Eric D. Weitz
La Alemania de Weimar
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ERIC D. WEITZ
La Alemania de Weimar Presagio y tragedia TRADUCCIÓN DE GREGORIO CANTERA
Primera edición en español: febrero de 2009 Título Weimar Germany. Promise and Tragedy Todos los derechos reservados. No está permitida la reproducción total o parcial de la obra ni su tratamiento o transmisión por cual!uier medio o m"todo sin la autori#ación escrita de la editorial. $op%ri&ht ' 200( b% Princeton )niversit% Press *.+. ' Turner Publicaciones ,.-. +afael $alvo 2 2/00 1adrid .turnerlibros.com 3,4N: 9(/5/5(6075/(5/ *iseño de la colección: 8nric ,atu" 3lustración de cubierta: $ortado con un cuchillo de cocina *ada ;detalle< =annah =>ch 99. ' ?e&ap 1adrid 2009.
,e ha hecho el ma%or esfuer#o posible para referenciar correctamente las imá&enes !ue aparecen en el presente libro. $ual!uier omisión será debidamente corre&ida en subsi&uientes ediciones. e diciones.
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La Alemania de Weimar Presagio y tragedia $olección: Noema 8ncuadernación: +@stica con solapas *imensiones: A 22 Pá&inas: (7 3,4N: 9(/5/5(6075/(5/ 9(/5/5(6075/(5/ 8n 9( Blemania era un país derrotado !ue afrontaba las duras compensaciones de &uerra impuestas por el Tratado de ?ersalles la crisis económica mundial % la propia depresión de sus ciudadanos. Ceit# relata en forma de paseo por el 4erlín de entre&uerras estos altibaDos políticos % económicos en un ambiente de efervescencia cultural: ar!uitectos como Eropius escritores como 4recht o filósofos como =eide&&er crearon durante esta "poca sus trabaDos más importantes rodeados de una van&uardia !ue propu&naba la utopía o la refundación completa de la sociedad. 8sta vívida evocación de Ceimar más pertinente !ue nunca en la co%untura económica % política actual narra al fin cómo una sociedad culta e informada pero humillada % confundida pudo deDarse atrapar por el populismo na#i % poner su destino en manos de =itler. $atedrático de =istoria en la )niversidad de 1innesota ;8stados )nidos< % autor de diversos estudios sobre la ,e&unda Euerra 1undial % la historia contemporánea de 8uropa. Ceit# está considerado uno de los principales historiadores norteamericanos sobre Blemania. http:FF.documentarchiv.deFr.html http:FF.spartacus.schoolnet.co.uGFE8+eimar.htm http:FF.ls&.musin.deF&eschichteF1ater http:FF.ls&.mus in.deF&eschichteF1aterialFHuellenFPlaG ialFHuellenFPlaGateFahlerbun ateFahlerbun&Ieimar.htm &Ieimar.htm http:FF.ahlplaGateJarchiv.deF http:FF.moma.or&FcollectionI&eFbroseIresu http:FF.moma.or&F collectionI&eFbroseIresults.phpKcriteriaLMOB lts.phpKcriteriaLMOBTT=OB3OB TT=OB3OB20O((6p 20O((6pa&eInumberLte a&eInumberLtemplateIidL7s mplateIidL7s ortIorderL)$LL ortIorderL)$ http:FFartcritical.comFappelF4B,ander.htm http:FF.aG&Jima&es.co.uGFIcustomerF http:FF.aG&Jim a&es.co.uGFIcustomerFlondonFmailoutF090 londonFmailoutF090OFvaccaroF OFvaccaroF http:FF.!uestia.comFlibrar%FbooGF http:FF.!uestia.comF librar%FbooGFtheJarJcomeJhomeJdisabledJve theJarJcomeJhomeJdisabledJveteransJinJbritai teransJinJbritainJandJ&erman%J nJandJ&erman%J9J9O9J 9J9O9J b%JdeborahJcohen.Dsp https:FFportal.dJnb.deFopac.htmK!uer%LCoeO*0 https:FFportal.dJnb. deFopac.htmK!uer%LCoeO*0/(0//met /(0//methodLsimple,earch hodLsimple,earch ;obras ;obras de =ans ,ur"n< http:FFforum.aAishistor%.comFvietopic.php http:FFforum.aAishis tor%.comFvietopic.phpKtL77(6( KtL77(6( ;=ans ,ur"n< http:FF.&eschichteinchronolo&ie.chFO+JindeA.html http:FF.odO.comF*erIschoeneI1enschI90.html http:FF.usmbooGs.comFna#iInudesIbooGI2.html http:FFannarossell.blo&spot.comF2009F http:FFannaros sell.blo&spot.comF2009F0FGatheJGollit 0FGatheJGollit#.html #.html http:FFpulpnivoria.ordpress.comF200F http:FFpulpniv oria.ordpress.comF200F06F2F%JpareciaJ 06F2F%JpareciaJ!ueJfueJa%erF !ueJfueJa%erF ;dedicado ;dedicado a George Gros! http:FF.&ran&er.comFindeA.asp http:FF.di&itour.deFhomeFberlinFthumbnails.html http:FF.Doseffelder.deFvieer.phpKmodeLshomenu http:FF.Doseffelder.deFvieer.p hpKmodeLshomenuLOrunnerIanf LOrunnerIanfan&L0 an&L0 http:FF.topfoto.co.uGF&aller%FEerman%/ http:FF.topfoto.co.uGF& aller%FEerman%/(I9O/Fdefau (I9O/Fdefault.html lt.html
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QN*3$8 3ntroducción ............................................. .................................................................... ........................................... .................... I II III I* * *I *II *III I3
Un "omieno agitado .............................................. .......................................................... ............#$ Un %aseo %or la "i&dad ........................................... ....................................................... ............'$ El m&ndo de la %ol(ti"a....................................... %ol(ti"a..................................................... ..............#)# Una e"onom(a en "risis y &na so"iedad en tensi+n .....#'' Edi,i"ios %ara &na n&e-a Alemania ............................... ...............................)# Imagen y sonido .............................................. ................................................................ ................../0 C<&ra y so"iedad de masas ........................................... ...........................................10 C&er%os y se2o ............................................. ................................................................... ......................0/' Re-ol&"i+n y "ontrarre-ol&"i+n "ontrarre-ol&"i+n de la dere"4a ............050
$onclusión ............................................ ................................................................... ............................................. ......................( Notas .............................................. ..................................................................... ............................................... ............................26 8nsa%o biblio&ráfico................................................... ......................................................................... ......................9 9 B&radecimientos.............................................. ..................................................................... ................................. ..........6O Qndice de nombres % temas R ........................................... ............................................................. ..................66
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Se omite en esta edición digital. La paginación del Índice corresponde co rresponde a la edición original. [Notas del escaneador].
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A mi padre, Charles Baer Weitz (nacido en e n 1919), y en recerdo de mi madre, !hirley Wol"o## Weitz (19$%&$''), e me inclcaron el amor al estdio
3NT+M*)$$3SN
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a Blemania de Ceimar todavía si&nifica al&o para nosotros. Ni un ápice ha disminuido el aprecio por los cuadros de Eeor&e Eros# o 1aA 4ecGmann: museos % &alerías de ,%dne% -os n&eles o ,an Petersbur&o eAhiben con or&ullo sus pinturas. 8n diferentes idiomas % en coliseos repartidos por el mundo entero se si&ue representando *a +pera de catro cartos, de 4ertolt 4recht % Uurt Ceill. Bun!ue vio la lu# en 926 a@n se reedita la ma&istral novela de Thomas 1ann *a montaa m-gica, % si bien %a no está considerada como libro de cabecera es obDeto de lectura % estudio en cursos de literatura % filosofía impartidos en innumerables facultades % universidades. -as cocinas contemporáneas están en deuda con los diseños de la d"cada de 920 % la labor creativa de la 4auhaus. Hui#á la ar!uitectura de nuestros días se ha%a apartado un tanto del funcionalismo radical de Calter Eropius pero Vcómo no admirar la belle#a de los edificios de 8rich 1endelsohn esa combinación de líneas puras % dinámicas como la casa $olumbus los &randes almacenes ,chocGen ;aun!ue sólo uno !uede en pie< o la caprichosa Torre 8insteinK 8s posible !ue =annah =>ch no nos resulte tan conocida pero la novedosa me#cla de estilos primitivo % modernista la %uAtaposición de máscaras de frica o de la Polinesia con utensilios de la vida diaria del decenio de 920 a@n deDa embelesados a a!uellos de nuestros coetáneos !ue se acercan a su obra. -as profundas especulaciones filosóficas de 1artín =eide&&er o los ensa%os a pie de calle de ,ie&fried Uracauer siempre a vueltas con las tecnolo&ías avan#adas % la sociedad de masas nos a%udan a comprender meDor las circunstancias de la "poca !ue nos ha tocado vivir. VHu" cin"filo empedernido no recuerda l ga/inete del doctor Caligari, 0etr+polis o Berln, sin#ona de na cidad2 Tambi"n en otros aspectos sobre todo como advertencia de peli&ro a@n pervive el eco de la Blemania de Ceimar una sociedad #arandeada por una economía en crisis % en!uistados conflictos políticos. -a sombra de la Primera Euerra 1undial se cierne sobre la historia de la +ep@blica. Por mucho empeño !ue economistas e historiadores de nuestros días pon&an en mati#ar la car&a insoportable !ue para la Blemania de la "poca supusieron las eAi&encias económicas del Tratado de Pa# de ?ersalles los alemanes estaban persuadidos del inDusto trato al !ue los sometían los vencedores de a!uel conflicto
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b"lico. -as críticas a los aliados no se hicieron esperar % como es de suponer tampoco se salvaron de ellas ni los Dudíos ni los socialistas alemanes acusados de todos los males !ue se derivaron de a!uel desastre: revueltas ciudadanas hiperinflación depresión !uiebras % todas las adversidades !ue puedan ima&inarse. -a Blemania de Ceimar evoca las &raves dificultades !ue pueden sur&ir cuando en una sociedad no ha% consenso para mirar al futuro % cual!uier diferencia por nimia !ue sea desencadena enfrentamientos políticos entre ciudadanos cuando los asesinatos % la violencia calleDera se convierten en el pan nuestro de cada día % las fuer#as antidemocráticas buscan la salida más fácil: convertir a las minorías en cabe#a de turco. +epresenta por encima de todo una señal de peli&ro por!ue todos sabemos cómo acabó: con la asunción del poder por los na#is el O0 de enero de 9OO. B pesar de los innumerables conflictos % desastres el periodo de Ceimar fue tambi"n un momento de enormes avances tanto en el terreno político como en el cultural. 8l hundimiento del anti&uo r"&imen imperial durante la &uerra % la revolución espolearon la ima&inación en lo político % en lo social. *urante ese periodo los alemanes supieron conciliar un sistema político liberal en un sentido mu% lato con avan#ados pro&ramas de bienestar social !ue introduDeron importantes meDoras en la vida de la &ente normal: la Dornada laboral !uedó reducida a ocho horas mucho más tolerableW la prestación por desempleo parecía presa&iar una nueva era en la !ue los trabaDadores tr abaDadores !uedarían a cubierto de las volubles circunstancias de los ciclos económicosW la oferta de vivienda p@blica &aranti#aba !ue los trabaDadores más cualificados % los oficinistas tuvieran la posibilidad de mudarse de sus anti&uas viviendas a edificios más modernos % saludables dotados de a&ua corriente cocinas de &as % electricidadW se reconoció el derecho al voto de las muDeresW había una prensa libre % puntera. ,e pusieron los medios para edificar un futuro armonioso % próspero basado en ideas como el nudismo o el comunismo. Terapeutas seAuales % a&itadores populares defendían !ue todo el mundo tenía derecho a disfrutar de una vida seAual rica % placentera. $omo en el cine el espectáculo servido por los dioses del consumo abría la posibilidad de llevar una vida diferente % más dichosa por mucho !ue a las siete de la mañana del día si&uiente hubiera !ue levantarse para acudir al trabaDo a la oficina o a ponerse detrás del mostrador. -a &uerra % la revolución despeDaron el camino hacia unos ideales utópicos. ,e&@n la persona !ue hablase !uedaba claro !ue &racias a la ar!uitectura moderna a la foto&rafía a las urbani#aciones o a las manifestaciones calleDeras era posible cambiar el mundo: la se&uridad % la confian#a fueron el motor de una inspiración !ue cristali#ó en una creación artística % en un pensamiento filosófico sin precedentes. -os alemanes no eran los @nicos !ue estaban empeñados en se&uir esa senda. -a estela del cataclismo de la Primera Euerra 1undial sirvió para !ue las muDeres se &anasen el derecho al voto en 3n&laterra París abriese sus puertas al arte moderno los ar!uitectos holandeses ideasen nuevas formas % &rupos políticos % multitudes en ?iena 4udapest o Petro&rado derrocasen re&ímenes imperiales anticuados con la esperan#a de construir un deslumbrante futuro político. Para lo bueno % para lo malo los alemanes observaban % sacaban consecuencias de cuanto acontecía a su alrededor. Xueron años sin embar&o de intensa desa#ón. B diferencia de los países vecinos de Mccidente Blemania había perdido la &uerra % sufría &raves secuelas políticas económicas % ciudadanas. No había planteamiento o debate !ue no se viera ensombrecido por la cuestión de la
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responsabilidad de haber iniciado la &uerra o por el monto de las reparaciones eAi&idas. Tras la derrota los sufrimientos % adversidades de los ciudadanos alemanes !uedaban sin recompensa. No sólo no había compensaciones económicas tampoco la satisfacción !ue produce cantar victoria despu"s de un sacrificio tan duro como prolon&ado. B diferencia tambi"n de +usia país colindante por el este Blemania no había vivido una revolución !ue hubiese enterrado el poder % el presti&io de las clases diri&entes tradicionales. ,e había !uedado a medio camino en una transformación !ue si bien sirvió para democrati#ar el país en lo sustancial no alteró el anti&uo orden social establecido con la consi&uiente falta de consenso e interminables controversias. -as cuestiones fundamentales las referidas a cómo habría de ser Blemania % las relaciones !ue habría de establecer con los países limítrofes eran motivo de inacabables enfrentamientos. 8l desastre de la &uerra mundial % el acicate de la revolución Jsituaciones por las !ue pasaron muchos países europeos pero !ue en Blemania ad!uirieron tintes propiosJ fueron el detonante del pro%ecto % de las ideas !ue plasmaron en la realidad los próceres de Ceimar %a fueran ar!uitectos o pintores visionarios reformistas políticos revolu5 cionarios de i#!uierdas o sesudos pensadores de la derecha conservadora % autoritaria. B todos por i&ual los animaba una idea más profunda de más hondo calado: la sensación de !ue vivían los albores de una era de modernidad. 8n la d"cada de 920 la economía alemana dependía fundamentalmente de la a&ricultura de pe!ueños ne&ocios % de artesanos especiali#ados !ue convivían con clases privile&iadas a la anti&ua usan#a cómodamente instaladas en la oficialidad de la milicia la burocracia estatal % la Derar!uía de las dos i&lesias cristianas la católica % la protestante. B!uel vieDo mundo tan ideali#ado de terratenientes aristócratas % aparceros de estados alemanes independientes !ue conformaban una Blemania unificada diri&ida en lo político por príncipes re%es % emperadores % dotada de una rí&ida estructura de clases tenía !ue afrontar nuevos retos. 8l centro de &ravedad social se había despla#ado a la ciudad con su al&arabía de ruidos e imá&enes a las estruendosas fábricas % minas !ue producían lo !ue demandaba una economía industrial avan#ada a las tensiones % conflictos propios de una sociedad de masasW un mundo en el !ue la ma%oría de los trabaDadores cumplía con su cometido a cambio de un sueldo de un salarioW de ciudadanos !ue &racias a la lectura de periódicos se&uían los dictados del comercio % de la cultura compraban en &randes almacenes escuchaban concursos radiofónicos o iban al cine al menos una ve# por semanaW con tal de conse&uir el voto tambi"n la política recurría a las movili#aciones de masas manifestaciones frente a los a%untamientos o a las puertas de la fábrica sin hacer ascos a las armas caso de !ue se produDese al&una revuelta calleDera. $uales!uiera !ue fueran sus tendencias políticas o culturales los prota&onistas de Ceimar no eran aDenos a las tensiones !ue &eneraba el advenimiento de la "poca moderna. No les !uedaba otra salida. Huienes trataban de evitarlo retirándose a la ,elva Ne&ra atrincherándose en sus casas muni!uesas o en pueblos alpinos en r"&imen de casi reclusión autoproclamándose representantes de los valores alemanes tradicionales los opuestos a las ideas modernas no tenían más remedio !ue recurrir a los periódicos % a la radio para difundir sus ideas % animar a sus se&uidores cuantos más meDor para !ue acudieran a votar o se dispusieran a dar la cara. Mtros abra#aban la modernidad sin reservas defendiendo la participación del pueblo en la política % en la sociedad industrial desarrollando nuevas formas de eApresión Jarte abstracto m@sica dodecafónica
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ar!uitectura de líneas depuradas % materiales industrialesJ !ue se&@n ellos representaban más adecuadamente las tensiones los conflictos % las vivencias propios de su tiempo. ,i la creatividad de la +ep@blica de Ceimar supuso un hito cultural % político fue &racias a a!uellos artistas plásticos escritores % políticos !ue supieron desentrañar el sentido de la modernidad al&unos impulsándola por nuevos caminos luminosos % emancipadores % otros si&uiendo derivas autoritarias san&uinarias % terriblemente racistas. *a Alemania de Weimar3 presagio y tragedia da cuenta de los aspectos más sobresalientes del periodo comprendido entre 9/ % 9OO %a se trate de cuestiones políticas económicas culturales o sociales como de las interrelaciones entre unas % otras. $on este propósito se han utili#ado un sinn@mero de fuentes de la "poca impresas &ráficas o sonoras así como los más !ue abundantes estudios históricos o de cual!uier otra índole sobre este periodo. ,e ha prestado especial atención a 4erlín como capital política % cultural sin descuidar por eso otras circunstancias en el ámbito rural % en ciudades % pueblos del país. Bsimismo intentamos poner de relieve los elementos más llamativos e innovadores de este periodo tan conflictivo bronco dinámico % difícil. 8n nin&@n momento se ha restado importancia a las &raves limitaciones a las !ue estaba sometida la sociedad de Ceimar: las imposiciones de los aliados por un lado o el desplome económico internacional por otroW las repercusiones de la tradición autoritaria alemana o la aparición de una nueva derecha radical más peli&rosa % proclive a la violencia. Por fin % como es natural anali#aremos a!uello !ue se hi#o mal las ra#ones !ue culminaron en a!uel desastre para lle&ar a la conclusión de !ue la +ep@blica de Ceimar no se hundió por sí misma sino !ue su caída se debió a una conDunción de fuer#as de la derecha tradicional hostil al r"&imen desde el primer momento % de la eAtrema derecha de nuevo cuño. -a derecha Jempresarios nobles funcionarios &ubernamentales % oficiales del 8D"rcitoJ era poderosa % ocupaba puestos clave. ,in olvidar !ue tambi"n los comunistas trataron de enterrar la +ep@blica el peli&ro más &rave siempre lo planteó la derecha. No ha% ra#ones plausibles para considerar sin embar&o los doce años del Tercer +eich como una mera prolon&ación de los catorce !ue duró la +ep@blica de Ceimar. ,i damos por sentado !ue nin&@n acontecimiento histórico viene predeterminado menos a@n en el caso de la victoria na#i. No ha% duda de !ue los conflictos % las limitaciones del periodo de Ceimar supusieron un balón de oAí&eno para el movimiento na#i pero afirmar !ue Ceimar no fue sino el preludio del Tercer +eich es una miAtificación. -a Blemania de Ceimar fue un momento histórico apasionante % muchas de las creaciones artísticas avances filosóficos e iniciativas políticas !ue sur&ieron entonces abri&aban la esperan#a de un mundo meDor un enfo!ue !ue a@n tiene sentido en nuestra "poca.
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8studios mu% recientes sobre aspectos sociales culturales % referentes a cuestiones de &"nero nos acercan de forma más precisa a la situación política % social !ue se vivía en la "poca de Ceimar. No ha% !ue olvidar con todo al&unos trabaDos anteriores % otros más o menos recientes referidos a las circunstancias económicas % a la vida política de a!uel momento. $omo a continuación de las notas se inclu%e un ap"ndice biblio&ráfico hemos optado por no incluir en el teAto las líneas ar&umentales eApuestas en las fuentes !ue allí se mencionan.
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unca es plato de &usto contemplar el re&reso de un eD"rcito derrotado. 8l &esto hosco de los soldados andraDosos torna más descora#onaJdora si cabe la visión de las heridas vendadas % los miembros amputados de hombres !ue coDean % caminan con a%uda de muletas ;v"ase #ig. id<. $on todo el ro de diciembre de 9/ cuando sólo llevaba un mes en el car&o Xriedrich 8bert presidente del $onseDo de +epresentantes del Pueblo afrontó con coraDe el discurso de bienvenida a los soldados derrotados !ue volvían a casa. $ompatriotas bienvenidos a la +ep@blica de Blemania bienvenidos a la patria !ue tanto os ha echado de menos... Ms recibimos con entusiasmo Z...[ 8l enemi&o no ha podido con vosotros. ,ólo tras constatar la aplastante superioridad en efectivos % armamento del adversario renunciamos a se&uir combatiendo Z...[ =ab"is impedido !ue los enemi&os invadiesen nuestra patria. =ab"is salvado a vuestras esposas a vuestros hiDos a vuestros padres de morir asesinados del fra&or de una &uerra. =ab"is contenido la devastación % la destrucción de las tierras de labran#a % de las fábricas de Blemania. Por eso de todo cora#ón aceptad nuestro más profundo a&radecimiento.
8bert !ue había sido partidario de la contienda % perdido a dos de sus hiDos en el conflicto no podía censurar la &uerra como un trá&ico despilfarro de vidas humanas % recursos materiales. Trataba de encontrarle un sentido. Xi&. ..: =eridos % abatidos los soldados alemanes re&resan de 4"l&ica al finali#ar la Primera Euerra 1undial. Nada tiene !ue ver esta ima&en con las de a&osto de 9 cuando entre discursos de alaban#a % baDo un diluvio de p"talos de flores rodeadas del clamor popular las tropas alemanas partían para el frente.
Pretendía al tiempo preparar a los soldados para los drásticos cambios !ue se habían producido en el país. -os alemanes se habían 1
Xriedrich 8rbert \Bnsprache an die =eimGehrenden Truppen\ 0 de diciembre de 9/ en Politische 4eden 5553 191&19%, Peter Cende ed. Xrancfort ;a. 1.< *eutsche UlassiGer 99 pp. 9596. B no ser !ue se indi!ue lo contrario todas las traducciones son del autor.
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deshecho de los anteriores &obernantes una aut"ntica des&racia para la nación % podía afirmar !ue el pueblo alemán era %a el @nico dueño de su destino !ue el futuro de la libertad en Blemania dependía de ellos de los re&resaban. Nadie como vosotros ha sufrido en carne propia la inDusticia del r"&imen anterior. Pensando en vosotros abolimos tan funesto sistema. ,ólo pensando en vosotros luchamos por la libertad % establecimos los derechos de los trabaDadores. No estamos en condiciones de daros la bienvenida con &randes dispendios % alharacas. Nuestro desdichado país está empobrecidoW los vencedores nos imponen ri&urosas % onerosas car&as. Pero sobre esas ruinas levantaremos una nueva Blemania. 2 *urante la Primera Euerra 1undial fueron llamados a filas más trece millones de hombres el 9( 7 de la población masculina de Blemania de 9. $uando se firmó el armisticio el de noviembre de casi ocho millones se&uían en activo. O -a ra#ón !ue les habían dado para ir a la &uerra era !ue había !ue defender la patria contra la barbarie rusa !ue amena#aba con llevar el caos % la destrucción a suelo alemánW contra los bel&as % los franceses !ue habían hecho sus apaños para repartirse Blemania % las muDeres alemanasW contra los in&leses % los norteamericanos !ue codiciaban la ri!ue#a de la nación % temían la competencia económica !ue el país pudiera suponerles. No todos los alemanes se mostraron dispuestos a ir a la &uerra: en el verano de 9 en muchas ciudades % localidades se escucharon vibrantes discursos a favor de la pa# % de entablar ne&ociaciones. Pacifistas como el Doven a ar!uitecto 4runo Taut % socialistas radicales como Uarl -iebGnecht % -uAembur&o no dudaron en hacer p@blica su oposición al conflicto prueba definitiva se&@n ellos de la falta de humanidad del capitalismo. ,us voces !uedaron silenciadas no obstante por el precipitado llamamiento a la &uerra lan#ado por el Gáiser Euillermo 33 sus &enerales % los responsables civiles del Eobierno. Bun!ue habían sido considerables los avances de la democracia en Blemania durante las d"cadas anteriores a la Primera Euerra 1undial el 8D"rcito % el Eobierno sólo obedecían las órdenes del Gáiser no las !ue procedían del +eichsta& % mucho menos la voluntad del electorado. Nin&uno de los soldados !ue en&rosaron las filas del 8D"rcito alemán en a!uella &uerra inició el re&reso a casa el de noviembre de 9/ con el mismo espíritu !ue en 9 en 97 o incluso en los meses de septiembre % octubre de 9/ cuando lle&aron al frente los @ltimos reclutas. Tan elevado fue el n@mero de baDas !ue nin&uno de los soldados !ue volvía se encontró con la misma familia localidad o ciudad !ue había deDado al partir para la &uerra. 8n 8lGenroth por eDemplo un pueblo pe!ueño de unos setecientos habitantes en +heinland5Pfal# noventa % un hombres fueron llamados a filas: el veintiuno por ciento murióW un veintitr"s por ciento re&resó herido. Ni uno solo de sus habitantes deDó de verse afectado por la p"rdida de al&uno de los su%os por las secuelas físicas o psicoló&icas de la &uerra. 8n pocas palabras: unos dos millones de alemanes perdieron la vida % alrededor 2
3bidem p. 96. 8stadísticas de +ichard 4essell Germany a#ter the 8irst World War, MAford $larendon 99O pp. 657 % Cillibald Eutsche Xrit# Ulein % ]oachim Pet#old er rste Welt"rieg3 :rsachen nd ;erlag $olonia Pahl5 +u&enstein 9/6 p. 292. 4 3ntercambio epistolar Dulio de 2006 con datos proporcionados por *aniela 1ueller % =. Brndt de 8lGenroth se&@n informaciones reco&idas en \8hrenchroniG unserer Eemeinde CeltGrie& 959/\ ;ms.< % el memorial de &uerra de la ciudad. 3
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de cuatro millones doscientos mil resultaron heridos durante la Primera Euerra 1undial. )n diecinueve por ciento de la población masculina desapareció como consecuencia del conflicto.6 1uchos de los supervivientes padecieron durante toda su vida espantosas heridas físicas % psicoló&icas. B al&unos los ocultaron sus familias o por propia voluntad pasaron el resto de su vida sin contacto con la sociedad. 8n los años !ue si&uieron a la &uerra lo normal era ver por las calles heridos de &uerra !ue escondían sus rostros desfi&urados con máscaras !ue disimulaban la ce&uera con &afas oscuras % sillas de ruedas en las !ue se despla#aban !uienes no podían caminar. Por si fuera poco los m"dicos tuvieron !ue v"rselas con una nueva enfermedad la neurosis de &uerra el autismo % los terrores !ue los soldados habían desarrollado en reacción a los incesantes bombardeos !ue habían padecido en h@medas e inmundas trincheras. $uando a!uellos soldados descendían del tren !ue por fin los devolvía a su casa se encontraban con !ue sus muDeres habían tenido !ue hacer frente a horrores similares. 8n la primavera de 96 se estableció el racionamiento en todo el país: la escase# de alimentos era una realidad ineludible. 8n el invierno de 97 a 9( los chavales de cinco a siete años de 8ssen disponían de un cuarto de litro de leche tres veces por semana. 7 -as autoridades de la ciudad no tuvieron otro remedio !ue reconocer !ue para sortear la escase# de tri&o % de centeno ( el pan llevaba tantos aditivos ^harina de Dudías % hasta serrín en ocasiones^!ue era prácticamente incomestible. 8n a!uellas fechas el invierno de los nabos se hi#o realidad para muchos alemanes. Bños más tarde un hombre !ue estaba en edad escolar durante la &uerra recordaba !ue tomaba nabos para desa%unarW !ue cuando desenvolvía la comida !ue su madre le había preparado sólo encontraba nabos % !ue al volver a casa tambi"n había nabos de cena. / -as muDeres por su parte trabaDaron en fábricas de municiones. $on todo se ha eAa&erado al&o la novedad !ue esto supuso por!ue eran muchas las !ue %a trabaDaban en las fábricas alemanas desde antes de 9. -os re!uerimientos de una &uerra mundial sin embar&o doble&aron la economía % la sociedad % todo el país se movili#ó para a%udar al 8D"rcito alemánW en consecuencia fueron muchas las muDeres !ue se vieron obli&adas a trabaDar en industrias metal@r&icas % armamentísticas. Precisamente en a!uellas fábricas donde su presencia había sido escasa % sólo se las contrataba como auAiliares en a!uellos momentos las muDeres fueron le&ión % oficiales de primera reconocidas. 8n 8ssen en la factoría Urupp principal fabricante de armamento de Blemania de una plantilla de .(7 trabaDadores en a&osto de 9 sólo 97O eran muDeres. B finales de 9( la plantilla se había triplicado % un tercio 2/.77 eran muDeres. 9 Bntes de la &uerra la ma%oría de las empleadas trabaDaban como personal de limpie#a o en las cocinas. 8n 9( llenaban 5
$ifras eAtraídas de ibidem % de !ozia"eschichtliches Ar/eits/ch 0aterialien zr !tatisti" des etschen 4ei ches 191&191%, *ietmar Pet#ina Cerner Bbelshauser % Bnselm Xaust eds. 1@nich 4ecG 9(/ pp. 2(5O2. 6 Chroni" der !tadt ssen (ms., ,tadtarchiv 8ssen< 9( ( % =ubert ,chmit# \Bus&e_hlte Uapitel aus der -ebensmittelversor&un& der ,tadt 8ssen in der Urie&s5 und NachGrie&s#eit\ en Beitr
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cartuchos de pólvora pulían metales % trabaDaban en tomos % fresadoras para sacar adelante la producción. 8ra un trabaDo penoso % se reali#aba en condiciones deplorables. Blfred *óblin uno de los principales escritores de la Blemania de Ceimar relata en su novela A People Betrayed cómo uno de los personaDes 1inna 3mGer cuenta a su hermano !ue acaba de lle&ar del frente las condiciones de trabaDo en una fábrica de armamento en 4erlín: muchas horas de esfuer#o % poco dineroW por culpa de la pólvora !ue tenían !ue maneDar el pelo se le había puesto verde. No sólo se !ueDaba de los Defes % capataces o de las duras circunstancias impuestas por la &uerra. TrabaDamos a destaDo. -os hombres son los encar&ados de calibrar las má!uinasW a veces tocan a seis tornos por cabe#a. 1ientras lo hacen nos !uedamos mano sobre mano perdiendo el tiempo sabiendo !ue nos pueden despedir. 8l hombre !ue te ha tocado en suerte se lo está pasando en &rande Dunto a la má!uina de su novia mientras las demás estamos esperando. =a% veces 8d en !ue me pon&o realmente furiosa. V*e !u" hablan mientras comen % beben cuando no es de carreras de caballosK *e muDeres claro. ,e cuentan unos a otros !ui"n es buena en la camaW se aprovechan de nuestra miseria i&ual !ue los patronos lo mismo !ue Euillermo o sus &enerales. 0 Xi&. .2.: Uáthe Uollit# 0adre e hi>o, o *a Piedad, 9O(59O/. Tratando de miti&ar el dolor !ue sentía por la p"rdida de su hiDo en la Primera Euerra 1undial la escultora tardó años en dar por terminada esta fi&ura. Tras una serie de controversias puede contemplarse en la Neue Cache de 4erlín como símbolo de los muertos por Blemania % de todas las víctimas de la &uerra ;Xoto&rafía de )llstein F The Eran&er $ollection Nueva orG<.
-as muDeres tambi"n dedicaban sus lar&as horas a buscar comida % al&o para entrar en calor. 1ientras abuelas % tías hacían colas interminables para conse&uir eAi&uas raciones de pan las muDeres Dóvenes cumplían sus turnos en las fábricas. =ordas de muDeres % chavales recorrían los balastos de las vías en busca de tro#os de carbón !ue se hubieran caído de los trenes o rastreaban los campos como espi&adores bíblicos. B medida !ue las muDeres prota&oni#aron protestas más sonadas lle&ando a invadir % sa!uear almacenes % mercados la policía reaccionaba con un sentimiento encontrado de eAasperación sorpresa % comprensión. a en 96 informes policiales de 4erlín ase&uraban !ue innumerables familias pasan días % días sin tomar mante!uilla ni otra &rasa comen el pan a secas % cocinan sin manteca Z...[ =asta los meDores % más leales patriotas comien#an a dar muestras de pesimismo al tiempo !ue los propios policías admitían !ue detestaban Ztener !ue tomar[ medidas drásticas contra las muDeres. 8n su opinión las lar&as horas de cola de las amas de casa normalmente para nada las
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Blfred *>blin A People Betrayed. 6o=em/er 1,91?3 A German 4e=oltion, traducción de ]ohn 8. Coods Nueva orG Xromm 3nternational 9/O p. 99. *>blin comen#ó a escribir los vol@menes !ue componen esta novela en la d"cada de 9O0W se publicó por primera ve# en tres partes entre 9/ % 960.
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convertían en presa fácil de a&itadores políticos. ,i el trabaDo en las fábricas % la b@s!ueda de comida resultaban a&otadores mucho peor era la p"rdida de seres !ueridos maridos hermanos o amantes !ue Damás re&resaron de Xrancia 4"l&ica o +usia. -os !ue volvían lo hacían heridos física o psicoló&icamente. 8l dolor de tales p"rdidas era imposible de olvidar. Hui#á nadie lo eApresó meDor !ue la artista % pacifista U_the Uollit#: perdió a su @nico hiDo en los primeros meses de la &uerra % se pasó la vida tratando de eAorci#ar la pena con a%uda de su arte. -a escultura 0adre e hi>o ;fi&. .2.< más conocida como *a Piedad !ue finali#ó entre 9O( % 9O/ constitu%e un triste % amar&o testimonio del desastre de la &uerra. Poco contribu%ó a miti&ar su pena esa obra de arte eApresión del dolor !ue sufrían tantas madres alemanas. 2 -a eAperiencia de los años de &uerra los horrores del frente % las penurias en el ho&ar culminaron en un sentimiento de liberación por parte de innumerables hombres % muDeres. -a locura de la &uerra se llevó por delante muchas de las convenciones sociales % artísticas. )n fo&oso entusiasmo la eAperimentación en el terreno del arte la ostentación de la seAualidad % de las relaciones poco convencionales una ener&ía vibrante % verti&inosa fueron la consecuencia directa del desorden !ue desencadenó la Primera Euerra 1undial ecos distorsionados de tan ma&no desastre. *espu"s de tantas vidas se&adas a destiempo o echadas a perder por culpa de las balas o el &as arrai&ó el sentimiento profundo del carácter efímero de la eAistencia un intenso deseo de aferrarse a la vida en todas sus manifestaciones de sentir el amor el seAo la belle#a el poder los coches rápidos % los vuelos en avión de hacer locuras en el baile % en el teatro. Para muchas muDeres la fábrica % la ciudad representaron una liberación de las estrictas normas de sus padres pastores o curas % de los cotilleos de pueblo. Por duro !ue fuera el trabaDo el dinero !ue recibían a cambio les hacía sentirse emancipadas impresión !ue se mantuvo durante los años de la +ep@blica de Ceimar. -as fuer#as del orden Jfun5 cionarios policías capataces % Defes incluso padres maridos % hermanosJ contemplaban con preocupación estos cambios: %a se encar&arían ellos de !ue las fábricas despu"s de la &uerra volvieran a ser el universo masculino !ue siempre habían sido. ,ólo a medias alcan#aron su obDetivo: las muDeres fueron apartadas de al&unos sectores como el meta5 l@r&ico pero en t"rminos &enerales la economía andaba necesitada de mano de obra femenina Jmucho más barata !ue la masculina por otra parteJ % las muDeres necesitaban trabaDar para salir adelante ellas % sus familias. No puede decirse pues !ue la población femenina se !uedase recluida en casa. -a &uerra tambi"n echó por tierra los conceptos tradicionales de respeto % sumisión cie&a a la autoridad. B fin de cuentas había sido un conflicto provocado por las clases diri&entes alemanas % europeas. Xue la primera &uerra de todos contra todos % el 8stado 11
$itas eAtraídas de 4elinda ]. *avis @ome 8ires Brning3 8ood, Politics, and =eryday *i#e in World War 5 Berlin, $hapel =ill )niversit% of North $arolina Press 2000 pp. 0050O. 12 -a escultura fue colocada en .m cementerio militar alemán cercano a pres donde estaba enterrado su hiDo Peter. 8l nieto de Uollit# Peter tambi"n de nombre de pila murió en combate en un enfrentamiento entre alemanes % sovi"ticos durante la ,e&unda Euerra 1undial. =o% la fi&ura está instalada en la Neue Cache de 4erlín. 8n 99O el entonces canciller =elmut Uohl desi&nó la escultura 0adre e hi>o como la pie#a más representativa de las víctimas de las dos &uerras mundiales incluido el =olocausto decisión !ue no ha deDado de suscitar controversias desde entonces por lo !ue se interpreta como un enaltecimiento de a!uel hecho.
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contraDo enormes responsabilidades controlándolo todo desde la mano de obra % las materias primas hasta la distribución de comida. Trató incluso de controlar la vida seAual lle&ando a amena#ar a las muDeres !ue se echaban amantes con !ue sus maridos en el frente correrían la peor de las suertes. 8l 8stado tambi"n prometió un ma&nífico futuro una Blemania próspera % fuerte tras la victoria una Blemania !ue se enseñorearía del continente una posición dominante !ue sólo reportaría beneficios a todos % cada uno de los alemanes. $uando hacia el tercer año del conflicto se comprobó la insustancialidad de tales promesas muchos alemanes la emprendieron con los símbolos % las instituciones !ue les habían llevado a la &uerra. 3n!uietos los funcionarios constataban el descontento de la población el menosprecio hacia los hasta entonces sa&rados símbolos de Blemania la familia imperial % los oficiales del 8D"rcito la falta de respeto hacia capataces % Defes. 8l pintor Eeor&e Eros# plasmó estos sentimientos a la perfección en muchos de sus dibuDos % pinturas como *os cranderos ;fi&. O.< una viñeta en la !ue unos m"dicos % oficiales del 8D"rcito declaran !ue un es!ueleto es apto para cumplir con sus obli&aciones militares. -os dibuDos caricaturescos de Eros# son una muestra del desprecio !ue muchos alemanes sentían hacia sus diri&entes. Xi&. .O.: Eeor&e Eros# *os cranderos, o Apto para s incorporaci+n a #ilas, 9759(. $aricaturesca descripción de la colaboración entre m"dicos % militares. 8l m"dico !ue eAamina al es!ueleto afirma !ue es apto para su incorporación a filas mientras unos oficiales se lamentan de !ue la &ente ha&a huel&a % si&a las consi&nas de la revolución ;4ildarchiv Preussischer Uulturbesit# F ?e&ap 1adrid 2009<.
*ueño %a de por sí de un carácter endemoniado a Eros# acabó por sacarle de !uicio la inutilidad de a!uella &uerra. 8n su caso como les ocurriría a tantos alemanes la crueldad de la contienda socavó la noción de consideración a la autoridad hasta el punto de !ue durante los catorce años de la +ep@blica Damás lo&ró imponerse nada parecido a la obediencia o el respeto. 8l 2 de mar#o de 9/ el 8D"rcito alemán inició la &ran ofensiva final en el frente occidental poniendo toda la carne en el asador: hombres reservistas % municiones. -a campaña se prolon&ó durante dos semanas % aun!ue se consi&uieron al&unos avances nunca se lo&ró doble&ar las defensas aliadas. *esnutridos cuando lle&aron a las avan#adillas aliadas los soldados alemanes se abalan#aron sobre los víveres !ue encontraron % nin&una amena#a de los oficiales bastó para evitar !ue se saciaran. O -a falta de alimentos no fue sino una más de las ra#ones !ue conclu%eron en el desastre de a!uella ofensiva. Blemania sólo disponía de recursos humanos % materiales para tratar de mantener las posiciones alcan#adas. *urante los meses si&uientes el mando militar 13
Eunther 1ai as nde des aiserreichs3 Politi" nd rieg#hrng im rsten Welt"rieg, O ed. 1@nich *T? 99( 9. .
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ordenó llevar a cabo pe!ueñas ofensivas la @ltima en Dulio en +eims !ue se !uedó en a&ua de borraDas como tantas otras. B finales de Dulio % durante el mes de a&osto los aliados tomaron la iniciativa de nuevo obli&ando incluso a las tropas alemanas a huir en desbandada el / de a&osto de 9/ ante un ata!ue con carros blindados en los alrededores de $ambrai. Pasaron unas cuantas semanas antes de !ue las autoridades se hicieran car&o de la situación desesperada por la !ue atravesaba Blemania. 8n los @ltimos días de septiembre llevados por el pánico aun!ue más tarde tratasen de disimularlo los dos máAimos responsables del Blto 8stado 1a%or el mariscal de campo Paul von =indenbur& % el &eneral 8rich -udendorff fueron a ver al Gáiser Euillermo 33 para eAponerle la necesidad de !ue Blemania solicitase un armisticio. ,i bien muchos meses antes -udendorff %a había caído en la cuenta de las &raves carencias del país en lo militar % en lo económico no advirtió de la situación ni al Gáiser ni al &obierno civil. Por supuesto la población alemana bombardeada con &randes promesas permanecía en la más completa i&norancia. -udendorff sobre todo con un oDo puesto %a en lo !ue habría de venir trató de !ue la responsabilidad del desastre reca%ese en un &obierno de civiles formado por partidos parlamentarios ;no sólo atendiendo a los deseos del Gáiser< para por ese camino deDar a salvo el honor de los oficiales % del 8D"rcito alemán. ,abido es !ue el Gáiser se !uedó desconcertado pero =indenbur& % -udendorff no deDaron de insistirle en la conveniencia de iniciar contactos con el Eobierno norteamericano para poner fin al conflicto. Norteam"rica no entró en &uerra hasta abril de 9(. 8n la famosa alocución pro&ramática de los $atorce Puntos !ue diri&ió al $on&reso el / de enero de 9/ así como en declaraciones % discursos posteriores el presidente Coodro Cilson se había referido a una pa# Dusta % duradera una pa# !ue permitiera !ue todas las naciones pudieran desarrollarse en libertad. No habrá aneAiones compensaciones ni represalias Z...[ ,e respetarán las aspiraciones de todas las naciones: los pueblos serán diri&idos % &obernados sólo con su consentimiento. -a autodeterminación es el principio fundamental de la acción % habrán de rendir cuentas los estadistas !ue en adelante no se den por enterados. 6
Tras el clamoroso desd"n del !ue Blemania había dado muestras en cuanto a la neutralidad de los bel&as % los estra&os perpetrados contra el territorio % las poblaciones de Xrancia 4"l&ica % +usia -udendorff % =indenbur& sabían !ue la @nica esperan#a de una pa# aceptable para Blemania estaba en manos de los norteamericanos. 3&ualmente comprendieron !ue antes de sentarse a ne&ociar en serio con Blemania los norteamericanos reclamarían una muestra de voluntad de reforma política. Bl mismo tiempo pretendían !ue la responsabilidad de la inminente derrota leDos de atribuirse al Gáiser % al 8D"rcito reca%ese en el Parlamento. ,ólo cuando se vieron acorralados los despóticos &enerales !ue durante dos años habían estado al frente de la dictadura militar en Blemania iniciaron un proceso de democrati#ación. 14
3bidem p. 7. *iscurso de Cilson al $on&reso el u de febrero de 9/ en Coodro Cilson War and Peace3 Presidential 0essages, Addresses and P/lic Papers (191&19$), +a% ,tandard 4aGer % Cilliam 8. *odd eds. Nueva orG =arper and 4rothers 92( pp. ((5/ cita /0. 15
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8l O de octubre de 9/ el Gáiser nombró canciller al príncipe 1aA von 4aden de ideas liberales !uien constitu%ó un nuevo Eobierno contando con la ma%oría de los partidos representados en el +eichsta& !ue desde 9( habían tratado de alcan#ar una pa# ne&ociada. *os de los miembros del nuevo Eobierno eran socialdemócratas. =acía más de veinte años !ue la socialdemocracia era el partido ma%oritario en Blemania aun!ue siempre había !uedado apartado del poder por los estamentos dictatoriales !ue re&ían el país. Hue entrasen a formar parte del $onseDo de 8stado era %a un si&no de !ue se había producido un cambio trascendental. 8l nuevo Eobierno miti&ó los mecanismos de censura % permitió !ue abandonasen las cárceles en las !ue estaban confinados al&unos de los a&itadores contrarios a la &uerra. B finales de a!uel mismo mes las autoridades emprendieron una serie de cambios de calado !ue hicieron de Blemania una monar!uía constitucional con un Eobierno !ue tenía !ue rendir cuentas al Parlamento antes !ue al Gáiser. ,e embarcó asimismo en una reforma del sistema electoral !ue pretendía li!uidar la más !ue inDusta le% del sufra&io vi&ente en Prusia el ma%or de los estados alemanes. 8l Eobierno del príncipe 1aA inició contactos con el de 8stados )nidos solicitando el cese inmediato de las hostilidades de acuerdo con los $atorce Puntos. Blemania por fin parecía decidida a adoptar un r"&imen de corte liberal &arante de las libertades políticas % del derecho de participaciónW de ahí la premura !ue pondría fin a la &uerra. No iba a ser un camino de rosas sin embar&o. Tras cuatro años de muertos heridos carencia de alimentos % sobrecar&a de trabaDo se desataron las iras populares. -os norteamericanos por otra parte no estuvieron a la altura de la ma&nanimidad prometida. 8l intercambio de notas entre ambos Eobiernos provocó más de un esco#or entre la burocracia alemana de alto nivel. 8stados )nidos parecía no conceder demasiada importancia a los cambios políticos internos reali#ados hasta el momento. $uando todos se habían hecho ilusiones de !ue podrían ne&ociar con los americanos en t"rminos de i&ualdad "stos se dieron cuenta de !ue el Gáiser rodeado de sus &enerales más próAimos conservaba el poder eDecutivo % aun!ue simbólicamente se&uía al frente del paísW en consecuencia se ne&aron a atender las peticiones de a!uel pueblo !ue había perdido con todas las de la le% la &uerra más devastadora de la historia. B los alemanes les sorprendió % les molestó !ue los norteamericanos les eAi&iesen la pronta e inmediata desmovili#ación del 8D"rcito así como la retirada de todas las re&iones !ue ocupaban. -os días 6 % 7 de noviembre de 9/ a menos de una semana del armisticio el 8D"rcito se&uía adelante con las levas.7 8n los @ltimos días del mes de octubre cuando todo el mundo estaba al tanto de !ue baDo cuerda había ne&ociaciones entre 8stados )nidos % Blemania los marineros del puerto de Uiel recibieron órdenes de ati#ar las calderas % hacerse a la mar. -a participación en la &uerra de la Brmada alemana había pasado con más pena !ue &loria: el blo!ueo británico del mar del Norte obli&ó a los barcos a permanecer amarrados durante la ma%or parte del conflicto. -a @nica acción destacable había sido el envío de los submarinos !ue hundieron un convo% mercante baDo bandera americana !ue acabó con la vida de muchos de los pasaDeros % !ue desencadenó la participación de 8stados )nidos en la &uerra. B bordo o en tierra los marineros padecían las consecuencias del racionamiento mientras a pocos metros los oficiales disponían de raciones suficientes % bien preparadas. Por si fuera 16
1ai as nde des aiserreichs, p. 6(.
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poco a!uellos hombres soportaban un r"&imen disciplinario eAtremadamente severo. *e modo !ue cuando recibieron la orden de ati#ar las calderas se pre&untaron: Vno se les habrá pasado por la cabe#a a la desesperada % como @ltimo recurso presentar batalla a los británicosK VNo pretenderán hacerse a la mar % reali#ar una proe#a heroica de @ltima hora se&@n esa perversa interpretación del códi&o del honor !ue afirma !ue en la batalla más vale morir con las botas puestas !ue admitir la derrotaK No ha% duda de !ue los almirantes trataban de librar una &ran batalla naval contra los británicos para demostrar el temple de la Brmada alemana % ase&urarse el futuro. Pero había al&o más importante en Due&o: pretendían acabar con las reci"n iniciadas conversaciones con 8stados )nidos para el cese de las hostilidades J!ue recordemos se llevaban baDo cuerdaJ % las reformas políticas !ue se habían emprendido. Para un marino más valía morir en el mar !ue aceptar una pa# !ue desde su punto de vista era una deshonra. Pero los marineros decidieron no secundarlos. 8l 29 de octubre de 9/ se amotinaron en la ciudad portuaria de Uiel % a!uella actitud prendió la mecha de la revolución !ue acabaría con la Blemania imperial. -a revuelta de los marineros no tardó en ser imitada en los cuarteles de tierra % más tarde por los trabaDadores de cada ciudad. ,iete manifes5 tantes perdieron la vida a causa de un enfrentamiento con una patrulla militar. 8n un intento por frenar la situación partió para Uiel una dele&ación del Eobierno encabe#ada por el diri&ente del Partido ,ocialdemócrata ;,P*< Eustav NosGe. -o primero !ue o%ó de los marineros amotinados fue una petición de meDora de las miserables condiciones en !ue desempeñaban su cometido pero sus eAi&encias no tardaron en revestir un mati# más político eAi&iendo el final de la &uerra % la abdicación del Gáiser. Pocos días despu"s la ciudad de Uiel !uedaba en manos de los marineros soldados % trabaDadores. -os marineros lo&raron al&unas concesiones % fueron tambi"n los instauradores de un ór&ano !ue con el tiempo lle&aría a ser una de las instituciones democráticas más sobresalientes de la revolución: el comit". -os comit"s habían aparecido durante las revoluciones rusas de 906 % 9( como ór&anos de eApresión popular. 8n un intento por encontrar nuevas formas de representación política en una "poca de industriali#ación &alopante % &uerra mundial en un momento en !ue trabaDadores soldados % marineros de toda 8uropa pasaron a desempeñar el papel de actores políticos decisivos estos comit"s se eri&ieron en un símbolo para !uienes tenían !ue soportar situaciones más !ue precarias. 8l modelo ruso inspiró a otros países % entre la Primera Euerra 1undial % los años si&uientes se formaron comit"s en 3talia =un&ría % Bustria entre otros. 8n Blemania hubo comit"s de marineros de trabaDadores % soldados incluso de artistas % a&ricultores. Xue un movimiento confuso % caótico con miras políticas incipientes pero por todas partes se eAtendía una forma popular de democracia !ue permitía una participación política mucho más amplia % preocupada por asuntos de toda índole como nunca había eAistido en Blemania. Normalmente los comit"s se ele&ían durante asambleas de trabaDadores en huel&a de soldados en rebeldía o de artistas !ue buscaban un futuro para una &alería o para un teatro. -os dele&ados se encar&aban de ne&ociar con las fuer#as del orden: Defes capataces funcionarios municipales directores de teatro u oficiales del 8D"rcito % a su re&reso infor5 maban a sus compañeros. Podían deponerlos sin miramiento al&uno los mismos !ue días u horas antes los habían ele&ido o bien ser recibidos con vítores. $aóticos escandalosos anár!uicos % por lo &eneral ma%oritariamente masculinos estos comit"s o asambleas
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constitu%eron una manifestación rudimentaria pero mu% importante de eApresión democrática. )na ve# institucionali#ados los comit"s se limitaron a supervisar a los funcionarios civiles o los directores de fábrica. *espertaron tambi"n &randes esperan#as % espantosos pavores. Para sus partidarios de eAtracción obrera sobre todo los comit"s especialmente en los momentos ál&idos de la revolución como el invierno de 9/599 o la primavera de 920 eran la vía definitiva para llevar la democracia % el socialismo a Blemania. Para sus detractores entre los !ue se contaban los tibios socialdemócratas representaban la encarnación del bolchevismo sinónimo de terror político inse&uridad caos % desastre económico. $on epicentro en Uiel la revolución de 9/599 se propa&ó por tren. ,u eApansión puede se&uirse con los horarios del ferrocarril en la mano a medida !ue los marineros abandonaban la ciudad portuaria para llevar la noticia de !ue estaban hartos de a!uella &uerra % se habían amotinado contra los oficiales. Bsí a!uellos hombres lle&aron a 4remen =ambur&o 4ochum 8ssen 4raunschei& 4erlín % mucho más al sur hasta 1@nich % 4aviera. *esde el momento en !ue se supo !ue los marineros reclamaban el inmediato final de la &uerra el derrocamiento del Gáiser % sus &enerales % la instauración de un nuevo Eobierno democrático la noticia del motín fue mu% bien recibida. =ombres % muDeres deDaron de lado sus herramientas de trabaDo se concentraron en el patio o en el vestíbulo de las fábricas % eAi&ieron lo mismo. =ubo llamamientos a la huel&a &eneral. -os soldados destinados en territorio alemán comen#aron a abandonar los cuarteles e incluso al&unos oficiales lle&aron a reconocer !ue el Gáiser tenía !ue abdicar. Bl canciller el príncipe 1aA la situación se le iba de las manos. -os acontecimientos se sucedían mu% deprisa. Procedentes de fábricas minas % cuarteles trabaDadores en huel&a % soldados confluían en el centro de las ciudades. 8n todas partes se eli&ieron comit"s de trabaDadores % de soldados. 8l 9 de noviembre de 9/ mientras decenas de miles de personas se reunían en pla#as p@blicas del centro de 4erlín % muchas más intentaban lle&ar a la ciudad el príncipe 1aA puso la $ancillería del +eich en manos de Xriedrich 8bert Defe del ,P* en un intento desesperado por mantener el orden. Xue un acontecimiento histórico aun!ue ni 8bert ni los su%os pudieron saborear el "Aito. 8l poder por el !ue durante tanto tiempo habían luchado les lle&aba de un modo i&nominioso por decisión del @ltimo canciller del @ltimo Eobierno imperial en un momento crítico de la historia de Blemania cuando las compensaciones por la &uerra % el desánimo de la derrota empañaban cual!uier idea o iniciativa. *esde la balconada del edificio del +eichsta& el diri&ente del ,P* Philipp ,cheidemann proclamó la +ep@blica en Blemania. B unos doscientos metros de allí desde uno de los balcones del Palacio +eal el conocido socialista radical % a&itador antib"lico Uarl -iebGnecht proclamaba la rep@blica socialista. 8bert estaba furioso. $onsideraba a -iebGnecht !ue acababa de salir de las cárceles del Gáiser un radical furibundo !ue estaba mucho meDor entre reDas. ,cheidemann sin embar&o era un camarada afín % nin&@n or&anismo oficial ni el Eobierno ni nin&@n partido político había autori#ado la proclamación de la +ep@blica un asunto !ue ni si!uiera se había debatido. 8bert confiaba por encima de todo en !ue se llevase a cabo una transmisión ordenada % neutral de poderes. 3ncluso era partidario de la continuidad de la institución monár!uica aun!ue no en la persona del Gáiser Euillermo 33. Pero sometida a la presión conDunta de los norteamericanos % de las revueltas populares la familia imperial tenía !ue desaparecer.
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Bsí el 9 de noviembre el Gáiser abdicó % nadie se atrevió a señalar a un posible sucesor. Cilhelm Eroener se&undo de -udendorff en el 8stado 1a%or lle&ó a decirle al Gáiser: 8l 8D"rcito re&resará a los cuarteles con calma % orden cumpliendo las órdenes de sus Defes % &enerales pero no por orden de ?uestra 1aDestad por!ue %a no contáis con el respaldo de las fuer#as armadas. ( ,cheidemann en a!uel momento al menos demostró ser el político de más fino olfato. =abía for#ado la situación % el u de noviembre de 9/ 8bert % los su%os formaron un nuevo Eobierno con sus correli&ionarios más cercanos % radicales el Partido ,ocialdemócrata 3ndependiente ;),P*<. Bun!ue poco inclinados a compartir el poder ambos partidos pusieron todo su empeño en llevar adelante la transición a la democracia: una avalancha de decretos bastó para instaurar la libertad de eApresión % de reli&ión la libertad de prensa el sufra&io universal % e!uitativo tambi"n para las muDeres % para conceder una amnistía para los presos políticos. )na transformación trascendental reclamada por las masas !ue atestaban las calles % los centros de trabaDo. 8l Eobierno puso manos a la obra rápidamente para dar la &uerra por concluida. =abía a@n soldados en Xrancia 4"l&ica o Tur!uía países donde Blemania había iniciado la contienda. -as ne&ociaciones con 8stados )nidos no iban por el camino apetecido. Pero Blemania %a contaba con un Eobierno democrático !ue depositó sus esperan#as en el presidente Cilson % aceptó las eAi&encias fundamentales de los norteamericanos para poner fin a las hostilidades: !ue el 8D"rcito alemán abandonase los territorios ocupados en un pla#o de dos semanas % !ue entre&ase in&entes cantidades de material militar pesado a las tropas aliadas. -a orilla i#!uierda del +in territorio alemán por otra parte !uedaría baDo el control de las fuer#as aliadas. ,e revocaría de inmediato el Tratado de 4rest5 -itovsG !ue Blemania había firmado con la +usia revolucionaria para ase&urarse el control de una vasta #ona de la. +usia europea. -os norteamericanos no prometieron nada en cuanto a las condiciones definitivas del tratado de pa# e incluso se ne&aron a presionar al Eobierno británico para !ue levantase el blo!ueo del mar del Norte. Prevaleció la postura de mantener la cabe#a fría a pesar de !ue al&unos oficiales ;% tambi"n civiles< reclamaron lo !ue en Xrancia denominaban una le=De en masse, una movili#ación masiva de la población contra el enemi&o. Bun!ue con el paso del tiempo lo ne&arían la ma%oría de los oficiales de alto ran&o acabaron por admitir !ue no había otra salida !ue aceptar las eAi&encias de los aliados. 8l de noviembre de 9/ una representación del nuevo Eobierno se despla#ó a $ompi&ne en Xrancia para firmar el armisticio !ue pondría fin a las hostilidades ;el tratado de pa# se redactaría más tarde<. -os militares no se movieron del cuartel &eneral de ,pa. -a &uerra !ue tanto habían alentado % !ue durante cuatro años habían llevado a efecto con consecuencias tan desastrosas conclu%ó no con sus firmas sino con la r@brica de 1atthias 8r#ber&er del Partido del $entro $atólico. Tratando de escurrir la responsabilidad de sus propios actos los militares no tardarían mucho en afirmar !ue los traidores a la patria es decir los socialdemócratas los Dudíos e incluso los católicos como el propio 8r#ber&er habían impedido la victoria de Blemania. -a infame le%enda de la puñalada por la espalda esa insidia a la !ue más adelante recurriría Bdolf =itler con 17
$itado por Peter -on&erich etschland 191?&19EE3 ie Weimarer 4ep/li". @and/ch zr Geschichte, =annover XacGeltr_&er 996 p. 60.
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increíbles resultados comen#ó a fra&uarse incluso antes de la firma del armisticio. B finales de enero de 99 el 8D"rcito alemán !ue en el momento del armisticio contaba con unos ocho millones de hombres !uedó reducido a un millón. / Bun!ue el orden % la disciplina brillaron por su ausencia la desmovili#ación fue una operación asombrosa. $ientos de miles de hombres re&resaron de Xrancia +usia o Tur!uíaW muchos de ellos con la ansiedad de volver lo hicieron por sus propios medios. )n &ran n@mero de soldados se ne&ó a entre&ar las armas. -a sociedad alemana estaba hambrienta destro#ada % desalentada % por si fuera poco en &ran medida armada. -a decisión no afectó sólo a los soldados. Tambi"n había !ue desmantelar las enormes fábricas de armamento. Blemania %a no iba a necesitar tanta munición ni tantas ametralladoras. *ecenas de miles de trabaDadores se !uedaron en paro: les dieron el fini!uito con un poco de suerte dos semanas de salario % los embarcaron en el primer tren con destino a sus localidades o ciudades de ori&en. 1illones de muDeres contratadas por esas mismas fábricas durante la &uerra o%eron en t"rminos no mu% corteses !ue tenían !ue ceder sus puestos a los hombres !ue re&resaban del frente. Urupp es de nuevo un buen eDemplo de la situación vivida entonces. $on implacable precisión lo&ística la compañía despidió a cincuenta % dos mil trabaDadoresW a finales de noviembre todos habían abandonado 8ssen. *ie# semanas despu"s de la firma del armisticio la plantilla había !uedado reducida a treinta % ocho mil trabaDadores un tercio aproAimadamente de la !ue tenía en 9( inferior incluso a la nómina de 9. ,ólo si&uieron en sus puestos unas !uinientas de las casi treinta mil trabaDadoras !ue inte&raban la plantilla en 9(. 9 1uchas lo hicieron de forma voluntaria encantadas de deDar atrás las duras condiciones de trabaDo % las ciudades insalubres % superpobladas para re&resar al lado de sus familias asentadas en paraDes más aco&edores. Mtras sin embar&o echaban de menos el salario % la independencia relativa !ue la pa&a les había proporcionado. $on un len&uaDe típicamente burocrático los funcionarios prusianos precisarían !ue: =ubo !ue sortear no pocas dificultades para !ue conse&uir !ue las muDeres abandonasen sus puestos de trabaDo ;en las fábricas Z-as muDeres[ habían dado muestras de inteli&encia % capacidadW los hombres más !uis!uillosos se ne&aron a aceptar tareas pesadas o empleos más precarios o buscaban cambiar de puesto al poco tiempo. Xue necesario adoptar medidas especialmente ri&urosas para sustituir a las muDeres en las fábricas de carbón donde desempeñaban un trabaDo totalmente inadecuado para ellas.20
-as autoridades tambi"n tuvieron dificultades con los empresarios !ue en muchas ocasiones preferían no desprenderse de la mano de obra femenina más cumplidora % barata. 1ás de una ve# amena#aron con cerrar las fábricas si se veían obli&ados a
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4essell Germany a#ter the 8irst World War, (9. Cilhelm 4erdro \*ie Xirma Urupp im CeltGrie& und in der NachGrie&s#eit\. *os vol@menes ;ms. 9O7< =B Urupp Xamilienarchiv =&el 3?F80 2/( p. 29O. 20 1inisterio prusiano de $omercio e 3ndustria Fahres/erichte der pressischen 4egierngsnd Geer/er
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desprenderse de sus trabaDadoras. 2 No obstante acabó por imponerse la política de apartar a las muDeres para hacer hueco a los soldados !ue habían re&resado. B pesar de todo al&unas se las arre&laron para se&uir formando parte de la mano de obra industrial % remunerada aun!ue no en los puestos cualificados !ue habían ocupado durante los años de la &uerra.22 Nerviosos los funcionarios municipales acudían a la estación para la bienvenida a cada tren !ue traía una nueva remesa de soldados procedentes del frente. -as aren&as referidas a la victoria sonaban hueras. 1ucho más clarificadores eran los folletos !ue aconseDaban a los soldados !ue si&uiesen adelante hasta lle&ar a sus localidades de ori&en por!ue las ciudades % pueblos por los !ue pasaban no podían ofrecerles traba ni cartillas de racionamiento.2O B!uellos funcionarios temían sobre todo la aparición de soldados % marineros revoltosos muchos de los cuales conservaban sus armas. VB !u" se dedicaban estos soldados cuando re&resaban a la patriaK 8l teniente Xriedrich 4ecGer &ravemente herido uno de los principales personaDes de A People Betrayed Z)n pueblo traicionado[ de *>blin deambula sin rumbo por 4erlín de mitin en mitin asistiendo a asambleas manifestaciones políticas escuchando discursos aun!ue sin participar demasiado. )n anti&uo compañero Uru& va a visitarle % despu"s acude a ver al director de su anti&uo instituto. 8n respuesta a la descripción !ue Uru& le hace de 4ecGer el responsable de la institución le dice: Todos los so dados re&resan del frente un poco cambiados. No saben !u" hacer co nosotros los !ue nacimos antes de la &uerra. 2 1ientras se recupera de sus lesiones 4ecGer se da una vuelta por el instituto. 8l director !uiere ofrecerle trabaDo pero no puede hacerlo. -a economía del centro no se lo permite % por si fuera poco observa al h"roe de &uerra con cierta aprensión: no está se&uro de si puede fiarse de a!u"l !ue en su día fuera un eAcelente profesor de literatura clásica un hombre cultivado de familia respetable % leal al Gáiser. Bl final 4ecGer se !ueda mano sobre mano en casa % sufre una profunda crisis de nervios. 8rich 1aria +emar!ue pone en boca de Paul 4áumer prota&onista de !in no=edad en el #rente, el comentario !ue si&ue ,i hubi"ramos re&resado a casa en 97 nuestros sufrimientos % la terrible eAperiencia nos habrían llevado a desencadenar una tormenta. Bhora si re&resamos lo haremos a&otados destro#ados !uemados desarrai&ados desesperan#ados: %a no sabremos !u" hacer con nuestras vidas. nuestros compatriotas no nos comprenderán por!ue la &eneración anterior a la nuestra aun!ue ha%a estado a nuestro lado durante estos años tiene una familia una profesión. Todos ellos volverán a sus anti&uas ocupaciones % se olvidarán de esta &uerra. Por otra parte la &eneración !ue nos si&ue nos parecerá aDena % nos dará de lado. Nos convertiremos en seres in@tiles incluso para nosotros mismos Z...[ % al final en ruinas humanas. 26
Btormentados por la incertidumbre del futuro muchos de los soldados !ue re&resaron 21
3bidem. Fahres/ericht, 92 P5 69. 23 ?"anse por eDemplo los folletos % recomendaciones emitidos por el $omit" de Mbreros % ,oldados de 8ssen en ,tadtarchiv 8ssen +ep. 02 F Bbt. 3 F 09O. 24 *>blin A People Betrayed p. 62. 25 8rich 1aria +emar!ue All Iiet on the Western 8ront. Traducción de B. C. Cheen. Mri&inal alemán 92/W Nueva orG Xacett $rest 9(6 p. 29. 22
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pasaban a en&rosar las filas de esa &eneración perdida de alemanes incapaces de inte&rarse de tomar la iniciativa % encau#ar sus vidas. Mtros sin embar&o encontraron en la política una forma de rehacerse. *urante el invierno de 9/599 en todos los mítines manifestaciones % huel&as había soldados !ue al contrario !ue el teniente 4ecGer sí tomaban parte activa en tales eventos. 8n Blemania no sólo se estaba produciendo un movimiento de soldados desmovili#ados marineros % obreros !ue recorrían el país de un eAtremo al otro sino una aut"ntica mareDada de protestas. 8l alemán cuadriculado tantas veces obDeto de sátiras % estereotipos había deDado de serlo para convertirse en un ciudadano in&obernable. 1ineros hambrientos % hartos de trabaDar se pusieron en huel&a para reclamar una Dornada de siete horas % poco despu"s la de seis horas % media. -os obreros se reunían en patios % vestíbulos para pedir ma%ores salarios % el reconocimiento de los comit"s. -as muDeres atacaban a los comerciantes !ue fiDaban los precios sin escr@pulos % eAi&ían !ue los funcionarios municipales % los oficiales del 8D"rcito les proporcionasen el pan !ue tantas veces les habían prometido. Bctores tramo%istas hasta el personal de la limpie#a de los teatros fueron a la huel&a % eli&ieron sus propios comit"s. ,e escribían % leían proclamas se tomaron al asalto las imprentas % se obli&aba a los impresores a componer las declaraciones revolucionarias. B lo lar&o de a!uel invierno las reivindicaciones se hicieron cada =e# más radicales. -os obreros reclamaban la sociali#ación de la industriaW los soldados !uerían !ue sus comit"s se inte&rasen en el mando militar % !ue se aboliesen los &alones de ran&o. =abía !uien abo&aba por la instauración de milicias ciudadanas en sustitución de las fuer#as militares. 3ncluso los trabaDadores del campo fueron a la huel&a % eli&ieron sus propios comit"s. 8n ocasiones a!uellas al&aradas terminaban de forma violenta: un oficial arroDado desde lo alto de un puente % tiroteado cuando trataba de lle&ar a nado a la orillaW un odiado capata# transportado en una carretilla % descar&ado en un basurero o lo !ue es peor en el po#o de una mina. Por su parte las clases medias tratando de defender sus propiedades % su modo de vida or&ani#aron sus propios somatenes paramilitares. -os artistas % los escritores se sumaron al movimiento con entusiasmo. -a eliminación de la censura % el alboroto &eneral les daban alas. Xundaron colectivos or&ani#aron comit"s % publicaron manifiestos en los !ue se eAi&ía acabar con todo lo anti&uo % superfluo. 3ncluso lle&aron a pensar !ue eran la van&uardia de la revolución los catali#adores de las masas. 27 $iertamente disfrutaron en esa "poca de una libertad sin límites para plasmar las fantasías más delirantes desde los diseños de 4runo Taut para unos novedosos % eAtrava&antes edificios en la cima de los Blpes hasta el teatro eApresionista de Xran# CedeGind % 8rnst Toller !ue inda&aba en las emociones más escondidas % proclamaba un nuevo espíritu de independencia. 8stas tendencias artísticas habían aparecido antes de la &uerra pero la revolución amplió hasta límites insospechados sus posibilidades % abrió las puertas a nuevas manifestaciones culturales. 8ran por otra parte consustanciales a la &ente Doven: revolución % Duventud iban de la mano. *esde lue&o había !uien pensaba !ue las perspectivas eran aterradoras: los Dóvenes se comportaban de manera indisciplinada % 26
8n cuanto a 1@nich v"ase 1artín =. Ee%er ;er"ehrte Welt. 4e=oltion, 5n#lation nd 0oderne3 0nchen 19&19$, E>ttin&en ?andenhoecG und +uprecht 99/ pp. 7(5(9.
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disoluta % %a no sentían respeto por sus ma%ores. ]osef =ofmiller eAperto en literatura muni!u"s profesor de instituto % hasta la revolución de 9/599 censor oficial informaba sobre las votaciones en los comit"s estudiantiles: en adelante los estudiantes %a no tendrían !ue saludar respetuosa % humildemente a los profesores del centroW reclamaban además el derecho a leer los periódicos !ue !uisieran % a almor#ar donde les apeteciese % no sólo en la cafetería del centro. B =ofmiller 3e incomodaba más la insolente confian#a !ue tenían en sí mismos !ue las eAi&encias !ue planteaban. Tan embelesados los veía con las modas contemporáneas % la cultura de masas le%endo a autores depravados como *ostoievsGi2( !ue afirmaba sentirse preocupado por!ue creía !ue llevaban una vida por encima de su nivel intelectual o estaban afectados de una suerte de &ripe cerebral. 8l desprecio a la autoridad tambi"n se hi#o patente desde el momento en !ue los soldados revolucionarios diDeron adiós a las charreteras paseaban con el cuello de la camisa desabotonado o recorrían la ciudad a toda velocidad en coches descapotables tocando el claAon. 8l 0nchener 6eesten 6achrichten se hacía eco de la pandemia !ue se eAtendía en forma de baile mientras otros periódicos reseñaban el permanente ambiente de carnaval !ue imperaba en la ciudad. *urante la revolución hasta en la católica 1@nich era más !ue notorio el eAacerbado erotismo al !ue tanta atención prestarían los escritores de la +ep@blica de Ceimar. 2/ No sólo revolución % Duventud iban de la manoW tambi"n el seAo % la política. -a propia revolución: tomar las armas !uebrantar la disciplina laboral para asistir a una asamblea hacer huel&a acudir a manifestaciones o eApresarse con entera libertad %a era una alteración del comportamiento normal en la vida cotidiana. Bun!ue sólo durante un breve interludio la &ente eAperimentó una sensación de poder: tenían la posibilidad de modelar su mundo a su antoDo. 8l de noviembre de 9/ dos días antes de la proclamación de la +ep@blica en 4erlín el eAcelso poeta +ainer 1aria +ilGe acudió a una multitudinaria asamblea en el enorme vestíbulo de un hotel de 1@nich. Bllí tuvo ocasión de escuchar al famoso sociólo&o 1aA Ceber una de nuestras meDores cabe#as además de buen orador !ue precedió al vibrante % apasionado anar!uista 8rich 1hsam !uien dio paso a unos cuantos estudiantes % soldados. Tal me#colan#a de personaDes %a era una prueba de la revolución. 8l acontecimiento impresionó a +ilGe: la multitud apretuDada apenas deDaba paso a los camareros para !ue hicieran su trabaDoW el aire denso !ue olía a cerve#a tabaco % humanidadW la sencilla % directa retórica de la &ente del pueblo. )n Doven obrero se puso en pie e interpeló a Ceber % a otros personaDes eminentes !ue se encontraban en la tribuna. 1u% formal comen#ó hablándoles de usted aun!ue no tardó en tutearles como parece propio de un momento revolucionario. V=ab"is presentado %a una petición de armisticioK.pre&untó. 8n caso contrario tendremos !ue hacerlo nosotros no los caballeros !ue estáis ahí sentados. =a&ámonos con una emisora de radio % hablaremosW seremos &ente normal hablando con otros como ellos !ue escuchan al otro lado. habrá pa#W así de sencillo. -os profesores a!uí presentes Zrefiri"ndose a Ceber % a otros[ saben franc"sW ellos nos echarán una mano % podremos eAponer nuestras ideas con 27
3bidem p. (0. 3bídem pp. (o5(6 cita (2. 1ilitares británicos de inspección en 4erlín tambi"n deDaron testimonio de estos bailes enlo!uecidos. Eerald *. Xeldman The Great isorder3 Politics, conomics, and !ociety in the German 5n#lation, 1,91&1.9$, Nueva orG MAford )niversit% Press 99O pp. 99502. 28
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claridad.29 Bsí fue la revolución: trabaDadores normales !ue se hacían oír % disponían de un foro donde eApresar sus ideas !ue trataban de buscar una salida a la complicada situación J &uerra hambre duras condiciones laboralesJ !ue les había tocado vivir. $omo es de suponer no todo el mundo !uedó tan impresionado con a!uel movimiento como +ilGe aun!ue su primera impresión no tardaría en desvanecerse. 8n el vestíbulo de otro hotel el escritor conservador Msald ,pen&ler fue testi&o tambi"n de los acontecimientos revolucionarios !ue tuvieron lu&ar en 1@nich el ( de noviembre de 9/. 1e tocó vivir las abominables escenas del ( de noviembre Z...[ % a@n las recuerdo con horror. -a forma en !ue fue eApulsado el Gáiser Euillermo como !uien se deshace de un canalla (*mpenhnd) J...K tras haber trabaDado sin descanso durante treinta años sacri5 ficándose por la &rande#a de Blemania Z...[ VBcaso la indomable clase baDa (PH/el), la misma !ue en otros países es ordinaria hasta decir basta pretende !ue comul&uemos con su vul&aridadK Z...[ $reo !ue la revolución alemana se adentra por la senda de sus antecesoras: lenta destrucción del orden establecido fracaso radicalismo visceral caos. 8s preciso actuar con mano dura Z...[ hasta !ue los tiempos est"n maduros para !ue un selecto &rupo Z...[ asuma el poder. Nobles % oficiales prusianos millares de trabaDadores especiali#ados &ente culta artesanos trabaDadores todos dotados de instintos prusianos Z...[ $orrerán ríos de san&reW cuanta más meDor.O0
-os liberales tambi"n estaban horrori#ados ante el caos % el desconcierto !ue sembraba la revolución. 8n sus cartas a su hiDo Eerhard ;!uien más tarde cambiaría su nombre de pila por el más bíblico de Eershom % andando el tiempo lle&aría a ser un reconocido erudito del misticismo Dudío< 4ett% ,cholem se lamentaba de !ue había huel&as % manifestaciones en la imprenta de la familia % no ocultaba su preocupación por las re%ertas calleDeras a mano armada % la falta de electricidad. O Pero lo peor estaba a@n por lle&ar. =emos deDado atrás una semana espantosa l@&ubre a más no poder Z...[ 8l imperio del terror Zde la -i&a 8sparta!uista[ nos ponía los pelos de punta. )no de los reloDes más característicos de la ciudad fue derribado a tirosW llovían balas desde el escaparate de la carnicería de la localidad. $uadrillas fantasma&óricas acechaban por do!uierW la redacción del ;or
+ainer 1aria +ilGe a $lara ( de noviembre de 9/ en Weimar3 in *ese/ch zr detschen Geschicte, =einrich Bu&ust CinGler % BleAander $ammann eds. 1@nich $. =. 4ecG 99( PP. 56. 30 Msald ,pen&ler citado en ibidem pp. 6(56/. 31 4ett% ,cholem a Eershom ,cholem ( de enero de 99 en ibidem pp. 7O576. 32 4ett% ,cholem a Eershom ,cholem O de enero de 99 en ibidem pp. 76577.
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traspasado todos los límites !ue todo es posible. $uántas esperan#as alber&amos al volver de la &uerrag escribiría Brnold Yei& años más tarde recordando la revolución. OO ,us ilusiones pronto se vinieron abaDo como las de tantos otros % "l se dedicó a la política % posteriormente a escribir como un poseso. Ten&o en la cabe#a &randes obras tremendas colosales bien estructuradas monumentalesK escribía a su ami&a =elene Ce%l en abril de 99. Huiero dedicarme a escribirg Todo lo !ue he escrito hasta ahora no es más !ue el preámbulo. O no se trataría de escritos corrientes. 8ran tiempos para &alopar a lomos del viento para abrir enormes surcosW por todas partes había talento. -a &uerra % la revolución lo&raron !ue mucha &ente abandonase la asfiAiante se&uridad de la vida bur&uesa. Nuestra "poca ha vuelto a situar la aventura en el centro de la vida diaria haciendo posible de nuevo la aparición de la &ran novela del &ran relato. O6 Bl hilo de lo manifestado por Yei& el eApresionismo el cine la literatura el eAplosivo mundo del teatro el arte en &eneral hundía sus raíces en la misma sensibilidad !ue había alumbrado los descomunales desastres de la &uerra % la imparable creatividad de la revolución. Todas las artes se sustentaban en la endeble fra&ilidad del orden político instaurado con la +ep@blica de Ceimar !ue inculcaba en la sociedad una permanente sensación de in!uietud % la transmitía al mundo de la cultura. -a revolución fue creativa pero tambi"n caótica. *esde el momento en !ue asumió el car&o el socialdemócrata Xriedrich 8bert trabaDó sin descanso para canali#ar a!uella ener&ía política por vías disciplinadas re&lamentadas. Por!ue si al&o temía 8bert era !ue la alemana no fuera sino una r"plica de la +evolución rusa. 8bert % sus correli&ionarios eran firmes demócratas convencidos de !ue el capitalismo iría dando paso a una or&ani#ación socialista de la economíaW pero tambi"n creían !ue lo conse&uido en +usia no era sino el caos económico % el terror político verdaderas antítesis de la democracia % de un sistema social pro&resista. 8l pro%ecto acariciado por tantos de restaurar el orden % de crear en Blemania un espacio de libertad eAi&ía una or&ani#ación minuciosa. -os alemanes tenían hambre % pasaban fríoW había !ue proporcionarles comida % carbón conse&uir !ue los hombres volvieran al trabaDo dotarse de instituciones democráticas. Blemania no podía ni debía tolerar condiciones propias de los bolchevi!ues como repetían sin desma%o 8bert % los su%os. 8bert era de la opinión de !ue el Eobierno debía le&itimarse mediante procedimientos democráticos: las urnas antes !ue nada. -a democracia alemana tenía !ue asentarse sobre pilares firmes al&o !ue sólo podría conse&uirse &racias a una nueva $onstitución. Por otra parte las elecciones libres % un nuevo teAto constitucional bastarían para refrenar el ímpetu de sus socios más radicales el ),P* % anularían cual!uier ribete de le&itimidad !ue los comit"s se hubieran labrado. Para 8bert los comit"s no eran la forma embrionaria de una sociedad plenamente democrática en la !ue la participación del pueblo lle&ase a 33
Arnold Zweig, "Freundschaft mit Freud: Ein Bericht" (1947-1948), en Arnold Zweig, 7887-1968: Werk und Leben in Dokumenten und Bildern, Georg Wenzel, ed., Berlín, Aufbau, 1978, pp. 103-104, cita 103. 34 Arnold Zweig a Helene Weyl, 4 de abril de 1919, en Arnold Zweig, Beatrice Zweig, Helene Weyl, Komm her, Wir lieben dich: Briefe einer ungewöhnlichen Freundschaft zu dritt. Ilse Lange, ed., Berlín, Aufbau, 1996, pp. 49154 cita 150. 35 Arnold Zweig, "Theater, Drama, Politik" (10 de enero de 1921), en Wenzel, Arnold Zweig, pp. 115-118, cita 117.
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todas las instituciones sociales incluidos los centros de trabaDoW más bien los veía como un peli&roso eAperimento radical con resabios de bolchevismo. =abía pues !ue eliminarlos pero en las caóticas circunstancias de 9/599 si se daba paso a un ata!ue directo el tiro podía salir por la culata. $on suerte unas elecciones % una Bsamblea constitu%ente bastarían para salir del atolladero. -os socialdemócratas no podían afrontar solos semeDante tarea. 8ran el partido más importante de Blemania pero sin ma%oría: tenían !ue lidiar con otros cinco partidos importantes más los comit"s obreros % de soldados !ue eAi&ían participar en el Eobierno de al&una manera. -os socialdemócratas nunca habían ostentado el poder de la nación. *isponían de millares de militantes !ue sabían cómo or&ani#ar un partido pero carecían de &ente curtida en el eDercicio del poder en la or&ani#ación de una red de transportes o en la &estión de un sistema de a&ua corriente % de alcantarillado. 8bert apeló en primer ]u&ar a oficiales del 8D"rcito funcionarios de alto nivel % capitalistas los mismos !ue hasta noviembre de 9/ habían tildado a los socialdemócratas de traidores a la nación alemana. alcan#ó un compromiso con ellos. -os oficiales del 8D"rcito reconocerían al Eobierno % pondrían a su disposición tropas leales para acabar con los comit"s % la i#!uierda radicalW a cambio el Eobierno socialista &aranti#aría la inte&ridad de los oficiales % su control sobre las fuer#as militares. -os capitalistas por su parte aceptaron el reconocimiento de los sindicatos % la Dornada laboral de ocho horasW a cambio el Eobierno se comprometió a respetar los derechos de propiedad % del accionariado. -os socialdemócratas convencieron a los meDores funcionarios de alto ran&o prometi"ndoles !ue mantendrían sus puestos % privile&ios % "stos aceptaron poner sus conocimientos al servicio del Eobierno. B!uellos privile&ios no tenían nada !ue ver con el bolchevismo sólo pretendían !ue Blemania se aleDase del caos % de la revolución % se adentrase por la senda de la democracia % de la recuperación económica. Pero no por eso resultaron menos fatídicos. 8n 9/599 las fuer#as del orden estaban deseando trabaDar con los socialdemócratas para evitar un mal mucho ma%or: una eAplosión bolchevi!ue. 8s evidente !ue en Blemania había a&itación política radicalismo % caos pero las perspectivas de una revolución de corte bolchevi!ue eran más bien escasas. ,in embar&o ni las clases diri&entes de vieDo cuño ni los socialdemócratas las tenían todas consi&o: estaban aterrados % aunaron esfuer#os en un abra#o !ue fue sólo temporal. )na ve# superada la situación de pánico cuando los oficiales los altos funcionarios % los capitalistas comprobaron !ue la batuta del poder !uedaba de nuevo en sus manos comen#aron a buscarse otros aliados !ue acabarían encontrando en las filas del partido na#i. 8ntre 9OO % 96 los doce lar&os años !ue duró el Tercer +eich los socialdemócratas no deDarían de echarse en cara la escasa resolución de !ue hicieron &ala en a!uel invierno de 9/599 para socavar los poderes de !uienes habían sido sus adversarios durante tanto tiempo. B mediados de diciembre de 9/ se reunió en 4erlín el $on&reso Eeneral de $omit"s de Mbreros % ,oldados al !ue asistieron dele&ados electos de toda BlemaniaW allí salieron a la lu# las enormes discrepancias en cuanto a cuál sería la suerte reservada a la revolución alemana. Bco&ido con estruendosos aplausos % silbidos el socialdemócrata 1aA $ohen
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fue el encar&ado de eAplicar la posición del Eobierno. O7 $on elocuencia % emoción describió la situación crítica en !ue se encontraba el país sin deDar de prometer por eso democracia % socialismo. $itó a 1arA % a =eine ;en todos los discursos políticos de la Blemania de a!uella "poca era obli&ado citar a al&uno de los &randes poetas del si&lo 3< no sin insistir en la necesidad de orden productividad % disciplina tres virtudes características del pueblo alemán: sin ellas sólo habría más hambre % la situación se tornaría más caótica. ,e&@n sus palabras los trabaDadores en huel&a reclamaban salarios !ue estaban por encima de los in&resos de las empresas. 8ra ridículo pensar !ue 8stados )nidos % Eran 4retaña las dos potencias más importantes con las !ue Blemania mantenía ne&ociaciones emprendiesen el camino de la revolución. 8Aistía el peli&ro real de !ue Blemania deDase de ser una nación !ue el des!uite revanchista de la 8ntente % los conatos separatistas de al&unas re&iones alemanas como las del +in desmembrasen el país. ,ólo se lle&aría al socialismo cuando se alcan#ase el máAimo nivel de productividadW de lo contrario ocurriría lo mismo !ue en +usia donde la población se moría de frío % de hambre. $uando se interrumpe la producción como en nuestro caso cuando las materias primas no lle&an % las fábricas están paradas V!u" !ueda por sociali#arK 8n tales circunstancias hablar de socializar de #orma inmediata es na insensatez, ipor!ue no ha% nada !ue sociali#arg.O( -a nación sólo podía pro&resar si todos los ciudadanos se movían en la misma direcciónW había !ue convencer a las clases medias de las bondades del socialismo al&o !ue sólo se conse&uiría celebrando unas elecciones libres para la Bsamblea nacional constitu%ente no con comit"s de obreros % soldados. Bdemás los aliados sólo estaban dispuestos a ne&ociar con un Eobierno le&ítimo. -as ra#ones eApuestas por $ohen en su discurso obtuvieron el apo%o de la ma%oría de los dele&ados del $on&reso pero tambi"n suscitaron ira e indi&nación. -os momentos ál&idos de una etapa revolucionaria nunca son los más propicios para sopesar ar&umentos ra#onados. =abía dentro % fuera de la sala !uien opinaba !ue las privaciones de la &uerra % las inDusticias del anti&uo r"&imen eAi&ían soluciones mucho más radicales. No bastaba con unas elecciones a un Parlamento en el !ue estuvieran representadas las clases medias % altas de BlemaniaW la @nica forma de encarar el futuro pasaba por un sistema político !ue se sustentase en los comit"s. =abía !ue sociali#ar de inmediatoW se&uir el eDemplo de las acciones revolucionarias de los trabaDadores de otros países % no desaprovechar la oportunidad para establecer una alian#a con la +usia bolchevi!ue. M como ase&uró el socialista independiente 8rnst *_umi& plantándole cara a $ohen: =ace setenta años el poeta de la revolución ZXerdinand Xreili&rath[ afirmó !ue el proletariado esta/a llamado a aca/ar con el =ie>o mndo y constrir no ne=o. B día de ho% esa tarea no se ha cumplido. jsa es nuestra obli&ación "sa es la reclamación a la !ue hemos de dar respuesta en este preciso instante. O/ Tal era la vo# del fervor revolucionario de la ira de la humanidad: confian#a plena en la capacidad de la clase trabaDadora para cambiar el mundo de arriba abaDo. 8ra preciso acabar con el 8stado decadente % putrefacto !ue Xreili&rath en su día había denostado % señalado con el dedo. eso no se conse&uiría con discursos de 36
1aA $ohen \+ede fr die Nationalversammlun& vor dem Bll&emeinen Uon&ress der Brbeiter5 und ,oldatenr_te\ 9 de diciembre de 9/ en Politische 4eden 555, pp. 9(52. 37 3bidem p. 09 ;en cursiva en el ori&inal<. 38 8rnst *áumi& \+ede &e&en die Nationalversammlun& Uon&ress der Brbeiter5 und ,oldatenr_te\ 9 de diciembre de 9/ en Politische 4eden pp. 225 cita 22 ;en cursiva en el ori&inal<.
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parlamentarios electos ni a &olpe de pluma de burócratas sindicalistas. ,ólo la a&itación de la clase obrera Ja la !ue *_umi& tambi"n solía referirse como das ;ol", olvidando !ue a dos tercios de ese mismo pueblo ni se les había pasado por la cabe#a el considerarse obrerosJ alumbraría un nuevo amanecer. 8n opinión de *_umi& esa a&itación encontraba su eApresión política en los comit"s obreros % de soldados. B pesar de !ue en noviembre % diciembre de 9/ el intenso movimiento popular iba a más los socialdemócratas salieron fortalecidos de a!uel con&reso % fueron capaces de refrenar el acendrado radicalismo de los comit"s. -os dele&ados votaron a favor de la rápida convocatoria de unas elecciones &enerales libres para una Bsamblea constitu%ente. 8l con&reso por otra parte dio el visto bueno al poder !ue ostentaba el Eobierno % al $omit" $entral como &arante de la autoridad aun!ue esto no tardaría en convertirse en papel moDado. 8l movimiento de masas consi&uió numerosas concesiones en cuanto a salarios % condiciones de trabaDo % planteó asimismo numerosas dificultades pero se había dado un primer paso para convertirlo en un verdadero poder aun!ue "ste residiera cada ve# más claramente en el Eobierno le&al encabe#ado por 8bert la burocracia tradicional % el 8D"rcito. 8ntre finales de diciembre de 9/ % la primavera % el verano del año si&uiente los militares recuperaron la iniciativa. Tras una serie de enfrentamientos de índole menor al&unos mu% san&rientos suprimieron los comit"s militares % comen#aron a or&ani#ar unidades más homo&"neas más de fiar entre las !ue se contaban formaciones paramilitares con respaldo para actuar con inusitada violencia. -os trabaDadores más radicales de 4erlín % el incipiente Partido $omunista prota&oni#aron una al&arada armada en enero de 99 !ue sólo sirvió para mar&inar a@n más a la eAtrema i#!uierda e incrementar la confian#a del Eobierno socialdemócrata en las fuer#as armadas % en las unidades paramilitares de derechas !ue contaron con su aprobación eApresa. *urante la represión de la revuelta ca%eron asesinados los principales diri&entes comunistas Uarl -iebGnecht % +osa -uAembur&o: fue la primera de una serie de acciones terroristas llevadas a cabo por la eAtrema derecha !ue acabarían por empañar la vida p@blica de a!uel periodo. *os meses despu"s con motivo de una avalancha de huel&as % al&aradas obreras el ministro de *efensa del ,P* Eustav NosGe dictó una orden !ue permitía disparar contra toda persona !ue se enfrentase con las armas a las tropas &uber5 namentales.O9 Triste sino de una "poca % de la terrible cortedad de miras de un Eobierno socialista !ue consentía !ue las fuer#as de derechas la emprendiesen a tiros con unos trabaDadores !ue luchaban por una Blemania más socialista % democrática. 8n una situación tan conflictiva como imprevisible los alemanes fueron llamados a las urnas. 8l 9 de enero de 99 acudieron en masa para ele&ir la Bsamblea constitu%ente ;!ue temporalmente desempeñaría tambi"n las funciones de Parlamento<. Por primera ve# las muDeres podían votar libremente i&ual !ue los hombres. 8llas representaban la &ran incó&nita de a!uellas elecciones. Todas las formaciones políticas desi&naron un comit" de muDeres para trasladar sus mensaDes a a!uel se&mento del electorado. 8l voto femenino fue a parar en su ma%oría al centro católico % a los partidos conservadores aun!ue tambi"n fue decisiva su contribución para la importante victoria de los socialdemócratas. $on todo la clase política alemana se&uía profundamente dividida % el 39
$itado en -on&erich etschland 191?&19EE, p. /9.
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apo%o !ue recibió el ,P* no bastó para alcan#ar la ma%oría. $oali&ados con el Partido *emocrático Blemán ;**P< de tendencia liberal % con el Partido del $entro $atólico Jla coalición de Eobierno de CeimarJ sellaron un compromiso para !ue Blemania se adentrase por la senda del orden democrático. $uando el 7 de febrero de 99 el canciller 8bert pronunció el discurso inau&ural ante la Bsamblea $onstitu%ente hubo de sufrir interrupciones % silbidos constantes de la derecha al tiempo !ue recibía los aplausos de los dele&ados de la $oalición de Ceimar. 0 8bert no se apartó de su idea de mantener el orden la disciplina % el trabaDo duro. 8Aculpó a la revolución % al Eobierno de la situación crítica por la !ue pasaba Blemania !ue achacó más bien al resultado de la &uerra a la errónea política de las anti&uas clases diri&entes % a la actitud revanchista de las potencias de la 8ntente. 8bert no supo estar a la altura de una de las principales obli&aciones del diri&ente político: la de ir por delante de sus votantes. Nunca pudo atacar de frente al anti&uo r"&imen por causa de la &uerra por!ue los socialdemócratas la habían apo%ado. 8n sus discursos Blemania Damás había tenido la culpa del inicio de las hostilidades. 8n lu&ar de ofrecer a la población unas eApectativas más mesuradas prefirió bailarle el a&ua a la dere5 cha !ue insistía en car&ar las tintas sobre la 8ntente. Bl i&ual !ue sus conciudadanos 8bert alber&aba vanas ilusiones en cuanto a lo !ue estaba en Due&o en las conversaciones de pa#. 8l tono al !ue recurría como no deDaron de advertir diferentes embaDadas no era el más adecuado para recibir un trato de favor por parte de los aliados. -a &uerra no sólo nos deDó eAhaustos a nosotros sino !ue a&otó tambi"n % de !u" manera a nestros ad=ersarios. *e esa postración nace la idea de recuperarse del desastre a costa del pueblo alemán % de eAplotarnos en nombre de la pa#. Nos oponemos con todas nuestras fuer#as a tales planes revanchistas % abusivos. ZBplausos[ 8l pueblo alemán no está dispuesto a trabaDar en condiciones de esclavitud para otras naciones durante los próAimos veinte cuarenta o sesenta años Z...[ 8l pueblo alemán está decidido a asumir su responsabilidad en los desmanes o violaciones en !ue ha%a podido incurrir de forma de deliberada. Pero no permitirá !ue se le casti&ue por hechos !ue hubo de padecer víctima como fue tambi"n de la &uerra % de la falta de libertad !ue la precedió.
8n su discurso 8bert continuaba des&ranando un rosario de !ueDas: !ue se considerase Blsacia parte de Xrancia !ue se eApulsase a los alemanes de territorios !ue les pertenecían las maniobras en marcha para controlar por completo las finan#as % la actividad económica del país maneDos !ue culminarían con la esclavitud económica del pueblo ale5 mán Z...[ Hue tambi"n se apli!ue la doctrina de la pa# !ue propone CilJson a nuestras reivindicaciones clamaba. Pero todo !uedó en palabras. 2 8n Ceimar no en 4erlín los representantes electos comen#aron a trabaDar en el borrador de una $onstitución. -eDos de estar controlada la situación en la capital era todavía peli&rosa. *e ahí !ue el Eobierno pensase !ue el espíritu de Ceimar símbolo de la cultura alemana clásica % humanista sería un aliciente para !ue la +ep@blica fuese 40
Xriedrich 8bert \+ede #ur 8rtiffnun& der ?erfassun&&ebenden Nationalversammlun&\ 7 de febrero de 9 Zasí en el ori&inal[ en Politische 4eden 111, pp. 2526O. 41 3bidem p. 27 ;en cursiva en el ori&inal<. 42 3bidem pp. 2(52/.
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meDor aceptada tanto por los sectores alemanes más conservadores como entre los aliados. Proclamada formalmente el de a&osto de 99 la $onstitución de Ceimar consa&raba las libertades fundamentales Jla libertad de eApresión % de prensa la i&ualdad entre hombres % muDeresJ % establecía el derecho al sufra&io universal % libre de todos los ciudadanos alemanes desde los veinti@n años. 8n cuanto a las reformas sociales Jal&unas introducidas por el primer Eobierno revolucionarioW otras establecidas en la $onstituciónJ eran de importancia no menor: reconocimiento del carácter vinculante de los convenios colectivos cobertura por parte del 8stado en caso de desempleo % a%udas a la maternidad % a la infancia. -a $onstitución aceptaba !ue Blemania fuese un 8stado federal compuesto de dieciocho estados aun!ue el Eobierno central tenía más poder !ue en el r"&imen del Gáiser % se reconocían al&unos estados más pe!ueños. 8ncabe#ado por su canciller el Eobierno respondía ante el Parlamento ele&ido mediante un sistema proporcional de recuento de votos. $ada siete años se ele&iría tambi"n por sufra&io universal un presidente en !uien recaía la responsabilidad de desi&nar al canciller % a los miembros del Eobierno % !ue tendría en circunstancias eAtraordinarias el poder de invocar una situación de emer&encia !ue permitiera al canciller &obernar por decreto. -os representantes electos redactaron un teAto fundamental !ue reco&ía los ideales enarbolados por liberales % socialdemócratas desde mediados del si&lo 3. -a $onstitución dotó a Blemania de un sistema político más en consonancia con los países liberales de occidente % el norte de 8uropa !ue con el anti&uo modelo imperial o los vi&entes en países de 8uropa central % del este !ue no tardarían en convertirse en dictaduras. Pero a@n !uedaban al&unos flecos. -a $onstitución carecía de un preámbulo vibrante !ue proclamase !ue Blemania era una nación democrática. 8l sistema de asi&nación proporcional de escaños contribu%ó de forma determinante a la fra&mentación política de la +ep@blica de Ceimar. -a le% electoral permitió !ue en el +eichsta& estuviesen representados todos los partidos !ue hubieran obtenido sesenta mil votosW así los diputados estaban más sometidos a la disciplina de partido !ue a las necesidades de sus votantes. -os poderes de !ue disponía el presidente en situaciones de emer&encia eran demasiado amplios. -os res!uicios !ue deDaba la $onstitución % sobre los !ue tanto se debatió cuando la +ep@blica a&oni#aba en el decenio de 9O0 e incluso despu"s de 96 tenían menos !ue ver con el sistema político !ue establecía !ue con la realidad de una sociedad tan dividida como la alemana. )na sociedad más unida % más hondamente comprometida con los principios democráticos probablemente hubiese podido funcionar con a!uella $onstitución. 1ientras las calles alemanas se&uían atestadas de manifestantes % pi!uetes los paramilitares campaban por sus respetos % los diputados alemanes esbo#aban una $onstitución las &randes potencias se reunían en París para redactar los tratados !ue se&@n su forma de ver las cosas servirían de instrumento definitivo para &aranti#ar la pa# en el futuro. -os alemanes no asistieron a las reuniones preparatorias % desde lue&o no estuvieron presentes en las ne&ociaciones. 8ra un tratado !ue los vencedores iban a ne&ociar entre ellos: el presidente estadounidense Cilson % los primeros ministros británico *avid -lo%d Eeor&e franc"s Eeor&es $lemenceau e italiano ?ittorio Mrlando. 8ran los $uatro Erandes aun!ue el poder real estaba en manos de los diri&entes de
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8stados )nidos Eran 4retaña % Xrancia todos ellos acompañados por un s"!uito de entendidos: militares funcionarios civiles políticos cartó&rafos demó&rafos t"cnicos en a&ricultura % otros por el estilo. Tenían por delante una tarea colosal. -a &uerra había dado al traste con el anti&uo orden establecido. )n si&lo despu"s de !ue las potencias se reuniesen en ?iena para rediseñar el mapa europeo !ue la +evolución Xrancesa % Napoleón habían trastocado los países vencedores de la Primera Euerra 1undial tenían !ue establecer un nuevo orden europeo para el si&lo . =abía !ue redefinir las fronteras contener el avance de los bolchevi!ues levantar nuevos 8stados sobre las ruinas de vieDos imperios. Xrancia % 4"l&ica por su parte eAi&ían compensaciones por los destro#os causados por el 8D"rcito alemán así como &arantías para no estar al albur de nuevas amena#as por parte de su poderoso vecino del este. 8n Xrancia % en Eran 4retaña la opinión popular reclamaba !ue el Gáiser % sus &enerales fueran Du#&ados incluso ahorcados % los representantes de las colonias trataban de hacerse oír en las ne&ociaciones para reivindicar su independencia. V4astaría la retórica de Cilson para alcan#ar una pa# sin aneAiones ni compensaciones % vivir en un mundo en el !ue la democracia no se viese amena#adaK -os vencedores citaron en ?ersalles a los dele&ados alemanes a finales de abril de 99 donde tuvieron ocasión de comprobar el escaso valor de las promesas de Cilson. -os anfitriones franceses se encar&aron de humillar a los ciento ochenta componentes de la dele&ación alemana haciendo !ue los trenes !ue los llevaban de 4erlín a París circulasen con lentitud por las re&iones francesas devastadas. Bl lle&ar a París los subieron casi a la fuer#a a unos autobuses !ue los llevaron a ?ersalles entre estrictas medidas de se&uridadW una ve# allí deDaron los e!uipaDes en el vestíbulo del hotel !ue iban a ocupar % de malas maneras les diDeron !ue cada uno subiera el su%o. O 8l Defe de la dele&ación alemana el ministro de Bsuntos 8Ateriores conde )lrich von 4rocGdorff5+ant#au era partidario de lle&ar a un compromiso de pa# en línea con lo acordado por el nuevo Eobierno alemán pero como llevaba monóculo % se comportaba con altive# los aliados vieron en "l un fiel refleDo de la peor Blemania militarista % aristocrática. Por su parte el ministro como la ma%oría de sus compatriotas se había hecho ilusiones de !ue Cilson reconocería al menos !ue una Blemania fuerte serviría meDor a los intereses de todos % !ue se impondría el punto de vista de los norteamericanos. -o !ue 4rocGdorff5+ant#au % el resto de la dele&ación alemana esperaban era poco más !ue una leve reconvención. *e hecho los alemanes se despla#aron a Xrancia con unos pocos mapas e informesW suficientes se&@n ellos para iniciar las conversaciones. 8l ( de ma%o de 99 se re!uirió la presencia de la dele&ación alemana para celebrar una reunión en el hotel Trianon Palace. $lemenceau fue el primero en hablar. =a lle&ado el momento trascendental de saldar cuentas. Pedís pa#. 8stamos en condiciones de poder &aranti#árosla.6 $uando le tocó intervenir 4rocGdorff5+ant#au permaneció sentado un &esto !ue en Blemania fue considerado heroico pero !ue los aliados interpretaron como una afrenta. 8n un lar&o discurso sin ar&umentos tan sólo insistió en eAculpar a Blemania 43
1ar&aret 1ac1illan Paris 19193 !iL 0onths That Changed the World, Nueva orG +andom =ouse 200 p. 70. Traducido al español por ]ordi 4eltrán como Pars 19193 seis meses e cam/iaron el mndo, 4arcelona Tus!uets 8ditores 2006. 44 3bidem pp. 7057. 45 $itado en ibidem p. 7.
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acusando a los aliados de incrementar el n@mero de baDas alemanas con maniobras dilatorias para retrasar el tratado de pa# % mantener el blo!ueo marítimo. 8l discurso de 4rocGdorff5+ant#au fue un verdadero desastre uno de los peores resbalones !ue se recuerdan en la historia de la diplomacia. Cilson $lemenceau % -lo%d Eeor&e montaron en cólera. 8l primero lle&ó a decir: =a sido el discurso más torpe !ue he escuchado en mi vida. 8stos alemanes no pueden ser más lerdos: siempre metiendo la pata. 7 B!uella noche cuando tuvieron oportunidad de echar un vista#o a las condiciones !ue les presentaron los representantes alemanes no salían de su asombro. -a prensa alemana no tardó en dar cuenta de los pormenores % la nación se vio sacudida por un sentimiento de incredulidad % ultraDe. -os alemanes disponían de dos semanas para dar una respuesta % en tan breve periodo ^sólo se les concedieron unos días más^ fueron capaces de reunir la documentación pertinente % preparar ar&umentos para mostrar su oposición a los eAi&entes t"rminos en !ue estaba redactado el tratado. No les valió de nada. Blemania perdió territorios en el este % el oeste aproAimadamente la s"ptima parte de lo !ue era el país antes de la &uerra territorios !ue prácticamente todos los alemanes consideraban parte de la nación. 8ntre ellos fi&uraban Blsacia5-orena la ma%or parte de Po#nan % Prusia Mccidental % la re&ión lituana de 1emelW el destino definitivo de otros territorios como la Blta ,ilesia % el ,arre dependía del resultado de sendos referendos. 8l tratado fiDaba drásticas limitaciones en cuanto a los efectivos del 8D"rcito alemán eAi&ía !ue Blemania pusiese en manos de los aliados &ran parte del material b"lico de !ue disponía en a!uel momento % le prohibía or&ani#ar una fuer#a a"rea. 8n el terreno de la diplomacia se le ne&aron al&unas de las libertades de las !ue &o#aban otros 8stados soberanos como la de firmar ciertos acuerdos con Bustria. Perdió todas sus colonias % el país no fue aceptado como miembro de la ,ociedad de Naciones. 8l artículo !ue más indi&nó a los alemanes fue el 2O por el !ue Blemania % sus aliados !uedaban obli&ados a asumir toda la responsabilidad en cuanto al inicio de las hostilidades. *esde el punto de vista de los aliados la cláusula sobre !ui"n había sido el responsable de la &uerra como lle&ó a ser conocida era la !ue establecía el fundamento Durídico para reclamar las compensaciones eAi&idas. ,in embar&o el coste de tales reparaciones no fi&uraba en el tratado con lo !ue Blemania se veía obli&ada a firmar en definitiva un che!ue en blanco. -a reacción de los alemanes fue violenta. *e forma temeraria al&unos miembros de la coalición &ubernamental abo&aron por el recha#o. Pero el ries&o era enorme: a nadie se le ocultaba !ue si el Eobierno se ne&abaa firmar el tratado Tos eD"rcitos aliados se&uirían avan#ando % ocuparían el país. Philipp ,cheidemann primer canciller durante la Bsamblea $onstitu%ente tomó la palabra para ase&urar % proclamar en t"rminos !ue bien podría haber pronunciado el diputado más conservador de la $ámara !ue todos los alemanes de cual!uier condición (!tamm) o re&ión (*and), eran uno: ,omos de la misma carne % de la misma san&reW !uien!uiera !ue intente separarnos asestará una cuchillada letal al cuerpo vivo de los alemanes. ( 8n su vibrante discurso ,cheidemann insistió en !ue el tratado acarreaba un despiadado descuarti#amiento la esclavitud una casta 46
8n cuanto a la cita con li&eras variantes sobre la interpretación v"ase ibidem pp. 7O576 así como 8rich 8%cG A @istory o# the Weimar 4ep/lic, vol. 3: 8rom the Collapse o# the mpire to @inden/rgMs lection, ori&inal en alemán 96W $ambrid&e =arvard )niversit% Press 97 pp. 92596. 47 Philipp ,cheidemann \Ee&en die Bnnahme des ?ersailler ?ertra&es\ en Politische 4eden 555. pp. 2652( cita 265266.
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de siervos ilotas. Z8ste tratado[ no puede sustituir al ordenamiento Durídico !ue nos demos. ,esenta millones Zde alemanes[ viviendo detrás de alambradas encarcelados condenados a trabaDos for#ados Z...[ su propio país convertido en un campo de confinamientog. Nos pisotean % hacen escarnio de nosotros. 8so era lo !ue se&@n "l si&nificaba a!uel tratado. 8l ta!uí&rafo de turno consi&nó !ue recibió un caluroso aplauso acompañado de &randes muestras de conforrnidad. / -a diatriba contra el tratado del portavo# del Partido Nacional Popular Blemán ;*N?P< Brthur Eraf von PosadosG%5Cehner fue mucho más virulenta. Noble prusiano de alto linaDe % alto funcionario PosadosG%Cehner calificó de latrocinio todas % cada una de las disposiciones del tratado. -a p"rdida de territorios las limitaciones referidas a las fuer#as armadas la prohibición de lle&ar a acuerdos con Bustria la petición de !ue el Gáiser sus &enerales % sus funcionarios fueran entre&ados a los aliados todas esas condiciones eran lisa % llanamente un latrocinio un despoDo de la ri!ue#a % de la soberanía de los alemanes. Tanto a PosadosG%5Cehner corno a !uienes se mostraban en desacuerdo con el tratado les había indi&nado especialmente la incautación de los cables tele&ráficos % telefónicos así como de los transmisores de radio !ue mantenían a Blemania en contacto con el eAtranDero una muestra más del caprichoso espíritu revanchista !ue sólo buscaba echar sal en la herida. PosadosG%5Cehner insistió en !ue la ne&ativa a firmar el tratado traería malos tiempos para Blemania pero el honor de la nación !uedaría a salvo incluso si eso si&nificaba la desaparición del pueblo alemán por!ue creemos !ue despu"s de la muerte resucitaremos. -a aceptación de los t"rminos del tratado e!uivaldría a hundir en la miseria a innumerables &eneraciones futuras: por el bien de ellas la su%a estaba obli&ada a tener el coraDe definitivo (Todesmt)N para car&ar con las consecuencias. PosadosG%5Cehner era un especialista en recurrir a la historia en apo%o de sus ideas: Blsacia era alemana hasta la m"dula % %a les había sido escamoteada por los 4orbonesW la Blta ,ilesia no formaba parte de los territorios de la corona polaca desde el año 26OW los in&leses se sentían mu% ufanos cuando hablaban de autodeterminación pero V!u" tenían !ue decir de 3rlanda o la 3ndiaK VHu" pueden imponernos los bel&as tras su deshonroso comportamiento en el $on&oK V8n !u" han !uedado las promesas de CilsonK 8s un tratado di&no del avaro ,h%locG finali#ó entre atronadores aplausosW Cilson no era sino un mentiroso !ue ocultaba sus verdaderas intenciones ase&urando !ue era ami&o de Blemania. 9 Xrente a eso lo @nico !ue aducían los partidarios de firmar el tratado era !ue Blemania no tenía elección % !ue si se ne&aban a firmarlo no les !uedaría otra salida !ue ir a una &uerra !ue concluiría con la invasión del país por las tropas aliadas. 60 -os esfuer#os alemanes por suavi#ar las condiciones del tratado especialmente las referidas al artículo 2O llevaron a los aliados a declarar !ue Blemania había buscado % desencadenado la &uerra % !ue debía asumir la responsabilidad en cuanto al modo cruel e inhumano en !ue se había desarrollado. 6 -a flota alemana confinada en ,capa 48 49
3bidem pp. 266 267 269.
Arthur Gral von Posadowsky-W ehner, "Gegen die Unter zeichnung d es Friedenvertrages", 22 de junio de 1919, en Politische Reden Hl, pp. 272-287, citas (en el orden en que aparecen), 273, 287, 277-278, 284-285. 50 Véanse, por ejemplo, los discursos de los delegados socialistas Gustav Bauer, "Zur Unterzeichnung des Friedensvertrages", 22 de junio de 1919, y Hugo Haase, “Für die Unterzeichnung des Friedensvertrages", 22 de junio de 1919, en Politische Reden III, pp. 263-271 y 288-302. 51
$itado en -on&erich Politische 4eden 555, p. 99.
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Xlo en Eran 4retaña fue hundida por las propias tripulaciones otro acto !ue sirvió para Dalear a sus prota&onistas como h"roes desde las tribunas políticas alemanas pero !ue sólo valió para !ue los aliados se reafirmasen en la opinión de !ue los alemanes eran unos militaristas incorre&ibles. ,e dio entonces otro ultimátum a Blemania: disponían de cinco días para firmar el tratado. $on la amena#a de la invasión pendiente sobre sus cabe#as el Eobierno % el mando militar dieron su consentimiento % la Bsamblea $onstitu%ente lo aprobó. Bntes el Eobierno en pleno había dimitido incluido el ministro de Bsuntos 8Ateriores 4rocGdorff5+ant#au aun!ue 8bert entonces presidente del +eich consi&uió formar un nuevo Eobierno. 8l 2/ de Dunio de 99 al cumplirse el !uinto aniversario del asesinato del archidu!ue Xran# Xerdinand % en el mismo ,alón de los 8speDos de ?ersalles donde se había proclamado el imperio alemán en /( dos miembros del Eobierno ale5 mán socialdemócrata suscribieron el tratado de pa#. 62 B mediados del verano de a!uel mismo año Blemania contaba con un Eobierno ele&ido democráticamente una nueva $onstitución % un tratado !ue ponía fin a la Primera Euerra 1undial. B pesar de los territorios perdidos el país se mantenía intacto al&o !ue no se veía tan claro tras el otoño % el invierno de 9/599. -os alemanes podían contemplar los die# meses !ue habían transcurrido desde entonces no sólo con satisfacción sino con or&ullo. Hue los ánimos se&uían in!uietos sin embar&o era una sensación &enerali#ada % palpable. ,ólo tras la firma del Tratado de ?ersalles los británicos pusieron fin al blo!ueo del mar del Norte facilitando la lle&ada masiva de mercancías importadas esenciales para &aranti#ar la producción % atender las necesidades básicas de la población. *e hecho no eran pocas las ciudades en las !ue se&uían en vi&or las cartillas de racionamiento. -a producción industrial mostraba si&nos de recuperación aun!ue no con la rapide# deseadaW la inflación recortaba el poder ad!uisitivo de los asalariados. B@n !uedaban soldados alemanes destinados en lu&ares tan remotos como Bnatolia o el $áucaso % en muchas re&iones del país se mantenía vi&ente la le% marcial. -os paramilitares alemanes no sólo se dedicaban a reventar de forma violenta las huel&as % las manifestaciones !ue se producían en el país sino !ue ampliaron su radio de acción a otros países de 8uropa oriental plantando cara a los comunistas % lan#ando ata!ues contra los Dudíos. -a derecha alentaba una nueva forma de hacer política !ue causaba furor entre las nuevas &eneraciones: un estilo !ue ensal#aba la &uerra de trincheras !ue trataba de revalori#ar el sentimiento de solidaridad !ue nace entre hombres !ue luchan por una causa com@n todo ello adobado por un temor % un odio profundos de proporciones míticas hacia las muDeres. 8sa derecha fue la @nica responsable del alumbramiento de una cultura de la violencia. 1uchos de los !ue apo%aban a la i#!uierda radical por otra parte eran tambi"n veteranos de &uerra !ue admiraban el heroico eDemplo de la revolución bolchevi!ue. Tambi"n ellos ideali#aban el combate entre hombres. Por si fuera poco ?ersalles deDó sin resolver muchos problemas de suficiente enver&adura como para enrarecer la política alemana % la internacional durante las 52
Para una interpretación más reciente puede verse 1ac1illan Paris 1919, 695/O aun!ue si&ue siendo válida la versión ofrecida por 8%cG @istory, pp. /052/.
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d"cadas de 920 % 9O0. ,e&uían sin concretarse las compensaciones !ue tenía !ue satisfacer Blemania. =ubo protestas contra muchas de las decisiones territoriales !ue se tomaron. B pesar de las cláusulas !ue trataban de prote&er a las minorías en 8uropa central % oriental los miembros de estos &rupos veían cómo su situación se tornaba más precaria en los años de entre&uerras. -os alemanes por su lado Damás aceptaron !ue la responsabilidad de la &uerra reca%ese eAclusivamente sobre ellos como estipulaba el artículo 2O. =abía un aspecto no obstante en el !ue todos desde los na#is hasta los comunistas estaban de acuerdo: !ue el Tratado de ?ersalles era profundamente inDusto % !ue la pa# impuesta por los vencedores era a eApensas de las enormes car&as impuestas a Blemania en beneficio de otras naciones. Bsí todo el mundo se refería al tratado como la imposición de ?ersalles. ]ohn 1a%nard Ue%nes uno de los miembros de la dele&ación británica no tardó en redactar un elocuente ensa%o en contra del tratado al !ue tildaba de pa# carta&inesa. 8l libro de Ue%nes *as consecencias econ+micas de la paz., publicado en 99 sería reeditado % traducido en numerosas ocasiones. $omo es de suponer los alemanes lo recibieron con los bra#os abiertos. -a +ep@blica de Ceimar siempre se vio asediada por sus adversarios % ni el pueblo ni las instituciones la consideraron del todo le&ítima. ,iempre !uedará en el recuerdo como un momento histórico de acaloradas controversias sobre asuntos de índole menor sobre circunstancias de la vida cotidiana. 8l miedo el desd"n % el desencanto encontraron una válvula de escape en las acciones de las bandas militares de eAtrema derecha !ue asesinaban % reprimían con brutalidad las huel&asW en interminables discusiones % conDuras de oficiales del 8D"rcito para perpetrar un &olpe de 8stadoW en intri&as de empresarios !ue a&uardaban la oportunidad de acabar con el poder de los trabaDadores % de los diri&entes sindicales en las ne&ociaciones. encontraron un medio de eApresión en el constante acoso en el interminable recha#o a la +ep@blica % a !uienes la apo%aban: esa rep@blica de Dudíos la +ep@blica de los traidores a la patria la +ep@blica de las hienas de la 4olsa la +ep@blica en fin de los &enerales prusianos % de las sotanas. -os bolchevi!ues li!uidaban o enviaban al destierro a sus adversariosW los revolucionarios alemanes eran más considerados. -a consecuencia fue un le&ado impu&nado una cultura ciudadana % política profundamente dividida. Hue la +ep@blica saliera adelante dependía de la capacidad !ue mostrase para &estionar la precaria situación diplomática en !ue había !uedado Blemania % velar por la recuperación de la economía. 8n ambos terrenos los lo&ros sólo fueron parciales. -as circunstancias internas e internacionales !ue habían culminado en la +ep@blica eran poco propicias para &aranti#ar una democracia tras haber perdido una &uerra calamitosa. $on todo % como consecuencia de la revolución entre 9/ % 9OO los alemanes vivieron la situación política más democrática !ue habían conocido hasta entonces % desde lue&o más liberal !ue los vacilantes cambios introducidos por el @ltimo Eobierno imperial en el año 9/. Por a&itados !ue fueran sus comien#os por a#arosa !ue fuese su andadura el hecho es !ue los alemanes se habían dotado de un nuevo sistema político habían obli&ado a abdicar al Gáiser % habían conse&uido si&nificativas meDoras sociales lo !ue imbu%ó a la +ep@blica de Ceimar de un vibrante espíritu de renovación. -a revolución % el advenimiento de la +ep@blica fueron el pistoleta#o de salida de uno de los más importantes periodos de creatividad artística e intelectual del si&lo . +enovación moral transformación interna nuevo alumbramiento % eApresiones por el estilo
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!ue una % otra ve# se oían en boca de los partidarios de la revolución encontraron un cauce en la pintura la foto&rafía la ar!uitectura % las refleAiones filosóficas !ue definirían la cultura del periodo de Ceimar. 6O
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$itas eAtraídas de Ee%er ;er"ehrte Welt, p. (7.
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33 )N PB,8M PM+ -B $3)*B*
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eimar fue 4erlín. 4erlín fue Ceimar. $on sus cuatro millones de habitantes la capital era con mucho la ciudad más importante de Blemania la se&unda más poblada de 8uropa una me&alópolis !ue deDaba encantados % aterrados a propios % eAtraños !ue actuaba como un imán o provocaba un sentimiento de recha#o. 8n la d"cada de 920 era uno de los &randes focos de la cultura alemana % europea: sede de la Xilarmónica de la Spera estatal la Spera cómica cientos de salas de teatro % un ramillete de espl"ndidos museos todo en el centro de la ciudad. 4erlín atraía a pintores % a poetas a Dóvenes soñadores % ambiciosos. *eslumbrante escaparate de clubes nocturnos % locales para homoseAuales era una ciudad desenfrenada % obsesionada por el cuerpo % el seAo. 4erlín era tambi"n un increíble emporio económico !ue producía in&entes cantidades de electrodom"sticos telas % prendas de confección. 8n la ciudad se ubicaba además el Eobierno de la nación % desde la conocida Cilhelmstrasse lu&ar de empla#amiento del 1inisterio de Bsuntos 8Ateriores de la $ancillería del +eich sede del Eobierno % del +eichsta& ;Parlamento< diri&entes % burócratas trataban a la desesperada de mantener el orden de &enerar prosperidad % de devolver al país de nuevo a la situación !ue le correspondía en el concierto de las naciones. )na ciudad para pasarlo bien con barriadas ele&antes % ricas par!ues para el esparcimiento un #ooló&ico % numerosos la&os al alcance de cual!uier berlin"s !ue se molestase en tomar un tren o un tranvía. -óbre&os atestados % pobres sus denostados blo!ues de viviendas nada tenían !ue envidiar a los barrios baDos de cual!uier otra ciudad. =u%endo del comunismo decenas de millares de emi&rantes rusos habían recalado en 4erlín i&ual !ue multitud de polacos en busca de trabaDo o de posibilidades de hacer ne&ocioW ambos &rupos conferían a la ciudad una pátina de cosmopolitismo. -a comunidad Dudía de 4erlín era la más importante de Blemania % su sina&o&a principal constituía un refinado símbolo de devoción % prosperidad. -a 4erliner *om la catedral luterana pro%ectada por el Gáiser Euillermo 33 % finali#ada en 906 era un impresionante edificio de enormes proporciones % estilo renacentista fiel refleDo de las pretensiones % arro&ancia de la casa =ohen#ollern depuesta durante la revolución de 9/599. )n paseo por la ciudad supone empaparse en los diferentes % vibrantes elementos !ue componen la sociedad de la +ep@blica de Ceimar: pobres % ricos desharrapados % poderososW todos los estilos ar!uitectónicos desde el neoclásico hasta el modernoW tiendas ele&antes al lado de abi&arradas viviendas de la clase trabaDadora con sus muebles baratos % sus hules en lu&ar de manteles. Pasear por la ciudad es otra forma de vivir la política por medio de manifestaciones calleDeras carteles de campaña % las sedes de diferentes partidos políticos luciendo al viento sus enseñas. *arse una vuelta por la ciudad conlleva tambi"n una lección de historia !ue permite contemplar diversos órdenes ar!uitectónicos aun!ue pocos sean anteriores al si&lo ?333 el estilo historicista tan presente en los
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edificios del si&lo 3W museos !ue rinden homenaDe al pasado % tratan de ensal#ar la relación entre la cultura alemana % las maravillas de la anti&ua EreciaW monumentos como la Puerta de 4randenbur&o o la $olumna de la ?ictoria eri&idos a ma%or &loria de las victorias militares de alemanes % prusianos. $alleDear por la ciudad es sumer&irse en un baño de modernidad: contemplar oler % mascar los atascos de tráfico la capa de polución industrial los ríos % canales contaminados las prisas de multitudes !ue avan#an a empellones por la calle los andenes del ferrocarril % los va&ones del metroW el placer de sentir la brisa fresca % contemplar las límpidas a&uas del Cannsee las salidas tumultosas de fin de semana en tranvía en tren o en cocheW las deslumbrantes luces de cines % restaurantes de automóviles % semáforos los anuncios !ue se encienden a medida !ue la noche cae sobre la ciudadW el embruDo seductor de los ele&antes % @ltimos modelos en los escaparates. Tras un lar&o paseo lle&a el momento de sentarse esa actividad a la !ue tan aficionados son los habitantes de las ciudades % !ui#á sobre todo los berlineses. 8mbo#ados hasta las ceDas % hartos de plantar cara a la fría humedad al primer atisbo fu&a# de la primavera se sientan para disfrutar de una cerve#a o de un caf" mientras observan a la &ente !ue anda por la calle los coches % los tranvías las tiendas del otro lado de la calle el cielo &ris. 3niciaremos nuestro paseo en la Potsdamer Plat#. Nuestros &uías serán dos de los más conocidos #laners % #eilletonistes del 4erlín de la "poca de Ceimar Xran# =essel % ]oseph +oth aun!ue tambi"n recurriremos a otros &randes escritores como Blfred Thomas 1ann % $hristopher 3sherood. Trataremos de no dedicarle mucho tiempo pero como cual!uier berlin"s o cual!uier turista !ui#á nos entreten&amos un poco en al&unos de los lu&ares % sitios por los !ue pasemos. Nos llevará un rato pero merecerá la pena. Bsí describía =essel el placer de calleDear por 4erlín: $aminar despacio por esas calles tan animadas es disfrutar de lo lindo. ,entir la prisa de la &ente !ue pasa a nuestro lado es como sumer&irse en un baño de espuma. 2 8n una ocasión en !ue deambulaba por el barrio donde se encuentran las tiendas ele&antes de la ciudad apuntaba: -as calles Tauent#ienstrasse % Uurfrstendamm cumplen con la eAcelsa misión cultural de enseñar a los berlineses !ue es posible caminar % ver cosas al mismo tiempo (das 8lanieren) J...K $aminar % mirar es como leer una calle. -os rostros de la &ente los puestos calleDeros los escaparates las terra#as de los caf"s los tranvías los coches los árboles todo dibuDa letras del mismo tamaño !ue una ve# Duntas forman palabras frases % pá&inas de un libro siempre cambiante. Para dar un paseo % mirar como *ios manda ha% !ue deDarse llevar. $omo desde Cittenber&plat# a =alensee ha% tantas posibilidades de beber al&o o de tomar un bocado de entrar en un teatro un cine o un cabar" no cuesta nada echar a andar a la buena de *ios. 4asta con se&uir el insospechado sendero !ue ha%a reclamado nuestra atención. -os cristales % la lu# artificial son de &ran a%uda la iluminación el"ctrica sobre todo cuando entabla combate con los postreros resplandores del atardecer al caer la noche.O 1
Peter Xrit#sche propone un paseo al&o diferente pero tambi"n mu% interesante por la ciudad en 4eading Berlin 19'', $ambrid&e =arvard )niversit% Press 997. 2 Xran# =essel \,pa#ieren in 4erlin ;929<\ ;Traducción de 1i&uel ,almerón Paseos por Berln, 1adrid Temas 99(< en !
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-a Potsdamer Plat# es el cora#ón de 4erlín la encruciDada de caminos más transitada de 8uropa en la d"cada de 920. 8n la pla#a desembocan cinco calles importantes. $ada una lleva a sitios mu% diferentes de la ciudad. 8n la Potsdamer Plat# tienen parada veinticinco líneas de tranvía sin contar innumerables automóviles autobuses taAis carruaDes de caballos bicicletas % carretillas !ue arroDan una media de 2.(6O vehículos por hora se&@n una estadística oficial de 92/. $omen#aremos nuestro paseo en el !uiosco !ue está frente al semáforo !ue se al#a allá en lo alto: cinco bra#os de acero !ue emer&en de un blo!ue de cemento % se dispersan en forma de pentá&onoW de cada uno de sus cinco lados cuel&an unos rectán&ulos tambi"n de acero donde están instalados los semáforos !ue miran a las cinco calles !ue conver&en en la pla#a. Por encima una especie de voladi#o li&eramente conveAo un faro !ue por la noche iluminan casi cien bombillas !ue apuntan al cielo. Ni un solo detalle ornamental. 8s una ar!uitectura moderna % funcional: la omnipresencia del acero !ueda compensada con la estructura abierta % airosa de la torre un punto de referencia visible a un Gilómetro de distancia desde cada una de las calles !ue allí conflu%en. -os reloDes son otros indicadores !ue recuerdan al paseante !ue es hora de volver a casa !ue está a punto de al#arse el telón !ue tiene !ue tomar un tren o !ui#á sólo !ui#á !ue tiene !ue ir a trabaDar. -a torre !ue alber&a los semáforos no le &usta a nadieW un periódico berlin"s solicitó su inmediata demoliciónW otro la tildó de locura. 6 Pero acabó por imponerse la opinión de los t"cnicos de urbanismo % la torre si&uió donde estaba observando el entramado de calles como el Due# !ue dirime un partido de tenis. 7 ;Xi&. 2..<. Xi& 2..: ?ista de la Potsdamer Plat# desde el $af" ]ost%. ;,?J4ilderdienst F ,cherl<.
