Cuerpo de Profesores de Enseñanza Secundaria
Geografía e Historia Temario Volumen I Geografía Física, Humana y Regional
Aurelio Cebrián Abellán
ESTA ESPECIAL IDAD
CONTIENE
Servicio Exclusivo Gratuito
Cuerpo de Profesores de Enseñanza Secundaria
Geografía e Historia
¡ESTE AÑO CONSEGUIRÁS TU PLAZA CON EDITORIAL MAD! Publicaciones + servicio exclusivo por internet*
3
Temarios actualizados Programaciones para todas las especialidades
años
El servicio exclusivo incluye... Actualizaciones durante 3 años Material adicional
www.oposicion-secundaria.com Incluye 3 años de SERVICIO EXCLUSIVO por internet
*Consultar condiciones
Cursos Online de Formación Permanente del Profesorado Título acreditativo Homologación válida en todas las CC AA Temáticas de actualidad Sin desplazamientos y a tu ritmo Tutores expertos Y mucho más....
-
Infórmate y haz tu matrícula llamando al
902 111 163 O N L I N E
EL AULA VIRTUAL DE EDITORIAL MAD
www.eduformaonline.com/portal/profesores Servicios gratuitos de información - Información de oposiciones: www.oposicion-secundaria.com/form-inform-sec.asp - Novedades de editoriales: www.mad.es/nov-libros.asp - Información de cursos online: www.eduformaonline.com/portal/suscrip-nov-formul.asp
Cuerpo de Profesores de Enseñanza Secundaria
Geografía e Historia Temario Volumen I Geografía Física, Humana y Regional
Coordinación: Isabel García Lucas TRIVIUM. Centro de Oposiciones de Murcia
Aurelio Cebrián Abellán Profesor Titular de Análisis Geográfico Regional (Universidad de Murcia). Autor de veinte libros y de 150 publicaciones (capítulos de libros, artículos, comunicaciones a congresos, ponencias, etc.). Profesor invitado en las universidades Rafael Landívar (Centroamérica), Universidade Regional do Noroeste do Río Grande do Sul (Brasil), Universidad Nacional de Misiones (Argentina), Universidad de Columbia (Paraguay), Universidad Mayor de San Simón (Bolivia), Centro de Estudios Superiores Universitarios de la Universidad de Cochabamba (Bolivia), Universidad Andina Simón Bolivar (Bolivia), Universidad San Martín de Porres (Perú), Universidad de Utrecht (Holanda), Universidad de Toulouse (Francia), Universidad Mohamed Ben Abdellah (Marruecos), Universidade de Santa Cruz do Sul (Brasil).
© Editorial MAD, S.L. © El autor. Segunda edición, septiembre 2007. Depósito Legal: SE-3790-2007 (I) (650 páginas) Derechos de edición reservados a favor de EDITORIAL MAD, S.L. Prohibida la reproducción total o parcial sin permiso escrito del editor. IMPRESO EN ESPAÑA. Diseño Portada: EDITORIAL MAD, S.L. Edita: EDITORIAL MAD, S.L. Plg. Merka, c/B. Nave 1. 41500 ALCALÁ DE GUADAÍRA (Sevilla). Telf.: +34 902 452 900. WEB: www.mad.es ISBN-13: 978-84-665-7941-4. ISBN-10: 84-665-7941-9. ISBN-13 obra completa: 978-84-665-0942-8. ISBN-10 obra completa: 84-665-0942-9.
Presentación El libro que tiene en las manos corresponde al temario de Oposiciones para el Cuerpo de Profesores de Enseñanza Secundaria de la especialidad de Geografía e Historia que Editorial MAD pone a disposición de quienes aspiren a conseguir una preparación que garantice, en la medida de lo posible, su éxito en las oposiciones. Los temas aquí desarrollados son los correspondientes a Geografía Física, Humana y Regional. A la hora de escribir el temario de oposiciones el criterio básico ha residido en redactar cada tema con la finalidad de que el opositor no tenga necesidad de dispersarse en otras obras de consulta, es decir, que encuentre en el propio temario el material que necesita. La premura con que casi siempre se estudia una oposición exige que toda la materia se muestre de forma clara, al mismo tiempo que sistemáticamente expuesta, conjugando todo con un nivel de comprensión que no requiera del opositor un doble esfuerzo: entender el tema y entender al redactor del mismo. Siempre he optado por lo primero. Por lo demás, y aunque no siempre es sencillo tratándose de Geografía, he procurado no verter opiniones personales, entre otras razones para que no calen y sean expuestas por el opositor, sobre todo en cuestiones controvertidas (sin ir más lejos las referidas a epistemología). Disponer de un temario completo, contrastado y renovado, otorga al futuro profesor de Geografía e Historia la garantía de contar con un material que le ahorre múltiples esfuerzos y que le asegure una razonable preparación. Mi experiencia durante bastantes años en la preparación de opositores me ha permitido comprobar, habiendo tenido alumnos de todas las Comunidades Autónomas, que, por lo general, aproximadamente entre una cuarta y una tercera parte de los temas son “nuevos” (en su contenido), para los recién licenciados y también para muchos doctorados, una proporción que se eleva en los licenciados en Historia del Arte, al no haber cursado los aspectos fundamentales de esos temas durante su formación como alumnos en las diferentes universidades. Por eso este temario incorpora no sólo el material (y de forma abundante) necesario para la comprensión de cada tema, sino muchos otros datos que posibiliten la comprensión de los mismos. Estimo que es preferible que los datos y las explicaciones sobreabunden a que escaseen, pues el opositor siempre podrá “recortar” o sintetizar lo que estime más relevante. Los resultados obtenidos durante bastantes años por muchos de nuestros alumnos en diferentes convocatorias y en tribunales de oposición de las diferentes Comunidades Autónomas nos animan a seguir con estos textos. Espero que con estos temas el opositor pueda superar el ejercicio teórico. Es el principal deseo que guía a todos los que queremos contribuir a esta tarea. Francisco de Asís Veas Arteseros TRIVIUM. Centro de Oposiciones de Murcia.
Índice Tema 1. La concepción del espacio geográfico. Corrientes actuales del pensamiento geográfico ......................................................................................................
11
Tema 2. Metodología del trabajo geográfico. Técnicas de trabajo..........................
45
Tema 3. La diversidad del medio geográfico en el planeta. La interacción de factores ecogeográficos.....................................................................................................
77
Tema 4. Climas y zonas bioclimáticas. El tiempo y el clima como condicionantes de las actividades humanas.......................................................................................
111
Tema 5. La acción humana sobre el medio. Problemática actual ............................
143
Tema 6. La población mundial: modelos demográficos y desigualdades espaciales
177
Tema 7. El espacio rural. Actividades agrarias: situación y perspectivas en España y en el mundo.............................................................................................................
207
Tema 8. El espacio y la actividad industrial. Materias primas y fuentes de energía
241
Tema 9. Las actividades terciarias en las economías desarrolladas ........................
275
Tema 10. El proceso de urbanización en el planeta. Repercusiones ambientales y socioeconómicas........................................................................................................
307
Tema 11. Los países de la Unión Europea: aspectos físicos, sociales y económicos...............................................................................................................................
339
Tema 12. China: sociedad y economía .....................................................................
375
Tema 13. Japón y el área del Pacífico: desarrollo industrial y comercial ................
405
Tema 14. África: territorio y sociedades. África Mediterránea y África Subsahariana: contrastes físicos, socioeconómicos y culturales ..............................................
437
Tema 15. Canadá y Estados Unidos: aspectos físicos y humanos ..........................
471
Tema 16. Los países iberoamericanos: problemática económica y social .............
501
Tema 17. La Península Ibérica: relieve, clima y vegetación. Diversidad regional de la España peninsular e insular ...................................................................................
533
Tema 18. La actual ordenación territorial del Estado español. Raíces históricas....
573
Tema 19. La población española. Comportamiento demográfico. Fenómenos migratorios ..........................................................................................................................
609
Tema 1 La acción humana sobre el medio. Problemática actual
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
ÍNDICE SISTEMÁTICO 1. INTRODUCCIÓN 2. LA CONCEPCIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO 2.1. El objeto de la disciplina 2.2. La tipología espacial 2.3. El espacio geográfico evolucionado. Espacio y cambio global 3. EL ANÁLISIS ESPACIAL 3.1. Principios y métodos 3.2. El estudio y la tipología espacial 3.2.1. Principios y ramas geográficas 3.2.2. La concepción del espacio regional 3.2.3. Los espacios centrales: la región urbana 3.2.4. De la región sistémica a la concepción marxista 3.3. La tipología de espacios regionales 4. LAS 4.1. 4.2. 4.3.
CORRIENTES ACTUALES DEL PENSAMIENTO GEOGRÁFICO La construcción de la ciencia geográfica Los antecedentes clave Las modernas renovaciones 4.3.1. La Geografía cuantitativa y el positivismo lógico 4.3.2. Las reacciones al cuantitativismo y positivismo lógico 4.3.3. La Geografía espacio-temporal 4.3.4. La Geografía de la percepción y del comportamiento 4.3.5. La corriente humanística-historicista 4.3.6. Las geografías radicales 4.3.7. La Geografía Política 4.3.8. El realismo y el postmodernismo
BIBLIOGRAFÍA
12
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
1. INTRODUCCIÓN Humboldt y Ritter convirtieron a la ciencia en explicativa al aplicar unos principios metodológicos. Humboldt relacionó a los paisajes con las actividades humanas, y en su obra El cosmos (1845) asentó los argumentos de la Geografía Moderna con el paso de la descripción aislada al análisis evolutivo desde dos principios: –
La causalidad (que busca las razones de los fenómenos subrayando las interconexiones entre ellos y su distribución sobre el espacio).
–
La comparación (que establece la relación entre los fenómenos pasados y los observados, el encadenamiento secuencial de los acontecimientos geográficos).
Ritter (1822) indicaría que en el espacio se compaginan Naturaleza e Historia, y establecería la correlación entre el medio natural y las sociedades. Y entre ambos aportarían la síntesis geográfica. Posteriormente, Richthofen definiría a la Geografía como la ciencia encargada del estudio de la superficie terrestre y de los fenómenos que la caracterizan. Había consenso en que el objeto formal era el paisaje, el espacio, y para abordarlo se establecieron unos principios metodológicos (localización, universalización, conexión y evolución), comunes a otras ciencias, sólo que aplicados a la superficie terrestre. A este paso contribuyeron decisivamente: Hettner (discípulo de Richthofen) al afirmar que la Geografía es la ciencia del estudio de espacios concretos; Hartshorne (1959), para quien es la ciencia de la diferenciación espacial (regional); Orlando Ribeiro, al señalar que la entidad observable es el paisaje, pero la analizable es la región, etc. Por tanto, la región (para la escuela francesa) o el paisaje (para la alemana) es el objeto de estudio geográfico. Pero en los años sesenta los economistas introducen el término análisis regional, con el que se entra en una etapa de estudio multidisciplinar del espacio. No obstante, la Geografía sigue viéndolo como un conjunto, en sus combinaciones espaciales, pues como indican East y Wooldridge el espacio no es otra cosa que el resultado de la combinación de elementos o factores físicos, biológicos y humanos. Los factores (causas) actúan sobre los elementos afirmándolos, eliminándolos..., y a la Geografía compete analizar esas circunstancias, llegando a la síntesis y al estudio de los paisajes naturales (sólo afectados por elementos físicos y biológicos) y culturales (humanos), estos últimos con fórmulas diferentes, derivadas de la proliferación de corrientes geográficas recientemente experimentadas. Para el resto de las ciencias queda el estudio de los fenómenos aislados. El objeto de la disciplina, el espacio, ha estado presente en sus fases evolutivas: la larga etapa dominada por las ideas individuales de los grandes pensadores; la intermedia (a partir de finales del siglo XVIII), dirigida por las sociedades geográficas; y la reciente (a GEOGRAFÍA E HISTORIA
13
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
partir del siglo XIX), controlada por las directrices de los departamentos universitarios y de los centros nacionales de investigación. El punto de convergencia ha sido la superficie de la tierra, la relación de la población con el medio, cuyo estudio ha sido enfocado desde análisis espaciales, ecológicos o regionales. Pero en las últimas décadas se han producido bruscos cambios paradigmáticos, que van desde el movimiento positivista lógico (esencialmente normativo), desarrollado a mediados de la década de los años cincuenta, hacia una visión más fenomenológica, que desde los años setenta admite la validez intuitiva. De esos paradigmas han derivado nuevas visiones, casi todas con la pretensión de dotar a la ciencia de utilidad práctica, de dar repuestas a los problemas sociales, territoriales, ambientales, organizativos del espacio, etc.
2. LA CONCEPCIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO 2.1. El objeto de la disciplina La Geografía, de ciencia del dónde pasó a ser la ciencia de la cartografía, si bien el enfoque regional o corológico (dónde y cómo) continuaba estableciendo las relaciones en el espacio, apoyándose en un método descriptivo. Desde el Renacimiento se investigan los fenómenos que se dan en la superficie terrestre y los porqués de su emplazamiento, si bien el gran impulso llegaría con la Revolución Industrial y el surgimiento de los nacionalismos, con una ciencia geográfica apoyada por el Poder, que le reclamaba información sobre el espacio, dejando de lado a la Geografía General. Pero habría que esperar desde la década de los años cuarenta hasta los años ochenta de la pasada centuria para que se experimentara una clara evolución, ahora explicada por la búsqueda de métodos más precisos. Será en la década de los años sesenta cuando se busque la síntesis operando empíricamente, rechazando a la ciencia global. De ahí surgirá la autonomía de sus ramas, para Hartshorne incoherentes unas con otras (porque cada cual dispone de su objeto y de su método), pero confundiéndolas incluso con la Geografía. Como resultado de esta evolución, indica Paul Claval que se carece de paradigma general en una ciencia que integra a todos los mundos posibles dentro de la superficie terrestre (como han señalado desde Richthofen hasta Cholley, Otremba…). Para Bertrand el objeto de estudio es la conjunción en el paisaje del potencial biológico y el uso antrópico, que Cholley calificará en equilibrio inestable. Entre tanto, para Hettner, las ramas de la Geografía son las partes de un todo, mientras para Philiponeau, la ramificación de la Geografía supone una formación parcial, la incapacidad de abordar el objeto geográfico, pues de lo que se trata es de no olvidar ni perder el sentido general del objeto geográfico. Hartshorne indica que ha habido un error de apreciación, porque a la especialización no se llega reduciendo el campo de acción geográfico. En suma, que la Geografía debe continuar siendo la ciencia que analiza a la naturaleza de los lugares y las regiones (Unwin), la que se centra en la relación entre el hombre y su medio, entre lugar y espacio (Nir), la que dispone de la región como núcleo central. Pero también el centro de encuentro de los intereses y saberes específicos.
2.2. La tipología espacial El espacio geográfico es diferenciado debido a sus antecedentes y cambios continuos. Para analizarlo se hace uso de la descripción que, contrariamente a lo que induce a pensar el término, no sólo describe sino que valora, clasifica y ordena sus elementos. En la 14
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 1. La concepción del espacio geográfico
valoración resulta clave la contemplación de la herencia histórica, porque todo cambio se alimenta a partir de una evolución en la que se han sucedido interacciones no simétricas ni en el tiempo ni en los efectos (incluidas las modificaciones que introduce el hombre), marcada por ciclos y anomalías. Aún así, un espacio puede gozar de homogeneidad, externa o interna, por lo que cualquier porción terrestre puede pertenecer a varios espacios. De ahí que sea necesaria la escala (clasificar las montañas por altura, los climas por precipitaciones, los países por niveles de desarrollo...). La escala general para los conjuntos espaciales es la de los isoesquemas (zona, dominio, provincia, región, comarca, distrito, manzana, y parcela), y sobre ellos la cartografía es quien permite la esquematización y localización. De las diferenciaciones surgen los tipos de espacios: –
Naturales. Los no humanizados (cada vez menos y más reducidos).
–
Modificados. Pueden ser una transición hacia los ordenados al experimentar la huella de la actividad humana.
–
Ordenados. Son el reflejo de actuaciones meditadas y conscientes para que determinadas sociedades extraigan beneficios, lo que implica acondicionamientos continuados, que dependen de las técnicas y de la evolución de las sociedades actuantes.
En los dos últimos la diferencia estriba en que las velocidades y ritmos son diferentes según las sociedades, los recursos (una llanura permite la mecanización) y los obstáculos naturales (una vertiente exige terrazas). De ahí derivan valorizaciones y desvalorizaciones, porque cada medio ofrece diferentes posibilidades, que exigen adaptaciones. Pero, como indicó Vidal de la Blache, el determinismo no es absoluto, y por ello en los medios manejables los paisajes cada vez son menos naturales. Sin embargo, el espacio geográfico es algo más, porque cada grupo humano tiene una percepción diferente del territorio que ocupa, cambiante incluso según las épocas. El espacio acondicionado es la consecuencia de cada civilización (definida por el equilibrio entre población y recursos disponibles), y está dividido en rural y urbanizado, a veces con fronteras difusas, y regional: –
El rural es el ámbito de las actividades agropecuarias y forestales, del descanso y del recreo (en las sociedades avanzadas), y su fisonomía se ajusta a los climas, topografía y técnicas de trabajo. Comprende al espacio cultivado, que se define por su parcelación, trama infraestructural, hábitat, funciones complementarias, etc.
–
El urbano es el de desarrollo de las ciudades (que le permite penetrar en los espacios rurales), el que concentra el hábitat en una superficie limitada, está equipado, dispone de actividades altamente productivas, es permeable a las transformaciones, rige al entorno rural, se desarrolla exponencialmente, se emplaza en lugares privilegiados (la posición explica la localización de las ciudades, y a veces las funciones y el crecimiento), es diverso, refleja mejor que el rural a la sociedad que lo hizo y desarrolla (los barrios la composición social, las industrias su dedicación preferente, las áreas urbanas los contrastes de riqueza y la clasificación socio profesional...), la población es móvil, se renueva incluso con ciudades de su misma red urbana, y se apropia de la plusvalía del campo.
–
El regional, una porción organizada e inscrita en un conjunto mayor, lo que permite hablar de regiones urbanas, homogéneas, económicas, naturales, etc. Para Labasse las regiones viven gracias a su centro (la ciudad que las organiza), y para Perroux es el territorio configurado por un conjunto de unidades motrices, el arrastrado por un polo, nudo o centro.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
15
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
Se trata, por tanto, de espacios organizados, entendiendo por organización el acondicionamiento efectuado para atender a las necesidades de una sociedad. Pero a cada tipo de sociedad corresponde una forma de organización, de lo que se infiere la existencia de tipos de espacios: –
Recorridos, pero no organizados.
–
Acondicionados por sociedades no desarrolladas (la utilización del espacio es el reflejo de cada grupo que lo ocupa).
–
Acondicionados por sociedades no urbanas (con desarticulaciones urbanas y territoriales, yuxtaposiciones de formas y ritmos de vida, heterogeneidades y polarizaciones medianamente jerarquizadas...).
–
Acondicionados por y en sociedades industrializadas (con redes diversificadas y complementarias, articulación de actividades localizadas, adscripción a conjuntos más amplios y abiertos...).
La Nueva Geografía no ofrece un cambio sustancial en la concepción del espacio geográfico, aunque los geógrafos cuantitativos proponen un conocimiento orientado al futuro, un móvil utilitario, desde un tratamiento del espacio diferente, mediante: –
Métodos cuantitativos, con los cuales todos los elementos y sus interrelaciones en el espacio pueden ser analizados con la correlación de variables que permiten formular una explicación generalizada del espacio.
–
La teoría sistémica y la modelística. La articulación de los datos aportará las tendencias de las formas espaciales, como demostraron los modelos de Von Thünen y Christaller. Así las propuestas obtenidas permiten elaborar diagnósticos sobre el espacio.
La mayoría de los trabajos realizados con la marca de cuantitativos se expresan en forma matemática, aunque padecen de una escasa relación con teorías o modelos, ya que han prestado poca atención a las hipótesis y leyes. De ahí que la Geografía cuantitativa disponga de una concepción del espacio poco satisfactoria, pues ha separado al espacio y al hombre, y hasta, como indica Folke, ha olvidado que la organización social es un todo. Aún así la vía cuantitativa ha influido en los estudios espaciales de dos formas: –
Con la introducción de las técnicas estadísticas, que mejoraron las descripciones tradicionales.
–
Con el espacialismo, que logró clarificar determinadas cuestiones formales de la organización espacial.
Pero ha sido muy parca su contribución teórica al conocimiento del espacio. Desde la Geografía crítica hay una oposición, tanto a las visiones tradicionales del espacio como a las neopositivistas o cuantitativistas, al asumir el contenido político del conocimiento científico (como hizo el enfoque anarquista propuesto por Kropotkin y Reclus). Lacoste presenta la dicotomía del saber geográfico en el plano político y académico, y desde las revistas Antipode y Hérodote se propone una renovación teórica y práctica sobre el espacio. El enfoque alcanza su cumbre en los años setenta, basándose en las propuestas de Dresch, en la Geografía Activa de Pierre George, Lacoste, Kayser, etc., todos opuestos a la Geografía aplicada y defensores de la denuncia de las realidades espaciales injustas. Para esta corriente el espacio pasa a ser la base social y su organización (reflejo de la actividad económica). Incluso algunos, como Pierre George, intentaron abandonar 16
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 1. La concepción del espacio geográfico
definitivamente la visión paisajística del espacio. Pero este tipo de Geografía no rompía con el análisis geográfico tradicional ni desarrollaba una metodología. La Geografía Humana también ha participado recientemente en el intento de clarificar el concepto espacial, aunque el marco geográfico que aborda está determinado por el carácter histórico. Así, el espacio visible no es producto del trabajo, sino que el trabajo es producto del espacio geográfico, con un buen exponente en Milton Santos, para quien la unidad de análisis espacial es el Estado.
2.3. El espacio geográfico evolucionado. Espacio y cambio global El espacio como producto social puede entenderse como: –
Heterogéneo, en el que existen relaciones marcadas por las desigualdades. Se trata de un espacio dinámico en el que tienen importancia las relaciones existentes, y que responde a los principios de totalidad, jerarquización, diferenciación, finalidad, es decir, a los fundamentales en la definición de los sistemas.
–
Resultado de las relaciones sociales. El espacio no es neutro, y por ello es posible analizar la vinculación entre las desigualdades sociales y los contrastes espaciales, el efecto de determinados agentes sociales en la organización espacial, etc.
–
Resultado de la actividad económica. Las interrelaciones entre la actividad económica y el espacio constituyen el objeto esencial de la Geografía Económica (espacio como fuente de recursos, como obstáculo a los desplazamientos, o como soporte físico de las actividades), y los efectos derivados del desarrollo desigual en el proceso histórico marcan la profunda división entre los espacios desarrollados y subdesarrollados.
–
Resultado o condicionante de las estructuras políticas imperantes. Ahora tiene importancia el papel de la planificación.
El primer geógrafo preocupado por el concepto de espacio social fue David Harvey (1973), tras abandonar el positivismo, que lo define por la complejidad, heterogeneidad y discontinuidad, asumiendo una fuerte carga de valor simbólico y la influencia sobre el comportamiento. Los cambios en el espacio pueden asociarse a las profundas transformaciones en los procesos de acumulación de capital, ahora más flexibles, frente al fordismo presente hasta los años setenta. Dentro de este nuevo concepto del espacio resaltan los planteamientos de Milton Santos, al considerarlo como un conjunto de formas representativas de las relaciones sociales del pasado y del presente. Para este autor el espacio humanizado se presenta como parte de un sistema-mundo, y por tanto afectado por intensos procesos de globalización. Es la derivación de la introducción en el sistema mundo de todos los lugares y de todos los individuos a través de un único espacio técnico-científico-informacional, sujeto a intensos flujos a diferentes niveles, intensidades y escalas, que determinan una globalización perversa. El espacio pasará a ser una realidad relacional (cosas y relaciones condicionadas), y la estructura espacial aparecerá modificada por los procesos de la mundialización (la naturaleza se transforma en su totalidad en una forma productiva, y aparecen diferencias de integración y participación).
GEOGRAFÍA E HISTORIA
17
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
Ni el espacio ni el tiempo se modifican aisladamente, sino uno con otro, de modo que se entiende el concepto de tiempo como una variable geográfica desde el momento en que sólo a través del tiempo es posible hallar sistemas espaciales. En suma, que el espacio no es otra cosa que el resultado de una acumulación desigual de tiempos. Y si tiempo es igual a espacio se recupera para el análisis geográfico el pensamiento de Einstein, para quien espacio y tiempo eran simultáneos y equivalentes. De esta forma, si todo lo que existe articula al presente, al pasado y al futuro se necesitan los enfoques espacio-temporales en los estudios geográficos, ya que es posible empirizar al tiempo por medio de técnicas apropiadas. Pero hay muchos factores más que permiten explicar los profundos cambios que experimenta el espacio. Así la denominada Tercera Revolución Industrial incorpora la información y una alteración del sistema productivo. Con ellas se rompe con la organización fordista, se pasa a una producción flexible, y se llega a una economía internacional. En esta etapa las nuevas tecnologías crean un nuevo espacio de producción capaz de transformar rápidamente las regiones y las ciudades, puesto que se basan en la conexión con centros de investigación, la proximidad a emplazamientos estratégicos, la ausencia o escasa tradición sindical, la disposición de capital de riesgo, y en una buena red de comunicaciones y transportes. Se trata de unas premisas que inciden claramente en la división territorial de los procesos, en la descentralización metropolitana, en la individualización de los espacios, etc., de tal manera que unos espacios se revalorizan mientras otros pierden primacía. Además, la automatización de las técnicas productivas aporta nuevos elementos: suprime puestos laborales, presiona sobre la clase trabajadora hasta forzarle a abandonar la representatividad sindical, exige el incremento de la cualificación, difunde el trabajo en precario, genera esferas sociales diferenciadas, confirma la creación de las ciudades globales, etc. Todo ello indica que la tecnología se transforma en un producto de la reestructuración del capitalismo, que altera al modelo territorial. Pero no acaba ahí la contribución, porque la información y la tecnología desbordan a las fronteras y dispersan la producción en el espacio, generando nuevas formas de centralización y de regulación de los lugares de producción, alumbrando el dominio de unos espacios y ciudades privilegiadas, las que ejercen el influjo en la organización espacial. Aquí la contribución de la Geografía en la redefinición de espacios sería clave, aunque para Milton Santos continúa siendo una ciencia viuda de espacio, por mucho que se autodefina como ciencia espacial. Ahora, para comprender el espacio es preciso abordar las nuevas interrelaciones, la inserción en la globalización, un proceso no uniforme, que afecta de diferente forma a los espacios, y hasta dispone de representaciones diferenciadas, la económica (un mundo sin fronteras), la cultural (un modo de vida occidental) y la política (un dominio de las transnacionales). Así pues, no todas las regiones se insertan del mismo modo y en el mismo momento en la globalización, si bien es cierto que se produce una homogeneización muy sesgada, que incluso incrementa la desigualdad existente. Ahora el espacio se comprime, porque la localización geográfica ya no importa como en el pasado, y con ello se genera un desarrollo desigual, que implica otra desigualdad geográfica. Es evidente que el economicismo impuesto por la globalización se olvida del espacio, cuando el desarrollo se da precisamente en el espacio, y cuando las desigualdades espaciales hay que buscarlas en las interacciones económicas, políticas y culturales. El estudio de las externalidades sobre el espacio ha encontrado su reflejo en el análisis del espacio urbano, con las aportaciones de la Geografía de la Percepción, con sus mapas mentales. El enfoque humanista intenta comprender el mundo vivido, y con él aparece una preocupación por el paso del espacio al lugar a través de los lazos que unen al hombre al mismo. Hay seis sentidos del lugar: 18
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 1. La concepción del espacio geográfico
–
Social (orientado a las relaciones sociales).
–
Apático (no se manifiesta interés por ningún lugar).
–
Instrumental (el lugar es significativo en la medida que proporciona oportunidades).
–
Nostálgico (responde a una situación del pasado).
–
Plataforma (es significativo por su propia existencia).
–
Arraigo (por el sentido de pertenencia a un lugar).
Lo cierto es que los intensos procesos de globalización constituyen un nuevo paradigma para la comprensión de los diferentes aspectos de la realidad espacial. Se está ya en un proceso de formación de espacios de redes, constituidos por infraestructuras materiales y flujos inmateriales de información y capital, donde prima la mejora de la conectividad de los espacios centrales frente a otros periféricos, y que determina la aparición de regiones ganadoras frente a otras perdedoras. No obstante, el espacio de la mundialización determina, a su vez, que estos mismos espacios se vuelvan singulares y específicos, de tal modo que cada lugar es distinto al resto, aunque también unido al resto por los modos de acumulación universales. Además, esta mundialización tiene acusados efectos ambientales, globales y locales, ya que la tecnología permite con mayor intensidad captar y manipular las energías, crear materias, intervenir en los procesos naturales, y producir, manejar y transferir informaciones. Todo ello determina tres tipos de transformaciones sobre el medio: –
Sobreexplotación de la productividad natural, por encima de la capacidad de regeneración.
–
Exceso en la generación de residuos biodegradables, superior a la capacidad de reciclado de la naturaleza.
–
Creciente presencia de residuos ajenos a un sistema natural que no puede eliminar, con manifestaciones evidentes en los ciclos hidrológico (alteraciones de las reservas de agua dulce, transformaciones en las estructuras de los acuíferos...), bioatmosférico (alteraciones del ozono y aparición del efecto invernadero), y edáfico (aceleración en los procesos de desertificación, pérdidas de fertilidad...).
Y la constatación de estos problemas está generando un incremento en la preocupación por los problemas ecológicos, el equilibrio entre crecimiento económico e intereses ecológicos, que afecta tanto a los espacios desarrollados como a los subdesarrollados (aunque con desigual intensidad y problemática), y urbanos y rurales. Probablemente el mejor exponente de la globalización de los espacios se encuentre en la cibernética, ya que los ordenadores, como herramientas, han configurado una red global (la World Wide Web). Y con ellas se está ante un nuevo concepto de espacio, el ciberespacio, definido como una enorme red de comunicaciones entre ordenadores. En la era de la información en este ciberespacio no existen fronteras, pues se ha generado un espacio donde la información fluye libremente, porque Internet no pertenece a nadie. El ciberespacio es un espacio, y hasta un espacio vivido, aunque la navegación por la red conduce a la pérdida del sentido del lugar, lo que vendría a indicar que no existen los lugares dentro de la red. El ciberespacio (su idea principal es la red) está anclado en el geoespacio, lo que implica que para la existencia de la red deben estar primero los lugares, aunque la realidad también señala que éstos son tales precisamente porque están en la red. El progreso es de tal magnitud y celeridad que en el atlas del ciberespacio se refleja el diferente nivel de desarrollo de los países, puesto que la mayor parte del tráfico de la red se corresponde con flujos dentro y entre las principales metrópolis, al igual que dentro y entre los principales GEOGRAFÍA E HISTORIA
19
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
países, con una acusada polarización de los flujos. Así, la casi eliminación de las distancias en las redes telemáticas ha llevado a que muchos se inclinen ya por el dominio del tiempo sobre el espacio, oponiéndose a la unicidad tiempo-espacio de Milton Santos. Hasta Harvey habla de la aniquilación del espacio desde el tiempo, mientras para Santos no existe la desterritorialización, porque el cambio en el espacio no significa no estar en el espacio.
3. EL ANÁLISIS ESPACIAL 3.1. Principios y métodos La definición de un espacio o paisaje exige la aplicación de cuatro principios: –
Localización. Es el punto de partida, introducido por Mackinder al plantearse que las primeras respuestas a todo estudio geográfico son dónde (el cartografiado) y por qué (las razones o causas).
–
Universalización o comparación. La aportación procede de Vidal de la Blache, pero fue desarrollada por su discípulo De Martonne al señalar que el estudio geográfico de un fenómeno supone plantearse la posibilidad de que se dé en otros puntos de la Tierra. La comparación permitirá establecer las analogías y una mejor caracterización de los espacios al generalizar los principios que los definen. Cuanto más repetido sea el fenómeno tanto más generalizable y geográfico resulta. De ese modo lo geográfico es el espacio definido por las formas y los fenómenos repetibles en distinto grado, lo que permite el establecimiento de principios desde el estudio comparado. Blanchard llegaría a afirmar que la comparación es la auténtica razón de ser de la Geografía.
–
Conexión o coordinación. Los fenómenos geográficos no suelen darse aislados, y por ello han de extraerse las conexiones mutuas entre los hechos. Ratzel desarrollaría este principio, pero de manera equívoca al considerar al hombre como sujeto pasivo y sometido a dichas combinaciones de fenómenos que se dan en el medio (determinismo geográfico).
–
Evolución o dinamismo. Todo espacio terrestre es resultado de los cambios experimentados con el tiempo, un principio aplicable a los estudios físicos, no obstante la lentitud de los cambios, y a los espacios humanizados a pesar, ahora, de la rapidez de los mismos. De ese modo los fenómenos actuales también están reflejados evolutivamente sobre un espacio. Sauer indicaría que todo estudio geográfico requiere de una dimensión cronológica.
Definido un espacio a través de sus principios, para muchos autores los problemas claves se articulan en torno al método, condicionado por dos aspectos: el estudio de la diferenciación del espacio en la superficie terrestre, y el correspondiente a las relaciones hombre-medio. Se trata de problemas que han sido abordados desde posiciones diferentes (positivista y antipositivista, o también naturalista e historicista), aunque han interferido cuestiones epistemológicas: el equilibrio entre la Geografía como disciplina regional (o corografía) y sistemática, su posición como ciencia, y la conceptualización de las relaciones entre el hombre y el medio. Y prácticamente a ninguna de ellas se le ha encontrado una solución aceptada por todos. Hasta los años cincuenta el paradigma imperante fue el regionalista, momento en que nació una corriente crítica, centrada en decidir entre la disyuntiva de si la Geografía se ocupaba de lo exclusivo o de lo general, y en la diferencia 20
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 1. La concepción del espacio geográfico
entre descripción y explicación. Dicha corriente derivó hacia planteamientos como el de Schmithüsen, que argumentó cuatro categorías de razonamiento básico para el estudio geográfico del espacio: –
Total-general (implica una comprensión holística de los fenómenos).
–
Parcial-general (supone un estudio de las partes como tales para llegar a conclusiones generales).
–
Parcial-especial (relacionado con la comprensión de fenómenos individuales o idiográficos).
–
Total-especial (intenta comprender las características particulares de las unidades complejas, como los paisajes o regiones).
Y si bien es cierto que ninguna otra disciplina se interesa por la superficie de la Tierra y sus diferentes partes (por la asociación de los fenómenos en el espacio, por las variaciones de las distribuciones espaciales de los fenómenos, así como por las relaciones del medio natural con el hombre, y la individualización y análisis de las regiones) se continúa teorizando en relación con el objeto, el paso previo al método. Para Milton Santos el espacio geográfico es la naturaleza alterada o modificada por la acción humana a través de su trabajo, un espacio social o humano contenido, a su vez, en distintos tipos de espacios, cuyos análisis ya son propios de las disciplinas particulares. El espacio geográfico pasa a ser una construcción social del pasado y del presente, y aparece como un hecho social, por lo cual puede ser interpretado como: –
Factor social. El espacio primado se retroalimenta en sus funciones, y el marginal o apartado se mantiene distanciado de las innovaciones.
–
Instancia social. El espacio es un hecho social que se impone a todos los miembros de la sociedad, sin imponerse a la sociedad.
La forma de abordar este objeto ha sido una de las cuestiones recurrentes en la Geografía, la discusión entre si debe de ser una ciencia: –
Idiográfica (preocupada por lo único y singular, por los hechos o acontecimientos, por las condiciones circunstanciales en el tiempo y el espacio).
–
Nomotética (preocupada por lo constante y permanente, tratando de descubrir leyes de la naturaleza).
Tanto Hettner como Hartshorne, a mediados del siglo pasado, hacían una distinción entre Geografía sistemática (dedicada a formular generalizaciones empíricas o leyes) y el estudio de lo único en Geografía Regional (por medio del cual se comprueban las generalizaciones). Schaeffer (1953) instó al estudio de la Geografía sistemática, y Haggett (1965) planteó una base nomotética, ya con procesos en la investigación (localización-modelo geográfico-explicación). Pese a todo, son muy numerosos los autores que han considerado a la Geografía Regional como el centro de la materia, entendiendo a la Geografía sistemática como el área en la que se formulan leyes, y a la Regional como el campo en que dichas leyes se comprueban empíricamente. La culminación de la Geografía Regional viene a ser, por tanto, la verificación de las leyes geográficas y la presentación de una síntesis de los fenómenos físicos y humanos dentro de un área o región. Desempeñar correctamente este papel ha sido, sin embargo, difícil, tanto que, de hecho, la investigación se ha limitado durante mucho tiempo a las ramas sistemáticas. GEOGRAFÍA E HISTORIA
21
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
Con todo, en la Geografía de las últimas décadas han aparecido intentos de reinterpretación. Johnston apuesta por promover a la Geografía dentro de la planificación, identificando como núcleo a la naturaleza de las regiones o lugares. Entrikin dirige su interés hacia el concepto específico de lugar. Stoddart propone como objetos la localización, posición, distancia y área, cuya conjunción puede ayudar a demostrar el carácter distintivo del lugar. El interés por esta temática se puede apreciar desde: las corrientes histórico-hermenéuticas (que han intentado comprender el significado humano del paisaje), los planteamientos marxistas (que han prestado atención a las relaciones entre naturaleza y sociedad), y una tercera corriente que intenta interpretar las relaciones entre el hombre y el medio a través del concepto de territorialidad. Por tanto, los términos espacio, paisaje o región son polisémicos y, como consecuencia son variados los criterios de caracterización: –
Intuitivos, los basados en el estudio real, de campo. Sarre identificó a la región con el área de extensión de un paisaje, uniendo al paisaje geográfico y a la región geográfica, aunque ello sólo es posible en regiones homogéneas, algo que sucede muy rara vez, pues lo más frecuente es que existan regiones geográficas o espacios integrados en otros más amplios y heterogéneos, y cuyo nexo de unión pueda ser, por ejemplo, una ciudad; entonces se estará hablando de un espacio organizado, que alumbra a una región funcional.
–
Cuantitativos, sustentados en métodos que ayudan a clarificar la compleja realidad geográfica de un espacio. Se trata de expresar numéricamente a los fenómenos que caracterizan a un espacio (elementos climáticos, económicos...) mediante criterios analíticos (indican la naturaleza de los vínculos entre fenómenos) y sintéticos (señalan las intensidades de dichas relaciones).
3.2. El estudio y la tipología espacial 3.2.1. Principios y ramas geográficas Conocer los factores y principios que regulan a un paisaje corresponde a la Geografía General, y averiguar sus combinaciones sobre un espacio compete a la Geografía Regional. Como se puede deducir, se trata de dos modos de contemplar a una misma realidad. La Geografía General se ocupa de los estudios aislados a escala general, y de cada uno de los factores y sus combinaciones e interferencias; y a partir de ahí crea los principios que regulan las variedades espaciales. La Geografía Regional analiza las combinaciones que tipifican a las diversas porciones de la superficie terrestre. Y para ello debe partir de los principios de la Geografía General (mientras ésta se sustenta en las aportaciones particulares de la Regional para establecer sus principios). Por tanto, la Geografía General se ocupa de las regularidades y de las leyes que rigen la superficie terrestre, y la Regional aplica esos principios a espacios concretos. Para estudiar las específicas combinaciones de los fenómenos en el espacio hay otras dos ramas de la Geografía: –
22
Geografía Física, que se ocupa de los fenómenos naturales, y estudia la génesis de los paisajes a través de la Climatología (el clima es un elemento y factor del espacio), la Hidrología (también las aguas), la Geomorfología (y el relieve), y la Biogeografía (de igual modo los seres vivos), esta última subdividida en GeoboPROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 1. La concepción del espacio geográfico
tánica (estudia la vegetación), Zoogeografía (vida animal) y Edafogeografía (los suelos). Para la Geografía Física el espacio es una porción de la superficie terrestre (epigeosfera) caracterizada por la interactuación de subsistemas (abiótico, biótico y antrópico) que se modifican o evolucionan en bloque. Se trata de un ámbito definido por: la globalización (es un todo), la interactuación de subsistemas (de componentes de distinta naturaleza dependientes entre sí), la dinamización (entradas y salidas de energía y materia), la espacialización (todo se da en una escala espacial); y la temporalización (todo evoluciona). –
Geografía Humana, que estudia las colectividades humanas, sus modificaciones sobre el paisaje y la actividad que generan sobre los espacios hasta transformarlos de naturales en culturales. Sus objetos de estudio son: el hombre-habitante (distribución y dinamismo, que estudia la Geografía de la Población), las modificaciones sobre el paisaje natural (agricultura y sus variantes, que estudia la Geografía Agraria), los factores de localización (industria y sus derivaciones, que estudia la Geografía Industrial), los asentamientos (las ciudades y sus relaciones, que estudia la Geografía Urbana), la organización (actividades, que estudia la Geografía de las Comunicaciones), y la actividad económica (de variables múltiples y de las que se ocupa la Geografía Económica).
Ante tal variedad de ramas para estudiar un mismo objeto, el espacio, Stoddart defiende que la tarea del geógrafo debe ser la de identificar problemas específicamente geográficos (no de historia, economía, geomorfología o sociología), y tratar las cuestiones referidas al hombre y al ambiente dentro de las regiones. Milton Santos hace un planteamiento más pragmático, abogando por una mayor atención al espacio, entendido como un producto social en el que participan objetos geográficos, naturales y sociales, y la sociedad en movimiento. Para Haggett (1965) la localización, las relaciones entre los seres humanos y el medio, y las regiones como subdivisiones distintivas son el objeto, al que se puede añadir el paisaje (tanto natural como cultural), mientras la síntesis se realiza en la región, de la que se ocupa la Geografía Regional.
3.2.2. La concepción del espacio regional De la aproximación ecológica a las relaciones entre el hombre y la naturaleza ha derivado el interés espacial, aunque a muchos geógrafos les ha preocupado más la resultante de esas relaciones, la construcción del espacio, el nacimiento de las culturas diferenciadas, el espacio cultural; y a otros tantos las formas de ocupación, los sistemas derivados de la apropiación del espacio, y las organizaciones creadas. En la tradición francesa, la emanada de Vidal de la Blache, se plasma la integración del hombre como elemento y agente activo, como constructor de paisajes. Sin embargo, para Hettner la región era el paisaje complejo, una idea retomada por Harsthorne, y reflejada en lo que posteriormente sería la escuela de Ciencia Regional de Chicago. La propuesta regional se convirtió en la razón de la perdurabilidad científica de la Geografía, que aunaba el interés por el conocimiento general y particular, lo que permitió el mantenimiento corológico (con estudios interrelacionados, físicos y humanos de los espacios). En ello tuvieron que ver las delimitaciones estatales, que ceñían los datos estadísticos a espacios concretos. Y frente a la región geográfica surgía otra más economicista, la de los fundamentos nodales, polos o programas, la del área urbana o región urbana. Al fin la región, al margen de que haya padecido de numerosas interpretaciones, es un espacio a interpretar y deslindar, un fragmento del espacio diferente a otros, una construcción GEOGRAFÍA E HISTORIA
23
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
intelectual y un ente real al mismo tiempo, de tal modo que puede hablarse hasta de regiones inventadas (una construcción mental en razón de los objetivos buscados por el investigador) y reales (las geográficas). Conforma una realidad a escalas, organizada, abierta y caracterizada por las conexiones verticales y horizontales, internas y externas. Pero bien entendido que la regionalización está en función del objetivo marcado para el estudio del espacio, como también de los criterios seguidos, etc.; de ahí que una misma región pueda ser natural, cultural, económica, etc., porque a partir de los años sesenta los conceptos de jerarquía, intensidad de flujos, densidad de relaciones, etc., pasan a ser básicos. De manera que tanto la región como el método para abordarla están condicionados por el objetivo buscado.
3.2.3. Los espacios centrales: la región urbana La génesis de esta fórmula surge con el crecimiento continuado de las ciudades y el papel preponderante de las funciones y papeles que desarrolla la ciudad. La región urbana parte de la geográfica, aunque requiere de un centro organizador y de la integración en un conjunto más amplio, donde la ciudad desempeña su función. Y es el desarrollo de los transportes y de las comunicaciones quienes aportan nuevos conceptos de región, con una connotación cada vez más funcional. Por tanto, sólo será aplicable a las regiones con determinado grado de urbanización. Las contribuciones de Cabot sobre las estructuras urbanas, las de Rochefort sobre las funciones de las ciudades, las de Labasse sobre las atracciones de las capitales, etc., recibían ya influjos del campo económico, de la escuela de Ciencia Regional, y específicamente de la distribución de los servicios sobre el territorio, de los flujos, de las jerarquías, etc. Las aportaciones de Mackinder con su concepto de nodalidad, las de Christäller y Lösch con sus modelos reticulares y áreas de influencia de los centros de mercado, etc., llegan a la capacidad de organización del territorio. Es así como se acaba en la región nodal, gravitacional, diferenciada en sus diferencias, como aparece en Geografía el concepto de centralidad (la región como unidad espacial desde las funciones concentradas en un espacio urbano, y ejercidas desde las infraestructuras). Los flujos abarcarán a un territorio, lo que implicará una jerarquía de ciudades, una red urbana, cuya clave organizativa se encontrará en las infraestructuras. Ahora bien, como indicará Kayser, no toda ciudad llegará a constituir una región funcional, especialmente cuando aparecen las ciudades ínsulas, desligadas del entorno territorial. De modo que sólo la ciudad polarizante es la generadora de la región, mientras las demás son intermediarias, distribuidoras, dinamizadoras, pero no centralizadoras. Incluso para que sea polarizadora debe de arrastrar una carga histórica y hasta la inserción en un conjunto más amplio. Para Hauser se consolida, así, el concepto de región como área donde se ejerce la acción de un centro urbano, que para Gottmann es la región viva, la dominada por la ciudad, para Pierre George la zona de influencia de una ciudad metrópoli, para Juillard la región fundida con el espacio organizado por una ciudad, y para Labasse la región sujeta a los influjos invisibles.
3.2.4. De la región sistémica a la concepción marxista El método de abordar a la región recibiría el impulso de la Teoría General de Sistemas, en la que el espacio constituye un sistema complejo y en equilibrio, con subsistemas interconectados, con relaciones verticales y horizontales y relaciones externas. La escuela 24
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 1. La concepción del espacio geográfico
francesa del grupo de Reclús, encabezada por Brunet, realiza en la década de los noventa el desarrollo de un sistema mundial, y junto con los positivistas enfatiza en los procesos, estructuras, conexiones, huyendo del método de superposición regional clásico. La región sistémica se presenta, así, como dinámica y en proceso constante de reorganización espacial, basada en la retroalimentación, la entropía (todo sistema cerrado se mantiene en equilibrio inestable), y el reequilibrio (en interacción con otros subsistemas, pero con tendencia a la búsqueda de la estabilidad). Y, además, la aplicación de la teoría sistémica permite la formulación de leyes generales, las definidoras de un sistema regional. Para Auriac se da un vuelco a la región clásica, con un sistema que introduce el concepto de dinamismo, desde el equilibrio hacia otro equilibrio diferente, aunque el paso de una estructura a otra pueda ser debido a la propia desorganización interna del sistema, a las múltiples combinaciones entre factores y elementos (que llegan a desestabilizarlo, y hasta a transmitir las consecuencias a los sistemas anexos). Por tanto, lo que define a una región no es su composición estructural permanente, sino su actividad y desarrollo, de modo que la diferenciación regional ha de ser establecida a partir de la confrontación de ritmos dinámicos, más o menos directamente influidos por factores incidentes desde regiones próximas. La región no es sólo sinónimo de extensión, sino un área organizada, una estructura caracterizada por las relaciones entre sus componentes (aunque la cohesión entre ellos disminuya con la dimensión superficial). Y todo ello no es identificable con homogeneidad, dada la existencia de regiones heterogéneas y, sin embargo, funcionales. La Teoría General de Sistemas define, por tanto, la región como un compuesto integrado, lo que implica un sentido de globalidad que supone tres procesos: delimitar el sistema, definir sus componentes, y establecer las pertinentes interacciones. Esta orientación hace surgir a la Geografía Sistémica, que prima el análisis de los procesos que definen a los espacios interdependientes. Desde una visión diferente, la corriente de inspiración marxista incorporaba la dimensión espacial al valorar la importancia del espacio en el desarrollo social, especialmente en el sistema capitalista. Para Gilbert la región es una organización espacial de los procesos sociales asociados a un modo de producción. El espacio pasa a ser un reflejo de los intereses socioeconómicos, cuyas funciones se determinan por los usos. Para Lung la periodización del espacio se basa en la plusvalía, de tal modo que a una plusvalía absoluta, basada en el dominio del trabajo, corresponden los espacios polarizados. Otros autores, como Lipietz definen las formas avanzadas de capitalismo por el desdoblamiento geográfico, tanto del proceso del trabajo como de la valorización del capital, con una fase monopolista (que establece la distribución espacial del trabajo) y otra de transportes y centros de mercado.
3.3. La tipología de espacios regionales La región geográfica parte del edificio humanístico instaurado como reacción al positivismo naturalista, y está definida por la interrelación entre los hechos físicos y humanos que han configurado un paisaje, un espacio construido, limitado e individualizado, una región natural humanizada caracterizada por la organización de los recursos debido a la acción del hombre. La región funcional arranca a mediados del siglo XX, con la Geografía Teorética o Nueva Geografía, con Schaeffer, con la concepción de un espacio individualizado, dominado por las funciones, y alrededor de un núcleo aglutinador, la ciudad (de ahí que se hable de región funcional o económica). La Geografía Sistémica concibe al territorio como un sistema abierto integrado por elementos interdependientes, vinculado a otros espacios periféricos, en evolución continua, etc. La región económica (agrícola, industrial…) GEOGRAFÍA E HISTORIA
25
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
se inscribe en divisiones territoriales uniformes, si bien la realidad indica la existencia de territorios contiguos con diferente grado de desarrollo. Y para corregir los desequilibrios surge la región plan, que es posible abordarla desde ciertas magnitudes (población activa, densidad de comunicaciones, flujos migratorios, etc.), desde las cuales se trazan las líneas que delimitan las áreas específicas de cada región económica. Por tanto, habrá muchos tipos de regiones y de espacios, porque variada es también la superficie terrestre y complejas las relaciones entre los fenómenos que coinciden en un espacio. Entre las regiones resaltan cuatro: –
Naturales, definidas por sus componentes naturales que, combinados, le aportan uniformidad e individualidad, es decir, equilibrio homogéneo hacia fuera y heterogéneo hacia dentro.
–
Administrativas o políticas, las delimitaciones que servían de marcos regionales sobre los cuales versaban las descripciones y representaciones en los albores de la ciencia geográfica. La región histórica refleja una realidad regional, es una forma de organización espacial. Para Sauer la Geografía es una ciencia genética, si bien Harsthorne niega el historicismo espacial. El mayor uso de las regiones históricas procede de las reivindicaciones culturales y políticas, de las denominadas deudas pendientes. Por tanto, el valor actual de la región histórica dependerá del contenido que se le asigne al concepto.
–
Humanas. Son divisiones territoriales definidas por variables macroeconómicas que les confieren comportamientos individualizados, y que permiten no sólo definir sino establecer equilibrios y desequilibrios.
–
Funcionales. La unidad la confieren los flujos (comerciales o de servicios) que se establecen entre una unidad y un espacio, de tal manera que derivan jerarquizaciones, que al quedar establecidas en un punto alumbran a una región nodal o polarizada.
Pero también es posible distinguir otra tipología no ceñida a sus caracteres físicos o humanos, sino a su organización y evolución: –
Homogéneas, con parámetros constantes, si bien la alteración de alguno puede incidir sobre toda la región.
–
Polarizadas, con nodos funcionales interrelacionados.
–
Planificadas, ordenadas y transformadas. Para Hauser la región planificada o económica se entiende como un mercado regional determinado por las relaciones entre los hombres con los de otros territorios, por la territorialización de las actividades.
Por tanto, una región puede ser identificada por un rasgo predominante, y así es posible hablar de regiones naturales, litológicas o bioclimáticas, y también de otras que presentan la huella del esfuerzo humano, variante que presentará una amplia tipología de espacios heterogéneos, cuya coherencia le será proporcionada por alguna de sus funciones. Así la región ha pasado a tener una concepción muy flexible, un concepto intuitivo que permite disponer de divisiones territoriales para ser estudiadas atendiendo a criterios diversos. Y en cada región habrá de darse prioridad al análisis de sus estructuras dominantes, las que justifiquen su organización. Pero en su análisis si algo denota es interdisciplinariedad, bajo el influjo de la denominada Nueva Geografía Regional o Geografía Regional Reconstituida, centrado en la Geografía Territorial, definida por la organización y regionalización, la economía política regional y 26
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 1. La concepción del espacio geográfico
la vinculación al desarrollo local y territorial, planteamientos que para Juillard son inducidos por las presiones civiles, por la dinámica de algunos territorios y por el nacimiento de nuevos modelos organizativos, como ha ocurrido en la UE de dos formas: con la reordenación de territorios y con la especialización (con las políticas de convergencia y la atención preferente a las regiones desfavorecidas).
4. LAS CORRIENTES ACTUALES DEL PENSAMIENTO GEOGRÁFICO 4.1. La construcción de la ciencia geográfica No es lineal y acumulativa, no es el resultado de contribuciones específicas de autores determinados dentro de un tiempo concreto, sino la consecuencia de contribuciones colectivas, dispersas en el tiempo, no exentas de fracturas, evoluciones y hasta involuciones. Y de esa secuencia han derivado errores, como la confusión de la historia de la Geografía con la correspondiente de la Cartografía o de la misma secuencia de los descubrimientos, una falsa apreciación que ha proporcionado a la ciencia geográfica la imagen de un cajón de sastre en el que tienen cabida todos los conocimientos relacionados con el espacio terrestre. No ha sido la construcción de la ciencia geográfica una parcela de la ciencia en la que han dominado los padres fundadores. Para un grupo de autores será en Alemania, durante la segunda mitad del siglo XIX, cuando se defina realmente una Geografía moderna, cuando se crea el proyecto de un campo específico de conocimientos geográficos, con la distinción entre saber y práctica. Es cierto que se le ha concedido notable importancia a la etapa clásica de la Geografía, pero, los momentos posteriores son los de gran desarrollo, con la Geografía moderna, tras la Segunda Guerra Mundial, con un marcado acento anglosajón. Para otros autores (desde Paul Claval hasta Vilá Valentí), ha dominado la oposición entre una etapa clásica y otra moderna o de la nueva Geografía. El año 1945 es para Johnston el momento en que se produce esa división entre clasicismo y modernismo geográfico, concretamente en los ámbitos anglosajones, y en relación estrecha con las filosofías del positivismo lógico y el racionalismo crítico. En suma, que resulta todavía complejo abordar la cuestión evolutiva, si bien hay más consenso al adjudicar el nacimiento de la Geografía moderna a la explicación, como indica Foucault. La Geografía contemporánea es la que domina en el viejo mundo en el momento de difusión del positivismo y evolucionismo, del materialismo. El surgimiento del neopositivismo, entre las décadas de los años treinta y cincuenta del siglo pasado, impone la vuelta atrás, hacia el naturalismo positivista, con la aplicación e imposición de las fórmulas físicas a la Geografía humana, y con la correspondiente vuelta hacia la previsión, en vez de la explicación. Con el neopositivismo o cuantitativismo se llega a la desvalorización de la ciencia regional, para Schaeffer una actitud a-histórica, que duraría poco, porque hacia mediados de los años sesenta se inicia la revisión del neopositivismo con el desarrollo de las corrientes existencialistas, plasmadas en la Geografía de la Percepción, que vuelven a poner de manifiesto a la geografía humanística, unida en el tiempo al desarrollo de las teorías marxistas, que permiten su difusión. Por tanto, en su evolución, esta ciencia ha seguido los derroteros de otras próximas, como la Geología o la Economía, aunque las corrientes positivista, historicista, neopositivista, humanista y marxista únicamente han dominado a una parte de la comunidad de geóGEOGRAFÍA E HISTORIA
27
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
grafos. Pero sobre esta cuestión tampoco hay consenso: Preston James indica que hasta mediados del siglo pasado se impusieron sólo tres paradigmas (exploratorio, ambientalista y regional); Johnston señala que han sido otros (la ciencia espacial, la vertiente behaviorista y la radical-estructural); Stoddart ni siquiera habla de paradigmas; Kuhn alude a fases (la de ciencia normal y la de ciencia anormal, definida esta última por la dificultad de la elección de presupuestos no científicos a la hora de elegir los paradigmas); Harvey indica que será el planeamiento y las nuevas exigencias sociales, así como los cambios internos en el mismo pensamiento científico (tras el influjo de Popper y el Círculo de Viena, que impulsará la reacción antipositivista al abordar las pocas aportaciones del cuantitativismo, seguida de las críticas desde la Escuela de Frankfurt, desde principios de la década de los sesenta, con Adorno y las coetáneas reflexiones marxistas); etc. Lo cierto es que al cuantitativismo se le califica de abstracto y de poco significativo, al no haber dado respuesta a los problemas reales, unido al descubrimiento por los estadounidenses de las imperfecciones de su sistema social, al que se olvidaba. Con todo, puede hablarse de cuatro grandes corrientes actuales: –
Geografía Clásica. Prosiguen los estudios regionales tradicionales, aunque con algunas novedades que intentan adaptarlos a las modernas necesidades, como la tendencia a los aspectos más relevantes del estudio espacial (mientras el resto se presenta como complementario), y la intensificación de los estudios monográficos regionales.
