar y castigar a los que no estaban de acuerdo con la Iglesia Católica, cuyas enseñanzas se creía que venían de Dios y de Jesús. Y así se torturaba y mataba a los herejes en Sus Nombres. Básicamente, pues, el grupo que detenta el poder religioso, económico o político en cualquier sociedad, dependiendo de si es una teocracia o un estado secular, determina lo que está bien y lo que está mal. Un Curso de Milagros nos pone ante una manera nueva de estar en este mundo de sueños que está mucho más allá de cualquier moralidad o norma de conducta a las que el mundo rinde homenaje. Esta nueva forma de estar nos pide volvernos conscientes de las ideas de nuestras mentes enfermas, y luego pedir ayuda para pasar a la corrección que ya existe en nuestras mentes sanas. Para realizar esto, tenemos que quitar a nuestros egos de enmedio y abandonar cualquier valor moral, deseo o interés en cualquier resultado, se trate de conducta, normas o expectativas. La siguiente exhortación del libro de ejercicios resume con claridad este enfoque de des-hacer todo lo que hemos creído antes, de manera que la Sabiduría de Dios pueda hablarnos, y guiar nuestros pensamientos, nuestras palabras y nuestra conducta: Haz simplemente esto: permanece muy quedo y deja a un lado todos los pensamientos acerca de lo que tú eres y de lo que Dios es; todos los conceptos que hayas aprendido acerca del mundo; todas las imágenes que tienes acerca de ti mismo. Vacía tu mente de todo lo que ella piensa que es verdadero o falso, bueno o malo; de todo pensamiento que considere digno, así como de todas las ideas de las que se siente avergonzada. No conserves nada. No traigas contigo ni un solo pensamiento que el pasado te haya enseñado, ni ninguna creencia que, sea cual sea su procedencia, hayas aprendido con
anterioridad. Olvídate de este mundo, olvídate de este curso, y con las manos completamente vacías, ve a tu Dios. ¿No es acaso Él Quien sabe cómo llegar a ti? Tú no necesitas saber cómo llegar a Él. Tu papel consiste simplemente en permitir que todos los obstáculos que has interpuesto entre el Hijo y Dios el Padre sean eliminados silenciosamente para siempre. Dios hará lo que le corresponde hacer en gozosa e inmediata respuesta (E-pI.189.7:1-8:4). Por tanto, desde la perspectiva de Un Curso de Milagros , lo que está "bien" es acceder a la mente sana y seguir la guia del Espíritu Santo o de Jesús, mientras que lo que está "mal" es elegir la mente enferma y escuchar la loca voz del sistema de ideas de ser especial del ego. Podríamos acuñar un nuevo término – ética no normativa – para denotar el código único del Curso para vivir en este mundo. Lo que favorece esta moralidad es la práctica diaria del perdón, que des-hace los obstáculos a la presencia del Amor y la sabiduría del Espíritu Santo, que así pueden fluir a través de nuestras mentes para guiar nuestra conducta. Como Jesús escribe tan emotivamente en el libro de ejercicios: Pues esto es lo único que necesito: que oigas mis palabras y que se las ofrezcas al mundo. Tú eres mi voz, mis ojos, mis pies y mis manos, con los cuales llevo la salvación al mundo (E-pI.rV.In.9:2-3). Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo 3: APLICACI ÓN Y PRÁCTICA DE UN CURSO DE MILAGROS 29) Puesto que toda enfermedad es una proyección de la culpabilidad de la mente ¿es incorrecto tomar medicamentos para el dolor físico? No en absoluto. Como acabamos de explicar, la "moral" del Curso – si una conducta particular es "buena" o "mala" – depende sólo de a qué voz elegimos escuchar. Y ciertamente habrá casos en los que la guia de Jesús sea tomar medicamentos o analgésicos. Como se ve a lo largo de todo Un Curso de Milagros, sus enseñanzas y su guia son, por encima de todo, suaves y amorosas, lo que se muestra en un pasaje extremadamente importante casi al principio del texto. Trata específicamente de este asunto de tomar medicamentos, una forma de lo que el Curso llama magia. El pasaje es particularmente importante por la tendencia de los estudiantes de Un Curso de Milagros a usar sus enseñanzas con criticismo contra los demás o contra ellos mismos. Es también un ejemplo excelente de integración de lo que con frecuencia mencionamos como los dos niveles del Curso: Nivel I – el fundamento metafísico de las enseñanzas del Curso, que contrasta la realidad de Dios y Cristo con el mundo ilusorio del ego; y Nivel II – la parte de las enseñanzas del Curso que se centra sólo en el mundo de la ilusión, en el sueño. En este segundo nivel la verdad es la interpretación del Espíritu Santo del mundo como un aula en la que aprendemos a perdonar, en contraste con la ilusión, que es el uso cruel del mundo para sacar adelante el deseo de ser especial del ego. El pasaje comienza con una declaración metafísica sobre la naturaleza ilusoria del cuerpo, y luego Jesús cambia suavemente el foco a la experiencia de sus estudiantes cuando están atrapados por el miedo: Todos los remedios materiales que aceptas como medicamento para los males corporales son reafirmaciones de principios mágicos. Éste es el primer paso que nos conduce a la creencia de que el cuerpo es el causante de sus propias enfermedades. El segundo paso en falso es tratar de curarlo por medio de agentes no-creativos. Esto no quiere decir, sin embargo, que el uso de tales agentes con propósitos correctivos sea censurable . A veces la enfermedad tiene tan aprisionada a la mente que temporalmente le impide a la persona tener acceso a la Expiación. En ese caso, tal vez sea prudente usar un enfoque conciliatorio entre el cuerpo y la mente en el que a algo externo se le adjudica temporalmente la creencia de que puede curar. Esto se debe a que lo que menos puede ayudar al que no está en su mente recta o al enfermo es hacer algo que aumente su miedo. De por sí ya se encuentra en un estado debilitado debido a éste. Exponerle prematuramente a un milagro podría precipitarle al pánico, lo cual es muy probable que ocurriese en aquellos casos en que la percepción invertida ha dado lugar a la creencia de que los milagros son algo temible (T-2.IV.4; cursivas añadidas). De la lectura de otros pasajes del Curso resulta claro que, como el origen y contenido de todos los sueños es el miedo, todos en este mundo estamos en un estado de miedo. Además hay un miedo inherente al poder del milagro para liberarnos de todas las defensas que nos "protegen" de la "amenaza" del Amor de Dios. La enfermedad y el dolor son aspectos esenciales del plan de protección del ego, pues remachan nuestra atención a nuestros cuerpos, fuera de nuestra Identidad como espíritu, cuyo recuerdo mantiene en nuestras mentes sanas el Espíritu Santo (ver la Lección 136 "La enfermedad es una defensa contra la verdad"). Por tanto normalmente necesitamos el "enfoque conciliatorio" que Jesús menciona más arriba. Y así, muy a menudo la decisión de pedir ayuda al Espíritu Santo en vez de al ego necesita expresarse – debido al miedo – de forma material, como Jesús explica en este pasaje del manual:
La base fundamental de la curación es la aceptación del hecho de que la enfermedad es una decisión que la mente ha tomado a fin de lograr un propósito para el cual se vale del cuerpo. Y esto es cierto con respecto a cualquier clase de curación. El paciente que acepta esto se recupera. Si se decide en contra de la recuperación, no sanará. ¿Quién es el médico entonces? La mente del propio paciente. El resultado acabará siendo el que él decida. Agentes especiales parecen atenderle, sin embargo, no hacen otra cosa que dar forma a su elección. Los escoge con vistas a darle forma tangible a sus deseos. Y eso es lo único que hacen. En realidad, no son necesarios en absoluto. El paciente podría sencillamente levantarse sin su ayuda y decir: "No
tengo ninguna necesidad de esto". No hay ninguna forma de enfermedad que no se curase de inmediato (M-5.II.2; cursivas añadidas). Por tanto tomar medicamentos puede ser de hecho una expresión de la petición de ayuda a Jesús del estudiante, y de la aceptación de esa ayuda en una forma en que no refuerza su miedo al poder de la mente para curar. El miedo se exacerba a causa de que la idea del ego de atacar a Dios y usurpar Su papel como Causa Primera, también se encuentra en la mente. Así, devolverle a la mente su poder de decidir a favor de Dios también evoca el recuerdo del mal uso de su poder para elegir en contra de Él. La culpabilidad actúa casi como una valla electrificada, que produce una descarga por donde quiera que uno se acerque a ella, haciéndonos retroceder de nuestra meta. Y muy a menudo nuestra petición en nuestras mentes de ayuda de Jesús necesita ser "conciliada", recibiendo esa ayuda por medio del cuerpo. Esta dinámica se refleja en el párrafo siguiente, parte del cual hemos citado antes: El valor de la Expiación no reside en la manera en que ésta se expresa. De hecho, si se usa acertadamente, será expresada inevitablemente en la forma que le resulte más beneficiosa a aquel que la va a recibir. Esto quiere decir que para que un milagro sea lo más eficaz posible, tiene que ser expresado en un idioma que el que lo ha de recibir pueda entender sin miedo. Eso no significa que ése sea necesariamente el más alto nivel de comunicación de que dicha persona es capaz. Significa, no obstante, que ése es el más alto nivel de comunicación de que es capaz ahora. El propósito del milagro es elevar el nivel de comunicación, no reducirlo mediante un aumento del miedo (T-2.IV.5). Aunque tomar medicamentos sea, en un nivel, la expresión del "paso en falso de curar [...] por medio de agentes no-creativos", en otro nivel – como ya hemos comentado – refleja un volvernos a Jesús en busca de ayuda y aceptarla en el único nivel que no refuerza el miedo. Excluir semejante conducta en nombre de las enseñanzas de Un Curso de Milagros es una manera sutil de hacer real el cuerpo declarando que ciertas conductas son "malas" o "buenas". En palabras de Hamlet: "No hay nada bueno ni malo, sino que es el pensamiento el que lo hace así". Y nuestro pensamiento puede expresarse bien el sistema de ideas "incorrecto" del ego, o bien el "correcto" del Espíritu Santo. Nuestros actos son sencillamente un espejo de las decisiones que toman nuestras mentes. Sin embargo, como discutiremos en la siguiente pregunta, es un error intentar deducir de los actos observables cuál ha sido el maestro elegido. Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo 3: APLICACI ÓN Y PRÁCTICA DE UN CURSO DE MILAGROS 30) ¿Ser indefenso significa permitir que me maten o me violen, o no intervenir cuando se comete violencia contra mis seres queridos o los demás? Empezaremos por establecer que la indefensión es una idea de la mente sana, una actitud basada en el sistema de ideas del Espíritu Santo de que el Hijo de Dios es inocente e impecable y, por tanto, invulnerable. Si no hay ningún pecado no puede haber ninguna culpa. Y sin culpabilidad no puede haber ninguna proyección, lo que significa que no puede haber ningún miedo a ser atacado. Como el Curso enseña, la culpa exige castigo: si no existe ninguna culpa el miedo al castigo tampoco existe. Finalmente, sin miedo al Castigo desde fuera no hay ninguna necesidad de defensas dentro, y así el verdadero estado de indefensión es la idea de la inocencia y la invulnerabilidad. Esto no significa entonces que la conducta de una persona en su mente recta sea necesariamente lo que el mundo considera indefensión. A menudo se distorsiona el significado de la indefensión espiritual de manera que la gente cree que tienen que ser absolutamente pasivos, como un felpudo, para ser indefensos. Permitir que otros le hagan violencia a uno mismo, a un ser querido o a cualquier otro, es muy a menudo permitir que esas personas actúen de una manera dañina no sólo para sus "víctimas" sino también para ellas, reforzando su propia culpabilidad por su separación de Dios y del resto de la Filiación. Comportarse de manera que uno se "protege" a si mismo puede ser, pues, seguir la guia mental del Espíritu Santo en ser amoroso. No es la forma de la conducta lo que refleja la indefensión, sino el contenido de las ideas de la mente. Nuestras experiencias profesionales ofrecieron ejemplos de este principio. Mi primer empleo como psicólogo (de Kenneth) fue en una escuela especial para niños problemáticos. Eran niños de cinco a trece años, muchos de los cuales tenían serios problemas de conducta que a menudo se manifestaban como violencia contra ellos mismos o contra los demás. Me inventé una manera de controlar su conducta poniéndolos en el suelo y envolviédolos con mis brazos y piernas de una manera que no les hacía daño, pero no podían dar patadas, ni puñetazos, ni morder, ni arañar, ni causar daño a nadie. Previniendo así sus intentos de conducta violenta era capaz de tranquilizarlos después de un rato. Un observador podría haber visto mi conducta como defensiva, aunque obviamente su objetivo era sólo ayudar. Durante mi trabajo de profesora y directora de una escuela secundaria en Nueva York (de Gloria), muchas veces tuve que dejar castigados después de la hora de salir y expulsar temporalmente a adolescentes por varios tipos de conducta violenta, incluido el uso de armas. Mi intervención también podría haberse visto como defensiva por un observador. Pero, comprobando con Jesús cómo debía proceder, resultaba que lo mejor que podía hacer era – parafraseando al texto – fijar los límites de la capacidad de aquellos adolescentes de crear falsamente (T-2.III.3:3). Así se les impedía poner en acción más ideas asesinas, que habrían resultado en reforzar aún más su culpabilidad. Siempre sentí que mi responsabilidad como directora, un papel en un sueño cuyo guión yo había escrito, era quitarme de enmedio lo mejor que pudiera para acceder al guión de corrección del Espíritu Santo en aquellas difíciles circunstancias. Tenía el poquito de disposición del que habla Un Curso de Milagros, pero a veces en mis primeros tiempos con el Curso, ¡me preguntaba porqué había puesto en el guión situaciones aparentemente tan difíciles! Que hubiéramos actuado de otra manera – esto es, con una conducta pasiva o "indefensa" ante tales actos de agresión – hubiera sido tan poco amoroso como permitir el asalto brutal de un violador a tu esposa o a tu hija musitando "tópicos" del Curso sobre que no somos cuerpos, el amor no se defiende a si mismo, etc. Como pasa con todo lo
que se relaciona con las enseñanzas de Un Curso de Milagros, lo que proporciona sentido a nuestros actos es su contenido u objetivo, y el único sentido verdadero viene de Jesús o el Espíritu Santo en nuestras mentes. Su amor es abstracto, no específico, y siempre el mismo. Pero este amor se expresa por medio de las expresiones específicas de nuestra individualidad, y por tanto cambia de una persona a otra. Así pues, sólo alguien que tuviera la sabiduría de Jesús estaría en posición de evaluar de manera justa las acciones de otro. Para cualquier otro sería arrogante y temerario hacer semejantes juicios. Como él nos enseña en el manual para el maestro: Para poder juzgar cualquier cosa correctamente, uno tendría que ser consciente de una gama inconcebiblemente vasta de cosas pasadas, presentes y por venir. [...] Y tendría que estar seguro de que no hay distorsión alguna en su percepción, para que sus juicios fuesen completamente justos con todos sobre los que han de recaer ahora o sobre los que hayan de recaer en el futuro. ¿Quién puede hacer eso? ¿Quién, excepto en delirios de grandeza, pretendería ser capaz de todo esto? [...] Forma, pues, un solo juicio más. Y es éste: hay Alguien a tu lado Cuyo juicio es perfecto (M-10.3:3,5-7; 4:67). Y así lo fundamental es pedir ayuda siempre a Jesús o al Espíritu Santo antes de responder a una situación dificil, e igualmente pedirles ayuda antes de intentar juzgar la respuesta de otro a una situación dificil. Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo 3: APLICACI ÓN Y PRÁCTICA DE UN CURSO DE MILAGROS 31) ¿Se puede ser estudiante de Un Curso de Milagros y ser miembro de un jurado (o ser médico, abogado, etc), o seguir con una pareja que no es estudiante del Curso? ¿Debería uno tener pareja, sea o no estudiante? ¿No es eso sencillamente una forma de ser especial? Estas preguntas reflejan la confusión de niveles que ya hemos considerado, pues sugieren que hay ciertas actividades, ocupaciones o relaciones que son más o menos espirituales que otras. La suposición subyacente es que, por ejemplo, es más santo ser un maestro de Un Curso de Milagros que servir en el gobierno o en las fuerzas armadas. En otras palabras esta suposición hace real el error, algo contra lo que Jesús advierte claramente a sus estudiantes. En efecto, la primera ley del caos descrita en el Capítulo 23 y a la que ya nos hemos referido, declara explícitamente el principio del ego de que hay "una jerarquía de ilusiones" (T-23.II.2:3). Como hemos dicho a menudo, el foco del estudiante del Curso nunca debería estar en la conducta específica, sino sólo en qué voz es la elegida como guia de esa conducta. Todo lo demás carece de sentido. Muy a menudo las ocupaciones difíciles proporcionan las mejores aulas para aprender y practicar los principios del perdón, que se basa en la premisa de que nada fuera de nosotros nos puede afectar de manera alguna. Sólo puede causarnos dolor la elección del ego por nuestras mentes. Hace muchos años estabamos dando un seminario en Albuquerque, New Mexico. Se levantó un hombre que habló de su trabajo en Los Alamos, uno de los sitios de investigación y producción de armas nucleares más prominentes de este pais. Varios de los asistentes empezaron a atacarlo por ser estudiante de Un Curso de Milagros y a la vez estar implicado en lo que les parecía belicoso y obviamente una actividad basada en el ego. Claramente no entendieron nada. ¿Qué mejor aula podría haber que operar en medio de un ejemplo tan flagrante del sistema de ideas del ego, y aprender a verlo de manera diferente con los ojos del perdón, y especialmente aprender a verse a uno mismo de manera diferente? ¿Y hay realmente alguna diferencia entre trabajar con bombas nucleares y tener parte en cualquier institución del mundo, todas las cuales tratan de la separación, el afán de ser especiales y la perpetuación del sistema de ideas del ego? Los mismos principios y advertencias se aplican a los compañeros en una relación. A lo largo de los años hemos oído muchas historias de parejas rotas porque uno de los miembros no era estudiante del Curso, como si esa condición externa fuese un prerequisito para una vida feliz en común. El asunto, naturalmente, no es que cada pareja deba permanecer junta ni que deban separarse. Sin embargo, poner Un Curso de Milagros de excusa para separarse o como razón para seguir juntos es nuevamente no enterarse de nada. Muy a menudo, de hecho, seguir con quien no es un estudiante del Curso puede ser el aula perfecta para aprender que el núcleo de Un Curso de Milagros es su contenido de perdón, y no la forma en que venga esa enseñanza. Volveremos a este asunto en el último capítulo. Ocurren los mismos errores con el "otro lado" de las relaciones, esto es, la creencia de que los estudiantes del Curso no deberían implicarse en ninguna relación romántica o sexual, sin mencionar el casarse o tener hijos, porque estas serían claramente relaciones especiales. Se olvida, sin embargo, que el afán de ser especial no está en una relación entre dos personas sino en las ideas de una persona que prefiere el individualismo o deseo de ser especial del ego al Amor del Espíritu Santo. La carencia que inevitablemente sigue a esa decisión tiene que llevar a buscar ayuda para compensar esa carencia fuera de uno, lo que el Curso describiría como el principio de escasez . Esta compensación de lo