,i volvemos la vista a un lado veremos el renombrado $af" ]ost%W si miramos en dirección contraria el barrio en el !ue se al#an las imponentes sedes del Eobierno. 8char un vista#o a nuestro alrededor es abarcar con la mirada los diferentes medios de transporte utili#ados a lo lar&o de los @ltimos cincuenta arios: un coche de caballos car&ado con barriles de cerve#a automóviles !ue si&uen diferentes direcciones incesantes tranvías !ue se detienen para !ue baDen los pasaDeros !ue %a tienen pensado ir a un caf" a un teatro o sólo dar una vuelta por la pla#a % echar un vista#o. Bl&unos se !uedarán un rato antes de recorrer la corta distancia !ue los separa de las dos principales estaciones de ferrocarril la Potsdamer a la derecha de la 4
Potsdamer Platz.& rehschei/e der Weltstadt, Enther 4ellmann ed. 4erlín )llstein 99( p. 333. 3bidem. 6 Xran# =essel \3ch _hle kU_se`\ en Potsdamer Platz, pp. 0O50 cita 0. 5
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pla#a % la Bnhalter un poco más allá. Bmbas llevan a los berlineses a lu&ares leDanos situados al este al oeste o al sur de la ciudadW tambi"n a los populosos barrios perif"ricos. B diario decenas de miles de berlineses entran o salen del metro % de los intercambiadores subterráneos de las diferentes líneas !ue discurren por el subsuelo de la pla#a. Mtros se suben por los pelos de un salto a un tranvía !ue acaba de ponerse en marcha. Para dar idea de la a&itación !ue atosi&a la ciudad no falta si!uiera un autob@s de dos pisos. )na muDer va de caf" en caf" vendiendo flores. -os voceadores de periódicos &ritan las @ltimas noticias % en palabras del Berliner Tage/latt, parecen los @nicos inmóviles en medio de semeDante barah@nda. 8s tal la panoplia de ofertas de los diferentes partidos políticos de todas las tendencias ima&inables !ue cual!uiera encuentra al&o !ue case con sus intereses. )n aDetreo horroroso pero V!ui"n ha dicho !ue la vida sea sencillaK B cada paseante !ue se acerca con unos peni!ues en la mano los !uios!ueros le entre&an publicaciones cuidadosamente dobladas !ue le ofrecen al&o !ue le sirva para pensar un poco opinión política información sobre los acontecimientos más recientes un poco de melancolía Z...[ lo meDor para finali#ar un día de verano Z...[ todas las impresiones % la información !ue necesita para concluir la Dornada diaria cual!uier persona !ue preterida estar al día. ( Por la noche las luces deslumbran. -os anuncios forman parte de la iluminación % sirven tambi"n de reclamoW así !uedaba refleDado en las pá&inas del Berliner Tage/latt3 VHu" maravillosos espectáculos de la naturale#a se enseñorean de la pla#a al anochecerK -os tintes roDos del crep@sculo pero tambi"n unas tonalidades verdosas % amarillas. 8se roDo tan espectacular tiene su eAplicación: una importante tienda de vinos ha concluido un acuerdo con una compañía !ue fabrica anuncios luminosos. 8n cuanto a las tonalidades verdosas % amarillentas son por &entile#a de una revista de variedades % de una fábrica de #apatos. Eracias a esa lu# roDa los poetas pueden saborear las eAcelencias del vino. -os demás tonos no se !uedan atrás a la hora de llamar la atención &eneral tanto !ue lo !ue viene a continuación %a sea comprar un par de #apatos o asistir a un espectáculo casi parece un simple remedo de la realidad. /
*e noche los anuncios luminosos de la UempinsGi =aus alumbran la pla#a % el paseante pronto se acostumbra a la publicidad !ue inunda la vida diaria por obra % &racia de la lu# el"ctrica. Bl cabo de un rato sin embar&o ni si!uiera repara en !ue los anuncios de tiendas % caf"s no sólo le alumbran sino !ue tambi"n le acosan. $uando se hace de día esos mismos reclamos pintados con caracteres de imprenta permanecen apa&ados creando un caos inenarrable. 8n otro de los edificios la Pschorr5=aus un anuncio nos recuerda !ue ha% !ue luchar contra el cáncer % encamina a los paseantes hacia una farmacia o una tienda de alimentos diet"ticos. =a lle&ado el momento de ele&ir. ?emos carteles de diferentes partidos: socialistas comunistas liberales católicos conservadores o fascistas un abanico !ue es fiel refleDo de la diversidad % el caos !ue imperan en la política de la +ep@blica de Ceimar. B la vuelta de la es!uina nos encontramos con una eAposición sobre la &uerra mundial. ,i miramos a otro lado veremos anuncios de oficinas en al!uiler 7
8inhundertfnf#i& pro 1inute\ Berliner Tage/latt, de septiembre de 92/ en Potsdamer Plat# pp. 25 2 citas 2522. 8 3bidem p. 2O.
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en los pisos superiores % por fin el @ltimo de todos el anuncio reclamo de un anuncio: una solicitud para colocar un anuncio en un tablón. No faltan a!u"llos a !uienes les encantan las luces del ele&ante distrito comercial de la Uurfrstendamm no mu% leDos de la Potsdamer Plat#: -o más bonito de ver Z...[ eran las luces !ue se encendían % se apa&aban en el bulevar. 8n la d"cada de 920 la iluminación era mucho meDor % más barata. 8n la Uurfrstendamm había farolas como candelabros. -as copas de los árboles amorti&uaban la lu# % los refleDos centelleantes de los anuncios convirtiendo el bulevar en un lu&ar más reco&ido donde los rostros de las muDeres parecían cobrar vida. 8n lu&ar del estruendo habitual en las calles se oía m@sica una canción de amor dedicada a todas las berlinesas. 8n los años veinte 4erlín era una ciudad &alante.9
Eracias a las enseñas luminosas hasta los edificios ad!uirían una belle#a distinta % ofrecían al paseante una nueva perspectiva de la profundidad altura % tra#ado de las construcciones.0 B!uel espectáculo Dunto a los innumerables bares caf"s % nuevas salas de cine los sonidos del Da## % los batidos helados importados de Norteam"rica eran demasiado modernos por no decir chillones para la acomodada &eneración anterior !ue se&uía comprando en la -eip#i&erstrasse no leDos de la Potsdamer P3at#. Bl&unos de los !ue lle&aban a la estación de Bnhalter % cru#aban la pla#a en automóvil eran embaDadores % ministros &enerales % funcionarios de alto ran&o. Por supuesto podrían haberlo hecho caminando pero lo normal era !ue recurriesen a un medio de transporte más ostentoso como un coche con chófer. ,u lu&ar de destino al&uno de los veinticinco edificios oficiales !ue se al#an en la Cilhelmstrasse o en la -eip#i&erstrasse dos de las cinco calles !ue desembocan en la pla#a. $onstruidos a lo lar&o de los si&los ?333 % 3 % eri&idos a toda velocidad en los !uince años posteriores a la unificación de /( alber&an los ministerios prusianos % del +eich además de al&unas embaDadas eAtranDeras. 8n la Cilhelmstrasse tenían su sede el 1inisterio de Bsuntos 8Ateriores el 1inisterio de 8conomía las le&aciones diplomáticas de Xrancia % Eran 4retaña así como otros importantes edificios &ubernamentales de vastas e imponentes dimensiones. 8l visitante oficial pon&amos !ue un ministro del 3nterior de otro país se diri&e a un encuentro con su homólo&o del +eich o !ui#á se trate de diplomáticos eAtranDeros !ue acuden a una recepción en la Cilhelmstrasse. Por mucho !ue lo intenten no podrán eludir la visión en la estación de Bnhalter por eDemplo de los heridos de &uerra ^hombres !ue perdieron al&una eAtremidad o parte de la cara cie&os pidiendo coDeando^ o de al&uno de los innumerables berlineses !ue se !uedaron sin ho&ar testimonios vivientes del desastre !ue supuso la Primera Euerra 1undial. ,ólo en 4erlín ha% veinte establecimientos para atender a los heridos. Tambi"n ellos formaban parte de la escena calleDera del 4erlín de la "poca de Ceimar ;fi&. 2.2.<. 2 9
T. Uoch citado por BleA *e ]on&e The Weimar Chronicle3 Prelde to @itler, Nueva orG 1eridian 9(9 p. 26. 10 =essel !pazieren in Berlin, p. 0O. 11 $omentarios de XeliA Eilbert en A ropean Past3 0emoirs, 19'%&19%, Nueva orG Norton 9// pp. 6/569. 12 ]oseph +oth \-ebende Une&sdenGm_ler\ 26 de a&osto de 920 en Berliner !aison/ericht3 :n/e"annte 4eportagen n d >ornalistiche Ar/eiten19$'&19E9. Ulaus Cestermann ed. $olonia Uiepenheuer und Citsch 9/ pp. /6590W para esta cita p. /6. ;Traducción de 8duardo Eil ?era: l >icio de la historia3 19$'&19E9,
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Xi&. 2.2.: Podían verse heridos de &uerra en cual!uier pueblo localidad o ciudad. 8n la ima&en una foto&rafía tomada en 4erlín.
-as estaciones de ferrocarril aut"nticos monumentos al acero al hierro % al verti&inoso pro&reso de la sociedad industrial constituían la &loria de la ar!uitectura del si&lo 3. $onstruida entre /(7 % //0 la estación de Bnhalter se contaba entre las meDores de 8uropa. ,obresaliendo por encima de los edificios !ue la rodeaban su aspecto maci#o imponente casaba perfectamente con su cometido de dar cobiDo a las potentes má!uinas de vapor de los ferrocarriles procedentes de cual!uier parte de 8uropa !ue llevaban a diplomáticos % hombres de 8stado hasta la capital de Blemania. ,u llamativa ornamentación de ladrillos alabeados % terracota el color pálido de la piedra arenisca utili#ada en al&unas partes del edificio % los arcos de medio punto evocadores del estilo románico conferían cierta li&ere#a a la edificación. 8n su interior por!ue merece la pena !ue ha&amos un alto en nuestro paseo el visitante se encontrará no con una sino con cuatro salas de espera se&@n los viaDeros % las clases de billete. Tratar de pasar de una a otra era tarea casi imposible. jse será el primer obstáculo !ue descubriremos. Por otra parte había salas de autoridades separadas para uso eAclusivo de di&natarios incluso de a!u"llos !ue antes de la revolución habían sido nombrados por los =ohen#ollern. *esde la estación de Bnhalter podemos dar una vuelta por al&unas de las muchas cervecerías % tabernas !ue ha% en la Potsdamer Plat# % sus alrededoresW nos decidimos a entrar en la Blt54a%ern. 8l paseante no tarda en darse cuenta de !ue está en un lu&ar !ue poco tiene !ue ver con la ar!uitectura !ue preconi#a Ceimar. 8n su interior salas % vestíbulos de dimensiones monumentales imitan sin un estilo definido el románico el &ótico el renacentista o el barrocoW basta con pensar en un material de construcción %eso madera estuco o vidrieras de colores para encontrarlo. O Nada hace detenerse en seco a un aficionado al modernismo tanto como el interior de la Blt54a%ern aun!ue es probable !ue la admiración no le impida tomarse allí una cerve#a. *eseosos de pasar un buen rato nos detenemos en =aus ?aterland más conocida hasta 1adrid ,i&lo 3 de 8spaña 8ditores 200<. 13 ?"ase =orst 1auter \*er Potsdamer Plat# im Candel der Yeiten\ en Potsdamer Platz, p. O52 en concreto en la p. O2.
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la Primera Euerra 1undial como Piccadill%W dadas las circunstancias los dueños optaron por cambiarle a!uel nombre tan poco patriótico. 8l edificio ofrece a los visitantes la posibilidad de disfrutar de una eAperiencia virtual de Blemania 8uropa % lu&ares más leDanos. $uenta con un salón bávaro otro de estilo vien"s una terra#a renana un salón italiano con vistosas lámparas blancas % roDas % hasta una tasca francesaW los camareros ataviados con traDes re&ionales ofrecen la comida típica de esas #onas. Huienes decidan hacer un crucero por el +in tendrán la posibilidad de escuchar coros renanos % contemplar tormentas simuladas con una panorámica del río desde ,anGt Eoar como fondo hasta la re&ión de -orelei en un día soleado &racias a unos mecanismos !ue reproducen truenos lluvia % ra%os de artificio. -os !ue aspiren a visitar lu&ares más remotos disponen de un bar del leDano oeste en donde act@a una banda de Da## afroamericano. No se considere esto como una incon&ruencia: los turistas no tienen por !u" saber !ue esos maravillosos sonidos !ue se escuchan en Nueva Mrleans Uansas $it% o $hica&o nada tienen !ue ver con el leDano oeste. 1ientras diecis"is bailarinas se contonean en los diferentes ambientes !ue ofrece ?aterland cambiándose de indumentaria como es natural. $uatro Dóvenes con aspecto de estudiantes de principios del si&lo 3 deleitan a los visitantes con canciones nacionalistas. Huienes sean de &ustos más refinados o est"n dispuestos a pa&ar más no dudarán en diri&irse al salón de baile situado en la tercera planta. Bdemás de baile % espectáculos de cabar" el men@ es más sofisticado: caviar champaña % helado de pistacho. -a cafetería sirve un supuestamente &enuino caf" turco para !ue los visitantes se recuperen de los eAcesos etílicos. 8s posible !ue nin&@n berlin"s de pura cepa se deDase llevar ni muerto a =aus ?aterland. ,in embar&o no deDa de ser un ne&ocio floreciente !ue atiende a !uienes desde provincias se deciden a darse un &arbeo por 4erlín para disfrutar de los espectáculos !ue ofrece la capital. $omo ase&uraba un periódico de 4erlín hasta los propios berlineses disponían de la posibilidad de asomarse al ancho mundo por poco dinero.6 Hu" duda cabe de !ue !uienes acaban de tomarse una cerve#a % un plato de codillo con los labios a@n relucientes de &rasa estarán deseosos de tomarse un caf" % un dulce. 8l ]ost% es el lu&ar indicado para hacer un alto en el camino. 7 $on sillas % mesas !ue dan a la pla#a un Dardín en la parte de atrás una terra#a acristalada % muchos salones en su interior el ]ost% está siempre atestado de di&nos representantes de la sociedad bur&uesa ban!ueros % funcionarios intelectuales hombres % muDeres artistas !ue se dedican a charlar % a contemplar lo !ue pasa a su alrededorW paseantes urbanos !ue se toman un respiro se&@n refiere una crónica del Berliner Tage/latt3 VHu" más puede pedirK )n refri&erio para el cuerpo ;un sorbete de limón< % un estímulo para el cerebro ;un caf"
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3n&e von Can&enheim \*as =interteil der 1use\ % Uurt Pomplun \Bch Cill% ach Cill% um sechs im Piccadill%\ en Potsdamer Platz, pp. 2(5O9 7(5(0. 15 $itado por ,ie&fried Uracauer The !alaried 0asses3 ty and istraction in Weimar Germany, traducción de Huintin =oare. Mri&inal en alemán 9O0W -ondres ?erso 99/ p. 9. 16 =ans Mstald \Blle Tische beset#t\ en Potsdamer Platz, pp. 6(57.
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allá otra se sube como puede a las empinadas escaleras de un autob@s. (
No ha% un lu&ar reservado para los no fumadores. 8l humo de ci&arros % ci&arrillos impre&na el aire. 8l escritor =ans Msald describe a sus camareros: *e improviso se acerca un hombre fornido de espaldas anchas cabe#a rapada barba salpicada de hebras &rises % una cara moteada de manchitas roDas nari# considerable oDos relampa&ueantes % una boca de labios &ruesos !ue nos lleva a pensar en al&@n diputado rural % reaccionario de "sos del Parlamento !ue no le hacen ascos a llenarse los bolsillos &racias a sus industrias./ $on el atardecer lle&a el momento de la diversión. -as posibilidades son ilimitadas: obras de teatro clásico o modernoW ópera en cual!uiera de los tres teatros de !ue dispone la ciudadW m@sica clásica en la sala de la Xilarmónica o innumerables locales de dimensiones más reducidas. 8s posible sin embar&o !ue ha%a &ente en busca de entretenimientos menos sublimesW tambi"n en este caso la oferta es asombrosa. ,e puede asistir a espectáculos políticos de afamados escritores satíricos como Uurt TucholsG% u otros de menos renombre o espectáculos en vivo con muDeres desnudas a menos !ue la policía los ha%a clausurado esa misma noche por atentar contra las normas p@blicas de moralidad % decencia. *e la mano de $hristopher 3sherood es posible darse una vuelta por ,alom" en cu%o interior pintado en roDo % oro los alemanes de provincias % los turistas eAtranDeros se aventuran a echar un vista#o a travestidos % lesbianas. Podemos ir a ver a las Tiller Eirls !ue act@an % bailan con precisión militar en el teatro del Cinter&arten un local más respetable o ver un poco de todo una me#cla de baile m@sica % sátira en el ,char#er Uater en la Xriedrichstrasse o en el cabar" -inden en el bulevar )nter den -inden. B lo meDor preferimos escuchar un poco de Da##W en este caso acudiremos a un local donde una banda de ocho m@sicos afroamericanos toca Da## de Nueva Mrleans rápido % sincopado me#clado con el sonido más li&ero del blues5Da## !ue evoca locales inmundos % bares llenos de humo de ambos lados del 1isisipí mu% leDos de la Uurfrstendamm % del río ,pree. V*e dónde les viene a los berlineses esa pasión por el Da##K 8s m@sica norteamericana % todo lo !ue procede de Norteam"rica es sinónimo de modernidad. -as notas !ueDumbrosas de una trompeta los d@os de trompeta % corneta de llaves el trepidante ritmo de la batería % el piano inundan el aire de la ciudad sumándose a la al&arabía de coches camiones &ritos de vendedores ambulantes % má!uinas taladradoras. 8l Da## es el sonido de la ciudad elevado a la cate&oría de arte % si bien no se puede decir !ue en 4erlín se escuchen los mismos ritmos % melodías !ue en Nueva Hrleans Uansas $it% o $hica&o ha% bastantes coincidencias como para !ue el estilo musical allí alumbrado se convierta en el símbolo de la modernidad por eAcelencia 8stados )nidos % !ue lo disfruten los aficionados % entendidos en 8uropa. =a% !ue tener en cuenta !ue el Da## es m@sica afroamericana al&o !ue para los berlineses le añadía una nota de eAotismo. ,alvo los escasísimos alemanes !ue habían viaDado a las colonias de ultramar o se habían asentado en ellas antes de 9/ la inmensa ma%oría sólo había visto africanos con motivo del ?>lGerschauen una especie de feria 17 18
\8inhundertfiinf#i& pro 1inute\ Berliner Tage/latt, de septiembre de 92/ en Potsdamer Platz, p. 22. Mstald \Blle Tische beset#t\ en Potsdamer Platz, p. 69.
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ambulante en la !ue como animales en un #ooló&ico se eAhibían hombres de piel oscura. )na situación !ue cambiaría de forma radical despu"s de la Primera Euerra 1undial tras la aparición en los campos de batalla de soldados afroamericanos % tropas de la -e&ión 8AtranDera francesa. Bl acabar la contienda al&unos afroamericanos se !uedaron a vivir o re&resaron más tarde m@sicos % pintores sobre todo !ue encontraron en París incluso en 4erlín un ambiente más tolerante !ue en 8stados )nidos. ,in embar&o para los berlineses más liberales % de i#!uierdas ;al i&ual !ue para muchos europeos< la fascinación !ue sentían por los afroamericanos iba de la mano con actitudes racistas !ue no dudaban en apo%ar. *esde su punto de vista % por eApresarlo en el len&uaDe culto de la "poca el Da## era un claro refleDo del primitivismo de los ne&rosW escandaloso bullicioso % caprichoso simboli#aba el estado natural del ser humano como los propios ne&ros. Bl contrario !ue los europeos !ue bailan si&uiendo es!uemas mentales ^escribía un crítico a propósito del espectáculo de revista de ]osephine 4aGer^ los ne&ros bailan con los cinco sentidos Z...[ -o !ue no deDa de provocarnos una cierta envidia por!ue es como la vida el sol las selvas primi&enias el canto de los páDaros % el ru&ido del leopardo como la tierra... Z-os ne&ros[ representan una nueva ra#a todavía no echada a perder. 4ailan con el cora#ón ponen la vida en ello.9 VHu" más se podía pedirK 8l Da## era moderno % natural a un tiempo % los vaivenes de la ciudad casaban a la perfección con todo lo !ue fuera eAótico eApresionista % primitivo. No leDos de la Potsdamer Plat# en barrios berlineses menos refinados como BleAanderplat# o =allesches Tor la ma%or diversión la encontramos en innumerables bares o en cabar"s mucho más vul&ares. $hristopher 3sherood era parro!uiano habitual de ese tipo de locales. *urante el tiempo !ue pasó en 4erlín a finales de la d"cada de 920 % comien#os de la d"cada de 9O0 no era todavía el autor consa&rado !ue ho% conocemos. 4obb% su compañero de piso trabaDa de camarero en la TroiGa !ue no es de lo peor por!ue tiene portero % ha% una chica !ue se encar&a del &uardarropa. $uando 3sherood lle&a el local está casi vacío. )nas cuantas muDeres Dóvenes lan&uidecen en el bar mientras los empleados boste#an. -os m@sicos charlan entre ellos. *e repente aparecen unos turistas con dinero fresco deseosos de conocer de cerca cómo son los baDos fondos. 8l mo#o de los ci&arrillos % los camareros se disponen a recibir como corresponde a los reci"n lle&ados. -a banda de tres instrumentos comien#a a tocar Da##. Bparecen unos cuantos hombres Dóvenes !ue se ponen a bailar con las muDeres del bar. -os dos caballeros Z!ue acaban de lle&ar[ entrados en carnes hablan entre ellos probablemente de ne&ocios aDenos a ese mundo nocturno !ue han despabilado con su presenciaW las muDeres !ue los acompañan &uardan silencio miran en derredor con des&ana confusas incómodasW se las ve mu% aburridas.20 Todo es pura fachada % decepción como en el caso del ma&nífico personaDe creado por 3sherood ,all% 4oles una muchacha in&lesa de escaso talento !ue ha cru#ado al continente para labrarse una carrera en el teatro o en el cine. Tambi"n ella vive en un mundo de apariencia. ?a detrás de muchos hombres siempre a la ca#a de al&uien !ue la entreten&a % le re&ale cosas bonitas. Pero acaba descubriendo !ue todos los 19
3van Eoll \The Ne&roes Bre $on!uerin& 8urope\ en Potsdamer Platz ;en adelante ;A!). Bnton Uaes 1artín ]a% % 8dard *imendber& eds. 4erGele% % -os n&eles )niversit% of $alifornia Press 99 pp. 6695670. 20 $hristopher 3sherood \Eoodb%e to 4erlin\ en The Berln !tories 19E%, Nueva orG Ne *irections 96 p. . ;Traducción de ]aime Eil de 4iedma Adi+s a Berln, 4arcelona ,eiA 4arral 996<.
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hombres son unos impostores: ne&ociantes venidos a menos !ue fin&en !ue a@n tienen dineroW supuestos artistas !ue hu%en de la Dusticia de país en paísW aristócratas de imitación cu%os %ates % villas sólo eAisten en su ima&inaciónW curanderos de la más baDa estofa deseosos de practicar un aborto a cambio de una suma considerable. Tales son tambi"n las situaciones !ue desfilan ante nuestros oDos a lo lar&o de nuestro recorrido por 4erlín. No todo es diversión en la Potsdamer Plat#. 8n la d"cada de 920 sólo había oficinas atestadas rodeadas de hoteles cervecerías % caf"s. 8n 9O2 se inau&uró en el lado derecho de la pla#a uno de los edificios más representativos del modernismo la casa $olumbus de 8rich 1endelsohn. )na maravilla de nueve plantas de hormi&ón acero % cristal !ue emer&e sobre un amasiDo de cimientos del si&lo 3. ,u propio nombre suena como una evocación de Norteam"rica de un nuevo mundo de todo lo !ue representa la modernidad. 8s mucho más imponente !ue cual!uiera de los edificios !ue se al#an en la pla#a % su fachada lisa de cristal característica del estilo de 1endelsohn le confiere un aspecto de li&ere#a !ue contrasta con las maci#as % abi&arradas edificaciones !ue le rodean ;fi&. 2.O.<. =a lle&ado el momento de deDar atrás la pla#a para diri&irnos en primer lu&ar a la -eip#i&erstrasse una de las calles más ele&antes de 4erlín. 2 *os templos &rie&os de reducidas dimensiones obra del afamado ar!uitecto de comien#os del si&lo 3 Uarl Xriedrich ,chinGel señalan el camino !ue conduce de la Potsdamer Plat# a la -eip#i&er Plat#. 8n un principio los dos templos estaban destinados a &uardar las puertas !ue daban acceso a la ciudad: pe!ueños % ele&antes con sus columnas dóricas traen a la mente otro mundo !ue nada tiene !ue ver con las eAcentricidades de =aus ?aterland el tráfico fren"tico !ue discurre por la Potsdamer Plat# o el modernismo de la casa $olumbus. 8n la -eip#i&erstrasse ha% estupendos restaurantes % caf"sW nada !ue ver con los eAcesos ramplones de =aus ?aterland. Pasamos por delante de tiendas ele&antes como los ma&níficos &randes almacenes Certheim und Tiet# impresionantes edificios oficiales sedes donde reside el Eobierno como el 1inisterio de $omunicaciones del +eich el 1inisterio de la Euerra o la $ámara Blta prusiana (@errenhas), a un paso del Parlamento (*andtag) de Prusia. Bl&unos de esos edificios oficiales como la =errenhaus de estilo renacentista italiano construida entre /9/ % 90O no son meras edificaciones de piedra % cemento sino !ue con un &uiño al pasado constitu%en una cabal representación del poder % la le&itimidad del 8stado. Bun!ue pocas tambi"n ha% al&unas mansiones privadas como la del ma&nate de la prensa escrita +udolf 1osse tambi"n de estilo renacentista italiano !ue alber&a impresionantes colecciones de pintura % escultura % una importante biblioteca. 1osse encar&ó un cuadro en el !ue tanto "l como un &rupo de selectos invitados ataviados a la usan#a renacentista cenaban en una villa italiana. -a obra finali#ada en /99 a@n se&uía col&ada en la mansión durante la "poca de Ceimar como fiel refleDo de la tran!uilidad de la bur&uesía &ermano Dudía de su identificación con los iconos de la cultura occidental. 22
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?"ase 3lse Nicolas \Name und Eesicht &eechselt\ en Potsdamer Platz pp. 56/W a!uí p. 7. ?"ase Eeor&e -. 1osse Con#ronting @istory3 A 0emoir, 1adison )niversit% of Cisconsin Press 2000 pp. /5. 22
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Xi&. 2.O.: -a casa $olumbus de 8rich 1endelsohn icono del modernismo en la Potsdamer Plat# construida en 9O59O2. +epárese en el contraste con los edificios !ue la rodean ;,?J 4ilderdienst F ,cherl<.
-os &randes almacenes modernos como Certheim und Tiet# eran cual!uier cosa menos vul&ares para alivio de Xran# =essel !ue refiri"ndose a ellos decía !ue todo lo !ue vendían era decoroso de buen &usto nos atreveríamos a decir. -os &randes almacenes vivían para las ventasW las vendedoras Dóvenes recibían una ma&nífica preparación para aprender a maneDarse con el &"nero % con los clientes: No nos hacemos ni idea de lo preparadas !ue están esas consumadas profesionales con !uienes nos cru#amos con !u" &rado de perfección las vendedoras de Certheim und Tiet# reclaman nuestra atención para !ue nos adentremos en su má&ico reino. -os modernos almacenes no tienen nada !ue ver con destartalados ba#ares sino !ue son teatros ordenados % bien or&ani#ados !ue miman a los visitantes con comodidades inima&inables: vestíbulos luminosos a modo de invernaderos con bancos de &ranito en los !ue uno puede descansar con los pa!uetes encima de las rodillas. 8Aposiciones de arte repartidas en las #onas de descanso capaces de romper con la monotonía de las estanterías de Du&uetes % obDetos de tocador. 2O -os hombres % las muDeres de la nueva &eneración han aprendido !ue ha% !ue buscar la satisfacción % el placer en el refinamiento no en enormes cantidades de cosas o en raciones colosales. B la hora de darse un &usta#o el berlin"s de antes corre el ries&o de eAcederse tanto en la cantidad como en las dimensiones. -as cafeterías son restaurantes de refinamiento ostentoso. No es fácil encontrar un cómodo sofá de piel sin más pretensiones uno de esos rincones tran!uilos tan del &usto de parisienses o vieneses. 8n lu&ar de decir mo#o sencillamente nunca se les cae de la boca esa necia eApresión @err O/er 8n lu&ar de un caf" sin más siempre pide un moGa doble Z...[ No deDan de abrirse nuevos Erand $af" con capacidad para millares de clientes una or!uestina h@n&ara en la planta baDa % dos or!uestas !ue interpretan m@sica de baile en el se&undo piso Z...[ $laro !ue sí eso % más !ue para eso pa&amos.2
Pero eso pertenece al a%er. 8l nuevo 4erlín es más refinado más ele&ante más parecido a París. 23 24
=essel !pazieren in Berlin, p. 27. 3bidem p. 29.
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8n la confluencia de ,tadtmitte cerca de la Potsdamer Plat# % de la Xriedrichstrasse así como en otros lu&ares al oeste de la ciudad casi no ha% un sitio en !ue no nos demos de bruces con la moda con conocidas firmas f irmas del mundo de la ele&ancia donde las muDeres se acomodan en mesas delicadas en las !ue se reclinan lán&uidamente preciosas modelosW se ven coches de luDo en las proAimidades del Tier&arten en impecable estado calidad superior modelos especiales de la compañía de automóviles perfectos hasta en los más nimios detalles. -os conductores a&uardan a !ue sal&an de las tiendas sus atildadas propietarias (gn
=essel ase&ura !ue así es. 4erlín llevaba camino de convertirse en una ciudad ele&ante. 8l autor se refería a la nueva muDer de la d"cada de 920 ima&en de ele&ancia % refinamiento emprendedora % atl"tica tanto si era de ascendencia bur&uesa como trabaDadora nacida en la capital o venida de provincias ;fi&. 2..<. Tras la Primera Euerra 1undial las muDeres se deDaban ver mucho más en lu&ares p@blicos. $omo es de suponer las muDeres trabaDadoras las más pobres siempre habían tenido !ue salir a la calle a buscar a&ua en po#os % fuentes a hacer recados a la panadería o a la carnicería o a vender en el mercado sus productos pero las muDeres de la bur&uesía del si&lo 3 no salían de casa con tanta asiduidad. Podían ir de paseo pero siempre acompañadas por un hombre i&ual !ue iban escoltadas en las salidas nocturnas %a fueran al teatro o a ver a unos parientes. *esde la d"cada de /90 no obstante hasta las muDeres bur&uesas habían comen#ado a aventurarse solas por la calle. 8n este sentido los &randes almacenes supusieron una novedad decisivaW fueron los encar&ados de moldear a la muDer moderna como posible cliente % como compradora. 8ra tal la cantidad de productos !ue ofrecían !ue necesitaban lo !ue los pe!ueños comerciantes de ho% en día definirían como or&ani#ar el tráfico por la tienda. -os alemanes como ,chocGen Certheim % otros más modernos dieron pasos de &i&ante para !ue sus palacios del consumo se convirtieran en lu&ares se&uros % res5 petables para las muDeres. 8n palabras de =essel: las vendedoras iban bien vestidas % hacían &ala de modales eA!uisitosW por si fuera poco las tiendas estaban perfectamente iluminadas. Bl menos en &rupo o acompañadas de al&una criada las muDeres de la 25 26
3bidem p. 2(. 3bidem pp. 2(52/.
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bur&uesía se decidieron a traspasar los límites del ho&ar para adentrarse adentrarse en el espectacular mundo del consumo. cuando los &randes almacenes tuvieron oportunidad de eAhibir su mercancía en la calle cuando las nuevas t"cnicas de construcción &racias al hormi&ón armado % a las lunas de cristal les permitieron abrir enormes escaparates como en los &randes almacenes ,chocGen de 8rich 1endelsohn en la d"cada de 920 %a no sólo el interior de las tiendas sino tambi"n las calles pasaron a convertirse en lu&ar se&uro para las muDeres respetables. r espetables. Xi&. 2..: 1uDeres a la @ltima. 8scena calleDera en 4erlín 927.
=a% decenas de muDeres paseando por la Potsdamer Plat# o por las calles cercanas solas o en &rupo mirando vestidos telas o #apatos en tiendas pe!ueñas o en los escaparates de los &randes almacenes de&ustando un Ap#el"chen ;tarta de man#ana< en ]ost% o tomándose una cerve#a en ?aterland. 1ás tarde tendremos ocasión de contemplar a ese nuevo eD"rcito de muDeres ^vendedoras % secretarias asistentes sociales % m"dicos^ corriendo a la estación del metro para re&resar a casa despu"s de una Dornada de trabaDo. $ual!uier visitante de provincias se !uedaría bo!uiabierto al ver a esas muDeres paseantes % trabaDadoras de cabellos cortos vestidos no mucho más lar&os fumando ci&arrillos con el rostro an&uloso tan atrevidas como decididas. a nadie asocia el hecho de ver muDeres por la calle con la mala reputación. 8n este caso como en tantos otros modernidad es lo mismo !ue diversidad: prostitutas % empleadas de oficina trabaDadoras de fábricas % m"dicos. ,e&@n el paseante Xran# =essel: Z...[ $uando contemplo los hombros al#ados % las altivas meDillas de esas chicas de ciudad tan á&iles tan tiesas con sus insaciables bocas abiertas me parecen indi&nas. 8l pausado eAamen al !ue las somete un inofensivo paseante les saca de !uicio cuando se dan cuenta de !ue como en mi caso nada escapa a mi atenta mirada. 2(
M eso pensaba =essel. Por curioso !ue pare#ca no nos ha llevado tanto tiempo recorrer el barrio donde se al#an los edificios oficiales deDar atrás calles % tiendas ele&antes el 4erliner *ora el Bltes 1useum con su espl"ndida colección de ar!uitectura anti&ua % otras ma&níficas muestras de eAcelsas culturas cuando nos encontramos delante del ,cheunenviertel Dudío un asentamiento !ue se remonta al si&lo ?33 cuando Xederico Euillermo Eran 8lector de Prusia ofreció asilo a cincuenta familias Dudías eApulsadas de Bustria por los =absbur&o. B pesar de las eAacciones !ue se les impusieron % de los límites a sus actividades comerciales la comunidad Dudía prosperó. B mediados del si&lo 3 fueron muchos los 27
3bidem p. 9.
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Dudíos !ue procedentes de 8uropa oriental se instalaron en el ,cheunenviertel abarro5 tando casas % calles. B pesar de los Dudíos alemanes asentados en a!uel lu&ar desde hacía mucho tiempo la alta densidad de una población !ue hablaba ma%oritariamente %iddish convirtió el barrio en una especie de colonia de 8uropa del 8ste. ]udíos reformistas % ortodoAos se cru#aban por la calle vendedores ambulantes de 8uropa oriental se codeaban con hombres de ne&ocios bien vestidos o con dueños de tiendas sin olvidar ladron#uelos prostitutas tah@res % chulos !ue desde la cercana BleAanderplat# se movían por ,cheunenviertel como pe# en el a&ua como describiera Blfred *>blin con precisión en su novela homónima. B!uella me#colan#a de pordioseros prostitutas eA soldados policías % capitalistas corruptos !ue se daba en los dos barrios bien podría haber servido de inspiración para *a +pera de catro cartos, de 4ertolt 4recht % Uurt Ceill. 3ncluso al eAcelso periodista % novelista ]oseph +oth se le hacía cuesta arriba !ue bastase un breve paseo desde desde la BleAanderplat# para darse darse de bruces con una barriada en en la !ue ni la mu&re ni la suciedad lle&an a disimular sino más bien a real#ar su carácter mediterráneo % obrero. ,in solución de continuidad % sin haberlo buscado uno se encuentra en una insospechada % l@&ubre Dudería por donde sólo pasan carros % ver un automóvil es todo un acontecimiento. +oth describía una barriada efervescente: niños polacos Du&ando por las calles adultos !ue andaban apresurados para cerrar al&@n trato hombres tan bien vestidos !ue no parecerían fuera de lu&ar ni si!uiera en la ele&ante Uurfrstendamm Dunto a barbudos Dudíos de 8uropa del 8ste con sombreros de terciopelo. Bllí se llevan a cabo toda clase de transacciones le&ales o no tanto cerca de un Dudío devoto !ue re#a en una es!uina.2/ 1e#clados con ellos están los refu&iados Dudíos procedentes de 8uropa del 8ste !ue han lle&ado hu%endo de los po&romos. 1uchos sueñan con irse a 8stados )nidos a =olanda o a Palestina. Bl&unos acaban de lle&ar de los campos rusos para prisioneros de &uerra. 8n sus oDos se advierte la sombra de un pesar milenario. 1uDeres con sus hiDos a la espalda como fardos de ropa sucia. Niños !ue se arrastran por ese mundo de miseria sobre sus piernas torcidas ro%endo mendru&os de pan duro Z...[ -os menos Zde los refu&iados[ son Dóvenes % &o#an de buena salud Z...[ -as pensiones pensi ones en las !ue se aloDan huelen a ropa sucia a col fermentada % a humanidad. $omo e!uipaDes en el and"n de una estación sus cuerpos hacinados %acen por el suelo Z...[ 1u% pocos están dotados de in&enio de iniciativa. jsos serán los !ue se irán a Nueva orG % allí se harán millonarios. 29
Para tratarse de un barrio Dudío las calles de ,cheunenviertel ostentan nombres eAtraños. No ha% !ue olvidar sin embar&o !ue hubo un tiempo en !ue aco&ió a los reos de la Dusticia prusiana % !ue allí se al#aban las caballeri#as del 8D"rcito de Prusia. *e ahí los nombres de las calles como la *ra&onerstrasse o la Erenadierstrasse. Z...[ hombres en &rupo con lar&as barbas hasta las patillas !ue caminan despacioW las morenas hiDas del carnicero van de un lado a otro de la calle hablando en %iddish. 8n 28
]oseph +oth \The Mrient on =irtensstrasse\ ;92< en video What 5 !a3 4eports #rom Berlin 19$'&19EE. 1ichael 4ienert ed. traducción de 1ichael =ofmann Nueva orG Norton 200O pp. O5O. 29 +oth \+efu&ees from the 8ast\ ;920< en What !a, pp. O65O9.
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tiendas % cervecerías carteles escritos en caracteres hebreos. ,on calles !ue constitu%en un mundo aparte una especie de abra inabordable casi para todo el mundo. B menos claro está !ue una nueva oleada de &ente lle&ue desde el este % empuDe a !uienes %a llevan un tiempo allí Jtampoco demasiadoJ % se han adaptado tan bien a 4erlín !ue no le hacen ascos a mudarse a barriadas más al oeste donde no les !uedará más remedio !ue esfor#arse en renunciar a las peculiaridades propias de su ra#a. )na pena por!ue tienen meDor pinta dando vueltas por ,cheunenviertel !ue más tarde en la 4olsa embutidos en sus traDes de confección. O0
8l centro de ,cheunenviertel es la ,ina&o&a Nueva de Hranienbur&er ,trasse. Bun!ue nos hubi"ramos molestado en tomar el suburbano la c@pula % las torres de la sina&o&a son visibles a Gilómetros de distancia una afrenta para la perspectiva !ue ofrece 4erlín se&@n los antisemitas ;fi&. 2.6.<. $on capacidad para aco&er hasta tres mil fieles la construcción de la ,ina&o&a de Mranienbur&er conclu%ó en /77. 8ra todo un símbolo de la prosperidad % la tran!uilidad de !ue disfrutaba la comunidad Dudía en 4erlín. Bl mismo tiempo el estilo árabe de la c@pula % de las dos torres &uardaba relación tanto con Mriente 1edio como con la "poca dorada !ue habían vivido los Dudíos en 8spañaW por su parte el espectacular ór&ano era un símbolo de los esfuer#os de moderni#ación llevados a cabo por el Dudaísmo reformista !ue se movía entre dos mundos el Dudaísmo tradicional % la sociedad cristiana alemana. *eDamos atrás la escuela Dudía para chicos con el busto conmemorativo de 1oses 1endelsohn renombrado filósofo ilustrado % fundador del centro % la más reciente para chicas el anti&uo cementerio Dudío el hospital Dudío % el ho&ar para Dudíos retirados. -a =ochschule fr die Cissenschaft des ]udentums ;$entro de 8studios ,uperiores del ]udaísmo< es el centro intelectual del reformismo Dudío donde se formaron o al menos asistieron a clase muchos de los pensadores de la cultura &ermano5Dudía como 1artin 4uber Eershom ,cholem o el rabino -eo 4aecG. Bl i&ual !ue la sina&o&a la =ochschule es el faro !ue ilumina a la comunidad Dudía % un si&no del florecimiento !ue vivió en Blemania a finales del si&lo 3 % a comien#os del . 8n la d"cada de 920 los incidentes antisemitas fueron a más % al&unos Dudíos or&ani#aron somatenes paramilitares para defenderse. B pesar de todo los Dudíos alemanes disfrutaban de prosperidad material % llevaban una vida social intensa. Bl&unos de sus intelectuales contribu%eron al renacimiento de las enseñan#as DudaicasW otros se situaron a la van&uardia de las innovaciones artísticas e intelectuales de la "poca de CeimarW otros en fin mediaron % tendieron puentes entre los dos mundos el Dudío % la sociedad seculari#ada alemana % europea.
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=essel !pazieren in Berlin, p. 6/.
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Xi&. 2.6.: -a ,ina&o&a Nueva en Mranienbur&er ,trasse construida entre /96 % /77 de estilo árabe era el más importante centro del culto Dudío en 4erlín % todo un símbolo de la vitalidad de una comunidad !ue se sentía a sus anchas. 8l edificio !ue !uedó casi arrasado por los na#is durante la Noche de los $ristales +otos en 9O/ sufrió tambi"n los bombardeos de las fuer#as aliadas. B finales de la d"cada de 9/0 % durante el decenio de 990 se procedió a la reedificación de la fachada el atrio % las c@pulas ;4ildarchiv Preussischer Uulturbesit# F Brt +esource Nueva orG<.
$omo %a hemos paseado bastante por el ele&ante barrio comercial !ue discurre a lo lar&o de la -eip#i&erstrasse % por las calles bulliciosas % laberínticas del barrio Dudío como %a hemos tomado suficiente cerve#a % codillo de cerdo caf" % dulces !ui#á ha%a lle&ado el momento de volver a casa. Bl i&ual !ue nosotros un empleado de banca se diri&e a la estación del metro en la Xriedrichstrasse. )n par de trasbordas % con un poco de suerte lle&ará a su destino MnGel Toms =tte en media hora. Bl salir del metro !ue va Dusto por debaDo del nivel de la calle respira hondo el aire puro % fresco de finales de otoño !ue le pone a tono. =ace una d"cada más o menos !ue han reforestado por completo la #ona donde se encuentra la estación de metro. 8l aumento de residentes fue tal !ue %a no se encontraban viviendas libres % donde había un bos!ue % una taberna MnGel Toms =tte ;en homenaDe a *a ca/aa del to Tom, de la escritora norteamericana =arriet 4eecher ,toe< se al#aba una de esas barriadas de eApansión urbana planificadas en la d"cada de 920 una urbani#ación !ue alber&aba el puDante se&mento de población de oficinistas % funcionarios. +eformistas sociales % funcionarios del Eobierno tuvieron la misma idea:
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edificar viviendas nuevas más hi&i"nicas % racionales para a!uella multitud. 8l resultado fue asombroso. ,ólo durante la +ep@blica de Ceimar se constru%eron dos millones % medio de viviendas nuevas. 8n 9O0 alrededor del catorce por ciento de la población vivía v ivía en pisos de construcción reciente. -os planes de edificación nos traen a la memoria los mapas !ue maneDa el 8stado 1a%or Zdel 8D"rcito[W se había tenido todo en cuenta: alcantarillado ener&ía el"ctrica a&ua corriente transporte escuelas. O -a ar!uitectura no es sólo un refleDo sino !ue aporta su &ranito de arena al establecimiento de un nuevo modelo de unidad familiar. ,on pisos pe!ueños funcionales de dos dormitorios una cocina de dimensiones ra#onables % un cuarto de estar lo Dusto para una familia moderna ideal dos personas adultas % dos niños. $uando nuestro empleado sale del metro si no es demasiado tarde puede comprar al&o en las tiendas !ue ha% al lado de las vías ^panadería floristería alimentación #apatería^ comercios previstos en la planificación para !ue los residentes !ue re&resan a casa despu"s del trabaDo ten&an la posibilidad de ad!uirir lo !ue necesiten. Nuestro empleado va pisando las hoDas caídas % aspira el aroma del otoño h@medo pero esti5 mulante. 8s mu% probable !ue no se fiDe en la ar!uitectura del edificio donde se encuentra su vivienda o !ue cuando menos no lo ha%a vuelto a hacer desde los primeros días en !ue se mudó a vivir allí. Pero sabe !ue es moderno !ue se aDusta a la ima&en !ue "l pretende dar de sí mismo hasta puede !ue sepa el nombre del ar!uitecto !ue lo diseñó 4runo Taut. ,abe por supuesto !ue su vivienda es mucho más cómoda !ue la casa !ue ocupaba con anterioridad. -a fachada del edificio de tres o cuatro plantas lisa carente de salientes ornamentales se eAtiende a lo lar&o de toda la man#ana produciendo una sensación de pulcritud. ,i se tomara la molestia de lle&ar hasta uno de los eAtremos con5 templaría la leve curvatura del edificio !ue no discurre en paralelo a la calle rectilínea. $omo en el caso de la casa $olumbus de 1endelsohn la línea curva confiere cierto dinamismo al alar&ado edificio una sensación de movimiento !ue se acent@a &racias a las ventanas retran!ueadas ;fi&. 2.7.<. Xi&. 2.7.: rea de eApansión urbana de MnGel Toms ,iedlun& de 4runo Taut edificada entre 927 % 9O2. +epárese en la fachada lisa % en las ventanas retran!ueadas propias del estilo modernista así como en la li&era curvatura del edificio ;Xoto&rafía del autor<.
8s realmente un marco a&radable para vivir leDos del ruido % el bullicio de la Potsdamer Plat# precisamente lo !ue ar!uitectos % planificadores pretendían. MnGel Toms ,iedlun& está diseñado como un oasis de 31
$ifras % citas eAtraídas de Bdelheid von ,aldern @<serle/en3 Qr Geschichte st
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tran!uilidad donde el hombre moderno puede olvidarse de la a&itación de la vida industrial % urbana % al lado de una esposa cariñosa % eficiente encontrar la serenidad % la comodidad !ue ofrece un piso moderno. ,ólo el ruido del suburbano o los &ritos de niños Du&ando rompen el silencio. 4asta con aleDarse de casa unos pocos metros para ir a dar un paseo por el bos!ue. =a% #onas de Due&o para los más pe!ueños una instalación comunitaria de lavandería % una &uardería. $erca de allí no faltan las i&lesias protestantes en su ma%oría por!ue son muchos los alemanes tambi"n los berlineses !ue acuden a ellas con re&ularidad. $uentan con otras comodidades modernas no menos importantes: cada piso dispone de su propio cuarto de baño a&ua corriente caliente % fría calefacción central % tuberías de &as para la cocina % el horno. 1eDoras sustanciales en comparación con las condiciones en !ue se desarrolla la vida en los barrios c"ntricos de la ciudad donde muchos residentes a@n se ven obli&ados a utili#ar los aseos comunes !ue se encuentran a la entrada de los edificios salir a la calle en busca de a&ua % acarrear el carbón o la leña para la cocina. Htra de las diferencias con los vieDos 0iets"aserne, esos anti&uos caserones de vecinos es !ue en los pisos nuevos el sol entra a raudales. *urante el día es posible ver a madres Dóvenes con sus hiDos en los par!ues o parándose a echar una parrafada camino de la lavandería o del mercado !ue no !ueda leDos. MnGel Toms ,iedlun& como otros de estos nuevos barrios facilita la conversación diaria constitu%e una #ona en la !ue los residentes sobre todo las muDeres pueden hablar mientras los hombres al volver del trabaDo pueden darse una vuelta por al&unas de las tabernas cerca5 nasW la comunidad no permite la venta de bebidas alcohólicas en sus locales. O2 8n verano los la&os !ue rodean 4erlín ofrecen inmeDorables oportunidades para ir a nadar o a remar. MnGel Toms ,iedlun& es !u" duda cabe un aut"ntico remanso de pa# !ue los residentes tratan de preservar por encima de todo. Nuestro empleado de banca bien podría con5 templar la lar&a hilera de viviendas unifamiliares adosadas !ue tambi"n forman parte de la urbani#ación % pensar !ue dentro de unos años podrá disfrutar de una casa así. -os modernos ar!uitectos de Blemania no se limitaban a diseñar sólo el eAterior de barriadas como MnGel Toms ,iedlun& sino !ue eDercían asimismo de interioristas buscando !ue los residentes se adaptasen al funcionalismo tan en bo&a en a!uellos tiempos. 8s decir &uerra abierta a la vul&aridad de habitaciones atestadas a los hules baratos a las tapicerías chillonas % a los muebles repuDados. $on todo nuestro empleado de banca % su esposa no si&uen los dictados del ar!uitecto al pie de la letra sino !ue conservan la decoración % los muebles !ue tenían en la casa de vecindad en la !ue vivían antes. ,e inclinan pues por atemperar los &ustos modernos de ar!uitectos % planificadores urbanos por!ue entre otras ra#ones no disponen de dinero suficiente para amueblar el piso nuevo de arriba abaDo. Bun!ue no forme parte de ellos MnGel Toms ,iedlun& se al#a entre los meDores barrios de 4erlín en los distritos situados al oeste de la ciudad Eruneald *ahlem % Yehlendorf. 8n la d"cada de 920 estas barriadas %a no están de moda pero si&uen siendo #onas señoriales en las !ue se percibe la respetabilidad de sus habitantes: la buena situación 32
?"ase ibidem pp. 6O57.
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económica la posición socialW el poder en definitiva. OO 4arrios donde viven ban!ueros industriales funcionarios &ubernamentales de alto nivel profesionales acomodados % artistas. -os mismos personaDes de los !ue Thomas 1ann decía !ue llevaban una vida tan re&alada tan intensa tan trepidante !ue casi no les !uedaba tiempo para vivir. O 8n su novela W
=essel !pazieren in Berlin, p. 0. Thomas 1ann \C_lsun&enblut\ en Berln erz
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en su forma de vestir % comportarse conservaban un atisbo de Duventud de frescura % prestancia.O( Por mucho !ue le &ustase el 4erlín moderno Xran# =essel tambi"n recha#aba a los nuevos ricos. +ecordaba con cariño su niñe# en la anti&ua parte oeste de la ciudad % cómo eran las casas por dentro: $uántos recuerdos conservo de a!uellas maci#as % austeras escaleras de barandillas de color marrón oscuro las paredes desnudas % las fi&uras &rises del cristal de las ventanasW de a!uellos escalones re&ios % empinados !ue conducían a la planta principal con ampulosas paredes de mármol liso % cristaleras de colores. No es difícil encontrar restos de ese vieDo mundo incluso baDo los estratos de la modernidad: *etrás de las vitrinas !ue formaban una especie de barricada la puerta corredi#a de cristal !ue en su día separaba el salón de la estancia 4erlín. 8n el respaldo inclinado del diván se refleDaba la sombra del piano un poco más atrás con su paño de terciopelo % foto&rafías familiares. ]unto a la ventana en un Darrón más bien lamentable un detalle tropical una palmera. 8ncaramados a la ventana de la estancia !ue daba al patio veíamos las hierbas pálidas !ue asomaban entre las piedras. ,ólo se han demolido las anti&uas cuadras % las caballeri#as del &eneral a ras de suelo !ue ahora alber&an un taller de reparación de coches.O/
B@n era posible observar tra#as de a!uella ele&ancia incluso en los lu&ares más insospechados un friso con hoDas de parra un rostro de muDer esculpido entre dos Dóvenes desnudos el marco de una puerta imitando la entrada a un templo. Xormaban parte de las postreras obras reali#adas por los @ltimos alumnos del &ran ar!uitecto ,chinGel un le&ado del remedo prusiano del estilo &rie&o !ue no ceDaba en reivindicar !ue un linaDe ininterrumpido unía la Btenas clásica con el 4erlín del si&lo 3. O9 =abía tambi"n otra nostal&ia menos pat"tica en un ambiente no tan distin&uido como el distrito oeste de =essel o el de la anciana aristócrata de edad avan#ada con !uien pasó una velada. 3sherood tuvo una patrona !ue echaba de menos las comodidades de su vida anterior antes de la &uerra % de la inflación cuando disponía de posibles para dar trabaDo a una criada % pasar las vacaciones de verano en el 4áltico. Bhora cuando la d"cada de 920 a&oni#aba % comen#aba a balbucear el decenio de 9O0 % en el mismo 4erlín no le !uedaba más remedio !ue aceptar hu"spedes % de la más baDa ralea. $omo verá =err 3ss%u Zasí pronunciaba el apellido del in&l"s[ en estos tiempos miro mucho la cate&oría de la personas !ue buscan aloDamiento en mi casa Z...[ ,ólo acepto personas bien relacionadas % educadas sólo &ente de bien Jcomo en su caso señor 37
$arl YucGma%er \*ie Bffenhoch#eit\ en Berlin erz
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3ss%uJ. 8n una ocasión se aloDó a!uí un noble % tambi"n un caballero % hasta un profesor !ue me hacían obse!uios de ve# en cuando una botella de coñac una caDa de bombones unas flores. cuando se iban de vacaciones no deDaban de enviarme una postal de -ondres por eDemplo de París o de 4adenJ4aden. Nunca olvidar" a!uellas preciosas tarDetas.0
Pero sus hu"spedes en a!uel momento son una prostituta una cantante de cabar" de se&unda un camarero de un establecimiento de mala muerte % un in&l"s con ambiciones literarias pero sin un c"ntimo. 8cha de menos hasta su propio cuarto por!ue duerme en la sala de estar oculta tras un biombo en un pe!ueño camastro % se encar&a de todas las tareas dom"sticas. No ha% noche en la !ue pueda pe&ar oDo por!ue los hu"spedes no deDan de pasar por el cuarto de estar camino del baño !ue está a la entrada. *e noche en el eAterior se re@nen unas cuantas putas % tiene la sensación de !ue el mundo ha venido a menos !ue está fati&ado. *esde mi ventana Zescribe 3sherood[ contemplo la solemne % ama#acotada calle. Blmacenes subterráneos donde Damás se apa&a la lu# al abri&o de fachadas !ue lucen balconadas maci#as estucos mu&rientos real#ados con volutas % otros distintivos heráldicos. Todo el barrio es así: calles % más calles bordeadas de edificios monumentales !ue se caen a tro#os atestados de obDetos !ue no valen nada % de muebles de se&unda mano !ue antes pertenecieron a una clase media ahora arruinada.
8ran muchos los berlineses !ue vivían como la patrona de 3sherood Xrau ,chroeder entre lo !ue a@n !uedaba en pie de la anti&ua distinción % los recuerdos cada ve# más vivos de un tiempo %a pasado. -os barrios del oeste de la ciudad aco&ían a las personas acomodadas pero &racias a la eApansión del transporte colectivo !ue tuvo lu&ar a finales del si&lo 3 bos!ues % la&os estaban al alcance de todos los habitantes de 4erlín especialmente de a!uella nueva clase media sur&ida a finales de la d"cada de 920 !ue al menos en a!uella "poca disponía de los domin&os libres % de al&o de dinero para disfrutar de los placeres del sol % del a&ua. 8l domin&o día de descanso era para pasarlo con la familia o con los ami&os en a!uellas vastas eAtensiones de bos!ues % la&os para darse un respiro del ruido % el aDetreo de la ciudad de sus tiendas oficinas % fábricas. -os sábados ha% !ue ir temprano a la panadería % a la carnicería para comprar el pan el !ueso % las salchichas sin olvidar unas cuantas botellas de cerve#a. Ponemos todo en una mochila % tomamos el metro hasta la estación de Urumme -anGe final de línea una parada más allá de la de MnGel Toms =tte. ?amos con la intención de acercarnos a dos pe!ueños la&os el Urumme -anGe % el ,chlachtensee para lue&o lle&ar hasta el Cannsee una de las maravillas de 4erlín. 8l paseo desde la parada del metro hasta los bos!ues no nos ocupa más de die# minutos por calles bordeadas de árbolesW detrás de los altos muros !ue los &uardan los Dardines están en todo su esplendor. Bparte del vivo colorido de las 40 41
3sherood Good/ye to Berlin, p. O. 3bidem p. .
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flores !ue adornan tantos ho&ares en Blemania distin&uimos al&unos árboles frutales. ?emos enormes casas de ladrillo del si&lo 3 de tres alturas con balcones % ventanales impresionantes medio ocultas tras las vallas de ladrillo tambi"n % el follaDe verde de esplendorosos árboles. Hui#á al&unos de los pudientes habitantes de los distritos del oeste mecenas de las artes en sus ratos libres ha%an buscado un tipo de edificación más moderno. 8n la d"cada de 920 los meDores ar!uitectos % otros casi tan &randes como ellos no daban abasto en cuanto a encar&os % tenemos ocasión de contemplar al&unos ma&níficos eDemplos de estilo modernista de líneas rectas % depuradas nada de adornos con &randes ventanales. ,us detractores afirman !ue esas casas modernas parecen caDas !ue no son representativas. Mtros sin embar&o sostienen !ue es una forma de romper con el pasado una apuesta por la modernidad. ,e&@n 3sherood las pretensiones de las clases más acomodadas se refleDaban en una confusa me#cla de estilos. $omo daba clases de in&l"s en Eruneald así describía la casa de uno de sus alumnos: 8l salón de la casa de los 4ernstein dispone de puertas tachonadas % de un reloD el"ctrico col&ado en la pared con unos pernos. -ámparas modernistas diseñadas de tal forma !ue parecen barómetros termómetros % cuadros de una centralita. 8l mobiliario sin embar&o no va acorde con la casa % lo !ue contiene: es como si unos in&enieros hubieran tratado de hacer más habitable una central el"ctrica &racias a unas cuantas sillas % mesas procedentes de una anti&ua % mu% respetable casa de hu"spedes. *e las austeras paredes metali#adas en enormes marcos dorados cuel&an barni#ados paisaDes del si&lo 3. 8s probable !ue el señor 4ernstein en un momento de inspiración encar&ase la construcción de la mansión a un ar!uitecto de van&uardia % al ver el resultado final horrori#ado intentara disimularlo en lo posible con unas cuantas pertenencias de la familia. 2
No nos detendremos en el interior de esas casas sino !ue nos daremos una vuelta por los bos!ues antes de acercarnos al ,chlachtensee donde el calor estival parece menos pe&aDoso % tendremos ocasión de refrescarnos en las a&uas del Cannsee. *esde el sendero !ue bordea el la&o podemos contemplar las mansiones de los potentados !ue &o#an de una vista privile&iada de los bos!ues % del la&o. Nos cru#amos con todo tipo de &ente !ue pasea o se sienta en los bancos enamorados !ue se abra#an niños !ue no deDan de correr de un lado para otro acercándose a las rocas del la&oW pareDas ma%ores miran en silencio a su alrededor fiDándose en todo otros llevan un perro !ue suelen deDar suelto para !ue corra a sus anchas. Todo el mundo observa a las personas !ue pasan por su lado miradas furtivas o no tanto !ue tratan de adivinar al&o más de lo !ue evidencia la forma de andar o los rostros de los eAcursionistas. Bl&unas personas al!uilan barcas para remar por el la&oW otros mu% pocos pescan en la orilla: a es hora de tomar un tentempi" así !ue sacamos un ase/rHtchen, ese pan áspero tan típico de 4erlín untado de mante!uilla % cubierto con !ueso % pepinillos o un !chin"en/rHtchen, !ue lleva además una fina loncha de Damón ahumado o !ui#á uno de esos indefinibles embutidos !ue &uardan un cierto parentesco con el salchichón uno de esos fiambres baratos !ue los berlineses consumen sin medida. Para terminar el refri&erio Jsólo un berlin"s llamaría a eso almuer#oJ un tro#o de Ap#el"chen. 4ordeamos el ,chlachtensee pero si !ueremos lle&ar al Cannsee hemos de darle la 42
3bidem pp. 56.
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espalda a la naturale#a por mucho !ue nos &uste % nos deleite % andar un trecho de calle con casas habitadas. No tardaremos en lle&ar al enorme la&o. -os alrededores del Cannsee están atestados de &ente comiendo o tomando el sol de niños Du&ando de multitudes nadando como en los arenales !ue rodean los la&os del distrito oeste ;fi&. 2.(.<. -as diferencias de clase !ue tan bien saben marcar los berlineses en el trabaDo en la forma de vestir % hasta en el acento no resultan tan claras al menos desde la distancia en !ue nos encontramos. Tomamos asiento baDo un toldo nos repanti&amos para aprovechar los @ltimos ra%os de sol de esta "poca del año % hasta damos una cabe#ada. Bl cabo de un rato habrá lle&ado el momento de al!uilar una barcaW nos inclinamos por un bote de remos !ue no es mu% caro % nos acercamos hasta los veleros. *ebe de haber cientos de embarcaciones en el la&o: es tan a&radable sentirse leDos del traDín del centro de la ciudad. Por suerte el viento sopla del oeste % el aire limpio del mar del Norte % de la re&ión de 4randenbur&o pasa por encima de nuestras cabe#as antes de me#clarse con la contaminación de las fábricas de los coches % de las chimeneas de carbón de la ciudad. 8n mitad del la&o podemos reco&er los remos % deDarnos llevar a la deriva comer % beber al&o o simplemente descansar. ,i se&uimos remando lle&aremos a la unión del Cannsee con el =avel donde es posible dar un paseo por el río % los muchos % pe!ueños la&os !ue están unidos al Cannsee. Pero es domin&o % no nos apetece remar así !ue nos !uedamos donde estamos mecidos por el a&ua. $asi sin darnos cuenta va ca%endo el atardecer. $omo el sol se pone tarde en esta "poca del año a@n disponemos de unas cuantas horas de lu#. +e&resamos a la orilla % vamos a tomar una cerve#a en una terra#a. ,alchichas panecillos % cerve#a son el meDor aliado para las horas !ue nos !uedan Dunto al la&o. -ue&o vuelta al metro !ue el lunes es día de trabaDo. $amino de la ciudad pensamos con triste#a en la vuelta a la rutina al mostrador o al despacho % %a soñamos con el próAimo fin de semana. Xi&. 2.(.: Xin de semana en el la&o en 4erlín occidental desde la orilla del Cannsee. -a &ente nada da un paseo en barca o toma el sol: un respiro tras el ritmo fren"tico de la vida en la ciudad ;4ildarchiv Preussischer Uulturbesit# F Brt +esource Nueva orG<.
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Por!ue 4erlín es tambi"n la ciudad de la clase trabaDadora. Para al&unos de los !ue se han aventurado a pasar el domin&o en el Cannsee la vuelta si&nifica el re&reso al cora#ón de la ciudad a Ceddin& uno de los distritos del proletariado berlin"s. Bhí es donde viven los trabaDadores de la central el"ctrica % de la fábrica de ma!uinaria pesada !ue ha% en los alrededores Dunto con Dornaleros camioneros costureras % lavanderas todo el espectro de la clase trabaDadora berlinesa compartiendo espacio con los ladrones &án&steres % prostitutas de los baDos fondos. Bun!ue sea un barrio de &ente pobre % trabaDadora en Ceddin& como en otras barriadas de 4erlín ha% de todo un poco. Bntes incluso de la Primera Euerra 1undial debido a la fuerte implantación de la ideolo&ía socialdemócrata entre el vecindario el distrito %a era conocido como el Ceddin& +oDo. 8n la "poca de Ceimar los comunistas se hicieron los amos del lu&ar. *urante los años de la *epresión na#is % comunistas lucharon por hacerse con el control de tabernas patios de vecindad % es!uinas. 8n todos los rincones de Ceddin& se masca la política. Huioscos pintarraDeados con hoces % martillos o con esvásticasW carteles electorales en los !ue puede verse a =itler o a los comunistas !ue avan#an sobre los despoDos de las clases acomodadas de Blemania. Erupos de asalto % luchadores del frente roDo se miran de reoDo. -os comunistas se manifiestan al son del himno compuesto por =ans 8isler en 929 Ceddin& +oDo mientras animan a los trabaDadores a plantar cara al capitalismo. 8l Ceddin& +oDo os saluda. $amaradas puño en altog )níos a las huestes roDas !ue pronto sonará la horag -uchamos como socialistas )nidos en un frente com@ng TrabaDadores comunistas )níos al Xrente +oDog... 3#!uierda siempre i#!uierdag -a lucha si&ue por la i#!uierda. 3#!uierda siempre i#!uierdag $analla !uien baDe la &uardiag B todas partes llevamos la verdad % no nos tra&amos ni una mentira como 1arA % -enin nos enseñaron. ,i el enemi&o li!uida a las meDores Ceddin& volverá a ponerse en pie % 4erlín se&uirá siendo roDo para !ue Blemania sea de los alemanes. O
8n contra de lo !ue pensaran los comunistas no todos los habitantes de Ceddin& compartían esas ideas políticas. -a pobre#a parali#a la inteli&encia tanto como estimula !ue el pueblo se or&anice % luche unido. 8n Ceddin& por eDemplo nos encontramos con los infames 0iets"aserne, enormes blo!ues de edificios de seis pisos !ue se constru%eron a 43
=ans 8isler 8rich Ceinert % 8rnst 4usch \+otter Ceddin&\ Nova recordin& / /6 00.
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comien#os de la d"cada de //0 para alber&ar a una clase trabaDadora !ue en 4erlín crecía de forma eAponencial. ,on blo!ues de viviendas edificados alrededor de lo !ue parecen interminables laberintos de patios interiores de vecindad. Pasamos Dunto a unos hombres apo%ados contra la pared de uno de esos patios mientras unos niños están Du&ando % nos aventuramos a entrar. ,ubimos un par de tramos de escaleras % a la entrada vemos los aseos. Por suerte los pisos disponen de a&ua corriente pero hemos de echarnos a un lado para deDar paso a un carbonero !ue baDa car&ado con sacos de carbón !ue los residentes utili#an para cocinar % en invierno para calentarse. -a niebla a#ulada !ue cubre 4erlín en invierno no se debe sólo a la contaminación sino a la combustión del carbón en millares de ho&ares % viviendas. 8ntramos en un piso de dos habitaciones. Bllí vive una familia con suerte por!ue su casa se encuentra en la parte eAterior del blo!ue % por las ventanas entra el sol. -a cocina da al cuarto de estar !ue hace tambi"n las veces de dormitorio de los niños ;contamos cuatro chi!uillos
3sherood Good/ye to Berlin, pp. 00 0.
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tremendos ata!ues de tos. $omo "l tampoco nada en la abundancia 3sherood se traslada a vivir con ellos uno más !ue se suma al caos. Para lle&ar a la cama !ue le han colocado en el cuarto de estar tiene !ue saltar por encima de todos los muebles. -a primera cena consiste en picadillo de pulmón un cuenco de patatas % sucedáneo de caf". ,i !uiere levantarse al cuarto de baño por la noche tiene !ue volver a saltar por encima de todos los muebles del cuarto de estar % pasar por la cocina para lue&o bordear de nuevo las camas donde descansan los miembros de la familia. Tiene oportunidad de escuchar todos los ruidos de una casa de vecinos: el tranviario !ue sale a trabaDar temprano los lloros de un niño una puerta o una ventana !ue se cierran. -as ideas políticas de sus moradores están en consonancia con la destartalada vivienda: Xrau NoaG es monár!uicaW el hiDo ma%or na#i % el adolescente rabioso comunista hasta la m"dula. 8n el eAterior por las calles la esvástica compite con la ho# % el martillo. Bllí pasan los días % las semanas sin novedad siempre i&uales. Nuestro pe!ueño ático superpoblado % con &oteras olía a cocina % a cañerías en mal estado. $uando prendían la estufa del cuarto de estar apenas podíamos respirarW cuando estaba apa&ada nos con&elábamos. 8l tiempo se había puesto mu% frío. $uando no estaba traDinando en casa Xrau NoaG pateaba la calle desde la clínica hasta el centro del departamento de salud % vuelta a empe#ar: sentada en los bancos eApuesta a corrientes de aire esperaba horas en los pasillos o se devanaba los sesos tratando de rellenar complicados formularios.6
-as personas !ue vivían en Ceddin& % en =allesches Tor eran las menos preparadas las peor pa&adas % en ocasiones trabaDadores temporeros % ambulantes. =acia el noroeste se al#aba la ,iemensstadt construida antes del comien#o de la Primera Euerra 1undial sede de la poderosa ,iemens la más importante compañía de electrónica de 4erlín % de Blemania entera. -as fábricas de 4erlín producían toda clase de artilu&ios el"ctricos &randes % pe!ueños desde bombillas % aparatos para el ho&ar hasta &i&antescos &eneradores para centrales el"ctricas. 8n 926 trabaDaban en ellas más de sesenta % seis mil personas más de la mitad de la plantilla de toda la empresa. 7 $omo era una de las compañías más avan#adas en cuanto a tecnolo&ía en a!uel momento la ,iemens dependía en &ran medida de los conocimientos % el buen hacer de sus in&enieros t"cnicos % personal cualificado. B mediados de la d"cada de 920 se abrió camino la idea de racionali#ar el trabaDo mediante la aplicación de m"todos científicos al proceso productivo lo !ue desembocó en un ma%or control de los obreros !ue trabaDaban en los talleres % en un abanico salarial mucho más abierto % acorde con la productividad individual de cada empleado. ,iemens fue tambi"n una empresa pionera en cuanto a paternalismo se refiere. *esde su puesta en funcionamiento a principios del si&lo 3 ofrecía cobertura sanitaria % pensiones a sus empleados. -a compañía reconocía !ue si !uería contar con trabaDadores leales % productivos tenía !ue atender a sus necesidades así como tratar de cambiar su forma de pensar % no sólo durante las ocho nueve o doce horas !ue pasaban en sus 45
3bidem p. 2O. $arola ,achse !iemens, der 6ationalsozialisms nd die moderne 8amilie3 ine :nterschng zr sozialen 4ationalisierng in etschland im $'. Fahrhndert, =ambur&o +asch und +>hrin& 990 p. 22. 46
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instalaciones. Pretendía tambi"n influir en la vida familiar de los empleados a%udándoles en su alimentación proporcionándoles posibilidades de entretenimiento or&ani#ando li&as deportivas entre e!uipos de la empresa o centros de actividades recreativasW incluso la empresa ponía a disposición de un reducido &rupo de privile&iados viviendas a baDo precio concebidas para alber&ar una unidad familiar moderna. -a íntima relación !ue eAiste entre trabaDo % familia Jase&uraba Xrit# +ichter el eDecutivo de ,iemens responsable de la política de construcción de viviendasJ encuentra su Dustificación en definitiva en ra#ones de producción. ( *e modo !ue mientras emprendemos nuestro camino hacia la ,iemensstadt aparte de edificios industriales almacenes % oficinas repararemos en las sencillas % bien diseñadas viviendas !ue la empresa acaba de construir. -a ma%oría son edificios de tres plantas pero tambi"n ha% casas unifamiliares. Todos los residentes disponen de un pe!ueño huertoW las frutas % verduras !ue cultivan en casa son una a%uda para !ue no se deDen toda la pa&a en el mercadoW veremos campos de f@tbol % áreas de esparcimiento. ,i entramos en una de las viviendas comprobaremos !ue llevan el sello de la modernidad como las de MnGel Toms ,iedlun&: pe!ueñas % funcionales de dos dormitorios Jel piso ideal para una pareDa con dos niñosJ % una cocina separada del cuarto de estar. -a lu# entra a raudales !ue no es poco en comparación con las casas de vecindad de Ceddin&. Todos los pisos disponen del cuarto de baño % de calefacción central por lo !ue tanto suspiraba $hristopher 3sherood durante el tiempo !ue vivió en casa de Xrau NoaG. -a ma%oría de los pisos tenían balcones % más enchufes de los !ue uno pudiera soñar no en vano los había construido la ,iemens. 8l diseño tambi"n está pensado para hacer más llevadera la división funcional de la vida familiar descanso recuperar ener&ías % trabaDo otro de los aspectos de la vida moderna. Pero sólo una mínima parte de los trabaDadores de la empresa disfrutaban de estas ventaDasW en 9O2 tan sólo .(90 empleados es decir el cinco por ciento de la plantilla total de ,iemens. ,e&@n la compañía esos pocos trabaDadores eran fundamentalesW entre ellos estaban los más cualificados los t"cnicos % los directivos de los dependía el buen funcionamiento de las fábricas. / ,e&@n los contemporáneos de Ceimar tambi"n era posible encontrar belle#a en el interior de las fábricas. =essel deDa de lado por un momento las calles de 4erlín % se adentra en la fábrica de turbinas de B8E principal competidora de ,iemens. *iseñado por el ar!uitecto Peter 4ehrens % finali#ado en 99 fue uno de los primeros edificios modernistas de 4erlín. =essel describía la fábrica como templo de las má!uinas Z...[ i&lesia de la precisión. Tras subir a la veranda al mirar abaDo cree tener la misma perspectiva !ue si se encontrase en lo alto de una catedral. No oculta su asombro al contemplar lar&as placas de acero % tuberías mecanismos cilíndricos % poleas a la espera de entrar en funcionamiento bombas % &eneradores a medio hacer pie#as cortadas taladradas % listas para ser utili#adas en una obra má!uinas &randes % pe!ueñas !ue hacen los aDustes precisos en el proceso de fabricación componentes de turbo&eneradores !ue &iran en una tolva de centrifu&ado construida en cemento. 9 ,in lle&ar a hacerse una 47
?"ase ibidem cita 6 % Cilfried XeldenGirchen !iemens, 191?&19%, 996W $olumbus Mhio ,tate )niversit% Press 999 pp. O65O69. 48 ?"ase ,achse !iemens, pp. 657/ estadísticas en 6/. 49 =essel !pazieren in Berln, pp. (5/.
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idea cabal de cuál sea su destino @ltimo observa cómo martillean taladran % dan forma a unas planchas de acero. Toda la nave es una cadena de montaDe las planchas se mueven sin cesar de una má!uina a otra pasan de una altura a otra antes de ser finalmente medidas revisadas % embaladas. $asi todo lo hacen las má!uinas ahorrándoles a los humanos un esfuer#o innecesario. -os trabaDadores se han convertido en 3as personas !ue las ponen en marcha % velan por su buen funcionamiento. Para =essel la fábrica es como una sinfonía o !ui#á un collage de varias pie#as reunidas !ue componen un &ran todo. Pero es una sinfonía o un collage, en constante movimiento una má!uina de movimiento perpetuo !ue eAi&e escasa intervención por parte del hombre: todo lo !ue ve forma parte de un orden responde a una ra#ón incluso lo !ue se bebe durante la pausa para tomar caf".60 Hue los trabaDadores de B8E estuvieran tan encantados como =essel "se es otro cantar como es de suponer. Para muchos alemanes sin embar&o nuestro paseo no habría sido una eAperiencia a&radable. Bcostumbrados como estaban a la calma de una ciudad pe!ueña al silencio de los pueblos a la oscuridad nocturna en el campo 4erlín les habría parecido una ciudad artificial !ue vivía del cuento. $on tanta &ente por la calle día % noche Vhabría al&uien !ue trabaDase en realidadK VB cuento de !u" el resplandor de las farolas se atrevía a desafiar el curso natural de las cosas del amanecer del atardecerK V=abía al&o más penoso !ue esa eAhibición de cuerpos apenas vestidos !ue no deDaban de moverse de forma provocadoraK -udi& XincGh un escritor conservador suabo proclamaba a los cuatro vientos: 4erlín no es Blemania. -os habitantes de la capital son visionarios soñadores aventureros !ue Z...[ viven una ilusión. 3nvocan la hermandad entre todas las naciones mientras los enemi&os de Blemania se re&odean. -os socialdemócratas nos inculcan !ue debemos respetar todas las opiniones al&o !ue en el meDor de los casos es muestra de indecisión incluso de traición mientras los militares renuncian al uso de la fuer#a @nica ra#ón de su eAistencia. Xinca lle&aba a reclamar !ue se instaurase una nueva capital de Blemania una ciudad !ue real#ase el espíritu de Blemania frente a las ocurrencias de 4erlín. 6 *el mismo modo el periodista conservador Cilhelm ,tapel se lamentaba del po#o ne&ro en !ue había caído la +epublica tumba de toda forma de vida !ue aspire a ser noble % sana. Peor era si cabe el deseo de imitación !ue alber&aban los habitantes de las ciudades pe!ueñas deseosos como estaban por convertir sus pe!ueñas ratoneras esparcidas a lo lar&o % ancho del país en un microcosmos de 4erlín. ,tapel no mostraba empacho en decir en vo# alta a!uello !ue más horrori#aba a los conservadores: desarrai&o. ,on demasiados los eslavos % no menos los Dudíos desinhibidos de 8uropa oriental !ue %a forman parte de la población de 4erlín. 8sa espantosa me#colan#a es la !ue determina en &ran medida el carácter de la ciudad.62 8l enemi&o camina... ...con la cabe#a alta con altive# o meDor dicho dándose aires de &rande#a con insolente 50
3bidem p. /. -udi& XincGh \The ,pirit of 4erlin\ en ?+, pp. 56 ;en cursiva en el ori&inal<. 52 Cilhelm ,tapel \The 3ntellectual and =is People\ en ?4!, pp. 2O52. 51
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determinación % comentarios !ue destilan ironía frases in&eniosas % las eAtrava&ancias propias de inmi&rantes !ue acaban de entrar en contacto con la civili#ación con ínfulas de parisienses balcani#ados Z...[ -a cuestión esencial !ue ho% se le plantea a la cultura alemana reside en si las &entes del campo están dispuestas a tolerar las alocadas pretensiones de la intelectualidad berlinesa Z...[ 8l espíritu del pueblo alemán se al#a contra la forma de ver la vida !ue predomina en 4erlín. -o !ue está reclamando nuestra "poca es la rebelión de la Blemania rural contra 4erlín.6O
8n 92/ ]oseph Eoebbels se hi#o car&o de la dirección del partido na#i en 4erlín. 8chaba pestes contra a!uella ciudad permanentemente iluminada: la me#cla entre el día % la noche era el símbolo de su de&eneración. 8l ruido de la ciudad las luces las prostitutas la confusión de &"neros provocada por los homoseAuales % esas muDeres modernas !ue no aceptaban ser madres el parloteo de tantas len&uas eran otros tantos indicadores de un mundo inmoral % depravado en el !ue la &ente sólo se ocupaba de dar rienda suelta a los placeres físicos. ,us vidas se centraban en el seAo % en las dro&as. 8l 4erlín de&enerado le !uitaba la comida de la boca al 4erlín de la clase trabaDadora se aprovechaba de los ciudadanos honrados !ue se deslomaban trabaDando para ver cómo el fruto de su labor se convertía en a&ua de borraDas dilapidado por &ente !ue se dedicaba a andar por la calle !ue se comportaba de forma afectada por Dudíos !ue iban de un lado a otro perdiendo el tiempo en los caf"s mirándolo todo % disfrutando pero sin hacer nada productivo. Bnte semeDante abominación ha% otro 4erlín !ue está al acecho dispuesto a dar el salto. =a% millares de personas !ue trabaDan día % noche para !ue por fin lle&ue ese día el día en !ue arrasaremos esas &uaridas de corrupción Z...[ 8l día en !ue se transformarán % se pondrán al frente de un pueblo !ue se levanta. 8l día del Duicio finalg 8l día en !ue por fin impere la libertadg 6
Bl miedo o al res!uemor !ue atena#aban a cual!uier pueblerino reci"n lle&ado a 4erlín desde la Blta Xranconia o de las montañas del =ar# o a un habitante de la ciudad de 4aden los berlineses respondían con actitud desdeñosa una muestra del talante con !ue a!uellas &entes de ciudad tan sofisticadas recibían a los !ue lle&aban de provincias asustados por lo !ue veían % por el bullicio de la urbe. 8l escritor 8rich U_stner eApresó con claridad el sentimiento de superioridad de los berlineses. 3n!uietos los visitantes se !uedan parali#ados en la Potsdamer Plat#. 4erlín se les antoDa demasiado ruidoso demasiado a&resivo demasiado alocado: 1uertos de miedo les tiemblan las rodillas % no hacen nada a derechas. $on sonrisa for#ada casi sin habla dan vueltas por la Potsdamer Plat# hasta !ue al&@n vehículo los arrolla. 66 53
3bidem pp. 2526. ]oseph Eoebbels \Bround the Eed_chtnisGirche\ en ?+,6 pp. 6705672 citas 67 % 672. 55 8rich U_stner \4esuch vom -ande\ en Potsdamer Platz, p. 9. 54
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8l afamado escritor satírico Uurt TucholsG% decía !ue a eAcepción de 4erlín Blemania era un país &obernado por filisteos provincianos % reaccionarios de esa ralea un mundo de catolicismo solapado % superstición de campesinos % aristócratas taimados % de militares cobardes. V,oluciónK Hue la lu# de 4erlín alumbrase las tinieblas de las provincias.67 V$ómo era pues el 4erlín de la modernidadK 8n 927 el escritor 1atheo Huin# nos deDó un esbo#o del conocido +omanische $af". 6( +icos industriales sentados en las mesas mientras actores % artistas en ciernes veían la forma de sacarles al&@n dinero. $omunistas con sus dis!uisiciones % debates al estilo talm@dico mientras unos periodistas de derechas cuchicheaban en una mesa cercana. -os pintores suelen esbo#ar retratos de sus cole&as lo !ue siempre resulta más fácil desde lue&o !ue crear arte de verdad. )n murmullo confuso de atropelladas conversaciones sobre Picasso el chocolate o el fascismo. -os m"dicos % los psi!uiatras van por su lado. V8starán hablando de casos !ue se traen entre manos o se limitan a observar a sus pacientes en un ambiente nuevoK B primeras horas de la mañana contemplamos un 4erlín distinto: Du&adores !ue salen de los tu&urios amantes !ue abandonan un hotel !ue al!uila habitaciones por horas. Mtro 4erlín i&ual de desenfrenado pero con un to!ue de melancolía % a&otamiento. 8l +omanische era el punto de encuentro de todos los !ue formaban parte de la vida intelectual berlinesa aun!ue cada uno se acercaba a la mesa de sus correli&ionarios. )na representación perfecta de la vida política % social durante la +ep@blica de Ceimar: a&itados democráticos comprometidos divididos e intransi&entes incapaces de entablar conversación con !uienes no comul&asen con sus ideas. Todo el mundo está al tanto de lo !ue pasa pero nadie hace nada. Tambi"n los observadores eAtranDeros !uedaban atrapados hasta el punto de caer rendidos a sus pies por el ritmo fren"tico % la a&itación cultural !ue reinaban en 4erlín. 8l diplomático % escritor británico =arold Nicolson al tratar de dar cuenta de en !u" consistía el encanto de 4erlín describía una ciudad tan alocada !ue por las noches hasta los animales del #ooló&ico se&uían dando vueltas de un lado a otro mientras los trenes a@n circulaban por las vías % los semáforos no deDaban de parpadear. 8n ese ambiente nocturno !ue hace !ue hasta las torres de la Eed_chtnisGirche pare#can más animadas se advierte un pálpito de !ue al&o va a pasar. Todo el mundo sabe !ue por la noche 4erlín se prepara para vivir nuevas aventuras. 1ientras parisienses % londinenses duermen a pierna suelta los berlineses van en busca de nuevas sensaciones. 6/ 8l 4erlín moderno de entonces era todo eso % mucho más. -as imá&enes los ruidos % los olores de la ciudad la metrópolis desenfrenada des!uiciada % deslumbrante de la Potsdamer Plat# % las barriadas hacinadas oscuras % lóbre&as de ,cheunenviertel o Ceddin&. 8ra el ful&or resplandeciente del +omanische $af" punto de encuentro de artistas intelectuales directivos % &entes de ne&ocios como tambi"n el trabaDo 56
Uurt TucholsG% \4erlin and the Provinces\ en 1, pp. /520. 1atheo Huin# \The +omanic $af"\ en ;4!, pp. 65(. 58 =arold Nicolson \The $harm of 4erlin\ en ?+, pp. 26527. 57
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racionali#ado % cronometrado de las fábricas de ,iemens o B8E. 1uDeres emprendedoras % comprometidas !ue iban de un lado a otro or&ullosas de haber lle&ado adonde !uerían % las re%ertas políticas entre comunistas % na#is. 8ra la ele&ancia de los &randes almacenes Tiet# % los vendedores ambulantes !ue arrastraban sus mercancías por Ceddin&W los bos!ues % los la&os al alcance de todo el mundo % los nuevos edificios de pisos diseñados para una unidad familiar moderna viviendas aseadas no atestadas de cosas. 8ra la ima&en de la casa $olumbus la eAperiencia de ir al cine % las escapadas de fin de semana al Cannsee pero tambi"n los Dudíos de 8uropa oriental !ue vivían en ,cheunenviertel los pudientes hombres de ne&ocios % profesionales de Eruneald los aristócratas rusos !ue habían tenido !ue emi&rar haciendo alarde de una ri!ue#a % de un poder de los !ue carecían % los cuerpos de las muDeres !ue se eAhibían en espectáculos de revista % cabar"s. 8l 4erlín moderno era un caleidoscopio de cosas mu% diversas a cual más entretenida. 8n la d"cada de 920 había otras ciudades como Nueva orG o -ondres tan aDetreadas % a&obiantes como 4erlín. Mtras como París tambi"n lo eran pero mucho más hermosas con más encanto. 8l 4erlín de la "poca de Ceimar era una ciudad especialmente palpitante: capital de un país derrotado en una &uerra % centro de un peli&roso conflicto político no resuelto. Bl mismo tiempo una ciudad nueva se al#aba sobre lo !ue había sido la capital durante el @ltimo cuarto del si&lo 3 es decir la abrumadora % tran!uila residencia re&ia % sede del Eobierno prusiano. Tras la unificación de Blemania en /( eAperimentó un rápido desarrollo. ,e multiplicaron las fábricas % el nivel de vida de sus habitantes creció como la espuma hasta convertirse no sólo en la capital del 8stado de Prusia sino en uno de los principales centros de poder en 8uropa tanto para lo bueno como para lo malo. 8n la d"cada de 920 4erlín pareció por fin encontrar su sitio como importante foco cultural !ue nada tenía !ue envidiar a París -ondres o Nueva orG % parecía capa# de asumir tantas % tan diversas contradicciones como convivían en su seno. -a esperan#a % la desesperación !ue habían traído la &uerra % la revolución la permanente confrontación de ideas políticas el rápido desarrollo !ue la conduDo a la era de la industriali#ación avan#ada Dunto a la presencia a@n visible de las anti&uas fortunas del anti&uo poder el impresionante n@mero de habitantes % edificios de una urbe de a!uellas dimensiones al lado de paraDes bucólicos salpicados de bos!ues % la&os todos esos factores conferían a 4erlín una reputación % una creatividad tan especiales en a!uellos años !ue a nadie eAtranDero o alemán deDaba indiferente. Ceimar fue 4erlín. 4erlín fue Ceimar. -a capital ad!uirió cate&oría de símbolo % fue patrón de referencia. 8n el resto de Blemania se pensaba !ue los berlineses habían ido demasiado leDos. 8ra un imán !ue atraía a alemanes % foráneos con ambición % talento pero !ue tambi"n infundía pavor % desprecio. 8ra un refleDo @nico esencial de la Blemania de Ceimar. Nin&@n &rupo nin&@n individuo podía reclamar la ciudad como su%a. 4erlín no estaba en manos de nadie. 8l consenso era un vocablo desconocido. Tambi"n eso fue el 4erlín moderno.
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333 8- 1)N*M *8 -B PM-QT3$B
n .926 el ma&nífico periodista ensa%ista % novelista de la "poca de Ceimar ]oseph +oth escribió un folletín 8l cumpleaños del Gáiser. 8ra su peculiar forma de rendir tributo a uno de los &randes acontecimientos del momento: el Gáiser había sido depuesto. ,i la +ep@blica nos hubiese ofrecido al menos la posibilidad de olvidarnos del cumpleaños del Gáiser se habría apuntado un tanto. kNada ha cambiadoW todo si&ue i&ual. Pero al&o sí !ue ha cambiado: el vieDo Zel Gáiser[ %a no está entre nosotros. 8so basta para devolvernos la tran!uilidad: la =istoria no va desencaminada. -a =istoria es la @nica ra#ón de !ue cuando miremos a lo alto al trono % comprobemos !ue está vacío entendamos !ue %a nada se interpone entre *ios % nosotros.
+oth estaba al tanto de la división política eAistente en la sociedad alemana de !ue no eran pocos los !ue anhelaban el retorno de los =ohen#ollern. $on todo era una maravilla !ue hasta sus adeptos se vieran obli&ados a enviar sus felicitaciones no a 4erlín sino a =olanda país !ue el Gáiser había ele&ido para el eAilio. ,e&@n +oth el cumpleaños del Gái5 ser era la @nica fiesta realmente republicana por!ue &racias a esa fecha todo el mundo se daba cuenta de !ue el Gáiser %a no era nadie. 8s más la forma en !ue puso tierra por medio sirvió para !ue mucha &ente entendiese lo frá&iles !ue son los oropeles del poder por sólidos !ue se nos antoDen. Nuestra &eneración ha contemplado cómo la re&ia p@rpura se convertía en un simple capote de viaDe Z...[ $on nuestros propios oDos hemos comprobado !ue no era sino esca%ola a!uello !ue habíamos considerado como mármol. =emos pasado por la ma&nífica eAperiencia de la desmitificación Z...[ Nunca habrá un nuevo Gáiser al menos no como el !ue teníamos Z...[ ,e ha roto la cadenaW el tiempo ha aclaradoW se acabaron las bambalinas del poder. jse es el &ran lo&ro al menos por ahora del año 9/.
8l Gáiser se había ido % en consecuencia los alemanes tenían ante sí un amplio abanico de posibilidades no se hablaba de otra cosa por la calle mientras la borrasca se desencadenaba en las sedes electorales. *urante la "poca de Ceimar la política se hacía en vo# alta en medio de protestas sin nin&@n control % para ma%or sorpresa 1
]oseph +oth \Uaisers Eebursta&\ 20 de enero de 926 en Berliner !aison/ericht3 :n/e"annte 4eportagen nd >ornalistiche Ar/eiten 19$'&19E9, Ulaus Cestermann ed. $olonia Uiepenheuer und Citsch 9/ pp. O075 O09. ;Traducción de 8duardo Eil ?era: l >icio de la historia3 19$'&19E9, 1adrid ,i&lo 3 de 8spaña 8ditores 200<.
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democráticamente. 8ra raro !ue hubiera un partido político !ue no consi&uiese votos suficientes para estar representado en el +eichsta&. Por no hablar de sus defensores hasta los más encarni#ados enemi&os de la +ep@blica contaban con sus propios periódicos % or&ani#aban manifestaciones. -as muDeres !ue acababan de conse&uir el derecho al voto se unían a or&ani#aciones políticas !ue funcionaban sin trabas le&ales. 8n la d"cada de 920 partidos % movimientos de todos los colores recurrieron a los medios de comunicación de masas % a las nuevas formas de hacer arte Jradio fotomontaDes altavoces incluso películasJ con tal de !ue su mensaDe lle&ase a los pueblos más apartados a los rincones más remotos del país. -a política se convirtió en un fenómeno de masas al&o desconocido hasta a!uel momento. Probablemente durante a!uel decenio nin&@n otro país aparte de Blemania Jdesde lue&o no 8stados )nidos con su fero# represión de la i#!uierda sus nocivas políticas antisindicales % su racismo le&almente consentidoJ disfrutaba de semeDante libertad de eApresión de una vida p@blica tan puDante. No obstante los recurrentes estados de eAcepción adoptados por el 8stado conclu%eron con el cierre de las imprentas del Partido $omunistaW entre 92 % 92( se lle&ó incluso a prohibir !ue Bdolf =itler tomase la palabra en p@blico en cual!uiera de los estados alemanes. *urante los primeros años de la +ep@blica sobre todo el terror blanco Jla violencia desmedida llevada a la práctica por la derechaJ culminó en eDecuciones sumarísimas % en el confinamiento de millares de trabaDadores radicales. 8ntre 99 % 92O los asesinatos políticos cometidos por una mano ne&ra estrechamente vinculada con &rupos de derechas ocurrían todos los días. -os Dueces se eri&ieron en bastiones del conservadurismo % rara ve# investi&aban las acciones terroristas de la derecha mientras no ceDaban en su acoso a la i#!uierda. $omo en toda economía de mercado los ricos accedían al Eobierno con más facilidad !ue las clases medias o las más desfavorecidas. *esde su posición de privile&io recortaban los pro&ramas de bienestar social de la +ep@blica al tiempo !ue se lamentaban con amar&ura de un sistema !ue en su opinión daba más alas a va&os e indi&entes !ue a la &ente trabaDadora de verdad. 8n la eAtrema derecha se &estó una política !ue ideali#aba la violencia % el antisemitismo por motivos raciales. B la sombra de la revolución bolchevi!ue la i#!uierda optó por m"todos militaristas. 8normes peli&ros se cernían sobre la &ran promesa democrática !ue era CeimarW celadas !ue al final acabarían por ser más poderosas !ue la propia +ep@blica. -a Primera Euerra 1undial constituía un pesado le&ado !ue casi nin&@n país europeo de la "poca sabía cómo resolver. Pero la derrota a la !ue había !ue sumar unos dos millones de muertos % casi cuatro millones doscientos mil heridos a&ravó profundamente los problemas económicos sociales % psicoló&icos de los alemanes. -a p"rdida % la escase# de hombres en edad de trabaDar representó un lastre considerable tanto desde el punto de vista económico como desde los tradicionales es!uemas familiares % no hubo otro remedio !ue recurrir al apo%o % a los servicios !ue ofrecían el 8stado % las instituciones privadas de beneficencia. 8l Tratado de Pa# de ?ersalles alimentaba sin cesar el odio % el resentimiento del pueblo alemán !ue echó las culpas de todos sus males sobre los hombros de la +ep@blica. Pero ?ersalles tambi"n pesó como una losa sobre la política internacional de a!uellos años de 920 por!ue las &randes potencias se enredaban en cuestiones !ue se&uían sin resolver sobre todo en el capítulo de las compensaciones. Bl
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mismo tiempo la clase política de la +ep@blica parecía anti&ua % an!uilosada ape&ada a vieDos modos de hacer política incapa# de plantar cara a los nuevos problemas !ue planteaba la pos&uerra. Bun!ue en tiempo de pa# la economía alemana se rehi#o mucho antes de lo !ue todo el mundo pensaba la recuperación dio muestras de &ran volatilidad: fueron años de eApansión sacudidos por &raves crisis. 8l desplome internacional de los precios de las materias primas los baDos índices de productividad % las elevadas cifras de desempleo incluso en años de vacas &ordas fueron otras tantas limitaciones !ue se encontraron los sucesivos Eobiernos las mismas !ue llevaban a millones de alemanes a vivir en condiciones deplorables. B pesar de todo desde el punto de vista político Blemania se&uía profundamente dividida. 8n los años posteriores a la Primera Euerra 1undial nin&@n partido movimiento ciudadano o plataforma de ideas suscitaba entusiasmo. Nada ni nadie era capa# de al#arse con la ma%oría. Nin&@n partido salvo los na#is en los estertores de la +ep@blica contaba con apo%os !ue fueran más allá de los !ue les proporcionaba el eAi&uo n@mero de sus militantes. Xue sin embar&o la amena#a del palo lo !ue predominó en la política de la "poca de Ceimar cuando incluso cuestiones insustanciales ad!uirieron tintes eAistenciales. 8se d"ficit democrático la ne&ativa a se&uir la senda de la democracia incluso la hostilidad con la !ue la contemplaban muchos alemanes !ui#á la ma%oría representaron un peli&ro real para la +ep@blica desde el principio. -a historia política de la +ep@blica de Ceimar se resume en tres &randes periodos con dos momentos de crisis !ue arroDaron como resultado un breve !uin!uenio de relativa estabilidad. $ada una de esas fases no era sino la consecuencia de una situación política determinada % dominante !ue defendía su propia versión del orden % el pro&reso. *e 9/ a 92O estuvo presidida por una coalición de centro5i#!uierdaW de 99 a 92 por un Eobierno de centro5derechaW entre 9O0 % 9OO la derecha autoritaria se hi#o con el poder. -os dos primeros periodos bastaron para demostrar !ue las promesas de Ceimar sólo eran un refleDo de los males !ue a!ueDaban a la propia +ep@blica. Bmbos conclu%eron en una confusa me#cla de catástrofe económica % crisis política. 8l resultado final fue !ue cada intento de &obernar en coalición terminó en fracaso !ue todos los Eobiernos fueron víctimas de los ata!ues concertados de sus contrarios % de su propia ineptitud. 8n definitiva !ue los &ravísimos problemas !ue tuvo !ue arrostrar la +ep@blica de Ceimar superaban con creces la capacidad de sus diri&entes políticos para forDar un consenso % alcan#ar una ma%oría. -a primera fase la !ue abarca de 9/ a 92O deDó una huella indeleble en la +ep@blica. -a $onstitución establecía un sistema político claramente democrático: sufra&io universal % libre reparto proporcional de escaños % libertades políticas fundamentales. XiDaba tambi"n derechos sociales % los pro&ramas defendidos por el Partido ,ocialdemócrata ;,P*< durante la revolución mantenidos % ampliados más tarde dieron alas a la retórica de sus adversarios. Bdemás de los pilares en !ue se asentaba el sistema de bienestar social establecido por el canciller Mtto von 4ismarcG en la d"cada de //0 Jse&uridad social pensiones % se&uro en caso de accidente laboralJ los Eobiernos del ,P* fiDaron la Dornada laboral de ocho horas % otor&aron carta de naturale#a a los sindicatos. Todos los municipios del país controlados por los socialdemócratas % a!uellos en los !ue contaban
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con una amplia representación pusieron en marcha centros de salud o ampliaron las oportunidades educativas % de formación profesional. ,ocios del ,P* en estas aventuras fueron casi siempre el Partido *emocrático Blemán ;**P< % el Partido del $entro $atólico. -os tres partidos popularmente conocidos como la $oalición de Ceimar constitu%eron el más firme bastión con !ue contó la +ep@blica durante sus catorce años de eAistencia. Bparte del Eobierno de la nación la $oalición de Ceimar controló muchos de los &obiernos re&ionales % municipales durante casi todo el tiempo !ue duró la +ep@blica incluidos estados con peso específico propio como Prusia % de hecho tuvo vara alta en todos los Eobiernos de esta primera fase al menos hasta !ue los socialdemócratas declinaron su participación en tan altas responsabilidades. -a +ep@blica sur&ió como consecuencia de los movimientos de masas de 9/ % 99 % de la decisión adoptada por los partidos de la $oalición de Ceimar: tal fue el vásta&o !ue alumbraron. *e los tres !ue formaban la coalición el ,P* era el partido !ue contaba con más apo%os un sustento mucho más amplio !ue el de cual!uier otra formación política de Blemania un partido comprometido ine!uívocamente con la democracia aun!ue no dudase en recurrir a la fuer#a para frenar a la i#!uierda radical. 8n sus orí&enes había sido el partido de los trabaDadores del metal de los obreros de las industrias del carbón % el acero durante la %a considerada como clásica era industrial. Precisamente su orientación hacia una clase social determinada % su ideali#ación retórica del proletariado limitaban de forma clara sus pretensiones de lle&ar a otros sectores de la población. 8l ,P* nunca podría hacerse con una ma%oría con eApresiones tomadas del marAismo como pueblo en lucha por la democracia % el socialismo lucha de clases sociali#ar la economía capitalista % llevar a cabo un política económica !ue promueva el bienestar para todos o unidad internacional del proletariado. 2 -a ima&en de unos trabaDadores envalentonados marchando sobre los escombros de la sociedad de clases ^curas militares hombres de ne&ocios % comunistas^ chirriaba incluso a oDos de !uienes eran más proclives al mensaDe de los socialdemócratas ;fi&. O..<. O Parece dudoso !ue fueran capaces de convencer a nadie más. *eDar el socialismo para más adelante como propu&naba al mismo tiempo el ,P* le privó del respaldo de un &rupo importante aun!ue perif"rico de trabaDadores e intelectuales de ideolo&ía radical. 8l compromiso del partido con el movimiento de emancipación de la muDer tambi"n limitó su capacidad de penetración: la clase siempre estaría por encima del &"neroW ni si!uiera la incendiaria bandera de la Duventud habría de ser enarbolada sólo por las muDeres: tambi"n los hombres tenían !ue estar presentes % ponerse al frente. Todos los símbolos del partido lucían el color roDo ^ banderolas enseñas estelas^ se&@n una ima&inería nacida tiempo atrás cuando socialismo e!uivalía a ilustración inteli&encia % vida ;v"ase ilustración en color <. ,in embar&o para muchos alemanes el color roDo era un símbolo de los la#os eAistentes entre socialdemócratas % comunistas % metían a los dos partidos marAistas en el mismo saco a pesar de las profundas diferencias !ue los separaban. 2
?"ase por eDemplo \Pro&ramo. der ,o#ialdemoGratischen Partei\ E>rlit# 2O de septiembre de 92 en etsche Parteiprogramme seit 1?R1, Colf&an& Treue ed. ed. Eottin&en 1usterschmidt 97/ pp. 3 B propósito de carteles de propa&anda política v"ase especialmente Politische Pla"ate der Weimarer 4ep/li", editado por el =essisches -andesmuseum *armstadt *armstadt =essisches -andesmuseum 9/0 % Peter Paret 4eth 3rin -eis % Paul Paret Persasi=e 5mages: Posters o# War and 4e=oltion #rom the @oo=er 5nstittion Archi=es, Princeton Princeton )niversit% Press 992.
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8l **P partido de orientación liberal pro&resista contaba entre sus simpati#antes con muchos profesionales de clase media % además con el apo%o de la comunidad Dudía no demasiado amplia pero bien situada. Bbo&aba por el Dusto medio (>ste milie), es decir por buscar un e!uilibrio entre política % sociedad. BleDado de todo eAtremismo era firme partidario del debate de la ne&ociación tanto en Blemania dentro de los límites de la $onstitución como más allá de sus fronteras abo&ando por la inclusión de la nación en el concierto internacional ;fi&. O.2.<. 8l **P era contrario tanto a los monopolios como a la sociali#ación % apo%aba sin reservas la iniciativa del individuo así como medidas de bienestar social para corre&ir las &raves desi&ualdades e inDusticias !ue eAistían. $onvencidos de !ue el derecho formaba parte de la cultura alemana reclamaban asimismo la instauración de una milicia nacional en sustitución del anti&uo 8D"rcito autoritario. $omo el resto de los partidos insistía en !ue había !ue estrechar la#os con los alemanes !ue vivían fuera del país % defenderlosW id"ntica protección eAi&ían para las minorías ;Dudíos % polacos sobre todo< en Blemania una medida !ue ni si!uiera contemplaban los partidos conservadores. $on la introducción del voto femenino al i&ual !ue los demás partidos tambi"n el **P tuvo !ue hacer frente a una nueva realidad política. 1uchas muDeres profesionales encontraron su ideario político en el **P % muchas de las parlamentarias más sobresalientes de la +ep@blica militaron en "l. Por des&racia su presentación como el partido !ue prote&ía a la muDer no tuvo demasiado eco ;fi&. O.O.<. *e hecho el **P sólo tuvo un cierto respaldo popular con motivo de las elecciones para la Bsamblea $onstitu%ente. B partir de ahí comen#ó un lento pero continuo declive hasta acabar siendo un partido prácticamente irrelevante lo !ue en pocas palabras al&unos historiadores de a!uella "poca % al&@n estudioso actual han calificado como el centro a&oni#ante de la política durante la "poca de Ceimar.6
Xi&. O.: ?ota por la lista n@mero : socialdemocracia. $on &esto imperioso un obrero porta la estela del socialismo tras vencer a sus corruptos % malvados contrincantes: militares curas comunistas % avaros capitalistas ;=essisches -andesmuseum *armstadt<.
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\Pro&ramm der *eutschen *emoGratischen ParteK O56 de diciembre de 99 en Treue etsche Parteiprogramme, pp. O650 cita O7. 5 ?"ase 1artin ,pahn \*ie sterbende 1itte\ en 1artin ,pahn 8iir den 4eichsgedan"en3 @istorisch&politische A#s
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Xi&. O.2.: TrabaDo di&no en la ciudad % en el campo para todos. $ontra la dictadura de la i#!uierda % de la derecha. Partido *emocrático Blemán. Posicionamiento típico del **P !ue se postula como el partido !ue busca el Dusto medio respetando el derecho % la Dusticia ;=essisches -andesmuseum *armstadt<.
Xi&. O.O.: 1uDeres % madres alemanasK Pensad en el futuro de vuestros hiDosg ?otad al Partido *emocrático Blemán. Todos los partidos políticos buscaban el voto femenino recurriendo a una ima&inería maternal como en este cartel del Partido *emocrático Blemán de tendencia liberal ;=essisches -andesmuseum *armstadt<.
1ientras el ,P* % el **P encontraban sus limitaciones en las clases a las !ue se diri&ían el $entro !uedaba reducido a la reli&ión. 8l catolicismo impre&naba el partido: curas % obispos desempeñaban un papel preponderante en los asuntos internos de la or&ani#aciónW el pro&rama se&uía las enseñan#as católicas. Pero el $entro tambi"n demostró ser un cauce fecundo para !ue católicos laicos incluidos muDeres % Dóvenes interviniesen en la vida política. B pesar de la posición determinante !ue ostentaron durante la +ep@blica ^cuatro cancilleres % muchos altos funcionarios salieron de las filas del Partido del $entro^ en la d"cada de 920 los católicos a@n se sentían despla#ados en un país ma%oritariamente protestante. Para bien o para mal eran muchos los alemanes
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!ue pensaban !ue si tenían patria era &racias al protestantismo % de ahí su escasa atención a los posicionamientos de los católicos. 1uchos católicos a@n recordaban la ltr"amp# ;lucha en favor la cultura alemana< el ata!ue de 4ismarcG contra la presencia católica en la política % en la sociedad. *urante la "poca de Ceimar las escuelas % la educación fueron las principales preocupaciones del catolicismo. 8l $entro defendía con vi&or el derecho de la 3&lesia a impartir enseñan#a reli&iosa en los centros p@blicos: -a reli&ión % la patria han de ser el eDe de toda enseñan#a de toda educación proclamaban. 7 Bl i&ual !ue otras formaciones políticas no ocultaban su preocupación por la depravación moral de la Duventud % reclamaban al 8stado !ue prote&iera a los Dóvenes de las !chmtz nd !chnd ;inmundicia % basura<. Bse&uraban estar por encima de la división de clases % representar a todos los Ber#ss"inde ;niveles profesionales<. TrabaDadores artesanos vendedores % propietarios todos estaban unidos por la reli&ión % la nación % todos eran bienvenidos por i&ual en el Partido del $entro ;fi&. O..<. Pero la ima&en de unidad impuesta por la 3&lesia chocaba con las profundas divisiones internas eAistentes en el Partido entre liberalJsociales reformistas % el ala más conservadora % autoritaria. -os liberales se impusieron durante los dos primeros periodos de la +ep@blicaW los conservadores se al#aron con el poder al final. -os partidos de la $oalición de Ceimar fueron la piedra an&ular de la +ep@blica pero sus pro%ectos tanto los tomados de mutuo acuerdo como los de cada uno rara ve# se desarrollaron sin oposición. 8l compromiso de la $oalición con la democracia parlamentaria el bienestar social % la intervención del 8stado en la economía ^!ue el socialismo ;representado por el ,P*< deDaba para un futuro leDano^ encontraron a&uerridos anta&onistas tanto por la derecha como por la i#!uierda. ,e&@n estos &rupos los ras&os diferenciales del 8stado % la sociedad de Ceimar no estaban nítidamente establecidas en la $onstitución. $asi todo el mundo incluidos los partidos de la $oalición de Ceimar pensaba !ue los límites territoriales de Blemania no habían !uedado definidos con claridad en el Tratado de ?ersalles. -as cuestiones fundamentales acerca de cómo debía or&ani#arse la convivencia de los alemanes entre sí % las relaciones !ue habían de mantener con los países vecinos se&uían encima de la mesa % no deDaron de provocar en"r&icas protestas a lo lar&o de cada una de las fases políticas de la historia de la +ep@blica. Xi&. O..: Por el sacrificio % el trabaDo hacia la libertadg ?ota al Partido del $entro. Todos los partidos trataban de arañar votos recurriendo a la ima&en del fornido obrero o a&ricultor alemán. 8n este caso el católico Partido del $entro une trabaDo honrado % cristianismo vali"ndose de la fi&ura de un campesino !ue maneDa el arado mientras al fondo aparece la silueta de la catedral de $olonia ;=essisches -andesmuseum *armstadt<. 6
\+ichtlinien der *eutschen Yentrumspartei\ 7 de enero de 922 en Treue etsche Parteiprogramme, pp. 059 cita (.
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Por la i#!uierda los comunistas % otros radicales próAimos a sus posiciones reclamaban un sistema político % social diri&ido por la clase trabaDadora o por los partidos !ue se definían como representantes de la misión histórica de la clase obrera. Proletariosg TrabaDadores % trabaDadoras Mbreros era el encabe#amiento habitual de cada panfleto de cada manifiesto del U*P ;Partido $omunista de Blemania<. =ombres fuertes trabaDando en el torno o en la fresadora eran las imá&enes !ue solía ofrecer el partido. *urante los primeros años los comit"s de obreros % soldados marcaron la pauta ór&anos !ue asumirían las funciones parlamentarias para !ue la democracia lle&ase a todos los rincones de la sociedad incluidos los centros de trabaDo. *escartado el beneficio como obDetivo la ri!ue#a sería compartida % todos los miembros de la sociedad participarían de la prosperidad. Tambi"n las muDeres tendrían libertad e i&ualdad de derechos &racias en primer lu&ar a !ue entrarían a formar parte de la mano de obra asalariada. -a sociali#ación de la industria % de la a&ricultura: en eso se resumía con precisión el pro&rama económico de los comunistas. B lo lar&o de los años de Ceimar la fidelidad a la )nión ,ovi"tica una constante del partido pasó a convertirse en estrecha dependencia por no decir mimetismo. Para los comunistas había enemi&os por todas partes: Defes burócratas % curas pero tambi"n compañeros de trabaDo !ue no ocultaban sus preferencias por el ,P* o por el $entro. 8l len&uaDe comunista era áspero % eAclu%enteW al&unos trabaDadores se sentían identificados con "l pero nunca fueron la ma%oría. ( *urante la primera fase de la +ep@blica los comunistas participaron en al#amientos armados contra el 8stado en tres ocasiones: enero de 99 mar#o de 92 % octubre de 92OW todas acabaron en fracaso. -os comunistas no dudaron en fomentar la a&itación social % trataron de convertir las protestas en una huel&a &eneral contra la +ep@blica pero fracasaron en su empeño. -a @nica huel&a &eneral !ue fue un "Aito en Blemania tuvo lu&ar en mar#o de 920 contra el intento de &olpe de 8stado de la eAtrema derecha prota&oni#ado por Colf&an& Uapp % fue convocada por los sindicatos no por el Partido $omunista. +evueltas % huel&as sirvieron para poner sobre el tapete sin embar&o una serie de asuntos de importancia. Por eDemplo el enorme descontento reinante en un se&mento de la clase obrera !ue se&uía las consi&nas comunistas % se sumaba a paros % al&aradas. No pocos trabaDadores se ilusionaron con la perspectiva del futuro de prosperidad i&ualdad % pa# !ue les presentaba el U*P. 8l partido les ofrecía la posibilidad de ampliar sus hori#ontes % desarrollar sus talentos % aptitudes. Todo lo contrario !ue las nobles promesas % esperan#as formuladas por los fundadores de la +ep@blica !ue nunca encontraron demasiado eco entre unos trabaDadores sometidos a las privaciones de la Primera Euerra 1undial % a la difícil situación económica de la pos&uerra. B pesar de la rápida reindustriali#ación % del resur&imiento económico no era fácil encontrar trabaDo % la inflación se comía los ahorros de la clase trabaDadora. Huienes tenían trabaDo pensaban !ue las condiciones laborales en fábricas % minas eran tan duras como siempreW a pesar de la Dornada de ocho horas % del reconocimiento de los sindicatos Defes % capataces se&uían tratándolos de forma despótica. 8s de suponer !ue si la +ep@blica hubiera demostrado 7
?"ase 8ric *. Ceit# Creating German Commnism, 1?9'&199'3 8rom Poplar Protests to !ocialist !tate, Princeton Princeton )niversit% Press 99(.
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!ue era capa# de acelerar el pro&reso económico % ampliar los cauces de participación política al menos al&unos de esos trabaDadores habrían estado de su lado pero no desde lue&o el Partido $omunista ni sus afiliados. *esde el primer momento el U*P adoptó una actitud de confrontación continua con la +ep@blica % la $oalición de Ceimar siempre se encontró con un duro contrincante por la i#!uierda !ue contaba con un respaldo popular importante pero !ue Damás lo&ró imponerse como fuer#a he&emónica entre los trabaDadores. -a antorcha de la revolución no era una idea !ue cuaDase entre una aplastante ma%oría de alemanes para !uienes más bien representaba todos los horrores por no decir el caos la inestabilidad o los rusos ;fi&. O.6.<. Pero la verdadera amena#a para la $oalición de Ceimar % para la propia eAistencia de la +ep@blica siempre vino por parte de la derecha no de la i#!uierda. Hui#á ha%a !ue buscar la eAplicación en las cifras: es probable !ue fueran muchos más los alemanes de derechas !ue los de i#!uierdas. lo !ue es más importante la derecha tenía el poder estaba bien relacionada % contaba con representantes en las principales instituciones del 8stado % de la sociedad en el mundo de los ne&ocios la burocracia el 8D"rcito las universidades % las confesiones reli&iosas. *isponía de a&itadores calleDeros % pendencieros tabernarios pero en sus filas tambi"n había ban!ueros hombres de ne&ocios coroneles profesores % cl"ri&osW era una derecha hetero&"nea % mu% dividida !ue no se uniría como fuer#a política cohesionada hasta el final de la +ep@blica cuando no tuvo remil&os en apo%ar a =itler % a los na#is. Xi&. O.6.: Para !ue no se apa&ue la antorcha de la revolucióng ?ota a los comunistas. -ista . )n hombre fornido simboli#a el comunismo mientras masas de obreros se con&re&an ordenadamente a sus espaldas ;=essisches -andesmuseurn *armstadt<.
-os principales partidos de la derecha eran el Partido Nacional Popular Blemán ;*N?P< % el Partido Popular Blemán ;*vP< !ue en al&una ocasión lle&ó a colaborar con los partidos de la $oalición de Ceimar aun!ue nunca apo%ó con firme#a % de forma incondicional ni la +ep@blica ni el concepto de democracia. ,u compromiso nunca fue más allá de conse&uir !ue sus puntos de vista !uedasen refleDados en la acción política del Eobierno de turno. ,us eAi&encias fundamentales pasaban por una política económica proclive a la empresa privada es decir menores car&as fiscales la afirmación de los derechos de los accionistas la revisión del .Tratado de ?ersalles % la limitación de los derechos ad!uiridos por los trabaDadores durante la revolución. *e puertas afuera el
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*?P afirmaba !ue estaba a favor de la cooperación entre trabaDadores empleados % empresarios para ase&urar el bienestar de la clase trabaDadora pero el ne&ocio % el control t"cnico de las empresas tenía !ue se&uir en manos de los directivos. -o fundamental para el *?P era !ue hubiese una clase media independiente !ue &aranti#ase la estabilidad del país % fomentase el crecimiento económico. Bspiraba a una reconciliación política % económica entre las naciones aun!ue pensamos !ue será una tarea inalcan#able mientras nuestros enemi&os si&an pisoteando al pueblo alemán impidan la unidad de nuestra nación % apo%en la pa# de los vencedores !ue nos fue impuesta. 8l *?P apostaba por defender a!uellos valores espirituales % morales !ue constitu%en los ras&os diferenciales de los alemanes. $omo señalaban sus Principios fundamentales fiDados en 99 el *?P lucha con todas sus fuer#as contra todos los elementos ne&ativos !ue tratan de destruir la veneración por la nación % el pueblo alemanes en aras de un pretendido cosmopolitismo. ,e opone con firme#a a todo lo !ue con una palabrería huera % pretendidamente afable !ue nada tiene !ue ver con nuestra forma de ser coarte nuestros sentimientos como alemanes. ,ólo conse&uiremos la reconstrucción moral % económica de nuestro pueblo si volvemos a los anti&uos principios fundamentales de lealtad honor imparcialidad % honestidad en la función p@blica en los ne&ocios % en el comercio. 8l Partido Popular Blemán se muestra contrario a cual!uier otra forma de ver las cosas./ Bun!ue sin declararse abiertamente antisemita el *?P se encar&ó de or&ani#ar el antisemitismo latente en Blemania. Todo el mundo entendía !ue el t"rmino cosmopolitismo era un eufemismo para referirse a los Dudíos. ,e&@n el *?P tambi"n había !ue oponerse a la invasión de Blemania por &entes de ori&en eAtranDero !ue era otra forma críptica de señalar a los Dudíos. 9 Xi&. O.7.: Nos atenemos a la palabra de *iosg ?ote por el Partido Popular ZNacional Blemán[. -lamamiento a las muDeres de los conservadores nacionalistas del *N?P: la unidad en la fe cristiana a lo lar&o de &eneraciones ;=essisches -andesmuseum *armstadt<.
Pero los &randes ata!ues contra la +ep@blica lle&aron de la mano del *N?P un partido con fuerte implantación entre la vieDa noble#a de terratenientes prusianos al&unos sectores del mundo empresarial oficiales del 8D"rcito funcionarios de alto ran&o % todos a!uellos !ue despreciaban la democracia. 8n un momento dado antes de la &uerra había sido un 8
\$runds_t#e der *eutschen ?olGspartei\ 9 de octubre de 99 en Treue etsche Parteiprogramme, pp. 2(5O6 citas 2/ % 29. 9 3bidem p. O0.
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partido monár!uico pero la ma%oría de sus simpati#antes deDaron de lado el ideal monár!uico Ja pesar de sus altisonantes afirmaciones de lealtad a la $asa =ohen#ollernJ durante la Primera Euerra 1undial cuando no les !uedó más remedio !ue reconocer la ineptitud del Gáiser Euillermo 33. *urante las tres fases por las !ue pasó la +ep@blica no deDaron de baraDar la idea de al&@n tipo de solución autoritaria preferiblemente militar. Bun!ue afirmaba apo%ar la tradición Jel protestantismo o los estrechos la#os familiares teDidos a lo lar&o de &eneracionesJ el *N?P andaba enredado en una campaña de la eAtrema derecha ;fi&. O.7.<. 1uchos de sus militantes apo%aron el intento de &olpe de 8stado de derechas !ue llevó a cabo Colf&an& Uapp al frente de un &rupo de oficiales del 8D"rcito en activo % otros %a retirados en mar#o de 920 aun!ue al&unos prefirieron mantenerse a la eApectativa hasta saber si concluía con "Aito. 8n cual!uier caso el *N?P como los &olpistas reclamaba una Blemania fuerte de fronteras ampliadas una sociedad claramente Derar!ui#ada diri&ida por personas de alta cuna bienestar social para la clase diri&ente Jno para los obreros ni los pobres a cuenta del 8stadoJ con&lomerados industriales apo%ados por el Eobierno % subsidios a&rícolas. 8ntre las ideas más desafiantes % revanchistas !ue proclamaban en su declaración de principios de 920 fi&uraban liberar al pueblo alemán de las presiones foráneas % Zconstruir[ un nuevo +eich más fuerte en una patria libre al !ue se sumarían los territorios alemanes !ue les habían sido arrebatados. ,us planteamientos eran claramente nacionalistas % a&resivos reclamando por eDemplo !ue en el servicio eAterior sólo pudiesen trabaDar a!uellos !ue tuvieran ideas &enuinamente alemanas. 8l servicio militar era una aspiración natural de todo hombreW los alemanes no podían olvidar la &ran deuda de &ratitud !ue habían contraído con el 8D"rcito % sus mandos por infundir valores di&nos de confian#a % contribuir a la &rande#a de Blemania como nación. 0 ,e&@n el *N?P el lamentable estado en !ue se encontraba Blemania era consecuencia de la traición perpetrada contra el país por Dudíos % socialistas % desde 9 tambi"n por africanos al servicio de potencias eAtranDeras. Blemanesg *efended las fronteras de la patria contra los bolchevi!ues rusosg o $onsecuencias del bolchevismo: &uerra paro % hambruna eran al&unos de los esló&anes más repetidos con monstruosas imá&enes de perros sedientos de san&re monos ;para caricaturi#ar a los africanos< asiáticos acosando a Blemania o el espíritu de la muerte representación de la amena#a comunista !ue se cernía sobre el país. 8l supuesto sometimiento del pueblo alemán por culpa del Tratado de Pa# de ?ersalles del Plan *aes de los Tratados de -ocarno ;como tendremos ocasión de comprobar más adelante< del Plan oun& % el resto de acuerdos internacionales suministraban a esa derecha un ina&otable forraDe ideoló&ico !ue se traducía en carteles melodramáticos con alusiones bíblicas al sometimiento ;fi&. O.(.<. -os Dudíos representaban un espíritu corrosivo antialemánW desde la revolución se había producido una desalentadora % cada ve# más fuerte presencia de los Dudíos en la esfera p@blicaW había !ue hacerles frente % derrotarlos: ,ólo una profunda renovación de la conciencia cristiana lo&raría la re&eneración moral del pueblo alemán. 8l *N?P estaba en contra de la inmundicia % de la basura del espíritu !ue animaba tanta decadencia. -os derechos de los accionistas % la iniciativa privada eran el motor de toda economía productiva: +echa#amos la lucha de clases !ue preconi#a el marAismo por!ue ani!uila la cultura. No 10
Erunds_t#e der *eutschnationalen ?olGspartei\ en Treue etsche Parteiprogramme, pp. 2052( cita 22.
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es "se el obDetivo !ue perse&uimos sino poder trabaDar en pa# % de forma responsable.
Xi& O.(.: V-ocarnoK ?ote por el Partido Popular ZNacional Blemán[. 8l *N?P atacaba con fiere#a % acritud la política de ,tresemann a&itando el odio racial contra la -e&ión 8AtranDera francesa !ue blandiendo una mortífera ba%oneta estaba al acecho de Blemania ;=essisches -andesmuseum *armstadt<.
*urante la primera fase de la +ep@blica de Ceimar el *N?P sólo se limitó a afirmar !ue la +ep@blica no valía para nada. 8n el +eichsta& en los parlamentos re&ionales en los periódicos de su ideolo&ía % en cual!uier acontecimiento p@blico lan#aba sus dardos empon#oñados contra Ceimar % !uienes la apo%aban: era la vo# del radicalismo de los pudientes !ue no hacían ascos a ne&ociar con los situados en su derecha. Por toda Blemania % sobre todoJen la re&ión de 4aviera aparecieron &rupos de eAtrema derecha casi al mismo tiempo !ue la revolución % la proclamación de la +ep@blica. -a eAtrema derecha era una amal&ama de &rup@sculos de ori&en mu% diverso como los XreiGorps cuadrillas militares constituidas en el invierno de 9/ a 99 diri&idas por oficiales !ue contaban con el visto bueno de sus superiores % !ue en un primer momento fueron aceptadas % hasta recibidas con los bra#os abiertos por el Eobierno socialdemócrata !ue trataba de disponer de un cuerpo de se&uridad al precio !ue fueraW est@pida % trá&ica decisión por!ue nunca consi&uieron !ue los XreiGorps se pusieran del lado de la democracia. ,e dedicaban a reventar huel&as % luchaban contra los comunistas en toda 11
3bidem pp. 2052( citas 222O % 27.
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8uropa oriental al tiempo !ue se tomaban la Dusticia por su mano contra los trabaDadores !ue tenían por radicales Jalineaban a los huel&uistas % fuer#as paramilitares de i#!uierdas contra una pared % los fusilabanJ % or&ani#aban po&romos contra los Dudíos. -os más cultos inundaban sus panfletos con relatos car&ados de odio contra los Dudíos % las muDeres al tiempo !ue eAaltaban el rifle % la ametralladora. 2 +eacios a la democracia por encima de todo abra#aban % practicaban una "tica fascistoide. 8n los primeros años de la +ep@blica decenas de millares de soldados encontraron salida en los XreiGorps desde donde pasaron a formar parte de &rupos % partidos de eAtrema derecha clandestinos !ue en a!uella primera fase de la +ep@blica se encuadraban en or&ani#aciones situadas a la derecha del partido na#i ;en un primer momento Partido Nacionalsocialista Mbrero Blemán N,*BP<. ,us simpati#antes eran ideólo&os % a&itadores. B principios de la d"cada de 920 a los nobles % hombres de ne&ocios del *N?P o a los cl"ri&os militares % funcionarios de derechas de 4aviera más !ue respetables les parecían revoltosos e imprevisibles. Pero muchos recibieron financiación de personas pudientes mientras al&unos oficiales del 8D"rcito les pasaban armas baDo cuerda. No eran presentables !ui#á pero tampoco indeseables. -a clase más acomodada la derecha bien situada % la no menos respetable derecha radical compartían los mismos ideales % recurrían a un len&uaDe com@n teñido de nacionalismo antisemitismo % odio a la +ep@blica. -a ideolo&ía política de la eAtrema derecha se resumía en unos cuantos esló&anes mu% efectivos !ue unían a la derecha % a la derecha radical. 8l más importante era la olchstosslegende, la le%enda de la puñalada en la espalda !ue el Blto 8stado 1a%or se había encar&ado de difundir durante las semanas !ue precedieron al armisticio: Blemania no había sido derrotada en el campo de batalla sino traicionada por los Dudíos % socialistas alemanes. 8l enemi&o !uedaba claramente definido. 1uchos de los &rupos de eAtrema derecha invocaban un cierto socialismo el de la &ente trabaDadora ;CerGt_ti&e en lu&ar de Ar/eiter, t"rmino !ue se asociaba más con la i#!uierda< % cierta sociali#ación del pueblo alemán.O se les llenaba la boca con acabar con las imposiciones de ?ersalles con el resur&imiento de Blemania % con constituir un 8D"rcito alemán fuerteW tambi"n preconi#aban !ue había !ue acabar 12
Tal es la ar&umentación de Ulaus Theeleit 0ale 8antasies, traducción de ,tephen $ona% en colaboración con 8rica $arter % $hris Turner 2 vols 1inneapolis )niversit% of 1innesota Press 9/(59/9. 13 $itas de 8duard ,tadtler uno de los fundadores en 9/ de la ?ereini&un& fr nationale und so#iale ,olidarit_t en 8din U>nnemann \*ie volGische $omponente in der 3deolo&ie rechtseAtremisticher Mr&anisationen nach der Novemberrevolution ;9/592O<\ ;ms. s. f.< pp. 657.