–
Nueva Geografía o Geografía Cuantitativa. Su objeto es formular hipótesis, leyes y teorías que demuestren científicamente las realidades de los diferentes espacios terrestres. En contra de esos postulados Harsthorne ha incidido en que cada espacio es irrepetible, y que no pueden formularse teorías generales válidas para unos lugares que son únicos. Schaeffer llega a señalar también que a las regiones únicamente cabe aplicarles teorías enmarcadas dentro del excepcionalismo. Pero, en contrapartida, los cientifistas siguen alegando que se debe partir del método científico, es decir, plantear el problema, formular las hipótesis pertinentes, cuantificar los fenómenos y clasificarlos, y demostrar o rebatir las hipótesis para establecer las leyes probabilísticas.
–
Geografía Ecológica. El desarrollo de la Ecología dentro de las Ciencias Biológicas ha conllevado la extensión de estudios a la Ecología Humana (que Troll ya había cultivado en sus análisis ecológicos de los paisajes).
–
Geografía Aplicada. La rama que se ocupa de los problemas de ordenación y ordenado de los espacios, donde prima el criterio espacial y no el sectorial de otras ciencias. Esta será la principal contribución para ayudar a las instituciones a programar los desarrollos espaciales, lo que obliga a que deba ser la más sintética de todas las variantes geográficas.
Cabe mencionar la rapidez con que han ido aportando cada cual sus contribuciones al avance geográfico, aun a pesar de ciertos antagonismos entre ellas. Para algunos autores ha sido, precisamente, la dialéctica interna de la ciencia geográfica quien la ha sacado del inmovilismo, porque desde los defensores del positivismo, humanismo, radicalismo, cuantitativismo, hasta las más modernas formas de concepción de la ciencia, han contribuido a los notables avances en método y técnicas, a hacer más útil a la ciencia del espacio. Con todo el notable desarrollo general en los últimos años no ha quedado exento de dificultades y debilidades. Hoy no se trata tanto de analizar las acciones antrópicas, sino las fórmulas de planeamiento para organizar el territorio, porque la acción humana sobre el medio es sólo una parte de lo analizable, pero no exclusiva. En realidad, de lo que debe tratarse es 28
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 1. La concepción del espacio geográfico
de organizar y encauzar las actuaciones previsibles, de hacer Geografía Aplicada. Y en ello muchas Geografías no han respondido a las expectativas por razones variadas, pero especialmente por la competencia de otras disciplinas que han ido minando el protagonismo geográfico, hasta llegar a la escasez de un campo de acción predeterminado. Incluso se ha abusado de la aplicación de leyes generales a lo que son particularidades de los territorios o de sus relaciones internas, de unas pautas que no han explicado suficientemente la pluralidad de los hechos territoriales y de sus complejidades internas. Y también hay cada vez más una cierta tendencia a considerar que tampoco ha existido en esta ciencia una secuencia regular y ordenada, sino más bien un desarrollo impuesto por corrientes procedentes de otras ciencias. Como consecuencia la Geografía ha pasado al uso obligado de una amalgama de métodos, que incluso ha conllevado disgregación, cuando para Boulding debería haber creado la Geografía-método, con formas y modelos propios. Y no acaban aquí las contrariedades y confusiones, porque si bien es cierto que los conceptos geográficos son esencialmente eurocéntricos, también lo es que para un núcleo compartido de estudio, el espacio, en muchos casos sólo se comparten los instrumentos de estudio.
4.2. Los antecedentes clave Las primeras formas de la Geografía fueron fisiográficas, descriptivas, de acopio de datos y alguna teorización geofísica. Ya Herodoto (siglo V a. C.) puso en relación el medio con los grupos humanos. Entre los siglos II y I a C las conquistas romanas forzaron una mínima especialización geográfica, con Cartografía y Corografía como especialidades relevantes. Incluso Estrabón (con el que concluye el periplo corográfico) indicó que el análisis cosmográfico debía de ser previo al estudio de los fenómenos del ecumene. Los aportes más representativos comienzan en el siglo I a. C., con Posidonio y sus estudios sobre la separación de tierras y mares, la oblicuidad del eje terrestre..., que contienen las primeras conexiones entre los fenómenos. Por su parte, los fenicios se volcaron en las descripciones itinerarias y en las guías náuticas, que incluían descripciones de los espacios terrestres. La Geografía medieval arrastra la decadencia general de la sociedad, y sólo los árabes, con su tolerancia científica, recuperaron la ciencia clásica y relanzaron la astronomía, manteniendo la Geografía Descriptiva. El Renacimiento inicia la recuperación del humanismo clásico. Y la revolución científica relanza la cartografía a la luz de los nuevos descubrimientos de tierras, la Geografía astronómica, y los fenómenos climáticos. El influjo de Ptolomeo es claro, si bien el gran renovador será Varenio, con su Geografía General, que trataría a esta ciencia con un método científico. Con él nace la Geografía moderna, al unificarla bajo un solo paradigma (de la Física), las regularidades, añadiendo fórmulas muy avanzadas que no permitieron progresar, y presentando las diferencias entre Geografía General y Geografía Regional, y entre Geografía física y humana. El siglo XVIII es el periodo crítico para la Geografía por la tendencia a la especialización y a su fraccionamiento. Aun así Kant sentaría las bases filosóficas, al señalar que sólo se debía ocupar de los fenómenos espaciales, de los que debía ofrecer visiones sistemáticas, y al introducir el uso de las analogías entre los fenómenos en vez de las regularidades. Estas ideas calarían más tarde en Humboldt, para quien la naturaleza es un ser vivo, una entidad dotada de vida interna que es preciso explicar en sus relaciones; desentramar, en suma, el paisaje integrado. Rompió así con la línea de pensamiento que consideraba a la naturaleza como algo estático e inamovible, y estableció una triple división (fisiográfica, descripción de la naturaleza; historia geológica de la Tierra; y geonosia, o relaciones existentes en el GEOGRAFÍA E HISTORIA
29
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
mundo de la naturaleza). Y también harían lo propio en Ritter, el fundador del método comparativo en Geografía Regional, cuyo objetivo consistió en explicar las relaciones entre el medio y la vida del hombre, pero prestando especial atención a los procesos históricos. Es desde comienzos del siglo XIX cuando se produjo la institucionalización de la disciplina, con la notable contribución de las Reales Sociedades Geográficas, apoyadas por las políticas imperialistas, que vieron en la Geografía una herramienta útil. Pero como reacción a esta oficialización surgieron posturas anarquistas, como las defendidas por Elisée Reclus y Kropotkin, que prestaron atención al enfoque social. Y a finales de la centuria las posturas darwinistas, con una fuerte influencia del positivismo y evolucionismo, apoyadas en una ciencia que perseguía el encadenamiento de los hechos y leyes. Pero la secuencia no fue tan simple. Ritter, el inicial defensor del posibilismo (el medio no determina las actividades humanas), renunciaba a la búsqueda de leyes generales, y se volcaba en el estudio regional, en las regiones como espacios únicos, singulares e irrepetibles. Entre los principales seguidores destacó Vidal de la Blache (defensor de una visión unitaria de los aspectos físicos y humanos en la síntesis regional), y Brunhes, Barrows o Sauer. Así, la función de la Geografía fue elaborar síntesis, y las monografías regionales pasaron a ser el principal motivo de investigación, con una metodología estandarizada. Especial influjo tuvo también en la Geografía, en las primeras décadas del siglo XX, la ecología humana, y especialmente los trabajos surgidos en la Escuela de Chicago (Park, Burgess, MacKenzie), que proponían unas relaciones sociales sustentadas en la competencia, con la ciudad como ámbito de investigación. Así pues, la Geografía contemporánea está muy influida por las teorías evolucionistas de Darwin, del cambio gradual, las de totalidad adelantadas por Humboldt, las del determinismo causal, etc. La tensión entre naturalistas y antinaturalistas estaba servida, la disyuntiva entre juzgar y apreciar, entre las metodologías de las ciencias racionales y experimentales, y, junto a ello, las aportaciones de otras ciencias permitirían, por ejemplo, que: –
Davis consolidara la teoría positivista de la evolución, con sus avances sobre los ciclos erosivos en el espacio sometido al influjo climático, con modelos cíclicos.
–
Koppen y Rusell clasificaran los climas.
–
Weber introdujera su teoría de la localización industrial (1909).
–
Christaller hiciera lo propio con la de los lugares centrales (1933).
–
Von Thünen aportara su modelo de la localización de las actividades económicas distribuidas equilibradamente sobre el espacio.
Pero con ellas pervivieron las aportaciones historicistas, sustentadas en la noción de unicidad y en el protagonismo del hombre en la naturaleza, apoyadas en las vías abiertas por Ritter, Ratzel, Vidal de la Blache..., rebatiendo al determinismo, que daría lugar a la individualización del espacio geográfico. Demangeon (1942) y Sorre (1943) se encargarían de formular los conceptos generales, mientras Cholley redefiniría el objeto geográfico hacia los términos de combinación, complejidad y convergencia. A pesar de todo, una característica de la Geografía contemporánea ha sido la indeterminación metodológica, la inconsistencia de los fundamentos de la disciplina (de ahí la división extrema en ramas), con tendencias posibilistas y deterministas no muy alejadas entre sí (salvo las locacionistas), una clara oposición entre naturalistas e historicistas, y una confrontación entre evolucionistas y actualistas (repartidos entre los anteriores). Finalmente, lo menos conseguido ha sido la profundización en los paradigmas de la conexión, lo más genuino de la Geografía. Sólo a partir de mediados del siglo pasado se da una profunda 30
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 1. La concepción del espacio geográfico
renovación teórica y metodológica, el periodo que ha marcado de forma más intensa a los caracteres actuales de la disciplina, aunque ha derivado en distintas corrientes e interpretaciones del espacio.
4.3. Las modernas renovaciones De principios a mediados de la pasada centuria el objetivo se centró en la construcción de una especialización, y desde entonces ha sido la unidad de la ciencia, a menudo sustentada en la Teoría General de Sistemas (1968) para interpretar los paisajes y espacios en términos de sistemas abiertos, ya que dicha teoría proporciona la posibilidad de aplicar la unicidad aprovechando la aplicación de los principios y métodos de las ciencias naturales a las sociales, lo que ha permitido un cierto sistemismo de las diferentes corrientes de pensamiento. Sin embargo, puede hablarse de una cierta crisis de la Geografía al avanzar hacia un paradigma unitario y hasta confuso, que arranca del ataque de Schaeffer contra el paradigma de la Geografía tradicional, al considerar que los fenómenos en sí mismos son objeto de otras ciencias, pues no interesan tanto ellos como su distribución en un espacio, y las relaciones espaciales. Pero este será únicamente el punto de partida de las controversias venideras.
4.3.1. La Geografía cuantitativa y el positivismo lógico En la década de los años sesenta se produce la revolución cuantitativa o teorética, centrada en la cuantificación, ya que detrás de todo fenómeno existe un orden que permite explicarlo. Por ello los fenómenos o hechos aislados no conducen a nada, y sólo los procesos generales encierran las características del orden. De ahí que esta Geografía se centre en descubrir leyes generales sustentadas en criterios estadísticos, aprovechando los instrumentos de interpretación, como las computadoras. Arranca de las universidades de Washington, Iowa, Columbia y Chicago, para irradiarse a países del ámbito anglosajón. Logró afincarse en la Geografía Económica, ligada a las innovaciones de la Economía y de la Geomorfología (Strahler), para unirse a otras más generales con Chorley (1975). Y de la difusión se encargaron revistas como Economic Geography. Dirigió sus esfuerzos hacia los problemas socioeconómicos: jerarquías urbanas, localizaciones industriales, poblamiento, redes de comunicación, etc., por una razón simple, porque a través de los modelos explicativos se podía dirigir la planificación de los espacios. Entre dichos modelos resaltan dos: –
Los descriptivos, de base empírica, formulados inductivamente desde la observación de hechos seleccionados.
–
Los normativos, a partir de deducciones teóricas.
El resultado estaba apoyado en las matemáticas y en la informática, con el recurso a simulaciones. El positivismo quiso imponer la unidad de la ciencia a través de leyes generales, lo que implicaba también un cierto rechazo hacia los planteamientos historicistas y regionalistas. Por ello, la mayor parte de los estudios se orientaron a la realidad social, incorporando conceptos de la Física y de la Biología (como el de ecosistema). Designó, en principio, al Círculo de Viena (ahí surge en la década de los años veinte, en torno a Moritz Schlick), y desde ahí se impuso una concepción científica que conllevará también la neutralidad de GEOGRAFÍA E HISTORIA
31
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
la ciencia, el método deductivo en investigación (con posterior influjo de Popper), y la búsqueda de las realidades objetivas a través de un sistema neutral de fórmulas. Se trataba de un regreso a las concepciones nomotéticas, que encontraron apoyaturas filosóficas en los trabajos de la escuela de Ecología Humana de Chicago, en los de Von Thünen, Christaller, y en la Teoría General de Sistemas de Bertalanffy. Entre las razones esgrimidas para justificar el resurgimiento de la Geografía positivista hay tres: –
El deseo de establecer la disciplina sobre unos cimientos rigurosos.
–
La incorporación de los conceptos y métodos de otras ciencias.
–
El objetivo de crear leyes y teorías que proporcionasen explicaciones y predicciones.
Ante lo que se consideraba la crisis del paradigma regional, en los años cincuenta nació una disciplina nueva y revitalizada, que encontró su unidad en un tipo concreto de metodología y no en una temática específica. Ahora, el énfasis en la teoría de Popper conducirá a la generalización de los métodos deductivos. Especialmente importante fue la obra de Haggett (1965), que llevó a un debate dentro de la materia. Y las ideas de Kühn sobre los cambios de paradigmas en el mundo de la ciencia fueron aplicadas a dicho debate (1962). Chorley y Haggett propusieron que se adoptara un nuevo paradigma basado en modelos, cuya elaboración constituyó la meta de la investigación geográfica, una tarea que implicaba la ayuda de los métodos cuantitativos y el uso de la informática. Se trataba de definir un modelo, una representación idealizada y simplificada de la realidad que intentara aclarar determinadas características (el concepto de modelo es amplio, aunque para Chorley y Haggett es una teoría, una ley, una hipótesis o una idea estructurada). Y la evolución de estas ideas fue rápida, porque en la posguerra mundial las universidades formaban a profesionales que organizaran una economía cada vez más compleja. De ahí que los geógrafos no tardaran en adoptar esos métodos para mejorar el estado de su ciencia (Ackerman animaba a los estudiantes a concentrar su atención en la Geografía sistemática y la cuantificación). Durante las décadas de los cincuenta y sesenta los intereses se centraron en torno al espacio y a la elaboración de teorías apoyadas en la Escuela de Chicago, que tuvieron sus principales artífices en Garrison, Ullman, Dacey, Berry, Murril y Bunge (los antecedentes teóricos hay que remontarlos a Christaller, Von Thünen, Lösch y Weber). Cobró gran importancia la labor de William L. Garrison (Universidad de Washington), interesado por la teoría económica de la localización basada en métodos matemáticos. Pero Johnston indica la presencia de cuatro escuelas en EEUU: Washington, como principal centro innovador, Winsconsin, Iowa y la vinculada a la escuela de Física Social en las universidades de Princenton y Pennsylvania. El siguiente gran empuje se produjo en Gran Bretaña, de la mano de Chorley, Dacey o Kennedy, entre otros, con la aplicación del enfoque de sistemas. Pero los mayores progresos en la consecución de unas bases filosóficas y metodológicas unificadoras de la escuela cuantitativa se dieron en los años sesenta gracias a los geógrafos británicos Peter Haggett, Richard Chorley y David Harvey. En esta vorágine cuantitativista los geógrafos se detuvieron en descubrir las leyes generales que explican la distribución espacial, y en temas específicos: los sistemas y jerarquías urbanas, los factores de localización industrial, los estudios de difusión, la accesibilidad de áreas de mercado, los patrones en la utilización del suelo, y las pautas de poblamiento y las redes de comunicación. Como síntesis la Geografía Cuantitativa encuentra su apoyatura filosófica e ideológica en: el positivismo lógico o neopositivismo (con los antecedentes en el Grupo de Viena, con Bergmann), la Escuela de Ecología Humana de Chicago (con los trabajos de Von Thünen), el Proyecto de Física Social de Stewart, la Teoría General de Sistemas, de Bertalanffy, 32
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 1. La concepción del espacio geográfico
y en la creación de la Asociación de Ciencia Regional (Losch, Isard). Sus protagonistas más relevantes fueron: Schaeffer, Bunge, Chorley, Hagget, Harvey, las Universidades de Washington (Garrison, Berry, Morrill), Wisconsin (Robinson), Iowa (McCarthy, Scheidegger, Strahler, Schumm, Bagnold, Leopold Luna…), y desde una visión espacial se considera que el funcionamiento de una región está regido por leyes, con aportaciones esenciales para obtenerlas: el empleo de nuevas técnicas y métodos (estadística, representación gráfica); la noción de proceso (especialmente en Geografía Física); etc. Entre las críticas contra el positivismo se encuentran: el fracaso en la implantación de unas teorías capaces de explicar las características humanas o físicas de la superficie terrestre; la irrelevancia de las investigaciones llevadas a cabo; y la incapacidad de los métodos cuantitativos para ofrecer explicaciones a los problemas sociales, económicos y ambientales del momento (finales de los sesenta y década de los setenta).
4.3.2. Las reacciones al cuantitativismo y positivismo lógico La revolución cuantitativa no se llevó a cabo sin oposición y críticas. Así, Broek planteaba la existencia de más cosas de las que pueden ser confiadas a un ordenador; Stamp señalaba que existían muchos campos en los que la cuantificación podría entorpecer más que ayudar al progreso; y Sack sostenía que espacio, tiempo y materia eran inseparables, y que los procesos que han dejado vestigios históricos y los que representan transformaciones deben ser tenidos en cuenta, cuando las leyes de la geometría son estáticas, o lo que es decir, no están en relación con el tiempo. Otra de las críticas recibidas fue que las leyes y modelos eran insuficientes para estudiar a los individuos y la condición humana. Además, la base teórica está destinada a mostrar los patrones que se darían si la realidad fuese racional. Adicionalmente se afirmaba la escasa efectividad de la planificación, y se consideraba inaceptable la disfunción entre la enorme capacidad productiva y el desarrollo tecnológico de los países desarrollados en relación con el desigual reparto de los beneficios, la degradación de la vida en las ciudades, las malas condiciones de trabajo, o el deterioro de la biosfera. La Nueva Geografía fracasó en el desarrollo de teorías que explicasen esos hechos, una incapacidad de la metodológica para ofrecer soluciones que llevó a algunos geógrafos a contemplar críticamente su filosofía de base. Además, el desarrollo teórico positivista en Geografía no fue vivido por la mayoría de los geógrafos como una revolución, lo que unido a todo lo anterior justificaba que los seguidores de la teoría locacional cambiaran de parecer al darse cuenta de que el hombre que toma decisiones dotado de una capacidad de predicción perfecta no existía, y hasta muchos dirigieron la mirada hacia los enfoques filosóficos del humanismo, volviendo a recuperarse el enfoque histórico. El reconocer que todas las formas de existencia humana tienen una expresión temporal y otra espacial obligó a geógrafos como Soja, Olsson y Sack a abandonar el espacio físico como concepto organizador exclusivo de su disciplina. Pese a todo el positivismo ha seguido creciendo debido al desarrollo de la enseñanza superior, a la expansión económica (que ha satisfecho el deseo de incorporar equipos costosos), y en la Geografía Física (porque produce resultados útiles). Pero resulta inapropiado calificar tanto de positivista como de neopositivista a la mayor parte de la producción geográfica adscrita a esta corriente, y hasta es pretencioso calificarla de contrarrevolucionaria. Incluso más: parte de esa producción se aleja de la geografía cuantitativa pura. Para Johnston ha padecido de exceso de aplicación de juicios objetivos, y la mayoría de los trabajos reúnen acopio y tratamiento de datos numéricos, con escasa relación con modelos o teorías, alejados de los planteamientos dogmáticos de Bunge, Hagget, Adams, Gould, etc. GEOGRAFÍA E HISTORIA
33
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
Para Taylor más bien se ha ido aplicando un empirismo lógico. Para Boulding no ha sido una corriente contrarrevolucionaria, aunque ha abusado de las técnicas duras (como ocurre en los trabajos de Ebdon, Gregory, Johnson, Norcliffe, Silk, Smith, Taylor, Yeates, etc.), de la significación basada en la relación entre los datos y la hipótesis (lo que lleva a admitir la hipótesis de investigación), hecho que conlleva la admisión del comportamiento de los datos en lugar de las técnicas apropiadas. De modo que el objetivo no consistirá tanto en la interpretación de los resultados como en la obtención de los mismos, secuencia en la que ha faltado el análisis exploratorio de los datos, lo que para Bennet indica la necesidad de reformular los enfoques cuantitativos en lugar de aplicar técnicas, como ocurrió en la década de los años ochenta. Así, la Geografía cuantitativa es, ante todo, un conjunto de instrumentos y no una ciencia en sí misma, aunque con un lenguaje lógico capaz de describir al espacio. Contrariamente, para otros muchos autores ciertas técnicas de análisis estadístico han contribuido a comprender el comportamiento del espacio.
4.3.3. La Geografía espacio-temporal Una de las opciones nacidas desde la Geografía cuantitativa fue la Geografía del Tiempo, desarrollada por Hägerstrand (1953) y sus discípulos, planteada como una alternativa a la comprensión del comportamiento humano. Para Massey (1991) el tiempo incluye distancia, lugar y especificidad, y para McDowell y Masse (1984) la articulación entre lo global y lo local (y con ello lo local y regional recobran el interés). Entre sus objetivos entraba el reincorporar el tiempo y el espacio como líneas de acción humanas, y realizar una crítica, no tanto al movimiento cuantitativo como a importantes aspectos de la investigación en las ciencias sociales. De forma sintética proporciona un lenguaje gráfico para el desarrollo de su modelo espacio-temporal aplicable a la cartografía de la conducta espacial, a la vez que se acerca a los referentes del comportamiento individual. Se considera, además, que el tiempo y el espacio son recursos escasos, y que su distribución constituye la base de las realidades sociales. El modelo propuesto ha sido empleado en el estudio de la producción económica, el mercado laboral, la organización espacio-temporal de las sociedades preindustriales, el funcionamiento y transformación de hábitat humanos, la vida cotidiana en las unidades domésticas, y los sistemas de transporte en relación con la movilidad-accesibilidad de las industrias. Y sus características se pueden resumir en: proponer un enfoque contextual en el análisis de las actividades individuales; el objetivo real son los condicionantes para la actividad potencial de los individuos; pretender una constante conexión entre los niveles micro y macro de investigación social; y presentar restricciones o limitaciones de capacidad, acoplamiento y autoridad. Como síntesis, los sistemas sociales se producen en el tiempo-espacio, lo que representa una nueva concepción de la región. Como aportaciones esenciales resaltan: la reacción al dominio de los intereses espaciales dentro de la ciencia geográfica de los años sesenta; y la importancia dada a la Historia como factor que condiciona la vida de las sociedades en un espacio. Pero tampoco el movimiento estuvo exento de críticas (las relaciones con el fisicalismo y el individualismo, y la representación conductista del positivismo lógico).
4.3.4. La Geografía de la percepción y del comportamiento Surgió también como una crítica desde dentro del cuantitativismo a partir del desengaño sufrido con las teorías basadas en el concepto de hombre económico. Como alternativa algunos geógrafos trataron de mejorar la capacidad explicativa y de predicción recurriendo a los estudios de la percepción y del comportamiento humano. Así, desde comienzos de 34
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 1. La concepción del espacio geográfico
los años sesenta se generalizaron los análisis de la percepción subjetiva de la realidad, justificados en el hecho de que los individuos poseen una visión sesgada de acuerdo con sus valores culturales, sus experiencias o aspiraciones. Se intensificó el interés por la dimensión psicológica, con especial incidencia del trabajo de Lynch (1969) en el urbanismo, la investigación de los riesgos naturales y los paisajes y su uso. Los antecedentes del movimiento se remontan, por un lado, a la psicología de Gestalt, a los trabajos de Lowenthal y de Kelly, y, por otro, a los de Granö y su discípulo Edgar Kant, emprendedores del planteamiento conductista. A finales de los años cincuenta y durante los sesenta fueron recuperados por Burton, Kates y White con trabajos relacionados con la toma de decisiones ante los riesgos naturales, porque es más importante representar la percepción personal de quien toma las decisiones que describir las condiciones físicas y económicas de un entorno (se considera que la toma decisiones se guiará por las propias percepciones y no por los factores ambientales). Pero también con estudios sobre la migración, la evaluación del paisaje, los mapas mentales, etc., cuya meta era destacar la contribución de la percepción humana en la formación de una imagen del medio real, siendo ésta, y no el medio objetivo, quien influirá en el comportamiento del hombre. La idea de los trabajos sobre el comportamiento humano pretendía alejarse de la deshumanización geográfica asociada a otros modelos teóricos de la misma época. Y también porque la realidad puede ser percibida de forma diferente por distintas personas, porque es el propio hombre quien decide su comportamiento en función de la percepción que posee del medio a través de la información que el sistema de valores de cada cual disponga, y que será capaz de condicionar su comportamiento. En suma, que resalta la dimensión psicológica, y la imagen que del espacio tenga cada persona se convierte en tema de investigación. Se trataba de resaltar la dimensión subjetiva, y de poner en tela de juicio los estudios sustentados exclusivamente en datos estadísticos. Pero los resultados tenían poco valor en la explicación de la actividad geográfica, pues no existe prueba empírica que sustente la relación directa entre la percepción ambiental y el comportamiento. El problema es que se carecía de cimientos sólidos (a pesar de la apoyatura filosófica en la psicología de Gestalt, en las teorías de Lowenthal, y en la de los constructos de Nelly). Sus protagonistas más relevantes fueron los citados, más Downs y Stea. Entre sus aportaciones resaltan: la contribución a destruir el mito del hombre económico gestado en el positivismo lógico, y la búsqueda más realista de los factores que determinan la toma de decisiones ambientales. Pero padeció críticas, como la carencia de cimientos teóricos, la dependencia de las teorías psicológicas, y unos estudios únicamente centrados en el medio urbano, con fórmulas interdisciplinarias. A pesar de todo para Burton (1963) es una contribución tan significativa como la revolución cuantitativa, porque abrió paso a la interdisciplinariedad. Si fue Lowenthal quien llevó a la Geografía al contacto con la Psicología, los trabajos de Lewin y Tolman resaltaron el influjo de las imágenes mentales del medio como resultado del aprendizaje. La imagen es para el geógrafo el filtro entre el hombre y el medio, y su objetivo es analizarla y compararla con el mundo real. Pero son diferentes las concepciones grupales e individuales. Para el grupo hay hechos reales que se aceptan como universales, mientras para el individuo los más conocidos son los del grupo al que pertenece, aunque también recibe información de otros espacios grupales alejados, dando lugar a la conformación de mapas mentales a partir de estereotipos derivados de informaciones incompletas o fragmentarias. Para Lynch la mente organiza al ámbito urbano seleccionando elementos (sendas, bordes, distritos, modos, hitos), una teoría que ha permitido aplicaciones en la remodelación de los centros urbanos degradados. Ahora bien, la uniformidad a que están siendo sometidas las ciudades debilita las percepciones de los paisajes urbanos. GEOGRAFÍA E HISTORIA
35
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
Es posible rastrear antecedentes en Humboldt, en la Geografía cultural, en el concepto de conciencia regional de Vidal de la Blache, en los trabajos de Sorre, Brunhes, etc. Pero los pilares arrancan de Boulding y Lynch. Y hasta para algunos autores la corriente se incluye en el paradigma cuantitativo, porque acepta algunos de sus supuestos básicos. Así el Análisis Factorial es una técnica concordante con el concepto de mapa mental, que parte de la matriz de datos de un número de casos y de las correlaciones existentes entre las variables. El resultado se expresa en factores, siempre en menor número que el de aquéllas. Es así como se reduce el número de interrelacionadas, y aparecen las supervariables. Las técnicas de Análisis de Superficies de Tendencia también se adecuan al mapa mental, porque permiten transformar a una información puntual en un mapa de isolíneas, las isoperceptas. Asimismo, los supuestos en los que se basa el modelo de Componentes Principales no mantienen ninguna relación entre sí, pero siempre es posible convertir a la matriz de correlaciones conseguida en otra diferente (técnica de rotación de los ejes). Sin embargo, los métodos están sometidos a crítica desde distintas vertientes geográficas, debido a las insuficiencias teóricas y a las conclusiones que se pueden derivar de la relación entre la imagen y la conducta espacial del hombre.
4.3.5. La corriente humanística-historicista Con la revolución cuantitativa se somete a crítica a la ortodoxia existente, y el paradigma de Kuhn introduce la crítica a los geógrafos cuantitativos, que alumbrará un positivismo humanista-reformista (Smith, Morill), el idealismo (Guelke), la fenomenología (Fu Tuan, Buttimer), el anarco-marxismo, y muchas alternativas más, una razón que introdujo a la Geografía muy tarde en la ordenación del territorio. Es una reacción basada en la experiencia humana y en los comportamientos, y por ello los conceptos clave son los de lugar (un espacio vivido) y paisaje. Para Smith (1979), Ley y Samuels (1978) la Geografía humanística debía de proporcionar las tecnologías de diseño social, las respuestas a la demanda de la sociedad tecnológica ante la incapacidad del positivismo lógico. Para ello algunos autores, como Fu Tuan, partieron del concepto de territorialidad animal, ampliado a criterios emotivos y simbólicos hasta alumbrar el espacio cultural, aunque era preciso incorporar aspectos complementarios a la racionalidad. Es la consecuencia del apoyo en las filosofías fenomenológica y existencial, en los escritos de Marx, y en los neomarxistas de Marcuse. El postulado es la experiencia, una visión antropocéntrica del espacio, y el lugar ha de ser comprendido (para lo que resulta idónea la encuesta y la observación participativa). El término humanismo (basado en la corriente conductista o behaviorista) no es nuevo, pues ya aparecía con Sauer en los años veinte, aunque su difusión no llega hasta los setenta a través de geógrafos vinculados a las universidades de Toronto, Vancouver y Massachusetts. Se trata de una concepción que pretende desligar a los geógrafos del uso de métodos de las ciencias naturales. El lugar ha sido caracterizado por Sack como un contexto de interacción entre la naturaleza y el hombre, como agente activo. A través de este concepto se incorpora la dimensión temporal, superando el a-historicismo. Como señala Johnston, la condición humana sólo puede ser mostrada a través del intento humanista, pues las impresiones, actitudes y las relaciones subjetivas con los lugares (el sentido del lugar) no pueden ser evidenciadas mediante una investigación positiva. Por tanto, el humanismo proponía reflexionar sobre los fenómenos geográficos con el objeto de lograr una mejor comprensión del hombre y de su condición, tanto que Entrikin considera que la corriente humanística dedica su interés a los aspectos del hombre que son marcadamente humanos (significado, valor, metas e intenciones). Otro aspecto fundamental es el de mundo vivido, un conjunto de hechos y valores que constituyen la experiencia 36
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 1. La concepción del espacio geográfico
cotidiana de cada persona. Unwin hace una clasificación de los estudios humanistas sustentada en tres puntos principales: crítica al positivismo lógico, reconducción al complejo mundo de la subjetividad humana, y búsqueda de la comprensión. Pues bien, con esos planteamientos, los geógrafos de los años setenta adoptaron perspectivas humanistas diferentes inspiradas en corrientes filosóficas: –
El existencialismo, que se caracteriza por su rechazo a las filosofías académicas bien definidas, y propone un regreso al mundo concreto del ser como fuente de conciencia. Es un cuerpo formal de conocimientos que tiene una base fundada en la experiencia (conceptos como espacio, paisaje, ciudad y región tienen un significado porque los referimos a nuestra experiencia directa). Al centrar la atención en la existencia humana tiene que reconocer su temporalidad, y su historicidad. Entre los principales protagonistas destacan Entrikin y Samuels.
–
La fenomenología, que no consigue distinguir entre los elementos de la existencia humana expuestos a una interpretación subjetiva y los que no lo están. A diferencia del idealismo, los fenomenólogos defienden la inexistencia de un mundo objetivo independiente de la experiencia humana, porque todo conocimiento procede de la experiencia del mundo y no puede ser independiente de él. Y ponen el acento en el análisis e interpretación del conocimiento, en particular del conocimiento consciente. Buttimer, que institucionalizó la perspectiva fenomenológica, la definió como un modo de reflexión sobre la experiencia consciente. Y la corriente se esfuerza por adaptar conceptos como el de mundo vivido, con dos caracteres distintos: el físico (espacio-tiempo) y el social (intersubjetividad). Y Entrikin (1976) la plantea como un método que utiliza dos vías de análisis, con un grado de subjetivismo evidente: *
La autotrasposición imaginativa, en la que el investigador se imagina ocupando el lugar del investigado.
*
El encuentro cooperativo y la exploración, en la que participan el investigador y el investigado para analizar el mundo vivido del primero.
Uno de los fenomenólogos más conocidos, Fu Tuan, afirma que la Geografía es el espejo del hombre (conocer el mundo es conocerse a sí mismo). De acuerdo con ello el estudio de los paisajes es el de la esencia de las sociedades que los moldearon. Así, el modelo para los geógrafos regionalistas de tendencia humanista es conseguir una síntesis de lo objetivo y lo subjetivo. –
El idealismo, que ha dedicado su atención a contemplar la realidad a través de la construcción del mundo en la mente humana. Los idealistas dejan aparte los aspectos emocionales y psicológicos de la conducta humana, al considerar que no se puede reinterpretar la vida emocional de otras personas. El interés surgió entre los geógrafos históricos de Canadá, como Guelke, y, como tendencia, se afirma que la actividad de la mente es el fundamento de la existencia humana y del conocimiento. Pero dentro de las posturas internas, metafísica y epistemológica, es la última la que más ha incidido en la Geografía, planteando que no existe un mundo real que pueda conocerse independientemente de la mente. En los años ochenta se publicaron varios trabajos que pretendían crear una Geografía realmente humanista. Dentro de la Geografía Histórica y de la Geografía Social aparecieron los más relevantes, como los de Ley (dedicados a analizar cómo las personas entienden la vida humana) y Jackson (sobre la raza y el racismo).
GEOGRAFÍA E HISTORIA
37
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
Pero la falta de acuerdo sobre la metodología resultó ser uno de los mayores inconvenientes, así como la imposibilidad de realizar generalizaciones y la incapacidad de dar cuenta de la realidad objetiva del mundo. Desde la corriente positivista se ha considerado imposible que las investigaciones humanísticas basadas en experiencias individuales puedan superar la fase descriptiva. De forma sintética el humanismo-historicismo se apoya en el existencialismo de Sartre, en la fenomenología de Husserl y Schutz, en el idealismo de Collingwood, en el pragmatismo de Pierce, y en la hermenéutica de Habermas. Entre sus protagonistas resaltan: Fu Tuan, Relph, Mercer, Powell (fenomenología), Entrikin y Samuels (existencialismo), Guelke y Harris (idealismo), Butimer, Fremont, y Berque. Pretende dar respuesta a por qué los seres humanos son creadores de lugares, mientras el lugar es la porción de espacio con carga simbólica y afectiva, y la región un espacio vivido. Entre las aportaciones se encuentra la importancia concedida a la experiencia individual en la interpretación del lugar.
4.3.6. Las geografías radicales Las ideas aportadas por el perceptivismo fueron retomadas por las revistas norteamericana Antipode (la geografía radical nace en EEUU a finales de los años setenta), francesa Hérodote y alemana Roter Globus, que se encargaron de difundir una nueva visión. En parte es una geografía de izquierdas, desde el momento en que introduce nuevos campos de estudio y análisis, como la pobreza, el hambre, la contaminación, la marginación social... Lógicamente el espacio es considerado como un producto social, como una dimensión de las sociedades, si bien más adelante se vuelca el énfasis en la heterogeneidad y en la diferencia. Pero surge, al tiempo, una notable preocupación por cuestiones epistemológicas y de objetivos, aunque serán relevantes siempre y cuando sean socialmente significativos. Desde ahora interesa la crítica hacia los modelos precedentes de organización del espacio, y la meta se centra en la necesidad de otros que aporten mayores ventajas para las sociedades. Por ello se incorpora la teoría marxista como marco teórico, rechazando incorporar los conceptos o teorías procedentes del campo natural. Lo cierto es que a finales de la década de los sesenta, y sobre todo en los años setenta, se entra en una nueva etapa de la Geografía, definida más como una ideología conectada con la teoría marxista que como una ciencia. A partir de 1972 aparecen trabajos con un enfoque holístico, que persiguen una ciencia social unificada a través del método del materialismo dialéctico, un planteamiento que abrió un debate en torno a la existencia de una verdadera teoría del espacio en la obra de Marx, defendida por Claval (1972) y el Grupo de Burdeos, mientras que otro colectivo encabezado por Yves Lacoste (1977) abogaba por su existencia. Lo significativo es que los geógrafos que deseaban desafiar a los cimientos de la sociedad capitalista recurrieron a las tradiciones radicales de la teoría social y política. Uno de los aspectos clave de la Geografía Radical ha sido su filiación al modo de razonamiento dialéctico, que permitirá descubrir la verdadera articulación dinámica de lo natural y de lo socio-histórico a partir de sus propias normas o leyes. Entre los factores que justifican el desarrollo de estos planteamientos destacan dos: el incremento de la desigualdad dentro de los Estados capitalistas, y entre éstos y los países pobres; y la rápida expansión de los medios de comunicación, que transmiten la información de unos espacios a otros. En este contexto, la alternativa radical ofrece dos premisas fundamentales: no existe la ciencia objetiva, libre de juicios de valor y políticamente neutra, pues todas las ciencias, y especialmente las sociales, cumplen algún propósito político; y la ciencia convencional está al servicio del sistema social imperante. 38
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 1. La concepción del espacio geográfico
La influencia de la corriente marxista en la Geografía ha sido metodológica, y se ha manifestado en cuatro áreas de estudio: en Geografía Histórica, en el contexto urbano, en los desequilibrios industriales asociados a la reestructuración industrial, y en los estudios sobre el Tercer Mundo. Y los trabajos tienen en común el interés por los conflictos de clases, por los modos de producción, y por encontrar leyes determinadas históricamente. Entre los principales defensores están Harvey, Bunge, Massey, Gilbert, Smith o Urry. Menos comprometida con la ideología marxista está la corriente estructuralista, que llega a la Geografía desde la Sociología urbana francesa. Es la postura defendida por Harvey (1972), que aboga por un nuevo paradigma para el pensamiento geográfico social, entendido como el conjunto que considera las interrelaciones entre los procesos sociales, el medio físico y las relaciones espaciales. Pero Soja critica la dimensión a-espacial de la teoría social, y plantea que las relaciones de producción son simultáneamente sociales, históricas y espaciales. El estructuralismo ofrecía a los geógrafos otra fuente de ideas con la que contrarrestar al empirismo positivista (a diferencia de los sistemas, las estructuras no pueden tocarse ni medirse, pero se da por sentado que son reales), especialmente desde el marxismo estructural de Althusser, el más significativo en Geografía. El interés por el individuo dentro de la sociedad es también básico para la Geografía del Bienestar, que se desarrolló como una rama aparte durante los años sesenta. Knox afirmaba que un objetivo fundamental era cartografiar las variaciones sociales y económicas de la calidad de vida. La diferencia esencial está en que mientras esta Geografía trabaja, en principio, dentro del marco de la Economía y del sistema social existente la Radical (más reciente) aboga tanto por una teoría como por una práctica revolucionaria. Delimitado el problema no renuncia a las técnicas de los cuantitativistas, aunque Smith abogó por introducir esta corriente dentro del paradigma humanístico, supuesto que el objetivo último era mejorar la situación de las sociedades humanas. De modo que la Geografía Radical se sustenta en la filosofía de Hegel, en el marxismo, y en el marxismo estructural de Althuser y Piaget. Entre sus más renombrados miembros están Harvey, Bunge, Gilbert, Smith, Urry, y las revistas Antípode y Hérodote. Entre sus aportaciones se encuentran el nuevo enfoque dado a los estudios sobre el mundo del subdesarrollo y los espacios marginales. Pero entre las críticas recibidas ha estado el excesivo énfasis mecanicista, en el que el papel del hombre es nulo. Los neopositivistas, por su parte, le achacan su concepción historicista y el haberse centrado en la crítica teórica y filosófica.
4.3.7. La Geografía Política Ratzel fue el gran introductor de esta línea a través de su concepto del espacio vital, considerando a un Estado como un organismo vivo, cuya competencia con otros Estados iría enfocada a la conquista de ese espacio vital. Luego Mahan introdujo la teoría del control de los mares como la clave del poder territorial. Y Mackinder se refirió a las áreas pivote, las zonas que facilitarían la conquista de espacios más amplios. Pero Alemania instrumentalizó el espacio vital para justificar su expansionismo, y la consiguiente derrota del Tercer Reich supondría el lógico rechazo a la Geopolítica. Más recientemente Lacoste, en su obra La geografía, un arma para la guerra, vuelve a subrayar el valor estratégico de la Geografía. Y actualmente aparecen dos corrientes principales, que abordan: –
Los problemas ligados a la territorialidad, ya que las sociedades modifican los espacios sobre los que se desarrollan, utilizando parámetros como raza, cultura, creencia, etc., hasta conformar un espíritu nacional, que aportará determinadas fórmulas organizativas, estudiadas por la Geopolítica de la Administración.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
39
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
–
La vía supranacional, con la organización internacional y las relaciones interestatales, y los procesos de internacionalización del comercio, capitales, comunicaciones, e influjo multinacional.
La última es la de más desarrollo, porque de los interdependientes poderes del Norte y de sus decisiones conjuntas depende la dinámica mundial, un claro exponente del proceso de globalización de la economía, definido por unas compañías transnacionales convertidas en canales de transferencia, antes en poder de los países, la especialización regional del trabajo (propiciada por la facilidad de las comunicaciones.), la construcción de ámbitos supranacionales (al mismo tiempo una necesidad y una consecuencia de la nueva realidad internacional), y por la consolidación de macro agrupaciones (la Organización Mundial del Comercio, la Unión Europea, la Esfera Asia-Pacífico, etc.). Todos esos rasgos conforman el escenario idóneo para que las propuestas de liberalización mundial se encaminen hacia objetivos más ambiciosos, que relanzarán a los favorecidos y relegarán más a los marginados del mundo, una orientación mantenida por Milton Santos con sus teorías del cambio global, por geógrafos de la escuela francesa y por los economistas anglosajones adscritos a las corrientes internacionalistas.
4.3.8. El realismo y el postmodernismo Desde finales de los años setenta muchos geógrafos recurrieron a las interpretaciones estructuralistas, al realismo, y desde finales de los años ochenta al postmodernismo. El realismo surge como reacción a las posturas anteriores, y pretende alcanzar una metateoría global que integre a la diversidad filosófica de los últimos años. Admite la existencia de un mundo real independiente de la percepción humana, y puede contemplarse como una forma de unificar las críticas al positivismo (desde posturas marxistas, humanistas...). El término se apoya en dos procedimientos metodológicos, coincidentes con otras tantas necesidades: la de identificar cómo ocurre algo, y la de establecer la extensión de un fenómeno determinado. Para Bhaskar una de las principales ventajas es la capacidad potencial de englobar a las ciencias naturales y sociales. Y las obras de Sayer, Gregory, Allen, Lovering y Thrift han tenido un gran calado por sus implicaciones prácticas. Por su parte, el postmodernismo alienta una disposición mental que permita interpretar los cambios, e implica una deconstrucción respecto a las influencias previas, en la que se plantea que los códigos de la mente humana deben eliminarse para poder construirlos desde cero. El significado central que se le atribuye es el de desmontar el edificio sobre el que se apoya el pensamiento moderno, huyendo de los sistemas de pensamiento totalizadores, y defendiendo la pluralidad y la diversidad de posiciones. Se basa en el rechazo de la gran teoría y en el deseo de crear un nuevo entorno intelectual y físico para la existencia humana. En definitiva, supone el reconocimiento de la subjetividad, la reivindicación de la diversidad en las relaciones y experiencias humanas. Pero se muestra como el fin de las verdades absolutas, de las ideologías y dicotomías tradicionales entre las escuelas geográficas, dedicando sus esfuerzos a la deconstrucción a través de la crítica a las ideologías y métodos existentes. Entiende la realidad como un sistema dinámico y complejo, con procesos y escalas globales y locales, en relación dialéctica e interdependiente, que determinan las características de cada espacio. Así en los estudios geográficos se presenta la singularidad y la pluralidad, utilizando principios y métodos de las distintas corrientes geográficas. Dentro de las alternativas propuestas por el postmodernismo suele incluirse a la Geografía del Género, entroncada con las corrientes ideológicas feministas. Iniciados los trabajos a comienzos de los años ochenta, esta corriente supone una reinterpretación de la 40
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 1. La concepción del espacio geográfico
Geografía, que asume como idea básica que el espacio no es neutro desde la perspectiva del género. Por ello se hace necesario incorporar a las diferencias territoriales las diferencias sociales entre los hombres y las mujeres. La Geografía feminista o del género se define como el lugar de encuentro entre el género y sus variaciones espaciales. En cuanto a las diferencias entre una y otra la Geografía feminista es la que incorpora las aportaciones teóricas del feminismo a la explicación e interpretación de los hechos geográficos. Pero Geografía y feminismo se han dado la espalda; mientras la Geografía ha ignorado al género como variable social, el feminismo ha olvidado el componente territorial y espacial del género. Entre las corrientes internas hay básicamente tres líneas: la reestructuración productiva, el empleo femenino y el cambio regional; las diferencias espaciales en la construcción social del género; y la mujer, el medio y el desarrollo. Lo evidente es que hay dos tipos de Geografías postmodernas: la de las reorganizaciones experimentadas en los últimos años en la formulación espacial de los procesos sociales, y la que ha abordado la consideración de otros desarrollos planteando la forma de acceso al conocimiento. Ambos pertenecen a una ola de cambio, la postmodernidad, que se alimenta de la crisis (en el terreno socioeconómico con la gran subida de los precios de los crudos en 1973, y la revolución social previa de mayo de 1968), para Aglietta y Lipietz expresiones del deterioro del sistema fordista. En efecto, la crisis del fordismo fue de acumulación, de subproducción y consumo, con una economía sumida en deudas empresariales, estatales e internacionales. Sólo el avance de las nuevas tecnologías logró que las empresas redujeran sus costes, diversificaran sus inversiones y adaptaran la producción a la inestabilidad de la demanda, pero a costa de la generalización de la subcontratación y de la crisis fiscal del Estado, que disparó el paro. La hegemonía de la economía estadounidense pasó a ser sustituida por la de las multinacionales (también estadounidenses). Y todo concluyó en el postfordismo o globalización, con un mercado único de capitales, que ha conllevado la reconversión de las ciudades, el debilitamiento de los Estados nacionales y el creciente protagonismo de las regiones y de las localidades. Además, mediante el conocimiento se produce lo desconocido, y la postmodernidad científica conduce a la trascendencia de la dualidad materia-conciencia. De ahí que Dear aluda a la desmembración de la Geografía como disciplina, con el incesante desdoblamiento en especialidades que ya poco tienen en común. Y tanto más cuando a este panorama se incorporan las denominadas geografías disidentes o alternativas, que para Short sólo son otras formas de escribir acerca de la Tierra. Son geografías postmodernas y radicales, basadas en la crítica y la contestación, que nacen en el ámbito anglosajón, en revistas como Environment and Planning, Society and Space y Area. Castree indica que son resultado del alto grado de sofisticación teórica de la ciencia social occidental, lo que ha permitido a la revista Annals of American Geographers llegar a combinaciones de la cuestión de clase y género con la poscolonial, defendiendo los intereses de las diferentes clases, culturas, mujeres, de los oprimidos, etc. Se propone, incluso, la incorporación del término Geografía Crítica a partir de la celebración del I Congreso Internacional de Geografía Crítica (Vancouver, 1997), cuando en realidad es sinónimo de geografía de izquierdas, aunque la pretensión se centra en agrupar a otras secciones nuevas de la ciencia (antirracistas, posestructurales, poscoloniales, culturales…), que procedentes del mundo anglosajón quieren representar una ruptura con las propuestas temáticas hegemónicas, incorporando a sectores sociales para pensar el espacio en otras escalas. Reivindican que el conocimiento verdadero es el producido para y con los sectores populares a partir de las categorías marxistas, lo que permite crear un tercer espacio, entre el activismo y el pensamiento académico, que Maxey (1999) califica de activismo reflexivo, y cuyo ámbito de aplicación será cualquier aspecto de la vida cotidiana. GEOGRAFÍA E HISTORIA
41
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
Su raíz en el humanismo y el radicalismo ha permitido explotar la vía del trabajo de campo frente a la sofisticación técnica tradicional, donde Peet (2001) ve el subsiguiente nacimiento de otras vías (geografías del miedo, de la sexualidad, de los discapacitados, de los niños, de la exclusión, de la salud, de los jóvenes, etc.). De manera que, en gran medida, la innovación reside en la vuelta a las teorías de Smith y Harvey sobre el desarrollo desigual, también construido en espacios periféricos, pero estudiado desde los países centrales. Y en retomar las preocupaciones sociales siguiendo la línea existente en la década de los años setenta, pero desde una postura crítica, desde un compromiso político que busca la dignificación de los sectores más desfavorecidos.
42
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 1. La concepción del espacio geográfico
BIBLIOGRAFÍA Albet, A. y García Ramón, M.ª D. (1997) “Escoles del pensament geogràfic”. En VV. AA. Geografía General. Universitat Ouberta de Catalunya, Barcelona. Arroyo, M. (1998) “Globalización y espacio geográfico”. Geografía Aplicada y Desarrollo (CEPEIGE), Vol. XVIII, N.º 36; pp. 5-14. Benko, G. (1996) Economía, espaço e globalizaçao na aurora do século XXI. Huitec, Sao Paulo. Buero, C. (1999) “La apariencia premoderna de las Geografías postmodernas”. Lecturas Geográficas. Editorial. Universidad Complutense, Madrid. Vol. 1; pp. 449-466. Capel Sáez, H. (1981) Filosofía y ciencia en la geografía contemporánea. Una introducción a la Geografía. Editorial Barcanova, Barcelona. Capel Sáez, H. (1998) “Una geografía para el siglo XXI”. Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales, Universidad de Barcelona, N.o 19. Reproducido en Trimestre Geográfico, Bogotá. Asociación Colombiana de Geógrafos, N.o 18 (1999); pp. 23-34. Chicharro Fernández, E. (1987) “Notas sobre la evolución del pensamiento geográfico”. Anales de Geografía de la Universidad Complutense, N.º 7; pp. 43-52. Dolfus, O. (1982) El espacio geográfico. Editorial Oikos Tau, Col. Qué sé? Serie Geografía, N.º III, Barcelona. Dumolard, P. (1980) L’Espace différencié. Economica, Paris. Estébanez Álvarez, J. y Pérez Sierra, C. (1999) “El espacio en los enfoques geográficos recientes”. Lecturas Geográficas. Ediciones de la Universidad Complutense de Madrid, Vol. 1; pp. 237-250. Estébanez Álvarez, J. (1999) “Globalización, espacio y geografía”. Lecturas Geográficas. Ediciones de la Universidad Complutense, Madrid; pp. 269- 285. Gutiérrez Puebla, J. (1999) “Geografía del ciberespacio”. Lecturas geográficas. Editorial Universidad Complutense, Madrid, Vol. 1; pp. 225-539. Holt Jensen, A. (1992) Geografía, historia y conceptos. Ed. Vicens Vives, Madrid. Isnard, H. (1984) L’Espace Géographique. Ed. PUF, Paris. Lefebvre, H. (1991) The production of space. Basil-Blackwell, Oxford. Muñoz Jiménez, J. (1989) “Paisaje y Geografía”. Arbor, N.º 218-219; pp. 219-233. Murcia Navarro, E. (1995) La Geografía en el Sistema de las Ciencias. Universidad de Oviedo, Oviedo. Nogué, J. (1989) “Espacio, lugar, región: hacia una nueva perspectiva geográfica regional”. Boletín de la Asociación de Geógrafos Españoles, N.º 9. AGE. Madrid; pp. 63-79. Olcina Cantos, J. (1996) “La Geografía hoy: reflexiones sobre el pensamiento geográfico”. Investigaciones Geográficas, N.º 16. Universidad de Alicante. Ortega Valcárcel, J. (2000) Los horizontes de la Geografía. Teoría de la Geografía. Editorial Ariel, Barcelona.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
43
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
Piveteau, J. L. y Pinchemel, P. (1985) “L’Espace, concept integrateur de la Géographie”. L’Espace Géographique, N.º 14, Paris, pp. 5-8. Reynaud, A. (1976) “El mito de la unidad de la Geografía”. Geocrítica, N.º 2. Universidad de Barcelona, Barcelona. Ribeiro, O. (1984) “Divisôes geográficas: áreas, zonas, dominios, regiôes, andares”. Boletín de la Asociación de Geógrafos Españoles, N.º 1; pp. 26-42. Santos, M. (1996) A naturaleça do espaço, técnica e tempo, razao e emoçao. Edit Hucitec, Sâo Paulo. Unwin, T. (1995) El lugar de la Geografía. Editorial Cátedra Universidad, Madrid. Vilagrasa, J. (1992) “Conceptos clave y filosofía de la ciencia geográfica”. Anales de Geografía de la Universidad Complutense; N.º 11; pp. 49-77.
44
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 2 Metodología del trabajo geográfico. Técnicas de trabajo
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
ÍNDICE SISTEMÁTICO 1. INTRODUCCIÓN 2. LOS 2.1. 2.2. 2.3. 2.4. 2.5. 2.6. 2.7. 2.8.
MÉTODOS GEOGRÁFICOS Parámetros, fuentes y método Los modelos descriptivos y explicativos La información geográfica. Enfoques metodológicos El método para las estructuras y sistemas espaciales El método en la Ordenación del Territorio El método y los problemas del análisis regional Las delimitaciones, escalas y representaciones El resultado: la nueva y múltiple Geografía Regional
3. LAS 3.1. 3.2. 3.3.
TÉCNICAS GEOGRÁFICAS La conjunción entre conceptos e información Técnicas matemáticas Técnicas instrumentales 3.3.1. En Geografía Física 3.3.2. En Geografía Humana 3.3.3. En Geografía Regional
BIBLIOGRAFÍA
46
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
1. INTRODUCCIÓN El estudio geográfico implica pasos medidos, análisis específicos y resultados sintéticos, una secuencia que conlleva el abordaje de las relaciones espaciales y de la organización del espacio, y el análisis de la complejidad e interdependencia de los fenómenos. En la práctica supone interconectar para buscar aplicaciones, desde la comparación, pues llega a ser tan vital el tema estudiado como el método aplicado. La explicación debe de ser enfocada como la respuesta al porqué y al cómo, las dos incógnitas que siempre plantea la Geografía. En la investigación, según el objetivo, se pueden aplicar métodos probabilísticos o estadísticos, y dos tipos de modelos: –
Descriptivos (observación, clasificación, representación).
–
Explicativos (causales, temporales, funcionales, sistémicos).
Y con ellos se pueden formulan las hipótesis a confirmar, mientras la información puede provenir de fuentes estadísticas, cartográficas, imágenes de satélite, fotografía aérea..., y que una vez elaborada puede ser interpretada mediante múltiples técnicas, y, sólo cuando proceda, mediante sistemas de información geográfica. Los conceptos que se desarrollan en Geografía son de dos tipos: –
Los aplicados dentro de la Geografía tras haber demostrado su utilidad en otras disciplinas.
–
Los tomados directamente de otras ciencias.
Así se explica que se hayan usado algunos económicos como fundamento de teorías geográficas (teoría de los lugares centrales), postulados psicológicos y sociológicos (muy integrados en la teoría geográfica), de la Física (específicamente en la Geografía Física, la disciplina geográfica que más se sustenta en teorías de otras ciencias), etc. Y hay tres tipos de conceptos geográficos: –
Los referidos a la explicación y descripción de fenómenos.
–
Las reglas de procedimiento para la investigación.