que se percibe como una carencia interna es lo que Un Curso de Milagros llama relación especial. Es imposible nacer en este mundo sin afán de ser especial, y sería sencillamente negación que un estudiante creyese estar libre de este sistema de creencias. Una de las definiciones básicas que da el Curso del deseo de ser especial es la sustitución, y abandonar el Cielo – como todo el mundo cree haber hecho – sencillamente expresa la creencia de que ese querer ser especial del ego es un sustituto digno del Amor de Dios, y que merece la pena. Por lo tanto las relaciones especiales son la regla en el mundo de la separación, y en vez de negarlo, los estudiantes de Un Curso de Milagros deberían aceptar este hecho perceptivo y volverse hacia Jesús o el Espíritu Santo a pedir ayuda para aprender las lecciones de perdón que esta valiosa aula ofrece con Su ayuda. Dicho de otra manera y como a menudo recordamos a los estudiantes en nuestras clases y seminarios, al estudiar Un Curso de Milagros por encima de todo hay que no olvidarse de ser normal. Y la gente normal forma parte de jurados, se mete en pleitos, compra seguros, se pone enferma, se rie, llora, está de duelo por la muerte de sus seres queridos, tiene relaciones, familia, círculos de amistades, etc., etc., etc. El desafío está en verse envuelto en todas esas actividades humanas normales pero hacerlo de manera diferente – con Jesús en lugar de sin él. Así Jesús recomienda a sus estudiantes ser como todo el mundo, pero ser felices y estar en paz: Hay una manera de vivir en el mundo que no es del mundo, aunque parezca serlo. No cambias de apariencia, aunque sí sonríes mucho más a menudo . Tu frente se mantiene serena; tus ojos están tranquilos (Lección 155.1:1-3; cursivas añadidas). Por tanto, tal como advertimos en la discusión de la pregunta anterior, los estudiantes de Un Curso de Milagros deberían vigilar a sus egos en lo que se refiere a juzgar las respuestas o conductas de los demás, o las suyas propias si vamos a ello. El amoroso juicio de Jesús es siempre sólo en términos del contenido – esto es, del maestro interior que se elije – y nunca de la forma. Y salvo que uno tenga la sabiduría libre de ego del Espíritu Santo, ¿cómo podría un observador saber qué maestro ha sido elegido? Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo 3: APLICACI ÓN Y PRÁCTICA DE UN CURSO DE MILAGROS 32) Un Curso de Milagros enseña que la ira nunca está justificada. ¿Significa esto que nunca debería enfadarme y que, si lo hago, no soy un buen estudiante del Curso y no soy lo bastante espiritual? De hecho Jesús declara explícitamente en dos sitios que la ira (o el ataque) nunca está justificada. En la introducción a su discusión de la crucifixión, dice: La ira siempre entraña la proyección de la separación, lo cual tenemos que aceptar, en última instancia, como nuestra propia responsabilidad, en vez de culpar a otros por ello. [...] Tú no puedes ser atacado, el ataque no tiene justificación y tú eres responsable de lo que crees (T-6.In.1:2,7). Y más adelante en el texto, discutiendo porqué el perdón siempre está justificado, Jesús enseña: La ira nunca está justificada. El ataque no tiene fundamento. Con esto comienza uno a escapar del miedo, y con esto también es como lo logrará. Con esto se intercambian los sueños de terror por el mundo real. Pues el perdón descansa sobre esto, lo cual es tan sólo natural (T-30.VI.1:1-5). Nuestra respuesta aquí sigue directamente la discusión de la pregunta anterior y va al núcleo de la práctica de Un Curso de Milagros . Jesús no pide a sus estudiantes que sean perfectos; si lo fuesen, o si incluso quisieran serlo, se habrían quedado en el Cielo – el único hogar de la perfección – o ya habrían vuelto. El hecho de que los estudiantes necesiten Un Curso de Milagros da testimonio de su creencia en la realidad de la imperfección. Y la gente imperfecta se enfada y busca la manera de no tomar responsabilidad por sus decisiones. En efecto, se puede decir que la idea nuclear del ego de cualquiera es conservar la individualidad y la condición especial que cree que le robó a Dios, pero evitar tomar responsabilidad por ello. Esta evitación sólo puede producirse si la gente le echa la culpa a los demás de lo que en secreto creen que ellos hicieron, y así ataca a los demás por su propio pecado. El objetivo de Jesús con el Curso es ayudar a sus estudiantes a aceptar la responsabilidad de sus proyecciones sobre los demás. Sería muy poco realista por su parte esperar que sus estudiantes no tengan ideas de ataque, pero es una meta de lo más razonable pedir que los estudiantes estén al menos conscientes de los intentos de sus egos de negar la responsabilidad por estar disgustados. Por lo tanto enfadarse no significa no ser un buen estudiante del Curso, sino que volverse "buen" estudiante significa aprender – o siquiera estar dispuesto a aprender – a ser responsable de percibir con enfado a los demás, y a ser consciente de la propia culpabilidad por la separación del Amor de Dios y de la amorosa guia de Jesús o el Espíritu Santo. Los "buenos" estudiantes, pues, nunca buscarían justificar sus ideas o sentimientos iracundos; y a la vez no estarían negando que los tienen. Esta sinceridad permite que Jesús o el Espíritu Santo les ayude a cambiar de ideas, si eso es lo que eligen. Esta es la manera suave y amorosa de entender las afirmaciones de Jesús en el te xto que hemos citado más arriba. Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo 3: APLICACI ÓN Y PRÁCTICA DE UN CURSO DE MILAGROS 33) ¿Es acumulativo el aprendizaje? Es decir ¿me llevo conmigo cuando muera lo que he aprendido, de manera que cuando "vuelva" no tenga que empezar otra vez por el principio? Esta pregunta tiene como premisa que el tiempo es lineal y que por tanto lo que uno aprende se puede medir dentro de una dimensión evolutiva lineal. Sin embargo, tal como aprendemos en Un Curso de Milagros y se ha discutido en el capítulo anterior, el tiempo no es lineal, ya que todo lo que hay dentro del sueño espacio-temporal ocurrió en el instante original. Y así el aprendizaje no le ocurre en realidad a la figura de un sueño aparentemente basado en lo lineal que llamamos nosotros mismos. Más bien nuestro aprendizaje es la aceptación de la corrección del perdón en nuestras mentes. Esta corrección, sostenida por el Espíritu Santo, des-hace – o desaprende – el sistema de ideas del ego de la separación. Ya existía antes de que se hiciese el mundo espaciotemporal, y sigue estando en nuestras mentes. Nuestra capacidad de elegir esta corrección también está en nuestras mentes. Y así lo que hemos llamado el tomador de decisiones – la parte de nuestra mente tripartita que elige – es el que aprende la diferencia entre las mentiras del ego y la verdad del Espíritu Santo. El ser físico y psicológico con el que nos identificamos, y que creemos que aprende, es simplemente el reflejo en el mundo espacio-temporal del tomador de decisiones, cuyas elecciones tienen lugar fuera de las dimensiones espacio-temporales. Naturalmente esto no es comprensible para un cerebro programado para pensar sólo dentro de la dimensión del tiempo y el espacio, de la vida y la muerte. Pero Jesús nos asegura que nuestra comprensión no es necesaria: Te resulta difícil aceptar la idea de que sólo necesitas dar un poco para recibir mucho. Y te resulta muy difícil entender que no es un insulto personal el que haya tal desproporción entre tu aportación y la del Espíritu Santo. Todavía estás convencido de que tu entendimiento constituye una poderosa aportación a la verdad y de que hace que ésta sea lo que es. Mas hemos subrayado que no tienes que comprender nada (T-18.IV.7:3-6). Y así, aunque no podamos comprender verdaderamente cómo aprendemos las lecciones del Espíritu Santo, por lo menos podemos comprender cómo no las aprendemos. Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo 3: APLICACI ÓN Y PRÁCTICA DE UN CURSO DE MILAGROS 34) Si toda vida aquí es ilusión, ¿porqué habla Un Curso de Milagros de "cosas vivientes"? Una vez más tenemos que comprender el uso que Jesús hace del lenguaje. Los pasajes en los que aparece esa frase, como por ejemplo en la Lección 195, están escritos en el nivel de nuestra experiencia y no en el de la realidad de Jesús. Pues es dentro del sueño de nuestra existencia individual en este mundo donde, en efecto, formamos relaciones con "cosas vivientes". Y por tanto, y este es el mensaje de esa lección, deberíamos estar agradecidos a esos seres por las oportunidades de aprender que nuestras relaciones con ellos nos permiten; concretamente, que lo que proyectamos sobre ellos es simplemente la creencia equivocada en nuestra propia culpabilidad. No tendría sentido, en efecto, que Jesús insistiera en que nos relacionemos con él en su nivel, pues nuestra experiencia sigue arraigada en el sueño. Y los estudiantes del Curso tienen que reconocer su objetivo de expresar la verdad al nivel de nuestra capacidad de comprender, para no malinterpretar gravemente su mensaje. Jesús nos dice de manera específica que no hay vida fuera del Cielo, como vimos en una pregunta anterior, y que por tanto no puede haber "cosas vivientes" en el mundo. Pero como creemos que estamos vivos aquí, relacionándonos con otros seres que creemos que están vivos aquí también, no tendría caso que Jesús exigiera que aceptemos una verdad que nuestro miedo nos impide aceptar en este momento. Y así, reflejando su amor suave por nosotros, habla de "cosas vivientes" aunque a otro nivel no hay nada en absoluto que viva aquí. Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo 3: APLICACI ÓN Y PRÁCTICA DE UN CURSO DE MILAGROS 35) Un Curso de Milagros enseña que todo ha ocurrido ya. ¿No es esto lo mismo que la predestinación? La manera tradicional de entender la predestinación, que brota de Juan Calvino, el reformador protestante del siglo XVI, es que desde el principio de los tiempos Dios había elegido (predestinado) a los que en el futuro se salvarían (los "elegidos") y a los que serían castigados (los "pecadores"). Y esta decisión era irrevocable y no se podía cambiar. La visión de Un Curso de Milagros es que, en efecto, todo ha sucedido ya – y en ese sentido el drama del mundo es irrevocable ( "el guión está escrito") – pero que esto incluye tanto al guión del ego como a su corrección por el Espíritu Santo. Por citar de nuevo un pasaje importante: Dios te dio Su Maestro para que reemplazase al que tú inventaste [...] Y lo que Él ha dispuesto reemplazar ya ha sido reemplazado. El tiempo tan solo duró un instante en tu mente, y no afectó a la eternidad en absoluto. Y así es con todo el tiempo que ha pasado; y todo permanece exactamente como era antes de que se construyese el camino que no lleva a ninguna parte. El brevísimo lapso de tiempo en el que se cometió el primer error -en el que todos los demás errores están contenidos- encerraba también la Corrección de ese primer error y de todos los demás que partieron de él (T-26.V.3:1-5). En Un Curso de Milagros , por tanto, el agente de la predestinación es el "tomador de decisiones" y no Dios, pues este aspecto de la mente escindida o tripartita es el autor de los guiones de nuestras vidas en el universo físico. Esta misma mente escindida tiene, sin embargo, la capacidad de elegir en cualquier momento por medio del "tomador de decisiones" qué maestro nos va a guiar mientras "repasamos mentalmente" los guiones que "ya han pasado". El "nosotros", para ponerlo claro otra vez, no es el ser al que llamamos por nuestros nombres, sino más bien el "tomador de decisiones" de nuestras mentes – fuera del tiempo y del espacio, y fuera del guión ancestral del ego. Y ciertamente aquí la elección no está predestinada. Está, pues, claro que la declaración del Curso de que "el guión está escrito" no debe en absoluto entenderse en términos temporales, mientras que la visión tradicional de la predestinación se entiende así, pues se basa en una decisión que Dios tomó en el pasado y que de manera inevitable se llevará a cabo en el futuro. Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo 3: APLICACI ÓN Y PRÁCTICA DE UN CURSO DE MILAGROS 36) ¿Existe algo que pueda llamarse libre albedrío, y en todo caso qué es? Esta pregunta se tiene que responder en dos partes: 1) En el Cielo no puede haber libre albedrío, pues ¿cómo puede el Hijo de Dios tener libertad de elegir donde literalmente no hay nada entre lo que elegir? En la realidad no dual, que es el estado del Cielo, sólo hay Unicidad perfecta. Por eso Un Curso de Milagros dice que la Voluntad de Dios y la voluntad de Su Hijo son una y la misma cosa. Y así no puede haber nada más y por tanto no hay nada que elegir. Además el proceso de elegir sólo tiene significado en un mundo de relaciones sujeto-objeto: un sujeto que elige entre diferentes objetos, todos ellos percibidos y experimentados como fuera de la mente que elige. Por tanto la expresión " libre albedrío" no tiene sentido aquí salvo que se use, como Un Curso de Milagros hace en un sitio, para referirse a la " libertad de la voluntad ", el título de la sección II del Capítulo 30 *. Sin embargo en este caso la expresión significa algo muy distinto de la idea habitual de " libre albedrío". En el Cielo nuestra voluntad es libre porque no puede ser prisionera, una declaración que refleja el principio de la Expiación de que la separación de Dios nunca ocurrió. Por tanto el Hijo de Dios no puede verdaderamente ser prisionero de su propia creencia equivocada en que ha pecado contra su Creador, y que así lo tiene preso su propia culpabilidad. Leemos en varios sitios: ¡Qué maravilloso es hacer tu voluntad! Pues eso es libertad. A nada más debería llamársele por ese nombre. A menos que hagas tu voluntad no serás libre. ¿Y hubiese podido Dios dejar a Su Hijo sin lo que éste eligió para sí mismo? Lo único que Dios hizo al darte Su perfecta Respuesta fue asegurarse de que nunca perdieses tu voluntad. Escúchala ahora, para que te puedas acordar de Su Amor y conocer tu voluntad. Dios no podría haber permitido que Su Hijo fuese un prisionero de aquello que no desea. Él se une a tu voluntad de ser libre. Y oponerte a Él es decidir ir en contra de ti mismo y elegir estar encadenado (T-30.II.2). En el estado de santidad la voluntad es libre, de modo que su poder creativo es ilimitado y elegir no tiene sentido (T-5.II.6:4). Tu voluntad no es estar aprisionado porque tu voluntad es libre. Ésa es la razón de que el ego sea la negación del libre albedrío. No es nunca Dios el que te coacciona, ya que comparte Su Voluntad contigo. Su Voz enseña solamente en conformidad con Su Voluntad, mas ésa no es la lección que enseña el Espíritu Santo, pues eso es lo que tú eres. Su lección es que tu voluntad y la de Dios no pueden estar en desacuerdo porque son una (T-8.II.3:2-6). Cuando por fin aceptemos la Expiación en nosotros mismos, despertando del sueño y convirtiéndonos en manifestaciones del Espíritu Santo, tiene que seguir de manera inevitable el reconocimiento de que nuestras voluntades son una con la de Dios. 2) Dentro del sueño, sin embargo, que es el ámbito de la percepción y la ilusión, el concepto de libre albedrío se vuelve extremadamente importante y significativo, pues es el mecanismo de la salvación. En su sueño, el Hijo de Dios creyó que había elegido en contra de Dios, y esto puso en marcha todo el drama de la trinidad impía – pecado, culpabilidad y miedo – que culminó en la fabricación del universo físico como defensa contra lo que se percibía como la venganza iracunda del dios ficticio del ego. Así, dentro del sueño, el mismo poder de la mente del Hijo para elegir en contra de Dios tiene ahora * El título de T-30.II en la versión española es, de hecho, “El libre albedrío”. Aquí se traduce "free will " por "libre albedrío" y "freedom of will " (el título original de T-30.II) por " libertad de la voluntad ", por coherencia con este contexto. La lidia con "símbolos de símbolos" trae estas complicaciones.
que liberarse para elegir a favor de Él. Y así Jesús dice en numerosos e importantes pasajes: La única libertad que aún nos queda en este mundo es la libertad de elegir, y la elección es siempre entre dos alternativas o dos voces. La Voluntad no está involucrada en la percepción a ningún nivel, y no tiene nada que ver con el proceso de elegir (C-1.7:1-2). El poder de su decisión se lo ofrece tal como él lo pide. En esto estriba el Cielo o el infierno. Al Hijo durmiente de Dios sólo le queda este poder (M-21.3:5-7). Has elegido estar en un estado de oposición en el que los opuestos son posibles. Como resultado de ello, hay ciertas decisiones que tienes que tomar. [...] Elegir implica que la mente está dividida (T-5.II.6:2-3,6). ¿Qué prefieres ser, rehén del ego o anfitrión de Dios? Aceptarás únicamente a aquel que invites. Eres libre de determinar quién ha de ser tu invitado y cuánto tiempo ha de permanecer contigo. Mas esto no es auténtica libertad, pues depende todavía de cómo la consideres (T-11.II.7:1-4; cursivas añadidas). En efecto, podría decirse que es un objetivo de Un Curso de Milagros que Jesús nos enseñe que tenemos elección dentro de nuestros sueños de separación y de ser especiales, y que esa elección está dentro de nuestras mentes. Aprendiendo el significado del perdón, que es que nuestra experiencia del mundo es una proyección de una decisión de nuestras mentes que ahora podemos cambiar, aprendemos a ejercer nuestro libre albedrío. Así aprendemos por fin, y recordamos que nuestra verdadera voluntad ha sido siempre libre. Sencillamente nos habíamos olvidado. Y así dice Jesús: "El Espíritu Santo te insta tanto a recordar [a Dios] como a olvidar [al ego] " (T-5.II.6:1). Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo 3: APLICACI ÓN Y PRÁCTICA DE UN CURSO DE MILAGROS 37) ¿Qué libertad de actuar como más nos conviene tenemos en la vida cotidiana si, como dice Un Curso de Milagros, estamos todos alucinando? Esta respuesta empieza donde termina la anterior. Dentro del sueño de nuestra existencia individual – la alucinación –, tenemos libertad de elegir. Sin embargo ese elegir no tiene nada que ver con lo que el mundo entiende por elegir, en especial cuando pensamos en intentar actuar como más nos conviene. No podemos actuar como más nos conviene porque, como el libro de ejercicios nos recuerda, "No percibo lo que más me conviene" (Lección 24; cursivas añadidas). Este es un aspecto crucial para la comprensión del Curso, y la lección citada lo deja claro: No te das cuenta en ninguna de las situaciones que se presentan ante ti del desenlace que te haría feliz. No tienes, por lo tanto, una pauta por la que regir debidamente tus acciones, ni manera alguna de juzgar sus resultados. Lo que haces está determinado por tu percepción de la situación de que se trate, y esa percepción es errónea. Es inevitable, pues, que nada de lo que hagas sea en beneficio de lo que más te conviene. No obstante, lo que más te conviene constituye tu único objetivo en toda situación que se perciba correctamente. De lo contrario, te resultará imposible reconocerlo. Si te dieses cuenta de que en realidad no percibes lo que más te conviene, se te podría enseñar lo que ello es. Pero como estás convencido de que lo sabes, no puedes aprender (E-pI.24.1-2:2). En consecuencia, a lo largo de Un Curso de Milagros Jesús nos alienta a consultar con él o con el Espíritu Santo, pues ellos son los únicos que saben lo que más nos conviene. Y, naturalmente, esto siempre implica cambiar de ideas o de percepción, reflejando la decisión de perdonar en lugar de atacar. No sabemos perdonar por nuestros propios medios, y menos aún sabemos qué elecciones deberíamos hacer. Sin embargo siempre tenemos libertad de elegir maestro, y en esa elección ya hemos elegido lo que más nos conviene. Y éste y sólo éste es el sentido del libre albedrío dentro del mundo de la ilusión, pues sólo de la mente sana puede venir la elección correcta – lo que más nos conviene. Así es que Jesús le dice a sus estudiantes: "Renuncia ahora a ser tu propio maestro [...] Olvídate de todo lo que te has enseñado a ti mismo, pues no fuiste un buen maestro" (T12.V.8:3; T-28.I.7:1), y les pide que elijan al Maestro Cuya sabiduría siempre les enseñará correctamente. Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo 3: APLICACI ÓN Y PRÁCTICA DE UN CURSO DE MILAGROS 38) Un Curso de Milagros dice que no hay amor sin ambivalencia. ¿Significa esto que nunca vengo de un espacio amoroso y que todas mis ideas y acciones son de mi ego? No, con certeza que no. La declaración específica del Curso dice: Proyectas sobre el ego tu decisión de estar separado, y esto entra en conflicto con el amor que, por ser su hacedor, sientes por él. No hay amor en este mundo que esté exento de esta ambivalencia, y puesto que ningún ego ha experimentado amor sin ambivalencia, el amor es un concepto que está más allá de su entendimiento. El amor aflorará de inmediato en cualquier mente que de verdad lo desee, pero tiene que desearlo de verdad. Esto quiere decir desearlo sin ninguna ambivalencia, y esta forma de desear está completamente desprovista de la "compulsión de obtener" del ego (T-4.III.4:5-8). Este pasaje claramente significa que cuando elegimos la corrección del Espíritu Santo en nuestras mentes sanas – el instante santo – y verdaderamente dejamos de lado a nuestros egos, podemos convertirnos en un reflejo del amor, una manifestación del Espíritu Santo. En este caso es en efecto posible venir de un espacio amoroso. De hecho la meta principal del Curso es que los estudiantes aprendan a acceder a sus mentes sanas, el hogar amoroso del Espíritu Santo. Sin embargo uno necesita discernir, pues muy a menudo el amor especial del ego puede parecer idéntico al amor real del Espíritu Santo. La inconsciente "compulsión de obtener" del ego – el núcleo del afán de ser especial – todavía está muy presente y sirve para enmascarar la verdad con las hábiles mentiras de la ilusión. Cualquier idea, palabra o acto que procede de la mente enferma, aunque parezca amoroso, no puede serlo. Por tanto evaluar cualquier interacción por las apariencias no puede ser más que una carencia de discernimiento, que brota de nuestra necesidad de parecer amorosos y comprensivos, en otras palabras, lo que nuestro ego bendeciría como conducta "espiritualmente iluminada". No deberíamos minusvalorar la necesidad que todos tenemos de ser aceptados por los demás, porque queremos ser juzgados como amorosos. Esta necesidad se convierte en una fuerte interferencia en la elección de nuestras mentes sanas, donde habita el único amor real. A veces la acción más amorosa, que emana de nuestras mentes sanas, es decir "No" a la petición de alguien, incurriendo en su decepción e ira. Por esto Jesús dice: Aprender este curso requiere que estés dispuesto a cuestionar cada uno de los valores que abrigas. Ni uno solo debe quedar oculto y encubierto, pues ello pondría en peligro tu aprendizaje. Ninguna creencia es neutra. Cada una de ellas tiene el poder de dictar cada decisión que tomas (T-24.In.2:1-4). Supongamos que un valor inconsciente que nuestro ego abriga es que hay que ser popular y admirado de todos por ser una persona amorosa y considerada. Todo el guión de nuestra vida, que emana de la mente enferma, gira en torno a ser este tipo de personaje onírico. Podríamos alcanzar la meta, pero ¿a qué coste?. Los estudiantes de Un Curso de Milagros a veces cometen la equivocación de juzgar por las apariencias y las formas. A veces la corrección más dificil de aceptar es ir en contra de algún "valor codiciado" por nuestros egos – sobre todo los modelos de relaciones de amor especial y odio especial. Si los estudiantes tienen razonablemente claro que han descubierto los valores inconscientes de su ego, y tienen la pequeña dosis de buena voluntad necesaria para acceder – quitándose de enmedio – a la corrección en sus mente sanas, entonces serán manifestaciones del sistema de ideas del Espíritu Santo, y no del del ego.