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con la influencia Dudía en la política en la economía % en la cultura. M como apuntaba otro &rupo de eAtrema derecha la *eutschv>lGische ,chut#5 und Trut#bund: -a -i&a se propone la re&eneración moral del pueblo alemán apelando a su carácter distintivo. -a ra#ón fundamental de nuestra decadencia reside en la opresiva % corrosiva influencia del Dudaísmo. Bcabar con semeDante lacra es una condición previa para acometer la reconstrucción del 8stado % de la economía % alcan#ar la liberación de la cultura alemana.6 $omo en el caso del *N?P la eAtrema derecha siempre recurría a esló&anes antisemitas: 4olchevismo Dudío conspiración Dudía mundial +ep@blica Dudía Dudíos corruptores del pueblo alemán. 7 8sto deDa entrever !ue Bdolf =itler no inventó la ideolo&ía de la eAtrema derecha. ,us &randes aportaciones son más bien de carácter or&ani#ativo % retórico como la afirmación de !ue el antibolchevismo era tan importante como el antisemitismo: la fusión de ambas ideas fue una de las &randes aportaciones de la derecha. 3ntelectuales conservadores como Msald ,pen&ler escribieron sobre el socialismo a la prusiana o sobre el socialismo del Xrente en el caso de 8rnst ]n&er. =itler los superó a todos al acuñar el t"rmino de nacionalsocialismo encaminado a desbaratar los deslices colectivistas del socialismo mediante el recurso a la nación % a la ra#a % apartar al socialismo del i&ualitarismo % del internacionalismo. ,e trataba de imponer un socialismo !ue fuera pareDo con la lucha dariniana por la supervivencia aun!ue revestido de t"rminos nacionalistas % racistas. M como diría Msald ,pen&ler: Nación e!uivale a clase.( )na retórica nacionalista !ue muchas veces recurría al concepto de Blemania como nación Doven semeDante a 3talia % a veces incluso a +usia. Pero lo !ue más contribu%ó a deteriorar la ima&en de la +ep@blica durante los primeros años fueron los asesinatos políticos prueba evidente de los intereses comunes !ue compartían la derecha % la eAtrema derecha. 8n los primeros seis meses de 99 asesinos de eAtrema derecha acabaron con la vida de +osa -uAembur&o Uarl -iebGnecht -eo ]o&iches Uurt 8isner % =u&o =aase diri&entes carismáticos de los movimientos socialista % comunista. 8isner era incluso ministro presidente de 4aviera. -uAembur&o % -iebGnecht fueron brutalmente asesinados por una unidad de los XreiGorpsW los otros lo fueron a manos de asesinos a sueldo. Prote&idos como estaban por Dueces conservadores militares % otros miembros de los poderes fácticos sólo se les impuso una condena simbólica. 8l terror se adueñó de los representantes de los partidos !ue formaban la $oalición de Ceimar. *urante la Primera Euerra 1undial 1atthias 8r#ber&er líder del Partido del $entro había abo&ado por buscar una solución ne&ociada al conflicto. *e hecho fue uno de los firmantes del armisticio al&o !ue la derecha nunca le perdonaría % un firme defen5 sor de la +ep@blica. ,u pro&rama de reformas sirvió para moderni#ar el m"todo de financiación del Eobierno central asentándolo sobre bases sólidas. 1urió de un tiro en a&osto de 92. ,u desaparición causó hondo pesar % sentidas muestras de condolencia pero tambi"n fue motivo de re&ociDo para la derecha. Bsí el rezzeitng, el periódico oficial del *N?P proclamaba !ue nada más fácil !ue condenar a los asesinos mientras 14
$itado en ibidem pp. /. $itado en ibidem pp. 9520. 16 $itado en ibidem p. 20. 17 $itado en ibidem p. 2/. 15
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el Oletz"oer Qeitng, un periódico local cercano al *N?P escribía: 8r#ber&er Z...[ ha sufrido el destino !ue la inmensa ma%oría de los patriotas alemanes le deseaban. 8r#ber&er el @nico responsable del humillante armisticioW 8r#ber&er responsable del Tratado de la ?er&en#a de ?ersallesW 8r#ber&er ese hombre cu%o espíritu por des&racia a@n planea sobre muchos de los departamentos &ubernamentales % de nuestras le%es ha tenido por fin el casti&o reservado a los traidores Z...[ -a ma%oría del pueblo alemán %a puede respirar tran!uila. ?ivo un hombre como 8r#ber&er uno de los principales responsables de las des&racias de nuestra patria era una amena#a permanente para Blemania Z...[ ,i bien es cierto !ue hemos de aprender a odiar a nuestros enemi&os foráneos no lo es menos !ue hemos de casti&ar con nuestro desprecio % nuestro odio a los enemi&os internos de Blemania. 8s imposible alcan#ar un compromiso con ellos. ,ólo el eAtremismo conse&uirá !ue Blemania vuelva a ser lo !ue fue antes de la &uerra. /
Bsí se eApresaban los respetables miembros de la sociedad alemana. 8l odio desenfrenado % los llamamientos a la violencia eran otros tantos si&nos !ue infundían pavor aun!ue millares de personas trabaDadores sobre todo se echasen a la calle en protesta por el asesinato. *ie# meses despu"s el 22 de Dunio de 922 moría asesinado Calter +athenau ministro de Bsuntos 8Ateriores de la +ep@blica respetado hombre de ne&ocios escritor % vásta&o de una eminente familia Dudía. $omo en el caso de 8r#ber&er tambi"n +athenau concitaba odios por el compromiso !ue había ad!uirido con la +ep@blica pero además por ser inteli&ente culto % Dudío. 8n sus incendiarios % apasionados discursos a!uella derecha tan respetable le acusaba de haber traicionado a Blemania. ,e&@n ellos +athenau estaba a sueldo de la 8ntente % desde lue&o no era un alemán de cora#ón por mucho !ue representase a Blemania ante otras naciones. 8l asesinato dio lu&ar a otro rosario de condolencias a innumerables manifestaciones por todo el país en las !ue participaron millones de alemanes !ue apo%aban a la +ep@blica. Pero el veneno !ue se había inoculado en la vida p@blica alemana traería más !uebraderos de cabe#a. *urante una tormentosa sesión del +eichsta& celebrada despu"s del asesinato el canciller ]oseph Cirth pronunció uno de los más vibrantes % en"r&icos discursos de la era de Ceimar. Bfirmó estar se&uro de !ue los asesinos no habían actuado por su cuenta sino amparándose en un ambiente !ue había convertido semeDantes atrocidades en salon#
8sta % la cita anterior de Ulaus 8pstein 0atthias rz/erger and the ilemma o# German emocracy, Princeton Princeton )niversit% Press 969 pp. O//5O/9. $on a%uda de autoridades bávaras bien relacionadas los dos asesinos hu%eron a =un&ría de donde re&resaron como h"roes a la Blemania na#i en 9OO. Tras la &uerra fueron Du#&ados % condenados pero no tardaron en !uedar en libertad provisional.
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=e ahí al enemi&o Zseñalando a los bancos de la derecha[ !ue instila su veneno en las heridas abiertas del pueblo. jse es el verdadero enemi&o no les !uepa duda: el enemi&o es la derechag. 9 No le faltaba ra#ón: el enemi&o estaba en la derecha. 8n un tumultuoso ambiente de decidida consternación el +eichsta& aprobó una le% por la !ue se nombraba un comisario en cada re&ión de Blemania como responsable del mantenimiento del orden p@blico. No tuvo &ran impacto por!ue mientras encubrían a la derecha los comisarios se mostraron mucho más activos con la i#!uierda. 8l conservadurismo imperante en la Dudicatura % en la burocracia convirtió la le% en papel moDado. -os asesinos como en el caso de 8r#ber&er lo&raron ponerse a salvo fuera del país &racias a las buenas relaciones !ue mantenían con la derecha bien situada. -a $oalición de Ceimar sufrió su primera derrota en la primavera de 920. 8n vísperas del &olpe de 8stado de Uapp al prohibir las huel&as % las milicias obreras % hacer oídos sordos a las reivindicaciones políticas !ue reclamaban un Eobierno de los trabaDadores perdió los apo%os !ue tenía de la i#!uierda. 1uchas de las personas !ue habían votado por el ,P* o por el **P en 99 para frenar el avance de una i#!uierda más radical buscaron refu&io en los postulados políticos menos crispados del centro % la derecha. 3ncapaces de alcan#ar la ma%oría aun!ue se&uían siendo el partido más votado de Blemania los socialdemócratas renunciaron a formar Eobierno. *urante unos pocos años el ,P* % el *?P estuvieron dentro o fuera del EobiernoW los !ue siempre se mantuvieron en "l fueron el **P % el $entro. Bparte de las dificultades políticas internas cada uno de a!uellos Eobiernos hubo de v"rselas con un rosario de conferencias diplomáticas convocadas para resolver el problema de las compensaciones de &uerra % de las !ue no salió nada en limpio. $laro !ue no es de eAtrañar teniendo en cuenta !ue en 920 en la $onferencia de ,pa la primera a la !ue asistió Blemania como país invitado el empresario =u&o ,tinnes comen#ó su discurso diciendo: 8sto% a!uí para mirar directamente a la cara a las dele&aciones hostiles llamando despu"s a los aliados nuestros vesánicos con!uistadores.20 -os aliados no salían de su asombroW mientras en Blemania la derecha Daleaba esas afirmaciones tan provocadoras como irresponsables. B la $onferencia de ,pa si&uieron otras muchas reuniones internacionales para tratar de resolver los problemas pendientes despu"s de la &uerra sin !ue se re&istrara nin&@n avance. 8n la de 92 celebrada en -ondres los aliados entre&aron a Blemania un documento de abultadas compensaciones !ue sólo sirvió para socavar a@n más la +ep@blica % dar más ar&umentos a la derecha. -o peor a@n estaba por lle&ar. -a inflación había comen#ado en 9. 8l Eobierno había recurrido al endeudamiento para financiar los enormes costes de la &uerra con la esperan#a de resarcirse &racias a los territorios !ue se con!uistasen a los países enemi&os derrotados. Pero Blemania perdió la 19
]oseph Cirth \+eichsta&srede aus Bnlass der 8rmordun& +athenaus\ 26 de Dunio de 922 en Politische 4eden 191&19%, Peter Cende ed. Xrancfort ;a. 1.< *eutscher UlassiGer 99 pp. OO05O citas OO OOO % O. 20 $itado en 8rich 8%cG A @istory o# the Weimar 4ep/lic, volumen : 8rom the Collapse o# 0e mpire to @inden/rgMs lection, traducido por =arlan P. =anson % +obert E. -. Caite ori&inal alemán 96W $ambrid&e =arvard )niversit% Press 972 p. 7(.
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&uerra. 8n 99 el marco había perdido la tercera parte de su valor. 2 B pesar de todo durante el periodo !ue si&uió a la &uerra la inflación tuvo un efecto beneficioso: la depreciación de la moneda hi#o !ue los productos manufacturados en Blemania resultasen atractivos en el mercado internacional lo !ue a su ve# permitió a los empresarios alemanes satisfacer las peticiones de subidas salariales de los trabaDadores. 8n ese momento la inflación pasó a convertirse en hiperinflación ;como tendremos ocasión de comprobar en el capítulo si&uiente< tan disparatada como no se recordaba en los anales económicos de nin&una naciónW una situación de la !ue sólo en parte eran responsables los aliados convencidos de !ue Blemania les re&ateaba las compensaciones fiDadas retrasando los pa&os en oro madera % carbón sobrevalorando los !ue satisfacía % por si fuera poco interviniendo en el valor de la divisa para cumplir lo estipulado en una moneda devaluada lo !ue no es del todo eAacto. 8n 92O tropas francesas % bel&as entraron en Blemania % ocuparon posiciones en re&iones clave como la cuenca del +hur verdadero cora#ón económico de la nación donde en un centenar de millas cuadradas estaban concentradas minas de carbón acerías % otras industrias. 8l Eobierno alemán adoptó una política de resistencia pasiva: los trabaDadores % empleados de cual!uier fábrica o edificio de oficinas en los !ue apareciesen soldados franceses o bel&as tenían !ue deDar las herramientas de trabaDo o las mesas limpias e irse a casa. 8n Dunio la economía del +uhr !uedó prácticamente parali#ada mientras los alemanes acusaban a los franceses a los bel&as % a su propio Eobierno. Para sostener la política de resistencia pasiva el Eobierno puso en marcha la má!uina de hacer dinero con lo !ue la hiperinflación %a de por sí increíble alcan#ó niveles estratosf"ricos. B finales de noviembre de 92O un dólar americano se cambiaba por 2 billones de marcos una tasa de e!uivalencia !ue casi nadie alcan#aba a entender. Xue un año difícil descora#onador. -os comunistas intentaron la revoluciónW los na#is iniciaron una marcha sobre 4erlín para hacerse con el poder. Bmbas iniciativas conclu%eron de manera desastrosa. Bmplios se&mentos de la población sufrieron un drástico deterioro de sus condiciones de vida. Todos hemos oído an"cdotas !ue ahora nos parecen le&endarias sobre alemanes car&ando con maletas % llevando carretillas llenas de billetes para comprar una barra de pan o un par de #apatosW va&ando por los campos % las vías del ferrocarril como ladrones nocturnos reco&iendo patatas abandonadas en la tierra o tro#os de carbón !ue se hubieran caído de los trenes o desmontando cercados % car&ando la madera para calentarse. -os precios se alteraban hasta dos % tres veces al día. *esbordada por las interminables al&aradas populares con !ue tenía !ue v"rselas % en ocasiones haciendo su%as las !ueDas de sus conciudadanos la policía se lavaba las manos. ,e dieron casos de pillaDe de tiendas % almacenes prota&oni#ados por multitudes !ue pa&aban los precios !ue les parecían Dustos: dos marcos por una barra de pan en lu&ar de los cinco o seis !ue valíaW !uince o veinte marcos por un par de #apatos no los doscientos o trescientos en !ue estaban estipulados o un marco por medio Gilo de fruta o de verdura en lu&ar de los cuatro o cinco !ue les pedían. 22 Ni empresas ni personas particulares podían planificar nada por!ue una inflación de tales características acaba con la 21
3bidem p. O. 8l patrón oro !uedó abolido el de a&osto de 9. 8Demplo eAtraído de Eerald *. Xeldman The Great isorder3 Politics, conomics, and !ociety in the German 5n#lation, 191&19$, Nueva orG MAford )niversit% Press 99O p. 226. 22
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posibilidad de efectuar cual!uier cálculo económico de forma racional. *e modo !ue cinco años despu"s de la &uerra los alemanes se vieron sumidos en la miseria de nuevo. fueron muchos !uienes señalaron como responsables de tan tremenda situación a una variopinta panoplia de enemi&os !ue se&@n su opinión se habían aprovechado de la situación: Defes vecinos a los !ue las cosas les iban meDor Dudíos eAtranDeros franceses la maldita +ep@blica o los bolchevi!ues. 8n septiembre reconociendo !ue podía producirse un desastre el Eobierno deDó de lado la política de resistencia pasiva % preparó el terreno para entablar conversaciones de calado con los aliados. ,e sucedieron una serie de complicadas ne&ociaciones a diferentes niveles a las !ue no sólo asistieron representantes electos del pueblo alemán sino tambi"n portavoces de la industria pesada. *e manera eAtraordinaria la +ep@blica consintió en !ue individuos privados con intereses económicos propios ne&ociasen en nombre del país. -a derecha aco&ió con entusiasmo la oportunidad !ue le ofrecía una +ep@blica terriblemente debilitada por la ocupación eAtranDera % la hiperinflación. 8n noviembre el Eobierno del !ue formaban parte de nuevo los socialdemócratas introduDo una nueva moneda el +entenmarG una osadía !ue pa&aría cara % tomó la arries&ada decisión de decretar la estabilidad financiera lo !ue causó &raves perDuicios a amplios se&mentos de la población !ue se sintieron realmente eApropiados. Bl año si&uiente los franceses % los bel&as consintieron en retirarse del +uhr como &esto ante el calendario aceptado por Blemania para saldar las compensaciones. $on el apo%o del Eobierno las empresas se desembara#aron de muchos de los beneficios sociales de la revolución. 8n una medida sin precedentes se reduDo el n@mero de funcionarios &ubernamentales. 8n febrero de 92 los trabaDadores de la industria volvían a las doce horas % los mineros a las ocho horas % media de Dornada. B finales de la primavera de a!uel año los mineros se pusieron en huel&a en un postrer esfuer#o por mantener los lo&ros de la revolución en cuanto a la Dornada de trabaDo pero el paro conclu%ó en una amar&a decepción. Bsí en 92 la clase política en su conDunto &iró a la derecha dando paso a la se&unda fase de la historia política de la +ep@blica de Ceimar pero la ma%oría de los &rupos políticos no modificaron en nada sus planteamientos. -os partidos de la $oalición se&uían defendiendo la democracia % el bienestar social aun!ue cada ve# más debilitados por la p"rdida de votantes por la derecha caso del **P % del $entro o por la i#!uierda como el ,P*. 8l $entro era el !ue contaba con un electorado más estable pero a medida !ue sus discrepancias internas se hacían cada ve# más evidentes los conservadores se hicieron con el control del partido. Tambi"n había disensiones en el seno del *N?P: uno de los sectores era partidario de alcan#ar al&@n compromiso con el sistema para influir en la política &ubernamental. Pero en 92/ la derecha se al#ó con el poder como lo demuestra la elección del empresario Blfred =u&enber& al frente del partido. 4aDo su f"rula el *N?P si&uió adelante con su insidiosa actitud de hostilidad % el partido se acercó a las posiciones defendidas por los na#is. Pero la clase política a@n se fra&mentaría más. 8n 92/ seis partidos ma%oritarios % otros ocho minoritarios consi&uieron representación en el +eichsta&W a las elecciones habían concurrido hasta cuarenta % una formaciones políticas una cifra !ue llama la atención. Bparte de la )nión ,ovi"tica Blemania tenía la peculiaridad de ser el @nico país
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!ue contaba con un partido comunista de masas. Por la derecha continuaban los virulentos ata!ues contra la +ep@blica % tanto fi&uras importantes como insi&nificantes dentro de sus filas mantenían sus enfrentamientos acerca de cómo allanar el camino a una alternativa autoritaria. Bl mismo tiempo reinaba una cierta calma. No hubo intentos de &olpe de 8stado ni rebeliones armadas. ,e re&istraron tambi"n menos huel&as: la clase trabaDadora % los sindicatos estaban enfrascados en peleas con los empresarios % el 8stado !ue no habían tenido lu&ar durante la primera fase de la +ep@blica. Por otra parte la abultada cifra de desempleados contribuía a !ue los trabaDadores no !uisieran ni oír hablar de huel&as por!ue siempre había al&uien dispuesto a hacer su trabaDo. Bparte del *N?P la derecha radical tambi"n los na#is se había convertido en una fuer#a política mar&inal una mota irrelevante en el espectro político. -as elecciones al +eichsta& de 92/ supusieron un importante viraDe hacia el centro % la i#!uierda hasta el punto de !ue el ,P* volvió a formar parte del Eobierno % se hi#o car&o de la $ancillería. 8l Plan *aes así llamado por!ue su inspirador fue el ban!uero norteamericano $harles E. *aes revisó las compensaciones % los pla#os establecidos para satisfacerlas lo !ue si&nificó un alivio momentáneo para la crisis de la pos&uerra en !ue estaba sumido el país. 8l +eichsta& dio el visto bueno a dicho plan el 2 de a&osto de 92 % en consecuencia el capital norteamericano comen#ó a afluir contribu%endo a una eApansión económica !ue por fin hi#o !ue muchos alemanes mirasen al futuro con cierta esperan#a. 8n esta fase intermedia de la +ep@blica el *?P conservador % el $entro $atólico marcaron las pautas de la &obernación. 8l personaDe más destacado fue Eustav ,tresemann del *?P !uien estuvo presente en todos los Eobiernos de este periodo ocupando siempre el puesto clave de ministro de Bsuntos 8Ateriores. ,tresemann era uno de los pocos diri&entes de un partido bur&u"s !ue desde sus orí&enes de clase media se había al#ado con el lidera#&o. $onvencido como todos de !ue había !ue echar abaDo el perverso sistema impuesto por ?ersalles pensaba !ue eso se conse&uiría con una política de hechos consumados es decir con una Blemania cumplidora de los t"rminos de tratado al tiempo !ue ne&ociaba una revisión de las estipulaciones. ,ólo así pensaba los aliados lle&arían a reconocer la inDusticia !ue suponía ?ersalles. ,tresemann introduDo un mati# de racionalidad % compromiso en el siempre caldeado % más !ue radicali#ado ambiente político de Ceimar. 8ra un nacionalista alemán clásico !ue luchaba denodadamente no por un orden internacional de cooperación % compromiso sino por una Blemania !ue recuperase su posición de &ran potencia. 2O $omo sus compañeros del *?P era lo bastante realista como para tolerar la +ep@blica pero al i&ual !ue ellos carecía de un compromiso intelectual % sentimental con el sistema democrático un asunto !ue en su opinión % en la de sus correli&ionarios le había venido impuesto a Blemania de la mano de los socialdemócratas % de las potencias eAtranDeras. Pero la vida política durante la "poca de Ceimar no se a&otaba en la lucha partidista % en la colaboración. 8n la Blemania de Ceimar esperan#a % pro&reso como desesperación % fracaso siempre iban de la mano con conflictos de raíces más hondas % profundas sobre cómo debían de ser la cultura la sociedad % la política cuestiones !ue no se dirimían en 23
Tal es el ar&umento de =ans 1ommsen brillantemente eApuesto en The 4ise and 8all o# Weimar emocracy, traducción de 8lbor& Xoster % -arr% 8u&ene ]ones $hapel =ill )niversit% of North $arolina Press 997.
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unas elecciones ni en el +eich ni en los parlamentos re&ionales (*and). -a política en a!uella "poca se hacía tambi"n mediante movili#aciones populares: manifestaciones % concentraciones multitudinarias en las calles fuertes campañas o reco&idas de firmas medidas a las !ue recurrían todas las asociaciones desde a&rupaciones socialistas Duveniles hasta or&ani#aciones de maestros de clase media con tal de eDercer una ma%or presión sobre las instancias &ubernamentales. 8ra una democracia en movimiento aun cuando los obDetivos concretos de al&unos &rupos de presión fueran profundamente antidemocráticos. Bl mismo tiempo las anti&uas clases diri&entes mantenían su capacidad de influencia &racias a la posición dominante !ue ostentaban en las instituciones más importantes como el 8D"rcito las i&lesias o la burocracia estatal. 8n cuanto a las movili#aciones populares se refiere la política de Ceimar era mu% avan#ada pero a@n !uedaban profundos vesti&ios del poder tradicional. *esde este punto de vista no era tan fácil ni tan claro distin&uir entre derechas e i#!uierdas: había ocasiones en !ue no sólo la eAtrema derecha sino tambi"n la moderada recurrían a las modernas formas % t"cnicas de las movili#aciones para difundir de manera novedosa una ideolo&ía racista mientras Tos liberales preconi#aban una política más tradicional sometida al escrutinio del electorado % al imperio de la le% pero defendiendo el !ue las clases menos favorecidas tratasen con deferencia a !uienes ocupaban puestos más elevados por clase social o por formación. *iversas cuestiones % acontecimientos !ue salieron a la lu# en la se&unda fase de la +ep@blica ^como nuevas le%es !ue permitían la censura de lo !ue se consideraba como inmundicia % basura o las !ue establecían una cobertura total del desempleoW las ne&ociaciones internacionales !ue desembocaron en la reclamación de una cantidad moderada como compensaciónW las manifestaciones de los veteranos de &uerra % de los comunistas o los escándalos % los lo&ros del 8D"rcito^ se convirtieron en otros tantos focos de conflicto en torno a valores % convicciones políticos fundamentales es decir a todo lo !ue habría de definir la Blemania del si&lo . $uestiones % acontecimientos !ue sirvieron tambi"n para poner en claro el carácter p@blico !ue revestía la política en la Blemania de Ceimar las interrelaciones entre diferentes movimientos &rupos de inter"s e instituciones a la hora de tomar decisiones políticasW en pocas palabras cuestiones % acontecimientos mu% reveladores en cuanto a la incómoda me#colan#a de modernidad % tradición de una "poca tan trepidante. 8l O de diciembre de 927 el +eichsta& aprobó una de las medidas más controvertidas de la +ep@blica una le% !ue buscaba prote&er a la Duventud contra escritos inmundos % soeces. -a campaña a favor de esta disposición había comen#ado mucho antes de 9 % concitó apo%os de lo más diverso desde profesores % cl"ri&os hasta trabaDadores sociales % otras &entes de ideolo&ía conservadora !ue atacaban las noveluchas % otras formas de literatura barata. 8n ocasiones tales publicaciones eran claramente porno&ráficas pero por lo &eneral se trataba de novelas rosa del oeste detectivescas salpicadas de tramas amorosas % de intri&a o simplemente de aventuras. 8ran baratas % &o#aban de una enorme popularidad dos notas características de la moderna vida urbana. 8scritores % editores avispados copaban un mercado mu% lucrativoW las &randes plantas de impresión acostumbradas a producir cientos de miles de eDemplares de periódicos a diario no tenían dificultades en adaptarse para satisfacer la enorme demanda de libros baratos o folletos. *esde p@lpitos % aulas de toda Blemania pastores curas % maestros clamaban contra los peli&ros de a!uella !chmtz nd !chnd ;inmundicia % basura< con sus &ráficas
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descripciones de la emoción !ue producían las reful&entes luces de la ciudad el alcohol el roce de los cuerpos el seAo. ,e&@n sus detractores tales escritos enardecían los más baDos instintos del hombre % socavaban el respeto debido a la autoridadW eran además responsables del alarmante incremento de la delincuencia de la promiscuidad % de las enfermedades de transmisión seAual. -os partidarios de la le% no se cansaban de repetir !ue a!uellas publicaciones carecían de todo valor est"tico % !ue en la ma%oría de los casos estaban escritas por autores eAtranDeros Dudíos sobre todo. -a lectura de esos panfletos restaba a los Dóvenes capacidad para apreciar las &randes obras de la literatura alemana % las profundas verdades !ue "stas transmitían. =ubo un ministro protestante !ue lle&ó a afirmar !ue la !chmtz nd !chnd hundía sus raíces en el manchesterismo Dudío me#clando en un solo sinta&ma el antisemitismo el capitalismo contrario al libre mercado % los sentimientos antibritánicos. 2 -os !ue se situaban claramente a la derecha como los votantes del *N?P echaban la culpa a la +ep@blica de !ue eAistiesen tan soeces inmundicias i&ual !ue del Tratado de ?ersalles o de cual!uiera otro de los males !ue afectaban a la sociedad alemana. =ermann Popert Due# del tribunal de menores de =ambur&o % uno de los más feroces propa&andistas car&aba las tintas a cuenta de la sobreeAcitación de la ima&inación !ue producía a!uella basura 26 !ue era puro veneno. =abía !ue prote&er a la Duventud de tales publicaciones % el 8stado tenía la obli&ación de hacerlo. Bl&unos de los más destacados intelectuales alemanes se mostraron contrarios a la le% tildándola de fla&rante eDercicio de censura contrario a la $onstitución. Bsí Thomas 1ann escribía: $ual!uier persona culta % con dos dedos de frente reconoce !ue la necesidad de prote&er a 3a Duventud de esa inmundicia de esa basura Z...[ no es más !ue un preteAto. -o !ue los promotores de la le% pretenden es un ata!ue contra la libertad contra la inteli&encia.27 Pero los intelectuales no fueron capaces de or&ani#ar una campaña como la !ue or!uestaron los partidarios de la norma. ,us mentores estaban arropados por instituciones poderosas % &rupos de presión convincentes como la 3&lesia católica % la protestante la asociación de maestros el &remio de los libreros &rupos de muDeres de clase media % muchos otros. $omo sus propuestas eran una reivindicación de los valores tradicionales todos se pusieron al frente de una moderna movili#ación política. =icieron campaña en el ámbito local or&ani#aron mítines manifestaciones % concentraciones !ue cuaDaron en un movimiento de dimensión nacional. Bdemás mantenían relaciones personales % sociales directas con los principales partidos centristas % conservadores. Ceimar era una democracia % las instituciones políticas oficiales eran permeables a las influencias !ue recibían desde fuera como en este caso las llevadas a cabo por &rupos de presión conservadores. Para la aprobación de la le% hicieron falta tres debates parlamentarios % una rebelión en las filas de la ma%oría de la $ámara antes de !ue el Eobierno reuniese los votos necesarios en el +eichsta&. Tras lo cual se formó una comisión &ubernamental presidida por el 24
1ar&aret X. ,tie& \The 927 Eerman -a to Protect outh a&ainst Trash and *irt: 1oral Protectionism in a *emocrac%\ Central ropean @istory 2O: 990 pp. 22567 cita % comentario en p. 7. 25 -uGe ,prin&man \Poisoned =earts *iseased 1inds and Bmerican Pimps: The -an&ua&e of $ensorship in the !chnd nd !chmtz *ebates\ German Iarterly 7/: 996 pp. 0/529 cita 6. 26 $itado en Chroni" des $'. Fahrhnderts3 19$RS 4ri&itte 4eier % Petra Eallmeister eds. Etersloh $hroniG ?erla& 996 p. 92.
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ministro del 3nterior % representantes de los Eobiernos re&ionales con facultades para prohibir la difusión o venta de este tipo de obras a menores de dieciocho años !ue deDaba la eDecución de estas directrices en manos de funcionarios locales. -as consecuencias de la le% fueron sin embar&o inapreciables. 8n la primavera de 9O2 eran ciento cuarenta % tres las obras !ue fi&uraban en dicha lista apenas una &ota de a&ua en el oc"ano de literatura barata !ue inundaba el mercado. 2( No obstante el establecimiento de una comisión oficial de censura sirvió para demostrar el mar&en de maniobra con !ue contaba la derecha capa# de conse&uir una movili#ación de masas eAitosa en el terreno le&islativo lo !ue no au&uraba nada bueno para la +ep@blica. 8l pro&rama de protección frente al desempleo fue menos controvertido. 8l 7 de Dulio de 92( el +eichsta& lo aprobó por una amplia ma%oría ;O67 votos afirmativos frente a ( en contra % 7 abstenciones<. -a le% venía a sustituir un embrollo de disposiciones locales % re&ionales e institu%ó la cobertura del desempleo como un derecho de los trabaDadores en lu&ar de una a%uda a la !ue podían aco&erse sólo si demostraban !ue lo necesitaban. -a le% fiDaba la prestación en veintis"is semanas con la posibilidad de lle&ar a treinta % nueve cobrando entre el treinta % cinco % el setenta % cinco por ciento del salario base !ue se hubiese percibido en activo. -os fondos para esta prestación se financiaban con un impuesto !ue pa&aban empresarios % empleados. 8se mismo día % tambi"n por una amplia ma%oría el +eichsta& aprobó una le% !ue posibilitaba la baDa laboral de las muDeres seis semanas antes del parto % otras seis semanas despu"s ;aun!ue no retribuidas<. 8ste @ltimo periodo podía prolon&arse si un m"dico certificaba !ue la salud de la madre podía peli&rar por reincorporarse a su puesto de trabaDo. 2/ Bmbos teAtos le&islativos eran una prolon&ación del pro&rama de medidas de bienestar social iniciado por 4ismarcG en la d"cada de //0. 1ás recientemente la le% de protección del desempleo era una puesta al día del acuerdo corporativista de 9/599 en el !ue sindicatos empresarios % Eobierno habían intentado !ue las medidas tendentes al bienestar social fuesen de la mano con una ma%or productividad. -os empresarios renunciaron a su oposición a este pa!uete de medidas % al menos en este asunto no plantaron cara directamente al sistema !ue representaba la +ep@blica de Ceimar. Bl mismo tiempo la aprobación de la protección al desempleo sirvió para !ue el Eobierno recuperase el apo%o popular !ue necesitaba &racias a una medida !ue servía de contrapeso a su política económica favorable a los empresarios. Todos los partidos % sindicatos temían !ue tales disposiciones supusiesen un incentivo para no trabaDar. Para sortear este escollo los desempleados sólo podían reclamar la prestación por desempleo durante un tiempo limitado percibiendo cantidades mu% por debaDo del salario !ue recibían en activo. $omo ocurriera con otros pro&ramas parecidos !ue se adoptaron en al&unos países desarrollados especialmente despu"s de la ,e&unda Euerra 1undial la prestación por desempleo traDo como consecuencia la fractura de la sociedad. -a le% beneficiaba sobre todo a los trabaDadores del sector industrial % deDaba fuera a los a&ricultores Juna parte mu% importante de la mano de obraJ a los dependientes de pe!ueños comercios % a los pobres de solemnidad. B pesar de todo esta le% se convirtió en piedra an&ular del sistema de bienestar social corri&iendo al&unos de 27 28
,tie& \Eerman -a\ p. 62. Chroni" des $'.Fahrhnderts3 19$, 4ri&itte 4eier ed. Etersloh $hroniG ?erla& 9/7 p. 20.
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los dese!uilibrios % desi&ualdades de un mercado laboral capitalista. ,u rápida aprobación por otra parte era una señal de !ue comen#aba un periodo de relativa estabilidad. 8n 92( nadie supo prever los catastróficos niveles de desempleo !ue padecería Blemania tres años más tarde. $uando estalló la crisis se comprobó !ue la le% de 92( era más !ue insuficiente % el propio teAto le&al se convirtió en esta ocasión en piedra de to!ue del conflicto: fue el primer paso para dar al traste con la +ep@blica. ,tresemann era un firme valedor de alcan#ar soluciones de compromiso % en Bristide 4riand el ministro franc"s de Bsuntos 8Ateriores encontró a un hombre de convicciones similares. Xirmados el de diciembre de 926 los Tratados de -ocarno supusieron el primer &ran triunfo para ambos políticos: Blemania Xrancia % 4"l&ica renunciaban al uso de la fuer#a para modificar las fronteras !ue los separaban. 8s decir Blemania reconocía sus fronteras occidentales incluida la p"rdida de Blsacia5-orena % Xrancia renunciaba a cual!uier pretensión aneAionista en cuanto a +enania al tiempo !ue se comprometía a !ue sus tropas abandonasen la re&ión de $olonia. Blemania no aceptaba la frontera orientalW con todo se comprometía a no recurrir a la fuer#a para modificar la frontera &ermanoJ polaca. Blemania tambi"n recibió la promesa de !ue entraría a formar parte de la ,ociedad de Naciones aspiración !ue vería satisfecha el 0 de septiembre de 927 cuando accedió además a uno de los puestos permanentes del conseDo de &obierno del or&anismo. *urante la se&unda fase de la +ep@blica una serie de acuerdos internacionales ahondaron en el espíritu de -ocarno. 8l acuerdo de la $onvención de Einebra !ue prohibía la utili#ación del &as mosta#a firmado el ( de Dunio de 926 fue ratificado por el +eichsta& el 6 de abril de 929. Eracias al Pacto Uello&&54riand así llamado por los apellidos del secretario de 8stado norteamericano % el ministro franc"s de Bsuntos 8Ateriores rubricado el 2( de a&osto de 92/ !uince países renunciaron al recurso a la &uerra como medio para la resolución de conflictos % la consecución de obDetivos políticos. Blemania formó parte de ese &rupo !ue posteriormente se ampliaría a otros sesenta % tres países. Tambi"n pareció apaci&uarse el tono de la crisis causada por las compensaciones de &uerra. 8l ( de Dunio de 929 varias potencias entre ellas 8stados )nidos firmaron el Plan oun& ;por el ban!uero norteamericano % presidente de la dele&ación estadounidense Men *. oun&< !ue fiDaba las reparaciones !ue debía satisfacer Blemania en O(.O00 millones de marcos oro pa&aderos a lo lar&o de cincuenta % nueve años: la @ltima cantidad tendría !ue haberse satisfecho en 9/(. Bl mismo tiempo las potencias aliadas % 8stados )nidos rebaDaron los rí&idos controles !ue en cumplimiento del Plan *aes eDercían sobre la economía alemana aun!ue mantuvieron la presencia de tropas en determinadas #onas de +enania. 29 8s posible afirmar pues !ue hacia el final de la se&unda fase de la +ep@blica los alemanes podían considerar la posición internacional de su país con cierto optimismo: Blemania había sido admitida en la ,ociedad de Naciones % había conse&uido un respiro en cuanto a las reparaciones de &uerra. Bun!ue los aliados se&uían mirando con recelo a los alemanes el país %a no era una nación de ran&o inferior. Nada de esto satisfi#o sin embar&o a la poderosa derecha alemana. $omo %a ocurriera con 8r#ber&er % +athenau tambi"n ,tresemann fue tildado de traidor a la patria por los 29
$ifras % hoDas de prestaciones eAtraídas de Chroni" des $'.Fahrhnderts3 19$9, 4ri&itte 4eier ed. Etersloh $hroniG ?erla& 9// pp. 9/599.
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derechistas. ,in embar&o en 926 en la ciudad sui#a de -ocarno la multitud había recibido con aclamaciones la primera firma de los tratados. Tras los vibrantes discursos pronunciados por 4riand % ,tresemann 8rich 8%cG uno de los diri&entes políticos del **P % más tarde historiador describía así la escena: 8n el eAterior repicaban las campanas de todas las i&lesias de -ocarno hasta la de la pe!ueña capilla de la 1adonna del ,asso para dar la bienvenida a la nueva era de pa# !ue se abría para 8uropa. 8n la pla#a delante del B%untamiento los ciudadanos de -ocarno aplaudían Dubilosos. Paul ,chmidt Zel int"rprete del 1inisterio británico de Bsuntos 8Ateriores para la dele&ación alemana[ recuerda: B medida !ue baDábamos los pocos peldaños de a!uella estrecha escalera Dunto a ,tresemann % -uther la multitud volvió a romper en vítores. *e repente se hi#o el silencio. 8mocionados contemplamos cómo la muchedumbre se !uitaba el sombrero % en silencio inmóvil nos abría paso hasta nuestro carruaDe.O0
,tresemann % 4riand fueron &alardonados con el Premio Nobel de la Pa# por la consecución de a!uellos acuerdos. 8n su discurso en Einebra ante la ,ociedad de Naciones ;0 de septiembre de 927< así como durante la ceremonia de entre&a del Premio Nobel en 8stocolmo ;0 de diciembre del mismo año< ,tresemann abo&ó con elocuencia por un orden internacional asentado en el derecho la Dusticia % la pa# aun!ue no por eso deDó de reivindicar la soberanía de su nación % de la cultura alemana en particular. O 8n Einebra 4riand intervino a continuación de ,tresemann. ,e eApresó en id"nticos t"rminos afirmando !ue se había puesto punto final a cual!uier conflicto san&riento especialmente entre Xrancia % Blemania. *esde la perspectiva !ue da el paso del tiempo es fácil hacer comentarios car&ados de cinismo sobre escenas como las !ue tuvieron lu&ar en -ocarno Einebra o 8stocolmo o asombrarse ante la in&enuidad de a!uellos diplomáticos % de la multitud !ue los aplaudía. VBcaso ni si!uiera se ima&inaban los desastres !ue les depararía el futuroK 8n 926 % 927 mu% pocos años despu"s del armisticio % sólo dos o tres años despu"s del punto crítico !ue había supuesto la hiperinflación en Blemania el espíritu de -ocarno permitió al menos !ue la &ente alber&ase la esperan#a de !ue nunca se repitiera una devastación humana % material de tan desmesuradas proporciones como la Primera Euerra 1undial. -as reacciones en Blemania no fueron unánimes ni mucho menos. Por supuesto !ue hubo comentarios de apo%o en los periódicos de tendencia liberal % socialista. Pero cuando la dele&ación alemana lle&ó procedente de -ocarno a la estación de Bnhalter en 4erlín no se encontró con multitudes !ue la aclamaran sino sólo con al&unos ministros % un fuerte desplie&ue policial. *espu"s de todo tres años antes el predecesor de ,tresemann +athenau había sido asesinado % la policía estaba presente para prote&er a los representantes de la +ep@blica de sus ciudadanos. Bl i&ual !ue +athenau antes tambi"n ,tresemann fue vilipendiadoW sólo se libró de las descalificaciones antisemitas 30
8rich 8%cG A @istory o# the Weimar 4ep/lic, vol. 2: 8rom the *ocarno Con#erence to @itlerMs !eizre o# Poer, traducido por =arlan P. =anson % +obert E. -. Caite ori&inal alemán 967W $ambrid&e =arvard )niversit% Press 97O p. O((. 31 Eustav ,tresemann \+ede #um 8intritt *eutschlands in der C>lGerbund\ 0 de septiembre de 927 en Politische 4eden 555, pp. 775(.
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por!ue no era Dudío. 8n lu&ar de enor&ullecerse por la concesión del Premio Nobel a un compatriota la derecha lo consideró como la prueba definitiva de !ue estaba vendido a los intereses de potencias eAtranDeras. Bl finali#ar la se&unda fase de la +ep@blica de Ceimar todos los !ue estaban comprometidos con ella deberían haber caído en la cuenta de !ue la derecha Damás la toleraría. ,ólo una derrota total e ine!uívoca de la derecha podría haber mantenido a la institución en pie % en buenas condiciones una situación !ue podría haberse producido en 9/99 pero imposible en 926 o en 929. eso !ue lo peor a@n estaba por lle&ar. -os ciudadanos de Ceimar tenían la impresión de !ue sólo veían a compatriotas !ue marchaban en formación enarbolando banderas % estandartes % en ocasiones enfrentándose con manifestaciones de si&no contrario o con la policía. Xran# =essel !ue %a hiciera las veces de cicerone durante nuestro paseo por 4erlín nos da su visión de una manifestación comunista con la !ue se encontró: +oDo domin&o de Pentecost"s. =an venido de todos los rincones de Blemania. Proletarios del teAtil desde 8r#&ebir&e. TrabaDadores de las minas de =amm % de 8ssen la ciudad de la industria pesada !ue se ha convertido en bastión del frente roDo % marineros de la misma tendencia procedentes de la costa norte. Pero tambi"n otros lle&ados de diferentes % remotas partes de 8uropa % de todo el mundo como la Euardia *efensiva de los TrabaDadores ,ui#os o los *efensores $hecos del TrabaDo !ue eAhiben sus banderas % carteles. Todos reverencian el modelo sovi"tico. Precedidos por una curiosa colección de instrumentos musicales Jtrompetas con muchas bocas tubas de Da## % tambores de ne&rosJ marchan en interminables columnas desde las afueras de la ciudad vestidos de uniforme i&ual !ue a!uellos a !uienes pretenden derrotar con las camisas &rises % las cha!uetas marrones abotonadas. -o mismo los oDos se fiDan en los distintivos de !uienes van al frente !ue se paran a contemplar la oleada de bra#aletes roDos !ue lucen los hombres !ue vi&ilan a ambos lados encar&ados de !ue las columnas marchen en perfecto orden. =asta los niños van de uniforme. O2
Bl ritmo de la marcha =essel repara en cómo los hierros de los raíles repiten el eco de los &ritos de Xrente roDog % Preparadosg. *esde los balcones de los pisos bur&ueses hombres % muDeres contemplan con &esto hosco la manifestación comunista. Pero en las calles ad%acentes donde viven los más desfavorecidos ha% banderas roDas col&adas en las ventanas. $omo apuntaba =essel con buen tino todo el mundo participaba del acontecimiento los manifestantes % los !ue miraban con el ceño fruncido. ,e notaba la presencia de los comunistas !ue era el obDeto en definitiva de la manifestación. VPero atinaba =essel al establecer el paralelismo entre un desfile de tropas prusianas % las columnas de trabaDadores uniformados !ue marchaban sobre la ciudadK 8l desarrollo de los acontecimientos históricos !ui#á nos remonte a la revolución bolchevi!ue antes !ue a la caballería prusiana. -os comunistas alemanes como sus correli&ionarios del mundo entero habían asimilado la toma del Palacio de 3nvierno de Petro&rado en octubre de 32
Xran# =essel !pazieren in Berlin ;929< ;Traducción de 1i&uel ,almerón Paseos por Berln, 1adrid Tecnos 99(< en !
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9( % entendían la revolución como una acción militar. *esde su punto de vista la consecución de la utopía comunista pasaba por la derrota violenta % sin contemplaciones de los innumerables enemi&os de la clase trabaDadora a saber Defes capitalistas cl"ri&os % el propio 8stado ;fi&. O./.<. -a fascinación por el espíritu militar caló hondo % no sólo en las filas del movimiento comunista. =asta los socialdemócratas % los liberales or&ani#aron formaciones paramilitares i&ual !ue los Dudíos disponían de somatenes para prote&erse. 8ntre todos pero especialmente los comunistas contribu%eron a teñir de beli&erancia la vida p@blica en la Blemania de Ceimar. Pero fue la derecha la !ue siempre mostró una ma%or afinidad por los usos militares. =a% cálculos !ue afirman !ue en la Blemania de la d"cada de 920 había más de doscientas a&rupaciones paramilitares así como centenares de asociaciones % círculos de inspiración derechistaOO !ue a&rupaban a millones de alemanes en una nueva forma de hacer política más moderna % combativa. 8n 922 sólo la *eutschv>lGschen ,chut#5 und Trut#bund contaba casi con doscientos mil afiliados O si bien parece claro !ue muchos no eran más !ue fi&urantes. ?estían de uniforme % desfilaban como a&uerridos % or&ullosos militares. Htros sin embar&o bien pertrechados % dispuestos a en#ar#arse en peleas de taberna en re%ertas calleDeras % en enfrentamientos armados eran los realmente peli&rosos. 8n sus filas fi&uraba un buen n@mero de veteranos de la Primera Euerra 1undial a los !ue se unieron a finales de la d"cada de 920 hombres Dóvenes !ue lamentaban no haber estado presentes % en primera fila en los campos de batalla entre 9 % 9/. ]óvenes !ue leían con fruición las amables descripciones de batallas emboscadas % tácticas de &uerra de 8rnst ]n&er en libros como Tempestades de acero % l /osecillo 1$%, % muchos otros por el estilo. ,olían desfilar durante el *ía de Blemania instaurado en 92 ocasión propicia para convocar a centenares de or&ani#aciones paramilitares de derechas !ue desfilaban todas Duntas si bien cada una baDo su propia bandera. -a del ,tahlhelm ;%elmo< era la más importante de las or&ani#aciones de veteranos % con mucho la más peli&rosa. ,us miembros llevaban porras barras de metal % pistolas cal#aban botas de caña % lucían &uerreras militares con distintivos de ran&o ;fi&. O.9.<. ,us disciplinadas formaciones se alteraban con frecuencia para or&ani#ar al&aradas sobre todo si los espectadores se mofaban de ellos. Bl final los na#is acabarían por hacerse con el control de todos estos &rupos dándoles una orientación ideoló&ica mucho más precisa. Pero el estilo % el concepto del militarismo %a habían arrai&ado con fuer#a en la derecha política de la d"cada de 920. -as actitudes militaristas de la sociedad de Ceimar no eran sólo consecuencia de las formaciones paramilitares. B pesar de su derrota en la Primera Euerra 1undial el 8D"rcito alemán de rancio abolen&o se&uía siendo una institución altamente respetada. ,i&uiendo la tradición prusiana !ue se remontaba al si&lo ?33 el 8D"rcito era una institución admirada vitoreada % mu% influ%ente. B estas alturas parece claro !ue muchos alemanes no desentrañaron el sentido de la conocida frase de 1irabeau el filósofo franc"s del si&lo ?333: 1ás !ue un 8stado con un 8D"rcito Prusia es un 8D"rcito con un 8stado % la tomaron como un cumplido no como una crítica encubierta. $ual!uiera !ue se diese una 33
-a cifra procede de U>nnemann \?>lGische Uomponente\ p. .. )e -ohalm ;Hl"ischer 4adi"alisms3 ie Geschichte des etsch=Hl"ischen !chtz& nd Trtz&Bndes, =ambur&o -eibni# ?erla& 9(0 pp. /959. 34
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vuelta por una ciudad alemana encontraría siempre una serie de monumentos eri&idos en honor de los militares prusianoJ&ermanos. 8n 4erlín una de las principales avenidas discurría desde la Puerta de 4randenbur&o hasta la $olumna de la ?ictoria estableciendo &racias al 8D"rcito un neAo de unión entre los si&los ?333 % 3. 8l Tratado de ?ersalles había impuesto drásticas limitaciones a los militares alemanes. Blemania podía disponer de un +eichsehr ;nuevo nombre con el !ue se desi&nó al 8D"rcito< de cien mil hombres % no podía tener fuer#a a"rea. 8l tratado tambi"n impuso fuertes limitaciones al tamaño % enver&adura de la Brmada. Para consternación de los mandos hubo !ue despedir a miles de oficiales % soldados. 8n connivencia por lo &eneral con el 1inisterio del +eichsehr a cu%o frente se mantuvo durante casi toda la d"cada de 920 Mtto Eessler político del **P los Defes del 8D"rcito trataron por todos los medios de sosla%ar las condiciones impuestas en ?ersalles. 8n secreto el 8D"rcito reclutó hombres en un n@mero !ue superaba con creces la cifra de cien mil efectivos distribu%"ndolos en el +eichsehr Ne&ro !ue disponía de partidas presupuestarias eAtraordinarias % tambi"n secretas. )na serie de acuerdos suscritos con la )nión ,ovi"tica sirvieron para !ue los alemanes constru%esen fábricas de armamento en suelo ruso % el +eichsehr dispusiese de campos de instrucción en a!uel país.
Xi&. O./.: 8n la ciudad % en el campo. )nidad roDa contra el fascismog. 1anifestación de la i#!uierda: los comunistas no eran aDenos al espíritu militarista dando la ima&en de hombres fuertes !ue se manifestaban en formación dispuestos a plantar cara a los na#is % a las fuer#as del orden.
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Xi&. O.9.: 1anifestación de derechas. -a or&ani#ación de veteranos se manifiesta en $oblen#a en 9O0 en el *ía del ,tahlbelm ;%elmo< de los soldados de van&uardia de +eich fiesta creada por ellos. -as manifestaciones de eAaltación de los militares se sucedieron durante la +ep@blica de Ceimar ;4ildarchiv Preussischer Uulturbesit# F Brt +esource Nueva orG<.
Xi&. O.0.: -os &enerales =ans von ,eecGt ;derecha< % Cerner von 4lomber& perfecta ima&en del cuerpo de oficiales prusiano5 &ermano de uniforme con botas de caña % condecoraciones. ,eecGt lleva monóculo uno de los adminículos más criticados de la noble#a. No es de eAtrañar !ue sus contemporáneos se cuestionaran el &rado de compromiso del 8D"rcito con la +ep@blica.
8l 8D"rcito profesional estaba unido por toda suerte de la#os ^personales profesionales políticos % de clase^ con la amplia panoplia de formaciones paramilitares de derechas !ue tanto distorsionaron el panorama político de la Blemania de Ceimar. 1uchas de estas or&ani#aciones paramilitares estaban or&ani#adas % presididas por oficiales !ue habían abandonado el 8D"rcito en 99 % 920 para cumplir las estipulaciones del Tratado de ?ersalles. Mficiales con mando solían visitar % en ocasiones hasta preparar a los paramilitares !ue recibían armas del propio 8D"rcito o de la policía. ,ólo la caótica situación de 92O % la presión de los aliados consi&uieron !ue el ministro del +eichsehr ordenase !ue los militares no prestasen apo%o a las or&ani#aciones ile&ales % paramilitares aun!ue nunca deDaron de hacerlo por completo. -a fi&ura clave durante casi la mitad del periodo de Ceimar fue el Defe del 8stado
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1a%or del 8D"rcito =ans von ,eecGt un oficial representativo del +eichsehr !ue había ascendido % servido durante el anti&uo r"&imen ;fi&. O.0.<. ,e&@n el historiador % diri&ente político del **P 8rich 8%cG ,eecGt dotado de una personalidad fuerte % de sobresalientes virtudes militares puso todo su empeño e inteli&encia en crear % dotar al nuevo 8D"rcito.O6 Pero nunca fue un demócrata ni estuvo comprometido con la causa de la +ep@blica sino !ue sólo con reticencias lle&ó a aceptar el nuevo orden de cosas. *esde un punto de vista político su @nica virtud consistió en ser un hombre realista % pra&mático !ue no se deDó en&atusar por las diversas conspiraciones aventuras % sueños de la derecha radical aun!ue compartía muchas de sus ideas. ,u ambición era restaurar el poder del 8D"rcito para !ue Blemania volviese a ser una &ran potencia. *e ahí la famosa respuesta de ,eecGt cuando al&uien le pidió su opinión sobre el &olpe de Uapp: 8l +eichsehr no se enfrenta con el +eichsehr palabras !ue repitió durante el &olpe de =itler en 92O. O7 *urante los intentos de &olpe de 8stado de la derecha la +ep@blica necesitaba de su 8D"rcito al&o más !ue una mera declaración de neutralidad. Pero la ma%or preocupación de ,eecGt consistía en prote&er la inte&ridad del +eichsehr no la de la +ep@blica. -a destitución de ,eecGt se produDo en 927 con motivo de una de esas pe!ueñas crisis !ue sacudieron Ceimar tan reveladoras no obstante en cuanto a los fallos de !ue adolecían la política % la sociedad de la "poca. 8n Dunio de 927 el %a eA príncipe heredero solicitó a ,eecGt !ue permitiera !ue su hiDo el príncipe Euillermo tuviera la oportunidad de recibir instrucción militar. 8l Eobierno revolucionario había decidido el destierro a =olanda de toda la familia imperial pero a la vuelta de unos pocos años sólo se mantenía en vi&or la prohibición taDante de !ue el anti&uo Gáiser pisase suelo alemán. *adas las circunstancias se trataba de una petición realmente insólita. VHu" sistema democrático en consolidación hubiera concedido al heredero de la depuesta monar!uía imperial el derecho a participar en los eDercicios del 8D"rcito republicanoK Pero el 8D"rcito era todo menos republicano % ,eecGt al i&ual !ue todos los oficiales de cual!uier ran&o apenas toleraban la +ep@blicaW mu% al contrario pensaban !ue eran los aut"nticos depositarios del espíritu % del 8stado alemanes % sólo estaban a la espera de !ue un r"&imen diferente el !ue fuese viniese a sustituir a la +ep@blica. ,eecGt dio el visto bueno a semeDante petición lo !ue provocó una serie de protestas &enerali#adas !ue culminaron en su destitución. No se acabaron ahí sin embar&o los escándalos !ue afectaron al 8D"rcito en 927. B finales de a!uel mismo año la prensa británica sacó a la lu# las relaciones eAistentes eA istentes entre el +eichsehr % la l a )nión ,ovi"tica. ,ov i"tica. ,i el primer conflicto bastó para poner de manifiesto la fra&ilidad de una +ep@blica !ue ni si!uiera podía confiar en su propio 8D"rcito para librarse de la familia =ohen#ollern el se&undo fue la confirmación de !ue el 8D"rcito a@n contaba a la hora de definir los presupuestos % la política eAterior alemanes incluso durante la +ep@blica. ,eecGt no fue con todo el @nico militar !ue ad!uirió notoriedad p@blica. *esde 926 el presidente de la +ep@blica fue el mariscal de campo Paul von =indenbur& más de una ve# tildado de incapa# de parásito !ue sólo ostentaba funciones puramente simbólicas aun!ue lo cierto es !ue desempeñó un papel determinante en la política de la +ep@blica. ,u elección como presidente fue obDeto de &raves recelos tanto en el eAterior como en el 35 36
8%cG =istor% p. 6/. Bl menos eso afirma $arl ,everin& citado en 8%cG @istory, p. 2(6.
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interior del país. -a reacción de la prensa eAtranDera fue unánimemente ne&ativa: =indenbur& era la perfecta representación del militarismo prusiano. 8l de abril de 927 celebró su seAa&"simog año de servicio en el 8D"rcito prusiano5&ermano ;fi&. O..<. =abía participado en la &uerra austro5prusiana de /77 % en el conflicto !ue enfrentó a Xrancia % a Prusia en /(05/(. *urante la Primera Euerra 1undial al lado de 8rich -udendorff estuvo al frente del 8D"rcito !ue for#ó la retirada de las tropas rusas de Prusia Hriental. *esde a&osto de 97 hasta la derrota de Blemania ambos asumieron poderes realmente dictatoriales al frente del 8stado 1a%or del Tercer $uerpo del 8D"rcito. Theodor Colff director del diario liberal Berliner Tage/latt, escribió a propósito de la elección de =indenbur&: -os partidarios de la +ep@blica han perdido una batalla Z...[ ,entirnos ver&en#a por los millones de ciudadanos !ue tanta inmadure# política han demostrado a oDos de todo el mundo. 8sta Z...[ elección era una prueba de inteli&encia de cara al mundo entero. 1ás !ue compasión para horror de países ami&os % de otros !ue no lo son tanto sino encarni#ados enemi&os aproAimadamente la mitad del pueblo alemán no ha conse&uido superarla. O( =ubo !uienes reaccionaron con más optimismo una ve# !ue =indenbur& se declarase dispuesto a acatar la $onstitución. ,tresemann tenía la impresión de !ue =indenbur& estaba más anclado en los tiempos de Euillermo 3 !ue en los de Euillermo 33 es decir !ue cumpliría las obli&aciones !ue como presidente le confería la $onstitución % !ue no cometería imprudencias. $on visión de futuro escribió: -o más importante es Zconse&uir[ !ue no lle&uen a influir sobre "l personas incontrolables. O/ B oDos de un demócrata convencido no había ra#ones de peso para con&ratularse por esta elección. *urante la celebración de los años de servicio de =indenbur& Eessler ministro del +eichsehr insistió en la línea de continuidad !ue unía el 8Dercito del Gáiser con el +eichsehrO9 un discurso !ue podía interpretarse como diri&ido a apaci&uar a los militares pero !ue no deDaba de ser otra señal ine!uívoca de !ue la +ep@blica estaba en el punto de mira de la fuer#as fu er#as antidemocráticas de la derecha.
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O( $itado en Chroni" des $'. Fahrhnderts3 19$%, Bntonia 1einers ed. Etersloh $hroniG ?erla& 9/9 p. 96. 38 *el diario de ,tresemann citado en ibidem p. 96. 39 Chroni" 19$R, p. 7/.
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Xi&. O...: Paul von =indenbur& presidente % mariscal de campo de uniforme con botas de caña medallas % espada. Nada !ue ver con la ima&en del presidente ideal de la +ep@blica ;4ildarchiv Preussischer Uulturbesit# F Brt +esource Nueva orG<.
8ntre las iniciativas !ue adoptó =indenbur& como presidente de la +ep@blica ha% !ue mencionar la de !ue todas las representaciones diplo5 máticas % consulares de Blemania en el eAtranDero así como todos los bar5 cos !ue nave&aran baDo bandera alemana lucieran la enseña ne&ra roDa % amarilla de la +ep@blica % el pabellón imperial ne&ro blanco % roDo ;con un distintivo ne&ro ne&ro roDo % amarillo en el án&ulo superior más próAimo al mástil<. =indenbur& tambi"n utili#ó sus prerro&ativas a la hora de formar &obiernos: en 92( hi#o saber al canciller 1aA !ue no estaba de acuerdo con la presencia de socialdemócratas en el Eobierno % !ue prefería a !uienes velaban por los intereses de la patria lo !ue sirvió para !ue el *N?P accediera al Eobierno. Bparatosa % solemne fue su presencia durante la ceremonia de inau&uración del del monumento Tannenber& Tannenber& ^en realidad realidad un colosal baluarte^ en =ohenstein ;Prusia Mriental< en recuerdo del contraata!ue victorioso de los alemanes contra los rusos en a&osto de 9. Bl acto celebrado el / de septiembre de 92( tambi"n presidido por -udendorff asistieron unas setenta mil personas % contó con la presencia de interminables columnas de or&ani#aciones paramilitares de derechas como la del ,tahlhelm la ]un&deutsche Mrdnen % &rupos na#is. 8n su discurso =indenbur& ne&ó !ue Blemania fuese responsable en modo al&uno del estallido de la Primera Euerra 1undial. Nosotros alemanes de cual!uier clase o condición no aceptamos !ue se car&ue sobre nuestra patria la responsabilidad de la ma%or de las &uerrasg Z...[ $on la conciencia tran!uila acudimos en defensa del solar patriog $on las manos limpias el 8D"rcito alemán empuñó la espada. 0 Bparte del carácter militarista !ue revistió la ceremonia el discurso produDo consternación tanto en el eAtranDero como de puertas para adentro aun!ue muchos alemanes lo aco&ieron con satisfacción. Por otra 40
$itado en Chroni" 19$, p. 60.
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parte =indenbur& se ne&ó a asistir a las celebraciones de la revolución alemana !ue había allanado el camino para el advenimiento de la +ep@blica. No ha% duda de !ue =indenbur& desempeñó un papel importante a la hora de avivar el revanchismo de los alemanes. 8n su discurso de Bño Nuevo de 929 escribió al&o !ue repetía casi todos los años en tal ocasión: 8l pueblo alemán da la bienvenida a este nuevo año con honda amar&ura por!ue una parte importante de nuestro país se ve privada de la libertad !ue venimos reclamando con toda Dusticia a oDos de *ios % de los hombres. 1ucho tiempo llevamos esperándolo % aun con profundo desa&rado depositamos nuestra confian#a en !ue este nuevo año el pueblo alemán recupere el derecho a la autodeterminación !ue le asiste. 2
=a% !ue señalar !ue cuando menos =indenbur& ase&uró !ue Blemania recibía con los bra#os abiertos el Pacto Uello&&54riand. Pero en cuanto a apo%ar en realidad la política de compromisos llevada a cabo por ,tresemann ni una sola palabra ni una reacción cabal por parte de un hombre !ue entre otros car&os era miembro honorífico del &rupo derechista de veteranos del ,tahlhelm. -a tradición conservadora % autoritaria del estamento militar alemán impre&nó la sociedad % la política de Ceimar. 8l Defe del 8stado 1a%or del 8D"rcito % se&undo ;% @ltimo< presidente de la +ep@blica eDercieron una influencia notable en la política de los diferentes Eobiernos. ,us reservas ^por decirlo suavemente^ hacia la +ep@blica eran de dominio p@blico. 8n todas partes celebraciones monumentos % desfiles ondeaban enseñas militares. 8ran mu% pocos los oficiales !ue apo%aban la $onstitución. 8ra una +ep@blica sin un 8D"rcito fiel a la institución una situación apenas tolerable durante la se&unda fase la más estable de la historia de la +ep@blica entre 92 % 929. Pero el 8D"rcito estaba dispuesto a levantarse si se producía al&@n cambio lo !ue llevaba a pensar !ue era posible !ue sur&iese una alternativa autoritaria frente a la democracia. 8l par"ntesis político !ue supuso Ceimar se traduDo en cierta estabilidad % prosperidad económica. 8n 92/ las fábricas % las minas alemanas alcan#aban altos niveles de producción. 8n las ciudades más importantes se abrían nuevos &randes almacenes señal de !ue el comercio % el consumo se recuperaban. Bun!ue el desempleo estructural se&uía siendo elevado % muchas familias de clase media no habían alcan#ado el nivel de bienestar !ue habían disfrutado en 9 muchos ciudadanos habían constatado un cambio a meDor en su vida diaria. Todo permitía contemplar el futuro con prudencia % optimismo. -as elecciones &enerales de 92/ si&nificaron la vuelta al centro. 8l ,P* volvió a formar Eobierno al frente de una vasta coalición de fuer#as políticas de la !ue sólo !uedó eAcluido el *N?P !ue baDo la dirección de =u&enber& se había inclinado claramente hacia la eAtrema derecha. 8ntonces se produDo la crisis económica mundial !ue comen#ó como es de sobra sabido con el hundimiento de la 4olsa en 8stados )nidos en octubre de 929 % !ue desembocó en una crisis del sistema financiero % productivo. ,us efectos no tardaron en 41 42
Chroni" des $'.Fahrhnderts3 19$?, 4ri&itte 4eier ed. Etersloh $hroniG ?erla& 9/( p. 2. $itado en Chroni" des $'.Fahrhnderts3 19$9, 4ri&itte 4eier ed. Etersloh $hroniG ?er5la& 9// p. O.
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notarse en Blemania: no en vano &ran parte del resur&imiento económico de los años anteriores se había producido &racias a las in%ecciones de capital norteamericano. 8n cuanto los bancos estadounidenses retiraron los fondos la banca alemana sufrió una crisis de li!uide# con consecuencias mu% ne&ativas para la economía de la nación. Probablemente nin&@n otro país se vio tan afectado por la crisis como Blemania. B mediados de 9O2 en lo peor de la *epresión un tercio de la mano de obra del país se había !uedado sin trabaDo. +evolución ?ersalles intentonas &olpistas hiperinflación % por si fuera poco la crisis mundial. V$ómo iba a &anarse la +ep@blica la confian#a de los ciudadanos alemanesK Bsí la crisis económica pronto deDó paso a una crisis de le&itimidad del sistema político. $ada uno de los partidos de la coalición de Eobierno salió por sus fueros % trató de poner a salvo sus propios intereses. -a financiación del sistema de cobertura del desempleo una de las &randes con!uistas de la se&unda fase de la +ep@blica se convirtió en el eDe central del debate. 8l sistema se financiaba con impuestos !ue pa&aban tanto empresarios como trabaDadores % estaba pensado para a%udar a estos @ltimos frente a repuntes del desempleo inesperados. Pero nadie había tenido en cuenta una tasa de desempleo como la !ue ori&inó la Eran *epresión !ue llevó a la !uiebra el sistema de protección al desempleo. -os socialdemócratas reclamaban !ue se aumentasen los impuestos a las empresas con tal de !ue los trabaDadores recibieran la prestación por!ue no tenían la culpa de haber perdido el sustento. -a ma%oría de los partidos !ue formaban el Eobierno consideraban !ue la forma más rápida de revitali#ar la economía era un recorte del &asto p@blico: proponían rebaDar la cobertura de desempleo % otras ventaDas sociales % !ue se aplicaran criterios más restrictivos a !uienes las solicitaran. Bnte la falta de acuerdo ca%ó el Eobierno. 8l presidente Paul von =indenbur& desi&nó como canciller a un conservador del Partido del $entro =einrich 4rnin&. *ividido en todas las cuestiones económicas % políticas el +eichsta& se convirtió en una institución inoperante. B la vista de la situación el presidente =indenbur& recurrió al artículo / de la $onstitución de Ceimar !ue permitía al canciller &obernar por decreto. *urante los tres años si&uientes es decir hasta !ue los na#is se hicieron con el poder Blemania !uedó en manos de una dictadura presidencial. ,e&uían celebrándose elecciones ;en numerosas ocasiones de hecho< la $onstitución continuaba &aranti#ando las libertades fundamentales % fueron muchos los alemanes !ue salían a la calle o escribían en los periódicos para eAponer sus puntos de vista. 8ra una dictadura mu% peculiar !ue eDercía por!ue la democracia no funcionaba no por!ue se hubiera hecho con el poder % abolido la $onstitución. B medida !ue la dictadura presidencial se fue afian#ando af ian#ando deDó de ser un recurso para dar paso a un esfuer#o más consciente de li!uidar la +ep@blica desde dentro % hacer caso omiso de las limitaciones impuestas por ?ersalles con tal de !ue Blemania recuperase el puesto !ue le correspondía en el concierto de las &randes potencias. -as ideas de 4rnin& se decantaban por un sistema autoritario !ui#á una dictadura de corte reli&ioso % militar !ue pusiese en marcha una política contraria a los intereses de los trabaDadores antidemocrática % en cierto c ierto modo antisemita. O Mficialmente se&uía eAistiendo la +ep@blica de Ceimar pero vacía de contenido un mero vocablo carente de si&nificado una forma de &obernar !ue había deDado de lado la visión 43
,i&o la ar&umentación de =ans 1ommsen en 4ise and 8all o# Weimar emocracy.
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pro&resista ;siempre con matices< de los hombres !ue la habían fundado. *e haberse mantenido el sistema presidencial tal como estaba no ha% duda de !ue tanto los l os sindicatos como el Partido $omunista habrían sido declarados ile&ales se habrían suspendido los procesos electorales % se habrían impuesto &raves limitaciones a la libertad de prensa % de eApresión. 8n 9O2 en lo más hondo de la *epresión Blemania vivió dos elecciones le&islativas dos presidenciales ;incluida la del desempate< % numerosas elecciones locales % re&ionalesW tres cancilleres se hicieron car&o sucesivamente del &obierno. -os procesos electorales sólo servían para poner de manifiesto la &ravísima fractura eAistente en la sociedad. Nin&@n partido concitaba ma%orías. Tanto 4rnin& como sus sucesores en 9O2 Xran# von Papen % Uurt von ,chleicher &obernaron con el visto bueno tácito !ue no con el apo%o del +eichsta&. -a primera decisión nefasta se había tomado en 9O0 cuando 4rnin& convocó elecciones con la in&enua pretensión de !ue siendo el canciller contaría con un amplio respaldo popular a pesar de la *epresión. Xue un patina#o político de primer orden !ue culminó con el ascenso importante del partido na#i con el diecisiete por ciento de los votos % ciento siete escaños en el +eichsta&. 8n consecuencia un sistema político tan fra&mentado e inoperante como el alemán !uedó completamente parali#ado. 8l +eichsta& no se ponía de acuerdo en nin&una de las cuestiones de importancia im portancia mientras =indenbur& se&uía invocando el artículo / lo !ue deDó las manos libres a 4rnin& para adoptar las medidas antiinflacionistas !ue se&@n "l sacarían a Blemania de la depresión. Procedió a recortes sustanciales del &asto p@blico especialmente en materia de derechos sociales % a despedir a funcionarios civiles o recortarles el salario medidas !ue sólo sirvieron para !ue el malestar fuera a más entre la población % en nada revitali#aron la economía !ue a decir verdad fue a peor. -a depresión económica la fra&mentación política % la parálisis institucional acabaron con la %a escasa confian#a !ue los alemanes mostraban hacia el sistema instaurado en Ceimar. 3ncluso a los partidos !ue en su día habían formado la $oalición de Ceimar les costó mucho recuperar la confian#a de sus votantes. 8ra una situación perfecta para los adversarios de la +ep@blica % los na#is llevaban la batuta. *isponían de ar&umentos de sobra para atacar a la +ep@blica Jo lo !ue !uedaba de ellaJ % para reclamar su puesto al frente de la nación como tendremos ocasión de anali#ar en el capítulo 3. ]oseph +oth había escrito sobre el derrocamiento del Gáiser. Uurt TucholsG% renombrado autor satírico % contemporáneo su%o hi#o lo propio acerca de un león !ue tras escaparse del #ooló&ico había huido Bsí describía la reacción del Eobierno: 8n el 1inisterio del 8D"rcito se hallaba reunida una subcomisión del comit" de investi&ación sobre su propia esencia cuando se recibió la espelu#nante noticia. 8l desa%uno Jperdón la reuniónJ se suspendió de inmediato. Bcto se&uido dos &enerales con sus asistentes se pusieron manos a la obra en el diseño de un nuevo plan de batalla para hacer frente a los leones para lo !ue solicitaron: 2 cuerpos del 8D"rcito oficina de prensa 2 oficiales remunerados con partidas eAtraordinarias del presupuesto
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cañón acora#ado
Tambi"n los partidos reaccionaron con celeridad. celeri dad. 8l Partido Popular Blemán Damás baDa la &uardia. No había pasado ni media hora cuando %a todos los !uioscos % árboles estaban empapelados con carteles en a#ul !ue re#aban: $iudadanosg )n león anda sueltog VHui"n tiene la culpaK -os Dudíosg ?ote al Partido Popular Blemáng
+oth nos transmitió el ma&nífico avance !ue representó Ceimar. TucholsG% con su estilo inimitable supo captar el lado oculto el importante prota&onismo aun!ue no fuera más !ue pura pompa de la burocracia % el 8D"rcito la preponderancia de lo militar % el inevitable recurso al antisemitismo. -a política durante la "poca de Ceimar fue todo eso % mucho más. No es posible dar cuenta de hechos tan diversos o de los l os conflictos sur&idos entre sus prota&onistas. Bun!ue siempre imbuida de importantes dosis de autoritarismo fue una eAperiencia sorprendentemente democráticaW es más consi&uió !ue Blemania se convirtiese en una democracia liberal. 8l precio fue alto pero la $onstitución estableció el imperio de la le% a la !ue todos !uedaban sometidos por i&ual las libertades políticas % un sistema electoral. Xue capa# de alentar perspectivas de futuro pacíficas i&ualitarias % humanitarias aun!ue no faltaban ciudadanos con sueños de revanchismo contra los Dudíos los eAtranDeros % los !ue de puertas para adentro estaban considerados como decadentes. 8Apresado en t"rminos políticos: la +ep@blica de Ceimar supuso el caos % la fra&mentación de la sociedad. -a política de la etapa de Ceimar hundía sus raíces en el pasado. -os principales partidos no eran sino prolon&aciones de formaciones políticas !ue %a eAistían en la Blemania imperial. 8l 8D"rcito % la burocracia copados por las clases altas o por los !ue tenían buenas relaciones permanecieron casi intactos durante el periodo republicano % de ellos emanaban el poder % la lealtad. ,in embar&o la política de esa "poca supuso tambi"n una bocanada de aire fresco para lo bueno % para lo malo. Tanto por la derecha como por la i#!uierda sur&ieron nuevos partidos % movimientos % su estilo combativo de hacer política mu% concentrado en las masas influ%ó en las demás formaciones políticas. Bnte una bronca opinión p@blica todas concurrieron a procesos electorales % no les !uedó otro remedio !ue aprender a utili#ar los nuevos medios de comunicación en su favor. -a derecha entendió por fin !ue la política no consistía sólo en acuerdos cerrados en clubes salas de Duntas o despachos entre representantes de los meDor situados. 8n una era de movimientos de masas % de &uerra total la política nacionalista tenía !ue contar con un respaldo popular % así consi&uió el apo%o de millones de personas dispuestas a se&uir a 44
Uurt TucholsG% \*er ->` ist los5g\ en Berlin erz
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una "lite se&uidores !ue les votarían % asistirían a manifestaciones % concentraciones !ue leerían escribirían % difundirían sus ideas. -a derecha mimeti#ó la visión intuitiva de la i#!uierda a saber !ue el poder residía en la movili#ación de las masas. 1enos constreñidos por la tradición los meDor dispuestos a se&uir estas pautas fueron los partidos situados en los eAtremos: los comunistas % los na#is. Bmbos añadieron las or&ani#aciones paramilitares % las re%ertas calleDeras al debate político lo !ue contribu%ó sin duda a dotar a la política de la +ep@blica de Ceimar de esa aureola de participación de masas. No había pueblo ni ciudad de Blemania donde los ciudadanos no se vieran sometidos a frases machaconas inundados de carteles a cual más chillón o rodeados de manifestaciones. 1ultitudes de hombres % muDeres se apiñaban en las calles a mirar mientras e!uipos de a&itadores profesionales actuaban en una es!uina % desaparecían antes de !ue .se presentasen la policía o las bandas de &rupos rivales. Tales actos se producían por do!uier % en ocasiones culminaban con la toma del B%untamiento de las oficinas centrales de una empresa o de un mercado. 8ra una política de eAhibición % espectáculo mu% adecuada para una "poca de medios de comunicación de masas % una sociedad % una población profundamente divididas pero donde tambi"n había una política la derecha % la i#!uierda tal como las definían los se&uidores de cada lado se&@n su hostilidad se al#ara contra el orden social imperante de privile&ios heredados o defendiese la posición !ue sólo la educación % el dinero otor&aban. Ni los comunistas ni la eAtrema derecha se andaban con remil&os en cuanto a la autoridad instituida o a los símbolos !ue la representaban. Traspasaron las fronteras de lo político al menos tal % como habían eAistido hasta 9/. Bl final sin embar&o el N,*BP sería el @nico partido en sacar provecho de estas actitudes. ,u "Aito no obstante fue tambi"n una consecuencia del amplio respaldo activo o pasivo !ue le brindó parte de la derecha asentada en el poder. Tras la Primera Euerra 1undial muchos alemanes habían desarrollado una profunda repulsa ante cual!uier forma de violenciaW de ahí el "Aito de ventas del libro de 8rich 1aria +emar!ue !in no=edad en el #rente. 8sas mismas personas estampaban sus firmas en manifiestos contra la &uerra % apo%aban al UP* en su campaña en contra de incrementar el presupuesto destinado a &astos militaresW se apuntaban a or&ani#aciones pacifistas o admiraban la obra de artistas antibelicistas como U_the Uollit# cu%os trabaDos en madera esculturas % dibuDos transidos de dolor representaban los sufrimientos de la &uerra o los fotomontaDes de alto contenido político de ]ohn =eartfield !ue constituían aut"nticos llamamientos a los alemanes para !ue se opusiesen a la &uerra. Pero no eran menos los alemanes de i#!uierdas de derechas o de centro !ue se sentían atraídos por las contundentes imá&enes de hombres fuertes % dispuestos a luchar aun!ue no fuera "sa la tendencia !ue hubiera de conducirlos por la senda de la democracia. 8l voto de las muDeres el activismo femenino % el impulso reformador en este sentido de la $oalición de Ceimar tambi"n añadió una nueva dimensión a la política. -os partidos no tuvieron otra salida !ue luchar por el voto de la muDer i&ual !ue por el masculino % aceptar la presencia de muDeres en la vida p@blica en el lu&ar !ue les correspondía. -os socialdemócratas no ocultaban su preocupación por las supuestas inclinaciones conservadoras % reli&iosas de las muDeres. 8staba claro !ue temían !ue el sufra&io femenino supusiese un vuelco a la derecha pero no como temían muchos de sus contemporáneos hacia la eAtrema derecha. -as muDeres ocuparon incluso escaños en el +eichsta& aun!ue su n@mero fuera a menos con el paso del tiempo. 8n los &obiernos
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municipales sin embar&o &anaron en representación lo !ue abrió un cauce para !ue desarrollasen su talento % su capacidad a la hora de ampliar las con!uistas sociales de la +ep@blica. =abía muDeres !ue trabaDaban en la inspección de bienestar social como conseDeras de familia e infancia o como funcionarias en los departamentos de salud. Tanto en el +eichsta& como en diversos -andta&e estuvieron presentes en comit"s relacionados con la salud % la educación áreas en las !ue deDaron una profunda huella así como en tareas relacionadas con el nuevo campo profesional de la asistencia social. Pero los principales ministerios % despachos Jeconomía defensa interiorJ se&uían vedados para ellas. Ceimar como 8stado del bienestar personal o político estuvo en manos de las muDeres. Por eso cuando sobrevinieron los ata!ues contra la +ep@blica muchas de las críticas iban diri&idas contra ellas o al menos contra las !ue participaban en la vida p@blica % tambi"n cómo no en la política. No todo fueron innovaciones en la vida política de la +ep@blica de Ceimar. Erabadas a fue&o tambi"n había lineas de continuidad con el pasado más reciente de Blemania. )na de tales hebras sin lu&ar a dudas era el papel predominante !ue la burocracia % los militares desempeñaban en el 8stado. No ha% !ue olvidar sin embar&o !ue Ceimar era una +ep@blica % al contrario !ue en la Blemania imperial los ministros eran responsables ante el +eichsta&. Pero los funcionarios civiles % los oficiales del 8D"rcito estaban considerados como t"cnicos % los !ue ocupaban los puestos más altos del escalafón disfrutaban de ellos de por vida eAcepto crisis presupuestaria o emer&encia nacional. Todos ellos influ%eron de forma decisiva en el conservadurismo % en el sentimiento antirrepublicano de la política de Ceimar como !ueda meridianamente claro si se tiene en cuenta la e!uívoca actitud del 8D"rcito frente a las intentonas &olpistas o el eA!uisito trato !ue los Dueces dispensaban a los terroristas de derechas. 8l poder Dudicial dio lu# verde incluso a demandas frívolas e incendiarias contra personaDes destacados de la +ep@blica tomó 1atthias 8r#ber&er % Xriedrich 8bert. 8ran maniobras rastreras % despreciables !ue erosionaban la posición de los partidarios de la +ep@blica. *e ahí !ui#á !ue no nos sorprenda !ue tantos políticos de Ceimar murieran Dóvenes %a fuera por enfermedades relacionadas con el eAceso de trabaDo o asesinados: 8bert ,tresemann % +athenau a los cincuenta % tantosW 8r#ber&er nada más cumplir los cuarentaW los diri&entes comunistas asesinados en 99 J-uAembur&o -iebGnecht 8isner =aaseJ tenían cuarenta % muchos o %a habían cumplido los cincuenta. 8l principal obstáculo !ue hubo de sortear la +ep@blica fue probablemente la herencia recibida de la Primera Euerra 1undial !ue dificultó cual!uier avance % sirvió en bandeDa innumerables ar&umentos a los enemi&os de la democracia. Bsentada en instituciones poderosas como el 8D"rcito la burocracia las universidades % las empresas la revolución no consi&uió doble&ar el poder de las fuer#as antidemocráticas presentes en la sociedad alemana. -a +ep@blica necesitaba un lar&o respiro para transformar a un buen n@mero de alemanes en demócratas convencidos. Necesitaba una economía en eApansión % "Aitos diplomáticos. Pero nin&una de las cartas !ue tenía en la mano pintaba bien para la democracia de Ceimar.
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ie Wirtscha#t ist das !chic"salN ;la economía es cuestión de suerte< escribió el industrial visionario % ministro de Bsuntos 8Ateriores Calter +athenau % no le faltaba ra#ón. 3ncluso en las meDores circunstancias ima&inables poner en marcha una democracia avan#ada en Blemania habría supuesto una tarea más !ue ardua por el acoso de las poderosas fuer#as antidemocráticas !ue dominaban el espectro político % social. Tales circunstancias por otra parte Damás estuvieron al alcance de la +ep@blica de Ceimar. Nació a la sombra de la Primera Euerra 1undial % entre los fue&os cru#ados de la revolución % la &uerra civil. Para &anarse la confian#a de una ma%oría del pueblo alemán la +ep@blica hubiera necesitado de una economía estable % puDante. nunca la tuvo. $omo los avances !ue se re&istraron se asentaban en &raves deficiencias estructurales los años de prosperidad económica pero tambi"n de crisis % sobresaltos se fueron como vinieron. -os alemanes de la "poca de Ceimar vivieron en un mundo patas arriba % no sólo en una sino hastaJen tres ocasiones: los reaDustes de la pos&uerra la hiperinflación % la depresión. 2 No caben muchas dudas pues acerca de las ra#ones de !ue la +ep@blica no concitase adhesiones ma%oritarias. *esde un punto de vista económico los alemanes lo pasaban mal % luchaban a bra#o partido por cuestiones de ma%or o menor entidad como la fiscalidad las compensaciones de &uerra la representación sindical las innovaciones tecnoló&icas incluso el concepto del derecho de propiedadW todo se ponía en tela de Duicio. No se trataba de meros rifirrafes políticos acerca de si los impuestos deberían ser un poco más elevados o más baDos o si los representantes sindicales en los conseDos de administración habían de ser uno dos o cinco. 8n la práctica todas las cuestiones económicas !ue estaban sobre el tapete tenían mucho !ue ver con el modo en !ue los alemanes !uerían vivir en su país % con las relaciones !ue habrían de mantener con otras naciones en la "poca posterior a la Primera Euerra 1undial. Todo enfrentamiento político podía convertirse en una crisis eAistencial del sistema t"rmino pe%orativo al !ue recurría la derecha para referirse a la +ep@blica de Ceimar. $laro !ue tambi"n hubo periodos de consenso sobre todo entre los prota&onistas más directamente implicados en el sector productivo a saber empresarios sindicatos % el propio 8stado. 8n los primeros años de la +ep@blica todos animaron el hombro para hacer frente a la inflación hasta !ue "sta se desbocó por completo. 8n la se&unda fase todos estuvieron de acuerdo en cuanto a la racionali#ación del trabaDo. *eDando por un momento de lado la *epresión eran le&ión los alemanes afectados por la 1
Calter +athenau \+ede auf der Ta&un& des +eichsverbandes der *eutschen 3ndustrie\ 2/ de septiembre de 92 en Calter +athenau Gesammelte 4eden, 4erlín ,. Xischer ?erla& 92 pp. 2527 cita 27. 2 Para entender meDor la metáfora del estudio de la inflación a lo lar&o del periodo de Ceimar se&@n 1artin =. Ee%er v"ase ;er"ehrte Welt. 4e=oltion, 5n#lation nd 0oderne3 0nchen 191&19$, GHttingen, ?andenhoecG und +uprecht 99/.
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inflación % la racionali#ación % sus reivindicaciones encontraron un eco propicio tanto en la derecha como en la i#!uierda. Política % economía iba pues de la mano. -os problemas económicos de la +ep@blica de Ceimar eran de dimensiones colosales % carecían de precedentesW las soluciones !ue se proponían nunca eran bien recibidas. 8ntre enconadas discusiones políticas % las turbulencias de los sucesivos repuntes % hundimientos de la economía los alemanes vivieron una "poca marcada por un relativo estancamiento económico % un acelerado proceso de moderni#ación. O ,i bien ambos indicadores parecían entrar en fla&rante contradicción el caso es !ue la aparición simultánea de ambos pone una ve# más de manifiesto lo conflictivos % complicados !ue fueron los años de la +ep@blica de Ceimar. 8n comparación con el periodo !ue precedió a 9 % con los años inmediatamente posteriores a 96 la tasa de crecimiento real durante la +ep@blica fue más bien baDa % limitadas las consecuencias económicas de las innovaciones tecnoló&icas. *urante la d"cada de 920 en nin&@n sector se re&istraron innovaciones !ue tuvieran notables reper5 cusiones en el crecimiento económico. *esde lue&o nin&una comparable con el impacto del sector teAtil en los primeros tiempos de la industriali#ación los adelantos introducidos en las acerías del decenio de //0 o los re&istrados en el sector !uímico desde la d"cada de /90 hasta 9W o por poner un eDemplo más reciente nada !ue ver con la revolución informática re&istrada en los años 9/0 % 990. Por otra parte tan ma&ros indicadores económicos tambi"n se debieron al retraimiento de Blemania ;i&ual !ue ocurrió en otras economías avan#adas< respecto de las tendencias mundiales del si&lo 3. -a Primera Euerra 1undial supuso un brusco frena#o para la libre circulación de bienes % capitales de un país a otro. *ebido a los cuantiosos costes del conflicto b"lico % al endeudamiento subsi&uiente sólo 8stados )nidos mantuvo la ventaDosa posición de nación con capacidad para conceder cr"ditos. 8n la pos&uerra los enfrentamientos sur&idos por las deudas contraídas por los aliados de un lado % las compensaciones por parte alemana de otro perturbaron el fluDo de capitales circunstancia !ue sólo pareció miti&arse en cierto modo entre 92 % 929. Pero entonces la crisis económica mundial acabó con el capital % el dinero disponible de nuevo se retraDo dentro de las fronteras de cada país. Blemania siempre había tenido !ue importar enormes cantidades de alimentos % de materias primas. Necesitaba pues dinero % capital eAtranDeros para pa&ar las importaciones % financiar el desarrollo económico % precisaba de mercados para dar salida a sus eAportaciones. Bun!ue muchos alemanes abo&aron ale&remente por una economía nacional más cerrada tal posicionamiento no fue beneficioso para Blemania a lar&o pla#o. B la ve# !ue en t"rminos relativos la economía alemana parecía estancarse tambi"n se moderni#ó en &ran medida. -os porcentaDes de población empleada en el sector industrial no deDaron de subir hasta alcan#ar su nivel más alto estadísticamente a mediados de la 3
Para un análisis en profundidad de las cambiantes circunstancias económicas de este periodo v"ase Cerner Bbelshauser % *ietmar Pet#ina \Yum Problem der relativen ,ta&nation der deutschen Cirtschaft in der #an#i&er ]ahren\ en 5ndstrielles !ystem nd politische ntic"lng in der Weimarer 4ep/li", =ans 1ommsen % otros eds. *sseldorf *roste ?erla& 9( pp. 6(5(7W Cerner Bbelshauser % *ietmar Pet#ina \Urise und +eGonstruGtion: Yur 3nterpretation der &esamtirtschaftlichen 8nticGlun& *eutschlands im 20. ]ahrhundert\ en @istorische on>n"tr#orschng, Cilhem =ein# ,chr>der % +einhard ,pree eds. ,tutt&art Ulett5$otta 9/0W % *etlev PeuGert The Weimar 4ep/lic3 The Crisis o# Classical 0odernity, traducción de +ichard *eveson Nueva orG =ill and Can& 9/9.
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d"cada de 920. -as muDeres más Dóvenes desertaban del campo para disfrutar de una ma%or independencia en las ciudades &racias a su trabaDo en las fábricas. Todos los observadores se mostraban de acuerdo en cuanto al crecimiento eAponencial de la llamada nueva clase media es decir a las multitudes de oficinistas !ue atestaban dependencias oficiales o de empresas privadas secciones de los &randes almacenes laboratorios de hospitales fábricas e institutos de investi&ación. -a &eneración nacida en tomo al año 900 lo inundaba todo % trataban desesperadamente de obtener un empleo Jmu% escasos % en ocasiones ineAistentesJ en el sector industrial o en los departamentos oficiales. 3n&enieros % empresarios alabaron los procesos de racionali#ación la introducción de m"todos productivos perfeccionados !ue servirían para aumentar la capacidad de producción con menos mano de obra. lle&ó la era del conmino masivo: los &randes almacenes maravillosamente diseñados disponían con mimo los productos mientras los publicistas trataban de atraer a los alemanes al mundo de ensueño de la prosperidad. -a economía de Ceimar era un hervidero de conflictos % contradicciones. 3&ual !ue la política tambi"n es posible dividir a &randes ras&os la historia económica de a!uellos años en tres fases. -a primera de 9/ a 92O de inflaciónW la se&unda de 92 a 929 de racionali#aciónW la tercera entre 929 % 9OO de depresión. 8l ori&en de la inflación había !ue buscarlo en la &uerra en las deudas !ue contraDo el Eobierno para financiar los elevados costes !ue representaba. -os alemanes compraron bonos con la esperan#a de obtener un beneficio se&uro de su inversión pensando como es natural en una victoria militar. ,e creó un estado de opinión !ue venía a decirles !ue a pesar de las dificultades del momento Blemania conocería una era de prosperidad sin precedentes por!ue su economía % su política se impondrían en el continente. Pero no fue así. *e modo !ue al finali#ar la &uerra los alemanes se encontraron con una moneda depreciada con un sector industrial prácticamente dependiente de los contratos del 8D"rcito % con una tremenda escase# tanto para cubrir las necesidades de la vida diaria como de las materias primas necesarias para mantener el sistema productivo. =abía !ue reincorporar a la vida civil a los millones de soldados !ue habían re&resado. -os británicos por su parte mantuvieron el blo!ueo naval hasta el verano de 99 lo !ue empeoró a@n más si cabe la crítica situación por la !ue pasaba Blemania. Para sorpresa de casi todo el mundo el reaDuste !ue si&uió a la &uerra % la recuperación se produDeron de forma paulatina. B pesar del caos de la revolución el 8D"rcito se desmovili#ó con rapide# % la industria alemana no tardó en alcan#ar los niveles de producción !ue había conocido en tiempos de pa#. -a inflación contribu%ó a in%ectar li!uide#. -as subidas de precio de los bienes de consumo fueron un estímulo para la inversión e hicieron aumentar la producción. 8n el eAtranDero los productos hechos en Blemania eran relativamente baratosW las eAportaciones fueron a más. *e modo !ue empresas % Eobierno podían acceder a las incesantes demandas de aumentos salariales a pesar de la depreciación de la moneda. )n breve periodo en el !ue se aplicó una política monetaria más rí&ida entre la primavera de 920 % la de 92 bastó para interrumpir a!uella fase eApansiva de la economíaW empresas sindicatos % Eobierno tomaron buena nota % volvieron a las políticas inflacionistas. Bparte de la inflación acechaba la cuestión de las compensaciones de &uerra !ue pendía como una amena#a sobre a!uel panorama tan eAtrañamente prometedor. -o cierto es !ue inflación % compensaciones al alimón sólo vinieron a complicar la situación hasta
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desembocar en un completo desastre. 8n palabras del historiador de la economía Theo 4alderston las compensaciones vendrían a ser un impuesto detraído a los ciudadanos alemanes por su propio Eobierno !ue actuaba en este caso como recaudador en nombre de los aliados. *icho impuesto no obstante carecía de la le&itimación moral !ue suele acompañar a esta clase de eAac5 ciones.6 Tanto el Eobierno como el pueblo de Blemania consideraban profundamente inDustas las eAi&encias de los aliados. $uando el 6 de ma%o de 92 establecieron el monto final en el conocido como )ltimátum de -ondres hasta los alemanes más moderados se !uedaron bo!uiabiertos. -os aliados cifraban el coste de las reparaciones !ue debía satisfacer Blemania en ciento treinta % dos mil millones de marcos oro de los !ue cincuenta mil serían abonados de inmediato mediante una emisión de bonos !ue Blemania haría efectiva a ra#ón de dos mil millones de marcos oro anuales más el e!uivalente al veintis"is por ciento del total de las eAportaciones del país 7 demanda !ue provocó una crisis política en Blemania. Xrente a una ne&ativa casi &eneral a elevar los impuestos el Eobierno se vio en bancarrota % se puso a buscar fondos en los mercados de capitales pero no encontró a nadie dispuesto a ced"rselos. 8l Eobierno alemán hubo de hacer frente pues a una doble ne&ativa: la de los ciudadanos a pa&ar impuestos ;escudándose en la ne&ativa del +eichsta& a subirlos< % la de los capitalistas !ue disponían del dinero ;amparándose en el escaso cr"dito !ue les merecía el Eobierno % en la ausencia de posibles compradores de los bonos !ue emitiese<. ( 8l )ltimátum de -ondres fue el ori&en de lar&as % tediosas ne&ociaciones de numerosas conferencias e intercambios de notas de anuncios % declaraciones sobre el desastre !ue se les avecinaba. -os alemanes se declaraban incapaces de pa&arW los aliados por su lado eAi&ían !ue Blemania cumpliera con sus obli&aciones. )n continuo refuer#o de enviados de alto nivel empe#ó a viaDar a -ondres ;todo el mundo sabía !ue Blemania no tenía nada !ue hacer en París % los norteamericanos habían puesto dos oc"anos de por medio<. -os alemanes iban cada uno por su lado. Bl&unos aceptaban la política de compromiso es decir hacer frente a las eAi&encias de los aliados mientras en el terreno diplomático se revisaban a la baDa las compensaciones. Mtros reconocían abiertamente !ue Blemania no podía hacerse car&o de tales pa&os % trataban de convencer a los aliados. Tampoco faltaban los recalcitrantes !ue se ne&aban a pa&ar lisa % llanamente sin ne&ociaciones % sin reparacionesW como los nacionalistas más eAaltados !ue al finali#ar la Primera Euerra 1undial estaban dispuestos a lo !ue fuera: !ue todo Jla economía el pueblo % la +ep@blicaJ saltasen por los aires antes !ue reconocer !ue Blemania había iniciado a!uella &uerra la había perdido % ahora le tocaba pa&ar los platos rotos. 1ientras Blemania ale&aba su carencia de fondos observadores eAtranDeros daban cuenta de las consecuencias !ue había tenido la inflación a saber una recuperación del sistema productivo restaurantes % clubes nocturnos llenos de parro!uianos % una balan#a 4
?"ase un buen resumen de la situación en Theo 4alderston conomic and Politics in the Weimar, 4ep/lic, $ambrid&e $ambrid&e )niversit% Press 2002 pp. 95OOW para un estudio más en profundidad de las relaciones entre inflación % compensaciones de &uerra Eerald *. Xeldman The Great isorder3 Politics, conomice, and !ociety in the German 5n#lation, 191&19$, Nueva orG MAford )niversit% Press 99O. 5 4alderston conomics and Politics, pp. 26527. 6 3bidem p. 20. 7 3bidem pp. 2(52/.
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mu% favorable desde el punto de vista de las eAportaciones. 4astaba con !ue hubieran sido un poco más perspicaces % se habrían dado cuenta de la desmesura de las cifras del desempleo % del reparto &ratuito de comida. Pero la inflación lle&ó a esa #ona de peli&ro donde la especulación echaba abaDo todo lo !ue de bueno había traído deteriorando el nivel de vida e impidiendo cual!uier posibilidad de planteamientos racionales. 8n la Blemania de principios de la d"cada de 920 tales reveses complicaban a@n más la %a de por sí espinosa cuestión de las compensaciones de &uerra % de las relaciones con otros países. 8n el verano % el otoño de 92 las imparables subidas de precios provocaron otra oleada de demandas de meDores salarios. *urante la revolución los alemanes habían aprendido a valorar la eficacia de las protestas masivas. TrabaDadores % empleados de todos los sectores económicos desde los mineros hasta los funcionarios habían acudido a manifestaciones se pusieron en huel&a % en &ran medida se salieron con la su%a. $onsi&uieron importantes incrementos salariales !ue Eobierno % empresas podían pa&ar &racias a la depreciación de la moneda o como en el caso de las empresas subiendo más los precios lo !ue produDo una espiral de salarios % precios una especie de conta&io !ue afectó lo mismo al sector industrial !ue a los pe!ueños comerciantes. 3ncapacitado por ra#ones políticas para incrementar los impuestos o frenar las subidas salariales el Eobierno puso en marcha la má!uina de hacer dinero % recurrió a todos los m"todos ima&inables para !ue no faltase. Tanto en el interior del país como en el eAtranDero la confian#a en la economía alemana se vino abaDo lo !ue a falta de previsiones económicas más ra#onables abrió las puertas a la especulación. *aba la impresión de !ue todo a!uel !ue disponía de divisas se dedicaba a especular sin importarle !ue el marco subiese o baDase con respecto a la libra esterlina el franco o el dólar. 8n consecuencia el marco a@n se depreció más mientras la inflación se&uía subiendo. / 8n el verano de 922 la inflación deDó paso a la hiperinflación acompañada de un retraimiento de la actividad empresarial de una merma de las eAportaciones % de una escalada &alopante del desempleo: el peor de los escenarios ima&inables. -as empresas sufrieron una crisis de li!uide# % !uien más o !uien menos hubo de hacer frente a una escase# de papel moneda. 8l +eichsbanG sabía !ue de "l dependían los cr"ditos !ue necesitaban las empresas % el papel moneda utili#ado a diario en los ne&ocios % !ue sólo eso podía mantener a flote la actividad económica % preservar la pa# social. Bsí !ue recurrió a todos los medios ima&inables para se&uir in%ectando dinero lo !ue sólo valió para darle más alas a la inflación. Todos los indicadores económicos apuntaban a un desastre. B finales de a!uel año la cifra de eAportaciones Jla clave de la recuperación alcan#ada en 920 % 92J había disminuido de un modo alarmante. 8n octubre de 922 un dólar se cambiaba por O./0 marcos. 8n noviembre del mismo año el índice del coste de la vida sobre una base de cien establecida en 9O se situó en el 6.00. 9 8n. diciembre el 3nstituto Prusiano de 8stadística lle&ó a la conclusión de !ue los peones del sector !uímico &anaban sólo el 79 del mínimo eAi&ido para un matrimonio con un hiDoW en el 8
3bidem pp. O756O ofrece un buen resumen del debate en torno a las causas de la inflación tanto entre los prota&onistas de la "poca como en opinión de historiadores económicos de nuestros días. ,i&o en &ran parte su análisis así como el de Xeldman Great isorder, tanto en lo !ue se refiere a las causas como a las consecuencias de la inflación. 9 $ifra !ue facilita =orst 1>ller Weimar3 ie n=ollendete emo"ratie, ed. 1@nich mar 99O pp. 6.
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caso de trabaDadores cualificados dicha cifra lle&aba al (7 mientras los impresores una ocupación tradicionalmente bien pa&ada sólo alcan#aban el 6/2 del mínimo establecido.0 -os aliados observaban estos datos con enorme preocupación. Bse&uraban !ue Blemania ma!uillaba las cifras para re&atear con las reparaciones % las obli&aciones !ue había contraído despu"s de la &uerra o para li!uidarlas con una moneda devaluada. -a situación era tan peli&rosa Jen cual!uier caso las reparaciones se habían fiDado en marcos oroJ !ue los aliados no acababan de cre"rsela. -a hiperinflación fue el resultado de una conDunción de factores: la espiral salariosJprecios !ue nin&@n partido propuso frenar la fiebre especuladora % la s@bita p"rdida de confian#a en la divisa % en el Eobierno alemanes alentada por la presión de los aliados. B los franceses % a los bel&as no les importaban tan enrevesadas eAplicaciones: sólo !uerían cobrar. $onvencidos de !ue Blemania sólo buscaba una rebaDa en las compensaciones !ue tenía !ue satisfacer manipulando su divisa % ne&ándose a entre&ar a cambio bienes materiales u otras cosas el de enero de 92O dieron orden de !ue sus tropas ocupasen el +uhr la #ona industrial más importante del país. 8l Eobierno promovió una política de resistencia pasiva. -a consi&na era !ue no se trabaDase en las fábricas o minas donde apareciesen las tropas aliadas. ,i tal era el caso en al&una dependencia oficial los funcionarios tenían !ue reco&er sus cosas e irse a casa. 8n el verano de 92O la actividad productiva había cesado prácticamente en la cuenca del +uhr. $omo la economía dependía en &ran parte de la #ona los efectos no tardaron en deDarse sentir en la economía alemana. -a suspensión de actividad desembocó en una fuerte merma de los in&resos fiscales. Para apo%ar la política de resistencia pasiva el Eobierno destinó fondos para cubrir las necesidades de los trabaDadores % enormes a%udas para las empresas afectadas. B finales de Dunio se habían &aranti#ado cr"ditos a empresas por valor de dos mil !uinientos /illones de marcos en papel moneda % había destinado otros cinco mil doscientos /illones de marcos más para subvencionar a los servicios ferroviarios postales % de carácter social. 2 No disponía de las reservas de oro necesarias ni de la le&itimidad moral ni de la capacidad económica real para hacer frente a tales dispendios. Pero disponía de la má!uina de hacer dinero % la utili#ó con liberalidad. así se lle&ó a una escalada de precios tan salvaDe como mu% pocas veces se ha visto en la historia. 8l +eichsbanG emitió billetes cada ve# ma%ores hasta lle&ar al billete de cien mil billones de marcos del 2 de noviembre de 92O. B finales de a!uel mismo mes el marco había lle&ado a la increíble tasa de cambio de cuatro mil doscientos /illones de marcos por un dólar.O -a divisa alemana tan respetada % fuerte carecía de valor. 8l consenso inflacionario el acuerdo entre empresas mano de obra % 8stado para obtener beneficios de la inflación saltó por los aires mientras la hiperinflación se llevaba por delante todas las previsiones económicas nacionales o individuales. -a situación lle&ó al punto crítico en el verano de 92O. $inco años despu"s de haber acabado la &uerra una ve# más la vida diaria de amplios se&mentos de la población 10
$uadro eAtraído de Xeldman Great isorder, p. 7O. ?"anse los comentarios de Xeldman en ibidem pp. 60560(. 12 $ifras eAtraídas de ibidem p. 779. 13 ?"ase el cuadro del instituto oficial de estadística del +eich reproducido en 3bidem P. (/2. 11
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volvía a ser desesperada. -as muDeres sa!ueaban los puestos de los mercados % las tiendas. -os desempleados ocupaban las oficinas municipales. 1ultitudes plantaban cara a la poli5 cía. Eentes de las ciudades se abalan#aban por los campos enJtropel robando patatas pollos % lo !ue encontrasen a mano. -os taberneros % a&ricultores !ue se atrevieron a protestar fueron tratados sin miramiento al&uno % en ocasiones hasta les !uitaron la ropa !ue llevaban puesta. Todas las industrias sufrieron huel&as salvaDes. 8n otoño de a!uel año los trabaDadores recibían la pa&a cada dos o tres días % en ocasiones hasta dos veces en el mismo día. -as empresas tenían !ue recurrir a la tabla de multiplicar para pa&ar los salarios: un día el Dornal era de veintisiete mil millones % pocos días despu"s lle&aba a los sesenta % siete mil millones. -os comerciantes hacían lo propio echaban sus cuentas en divisas eAtranDeras o simplemente recurrían al true!ue. *ado !ue el dinero se depreciaba en cuestión de horas la &ente compraba a toda velocidad: pianos bicicletas má!uinas de coser motocicletas o #apatos cual!uier cosa con tal de tener al&o antes !ue ahorrar. 6 8l &rado de tensión nerviosa entre la población era incalificable las lar&as colas durante horas para conse&uir comida cobrar el sueldo o el subsidio de desempleo las prisas por ir de una oficina a otra los a&otadores cálculos mentales sobre !u" facturas abonar o !u" comprar cuando se disponía de miles de millones de un dinero !ue no valía nada tener !ue reconocer !ue los bonos !ue uno había comprado en 9 96 % 97 para costear la &uerra %a no tenían valor el esfuer#o mental incluso físico por dar con el responsable de a!uel desa&uisado todo contribuía a socavar la moral de los alemanes ;fi&. ..<. Para los pobres % los trabaDadores no cualificados vivir a eApensas de los pa&os % salarios !ue les proporcionaba el 8stado era una verdadera catástrofe % cuantos más niños había !ue alimentar más difíciles se ponían las cosas. -os dueños de casas !ue al!uilaban habitaciones o viviendas al i&ual !ue los in!uilinos veían cómo la inflación se comía sus in&resos. -os !ue habían reunido al&unos ahorros Jun colchón del !ue sólo disponían los trabaDadores más cualificados % meDor pa&adosJ observaban cómo a!uel dinero !ue tanto les había costado reunir se !uedaba en nada. -as condiciones sanitarias se deterioraron: aumentó la tasa de mortalidad infantil disminu%ó el promedio de vida % las enfermedades conta&iosas como la tuberculosis se propa&aron con rapide#. )n observador escribía: Todos los m"dicos del +eich informan de !ue ha% niños an"micos apáticos d"biles % enfermos. 7 Xi&. ..: 92O la &ran inflación: maletas % cestos car&ados de billetes carentes de valor.
14
3bidem p. (/O. *iversos eDemplos en ibidem pp. 6/256/O. 16 3nforme del director del 3nstituto de ,alud del +eich al +eichsta& en The German 5n#lation o# 19$E, Xrit# U. +in&er ed. Nueva orG MAford )niversit% Press 979 p. 6. 15
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-as consecuencias de tal situación no se limitaban al deterioro &eneral % calamitoso de las condiciones de vida sino !ue para ma%or consternación de la clase media supuso un &rave corrimiento de las fronteras entre clases sociales. $omprobar !ue un trabaDador cualificado o un especulador vivían meDor !ue uno descubrir !ue el dinero en efectivo con el !ue se contaba no valía nada recibir la devolución de pr"stamos hechos a ami&os parientes o socios en papel carente de valor soportar lar&as horas de cola para al final comprar una barra de pan eran situaciones mu% difíciles de aceptar !ue !uedaron &rabadas a fue&o en la memoria de a!uellas &entes % marcaron su forma de comportarse durante decenios. Para cual!uiera !ue hubiera estado en una posición medianamente decente ^funcionarios maestros vieDos tenderos !ue atendían a la clase media o !uienes contaban con una formación t"cnica^ tan desastrosa era la situación en !ue se encontraban como las carencias reales !ue tenían !ue soportar. 8l periódico de uno de los sindicatos de empleados de oficina ase&uraba: $on un sentimiento de ver&en#a la ma%oría de nuestros afiliados tendrá !ue reconocer !ue sus in&resos ni si!uiera se aproAiman a lo !ue percibe un carpintero de veinti@n años. ( ,i nos molestamos en echar las cuentas comprobaremos !ue en 922 un funcionario de alto ran&o percibía un salario !ue superaba sólo en un O6 al de un trabaDador no cualificado triste situación para una clase !ue se consideraba la &uardiana de la esencia de la cultura alemana. / -a clase media !ue al decir de muchos alemanes constituía el n@cleo estable de la nación parecía estar desapareciendo. -os ho&ares tenían !ue desprenderse de la porcelana de la plata de anti&uas sillas tapi#adas de cual!uier obDeto de valor. )n observador británico apuntaba: 1e he !uedado aterrado al comprobar las condiciones en !ue vive la clase media la tremenda pobre#a !ue se esconde tras las puertas de sus ho&ares. 8n casas bien amuebladas ha% sillas a las !ue les han arrancado el tapi#ado de piel para hacer unos #apa5 tos cortinas carentes de forro por!ue se ha utili#ado para vestir a los pe!ueñosW una muDer investi&adora !ue tenía uno o dos camisones los ha cortado % los utili#a como blusas convirtiendo los refinados remates de man&as % cuello en pañuelos de bolsillo. No se trata de casos eAcepcionales sino normales. $ono#co muchas familias !ue si antes de la &uerra disponían de dos criadas ahora son ellos !uienes se encar&an de las tareas dom"sticas % !ue por la noche en lu&ar de cena tienen !ue conformarse con un tro#o de pan ne&ro % un t" a&uado sin leche ni a#@carW sólo comen carne una ve# a la semana. 9
1uchos pensaban !ue se trataba de una nivelación de una proletari#ación de las clases medias de un hundimiento en la miseria &enerali#ado. 20 Bl referirse pocos años despu"s a las consecuencias de la inflación Eustav ,tresemann señalaba !ue la clase media de la intelectualidad % el comercio !ue tradicionalmente había sido el pilar sobre el !ue se asentaba el 8stado se había proletari#ado % perdido sus raíces. 2 *espu"s de la se&ura % ra#onablemente próspera posición !ue mantenían antes de la &uerra los 17
$itado por Ee%er ;er"ehrte Welt, p. 72. Xeldman Great isorder, p. 67. 19 9 $itado en ibidem p. 6/. 20 ?"ase Ee%er ;er"ehrte Welt, pp. O0577. 21 ,tresemann ante el $omit" del Premio Nobel 29 de Dunio de 92( citado en Chroni" des $' Fahrhnderts3 19$, 4ri&itte 4eier ed. Etersloh $hroniG ?erla& 9/7 p. 02. 18
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estamentos universitarios se veían empobrecidos apenas capaces de enmascarar con su estatus superior el declive de su situación económica. 1uchos habían vendido sus bibliotecas casi siempre a eAtranDeros % profesores % estudiantes reali#aban trabaDos manuales para mantener a sus familias. 22 Blemanes % foráneos compartían la preocupación por cómo repercutiría la situación en la cultura alemana !ue de tanto presti&io &o#aba todavía en el mundo entero. 8n tales circunstancias Vcómo iban a estudiar los alumnos cómo iban a investi&ar o escribir los profesoresK Pero hubo &ente a la !ue la inflación le vino bastante bien. Huienes tenían hipotecas o pr"stamos saldaron sus deudas &racias a la devaluación de la moneda. Thomas 1ann lo padeció en sus propias carnes: tras haber prestado una importante cantidad de dinero a un ami&o para !ue se comprase una casa en el campo se !uedó mu% apesadumbrado cuando ese ami&o le devolvió la cantidad prestada en una moneda !ue carecía de valor. 2O Tampoco les salió nada mal a !uienes disponían de divisas eAtranDeras. 8mpresas % personas particulares !ue tenían dólares americanos o libras esterlinas se dedicaron a ad!uirir propiedades por toda Blemania lo mismo fábricas !ue minas o bienes de luDo a precio de &an&a. -os m"dicos % psi!uiatras berlineses !ue atendían a pacientes británicos o norteamericanos daban &racias al cielo por!ue les pa&aban las consultas en sus monedas respectivas. )n inspector postal !ue había robado .(( dólares norteamericanos .02 francos sui#os % francos franceses se compró dos casas puso piso a una amante ;con el inevitable piano incluido< % donó dinero a su i&lesia para obras de caridad. )n pintor de 1@nich consi&uió un dólar % al cambio compró cosas para la casa pa&ó las facturas !ue tenía pendientes con el dentista % acaparó toda la comida !ue pudo.2 Tampoco les vino nada mal a los &ranDeros !ue de ve# en cuando tenían ocasión de eAportar sus productosW incluso a!uellos !ue se limitaban a venderlos en sus localidades sacaron lo bastante para !ue sus familiares tuvieran !u" comer % además otros productos !ue obtenían &racias al true!ue. *os libras esterlinas bastaban para comprar todas las patatas !ue consumía un pueblo en invierno. 26 -os eAtranDeros !ue vivían en re&iones limítrofes se acercaban a Blemania % compraban todas las eAistencias !ue encontraban en los mercados por!ue les parecía baratísimo. EranDeros holandeses compraron cabañas enteras de &anado % se llevaron los animales a su país. 27 8l malestar social siempre a flor de piel durante la +ep@blica de Ceimar fue subiendo de tono. -os industriales echaban en cara a los obreros los altos costes salariales les acusaban de no trabaDar % de &enerar &ravosos costes sociales. -os trabaDadores por su parte ase&uraban !ue los empresarios se enri!uecían &racias a la especulación. -os habitantes de las ciudades la emprendieron con !uienes vivían en el campo ase&urando !ue se atiborraban de salchichas mientras en las urbes se morían de hambre. todos al alimón car&aban las tintas sobre los funcionarios. 8l eAtranDero una curiosa me#cla de 22
?"anse los comentarios del profesor % diputado del +eichsta& Eeor& ,chreiber en +in&er German 5n#lation, pp. 0O509. 23 =ermann Uur#Ge Thomas 0ann3 *i#e as a Wor" o# Art, traducción de -eslie Cilson Princeton Princeton )niversit% Press 2002 pp. O275O2(. Thomas 0ann, la =ida como o/ra de arte, traducción de +osa ,ala +ose 4arcelona EalaAia Eutenber& 200O. 24 Ee%er ;er"ehrte Welt, pp. 265262. 25 ,e&@n el economista 1orit# ]ulius 4onn en +in&er German 5n#lation, p. 0. 26 Xeldman Great isorder, p. /6.
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eslavo % Dudío !ue medraba &racias a la especulación % sumía a los alemanes en la miseria lle&ó a convertirse en una ima&en recurrente. 2( 8ran siniestros personaDes a los !ue se consideraba los nuevos potentados muchas veces descritos como prototipos del Dudío o caracteri#ados de nuevos ricos con monóculo un ci&arrillo entre los dedos conduciendo los @ltimos modelos de automóviles % siempre acompañados de muDeres modernas de cabellos % faldas cortas !ue trataban de aparentar un modo de vida refinado aun!ue eran incapaces de conse&uirlo: hablaban demasiado alto % la ma%oría de ellos vestía de cual!uier maneraW incluso cuando iban bien arre&lados había al&o !ue desentonaba como cuando se esfor#aban en tocar un instrumento siempre haciendo sonar los ritmos africanos o afroamericanos tan de moda. Blemania no sólo había padecido una derrota b"lica % unas condiciones de pa# inDustas sino !ue había caído en manos de eAtranDeros depravados % de compatriotas sin escr@pulos. Bl historiador =ermann MncGen le preocupaba !ue a!uellos nuevos ricos impusiesen su estilo de vida a la nación %a !ue por des&racia el contrapeso !ue representa la tradición es más bien eAi&uo. 2/ Ni si!uiera Thomas 1ann ocultaba su preocupación por a!uellos nuevos personaDes. Bsí describía al marchante con !uien tuvo !ue tratar en una ocasión en !ue compró un par de obras de arte para sortear la inflación: )n Dudío rubio % ele&ante entrado en los treinta &ordo % con monóculo de manos blancas % arre&ladas bata acolchada % unas #apatillas lustradas ima&en perfecta de esa nueva clase cosmopolita cultivada % capitalista !ue sabe cómo aprovecharse.29 -os eAtranDeros no &o#aban de muchas simpatías entre los alemanes de 92O. Por lo visto todo el mundo trataba de burlar la le% sólo !ue los meDor situados lo hacían con más ele&ancia. 1ientras los pe!ueños comerciantes podían tratar de falsificar las cuentas o de &uardar el dinero en una caDa los acaudalados hombres de ne&ocios especulaban en los mercados internacionales mediante la compra de valores en el eAtranDero o a trav"s de empresas tapadera. Pero ni los individuos ni las empresas eran capaces de hacer planes de futuro. -a hiperinflación había acabado con cual!uier atisbo de previsión condición imprescindible a la hora de hacer planes de futuro. 8n 922 % 92O la situación había lle&ado a un punto en !ue tener dinero en el banco era poco menos !ue un crimen % contraer deudas la actitud más Duiciosa se&@n ase&uraba un informe interno del +eichsbanG. O0 8l industrial =ans von +aumer describía tan tremenda situación con estas palabras: -as empresas %a no pueden sacar taDada de la depreciación de nuestra moneda !ue más no puede caer. 8n un primer momento nos vino mu% bien el inter"s de otros países !ue se peleaban por nuestros marcos Z...[ Tratamos de vivir entonces a costa de nuestros pensionistas pero %a les hemos sacado cuanto tenían. =asta !ue lle&ó el momento en !ue tuvimos !ue recurrir a las reservas de nuestras empresas. Pero basta con echar un vista#o a la li!uide# de las fábricas para comprobar !ue tambi"n se han esfumado.O -a resistencia se&uida en la cuenca del +uhr fue un verdadero desastre para empresarios % obreros. 8n el verano de 92O no sólo se perdió por completo la confian#a en el marco sino !ue 27
?"ase especialmente Ee%er ;er"ehrte Welt, pp. 2O52((. $itado en ibidem p. 26. 29 $itado en ibidem p. 27. 30 $itado en Xeldman Great isorder, p. ((. 31 $itado en ibidem (/. 28
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el Eobierno tambi"n perdió toda credibilidad tanto dentro como fuera del país. 8Dercía el car&o de canciller un empresario de =ambur&o Cilhelm $uno !uien entre noviembre de 922 % a&osto de 92O presidió un Eobierno de centroJderecha con +udolf von =avenstein como &obernador del +eichsbanG. -a situación era tan crítica !ue re!uería un lidera#&o más fuerte del !ue ambos estaban en condiciones de ofrecer. Tristemente ha% !ue decir !ue el r"&imen de Ceimar en un momento de tan profunda crisis nacional sólo pudo contar con diri&entes mediocres. B mediados de a&osto de 92O los socialdemócratas retiraron el apo%o !ue prestaban al Eobierno % $urio tuvo !ue dimitir. 8l socialdemócrata Xriedrich 8bert presidente a la sa#ón nombró canciller a Eustav ,tresemann presidente del Partido Popular Blemán !uien formó un Eobierno de coalición en el !ue tambi"n estaba presente el ,P*. 8l 27 de septiembre de 92O el Eobierno de ,tresemann puso fin sin condiciones a la política de resistencia pasiva. ,e abría así un camino para entablar ne&ociaciones con los aliados habida cuenta de !ue la ocupación era cada ve# más onerosa % carente de sentido para los franceses % los bel&as !ue se enfrentaba además a las críticas de británicos % norteamericanos. Bl mismo tiempo Blemania había tomado por fin cartas en el asunto de la inflación aun!ue tambi"n tenía !ue afrontar amena#as políticas mu% serias: una revolución comunista una revuelta encabe#ada por los na#is tensiones separatistas en +enania % !ui#á la más &rave de todas el ries&o de una dictadura militar o de al&una otra solución autoritaria salida "sta !ue contaba con el apo%o de destacados empresarios aristócratas e intelectuales conservadores. +einaba una sensación &enerali#ada de desbaraDuste: huel&as manifestaciones multitudinarias % re%ertas calleDeras diri&idas en al&@n caso contra los Dudíos. No había un solo res!uicio !ue no se aprovechase para atacar a la +ep@blica. Para plantar cara a la situación el Eobierno reclamó !ue se permitiese decretar el estado de eAcepción pero necesitaba la aprobación del +eichsta&. B pesar de la presencia del ,P* % del *?P conservador % favorable a los empresarios el Eobierno de ,tresemann era inestable por naturale#a. -os diputados del ,P* en el +eichsta& se ne&aron a apo%ar con su voto una le% !ue autori#aba la suspensión de la Dornada de ocho horas. 8l Eobierno ca%ó pero ,tresemann se las arre&ló para formar una nueva coalición &ubernamental. 8l O de octubre de 92O el +eichsta& aprobó una autori#ación temporal ^en la !ue nada se decía de revocar la Dornada de ocho horas u otros beneficios sociales^ para !ue el Eobierno dispusiese de poderes eAcepcionalesW más adelante se decidiría si se renovaba o ampliaba tal disposición en función del desarrollo de los acontecimientos. 8n la corta vida de la +ep@blica no era la primera ve# en !ue se autori#aba al 8Decutivo a &obernar por decreto pero en esta ocasión los poderes otor&ados % el pla#o fiDado fueron con mucho los más amplios. *ada la crítica situación por la !ue atravesaba el país probablemente fuera necesario pero constituía un mal precedente % una triste constatación del lamentable estado en !ue se encontraba la +ep@blica. *esde el invierno de 92O hasta la primavera de 92 el 8Decutivo &obernó a &olpe de decreto5le%: primero presidido por ,tresemann con la participación eAplícita del ,P*W más tarde a finales de noviembre de 92O se produDo un &iro a la derecha. Xue desi&nado canciller Cilhelm 1arA máAimo diri&ente del Partido del $entro con un ,P* !ue de forma tácita apo%aba en el Parlamento las decisiones !ue tomaba el Eobierno. 8l ,P* no !uería asumir nin&una responsabilidad directa en las medidas sociales !ue habría !ue
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tomar % !ue sin duda &enerarían &ran descontento en los trabaDadores % militantes de base del partido. Bmbos Eobiernos el de ,tresemann % el de 1arA consi&uieron enca5 rrilar el país pero a costa de enormes sacrificios. *e hecho la +ep@blica nunca se recuperaría del daño !ue le causaron la hiperinflación % el plan de estabili#ación. -as facultades eAcepcionales permitieron a ambos Eobiernos poner fin a la revolución de los comunistas en octubre % meter en cintura a los na#is en noviembre. ,e habían dado los primeros pasos para alcan#ar la tan ansiada estabilidad política. )no de los más importantes se adoptó el 6 de noviembre de 92O: con el respaldo de los sectores industriales % a&rarios del país el Eobierno creó una nueva divisa el +entenmarG % un nuevo banco ;temporal a la lar&a< el +entenbanG. Tan atrevida decisión tuvo un impacto casi inmediato: contuvo la inflación % situó al país en la senda de la estabilidad financiera. Bl Eobierno no le tembló la mano a la hora de perse&uir sin descanso cual!uier desviación de la política monetaria establecida. B continuación reduDo la plantilla de los funcionarios p@blicos casi en una cuarta parte: los trabaDadores eventuales % las muDeres casadas fueron los primeros en irseW los funcionarios de más nivel % cualificados (Beamte) permanecieron por el momento en su pla#a. B finales de 92O los funcionarios en activo &anaban en t"rminos reales entre un cuarenta % un setenta % cinco por ciento de lo !ue percibían en 9O % hubo muchas semanas en las !ue no cobraron. O2 ,e produDeron importantes reducciones en lo relativo al bienestar social: el Eobierno puso fin a todos los subsidios % emolumentos !ue percibían los más desfavorecidos los desempleados % los trabaDadores en precario. =ubo dos aspectos cuando menos en los !ue el Eobierno cedió ante los representantes de las industrias % de los intereses financieros más importantes: permitió !ue al&unas le%es del periodo revolucionario !uedaran en suspenso lo !ue deDó la duración de la Dornada laboral en manos de los intereses privados. -os empresarios se mostraban a&resivosW los trabaDadores eran los !ue más sufrían a!uella crisis económica. B la cabe#a en septiembre de 92O se pusieron los dueños de las minas rápidamente se&uidos por los principales sectores industriales. 8n la primavera de 92 %a se habían restablecido las Dornadas laborales de antes de la &uerra: doce horas en las fábricas % ocho horas % media en las minas. -os empresarios tambi"n consi&uieron ma%ores facilidades para el despido libre e hicieron caso omiso de los representantes de los trabaDadores en el centro de trabaDo. -a crisis de la hiperinflación permitió así !ue las empresas echasen abaDo Jno por completo pero sí en &ran medidaJ las prerro&ativas sociales !ue con tanta reticencia habían acabado por aceptar en 9/ % 99. Tambi"n en la preocupante escena internacional donde se veía acosado en diversos frentes el Eobierno cedió un importante prota&onismo a los principales &rupos industriales % a los intereses financieros. OO 8n el otoño de 92O los empresarios del sector del acero % de la minería habían comen#ado a ne&ociar con los franceses haciendo un uso indecoroso de las labores diplomáticas !ue por lo &eneral son competencia del 8stado. B!uellas conversaciones dieron como resultado !ue las empresas alemanas aceptaron enviar parte de la producción del +uhr a Xrancia % a 4"l&ica en concepto de pa&os a 32
3bidem p. /0(. 8l trabaDo más importante sobre esta cuestión es el de Eerald Xeldman 5ron and !teel in the German 5n#lation, 191R&19$E, Princeton Princeton )niversit% Press 9((. 33
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cuenta de las compensaciones de &uerra comprometidas. jsa fue la fórmula !ue se les ocurrió para poner en funcionamiento de nuevo la cuenca una medida !ue los empresa5 rios esperaban como a&ua de ma%o. Por si fuera poco el Eobierno alemán en una nueva concesión de calado a los intereses empresariales prometió la devolución de los pa&os !ue hubieran reali#ado a!uellas industrias. B finales de a!uel mismo año se entablaron otra ve# ne&ociaciones diplomáticas con los norteamericanos presentes ;a título individual en un primer momento no representados por funcionarios de carrera para contentar a un $on&reso proclive al aislacionismo<. Eracias a una propuesta de los británicos se acordó la creación de una comisión de eApertos presidida por el ban!uero norteamericano $harles E. *aes a fin de valorar las posibilidades !ue tenía Blemania de hacer frente a sus obli&aciones. -os alemanes % los aliados dieron el visto bueno al Plan *aes durante la $onferencia de -ondres celebrada en Dulio % a&osto de 92. Bun!ue por un aDustado mar&en el plan tambi"n fue aceptado por el +eichsta&. *icho plan establecía la fi&ura de un representante &eneral de los aliados con sede en 4erlín !ue sería el encar&ado de supervisar los pa&os el presupuesto de la nación % el +eichsbanG aun!ue con un intervencionismo menos a&resivo del !ue se había impuesto hasta entonces. ,e&@n las directrices del acuerdo franceses % bel&as aceptaron retirar sus tropas del +uhr a lo lar&o del si&uiente año. Para Blemania el Plan *aes Dunto con la retirada de las tropas francesas eran las pie#as !ue completarían el pro&rama de estabili#ación. Pero la cuestión de las reparaciones de &uerra se&uía sin resolverse. )na nueva ronda de conversaciones en esta ocasión en 929 cristali#ó en un acuerdo formal % definitivo el Plan oun& ;!ue debe su nombre al ban!uero norteamericano responsable de las ne&ociaciones< !ue rebaDaba el monto total de las compensaciones % establecía un calendario de pa&os hasta 9/(. O -a relación eAistente entre las compensaciones alemanas % las deudas de &uerra contraídas entre los aliados se puso claramente de manifiesto: la deuda de los franceses con 8stados )nidos sólo acabaría de pa&arse un año despu"s en 9//. Eracias al Plan oun& los aliados tambi"n renunciaron a la fiscali#ación de las cuentas p@blicas de Blemania !ue no recibía nada. Pero nada más aprobarse este Plan lle&ó la *epresión. 8l presidente norteamericano =erbert =oover concedió un año de moratoria en cuanto a reparaciones % compensaciones de &uerra por lo !ue en Dunio de 922 en -ausana los aliados acordaron apla#ar las reclamaciones sobre Blemania puesto !ue tampoco ellos cumplían con sus obli&aciones para con 8stados )nidos. 3nfame final para un capítulo miserable de las finan#as % la diplomacia internacionales. ,e&@n los cálculos más recientes % más fiables si Blemania hubiera cumplido con las obli&aciones firmadas el coste final habría ascendido a no menos del die# o el doce por ciento del producto anual bruto del país. O6 ,i bien representaba una cantidad nada desdeñable en t"rminos contables Blemania habría podido asumirlo. *esde un punto de vista político las cosas no eran tan fáciles sin embar&o. $omo señala Eerald Xeldman la paradoDa de las compensaciones de &uerra consistía en !ue las ineludibles obli&aciones contraídas por el 8stado alemán minaban la le&itimidad % la estabilidad !ue el propio 34
$alendario de pa&os se&@n la Chroni" des $', Fahrhnderts3 19$9, 4ri&itte 4eier ed. Etersloh $hroniG ?erla& 9// pp. 9/599. 35 Xeldman Greatisorder, p. 07.