–
Los que forman conjuntos de postulados, y que permiten desarrollar ciertas teorías.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
47
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
2. LOS MÉTODOS GEOGRÁFICOS 2.1. Parámetros, fuentes y método La Geografía es pluridisciplinaridad y debe de ser utilidad, razones por las cuales en la investigación geográfica se debe funcionar atendiendo a tres parámetros: –
Dimensión, porque el mundo cognoscible cada vez es más amplio.
–
Rigor, porque cada vez hay más maneras de apreciarlo. Más que los métodos lo que debe ser exacto es el razonamiento, porque la creación científica procede de él; lo demás son instrumentos que permiten completarla.
–
Estructura, o acomodo interno sobre el qué trabajar.
Dichos parámetros han existido siempre, bajo denominaciones como observación, interpretación, etc., y deben centrarse en los cuatro principios fundamentales de la Geografía científica: –
Causalidad, común a todas las ciencias, e instaurada en la Geografía por Humboldt.
–
Geografía General o de comparación, existente desde las contribuciones de Ritter y Vidal de la Blache, y que constituye el alma de la Geografía.
–
Extensión, interpretado por Ratzel, y que impone la idea espacial en todos los fenómenos estudiados.
–
Conexión, desarrollado por Brunhes, e incuestionable en Geografía.
Pero la tendencia a la abstracción puede conducir a errores, y quien los evita es el conocimiento del espacio que se va a analizar. Por ello inicialmente se debe de aplicar un método de análisis simple: observación y descripción, comparación de datos, formulación de hipótesis, y conclusiones finales con proyección hacia el futuro. Para ello la elaboración geográfica requiere de unos pasos: –
Diseño del proyecto.
–
Elección del tema o identificación de un problema (con sus problemas internos, a los que se atiende con las preguntas cómo y por qué).
–
Organización (recogida de datos, selección de la información, etc.).
–
Realización (técnicas de análisis adecuadas, tratamiento de datos...).
–
Síntesis de la combinación de elementos sobre el espacio.
–
Conclusiones (con la comprobación de hipótesis y realce de los resultados más significativos).
El cómo estudiar los fenómenos se refiere a la actividad de describir y explicar, mientras el qué estudiar concierne a los objetivos o acontecimientos sobre los que se ha de aplicar la descripción y explicación. Sin embargo, nunca ha de olvidarse que descripción y explicación han de ser, en esencia, la misma cosa, la explicación. El método se ocupa de la coherencia interna de las deducciones, aunque debe adecuarse también al objetivo, puesto que la Geografía sin objetivo es estéril. Así conduce a 48
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 2. Metodología del trabajo geográfico
una teoría. La explicación es la reducción de un resultado inesperado a otro esperado, y se elabora mediante tres formas, tres enfoques que no se excluyen mutuamente: –
Deductivo-predictivo. Se asume que una ley es universal, y se postulan unas condiciones para mostrar que ellas y la ley dan por resultado el fenómeno explicado.
–
Relacional. Trata de conectar el fenómeno a explicar con otros ya analizados.
–
Analógico. Todo fenómeno inesperado puede ser reconocido y explicado por analogía de algo no explicado.
Los geógrafos han estado siempre abiertos a las metodologías y actitudes metodológicas de sus disciplinas anexas, especialmente a las influencias de las Ciencias Naturales, Sociales y de la Historia. Así, en las Ciencias Naturales se hace uso de tres aspectos diferentes, en parte asumidos por la Geografía: el contexto del descubrimiento (donde prima la intuición), la puesta en juego de procedimientos diferentes, y un cuerpo lógico de conclusiones. Para la explicación se siguen dos rutas: –
La inducción (supone partir de hechos particulares hacia las verdades universales).
–
La deducción (ahora de la premisa universal apriorística a las explicaciones de los fenómenos específicos).
Las explicaciones históricas son, en los enunciados, sintácticamente iguales a las Ciencias Naturales, si bien los historiadores se ocupan menos del establecimiento de leyes generales. Ya Weber mantenía que cualquier investigación de un fenómeno social dependía de los valores del investigador y de lo investigado. Pero buena parte de los geógrafos consideran que la Geografía es un tipo de ciencia, y esa especificidad no permite que sus preguntas puedan ser contestadas únicamente mediante el empleo riguroso del método científico, que en Geografía presenta límites. Y a falta de un método genuino hay leyes que se amoldan al pretendido excepcionalismo de la Geografía, si bien la resistencia a elaborar métodos deriva de la carencia de teorías propias, que, a su vez, es resultado de la escasa maduración matemática de los geógrafos. De ello se infiere que las existentes son leyes de cobertura, prestadas por otras ciencias y, por tanto, más desarrolladas que las propias. Por ello, y para muchos, la Geografía está sobrada de datos y de técnicas importadas, y corta de teorías. Como síntesis del proceso de ósmosis con otras ciencias las explicaciones geográficas son de los siguientes tipos: –
Descripción cognoscitiva, que incluye la recogida, ordenación y clasificación de elementos, lo que no conlleva aparejada teoría alguna.
–
Análisis morfométrico, que permite analizar formas y estructuras que alumbran predicciones útiles, pero con técnicas importadas.
–
Análisis causal, que entra en la noción de causa y efecto, pero de uso moderado en la explicación geográfica.
–
Explicación temporal, que esclarece hechos a la luz de las leyes que rigen sus orígenes y desarrollos, y que permite una comprensión de los procesos temporales, a veces contestada.
–
Análisis funcional, un marco de explicación alternativo que estudia los fenómenos desde su papel en las organizaciones en que se inscriben.
–
Análisis de sistemas, que describe toda estructura en su complejidad, muy utilizado en Geografía.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
49
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
Todos son marcos explicativos, ideas sobre las que teorizar, que sirven para analizar el amplio campo del espacio, para Hagget reducido por los geógrafos a cuatro grandes temas: –
La diferenciación espacial (sintetizando conocimientos sobre la región).
–
El paisaje (con atención al medio físico).
–
El hombre y su entorno.
–
La distribución espacial (los fenómenos sobre la superficie terrestre).
Ninguno de los cuatro se excluye mutuamente, pero tampoco comprenden a toda la labor geográfica. Por ello se buscan modelos que los completen y los correlacionen, los descriptivos y explicativos.
2.2. Los modelos descriptivos y explicativos Para Harvey y Pierre George los modelos en Geografía son una representación de las teorías, y en las ciencias donde la teoría no está bien desarrollada (como ocurre en la Geografía) el uso de modelos apriorísticos se convierte en inevitable. También los modelos de probabilidad se han desarrollado, porque componen un cálculo abstracto y permiten la representación de los problemas geográficos. No obstante, el resultado es que a falta de una teoría geográfica los modelos únicamente ofrecen predicciones objetivas, pero nunca exactas. Ocurre, además, que sin una teoría no es posible la explicación de los fenómenos geográficos, y, en contrapartida, está comúnmente aceptado que las especulaciones constituyen uno de los motivos esenciales a la hora de construir una teoría geográfica. Pero el principal objeto ha sido la forma de la explicación en Geografía, para lo cual se han formulado algunas leyes que ni siquiera han respetado los principios de la explicación científica. E incluso si la Geografía es la ciencia del espacio su tratamiento metodológico a menudo ha tenido poca relación con la naturaleza del espacio. Por ello su medida es compleja, porque un espacio teórico, absoluto, isotrópico y constante es una situación que no se da. Luego, si el concepto de espacio es específico de la Geografía, la interpretación del espacio-distancia continúa siendo una deficiencia. Con esa carga arrastrada las geometrías formales permiten modelos de cálculo apriorístico, muy solventes para el estudio de cuestiones geográficas. Otra posibilidad consiste en la aplicación de la teoría de las probabilidades, porque resulta relativamente fácil representar problemas en términos probabilísticos. La inferencia estadística es el método más empleado, y aunque existen tests apropiados ninguno es efectivo. De ahí que los problemas que se continúan suscitando se refieran a:
50
–
Especificar hipótesis geográficas para que sea posible la inferencia.
–
Una población geográfica especificada, ya que constituye la base del muestreo.
–
Definir el procedimiento de muestreo, ya que las muestras deben ser representativas de la población.
–
Conseguir el test apropiado, que debe ser compatible con los procedimientos a utilizar.
–
Derivar inferencias, que atañen a la población de números y no a la del problema medido. PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 2. Metodología del trabajo geográfico
2.3. La información geográfica. Enfoques metodológicos En el pensamiento geográfico han convivido enfoques diferentes: –
El físico.
–
El corológico o regional (la diferenciación del espacio geográfico).
–
El paisajístico (la diferenciación natural y humana).
–
El espacial (la localización y distribución de fenómenos y la organización del espacio geográfico).
–
El ecológico (los efectos espaciales sobre el medio).
–
El social (con las resultantes culturales de la relación entre el hombre y el medio).
Pero la Geografía es la ciencia de la síntesis, del espacio geográfico, del paisaje, regional, etc., desde la aplicación de unos principios (localización, distribución, generalización, actividad, causalidad y conexión). El análisis regional combina resultados previos hasta llegar a la síntesis regional, el objeto original de la Geografía. Pero la evolución del espacio necesita de diagnosis territoriales, del estudio de los agentes implicados en dicha evolución, de los factores múltiples que la propician (jurídicos, políticos, etc.). Es así como se llega a la diferenciación de las áreas, saliendo del objetivo único, la región irrepetible. Y el análisis sistémico es quien ha permitido descubrir a los elementos y a su posición en el sistema, las relaciones que dan lugar a la estructura del mismo, la forma, el proceso, etc. Y la aplicación de técnicas (índice de primacía, de centralidad, de influencia, de dispersión, etc.) es quien colabora a llegar al análisis espacial, que ya aborda las variaciones de localización y distribución. Pero, partiendo de la premisa de que el espacio está integrado por componentes naturales y humanos interrelacionados, y de que hay elementos valorables y perceptibles, caben desde los enfoques analíticos hasta los intuitivos. De ahí que haya otros modos de análisis del espacio, y así, se puede abordar desde un sentido global, desde los métodos del historicismo, posibilismo, regionales, paisajísticos, etc., o bien contemplando al espacio como tal, desde la organización, distribuciones, transformaciones, etc. (cuantitavismo, deductivismo…). Asimismo, desde las vivencias (desde la Geografía de la Percepción), desde el subjetivismo (el humanismo), como un espacio de uso y consumo, como construcción (desde las perspectivas radical, marxista, crítica…), desde el análisis paisajístico (porque el tiempo y los cambios pueden ser perfectamente analizados, como el potencial ecológico y el uso antrópico), etc. Todas esas modalidades han estado presentes en los estudios geográficos, y para desarrollarlas se ha recurrido a los modelos: –
Icónicos (que representan las propiedades a escala en mapas, fotografías aéreas…).
–
Analógicos (una propiedad por medio de otra, como un río en un mapa).
–
Simbólicos (con la realidad mediante símbolos).
Y también a las escalas, puras o combinadas: –
La nominal (que establece las relaciones de igualdad y desigualdad).
–
La ordinal (como la anterior, más la escala mayor y menor).
–
La de intervalos (a las precedentes añade las diferencias y las distancias).
–
De razón (permite medir en las distancias desde el cero al absoluto).
GEOGRAFÍA E HISTORIA
51
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
En las escalas los mapas son representaciones de la realidad (que pueden ser transformados en SIG –Sistemas de Información Geográfica–), aunque hay otras formas de medición en las que se trabaja con mapas a diferentes escalas, y que se establecen según el objeto de estudio geográfico: en los estudios del paisaje (zona, dominio, geotopo…), en los climáticos (zona, dominio, clima regional, local, microclima…), en los geomorfológicos (el dominio estructural, la cuenca fluvial de primer orden, de segundo orden, etc., la vertiente, las mesoformas…), en los de vegetación (la zona, el dominio, el distrito, la tesela…), y en los socioeconómicos (la zona, la región, la comarca, el municipio, el distrito…). Para la obtención de los datos cabe el recurso a las fuentes primarias (observación y encuestas) y secundarias (mapas, estadísticas, publicaciones…), y a los documentos: de observación (mapas, planos, fotografías…), de explicación (históricos, estructurales…), y de medición (estadísticas). Pueden ser recogidos desde la observación y desde las muestras aleatorias o sistemáticas (a intervalos), e interpretados gráficamente de distintas formas (diagramas, histogramas, frecuencias, escalas…), con aplicación estadística para buscar las regularidades (distribuciones, tendencias, tasas, índices…). Los enfoques metodológicos para el uso de las técnicas geográficas son básicamente dos: –
Definir la información desde el problema para formular las hipótesis.
–
Desde el problema formular las hipótesis, las que conducen a determinar el tipo de información necesaria.
De esos enfoques derivan las técnicas, que son específicas de cada rama geográfica: –
En Geografía Física se hará uso de los análisis de mapas (geológicos, geomorfológicos, etc.), de elementos y factores del clima, de módulos hidrológicos, de sedimentología con análisis granulométricos y morfométricos, de morfometría de cuencas de drenaje, etc., que conducen a la planificación física.
–
En Geografía Humana se utilizarán las tasas, los índices de primacía y centralidad, los de dispersión, los de redes de transporte (como el de conectividad, accesibilidad, etc.), los de lugares centrales, de localización, los diagramas de sectores, los cocientes de localización, los índices de diversificación, los análisis de correlación, los coeficientes de concentración, los índices de semejanza, etc.
–
En Geografía Regional la conjunción de los anteriores y las técnicas que permitan abordar los marcos políticos, técnicos, etc., en la planificación y ordenación territorial.
2.4. El método para las estructuras y sistemas espaciales Para algunos autores pueden distinguirse cuatro tipos de regiones: homogéneas o formales, funcionales (nodales, orgánicas o polarizadas), planificadas, y campos homogéneos. Y todas se caracterizan por unos rasgos genéricos: localización, extensión y distribución, globalidad, homogeneidad y continuidad espacial, dinamismo, complejidad, interrelación y causalidad. Para abordar su estudio se ha recorrido un largo camino, pues desde el enfoque clásico de representaciones se llegó al intermedio, con técnicas comunes (coeficientes de correlación y teoría de conjuntos), hasta acabar en los años setenta en el taxonométrico, con uso de análisis multivariados, y resalte del Análisis Factorial, más la incorporación posterior de los Coeficientes de Correlación y Métodos de Agrupamiento (nuclear, nodal, dis52
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 2. Metodología del trabajo geográfico
tancia funcional, análisis de discriminantes múltiples, etc.). De modo que una aportación clave, tanto en los planteamientos metodológicos como instrumentales, ha sido el enfoque sistémico, definido por tres aspectos: –
Los principios filosóficos, que en la Geografía adquieren postulados científicos.
–
La técnica del Análisis Factorial, como dominante.
–
La orientación a la planificación, mediante los modelos de simulación.
Sin embargo, para Reif (1978) no se ha desarrollado la dinámica de sistemas, cuando para el enfoque sistémico la región es un conjunto vivo, que permite la síntesis. Para otros, incluso, el estudio de los sistemas es la clave del análisis geográfico, un planteamiento mediante el cual la Geografía Regional se adapta a la Teoría de Sistemas. Pero Pinchemel (1984) indica que se mantienen las discrepancias en lo referente al método (inductivo o deductivo) y a las técnicas (cuantitativas o cualitativas). Y mientras la Teoría General de Sistemas introduce nuevas metodologías para analizar las partes del todo geográfico, la Ordenación del Territorio hace lo propio con las correspondientes para el control del espacio. Ello ha conducido a ciertos autores, como Chamussy (1984), a inclinarse por el estudio exclusivo de los aspectos que sean válidos para el análisis del sistema. De ello se deduce que la Geografía Regional clásica debe incorporar a nuevos elementos del entorno. Un sistema es un complejo de elementos que goza de un comportamiento inducido por las relaciones internas y externas, que tiende a alcanzar su estabilidad, y que se organiza en tres niveles (ecológico, social y técnico) en interacción. Al configurar un complejo dispone de componentes: elementos, atributos, propiedades, entorno, estructura, comportamiento, etc. Y debido a esa complejidad una de las mejores herramientas de estudio es el Análisis Factorial, idónea porque permite: –
Abordar las complicaciones de las realidades geográficas.
–
La objetividad, precisión e imágenes de la realidad geográfica.
–
El análisis de las variables heterogéneas, reduciendo los datos al sintetizar las observaciones sin perder información.
–
Descubrir las estructuras latentes u ocultas.
–
La construcción de modelos visuales.
–
Clasificar y ordenar las variables y sus interrelaciones.
–
Explicar la llegada a determinadas hipótesis.
Pero no resulta fácil casar sistemas y estructuras regionales con el concepto de región porque la estructura espacial concebida como sistémica es compleja. Los elementos son las unidades espaciales y las variables permiten considerar el entorno, mientras el sistema debe de estar en interacción con dicho entorno (abierto, aunque también puede ser cerrado). No obstante, la complejidad no acaba al definir sus componentes y rasgos, porque se plantea un problema adicional, la delimitación de las fronteras, al que se debe añadir el correspondiente a la codificación de las variables cualitativas. Para solventarlos el Análisis Factorial es, nuevamente, el instrumento encargado de individualizar los distintos espacios y sus estructuras por sus características singulares. La estructura del sistema se define por la articulación de sus elementos, y se representa mediante el Diagrama Causal o por el Diagrama de Forrester. Para Isnard (1978) desde la perspectiva del espacio es esencial, porque el espacio geográfico se configura por estructuras espaciales creadas desde las interrelaciones de sus componentes. Si la región es un sistema abierto (con estructura, GEOGRAFÍA E HISTORIA
53
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
elementos, propiedades y relaciones), es en el estudio de las estructuras donde reside la clave del análisis regional, y en el que la Teoría de Sistemas favorece la acción integradora del trabajo. Así pues, hay características estructurales que son clave para el análisis del espacio: –
Las relaciones internas (causales o correlativas), con interacciones entre los elementos, conocidas como redes de comunicación.
–
La complejidad, un rasgo de la organización espacial, que puede ser interrumpida cuando se altera la retroalimentación.
–
La especialización o jerarquía.
–
La diferenciación.
–
La estructura vertical (porque ningún sistema se desarrolla indefinidamente).
–
La economía.
–
El orden.
–
Los objetivos (orientados a las funciones a cumplir por el sistema).
–
El dinamismo (las regiones están en adaptación permanente por incidencia interna o externa).
–
La retroalimentación (negativa o positiva).
–
La autorregulación (para que los cambios en el entorno no desborden la capacidad del sistema).
–
La información (con respuestas a cada entrada).
–
La integración (el sistema es un todo).
–
La irreversibilidad.
–
El equifinalismo (la capacidad de los sistemas para alcanzar un mismo estado final).
–
El rechazo (para enfrentarse a factores o elementos ajenos).
–
La reconstrucción (para crear nuevos sistemas).
–
El valor óptimo (para que cada elemento cumpla una función).
Berry, desde la Teoría Sistémica, concilió con sus Campos Generales a las regiones homogéneas y a las funcionales, si bien persistió el problema de las discontinuidades espaciales. Para sus seguidores todo depende de la finalidad a conseguir, aunque en las regiones homogéneas se complementan el enfoque clásico (regiones homogéneas puras) y el sistémico. Los estructuralistas, entre tanto, abogan por las regiones uniformes, si bien resulta ardua la tarea de delimitar la homogeneidad (que puede ser externa o interna), porque incluso la región homogénea da lugar a las regiones paisajísticas, y las uniformes a las funcionales. Lo evidente es que mientras en el enfoque clásico se abordaba a la región-comarca, con estudios más descriptivos, en el sistémico se indica que dichas regiones-comarcas no son homogéneas en sus estructuras internas, y como solución de compromiso se intenta adaptarlas al concepto clásico de homogeneidad. Por tanto, para Openshaw (1981) la continuidad en el espacio debe existir, como también en su interior las unidades espaciales menores, y hasta ha sido posible demostrarla haciendo uso de las matrices de vecindad y 54
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 2. Metodología del trabajo geográfico
de los agrupamientos nucleares o nodales. El objetivo es definir a los núcleos básicos de una región para agrupar a los demás según su relación con aquéllos, aunque la técnica resulta compleja. Por lo que afecta a los límites regionales la cuestión radica en que no deben suponer una frontera. Y la escala también debe ser elegida debido a la diversidad de niveles espaciales estudiados.
2.5. El método en la Ordenación del Territorio La Ordenación del Territorio tiene por objetivo encauzar los fenómenos de forma intencionada, el control de la acción del hombre sobre el espacio. Para ello está la ciencia Regional, considerada por muchos como un cuerpo cerrado por su énfasis en la modelización basada en el método experimental. Y ello es debido al evidente desarrollo que han adquirido los modelos empíricos, que incluyen a las variables subjetivas desde hipótesis restrictivas de partida, capaces de definir el nivel de desarrollo económico de determinados espacios. Así pueden establecerse las relaciones entre los componentes simulando a la realidad, como hace la Teoría General de Sistemas. Pero aún es complejo predecir valores, porque la realidad es cambiante y múltiples las posibilidades de combinación entre los componentes, cuando el reto es predecir, una meta que es abordada desde la pluridisciplinariedad. La realidad territorial, el medio físico transformado por el hombre, es un proceso no cíclico que debe ser estudiado evitando la vertiente positiva (lo que es el espacio) o normativa (lo que debe ser), y volcándose en la explicación de los fenómenos sobre el espacio, el objetivo de la Geografía. Pero en la Ordenación del Territorio se carece de un método de investigación idóneo, y tan poco sugerente resulta aplicar los procedentes de otras ciencias como describir o agorar desde procedimientos errados. La Geografía Regional debe volcarse en su objetivo, en la síntesis espacial, con el objeto de proporcionar a otras ciencias del territorio lo que, precisamente, dejan de lado, porque no es su objetivo. Se debe de tender, por tanto, hacia una visión metodológica intermedia entre la inducción empírica contrastable y el establecimiento de paradigmas apriorísticos, aunque partiendo de la premisa de que son preponderantes los modelos matemáticos, que son válidos para describir la realidad, pero no tanto para predecir. Puestas así las cosas, cada aspecto a analizar requerirá de un modelo, y la evaluación de la problemática territorial dependerá de lo que se estime como alejamiento de la situación óptima de lo estudiado. En realidad se trata de aplicaciones de instrumentos para imponer criterios de planificación, y con ello el objetivismo puede perderse en el camino de la investigación, tanto más cuando suelen ser dos los marcos de referencia básicos para la planificación territorial: –
El político, al que compete desde la definición de los objetivos hasta la decisión de aplicarlos, condicionado incluso a las prioridades y los recursos.
–
El técnico, que padece deficiencias de método particular para variables difícilmente cuantificables, que pueden serlo aunque perdiendo información.
Aún con esas premisas la necesidad de la ordenación territorial deriva de una doble vía: –
La existencia de externalidades en el momento de intentar un desarrollo territorial equilibrado, sostenible, justo desde el punto de vista social.
–
Una acción territorial, que es un cometido importante del sector público, y un hecho que se ha reforzado a partir de la década de los años ochenta, apoyado en las fórmulas del desarrollo sostenible.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
55
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
Adicionalmente se está produciendo, también, un cambio gradual en las políticas de ordenación del territorio hacia planteamientos más liberales, convirtiendo a la ordenación en una acción desde tres concepciones, como: –
Planificación física a escala regional o subregional, con una finalidad esencialmente coordinadora.
–
Planificación económica y social, que incorpora las preocupaciones de las políticas de desarrollo regional. Corregir los desequilibrios se convierte en uno de sus objetivos prioritarios.
–
Desarrollo territorial, que busca una superación de las dos visiones precedentes, incorporando nuevas dimensiones sociales y ambientales.
Entre los objetivos básicos de la ordenación del territorio entran: el desarrollo socioeconómico territorialmente equilibrado, la mejora de la calidad de vida, la gestión responsable de los recursos naturales y culturales y la protección del medio, y la utilización racional del territorio. Además, la acción territorial pretende el establecimiento de la coordinación entre las políticas sectoriales y entre la diversidad de Administraciones públicas para conseguir el mencionado desarrollo equilibrado. Y como objetivos concretos resaltan: –
Identificar, diagnosticar y evaluar recursos y potencialidades de desarrollo.
–
Potenciar, mejorar y equilibrar el sistema urbano.
–
Articular e integrar los territorios a diversas escalas.
–
Establecer la localización más adecuada de las infraestructuras, equipamientos y servicios.
–
Distribuir de forma equilibrada los usos y las actividades en el territorio.
–
Prevenir riesgos y catástrofes.
–
Proteger la naturaleza y el patrimonio histórico y cultural.
–
Contribuir a reforzar las identidades colectivas, conjuntando al tiempo la cohesión social.
La ordenación territorial es necesaria porque, como indica Scheid (1996), hay tres cuestiones de relevancia territorial que la lógica del mercado no puede resolver, que también se convierten en objetivos: –
Las decisiones sobre la localización de las actividades económicas, que no conducen a una distribución geográfica de los usos del suelo y de las actividades óptimas para los intereses generales.
–
La existencia de ciertos bienes colectivos que urgen de gestiones eficaces, para los cuales no es posible establecer precios de mercado.
–
Las decisiones de los agentes económicos que generan elementos externos o costes territoriales, manifestados en impactos negativos que difícilmente se pueden traducir a términos monetarios.
De manera que, por una parte, la política de ordenación del territorio debe transfomarse en el instrumento de los poderes públicos para solventar lo que escapa a la lógica del mercado, pero, por otra, el desarrollo sostenible demanda nuevas adecuaciones del territorio a las también nuevas necesidades humanas, entre otras razones debido a que la teoría del desarrollo sostenible concibe el territorio como un factor y un agente esencial del desarrollo. 56
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 2. Metodología del trabajo geográfico
Y, además, las políticas de desarrollo y las estrategias territoriales deben considerar las especificidades territoriales, de tal modo que la reconversión de las estructuras locales es un pilar esencial de las estrategias de desarrollo regional para impulsar los modelos de desarrollo locales. Así, el desarrollo territorial debe entenderse como un proceso de crecimiento económico y de cambio estructural, una secuencia en la que se dan cuatro dimensiones: económica, sociocultural, político-administrativa y territorial. Por ello las acciones de desarrollo deben de ser analizadas en términos de ordenación del territorio, de manera que para actuar localmente sea preciso pensar globalmente. Así, una de las singularidades del desarrollo territorial está en la territorialización de las iniciativas y proyectos. Es entendible que las estrategias de desarrollo deban perseguir una lectura actualizada de la problemática territorial, y un proyecto que convierta en colectiva la construcción del territorio futuro. Un esquema de desarrollo territorial debería buscar los fines siguientes: la cohesión económica y social, el desarrollo sostenible, la competitividad equilibrada de los territorios, la superación de los estrangulamientos económicos, sociales o infraestructurales, y la preparación del territorio para afrontar los retos futuros. Incluso esos fines pueden resumirse en tres: equilibrio, protección y desarrollo. Y para lograrlos hay que atender a las tres esferas de actividad correspondientes a otros tantos objetivos: un sistema urbano equilibrado y policéntrico, la igualdad de acceso a las infraestructuras y al conocimiento, y la gestión prudente del patrimonio natural y cultural. Por tanto, para que la Geografía pueda intervenir en el proceso de ordenación del territorio es preciso incidir en las interacciones, como componente esencial de la dimensión territorial, y en el hecho de que los territorios se construyen. Y la contribución geográfica debe ser efectiva y rápida por un conjunto de razones: las exigencias de los cambios tecnológicos; el influjo de la globalización económica; la necesidad de cohesionar las políticas sectoriales e institucionales; el papel creciente de las entidades locales y regionales; la existencia de problemas territoriales de naturaleza transregional; el incremento de las desigualdades entre las regiones; y las nuevas pautas de localización de las actividades y usos del territorio. Para ello la Planificación Integral es clave en la elaboración de diagnósticos, con una metodología que sigue las pautas siguientes: –
Condicionantes externos, lo que sucede o ha sucedido en el ámbito de estudio.
–
Factores a valorar con miras al diagnóstico integral. Se trata de abordar el conjunto de elementos existentes en el territorio y los procesos que se desarrollan. La tecnología utilizada es la que aúna el estilo de desarrollo o patrón tecnológico, mientras las actuaciones deben articularse en torno a tres ejes: la orientación de los procesos I+D (Investigación + Desarrollo), la selección de técnicas en función del modelo de desarrollo regional elegido, y la previsión y control de los efectos negativos colaterales.
–
El inventario de recursos y la elaboración de indicadores, desde la homogeneización y depuración de datos, la operatividad, la inserción de los sistemas de información geográfica, el análisis y la valoración de datos, etc.
–
La información estadística y documental, dirigida a la detección de las áreas conflictivas, a facilitar las medidas de carácter preventivo, y a reforzar la dimensión territorial y ambiental.
En el contexto de la Planificación Integral se distinguen fases: creación de una base de datos, diagnóstico y ordenación del territorio, análisis de la dualidad medio físico y antrópico, priorización de las actividades, y prognosis. Pero se da el binomio planificación terriGEOGRAFÍA E HISTORIA
57
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
torial-conservación del medio, donde la Evaluación de Impacto Ambiental y los Planes de Ordenación de los Recursos Naturales son los elementos de desarrollo, aunque se detecta siempre la falta de una Planificación Integral a escala nacional, que fuerza a buscar formas de intervención sobre el territorio. Un aspecto básico en la ordenación territorial es la comarcalización, más acorde con los sistemas de clasificación destinados a la planificación y ordenación del territorio. La comarca no es un ente abstracto sino real, apoyado en un marco territorial concreto, si bien es preciso atenerse a unos principios a la hora de intentar una comarcalización: una base de agrupamiento, una propiedad compartida, y una característica diferencial. Pero no se ha tratado de un camino fácil, pues hasta la década de los años treinta las comarcas se basaron en las propiedades de los elementos objeto de clasificación. Luego se consideraron las relaciones entre los elementos. Y más tarde se adoptó la clasificación. A la hora de comarcalizar es preciso atenerse a los principios de la clasificación: –
Toda clasificación ha de establecerse de acuerdo con un fin específico.
–
Las clasificaciones no son absolutas.
–
Las características diferenciadoras han de ser propiedades de los objetos clasificados.
–
La división ha de ser exhaustiva.
–
La característica diferenciadora, o principio de división, ha de ser esencial para la finalidad pretendida.
Pero el hecho más llamativo es que en la Ordenación del Territorio la actuación ha pasado a manos de los arquitectos e ingenieros, que se han arrogado las reflexiones teóricas sobre el territorio, y de los economistas, que han actuado sobre el planeamiento teórico y práctico. La razón se encuentra en las insuficiencias formativas de geógrafos, que aún así puede intervenir de forma múltiple en la ordenación y planificación territorial:
58
–
La planificación territorial, en la elaboración de Planes Generales de Ordenación Urbana y Metropolitana, Planes Comarcales de Montaña, Planes regionales o sectoriales...
–
El urbanismo, en la elaboración de figuras de planeamiento, estudios complementarios, etc., así como en la información urbanística, y hasta en la ejecución de ciertas figuras de planeamiento. Y en los estudios urbanos en la programación y planificación de los servicios y políticas urbanas, con la plasmación de los problemas en planes urbanísticos o bien socioeconómicos.
–
La planificación y gestión de los servicios, desde la delimitación de las áreas funcionales y la selección de las modalidades para la prestación de los servicios.
–
La planificación de las inversiones públicas, sobre todo las correspondientes a las entidades gestadas con rasgo supramunicipal, con análisis del reequilibrio territorial y del impacto ambiental, y en los planes mixtos entre las administraciones, con los estudios de déficit y prioridad, previos a cualquier tipo de dotación o subvención.
–
La localización de actividades, para proponer ubicaciones por medio de modelos relativos a disponibilidad, accesibilidad, mercado, equipamiento, etc.
–
La delimitación de los espacios funcionales, para fijar la prestación de los servicios ajustados al lugar o territorio a que se destinan, recurriendo a los indicadores que delimiten las demarcaciones. PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 2. Metodología del trabajo geográfico
–
La salud pública, para estudios de epidemiología, planificación hospitalaria, prestación de servicios sanitarios en áreas especiales, etc.
–
Los análisis de impacto ambiental, obligados cuando se realizan grandes infraestructuras, y para aportar alternativas que respeten al medio, tanto físico como humanizado.
–
La gestión ambiental, en la delimitación de espacios naturales, generación de planes de gestión, estudios sobre polución, planes estratégicos de residuos urbanos, etc.
–
Los riesgos naturales, para prevenir y analizar la incidencia sobre las actividades humanas.
–
La protección civil, proporcionando respuestas a las instituciones sobre los impactos o riesgos, naturales o inducidos.
–
La actividad turística, en los análisis de incidencia y protección ambiental derivada de la actividad social, y en el diseño de lugares y rutas.
–
Los análisis agrarios, como cambios de usos del suelo, aprovechamientos en áreas marginales, pluriactividad agraria, difusión de métodos y técnicas, etc.
–
La planificación estadística, en censos y padrones y su incidencia territorial.
–
Los estudios demográficos y de población, que deben abordar la prospectiva.
–
Las delimitaciones territoriales, como agregaciones o segregaciones municipales, con análisis de cambios, y en gestión y amejoramiento de términos, y demarcaciones funcionales o administrativas, con la adecuación de las existentes a las nuevas realidades.
2.6. El método y los problemas del análisis regional La región es un modelo conceptual, pero también empírico, un espacio definido, que desde la síntesis permite llegar a las pautas generales de ordenación y funcionamiento. Desde el análisis parcial se puede acabar en la interpretación global, mientras que los estudios sectoriales permiten la experimentación para llegar a los factores que explican los hechos globales. Ahora bien, ha sido el desdoblamiento entre lo general y lo regional quien ha conducido a la construcción teórica y empírica de los espacios concretos, con una Geografía Regional que sigue constituyendo el mejor método de comprobación y experimentación de las teorías y de las leyes generales. Pero de ahí han derivado también las críticas, porque la ciencia regional geográfica no ha sido capaz de elaborar síntesis y leyes generales aplicadas al espacio. Se ha dedicado más bien a individualizar, a olvidar el propósito de Ritter de la unidad terrestre, orientación que para Grillotti Di Giacomo (1991) se ha constituido en una aportación, al haber diferenciado los espacios, resaltando sus particularidades frente al proceso homogeneizador que introduce recientemente la universalización o mundialización. Así el conocimiento de lo particular ha contribuido a la exaltación de lo singular y diverso frente a la uniformización que introducen los efectos económicos del moderno capitalismo. Y en ello el análisis regional, al no evolucionar hacia la síntesis espacial, como hubiera sido más deseable, también contribuye con un papel social diferente. La región ha pasado por la concepción de un espacio modificado por el hombre hasta el impulsado por una ciudad, y el paisaje desde la explicación morfológica hasta la estructural, para llegar a la cultural. Para ello se ha recurrido a fuentes cuantitativas y cualitativas. GEOGRAFÍA E HISTORIA
59
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
Pero ha faltado el debate crítico y se han reproducido los vicios pasados, tanto que sólo desde los años ochenta se ha generado una sistematización de las aportaciones y conocimientos de la Geografía Regional, cuando se trabaja sobre el paradigma regional, con visiones funcionalistas. Se ha producido una renovación metodológica, con nuevas formas de entenderla, especialmente relativizando a la región, a los espacios fuertes, al factor de organización, al plan histórico, etc. Por tanto, los temas no son nuevos, pero la revisión ha contribuido a nuevas formas de interpretación de los fenómenos espaciales, y muy especialmente a los métodos y técnicas de trabajo. El medio físico es indispensable, aunque se ha pasado desde la región natural hasta nuevos matices, si bien es cierto que la Teoría General de Sistemas ha introducido la unidad natural, diferente de la unidad física del medio. La mejor contribución ha sido la ciencia del paisaje, sobre todo desde Alemania, al introducir una diferenciación que ha conducido a la nítida separación entre región natural y región humana. Lo cierto es que la naturaleza ya sólo es el marco, del cual interesan los elementos que inciden en la organización territorial. Con los estudios de planificación territorial el medio es clave para evaluar los problemas que obstaculizan o permiten el desarrollo. El medio es considerado como un recurso, lo cual representa una notable repercusión metodológica. En el medio hay elementos clave, simbólicos, en lo personal y en lo colectivo, y lo percibido pasa a objeto de estudio y de valoración. En el espacio el medio es considerado como valor, como elemento significante del territorio. Pero el análisis sistémico une a espacio y tiempo, como elementos dinámicos, en formas y procesos, una unión caracterizada por el hecho de que el espacio busca su reequilibrio, tanto en funciones como en evoluciones. De ahí que se aporte otra visión adicional a la clásica, la interacción. Sistematismo más teoría social indican que el tiempo y el espacio actúan en y sobre las relaciones sociales. De ahí que la planificación territorial requiera del análisis de las mentalidades colectivas, de otro lado tratadas con diversos enfoques en ramificaciones distintas de la tradición geográfica: Tipo de Geografía
Geografía clásica
Geografía neopositivista
Geografía radical
Geografía comportamental
Principales espacios estudiados
Espacio físico
Espacio geoeconómico
Espacios materiales históricos
Espacio vivido
Principales temas de estudio
Relaciones entre medio físico y humano
Geo-métrica de las localizaciones económicas
Incorporación de la dimensión temporal
Tiempo corto en su componente histórica
Tiempo medido en términos de ciclos
Espacio percibido y Informes sociales y juegos comportamiento de espaciales los individuos Tiempo de reproducción de las clases sociales: estudio de los procesos en el tiempo
Tiempo psicológico: evolución de las mentalidades
2.7. Las delimitaciones, escalas y representaciones El problema ha resultado siempre la delimitación del objeto, pues los criterios de demarcación varían según las concepciones desde las que se aborde la región, a lo que se adiciona la falta de consenso sobre las escalas. En ocasiones han aparecido superposiciones en las delimitaciones, físicas y culturales (muy en relación con el historicismo), y en otras ha prevalecido la función administrativa, delimitando regiones por límites preexisten60
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 2. Metodología del trabajo geográfico
tes de organización. Pero cuando la región pasa a ser un espacio organizado por una ciudad los contornos se desdibujan por el influjo de la urbe y por la extensión de los flujos que de ella parten y en ella confluyen. La delimitación regional ya pasa a presupuestos teóricos diferentes, ajustada al dinamismo, a las interrelaciones, a las escalas de análisis territorial. Y el análisis sistémico diferencia al territorio y extrae la relación entre las escalas espaciales, las interrelaciones, las jerarquías, los procesos, las inestabilidades, etc., es decir, que regionaliza, diferencia al territorio, lo relaciona vertical y horizontalmente, aunque para Cundari (1990) conduce a la imposibilidad de relacionar a territorios. Los marxistas (encabezados por Yves Lacoste) han negado la existencia de la escala regional, y han optado por definir al espacio como único, pero con dinámicas espaciales singulares, las escalas óptimas para abordar la articulación espacial. Para otros el espacio es nacional e internacional, desestimando el nivel intermedio, el regional. En otra línea, Pierre George parte de la nación, pero llega a la región. Desde la Teoría de Sistemas Auriac (1986) niega a la región, porque las decisiones externas, las verticales, son superiores a las internas campo-ciudad o ciudad-ciudad. Otras visiones indican que las infraestructuras son las encargadas de ordenar al territorio. Y para autores como Pingaud sólo existen los espacios de reserva, los olvidados y los incorporados. De modo que se insiste más en el análisis territorial que en el regional, lo que ha forzado a la búsqueda de escalas apropiadas. Para los perceptivistas la escala altera la visión de las relaciones hombre medio, aunque otras veces la resolución de la escala es empírica, sobre todo desde los trabajos de ordenación territorial. En las representaciones el mapa muestra la configuración de un territorio. Los mapas clásicos se basaban en la información de la realidad conseguida empíricamente, del trabajo de campo, o de la medición de variables con datos cuantitativos. Pero con la introducción del subjetivismo se puso en cuestión el valor de la representación de la realidad. Y surge una amplia tipología de mapas que representan al espacio relativo y al abstracto, y en este último los datos se transforman en imágenes geométricas, y se extinguen las distancias, las superficies, los paisajes. Desde la escuela sistémica francesa se irradió la fórmula de los coremas, o representaciones esquemáticas de los factores integrantes de un espacio, desde los cuales se llega a la regionalización. Disponen de un valor explicativo y sintético, y son capaces de expresar las combinaciones regionales. A pesar de todo han padecido críticas por su simplicidad y abstracción, su lenguaje complejo y el subjetivismo latente, y para autores como Dolfus, Giblin o Sivignon por asemejarse más que a mapas a metáforas que sólo alteran la realidad. Luego se incorpora la representación de las relaciones entre los hombres y los lugares, que conduce a los mapas mentales cognitivos (el conocimiento desde las informaciones) y preferenciales (las aspiraciones de los individuos). La dimensión temporal es introducida por la cronogeografía, la representación desde abajo, que puede traducirse en estructuras de lugares (vías, valles, nodos, montañas…) y valores simbólicos. Pero también el tiempo ha acabado en los mapas espacio-temporales, útiles para comprobar los desequilibrios regionales, siempre con referencia a un indicador, y cuando se maneja gran cantidad de fuentes históricas o cuando el tiempo analizado es muy amplio.
2.8. El resultado: la nueva y múltiple Geografía Regional La nueva corriente regional trata de demostrar la singularidad dentro de la generalidad. Para autores como Gilbert (1988) aparecerán tres escuelas: –
La apoyada en la Economía política, que interpreta a las regiones como respuestas al proceso capitalista general.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
61
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
–
La de la Geografía cultural, con resalte de los rasgos distintivos de la región.
–
La social, que aborda la región como un medio donde se dan las interacciones sociales.
Todas disponen de convergencias, como la perdurabilidad de la diversidad, las relaciones sociales en la región como definidoras de estructuras, la afiliación regional a las secuencias históricas específicas, la imposibilidad de separar a la región de los agentes que la transforman, etc. En parte es una vuelta a la región como proceso, y por ello ya despierta interés aplicada a los pequeños espacios, porque lo local deja su impronta en lo general, y porque este resurgir se enmarca en la crisis de la modernidad. Los geógrafos vuelven al territorio concreto, a identificar en él a los problemas geográficos, a especificar los problemas.
3. LAS TÉCNICAS GEOGRÁFICAS 3.1. La conjunción entre conceptos e información La investigación es un proceso de construcción de conocimiento, que aplicado a la Geografía para Giddens se plasma en que las formas espaciales son siempre formas sociales. Lo esencial es generar conocimientos rebasando el nivel epistemológico, centrándose en la discusión de los criterios metodológicos para la construcción de conocimientos, porque sólo se puede hacer análisis epistemológico desde un proceso de investigación. Pero toda investigación se inscribe dentro de una opción epistemológica, lo que implica una decisión no sólo teórica, sino también político-ideológica. Autores como Bourdieu (1986) y Besse (1996) parten de que todo trabajo de investigación se inscribe en opciones epistemológicas, mientras para otros, como Saltalamacchia (1992) son las opciones epistemológicas las que presuponen cierta coherencia entre el conocimiento y la perspectiva del conocimiento. Existe el ya antiguo consenso de que es preciso diseñar un proceso de investigación. Preguntarse qué es hacer ciencia no es sólo interrogarse sobre la eficacia y el rigor formal de las teorías y de los métodos, porque es también examinar las teorías y los métodos en su aplicación. La unidad entre teoría, método y técnica aparece determinada por el paradigma que orienta el proceso de delimitación y construcción teórica del objeto de conocimiento. Así, los conceptos ordenadores tienen una función de búsqueda de relaciones posibles, y su articulación permite traducirlos en indicadores empíricos, cuya función es el descubrimiento de nuevas relaciones entre los conceptos. Esta operación supone aproximarse a la realidad, y ello significa que únicamente a través de ella se pueden construir otros conceptos, mientras que el dato siempre es construido y adquiere sentido en razón del problema de investigación. La búsqueda de las relaciones posibles entre los conceptos se dará a partir de la problematización de los mismos, pues (como señaló Popper) la ciencia no puede reducirse a lo perceptual y sensorial, y (como indicó Piaget) tampoco la percepción es innata. Lo empírico es considerado como resultado de la relación entre el sujeto y lo real, y el dato es un componente de la realidad. En síntesis, que durante el proceso de investigación se produce una tensión entre la teoría que solicita determinados datos, la propia subjetividad del investigador, y la realidad que existe independientemente del proceso de investigación. Así pues, un objeto de investigación no puede ser definido y construido sino en función de una problemática teórica, 62
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 2. Metodología del trabajo geográfico
pues el objeto se construye con las preguntas que se le formulen a lo real. La epistemología tendría, de ese modo, una función delimitadora de espacios problemáticos, y la teoría pretendería articularlos a través de los conceptos ordenadores. Por tanto, el dato es una construcción del investigador para la comprensión de lo real, mientras la epistemología ordena lo real. En el proceso el investigador está ante la constitución de las hipótesis que van a permitir la reconstrucción de lo real. Y la producción de conocimientos se inicia cuando la parte de la teoría seleccionada da acceso a la que ha sido recortada, sin olvidar que los datos sociales son intencionados, que están determinados estructuralmente. Los supuestos teóricos aluden a las condiciones que deben de cumplir los datos previamente a la aplicación de ciertos modelos estadísticos, como los métodos multivariantes reductivos (Componentes Principales, Análisis Factorial, Análisis de la Varianza, Análisis de Regresión…). Los supuestos paramétricos son la normalidad, la independencia y la igualdad de varianzas. Y sólo el cumplimiento de estos condicionantes permite que los modelos estadísticos tengan carácter inferencial. Las técnicas de Análisis Exploratorio de datos comprenden un estudio descriptivo y un análisis inferencial. El Análisis Exploratorio proporciona herramientas que permiten analizar la validez de los supuestos paramétricos. El Análisis de Normalidad resulta de difícil ejecución, pues es preciso ordenar los datos de menor a mayor. Y los Contrastes de Asimetría y Curtosis son necesarios, porque en ocasiones la desviación de la condición de normalidad se debe a un exceso de asimetría, o bien a otro de curtosis en la distribución de los datos. Un camino usado para conseguir la simetría de la distribución de una variable se basa en aplicarle una transformación, comprimiendo la escala de la medida de la variable para valores pequeños y expandiéndola para valores altos. Así pues, epistemológicamente son cuestionables los métodos y las técnicas que intervienen en el trabajo de campo, mientras que los procesos de construcción de los datos se encuentran sometidos a desafíos epistemológicos y metodológicos similares. Pero la cuestión reside en que si por algo resalta la información geográfica es por su variedad, por lo cual deben seguirse dos procesos: la recogida en razón de lo necesitado, y la formulación de la hipótesis de distribución espacial. Sólo después se constata la hipótesis en trabajo de campo, y de no resultar confirmada se procede a la formulación de otra nueva y a su verificación. Y así sucesivamente hasta conseguirlo. El problema de los datos se resuelve con los dos tipos de fuentes: –
En las primarias la observación ha de ser sistemática, significativa y cuantificable, y luego los datos serán ordenados y clasificados para facilitar un mejor manejo y tratamiento.
–
En las secundarias los mapas, las estadísticas, anuarios, censos... proporcionan la información necesaria, lo que no excluye que, a veces, sea necesario completarla con las fuentes primarias.
Y en la recogida de información ha de recurrirse, en ocasiones, a observaciones parciales o muestras. Entre los métodos más usados suelen encontrarse el muestreo aleatorio (que elimina sesgos), el lineal aleatorio, el de áreas, por agrupamiento (que ahorra mucho tiempo y costes), el lineal sistemático, el sistemático de superficies, el estratificado, etc. La información estadística, proporcionada por organismos internacionales, nacionales, privados, etc., es la más frecuentemente utilizada. La información cartográfica permite representaciones tanto cuantitativas como cualitativas, pero requiere de la generalización, si bien el detalle de lo representado debe resaltar. GEOGRAFÍA E HISTORIA
63
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
También de la esquematización, lo que implica la eliminación de los pequeños detalles. La representación se ejecuta mediante símbolos que deben ser figurativos y precisos, y que puede ser en forma de: –
Pictogramas, los encargados de reproducir la forma del objeto a representar.
–
Ideogramas, que representan una idea.
–
Signos convencionales, a los que se da significado del hecho representado.
–
Símbolos proporcionales, como los anteriores, aunque su valor es proporcional al hecho.
Pueden ser representados los fenómenos puntuales mediante símbolos, tramas, etc. También los lineales, y hasta la unión de espacios mediante isolíneas (curvas de nivel, isohipsas, isotermas, isocronas...). Asimismo los zonales mediante tramas figurativas o simbólicas. Un mapa debe, además, disponer de expresividad (información relevante), fácil lectura (simbología variada) y precisión (reproducción fiel). Los mapas pueden ser topográficos (para localizar hechos geográficos en el espacio y precisar su emplazamiento mediante coordenadas), y temáticos (acopian información sobre un hecho geográfico, y de ahí que la tipología casi se corresponda con la temática de la Geografía). Los topográficos se clasifican en mapas de gran escala (1:10.000) y mayores (1:5.000 y 1:2.000), muy idóneos para los estudios urbanos al reflejar un buen número de detalles. Los de mediana escala (1:25.000 y 1:50.000) son de gran precisión, y se dividen en hojas. Los de pequeña escala (1:100.000 y 1:200.000) son divulgativos. Los corográficos, o de muy pequeña escala (1:500.000 y 1:1.000.000) únicamente sirven como referencia. Los mapas topográficos son útiles por representar los caracteres físicos del territorio, y porque recogen las unidades administrativas, las redes de comunicaciones, la ocupación del suelo, la toponimia... Los de menor escala son muy útiles en ordenación del territorio y urbanismo, y desde la escala 1:100.000 para la realización de síntesis regionales; y los de 1:1.000.000 para las nacionales. Entre los mapas temáticos la división se establece en: analíticos (representan un solo fenómeno o hecho geográfico) y sintéticos (más complejos y explicativos al establecer relaciones entre hechos o fenómenos, como los de usos del suelo, bioecológicos...). Unos y otros suelen ser estáticos, ya que reflejan el hecho en un momento dado; cuando contienen modificaciones se convierten en dinámicos. Pero también pueden ser cualitativos o cuantitativos (éstos representan los valores numéricos con puntos, coropletas o isopletas). Otro tipo de instrumento y de técnica consiste en el uso de imágenes de satélite o fotografía aérea (la altura de captación en ambos casos está relacionada con la escala de lo representado). Las imágenes de satélite constituyen una representación conseguida a través de sensores que recogen radiaciones plasmadas en espectros o bandas. A partir de la información de la fotografía aérea se pueden conseguir mapas topográficos, monotemáticos (distribución forestal, asentamientos rurales...), temáticos simples (como los edafológicos) e integrados (ecológicos y de planificación). Pero también datos estadísticos (número de parcelas, de caseríos...) y evoluciones de fenómenos (comparando fotografías de distintos momentos). Sirve para dos propósitos: reconocimiento (o estudio preliminar) e ilustración. Las imágenes de satélite (que componen una técnica auxiliar) disponen de un tratamiento similar a las precedentes, si bien lo ideal es hacer uso conjunto con la fotografía aérea y el mapa topográfico. La ventaja es que proporciona una gran riqueza de detalles y características macroespaciales. Ambas dan la visión de los hechos reales sobre territorios amplios y variados (biogeografía, paisajes rurales, urbanos, morfología...), con una perspectiva integral. 64
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 2. Metodología del trabajo geográfico
Los Sistemas de Información Geográfica se destinan al tratamiento lógico y automático de la información, y son especialmente útiles para los estudios de planificación territorial y de cartografía. Permiten hacer uso de información temática (usos del suelo...) y espacial (emplazamiento, lineal o superficial), y su eficacia se sustenta en los programas específicos que dejen procesar y extraer la mayor cantidad posible de información sintetizada. Además, posibilitan el manejo de volúmenes muy importantes de datos, combinarlos, procesar informaciones, realizar análisis estadísticos, representaciones gráficas... Por último, la inserción de conceptos e información en un proyecto geográfico incluye las técnicas, que pueden ser matemáticas e instrumentales.
3.2. Técnicas matemáticas Se han desarrollado dos tipos de modelos: descriptivos y explicativos. Los modelos descriptivos son básicamente dos: –
Observación. Constituye un método apriorístico, la construcción de imágenes formalizadas fruto de la visualización y aplicación del razonamiento y experiencia. La función de las técnicas de observación es seleccionar y ordenar la información, aunque no distinguir entre búsqueda de datos y estructuración de los mismos constituye uno de los aspectos más problemáticos del método a emplear. La definición será el procedimiento por el que se obtienen los símbolos que permitan representar el concepto definido. Y hay modelos de medida, los escalares: *
La escala nominal, que no lleva a cabo manipulaciones matemáticas y sólo identifica.
*
La ordinal, la que clasifica por orden de magnitud el fenómeno estudiado.
*
La de intervalos y relaciones, que mide las distancias entre dos fenómenos o hechos dentro de una escala.
*
La multidimensional, que mide los atributos, con múltiples dimensiones de grados (utilidad, motivación, etc.).
Con todo, cualquier medición está sujeta a error debido a cuatro causas: el error del observador (por incapacidad de los sentidos), el error instrumental (por sesgo de los aparatos), el error ambiental (por influjo de las condiciones del entorno, bien sobre el observador o sobre el instrumento o hecho observado), y por los cambios del observador durante la observación. Así, en muchos aspectos geográficos los métodos de medición dejan que desear, lo que no obsta para que puedan ser clasificados de dos formas diferentes: *
Desde arriba, lo que supone dividir un conjunto universal con procedimientos lógicos. Las clasificaciones nomotéticas presentan un conjunto único de rasgos, y definen la pertenencia de un elemento al grupo.
*
Desde abajo, más realista, con un proceso inductivo en el que se examinan los fenómenos buscando las regularidades e interrelaciones relevantes. Este sistema se define por numeración.
El Análisis de Componentes Principales domina (junto al Factorial) la clasificación cuantitativa en Geografía, pero equivale a clasificar sin teoría. El Análisis Factorial,
GEOGRAFÍA E HISTORIA
65
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
por el contrario, supone hacerlo con teoría. El Análisis Discriminante, por su parte, ofrece unas reglas que permiten cometer el menor número de errores similares. –
Representación. La representación tradicional es el mapa, un instrumento complejo y, al mismo tiempo, un sistema simbólico. Pero también existen las representaciones matemáticas (generalizadas y específicas), como los mapas de tendencia. Asimismo los gráficos (lineales, lineales múltiples, lineales compuestos, de banderola, lineales semilogarítmicos y logarítmicos, de dispersión, histogramas de frecuencias, de frecuencias acumuladas, la curva de Lorenz, de coordenadas polares, diagramas de barras y triangular, etc.). Entre la representación cartográfica se encuentra la temática y la asistida por ordenador, que incluyen el cálculo previo de símbolos proporcionales. Pueden realizarse mapas de distribución superficial cualitativa (corocromáticos, coroesquemáticos, y numéricos o de letras), estadísticos o cuantitativos (coropléticos, de puntos, con diagramas independientes, de anamorfosis geográficas –cuando las superficies de las zonas representadas no son proporcionales a la realidad sino a la magnitud del fenómeno representado–, etc.).
Por su parte, entre los modelos explicativos resaltan esencialmente los cuatro siguientes:
66
–
Los causales, que asocian un determinado suceso con un resultado concreto. El problema reside en identificar al conjunto de sucesos elegidos para estudio con otro conjunto de sucesos. Es un modelo básico de investigación, porque la noción de causa-efecto proporciona gran alcance para el estudio de problemas geográficos (relaciones regulares, sistemas dinámicos...).
–
Los temporales, tipos de explicación que intentan establecer relaciones remontándose en el tiempo, por lo que no son excesivamente rigurosos. Hay dos tipos básicos de explicaciones temporales: *
Las genéticas o históricas (que ofrecen enfoques y explicaciones muy útiles al recurrir al origen del acontecimiento o hecho).
*
Las evolucionistas o desarrollistas (que intentan explicar un suceso mediante los que lo preceden).
–
Los funcionales, muy comunes en los análisis geográficos, y cuyo valor estriba en la importancia que conceden a la interrelación.
–
El sistémico, que define a conjuntos de elementos que se distinguen por un atributo, a las relaciones entre los atributos, y a las de éstos y al entorno (todo lo que existe). Un sistema se compone de elementos y de nexos entre ellos, pero encastrados en sistemas que se comportan mediante entradas y salidas. Por ello sólo se puede investigar la estructura y funcionamiento de los sistemas cuando son conocidos sus límites, porque un sistema puede ser abierto (interaccionado con el medio) y cerrado (sin interacción). Y hay tipos de sistemas: *
Homoestáticos, los que mantienen constante un entorno operativo frente a las fluctuaciones externas, y que muestran una vuelta al estado de equilibrio después de una alteración.
*
De adaptación, los que descansan en mecanismos de retroalimentación.
*
Dinámicos, en los que la retroalimentación permite que se identifiquen nuevos estados.
*
Controlados, en los que se da un cierto control sobre las entradas o influjos externos. PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 2. Metodología del trabajo geográfico
Por tanto, los problemas geográficos no se resuelven únicamente con la selección de una metodología de trabajo coherente, porque para la explicación se necesitan leyes adecuadas, que deben ser razonables respecto a los datos, y coherentes entre sí. Y siempre se debe partir de una correcta identificación del campo o conjunto de campos a estudiar.