Es, en efecto, nuestra práctica diaria del perdón lo que nos permite estar cada vez más en contacto con esta amorosa Presencia de la verdad en nuestras mentes escindidas, de manera que nuestros pensamientos, palabras y acciones puedan expresar esta verdad. Por lo tanto, es con certeza posible que nuestras vidas puedan venir de nuestras mentes sanas y no de nuestras mentes enfermas, del Espíritu Santo y no del ego. Es este proceso de reflejar cada vez más amor en lugar de odio lo que nos lleva a las puertas del Cielo, más allá de las cuales está el Amor de Dios. Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo 3: APLICACI ÓN Y PRÁCTICA DE UN CURSO DE MILAGROS 39) ¿Qué papel tiene la meditación en la práctica de Un Curso de Milagros? La meditación como tal no forma parte integral del currículum del Curso. Ciertamente se puede considerar a las lecciones del libro de ejercicios, y a su programa de entrenamiento de un año, como ejercicios de meditación. Pero se supone que son sólo para un año. Sin embargo Jesús nunca se opondría a que sus estudiantes pasen un rato de tranquilidad con él, pidiendo ayuda para apartar los obstáculos de culpabilidad y odio que interfieren con la consciencia de su presencia amorosa. Con todo, Jesús advierte específicamente a los estudiantes en contra de hacer ídolos de sus periodos de práctica espiritual, aunque puedan seguir necesitando estructura, parte de la cual pueden ser ratos de meditación y tranquilidad: ¿Pero qué ocurre con aquellos que todavía no han alcanzado la certidumbre que él [el maestro de Dios avanzado] posee? Ésos aún no están listos para una falta de estructura así. ¿Qué es lo que tienen que hacer para aprender a entregarle el día a Dios? Hay algunas reglas generales a seguir, aunque cada cual debe usarlas a su manera como mejor pueda. Las rutinas, como tales, son peligrosas porque se pueden convertir fácilmente en dioses por derecho propio y amenazar los mismos objetivos para las que fueron establecidas (M-16.2:1-5;
cursivas añadidas). En "No tengo que hacer nada", su mensaje especial a Helen que citamos antes, Jesús discute de manera específica que su Curso no es un curso de meditación, sino que tiene un enfoque muy distinto. Esto no lo hace necesariamente mejor que otros senderos, pero deja establecido lo diferente que es de ellos: Son muchos los que se han pasado toda una vida preparándose y ciertamente han tenido sus momentos de éxito. Este curso no pretende enseñar más de lo que ellos aprendieron en el tiempo, pero sí se propone ahorrar tiempo [...] Es extremadamente difícil alcanzar la Expiación luchando contra el pecado. Son muchos los esfuerzos que se llevan a cabo tratando de hacer santo aquello [el cuerpo] que se odia y se aborrece. No es necesario tampoco que dediques toda tu vida a la contemplación, ni que te pases largos períodos de tiempo meditando con objeto de romper tu atadura al cuerpo . Todos esos intentos
tendrán éxito a la larga debido a su propósito. Pero los medios son tediosos y requieren mucho tiempo, pues todos ven la liberación de la condición actual de insuficiencia y falta de valor en el futuro. Tu camino será diferente, no en cuanto a su propósito, sino en cuanto a los medios [...] No aprovechas el curso si te empeñas en utilizar medios que le han resultado muy útiles a otros, y descuidas lo que se estableció para ti (T18.VII.4:4-5,7-11; 5:1; 6:5; cursivas añadidas en 4:9). Y así sería una tontería que los estudiantes de Un Curso de Milagros no meditasen si tal práctica es beneficiosa para su sendero espiritual. Y Jesús, insisto, malamente buscaría disuadirlos. Sin embargo les advertiría, como hemos visto, contra hacerse dependientes de la práctica de la meditación. Debería ser un medio y no un fin. Además, sería ciertamente una equivocación que esos estudiantes pensasen que todos los estudiantes de Un Curso de Milagros tienen que meditar, sencillamente porque ellos lo hacen. Los estudiantes nunca deberíamos olvidar que el currículum está muy individualizado, y que cada currículum individual se emprende entre cada estudiante individual y el Espíritu Santo.
Hay otra advertencia sobre la dependencia de la meditación. El objetivo claro de Un Curso de Milagros, y específicamente del libro de ejercicios, es que los estudiantes generalicen sus lecciones y principios en todo momento y a todos los aspectos de sus vidas cotidianas. Estaría directamente en contra de este objetivo que los estudiantes necesitasen salir de una situación dificil para poder apartarse y estar externamente tranquilos. Claramente esto nunca funcionaría en un atasco de tráfico, en una reunión complicada, en una sesión de psicoterapia, en un aula, en un coche lleno de niños revoltosos, etc. Si la tranquilidad no se hace interna de manera que uno sepa que Jesús o el Espíritu Santo siempre está presente en la mente, entonces la meditación ha sido de poca utilidad. Los estudiantes deberían aspirar más bien a generalizar esos momentos de tranquilidad a todos los momentos, aprendiendo lo accesible que está su verdadero Maestro. Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo 3: APLICACI ÓN Y PRÁCTICA DE UN CURSO DE MILAGROS 40) ¿Qué es el " instante santo", y qué papel tiene en la Expiación? En cierto modo comprender el instante santo es similar a comprender el tema de la meditación que acabamos de discutir. El instante santo no es un periodo de meditación por el cual el estudiante tiene una "buena experiencia" de sentir la presencia de Jesús o el Espíritu Santo. Por el contrario el instante santo es la expresión del Curso para referirse al instante – fuera del tiempo y del espacio – en que elegimos al Espíritu Santo como maestro en lugar del ego. Es la corrección del perdón para el "instante impío" de juicio y ataque del ego, la experiencia de des-hacer la culpabilidad por medio de la ayuda de Jesús. Este objetivo es lo que hace santo al instante, y lo establece como parte integral del plan de conjunto de la Expiación para corregir nuestras percepciones e ideas equivocadas. Además el instante santo puede entenderse como los pasos que damos a lo largo de nuestras vidas que gradualmente nos llevan cada vez más cerca del mundo real, que es en cierto modo el instante santo definitivo. Cada vez que nos sentimos tentados a escuchar los cuentos del ego sobre ser especiales y la necesidad de atacar, Jesús nos recuerda que en lugar de eso podemos elegir un milagro – "Que los milagros reemplacen todos mis resentimientos" (E-pI.78) – y que él nos ayude a hacer el cambio de percepción que constituye la esencia del perdón, el corazón del instante santo. En otras palabras, los instantes santos son los "ínfimos pasos" de perdón a los que se refiere el Curso como medios de deshacer nuestras ilusiones para que podamos alcanzar nuestra meta de verdad. Como se lee en el Curso: Frente a la demente noción que el ego tiene de la salvación, el Espíritu Santo te ofrece dulcemente el instante santo [...] El instante santo es lo opuesto a la creencia fija del ego de que la salvación se logra vengando el pasado [...] En el instante santo el poder del Espíritu Santo prevalecerá porque te habrás unido a Él [...] Libera a tus hermanos de la esclavitud de sus ilusiones, perdonándolos por las ilusiones que percibes en ellos. Así aprenderás que has sido perdonado, pues fuiste tú quien les ofreció ilusiones. En el instante santo esto es lo que se lleva a cabo por ti mientras estés en el tiempo, para de este modo brindarte la verdadera condición del Cielo (T-16.VII.6:1,3; 7:3; 9:5-7). Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo 3: APLICACI ÓN Y PRÁCTICA DE UN CURSO DE MILAGROS 41) ¿Qué significa en Un Curso de Milagros "liberar a tu hermano "? ¿Cómo puedo salvarlo si el mundo es una alucinación de mi mente? El lector debería recordar nuestros comentarios a la pregunta 5 sobre el uso de las metáforas que hace Jesús en el Curso. Dicho de otra manera, los estudiantes de Un Curso de Milagros han de permitirse ir más allá de la forma de las palabras a su contenido subyacente. Este proceso, que empieza con una comprensión más l iteral de las enseñanzas del Curso, tiene lugar en el tiempo lentamente. Al principio, pues, frases como "liberar a tu hermano", y otras similares sobre ser el salvador de tu hermano, o el énfasis que hace el libro de ejercicios en ser la luz del mundo, ayudan a los estudiantes a des-hacer su autoimagen negativa, tal como se resume en la Lección 93: Crees ser la morada del mal, de las tinieblas y del pecado. Piensas que si alguien pudiese ver la verdad acerca de ti sentiría tal repulsión que se alejaría de ti como si de una serpiente venenosa se tratase. Piensas que si la verdad acerca de ti te fuese revelada, te sobrecogería un horror tan grande que te apresurarías de inmediato a quitarte la vida, pues sería imposible seguir viviendo después de haber contemplado semejante atrocidad (E-pI.93.1). Es una corrección curativa que se nos diga que nuestras ideas sobre nosotros mismos no son verdad, y que no sólo Dios nos ama como la extensión de Su Voluntad que (como el resto de la lección deja claro) somos, sino que además tenemos el poder de curar y bendecir a los demás. Sólo al progresar en nuestro trabajo con Un Curso de Milagros se vuelve claro que el proceso de "liberar" a nuestro hermano no tiene nada que ver con nuestro hermano, sino que con todo lo que tiene que ver es con nosotros mismos. Este proceso de perdón, en efecto, no puede tener nada que ver con nuestro hermano porque en verdad se trata de nuestro sueño, y él no es más que una figura en ese sueño. Es un pasaje bastante fuerte, Jesús pregunta a sus estudiantes: ¿Qué pasaría si reconocieses que este mundo es tan sólo una alucinación? ¿O si realmente entendieses que fuiste tú quien lo inventó? ¿Y qué pasaría si te dieses cuenta de que los que parecen deambular por él, para pecar y morir, atacar, asesinar y destruirse a sí mismos son completamente irreales? (T20.VIII.7:3-5). En otras palabras, nuestro mundo y nuestras vidas son sueños, e igual que los que tenemos cuando dormimos – con todos sus personajes y acontecimientos – sólo están presentes en nuestras mentes dormidas, que en cierto modo son también alucinaciones. Además, como el contenido del sueño del ego es miedo, odio, ser víctimas y no perdonar, todos los personajes del sueño tendrán dichos temas en su guión a todo lo largo del sueño que llamamos "vida". Por tanto no hay nadie a quien perdonar porque, una vez más, toda la gente que aparece en nuestras vidas son sencillamente personajes ficticios de nuestros sueños. El que necesita que lo perdonen es uno mismo – para empezar, por soñar en lugar de acordarse de su Identidad como Cristo, despierto en Dios. Nuestra función de "liberar a nuestros hermanos" por medio del perdón se relaciona con una función y un proceso que en verdad sólo ocurre dentro de nuestras mentes – la casa de los sueños – aunque lo experimentamos como si ocurriera entre dos indivíduos separados. Eligiendo a Jesús por maestro en vez de al ego, escuchando su voz de perdón en vez de la voz de ataque del ego, nos unimos a él como expresiones de la Alternativa que está en la mente de todos. Y así nos convertimos para nuestros hermanos en un recordatorio de que pueden hacer la misma elección que nosotros, y así liberarse de su culpabilidad, puesto que todos nosotros la pusimos en el guión del personaje del
otro en nuestros sueños respectivos. Por tanto, podemos elegir entre ser símbolos de culpabilidad o de perdón los unos para los otros. Este proceso de curación por medio del perdón se resume en este pasaje maravillosamene claro del manual para el maestro, donde se comenta el papel del maestro de Dios frente a la enfermedad: Los maestros de Dios van a estos pacientes representando otra alternativa que dichos pacientes habían olvidado. La simple presencia del maestro de Dios les sirve de recordatorio [...] Representan la Alternativa. Con la Palabra de Dios en sus mentes, vienen como una bendición, no para curar a los enfermos sino para recordarles que hay un remedio que Dios les ha dado ya [...] y exhortan dulcemente a sus hermanos a que se aparten de la muerte: "¡He aquí, Hijo de Dios, lo que la Vida te puede ofrecer! ¿Prefieres elegir la enfermedad en su lugar?" (M-5.III.2:1-2,6-7,10-12). Salvamos al mundo y a todos los que hay en él, por lo tanto, salvando o cambiando nuestras ideas sobre el mundo. Liberándonos de nuestra propia culpabilidad liberamos al mundo, porque somos uno con él que es una proyección nuestra. Esto es lo que el Curso quiere decir con "te elevaste con él [Jesús] cuando él empezó a salvar al mundo" (C6.5:5). Nuestras mentes son una, y Jesús, permaneciendo uno con el Espíritu Santo, se convierte en un replandeciente recordatorio de hacer eso mismo en la mente de la Filiación. Nuestro hacer esa elección nos permite ser una manifestación de Jesús para nuestros hermanos, igual que él es la manifestación del Espíritu Santo para todos nosotros (C-6.5:1-2). Esta llamada a recordar y a elegir es la verdadera liberación que cura. Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo 3: APLICACI ÓN Y PRÁCTICA DE UN CURSO DE MILAGROS 42) ¿Qué quiere decir Un Curso de Milagros con perdonar a tu hermano? ¿Y si no acepta el perdón, o ya no está presente en lo físico? ¿Significa eso que ya no puedo perdonarlo? La respuesta es una continuación de la respuesta a la pregunta anterior. El Curso nos pide perdonar a los demás por lo que no nos han hecho. Esto sólo se entiende acordándose de que en verdad ahí fuera no hay nadie a quien perdonar. Lo que en realidad perdonamos (o liberamos) son las proyecciones de culpabilidad que hemos colocado en personajes de nuestros sueños, cuyo guión escribimos de manera que fuesen nuestros socios en nuestro amor especial y odio especial. No importa, por lo tanto, si esas personas están físicamente presentes, si nos conocen personalmente, ni siquiera si ya han muerto. Siguen estando presentes en nuestras mentes por medio de nuestros pensamientos que no perdonan, y queda siempre la oportunidad de pedir ayuda para perdonar esos pensamientos y esas imágenes proyectadas. Los efectos de nuestro perdón están también plenamente presentes en nuestras mentes unidas a la mentes de los demás. Si otras personas deciden no aceptar nuestro perdón en sus sueños, la idea que ha sanado en nuestras mentes no es menos eficaz. Como enseña el Curso, el Espíritu Santo conserva ese perdón en las mentes de los demás hasta que estén listos para aceptarlo. Ese es el proceso al que también se refiere Jesús cuando nos dice en el Curso: He salvaguardado todas tus bondades y cada pensamiento amoroso que jamás hayas abrigado. Los he purificado de los errores que ocultaban su luz, y los he conservado para ti en su perfecta luminiscencia. Se encuentran más allá de la destrucción y de la culpabilidad (T-5.IV.8:3-5). Igualmente, él salvaguarda nuestros pensamientos amorosos hacia los demás, y los conserva hasta que ellos estén preparados para aceptarlos. Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo 3: APLICACI ÓN Y PRÁCTICA DE UN CURSO DE MILAGROS 43) ¿Cómo sabe uno la diferencia entre el Espíritu Santo y el ego? Empezamos con una declaración del Curso. Viene en "La prueba de la verdad", en el Capítulo 21 del texto, y es la respuesta a esta pregunta, en el contexto de discernir entre las "lecciones tenebrosas" del ego y las "lecciones resplandecientes" del Espíritu Santo: Existe una sola prueba -tan infalible como Dios- con la que puedes reconocer si lo que has aprendido es verdad. Si [1] en realidad no tienes miedo de nada, y [2] todos aquellos con los que estás, o todos aquellos que simplemente piensen en ti comparten tu perfecta paz, entonces puedes estar seguro de que has aprendido la lección de Dios, y no la tuya (T-14.XI.5:1-2). Dicho de otra manera, Jesús proporciona a sus estudiantes dos criterios para evaluar si han elegido por maestro al ego o a él. El primero trata sólo del estudiante individual, si está o no en paz. El segundo implica a los demás, a los que viven y trabajan con nosotros, sin mencionar a todos los demás. Todos deberíamos admitir que es relativamente facil engañarnos a nosotros mismos pensando que hemos elegido al Espíritu Santo, cuando en realidad hemos elegido nuestro propio afán de ser especiales. Pero es más dificil engañar a los demás, especialmente a los que nos conocen bien y nos ven con regularidad a lo largo del tiempo. A propósito, los estudiantes de Un Curso de Milagros a veces se preguntan si ese segundo criterio tendría que excluir a Jesús, pues obviamente el personaje bíblico (a quien, por cierto, nunca deberíamos tomar por el Jesús histórico – ver la pregunta 52) fue crucificado por gente enfurecida que muy claramente no "compartía su perfecta paz". Esta situación debe entenderse en el sentido de que la gente puede experimentar la paz perfecta de uno, pero pueden sentirse tan amenazados por ella que intenten atacarla y atacarlo a uno. Pero no podrían hacerlo si antes no hubieran experimentado esta paz como auténtica y luego se sintieran amenazados por ella. Esta prueba de la verdad se aplica a largo plazo a los estudiantes porque, insisto, es dificil engañar a los demás, e incluso a uno mismo, a la larga. Sin embargo, en un momento determinado es casi imposible saber a qué maestro hemos consultado. Como todos los estudiantes de Un Curso de Milagros ya saben y como ya hemos comentado, el ego sabe hacerse pasar por el Espíritu Santo de maneras muy engañosas. Dado el interés tremendo que toda la gente de este mundo tiene en seguir siendo especial, no debería sorprender que así sea. Jesús advierte a sus estudiantes sobre minusvalorar el poder de su afán de ser especiales para enmascararse con la voz del Espíritu Santo. Es de una de las secciones principales del texto, que trata de manera específica la naturaleza traicionera del deseo de ser especial: Tú no eres especial. Si crees que lo eres y quieres defender tu especialismo en contra de la verdad de lo que realmente eres, ¿cómo vas a poder conocer la verdad? ¿Qué respuesta del Espíritu Santo podría llegar hasta ti, cuando a lo que escuchas es a tu deseo de ser especial, que es lo que pregunta y lo que responde? Tan sólo prestas oídos a su mezquina respuesta, la cual ni siquiera se oye en la melodía que en amorosa alabanza de lo que eres fluye eternamente desde Dios a ti. Y este colosal himno de honor que amorosamente se te ofrece por razón de lo que eres parece silencioso e inaudible ante el "poderío" de tu especialismo. Te esfuerzas por escuchar una voz que no tiene sonido, y, sin embargo, la Llamada de Dios Mismo te parece insonora. Puedes defender tu especialismo, pero nunca oirás la Voz que habla en favor de Dios a su lado (T-24.II.4:1-5:1, cursivas añadidas).