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8stado necesitaba para cumplirlas. O7 -a cuestión de las reparaciones era un dardo envenenado presentado en bandeDa de plata para todas las fuer#as !ue se oponían a la democracia de Ceimar. ?oces de personaDes mu% destacados se al#aron contra todos % cada uno de los planes !ue se presentaron desde el )ltimátum de -ondres hasta los planes *aes o oun&. 3mportantes campañas de propa&anda política se encar&aron de proclamar a los cuatro vientos las imposiciones de ?ersalles % el trabaDo de esclavos !ue representaban a!uellas compensaciones !ue supuestamente tanta pobre#a % tantas penalidades habrían de traer a los alemanes. -a car&a propa&andística era tal !ue hacía casi imposible en Blemania la %a de por si dificil tarea de conse&uir una ma%oría democrática % era capa# de socavar hasta la voluntad % la determinación de los políticos más moderados completamente difuminados entre el descontento popular % las voces !ue clamaban contra las compensaciones. PersonaDes influ%entes % poderosos como el industrial =u&o ,tinnes % el diputado del +eichsta& Uarl =ellferich eran !uienes llevaban la batuta en los continuos ata!ues a los diferentes &obiernos de Ceimar especialmente =ellferich !ue calificaba de entre&uismo cual!uier &esto de buena voluntad %a fuera de bienes o intereses alemanes cuando no del propio pueblo alemán ;se trata del mismo =ellferich !ue tanto se ensañase con 1atthias 8r#ber&er convirti"ndolo en un personaDe odiado hasta el punto de morir asesinado<. ,tinnes iba por libre % se dedicaba a viaDar por 3n&laterra % Xrancia a título individual para entablar ne&ociaciones al tiempo !ue criticaba fero#mente las en su opinión irresponsables políticas !ue pretendían imponer los diri&entes de Ceimar.O( =ellferich lle&ó a calificar el Plan *aes como se&undo ?ersalles mientras el conservador fanático furibundo e impetuoso !ue era ,tinnes le decía a uno de sus colaboradores !ue sólo una &uerra puede sacarnos de esta situación. Por otra parte estaba se&uro de !ue Blemania derrotaría a Xrancia !ue recon!uistarían los territorios perdidos % a@n más incluso si para conse&uirlo hubiera !ue arrasar nuestra incomparable cuenca del +uhr.O/ -a derecha nunca estuvo del lado de la +ep@blica aun!ue lo más trá&ico si cabe es !ue Ceimar Damás recuperó la confian#a de las ciases medias !ue tanto habían perdido por culpa de la inflación. $omo consecuencia de las decisiones !ue había tomado el Parlamento el Eobierno acordó una serie de medidas para reevaluar la moneda una decisión !ue en teoría habría de beneficiar a !uienes tenían !ue pa&ar una hipoteca o cual!uier otro cr"dito. ,in embar&o tales disposiciones no fueron de &ran a%uda. 8n nada alteraron el hecho incontestable de !ue la clase media se había !uedado en la miseria % !ue lo poco !ue tenía se lo había llevado la vorá&ine de la inflación. -a +ep@blica por otra parte perdió tambi"n incontables apo%os entre la clase trabaDadora. ,i la inflación había sido nefasta a continuación lle&aron las reducciones salariales los lar&os periodos de desempleo % la desaparición de la Dornada de ocho horas un &olpe baDo en realidad tan terrible como simbólico. *urante los años si&uientes los salarios de los trabaDadores volverían a incrementarse % disminuirían de nuevo las horas de la Dornada laboral pero la +ep@blica nunca volvió a &o#ar de credibilidad entre los obreros. Por lo !ue se refiere al 36
3bidem p. O60. 3bidem pp. O((5O/. 38 $itado en ibidem p. /O6. 37
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sector a&rario los a&ricultores sacaron taDada de la inflación en un primer momento: podían pa&ar las hipotecas en moneda devaluada hacían suculentos ne&ocios con los ciudadanos hambrientos !ue acudían a ellos % las eAportaciones iban viento en popa. Pero la inflación no a%udó a resolver los problemas estructurales % a lar&o pla#o del campo alemán. 8l sector a&rario fue el primero en sufrir las consecuencias de la Eran *epresión % tambi"n los a&ricultores cómo no le echaron la culpa al sisterna. O9 -a +ep@blica de Ceimar perdió el apo%o de la clase media por culpa de la inflación % el de la clase obrera por el plan de estabili#aciónW nunca contó con el respaldo de los a&ricultores. Puede parecer un poco eAa&erado pero así fue en realidad. B pesar de todo el plan de estabili#ación acometido en 92O % 92 dio sus frutos. 4astó para mantener la unidad territorial de Blemania % para poner fin a las intentonas revolucionarias de la eAtrema derecha % de la i#!uierda. 8stabili#ó la moneda alemana primero con el +entenmarG % más adelante en el otoño de 92 con el +eichsmarG !ue volvió a adoptar el patrón oro decisiones ambas !ue contribu%eron a reanimar la economía % a atraer capital norteamericano. Tanto las empresas alemanas como los a%untamientos % los &obiernos territoriales eran ávidos receptores de empr"stitos norteamericanos !ue no les salían demasiado caros. -as empresas invertían en fábricas % en e!uipamientosW los a%untamientos en viviendas sociales % en centros de salud. 8l Producto Nacional 4ruto pasó de (.6.000 +eichsmarG en 926 a //./7.000 en 92/. 0 8n 92( la producción industrial alcan#ó por fin los niveles de 9O e incluso los superó en los dos años si&uientes. 8n 92( % 92/ el Eobierno del +eich intervino como mediador en numerosos conflictos salariales % comen#ó a tratar de rebaDar de nuevo la Dornada laboral e incrementar la retribución por hora trabaDada. 1uchos de los obreros del sector industrial atisbaron una ve# más la tan deseada Dornada de ocho horas. Xueron los famosos años dorados de la +ep@blica de Ceimar % de ellos dan fe tanto las estadísticas como el nivel de vida. -os alemanes entraron en una vorá&ine consumista con &anas de estar a la @ltima. =asta los trabaDadores buscaban cosas rimbombantes % con estiloW cada ve# más &ente se mostraba dispuesta a comprar a cr"dito. 8l consumo abolió las encorsetadas diferencias sociales tal % como eAplicaba el director de unos &randes almacenes ante un comit" de investi&ación del +eichsta&. *estacaba el hecho de !ue hasta la clase media compraba a cr"dito cuando antes de la &uerra sólo los más pobres se endeudaban para hacer sus compras. =o% en día los trabaDadores bien retribuidos se sienten más o menos miembros del se&mento más baDo de la clase media % se han adaptado al modo de vida !ue antes llevaba ese sector de población pero sin tener tan claro el valor de las cosas Z...[ 8n t"rminos &enerales puede decirse !ue la austeridad como ra#ón de ser se ha diluido. -a &ente Z...[ tambi"n !uiere disfrutar al&o de la vida % &asta el dinero en ropa % en complementos de toda índole. 2 Mtros señalaban !ue hasta los menos pudientes compraban mante!uilla en lu&ar de mar&arina % todo el mundo !uería carne 39
?"ase el plie&o de reivindicaciones del sector a&rario en ibidem pp. /O95/0. 4alderston conomics and Politics, p. /0. 41 !ozialgeschichtlichesAr/ei ts/ch 0aterialien zr !tatisti" des etschen 4eiches 19119% *ietmar Pet#ina Cerner Bbelshauser y Bnselm Xaust eds. 1@nich $. =. 4ecG 9(/ p. 7. 42 $itado en Xeldman Great isorder, p. /6. 40
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de buena calidad.O Tenderos le&isladores inspectores del Eobierno % trabaDadores sociales todos ofrecían la misma eAplicación: la &uerra % la inflación. 4astantes privaciones habían sufrido % como bien decía el director de a!uellos &randes almacenes tenían &anas de disfrutar. *urante la &uerra % la inflación habían aprendido !ue el dinero % las cosas incluso la vida eran efímeros. -o !ue tenía cierto valor en un determinado momento podía deDar de tenerlo al si&uiente. Todo lo !ue parecía sólido podía esfumarse en un se&undo % no como afirmaba 1arA por culpa del capitalismo en &eneral sino por las críticas condiciones !ue habían traído la &uerra mundial % la hiperinflación. 1ás valía disfrutar del presente !ue vivir con la mirada puesta en el futuro una actitud !ue le venía mu% bien a la industria publicitaria !ue la cultivó con mimo % conoció una fuerte eApansión en a!uellos años de consumo de masas. -os anunciantes me#claban el atractivo del seAo con la pure#a de líneas del diseño modernista. -a sopa Ualoderma recurría en sus anuncios a una muDer va&amente asiática del estilo de 1adame 4utterfl% con &ruesos pero modernos caracteres de imprenta. -as plumas 1ontblanc se anunciaban con un montaDe !ue incluía un Due&o de palabras car&ado de intención política: *espu"s de la revolución 1ontblanc si&ue siendo la reina de las plumas. ?o&ue recurría a una muDer moderna ele&ante % atractiva con tipos de imprenta i&ualmente modernos para anunciar su perfume ;v"ase ilustración en color 2<. Bpenas eAistían diferencias entre publicidad % arte. 1uchos pintores trabaDaron para a&encias de publicidad % revistas tan sesudas como ie 6ee *inie, diseñaban portadas !ue bien podían considerarse reclamos publicitarios. -os ar!uitectos de los nuevos &randes almacenes como 8rich 1endelsohn pusieron &ran empeño en el diseño interior para !ue la eAposición de los obDetos en venta resultase atractiva % seductora. Por fuera los nuevos materiales de construcción acero hormi&ón armado % lunas de cristal permitieron la apertura de enormes escaparates. -a labor de los escaparatistas pasó a ser una profesión con sus estudios eAámenes % título correspondiente. Tanto en 4erlín como en capitales de provincia se palpaba la ri!ue#a por todas partes así como la pasión por el diseño moderno % el consumismo. 3ncluso publicaciones bur&uesas % mediocres como ie Gartenla/e3 5llstriertes 8amilien/latt, ofrecían una ima&en a tono con el consumo moderno. ,e trataba de una revista fundada en la d"cada de /60 diri&ida a muDeres de clase media ;o !ue aspiraban a formar parte de ella<. 8ra un popurrí de &"neros populares !ue incluía al&unas pá&inas de noticias de actualidad con &randes desplie&ues de fotoperiodismo. Tambi"n publicaba novelas o relatos por entre&as con su correspondiente dosis de suspense pero !ue siempre acababan bien. Ni hablar de !chmtz nd !chnd en sus pá&inasg $omo es natural ie Gartenla/e tenía secciones de salud belle#a % cocinaW en sus portadas siempre aparecían dibuDos o foto&rafías de niños % familias en bucólicos escenarios como meriendas campestres a orillas del +hin ;V!u" más se podía pedirK<. ,i bien a los responsables de la publicación les encantaba todo lo !ue tuviera !ue ver con las familias de la reale#a tambi"n había pá&inas dedicadas a la actualidad deportiva así como 43
3bidem pp. /605/6. +eproducido de los anuncios de Ualoderma % 1ontblanc % de la cubierta de ie 6ee *inie, en Xrederic ?. Erunfeld The @itler 8ile3 A !ocial @istory o# Germany and the 6azis, 9/596 Nueva orG +andom =ouse 9( pp. O56. 44
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secciones de viaDes a lu&ares eAóticos en eApecial a Mriente. ie Gartenla/e trataba de ser una revista moderna siempre dentro de los límites del decoro % la corrección bur&ueses tanto en sus contenidos como en las pá&inas de publicidad. Bsí re#aba el teAto !ue acompañaba a un anuncio del Dabón Persil: 1uDeres sanas &ente sanag V,e puede promover la salud cuando nuestras muDeres se rompen la espalda ante la pila de lavar la ropa % como anti&uamente tienen !ue frotar % restre&ar la coladaK )na insensate# una locura. 8n una "poca en la !ue todos miramos por la salud Persil ofrece la posibilidad de conse&uir un blanco inmaculado resplandecienteg 1uDeres lavad con Persilg 6
8l colmo de la modernidad era lavar a má!uina no a mano. -as muDeres ma%ores podrían aprender de las más Dóvenes una forma más moderna de hacer las cosas: -as muDeres Dóvenes lo tenemos más fácilg Hu" tormento hacer la colada sin Persilg Todavía ho% las muDeres ma%ores no se han acostumbrado a pesar de !ue no ha% duda cuando se hace la prueba sin preDuicios: $on Persil hacer la colada es mcho m-s #-cil e antes y con idDnticos resltados R
B modo de resumen de tantas ventaDas otro anuncio ase&uraba: Persil es hacer las cosas sin cansarse sin molestarse sin ponerse de mal humor. Persil es la nueva forma de hacer la colada de la muDer moderna. ( $omo puede verse los anunciantes se diri&ían sobre todo a las muDeres. 8llos fueron !uienes modelaron % crearon la ima&en % la realidad de la muDer como consumidora. +ecurrían a todos los encantos Jele&ancia estilo % seAoJ con tal de vender su&iriendo siempre las posibilidades !ue ofrecía el paraíso del consumo una utopía de abundancia en la !ue poseer determinados obDetos era el camino más se&uro hacia la reali#ación personal. -os anunciantes no prestaban demasiada atención a las capacidades intelectuales de la muDer o en palabras de un colaborador de la revista corporativa de los publicitarios: -as muDeres suelen tener mu% en cuenta sus circunstancias personales. ,in embar&o son fáciles a la hora de deDarse llevar. -o primero !ue se pre&untan es si al&o les parece @til o interesante. todo lo miden se&@n cómo les siente cómo se sientan o si les &usta o no. =echos comprobados ra#ones ló&icas consideraciones abstractas o detalles t"cnicos son cosas !ue no les llaman demasiado la atención. $uando van de compras las estadísticas o la política les traen al pairo. -o @nico !ue !uieren es una respuesta a lo !ue van buscando Z...[ Por profesionales % modernas !ue sean o de ideas pro&resistas les encanta !ue les hablen con un len&uaDe directo % personal. ,i se lle&a a conectar de forma personal con ellas son ante todo muDeres./
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ie Gartenla/e3 5llstriertes 8amilien/latt 29 ;2 de Dulio de 92(< cuarto de portada. Gartenla/e, O0 ;2/ de Dulio de 92(< cuarto de portada. 47 Gartenla/e, O2 ; de a&osto de 92(< sin datos. 48 =ans Uropff \Comen as ,hoppers\ en The Weimar 4ep/lic !orce/oo", Bnton Uaes 1artin ]a% % 8dard *imendber& eds. 4erGele% % -os n&eles )niversit% of $alifornia Press 99 pp. 7705772 cita 770. 46
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*e ahí la necesidad de !ue los anunciantes deDasen de pensar en t"rminos masculinos % no recurriesen al sarcasmo ni al humor !ue no eran cualidades propias ni apreciadas por las muDeres. ,i el consumo moderno fue uno de los ras&os característicos de los años dorados de la +ep@blica de Ceimar el otro fue la racionali#ación t"rmino referido fundamentalmente a los m"todos científicos aplicados a los procesos productivos con vistas a aumentar la producción con menos mano de obra. $ausaban furor los adelantos !ue tenían !ue ver con la tecnolo&ía % la &estión empresarial: hubo muchas fusiones se mecani#aron muchos procesos % se despidió a muchos trabaDadores. 1ás de setecientas instituciones Jestatales privadas o miAtasJ se dedicaban a investi&ar % a planificar la racionali#ación.9 B pesar de tanto empeño pocas fueron las iniciativas realmente innovadoras !ue se pusieron en marcha en la d"cada de 920. -a mecani#ación del llenado de sacos de cemento fue una meDora importante sobre todo para los obreros !ue llevaban a cabo semeDante labor en las cementeras siempre rodeados de un polvo !ue acababa por destruirles los pulmonesW pero nadie se atrevería a afirmar !ue se tratara de una iniciativa rompedora % de calado capa# de mantener por sí sola una economía en eApansión. Norteam"rica se convirtió en el modelo a se&uir en cuanto a la racionali#ación. 60 *urante la d"cada de 920 cientos de empresarios in&enieros % sindicalistas viaDaron a 8stados )nidos. Bpenas repararon en las belle#as naturales del país por!ue rara ve# se acercaron a Nueva 3n&laterra a la costa oeste o a los estados del sur. *esembarcaban en Nueva orG % se iban directamente al industriali#ado 1edio Meste para hacerse una idea de las instalaciones industriales norteamericanas. Huerían ver de cerca el funcionamiento del sector industrial más avan#ado del mundo. 3nvesti&aban % escribían sobre innovaciones tecnoló&icas % la revolucionaria forma de or&ani#ar la producción sobre todo la cadena de montaDe cu%o ritmo % eficacia deDaba bo!uiabiertos a los más !ue serios % circunspectos empresarios alemanes. Nada les llamaba tanto la atención como la fi&ura sacrosanta de =enr% Xord % las dos fábricas de *etroit =i&hland ParG % +iver +ou&e. 8n Blemania se reeditó la autobio&rafía de Xord en innumerables ocasiones % todo el mundo la había leído. 8ra el símbolo por eAcelencia de Norteam"rica el hombre hecho a sí mismo el in&eniero brillante !ue había levantado un imperio económico. 8n comparación Blemania parecía una nación an!uilosada % ape&ada a lo tradicional. VHui"n iba a encontrar a un campesino alemán !ue tras crear su propia empresa hubiese ascendido hasta lo más alto del poder eDecutivoK 3mposible el sistema social vi&ente en Blemania impediría !ue ocurriese nada semeDante. =abía in&enieros como Xran# Cestermann !ue no deDaban de hablar de la imponente eAperiencia !ue para "l había supuesto la visita a la Xord la impresionante fábrica levantada por ese hombre en tan poco tiempo !ue no sólo sobreco&e por sus dimensiones % por las t"cnicas utili#adas para construirla sino !ue hasta su espíritu está presente Z...[ transmitiendo su ener&ía a las personas !ue trabaDan en ella. 6 Cestermann ensal#aba el 49
1ar% Nolan ;isions o# 0odernity3 American Bsiness and the 0odernization o# Germany, Nueva orG MAford )niversit% Press 99 p. OO. 50 ?"ase especialmente ibidem. 51 $itado en ibidem p. O0.
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ritmo de trabaDo !ue se conta&ia a todos los demás i&ual !ue la banda militar marca el paso de los !ue desfilan % hasta de !uienes los contemplanW no faltaban !uienes tildaban a!uel sistema productivo de sinfonía o de eAperiencia trascendental. $ada trabaDador sabía cuál era su cometido % entre todos conse&uían un maravilloso resultado. 62 Cestermann se refería a la cadena de montaDe la importante innovación introducida por Xord. Bun!ue había !uien criticaba la monotonía de la tarea al&unos afirmaban !ue resultaba menos dura !ue otras formas de producción % en consecuencia meDor para los obreros. 8n cual!uier caso la cadena de montaDe no sería tan mala puesto !ue proporcionaba buenos salarios % alentaba el consumo hasta el punto de !ue los trabaDadores americanos podían ad!uirir bienes duraderos !ue desde lue&o no estaban al alcance de los obreros alemanes lo !ue &eneraba una situación !ue tambi"n formaba parte de la innovación norteamericana por!ue el baDo coste de producción de la cadena de montaDe repercutía en los precios relativamente baDos de los productos !ue podían venderse en el por lo visto insaciable mercado interno norteamericano. -os visitantes alemanes Jhombres de ne&ocios in&enieros % representantes de los trabaDadoresJ se !uedaban atónitos al comprobar !ue los obreros americanos podían comprarse una casa o incluso cambiar un automóvil modelo T por otro más luDoso como el Nash. 6O Mtros visitantes sin embar&o se !uedaron impresionados con las prestaciones del servicio posventa en un mercado tan vasto. ,e&@n XeliA *eutsch presidente del &i&ante electrónico B8E la &ran con!uista de los americanos era !ue el cliente siempre tenía ra#ón. 8n respuesta a una encuesta reali#ada por el ;ossische Qeitng, respondía !ue en 8stados )nidos no se hablaba de otra cosa !ue lo !ue marcaba las directrices % perspectivas en los ne&ocios era la importancia !ue se concedía a un buen servicio siempre orientado a satisfacer los &astos del consumidor. 8l compromiso de ofrecer un buen servicio se ha convertido en una especie de reli&ión en el mundo de los ne&ocios en a!uel país. -lama poderosamente la atención el esmero con !ue se atiende a todo el mundo en cual!uier ramo &entile#a !ue no decae ni aun cuando la persona !ue se encuentra del otro lado del mostrador ha%a pasado horas enseñando toda clase de artículos % el cliente sal&a de la tienda con las manos vacías. -o mismo puede decirse en cuanto al cambio o reembolso de mercancías %a vendidas pero !ue no han resultado del &usto del cliente.6
Todos los alemanes sabían !ue en su país nunca ocurriría al&o así i&ual !ue Damás un peón podría lle&ar a la c@spide de la clase empresarial. Pocos fueron los visitantes alemanes !ue inda&aron más en profundidad acerca del dispar reparto de la ri!ue#a en la sociedad norteamericana o !ue repararon en la cuestión de la se&re&ación racial. B los empresarios alemanes les traían sin cuidado las depravadas políticas antisindicales el racismo o el antisemitismo !ue eran moneda corriente en la Xord. -o @nico !ue veían en la d"cada de 920 era a!uel sistema norteamericano !ue tan alto habría de lle&ar en los decenios de 960 % 970: alta tecnolo&ía baDos costes de producción mercadotecnia de masas % salarios elevados. 52
$itado en ibidem pp. O( % 9. *iversos eDemplos en ibidem pp. /O50(. 54 $itado en Chroni" des $'.Fahrhnderts3 19$?, 4ri&itte 4eier ed. Etersloh $hroniG ?erla& 9/( p. 76. 53
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,e trataba de una fórmula !ue causaba perpleDidad !ue había !ue estudiar con atención. VPodría ser trasplantada con "Aito a BlemaniaK 1uchos pensaban !ue no. Bl decir de empresarios e in&enieros Blemania carecía de un mercado interno tan importante como el norteamericano % no podía permitirse unos salarios tan altos. Por otra parte no dudaban en afirmar !ue a los alemanes les interesaba el trabaDo de calidad (Ialit
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si&nificativa.66 ,e&@n al&unas estimaciones entre 927 % 9O0 la productividad por hora trabaDada se incrementó en un veinticinco por ciento en el sector metal@r&ico en un dieciocho en la minería en un !uince en las acerías % en un trece por ciento en el sector !uímico.67 V$ómo se había lle&ado a esa situaciónK 8n el caso de la minería el trabaDo en &alerías Jcuadrillas de mineros !ue se&uían una veta durante un trecho de ma%or o menor lon&itudJ permitió !ue los capataces controlasen más de cerca el trabaDo de los hombres facilitando la utili#ación de má!uinas más modernas circunstancias ambas J rí&ido control del trabaDo % ma%or mecani#aciónJ !ue culminaron en un incremento de la producción con menos trabaDadores. 8n el sector industrial más !ue la cadena de montaDe lo !ue se impuso fue el trabaDo a destaDo % de ahí sin duda la ma%or productividad !ue sirvió para alentar la eAplotación de la mano de obra. -as compensaciones por el trabaDo a destaDo eran tan baDas !ue para lle&ar a un salario medianamente ra#onable los operarios tenían !ue trabaDar de forma más rápida % efica# lo !ue dispararía los costes en materia de salud: mantener durante más horas un ritmo de trabaDo febril desembocó en un incremento notable de los accidentes laborales a veces con consecuencias tan &raves como amputaciones !uemaduras o enfermedades pulmonares. 8l trabaDo en el sector industrial siempre pesado arduo e insalubre se convirtió en una actividad más fren"tica % peli&rosa si cabe. -as muDeres trabaDadoras reali#aban sus tareas en condiciones a@n más desalentadoras. 8n 92/ el sindicato del sector teAtil llevó a cabo un estudio en el !ue pedía a las trabaDadoras !ue hablasen de la vida !ue llevaban. $asi todas las muDeres !ue respondieron eran obreras !ue tenían una presencia activa en el movimiento sindical % en consecuencia eran poco representativas de la &ran ma%oría de muDeres trabaDadoras. ,in embar&o sus respuestas recopiladas en 0ein Ar/eitstag, mein Wochenende Z1i día de trabaDo mi fin de semana[ nos permite hacernos una idea cabal de cómo vivían las muDeres trabaDadoras en la "poca de la +ep@blica de Ceimar. 6( B!uellas muDeres describían su vida como una monótona rutina re&ida por el despertador la sirena de la fábrica el repi!ueteo metálico de las má!uinas en los talleres % las inacabables tareas dom"sticas. Transmitían la idea de un pueblo !ue no dormía lo suficiente sin tiempo para descansar !ue se levantaba a las cinco % media de la mañana o antes % !ue no se acostaba hasta las once de la noche o despu"s. Bntes de ocupar sus puestos ante los ruidosos telares habían hecho las camas barrido % !uitado el polvo habían preparado la comida fre&ado los platos habían despertado a los niños % los habían arre&lado para ir a la escuela. B la hora de comer al&unas se acercaban corriendo hasta su casa para !ue hiDos padres % hermanos almor#asen un plato caliente % volvían a toda prisa a la fábrica adonde lle&aban en el momento en !ue ululaba la sirena !ue marcaba el comien#o del turno de tarde. ,i al&una de sus compañeras hacía una breve pausa para comer a toda prisa un bollo con mante!uilla o para ir al baño ellas se hacían car&o de las má!uinas !ue atendía esa muDer además de las su%as. Bl&unas tenían !ue estar de pie 55
$ifras en 8ric *. Ceit# Creating German Commnism, 1?9'&199'3 8rom Poplar Protests to !ocialist !tate, Princeton Princeton )niversit% Preso 99( pp. 9520. 56 Colfram Xischer \4er&bau 3ndustrie und =anderG 959(0\ en @and/ch der detschen Wirtscha#t& nd !ozialgeschichte, vol. 2 =ermann Bubin % Colf&an& Yorn eds. ,tutt&art 8rnst Ulett 9(7 pp. /06. 57 0ein Ar/eitstag&mein Wochenende3 Ar/eiterinnen /erichten =on ihrem Alltag, 92/ reimpresión Blf -dtGe ed. 9O0 =ambur&o 8r&ebnisse ?erla& 99.
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todo el díaW otras permanecían encorvadas para atender las má!uinas. ,us condiciones de trabaDo % sus dolencias físicas diferían poco de las padecidas durante los primeros balbuceos de la industriali#ación en la 3n&laterra del si&lo 3. )na sale de la fábrica molida completamente a&otada afirmaba una de ellas. 6/ Por la noche había !ue preparar la cena fre&ar los platos reco&er la ropa % atender a los niños. -os salarios sobre todo los femeninos eran demasiado baDos como para sostener una familia % el posible eAtra por trabaDar a destaDo sólo les suponía un ritmo más enlo!uecido de vida. Todos colaboraban en el mantenimiento del ho&ar % si padres o maridos estaban incapacitados o desempleados la situación se volvía dramática. -os sábados sólo se trabaDaba media Dornada en las fábricas pero a las tareas dom"sticas había !ue dedicar incluso &ran parte del domin&o. -a colada J!ue en ocasiones sólo se hacía cada cuatro o seis semanasJre!uería todo un fin de semana. -os hombres de la casa %a fueran hermanos padres o maridos vivían a mesa puesta % disponían de ropa limpia. Hue una de a!uellas muDeres contase !ue su padre cocinaba o !ue su marido le echaba una mano en las tareas dom"sticas era al&o realmente eAcepcional. B veces vivían hacinados. 8n casa somos seis de familia un niño de nueve años % tres chicas %a ma%ores de diecinueve veinticinco % veintiocho años. -os seis tenemos !ue apañarnos en dos habitaciones Z...[ Ni si!uiera por la noche ha% un momento de tran!uilidad: siempre al&uno molesta a otro. *as camas Us+lo tenemos catroU est-n todas >ntas. Cando no otro decide e iere irse a descansar, tiene e saltar por encima de los e ya est-n dormidos. ,i al&uien cae enfermo las cosas se complican a@n más. 69
-as !ue eran madres no ocultaban su preocupación por las horas !ue tenían !ue deDar solos en casa a los niños su anhelo de pasear con ellos antes !ue tener !ue ir corriendo a la fábrica. Bl lle&ar a @ltima hora de la tarde sólo !uerían un rato de tran!uilidad % descansar pero tampoco lo encontraban: 8ntre encender la cocina preparar la cena % repasar los deberes mientras limpias % preparas las verduras para el día si&uiente aireas el dormitorio % haces las camas frie&as los suelos % los platos muchos días me dan las ocho. s ese mara=illoso momento con el e lle=o soando todo el da, ese rato delicioso en e me siento a cenar y a leer el peri+dico. 1iro el reloD: las nueve. 8sto% cansada el pe!ueño %a está dormido % a mí tambi"n me &ustaría irme a la cama. Pero no puedo. Todavía no he acabado. Ten&o !ue sacar la má!uina de coser Z...[ *ado !ue %o ha&o casi toda la ropa !ue nos ponemos no puedo deDarlo todo para la tarde del sábado o para el domin&o. 8l trabaDo de la fábrica sólo nos permite llevar una vida miserable % eso !ue nos pa&an a precio de destaDo. 70
,i les tocaba trabaDar en el @ltimo turno lle&aban a casa cuando su marido % sus hiDos %a estaban dormidos % a@n tenían !ue hacer las labores dom"sticas hasta primeras horas de la madru&ada. 3ncluso los más pe!ueños se daban cuenta del ritmo semanal de trabaDo % estaban deseando !ue lle&ase el domin&o para !ue sus padres % sus madres se !uedasen 58
6/ 3bidem pp. O2 % OO. 3bidem p. 7 ;en cursiva en el ori&inal<. 60 3bidem pp. 2526 ;en cursiva en el ori&inal<. 59
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en casa con ellos. 7 ,u inseparable compañero era el a&otamiento: V6o de>o de decir siempre lo mismo3 lo me>or e tiene n tra/a>ador (y no todos peden decirlo) es na cama. Al menos, mientras derme, se le ol=idan las preocpacionesN.R$ 8l incremento de los despidos incluso durante los llamados años dorados de la +ep@blica era la causa de !ue la &ente Doven encontrara mu% difícil % en ocasiones imposible hacerse un hueco en el mercado de trabaDo. Por otra parte a los trabaDadores de más edad les costaba adaptarse a los nuevos % febriles ritmos de trabaDo. ]usto antes de !ue comen#ase la *epresión la dirección de la fábrica -euna de productos !uímicos fiDó una serie de criterios para despedir a a!uellos trabaDadores de más edad % menos productivos % sustituirlos por otros más Dóvenes % dinámicos. 7O 1ás tarde un directivo de la Urupp lamentaría !ue la empresa hubiera tenido !ue despedir a anti&uos % fieles tra5 baDadores cualificados pero no les !uedaba otra alternativa %a !ue a la vista de las eAi&encias de los nuevos m"todos de trabaDo su deficiente nivel de productividad representaba una car&a para la empresa. 7 No le faltaba ra#ón al Partido $omunista cuando afirmaba !ue la racionali#ación a la alemana se traducía en m"todos de prodcci+n y eLplotaci+n norteamericanos, con nos /ene#icios empresariales similares, pero sin los salarios norteamericanos sino con los alemanes, e son de miseriaN.R% -a moderna economía de Blemania no dependía sólo del trabaDo !ue reali#aban los operarios: necesitaba tambi"n del respaldo de e!uipos t"cnicos en despachos % laboratorios. -a función de los burócratas no había sido reconocida hasta poco antes de la Primera Euerra 1undial. Tanto 8mil -ederer antes de 9 como =ans ,peier Theodor Eei&er % ,ie&frid Uracauer en la d"cada de 920 observadores perspicaces todos ellos publicaron estudios pioneros. 77 Tenían mucha labor por delante. 8ntre //6 % 926 el n@mero de empleados en estas divisiones se había multiplicado por cinco mientras !ue ni si!uiera se había duplicado la cifra de obreros manuales. Por eAtraño !ue pare#ca en 9O0 sólo la !uinta parte de los asalariados reali#aba las mismas tareas !ue habían llevado a cabo sus padres. 7( 8n otras palabras el trabaDo burocrático era uno de los pocos se&mentos en !ue se re&istraba una importante movilidad social en Blemania. 8ran trabaDadores !ue no tenían mucho !ue ver con la anti&ua clase media de tenderos % artesanos altamente cualificados !ue todavía a&rupaba a un sector mu% importante de la población. ,e&@n el censo de 926 de O6/ millones de trabaDadores en activo unos once millones eran autónomos con familia a su car&o de los cuales siete millones 61
3bidem pp. O05O. 3bidem p. O6 ;en cursiva en el ori&inal<. 63 Bus#u& aus dem ,oGo ;,o#ial Uommission< ProtoGoll n 76 de septiembre de 929 4etriebsarchiv der -euna5CerGe O0. 64 $itado en Ceit# Creating German Commnism, p. 20. 65 $itado en ibidem p. 22 ;en cursiva en el ori&inal<. 66 -os inmi&rantes lle&ados desde Blemania eDercerían &ran influencia en la sociolo&ía norteamericana de la d"cada de 960. *e 8mil -ederer % =ans ,peier sur&e una corriente !ue lle&a hasta $. Cri&ht 1ilis *avid +iesman % otros !ue se dedicaron a anali#ar la clase media norteamericana así como los peli&ros de una sociedad compuesta de individuos \anónimos\ % los del totalitarismo. 67 =ans ,peier German White& Collar Wor"ers and the 4ise o# @itler, traducido por el autor ori&inal alemán escrito en 9O2 % publicado por primera ve# en 9(( Ne =aven ale )niversit% Press 9/7 pp. 2 % OO. 62
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desempeñaban su cometido en el sector a&rario es decir !ue sólo había unos cuatro millones de trabaDadores autónomos !ue re&entasen su propio ne&ocio en los sectores artesanal % comercial o profesionales liberales. 7/ 1uchos de ellos eran tenderos % artesanos !ue por definición eran dueños de los talleres % tiendas en !ue trabaDaban. 8ncarnaban las tan alabadas cualidades de independencia sobre las !ue se asentaba la sociedad alemana como con tanto empeño ase&uraban ,tresemann % todos los políticos !ue se encontraban a la derecha de la socialdemocracia. ?ivían sin embar&o en unas condiciones lamentables % no sólo por culpa de la inflación. 8ran un &rupo numeroso !ue desde tiempo atrás % con un enfo!ue puramente económico habían sufrido el acoso de los procesos de fabricación industrial % de las ventas de los &randes almacenes. 8n la d"cada de 920 pocos #apateros o sombrereros artesanales se atrevían a competir con fábricas !ue a diario &eneraban a millares los mismos productos !ue ellosW eran pocas las tiendas de ropa !ue podían hacer frente a los precios % ofertas de los &randes almacenes como ,chocGen o Certheim. *urante los años de la +ep@blica de Ceimar muchos de los !ue en&rosaban esta vieDa clase media viraron hacia posiciones políticas cada ve# más derechistas hasta !ue acabaron ca%endo en bra#os de los na#is !ue no ahorraron esfuer#os para atraerlos. 8n las d"cadas de 920 % 9O0 el ma%or inter"s lo suscitaba esa nueva clase media precisamente por la novedad. ,u n@mero Junos 6O millones se&@n el censo de 926J sobrepasaba con mucho a los aproAimadamente cuatro millones de trabaDadores % profesionales liberales !ue constituían la anti&ua clase media. 79 $omo la ma%oría de los trabaDadores del sector industrial eran empleados por cuenta aDena !ue trabaDaban a cambio de una pa&a por mucho !ue hablasen de salario para diferenciarse de los obreros manuales. 8n su libro The !alaried 0asses ;-as masas asalariadas< ,ie&fried Uracauer ofrecía una descripción de las rí&idas estructuras laborales por las !ue se re&ían. (0 8l moderno lu&ar de trabaDo estaba or&ani#ado como un eD"rcito disciplina % Derar!uía por encima de todo. -o !ue más valoraban empresarios % directivos era la subordinación. Bntes de la contratación los posibles empleados tenían !ue superar un conDunto de pruebas de aptitud. 8n el caso de ventas al p@blico las posibles vendedoras tenían !ue ser de trato a&radableW en bancos % &randes empresas aparte de sus aptitudes mecano&ráficas o para atender el tel"fono tenían !ue dar muestra de un comportamiento correcto % sumiso. ,i su velocidad a la hora de escribir a má!uina no alcan#aba la media eAi&ida la empresa les proporcionaba clases de mecano&rafía al compás de m@sica militar como señalaba Uracauer entre horrori#ado % divertido. $omo las fábricas racionali#adas la oficina moderna era enorme % anónima % el trabaDo mecánico % especiali#ado. -os empleados eran tan numerosos !ue pocos directivos sabían los nombres de sus subordinados % nada desde lue&o de sus circunstancias personalesW eran como fuer#as de infantería en orden de batalla una masa anónima % servil !ue mantenía la actitud proverbialmente alemana de a&achar la cabe#a ante los superiores en actitud de subordinación % obediencia % pisotear a sus inferiores. 68
$ifras calculadas con datos de ,tatistisches +eichsamt !tatistisches Fahr/ch #r das etsche 4eich 7 92( 4erlín +imar =obbin& 92( pp. 2052. 69 3bidem. 70 ,ie&fried Uracauer The !alaried 0asses3 ty and istraction in Weimar Germany, traducción de Huintin =oare ori&inal en alemán 9O0 -ondres ?erso 99/.
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8l trabaDo se mecani#ó: un #umbido constante de má!uinas de escribir % de calcular má!uinas para abrir .% cerrar el correo o escribir direcciones postales taladradorasW los papeles iban de un lado a otro &racias a un sistema de tubos neumáticos. 8n los departamentos de contabilidad muDeres Dóvenes se pasaban horas % horas sentadas perforando tarDetas !ue alimentaban de continuo má!uinas tabuladoras precursoras de los ordenadores de nuestros días. ( )na mecanó&rafa no podía aspirar a ser contable ni una vendedora soñar con trabaDar en las oficinas administrativas. B medida !ue se mecani#aba el trabaDo burocrático la presencia de muDeres se hi#o más numerosa lo !ue hi#o caer la consideración de semeDantes tareas. )na oficinista venía a cobrar apro5 Aimadamente las dos terceras partes del salario de un hombre !ue reali#ase el mismo trabaDo.(2 8ran oficinas mu% Derar!ui#adas. -as empresas no dudaban en proclamar !ue había posibilidades de ascender pero "stas eran escasas % mu% poco frecuentes. -os puestos directivos estaban copados por una elite privile&iada inaccesible unida por la#os familiares educativos sociales o de clase. 1ientras esas personas se eterni#aban plácidamente en sus puestos hasta la Dubilación muchos oficinistas se !uedaban sin empleo a los cuarenta años víctimas al i&ual !ue los obreros de su falta de adaptación a un ritmo más fuerte de trabaDo. Para &anarse a los burócratas las empresas por otra parte desple&aban un amplio abanico de ventaDas sociales % actividades para mantener alta la moral. Uracauer hace referencia a una carrera !ue se celebró por las calles de 4erlín disputada entre e!uipos patrocinados por las principales empresas del país: una forma barata de hacer publicidad % de paso &anarse a los empleados. 4asándose en el boletín de la propia empresa así describía Uracauer una eAcursión del club de remo de la compañía: Z8ra como[ una eAcursión familiar Z...[ en la sede del club de remo Z...[ una me#cla variopinta de directivos de la casa con sus esposas % como muestra de deferencia el presidente del conseDo de administración el $onseDero Privado saludando afablemente a las pareDas !ue bailaban % al parecer pasándolo mu% bien. Nada de miramientos o reservas una sencilla reunión de personas para or&ullo % deleite de la &eneración !ue ven&a despu"s. +efinamiento informal sería el lema más adecuado para la velada. (O
Uracauer añadía con fina ironía: No es fácil decir !u" era más lamentable si la confusión entre Dovialidad % una sencilla reunión de personas o la insistencia en proclamar !ue no había barreras. 8s probable !ue no todo el mundo tuviese la buena fortuna de sentirse cómodo en tales circunstancias. ( $on todo a@n era &rande la diferencia entre los empleados asalariados % los obreros del sector industrial. Todos los padres de clase media se sentían inclinados % obli&ados a casar aJsus hiDos o hiDas para !ue meDorasen de posición no para ir a peor. -os centros de trabaDo de la nueva clase media contribuían tambi"n a darle cierta pátina bur&uesa. )n folleto publicitario de unos &randes almacenes ase&uraba !ue muchas de sus empleadas 71
3bidem pp. OO5. 8stadísticas eAtraídas de ,peier German White&Collar Wor"ers, p. 6O. 73 Uracauer !alaried 0asses, pp. (75(9 cita (9. 74 3bidem p. (9. 72
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vivían hacinadas en pisos oscuros % alternaban con &ente carente de educación. 8n nuestra tienda sin embar&o la ma%or parte de las empleadas pasa su Dornada laboral en entornos &ratos % llenos de lu#. 8l contacto continuo con clientes refinados % bien educados constitu%e una fuente permanente de estímulo para estas Dóvenes. -as muchachas !ue están aprendiendo aun!ue poco preparadas si son emprendedoras no tardan en adoptar buenos modales cuidan su forma de eApresarse % tambi"n su aspecto físico. -a variedad de situaciones con !ue se encuentran mientras reali#an su cometido basta para ampliar sus conocimientos % meDorar su educación lo !ue posibilita su ascenso a cate&orías sociales superiores.(6
Uracauer señalaba !ue la indudable obsesión de la bur&uesía alemana por destacar entre la multitud aun!ue sólo fueran ima&inaciones dificulta la solidaridad entre los propios empleados asalariados Z...[ *e forma !ue una impresionante sima se abre como si diD"ramos entre los empleados t"cnicos % los comerciales por eDemplo de una misma empresa.(7 -os comerciales trataban con desd"n a sus compañeros t"cnicos mientras estos @ltimos pensaban !ue ellos eran los @nicos !ue realmente hacían al&o. Por su parte los funcionarios miraban por encima del hombro a los empleados de la industria privada. 1uchos oficinistas además pertenecían a al&@n sindicato pero eso no se traducía en muestra al&una de solidaridad con los obreros. Ni si!uiera las devastadoras consecuencias de la *epresión lo&raron doble&ar su profundo ape&o a los distintivos de clase a pesar de lo poco !ue en realidad repercutían en sus condiciones de vida. 8l porcentaDe de población !ue se dedicaba a las tareas a&rícolas sufrió un continuo declive durante d"cadas. Bun!ue el censo de 926 indicaba !ue sólo el O06 de la población trabaDadora desarrollaba su actividad en los sectores a&rario % forestal la cifra era representativa de un sector todavía mu% importante. (( -a situación de los trabaDadores del campo era tan diferente de una parte a otra de Blemania !ue no es fácil &enerali#ar. Bun!ue se observaran determinadas tendencias no se puede decir !ue nin&una re&ión fuera representativa ni de la forma !ue adoptaba la propiedad de la tierra ni del sistema social vi&ente. 8n Prusia Mriental por eDemplo había vastas fincas en las !ue trabaDaban los propietarios aparceros o peones pero tambi"n tierras de proporciones mucho más modestas. 8n ,aDonia predominaba un modelo miAto de campos propiedad del 8stado % de los labradores. 8n el sur % en el suroeste casi todas las tierras estaban en manos de los a&ricultores lo mismo !ue en el norte % en el noroeste del país donde predominaban las va!uerías. -os a&ricultores no aceptaban en modo al&uno el sistema de control de merca5 dos % precios !ue se había impuesto durante la &uerra % !ue si bien de forma desi&ual se mantuvo en vi&or durante unos cuantos años todavía. 1uchos eran los !ue lo sorteaban lo eludían o lo socavaban sin remil&os &racias al mercado ne&ro. (/ Pero todos sacaban beneficio de !ue en sus manos estuviera el control de productos básicos para los !ue 75
$itado en ibidem p. /9. 3bidem p. /O. 77 !ozialgeschichtiliches Ar/eits/ch 555, p. 6O. 78 Xeldman Great isorder, pp. /959O. 76
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eAistía una &ran demanda. -as distorsiones del mercado como consecuencia de los controles % de la inflación hicieron !ue el sector a&rícola &o#ase de un relativo poder !ue enconaba especialmente a los habitantes de las ciudades así como al nutrido &rupo de funcionarios !ue trataba de endere#ar la marcha de la economía. $ada ve# !ue se producía una crisis J9/599 920592 % 92OJ se desataban rumores de !ue los a&ricultores estaban acaparando &randes cantidades de cereal carne % productos lácteos. eso era lo !ue hacían a veces esperando a !ue subieran los precios o a conse&uir meDores cosas a cambio de sus productos. 1ás tarde la caída de precios sumió a la a&ricultura en una crisis similar a la de mediados de la d"cada de 920. 8n realidad el sector a&rario no disfrutó de los años dorados de la +ep@blica de Ceimar % los a&ricultores no tardaron en culpar a los socialistas % a los Dudíos de todos sus males. 8l endeudamiento fue el verdadero a#ote de la a&ricultura alemana. -os a&ricultores no ca%eron en las &arras de la deuda durante la inflación pero sí inmediatamente despu"s. *eseosos de ad!uirir más tierras se dedicaron a invertir cuando el ne&ocio les fue bien % sufrieron las consecuencias cuando los precios ca%eron en picado % no pudieron pa&ar las hipotecas. Por si fuera poco se !ueDaban de la escase# de mano de obra sobre todo de !ue había pocas chicas !ue !uisieran dedicarse a tareas a&rícolas: las muDeres del campo cumplían Dornadas de hasta diecis"is o diecisiete horas en malas condiciones hi&i"nicas % acarreando pesos considerables siempre baDo la atenta mirada del dueño de la finca o de su esposa. 8l Eobierno revolucionario de 9/ había abolido las le%es laborales represivas (Gesindeordnngen) !ue investían a los dueños de las tierras de poderes casi feudales sobre los hombres o muDeres !ue trabaDaban en sus campos. Pero en realidad las condiciones de trabaDo habían meDorado poco por no decir !ue eran incluso peores. -a a&ricultura intensiva como variante rural de la racionali#ación había sido la solución má&ica propuesta por los funcionarios % las asociaciones de a&ricultores para acabar con los males del campo. 4urócratas m"dicos % trabaDadores sociales prepararon cursillos % folletos en los !ue se enseñaba a las muDeres a maneDar una a#ada o a batir la mante!uilla sin tener !ue inclinarse convencidos de !ue semeDantes t"cnicas no sólo disminuirían la tensión !ue las muDeres sufrían en la espalda con lo !ue llevarían a cabo su trabaDo de forma más eficiente sino !ue la a&ricultura sería una actividad más productiva las muDeres rendirían más % Blemania podría autoabastecerse de alimentos. (9 Tanto esfuer#o para nada. -a solución !ue propu&naba la a&ricultura intensiva % la racionali#ación del trabaDo lle&ó en el mismo momento en !ue en el país había falta de mano de obra. Para desesperación de &ranDeros % funcionarios millares de muDeres Dóvenes abandonaban las #onas rurales para trasladarse a ciudades industriales. Hui#á el trabaDo fuera i&ual de duro pero cuando menos no tendrían !ue estar pendientes de la constante vi&ilancia de los capataces. B&ricultores % funcionarios les echaban la culpa de la crisis del sector a&rícola pero ellas se sentían más libres. 1ientras las muDeres se entre&aban a la vida disoluta de las ciudades los mismos a&ricultores % funcionarios ase&uraban !ue se estaban socavando los pilares sobre los !ue se sustentaba el dinamismo de la nación es decir una a&ricultura productiva % una próspera comunidad rural. Pero no lo&raron 79
8li#abeth 4ri&ht ]ones \-andsirtschaftliche Brbeit und eibliche U>rper in *eutschland 9/59OO\ en Ort. Ar/eit. Hrper3 thnogra#ie rop
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convencer a las Dóvenes. 8n re&iones como ,aDonia donde las #onas industriales % a&rícolas estaban tan próAimas las muDeres !ue acababan de lle&ar a la ciudad miraban por encima del hombro a las !ue se&uían limpiando establos % reco&iendo esti"rcol. /0 Todos los indicadores económicos positivos del se&undo periodo de la +ep@blica de Ceimar Jalta productividad consumo en al#a e innovaciones tecnoló&icasJ sufrieron un &rave descalabro durante el invierno de 92959O0. 8l hundimiento del mercado de valores en 8stados )nidos en octubre de 929 provocó una crisis en el sistema bancario !ue no tardó en deDarse sentir en Blemania desde el momento en !ue los bancos estadounidenses reclamaron el pa&o de los cr"ditos !ue vencían a corto pla#o. -a crisis !ue comen#ó siendo sólo financiera no tardó en afectar a la producción % se a&ravó en cuanto las empresas empe#aron a despedir personal los in&resos estatales disminu%eron % la demanda se vino abaDo. B principios de 9O2 en Blemania había oficialmente seis millones de parados aproAimadamente un tercio de la mano de obra disponible. Pero las estadísticas no refleDaban la eAistencia de otros dos millones de parados no oficialmente reconocidosW es decir !ue el paro afectaba más o menos al cuarenta por ciento de la población en edad de trabaDar. 8ra una tasa incluso más elevada !ue la de 8stados )nidos. 8n sectores industriales concretos la situación era a@n mucho peor: un 9 de desempleo en la industria del hierro % el acero un /9 en la industria pesada % un 7O6 en los astilleros. *e un Producto Nadonal 4ruto de //../7.000 +entenmarG en 92/ se pasó a 66..000 de +entenmarG en 9O2. / Mnce años despu"s de haber acabado la &uerra a los seis años de haber pasado por la inflación % la estabili#ación los alemanes tenían !ue hacer frente a otra crisis !ue no perdonaba a nadie ;fi&. .2.<. una ve# más lo !ue no era sino un desastre económico se convirtió en un conflicto político interminable % en una crisis eAistencial del sistema instaurado en Ceimar. $ual!uiera !ue fuera el barni# con !ue pretendieran disfra#arse los debates políticos siempre terminaban por aflorar las cuestiones políticas fundamentales: Vera la +ep@blica liberal capa# de resolver las inmensas dificultades económicas por las !ue atravesaba el paísK VNo habría !ue buscar su ori&en en el propio sistemaK 8n cual!uier caso para la derecha !ue no ceDaba en su hostilidad hacia la +ep@blica de Ceimar la Eran *epresión ;o como preferían denominarla los alemanes la crisis económica mundial< fue una oportunidad de oro. *e nuevo tenía en sus manos la posibilidad real de acabar con la +ep@blica. $omo %a vimos en el capítulo O la inminente !uiebra del sistema de protección del desempleo fue lo !ue desencadenó la crisis. 3ncapa# de alcan#ar un acuerdo sobre si había !ue rebaDar la cobertura a los desempleados o aumentar los impuestos correspondientes el Eobierno presidido por el ,P* tuvo !ue dimitir. 8n la primavera de 9O0 el presidente =indenbur& desi&nó canciller a =einrich 4rnin& del Partido del $entro !uien vislumbró la amena#a !ue se cernía sobre toda la acción de &obierno. -os in&resos fiscales 80
,obre esto v"ase ibidem así como otros trabaDos de 8li#abeth 4ri&ht ]ones: \B Ne ,ta&e of -ifeK oun& Xarm Comen`s $han&in& 8Apectations and Bspirations about CorG ira Ceimar ,aAon%\ German @istory, 69: 200 pp. 69.6(0 % \Pre5 and Postar Eenerations of +ural Xemale outh and the Xuture of the Eerman Nation /(59OO\ en Continity and Change, 9:O 200 pp. O(5O76. 81 4alderston conomics and Politics, pp. (95/.
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disminuían de forma acelerada % la capacidad de endeudamiento del Eobierno era tan limitada !ue no encontraba !uien le prestase dinero en los mercados financieros nacionales o internacionales. 8l +eichsbanG !ue acababa de deDar de ser tutelado por los aliados mantenía una política monetaria restrictiva ;como le eAi&ía la le%< % no podía fabricar dinero como en 922 % 92O para financiar las obli&aciones contraídas por el Eobierno. Por si fuera poco 4rnin& aplicó una política económica prudente % convencional: la @nica forma de superar la crisis pasaba por adoptar políticas antiinflacionistasW el 8stado tenía !ue recortar &astos como fueseW las empresas tenían !ue reducir costes laborales % había !ue baDar los precios. )na ve# !ue la situación !uedase encarrilada las empresas encontrarían nuevos incentivos para invertir % la economía una ve# saneada mostraría síntomas de recuperación. Bun!ue se debatieron todas las propuestas ima&inables especialmente en los medios de comunicación para estimular la creación de puestos de trabaDo % lo !ue más adelante sería tildado de decisiones económicas Ge%nesianas nin&una de tales medidas fue aceptada por 4rnin& o por el pensamiento conservador predominante entre la clase diri&ente alemana. /2 3ncluso los socialdemócratas estaban de acuerdo con las políticas antiinflacionistas aun!ue discrepaban en cuanto a la distribución de las car&as. Todo el mundo tenía presente lo acaecido en 92O: los peli&ros de la inflación avalaban con creces las políticas antiinflacionistas pretendidas por el +eich. Bl i&ual !ue le ocurriera a =erbert =oover en 8stados )nidos tambi"n 4rnin& tendría !ue pa&ar un precio político por su estreche# de miras aun!ue el resultado final en Blemania desde un punto de vista político fuera mucho más drástico % aterrador. Xi&. .2.: +eparto &ratuito de comida durante la *epresión. Bun!ue vestidos con ropas andraDosas los dos hombres !ue aparecen a la derecha tratan de mantener una apariencia próspera % respetable. 8s probable !ue no fueran sino un eDemplo del tropel de oficinistas despedidos % sin trabaDo.
*esde la primavera de 9O0 hasta la de 9O2 cuando fue destituido por el presidente aco&i"ndose al artículo / de la $onstitución de Ceimar 4rnin& &obernó fundamentalmente por decreto. 8ra la @nica salida !ue ofrecía un sistema político absolutamente parali#ado en el !ue no se conse&uía alcan#ar una ma%oría electoral o 82
?"ase por eDemplo =ans )n&elehrt as nde des Ar/eitslosig"eit, +ennin&en 3sis5?erla& 9O2 probablemente uno más entre los millares de folletos publicados por reformadores autodidactas. 8n este caso el autor ima&inaba un sistema económico cerrado en el !ue los patrones de creación de empleo se financiarían por sí mismos: el repunte de la producción aumentaría los in&resos fiscales % en consecuencia bastaría para resolver la crisis presupuestaria.
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le&islativa !ue permitiese la adopción de decisiones para hacer frente a la *epresión. -os socialdemócratas !ue a&rupaban a lo !ue !uedaba de la i#!uierda durante la +ep@blica dieron el visto bueno a la acción &ubernamental. Por su forma de ser 4rnin& estaba encantado de &obernar a &olpe de decreto una actitud !ue consideraba como un primer paso para una reor&ani#ación en profundidad % más autoritaria de la +ep@blica. Por la misma ra#ón no le costó nada aplicar una serie de medidas antiinflacionistas !ue sin tocar a las empresas car&aban un peso cada ve# más &ravoso sobre el pueblo alemán en su conDunto. No se puede ne&ar !ue durante el tramo final de los años dorados los salarios habían subido i&ual !ue las importantes cantidades !ue tenían !ue aportar las empresas para cubrir las con!uistas sociales conse&uidas como los cursos de formación para aprendices o los impuestos con los !ue se financiaban el desempleo la atención sanitaria o los accidentes laborales todo como consecuencia de las anti&uas políticas de bienestar social alemanas ampliadas de forma si&nificativa durante la +ep@blica ;% ni si!uiera suspendidas en 92O % 92<. -os &astos del 8stado eran mu% importantes desde hacía tiempo más altos !ue durante el periodo anterior a 9 e incluso más elevados !ue en otros países desarrollados. 8n 9O el &asto social representaba el 9O0Fo del total del &asto p@blico en BlemaniaW en 92959O0 la cifra lle&ó a ser del 0O. /O ,e trataba de las mismas ventaDas sociales !ue se implantarían en todos los países de 8uropa occidental a partir de 96 pero mu% difíciles de mantener en una "poca marcada por un estancamiento relativo % las crisis económicas periódicas. Pero la causa de la *epresión había !ue buscarla en el descenso de la demanda !ue provocó la crisis financiera iniciada con el hundimiento del mercado de valores en 8stados )nidos. / B &olpe de decreto 4rnin& aumentó los impuestos reduDo los beneficios sociales recortó el n@mero de funcionarios del Eobierno % los salarios de !uienes se mantuvieron en el puesto % obli&ó a los a%untamientos a presentar unos presupuestos e!uilibrados. ,u sucesor en 9O2 Xran# von Papen hi#o lo mismo sólo !ue de forma más artera ;como tendremos ocasión de ver en el capítulo 9<. 8l @ltimo canciller de la +ep@blica Uurt von ,chleicher sólo duró en el car&o un mes poco tiempo para tratar de poner otras políticas en marcha. 8n t"rminos &enerales puede afirmarse !ue a!uellas políticas fiscales tan res5 trictivas @nicamente sirvieron para empeorar el impacto conDunto de las crisis financiera e industrial de forma !ue para muchos alemanes la *epresión fue otra catástrofe social de consecuencias inmediatas el tercer cataclismo de estas características en menos de veinte años. )na ve# más las condiciones de vida empeoraron los planes de futuro saltaron por los aires % las esperan#as se volatili#aron. -a cobertura del desempleo les ofrecía un cierto respiro durante casi un año transcurrido el cual sólo les !uedaba la beneficencia p@blica. M como decían los propios alemanes: *emasiadas ra#ones para morir % mu% pocas para 83
$ifras eAtraídas de Xeldman Great i sorder, p. /9. 1e refiero a la \cuestión 4orchardt\ suscitada por el eminente historiador de la economía Unut 4orchardt !uien sostiene !ue la economía de la +ep@blica de Ceimar se resentía de unos salarios % unos costes sociales mu% elevados. Para hacerse una meDor idea acerca de este debate v"ase Unut 4orchardt \B *ecade of *ebate about 4rnin&`s 8conomic Policies\ en conomic Crisis and Political Collapse3 The Weimar 4ep/lic, 19$&19EE, ]. Xreiherr von Uruedener ed. Nueva orG 4er& 990 pp. 9956 % 4alderston conomics and Politics, pp. 7/5( % 9O597. Para uno de los muchos eDemplos de la "poca !ue responsabili#aban de la crisis a los trabaDadores por sus altos salarios % su baDa productividad así como a los funcionarios civiles v"ase Peter ,chl>sser ie rer/slosen#rage als nacionales Pro/lem, 4reslau Cilh. Eottl. Uorn ?erla& 9O2. 84
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vivir. 8n 9O2 tres Dóvenes sociólo&os 1arie ]ahoda Paul -a#arsfeld % =ans Yeisel !ue no tardarían en abandonar la Blemania na#i % lle&arían a &o#ar de un merecido presti&io en Eran 4retaña % en 8stados )nidos estudiaron las condiciones de vida en 1arienthal un suburbio industrial de ?iena destro#ado por el desempleo. 8ra Bustria no Blemania pero sus observaciones % puntuali#aciones acerca de los efectos psicoló&icos % sociales del desempleo ad!uirieron amplia resonancia más allá de la comunidad !ue habían estudiado de cerca: las cosas no debían de ser mu% diferentes en cual!uier ciudad industrial o pueblo de Blemania./6 -os tres sociólo&os describieron una comunidad eAtenuada a fuer#a de luchar para encontrar ropa % alimentos. -os niños en edad escolar sólo llevaban bocadillos para la hora de la comida los días en !ue se cobraban las a%udas de la beneficenciaW el resto se !uedaban sin comer. =ubo familias !ue se mantuvieron unidas con di&nidad en circunstancias especialmente difícilesW otras acabaron por desinte&rarse. -os hombres se dieron a la bebidaW las muDeres se a&otaban en el empeño de atender a sus familias con recursos cada ve# más escasos. =ubo hombres !ue hu%eron mientras otros se fueron en busca de trabaDo. -a &ente se entre&ó de lleno a la cría de coneDos o no le !uedó otro remedio !ue cultivar sus propias verduras en min@sculas parcelas. 1uertos % &uisados por !uienes no tenían nada !ue comer todos los &atos % perros desaparecieron de la localidad./7 No menos devastadoras fueron las consecuencias sociales % psicoló&icas. +odeada de tanta pobre#a la &ente estaba destro#ada desesperada. 1u% acertadamente los tres sociólo&os titularon uno de los capítulos de su trabaDo )na comunidad hundida. -os habitantes de 1arienthal eran personas apáticas indiferentes a todo. ,in un trabaDo !ue vertebrase la vida diaria de a!uellos hombres los días se les antoDaban vacíos de todo aliciente mientras discurrían los minutos % las horas sin solución de continuidad. B medida !ue fue pasando el tiempo su forma de andar se ralenti#ó % parecían haberse encorvado. -os alrededores de la localidad tambi"n se habían ido deteriorando: la fábrica estaba en ruinas % el par!ue tan bien cuidado antes invadido de malas hierbas. Bun!ue había una biblioteca p@blica % la &ente disponía de tiempo casi nadie se acercaba por!ue hasta la lectura era un acto carente de sentido. -as or&ani#aciones culturales antaño tan puDantes lan&uidecían por falta de miembros en un ambiente de apatía &enerali#ada. -os hombres se pasaban muchas horas tumbados en la cama o hara&aneaban al pie de las escaleras o en los patios. Nada les parece ur&enteW han olvidado lo !ue son las prisas. /( Para las muDeres sin embar&o los días &uardaban un cierto ritmo: tenían !ue cocinar limpiar % atender a los niños. ,us tareas se habían incrementado % eran más a&obiantes por!ue tenían !ue ir en busca de comida % de carbón arre&lar ropas !ue estaban hechas Dirones % además lavar para otros con tal de sacar unos cuartos para sus familias. Bun!ue el trabaDo en la fábrica había sido duro siempre se las habían compuesto para llevar tambi"n la casa % muchas soñaban con volver a sentarse delante de los telares. ,i pudiera 85
1arie ]ahoda Paul X. -a#arsfeld % =ans Yeisel 0arienthal3 The !ociography o# an :nemployed Commnity, ori&inal en alemán 9OOW $hica&o Bldine 9(. 86 3bidem pp. 22 27. 87 3bidem p. 77.
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volver a trabaDar en la fábrica "se sería el día más feli# de mi vida. No sólo por el dineroW es !ue estar sola encerrada entre cuatro paredes es como no vivir Z...[ *esde !ue cerró la fábrica la vida es mucho más dura. )na tiene !ue estruDarse la mollera para pensar !u" va a preparar de comer. 8l dinero no da de si. )na está callada todo el santo día sin salir nunca a nin&@n sitio.// -a situación no era meDor para los miembros de la clase media !ue estaban desempleados: se sentían profundamente desesperados. -a Xederación de ,indicatos de 8mpleados de Mficinas envió una encuesta sobre la situación de los parados % se&@n señalaba Uracauer en su trabaDo obtuvieron respuestas como: Treinta % nueve años casado tres hiDos Z...[ Tres años sin &anar un chavo. V8l futuroK )n trabaDo el manicomio o abrir la espita del &as.Bntes de la &uerra era dueño de varios ne&ociosW tuve !ue desprenderme de ellos cuando me movili#aron. $uando re&res" a casa mi esposa había fallecido. Todos mis ahorros se habían esfumado como consecuencia del &ran fraude nacional ;la inflación<. $omo ten&o cincuenta % un años siempre me dicen lo mismo: No necesitamos &ente tan ma%or. -a @nica salida es el suicidio. 8l 8stado alemán nos ha !uitado la vida. 1e siento roto por dentro % a veces pienso en suicidarme. Bdemás %a no confío en mis semeDantes. Ten&o treinta años so% divorciado con cuatro hiDos. /9
=abía oficinistas en paro !ue en ocasiones trataban de abrir una tienda o de &anarse la vida con las comisiones !ue obtuvieran como viaDantes. Todos llevaban una eAistencia miserable como relataba uno de ellos: ,uplicando de puerta en puerta Z%[ en una situación % con un nivel de vida inferior al del proletariado Zaun!ue[ era independiente pero su independencia consistía en car&ar a cuestas con su miseria sin la tran!uilidad social de la !ue disfrutan !uienes perciben un sa3ario.90
Bsí era la vida al final de la +ep@blica como consecuencia de una situación &lobal Jla crisis de la economía mundialJ % las políticas implantadas a nivel nacional por los Eobiernos de derechas !ue ri&ieron los destinos de Blemania desde 9O0 hasta 9O2. Bl final de la Primera Euerra 1undial los alemanes como el resto de los europeos soñaban con volver a la normalidad lo !ue para muchos consistía en la estabilidad de precios Jo al menos en un incremento más moderadoJ de !ue &o#aban antes del conflicto un mundo en el !ue los inversores pudiesen calcular la rentabilidad real de sus operaciones los terratenientes pudiesen hacer un cálculo aDustado entre las hipotecas !ue tenían !ue pa&ar % las rentas !ue pensaban obtener los ahorradores supieran !ue disponían de dinero para un posible imprevisto % los asalariados lle&asen a una conclusión clara acerca de si los sueldos !ue percibían daban de si lo suficiente para comer % tener un techo. Pero en ve# de la estabilidad !ue había precedido a la contienda b"lica se encontraron con las turbulencias de la pos&uerra. Bun!ue tambi"n hubo periodos de 88
3bidem pp. (75((. $itado en Uracauer !alaried 0asses, p. 6(. 90 ,peier German White&Collar Wor"ers, pp. 52. 89
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prosperidad como cuando los alemanes satisfacían sus caprichos en tiendas de luDo % &randes almacenes. $omo en cual!uier economía de mercado no faltaron !uienes obtuvieron cuantiosos beneficios de las rápidas oportunidades de especulación !ue se presentaban. B pesar de la inflación % la *epresión a@n era posible hacer dinero. B nivel &eneral sin embar&o las consecuencias fueron el caos % la miseria. -os alemanes nunca habían padecido situaciones como la de la hiperinflación de 922592O o la Eran *epresión de 9O0 a 9OO en circunstancias mucho más difíciles !ue sus vecinos europeos. Nin&@n otro país tenía !ue hacer frente a un tiempo a la car&a política % económica !ue representaban las compensaciones de &uerra. Pocas eran las sociedades por otra parte tan industriali#adas como la alemana. $uando lle&ó la *epresión muchos obreros italianos % franceses deDaron atrás las fábricas % volvieron a sus localidades de ori&en. Pero los trabaDadores alemanes en t"rminos &enerales llevaban %a muchas &eneraciones leDos de los paraDes !ue los habían visto nacer como para ir a buscar cobiDo en el ámbito rural. ,i bien no puede decirse !ue vivir en un pueblo en la d"cada de 9O0 fuera el paraíso la difícil situación de pobre#a en el ámbito urbano desarrollado se traducía en &raves consecuencias tanto materiales como psicoló&icas. Nada más acabar la &uerra las crisis económicas hicieron de los alemanes un pueblo !ue deseaba % anhelaba se&uridad por encima de todo. Pero la inflación la *epresión % otras circunstancias económicas convirtieron la vida diaria en un avatar % el futuro en al&o !ue nadie podía prever. lle&ó el desbaraDuste: la aversión al r"&imen republicano la receptividad ante cual!uier promesa referida a la &rande#a % la prosperidad de Blemania la identificación de los &enios mali&nos !ue habían llevado al país a a!uella situación tales fueron los pilares sobre los !ue se asentaron las perturbadoras consecuencias de la inflación en primer t"rmino % de la depresión despu"s. VPodrían haber sucedido las cosas de otra maneraK =a% !ue reconocer !ue las circunstancias eran eAtremadamente difíciles. -a Primera Euerra 1undial deDó una herencia difícil de asimilar. -os costes de la &uerra en forma de reparaciones siempre estuvieron presentes aun!ue no era sólo Blemania el país !ue tenía facturas pendientes: tambi"n los aliados. Bpo%ándose en las reivindicaciones de sus conciudadanos los Eobiernos aliados antepusieron la defensa de sus intereses nacionales pero no si&uieron políticas inteli&entes !ue estimulasen la producción. Por el contrario la política de los aliados sólo sirvió para des&astar a los Eobiernos alemanes democráticamente ele&idos obstaculi#ando cual!uier posible paso adelante. -os indicadores económicos a lar&o pla#o Jel relativo estancamiento entre las altas tasas de crecimiento contabili#adas antes de 9 % las !ue se re&istraron a partir de 96J tampoco ofrecían un panorama alentador para la política macroeconómica. 8n los momentos clave por otro lado Ceimar careció de líderes económicos ima&inativos. -os diferentes Eobiernos % el +eichsbanG aplicaron políticas !ue favorecieron la aparición de la hiperinflación % de la *epresión. Pero los carriles por los !ue discurrió la economía durante los años de Ceimar fueron tambi"n la consecuencia de decisiones políticas !ue otor&aron un papel preponderante a los intereses industriales % financieros. *urante el periodo revolucionario de 9/599 si el ,P* hubiera impuesto unas políticas más ima&inativas % coercitivas podría haberse establecido un cierto control de las &randes corporaciones !ue desde lue&o no eran sólo contrarias al socialismo sino reacias a la democracia en &ran medida. ,in embar&o el ,P* apostó por un relan#amiento de la producción lo !ue se traduDo en una merma de
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atención a los asuntos financieros. 8mpresas sindicatos % el aparato del 8stado a&uanta5 ron la inflación hasta !ue se desbocó en forma de hiperinflaciónW en la situación de crisis !ue sucedió a ese momento las empresas volvieron a campar por sus respetos % anularon muchos de los beneficios sociales !ue había aportado la revolución. *urante los años de la *epresión un &obierno autoritario de derechas adoptó medidas antiinflacionistas !ue las empresas tambi"n respaldaron. Pero no todo marchaba viento en popa en el mundo empresarial !ue tambi"n tenía !ue v"rselas con la imposibilidad de predecir por dónde irían las cosas % cometía &raves errores en muchos casos. Ni si!uiera en los meDores años ni a pesar del trato de favor !ue recibieron lle&aron a embelesarse con la +ep@blica de Ceimar. 1uchos fueron los alemanes !ue echaron las culpas a la +ep@blica a los socialistas o a los Dudíos de las crisis !ue les tocó padecer. Pero el verdadero problema estaba entre ellos % no era otro !ue la derecha política sobre la !ue eDercían una considerable influencia la industria pesada % los &randes intereses financieros la misma derecha !ue impulsó políticas inflacionarias estabili#adoras % antiinflacionistas !ue acabaron por a&ravar las condiciones de la vida diaria de tantos alemanes.
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? 8*3X3$3M, PB+B )NB N)8?B B-81BN3B
!
i no anhelamos lo imposible Vcómo vamos a alcan#ar lo posibleK escribía en 920 el pintor =ermann Xinsterlin uno de los componentes del &rupo de ar!uitectos % V pintores reunidos en torno a la fi&ura de 4runo Taut. *ieron en llamarse la $adena de $ristal (die Gl
=ermann Xinsterlin O de febrero de 920 en The Crystal Chain *etters3 Architectral .8antasees /y Brno Tat and @is Circle, editado % traducido por 3ain 4o%d Chite $ambrid&e 13T Press 9/6 p. 6O.
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acorde con la fase intermedia de la +ep@blica un tiempo de relativa estabilidad política % de puDante crecimiento económico. Pero el eApresionismo no desapareció por completo % en muchos artistas no se aprecia un corte radical entre los estilos de ambos periodos. Bsí se pone claramente de manifiesto en la ar!uitectura: al&unas de las más sobresalientes construcciones de la "poca como los edificios de 4runo Taut % 8rich 1endelsohn lle&aron a plasmarse en la realidad como consecuencia de la tensión dinámica !ue se creó entre el utopismo eApresionista % la moderación de la Nueva MbDetividad. -as creaciones de ambos ar!uitectos representaron un desafío tanto para los conservadores cu%a incomprensión de la modernidad % escase# de ideas !uedaban refleDadas en edificios !ue no eran sino meras evocaciones del pasado como para los funcionalistas con Calter Eropius a la cabe#a !ue con su insistencia en se&uir criterios estrictos % no apartarse de los principios formales del diseño no pocas veces dieron en una ar!uitectura est"ril !ue parecía deDar de lado a los seres humanos. -os tres Taut 1endelsohn % Eropius prolíficos escritores además de ar!uitectos creían a pies Duntillas en !ue las estructuras !ue diseña5 ban Jlos blo!ues de viviendas de Taut la Torre 8instein % los &randes almacenes de 1endelsohn o el edificio 4auhaus de Eropius constitu%en eDemplos más !ue notablesJ eran el anuncio de una nueva era la "poca moderna un mundo !ue podía ser creativo risueño % dinámico un mundo donde imperase la armonía entre la naturale#a % el ritmo fren"tico de vida de las ciudades industriales. ,us edificios son un eAcelso eDemplo del espíritu de Ceimar. 1arcada como estuvo por la falta de reconocimiento profesional. la carrera de Taut no se vio eAenta de dificultades. Br!uitecto de reconocida solvencia había participado en numerosos concursos pero en los años anteriores a la Primera Euerra 1undial había recibido mu% pocos encar&os. ,u obra más representativa hasta entonces había sido el novedoso pabellón de cristal !ue diseñó para la CerGbund de $olonia en 9. ?ivió en condiciones modestas % a veces con estrecheces en 4erlín % más tarde en ,tutt&art. ,us ideas no le ahorraron enfrentamientos con posibles clientes más estrictos % conservadores !ue "lJtanto en política como en cuestiones est"ticas. 3ncansable % ecl"ctico Taut era un investi&ador lo mismo de los si&nificados profundos de la intrincada espiritualidad cristiana !ue de la cultura Daponesa o del socialismo. Bun!ue de forma un tanto rudimentaria consi&uió dar con el hilo conductor !ue le permitiría aunar ideas tan dispares: la convicción de !ue era posible crear una sociedad más humana % el destacado papel !ue había de desempeñar en ello la ar!uitectura. Pacifista convencido Taut se las compuso para eludir el servicio militar durante la Primera Euerra 1undial aun!ue hubo de ceder un tanto en sus ideas % trabaDar en fábricas !ue producían material b"lico. $omo a tantos otros artistas la +evolución le ofreció unas oportunidades a las !ue no había tenido acceso durante la sociedad &uillermina. 8scritor prolífico a!uellos tiempos revueltos le permitieron dedicarse a actividades mu% diversas. *urante el invierno de 9/599 por efímeros !ue fuesen Taut estuvo presente prácticamente en todas las declaraciones % movimientos artísticos. Xue cofundador del $onseDo de $readores Brtísticos redactó innumerables manifiestos impulsó círculos de debate % discusión % sacó a la lu# escritos % dibuDos !ue había &uardado en el caDón durante años.
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Taut deDó plasmadas sus ideas con toda claridad en Aritectra alpina, obra publicada en 920 aun!ue llevaba trabaDando en el pro%ecto desde 9(. 2 ,e trataba de una increíble % fantástica colección de dibuDos % pinturas sobre la posibilidad de levantar edificios en los Blpes sui#os con estructuras previstas incluso para las cimas de la cordillera. Taut Damás había puesto los pies en a!uellas montañas % para su pro%ecto se sirvió de &uías turísticas % descripciones reali#adas por otros artistas. 1uchos de sus dibuDos % pinturas &uardan relación con motivos tan cristianos como la pere&rinación la ascensión % la redenciónW en cuanto al tra#o % los colores se trata de representaciones mu% sensuales ra%anas en ocasiones con el simbolismo seAual. 8n resumen: Aritectra alpina es la eApresión acabada de un cri de coer contra la barbarie de la Primera Euerra 1undial % una b@s!ueda de la inte&ridad intelectual a trav"s de la belle#a del paisaDe del diseño o de la seAualidad. Taut aspira a situar al ser humano en un entorno en el !ue convivan el paisaDe sobreco&edor de los Blpes sui#os % la tecnolo&ía ar!uitectónica salida de las manos del hombre: una visión or&ánica de la pa# frente a la completa devastación de paraDes % vidas !ue había supuesto el mecani#ado conflicto b"lico !ue había sido la Primera Euerra 1undial ;fi&. 6..<. Xi&. 6..: 4runo Taut -a montaña de cristal 99 eAtraído de su obra Aritectra alpina. Taut ima&ina edificios % estructuras de cristal en los Blpes per&eñando una utopía en la !ue conviven en armonía la belle#a de la naturale#a % la creada por el hombre ;,tiftun& Brchiv der BGademie der Unste 4erlín. ' 8rb&emeinschaft 4runo Taut<.
1uchas de estas cuestiones emer&en asimismo en las cartas de la $adena de $ristal instituida por Taut en 99 la correspondencia entre trece ar!uitectos % pintores al&unos de los cuales lle&arían a &o#ar de merecido presti&io. 8l &rupo era una especie de hermandad secreta !ue se consideraba la avan#adilla de una nueva era. ,us miembros adoptaron seudónimos car&ados de intención Jasí Taut firmaba como $ristal 2
?"ase la hermosa edición bilin&e ;alemán5in&l"s< primera reimpresión del ori&inal Brno Tat3 Alpine Archite"tr, 1atthias ,chirren ed. 1@nich Prestel 200 con pertinentes comentarios del propio editor.
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por!ue toda su vida había estado fascinado por la polifac"tica belle#a de los cristalesJ % sólo intercambiaban sus refleAiones entre ellos. 8ran mu% dados a manifiestos floridos % a despropósitos !ue sólo buscaban provocar a caprichosos diseños ar!uitectónicos % a pane&íricos en pro de la renovación espiritual. $omo en el caso de la Aritectra alpina de Taut la $adena de $ristal era un refleDo del horror de la &uerra al tiempo !ue un llamamiento a la esperan#a de !ue el anti&uo orden social hubiera sido ani!uilado % !ue una nueva % renovada sociedad en ciernes acabaría por instaurarse &racias a la ima&inación % el compromiso in!uebrantables de &randes artistas. ,e denominaban a si mismos caballeros dioses o creadores Jlas muDeres no contabanJ % pensaban en cómo or&ani#ar colectivos socialistas % nuevas ciudades de artistas % artesanos. *ada la situación política % económica de los años 99 % 920 no les !uedó otra salida !ue dedicarse a soñar por!ue la construcción estaba prácticamente parali#ada. Pero Taut supo hacer virtud de tan an&ustiosa necesidad. $omo escribía en la primera carta un aldabona#o a los ar!uitectos de su "poca: ,eamos ar!uitectos ima&inativos con todas las consecuenciasg Hue sólo la revolución total nos &uíe en nuestros afanes. Nuestros conciudadanos incluso nuestros compañeros de profesión nos consideran % no les falta ra#ón partidarios de la revolución. ,ocavemos % arrasemos los vieDos principiosg Puro esti"rcolg Nosotros somos los brotes !ue retoñan en una tierra nueva.O
-a nueva ar!uitectura sería una tarea colectiva no el resultado del trabaDo de un solo hombre. 8n su tercera carta Taut no duda en recurrir al diri&ente revolucionario Uarl -iebGnecht: Mi&o !ue me reclamas tormenta compañerag Pero esto% encadenado incapa# de hacer nadag 1as tormenta tambi"n al cabo so% parte de ti. =asta !ue lle&ue el día en !ue %a sin cadenas mi retumbar de nuevo brame por los mundos estreme#ca las tierras % recorra los campos sacuda al hombre de cerebro % de cora#ón % lle&ue a ser como t@ el viento de la tempestad.
Eracias a -iebGnecht Taut esbo#aba un portentoso retrato de las esperan#as % sensibilidades revolucionarias de entonces. Mtro de los corresponsales más fecundos del 3 4
4runo Taut 2 de noviembre de 99 en Crystal Chain *etters, p. 2. $itado en Taut 2O de diciembre de 99 en ibidem pp. 2O526.
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&rupo era Cen#el =abliG afamado diseñador de telas % decorador de interiores !ue compartía las utópicas ensoñaciones de Taut: -as ideas tienen !ue ser tan irresponsablemente libres como los páDaros Z...[ $reemos una atmósfera nueva una pura emanación del espíritu de la inteli&encia % del &oce. 3deas !ue flu%an en contacto con otro espíritu % maduren hasta tomar cuerpo Z...[ ?enid % sumaos a la lucha contra todo lo !ue sea ne&ación % corrupción. )níos a la lucha difundidla re&ociDaos !ue resuenen las trompetasg =ablad en un centenar de len&uas todas i&ual de convincentes. No deD"is de hacerlo: ten"is un sa&rado deber !ue cumplir. 8nseñaremos a todos a ser felices al hombre % a la muDer a la muchacha % al Doven. =abladg No deD"is de hacerlog *eleitaos en la eAistencia Jen el universoJ de ser % de perecer. =asta !ue arran!uemos el concepto de &uerra del cora#ón de los hombresg V*ónde andáis profetasK =eraldos de una nueva era proclamad nuevos soles nuevas lunas % estrellasg 1illones de seres os a&uardang6
V1era in&enuidadK ,in duda. )n anhelo trascendental una fe imparable en las posibilidades del futuro tales fueron las fuentes de inspiración para un &ran n@mero de artistas creativos tambi"n los pertenecientes a la $adena de $ristal !ue tenaces no deDaron de pintar esculpir diseñar o escribir poesía unos con escaso "Aito otros hasta alcan#ar un amplio reconocimiento. 3ncluso =ans ,charoun !uien a partir de 96 se convertiría en el todopoderoso ar!uitecto municipal de 4erlín occidental % sería uno de los creadores del pro%ecto de la nueva Xilarmónica sede de la Mr!uesta ,infónica de 4erlín se eAaltaba cuando escribía allá por 99 % 920: Z*eDemos[ !ue la fantasía !ue nace del ascetismo brille en todo su esplendor. No buscando sino a&itandoW no tratando de hallar un camino !ue nos condu#ca a una meta sino persi&uiendo un destino universal. 8l infinito no reside fuera de nosotros no es una estrella !ue obli&uemos a baDar a la tierra es un astro !ue parpadea con delicade#a al compás de las pulsiones de la fantasía del artista. $uando creamos somos diosesW cuando tratamos de comprender parecemos oveDas.7
Tempestades iluminaciones sonidos de trompetas tales eran las imá&enes a las !ue a!uellos artistas recurrían para su&erir un futuro preñado de esperan#a. Taut lo eApresó con concisión: -ar&a vida a la )topíag. ( =abliG ,charoun Taut % el resto de miembros de la $adena de $ristal rebosaban de &randes ideas % de confian#a en sí mismos pero eran tambi"n un refleDo de las tinieblas de la desesperación !ue suelen acompañar a las revoluciones. Bsí Taut afirmaba creer en un socialismo !ue nada tenía !ue ver con la política sino con Zuna sociedad[ libre de toda dominación Z!ue se distin&uiría por[ las relaciones normales % carentes de toda pretensión entre las personas !ue la formasen Z...[ ,ocialismo % fraternidad son conceptos !ue 5
Cen#el =abliG enero de 920 en ibidem pp. O(5O/. =ans ,charoun ;s. f.< en ibidem pp. 2257 cita 6. 7 Taut 6 de octubre de 920 en 3bidem pp. 656( cita 66. 6
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desarrollan una idea !ue están al servicio de un ideal. / 8n 99 % 920 se entre&ó en cuerpo % alma a un pro%ecto de idílicas comunidades de pe!ueños productores en las !ue no eAistirían el dinero ni tampoco las murmuraciones % donde todo el mundo viviría en pa#. Pierre5]oseph Proudhon % Peter UropotGin ;a !uien cita< máAimos representantes del movimiento anar!uista en el si&lo 3 se habrían sentido a sus anchas en uno de esos pueblos soñados por Taut. 9 Pero Taut aprendió a dominar sus más !ue sublimes anhelos para dedicarse a poner en pie al&unos de los más importantes pro%ectos de viviendas sociales de la era de Ceimar. 3&ual !ue cual!uier ar!uitecto trata de conDuntar elementos a la hora de pro%ectar un &ran edificio Taut supo combinar sus ideales de visionario con las necesidades prácticas !ue eAi&ían las reformas sociales. 8n 92 fue nombrado ar!uitecto municipal (!tadt/arat) de 1a&debur&o una ciudad de tamaño medio mu% industrial con un a%untamiento &obernado por el ,P*. 8ra ;% es todavía< un car&o mu% importante en Blemania por!ue de "l dependen todos los planes urbanísticos. *esde ese puesto un funcionario con &anas de hacer cosas podía dar lu# verde a toda clase de pro%ectos. no es casualidad !ue los &randes edificios % los importantes planes de viviendas de la "poca de Ceimar se levantasen en ciudades cu%os ar!uitectos municipales emprendedores % reformistas contaban con el apo%o de a%untamientos &obernados por los socialdemócratas. -os de 1a&debur&o no fueron días de vino % de rosas para Taut. B pesar de !ue el a%untamiento de la ciudad estaba en manos del ,P* tuvo !ue encarar las enormes dificultades !ue le planteaban los funcionarios municipales más conservadores % las empresas de construcción. *e hecho ni una obra salió adelante en 1a&debur&o pero las contiendas políticas le sirvieron de eAperiencia cuando desde 4erlín reclamaron su presencia como ar!uitecto asesor de una reci"n fundada cooperativa de capital miAto constituida para edificar viviendas destinadas a personas de rentas baDas % medias. Taut se incorporó a la empresa en 92 % permaneció en ella durante seis años. Bllí tuvo ocasión de trabaDar mano a mano con 1artin Ca&ner otro ar!uitecto van&uardista !ue había sido nombrado ar!uitecto municipal en 4erlín. Xueron buenos tiempos: la hiperinflación había acabado % la economía mostraba si&nos de recuperación &racias al dinero !ue lle&aba de 8stados )nidos. Tanto los a%untamientos como los &obiernos re&ionales alemanes se endeudaron en los mercados norteamericanos. -a penosa % lar&a situación !ue atravesaba el sector de la vivienda en Blemania eAi&ía una solución lo !ue dio pie a !ue los reformistas pusieran en marcha importantes pro%ectos en un momento en !ue contaban con respaldo político % disponían de medios económicos para hacerlo. va%a si constru%eron. ,e levantaron &randes % pe!ueños edificios de viviendas en ,tutt&art Xrancfort =ambur&o 4erlín % en otras muchas ciudades. -a iniciativa solía deDarse en manos de empresas cooperativas sociedades de lucro limitado !ue atendían sobre todo a las necesidades de los a%untamientos. -os canales de financiación eran variopintos: el impuesto sobre la renta subvenciones municipales sindicatos fundaciones 8
Taut citado por Xran#isGa 4ollere% % Uristiana =artmann en \4runo Taut: ?om phantastischen stheten #um _sthetischen ,o#ial;ideal
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o confesiones reli&iosas. ,i bien no resolvieron la crisis por completo en determinadas #onas se re&istraron avances mu% importantes. *icht, *#t, !onne Jlu# aire solJ eran palabras !ue se repetían como un estribillo por!ue eran todo un símbolo de lo !ue adolecían los hacinados oscuros % h@medos 0iets"aserne, los blo!ues de pisos !ue %a tuvi5 mos ocasión de conocer en el capítulo 2. Por primera ve# en su vida muchos alemanes podían acceder a una vivienda dotada de a&ua corriente electricidad % &as pisos diáfanos luminosos % rodeados de #onas verdes. Personas de la nueva clase media Jlas le&iones de oficinistas !ue trabaDaban para el Eobierno o para las empresasJ % al&unos trabaDadores cualificados bien remunerados inundaron los nuevos blo!ues de viviendas de diseño modernista: líneas sencillas cubiertas planas % ventanas retran!ueadas. $on todo había in!uilinos a los !ue no les convencía el estilo modernista % a@n soñaban con una típica casa alemana de dos o tres alturas teDados inclinados balconadas % maceteros llenos de flores ;al menos en verano< en las ventanas. -os nuevos pisos sin embar&o eran mucho meDores !ue los anti&uos 0iets"aserne. -as estadísticas hablan por sí mismas. $omo %a se mencionó en el capítulo 2 durante la "poca de Ceimar se constru%eron dos millones % medio de viviendas nuevas !ue proporcionaron techo a unos nueve millones de personas. 8n 9O0 aproAimadamente un catorce por ciento de la población alemana residía en pisos de reciente construcción. Xrancfort la ciudad con el pro&rama de viviendas más ambicioso &racias a 8rnst 1a% otro ar!uitecto municipal con visión levantó !uince mil nuevos pisos entre 92 % 9OO. 8ntre 92 % 929 sólo en 4erlín se constru%eron ciento treinta % cinco mil viviendas. 0 -os planes de edificación se asemeDaban a una Gesamt"nster" ;una obra de arte total< es decir !ue los ar!uitectos pro%ectaban además las infraestructuras necesarias #onas de recreo Dardines % escuelas para dar respuesta a las necesidades de esparcimiento descanso % formación de los in!uilinos. Bsimismo prestaban mucha atención al diseño del interior de la vivienda con vistas a implantar una vida familiar más moderna % racional !ue en el pasado. -os nuevos pisos estaban destinados a familias reducidas de no más de dos hiDos ;como %a tuvimos ocasión de comprobar durante nuestro paseo por 4erlín< no a parentelas numerosas ni para aco&er a &rupos familiares de dos &eneraciones diferentes car&ados de niños. -o normal eran pisos de dos dormitorios con la cocina separada del resto de la vivienda por!ue tanto ar!uitectos como planificadores estaban convencidos de !ue lo moderno pasaba por establecer una separación total incluso espacial entre trabaDo % ocio. -a puerta !ue separaba la cocina del cuarto de estarJcomedor no podía faltar en nin&una vivienda. -os pro%ectos !ue Taut constru%ó en 4erlín respondían a estos parámetros. *urante este periodo actuó como un ar!uitecto entre&ado a su trabaDo !ue sabía cómo maneDar a los políticos % !ue salía mu% rentable desde un punto de vista económico. ,e &uardó sus aspiraciones utópicas para sí % pro%ectó viviendas !ue permitieron !ue mucha &ente disfrutase por primera ve# en su vida de pisos de dimensiones ra#onables luminosos % 10
Bdelheid von ,aldern @<serle/en3 Qr Geschichte st
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e!uipados con todos los adelantos modernos para hacer más llevaderas las arduas tareas del ama de casa. todo esto lo llevó a cabo con el menor coste posible. *os de las más sobresalientes urbani#aciones diseñadas por Taut fueron ^% son por!ue si&uen en pie % en mu% buen estado^ la MnGel Toms ,iedlun& en Yehlendorf al suroeste de 4erlín ;!ue %a tuvimos ocasión de visitar en el capítulo 2< % 4rit# con la @#eisen ;herradura< como elemento central en el sureste de la ciudad. 8n ambos pro%ectos Taut trabaDó con otros ar!uitectos: solían dividirse el trabaDo por parcelas responsabili#ándose cada uno de una parte del pro%ecto. -a urbani#ación MnGel Toms ,iedlun& ^así denominada por el nombre de una taberna % una estación de metro cercanas en alusión a la conocida novela de la norteamericana =arriet 4eecher ,toe^ fue construida por fases entre 927 % 9O2. -os edificios son de tres o cuatro alturas todos con ventanas retran!ueadas ;v"ase capítulo 2 fi&. 2.7.< 2 blo!ues alar&ados !ue dan una fuerte sensación de hori#ontalidad acentuada por la disposición de las ventanas. 8n muchos casos las fachadas si&uen la leve curvatura de la calle produciendo una dinámica sensación de movimiento. -a urbani#ación contaba asimismo con viviendas unifamiliares tambi"n de estilo modernista. Para no renunciar a su !uerencia por la naturale#a Taut se preocupó en conservar los pinos de la #ona lo !ue permitía a los in!uilinos disfrutar de las áreas boscosas. -as partes traseras de los edificios daban a #onas verdes. -a urbani#ación se encuentra mu% cerca del maravilloso Eruneald de 4erlín % de los la&os Urumme -anGe % ,chlachtensee % contaba con #onas de recreo % una escuela. -a atracción !ue el color eDercía sobre Taut tan presente en Aritectra alpina, !uedaba patente en los enlucidos policromados !ue del ocre al verde desvaído salpicaban las fachadas. +esaltaba los marcos de puertas % ventanas con combinaciones diversas de coloresW así si en las paredes eAteriores predominaban los tonos verdosos Dambas % din5 teles iban en amarillo roDo % blancoW si los ocres los cercos estaban pintados en blanco amarillo % roDo. Taut no recurría ni al blanco !ue casi do&máticamente eAi&ían los funcionalistas puros ni al &ris tan presente en la ma%or parte de los edificios del si&lo 3. 8n Blemania con un cielo tan plomi#o % una actividad económica !ue producía tanto humo escribía Taut el color blanco no tardaba en convertirse en un &ris apa&ado % sucio o lo !ue es peor pasado cierto tiempo un edificio blanco se asemeDa a !uien lleva puesta una camisa blanca sucia Z...[ 8n nuestras latitudes ese mismo blanco resplandeciente !ue en los países mediterráneos encarna la armoníaW produce un efecto desastroso. O -os to!ues de color en cambio procuran una cierta calide# aco&edora sobre todo en días &rises ;!ue abundan en Blemania<. ,i se utili#a de forma adecuada el color ofrece una más amplia perspectiva % da una sensación de ma%or hol&ura. 8l color a oDos de cual!uiera crea la ilusión en el observador de !ue la fachada de un edificio !ueda más retirada o más próAima a "lW contribu%e a fiDar o descansar la vista i&ual !ue puede desconcertar o despistar. $rea armonía entre los edificios % su entorno o hace !ue contrasten con la 12
,obre la urbani#ación MnGel Toms ,iedlun& v"ase 1ichael 4raum ed. Berliner Wohnartiere3 in 8hrer drch ' !iedlngen, ed. 4erlín *ietrich +eimer 200O pp. O05OOW 1artin C>rner *oris 1ollenschott % Uarl5=ein# =tter Archite"tr#hrer 6a ed. 4erlín *ietrich +eimer 99( pp. O05OOW =el&e Pit# % Cinfried 4renne eds. ie Baer"e nd nstden"m
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naturale#a !ue los rodea. 8l efecto &eneral !ue produce un uso e!uilibrado del color transmite una sensación de estabilidad Z...[ de se&uridad !ue anula la sensación !ue provocan combinaciones o me#clas estridentes. 6 *etalles todos en los !ue se empleó a fondo: colores &raves % serenos para real#ar la sensación de amplitud de un edificio a otroW balcones pintados en blanco para dar más luminosidad al cuarto de estarW colores más oscuros en las fachadas orientadas al oeste donde daba el sol por la tarde. Por mucho !ue participara de la arro&ancia de los modernistas ^ellos eran los encar&ados de definir cómo tena e =i=ir la &ente^ Taut dio muestra en este caso de &ran sensibilidad en cuanto a las circunstancias reales en !ue viven las personas. -os funcionalistas más estrictos sin embar&o pensaban !ue tan coloristas innovaciones no eran sino meros adornos % en consecuencia un insulto al movimiento modernista. 7 -os principios !ue Taut aplicó en MnGel Toms ,iedlun& se aprecian con toda claridad en 4erlin54rit# construida entre 926 % 92( casi al mismo tiempo !ue la colonia Yehlendorff. Taut fue el ar!uitecto Defe en el caso de MnGel Toms. 8l pro%ecto 4rit# lo preparó en colaboración con Ca&ner. 4rit# era el apellido de la importante familia dueña de a!uellos terrenos destinados a uso a&rícola hasta !ue el a%untamiento los comprara en 926. 8ra un paraDe !ue podía planificarse de arriba abaDoW el a%untamiento de 4erlín % las autoridades de la localidad de NeuG>lln los ad!uirieron % encar&aron el pro%ecto a Taut % a Ca&ner. B lo lar&o de una avenida bordeada de árboles ;Xrit# +euter Bllee< pro%ectaron alar&ados edificios de pisos de cuatro alturas !ue hiciesen las veces de muralla viviente !ue rodease el perímetro. Tras ellos % separados por #onas aDardinadas pro%ectaron una hilera de casas de dos alturas. Taut se encar&ó de los edificios al oeste de la avenida arbolada todos de estilo modernista líneas rectas ventanas retran!ueadas % estructura similar sin ornamentaciones ni relación con el pasado. Bl otro lado del paseo otro ar!uitecto % otra empresa constructora levantaron edificios % casas más tradicionales con teDados inclinados % voladi#os. $omo en el caso de la urbani#ación MnGel Toms Taut % Ca&ner recurrieron a diferentes colores para las fachadas % a otras formas ar!uitectónicas olvidándose de la monotonía impuesta por el modernismo. -as fachadas de al&unos de los blo!ues por eDemplo eran curvas para encaDar las escaleras !ue subían hasta los pisos !ue se abrían a ambos lados ;fi&. 6.2.<. Xi&. 6.2.: 4runo Taut % 1artin Ca&ner urbani#ación 4erlín54rit# construida entre 926 % 92(. )n eDemplo esclarecedor del empeño por diseñar viviendas en donde los in!uilinos pudiesen disfrutar de lu# aire % sol. 4erlin54rit# es una muestra de ar!uitectura modernista a eAcepción de los chaflanes curvos para aloDar las escaleras una blasfemia para los funcionalistas más estrictos !ue preconi#aban sólo líneas % án&ulos rectos ;Xoto&rafía del autor<.
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3bidem p. 66. *e hecho tuvo !ue soportar muchas burlas a cuenta de a!uellos primeros balbuceos en 1a&debur&o donde había muchos edificios pintados por "l. ?"ase 4oller% % =artmann \4runo Taut\ pp. 7657/. 16
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8n 4rit# los ar!uitectos modernistas % tradicionalistas sellaron una especie de compromiso !ue acabó dando sus frutos. Por eDemplo las ventanas retran!ueadas en los edificios más tradicionales en lu&ar de los ventanales voladi#os tan típicos de las vieDas mansiones de los bur&ueses distritos de 4erlín mientras al&unos de los blo!ues salidos de las manos de Taut mostraban teDados de pi#arra inclinados en parte para dar cabida a una dependencia en el ático. 8n un esfuer#o sin precedentes por abaratar costes al&unos de los elementos utili#ados eran prefabricados. Tambi"n fue la primera ve# !ue una empresa constructora recurría a la utili#ación de ma!uinaria pesada en una obra. Taut se inspiró en las ideas del movimiento ciudad Dardín !ue tanto au&e había tenido en 3n&laterra % !ue se implantó en al&unas localidades alemanas antes de la &uerra pero adaptándolo a un pro%ecto urbanístico a &ran escala. 8n conDunto 4rit# alber&aba mil veintisiete viviendas de las !ue cuatrocientas setenta % dos eran unifamiliares. 8l centro de la urbani#ación la =ufeisen era un conDunto de blo!ues de pisos soleados en forma de herradura ;!ue es la traducción del vocablo alemán< indicativo de la i&ualdad social de todos los residentes !ue les haría sentirse miembros de una comunidad. ( )n enorme blo!ue de edificios !ue a pesar de todo &racias a su diseño ar!uitectónico % a las vastas #onas verdes !ue lo rodeaban producía una sensación de libertad % li&ere#a ;fi&. 6.O.<. Xi&. 6.O.: 4runo Taut % 1artín Ca&ner @#eisen ;la =erradura< parte de la urbani#ación 4erlín54rit# construida entre 926 % 92(. Taut pensaba !ue las vistas de los apartamentos interiores sobre otras viviendas de sus mismas características contribuirían a estrechar la#os entre los residentes. B día de ho% es de suponer !ue sus actuales in!uilinos pondrán &ran cuidado en preservar su intimidad. ;)llstein 4ild F The Eran&er $ollection Nueva orG
$omo en casi todos sus pro%ectos Taut buscó !ue la naturale#a propia del paraDe formase parte del pro%ecto. 8n 4rit# ha% amplias #onas verdes % podría decirse !ue los huertos son relativamente &randes probablemente del tamaño de los ,chreber&_rten huertas caras situadas en las afueras de las ciudades de BlemaniaW pero en este caso su función consistía en dar la sensación de amplitud entre los blo!ues de edificios. $uando se sale del metro en 4laschGoallee % se deDa atrás el tráfico el aDetreo % el ruido de la Uurfrstendamm la BleAanderplat# o la Xriedrichstrasse Jla #ona comercial % de tiendas en el centro de 4erlínJ uno se encuentra en un barrio tran!uilo % silencioso una #ona !ue no tiene nada !ue ver con otras barriadas de la ciudad. 8n los días de verano es 17
4raum Berliner Wohnartiere, pp. 22526W C>rner 1ollenschott % =tter Archite"tr#hrer Berlin, pp. O/75O/( % 4oller% % =artmann \4runo Taut\ pp. (05/.
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posible oler el aroma de las flores de la hierba de los árboles lo !ue produce un efecto balsámico parecido al !ue debieron de eAperimentar los vecinos del lu&ar en la d"cada de 920 % a comien#os de los años de 9O0 a pesar de !ue la ve&etación no estuviera tan crecida como ahora. 1uchos años despu"s sin embar&o los padres pueden llevar a sus hiDos al cole&io a las #onas de Due&o al centro de salud local o a las instituciones sociales !ue unos planificadores reformistas como Taut % Ca&ner %a previeron en su día. Tanto en MnGel Toms como en 4rit# Taut % Ca&ner prestaron la misma atención al interior de las viviendas !ue al aspecto eAterior de los edificios. -os nuevos pisos habían de ser la vivienda de la familia racionali#adaW tambi"n el len&uaDe % los pro&ramas económicos de la +ep@blica de Ceimar eran aplicables a la familia % a la vivienda. 8n clara referencia a los estudios !ue tenían en cuenta el tiempo dedicado a los despla#amientos dentro del lu&ar de trabaDo para incrementar la productividad Taut afirmaba con humor !ue sus pro%ectos eran el resultado de aplicar las le%es del ta%lorismo a la vida ho&areña. $on tanta línea recta ase&uraba los nuevos pisos permitirían !ue la muDer Z...[ atendiese meDor las labores dom"sticas. Podría or&ani#ar sus obli&aciones en casa se&@n un plan con lo !ue dispondría de tiempo suficiente para salir de paseo % descansar. ,iempre imperaría el orden en el salón @nico lu&ar donde acomodar a una visita inesperada por!ue podría arre&larse con mucha rapide#. $ada estancia estaba diseñada con un fin determinado % sólo cumplía esa función. / -os ar!uitectos convirtieron la cocina en su principal obDetivo como se puso claramente de manifiesto con la cocina XranGfurt diseñada por 1ar&arete ,chtte5-ihot#G%W sus ideas no diferían mucho de las de Taut % muchas otras de la "poca. Para no tener !ue a&acharse o alar&ar el bra#o los ar!uitectos diseñaron encimeras de altura adecuada % sustitu%eron los estantes abiertos por aparadores cerrados para !ue entrase menos polvo. 1etal % ladrillo en lu&ar de madera más difícil de limpiar % !ue siempre acababa por pudrirse. -as reDillas para poner los platos evitaban tener !ue secarlosW &racias a unos dosificadores no era preciso medir la harina. Pero lo más importante era !ue la cocina estuviera separada del resto del piso o de la vivienda para evitar el hacinamiento % la suciedad de a!uella pie#a abierta en la !ue antes estaba el fo&ón % hacía las veces de comedor. Por pe!ueño !ue fuera era indispensable !ue cada familia tuviera un cuarto de baño. Bdemás nada de esas ba&atelas a las !ue tan aficionadas eran la clase media baDa % la clase trabaDadora. =abía !ue prescindir incluso de las lámparas de pie con esas enormes mamparas tan cursis !ue sólo atraían el polvo % denotaban un &usto tan horrible como las pinturas al óleo de escenas campestres alemanas o los retratos del Gáiser. Taut % otros ar!uitectos modernos de la "poca detestaban los muebles de estilo victoriano labrados % recar&ados !ue tanto &ustaban a los alemanes. Busteros diáfanos % @tiles los pisos pro%ectados por Taut eran un perfecto eDemplo del concepto moderno de vivienda. 9 -a modernidad tambi"n si&nificaba una clara división del trabaDo entre hombres % muDeres. Taut % otros pro&resistas abo&aban por la i&ualdad femenina pero en lo tocante a la casa % a la familia se&uían pensando !ue eran ámbitos reservados a la muDer. -a cocina cenada pe!ueña % práctica era su terreno del !ue sólo salía =oil, para servir la cena en 18
4runo Taut \The Ne *ellin&: The Coman as $reator\ en C+, pp. 7572. 3bidem % Erete -ihot#G% \+ationali#ation in the =ousehold\ en C+, 72576 % más en &eneral ,aldern @<serle/en, pp. (/5//. 19
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el comedor. Taut hi#o al&unas su&erencias para conse&uir una ma%or i&ualdad como !ue los maridos % los hiDos hiciesen las camas % pasasen el polvo. $omo al parecer necesitaban cierta a%uda para llevar a cabo tal cometido recomendaba sustituir los pesados cubrecamas de plumón por mantas o edredones más li&eros. Taut nunca deDaba de lado la faceta humana de la ar!uitectura. Bl rev"s !ue sus contemporáneos con sus construcciones fríamente racionales % científicas aun en urbani#aciones tan enormes como MnGel Toms o 4rit# siempre se acomodaba a las eAi&encias de sus moradores. 8n el pro%ecto de la =erradura buscó !ue la lu# del sol lle&ase a todas las viviendas. Bl disponer !ue las ventanas eAteriores de cada piso estuvieran a la vista del resto de los Taut pretendió la i&ualdad social confiando en !ue los residentes pensasen !ue vivían en una comunidad. -as &eneraciones posteriores serían de la opinión sin embar&o de !ue semeDante disposición facilitaba !ue otros se enterasen de lo !ue ocurría en el interior sus viviendas una fla&rante intromisión en su intimidad. Pero Taut sólo tenía en la cabe#a las notas pro&resistas % socialmente i&ualitarias de su pro%ecto con el !ue creía contribuir a !ue los hombres % muDeres de la sociedad del futuro se sintieran más cercanos. 8n MnGel Toms por eDemplo diseñó las puertas % las ventanas no sólo se&@n las recomendaciones est"ticas modernistas sino pensando sobre todo en la vida de las personas !ue se mueven en un entorno urbano. -as puertas facilitan la entrada % la salidaW las ventanas permiten !ue los in!uilinos puedan ver lo !ue pasa en la calle apo%ados en el alf"i#ar. 8n palabras de un crítico Taut ima&inó una especie de alian#a entre el hombre % la ar!uitectura.20 ,iempre pensó !ue la ar!uitectura era tarea de todos. 8n este sentido los escritos % dibuDos más utópicos de Taut los correspondientes a los años 9( a 92 &uardan una estrecha relación con los pro%ectos % edificios !ue constru%ó entre 92 % 9O0. No pasó por dos etapas claramente diferenciadas una !ue pudiera calificarse de eApresionista % otra más próAima a la Nueva MbDetividad. Todos sus trabaDos se caracteri#an por preservar la íntima relación eAistente entre entorno edificio % vidaW por la similitud formal: la =erradura como símbolo de amplitud de miras al&o !ue es tambi"n perceptible en su Aritectra alpina, o en la urbani#ación 4rit#W % por el recha#o a se&uir las mismas normas !ue todo el mundo con la ló&ica % la racionalidad como @nicos puntos de partida para sus pro%ectos. Taut siempre fue más humanista !ue sus contemporáneos modernistas como Calter Eropius -udi& 1ies van der +ohe % -e $orbusier cu%a aceptación a cie&as de los rí&idos principios del diseño !uedó plasmada en edificios tan poco prácticos como anodinos. 8l 9 de noviembre de 9/ el mismo día en !ue masas de obreros soldados !ue habían re&resado de la &uerra % multitudes de curiosos atestaban las calles de 4erlín el mismo día en !ue Philipp ,cheidemann proclamaba la +ep@blica en Blemania % Uarl -iebGnecht hacía lo propio pero añadi"ndole el calificativo de socialista 8rich 1endelsohn inau&uraba su estudio de ar!uitectura. 1endelsohn acababa de re&resar del frente % se daba perfecta cuenta de lo !ue estaba pasando. Pero ni el caos ni el estallido de la revolución harían mella en la enorme confian#a !ue tenía en sí mismo ni le impedirían iniciar su carrera: daba un paso con el !ue había estado soñando mientras se reconcomía 20
Paolo Porto&hesi \Presentation\ en Pit# % 4renne Baer"e nd nstden"m
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en las trincheras de los frentes del este % del oeste % puso manos a la obra desde el momento en !ue re&resó a su país. Bl i&ual !ue muchas otras fi&uras emblemáticas de la cultura de Ceimar 1endelsohn comprendió !ue comen#aba una nueva era preñada de dilemas % posibilidades: el trauma !ue había supuesto la &uerra % las esperan#as !ue concitaba la revolución. -a revolución no es sólo una cuestión política afirmaba en el salón de 1oll% Philippson ante un redu5 cido &rupo de personas acomodadas en el invierno de 9/599. *epende de una serie de circunstancias mu% compleDas: es una situación dramática caótica ineludible eAi&ente estimulante % maravillosamente envolvente. 2 8n la propia compleDidad de la revolución ase&uraba 1endelsohn hallamos ese impulso !ue busca la reali#ación del ser humano un empuDe al !ue no pueden dar respuesta ni poner límites las apetencias de poder o las preocupaciones de la vida diaria un impulso !ue va mucho más allá de las fronteras territoriales de cual!uier 8stado. 1endelsohn apostaba por una suerte de internacionalismo creativo un desarrollo ima&inativo % est"tico !ue si bien se nutre de las condiciones de una nación concreta en su avance traspasa las fronteras une a los pueblos. B nadie ha de sorprender continuaba !ue una "poca como "sta de necesidad % miseria por todas partes Jla &uerra % sus consecuenciasJ desembo!ue en la aparición de una nueva conciencia una con!uista del espíritu !ue supondrá la superioridad de la forma de una nueva ar!uitectura. 22 1endelsohn no era socialista % mantenía mu% buenas relaciones con hombres de ne&ocios. Necesitaba !ue le encar&asen pro%ectos. B finales de la d"cada de 920 había lle&ado a convertirse probablemente en el ar!uitecto más presti&ioso de Blemania: diri&ía un estudio en el !ue trabaDaban cuarenta empleados % fue el encar&ado de reali#ar al&unos de los pro%ectos comerciales o privados más elo&iados del mundo. 2O $on todo no eran meros devaneos el tono !ue empleaba en sus alocuciones en 99 % su compromiso con or&ani#aciones artísticas revolucionarias como el Erupo de Noviembre o el $onseDo de $readores Brtísticos. ,iempre !ue hablaba lo hacía en t"rminos revolucionarios: un nuevo comien#o &randes posibilidades en Blemania % más allá de sus fronteras. Todos esperaban la aparición de un nuevo arte de un arte moderno !ue refleDase el espíritu de la "poca !ue no imitase a la naturale#a ni fuera una repetición de estilos !ue pertenecían a "pocas %a pasadas. 8l nuevo arte habría de ser un arte total. a!uí es donde 1endelsohn el ar!uitecto entra a formar parte del paisaDe. 8l ar!uitecto moderno será el encar&ado de dar forma a ese nuevo espíritu % lo plasmará en nuevos edificios: habrá de ser el hombre total dotado de conocimientos prácticos % teóricos humanista % científico un hombre renacentista a carta cabal 2 capa# &racias a su &enio creativo de transformar los materiales de la edad moderna Jacero lunas de cristal % hormi&ón armadoJ en maravillosas estructuras sin paran&ón !ue lo mismo estimularán !ue apaci&uarán los sentidos. -os nuevos edificios servirían para a#u#ar la sensibilidad est"tica % para aliviar las tensiones !ue impone el fren"tico ritmo de la vida 21
Primera conferencia en el salón Philippson en 3ta =ein#e5Ereenber& % +e&ina ,tephan eds. rich 0endelsohn3 Gedan"enelten, Mstfildern5+uit =atDe $ant# ?erla& 200o pp. 520W a!uí en p. . 22 Mctava conferencia en el mismo lu&ar 99 en 3bidem pp. O/5W estas ideas se reco&en en la p. . 23 3ta =ein#e5Ereenber& % +e&ina ,tephan eds. *ise nd rich 0endelsohn3 ine Partnerscha#t #r die nst, Mstfildern5+uit =atDe $ant# ?erla& 200 p. 09. 24 $itado en =ein#e5Ereenber& % ,tephan rich 0endelsohn3 Gedan"enelten, p. (.
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urbana &racias a las estructuras !ue rodean a !uienes viven trabaDan o diri&en un ne&ocio en esas construcciones o a !uienes simplemente pasen por delante % se paren a contemplarlasW unos edificios !ue destacarán % prevalecerán en el paisaDe urbano de construcciones tradicionales % emperifolladas % !ue si se al#asen en #onas rurales o boscosas lo mismo se fundirían con la naturale#a !ue sobresaldrían en el entorno. nicamente será buen ar!uitecto se&@n 1endelsohn a!uel !ue sepa encontrar el e!uilibrio entre eAtremos tan opuestosW sólo así su trabaDo lle&aría a ser considerado como or&ánico ese t"rmino del !ue tanto &ustaban los prota&onistas de la +ep@blica de Ceimar cuales!uiera !ue fueran sus inclinaciones est"ticas o políticas. -a buena ar!uitectura moderna habría de provocar una sensación de tensión dinámica de movimiento % de "Atasis sose&ado. 1endelsohn recurría con frecuencia a metáforas musicales o a la eApresión campo de fuer#as (r<#tespiel) para ilustrar sus ideas. 26 -a cohesión or&ánica al&o !ue todo ar!uitecto debe esfor#arse en conse&uir puede se&uir una orientación armónica o contrapuntística !ue a su ve# adoptará una forma hori#ontal o vertical.27 1endelsohn identificaba la esencia de la ar!uitectura sobre todo con el contrapunto !ue permite !ue melodías diferentes lle&uen a fundirse % culminar en una sola composición.2( Pero su pasión por la belle#a or&ánica de las fu&as de 4ach o de las catedrales &óticas no le impidieron descubrir esas mismas posibilidades en el fuerte sonido metálico !ue emiten las má!uinas en funcionamiento en el brillo tambi"n metálico de los materiales de !ue están hechas % en la precisión con !ue llevan a cabo su cometido.2/ No ha% duda de !ue 1endelsohn era un firme defensor de lo moderno. Bnte hombres de ne&ocios compañeros de profesión o auditorios cultivados no se cansaba de proclamar la trascendencia del momento !ue les había tocado vivir &racias a los nuevos materiales % t"cnicas de construcción el consumo de masas los automóviles % la publicidad. 8n 92O escribía: 8s impensable !ue podamos dar marcha atrás Z...[ o !ue no echemos mano de las enormes posibilidades !ue nos ofrece la tecnolo&ía !ue veamos las má!uinas como enemi&as de la humanidad % no como las más poderosas herramientas de las !ue disponemos a las !ue habremos de aprender a sacar todo su Du&o Z...[ Hue pensemos !ue nuestras vidas son como son por!ue nacimos en una anti&ua patria en la !ue todos nos hemos criado (:r=aterland), en lu&ar de abrir la puerta a los tiempos modernos, !ue en definitiva son los nestros.$9
Pero los tiempos modernos traían tambi"n nuevas % claras preocupaciones e in!uietudes. 8l ser humano sólo podrá sobreponerse al desasosie&o de la "poca moderna 25
8rich 1endelsohn \*ie internationale qbereinstimmun& des neuen 4au&edanGens oder *%namiG und XunGtion\ 92O en ibidem pp. /56OW a!uí pp5 9560. 26 8rich 1endelsohn \=armonische und GontrapunGtische Xhrun& in der BrchiteGtur\ 926 en ibidem p. 6. 27 8rich 1endelsohn \1% Mn $ontribution to the *evelopment of $ontemporar% Brchitecture\ ;conferencia en la )$-B ( de mar#o de 9/< en ric 0endelsohn3 *etters o# en Architect, MsGar 4e%er ed. traducción de Eeoffre% ,trachan -ondres Bbelard ,chuman 97( pp. 75( cita 76. 28 1endelsohn \3nternationale qbereinstimmun&\ pp. /59. 29 8rich 1endelsohn \*as neu#eitliche Eesch_ftshaus\ 929 en =ein#e5Ereenber& % ,tephan rich 0endelsohn3 Gedan"enelten, pp. 9750OW a!uí en p. 0O.
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si lo&ra imponer su voluntad sobre el mundo real si lle&a a dominar los elementos naturales.O0 Bl i&ual !ue otros eAimios representantes de la cultura de Ceimar 1endelsohn pensó !ue sólo entendi"ndolas no recha#ándolas era posible resolver las tensiones !ue planteaba la vida moderna. $omo Taut % Eropius afirmaba !ue la ar!uitectura era la suma de todas las artes la @nica capa# de restablecer el e!uilibrio % por ende la senda más adecuada para a&uiDonear % apaci&uar. *e ahí !ue sólo pueda adoptar una forma estructural: 8l hombre de nuestro tiempo atosi&ado por el alocado ritmo de vida !ue lleva sólo podrá encontrar el e!uilibrio en el efecto tran!uili#ador !ue produce la dimensión hori#ontal. -a sensación dinámica del movimiento ha de ser el ori&en a su ve# de una impresión armónica !ue miti&ue la in!uietud de la "poca moderna. O )n edificio será espl"ndido si inspira una serie de emociones e!uilibradas. Eracias a su insistencia en la b@s!ueda del e!uilibrio % de la armonía 1endelsohn consi&uió atemperar sus eAcesos eApresionistas hasta niet#scheanos se podría decir !ue lo llevaban a emplear t"rminos como empuDe ilusión &anas de vivir o dominio de la naturale#a hasta lle&ar a estar convencido de su propia &enialidad. ,us edificios más sobresalientes ^la Torre 8instein (insteintrm), los &randes almacenes ,chocGen en $hemnit# la sala de cine )niversum de 4erlín % la casa $olumbus en la Potsdamer Plat# de la capital^ constitu%en un eAcelente eDemplo de sus teorías. Todos producen esa sensación de dinamismo % de sosie&o. -a Torre 8instein el primer edificio !ue constru%ó es uno de los !ue meDor plasman en la realidad las ideas de 1endelsohn ;v"ase ilustración en color <. 8ri&ida en Potsdam en un compleDo !ue a&rupaba las sedes de otros or&anismos científicos donde se al#aban otros institutos de investi&ación la Torre 8instein alber&aba un telescopio % un laboratorio ;ambos si&uen funcionando en la actualidad<. -a intención de 1endelsohn era !ue el pro%ecto sirviese para demostrar las teorías de 8instein mediante el análisis del espectro de la lu# solar. $on su forma circular en espiral % los diversos materiales empleados en su construcción la Torre 8instein se %er&ue como una estela sobre la base en la !ue se asienta un terreno hori#ontal verde en cu%o centro sur&e la edificación emulando la verticalidad de los árboles !ue crecen a su alrededor. Eracias al retran!ueo de los ventanales nin&@n saliente rompe la simetría de la estructura eAterna del edificio. 1endelsohn le dio muchas vueltas al diseño del interior de la torre al !ue trató de imprimir su estilo. -os despachos !ue pro%ectó eran austeros % mu% luminosos. -os tonos oscuros del mobiliario casaban bien con las paredes pintadas en colores suaves % las maderas preciosas % barni#adas de puertas % barandillas. *e aspecto llamativo % desde lue&o inconfundible la Torre 8instein está en armonía con el terreno sobre el !ue se asienta. 8l edificio se inte&ra perfectamente en un entorno boscoso no leDos de otros institutos de investi&ación % se al#a hacia el cielo. O2 Bl contemplarlo por primera ve# el propio 8instein eAclamó: Mr&ánicog. OO así es a pesar de tantas veces como se ha repetido este comentario. 8n palabras de 1endelsohn la 30
1endelsohn \3nternationale qbereinstimmun&\ pp. /59. 3bidem pp. 6056. 32 Bspectos en los !ue incide Norbert =use \Xacetten eines 4audenGmals\ en 0endelsohn3 er insteintrm. ie Geschichte einer 5nstandsetzng, editado por el autor ,tutt&art Uart Ur_mer 2000 pp. 52(W en este caso pp. 252O. 33 Bl menos eso ase&ura 1endelsohn en \1% Mn $ontribution to the *evelopment of $ontemporar% Brchitecture\ p. 77. 31
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eApresión utili#ada por 8instein si&nificaba !ue no es posible !uitarle nada ni en cuanto a masa ni en cuanto a dinamismo o desarrollo ló&ico sin echar abaDo el conDunto. Mr&ánico si&nifica !ue la forma eAterior se corresponde con la estructura interna Z...[ % el uso al !ue está destinado la estructura % la eApresión ar!uitectónica se combinan en un todo or&ánico donde hechos científicos e intuición creativa se unen de forma ineAtricable.O 8l edificio transmitía ;% todavía ho% se percibe< armonía tanto con la naturale#a % las construcciones !ue lo rodean como con esa apetencia por alcan#ar la verdad científica % espiritual. 8n contraste con el estricto funcionalismo de la 4auhaus !ue se tomaba las cosas mu% a pecho es un edificio !ue irradia simpatía aun!ue no fuera "sa la intención de 1endelsohn !ue siempre se planteaba mu% en serio lo !ue hacía % ase&uraba !ue para su pro%ecto se había inspirado en la teoría de la relatividad de 8instein: la simplicidad del diseño no buscaba sólo la belle#a or&ánica sino !ue aspiraba a ser una representación en hormi&ón de dicha teoría. 8n 1endelsohn influ%ó la amistad !ue le unía con el físico 8din Xinla% Xreundlich a%udante de 8instein cu%a obra ie Grndlagen der insteinschen Gra=itationstheorie ;Xundamentos de la teoría &ravitacional de 8instein< era una especie de introducción a la teoría de la relatividad. B 1endelsohn le llamaba poderosamente la atención la premisa de !ue la ener&ía tambi"n tiene masa !ue masa % ener&ía son inseparables % !ue toda materia encierra una ener&ía latente. Tension dinámica % funcionalidad % dinámica t"rminos a los !ue 1endelsohn recurría con frecuencia para referirse a su ar!uitectura los había eAtraído del libro de Xreundlich % de las conversaciones !ue había mantenido con "l % con 8instein !uien con el paso del tiempo sería un visitante asiduo de los 1endelsohn. O6 -a Torre 8instein no consi&uió su propósito de ser la eApresión de la teoría de la relatividad. desde lue&o no todos sus contemporáneos dieron su aprobación al edificio ni compartieron el entusiasmo de 1endelsohn por su propia &enialidad. $omo era de suponer en un primer momento los funcionarios de Potsdam recha#aron el pro%ecto por no considerarlo adecuado al entorno % sólo a re&añadientes lle&aron a dar el visto bueno. =ubo reacciones para todos los &ustos % no eran pocos los !ue coincidían con las mordaces observaciones del crítico de arte Paul Cestheim !ue en a!uel edificio no veía sino la eApresión de la autoJcomplacencia de un diletante. ,e&@n Cestheim la Torre 8instein no ha sido diseñada si&uiendo los patrones obDetivos de la in&eniería sino !ue co!uetea peli&rosamente con al&unos de tales elementos. B pesar de sus ribetes modernistas resulta tan &randiosa !ue recuerda el estilo del monumento a la &uerra de la liberación (;Hl"erschlachtden"mal) % del monumento al +hin de la "poca de 4ismarcG. -a torre de Potsdam tiene menos de observatorio !ue de &i&antesco anuncio publicitario de la 34
8rich 1endelsohn \The 3nternational $onsensus on the Ne Brchitectural $oncept or *%namics and Xunction\ 92O en rich 0endelsohn3 Complete Wor"s o# the Architect3 !"etches, esigns, Bildings, traducción de BnDe Xritsch ori&inal alemán de 9O0W Princeton Princeton Brchitectural Press 992 pp. 225OW a!uí p. OOW puede coteDarse con la versión li&eramente modificada !ue eApone el propio ar!uitecto en \1% Mn $ontribution to the *evelopment of $ontemporar% Brchitecture\ pp. 77 % (2. 35 =use \Xacetten eines 4audenGmals\ pp. 2O25O2 % 1endelsohn \1% Mn $ontribution to the *evelopment of $ontemporar% Brchitecture\ pp. 7757(.
