El centralismo peruano en su perspectiva histórica
En el Perú el centralismo se ha visto siempre como “un tumor que hay que extirpar” , este “tumor” recién empezó a aquejar al Perú en los inicios del siglo XX, de tal manera manera que la población limeña paso de ser del 5% al 28% del territorio nacional. Sin embargo desde la perspectiva del autor, el Perú ha sido un país centralista desde sus inicios en el siglo XVI y que fue recién en el periodo republicano que aparecieron propuestas siempre fallidas de descentralización en el país. El descentralismo propone igualdad entre las diferentes partes de la nación (autonomía económica y hasta cierto punto, política de las regiones). Orígenes del centralismo peruano: Hacia la segunda mitad del siglo XX se instauró en el Perú una red burocrática colonial que no daba lugar a las autonomías locales y a la influencia civil. La línea de poder se formaba f ormaba de la siguiente manera: a la cabeza el virrey, seguido por el consejo de estado, luego los corregidores y por último los tenientes, que eran una suerte suerte de auxiliares/representantes; todos estos nombrados por el poder central. central. Los tenientes realizaban alianzas alianzas con los curacas, y así les delegaban parte de sus funciones. Los corregidores gobernaban en nombre del rey y monopolizaban la justicia, el gobierno interior y la recaudación fiscal. Con este modelo político centralista, colaboro la economía, sobre todo en los sectores de minería y comercio (mayores tazas de beneficios). Para satisfacer la falta de mano de obra de este modelo económico centralista, se diseñó la mita, obligando así a los indígenas a trabajar rotativamente para los empresarios mineros. Sin embargo a partir de las primeras décadas del siglo XVII y por aproximadamente u n siglo, el Perú estuvo en u n estado de “descentralismo de facto” debido a que la península ibérica no podía proveer ni de burócratas ni de mercadería necesaria, por lo cu al los criollos comenzaron a infiltrarse en los puestos de poder, comprándolos. Y a sustituir con productos nacionales los que no podían ser importados por su alto precio. Ocurrido todo esto el virreinato del Perú se hizo autosuficiente en materia de alimentos y bienes. Recentralización bajo los borbones: La llegada de la política borbónica hacia el año 1750 da como cerrado el periodo descentralista. Esta reforma decía que se debían remover las autoridades locales y reemplazarlas por funcionarios peninsulares nombrados po r el rey. Así también, en 1784 se crearon 53 partidos y 7 intendencias, agregándose una (Puno) en el año 1796. Es de esta manera, era el centro el que creaba las regiones, y no estas las que imponían su realidad. El sistema de venta de cargos fue cancelado, los intendentes centralizaron las funciones de gobierno, defensa y hacienda. Los indicadores demográficos de recaudación fiscal y comercio permiten permiten señalar que este programa centralizador, fue un éxito. El criterio que se utilizaba para esta reforma es que políticamente el centro vale más que las periferias (opinión de representantes peninsulares). Cuando Lima era pobre y las provincias ricas: Con la ruptura del virreinato con España, Lima, la capital perdió legitimidad, reducida solo a ser la cabeza de un antiguo régimen tiránico y opresor. En los últimos años de virreinato, las ciudades con elites importantes opuestas a lima, como las de Trujillo y Arequipa, eran más numerosas, y con altos niveles de ilustración. A pesar de esto, estas ciudad es no se levantaron con el fin de aspirar a dirigir el país. Luego de la independencia, con la creación de Bolivia, la entidad territorial del Perú es puesta a prueba, ya que para las ciudades del interior como Cuzco, Arequipa, y Puno, era más fácil competir con la centralidad política de Bolivia, que competir con Lima. Es por esto, que en esta etapa, hubo desplazamiento demográfico hacia las ciudades anteriormente mencionadas. Por último, el funcionamiento de la confederación, fue el pico de descentralismo post independencia en el Perú. Así mismo, se puede considerar el periodo de 1821-1854 como descentralista, debido a la relativa autonomía fiscal de los departamentos del interior del país. El centralismo del guano: La época de descentralismo de derecho en el Perú termino radicalmente con el descubrimiento del guano. Este descubrimiento implico un gran aumento en los ingresos fiscales, lo que tuvo como consecuencia una reforma fiscal, con lo que todos los impuestos fueron abolidos, y los derechos de aduana se tornaron bajos. Esto conllevó a la desmonetización y desmercantilizacion de la economía del interior y también la desconexión del indígena del mercado. Entre los años 60 y 80 el ingreso del guano represento el 60% del ingreso fiscal nacional, lo que lógicamente tuvo como consecuencia centralismo fiscal, y esta a su vez tuvo como consecuencia centralismo político. La era del guano significo para el país grandes avances en la consolidación del
estado, se instauro una red uniforme de autoridades. Asi también, la amazonia empezó a ser explorada en misiones militares y religiosas. Durante esta etapa centralista, se d io una fuerte etapa de multiplicación en todo el Perú. La era de la descentralización: Desde tiempo antes de la guerra del Pacifico se manejaba la idea de que mientras que el Estado se hacía más rico; el pueblo, más pobre. La respuesta que se manejaba para este problema era la descentralización; esta idea fue inicia por Manuel Prado con la Ley de Municipalidades. Es en este gobierno en el que se inicia el proceso de descentralización, dándole mayor importancia a los Consejos Departamentales, provincias y a la institución pública en general; a estas entidades se les transferiría dos tercios de las contribuciones directas. Este financiamiento se realizaba con el fin de que serian los Colegios Electorales de las localidades los que elijan a los miembros de los Consejos Departamentales. Además, la “contribución de escuelas” serviría como fondo para los Consejos; sin embargo, esta idea fracasó debido a que nun ca se llegó a cobrar y en este sentido, muchos de los Consejos no pudieron cumplir sus funciones.