3.3. Técnicas instrumentales 3.3.1. En Geografía Física Sobresalen la lectura de mapas, confección de índices... y la representación gráfica de las variables geográficas. Sin ánimo de exhaustividad resaltan las que se relacionan. Las distancias lineales, a partir de coordenadas geográficas, pero que requieren de transformación en medidas lineales. En el estudio de elementos climáticos inciden los factores intrínsecos (latitud y estacionalidad, distribución de tierras y mares, topografía, y nubosidad) y los extrínsecos (masas de aire y corrientes marinas). Los diagramas rectangulares representan las temperaturas medias diarias, mensuales, anuales. Los mapas de isolíneas (isotermas) la distribución espacial de las temperaturas. Las isotacas unen puntos de la misma velocidad media del viento, las isoyetas unen puntos de igual precipitación, las isonefas de igual nubosidad, etc. Los regímenes térmicos y pluviométricos se representan en diagramas, y la síntesis atmosférica se plasma en mapas del tiempo: de superficie (contienen los principales individuos isobáricos por medio de isobaras) y de altura (las superficies de presión representadas por isohipsas, y también incluyen isotermas). Cuando se opera con clasificaciones climáticas se ha de recurrir a la aplicación e interpretación de índices y al desarrollo de representaciones gráficas. Entre los índices más usados se encuentran los térmicos, hídricos y de evapotranspiración. Las representaciones gráficas más usuales son los diagramas climáticos e histogramas, mientras los climodiagramas representan los valores de temperatura y lluvia en un sistema de coordenadas referidos a un periodo de tiempo. El estudio de la vegetación es vital porque refleja las condiciones ambientales de un territorio. Se debe partir de los mapas de vegetación y su posterior correlación con los topográficos, edáficos, climáticos... Los de vegetación pueden ser de vegetación natural y de natural potencial, y su análisis permite la interpretación de las distribuciones vegetales sobre el espacio y el manto vegetal teórico en relación con las condiciones, dejando contrastar evoluciones paisajísticas y de especies. El análisis de cuencas de drenaje y regímenes fluviales incluye técnicas muy variadas. El primero conlleva la hidromorfometría (estudio cuantitativo de las redes hidrográficas, propiedades geométricas, y superficies de erosión fluvial). También cabe adscribir a los regímenes fluviales en categorías. La base de buena parte de los estudios se encuentra en la interpretación cartográfica que hace uso de los mapas base (o bosquejo informativo), clave, de gran escala o de pequeña escala, temáticos, etc. Uno de los básicos es el topográfico nacional, que precisa un análisis específico. La cuestión reside en no estudiarlo todo, sino lo geográficamente relevante en función del objetivo buscado, y desde luego no perderse en lo que no esté en dicho mapa. Nunca se deberá concluir un análisis topográfico sin una visión sintética (la Geografía es la ciencia de la síntesis espacial). Han de contemplarse unos principios esenciales: –
Buscar las líneas generales del trazado de la red hidrográfica, que proporcionarán la idea de dónde se encuentran las formas del relieve, las deprimidas y las cul-
GEOGRAFÍA E HISTORIA
67
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
minantes. Se trata de dar una visión de conjunto a la hoja y descubrir sus rasgos dominantes. –
Realizar tres pasos: clasificar, comparar y jerarquizar los elementos representados en la hoja.
–
Habrán de analizarse los rasgos físicos, los humanos y los regionales, sin perder nunca de vista que los últimos, los regionales, aportarán la visión sintética, la geográfica.
Los pasos secuenciales a seguir en el análisis del mapa topográfico nacional son los siguientes: –
Estudio físico del medio, que debe aportar la pauta que defina al área, comarca... y que debe conllevar: *
El emplazamiento del espacio analizado, siempre con referencia a las grandes unidades morfológicas que lo enmarcan. Primero es necesario, y además revela orden y sistema, dos claves de la Geografía.
*
Los aspectos morfológicos, haciendo uso de definiciones topográficas simples, las que no prejuzgan ni génesis ni análisis complejos (como meseta, valle...). Se trata sólo de un análisis general, de definir las formas del relieve y su distribución.
*
Los bioclimáticos, sin olvidar que en el mapa sólo aparece la vegetación y que, por tanto, el clima ha de ser deducido de forma indirecta, a través de aquélla. Se contemplarán las solanas, las umbrías, la toponimia (a veces muy expresiva), y la extensión y tipo de vegetación. Precisamente ésta proporcionará indirectamente los rasgos climáticos generales.
*
La hidrografía, con el tratamiento de la densidad de la red, del tipo (arborescente, en bayoneta...), el colector principal, etc.
Los estudios de las formas estructurales y de modelado suelen sustentarse en los bloques diagrama (croquis), que pueden ser: pictóricos, geométricos y a escala (a partir de un mapa topográfico). Suelen incorporar a la estructura geológica, por lo que ofrecen la doble visión de la forma y composición del relieve. Su interpretación implica: análisis topográfico (formas predominantes, altitudes, red hidrográfica, y vegetación), análisis estructural (con el desentramado de la litología, disposición, estratigrafía, tectónica, etc.), las estructuras litológicas (formas del modelado y relieves resultantes), y el análisis de la erosión, de la red hidrográfica, y de las formas erosivas.
3.3.2. En Geografía Humana Las siguientes técnicas también son usadas en Geografía Regional, aunque es en Geografía Humana donde más proliferan. El estudio de la Geografía de la Población es eminentemente práctico y sustentado en fuentes estadísticas, análisis de distribución, evaluación de la movilidad natural, de la estructura, de los movimientos migratorios, y la resultante final, el crecimiento de la población y su proceso. En la distribución se aplican métodos estadísticos como el del centro de gravedad y el ponderado, porcentajes, índices de disimilaridad (porcentajes de superficie y población de un lugar con respecto a un conjunto), y desviación típica de las distancias (midiendo la distancia entre los núcleos a considerar y el centro de gravedad ponderado). Se consiguen mapas de localización (un 68
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 2. Metodología del trabajo geográfico
paso previo para establecer las relaciones entre los hechos), de concentración y dispersión, y de evolución. Los de localización pueden ser, a su vez, de coropletas (dan una imagen gráfica y simplificada de la distribución), de puntos (proporciona las discontinuidades), de densidades por el sistema de cuadrícula (una derivación del anterior, y que no indica precisión pero sí claridad), y de análisis potencial (aplica la teoría de la gravitación), etc. Pero también se obtienen cartogramas, cuando se hace abstracción de la exactitud topográfica para dar relevancia a los datos. En el movimiento natural y la estructura de la población se procede con el cálculo de tasas (relación por cociente entre un flujo y un estoc o entre flujos). Cuando el denominador es un estoc y el numerador un flujo será una tasa bruta; cuando se refieren a subconjuntos de población son tasas específicas; y cuando por relación de cociente se conectan dos estoc se consiguen proporciones. Las estructuras por edad y actividad se representan en el diagrama triangular. Las pirámides de población integran la estructura por edad y sexo, más aspectos añadidos (población activa, rural-urbana...), y su forma permite deducciones precisas: triangular (indica la existencia de una alta natalidad con mortalidad notable, con crecimiento, progresión y expansión de la población representada); ojival (señala una baja mortalidad y natalidad en descenso, y presenta poblaciones estables y estacionarias); y en tulipa (indica baja mortalidad y muy baja natalidad, e implica a las poblaciones regresivas). En Geografía Agraria el estudio de los elementos y factores puede ser realizado de forma aislada o conjunta a partir de las fuentes estadísticas, cartográficas, el catastro de rústica (especialmente el gráfico y el parcelario, que incluye parcelas, polígonos catastrales, subparcelas...), y la fotografía aérea (con el doble proceso de fotoidentificación y fotointerpretación). Los elementos a analizar son el hábitat, la estructura parcelaria, la forma y tamaño, límites, cultivos (anuales o herbáceos, plurianuales, arbustivos, arbóreos), secano y regadío..., y su relación con los factores del medio (relieve, clima, vegetación). El catastro es una pieza clave, ya que incluye características físicas diversas: geométricas (situación del lugar, forma, linderos y capacidad superficial); agronómicas (calificación o aprovechamiento de las parcelas –regadío, con herbáceos, arbóreos o arbustivos, y secano con igual secuencia, tierras incultas y otros aprovechamientos– y tipos y modos –aguas elevadas, especies de cultivo...–); y clasificatorias (con intensidades productivas). Pero también inserta otras características: jurídicas (cargas y gravámenes, posesiones de la propiedad), fiscales (impuestos y exenciones) y económicas (valoración unitaria y parcelaria). El análisis del hábitat incluye la distribución espacial y la tipología. Para la primera el estudio del hábitat disperso implica hacer uso de los índices de Demangeon, Colas y Bernard; el concentrado de los de Lebeau y Roberts, como más representativos. Los estudios de los diferentes tipos y sistemas de cultivo implican el uso de índices, como los de superficie y rendimiento de Engass (para las medidas de intensidad y mejoras agrarias) y el de Wever (para clasificar a los paisajes). La teoría de localización de actividad de Von Thünen sirve para verificar postulados. Un paisaje agrario debe ser analizado a través de sus elementos: ager (estructura, forma, tamaño, límites y tipos de cultivos –anuales, arbustivos y arbóreos, regadío y secano–); saltus (permanente o temporal); hábitat (concentrado y disperso con sus funciones); y red viaria (densidad y tipos). En Geografía Industrial hace falta contemplar variables como la empresa, el establecimiento industrial, el tipo de empresa (familiar, cooperativa, etc.), el tamaño (por trabajadores o superficie), el subsector productivo (textil, mecánico, etc.), la tecnología... Luego se ha de abordar el sistema económico, el nivel de desarrollo del lugar, el dominio de los monopolios, la polarización industrial, las nuevas ramas, la reconversión, la tecnología punta, la automatización, la descentralización productiva... Todo ello convierte al análisis industrial GEOGRAFÍA E HISTORIA
69
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
en cada vez más complejo por la gran cantidad de factores intervinientes, y por tanto los estudios de estructuras industriales incluyen a la diversificación, lo que se consigue con los índices de Gibbs y Martin, que comparan el empleo por ramas. El grado de concentración de la producción es representado en la curva de Lorenz (una frecuencia acumulativa). El triángulo de Weber considera a tres factores básicos de la localización industrial (materia prima, fuente de energía y mercado), y consiste en emplazar a la actividad en el lugar de coste mínimo para el transporte de los tres factores (de la materia prima, de la fuente energética y del producto elaborado al mercado). Las líneas isodapanas unirán puntos de igual coste mediante curvas cerradas, con un punto central de coste mínimo. El problema es que el coste de transporte no suele ser proporcional a la distancia. En la Geografía de los Servicios la complejidad de análisis crece tanto por la multiplicación de las actividades que engloban como por su cada vez mayor interconexión. Pero la cuantificación de las actividades terciarias dentro de una economía se continúa analizando según su participación en el PIB (con una convención expresada en porcentaje: más del 50% corresponde a países desarrollados y menos del 30% a subdesarrollados) o del número de activos absorbidos en relación con los activos laborales. El comercio exterior pone en relación su volumen con la renta nacional, y para analizarlo están los coeficientes de exportación y comercial. El comercio exterior per cápita resulta de dividir la renta nacional por los habitantes de un país (pero requiere de múltiples ajustes). El transporte interesa no sólo por costes sino por su organización, porque de ella dependen las relaciones espaciales. Las interconexiones de redes se analizan creando redes abstractas, mediante grafos (que permiten analizar las propiedades de una red de transporte), o redes topológicas. Grafos y redes consideran a las rutas y los nudos (vértices o nodos). Uno de los índices más relevantes es el que relaciona la longitud de la red con el número de poblaciones. La conectividad no considera la distancia (analiza la capacidad de comunicación de los puntos del trazado a través del mínimo recorrido), sino la facilidad o no de la conexión; así el grado de conectividad es otro indicador del desarrollo. El turismo puede ser clasificado en funcional, social, espacial, temporal, etc., y puede ser analizado desde la perspectiva de la demanda: volumen de la demanda, aspectos demandados, etc. Pero la mayor parte de los análisis afectan a la localización, densidad turística, infraestructura turística, flujos turísticos... Una de las tasas más útiles es la de función turística, que relaciona el número de camas disponibles para el turismo (o pernoctaciones) en un lugar y la población estable de ese lugar. Pero cuando se decide intervenir en el territorio turístico se han de contemplar las singularidades, escalas e instrumentos. Así, las actuaciones de planificación requieren de la concreción de la escala de trabajo, del papel del territorio como argumento de la oferta turística (con la evaluación de potencialidades y recursos, límites en los procesos de transformación, tipología de oferta turística...), la complejidad funcional del producto turístico y de agentes que intervienen, etc. Y son básicos los instrumentos de planificación, como los documentos de planeamiento urbanístico, los de servicios inherentes a la actividad turística, los planes de aprovechamiento de recursos, etc. La planificación estratégica ya implica la definición de un modelo territorial, la concentración selectiva de los esfuerzos públicos, la realización de las actividades impulsoras y de demostración, la consecución de un clima participativo, etc., y una secuenciación determinada: análisis, evaluación y diagnóstico, formulación de políticas, formulación de estrategias, programación y ejecución. En la fase de análisis se debe evaluar: las características del medio físico y urbano, los recursos turísticos disponibles, el control y la propiedad del suelo, los equipamientos turísticos, los atractivos turísticos, la capacidad de las infraestructuras, la demanda existente y potencial, la posición relativa del destino turístico, etc. En la de formulación se incluirá: la localización de los equipamientos, sus dimensiones, y 70
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 2. Metodología del trabajo geográfico
el diseño de las actuaciones a desarrollar. La acción estratégica incluirá: las actuaciones de carácter demostrativo e incentivador, la elaboración de las orientaciones estratégicas, un documento de partida, la gestión de los productos turísticos, un modelo de reorganización estratégica que vincule al turismo con la calidad de vida de los residentes, etc. Y en la inserción de la actividad en la escala regional: la definición de objetivos, la delimitación de las unidades específicas, el análisis de los aspectos socio-turísticos, ambientales y territoriales, la definición de los criterios para la ordenación de los espacios turísticos, etc. En la fase ambiental ya se impone la evaluación de impacto ambiental, la capacidad de carga (el número máximo de personas que pueden visitar al tiempo un lugar turístico sin dañar el medio y sin reducir la calidad de la experiencia de los visitantes, y que puede ser física, económica y social), las auditorías ambientales, la evaluación del potencial de recursos, la delimitación de capacidades, etc. En Geografía Urbana se estudia la ciudad, y especialmente su morfología, funcionalidad y transformaciones. El fenómeno metropolitano analiza flujos migratorios campociudad, el crecimiento de la ciudad central, la irradiación de las funciones urbanas, los enclaves metropolitanos, la descentralización de funciones, etc. El análisis de los movimientos pendulares incluye la distinción entre el lugar de residencia y el de trabajo, y debe de insertar el volumen de población total (urbana y territorial), el de empleo por áreas, y los flujos laborales hacia el centro urbano. El estudio de sistemas interurbanos o sistemas de ciudades incluye el análisis de las áreas de influencia (unión social y económica del territorio a la ciudad), y métodos analíticos (delimitación mediante el sistema de encuestas de los núcleos a donde van los habitantes de un territorio a cubrir sus necesidades) y sintéticos (un modelo teórico de relación, el de gravedad). Los estudios de jerarquía urbana incluyen a la clasificación de las ciudades de acuerdo a su capacidad organizativa del territorio, que puede ser de gradación continua (regla tamaño-rango) o por niveles. Clasificados los núcleos se puede establecer la red urbana, que puede ser equilibrada (países desarrollados) o difusa (subdesarrollados). Resulta al final relativamente útil comparar la distribución urbana con el modelo teórico de Christaller (porque es ideal). En lo que afecta a los modelos de organización territorial pueden aparecer: pueblo agrícola, ciudad central, ciudad-comarca, metropolitano (con mercado de trabajo y consumo diario, y con residencias, trabajos, y comercio y ocio distribuidos por el espacio dominado por la ciudad). La organización del espacio circundante se establece mediante isolíneas (igual número de servicios satisfechos desde cada ciudad), que disminuyen con el alejamiento al núcleo urbano. Un estudio urbano implica pasos medidos: –
Estructura urbana (con identificación de los elementos básicos, como el espacio residencial, industrial, usos terciarios del suelo; de las vías de transporte, como ferrocarril, autopistas, carreteras, aeropuerto, etc.; delimitación del centro de la ciudad; y relación de los usos del suelo respecto al centro y vías de transporte).
–
Morfología de las unidades resultantes de la estructura urbana: centro, elementos (espacio residencial, industrial, otros) y vías de transporte.
–
Factores condicionantes: físicos y materiales (relieve, ríos, carreteras...), políticos (planificación...), económicos (propiedad...), sociales, etc.
–
Proceso de crecimiento urbano.
Y, por último, los pasos secuenciales a seguir en el análisis del mapa topográfico nacional son los siguientes: –
Estudio del medio transformado, que supone abordar el hábitat, los usos del suelo, su relación con el relieve, la relación de las áreas de cultivo con la
GEOGRAFÍA E HISTORIA
71
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
disposición hidrográfica, el reparto del hábitat respecto a las unidades del relieve... En suma, analizar: *
El hábitat rural, lo que implica comprobar su estructura (orden abierto, pueblocalle, aldeas, casares...), descubrir el dominante, estudiar su emplazamiento en relación con la morfoestructura...
*
La red de comunicaciones, con su orden (red nacional, caminos...) y localización del centro neurálgico en la hoja.
*
La distribución del parcelario (incluida su dimensión, cultivos...).
*
El hábitat urbano, su papel como centro comarcal.
*
Relacionar todos los fenómenos humanos para dar una visión de conjunto y extraer las conclusiones más relevantes.
2.3.3. En Geografía Regional Los años ochenta se caracterizaron por un resurgimiento de la Geografía Regional, que comienza a concebir los estudios regionales como un elemento necesario para la teorización social de la estructura espacial. Es la citada Geografía Regional reconstruida, que sitúa a los estudios regionales a la vanguardia conceptual de la contribución de la disciplina a las ciencias sociales. Los estudios metodológicos de la Geografía Regional reconstruida ya valoran la interpretación conceptual, porque la tradicional no ha proporcionado las bases conceptuales de la descripción. Ahora la preocupación social pasa al concepto, si bien resta el encaje y desarrollo conceptual de la preocupación social por el espacio. Pero la falta de un cuerpo teórico en la Geografía Regional ha obligado a que los herederos de la Nueva Geografía Regional dirijan su atención hacia la Economía Regional. Ahora se debe valorar la Geografía como ciencia social de los territorios, lograr una aproximación interactiva entre los factores sociales y los naturales, e incidir en que la identidad geográfica debe pasar por la creación de un método que interprete y valore al espacio desde perspectivas tridimensionales (geosistema, territorio y paisaje), porque el espacio es un sistema complejo formado por los subsistemas social y natural, muy interrelacionados. En contrapartida existe un amplio espectro de técnicas estadísticas, algunas de las cuales han resultado muy adecuadas para la modelización, como ha ocurrido con las variables categóricas. De ahí que los estudios regionales suelan requerir de gran variedad de variables, con numerosas interrelaciones, mientras la escasez de datos regionales puede ir poco a poco solventándose desde el desarrollo que está alcanzando la estadística cualitativa. Pero uno de los problemas que suele presentarse en los estudios regionales es la carencia de modelizaciones teóricas que indiquen las variables a utilizar, las que proporcionarán el rendimiento estadístico real, aunque usualmente se recurre a elegir variables que luego aportarán información redundante. Las técnicas útiles son básicamente dos: el método de Componentes Principales y el Análisis de Factores, que buscan la reducción de la dimensión de las matrices de datos, generalmente desorbitadas. Dichas técnicas suelen resultar de utilidad manifiesta en la determinación de tipologías en regiones. El método de Componentes Principales aporta criterios objetivos para reducir el número de variables, y sintetiza a la información contenida en la matriz sustituyendo a las variables por otras nuevas, menores en cantidad y que permiten abordar el problema planteado, los componentes principales. La primera componente principal se determina por la combina72
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 2. Metodología del trabajo geográfico
ción lineal de las variables iniciales que explique la máxima varianza, y es la mejor síntesis posible de los datos. La segunda debe de explicar la mayor varianza posible no explicada por la primera, de forma que las dos contengan información común. Pero lo usual es que al reducir el número de variables se pierda información, para lo cual se deben elegir cuatro componentes principales, de modo que se puede conservar la mayor parte de la información con un número reducido de variables, que a su vez permite un mejor manejo de los datos. Es un procedimiento usado en la construcción de indicadores regionales. El Análisis de Factores tiene como objetivo único transformar un problema en otro menor, y su meta es explicar por medio de factores lo que tienen de común las variables manejadas. Pero el modelo no tendrá una solución única, y el método consta de dos procesos: la determinación de una solución inicial, y la rotación de la misma. Para el primero se usan técnicas de componentes principales, que tienen ventajas al proporcionar factores de importancia decreciente respecto a los anteriores, de manera que los primeros contendrán la mayor capacidad explicativa. El método idóneo es la regresión, el criterio con el que se mide la capacidad explicativa es el de la correlación máxima entre la variable a explicar y la combinación lineal de regresores. Se hace uso de dos generalizaciones de esta técnica: los modelos econométricos multiecuacionales y la correlación canónica. Esta última establece relaciones entre dos conjuntos distintos de variables, y la relación entre ambos se sintetiza en forma de pares de variables (canónicas). Otro problema planteado en el estudio regional es la agrupación y clasificación de los elementos, que debe asociar un conjunto de unidades en clases. Como técnica resalta el Análisis Discriminante, que clasifica por el número de grupos prefijado y proporciona un retrato del elemento típico de cada una de las clases. En el Análisis de Conglomerados las clases se van diseñando según se construyen, una técnica mucho más simple, y que para aplicarla requiere solo de la información aportada por los propios elementos a clasificar. Los elementos se clasifican en cada clase según estén más próximos entre sí. Y otra cuestión atañe a las variables cualitativas, que requieren de asignaciones numéricas, con problemas graves que obligan a redefinir el modelo. Puede decirse que los modelos econométricos regionales se plantean como multiecuacionales, pero sobre una falta de modelización teórica que deberá de ser suplida con hipótesis que deben marcar etapas: información previa, especificación de las ecuaciones ajustadas, estimación estadística de los parámetros, contraste de los resultados, y predicción, como objetivo último. De todas las hipótesis previas resalta la del modelo unirregional, en el que se considera a la región con un conjunto de variables relacionadas en su interior, aunque olvida a las relaciones sistémicas con las otras regiones. Por ello es preferible buscar soluciones intermedias, las que adopten orientaciones regionales-nacionales-interregionales, si bien vuelve a aparecer el problema de la cantidad inmanejable de datos. Los modelos regionales permiten evaluar los efectos de las políticas, aunque el proceso es complejo cuando, como suele ocurrir, los objetivos regionales no coincidan con los nacionales, o cuando se dé la incidencia de efectos externos negativos.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
73
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
BIBLIOGRAFÍA André, Y. y Bailly, A. (1989) Représenter l’espace. Anthropos. Paris. Arévalo Barroso, A. (1993) “Presente y futuro de la información geográfica”. Catastro (Revista del Centro de Gestión Catastral y Cooperación Tributaria), N.º 18. CGTCT. Madrid. Benabent, M. y Matheu, X. (1995) “La Geografía Profesional”. Boletín de la A.G.E., N.º 2122. A.G.E. Madrid; pp.161-165. Bosque Sendra, J.; Cebrián, J. A. et al. (1988) Aplicaciones de la Informática a la Geografía y las Ciencias Sociales. Editorial Síntesis. Madrid. Buttimer, A. (1983) The practice of Geography. Longmans. London y New York. Cebrián, J. A. (1994) “Modelos de información geográfica”. Estudios Geográficos, Vol. LV, N.º 215. Escolar, C. y J. Besse (1996) “De los problemas del método a los métodos cualitativos en Geografía”. Cuadernos de epistemología y metodología. Métodos cualitativos, N.º 1, Departamento de Geografía, OPFYL, UBA. Escolar, C. (1998) “Epistemología del trabajo de campo en geografía: problemas en torno a la construcción de los datos”. Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales. Universidad de Barcelona, N.º 96 (10 de junio). Estébanez, J. y Brandsahaw, R. P. (1979) Técnicas de Cuantificación en Geografía. Tébar Flores. Madrid. Gamir Orueta, A.; Ruiz Pérez, M. y Seguí Pons, J. (1995) Prácticas de análisis espacial. Oikos-Tau. Barcelona. García Bellido, J. (1994) “La coranomía: propuesta de integración transdisciplinar de las ciencias del territorio”. CyTET, N.º 100-101; pp. 265-293. George, P. (1973) Los métodos de la Geografía. Oikos-Tau, Madrid. Gómez Piñeiro, J. (1994) “Las técnicas tradicionales del análisis geográfico”. Lurralde, N.º 17; pp. 341-356. Hammond, R. y Mccullagh, P. (1980) Técnicas cuantitativas en Geografía. Saltés. Madrid. Harvey, D. (1983) Teorías, leyes y modelos en geografía. Alianza. Madrid. Murcia Navarro, E. (1995) La geografía en el sistema de las ciencias. Memoria sobre el concepto, métodos, fuentes y programa de las disciplinas. Servicio de Publicaciones de la Universidad de Oviedo. Oviedo. Ocaña, C. et al. (1992) “Nuevas técnicas en la investigación geográfica (SIG, cartografía automática y teledetección)”. En REAL SOCIEDAD GEOGRÁFICA y AGE. La cartografía en España (1970-1990). Real Sociedad Geográfica, AGE, Madrid; pp. 231-239. Sancho, J.; Bosque, J.; Chuvieco, E. y Puyol, R. (1993) “Información geográfica y representación cartográfica”. En Bielza de Ory, V. (Edit.) Geografía General I. Introducción y Geografía Física. Taurus. Madrid. 74
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 2. Metodología del trabajo geográfico
Sotelo Navalpotro, J. A. (1999) Módulos de organización y desarrollo regional. IVCA, Madrid. Thumerelle, P. J. (1995) “El interés práctico y operativo de la teorización y modelización en Geografía”. Estudios Geográficos, N.º 178-179; pp. 71-82. Madrid. Troitiño Vinuesa, M. (1999) “Ordenación del territorio y desarrollo territorial: la construcción de las geografías del futuro”. Lecturas Geográficas. Ediciones de la Universidad Complutense de Madrid. Vol. 1; pp. 629-642.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
75
Tema 3 La diversidad del medio geográfico en el planeta. La interacción de factores ecogeográficos
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
ÍNDICE SISTEMÁTICO 1. INTRODUCCIÓN 2. LA DIVERSIDAD DEL MEDIO ATENDIENDO A SUS COMPONENTES FÍSICOS 2.1. Por la composición de materiales 2.2. Por la forma de las estructuras: plegadas y falladas 2.3. Por la actuación de los agentes climáticos 2.4. Por el sistema erosivo 2.4.1. En paisajes de interfluvio 2.4.2. En paisajes de vertiente 2.4.3. En paisajes de cuenca fluvial 2.4.4. Los paisajes litorales 3. LA VARIEDAD DE MEDIOS GEOGRÁFICOS 3.1. Los medios glaciares 3.2. Los medios periglaciares 3.3. Los medios áridos 3.4. Los medios húmedos 3.5. Los medios templados 4. LA CONJUNCIÓN DE FACTORES ZONALES Y AZONALES COMO CAUSA DE LA DISTRIBUCIÓN DE MEDIOS Y BIOCENOSIS 5. LA DIVERSIDAD DE FACTORES EN ZONAS BIOCLIMÁTICAS 5.1. El concepto de bioclima 5.2. Las variantes bioclimáticas 5.3. Los contrastes y biocenosis extratropicales 5.4. Los contrastes y biocenosis intertropicales 5.5. Los contrastes y biocenosis áridas 6. DIVERSIDAD DE FACTORES AZONALES E INTERACCIONES GEOGRÁFICAS 6.1. La azonalidad y sus rasgos 6.2. Las interacciones geográficas BIBLIOGRAFÍA
78
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
1. INTRODUCCIÓN Un espacio no constituye en sí mismo un medio, sino que forma parte de un complejo natural con dos elementos complementarios, el aire y el agua, en el que la atmósfera (encargada de transmitir el calor y la luz del sol a la superficie terrestre) será la matriz de los fenómenos, mientras el agua será el elemento portador de la vida (junto al aire, y transportadas por él, las aguas alumbran el ciclo de la vida con las cadenas tróficas). Así, la vegetación quedará sometida al permanente influjo de los regímenes térmicos e higrométricos. Pero la atmósfera también es agente de transportes múltiples: gases, vestigios orgánicos... Es la responsable del reparto desigual de masas de aire con diferentes presiones, de los vientos... En suma que las biocenosis dependen de la atmósfera en primer lugar, y luego se conectan a los factores físicos y químicos del suelo (contenido de agua, calcio, socio...). Así, las plantas se distribuyen según el gradiente de humedad (según su higrofilia), su necesidad o no de calcio (calcícolas o calcífugas), de sodio (halófitas)... Por último, en una biocenosis entran en juego las relaciones entre seres vivos, y en ellas resaltan cada vez más los influjos antropozoógenos, ya que el hombre ha pasado a configurar un factor ecológico decisivo al contribuir fuertemente en la distribución o alteración de las especies (la acción humana degrada o implanta comunidades vegetales, como las ruderales o las mezcladas con cultivos, las nitrófilas que sin ser cultivos viven a expensas de los lugares nitrogenados o amoniacados...). De ese modo, puede decirse que la evolución de los paisajes depende de la atmósfera y del agua que ella aporta. Así, en las zonas tropicales la temperatura del agua siempre es superior a 5º, lo que permite la actividad continuada de las raíces. Cuando se da estación seca o sequía acusada la humedad decae y su actividad se reduce.
2. LA DIVERSIDAD DEL MEDIO ATENDIENDO A SUS COMPONENTES FÍSICOS 2.1. Por la composición de materiales Una roca es una porción terrestre que sólo presenta una homogeneidad relativa al estar compuesta por varios minerales, en forma cristalina o amorfa, presentándose cada componente en forma propia o en derrubios. El mineral dispone siempre de una composiGEOGRAFÍA E HISTORIA
79
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
ción determinada, mientras la roca es una asociación no fija de compuestos. Las rocas se pueden presentar sólidas (caliza, granito...) o bien líquidas (petróleo). Como múltiple es la tipología resultante diverso será el tipo de medios a que da lugar. Así pueden ser: –
Sedimentarios, paisajes que proceden de la destrucción de otros tipos de rocas (importadas) o de combinaciones químicas (vegetal, como la hulla, o animal como las coralinas). Son los medios detríticos, que según su origen pueden ser: continentales, lacustres (turba), lagunares y marinos (neríticos, depositados cerca de la costa y a poca profundidad; batiales, hasta 2.000 m.); y abisales, en fosas profundas a más de 2.000). Pero los paisajes serán también diferentes atendiendo al tipo de roca sedimentaria. Así podrán encontrarse de: *
Conglomerados (cantos, bloques, con brechas de fragmentos angulosos y pudingas –con formas redondeadas producto de la acción erosiva–).
*
Areniscas, con rocas resistentes luego fracturadas por la acción del hielo.
Si la roca sedimentaria es caliza dará lugar a un relieve cárstico creado por disolución al ser carbonatos cálcicos, y por tanto solubles; también a calizos biohémicos, con la aparición en mares cálidos, y de aguas limpias de medios coralinos; asimismo, aparecerán calizos orgánicos (procedentes de caparazones de animales marinos), travertínicos...; y hasta calizos alóctonos, formados a partir de la destrucción de rocas calcáreas (encriníticos, formados por esqueletos animales; olíticos, en relación con las calizas recifales; dolomíticos, con mezcla de magnesio; etc.). El relieve cárstico alumbrará cañones sobre plataformas calcáreas, lapiaces (hendiduras por acción de la arroyada), simas (embudos a partir de fisuras que se ensanchan y agrandan por disolución), dolinas (depresiones en forma ovalada), uvalas (depresiones de contornos sinuosos y producto de la unión de dolinas), poljés (llanuras cársticas con fondos rellenos de tierra de descalcificación y muy fértiles), etc. –
Cristalinos, con la doble variante de holocristalinos, de composición muy diferente, con granito, feldespato, cuarzo y mica y textura contrastada (aplitas, granudas...); y metamórficos o con roquedo recristalizado y ubicados en los grandes macizos. Se trata de rocas enfriadas en profundidad, lo que ha permitido cristalizaciones perfectas. Pero presentan las variantes plutónica y metamórfica, que aportan relieves alomados o convexos. Los medios cristalinos más relevantes son: *
De formas deleznables, con arenas y arcillas fácilmente erosionables.
*
De vertientes con amontonamientos.
*
De aristas dentadas, con rocas poco permeables.
*
De panes de azúcar, o domos lisos.
Los paisajes de rocas plutónicas son los graníticos, que también pueden presentarse en forma de rocas blandas (por la abundancia de biotitas en forma de láminas y fácilmente deleznables; por la pequeña proporción de cuarzo que les hace menos resistentes; o por la abundancia de granos gruesos, más fácilmente atacables por los agentes erosivos). Pero la forma más típica es la descomposición en bolas, que además suele darse en todo tipo de climas. Dentro de los paisajes metamórficos resaltan los pizarrosos, en disposición laminar; los esquísticos, menos resistentes a la acción erosiva; y los gneisicos, con presencia de cuarzo en los esquistos que da lugar a relieves en bolas, parecidos a los graníticos. 80
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 3. La diversidad del medio geográfico en el planeta
Puede decirse que los relieves característicos, y por tanto los más extendidos, son los graníticos, arcillosos y calizos; pero también abundan los volcánicos (que al margen de materiales aportan relieves). –
Los graníticos están integrados por rocas duras pero sensibles a la descomposición; y son impermeables, lo que hace que la circulación de las aguas sea superficial. Sin embargo, en las planicies adquieren formas redondeadas porque el granito es sensible a la descomposición química, especialmente las micas y feldespatos (transforman a la roca en arena). Otra acción del agua se ejerce a través de las diaclasas o fisuras por donde percola; estas diaclasas dibujan mallas ortogonales, lo que indica que la descomposición será mayor en los climas húmedos; micas y feldespatos serán desmantelados y aparecerán los caos de bolas o berrocales. Cuando la red ortogonal sea curva surgirán los panes de azúcar.
–
Arcillosos, de rocas impermeables y blandas que al encontrarse desprovistas de vegetación alumbrarán los abarrancamientos, tras ser afectadas por la erosión fluvial.
–
Calcáreos, de rocas duras y permeables que aportan gargantas, valles..., generalmente por disolución química. En las áreas frías y de alta montaña la disolución de la caliza es muy activa, porque estas aguas absorben gas carbónico en gran cantidad. Pero también en las cálidas la disolución es rápida porque las aguas tibias son muy agresivas ante la caliza.
–
Volcánicos, o de roquedo microlítico (cristalizado en forma de microcristales alargados), con aspecto diferente en la conformación de relieves. Los paisajes son derivados, debido a la presencia de magmas o materiales fundidos en la superficie. Cinco son los tipos básicos de actividad volcánica, y cada uno aporta una fisonomía diferente: hawaiano (con derrames fluidos), estromboliano (con proyección de bloques), vulcaniano (con lavas porosas), peleano (cenizas y bloques), y manifestacioens volcánicas póstumas (fumarolas, fuentes termales...). Casi todos alumbran formas de construcción: *
Puras (coladas, superficies continuas, domos y agujas).
*
De escorias (conos simples y campos de escorias).
*
De conglomerados (producto de sulfataras, eruptivos, de mezclas sedimentarias...).
*
Asimismo, otras destructivas (cráteres y calderas) y de excavación (espigones, diques...).
Este tipo de relieves se extiende a lo largo del Cinturón de Fuego del Pacífico, que comprende el círculo circumpacífico (Aleutianas, Alaska, Rocosas, Sierras Madres −se abre hasta las Antillas−, Hawai, Nueva Zelanda, Filipinas, y Japón). Pero también en el área mediterránea y transasiática (Atlas, Tirreno, Egeo, Cáucaso y parte de Centroeuropa −Alemania−). Otro sector comprende la dorsal atlántica (Ártico, Islandia, Irlanda, Azores y Canarias). Y un último abarca África Oriental y Oriente Medio (Líbano, Arabia, Etiopía y Gran Fosa del Kilimanjaro). Pero también atendiendo a la estructuración de dichos materiales en zócalos o cubetas los paisajes geográficos serán diferenciados: –
Zócalos, o estructuras de materiales antiguos arrasados por la erosión, fácilmente fracturables y dislocables por su dureza. Presentan la doble variante de escudos (basculados y fallados), y macizos (que pueden ser plegados). Los zócalos conti-
GEOGRAFÍA E HISTORIA
81
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
nentales, por su parte, son grandes plataformas graníticas fracturadas por la poca elasticidad de las rocas (escudo canadiense, escandinavo, siberiano, chino); pero también se extienden por las áreas tropicales y ecuatoriales (casi toda África, Arabia, Asia Meridional, Brasil, Australia). –
Cubetas, o cuencas de grandes dimensiones sobre las que se han depositado sedimentos. Tienen lugar por hundimiento del zócalo, y en su interior los sedimentos se estructuran en capas horizontales inclinadas (en cuestas). El sistema de erosión en las cuestas es lento en los climas templados y rápido en los periglaciares (compresión-dilatación por las temperaturas) e intertropicales (reacciones químicas).
2.2. Por la forma de las estructuras: plegadas y falladas La variedad de paisajes se ve matizada con la presencia de cadenas montañosas. Al margen de su génesis todo relieve plegado depende del tipo de plegamiento, por lo que aparecen estructuras plegadas simples y complejas: –
Las simples presentan sinclinales y anticlinales, pero su evolución viene determinada por la erosión diferencial; destruida la capa dura los agentes erosivos atacan a la blanda lo que puede, por desarrollo, llevar al arrasamiento o planización.
–
Las complejas, a su vez alumbran medios de montaña bien diferenciados: de pliegues regulares (porque los materiales son elásticos, como en el Jura, Atlas...); potentes pero poco regulares (Apeninos); de incorporación del zócalo a la cordillera (cadenas asiáticas); de mantos corridos (Chablais); de cabalgamiento; ascenso de rocas desde el fondo de geosinclinales (los batolistos alpinos); etc.
Pero también la acción del plegamiento incide en la variedad de medios. Así puede hablarse de los: –
Plegados, con varios tipos, pero entre los que resaltan los jurásicos (conformes con la estructura, con anticlinales en forma de bóvedas y sinclinales en forma de valles). Hay variantes (al margen del Jura que les da nombre) como los Alpes de Provenza y los medios plegados alóctonos (con pliegues inclinados y tumbados en la dirección del empuje, y especialmente los Apalachenses, con crestas paralelas de rocas duras separadas por depresiones).
–
Fallados, debidos no al plegamiento pero sí derivados de él, ya que la fracturación de las rocas procede de tensiones que también han plegado, si bien la dureza de los materiales ha originado fracturas. Se presentan con desnivel o sin desnivel tectónico, y a su vez con fallas conformes, inversas, normales, contrarias, escalonadas... Luego los agentes erosivos intervienen nivelando; pero si la resistencia de las rocas es distinta la zona más blanda será erosionada creando un nuevo escarpe de falla.
Los tipos de montañas resultantes de los relieves plegados se encuentran ligados al sistema de erosión, que a su vez viene determinado por el relieve y la latitud. Pueden distinguirse los siguientes medios montañosos: –
82
Templado, con relieves sometidos a la acción de la arroyada y el deshielo, lo que se traduce en fuertes contrastes por la notable resistencia de las rocas a dichos agentes. PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 3. La diversidad del medio geográfico en el planeta
–
Polar, con relieves enterrados bajo el hielo, sujeto a la acción de la crioclastia.
–
Escandinavo, con erosión glaciar que alumbra cumbres poco resaltadas y valles profundos, a menudo invadidos por el mar (fiordos).
–
Altoalpino (Alpes, Himalaya), con tres límites: altas cumbres (polar), valles (escandinavo) y zonas externas (templado).
–
Semiárido (Sahara, Arabia), con montañas aisladas sin valles y entre extensas llanuras.
–
Tropical, con macizos de pendientes muy empinadas (panes de azúcar), separados por los grandes valles.
2.3. Por la actuación de los agentes climáticos Los elementos climáticos (temperatura, humedad, presión y vientos) se combinan con tres factores, latitud, continentalidad y altitud. Unos y otros arrojarán los tipos de climas, que a su vez catalogarán a los diferentes medios geográficos del mundo. La temperatura se determina por la latitud, el influjo del mar o tierra, y la altitud. Disminuirá con el aumento de la latitud, y viceversa; pero esa variación es justo la mitad en el hemisferio austral por la simple razón de la menor cantidad de tierras emergidas, y consiguiente mayor influjo marítimo. La continentalidad aumentará con la distancia a las costas (propiciará mayores amplitudes o variaciones térmicas). Por último, la altitud incide haciendo disminuir las temperaturas, si bien es preciso mencionar la incidencia negativa de las inversiones térmicas, como gran alteración a esta norma. Todas esas combinaciones actuarán de diferente forma sobre los relieves aportando formas de modelado dispares. La humedad y la pluviosidad están influidas por la latitud, continentalidad y altitud. La latitud es quien condiciona el esquema de la circulación general atmosférica, de tal modo que las máximas aportaciones se darán sobre el ecuador. Disminuirán en el cinturón subtropical de altas presiones, y se incrementarán en latitudes medias como consecuencia del influjo del frente polar. Así la mayor o menor cantidad de agua incidirá sobre las formas de erosión y el consiguiente aspecto paisajístico. La continentalidad incide con máximas aportaciones en las fachadas occidentales de los continentes. Y la altitud por medio de la precipitación orográfica, provocada por el ascenso de aire en las laderas de barlovento. Por último, la presión de los vientos. Al margen de las grandes masas de aire con origen en la circulación general atmosférica, resaltarán los vientos locales (que suelen ser de carácter térmico), o las brisas térmicas (ahora en zonas litorales). Normalmente se deben estos fenómenos a recalentamientos sobre un suelo cálido, y que al ascender el aire rápidamente deja un hueco que será ocupado por otros más fríos y pesados.
2.4. Por el sistema erosivo La combinación de sustrato y forma del relieve expuesta a los factores climáticos aporta los sistemas erosivos siguientes. GEOGRAFÍA E HISTORIA
83
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
2.4.1. En paisajes de interfluvio Los interfluvios, o extensiones de terreno emplazados entre cauces, ocupan la mayor parte del relieve terrestre y, por ello, están sujetos a procesos erosivos de meteorización, transporte y formación de vertientes o sedimentación. 1. La meteorización es la alteración de los materiales como consecuencia de la intervención de los agentes erosivos externos, y puede seguir un proceso de: –
–
Disgregación de las rocas a partir de procesos mecánicos, que tienen su origen en las diaclasas a través de las cuales se facilita la desintegración de las rocas, siendo el hielo el principal agente erosivo (gelifracción). Otro es la variación térmica, ya que los cambios bruscos de temperatura también actúan dislocando a los componentes mineralógicos de la roca. La disgregación (por hielo o temperaturas) se lleva a cabo mediante cuatro métodos: *
Fragmentación en bloques (calizas, granitos, dolomías...).
*
Gelifracción (que aporta los mantos de derrubios).
*
Descamación (o descascarillado en placas sobre rocas cristalinas).
*
Desmenuzamiento de rocas (también cristalinas, pero en granos).
Disolución, por el agua y que puede darse en superficie (pluvial) y en profundidad (subterránea). Se lleva a cabo en dos procesos: *
Disolución propiamente dicha (cuando las moléculas del mineral se hallan disueltas en agua).
*
Coloidal (cuando las moléculas del mineral disuelto se presentan unidas formando agregados que no sobrepasan las dos micras de diámetro).
En cualquier caso, el agua cargada de sustancias en disolución es el complejo absorbente, mientras el traslado de esas sustancias en partículas hacia el interior del suelo es el proceso de lavado. –
Alteración química, que se da sobre los silicatos, los componentes más comunes de las rocas, y que conduce esencialmente a la formación de arcillas. La arcilla es un silicato de aluminio de estructura laminar existente en gran cantidad de rocas, por lo que muchas son alterables por la acción mecánica. Cuando es afectada por el agua se transforma en plástica, lo que le permite deslizarse por las vertientes. Tanto los procesos mecánicos como químicos se convierten en el origen de la regolita, manto de derrubios fundamental del suelo.
2. Transporte. La ablación de los materiales erosionados supone un desplazamiento de los mismos, el transporte, que será efectuado por los agentes de la dinámica externa, y entre ellos: la gravedad, el agua (arroyamiento, escorrentía, disolución, rodamiento, deslizamiento...), el viento (erosión areolar), el hielo (con desplazamiento laterales o frontales), las corrientes marinas... Hay formas muy claras del relieve debidas al transporte, como las dunas. 3. Sedimentación, o depósito de los materiales transportados, con formas de acumulación debidas sólo a este fenómeno (mantos de derrubios, taludes, cordones litorales...). Puede ser química (el agua cargada de arcilla puede evaporar con lo que 84
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 3. La diversidad del medio geográfico en el planeta
el mineral se incorpora al suelo sólo por procedimiento químico). Sin embargo, la sedimentación es un proceso sobre el que actuarán otros agentes erosivos construyendo nuevos paisajes y medios a través del transporte y nuevas sedimentaciones. Significar igualmente que la composición litológica interviene en los procesos erosivos por medio de la mayor o menor resistencia de las rocas. Así aparecerán relieves: –
Estructurales, los que tienen relación directa con la arquitectura del relieve (es sinónimo de tectónica y se refiere a la disposición de los materiales debida sólo a las fuerzas constructivas).
–
Diferenciales, los que debido a la distinta dureza de los materiales que los componen permiten o impiden que la erosión actúe a distinta velocidad en rocas de dureza diferente.
2.4.2. En paisajes de vertiente Los derrubios erosionados discurren por vertientes según el tipo o componente de éstas: –
Cuando es rocosa los movimientos de materiales (sobre los que ha actuado previamente el hielo a través de las diaclasas) son bruscos y rápidos dando lugar a amontonamientos de bloques.
–
Cuando es blanda los movimientos son lentos y llevados a cabo por la arroyada (concentrada, creando bad-land, y difusa, ahora regatos), y por la solifluxión (o descenso de materiales en forma de barro en terrenos arcillosos, que dan lugar a depósitos de materiales finos). Pero también hay deslizamientos en seco, que alumbran terrazas.
2.4.3. En paisajes de cuenca fluvial Hay una multiplicidad enorme de tipos de cuencas fluviales, tantas como relieves, cauces y superficies puedan darse. Una cuenca fluvial es la porción de territorio que vierte sus aguas hacia un cauce, y suele encontrarse separada de otra por alineaciones montañosas; además está surcada por un curso. Cuando la potencia bruta del río implantado es alta erosiona, arranca, y transporta materiales (la carga) en disolución, suspensión, rodamiento... Pero el tamaño de los materiales cargados crece con la velocidad del agua y también con la densidad (a mayor carga mayor densidad). Un curso fluvial está integrado por el lecho mayor (el área susceptible de inundación), el aparente (el determinado por las orillas, y que no tiene porqué estar ocupado por agua), y el canal de estiaje (ocupa sólo una parte del lecho aparente). Pero un curso o torrente que dispone de régimen fluvial esporádico actúa más intensamente cuando se emplaza en lugares rocosos derrubiables, cuando su pendiente es fuerte, cuando los contrastes pluviométricos son notables... Pero la acción de los ríos se apoya también en la formación de dos grandes procesos erosivos: –
Trazado de capturas, cuando un curso capta a otro o es captado.
–
Meandrizando, o creando variaciones de cauce que se apartan de la dirección del principal para volver a él tras describir una curva. Se encuentran tanto en aguas mansas como rápidas.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
85
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
2.4.4. Los paisajes litorales Las zonas litorales son de las más activas de la Tierra en lo que se refiere a erosión y deposición de materiales, supuesto que las olas forman desde plataformas litorales hasta acantilados. Pero también pueden construir islas de barrera (arenosas), y hasta los corales pueden aportar islas especiales (cálcicas). Entre los factores definidores se encuentran los cambios del nivel del mar y la acción misma de las olas (activos), ambos productores de erosión y acumulación. Pero también incide el tipo de roca (pasivo). Por lo que se refiere a los factores activos cabe mencionar los siguientes: –
Los cambios en el nivel del mar. Entre ellos la subida postglaciar de la última glaciación, hace unos 6.000 años. En contrapartida hoy muchas costas se encuentran en la situación contraria, la sumersión.
–
La acción de las olas. Las olas rompientes son provocadas por el viento; cuando la cresta de la ola rompe la energía arrastrada (proporcionada por el viento) es la que erosiona, transporta y deposita. En latitudes medias la acumulación es preponderante en verano y la erosión en invierno (es la estación tormentosa y la energía acumulada amplia, con oleaje más fuerte).
Entre los factores pasivos resaltan significativamente los tres siguientes: –
Inclinación de la plataforma litoral. En las pendientes empinadas las olas rompen muy cerca de la costa porque la profundidad es notable, por lo cual su energía se concentra en sectores muy limitados; en las suaves rompen lejos y actúan más por deposición de materiales, formando bancos de arena sumergidos que pueden llegar a constituir islotes arenosos.
–
Topografía de la región interior. Una subida marina sobre llanuras costeras originan líneas litorales rectas; cuando se produzca sobre colinas perpendiculares al litoral formará bahías.
–
El tipo de roca litoral. Al margen de la mayor o menor resistencia ofrecida los paisajes más llamativos construidos son las formaciones coralinas en los litorales tropicales. Entre ellos los atolones de coral, lejos de los litorales continentales, y que son barreras de arrecifes que encierran lagunas (desde unos cientos de metros a 25 km) sin isla central, y generalmente asociados a picos volcánicos.
Las líneas litorales pueden ser clasificadas bien atendiendo a su genética o bien a su fisonomía:
86
–
Desde el aspecto genético puede afirmarse que el mar ha subido en los últimos 18.000 años unos 140 m, lo que significa que la mayoría de las costas deben disponer de litorales y contornos sumergidos.
–
Desde la variante fisonómica o descriptiva las costas pueden ser diversas atendiendo a su perfil vertical o bien al contorno litoral regular (aunque pueden presentar bahías y albuferas, e ir asociadas a litorales acantilados y no acantilados), o irregular (con gran cantidad de bahías, que además pueden ser largas, estrechas, en forma de cono, las rías, estuarios estrechos...). En todo caso pueden ser acantiladas (más de 1,5 m de altura y composición de roca consolidada) y no acantiladas. Por regla general, los litorales acantilados van asociados a tierras interiores altas. Los no acantilados suelen estar ahora relacionados con taludes continentales suaves y tierras interiores bajas, y en ellos predomina la deposición marina en forma de playas e islotes arenosos. PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 3. La diversidad del medio geográfico en el planeta
3. LA VARIEDAD DE MEDIOS GEOGRÁFICOS 3.1. Los medios glaciares Son producto de la acción del hielo y ocupan una extensión de 15 millones de km2, con la mayor parte emplazados en la Antártida y Groenlandia. Cuando el hielo se concentra en grandes espesores la masa helada del fondo se comporta como un material plástico que al moverse desliza al hielo por las pendientes. Pero su formación se da tanto en altas latitudes (casquetes e inlandsis) como en altas altitudes (glaciares de valle), siempre que la cantidad de nieve caída sea superior a la fundida. Se pueden distinguir los siguientes medios glaciares: –
Inlandsis, o extensiones de hielo con espesores superiores a los dos kilómetros que se desplazan con gran lentitud. En verano las temperaturas ascienden ligeramente y se produce el deshielo de la capa más superficial; las aguas de fusión circulan entonces a gran velocidad excavando gargantas en el hielo (bedières), que suelen desaparecer en pozos y circular en profundidad.
–
Casquetes locales, de menor extensión aunque su comportamiento es similar.
–
Glaciares de circo, que suelen quedar encerrados en valles de altura por encima del límite de las nieves perpetuas. Lo normal es que la masa de hielo se encuentre comprimida por paredes rocosas. En su extremo inferior aparecen las morrenas, o conjunto de materiales arrastrados por el hielo.
–
Glaciares de valle, en zonas de alta montaña y alimentados por lenguas glaciares.
–
Glaciares marinos. A finales del verano polar el mar comienza a helarse en superficie por agrupación de pequeños cristales (slush), que a su vez forman placas (pancake-ice), que soldadas forman la banquisa o mar helado.
Las formas glaciares más generales pueden ceñirse a las cuatro siguientes: –
Circo. Constituye una depresión en semicírculo sita entre paredes rocosas, si bien es posible distinguir dos tipos: *
Nichos acoplados al flanco rocoso, de pequeño tamaño y ocupados por lagos.
*
Circos escalonados, de superiores dimensiones y composición más complicada, y además rellenos de hielo.
Un paisaje o medio glaciar dominado por circos suele dar lugar a valles en artesa, con una concavidad muy suave, y limitados por paredes cortadas. E incluso suelen aparecer con bastante frecuencia valles suspendidos que drenan aguas hacia el curso principal emplazado en el fondo de valle, en forma de artesa. –
–
Valle glaciar, que es resultado de la acción de una lengua glaciar, con valles en forma de: *
U, o valles en artesa con flancos abruptos y fondo plano.
*
V, debidos a la erosión fluvial tras la fusión de los hielos, o bien a la actuación de torrentes subglaciares.
Llanuras y plataformas glaciares. Suelen ser suaves (fjell) y encontrarse surcadas por valles, aunque lo normal es que predominen las formas derivadas de procesos erosivos (se plasman en rocas aborregadas por acción del hielo), y de
GEOGRAFÍA E HISTORIA
87
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
mecanismos de acumulación (deben diferenciarse según el depósito de materiales se realice en el fondo, drumlin, o colinas muy suaves con dimensiones variables, y morrenas, o manto de materiales irregulares en los márgenes). –
Frente glaciar. Está compuesto por morrenas terminales caracterizadas por caos de materiales angulosos arrastrados por los hielos. Pero en los glaciares pequeños aparecen materiales finos (sandur), fácilmente erosionables por el hielo y hasta por los gélidos vientos de altura; configuran loess, materiales más típicos de los relieves y paisajes periglaciares.
La erosión en los medios glaciares es compleja. La nieve precipita en forma de cristales dentados y separados entre sí por espacios vacíos ocupados por el aire. El peso de la nieve acumulada ejerce una presión que modifica a los cristales dentados transformándolos en compactos (facilitada por las bajas temperaturas). Así, la nieve se transforma en hielo. Pero todavía quedan los espacios vacíos, que sólo desaparecerán con el tiempo, cuando las compactaciones sean completas. Formado el hielo su desplazamiento es mayor por el centro de las lenguas glaciares y en dirección al mar (la atracción del vacío aumenta la velocidad). El desplazamiento puede calcularse entre los 0,05 y 7 km/año, si bien aumenta o disminuye en función tanto del vacío como del espesor del hielo (y que sea más viscoso, plástico, con mayor o menor carga de materiales...). En movimiento el hielo erosiona arrancando las rocas diaclasadas y luego actuando sobre el lecho (bien detectable en medios glaciares antiguos): –
Por pulimento (roce del hielo contra la roca, que da lugar a acanaladuras en el fondo y laterales, las estrías).
–
Por modelado (redondeando salientes y moldeando formas).
El hielo, por último, acumula materiales erosionados en forma de morrenas de fondo (triturados y de diferente tamaño), y de superficie (con materiales gruesos). En general los materiales se encuentran muy poco desgastados, e incluso disponen de múltiples aristas, luego redondeadas por pulimentación o rodamiento; suelen dar lugar a amontonamientos o caos en las terminales de valles.
3.2. Los medios periglaciares Se enmarcan en las periferias de los medios glaciares, lo que no significa que no se puedan localizar en otras partes terrestres. Es el tipo de relieve afectado por el proceso hielo-deshielo, cuya mayor intensidad se da en las vertientes de pendiente fuerte y desprovistas de vegetación. Se extiende sobre la sexta parte de las tierras emergidas y se distribuye sobre: –
88
Altas altitudes, especialmente en la pradera alpina donde gran parte del año la temperatura media es inferior a cero grados y el ciclo hielo-deshielo es diario por encima de los 5.000 m. Además, es preciso establecer la diferenciación entre cara norte y sur de las cadenas montañosas: *
En la sur el proceso es más destructor debido a que es más intenso y regular, casi diario.
*
En la norte la menor irradiación hace que los hielos permanezcan más y la actuación del proceso erosivo sea menor. PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 3. La diversidad del medio geográfico en el planeta
–
Altas latitudes, con dos tipos: *
Polar continental, como en el caso siberiano, donde la amplitud térmica anual es mayor que la diaria, lo que propicia que el subsuelo se mantenga permanentemente helado.
*
Polar oceánico, como el ejemplo islandés, donde el invierno es menos riguroso y la humedad constante. Así, el hielo dura casi todo el año, pero su acción no es intensa y el subsuelo permanentemente helado no suele darse.