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ori&inalidad del ar!uitecto. o diría !ue es la Torre 1endelsohn Z...[ ,i fuera un ar!uitecto más dotado su estilo revestiría una ma%or consistencia estructural % no daría cabida a tantos detalles !ue apartándose de su función ori&inal nos llevan a pensar @nicamente en su creador. 1endelsohn revela una &randiosa autocomplacencia fruto de la &enialidad % del diletantismo. $arece de la preparación suficiente para !ue se le considere un maestro ar!uitecto en sentido &enuino circunstancia !ue le permite sin embar&o manipular los materiales con esa especie de in&enuidad !ue causaría sonroDo a cual!uier comerciante ave#ado !ue anduviese a la ca#a de un pro%ecto práctico % para un uso determinado. O7
-a Torre 8instein tampoco fue un prodi&io como construcción. Pasados cinco años hubo !ue reali#ar arre&los de importancia a los !ue se&uirían muchos más % no siempre para bien ;habría !ue esperar a finales de la d"cada de 990 para llevar a cabo una restauración completa compleDa % realmente científica !ue devolviera al edificio todo su esplendor<. -a fascinación !ue 1endelsohn sentía por el hormi&ón % el hormi&ón armado iba más allá de las posibilidades t"cnicas !ue ofrecían tales materiales. Bl final el edificio se constru%ó recurriendo a materiales mu% diferentes incluidos ladrillos cemento % hormi&ón armado !ue no siempre casaban mu% bien % !ue fueron la causa principal de los problemas estructurales del edificio. O( 8l enlucido de la fachada daba la sensación de !ue todo el edificio era de hormi&ón pero no se trataba más !ue de una ilusión modernista. B pesar de todo la Torre 8instein es una construcción sin&ular. =asta el uso incorrecto del hormi&ón disimula la pesada estructura del edificio % le confiere un aspecto li&ero dinámico plasmado en esas formas redondeadas en el sentido de una espiral ascendente. 1etafóricamente podría decirse !ue 1endelsohn hi#o !ue pasasen a la historia los perfiles an&ulosos % las es!uinas en án&ulo recto de tantos % tantos edificios. -a Torre 8instein es como una ele&ante escultura !ue presenta el aspecto de una enorme mole. ,u levedad % su proporcionalidad ambas ilusorias constitu%en un testimonio ini&ualable de la in!uietud espiritual % de la eAplosión de creatividad de la cultura de la "poca de Ceimar. 8sas mismas cualidades !uedan patentes en los &randes almacenes !ue 1endelsohn diseñó en la d"cada de 920 % a comien#os del decenio de 9O0 Jcomo los de Nurember& ,tutt&art % $hemnit# para los hermanos ,chocGenJ o en la casa $olumbus en la Potsdamer Plat# de 4erlín. 8n estas construcciones 1endelsohn refrena el eApresionismo !ue tan claramente transmiten el cemento % el enlucido de la Torre 8instein aun!ue en lo fundamental mantiene los principios !ue inspiran sus pro%ectos. 1endelsohn encontró un socio perfecto en ,alman ,chocGen !uien no pretendía edificar una tienda luDosa sino un templo destinado al consumo de masas. 8l meDor de los tres almacenes !ue constru%ó es el de $hemnit# diseñado % eri&ido entre 92/ % 9O0W es uno de los edificios más lo&rados de 1endelsohn li&ero % dinámico a pesar de su maci#a estructura de sus nueve alturas % setenta metros de lar&o. ,ituado en una enorme parcela 36
Paul Cestheim citado por =use en \Xacetten eines 4audenGmals\ pp. 2526. ?"ase especialmente =use 0endelsohn. ,i damos por buenas las proporciones !ue se emplean en la actualidad 1endelsohn no utili#aba bastante acero como para hablar de hormi&ón armado. ?"ase Eerbard Pichler \*ie 4auGonstruGtion oder: Carum bleib der 8insteinturm ein Pfle&efallK\ en =use 0endelsohn, pp. 950W en este caso p. 97. 37
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en el centro de la ciudad se distin&uía de los edificios !ue lo rodeaban por su vi&oroso modernismo ;fi&. 6..<. Para conse&uir a!uella sensación de li&ere#a % dinamismo 1endelsohn recurrió a los materiales preferidos de los modernistas a saber hormi&ón armado % cristal. -as cinco hileras id"nticas de ventanales i&uales transmiten una sensación de levedad a todo el edificio al tiempo !ue permiten !ue la lu# del sol inunde las mercancías eApuestas a la venta en el interior. B ambos lados se al#an las escaleras principales tras unas cristaleras compuestas de veinticinco ventanas más pe!ueñas diseñadas por 1endelsohn para transmitir una impresión de más altura de dinamismo vertical. -as cuatro plantas superiores están retran!ueadas como &radas lo !ue contribu%e a la sensación de li&ere#a !ue emana de todo el edificio. Pero lo !ue más impresiona es su curvatura !ue Dunto con el acristalamiento continuado ali&era la estructura % le confiere dinamismo. 8l recurso a las vi&as voladi#as en la construcción permite disimular los pilares verticales de car&a o las vi&as de acero de perfil en forma de ele !ue romperían la continuidad del acristalamiento de la fachada ;fi&s. 6.6. % 6.7.<. 8l pro%ecto de 1endelsohn no tenía nada !ue ver con las pesadas construcciones de piedra de otros &randes almacenes construidos con anterioridad. 8n la tienda de $hemnit# hi#o realidad el concepto de tensión dinámica sobre el !ue tantas veces escribiría: la aparente contradicción de !ue la masa estática de un edificio firmemente asentado en el suelo &racias al hormi&ón % al acero transmita una impresión de dinamismo. Podría decirse !ue en esta obra se pone de manifiesto todo lo !ue encierra la modernidad la tensión entre contemplación % movimiento tradición % pro&reso. O/
38
Para un análisis del pro%ecto % de la obra v"ase Tilo +ichter rich 0endelsohn a#has !choc"en3 Fdische ltrgeschichte in Chemnitz, edición a car&o del 8van&elischer Xorum $hemnit# -eip#i& Passa&e5?erla& 99/ pp. 7(59O con comentarios del propio 1endelsohn pp. /05/ % 1endelsohn \1% Mn $ontribution to the *evelopment of $ontemporar% Brchitecture\ p. 7/.
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1uDeres: i&uales derechos i&uales responsabilidadesg ?otad a la socialde5 mocraciag. 8l ,P* trata de &anarse el voto femenino con la ondeante bandera roDa del socialismo !ue defiende la i&ualdad. 8l camarada masculino sin embar&o va un paso por delante ;=essisches -andesmuseum. *armstadt<.
2. \?o&ue el perfume de este invierno\. -os anuncios para seducir a la muDer consumidora alcan#aron su apo&eo en la d"cada de 920. -a ima&en de la muDer moderna rica % ele&ante servía para vender cual!uier producto desde deter&ente hasta perfumes. 8n la ima&en una muDer mu% enDo%ada parece desprender un delicioso aroma. Mbs"rvese la limpie#a de los tipos de letra ;)llstein 4ild F The Eran&er $ollection Nueva orG<.
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O. 8rnst -udi& Uirchner Atorretrato =estido de soldado, 96. Tras combatir en la Primera Euerra 1undial Uirchner sufrió una depresión nerviosa. 8n este autorretrato se representa ataviado con el uniforme militar % mutilado ;aun!ue no resultó físicamente herido<: ha perdido la mano con la !ue pinta. -a modelo de presencia altamente erótica le resulta tan inalcan#able en el cuadro como en la vida real. Mbservamos el rostro oDeroso % tenso de Uirchner. -os motivos del cuadro las formas an&ulosas % la vive#a del color son otros tantos ras&os distintivos del eApresionismo. Uirchner trata de refleDar !ue la violencia de la &uerra trae consi&o efectos devastadores. Nunca se recuperó de a!uella depresiónW las continuas recaídas sumadas a la persecución de !ue fue obDeto por parte de los na#is lo arrastraron al suicidio en 9O / ;Bllen 1emorial Brt 1useum Mberlin $olle&e MhioW $harles X. Mlne% Xund 960<. . 8rich 1endelsohn Torre 8instein (insteintrm), construida entre 920 % 92. 1endelsohn fue uno de los más eminentes % reconocidos ar!uitectos de la Blemania de Ceimar. Pro%ectó la torre como laboratorio % observatorio donde verificar las teorías de 8instein con la idea de !ue sus líneas eApresasen la esencia de la relatividad. Hui#á no lo lo&rase pero la fachada lisa las ventanas escondidas la ausencia de detalles ornamentales % la belle#a del conDunto hacen de este edificio un eDemplo tan ori&inal como llamativo de la ar!uitectura moderna. ,e cuenta !ue la primera ve# !ue 8instein fue a verlo eAclamó admirado: \Mr&ánicog\. 8l edificio aparece tal como puede contemplarse en la actualidad tras una concien#uda % eAcelente labor de restauración ;Xoto&rafía del autor<.
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6. =annah =>ch Cortado con n cchillo de cocina ada, 99. =>ch fue una de las pioneras del fotomontaDe. Para esta composición recortó imá&enes del Berliner 5llstrirte Qeitng % !ui#á de otras publicaciones disponi"ndolas de forma !ue el material así reunido careciese de sentido. $abe#as % cuerpos aparecen me#clados sin ra#ón aparente. -as personas parecen flotar entre ruedas dentadas % coDinetes. ,e distin&uen manifestaciones multitudinarias % caricaturas de diri&entes políticos. -a obra pone de manifiesto el impulso la fo&osidad % las amena#as !ue suscita la modernidad. Tal me#colan#a es tambi"n representativa del movimiento dadá del !ue =>ch formaba parte entonces ; 2009 ?e&ap 1adrid F ?E 4ildGunst 4onn<.
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7. =annah =óch Amor entre los ar/stos, 926. B mediados de la d"cada de 920 si&uiendo el estilo entonces dominante de la Nueva MbDetividad la obra de =óch &anó en contención. ,in embar&o no desaparece la profunda intencionalidad crítica de sus pinturas fotomontaDes % composiciones foto&ráficas. 8n este caso subvierte las discriminaciones por motivos de ra#a o de seAo al representar a un hombre africano % a una muDer europea cu%a cabe#a aparece superpuesta sobre el torso de un hombre a punto de hacer el amor. Mbras como "sta sacaban de !uicio a la derecha. )na ma%oría de la i#!uierda or&ani#ada tampoco aceptaba el arte moderno anteponiendo en sus &ustos el estilo naturalista a la hora de representar a heroicos proletarios de &"nero masculino ;' 2009 ?e&ap 1adrid F ?E 4ildGunst 4onn<.
. =annah =>ch 0onmento 55. ;anidad, 927. -a artista planta cara una ve# más a los convencionalismos aceptados en cuanto a belle#a seAo o ra#a. ,obre el pedestal de una estatua clásica superpone diferentes elementos: las eAtremidades inferiores de un cuerpo femenino un torso masculino % una máscara de ori&en africano ;' 2009 ?e&ap 1adrid F ?E 4ildGunst 4onn<.
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/. $artel político: -as consecuencias del bolchevismo: &uerra paro hambre 9/. )no de los primeros carteles de la Bsociación para la -ucha contra el 4olchevismo uno de tantos &rupos de derechas aislados % efímeros. Normalmente en las parodias del bolchevismo se recurría a ras&os de animales !ue evocaban a los africanos ;Poster $ollection E8 /6/B =oover 3nstitution Brchives<.
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Xi&. 6..: ?ista a"rea de los &randes almacenes ,chocGen de 8rich 1endelsohn en $hemnit# construidos entre 99 % 9O0. $omo la casa $olumbus ;v"ase fi&. 2.O.< rodeado de construcciones tradicionales el edificio constitu%e una vi&orosa afirmación del estilo modernista ;,chlossber& 1useum $hemnit#<.
Xi&. 6.6.: 8rich 1endelsohn &randes almacenes ,chocGen en $hemnit# 9299O0 vista de la fachada. 8l recurso a vi&as de acero de perfil en forma de ele % al hormi&ón armado permitieron a 1endelsohn disimular la pesade# de la estructura % cubrir la fachada con superficies acristaladas en cada planta de forma !ue todo el edificio transmite una impresión de li&ere#a al tiempo !ue la curvatura le confiere un aspecto car&ado de dinamismo ;,taatliche 1useen #u 4erlin UunstbibliotheG<.
eso !ue sólo se trataba de unos &randes almacenes de un templo del consumo. $omo %a hemos señalado los lien#os acristalados permitían !ue la lu# solar real#ase las mercancías eApuestas: el colorido de los diferentes productos casaba bien con los tonos suaves de las paredes. *ispuesta con precisión tambi"n la iluminación el"ctrica resaltaba la mercancía % en&randecía el mismo acto de comprar. -os ascensores % las escaleras mecánicas eran ele&antes % de buen &usto. ?isto desde el eAterior la iluminación constante confería una pátina de modernismo a los edificios colindantes al tiempo !ue les servía de soporte publicitarioW en el interior los productos en venta resultaban más atractivos. 8l buen tino con !ue se habían situado los escaparates permitía ver el interior del edificio desde la calle no sólo los obDetos !ue estaban eApuestos sino tambi"n la forma en !ue se
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presentaban tras los mostradores. O9 Nin&@n elemento interior o eAterior era meramente ornamental sino !ue estaban pro%ectados con un propósito: !ue los clientes pudiesen despla#arse con facilidad por la tienda ir de un mostrador a otro de una sección a otra para incrementar las ventas o para mover la mercancía como diría un comerciante norteamericano. 8n el caso de 1endelsohn como en el de Taut no es posible tra#ar una línea divisoria entre la tra%ectoria eApresionista !ue si&uieron al principio de su carrera % sus pro%ectos posteriores. 8l edificio de los &randes almacenes de $hemnit# es más austero !ue la Torre 8instein. Pero muchos de los principios por los !ue 1endelsohn luchó están presentes en ambas construcciones: la curvatura de las estructuras la ausencia de ornamentación las fachadas lisas % la atención a la lu#. 1endelsohn sustitu%ó la simpatía !ue irradia la Torre 8instein por el placer de ir de compras en $hemnit#. Bmbos edificios estaban concebidos para ale&rar la vista % ensanchar el espíritu ambos evocaban a!uella eAclamación !ue 8instein no pudo contener al contemplar su torre: Mr&ánicog. Xi&. 6.7.: 8rich 1endelsohn &randes almacenes ,chocGen en $hemnit# 92959O0 vista nocturna. -os ventanales permitían !ue la lu# del sol inundase las mercancías eApuestas en el interior. Por la noche producían el efecto contrario: la lu# artificial salía a raudales de los almacenes dando la sensación de !ue todo el edificio resplandecía ;,taatliche 1useen #u 4erlin UunstbibliotheG<.
Tanto 1endelsohn como Taut se apartaron del funcionalismo estricto con su dure#a de líneas % ausencia de color. B 1endelsohn le atraían las formas curvasW Taut recurrió al color sin discreción % Dunto con Ca&ner introduDo elementos caprichosos en sus pro%ectos como las esca5 leras en torre en al&unos de los blo!ues de viviendas de 4rit# para romper la monotonía de tanta línea recta % desnuda. Bl contrario !ue muchos modernistas !ue se limitaban a levantar sus edificios tan refinados desde un punto de vista est"tico pero aDenos a su empla#amiento Taut % 1endelsohn prestaron mucha atención a los entornos en los !ue se al#arían sus construcciones aun!ue al decir de varios críticos daba la impresión de !ue sus edificios procedían de 1arte. *e nin&@n modo pretendían sin embar&o !ue se confundieran con el sitio al !ue estaban destinados. No en vano ambos levantaron 39
?"ase 1endelsohn \Neu#eitliches Eesch_fthaus\.
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estructuras sin&ulares incluso sobreco&edoras !ue no había forma de i&norar. Pero mientras Taut siempre mimó las #onas boscosas % los espacios verdes en los !ue habrían de asentarse sus edificios para procurar un ambiente de sosie&o tras la aDetreada vida urbana % romper la monotonía de las estructuras rectan&ulares de siempre 1endelsohn buscó !ue sus edificios se adaptasen a las aceras % a las calles de la ciudad donde se al#aban: tenía la ima&en de esa #ona en la cabe#a contaba con la presencia de los peatones % los vehículos % muchas veces los dotaba de fachadas curvas para miti&ar la a&itación de la ciudad moderna % poner de relieve la sensación de movimiento !ue producía rodear sus construcciones. B propósito de uno de sus primeros lo&ros la ampliación % restauración de la editorial 1osse en 4erlín escribiría: un edificio no es un espectador a !uien le d" i&ual !ue los coches va%an deprisa !ue el tráfico sea fluido o est" atascado sino !ue ha pasado a ser un elemento !ue absorbe % participa de ese aDetreo Z...[ 8l e!uilibrio de los elementos !ue lo componen sosie&a el ritmo fren"tico (6er=osit
8n muchos de sus escritos % discursos 1endelsohn criticaría abiertamente el funcionalismo estricto. ,in nombrarlo el obDeto de sus pullas era Calter Eropius celeb"rrimo fundador de la escuela bauti#ada como 4auhaus % otro de los ar!uitectos le&endarios del si&lo . Bl finali#ar la Primera Euerra 1undial Eropius tambi"n tenía la cabe#a llena de esperan#as utópicas. $olaboró con Taut en innumerables manifiestos % pro%ectos durante la revolución de 9/J99. Bl i&ual !ue muchos Eropius pensaba !ue el incontestable desastre !ue había supuesto el primer conflicto b"lico mundial 40
1endelsohn \3nternational $onsensus\ p. 2/. ?"ase la carta de 8rich 1endelsohn a -uise 1endelsohn del 6 de noviembre de 92 en 4eber ric 0endelsohn3 *etters o# an Architect, pp. (5( % su elo&ioso comentario \XranG -lo%d Cri&ht\ 927 en =ein#e5 Ereenber& % ,tephan rich 0endelsohn3 Gedan"enelten, pp. /O5/7. 41
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entrañaba una ruptura definitiva con el pasado: tanto los artistas como la sociedad en su conDunto se encontraban a la deriva % buscaban un rumbo o como escribía en 99: 8n nuestros días el artista vive en una "poca de disolución. 8stá solo. -as vieDas formas artísticas no son sino ruinas el entumecido mundo se ve sobresaltado el anti&uo espíritu humano %a no vale de nada % está a merced de nuevas formas. 8stamos flotando en el espacio % a@n no atisbamos un nuevo orden... 2 8n un momento así tratar de contempori#ar con una ar!uitectura historicista sería un insensato eDercicio de nostal&ia de un mundo !ue Damás podría ser restaurado: más valía aferrarse a la realidad profundi#ar en esa ruptura con el pasado % dar paso a al&o nuevo !ue refleDase % modelase las condiciones de la modernidad. *ecidido defensor de la nueva ar!uitectura Eropius estaba convencido de !ue la est"tica modernista sería capa# de transformar al ser humano % la sociedad conduci"ndoles a una nueva era de armonía % creatividad. No encontraría meDor motor para difundir sus ideas !ue la famosa escuela de la 4auhaus fundada por "l mismo en 99 con a%uda del &obierno socialdemócrata de la re&ión de ,aDoniaJCeimar. ,i&uiendo el propósito de Eropius la mencionada escuela echaría abaDo una tras otra todas las barreras: entre las diferentes parcelas artísticas entre arte % artesanía entre profesores % estudiantes entre má!uinas % hombres entre arte % sociedad. M como escribiría más adelante: la educación en la escuela ha de servir para desarrollar las dotes naturales de cada individuo para !ue sea capa# de abarcar la vida como un todo como una @nica entidad cósmica. O 8l pro&rama de estudios contemplaba tanto la enseñan#a de la artesanía como la de artes más tradicionales escultura o pintura. -os alumnos aprendían a trabaDar el metal a la ve# !ue tipo&rafía foto&rafía o carpintería así como diseño dibuDo telares o alfarería. 8ntre sus maestros fi&uraban al&unos de los !ue %a eran o no tardarían en serlo pintores % ar!uitectos aclamados del si&lo como Cassil% UandinsG% Paul Ulee -ás#ló 1ohol%5Na&% % 1ies van der +obe entre otros. 1ás !ue de profesores se les trataba de maestros vocablo !ue evocaba el mundo artesanal de los aprendices % principiantes con lo !ue se intentaba inculcar un trato social menos formal !ue el !ue se estilaba en las universidades % academias de bellas artes de Blemania. 8n a!uella escuela lo !ue alentaría la creatividad serían las relaciones de amistad !ue sur&ieran entre maestros % alumnos fuera del trabaDo mediante Due&os conferencias poesía m@sica o bailes de disfraces. Tales reuniones debían se&uir un ceremonial estimulante. 8n comparación con la estricta Derar!uía % la abismal distancia social !ue se interponía entre profesores % alumnos en las universidades alemanas tal relación %a era revolucionaria de por sí aun!ue no deDe de chocarnos la idea de !ue se inculcase a alumnos % maestros la necesidad de !ue se divirtieran. $omo 1endelsohn % Taut Eropius tambi"n pensaba !ue por sus características especiales la ar!uitectura estaba llamada a desempeñar un papel sin&ular en la creación de un arte nuevo de una sociedad nueva. 8l resultado del trabaDo ar!uitectónico el edificio no !uedaba rele&ado a un museo tipo mausoleo como en el caso de la pintura o de la escultura sino !ue todo el mundo podía contemplarlo en el acontecer diario. Para 42
$itado en -ane Architectre and Politics, pp. 6. Calter Eropius The 6e Architectre and the Bahas, -ondres Xaber and Xaber 9O6 p. 62. Traducción española de 4eatri# de 1oura Eur&el *a ne=a aritectra y la Bahas, 4arcelona -umen 977. 44 Calter Eropius \Pro&ram of the ,taatliches 4auhaus in Ceimar\ en W4!, pp. O6O/ cita O7. 43
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eri&irlo era preciso contar con los servicios de diferentes artistas además de artesanos cualificados. 8n ese sentido la ar!uitectura era la @nica manifestación artística or&ánica !ue en&lobaba todas las demás. -a ar!uitectura era una síntesis !ue se situaba por encima de la división aceptada entre obra de arte % labor artesanal % el estudio sería el lu&ar donde se produciría tal unión donde el mero esbo#o % representación del mundo se&@n las pautas de !uien dice por dónde han de ir las cosas % el artista !ue las lleva a la práctica desembocan en una suerte de recreación del mundo. Eropius eAi&ía !ue ar!uitectos escultores % pintores recuperasen la artesanía por!ue el arte no es una profesión. No ha% diferencia entre el trabaDo de un artista % el de un artesano Z...[ ]untos perse&uiremos concebiremos % crearemos la nueva estructura del futuro !ue será capa# de hacer de la ar!uitectura la escultura % la pintura una sola cosa hasta !ue lle&ue el día en !ue millones de trabaDadores la alcen en sus manos hasta el cielo como el símbolo de cristal de una nueva fe.6 Ni si!uiera Taut se habría eApresado con tanta vehemencia. Pero no se trataba de una ocurrencia de Eropius sino de una consecuencia del fervor revolucionario de 99. $omo %a les había sucedido a Taut % 1endelsohn en la se&unda mitad de la d"cada de 920 sus puntos de vista al i&ual !ue sus diseños fueron atemperándose % &anando en predicamento aun!ue tampoco sea posible hablar de dos fases en la obra de Eropius: comien#os utópicos o eApresionistas deDados de lado en aras de la Nueva MbDetividad. Podríamos calificar su tra%ectoria como or&ánica en la medida en !ue sus meDores edificios fueron una consecuencia de la ima&inación % fantasía !ue alumbró la revolución % de las oportunidades !ue traDo la +ep@blica. ,iempre se mostró contrario a la ar!uitectura muerta tan com@n antes de la &uerra ocupada sólo en reproducir el pasado con todos sus oropeles. +ene&amos de esa ar!uitectura. -o !ue pretendemos es crear una ar!uitectura limpia or&ánica !ue irradie su ló&ica interna desde su propia desnude# libre de fachadas sobrecar&adas % arteros atavíosW !ueremos una ar!uitectura !ue encaDe en nuestro mundo de má!uinas radios % coches rápidos una ar!uitectura cu%a función pueda ser claramente reconocible &racias a la relación !ue &uardan las propias formas entre sí. 7
3nfati&able Eropius ponía todo su empeño en sacar adelante su concepto modernista: la belle#a de un edificio viene dada por su funcionalidadW ambas forman un todo inseparable. 8n ve# de una fachada sobrecar&ada la nueva ar!uitectura sólo contaría con líneas depuradas % eAteriores lisos suficientes para poner de manifiesto la función a !ue estaba destinado cual!uier edificio %a fuese blo!ue de viviendas empresa o fábrica. Por otra parte la belle#a sería el resultado tambi"n de los materiales empleados en su construcción. Nin&@n edificio tenía !ue recurrir a referentes históricos ni imitar estilos del pasado %a fuera la Btenas clásica la +oma del +enacimiento o la ?iena del barroco. -a @nica referencia de un edificio ha de hallarse en sí mismo en su funcionalidad % en los tiempos modernos en !ue ha sido concebido. $omo el propio Eropius ase&uró en diversas ocasiones por escrito o en conferencias 45
3bidem p. O6. Calter Eropius \The Theor% and Mr&ani#ation of the 4auhaus\ 92O en Bahas 1919&r9$?, edición a car&o de =erbert 4a%er revisada por Calter Eropius e 3se Eropius 9O/ Nueva orG 1useum of 1odem Brt 9(6 pp. 20529 cita 2(. 46
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!ue pronunció durante la "poca de Ceimar % en adelante los nuevos materiales industriales Jel acero el hormi&ón armado % el cristalJ abrían insospechadas posibilidades. -os ar!uitectos podrían diseñar estructuras mucho más li&eras. -a car&a !ue soporta un edificio %a no descansaría en los muros maestros sino en su es!ueleto de aceroW el @nico cometido de los elementos eAteriores de un edificio se reduce a servir de pantalla !ue proteDa a sus moradores del ruido la lluvia % el frío. -as ventanas %a no serían esos a&uDeros !ue había !ue horadar en sólidas paredes de piedra sino una superficie continua de cristal separada tan sólo por finas lamas de acero. Z-a[ centelleante inconsistencia Zdel cristal[ % la forma en !ue parece flotar entre pared % pared tan liviana como el aire añade una nota de ale&ría a los edificios modernos. ( -a nueva ar!uitectura descorre sus paredes como si fueran cortinas para !ue entren el aire puro la lu# % el sol. 8n lu&ar de asentar los edificios sobre el terreno con imponentes cimientos los deposita en el suelo levemente pero con firme#aW % toma cuerpo no imitando estilos o con perifollos ornamentales sino &racias a esos sencillos diseños limpiamente esbo#ados en los !ue cada elemento se fusiona de forma natural en el volumen de un todo !ue los en&loba de modo !ue su est"tica responde a nuestras nece5 sidades materiales % psicoló&icas./
Por otro lado las cubiertas planas sirven para disimular los detalles menos est"ticos de los edificios como los canalonesW pueden utili#arse como #onas de Due&o % resultan más rentables por!ue reducen los costes de mantenimiento. B la hora de llevar a la práctica esta nueva ar!uitectura Eropius i&ual !ue Taut 1endelsohn % tantos otros recurría al t"rmino definitivo de or&ánica con lo !ue se refería a la unidad entre todos los elementos en un estado de e!uilibrio así como a la armonía !ue debía eAistir entre la forma % la función de un edificio. 9 ,in elementos decorativos el orden % la inte&ración adecuados de la forma % la función crean belle#a. ,i está bien diseñado el edificio ha de sacar incluso a la lu# la belle#a propia de los materiales empleados en su construcción. -a obra en su conDunto no será el resultado de un &enio creativo aislado sino de un colectivo en el !ue participen artistas % artesanos. el resultado final será eminentemente moderno un edificio como tiene !ue ser práctico libre de todo adorno superfluo rentable sólo &racias a la composición c@bica de sus vol@menes.60 -a importancia ar!uitectónica de un edificio moderno Jescribiría más tardeJ no es sino el resultado de la fuer#a % la coherencia de sus proporciones or&ánicas. *ebe ser fiel a sí mismo. 6 como la ar!uitectura es la eApresión más sublime de los ideales espirituales de una "poca una ar!uitectura !ue aspire a ser or&ánica habrá de ser un refleDo de la cohesión interna de esa "poca !ue ella misma propicia. 62 Eropius era un firme defensor de las má!uinas % de la producción industrial. Bsí era la realidad moderna % los estudiantes de arte debían estar preparados para desarrollar su 47
Eropius The 6e Architectre and the Bahas, pp. 27529. 8n este caso Eropius se refería en concreto a viviendas pero sus ideas son aplicables a edificios modernos destinados a otros usos. 48 3bidem pp. O5. 49 Eropius \The Theor% and Mr&ani#ation of the 4auhaus\ p. 20. 50 $itado en -ane Architectre and Politics, p. 7(. 51 Eropius The 6e Architectre and the Bahas, p. /6. 52 Eropius \The Theor% and Mr&ani#ation of the 4auhaus\ p. 60.
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trabaDo en ese mundoW no deDarse arrastrar por la nostal&ia de los supuestos &enios artísticos individuales del pasado !ue solos trabaDaban en una pintura o en una escultura. 8l artista moderno tenía !ue diseñar lámparas sillas bisa&ras cual!uier obDeto susceptible de ser producido de manera industrial. 8n los edificios había !ue usar materiales prefabricados así como planos % módulos estandari#ados. Eropius creía !ue era posible trasponer el sistema introducido en las fábricas a las obras un punto de vista !ue compartían Taut % otros. 6O 8l edificio 4auhaus de Eropius del !ue tanto se ha escrito era J% es puesto !ue si&ue en pie % en mu% buen estadoJ un ma&nífico eAponente de los principios !ue inspiraban sus diseños % una de las &randes creaciones de la "poca de Ceimar ;fi&. 6.(.<. ,e compone de elementos relacionados por la función !ue cumplen: tres cubos unidos entre sí por pasarelas interiores. $ada cubo cumple una función distinta: talleres % auditorioW aulas despachos % bibliotecaW estudios comedor % dormitorios. ,i&uiendo los principios modernistas las estructuras de car&a permanecen ocultas con lo !ue el eAterior ofrece una ima&en de et"rea li&ere#a. -lama la atención la superficie rectan&ular de cristales sólo separados por finas barras de acero !ue permite !ue la lu# natural entre a raudales en estudios % talleresW por la noche iluminado el edificio parece lan#ar destellos. 8l escritor ruso 3l%a 8hrenbur& nos ha deDado un testimonio de la &rande#a del pro%ecto % de los elementos !ue lo componen: $uando por fin contempl" el edificio 4auhaus !ue parece hecho de una sola pie#a como una idea obsesiva % su transparente fachada de cristal !ue sobresale formando parte del aire % distinta de "l a un tiempo por!ue tal es el efecto buscado me detuve al momento Z% me !ued"[ admirando Zesa[ maravilla de simplicidad.6 -as pasarelas !ue unen los tres cubos saltan a la vista una prueba más de la in!uebrantable fe de Eropius en el reverenciado vocablo or&ánico: todas las partes &uardan una estrecha relación % ni uno solo de los elementos tiene sentido por sí mismo. Por otro lado Eropius diseñó tambi"n las casas del e!uipo directivo % del director del centro del mismo estilo !ue el edificio principal. 8n *essau Eropius hi#o realidad lo !ue "l llamaba la visión total. Bun!ue el edificio fue todo un "Aito 1endelsohn debió de pensar !ue Eropius se había eAcedido. Todas las aseveraciones de "ste sobre el trabaDo colectivo la normali#ación % la producción industrial sonaban a defensa de a!uellos elementos de la modernidad !ue más le espantaban a 1endelsohn !ue se&@n "l culminarían con la aparición de una sociedad marcada por la monotonía % re&ida por masas anodinas. -os dos eran modernistas pero la visión de conDunto de Eropius constituía todo un reto para la idea niet#scheana !ue propu&naba 1endelsohn en cuanto a la &enialidad creativa del individuo. Para "l además el funcionalismo representaba sólo los prole&ómenos de la ar!uitectura los re!uerimientos t"cnicos !ue ha% !ue dominar. Nada más: por muchas mediciones % cálculos !ue se ha&an con todos los medios t"cnicos a nuestro alcance no basta para hacer ar!uitectura a lo &rande. 66 -a ar!uitectura si aspira a ser sublime habrá de unir funcionalidad % dinámica. ,ólo de la interrelación entre funcionalidad % dinámica entre 53
Eropius preconi#aba la aplicación de los m"todos de fabricación industrial en las obrasW v"ase The 6e Architectre and the Bahas, pp. O5O. 54 $itado en *ennis ,harp Bahas, essa3 Walter Gropis, *ondres, Phaidon 99O pp. 26527. 55 1endelsohn \3nternationale qbereinstimmun&\ p. 6.
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lo real % lo irreal entre la conciencia % lo inconsciente entre ra#ón % sentimiento entre la infinitud % lo limitado puede sur&ir el deseo acusado e imparable de crear la pasión por el espacio !ue eAperimenta el ar!uitecto. 67 M como afirmaría más tarde: -a dinámica de la ar!uitectura pone de relieve la tensión propia de los materiales elásticos de un edi5 ficio el movimiento % el retraimiento !ue se producen en el seno de la inalterable estabilidad del propio edificio. 6( 8n opinión de 1endelsohn sólo una ar!uitectura !ue sacase a la lu# tales tensiones podría ser calificada de sublime desde el punto de vista de la modernidad. Xi&. 6.(.: Calter Eropius edificio 4auhaus en *essau construido en 9265927. 8l edificio 4auhaus el más representativo de la "poca de Ceimar era ;% es< la afirmación más contundente de la est"tica modernista. ,u belle#a se debe tanto a los materiales utili#ados en su construcción como al uso al !ue estaba destinado. $omo en los &randes almacenes de ,chocGen de 1endelsohn la repetición de hileras acristaladas ali&era la estructura al tiempo !ue permite !ue la lu# entre a raudales en los estudios. Tras haber sido restaurado el edificio alber&a una escuela de diseño. ;Xoto&rafía del autor<.
=ubo !uienes fueron mucho más leDos en sus críticas de las !ue no se salvaba ni el propio 1endelsohn a !uien denostaban por haber creado una ar!uitectura est"ril materialista % mecanicista !ue desconcertaba a hombres % muDeres al apartarlos de la tradición. 8n opinión de muchos de esos críticos la revolución espiritual !ue con sus escritos % pro%ectos preconi#aban Taut 1endelsohn Eropius % otros modernistas era como trasladar las fábricas a los barrios residenciales el triunfo de la civili#ación mecanicista sobre la aut"ntica espiritualidad !ue de forma eminente representaban la historia % la cultura alemanas. ,e&@n ellos los modernistas habían reducido al hombre a su mera condición materialW en lu&ar de superar la depravación de la "poca los ar!uitectos modernos se habían deDado arrastrar por ella cuando no la habían fomentado. *esde su punto de vista belle#a e historia eran entidades inseparables: para ser considerado como bello aparte de estar anclado en la historia un edificio tenía !ue inspirar valores intemporales. Pero los modernistas habían optado por la ciru&ía radical habían privado a los edificios de todo lo !ue tuviese !ue ver con la profundidad % la espiritualidad !ue hundían sus raíces en el pasado. -os modernistas no eran artistas sino meros in&enieros. 1uchos de estos censores pensaban !ue las casas prefabricadas aireadas % prácticas de Taut Eropius % -e $orbusier eran construcciones frías !ue no aportaban nadaW en cuanto 56 57
3bidem p. 62. 1endelsohn \1% Mn $ontribution to the *evelopment of $ontemporar% Brchitecture\ p. 7(.
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al veto a los adornos % muebles vieDos lo consideraban síntoma de una sensibilidad enfermi#a !ue rene&aba de la historia % de la tradición. =abía !uien afirmaba !ue sólo un intelectual desarrai&ado un nómada podía considerar como ho&ar la estructura de hormi&ón armado % cristal de -e $orbusier !ue formaba parte de la c"lebre Ceissenhof ,iedlun& de ,tutt&art !ue no parecía &uardar nin&una relación con su entorno como si sólo por un momento se hubiera di&nado posarse en la tierra. 8n su opinión nadie en su sano Duicio deseaba empotrar la cama durante el día ni vivir en una casa !ue careciera de un dormitorio para hacer el amor descansar soñar concebir hiDos dar a lu# % morir. -lamativa síW habitable no. 6/ Mtro crítico aseveraba !ue Ceissenhof se había pro%ectado % construido sin tener en cuenta lo !ue una familia necesita para decir !ue una casa es su ho&ar. 8l interior de los edificios pensado por 1ies van der +ohe carecía de rellanos o barandillas % eso unido a los enormes ventanales abiertos al vacío hacía !ue a!uellas casas fueran un peli&ro para los niños. Mrientadas al sur recibían la lu# del sol durante mucho tiempo lo !ue estropearía la comida !ue se deDase en la cocinaW por si fuera poco la estufa estaba en medio % no había un lu&ar para deDar la ropa moDada al lle&ar de la calle. 69 Todo mu% artístico síW carente de utilidad tambi"n. el diseño de Tout para MnGel. Toms ,iedlun& desató lo !ue los periódicos llamaron la &uerra de los teDados de Yehlendorf: sus críticos opinaban !ue la cubierta plana era al&o totalmente no5alemán. -a propia 4auhaus había sido obDeto de críticas furibundas desde el principio de modo !ue a Eropius no le !uedó más remedio !ue ubicar la escuela no en Ceimar sino en *essau.70 Para colmo los ata!ues contra los modernistas se entreme#claron con las ideas racistas cada ve# más puDantes. 8n 927 8mil =>&& profesor de ar!uitectura en *resden car&ó contra los nuevos edificios eDemplos de una ar!uitectura nómada de un proceso !ue culminaría en desarrai&o total empobrecimiento espiritual % proletari#ación. 7 -a ruptura con el pasado !ue abanderaban los modernistas era ni más ni menos !ue ar!uitectura bolchevi!ue. Por el contrario =>&& elo&iaba a los ar!uitectos !ue reali#aban su trabaDo teniendo en cuenta las construcciones tradicionales aun!ue desarrollasen diseños novedosos por!ue eso sí respondía a la verdadera ar!uitectura popular alemana. -os epítetos !ue =>&& dedicaba a la ar!uitectura moderna Jnómada desarrai&ada bolchevi!ueJ eran los mismos a los !ue recurría la derecha para referirse a la +ep@blica en &eneral % a los Dudíos en particular. 8l ar!uitecto conservador Paul ,chult#e5Naumbur& uno de los más feroces adversarios de los modernistas iba más allá. -a ar!uitectura moderna escribía no era sino el refleDo de la san&re Dudía !ue había provocado la decadencia de la ra#a alemana. -os modernistas no eran hombres de verdad sino hombres faltos de creatividad carentes de forma o color hombres sólo a medias hombres espantosos !ue no aspiran a la belle#a sino a imponer su ralea. 72 ,us construcciones son la representación de un mundo desalmado ateo % mecanicista. ,e&@n "l la aut"ntica casa alemana produce la sensación de estar asentada en la tierra Z...[ como el árbol !ue hunde en el suelo sus raíces % se hace uno con "l. B eso es a lo !ue 58
8d&ar Cedepohl \The Ceissenhof ,ettlement\ en W4!, pp. 7757/. 1arie58lisabeth -ders \B $onstruction Not a *ellin&\ en C+, pp. 7/579. 60 ,obre este debate en profundidad v"ase *ane, Architectre and Politics, pp. 795/7. 61 ?"ase ibidem pp. 265( citas O75O(. 62 $itado en ibidem O/. 59
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nosotros llamamos ho&ar (@eimat), a esos la#os !ue nos unen a la san&re % a la tierra. 7O Para personaDes como =>&& % ,chult#e5Naumbur& el ideal modernista era una pesadilla !ue ne&aba la historia un empobrecimiento espiritual. ,ólo a trav"s de la purificación de la ra#a se alcan#aría el verdadero renacimiento del arte % de la ar!uitectura. 7 -os trabaDos !ue llevaron a cabo Taut 1endelsohn % Eropius &eneraron &randes eApectativas. -os tres pensaban !ue una ar!uitectura innovadora inmersa en las circunstancias de la modernidad conse&uiría superar la fra&mentación de la vida !ue les rodeaba. -a ar!uitectura moderna bastaría para cerrar la brecha abierta entre tecnolo&ía % belle#a hombre % naturale#a individuo % sociedad. ,ería capa# de atraer la vida en ve# de la muerte % la devastación de una &uerra mundial % haría realidad la promesa de renovación % renacimiento de la revolución tal como ellos la entendían. Mr&ánica cristalina espiritual tales son los t"rminos !ue aparecen en los escritos de Taut 1endelsohn % Eropius. No estaban solos. -os tres pertenecían a esa eAtraordinaria &eneración de a!uitectos europeos !ue dio al mundo la d"cada de //0. Bdemás de Taut 1endelsohn % Eropius en esa lista habría !ue incluir a -e $orbusier 8rnst 1a% 1ies van der +obe 1artin Ca&ner =endricus Theodorus CiDdeveld % muchos más todos ellos influidos por los &randes debates % movimientos políticos % culturales !ue antecedieron a la Primera Euerra 1undial. 8n el terreno de la ar!uitectura tanto en Blemania como en muchos otros países europeos se o%eron las primeras voces del modernismo se&uidas de fuertes controversias sobre la reforma de la vivienda. $uando era estudiante en 1@nich 1endelsohn se movía en los círculos del Dinete B#ul (der Blae 4eiter), al lado de Xran# 1arc % Cassil% UandinsG% entre otros. Taut frecuentaba a los artistas de van&uardia !ue solían darse una vuelta por er !trm ;-a tempestad< &alería !ue apo%aba el arte abstracto % eApresionista. 8n el caso de Taut pesaron mucho además escritores anar!uistas % socialistas % tanto el propio Taut como 1endelsohn admiraban a Tolstói no sólo por sus incomparables dotes literarias sino por las convicciones espirituales % no violentas !ue el novelista reivindicó en sus @ltimas obras. Eropius por su parte trabaDó en el estudio de Peter 4ehrens el primer &ran ar!uitecto moderno de Blemania. -os tres se vieron mu% influenciados por otros ar!uitectos bel&as % holandeses sobre todo por =enr% van de ?elde !uien antes de la Primera Euerra 1undial comen#aba a per&eñar una ar!uitectura modernista de ribetes sociales % reformistas. 8l mundo cultural de a!uella &eneración nacida en la d"cada de //0 no era sólo alemán sino europeo incluso norteamericano si incluimos a XranG -lo%d Cri&ht ;un poco ma%or puesto !ue había nacido en /7(< % !ue tanto influiría en 1endelsohn % Eropius. B!u"lla fue la &eneración !ue vivió en carne propia la Primera Euerra 1undial la !ue contempló cómo el mundo se des&arraba entre tantas vidas humanas perdidas % tamaña devastación. ,abían !ue el mundo de antes de 9 había desaparecido para siempre. -as revoluciones vividas en Blemania % en 8uropa entre 9( % 92 les permitieron entrever nuevas posibilidades de 63
$itado en ibidem p. O9. Paul ,chult#e5Naumbur& en Calter Eropius % Paul ,chult#e5Naumbur& \Cho 3s +i&htK Traditional Brchitecture or 4uildin& in Ne Xorms\ en W4!, pp. O956 cita 6. 64
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ahí !ue lle&aran a pensar !ue podrían arrimar el hombro para alcan#ar un mundo en el !ue reinasen la pa# % la armonía constru%endo viviendas fábricas institutos de investi&ación % &randes almacenes. Taut % 1endelsohn se mostraron reacios al funcionalismo absoluto de Eropius -e $orbusier % otros &randes ar!uitectos del si&lo . ,e sirvieron de los mismos materiales % diseñaron edificios i&ual de sencillos pero atemperaron las directrices más rí&idas del funcionalismo lle&ando incluso a mostrar detalles simpáticos en sus pro%ectos. ,in embar&o no todo lo !ue hicieron fue tan maravilloso. Bl&unos de los edificios !ue 1endelsohn constru%ó en la d"cada de 920 son banales eDemplos de ar!uitectura comercial. Pero sus meDores obras %a estuvieran destinadas a la ciencia ;Torre 8instein< o al ne&ocio % al consumo ;&randes almacenes ,chocGen< todas car&adas de &racia % fuste po"ticos fueron un claro eAponente de las posibilidades de su "poca. Bl&unos de los pro%ectos de Eropius son una premonición de la peor ar!uitectura !ue vería la lu# tras finali#ar la ,e&unda Euerra 1undialW lo mismo puede decirse de la urbani#ación $arl -e&ien de Taut construida en 92959O0 en el barrio berlin"s de Pren#lauerber&. Bun!ue anteriores % de dimensiones más reducidas los edificios -e&ien no tienen nada !ue envidiar a las enormes urbani#aciones anónimas % anodinas !ue se constru%eron en Mccidente % en todo el mundo tras la ,e&unda Euerra 1undial. Pero la escuela de la 4auhaus de Eropius si&ue siendo el bu!ue insi&nia del modernismo de Ceimar i&ual !ue los meDores trabaDos de Taut MnGel Toms % 4rit# por su afán inte&rador de reforma social % sensibilidad est"tica constitu%en un modelo de ar!uitectura comprometida: hasta los pisos de la urbani#ación $arl -e&ien estaban orientados de forma !ue recibiesen la lu# del sol.76 1uchos alemanes !ue se trasladaron a a!uellas viviendas recordarían años despu"s cómo habían meDorado sus condiciones de vida. Euardaban un emocionado incluso cálido recuerdo de a!uellos pisos % de a!uellas urbani#aciones aun cuando para desesperación de los ar!uitectos los hubiesen colmado de pinturas al óleo % muebles labrados aun cuando tuvieran !ue soportar los inconvenientes de las cubiertas planas o normas mu% estrictas como la prohibición de tener &atos !ue la colada sólo pudiera tenderse fuera determinados días % !ue los bares hubiesen sido desterrados del vecindario. 77 B principios de la d"cada de 9O0 8rich 1endelsohn comen#ó a colaborar con el tambi"n ar!uitecto =endricus Theodorus CiDdeveld holand"s % el pintor franc"s Bm"d"e M#enfant con !uienes fundaría una nueva escuela de artes % oficios la Bcademia 8uropea del 1editerráneo institución !ue contó con otros participantes ilustres de toda 8uropa como el compositor Paul =indemith. -a Bcademia pretendía ser una escuela superior de bellas artes en la !ue se impartirían cursos de ar!uitectura pintura escultura cerámica diseño teAtil tipo&rafía teatro m@sica % dan#a foto&rafía % cine. 7( -as materias eran similares a las !ue se impartían en la 4auhaus pero 1endelsohn % sus colaboradores no 65
4raum Berliner Wohnartiere, pp. O5O( % C>rner 1ollenschott % =ter Archite"tr#hrer Berlin, p. 9. ,aldern @<serle/en, pp. /5/6 !ue reco&e numerosas an"cdotas orales pone de manifiesto los a&radables recuerdos !ue conservaban las personas !ue habían vivido ;% en ocasiones a@n viven< en esos pisos. 67 Xolleto \*ie 8urop_ische 1ittelmeeraGademie\ 9OO en =ein#e5Ereenber& % ,tephan rich 0endelsohn3 Gedan"enzelten, pp. 275OO. 66
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eran tan denodadamente antihistoricistas como Eropius % otros artistas de a!uella escuela. $on ese propósito eli&ieron una localidad mediterránea como empla#amiento para empaparse de la herencia histórica del mundo anti&uo. 1endelsohn % muchos de sus colaboradores eran modernistas pero con un mati#: entreme#claban el eApresionismo % el modernismo. -o cierto es !ue eli&ieron el peor momento para fundar la Bcademia 8uro5 pea del 1editerráneo: 9OO en el momento más ál&ido de la crisis económica mundial el año en !ue los na#is lle&aron al poder. 8n consecuencia la Bcademia Damás vio la lu#. Pocos años antes en 9O0 los 1endelsohn se habían mudado a 4erlín a una casa !ue el mismo 8rich había diseñado. 8ra ;% es puesto !ue todavía eAiste % tiene dueño< un edificio ele&ante % moderno situado cerca del río =avel en uno de los barrios del 4erlín occidental. ,u estructura rectan&ular discurre todo a lo lar&o permitiendo !ue el sol entre a raudales. 8l interior estaba decorado con muebles diseñados por el propio 1endelsohn. *esde la terra#a se disfrutaba de una hermosa vista del río % en verano se celebraban conciertos con interpretaciones de la esposa del ar!uitecto -uise 1endelsohn consumada violonchelista. -a casa se convirtió en punto de encuentro de &randes intelectuales tanto de la Blemania de Ceimar como de otros países. 8instein era uno de los visitantes asiduos % tambi"n pasó por allí +ichard $oudenhove Ualer&i uno de los primeros impulsores de la )nión 8uropea. *os meses despu"s de !ue =itler se hiciese con el poder los 1endelsohn con una maleta cada uno baDo el bra#o marcharon al eAilio dando comien#o a una eAistencia !ue los llevaría a =olanda 3n&laterra % Palestina hasta recalar en 8stados )nidos. 7/ ]amás re&resaron a Blemania. $uando los na#is lle&aron al poder el O0 de enero de 9OO 4runo Taut estaba en el eAtranDero. +e&resó de inmediato a Blemania pero no tardó en darse cuenta de cuánto habían cambiado las cosas. ]unto con 8rich 1endelsohn % otros representantes del modernismo fue eApulsado de la Bcademia Prusiana de las Brtes. Personas de confian#a le informaron de !ue iban a por "l % el 0 de mar#o de 9OO abandonó Blemania para diri&irse a ,ui#a % de allí a ]apón donde ar!uitectos ami&os le ofrecieron la oportunidad de escribir % dar conferencias hasta asentarse en Tur!uía país al !ue tambi"n había huido 1artín Ca&ner. $omo Taut nunca había sido un hombre de constitución recia % había pasado tantas necesidades durante el eAilio su salud se deterioró &ravemente % falleció en 8stambul en 9O/. 8n 92/ Calter Eropius había abandonado la 4auhaus para dedicarse a su profesión como particular. ,e !uedó horrori#ado cuando los na#is cerraron la escuela en abril de 9OO a los tres meses de haber accedido al poder. Para los na#is la 4auhaus era el máAimo eAponente del arte moderno depravado. Eropius trató de salir adelante con su estudio en Blemania pero en 9O tambi"n optó por el eAilio. Tras pasar una temporada difícil en 3n&laterra sin recibir apenas encar&os en 9O( decidió trasladarse a Norteam"rica donde conocidos bien situados le a%udaron a establecerse. -a &ran eAposición sobre la 4auhaus !ue tuvo lu&ar en el 1M1B en 9O/ anunciada a bombo % platillo por el afamado direc5 tor de la institución en a!uel momento Blfred =. 4arr ]r. contribu%ó de forma notable a la perdurable admiración de 8stados )nidos por la 4auhaus % su fundador. 8n el destierro nin&uno de los tres fue capa# de superar las obras !ue habían reali#ado 68
?"anse eAtractos de la bio&rafía no publicada de -uise 1endelsohn \1% -ife in a $han&in& Corld\ en =ein#e5Ereenber& % ,tephan *ise nd rich 0endelsohn3 ine Partnerscha#t, pp. 9659/ 05O.
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durante los años de Ceimar. Nin&uno de los edificios !ue 1endelsohn constru%era más tarde en Palestina o en 8stados )nidos tiene el fuste % el encanto de la Torre 8instein o de los &randes almacenes ,chocGen. 8n ]apón % en Tur!uía Taut no constru%ó nada. Eropius desarrolló una eminente carrera como ar!uitecto internacional de altos vuelos % fue decano de la 8scuela de Br!uitectura de =arvard. Pero nin&uno de sus trabaDos posteriores alcan#ó la austera ele&ancia del edificio de la 4auhaus en *essau % al&unos fueron un fracaso sin paliativos. -os espantosos blo!ues de viviendas !ue diseñó entre 97 % 97/ para el barrio de 4rit#54ucGo5+udo de 4erlín occidental constitu%en un buen eDemplo de la ar!uitectura monótona % anodina de los años posteriores a la ,e&unda Euerra 1undial. 1ucho peor es el edificio de la Pan Bmerican ;en la actualidad propiedad de 1etropolitan -ife< en Nueva orG pro%ecto !ue firmó con Pietro 4elluschi. 3nau&urado en 97O el rascacielos emer&e como un enorme % desa&radable absceso !ue oculta la maravillosa 4eauA5Brts Erand $entral Terminal % echa a perder la ele&ante perspectiva de ParG Bvenue. Brrancados de raí# por la represión na#i de los tiempos revueltos optimistas % esperan#ados de la Blemania de Ceimar Taut 1endelsohn % Eropius nunca recuperaron el norte ni levantaron edificios !ue pudieran compararse con sus &randes obras de las d"cadas de 920 % 9O0. Tampoco la ar!uitectura moderna en los años !ue si&uieron volvería a estar tan centrada en el sector p@blico como lo estuvo en Ceimar. -os principales edificios de estos años no fueron &randes torres de oficinas pensados para hacer ostentación de ri!ue#a % de poder sino urbani#aciones residenciales &randes almacenes e instituciones educativas % para la investi&ación. Pisos inundados de sol lu&ares apetecibles para hacer compras % espacios estimulantes para aprender: todo eso era tambi"n la promesa de Ceimar.
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eimar era un &uiri&a% de sonidos una confusa avalancha de imá&enes. )na pareDa !ue lle&ase a 4erlín desde cual!uier localidad de provincias al salir de la estación de Bnhalter % recorrer el corto trecho !ue la separaba de la Potsdamer Plat# lo primero !ue notaría sería el ruido del tráfico % vería carteles por todas partes anuncios de ci&arrillos esló&anes políticos espectáculos de cabar" % candidatos !ue se presentaban a las elecciones presidenciales. Bl caer la noche se !uedarían atónitos con las luces el"ctricas !ue alumbraban la ciudad. Bntes de la &uerra 4erlín no estaba tan profusamente iluminado no había tanto ruido ni tanto aDetreo. Pero eran otros los sonidos otras las imá&enes !ue a finales de la d"cada de 920 contemplaban !uienes lle&aban de provincias o los propios berlineses más sofisticadosW imá&enes % sonidos nuevos emocionantes % en ocasiones in!uietantes. Tanto en la capital como en las ciudades pe!ueñas los alemanes iban al cine con asiduidad a ver melodramas comedias documentales de viaDes o noticiarios en enormes salas de reciente construcción. 8scuchaban la radio !ue se eAtendió como la pólvora tras iniciar sus emisiones en 92. Eracias a la radio en bares salones de baile % hasta en los ho&ares escuchaban m@sica obras de teatro sermones o noticias. B semeDan#a de los berlineses nuestros visitantes leían revistas ilustradas mu% populares entonces con innumerables foto&rafías de lu&ares leDanos. Tambi"n podían acudir a &alerías donde se eAponían foto&rafías o comprarse a baDo precio una de la nuevas cámaras foto&ráficas más maneDables % apuntarse al club de foto&rafía de su localidad. Tanto en 4erlín como en provincias podían escuchar discos en un &ramófono el"ctrico un aparato !ue en la d"cada de 920 sustitu%ó a las &ramolas manuales. 8n sus casas incluso en la pla%a escuchaban Da## norteamericano óperas italianas % sinfonías alemanas ;fra&mentos dadas las limitaciones de los discos !ue &iraban a (/ revoluciones por minuto<. Todas estas tecnolo&ías de masas habían visto la 3u# antes de 9. -a foto&rafía !ue se remontaba a la d"cada de /O0 había comen#ado a &anar adeptos % aficionados a finales del si&lo 3. 8l cine había comen#ado en el decenio de /90W el &ramófono un poco antesW ambos medios de entretenimiento fueron &anando popularidad hasta la Primera Euerra 1undial. *urante la contienda el 8D"rcito disponía de radios primitivas. -a lito&rafía la linotipia % otros avances en el terreno de la imprenta favorecieron la penetración de los semanarios ilustrados durante las d"cadas !ue precedieron a 9. -a "poca de Ceimar representó un momento ma&nífico para la eApansión de estas nuevas formas de comunicación % eApresión !ue proliferaron con rapide# % lle&aron a ser enormemente populares. 3mportantes avances tecnoló&icos permitieron una ma%or calidad en las reproducciones % retransmisiones %a fuera a trav"s de las ondas en pantalla &rande o en pá&inas impresas &racias a las rápidas prensas de imprenta !ue acababan de
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entrar en funcionamiento. B medida !ue baDaban los precios fueron más los alemanes !ue pudieron ad!uirir aparatos de radio fonó&rafos % cámaras foto&ráficas. -as nuevas tecnolo&ías irrumpieron en una sociedad !ue %a era de masas en la !ue la ma%oría de la población vivía en #onas urbanas cubría sus necesidades diarias &racias a un trabaDo retribuido hacía la compra en mercados % donde a efectos prácticos todo el mundo tenía un nivel elemental de educación. -a aparición simultánea de los avances tecnoló&icos % de la sociedad de masas permitió !ue sonidos e imá&enes lle&asen a todos los rincones de Blemania durante la d"cada de 920 % principios de 9O0. -os alemanes sabían !u" estaba pasando en otros lu&ares más allá de sus fronteras: imá&enes foto&ráficas de huel&as en ,han&haiW sonidos retransmitidos con sólo unos minutos de retraso !ue les acercaban un combate de boAeo en Nueva orG o un concierto interpretado en París o películas producidas en =oll%ood con $harlie $haplin plantando cara a los elementos % a sus temibles adversarios en una &"lida BlasGa. -a amplia difusión de nuevos sonidos e imá&enes sirvió tambi"n para plantear profundos e in!uietantes interro&antes. VPodían considerarse la foto&rafía % el cine como obras de arte o eran sólo meros productos comercialesK VHui"n podía decidir !u" tenían !ue escuchar los alemanes a trav"s de las ondas o !u" tenían !ue comprar en los !uioscosK V,e desvirt@a la eAperiencia de escuchar m@sica clásica si "sta procede de un disco plano !ue no para de dar vueltas sobre un artilu&io !ue funciona &racias a la electricidadK 3&lesias escuelas p@blicas academias de arte censores Jtodos los or&anismos oficiales o semip@blicos !ue hasta 9/ velaban por los sonidos % las imá&enes !ue recibían los alemanesJ pensaron !ue la situación se les iba de las manos: por la revolución % la instauración de la +ep@blica en primer lu&ar pero tambi"n por la rápida eApansión de los nuevos medios masivos de comunicación. Bsí foto&rafías % películas discos % radiodifusión se convirtieron en un escenario más del conflicto !ue planteaban el alcance % el si&nificado de la modernidad. 1ientras los alemanes iban al cine encendían sus aparatos de radio compraban revistas bailaban al ritmo enlo!uecido de discos de Da## % al&unos de los más eAimios representantes de la cultura de Ceimar creaban nuevas formas de arte visuales % sonoras. *urante d"cadas las cámaras foto&ráficas habían sido unos enormes caDones oblon&os cu%o coste % dificultades de maneDo las deDaba fuera del alcance de la &ente corriente. B!uellos anti&uos armatostes no eran fáciles de transportar ni de montarW las personas !ue !uería salir en la foto tenían !ue permanecer inmóviles durante unos minutos hasta !ue la lu# impresionase una placa !uímicamente tratada. 8n realidad las @nicas fotos eran de estudio: un matrimonio con la muDer sentada % el marido de pie detrás de ellaW la no menos atildada ima&en de una familia al completo colocada en el Dardín con casa al fondo símbolo de la propiedad % la prosperidad bur&uesas. 8n ocasiones sin embar&o al&@n fotó&rafo como Bu&ust ,ander permanecía al acecho con el trípode % la cámara preparados % captaba la instantánea de tres Dóvenes campesinos desprevenidos ataviados con sus meDores ropas camino de un baile ;fi&. 7..<. -a foto&rafía de ,ander permitía 1
,obre las prensas de la imprenta )llstein v"ase Peter Xrit#sche 4eading Berlin 19', $ambrid&e =arvard )niversit% Press 997 pp. 2522.
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apreciar el inesperado % espontáneo instante en !ue los prota&onistas clavaban los oDos en la lente de la cámara. )na foto&rafía de esas características era al&o realmente eAcepcional incluso para un fotó&rafo tan consumado como ,ander. 2 -os cambios en ese terreno se habían producido a lo lar&o de las d"cadas de //0 % /90 cuando la empresa norteamericana Eeor&e 8astman más tarde 8astman UodaG consi&uió desarrollar carretes de película para cámaras foto&ráficas en lu&ar de las voluminosas placas !ue se utili#aban para fiDar una ima&en. Bl i&ual !ue muchos de sus competidores en 8stados )nidos % en 8uropa 8astman UodaG comen#ó a fabricar má!ui5 nas de fotos más pe!ueñas especialmente adaptadas a esa nueva película. $omo en el caso de los ordenadores a finales del si&lo los aparatos de &ama alta los destinados a los profesionales se&uían siendo mu% caros pero durante el decenio de /90 la clase media podía permitirse el luDo de comprar cámaras más pe!ueñas % maneDables. $on todo ni el tamaño ni la lon&itud del rollo de película estaban normali#ados. 8ntonces Dusto antes de la &uerra la industria cinemato&ráfica tomó la decisión de utili#ar película de O6 milimetros. )n avispado hombre de ne&ocios neo%or!uino ca%ó en la cuenta de !ue los tro#os de película !ue sobraban despu"s de rodar un filme podían ad!uirirse a un tercio de su coste ori&inal. -os fabricantes europeos % norteamericanos entre ellos 8astman UodaG hicieron caso de su observación % adoptaron el rollo de película de O6 milímetros como estándar para la ma%oría de las má!uinas de fotos. Xi&. 7.: Bu&ust ,ander ]óvenes campesinos camino del baile Cesterald 9. )na de las foto&rafías más conocidas de ,ander !ue trataba de captar con su cámara todos los aspectos de la vida en Blemania ;' 2007 *ie Photo&raphische ,ammlun& F ,U ,tiftun& Uultur Bu&ust ,ander Brchive $olonia F 2009 ?e&ap 1adrid<.
8l &ran avance t"cnico se produciría no obstante en 926 cuando la empresa alemana -eit# con sede en Cet#lar presentó la -eica. ,e trataba de un aparato en el !ue 2
,e trata de una de las foto&rafías más conocidas de ,ander.
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llevaban trabaDando desde 9 % el producto final resultó ser una maravilla: maneDable fácil de utili#ar con película de O6 milímetros % con un obDetivo eAtraordinario. -a -eica era tan pe!ueña !ue podía llevarse en el bolsillo interior de la cha!ueta o del abri&o sacarla en un abrir % cerrar de oDos % captar lo !ue estaba pasando en ese instante. 8l fotoperiodismo % la -eica siempre fueron de la mano aun!ue las má!uinas foto&ráficas normales a@n tardarían al&unos años en ponerse a su altura. ,ur&ieron entonces innumerables imitaciones firmadas por todos los fabricantes del mundo. O -a cámara -eica era ;% si&ue si"ndolo< bastante caraW pero las imitaciones no lo eran tanto % a ellas se debe en &ran parte la enorme difusión de la foto&rafía como afición. Xi&. 7.2.: Portada de la revista Berliner 5llstrirte Qeitng, 2 de abril de 92(. Bl borde de la &uerra civil. ,e&@n B5Q, a pesar de la complicada situación !ue se vivía en $hina las multitudes no deDaban de ir a las carreras para disfrutar del lado positivo de la vida. Pase lo !ue pase la diversión debe continuar.
-a foto&rafía es un soporte reproducible. )n cuadro o una escultura sólo se reali#an una ve#. Pero un ne&ativo foto&ráfico puede ser repro5 ducido muchas veces % un fotó&rafo ave#ado puede modificar los tonos % los efectos ópticos de una ima&en durante el proceso de revelado. Nada contribu%ó tanto a la difusión de la foto&rafía como las revistas ilustradas de la d"cada de 920. -a primera % la de más "Aito fue Berliner 5llstrirte Qeitng (B5Q), fundada antes de la Primera Euerra 1undial por la empresa editorial 3
8n cuanto a la historia de la película foto&ráfica % la aparición de la cámara -eica he se&uido fundamentalmente el trabaDo de ,. X. ,pira 8aton ,. -othrop ]r. % ]onathan 4. ,pira The @istory o# Photography as !een throgh the !pira Collection, Nueva orG Bperture 200 pp. 97509 7576. 4 8l estudio de Calter 4enDamin \-a obra de arte en la "poca de su reproductibilidad t"cnica\ ;Traducción de ]es@s B&uirre en iscrsos interrmpidos 1, 1adrid Taurus 9/2< en Calter 4enDamin 5llminations, =annah Brendt ed. traducción de =arr% Yohn Nueva orG ,chocGen 97/ se presenta con claridad el aspecto problemático % revolucionario de la reproductibilidad de las imá&enes artísticas en el mundo moderno.
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)llstein. Tras ella aparecieron 0nchener 5llstrierte Presse, en 92O % +lnische 5llstrierte Qeitng, en 927. 3ncluso el Partido $omunista tenía la su%a propia % de &ran "Aito por cierto: Ar/eiter&5llstrierte&Qeitng (A5Q). 8n 9O0 Berliner 5llstrirte alcan#aba una difusión de /6 millones de eDemplares mientras la A5Q lle&aba a la más !ue respetable cifra de trescientos cincuenta mil. 6 -os lectores !ue hoDeaban cual!uiera de estas revistas incluida la comunista A5Q, estaban dispuestos a sumer&irse en un mundo lleno de aventuras. ?eían ;se ima&inaban en realidad< las pirámides desde el aire un baile de frica $entral la sesión de apertura del Parlamento hind@ o en lo más crudo del invierno alemán % en compañía de una estrella del cine patrio disfrutaban del sol % la ve&etación de $alifornia. Mtras foto&rafías mostraban imá&enes de revueltas políticas en $hina de un terremoto en ]apón de la re&ata MAford5$ambrid&e de una carrera en ,han&hai o de la construcción de la maravilla tecnoló&ica más novedosa la torre de una emisora de radio !ue se al#aba hasta el cielo. Bl pie de las foto&rafías o encuadrándolas novelas por entre&as o informaciones deportivas además de un sinfín de anuncios publicitarios incluso en la publicación comunista Ar/eiter&5llstrierte ;en menor n@mero en este caso<. -os más llamativos eran los de productos de moda: ci&arrillos perfumes cremas de belle#a o reparadoras lencería caf" bombones champaña en fin todo lo necesario para vivir bien % aparentar die# años menos conseDos !ue no pasaban por alto los lectores de Berliner 5llstrirte. -os hombres siempre eran apuestosW las muDeres maravillosas % casi siempre estaban de compras. -os anunciantes recomendaban a los caballeros el uso de diversas lociones para conservar el cabello o enseñaban a las muDeres a mantenerse del&adas % parecer más Dóvenes &racias a un estilo de vida saludable % si todo eso fallaba a@n !uedaba el recurso a la lencería siempre decorosa. Por supuesto la línea editorial de la empresa )llstein como recordaba en sus 0emorias la escritora % directora de una de estas publicaciones ?icGi 4aum daba preferencia a las foto&rafías !ue refleDaban la ale&ría de vivir (*e/ens#rede). Prácticamente en todas las portadas de B5Q se veía a &ente casi siempre Doven riendo o sonriendo o si&uiendo con atención el desarrollo de al&@n acontecimiento deportivo ;fi&. 7.2.<. 7 B Du#&ar por las portadas de A5Q, los comunistas no sonreían mucho eAcepto los rusos. B los comunistas alemanes les !uedaba mucha lucha por delante como para reír o sonreír pero siempre eran Dóvenes % bien parecidos a pesar de la determinación !ue se leía en sus rostros. B5Q no contenía casi información política: una foto del nuevo Eobierno un informe sobre al&una reunión económica de carácter internacional o revueltas en al&@n lu&ar mu% leDos de Blemania. A5Q, por el contrario ofrecía a sus lectores &randes dosis de política: manifestaciones % enfrentamientos con las fuer#as policiales en Blemania levantamientos revolucionarios en $hina o los &randes avances de la )nión ,ovi"tica en la economía % la educación.( VHu" si&nificaba a!uella avalancha de imá&enes en las revistas aparte de !ue eran a&radables de verK V8ran arte de verdad o sólo una ocupación a la !ue al&unos recurrían 5
$ifras eAtraídas de 1aud -avin Ct ith the itchen ni#e3 The Weimar Photomontages o# @annah @Hch, Ne =aven ale )niversit% Press 99O pp. 6 66. 6 ?"ase ?icGi 4aum 8s ar elles ganzanders3 rinnerngen, 4erlín )llstein 972. Ato/iogra#a de Pichi Bam, 4arcelona 8ditorial Planeta 97. 7 8Demplos eAtraídos de B5Q O7: 56 ;2 de enero5/ de diciembre 92(< % de A5Q 92/59O2.
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para hacer dineroK V$aptaban meDor la realidad !ue otras artes Jcomo la pintura la escultura o la palabra escritaJ o suponían una alteración de la percepción visualK -a culpa de !ue se planteasen estas pre&untas la tenía la foto&rafía soporte reproducible por eAcelencia así como los innumerables aficionados % los profesionales !ue en la d"cada de 920 no dudaban en echar mano de la cámara ni en manipular los ne&ativos. -a foto&rafía rebasaba todos los límites establecidos: entre arte % comercio baDa % alta cultura profesionales % aficionados tendencias !ue no hicieron sino acentuarse desde el momento en !ue la de fotó&rafo pasó a ser considerada una profesión a mediados de a!uel decenio. B!uellos fotó&rafos no tenían nada !ue ver con los paparazzi de +oma a comien#os de la d"cada de 970 inmortali#ados ;mu% a su pesar es de suponer< en la película *a dolce =ita de Xederico o con los !ue en nuestros días acosan a las estrellas de cine % los famosos. 8n la d"cada de 920 la de fotó&rafo %a se había convertido en una profesión liberal mu% competitiva % por lo &eneral propia de hombres. Bl rev"s !ue los anti&uos % mu% Derar!ui#ados puestos !ue se mantenían en las universidades en la burocracia estatal % en el 8D"rcito la foto&rafía como profesión abría una senda para los nuevos talentos entre los !ue se contaban las clases inferiores % los despla#ados por ra#ones "tnicas como los Dudíos. -a ma%oría de las empresas editoriales de la "poca contrataba a fotó&rafos !ue iban por libre % les pa&aban por foto&rafía comprada lo cual sirvió para avivar más la competencia: una nube de fotó&rafos materiali#ación de las difusas líneas por las !ue discurría la profesión iba % venía por los imprecisos territorios del periodismo la publicidad o el arte. )llstein por eDemplo producía la ma%oría de los anuncios !ue aparecían en las pá&inas de sus publicaciones de modo !ue los mismos fotó&rafos !ue daban testimonio del comien#o de una carrera de caballos eran los autores de las fotos artísticas !ue podían contemplarse en los anuncios de Berliner 5llstrirte, en las &alerías o en las portadas de revistas de arte. / Xueron los fotó&rafos ole la "poca de Ceimar !uienes se encar&aron de establecer los nuevos fundamentos teóricos de la est"tica. $onvencidos de !ue la foto&rafía era el atDntico soporte artístico de la modernidad recurrieron a la cámara lo mismo !ue a la pluma para eAplicar la relación !ue su actividad tenía con otras manifestaciones artísticas % con la forma en !ue tomamos conciencia del mundo. -ás#ló 1ohol%5Na&% % Bu&ust ,ander fueron dos de los meDores fotó&rafos de la era de Ceimar ;% tambi"n despu"s<. No diferían mucho en cuanto a sensibilidad est"tica ni en la manera de entender su oficio. -os dos representaban las posibilidades de la foto&rafía como arte en la d"cada de 920 % comien#os de la si&uiente. 1ohol%5Na&% había nacido en =un&ría en /96. Bun!ue había estudiado *erecho se movía en los círculos artísticos pro&resistas !ue se formaron antes de la Primera Euerra 1undial. $omo la política de su país se volvía cada ve# más intolerante tras el breve periodo revolucionario !ue si&uió a la Primera Euerra 1undial al i&ual !ue muchos artistas e intelectuales h@n&aros se trasladó a vivir a Blemania. -le&ó a 4erlín en 920 % no tardó en sumarse al movimiento dadaísta aun!ue no estaba mu% de acuerdo con el absurdo por el absurdo !ue practicaban a!uellos artistas ni en buscar la provocación por sistema. ,e sentía atraído más bien por su compromiso con el arte abstracto por la fascinación !ue sobre ellos eDercía la tecnolo&ía por la libertad con !ue pasaban de un 8
-avin Ct ith the itchen ni#e, p. 67.
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modo de eApresión artística a otro % por el espíritu libre !ue animaba todas sus obras. 9 ,i&uiendo la estela de los dadaístas 1ohol%5Na&% nunca se limitó a una sola forma de hacer arte sino !ue se inició en la pintura la escultura % la ar!uitectura % se interesó por la tipo&rafía % el cine además de hacer fotos. ,u tan eAtrava&ante como plural contacto con el mundo del arte se vio completado con un aluvión de palabras: pocos artistas han escrito tanto % tan acertadamente sobre la creación. $on todo durante toda su vida incluso durante los años de eAilio en 8stados )nidos 1ohol%5Na&% siempre permaneció fiel al movimiento abstracto al arte no fi&urativo % a las posibilidades est"ticas !ue ofrecían las nuevas tecnolo&ías. 1ás !ue en el color su arte se fiDaba en la lu# % en la forma ;aun!ue pintó interesantes cuadros no hi#o foto&rafías en color hasta finales de la d"cada de .9O0<. ,us imá&enes ponen de manifiesto la atención !ue prestaba a las formas &eom"tricas como elementos del conDunto pero por encima de todo a la composición en su totalidad. 8n 922 Calter Eropius el le&endario fundador % director de la 4auhaus vio unas foto&rafías de 1ohol%5Na&% en una eAposición % lo contrató de inmediato como profesor de la institución. a vimos en el capítulo anterior !ue la 4auhaus a!uella escuela !ue tanta influencia tendría en el arte % la ar!uitectura del si&lo perse&uía al&o más !ue la est"tica pura en el diseño: era una ideolo&ía utópica. ,us fundadores así como los primeros en sumarse a ella estaban convencidos de !ue la est"tica modernista sería capa# de superar el aislamiento como condicionante de la modernidad % conse&uir !ue el &"nero humano volviera a ser un todo. 1ohol%5Na&% fue el encar&ado del taller de metales aun!ue tambi"n dio clases de foto&rafía % de muchas otras materias aparte de encar&arse de la edición de los libros !ue publicaba la escuela. Eropius debió de pensar !ue había encontrado a su alma &emela pues si bien 1ohol%5Na&% nunca desarrolló una intensa actividad política se afanaba por hacer realidad los mismos desafíos utópicos en el campo del arte. *efendía el concepto de Gesamter", de obra total aun!ue no coincidía con la conocida idea del compositor +ichard Ca&ner de la Gesamt"nster", la obra de arte total en la !ue la ópera inte&raría los diferentes elementos !ue componen el arte. 8n vísperas de la &uerra % de la revolución 1ohol%JNa&% al i&ual !ue Eropius % tantos otros apuntaron mucho más alto hasta el punto de soñar con derribar las fronteras !ue separaban vida % arte ;al&o !ue a@n !uedaba en pie de la idea Ca&ner< así como entre los diferentes &"neros % soportes artísticos. 8n este sentido en 926 escribía: 8ntre tantas ramificaciones % tanta fra&mentación en campos diversos la especiali#ación ha echado por tierra la idea de !ue es posible abarcar la totalidad de los diferentes campos la =ida en s totalidad J...K No necesitamos de conceptos como el de Gesamt"niser", Dunto al cual pero separada flu%e la vida sino de una síntesis de todos esos impulsos vitales !ue forman la vida e inte&rarlos en la Gesamter" ;en la vida misma< !ue acabe con esa incomunicación un concepto en el !ue los lo&ros de todos los indi=idos ten&an su ori&en en una necesidad bioló&ica % culminen en una necesidad ni=ersal.1' 9
?"ase Uris#tina Passuth 0oholy&6agy, traducción de jva Erus# % otros -ondres Thames and =udson 9/6W sobre la influencia del dadaísmo pp. 952. Posteriormente tambi"n se vería influenciado por los constructivistas sovi"ticos como 8l -issit#G%. 10 -ás#ló 1ohol%5Na&% Painting, Photography, 8ilm, traducción de ]anet ,ei&man ori&inal en alemán 926W
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,in duda esa esperan#a de eliminar los derroteros por los !ue discurre la vida % sustituirlos por un todo armonioso % or&ánico resulta irreal % hasta un tanto demencial pero a la altura de los obDetivos perse&uidos por Eropius por sus compañeros de profesión 4runo Taut % 8rich 1endelsohn % por tantos artistas de la "poca de Ceimar. Tan irreales por no decir utópicas aspiraciones sirvieron para !ue 1ohol%5Na&% creara obras de perdurable belle#a !ue constitu%en tambi"n hondas meditaciones sobre las coordenadas lu#5espacio en !ue nos movemos. 8n una foto&rafía tomada en 4erlín 1añana de Bño Nuevo c. 9O0 contemplamos una metrópolis desierta ;fi&. 7.O.<. 8n lu&ar del aDetreo normal de personas % vehículos sólo vemos un ciclista solitario % una pareDa paseando. Nos fiDamos en las tres fi&uras aisladas en la &ran ciudad pero son las líneas % las sombras las !ue más nos llaman la atención. -a ima&en está tomada desde al&@n punto por encima del nivel de la calle ;en realidad desde el piso !ue ocupaba 1ohol%5Na&%<. *ebe de ser temprano a Du#&ar por lo lar&as !ue parecen las sombras !ue pro%ectan ciclista % paseantes. ,e diría !ue las fi&uras % las sombras se entrecru#an en perpendicular con las vías del tranvía !ue constitu%en el centro de la foto&rafía mientras en paralelo a los raíles discurren las aceras tambi"n cortadas en perpendicular por las sombras de los cables el"ctricos !ue se al#an más arriba % !ue no lle&amos a ver. 1añana de Bño Nuevo es un estudio de &eometría % lu# de líneas % sombras. 1ohol%5Na&% prefería hacer fotos desde sitios elevados. )na foto&rafía sin título de la torre de la emisora de radio de 4erlín tomada hacia 92/ nos ofrece una composición de multitud de fi&uras &eom"tricas ;fi&. 7..<. 2 +eparamos en primer lu&ar en la altura de la torre % en los án&ulos !ue se repiten con re&ularidad en la estructura de las vi&uetas de acero. -os v"rtices sin embar&o !uedan disimulados por los círculos conc"ntricos !ue se observan en la base !ue no son sino mesas sillas % sombrillas al aire libre dispuestas alrededor de una fuente !ue a su ve# !uedan contrarrestadas por la disposición lineal !ue presentan otras mesas % otras sillas situadas en la base rectan&ular de la torre. No lle&amos a ver Juna ve# más debe de ser una hora temprana de la mañana a Du#&ar por las sombrasJ pero si nos ima&inamos a unos cuantos berlineses disfrutando de una cerve#a % unas salchichas a lu# del sol pero res&uardados baDo ese inmenso indicador de la modernidad !ue es la torre de la emisora de radio. -o más destacable es el increíble e!uilibrio !ue &uardan formas tan dispares v"rtices lineas rectas % círculos !ue unidas constitu%en una aut"ntica composición % una ima&en del mundo en !ue vivimos.
$ambrid&e 13T Press 97( p. (. Pintra, #otogra#a, cine y otros escritos so/re #otogra#a, traducción de Eon#alo 1aría ?"le# 8spinosa % $ristina Yelich 1artíne# 4arcelona 8ditorial Eustavo Eili 2006. 11 Bndreas =aus 0oholy&6agy3 Photographs and Photograms, traducción de Xrederic ,am5son Nueva orG Pantheon 9/0 p. 7. 12 Bl parecer ha% al menos otras cuatro foto&rafías similares todas tomadas por 1ohol%Na&%. ?"ase ibidem p. 77.
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Xi&. 7.O.: -ás#ló 1ohol%5Na&% 1añana de Bño Nuevo c. 9O0. 8l artista solía tomar las fotos desde un plano elevado. 8n este caso observamos la !uietud !ue reina en la normalmente aDetreada metrópolis !ue se transforma en un esbo#o de líneas % sombras ;' 2009 ?e&ap 1adrid F ?E 4ildGunst 4onn<.
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Xi&. 7..: -ás#ló 1ohol%5Na&% sin título torre de una emisora de radio c. 92/. $on esta foto&rafía tomada una ve# más desde un plano elevado 1ohol%5Na&% presenta en escor#o diferentes formas &eom"tricas v"rtices !ue se repiten reDillas % círculos ;' 2009 ?e&ap 1adrid F ?E 4ildGunst 4onn<.
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Xinalmente 4arcos en el puerto vieDo de 1arsella tomada en 929 es un eDemplo más de la obsesión de 1ohol%5Na&% con las formas !ue se repiten ;fi&. 7.6.<. -os barcos están alineados de forma más o menos re&ular dispuestos en tres &rupos separados por los embarcaderos. -os mástiles reco&idos % tumbados a lo lar&o de las embarcaciones real#an más la impresión de re&ularidad despla#ando la ima&en desde el eAtremo inferior derecho hacia la parte i#!uierda sensación !ue a@n se percibe con más claridad cuando se repara en el malecón irre&ular !ue se observa en la parte inferior derecha de la foto&rafía. -os mástiles !ue permanecen al#ados arroDan sombras !ue se asemeDan a los mástiles reco&idos en hori#ontal. 8n esta ocasión 1ohol%5Na&% se sirvió de la lu# para romper la re&ularidad de las formas. Bl&unos botes son tan blancos !ue parecen pro%ectarse fuera de la propia ima&enW otros tan oscuros !ue se confunden con la ne&ra sombra del a&ua. $ulmina este contraste tan marcado la resplandeciente blancura de la escollera irre&ular. -u# % forma tales son los elementos con los !ue Due&a 1ohol%5Na&% tan comunes en el mundo en !ue vivimos !ue apenas reparamos en ellos. TrabaDando sobre la lu# % la forma creó belle#a. Pero fue más leDos: si&uiendo las pautas marcadas por la escuela de la 4auhaus sobre la b@s!ueda de la belle#a en los propios materiales !ue forman una com5 posición 1ohol%5Na&% defendió con ardor !ue la foto&rafía tiene su ra#ón de ser en la manipulación de la lu#W de ahí !ue sea el soporte más adecuado para la era moderna. O ;8s de suponer !ue el torbellino de anuncios luminosos de a!uel 4erlín electrificado influiría de forma notable en su forma de pensar<. -a pintura era cosa del pasadoW la foto&rafía era el soporte del presente % del futuro. -a pintura eran representaciones estáticas en colorW la foto&rafía consistía en composición % movimiento ampliando nuestras perspectivas mucho más allá de lo !ue podemos captar con una simple mirada. 1ohol%5Na&% escribió !ue cada soporte si&ue sus propias le%es internas % !ue cuando lle&uemos a comprender del todo a!u"llas !ue ri&en la foto&rafía la composición fi&urativa alcan#ará la cima una perfección !ue nunca lo&raríamos por medios artesanales ;manuales< Zcomo la pintura[.
13
-ás#ló 1ohol%5Na&% \Photo&raphie ist -icht&estaltun&\ Bahas 33F3 ;92/< en Passuth pp. O025O06. 8n este caso la traducción re#a \-a foto&rafía como creación &racias a la lu#\ aun!ue ha% otras traducciones !ue prefieren % con ra#ón el t"rmino \manipulación\. ?"ase por eDemplo el mismo teAto pero en una traducción li&eramente diferente en =aus 0oholy&6agy, pp. (560. 14 1ohol%5Na&% Painting, Photography, 8ilm, p. O.
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Xi&. 7.6.: -ás#ló 1ohol%5Na&% 4arcos en el puerto vieDo de 1arsella 929. -as foto&rafías de 1ohol%JNa&% constitu%en meditaciones sobre la lu# % la forma. 8n esta toma la silueta repetida de las embarcaciones !ueda difuminada mediante un Due&o de luces % sombras: al&unos de los botes son tan blancos !ue parecen pro%ectarse fuera de la ima&en mientras otros se confunden con el a&ua oscura en la !ue se mecen ;' 2009 ?e&ap 1adrid F ?E 4ildGunst 4onn<.
*e modo !ue la foto&rafía no era sólo otra forma de crear al&o sino !ue descubría nuevas perspectivas de la vida. -a pintura tradicional %a está a&otada: es una reli!uia del pasado. Nuestros oDos % nuestros oídos se han abierto % perciben continuamente una increíble variedad de maravillas ópticas % sonoras. )nos cuantos años más de esfuer#o pro&resista unos cuantos se&uidores incondicionales de las t"cnicas foto&ráficas % todo el mundo comprenderá !ue la foto&rafía fue uno de los actores deci5 sivos en el alumbramiento de una nueva vida. 6 Bl i&ual !ue muchas de sus opiniones las nobles pretensiones de 1ohol%5Na&% por reivindicar la superioridad de la foto&rafía sobre otros soportes resultan enternecedoras ;probablemente los pintores no compartirían sus puntos de vista< un tanto in&enuas % eAa&eradas. Pero a!uellas ideas dieron alas al arte !ue practicaba % si no hubiera creído en las posibilidades de supervivencia de la foto&rafía sin su empeño por llevar a!uel soporte tan leDos como pudiera nunca habría creado sus ma&níficas composiciones foto&ráficas. 8n este sentido ha% !ue decir !ue representa lo más sublime del espíritu de Ceimar: la utopía eApresionista !ue tenía fe en el futuro e inda&aba en el si&nificado profundo de la modernidadW en el caso de 1ohol%5 15
3bidem p. 6.
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Na&% en el si&nificado de la foto&rafía el más moderno de los soportes del arte. ,us foto&ramas de mediados de la d"cada de 920 constitu%en el eDemplo más acabado de las ideas !ue tenía en mente. )n foto&rama es una ima&en producida sin recurrir a una cámara mediante el proceso !uímico !ue desencadenan diferentes formas de eAponer a la lu# un papel fotosensible. Bl mismo tiempo !ue en 4erlín 1ohol%5Na&% eAploraba las posibilidades de este procedimiento 1an +a% en París % 8l -issit#G% en 1osc@ hacían lo propio. Eracias a ese m"todo 1ohol%5Na&% consi&uió crear imá&enes de formas perfectas !ue parecían flotar en el aire demostrando todas de las propiedades de la lu# se&@n el tiempo de eAposición. ,us foto&ramas más lo&rados parecen representaciones casi tridimensionalesW en ocasiones las formas están mu% definidasW otras veces se me#clan % se confunden. -a obsesión !ue 1ohol%5Na&% tenía por la lu# % la forma se pone claramente de manifiesto en el efecto de composición total !ue consi&ue con sus foto&rafías % en la et"rea levedad de sus foto&ramas % constitu%e una prueba evidente de su &enio artístico % de las posibilidades de la foto&rafía como soporte situándola mucho más allá de los más novedosos productos de consumo hasta elevarla a la cate&oría de una meditación sobre las coordenadas en !ue se desenvuelve la vida ;fi&. 7.7.<. )n poco ma%or !ue 1ohol%5Na&% pero de la misma "poca ;había nacido en /(7< era Bu&ust ,ander !ue no teori#ó sobre su arte. ,e eApresaba con su cámaraW rara ve# se dedicó a escribir a dar conferencias a impartir clases o a nada !ue no fueran la creación artística !ue llevaba a cabo de forma tan obsesiva como 1ohol%JNa&%. Tampoco eAploró otras formas de hacer arte. ,ander tenía una idea fiDa % a ella se dedicó en cuerpo % alma durante cuarenta años: su aspiración era foto&rafiar todas las facetas de la vida del pueblo alemán. $omen#ó su pro%ecto antes de la Primera Euerra 1undial % si&uió adelante con su idea a pesar de los cambios políticos acontecidos en la historia de Blemania a principios del si&lo . ,u &randioso pro%ecto era tan ambicioso como la muestra The 8amily o# 0an ;-a familia del hombre< de 8dard ,teichen eApuesta por primera ve# en el 1useum of 1odern Brt de Nueva orG un empeño trascendental por poner de manifiesto tras la ,e&unda Euerra 1undial % el final de la era na#i la unicidad de la humanidad en toda su diversidad.7 -a obra de ,ander si bien limitada a los alemanes era a@n más ambiciosa: se componía de más de cuarenta mil ne&ativos !ue por des&racia se perdieron durante un incendio en 97. ,e conservan sin embar&o suficientes ne&ativos % copias positivadas como para apreciar su monumental empeño. Bntes de la Primera Euerra 1undial ,ander %a había ad!uirido fama como fotó&rafo de estudio en $olonia. -o primero !ue publicó sirvió para difundir su trabaDo entre un p@blico mucho más amplio. Antlizt der Qeit ;-a fa# de nuestra "poca< publicado en 929 con una introducción a car&o del reconocido escritor Blfred *óblin produDo aut"ntica sensación.( 8l hombre del si&lo título !ue ,ander había ele&ido para su trabaDo constitu%e en su ambicioso empeño un eDemplo más !ue representativo del pro%ecto de la +ep@blica de Ceimar ^democrático en cuanto a su obDetivo &randioso en sus pretensiones^ aun!ue lo hubiese comen#ado antes de la &uerra. ,ander era un hombre realista !ue no veía con buenos oDos la obra abstracta % teórica de sus contemporáneos 16
8dard ,teichen The 8amily o# 0an, 19%%, Nueva orG 1useum of 1odem Brt 99(. Bu&ust ,ander Antlitz der Qeit3 !echzi g A#nahmen detscher 0enschen des $' . Fahrhnderts, 92& 1@nich ,chirmerF1osel 200O. 17
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como 1ohol%5Na&%. 8n opinión de ,ander meDor !ue cual!uier otro soporte la foto&rafía permite captar las &entes % los paisaDes tal como son en realidad. Por su estilo % sensibilidad su enfo!ue casaba meDor con la Nueva MbDetividad el movimiento artístico !ue dominó la se&unda mitad de la d"cada de 920 !ue con el eApresionismo de los años !ue si&uieron a la pos&uerra. -a Nueva MbDetividad postulaba el realismo tonos más delicados % simplicidad de lineas. M como escribía ,ander al presentar una eAposición de sus fotos !ue se celebró en $olonia en 92(: Nada me pareció más sensato !ue difundir la ima&en de nuestra "poca con absoluta fidelidad a la naturale#a &racias a la foto&rafía Z...[ Z-a foto&rafía[ reproduce las cosas en su &randiosa belle#a pero además en su descarnada realidad % tambi"n puede ser un enorme en&año. =emos de ser capaces de mirar la verdad de frente pero por encima de todo hemos de transmitírsela a !uienes ven&an detrás de nosotros a la posteridad Z...[ nada me dis&usta tanto como esas foto&rafías edulcoradas trucadas posadas % repletas de artificiosidad. Por eso reclamo el derecho a decir la verdad con toda sinceridad sobre nuestra "poca % sobre la &ente de nuestro tiempo. /
Xi&. 7.7.: -ás#ló 1ohol%5Na&% foto&rama: copa de vino c. 927. )na de las foto&rafías reali#adas sin cámara mediante diferentes formas de eAponer a la lu# un papel fotosensible. 8l resultado es una ima&en casi surrealista de levedad et"rea ;' 2009 ?e&ap 1adrid F ?E 4ildGunst 4onn<.
,ander estaba absolutamente convencido de !ue podía ofrecer una panorámica completa del pueblo alemán % en consecuencia le&ar un documento histórico fundamental. 8n sus foto&rafías sobresale siempre un fuerte impulso humanitario. No sólo foto&rafiaba a los miembros más respetables de a!uella sociedad sino tambi"n a personas disminuidas va&abundos artistas decadentes comunistas muDeres andró&inas % 18
$itado por +obert Uramer \$omentario histórico\ en Agst !ander3 Photographs o# an poch, Nueva orG Bperture 9/0 pp. 2 2(.
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otros personaDes. ,us foto&rafías no constituían un Duicio de valor no eran el refleDo de una opinión ;fi&s. 7.. 7.(. % 7./.<. +etrataba a las personas como se las encontraba. esa misma ra#ón fue la !ue es&rimieron los na#is para prohibir su obra: ,ander ofrecía imá&enes de muchos alemanes !ue nada tenían !ue ver con el ideal ario soñado por los na#is.
Xi&. 7.(.: Bu&ust ,ander TrabaDadores de un circo *ren 9O0. ,ander no dudaba en foto&rafiar a personaDes mar&inales de la sociedad alemana como estos trabaDadores del circo. Por eso fue perse&uido por los na#is ;0 2007 *ie Photo&raphische ,ammlun& F ,U ,tiftun& Uultur Bu&ust ,ander Brchive $olonia F 2009 ?e&ap 1adrid<.
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Xi&. 7./.: Bu&ust ,ander =ombre en paro $olonia 92/. 8sta foto&rafía es un fiel refleDo de la desesperación de un hombre desempleado %a antes de !ue comen#ase la Eran *epresión ;' 2007 *ie Photo&raphische ,ammlun& F ,U ,tiftun& Uultur J Bu&ust ,ander Brchive $olonia F 2009 ?e&ap 1adrid<.
-as foto&rafías de ,ander resultan sorprendentes aun!ue en su trabaDo tambi"n se aprecia un mati# intimista un cierto provincianismo: eso era lo !ue pensaba de Blemania % de los alemanes. No oculta tampoco una especie de or&ullo nacional patente hasta en el título !ue eli&ió como si unas cuantas fotos de alemanes bastasen para ofrecer una visión completa del &"nero humano en el si&lo . -a fe !ue ,ander tenía en la fisio&nomía J!ue la apariencia eAterna bastaba para revelar la esencia de un individuo % del &rupo al !ue pertenecíaJ si bien forma parte de nuestros patrones actuales de pensamiento no deDaba de presentar ciertas e inconvenientes afinidades con la ideolo&ía racista de los na#is a pesar de los fuertes sentimientos contra ellos !ue alber&aba la familia ,ander tras morir el ma%or de sus hiDos en una cárcel na#i encerrado por militar en la resistencia. Podría decirse !ue de al&una manera ,ander nunca salió de su !uerida Cesterald la #ona rural % provinciana del eAtremo occidental de Blemania donde había crecido. Tras la ,e&unda Euerra 1undial ,ander recibió todos los honores ima&inables % su obra se si&ue eAponiendo en Blemania % en el eAtranDero. Bl i&ual !ue muchos de los más destacados artistas e intelectuales de Ceimar 1ohol%5Na&% se vio obli&ado a abandonar Blemania. Bcabaría asentándose en $hica&o donde lle&ó a ser un reconocido profesor con su propia escuela de diseño. Pero sus esfuer#os por establecer una nueva 4auhaus
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acabaron en fracaso % nunca alcan#ó el reconocimiento !ue merecía. 9 1ientras 1ohol%5 Na&% se adentraba por los caminos de la foto&rafía como arte abstracto compromiso intelectual entre lu# % forma elementos !ue constituían el soporte % tambi"n la vida ,ander Damás se apartó de su convicción de !ue la cámara era capa# de captar la realidad. Bun!ue los dos fueron ma&níficos fotó&rafos fue 1ohol%5Na&% !uien meDor profundi#ó % avan#ó en las posibilidades de su arte % !uien de los dos meDor supo encarnar el sublime espíritu de la Blemania de Ceimar. $omo es natural la foto&rafía &uardaba una estrecha relación t"cnica % artística con otro soporte de imá&enes: el cine. *esde la d"cada de /90 hasta la Primera Euerra 1undial se pro%ectaron no pocas películas en pe!ueñas % sórdidas salas o en cabinas individuales !ue formaban parte de circos % ferias ambulantes. Pocos eran los alemanes !ue confesasen con or&ullo !ue habían visto la @ltima cinta producida por un estudio importante o a!uella en la !ue aparecía una estrella popular del mundo del celuloide. ?er películas era al&o !ue todavía se consideraba de dudosa reputaciónW el lu&ar más adecuado para admitir !ue a uno le &ustaba pasar así el tiempo era el confesionario no en p@blico. *urante la "poca de Ceimar sin embar&o eran multitud los alemanes !ue iban al cine. ?eían melodramas comedias aventuras % noticiarios % se&uían las críticas !ue publicaban los periódicos. ,e trataba de películas producidas tanto en los estudios 4abelsber& a las afueras de 4erlín como en =oll%ood 1osc@ o en otras partes del mundo. =asta en las ciudades pe!ueñas las salas de cine se hacían notar por su ar!uitec5 turaW atraían multitudes a diario. 8n las &randes ciudades como 4erlín estos cines se convirtieron en palacios. 8l Eloria Xilmpalast de 4erlín por eDemplo un teatro de estilo barroco construido así precisamente para revestir de respetabilidad a!uella nueva forma de diversión popular tenía capacidad hasta para mil seiscientos espectadores sentados. 8l $apital Xilmpalast podía aco&er a mil !uinientas personas. 20 8l )niversum -ichtspielhaus de 8rich 1endelsohn construido entre 927 % 92/ era un llamativo eDemplo de cómo la ar!uitectura modernista se sumaba a espectáculos tan novedosos como el cine. ,u sorprendente diseño funcional % su fachada en curva transmitían una sensación de dinamismo a todo el edificio ;fi&. 7.9.<. 8n el interior la disposición de la platea % del patio de butacas producía una sensación similar como si interior % eAterior se disputaran el prota&onismo. $omo en una cámara Jescribía 1endelsohnJ líneas % vol@menes conver&en en un solo punto de la pantalla allí donde mira el p@blico. 2 -a sala )niversum refleDaba con eAactitud el carácter innovador de las películas el 19
?"ase ,ib%l 1ohol%5Na&% \1ohol%5Na&%: The $hica&o ears\ ;conferencia en el 1useum of $ontemporar% Brt de $hica&o ma%o de 979< en 0oholy&6agy3 An Anthology, +ichard Uostelanet# ed. Nueva orG *a $apo 9(0 pp. 22527. 20 ie Chroni" Bi/liothe" des $'. Fahrhnderts3 19$R, 4ri&itte 4eier % Petra Eallmeister eds. Etersloh $hroniG ?erla& 996 p. 2. 21 8rich 1endelsohn \1% Mn $ontribution to the *evelopment of $ontemporar% Brchitecture\ ;conferencia en la )$-B ( de mar#o de 9/< en ric 0endelsohn3 *etters o# an Architect, MsGar 4e%er ed. traducción de Eeoffre% ,trachan -ondres Bbelard ,chuman 97( p.7/. Todavía puede contemplarse la fachada del edificio !ue ahora es el ,chaubhne un importante teatro de la Uurfrstendamm berlinesa. 8l interior de la sala !uedó arrasado durante los bombardeos de la ,e&unda Euerra 1undial.
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continuo movimiento la evasión % el espectáculo !ue las distin&uían. Eracias a una película la &ente puede trasladarse a mundos de ensueño mu% aleDados de las circunstancias de su vida. 8l cine además suscita emociones miedo tensión o amor % todas al mismo tiempo. 8ntretiene % tambi"n puede ser bello. Por si fuera poco a%uda a !ue la &ente refleAione sobre la vida !ue llevaW más aun sobre el sentido de la realidad. 8l cine de Ceimar conse&uía todo eso % mucho más % los alemanes lo recibieron con los bra#os abiertos. $omo tantas otras &entes del mundo entero se sentían especialmente atraídos por las imá&enes sobre todo si "stas se pro%ectaban sobre una pantalla de &randes dimensionesW les transportaban a otros mundos % les hacían pensar % emocionarse. Xi&. 7.9.: 8rich 1endelsohn sala de cine )niversum en 4erlin construida entre 927 % 92/. )na de las &randes salas de cine !ue se edificaron en 4erlín durante la d"cada de 920 con todas las características del estilo de 1endelshon superficies acristaladas % fachada curva. 8n la actualidad es una importante sala de teatro el ,chaubhne ;Xoto&rafía del autor<.
Todavía ho% recordamos &randes películas de la "poca de Ceimar como l ga/inete del doctor Caligari, 0etr+polis, 0, l -ngel azl % tantas otras !ue contribu%eron a establecer nuevos parámetros t"cnicos % artísticos % son una muestra de lo meDor del espíritu de a!uellos años un refleDo de la psicolo&ía de individuos % colectivos de la pasión % el deseo del perfil de la ciudad moderna % la muerte. Pero lo !ue más les &ustaba a los alemanes eran los melodramas sencillos !ue se pro%ectaban en cines abarrotados por todo el país: las comedias de $harlie $haplin o sobre todo a comien#os de la d"cada de 920 los dramas de honda rai&ambre literaria e histórica los preferidos de los directores alemanes !ue soñaban con convertir en películas obras clásicas % personaDes % acontecimientos históricos % heroicos. -os directores alemanes estaban demasiado ape&ados a la refinada tradición cultural en la !ue se habían formado % a las estructuras formales de las obras de teatro. Pero el cine no consistía sólo en trasladar la representación de una obra teatral al celuloide. -as cámaras permitían captar rápidamente % desde diferentes án&ulos un aluvión de tomasW la iluminación tenía su importancia i&ual !ue la habilidad del director para suspender % reanudar el fluDo de imá&enes circunstancias !ue abrían posibilidades est"ticas enteramente novedosas !ue la industria alemana del cine tardó en asimilar. 22 *ebido en parte a lo !ue acabamos de apuntar la enorme % poderosa )niversal Xilm BGtien5 &esellschaft ;$ompañía de $ine )niversal o )XB< !uebró % en 926 pasó a manos de las 22
?"ase ]ost =ermand % XranG Tommler ie ltr der Weimarer 4ep/li", 1@nich N%mphenber&er 9(/ pp. 27529/.
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norteamericanas 1E1 % Paramount !ue desde entonces se hicieron con el control de la industria cinemato&ráfica alemana. Bun!ue a su ve# esas compañías no tardarían en caer en manos de otros propietarios 1E1 % Paramount no !uerían !ue nadie les hiciera la competencia. 8n 92( el ma&nate derechista Blfred =u&enber& se hi#o con la )XB con lo !ue la más importante productora alemana recibió una fuerte in%ección de capital aun!ue las dificultades económicas no desaparecieron por completo =u&enber& pretendía por encima de todo rentabili#ar la inversión aun!ue de ve# en cuando tampoco hacía ascos a una película artística o cuando menos a una de esas películas !ue ahora consideramos como tales. 4aDo el estandarte de la )XB % de otras productoras más pe!ueñas el cine pro&resó considerablemente durante la "poca de Ceimar. ,iempre se han considerado como eDemplos culminantes del eApresionismo las primeras películas !ue se hicieron despu"s de la &uerra las anteriores a la !uiebra de la )XB. No bastaba con deDar constancia del mundo real en una película: los filmes ;como la pintura o la literatura< eApresionistas ahondaban en la psicolo&ía de los prota&onistas % de la audienciaW insistían en la compleDidad emocional % en los diferentes estadios de la concienciaW la realidad no era tan sencilla % desde lue&o no se correspondía con lo !ue se podía entreverW lo !ue ocurría en los plie&ues de la conciencia individual o colectiva era mucho más real % por supuesto más trascendental !ue lo !ue afloraba a la superficie. 1uchas veces se ha citado como eDemplo sobresaliente del cine eApresionista el filme l ga/inete del doctor Caligari, estrenado en 920. $on sus decorados pintados como en el teatro sus innovadores enfo!ues % sus más !ue horripilantes prota&onistas la película &racias a la ambi&ua descripción de realidad % motivación !ue presentaba planteaba un reto a los espectadores. VHui"n era el culpable del asesinato el doctor o el pacienteK VBcaso los mundos soñados son más reales !ue la propia realidadK V8n manos de !ui"n está nuestra autonomía como individuosK V8Aiste tal independencia en realidad o estamos todos atrapados en el mundo poblado de pesadillas del doctor $ali&ariK +obert Ciene el director del filme no ofrecía nin&una respuesta % no está nada claro !ue los espectadores de la "poca se parasen a considerar semeDante problemática en el momento de subir al tranvía !ue los llevaría de vuelta a casa al salir del cine. -o más probable es !ue tan sólo hubieran disfrutado de la atmósfera de misterio % terror !ue destilaba la película. Pero desde 920 hasta nuestros días los críticos de cine si&uen intentado comprender el si&nificado profundo del filme lle&ando a ver en películas como "sta se&@n el ensa%ista % crítico ,i&efried Uracauer un anhelo inconsciente del pueblo alemán por encontrar una fi&ura autoritaria !ue acabarían por identificar con Bdolf =itler. 2O Blrededor de 92 al i&ual !ue ocurriera con el resto de las artes el cine sustitu%ó la intensa emotividad % las inda&aciones psicoló&icas del eApresionismo por los matices más pausados % distanciados de la Nueva MbDetividad !ue buscaba una orientación más funcional % mostraba una ma%or preocupación por las apariencias % la armonía eAternas %a fuera del hombre con el entorno urbani#ado en !ue vivía con la decoración interior o con la ar!uitectura de la fachada o entre el trabaDo del ser humano % la producción 23
,ie&fried Uracauer 8rom Coligad to @itler3 A Psychological @istory o# the German 8ilm, Princeton Princeton )niversit% Press 9(. e Caligari a @itler3 na historia psicol+gica del cine alem-n, traducción de ="ctor Erossi 4arcelona 8diciones Paidós 3b"rica 2002.
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mecani#ada. 8n pocas palabras más realismo % menos abstracción. No parece casualidad !ue la Nueva MbDetividad se impusiese una ve# eAtin&uidas las llamas de las esperan#as revolucionarias tras el caos de 9/599W % por vía de ur&encia a partir de 92O cuando la racionali#ación % la eficacia ^por encima de las eAi&encias revolucionarias de democracia % Dusticia^ se convirtieron en los aut"nticos pilares del mundo de los ne&ocios.2 8l 2O de septiembre de 92( se estrenó en 4erlín uno de los meDores filmes del cine mudo alemán: Berln, sin#ona de na cidad. *iri&ida por Calter +uttman la película &racias a un montaDe de imá&enes capta el traDín % la confusión % al mismo tiempo la or&ani#ación % el orden !ue reinaban en la ciudad durante la "poca de Ceimar. Brranca con un tren !ue se aproAima a 4erlínW el espectador tiene la sensación de viaDar en ese tren contemplando por la ventanilla cómo el paisaDe rural se confunde con los suburbios de la ciudad !ue poco a poco se convierte en el hormi&uero de edificios !ue constitu%en la metrópolis. -a ciudad comien#a a despere#arse % en paralelo +uttman persi&ue los movi5 mientos de &ente animales % má!uinas a medida !ue pasa el día. TrabaDadores hombres de ne&ocios niños !ue van al cole&io muDeres !ue trabaDan en oficinas operarios de má!uinas: la película es un refleDo de la diversidad de la vida urbana. -os movimientos de la vida diaria se acompasan con los de los motores de la industria !ue echan a andar despacio hasta !ue ad!uieren un ritmo fren"tico para más tarde volver a !uedar en reposo a la hora de comer. VHui"n diri&e a !ui"nK V,on las má!uinas las !ue imponen el ritmo a los seres humanos o son los hombres !uienes or&ani#an el funcionamiento de las má!uinasK No !ueda claro del todo pero la película deDa entrever detalles de la vida en condiciones hostiles vidas carentes de autonomía % libre albedrío. Bl mismo tiempo la cámara de +uttman Due&a con la hermosura % la belle#a de la producción industrial. 8l ritmo acompasado de los pistones de las má!uinas se %uAtapone con las líneas ar!uitectónicas !ue se repiten de forma parecida a como la foto&rafía de la torre de la emisora de radio de 1ohol%5Na&% refleDa el entramado de la estructura. Berln, sin#ona de na cidad no tuvo mucho "Aito de crítica ni de p@blico en su día. 8n la actualidad sin embar&o está considerada una obra maestra un canto a la metrópolis moderna con su ritmo su a&obio % su diversidad !ue al menos en al&unos momentos muestra al&unos atisbos de belle#a % nos transmite una in!uietante refleAión sobre el poder de las má!uinas. 0enschen am !onntag ;Eente en domin&o< otra de las &randes películas del cine mudo de la "poca de Ceimar estrenada en 9O0 &uarda ciertas similitudes con Berln, sin#ona de na cidad. -a película trata de refleDar tambi"n al&unas de las características del 4erlín moderno. -os planos de fábricas puentes % trenes trasladan al espectador al cora#ón de la ciudad superpoblada. Pero no se fiDa sólo en el perfil de la ciudad. 8n Berln, sin#ona de na cidad no ha% individuos sus habitantes aparecen normalmente como masas !ue forman parte del paisaDe de la ciudad no como individuos con su propia psicolo&ía sus anhelos % sus dramas. 8n 0enschen am !onntag, la película se fiDa en un puñado de Dóvenes alemanes pertenecientes a la nueva clase media !ue desde la ciudad van camino de su escapada 24
B propósito de esta oscilación en el terreno del arte v"ase la %a clásica obra de Peter Ea% Weimar Cltre3 The Otsider as 5nside, Nueva orG =arper and +o 97/. *a cltra de Weimar, traducción de Nora $ateli 4arcelona Br&os ?er&ara 9/.
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semanal al NiGolassee uno de los preciosos la&os !ue ha% a las afueras de 4erlín. ,on dos hombres % dos muDeresW los cuatro de veintitantos años. 8n el la&o Du&uetean % reto#an nadan toman un tentempi" campestre % escuchan la m@sica de un fonó&rafo. 8l filme tiene una cierta car&a erótica cuando los dos Dóvenes % las dos muchachas se visten % se desvisten echan a correr o se en#ar#an en escarceos de índole seAual. Bmbas chicas van detrás del Doven más simpáticoW el otro es un patán a !uien no prestan demasiada atención eAcepto para reírse de "l. 8n una escena !ue debió de impresionar % escandali#ar al p@blico de la d"cada de 920 el Doven simpático % una de las muchachas acaban haciendo el amor entre los arbustos para ma%or desesperación de la otra Doven. 4ill% Cilder firmó la trama de 0enschen am !onntag, !ue contó con +obert ,iodmaG % 8d&ar E. )lmer como directores % con Xred Yinnemann a car&o de la dirección de foto&rafía. -os cuatro desarrollarían carreras ful&urantes en =oll%ood. -a película refleDa el tipo de vida !ue llevaban los Dóvenes berlineses !ue en la d"cada de 920 aspiraban a inte&rarse en la clase media. -os cuatro están inte&rados en la sociedad de consumo de su tiempo: se abalan#an a comprar los discos más recientes ;incluso una de las Dóvenes trabaDa en una tienda de discos<. Todos se deDan seducir por la moda de la "poca: las muchachas lucen pelo % faldas cortas % son esbeltasW los chicos van ele&antemente vestidos con cha!ueta % corbata aun cuando ese domin&o ten&an pensado ir al la&o. Nin&uno de los cuatro parece mantener relación con sus respectivas familias: su círculo social está centrado en &ente de su edad % de su clase socialW no forman parte de esos clanes del pasado en las !ue convivían diferentes &eneraciones. 1antienen relaciones esporádicas seAuales o de otro tipo % disponen de tiempo % dinero al menos durante los fines de semana. $omo en Berln, sin#ona de na cidad 0enschen am !onntag constitu%e una refleAión a&ridulce sobre la modernidad de Ceimar. 8s evidente !ue los cuatro Dóvenes berlineses !uieren disfrutar de la vida pero se percibe !ue entre ellos ha% una &ran tensiónW al final del día al i&ual !ue millares de Dóvenes como ellos re&resan a la ciudad para volver al trabaDo al día si&uiente. -a película termina con esta frase conmovedora: -a semana !ue viene cuatro millones os estarán esperando. 8n la ciudad moderna el tiempo se divide entre el trabaDo alienante a lo lar&o de la semana % el fantástico fin de semana para disfrutar de la vida % sus placeres. 1odernidad es lo mismo !ue decir eAistencia fra&mentada circunstancia esta en la !ue trataron de ahondar los reali#adores del filme sirvi"ndose de representaciones visuales % en la !ue tanto profundi#arían en sus escritos ensa%istas % filósofos como 1artin =eide&&er % ,ie&fried Uracauer. Bl&unas películas producidas en otros países tambi"n cosecharon un enorme "Aito de crítica % p@blico en Blemania. *os de las más aplaudidas fueron *a imera del oro, de $harlie $haplin % l acorazado Potem"in, de ,er&ei 8isenstein estrenadas ambas en 927. -a primera se metió al p@blico en el bolsillo de inmediato. Xue la película más famosa % aclamada de $haplin % de la industria cinemato&ráfica hasta entonces. -as autoridades alemanas trataron de prohibir la eAhibición de la se&unda ale&ando !ue era pura propa&anda sovi"ticaW tras una lar&a batalla le&al % un acalorado debate p@blico dieron su bra#o a torcer. -a afluencia de p@blico fue mucho menor pero la crítica alabó el enorme talento % la ma&istral forma de hacer cine de 8isenstein. Bmbas películas fueron uno de los primeros atisbos de &lobali#ación Jno sólo penetración norteamericanaJ de los medios de comunicación en la d"cada de 920. $omunistas simpati#antes del modelo sovi"tico % &entes de mu% diversas tendencias políticas de muchos países vieron la
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película. $haplin nacido en Eran 4retaña era tan famoso en ToGio como en París o en -ondres por no hablar de 8stados )nidos. Todo el mundo coincidía en señalar cómo se emocionaban los espectadores !ue se&uían las vicisitudes de unos personaDes maltratados por la vida. 8l "Aito de $haplin % 8isenstein deDa entrever el problema !ue padecía el cine alemán a mitad de esa d"cada es decir su incapacidad para comprender las nuevas posibilidades est"ticas !ue abría la cinemato&rafía su ambientación tan artificiosa % literaria como apuntan ]ost =ermand % XranG Trommler estudiosos de nuestros días haci"ndose eco de lo !ue en su día afirmara BAel 8&&ebrecht crítico de la "poca de Ceimar !ue en 927 escribía: Por si no tuvi"ramos bastante con la ne&ativa conclusión de !ue el cine nada tiene !ue ver con el teatro los norteamericanos descar&ados del peso del pasado % con llamativa in&enuidad han sabido profundi#ar en la pura dimensión óptica del cinemató&rafo. 8n primer lu&ar no han tenido !ue despoDarse de tanto drama psicoló&ico ni tampoco han sentido la necesidad de !ue se asemeDe a un cuadro sino !ue se han adentrado en el campo de la eApresión visual descarnada incluso por senderos !ue en la vida normal carecen de sentido. $haplin ha sido posible por!ue no había una tradición detrás % por!ue podían pro%ectarse en una pantalla Jde arriba abaDo sin omitir nada ni material ni ideoló&icamenteJ imá&enes de la era de las má!uinas. Eracias a eso el cine norteamericano ha establecido la necesaria coneAión entre su capacidad creativa % los soportes industriales de la forma de vida !ue refleDa. ,ólo en a!uel país la cinemato&rafía podía convertirse en la industria total % difusora del arte en la industria de la repre5 sentación.26
Mtro crítico alemán 4"la 4alá#s escribía !ue había !ue insistir en la profundidad % en la sencille# en la misma medida !ue $haplin en la trivialidad. 27 Tanto *a imera del oro como l acorazado Potem"in contienen al&unas escenas inmortales de la historia del cine. $haplin era aclamado por sus actuaciones % la comicidad de las escenasW 8isenstein por la car&a dramática % las innovaciones t"cnicas de su forma de hacer cine. 8n *a imera del oro, $haplin es un pobre va&abundo !ue no tiene nada !ue comer aparte de sus #apatos % !ue marcha a BlasGa en busca de fortuna. 8n una escena ma&istral empuña tenedor % cuchillo dispuesto a comerse un tro#o de cuero del cal#ado en&añándose a sí mismo sobre su desesperada situación a la ve# !ue trata de resolverla. 8n l acorazado Potem"in, 8isenstein des&rana escena tras escena a cual más dramática. -a película está ambientada en la revolución rusa de 906W los marineros amotinados han de soportar un ultraDe más de los bárbaros oficiales !ue están al mando: una sopa hecha con carne putrefacta. B bordo los Defes militares re@nen a los subordinados !ue no se han rebelado les ordenan !ue cubran con una lona a un &rupo de amotinados % !ue los eDecuten. 8isenstein prolon&a la escena durante unos minutos !ue se nos antoDan interminables. Por fin el h"roe revolucionario se diri&e a la marinería !ue se dispone a disparar % pre&unta: V,ab"is a !ui"nes vais a fusilarK. Por!ue los marineros amotinados son rusos como los del pelotón. -a disciplina se viene abaDo % los amotinados se adueñan 25 26
Bmbas citas eAtraídas de =ermand % Tommler ie ltr der Weimarer 4ep/li", p. 2(7. 3bidem p. 2(/.
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del barco. -a cámara de 8isenstein va % viene entre planos cortos % planos &enerales acentuando el dinamismo % la tensión al&o !ue no es posible en una sala de teatro. -a cámara se detiene en al&unos de los marineros in!uebrantables h"roes revolucionarios o hace un barrido mientras pelean con los soldados % tambi"n detalla los pulidos adornos de latón de la nave los pistones !ue suben % baDan los lar&os % terribles fusiles para irse retirando hasta ofrecer al espectador una toma panorámica del barco en medio del mar. 8n Mdessa los ciudadanos se enteran del motín % corren hasta el puerto para solidari#arse con los marineros. )na ve# más la cámara va % viene entre primeros planos de individuos % planos lar&os de los millares de personas !ue baDan por las lar&as escalinatas !ue conducen al puerto: hombres % muDeres Dóvenes % vieDos pobres % meDor situados todos unidos baDo la bandera de la revolución. *e repente aparecen las tropas del #ar. 4aDan por las &radas en formación disciplinadamente % una % otra ve# disparan contra la multitud por la espalda. -os !ue consi&uen lle&ar abaDo se encuentran con los cosacos !ue los vapulean sin piedad. )na madre sostiene a su hiDo un muchacho herido por las tropas % pisoteado por la multitud. *urante interminables minutos la cámara sólo se fiDa en ella. ,e acerca a los soldados del #ar les rue&a !ue deDen de disparar % es ella !uien acaba tiroteada. Mtra madre recibe un disparo % en la escena más recordada de la película cae al suelo Dunto al carrito de su beb". -a cámara de 8isenstein si&ue la tra%ectoria del cochecito !ue %a sin suDeción co&e velocidad % se despeña escaleras abaDo camino de un desenlace fatal. 8l instinto dramático de 8isenstein era una prueba de cómo una película podía crear escenas llenas de dramatismo de un modo !ue sólo está al alcance del cine. No había obra de teatro o novela capa# de suscitar semeDantes emociones de temor % pánico acerca de la suerte !ue había de correr el pe!ueño o la tensa espera baDo la lona de una marinería amotinada a punto de ser pasada por las armas. Eracias al arte con !ue diri&ía 8isenstein hi#o buenas las aseveraciones de 1ohol%5Na&% sobre la foto&rafía a saber !ue tenía sus propias le%es % !ue había !ue amoldarse a ellas en ve# de imitar otros &"neros. -a escena de las escaleras no era real en el sentido de !ue eso fuera lo ocurrido en 906 ni ofrecía una versión del motín !ue se aDustase a la realidad. Xilmadas sin embar&o tales escenas parecían tanto más reales por cuanto transmitían las tensiones % emociones !ue se vivían en una ciudad durante un tumulto revolucionario así como el poder de las masas !ue conver&ían hacia los muelles en solidaridad con los marineros amotinados. Para ma%or consternación de la derecha alemana tanto en su versión moderada como radical l acorazado Potem"in % *a imera del oro constituían un símbolo de la inmersión de la Blemania de Ceimar en una cultura internacional !ue bebía de fuentes mu% aleDadas de 8uropa como 8stados )nidos o la )nión ,ovi"tica. =asta ese momento sólo se trataba de películas mudas. -a industria cinemato&ráfica alemana sufrió un nuevo vaiv"n est"tico cuando en 929 dos años más tarde !ue en 8stados )nidos a pesar de !ue la tecnolo&ía necesaria había sido desarrollada en parte en Blemania se comen#aron a rodar películas habladas. Bl cine se unieron los avances tecnoló&icos de la radiodifusión &racias a la amplificación % la transmisión del sonido. -as películas habladas fueron la revolución auditiva % visual !ue acabaría por desembocar en un nuevo % poderoso soporte. $omo en 8stados )nidos la lle&ada del sonido si&nificó la retirada de muchos de los actores % actrices del cine mudo !ue carecían de una vo# a&radable. Tambi"n si&nificó el final de la carrera de muchos directores !ue tardaron
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demasiado tiempo en darse cuenta de !ue el sonido no era un simple añadido sino !ue modificaba la est"tica cinemato&ráfica en muchos % mu% importantes sentidos. 1ientras la )XB consideraba !ue la nueva t"cnica era una forma de !ue la compañía remontase la crisis financiera la introducción del sonido representaba tambi"n el creciente au&e nacio5 nalista de las industrias del cine en cada país. ,i no era difícil sustituir los recuadros de teAto de una película muda por otros escritos en la propia len&ua el doblaDe o los subtítulos resultaban mucho más complicados % sobre todo más caros. 8n los pocos años !ue !uedaban antes de la desaparición de la +ep@blica la industria cinemato&ráfica alemana se las compuso para producir al&unas películas de &ran "Aito !ue más tarde ad!uirirían la cate&oría de clásicas % !ue influirían en varias &eneraciones de directores. 0 de Xrit# -an& se estrenó en 9O. Narra la historia de un asesino de niños !ue anda suelto en la ciudad. -a espectacular labor del director crea una atmósfera in!uietante. 8l escenario es la ciudad moderna !ue en este caso tambi"n representa un lu&ar lleno de peli&ros en el !ue sin embar&o nada puede permanecer oculto. 8n la escena más famosa el asesino interpretado por Peter -orre está mirando un escaparate uno de esos inmensos eApositores !ue tanto proliferaron en la d"cada de 920. *esde la es!uina del escaparate 1 observa a las personas !ue lo persi&uen % se da cuenta de !ue en la espalda de su abri&o al&uien le ha pintado con ti#a una 1 !ue lo identifica. Bl mismo tiempo contempla su ima&en refleDada en los cuchillos !ue se ofrecen ante sus oDos. )n ma&istral recurso cinemato&ráfico !ue suscita diversas pre&untas: Vla transparencia de las lunas de los escaparates nos permite ver las cosas con ma%or claridadK V-as m@ltiples imá&enes !ue se refleDan revelan otras facetas de la personalidad del prota&onista para "l mismo % para el p@blicoK 0 representa tambi"n una crítica social al más puro estilo de 4recht. $omo en *a +pera de catro cartos, &án&steres % policía terminan unidos en esta ocasión para dar ca#a al asesino !ue ha violado incluso el códi&o no escrito de moralidad !ue ri&e en el mundo del hampa. Por!ue no ha% &randes diferencias en definitiva entre los encar&ados de mantener el orden % !uienes lo !uebrantan. ,emeDante ambi&edad moral molestaba % mucho a los &uardianes del orden. $l"ri&os alcaldes % conceDales diri&entes sindicales % políticos socialistas todos se lamentaban de la influencia inmoral % perniciosa del cine. ?eían cómo peli&raban sus esfuer#os en favor de la inte&ridad por culpa de al&o !ue se&@n ellos no era sino más inmundicia % basura sólo !ue pro%ectada en una pantalla &rande en lu&ar de aparecer en un libro de bolsillo. -o !ue más les preocupaba era la influencia democrati#adora !ue eDercía el cine. Pocos eran los trabaDadores !ue podían verse en los auditorios de ópera o en las salas de teatro de Blemania. Pocos los personaDes pudientes !ue frecuentasen los cochambrosos bares o los ruidosos locales de diversión !ue había por todo el país a no ser !ue hubieran decidido darse una vuelta por los baDos fondos. Pero a finales de la d"cada de 920 se contaban por millones los alemanes !ue iban al cine. -as entradas eran tan baratas !ue se !uedaban sin ir sólo los pobres de solemnidadW las películas por otra parte se habían labrado una aureola artística % de buena reputación capa# de atraer al menos a una parte de esa población más cultivada % rica. 8l elemento erótico tambi"n preocupaba a los defensores de la moral tanto por las imá&enes !ue se veían en la pantalla como por el hecho de !ue hubiera hombres % muDeres sentados Duntos casi a oscuras. 8l cine era el entretenimiento de las masas por antonomasia. 8n las salas había &ente de lo más
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variopinta lo !ue socavaba las directrices !ue en lo referente a la moralidad establecían el 8stado % la 3&lesia los más pudientes % cultivados. 8n este aspecto los socialistas mantenían una actitud tan puritana como sus adversarios políticos los conservadores. 8n septiembre de 99 por eDemplo los conceDales del ),P* del a%untamiento de 1@nich votaron en contra de !ue se abriesen nuevas salas de cine por!ue las películas convertían a sus compatriotas alemanes menos cultos en anar!uistas % contribuían a su de&eneración intelectual % espiritual opinión !ue muchos mantendrían a lo lar&o de la historia de la +ep@blica. 2( Pero daba lo mismo. -os alemanes se&uían abarrotando los cines. No había forma de !uitarles la idea de la cabe#a. 8n 929 había en el país cinco mil seiscientas salas de cine en comparación con las dos mil cuatrocientas de tan sólo die# años antes. 8n 92 sólo en 4erlín se vendieron más de cuatrocientos millones de entradasW a mediados de la d"cada de 920 las estadísticas confirmaban !ue dos millones de alemanes iban al cine a diario. 2/ Xran# =essel paseante empedernido % columnista se refería con estas palabras a la pasión !ue los berlineses sentían por el cine: B los berlineses nos encanta ir al cine. 8se espectáculo semanal es el sucedáneo de toda la historia del mundo !ue no hemos vivido. B diario se nos entre&an las muDeres más hermosas de ambos continentes % contemplamos sus lá&rimas % sus sonrisas en las pelí5 culas. -os &randes palacios del cine se encuentran en los alrededores de la i&lesia 1emorial en la avenida Uurfiirstendamm % en las cercanías de la Potsdamer Plat# pero tambi"n en los suburbios % en millares de pe!ueñas salas cu%as luces relumbrantes % seductoras resplandecen en las calles medio en penumbra de todas las barriadas. Bh % tambi"n tenemos las matin"s de cine unas salas cálidas % aco&edoras tanto para el cuerpo como para el espíritu. 8n cuanto a las películas los berlineses no son demasiado eAi&entes no se &uían tanto por las críticas !ue leen en los periódicos como sucede con las obras de teatro. ,e deDan transportar a un mundo de ilusiones. ,on un sustitutivo de la vida para millones de nuestros conciudadanos !ue por un instante !uieren olvidarse de la monotonía de su rutina diaria.29
Por más !ue los representantes de la Blemania oficial se retorciesen las manos de desesperación una trabaDadora del sector teAtil describió incluso meDor !ue =essel el sentir de la población: =a% !uien dice !ue el cine es una cursilada. 1e da i&ual lo !ue opinen. -o importante es !ue me olvido olv ido de mis preocupaciones % paso un buen rato. O0 +evistas ilustradas % películas trasladaban a lectores % espectadores a sitios tan remotos 27
$itado en 1artin =. Ee%er ;er"ehrte Welt. 4e=oltion, 5n#lation nd 0oderno3 0anchen 19&19$, E>ttin&en ?andenhoecG und +uprecht 99/ p. (6. 28 $ifras eAtraídas de =einrich Bu&ust CinG3er er !chein der 6ormalit
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como la helada BlasGa las escalinatas !ue baDaban hasta el puerto de Mdessa o las sabanas de frica con sus leones. 8n la d"cada de 920 la revolución en cuanto a la transmisión del sonido sirvió para acercar a oradores % actores al o%ente %a formase parte de una multitud reunida alrededor de un estrado %a estuviera en un caf" o en su propio ho&ar. Tenemos fotos de Uarl -iebGnecht proclamando el 9 de noviembre de 9/ la rep@blica socialista desde la balconada del Palacio +eal de 4erlín. Pero Vcuántas personas de la multitud !ue allí se a&olpaba lle&aron a escuchar realmente sus palabrasK V$uántos de los parro!uianos de la =ofbr_uhaus de 1@nich sobrios o beodos lle&aron a escuchar en realidad lo !ue decía Bdolf =itler en sus discursos de principios de a!uel decenioK No lo sabemos pero lo más probable es !ue fueran mu% pocos. Hu" duda cabe !ue los oradores durante la era anterior a la amplificación del sonido habían aprendido a pro%ectar la vo# vi&orosamente hasta eAtremos !ue ahora no podemos ni ima&inarnos. Pero en casi todas las foto&rafías de actos multitudinarios tomadas en torno a 9O0 los disertadores se encuentran de pie delante de un micrófono !ue retransmite sus palabras a trav"s de unos altavoces por radio o ambas cosas a la ve#. B finales de la d"cada de 920 el sonido %a se tratase de palabras o de un concierto se convirtió en impulsos el"ctricos. 8n cierto modo el micrófono el &ramófono % la radio recurrían a una tecnolo&ía parecida. -o primero !ue se desarrolló fueron micrófonos % altavoces como componentes de los tel"fonos para amplificar las palabras !ue intercambiaban las personas a ambos eAtremos del hilo. Pero las innovaciones tecnoló&icas !ue permitían !ue el sonido lle&ase más leDos presentaban dificultades % tardaron más en lle&ar. No obstante durante la d"cada de 920 científicos e in&enieros encontraron pronto la solución. -as nuevas tecnolo&ías para la amplificación del sonido podían combinarse de diferentes modos en todos los soportes % lu&ares donde fueran precisas lo mismo en actos multitudinarios !ue en la radio el fonó&rafo o el cine. 8n 926 se inau&uró en 1@nich el nuevo *eutsches 1useumW tanto la ceremonia como los discursos % la actuación musical fueron transmitidos por altavoces. -os asistentes se !uedaron admirados por no decir pasmados. 8l nuevo invento lle&ó incluso a las i&lesias: en la monumental catedral de $olonia los curas comen#aron a recurrir a micrófonos % altavoces cuando predicaban. O Bsí al menos los fieles más tibios %a no podrían decir !ue no habían escuchado el sermón % !ue no se habían enterado de !ue estaban !uebrantando los preceptos divinos ;o eclesiásticos<. 8n 926 &racias a la tecnolo&ía utili#ada en los micrófonos apareció el primer fonó&rafo dotado de amplificador !ue permitía no sólo subir el volumen sino tambi"n reproducir una &ama mucho más amplia de frecuencias de sonido. O2 )n fonó&rafo el"ctrico con altavo# aun leDos de ser perfecto representaba un importante avance en cantidad % calidad respecto al vieDo &ramófono de manivela. -a industria del disco no tardó en reaccionar % no sólo en Blemania. $omo en el caso de las películas se produDo una internacionali#ación del mercado % los alemanes compraban discos de Da## &rabados en 8stados )nidos o en Xrancia óperas italianas % conciertos re&istrados en Bustria. 8n Blemania casi toda la producción estaba volcada en la m@sica or!uestal li&era o en 31
8rnst Ceiss \Budio Technolo&ie in 4erlin bis 9O: 1iGrophon\ en %' Fahre !tereo&0agnet/andtechni"3 ie ntic"lng der Adio Technologie in Bor>a nd den :! =on den An#
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vocalistas los artistas de moda en a!uella "poca. -a &ente escuchaba discos en su casa pero tambi"n car&aba con fonó&rafos % discos % los llevaba a las orillas del la&o o a los merenderos campestres. 8n caf"s restaurantes de hotel % cervecerías al aire libre se escuchaba m@sica &rabada o disponían de micrófonos % altavoces para actuaciones en vivo.OO 8staciones de tren % estadios no tardaron en imitarlos. VHui"n podría ima&inarse ho% una carrera de caballos o un combate de boAeo sin un locutor !ue narre lo !ue está pasando delante de un micrófono o una estación de tren en Blemania en la !ue no se o%ese por los altavoces la indispensable advertencia de el tren está a punto de entrar. Ten&an cuidado % apártense del borde del and"n O -a radio capa# de unir la amplificación con la transmisión del sonido a enormes distancias fue la culminación de la revolución de los o%entes durante la "poca de Ceimar. Bl i&ual !ue el cine se convirtió en un medio mu% popular. 8n 9O en Blemania había O( millones de aparatos de radio. Probablemente habría !ue multiplicar al menos por die# esta cifra para hacernos una idea del n@mero de radio%entes mucho más abultada !ue los dos millones de alemanes !ue iban al cine a diario a mediados del decenio de 920.O 8n 9O2 probablemente había un aparato de radio en uno de cada cuatro ho&ares % en las áreas metropolitanas de 4erlín % =ambur&o en uno de cada dos. O6 ,i bien eran muchos más los ciudadanos alemanes de clase media o de clase alta !ue poseían un aparato de radio muchos Dóvenes de la clase trabaDadora se reunían en asociaciones para construirse sus propios aparatos % transmitir % recibir señales radiofónicas. 8n ciudades o en #onas rurales las tabernas además de comida % bebida disponían de una radio. 8n 9O2 había tantas torres emisoras !ue la recepción de señales radiofónicas cubría prácticamente todo el país. -a primera impresión !ue producía un aparato de radio era sencillamente maravillosa tal % como la recordaba una persona durante una entrevista reali#ada muchos años más tarde: -a primera ve# !ue oí la palabra radio Z...[ tendría unos tres o cuatro años Z...[ fue cuando mi padre le diDo a mi madre: =an fabricado un aparato nuevo. ,e llama radio. ,i al&uien toca m@sica en 1@nich en XranGfurt incluso en Norteam"rica nosotros ;!ue entonces vivíamos en Cr#bur&< tambi"n podemos escucharla. B lo !ue mi madre respondió: 8stás loco. Nadie puede tocar tan fuerte. 1i padre entonces le eAplicó: NoW captan la m@sica % la transforman en ondas !ue lle&an hasta nosotros por el aire. O7 8l escritor comunista ]ohannes +. 4echer se encar&ó de dar forma literaria a a!uella impresión tan sorprendente como Dubilosa en su poema -a radio ese mila&ro de la vida diaria haci"ndose len&uas de a!uel má&ico reclamo !ue era escuchar voces procedentes desde el otro lado del oc"ano o venidas v enidas de las altas montañas. Tiempo % espacio vencidos lle&a el inesperado mila&ro: conectadas todas las torres 33
3bidem p. 9. 3n&e 1arssoleG % Bdelheid von ,aldern eds. QhHren nd GehHrt=erden, vol. : 4adio im 6ationalsozialisms. Qischen *en"ng nd A/len"ng, Tubin&a 8dition *isGord 99/ p. O. 35 $arsten -enG ie rscheinng des 4nd#n"s. in#hrngnd 6tzng eines neen 0edi ms 19$E&19E$, Mpladen Cestdeutscher ?erla& 99( p. . 36 $itado en ibidem p. 76. 34
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entonan entusiastas himnos.