Al término de la Guerra con Chile, el Perú quedó derrotado y subyugado a la ocupación del país. Se perdieron los territorios salitreros y se entregó un millón de toneladas de guano; esto ocasionó una pérdida significativa dentro de los bienes patrimoniales que servían como sus tento económico para el Perú. Esta guerra dejo expuesto al estado peruano, cuyas finanzas dependían de un monopolio sobre los recursos exportables. La guerra, prácticamente, obligó a los peruanos a reconstruir el aparato estatal sobre unas bases distintas y más firmes, tomando en cuenta los criterios de descentralización. Es así que en 1886 se dio el primer intento importante de reconstruir el país a través de una descentralización fiscal. Durante el gobierno de Cáceres se inicio una descentralización ligado al aspecto económico antes que a lo político. Se promulgó una ley que decir que lo recaudado en cada departamento iría dirigido a una tesorería departamental con fin de que los fondos serían utilizados por el propio distrito a través de la elaboración de presupuestos departamentales. Por el contrario, dentro de las ideas centralistas, la elite limeña sostenía que en el interior del país no existían grupos de poder que tengan un espíritu dirigente y que estén preparados. Se estableció que los prefectos debían presidir las Juntas Departamentales, se empezó a formar una cadena de prefectos gobernadores que debían aplicar la disposición de las Juntas. En el gobierno de Morales Bermúdez se separó a los Prefectos de la dirección de la Juntas; además, hasta 1828 no llegaron a alcanzar la autonomía necesaria. Otra de las medidas tomadas es que los presupuestos debían ser propuestos por las Juntas al Ministerio de Hacienda, este era el que elevaba los presupuestos al Congreso. En este sentido, las iniciativas de los gobiernos departamentales debían pasar por la aprobación de poderes centralizados. En el siglo XIX, la mayor parte de las encomiendas de los departamento eran de carácter agrícola y pastoril esto traía como consecuencia qu e los impuestos eran muy bajos y casi insuficiente para cubrir los gastos administrativos de la circunscripción. En 1 886, se creó la “contribución personal” que afectaba a las personas entre 21 y 60 años. Esta contribución estaba propuesta de tal modo que el éxito de la descentralización fiscal se encontraba ligado a la recaudación de la contribución personal. Esto desató una fuerte resistencia en la mayoría de lugares. En la descentralización de 1886, prácticamente, se debía comprar la autonomía fiscal. Cabe resaltar, que los departamentos, en verdad, no llegaban a alcanzar dicha autonomía fiscal. En 1854 la socie4das permitió la cobranza del tributo indígena que había desparecido. La contribución personal fue eliminada y los Tesoros departamentales quedaron eximidos de solventar los gastos de administración política y judicial. Dentro de esta coyuntura de incremente el ingreso económico al estado a través de una serie de impuestos al consumo de bienes como el tabaco, bebidas alcohólicas, opio y sal. Las ideas centralistas hallaron su mayor sustento en la reforma electoral de 1896. Centralismo en el siglo XX: A mediados de 1920 se logró formar en varios departamentos del sur del Perú el Partido Descentralista liderado por Gamarra, principalmente. Se tomo como primer objetivo resolver la falta de un impuesto masivo, como la contribución personal, con un impuesto adicional sobre las importaciones. Existió una fuerte oposición ante decisiones de este nuevo partido. La reforma económica para superar la crisis de 1929 implico una leve centralización,, debido a la creación del Banco Central de Reserva, la superintendencia de Banca y
Seguros, nuevos ministerios. La construcción de carreteras de vehículos automotores favorecía principalmente a la zona costeña. En el gobierno de Manuel Prado, se encargaron de dirigir las inversiones públicas en el interior bajo un esquema centralizado en el poder ejecutivo. En los años 50's los únicos grupos descentralistas fueron las juntas departamentales de obras públicas, que solían crearse luego de algún terremoto. El grado de centralismo se elevó con la creación de las empresas públicas, y nuevos ministerios, la presión demográfica en el interior impulso a una masiva migración hacia Lima. La restauración del sistema democrático electoral en 1980 volvió a poner el tema del descentralización, ya que luego Alan García fusione departamentos, convirtiendo 12 nuevas regiones. Por otro lado el objetivo de Fujimori fue, la reinstauración del centralismo como requisito de la liberación de la economía.
Jimena Bruno 20110009