El sistema erosivo periglaciar se caracteriza porque el hielo actúa a través de los siguientes mecanismos: –
Sobre suelo y rocas. El agua transformada en hielo aumenta de volumen (un 9%), lo que propiciará (cuando esté insertada en las diaclasas) el rompimiento de las rocas, que a su vez dependerá de la textura de las mismas y de su porosidad. Pero también actúa segregando las deleznables, las de grano fino; el agua se hiela en las capas subsuperficiales del suelo provocando su hinchamiento y la elevación; asimismo, la no helada asciende por capilaridad hacia la superficie en forma de pequeños hilos, que al helarse forman minicolumnas capaces de remover suelos (pipkrake), que erosionan haciendo migrar los granos depositados en superficie.
–
Por deshielo y fusión de nieves. Con el aumento de temperaturas el deshielo transforma a los suelos en pastosos, lo que permite que sean fácilmente desplazables por las aguas de fusión en forma de barro líquido. En vertientes fuertes puede ocasionar la solifluxión o coladas de barro, o bien el creeping (debido a la soltura de los granos despegados por el hielo). Al tiempo, el deshielo puede dejar paso a la actuación de la arroyada sobre un suelo deshelado y frágil; y a la del viento, ya que en altas latitudes dominan vendavales capaces de arrastrar suelos desecados y crear hasta dunas de roca blanda y nieve (depósitos nivoeólicos), y sobre todo loess (depósitos de materiales finos).
El suelo característico a que da lugar el sistema periglaciar es el permafrost, con la capa subsuperficial helada, y sobre el cual se forman cuñas o pingos (de hasta 10 m de profundidad) y domos (a veces de más de 50 m de altura). En las llanuras pueden aparecer: –
Suelos poligonales, sobre terrenos muy distintos y que se presentan en forma de pentágono, desde centímetros hasta varios metros. Suelen deberse a la sustitución de aguas superficiales por otras más profundas, intercambio que provoca estas formas regulares (no tienen nada que ver con las formas regulares que se dan en suelos desecados).
–
Campos de barro, o yuxtaposiciones de grumos de barro fijados por líquenes y con altura de hasta 20 cm, pero que progresan rápidamente en extensión.
–
Campos de piedra, constituidos por derrubios procedentes de rocas gelivadas y que forman caos de bloques angulosos.
–
Enlosado nival, o superficie de piedra plana constituida por materiales de distinto tamaño. Al acoplarse sobre terrenos empapados de agua adquieren una disposición planimétrica, que suele perderse por actuación del hielo (hinchamiento y desplazamiento derivado).
–
Césped almohadillado, constituido por pequeños montículos que pueden romperse y hacer deslizar a los materiales interiores; suelen tardar cuatro y hasta cinco años en formarse, pero pueden desaparecer de forma muy rápida.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
89
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
También hay relieves y paisajes modelados en vertientes. Entre ellos resaltan: –
Aludes, que dan lugar a la formación de corredores en las vertientes similares a los canales de desagüe.
–
Paisajes crioclásticos, derivados de la gelifracción a gran escala y acumulados en fondo de pendientes. Pueden ser derrubios de gravedad, ordenados (en pendientes de menos de 30º), y coladas de bloques (en pendiente mínimas).
–
Paisajes de solifluxión, que incluyen la presencia de suelos estriados (suelos poligonales en pendiente), y coladas de barro.
3.3. Los medios áridos El principal agente de erosión es el viento, que actúa de dos maneras diferentes: –
Deflación, o barrido de los materiales finos, como las arenas. La fuerza del viento no podrá con los de mayor tamaño, que permanecerán en el sitio formando grandes extensiones empedradas (reg).
–
Corrosión, o erosión realizada por un viento cargado de materiales (cuarzos) sobre las rocas. Este procedimiento es mucho más activo cuanto más próximo al suelo ya que es donde más carga de materiales hay en suspensión. A su vez la corrosión interviene por medio de los siguientes mecanismos: *
Surcando arcillas, que son cortadas en forma alargada.
*
Diferencialmente, corroyendo materiales de las rocas deleznables y pulimentando a las duras.
*
Modelando, no en formas redondeadas (como por rodamiento) sino en aristas.
Pero el viento también actúa por disgregación mecánica, muy intensa donde la vegetación está ausente y donde los cambios de temperatura son frecuentes, que ahora por el fenómeno compresión-dilatación provocan el estallido de la roca, sobre todo cuando sobre ella existe humedad ambiental. Es particularmente intensa sobre sales y rocas esquistosas de coloración negra, y se da fundamentalmente en: –
Los límites semiáridos.
–
En las rocas no sujetas a desmenuzamiento.
–
En las cumbres, donde además de humedad hay heladas frecuentes.
–
En la parte rocosa situada al norte.
–
En las proximidades de mantos freáticos poco profundos.
Además, las sales se incrustan en las cavidades y poros rocosos, y son enormemente activas en el caso de producirse humedad o lluvia esporádica. Por otro lado, la arroyada (nula en los desiertos absolutos) goza de gran importancia en las áreas subdesérticas, y es tanto más activa cuanto menor sea la cantidad de vegetación. Las lluvias son esporádicas y suelen caer de forma torrencial; cuando ello se produce suele aparecer un doble fenómeno: la arroyada difusa, y la crecida de los uad (cursos esporádicos y espasmódicos de zonas muy áridas).
90
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 3. La diversidad del medio geográfico en el planeta
Pero el viento, además de erosionar, transporta y deposita. El transporte sigue el siguiente proceso: todo grano movido tiende por gravedad a caer verticalmente, si bien es frenado por la resistencia del aire; de ahí la diferencia entre saltación y reptación. La saltación es el rebote de los granos en su choque contra el suelo, mientras el arrastre superficial tras la saltación es la reptación. El resultado son las acumulaciones de arenas, que pueden ser de tres tipos: llanuras de arenas, acumulaciones amorfas, y campos de dunas. El paisaje más típico es el de campos de dunas, que tiene su origen en la abundancia de arena y que evoluciona según la intensidad de los vientos. Cuando hay vientos dominantes se forman dunas de conjunción, en una sola dirección. Pero también las dunas pueden ser activas o vivas (las que cambian de lugar) e inactivas o fijas (cuando la vegetación impide su desplazamiento). Entre las variantes de dunas más conocidas se encuentran: –
La barjana, que se presenta aislada y con dos caras, la de barlovento (con pendiente suave) y la de sotavento (muy acusada).
–
Las transversales, que tienen sus crestas en ángulo recto con la dirección del viento.
–
Las costeras, ubicadas en las playas y originadas por los vientos dominantes martierra. Son curvadas en forma de herradura y tienen sentido parabólico en ocasiones. Suelen formarse unidas.
–
Las parabólicas, cuando la arena es retenida por arbustos y se acumula en alineaciones de escasa altura. No tienen pendientes fuertes y suelen permanecer inmóviles, aunque a veces se movilicen en la dirección del viento. Se dan en llanuras áridas.
–
Las dunas en horquilla, son parabólicas y estabilizadas por la vegetación. Suelen disponer de escasa altura.
–
Las longitudinales, formadas en llanuras desérticas donde hay escasez de arena si bien los vientos son intensos en una dirección dominante. Suelen tener muy poca altura, aunque pueden alcanzar kilómetros de longitud.
–
Las barras de arena, o alineaciones largas orientadas longitudinalmente en la dirección del viento. No constituyen dunas propiamente dichas puesto que se extienden en la dirección del viento a partir de un obstáculo.
–
Los seif, o alineación arenosa cuya cresta sigue una sucesión de picos y entrantes que pueden alcanzar decenas de metros de altura y hasta kilómetros de longitud.
–
Las dunas piramidales, o de base estrellada. Cada punta de la estrella constituye un radio que finaliza en el centro de la duna, un centro que puede superar fácilmente los 100 m de altura. Su característica fundamental es su fijeza.
En función de los caracteres citados en una zona desértica o subdesértica pueden darse los siguientes tipos de paisajes: –
Montaña, con aspecto desnudo, sin manto vegetal, y hasta sin suelo. La roca dura aflora directamente al exterior, pulimentada y con color negruzco.
–
Montaña estructural, compuesta por areniscas o calizas; son las hamadas. Pero esta denominación se aplica también a toda meseta desértica o serie sedimentaria de formación continental en área desértica.
–
Campos de dunas, con una amplia gama y diversificación de formas, y buena parte móviles.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
91
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
–
Fech-fech, coincidente con las orillas y bordes de lagunas saladas, que al desecarse dan lugar a paisajes con placas de sales.
–
Reg, con un tipo de suelo formado por cantos fruto de la deflación. Los hay de cantos angulosos, de materiales limados, de arenas gruesas, etc.
Pero también comunes tanto a las áreas desérticas como subdesérticas son: –
Los glacis, o pendientes longitudinales muy suaves que se instalan sobre rocas blandas.
–
Las pedillanuras, extensiones de menor inclinación que los glacis y cobertera débil de materiales.
–
Los inselberg, o montes islas, que pueden alcanzar hasta los 500 m, y que se inscriben tanto en glacis como en pedillanuras.
Tanto inselberg como pedillanuras se encuentran muy bien conservados, lo que presupone que los relieves desérticos y subdesérticos se encuentran bastante bloqueados en su evolución.
3.4. Los medios húmedos A causa de la abundancia de agua y de las temperaturas uniformemente elevadas es la actuación química quien define a los medios húmedos. Los componentes de la roca que pueden ser disueltos desaparecen por lixiviado aportando los suelos latosoles, muy cargados de hidróxidos de hierro y aluminio (los componentes no solubles), mientras el resto son introducidos por percolado hacia el interior del suelo o bien arrastrados por las aguas hacia los cursos fluviales. Son las grandes concentraciones de minerales no solubles las encargadas de formar las denominadas corazas lateríticas, en cuya constitución también interviene la vegetación al hacer uso de otros minerales y de la materia orgánica y dejar a estos en superficie. Además, la corrosión de las rocas es intensa ya que se dan las condiciones de abundancia de agua, humedad y temperatura. Luego interviene la escorrentía, debido a la cantidad y regularidad de agua disponible. Por ello en las llanuras se forman meandros y grandes cursos fluviales con alta carga de materiales en disolución y suspensión. En las áreas montañosas los desprendimientos por ablandado de la roca son frecuentes. Cuando aparece estación seca los suelos son los latosoles amarillentos, muy lixiviados por la cantidad de agua en la época de lluvias. Pero la instalación de redes hidrográficas arroja cursos fluctuantes en su caudal de acuerdo con las estaciones. Al margen de la formación de zonas de inundación, luego transformadas en barrizal (y posteriormente por desecación en áreas con suelos frágiles y con figuras geométricas), el elemento erosivo fundamental continúa siendo la acción química, seguida de la arroyada.
3.5. Los medios templados En los climas subtropicales húmedos se presenta una pronunciada continentalidad. Aún así los suelos de estas regiones son los rojo-amarillos fuertemente lixiviados, y que se 92
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 3. La diversidad del medio geográfico en el planeta
relacionan con los latosoles de las zonas tropicales (ecuatoriales). Son ricos en óxidos de hierro y aluminio pero pobres en nutrientes vegetales. En los climas marítimos de costa occidental se combina la uniformidad térmica con un régimen mediterráneo, lo que provoca que la lixiviación se encuentre acentuada en los podzoles, que son de naturaleza ácida. Como las temperaturas son bajas la actividad bacteriana es poca y los depósitos de humus son potentes. Así, los ácidos de la vegetación reaccionan con los del suelo y alumbran bases de calcio y sodio que se traducen en suelos podzólicos grises y pardos, donde la lixiviación es el sistema erosivo. En los climas mediterráneos, o subtropicales con verano seco, los suelos dominantes son los pardo rojizos y terras rosas, que son menos lixiviados y están más sujetos a la acción de la arroyada, creadora de bad-land y cárcavas. En los ámbitos desérticos y esteparios de latitudes medias, que ocupan amplia extensión (sobre todo las segundas), la continentalidad se deja notar en exceso con evaporación que a veces sobrepasa a la precipitación, con lo que dominan los suelos secos, muy expuestos a la arroyada de aguaceros locales y a la formación de barrancos. Son los suelos pardos claros o grises, que presentan exceso de carbonato cálcico y que forman costras duras (caliche). En los climas continentales húmedos las variaciones térmicas son notables y el máximo de precipitaciones es estival con dominio de masas polares continentales en invierno. Predominan los suelos podzólicos grises y pardos moderadamente lixiviados; pero también los fuertemente lixiviados, deficitarios en calcio, potasio y magnesio, y que además son ácidos. En las zonas más secas aparecen los chernozem, oscuros, con abundante calcio y potasio, y poco lixiviados. Puede decirse que el agente erosivo esencial de estos ámbitos de la zona templada varía en razón de la cantidad de agua, si bien es coincidente con su actuación centrada en el mayor o menor lavado de los suelos. En altura dominará la acción de los hielos.
4. LA CONJUNCIÓN DE FACTORES ZONALES Y AZONALES COMO CAUSA DE LA DISTRIBUCIÓN DE MEDIOS Y BIOCENOSIS La interacción de factores ecogeográficos alcanza su máximo exponente en la distribución y reparto de la vida y establecimiento de ecumenes y biotopos. De acuerdo con la extensión de las áreas y su configuración se pueden distinguir cuatro tipos: –
Cosmopolitas. Se aplica el término a las que abarcan grandes porciones de la superficie terrestre. Los ejemplos más comunes se encuentran en las plantas acuáticas, las que tienen como medio de vida un agua cuya composición es bastante homogénea en todos los lugares del mundo. También los animales y vegetales relacionados con el hombre (ortigas, moscas...).
–
Circunterrestres. Se extienden alrededor de límites latitudinales precisos; así, la circumboreal (pingüinos, líquenes...).
–
Disjuntas. Son las discontinuas debidas al fraccionamiento de un área en principio unificada. Es el caso de las migraciones animales que les hacen residir en lugares
GEOGRAFÍA E HISTORIA
93
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
distintos según las épocas estacionales, emplazamientos que mantienen condiciones del medio bastante análogas a veces. –
Endémicas. Se encuentran muy localizadas en un territorio definido. Es el caso de determinados enclaves, como el de la vegetación macaronésica en el archipiélago canario.
Pero la actual distribución de los seres vivos es resultado tanto de factores internos o propios como externos del medio en que viven: 1. Factores internos. Son tres esenciales: –
La capacidad de propagación. La expansión de una especie depende de su capacidad reproductora y de su diseminación en el espacio. La primera varía enormemente de unas a otras (en los vegetales la producción de semillas puede llegar desde la unidad a las 12.000 de las orquídeas). La diseminación, a su vez, puede efectuarse de distintas formas: activa (propia de los animales y hasta de algunas plantas que por el estallido de sus frutos son capaces de situar las semillas en lugares alejados); y pasiva (cuando un agente externo se encarga de transportar las semillas). Según el agente de transporte se distinguen cuatro formas de diseminación pasiva: *
Anemocoría. Es la efectuada por el viento (insectos, bacterias, algas, esporas vegetales, etc.).
*
Zoocoría. Es la realizada por animales.
*
Hidrocoría. La ejecutada por el agua.
*
Antropocoría. Es un tipo normalmente de dispersión voluntaria efectuada por el hombre por medio de especies cultivadas, animales domésticos; pero también puede ser involuntaria (parásitos, roedores, etc.).
–
La amplitud ecológica. Cada especie puede vivir solamente entre dos valores límite de cada uno de los distintos factores del medio (climáticos, edáficos...); así, cuanto mayor sea la distancia entre dichos límites más fácil será su acomodación a las condiciones del medio, y tanto más amplios espacios podrá abarcar.
–
El potencial evolutivo. Las especies evolucionan constantemente ya que su constitución genética está sujeta a las variaciones de los distintos fenómenos que intervienen en un medio concreto. Dicho medio ejercerá un papel selectivo al permitir el desarrollo de los individuos mejor adaptados. Pero las variaciones genéticas y la selección impuesta por el medio conducirán, a su vez, a la constitución de nuevos tipos (de una especie pueden derivar subespecies adaptadas a ámbitos particulares).
2. Factores externos. Son los que se oponen al crecimiento de áreas con seres vivos. Son los siguientes:
94
–
Geográficos. Relieves altos y océanos impiden o reducen la diseminación.
–
Climáticos. Los altibajos térmicos o pluviométricos cumplen la misma función.
–
Edáficos. La presencia de sustratos incompatibles con las necesidades de las plantas condicionarán no sólo su distribución sino la derivada animal.
–
Bióticos. La aparición de parásitos o depredadores, e incluso del propio hombre, limita la difusión e implantación de especies. PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 3. La diversidad del medio geográfico en el planeta
Pero la distribución de los seres vivos es también resultado de factores pasados; desde las regresiones y transgresiones marinas hasta los cambios climáticos de las glaciaciones (y actuales incluso) han modificado y modifican condiciones ecológicas. Así, los periodos glaciares del cuaternario permitieron la expansión de especies boreales (sauces, abedules, renos...), mientras en los interglaciares se produjeron movimientos inversos. Como resultado de todo lo antedicho, en la actualidad el planeta se encuentra dividido en cinco grandes áreas terrestres faunísticas y vegetales, separadas por zonas de transición de extensión muy variable. Son las siguientes: –
Holártica, o boreal.
–
Neotropical, o americana.
–
Africano-malgache, o etiópica.
–
Asiático-pacífica, o indomalaya y polinésica.
–
Antártico-australiana.
En cada una dominan especies animales diferenciadas, a su vez condicionadas por las formaciones vegetales. Una formación vegetal está compuesta por elementos predominantes y herbazal, de tal modo que cada conjunto o comunidad vegetal podrá albergar animales propios. A las comunidades de seres vivos (animales y vegetales) que comparten unas mismas condiciones de vida se les denomina biocenosis. Si las comunidades vegetales condicionan la vida animal el análisis biocenótico debe comenzar precisamente por aquí. Las principales son las tres siguientes: –
–
–
Arbóreas. Son las que disponen de una talla superior a los diez metros. Entre ellas resaltan los bosques: *
Caducifolio. Se da en los climas templados o tropicales secos (haya, olmo...).
*
Perennifolio. Propio de los climas ecuatoriales o subtropicales húmedos.
*
Esclerófilo. Se ubica en los climas mediterráneos, y se caracteriza por los hojas perennes y coriáceas (encina).
*
Resinoso. Se da en climas subpolares o alpinos, con formaciones mixtas de hoja perenne (abeto) o caduca (alerce).
Arbustivas. Son las que disponen de talla entre dos y diez metros, e incluyen las matas entre 25 cm y dos metros. Los tipos son: *
Landa. Se da en climas templados oceánicos, con formaciones densas de brezos, aliagas, retamas...
*
Garriga. Es original de los climas mediterráneos y se caracteriza por la vegetación esparcida de romeros, tomillos... conjuntados con carrascas y encinas.
*
Maquis. También de clima mediterráneo y constituido por formaciones muy densas de madroños y monte bajo.
Herbazal. Son praderas emplazadas sobre climas variables y con formaciones de césped alto. Los tipos son: *
Estepa. Se da en climas continentales o semiáridos, y está constituida por vegetación esparcida de gramíneas xerófilas.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
95
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
*
Sabana. Es de clima tropical (si bien las hay extratropicales, como las pampas), y una formación densa de hierbas altas mantenida normalmente por incendios periódicos.
*
Turbera. Se da en climas muy húmedos, sobre suelos orgánicos y saturados de agua.
*
Tundra. Corresponde a climas alpinos y polares, y es una mezcla de césped con sauces y abedules enanos.
Por lo que concierne a las asociaciones animales resulta extremadamente complejo realizar clasificaciones por cuatro razones básicas: –
La diversidad, porque mientras las especies vegetales no superan las 300.000 los insectos sobrepasan el medio millón.
–
La movilidad, referida tanto a cambios espaciales (migraciones) como temporales (larvas acuáticas que pasan a insectos terrestres o aéreos).
–
Las oscilaciones, especialmente de las poblaciones, que derivan de los cambios climáticos.
–
La sensibilidad, ahora de determinadas poblaciones a la actuación de parásitos u otras especies animales.
Lo cierto es que en una biocenosis se dan formas de interacción manifestadas en fenómenos de competencia y de dependencia. Los primeros corresponden a la lucha por el espacio, luz, agua... Los segundos se traducen en relaciones entre seres, que pueden ser de comensalismo, de simbiosis en beneficio recíproco, de parasitismo o explotación alimentaria de unos organismos por otros, y de predación o consumo de una especie por otra. Estas interacciones mantienen el equilibrio de la biocenosis y desarrollan las cadenas alimentarias, en las que se distinguen tres tipos de organismos: –
Productores, los que utilizan la energía que proporciona la luz (las plantas) y elaboran materia viva a partir del medio mineral.
–
Consumidores, los que se alimentan de otros seres vivos, y que se dividen en consumidores: * De primer grado (herbívoros). * De segundo grado (carnívoros que se alimentan de herbívoros). * De tercer grado (carnívoros que se alimentan de carnívoros).
–
Descomponedores, como las bacterias, hongos... que se alimentan de restos orgánicos y proporcionan el retorno de la materia orgánica a su lugar de procedencia, el mundo mineral.
El equilibrio resultante de estas interacciones en una biocenosis conduce a la creación de un modelo de organización superior, el ecosistema, ahora constituido por el conjunto de flora, fauna, clima y suelo. Pero biocenosis y ecosistema no constituyen conjuntos estáticos sino en evolución continua derivada del propio desarrollo de las comunidades vegetales, hasta constituir series o conjuntos que se suceden y que reciben el nombre de la especie más representativa. La evolución vegetativa se realiza paralelamente con la zoocenosis y elementos del suelo. Pero a veces la vegetación puede presentar una evolución regresiva derivada de una degradación del suelo o clima, o bien por factores exógenos (talas, pastoreo...). En todo caso, esa evolución paralela deriva de las influencias recíprocas e interactivas, que pueden ser tan estrechas que en ocasiones no se puede determinar si es el 96
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 3. La diversidad del medio geográfico en el planeta
medio quien condiciona a la biocenosis o a la inversa. De ahí que sea complejo definir la actuación de los principales factores ecogeográficos, los denominados factores externos: topográficos, climáticos, edáficos y bióticos. –
Topográficos. En ocasiones se requieren determinadas condiciones topográficas para el desarrollo de ciertas comunidades vegetales. Así, las de áreas pantanosas suelen instalarse en turberas, valles glaciares, concavidades donde se acumule el agua de lluvia...
–
Climáticos. Se reducen esencialmente a dos, temperaturas y precipitaciones; pero también inciden considerablemente la luz y el viento. Con referencia a las temperaturas la zona de vegetación constituida en paralelo al ecuador se debe a las variaciones latitudinales del factor térmico y se modificará de acuerdo con su situación continental u oceánica. En regiones montañosas aparecerán también variaciones térmicas debido a la disminución de la temperatura con la altura, lo que originará pisos de vegetación. También la orientación de los relieves va a proporcionar la existencia de formaciones vegetales diferentes en solanas y umbrías. La luz, a través de su intensidad es quien condiciona la actividad fotosintética, y en consecuencia el mismo crecimiento de las plantas; a través de su duración también controlará la floración vegetal. De acuerdo a su intensidad permitirá la existencia de especies heliófilas (necesitadas de luz), y esciófilas (ahora de sombra); las primeras se desarrollan en landas, garrigas y en general en espacios abiertos; y las segundas bien en umbrías, bien en estratos inferiores de comunidades arbóreas. Las precipitaciones actúan en razón tanto de la cantidad como de la distribución anual. Por tanto, hay que tener en cuenta el balance hídrico, la diferencia entre aportes y pérdidas de agua por evaporación. Y además dicho balance queda en extrema dependencia de tres factores: topografía, suelo y la misma vegetación. Lo cierto es que será excedentario en regiones húmedas y deficitario en áridas. De este modo en sectores húmedos se implantarán las especies higrófilas, que viven en condiciones de humedad próximas a la saturación (juncos, cañas...); y en áreas secas las xerófilas. Entre unas y otras es donde aparecen la mayoría de las plantas, las mesófilas. La nieve, como parte integrante de la precipitación, es un factor ecológico trascendente tanto por la reserva de agua que representa como por su papel preservador de las plantas (al impedir que se hielen tras descensos bruscos de temperaturas). En contrapartida, puede convertirse en un factor de deterioro cuando su duración sobre las plantas es muy prolongada, bien impidiendo la transpiración o bien ejerciendo un peso excesivo. En todo caso hay plantas que en gran medida dependen de este fenómeno meteorológico (musgos, líquenes...); son las quinionófilas. El viento condiciona la disposición de las plantas; así los vendavales les dan formas postradas, en almohadilla, y a las ramas arbóreas estructura de bandera (porque sólo crecen en la dirección marcada por el viento); y hasta impiden la aparición de árboles en áreas litorales, donde además de fuertes soplan constantemente.
–
Edáficos. El contenido de agua en el suelo también condiciona los tipos de plantas según su higrofilia o xerofilia. El contenido de calcio desarrolla a las especies calcícolas y evita a las calcífugas; el de sodio permite el desarrollo de las halófilas; etc.
–
Bióticos. Resalta la actuación humana bien repoblando, restaurando suelos... Otra forma consiste en la introducción de vegetales ruderales (en caminos, escombreras, etc.). Se trata de plantas que viven en un suelo distinto al que les corresponde, nitrogenado (de ahí que se les denomine nitrófilas).
GEOGRAFÍA E HISTORIA
97
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
Así pues, es claro que una biocenosis se define por un clima, que a su vez proporciona una vegetación específica. La conjunción climática y vegetativa será la que dé lugar a la aparición de las dos grandes biocenosis: extratropicales (subpolares, zonas templadas, templadas-cálidas y áridas) e intertropicales (tropicales y ecuatoriales). A modo de recapitulación puede sostenerse lo siguiente. La biosfera es un subsistema del sistema tierra, abierto y que funciona en razón de la cantidad de energía recibida procedente del sol. En él los organismos se organizan; los vegetales extraen del suelo sus necesidades y revierten al mismo parte de materia y generan nuevo suelo; es una situación de biostasia que tiene unos límites que los seres vivos no pueden rebasar porque no es factible un desarrollo ilimitado. Pero ese equilibrio o clímax es sólo relativo porque se producen desajustes, ante los cuales los seres vivos responden buscando nuevamente el equilibrio; es el equilibrio dinámico. Los más graves y cercanos son los que provoca el hombre y que casi siempre son regresivos; es la diferencia entre equilibrio biostático y desajuste rápido o rexistasia. Lo cierto es que las biocenosis más complejas tienden a ser más estables; pero cualquier alteración del equilibrio dinámico que rebase ciertos umbrales dimensionales puede acarrear la imposibilidad de recuperación del equilibrio dinámico. Y la acción del hombre es quien introduce equilibrios con niveles de organización menores. Así el hombre produce microclimas, actúa lesivamente sobre muchos seres vivos, destruye suelos... y todo se traduce en la aparición de ecosistemas de niveles inferiores. Crea agrosistemas que producen máximos, eliminando las especies que mantenían el equilibrio biocénico y originando el desajuste de los equilibrios dinámicos naturales. Se funciona contracorriente porque la Biosfera se apoya en flujos cíclicos; así en el suelo intervienen fuerzas meteóricas y biológicas, las primeras permitiendo la utilización por las plantas, y las segundas instalando procesos colonizadores y constructores. El proceso conlleva equilibrio dinámico, transformador y enriquecedor de la comunidad biótica, que se mantiene por el equilibrio existente entre oferta y demanda. Pero ese equilibrio, el umbral de tolerancia de la Naturaleza, es cada vez más alterado por el desarrollo tecnológico, con la introducción de abonos químicos, herbicidas... que se incorporan a los ciclos biogeoquímicos. Y además los agrosistemas son cada vez más simples y por ello se alejan de lo natural.
5. LA DIVERSIDAD DE FACTORES EN ZONAS BIOCLIMÁTICAS 5.1. El concepto de bioclima Una zona bioclimática se refiere al área de la superficie terrestre homogénea en alguno de sus caracteres y que suele delimitarse por paralelos. Se trata, pues, de cinturones de carácter latitudinal, a diferencia de las regiones que son porciones también homogéneas pero superficialmente más reducidas y sin relación alguna con los paralelos. Puede hablarse así de las zonas tropicales, de sabana, taiga, desérticas... En la zona tropical la homogeneidad se encuentra en el clima, y especialmente en las temperaturas elevadas. En la sabana y taiga en un determinado paisaje vegetal para cada una. En los desiertos reside en un fenómeno complejo, la aridez. En el área monzónica, por el contrario, cabe hablar de región por su ubicación en el Sureste de Asia, en el dominio del monzón. Y tampoco puede hablarse de clima templado oceánico porque no se prolonga 98
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 3. La diversidad del medio geográfico en el planeta
longitudinalmente sino en sentido de los meridianos; es más propio hablar de regiones oceánicas. Climas y bioclimas monzónicos y templados son fenómenos catalogados como azonales. De ese modo, zonal es aquel fenómeno de claro componente paralelo. Azonal será el factor o elemento independiente del medio bioclimático de una determinada zona; así, el abarrancamiento producido por la arroyada (debido a la acción del agua por ausencia de cobertera vegetal), el relieve volcánico... Puede afirmarse que zonal es el fenómeno que se adscribe a una zona determinada, o una serie de fenómenos que se organizan zonalmente (por ello se da una zonación de paisajes vegetales, de la que deriva otra zoológica...). El concepto de zona tiene una génesis climática, pero la división climática del planeta resulta a su vez de la combinación de una serie de factores zonales y azonales: –
Los zonales son de carácter cósmico, y derivan de la acción del sol y de los movimientos de traslación de la Tierra (a esos dos caracteres se encuentra vinculada la organización zonal).
–
Los azonales son ahora de carácter geográfico, y entre ellos resaltan la distribución de océanos y mares, la continentalidad y el relieve (los elementos que modifican los esquemas zonales).
La actuación de los factores zonales puede ser descrita de la siguiente forma: 1. La radiación que llega a la Tierra es variable por la propia forma esférica del planeta, por su movimiento alrededor del sol, por la inclinación del eje terrestre, y por la posición de la Tierra con respecto al sol en las distintas épocas del año. De ese modo la insolación provoca la diferenciación zonal y hasta el ritmo estacional, si bien queda subordinado a la primera (las estaciones varían según las latitudes). Todo ello significa que la radiación se distribuye desigualmente: –
En el espacio, porque del ecuador a los polos las temperaturas disminuyen regularmente.
–
En el tiempo, según las estaciones térmicas.
Dichas desigualdades derivan del denominado balance radiactivo a ambos lados del paralelo 35º. Entre ambos y el ecuador se inscriben las zonas intertropicales y subtropicales, donde la altura del sol sobre el horizonte varía escasamente, de lo que resulta un balance excedentario y una enorme banda cálida paralela a ambos lados del Ecuador. Sin embargo, más allá de dichos paralelos, en las latitudes medias y altas, la Tierra emite más calor del que recibe, con lo cual el balance radiactivo es deficitario con la resultante de climas templados y fríos. 2. La presiones, vientos, frentes y corrientes marinas. El desigual calentamiento de la Tierra genera movimientos diferentes en los distintos fluidos (vientos y aguas), lo que a su vez provoca diferencias de densidad según latitud. Y esos movimientos tienden a restablecer el equilibrio entre regiones frías y cálidas. En las primeras el aire denso se dirige hacia las cálidas mientras las aguas más frías bajan a los fondos oceánicos. En las segundas el aire caliente y ligero asciende mientras las aguas templadas y ligeras suben a la superficie. De este modo se producen intercambios entre zonas frías y cálidas, tanto en altura atmosférica como en superficies marinas. Por ello se da una organización zonal fundada en: –
Presiones, con centros de altas y bajas, los motores de la dinámica general atmosférica.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
99
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
–
Vientos, con regímenes atmosféricos de flujo zonal.
–
Frentes, con superficies que separan anticiclones y borrascas.
3. La humedad, que deriva de dos hechos: –
La estabilidad anticiclónica, provocada por las altas presiones (altas latitudes y zonas subtropicales) y que tiende a la aridez.
–
La inestabilidad ciclónica, derivada de las borrascas que se dan en latitudes medias (a lo largo del Frente Polar, que separa las masas tropicales de las polares) y que propician abundantes lluvias.
5.2. Las variantes bioclimáticas A partir de estos hechos puede establecerse una zonación térmica determinada por el balance radiactivo: –
Polares (Ártica y Antártica) por encima de los 66º, con casquetes de hielo originados por la larga duración de la noche polar (puede durar seis meses). El sol aparece a la altura del horizonte pero no calienta debido a la oblicuidad de sus rayos. La consecuencia es muy bajas temperaturas.
–
Intertropical, entre los trópicos, y por tanto, a ambos lados del ecuador. El sol alcanza su vertical dos veces al año, si bien el calor es uniformemente elevado y los climas resultantes uniformemente cálidos. Los únicos contrastes son debidos a las lluvias, que a su vez dependen del balance anual en latitud de las bandas de presiones y vientos.
–
Templadas, sitas entre las anteriores (polar y tropical) y con dos bandas, la boreal y austral, limitadas por los trópicos y los círculos polares. Los rayos solares no llegan en perpendicular, a lo que se une la desigualdad de duración entre días y noches. Así el calentamiento es variable lo que se traduce en la aparición de estaciones térmicas. Sin embargo, la zonación aparentemente no es específica sino más bien resultado de un encuadramiento entre dos zonas puras (las precedentes), el resultado de la combinación de masas frías polares y cálidas tropicales.
5.3. Los contrastes y biocenosis extratropicales En el Hemisferio Norte se extienden entre los 30º y 80º sobre amplias masas continentales de Eurasia y América del Norte, mientras en el Hemisferio Sur comprenden sólo Tasmania y Nueva Zelanda, más allá de los 35º, más los conos sur de África y América y el continente antártico (que por sus condiciones extremas es abiótico). Estas zonas están sometidas a un ritmo térmico caracterizado por estaciones frías y cálidas, por cuya intensidad de Norte a Sur se pueden distinguir:
100
–
Una zona polar y otra subpolar (templada-fría), de inviernos muy rigurosos y cortos estíos.
–
Una zona templada de inviernos y veranos moderados.
–
Una zona templada-cálida, con inviernos suaves y veranos calurosos. PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 3. La diversidad del medio geográfico en el planeta
Además, existen otros contrastes derivados de la proximidad o lejanía de las masas oceánicas. En el hemisferio boreal resaltan las zonas siguientes: –
Polar y subpolar. En primer lugar la tundra se extiende desde las proximidades del polo norte hasta los 50º-70º, zona dominada por las criptógamas (musgos, líquenes y hongos) y herbáceas y arbustos cuanto más al Sur. El poblamiento animal es pobre en especies y sólo superviven los de gruesas pieles o amplias capas adiposas; e incluso no se desarrolla la hibernación debido a la presencia de suelos permanentemente helados. Además, la existencia de vegetación sólo durante una época del año altera el ritmo animal obligando a los vertebrados a migrar (unos en busca de pastos y otros de los herbívoros). Algunos buscan su alimento en el mar. Tras la tundra aparece la taiga, donde las temperaturas son más módicas y la humedad más elevada, con suelos podsoles definidos por el proceso hielo-deshielo, que aún así permite el desarrollo de coníferas y un sotobosque de musgos, líquenes y helechos. La fauna invertebrada ya practica la hibernación; pero también buen número de carnívoros y roedores. En el verano es cuando aparecen los insectos.
–
Templada. Es el dominio de las caducifolias, entre los 40º y 55º, donde las temperaturas son módicas en invierno y cálidas en verano y las precipitaciones elevadas. Los bosques mixtos se enmarcan en los interiores continentales. La fauna se somete al ritmo de las estaciones y a la periodicidad de la vegetación. En invierno las aves emigran a zonas cálidas, y su hueco es ocupado por las especies migrantes de las zonas subpolares. La caída de las hojas proporciona la hibernación de reptiles y roedores, e incluso de infinidad de especies de insectos. La fauna es abundante y más prolija que la boreal, aunque su mayor actividad no se desarrolla en el bosque sino donde éste conecta con los llanos o claros. En las latitudes medias domina la aestisilva, especialmente en las fachadas occidentales de los continentes, y en circunstancias concretas la ericifructiceta (estepa). Y si el continente dispone de gran masa (Eurasia) pueden degradarse hasta las formaciones semidesérticas o desérticas. Las formaciones desbordan las bandas zonales de latitudes medias. Las dominantes son las de bosque oceánico o bosque de zona templada (que salvo en Chile sólo aparece en el hemisferio norte). El bosque oceánico es un reducto ya que se presenta muy regenerado, con especies replantadas rentables. Resaltan los robles, hayas, olmos, chopos, arces, sauces, tilos, castaños, alisos, nogales... con sotobosque de espinos, zarzales, brezos... El aporte de materia orgánica desempeña un alto papel en la regeneración del suelo y en el consiguiente mantenimiento del bosque templado. Las respuestas animales son peculiares, especialmente al clima. Puede decirse, por tanto, que las variantes de la zona templada son las siguientes: *
Templada-cálida. Se extiende entre los 30º y 40º y su característica es disponer de varios meses con temperaturas superiores a los 20º. Además, la cantidad y distribución de lluvias potencian la vegetación. Pero pueden distinguirse las variantes: •
Mediterránea, en el ámbito meridional de la fachada occidental de Europa y costa de California. Los inviernos son templados y los veranos cálidos. Es la sequedad de los estíos quien impone la vegetación xerofítica, con raíces profundas para captar agua y hojas pequeñas para evitar la evaporación. Domina el sotobosque y el chaparral (con la distinción entre maquis y garriga).
GEOGRAFÍA E HISTORIA
101
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
•
*
Subtropical húmeda, con ausencia de periodo seco en verano, y emplazada en las fachadas orientales de África. La vegetación sigue ritmos intermedios entre la zona templada e intertropical. En general se trata de un bosque de caducifolias.
Estepas. En el Hemisferio Norte están en los interiores continentales, donde los inviernos son crudos y los veranos tórridos, y además las precipitaciones raramente superan los 500 mm. Son formaciones herbáceas con gramíneas xerofíticas. En el norte resaltan las de Eurasia e interior estadounidense. La fauna es migratoria y agrupada en grandes rebaños (bisontes), nubes (langosta), bandadas (garzas, grullas...), etc. como medio de defensa ante depredadores. Se define por su gran movilidad y ligereza.
En el hemisferio austral se extienden las zonas extratropicales sobre masas continentales reducidas o islas, lo que indica que los contrastes estacionales son poco marcados y las comunidades resultantes homogéneas. Como nota distintiva la escasez de arbolado y el dominio del arbusto y el herbazal, debido esencialmente a la presencia constante del fuerte viento oceánico. Resaltan las siguientes variantes: –
Polar y subpolar. El bloque antártico es un desierto helado que permite la vida a las algas (sólo la atemperación litoral desarrolla la vida acuática). La subpolar está representada en algunas islas, donde aparece la tundra de líquenes con algunos crustáceos.
–
Templada. Se extiende sobre los 45º. En Nueva Zelanda aparecen bosques mixtos y abundancia de helechos, mientras los de hoja caduca sólo están en los Andes. Sus variantes son las dos siguientes: *
Templada-cálida. Cubre importantes extensiones en el sur de América y África, Australia y Nueva Zelanda. El clima subtropical húmedo de Nueva Zelanda da lugar a bosques perennifolios; en el resto de lugares será mixto y con sotobosque. El subtropical seco aporta vegetación del tipo mediterráneo en Australia y África del Sur.
*
Estepa. Está presente en Nueva Zelanda y Australia, pero con aspecto de sabanas por la presencia de eucaliptos. En el Sur americano el herbazal alumbra las pampas, sabanas extratropicales donde las precipitaciones superan los 600 mm. En el sur de África están las estepas de altura, los veld.
5.4. Los contrastes y biocenosis intertropicales Entre los desiertos y el Ecuador se da un cambio climático reflejado en un alza de las temperaturas y reducción de la oscilación térmica; pero también en la subida de las precipitaciones y su reparto regular a lo largo del año. Además, la duración de días y noches es homogénea. Todos estos factores favorecen el desarrollo de una exuberante flora y fauna, más rica en especies y número que en ninguna otra parte de la Tierra. El área tropical se encuentra representada en todos los continentes al cubrir gran parte de América Central, América del Sur, África, La India, Sureste de Asia, Indonesia y parte de Australia. Pero las zonas intertropicales pueden dividirse en:
102
–
Tropical con estación seca.
–
Ecuatorial. PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 3. La diversidad del medio geográfico en el planeta
La tropical se define por la lluvia concentrada en una estación, cuando se produce la eclosión vegetal y la aparición rápida del herbazal. Alumbrará especies tropófilas (cambiantes). Se distinguen: –
La estepa espinosa, en los límites externos de los desiertos, con matorral discontinuo y árboles en forma de sombrilla. También los cactus adquieren importancia.
–
Matorral espinoso, donde la lluvia alcanza los 800 mm, y adquiere forma de monte bajo (el más representativo es la caatinga brasileña).
–
Bosque tropical seco y monzónico. El primero ocupa las zonas que reciben entre 1.000 y 1.500 mm, y está formado por árboles caducos de hasta 20 m de altura; el sotobosque está integrado por arbustos, mientras el estrato herbáceo es pobre. El bosque monzónico (azonal) se debe al fenómeno de los vientos que soplan de forma alterna hacia mar o tierra; se emplaza en La India, Madagascar... Cuando las lluvias alcanzan los ocho meses la diversidad de floresta y su talla aumentan (hasta 40 m), y el sotobosque se compone de densa vegetación. La pluvisilva al alejarse del ecuador pierde sus caracteres, lo que permite el surgimiento de la hiemisilva o bosque tropical de hoja caduca (entre los 15º y 20º). Ahora hay un estrato superior de árboles no continuos y con corto número de especies; y otro inferior con árboles de menor porte y espinosas. Los bosques aquí son polimórficos, y hasta facilitan la formación estacional de sabana (que brota en la estación de lluvias y se agosta en la seca). Pero sólo las especies mejor dotadas dan carácter a este bosque. En las orillas de los ríos aparecerán los bosques galería. La fauna de vertebrados es más amplia mientras disminuye la edafofauna. Cuando no es debido al clima sino al empobrecimiento del suelo cambian las concidiones y surge la hiemifruticeta o matorral, con el mejor ejemplo en la caatinga brasileña, la costa pacífica mexicana, Chaco, Somalia... Se trata de conjuntos arbustivos densos y espinosos (de ahí que también se les denomine cerrados). En el suelo dominan las gramíneas duras y no hay una formación animal específica. Asimismo, acomodado al ritmo estacional surge en otros lugares un tapiz herbáceo, las sabanas, que en su interior dejan a los denominados bosques parque; ahora se trata de gramíneas vivaces altas que compiten con los arbustos por el espacio, y se trata de una adaptación tanto al suelo como al agua. Domina la riqueza cuantitativa y cualitativa de especies vertebradas, con gran proporción de consumidores secundarios. En el centro y Oeste de los continentes la sabana herbácea es sustituida por la arbustiva, la siccideserta, franja de transición a las formaciones desérticas, con claras adaptaciones a medios ya áridos. El número de especies es bajo y numéricamente el mundo animal es reducido. Hacia los interiores continentales la especialización se agudiza con sistemas radiculares de captación profunda y fabricación de reservas de agua en las plantas, mientras los mamíferos modifican sus hábitos hasta transformarlos en nocturnos.
La banda ecuatorial, por su parte, es más homogénea porque las temperaturas son elevadas y constantes y la oscilación térmica anual muy baja (dos grados); y las precipitaciones son muy altas y regulares. Pero se pueden distinguir dos tipos de bosque: –
Ombrófilo (o higrófilo), con perennifolias.
–
Mesófilo, menos húmedo y semicaduco puesto que puede perder o no las hojas en razón del agua disponible.
En general los bosques ecuatoriales disponen de una cubierta arbórea muy tupida y alta debido a la saturación de humedad. La fauna posee gran cantidad de alimento, y se distribuye según pisos arbóreos, mientras en superficie es muy reducida. La densidad arbórea no GEOGRAFÍA E HISTORIA
103
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
es el único rasgo distintivo ya que la diversidad de especies se puede llegar a medir en millares, mientras la de especies de flora suele alcanzar las decenas de miles. Es la pluvisilva, competitiva por la luz y el espacio, lo que se plasma en adaptaciones a nichos ecológicos. La masa de vegetación está constituida por plantas planifolias, con diferencia entre las hojas de sol y sombra, e incluso entre la forma para facilitar el escurrido del agua. Es hasta frecuente la caulifloria (flores y frutos sobre el tronco). Pero la mayor parte de la energía se transforma en soportes leñosos, mientras la materia muerta constituye la fuente de alimentación de la microfauna edáfica. Los órdenes reptilianos están bien representados. El mundo de los vertebrados es notable más por la variedad que por la cantidad. Tanto en vegetales como animales no hay especies dominantes sino individuos aislados que sobreviven por adaptación (a la luz, alimento, a suelos con pobreza de componentes inorgánicos...). Como variantes específicas aparecen el bioema ecuatorial de la pluvifruticeta, en las costas bajas, arenosas, fangosas o coralinas bañadas por corrientes cálidas; son los manglares, con muy reducido número de especies, y con las variantes de costa occidental (muy pobre) y oriental (rica en especies). Se trata de una vegetación azonal que llega hasta espacios tropicales (hasta los 30º) y que se caracteriza por la maraña leñosa, adaptación salina y la presencia de raíces profundas para fijarse al suelo y sortear así el influjo de las mareas. Es el dominio de los crustáceos, y es pobre hasta la fauna alada. Pero también surgen bioemas subecuatoriales y tropicales de transición, cuya distribución ya no es zonal. Las lauráceas se encuentran desde el ecuador hasta los 50º, en las latitudes medias, bien adaptadas a situaciones transicionales, y con especies de cortejo acompañantes, también adaptadas a la altitud u otros factores geográficos. El alto grado de azonalidad impide que dispongan de faunas concretas. Asimismo, los de transición a las latitudes medias, la durisilva, formaciones bien arbóreas (durisilva propiamente dicha) o arbustivas (durifructiceta). La primera está integrada por formaciones perennifolias con gruesas protecciones y que a veces se presentan en bosques monoespecíficos (pináceas), que permiten el desarrollo de tapiz herbáceo; un ejemplo representativo es el bosque mediterráneo, con presencia de vertebrados, comunidades reptilianas y fauna avícola profusa. La segunda es subarbustiva y de origen antrópico (es el bioema desertizado), con alguna especie vegetal adaptada y animal correspondiente; es el maquis y la garriga.
5.5. Los contrastes y biocenosis áridas Las regiones áridas son las definidas tanto por la escasez de lluvias como por la amplitud térmica, circunstancias que conjuntadas reducen el desarrollo de animales y plantas. Pueden distinguirse tres tipos: –
Semiáridas, con precipitaciones inferiores a los 500 mm.
–
Áridas, ahora inferiores a los 250.
–
Hiperáridas, donde pueden darse años seguidos sin agua.
Las áridas e hiperáridas ocupan amplias extensiones en las zonas tropicales y subtropicales. Son resultado de la acción de los vientos alisios secos que soplan de forma permanente de las altas presiones subtropicales a las bajas presiones ecuatoriales. En el hemisferio boreal los desiertos se extienden por la casi totalidad del norte africano, cercano Oriente y penetran hasta Pakistán, China y Mongolia. En América del Norte cubren el norte de México y sur de EE UU. En el austral abarcan gran parte de Australia, África del Sur y en Suramérica el Norte de Chile y Perú. 104
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 3. La diversidad del medio geográfico en el planeta
La flora de estos desiertos se caracteriza por la pobreza de especies y el endemismo, así como por las diversas adaptaciones: –
De aparato subterráneo, con raíces profundas y extendidas para captar agua.
–
De aparato aéreo, con ramas reducidas, hojas pequeñas y coriáceas, tejidos carnosos... al objeto de retener agua.
Pero el agua no es abundante y por ello las plantas eligen localizaciones: –
Las dunas son colonizadas por plantas de raíces muy profundas.
–
Las pendientes desnudas por arbustos de raíces duras que les permiten fijarse en las rocas.
–
Los canchales y pedregales por gramíneas muy distanciadas unas de otras.
–
Las depresiones y cubetas por subarbustos.
–
Los fondos de valle por bosques claros y matorral alto.
–
Los bosques galería sólo rodean a ríos y regatos.
En las regiones hiperáridas las nieblas permiten el desarrollo de vegetación específica y aislada. También lo hacen las capas freáticas elevadas, que alumbran oasis. Con referencia a la fauna tanto las condiciones del clima como la falta de vegetación imponen una selección muy severa. De todos modos la fauna desértica se define mejor por la cantidad que por la diversidad de especies. Pero sobre todo por su adaptación al medio, que puede ser incluso muy variada: –
Al calor, con pieles muy claras y actividad esencialmente nocturna o crepuscular, y sobre todo estivación (estado latente durante la estación más cálida).
–
A las pérdidas de agua, con reducción de la transpiración, orina, evaporación respiratoria...
–
A la falta de agua y alimento. Por ello los mamíferos se emplazan próximos a fuentes o acuíferos, y transforman su régimen alimentario en omnívoro (a semejanza de lo que también hace la fauna ártica).
6. DIVERSIDAD DE FACTORES AZONALES E INTERACCIONES GEOGRÁFICAS 6.1. La azonalidad y sus rasgos Al margen de los factores zonales, derivados de la dinámica general atmosférica, los azonales indican que la organización zonal es también un hecho geográfico que se ve modificado en razón del influjo latitudinal y longitudinal. De ahí que intervengan también junto a la zonalidad factores como la desigual distribución de muchos caracteres (la yuxtaposición de continentes y océanos en el hemisferio boreal provoca variaciones térmicas a lo largo de un mismo paralelo). Puede decirse que en la Tierra actúan junto a los factores cósmicos otros geográficos que alteran a los primeros. De forma individualizada son los siguientes.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
105
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
–
Yuxposición de tierras y mares. Este factor geográfico puede reforzar la disposición zonal, como ocurre en el Polo Sur, donde la presencia antártica agudiza los rigores climáticos. Los mares y océanos representan una gran reserva de vapor de agua, y en cuyas superficies tiene lugar una fuerte evaporación con traslado de humedad hacia las masas continentales. De ahí que los continentes sometidos al influjo oceánico disfruten de precipitaciones abundantes al quedar sujetos a la exposición directa y a la incidencia de los vientos. Sin embargo, algunos mares y océanos son contiguos a regiones áridas (Sahara Occidental), por lo que no solventan la escasez de agua; incluso se dará el caso de que la proximidad al mar pueda agudizar la condición de sequedad (la costa de Namibia es más árida que el interior). Con todo, las aguas marinas ejercen un papel regulador de las temperaturas plasmado en la suavidad de los inviernos y en los débiles contrastes estacionales.
–
La continentalidad se encarga de contrarrestar el influjo oceánico puesto que implica, de entrada, una reducción de las precipitaciones y un incremento de las amplitudes térmicas. También incide en los sistemas de presiones dando lugar a bajas en verano y altas en invierno (si bien se tratará de altas y bajas térmicas). El resultado es la presencia de fenómenos azonales, con el de mayor magnitud en el monzón del sureste asiático que impone claras anomalías en la zonalidad de los vientos.
–
Altitud y relieve. El frío provocado por la altitud influye profundamente sobre las temperaturas haciéndolas descender con la altura. Además se dan los contrastes térmicos de exposición. De esta forma las laderas orientadas al norte son umbrías y frías, mientras las volcadas al sur son las solanas. El relieve provoca acentuaciones de las lluvias y notables disimetrías según las vertientes, hasta tal punto que algunas montañas dan lugar a disposiciones en los grandes flujos atmosféricos. Pero el aumento de la precipitación en altitud tiene lugar hasta un óptimo, por encima del cual rápidamente se impone la sequedad. Puede decirse, por tanto, que la alta montaña es en general poco lluviosa. Sin embargo, los grandes relieves de la Tierra acentúan o modifican la zonalidad, y alteran clima y vegetación. Así en Eurasia las cordilleras en sentido de los paralelos agudizan los rasgos zonales, mientras en América la disposición meridiana determina la distinción entre zonalidad y conjuntos climáticos (algo parecido ocurre con las altas mesetas del oriente africano).
–
La desigual distribución de tierras, océanos y relieves. Puede sostenerse que la zonalidad se acentúa cuando esos tres elementos geográficos tienen disposición de los paralelos; en cambio se atenúa cuando es contraria. La disposición y masa diferente de mares y continentes entre ambos hemisferios hacen que las divergencias sean notables. Pero las masas oceánicas tienden a uniformizar los caracteres térmicos, mientras las continentales son muy sensibles a cualquier modificación física de la atmósfera y constituyen factores de diferenciación y contrastes.
6.2. Las interacciones geográficas Cada medio configura un sistema de interacciones en el cual las partes integrantes son entre sí solidarias; es decir, que los factores y elementos del paisaje guardan muy estrecha relación con el clima. Así, dentro de un paisaje se dan relaciones de causa-efecto entre el clima y la vegetación los suelos, la hidrografía, la morfoestructura... En definitiva, que un determinado clima proporciona una fisonomía particular a las regiones sobre las que actúa.
106
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 3. La diversidad del medio geográfico en el planeta
Pero adicionalmente existen relaciones entre los elementos que componen un paisaje, que pueden ser: –
Lineales, en un sólo sentido, cuando un elemento influye en otro pero no al contrario.
–
De causa-efecto, cuando los elementos se influyen mutuamente. Son las más normales. Así, un suelo influye en la vegetación asentada, pero ésta a su vez modifica el suelo al aportarle materia orgánica.
Las relaciones entre el clima y los restantes elementos del paisaje pueden ser centradas de la siguiente forma: –
Clima y vegetación. Las plantas se encuentran muy sometidas al clima, más que los animales, al no disponer de temperatura propia porque la suya es la del medio que les rodea en cada momento climático; por ello se adaptan regulando sus necesidades térmicas con las de humedad. Pero también a la inversa; es decir, la vegetación influye en el clima. Un clima regional puede encontrarse dividido a su vez en climas locales, que no serán iguales sobre bosques o praderas.
–
Clima e hidrografía. Su acción sobre la hidrografía suele ser tan eficaz como la ejercida sobre la vegetación o los suelos. E incluso más, ya que las aguas continentales proceden de la lluvia. No es, sin embargo, directa sino que deriva de la combinación con el relieve (mayor o menor pendiente), la naturaleza de las rocas (mayor o menor permeabilidad), etc.
–
Clima y suelos. La dependencia de la vegetación respecto al clima puede ser indirecta porque entre el clima y la planta se interpone el suelo, originado por la propia vegetación o el mismo tipo climático. El suelo es la parte superior degradada y descompuesta de las rocas a la que se adicionan organismos vegetales muertos y descompuestos que forman el humus. Por tanto, tiene dos componentes, el mineral y el orgánico. El primero procede de la fracturación mecánica de las rocas y posterior arrastre ejercido por los agentes erosivos, en los que el clima es pieza clave. El suelo, pues, procede de la roca madre y se asienta sobre ella, pero los factores que lo generan dependen del clima (hasta la actuación bacteriana está condicionada por el tipo climático). De ese modo, la evolución de los suelos está muy estrechamente ligada a las condiciones climáticas, por lo cual la distribución de los tipos de suelo corresponde a grandes rasgos con la de zonas climáticas (de tal forma que suelos y vegetación se encuentran en equilibrio). Sin embargo, factores climáticos locales introducen modificaciones y establecen nuevos equilibrios focales.
–
Clima y relieve. El clima es el principal responsable de la escultura del relieve al provocar los procesos de erosión y acumulación de materiales previamente erosionados. Igual que existe una zonalidad de los paisajes vegetales existe otra de modelados, pero también diversos sistemas de erosión en relación con los diferentes tipos de climas. Así, sobre un determinado volumen de materia prima rocosa actuará un sistema erosivo según el clima: alteración química, disgregación mecánica... Pero además a cada clima le corresponde una vegetación que influirá en el modelado de forma indirecta, dependiendo de sus adaptaciones. Así, la trama radial o en retícula de las raíces sujetará los granos al suelo dificultando la acción de la arroyada; cuando sea escasa o discontinua la acción de dichas aguas será más intensa.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
107
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
El clima favorece la acción de los agentes erosivos y de transporte y contribuye con ello a crear relieves, y entre ellos los siguientes:
–
108
*
Glaciar. El hielo es el agente climático de actuación en la montaña, cuya huella se encuentra ampliamente difundida en muchas alineaciones desde las glaciaciones cuaternarias.
*
Periglaciar. La actuación del hielo se desarrolla durante algunos periodos anuales y se localiza alrededor de las altas cumbres, siempre por debajo del nivel de las nieves perpetuas. El agente erosivo esencial es la gelivación, o estallido de las rocas por la alternancia rítmica del proceso hielo-deshielo.
*
Oceánico. La cobertura de árboles caducifolios típica de estos sectores impone que la erosión mecánica se vea muy amortiguada. Pero la abundancia de lluvias unida a la suavidad térmica también hacen que el predominio erosivo quede en poder de la alteración química de las rocas.