-a radio era un si&no de los &randiosos % maravillosos tiemposg O( !ue vivimos. Bl principio la radio sólo podía oírse con auriculares o aun!ue peor por medio de unas enormes bocinas parecidas a las de los primeros &ramófonos. Pero en 927 se pusieron a la venta los primeros altavoces el"ctricos !ue no tardaron en !uedar inte&rados en los aparatos de radio. O/ *esde ese momento escuchar la radio se convirtió en una eAperiencia colectiva. ,ólo poco a poco como ocurriría con la penetración de la televisión tras la ,e&unda Euerra 1undial se lle&ó a la situación de !ue una persona sola escuchase la radio. 1iembros de una misma familia vecinos % aficionados se reunían en torno a los inmensos aparatos de radio de a!uella "poca. $omo al&uien recordaba: 1i padre se sentía or&ulloso de ser el primero de todo el vecindario % de más leDos !ue tenía un aparato de radio. B pie incluso en tren la &ente venía a verlo Z...[ aun sin saber en !u" consistía. Todos se pasaban por casa para convencerse por sí mismos de !ue realmente se oían voces % m@sica !ue procedían del "ter Z...[ $ada persona disponía de media horaW despu"s cedía su puesto al si&uiente en la cola. 8n la habitación conti&ua había cada ve# más &ente !ue esperaba a !ue le lle&ase su turno. O9 4ares caf"s % lanchas turísticas recurrían en ocasiones a la radio para atraer más clientela. ,in tanto "Aito tambi"n había &ente !ue acudía a espaciosos salones para escuchar conferencias retransmitidas por radio aun!ue ni si!uiera la novedad del medio bastaba para !ue lo hicieran con re&ularidad. Bl principio no sólo la recepción no era buena sino !ue un p@blico numeroso re!uería la presencia de al&uien en carne % hueso. 8l colmo de las maravillas se producía cuando la &ente escuchaba la m@sica !ue les lle&aba a trav"s de las ondas: bailar al ritmo de una m@sica eDecutada en -ondres o en París mientras ellos estaban en un caf" o en un salón de baile de =ambur&o 4erlín o 1@nich era disfrutar de las maravillosas % placenteras posibilidades !ue ofrecía el mundo moderno. )n ciudadano de 4remen recordaba cómo el dueño de una cafetería había habilitado un reservado en el !ue había un receptor de radio % una docena de auriculares col&ados de la pared en hilera encima de las mesas. 8l aparato solía estar conectado con -ondres. -os clientes cohibidos ocupaban su sitio con una ta#a de caf" delante % escuchaban con rostro radiante a!uella increíble m@sica de las esferas !ue les lle&aba desde 3n&laterra del otro lado del mar del Norte. B veces se oían interferencias a trav"s de los auriculares % no faltaba !uien ase&uraba !ue era el ruido del mar.0 8n 92( el periodista Mtto Blfred Polit#sch podía escribir sin miedo a !ue lo tildasen de eAa&erado !ue el aparato de radio como los maceteros para plantas o los armarios %a formaba parte del e!uipamiento normal de cual!uier ho&ar. $olocado en un rincón permitía escuchar m@sica de violín a un cantante o a un terrateniente hablando de abonos artificiales. Bncho es el mundo % muchas % diversas las voces !ue &enera. 8n la d"cada de 920 los aparatos de radio eran caros % la ma%oría de los receptores se los fabricaba la &ente o lo hacían con otros formando asociaciones. )n miembro de uno de 37
]ohannes +. 4echer \+adio ^ Cunder der Bllt_&lichGeitg\ 9OO en 4adio<r in der Weimarer 4ep/li"3 ine o"mentation, 5rmela !chneider, ed. Tubin&a Eunter Narr 9/ PP. 6/569. 38 -enG 8rscheinun& des +undfunGs pp. 0/5. 39 $itado en ibidem p. (9. 40 $itado en 3bidem p. (7. 41 $itado en ibidem p. O.
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esos clubes !ue habían puesto a punto su propio aparato se !ueDaba de la admiración !ue suscitaba =enr% Xord incluso en los ambientes de la clase trabaDadora: Wo /lei/t des detsche 4adio&8ord2N Jo en otras palabrasJ: Vdónde están esos aparatos de radio para todos de componentes fabricados en serie % tan baratosK. 2 B pesar de todo % aun!ue el medio cautivó a los alemanes esos receptores no se producirían hasta la d"cada de 9O0. $omo consecuencia de su popularidad % de la influencia !ue eDercía la radio era un medio demasiado importante como para no dictar normas !ue re&ulasen su funcionamiento. Bl&unos de sus más fervientes partidarios insistían en !ue era un ma&nífico instrumento para la democrati#ación una herramienta para la difusión de la cultura !ue echaría abaDo las barreras entre clases sociales % naciones o dicho de otra manera !ue alumbraría una cultura alternativa proletaria. 8n 9O0 Blbert 8instein en un arrebato lírico definía la radio como la vo# de la verdadera democracia capa# de reconciliar a la familia de las naciones.O Pero no faltaban !uienes consideraban la radio como un símbolo más de esa peli&rosa % de&enerada sociedad de masas otro medio para enardecerla % soliviantarla carente de sustancia. =ubo incluso !uienes desde esferas oficiales sobre todo reconocían el enorme potencial de la radio % !uerían utili#arla para educar a la población. $omo las instituciones educativas o el 8D"rcito la radio sería un medio adecuado para inculcar valores di&nos a los ciudadanos en este caso a los millones de personas !ue se reunían a su alrededor. Mficialmente la primera emisión se reali#ó en 4erlín el 29 de octubre de 92O. 3nmediatamente autoridades &ubernamentales productores % fabricantes comen#aron a mover los hilos para hacerse con el control. 8n torno a 926 el 8stado se había arro&ado un papel preponderante otor&ando los permisos pertinentes tanto para la producción como para su comerciali#ación aun!ue casi todos los pro&ramas estaban en manos de productoras privadas. Por le% se estableció una empresa nacional de radiodifusión con importantes participaciones de capital privado aun!ue el 1inisterio de $omunicaciones del +eich conservaba la ma%oría al i&ual !ue en las nueves redes re&ionales % en emisoras privadas. -a le&islación confería autoridad sobre el medio a los 1inisterios de $omunicaciones % del 3nterior así como a los estados federales. -as emisiones habían de contar con la aprobación del 8stado % los dueños de un aparato de radio tenían !ue darse de alta en un re&istro creado a tal efecto % satisfacer una cuota. )nos conseDos locales de vi&ilancia compuestos en &eneral por los funcionarios civiles civ iles de ma%or anti&edad tenían !ue dar el visto bueno a cada una de las fases de la producción de un pro&rama. -os partidos pro&resistas comunistas % socialdemócratas fracasaron en su intento de disponer de sus propias emisoras de radio % las autoridades establecieron cuantiosas multas para !uienes emitiesen o recibiesen la señal sin el correspondiente permiso oficial. 8n 9O2 se aprobó una nueva le% por la !ue el 8stado asumía el control absoluto sobre la radio. ,e vinieron abaDo pues todas las esperan#as de !uienes se habían ima&inado la radio como un medio de eApresión libre % democrático ;como les ocurriría tambi"n a los 42
$itado en ibidem p. /. $itado en $hristopher =aile% \+ethinGin& ,ound: 1usic and +adio in Ceimar Eerman%\ en 0sic and Per#ormance dring the Weimar 4ep/lic, 4r%an Eilliam ed. $ambrid&e $ambrid&e )niversit% Press 99 pp. O5O7 cita . 44 Uate -ace% 8eminine 8reencies3 Gender, German 4adio, and the P/lic !phere, 19$E&19%, Bnn Brbor )niversit% of 1ichi&an Press 997 p. 2/. 43
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entusiastas de los ordenadores en la d"cada de 9/0< en el !ue se pudiera emitir cual!uier opinión !ue sirviera de punto de encuentro para los críticos radicales de la sociedad capitalista. )n historiador de nuestros días resume con esta frase la situación al final de la +ep@blica: )n pueblo enmudecidoW cuatro millones de radio%entes !ue pa&aban % &uardaban silencio. 6 4aDo el control del 8stado se emitió una pro&ramación mu% convencional pero tambi"n mu% popular. -as emisoras difundían una me#colan#a de m@sica popular % m@sica clásica conseDos para el ho&ar reportaDes de aventuras % viaDes eAóticos elo&ios a las maravillas de la tecnolo&ía más avan#ada homilías % sermones conferencias sobre temas relacionados con la ciencia % con la naturale#a % seriales especialmente escritos para la radio. 8n &eneral se trataba de ofrecer pro&ramas informativos decorosos % edificantes nada !ue tuviera !ue ver con inmundicia % basura. 8l principio orientador o rientador era la alta cultura no la de andar por casa. 1uchos de los escritores alemanes consa&rados leían fra&mentos de sus obras incluso escribieron al&unas sólo para la radio. -os radio%entes tambi"n podían escuchar conciertos de la Xilarmónica de 4erlín o representaciones de la Spera estatal. 8l @ltimo año de la +ep@blica las nuevas % ultraconservadoras directrices oficiales en cuanto a la pro&ramación establecían: -a radio es uno de los pilares sobre los !ue se apo%a la nación alemana. -a radio alemana ha de mantener % defender los valores naturales del ho&ar % la familia el trabaDo % el 8stado. -a radio en definitiva no se diri&e al radio%ente como individuo tan sólo sino como miembro del orden natural establecido en la nación. -a radio alemana defiende los valores % el comportamiento cristianos % respeta las convicciones sinceras de !uienes no comul&an con ellos. Hueda eAcluido de la radio alemana todo a!uello !ue represente un ata!ue contra la fe cristiana o pon&a en peli&ro las costumbres o la cultura alemanas.7
8n este sentido los pro&ramas diri&idos a la muDer defendían el valor de la vida familiar % el papel de la muDer como madre % ama de casa. B ella iban diri&idos los típicos conseDos de belle#a su&erencias para educar a los niños % recomendaciones dom"sticas. M como afirmaba la publicación oficial de la red nacional de radiodifusión: Z-a radio[ ofrece la posibilidad de volver a unir lo !ue estaba disperso. B%uda Za las muDeres[ para !ue vuelvan a sentirse se&uras del lu&ar central !ue ocupan en la familiaW para !ue &racias &r acias a la alian#a entre amas de casa % aparatos de radio flore#ca de nuevo esa cultura familiar !ue rodea de amor % calide# a hiDos e hiDas maridos % ami&os amena#ada como está por la crisis actual % el escepticismo moderno. ( Mtro periódico apuntaba a lo positivo !ue era !ue las muDeres se mantuviesen en contacto con el mundo eAterior sin tener !ue moverse de casa: Bdemás de la soledad lo !ue más teme el ama de casa es !ue las tareas dom"sticas el traDinar de un lado para otro % las nimiedades diarias la aleDen de la vida !ue discurre a su alrededor !ue no sea capa# de estar a la altura de su marido !ue se apoltrone % lle&ue a convertirse en una eAtraña para "l Z...[ 8n este sentido la radio le ofrece todo un repertorio de posibilidades !ue al contrario !ue la palabra escrita presenta 45
Cinfried 4. -er& 4nd#in"politi" in der Weimarer 4ep/li", 1@nich *T? 9/0 p. 62. $itado en -ace% 8eminine 8reencies, p. 6. 47 $itado en 3bidem pp. 52. 46
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la enorme ventaDa de !ue no le !uita nada de tiernpo. / Bsí de ser un raro artilu&io con cables % antenas por todas partes !ue en un primer momento sólo podía escucharse &racias a unos auriculares la radio con altavoces incorporados pasó a convertirse en un mueble más % de ele&ante diseño mu% apropiado para el cuarto de estar de un ho&ar bur&u"s como eAi&ían los cánones. Bl principio las autoridades eran partidarias de !ue la política no formase parte de la pro&ramación radiofónica pero tuvieron !ue acabar cediendo a la presión de sus Defes políticos al menos de a!uellos !ue confiaban en las posibilidades de la radio. 8n 92 los radio%entes pudieron escuchar las primeras emisiones de carácter político: discursos del canciller % al&unos miembros del Eobierno e intervenciones de los representantes de los principales partidos sobre las elecciones le&islativas !ue se avecinaban. 8n 926 los dos principales candidatos a la presidencia del país Paul von =indenbur& % Cilhelm 1arA se diri&ieron por radio a los o%entesW la censura vetó la intervención del candidato comunista 8rnst Th_lmann.9 Xueron emisiones de p"sima calidad: los políticos a@n no habían aprendido a hablar por la radio % se ponían a dar voces frente al micrófono como les habían enseñado a hacer cuando se diri&ían a las multitudes en la "poca anterior a los altavoces. B finales de a!uella d"cada las autoridades !ue velaban por la pro&ramación optaron por incluir debates % discursos políticos a car&o del canciller % de otros diri&entes políticos destacados así como los primeros informativos. Pero en la radio alemana no tenían cabida los comunistas % tampoco al menos todavía los na#is. -a situación cambiaría cuando "stos accedieron al poder % se hicieron con el control no sólo de la radio sino del resto de los medios de comunicación. -a pro&ramación evolucionaba sin embar&o % no siempre se acomodaba a las estrictas directrices impuestas por las autoridades. Bl menos al&unos pro&ramas ponían de relieve los avances de la muDer en diversos campos profesionales. B pesar de las fuertes reservas mostradas por al&unos círculos los deportes tambi"n encontraron un hueco % lle&aron a ser retransmisiones mu% populares !ue en ocasiones incluían competiciones femeninas. 60 -as primeras !ue se reali#aron en directo datan de 92 % 926 % a finales de esa d"cada &racias a los avances t"cnicos %a eran práctica habitual. 6 Bun!ue ahora nos pare#ca raro las primeras retransmisiones deportivas en directo fueron unas competiciones de vela un deporte en el !ue no es preciso comentar cada Du&ada pero pronto se verían despla#adas por el ciclismo el f@tbol el atletismo en pista % las carreras de caballos. -os censores celosos &uardianes de la cultura alemana consideraban !ue el boAeo era un deporte demasiado de&radante como para ser difundido pero al final de a!uella d"cada sus se&uidores %a podían escuchar retransmisiones de combates en directo o con al&unos minutos de retraso lle&adas desde 8stados )nidos. 8n 929 los o%entes alemanes tuvieron ocasión de escuchar retransmitido desde 8stados )nidos un apasionante combate entre los pesos pesados 1aA ,chmelin& % Paulino )#cudun !ue &anó el primero en el decimo!uinto asalto. 1ucha &ente estaba preocupada por la amplificación % la retransmisión del sonido. 48
$itado en ibidem p. O. -er& 4nd#n"politi", pp. O/95O9. 50 ?"ase -ace% 8eminine 8reencies, pp. 6(596. 51 ]oachim5XeliA -eonhard ed. Programmgeschichte des @Hr#n"s in der Weimarer 4ep/li", vol. 1@nich *T? 99( pp5 6577. 49
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Bl&unos comentaristas pensaban !ue la claridad % precisión del len&uaDe !ue eAi&ía la radio tambi"n introduciría cambios en la cultura: el sonido en sustitución de la capacidad visual la disposición acompasada de voces % m@sica más allá del ámbito local en !ue se producían el discurso dramati#ado por encima del movimiento. 62 8n opinión de al&unos como el importante director % empresario teatral -eopold Dessner la radio sólo conse&uía retransmitir un apa&ado remedo de las obras % óperas clásicas espectáculos en los !ue tan importantes eran los diálo&os % los despla#amientos de los actores cuando se contempla5 ban en directo. B falta de eso ]essner insistió en el desarrollo de un nuevo espacio dramático una nueva especie de arte !ue tuviese en cuenta las características de un medio reci"n estrenado puramente ac@stico en este caso como la radio. 6O Mtros se mostraban mucho más críticos: la radio constituía un medio ideal para el melodrama % la rápida transición de una escena a otra de una situación a otra pero representaba una vul&ari#ación de las eAcelsas re&las de la tra&edia &rie&a % de las obras de teatro clásicas alemanas. Bl no eAistir el contacto visual con los actores en el escenario la acción tenía !ue ad!uirir tintes mucho más dramáticos el actor se veía obli&ado a transmitir una car&a emotiva mucho ma%or para mantener la atención del radio%ente. *esde ese punto de vista la radio como medio implicaba una vul&ari#ación de la cultura. 8ran muchos los compositores % m@sicos !ue estaban i&ualmente preocupados con el impacto !ue la radio % los discos pudieran tener sobre la m@sica % en esto es imposible tra#ar una línea divisoria clara entre modernistas % tradicionalistas. Bsí el compositor modernista Brnold ,ch>nber& enDuiciaba la radio con dure#a. Bfirmaba por eDemplo !ue la radio acostumbra el oído a un increíble tono de vul&aridad % a un sonido escasamente definido % confuso !ue impide apreciar los matices. B ,ch>nber& le preocupaba !ue la m@sica !ue se escuchaba por la radio se eri&iese en norma % !ue se perdiesen las sutiles tonalidades de cada instrumento. -a radio convertía la m@sica en una especie de tintineo continuo al&o !ue en definitiva si&nificaría la desaparición el final de la m@sica. 6 8fectivamente en los primeros tiempos la radio no captaba con precisión las frecuencias demasiado a&udas o mu% baDas de forma !ue no era fácil escuchar o distin&uir un violín o un contrabaDo. Bl&unos compositores % m@sicos como Uurt Ceill comen#aron a preparar composiciones en las !ue tenían en cuenta las características del medio rebaDando la or!uestación % las peculiaridades sensuales de la m@sica creando obras más li&eras % sobre todo más sencillas. Pero tambi"n salían a la lu# las imperfecciones: si un cantante de ópera no alcan#aba el tono en un aria determinada podía suplir tal carencia con su actuación en el escenarioW pero en la radio como en los discos sólo contaba la vo# % no se podían disimular los fallos. 66 Tambi"n había m@sicos !ue en t"rminos &enerales temían !ue la radio % las &rabaciones llevaran a insistir sólo en la t"cnica a eApensas de las dotes interpretativas. 67 $omo la radio era un medio de comunicación mucho más poderoso !ue la palabra 52
?"ase por eDemplo Theodor $soGor \1ein =>rspiel k4allade von der ,tadt`\ 92/ en ,chneider 4adio& ltr, pp. 6756(. 53 -eopold ]essner \+undfunG und Theater\ 929 en ,chneider 4adio<r, pp. 7O5(0. 54 $itado en =aile% \+ethinGin& ,ound\ pp. O . 55 ?"ase ibidem especialmente pp. O25O7. 56 +obert =ill \Mvercomin& +omanticism: Mn the 1oderni#ation of Tentieth5$entur% Performance Practice\ en Gilliam, 0sic and Per#ormance, pp. O(56/.
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escrita otros observadores se frotaban las manos ante la posibilidad de !ue los clásicos alemanes la buena literatura % la m@sica lle&asen a millones de compatriotas. Brno ,chiroGauer !ue escribía en revistas % tambi"n trabaDaba en la radio afirmaba: 8l arte se ha sociali#ado. =a deDado de ser considerado como propiedad privada para pasar a ser cosa de todos. $omo el político el artista es un hombre !ue se debe a su p@blico. ,u producción %a no ha de responder sólo a las eAi&encias de sus clientes habituales de sus compradores del "Aito en las ventas sino a las demandas de nueve millones de radio%entes. Eracias a tan in&eniosos mecanismos de reproducción la obra propia de cual!uier artista se convierte en un bien com@n. 6( 8l entusiasmo de ,chiroGauer puede parecer un tanto eAa&erado pero sin duda revelaba las esperan#as !ue tantas personas habían puesto en el medio radiofónico. 3ncluso el eminente filósofo Xran# +osen#ei& estimaba !ue la radio % el fonó&rafo no eran sino la culminación de una tendencia !ue había comen#ado a finales del si&lo ?333 con la creación de las salas de concierto especialmente con la aparición de un p@blico de una audiencia para la m@sica !ue iba mucho más allá de los límites temporales % espaciales de la actuación en directo en una sa3a.6/ -as mismas virtudes !ue ,chiroGauer ensal#aba % +osen#ei& daba por sentadas ^ la amplia difusión del mundo de la cultura su ina&otable reproductibilidad^ eran las !ue tanto preocupaban a otros. 69 -a radio % los discos la foto&rafía % el cine ampliaron el hori#onte de los alemanes. -os nuevos medios les proporcionaron la sensación de estar conectados con -ondres o Bmsterdam incluso con 8stados )nidos o $hina. Tal es el poder de los sentidos de la vista % del oído !ue veían las imá&enes % escuchaban los sonidos !ue les lle&aban desde a!uellos remotos lu&ares interiori#ándolo más !ue si le%esen una novela un relato o un ensa%o histórico: las imá&enes en movimiento !ue veían en la pantalla a!uellos sonidos !ue lle&aban del "ter les parecían al&o prodi&ioso. Pero Vel cine la radio la foto&rafía % la cultura de masas de la +ep@blica de Ceimar cambiaron la forma de vivir de la &enteK 1uchos fueron !uienes se hicieron esta misma pre&unta desde al&unos de los más importantes intelectuales de la Blemania de Ceimar hasta funcionarios del Eobierno el clero % muchos otros. 8n cierto sentido todos reconocían la importancia de los cambios introducidos por los nuevos medios de comunicación de masas tanto a nivel individual como colectivo. -a radio los discos la foto&rafía % el cine no sólo permitieron !ue las obras literarias % musicales lle&asen a un ma%or n@mero de personas sino !ue los nuevos medios de comunicación de masas cambiaron la percepción alemana del mundo. -o fundamental era !ue el encuentro con una ima&en visual o con un re&istro de sonidos %a no dependía de la eAperiencia @nica de asistir o de contemplar una actuación en directo !ue había otras oportunidades de escuchar una sonata de 4eethoven aparte del 57
Bmo ,chiroGauer \Uunst5PolitiG im +undfunG\ 929 en ,chneider 4adio<r, pp. /759 cita /7. Xran# +osen#ei& \The $oncert =all on the Phono&raph +ecord\ 92/5929 en Cltral Writings o# 8ranz 4osenzeig, 4arbara 8. Ealli trad. % ed. ,%racuse Nueva orG ,%racuse )niversit% Press 2000 pp. 7562W a!uí pp. 75(. 59 -a misma conclusión a la !ue había lle&ado con ma%or enDundia filosófica Calter 4enDamin !uien la definiría como una de las características de la modernidad en el ensa%o !ue escribió en 9O7 \-a obra de arte en la "poca de su reproductibilidad t"cnica\. 58
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silencio de una sala de conciertosW de contemplar a solas una obra maestra del pintor romántico $aspar *avid Xriedrich sin tener !ue ir a un museo o si uno era lo suficientemente rico en su cuarto de estar. -os intelectuales de alto nivel se&uidores de las tradiciones filosóficas % culturales alemanas tal % como se habían desarrollado desde finales del si&lo ?333 insistían en ese momento sin&ular en esa eAperiencia sin paran&ón. ahora en la d"cada de 920 resultaba !ue se podían reproducir las imá&enes %a fuera en las imprentas ultramodernas de )llstein o en los estudios de cine. Bnte los oDos del espectador pasaban velo#mente en la pantalla imá&enes tomadas muchas veces en la remota $alifornia. -as &rabaciones tambi"n podían reproducirseW pie#as maestras o menores de la cultura musical alemana contenidas en frá&iles discos de baGelita. Eracias a la radio tanto &rabaciones como actuaciones en directo se retransmitían a lu&ares mu% leDanos. VPara !u" empeñarse en ir en busca de esa epifanía musical cuando podía disfrutarse de la eAperiencia de escuchar los tonos ramplones % estridentes !ue lle&aban por las ondas o salían de un discoK VPara !u" hacía falta conmoverse como Eoethe al contemplar los Blpes si sentados en un cine o en su propia casa podían ver esas montañas en la pantalla o simplemente hoDeando las foto&rafías del Berliner 5llstrirte2 No eran sencillas las respuestas a tales pre&untas. ,ólo una cosa estaba clara: !ue los alemanes de la "poca de Ceimar asistieron a la ma%or transformación de los medios de difusión cultural desde !ue ]ohannes Eutenber& inventara la prensa de tipos movibles a finales del si&lo ?. Bl observador empedernido !ue fue ]oseph +oth no se le pasó por alto !ue las nuevas tecnolo&ías habían modificado la misma esencia de los sonidos !ue los alemanes escuchaban de las imá&enes !ue veían. 8n un ensa%o sobre las primeras eAperiencias de transmisión del sonido por medios electrónicos el radiotel"fono ;+adiophon< escribió: a no ha% secretos en este mundo. Bhora !ue el radiotel"fono se ha reducido a las dimensiones de una mochila los secretos de confesión de un pecador arrepentido %a están al alcance de cual!uiera. )n paseante está en condiciones de escuchar con toda claridad los tiernos susurros de amor !ue intercambia una pareDa en un lu&ar apartado de cual!uier par!ue. -os cotilleos íntimos en el seno de la familia están peli&rosamente al alcance de todos los vecinos. ,e acabaron las reuniones secretas las consultas susurradas entre dientes los pactos de silencio. -a radiotelefonía pone todo al descubierto: la discreción es como hablar a voces el silencio rechina % hasta la reserva &rita. Nadie escuchará %a el canto del ruiseñor ni el &orDeo de la conciencia. Nadie se deDará &uiar %a por la vo# de la ra#ón sino !ue se aho&ará al reclamo de los instintos. V=abrá al&uien !ue preste atención a ese maravilloso susurro !ue al ro#arse producen dos bri#nas de hierbaK VM al aleteo de las mariposasK V a la silente floración del final de la primaveraK 8l radiotel"fono es un invento del !ue podemos sentirnos or&ullosos a la par !ue nos hace humildes.70 60
]oseph +oth \+adiophon\ 22 de mar#o de 922 en ]oseph +oth Berliner !aison/ericht3 :n/e"annte 4eportagen nd >ornalistiche Ar/eiten 19$'&19E9, Ulaus Cestermann ed. $olonia Uiepenheuer und Citsch 9/ pp. /65/(. ;Traducción de 8duardo Eil ?era: l >icio de la historia3 19$'&19E9, 1adrid ,i&lo 3 de 8spaña 8ditores 200<.
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Tampoco ocultaba su preocupación por los retratos foto&ráficos !ue en su opinión no refleDaban una ima&en fiel ni captaban el estado en !ue se encontraba una persona como ase&uraba ,ander. ,e&@n +oth la foto&rafía precisamente por!ue iba destinada al &ran p@blico perfilaba % eAa&eraba los ras&os propios del suDeto. -as nuevas foto&rafías más !ue fiables son eApresionistas. No son la reproducción fiel de un rostro sino de su sorprendente capacidad de eApresión. Z8l fotó&rafo[ hace retratos para escaparates % periódicos no para el diario de esa persona. Por lo &eneral el retrato moderno utili#a diferentes recursos para real#ar la importancia de la lu# % de las sombras la forma de una mano el centelleo del iris la perfección !ue se consi&ue &racias a la cámara Z...[ No saca el retrato de una cara sino de determinados ras&os de ese rostro como una barbilla puntia&uda una frente estrecha o meDillas sombreadas Z...[ *e forma !ue personas !ue tenían su propia cara ahora muestran un perfilW personas !ue tenían oDos como todo el mundo presentan una mirada: los diletantes parecen refleAivosW los in&enuos car&ados de intenciónW los patanes ilustradosW los paseantes se orientan como si fueran pilotosW las secre5 tarias parecen demonios % los directivos c"sares. 7
*e esto parece deducirse !ue un observador plantado ante un retrato pintado en "pocas pret"ritas era capa# de contemplar todas las eApresiones !ue refleDa el rostro humano mientras !ue la foto&rafía captaba sólo un instante % una eApresión determinada por lo &eneral artificiosa. ,e trata sin duda de una eAa&eración por parte de +oth. =ubo % todavía ha% secretos en este mundo. -os retratos foto&ráficos o en pintura pueden describir toda la ri!ue#a % compleDidad de las emociones de una persona o refleDarlas de un modo superficial % pretencioso. Pero tampoco andaba del todo desencaminadoW en definitiva tambi"n "l escribía en los periódicos otro medio de comunicación nacido con la modernidad. =asta los sonidos % las imá&enes de la vida habían cambiado. -os alemanes oían por la radio el repicar de las campanas de la catedral de $olonia escuchaban la retransmisión en directo de una carrera de caballos o el ruido !ue hacían los #eppelines al despe&ar % tomar tierra. 8n los cines podían ver una competición !ue había tenido lu&ar tiempo atrás a cientos incluso miles de Gilómetros de distanciaW con todo participaban de la eApectación % de la emoción de cada acontecimiento. Por primera ve# en la historia de la humanidad % para cual!uiera no era preciso estar presente en el ámbito al !ue lle&aba un sonido ^el repi!ue de las campanas de una i&lesia el recinto de una sala de conciertos^ para escuchar los matices de sus tonalidadesW o sentarse en primera fila a los pies de un cuadrilátero o acudir a un estadio para asistir a un acontecimiento deportivo. 8l alcance del sonido % de la ima&en en la d"cada de 920 la manipulación !uímica de la lu# % la transmisión electroma&n"tica del sonido representaban un desafío a las raíces en las !ue se asentaba esa misma vida !ue con anterioridad iba unida a sonidos olores e imá&enes eAperimentados en persona en un lu&ar mu% concreto % definido en un momento en particular. -a radio % los discos modificaban las cualidades tonales de la m@sica !ue los o%entes escuchaban a trav"s de las ondas o &racias a un &ramófono aun!ue la tecnolo&ía iría meDorando con el paso del tiempo permitiendo !ue ambos 61
]oseph +oth \Blte und neue Photo&raphien\ de septiembre de 929 en Berliner !aison/ericht, pp. O2O5 O26.
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medios captasen meDor los sonidos del directo. 8n las películas las imá&enes se sucedían mucho más rápidamente de lo !ue la &ente estaba acostumbradaW los filmes transmitían una forma nueva de ener&ía nerviosa. M en palabras de +oth los nuevos medios eran especialmente idóneos para transmitir emociones eAa&eradas % rápidas e ideas irrefleAivas. Pero esto no era más !ue un aspecto del asunto. -a posibilidad de reproducción del sonido % de la ima&en traDo consi&o nuevas manifestaciones artísticas % nuevas formas de belle#a además de servir como acicate para !ue al&unos de los &randes creadores de la Blemania de Ceimar se parasen a refleAionar sobre el si&nificado de los nuevos medios !ue utili#aban o más en &eneral acerca de la vida en a!uellos tiempos modernos. -ás#ló 1ohol%5Na&% % Bu&ust ,ander tomaron % positivaron foto&rafías !ue incluso ho% contemplamos pausadamente refleAionado sobre el Due&o de formas % la vida !ue refleDan sus imá&enes mientras no deDamos de pre&untarnos !u" es más ra#onable si la abstracción o el realismo aun!ue !ui#á optemos por ambas perspectivas comprendiendo meDor la ra#ón de !ue ambos estuvieran convencidos de !ue recurrían al meDor modo de captar el mundo en !ue vivían % desentrañar sus misterios. Bl&unos de los &randes cineastas de la "poca de Ceimar inda&aron en las ironías % compleDidades de la ciudad icono % símbolo de la modernidad. Para +obert ,iodmaG 8d&ar )n&ar Cerner +uttmann 4ill% Cilder Xrit# -an& % tantos otros las formidables má!uinas !ue se veían en 4erlín el ir % venir de trenes % el aDetreo de sus &entes tenían su propio encanto !ue ellos plasmaron en sus películas. -a ciudad podía ser un lu&ar para divertirse % pasarlo bien pero tambi"n un sitio car&ado de misterio peli&ro % aislamiento. B los se&uidores de la radio % de los discos les encantaba escuchar m@sica % participar de al&una manera en representaciones !ue tenían lu&ar en lu&ares remotos aun!ue se preocuparan por la mala calidad del sonido % la merma de calidad de transmisiones % reproducciones. -a modernidad de Ceimar era compleDa contradictoria % controvertidaW los &randes representantes de su cultura se hicieron car&o de la situación % recurrieron a los medios en !ue trabaDaban Jfoto&rafía cine radio % &rabacionesJ para refleDar su concepción de la modernidad. No estaban solos en su empeño: a lo lar&o % ancho del mundo desarrollado % en otros países durante la pos&uerra se asistió a una invasión de sonidos e imá&enes. -os in&leses respondieron en masa a la radio % al cineW los ar&entinos bailaban con m@sica enlatada o en directo % en cual!uier lu&ar donde hubiera un pro%ector de cine % al&o !ue se pudiera utili#ar como pantalla los espectadores se lo pasaban en &rande con $harlie $haplin. 8n la d"cada de 920 el sonido % la ima&en transformados en impulsos el"ctricos !ue se podían reproducir internacionali#aron la cultura hasta eAtremos desconocidos alentando e in!uietando a personas de toda condición. Pero con la cultura sucedió lo mismo !ue con la política % la economía: en el caso de Blemania en la d"cada de 920 % principios de la de 9O0 se re&istraba una especie de an&ustia vital en cuanto a la aco&ida dispensada a esos nuevos medios. 8l cine la radio las revistas ilustradas % los discos ofrecían a los alemanes el suficiente entretenimiento % alivio frente a los problemas % tribulaciones derivados de la derrota en la &uerra % la pesada herencia de compensaciones e inflación !ue semeDante descalabro les había deDado. -a revolución les alentó a eAperimentar con todo lo !ue fuese novedoso desde la transmisión del sonido hasta las imá&enes en movimiento. 1uchos pintores escritores directores % compositores se dedicaron sin pensárselo dos veces a trabaDar en los nuevos
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medios !ue tenían a su alcance por!ue representaban una ruptura con el pasado % una nueva posibilidad de manifestar su recha#o a la Blemania imperial anterior a 9/ con sus Gáisers &enerales nobles % sus academias elitistas rí&idas % pasadas de moda. ,in embar&o el fracaso de la revolución al no conse&uir sus promotores acabar con los bastiones de poder !ue estaban en manos de las clases diri&entes fue suficiente para !ue se al#asen numerosas voces !ue plantaban cara a las supuestas influencias inmorales % disolutas !ue eDercían medios tan novedosos como la radio o el cine. Bl i&ual !ue la $onstitución % las políticas de bienestar social tambi"n la cultura fue obDeto de apasionados e incesantes conflictos. -o más triste es !ue casi todos los &randes artistas !ue desarrollaron estos nuevos modos de comunicación en la d"cada de 920 al i&ual !ue los eminentes pensadores !ue tanto habrían de influir en nuestros tiempos tuvieran !ue abandonar Blemania mientras los na#is se convertían en los manipuladores del micrófono de la radio % del cine.
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?33 $)-T)+B ,M$38*B* *8 1B,B,
n una carta fechada en 4erlín en 9O % diri&ida a su amante ;!ue más tarde se convertiría en su esposa< Uarola PiotrGosGa el filósofo 8rnst 4loch le daba cuenta de una velada !ue había pasado con su ami&o el compositor Uurt Ceill. -e contaba !ue había hablado con "l de una crónica !ue había leído en un caf" sobre los @ltimos Du&lares árabes !ue aprendiendo al tiempo !ue eDercían su oficio habían deambulado por Tur!uía % Mriente 1edio. -o cierto es !ue %a nadie los escuchaba la &ente prefería leer los periódicos: ese tipo de narraciones iba desapareciendo. B 4loch le preocupaba !ue a "l le pasase lo mismo: Vacaso so% el @ltimo soñador el postrer metafísicoK 8l capitalismo acabará con toda esperan#a % conse&uirá !ue todo hasta los periódicos !ue se lean en Tur!uía % Mriente 1edio nos pare#ca superficial % obDetivoW en cuanto al comunismo todo se reducirá a un árido % est"ril materialismo una sarta de mentiras. Pero "l les plantaría cara ;no es difícil ima&inar las botellas de vino o las copas de coñac asunto !ue 4loch pasa por alto !ue los dos consumieron durante a!uella velada pero el relato a@n se mantiene en pie<: !ui#á fuera el @ltimo soñador del vieDo mundo pero sería tambi"n el primer profeta del nuevo. Bl decir de 4loch su obra filosófica su metafísica es una in!uieta ensoñación un incentivo capa# de trastornar nuestra rutina diaria. Pero "sa es la misión de la filosofía: inda&ar confundir % al mismo tiempo presentarnos un futuro meDor. )nos años antes un Doven estudiante =ans ]onas fue a cursar filosofía en Xribur&o % 1arbur&o con 1artin =eide&&er. 1ucho tiempo despu"s pondría por escrito sus primeras impresiones. =eide&&er daba una clase sobre las Con#esiones de san B&ustín. ]onas ase&uraba !ue no había entendido casi nada pero !ue se !uedó con el re&usto de !ue se trataba de al&o de vital importancia (ms Ganze ging), !ue el profesor luchaba a bra#o partido por desentrañar. Bl&o debió de ocurrirle a Donas en a!uel primer encuentro con =eide&&er. B@n no era capa# de discernirlo pero siempre tuvo la sensación de !ue =eide&&er le hablaba % no sólo durante a!uella clase de al&o !ue era fundamental mu% importante incluso aun!ue %o no entendiera nada Z...[ -a emoción de estar ante un pensa5 dor profundo. ]onas estaba sobreco&ido por la hondura % la ori&inalidad de =eide&&er. Bun!ue iba más allá de mi capacidad intelectiva al&o había en lo !ue eAplicaba !ue me impresionó profundamente la convicción de !ue era filosofía de verdad Z...[ 8l pensamiento profundo !ue eAponía =eide&&er era realmente ori&inal % a nadie se le hubiera pasado por la cabe#a !ue se tratase tan sólo de Due&os de palabras Z...[ Bl final me !ued" con la idea de !ue tenía !ue v"rmelas con un arcano % con la convicción de !ue merecía la pena estar del lado de !uienes sabían de !u" iba todo a!uello. 2 1
8rnst 4loch a Uarola PiotrGosGa 9 de abril de 9O en 8rnst 4loch as A/enteer der Tree3 Brie#e an arola 19$?&199, Bnna $#alDGa ed. Xrancfort ;a. 1.< ,uhrGamp 2006 pp. //59W en esta ocasión pp. /959. 2 =ans ]onas rinnerngen, $hristian Ciese ed. Xrancfort ;a. 1.< 3nsel 200O pp. /25/O. 0emorias,
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4loch =eide&&er % el Doven ]onas son tres eDemplos de lo más sobresaliente de la cultura de Ceimar: la investi&ación en profundidad sobre el si&nificado del presente % la esperan#a en las posibilidades del futuro. *esde lue&o mediaba un abismo entre las respuestas !ue ofrecían. 4loch era marAistaW =eide&&er acabaría siendo na#i aun!ue en la d"cada de 920 aceptaba en sus clases la presencia de estudiantes Dudíos como ]onas o =annah Brendt !ue tambi"n asistieron a sus clases % seminarios. Nin&uno de estos filósofos se aventuró Damás a proponer respuestas sencillas a la a&uda crisis de los tiempos !ue les había tocado vivir. Pero V!u" tenía la "poca para !ue ellos como tantas fi&uras eminentes de la cultura de Ceimar mostrasen tanto inter"s por ahondar en ellaK 8ran los tiempos modernos en una palabra: una sociedad industrial % urbana una me#cla de imá&enes sonidos % conceptos !ue tenían !ue ver con la ciudad con la ciencia la tecnolo&ía % los estamentos burocráticos con formas racionales de pensarW con compleDas Derar!uías sociales el mundo de la bur&uesía % el del proletariado estamentos !ue se sentían incómodos a medio camino entre la anti&ua noble#a % el campesinadoW un mundo urbano % mar&inal de tah@res ladrones policías % prostitutas % una clase media cultivada !ue trataba de dar la talla % mantener su posición. 8ra la sociedad de masas un fenómeno tan su&erente como preocupante. Brtistas % pensadores alemanes llevaban años intentando desentrañar el si&nificado del mundo en !ue vivían desde mediados del si&lo 3. Bl rebufo de la &uerra % la revolución Jlas dos &randes fracturas de las !ue nin&@n alemán salió indemneJ % de los incesantes enfrentamientos políticos de Ceimar sus refleAiones a@n se hicieron más profundas deDando una estela tan colosal de creatividad en letra impresa en escenarios o en lien#os !ue hasta el París de los años 920 o la Nueva orG de 90 % 960 se nos antoDan naderías a su lado. O 8so era la cultura de Ceimar: el desasosie&o de pre&untarse !u" si&nificaba vivir en los tiempos modernos la b@s!ueda de nuevas formas de eApresión !ue se aDustasen a la al&arabía de la vida moderna % la esperan#a en las posibilidades !ue encerraba el futuro. Nuestros cicerones por los entresiDos de ese mundo serán un puñado de &randes escritores pintores % compositores !ue aparecieron en la d"cada de 920 % a principios de los años 9O0 % cu%as obras a@n leemos contemplamos o escuchamos con profundo respeto % honda admiración: Thomas 1ann 4ertolt 4recht Uurt Ceill ,ie&fried Uracauer 1artin =eide&&er % =annah 8n la d"cada de 920 Thomas 1ann era %a mu% famoso. 8n 90 se había publicado con enorme "Aito su primera novela *os Bdden/roo", crónica casi bio&ráfica de tres &eneraciones de una importante familia de comerciantes. 8l 0 de diciembre de 929 recibió el Premio Nobel de -iteratura. 8n sus novelas % relatos 1ann inda&a en las obli&aciones psicoló&icas impuestas por esa vida refinada % ordenada !ue en tan alta estima tenía tan propia del mundo bur&u"s en el !ue se había criado. -levar una vida traducción de 3llana Einer $omín 1adrid 8ditorial -osada 2006. 3 ?"ase la %a clásica obra de Peter Ea% Weimar Cltre3 The Otsider as 5nside, Nueva orG =arper and +o 97/.
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presidida por el orden % la honrade# era un asunto delicado. Bl acecho siempre había turbaciones % deseos !ue amena#aban con dinamitar las convenciones !ue permitían !ue los ne&ocios % el arte salieran adelante % !ue la familia elemento central del orden bur&u"s mantuviese la posición !ue le correspondía. 8n la novela Toni tras pasar unos meses an&ustiosos accede a contraer matrimonio con un hombre de ne&ocios poco atractivo % bastante insulso !uien por lo visto aportará fortuna % eAperiencia a la familia 4uddenbrooG. Por fin firma % rubrica con su nombre el venerado libro familiar en donde fi&uran los matrimonios celebrados durante &eneraciones. Toni se ha sacrificado pues por su familia pero toda abne&ación reclama contrapartidas % en este caso no podía ser menos: el marido de Toni resulta ser un incompetente % acaba por hundir el ne&ocio % la familia. 8n 0erte en ;enecia, Eustav von Bschenbach se traslada a la ciudad !ue tanto admira para verse inmerso en una atmósfera de enfermedad % decadencia. 8n ?enecia su atracción por el esbelto % apuesto Doven Tad#io si bien no lle&a a consumarse revolucionará la ordenada vida !ue hasta entonces había llevado. *esencaDado refleDa en su universo personal la epidemia !ue se eAtiende por la ciudad. -o !ue acontece a los individuos se repite en la sociedad otro asunto i&ualmente delicado siempre amena#ado por los instintos de los hombres % muDeres !ue la componen. M como afirma ,i&mund Xreud en l malestar en la cltra, la sociedad sólo es posible &racias al esfuer#o concertado % a los heroicos combates !ue libran sus miembros para reprimir los deseos de placer % de muerte. Tanto en los individuos como en las sociedades tiene lu&ar una lucha implacable entre los sentimientos sensuales artísticos % eróticos % las no menos intransi&entes imposiciones dictadas por el orden % la responsabilidad. 8n el caso de 1ann se trataba de una especie de conflicto norteJsur entre la importante ciudad comercial de -becG % 1unich o 3talia donde imperaban el arte % la sensualidadW entre su padre protestante bur&u"s hasta la m"dula % su madre católica nacida en 4rasil de ascendencia española % alemanaW entre el deber % la responsabilidad el arte % la vida disolutaW entre hombre % muDer o más precisamente entre los instintos masculinos % los femeninos puesto !ue 1ann fue un hombre atormentado por sus deseos homo5eroticosW en definitiva entre esteticismo % ascetismo. 6 1ann era un se&uidor entusiasta de Niet#sche cu%os libros había leído con avide# % freudiano aun antes de haber leído a Xreud. Pero en contraste con las ideas políticas imposibles del primero % del liberalismo del se&undo la sutile#a con !ue abordó el conflicto entre eros % orden hi#o de 1ann un conservador en política. *urante los años de la &uerra escribió Consideraciones de n apoltico, !ue se publicaron en 9/ !ui#á la menos convincente % sutil de sus obras importantes. 8n ella 1ann da rienda suelta a sus instintos más conservadores sin ocultar su apo%o al Gáiser % al esfuer#o b"lico. Bl&unos pasaDes parecen propa&anda de &uerra redactada por el 8stado 1a%or o recuerdan lu&ares comunes de los ideólo&os de la derecha. $omo ase&ura =ermann Uur#Ge en una reciente bio&rafía del escritor la &uerra contribu%ó a !ue 1ann ;no menos !ue tantos otros por 4
,i&mund Xreud. Ci=ilization and lis iscontents, >ames ,trache% trad. % ed. ori&inal en alemán 9O0W Nueva orG C. C. Norton 97. ]os" -uis 8tcheverr% O/ras completas. ;olmen XX5. l malestar en la cltra, 4uenos BiresF1adrid Bmorrortu 8ditores 9(9. 5 =ermann Uur#Ge Thomas 0ann3 *i#e as a Wor" o# Art, traducción de -eslie Cilson Princeton Princeton )niversit% Press 2002 pp. 7 66567 % passim. Thomas 0ann, la =ida como o/ra de arte, traducción de +osa ,ala +ose 4arcelona EalaAia Eutenber& 200O.
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a!uella "poca podríamos añadir< encontrase un obDetivo % se liberase de una crisis psicoló&ica % creativa tras identificarse con los ideales tan masculinos de la &uerra % la violencia deDando de lado al menos durante un tiempo los !uebraderos de cabe#a !ue le procuraba su homoerotismo. Eracias a su identificación con la causa nacional % a los ata!ues a su hermano liberal =einrich confiaba en alcan#ar un reconocimiento tan importante !ue lo convertiría en el escritor laureado de la nación. No ha% duda de !ue la &uerra le permitió conDu&ar tendencias tan opuestas como norte % sur responsabilidad % pasión masculinidad % feminidad. 8n a!uel momento la actitud más responsable era ponerse de parte de la &uerra !ue libraba su país. 7 8stá claro !ue la sutile#a de Thomas 1ann no pasaba por sus meDores momentos. 8l escritor formaba parte de a!uella &eneración de alemanes !ue había crecido en los años anteriores a la &uerra ^conservadores por educación formación e instinto^ pero !ue en la d"cada de 920 tuvieron !ue acomodarse a la sociedad de masas % a la democracia. Bun!ue calificados como ;ernn#trep/li"aner ;republicanos por sensate#< % no demócratas de cora#ón no dudaron en prestar un fuerte apo%o intelectual a la +ep@blica. Bsí el 6 de octubre de 922 1ann redactó un notable discurso en el !ue se percibe cuánto se había distanciado de las Consideraciones de n apoltico. -a ocasión se la brindó un sonado homenaDe dispensado al importante dramatur&o Eerhart =auptmann con motivo de su seAa&"simo cumpleaños ante un p@blico de estudiantes conservadores en su ma%oría. Xue una alocución sorprendente. 1ann tra#ó un improbable paralelismo entre el &ran escritor romántico alemán Novalis % el poeta norteamericano Calt Chitman para Dustificar el apo%o !ue prestaba a la democracia % a la +ep@blica. / 1ann apuntaba !ue los dos escritores románticos compartían la misma visión de la vida: ambos trataban de conservar lo meDor del pasado pero comprendían !ue en la "poca moderna una rep@blica ofrecía más posibilidades a los ciudadanos. ,in mencionar el t"rmino 1ann reivindicaba la tradición alemana de Bildng, la confian#a en !ue para ad!uirir cultura basta con estar familiari#ado con las obras maestras !ue "sta había &enerado. 8l vocablo Bildng era el refleDo de una ideolo&ía !ue se había puesto de moda entre las clases alta % media de Blemania pero !ue con la lle&ada del si&lo se había camuflado baDo una me#cla de afectación % autocomplacencia.9 ,i&uiendo el camino emprendido por Cilhelm von =umboldt a principios del si&lo 3 1ann pretendía recuperar el &enuino sentido de Bildng como educación % erudición. -os hombres sólo podían aspirar a la aut"ntica Bildng, ase&uraba el escritor en una rep@blica. $on ese len&uaDe proliDo tan propio de "l % recurriendo a lar&as citas de Novalis % Chitman 1ann tuvo el valor de no ahorrarse las más acerbas críticas ante a!uella audiencia conservadora. -a anti&ua monar!uía había caído por culpa de un militarismo a&resivo !ue se presentaba revestido del manto de la espiritualidad del 8stado % de la ilusión niets#cheana !ue tantos estudiantes habían aceptado a cie&as: la 6
3bidem pp. 2(.220 % passim. Thomas 1ann \?on *eutscher +epubliG\ 6 de octubre de 922 en Politische 4eden 5553 191&19%, Peter Cende ed. Xrancfort ;a. 1.< *eutsche UlassiGer 99 pp. O25O/O. 8 ?"ase asimismo el tratamiento !ue haceColf -epenies del paralelismo entre Novalis % Chitman en su interesante trabaDo The !edction o# Cltre in German @istory, Princeton Princeton )niversit% Press 2007. 9 Xrit# +in&er ecline o# the German 0andarins3 The German Academic Commnity, 1?9'&19EE, $ambrid&e =arvard )niversit% Press 979. 7
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voluntad de poder. ,ólo la +ep@blica encarnaba la verdadera función del 8stadoW en ella residía la aut"ntica oportunidad de !ue el hombre lle&ase a desarrollarse de llevar a la práctica el sublime ideal de la humanidad. 1ann dispensaba a la institución un si&nificado espiritual: &racias a la +ep@blica los alemanes individual % colectivamente desarrollarían todas sus potencialidades. -a +ep@blica aut"ntica eApresión de la humanidad era el &ran instrumento capa# de sinteti#ar lo individual % lo colectivo lo sin&ular % lo universal lo alemán % lo europeo la 3lustración % el romanticismo % era además un obDeto car&ado de erotismo capa# de tren#ar estrechos la#os entre los hombres !ue servían a su causa % creadora en consecuencia de al&o &randioso de la puDan#a de la vida sobre la muerte aun cuando el 8stado enviase a sus hombres a la &uerra. Para la +ep@blica era bueno contar con el apo%o de un hombre como 1ann. Pero tambi"n cabría pre&untarse si además prestaba un &ran servicio a la democracia en la d"cada de 920 al aplicarle los mismos conceptos % con id"ntico mimo con !ue los conservadores del si&lo 3 habían distin&uido al 8stado prusiano % a partir de /( al alemán. V=a% al&una democracia al&una rep@blica !ue cumpla los eAcelsos obDetivos espirituales % eróticos !ue apuntaba 1annK B fin de cuentas hablaba de al&o !ue es la tarea fundamental de cual!uier 8stado democrático: lle&ar a acuerdos entre intereses contrapuestos. Tomó el vocablo alemán ltrstaat, lo fundió con su homoerotismo % lo aplicó a la "poca de Ceimar actitud !ue por fuer#a tuvo !ue eAtrañar a más de uno de los presentes. Pero dotado como estaba de una inteli&encia % erudición tan prodi&iosas ^lo mismo recurría al clasicismo alemán !ue a Chitman^ lo cierto es !ue no se observó nin&@n &esto de oposición o desd"n entre el p@blico mientras des&ranaba el discurso !ue llevaba preparado ;% a Du#&ar por el teAto escrito !ue nos ha lle&ado debió de estar hablando durante un par de horas cuando menos<. -a &uerra % la pos&uerra tambi"n fueron un terreno abonado para !ue 1ann se eApla%ara acerca de la decadencia. ,i *os Bdden/roo" era "l retrato del au&e % declive de una importante familia de comerciantes en -becG el cataclismo de la &uerra con sus millones de muertos % el torbellino de la pos&uerra ofreció material de sobra a 1ann como para pensar en el hundimiento a &ran escala no sólo de una familia o de la sociedad alemanas sino de la cultura occidental. 8n 926 publicó *a montaa m-gica, su novela más importante desde *os Bdden/roo", un clásico de la literatura del si&lo . Xue aco&ida como obra maestra: =ans ]onas recordaba cómo todo el mundo tanto en los círculos sionistas como acad"micos % culturales !ue frecuentaba había leído Zla novela[ % podía citarla o referirse la ella[ !ue todo el mundo entendía de inmediato lo !ue !uería decir. 0 8n *a montaa m-gica, =ans $astorp va a ver a su primo ]oachim Yiemisch internado en un sanatorio de los Blpes sui#os para enfermos de tuberculosis % otras dolencias. ,u @nica esperan#a de recuperación depende del aire frío % limpio de las montañas % de los atentos cuidados del conseDero % doctor 4ehrens. 8l m"dico no tarda en darse cuenta de !ue =ans tambi"n padece la enfermedad % lo !ue iba a ser una visita de tres semanas se convierte en una estancia de siete años en el hospital durante los cuales =ans &racias a diversos interlocutores refleAiona sobre el si&nificado de la vida % la muerte. 8n lo tocante a &randes ideales o principios nuestro desdichado prota&onista va de desen&año en desen&año. 3n&eniero de formación en diversas ocasiones afirma !ue le habría &ustado ser 10
]onas rinnerngen, pp. 0.
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pastor de la 3&lesia o pintor incluso m"dico. 8nsal#a a los militares por cómo se ocupan de su pobre primo pero no tiene valor para plantarle cara a la muerte con el mismo estoicismo !ue el resi&nado ]oachim. $omo un niño pe!ueño o un perro herido con la cabe#a &acha % comentarios ininteli&ibles =ans soporta las peroratas de los demás residentes. *urante meses % meses se dedica a observar a la muDer !ue lo tiene enamorado $lavdia $hauchat la de los oDos tártaros sin tener el coraDe de abordarla. B lo lar&o de interminables pá&inas 1ann con eA!uisita sensibilidad describe las miradas !ue intercambian los dos los más leves movimientos de sus labios o de sus manos aun!ue no ha%an intercambiado ni una palabra hasta !ue durante una fiesta % &racias al alcohol el Doven lo&ra vencer su timide#. Para entonces %a es demasiado tardeW $lavdia se irá al día si&uiente ;aun!ue re&resará más adelante<. =ans se codea con tres hombres !ue representan diferentes modos de acercarse a la civili#ación occidental. Por supuesto todos son pacientes: V!u" iban a hacer si no pasando sus días en la montaña má&icaK -udovico ,ettembrini es el &ran humanista: nunca se cansa de disertar sobre &randes ideas como libertad % pro&resoW su abuelo había sido car5 bonario miembro de a!uellos &rupos nacionalistas italianos !ue conspiraban a principios del si&lo 3W su padre humanista % soldado del +isor&imento movimiento !ue concluiría con la unificación de 3talia en /(. ,ettembrini trata de llevar al in&eniero como llama siempre a =ans del lado del liberalismo de las ideas del sur de 3talia de la pasión por la libertad % por la confian#a en el pro&reso de convencerlo de la &rande#a del hombre frente a la atávica inclinación teutona por el orden % la disciplina aun!ue es lo bastante europeo % no sólo italiano como para reconocer las virtudes de los ideales &ermanos. ,in embar&o la retórica de ,ettembrini se nos antoDa abstrusa pla&ada de citas de oscuros humanistas del si&lo ?3 % de referencias a las &randes con!uistas del pasado. $on el paso de las &eneraciones el campo de acción del liberalismo se había reducido pasando del activismo del abuelo % del padre de ,ettembrini a un ámbito reducido a ininteli&ibles artículos de enciclopedia % a discusiones en torno a unos pocos nombres en el de por sí enrarecido ambiente de los Blpes. *a la impresión de !ue el humanismo de ,ettembrini no es más !ue un arcaico vesti&io del si&lo 3. Pero su &ran anta&onista el Desuita -eo Naphta es todavía más una reli!uia del pasado. Naphta de antecedentes familiares Dudíos % no menos erudito !ue ,ettembrini defiende con firme#a la fe % las &estas de la cristiandad medieval. Bbo&a por el orden !ue la 3&lesia inculca en la sociedad por la !uietud de la vida contemplativa % la tortura aplicada con ri&or siempre % cuando sea en defensa del cristianismo. -a fe nos abre los oDos es el vehículo de la ra#ón Jsolía decirJW el entendimiento es secundario. ,ettembrini contraataca con una vida activa de ra#ón % trabaDo siempre mirando adelante. =ans escucha atentamente los ar&umentos de ambos !ue se alar&an interminablemente para lle&ar a la conclusión de !ue lo !ue defienden le atrae tanto como le repu&na. 8l tercer interlocutor de =ans aparecerá más tardeW se trata de un fornido fanfarrón un holand"s dueño de plantaciones en las colonias !ue ha hecho su fortuna allende los 11
Thomas 1ann The 0agic 0ontain (*a montaa m-gica, traducción de 3sabel Earcía Bdáne# 4arcelona 8dhasa 2006<. ]ohn 8. Coods trad. Nueva orG Unopf 996 p. O90. 8l ori&inal en alemán transmite una idea al&o diferente: \*er Elaube ist das Mr&an der 8rGenntnis und der 3ntelleGt seGund_r\ ;Thomas 1ann er Qa/er/erg, Xrancfort ;a. 1.< Xischer Taschenbuch ?erla& p. 66<. \Mr&an\ encierra un mati# más íntimo % vi&oroso !ue \vehículo\.
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mares: 1%nheer PeeperGorn. *e físico imponente % luces limitadas es la otra cara de la moneda !ue representan ,ettembrini % Naphta: un hombre vi&oroso acostumbrado a conse&uir lo !ue !uiere. 1uchas veces =ans se refiere a "l como die PersHnlich"eit, el &ran personaDe. =ans se siente atraído por este hombre de acción !ue se ha forDado una posición en el mundo ha acumulado una enorme ri!ue#a % tiene cierta predisposición a dar órdenes a !uienes se encuentran a su alrededor. *urante una noche libre PeeperGorn re@ne a unos cuantos pacientes como "l % de buen &rado o por la fuer#a los arrastra a los placeres del Due&o de la buena mesa % a consumir in&entes cantidades de alcohol. Por haber cedido a los deseos de die PersHnlich"eit, al día si&uiente la mitad de los pacientes del sanatorio padece resaca. 8l anfitrión tambi"n se siente mal % Jlo !ue es peor en opinión de =ansJ lle&a al 4er&hof con $lavdia. ,on compañeros de viaDe se&@n la pintoresca terminolo&ía de la "poca. +ara ve# aparece &ente normal Jlas masasJ en la literatura de 1ann. $uando tal cosa ocurre suele tratarse de personaDes secundarios un conductor o un criado !ue hacen la vida más fácil a los prota&onistas o multitudes anónimas !ue se deDan cautivar por las malas artes de un artista de circo o al&@n manipulador más artero como en el relato 0ario y el mago, o en la trilo&ía del octor 8asts. 1ann está demasiado atareado con dar a lu# su propia clase la Bildngs/rgertm, la clase media cultivada tan apreciada en la historia de la Blemania moderna. ,e trata de un &rupo esco&ido definido por los vocablos Besitz nd Bildng, propiedad % educación enfrentado siempre con el espectro de la masa. 8n *a montaa m-gica, =ans pasa siete años vi&ilando sus &astos pero costeándose las indudablemente elevadas tarifas del 4er&hof con las rentas. Besitz nd Bildng son t"rminos !ue casan bien con reserva % distanciamiento con el mantenimiento de unas relaciones formales incluso entre miembros de una misma familia. ,ólo despu"s de abandonar precipitadamente el 4er&hof Jaun!ue el lector se !uede con la impresión de !ue habrá de volverJ ]oachim se diri&e a su primo por su nombre de pila % le llama =ans aun!ue entre ellos se tuteen recurriendo al más informal d, VtYN. 8n a!uella velada festiva en !ue &racias al alcohol =ans habla con $lavdia tutea tambi"n a ,ettembrini cosa !ue no le hace nin&una &racia al &ran humanista. *e hecho el !ue =ans se salte las re&las de la respetabilidad hace !ue ,ettembrini le lance una filípica. -a sociedad cultivada la propia civili#ación eAi&e cierta formalidad cierta distancia: Por!ue la &ente !ue utili#a los pronombres informales o los nombres de pila sin ra#ón suficiente incurre en una bárbara % detestable costumbre en una especie de desidiaW Due&a con los preciados dones !ue la civili#ación % el pro&reso humanos nos han re&alado % !ue se vuelven arteramente con desver&en#a e insolencia contra ellos. -e rue&o !ue no piense !ue cuando me he referido a usted como ami&o mío me diri&ía a usted en condición de tal. 1e limitaba a citar un pasaDe de la obra maestra de la literatura de su patria. 8staba hablando en un len&uaDe po"tico como si diD"ramos. 2 12
The 0agic 0ontain, p. O22. 8l ori&inal alemán es insistimos más eApresivo % po"tico en este caso: as aM nter 8remden, das heisst nter Personen, die einander =on 4echtes egen !ieM nennen, ist eine ider
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8l tuteo puede ser un trato adecuado para las masas % lo cierto es !ue el movimiento obrero lo adoptó como símbolo de i&ualdad % compañerismo entre sus miembros. Pero no es el !ue corresponde a los portadores de la cultura !ue deben plantar cara a las lisonDas de la sociedad de masas recurriendo a un trato más formal. *urante la misma velada % en una atmósfera car&ada de erotismo =ans tutea tambi"n a $lavdia $hauchat. 8lla aparenta ;Vuna muestra de co!ueteríaK< sentirse ofendida por semeDante familiaridad !ue representa asimismo un desafío al orden seAual !ue defiende la sociedad cultivada. 8l marido de $lavdia con todo está en al&una parte más allá del $áucaso en un lu&ar del !ue no se ofrecen más precisiones % consiente !ue su esposa act@e con libertad. 8l eAotismo de la muDer % el atractivo de sus oDos tártaros despiertan los impulsos seAuales de =ans !ue acaba por confesarle su amor. Pero incluso en tan ma&nífico % decisivo instante resulta un personaDe pat"tico. 8lla le acaricia el cabello con cariño en un &esto tan maternal como seAual. =ace oídos sordos a la declaración de amor % comien#a a hablar elo&iosamente de su primo hasta !ue finalmente % con la afectación !ue la caracteri#a se despide de =ans. Pero !ui#á sólo !ui#á le est" invitando a !ue va%a a su habitación por!ue con vo# tentadora mirándole por encima del hombro le recuerda !ue le devuelva el lapicero !ue le prestó.O 8l tuteo es el mismo al !ue recurren las masasW en ambos casos representa una amena#a al ordenado mundo de la sociedad bur&uesa. =ans % $lavdia acabarán Duntos una ve# !ue ella re&rese en compañía de PeeperGorn. Pero será una relación !ue tendrá un final des&raciado por causa del suicidio de PeeperGorn !uien a pesar de toda su fortale#a sucumbe a su enfermedad % a la constatación de !ue su compañera no siente nin&@n cariño por "l. =ans $astorp es un típico representante de la clase bur&uesa no tan perdido como el hombre sin atributos de +obert 1usil pero anodino: inteli&ente pero no tantoW con &randes aspiraciones pero indecisoW enfermo si bien no de &ravedadW mediocre aun!ue bastante satisfecho de sí mismo. No le cuesta adaptarse al monótono discurrir de la vida en el sanatorio: comidas servidas con re&ularidad cinco veces al díaW las prescritas curas de reposo dos al día con los pacientes tumbados hiera a pesar del frío envueltos en mantas respirando el aire fresco % transparente de los BlpesW conferencias conciertos % eAcursiones de forma periódica un mundo en el !ue nadie trabaDa salvo el personal !ue atiende el 4er&hof. $omo el resto de los pacientes =ans lle&a a perder el sentido del tiempo las semanas se convierten en meses % "stos en años marcados por obsesiones periódicas % siempre pasaDeras como pintar estudiar anatomía mirar las estrellas es!uiar o escuchar el &ramófono. VHu" decir de semeDante panoramaK VBcaso los tiempos modernos traen sólo decadenciaK VNo había forma de salir de la crisis de la civili#aciónK $omo siempre el tono al !ue recurre 1ann en la novela es irónico % pesimista transido de arrebatos de nostal&ia por el tran!uilo % confortable mundo bur&u"s del si&lo 3 tan diferente de los conflictos !ue por do!uier acechaban a la +ep@blica de Ceimar en la d"cada de 920 % comien#os de la si&uiente. $on todo tambi"n ha% momentos de humor hilarante !ue dilu%en el in&lesa. 13 1ann The 0agic 0ontain, pp. OO(5OO/.
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ambiente de desesperación de &ran parte de la novela. Por eso por la tensión emocional % erótica de su forma de escribir nos atrevemos a decir !ue 1ann era tambi"n realista % práctico !ue de sobra sabia !ue tras el cataclismo !ue había supuesto la Primera Euerra 1undial no había forma de dar marcha atrás para recuperar el sencillo optimismo de ,ettembrini o el misticismo reli&ioso de Naphta ni si!uiera la increíble capacidad de amasar fortunas de PeeperGorn. Bl final =ans $astorp baDa de la montaña má&ica para ir a la &uerra. $omo muchos de sus compañeros muere por culpa de su enfermedad aun!ue hubiera preferido deDarse la vida peleando por su patria una causa !ue 1ann defendió con ardor en un primer momento pero !ue en a!uellas circunstancias mediado el decenio de 920 %a se le antoDaba mu% leDana. =ans morirá en la &uerra pero antes en la novela descubrimos !ue había optado por la vida. *e manera temeraria un día decide irse a es!uiar "l solo % se ve atrapado en medio de una tormenta de nieve !ue le impide la visión hasta desorientarlo por completo. Por fin encuentra un refu&io % se res&uarda baDo un voladi#o. Presa de un delirio sueña con un lu&ar sose&ado % aco&edor bañado por la lu# del sol mientras unos niños Due&an en una pla%a % hermosos seres hombres % muDeres montan a caballo % bailan en círculo. 8n su desvarío su mente se llena tambi"n de visiones de si&no contrario: monstruos !ue devoran niños escenas de epidemias medievales de pestes % &uerras. 8n un momento dado =ans está a punto de renunciar a se&uir luchando % sucumbir a los elementos desencadenados en la montaña o simbólicamente deDarse llevar por el lado más t"trico de sus alucinaciones. Pero un tro#o de cielo a#ul se abre paso entre los remolinos de nieve % libera a =ans de la alucinación. -a eAperiencia sólo ha durado unos minutos !ue a "l se le antoDan horas. -a meDoría del tiempo le devuelve a sus ensoñaciones de amor % sosie&o baDo la lu# del sol. Por el amor de *ios por amor propio el hombre no debe consentir !ue la muerte se enseñoree de sus pensamientos. $omien#a a caminar por la nieve % da con el camino !ue le lleva de vuelta al 4er&hof: ha esco&ido la vida. -as sociedades pasan por las mismas vicisitudes !ue los individuos. 8n este caso la vida era un asunto complicado acechada como estaba de continuo por impulsos de deseo % muerte. Mrden % estabilidad no eran sino efímeras con!uistas. B la mañana si&uiente =ans no será capa# de recordar con claridad el ape&o a la vida % al amor !ue había sentido en la nieve. $on una prosa tan complicada como maravillosa la espl"ndida novela de 1ann refleDaba los tremendos conflictos !ue padecía su prota&onista !ue en nada diferían de los !ue atravesaba la modernidad en la "poca de Ceimar a medio camino entre pro&reso % tradición impulsos % orden formalismo % Derar!uía frente a las tendencias i&ualitarias de la sociedad de masas. 1ann pretende transmitirnos la idea de !ue no ha% soluciones sencillas % !ue desde lue&o no ha% forma de volver a los tiempos de antes de la &uerra. Bntes de prestar su apo%o a la +ep@blica tuvo !ue superar un profundo conflicto interno. 3ncluso más tarde a pesar de la repulsión !ue le producían los na#is le harían falta muchas horas de cavilaciones % la to#uda insistencia de sus hiDos sobre todo 8riGa % Ulaus antes de verse libre de tantas cautelas % convertirse en el &ran adversario de los na#is !ue fue. Por!ue como =ans en la nieve esco&ió la vida.
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3bidem p. /( ;en cursiva en la traducción in&lesa<. 8n alemán re#a: er 0ensa soll m der Gte nd *ie/e illen dem Todo "eine @errscha#t einr<men ii/er !eine Gedan"en (Qa/er/erg, p. 7(9<.
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,i el acontecimiento literario del año 926 fue la publicación de *a montaa m-gica, la sensación teatral de 92/ fue *a +pera de catro cartos, con libreto de 4ertolt 4recht % m@sica de Uurt Ceill. ,e estrenó el O de a&osto de a!uel año en el Teatro am ,chiffbauerdamm de 4erlín. Mbtuvo un "Aito arrollador % fue tambi"n la mecha !ue avivó la más profunda aversión hacia todo lo !ue se calificaba como moderno. *esde el primer momento crítica % p@blico coincidieron en la impronta revolucionaria de la obra. =icieron popular un formato !ue 1o#art ?erdi o ,trauss ^tan reverenciados por sus se&uidores como eApresión musical de las verdades intemporales de la eAistencia del hombre^ habían convertido en clásico. +adicali#aron una puesta en escena pensada para real#ar sentimientos de belle#a amor % tra&edia % la transformaron en un escaparate en el !ue salían a la lu# las hipocresías del capitalismo. 8n cuanto a la m@sica en ve# de se&uir las pautas más o menos aceptadas desde finales del si&lo ?333 optaron por los compases disonantes % subversivos del Da## % el cabar". $omo apuntaba el crítico =erbert 3herin&: 4recht como libretista % Ceill como compositor Z...[ han conse&uido ir más allá del espectáculo de revista hasta convertirlo en una nueva forma de hacer arte sin descuidar unos cuantos elementos de las variedades para crear un novedoso % bullicioso formato de eApresión esc"nica. 6 8l espectáculo fue el resultado de la colaboración creativa de 4recht % Ceill. *e los dos el más radical desde el punto de vista político era 4recht cu%as ideas no diferían demasiado de las !ue defendían los comunistas. Ceill por el contrario pertenecía a una familia Dudía de la bur&uesía % había se&uido una formación musical clásica % ri&urosa. Pero no tardó en sintoni#ar con el espíritu de su tiempo. -o mismo escuchaba m@sica de Da## !ue las composiciones atonales de Brnold ,ch>nber& % Blban 4er&. $omo hiciera Eeor&e Eershin en 8stados )nidos trató de !ue el ritmo de la ciudad moderna se hiciese presente en la m@sica clásica % de !ue la m@sica !ue componía lle&ase al ma%or n@mero de personas. Por su parte 4recht se afanaba por encontrar un nuevo len&uaDe una nueva forma de hacer teatro capa# de deDar atrás los convencionalismos % su escasa capacidad de convocatoria. -as elucubraciones en paralelo llevadas a cabo por 4recht % Ceill constitu%en un ma&nífico eAponente del impulso democrati#ador de los años de Ceimar. Tras conocerse en 92( colaboraron en un ciclo de canciones 0ahagonny, !ue hace referencia a una ciudad ficticia norteamericana poblada por delincuentes de poca monta capitalistas policías % prostitutas todos mu% parecidos entre sí. 8ran canciones !ue ponían en solfa los valores bur&ueses de orden disciplina % trabaDo. Bl final de la obra los int"rpretes eAhibían unos carteles con esló&anes anticapitalistas. -a parte musical de Ceill era en sí misma revolucionaria con una or!uesta de die# instrumentos al estilo de los &rupos de Da##: dos violines dos clarinetes dos trompetas un saAofón alto un piano % percusión. *esde lue&o nunca se había visto nada semeDante en el marco en el !ue se estrenó el Xestival Blemán de 1@sica de $ámara de 4adenJ4aden. Bl p@blico no le &ustó: abucheos % &ritos para la or!uesta % silbidos para los int"rpretes al finali#ar la actuación ;previendo lo !ue podía pasar 4recht %a les había proporcionado los pertinentes 15
$itado en ie Chroni" Bi/liothe" des $'. Fahrhnderts3 1,9$?, 4ri&itte 4eier ed. Etersloh $hroniG ?erla& 9/( p. 2.
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silbatos<.7 Eracias a la forma al estilo % al contenido 4recht % Ceill en una sola velada habían llevado la revolución al teatro musical % no sólo en Blemania. -a conocida Blabama ,on& Jinterpretada en a!uella ocasión por -otte -en%a !ue desarrollaría una meritoria carrera como cantante % actri# de cine ;% se casaría con Ceill hasta en dos ocasiones
$omo en el caso de 8rich 1endelsohn % 4runo Taut en la ar!uitectura de -ás#ló 1ohol%JNa&% en la foto&rafía % de tantos otros artistas de esa misma "poca Ceill % 4recht buscaban sin descanso formas % estilos !ue fuesen un refleDo del ritmo desenfrenado de los conflictos % de las aspiraciones populares de su tiempo. Pretendían crear una nueva eAperiencia esc"nica capa# de provocar % al mismo tiempo alcan#ar un amplio eco entre el p@blico. 4recht % Ceill retocaron el ciclo 0ahagonny hasta convertirlo en una ópera propiamente dicha. B!uella colaboración sirvió en cierto modo como preludio del trabaDo !ue reali#arían Duntos % !ue culminaría en una obra más lar&a más sobreco&edora si cabe *a +pera de catro cartos. 1uchas veces se ha referido la historia de cómo se les ocurrió la idea de componerla. 8lisabeth =auptmann entonces compañera de 4recht se había enterado del "Aito !ue había tenido en -ondres la reposición de una ópera de principios del si&lo The BeggarZs Opera, de ]ohn Ea% con m@sica de ]ohn $hristopher Pepusch. -a obra una crítica a la clase dominante conDu&aba m@sica popular vul&arismos % tipos representativos de la "poca. B 4recht le llamaron mucho la atención tanto el &"nero popular como el perfil político de la pie#a. Bun!ue sólo había adaptado al&unas escenas se las compuso para !ue las le%era un avispado productor. Bsí en abril de 92/ recibió el encar&o de escribir !cm ;8scoria< como se tituló en un principio cu%o estreno !uedó fiDado para cuatro meses % medio más tarde. No se había escrito a@n ni una sola nota de la ópera % es mu% posible !ue Ceill ni si!uiera supiese nada de !ue en el contrato 4recht lo desi&naba como coautor del pro%ecto. 8n al&@n momento claro está 4recht debió de informar a Ceill de lo !ue se traía entre manos. B mediados de ma%o los dos en compañía de sus esposas se trasladaron a la 16
1e he servido de la obra de ]r&en ,chebera rt Weill3 An 5llstrated *i#e, $aroline 1urph% trad. Ne =aven ale )niversit% Press 996 pp. /9502. 17 $itado en 3bidem pp. 0502.
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+iviera donde se retiraron para ponerse a escribir como posesos si bien al comen#ar los ensa%os el lo de a&osto ambos continuaban reescribiendo libreto % m@sica. -as disputas eran el pan nuestro de cada díaW la noche del estreno todos los !ue participaban en el pro%ecto Jautor % compositor actores productores % el ma&nífico director de escena $aspar NeherJ au&uraban un fracaso monumental. ]r&en ,chebera alumno de Ceill nos relata el desarrollo de los acontecimientos: Por fin lle&ó la velada del O de a&osto de 92/ fecha !ue entraría en los anales del teatro del si&lo . =asta la anonensong ;canción de los cañones< la audiencia se mostró más bien fría. jse fue el punto de infleAión. 8l p@blico se fue animandoW se o%eron los primeros murmullos de aprobaciónW los aplausos iban en aumento. Bl final un "Aito rotundo por el !ue nadie habría apostado./ 8l len&uaDe más !ue provocador de 4recht salpicado de vul&arismos % de cómicas % barrocas formas de eApresarse se acoplaba a la perfección con los elementos musicales !ue Ceill se había encar&ado de incorporar incluidas parodias de formas operísticas tradicionales entrela#adas con pinceladas de Da##. 1uchas veces un teAto !ue parecía de lo más trascendente iba acompañado de una m@sica afectada o disonante !ue desmentía toda su presunta hondura. B fin de cuentas las composiciones de Ceill eran puro refinamiento artístico baDo una apariencia de sencille# ase&uraba ,chebera. 9 8l ar&umento hace un repaso de las relaciones !ue mantiene un &rupo de personaDes bastante peculiares: ]onathan Peachum el re% de los mendi&osW el inevitable ;tratándose de 4recht< revoltiDo de ladron#uelos policías % prostitutasW la hiDa de Peachum Poll%W % claro está 1acheath más conocido como 1acGie 1esser ;1acGie NavaDa<. 8n a!uel 4erlín de 92/ V!ui"n se habría ima&inado !ue la canción de 1acGie con !ue se inicia la obra lle&aría a convertirse en un clásico del pop americano de 969K 8n cual!uier caso la versión de 4obb% *arin con todas sus virtudes ;% sus defectos< la deDaba vacía de toda intencionalidad política. Xuera de conteAto se convirtió en oda a un libertino. de eso se trata en el trabaDo conDunto reali#ado por 4recht % Ceill: de lo depravado de&enerado % eAplotador !ue es el capitalismo. Todo el mundo mienteW todo el mundo estafa. 8s prácticamente imposible hacer diferenciaciones entre policías % delincuentes. Pronto se esfumarán los &randes sueños de la prostituta de cora#ón de oro. *e una forma u otra el seAo es por lo &eneral una transacción comercial. )no de los hombres más poderosos de -ondres amasa una fortuna enviando a hombres % muDeres disfra#ados de mendi&os a pedir por las calles. 8l ban!uete de bodas se or&ani#a con cosas !ue se han robado por toda la ciudad. 1acGie canalla % asesino es indultado por la propia reina !ue le otor&a un título de noble#a % le concede un castillo % una pensión vitalicia. Toda una afrenta para la "tica bur&uesa del trabaDo. -a intencionalidad política de la obra se pone de manifiesto en al&unos pasaDes como primero #amparW despu"s moralidad o sólo los ricos viven bien % mu% especialmente en dos ma&níficas canciones. 8n -a canción de los cañones 1acGie % el Defe de policía Ti&er 4ron recuerdan con nostal&ia los tiempos en !ue sacrificaban a pueblos enteros en cual!uier parte del mundo: R 18
3bidem pp. 52. 3bidem p. . Bun!ue el autor se refiere a \1oritat von 1acGie 1esser\ su observación es pertinente en cuanto al conDunto de la obra de Ceill. * ,e cita la traducción de 1i&uel ,áen# en: 4ertolt 4recht Teatro completo, $átedra 1adrid 2007. 19
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1archan le&iones $on sus cañones *e $ap a $ouch 4ehar. aun!ue les llueva No ha% !uien se atreva cual!uier ra#a 4lanca o ne&ra#a 8llos la transforman en carne de picar. 20
Nadie tomaría a!uellos teAtos por una alaban#a al militarismo &ermano % eso !ue no se trataba sino de una más de las muchas canciones rabiosamente antibelicistas !ue 4recht % Ceill escribieron. Pero se consideró como una afrenta deliberada a Blemania % a su desmantelado 8D"rcito. B pesar del Tratado de ?ersalles el estamento militar se&uía siendo mu% influ%ente. 8n -a balada de la tiranía seAual 4recht % Ceill hacen una sátira de la moral seAual bur&uesa. -a endecha !ue compuso Ceill contrasta con los versos intencionados con !ue 4recht describe la obsesión % la eAplotación. 1uchos vieron morir a otros muchos 8n cuestiones de faldas poco duchos. a!u"llos !ue los vieron sin disputas Tambi"n son enterrados por las putas. -o !uieran no lo !uieran... dará i&ual. 8so es la tiranía seAual. 8se cita la 4iblia. el $ódi&o $ivil. 8se es cristianog ese anar!uistag 8se no come apio aun!ue insista despu"s %a se muestra febril. B la tarde va rumbo a la cima esa noche otra ve# está encima. 2
8l p@blico !ue asistió al estreno !uedó cautivadoW hubo críticas para todos los &ustos. =asta los comunistas erraron el tiro al ase&urar !ue se trataba de una obra en la no había ni rastro de sátira política o social mientras la prensa conservadora la ponía de vuelta % media tildándola de necrofilia literaria o balada del horror político. 8l na#i ;Hl"ischer Beo/achter recurría a t"rminos como pestilente po#o ne&ro % cultura de la insi&nificancia !ue la policía debería clausurar. 22 Mtros críticos sin embar&o saludaron con elo&ios admirativos tanta innovaciónW a esa habrían de se&uirle muchas representaciones todas de enorme "Aito. ,e mantuvo en cartel durante toda la temporada en 4erlín % al cabo de un año se había presentado en más de cincuenta teatros superando las cuatro mil representaciones. 8n 9O2 se había traducido a dieciocho idiomas % se había 20
-ibreto de *a +pera de catro cartos, 43B, 4erlin ,infonietta -ondres $* O0 0(6 5 2. -etras eAtraídas de :te *emper sings rt Weil, -ondres $* N- 26 20 ^ 2. 8sta canción en concreto se incorporó al disco sólo despu"s de su estreno. 22 $itas en ,chebera rt Weill, pp. (5/. 21
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representado con &ran "Aito en muchos países europeos. -as partituras se vendían como ros!uillas % en caf"s % salas de baile se escuchaban las canciones % las melodías de la obra.2O -as primeras &rabaciones se pusieron a la venta en octubre de 92/ a las pocas semanas de haberse estrenado. -a versión cinemato&ráfica diri&ida por E. C. Pabst lle&ó a las pantallas en 9O. 8n este sentido cabe decir !ue las nuevas tecnolo&ías cinemato&ráficas % fono&ráficas desarrolladas en la "poca de Ceimar contribu%eron de forma decisiva al "Aito de la ópera. 8n sus escritos 4recht siempre pone en tela de Duicio las apariencias. -os principios morales se mostraban como meros lu&ares comunesW se recurría a la posición social como a un capara#ón !ue servía para enmascarar personalidades desviadas o depravadas una careta !ue lucían todos los !ue lle&aban a la cima sirvi"ndose de la mentira % la eAplotación. 4recht nunca daba por bueno el valor aparente de las cosas. Pero en contra de lo !ue tantas veces se ha afirmado no era un cínico. *esde su punto de vista un teatro con &arra tenía !ue sorprender al p@blico pero no sólo a costa de emociones. 8l teatro tenía !ue obli&ar a la &ente a pensar: sólo si se paraba a ver los entresiDos de la sociedad las hipocresías e inDusticias de su tiempo habría esperan#a para el futuro. No se trata de nada !ue ten&a !ue ver ni remotamente con el sentimentalismo ni de fiarlo todo a un futuro esplendoroso. 4recht era un escritor de fuste % recurría a comentarios ásperos a frases vul&ares % a elementos disonantes para inda&ar % provocar para plantar cara a cual!uier moralidad simplona e intransi&ente a cual!uier aspiración por parte de individuos o &rupos de !ue sólo ellos estaban en posesión de toda la verdad. 8n palabras del eminente critico in&l"s traductor % entusiasta se&uidor de 4recht ]ohn Cillett "ste siempre trataba de atacar Du#&ar sobreco&er demoler con el fin de demostrar !ue el mundo es cambiante % !ue lo !ue nos resulta familiar es sólo estrambótico. 2 4recht despoDó el teatro de muchos de los eAcesos barrocos !ue lo adornaban de enormes % &randiosas producciones de las pretensiones de crear un mundo de sueños desconectado de la vida diaria es decir de cuanto había sido la norma teatral hasta 9. Bhondó en las innovaciones introducidas por 8rin Piscator 8rnst Toller % otros !ue habían intentado llevar a escena las circunstancias de la vida moderna lo !ue el p@blico se encontraba por la calle así como en cines salas de conciertos % estadios deportivos durante la rutina de cada cual en 4erlín % en otras ciudades % pueblos de la Blemania de la d"cada de 920 % comien#os del si&uiente decenio. Tras los pasos de Piscator en ocasiones 4recht pro%ectaba sobre el fondo del escenario secuencias de películas o diapositivas o pedía a los actores !ue desfilasen por la escena con pancartas % &ritando consi&nas a imitación de las manifestaciones recurriendo al afilado % eApresivo len&uaDe !ue se utili#aba en tales casos al&o consustancial con la a&itación política de Ceimar. Pensó en redistribuir la escena como si fuera un cuadrilátero de boAeo con potentes focos de iluminación en cada es!uina % el p@blico sentado Dusto donde se desarrollaba la acción haciendo notar su presencia. B veces los actores hablaban directamente con los espectadores o buscaban !ue "stos participasen en la obra al&o !ue ho% nos parece mu% convencional pero !ue en la d"cada de 920 era toda una revolución !ue derribaba las barreras !ue separaban a actores % p@blico. 23
8stadísticas en ibidem p. 20. ]ohn Cillett The Theatre o# Bertolt Brecht3 A !tdy #rom ight Aspects, 2a ed. -ondres 1ethuen 969 p. (/.
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Bsí era el teatro "pico de 4recht definición inventada por "l mismo. 26 Xundamentalmente % en el sentido más clásico de la eApresión representaba una forma narrativa libre de las limitaciones de espacio % tiempoW por el contrario la acción se desarrollaba a trav"s de una serie de acontecimientos vinculados entre sí como las secuencias del cine. Bl contrario !ue los efectos &randiosos la trama no era lo más importante. ,e&@n 4recht sin embar&o el teatro "pico no consistía sólo en impactos visua5 les o emocionales. 8n 92( escribía: -a esencia del teatro "pico reside !ui#á en !ue apela menos a los sentimientos !ue a la ra#ón del espectador. 8n ]u&ar de participar de una eAperiencia el espectador adopta una postura ante las cosas !ue ve. 27 8sto si&nificaba !ue los actores no tenían !ue tratar de cautivar al p@blico no debían pretender !ue los espec5 tadores se identificasen con los sentimientos % la forma de ser de un personaDe sino !ue tenían !ue encararse con el p@blico provocándolo incluso diri&i"ndose a los espectadores con cierto desd"n. 1ás tarde incluiría todas estas ideas en la noción de efecto de distanciamiento un esfuer#o por conse&uir !ue los espectadores contemplasen los avata5 res más normales de la vida baDo un nuevo % sorprendente enfo!ue hasta cuestionarse todo lo !ue antes habían tenido por cierto o real. -as composiciones de Ceill le iban como anillo al dedo al teatro "pico de 4recht. ,irvi"ndose de la parodia % de la disonancia desechaban todo lo !ue se consideraba como normal o aceptado. Ceill recurrió a formas musicales consa&radas para retorcerlas % darles un nuevo estilo. Huienes lo escuchaban podían sentirse familiari#ados en un primer momento con al&unos compases !ue les sonaban como la ópera del si&lo 3 o como m@sica sinfónica para de repente encontrarse desconcertados con !ue los sonidos convencionales desaparecían baDo los ecos de una m@sica de Da## o de cabar". 8n ocasiones Ceill procuraba !ue la composición musical discurriese por cauces !ue nada tenían !ue ver con el teAto como en el caso de -a balada de la tiranía seAual. Bsí lo indicaba el propio compositor en relación con *a +pera de catro cartos, donde la m@sica iba a contrapi" del libreto: *isponía de un ar&umento realista así !ue tuve !ue componer una m@sica !ue fuera a la contra por!ue no creo !ue la m@sica pueda producir efectos !ue ten&an al&o !ue ver con el realismo. *e ahí !ue la acción !uedase en suspenso para dar entrada a la m@sica o "sta lle&ase a un punto en !ue no !uedaba otra alternativa sino cantar.2( -a m@sica de Ceill transmitía la ilusión de la simplicidad pero tampoco deDaba títere con cabe#a en cuanto a convencionalismos. Tanto las obras de Thomas 1ann como las de 4ertolt 4recht % Uurt Ceill eApresan a la perfección el espíritu de Ceimar. -os tres trataban de desvelar cuál era el sentido de los tiempos !ue les había tocado vivir pero los intereses culturales !ue los movían eran mu% diferentes. 4recht consideraba !ue 1ann era demasiado refinado tanto en el trato perso5 nal como en su estilo literario demasiado preocupado por un mundo !ue había !uedado definitivamente atrás incapa# de entender el arte o la intelectualidad modernos de la d"cada de 920. ,encillamente era demasiado bur&u"s. Bun!ue el propio 4recht había nacido en el seno de una familia bur&uesa de Busbur&o le atraían los baDos fondos % la vida proletaria !ue llevaban sus prota&onistas o eso ase&uraba cuando menos. $on su 25
?"ase 3bidem pp. 7/5/(. $itado en ibidem p. (0. 27 $itado en ,chebera rt Weill, pp. 52. 26
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ca#adora de piel % su &orra de proletario fue un pionero del desaliño ele&ante frente al siempre atildado 1ann. 8l len&uaDe de 4recht era rápido % cortante casi como el in&l"s norteamericano mientras !ue la prosa de 1ann era desma%ada % compleDa. $on su teatro comprometido 4recht buscaba formas de desafiar % provocar al p@blico con la idea fiDa de dar con el estilo est"tico más apropiado para el mundo tan revuelto % conflictivo de los años veinte. =ur&ando en todos los &"neros musicales para acabar haciendo una sátira de todos ellos las brillantes composiciones de Ceill fueron el contrapunto perfecto. Por instinto el republicano reticente !ue siempre fue 1ann se ponía del lado de !uienes habían sido criados en un ambiente cultivado. Hue nadie espere encontrarse con al&uien maleducado entre los personaDes esbo#ados por 1ann. ,in embar&o 4recht % Ceill aspiraban a !ue fueran precisamente esas &entes las !ue acudieran en tropel a ver sus obras. -os tres acabarían por eAiliarse en 8stados )nidos durante las d"cadas de 9O0 % 90. Bun en tales circunstancias 4recht % 1ann si&uieron distanciados % el mutuo desd"n !ue se profesaban era un secreto a voces. *e los tres el @nico !ue se sintió como si estuviera en su propio país fue Ceill encantado con el Da## norteamericano % con el ritmo trepidante de la vida en 8stados )nidos. Bun!ue compuso al&unas pie#as a&radables la m@sica de Ceill durante su eAilio en Norteam"rica no refleDa la fresca creatividad ni los pun#antes acentos !ue había alcan#ado en Ceimar &racias a su colaboración con 4recht. 8n lu&ar de crítica e innovadora su m@sica se tornó sentimental al&o parecido a lo !ue le ocurriera a Paul 1c$artne% tras la desaparición de ]ohn -ennon. -os filósofos % sociólo&os del periodo de Ceimar más influ%entes fueron !uienes pusieron todo su empeño en desentrañar las consecuencias !ue la nueva sociedad de masas suponía para nuestros procesos mentales % percepciones es decir en lo !ue representaba la modernidad para las estructuras !ue confi&uran nuestro modo de pensar % de ver. ,ie&fried Uracauer % 1artin =eide&&er representan los dos polos opuestos en cuanto a sensibilidad compromiso político % tra%ectoria profesional. Bmbos sin embar&o trataron de bucear más allá de las meras apariencias eAternas inda&ar en las causas del vibrante espectáculo !ue con trepidante rapide# % baDo tan diversas manifestaciones constituía la sociedad moderna % la de la Blemania de Ceimar en particular. $autivado % hastiado de emociones % estímulos pero tambi"n seducido por el aislamiento % el anonimato Uracauer llevó una vida urbana tanto en 4erlín como en Xrancfort. Para =eide&&er sin embar&o el mundo moderno en el !ue Uracauer se #ambullía constituía un espectáculo tan hiperactivo como insustancial ra%ano casi en la imposibilidad de dedicarse a las cosas serias !ue constitu%en el verdadero sentido de la vida. 8n opinión de =eide&&er la modernidad por todo lo !ue había supuesto para la +ep@blica de Ceimar primaba la percepción sobre el entendimiento: el hombre moderno ;% precisamente al hombre se refería< era un ser eAtraviado % empobrecido !ue carente de propósitos no buscaba sino meras percepciones sensoriales. -a vida había !uedado reducida a una interminable sucesión de espectáculos !ue no permitían profundi#ar en su si&nificado. 8l cine % las revistas ilustradas a los !ue tanta atención prestaba Uracauer en sus ensa%os no eran desde el punto de vista de =eide&&er sino fenómenos ar!uetípicos carentes de individualidad impuestos por la tiranía de las modas: el estilo de las masas al !ue todo el
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mundo aspiraba. -a respuesta de =eide&&er no fue sólo intelectual sino personal: se apartó de la sociedad urbana para irse a vivir al monte a una cabaña rodeado de compatriotas campesinos lan#ando desde allí sus atronadores sermones contra la modernidad. 3ncluso para =eide&&er hasta a!uel presente de decadencia le ofrecía posibilidades: la mente podía escarbar en la modernidad % dar con un camino !ue desembocase en la recuperación del %o en la consecución de una vida más aut"ntica. Uracauer procedía de una familia Dudía de clase media baDa de Xrancfort. ,e licenció como ar!uitecto % lle&ó incluso a eDercer su profesión aun!ue tambi"n había estudiado con el eminente sociólo&o Eeor& ,immel. ,e movía en los círculos intelectuales consa&rados o emer&entes !ue llevaban la vo# cantante en la Blemania de Ceimar en los !ue haría muchas amistades como 4loch ;!ue tambi"n había estudiado con ,immel % con el insi&ne sociólo&o 1aA Ceber< Theodor Bdorno Eeor& -uGács Calter 4enDamin 1artin 4uber % otros. Bun!ue no todos muchos eran Dudíos. Tras abandonar la ar!uitectura Uracauer se dedicó a la crítica social % literaria hasta convertirse en un ma&nífico escritor % redactor Defe del 8ran"#rter Qeitng, uno de los periódicos liberales más importantes de Blemania diario en el !ue escribiría más de dos mil crónicas sobre toda clase de asuntos. $omo su ami&o 4enDamin Uracauer mantenía una actitud más ambivalente hacia la modernidad !ue =eide&&er. B ambos les deDaban absortos los sonidos % las imá&enes de la vida ciudadana % escribieron incisivos análisis acerca de los novedosos inventos de la cultura moderna desde el diseño urbanístico de las ciudades hasta el cine o la foto&rafía. Pero tambi"n les an&ustiaba sin embar&o el aturdimiento de los sentidos !ue venía de a!uel aDetreo tan rápido % desordenado. 8n respuesta a todas las operaciones sensoriales táctiles o visuales se producía una aceleración de los procesos mentales para adaptarse al ritmo trepidante de la ciudad. Bl rev"s !ue nuestro melancólico paseante Xran# =essel ;a !uien %a tuvimos ocasión de tratar en el capítulo 2< !ue recorría con calma la ciudad el viandante de Uracauer camina li&ero mirando sin parar a todos lados: edificios &ente tráfico. Para Uracauer ;i&ual !ue para 4enDamin< los nuevos modos de percepción presentaban una doble vertiente. Por un lado el peatón se da cuenta de muchas más cosas se convierte en una persona más desarrollada por!ue es mucho más receptivo !ue los camsinos de =eide&&er cu%o mundo aun!ue más coherente !ueda claramente delimitado por los ritmos de los animales de las estaciones del paso del tiempo. B su ve# el moderno suDeto receptor se siente sobrepasado como si sufriera un cortocircuito % %a no fuera capa# de transmitir la corriente como un condensador !ue se !uema por una fuerte subida de tensión. 8l receptor !ueda reducido a mero espectador !ue como un niño indefenso observa el aluvión de cosas !ue pasan a su alrededor sin lle&ar a participar de ellas. Para Uracauer el cine era un refleDo del trabaDo racionali#ado !ue se reali#aba en las fábricas: ambos se dividen en partes bien definidas !ue vuelven a ensamblarse rápidamente. Ni el cine ni las fábricas podían recha#arse: eran realidades de la vida diaria en el mundo moderno. Pero a@n !uedaba un atisbo de esperan#a. Precisamente por esta relación con la fábrica el cine no era sólo una pura alienación ;aun!ue tambi"n<: tenía un potencial liberador. Permitía !ue los individuos ;al menos desde un punto de vista teórico< se familiari#asen con la modernidad a%udándoles a dar un primer paso % entrar a formar parte de ella. )na ve# !ue el receptor lo asimila deDa de ser un mero espectador %
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ante sus oDos se abre un mundo de posibilidades de eAperiencias !ue eli&e con toda libertad. -a fra&mentación derivada de la modernidad no si&nificaba el fin de la historia. 1ediante la asimilación de ese proceso el individuo trascendía el presente lo !ue nos recuerda a =e&el % a 1arA así como 4recht % Ceill. 8l ornamento de la masa es uno de los ensa%os más brillantes % conocidos !ue salieron de su pluma. ,e publicó en 92( entre un ramillete de &randes obras escritas en a!uellos años ^como *a montaa m-gica, en 926 o !er y tiempo, de =eide&&er de ese mismo año ;como veremos a continuación< o *a +pera de catro cartos, en 92/^. 8n este caso el asunto !ue trata Uracauer no es el cine sino los espectáculos de revista prota&oni#ados por chicas tan propios del cabar" de a!uellos años. -as ]acGson Eirls o las Tiller Eirls % tantas otras compañías inspiradas en espectáculos norteamericanos del mismo estilo acabaron haciendo ma&níficas % ele&antes revistas en 4erlín: unas treinta muDeres de piernas lar&as % li&eras de ropa se movían al unísono en el escenario foiAuando lar&as hileras % eDecutando pasos con &ran precisiónW su popularidad se debía sobre todo al modo en !ue levantaban las piernas. Para Uracauer ;aun!ue probablemente muchos espectadores del &"nero masculino no estarían de acuerdo con "l< la revista eran un espectáculo carente de erotismo. Todo lo contrario: le recordaban las dos pesadillas más recurrentes !ue sufría por las noches a saber el militarismo prusiano % las fábricas norteamericanas. -os perfectamente sincroni#ados % disciplinados movimientos de a!uellas chicas le recordaban tanto a los prusianos marcando el paso como a la cadena de montaDe ideada por =enr% Xord. 8ran la viva representación no del deseo sino del aislamiento del aleDamiento de hombres % muDeres de todo lo !ue los convertía en seres humanos sentimientos eróticos incluidos. 8ra como si la modernidad capitalista hubiese destruido incluso el aspecto más funda5 mental de la eAistencia humana % hubiese encontrado un sustitutivo de la seAualidad en las Tiller Eirls simbólica r"plica de los rápidos disparos de las ametralladoras % de la ineludible monotonía de la cadena de montaDe. B!uellas chicas escribía Uracauer eran un producto de las factorías norteamericanas del entretenimiento: %a no son chicas en sí mismas sino &rupos de chicas !ue se mueven como si hiciesen demostraciones maternáticas.2/ ,on cuerpos en bañador carentes de seAo !ue sólo eAisten por!ue forman parte de una masa. -os modernos medios de comunicación % transporte ^cine ferrocarril % aviones^ facilitaban su presencia en cual!uier parte del mundo hasta en el pueblo más pe!ueño del más remoto continente. 29 -as Tiller Eirls eran una especie de consecuencia de la &lobali#ación aun antes de !ue se acuñase el t"rmino con las mismas ambivalencias: la &ente puede vivir las mismas eAperiencias en cual!uier parte del mundo una vivencia !ue amplía su forma de ver las cosas pero !ue se !ueda en a&ua de borraDas por!ue no tiene nada !ue ver con una determinada cultura o una sociedad en concreto. -a ampliación de la eAperiencia en este caso culmina en seres desorientados anónimos. 8n un ensa%o posterior $hicas % crisis refiri"ndose a las ]acGson Eirls Uracauer recurre a una analo&ía mecanicista mucho más eAplícita:
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,ie&fried Uracauer \The 1ass Mrnament\ en ,ie&fried Uracauer The 0ass Ornament3 Weimar ssays, Thomas . -evin ed. % trad. $ambrid&e =arvard )niversit% Press 996 pp. (/5/7 citas (65(7. 29 3bidem p. (7.
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-as posturas de las chicas recuerdan el movimiento acompasado de los pistones ;de los motores de un barco por eDemplo<. No los eDecutan tanto con precisión militar como tratando de asemeDarse al ideal de las má!uinas. ,e aprieta un botón % el dispositivo de la chica se pone en marcha como si la impulsasen treinta % dos caballos. Todos los componentes se ponen a rodar % las señales se emiten en su lon&itud de onda correspondiente. 1ientras esa ma!uinaria machaca se a&ita % brama como un aserradero o una locomotora una sonrisa basta para echar una &ota de aceite en las Duntas % !ue la rueda dentada no se deten&a. =asta !ue al final una ,eñal !ue no lle&amos a oír ordena !ue cese ese movimiento mecánico % automáticamente el conDunto se descompone en sus elementos vivientes si&uiendo un proceso de destrucción !ue deDa en la boca el re&usto amar&o de !ue esos componentes son incapaces de eAistir por sí mismos. O0
-a falta de individualidad !ue Uracauer describe en la actividad mecánica de las ]acGson Eirls implica !ue sólo eAisten como masa % la @nica ra#ón de su eAistencia consiste en su movimiento repetitivo pautado % carente de sentido. $uando la economía iba viento en popa cada ve# !ue a!uellas chicas levantaban las piernas al espectador le parecía oír dinero dinero. $uando al#aban las piernas con matemática precisión por encima de sus cabe#as se deshacían en alaban#as al pro&reso !ue había traído la racionali#ación % cuando repetían sin parar la misma pirueta siempre en formación había !uien tenía incluso alucinaciones % se ima&inaba una hilera de automóviles saliendo de la fábrica con destino al mundo eAterior ima&inándose !ue a!uella prosperidad duraría para siempre. Pero en los años peores de la *epresión las mismas chicas parecían fantasma&orías.O -as fábricas habían tenido !ue cerrar así !ue el movimiento de las chicasJfábrica carecía de sentido. Bun!ue Uracauer establecía una comparación eAplícita con los procesos productivos del capitalismo las Tiller Eirls eran la demostración palpable de al&o mucho peor. 8n un r"&imen capitalista Jse&@n la forma de ver las cosas de Uracauer no demasiado aleDada del marAismoJ sólo se produce % se consume para &enerar beneficio ;t"cnicamente plus5 valías< no por el valor intrínseco de las cosas producidas. -as revistas de chicas en consecuencia tampoco tienen un valor en si mismas sino !ue sólo son un ornamento !ue el p@blico consume con la vista. 8s el ornamento de la masa de ahí el título por!ue cada chica no es un personaDe individual i&ual !ue carece de individualidad el obrero !ue trabaDa en una fábrica. -o !ue pone de manifiesto la eAcelencia de Uracauer !ue va mucho más allá del inter"s de 1arA en el proceso productivo ;aun!ue 1arA tambi"n escribió a propósito del fetichismo del consumo< para fiDarse en la producción % el consumo de bienes culturales % en la alienación !ue &eneran baDo las condiciones fiDadas por el capitalismo tanto para los productores las chicas como para los espectadores. -os !ue forman parte de ello son incapaces de tener una visión de conDunto como el obrero !ue está inmerso en la ma!uinaria de la producción capitalista no alcan#a el si&nificado !ue para la sociedad en su conDunto tiene su trabaDo. Por!ue hasta sus eAtremidades van cada una por su lado de forma !ue las piernas de las Tiller Eirls atrapan al p@blico por los oDos
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,ie&fried Uracauer \Eirls and $risis\ en The Weimar 4ep/lic !orce/oo", Bnton Uaes 1artin ]a% % 8dard *imendber& eds. 4erGele% % -os n&eles )niversit% of $alifornia Press 99 pp. 6765677. 31 3bidem.
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% pasan a convertirse en una referencia abstracta de sus cuerpos. O2 3ncluso estos obDetos emer&entes los si&nos más superficiales de los tiempos nos indican el camino para lle&ar a una comprensión más profunda se&@n Uracauer. Por insi&nificantes % espantosos carentes de sentido e incompletos !ue nos resulten los mismos obDetos !ue componen la sociedad de masas son una prueba de la esencia % el espíritu de los tiempos. 8n 8l ornamento de la masa escribía: Por sorprendente !ue pare#ca es posible determinar el puesto !ue le corresponde a una determinada "poca en el devenir histórico &racias al análisis de sus manifestaciones eAternas más ordinarias Z...[ !ue nos transmiten de inmediato la esencia de cómo discurren las cosas. OO )n crítico perspica# puede ahondar e ir más allá del espectáculo superficial !ue se ofrece a su mirada % lle&ar a descubrir su si&nificado. Puede discernir el modo de vida !ue sub%ace baDo las piernas en alto de las Tiller Eirls aun cuando sus piruetas no revelen sino movimientos lineales o circulares. Uracauer inda&a en el si&nificado de esos ornamentos !ue "l mismo califica de superficiales. -o más sobresaliente es su recha#o a aceptar respuestas sencillas % a sacar conclusiones fáciles. -as ina&otables pre&untas !ue plantea % el hecho de !ue disfrute con las tensiones % contradicciones !ue descubre son un ras&o !ue tambi"n se pone de manifiesto en las novelas % en los ensa%os de 1ann en las óperas % espectáculos de 4recht % Ceill % como tendremos ocasión de comprobar en las refleAiones filosóficas de =eide&&er o en los fotomontaDes de =annah =>ch. Uracauer formaba parte de lo más &ranado de la tradición alemana !ue anteponía el conocimiento % la formación a todo lo demás !ue pensaba !ue la clase diri&ente masculina % educada era el pilar de la cultura del país verdadera encarnación del espíritu alemán.O ,emeDante ideal sirvió para poner en pie un soberbio sistema de educación superior !ue a lo lar&o del si&lo 3 se había vuelto más permeable para los Dudíos % los no pertenecientes a la clase superior con tal de !ue estuviesen dotados de un buen intelecto. Uracauer tambi"n identificaba la altura intelectual con la preeminencia en el orden social. ,i adoptaba una postura crítica hasta un intelectual entendería lo !ue representaban las Tiller Eirls comprendería !ue desentonaban de forma !ue a trav"s de los ornamentos de la masa podía lle&ar a la trascendencia a un mundo utópico % no alienado. Para muchos de estos hombres ilustres la causa de la intelectualidad iba de la mano de cierto desprecio por la &ente normal !ue formaba la sociedad de masas especialmente de las muDeres % los placeres !ue procuraban en el mundo del espectáculo en la d"cada de 920. 8n el caso de Uracauer tal desd"n se hacía patente % eAplícito. Bsí escribió en tono hiriente sobre esas pobres dependientas !ue van al cine para eAtraviarse en los mundos de ensueño producidos en =oll%ood o en su r"plica alemana de 4abelsber& ;cerca de 4erlín<.O6 -o !ue Uracauer sostiene en el ensa%o !ue les dedica con el si&nificativo título de -as pobres dependientas van al cine es !ue las películas reproducen los valores de la sociedad capitalista. Bl ser un ne&ocio la industria cinemato&ráfica es un elemento 32
Uracauer \1ass Mrnament\ p. /. 3bidem p. (6. 34 ?"ase +in&er ecline o# the German 0andarins. 35 ,ie&fried Uracauer \The -ittle ,hop&irls Eo to the 1ovies\ en ,ie&fried Uracauer 0ass Ornament, pp. 295 O0. 33
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inseparable de la producción capitalista % Damás reali#aría filmes !ue pusieran en cuestión el valor del sistema !ue la sustenta. Todo lo contrario: sirve de acicate para el sentimentalismo barato % las crisis artificiales !ue siempre se solucionan cuando un va&abundo se encuentra con una fortuna en las manos o una criada acaba casándose con un millonario. $uando un filme plantea un desafío a la esencia del capitalismo como la sovi"tica l acorazado Potem"in, señalaba Uracauer la crítica tanto en Blemania como en otras partes del mundo hablaba sólo de los lo&ros est"ticos % de las innovaciones en el campo de la cinemato&rafía vaciándola de todo contenido revolucionario. Pero en el ensa%o !ue comentamos Uracauer no sólo condena el capitalismo sino !ue tambi"n critica a las dependientas por deDarse llevar por ese mundo de ensueños artificiales !ue crea el cine. =ace un resumen de la trama de unos cuantos melodramasW todos conclu%en con una desdeñosa referencia a esas pobres dependientas !ue se deleitan soñando con !ue encontrarán un marido millonario con sus insospechadas refleAiones sobre las miserias del &"nero humano % la bondad divina o con los sentimientos !ue les inspiran los uniformes militares. O7 8sas pobres dependientas se ima&inan !ue sus Defes tienen un cora#ón de oro % sueñan con el día en !ue encandilen con sus simple#as a un Doven berlin"s. O( -a mofa !ue hace de ellas lle&a a ser in!uietante: Va !u" tanta saña por unos pocos ratos de diversión leDos de la implacable vi&ilancia de los capataces % Defes de planta del mostrador o de la oficina leDos del salario eAi&uo % las condiciones de hacinamiento en !ue vivían tantas muDeres alemanasK V$ómo ha% !ue entender el ,erK así formulaba el filósofo 1artin =eide&&er la pre&unta fundamental a todas las cuestiones !ue planteaba en !er y tiempo, publicado en 92( posiblemente una las obras filosóficas más importantes del si&lo . =eide&&er tiraba por la borda nada menos !ue toda la filosofía occidental posterior a ,ócrates para remontarse a los presocráticos !ue al menos en su idea habían sido los @ltimos en plantearse tan crucial interro&ante acercándose más a la respuesta !ue !uienes les sucedieron. =eide&&er no i&noraba ni menospreciaba la tradición occidental pero creía !ue en el pensamiento de Mccidente eAistía un error de bulto !ue recorría las obras de filósofos tan importantes como Platón Bristóteles Tomás de B!uino *escartes Uant % =e&el. B su manera de ver tal error consistía en una serie de desencuentros: entre el ser % el conocer entre cuerpo % mente suDeto % obDeto entre el suDeto co&noscente % lo conocido entre el verdadero saber % la eAperiencia de la vida diaria. -a famosa premisa cartesiana de pienso lue&o eAisto era un error fundamental se&@n =eide&&er por!ue establecía una separación radical entre el individuo % el mundo !ue lo rodea la esfera de los obDetos !ue percibe el suDeto. 8l empeño !ue puso en desentrañar el si&nificado del ,er (asein, en alemán< pasaba en lo fundamental por incorporar al hombre en el mundo !ue lo rodeaba por restablecer la unidad entre el hombre % sus circunstancias así como entre el momento de conocer % el discurrir del tiempo. Xuera de nosotros ha% obDetos !ue tienen eAistencia propia aun sin ser percibidos por el hombre % !ue sólo ad!uieren sentido una ve# !ue lo son: para dar con ese si&nificado es imprescindible efectuar una labor de interpretación. 36 37
3bidem p. 296. 3bidem p. O00.
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8n su filosofía el ,er reviste un carácter totali#ador. No se refería al ser de cada obDeto ni de cada persona. -a universalidad del ,er ^escribía en la introducción^ no es una categora o un predicado Z...[ -a universalidad del ,er trasciende la universalidad del conDimto.O/ =eide&&er se refería al si&nificado ontoló&ico de la eAistencia ;aun!ue el t"rmino eAistencia revista un sentido menos aut"ntico en sus escritos<. 8l ,er es autosuficiente de un modo análo&o al *ios no definido de la 4iblia: ,o% el !ue so%. O9 *ios es autosuficiente *ios es totalidad *ios es todo. -o mismo cabe decir del ,er. V$ómo averi&uar pues su si&nificadoK =eide&&er nunca lle&ó a encontrar una respuesta. 8l carácter revolucionario de su discurso está contenido en el planteamiento !ue se&uía en la metodolo&ía a la !ue recurrió para tratar de dar con una respuesta % en la conDunción fecunda de conceptos % m"todos !ue antes de "l formaban parte de corrientes filosóficas separadas. 8s posible !ue sencillamente no ha%a respuesta a tal pre&unta ni si!uiera para =eide&&er pero la forma de plantearla nos acerca más a lo aut"ntico al ,er. 8l len&uaDe es fundamental. Eracias al primitivo len&uaDe de la filosofía el &rie&o o a su versión moderna el alemán podemos comen#ar nuestra andadura por la senda del conocimiento. -a de senda es una metáfora mu% heide&&eriana como tambi"n lo son lu# iluminación % clarificación. Por la vía de pre&untarnos nos aproAimamos a una circunstancia iluminadora o clarificadora. 8l conocimiento sobreviene como una revelación: no es preciso !ue lo atrapemos lo captemos o lo pensemos. 8n nuestro pro&reso hacia el conocimiento ha% al&o primordial !ue sur&e de la eAperiencia. 0 =eide&&er insiste en !ue es en la naturale#a en el contacto con ella Jel claro del bos!ue el ra%o de lu# el sendero forestal !ue recorremosJ o en el esfuer#o o durante nuestro empeño cuando nos acercamos a la comprensión al&o !ue en muchos aspectos es como destapar al&o no !ue lle&uemos a hacer un descubrimiento. -as metáforas reli&iosas están más !ue presentes: naturale#a revelación iluminación atisbos de la trascendencia !ue tienen su ori&en en nuestra comprensión del ,er. =eide&&er había rene&ado de su educación católica pero no del len&uaDe cristiano. Bl mismo tiempo su filosofía es completamente de este mundo: la trascendencia procede del conocimiento % de la acción en este mundo no de una esfera espiritual. Por!ue sólo en la vida de cada día en este mundo no constru%endo teorías aDenas a "l podemos comen#ar a destapar el si&nificado. 8sto no !uiere decir !ue todas nuestras impresiones ten&an su ori&en en los acontecimientos diarios. Tenemos !ue inda&ar en lo !ue los sustenta % permanece oculto eAplorar las relaciones a !ue dan lu&ar pensar en sus manifestaciones comprender incluso los acontecimientos más triviales. 8l acto de destapar al&o eAi&e el reconocimiento por nuestra parte de !ue estamos li&ados a este mundo: no eAiste el individuo no ha% una individualidad !ue pueda abstraerse del 38
1artin =eide&&er Being and Time ]ohn 1ac!uarrie % 8dard +obinson trads. ori&inal en alemán 92(W Nueva orG =arper and +o 972 p. 22. !er y Tiempo, Forge 8duardo +ivera trad. 1adrid Trotta 200O. 39 [Lodo, O p. . ,obre esta cuestión v"ase Eeor&e ,teiner 0artin @eidegger, $hica&o )niversit% of $hica&o Press 9/( pp. 757O. @eidegger, ]or&e B&uilar 1ora trad. 1adrid Xondo de $ultura 8conómica de 8spaña 200. 40 +ichard Colin insiste en sus críticas a los elementos primordiales en el pensamiento de =eide&&er. ?"ase @eideggerMs Children3 @annah Arendt, arl *Hith, @ans Fonas, and @er/ert 0arcase, Princeton Princeton )niversit% Press 200. *os hi>os de @eidegger3 @annah Arendt, arl *Hith, @ans Fonas y @er/ert 0arcse, 1aría $óndor Mrduña trad. 1adrid 8diciones $átedra 200O.
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mundo. Por otra parte no ha% un si&nificado esencial !ue sea distinto del !ue dispensamos a los obDetosW de ahí el papel esencial !ue reviste la interpretación en la filosofía de =eide&&er. 8n !er y tiempo, recurre a eDemplos mu% prácticos para eAponer sus ideas. 8l más famoso es el del carpintero % el martillo. 2 8s posible J% eso era lo !ue había hecho la filosofía anteriorJ dis&re&ar diferentes elementos: obDetos concretos ;clavos martillo % banco< % movimientos i&ualmente específicos los de la mano o el bra#o del carpintero !ue mar5 tillea. Pero =eide&&er ase&ura !ue es empobrecedor no discernir más allá de lo !ue está ocurriendo. -os obDetos % movimientos sólo ad!uieren si&nificado cuando pensamos en ambos al mismo tiempo. 3ncluso ese primer acercamiento mental sólo nos permite una comprensión mu% parcial. Por!ue el martillo &olpea el clavo en un preciso momento tem5 poral un tiempo en suspenso en el !ue se unen la habilidad !ue el carpintero ha ido ad!uiriendo con el paso del tiempo % la intención futura !ue &uía ese movimiento !ue no consiste simplemente en dar el martilla#o al clavo sino en hacer un armario. Tenemos !ue pensar en la acción % en el suDeto !ue la reali#a al mismo tiempo sin olvidar el discurrir del tiempo en !ue ese preciso instante está inmerso. B veces basta sólo con !ue se desbarate esa acción en el tiempo Jsi se rompe el man&o del martillo o el clavo se dobla por un &olpe mal atinado o no tenemos a mano la madera !ue nos hace faltaJ para !ue cai&amos en la cuenta de la totalidad de esas relacionesW es como si al&o se encendiese Z%[ el mundo anunciase su presencia. O 8n este caso se trata de un eDemplo decisivo: es la eAperiencia diaria no el pensamiento abstracto lo !ue nos permite entender el mundo % !ue el mundo se nos revele ;más !ue pensarlo< &racias a nuestra acción en el mundo. Pero esta revelación del mundo a su ve# este ser5en5sí5mismo re!uiere una interpretación. ,e&@n =eide&&er las cosas no tienen una verdadera esencia al&o sub%acente a lo !ue percibimos o !ue se desplie&ue en la eAperiencia diaria. ,ólo podemos acercarnos al si&nificado del ,er si lle&amos a comprender los la#os ineAtricables !ue se teDen entre obDetos % observador cosas % a&entes la interrelación de todos ellos su condición de asein, de estar5ahí o de estar5en5el5mundo. =eide&&er siempre planta cara al dualismoW entre obDetos % conocimiento entre individuos % mundo entre conocimiento e interpretación. 8n la "poca moderna apunta vivimos en un estado de mera eAistencia un estado de irrefleAión impuesto por nuestra preocupación por las apariencias superficiales % los obDetos por las tecnolo&ías !ue devastan el mundo. ?ivimos durante un corto periodo rodeados de hostilidad en un mundo !ue carece de atenticidad, % !ue no ha tenido esa cualidad a lo lar&o de milenios. 8l ,er es aut"nticoW la eAistencia no lo es. ,i formula las pre&untas correctas el hombre se abre al ,er % se hace más humano. Plantearse pre&untas aut"nticas supone una aceptación de nuestra incardinación en el mundo del asein, del ser5ahí o del ser5en5el5mundo. 8n palabras de =eide&&er: 41
?"ase tambi"n el comentario de *orothea Xrede \The Huestion of 4ein&: =eide&&er`s ProDect\ en The Cam/ridge Companion to @eidegger, $harles Eui&non ed. $ambrid&e $ambrid&e )niversit% Press 99O pp. 2579W en este caso pp. 6567 % 77. 42 =eide&&er Being and Time, pp. 9/500. 43 3bidem p. 06. 44 3bidem p. 07.
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Para plantearnos de forma correcta la cuestión del ,er hemos de partir de un ente el hombre !ue formula la pre&unta !ue sea transparente a su propio ,er. Por!ue el hecho de hacerse semeDante pre&unta es un modo de !er de ese mismo ente !ue como tal eAtrae su naturale#a esencial de la propia pre&unta !ue se hace a saber el ,er. 8ste ente !ue somos cada uno de nosotros % !ue cuenta con la facultad de plantearse pre&untas como una de las manifestaciones de su ,er es a lo !ue en adelante nos referiremos como aseinZ.%
B pesar de los vericuetos de un len&uaDe tan abstruso !ueda claro cuál es el vasto obDetivo al !ue apunta la ambición intelectual de =eide&&er. Precisamente en esas vueltas % revueltas estriba la cuestión. 8s su forma de plantar cara a la dicotomía entre suDeto % obDeto !ue durante tanto tiempo ha dominado el pensamiento occidental. 8l ente es el individuo !ue inda&a % se pre&unta el mismo !ue cuando se plantea la cuestión fundamental participa del ,er. Nuestra naturale#a esencial Jel ,erJ reside en las pre&untas !ue nos hacemos sobre el mismo ,er por!ue en ese momento participamos del ,er como asein. Pero ha% !ue esfor#arse para lle&ar a eso por!ue el asein es sólo una potencialidad. 8l asein siempre se entiende a sí mismo en los t"rminos de su propia eAistencia es decir en t"rminos de la posibilidad de ser: ser "l mismo o no serlo. 7 -a insistencia de =eide&&er en la autenticidad a trav"s de la individualidad era un recordatorio de la alta estima de !ue &o#aba la Bildng ;educación % formación< entre los alemanes un concepto tan determinante en la historia moderna de Blemania. Bl i&ual !ue 1ann % Uracauer =eide&&er ponía de relieve la función del hombre in!uieto % cultivado capa# de lle&ar al conocimiento fundamental por eAcelencia el del ,er. Bun!ue nunca lo eApuso con claridad parece !ue sólo ese tipo de hombre sería capa# de una refleAión en profundidad sobre el acontecer diario !ue pudiera calificarse de aut"ntica % constitu%era en consecuencia un atisbo del ,er. Pero en el día a día de un mundo moderno % nada aut"ntico como la Blemania de Ceimar en realidad se había impuesto la masa anónima los otros de modo !ue hasta los potenciales conocedores del asein habían perdido su individualidad. Por!ue el asein es el %o: 8s una entidad !ue siempre es el %oW su ser es siempre el mío Z...[ B la pre&unta por el !ui"n siempre se encuentra la respuesta en t"rminos del k%o del suDeto del kser5 en5sí .( ,in perder de vista a los otros a!u"llos de !uienes en la ma%oría de los casos no lle&a a discernirse el ser5en5sí. / ,e trata de una afirmación no sólo abstrusa sino contradictoria con su discurso. =emos insistido en !ue la filosofía de =eide&&er no hace nin&una abstracción del %o por!ue la persona siempre está con otras: 8l asein en sí mismo es estarJcon. 9 *e modo !ue lle&ar al ,er tambi"n reviste una dimensión social. Pero los otros pueden ser tambi"n la masa !ue en ve# de %oes individuales (asein), constitu%e un mundo de conformismo en el !ue no refleAionamos sobre la cuestión funda5 mental del ,er en el !ue sólo atendemos a la voluntad % a los impulsos de la masa. 60 8l 45
3bidem p. 2(. ?"ase tambi"n ,teiner 0artin @eidegger, pp. (05(. =eide&&er Being and Time, p. OO. 47 3bidem p. 60. 48 3bidem p. 6. 49 3bidem p. 67. 50 3bidem p. 7. 8n esta cita como en otras he eliminado los t"rminos ori&inales en alemán !ue los traductores intercalaban entre corchetes. 46
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1oloch de los otros siempre prevalece sobre el %o hasta anular al ser5en5sí. =eide&&er pone como eDemplo del temible % aterrador poder de las masas las modernas tecnolo&ías % los nuevos medios de comunicación los transportes p@blicos % los periódicos !ue tan amplia difusión habían alcan#ado en Ceimar. 1erece la pena reproducir el pasaDe: $uando utili#amos los medios de transporte p@blicos o recurrimos para estar al día a informaciones como las !ue nos ofrecen los periódicos los otros se convierten en nuestros próDimos. 8l ser5con5otros elimina por completo nuestro asein, devenimos en el ser5con5 otros hasta el punto de !ue los otros tan reconocibles e identificables parecen desvanecerse. -a dictadura real de los otros se revela en esa desidia en esa deDade#. Nos divertimos % disfrutamos cuando en realidad son los otros !uienes lo pasan bienW leemos vemos % emitimos Duicios sobre literatura % arte cuando son otros !uienes ven % opinanW como ellos, nos refu&iamos en la &ran masa % nos parece llamativo lo !ue ellos consideran como tal. 8l t"rmino ellos no se refiere a nadie en concreto pero lo !ue representa aun!ue no sea la suma de todos ellos conforma el ,er en el día a día Z...[ -os otros Z...[ siempre están atentos a cual!uier hecho eAcepcional !ue pueda representar un ata!ue para ellos. $ual!uier intento por destacar se suprime sin levantar polvareda. *e un día para otro todo lo !ue parecía importante se transforma en al&o !ue desde siempre se ha considerado lu&ar com@n. Todo lo !ue se consi&ue con esfuer#o es manipulado con posterioridad. Todo secreto pierde su carácter. 8sta preocupación por no destacar revela a su ve# una tendencia esencial del asein como cuidado !ue merma todas las potencialidades del ,er.6
8n su visión retórica de un mundo de&radado !ue acaba con toda individualidad con todo atisbo de esperan#a en el ,er aut"ntico este pasaDe no difiere mucho de los firmados por otros eminentes críticos de la moderna sociedad de masas: Uarl 1arA Mrte&a % Easset o Eeor&e Mrell. Para =eide&&er sin embar&o las ra#ones de semeDante caída no ha% !ue buscarlas en el capitalismo ni en los totalitarismos del si&lo . Para dar con ellas es preciso remontarse mucho más atrás hasta al&o más complicado: los errores de la filosofíaW la fuer#a del conformismo cuando son los otros !uienes prevalecen sobre el %o individualW la propia vida moderna !ue con su insistencia en las apariencias % en la hiperactividad superficial dota a la masa de un poder a@n ma%or % ahonda el abismo de alienación en !ue viven los hombres. 8so es lo !ue identifica este mundo caído el mundo superficial hecho más de chismorreos !ue de discursos más lleno de temores !ue de un Angst ;sobreco&imiento< reverencial.62 -a vida moderna está caracteri#ada por la carencia de autenticidad. ,in embar&o en !er y tiempo se afirma !ue no ha% !ue lamentarse !ue el declive desde los presocráticos hasta el momento actual es un proceso ineludible. Pero siempre podremos encontrar un camino de vuelta ;aun!ue ni =eide&&er ni nadie ha%a dado con "l<. 8l retorno al ,er se produce &racias al !orge, al cuidado % a la preocupación por los demás a la solicitud hacia los otros al trabaDo ;o actividad< !ue reali#amos en el mundo por el ,er en definitiva. esta actitud nos conduce por otra parte al reconocimiento de la finitud de la vida del valor nulo de la muerte de la irreducible individualidad de la 51 52
3bidem pp. 7576. ,teiner 0artin @eidegger, pp. 9O596.