Nuestra respuesta a esta pregunta es, pues, que debido a la excesiva identificación de los estudiantes con sus egos, se trata en realidad de una pregunta equivocada. El enfoque debería estar más bien en eliminar las interferencias para oir la Voz del Espíritu Santo, lo cual sencillamente permitiría a la Voz que habla por Dios ser Ella misma. La pregunta debería ser entonces: "¿Porqué no practico las lecciones de perdón que el Espíritu Santo me pide que aprenda, de manera que pueda oir mejor Su Voz?" Con esta nueva pregunta se cambia el enfoque a eliminar el problema, de manera que se nos pueda dar la Respuesta. Como Jesús exhorta a sus estudiantes: Tu tarea no es ir en busca del amor [ni oir la Voz del Espíritu Santo], sino simplemente buscar y encontrar todas las barreras dentro de ti que has levantado contra él. No es necesario que busques lo que es verdad, pero sí es necesario que busques todo lo que es falso (T-16.IV.6:1-2). Y volviendo a "La prueba de la verdad", encontramos a Jesús explicando lo mismo a los estudiantes que, dada la fuerza de su interés en las "lecciones tenebrosas" de sus egos, desesperan de ser capaces de oir al Espíritu Santo: No te preocupes por cómo vas a aprender una lección tan diametralmente opuesta a todo lo que te has enseñado a ti mismo. ¿Cómo ibas a poder saberlo? Tu papel es muy simple. Sólo tienes que reconocer que ya no deseas lo que has aprendido. Pide nuevas enseñanzas, y no te valgas de tus experiencias para confirmar lo que has aprendido. Cuando de alguna manera tu paz se vea amenazada o perturbada, afirma lo siguiente: No conozco el significado de nada, incluido esto. No sé, por lo tanto, cómo responder a ello. No me valdré de lo que he aprendido en el pasado para que me sirva de guía ahora.
Cuando de este modo te niegues a tratar de enseñarte a ti mismo lo que no sabes, el Guía que Dios te ha dado te hablará. Ocupará el lugar que le corresponde en tu conciencia en el momento en que tú lo desocupes y se lo ofrezcas a Él (T-14.XI.6). El enfoque primario del Curso de Jesús está siempre en despejar las interferencias que impiden experimentar la presencia del amor (T-In.1:7), y no en el amor mismo. Y así, una vez más, el enfoque de los estudiantes permanecerá en pedirle ayuda a Jesús para dar de lado al sistema de ideas del ego, en lugar de pedirle ayuda o guia directas con las cosas del mundo. Para terminar, citamos un pasaje importante del texto que subraya este énfasis principal: La tarea del obrador de milagros es, por lo tanto, negar la negación de la verdad (T-12.II.1:5). Naturalmente, la "negación de la verdad" es el sistema de ideas del ego, que niega la verdad de Dios. Nuestra responsabilidad es pedir ayuda al Espíritu Santo para "negar" la validez de lo que enseña el ego, afirmando así la verdad Suya de la Expiación. Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo 3: APLICACI ÓN Y PRÁCTICA DE UN CURSO DE MILAGROS 44) ¿Es mala señal que yo no "oiga" una Voz interna? ¿Significa eso que no soy un buen estudiante de Un Curso de Milagros ? Dentro del sueño, de hecho, hay literalmente dos "voces internas", la de la mente enferma (el ego) y la de la mente sana (el Espíritu Santo), y las diferencias entre ellas, como ya hemos visto, no son tan fáciles de discernir como los estudiantes podrían esperar y creer. Para mantener su condición de ser individual y único, cada miembro de la Filiación ha escuchado la voz del ego y ha seguido su plan. Un rápido vistazo a la historia de este planeta, junto a su situación actual, dará un testimonio contundente de tal hecho. No es, en efecto, la cosa más facil del mundo ser capaz de "oir" la Voz que habla por Dios, la expresión que usa el Curso para referirse al Espíritu Santo. De hecho el propio Un Curso de Milagros dice que "Son muy pocos los que pueden oír la Voz de Dios, y ni siquiera éstos pueden comunicar Sus mensajes directamente por medio del Espíritu que se los dio" (M-12.3:3). Nuestro interés en ser especiales y la necesidad de mantener nuestra individualidad, casi siempre inconscientes , hacen muy dificil oir la Voz que habla en favor de des-hacer el deseo de ser especiales. En la pregunta anterior citamos un pasaje que trata explícitamente de este problema. Demasiado a menudo hay estudiantes sinceros de Un Curso de Milagros que están convencidos de estar oyendo la Voz del Espíritu Santo, cuando todo lo que están escuchando es a sus propios egos ensalzando su afán de ser especiales y únicos, en el marco de lo que quieren creer que es una misión especial. Otra fuente de malentendidos para muchos estudiantes de Un Curso de Milagros es la Identidad específica de la Voz del Espíritu Santo. Uno no suspende el Curso si uno no oye una "Voz" interna como oía Helen. Además, no deberíamos intentar poner límites a cómo y de qué manera el Espíritu Santo puede alcanzarnos. Por ejemplo: un sueño nocturno, una conversación con un amigo, una idea intuitiva, un libro que leemos, una clase a la que asistimos – todo esto puede ser utilizado por el Espíritu Santo para presentarnos una corrección a nuestro pensamiento erróneo. En conclusión y para volver a establecer este punto tan importante, podemos decir que el único criterio de ser un "buen" estudiante del Curso es tener la pequeña dosis de buena voluntad de aprender las lecciones del Espíritu Santo sobre des-hacer nuestros egos por medio del perdón. En este contexto, oir específicamente una voz interior – como hacía Helen – o no oirla es irrelevante. Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo 3: APLICACI ÓN Y PRÁCTICA DE UN CURSO DE MILAGROS 45) ¿Me envían mis lecciones Jesús o el Espíritu Santo? No, no lo hacen. Aquí una vez más vemos un ejemplo de como los estudiantes toman al pie de la letra lo que dice Un Curso de Milagros, con el resultado de sacar conclusiones que son justo lo contrario de lo que Jesús enseña en su Curso. Con seguridad, hay pasajes cuyas palabras dicen que el Espíritu Santo (o Jesús) nos proporciona lecciones, nos envía gente, o que se nos envía a nosotros a los demás. Sin embargo, es esencial que los estudiantes de Un Curso de Milagros, para que su aprendizaje y su práctica de sus principios progrese, comprendan que declaraciones como estas – claramente en minoría en el conjunto de las enseñanzas del Curso – pretenden llegar a quienes apenas están comenzando su viaje espiritual con el Curso. Y así Jesús expresa sus enseñanzas con palabras que sus estudiantes – a quienes siempre se refiere como niños (y a veces incluso más jóvenes) – puedan comprender sin miedo. Nuestra experiencia es que formamos parte por completo de este mundo físico, al igual que, según creemos, Dios. Hay, por ejemplo, esta linea muy importante del texto, que ya hemos citado: "Ni siquiera puedes pensar en Dios sin imaginártelo en un cuerpo, o en alguna forma que creas reconocer" (T-18.Vlll.1:7). Por lo tanto y como comentamos anteriormente en la pregunta 5, no sería útil ni práctico que Jesús impusiera un nivel de explicación más allá de la capacidad de comprender de sus estudiantes. Como dice tan claramente en el libro de ejercicios: "Pues, ¿quién podría entender un lenguaje que está mucho más allá de lo que buenamente puede entender?" (E-pI.192.2:2). Así podemos reconocer una vez más que Jesús usa el lenguaje para que sirva de puente desde el nivel de la experiencia de sus estudiantes hasta su verdad. De hecho ni el Espíritu Santo ni Jesús hacen nada en el mundo, porque toda corrección y curación tiene lugar en el nivel de la mente. "¡El mundo no existe!", como Jesús declara enfáticamente en el libro de ejercicios: "Este es el pensamiento básico que este curso se propone enseñar" (E-pI.132.6:2-3). La presencia de Jesús existe sólo en nuestras mentes, pues esto es todo lo que hay. Las ideas nunca abandonan su fuente, y así el sueño nunca ha salido de la mente del soñador, por convincentemente real que el mundo nos parezca ser. Esto es similar a la experiencia de cualquiera cuando dormimos por la noche y soñamos. Mientras está dormido, el soñador cree que de hecho las actividades que ocurren en el sueño son totalmente reales, y reacciona en consecuencia, con sentimientos de felicidad, miedo, alegría o ansiedad, sin mencionar concomitantes físicos también como taquicardia, sudor excesivo, etc. Sin embargo, al despertar, el soñador se da cuenta de que "era sólo un sueño". De manera similar a lo que comentamos antes en la pregunta 22, comprendemos que no ha ocurrido nada excepto dentro de la mente del soñador, que contenía las diversas imágenes y símbolos que parecían ser tan reales. Como Jesús señala repetidamente en el Curso, no hay en absoluto ninguna diferencia entre nuestras experiencias cuando dormimos o estamos despiertos. Ambas son simplemente sueños que tienen lugar dentro del gran sueño de la separación. Como dice en el texto: Estás soñando continuamente. Lo único que es diferente entre los sueños que tienes cuando duermes y los que tienes cuando estás despierto es la forma que adoptan, y eso es todo. Su contenido es el mismo. Constituyen tu protesta contra la realidad, y tu idea fija y demente de que la puedes cambiar. En los sueños que tienes mientras estás despierto, la relación especial ocupa un lugar especial. Es el medio con el que tratas de que los sueños que tienes mientras duermes se hagan realidad (T-18.II.5:12-17; cursivas añadidas).
Y así no tendría sentido que nuestro sabio maestro interno, Jesús, cayese en la misma trampa que todos de hacer el error real, viendo que los problemas existen en el mundo y por tanto sus soluciones también. Sin embargo, mientras creamos que estamos aquí, con problemas y respuestas aquí, nuestra experiencia será que la ayuda está también aquí. La presencia amorosa de Jesús en nuestras mentes sanas – una mente que hemos negado – será de manera inevitable experimentada en el cuerpo y en el mundo, aunque él no está ahí. Tomando parte en el proceso del perdón, los estudiantes de Un Curso de Milagros se dan cuenta gradualmente de que son los soñadores y no el sueño, y de que su existencia está en la mente y no en el cuerpo. Finalmente llega también el darse cuenta de que Jesús o el Espíritu Santo están sólo dentro de sus mentes. ¿Y cuál es Su función dentro de la mente? Por volver a decir lo que comentamos antes, Su función es sencillamente recordarle al Hijo de Dios que ha elegido mal (al elegir por maestro al ego) y que ahora puede elegir bien. Por medio del milagro la atención se ha vuelto a poner en la mente, donde se tomó la decisión equivocada, y la presencia del Espíritu Santo le recuerda que puede elegir de nuevo. Al principio del texto Jesús describe el funcionamiento del Espíritu Santo así: La Voz del Espíritu Santo no da órdenes porque es incapaz de ser arrogante. No exige nada porque su deseo no es controlar. No vence porque no ataca. Su Voz es simplemente un recordatorio. Es apremiante únicamente por razón de lo que te recuerda. Le ofrece a tu mente el otro camino, permaneciendo serena aun en medio de cualquier confusión a que puedas dar lugar (T-5.II.7:1-6). Y así nosotros – el tomador de decisiones en nuestras mentes – somos los que escribimos y elegimos nuestros guiones, y el papel de Jesús es recordarnos que podemos tomar otra opción sobre cómo miramos a lo que hemos elegido. Que mirar con su amor a nuestro lado es el núcleo del significado del perdón en el Curso. Somos los que elegimos mal y por tanto somos los que tienen que elegir de manera diferente, como Jesús nos exhorta al final del texto: Las pruebas por las que pasas no son más que lecciones que aún no has aprendido que vuelven a presentarse de nuevo a fin de que donde antes hiciste una elección errónea, puedas ahora hacer una mejor y escaparte así del dolor que te ocasionó lo que elegiste previamente. En toda dificultad, disgusto o confusión Cristo te llama y te dice con ternura: "Hermano mío, elige de nuevo” (T-31.Vlll.3:1-2). Una vez más, somos los que nos pusimos a nosotros mismos ante nuestros guiones y son nuestras mentes las que eligen tener por maestro que nos guie a través de esas experiencias a nuestros egos o a Jesús. Por tanto no es el Espíritu Santo quien nos encuentra sitios para aparcar, nos envía gente a que la ayudemos o a que nos ayude, ni hace que nos violen para que aprendamos una lección de perdón, como una pobre estudiante de Un Curso de Milagros creía sobre una experiencia muy dolorosa de su vida. Tales ideas equivocadas sobre el Espíritu Santo, aparte de tener implicaciones potencialmente trágicas, ayudan a los estudiantes a evitar tomar responsabilidad por sus propias decisiones, transferiéndosela al Espíritu Santo o a Jesús. Y luego justifican semejantes percepciones equivocadas citando – ¡fuera de contexto! – pasajes del Curso para apoyar su postura de ser especiales. Y así es extremadamente importante, para señalar este punto una vez más, que los estudiantes de Un Curso de Milagros no confundan la forma de las enseñanzas del Curso con su contenido subyacente. De lo contrario no habrá crecimiento y se quedarán para siempre en los niveles más bajos del viaje hacia arriba por la escalera espiritual que el Curso proporciona. Por tanto, el objetivo de decir a los estudiantes que el Espíritu Santo
hace cosas para ellos en el mundo, es que sanen del sistema de ideas básico del ego, que enseña que no hay Espíritu Santo y que, incluso si Lo hubiera, con certeza no sería una Presencia amistosa que los confortaría y los guiaría. Así pues, las palabras (la forma) no son la verdadera enseñanza del Curso, sino su significado (el contenido) subyacente. El objetivo con el que Jesús utiliza este lenguaje metafórico es ayudar a sus estudiantes a des-hacer las ideas del ego de que un dios iracundo y vengativo los castigará por su pecado. Una vez que se ha corregido la creencia de que Dios (o el Espíritu Santo o Jesús) es nuestro enemigo, somos capaces de avanzar a lo largo de los siguientes pasos de nuestro viaje. Estos incluyen un reconocimiento creciente, conforme nos acercamos al final del viaje, de la realidad esencialmente abstracta de la presencia del Espíritu Sato y Jesús en nuestras mentes escindidas. De lo que se trata aquí es de que es crucial proceder despacio y con paciencia por el sendero espiritual, minimizando el inevitable miedo a finalmente dar de lado a la identidad individual de uno. Como Jesús nos consuela tan amablemente, utilizando la metáfora de los sueños: El Espíritu Santo, siempre práctico en Su sabiduría, acepta tus sueños y los emplea en beneficio de tu despertar. Tú te habrías valido de ellos para seguir durmiendo. Dije antes que el primer cambio que tiene que producirse antes de que los sueños desaparezcan, es que tus sueños de miedo se conviertan en sueños felices. Eso es lo que el Espíritu Santo hace en la relación especial. No la destruye ni te priva de ella. Pero sí la usa de manera diferente, a fin de ayudarte a que Su propósito se vuelva real para ti. Seguirás teniendo una relación especial, pero no será una fuente de dolor o de culpabilidad, sino de dicha y liberación [...] El Espíritu Santo ha depositado dulcemente el mundo real en tu relación: el mundo de sueños felices, desde los cuales despertar es algo tan fácil y natural (T-18.II.6:1-7; 9:4). Así no se le pide a los estudiantes progresar directamente desde las pesadillas ilusorias de las relaciones especiales a la realidad de la relación única con Dios, sino que con Jesús como guia, pasan primero por los sueños ilusorios del perdón. Estos sueños felices deshacen la interferencia del ego, lo cual permite después que el Amor de Dios regrese a sus consciencias. Por tanto, como estudiantes de Un Curso de Milagros aprenden primero que Dios es un Padre amoroso en lugar de estar lleno de odio, y el Espíritu Santo un compañero consolador en el mundo en lugar de un enemigo. Sólo entonces pueden aprender que de hecho no hay mundo donde Ellos puedan consolarnos. La metáfora ha cumplido su objetivo y puede ahora ceder el paso a la sencilla verdad de la Unicidad en Dios que está más allá de todas las palabras, y que es la meta final de Un Curso de Milagros. Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo 3: APLICACI ÓN Y PRÁCTICA DE UN CURSO DE MILAGROS 46) Si Dios ni siquiera sabe de nosotros ni del mundo, ¿qué sentido u objetivo tiene la oración? La oración en el sentido tradicional no tiene sitio en la teoría ni en la práctica de Un Curso de Milagros. Para la mayoría de las religiones formales, la oración implora a un Dios que se percibe fuera de uno mismo para que interceda, intervenga o se implique de alguna otra manera en lo que se percibe como un problema que afecta a uno o a los demás. El problema se ve siempre fuera de la mente y más allá de la capacidad de solucionar de la persona. Y Dios, en el sentido del teatro griego clásico, se percibe como el deus ex machina (literalmente "el Dios que sale de la máquina"), que de repente y de manera completamente mágica entra en nuestro mundo a arreglar lo que se había estropeado, igual que en las funciones de teatro de la antiguedad cuando aparecía en el escenario la máquina que llevaba al dios que al final lo arreglaba todo. Si Dios operase de esta manera (incluyendo naturalmente a Jesús o al Espíritu Santo, Sus representantes en el sueño) estaría violando la "primera directiva" (por tomar prestada la expresión de Star Trek ) del Curso, que es no otorgar realidad al error (T-9.IV.4:1-6; "El canto de la oración" O-2.1.3:34), lo cual haría con certeza el intentar arreglar un problema ilusorio en un mundo ilusorio. Por esto Jesús declara al principio en el texto que "la única oración que tiene sentido es la del perdón porque los que han sido perdonados lo tienen todo" (T-3.V.6:3). Y por supuesto que pedir ayuda al Espíritu Santo para acceder a nuestras mentes sanas es una forma de oración. El perdón des-hace la idea equivocada de la mente de que de hecho hay un problema que se ha de resolver. Naturalmente, el problema real es la creencia en que hay un problema. Y así no necesitamos rezar para que una figura externa se lleve un problema externo. En lugar de eso pedimos ayuda para recordarnos a nosotros mismos que, en efecto, sólo hay un problema (creer en la separación) y una solución (la Expiación) y que además este problema ya está resuelto (E-pI.79,80). La respuesta sólo espera a que la aceptemos. Para un tratamiento más completo del tema de la oración, se remite al lector al panfleto dictado "El canto de la oración", [Nota: este panfleto está incluído ahora en la última edición de UCDM] específicamente, a la primera sección titulada "La oración". Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo 3: APLICACI ÓN Y PRÁCTICA DE UN CURSO DE MILAGROS 47) Parece como si las cosas se estuvieran poniendo peor desde que empecé a trabajar con Un Curso de Milagros. ¿Es esto corriente? ¿Estoy haciendo algo mal? Aunque siempre es dificil dar una respuesta a una experiencia individual de un estudiante sin saber mucho más sobre él, hay algunas observaciones generales que se pueden hacer. En efecto, en el caso de muchos estudiantes, su trabajo con Un Curso de Milagros parece intensificar los conflictos del ego en lugar de aliviarlos. De hecho lo que ocurre a menudo es que las ideas del ego que estaban negadas tanto tiempo vienen ahora a la consciencia – un ejemplo del importante principio del Curso de llevar la ilusión a la verdad, o la oscuridad a la luz – de manera que se las puede mirar con Jesús o el Espíritu Santo, y así darles de lado. Como es el miedo el que mantiene la negación de la culpabilidad, traer esta culpabilidad – siempre expresada en algún aspecto del afán de ser especial – a la consciencia llevará de manera inevitable a experimentar miedo. Esto es lo que significan los siguientes dos poderosos pasajes del texto que tratan específicamente de esta experiencia. El primero se refiere a elegir a Jesús como guia en lugar de al ego y a la furiosa respuesta del ego a lo que percibe como una traición: ¿Quieres saber lo que la Voluntad de Dios dispone para ti? Pregúntamelo a mí que lo sé por ti y lo sabrás. No te negaré nada, tal como Dios no me niega nada a mí: Nuestra jornada es simplemente la de regreso a Dios que es nuestro hogar. Siempre que el miedo se interpone en el camino hacia la paz es porque el ego ha intentado unirse a nuestra jornada, aunque en realidad no puede hacerlo. Presintiendo la derrota e irritado por ella, se considera rechazado y se vuelve vengativo (T-8.V.5:1-6; cursivas añadidas). El segundo pasaje, de la sección "Las dos evaluaciones", explica la reacción del ego cuando elegimos la amorosa evaluación de nosotros mismos que hace el Espíritu Santo en lugar de la nada afectuosa evaluación del ego: Tienes, pues, dos evaluaciones conflictivas de ti mismo en tu mente, y ambas no pueden ser ciertas. Todavía no te has dado cuenta de cuán extremadamente diferentes son porque no entiendes cuán elevada es realmente la percepción que el Espíritu Santo tiene de ti. El Espíritu Santo no se engaña con respecto a nada de lo que haces, porque nunca se olvida de lo que eres. El ego se engaña con respecto a todo lo que haces, especialmente cuando respondes al Espíritu Santo, ya que en esos momentos su confusión aumenta. Es muy probable, por lo tanto, que el ego te ataque cuando reaccionas amorosamente, ya que te ha evaluado como incapaz de ser amoroso y estás contradiciendo su juicio. El ego atacará tus motivos tan pronto como éstos dejen de estar claramente de acuerdo con la percepción que él tiene de ti. En ese caso es cuando pasa súbitamente de la sospecha a la perversidad, ya que su incertidumbre habrá aumentado (T-9.VII.4:1-7; cursivas
añadidas). Ambos pasajes no tienen que entenderse de una manera literal, en el sentido en el que el ego cree y siente las cosas que se le atribuyen. Jesús antropomorfiza al ego en el Curso para que sea más facil comprender su dinámica por los estudiantes. Como explica al principio del texto: Me he referido al ego como si fuera una entidad separada que actúa por su cuenta. Esto ha sido necesario para persuadirte de que no puedes descartarlo a la ligera y de que tienes que darte cuenta de cuán extensa es la parte de tu pensamiento que él controla (T-4.VI.1:3-4).