*
Continental. Ahora son las heladas y la arroyada derivada del deshielo. A su vez derivan de los contrastes térmicos provocados por la escasez de influjos directos oceánicos.
*
Mediterráneo. Se debe a la presencia de una cobertera vegetal discontinua y a la caída a veces muy brusca de precipitaciones en forma de chaparrones violentos. Así se facilita mucho la acción de la arroyada y la formación de cárcavas y bad-land.
*
Árido interior o costero. Aquí desempeña un papel primordial la erosión eólica, si bien la acción de la arroyada puede transformar relieves en horas, y de forma más intensa que la actuación regular del viento.
*
Subdesértico. Es la variante denominada borde del desierto, un sistema morfogenético en el que la acción esencial sobre el modelado la suele ejercer la arroyada.
*
Pluvial intenso costero. El agente erosivo principal es la disolución, que actúa intensamente debido a la existencia de elementos climáticos propicios, como las temperaturas constantemente elevadas y precipitaciones muy abundantes.
Clima y modelado. El clima es un agente creador de modelados, bien a partir de la erosión eólica, del proceso hielo-deshielo, de la dilatación-compresión de las rocas por medio de los contrastes térmicos, con el lavado de suelos ejercido por las aguas de lluvia... Pero la acción climática particular que sea también estará condicionada por la actuación o no de la cobertera vegetal existente.
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 3. La diversidad del medio geográfico en el planeta
BIBLIOGRAFÍA Birot, P. (1962) Tratado de Geografía Física General. Editorial Vicens- Vives, Barcelona. Bolos, de, Mª (1992) Manual de ciencia del paisaje. Teoría, métodos y aplicaciones. Ed. Masson, Barcelona. Braque, R. (1988) Biogéographie des continents. Ed. Masson, Paris. Donn, W. (1978) Meteorología. Ed. Reverté, S.A, Barcelona. Ferreras, C. e Hidalgo, C. (1981) Biogeografía y Edafogeografía. Ed. Síntesis, Madrid. Haines-Young, R. y Perch, J. (1986) Phisical geography: its nature and methods. Harper and Row Publishers. Cambridge. Horrocks, N. K. (1981) Phisical Geography and Climatology. Longman, London. Lacoste, A. y Sacanon, R. (1981) Biogeografía. Ed. Oikos-Tau, Barcelona. López Bermúdez, F. et alt. (1992) Geografía Física. Ed. Cátedra, Madrid. Lockwood, J.C (1986) World climatology: an environmental approach. Edward Arnold, London. Martín Vide, J. (1991) Fundamentos de climatología analítica. Ed. Síntesis, Madrid. Martín Vide, J. y Olcina Cantos, J. (1996) Tiempos y climas mundiales. Ed. Oikos-Tau, Barcelona. Plans, P. et alt. (1984) Introducción a la Geografía General. Ed. EUNSA, Navarra. Rougerie, G. (1988) Géographie de la Biosphere. A. Colin, Paris. Strahler, A.N. y Strahler, A.H. (1987) Geografía Física. Ed. Omega, Barcelona. Wagner-Bosque-Vicens (1962) Geografía General. Editorial Vicens-Vives, Barcelona. Walter, H. (1977) Zonas de vegetación y clima. Ed. Omega, Barcelona.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
109
Tema 4 Climas y zonas bioclimáticas. El tiempo y el clima como condicionantes de las actividades humanas
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
ÍNDICE SISTEMÁTICO 1. INTRODUCCIÓN 2. LOS CLIMAS EN EL MUNDO 2.1. Elementos y factores del clima 2.2. Tipos climáticos zonales 3. LA ZONA INTERTROPICAL 3.1. Caracteres generales 3.2. Clima ecuatorial 3.3. Climas tropicales 3.4. Variedad biogeográfica 3.5. La variante descubierta: las sabanas 3.6. La variante despejada: los desiertos 4. LAS ZONAS DE CLIMAS TEMPLADOS 4.1. Caracteres y tipos climáticos 4.2. Los rasgos biogeográficos 5. LAS ZONAS FRÍAS Y POLARES 6. LOS CLIMAS DE ALTURA 7. EL TIEMPO Y CLIMA COMO CONDICIONANTES DE LAS ACTIVIDADES HUMANAS 7.1. El tiempo y el clima: repercusiones 7.2. Adversidades naturales y fenómenos violentos: los tifones 7.3. Fenómenos regulares: los monzones BIBLIOGRAFÍA
112
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
1. INTRODUCCIÓN La combinación de elementos y factores del clima aporta variantes climáticas muy diversas, y tanto más complejas cuando se conjuntan con los geográficos. Es decir, que los climas son el resultado de la interacción de factores cósmicos, que aportan las zonas climáticas, y de geográficos, que modifican a los climas zonales y alumbran los azonales. Entre los zonales se encuentran los tropicales, muy influidos por los océanos, con las variantes ecuatorial e intertropical (a su vez con estación seca y sequedad prolongada, sabanas y desiertos respectivamente). También los de latitudes medias, marcados por el contraste entre océanos y continentes, que complican la estructura zonal (y con los matices azonales templado-oceánico y continental, más los particulares occidental y oriental de continentes). Asimismo, los de zonas frías (antártica y boreal), con fundamento cósmico. Y los de altura, ahora explicados por condicionamientos geográficos. Dichas bandas zonales y sus particularidades azonales condicionan a las actividades del hombre a través de sus elementos y factores dominantes, que aportan niveles de confort o disconfort climático. Temperaturas, humedad, viento, presión proporcionan unos márgenes climáticos que permiten el desarrollo de actividades o las limitan. Así repercuten en la agricultura, tanto los climáticos como los meteorológicos; en las actividades industriales, si bien en menor medida; en el turismo, de diferente forma según las modalidades recreativas existentes; en los transportes, esencialmente en los terrestres y marítimos; en la misma salud humana, unas veces favoreciéndola y otras perjudicándola; y en actividades diversas (construcción, alimentación). Puede decirse que hay climas benignos y hostiles, y fenómenos provechosos (como los monzones, de los que depende la alimentación de buena parte de la humanidad), y otros adversos (con el mejor ejemplo en los tifones, que también afectan a muy significativos contingentes demográficos del mundo).
2. LOS CLIMAS EN EL MUNDO 2.1. Elementos y factores del clima Los elementos climáticos son la temperatura, humedad, presión y vientos, que se combinan con tres factores, latitud, continentalidad y altitud. Unos y otros arrojarán los tipos de climas. La temperatura se determina por la latitud, influjo del mar o tierra y altitud. Disminuirá con el aumento de la latitud, y viceversa; pero esa variación es justo la mitad en el hemisGEOGRAFÍA E HISTORIA
113
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
ferio austral por la menor cantidad de tierras emergidas y consiguiente mayor influjo marítimo. La continentalidad aumentará con la distancia a las costas, que a su vez propiciará mayores amplitudes o variaciones térmicas. Por último, la altitud incide haciendo disminuir las temperaturas (si bien es preciso mencionar la incidencia negativa de las inversiones térmicas, como gran alteración a esta norma). La humedad y la pluviosidad están influidas por la latitud, continentalidad y altitud. La latitud es quien condiciona el esquema de la circulación general atmosférica, de tal modo que las máximas aportaciones se darán sobre el Ecuador. Disminuirán en el cinturón subtropical de altas presiones, y se incrementarán en latitudes medias como consecuencia del influjo del frente polar. La continentalidad incide con máximas aportaciones en las fachadas occidentales de los continentes. Y la altitud por medio de la precipitación orográfica, provocada por el ascenso de aire en las laderas de barlovento. Por último, la presión de los vientos. Al margen de las grandes masas de aire con origen en la circulación general atmosférica, resaltarán los vientos locales, que suelen ser de carácter térmico, o las brisas térmicas, ahora en zonas litorales. Normalmente se deben estos fenómenos a recalentamientos del aire sobre un suelo cálido, que al ascender rápidamente deja un hueco que será ocupado por otros más fríos y pesados. Así los climas no son uniformes sino muy variados. Atendiendo a la presión hay conformados los siguientes cinturones: –
Subtropicales, de altas presiones, con: *
Un cinturón en el Hemisferio Norte, que en verano consta de dos células, una sobre el Pacífico y otra sobre el Atlántico.
*
Otro sobre el Hemisferio Sur, que tanto en invierno como verano contiene varias células de altas presiones.
–
Vaguada ecuatorial, con presión ligeramente inferior a 770 mm, debida al contraste con las altas presiones que le rodean.
–
Depresiones de latitudes medias, debidas ahora al contraste con las altas circundantes (cinturón subtropical) y bajas (depresiones subárticas).
–
Bajas presiones subárticas, que en el Norte no se hallan bien definidas.
–
Bajas subantárticas, bien definidas debido a la gran extensión de los océanos meridionales.
–
Altas presiones polares, cuya presión en muchas ocasiones suele descender bruscamente hacia el exterior.
Utilizando el factor viento hay zonas donde algunos son dominantes:
114
–
Cinturón de vientos alisios, al Norte y Sur del Ecuador, desde los 5 a los 30º, zonas de altas presiones con vientos constantes y regulares. Al Norte soplan hacia el Suroeste, y al Sur la procedencia es Sureste.
–
La vaguada ecuatorial de bajas presiones, derivada del aire caliente y humedad del aire (incidencia muy directa de los rayos del sol), con lluvias constantes y zona de vientos en calma entre los 5º Norte y Sur del Ecuador.
–
Vientos del Oeste en latitudes medias, entre los 30 y 60º Norte y Sur. Proceden de las altas presiones subtropicales que se dirigen hacia el Norte; su contacto con los ciclones polares aporta tiempo lluvioso. PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 4. Climas y zonas bioclimáticas
–
Vientos del Este, predominantes en las latitudes polares, secos y muy fríos debido al contacto con masas de hielo.
Cuando el criterio es masas de aire pueden ser continentales o marítimas: –
Polar marítima, de componente húmedo, fresca en invierno y tibia en verano.
–
Polar continental, formada ahora sobre masas terrestres, con aire seco, frío en invierno y tibio en verano.
–
Tropical marítimo, formada sobre océanos y, por tanto, húmeda y cálida.
–
Tropical continental, generadas sobre extensiones de tierra aunque su condición tropical les convierte en cálidas y secas.
Cuando el criterio usado es el de los frentes pueden distinguirse entre fríos y cálidos. Los factores del clima antedichos están, por tanto, ligados al movimiento aparente del sol, a la distribución de tierras y mares, a la latitud (desequilibrio de radiación), a la dinámica de la circulación general atmosférica en altura y transporte horizontal, a la rotación terrestre, etc. En conjunto, dicha dinámica se caracteriza por un predominio del flujo del Oeste en latitudes polares y templadas (con la excepción de las capas bajas polares). Las altas presiones subtropicales (a través de alisios y contralisios) aseguran los intercambios de vientos y temperaturas, dominando en las bajas latitudes. La síntesis climática es: –
Ecuatorial, hasta los 10º latitud Norte y Sur, como derivación de la incidencia directa de los rayos del sol, intensa insolación y duración casi idéntica entre días y noches.
–
Tropical, desde los 10 a los 25º en ambos hemisferios, con carácter estacional (dos estaciones), con insolación fuerte pero incisión de los rayos solares más inclinadamente.
–
Subtropical, entre los 25 y 35º, sector de transición con estaciones más marcadas e insolación menos intensa.
–
Latitudes medias, entre los 35 y 55º, con contrastes estacionales notables (cuatro estaciones) y diferencias marcadas en la duración de días y noches.
–
Subárticas, entre los 55 y 60º, transicionales entre latitudes medias y árticas.
–
Árticas, entre los 60 y 75º, con enormes variaciones entre el día y la noche y contrastes térmicos y estacionales muy intensos.
–
Polares, más allá de los 75º, con un régimen solar de seis meses de día y otros tantos de noche, con los máximos contrastes térmicos y la menor captación de energía solar del planeta. Además, el enfriamiento de las masas de aire es máximo y continuo.
La temperatura además es producto del calor latente (el mantenido o reflejado por la Tierra). La resultante es la media anual, que es diferente en tierras y mares. En los continentes la temperatura es máxima en el solsticio de verano (21 de junio y 22 de diciembre en los hemisferios Norte y Sur respectivamente), mientras en los mares las máximas se registran un mes después, si bien las variaciones anuales de las aguas marinas son inferiores. Al tiempo, las temperaturas descienden con la altura (inversión térmica). Si el factor analizado es la precipitación (cantidad de vapor de agua contenida en la atmósfera, que aumenta con la temperatura), puede deducirse que es la resultante de la condensación cuando desciende la temperatura. Y puede producirse por saturación de huGEOGRAFÍA E HISTORIA
115
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
medad en el aire, convección, efecto de barrera orográfica, y por origen ciclónico o frontal (donde la componente de las masas de aire es esencial). Como resultado de la imbricación de los factores o elementos mencionados del clima es posible realizar una clasificación climática, si bien es cierto que atendiendo a los dos elementos principales, temperaturas y lluvias. Una de las más usadas en la de Köppen, que introduce el fenómeno térmico de la vegetación: –
Tropicales, con temperatura media superior a 18º en todos los meses y precipitación superior a la evaporación.
–
Secos, donde la evaporación excede a la precipitación.
–
Templados o mesotérmicos, donde el mes más frío presenta temperatura inferior a 18º y superior a -3º, con presencia de verano e invierno.
–
Microtérmicos o de nieve, con el mes más frío inferior a -3º y el más cálido superior a 10º.
–
De hielo, con la temperatura del mes más cálido muy baja y sin verano.
La subclasificación existente derivada de estos grupos climáticos atiende a la cantidad de agua disponible: –
Estepa, clima semiárido con precipitación anual entre 350 y 750 mm.
–
Desértico, árido y con lluvias inferiores a 250 mm.
–
Húmedo, sin estación seca y precipitación regularmente repartida a lo largo de todos los meses del año.
–
De estación seca en invierno.
–
De estación seca en verano.
–
De bosque lluvioso.
La combinación de estos grupos da lugar a los siguientes climas: selva tropical (Af), sabana tropical (Aw), estepa (Bs), desértico (Bw), lluvioso templado con invierno seco (Cw), lluvioso templado y húmedo (Cf), lluvioso templado con verano seco (Cs), frío y húmedo (Df), frío y húmedo con invierno seco (Dw), tundra (Et), y de hielos perpetuos (Ef). Las regiones climáticas derivadas de temperatura y precipitación deben coincidir con regiones vegetales, con paisajes condicionados por las precipitaciones (bosque, herbazal y desierto) y otros tantos por las temperaturas (selva, sabana y estepa).
2.2. Tipos climáticos zonales La combinación de los factores mencionados arroja la siguiente clasificación climática estandarizada: –
116
Tropicales. Quedan definidos por la isoterma de 18º y ocupan la ancha faja desde el Ecuador a los Trópicos. La gran extensión marina en esas latitudes es quien contribuye a mantener la uniformidad climática, que se encuentra bajo la acción de los alisios del Noreste y Sureste, coincidentes en la zona ecuatorial. Conforme la distancia aumente con respecto al Ecuador los contrastes serán más acusados, con la aparición de la estacionalidad y los contrastes paisajísticos, desde el bosque claro, a la sabana con herbazal, y hasta los desérticos. Pero en el punto de referencia ecuatorial las temperaturas son uniformemente altas y muy constantes, alrededor PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 4. Climas y zonas bioclimáticas
de 27º. La lluvia y humedad están, asimismo, uniformemente distribuidas a lo largo del año. Y es la región de las calmas o vientos muy ligeros, derivados ahora de la también uniformidad de las temperaturas, que aportan gradientes muy reducidos. Es precisamente dicha regularidad térmica la que da lugar al surgimiento de brisas de mar y de tierra, derivadas de las propiedades físicas diferentes y confrontadas de mares y tierras. Las lluvias además de fuertes son constantes, hasta 2000 mm y más (5000). Los continuos calor y humedad aportan una vegetación típica, la de bosques densos con gradación en altura. –
Templados. Puede diferenciarse el tiempo y clima europeo y norteamericano como esenciales, porque es reducida la superficie en el hemisferio Sur. En Europa dominan el Ciclón de Islandia y el Anticiclón de las Azores. También el Anticiclón de Siberia. Pero las masas de aire marítimo penetran bastante hacia el interior, con cambios graduales hacia los climas continentales. De ahí que alcancen extensión los bosques caducifolios y tierra adentro la pradera. En Norteamérica Las Rocosas paran a los vientos del Oeste, mientras que las masas polares y tropicales no encuentran obstáculo alguno, con lo que las condiciones climáticas llegan incluso a extremas. De ahí la extensión que tienen las praderas y la reducción de la floresta caducifolia al extremo oriental. En ambos continentes aparece una variante mediterránea, de explicación latitudinal, ya que entre los 40º y 60º incide la corriente oceánica del Kuro-Sivo, con origen en Japón pero que llega hasta estas costas por los vientos del Oeste. En Europa esta variante proporciona un clima de veranos cálidos y secos (controlados por el anticiclón subtropical) e inviernos suaves y sólo relativamente húmedos (cuando se retira dicho anticiclón las temperaturas del mar aún son relativamente altas). Variantes, a su vez, mediterráneas son el semiárido del Suroeste en EE UU (explicado tanto por el efecto barrera de Las Rocosas como por los vientos secos procedentes del anticiclón subtropical del oriente del Pacífico cuando se retira hacia el Ecuador); y el semiárido del Sureste ibérico (explicado tanto por el efecto abrigo de las Béticas como por los vientos secos procedentes del interior peninsular o África). En cualquiera de las dos variantes citadas la vegetación xerofítica será la dominante.
–
Fríos, polares y subpolares. Al margen de los gélidos climas polares puros el tipo marítimo se encuentra en las costas de Alaska, Islandia y Noruega septentrional y en las zonas colindantes de Rusia; aquí los veranos son fríos y los veranos sólo un poco más suaves, mientras las precipitaciones son muy escasas (los frentes en muchas ocasiones están ocluidos en estos sectores). Los climas fríos de interior presentan inviernos muchos más rigurosos, pero lluvias inferiores que hacen helar a los permafrost. El paisaje de tundra con musgos y líquenes será el dominante, que hacia el sur irá dando paso a las coníferas enanas hasta enlazar con la gran taiga.
3. LA ZONA INTERTROPICAL 3.1. Caracteres generales Su denominación procede del griego trepo (alejarse de), que significa distanciarse del Ecuador. Se emplaza entre el Trópico de Cáncer y el de Capricornio, y abarca un total de 46º (23º aproximadamente entre cada trópico y el Ecuador). La mayor parte de la superficie está ocupada por océanos (43%), por lo que goza de temperaturas siempre elevadas (pero con regímenes térmicos complejos) y ambientes permanentemente húmedos aunque GEOGRAFÍA E HISTORIA
117
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
contrastados (hasta el punto que integra a regiones áridas). Así, lo tropical puede definirse como lo cálido todo el año y húmedo cuando menos una parte. De ese modo no todas las regiones intertropicales son tropicales. Serán tropicales las intertropicales lluviosas que permitan cultivos sin regadío. Los desiertos se deben a la aridez y por ello disponen de caracteres específicos, si bien son subtropicales. Además, debido a otros factores (cósmicos o geográficos, zonales o azonales) la zona tropical no ocupa toda el área intertropical porque han de ser excluidos los sectores desérticos. Esta zona terrestre presenta además dos caracteres: –
Recibe tres quintas partes de las aguas de lluvia del mundo.
–
Compone un medio coercitivo al frenar el desenvolvimiento humano.
Y de forma individualizada presenta dos grandes conjuntos intertropicales bien diferenciados: –
Continental, el conjunto más amplio, marcado por la continentalidad climática si bien los contrastes (térmicos y pluviométricos) no son acusados.
–
Marítimo, muy variado y diversificado en sus paisajes debido al influjo oceánico.
Los rasgos climáticos de la zona tropical se concentran en el calor, que explica la alta evaporación, y la humedad. Por lo que se refiere a las temperaturas son uniformemente elevadas (por encima de los 22º) y la amplitud térmica es baja (10º, y en el Ecuador 2º). El calor deriva de un doble almacenamiento, el solar y el de la radiación terrestre (alta debido al papel aislante de la constante nubosidad). Es decir, que la zona tropical posee varias características: –
Recibe mucha energía radiactiva y muy rica.
–
La reflejada por la Tierra queda contenida bajo la capa nubosa.
–
La refracción es baja porque la floresta la absorbe, como también la muy amplia masa oceánica.
Todo ello propicia balances térmicos excedentarios, si bien diferentes sobre continentes u océanos. Sobre los primeros incide la extensión, y de ahí que el África boreal sea más cálida. Sobre las aguas la situación es inversa porque su temperatura es inferior a la atmosférica. En todo caso las regiones tropicales australes son más cálidas que las boreales, y las fachadas orientales de los continentes también son más cálidas. De otro lado la amplitud diaria es mayor que la anual. Por lo que afecta a la humedad es posible distinguir de acuerdo a la latitud entre: –
Latitudes ecuatoriales, con lluvias abundantes todo el año y promedios elevados.
–
Norte y Sur del Ecuador, con disminución progresiva de los promedios anuales.
El régimen de lluvias se amplia cuando el sol alcanza su cenit (lluvias cenitales), lo que depende de la latitud:
118
–
En la ecuatorial llueve todo el año y los máximos son cenitales (abril y septiembre), con dos mínimos (diciembre y julio).
–
En las tropicales se da la diferenciación entre estaciones secas y lluviosas: *
Cuando el sol está en el cenit impera la lluviosa.
*
El alejamiento del Ecuador impone la coincidencia de duración entre una estación lluviosa y otra seca.
*
En los Trópicos predomina la seca (que propicia la aparición de los desiertos). PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 4. Climas y zonas bioclimáticas
Así, pues, los contrastes son aportados por las lluvias y no por las temperaturas. De ese modo dos son las estaciones: –
La lluviosa. Las precipitaciones son abundantes y regulares lo que acelera el ritmo vegetal, desborda la red hidrográfica e intensifica la actividad humana (plantíos).
–
La seca, con casi nulas precipitaciones, calor elevado por ausencia de capa nubosa, red fluvial con aguas bajas, y detención de la actividad humana (salvo la recogida de las cosechas a su inicio).
Todo depende de la estación lluviosa, y a su vez del desarrollo de dos principios: –
La cantidad máxima de agua en la atmósfera, que dependerá de la temperatura.
–
La humedad relativa del aire.
Pero también de las causas desencadenantes de las lluvias tropicales, que se centran en: –
La advención, o desplazamiento horizontal de las masas de aire extratropicales frías, que provocan la condensación del aire húmedo tropical.
–
La convección térmica, o movimiento ascendente del aire calentado tras su prolongado contacto con la superficie terrestre. Para ello se requiere que el aire húmedo sea abundante y que el suelo esté muy calentado (por ello se dará en las sabanas, donde más despejado está de vegetación y donde el calor solar incide más directamente).
– –
El ascenso sobre montañas de aire húmedo, que condensará al perder temperatura. El ascenso de la convergencia dinámica debido al encuentro de flujos atmosféricos opuestos.
Por último, cabe aludir a las perturbaciones, situaciones atmosféricas caracterizadas por vientos violentos y precipitaciones, que nacen en las ondulaciones de los frentes y que provocan cambios de tiempo. Se dan dos tipos principales: – Las endógenas, que nacen en los Trópicos, en el Frente Intertropical, y pueden ser: perturbaciones tropicales, depresiones tropicales, tempestades tropicales, y ciclones o tifones tropicales. – Las exógenas, originadas fuera del intertrópico, que aportan cambios térmicos.
3.2. Clima ecuatorial Se emplaza en las más bajas latitudes y es un clima cálido y húmedo con temperatura elevada y constante a lo largo del año, de tal modo que la media ronda los 25º (debido a la casi idéntica duración del día y la noche y a la fuerte radiación solar). La amplitud térmica rara vez logra superar los cinco grados. No hay meses secos si bien existen los máximos cenitales, y se pueden alcanzar los 5.000 mm. La precipitación viene provocada por los fenómenos de convección, e incluso es posible la existencia de algún periodo seco, si bien su intensidad es muy variable. La explicación de esta anómala situación viene dada por el paso del sol por su cenit, o bien por el movimiento estacional de la vaguada ecuatorial; una tercera razón (probablemente la mejor explicativa) es la incidencia que sobre los centros de acción ejerce el sustrato geográfico. Luego, con el alejamiento ecuatorial dichos periodos de sequía se van dilatando hasta arrojar la presencia de climas tropicales secos y húmedos. GEOGRAFÍA E HISTORIA
119
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
3.3. Climas tropicales Se encuentran más allá de la zona ecuatorial y presentan tres variantes: –
Tropical continental, con marcada estación seca. En el interior de los continentes los alisios son vientos secos y dan lugar al contraste estacional, con una estación lluviosa y otra seca de menor duración. Tras la temporada de aguas la tierra se encuentra saturada, pero los alisios pronto se encargan de desecar ese exceso. Esa estación es la aprovechada para realizar las quemas y ganar terreno al bosque. En cuanto a la temperatura, el aire seco la hace elevarse más que en la zona ecuatorial y llega hasta los 30º. La estación de lluvias suele anunciarse por medio de los tornados, y finaliza de igual modo. Son fenómenos violentos y repentinos que se forman durante la noche y afectan a áreas muy localizadas. En la estación húmeda aparece un calor sofocante tanto durante el día como durante la noche. Pero la duración de las lluvias decrece con el ascenso latitudinal, aunque en general la cantidad de agua suele oscilar entre los 500 y 1.200 mm.
–
Tropical marítimo, sin estación seca. Su régimen de precipitaciones es análogo al ecuatorial pero con mínimos más acusados. La temperatura también presenta similitudes con las típicas ecuatoriales. En esta zona climática es donde se producen los huracanes, tifones, ciclones o tormentas tropicales que se dan en razón de dos condiciones:
–
*
Aire quieto, que permite incluso calentamiento de sus capas bajas, lo que provocará la inestabilidad.
*
Suficiente alejamiento del Ecuador que permitirá escapar a la atracción de la denominada chimenea ecuatorial.
Desértico. Será tal aquel clima que no disfrute de más de 250 mm de precipitación anual. Los climas tropicales degeneran en desiertos en sus bordes más externos, mientras los mediterráneos también lo hacen en sus bordes más bajos; pero también los templados de costas orientales en su parte más occidental, y los de costas occidentales hacia el Este. Así, en casi todos los tipos desérticos se observa una degeneración tendente al desierto, dando lugar a áreas transicionales caracterizadas siempre por bajas precipitaciones. Sin embargo, los más extensos se encuentran en las márgenes tropicales, en latitudes bajas donde coinciden alisios y westerlies (Sahara, Australia, Kalahari, Atacama). Son los desiertos de los alisios secos; pero otros son de barrera. Atendiendo a la temperatura se diferencian dos tipos de desiertos: *
Calientes sin estación fría, con oscilación térmica no superior a 30º. Resalta el Sahara, el desierto de Australia, los desiertos mexicanos... muy influidos por los alisios.
*
Fríos y con estación fría, con oscilación muy superior a los 30º. Ahora despuntan los de América del Norte y la Patagonia, bien definidos por dos caracteres: encontrarse encerrados, e intensidad acusada de las condiciones anticiclónicas de invierno.
Sólo las plantas más xerófilas viven en ellos, con amplias raíces y poca extensión de hoja para evitar la evapotranspiración. Asimismo, disponen de fuertes corazas que les protegen de las oscilaciones térmicas, ya que se puede pasar de los -20º a los 50º con regularidad.
120
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 4. Climas y zonas bioclimáticas
3.4. Variedad biogeográfica Bajo el Ecuador todos los rasgos climáticos hacen que la asimilación clorofílica se produzca en condiciones óptimas, mientras la alta luminosidad facilita la fotosíntesis. En esa abundancia de la vida indicen varios factores, y entre ellos: la estabilidad climática mantenida, la adaptación al calor (especialmente de la floresta), la diversidad y mezcla de especies, el aumento de la talla. En general, los espacios vegetales son forestales, con árboles higrófilos (adaptados al medio húmedo pero que compiten por la luz), y semixerófilos conforme se produce el alejamiento de las bajas latitudes (soportan meses de sequedad reforzándose con cortezas gruesas y perdiendo las hojas para evitar evapotranspiraciones excesivas). Los bosques intertropicales se clasifican en: –
Ecológicos o zonales, que están en equilibrio con el medio.
–
Topográficos, que derivan de condiciones locales.
–
Bióticos, son secundarios debido a intervenciones humanas.
La floresta intertropical se encuentra en equilibrio con el clima dominante, y puede ser: 1. Ombrófila. Está integrada por especies higrófilas ya que exigen precipitaciones medias de 1.500 mm y no soportan más de dos meses secos (pero el bosque tropieza con la pobreza de los suelos). Se trata del bosque ecuatorial emplazado sobre dicha zona bioclimática (Amazonía, África Occidental y Central e Insulindia). Sus rasgos principales son: densidad, heterogeneidad, estratificación en pisos, y crecimiento continuado. Sus raíces son superficiales; lo que exige la presencia de contrafuertes en su base para fijarse al suelo; son las raíces zanco, que también sirven de aparato respiratorio en las zonas encharcadas. El piso inferior de arbustos está poco desarrollado a causa de la penumbra imperante. Las plantas crecen sin periodo de reposo y la renovación de hojas es continua. Y la variedad es notoria con lianas, epífitas, parásitas, semperparásitas, saprófitas. Las lianas son trepadoras; las epífitas viven sobre otras y no están enraizadas sobre el suelo; las saprófitas son descomponedoras de suelos orgánicos; etc. Lo esencial es la variedad de formas intermedias. 2. Mesófila o mixta. Se desarrolla en condiciones de mediana humedad y con floresta mixta (caduca y perenne). Se trata de una degradación ombrófila como consecuencia del alejamiento del Ecuador y de la aparición de estaciones. Ahora el sotobosque es denso por la mayor disponibilidad de luz, y convierte a la selva en impenetrable. Se trata de un bosque tropófilo, afectado por continuos cambios, porque la vegetación a lo largo de un mismo año pasa por diferentes fases de vitalidad y latencia, como consecuencia de la adaptación a condiciones de alternancia; por ello su fisonomía es híbrida. 3. Caducifolia o seca. Se da en sectores con menos de 1.000 mm y con estación seca de un mínimo de cuatro meses y un máximo de siete. Se trata, por tanto, de otra formación tropófila con las siguientes características: –
Los árboles son semixerofíticos.
–
La cubierta forestal es menos densa y el sotobosque está muy desarrollado.
–
El enraizamiento es más profundo pero la composición florística es menos variada.
Asimismo, se pueden diferenciar varios tipos: bosque claro, bosques polimórficos de espinosas, y caatinga (tallos esponjosos). GEOGRAFÍA E HISTORIA
121
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
Con respecto al ecosistema del bosque ombrófilo viene condicionado por dos factores: la ausencia de hierba y de luz en el suelo; sin embargo, la abundancia de vegetación permite la presencia animal. Las condiciones ecológicas se modifican desde abajo hasta los estratos superiores en función de tres parámetros: insolación, frondosidad y cantidad de alimento. Por estos motivos, dicho bosque sólo consta de un estrato superior (superpoblado con especies heliófilas) y otro a nivel de suelo (poco poblado). El estrato superior está conformado por fauna arborícola adaptada a la altura con la escasez de peso y la ausencia de migraciones. Otras adaptaciones son más puntuales (dedos oponibles, órganos adherentes, colas en espiral, desarrollo de las extremidades anteriores, membranas en los dedos...). El estrato inferior viene definido por la penumbra y el silencio, que junto a la impenetrabilidad sólo permiten vivir algunos grandes mamíferos y pequeños carnívoros. Puede decirse que la biomasa animal es baja, sobre todo cuando se pone en relación con la vegetal y la enorme cantidad de alimento disponible.
3.5. La variante descubierta: las sabanas Ocupan mayor extensión que los espacios forestales y se definen como tapices herbáceos continuos y cerrados. Se trata de formaciones mixtas de: –
–
Herbáceas, con dos variantes: *
Gramíneas, en ocasiones rizomatosas, con rizomas o tallos subterráneos (raíces y yemas). Ello explica la enorme facilidad con la que este tapiz herbáceo se extiende colonizando amplios espacios.
*
Ciperáceas, extendidas por lugares húmedos y con herbazal adaptado a terrenos encharcados.
Leñosas, desde arbustos hasta árboles medios. Son plantas xerófilas y se caracterizan por tener el tronco retorcido y nudoso para evitar la evaporación (para ello también disponen de hojas espinosas). Se dividen en dos grandes grupos: *
Géneros propios de la sabana (baobad, salvertía).
*
Géneros procedentes de bosques próximos mesófilos y secos.
Puede hablarse al menos de cuatro tipos fisonómicos de sabanas según su vegetación: –
Herbácea, carente de arbustos y árboles.
–
Arbustiva, con herbazal, leñosas y arbustos.
–
Arbórea, con herbazal y leñosas altas.
–
Forestal, con diversidad de árboles conjuntados con tapiz herbáceo.
La sabana no es otra cosa que una adaptación de la vegetación a las variaciones de disponibilidad de agua. De ahí que la latencia constituya una de las mejores formas adaptativas, ya que las gramíneas son la pieza fundamental de su paisaje. Puede hablarse incluso de otra clasificación atendiendo al origen de las sabanas: –
122
Primarias, con tres variedades: climáticas, edáficas y heredadas. Las últimas son las más reales porque sólo se instalan en aquellas áreas donde el suelo tropical es desfavorable al bosque, es decir en los excesivamente secos, arenosos y permeables.
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 4. Climas y zonas bioclimáticas
–
Antropógenas, debidas a la acción humana y que presentan islotes forestales residuales de incendios o talas.
Con referencia al ecosistema de las sabanas el medio natural abierto permite los desplazamientos y mayor densidad y riqueza en especies y número. Puede hablarse así de varios rasgos: –
La fauna es fundamentalmente terrestre debido a que el alimento principal es el herbazal.
–
La biomasa es muy notable debido al peso y talla de la fauna.
–
La movilidad deviene de la excedentariedad que obliga a migraciones.
–
Resalta la presencia de una cadena trófica bien estructurada, con: *
Herbívoros con número y variedad de especies, cada una de las cuales tiene su nivel alimentario a distinta altura.
*
Insectívoros y carnívoros con especies generalmente corredoras y adaptadas a la distribución de sus presas.
*
Carroñeros, cuya importancia radica en constituir el último escalón de la cadena trófica.
*
Coprófagos, encargados de la descomposición del suelo (fauna bacteriana).
La fauna vive en un equilibrio complejo que incluso varía con las estaciones. Así, la seca empuja a los herbívoros hacia zonas húmedas, y la lluviosa les obliga a salir a zonas abiertas. En cualquier caso, las migraciones de herbívoros llevan aparejadas las de carnívoros.
3.6. La variante despejada: los desiertos Son las regiones definidas por la aridez, tanto por escasez de lluvias como por altas temperaturas que provocan excesiva evaporación. Es decir, son las áreas donde se combinan sequedad y calor. La sequedad deriva de unas bajas y muy irregulares precipitaciones, generalmente muy espaciadas en el tiempo y en forma rápida o violenta que impide la absorción por la tierra. De ello deriva la imposibilidad de generación continua de la vegetación y de escorrentía permanente. Dicha aridez se puede clasificar en tres conjuntos: –
Semiaridez, con formaciones esteparias y plantas esparcidas en manchas. A esta categoría pertenecen los bordes de los desiertos, e incluso los sectores mediterráneos más extremos.
–
Aridez propiamente dicha, cuando la vegetación eclosiona en momentos específicos, tras las lluvias irregulares. De ahí que la vegetación ya sea muy reducida y pobre.
–
Hiperaridez, cuando no llueve a lo largo del año, e incluso durante varios años. La vegetación es casi inexistente y sólo se emplazará donde existan mantos freáticos superficiales.
En los desiertos tropicales llueve por regla general por debajo de los 200 mm, que además evaporan muy rápidamente. La sequedad deviene de la presencia de altas presiones, de alisios continentales secos y cálidos, conjuntados con la también presencia de corrienGEOGRAFÍA E HISTORIA
123
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
tes oceánicas frías circulando por las fachadas occidentales de los continentes, que al no evaporar agudizan la sequedad interior. Los vientos secos proceden de los anillos subtropicales de altas presiones, uno sobre cada uno de los trópicos, agudizados por las citadas corrientes oceánicas frías a occidente (así a oriente de los continentes no hay desiertos). De ese modo puede hablarse de desiertos tropicales definidos: –
Amplios: Sahara y Arabia-Golfo Pérsico.
–
Norteamérica: California, Colorado, y Gran Cuenca.
–
Iberoamérica: Perú y Atacama.
–
África del Sur: Namibia y Kalahari.
–
Australia centro-occidental.
Debido a la existencia de amplitudes térmicas superiores siempre a los 25º y a la presencia de heladas nocturnas los suelos son esqueléticos, salitrosos y hasta ausentes. De ahí que las plantas presenten ciclos vegetativos cortos y semillas resistentes; otras disponen de interiores carnosos con reservas de agua; y unas últimas se defienden de la evaporación con sus hojas pequeñas y coriáceas. El tapiz es discontinuo, y la vida animal reducida. Las redes hidrográficas son desorganizadas y anárquicas, embrionarias e inconexas. En muchas ocasiones la presencia de cuencas cerradas propicia el endorreismo. Las adaptaciones vegetales son las más significativas. Y entre ellas la xeromorfia, suculencia, más la presencia de epífitas, y la modificación del ciclo vegetativo (plantas efímeras):
124
–
La xeromorfia es la adaptación a la escasez de agua, que sirve de materia prima para el metabolismo celular. Si la disponibilidad es muy baja y encima el aire circundante seco la transpiración puede desecar a la planta. Para evitarlo la savia transforma sus almidones en azúcares; y además los estomas se cierran. De las dos formas se evita la transpiración, pero también se para el metabolismo y en consecuencia el crecimiento de la planta. De ahí que con este mecanismo de defensa se consigan dos objetivos: de un lado, se reduce la necesidad de agua, y de otro la corta talla exigirá menos agua a lo largo de la vida vegetal.
–
La suculencia permite la supervivencia con reservas de agua acumuladas a través de raíces muy profundas que permiten captar aguas rápidamente infiltradas. Por medio de tejidos carnosos bien en el tallo o bien en las hojas se consigue retener esas reservas, producto de una síntesis a partir de la oxidación de azúcares. Ello impone la presencia de una red de fibras que ejercen de esqueleto, y el cierre de los estomas durante las horas de máximo calor ambiental, lo que a su vez anula la función clorofílica. Con todo es una adaptación a las áreas desérticas y subdesérticas, pero no a las zonas hiperáridas.
–
Las plantas epífitas son capaces de vivir de la humedad atmosférica. Carecen de raíces y viven del rocío o niebla, y hasta de vapor de agua.
–
Las plantas efímeras, aquellas capaces de desarrollar un vivaz ciclo vegetativo, de hasta dos o tres días, fructificar y morir rápidamente. Algunas no llegan a sobrepasar la decena de días de vida. Se trata de una adaptación extrema, que nada tiene que ver con las precedentes y sí más con una capacidad reproductora centrada en unas semillas muy deshidratadas y protegidas con barnices, al margen de una larga duración de latencia (a veces hasta medio siglo).
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 4. Climas y zonas bioclimáticas
Cabe hablar, por tanto, de varios tipos de desiertos, si bien en su configuración lo normal es que intervengan diversos factores: –
Zonales, en latitudes tropicales y subtropicales. Se deben a subsidencias dinámicas de la atmósfera, a las altas presiones tropicales, que alumbran los desiertos más extensos del planeta (es preciso significar que el sahariano es a la vez zonal y costero).
–
Costeros, en fachadas occidentales de continentes y debidos a la presencia de corrientes oceánicas frías.
–
Continentales, por alejamiento del influjo oceánico. Suelen emplazarse en zonas templadas interiores.
–
De barrera orográfica, debidos al efecto foëhn, y entre ellos resaltan los interiores norteamericanos.
4. LAS ZONAS DE CLIMAS TEMPLADOS 4.1. Caracteres y tipos climáticos Aquí se produce una circulación zonal regular, si bien sobre océanos y continentes se organiza un sistema más complejo de circulación celular. Sin embargo la introducción de factores puramente geográficos, como el contraste entre superficies continentales y oceánicas, complica el esquema zonal. La causa fundamental de esa alteración zonal reside en los contrastes térmicos estacionales. Las altas presiones se mantienen bastante sobre los océanos, mientras en invierno los anticiclones fríos recubren los interiores continentales. Y estas modificaciones estacionales afectan en mayor medida al Hemisferio Norte debido al mayor volumen de tierras emergidas. De otro lado, en invierno los flujos húmedos oceánicos entran en contacto con los secos y fríos en las fachadas orientales de los continentes, dando lugar a la creación de frentes y a la aparición de lluvias abundantes. Por el contrario, cuando ese contacto se produce en las fachadas occidentales los efectos se traducen en fuertes vientos que impedirán el desarrollo de la vegetación arbórea. Pero también los movimientos meridianos de las perturbaciones del Frente Polar desempeñan un papel climático clave. Esas borrascas son las que propician precipitaciones en estaciones intermedias. En razón de todos estos criterios de circulación zonal pueden distinguirse cuatro dominios bioclimáticos en la zona templada: –
Europa Occidental y ámbito mediterráneo. Se trata de una fachada occidental templada y, por tanto, sujeta al influjo de los vientos húmedos del Oeste. Por ello, la amplitud térmica anual aumentará hacia el interior continental. El mediterráneo disfrutará de veranos secos y de estaciones intermedias muy claras.
–
Interior de Eurasia. De Oeste a Este los climas serán cada vez más continentales, con fuertes amplitudes térmicas y sequedad cada vez más aguda. Aquí pueden distinguirse una gran variedad de subclimas: polaco, ruso, siberiano, danubiano, ucraniano...
GEOGRAFÍA E HISTORIA
125
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
–
Asia oriental. En Siberia los inviernos son los más duros de toda la zona templada, mientras en el Sur de China son más atemperados y casi subtropicales.
–
Tierras templadas de América. Son espacios climáticamente muy disimétricos; en la porción occidental debido al efecto barrera ejercido por las Rocosas, mientras en la oriental son más septentrionales por la forma continental. En cualquier caso dominan los climas fríos en invierno y las lluvias se reparten según ciclos estacionales.
Los citados medios bioclimáticos pueden quedar concentrados en dos grandes áreas climáticas: –
Templada-oceánica. Es una región climática porque es un clima azonal. Cubre las regiones costeras e islas sometidas a los vientos templados del Oeste; por este motivo sólo abarcará la zona costera norteamericana, mientras en Europa penetra más hacia el interior por la ausencia de relieves costeros. En el Hemisferio Sur se emplaza únicamente en las costas de Chile y Nueva Zelanda. El régimen térmico es atenuado por la proximidad del océano; y el pluviométrico viene regido por las depresiones que llegan a las costas y que tienen origen en el Frente Polar. Pero estas regiones disponen de suelos poco fértiles debido a los continuos lavados por las aguas de lluvia que arrastran hacia horizontes profundos a los elementos minerales. En esas condiciones la vegetación es de hoja caduca con sotobosque de helecho. Puede decirse que el bosque oceánico se define por su gran talla y escasa densidad.
–
Continental. Debe su existencia al ensanchamiento longitudinal del continente norteamericano y surasiático, ensanchamiento que no aparece en el Hemisferio Sur, donde las masas continentales son demasiados estrechas. El régimen térmico opone claramente el verano a invierno y se caracteriza por la gran amplitud anual; el invierno además es largo, mientras el verano disfruta de temperaturas elevadas. El régimen pluviométrico viene definido por precipitaciones mediocres, nivosas en invierno. El total anual es bajo, e incluso disminuye hacia el interior de los continentes. En consecuencia el paisaje vegetal es el bosque templado continental o taiga, también denominado bosque boreal porque no se da en el Hemisferio Sur. Está formado por coníferas espaciadas dentro de un bosque homogéneo asentado sobre suelos helados en profundidad y no aptos para el herbazal. En el sector meridional aparece la pradera templada asentada sobre suelos negros. Por la más baja latitud los veranos son más cálidos, lo que permite el desarrollo del herbazal que bordea el Sur de la taiga, el corazón de EE UU y las Pampas (sabanas extratropicales). Se desarrolla muy rápidamente en primavera aprovechando el calentamiento oriental y se deseca también rápidamente en otoño. El suelo propio de la pradera es la tierra negra, con abundancia de humus procedente de la descomposición del herbazal. Al Sur de la pradera su degradación dará lugar a la aparición de la estepa.
Así pues, en la distribución de los paisajes vegetales de la zona templada resalta el contraste entre hemisferios. En latitudes medias del Hemisferio Sur es esencialmente oceánico, con flora original aunque las formaciones vegetales no cubran extensiones considerables. En el Hemisferio Norte las tierras son más extensas y el clima presenta mayor diversidad, con regiones incluso muy alejadas del influjo oceánico; por ello la disposición vegetal es muy simple con una franja ancha de bosques limitada al Norte por la tundra y al Sur por la estepa. Sin embargo, esa disposición hemisférica queda alterada con la pre126
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 4. Climas y zonas bioclimáticas
sencia oceánica, que a su vez establece la diferencia entre fachadas orientales (con mayor mezcla florística debido a la mayor penetración del influjo) y occidentales (con variantes latitudinales como la mediterránea). Dos variedades de climas templados (regiones climáticas porque son debidas a factores geográficos) son los: –
–
Climas templado-cálidos de costas occidentales. Se emplazan en la zona que separa los alisios de los vientos de latitudes medias, y son por tanto climas de transición con influencias tropicales de los alisios y vientos del Oeste. Se identifican con los climas subtropicales, con influencia de los alisisos en verano y de los westerlies en invierno. El más característico es el clima mediterráneo, que presenta los siguientes rasgos: *
Lluvias en invierno y sequedad ambiental en verano.
*
Veranos cálidos e inviernos suaves (más de 6º).
*
Fuerte insolación, especialmente en verano.
*
A finales del verano y principios del otoño el descenso de calor y las inversiones térmicas ocasionan las nieblas.
*
Las precipitaciones oscilan entre 400 y 500 mm, siendo más abundantes en las zonas costeras que en las continentales.
*
La estación de lluvias coincide con la más fría y la sequedad de gran parte del año impone la presencia de plantas xerófilas, si bien predominan también arbustos de hoja perenne. El tipo característico es la garriga (arbustos de poca altura) y el maquis (monte bajo).
*
Es un tipo climático que se da en la cuenca mediterránea y costas de California, chilena, occidental surafricana, y suroccidental australiana.
Climas templados cálidos de costas orientales. Se emplazan en la misma área que los precedentes (aunque en costa opuesta) por lo que tienen veranos cálidos e inviernos templados, y difieren en la cantidad de precipitación y en su distribución. En las costas orientales de los continentes los alisios vienen del mar cargados de humedad, y por tanto, proporcionan veranos lluviosos. En cambio, los westerlies, que proceden del interior continental, vienen desecados y sólo aportan escasas lluvias durante el invierno. Sus rasgos son: *
Inviernos suaves con medias superiores a 10º, pero con frecuentes heladas en zonas interiores.
*
Veranos calurosos que superan con frecuencia los 30º.
*
En invierno la lluvia es de carácter ciclónico mientras en verano es orográfica.
*
Predomina la vegetación forestal de hoja ancha y perenne, pero también los bosques de coníferas y herbazal. Este tipo de clima se da preferentemente en: costas orientales de Australia, Argentina, Uruguay, Brasil meridional, África del Sur y Golfo de México.
*
Una variante es el subtipo monzónico (región climática), que debido a la influencia continental dispone de un invierno frío y de estaciones diferenciadas. Además, la lluvia cae preferentemente en verano, una estación más marcada que en las costas orientales. Se extiende por China del Sur, La India y algún sector más del Asia meridional. Es el ambiente propicio para el desarrollo de tifones.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
127
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
4.2. Los rasgos biogeográficos La relevancia vegetal la ostentan los bosques, que pueden ser agrupados en tipos, cada uno de los cuales guarda sólo equilibrios relativos debido a los medios climáticos y edáficos particulares. Son los siguientes: –
Coníferas. Componen las masas forestales más extensas del planeta y se caracterizan por su homogeneidad florística con número de géneros y especies poco elevado. El aspecto del bosque no es muy diferente en invierno y verano, porque se trata de perennifolias capaces de resistir los crudos inviernos de las altas latitudes por medio de hojas en forma de aguja que cierran los estomas para anular la transpiración en invierno. El sotobosque es muy reducido por varias razones, y entre ellas porque el manto superficial del suelo está mal descompuesto y el humus es muy ácido.
–
Caducifolias. La formación típica de las zonas templadas, que presenta aspectos diferentes según estaciones. Ahora los árboles se adaptan perdiendo las hojas en invierno y cerrando estomas en los días calurosos de verano. El número de especies es reducido, mientras la abundancia del sotobosque depende de la densidad de la floresta.
–
Perennifolias. Se dan en las regiones de verano seco, con un bosque de escasas especies y con adaptaciones xerofíticas para limitar la transpiración. Se emplazan en los climas mediterráneos de montaña.
–
Mixta de costa oriental. Ahora la variedad de especies es la norma (especialmente en el sureste asiático), y la frondosidad es su rasgo más sobresaliente.
Complementarias a los bosques están las formaciones bajas enclavadas donde no prosperan aquéllos. Entre ellas resaltan:
128
–
La pradera. Con ausencia de arbolado y dominio del herbazal. Unas son climáticas, otras edáficas, y hasta hay unas terceras antrópicas. Están formadas por gramíneas de muy pocos géneros y ciclo vegetativo corto. Cuando las lluvias superan los 500 mm pueden alcanzar gran talla; cuando son reducidas su porte es muy escaso.
–
Landas y prados oceánicos. En las regiones costeras de clima oceánico dominan las formaciones bajas: *
Landas. Se asientan sobre suelos ácidos y están compuestas por arbustos adaptados a climas nubosos y fuertes vientos marítimos. Por ello cierran sus estomas, para evitar que el aire seque sus reservas de agua.
*
Prados. Son formaciones de gramíneas bajas y discontinuas en el espacio.
–
Formaciones mediterráneas, del tipo maquis, garriga y jaral. Su dominio depende de que el suelo sea calcáreo o bien silíceo, y de la mayor o menor humedad sobre el mismo.
–
Tundra. Adaptada al clima polar. Se trata de formaciones muy rastreras y enjutas (musgos y líquenes), pegadas al suelo, para evitar el barrido de los fuertes vientos helados.
–
Formaciones bajas de alta montaña. Las bajas temperaturas de las cumbres, la duración de la nieve, los contrastes térmicos, y la violencia del viento hacen que surjan los pisos alpino (las leñosas escasean y se implantan las herbáceas, que se desarrollan vivazmente debido a la luminosidad ambiental), y nival (con vegetación discontinua de líquenes y algas). PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 4. Climas y zonas bioclimáticas
Como en el Hemisferio Sur las tierras emergidas no son extensas la vegetación se reduce a los archipiélagos y extremos meridionales de los continentes. Aquí no aparecen los fuertes contrastes térmicos de los interiores continentales, pero sí los pluviométricos entre fachadas orientales y occidentales. Con todo la unidad florística es notable debido a que suelen representar a especies migradas desde el Hemisferio Norte.
5. LAS ZONAS FRÍAS Y POLARES En los márgenes de las zonas frías es posible encontrar desde regiones de hielos perpetuos hasta otras de verano mediocre (como la tundra). En el primer caso se trata de inlandsis y banquisas, y en el segundo del dominio bioclimático frío. Cabe hacer una precisión; si bien las banquisas no constituyen un medio biótico propiamente dicho es preciso su análisis para entender su influjo sobre otros medios, ya que sobre ellas se forman las masas de aire polares que luego descienden en latitud para incidir sobre las zonas templadas. –
Los inlandsis. Sumando los existentes en ambos polos la extensión ocupada alcanza los 15 millones de km2, o lo que es decir, una vez y media la extensión del continente europeo. Esta superficie contiene un volumen de hielo de 25 millones de km3, y el de los dos inlandsis principales (Antártida y Groenlandia) el 99% del existente sobre el planeta. Se pueden diferenciar dos tipos: *
Plataformas glaciares, con nieve, hielo y aire helado como elementos distintivos. El espesor del hielo alcanza en la Antártida casi los dos kilómetros, si bien la altura sobre el mar roza los dos kilómetros y medio. En Groenlandia alcanza los cuatro kilómetros. En ambos casos el hielo superficial es más frío que el interior porque refleja las alteraciones ambientales (entre -20º y -60º). Por debajo de los diez metros la temperatura ronda los cero grados debido al influjo geotérmico de la Tierra. La superficie del hielo no es uniforme; en superficie hay nieve helada, bajo la cual aparece nieve cristalizada con aire aprisionado y más compacta. Las condiciones anticiclónicas son muy frías, lo que propicia muy débiles precipitaciones, que a su vez aclaran el lento movimiento de los hielos. El clima es muy seco y frío (-30º en Groenlandia y -55º en la Antártida, si bien se pueden superar estos valores). La alta latitud, la pérdida de calor por refracción y la altitud acarrean las advenciones del aire. También en la Antártida los fortísimos vientos gélidos por el continuado contacto con masas de hielo continentales pueden alcanzar los 360 km/hora; cuando llegan al mar impactan violentamente contra la superficie provocando grandes crestas y convirtiendo a los mares antárticos en los más tempestuosos del mundo. Además, la escasa nieve caída no funde, incorporándose así al casquete helado y haciéndole crecer de forma continuada. El clima antártico se explica por tres factores: aguas oceánicas muy frías, variaciones estacionales de la cubierta marina helada, y de la continental. Fruto de los contrastes en la altiplanicie se reduce la velocidad de los vientos; pero en la costa es constantemente muy alta, y en especial cuando dominan las bajas presiones. Además, el límite de la banquisa en el hemisferio austral alcanza los 50º de latitud y el de iceberg llega a desbordar los 40º. Pero la hostilidad ambiental no es sinónimo de ausencia biótica porque se catalogan unas 340 clases diferentes de plantas, y en la región subantártica una treintena de plantas con flores. La altiplanicie central es el medio más inhóspito del planeta, con
GEOGRAFÍA E HISTORIA
129
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
lo cual el casquete es estéril (salvo las comunidades criptoendolíticas, que se desarrollan en fisuras de las rocas). En el área subantártica el influjo oceánico permite la variedad y adaptaciones perennes (pervivencia largo tiempo sin oxígeno, superenfriamiento para evitar la congelación). La vida animal se reduce a microbios y pequeños invertebrados. Los insectos son escasos (67 especies) y parasitarios. Así, las cadenas alimentarias son bien simples, y centradas básicamente en la costa donde proliferan especies mixtas (terrestres y marítimas) y abundan las aves. Puede hablarse, por tanto, de tres ecosistemas: oasis de hielo, lagos geotermales, y plataformas heladas (que cubren cerca de millón y medio de km2).
–
*
Márgenes glaciares, con pendientes que dirigen los hielos hacia el mar a una velocidad de entre 500 y 1.200 m/año, y que proporcionan el abastecimiento de iceberg al océano. El clima es muy perturbado aunque las temperaturas ahora son algo más suaves, pudiendo superar los ocho y diez grados, si bien el inlandsis marginal antártico es más crudo. No obstante aparecen vientos del interior, muy fríos, violentos y frecuentes, que hacen que la sensación térmica sea de frío muy intenso. Las precipitaciones son muy mediocres. Cuando el suelo está desprovisto de hielo la tundra es quien se asienta, con vegetación que suele ocupar sectores aislados, donde haya algo de suelo. Por ello sólo subsisten animales acuáticos y aves, los únicos que pueden encontrar su alimento en el mar. Con todo, Groenlandia sí dispone de mayor riqueza biótica.
*
Banquisas. Cuando el agua del mar se hiela gran cantidad de especies animales encuentran bajo esa capa su sustento. Pero puede hablarse de banquisas estacionarias (el mar se deshiela en verano), y permanentes. Asimismo de dos tipos locacionales: •
La ártica, a remolque de las perturbaciones atlánticas y de las altas presiones invernales. Alcanza una extensión de 100.000 km2.
•
La Antártica, que reposa sobre el mar más agitado del mundo lo que la ciñe a áreas muy próximas al continente.
El dominio climático frío es hostil a la vida. Además el vasto dominio de la tundra septentrional no está representado al Sur. Se observa, no obstante, una cierta similitud en la ausencia de zonalidad climática en los dos polos. La división climática no se hace según la latitud; al Norte el contacto de los márgenes árticos con las aguas atlánticas dulcifica algo las aguas. Al Sur es más difícil. En todo caso se trata de clima inhóspito y muy riguroso al Este debido a la presencia de corrientes frías, pero el mes más cálido alcanzará los 10º mientras el más gélido los -50º. Al Norte la enjuta tundra será aprovechada por renos y caribús que durante la noche polar migran hacia la taiga. Por el contrario, la vida marina sí es variada.