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muerte. -a de otros puede provocar en nosotros emociones diversas pero la propia muerte es en definitiva sólo cosa nuestra. -a aceptación de esa realidad nos hace libres para acercarnos al ,er nos permite plantear pre&untas importantes % en consecuencia nos acerca a la autenticidad. 6O Xormular la cuestión del modo correcto es otra forma de confiar en !ue ha de haber una respuesta. M como dice =eide&&er: 8n las propias pre&untas !ue nos planteamos reside la propia respuesta e andamos /scando Z...[ 8sta inda&ación como toda investi&ación debe de ser &uiada de la mano por lo !ue andamos buscando. *e forma !ue el si&nificado del ,er tiene !ue ser al&o !ue est" a nuestro alcance 8. No sa/emos lo !ue si&nifica el ,er pero incluso cuando nos pre&untamos !u" es el ,er tenemos la sensación de !ue es aun!ue seamos incapaces de establecer conceptualmente lo !ue ese es si&nifica. 6
$uando nos hacemos esta pre&unta nos abrimos al "Atasis o a la sorpresa ;depende de las traducciones< !ue es la vida: renunciamos a la placide# % a la investi&ación % maravillados contemplamos lo !ue si&nifica el ,er. Pero lo !ue se intu%e en !er y tiempo % de forma más eAplícita en obras posteriores es !ue =eide&&er tiende puentes entre el asein % la sociedad de forma !ue la sociedad or&ani#ada por naciones o por ra#as se convierte en instancia amplificada del individuo: tambi"n se puede lle&ar al ,er a trav"s de una sociedad aut"ntica. 8sta correlación la crítica de la modernidad % el ale&ato en favor del individuo para !ue encuentre sus raíces profundas en la sociedad de su nación o de su ra#a formaban parte de la ar&umentación propia de la derecha en el periodo de Ceimar % eAplica el posterior alineamiento de =eide&&er con los na#is. -a ma&nificencia de !er y tiempo se debe en &ran parte a las insólitas % fecundas uniones de conceptos de =eide&&er !ue hacen !ue su pensamiento sus escritos % sus conferencias resulten tan actuales. Bsí la afirmación de !ue nuestra comprensión se asienta en la eAperiencia de la vida cotidiana aun!ue re!uiere una interpretaciónW la insistencia en el %o individual siempre de la mano con una dimensión social a trav"s de la incardinación del individuo en el mundo compuesto como está de naturale#a obDetos % otros seres humanosW la aseveración de !ue el mundo se nos revela a cada uno de nosotros !ue la comprensión del ,er es de al&una manera primordial aun!ue de nuevo eso tambi"n eAiDa una interpretación. Bparte de su recurso a un len&uaDe alambicado % circular no son pocos !uienes opinan !ue sus escritos abundan en contradicciones. Nos refiramos a ellas como tales o como eAponentes de una tensión el caso es !ue en la d"cada de 920 cautivaron a muchos de los alumnos de =eide&&er como =ans ]onas % a@n ho% suscitan ideas comentarios % debates. Por mucho !ue =eide&&er representase una renovación radical de la filosofía % por brillante !ue fuera su trabaDo fue un hombre !ue vivió en un país determinado % en un tiempo concreto la Blemania de la d"cada de 920 % principios de la si&uiente. Ni en sus escritos ni si!uiera en su correspondencia encontramos nada !ue nos permita afirmar !ue su ruptura intelectual &uarde relación al&una con la devastación de la Primera Euerra 1undial o con las crisis de la pos&uerra. =abía participado en campaña en el frente occidental aun!ue durante mu% poco tiempoW % de eso no cabe duda era un hombre refractario a la política % la cultura de la Blemania de Ceimar. -a su%a era una vo# más de 53 54
3bidem pp. 0650(. 3bidem pp. 2526.
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a!uel coro !ue entonaba la crisis de la civili#ación or!uestado por el discurso de la derecha del decenio de 920 ;asunto sobre el !ue volveremos<. Bntes de ser tan conocido en una carta a su ami&a ;% !ui#á amante< 8lisabeth 4lochmann eApresaba su anhelo de !ue se produDese una renovación espiritual al&o no mu% aleDado precisamente de las aspiraciones de muchas personas de derechas incluso tambi"n de i#!uierdas. -a vida espiritual tiene !ue volver a hacerse una realidad entre nosotros tenemos !ue imprimirle esa fuer#a !ue nace de la personalidad un impulso capa# de dar un vuelco !ue nos arrastre a un verdadero resur&imiento un empuDe !ue como tal sólo se revela en la simplicidad no en el hastío en la decadencia !ue ahora nos rodea Z...[ ,ólo conse&uiremos esbo#ar % perfilar esa vida espiritual si !uienes están dispuestos a sumarse a ella lo hacen plenamente convencidos en lo m-s ntimo de s eListencia como personas. %%
=eide&&er sabía !ue "l era capa# de tra#ar esa senda de renovación espiritual con sus ideas !ue tenía la fuer#a para hacerlo. +ara ve# abandonó el suroeste de su paísW pasó la ma%or parte de su vida en una cabaña !ue tenía en la ,elva Ne&ra. 8l Da## el arte eApresionista el tráfico % la &ente !ue iba de un lado a otro de las ciudades le traían completamente sin cuidado. 3mitaba así a otros pensadores !ue en tantos aspectos abominaban de la modernidad. 8n su opinión el punto de infleAión lo había marcado la +evolución Xrancesa !ue había provocado la irrupción de las masas en la escena política % había impuesto una ideolo&ía liberal individualista !ue desarrai&aba a los seres humanos de toda relación or&ánica con la patria la nación o la ra#a. -as fábricas % las ciudades modernas eran eDemplos más !ue sobresalientes de semeDante alienación % desde esta perspectiva conservadora a nadie sorprenderá a estas alturas la afirmación de !ue los Dudíos llevaban la vo# cantante en ambos casos. =eide&&er compartía los mismos puntos de vista ;aun!ue su antisemitismo fuera posterior: su mentor fue un Dudío 8dmund =usserl % como %a hemos señalado aceptó alumnos Dudíos< pero buscó los orí&enes de tal alienación en "pocas mu% anteriores a las !ue invocaban sus correli&ionarios conservadores. ,e&@n =eide&&er el declive no se había iniciado con el advenimiento de la +evolución francesaW rastreó sus orí&enes hasta la Btenas clásica momento en el !ue se instaló el error fundamental en la filosofía. *e los escritos de =eide&&er emana un tono apocalíptico teoló&ico como si el hombre hubiese estado caído desde entonces % la @nica salida de la crisis consistiese en repensar los fundamentos de la filosofía occidental. ;B pesar de su formación teoló&ica el propio =eide&&er recha#aría siempre !ue su filosofía encerrase una dimensión teoló&ica<. Precisamente es la caída la carencia de atenticidad, !ue tanto in!uietaba a =eide&&er lo !ue hace !ue sus opiniones coincidan con las de otros pensadores conservadores. *espu"s de escribir !er y tiempo, =eide&&er pasó de un salto del problema de la comprensión del ,er a postular en cierto modo una comunidad or&ánica !ue puede lle&ar a comprenderlo una comunidad cu%a len&ua el alemán &uarda una estrecha afinidad con el &rie&o el primi&enio len&uaDe de la filosofía. ,ólo esas dos len&uas se&@n "l valían para ahondar en el si&nificado del ,er. ,i se tiene en cuenta !ue tras la aparición de su obra emblemática =eide&&er recha#a !ue dicha comprensión ten&a al&o !ue ver con cual!uier 55
=eide&&er a 8lisabeth 4lochmann 6 de Dunio de 9/ cita en Colin @eideggerMs Children, p. 2.
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concepto "tico o moral esa estructura or&ánica permite !ue sus escritos sean obDeto de m@ltiples interpretaciones políticas. 67 Pero no se puede afirmar simplemente !ue su filosofía sea conservadora por!ue su enfo!ue hermen"utico de !ue el conocimiento se alcan#a siempre desde cierta perspectiva dependiendo de la interpretación de cada persona echa por tierra certe#as !ue los conservadores daban por sentadas como la idea de !ue ha% si&nificados inamovibles % no suDetos por tanto a discusión sobre los !ue no cabe sino librar batallas políticas contra sus oponentes. 1ientras !ue Thomas 1ann ,ie&fried Uracauer 4ertolt 4recht % Uurt Ceill tuvieron !ue abandonar Blemania despu"s de 9OO =eide&&er se pasó a las filas del na#ismo. $omo bien apunta Eeor&e ,teiner lo más importante en cuanto a su herencia política no pasa sólo por!ue eDerciera el car&o de rector de la )niversidad de Xribur&o durante el r"&imen na#i ni por sus declaraciones a favor de los na#is a principios % mediada %a la d"cada de 9O0 ni si!uiera por haber dado su a!uiescencia a la eApulsión de los profesores Dudíos de su universidad entre ellos su propio mentor. 8n este aspecto =eide&&er no fue ni meDor ni peor !ue muchos otros intelectuales alemanes !ue pensaban !ue los na#is serían capaces de acabar con la crisis de la civili#ación. -o más importante es su silencio a partir de 96. 6( Nunca condenó el nacionalsocialismo: sólo hi#o un comentario banal sobre Buschit# restándole importancia a la tra&edia !ue representa. 8n lo !ue se refiere a su filosofía la cuestión es mucho más ardua. Bun!ue afín a los na#is % a otros círculos conservadores radicales su enfo!ue hermen"utico socavaba sus propias posturas políticas. +ara ve# es posible encontrar en =eide&&er ese to!ue de ironía o de sarcasmo !ue permite !ue artistas % filósofos se distancien de los acontecimientos e ideas a los !ue se refieren %a sea en una novela como en el caso de 1ann o en una ópera moderna con ribetes de Da## como en 4recht % Ceill. 6/ Para =eide&&er la crisis de la filosofía era un asunto mu% serioW mortalmente serio de hecho. Para =eide&&er los periódicos eran un claro eDemplo del chismorreo deslen&uado !ue tanto detestaba una muestra del estado de decadencia del hombre en la era de la 56
No otra es la ra#ón de !ue muchos estudiosos ha%an relacionado su filosofía con el apo%o político !ue prestó al nacionalsocialismo. ?"ase ,teiner 0artin @eidegger, 33353? así como la cita de 8rnst $assirer % el comentario de Colin en @eideggerMs Children, pp. (75((. 57 ?"ase ,teiner 0artin @eidegger. Para las críticas más incisivas sobre la implicación de =eide&&er en la política nacionalsocialista v"anse las dos principales obras !ue en la d"cada de 9/0 permitieron dar por concluida la \controversia en torno a la fi&ura de =eide&&er\: =u&o Mtt 0artin @eidegger3 :nteregs z seiner Biographie, Xrancfort ;a. 1.< $ampus ?erla& 9//. 0artin @eidegger, =elena $ort"s Eabaudan trad. 1adrid Blian#a 8ditorial 992 % ?ictor Xarías @eidegger and 6ational !ocialism, Paul 4urrell % *ominic *i 4ernardi trads. Xiladelfia Temple )niversit% Press 9/9. @eidegger y el nazismo, ?ictor Xarías trad. 1adrid 8l Bleph 8ditores 9/9. 8ntre otros trabaDos más recientes conviene citar a Colin @eideggerMs Children, % $harles 4ambach @eideggerMs 4oots3 6ietzsche, 6ational !ocialism, and the Gree"s, 3thaca $ornell )niversit% Press 200O. Bun!ue con al&unas diferencias ambos apuntan a una relación directa entre la filosofía de =eide&&er % su implicación en el nacionalsocialismo. Para una visión completa de los escritos de =eide&&er sobre el particular % comentarios acerca de esta controversia puede consultarse 0artin @eidegger and 6ational !ocialism3 Iestions and Ansers, Enther NesGe % 8mil Uetterin& eds. -isa =arries % ]oachim Neu&roschel trads. Nueva orG Para&on =ouse 990. 58 Podemos encontrar uno de estos raros eDemplos en su crítica eAplicativa de la *e/ensphilosophie3 \)na eApresión tan redundante como hablar de una `botánica de las plantas`\. Being and Time, p. (2.
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modernidad. -a pintora =annah =>ch por el contrario sacaba de ellos su inspiración. $on titulares e imá&enes !ue encontraba en periódicos % revistas =>ch desarrolló una nueva forma de arte el fotomontaDe. $omo tantos otros movimientos artísticos de la "poca de Ceimar es posible encontrar esta forma de eApresión artística antes de 9 incluso en los @ltimos años del si&lo 3 cuando los diseñadores me#claban fotos % dibuDos en carteles publicitarios % postales. *urante la Primera Euerra 1undial empresarios avispados vendieron montones de tarDetas postales para !ue los soldados !ue estaban en el frente pudieran escribir a los seres !ueridos !ue habían deDado en la patria. Bntes de esa fecha pocos críticos se habrían atrevido a calificar como arte tales tarDetas o los anuncios de Dabón: el aut"ntico arte como representación de valores intemporales se eAponía para ser admirado en &alerías % museos o en los salones de los ricos. Pero tanto durante la &uerra como inmediatamente despu"s de acabar el conflicto se produDo una eclosión % los artistas de la "poca recurrieron a obDetos de la vida diaria para reali#ar su trabaDo. 1ás !ue repudiar la sociedad de masas % sus artilu&ios como =eide&&er % tantos otros o mantener una profunda ambivalencia como 1ann e incluso Uracauer se echaron en bra#os de los productos industriales % de los periódicos impresos. =>ch fue una de las primeras en recurrir al fotomontaDe como una de las formas más depuradas del arte modernoW en sus manos era una forma ideal de eDercer la crítica. ,u obra ensal#aba % criticaba a un tiempo la modernidad de Ceimar. No estaba sola en el empeño. ,us ami&os Uurt ,chitters % ]ohn =eartfield o el artista sovi"tico Uasimir 1alevich entre otros fueron tambi"n pioneros de esta forma de eApresión artística. Todos eran de i#!uierdasW 1alevich % =eartfield eran miembros del partido comunista de sus respectivos países % =>ch simpati#ante. =>ch % =eartfield recurrían a una diversidad de fuentes para conse&uir imá&enes foto&ráficas % titulares Jperiódicos revistas populares % anunciosJ !ue recortaban % rea&rupaban de forma novedosa % llamativa. Eracias al m"todo de seleccionar imá&enes %a publicadas % difundidas para a continuación recortarlas % me#clarlas con otras =>ch % =eartfield pretendían mostrar la fu&acidad de las cosas. $on una sensibilidad muchas veces caprichosa o no eAenta de utopismo se encar&aban de reordenar la ima&en !ue un periódico una revista o un anuncio pretendían !ue fuese permanente. Nadie se eAtrañará de !ue 4loch recibiese el fotomontaDe con los bra#os abiertos: representaba una est"tica emancipadora !ue iluminaba el camino hacia m@ltiples % utópicas posibilidades. 69 *urante los primeros años de la pos&uerra =>ch % =eartfield se unieron al movimiento dadaísta !ue no sin or&ullo proclamaba la muerte del arte tradicional % el nacimiento de un nuevo arte mecanicista. 8n el conocido 1anifiesto *adaísta de 9/ el poeta franc"s de ori&en rumano Tristan T#ara hacía una parodia de todas las convenciones de la tradición % de los valores intemporales. *B*B NM ,3EN3X3$B NB*B decía a todo a!uel !ue !uería escucharle. 8s una utopía un saber % una necedad un recha#o de la familia de la &a#moñería seAual de la ló&ica de la memoria % de la ar!ueolo&ía: una eAaltación de la espontaneidad % la locura. -ibertad: *B*B *B*B *B*BW bramido de penas ne&ras entreteDido de contrarios % de antítesis rare#as e impertinencias: -B ?3*B 59
1aud -avin Ct ith the itchen ni # e3 The Weimar Photomontages o# @annah @Hch, Ne =aven ale )niversit% Press 99O pp. (5(6 % 8rnst 4loch The :topian 8nction o# Art and *iteratre, ]acG Yipes % XranG 1ecGlenbur& trads. $ambrid&e 13T Press 9//.
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13,1B.70 8l dadaísmo fue el primero de una venerable sucesión de movimientos artísticos del si&lo !ue entreme#claban la &ravedad refleAiva con la provocación más directa !ue clamaban contra la violencia la represión % el autoritarismo de la sociedad de su tiempo % de las formas artísticas convencionales aun!ue en ocasiones tampoco hacían ascos a la violencia % !ue proclamaban !ue todo podía ser arte desde una ta#a de inodoro hasta una bicicleta. 8l dadaísmo era la eApresión de la desesperación provocada por la violencia de la Primera Euerra 1undial con su interminable lista de muertos % sufrimientos así como de las esperan#as concebidas al finali#ar la contienda un movimiento !ue atraDo a se&uidores de todo el continente tambi"n de Blemania. ,iempre ha sido tenue la alian#a entre revolucionarios políticos como los comunistas % est"ticos como los dadaístasW pero entre 9( % 92O los simpati#antes de ambos bandos pensaron !ue estaban del mismo lado. 8l recurso a obDetos de la vida diaria en combinaciones bastante improbables como el fotomontaDe al menos a comien#os de la d"cada de 920 era lo más representativo del movimiento dadaísta aun!ue lo adoptasen tambi"n otras corrientes como el constructivismo sovi"tico !ue tambi"n influiría en =>ch. =>ch había nacido en el seno de una familia de clase media baDa de Turin&ia % cumplidos %a los veinte Dusto antes de !ue estallase la &uerra fue a 4erlín para estudiar bellas artes. 8n 97 entró como diseñadora en el &rupo editorial )llstein donde trabaDó durante &ran parte de esa d"cada aun!ue sin descuidar su propia vocación artística. -levaba la vida de las muDeres modernas de entonces: profesional rodeada de un amplio círculo de amistades de diferentes nacionalidades % soltera aun!ue mantuvo relaciones tanto con hombres como con muDeres. Participaba tambi"n del espíritu !ue impulsaba el arte moderno de su "poca ese vaiv"n continuo entre arte % vida diaria el arte como protesta % el arte como ne&ocio. ,us creaciones se eAponían en &alerías % talleres aun!ue tambi"n podían contemplarse en los periódicos % revistas de &ran difusión !ue editaba la casa )llstein. -os fotomontaDes de =>ch eran una eAaltación % una crítica despiadada de la vida moderna: las ambi&edades % ambivalencias de a!uella "poca en lo referente a ra#a &"nero % tecnolo&ía !uedan perfectamente refleDadas en sus meDores obras. $omo a 4recht % Ceill a =>ch le entusiasmaban a!uellos ras&os !ue meDor ilustraban la modernidad: la velocidad la tecnolo&ía los medios de comunicación de masas las posibilidades de emancipación % la diversidad "tnica % racial del mundo. 8n todos sus trabaDos aparecen símbolos de la modernidad de la d"cada de 920 ^rascacielos películas estrellas de cine muDeres modernas 8stados )nidos^ así como testimonios del cruce de la cultura europea con las tradiciones asiáticas % africanas. 8n las obras !ue reali#ó a principios de esa d"cada se percibe una cierta frivolidad como si nuestra artista estuviese descubriendo nuevas formas de eApresarse % tratase de ensal#ar las posibilidades !ue ofrecía la vida moderna: las luces el consumo los espectáculos el poder de las má!uinas o las esperan#as rebosantes de optimismo en una sociedad meDor % más Dusta. -e hechi#aba la belle#a femenina % en muchas de sus obras podemos contemplar a muDeres en movimiento !ue como atletas o bailarinas parecen tran!uilas % felices imá&enes emblemáticas de las muDeres liberadas de la d"cada de 920. Pero hasta la li&ere#a de esas primeras obras 60
Tristán T#ara \*ada 1anifesto\ 2O de mar#o de http:FF.O9.or&FmanifestosFtristant#araIdadamanifesto.htm Z2( de Dunio de 2006[.
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!ueda desfi&urada en ocasiones por imá&enes violentas de torsos femeninos destro#ados. =>ch era una entusiasta de la emancipación de la muDer % protestaba con toda su ener&ía contra la violencia de !ue muchas veces eran obDetoW criticaba !ue se las tratase como mercancías !ue se las utili#ase como reclamos para la compraventa de artículos de consumo normales o de luDo. 7 8n una de sus obras más conocidas ada&rnst, de 920592 ;fi&. (..< el espectador !ueda atrapado por la ima&en !ue observa en el án&ulo inferior i#!uierdo: una atleta !ue se dispone a saltar. ,obre ella aparece una fi&ura femenina estili#ada % semidesnuda coronada por la ima&en de dos boAeadores. 8n la parte derecha contemplamos un rascacielos. Pero V!u" decir del par de piernas femeninas !ue dominan el montaDe con un oDo !ue cubre la #ona p@bica tapada a su ve# con dos monedas de oroK 8ntre las piernas aparece una muDer esbelta vestida con al&o parecido a un cucurucho de esos !ue se encas!uetan a los malos estudiantes. 8n el centro del montaDe sobresale tambi"n una sierra. =>ch re@ne en esta obra una serie de imá&enes discordantes de la modernidad. 8nsal#a las imá&enes de cuerpos en actividad de muDeres % hombres ;los boAeadores< tan frecuentes en la d"cada de 920 al tiempo !ue parece su&erir !ue el comercio ;las monedas< % la violencia ;las piernas sin el resto del cuerpo la sierra el boAeo< forman tambi"n parte de la realidad moderna % afectan de modo especial a las muDeres. ada&rnst es un eDemplo de optimismo % emancipación de temor % de violencia a un tiempo. Mtra de sus obras más famosas de este mismo periodo $ortado con un cuchillo de cocina *ada a trav"s de la @ltima "poca cultural de Blemania la de la &ran barri&a cervecera de Ceimar ;995920< ;v"ase ilustración en color 6< es tan caótica como su título. 8l montaDe se compone de montones de imá&enes recortadas de revistas % periódicos: tal a&lomeración de obDetos %a nos da una idea de la modernidad !ue pretende plasmar. ,e ven multitudes en una manifestación ruedas % coDinetes industriales los rascacielos de una ciudad moderna. )nos artistas de circo comparten el espacio con iconos de &ente respetable como ban!ueros ;o eso parecen< % oficinistas. )na fi&ura de arte indí&ena car&a con un caDón % una hilera de cámaras Dunto a los rostros de 1arA % -enin. =a% cabe#as de muDeres unidas a cuerpos masculinosW una de las fi&uras femeninas parece sobrevolar el montaDe. 8n el lien#o aparecen tambi"n políticos % atletas mu% conocidos: aun!ue en una ima&en cortada se ve al presidente del +eich Xriedrich 8bert al !ue fuera Gáiser Euillermo 33 % al mariscal de campo ?on =indenbur& ridiculi#ados. Tambi"n se ven actrices mu% conocidas entre las !ue aparece la propia =>ch % un mapa de 8uropa en el !ue se refleDa el avance del sufra&io femenino. )na panoplia de imá&enes !ue es un caos controlado como la modernidad. =>ch representa el desbaraDuste de la vida moderna en todas sus manifestaciones desde la respetabilidad bur&uesa hasta la revolución desde la fábrica al salón de baile o al escenario de un teatro desde individuos ilustres hasta multitudes !ue se manifiestan. Pero =>ch no era una observadora imparcial: la ridiculi#ación de las fi&uras emblemáticas de la Blemania imperial incluso de diri&entes políticos de la +ep@blica la representación de la muDer en acción % las hasta cuatro veces repetidas eApresiones *adá o anti5*adá son pruebas elocuentes de su compromiso 61
,u amante % tambi"n miembro del movimiento dadaísta Eustav =ausmann reivindicaba la emancipación femenina incluida la liberación seAual aun!ue en ocasiones tambi"n la maltrataba. ?"ase -avin Ct ith the itchen ni#e, pp. 2652(.
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con la revolución tanto en lo político como en su faceta cultural. Xi&. (..: =annah =>ch *ada58rnst 920592. XotomontaDe de la primera "poca de su adhesión al movimiento dadaísta en el !ue afirma la fuer#a la belle#a % la independencia de las muDeres amena#adas por las fuer#as presentes en la vida moderna sobre todo el dinero % las herramientas de la producción industrial capitalista. ;' 2009 ?e&ap 1adrid F ?E 4ildGunst 4onn.
B partir de mediados de la d"cada de 920 =>ch adoptó su visión particular de la Nueva MbDetividad: sus trabaDos recurren a tonos más sombríos el estilo se torna más austero. =an desaparecido casi por completo los montaDes abi&arrados % caóticos de los años posteriores a la &uerra. 1ás !ue como Dubiloso medio de liberación la tecnolo&ía aparece como un monstruo temible !ue des!uicia % destru%e. 72 ,us @ltimos montaDes sin embar&o muestran un perfil decididamente crítico. 8ntre sus @ltimas obras las meDores son una crítica acerba del fanático racismo de los na#is % de muchos alemanes. Bdopta tambi"n una perspectiva más feminista !ui#á un refleDo de las dificultades !ue por ser muDer había encontrado para abrirse camino en el mundo del arte dentro de un &rupo como el movimiento dadaísta dominado por hombres % tan misó&ino ;aun!ue tambi"n conservó amistades masculinas durante toda su vida como 62
3ncluso en otra de sus primeras obras as schHne 0ch\ en Women in the 0etropolis. Gender and 0adernity in Weimar Cltre, Uatharina von BnGum ed. 4erGele% % -os n&eles )niversit% of $alifornia Press 99( pp. 0752(W en este caso pp. 57.
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1ohol%5Na&%<. -a tecnolo&ía es especialmente nociva para las muDeresW la modernidad representa tambi"n el apo&eo de las muDeres como obDetos comerciales. 8n muchas de sus obras criticaba a la encantadora muDer moderna tal como se la mostraba en innumerables anuncios. Bl i&ual !ue muchos artistas europeos =>ch adoptó un cierto primitivismo en la creencia de !ue en la supuesta naturalidad % sencille# de los pueblos no pertenecientes a la cultura occidental se encontraría el antídoto para las tensiones % fracturas de la modernidad. 8n una "poca en !ue los anuncios iban diri&idos a las masas de muDeres como obDetivos comerciales =>ch buscó la belle#a en los africanos % en los asiáticos !ue suponía más próAimos al estado natural del ser humano. 7O -a me#cla de africanos % europeos en sus obras de arte escandali#ó a muchos dado el racismo imperante. 8s fácil ceder a la tentación de tildar toda esta parte de su obra como orientalista un eDemplo más de la fascinación % tambi"n de la condescendencia de los europeos frente al primitivismo. Pero tambi"n es posible percibir la admiración !ue sentía por la belle#a física de los no europeos. 1ientras en sus primeros foto5montaDes se observa una me#colan#a radical % novedosa de materiales % obDetos sus @ltimas obras sin renunciar a esa t"cnica introducen imá&enes de europeos africanos % asiáticos en ocasiones car&adas de erotismo. $on su trabaDo trata de echar abaDo el concepto de ra#a basado en ras&os de consan&uinidad como &rupo distintivo. Por otra parte en muchas de sus obras critica el recurso a las culturas primitivas asociado siempre a museos etno&ráficos e de historia natural así como con una tradición mucho más odiosa las ;Hl"erschaen, donde se mostraba a individuos de pueblos eAóticos en circos % ferias ambulantes. 8n Amor entre los ar/stos ;926< =>ch unía el rostro de una muDer blanca con la boca abierta % el pelo corto con la cara de un hombre ne&ro ;v"ase ilustración en color 7<. 8l hombre eAtiende sus lar&os bra#os alrededor de unas piernas cubiertas por unos pantalones !ue lo mismo podrían ser de una muDer !ue de un hombre. 8n la ima&en sobresalen unas cañas !ue hacen las veces de arbustos. 8n *a no=ia ;9OO< se ven el cuello % los hombros desnudos de una muDer blanca con un rostro de africana o polinesia % un velo de novia en la cabe#a !ue cubre el fondo del montaDe ;fi&. (.2.<. 8n 0onmento 553 ;anidad ;927< ;v"ase ilustración en color ), =>ch coloca sobre un pedestal el vientre % las piernas de una muDer blanca con un torso masculino % la cara % el tocado de un bruDo africano sacados de una foto de :h ;4@ho< una publicación de )llstein. $on estas representaciones =>ch plantaba cara a los conceptos predeterminados !ue imponían las ideolo&ías racistas % de &"nero. Para ma%or escándalo mostraba la posibilidad del amor % el seAo interraciales así como de seres humanos andró&inos o biseAuales. No faltará !uien di&a !ue Pare>a de no=ios campesinos ;9O< ;fi&. (.O.< es una afirmación de las opiniones racistas convencionales % !ue se trata de una obra racista en sí misma. 7 Pero lo cierto es !ue sólo puede considerarse como un comentario satírico de la ideolo&ía racista % de la ideali#ación de la vida campesina por parte de la derecha. Nada podía resultar más ultraDante para los conservadores alemanes !ue una boda campesina representada como la unión de un hombre africano con una muDer de ras&os de primate % el rostro coronado por 63
Hui#á especialmente cierto en cuanto a las imá&enes de su álbum de recortes no publicado si bien dicha colección re@ne muchas imá&enes convencionales de atletas % estrellas de cine. ?"ase -avin Ct ith the itchen ni# e, pp. (52. 64 ?"anse por eDemplo las puntuali#aciones de -avin en ibidem pp. 6566.
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unas tren#as de cabellos rubios. -a visión de la versatilidad de las identidades raciales % de &"nero al i&ual !u" la consideración de la sociedad de masas como multirracial % multi"tnica constituían una r"plica contundente a las ideas racistas !ue imperaban en casi todo el mundo occidental durante la d"cada de 920 una ideolo&ía !ue lle&aría a ad!uirir ran&o oficial baDo el r"&imen na#i. Para sus obras =>ch recurría a obDetos de la vida moderna de su tiempo tal como aparecían en periódicos % revistas para deDar bien sentado !ue el arte en sí mismo era un emblema del modernismo. B pesar de sus temores a propósito de la tecnolo&ía % de sus críticas por convertir a las muDeres en reclamos para el consumo no deDó de ensal#ar la sociedad de masas desde una perspectiva en la !ue la palabra masas traspasaba las fronteras de Blemania para abra#ar tambi"n a africanos % asiáticos. Xi&. (.2.: =annah =>ch *a no=ia, 9OO. )na ve# más =>ch hace frente a los conceptos de ra#a % &"nero mediante el recurso a la me#cla de formas corporales europeas % africanas. ;0 2009 ?e&ap 1adrid F ?E 4ildGunst 4onn<.
Xi&. (.O.: =annah =>ch Pare>a de no=ios campesinos, 9O. -a provocación definitiva para los conservadores alemanes: las tren#as de una campesina alemana en la cabe#a de un animal % la perspectiva de un matrimonio entre un africano % una muDer alemana ' 2009 ?e&ap 1adrid F ?E 4ildGunst 4onn.
8s una ilusión tratar de demostrar por !u" en un sitio % en un momento determinados se desarrolla una cultura % artistas escritores % filósofos traspasan todas las barreras % crean novedosas manifestaciones de su talento J%a sea en un escenario en una pá&ina impresa o en un lien#oJ % son capaces de suscitar discusiones % debates !ue si&uen vivos a@n al cabo de muchas d"cadas. *e lo !ue no ha% duda es de !ue uno de esos tiempos % lu&ares fue la Blemania de Ceimar. *a montaa m-gica, de Thomas 1annW *a +pera de catro cartos, de 4recht % CeillW los ensa%os de UracauerW !er y tiempo, de =eide&&er % los
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fotomontaDes de =>ch son sólo una pe!ueña muestra de los escarceos artísticos de a!uella "poca. B@n ho% los leemos los contemplamos o los escuchamos más como manifestaciones culturales vivas !ue como documentos históricos. Todavía nos dan pistas para profundi#ar en las circunstancias de la modernidad % hasta para atisbar en ocasiones la belle#a de una len&ua de una idea o de una ima&en. -os prota&onistas señeros del panorama cultural de Ceimar eran en su ma%oría deudores del ma&nífico sistema educativo alemán tal como se había ido desarrollando a lo lar&o del si&lo 3. 3ncluso !uienes como 1ann sólo cursaron la educación secundaria (Gymnasim), sin pasar por la universidad disponían de una soberbia formación literaria filosófica e histórica así como en len&uas clásicas % modernas. Huienes fueron a la universidad como Uracauer o =eide&&er o se formaron en escuelas de bellas artes % conservatorios caso de Ceill % =>ch dispusieron de lo meDor !ue el mundo de su "poca podía ofrecerles en cuanto a conocimientos % habilidades t"cnicas. Por supuesto eran mu% pocos los !ue podían aspirar a una formación superior. Pero los !ue tuvieron esa posibilidad Jentre los !ue ha% !ue contar a la vuelta del si&lo a Dudíos % miembros de la clase mediaJ disponían de la erudición suficiente para repensar si tal era el camino !ue ele&ían las cate&orías convencionales % crear nuevas formas de eApresión. ?ivían en una sociedad en la !ue la erudición &o#aba de mu% alta estima % !ue despu"s de todo no era tan numerosa. 4recht % Ceill por eDemplo se movían en círculos teatrales musicales % literarios en los !ue todos parecían conocerse. 8llos al i&ual !ue 4loch 4enDamin Uracauer % muchos más se reunían en caf"s % or&ani#aban tertulias. B veces hasta vivían en los mismos barrios de 4erlín. =>ch % los dadaístas tenían por conocidos % ami&os a eminentes fi&uras de la 4auhaus. 1ann vivió en 1@nich durante los años de Ceimar pero viaDó % dio conferencias en muchos otros lu&ares. Prácticamente todos como tuvimos ocasión de ver en el capítulo 6 en el caso de los ar!uitectos estaban en contacto con un mundo mucho más vasto la creatividad cultural europea: iban a París o mantenían relaciones con pintores % escritores sui#os holandeses italianos % rusos !ue cada uno por su lado trataban de implantar el modernismo en sus respectivos países. -a @nica eAcepción fue =eide&&er recluido en su ,elva Ne&ra. -os más destacados personaDes de la cultura de Ceimar se movían en un mundo tanto social como intelectual !ue les sirvió de fundamento % de fuente de inspiración. $omo es natural en a!uel universo tan reducido no faltaban las pe!ueñas envidias % las controversias intelectuales % políticas. 3ncluso ami&os !ue compartían mesa en un mismo caf" podían atacarse despiadadamente por escrito como no dudó en hacer Uracauer con uno de los más importantes tratados filosóficos de 4loch. Pero este ambiente cultural e intelectual tenso % ri&uroso tambi"n representó un &ran estímulo para !uienes se movían en "l. -eían contemplaban % escuchaban los trabaDos de otros % su visión crítica sin duda a%udó a perfilar el pensamiento % la creatividad de muchos de ellos. *e nuevo !ui#á la eAcepción fuera =eide&&er aun!ue tambi"n "l ad!uirió madure# &racias al importantísimo trabaDo filosófico llevado a cabo por los neoGantianos % especialmente por la fenomenolo&ía tan puDante en 1arbur&o =eidelber& % Xribur&o ciudades todas de la Blemania occidental. $omo los filósofos % los estudiosos de la sociedad de la &eneración anterior J1aA Ceber Eeor& ,immel o Xerdinand T>nnies !ue tan destacado papel desempeñaron a comien#os de la d"cada de /90J tambi"n ellos aspiraban a entender % criticar la
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modernidad. ,e esfor#aron en desentrañar el si&nificado de la ciudad la fábrica el consumo de masas o la política de multitudes. Pero su &eneración la &eneración de Ceimar tuvo !ue encararse además con la violencia de las masas % hacer frente a los acuciantes conflictos políticos como la &uerra % la revolución. B!uellas eAperiencias %a hubieran sido llamados a filas o se hubieran !uedado en casa dotaban a su compromiso intelectual de una ur&encia mucho más an&ustiosa !ue la de sus cole&as británicos franceses u holandeses !ue vivían en sociedades % en circunstancias políticas mucho menos convulsas. -a &eneración de los intelectuales de Ceimar trató de entender criticar % encaDar en su "poca las posibilidades futuras de un mundo meDor. ,us respuestas cuando lle&aron a formularlas como %a hemos apuntado fueron de índole mu% diversa. ,u recha#o a se&uir por senderos trillados o a contentarse con trivialidades su tendencia a encaDar % refleDar en el arte o en el pensamiento las tensiones % contradicciones de la modernidad fueron las características definitorias de la cultura de Ceimar. No es de eAtrañar entonces !ue los representantes más importantes de la cultura de Ceimar alumbrasen sus meDores obras en la Blemania de la d"cada de 920 % principios de la de 9O0. Por supuesto !ue Thomas 1ann escribió importantes novelas i&ual !ue 4ertolt 4recht no menos si&nificativas obras de teatro despu"s de 9OO. Pero al contrario !ue otras novelas % relatos posteriores a esa fecha *a montaa m-gica es una de las obras maestras de la literatura del si&lo lo mismo !ue *a +pera de catro cartos marcó para siempre la carrera posterior de 4recht. =eide&&er escribió otros estudios importantes pero nin&uno con la impronta incomparable de !er y tiempo. Uracauer Ceill % =>ch se sumieron en el anonimato durante unas cuantas d"cadas ;antes de ser redescubiertos en los años ochenta< por!ue hasta entonces a Ceill sólo se le recordaba por la ópera % a Uracauer por su ensa%o sobre la cinemato&rafía alemana e Caligari a @itler.R% -a Blemania na#i acabó con el ambiente intelectual % social en !ue habían despuntado incluido el na#i =eide&&er. Tal ambiente no podía reproducirse ni en la barriada de Pacific Palisades por hermosa !ue fuera ni en el Cest ,ide de 1anhattan ni en nin&@n otro de los destinos !ue como destierro eli&ieron 1ann 4recht Ceill Uracauer % tantos otros % desde lue&o tampoco en el Xribur&o del r"&imen na#i. =>ch optó por !uedarse en Blemania como miembro de a!uella emi&ración interior !ue hi#o !ue millares de alemanes buscasen refu&io en sus estudios privados o en bibliotecas. ,in p@blico !ue contemple su obra Vcuánto dura la creatividad de un artistaK Mtro &rupo de intelectuales de Ceimar al&o más Dóvenes eli&ieron tambi"n el camino del destierro donde deDaron una profunda huella tanto en el mundo occidental como en otras latitudes. Tal es el caso de 1aA =orGheimer Theodor Bdorno % otros miembros del 3nstituto de 3nvesti&ación ,ocial ;3nstitut fr ,o#ialforschun&< la 8scuela de XranGfurt !ue desarrollaría sus trabaDos más importantes en las d"cadas de 9O0 % de 90 en tierras norteamericanas aun!ue tambi"n en la d"cada de 960 tras su re&reso a la Blemania occidental. 8l 3nstituto Blemán de Política ;*eutsche =ochschule fr PolitiG< fue una prolon&ación de la &eneración de Ceimar &racias a un &rupo de Dóvenes sociólo&os profesores en dicha institución !ue tambi"n había huido de la Blemania na#i. Tambi"n ellos eDercerían una notable influencia en Norteam"rica % más tarde en la d"cada de 960 65
,ie&fried Uracauer 8rom Caligari to @itler3 A Psychological @istory o# the Germen 8ilm, Princeton Princeton )niversit% Press 9(.
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en la vida acad"mica alemana. No deDa de sorprender !ue ambas instituciones viesen la lu# al mar&en de las universidades oficiales: los impulsos democrati#adores de Ceimar apenas habían influido en las disciplinas acad"micas % en las estructuras educativas. Bun!ue sus &randes obras lle&arían más tarde cuando de la +ep@blica %a sólo !uedase el recuerdo los intelectuales de la 8scuela de XranGfurt % del 3nstituto de Política !uedaron marcados para siempre por lo !ue representó la eAperiencia de Ceimar. ,us investi&aciones % escritos Damás se apartarían de los problemas del mundo moderno sobre todo de a!uellos !ue tienen !ue ver con la democracia % la cultura de masas. -o !ue preocupaba de verdad a los &randes intelectuales % creadores de la "poca de Ceimar era el concepto de masas % de sociedad de masas. $omo cuestión intelectual % cultural %a había sido abordado en la d"cada de /90 por sociólo&os ;la sociolo&ía sur&ió como nueva disciplina con el obDeto de estudiar el fenómeno de la sociedad de masas< % filósofos. Bl&unos como 4recht Ceill % =>ch pensaban !ue la sociedad de masas era la liberación: los impulsaba a crear nuevos estilos est"ticos eAtraídos del len&uaDe del ritmo % de los obDetos de la vida diaria % escribían sus obras % composiciones ponían de manifiesto su arte o eso intentaban se&@n pautas !ue atraDesen a la &ente normal. =orro5 ri#ado =eide&&er optó por el retiro % se aleDó literal e intelectualmente de las palpitantes fuer#as de la vida urbana. Pero la evidencia de las masas sirvió de impulso creativo incluso para =eide&&er obli&ándole a estudiar el concepto de ,er con una profundidad desconocida hasta entonces. 1ann rara ve# se refirió en sus obras a la sociedad de masas pero durante toda su vida le dio vueltas al dilema !ue "sta representaba para los individuos educados % cultivados Jlas tensiones entre deseo % orden eros % lo&osJ cuestión !ue está presente en todas sus obras refleDo de la plena conciencia !ue tenía de la eAistencia de una masa amena#ante dotada de vida propia más allá de los límites de *os Bdden/roo" o de los pacientes bur&ueses de un sanatorio antituberculoso de los Blpes. 8l estilo literario de 1ann es una reafirmación de la importancia de la BildngS al acecho siempre ronda la amena#a % en ocasiones la realidad decadente % depravada. Para otros incluso como en el caso de Uracauer la sociedad de masas fue un estimulo % un narcótico un concepto profundo de manifestaciones banales. Nin&uno de ellos ni si!uiera =eide&&er defendió la vuelta atrás a los conceptos % estilos !ue habían imperado hasta 9. Por eso trataron de forDar una nueva est"tica con la esperan#a de captar la esencia de una "poca tan devastada por la Eran Euerra los conflictos de la revolución % el ritmo trepidante de la ciudad % el capitalismo moderno.
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?333 $)8+PM, ,8M
n 927 el m"dico holand"s Theodor =endriG van de ?elde impartió un ciclo de conferencias por Blemania. Bcababa de publicar el primer volumen de l matrimonio ideal, !ue se iba a convertir en una trilo&ía sobre el matrimonio % la seAualidad. Tanto el libro como las conferencias tuvieron un "Aito notorio. 8l tono adoptado por ?elde !ue unía a su eAperiencia como m"dico sus mensaDes tran!uili#adores como esposo % padre cautivaron al p@blico alemán % a Du#&ar por las cuarenta % cuatro ediciones !ue se hicieron de la versión norteamericana del libro entre 9 % 977 no sólo al de a!uella "poca. 2 8n 4erlín una inmensa multitud acudió a la Xilarmónica para escucharle % tambi"n la prensa se hi#o eco del acontecimiento. Bsí lo contaba un redactor del ;ossische Qeitn3 -leno hasta la banderaW de pie % sentadosW personas ma%ores de esas !ue nunca ima&inarían !ue necesitan aprender al&o másW pareDas % tortolitos de rostro satisfecho % sonrienteW &ente mu% Doven !ue en teoría empe#aba a despertar a la seAualidad. 8n el turno de pre&untas todos mantenían cierta reserva. O
V8s sincero será un charlatánK se pre&untaban. VHu" se esconde baDo ese barni# de científico un especulador un aprovechadoK V*e verdad nos está mostrando los entresiDos de su cora#ónK ,i lo !ue afirma es cierto % decente Vcómo puede a%udarnosK. ,e notaba !ue el p@blico estaba tenso % nervioso a punto de eAplotar por!ue en al&unas #onas del auditorio no se oía bien lo !ue decía ?elde. 8l redactor no se deDaba impresionar. -a &ente estaba deseosa de obtener eAplicaciones % respuestas a cuestiones íntimas % fundamentales de su vida pero no recibían sino banalidades a modo de respuesta: Para la &ripe compresas calientesW para los sudores aspirinaW contra la falta de vida seAual t"cnicas eróticas.6 1
Theodore =. van de ?elde ie =oll"ommene he, -eip#i& 4. Uone&en 927. l matrimonio ideal, 4arcelona 4ru&uera 97/. ?olumen al !ue se&uirían ie A/neigng in der he Z$onflictos seAuales en el matrimonio[ -eip#i& 4. Uone&en 92/W % ie 8rcht/ar"eit in der he nd ihre nschgemsse Beein#lssng ZXertilidad % esterilidad en el matrimonio: cómo buscarlas o ponerles freno[ -eip#i& 4. Uone&en 929. 2 Th. =. van de ?elde 5deal 0arriage3 5ts Psychology and Technie, ,tella 4rone trad. % ed. ori&inal en alemán 927W Nueva orG +andom =ouse 9O0. 3 \?an de ?eldes +e#ept: k8rotisierun& der 8he`\ ;ossische Qeitng, ( 2 de febrero de 92/ pp. 657. ?"ase tambi"n \*er ?ollGommene 8hemann: *r. Th. ?an de ?elde am ?otra&spult\ Berliner Tage/latt, 92 2O de febrero de 92/ edición de tarde p. . 8l autor amplió % publicó dicha conferencia con el título ie roti" in der 5hre asschlagge/ende Bedetng, ,tutt&art 4enno Uonne&en 92/ libro en el !ue hacía hincapi" en la importancia del erotismo pero no contenía las instrucciones t"cnicas eAplícitas !ue en cuanto al seAo aparecen en ie =oll"ommene he. 4 ;ossische Qeitng, ( 2 de febrero de 92/ p. 6. 5 3bidem p. 7.
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Hui#á fuera así pero lo cierto es !ue el libro se vendió como ros!uillas % !ue eran multitud los !ue acudieron a sus conferencias por toda Blemania. Por lo visto eran muchos los alemanes !ue padecían de un mal mu% eAtendido la carencia de seAo (seLelle 6ot). Tanto ?elde como una le&ión de reformadores sobre todo m"dicos emitían el dia&nóstico % proponían el remedio. $on descripciones eAplícitas de t"cnicas seAuales % buenos conseDos enseñarían a los alemanes cómo llevar una vida seAual placentera % sana lo !ue se traduciría en una sociedad feli# próspera productiva % f"rtil. Para los cole&as alemanes de ?elde en el amplio % difuso panorama del movimiento por la reforma de la vida seAual la revolución % la +ep@blica ofrecían vastas % nuevas posibilidades.7 -o mismo !ue en el terreno artístico o en la ar!uitectura muchos de sus prota&onistas se habían formado profesionalmente % comen#ado a eDercer antes de 9. $on la caída % el derrocamiento del sistema imperial la censura oficial había !uedado prácticamente abolida % los reformadores de la vida seAual contaban con aliados políticos en los círculos del poder sobre todo a nivel local en a!uellos a%untamientos re&idos por los socialdemócratas sin olvidar !ue la &uerra % la revolución habían provocado un cataclismo en lo !ue a valores seAuales % morales se refería. Para muchos alemanes la &uerra fue la demostración palpable del carácter efímero de la vida. $on tantas baDas tantas vidas se&adas por las balas las &ranadas % el &as tantas muDeres !ue habían perdido a sus seres !ueridos o !ue tenían !ue cuidar de hombres &ravemente mutilados V!u" ra#ón ha% para no disfrutar de los placeres de la vida cuando los tenemos al alcance de la manoK VPor !u" esperar a tener el documento !ue acredita el matrimonio para probar el seAoK VPor !u" limitarse a una sola pareDaK -a revolución % la proclamación de la +ep@blica representaban una ma&nífica oportunidad de partir desde ceroW un salto al menos en apariencia hacia la democracia % el mundo moderno. -os alemanes no tardarían en dar la espalda a la sociedad rí&ida encorsetada % autoritaria de la Blemania imperial dominada por la reale#a la noble#a % el estamento militar re&ida por su estricta e hipócrita moral seAual. ,er moderno si&nificaba ser demócrata % tambi"n tener una actitud más abierta % más libre hacia el cuerpo % el seAo. Pero la ima&en de la liberación seAual sobre todo en el caso de la muDer moderna la muDer esbelta atl"tica % emancipada de la d"cada de 920 provocó tambi"n reacciones tan viscerales como mordaces. $omit"s de trabaDadores huel&as la $onstitución la cuestión de las compensaciones el arte eApresionista las cubiertas planas nin&una de las cuestiones candentes durante la Blemania de Ceimar suscitaría tantas pasiones tanta pol"mica % tanta hostilidad como las relativas al seAo % a la familia % a las muDeres ^lo !ue hacían cómo se eAhibían^ en particular. ,e trataba de asuntos !ue afectaban a la línea de flotación de lo !ue los alemanes hacían % pensaban en su vida íntima para sí mismos % de puertas adentro. 3ncidían de lleno en la cuestión de cómo debían de vivir Duntos los alemanes: si la moralidad de la sociedad había de sustentarse como pensaban al&unos en familias cristianas austeras % comedidas en el plano seAual o por el contrario como opinaban otros el placer seAual desembocaría en la Blemania emancipada abierta % democrática del futuro. )na sima infran!ueable separaba a los defensores de la familia cristiana de los partidarios de la satisfacción erótica. ,ólo había un punto en el !ue estaban 6
8n este sentido es indispensable acudir a la obra de Btina Erossmann 4e#orming !eL3 The German 0o=ement #or Birth Control and A/orden 4e#orm, 1.9$'&19%', Nueva orG MAford )niversit% Press 996.
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de acuerdo: tanto para renovadores como para conservadores el seAo no era un asunto privado sin más % nadie ni el reformista más radical afirmaba !ue hubiera !ue buscar el placer por sí mismo. )na seAualidad sana incluso una buena seAualidad cristiana había de tener una finalidad social % política. 8l libro de ?elde l matrimonio ideal, era un claro eDemplo de los muchos manuales !ue sobre el seAo % el matrimonio se publicaron durante la "poca de Ceimar. ?elde de sensibilidad profundamente humanista no ocultaba su preocupación por las dificultades !ue las personas tenían !ue arrostrar en los aspectos más íntimos de su vida % era partidario de no sufrirlas en silencio. -a ciencia atemperada por una actitud paternalista les haría ver !ue sus matrimonios un infierno en tantas ocasiones podían convertirse en un estado beatífico. -a clave para conse&uir una felicidad duradera en el matrimonio residía en mantener vivo el placer continuo % mutuo. ( ,e&@n ?elde a los hombres les correspondía el papel de orientadores a!uel !ue por naturale#a les había encomendado la vida. Pero se mostraba mu% crítico con la forma en !ue la ma%oría de los hombres hacía el amor: iban demasiado rápido comportándose como brutos sólo preocupados por alcan#ar el or&asmo. Por naturale#a Zlos hombres[ son los educadores e iniciadores de sus esposas en materia seAual. ,in embar&o en muchas ocasiones no re@nen las condiciones necesarias para eDercer tal función ni si!uiera las !ue se re!uieren para !ue la relación sea mutua e i&ualitaria. No son conscientes de sus deficiencias. Por!ue el hombre normal dotado de una potencia seAual i&ualmente normal !ue cumple con sus deberes con%u&ales con re&ularidad alcan#ando su propia satisfacción fisioló&ica piensa !ue con eso %a ha satisfecho todas las necesidades de su muDer. si ve !ue "sta no se siente satisfecha % se mantiene en una condición permanente de &rafificación a medias se&@n su forma de ser reacciona con triste#a o con indi&nación % la considera lisa % llanamente como una de tantas muDeres seAualmente frí&idas Z...[ se lamenta de la mala suerte !ue ha tenido % se aparta de ella cada ve# más./
-os hombres tienen !ue saber !ue dentro de los límites estrictos de la normalidadZ, disponen de un abanico de posibilidades a su alcance para poner fin a la monotonía mecánica del tan trillado lecho con%u&al. 8l marido tiene !ue darse cuenta de !ue las respuestas seAuales de su esposa son diferentes % !ue el amante de verdad alcan#a el "Atasis cuando proporciona el &oce del amor. ,i no es un &enio del erotismo ;% ?elde opinaba !ue pocos hombres lo eran< necesita disponer de un conocimiento eAplícito. Tiene !ue aprender a hacer el amor % para eso está la ciencia para &uiarlo. 9 8s dificil ima&inar !ue los lectores de ?elde dedicasen mucho tiempo a los primeros capítulos más o menos la primera mitad del libro en los !ue eAplicaba con precisión las características anatómicas del hombre % la muDer. -o más se&uro es !ue pasaran con rapide# a los capítulos si&uientes donde se eAplican con todo detalle las diferentes 7
?elde 5deal 0arriage, pp. % 2. 3bidem pp. (5/. 9 3bidem pp. (59. 8
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t"cnicas seAuales. 8l tono amable % la afirmación de !ue el seAo es para disfrutar por!ue el placer seAual es al&o natural atempera las definiciones estrictamente m"dicas de ?elde % el análisis meticuloso !ue reali#a de cada una de las fases del encuentro seAual: besos caricias besos &enitales ;así los llama< el coito % diversas posturas. $omo es de suponer sus eAplicaciones se atenían a los conceptos aceptados sobre los &"neros: el hombre es activo % la muDer pasivaW el hombre lleva la vo# cantante% la muDer se adaptaW la muDer es un ser seAual por entero % el hombre sólo en parteW el sometimiento de la muDer al hombre viene impuesto por la biolo&ía % la naturale#a. *esde el punto de vista reproductivo % racial JescribíaJ Zel hombre[ sólo tiene !ue ofrecer el elemento fertili#ante a la muDer. 8l seAo es un componente esencial de las muDeresW en el caso del hombre se trata de al&o accesorio.0 8n el acto seAual la virilidad es el elemento !ue perfila la relación de pareDa. -o !ue el hombre % la muDer movidos por oscuras ur&encias primitivas desean eAperimentar en el acto seAual es la fuer#a esencial de la =irilidad, !ue se pone de manifiesto mediante la violenta % absoluta posesi+n de la muDer. Por eso ambos pueden % de hecho disfrutan hasta cierto punto de la a&resión % el dominio masculinos Jreales o aparentesJ !ue son la manifestación de esa fuer#a esencial.
Bl contrario !ue al&unos renovadores J1a&nus =irschfeld es el más conocidoJ !ue aceptaban la homoseAualidad % luchaban contra las le%es % los preDuicios homófobos ?elde era partidario de las relaciones heteroseAuales normales ;como "l las calificaba<. B los hombres les ase&uraba !ue si sus muDeres tenían inclinaciones l"sbicas el marido puede a%udar a su esposa para !ue recupere la normalidad si sabe cómo orientarla % mediante t"cnicas adecuadas encender sus deseos seAuales dentro de la normalidad 2 -a homoseAualidad masculina es un problema mucho más &rave por!ue ni las t"cnicas físicas más sofisticadas tienen el "Aito &aranti#ado % eAi&en por otra parte !ue la muDer lleve las riendas un papel !ue normalmente corresponde al hombre. O =ace una descripción del coito heteroseAual en t"rminos m"dicos mostrándose partidario incondicional del ansiado or&asmo mutuo. 8l or&asmo simultáneo representa la perfección: -o habitual es !ue cuando el hombre comien#a a e%acular la muDer sienta el "Atasis al mismo tiempo. ?elde incluía un &ráfico para ilustrarlo la prueba científica de !ue podía alcan#arse el or&asmo simultáneo. ,i a pesar de todo la muDer no lle&a al or&asmo el hombre tiene !ue recurrir a otros m"todosW si hasta eso falla en ese caso Jen la terminolo&ía tan científica como pintoresca a !ue recurre ?eldeJ: antes !ue !uedarse cru#ado de bra#os lo meDor sería recurrir a medidas atoterapDticaN.6 Bun!ue convencional en cuanto a su forma de considerar el seAo ?elde no deDa de insistir en la importancia del placer mutuo en el acto seAual. 8n su libro encontramos claros eDemplos de su actitud en favor de una prolon&ada % delicada estimulación seAual: 10
3bidem p. 6. ?"ase tambi"n Th. =. van de ?elde !eLal Tensions in 0arriage3 Their Ori gin, Pre=ention and Treatment, =amilton 1arr trad. ori&inal en alemán 92/W Nueva orG +andom =ouse 9O pp. (/5(9. 11 ?elde 5deal 0arriage, 69. 12 ?elde !eLal Tensions in 0arriage, p. 99. 13 3bidem p. l00. 14 3bidem p. /. 15 3bidem p. 92.
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sólo la descripción del beso erótico ocupa siete pá&inasW trece dedica a disertar sobre la importancia del olor en la atracción seAual ;en la versión en in&l"s<. 7 -a ternura al finali#ar el acto no es menos importante: lo !ue un hombre hace despu"s de alcan#ar el or&asmo es determinante para saber si se trata de un adulto civili#ado en materia de erotismo. ( No debe darse media vuelta % echarse a dormir sino se&uir besando % acariciando a la muDer susurrándole tiernas palabras. 8l hombre !ue no reali#a el acto seAual con tran!uilidad % delicade#a no sólo es tosco sino un animal % su falta de tacto no sólo ofende % desa&rada a la muDer sino !ue tambi"n puede hacerle daño en el plano físico. 8s un pecado de omisión de imperdonable estpidezN./ -a culpa de !ue muchas muDeres no lle&uen al or&asmo la tienen sus compañeros del seAo masculino por utili#ar t"cnicas poco apropiadas. ?elde les reserva duras palabras: Toda estimulación erótica de la muDer !ue no culmina en el or&asmo es una ofensa para la muDer % las repetidas lesiones de esa naturale#a provocan un permanente o mu% prolon&ado daño para el cuerpo % el espíritu.9 *e ahí !ue ?elde se opusiese con contundencia al coits interrpts como medio de control de la natalidad por!ue satisface al hombre pero no a la muDer. 8l libro de ?elde % otros manuales de seAo alcan#aron amplia difusión durante la "poca de Ceimar e influ%eron considerablemente en el movimiento de reforma seAual. jl % otros como "l tenían una fe cie&a en el seAo placentero !ue se&@n ellos a%udaba a meDorar la vida de cada individuo % en consecuencia a construir una sociedad más productiva % humana. 8l control de la natalidad ^preservativos sobre todo pero tambi"n diafra&mas^ evitaría a las pareDas la eAcesiva preocupación de tener muchos hiDos lo !ue llevaría a una familia más sana % a una vida seAual más a&radable. B!uellos renovadores pensaban !ue su trabaDo era un capítulo más del Eobierno de la democracia i&ual !ue los pro&ramas de bienestar social !ue prote&ían a los trabaDadores de las vicisitudes de los ciclos económicos o la edificación de pisos bien construidos % soleados al alcance de todo el mundo. -os reformadores de la vida seAual desempeñaban un papel no menos importante !ue el de los redactores de la $onstitución de Ceimar o los ar!uitectos !ue promovíanlas nuevas edificaciones a la hora de hacer de la Blemania de Ceimar una sociedad más moderna abierta % humana. =ubo tambi"n renovadores !ue descubrieron modelos alternativos leDos de Blemania. Bsí Cilhelm +eich probablemente el más radical de a!uel &rupo reformista para poner de relieve las t"tricas consecuencias de la represión bur&uesa se inspiró en el retrato idílico !ue de los habitantes de las islas Trobriand en el Pacífico tra#ara 4ronisla 1alinosGi. $itando al antropólo&o +eich ase&uraba !ue los nativos de a!uellos paraDes se burlaban de la actividad seAual de los hombres blancos por!ue alcan#aban el or&asmo mu% rápidamente mientras ellos lo prolon&aban cuanto podían para !ue resultase más satisfactorio.20 Mtro reformista 1aA =odann encontró su modelo alternativo en Mriente 16
3bidem pp. 275O9 656/. 3bidem p. 260. 18 3bidem p. /. 19 3bidem p. 90. 20 ?"ase Cilhelm +eich \The 3mposition of ,eAual 1oralit%\ 9O2 en Cilhelm +eich !eL&Pol3 ssays 19$9& 19E, -ee 4aAandall ed. Bnna 4ostocG % otros trads. Nueva orG +andom =ouse 977 pp. 2O52. !eL& Pol, la re=olci+n seLal, traducción de 8duardo ,ubirats 4arcelona 4arral 8ditores 9(6. 8l empeño de +eich en conciliar marAismo % psicoanálisis freudiano así como su ferviente defensa del seAo le &ranDearon no 17
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% en la forma amable de reali#ar el acto seAual !ue se&@n "l descubrió !ue practicaban hind@es Daponeses % musulmanes. Bun!ue se ha%a perdido en las sociedades cristianas el seAo como actividad natural a@n pervive en Mriente. 2 8n su opinión la tarea !ue tenía por delante la Blemania democrática era recomendar las prácticas seAuales tradicionales propias de las sociedades no occidentales a@n no suDetas al ritmo trepidante de la vida moderna. -os reformistas clamaban contra las privaciones % mutilaciones de la vida seAual de tantos alemanes contra la miseria !ue en este terreno imperaba en la sociedad % dieron la vo# de alarma recurriendo en ocasiones a una prosa melodramática. 8n sus escritos no faltan referencias al espectro de la miseria seAual !ue observaban en calleDones % salas de espera de consultas m"dicas en los tu&urios donde vivían los pobres % en las luDosas mansiones de los ricos. ,ífilis prostitución abortos ile&ales impotencia matrimonios des&raciados tal es la realidad descrita por cuatro m"dicos % un criminólo&o !ue colaboraron en otro de los libros notables de la "poca de Ceimar Cat-stro#es seLales.$$ 1uchos de ellos eran m"dicos de i#!uierdas entre los !ue se contaba un n@mero importante de muDeres: todos estaban al tanto de las difíciles condiciones en !ue se desarrollaba la vida de sus pacientes en pisos pe!ueños oscuros % hacinados donde no había lu&ar para la privacidad % mucho menos para !ue una pareDa pudiera hacer el amor. $on las tareas del ho&ar el trabaDo fuera de casa % los embara#os continuados las muDeres estaban destro#adas. No deDa de sorprendernos la i&norancia en lo referente al seAo % a la biolo&ía. -as interrupciones de embara#os aun!ue ile&ales eran más !ue frecuentesW muchas muDeres padecían &raves secuelas de salud como consecuencia de abortos reali#ados en p"simas condiciones. )na verdadera epidemia de enfermedades ven"reas arruinaba las vidas de hombres % muDeres. 1uchos de los reformadores no creían en la mono&amiaW la ma%oría estaba a favor de las relaciones seAuales prematrimoniales lo !ue no !uita para !ue se sorprendieran ante la frecuencia de las relaciones seAuales esporádicas con los consabidos embara#os no deseados % abortos ile&ales % peli&rosos de muchas de las muDeres a las !ue tuvieron ocasión de tratar. 2O Bl&unos reformistas como =odann criticaban a sus cole&as m"dicos !ue se dedicaban a perorar sobre la vida como don sa&rado haciendo caso omiso de las condiciones reales !ue soportaban muchos hombres % muDeres en las !ue cada hiDo era una car&a lo !ue provocaba !ue el seAo rápido % en ocasiones brutal se eri&iese en norma. +eich !ui#á el más radical de los reformadores afirmaba !ue la represión seAual era una pla&a !ue había penetrado en todos los estratos sociales destro#ando a individuos de toda clase % condición % causa de &raves neurosis. 2 -a terapia más adecuada consistía en conse&uir
pocos enemi&os % problemas con los defensores de la moralidad de la +ep@blica de Ceimar sus cole&as psi!uiatras profesionales % sus camaradas del Partido $omunista !ue acabaron por eApulsarlo de la or&ani#ación en 9O2. 21 1aA =odann !eL *O in rope3 A Biologi cal and !ociological !r=ey, ]. Eibbs trad. ori&inal en alemán 929W Nueva orG Ear&o%le Press 9O2 pp. (5/. 22 ?"ase por eDemplo -udi& -ev%5-ens \?orort\ en !eLal&atastrophen3 Bilder as dem modernen Geschlechts& nd hele/en, editado por el autor -eip#i& B. =. Pa%ne 927 pp. iA5A. 23 Erossmann 4e#orming !eL, pp. 7/579. 24 +eich \3mposition of ,eAual 1oralit%\ pp. 9 96.
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una vida seAual &ratificante 26 una receta bien sencilla pero mu% difícil de llevar a la práctica. +eich no se !uedaba ahí sino !ue afirmaba !ue la represión seAual estaba al servicio de los intereses del capitalismo: el psicoanálisis era el @nico modo de acabar con a!uellos desórdenes mentales % llevar una buena vida seAual Dunto con una revolución !ue aboliese la sociedad de clases. 27 =irschfeld uno de los reformadores de la seAualidad más conocidos fundador del 3nstituto de 3nvesti&ación de la ,eAualidad describía en los tres vol@menes de su obra !eLal pathologie3 in *ehr/ch #r \rtzte nd !tdierende Patolo&ía seAual. 1anual para m"dicos % estudiantes[ una enorme variedad de prácticas seAuales. -os pasaDes más sobreco&edores son los referidos a los tratamientos !ue profesionales de la medicina % autoridades imponían a individuos considerados como de&enerados o enfermos así como los relativos al desprecio a uno mismo % la automutilación !ue tanta &ente practicaba % padecía. 2( =irschfeld redactó su monumental trabaDo durante la carnicería !ue fue la Primera Euerra 1undial % las revoluciones % &uerras civiles !ue vinieron despu"s. Bun!ue la violencia de la contienda lo deprimió sobremanera se&uía cre%endo !ue sólo el amor como afirmación de la vida ^!ue en el caso de =irschfeld era aplicable tanto al amor homoseAual como al heteroseAual^ podía contraponerse al recha#o a esa misma vida !ue encarnaba la &uerra: tarea de los m"dicos era en consecuencia indicar el camino a se&uir siempre a favor de la vida no de la muerte. 2/ 8stos reformadores de la vida seAual aconseDaban escribían % pronunciaban conferencias en un ambiente tan politi#ado como convulso. 1iseria seAual miseria marital crisis familiar población men&uante eApresiones !ue siempre estaban presentes en los debates p@blicos % para las !ue cada formación política ofrecía su propia receta. -os reformadores encontraron un apo%o importante en los a%untamientos % &obiernos re&ionales re&idos por los socialdemócratas o cuando menos por los partidos de la $oalición de Ceimar así como en diversos movimientos populares de forma !ue hasta en las ciudades pe!ueñas proliferaron los consultorios sobre seAualidad % familia la ma%oría diri&idos por m"dicos muDeres activistas o representantes de diversas asociaciones para la reforma de la vida seAual dado !ue en muchas ocasiones una misma persona desempeñaba todas esas funciones. -as asociaciones para la reforma de la seAualidad contaban con más de ciento cincuenta mil miembros. -a influencia !ue eDercían más !ue al n@mero de simpati#antes se debía a las publicaciones conferencias consultorios % a la venta de preservativos % otros medios de control de la natalidad. 8ran &ente normal: profesionales sanitarios trabaDadores sociales miembros de los partidos comunista % socialista % tambi"n funcionarios &ubernamenta3es. 29 1uchos de ellos participaron en la vi&orosa campaña p@blica !ue se llevó a cabo en contra del artículo 2/ !ue calificaba el aborto como delito. 8n las calles en los parlamentos en los teatros % en la prensa sur&ió en 9O un vasto movimiento popular uno de los pocos de la "poca de Ceimar !ue consi&uió lle&ar a todas las clases &"neros e ideolo&ías políticas. $ientos de 25
3bidem p. 9O. 3bidem p. . 27 1a&nus =irschfeld !eLal Pathologie3 in *ehr/ch fr rtzte nd !tdierende, O vols. 4onn B. 1arcus % 8. Cebers ?erla& 920592. 28 2/ 3bidem pp. O O2(. 29 Erossmann 4e#orming !eL, estadística . 26
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miles de alemanes reclamaban el derecho al aborto !ue deDara de considerarse como delito % !ue pudiese practicarse con se&uridad % en condiciones adecuadas. -os comunistas en un alarde de entusiasmo por los derechos individuales al !ue no tardarían en renunciar lan#aron el eslo&an de: Tu cuerpo te perteneceg. -a campaña se desarrolló curiosamente en plena *epresión: desde lue&o no era el meDor momento. No consi&uieron modificar la le% pero sí fue un indicador más de la acentuada conciencia !ue sobre el cuerpo % la seAualidad se ad!uirió en la d"cada de 920 % a comien#os de la de 9O0 % del importante papel !ue desempeñaron los reformadores de la vida seAual en la política % en la sociedad de Ceimar. No es posible cuantificar la miseria seAual !ue padecía Blemania pero las estadísticas siempre indicativas % los hechos !ue revelaban preocupaban % mucho a los alemanes. ,e&@n el censo de 926 había mil setenta % cinco muDeres por cada mil hombres una cifra parecida a la de 99 !ue tambi"n arroDaba un dese!uilibrio similar % prueba evidente tambi"n del coste de la &uerra en vidas masculinas. O0 8n cuanto al tamaño de la familia el promedio era de un hiDo por pareDa de forma !ue los ho&ares de clase trabaDadora arroDaban una media de O personas por unidad familiar. 8n 9OO Blemania tenía la tasa más baDa de natalidad de toda 8uropa un ( por mil. -os nacimientos eran la mitad de los re&istrados en 900W sólo en 4erlín la cifra había baDado del O por mil en la d"cada de /(0 al 9./9 por mil en 92O. 1ás del treinta % cinco por ciento de los matrimonios !ue vivían en 4erlín en 9OO carecía de hiDos. Por otra parte la tasa de divorcios había aumentado de un modo alarmante % cada año probablemente un millón de los O2 millones de muDeres !ue había en Blemania se sometía a un aborto en circunstancias !ue provocaban la muerte de entre cuatro mil % doce mil muDeres al año con un promedio de cincuenta mil muDeres !ue anualmente presentaban problemas de salud derivados de tales intervenciones. O $on estas cifras en la mano a nadie eAtrañará la desa#ón de !uienes pensaban !ue la fuer#a de la nación residía en una población numerosa % fuerte % de !uienes se lamentaban de las p"simas condiciones de salud % de vida de tantos compatriotas. VBctuaba la &ente en su vida privada de un modo diferenteK V=abía más seAo del !ue decían meDor incluso !ue lo !ue comentabanK V,e produDo un repunte de la homoseAualidadK Nunca es fácil encontrar respuesta a este tipo de pre&untas pero al menos en las principales áreas urbanas % en 4erlín en concreto da la impresión de !ue se estaba produciendo una revolución seAual por diferentes motivos como los cambios en el comportamiento !ue se produDeron tras la &uerra % la revolución la proliferación de los m"todos anticonceptivos sobre todo los preservativos % la abundancia de palabras e imá&enes sobre seAo en libros folletos conferencias consultorios revistas % películas. Bl&uien tenía !ue estar practicando seAo % con precauciones por!ue la industria farmac"utica producía entre ochenta % noventa millones de preservativos al año O2 % los 30
ie Chroni" Bi/liothe" des $'. Fahrhnderts3 1.9$R, 4ri&itte 4eier % Petra Eallmeister eds. Etersloh $hroniG ?erla& 996 p. 2. 31 8stadísticas en Erossmann 4e#orming !eL, pp. 0502. 32 3bidem p. 6.
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bares de ambiente homoseAual % las publicaciones clandestinas para homoseAuales % lesbianas crecían en 4erlín =ambur&o % otras &randes ciudades. -a muDer moderna era el símbolo por eAcelencia de la revolución seAual de la d"cada de 920 ;fi&. /..<. $on su pelo corto la famosa B/i"op#era esbelta atl"tica atractiva % carente de instinto maternal fumaba % a veces vestía con prendas masculinasW salía sola % practicaba el seAo cuando le apetecíaW trabaDaba normalmente en una oficina o se dedicaba al arte % vivía al día con total independencia como la describiría 8lsa =errmann en otro de los libros más vendidos de la "poca de Ceimar !o ist die nee 8ra ZB!uí la tienen la muDer moderna[. -a muDer del pasado vivía para su marido % para sus hiDos se sacrificaba por la familia. -a muDer moderna por el contrario creía en la i&ualdad de derechos % luchaba por su autosuficiencia económica. -a &uerra al decir de =errmann no aportó nada sustancial a las muDeres pero sirvió para despertarlas Z...[ de su letar&o % !ue asumieran las riendas de su propio destino. OO No ha% duda de !ue se trataba de una ima&en ideali#ada !ue casaba mal con la vida !ue llevaban muchas muDeres las berlinesas tambi"n. Pocas podían alardear de ir al estilo de =oll%ood o de independencia económica. 8n 926 aproAimadamente la tercera parte de las muDeres trabaDaba por cuenta aDena la ma%oría en puestos mal pa&ados en fábricas % oficinas. -a muDer moderna se limitaba a ser el refleDo de una clase media o alta independiente !ue disponía de recursos para costearse sus intereses % sus caprichos. 8l luDo % el relumbrón de la buena vida !uedaban fuera del alcance de la ma%oría de las muDeres. Xi&. /..: 1uDer moderna en el $af" +omanische 92. ?iste con ele&ancia % a la moda % sale sola cuando le apetece. ;4ildarchiv Preussischer Uulturbesit# F Brt +esource Nueva orG<.
No obstante % aun!ue limitado a una clase en concreto en sus comien#os como estilo % modelo la ima&en de la muDer moderna caló en todos los estamentos sociales del país 33
8lsa =errmann \This 3s the Ne Coman\ en The Weimar 4ep/lic !orce/oo" ;en adelante =es), Bnton Uaes 1artin ]a% % 8dard *imendber& eds. 4erGele% % -os n&eles )niversit% of $alifornia Press 99 pp. 207520/ cita 20(.
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incluso en las localidades rurales. -os comunistas promovieron una versión propia esbelta % de pelo corto tambi"n pero más austera menos atractiva % por supuesto comprometida con la causa del proletariado. O Por dura !ue fuera su vida al&unas de las muDeres !ue trabaDaban en las fábricas alcan#aron el nivel de independencia % actividad !ue correspondían a una versión obrera de la muDer moderna. No las amilanaron las duras condiciones de vida !ue tenían !ue soportar tanto en las fábricas como en el ho&ar. 8n la colección de escritos autobio&ráficos de 9O0 0ein Ar/eitstag, mein Wochenende ;1i día de trabaDo mi fin de semana< al&unas describían cómo pasaban los fines de semana cuando se les presentaba la oportunidad de disfrutar de su amor por la naturale#a en compañía: Hu" preciosa es la naturale#a escribía una de ellas !ue te hace sentirte tan sose&ada %. feli#.O6 *urante las horas de trabaDo soñaban con pasear por los bos!ues o dar lar&os paseos a pie o en bicicleta los sábados por la tarde o el domin&o. Bl menos un día a la semana disfrutaban del aire puro del bos!ue % se olvidaban de la atmósfera viciada de la fábrica. Bl&unas las más afortunadas disponían de una cabaña en el campo para descansar los fines de semana. 1uchas de las más Dóvenes hablaban de las eAcursiones en &rupo con las Duventudes socialistas % disfrutaban de esa camaradería !ue nace de cantar Duntos en torno a un fue&o de campamento. Bl&unas trabaDaban como voluntarias en or&ani#aciones de beneficencia como la -i&a ,amaritana MbreraW otras desempeñaban sus funciones en el comit" de empresa de la fábrica o en el sindicato &estionando el se&uro de enfermedad o las baDas retribuidas de sus compañeros. *e ve# en cuando iban al teatro o al cine leían un libro o periódicos de tendencia socialistaW eran mu% conscientes de las inDusticias !ue observaban en sus centros de trabaDo % pretendían cambiar el mundo !ue les rodeaba. Pero no siempre era fácil. $on el trabaDo % la casa corriendo de un lado a otro atendiendo a los hiDos % a los padres deDándose la piel en la fábrica durante no menos de once horas Vdónde podían encontrar el momento o la oportunidad de llevar una vida seAual &ratificante de hacer eDercicio a diario de atender a sus compromisos políticos % de cultivarseK )na de ellas escribía: 1uchas veces me siento tan cansada tan a&otada !ue no puedo leer ni escribir. Necesito tiempo para dormir % disponer de ener&ía suficiente para reali#ar mis tareas diarias. *a mente es la e paga los platos rotos, como n hi>astro, siempre desatendidaN. B pesar del trabaDo intenta por encima de todo ser un ser humano % vivir como tal.O7 8n el caso de esta muDer cuando menos todo lo !ue veía % oía sobre una vida de i&ualdad % reali#ación le permitía sacar fuer#as de fla!ue#a para ima&inarse un mundo meDor. -a cultura de Ceimar en &eneral % el socialismo en particular le permitían plantar cara a la vida de autómata !ue llevaba frente al telar ser un ser humano en sus propias palabras. Por pocas !ue fueran las muDeres !ue en la vida real se acercaban al ideal de muDer moderna no cabe duda de !ue su ima&en provocó una avalancha de comentarios tanto 34
?"ase 8ric *. Ceit# Creating German Commnism, 1?9'&199'3 8rom Poplar Protests to !ocialist !tate, Princeton Princeton )niversit% Press 99( pp. //52O2. 35 0ein Ar/eitstag&mein Wochenende3 Ar/eiterinnen /erichten =on ihrem Alltag, 92/ reimpresión Blf -dtGe ed. 9O0W =ambur&o 8r&ebnisse ?erla& 99 p. /. 36 3bidem p. 7.
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favorables como despectivos. -a idea de !ue las muDeres pudiesen tomar las riendas de su vida !ue decidiesen no casarse o !ue pudieran ele&ir entre muchos compañeros de cama no siempre hombres la contemplación del deseo femenino en las pantallas de cine en la literatura barata o en las novelas serias sorprendió % mucho a hombres % muDeres. $omo en cual!uiera de los conflictos !ue se presentaron en la d"cada de 920 % a comien#os de la si&uiente en los debates sobre la muDer moderna la culpa de haber lle&ado a esa situación la tenía la +ep@blica responsable ;o cómplice al menos< de la emancipación femenina % fuente de toda inmoralidad de todo mal. 8n un ambiente de violentas % a&rias diatribas el caso es !ue se hablaba del cambio eAperimentado por la condición femenina en todos los foros: en las columnas de periódicos % revistas ilustradas en la radio en los p@lpitos % en las instancias &ubernamentales. 8l fuerte impulso !ue había eAperimentado la vida p@blica en esa "poca &racias a la democrati#ación % a los nuevos medios de comunicación propició !ue se ma&nificase % se eAa&erase el conflicto sobre la muDer moderna. 8n 929 al&unos de los más eminentes literatos alemanes publicaron ie 8ra =on 0orgen3 Wie ir sie nschen ;$ómo nos &ustaría !ue fuese la muDer del mañana< un volumen !ue anali#aba los cambios !ue se habían producido % hacía cábalas sobre el futuro de las muDeres. O( -os colaboradores Jtodos hombres al&o !ue no parecía importarles demasiadoJ se felicitaban por los &randes avances !ue había conocido la condición femenina % pronosticaban una sociedad en la !ue hombres % muDeres fueran i&uales. $on todo en al&unas de las colaboraciones se percibe un cierto malestar como si las muDeres hubieran ido demasiado leDos como si se hubieran vuelto demasiado parecidas a los hombres % hubiesen deDado de lado sus ras&os distintivos. Bl&unos de los escritores hacían &ala de una notable condescendencia con las muDeres como si "stas reivindicasen como derechos a!uellos privile&ios !ue los hombres les habían dispensado. 8l enfrentamiento entre &"neros estaba en el aire % se ponía de manifiesto en a!uellas pá&inas impresas. No eran tales las ideas del principal de los colaboradores de a!uel volumen el afamado escritor ,tefan Yei& !uien se mostraba totalmente partidario de la muDer moderna tanto intelectual como política % por !u" no eróticamente. 8n nin&@n otro momento histórico ha tenido lu&ar una transformación tan radical % convulsa a favor de las muDeres en el terreno moral % en el de las relaciones seAuales como en nuestra "poca O/ una más !ue notable transformación !ue debe continuar hasta el final por!ue es imparable. ,e&@n Yei& bastaba con echar una hoDeada a una revista ilustrada de !uince o veinte años atrás para percatarse de lo !ue había pasado. V8s posible !ue las muDeres vistiesen de esa manera como momias siempre en &rupo con tantos refaDos tan aisladas % confinadas como en el medioevoK $omo si de obDetos históricos se tratase Z...[ $ubiertas con cors"s tapadas hasta el cuello con teDidos plisados embutidas en faldas % ena&uas !ue hacían !ue todo movimiento o &esto pareciesen artificialesW ha bastado una sola &eneración para !ue de esa muDer !ue forma parte de la historia de antes de a%er ha%a sur&ido la muDer de ho%. -os leves teDidos !ue lucen se mueven como las olas al ritmo de sus cuerpos esplendorosos % libres. 8n un día soleado atraen la brisa % el viento % todas las miradas masculinas !ue nadie se escandalicegJ 37 38
ie 8ra =on 0orgen3 Wie ir sie nschen, Xriedrich 1. =uebner ed. -eip#i& 8. B. ,eemann 929. ,tefan Yei& \Yutrauen #ur YuGunft\ en ie 8ra =on 0orgen, pp. (5( cita /.
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como en otro tiempo sólo hacían las muDeres de al&unas casas cu%o nombre no nos atre5 vemos a repetir. 8sa muDer no piensa !ue ha%a nada de inmoral en esa libertad recobrada de su cuerpo % de su espírituW tampoco nosotros sino todo lo contrario. O9
Yei& no ocultaba su embeleso por la muDer moderna: 8n tan breve periodo de tiempo las muDeres han con!uistado una situación completamente nueva. -a maravillosa emancipación !ue la muDer ha conse&uido respecto de su cuerpo de los su%os su libertad % su independencia nada de esto podrá detenerse por!ue se escandalicen unos cuantos carcamales por!ue se ras&uen las vestiduras unos pocos moralistas !ue acaban de descubrir su vocación de tales. 0
)na cosa está clara añadía Yei&: la muDer del pasado la dama aristocrática el ama de casa bur&uesa la solterona todos esos eDemplares encasilladas en sus papeles cada una con su propia moral seAual hipócrita a cuestas todos esos tipos pertenecían al pasado. =o% en día las relaciones se miden en t"rminos de compañerismo. -a muDer se sit@a frente al hombre en un plano de i&ualdad no como subordinada % además &o#a de independencia por!ue eDerce una profesión. Toma las decisiones por voluntad propia lo mismo si se trata de establecer una relación a lar&o pla#o !ue de mantener un breve idilio de disfrutar del deporte o de buscar estímulo intelectual. 8sa libertad redescubierta representa tambi"n un nuevo erotismo cu%os @nicos límites son el miedo a contraer una enfermedad ven"rea a un embara#o no deseado. Yei& se atrevía a predecir !ue cuando la medicina hubiese avan#ado lo suficiente en cuanto a medidas o remedios fiables para ambas eventualidades se lle&aría a una completa i&ualdad entre hombres % muDeres en las relaciones seAuales. ,e acabaría por fin la miseria seAual. -a muDer sería dueña de su propio 8ros % de su propia moralidad. 2 Pero otros colaboradores se mostraban mucho más reticentes en sus apreciaciones situándose probablemente mucho más cerca del sentir popular !ue Yei&. 8n el mismo volumen el poeta % autor dramático BleAander -ernet5=olenia aconseDaba a la muDer del mañana !ue fuera maravillosa % no eAcesivamente intelectual !ue se deDase &uiar por sus instintos !ue siempre la llevarían por el camino recto. -ernet5=olenia alababa la &alantería de los hombres !ue comprendían el deseo de las muDeres de verse libres de las difíciles condiciones en !ue les había tocado vivir.O )na perspectiva a@n más ambivalente se aprecia en la colaboración del escritor % periodista BAel 8&&ebrecht !ue da la sensación de sentirse tan atraído como as!ueado por la trepidante presencia de las muDeres en la vida p@blica. 8n la vida nuestra de cada día no ha% sitio en el !ue no nos topemos con la muDer. ,e mueve con se&uridad en todas las profesiones en puestos oficiales en oficinas % caf"s por las calles en los parlamentos o en los teatros. 8s efica# trabaDa % disfruta i&ual !ue 39
3bidem pp. /59. 3bidem p. 9. 41 3bidem p. . 42 3bidem p. . 43 BleAander -ernet5=olenia \*ie Xrau aller Yeiten\ en ie 8ra =on 0orgen, pp. 0O0/ cita 0O pp. 075 0/. 40
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nosotros. Parece !ue el seAo no tiene nada !ue ver en todo lo relacionado con nuestras competidoras camaradas o cole&as. Pero nos &uste o no admitirlo en todo momento nos afectan como muDeres. $onstantemente sufrimos esos pe!ueños sobresaltos !ue han lle&ado a ser tan frecuentes !ue apenas los notamos. No ha% duda sin embar&o de !ue vivimos en un estado &eneral de eAcitación una especie de veneno suministrado en dosis mínimas al !ue uno lle&a a acostumbrarse aun!ue embote los sentidos % de cu%os efectos sólo lle&amos a percatarnos tras habernos sometido a una hora de estimulación erótica intencionada % eAplícita.
-a tensión seAual es evidente: todas esas muDeres tanta eAcitación acaba por actuar como una especie de veneno. Pero lo !ue molestaba a 8&&ebrecht respondía a al&o mucho más profundo: Bl mismo tiempo las consecuencias simplemente eróticas de lo !ue conocemos como emancipación han sido eminentemente ne&ativas. -a inse&uridad !ue el hombre siente frente a la muDer ha lle&ado a ser prácticamente insoportable. 8n nuestros días cuando un hombre sale con una muDer nunca sabe en !u" terminará la cosa. Bun!ue intu%a la presencia de un deseo seAual claro e intenso nunca sabe hasta dónde lle&an sus encantos si provoca un deseo fu&a# tan sólo o si su capacidad de fascinación va más leDos. 6
Bl contrario !ue Yei& !ue estaba encantado con la muDer moderna % en cu%os escritos se percibe cierta car&a erótica 8&&ebrecht se veía sumido en un estado de ansiedad seAual de duda permanente. -o más !ue podía hacer era emitir un pat"tico ale&ato para !ue se restableciesen las vieDas barreras entre hombres % muDeres. Bsí una ve# más los hombres recurrirían a todo su encanto % se las in&eniarían para con!uistar a las muDeres % las muDeres se&uirían simulando una cierta resistencia !ue atraería al hombre de nuevo % acabaría con esa carencia de estimulos. 7 -a muDer moderna era el símbolo más visible más Daleado % más conflictivo de la revolución moral % seAual de la d"cada de 920. Por todas partes había cuerpos de hombres % muDeres en movimiento en acción lo nunca visto hasta entonces. 3ban más li&eros de ropa vestidos de manera más provocativa o simplemente desnudos % lo mismo se los encontraba en un escenario durante un espectáculo en directo !ue en la pla%a caminando por la calle ;aun!ue no desnudosg< en revistas o en el cine. $omo bien apuntaba Yei& cual!uiera podía darse cuenta de la diferencia entre una escena calleDera del 4erlín de 900 Jlas muDeres encorsetadas % cubiertasW los hombres bien traDeadosJ % el de 927 ;v"ase fi&. 2..<. VB !u" podía atribuirse semeDante cambioK ,e&@n todos los comentaristas a la &uerraW % a la revolución añadiríamos por nuestra parte. Bmbos hechos socavaron profundamente el respeto a la autoridad así como las normas seAuales % morales predominantes en la Blemania imperial. Para muchos ciudadanos la emancipación del cuerpo %a fuera en la 44
BAel 8&&ebrecht \1achen ir uns nichts vor: 8in aufrichti&er 4rief\ en ie 8ra =on 0orgen, pp. 09527 cita 2. 45 3bidem. 46 3bidem p. 22.
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cama por la calle o en la pla%a era una forma contundente de afirmar !ue eran modernos % de mostrar el recha#o !ue sentían hacia a!uel mundo asfiAiante !ue había sido la Blemania de antes de 9/. Pero ha% otra ra#ón: los medios de comunicación de masas vivían de la eAhibición de cuerpos hermosos. =abía una competencia despiadada entre películas foto&rafías % revistas por la importante repercusión de la ima&en visual %a fuera en forma de anuncio o de representación artística una ima&en !ue por otra parte en la d"cada de 920 era mu% fácilmente reproducible en cual!uier soporte ;como %a tuvimos ocasión de comprobar en el capítulo 7<. Bdemás la población !ue se había convertido en una sociedad de masas tenía la oportunidad de asistir % por decenas de millares a espectáculos deportivos combates de boAeo o partidos de f@tbol !ue tambi"n eran retransmitidos en directo por la radio % de los !ue informaban los periódicos. !ui#á pero sólo es un suponer la atención !ue en esa "poca se prestó a los cuerpos sanos % atractivos %a fueran masculinos o femeninos puede haber sido una especie de reacción psicoló&ica en masa contra los desastres provocados por la Primera Euerra 1undial cu%a evidencia estaba a la vista por do!uier con la presencia de heridos de &uerra mutilados cie&os o con el rostro parcialmente desfi&urado. 8n cual!uier caso la liberación % eAhibición del cuerpo tuvo lu&ar se&@n a!uella curiosa me#colan#a tan propia del periodo de Ceimar. -os alemanes bailaban mucho más !ue antes. $on la eApansión de la radio % el fonó&rafo muchos hoteles % caf"s or&ani#aron bailes vespertinos toda una innovación mientras los amplios salones de baile se llenaban a rebosar. $ual!uiera se pre&untaría cuándo trabaDaban a!uellas personas o cuándo se ocupaban de sus familias si todas estaban bailando o lo !ue es peor escuchando Da## norteamericano o imitando pasos de baile importados del mismo país como el foA5trot o el charlestón. -as revistas eran el espectáculo típico de los cabar"s berlineses. Bl estilo de las +ocGettes o de bailarinas de locales famosos de =arlem como el $otton $lub los espectáculos de chicas del mu% popular cabar" berlin"s consistían en hileras de muDeres vestidas con mallas !ue bailaban con precisión militar en una sorprendente combinación del militarismo prusiano con la seAualidad de Ceimar como señaló el crítico % sociólo&o ,ie&fried Uracauer en uno de sus más conocidos ensa%os ;como %a vimos en el capítulo (< ;fi&. /.2.<.( Bun!ue las muDeres estuviesen en el oDo del huracán del debate en la "poca de Ceimar los hombres tampoco se !uedaban atrás. 3ncluso el influ%ente semanario Berliner 5llstrirte Qeitng dedicaba unas cuantas pá&inas a la belle#a masculina no de hombres desnudos desde lue&o pero sí imá&enes ideali#adas del hombre alemán calcadas del cine % de los estereotipos raciales !ue meDor distin&uían a los arios de los Dudíos. )na &ran variedad de foto&rafías acompañaba las pá&inas de un artículo titulado -a ma&ia de la belle#a masculina desde rostros misteriosos de cabellos ne&ros a semblantes campechanos % llenos de encanto ;fi&. /.O.<. / 8n nin&@n caso se trataba de hombres de ras&os Dudíos o no europeos. Bl actor de cine Paul +ichter se le describía como !ieg#riedgestalt ;la viva estampa de ,i&frido
,ie&fried Uracauer \Eirls and $risis\ en W4!, pp. 6765677. \*ie 1a&ie der m_nnlichen ,ch>nheit\ Berliner 5llstrirte Qeitng, O7 27 27 de Dunio de 92( pp. .0695 .07. 48
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)llstein se convirtió en al&o normal. Pero había al&o !ue llamaba más la atención. 8l boAeo fue uno de los deportes !ue causó sensación entre las masas de la d"cada de 920. Bcudían a millares para ver los combates de 1aA ,chmelin& % otros ases del pu&ilismo ;fi&. /..<. -os &rupos literarios % culturales más influ%entes los mimaban lle&ando a elaboradas conclusiones filosóficas relativas a la lucha % al cuerpo de los boAeadores. 9 4ertolt 4recht ]ohn =eartfield Eeor&e Eros# % muchos otros &enios de la "poca de derechas o de i#!uierdas formaban parte del círculo de ,chmelin& % lo hala&aban cuanto podían con la esperan#a sin duda de !ue al&o se les pe&aría por ósmosis de tal derroche de virilidad. Para muchos alemanes el boAeador era una reencarnación del h"roe % luchador. 8n el cuadrilátero se trataba de un hombre contra otro la anti&ua lucha del individuo contra un semeDante. 8l boAeador destacaba con diferencia sobre el físico masculino depravado de la modernidad a!uella masa irreconocible de cuerpos blandos % encorvados !ue iban en manada o habían sufrido terribles heridas durante la &uerra. 8l boAeador no formaba parte de esa masa sino !ue reavivaba la anti&ua llama &rie&a tanto en cuerpo como en espíritu sin deDar de ser moderno es decir fuerte pulcro % rápido: una encarnación poderosa del tipo norteamericano. Xi&. /.2.: -as Tiller Eirls uno de los espectáculos de revista más populares mu% famoso por la precisión de sus pasos % la altura a la !ue levantaban las piernas.
Para al&unas personas la ima&en de ,chmelin& era sólo el principio. 8l cuerpo sólo podía desarrollarse % eAultar libre de toda ropa. 8l nudismo era la unión del alma con el cuerpo del hombre con la naturale#a. *espoDados de esas prendas !ue los constreñían los alemanes podían hacer eDercicio % reto#ar por bos!ues % la&os reproduciendo el espíritu de la Blemania primi&enia. 8l libro de =ans ,ur"n er 0ensch nd die !onne Z8l hombre % el sol[ alcan#ó un "Aito espectacular sesenta % una ediciones en un año % doscientos cincuenta mil eDemplares vendidos. Para rendir su particular homenaDe a la naturale#a % al nudismo el autor recurría a una filosofía vul&ar a un romanticismo estereotipado a una prosa melodramática: 49
?"ase *avid 4athricG \1aA ,chmelin& on the $anvas: 4oAin& as an 3con of Ceimar $ulture\ 6e German Critie, 6 990 pp. O5O(.
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,alve a todos los !ue amáis la naturale#a % la lu# del solg 4ienaventurados vosotros !ue marcháis por campos % praderas por valles % colinas. *escal#os con el cuello de la camisa desabrochado % la mochila al hombro felices camináis baDo el cielo a#ul o en medio de la tormenta Z...[ Pero la ale&ría de vivir se eAperimenta con mucha más fuer#a cuando os despoDáis de vuestras ropas a orillas de un arro%o o de un la&o para sumer&iros en el a&ua % en el sol. )na maravillosa sensación de libertad flu%e en vuestro interior % eAultáis con el eDercicio. ,entís cómo sois sentís vuestros cuerposg Nuestra desnude# natural encierra al&o puro % sa&rado. ,entimos la maravillosa revelación de la belle#a % la fuer#a de nuestro cuerpo desnudo transfi&urado por la divina pure#a !ue resplandece en la mirada abierta % límpida !ue revela toda la profundidad de un alma noble en busca de al&o Z...[ ,alve pues a todos los !ue aman el sol desde su desnude# natural % saludable. 60 Xi&. /.O.: -a ma&ia de la belle#a masculina Berliner 5llstrirte Qeitng, 27 de Dunio de 92(. -a fascinación por el cuerpo en la sociedad de Ceimar se eAtendía tambi"n a los hombres.
Xi&. /..: 8l boAeador 1aA ,chmelin& prototipo de la virilidad ;4ildarchiv Preussischer Uulturbesit# F Brt +esource Nueva orG<.
,ólo en un clima de días &rises % lluviosos se le ocurriría a al&uien escribir una prosa tan atro# sobre la desnude# % la lu# del sol. 8n su libro ,ur"n repite machaconamente sol desnude# salud "sas son las sendas !ue nos conducen a la felicidad individual % colectiva como ;ol". B su modo de ver los 50
=ans ,ur"n er 0ensch nd die !onne, ,ttut&art *iecG % $o. 926 pp. 5(. 8n este párrafo he recurrido a la traducción de W4!, pp. 7(/57(9 aun!ue he cambiado \eAaltar\ por \eAultar\. 8l resto de las traducciones !ue si&uen son mías.
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anti&uos &rie&os % romanos estaban al tanto de las ventaDas de la lu# del sol % de la desnude#: habían soportado climas eAtremos casi sin ropaW habían recorrido enormes distancias cal#ados con unas simples sandalias. Tambi"n los antepasados teutónicos practicaban la desnude# pero el triunfo del cristianismo había representado la p"rdida de muchos de a!uellos eAimios valores. ,ur"n lle&aba incluso a afirmar !ue la cultura &rie&a era en realidad &ermánica por!ue los anti&uos &rie&os eran descendientes de tribus &ermánicas. Por increíble !ue nos pare#ca por eAtraño !ue resulte !ue al&uien se ha%a ima&inado un @nico linaDe &rie&oJ&ermano el caso es !ue afirmaciones como "stas llevaban a ,ur"n a ar&umentar !ue reto#ando desnudos los alemanes de su "poca revivían los tiempos de sus antepasados una vuelta al pasado !ue restauraría el ;ol"s"Hrper, la salvación colectiva de la ra#a alemana. 6 $uerpos desnudos de hombres corriendo por los prados haciendo eDercicio al sol baDando por una ladera con es!uíes Du&ueteando en un la&o son al&unos de los eDemplos !ue se repiten una % otra ve# en er 0ensch nd die !onne ;fi&s. /.6. % /.7.<. 8s evidente !ue la prosa de ,ur"n no está eAenta de cierto homoerotismo con esa especie de adoración del cuerpo masculino desnudo fuerte % bronceado. ,in embar&o ,ur"n aconseDa a las muchachas % a las muDeres !ue ha&an lo mismo: -a muDer ha de ser fuerte % dura sin lle&ar a perder nunca lo !ue la define como tal la armonía del movimiento % el cuerpo femeninos. 1ediante eDercicios de &imnasia rítmica o &racias a la m@sica descubrirá sus propios talentos % habilidades !ue le permitirán inte&rarse en la colectividad contribu%endo a cohesionar tanto su propia individualidad como la sociedad en su conDunto ;fi&s. /.(. % /./<. 62 Xi&. /.6.: =ans ,ur"n Eimnasia alemana. 1uchas personas % &rupos reivindicaban la desnude# como el camino para lle&ar a ser ellos mismos % en el caso de la derecha como reencarnación del anti&uo espíritu alemán. -os eDercicios sin ropa baDo la lu# del sol restaurarían individual % colectivamente el cuerpo % el alma debilitados por las perniciosas influencias de la sociedad moderna. 8l libro de ,ur"n l hom/re y el sol, fue un enorme "Aito ;E. +iebicGe Ealerie 4odo Niemann 4erlín<.
51 52
,i !uieren coteDarse al&unas frases al respecto v"ase ,ur"n er 0ensa nd die !onne, pp5 6 2/ O (/5/0 /2. 3bidem pp. /5/(.
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Xi&. /.7.: =ans ,ur"n 1i baño de lodo. Tras a&otadores eDercicios es hora de disfrutar de un baño de lodo. ,ur"n es el hombre bronceado a la derecha de la ima&en !ue observa con cariño a sus alumnos. -a componente homoerótica salta a la vista ;E. +iebicGe<.
-a cultura del cuerpo !ue con tanto ardor defendía ,ur"n tenía adeptos en todo el espectro político aun!ue no todos lle&asen al eAtremo de propu&nar la desnude#. -a vitalidad de la nación o eso era al menos lo !ue proclamaban prácticamente todos los movimientos o partidos políticos se asentaba en unos cuerpos sanos % en una activa comunión con la naturale#a. 8Acursiones or&ani#adas por las montañas % los bos!ues !ue rodeaban las ciudades bastarían para reponer a los alemanes de los esfuer#os !ue les eAi&ía la era de la industriali#ación obli&ados a hacer en las fábricas siempre los mismos movimientos % respirando el aire sucio % contaminado de las ciudades industriales. )nos cuerpos eDercitados harían !ue los ciudadanos se sintiesen en forma lo !ue a%udaría a suturar el teDido de la sociedad alemana. Tanto comunistas como socialistas contaban con sus propias asociaciones de nudismo de aficionados a la bicicleta o de eAcursionistas !ue inculcaban una vida sana % abo&aban por las escaladas o los recorridos en bicicleta como forma de mantener al proletariado sano de alma % cuerpo % preparado para la lucha de clases. Todas las or&ani#aciones desde las comunistas hasta las na#is eran partidarias del eDercicio físico Jen el caso de los liberales esta actitud se remontaba al si&lo 3J % proponían imá&enes de muDeres sanas % maternales. Todos los partidos recurrían tambi"n a deformar la ima&en del adversario con cuerpos depravados para representar al contrario. -a propa&anda de comunistas % socialdemócratas describía a los patronos como &ordos % fofos símbolos depravados de luDo % ri!ue#a una ima&en anti&ua !ue se remontaba al si&lo precedente e incluso anterior. -a ima&en !ue de los socialdemócratas ofrecían los comunistas era a@n peor. Tras haber cru#ado la línea divisoria entre el proletariado % el mundo de la bur&uesía ;se&@n los comunistas< los socialdemócratas eran caricaturi#ados como arrastrados % d"biles laca%os de los Defes o de los burócratas o ridiculi#ados con enormes barri&as % &estos pretenciosos. -as muDeres por lo &eneral aparecían como oprimidas % pisoteadas víctimas de la eAplotación del capitalismo !ue reclamaban a unos hombres hechos % derechos para librarlas de tantas miserias.
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Xi&. /.(.: =ans ,ur"n a partir de una foto de *ora 1en#ier -a belle#a de tu cuerpo. ,ur"n no olvidaba a la muDer % se mostraba partidario de una forma ideali#ada de belle#a femenina.
Xi&. /./.: =ans ,ur"n -a escuela de baile ?on -aban. ,e&@n ,ur"n las muDeres tambi"n tenían !ue practicar eDercicios de coordinación preferiblemente desnudas.
-a idea !ue pretendían transmitir los comunistas de los socialdemócratas &uardaba un sorprendente parecido con otras dos imá&enes: la de la vieDa caricatura antisemita de los Dudíos % la de la lán&uida % depravada muDer moderna siempre utili#adas como representación de los ma%ores peli&ros. Nin&una de las fi&uras !ue aparecen en ellas está en posición erecta: o aparecen encorvadas o en el fondo de la ima&en en un ademán posesivo no eAento de connotaciones seAuales. -a muDer moderna
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era precisamente eso además de refinada vestida a la moda % auto complaciente. $on actitudes de ese tipo estaba claro !ue no aportaba nada a la nación ni a la ra#a ni bienes ni valores ni crian#a % desde lue&o tampoco hiDos. Nunca fue tan perniciosa la ima&en antisemita a la !ue recurrían todos los partidos % movimientos de derechas como en la d"cada de 920. 3nvariablemente los Dudíos siempre aparecían encorvados con luen&as barbas % &esto contrariado narices desproporcionadas % oDos !ue lan#aban maliciosas miradas desde unas cuencas hundidas. +odeaban la tierra o abra#aban a sus víctimas con unas eAtremidades !ue más parecían tentáculos !ue bra#os o piernas dominándolos dando pábulo a la conspiración Dudaica para dominar el mundo. )na ima&en espantosa % de&radante cu%a postrer % trá&ica consecuencia fue !ue los na#is al privar a los Dudíos de todo medio de subsistencia consi&uieron hacer realidad Tos frá&iles cuerpos Dudíos !ue habían representado. 8n ocasiones sin embar&o la tenebrosa ima&en del macho no era un hombre d"bil sino apabullarte % fuerte una especie de &orila caricaturi#ado con ras&os africanos !ue amena#aba Blemania. Bsí describían los conservadores a las tropas coloniales francesas !ue ocuparon las cuencas del +in % del +uhr ;como vimos en el capítulo O< % a los soldados bolchevi!ues !ue en cual!uier momento podían invadir el país ;v"ase ilustración en color /<. *urante la "poca de Ceimar la cultura del cuerpo tuvo un mati# marcadamente militarista. =asta los comunistas se manifestaban en formación. ,ur"n recibió el encar&o de reformar los deportes % la educación física del +eichsehr % acabó por afiliarse al partido na#i en 9OO. B pesar de la Primera Euerra 1undial Jcontienda mecani#ada !ue conllevó muertes a escala industrialJ la derecha conservadora si&uió recurriendo a la heroica ima&inería belicista de tácticas militares %a desaparecidas. Tropas de caballería defendiendo la naciónW soldados de infantería pertrechados de ba%onetas % mos!uetesW desfiles de hombres con impolutos uniformes llenos de botones % medallas de latón !ue relucían al sol: una ima&en tran!uili#adora para una nación !ue había sido derrotada en la &uerra % devastada por los enfrentamientos civiles. -os cantos de sirena del placer seAual % la a&itación de los cuerpos tambi"n eran la causa de profundos recelos. 3ncluso la &ente de i#!uierdas eApresaba ciertos temores por el posible resultado de tan fren"tico desasosie&o. 8l Da## % los bailes !ue lo acompañaban con pasos tan rápidos % movimientos desaforados parecían el símbolo de un mundo des!uiciado !ue buscaba como loco el si&nificado de al&o !ue carecía de sustancia un vano intento de encontrar en la moda en lo moderno lo !ue no podía llenar el hueco de la contemplación intemporal del sentido profundo de la vida. Nos hemos olvidado de al&o apuntaban Uatharina +athaus % Blice Eerstel en sesudas publicaciones cuando en lu&ar de los pasos acompasados de los bailes de antaño contemplamos el movimiento fren"tico % desaforado del charlestónW cuando al ritmo de m@sica de Da## se eDecutan esos pasos alocados a&otados li&eros carentes de recato Dadeantes % liberadores. 6O P"rdidas por un ladoW &anancias por otro. -a desaparición del mundo bur&u"s del si&lo 3 !ue 53
Blice Eerstel \]a## 4and\ % Uatharina +athaus \$harleston: 8ver% B&e =as the *ance 3t *eserves\ en W4!, pp. 665666 % 66/5669 citas 66 % 66/.
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transcurría con más lentitud más ordenado % previsible se perdíaW pero se &anaba la emancipación &racias al influDo liberador del Da## % de Norteam"rica una combinación de lo anti&uo % lo moderno !ue muchos alemanes no dudaban en identificar con los afroamericanos. -a presión de la revolución tambi"n se ponía de manifiesto % mu% especialmente entre las muDeres !ue se movían en círculos pro&resistas % emancipados. $ual!uier ne&ativa a una proposición de índole seAual podía desencadenar un torrente de ata!ues &racias al arsenal !ue proporcionaba la psicolo&ía o la charlatanería psicoló&ica sobre las inhibiciones seAuales tan de moda entonces. M como escribiera Erete )Dhel% en 9O0 en una de las publicaciones más serias e influ%entes: V=an respondido al&una ve# !ue no a uno de los amos de la creaciónK Z...[ Por!ue la consecuencia inmediata es una ramplona conferencia de no menos de media hora desde la perspectiva del psicoanálisis en la !ue se insiste sobre esa bonita palabra !ue lo resuelve todo inhi/iciones. ,i la estrata&ema no da resultado el hombre con la sensate# ló&ica !ue se le supone lle&a a la conclusión de !ue una es frí&ida o tontaW normalmente ambas cosas. 8n nin&@n caso se le ocurrirá lle&ar a la conclusión !ue tambi"n es posible de !ue !ui#á su nari# no te atrai&a nada. 6 Para concluir: Toda muDer está en su derecho pero no tiene nin&una obli&ación. -a crítica formulada por a!uel &ran comentarista de la "poca de Ceimar ,ie&fried Uracauer era mucho más acerba. ,e&@n Uracauaer la preocupación por el cuerpo no era sino una pura ilusión una obsesión por las apariencias para meDor disimular el carácter represivo e inDusto de la modernidad capitalista en la fase del consumo de masas. -a eApansión del deporte no sólo no resuelve los compleDos sino !ue entre otras muchas cosas es un síntoma de represión a &ran escalaW en nada a%uda a establecer nuevos vínculos sociales sino !ue es una de las causas más importantes de !ue la &ente se aleDe de la política Z...[ No son los la&os la ra#ón de !ue ha%a tanta afición a los deportes acuáticos en 4erlín. ,on millares los Dóvenes trabaDadores !ue sueñan con remar en canoa Zo[ renuncian a cual!uier otro placer con tal de ir a bordo de una embarcación Z...[ 8l cuerpo desnudo pasa a convertirse en un símbolo del ser humano liberado de las condiciones sociales imperantes % al a&ua se le atribu%e el mítico poder de acabar con la suciedad asociada al puesto de trabaDo cuando en realidad es la presión hidráulica del sistema económico la !ue empuDa a las multitudes a bañarse % lo cierto es !ue el a&ua sólo limpia los cuerpos. 66
8l estilo brillante de Uracauer se ve ensombrecido por el frío distanciamiento % el desprecio sarcástico como si no estuviera de acuerdo con !ue la &ente disfrutase de unos pocos días de unas cuantas horas de asueto. 8n el -una ParG al anochecer a veces iluminan una fuente con ben&alas: conos de lu# roDos amarillos % verdes !ue se avivan sin parar % se esfuman en la oscuridad. $uando tanto esplendor toca a su fin resulta !ue ha% !ue buscar su ori&en en un mísero entramado artificial de pe!ueñas tuberías. -a fuente es como la vida de tantos empleados. +ecurren a la distracción para olvidarse de sus miserias se adornan con ben&alas % sin pararse a 54
Erete )Dhel% \B $all for ,eAual Tolerante\ en W4!, pp. (05( cita (. ,ie&fried Uracauer The !alaried 0asses3 ty and istraction in Weimar Germany, Huintin =oare trad. ori&inal en alemán 9O0W -ondres ?erso 99/ p. 96. 55
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pensar de dónde han salido se sumer&en en el vacío de la noche. 67
Para Uracauer el a&ua no tenía nin&@n simbolismo espiritual: sirve sólo para lavar lo !ue está sucio. -a iluminación se pierde en el vacío. 8s posible. Pero Vtan terribles eran esas distracciones a!uel afán por el propio cuerpoK VTan nefasto era !ue los alemanes se pasasen horas bailando en un hotel nadando en el Cannsee asistiendo a una carrera de caballos o a un combate de boAeo reposando en bra#os de otra persona si a la mañana si&uiente habían de acudir de nuevo a la tienda a la oficina o detrás del mostradorK Pero eran las i&lesias las !ue más se oponían % clamaban contra tanto hablar de seAo contra la eAhibición de cuerpos li&eros de ropa. ,e&@n las i&lesias católica % protestante tal actitud no era sino un si&no evidente de la crisis espiritual de a!uella "poca una crisis !ue se&@n ellos fomentaba la +ep@blica. B pesar de tantas diferencias % de la hostilidad !ue reinaba entre ellas las dos i&lesias principales la luterana % la católica ambas insistían en lo mismo: la familia era el fundamento de la sociedad % sólo a!uellos ho&ares en los !ue imperaban los valores cristianos podían constituir los cimientos de una sociedad más sana % f"rtil de un 8stado poderoso revestido de autoridad moral. -as i&lesias no dudaban en ase&urar !ue la +ep@blica secular % atea honraba más a los hombres !ue a *ios !ue contribuía a la disolución de la moral % al debilitamiento de la familia. -as confesiones cristianas reconocían !ue una vida familiar sana debía asentarse en una situación económica decente % condenaban la pobre#a en !ue vivían tantos alemanes responsabili#ando tambi"n a la +ep@blica de la crisis económica. Pero lo !ue de verdad más les importaba eran asuntos tan espirituales como la amena#a !ue el amor libre representaba para sus enseñan#as. -os fieles escuchaban estas orientaciones casi todos los domin&os cuando iban a la i&lesia. Bsambleas más amplias como las conferencias nacionales !ue mantenían normalmente las i&lesias luterana % católica ofrecían un foro más numeroso para reafirmarse en sus doctrinas % atacar sin respiro a la +ep@blica como promotora de la inmoralidad seAual. 8n la conferencia !ue la 3&lesia luterana celebró en 92 *. Titius profesor % uno de los más influ%entes car&os de esa confesión redactó una ponencia en la !ue afirmaba !ue &ran parte de nuestra sociedad se ha olvidado del *ios vivo % se ha rendido ante los placeres del mundo % la adoración del hombre. 6( Titius recordaba a continuación la postura luterana sobre la familia pilar viviente de la 3&lesia % del 8stado. No ha% meDor punto de encuentro entre el hombre % *ios entre la naturale#a % la misericordia !ue la vida familiar % marital !ue defiende el cristianismo. 6/ -os católicos por su parte lle&aron a la misma conclusión durante la conferencia !ue celebraron en 929 baDo el lema de ,alvemos a la familia cristiana. -a decadencia de la familia va indisolublemente unida a la de&radación del 8stado. Por 56
3bidem. *. Titius \8van&elisches 8he5 und Xamilienleben und seine 4edeutun& in der Ee&enart\ en ;erhandlngen des ersten etschen =angelischen irchentages 19$, editado por la *eutschen 8van&elischen Uirchenausschuss -eip#i& +eichardt 92 pp. /650O cita /7 ;en cursiva en el ori&inal<. 58 3bidem. 57
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divino % natural desi&nio la familia es el cimiento del 8stado. Pero cuando la piedra an&ular se tambalea % se desmorona todo el edificio corre el ries&o de desplomarse Z[ No caemos en la eAa&eración cuando declaramos !ue el problema de la familia es la cuestión social más preocupante de nuestro tiempo. 69
8l fuerte descenso de la tasa de natalidad el incremento del n@mero de abortos % la rápida eApansión de las enfermedades ven"reas eran otras tantas señales de alarma. ,e&@n los protestantes en al&unas re&iones de Blemania las relaciones seAuales prematrimoniales eran %a la norma % lle&ar sin tacha al matrimonio la eAcepción. Ni si!uiera se consideraba como pecado el nacimiento de un hiDo fuera del matrimonio. 70 8l orden social antes tan firmemente establecido se había debilitado % res!uebraDado poniendo en &rave peli&ro la protección % la di&nidad del seAo femenino Z% amena#ando[ el sentido del honor % del deber propios del seAo masculino. 7 V$uáles eran las causas de a!uella crisis moralK ,e&@n los diri&entes de ambas i&lesias el socialismo % el individualismo radicales auspiciados por la +ep@blica. Por lo visto tales fuer#as representaban una amena#a para el matrimonio establecido. Prestaban su apo%o al amor libre actitud !ue hacía imposible la re&eneración moral por!ue los defensores del amor libre % del erotismo no son sino siervos de la luDuria % destru%en el verdadero si&nificado del amor % del matrimonio. Por el contrario el verdadero amor eAi&e ser paciente con las debilidades de la muDer mutuo respeto % consideración. 8l amor verdadero es monó&amo % reclama fidelidad por parte de los cón%u&esW el amor verdadero en fin atempera las pasiones. Tanto desde una perspectiva física como moral la vida familiar se ve sometida a tremendas convulsiones ase&uraba uno de los diri&entes de la 3&lesia durante el cónclave protestante de 92. -a nación alemana sólo podrá salir adelante si el matrimonio % la vida familiar se refuer#an % vuelven a ocupar el lu&ar !ue les corresponde al&o !ue sólo ocurrirá si nos atenemos a los preceptos evan&"licos.72 -os católicos i&ual !ue los protestantes pensaban !ue la cultura % la sociedad de Ceimar constituían una amena#a para la familia cristiana. =abía !ue emprender una &uerra a bra#o partido contra la inmoralidad rampante % contra la influencia !ue las ideas liberales socialistas % comunistas pudieran eDercer sobre los Dóvenes católicos. 7O ,ólo una 3&lesia alerta % militante podría salvar a la familia % ase&urar !ue la Duventud católica recibiera una educación cristiana. *urante la asamblea de 929 todos los oradores insistieron en la santidad del matrimonio en el papel central !ue la institución familiar 59
=einrich Ceber sacerdote % profesor en ie R?. General=erssammlng der etschen atholi"en #u 8rei/rg im Breisga Agst /is 1. !eptem/er 19$9, editado por el ,eGretariat des -oGalGomitees Xreibur& im 4reis&au ?erla&sbuchhandlun& =erder % $o. s..f. p. 06. 60 ;erhandlngen des ersten etschen =angelischen irchentages 19$, p. 96. 61 3bidem p. //. 62 3bidem pp. // /9. 63 ?"anse las informaciones periodísticas sobre la conferencia por eDemplo: \7/. Eeneralversammlun& der *eutschen UatholiGen\ Germania, O9/ 2/ de a&osto de 929 edición de la mañana pp. 52W \*es Xreibur&er UatholiGenta&\ Germania 0 O de a&osto de 929 pp. %&S \*er Xreibur&er Uatholienta&\ Germania 07 de septiembre de 929 edición de la mañana pp. 95W \Elanvoller Bbschluss in Xreibur&\ Germania, 0( 2 de septiembre de 929 edición de la mañana pp. (50 % \+ettun& der christlichen Xamilie\ Germania., 0/ O de septiembre de 929 edición de la mañana pp. (50.
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representaba para la sociedad % en los peli&ros !ue acechaban a los fieles católicos. -as amena#as a la familia eran ata!ues contra el 8stado % la sociedad pues ambos eAisten &racias a esa institución fundamental !ue es la familia. 8l &rave trastorno de los tiempos !ue nos ha tocado vivir decía el abad Bdalbert von Neipper& en su discurso de apertura es la renuncia de la familia a *ios su ne&ativa a deDarse &uiar por la mila&rosa lu# de *ios. Mtros participantes repetían a coro a!uello de !ue la vida moderna está al servicio del hombre Z...[ % el hombre sólo mira por si mismo. 7 Bmbas i&lesias se opusieron con todas sus fuer#as a !ue se suavi#aran las restrictivas le%es de divorcio vi&entes en Blemania o a !ue se despenali#ase el aborto. 8n opinión de luteranos % protestantes tales reformas eran contrarias a las enseñan#as cristianas sobre el matrimonio como sacramento % sobre el carácter sa&rado de la vida humana. 3d"ntico empeño desple&aron para oponerse a diferentes propuestas de reforma !ue amena#aban con reducir o eliminar la enseñan#a de la reli&ión en las escuelas p@blicas. 8n la conferencia luterana Titius partía de la base de !ue la re&eneración moral por la !ue luchamos no pasa por relaDar los la#os del matrimonio sino por santificarlos. 76 -a verdadera vida familiar sólo se restablecería &racias a una formación a una educación cristianas impartidas en el ho&ar en la i&lesia % en las escuelasW sólo mediante el compromiso con *ios % el refor#amiento de la moral cristiana en la vida p@blica % privada. 8l fuerte descenso de la tasa de natalidad no sólo era una muestra de e&oísmo sino del recha#o a se&uir la voluntad divina % a mirar por los intereses de la patria. 77 ,e&@n se afirmaba en el conclave católico de 929 las muDeres tenían !ue asumir responsabilidades especiales: Toda muDer debe saber % entender !ue mediante el vinculo del matrimonio asume la responsabilidad primera % fundamental de ser el alma del ho&ar % debe aceptar los sacrificios !ue eAi&e el amor como ideal de vida. 7( ]osef EocGeln sindicalista % católico reafirmaba las enseñan#as católicas sobre el carácter distintivo de la muDer (igenartig"eit)3 Para nosotros es más importante preservar % promover los ras&os &enuinos % naturales de la muDer !ue la consecución de derechos Z...[ fiDados por le% Z...[ ,e tomen las iniciativas !ue se tomen sobre la muDer no olvidemos nunca !ue pueden ser madres. 7/ Para los cristianos comprometidos la +ep@blica era sinónimo de airear el seAo de adoptar estrate&ias contrarias a la familia de muDeres modernas % de elevadísimas cifras de abortos % divorcios. -a +ep@blica carecía de referencias moralesW de hecho promovía activamente lo contrario la inmoralidad. -a adusta seriedad con !ue se trataban las cuestiones relativas al seAo durante la "poca de Ceimar no deDa de tener su &racia al menos para las &eneraciones posteriores. B fin de cuentas no resulta mu% eAcitante leer manifiestos o sesudos tratados escritos en prosa burocrática % científica proclamando el &oce !ue procura el seAo. -a Bsociación Blemana 64
General=erssammlng der etschen atholi"en, pp. (2 /0. ;erhandlngen des ersten etschen =angelischen irchentages 19$, p. 9. 66 3bidem p. 9(. 67 $omo se establece en una de las conclusiones finales de la conferencia: General=erssammlng der etschen atholi"en, p. /6. 68 3bidem pp. 227522( ;en cursiva en el ori&inal<. 65
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para la Protección de las 1adres defendía la mono&amia pero no por eso deDaba de reconocer !ue el matrimonio no tiene por !u" abarcar necesariamente todas las relaciones amorosas !ue puedan sur&ir. -a or&ani#ación se fiDaba como obDetivo el reconocimiento de la seAualidad humana como una herramienta poderosa no sólo para la propa&ación de la vida sino tambi"n para el desarrollo pro&resivo de la ale&ría de vivir para añadir !ue el &"nero humano está formado por seres sensuales % emotivos cu%as características intelectuales % físicas han de desarrollarse por i&ual de forma pro&resiva % sana. 79 )no se !ueda con &anas de responder &racias si no lle&a a ser por usted no nos hubi"ramos enterado de !ue el seAo es normal ni de !ue debería resultar placentero. Pero sería inDusto !ue contestáramos así. -o !ue está claro es !ue a los alemanes les preocupaba el seAo % la familia % no llevaban bien los desarre&los en ese capítulo. Necesitaban conseDo o al menos eso parece deducirse por cómo devoraban cuantos manuales % otros escritos sobre el seAo % el matrimonio caían en sus manos durante la "poca de Ceimar. Huienes pretendían reformar la vida seAual de sus compatriotas muchos de ellos m"dicos no ocultaban la preocupación !ue sentían por la vida seAual tan limitada impuesta % a veces brutal !ue llevaban sus pacientes. -a ma%oría de estos reformadores eran de i#!uierdas % militaban en la socialdemocracia o en el Partido $omunista. Por las consultas !ue atendían sabían de las penosas circunstancias % de las trá&icas historias de !uienes acudían a verlos. Btacaban la hipocresía % la condena del seAo como al&o inmoral !ue llevaban a tanta &ente a tener remordimientos a sentirse culpables o a la desesperación cuando lo @nico !ue hacían era atender a los deseos normales de cual!uier ser humano. B!uellos reformadores pensaban !ue la educación p@blica en materia seAual % unas le%es más humanitarias aliviarían la miseria !ue suponían los abortos en p"simas condiciones las enfermedades ven"reas % los matrimonios des&raciados. 8l meDor nivel de vida % la educación seAual a%udarían a !ue las pareDas disfrutasen de privacidad e hicieran del seAo una práctica íntima % satisfactoria de su vida diaria. 8n el ambiente profesional en !ue se movían estos reformistas pensaban !ue disponían de los conocimientos % la eAperiencia suficientes para educar aconseDar % tratar % !ue &racias a la información !ue ellos le brindaban la &ente podría llevar una vida más humana. -os conservadores alemanes en especial la 3&lesia católica % la protestante abominaban de cómo se aireaban % eAhibían los asuntos referentes al seAo % al cuerpo durante la "poca de Ceimar % lo consideraban como una victoria de una forma hedonista atea % materialista de ver la vida. ,e opusieron con todas sus fuer#as no sólo contra esto sino tambi"n contra la +ep@blica a la !ue consideraban responsable de la depravación !ue reinaba en el país. Por esos mismos años 920 % 9O0 en muchas sociedades occidentales tambi"n se producían acalorados debates sobre la muDer moderna % el seAo libre. Pero probablemente en nin&@n otro país tales cuestiones estuvieron tan imbricadas en el sistema político como en Blemania. 1ientras unos celebraban !ue la +ep@blica hubiese traído nuevas oportunidades para disfrutar de una vida seAual satisfactoria % enri!uecedora otros la condenaban como la aut"ntica fuente de la inmoralidad la causa de todo lo !ue iba mal en Blemania. -a &uerra es la causa de !ue tantas muDeres ha%an perdido el respeto al ideal 69
\Euidelines of the Eerman Bssociation for the Protection of 1others\ en W4!, pp. 79(579/.