El "deseo vengativo" y la "perversidad" del ego son simples metáforas para describir el miedo de los estudiantes confrontados con la amenaza contra sus identidades especiales e individuales. La amorosa presencia de Jesús en nuestro sueño, que refleja la evaluación que el Espíritu Santo hace de nosotros, representa el núcleo de esta amenaza al sistema de ideas del ego. Este miedo es lo que para defenderse lleva a la proyección, que tiene que tomar la forma de actuar o pensar con crueldad hacia otro (ira) o hacia uno mismo (enfermedad). Estos "ataques de ego" de ira o dolor llevan a percibir y experimentar que "las cosas se ponen peor". En resumen, pues, podemos ver con frecuencia que estas épocas de dificultades – a las que se refiere el manual para el maestro como "períodos de inestabilidad" – pueden ser "buena señal", esto es, un signo de que los estudiantes estan progresando en su viaje de perdón con el Curso. De ninguna manera, sin embargo, debe tomarse esto en el sentido de que este es siempre el caso. Los estudiantes tienen que aprender a discernir estas señales "positivas" de las señales "negativas" de que se están hundiendo aún más en el infierno del ego, y necesitarían algún tipo de ayuda externa. Esos estudiantes, en particular los que se colocan a sí mismos en un papel de maestro o terapeuta de Un Curso de Milagros sin formación ni experiencia supervisada en dichas áreas tienen que vigilar que sus propias necesidades de ser especiales no se interfieran con la aplicación de juicios sólidos en circunstancias en las que otro tiene serios problemas y una profunda necesidad de ayuda. Por desgracia, a lo largo de muchos años hemos observado las dolorosas y trágicas consecuencias de que gente sin formación haga de terapeutas y consejeros para quien está teniendo serias dificultades emocionales. A veces estas intervenciones exacerbaron el problema en lugar de aliviarlo, hasta el punto de precipitar crisis nerviosas que requirieron de hospitalización. Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo 3: APLICACI ÓN Y PRÁCTICA DE UN CURSO DE MILAGROS 48) ¿Desapareceré si practico fielmente Un Curso de Milagros ? Esta es una preocupación expresada muy a menudo por los estudiantes del Curso, y refleja la misma confusión de niveles que hemos comentado anteriormente. El Nivel Uno, que es nuestro término para el fundamento metafísico del Curso, es intransigente en no ver conciliación alguna entre la verdad y la ilusión, la eternidad y el tiempo. En este nivel, no se requiere tiempo para regresar a la ausencia de forma del Cielo, porque nunca hemos salido de él. Recordemos esta importante frase: "En Dios estás en tu hogar, soñando con el exilio". Nuestro "viaje sin distancia" (T-8.VI.9:7) no necesita tiempo para completarse. Sin embargo, en el Nivel Dos, que refleja nuestra experiencia temporal dentro del sueño, nuestro viaje a casa lleva tanto tiempo como sea necesario. De hecho, al principio del texto, Jesús observa que el final colectivo del sueño ocurrirá dentro de "millones" de años (T-2.VIII.2:5), sugiriendo con certeza que es consciente de la necesidad de des-hacer el miedo del Hijo de manera suave y lenta. En efecto y como ya hemos visto, muchísimos pasajes de Un Curso de Milagros reflejan esta consciencia. Por tanto los estudiantes deberíamos encontrar consuelo en una frase como la que sigue, que indica que nuestro miedo a desaparecer "en el Corazón de Dios" carece de base: No temas que se te vaya a elevar y a arrojar abruptamente a la realidad (T16.VI.8:1). El proceso de crecimiento que Un Curso de Milagros favorece es siempre gradual, bajo la guia paciente y amable de Jesús o el Espíritu Santo. Con sus propias palabras podemos hablar de un "programa de entrenamiento que evoluciona lentamente" que es un "proceso bastante lento" (M-9.1:7; 2:4). Los estudiantes de Un Curso de Milagros deberíamos llevar cuidado con quienes nos aconsejan "acelerar" este proceso de perdón. Aunque en el nivel más alto la espiritualidad de Un Curso de Milagros ahorra tiempo, como Jesús enfatiza a menudo, hay un énfasis completamente diferente al nivel de la experiencia individual. Ahí los estudiantes deben proceder con suavidad y lentitud, de lo contrario, como se indicó antes, precipitarán un ataque de pánico. Esta misma preocupación por parte de Jesús se expresa al final del Capítulo I del texto donde encarece a sus estudiantes que se preparen para las últimas parte de su viaje de manera que no se vuelvan "demasiado temerosos" y sus experiencias sean "traumáticas". Y así los estudiantes de Un Curso de Milagros no necesitan temer perder su identidad ni su individualidad. Conforme progresen en el estudio y la práctica del Curso, lo que perderán será su culpabilidad, su ansiedad, su depresión, su miedo, etc. y lo que descubrirán es que aprenden a "sonreir mucho más a menudo" (E-pI.155.1:2). El "último paso", que le corresponde a Dios, y por el cual se inclina hasta nosotros y "nos eleva hasta Él", no ocurre hasta que hayamos completado todos "los pequeños pasos que te pide para que puedas llegar hasta Él" (E-pI.193.13:7). En conclusión, Un Curso de Milagros no enseña "iluminación instantánea", igual que la "relación santa" y el "mundo real" no se logran en un año. La espiritualidad del Curso está más allá de los tópicos y las posturas que la mente del ego conjura. No hay nada en Un Curso de Milagros que refuerce empresas desencaminadas tales como iluminación instantánea lograda por medio de estar en presencia de un indivíduo realizado, adquisiciones instantáneas de relaciones santas, o siquiera entrar en el mundo real. Los seguidores de semejantes esperanzas mágicas acabarán descubriendo que sus esfuerzos se quedan en nada, pues sólo refuerzan más experiencias alucinatorias de salvación. Hace falta, en efecto, un estudio serio durante largos años de trabajo duro y práctica para lograr el instante santo definitivo, que es alcanzar el mundo real.
Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo 4: JESÚS 49) ¿Dónde dice Un Curso de Milagros que Jesús es su autor, y porqué no lleva el libro ningún nombre de autor? Además ¿porqué hay secciones sobre Jesús en el manual para el maestro escritas en tercera persona? ¿Hay otra voz que dicta esto? Casi todo el texto de Un Curso de Milagros está escrito en primera persona, y "yo" está claramente identificado con Jesús a todo lo largo del texto. Además hay muchos sitios donde comenta específicamente la crucifixión y la resurrección. Hay relativamente pocas referencias obvias en primera persona en el libro de ejercicios y el manual para el maestro, pero cuando ocurren tienen un impacto muy dramático, como se ve por ejemplo en la Lección 70, en la introducción al quinto repaso, y en el poema que termina el manual. De manera bastante interesante, hay una sección del manual propiamente dicho – "¿Juega Jesús un papel especial en la curación?" – y dos en el apéndice del manual, la clarificación de términos – "Jesús - Cristo" y "El Espíritu Santo" – donde se habla de Jesús en tercera persona. Algunos estudiantes han entendido que este cambio es significativo y que indica que Helen estaba oyendo otra voz. Con certeza no fue este el caso, Helen tuvo siempre claro que había una sola voz – Jesús – que le dictaba. Estas tres secciones tratan de Jesús específicamente y el cambio de persona de la "voz" se hizo con intenciones de estilo literario, y no tiene ningún otro significado. Sin embargo, si los estudiantes lo desean, pueden entender esas secciones en tercera persona como que es el Espíritu Santo quien habla de Jesús. Es en la mencionada sección del manual para el maestro donde se encuentra esta declaración muy específica de que la fuente de Un Curso de Milagros es Jesús, hecha, si el lector así lo desea, por el Espíritu Santo: Este curso procede de él porque sus palabras llegan a ti en un lenguaje que puedes amar y comprender. ¿Puede haber otros maestros que señalen el camino a aquellos que hablan lenguas distintas y recurren a símbolos diferentes? Por supuesto que sí. ¿Dejaría Dios a uno solo de Sus Hijos sin una ayuda muy real en tiempos de tribulación, sin un salvador que lo representase? Aun así, necesitamos un programa de estudios polifacético, no porque el contenido sea diferente, sino porque los símbolos tienen que modificarse y cambiar para poder ajustarse a las diferentes necesidades. Jesús ha venido a responder a las tuyas. En él hallarás la Respuesta de Dios (M-23.7:1-7; cursivas añadidas). La razón de que no se de el nombre del autor de Un Curso de Milagros es muy sencilla: Jesús fue muy explícito en sus intrucciones a Helen de que así fuera. Helen también tenía muy claro personalmente que su nombre no tenía que aparecer, pues siempre fue enfática y nada ambígua sobre que ella no era el autor del Curso. Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo 4: JESÚS 50) Si Jesús es el primero en haber aceptado la Expiación para si mismo, como dice Un Curso de Milagros, ¿qué se puede decir de gente como el Buda? Esta referencia viene en la sección de la clarificación de términos titulada "El Espíritu Santo" y dice: Él [el Espíritu Santo] ha designado a Jesús como el líder para llevar a cabo Su plan, ya que Jesús fue el primero en desempeñar perfectamente su papel (C6.2:2; cursivas añadidas). Sería tentador para los estudiantes de Un Curso de Milagros utilizar este pasaje para establecer derechos de jactarse de que "el nuestro" (Jesús) es mejor que "el vuestro" (Buda o cualquier otro maestro iluminado). ¿Pero se puede creer realmente que Jesús se permitiría semejante afán de ser especial en lo espiritual? Una manera mejor de entender este pasaje es recordar que el tiempo no es lineal y que no hay nada en Un Curso de Milagros que sugiera cuándo Jesús aceptó la Expiación para si mismo. Y como, de nuevo, el tiempo no es lineal, la pregunta completa se vuelve sin sentido, excepto por ser una valiosa oportunidad de aprendizaje con la que los estudiantes pueden liberar sus propias ideas de ser especiales. También es de ayuda para el estudiante recordar que Jesús dice lo que sigue, en la sección que está justo antes de la que contiene la anterior declaración: Los ayudantes que se te proveen varían de forma, aunque ante el altar son uno solo. Más allá de cada uno de ellos se encuentra un Pensamiento de Dios, y esto jamás ha de cambiar. Pero sus nombres difieren por un tiempo, puesto que el tiempo necesita símbolos, siendo de por sí irreal (C-5.1:3-6). Dicho de otra manera, está hablando sólo dentro de un marco de referencia cristiano y no sería apropiado discutir Maestros de otras espiritualidades, cuyos "nombres son legión". Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo 4: JESÚS 51) Si, como sugiere Un Curso de Milagros , el mundo malinterpretó totalmente el mensaje de Jesús hace dos mil años, ¿porqué esperó tanto para corregirlo? Una vez más, esta pregunta tan pensada se basa en una visión lineal del tiempo, en la que dos mil años parece ser un periodo de tiempo desmedidamente largo para corregir un error. Los que plantean semejante pregunta están claramente proyectando en Jesús su propia impaciencia y, muy verosímilmente, su no perdonar a las diversas iglesias cristianas que han sobrepuesto el sistema de ideas del ego a las enseñanzas libres de ego del verdadero Jesús. Una manera más profunda de hacer frente a esta pregunta es considerar que cualquiera del mundo real – como Jesús –, al estar libre de ego, en realidad no elige hacer nada. Habiendo elegido al Espíritu Santo de una vez por todas no hay nada más que elegir. Por tanto ya no hay un tomador de decisiones en la mente que active el cuerpo e interaccione con el mundo, como tanto necesita el ego. Los maestros de Dios verdaderamente avanzados – los Maestros de maestros – no hacen, son. No planean, eligen, deliberan y actúan como hace una persona que cree en la realidad del sistema de ideas del ego. Su simple presencia de amor se adapta a las necesidades de los que aún se identifican con un mundo de formas, de manera muy similar a como el agua se adapta al recipiente donde se la echa o el lecho del rio moldea el flujo del agua que lo recorre. En este contexto, por tanto, podemos entender que el que Jesús apareciera dentro del sueño del mundo hace dos mil años fue el resultado de que el Hijo estuviese preparado para experimentar el Amor de Dios dentro de su sueño. Es como si la mente del Hijo – la única verdadera esfera de experiencia que hay – abriese parcialmente la puerta que había mantenido fuera al Espíritu Santo. La mente, antes oscurecida por la culpabilidad, permitió así que entrase la luz, y esta luz tomó la forma de Jesús, el Hijo de la Luz, cuya presencia dentro del mundo de oscuridad del ego nos recuerda a todos que también nosotros somos hijos de la Luz. El miedo que esta luz engendró – pues constituye una grave amenaza al sistema de ideas de oscuridad del ego – llevó a que el Hijo cerrase la puerta para proteger su ser individual, y esto tomó la forma de buscar la destrucción de Jesús y luego la de su mensaje, como prueba la historia de la cristiandad. Por esta razón los autores de los evangelios cambiaron todo el mensaje de Jesús y lo basaron en la crucifixión, lo que reflejaba el plan subyacente del ego de perpetuar su propio sistema de ideas de traición, sufrimiento y muerte. Jesús comenta esta dinámica en el Curso en varios sitios. Veamos dos de esos pasajes, uno general sobre la dinámica de la mente del Hijo, y otro específico del propio Jesús: Según se aproxime la luz te lanzarás a la oscuridad huyendo de la verdad, refugiándote algunas veces en cosas menos temibles, y otras, en el terror más absoluto (T-18.III.2:1). Los que creen en la separación tienen un miedo básico a las represalias y al abandono. Creen en el ataque y en el rechazo, de modo que eso es lo que perciben, lo que enseñan y lo que aprenden. Estas ideas descabelladas son claramente el resultado de la disociación y la proyección. Eres lo que enseñas, pero es evidente que puedes enseñar incorrectamente, y, por consiguiente, te puedes enseñar mal a ti mismo. Muchos pensaron que yo les estaba atacando, aunque es evidente que eso no era cierto. Un alumno desquiciado aprende lecciones extrañas. Lo que tienes que reconocer es que cuando no compartes un sistema de pensamiento, lo debilitas. Los que creen en él perciben eso
como un ataque contra ellos. Esto se debe a que cada uno se identifica con su propio sistema de pensamiento, y todo sistema de pensamiento se centra en lo que uno cree ser (T-6.V-B.1:1-9). El lector debería consultar también "Expiación sin sacrificio" y "El mensaje de la crucifixión", las secciones que abren los Capítulos 3 y 6 del texto, para ver comentarios aún más específicos de Jesús sobre la mala comprensión de su mensaje, y cómo y porqué eso ocurrió. Y ahora, dos mil años después, vemos que la puerta cerrada en la mente del Hijo se abrió de nuevo para dejar pasar la luz de la verdad, y el resultado es el mensaje original de Jesús presentado en una forma contemporánea del siglo veinte (que pronto será el ventiuno). No hace falta decir que ha habido otras expresiones de esta luz en el mundo cristiano (y no cristiano), pero, insisto, nos quedaremos sólo dentro del contexto de Un Curso de Milagros. La ventaja de contestar así la pregunta es que uno puede evitar antropomorfizar a Jesús – hacerle pensar, planear y comportarse como nosotros – lo que sólo favorecería, una vez más, la creencia de que lo hemos capturado dentro del sueño del ego, haciéndolo como nosotros en vez de hacernos nosotros como él. Sobre todo es esencial siempre darse cuenta de que verdaderamente no hay respuesta de Dios a la idea de la separación, aunque, como ya hemos visto, el lenguaje metafórico de Un Curso de Milagros a menudo lo exprese así. Primero y principal, si Dios supiera de la "diminuta y alocada idea", esa idea habría tenido que ser real. Por lo tanto, el Espíritu Santo y Jesús – como mensajeros de Dios dentro del sueño y Voces del plan de la Expiación, que sostiene que el sueño de la separación nunca ocurrió – tienen también que compartir esta falta de respuesta al error. Su simple presencia llena de luz dentro de nuestras mente – oscurecidas por ideas de pecado, culpa y miedo – es lo que nos ayuda. Ellos no hacen nada, son sólo nuestros egos los que actúan y reaccionan. Y mientras experimentemos esta idea de la separación en las formas específicas de ser especiales que comprenden nuestras vidas individuales, tenemos que experimentar esta Ayuda también con forma específica. Pero esas formas están determinadas por los guiones de nuestros egos, no por ninguna intervención específica de lo divino. Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo 4: JESÚS 52) ¿Es Jesús de Un Curso de Milagros el mismo Jesús de quien se escribe en la Biblia, y la misma persona que caminó sobre la tierra de Palestina hace dos mil años? Si, definitivamente es el mismo Jesús que se hizo presente en el mundo hace dos mil años, con el mismo mensaje de verdad – obviamente en su contenido, no en su forma . Sin embargo es extremadamente dificil creer que el Jesús de Un Curso de Milagros sea la misma figura sobre la que se escribe en la Biblia, igual que sería dificil aceptar que el Jesús bíblico se parezca al históricamente verdadero. No es este el sitio para profundizar en temas de erudición sobre las escrituras y sobre cómo se escribieron los evangelios, pero para nuestros objetivos aquí baste decir que el personaje que se encuentra en los cuatro evangelios, así como las enseñanzas registradas en los otros libros del Nuevo Testamento, a menudo son diametralmente opuestos a lo que encontramos en el Curso. En vez de intentar el ajuste procrustiano de una estaca redonda en un agujero cuadrado, parece mucho más seguro e intelectualmente honrado que los estudiantes de Un Curso de Milagros acepten que el Jesús bíblico representa a las proyecciones colectivas de los diversos autores de los evangelios y epístolas, mientras que la voz y la persona de Jesús en Un Curso de Milagros representan al ser libre de ego que vivió y enseñó hace dos mil años. En conclusión, el Jesús de la Biblia y el del Curso son personajes que se excluyen mutuamente, lo único que los enlaza es el nombre que comparten. Para una discusión más a fondo de estas diferencias, se refiere al lector a A Course in Miracles and Christianity: A Dialogue. ["Un Curso de Milagros y la cristiandad: un diálogo". Se puede ver extractos (en lengua inglesa) de este libro en: http://www.miraclestudies.net/Dialogue_Pref.html] Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo 4: JESÚS 53) ¿Hay diferencia entre Jesús y el Espíritu Santo? ¿Importa a quién de ellos voy a buscar ayuda? La diferencia entre Jesús y el Espíritu Santo es de tipo teológico, no de tipo práctico. Conforme a la teoría del Curso, Dios creó al Espíritu Santo en respuesta a la idea de la separación en la mente de Su Hijo. Naturalmente, en realidad y como ya hemos mencionado antes varias veces, tal descripción en Un Curso de Milagros es metafórica pues ¿cómo puede Dios dar respuesta a lo que nunca ha ocurrido? En todo caso, se puede entender más propiamente al Espíritu Santo como el recuerdo del Amor de Dios y de la verdadera Identidad del Hijo como Cristo que él llevó consigo en su sueño. El Espíritu Santo es, por tanto un principio o idea en la mente del Hijo que le recuerda que lo que cree de sí mismo y de su Creador es falso. Esta corrección es lo que se conoce en Un Curso de Milagros como el principio de la Expiación. Jesús, por otra parte, forma parte de la Filiación, y es tan tangible y tan específico como la creencia del Hijo sobre sí mismo. Es la parte de la mente única del Hijo que "se acordó de reirse" de la idea diminuta y enloquecida. Y por lo tanto Jesús se convierte en una manifestación del principio de la Expiación, o de la presencia más abstracta del Espíritu Santo. Esto es lo que quiere decir la clarificación de términos con la afirmación ya citada de que el Espíritu Santo "ha designado a Jesús como el líder para llevar a cabo Su plan" (C-6.2:2), y lo que significa el pasaje del texto que se refiere directamente a Jesús: El principio de la Expiación estaba en vigor mucho antes de que ésta comenzara. El principio era el amor [el Espíritu Santo] y la Expiación fue un acto de amor [Jesús] (T-2.II.4:2-3). No hay diferencia, sin embargo, al nivel práctico. Tanto Jesús como el Espíritu Santo sirven como nuestros Maestros internos a quienes acudir en busca de ayuda para aprender a perdonar. El Espíritu Santo ofrece al estudiante un Maestro más abstracto si Jesús es un problema, mientras que Jesús es una forma más específica y personal con quien relacionarse. Cualquiera de los dos vale, sin embargo, pues Su función sigue siendo la misma. No obstante, si Jesús es, en efecto, un personaje problemático para los estudiantes de su Curso, estaría muy en linea con los propios principios del Curso que los estudiantes miren a ver porqué no quieren perdonarlo. Así pueden explorar las raices más profundas de esa ausencia de perdón para que puedan ser des-hechas, igual que cualquier ausencia de perdón que esté presente dentro de sus mentes. Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo 4: JESÚS 54) ¿Porqué dice Jesús repetidas veces en Un Curso de Milagros que necesito perdonarlo? ¿Para qué? Este es un asunto problemático para muchos estudiantes de Un Curso de Milagros. Porqué, se preguntan, tengo que perdonar a Jesús, si no estoy enfadado con él. Yo (Gloria) recuerdo que hace muchos años tenía mi propio grupo que se reunía para comentar el Curso. Por este asunto casi empieza la Tercera Guerra Mundial en mi sala de estar, donde el grupo se reunía cada semana. No era con certeza un tema neutro, y perdonar a Jesús es, en efecto, un asunto central que llega al núcleo de la enseñanza del Curso sobre des-hacer el sistema de ideas del ego. Empecemos nuestra respuesta mirando algunos pasajes representativos del Curso donde Jesús discute esto. Los dos primeros vienen en la sección "Los obstáculos a la paz" del Capítulo 19 del texto, donde dice: Se me da la bienvenida en un estado de gracia, lo cual quiere decir que finalmente me has perdonado. Pues me convertí en el símbolo de tu pecado, y por esa razón tuve que morir en tu lugar [...] Deja que yo sea para ti el símbolo del fin de la culpabilidad, y contempla a tu hermano como me contemplarías a mí. Perdóname por todos los pecados que crees que el Hijo de Dios cometió. Y a la luz de tu perdón él recordará quién es y se olvidará de lo que nunca fue. Te pido perdón, pues si tú eres culpable, también lo tengo que ser yo. Mas si yo superé la culpabilidad y vencí al mundo, tú estabas conmigo. ¿Qué quieres ver en mí, el símbolo de la culpabilidad o el del fin de ésta? Pues recuerda que lo que yo signifique para ti es lo que verás dentro de ti mismo (T-19.IV-A.17:1-2; T-19.IV-B.6). Y luego al principio del capítulo siguiente, en la sección "La Semana Santa" que se escribió durante dicha semana, Jesús vuelve a este punto tan importante: Te encuentras a su lado [de tu hermano], con espinas en una mano y azucenas en la otra, [espinas y azucenas son los símbolos en el Curso de ataque y perdón, crucifixión y resurrección, respectivamente] indeciso con respecto a cuál le vas a dar. Únete a mí ahora, deshazte de las espinas y, en su lugar, ofrécele las azucenas. Lo que quiero esta Pascua es el regalo de tu perdón, que tú me concedes y yo te devuelvo. No podemos unirnos en la crucifixión ni en la muerte. Ni tampoco puede consumarse la resurrección hasta que tu perdón descanse sobre Cristo, junto con el mío [...] Yo era un extraño y tú me acogiste, a pesar de que no sabías quién era. Mas lo sabrás por razón de tu ofrenda de azucenas. En el perdón que le concedes a ese forastero, que aunque es un extraño para ti es tu Amigo ancestral, reside su liberación y tu redención junto con él (T-20.I.2:6-10; 4:3-5). Se tiene que perdonar a Jesús en dos niveles. El primero se relaciona con los "ídolos amargos" que el mundo ha hecho de él, que claramente reflejan sus proyecciones y nada en absoluto tienen que ver con él. Esos ídolos han venido tanto en forma de odio especial como de amor especial, se ha hecho de él una figura de juicio y castigo que exige sufrimiento y sacrificio de sus seguidores, y también un salvador mágico que, bajo pedido, resuelve problemas y premia las buenas obras, y a los discípulos fieles, con su amor y su beneficencia. Una vez más, semejantes imágenes reflejan las necesidades de ser especiales de los fabricantes de las imágenes, sin ninguna referencia en absoluto al Jesús real, quien claramente está más allá de semejantes preocupaciones del ego. Y así
puede verse aquí que hay que perdonar a Jesús por lo que nunca ha hecho, y para ser aún más precisos, por lo que nunca ha sido. Para el ego, Jesús es la figura más amenazadora que se puede imaginar, como ya hemos indicado en las respuestas a preguntas anteriores, pues si él es real entonces el sistema de ideas del ego no puede serlo. Y así la parte de la mente que sigue adherida al afán de ser especial y a la individualidad – las marcas de fábrica del sistema de ideas del ego – de manera inevitable temerá a Jesús y, por tanto, lo atacará para protegerse a sí misma. Este ataque refleja la idea original del ego de que el Hijo de Dios se separó pecaminosamente del Amor de Dios. La culpabilidad debida a semejantes ataques contra Jesús – para el mundo occidental, la más grande encarnación de este Amor – sólo puede llevar a la negación. La culpabilidad (o el odio a uno mismo) es una experiencia tan agobiante que de manera casi inevitable acaba sepultada en nuestras mentes. Esto refleja la creencia mágica en que, como el proverbial avestruz, si no vemos el problema entonces ya no está. Esta dinámica del ego de evitar el dolor de la culpabilidad culmina en proyectar nuestra creencia en el pecado y la culpa sobre Jesús. Éste es el significado de los pasajes del texto citados más arriba. En vez de aceptar la responsabilidad por nuestra culpa – que según enseña el ego ha de tener a la muerte como justo castigo de nuestro pecado – esperamos, una vez más mágicamente, que proyectando la culpa sobre Jesús y llevándolo a la muerte conseguiremos escapar. Pues el ego mataría antes que ver su existencia des-hecha. Y así dos mil años de creencia en una salvación vicaria que la teología cristiana abraza, proclaman que "Jesús lo hizo por nosotros". Esta dinámica demencial refleja la dinámica básica del ego del ciclo culpaataque, en la que cuanto más culpables nos sentimos más necesitamos atacar a los demás en "defensa propia", lo que a su vez refuerza la culpabilidad que siempre permanece reprimida en nuestras mentes. Y luego el ciclo vuelve a empezar por el principio. Por eso los cristianos siempre han adorado a un salvador asesinado, y de manera específica los católicos conmemoran la muerte de Jesús volviendo a representarla cada dia en la misa. Nuestra culpabilidad nos empuja contínuamente a quitarlo de enmedio matándolo. Y así lo que le perdonamos a Jesús es sencillamente la proyección de lo que sigue sin perdonar dentro de nosotros. Lo que nos encontramos aquí es que este primer nivel de perdonarle a Jesús nuestras proyecciones sobre él, es en realidad una defensa contra el nivel subyacente que refleja nuestra necesidad real de perdón: hay que perdonarle a Jesús que sea quien verdaderamente es. De nuevo, si el Jesús real está de hecho presente en nuestras mentes como la encarnación perfecta del Amor de Dios – la expresión pura del principio de la Expiación del Espíritu Santo – entonces toda nuestra identidad como seres separados física y psicológicamente se des-hace. Esto es lo que en verdad tenemos en contra de Jesús. Él es la prueba viviente dentro del sueño de nuestra existencia de que estamos equivocados y él tiene razón. Él es la clara e inconfundible presencia que viene de fuera del sueño a dar testimonio a nuestras mentes dormidas de que el sueño es irreal. Aceptar esto es aceptar que en realidad no estamos aquí, sino soñando un sueño en el que hicimos un ser individual falso para reemplazar al Ser que Dios creó. Y así para preservar a este ser falso tenemos que atacar y destruir a la verdad. Ya hemos examinado esta idea con cierta profundidad, pero volvamos a ella una vez más citando unos versos que la expresan, de uno de los últimos poemas de Helen "El forastero en el camino", que retrata de manera muy gráfica este miedo a hacer frente a la verdad de la existencia de Jesús. En efecto, la presencia de Jesús en nuestras mentes niega la "verdad" de nuestro propio sistema de ideas de miedo y muerte, que en nuestra extraña locura creemos que es nuestro consuelo y por tanto necesita ser protegido de él: El camino es largo. No levantaré los ojos, porque el miedo ha apretado mi corazón, y al miedo lo conozco --
es el amigo que me protege de que se alce la esperanza, el amigo que Te mantiene callado, forastero. ¿Porqué tienes que andar el camino conmigo, desconocido a quien casi creo temer, por que te pareces a alguien de un sueño de inmortalidad, cuando sólo la muerte es real? No me molestes ahora. Estoy contenta con la muerte, pues ahora la pena es más amable que la esperanza. Sufrí mientras hubo esperanza. Ahora voy con certeza, pues la muerte ha venido con seguridad. No trastornes el final. Lo que está hecho está hecho para siempre. Ni la esperanza ni las lágrimas pueden tocar lo irreversible. No resucites a los muertos. Venga, forastero, déjanos decir "Amén". (The Gifts of God [Los dones de Dios] p. 103) Y así necesitamos mirar con toda sinceridad al miedo y al odio que le tenemos a Jesús, sentimientos que casi siempre están sepultados bajo capa tras capa de defensas en nuestras mentes inconscientes. Por medio de perdonarlo por ser quien verdaderamente es, aprendemos a perdonarnos a nosotros mismos por intentar fingir que somos lo que no somos verdaderamente, y luego buscar la manera de echarle a él la culpa de eso. Si la presencia de Jesús en Un Curso de Milagros no fuera tan clara y explícita, muchos estudiantes no tendrían la oportunidad de lidiar con esta capa de ausencia de perdón y de culpabilidad profundamente enterrada en ellos mismos. Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo 5: EL PLAN DE ESTUDIOS DE UN CURSO DE MILAGROS 55) ¿Quién y porqué puso el título Un Curso de Milagros? El título lo puso Jesús. El dictado a Helen comenzó con las palabras: "Éste es un curso de milagros" y a lo largo del dictado así fue como Jesús se refería al material. Aunque pueda atraernos el valor del título como sorpresa inicial, y ésta pueda ser una justificación para usarlo, la razón real del título está en el hecho de que todo el Curso se enfoca en ayudar al estudiante a aprender y comprender lo que es un milagro, y cómo aplicarlo a su vida personal. Jesús centra su plan de estudios en la corrección, de manera específica en cómo el Espíritu Santo nos recuerda que tenemos mente y que esta mente es extremadamente poderosa. Fue la mente la que fabricó el problema de la separación, y sólo ella, unida con el Espíritu Santo, puede aceptar la corrección. ,
Cerca del principio del texto, de hecho, Jesús enfatizó este asunto a Helen (y a todos los futuros estudiantes) al decir que el objetivo de su Curso era que ella reconociese el "poder de tu pensamiento" (T-2.VII.1.5). El milagro es lo que realiza esto de manera específica, recordando a los estudiantes de Un Curso de Milagros que son sus mentes las que han fabricado sus problemas (sin mencionar a todo el universo físico) y por tanto sólo sus mentes pueden cambiar esto. El milagro, pues, nos recuerda que somos los soñadores de nuestros sueños y que, uniéndonos con Jesús o el Espíritu Santo podemos aceptar el cambio del dolor que los sueños han traído. Como Jesús dice más adelante en el texto: El milagro no te despierta, sino que simplemente te muestra quién es el soñador. Te enseña que mientras estés dormido puedes elegir entre diferentes sueños [...] El milagro establece que estás teniendo un sueño y que su contenido no es real [...] El milagro te devuelve la causa del miedo a ti [la mente] que lo inventaste (T28.II.4:2-3; 7:1; 11:1). Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo 5: EL PLAN DE ESTUDIOS DE UN CURSO DE MILAGROS 56) ¿Qué relación tiene Un Curso de Milagros con otros caminos espirituales y, de manera específica, con la Biblia? Esta pregunta es en extremo importante, por que una comprensión incorrecta de la respuesta lleva inevitablemente a una distorsión grave de lo que enseña Un Curso de Milagros, y de cómo se supone que ha de practicarse. Vivimos en una época en que muchos seguidores de caminos espirituales – normalmente agrupados en lo que se llama la "new age" – hacen énfasis en la unidad en lugar de la diversidad. Aunque ésta es con certeza una meta espiritual admirable, sirve para negar el "hecho" de nuestro mundo separado, a saber, que todos somos diferentes y que, por tanto, se requiere caminos espirituales diferentes. Una vez que se acepta esto, está claro que los diferentes caminos serán diferentes. Claramente esto es obvio a cierto nivel, pero se oscurece a menudo por la necesidad de hacer borrosas las diferencias en interés de una unidad espúrea. Esto hace un flaco servicio a todos los caminos espirituales, y Jesús siempre le dejó claro personalmente a Helen, y también en el propio Un Curso de Milagros, lo diferente que es su Curso de los otros caminos. Esto no significa que necesariamente sea mejor, pero significa que es único. Cerca del principio del manual para el maestro, Jesús dice de Un Curso de Milagros: Este manual está dedicado a una enseñanza especial, y dirigido a aquellos maestros que enseñan una forma particular del curso universal. Existen muchas otras formas, todas con el mismo desenlace (M-1.4:1-2). Y ya hemos examinado el mensaje especial de Jesús para Helen – "No tengo que hacer nada" – en el que Jesús contrasta su Curso con otras espiritualidades que ponen énfasis en la meditación y la contemplación. Por una parte, la relación del Curso con otros caminos espirituales es que comparte la misma meta: volver a casa con Dios. Es diferente, sin embargo, en que su teología y su práctica son diferentes. Jesús resume esta relación con un sucinto comentario: Una teología universal es imposible, mientras que una experiencia universal no sólo es posible sino necesaria (C-In.2:5). Como ya hemos visto, Un Curso de Milagros es una espiritualidad no dualista, mientras que casi todas las demás son dualistas. Confundir el Curso con otros sistemas de ideas espirituales, diciendo "el Curso es exactamente igual que... (rellénese con la espiritualidad favorita de cada uno)" es al final sencillamente una sutil conjura del ego para cambiar Un Curso de Milagros de manera que sus enseñanzas le sean menos amenazadoras. En la historia del mundo occidental hemos visto un notable ejemplo de este artefacto del ego cuando el mundo cristiano hizo de Jesús y sus enseñanzas una continuación del judaísmo y del Antíguo Testamento, en lugar de aceptarlos a él y a su mensaje como los regalos radicales que eran, independientes de todo lo que los precedió. Los estudiantes de Un Curso de Milagros deberían sacar provecho de este error del pasado, y crecer hasta la altura del Curso, en vez de intentar reducirlo a su nivel de comprensión. Otra forma de este error es la práctica común de incluir Un Curso de Milagros entre lo que Aldous Huxley denominó "la filosofía perenne", una frase para todo utilizada para incluir las principales tradiciones místicas del mundo. Una vez más, esto le hace al Curso un flaquísimo favor, por que difumina lo que es su contribución diferencial a las espiritualidades del mundo: la idea de que el universo físico no sólo fue una ilusión que Dios no creó, sino que además "se fabricó como un acto de agresión contra Dios" (EpII.3.2.1). Este profundo y sofisticado principio psicológico, integrado en una metafísica
puramente no dualista es lo que hace a Un Curso de Milagros único entre los sistemas de ideas espirituales y religiosas del mundo. Si comparamos Un Curso de Milagros con la Biblia, podemos ver cuatro áreas principales de diferencias, que hacen totalmente incompatibles estos dos caminos espirituales. Citamos de la introducción a A Course in Miracles and Christianity : A Dialogue [Un Curso de Milagros y el cristianismo: Un diálogo] de Kenneth y el filósofo jesuita Padre Norris Clarke, que explora estas diferencias con mayor profundidad: 1) Un Curso de Milagros enseña que Dios no creó el universo físico, lo que incluye toda la materia, la forma y el cuerpo; la Biblia dice que sí. 2) El Dios de Un Curso de Milagros ni siquiera sabe del pecado de la separación (pues saber de él lo haría real) y menos aún reacciona a él; el Dios de la Biblia percibe el pecado directamente, como se cuenta en la historia del Jardín del Edén... y sus respuestas son vigorosas, dramáticas y a veces punitivas, para decirlo de manera suave. 3) Jesús, en Un Curso de Milagros, es igual que todos los demás, una parte del Hijo único de Dios o Cristo; Jesús en la Biblia es visto como especial, aparte, y por tanto ontológicamente diferente de todos los demás, el Hijo unigénito de Dios, la segunda persona de la Trinidad. 4) El Jesús de Un Curso de Milagros no es enviado por Dios a sufrir y a morir en la cruz en un sacrificio de expiación por los pecados, sino que enseña que no hay ningún pecado, demostrando que en realidad no le sucedió nada, pues el pecado no tiene efecto sobre el Amor de Dios; el Jesús de la Biblia sufre una agonía y muere por los pecados del mundo en un acto que trae una salvación vicaria a la humanidad, estableciendo por medio de él la realidad del pecado y de la muerte, y reflejando claramente además que Dios ha sido afectado por el pecado de Adán y tiene que responder a su presencia real en el mundo sacrificando a Su amado Hijo (págs. 2-3 del libro citado). Aunque nuestra respuesta se ha centrado en la Biblia, el mismo mensaje básico se aplica a cualquier otro camino espiritual. Aunque con certeza no puede haber nada malo en leer sobre otras espiritualidades, ni en tener interés en aprender más sobre ellas, ni en asistir a servicios religiosos o reuniones espirituales, etc., el estudiante de Un Curso de Milagros debería ser como mínimo cauto – para decirlo de nuevo – con los intentos de fusionar teologías o enfoques espirituales que al final no pueden mezclarse. Algunas espiritualidades se prestan a semejante "fusión", Un Curso de Milagros no. Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo 5: EL PLAN DE ESTUDIOS DE UN CURSO DE MILAGROS 57) ¿Está relacionado el concepto del círculo de la Expiación con la idea del "mono número 100"? ¿Deberían los "maestros de Dios" salir a enseñar Un Curso de Milagros o a hacer proselitismo? La respuesta a la primera pregunta es no; representan dos sistemas de ideas completamente diferentes. El concepto del "mono número 100" se basa en una investigación discutible que llegó a la conclusión de que en una especie se alcanza un punto cuantitativo – como un peso determinado que, una vez que se alcanza en un plato de una balanza, la inclina hacia ese plato – que permite que los restantes miembros de esa especie adquieran lo que los otros ya ha aprendido. La idea del "círculo de la Expiación" en Un Curso de Milagros no es un concepto cuantitativo, ni tiene nada que ver con un número acumulado de estudiantes del Curso que, una vez que se alcance esta "masa crítica", salvará al mundo. Leemos en el manual para el maestro, por ejempo, que sólo un maestro de Dios basta para salvar al mundo. Esto es por que sólo hay un maestro – nuestro Ser. Cuando un indivíduo acepta la Expiación, esa persona recuerda ahora que sólo hay un Hijo y que, por tanto, el sueño de la separación, las diferencias y la multiplicidad era sencillamente irreal. Creer que hace falta un cierto número de estudiantes para salvar a todo el mundo, claramente hace real el concepto de número, sin mencionar que establece también la realidad de una especie o de un mundo que hay que salvar. Si no se entiende este aspecto no cuantitativo de Un Curso de Milagros, los estudiantes del Curso de Jesús estarían tentados de creer que tienen que hacer proselitismo o de alguna otra manera predicar el "nuevo evangelio según el verdadero Jesús" para ganar tantos estudiantes del Curso como sea posible y que así se salve el mundo. Como ya ha ocurrido, habrá estudiantes que se agrupen y se vean a sí mismos como un movimiento, una red, una religión, una iglesia o alguna categoría especial semejante. Se regocijarán con la idea de que se ha enviado un ejemplar de Un Curso de Milagros al Vaticano, a la Casa Blanca, o a algún otro símbolo del poder en el mundo. Se sentirán llamados a criticar, juzgar y atacar a los otros caminos espirituales, que inevitablemente tienen que ser vistos como competidores en el logro de esa masa crítica de gente necesaria para inclinar la balanza hacia la salvación del mundo. Todo esto se evita fácilmente centrándose sólo en lo que Un Curso de Milagros enseña, y dirigiendo la atención sólo a las lecciones de perdón y a la aceptación final de la Expiación. No hay nadie más a quien "salvar", y aceptar esto es, pues, nuestra única responsabilidad. Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo 5: EL PLAN DE ESTUDIOS DE UN CURSO DE MILAGROS 58) ¿Se puede completar Un Curso de Milagros en un año, como parece que sugiere el libro de ejercicios? Esta pregunta se basa en la premisa de que sólo el programa de entrenamiento de un año del libro de ejercicios comprende todo el entrenamiento mental (o re-entrenamiento mental) que es la meta principal de Un Curso de Milagros. No es así. El libro de ejercicios es sólo un aspecto de un plan de estudios que consta de tres partes: el texto, que contiene la teoría y la teología del Curso; el libro de ejercicios del estudiante, una serie de lecciones para un año que ayuda al estudiante a comenzar el programa de entrenamiento mental del Curso; y el manual para el maestro, que sirve de resumen de las enseñanzas del Curso, además de ayudar a definir qué entiende Jesús por un maestro de Dios. Cualquier estudiante serio de Un Curso de Milagros reconoce que no hay manera de completar todo el plan de estudios en un año. Es, más bien, un trabajo para toda la vida, y el libro de ejercicios es un programa específico de entrenamiento de un año que garantiza que los estudiantes procedan de la manera correcta. Una vez que están en contacto con sus mentes sanas y comprenden el proceso de perdón que el Curso explica, los estudiantes son capaces de pasar el resto de sus vidas practicando diariamente con Jesús o el Espíritu Santo como Maestros. Como dice al final el libro de ejercicios: Este curso es un comienzo, no un final. Tu Amigo te acompaña (E-Ep.1:1-2).
Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo 5: EL PLAN DE ESTUDIOS DE
UN CURSO DE MILAGROS
59) ¿Hay una manera correcta o incorrecta de practicar el libro de ejercicios? Sólo hay una regla que Jesús nos ofrece sobre cómo hacer los ejercicios: "No intentes hacer más de una serie de ejercicios por día" (E-In.2:6). Además, nos anima a seguir con nuestra práctica aunque tengamos problemas para comprender una lección, o experimentemos dificultades al llevar a cabo un ejercicio por que no creemos lo que dice. Como él dice consolando a sus estudiantes: Algunas de las ideas que el libro de ejercicios presenta te resultarán difíciles de creer, mientras que otras tal vez te parezcan muy sorprendentes. Nada de eso importa. Se te pide simplemente que las apliques tal como se te indique. No se te pide que las juzgues. Se te pide únicamente que las uses. Es usándolas como cobrarán sentido para ti, y lo que te demostrará que son verdad. Recuerda solamente esto: no tienes que creer en las ideas, no tienes que aceptarlas y ni siquiera tienes que recibirlas con agrado. Puede que hasta te opongas vehementemente a algunas de ellas. Nada de eso importa, ni disminuye su eficacia. Pero no hagas excepciones al aplicar las ideas expuestas en el libro de ejercicios. Sean cuales sean tus reacciones hacia ellas, úsalas. No se requiere nada más (E-In.8-9). Claramente, en el pasaje anterior se recomienda a los estudiantes hacer el libro de ejercicios tal como lo dió Jesús, una lección cada vez, en el orden en el que vienen. Sin embargo, no hay ninguna regla en contra de pasar más de un dia con la misma lección. Muchas veces las lecciones sacan a relucir una multitud de perspectivas y problemas de la vida de uno y, por tanto, los estudiantes se encuentran a sí mismos rumiando y meditando sobre las implicaciones personales de estas lecciones. Como el libro de ejercicios es una experiencia muy personal para los estudiantes, no puede verdaderamente haber una manera "correcta" ni "incorrecta" de practicarlo. La respuesta correcta es, como siempre, que lo "correcto" es practicar los ejercicios con el Espíritu Santo y lo "incorrecto" hacerlo con el ego. Esto pone sobre el estudiante la carga de continuar el viaje con Un Curso de Milagros de una forma tan libre del ego como sea posible, siempre vigilando las sutiles intromisiones del afán de ser especial del ego. Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo 5: EL PLAN DE ESTUDIOS DE UN CURSO DE MILAGROS 60) ¿Es necesario hacer el libro de ejercicios más de una vez? No. El libro de ejercicios está establecido como un programa de entrenamiento de un año y no hay razones para que un estudiante se desvíe de eso. Está claro en el propio libro de ejercicios, como ya se ha dicho, que Jesús no espera que sus estudiantes completen el proceso de aprendizaje en un año. Un Curso de Milagros es un trabajo para toda la vida, y el programa de un año del libro de ejercicios – que probablemente debería hacerse relativamente pronto en el trabajo del Curso, aunque la práctica de cada uno con él es diferente – es simplemente para orientar al estudiante por el sendero correcto con el maestro apropiado. Después, puestos en manos del Espíritu Santo, pasamos el resto de nuestras vidas teniéndolo por Maestro del perdón: Y ahora os pongo en Sus manos, para que seáis Sus fieles seguidores y Él, vuestro Guía en toda dificultad o dolor que consideréis real [...] Dejad que Él os prepare aún más. Él se ha ganado vuestra confianza hablándoos diariamente de vuestro Padre, de vuestro hermano y de vuestro Ser. Y continuará haciéndolo. Ahora camináis con Él, tan seguros de vuestro destino como lo está Él; tan seguros de cómo debéis proceder como lo está Él; tan seguros de la meta y de que al final la alcanzaréis como lo está Él (E -Ep.4:1,3-6). Muy a menudo, los deseos de los estudiantes de repetir el libro de ejercicios (o lecciones determinadas con una necesidad casi compulsiva de hacerlo bien) vienen del deseo de hacerlo de manera perfecta, reconociendo lo imperfectas que han sido su disposición y su práctica. Esto va en contra del objetivo del libro de ejercicios, que es entrenar a los estudiantes en oir la Voz de perdón del Espíritu Santo, en vez de la voz de culpabilidad del ego. De hecho se puede incluso decir que el objetivo del libro de ejercicios es que se haga de manera imperfecta, para que la equivocación – etiquetada como pecado por el ego – de apartarse de Dios y no darle el primer lugar en la vida de uno, se pueda perdonar en lugar de tomarse en serio. Las instrucciones de Jesús en la Lección 95 subrayan esta importante meta del perdón. Las da en el contexto de que los estudiantes no hacen las lecciones perfectamente y eligen olvidarse de la lección que les toca a lo largo del dia: No obstante, no utilices tus desviaciones de este horario como una excusa para no volver a adherirte a él tan pronto como puedas. Puede que te sientas tentado de considerar el día como perdido simplemente porque dejaste de hacer lo que se requería de ti. Esto, no obstante, se debe reconocer sencillamente como lo que es: una renuencia por tu parte a permitir que el error sea corregido y una falta de buena voluntad para tratar de nuevo. Tus errores no pueden hacer que el Espíritu Santo se demore en impartir Sus enseñanzas. Sólo tu renuencia a desprenderte de ellos puede hacerlo. Resolvamos, por consiguiente, especialmente durante los próximos siete u ocho días, estar dispuestos a perdonarnos a nosotros mismos nuestra falta de diligencia y el no seguir al pie de la letra las instrucciones que se nos dan para practicar la idea del día. Esta tolerancia con la debilidad nos permitirá pasarla
por alto, en lugar de otorgarle el poder de demorar nuestro aprendizaje. Si le otorgarnos ese poder, creeremos que es fortaleza, y estaremos confundiendo la fortaleza con la debilidad. Cuando no cumples con los requisitos de este curso, estás simplemente cometiendo un error. Y lo único que ello requiere es corrección. Permitir que el error siga repitiéndose es cometer errores adicionales, que se basan en el
primero y que lo refuerzan. Éste es el proceso que debes dejar a un lado, pues no es sino otra manera de defender las ilusiones contra la verdad (E-pI.95.7:39:4; cursivas añadidas). Esto no significa que los estudiantes no deberían hacer el libro de ejercicios por segunda o tercera vez, pero como dijimos en la respuesta anterior, deberían vigilar la necesidad de su ego de reforzar el pecado y la culpabilidad y de expiar semejante pecado volviéndose "perfecto". En otras palabras, los estudiantes deberían tratar sus relaciones con el libro de ejercicios también como un aula; un aula en la que traen sus errores de percepción a Jesús en busca de ayuda y corrección. En este sentido, l e podemos añadir una postdata a nuestra respuesta a la pregunta anterior sobre si hay una "manera correcta" de hacer el libro de ejercicios. Hay una: la "manera correcta" es hacer el libro de ejercicios "mal" y luego buscar a Jesús para que te ayude a perdonarte a ti mismo. Así estás empezando – en el contexto de "olvidarte" de Dios "olvidando" la lección del dia – el proceso de aceptar el perdón por haberte apartado de Dios en el instante original de la separación. Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo 5: EL PLAN DE ESTUDIOS DE UN CURSO DE MILAGROS 61) ¿Porqué el texto y el libro de ejercicios tienen enfoques diferentes y a veces parecen decir cosas diferentes? Jesús se refiere a Un Curso de Milagros como un "plan de estudios multifacético" que, así, requiere que sus enseñanzas se presenten de formas diferentes. El texto, que fué lo primero dictado a Helen, contiene la teología, los fundamentos metafísicos, y las enseñanzas sobre la aceptación del perdón en nuestras relaciones especiales, en los que se basa el plan de estudios. Por ejemplo, sólo en el texto se encuentra la exposición – resaltada en su mayor parte desde el Capítulo 15 al Capítulo 24 – de las enseñanzas sobre las relaciones especiales y santas. Este tema tan importante no se discute de manera específica en ningún sitio del libro de ejercicios ni del manual. En el libro de ejercicios, como Jesús explica en la introducción, la primera parte (Lecciones 1-220) trata de "anular la manera en que ahora ves", mientras que la segunda (Lecciones 221-365) trata de "adquirir una percepción verdadera" (E.In.3.1a). No se menciona nada sobre la teoría de Un Curso de Milagros. De hecho la relación específica entre el texto y el libro de ejercicios se explica con claridad en la Introducción: Para que los ejercicios de este libro de ejercicios tengan sentido para ti, es necesario, como marco de referencia, disponer de una base teórica como la que provee el texto. Es la práctica de los ejercicios, no obstante, lo que te permitirá alcanzar el objetivo del curso. Una mente sin entrenar no puede lograr nada. El propósito de este libro de ejercicios es entrenar a tu mente a pensar según las líneas expuestas en el texto (E-In.1). Por causa de estos objetivos y enfoques diferentes, a veces los dos libros parecen decir cosas diferentes, e incluso a veces parecen contradecirse. Tal vez el mejor ejemplo de este interesante fenómeno se relacione con el papel del Espíritu Santo. Muchos pasajes del libro de ejercicios animan a los estudiantes a pedirle ayuda de manera muy específica, como podemos ver en este ejemplo de las últimas lecciones (361-365): Te [al Espíritu Santo] entrego este instante santo Sé Tú Quien dirige, pues quiero simplemente seguirte, seguro de que Tu dirección me brindará paz. Y si necesito una palabra de aliento, Él me la dará. Si necesito un pensamiento, Él me lo dará también. Y si lo que necesito es quietud y una mente receptiva y serena, ésos serán los regalos que de Él recibiré. Él está a cargo a petición mía. Y me oirá y contestará porque Él habla en Nombre de Dios mi Padre y de Su santo Hijo (E-pII.361-365). Y sin embargo, se nos enseña en el texto que no es el papel del Espíritu Santo guiarnos en el mundo de los efectos – el mundo material de las cosas específicas – sino ayudarnos a cambiar de ideas sobre la causa de nuestros problemas: nuestra creencia en la realidad del pecado y la culpa. Por ejemplo: El Espíritu Santo, sonriendo dulcemente, percibe la causa [la creencia de la mente en el pecado] y no presta atención a los efectos [los problemas que se experimentan en el mundo físico]. ¿De qué otra manera podría corregir tu error, cuando has pasado por alto la causa enteramente? Él te exhorta a que lleves todo efecto temible ante Él para que juntos miréis su descabellada causa y os riáis juntos por un rato. Tú juzgas los efectos, pero Él ha juzgado su causa. Y mediante Su juicio se eliminan los efectos (T-27.VIII.9:1-5).
Sin embargo, si los estudiantes no comprenden los previamente mencionados dos niveles en que Un Curso de Milagros está escrito, y que por cierto el Curso nunca identifica específicamente como tales, entonces pueden sacar la conclusión de que esas declaraciones son contradictorias. Brevemente volvemos a explicar esos niveles: Nivel Uno: el fundamento metafísico del Curso, que enfatiza la diferencia entre la única realidad, Dios y el Cielo, y la ilusión colectiva del mundo del ego. Nivel Dos: el nivel práctico del Curso, que trata sólo del sueño ilusorio. Aquí el contraste es entre la mente enferma o sistema de ideas de pecado, culpa y miedo del ego, y la corrección por el perdón del Espíritu Santo en la mente sana. Encontramos la misma contradicción aparente en el tema de Dios. En la Lección 71 se nos dice que pidamos ayuda específica al propio Dios: ¿Qué quieres que haga? ¿Adónde quieres que vaya? ¿Qué quieres que diga y a quién? (E-pI.71.9:3-5) Además, toda la Segunda Parte del libro de ejercicios consiste en oraciones del estudiante dirigidas a Dios Padre. Esto es así a pesar de la siguiente declaración tan clara – de manera bastante interesante, también del libro de ejercicios – de que Dios no oye nuestras oraciones: No pienses que Él oye las vanas oraciones de aquellos que lo invocan con nombres de ídolos que el mundo tiene en gran estima. De esa manera nunca podrán llegar a Él (E-pI.183.7:3-4). Y en el manual para el maestro leemos estas líneas sobre la verdadera naturaleza de nuestras palabras: Dios no entiende de palabras, pues fueron hechas por mentes separadas para mantenerlas en la ilusión de la separación. Las palabras pueden ser útiles, especialmente para el principiante, ya que lo ayudan a concentrarse y a facilitar la exclusión, o al menos el control, de los pensamientos foráneos. No olvidemos, no obstante, que las palabras no son más que símbolos de símbolos. Por lo tanto, están doblemente alejadas de la realidad (M-21.1:7-10). Claramente, el primer pasaje nos tiene haciéndole a Dios Padre una serie de preguntas específicas a las que esperamos respuestas. Parte de la razón de que se plantee de esta manera es que la idea de que soy autocreado, y por tanto mi propia fuente, está inherente en la idea de la separación. Así, pidiendo ayuda a Dios en lo que llamamos Nivel Dos, el nivel del sueño ilusorio, estoy reconociendo que no soy un ser autónomo y autocreado, sino por el contrario alguien que necesita ayuda para des-hacer este ser falso que fabriqué. De esta manera se des-hace la idea de que estoy abandonado a mis propios recursos, y me doy cuenta de que ya han sido dadas las respuestas a todas mis preguntas, y que son una. Como enfatiza Un Curso de Milagros, la corrección del Espíritu Santo al sueño de separación de mi ego ya ha tenido lugar, por que el tiempo ya se ha terminado, como señalamos en un capítulo anterior ( pregunta 16). Pero como voy por ahí creyendo y experimentando algo distinto, la corrección me alcanzará de una manera que yo pueda comprender. En conclusión, debería quedar claro sólo con estos dos ejemplos que Jesús sabía lo que estaba haciendo cuando dictó los tres libros de Un Curso de Milagros, y que somos nosotros quienes carecemos de la comprensión de cómo él integra su plan de estudios para realizar la meta de cambiar nuestro sistema de ideas.
Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo 5: EL PLAN DE ESTUDIOS DE UN CURSO DE MILAGROS 62) ¿Hay que estudiar Un Curso de Milagros, o es suficiente hacer el libros de ejercicios y leer el texto al azar, de cualquier manera que me sienta guiado a hacerlo? De nuevo, no hay una manera correcta ni incorrecta de seguir Un Curso de Milagros como sendero espiritual. Hay, sin embargo, ciertas directrices que podemos presentar y que pueden ayudar a asegurarse de que el trabajo con el Curso no tiene al ego por guia. Una de tales directrices es volver siempre a las instrucciones de Jesús sobre su plan de estudios. Los tres libros están hechos como un curso universitario en el cual, para resumir esto otra vez, hay un libro de texto básico, que contiene el material teórico que el instructor (que, naturalmente, aquí es Jesús) desea que la clase estudie, aprenda y comprenda; el libro de ejercicios que, como por ejemplo en un curso de laboratorio, es la aplicación práctica de lo que se aprende en el texto; y el manual , que ofrece directrices para todos los alumnos, que en este plan de estudios son también maestros. ¿Qué significa esto para los estudiantes del Curso? Sencillamente, que Jesús les pide que estudien, aprendan y comprendan su material de enseñanza, así como practicar los principios de perdón del Curso. Por esto, por ejemplo, no es un requisito que los estudiantes comprendan lo que dice el libro de ejercicios, como ya hemos visto en una cita anterior (E-In.8-9). Pero no deja que los estudiantes escapen de esto cuando se trata del texto. Hacia el final del Capítulo I dice muy claramente: Éste es un curso de entrenamiento mental. Todo aprendizaje requiere atención y estudio en algún nivel. AIgunas de las secciones posteriores de este curso se basan en tan gran medida en estas primeras secciones, que es necesario un estudio muy detallado de las mismas. También las vas a necesitar a modo de preparación. Sin esta preparación, lo que sigue, podría infundirte demasiado temor, imposibilitando así el que pudieses usarlo de manera constructiva. A medida que estudies estas primeras secciones , no obstante, comenzarás a percatarte de algunas de las conexiones que más adelante se ampliarán (T1.VII.4; cursivas añadidas). De hecho, durante el dictado del Curso, Jesús insistió mucho a Helen y a Bill en que estudiasen estos apuntes , como él se refería al material. Hablaba como un profesor de facultad que insiste en que sus estudiantes presten ciudadosa atención a lo que enseña, y que estudien los apuntes que les va dando . Estaría en contradicción directa con los deseos de Jesús no estudiar el texto, como él pide de manera específica. Desatender estas instrucciones tan específicas del final del Capítulo I proporcionaría un ejemplo más de los problemas de autoridad de los estudiantes, pues haciendo esto creerían saber mejor que Jesús qué es lo que mas les conviene, sin mencionar el saber mejor que él cómo proceder con su Curso. En lo que se refiere al libro de ejercicios, como no es el aspecto teórico del plan de estudios, no hace falta leerlo ni estudiarlo de la manera que debe hacerse con el texto. Ciertamente, sin embargo, hace falta practicarlo como indican las instrucciones. Dicho esto, creemos no obstante que los estudiantes, en su trabajo con Un Curso de Milagros, harían bien – para mejorar su comprensión – en leer cuidadosamente el propio libro de ejercicios en cierto momento después de haber hecho las lecciones, como harían con el texto. Muchos se asombrarán de lo que van a encontrar: una profundidad teórica que es facil dejar de ver cuando se hacen las lecciones durante el programa de un año. Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo 5: EL PLAN DE ESTUDIOS DE UN CURSO DE MILAGROS 63) ¿Se debe enseñar Un Curso de Milagros a los niños? La propia Helen era aficionada a decir de Un Curso de Milagros: "Por fin hay un sistema espiritual para intelectuales". Nos parece que la única manera de enseñar al Curso a los niños es que sus padres, maestros, etc. lo vivan. Como sabemos, los niños cargan sobre sus jóvenes hombros con la tarea de aprender una cantidad inmensa de información relacionada con lidiar con las exigencias físicas, psicológicas y sociales del mundo de la multiplicidad. Intentar enseñarles que éste es un mundo de ilusiones y sueños – todos ellos hechos como una agresión a Dios – no es sólo confundirlos en su aprendizaje, sino también confundirlos sobre cómo relacionarse con el mundo. Por lo tanto desear tener una versión infantil del Curso es no entender una palabra del Curso. Lo que hace a Un Curso de Milagros ser lo que es, es la integración de sus enseñanzas sobre el perdón y su metafísica no dualista. Sin este fundamento ya no hay Un Curso de Milagros. Con certeza, siempre es práctico enseñar a los niños, con palabras y con obras, que Dios es un Creador amoroso que no castiga a Sus hijos. Y hay muchas espiritualidades que enseñan esto y son perfectamente adaptables a los niños. Un Curso de Milagros no se puede adaptar para niños sin perder su esencia. Sin embargo, los personajes adultos que se relacionan con niños y son estudiantes del Curso pueden ayudarles a des-hacer el sistema de ideas del ego que concluye con la premisa de que Dios los castigará por sus pecados. Como los padres y demás autoridades son inevitablemente los personajes del sueño que simbolizan a Dios, tienen la posiblidad de reforzar el sistema de ideas de culpa y castigo del ego, o el sistema de ideas del Espíritu Santo que corrige las equivocaciones por medio del perdón. Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo 5: EL PLAN DE ESTUDIOS DE UN CURSO DE MILAGROS 64) ¿Cómo se debería criar a los niños según Un Curso de Milagros? Como dice el Curso "El programa de estudios es sumamente individualizado, y todos sus aspectos están bajo el cuidado y la dirección especial del Espíritu Santo" (M-29.2:6). Por tanto Un Curso de Milagros no enseña en absoluto conductas específicas, incluído cómo criar niños. Pero lo que el Curso enseña es que si eres padre, o madre, o trabajas con niños, te corresponde pedir contínuamente ayuda al Espíritu Santo. Así, todo lo que pienses, digas y hagas vendrá de tu mente sana y no de tu ego. Muchos estudiantes de Un Curso de Milagros nos han contado que una vez que empezaron a estudiar el Curso estaban reacios a hacer juicios sobre la conducta de sus hijos e incluso a someterlos a disciplina, por miedo a juzgarlos y decirles que estaban equivocados. Esto es una distorsión de lo que Jesús enseña. Primero: se puede comprender que ser padre, o madre, o trabajar cerca de niños es un aula muy intensa que hemos elegido, precisamente por los juicios que constantemente hay que hacer sobre lo que más les conviene – decisiones que un niño no sabe tomar – cuando el niño claramente elegiría algo que sería dañino para él. Como dice Jesús en el texto: Los bebés gritan de rabia cuando se les quita un cuchillo o unas tijeras; a pesar de que, si no se hiciese, podrían lastimarse (T-4.II.5:2). Segundo: aprender a quitarse de enmedio para acceder a la mente sana, y tal vez disciplinar a un niño diciendo – sin culpabilidad ni ira – "No, este comportamiento no va a ser tolerado", pueden ser hitos muy importantes en el proceso de crecimiento de uno mismo. Por tanto y como con todo lo demás, no hay manera correcta ni incorrecta de criar niños, ni manera específica de hacerlo conforme a Un Curso de Milagros. Lo único que hay es la forma individual de pedir ayuda al Espíritu santo para practicar el perdón. Su Amor es siempre el mismo y encuentra su expresión particular por medio de cada indivíduo particular en cada circunstancia particular. Nuestra responsabilidad es suprimir, con Su ayuda, las interferencias de nuestro ego, de manera que podamos ser guiados más directamente por este Amor – en todas las relaciones, con niños y con adultos. Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo 5: EL PLAN DE ESTUDIOS DE UN CURSO DE MILAGROS 65) ¿Qué se puede decir de los grupos que se reunen para tratar de Un Curso de Milagros? Empecemos diciendo que no hay nada absolutamente en Un Curso de Milagros sobre grupos, reunirse con otra gente, unirse en el nivel de la forma, etc. Esto es significativo, por que ilustra que el proceso de estudiar el Curso tiene lugar en el nivel de la mente, y es en verdad un curso de autoestudio. Su énfasis está siempre en unirse con Jesús o el Espíritu Santo, en la mente, y pedir Su ayuda para percibir de manera diferente una relación aparentemente externa, o cualquier situación si vamos a ello. Esto es lo que significa el perdón. Nuestra experiencia de estar en un cuerpo, interactuando con otros cuerpos, se convierte en el aula en la que le pedimos a nuestro Maestro que nos ayude a cambiar nuestras mentes. La única unión que tiene verdadero sentido es con Jesús o el Espíritu Santo y eso debería ser siempre y únicamente el enfoque del estudiante del Curso, lo que el texto llama "La unión mayor" (T-28.IV). Como, tal como se dice en la sección de dicho título, el Espíritu Santo está en todas las mentes de todos los Hijos separados, uniéndose con Él – lo cual, una vez más, es el verdadero significado del perdón – uno ya se ha unido con todo el mundo. Las palabras concretas del texto son: El Espíritu Santo mora en vuestras dos mentes [la tuya y la de tu hermano], y Él es Uno porque no hay brecha que pueda dividir Su Unicidad. La brecha que separa vuestros cuerpos es irrelevante, pues lo que está unido en Él es siempre uno (T-28.IV.7:1-2). Así, para el perdón es irrelevante que haya o no hay una "brecha que separe cuerpos". Ya estamos unidos. El perdón des-hace la brecha aparente entre nuestras mentes, y devuelve a nuestra consciencia el hecho de la unicidad de unos con otros y con nuestra Fuente. Demasiado a menudo los estudiantes de Un Curso de Milagros se olvidan de esta unión mayor y, a causa de las buenas sensaciones que a menudo produce estar externamente con otros, sienten que es de esto de lo que Jesús está hablando cuando habla de unión. En verdad, sin embargo, él se centra siempre en despejar las barreras de afán de ser especiales que hemos puesto entre nosotros y los demás. Y esas barreras son siempre ideas en nuestras mentes enfermas, igual que el Espíritu Santo es una Idea en nuestras mentes sanas. Y así nuestra atención debería estar siempre puesta en llevar las ideas de ser especiales del ego a las ideas de perdón del Espíritu Santo. Sólo entonces podemos estar seguros de que nuestra unión externa con otros es verdaderamente de Él y no del ego. Con certeza, no puede haber nada malo en que un estudiante de Un Curso de Milagros se una externamente con otros estudiantes. Sin embargo, el foco de los estudiantes del Curso no puede ser la conducta, sino siempre el maestro interno que elegimos para que guie nuestra conducta. Por tanto, lo básico es intentar lo mejor posible que nuestros actos – estén relacionados con estudiar el Curso o lo estén con cualquier otra cosa – se originen en un intento sincero de llevar a Jesús nuestra implicación con el ego antes de implicarnos en esa actividad. Si los estudiantes se sienten inclinados a formar parte de alguna clase de grupo u organización relacionado con el Curso, deberían vigilar siempre que esta implicación no se convierta en un sustituto de su propio trabajo individual – estudio y práctica – con el propio material. De lo contrario caerían con facilidad en el seno del deseo de ser especiales, que se puede definir, como vimos antes, como utilizar cualquier cosa como sustituto del Amor de Dios. Para decir de nuevo lo que dijimos al principio, hay una razón
para que Jesús no diga en el Curso nada en absoluto sobre reunirse en grupos. Y los estudiantes deberían siempre tener en cuenta su único énfasis en Un Curso de Milagros, que está en la relación individual del estudiante con el Espíritu Santo, basada en la disposición a practicar el perdón. Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo 5: EL PLAN DE ESTUDIOS DE UN CURSO DE MILAGROS 66) Necesito un psicoterapeuta, pero sólo quiero un terapeuta que sea estudiante de Un Curso de Milagros o que, al menos, lo conozca y sienta simpatía por sus enseñanzas. ¿Qué debo hacer? Como terapeuta, estudiantes del Curso de todo el país me piden (a Kenneth) a menudo que les recomiende un terapeuta que sea estudiante de Un Curso de Milagros. Mi respuesta suele ser algo así como: "Si necesitaras cirugía, ¿querrías un cirujano del Curso o un buen cirujano?" De manera similar, lo que le hace falta a cualquiera que necesita terapia es alguien bien formado y supervisado, que sea una persona con quien se puede conectar y en quien se puede confiar. Hay relativamente pocos estudiantes de Un Curso de Milagros que reunan estas cualificaciones como psicoterapeutas, si se compara con la mayoría de los terapeutas profesionales disponibles. Simplemente ser estudiante del Curso y "pedir" guia del Espíritu Santo para ayudar a otros es apenas suficiente, especialmente dada la cantidad de afán de ser especial que suele haber en semejantes "terapeutas", como ya hemos comentado. Por tanto, si un estudiante del Curso encuentra un terapeuta profesional que también es estudiante del Curso, eso es estupendo. Pero si ese estudiante verdaderamente necesita un psicoterapeuta sensible y competente, la carencia de antecedentes relacionados con el Curso de un terapeuta apenas debería ser un factor a tener en cuenta en contra de elegir a ese terapeuta. Los estudiantes que buscan terapia deberían ser cautelosos con los "programas de formación" en psicoterapia dirigidos por estudiantes del Curso, que no son profesionales, y que luego recomiendan a quienes han "formado" a los demás; y de las listas de "terapeutas del Curso". Otra vez, uno no quiere que le abra el estómago alguien que ha sido formado por otros estudiantes del Curso, sino un cirujano competente formado por otros cirujanos competentes debidamente formados. No debería haber ninguna diferencia al elegir un terapeuta para que ayude con un problema personal. Los programas legítimos de formación en psicoterapia pueden no estar libres del sistema de ideas del ego, como Jesús señala en el panfleto "Psicoterapia: propósito, proceso y práctica" (P-3.II.2:2-4), pero al menos garantizan una cierta cantidad de formación y experiencia supervisada, que forma una base sólida que asegura que el paciente está en manos profesionales competentes. Uno puede ser ayudado de manera muy efectiva a superar bloqueos del ego por un terapeuta que no es estudiante de Un Curso de Milagros, ni de ningún otro camino espiritual, si vamos a ello. Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo 5: EL PLAN DE ESTUDIOS DE UN CURSO DE MILAGROS 67) Si Un Curso de Milagros es una enseñanza universal, ¿porqué vino en términos tan sectarios (es decir, cristianos). No limita eso su aplicabilidad universal? Mientras que el mensaje básico de Un Curso de Milagros es universal – "El Hijo de Dios es inocente, y en su inocencia radica su salvación" – su forma ciertamente no lo es, ni se supone que lo sea. Ya hemos citado que, en palabras de Jesús, este es un "plan de estudios especial", lo que claramente refleja que tiene una audiencia especial: el mundo occidental que se ha desarrollado bajo una fuerte influencia de la cristiandad y de la psicología del siglo XX, una influencia que no ha sido ni muy cristiana ni muy espiritual. Por eso el lenguaje del curso es tan occidental y, de manera más específica, tan cristiano y psicodinámico en su planteamiento. Como el camino espiritual específico que llamamos Un Curso de Milagros, sencillamente no se supone que el Curso haya de tener aplicación mundial. Otras culturas y tradiciones religiosas tienen y seguirán teniendo sus propios caminos espirituales, igual que nosotros en el mundo occidental tenemos ahora al Curso, entre muchos otros. Como hemos señalado repetidas veces en estas preguntas, la unión universal con toda la gente es el contenido del curso universal, pero las maneras específicas en que la gente aprende esta lección constituyen las formas del "plan de estudios especial" de las cuales Un Curso de Milagros es simplemente un ejemplo. Las formas, casi por definición, no son las mismas y no pueden fusionarse. Por tanto no pueden ser para todo el mundo, o universales. Por eso Jesús enseña en la introducción a la clarificación de términos, a repetir y extender esta declaración importante: Una teología universal es imposible, mientras que una experiencia universal no sólo es posible sino necesaria. Alcanzar esa experiencia es lo que el curso se propone (C-In.2:5-6). Esta "experiencia universal", no hace falta decirlo, es el amor, y Un Curso de Milagros no es más que una forma de volver a ganarlo. Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo 5: EL PLAN DE ESTUDIOS DE UN CURSO DE MILAGROS 68) ¿Porqué es tan dificil de leer y comprender el lenguaje de Un Curso de Milagros? ¿Porqué no podía Jesús haberlo escrito de una manera más sencilla? Es siempre una tentación para los seguidores de un camino espiritual cambiar su inspiración original y hacer de él lo que ellos piensan que debería ser, en lugar de la manera en que fué dado. Y el mismo fenómeno ocurre también con Un Curso de Milagros. En lugar de adoptar una actitud de aceptar lo que es y adaptarse a ello, los estudiantes se sienten tentados a hacer que el Curso se adapte a ellos. Este es el caso con el estilo literario que uno encuentra en Un Curso de Milagros, que a veces le parece a muchos estudiantes denso, elíptico, oscuro o simplemente demasiado dificil de comprender. Hay, sin embargo, una razón para el estilo del Curso, y querer cambiarlo le haría un muy flaco servicio a la pedagogía de Jesús. Un Curso de Milagros está escrito de manera que exige que sus estudiantes pongan una atención muy cuidadosa en lo que está escrito. Este no es un libro – estamos hablando sobre todo del texto – que se pueda leer velozmente. Casi todos los estudiantes han experimentado la necesidad de leer la misma frase varias veces antes de poder empezar a comprenderla; o han dudado antes de encontrar los antecedentes apropiados de los pronombres. Pero lo que suelen encontrar, si son fieles al objetivo de Jesús, es que a través de ese mismo proceso de descifrar el sentido de una frase o de un pasaje, han descubierto un nivel de significado que de otra manera no habrían captado. El "estudio cuidadoso" que Jesús recomienda a sus estudiantes, del que ya hemos hablado, debe entenderse muy literalmente. Y su estilo literario garantiza que los estudiantes serios le den a Jesús la atención y dedicación que pide. Una vez que los estudiantes del Curso comprendan sus enseñanzas, se asombrarán de ver lo "sencillo, claro y directo" – palabras que el propio Jesús utiliza para describir su Curso – que en realidad es Un Curso de Milagros. Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo 5: EL PLAN DE ESTUDIOS DE UN CURSO DE MILAGROS 69) ¿Puedo hacer Un Curso de Milagros yo sólo o necesito un compañero? Como ya hemos mencionado, Un Curso de Milagros es de manera inherente un plan de estudios de autoestudio. La vida de uno – el pasado, el presente y el futuro que se puede anticipar – es el aula. Todas las relaciones de uno – caigan en cualquiera de las tres categorías de que habla el manual, que van desde las relaciones superficiales, pasando por las relaciones bastante intensas limitadas en el tiempo, hasta relaciones de por vida (M.3) – proporcionan los "compañeros" necesarios para la práctica del perdón. Uno no necesita un compañero "designado" para su práctica, ni el compañero tiene que ser un estudiante del Curso, como discutimos brevemente en la pregunta 31. Cualquiera vale y todo el mundo vale. Insistir en que el compañero de uno piense de manera similar en lo espiritual, e incluso más específicamente, que sea estudiante de Un Curso de Milagros, es confundir la forma con el contenido y caer en la trampa del deseo de ser especial, que es justo lo que el Curso busca des-hacer. Como discutimos anteriormente, la definición de unirse del Curso no tiene nada que ver con cuerpos ni ninguna otra cosa externa – "las mentes están unidas, los cuerpos no" (T-18.VI.3:1). Unirse, en lugar de eso, tiene que ver con unirse a Jesús o al Espíritu Santo, en Quienes todos los miembros de la Filiación se encuentran como uno, con independencia del camino espiritual que sigan o no sigan. Por lo tanto, en realidad no importa con quien practica uno las lecciones de perdón. La proyección de la culpabilidad sigue siendo lo que es, con independencia de la forma de la relación o la naturaleza de la persona o la situación sobre la que se proyecta. Toda la gente y todas las cosas del sueño que llamamos nuestra vida ofrecen oportunidades de reconocer que lo que hemos percibido y hecho real fuera de nuestras mentes, existe sólo dentro de nuestras mentes. No se requiere para el trabajo con Un Curso de Milagros, en consecuencia, nada más que la vida de uno como aula y la disposición a que Jesús nos enseñe cómo percibirla de manera diferente. Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo 5: EL PLAN DE ESTUDIOS DE UN CURSO DE MILAGROS 70) ¿Se practica mejor Un Curso de Milagros en el aislamiento, sin distracciones mundanas? Considerando seriamente esta pregunta, habría que reconocer que no tiene sentido. Dentro de nuestros sueños individuales siempre estamos solos, pues no hay ningún mundo fuera de nuestras mentes. Intentar separarnos del mundo, apartarnos de él, es sencillamente caer en la trampa del ego de "hacer real el error", que ya hemos discutido. Otra vez habríamos visto el problema fuera de la mente – en este caso el mundo ajetreado y molesto de la separación y la multiplicidad – y lo habríamos hecho real, asegurándonos así de que nunca sea des-hecho. En verdad, sin embargo, el problema son las ajetreadas y molestas ideas de separación y multiplicidad que tenemos en nuestras mentes. Intentar cambiar el mundo exterior para resolver los problemas del nuestro mundo interior es una buena definición de trabajo de lo que el Curso llama magia. Y así, los estudiantes que creen que sólo pueden estudiar y aprender Un Curso de Milagros yéndose del aula de sus vidas, casi con certeza están siguiendo la guia de sus egos, que se encargan de que nunca aprendan sus lecciones de perdón, sin darse cuenta de que se han separado de ellas. Aunque siempre hay excepciones, creemos que es razonable decir que casi todos los estudiantes de Un Curso de Milagros deberían practicar sus principios justo en el sitio donde están. Por eso incluyó Jesús en el manual para el maestro la pregunta: "¿Se requieren cambios en las condiciones de vida de los maestros de Dios?" Su respuesta explica que para la mayoría de los estudiantes "Es bastante improbable que en la formación del nuevo maestro de Dios, los primeros pasos a dar no sean cambios de actitud" (M-9.1:4). Y los que son guiados a cambiar sus situaciones "casi de inmediato", son "generalmente casos especiales" (M-9.1:6). Naturalmente, muchos estudiantes de Un Curso de Milagros creen estar en esa categoría especial. Las vidas de la mayoría de la gente son dolorosas, y están llenas de circunstancias, relaciones y condiciones corporales muy traumáticas. Es dificil, por tanto, que eviten la tentación de reinterpretar el Curso, o de "oir" al Espíritu Santo "decirles" que dejen sus trabajos y/o familias, y sencillamente estén con Él para aprender y enseñar el Curso a los demás. Siempre es práctico acordarse de que no puede haber "distracciones mundanas" salvo que primero uno quisiera estar distraido y, por tanto, tuviera la necesidad de que sea así. Como, en el contexto del mal, dice Jesús en el texto: Recuerda que el testigo del mundo del mal sólo puede hablar en favor de aquello que vio la necesidad del mal en el mundo (T-27.VII.6:2). El mundo, como el cuerpo, en sí mismo y por sí mismo es neutro. Sencillamente hace lo que le pedimos que haga. Nos gusta recordar a menudo a los estudiantes los orígenes de Un Curso de Milagros . No comenzó en un desierto, ni en la cima de una montaña sagrada, ni Helen era una monja enclaustrada que se había "enterrado viva por Dios". Jesús le dictó su Curso a Helen en medio de una relación profesional muy tormentosa con Bill, en la que ambos estaban muy ocupados con sus agitados trabajos en uno de los centros médicos más grandes del mundo, más prestigiosos y más basados en el ego, en el corazón de una ciudad que está entre las más importantes y ajetreadas del mundo. "El entrenamiento es siempre altamente individualizado" (M-9.1:5), pero creemos que la misma historia de Un Curso de Milagros da un sólido testimonio y un ejemplo de cómo sus estudiantes deberían aplicar su poquito de buena voluntada a aprender en medio de sus vidas cotidianas normales.
Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles
Capítulo 5: EL PLAN DE ESTUDIOS DE UN CURSO DE MILAGROS 71) ¿Ha habido personas que hayan completado con éxito Un Curso de Milagros (y estén en el mundo real), y quiénes son? Cuando se pregunta esto durante un seminario, a veces le decimos a la gente (con cara de hablar en serio) que hay una lista, pero que la guardamos en una caja fuerte en la oficina. En verdad, sin embargo, nadie podría contestar verdaderamente a esta pregunta, porque ¿cómo iba a saberlo? Para empezar parece poco probable que alguien que de verdad está en el mundo real vaya por ahí pregonándolo. Segundo: la gente suele pensar en el "éxito" con el Curso en términos de ciertos criterios externos que se pueden ver, y está claro que esos criterios no son compartidos por todo el mundo. Una de nuestras historias favoritas para ilustrar este último punto, es la de un joven muy formal, que vino a Kenneth después de un seminario de fin de semana en una ciudad del medio oeste diciendo: "Sé que tienes que ser una persona muy avanzada, por que no fumas, no bebes café y no te pasas el dia yendo al aseo". Incluídos entre otros criterios de "espiritualidad", están no cerrar con llave la puerta del coche ni de la casa porque "confío en mis hermanos, que son uno conmigo" (E-pI.181), o dejar de asegurar las propiedades de uno por que "Pongo el futuro en Manos de Dios" (E-pI.194). La cuestión, naturalmente, es que tales jucios sobre avance espiritual siempre se basan en cosas externas, sin que el que juzga sepa qué contenido hay detrás de la forma, de manera independiente de la apariencia "espiritual" de la forma. Además, preguntas como esta contienen un miedo implícito a ser incapaz de conseguir la meta del Curso. A menudo oir hablar de otros que han podido puede proporcionar un testimonio externo, mientras que la confianza en sus estudiantes expresada por Jesús no es suficiente. Lo básico, cuando uno se siente tentado a permitirse semejantes ideas de ser especial en lo espiritual, es centrarse siempre en las lecciones de Expiación de uno, evitando así la distracción de pensar en otros que "lo han hecho" o no. Conforme la paz regrese a la mente del estudiante, la pregunta ya se habrá ido de ella. Reproducida por gentileza de Gloria y Kenneth Wapnick y la Foundation for A Course in Miracles