6. LOS CLIMAS DE ALTURA Una variante climática azonal es la de montaña, porque la altura aparece en cualquier parte del mundo. Sin embargo, es en la zona templada, por más poblada, donde más repercusión tiene este tipo climático. Presenta gran variedad de tipos, con calor en las vertientes expuestas al sol y frío en las contrarias; pero también con más agua en las alturas y en las vertientes expuestas a los vientos. En las cadenas montañosas más altas la presión desciende hasta dos quintas partes de la normal; y se da la presencia de aire enrarecido y disminución de la temperatura. 130
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 4. Climas y zonas bioclimáticas
La mayor parte de los vientos proceden del efecto foëhn que proporciona lluvias en las laderas expuestas. Pero el limpio aire de las montañas absorbe pocas radiaciones solares, por lo que es abundante la presencia de rayos infrarrojos y ultravioletas. Ello aporta altas temperaturas, a no ser por la continua circulación de vientos de altura que provocan continuos cambios térmicos. Parte del vapor de agua se concentra en las capas bajas dando como resultado aire seco por encima de los 2.000 m; pero la distribución de lluvia es muy compleja. Los puntos más elevados tienen mayores precipitaciones debido al efecto foëhn. El límite de las nieves perpetuas resulta de la exposición a los vientos, de la orientación respecto al sol, y de otros factores como la latitud o la misma altitud. En las áreas de máxima precipitación surge el bosque de coníferas en las zonas más altas, y el de hoja caduca en las más bajas. Entre el bosque y el área de nieve es donde se instala la pradera de altura. Pueden distinguirse tres tipos climáticos de montaña: –
El alpino, en la zona templada-fría. Es más extremado en las vertientes orientales, las más lejanas al influjo del mar y al efecto barrera orográfica. Por tanto, en esa dirección decrecen las lluvias y aumenta la oscilación térmica.
–
El andino, en latitudes tropicales. Aquí la orientación tiene menos importancia, pero la oscilación diurna es mayor, sobre todo a partir de los 3.000 a 4.000 m (Puna), donde el frío es ya glaciar.
–
El tibetano, en zonas áridas interiores. Presenta inviernos muy rigurosos de -40 ºC y fuertes vientos. Es un clima continental de altura que aporta rasgos muy contrastados, y se convierte en el clima de montaña más inhóspito, junto al andino en altura.
7. EL TIEMPO Y CLIMA COMO CONDICIONANTES DE LAS ACTIVIDADES HUMANAS 7.1. El tiempo y el clima: repercusiones Tiempo es el estado de la atmósfera en un momento dado y lugar determinado, mientras clima es la sucesión de tipos de tiempo. La conjunción definirá los tipos de clima, que a su vez condicionarán y explicarán las biocenosis y las adaptaciones antrópicas. Entre los elementos y factores del clima es preciso mencionar: – La temperatura. En las zonas intertropicales supera los 20º y en las ecuatoriales los 25º; por el contrario en las templadas el margen fluctúa entre los 20º y los -10º. En las zonas frías el disconfort térmico queda situado entre los 5º y -15º al Norte y -20º y más en la Antártida. Sin embargo, en los sectores costeros las temperaturas se ven suavizadas o agudizadas en razón del discurrir de corrientes oceánicas frías o cálidas. En las zonas extratropicales en verano se da larga insolación con incremento térmico, mientras en invierno la reducción de los días hace descender las temperaturas. Por el contrario, en las intertropicales son uniformemente cálidas. Sin embargo, las temperaturas están influidas por la latitud, época estacional, proximidad o lejanía a los océanos, nubosidad y la altitud. Y para el desarrollo de la vida habrá de tenerse presente siempre la amplitud térmica. La razón es múltiple: GEOGRAFÍA E HISTORIA
131
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
*
Las temperaturas regulan la vida vegetal, porque la fijación de carbono en las plantas se incrementa con las cálidas y se retrae con las frías (latencia).
*
Las bajas temperaturas provocan las migraciones animales hacia latitudes más suaves, y dificultan las comunicaciones humanas.
*
Los contrastes térmicos acusados facilitan la actuación de mecanismos erosivos.
*
Las muy altas temperaturas provocan estiajes que interrumpen regadíos, mientras las muy bajas congelan cursos fluviales y hasta mares impidiendo las comunicaciones.
–
La humedad. Los aires cálidos mantienen más vapor de agua que los fríos. Se distinguen entre polares (marítimos y continentales), con tiempos fríos, desapacibles y húmedos; y tropicales (continentales y marítimos), secos o húmedos pero estables. Así, pues, la humedad viene condicionada por la latitud. Y en razón de la cantidad de agua y su distribución a lo largo del año los límites para la vida son claros; en latitudes elevadas y cercanas al mar la humedad será alta y favorecedora; pero la lejanía del mar impone el descenso y condiciones más duras para el desarrollo biótico. Por el contrario, en bajas latitudes la mayor evaporación y lluvia provoca la eclosión de la vida, que se reduce con el descenso pluviométrico desde el Ecuador a los Trópicos.
–
La presión. El aire ejerce presión sobre la superficie terrestre: cuando es alta produce anticiclones (cálidos o fríos pero estables), y cuando es baja depresiones (inestables y ventosas). Los anticiclones además son secos, con lo cual las inferencias para la vida son claras, tanto más cuando hay áreas anticiclónicas y depresivas.
–
El viento. A mayor presión (muy juntas las isobaras) mayor será la velocidad, que sopla paralelamente a las isobaras (viento geostrófico) y que se encarga de mezclar masas de aire. Dispone de flujos divergentes (horizontales) y verticales. Pero, también, hay vientos locales (de montaña y valle, topográficos, y brisas terrestres). Los esenciales son los cinturones globales de viento, y entre ellos: *
Los alisios, o vientos tropicales del Este, que soplan sobre la mitad del globo y son notables en su constancia y dirección (si bien más fuertes en invierno). Los dos sistemas de vientos alisios (Norte y Sur) coinciden en el Frente de Convergencia Intertropical.
*
Ecuatoriales del Oeste. No son fuertes pero generan los monzones.
*
Vientos del Oeste en latitudes medias. Son más variables en dirección e intensidad y menos constantes en el Hemisferio Norte.
*
Polares del Este. Se forman sobre anticiclones de altas latitudes y descienden muy fríos hacia latitudes más bajas.
Existen unos márgenes climáticos en los que la vida humana se desarrolla de forma óptima y permite un notable desarrollo. Es lo que se llama confort climático; sobrepasar dichos límites supone automáticamente un disconfort, que ha de ser corregido con respuestas artificiales y tecnológicas, desde el momento que el hombre necesitará crear las condiciones necesarias para recuperar el confort climático. Un elemento fundamental de dicho confort será la humedad: la relativa del 75% permitirá alcanzarlo a los 21º; pero conforme las condiciones sean más secas la temperatura deberá ir aumentando hasta conseguir el mismo confort. La velocidad del viento también será clave, ya que suele aumentar la sensación térmica de frío: a igualdad de temperatura en dos zonas la velocidad mayor en una 132
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 4. Climas y zonas bioclimáticas
de ellas hará incrementar ahí la sensación de frío. Así pues, los umbrales de confort son los que definen y explican la distribución de la población mundial (unidos a otras razones, ahora históricas, religiosas, sociológicas, económicas, etc.). Los fenómenos meteorológicos citados inciden y condicionan a las actividades económicas y humanas de muy diversas formas: A) En la actividad agraria, cada zona bioclimática impone aprovechamientos determinados, aunque la capacidad tecnológica permita cada vez más superar los condicionantes climáticos: –
En las zonas frías las bajas temperaturas limitan el crecimiento vegetativo de los cultivos y el desarrollo agrario es mínimo.
–
En las desérticas se presenta el grave inconveniente de la aridez, aunque grandes obras de regadío ya han permitido el auge de cultivos adaptados (la sequía provoca necesidades hídricas, que sólo pueden ser satisfechas con aportes artificiales de agua).
–
En las húmedas el terreno mojado no puede recibir tareas agrícolas (salvo algunos cultivos, como el arroz), mientras se requiere tiempo seco para la recolección de las cosecha.
Otros condicionamientos son meteorológicos (los tipos de tiempo no impiden el cultivo, aunque inciden muy directamente sobre la cantidad de las cosechas). Así las heladas, granizadas, sequías... de hecho pueden ocasionar desde paralización del ciclo vegetativo, congelación de la planta, desmembramiento de los cultivos... y en general, desde pérdidas parciales hasta la imposibilidad de obtener cosecha. –
Las inundaciones intervienen por la sobreabundancia de un agua caída en muy breve espacio de tiempo, que suele provocar la destrucción de cultivos, bien por arrasamiento, bien por putrefacción de las raíces por asfixia. Mientras parte de la zona intertropical padece la escasez de agua y la vegetación y cultivos han de adaptarse a unos mínimos pluviométricos mediante la xeroficidad, el área bioclimática mediterránea es propicia a padecer inundaciones, casi siempre ligadas al fenómeno de las gotas frías. Pero, estos acontecimientos de sobreabundancia pluviométrica son, también, muy característicos de las regiones tropicales y monzónicas; los monzones pueden provocar desbordamientos de los ríos e inundaciones en La India, su periferia y el sureste asiático, con la consiguiente destrucción del sistema ricícola y las hambrunas derivadas, especialmente en Bangla Desh. En zonas templadas las famosas nubes negras son una amenaza. Se desarrollan en cumulonimbos a partir de convulsiones atmosféricas o desequilibrios del aire. Pueden ser orográficas, convectivas, frontales y costeras. Las de efectos más rápidos para la agricultura devienen de las convectivas, formadas en verano por la intensa irradiación de calor del suelo; de ahí a un fuerte desarrollo, pequeña extensión, precipitación intensa, acompañamiento de vientos, incorporación de granizada, etc. La ventaja es el aporte de aguas y la desventaja la arroyada consecuente.
–
Los granizos también intervienen. Es un meteoro de fuerte aleatoriedad espacial pero capaz de incidir en muy extensas áreas de la Tierra. Se trata de una precipitación que llega al suelo en forma sólida y amorfa, y está integrada por núcleos de nieve envueltos en hielo; el pedrisco lo está por trozos de hielo de
GEOGRAFÍA E HISTORIA
133
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
hasta diez veces más tamaño y con granizos soldados entre sí. La incidencia negativa de ambos sobre la agricultura dependerá del tamaño del granizo y de la velocidad de caída; además las granizadas suelen presentarse en primavera y verano, cuando las plantas están desarrolladas y los daños pueden ser irremediables; sin embargo, cuando caen en la etapa del nacimiento puede producirse el rebrote. De todos modos es perjudicial para el arbolado al romper los brotes, y para las leguminosas al principio del desarrollo. El choque del granizo contra el tejido vegetal provoca desde lesiones, por las que actuarán luego gérmenes que desarrollarán enfermedades, a la muerte directa de la planta (los cereales durante la etapa de espigado). El paso de las denominadas nubes negras es conocido por sus efectos como lotería del infierno. –
Las heladas provocadas por el anormal descenso de las temperaturas en la época de máximo desarrollo vegetativo de las plantas, que pueden suponer su interrupción y la pérdida o disminución de las cosechas. Son especialmente incisivas en las regiones mediterráneas, donde el desarrollo vegetativo suele ser temprano, y donde las plantas no se encuentran muy adaptadas a este meteoro. Las heladas de irradiación son provocadas por aire frío y seco, y se dan en noches largas, despejadas y de viento en calma; las tardías de marzo y abril provocan el chamuscado de los brotes, con pérdidas para la viña, leguminosas y frutales. La topografía desempeña un papel esencial en las heladas, ya que el aire frío y seco es pesado y acaba depositándose en el fondo de valles, creando bolsadas frías de efectos muy nocivos para arbustos y cultivos. El enfriamiento del suelo es más rápido que el de la savia, y éste más rápido que el del aire; de ese modo se produce un fuerte desequilibrio entre la transpiración y absorción de la planta; el agua que no puede salir de la planta se congela y da lugar al marchitado. Como meteoros protectores funcionan el viento y las nubes, si bien su actuación es compleja porque se presentan cuando menos dos tipos de helada: provocadas por una invasión de aire ártico o polar, olas de fríos que matan directamente a los brotes (por eso se les denomina heladas negras); y por enfriamiento del suelo y órganos vegetales en noches claras y despejadas, y que suelen ir acompañadas de escarcha (por ello se les conoce como heladas blancas). En cualquier caso son menos perjudiciales en invierno, cuando la vegetación se encuentra en estado latente, e incluso suelen ser hasta beneficiosas para los cereales (paran el crecimiento y el cereal responde con mayor enraizamiento). La respuesta contra las heladas puede ser múltiple: poda alta, poda tardía, riegos nocturnos (la capacidad calorífica del agua evita que el aire más próximo al suelo se enfríe, si bien el viento puede acelerar la helada), producción de nubes artificiales de humo que incrementan la temperatura del aire, etc. Las nieblas de irradiación derivan de un aire frío y muy húmedo que se condensa cuando el suelo está muy frío por la noche. Estas nieblas mojan el suelo (por eso se denominan lloronas) y las plantas, y suelen ser beneficiosas; pero cuando la temperatura baja de los cero grados y sopla el viento las gotas de nieblas se hielan sobre las plantas y el peso puede afectar negativamente a las hojas. Las nieblas suelen proceder de nubes a ras de suelo (de irradiación) o pasajeras (advención). En cualquier caso depositan sus gotas sobre la vegetación y el suelo, y proporcionan un alto de nivel de captación de agua por las plantas. El rocío presenta distintas variantes (descendente, ascendente, de exudación de las plantas) y se dan a las horas de temperatura mínima en la madrugada. Sólo se deposita en la cara superior de las hojas, y a muy baja al-
134
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 4. Climas y zonas bioclimáticas
tura; el único problema que plantea es la helada de las finas gotas depositadas. Rocíos, escarchas y nieblas son beneficiosas para la agricultura por su aporte de humedad, especialmente en regiones con temperatura alta durante el día y fuentes de humedad próximas (áreas mediterráneas), una humedad que por la noche, al bajar la temperatura, condensa y se deposita. Sin embargo, el rocío impide la recolección y empacado de cosechas, y en primavera hace proliferar esporas, bacterias y gérmenes. Por su parte, la nieve (al margen de su aporte pluviométrico) impide la formación de rocío, y los suelos nevados limitan la radiación terrestre y protegen de la helada. –
Las lluvias como reserva hidrológica. La evaporación es el primer proceso que sigue el agua en el ciclo hidrológico; la precipitación la devuelve a la superficie terrestre, aunque en su mayor parte retorna hacia el mar (otra porción se integrará en depósitos subterráneos, una más quedará inmovilizada en forma de hielo, otra será absorbida por las plantas y luego devuelta a la atmósfera). En cualquier caso el ciclo es continuo, y en él se recibe agua, pero también se pierde hasta tres cuartas partes (la tendencia al equilibrio es la pauta general). Entre los 40º N y S la evaporación supera a la precipitación (salvo en la franja 10º N y S), especialmente en la estación seca, cuando se alcanza el punto de agotamiento de reservas de humedad en el suelo, para recuperarse en la húmeda (en concreto en la zona templada). Por ello, la hidrología se ocupa de analizar la cantidad de agua almacenada a partir de las unidades de precipitación por unidad de tiempo, con lo que puede estimarse la variación de depósitos existentes. Sin embargo, las precipitaciones sobre regiones donde el hielo es estable hace falta contar con el factor temperatura, ya que las potenciales reservas siempre irán con retraso temporal. Cuando los cursos circulen por valles la creciente de primavera ha de ser contemplada, ya que a las aguas de deshielo han de adicionarse las de precipitación. Luego ha de valorarse el fenómeno de la evaporación en pantanos y la derivada de la propia vegetación, pérdidas que han de ser tenidas en cuenta a la hora de establecer reservas disponibles.
–
El viento incide en razón tanto de su dirección como de su velocidad, y puede ser: en calma (hasta 8 km/h), débil (8-16), moderado (16-30), fuerte (40-60), violento (60-90), y huracanado (más de 90). Y es útil conocerlo para desarrollar tareas agrícolas como el riego por aspersión y aventado. En zonas llanas el máximo se alcanza al medio día y en las montañas por la noche. El viento introduce un papel benefactor para la agricultura: renovando el aire y favoreciendo la transpiración de las plantas; transportando polen; aumentando la dureza de los troncos; evitando las heladas nocturnas y barriendo a las nieblas; ayudando al secado de las plantas antes de la recogida; etc. Pero, también, acarrea efectos perjudiciales: deseca y endurece a los suelos; encama a los cereales; deforma a los árboles; los vientos fríos desecan a los brotes y los cálidos deshidratan a las plantas; transporta las semillas de hierbas nocivas; arrastra las capas fértiles del suelo; etc. La solución a parte de estos inconvenientes se encuentra en la construcción de pantallas cortavientos, especialmente de arbolado para que ejerzan de barrera protectora ante los vientos dominantes; sobre llanuras lo aconsejable es estructurar bandas en forma de tablero de ajedrez (y ha de hacerse con floresta de raíces profundas y poco extensas; así soportarán bien las envestidas y no captarán recursos del suelo a las plantas de cultivo).
GEOGRAFÍA E HISTORIA
135
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
De forma genérica puede decirse que el clima ha de ser abordado en función del tipo de cultivo, por lo que es preciso controlar: la cantidad de calor que reciben las plantas, y la de lluvia aprovechada por los cultivos; pero también en razón de las adversidades climáticas referidas al ciclo vegetativo. El relieve será contemplado tanto por su exposición como por la pendiente, ya que cuanto mayor sea menor será la retención de agua. El suelo será adecuado para la agricultura cuando esté compuesto por granos de diferente tamaño, lo que posibilitará la retención de agua; igualmente la proporción de nitratos, potasa, calcio. Lluvias y temperaturas son críticas para el desarrollo de las plantas, y la propia naturaleza indica las zonas de aptitud de cultivos; así, la presencia de pinares señala aumento de lluvia y decrecimiento de temperaturas; las estepas de hierba alta temperatura suficiente y escasez de agua; etc. B) En las actividades industriales el influjo del tiempo y clima suele ser mínimo. Las innovaciones y adecuaciones tecnológicas, unidas a la facilidad del transporte, han permitido el desarrollo industrial en zonas frías, como la siberiana, el gran alto horno de las zonas frías septentrionales. El mayor problema afecta a las industrias forestales en tiempos de sequedad y calor que pueden concluir en la aparición de incendios. Cuando en el bosque aumenta la temperatura, desciende la humedad y se incrementa la velocidad del viento la consecuencia inmediata es una evaporación alta que disminuye la humedad de la hojarasca, con lo que el peligro de fuego se incrementa. Incluso cuando estas condiciones se dan y aparece una tormenta con carga eléctrica el fuego puede darse a partir de un fenómeno meteorológico, el rayo, que puede ser detectado mediante el estudio de la temperatura en las capas superiores del aire; el mayor peligro está en los denominados rayos secos, sin acompañamiento de lluvia, que pueden ser combatidos mediante el procedimiento de siembra de nubes. Pero iniciado el fuego todo dependerá de dos factores adicionales, el viento como factor propagador, y la topografía, tanto como factor retardador del control como irradiador cuando se dé en un valle, ya que ascenderá por las laderas siguiendo el efecto tiro de chimenea. En otras actividades el tiempo incide facilitando o disolviendo la contaminación industrial y urbana. Las bases nocivas contenidas en el aire (óxido de carbono, anhídrido sulfúrico, ácido sulfúrico, óxido de nitrógeno, fluoruros, gases radiactivos) son las culpables de la contaminación. En condiciones de estabilidad del aire la concentración aumenta, y se estancan cuando se dan las inversiones térmicas (debidas a la irradiación nocturna), especialmente nocivas para la salud cuando la carga contaminante es alta (es la típica de los fondos de valle industrializados). Pero cuando la estabilidad anticiclónica es notable la contaminación puede estabilizarse en el aire; este es el caso de las altas presiones marítimas polares, causantes de las nieblas en zonas industriales, y dañinas porque mezclan aire puro con contaminado. Asimismo, cuando aparece un anticiclón frío sobre áreas montañosas con valles industrializados. También las aguas tibias frente a costas industrializadas, especialmente cuando el aire tropical marítimo circula sobre una corriente oceánica fría, que lo vuelve estable en las fachadas occidentales de continentes. C) En la actividad turística. El intervalo entre 16º y 22º es el óptimo para el desarrollo turístico y deportivo, mientras que las temperaturas superiores a los 30º ya desaconsejan las prácticas deportivas. Por el contrario, inferiores a los cero grados permitirán el desarrollo de prácticas deportivas invernales. Pero se presentan variantes: –
136
La situación desfavorable abarca a las latitudes templadas y frías del hemisferio Norte (en las últimas por la fuerte incidencia del invierno boreal). Otro foco contrario aparece en las regiones ecuatoriales, donde el elevado grado de huPROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 4. Climas y zonas bioclimáticas
medad es negativo para la atracción turística. Por último, en las zonas de alta montaña, como ocurre en los páramos andinos, donde el descenso de la cantidad de oxígeno en el aire como consecuencia de la altitud hace muy difíciles las adaptaciones (con la salvedad de la alta montaña, apta para la práctica de deportes de invierno). –
Áreas de atracción turística son las intertropicales. Es máxima en las zonas costeras, donde la inexistencia de estación fría y un óptimo térmico posibilitan la recepción turística durante buena parte del año. Entre los climas templados el mediterráneo es el turístico por antonomasia; la razón es su estación seca en verano, que además coincide con el período vacacional masivo en los países avanzados, lo que genera una conexión entre demanda turística y oferta climáticamente óptima. Por su parte, el ámbito atlántico se define por un factor climático neutro en lo que a explotación de turismo afecta.
D) En el transporte la incidencia climática es cada vez menos relevante. Como mucho unas condiciones adversas pueden representar alteraciones momentáneas en las transacciones, o bien pérdidas económicas coyunturales. Pero, frente a ello, la respuesta tecnológica es cada vez más eficaz, con complejos sistemas de radar y navegación capaces de buscar vías alternativas o prevenir y posibilitar tiempos de espera. Así, es posible hablar hoy de la utilización de pistas aeroportuarias heladas, banquisa polar, etc. Sin embargo, es preciso aludir al efecto negativo todavía muy adverso de las nieblas y nevadas. Con todo, la necesidad en la aviación es el conocimiento del tiempo en el lugar de destino y de las condiciones de visibilidad; aún así aterrizajes en condiciones contrarias son viables debido al avance de los métodos electrónicos e instrumentos sofisticados de radar. Queda todavía inconclusa la superación de las denominadas turbulencias en aire claro, que afectan principalmente a la aviación a reacción de alta velocidad, que interfieren tanto a la comodidad de vuelo como a la propia estructura del aparato. La razón se encuentra en la conjunción de muy alta velocidad y vientos de altura fuertes. Con respecto al transporte terrestre la nieve, el hielo y el viento impiden o mediatizan el tráfico por carretera. También, la nieve perturba horarios y hasta tráficos regulares de trenes. Pero, son las superficies heladas las que más inciden sobre el tráfico de ferrocarriles que se mueven con energía eléctrica; y la acción del hielo al ejercer un peso excesivo sobre los hilos conductores (el problema se soluciona haciendo pasar más corriente de la normal para deshacer el hielo). Incide asimismo el tiempo sobre la navegación marítima, si bien el establecimiento de rutas de vientos favorables ha clarificado la seguridad. Las rutas óptimas se establecen a partir de las previsiones a largo plazo de los vientos, oleajes y corrientes. Pero, existen desde rutas individuales hasta generales. La elección de unas u otras depende del tamaño y tipo de barco, y de la búsqueda de mínimos tiempos o máxima seguridad de desplazamiento. Para la elección se han de tener presentes las posibilidades de comportamiento del buque. De ese modo, las individuales deben revisarse diariamente, mientras las rutas climátológicas son más a medio plazo. Estas últimas se elaboran a partir de las condiciones climatológicas medias del mar. El problema reside en las galernas y vientos fuertes, asociados a gradientes fuertes de presión, más características de las latitudes medias superiores en los dos hemisferios (a excepción de los ciclones tropicales), como también los temporales durante la etapa más fría, especialmente en la zona occidental de los océanos. De igual modo, el hielo marino representa otro inconveniente a la navegación, aunque no sólo el depositado sobre el mar sino el que puede formarse sobre la GEOGRAFÍA E HISTORIA
137
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
cubierta (espuma acumulada y congelada, por lo que no hace falta ni lluvia), que por peso puede modificar la estabilidad de los buques. El riesgo de existencia de hielo existirá siempre, cuando la temperatura del aire descienda por debajo de la de congelación de agua marina y el viento levante espuma. Así, una acumulación de 8 cm/hora es muy peligrosa, y tanto más cuando el viento proceda de costado. Cuando se produce el engelamiento las posibilidades son varias, y casi todas con graves repercusiones económicas: virar hacia aguas más cálidas, recubrir la maquinaria auxiliar, las tuberías de agua deben ser rellenadas con agua del mar, etc. Otro peligro deriva de los mares helados y de los icebergs. Los mares helados se forman cuando aparecen cristales de hielo alargados, las tortas de hielo, que al aumentar de espesor forman los témpanos, ya con varios metros de espesor, que a su vez pueden alumbrar los amontonamientos (paquetes o crestas de hielos). Sin embargo, los problemáticos son los icebergs, procedentes de hielos continentales, de los glaciares, pero que constituyen auténticas montañas de hielo flotante. De ellos sólo aparece en superficie la décima parte de su volumen; el problema deriva del gran número de rutas marítimas existentes en el Atlántico Norte, zona de irradiación de icebergs, si bien son más frecuentes en el hemisferio Sur (aunque es una zona menos frecuentada). E) En la salud humana. El hombre puede decirse que se encuentra adaptado al clima (si bien las afecciones respiratorias aparecen con la llegada de los fríos). Ha debido amoldarse a los periodos de tensión, frío y calor, sequedad y humedad, unas alteraciones y tensiones que se dan preferentemente en las zonas templadas, lo que ha propiciado el arraigo de una teoría que defiende el progreso humano rápido en esas zonas para hacer frente a las adversidades y contrastes climáticos. Por el contrario, dichas tensiones son inferiores en otras zonas, lo que para algunos teóricos es muestra de una menor necesidad de adecuación humana y de menor avance técnico. Uno de los problemas deriva de la velocidad del viento, ya que por cada kilómetro de avance la temperatura desciende 0,34º. Es lo que se denomina sensación térmica de frío en condiciones no frías. Con temperaturas elevadas todo depende de la humedad ambiental; con el calor y humedad altas el cuerpo pierde el exceso de calor mediante la transpiración. De ahí las dificultades humanas de adaptación a climas diferentes. Frente al calor se reacciona con vestimentas claras que absorben menor cantidad de radiación solar. Frente al frío los almidones disminuyen la ventilación. Frente al viento la ropa seca es la adecuada, pero provoca pérdida de calor del cuerpo, que ha de ser recuperada con alimentación adecuada. F) En otras actividades humanas. Entre ellas la construcción, que no puede realizarse en tiempos lluviosos, ventosos o de fríos rigurosos. La navegación a vela requiere vientos moderados. La niebla, lluvia, viento o hielo impiden la práctica de determinados deportes. También, las heladas o sequías rigurosas incrementan el precio de los productos del campo.
7.2. Adversidades naturales y fenómenos violentos: los tifones Penínsulas y sectores insulares del sureste asiático se ven invadidos regularmente por ciclones tropicales más o menos violentos, los tifones, que provocan enormes daños sobre el paisaje y las economías. En bajas latitudes la fachada costera está bañada por 138
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 4. Climas y zonas bioclimáticas
mares cálidos que favorecen su formación. Se originan en océanos tropicales, a partir de perturbaciones ciclónicas nacidas en la Zona de Convergencia Intertropical, tanto tifones, supertifones y tempestades tropicales, en función de la potencia de sus vientos. Toda ciclogénesis exige una alimentación energética que procede del calor latente y evaporación abundante de mares cálidos, que aportan energía térmica a la atmósfera. El vapor de agua se eleva sobre una atmósfera inestable creando el fenómeno de la chimenea convectiva. Un torbellino ciclónico se origina a partir de fenómenos extratropicales que provocan anomalías en los vientos capaces de crear células cerradas, que pueden llegar a ser embrión de los tifones. Pero, una rotación rápida del aire alrededor de un eje vertical no es posible si la fuerza de Coriolis no adquiere un valor suficientemente elevado, que además es proporcional a la latitud. En bajas latitudes (Malasia, Indonesia, Vietnam, Tailandia, Filipinas) los mares cálidos disponen de una reserva de energía considerable y con posibilidades de configuración tifónica muy elevadas. Una vez formado un tifón sólo dos circunstancias pueden calmar su poder destructor y precipitar su declive: el encuentro con aguas superficiales menos cálidas, que reduzcan su alimentación energética, y su contacto con montañas o masas continentales, que le priven de su alimentación ahora de vapor de agua. Pero el sector más expuesto, probablemente del mundo, se encuentre entre las Islas Marianas, Luzón y Taiwán, el Mar de Filipinas, con una media de entre tres y cuatro anuales. En el resto del sureste asiático la cifra desciende a la mitad. La actividad ciclónica es máxima de octubre a julio, siendo sus efectos especialmente incisivos en regiones litorales e islas, particularmente vulnerables a vientos violentos y lluvias desmesuradas. Los efectos destructores son proporcionales a su fuerza, y su impronta se deja notar en tierras de cultivo en pendiente, no sólo por el arrastre de aguas de escorrentía sino por la presión ejercida por el aire sobre los cultivos (un viento de 120 km/hora proporciona una presión de 125 kg/m2). Pero sus efectos sobre el mar son más espectaculares al incidir directamente sobre las comunidades pesqueras. Puede decirse que los tifones constituyen un peligro inseparable de Asia del Sureste. Las poblaciones los padecen con cierto fatalismo, como un mal necesario. De un lado, destruyen y obligan a desembolsos de reconstrucción; pero, de otro, aportan aguas indispensables para una buena cosecha en muchos casos. Cuando las aguas llegan puntuales y regulares incluso son considerados por algunos pueblos como un don de la providencia, porque permiten la supervivencia; pero cuando se retrasan como un designio capaz de castigar actitudes no correctas.
7.3. Fenómenos regulares: los monzones Por posición latitudinal a La India le correspondería un clima árido, al formar parte del conjunto desértico tropical. Sin embargo, diversos factores influyen para que la continuidad de los desiertos saharianos, árabes y persas se vean interrumpidos. Especialmente la topografía con el efecto del arco himaláyico, que incide para la creación de factores atmosféricos nuevos con alternancia de altas y bajas presiones que condicionan el normal desarrollo del mecanismo monzónico (en árabe, estación). Durante el invierno las altas presiones cubren toda Asia central mientras sobre el océano se instalan las bajas presiones. Entre ambas masas se establece una circulación de vientos secos y frescos procedentes de tierra adentro, por lo que la estación invernal será GEOGRAFÍA E HISTORIA
139
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
seca. A partir de marzo las temperaturas comienzan a subir y las lluvias a hacer su aparición, hasta llegar al verano cuando la situación se invierte y desde el océano soplan vientos cálidos y húmedos aportando los monzones lluviosos (recuérdese que se está hablando de región climática del monzón). La elevación de los Himalayas divide al Jet Stream en dos ramas, situadas a ambos lados de la cordillera, lo que permitirá diferenciar dos estaciones: –
El monzón seco del Noreste, desde enero a junio, cuando los vientos soplan desde el continente hacia las bajas presiones ecuatoriales. Serán secos y sólo aportarán precipitaciones al Sur del país tras humedecerse atravesando el mar. El largo período de sequía se divide en una estación fría, que llega hasta marzo, y otra cálida desde ese momento y hasta la llegada del monzón lluvioso. Ahora la escarcha cubre las llanuras y la humedad es muy baja, alcanzándose el mínimo de precipitaciones a comienzos de esta etapa, si bien al Norte se consigue antes por el influjo de los vientos procedentes de Irán que acceden al Decán bordeando el Himalaya y provocando nevadas. Con el avance de esta semiestación el calor se vuelve intenso, de tal modo que a partir de marzo las cosechas pueden ser recolectadas. A medida que la estación real avanza los vientos húmedos aún sin lluvias hacen su aparición. No obstante, depresiones debidas a corrientes ascendentes arrojan agua muy beneficiosa para cultivos comerciales. En mayo comienzan a surgir las lluvias pequeñas del monzón o lluvias de las flores.
–
El monzón lluvioso del Suroeste, desde finales de mayo hasta diciembre, cuando la rama Sur del Jet Stream desborda el Himalaya dejando espacio para que avancen hacia el Norte las bajas presiones ecuatoriales, que descenderán en altitud conforme se acerquen a los vientos secos de la llanura Indo-Gangética. Por tanto, éste será el monzón vital. Aporta nueve décimas partes del agua de lluvia en casi toda la península. Afecta a la meseta entre abril y octubre, cuando se produce un efecto similar al recurrente entre las brisas marinas y terrestres. El monzón sopla desde el Índico y llega al suroeste donde se ramifica en dos secciones: una provoca intensas lluvias en las costas occidentales, y otra cruza la costa oriental para girar hacia el Oeste, en dirección a las llanuras septentrionales, al chocar contra la barrera himaláyica. Su importancia económica es trascendente porque se estima que la mitad de la producción cerealista sale del monzón, independientemente de los recursos que aporta para el regadío durante la etapa del monzón de invierno. Suele aparecer con una regularidad asombrosa, el día 3 de junio, si bien serán los meses de julio y agosto los de máxima extensión y lluvias generalizadas. La lluvia no es, sin embargo, continua. Durante las seis primeras semanas cae agua durante tres días de forma muy abundante en el Punjab, y luego se alternan sequías con chubascos. Igual acontece en el Sur. Algunas regiones del interior no gozan de lluvias tan siquiera en verano, sino es por depresiones espasmódicas procedentes del Golfo de Bengala. La temperatura disminuye en esta estación, por lo que es conocido como el monzón de invernada, si bien la carga de humedad ambiental propicia un tiempo plomizo. El agua depositada permitirá un ciclo de crecimiento rápido, de tal manera que maíz y arroz podrán ser sembrados y recolectados en dos meses.
Desde finales de septiembre la intensidad de las lluvias disminuye, pero las aguas estancadas propician el desarrollo de epidemias. En octubre se cuelan los tifones, de efectos 140
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 4. Climas y zonas bioclimáticas
desastrosos, y a medida que el monzón se retira es reemplazado por un régimen de vientos continentales atraídos por las bajas presiones del Sur. Los del noroeste barren la llanura Indogangética aportando días claros, e instaurando lentamente el monzón seco. Las lluvias están sujetas a una gran irregularidad interanual, de tal modo que el éxito de las cosechas no está asegurado si el monzón húmedo no llega a tiempo o se retira pronto, existiendo una relación estrecha entre las nieves tardías himaláyicas y un monzón deficiente. Cuando esta circunstancia se confirma dominarán los vientos secos del norte que obstaculizan la ola lluviosa. Pero, también, existen otras relaciones de mayor amplitud geográfica; cuando las lluvias son abundantes, entre marzo y abril, en la costa africana el monzón lluvioso hindú se debilita. También, cuando hay una anómala abundancia de icebergs al sur del Indico. Estas relaciones ponen al descubierto la amplitud del mecanismo monzónico, la complejidad de los factores que lo definen, y su irregularidad. En la hidrografía es la estacionalidad monzónica quien establece el régimen hídrico, ya que todos los cursos alcanzan el caudal máximo coincidiendo con el monzón lluvioso. Debido a la importancia económica que representa la red hidrográfica en este país pueden establecerse tres tipos: –
Ríos himaláyicos, Indo, Ganges y Brahmaputra con su cabecera en las altas mesetas tibetanas a unos 5.000 m. Ello les proporciona fuerte poder erosivo, tanto más complejo cuando a su alimentación nival se añade la pluvial procedente de los aportes monzónicos. Son cursos irregulares, inestables y causantes de fuertes adversidades; pero su papel económico se sobrepone a los factores contrarios. El Ganges dispone de un caudal medio de 14.000 m3, pero en las crecidas se acerca a los 80.000, que le permiten en su desembocadura, junto al Brahmaputra, formar el mayor delta del mundo. El Indo es más regular por las fuertes pérdidas de agua al atravesar la zona desértica pakistaní.
–
Ríos cortos del Oeste, con la cabecera en los Gattes Occidentales sometidos a fuertes caudales de procedencia pluvial y notable poder devastador.
–
Grandes ríos interiores, que desembocan mayoritariamente en el Golfo de Bengala. Debido al basculamiento del escudo pueden hacerlo en grandes formaciones deltáicas de gran fertilidad agrícola. Son menos caudalosos, lo que proporciona una mejor regulación de sus aguas y ocasiona menos desastres por desbordamientos.
Con respecto a la vegetación las intensivas roturaciones y el pastoreo han degradado en exceso los biotopos originales. Aún así, es posible distinguir dos formaciones influidas por los monzones: –
Tropicales húmedas, con selva ombrófila y pisos vegetales. Se localizan en las zonas más regularmente influidas por los monzones.
–
Tropicales de estación seca, en las áreas de monzón alternante estacional con bosques caducifolios. Dominan el sándalo y teco.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
141
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
BIBLIOGRAFÍA Austin Miller, A. (1971) El clima y su influencia en el hombre, los animales y las plantas. Ediciones Omega S.A, Barcelona. Barry, R. y Chorley, R. (1978) Atmósfera, tiempo y clima. Ed. Omega, Barcelona. Bolos, Mª de (1992) Manual de ciencia del paisaje. Teoría, métodos y aplicaciones. Ed. Masson, Barcelona. Breuer, G. (1983) La modificación del tiempo. Ed. Alhambra, Madrid. Cebrián Abellán, A. (1996) Estructura regional-globalidad mundial (Vol. II y III). Universidad de Murcia-Asociación Española de Ciencia Regional. Murcia. Donn, W. (1978) Meteorología. Ed. Reverté, S.A, Barcelona. Longley, R. (1970) Tratado ilustrado de meteorología. S.A. Editorial Bell, Buenos Aires. Martín Vide, J. y Olcina Cantos, J. (1996) Tiempos y climas mundiales. Ed. Oikos-Tau, Barcelona. Mather, J.R. (1991) Climatology: fundamentals and applications. McGraw-Hill, New York. Ministerio de Agricultura (1978) Diez temas sobre el clima. Ministerio de Agricultura, Madrid. Toharia Cortes, M. (1985) Tiempo y clima. Ed. Salvat, Navarra. Pagney, P. (1982) Les climats de la Terre. Oikos-Tau, Barcelona. Walter, H. (1977) Zonas de vegetación y clima. Ed. Omega, Barcelona.
142
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 5 La acción humana sobre el medio. Problemática actual
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
ÍNDICE SISTEMÁTICO 1. INTRODUCCIÓN 2. LAS AGRESIONES AL MEDIO Y LA PROBLEMÁTICA ACTUAL 3. LOS RIESGOS Y LA ACCIÓN HUMANA SOBRE EL MEDIO 3.1. Los tipos de riesgos 3.2. La acción humana sobre el medio 3.2.1. La desertificación 3.2.2. La contaminación agraria difusa y sus efectos 3.2.2.1. Los productos fitosanitarios 3.2.2.2. Los productos fertilizantes 3.2.3. La contaminación industrial 3.2.3.1. Los productos contaminantes 3.2.3.2. La contaminación atmosférica 3.2.4. La contaminación de aguas 3.2.5. Otros tipos de contaminación ambiental 4. LOS 4.1. 4.3. 4.4.
PROBLEMAS AMBIENTALES EN EL MUNDO Los efectos del desarrollismo Los problemas ambientales por áreas geográficas La problemática en España
5. EL ECODESARROLLO COMO ALTERNATIVA BIBLIOGRAFÍA
144
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
1. INTRODUCCIÓN El medio es un sistema en equilibrio, una combinación entre factores bióticos y abióticos, aunque ese equilibrio está cada vez más modificado por la intervención antrópica, debido a que el hombre dispone de una capacidad creciente de transformación de todo lo que le rodea. En la evolución histórica del hombre se distinguen dos etapas: una ecológica, muy larga, y otra geográfica, más corta y rápida, que alumbra a los problemas ambientales, que se desarrolla con toda su violencia destructiva en estos últimos momentos. Con el Renacimiento una interpretación judeo-cristiana inicia un proceso de secularización, transformando el temor a Dios en el temor al hombre y a sus actos contra la Naturaleza, que pueden conllevar la destrucción de la vida, y coincidir así con los dictámenes divinos (y hasta humanos, apoyados en la idea hobesiana de que el hombre es un lobo para el hombre). Con la Revolución Industrial se inicia la carrera destructiva del medio. Pero será con el avance del fenómeno industrial, con un consumo y una presión demográfica que se adelantan a la planificación, cuando se afecte a la capa de ozono, a los cambios climáticos, a la desertización, a la supervivencia de las especies, etc.; y esa imparable degradación del medio ha dado lugar a una triple preocupación: –
Social, de movimientos ecologistas que presionan sobre gobiernos y empresas y promueven el desarrollo de una conciencia colectiva sustentada en la educación ambiental, en la sensibilización sobre la calidad de vida. Se desarrollan desde que los satélites artificiales muestran los desastres que el hombre genera en la Naturaleza, y a sí mismo. La corriente conservacionista (cada vez más fuerte y reflejada en movimientos ecologistas y partidos verdes), presenta dos vertientes: los más radicales proponen el crecimiento cero mediante la reducción de los productos industriales y su sustitución por otros naturales; y los más moderados, que intentan integrar el desarrollo industrial en la preservación del medio a través del ecodesarrollo, racionalizando el manejo de los recursos y el espacio por medio de tecnologías adecuadas, reciclando productos de desecho, etc.
–
Política, con la toma de postura y gestión cada vez más directa de las cuestiones ambientales por parte de organismos públicos y para-públicos (Conferencia de Estocolmo, ONGs...). Ahora la internacionalización también afecta a los problemas ambientales, y se considera que determinados modelos de desarrollo, despilfarradores o depredadores, son incompatibles con el modo de sentir de las sociedades avanzadas.
–
Económica, con una producción más notable de artículos no dañinos al medio, al objeto de conjugar el desarrollo industrial y la conservación del medio.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
145
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
Las dos últimas preocupaciones son resultado de la primera: en el caso político para captar sectores sociales determinados; y en el económico para colocar productos en el mercado con el marchamo de respetuosos con el medio, y en el trasfondo también para hacerse con sectores definidos de consumidores. Pero todas tratan de hacer frente a las formas de alteración humanas sobre el medio, a la agricultura con sus innovaciones químicas, a la industria con sus emisiones venenosas, a las ciudades con sus masivas contribuciones incontroladas, etc., unas acciones humanas que afectan a casi todo: aguas marinas y fluviales, atmósfera, suelos, vida vegetal y animal, etc. Y esas agresiones han generado alternativas: sociales (productivistas frente a conservacionistas), políticas (variantes del capitalismo que deben contemplar a partidos verdes), educacionales (conservadores frente a alternativos), y económicas (poco interventoras en el Norte y que ni se plantean en el Sur). Y presiones plasmadas en convenios, acuerdos, conferencias internacionales... de resultados relativos.
2. LAS AGRESIONES AL MEDIO Y LA PROBLEMÁTICA ACTUAL El capital terrestre está integrado por un sistema formado por varias capas: –
La atmósfera. Contiene a la troposfera (que alberga a casi todo el aire de la atmósfera) y la estratosfera (con el ozono, que filtra a la radiación ultravioleta, permitiendo la existencia de la vida).
–
La hidrosfera. La capa de agua líquida, superficial y subterránea, y sólida (hielo y nieve).
–
La litosfera. Formada por la corteza terrestre y parte del manto superior, y que alberga a los combustibles fósiles y a las rocas, así como a los nutrientes para el suelo y la vida vegetal.
–
La ecosfera o biosfera. Es el área de los ecosistemas, formada por la atmósfera, la hidrosfera, la litosfera y la biosfera, donde la vida depende de tres factores interconectados: *
El flujo de energía que se trasmite del sol a las plantas, de éstas a los animales a través de las cadenas tróficas, y desde los seres vivos pasa de nuevo al ambiente, donde se dispersa en forma de calor.
*
El ciclo de la materia descrito por los nutrientes.
*
La gravedad, que permite retener a la atmósfera y favorece el movimiento de los nutrientes en el ciclo de la materia.
Pero el crecimiento acelerado de la población y del modelo de desarrollo ha alterado el capital terrestre, lo ha disminuido y degradado, ha modificado el flujo de la energía y los ciclos de la materia, de manera que el problema ambiental es una consecuencia de una superpoblación que conlleva la demanda excesiva de alimentos, tierra, agua y energía en relación con la cantidad de recursos naturales disponibles. Por ese exceso los recursos naturales se degradan rápidamente, con lo que el nivel de vida de la población desciende aún más, lo que, a su vez, fuerza a incrementar las demandas al medio, y, además, está relacionado con la desigual distribución de los recursos, pues los países desarrollados, con 1.200 millones de habitantes (el 22% de la población mundial) acaparan el 88% de los recursos naturales, mientras que el resto del mundo, con 4.300 millones consume el 12% de los recursos, precisamente donde la población crece a un ritmo muy superior y exige más recursos. 146
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 5. La acción humana sobre el medio
En 1992, en la Cumbre de la Tierra (Río de Janeiro) se evidenció que en la pasada generación el medio había cambiado más rápidamente que en cualquier otro momento en la historia, con los mejores reflejos de la mutación en la contaminación (entendida como todo cambio indeseable en las características del aire, agua o suelo, que afecta negativamente a todos los seres vivos del planeta) y en el abuso de los recursos, renovables y no renovables. Ambas innovaciones han ido alterando a las poblaciones animales y vegetales, a las características de los biotopos, y cuando estas alteraciones suponen riesgos para los ecosistemas o para la vida es cuando se habla de problemas ambientales, que pueden ser: –
Globales, los que afectan a todo el planeta (cambio climático global, destrucción de la capa de ozono, pérdida de biodiversidad, contaminación de los océanos, escasez y mal uso del agua, pérdida y degradación de suelos agrícolas y forestales, y desertificación).
–
De grandes áreas geográficas (selvas tropicales, desiertos, regiones, países, etc.).
–
Locales (inundaciones periódicas en los valles fluviales, vertidos industriales, etc.).
La contaminación se produce por adiciones de sustancias al aire, agua, suelo…, amenazando a la capacidad de supervivencia de los seres vivos. Tres factores determinan la peligrosidad de un contaminante: la composición química, la concentración (la cantidad por unidad de volumen de agua, aire o suelo), y la persistencia (permanencia en el medio). Entre tanto, los recursos no renovables aparecen en cantidades fijas, y son los combustibles fósiles (carbón, petróleo, gas natural) y otros energéticos, las rocas (arcillas, calizas, gravas), los minerales metálicos (hierro, aluminio, cobre, estaño), los no metálicos (sal, yeso, fosfatos) y el suelo. Algunos pueden ser reciclados o reutilizados y reprocesados en nuevos productos, pero otros no (carbón, petróleo y gas natural), y se consideran económicamente agotados cuando los gastos de localización, extracción, transporte y procesamiento superan a los beneficios de su comercialización. Los recursos renovables son los que pueden ser recuperados o sustituidos por medio de procesos naturales (el agua, el aire…), y entre ellos resalta la diversidad biológica: genética (variedad en los genes de los individuos de una determinada especie), de especies (variedad de especies existentes en los distintos ecosistemas) y ecológica (variedad de ecosistemas donde interaccionan los seres vivos). Y pueden destruirse, degradarse o reducirse cuando se utilizan o consumen a un ritmo superior al que se producen. Del resultado de la contaminación y del abuso en los recursos la Agencia de Protección Ambiental de EE UU señala los principales problemas ambientales según su riesgo ecológico: –
Riesgo ambiental muy alto: cambio climático, agujero de la capa de ozono, disminución de la biodiversidad, y pérdida de suelos y desertificación.
–
Riesgo ambiental alto: derrames de petróleo, contaminación del agua subterránea, lluvia ácida en aguas superficiales, y contaminación térmica.
–
Riesgo ambiental medio: deposiciones ácidas, pesticidas, vertidos tóxicos en el aire, y vertidos tóxicos en el agua.
–
Riesgo alto para la salud: contaminación en interiores, isótopos radiactivos, exposición a productos químicos, y contaminación de aguas para consumo humano.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
147
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
Esta misma Agencia señala también los problemas básicos del mundo:
148
–
El aumento de las emanaciones de dióxido de carbono (CO2). Las investigaciones indican que el CO2 atmosférico ha permanecido estable durante siglos, en unas 260 partes por millón, y que en el último siglo ha ascendido a 350, como derivación del uso de combustibles fósiles. Y ese aumento genera un aumento de la temperatura terrestre a través del efecto invernadero. El CO2 atmosférico impide el enfriamiento de la Tierra, absorbiendo las radiaciones emitidas, pero como el calor escapado es menor la temperatura de la Tierra aumenta. Desde mediados del siglo XIX hasta hoy se ha producido un aumento en la temperatura global de 1 oC, pero las estimaciones van de 2 a 6 ºC para mediados de la presente centuria, un calentamiento de la atmósfera que acelerará la fusión de los casquetes polares, hará subir el nivel de los mares un metro, cambiará el clima, alterará la vegetación natural, etc.
–
La destrucción de la capa de ozono. El ozono atmosférico forma una capa a unos 40 kilómetros de altura que protege al planeta de los rayos ultravioleta (UV). En la década de los años setenta se comprobó que la actividad humana estaba incidiendo sobre el espesor de la capa, y en 1985 se descubrió un gran agujero sobre la Antártica, y que la capa estaba afectada por clorofluocarbonos (CFC). Se constató que el cloro CFC descompone la molécula de ozono, y así la capa se estrecha exponiendo a la vida a un exceso de radiación UV, que puede producir cáncer de piel y cataratas, reducir la respuesta del sistema inmunológico, interferir en el proceso de fotosíntesis de las plantas y afectar al crecimiento del fitoplancton oceánico. Y el problema es tanto más grave cuando los CFCs permanecen en la atmósfera más de un siglo, por lo que la destrucción de la capa de ozono continuará siendo una amenaza durante muchas décadas.
–
El aumento de las deposiciones ácidas. La precipitación ácida también va asociada al uso de los combustibles fósiles, a la emisión de dióxidos de azufre y óxidos de nitrógeno por las centrales térmicas y los vehículos de motor. Estos productos interactúan con la luz solar y la humedad atmosférica, generando ácidos sulfúrico y nítrico, que transportados por la circulación general vuelven a tierra arrastrados en forma de lluvia ácida, que corroe los metales, desgasta los monumentos de piedra, mata la vegetación y acidifica las aguas superficiales y suelos.
–
El abuso de pesticidas y sustancias tóxicas. El uso extensivo de pesticidas sintéticos derivados de los hidrocarburos clorados ha tenido efectos desastrosos para el medio, ya que son muy resistentes a la degradación biológica. Una vez volatilizados contaminan a gran distancia de las regiones agrícolas, son ingeridos por los herbívoros, penetran a través de la piel de organismos acuáticos, y se concentran al pasar de los herbívoros a los carnívoros, interfieren en el metabolismo del calcio de las aves, etc. Los DDTs están disminuyendo en el mundo desarrollado, aunque no ocurre lo mismo en los países subdesarrollados, y los bifenilos policlorados (PCB), de uso industrial, también han acabado afectando al medio de forma similar a los pesticidas y con la misma secuencia. El grupo de las dioxinas o dibenzo-para-dioxinas, que se encuentran en conservantes para la madera, papel y herbicidas, también es de los más tóxicos. Pero existen otros productos químicos sintéticos que han sido asociados a defectos congénitos humanos, abortos y enfermedades orgánicas.
–
La destrucción de tierras vírgenes y bosques tropicales. La demanda de energía ha impuesto la necesidad de explotar hidrocarburos de las regiones árticas, y los bosques tropicales del sureste de Asia y cuenca del Amazonas están siendo destruidos para obtener madera, suelo para pastos y cultivos (se ha llegado a estiPROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 5. La acción humana sobre el medio
mar que las masas forestales están siendo destruidas a un ritmo de 20 ha/minuto, y más de 200.000 km2 al año), una deforestación que podría llevar a la extinción de hasta 750.000 especies vegetales. –
La erosión del suelo. En la actualidad ya hay degradadas entre la quinta y la tercera parte de las tierras de cultivo del mundo. En el amplio sector subdesarrollado la necesidad de alimentos ha forzado al cultivo en laderas con pendiente (traducido en alta erosión), mientras en el mundo desarrollado el abandono de tierras de cultivo reduce la capacidad de conservación de la humedad de los suelos, con una derivada erosión rápida.
–
La escasez de agua potable. Las poblaciones en expansión requieren de sistemas de irrigación y de agua para las industrias, con lo que se agotan los mantos acuíferos subterráneos y se provoca la penetración del agua salada, mientras, tierra adentro, las rocas porosas y los sedimentos se compactan al perder el agua, ocasionando hundimientos de la superficie. Pero también se experimenta un descenso en la calidad y disponibilidad del agua, ya que en muchas regiones las reservas están contaminadas con productos químicos tóxicos y nitratos, tanto que casi tres cuartas partes de la población rural del mundo y una quinta parte de la urbana carecen de acceso directo a aguas no contaminadas, mientras las enfermedades transmitidas por el agua afectan a un tercio de la humanidad.
–
Los residuos nucleares. Aunque las pruebas nucleares atmosféricas han sido prohibidas las centrales nucleares liberan residuos radiactivos en el agua y a la atmósfera. Y a ello se añaden dos problemas: *
Los accidentes nucleares, que liberan enormes cantidades de radiación al medio (como el de Chernobil, Ucrania, en 1986).
*
El almacenamiento de residuos, que conservan su carácter tóxico de setecientos a un millón de años.
3. LOS RIESGOS Y LA ACCIÓN HUMANA SOBRE EL MEDIO 3.1. Los tipos de riesgos Los problemas ambientales están relacionados con una dinámica propia del medio natural (procesos abióticos y bióticos), reflejada en factores biológicos, geológicos y climáticos. Surgen así los riesgos ambientales normales, aislados o combinados, que conforman una amenaza para el hombre cuando se convierten en riesgos naturales, entendiendo por tales una situación de peligro derivada de los mecanismos naturales. Los riesgos naturales son múltiples y pueden ser clasificados, según su origen, en: –
Biológicos. Cada vez están más controlados en todos los países desarrollados, pero inciden sobre los subdesarrollados (langosta, procesionaria, etc.).
–
Geológicos. Resaltan los terremotos y el vulcanismo, y los deslizamientos y desprendimientos.
–
Climáticos. Centran su amenaza en la capacidad destructiva de varios elementos atmosféricos (las olas de frío y calor, los vendavales, las tormentas con inundación y las sequías).
GEOGRAFÍA E HISTORIA
149
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
BIOLÓGICOS
GEOLÓGICOS
CLIMÁTICOS
ENFERMEDADES Y PLAGAS
SISMICIDAD, VULCANISMO, DESLIZAMIENTOS Y DESPRENDIMIENTOS
OLAS DE FRÍO Y CALOR, VENDAVALES, TORMENTAS Y SEQUÍAS
Pero el verdadero riesgo aparece cuando los actos humanos sobrepasan el umbral de cambio que puede tolerar un medio natural determinado, creándose las situaciones de peligro más duradero, derivadas de los riesgos inducidos o negligentes y de los tecnológicos. Los riesgos por negligencia se deben a la falta de previsión, aunque la explicación suele ser económica, con lo que dejan de ser negligentes para transformarse en intencionados. Son múltiples, pero resaltan: –
La desertificación. Deriva de aprovechamientos y prácticas agrícolas inadecuadas (por desconocimiento o búsqueda de rendimientos rápidos), sobrepastoreo, abandono de cultivos (hasta auspiciados por la PAC), etc.
–
Los incendios forestales. Las explicaciones son variadas y difíciles de atajar por las implicaciones económicas.
–
Las inundaciones. De nuevo hay una razón económica, la ocupación integral del espacio sin contemplar a los inconvenientes. Suelen ser provocadas por asentamientos agrícolas o urbanos, ya heredados pero indebidos, en planicies aluviales, o bien recientes, en áreas invadidas por instalaciones inadecuadas.
–
Los cambios en la dinámica fluvial y litoral. El motivo también es económico, con actuaciones no ajustadas a los requerimientos del medio, como la construcción de infraestructuras de retención de aguas, la extracción de áridos, la remoción y aporte artificial de arena a sectores de costa, el vertido de estériles mineros, etc.