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masculino % con eso tambi"n la fe !ue tenían depositada en el modelo femenino tradicional escribía el novelista +obert 1usil. -as muDeres Z...[ han decidido forDarse su propio ideal.(0 M en palabras de ]oseph +oth: la revolución fue la demostración de !ue sólo era frá&il % efímero lo !ue en un momento dado se había considerado como inamovible % eterno( afirmación !ue era tan válida en el terreno de los valores morales como en el de las instituciones políticas. -a &uerra supuso un salto sin precedentes para acabar con el respeto a la autoridad constituida: basta un se&undo para perder la vida o para !ue un cuerpo fuerte % vi&oroso hasta ese instante se vea afectado de coDera o se retuer#a de dolor. $on eso en la cabe#a meDor no desperdiciar los placeres de la vida. -a &uerra % sus privaciones hicieron !ue los alemanes al&unos al menos perdieran tambi"n el respeto a las costrumbres seAuales aceptadas. -a revolución llevó nuevos aires no sólo a los obreros % soldados sino tambi"n a los lien#os de los pintores los pro%ectos de los ar!uitectos % las actitudes de hombres % muDeres en la cama. No todo tenía !ue ver sin embar&o con ser uno mismo % disfrutar. -a violencia de la Primera Euerra 1undial deDó rastros visibles en todas partes con la presencia espantosa en al&unos casos de heridos de &uerra. -os alemanes trataban de mirar a otro lado pero eran incapaces de no verlo. -os cuerpos mutilados suscitaban una espelu#nante fascinación !ue en ocasiones iba más allá del soldado herido % se atribuía a toda clase de muDeres. Pintores como Eeor&e Eros# % Mtto *iA plasmaron en sus lien#os cuerpos femeninos desmembrados % san&uinolentos mientras escritores próAimos a las formaciones paramilitares ponían de manifiesto el miedo primi&enio !ue sentían hacia las muDeres al !ue daban respuesta con las más brutales fantasías masculinas % la ubicuidad de la violencia de la derecha. (2 Bl final de la +ep@blica el miedo por la suerte de la familia % las ansiedades seAuales masculinas habían desatado una implacable e intensa oleada de ata!ues contra las muDeres. Todas las incertidumbres sociales !ue traDo a!uella "poca se resumieron en la acusación de !ue la muDer tenía la culpa de la de&eneración cultural % de la crisis económica como si representase una amena#a para la subsistencia de la nación o de la ra#a. $omo esa clase de muDeres no buscaban más !ue el placer en lu&ar de estar pariendo hiDos % reponiendo la población perdida en la &uerra su autocomplacencia minaba al pueblo hasta la m"dula. $on el a&ravamiento de la crisis económica a principios de la d"cada de 9O0 las muDeres no estaban en condiciones de dar la batalla por cobrar el mismo salario !ue los hombres sino !ue tenían !ue luchar para ir a trabaDar. Por!ue todo el mundo J sindicalistas funcionarios del Eobierno diri&entes reli&iosos % reformadores socialesJ pedía a las muDeres !ue diDesen adiós al trabaDo por cuenta aDena para hacerles un sitio a los hombres. Bun!ue poco racionales tales demandas encontraron eco &enerali#ado. Por si fuera poco de todas partes se lan#aban andanadas contra las cacareadas ambiciones del 70
+obert 1usil \*ie Xrau &estern und mor&en\ en ie 8ra =on 0argen, pp. 9502 citas 0050. ( ]oseph +oth \Uaisers Eebursta&\ 20 de enero de 926 en Berliner !aison/ericht3 :n/e"annte 4eportagen nd >ornalistiche Ar/eiten 19$'&19E9, Ulaus Cestermann ed. Uiepenheuer und Citsch 9/ pp. O075O09. ;Traducción de 8duardo Eil ?era: l >icio de la historia3 19$'&19E9, 1adrid ,i&lo 3 de 8spaña 8ditores 200<. 72 ?"ase Ulaus Theeleit 0ale 8antasi es, ,tephen $ona% trad. en colaboración con 8rica $arter % $hris Turnen 2 vols. 1inneapolis )niversit% of 1innesota Press 9/(59/9. 71
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r"&imen de Ceimar por &aranti#ar un 8stado de bienestar. -a eu&enesia ne&ativa entre otras Jel concepto de !ue era preferible impedir la reproducción de !uienes contaban con una pobre car&a &en"ticaJ &anó cada ve# más adeptos. (O -as muDeres %a no son populares escribía otra observadora de a!uella "poca =ilde Calter. Hui#á fuera un miedo de raíces sociales desconocidas lo !ue llevó a los hombres de entonces a proclamar !ue la eApulsión de las muDeres de la mano de obra revitali#aría la maltrecha situación económica.( Pero los ata!ues contra la muDer moderna iban mucho más allá del terreno económico. ,i lle&aron a ser tan virulentos sobre todo en los @ltimos años de la +ep@blica fue por!ue la muDer moderna estaba considerada como la personificación del espíritu de Ceimar % a nadie eAtrañará !ue los adversarios de la +ep@blica me#clasen en su propa&anda imá5 &enes de muDeres modernas con las de Dudíos % bolchevi!ues. -as muDeres seAualmente liberadas los hombres de ne&ocios Dudíos % los revolucionarios comunistas todos eran una % la misma cosa: la pesadilla de la derecha. ,in embar&o la +ep@blica ofrecía una ima&en bien distinta de lo !ue entendía por liberación. 1uchos de los reformadores de las costumbres seAuales se habían formado antes de la Primera Euerra 1undial % al&unos como =irschfeld habían escrito % pronunciado conferencias durante años. -a Blemania de Ceimar sólo fue una oportunidad de lle&ar a un p@blico más numeroso la oportunidad de su vida. -a apertura de la sociedad de Ceimar permitió !ue sus ideas se divul&asen en círculos más ampliosW la política de la +ep@blica Jen cuanto a le&islación sobre salud % bienestar social a nivel nacional se refiere las campañas municipales los cientos de asociaciones % consultorios semip@blicos % semiprivadosJ puso a su disposición centros institucionales en los !ue llevar a cabo su trabaDo una red mucho más eAtensa !ue la eAistente en otros países europeos de a!uella "poca. B!uellos reformadores reconocían !ue el seAo placentero % responsable era uno de los elementos fundamentales de la vida moderna. Pero incluso en sus fantasías más difundidas como la unión con la naturale#a % los placeres del cuerpo la modernidad de Ceimar tenía sus limitaciones: nunca deDaba de entrometerse en el individuo o en la pareDa. )na vida seAual sólo sería plena si además perse&uía un propósito social % político especialmente en lo referido al buen estado físico moral % cultural de la nación. 8n esa cuestión cuando menos todos parecían estar de acuerdo desde los defensores de la &a#moñería de la familia cristiana hasta los promotores de la satisfacción seAual. $ual!uier discurso artículo o ima&en visual de la muDer liberada % del seAo placentero bastaban para avivar la ira de muchos alemanes más allá de los círculos militantes de la 3&lesia católica de la protestante o de la derecha política. ,e trataba de una reacción tan desmesurada !ue es reveladora de profundos traumas psicoló&icos % seAuales. ,on muchas las sociedades !ue viven en semeDante tensión. Pero en el caso de Ceimar a!uellas ansiedades cuaDaron en un cuerpo de doctrina política. Para sus muchos adversarios de toda índole % condición la +ep@blica era el sistema así se referían a la institución !ue había vendido Blemania a las 73
?"ase *etlev PeuGert The Weimar 4ep/lic3 2(Fe Crisis o# Classical 0odernity, +ichard *eveson trad. Nueva orG =ill and Can& 9/9 % *avid X. $re Germans on Wel#are3 8rom Weimar to @itler, Nueva orG MAford )niversit% Press 99/. 74 =ilde Calter \Tili&ht for ComenK\ en W4!, pp. 2052 citas 2.
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potencias eAtranDeras !ue había abierto la puerta a los Dudíos % a otros eAtranDeros !ue había promovido la depravación seAual. B pesar de sus limitaciones las &eneraciones posteriores aplauden el esfuer#o % el compromiso de a!uellos reformadores de las costumbres seAuales pre&untándose incluso si en cuanto a cuestiones seAuales hemos avan#ado tanto desde a!uella leDana d"cada de 920.
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3 +8?M-)$3SN $MNT+B++8?M-)$3SN *8 -B *8+8$=B
esde su instauración hasta el final adversarios de mu% distinta procedencia descalificaron todas % cada una las &randes con!uistas del r"&imen de Ceimar: la proclamación de la +ep@blica la $onstitución los asombrosos eDemplos de ar!uitectura moderna las refleAiones filosóficas % literarias sobre el si&nificado de la modernidad sus deslumbrantes producciones esc"nicas % películas conmovedoras la emancipación de las muDeres la eAperimentación seAual o los nuevos pro&ramas de bienestar social. Por un lado estaban los comunistas !ue si bien dieron su apo%o a al&unos de estos avances no se !uedaron atrás a la hora de &enerar esa sensación de desorden permanente !ue imperó durante casi toda la +ep@blica. Pero los comunistas nunca dispusieron de los recursos ni de los apo%os suficientes para hacerse con el poder. B pesar de sus espeDismos partidarios % de los temores de una buena parte de la población Blemania no era +usia. -os más peli&rosos adversarios de la +ep@blica estaban situados a la derecha. Bl&unos de ellos ocupaban altos car&os en las instituciones más poderosas de la sociedad: el 8D"rcito la 3&lesia protestante % la católica la burocracia estatal la industria % las finan#as los institutos % las universidades. -os sucesivos &obiernos de Ceimar sólo lle&aron a introducir al&unas reformas administrativas !ue permitieron el acceso a puestos de la administración de personas hasta cierto punto más comprometidas con la democracia. 8n el resto de los estamentos funcionanales en los niveles medio % alto de las principales instituciones mantuvo al mismo personal !ue atendía el sistema imperial anterior a 9/ por no hablar de las escasas inclinaciones democráticas de cl"ri&os militares funcionarios civiles profesores % hombres de ne&ocios. Pero entre los adversarios de Ceimar había tambi"n una me#colan#a variopinta de veteranos de la Primera Euerra 1undial carentes de ocupación profesores % tenderos descontentos a&itadores calleDeros % laicos católicos % protestantes. Todos pusieron en pie nuevas or&ani#aciones Jpartidos asociaciones editoriales patrullas paramilitaresJ !ue alentaban una forma nueva % violenta de hacer política % !ue fueron aDenos al frenesí % al caos !ue vivió a!uella sociedad. Por @ltimo los verdaderos anta&onistas de Ceimar los conservadores de siempre % la derecha radical acabarían por unirse en una &ran coalición baDo las si&las del partido na#i. 8llos serían los responsables de la desaparición de la +ep@blica % de todas las oportunidades de creatividad cultural pro&reso social % emancipación personal !ue había traído. 8l acercamiento de los conservadores moderados a la derecha radical nunca fue fácil ni lle&ó a consumarse. -os radicales habían creado centenares de or&ani#aciones en sentido literal !ue los na#is reunieron a comien#os de 9O0. -os miembros de la derecha radical eran imprevisibles violentos % de baDa eAtracción social poco considerados con &enerales
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ar#obispos terratenientes ban!ueros profesores o secretarios de 8stado es decir con !uienes formaban parte de la clase diri&ente conservadora % tradicional del país. Bnhelaban la vuelta al pasado ordenado % autoritario de la Blemania imperial. B su ve# la Euerra 1undial % la revolución habían cambiado la forma de pensar de los conservadores !ue en su ma%oría deDaron de lado a la monar!uía % dieron por bueno el poder de las movili#aciones de masas. 8ran los mismos !ue habían apo%ado el recurso a la violencia contra las fuer#as revolucionarias en la 8uropa central % del este durante los años !ue si&uieron a la Primera Euerra 1undial % !ue en muchos casos si&uieron los derroteros del antisemitismo. 8n la d"cada de 920 % primeros años de la si&uiente se afanaban por dar con un diri&ente fuerte !ue fuese capa# de sacar a Blemania del marasmo de corrupción e inmoralidad !ue se&@n ellos había provocado la +ep@blica. 8n pocas palabras la vieDa % asentada clase diri&ente apo%aba cual!uier idea o actividad contraria a los intereses de la +ep@blica % contaba con el respaldo de una amplia clase media !ue sólo aspiraba a !ue hubiera orden % tran!uilidad. Bl final la me#cla eAplosiva de crisis política % económica !ue traDo la *epresión Dunto con el dinamismo del partido na#i % el ma&netismo personal de =itler acabarían por unir a los enterradores de la +ep@blica. Por tenues % tensas !ue fueran las relaciones !ue durante la "poca de Ceimar eAistían entre ellos tanto la derecha establecida como los radicales compartían ideas % valores % recurrían a un len&uaDe com@n lo !ue les permitía unirse en los momentos críticos. Bmbos &rupos apo%aron sin dudar el &olpe de 8stado de Uapp en 920 deDaron ver su satisfacción tras los asesinatos de 1athias 8r#ber&er % de Calter +athenau se unieron contra el Plan oun& % apo%aron o aceptaron la asunción del poder por los na#is. )nas cuantas palabras % frases clave conformaban ese len&uaDe com@n !ue la derecha compartía: ;ol"stm, etschtm, ]/er#remdng. olchstoss, i"tat =on ;ersailles, !chie/errep/li", !chm
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necesitaba un nuevo % tercer imperio ;tras el ,acro 3mperio +omano del medioevo % la Blemania imperial anterior a 9/< un Tercer +eich (rittes 4eich), presidido por un Defe (8hrer), !ue encarnaría la esencia % el destino del pueblo alemán. 8se &ran hombre sería !uien iniciase la lucha (amp#) contra la &ente % las ideas disolutas % depravadas !ue representaba la +ep@blica % conduciría a los alemanes hasta los $ampos 8líseos de la prosperidad la eAcelencia cultural % por añadidura la recuperada &rande#a como nación. -os na#is recurrieron a todas estas palabras % frases hechas un len&uaDe !ue lle&ó a amplias capas de la población como consecuencia de las crisis !ue se abatieron sobre la +ep@blica. Pero no fueron inventadas por =itler: era el len&uaDe com@n !ue utili#aba la derecha la moderada % la radical durante la "poca de Ceimar. -os na#is se convirtieron en sus más adeptos se&uidores pero fueron cl"ri&os e intelectuales !uienes las ensamblaron en un discurso más elaborado. 8ntre las innumerables reuniones % asambleas de católicos % protestantes la verborrea de !uienes llevaban la lección bien aprendida % el bombardeo de la propa&anda las frases clave de la derecha lle&aron a todos los rincones de la sociedad de Ceimar. *e modo !ue cuando =itler asumió la cancillería de Blemania el O0 de enero de 9OO todo el mundo entendía su len&uaDe: era el mismo d" la derecha. -os conservadores revolucionarios como se los llamaba en la d"cada de 920 desempeñaron un papel fundamental en el desarrollo de los es!uemas ideoló&icos de la derecha. $omo el oAímoron !ue encierra ese apelativo respetaban al&unos de los do&mas conservadores a la vieDa usan#a como el respeto al orden Derár!uico % la !uerencia por un &ran líder pero no por eso deDaban de lado los m"todos modernos !ue ponían en sus manos la tecnolo&ía la propa&anda % la fuer#a de las movili#aciones populares. 1uchas de sus fi&uras más eminentes ^8d&ar ]un& 1artin ,pahn $arl ,chmitt Msald ,pen&ler 8rnst ]n&er^ eran intelectuales brillantes !ue se habían formado en el eAcelente sistema educativo alemán del !ue disfrutaban las clases diri&entes. -a idea de !ue la política de esa derecha en t"rminos &enerales % del na#ismo en particular fue la cristali#ación de las dis!uisiciones de una elite materialista !ue velaba por sus propios intereses apo%ada por un &rupo de desalmados % canallas es una de las principales miAtificaciones !ue han conse&uido imponerse durante d"cadas. ,i bien es cierto !ue en muchos casos los conservadores revolucionarios alemanes eran pensadores % escritores serios no por eso deDaban de ser rabiosamente antidemocráticos % en muchos aun!ue no en todos los casos antisemitas. )no de los teAtos fundacionales de la derecha tradicional % radical fue *a decadencia de Occidente, de Msald ,pen&ler cu%a popularidad se eAtendió mucho más allá de los círculos a los !ue iba diri&ido. 8l primer volumen se publicó en 9/ en el momento crítico de la derrota de Blemania en la &uerraW el se&undo apareció en 922 cuando se hi#o patente la &ravosa realidad impuesta por el Tratado de ?ersalles. 8l documentado trabaDo 1
8ntre las innumerables publicaciones eAistentes sobre los conservadores revolucionarios puede consultarse: Calter Uurt ,ontheimer Antidemo"ratisches en"en in der Weimarer 4ep/li". ie politische 5deen des detschen 6ationalisms zischen 191? nd 19EE, 1@nich N%mphenbur&er ?erla&shandlun& 97W Calter ,truve lites against emocracy3 *eadership 5deals in Borgeoi s Political Thoght in Germany, 1?9'&19EE, Princeton Princeton )niversit% Press 9(OW ]effre% =erf 4eactionary 0odernism3 Technology, Cltre, and Politics in Weimar and the Third 4eich, Nueva orG $ambrid&e )niversit% Press 9/W así como la serie de artículos de -arr% 8u&ene ]ones incluido \8d&ar ]ulius ]un&: The $onservative +evolution in Theor% and Practice\ Central ropean @istory, 2 2 9// pp. 25(.
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de ,pen&ler para demostrar !ue todas las culturas prosperan para más tarde decaer se&@n le%es inmutables caló hondo entre la población no sólo en Blemania sino tambi"n en el eAtranDero. 8n nada afectó ala popularidad de ,pen&ler !ue sus teorías fueran obDeto de debate !ue al&unos especialistas las recha#asen. 8n 927 se había superado la considerable cifra de cien mil eDemplares vendidos sólo en Blemania. 2 -a traducción al in&l"s publicada por el respetado editor Blfred B. Unopf alcan#ó un enorme "Aito tanto en 8stados )nidos como en Eran 4retaña. -a obra se traduDo a otras muchas len&uas incluido el árabe. Bl recordar a!uellos años un alumno de =eide&&er filósofo tambi"n =ans ]onas recordaba cómo había devorado el se&undo volumen de *a decadencia de Occidente, cu%a eAposición del mundo anti&uo coincidía con las opiniones !ue el propio ]onas había defendido en su primer trabaDo. ]onas escribió !ue si bien ,pen&ler no pertenecía a la comunidad universitaria había puesto de relieve determinados ras&os del mundo anti&uo !ue otros habían pasado por alto por completo. O 8l escritor de i#!uierdas Brnold Yei& ;más tarde miembro del Partido $omunista< afirmaba !ue se trataba del libro de más enDundia (spannendes) !ue he leído en mucho tiempo. Bun!ue ase&uraba no comprender las ecuaciones de ,pen&ler % consideraba !ue sus afirmaciones sobre Uant eran una necedad contiene fabulosas perspectivas % espl"ndidas observaciones de forma !ue uno se pone a leerlo % le atrapa tanto !ue se olvida hasta de comer % de beber. $uando desde nuestra perspectiva se lee a ,pen&ler es dificil hacerse una idea de !ue la obra cautivase a ]onas Yei& Unopf % tantos otros. *a decadencia de Occidente es un profundo compendio de historia % filosofía pero pla&ado de contradicciones de le%es no demostradas sobre el au&e % la caída de culturas % civili#aciones mediante el recurso arbitrario % caprichoso a las matemáticas % a las ciencias naturales como eAplicación del devenir de la historia. ,e lee como si fuera el trabaDo de un chiflado erudito o de un sabio necio. -o !ue es inne&able es !ue el libro fue una eApresión del ambiente !ue se respiraba en Blemania % en otros países despu"s de la Primera Euerra 1undial: el tono pesimista !ue impre&na la obra alternando con &randiosas visiones de renacimiento % re&eneración la me#cla de psicolo&ía e historia % su ambición sin límites Jno sólo para eAplicar el desarrollo de la historia de la humanidad sino tambi"n para predecir el futuroJ refleDaban los sentimientos de an&ustia % los anhelos de muchos alemanes de a!uel tiempo. Bun!ue no parece !ue fuera al&o !ue preocupase demasiado a liberales como ]onas % Unopf o a i#!uierdistas como Yei& el teAto recurría al len&uaDe % las ideas del discurso habitual en la derecha. ,pen&ler dividía a los seres humanos desde una perspectiva racial aun!ue al contrario !ue la derecha pensaba !ue había un destino com@n a todas las 2
\4io&raphical Note\ en Msald ,pen&ler Today and estiny3 ;ital Lcerpts #rom MThe ecline o# the WestM o# Osald !pengler, 8din Xranden *aGin ed. Nueva orG Blfred B. Unopf 90 p. O66. Bpropósito de las críticas !ue recibió v"ase tambi"n =. ,tuart =u&hes Osald !pengler3 A Critical stimate, Nueva orG $harles ,cribner`s ,ons 962 pp. /959(. 3 =ans ]onas rinnerngen, $hristian Ciese ed. Xrancfort ;a. 1.< 3nsel 200O p. 60. 0emorias, traducción de 3llana Einer $omín 1adrid 8ditorial -osada 2006. 8n t"rminos mu% corteses ,pen&ler le envió una carta en la !ue ase&uraba !ue ]onas era el @nico !ue había entendido lo !ue !uería decir. 4 Brnold Yei& a =elene Ce%l 22 de enero de 920 en Brnold Yei& 4eatrice Yei& % =elene Ce%l omm her, Wir lie/en dich3 Brie#e einer ngeHhnlichen 8rendscha#t z dritt, 3lse -an&e ed. 4erlín Bufbau 997 pp. (65(9 cita (/.
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ra#as por encima de los ras&os bioló&icos propios de cada una. 8l &"nero humano estaba constituido por ra#as mu% diferentes % la &uerra era la forma fundamental !ue tenían de relacionarse. -a &uerra es la actitud primi&enia de todo cuanto vive Z...[ luchar % vivir son la misma cosaW el ser vivo % el deseo de pelea se eAtin&uen al mismo tiempo. 6 -a eAplicación de ,pen&ler en Pressentm nd !ozialisms Z8l señorío de Prusia % el socialismo[ escrito entre los dos vol@menes !ue componen *a decadencia de Occidente % publicado en 99 era a@n más confusa: -a &uerra es la forma eterna del ser humano superiorW los 8stados eAisten &racias a la &uerra: son una manifestación del instinto &uerrero.7 8sta aproAimación dariniana a la vida como una lucha incesante % violenta entre &rupos enfrentados en una &uerra interminable a las órdenes de los respectivos 8stados sonaba como m@sica celestial a los veteranos !ue se inte&raron en las bandas paramilitares de la derecha tras la Primera Euerra 1undial al militar del +eichsehr !ue bramaba ante las imposiciones del Tratado de ?ersalles % a a!uellos aspirantes a dema&o&os !ue como =itler soñaban con abolir la +ep@blica % el sistema impuesto en ?ersalles % !ue Blemania fuese de nuevo una potencia mundial dispuesta a ampliar sus fronteras. $on su eAaltación de la violencia % la muerte ,pen&ler establecía las pautas de la mentalidad fascista. -a obra en su conDunto está teñida de pesimismo. -as culturas se desarrollan % al final decaen. -a ra#a se debilita % %a no es capa# de emular las heroicas con!uistas a !ue conduDo tan formidable lucha. Pero no todo era desesperación se&@n ,pen&lerW abría tambi"n una puerta a la esperan#a: el momento en !ue aparece un diri&ente !ue encarna el destino de la ra#a % la lleva a conse&uir sus meDores laureles. 8se &ran hombre no es un intelectual ni tampoco un cl"ri&oW no es un ser meramente contemplativo sino un hombre de acción !ue se &uía por la intuición hasta encontrar el camino % unir su voluntad con el destino. 8n palabras de ,pen&ler cuando tal hombre sal&a de la oscuridad todo el pueblo irá tras "l.( todo eso habría de ocurrir en un nuevo imperio el Tercer +eich una eApresión de uso com@n entre la derecha mu% popular &racias al libro !ue con ese título escribió Brthur 1oeller van den 4rucG % !ue ,pen&ler tambi"n empe#ó a utili#ar. / 8ntre pasaDes teñidos de desesperación ,pen&ler ofrecía una vibrante % fo&osa visión de una ra#a dominadora !ue diri&ida por un &ran hombre con!uistaría el mundo. ,pen&ler fue !uien acuñó % posteriormente desarrolló otra poderosa innovación lin&ística la %uAtaposición de nacionalismo % socialismo. -a verdadera revolución socialista afirmaría por escrito no tuvo lu&ar en 9/599 sino en a&osto de 9 cuando Blemania entró en &uerra. 9 Para ,pen&ler el socialismo era el e!uivalente de la unidad % del esfuer#o de la nación con las cualidades propiamente prusianas de disciplina sacrificio personal en aras de un bien ma%or productividad % creatividad cualidades !ue bien podían aplicarse a toda Blemania no sólo a la re&ión prusiana. 0 No fue el @nico !ue llevó a cabo esta miAtificación de nacionalismo % socialismo pero sí el @nico !ue lo 5
,pen&ler Today and estiny, pp. 2/529. ,obre el concepto de ra#a v"ase p. 72. Msald ,pen&ler Pressentm nd !ozialisms, 1@nich $. =. 4ecG 920 p. 6O. 7 ,pen&ler Today and estiny, pp. O25O/ % tambi"n Pressentm nd !ozialisms, p. 2. 8 ?"ase por eDemplo ecline o# the West, O7O (*a decadencia de Occidente, 2 tomos 1anuel Earcía 1orente trad. 1adrid 8spasa5$alpe 9/9< % =u&hes Msald ,pen&ler , p. 2O. 9 ,pen&ler Pressentm nd !ozialisms, p. 2. 10 3bidem p. 2. 6
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ar&umentó % sus ra#ones lle&aron a numerosos lectores. *espoDado de las connotaciones marAistas e internacionalistas el t"rmino socialismo era del &usto de muchos ciudadanos por sus connotaciones de unidad destino colectivo % tarea creativaW unido al vocablo nación derribaba las fronteras !ue a@n separaban a la ciudadanía % fomentaba la idea %a suficientemente arrai&ada de la superioridad del pueblo alemán sobre sus naciones vecinas. Por si esto fuera poco al abo&ar por el socialismo % la revolución % aun!ue ase&urase !ue se sentía unido a una noble#a cardinal ;!ue no a la monar!uía< ,pen&ler lo&ró !ue la derecha se librase de toda atadura con el conservadurismo tradicional. Bsí la nueva derecha se transformó en una derecha revolucionaria !ue en su intento de hacerse con el poder se &anaría el apo%o de los conservadores de siempre a !uienes a!uel len&uaDe del nacionalsocialismo les parecía perfecto. *esde la perspectiva de ,pen&ler la salida de la crisis en !ue estaba sumida Blemania si&nificaba un estado de &uerra permanente unas condiciones de vida !ue pasaban por la perpetuación del 8stado % la sociedad militari#ados como durante la Primera Euerra 1undial. 8ra una visión !ue ensal#aba a a!uellos alemanes !ue se enardecían ante la perspectiva de un enfrentamiento violento %a fuera en una batalla con todas las de la le% o en manifestaciones % revueltas calleDeras contra los comunistas % los Dudíos. Bun!ue ,pen&ler lle&ó a rene&ar de la eApresión Tercer +eich ^!ue "l definió por ele&ir una de sus muchas frases como la or&ani#ación de los desocupados por a!uellos !ue no se amilanan ante el trabaDo^ lo cierto es !ue la ma%oría de los na#is lo consideraban uno de los su%os. $on sus admoniciones espirituales o fantasma&óricas ,pen&ler daba a entender !ue a Blemania no le !uedaba otra salida !ue al#arse con el triunfo total o sumirse en el más completo desastre. ?istas así las cosas Ceimar no era sino la prolon&ación de la victoria de los aliados sobre Blemania el símbolo por antonomasia de la ani!uilación de la patria. ,pen&ler apelaba a todos los alemanes !ue confiaban en !ue al&uien los sacara de tantas penalidades % los conduDese a un nivel más elevado cósmico de &rande#a personal % colectiva como pueblo. -a idea !ue apuntaba era un re&alo tan su&erente como peli&roso una solución fácil: la aparición del &ran hombre en el !ue los alemanes depositarían todas sus esperan#as. )n concepto !ue se baraDaba en otros conciliábulos de Ceimar como en el círculo del poeta ,tefan Eeor&e del !ue formaron parte tantos intelectuales conservadores % destacados personaDes de a!uella sociedad. B pesar de su carácter arisco % caprichoso ,pen&ler tuvo muchos imitadores !ue contribu%eron a afian#ar la ideolo&ía com@n de la derecha !ue escribieron sobre el nacionalsocialismo % ensal#aron la &uerraW !ue a pesar de la enorme carnicería vivida en los campos de batalla durante la Primera Euerra 1undial enaltecieron el combate % la camaradería masculinos % las matan#as colectivas. Por cada 8rich 1aria +emar!ue el soldado !ue se volvió pacifista % escribió !in no=edad en el #rente, había al menos un representante de la est"tica belicista. 8rnst ]n&er por eDemplo prolífico % popular novelista memorialista % ensa%ista cu%os escritos de pos&uerra insistían una % otra ve# en el combate heroico en la muerte ennoblecedora. -os libros de ]n&er como Tempestades de acero % l /osecillo 1$%, entre otros describían la &uerra como una lucha heroica % 11
$ita eAtraída de ]oachim Xest @itler3 ine Biographie, 9(6W 4erlín )llstein 200 p. 7O7. @itler. :na /iogra#a, Euillermo +aebel Eumá trad. en O/ra completa, tomo ?3 2 vols. 4arcelona Planeta5*e B&ostini 2007.
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edificante !ue daba sentido a la vida. l /osecillo 1$% era una pe!ueña colinaW su insi&nificancia su falta de renombre fue lo !ue atraDo a ]n&er !uien eri&ió su con!uista en bastión de la esencia de la virilidad % de la causa nacional en esta obra Dn&er describía la &uerra con profundo idealismo como un combate de la Duventud contra la pasividad d"bil de la &eneración anterior. 2 ,e&@n ]n&er la fuer#a vital !ue palpita en estos nuevos h"roes románticos es la san&re de la ra#a en contacto directo con los fusiles !ue maneDan % esa otra fuer#a tambi"n vital !ue es la naturale#a. Brmas % hombres &uerra % naturale#aW en manos de Dn&er la violencia se torna belle#a % la tecnolo&ía se funde con la naturale#a. -as rápidas ráfa&as de las ametralladoras se describen como luci"rna&asW los aviones revolotean como preciosas mariposasW el enemi&o es una min@scula % brillante lib"lula. O 8l paisaDe en !ue se desarrolla la batalla es hermoso: el cálido sol de la mañana baña la tierra desierta sin árbolesW hasta las trincheras lle&a el penetrante aroma de las flores silvestresW el espíritu de la ani!uilación está impreso en el terrenoW ante la evidencia de la batalla % de la muerte sólo reina la pa#W sólo se o%e a la naturale#a !ue conversa consi&o misma. ]n&er revestía de erotismo la capacidad de llevar la muerte. $apítulo tras capítulo se recreaba en la muerte con todo detalle como el pintor !ue describe pincelada a pincelada su obra maestra. 6 ,e&@n ]n&er sólo &racias a la realidad de la muerte % de los actos violentos podemos percibir la belle#a de la naturale#aW sólo es posible alcan#ar la verdadera virilidad mediante el acto de matar. -a violencia es el sendero !ue nos conduce a una eAistencia superior la prueba de la noble#a el distintivo de la eAcelencia. $omo ,pen&ler =itler % tantos otros ]n&er pensaba !ue sólo mediante la &uerra podría alcan#arse la re&eneraciónW !uienes trataban de eludir esta le% fundamental de la naturale#a hacían el ridículo eran la peste de la civili#ación cu%as ideas desembocaban en decadencia. 7 -a eAaltación de la &uerra en una era de matan#as en masa se adecuaba a la perfección con la ideali#ación na#i de la violencia viril la @nica capa# de acabar con las baDe#as % traiciones de la +ep@blica de Ceimar % sentar las bases de un esplendoroso futuro ario. ( -os radicales como ]n&er % los dubitativos como ,pen&ler !ue daba un paso adelante % otro atrás entre la derecha moderada % la radical eran en su ma%oría anticristianos. ,in embar&o sus palabras % sus ideas eran mu% parecidas a las condenas !ue contra la +ep@blica proferían de continuo las dos 3&lesias la protestante % la católica. Hui#á fuera precisamente la retórica empleada por los estamentos cristianos la !ue allanó el camino para !ue el na#ismo ad!uiriese el ran&o de salon#
8rnst Dn&er Copse 1$%3 A Chronicle #rom the Trench War#are o# 19?, -ondres $hatto and Cindus 9O0 iA 2. l /osecillo 1$%, Bndr"s ,ánche# Pascual trad. 4arcelona Tus!uets 8ditores 9/(. 13 3bidem p. 9. 14 3bidem citas 2/5O0. 15 Bl&unos eDemplos en ibidem pp. 26 0752 % 202527. 16 3bidem pp. 60 %. 17 Para un análisis de la violencia v"ase Ulaus Theeleit 0ale 8antasies, ,tephen $ona% trad. en colaboración con 8rica $arter % $hris Turnar 2 vols. 1inneapolis )niversit% of 1innesota Press 9/(59/9 % Mmer 4artov 0rder in O:T 0idst3 The @olocast, 5ndstrial illing, and 4epresentation, Nueva orG MAford )niversit% Press 997.
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8l recha#o de Ceimar por parte de ambas 3&lesias sólo era un refleDo del malestar !ue sentían ante el mundo moderno % la política % el espíritu de Ceimar constituían un eDemplo acabado de la modernidad. $omo tuvimos ocasión de ver en el capítulo / la familia % las cuestiones de índole seAual fueron los principales desencadenantes de la hostilidad !ue ambas confesiones profesaban contra el r"&imen de Ceimar. Pero había otros asuntos. Tanto los protestantes como los católicos sentían nostal&ia de un tiempo en el !ue se&@n ellos imperaba el orden % la espiritualidad cristiana impre&naba todas las esferas de la vida. 8n su opinión los alemanes habían disfrutado de una relación privile&iada con *ios % con la naturale#a mientras !ue la sociedad moderna sólo se movía por ra#ones mecanicistas racionalistas e&oístas e individualistas. / -a 3&lesia católica se lamentaba de !ue los fieles se vieran atrapados en el ritmo trepidante de la vida moderna constantemente preocupados por sacar adelante a sus familias. Bl finali#ar el día a&otados se tumbaban en el sofá % escuchaban la radio cu%a m@sica a esas horas de la noche es como un narcótico. 9 ,e deDaban de lado las in!uietudes espiritualesW los padres no disponían de tiempo para sus hiDos. -a fi&ura paterna velaba por la familia pero %a no era el patriarca de una comunidad familiar ni el ami&o camarada o conseDero. a no era el ori&en ni el centro de una vida familiar profundamente reli&iosa % moral volcada en la espiritualidad rodeada de una aco&edora intimidad. 20 todo por culpa de las ideas ilustradas % racionalistas de los tiempos % de esa deriva e&oísta !ue eri&ía al individuo % no a *ios como centro de todas las cosas. 2 *urante la +ep@blica católicos % protestantes si&uieron profundamente divididos pero ambas confesiones menospreciaban por i&ual la política % la sociedad de Ceimar. +emachaban las tradicionales doctrinas cristianas acerca de los estrechos la#os !ue unían a 3&lesia % 8stado aun!ue siempre advirtiendo al 8stado es decir a la +ep@blica de Ceimar de !ue no se inmiscu%ese en la vida de la 3&lesia. 22 B pesar de la arrai&ada afirmación de la teolo&ía cristiana de !ue el 8stado es el instrumento de *ios en la tierra % dispone del poder !ue establece el orden en la sociedad ambas i&lesias se reservaron su postura durante el periodo de Ceimar. ,i el 8stado se adentraba por la senda de la inmoralidad si no era capa# de mirar por el pueblo % de velar por la familia ambas 3&lesias renunciarían a su lealtad. $on ese apo%o condicionado protestantes % católicos contribu%eron de forma decisiva al debilitamiento del 8stado de Ceimar % abrieron la puerta para !ue otros como los na#is impusiesen su concepción de un nuevo orden. -a teolo&ía cristiana era contraria a la ideolo&ía racista. Pero tanto luteranos como católicos recurrieron con facilidad % con frecuencia al t"rmino ;ol"stm !ue en la d"cada de 920 tenía fuertes connotaciones racistas. ?enía a si&nificar !ue los ras&os distintivos los daba la san&re !ue el ;ol"stm alemán era al&o innato transmitible de &eneración en
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?"ase por eDemplo ;erhandlngen des ersten etschen =angelischen irchentages 19$, editado por la *eutschen 8van&elischen Uirchenausschuss -eip#i& +eichardt 92 p. 09 % ie R?. General=erssammlng der etschen atholi"en z 8rei/rg im Breisga $?. Agst /is 1. !eptem/er 929 editado por el ,eGretariat des -oGalGomitees Xreibur& im 4reis&au ?erla&sbuchhandlun& =erder % $o. s. d. pp. 9596. 19 ie R?. General=erssammlng der etschen atholi"en, pp. 207 2/ cita 207. 20 3bidem p. 207. 21 3bidem pp. 207520/. 22 *octor ,imons en ;erhandlngen des dritten etschen =angelischen irchentages 19E', p. 2(.
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&eneración.2O Tampoco se privaron las dos 3&lesias de atacar directamente a los Dudíos % a su reli&ión. 8n la asamblea luterana de 92 uno de los principales oradores Paul Blthaus afirmaba !ue el espíritu Dudío representaba una amena#a para el pueblo alemán. ,i bien el antisemitismo virulento era al&o malsano ase&uraba Blthaus la 3&lesia tenía !ue mantener una postura firme frente a la amena#a Dudía contra nuestro carácter como nación frente a su influencia en la economía la prensa el arte % la literatura % concluía con un llamamiento a los fieles cristianos para !ue se opusiesen con todas sus fuer#as a tan mal"ficas influencias. No atacaba ni denostaba a los Dudíos a la ra#a ni si!uiera a las creencias reli&iosas del pueblo Dudío sino a la amena#a !ue representa un espíritu urbano depravado % corruptor !ue cuenta con el apo%o principal % fundamental de la ra#a Dudía. 2 Blthaus se eri&ía en portavo# del odio !ue todos los conservadores moderados % radicales sentían hacia la +ep@blica % su cultura: Ceimar era un r"&imen urbano moderno depravado % Dudío todo a la ve#. -a ra#onable in!uina del antisemitismo de Blthaus !ue no iba ni si!uiera en contra del Dudaísmo como no tenía empacho en afirmar hacía !ue resultase a@n más peli&rosa. ,u discurso fue mu% aplaudido por los dele&ados % calurosamente elo&iado por el vicepresidente de la conferencia. 26 Blthaus como tantos otros allanó el camino hacia la reconciliación entre cristianismo % na#ismo. Tenían tantos puntos en com@n !ue bien podían cerrar los oDos a la hostilidad manifiesta del na#ismo hacia el cristianismo. -a creencia en la unidad de la cristiandad % en el pan&ermanismo el &ran ideal del pueblo alemán arrastraría a muchos cristianos por la senda del na#ismo. 27 Msald ,pen&ler 8rnst ]n&er % Paul Blthaus pertenecían a la clase media de la bur&uesía alemana. Blthaus fue profesor universitario % ocupó altos car&os en su i&lesia. 4asta con echar un vista#o a la lista de los participantes en a!uella asamblea para comprobar !ue muchos de los !ue le aplaudieron eran tambi"n profesores universitarios pastores % funcionarios &ubernamentales de nivel medio % alto. ,pen&ler % ]n&er eran el resultado de los ma&níficos institutos % universidades de Blemania % contaban con multitud de se&uidores entre el p@blico cultivado. -os tres dieron forma al sistema ideoló&ico en !ue se apo%aba la derecha radical. 1as no eran personaDes aislados ni radicales aislados: formaban parte de un se&mento mu% representativo de la sociedad alemana. 8ntre los tres consi&uieron esbo#ar una alternativa a la democracia secular % modernista de Ceimar. No pensaban de la misma maneraW sus relaciones con los na#is fueron ambi&uas cuando no hostiles. Pero los tres se manifestaron por escrito % de palabra en un len&uaDe similar !ue en aspectos fundamentales coincidía con el de los na#is. -os tres eApresaron sus opiniones sobre la ra#a el pan&ermanismo la depravación la re&eneración el Defe la lucha sin cuartel % los enemi&os !ue había !ue eliminar. ,u abierta hostilidad a la +ep@blica % a todo lo !ue representaba fue de &ran utilidad para el primer obDetivo de los na#is: abolir la +ep@blica desde dentro con sus ata!ues implacables % 23
?"ase por eDemplo Paul Blthaus Uirche und ?olGstum\ en ;erhandlngen des zeiten etschen =angelischen irchentages 19$, editado por *eutschen 8van&elischen Uirchenausschuss Cittenber& =errose und Yiemsen 92( pp. 20522. 24 25
3bidem pp. 27 29/. 3bidem pp. 225226.
26
3bidem p. 2.
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sentar las bases para imponer la solución alternativa de una identidad nacional establecida sobre principios raciales. -os na#is no inventaron nada ni ideoló&ica ni retóricamente. =itler empleaba el mismo len&uaDe las mismas palabras % frases hechas !ue ,pen&ler ]n&er Blthaus % todas las fuer#as de la derecha sólo !ue eApresado en t"rminos más radicales % ofensivos menos cultos % refinados. Bsí cuando en 92 se pre&untaba en 0i lcha3 V=a% al&una actividad depravada o libertina especialmente en el ámbito de la cultura en la !ue no est" presente al menos un DudíoK no estaba mu% leDos del discurso de Blthaus en la conferencia protestante.2( $uando =itler acusaba a los Dudíos de llevar ne&ros a +enania para echar a perder la ra#a blanca por efecto del mesti#aDe su mensaDe era el mismo !ue se había utili#ado en los carteles del *N?P contra los Tratados de -ocarno ;capítulo O fi&. O.(.< % durante la incesante campaña de la derecha contra la ocupación francesa. 2/ -a idea de !ue Blemania estaba empeñada en una lucha por mantenerse a flote como nación contra enemi&os de toda índole tanto de puertas adentro como en el eAtranDero no era sino un remedo de los discursos eAaltados contra ?ersalles % contra Ceimar !ue católicos % protestantes escuchaban en sus respectivas asambleas o en los p@lpitos de sus i&lesias. $uando =itler hablaba de !ue los Dudíos se enri!uecían a costa de Blemania sólo recurría a eApresiones !ue durante la &uerra % la inflación estaban en boca de todos % servían para describir a especuladores % aprovechados a !uienes siempre se identificaba con los Dudíos. 8sta oratoria en boca de =itler o de otros siempre recurría a las imposiciones de ?ersalles % a la esclavitud de Blemania como parte de una vasta conspiración mundial urdida contra todos los alemanes individual % colectivamente para impedirles mantener a sus familias o conservar su inte&ridad territorial. ,e&@n esta línea de pensamiento cada dificultad era obra der Fde, del Dudío a !uien se revistió de poderes míticos por no decir sobrenaturales.29 -os na#is utili#aban el len&uaDe propio de la derecha añadiendo sólo al&unas innovaciones de carácter táctico % estrat"&ico. Bl menos a partir de 927 se aplicaron en adoptar una estrate&ia política contundente % a&resiva en la !ue todo se fiaba a la acciónW a crear instituciones alternativas en el seno del partido como las unidades paramilitares % la or&ani#ación Duvenil % a ensal#ar la fi&ura de Bdolf =itler como orador brillante % estrate&a político. $on más ardor % a&resividad !ue los conservadores moderados señalaron a un enemi&o mu% particular % concreto a !uien identificaron como causa de las penalidades por las !ue atravesaba Blemania: el pueblo Dudío. Tras el fracaso del &olpe de 8stado de 92O =itler aprendió la lección: nunca volvería a fiarse de los conservadores moderados. Tomó la decisión de ple&arse a los procedimientos democráticos de la +ep@blica de Ceimar para al#arse con el poder % no volvería a participar en una intentona &olpista. Bl rev"s los na#is se aprovecharían de la libertad de prensa de reunión % de eApresión &aranti#adas por el r"&imen de Ceimar para rodearse de una masa de se&uidoresW % tambi"n del sistema electoral republicano para hacerse con la cancillería o la presidencia del país. 8n los años anteriores a la *epresión el na#i no era 27
Bdolf =itler 0ein amp# +alph 1anheim trad. 4oston =ou&hton 1ifflin 9O p. 6(. (0i lcha, 1adrid Xapa 8diciones 200O<. 28 29
3bidem p. O26.
1artin =. Ee%er ;er"ehrte Welt. 4e=oltion, 5n#lation nd 0oderne3 0nchen 191&19$, GHttingen, ?andenboecG und +uprecht 99/ pp. 2(/5O/.
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más !ue un partido min@sculo casi mar&inal en la política % la sociedad alemanas. Xueron arios !ue dedicaron con considerable "Aito a or&ani#ar un partido de militantes fanati#ados % a asentar la fi&ura de =itler como diri&ente máAimo % presunta encarnación del destino del pueblo alemán. Para al&unos el partido fue como una puerta &iratoria por la !ue entraban % salían de la or&ani#ación pero !uienes optaron por !uedarse se convirtieron en a&itadores eApertos. VHui"nes eranK Eentes de procedencia mu% diversa. $on el paso del tiempo % especialmente tras acceder al poder la ma%oría de los miembros del partido pertenecía a las clases diri&entes % bien situadas. Pero lo más sobresaliente es !ue los na#is a&lutinaron el primer ;ol"spartei, es decir el primer partido del pueblo con militantes de todo el espectro social. -os demás partidos importantes eran de composición social o confesional: los militantes socialdemócratas % comunistas pertenecían fundamentalmente a la clase obreraW el Partido del $entro era ma%oritariamente católicoW al Partido Nacional Popular Blemán estaban afiliados terratenientes empresarios % a&ricultores. -os na#is sin embar&o contaban con todas las clases sociales % todas las confesiones reli&iosas aun!ue sus bases se nutrían de la clase media % media baDa: dependientes maestros funcionarios tenderos. Tambi"n contaban con obreros % católicos pero en menor proporción por!ue muchos de ellos %a estaban or&ani#ados en los círculos del movimiento socialista de los trabaDadores o en la propia 3&lesia católica a&rupaciones no tan permeables a la infiltración na#i. Pero %a fueran luteranos o católicos trabaDadores de clase media o de clase alta habitantes de medios urbanos o rurales todos los !ue se afiliaron al partido na#i lo hicieron atraídos por su dinamismo su antimarAismo furibundo % su in!uina implacable contra la +ep@blicaW estaban convencidos de !ue el nacionalsocialismo les convertiría en un pueblo próspero % poderoso dotándoles de una &rande#a como nunca se había visto en Blemania. Bl&unos eran antisemitas recalcitrantesW a otros la denominada cuestión Dudía les deDaba indiferentes. Bun!ue nunca antes hubieran sido antisemitas !uienes se acercaron al N,*BP % se afiliaron al partido creían con fe cie&a !ue los Dudíos eran la causa de todos los problemas !ue padecía Blemania. -os miembros del partido na#i tenían otro neAo de unión: la ma%oría pertenecía a la &eneración de Ceimar. -os altos car&os de la or&ani#ación eran al&o más ma%oresW había veteranos de la Primera Euerra 1undial como el propio =itler 8rnst +>hm +udolf =ess =ermann Eoerin& % +einhard =e%drichW pero sus subordinados inmediatos pensaban !ue por haber nacido al&o más tarde se habían perdido el envite de la &uerra la &ran oportunidad de demostrar su hombría % patriotismo. Bl&unos eran Dóvenes carentes de todo compromiso !ue en las difíciles condiciones económicas % sociales de Ceimar no habían se&uido las pautas normales de un trabaDo estable % una familia. Mtros eran matones calleDeros !ue disfrutaban aunando alboroto o militares retirados !ue sólo se sentían cómodos en un ambiente cuartelario. Pero tambi"n había hombres de clase media con buena formación convencidos de !ue Blemania había sido traicionada tanto dentro como fuera del país !ue la ra#a era lo más importante del mundo % !ue la nación estaba pidiendo a &ritos una revolución a &ran escala !ue se deshiciese de los traidores declarase la &uerra a los opresores eAtranDeros % constru%ese una sociedad sobre principios raciales allí donde &obernasen los alemanes.
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Cerner 4est % ]oseph Eoebbels son claros representantes de este @ltimo &rupo. O0 4est procedía de la clase media acomodadaW Eoebbels era de orí&enes más humildes. Bmbos fueron testi&os del hundimiento de su familia durante los tiempos difíciles !ue si&uieron a la Primera Euerra 1undial % la hecatombe de los primeros años de Ceimar. Bmbos arrastraban traumas: durante la adolescencia Eoebbels se !uedó con un pie #amboW 4est a los !uince años perdió a su padre en la contienda mundialW ambos eran inteli&entes ambiciosos % llenos de resentimiento por sus difíciles circunstancias personales así como por la derrota de Blemania en la Primera Euerra 1undial % el malestar imperante en la nación durante la pos&uerra. Pronto se decantaron por la derecha % se afiliaron al recientemente constituido partido na#iW Eoebbels en 927W 4est en 9O0. *urante el Tercer +eich ambos ocuparon puestos de importancia. Eoebbels fue desi&nado ministro de Propa&andaW 4est ocupó diferentes car&os: se&undo de +einhard =e%drich en el $uartel $entral de la ,e&uridad del +eich de las ,,W &erifalte de la administración alemana durante la ocupación de Xrancia % *inamarca. Eoebbels era el ideólo&o incisivo !ue disfrutaba movili#ando al partido % más tarde a la sociedad alemana con violentas campañas contra los Dudíos los comunistas % las potencias eAtranDeras. 4est era un alto funcionario % un intelectual efica# % calculador responsable en &ran parte del sistema policial del Tercer +eich. -a ra#a era su idea fiDa: la superioridad aria era una realidad incuestionable % había !ue llevar a cabo una revolución política para instaurar un poder tambi"n ario. -os Dudíos constituían la principal amena#a: sólo su eliminación daría la primacía a la ra#a aria. ,ólo un 8stado todopoderoso cu%as riendas estuviesen en manos de un &ran diri&ente sería capa# de construir la futura utopía racial luchando con tesón % denuedo. 8l partido na#i % el Tercer +eich los necesitaba a ambos al vocin&lero % desabrido propa&andista !ue con&re&aba multitudes % al burócrata e intelectual de ideas claras !ue llevase las cosas a buen t"rmino ambos unidos en su in!uina hacia el r"&imen de Ceimar % decididos a instaurar un 8stado % una sociedad en los !ue primase la ra#a. VHu" hacían 4est Eoebbels % millares de individuos como ellos miembros del partido na#i en la d"cada de 920 % comien#os de la si&uienteK -abor de a&itación. *ifundían el mensaDe de la derecha radical en millares de discursos % artículos % or&ani#aban innumerables mítines concentraciones % manifestaciones. ,u estrate&ia consistía en una actividad fren"tica incesante. Bntes de afiliarse al partido na#i Eoebbels % 4est se movían en diversas or&ani#aciones de derechas moderadas % radicales. $omo recuerda 4est a la edad de !uince años no poder luchar como mi padre como un soldado por la victoria de Blemania supuso un trauma para mi adolescencia una sensación !ue más adelante me arrastraría de forma inconsciente a veces a colaborar activamente donde me dieran la oportunidad de hacerlo. O 8n el movimiento estudiantil de la d"cada de 920 se puso de parte de la li&a v>lGisch !ue eAi&ía la inmediata eApulsión de los Dudíos % pronto fue uno de sus diri&entes. 8n +enania or&ani#ó la a&itación contra la ocupación francesa para lo !ue contó con el apo%o financiero % de todo tipo de diversos &rupos del ala derecha de los conservadores como el movimiento estudiantil hombres de ne&ocios personaDes influ%entes % de buena posición económica % al&unos funcionarios del Eobierno. 4est 30
?"ase )lrich =erbert Best3 Biographische !tdien /er 4adi"alisms, Weltanschang nd ;ernn#t, 19'E&19?9, 4onn ]. =. C. *iet# Nachfol&er 997. 8l perfil !ue ofre#co de 4est si&ue con fidelidad el de esta sobreco&edora bio&rafía. 31
$itado en ibidem p. /.
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abominaba contra las imposiciones de ?ersalles % clamaba por una movili#ación popu5 lar una le=De en masse en la !ue habría de ser la @ltima batalla de la &uerra mundial contra el enemi&o franc"s % todos los compatriotas resi&nados !ue consentían en traicionar a Blemania. Bl i&ual !ue los irlandeses luchaban contra los in&leses el pueblo alemán tenía !ue al#arse contra el ocupante al decir de 4est. O2 Eoebbels mientras tanto recorría +enania de punta a punta diciendo lo mismo ante sus camaradas o frente a un p@blico más hetero&"neo e intri&aba para escalar posiciones dentro del partido. Tras al&unas vacilaciones de primera hora se dedicó a adular a Bdolf =itler % buen propa&andista como era a%udó a forDar la ima&en de a!uel 8hrer casi sobrehumano una de las ra#ones !ue convencieron a =itler para poner en sus manos la dirección del partido en 4erlín. Tanta a&itación % actividad se vieron recompensadas incluso antes de la *epresión % el estallido del respaldo popular a los na#is. TrabaDando a destaDo hombres como Eoebbels % 4est or&ani#aron un e!uipo de mandos nutrido de individuos afectos a la causa la ma%oría Dóvenes % siempre varones !ue contribu%ó a la difusión de tales ideas. )n buen eDemplo lo encontramos en Bffin&hausen un pueblo de la 4aDa ,aDonia. B comien#os de 92/ procedente de una localidad próAima apareció un a&itador na#i !ue comen#ó a hablar a la &ente de las penosas condiciones en !ue vivían los campesinos % del movimiento !ue "l representaba. $omo a!uel p@blico "l era tambi"n un a&ricultor !ue sabía de sus preocupaciones % cómo diri&irse a ellos. Pasados unos pocos meses re&resó % volvió cada ve# con más frecuencia en compañía de otros diri&entes na#is. $onsi&uieron nuevos afiliados % cuando los así iniciados habían asimilado la doctrina na#i se acercaban hasta los pueblos de al lado % hacían lo mismo. OO Nin&@n otro partido cuidaba tanto la or&ani#ación ni había tomado la decisión de movili#arse % estructurarse en pueblos % #onas de escaso peso político. -os na#is desple&aron a&itación % a&resividad por ciudades de toda Blemania buscando la confrontación directa con los comunistas los socialdemócratas % los Dudíos. Eoebbels era un hombre especialmente dotado para este tipo de actividades. 8n febrero de 92( la or&ani#ación local del partido na#i celebró una concentración en Ceddin& bastión comunista de 4erlín con Eoebbels como principal orador. )na provocación sin lu&ar a dudas. ,e&@n un informe interno del partido habría un millar de personas en la calle: cuatro !uintas partes huestes na#is de asaltoW una !uinta parte comunistasW el resto &ente normal. Bl principio los comunistas intentaron interrumpir el actoW a continuación &ente !ue estaba entre los asistentes trataron de interrumpir al orador lo !ue desembocó en una batalla campal: sillas Darras de cerve#a % mesas volaron por los aires. 8n la información reservada del partido se ase&uraba !ue ochenta % cinco comunistas habían salido mal5 parados frente a tan sólo !uince na#is. )na &ran victoria como !uedaba refleDado en los periódicos proclives a los na#is: $ruento enfrentamiento: derrota del terrorismo marAista.O ,in duda los na#is ma&nificaban su "Aito % la trascendencia del incidente !ue en cuanto tal apenas restó un ápice al apo%o con !ue contaban los comunistas. Pero sí !ue sirvió para lo !ue se pretendía: un si&no claro % fehaciente de la tenacidad % la 32
3bidem pp. (5(7 citas (6. Na#ism 1919&19%3 A ocmentary 4eader. ?ol. : The 4ise to Poer, 1919&19E, ]erem% NoaGes % Eeoffre% Pridham eds. 8Aeter )niversit% of 8Aeter Press 9/O p. 9. 34 3bidem pp. 6O56. 33
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determinación na#is. -os na#is se hicieron presentes en barriadas pueblos % ciudades empapelándolos de panfletos una ve# por semana o más or&ani#ando manifestaciones % desfiles de &rupos de asalto mal encarados % disciplinados. 8n 9O0 en Thalbur& una ciudad de tamaño medio de =annover los na#is celebraban mítines prácticamente todas las semanas invitando a la &ente a acudir con esló&anes como TrabaDador alemán: esclavo de los intereses del capitalismo internacional ,ólo el 8stado nacionalsocialista salvará a la clase media Mnce años de +ep@blica once años de miseria o 1arAistas asesinos del ;ol" alemán a sueldo del enemi&o. O6 Tales mensaDes iban claramente diri&idos a la ma%oritaria clase media de la ciudad. $omo en el caso de 4erlínJCeddin& los na#is buscaban la provocación % pro&ramaban sus concentraciones % manifestaciones para contrarrestar las del UP* o el ,P*. -as huestes de asalto na#is % los defensores antifascistas los &rupos paramilitares del ,P* armados con bastones puños de metal % armas de fue&o de pe!ueño calibre se peleaban por las calles en los bares % en las concentraciones. Para los miembros de la clase media hostiles a los marAistas J!ue en a!uella ciudad era como mentar a los socialdemócratas dada la escasa presencia de comunistasJ era mu% fácil achacar los desórdenes % las revueltas a los trabaDadores !ue apo%aban al ,P*. Bsí lo recordaba un ama de casa: -os miembros del N,*BP eran Dóvenes muchachos serios !ue se habían afiliado por!ue estaban a favor de la Dusticia social % en contra del desempleo. -os na#is parecían dotados de una especie de ener&ía ina&otable. Todas las paredes estaban pintadas de esvásticas o empapeladas con carteles na#is. =asta %o misma me convencí del empuDe de a!uel partido a pesar de !ue tambi"n &eneraban muchas dudas.O7 8n a!u"lla como en otras ciudades al&unas de las personas !ue disfrutaban de meDor posición se unieron a las a&rupaciones locales del partido en los primeros tiempos convirti"ndolo en una or&ani#ación respetable a los oDos de sus conciudadanos. *urante las campañas electorales J% fueron muchas las !ue se celebraron en los @ltimos años de la +ep@blicaJ la a&itación na#i se hi#o a@n más palpable. )na ve# más recurrimos a Thalbur& como modelo. Para las concentraciones electorales los na#is movili#aban a cuantos los apo%aban en las localidades próAimas !ue se diri&ían a la ciudad como un solo hombre. *esfilando de uniforme banderas al viento mientras las tropas de asalto desde camiones cubrían las calles de panfletos los na#is ofrecían la ima&en de una or&ani#ación fuerte. $uando se celebraban mítines importantes los na#is de la localidad en cuestión procuraban !ue participasen diri&entes conocidos del partido o militares de alto ran&o !ue anhelaban prestar su nombre a la causa. 8l acontecimiento más importante fue la visita de =itler. -os na#is de la a&rupación local pasaron semanas preparándola inundaron la ciudad de carteles % recibieron a%uda de los na#is de poblaciones próAimas. Todo estaba dispuesto con precisión milim"trica: la ruta !ue debía se&uir la comitiva motori#ada las tropas de asalto !ue montarían &uardia % la tribuna de oradores todos actuando como teloneros del discurso !ue pronunciaría =itler. )n espectáculo !ue llamaba poderosamente la atención de muchos alemanes: la marea de 35
Cilliam ,heridan Bllen The 6azi !eizre o# Poer3 The Lperience o# a !ingle German Ton, 19E'&19E%, $hica&o Huadran&le 4ooGs 976 pp. 26 O 0. 8n la primera edición Bllen recurrió al pseudónimo de \Thalbur&\ para referirse a la ciudad en cuestión. Pero no tardó en saberse !ue se trataba de Nordheim por lo !ue en la edición posterior utili#ó el nombre real de dicha localidad. 36 $itado en ibidem p. 26.
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esvásticas ondeando al viento los apretuDones de los asistentes los asientos reservados para los veteranos de &uerra % para a!uellos na#is !ue supuestamente habían resultado heridos en enfrentamientos con comunistas % socialistas la ima&en del descenso del aeroplano en !ue viaDaba =itler hasta posarse en un campo cercano el entusiasmo % el frenesí de la multitud cuando se ponía en pie para hablar. O( 8n esa clase de actos los na#is no sólo parecían Dóvenes sino perfectamente adaptados a los tiempos modernos % a las tecnolo&ías más punteras. =itler fue el primer político alemán !ue recurrió al avión para sus despla#amientos durante las campañas electorales. 8n los mítines multitudinarios los simpati#antes instalaban micrófonos % altavoces. 1ás tarde =itler recurriría a la radio % Eoebbels al cine. Eracias a la transmisión % amplificación del sonido al automóvil % al aeroplano Jlos más modernos medios de transporte !ue ofrecía la tecnolo&ía de la d"cada de 920J los na#is mantuvieron una presencia activa % constante en la esfera p@blica. Pero no sólo discurseaban % se peleaban: tambi"n ofrecían a%udas materiales a los pobres % desempleados or&ani#ando repartos &ratuitos de comida e instituciones de beneficencia. -os pro&ramas de asistencia social como casi todas sus actividades se los financiaban por su cuenta. Bparte de las a%udas !ue recibían de los más ricos de sus simpati#antes conse&uían donativos de sus afiliados o cobraban pe!ueñas cuotas por asistir a sus mítines. 8n cuanto a las labores de beneficencia recibían a%uda de los comerciantes % campesinos de las localidades rurales de los alrededores. B finales de 9O en Thalbur& los na#is daban de comer a unas doscientas personas al día. O/ 8n lo tocante a la Duventud ofrecían &randes oportunidades para pasar un buen rato en un ambiente no reli&ioso ni socialista. Bsí recordaba un ciudadano de Thalbur& las ra#ones !ue en 9O0 le impulsaron a sumarse a las Duventudes hitlerianas: 1e uní Za las Duventudes hitlerianas...[ por!ue deseaba formar parte de una or&ani#ación masculina donde pudiera luchar por un ideal nacionalista. -as Duventudes hitlerianas or&ani#aban campamentos senderismo reuniones de &rupo Z...[ =abía Dóvenes de todas las clases sociales sobre todo de clase media % trabaDadores. Para mi satisfacción no había distinciones por ra#ones sociales o de clase. Tampoco un adoctrinamiento político claro % evidente hasta mucho más adelante Z...[ -o cierto es !ue sin hacer proselitismo las Duventudes hitlerianas de Thalbur& se desarrollaron rápidamente Z...[ -a ma%oría de los chicos !ue se unieron a ellas lo hicieron por las mismas ra#ones !ue %o por!ue buscaban un sitio en el !ue llevar a cabo actividades apetecibles en compañía de &ente de su misma edad.O9
)n Doven de 4ad =ar#bur& !ue tambi"n se afiliaría al partido daba muestras de id"ntico entusiasmo: Para mí fue como empe#ar una nueva vida. ,ólo había una cosa !ue me importase % era servir al movimiento. No pensaba en otra cosa. No hablaba de nada eAcepto de política Z...[ ,ólo me interesaban la a&itación % la propa&anda. 0 37
?"ase la descripción de Bllen en 6azi !eizre, pp. (59 así como las fechas correspondientes del diario de -uise ,olmit# una muDer de clase media alta de =ambur&o casada con un oficial del 8D"rcito en NoaGes % Pridham 6azism, p. (. 38
Bllen 6azi !eizre, pp. (05(. $itado en ibidem p. (O. 40 $itado en NoaGes % Pridham 6azism, p. 6. 39
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8l partido na#i era una or&ani#ación de nuevo cuño activa % dinámica. Pro%ectaba una ima&en Duvenil % ofrecía a muchachos % Dóvenes la oportunidad de embarcarse en actividades divertidas % emocionantes. ;No admitirían a adolescentes % chicas Dóvenes hasta poco antes de 9OO %a en pleno Tercer +eich<. Prometía arre&lar la ver&en#a nacional % los problemas reales !ue en la vida diaria habían sufrido tantos alemanes durante las crisis !ue afectaron a la +ep@blica. 8l partido na#i fomentaba los disturbios a pesar de !ue siempre se definía como el partido de la le% % el orden frente a los comunistas % otros elementos eAtraños !ue tanto terror inspiraban a los alemanes. -os na#is utili#aban el len&uaDe com@n de la derecha teñido de un radicalismo % una determinación propios % distintivos. el partido supo identificar al enemi&o !ue había !ue suprimir para !ue Blemania % los alemanes recuperasen su &rande#a. Pero todo esto no bastó para llevar a los na#is al poder. =ubieron de concurrir otras dos circunstancias: el apo%o de la derecha moderada % la *epresión. 8n 92/ durante los años dorados de la +ep@blica de Ceimar los socialdemócratas recuperaron el Eobierno al frente de una &ran coalición de partidos. =abía nubarrones in!uietantes ^empresarios sider@r&icos de la cuenca del +uhr !ue se deshacían de la mano de obra el apo%o creciente a los na#is en las #onas rurales más deprimidas el &ran n@mero de facciones procedentes de otros partidos !ue concurrieron a las elecciones^ pero el triunfo electoral del ,P* la p"rdida de votos en los eAtremos del arco político % la acertada política eAterior llevada a cabo por ,tresemann representaron cierta esperan#a para la +ep@blica. ,e desencadenó a continuación la crisis económica mundial !ue se inició con el hundimiento del mercado de valores en 8stados )nidos en octubre de 929. -as consecuencias no tardaron en deDarse sentir en Blemania cu%a economía comen#ó a caer en picado durante la primavera de 9O0. -a caída de la 4olsa precipitó la crisis de la banca sobre todo en el momento en !ue las instituciones financieras norteamericanas reclamaron a autoridades % empresarios alemanes el reembolso de los cr"ditos a corto pla#o. 8l dinero se evaporó lo !ue provocó un rápido declive de la producción industrial % finalmente la caída de la demanda puesto !ue ni consumidores ni empresarios disponían de recursos para la ad!uisición de productos. B finales de la primavera de a!uel año la depresión económica afectaba %a a toda Blemania: las fábricas cerradas % las multitudes de desempleados eran sus si&nos visibles. )na sola &eneración de alemanes tuvo !ue v"rselas con tres cataclismos sociales encadenados: &uerra mundial hiperinflación % finalmente una depresión económica hasta entonces desconocida. -as consecuencias políticas de tal situación fueron inmediatas. -a coalición de Eobierno presidida por el ,P* se disolvió por diferencias en cuanto a la cobertura del desempleo. $on la drástica reducción de los in&resos fiscales % el imparable incremento del n@mero de parados !ue esperaban cobrar el desempleo el Eobierno se encontró con !ue no disponía de los recursos !ue necesitaría. -os socialdemócratas % al&unos católicos pretendían mantener e incluso ampliar la protección del desempleo. -os conservadores reclamaban !ue se rebaDasen las prestaciones % !ue se pusieran condiciones más restrictivas para recibirlas. $ada partido se enrocó en sus posiciones % no fue posible alcan#ar nin&@n consenso o compromiso. 8l presidente de la nación el mariscal de campo Paul von =indenbur& desi&nó entonces como canciller a =einrich 4rnin& del Partido del $entro !uien constitu%ó un Eobierno con al&unos de los ministros del anterior pero sin la
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presencia de los socialdemócratasW tampoco fi&uraba Eustav ,tresemann el más firme partidario de una política eAterior de compromisos: había fallecido en el otoño de 929 antes de !ue comen#ase la *epresión. 4rnin& trató de remediar la situación aplicando políticas deflacionarias !ue consistían en e!uilibrar las cuentas del 8stado mediante drásticos recortes de personal % servicios ;como %a señalamos en el capítulo <. 8ra partidario por otra parte de !ue el sector privado si&uiese las mismas pautas !ue el 8stado. -as empresas no debían esperar a%udas oficiales % tendrían !ue reducir sus ad!uisiciones e inversiones hasta !ue se alcan#ase un nuevo e!uilibrio de mercado momento en el !ue descubrirían las ventaDas de invertir % producir % no les !uedaría más remedio !ue contratar personal. 8n una "poca de escase# sin precedentes 4rnin& insistía en !ue sólo el ri&or financiero en los sectores p@blico % privado conse&uiría reconducir la economía alemana. 3ntroduDo tambi"n cambios en la política eAterior: pensaba !ue ,tresemann con su política de aceptación de los compromisos ad!uiridos había cedido demasiado ante las potencias occidentales. Bun!ue 4rnin& no dio por rotas las ne&ociaciones estaba dispuesto a echar abaDo el Tratado de ?ersalles % a !ue Blemania recuperase su posición como &ran potencia. 8n sus @ltimos meses al frente de la cancillería el país se vio de nuevo sumido en las mismas tensiones !ue antes de la crisis de la hiperinflación. No lo&ró con todo el consenso para !ue el le&islativo diese el visto bueno a sus iniciativas políticas: el +eichsta& se&uía mu% dividido. B la vista de la situación en un alarde de autoen&año % de miopía política convocó nuevas elecciones convencido de !ue las urnas le darían el respaldo !ue precisaba. $olosal sande#: la ciudadanía hundida cada ve# más en la *epresión no se movili#ó precisamente en apo%o de un hombre % de un Eobierno incapaces de remediar su miseria. Por sorpresa en esas elecciones &enerales del de septiembre de 9O0 el partido na#i con el /O de los votos consi&uió ciento siete escaños en el Parlamento. Xue un &ran sobresalto !ue los periódicos se encar&aron de airear dedicando enormes titulares al "Aito de los na#is. *e ser un partido minoritario casi mar&inado del sistema político los na#is lle&aron a convertirse en una importante fuer#a política. Blemania !ue atravesaba una situación política de eAtrema dificultad por la cantidad de partidos con representación en el +eichsta& % las profundas diferencias políticas % sociales !ue los separaban se convirtió en una nación in&obernable mediante los mecanismos parlamentarios habituales. -os na#is Damás tuvieron la intención de hacer nada positivo desde dentro del sistema sino !ue utili#aron todos los ór&anos le&islativos de Blemania desde el +eichsta& a los Parlamentos re&ionales o los a%untamientos como escenarios propa&andísticos. 4rnin& consideró a!uella situación desastrosa para los alemanes comprometidos con la democracia como una oportunidad estupenda para sus propósitos de desmantelar la +ep@blica desde dentro % dar paso a un sistema político autoritario. Para ello se sirvió a voluntad de los poderes !ue le había otor&ado el presidente =indenbur& % se aplicó el artículo / de la $onstitución de Ceimar !ue en situaciones críticas autori#aba al presidente a declarar el estado de eAcepción % podía &obernar por decreto siempre % cuando sus disposiciones no fueran en contra de la $onstitución. -os cons titu%entes habían incluido el artículo / como una cautela sólo para el caso de !ue la +ep@blica se viese amena#ada. Pero como el +eichsta& no se ponía de acuerdo sobre nin&una cuestión importante pasó a convertirse en un instrumento normal de &obierno. *urante los dos
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años % medio si&uientes Blemania contaba con un +eichsta& al !ue 4rnin& tenía !ue solicitar el visto bueno % se mantuvieron las libertades establecidas en la $onstitución. Pero lo cierto es !ue Blemania estaba en manos de una dictadura presidencial. *esde un punto de vista político la +ep@blica fue abolida mucho antes de !ue =itler lle&ase al poder. 4rnin& contaba con la complicidad del presidente =indenbur& para declarar periódicamente el estado de eAcepción a lo !ue el mariscal de campo accedía siempre con &usto. -as elecciones presidenciales de 926 % 9O2 fueron la puesta en escena del fracaso de Ceimar. 8l centro % la derecha adoraban a =indenbur& como representación viril del valor el orden % la estabilidad como su eslabón con la eAtinta "poca imperial. -o más !ue se puede decir de "l es !ue durante el tiempo !ue permaneció en el car&o no hi#o nada para socavar la +ep@blica % !ue fue escrupulosamente fiel a la $onstitución !ue había Durado. Pero la elección como presidente de un &eneral !ue en su fuero interno era hostil a los planteamientos democráticos convirtió la +ep@blica en una farsa. Por si fuera poco cuando fue reele&ido en 9O2 =indenbur& tenía más de ochenta años % ciertos síntomas de senilidad. $on el comien#o de la &ran *epresión % la crisis política !ue la si&uió su ima&en como diri&ente era más propia de una ópera cómica. Bl frente de Ceimar se necesitaba a un demócrata convencido % comprometido no a un mariscal de campo octo&enario % de lucide# dudosa. *urante la se&unda mitad de 9O0 a lo lar&o de 9O % hasta principios de 9O2 4rnin& redactó una serie de decretos !ue culminaron en el despido de un elevado n@mero de funcionarios % en recortes en las prestaciones por desempleo % otros beneficios sociales. -a población estaba eApectante pero no había indicios de recuperación económica sino más bien de todo lo contrario: Blemania se hundía cada ve# más en la crisis económica % el sistema político encallaba. ,e&@n estadísticas oficiales en el verano de 9O2 casi un tercio de la población activa estaba en paro pero las cifras reales eran a@n ma%ores. -as muDeres fueron las primeras en ser despedidas % mu% pocas recibieron la cobertura de desempleo. $omo casi todo el mundo pensaba !ue había !ue mantener la fi&ura del hombre como sustento del ho&ar: si sus maridos %a trabaDaban o cobraban el desempleo era necesario prescindir de ellas en el trabaDo. 1ientras tanto los na#is se&uían con su labor de a&itación lan#ando constantes ata!ues contra la +ep@blica. $ada ve# contaban con más simpati#antes. B diario los periódicos se hacían eco de re%ertas calleDeras en las !ue siempre participaban los na#is. Blemania estaba en crisis los alemanes sufrían % no se barruntaba una salida. ,e identificaba a los socialdemócratas los más firmes defensores de la democracia con un sistema !ue hacía a&uas por todas partes. 1uchos militantes del ,P* lucharon con todas sus fuer#as contra los na#is % lle&aron incluso a pensar en plantearles una oposición frontal mediante una posible coalición con el UP* ;!ue estos hubieran aceptado si los pactos daban por buenas las eAi&encias comunistas<. -a dirección del ,P* sólo pensaba en cómo apuntalar la +ep@blica a pesar de !ue 4rnin& % sus sucesores %a la habían vaciado de contenido. 8n el +eichsta& los diputados del ,P* apo%aron al Eobierno de 4rnin&W incluso en las elecciones presidenciales de la primavera de 9O2 el partido dio su apo%o a =indenbur& como mal menor. Triste papel el de los socialdemócratas obli&ados a ofrecer su respaldo a personaDes antidemocráticosW uno vinculado con bastiones autoritarios monár!uicos % militares ;=indenbur&< % el otro inventando una dictadura moderna adaptada al si&lo
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;4rnin&<. -a desmorali#ación cundió en las filas del ,P*. -as medidas políticas adoptadas por 4rnin& acabaron en fracaso % finalmente perdió el apo%o de =indenbur& % de otros conservadores. *os factores fueron los desencadenantes de la situación. ,u ministro del 3nterior lle&ó a la conclusión de !ue los na#is se estaban volviendo demasiado osados % revoltosos % para meterlos en cintura emitió una orden por la !ue se prohibían los desfiles de las tropas de asalto. )na decisión !ue no fue bien recibida por muchos conservadores !ue recurrían a los na#is para dar al traste con la +ep@blica. Pero lo más importante fue !ue en su afán por recortar &astos pretendió eliminar las a%udas del Eobierno !ue recibían los terratenientes prusianos un pro&rama de subsidios del !ue se beneficiaba la clase más selecta de Blemania los nobles prusianos incluido el presidente de la nación. )n reducido &rupo de asesores de =indenbur& lo&ró convencer a 4rnin& para !ue abandonase % cesó en el car&o de canciller el O0 de ma%o de 9O2. 8n la primavera de 9O2 =itler llevó a cabo su se&undo intentona para hacerse con el poder ;la primera fue durante el intento de &olpe de 8stado de 92O< enfrentándose a =indenbur& en las elecciones presidenciales. Bun!ue tuvo muchas dudas sobre si debía presentarse o no al final lo hi#o empuDado por Eoebbels % otros altos car&os del partido na#i. =itler sabía !ue el partido era un motor !ue tenía !ue ir cada ve# más deprisa % consi&uió !ue los simpati#antes se a&itasen % movili#asen hasta eAtremos nunca vistos. No tenía nin&una intención de colaborar en las tareas de &obiernoW su @nico obDetivó la raison dZ^tre de su eAistencia era conse&uir el poder. *e no tomar la decisión !ue adoptó en 9O2 cuando la situación política % económica de Blemania estaba tocando fondo !ui#á perdiese el apo%o político con !ue contaba. -o intentó % perdió. Plantó cara a =indenbur& en unas elecciones inciertas % al final fue lindenbur& !uien las &anó ;fi&s. 9.. % 9.2.<. )n =itler eAaltado % un partido na#i derrotado. Todo parecía indicar !ue había lle&ado el momento de los conservadores moderados !ue utili#aban a los na#is en sus intentos de acabar con la +ep@blica pero !ue no tenían intención al&una de entre&arles todo el poder. Todavía eran demasiado toscos e imprevisibles como para fiarse de ellos por completo. Xue el momento en !ue apareció Xran# von Papen un noble católico de Cestfalia !ue había militado en el Partido del $entro % a !uien =indenbur& desi&nó como sucesor de 4rnin&. Papen opinaba tambi"n !ue había !ue aplicar políticas deflacionarias para salir de la *epresiónW pero al mismo tiempo deseaba con más ahínco !ue su antecesor acabar con la +ep@blica % con el sistema impuesto en ?ersalles % pensó !ue los na#is le a%udarían a conse&uir sus propósitos. 8n Dulio de 9O2 destitu%ó al Eobierno electo de Prusia un bastión de la democracia de Ceimar % nombró otro más acorde con sus intereses. $on id"ntica necedad cometió el mismo error !ue 4rnin& % convocó elecciones confiado en !ue la ciudadanía le daría su apo%o para sacar adelante las decisiones políticas oportunas. Pero hundido como estaba en la *epresión el pueblo no respaldaría a un Eobierno cu%as medidas políticas no habían paliado sus carencias. -os alemanes fueron a las urnas el O de Dulio de 9O2. -os na#is consi&uieron el O(O de los votos la cifra más elevada !ue alcan#asen en unas elecciones libres con lo !ue se convirtieron en el partido más votado de Blemania con doscientos treinta diputados en el +eichsta&. $elebraron el triunfo por todo lo alto. No está de más subra%ar !ue no consi&uieron % nunca conse&uirían la ma%oría absoluta en unas elecciones libres. $on todo obtuvieron un elevado porcentaDe de votos más de un tercio del total. Pero el pueblo
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alemán nunca allanó el camino de los na#is hacia el poder: dos tercios del electorado votaron en contra del partido. $omo cabe#a visible del partido más votado de Blemania =itler intentó de nuevo hacerse con el poder: pensaba !ue la cancillería le pertenecía por derecho propio. $elebró un encuentro con =indenbur& el hombre !ue representaba los intereses % valores de los oficiales prusianos. B sus oDos =itler era poco más !ue un a&itador de baDa estofa !ue en los cuatro años en !ue había estado alistado durante la Primera Euerra 1undial sólo había alcan#ado el &rado de cabo. =indenbur& pues lo recibió pero se ne&ó a nombrarlo canciller. Papen si&uió en funciones hasta !ue el nuevo Parlamento se constitu%ó en septiembre de 9O2. $omo 4rnin& continuó &obernando por decreto. Pero los na#is pensaron !ue Papen les había Du&ado una mala pasada por!ue había sido el desi&nado como canciller. 8l +eichsta& celebró su primer pleno a principios de septiembre de 9O2 con =ermann Eoerin& como presidente de la $ámara dado !ue era el Defe del partido más votado. $on el apo%o de los comunistas los na#is presentaron una moción de censura contra el Eobierno. Bsí el Eobierno de Papen ca%ó antes de haber tomado posesión. =abía !ue celebrar nuevas elecciones las terceras de importancia sólo en a!uel año de 9O2 una situación !ue fomentaba la desconfian#a en la +ep@blica. Xi&. 9..: *urante el periodo de Ceimar los alemanes vivieron de lleno la política. jste era el aspecto !ue presentaba la Potsdamer Plat# durante las elecciones presidenciales !ue se celebraron en la primavera de 9O2. 8n los carteles de =indenbur& se puede leer: 8le&id a un hombre no un partidor mientras uno de los pas!uines na#is re#a: 8l presidente del +eich se llama Bdolf =itler. B la sombra de tales consi&nas políticas la &ente acudía a sus ocupaciones habituales: unos al restaurante ve&etariano !ue se encontraba debaDo del cartel de =indenbur&W otros a la pastelería sobre la !ue se al#aban los mensaDes en apo%o de =itler ;ullstein bild F The Eran&er $ollection Nueva orG<.
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Xi&. 9.2.: -os políticos trataban de lle&ar a todos los sectores de la sociedad a todas las poblaciones incluso a las viviendas de cada barriada. 8n esta ima&en de una huel&a de in!uilinos en 4erlín5Ceddin& en 9O2 se observa cómo en al&unos ho&ares ondean banderas na#is mientras en otros cuel&an enseñas comunistas con la ho# % el martillo. 8n la pared de enfrente se ve una pintada !ue dice: Primero comerW lue&o el al!uiler ;ullstein bild F The Eran&er $ollection Nueva orG<.
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-os alemanes acudieron a las urnas el 7 de noviembre de 9O2 con unos resultados !ue merece la pena reseñar. -a euforia na#i se vino abaDo. 8l porcentaDe de voto !ue consi&uieron ca%ó al OO e!uivalente a ciento noventa % seis escaños. Blemania no había votado por el consenso político ni los na#is tenían el camino despeDado para hacerse con el poder. *e hecho el partido !uedó sumido en la confusión. =itler había hecho dos intentos para al#arse con el poder a!uel año % en ambas ocasiones había fracasado. -as arcas del partido estaban eAhaustas % entre los militantes aumentaban las críticas % la oposición a =itler. B finales del otoño de 9O2 la probabilidad de !ue los na#is accediesen al poder era sólo una posibilidad de nin&@n modo al&o inevitable. 8l tercer canciller de la Blemania de Ceimar en 9O2 fue un a%udante mu% cercano al presidente =indenbur& el &eneral del 8D"rcito Uurt von ,chleicher !ue decía tener un pro%ecto para poner fin a un tiempo a la crisis económica % política de la nación. Pensaba !ue con su pro&rama para la creación de empleo con a%udas del Eobierno podría constituir una &ran coalición en la !ue fi&urasen desde los sindicatos socialdemócratas de i#!uierdas hasta los na#is contrarios a =itler por la derecha. ?anas ilusiones: las diferencias entre los partidos políticos alemanes eran demasiado profundas como para !ue sus deseos se hiciesen realidad. 1ientras a principios de enero de 9OO auspiciadas por un reducido círculo de asesores del presidente =indenbur& se entablaron ne&ociaciones secretas entre Papen % =itler % los conservadores moderados comen#aron a hablar en serio con los radicales. Todos los planes % Eobiernos de 9O2 habían fracasado. -os oficiales nobles % funcionarios de alto ran&o del entorno de =indenbur& con el apo%o de unos cuantos hombres de ne&ocios % ban!ueros pensaron !ue podrían recurrir a los na#is para acabar con la +ep@blica desde dentro. Por su parte los na#is pensaron !ue podían aprovecharse de los moderados con id"ntico propósito. $omo todos se eApresaban en t"rminos semeDantes % compartían los mismos obDetivos en las @ltimas semanas de a!uel mes echó a andar la &ran coalición anti5Ceimar. 4uscaban la instauración de un sistema autoritario en el país % a nivel internacional !ue Blemania recuperase el ran&o de &ran potencia !ue le correspondía. Bpo%aban una política =Hl"isch !ue suponía en la práctica fuertes limitaciones para los Dudíos. -os sindicatos el socialismo en todas sus versiones el arte moderno % los movimientos de reforma en lo tocante a la seAualidad desaparecerían de la vida p@blica. 8ra una coalición antidemocrática antisocialista % antisemita. -a derecha de siempre no se comprometía a nada con =itler % los na#is !ue desde su punto de vista se&uían siendo demasiado radicales e imprevisibles. Pero tras el fracaso de todos los planes con una Blemania !ue sobre el papel era todavía una +ep@blica enfan&ada en la *epresión % car&ando con las eAi&encias de ?ersalles tanto a los conservadores moderados como a amplios se&mentos de la clase media hasta =itler % los na#is les parecieron aceptables. 8n enero de 9OO los asesores de =indenbur& le presentaron un pro%ecto para formar un nuevo Eobierno en el !ue Bdolf =itler asumiría la cancillería con Xran# von Papen como vicecanciller % die# ministros de los !ue sólo dos eran na#is. Tran!uili#ado por la presencia de tantos conservadores =indenbur& consi&uió superar el desprecio !ue le inspiraba =itler. 8l O0 de enero de 9OO si&uiendo todos los procedimientos le&ales nombró canciller a =itler. -a Blemania de Ceimar había lle&ado a su fin.
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8n definitiva el enterramiento del r"&imen de Ceimar fue el resultado de la conspiración de un reducido círculo de hombres poderosos próAimos a =indenbur& !ue conclu%ó con el nombramiento de =itler. )n asunto sin ma%or trascendencia. Todavía no había nacido el Tercer +eich. No ha% duda de !ue los na#is lo hicieron mu% bien: se presentaban como un partido dinámico capa# de sacar a Blemania de la *epresión de restablecer la moralidad % de devolver a la nación la &rande#a !ue le correspondía. Xueron muchos los alemanes !ue optaron por depositar sus esperan#as en a!uel hombre inteli&ente % seductor !ue era =itler. Pero de no haber sido por las sucesivas crisis !ue atravesó Ceimar % !ue 3es fran!uearon las puertas =itler no habría deDado de ser una eAtrava&ancia más de a!uella "poca % el partido na#i hubiera se&uido i&ual de mar&inado en los eAtremos del espectro político. Tras la deuda de &uerra % el Tratado de ?ersalles la hiperinflación % para colmo la *epresión en el invierno de 9O259OO los ciudadanos alemanes eran un pueblo abatido !ue trataba a la desesperada de encontrar una salida. Por otra parte el prolon&ado d"ficit democrático de Blemania la persistencia de estructuras % mentalidades autoritarias !ue se remontaban a la fundación del 8stado en /( constituían una sólida base para aplicar cual!uier política de derechas en los tiempos posteriores a la Primera Euerra 1undial. Por llamativo !ue fuera el activismo del partido na#i a pesar del ma&netismo personal de =itler por desesperada !ue hubiera sido la situación durante los @ltimos años de la +ep@blica lo cierto es !ue los na#is nunca se al#aron con la ma%oría absoluta en condiciones democráticas. ,in el apo%o de los conservadores moderados de militares de alta &raduación de empresarios funcionarios % nobles los na#is Damás habrían accedido al poder. $omo todo lo !ue &uarda relación con Ceimar su victoria fue obDeto de muchas críticas controversias !ue sólo se resolverían mediante el recurso a una violencia inima&inable contra cual!uiera de sus oponentes reales o ima&inarios. -a asunción del poder por parte de los na#is fue una contrarrevolución en el sentido de !ue acabó con las &randes con!uistas de la revolución de 9/599. Tras echar abaDo la +ep@blica % la $onstitución aun!ue "sta nunca !uedó formalmente dero&ada los na#is no tardaron en acabar con todo: sufra&io universal e i&ualitario libertades políticas elecciones participación del pueblo en las instituciones. -a revolución había representado tambi"n más de una d"cada de entusiasta renovación en el mundo del arte así como un sinfín de esfuer#os para alcan#ar la emancipación tanto personal como colectivamente. -os na#is dieron tambi"n la vuelta a todo esto si bien adoptaron al&unas de las formas eAternas del modernismo en la ar!uitectura % en otros terrenos. Xue una contrarrevolución en toda re&la por!ue las clases diri&entes !ue se vieron atacadas en 9/599 % obli&adas a hacer todo tipo de concesiones políticas económicas % sociales recuperaron sus anti&uas posiciones en 9O259OO con deseos de ven&an#a % ánimos para acabar con la +ep@blica. -a tibie#a % cortedad de miras de los socialdemócratas durante la revolución con su eslo&an de nada de eAperimentos % su ne&ativa a plantar cara a los pilares sociales % económicos !ue sustentaban el poder de las clases diri&entes en el 8D"rcito las i&lesias la economía las universidades % la burocracia estatal no deDarían de perse&uirlos % acosarlos durante los doce lar&os años !ue duró el Tercer +eich. -a asunción del poder por los na#is fue tambi"n una revolución. -os conservadores !ue
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prepararon % aceptaron la desi&nación de =itler como canciller no tardaron en sentirse en&añados. $onsi&uieron más de lo !ue habían pensado pero al final fueron los na#is !uienes utili#aron todos los recursos a su alcance para acabar con la anti&ua clase diri&ente alemana. 8l poder absoluto !ue los na#is !uerían eDercer sobre cada individuo sobre cada estrato social representó la ruptura más radical frente a las ideas de conservadores % liberales. -a sustitución del concepto democrático de ciudadanía imperante en Ceimar por un 8stado % una sociedad asentados sobre la ra#a constitu%ó la más honda % mortífera revolución ima&inable. B!uel O0 de enero de 9OO % durante los días si&uientes los na#is desfilaron con &ran pompa por las ciudades % pueblos de Blemania. -uise ,olmit# una muDer de clase media alta casada con un oficial del. 8D"rcito estaba encantada: =itler Z...[ canciller del +eichg !u" Eobiernog Bl&o !ue ni nos podíamos ima&inar en Dulio pasado. =itler =u&enber& Zdiri&ente del *N?P[ ,eldte Zcabe#a visible de la or&ani#ación de veteranos del !tahlhelmK, Papeng 8n ellos están depositadas las esperan#as de Blemania. -a impronta nacionalsocialista la seriedad de los nacionalistas populares los apolíticos del !tahlhelm, sin olvidar a Papen. Bsombroso Z...[ V$uánto hacía !ue Blemania no disfrutaba de un verano así tras una espl"n5 dida primaveraK =abría !ue remontarse a la "poca de 4ismarcG. Hu" maravilla lo !ue ha conse&uido =indenbur&g Z...[ *esfiles solemnes presididos por =indenbur& % =itler nacionalsocialistas % veteranos del !tahlhelm Duntos por fin una ve# más. )n O0 de enero memorableg
Bl&unos días más tarde desde 4erlín 4ett% ,cholem escribía a su hiDo el eminente erudito Dudío Eershom ,cholem !ue años antes había emi&rado a Palestina. -e hablaba de la imprenta de la familia de las dificultades !ue tenían con encar&os % clientes Dunto con chismorreos sobre conocidos % familiares o la crude#a de a!uel invierno. Pero no parecía demasiado preocupada por la victoria na#i. -o !ue más salta a la vista es la epidemia de &ripe % los @eil @itlerV, escribía el ( de febrero de 9OO. *os semanas más tarde en otra carta se refería a !ue como siempre los cambios políticos no habían sido buenos para el ne&ocio. -a &ente miraba hasta el @ltimo c"ntimo % anulaba contratos. *e paso hacía mención de una maravillosa representación de 8asto, a la !ue había asistido en el Teatro Nacional.2 Bmbas muDeres se en&añaban a sí mismas. ,olmit# se daría cuenta de !ue los na#is sólo pretendían llevar a cabo una revolución de derechas en Blemania. ,us admirados conservadores los mismos !ue al#aron a =itler al poder % !ue en su ma%oría continuaron dándole su apo%o durante el Tercer +eich no tardaron en verse burlados por los na#is. Por su parte ,cholem descubriría la amena#a mortal !ue representaban los na#is !ue se incautaron de su posesión más preciada la imprenta de la familia. 8ntrada %a en los sesenta durante 9O9 tuvo !ue eAiliarse con su hiDa a Bustralia donde no tardaría en recibir la noticia de !ue otro de sus hiDos el eA comunista Cerner había sido asesinado por los na#is en 4uchenald. 41
$itado en 3bidem p. 29. 4ett% ,cholem5Eershom ,cholem 0tter nd !ohn im Brie#echsel 19&19R, 3tta ,hedlet#G% ed. 1@nich $. =. 4ecG 9/9 pp. 2(O52/0 cita 2(0. 42
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$MN$-),3SN un!ue han pasado unas cuantas d"cadas desde su desaparición a@n es posible percibir el ful&or de la "poca de Ceimar. $omo en una tra&edia &rie&a se&uimos las vicisitudes históricas !ue atravesó sus infaustos comien#os su a#arosa eAistencia % el acia&o desastre !ue acompaña al momento en !ue cae el telón. 3&ual !ue uno de sus dramas Ceimar nos lleva a refleAionar sobre el sentido del devenir del &"nero humano: la lucha por alcan#ar al&o nuevo % maravilloso frente al mal absolutoW la ineptitud % la temeridad de !uienes aun car&ados de buenas intenciones deberían haber sido más precavidos. 8n la arena política pocos son los h"roes o heroínas de Ceimar % desde lue&o nin&uno !ue mere#ca el calificativo de inocente Jno ha% lu&ar para los hiDos de 1edea en este dramaJ por más !ue prácticamente todos desde los militares hasta los comunistas aduDesen !ue estaban siendo pisoteados. Pero Ceimar contó con hombres audaces % brillantes !ue alumbraron nuevas formas de eApresión artística !ue trabaDaron con denuedo por una sociedad más humana % !ue refleAionaron por eAtenso sobre el si&nificado de la modernidad. =ombres capaces de diseñar planes de vivienda !ue miti5 &aron las míseras condiciones de vida de muchos alemanes. =ombres !ue convencidos de !ue todo ser humano tiene derecho a una vida seAual &ratificante no sólo escribieron % pronunciaron conferencias sobre la seAualidad sino !ue abrieron las puertas de sus consultorios. =ombres !ue reduDeron la inicua Dornada laboral vi&ente en el sector industrial antes de la &uerra. =ombres !ue con fascinante ori&inalidad compusieron m@sica escribieron novelas % tratados filosóficos tomaron foto&rafías % reali#aron fotomontaDes !ue renovaron el mundo de la escena sin deDar de pre&untarse por el si&nificado de la "poca moderna. =ombres !ue crearon pasaDes de belle#a ini&ualable !ue a@n podemos disfrutar cuando nos detenemos en un párrafo escrito por Thomas 1ann o contemplamos la Torre 8instein de 8rich 1endelsohn un precioso día de verano. 8stos son los verdaderos &randes lo&ros de Ceimar. B lo lar&o del si&lo pocos son los lu&ares % momentos de consecuencias intelectuales % culturales tan sobresalientes % duraderas !ue soporten la comparación con el 4erlín de 920 o sus avan#adillas de *essau 1@nich incluso Xribur&o =eidelber& o 1arbur&o. !er y tiempo, de =eide&&er fue el teAto !ue más influ%ó en el eAistencialismo posterior a la ,e&unda Euerra 1undial así como en el posmodernismo de finales del si&lo pasado. -a ar!uitectura de Ceimar espl"ndida en su ori&inalidad desempeñó un papel fundamental en el desarrollo del estilo modernista !ue se impuso en todo el mundo a partir de 96. Tras un prolon&ado % est"ril periplo plasmado en blo!ues de pisos cada ve# más altos urbanistas % ar!uitectos han reparado de nuevo en las eAcelsas creaciones de 4runo Taut en la d"cada de 920 !uien supo demostrar !ue tambi"n se pueden edificar viviendas a escala humana. Todavía representa al&o para nosotros el ele&ante compromiso contraído por Thomas 1ann con los fantasma&óricos conceptos % valores del si&lo 3. -os directores esc"nicos de van&uardia
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vuelven la vista una % otra ve# a 4ertolt 4recht % su idea de teatro "pico. Ceimar no sólo representó un acicate para al&unos portentos eAcepcionalmente &eniales sino !ue alumbró toda una &eneración de artistas e intelectuales tan in!uietos como in!uisitivos. No ha% una @nica ra#ón de !ue en a!uel momento en a!uel país se produDera tal eclosión de creatividad. 8n parte la respuesta reside no obstante en la impresión de descalabro sin paliativos !ue para el vieDo orden establecido supusieron la Primera Euerra 1undial % la revolución posterior !ue se llevó &ran parte de los desechos lo !ue permitió !ue al menos durante un tiempo se contemplase un futuro abierto % desbordante no sólo en Blemania sino en todo el continente. -as &randes fi&uras de Ceimar sur&ieron en un conteAto europeo de cataclismos % revoluciones en contacto permanente con sus homónimos artísticos o intelectuales de otros países. Tal sensación de posibilidades ilimitadas ni podía prolon&arse ni habría de ser duradera. No tardaron en imponerse las realidades políticas % económicas. Pero hubo un tiempo no obstante en !ue pareció posible crear al&o radicalmente nuevo % ese sentimiento bastó para despertar la creatividad de personas de la talla de =annah =>ch 4runo Taut 8rich 1endelsohn -ás#ló 1ohol%5Na&% % tantas otras. ,u trabaDo se iría atemperando con el paso de los años pero eso no si&nifica !ue a!uellos artistas viviesen dos vidas distintas ni atravesasen dos periodos diferentes. ,i&uieron adelante sin renunciar a la creatividad e ima&inación con !ue habían irrumpido en el mundo del arte. 8s posible !ue sus meDores obras viesen la lu# cuando descubrieron cómo atemperar el ardor de sus ilusiones revolucionarias pero nada se habría atemperado si no se hubiese producido a!uel deslumbramiento inicial: sin el eApresionismo no podríamos hablar de Nueva MbDetividad. Ceimar fue una etapa car&ada de tensiones de eso no cabe duda. -as incesantes revueltas los breves periodos de estabilidad % la ausencia de consenso distin&uen este periodo. -a derrota b"lica pesó especialmente en la política % en la economía de la Blemania de a!uellos años % ensombreció el ánimo de la nación. Pero la &uerra es sólo una eAplicación parcial. -a tensión % la conflictividad de la "poca de Ceimar fue conse5 cuencia tambi"n de su posición e!uidistante entre el este % el oeste no en el sentido &eo&ráfico sino por el hecho de !ue la Blemania de Ceimar i&ual !ue la )nión ,ovi"tica !uedó marcada por la revolución. )na revolución incompleta sin embar&o !ue estableció un ordenamiento constitucional de corte occidental !ue no lle&ó a calar entre las clases diri&entes enfrentadas con uñas % dientes a la democracia. Bun!ue la vida en Ceimar no fue fácil sí fue un momento de intensa creatividad. -as sociedades narcoti#adas sonámbulas o satisfechas no se plantean nada no se cuestionan nada. -a ma%oría de los &randes artistas e intelectuales de la Blemania de Ceimar %a habían hecho sus pinitos antes de la Primera Euerra 1undial % sintieron el &usanillo de la creatividad una ve# !ue re&resaron del frente o cuando pensaron en emprender una nueva vida tras el desastre de la &uerra. 1uchos eran de i#!uierdas pero tambi"n fi&uraban representantes de la derecha como 8rnst ]n&er % 1artin =eide&&er !uienes por supuesto abominaban de la +ep@blica pero !ue pudieron llevar a cabo su trabaDo &racias a ella. -a &eneración si&uiente tambi"n se sintió libre de ataduras !ue la li&aran al pasado. 8l historiador XeliA Eilbert !ue alcan#ó la edad adulta tras la derrota durante las a&itadas circunstancias !ue acompañaron a la revolución la &uerra civil % la inflación al revivir
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a!uellos tiempos sesenta años más tarde escribiría: -o @nico de lo !ue estábamos se&uros es de !ue no había nada se&uro. ?ásta&o de la lar&a familia 1endelsohn tan influ%ente en numerosos círculos prusianos % alemanes durante el si&lo 3 Eilbert recordaba !ue tanto "l como sus amistades eran conscientes de pertenecer a otra &eneración: 8stábamos se&uros de la !ue la &eneración de la pos&uerra era otra cosa. *isfrutábamos llamando la atención de los ma%ores por no llevar sombrero en verano por no ir vestidos de esmo!uin cuando salíamos por la noche por !uedarnos sentados durante horas en los altos taburetes de los bares en lu&ar de ir a beber a locales respetables. Hueríamos vivir nuestra propia vida saltándonos las rí&idas formalidades.
,u actitud hacia el seAo se limitaba a !ue la &ente hiciese lo !ue le apeteciera sin tapuDos sin emitir Duicios morales talante !ue al parecer tambi"n incluía la homoseAualidad aun!ue la le% la prohibiera. 8llos pensaban !ue 4erlín era una ciudad libre o cuando menos más libre !ue otras metrópolis. 2 -a libertad de !ue disfrutaban Eilbert % sus ami&os no era sólo el producto de un talante indefinido de una forma difusa de ver las cosas propios de la pos&uerra. 8ra tambi"n una realidad política una de las consecuencias de la revolución de 9/599 !ue estableció las libertades políticas abrió nuevas vías de representación proclamó la i&ualdad de las muDeres % en la práctica abolió la censura con!uistas !ue sobrepasaron con mucho las limitaciones formales del propio sistema % !ue permitieron !ue mucha &ente viviera con ma%or libertad sin dar cuentas a nadie %a fuera en &rupos formalmente constituidos como las asociaciones de nudistas de los liberales o los radioclubes comunistas o más informales como &rupos de ami&os !ue !uedaban para ir a bailar. 8ran libertades con las !ue no todo el mundo estaba de acuerdo. 8l arte moderno i&ual !ue la muDer moderna o el seAo sin más eran otros tantos motivos de conflicto contra la denostada democracia !ue la numerosa % multitudinaria derecha no deDaba de es&rimir en un enfrentamiento !ue acabaría por poner fin a las libertades reconocidas por Ceimar. Pero la +ep@blica no sucumbió como consecuencia del des&aste ocasionado por personaDes anónimos como si en un momento dado los conflictos de a!uella sociedad hubiesen revestido tal enver&adura !ue dieran al traste con el orden social. Ceimar no se vino abaDoW acabaron con ella. Xue destruida por decisión de la derecha alemana antidemocrática antisocialista % antisemita !ue en el @ltimo momento eli&ió a los na#is a la oposición más eAtrema desproporcionada % virulenta como compañeros de cama. 8s posible !ue Ceimar no contase con suficientes demócratas !ue fueran pocas las personas deseosas de acudir en defensa de la +ep@blica. Pero tambi"n lo es !ue el r"&imen republicano hubo de soportar muchas más crisis !ue nin&una democracia le&ítimamente constituida. -a i#!uierda radical no fue de &ran a%uda. -os ata!ues de los comunistas contra los socialdemócratas % contra el sistema establecido en Ceimar &eneraron una sensación &enerali#ada de desaliento !ue restó empuDe a la democracia a pesar de !ue los comunistas no disponían de recurso al&uno Jhumano material ni militarJ para culminar con "Aito un ata!ue frontal contra la +ep@blica. 8n sus primeros años lo 1 2
XeliA Eilbert A ropean Past 0emoirs, 19'%&19%, Nueva orG Norton 9// p. 76. 3bidem pp. 7(57/.
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intentaron en tres ocasiones J99 92 % 92OJ !ue acabaron en rotundos fracasos. B comien#os de la d"cada de 9O0 sus perspectivas no eran mucho meDores. Pero la derecha sí !ue disponía de recursos. 4aDo la apariencia de profesionales bien situados % de intelectuales !ue hablaban % escribían en el len&uaDe de los na#is disponía de un capital intelectual. ,u reserva espiritual la conservaban &racias a los muchos pastores % sacerdotes !ue no veían el na#ismo con malos oDos. -a derecha estaba instalada en despachos oficiales % en la cadena militar de mando % controlaba en &ran parte los recursos industriales % financieros de la nación. Huede claro sin embar&o !ue no todos los empresarios ni todos los cl"ri&os fueron proclives al na#ismo % !ue entre !uienes desencadenaron la destrucción de la +ep@blica eran más los !ue toleraban !ue los !ue admiraban a =itler. Pero las principales instituciones del país se contaminaron de la hostilidad colectiva de los !ue controlaban los recursos del país los mismos !ue pensaban !ue no se podía soportar una sociedad democrática socialmente comprometida moderna e innovadora desde el punto de vista de la cultura. 8llos fueron !uienes acabaron con la +ep@blicaW sin su a%uda los na#is nunca habrían alcan#ado el poder. ,us ata!ues contra el r"&imen de Ceimar Dunto con el formidable olfato político de los na#is dieron al traste con el sistema. B ellos se sumaron las numerosas % variopintas clases medias de Blemania así como mucha &ente de baDa eAtracción social a las !ue no les &ustaban las revueltas pero las entendían. 8ran alemanes !ue no estaban se&uros de llevar el sustento a sus ho&ares o de !ue el duro trabaDo !ue reali#aban se traduDese en ahorros cu%o valor no sólo no se incrementaría sino !ue disminuiríaW en a!uellos momentos de &uerra civil % re%ertas calleDeras ni si!uiera estaban se&uros de poder salir a pasear por su barrio tran!uilamente. Earanti#ar la se&uridad es una tarea primordial de todo &obierno !ue se precie pero el de Ceimar no estuvo a la altura. *urante los años posteriores en 9O2 % 9OO la clase diri&ente de la derecha % muchos ciudadanos ca%eron en la cuenta de !ue se había lle&ado más leDos de lo deseado % %a no les pareció pertinente controlar a los na#is !ue no eran sino el camastro !ue ellos mismos se habían preparado. -a historia de Ceimar es un claro eDemplo de !ue una sociedad en la !ue no eAiste el consenso !ue carece de una ideolo&ía o de un &rupo político he&emónico es un reducto lleno de peli&ros. No ha% nin&@n sistema democrático capa# de soportar una situación en la !ue se ma&nifi!uen todos los conflictos hasta el punto de !ue todo se pon&a en entredicho. 1ucho menos si sus diri&entes tratan de minar la democracia desde dentro !ueDándose sin cesar de un sistema en el !ue mantienen sus privile&ios mientras disponen de inmensos recursos a su disposición. Ceimar representa una advertencia sobre las circunstancias en !ue puede desarrollarse una democracia % !ui#á sea imposible ima&inar condiciones peores para su establecimiento % consolidación !ue las !ue se daban en Blemania al final de la Primera Euerra 1undial. 3ncluso para una sociedad de cultura democrática bien asentada las reparaciones tras la derrota la revolución % la &uerra civil las sucesivas crisis económicas representarían una dura prueba. -a &ente busca se&uridad por encima de todo !ue ni sus vidas ni su bienestar económico se vean en peli&ro. $uando un sistema democrático no les da respuesta puede lle&ar el caso de !ue hasta los demócratas más convencidos le den la espalda % opten por soluciones autoritarias. Ceimar es tambi"n una muestra de la imperfección de los sistemas electorales como criterio democrático. 8n Ceimar hubo elecciones % se disputaron democráticamente. Pero
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tambi"n había un sistema Dudicial mu% conservador !ue rara ve# condenó a militaristas % terroristas de derechas mientras se ensañaba en declarar culpables % encarcelar a a&itadores de i#!uierdas. 8n Ceimar tambi"n eAistía una burocracia !ue a pesar de las reformas de los socialdemócratas % los católicos liberales deDó en su puesto a muchos funcionarios contrarios a la democracia. una clase empresarial cu%o compromiso democrático con la +ep@blica era tenue por no decir al&o peor. )na democracia precisa de ciudadanos democráticos convencidos de una cultura democrática !ue penetre en todos los estamentos sociales no sólo en las instancias políticas al&o realmente mu% difícil de encontrar en las instituciones clave de la +ep@blica. -as dificultades de Ceimar no se debieron sólo al d"ficit democrático popular por!ue obreros católicos reformistas artistas escritores % al&unos profesionales se eri&ieron en firmes defensores de la +ep@blica sino a !ue las instituciones más importantes las 3&lesias el 8D"rcito las escuelas de educación secundaria % las universidades así como las corporaciones industriales eran hostiles o temerariamente indiferentes al r"&imen % tales instituciones estaban diri&idas por &ente poderosa % bien situada. 1uchas de las personas creativas % entre&adas !ue se mencionan en este libro sufrieron en carne propia la desaparición de la +ep@blica. +udolf =ilferdin& ^m"dico Dudío !ue como economista lle&aría a ser uno de los &randes teóricos de la socialdemocracia marAista % ministro de 8conomía de la +ep@blica durante la hiperinflación^ hu%ó de la Blemania na#i % se eAilió en Xrancia donde fue detenido por el Eobierno de ?ich% en 9. 8le&ido entre los !ue habían de ser devueltos a la Eestapo murió en la cárcel probablemente se suicidó por!ue sabía la suerte !ue le a&uardaba. Tampoco supieron encontrar el norte muchos de los !ue eli&ieron el camino del destierro. Ni 4runo Taut ni 8rich 1endelsohn marcaron hitos como los !ue habían alcan#ado en la d"cada de 920 % principios de 9O0. Taut no recibió encar&o al&uno ni en ]apón ni en Tur!uía % nin&uno de los ulteriores pro%ectos de 1endelsohn alcan#ó el reconocimiento de los edificios más representativos !ue levantó durante la "poca de Ceimar. Calter Eropius se asentó en =arvard % desarrolló una brillante carrera profesional pero muchos de los edificios !ue constru%ó despu"s de la ,e&unda Euerra 1undial son un recordatorio de lo peor del modernismo est"ril % planificado edificios levantados se&@n las teorías del funcionalismo incapaces de dar respuesta a las necesidades del ser humano. Uurt Ceill disfrutó de la libertad !ue 8stados )nidos le proporcionó % compuso la m@sica de al&unas % ma&níficas producciones de 4roada% pero se le recuerda más por sus creaciones de la "poca de Ceimar. 1u% pocos de los !ue %a &o#aban de reconocimiento en Ceimar % optaron por el eAilio como Thomas 1ann o 4ertolt 4recht conservaron a!uella creatividad asombrosa % penetrante. 3ncluso en la derecha los intelectuales conservadores de la "poca de Ceimar tendrían tambi"n sus altibaDos tanto política como intelectualmente. 8rnst ]n&er % 1artin =eide&&er no siempre estuvieron encantados con los na#is a los !ue se unieron o con !uienes trabaDaron. Bmbos si&uieron escribiendo durante d"cadas despu"s de a!uello J]n&er falleció en 99/ a la pro%ecta edad de ciento dos añosJ pero a ambos se les recuerda más por los libros !ue escribieron durante la "poca de Ceimar Tempestades de acero % !er y tiempo. -a Blemania de Ceimar si&nifica todavía al&o para nosotros. ,u increíble creatividad % sus eAperimentos liberadores tanto en el terreno de la política como en el de la cultura nos llevan a pensar !ue es posible alcan#ar unas condiciones de vida meDores más
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humanas % más prometedoras. Nos recuerda !ue la democracia !ue es un obDeto delicado % la sociedad fruto de un e!uilibrio inestable siempre se ven amena#adas % pueden saltar por los aires. Ceimar es una muestra de los peli&ros !ue pueden aparecer cuando no ha% consenso social en nin&una de las cuestiones fundamentales %a sean políticas sociales o culturales. -a democracia es un terreno abonado para mantener toda clase de debates !ue mere#can la pena para !ue &ermine el espíritu de la cultura. Pero cuando cada desencuentro desde la intimidad del dormitorio con%u&al a la estructura del mundo de los ne&ocios se convierte en una cuestión de vida o muerte sobre los ras&os distintivos esenciales de la vida humanaW cuando cada controversia es capa# de provocar una hecatombe cuando no ha% un sistema de valores imperante !ue suscite la adhesión de los ciudadanos la democracia no tiene futuro. 1enos a@n cuando ha% &rupos fuertes de esa misma sociedad democrática tratando de socavar % destruir su ra#ón de ser a cada paso. -as amena#as contra la democracia no sólo provienen de sus enemi&os eAternos: tambi"n pueden partir de a!uellos !ue emplean el len&uaDe de la democracia % utili#an las libertades !ue les otor&an las instituciones democráticas para minar su propia esencia. Ceimar representa un aldabona#o para !ue nos manten&amos vi&ilantes ante tales individuos por!ue lo !ue suceda a continuación puede ser al&o malo incluso peor de lo !ue nos ima&inamos.
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8N,BM 434-3ME+X3$M ,on tantos los trabaDos publicados sobre la Blemania de Ceimar !ue la selección !ue proponemos no pretende ser eAhaustiva. +eco&emos sólo al&unos de los más importantes como referencia para !uien desee profundi#ar en ese periodo. 1e he limitado a reseñar sólo obras escritas en inglDs. $ual!uier historiador !ue pretenda acercarse a la Blemania de Ceimar no podrá olvidarse de tres obras fundamentales. 1e refiero a los trabaDos de Peter Ea% Weimar Cltre3 The Otsider as 5nsider, Nueva orG =arper and +o 97/. *a cltra de Weimar, traducción de Nora $ateli 4arcelona Br&os ?er&ara 9/W *etlev PeuGert The Weimar 4ep/lic3 The Crisis o# Classical 0odernity, traducción de +ichard *eveson Nueva orG =ill and Can& 9/9 % =ans 1ommsen The 4ise and 8all o# Weimar emocracy, traducción de 8lbor& Xoster % -arr% 8u&ene ]ones $hapel =ill )niversit% of North $arolina Press 997. 1i primer contacto con Weimar Cltre se produDo hace %a unos cuantos años en uno de los primeros cursos de historia alemana !ue se&uí cuando todavía era estudiante. *esde entonces he recurrido a este teAto en numerosas ocasiones. ,e trata de un ensa%o vibrante elocuente enri!uecido con datos de primera mano &racias a los contactos del autor con muchos de los intelectuales de Ceimar eAiliados !ue a@n se&uían en activo durante las d"cadas de 960 % 970. Weimar 4ep/lic, de PeuGert es uno de los más compleDos % detallados análisis de las mil crisis entrela#adas !ue hubo de arrostrar la sociedad alemana al finali#ar la Primera Euerra 1undial. 4ise and 8all o# Weimar emocracy, de 1ommsen constitu%e el más profundo análisis de la historia política de la malfamada +ep@blica. The Weimar 4ep/lic !orce/oo", Bnton Uaes 1artin ]a% % 8dard *imendber& eds. 4erGele% % -os Bn&eles )niversit% of $alifornia Press 99 contiene una ma&nífica colección de materiales de primera mano superior incluso a otras similares escritas en alemán. 8n la colección de la )niversit% of $alifornia Press Weimar and 6on3 German Cltral Criticism, de la !ue forma parte se han publicado vol@menes importantes centrados sobre todo aun!ue no eAclusivamente en cuestiones culturales. )na colección diferente pero i&ualmente importante de documentos de primera mano es la !ue presenta 6azism 1919&19%3 A ocmentary 4eader, vol. 3: The 4ise to Poer, 995 9O ]erem% NoaGes % Eeoffre% Pridham eds. 8Aeter )niversit% of 8Aeter Press 9/O primero de una serie de cuatro vol@menes. 1erece la pena consultar el trabaDo de 8rich 8%cG A @istory o# the Weimar 4ep/lic, vol. : 8rom the Collapse o# the mpire t' @inden/rgMs lection, ori&inal en alemán 96 $ambrid&e =arvard )niversit% Press 97. Bdemás de historiador 8%cG fue un destacado político liberal. -os dos vol@menes !ue componen su obra escritos en estilo literario nos permiten revivir a!uella realidad. *esde el punto de vista histórico % de la economía política está %a considerado como un clásico el estudio de $harles 1aier 4ecasting Borgeois rope3 !ta/ilization in 8rance, Germany, and 5taly in the ecade alter
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World War 1, Princeton Princeton )niversit% Press 9(6. Para hacerse una idea de las compleDas relaciones eAistentes entre política % economía durante la Blemania de Ceimar es preciso recurrir a los muchos trabaDos de Eerald *. Xeldman incluido The Great isorder3 Politics, conomics, and !ociety in the German 5n#lation, 191&19$, Nueva orG MAford )niversit% Press 99O aun!ue Theo 4alderston ofrece una panorámica más breve pero mu% @til en conomic and Politics in the Weimar 4ep/lic, $ambrid&e $ambrid&e )niversit% Press 2002. 8n cuanto a la desmovili#ación el trabaDo más esclarecedor es el de +ichard 4essell Germany a#ter the 8irst World War, MAford $larendon 99OW la obra de *avid Bbraham The Collapse o# the Weimar 4ep/lic3 Political conomy and Crisis, 2a ed. Nueva orG =olmes and 1eier 9/7 si&ue siendo uno de los estudios más enDundiosos sobre la etapa final de la +ep@blica. 1ar% Nolan por su parte ofrece una panorámica eAhaustiva de lo !ue supuso el proceso de racionali#ación % la influencia de Norteam"rica en ;isions o# 0odernity3 American Bsiness and the 0odernization o# Germany, Nueva orG MAford )niversit% Press 99. Tres colecciones dedicadas al estudio en profundidad de la historia política de la Blemania moderna cuentan con importantes secciones dedicadas a la "poca de Ceimar. ,e trata de 5n !earch o# a *i/eral Germany, Uonrad ]arausch % -arr% 8u&ene *ones eds. MAford 4er& 990W Beteen 4e#orm, 4eaction, and 4esistance3 !tdies in the @istory o# German Conser=atism #tom 1?9 to 19%, -arr% 8u&ene iones % ]ames +etallacG eds. MAford 4er& 99OW % Beteen 4e#orm and 4e=oltion3 German !ocialism and Commnism #tom 1?' to 199', *avid 8. 4arcla% % 8ric *. Ceit# eds. Providence 4er&hahn 99(. -os principales ensa%os de =ans 1ommsen se encuentran reunidos en 8rom Weimar to Aschitz, traducción de Philip M`$onnor Princeton Princeton )niversit% Press 99. Para una aproAimación distinta de la de 1ommsen puede consultarse Cilliam -. 1atch @einrich Brning and the issoltion o# the Weimar 4ep/lic, Nueva orG $ambrid&e )niversit% Press 99/. Peter Xrit#sche trata con erudición al&unas de las cuestiones críticas relativas a la suerte de la +ep@blica en \*id Ceimar 8ail2, Fornal o# 0odern @istory, 7/ O 997 pp. 7295767. ?olGer +. 4er&hahn ofrece una interesante interpretación de Ceimar en 0odero Germany3 !ociety, co& nomy, and Politics in the Tentieth Centry, 2 ed. $ambrid&e $ambrid&e )niversit% Press 9/(. 3mprescindible es el primer volumen de la monumental bio&rafía de 3an Uersha @itler, 1??9&19ER3 @/ris, Nueva orG 999. 1uchos de los escritos de Eeoff 8le% contienen consideraciones importantes sobre la política % la sociedad de Ceimar como 8orging emocracy3 The @istory o# the *e#t in rope, 1?%'&$''', Nueva orG MAford )niversit% Press 2002 % 8rom :ni#ication to 6azism3 4einterpretating the German Past, 4oston Bllen and )nin 9/7. 8n cuanto a las principales tendencias políticas las obras de 8ric *. Ceit# Creating German Commnism, 1?9'&199'3 8rom Poplar Protests te !ocialist !tat, Princeton Princeton )niversit% Press 99( % de *onna =arsch German !ocial emocracy and the 4ise o# 6azism, $hapel =ill )niversit% of North $arolina Press 99O ofrecen novedosas e importantes perspectivas en cuanto a la i#!uierda. )n buen estudio comparativo puede encontrarse en ,tefan 4er&er The British *a/or Party and the German !ocial emocrats,19''&19E1, MAford MAford )niversit% Press 996W el principal trabaDo sobre el liberalismo es el de -arr% 8u&ene ]ones German *i/eralism and the issoltion o# the Weimar
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Party !ystem, 191?&19EE, $hapel =ill )niversit% of North $arolina Press 9//. Bparte del estudio en alemán de ]r&en Xalter el libro de Thomas $hilders The 6azi ;oter3 The !ocial 8ondations o# 8ascism in Germany, 1919&19EE, $hapeg =ill )niversit% of North $arolina Press 9/O deDa sentado de una ve# por todas !ue los na#is obtuvieron el respaldo de todos los estamentos sociales. 8n este sentido resulta asimismo interesante el artículo de $hilders \The ,ocial -an&ua&e of Politics: The ,ociolo&% of Political *iscourse in the Ceimar +epublic\ American @istorical 4e=ie 96 990 pp. OO5O6/. B ]ulia ,neerin&er debemos uno de los más importantes trabaDos sobre el papel de las muDeres en la política de CeimarW me refiero a Winning WomenMs ;otes3 Pr'paganda and Politics in Weimar Germany, $hapel =ill )niversit% of North $arolina Press 2002. Mtro interesante estudio sobre la vida rural % la escena política en la primera etapa de Ceimar es el de +obert E. 1oeller German Peasants and Agrarian Politics, 191&19$, $hapel =ill )niversit% of North $arolina Press 9/7. ,helle% 4aranosGi en The !anctity o# 4ral *i#e3 6o/ility, Protestantism, and 6azism in Weimar Prsia, Nueva orG MAford )niversit% Press 996 se adentra en las relaciones eAistentes en esa "poca entre reli&ión vida rural % política conservadora. 8l trabaDo más importante en tomo a la politi#ación del seAo % de la familia durante el periodo de Ceimar es el de Btina Erossmann 4e#orming !eL3 The German 0o=ement #or Birth Control and A/ortion 4e#orm, 19$'&19%', Nueva orG MAford )niversit% Press 996W tambi"n es interesante la obra de $ornelie )sborne The Politics o# the Body in Weimar Germany3 WomenMs 4eprodcti=e 4ights and ties, Bnn Brbor )niversit% of 1ichi&an Press 992. +evolucionaria en el momento de su aparición si&ue siendo de primordial importancia la colección de ensa%os reco&ida en When Biology Became estiny3 Women in Weimar and 6azi Germany, +enate 4ridenthal Btina Erossmann % 1arion Uaplan eds. Nueva orG 0onthly 4e=ie Press, 9/W son numerosos los autores !ue se han inspirado en esta obra para ulteriores investi&aciones. 1ichelle 1outon ofrece una importante visión de la discordia civil de 9OO adentrándose en la política familiar a nivel local en 8rom 6rtring the 6ation to Pri#ying the ;ol"3 Weimar and 6azi 8amily Poli cy, 91?&19%, Nueva orG $ambrid&e )niversit% Press 200(. )na valiosa aportación sobre el movimiento femenino anterior a esta "poca puede encontrarse en 4elinda ]. *avis @eme 8ires Brning3 8ood, Politics and =eryday *i#e in World War 5 Berlin, Chapel @ill, )niversit% of North $arolina Press 2000. =a% !ue mencionar al&unos de los artículos publicados por 8li#abeth 4ri&ht ]ones por cuanto ponen de manifiesto las casi desconocidas eAperiencias de las muDeres en el sector a&rarioW así cito entre otros: \B Ne ,ta&e of -ifeK oun& Xarm Comen`s $han&in& 8Apectations and Bspirations about CorG in Ceimar ,aAon%\ German @istory, 9 200 pp. 6956(0 % \Pre5 and Postar Eenerations of +ural Xemale outh and din Xuture of the Eerman Nation /(59OO\ Continity and Change, 9 O 200 pp. O(5O76. Para comprender las ideas al respecto de la derecha radical es indispensable acudir a Ulaus Theeleit 0ale 8antasies, ,tephen $ona% trad. en colaboración con 8rica $arter % $hris Turner 2 vols. 1inneapolis )niversit% of 1innesota Press 9/(59/9. *ebemos dos importantes trabaDos sobre las con!uistas sociales de la "poca a *avid X. $re German on Wel#are3 8rom Weimar to @itler, Nueva orG MAford )niversit% Press 99/ % a oun&5,un =on& Wel#are, 0odernity, and the Weimar !tate, 1919&19EE, Princeton
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Princeton )niversit% Press 99/. -a obra de Uonrad ]arausch The :n#ree Pro#essions3 German *ayers, Teachers, and ngineers, 19''&19%', Nueva orG MAford )niversit% Press 990 es uno de los principales estudios sobre tan importantes &rupos de profesionales. )no de los primeros trabaDos % mu% @til todavía sobre las circunstancias !ue desembocaron en la supremacía na#i es el de Cilliam ,heridan Bllen The 6azi !eizre o# Poer3 The Lperience o# a !ingle German Ton, 19E'&19E%, $hica&o Huadran&le 4ooGs 976. Posterior pero tambi"n mu% importante en cuanto se refiere a cómo se &anaron los na#is e3 apo%o de los votantes es la obra de +ud% Uoshar !ocial -M *ocal Politics, and 6azism3 0ar/rg, 1??'&19E%, $hapel =ill )niversit% of North $arolina Press 9/7. Peter Xrit#sche en 4eading Berlin 19'', $ambrid&e =arvard )niversit% Press 997 propone un estudio en profundidad sobre la historia de las circunstancias sociales % culturales de la "poca !ue va mucho más allá de la fecha de 900 !ue aparece en el título. 8l estudio más destacado sobre el profesorado universitario un &rupo mu% importante en la sociedad alemana si&ue siendo el de Xrit# U. +in&er ecline o# the German 0andarins3 The German Academic Commnity, 1?9'&19EE, $ambrid&e =arvard )niversit% Press 979. 8l trabaDo de ]effre% =erí 4eactionary 0odernism3 Technology, Cltre, and Politics in Weimar and the Third 4eich, Nueva orG $ambrid&e )niversit% Press 9/ si&ue mereciendo los numerosos parabienes !ue ha recibido a lo lar&o de estos años. Xundamental para entender la fascinación por la fi&ura de =eide&&er es la obra de +ichard Colin @eideggerMs Children3 @annah Arendt, arl *Hith, @ans Fonas, and @er/ert 0arcase, Princeton Princeton )niversit% Press 200. *os hi>os de @eidegger3 @annah Arendt, arl *Hith, @ans Fonas y @er/ert 0arcse, 1aría $óndor Mrduña trad. 1adrid 8diciones $átedra 200O. Bsimismo bien merece una consulta lites against emocracy3 *eadership 5deals in Borgeois Political Thoght in Germany, 1?9'&19EE, Princeton Princeton )niversit% Press 9(O de Calter ,truve. ,on destacables las aportaciones de 4arbara 1iller -ane Architectre and Politics in Germany, 191?&19%, 97/ $ambrid&e =arvard )niversit% Press 9/6W al i&ual !ue la obra de 1ichael 4renner The 4enaissance o# Feish Cltre in Weimar Germany, Ne =aven ale )niversit% Press 997. Por su carácter enclop"dico hemos de hacer mención de Weimar3 A Cltral @istory, 191?&19EE, -ondres Ceidenfeld and Nicolson 9( de Calter -a!ueur. 8ntre las obras importantes !ue nos permiten acercarnos al palpitante mundo del arte esc"nico en la "poca de Ceimar parece obli&ado citar Berlin Ca/aret, $ambrid&e =arvard )niversit% Press 99O de Peter ]elavich así como diversos trabaDos de ]ohn Cillett entre ellos The Theatre o# Bertolt Brecht3 A !tdy #rom ight Aspects, 2a ed. -ondres 1ethuen 969. ,obre aspectos culturales % relativos a cuestiones de &"nero es preciso consultar: Patrice Petro alomen and 0elodramatic 4epresentation in Weimar Germany, Princeton Princeton )niversit% Press 9/9W 1aria Tatar *stmord3 !eLal 0rder in Weimar Germany, Princeton Princeton )niversit% Press 996 % +ichard C. 1c$ormicG Candor and !eLality in Weimar 0odernity3 8ilm, *iteratra, and M6e O/>ecti=ityM, Nueva orG Pal&rave 200. Tambi"n 4arbara 1c$losGe% en George Grosz and the Commnist Party3 Art and 4adicalism in Crisis, 191? to 19ER, Princeton Princeton )niversit% Press 99(. Xundamental asimismo para comprender los importantes % diversos movimientos culturales relacionados con los partidos de i#!uierdas es la obra de C. -. Euttsmann Wor"ersM Cltre in Weimar Germany3 Beteen Tradition and Containment, Nueva orG 4er& 990.