Los riesgos tecnológicos aparecen cuando el hombre confía demasiado en la tecnología y ésta le falla, con lo cual son negligentes, ahora por exceso de confianza. NEGLIGENTES
DESERTIFICACIÓN, INCENDIOS FORESTALES, INUNDACIONES, Y CAMBIOS EN LA DINÁMICA FLUVIAL Y LITORAL
150
TECNOLÓGICOS
POR ACCIÓN (infraestructuras deficientes) Y POR OMISIÓN (riesgos también negligentes, por carencia de infraestructuras o desatención)
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 5. La acción humana sobre el medio
Por tanto, el verdadero riesgo es el generado de forma consciente (aunque la actuación sea una inconsciencia), por acción u omisión. Así, por acción pueden realizarse infraestructuras inadecuadas o imperfectas, aunque por omisión (aún disponiendo de la tecnología) se pueden explicar la mayoría de las situaciones de riesgo. De ese modo la omisión pasa a ser incluso más grave que el desarrollo de las actuaciones deficientes, pues por descuido, inadvertencia o falta de celo (generalmente hay razones económicas detrás de todo ello) se explica en gran medida la deficiente calidad de las aguas, el agotamiento de los recursos hídricos, la degradación de los suelos, la profusión de los vertidos sólidos y líquidos, la polución atmosférica, el exceso de ruido, la devaluación de los espacios rurales y litorales, etc., con el resultado de pérdida de la biodiversidad.
3.2. La acción humana sobre el medio 3.2.1. La desertificación Los cambios en el medio pueden obedecer a dos tipos de procesos: naturales, muy lentos y a veces reversibles (la degradación natural no desertiza a corto plazo); y artificiales, muy rápidos y que aceleran los procesos evolutivos. La erosión natural modela de forma ininterrumpida (se llega a medir en millones de años), mientras la desertificación es un proceso artificial, resultado de la acción del hombre (en muchas ocasiones irreversible), inmediato, que provoca una carrera contrarreloj en la transformación, e incide de forma más agresiva contra el suelo, el medio más frágil por su dificultad intrínseca de regeneración. La biodiversidad dispone de una increíble riqueza, probablemente superior a los cuatro millones de especies, de las que más de la mitad se adscriben a zonas tropicales húmedas. Pero mediante quemas y explotaciones abusivas del bosque se desprotege al suelo de la acción de la lluvia, con lo que se modifica tanto su balance hídrico como el de las cuencas hidrográficas. En lugares lluviosos no sólo sube el nivel freático al desaparecer el consumo vegetal, sino que la ausencia del paraguas protector que proporciona la floresta hace que el agua ascienda por capilaridad subiendo consigo las sales, y una vez evaporado el medio de transporte se depositan y forman corazas, o bien saturan al suelo ahogando las posibilidades de desarrollo vegetal. De modo que hasta en las zonas húmedas la privación de vida vegetal favorece la erosión. Además, también se actúa sobre el medio cambiando las plantas originarias por otras ajenas a las condiciones de suelo, clima, etc., para introducir especies rentables, de rápido crecimiento, con lo que se agotan antes las reservas de un suelo en equilibrio con la vegetación natural. Otras veces se dejan residuos tras la explotación, que pueden impermeabilizar el suelo propiciando una escorrentía más rápida y erosiva. Y, además, los artilugios agrícolas más novedosos y potentes voltean el suelo hasta dejar en superficie a los horizontes profundos, y a la inversa. La erosión hídrica es la consecuencia más inmediata tras la actividad del hombre. La lluvia es un agente de remoción del suelo, pero la escorrentía se multiplica cuando el caudal pasa de laminar a turbulento, en mayor grado cuanto menor sea la protección de que disponga el suelo. Cuando ocurre lo segundo será mayor el arrastre de los materiales superficiales, la pérdida de suelo arable y la disminución de la fertilidad. Y la degradación de suelos se traduce en una disminución del espesor, en la reducción de la materia orgánica, en impermeabilización, y en compactación, que en conjunto aportan unas pérdidas de 10 millones/ha/año (casi el 1% de la superficie cultivada en el mundo), lo que representará la asombrosa cifra de una cuarta parte de reducción de la superficie cultivada solamente en un cuarto de siglo. GEOGRAFÍA E HISTORIA
151
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
Es evidente que la acción más continuada corresponde a los factores naturales, que se encargan de frenar o desarrollar el proceso erosivo: –
El clima (en las regiones áridas y semiáridas por la irregularidad del agua caída, desde grandes sequías a grandes tormentas, hasta la alta evapotranspiración, y en las húmedas por el lavado).
–
La materia (si es silícea un suelo pardo pasa a podzol, si es caliza a rendsina, etc.).
–
La vegetación (unas especies acidifican el suelo, otras modifican su estructura... y su degradación transforma a los paisajes).
–
La pendiente (a mayor inclinación mayor arrastre y viceversa).
–
La permeabilidad (propicia desde percolación hasta encharcamientos, con sus reflejos en el desarrollo o deterioro vegetal).
Pero no es menos evidente que el hombre modifica más rápidamente a través de las siguientes actuaciones: –
Deforestación. Por tala, sustitución de especies, etc. La resultante inmediata es la modificación de perfiles de los suelos.
–
Sobrepastoreo. Especialmente en áreas frágiles de países subdesarrollados, que necesitan producción a toda costa, lo que explica que soporten una carga de animales por unidad de superficie tres veces superior a la correspondiente a las regiones más avanzadas. Y no sólo se trata de consumo de cubierta vegetal, sino de otras manifestaciones indirectas (compactación de suelos, desmenuzamientos...).
–
Sobreexplotación. Bien por demanda del mercado o por la búsqueda de rentabilidad de las inversiones. En todo caso la intensidad de cultivos disminuye el equilibrio del suelo (que puede ser devuelta dejando residuos vegetales).
–
Eliminación de materia orgánica. Debido a la erradicación del humus por arrasamiento de la cobertera vegetal que lo proporciona.
–
Salinización. Generalmente por implantar regadíos en áreas no apropiadas (las aguas salinizan o sodifican a los suelos; en zonas subáridas al arrastrar sales disueltas y ascender por capilaridad forman costras...).
–
Hidromorfismo. Los excesos de riego encharcan a los suelos no permeables, y otras veces ahogan a las plantas no higrófilas.
–
Lavado. Con arrastre o percolación de los nutrientes depositados en los horizontes superiores, especialmente en las regiones húmedas. En concreto los más móviles son las bases.
–
Contaminación. Lo normal es que se desarrolle a través de pesticidas, herbicidas, biocidas, etc. Una vez depositados en el suelo pasan a los vegetales, y desde ellos se expanden al resto de la cadena trófica. Los elementos que mayores alteraciones y problemas generan son los radiactivos.
Las alternativas a estas mutaciones negativas se centran en la repoblación arbórea adaptada, la mejora de la rotación de cultivos, el depósito de residuos agrícolas, los lavados desalinizadores, etc. Pero es un problema no tanto de correcciones como de actitudes, porque las explotaciones racionales únicamente requieren de actuaciones mínimas.
152
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 5. La acción humana sobre el medio
3.2.2. La contaminación agraria difusa y sus efectos Es la que aparece en lugares diferentes y lejanos de los focos de emisión, y se centra en dos productos concretos (fitosanitarios y fertilizantes), cuya acción contaminante sobre atmósfera, suelo, y agua incidirá negativamente sobre los seres vivos. El suelo, el más frágil de todos los elementos afectados, responderá de tres formas: filtrando, almacenando o transportando. Pero se verán afectados: –
El contenido de materia orgánica, que absorberá componentes contaminantes, y a menor contenido orgánico habrá mayores posibilidades de contaminación difusa.
–
El contenido de arcilla, que proporcionará mayor o menor permeabilidad. Si dicho contenido es alto la permeabilidad será baja y los contaminantes pueden ser transportados por otros agentes erosivos, incrementando la contaminación difusa. Si es bajo pasarán a los recursos hídricos del suelo.
–
Manejo del suelo. Un suelo labrado es más susceptible de contaminación, porque los contaminantes arrastrados por la lluvia (tanto más si el agua es de riego, que suele llevar incorporados a los productos fertilizantes o fitosanitarios) llegan antes a los horizontes inferiores, debido a la porosidad proporcionada por el reblandecimiento.
3.2.2.1. Los productos fitosanitarios Se destinan a combatir plagas y enfermedades de cultivos, y su difusión arranca del siglo XIX, cuando se descubrieron las propiedades del sulfato de cobre contra las plagas de la vid. Luego, y con otras aplicaciones, se desarrollarán compuestos de cromo, níquel, zinc, mercurio, etc. Pero es hacia 1940 cuando se irradia el DDT, de claras propiedades insecticidas. Desde entonces se disparan los descubrimientos múltiples (fungicidas, insecticidas, herbicidas...). Y hoy tres cuartas partes del rendimiento agrícola proceden de la aplicación de la tecnología agrícola (el resto del aumento de las tierras cultivadas), con especial mención a las aportaciones fitosanitarias, cuyo problema radica en dos hechos: –
El uso inadecuado por agricultores no suficientemente preparados o advertidos de las consecuencias negativas.
–
Su venta masiva, porque son elaborados por compañías multinacionales que invierten tan cuantiosas sumas que sólo pueden ser recuperadas con ventas estandarizadas.
3.2.2.2. Los productos fertilizantes Comienzan a ser utilizados a partir del siglo XVII, pero se difunden a finales del XIX con el ácido fosfórico, mientras a principios del XX se irradian los fertilizantes potásicos y nitrogenados. El fósforo y nitrógeno tienen especial incidencia en la contaminación agraria difusa porque aportan elementos pesados, como plomo y cadmio, y porque favorecen el desarrollo de algas en aguas excesivamente nitrogenadas y fosforizadas, que demandan un oxígeno que faltará para la vida acuática. Sin embargo, los usos agrarios los emplean de forma racional, no tanto por un mejor conocimiento de uso como por su elevado coste.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
153
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
3.2.3. La contaminación industrial 3.2.3.1. Los productos contaminantes Los agentes más contaminantes, que se distribuyen sobre suelos, atmósfera, etc., son los siguientes: –
Dióxido de carbono. Deriva de las combustiones industriales y calefacciones domésticas, y su efecto más inmediato es el recalentamiento de la Tierra.
–
Monóxido de carbono. Sale de las combustiones incompletas de los vehículos de motor, y sus consecuencias pueden alcanzar a la estratosfera.
–
Dióxido de sulfuro. Se contiene en los humos de combustión más o menos completa, y sus derivaciones nocivas se manifiestan en la lluvia ácida, mal de la piedra, enfermedades pulmonares, etc.
–
Óxido de nitrógeno. Lo emiten las combustiones de la aviación, industrias, fertilizantes, incendios..., y afecta también al aparato respiratorio.
–
Fosfatos. Se encuentran en los detergentes y fertilizantes, y afectan esencialmente a la contaminación de aguas superficiales.
–
Mercurio. Deriva de las actuaciones de lavado en minas, emisiones de centrales de energía eléctrica, fabricación de pasta de papel, etc. Perjudica a las aguas marinas y se cuela en la cadena trófica, alterando el sistema nervioso.
–
Plomo. Sale de las industrias químicas y de los plaguicidas y afecta especialmente a las aguas. Su potencia repercute en el funcionamiento celular.
–
Petróleo. Su origen está en el refinado de los crudos, en los vertidos desde los buques transportadores, y en los escapes y emisiones de los oleoductos o pozos de extracción. Afecta a casi todo tipo de vida (plancton marino, vegetación, fauna avícola...).
–
DDT y plaguicidas. Arrancan de la actividad industrial, aunque su aplicación es agropecuaria, y perjudican tanto a suelos como vegetales y aguas. Algunos son productos cancerígenos.
–
Radiación. Sale de la fabricación de la energía atómica y de los mecanismos de propulsión nuclear (instrumentos médicos, científicos, submarinos...), y sus repercusiones pueden alcanzar hasta las alteraciones genéticas.
3.2.3.2. La contaminación atmosférica Consiste en la adición de componentes extraños al aire (partículas y gases) que alteran su composición natural y, por derivación, el funcionamiento de cualquier elemento del medio, causando efectos nocivos para los seres vivos. Los focos de emisión derivan de la combustión urbano-industrial. En la industria se asiste a la concentración de los focos emisores en áreas muy concretas, lo que propicia que la atmósfera adquiera unas características críticas cuando se dan las condiciones desfavorables. Y esa polución ha seguido un fuerte crecimiento desde los años sesenta debido al auge de las emisiones primarias, y por su reacción química en la atmósfera, que ha dado lugar a la creación de contaminaciones secundarias indirectas. Los productos más contaminantes son: el dióxido de azufre (un 154
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 5. La acción humana sobre el medio
gas sulfuroso que reacciona ante la humedad), el gas carbónico, el monóxido de carbono, y el óxido de nitrógeno (tanto más importante, cuanto mayor sea el parque de vehículos, y de ahí que las áreas urbanas más afectadas sean las mayores). De su emisión derivan consecuencias negativas, sobre todo cuando se producen los cambios de vientos o las inversiones térmicas. El viento dispersa a los agentes contaminantes y los transporta a distancia, pero los efectos son múltiples: los directos sobre las personas (bronquitis, asma, enfisema...), que incluso a escala local producen muertes por causa respiratoria; y los ocasionados sobre el medio, como la lluvia ácida, cuando el ácido sulfúrico y los nitróxidos disueltos en la atmósfera en su descenso producen reacciones sobre los edificios históricos (mal de la piedra, por sulfatación de las calizas) o de extensas masas forestales (el pino es muy sensible, como también al flúor), bien por acción directa sobre las hojas o bien por acidificación del suelo. Todo dependerá de la acción de los agentes sobre el aire y de su cantidad, y por ello es posible distinguir cuatro índices de pureza del aire, cuatro niveles: I (no hay efecto directo), II (efectos negativos sobre la vegetación, irritación de órganos, reducción de la visibilidad, etc.), III (ataque a las condiciones fisiológicas, como el flúor, que produce trastornos digestivos, el molibdeno, que genera anemia, etc.) y IV (enfermedades agudas, muertes prematuras, etc.). Asimismo, se dan cambios climáticos (a veces mínimos, pero con repercusiones notables) en relación con la emisión de ciertos contaminantes. La destrucción de la capa de ozono está en clara relación con la emisión a la atmósfera de CFCs, productos químicos sintéticos que forman parte de los mecanismos cotidianos, como frigoríficos, pulverizadores, disolventes, etc. No poseen toxicidad directa en las capas bajas de la atmósfera, pero cuando ascienden a las más altas se ven sometidos a la acción de los rayos UVA (que disocian sus partículas liberando átomos de cloro, y creando oxígeno molecular, que ataca al ozono). Y se genera el efecto invernadero, cuando el dióxido de carbono, el gas invernadero por antonomasia (cuyo volumen representa el 0,3% del aire) se incrementa de forma artificial (una cuarta parte más del que corresponde), con lo cual la captación atmosférica de calor es superior a la normal.
3.2.4. La contaminación de aguas El agua está contaminada cuando su estado natural se modifica en sus propiedades físicas, químicas o biológicas. En estado puro la cantidad de agua en el planeta es constante (pero desigualmente repartida), y su papel es vital por su contribución directa a la vida y por ejercer el ciclo hidrológico. Pero su análisis hay que establecerlo en dos frentes: consumocantidad, con una creciente absorción urbana, agrícola, industrial y hasta individual (500 litros/persona/día); y calidad-contaminación, con problemas crecientes en el descenso de la primera y el aumento de la segunda. El grado en que está afectada la composición natural se mide por la Demanda Biológica de Oxígeno (DBO), la cantidad de oxígeno que necesitan las bacterias para descomponer a las sustancias orgánicas en cinco días a 20 ºC. Si la concentración de sustancias alterantes se incrementa el oxígeno se agota, y hará desaparecer a las bacterias aerobias (las que autodepuran el agua), mientras favorecerá la proliferación de las anaerobias (las encargadas de descomponerla). Los focos contaminantes serán la agricultura, las actividades industriales, y las emisiones urbanas (e incluso los residuos naturales orgánicos o inorgánicos). –
La agricultura, que actúa por medio de los agrotóxicos, que tras un proceso de lixiviación del suelo posibilitan que los nitratos, fosfatos o sulfatos desencadenen procesos de eutrofización y contaminación.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
155
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
–
La industria, que a través de sus vertidos constituye la mayor fuente de contaminación de residuos químicos y metales pesados (cadmio, mercurio...). De forma indirecta también actúa al arrojar componentes a la atmósfera, que a través de la lluvia pronto se integrarán en el ciclo hidrológico.
–
Las ciudades, que aportan componentes contaminantes por medio de las redes de alcantarillado y materiales de vertido directo (basuras). La filtración de esas aguas contaminadas o de los residuos afectados por la lluvia hará que las percolaciones actúen sobre los recursos del subsuelo, salinizando a los acuíferos o incorporando de forma directa elementos más nocivos.
La contaminación marina es diferente (aunque los agentes sean parecidos), porque los océanos disponen de una alta capacidad de autodepuración. Los vertidos directos proceden de los desastres petroleros o del lavado de los grandes buques en alta mar, con un petróleo que actúa directamente al impedir la evaporación de las aguas contaminadas. También aportan elementos nocivos las centrales térmicas o nucleares, que al deshacerse de las aguas calientes de desecho alteran los elementos bióticos del agua natural, y los animales se convierten en transmisores de esa contaminación. Los productos más contaminantes serán: –
Nitratos, que pueden producir oxidación de la hemoglobina en la sangre.
–
Fluoruros, que desarrollan las caries y las manchas amarillas en los dientes.
–
Arsénico, mercurio, plomo, cadmio, plaguicidas, hidrocarburos y detergentes.
–
Elementos radiactivos (que incorporan los efectos más graves para la salud).
3.2.5. Otros tipos de contaminación ambiental Puede aludirse a las contaminaciones por desechos urbanos, a los elementos radiactivos, a la contaminación añadida por componentes químicos, y a la acústica, industrial y urbana. –
Contaminación por desechos urbanos. Los residuos domésticos crecen parejos al rápido auge urbano en países desarrollados y a la urbanización compulsiva en los subdesarrollados. Y pueden constatarse las siguientes máximas: a mayor nivel de las sociedades aparece un mayor consumo y cantidad de residuos generados; y a menor nivel de absorción consumista decrecen las posibilidades de control de los desechos urbanos. En las regiones avanzadas el proceso conjunto de crecimiento de las ciudades y de bienes de consumo desde mediados del siglo pasado ha llegado a doblar el volumen de los residuos sólidos por habitante, con un ritmo de crecimiento del 5% anual. Pero el problema reside tanto en la cantidad como en las características químicas o biológicas de los desechos, y hasta en el origen del residuo. En general, la mitad de los generados por una persona no son reciclables, y cuando se depositan en lugares específicos transfieren sus propiedades nocivas al suelo (y de ahí a los acuíferos subsuperficiales) y sirven de hábitat a especies nocivas para el hombre. Como alternativa está su transformación, cuando menos en parte, en abonos orgánicos, aunque siempre resulta más barata su acumulación.
–
Contaminación radiactiva. Deriva del uso de sustancias radiactivas, naturales o artificiales, aunque normalmente se debe a un aumento de la radiación natural por introducción artificial hasta superar los límites a los cuales las especies están naturalmente adaptadas. Tiene dos fuentes principales: *
156
Experimentos nucleares. Generalmente han tenido lugar en la atmósfera, las aguas marinas y hasta bajo tierra, y suelen generar un aumento de la temperaPROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 5. La acción humana sobre el medio
tura, al margen de dejar partículas flotantes en la atmósfera, distribuidas a puntos lejanos, y que al ser depositadas seguirán un doble proceso: contaminarán directamente el suelo, y su posterior arrastre por las aguas hacia horizontes más profundos hará lo propio con los caudales subterráneos. *
Usos industriales. Un buen ejemplo son los derivados del enfriamiento de los reactores nucleares, que pueden pasar directamente al agua utilizada para este fin. El mayor problema lo plantean los cementerios nucleares, que hasta hace poco eran los fondos marinos. En la actualidad se ha optado por crear y acotar áreas específicas en lugares de baja presión demográfica, y por enterrarlos bajo control.
Los elementos más contaminantes son: el uranio y el plutonio residuales, los productos de fisión (estroncio, cesio...), y los de activación (como el sodio). Su forma de actuación indirecta es la más grave, cuando pasan a la cadena trófica. Sus efectos se miden en mrem, y por encima de un cierto límite (el superior aceptable por persona y año es de 0,5) ya se está expuesto a las consecuencias directas (leucemia, afectaciones a la piel y ojos...), e indirectas (la transmisión genética). Este tipo de contaminación actúa reduciendo de forma irreversible la biodiversidad y atacando a los órganos sensibles de los seres vivos (enfermedades oncológicas en el hombre). –
Contaminación por añadidos químicos. Su actuación suele ser directa, porque su origen se encuentra en los elementos químicos que las industrias introducen en los alimentos para potenciar sabores, colores, olores, duración, etc. El medio de transmisión, los alimentos, tiene su trascendencia, porque deriva a veces de manipulaciones fraudulentas, como ocurre con: los destilados clandestinos (plomo en las bebidas), los estabilizadores de espuma en las cervezas (cobalto), los zumos enlatados (estaño procedente del envase), y los aditivos adulterados con colorantes sintéticos (que actúan directamente sobre el hígado, dilatándolo, y los riñones) o edulcorantes artificiales (que actúan sobre la piel y riñones) contenidos en los zumos para endulzar.
–
Contaminación acústica. Es un fenómeno antiguo que explica, por ejemplo, la legislación suiza del siglo XV. El sonido contamina cuando su potencia supera los 50 decibelios (los efectos suelen ser irreversibles cuando se superan los 140), con efectos graves sobre las personas expuestas directamente durante prolongados espacios de tiempo. Sus repercusiones han sido profusamente analizadas, y se ha constatado que son directas, acumulativas y de consistencia a largo plazo. Y se reflejan en derivaciones psicológicas (nerviosismo, fatiga e irritabilidad) y físicas (pérdida de audición, aceleración del ritmo cardíaco...).
4. LOS PROBLEMAS AMBIENTALES EN EL MUNDO 4.1. Los efectos del desarrollismo La gran crisis económica de los años setenta hizo sentir efectos sociales diferentes, pero también las transformaciones socioeconómicas y demográficas experimentadas por el capitalismo avanzado y el Estado del Bienestar han provocado cambios críticos en las concepciones de la sociedad. El keynesianismo ya supuso un corte con el economicismo GEOGRAFÍA E HISTORIA
157
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
neoclásico, y representó el marco teórico para la aplicación durante décadas de las políticas intervencionistas de los países capitalistas. Se trataba de armonizar las condiciones sociales con las económicas, pero sin reparar en otras cosas. Así, el Estado del Bienestar se construyó basándose en la erradicación del subconsumo social y consolidando los consumos improductivos. Se buscaba el reequilibrio del sistema productivo y la estimulación de la demanda (que se plasmó en el mayor crecimiento económico conocido en la historia de la humanidad), presidida por la lógica de la ganancia y del mercado. Se logra la consolidación de la sociedad opulenta, cuando la semiautomatización y cibernetización consiguen superar el consumo disciplinado e imponer la cultura del consumo, difundida por los medios de comunicación. La producción en masa es la encargada de estandarizar el consumo, ideológicamente apoyado en la teoría de que era la forma de integración total del individuo en la sociedad. Es el modelo fordista, que difunde el consumo, pero desarticula los modos de vida y crea la cultura de los consumidores. Ahora se trata del disfrute y de la demostración de la opulencia, de la compra y el desecho, de la satisfacción del deseo y de la retracción de la necesidad; y ante tal situación, determinados sectores de la sociedad reaccionaron contra la cultura del hombre alienado y consumista, a favor de los valores post materiales no satisfechos por el mercado. Surge así la dialéctica entre los materialistas y los partidarios de la defensa de valores éticos (desde los derechos civiles a la conservación de la naturaleza), y se crea una cultura a la contra de la sociedad masa, mercantilista, y del crecimiento sin límites. Es la respuesta a una etapa de cambios y de agresiones sin límites al medio, y, desde luego, con afectaciones al equilibrio natural no conocidas hasta entonces. En los años ochenta las crisis económicas siguen apretando a las sociedades avanzadas, que responden con una austeridad de la que se benefician los capitales fuertes (sociedades, entidades financieras...). Es el momento de la especulación y de la reconversión tecnológica, de la conformación de una economía postindustrial basada en una especialización flexible destinada a atender necesidades específicas. El fordismo queda superado en los países avanzados al desplazarse la cadena productiva a las regiones semiperiféricas (a los países subdesarrollados), que ofrecen salarios módicos, mercados para absorber productos en masa y materias primas abundantes. Es el momento de mayor cantidad de agresiones al medio en sectores hasta entonces tocados de manera tangencial. Los rescoldos contestatarios de los años setenta y los emanados de los ochenta, ahora interesados en la defensa de los logros conseguidos, se traducen en movimientos sociales defensivos (denominados movimientos problema), que abogan por la resolución de cuestiones concretas (pacifismo, ecologismo...). Se consolidan así, y poco a poco, movimientos de presión que logran ir introduciendo sus ideas en las instituciones nacionales e internacionales. Se distinguen, por tanto, dos etapas bien marcadas en el proceso de alteración ambiental de las últimas tres décadas:
158
–
En los años setenta, cuando se consolida una cultura productivista y consumista que exige gran cantidad de recursos a un medio que se ve alterado de manera imparable, y en todas las regiones del mundo. Se trata de una cultura que no repara en los inconvenientes.
–
Desde los años ochenta, cuando surge otra cultura de respuesta, más selectiva en el consumo y más preocupada por la calidad de vida, pero que sólo ha logrado un cierto control en las agresiones a los medios naturales circundantes al mundo desarrollado, y conseguido que esas amenazas reales a la naturaleza se hayan desplazado a las áreas tropicales y ecuatoriales.
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 5. La acción humana sobre el medio
En suma, los cambios de la sociedad industrial a la postindustrial han irradiado geográficamente los ataques al medio, sin que haya sido excesivamente trascendente la mutación en los hábitos de consumo, y con el agravante de que las alteraciones cada vez se ejecutan sobre áreas más extensas y frágiles. De manera que las modernas sociedades han llegado a la conclusión de que es necesario conjugar el desarrollo y el ambiente natural fundidos en el concepto de desarrollo económico viable. Se trata de evitar el progreso aparejado al despilfarro de fuentes y de recursos, con sus repercusiones irreversibles sobre el medio, y el dispar desarrollo, que ha propiciado la enorme desigualdad entre los mundos avanzado y desfasado. Pero, hay, también, dos factores que inciden en este desarrollo desigual: –
El incremento de la población, que no ocupa más espacio y que tiene mayor cantidad de necesidades (materias primas, transportes...), y que además se distribuye irregularmente, con mayor influjo negativo sobre el medio donde la población esté más concentrada, tanto en su vertiente ocupadora como en la más peligrosa, su actitud devastadora (desechos, saturaciones productivas...).
–
La debilidad de ciertas legislaciones, de las que derivan notables costes económicos como sociales. Así: los desembolsos en prevención de la contaminación y en investigación para contención de agentes contaminantes; las repercusiones de esos gastos sobre las sociedades, que han de mantenerlos a través de los impuestos; y las enfermedades y gastos preventivos, médicos, farmacéuticos, pérdidas laborales, etc.
La resultante de una sociedad consumista y mercantilista es un empobrecimiento del medio y del mismo hombre, con mayor incidencia en el bloque de los países subdesarrollados, porque las jóvenes naciones han sido sometidas a un espolio sistemático de sus recursos por parte de las más avanzadas del mundo, tanto más incisivo cuando se complementa con la ausencia de prevenciones y legislaciones protectoras. En estos países todo se ha sacrificado en aras del Estado del Bienestar de otros. Para el desarrollo económico viable hay un flujo constante y en el mismo sentido, tierrahombre. La Tierra proporciona productos abundantes que el hombre sólo devuelve en forma de desperdicios o de calor, aunque la diferencia con otros tiempos pasados es que hoy esos productos son finitos y que el hombre devuelve contaminantes en proporción superior a los que el medio puede asimilar. La conclusión es doble: el agotamiento de recursos, y un claro y agudo efecto nocivo de vuelta al hombre, de forma directa o indirecta. Cada vez hay más recursos limitados en su fuente de origen, justo cuando se difunde más el número ilimitado de consumidores, como derivación de una triple confluencia: el número creciente de la población, la producción en masa, y el abaratamiento de los productos finales. Por ello es necesaria la actuación sobre algunos recursos: –
El agua, un recurso cada vez más escaso, pues su consumo se evalúa en 3.500 km3/año, regular pero con altibajos (mucha de la demanda es estacional), cuando la cantidad accesible en cursos estables sólo asciende a 7.000 km3/año. Ello indica que el crecimiento demográfico deberá poner fin, por necesidad, al consumo ilimitado, y racionalizar el consumo real, que desperdicia una cantidad muy elevada. La solución se encuentra en el desarrollo de programas de presas capaces de retener mayor cantidad de agua, hasta conseguir el equilibrio entre volumen disponible y necesidades requeridas. Pero, a veces, dichas obras conllevan riesgos (la presa sobre las gargantas del Yang Tsé Kiang, en China, que al margen de los desalojos obligados de millones de personas ha implicado la pérdida de parajes singulares), y no puede anteponerse la necesidad al efecto sobre el medio. Ha de mencionarse, igualmente, que el volumen de agua contaminada es equivalente al de consumida.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
159
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
De modo que entre las cantidades consumida, la desperdiciada y la contaminada las perspectivas no son favorables para los países acuciados por unos altos crecimientos demográficos y unas escasas capacidades inversoras. En general, y contando con todos los avances técnicos, es posible exigir al medio el doble de la demanda actual de agua, pero sobrepasar más allá los límites hidrológicos supondría causar unos daños irreversibles al medio y otros incalculables a las sociedades (como los obligados racionamientos).
160
–
Los bosques, con sólo 1.500 millones de hectáreas de arbolados inalterados, pero con ejemplos dramáticos en EE UU (que ha perdido en los últimos años la tercera parte de sus reservas boscosas), China (con más de tres cuartas partes), y en los bosques tropicales en general, más ricos pero más inestables que los de zona templada, donde ya falta la mitad de la capa forestal que los cubría hace bien poco tiempo (17.000 ha/año de pérdidas). Los motivos para esta devastadora deforestación son diferentes según zonas y países, aunque detrás suelen estar las empresas transnacionales madereras y papeleras, que actúan sobre los bosques tropicales, a los que transmiten un futuro incierto porque: la tasa de deforestación crece exponencialmente; las causas que la agudizan se incrementan por el simple auge de la demanda y la rentabilidad explotadora; y los efectos más incisivos se plasman sobre los bosques de maderas más valiosas, los que disponen de mayor diversidad biológica. Luego, el efecto de la lluvia ácida también deja su impronta en los bosques templados y fríos, como ocurre en los europeos y de la taiga. Pero, en todo caso, los efectos de la deforestación son muy a largo plazo, porque con la pérdida de especies deriva la de suelos, aguas, hábitat, etc.
–
Recursos no renovables. La industrialización e innovaciones tecnológicas, unidas al consumo masivo, son elementos explicativos del incremento reciente en setenta veces de la demanda de recursos energéticos (hoy tres cuartas partes de la energía comercial deriva de los recursos fósiles). El problema no es únicamente el incremento del consumo, sino la consideración de los combustibles fósiles como recursos renovables, ya que el auge de la demanda coincide con la difusión de los yacimientos. Es decir, que suele darse un equilibrio entre la demanda creciente y los recursos disponibles, cuando son limitados. La salida se encuentra en el uso de las fuentes renovables, en el empleo de la eficiencia energética –una de las mejores es la radiación solar, ya que el sol vierte a la Tierra unas ochenta veces más energía que la usada por el hombre a través de los combustibles fósiles–, y en las energías eólica, hidroeléctrica, geotérmica, etc.
–
Recursos materiales. Hay recursos de los que salen materiales que no se transforman tras su uso (cemento, plástico, cristal, etc.), cuando es factible la aplicación de tratamientos especiales para su recuperación, como el triturado. Y estos materiales se asimilan diez veces más en los países desarrollados que en los subdesarrollados, aunque hoy se utilizan más de dos mil millones de toneladas de minerales no combustibles, lo que implica un volumen altísimo de escorias y de contaminantes diversos en el proceso de transformación. La alternativa se encuentra en el reciclado y en el consumo racional.
–
Deterioros a partir de sumideros y residuos. La actuación institucional es irregular, con progresos puntuales. Con carácter generalizado, pero relativo (sólo en países desarrollados, y en diferente medida), se ha actuado sobre las depuraciones de las aguas residuales urbanas, las emisiones industriales a la atmósfera... Pero a medida que se actúa crece el número de empresas y la dimensión de las ciudades, con lo cual la situación se mantiene (aunque se ha controlado la emisión de metaPROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 5. La acción humana sobre el medio
les pesados en la combustión de los vehículos en la Unión Europea, EE UU, Japón y Australia, el número de vehículos se ha multiplicado, con lo cual se ha reducido la proporción de metales pesados en la atmósfera pero ha crecido su volumen). Peor panorama se presenta con los residuos nucleares, que no se hacen inocuos en la naturaleza. Y, también, entre los de mayor riesgo directo se encuentran los productos químicos sintetizados, con el problema de encontrar organismos capaces de desintegrarlos, y el adicional de su cantidad (más de 65.000 conocidos, que generan un millón de toneladas de residuos al año, en gran medida tóxicos). Y ello cuando la atmósfera no tiene tanta capacidad de regeneración (aunque es ayudada por los mares que absorben la mitad del dióxido de carbono emitido por el hombre), de lo que derivan procesos de desequilibrio, lentos pero imparables: la modificación territorial de las lluvias; la irregularidad en su reparto (desde períodos muy secos hasta otros lluviosos, pero en distinta época a la normal, con sus efectos sobre los cultivos, producciones y sociedades); y los cambios en el discurrir de las corrientes oceánicas (con sus efectos sobre la mayor o menor evaporación).
4.3. Los problemas ambientales por áreas geográficas –
Áreas frías. Resaltará la contaminación de suelos y aguas en Siberia y Alaska, en ambos casos por extracciones petroleras. Pero el problema esencial se encuentra en dos fenómenos: *
El efecto invernadero. La continua emisión de anhídrido carbónico, metano y CFCs (clorofluocarbonados) acelera el efecto y la difusión de los CFCs hace que la temperatura media atmosférica se incremente de forma continuada, calor sobrante que las corrientes atmosféricas transportan en todas direcciones, pero preferentemente hacia los polos. En ese contexto de calentamiento la Antártida desempeña un papel primordial como reserva de agua capaz de regular los niveles marinos, que irán subiendo como consecuencia del deshielo.
*
El agujero en la capa de ozono. Su descenso en los polos coincide con el aumento de los CFCs residuales en la atmósfera polar. Y es más alto sobre el continente antártico que en cualquier otra atmósfera del mundo, porque allí se dan características atmosféricas únicas. Durante la larga noche del invierno antártico el marcado gradiente de temperaturas, que se desarrolla entre las latitudes altas y bajas de la Tierra, tiende a generar un cinturón estable de vientos occidentales que alcanzan estas latitudes, sellando la atmósfera antártica y haciendo que el aire permanezca frío y estable. El frío extremo conduce a la formación de nubes estratosféricas que ejercen un efecto fundamental en la eliminación del ozono. Pero el agujero creado es difícil de llenar en verano, y un aire escaso de ozono en la Antártida tiene el efecto de diluir a la atmósfera del hemisferio sur, tanto más cuando en latitudes más allá de los 60º Sur el ozono ha sufrido una disminución notable. Y ello se convierte en peligroso porque el mantenimiento de la capa de ozono en niveles estables es vital, pues es la única sustancia atmosférica que absorbe a los rayos ultravioletas. Se calcula que por cada uno por ciento de reducción de ozono en la atmósfera se produce un aumento del dos por ciento en la radiación ultravioleta, con las consecuencias directas derivadas sobre el ADN, más otras indirectas (gestación de melanomas, desarrollo de cataratas ópticas...). Y unos últimos efectos se refieren al clima, porque el calentamiento derivado contribuye a reforzar el efecto invernadero.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
161
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
–
–
162
Áreas avanzadas: *
En la UE se detecta el avance de la franja subdesértica meridional, como también la progresión deforestadora (significativa en la cuenca mediterránea). La primera circunstancia tiene explicación zonal, mientras la última se presenta como una mezcla de intereses económicos. Asimismo, se está produciendo un empobrecimiento de los suelos por abandono de cultivos, auspiciados por las instituciones comunitarias para evitar excedentes productivos. La fórmula para paliar el problema se ha encontrado en las repoblaciones forestales con especies autóctonas, mientras en áreas de montaña la acción va dirigida a preservar el patrimonio natural. Por lo demás, aparecen los problemas típicos de las áreas desarrolladas, con fuerte contaminación atmosférica en las ciudades industriales y de aguas en las áreas mediterráneas y bálticas. Y el exceso de consumo de agua, con las pertinentes consecuencias sobre el medio, y otras sociales y políticas añadidas, como bien muestra la denominada guerra del agua entre algunas comunidades autónomas españolas.
*
En Norteamérica la sobreexplotación de las praderas ha transformado a amplias áreas en irrecuperables, mientras el abandono de cultivos (por idénticas razones a las comunitarias) ha propiciado la erosión. Además, el sobreconsumo de agua ha conllevado el descenso de los niveles freáticos, con las consecuencias derivadas sobre el regadío. A ello se unen la contaminación atmosférica, el ruido y la degradación paisajística, especialmente llamativas en las megalópolis del Oeste y Noreste. Y a este problema no es posible todavía ponerle remedio por razones económicas: las transnacionales contaminantes son a la vez fabricantes de los productos descontaminantes. Se forma así un círculo cerrado que implica que cuanto mayor sea la contaminación existente mayor será la venta de productos para atajarla.
*
Japón padece un territorio agreste, que explica la extensión alcanzada por las superficies forestales, hasta lograr una de las proporciones más altas del mundo. Tras la II Guerra Mundial sólo el gusto y el refinamiento de esta sociedad han sido capaces de explicar la política masiva de repoblaciones, aunque se trata de una vegetación compensatoria, sobrepuesta a las formaciones originarias, y que ha protegido a los recursos hídricos. Con todo, resaltan los efectos desfavorables típicos de la contaminación atmosférica derivada del desarrollismo.
*
En Australia el medio es hostil, con las áreas más aptas sobre explotadas, pero es la difusión ganadera la causante del empobrecimiento de los suelos y biotopos, por lo cual las áreas mejor preservadas son las de altura. En Nueva Zelanda son los pastos de alto rendimiento quienes empobrecen a los suelos, mientras las masas forestales disminuyen por la necesidad de pastizales.
Áreas subdesarrolladas: *
En Iberoamérica resalta la degradación del medio por la irracionalidad en la explotación de los recursos y la alta presión humana sobre los espacios litorales. En contrapartida, se han conservado las tierras interiores, si bien es elevada la agresión a la selva amazónica, debido a la política adversa de conquista y asentamientos, y la efectuada en áreas tropicales, con explicación en la masa humana existente y en la instalación de las transnacionales, que operan maximizando beneficios y practicando las actividades de desnatado y expolio.
*
En Próximo Oriente la agresión al subsuelo se explica por la sobreexplotación de los recursos energéticos, y su manipulación en superficie (tratamiento, emPROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 5. La acción humana sobre el medio
barque, elaboración...), con altas emisiones de gases a la atmósfera. También incide el factor zonal de la irradiación desértica. En los sectores de regadío será la salinización de suelos. *
En la Unión India serán dos los elementos: la creciente presión humana sobre el espacio, que ha reducido el medio natural, hoy identificado con áreas protegidas o de montaña; y la particular incidencia de las lluvias, que se explica por la oscilación anual de un monzón que provoca irregularidades en los aportes, reflejadas en las crecidas de los cursos fluviales y en la distinta intensidad de arrastre, y en el uso masivo de fertilizantes, arrastrados por las aguas del monzón hasta contaminar los ríos. Por lo demás, las industrias altamente contaminantes (propias, pero también de multinacionales extranjeras) vierten a los cursos fluviales, a unas aguas que serán aprovechadas para un regadío cada vez más afectado por la polución.
*
La antigua URSS padece problemas en las tierras de Turania, con intenso regadío algodonero que ha ocasionado el descenso de nivel de dos mares cerrados, Aral y Caspio. Al Norte, en Siberia, los desastres ecológicos derivados de la explotación petrolera incontrolada. En la estepa cerealista se les exige a los suelos más de lo que se les aporta. De igual modo, es genérica la contaminación de aguas y atmósfera en las grandes ciudades industriales, como consecuencia de la política de industrialización forzada auspiciada tradicionalmente por el socialismo, con impresionantes complejos siderometalúrgicos y petroquímicos, desfasados tecnológicamente.
*
En China oriental ya casi no existen los biotopos originarios debido a la fuerte transformación antrópica, y en lugar de frondosas hay bosques de cultivo, con eucaliptos y álamos destinados a la industria maderera. Para poner remedio a la deforestación se introdujo la política de La Gran Muralla Verde, con el trazado de franjas de arbolado de centenares de metros de anchura, y algunas de ellas con seis mil kilómetros de longitud. Se trataba de frenar a los vientos y de evitar el arrastre de los suelos; pero su éxito ha sido muy relativo. Como consecuencia es uno de los países más deforestados del mundo y con más altos niveles de desertificación, porque se cultivan incluso terrazas en fisuras verticales. A ello cabría añadir los efectos de la contaminación de los regadíos por adición de fertilizantes, la correspondiente a las ciudades (que están experimentando un crecimiento vertiginoso como derivación de la fuerte emigración rural), la industrial (por razones parecidas a las rusas), así como las alteraciones ecológicas aportadas por las grandes infraestructuras hidráulicas.
*
En el Sureste asiático las tierras se encuentran arrasadas por la acción pluvial de los climas tropicales, con suelos muy lixiviados y frágiles, aprovechados para los bosques de cultivo, que no alteran el equilibrio pero desgastan más a los suelos. El problema está en los cogan, un pasto arraigado y muy difícil de erradicar, que los empobrece muy rápidamente. Luego, las formas primitivas de cultivo con quemas, la tremenda presión sobre el espacio de valle, y la incidencia negativa de los cultivos de plantación sobre un medio muy frágil. Asimismo, las derivaciones de la explotación irracional de los recursos del subsuelo, la llegada de las industrias negras japonesas (que aprovechando la debilidad de las legislaciones ambientales generan una alta contaminación atmosférica y de aguas), etc. Pero también la incidencia de los tifones y ciclones, que arrastran pendientes y colmatan cuencas, frente a los cuales algunas infraestructuras de contención no han sido las adecuadas.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
163
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
*
En África intervienen los factores zonales, que han irradiado el desierto debido a la irregularidad de funcionamiento del Frente de Convergencia Intertropical, y otros antrópicos, como el largo aprovechamiento del área de pastoreo en el Sahel, o la intervención de las transnacionales madereras en las selvas. Además, la amplitud de recursos ha introducido los países negros, con actividades extractivas altamente contaminantes financiadas por el capital occidental, e instaladas cerca de las materias primas. Como atenuante se encuentra la limitación pecuaria, pero como agravante la alta presión humana sobre el espacio litoral. En sectores tropicales la preservación del suelo se ha conseguido introduciendo cultivos de alto porte vegetal.
4.4. La problemática en España El primer problema afecta al agua disponible, pues los regadíos generan 600.000 empleos, las ciudades e industrias demandan cantidades constantemente crecientes, la actividad turística incrementa la población residente con demandas estacionales muy elevadas, la energía hidráulica aporta la cuarta parte de los recursos energéticos, el 60% de la producción agrícola procede del regadío, la cuarta parte de la población ha padecido o padece restricciones, y las confrontaciones por el uso pueden incluso agravarse. De solventar esos problemas se ocupa La directiva marco de aguas, la encargada de definir la política de aguas en la UE, que trata de: evitar la degradación por los vertidos, promocionar el uso sostenible, hacer frente a las inundaciones, paliar los efectos de las sequías, y equilibrar la extracción de aguas subterráneas con las recargas. Complementariamente el Plan Hidrológico Nacional (PHN) plantea acciones de preservación, conservación, y reutilización, pero son los Planes Hidrológicos de Cuenca quienes contemplan a las infraestructuras dirigidas a la reutilización, regeneración de hábitat hídricos y regularización de caudales, y donde se contienen las propuestas de trasvases entre cuencas. La calidad es la otra vertiente del problema, pues la correspondiente a las superficiales está ya muy afectada por el exceso de nutrientes y de microcontaminantes que las eutrofizan. En aguas subterráneas la salinización es el primer problema de los acuíferos, sobre todo en la región mediterránea debido a extracciones abusivas destinadas a la agricultura intensiva, que permiten la intrusión de las aguas marinas, con altas proporciones de cloruros que dejan a las aguas inservibles. Y siendo graves ambos hechos es más acuciante la contaminación sobre las aguas superficiales por fertilizantes y vertidos, urbanos e industriales. La peor parte se la han llevado las áreas de agricultura intensiva del sureste, pero también las de ganadería intensiva, especialmente porcina (Navarra, Cantabria y Cataluña), debido al alto poder contaminante de los nitratos y amoniacos que aportan los purines. Existen en España más de 300.000 puntos emisores (47.000 ilegales) de vertidos urbanos e industriales sobre las aguas, lo que significa que unos dieciséis millones de españoles son responsables de la contaminación de los cauces. La industria lo es de la mitad de la contaminación del agua superficial, debido a un descontrol palpable (sólo la décima parte de los vertidos dispone de autorización), situación que no mejora con los vertidos urbanos (el problema es grave al considerar que las aguas subterráneas abastecen a un tercio de la población española y atienden a la cuarta parte de las necesidades agrarias). Otro problema concierne a la extinción o situación casi irrecuperable de muchas áreas hídricas del país. La fuerte presión económica ha permitido las desecaciones, una práctica tradicional, y como corolario la extensión original de lagos y lagunas ha sido reducida en un 60%, mientras los humedales salvados se enfrentan a deterioros por aprovechamiento 164
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 5. La acción humana sobre el medio
hidroeléctrico o salinero, vertidos contaminantes, detracción de aguas para uso agrícola, urbanización incontrolada, introducción de especies piscícolas nuevas con fines económicos, etc. No es de extrañar que la extensión originaria de la lámina hídrica haya pasado a un vestigio. Entre los humedales de interior, los sistemas de montaña (unas 2.300 ha) y los cársticos (900 ha) son los mejor conservados, aunque no puede decirse lo mismo de los humedales del litoral (sólo han restado 5.200 ha). Para frenar el problema se promulgó la Ley de Protección de Zonas Húmedas (1990), que transforma a estas áreas hídricas en propiedad pública, y las somete a protección especial. El estado de degradación de los suelos es preocupante por: –
Deforestación con talas o quemas, roturación de tierras marginales, y despoblamiento de las áreas de montaña (el abandono de pastizales y de cultivos en sectores abancalados empobrece al horizonte superficial por la falta de aportes orgánicos o inorgánicos, y puede ser arrastrado por la falta de mantenimiento).
–
Prácticas agrícolas y ganaderas inadecuadas (un excesivo laboreo o sobrepastoreo, la utilización de maquinaria pesada, el abuso de fertilizantes o productos fitosanitarios, etc., modifica las propiedades físicas y químicas del suelo, haciéndolo más vulnerable a la erosión y contaminándolo).
–
Expansión e intensificación de los regadíos (el excesivo lavado es el causante del empobrecimiento, independientemente de que el suelo pueda ser contaminado cuando el agua utilizada sea de baja calidad).
En la contaminación el incremento de fertilizantes y productos fitosanitarios es la causa principal, a la que ha contribuido la extensión del regadío (se ha pasado de 1,4 millones de hectáreas en 1940 a 3,3 en la actualidad), cuyas aguas, portadoras de esos componentes, son responsables de la contaminación agraria difusa, que ya amenaza al 62% de la superficie agrícola total. Crecen igualmente los residuos ganaderos, cuya repercusión ambiental varía en razón de la concentración y el tamaño de las explotaciones de bovino y porcino. Y la erosión con pérdida de suelos afecta a las tierras mediterráneas y semiáridas, con 13 millones de hectáreas que padecen erosión grave (con pérdida de 100 t/ha/año, equivalentes a un espesor de 6 a 7 milímetros), y 14 millones más con erosión importante o moderada (con pérdidas de 50 a 100 t/ha/año). El resultado es que 67 millones de toneladas de suelo son arrastradas anualmente hacia el mar y a los embalses (con su consiguiente aterramiento). La erosión es de tal calibre que un 44% de la superficie nacional padece degradación física, en niveles de alto a muy alto, y el resto mantiene el riesgo de desertificación. En la explicación aparecen unos incendios forestales que han quintuplicado las superficies quemadas desde los años setenta. La degradación de los espacios urbanos y de sus entornos deriva de los vertidos sólidos y de las contaminaciones atmosférica y acústica. El nivel alcanzado se explica porque desde los años sesenta el crecimiento urbano e industrial ha sido espectacular en la mayor parte de las regiones, y de ello ha derivado la necesidad de satisfacer exigencias: de suelo urbanizable, de abastecimiento de agua y energía, de redes de comunicación y de saneamiento, de sistemas de transporte, etc. Todo ello ha planteado problemas ambientales nuevos: pérdida de espacios naturales y agrarios por cambios de uso del suelo, de calidad del agua y del aire por contaminación, generación exponencial de residuos que es necesario eliminar, etc. En vertidos sólidos la situación es la siguiente: –
El foco emisor urbano ha subido. A mediados de los años noventa se generaba el doble de residuos sólidos (urbanos e industriales, pero dominados por los primeros) que una década antes. Pero sólo se recupera un 5% y menos de la quinta parte de los desechos orgánicos se reciclan en compos. Con todo, los progresos son
GEOGRAFÍA E HISTORIA
165
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
notables tras la aplicación de la Ley de Recogida y Tratamiento de Residuos Sólidos Urbanos (1975), que ha aportado un descenso de los vertidos ilegales, y de la recogida selectiva de papel y cartón (ya se recicla la tercera parte del consumido), vidrio (la cantidad reutilizada se ha triplicado en muy poco tiempo) y plástico (hay progresos, pero más lentos de lo esperado). –
El foco emisor industrial ha crecido casi un 40% desde 1980, con más del 65% de vertidos incontrolados. No obstante ha habido progresos con la Ley Básica sobre Residuos Tóxicos y Peligrosos (1986) y con el Plan Nacional de Residuos Industriales (1989), que se ocupan del control de esos residuos.
En contaminación atmosférica la situación es: –
En el foco emisor urbano las calefacciones aportan la tercera parte de las emisiones de las ciudades a la atmósfera debido al empleo de carbón o gasóleo. La combustión de motores de vehículos acapara casi todas las emisiones de plomo, y más de la mitad de los derivados contaminantes de los hidrocarburos.
–
El foco emisor industrial complica el panorama urbano cuando las actividades están en el interior de las ciudades, en puertos o extrarradios, tanto que a veces superan con creces a los dos agentes urbanos citados.
Los principales contaminantes lanzados por estos agentes al aire son: –
Partículas sólidas y líquidas en suspensión. Son de tamaño muy pequeño o microscópico y suelen estar formadas por bacterias, carbón, hongos, polen, sulfatos, cloruros, etc.
–
Compuestos orgánicos o hidrocarburos. Su origen se encuentra en las industrias petroleras, en los escapes de los vehículos, etc.
–
Óxidos de carbono. Tanto el monóxido de carbono como el anhídrido carbónico son emitidos por los motores de combustión interna.
–
Compuestos halogenados y sus derivados. La combustión de carbón mineral (calefacciones, industrias...) deriva en la generación de ácidos clorhídrico y fluorhídrico, altamente corrosivos.
La legislación española y comunitaria para el control de la contaminación atmosférica emana de la Ley de Protección del Ambiente Atmosférico (1972), del Plan de Optimización de Redes de Vigilancia de la Contaminación Atmosférica (1989), de la Red de Vigilancia de la Contaminación Atmosférica de Fondo, hasta llegar al Inventario Corine-Aire. Pero se ha mostrado insuficiente. La contaminación acústica ha convertido a España en el país más ruidoso de Europa y en el segundo del mundo (sólo superado por Japón), porque la Administración ha adaptado tarde las exigencias comunitarias, mientras las Ordenanzas Municipales sólo existen en la tercera parte de los municipios. La degradación de espacios litorales es elevada, porque en la costa y sus cercanías se localiza la tercera parte de la población, que se triplica en verano. Y a ello se une la demanda de la red de puertos. Todo ello ha densificado las redes de comunicación terrestres, las canalizaciones, los emisarios submarinos, etc., hechos que explican la degradación del litoral en las últimas décadas. Y la política de ordenación ha sido también deficiente. La Ley de Costas (1969) sólo actuó sobre los bienes marítimos de dominio público, y la vigente (1989) no interviene en el espacio litoral de una forma integral. Pero el Plan de Costas ha beneficiado a los ámbitos mediterráneo y canario. Con todo, se ha heredado un crecimiento anárquico de la urbanización costera, de consecuencias muy graves: inadecuaciones de 166
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 5. La acción humana sobre el medio
uso del suelo, pésima integración de muchas actuaciones en el paisaje, descenso de los espacios libres, proliferación de los vertidos, pérdida de patrimonio natural, agresivos modelos de implantación urbana y de infraestructuras, etc. Los resultados son: –
La alteración de la dinámica erosiva litoral. Las regulaciones fluviales y las obras de ingeniería en el mar han favorecido la erosión en unos lugares, y la acumulación en otros. Y la multiplicación de embalses ha contribuido a retener unos sedimentos necesarios para las playas cercanas a las desembocaduras fluviales. Como consecuencia la línea de costa padece ya una regresión del 17%, prácticamente irrecuperable.
–
Los efectos expansivos de la agricultura intensiva. Resulta decisiva en la degradación del litoral mediterráneo, en el meridional atlántico y en las islas. La difusión del cultivo bajo plástico, de acolchados, de riego por goteo y la ampliación del regadío han difundido los impactos ambientales y visuales. Los más agudos afectan a los recursos hídricos, a la artificialización del campo (nuevos paisajes de plástico, degradación de laderas, etc.), y a las emisiones residuales contaminantes.
–
La desnaturalización de las playas y la regresión del litoral. El turismo es el responsable de la intensidad en el proceso urbanizador del litoral de playa, un 40% del cual está urbanizado o declarado como urbanizable. Y las divisas del turismo tienen su contrapartida en la transformación del ecosistema de playa.
–
La contaminación de las aguas marinas. Desde nuestras ciudades se vierten al mar 489 millones de m3 de residuos, de los que un 40% no reciben tratamiento. La salida se encuentra en las actuaciones del Plan Nacional de Saneamiento y Depuración de Aguas (1995-2005), que ha conseguido una paulatina reducción en las emisiones.
Como resultado de todo el proceso descrito devienen las alteraciones de los ecosistemas, cuando nuestro país resalta por la riqueza de su biodiversidad (más de 8.000 especies de plantas vasculares, entre 50.000 y 60.000 especies de invertebrados, 118 de mamíferos, 368 de aves, 56 de reptiles, 68 de peces de agua dulce, etc.). Aquí se albergan tres cuartas partes de las aves europeas y viven el 79% de los mamíferos continentales. Animales y plantas singulares se plasman en más de cien hábitat de interés comunitario (la mitad de los europeos) y más de 600 especies protegidas. Ello es posible porque los ecosistemas vitales han sido protegidos con más de un centenar de parques naturales, una docena de parques nacionales, y más de medio millar de figuras de protección (reservas naturales, parajes naturales, paisajes protegidos, monumentos naturales, y otras figuras). En conjunto, hay preservadas 3,5 millones de hectáreas, casi el 7% del territorio nacional, con la colaboración indirecta de la UNESCO, que desde 1977 ha declarado 16 Reservas de la Biosfera, con más de un millón de hectáreas protegidas (el 2% de la superficie nacional). Pero la protección de espacios singulares y las adhesiones a tratados y convenios no han sido suficientes, porque crece el número de especies amenazadas (1.263, la sexta parte en peligro de extinción). Con todo, las ZEPAS (Zonas de Especial Protección para las Aves) se incorporan a la Red Natura de forma automática, y los nuevos espacios que se adicionarán a muy corto plazo ampliarán el territorio protegido del 7% al 15%.
5. EL ECODESARROLLO COMO ALTERNATIVA Los primeros movimientos ecologistas parten de EE UU, donde los problemas de la contaminación se dejaban sentir con especial virulencia como derivación del potencial industrial adquirido durante la etapa posterior a la II Guerra Mundial, cuando, como país triunfante y abastecedor del resto de potencias involucradas en el conflicto tuvo la obligaGEOGRAFÍA E HISTORIA
167
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
ción de atender a las necesidades de medio mundo. Y más tarde incidió otra concienciación social paralela: los efectos sobre las personas de las armas químicas utilizadas por su ejército durante la guerra de Vietnam. Pero el año 1968 significó un cambio de actitudes en las sociedades más avanzadas del mundo con respecto al medio, cuando los movimientos pacifistas (procedentes de la contracultura estadounidense, una derivación de la cultura dominante) y las corrientes de pensamiento difundidas por Russell y Marcuse introdujeron nuevas mentalidades, que, más tarde, quedarían reflejadas en los Informes del Club de Roma. Buena parte de las nuevas ideas fue recogida por científicos británicos en el Manifiesto para la supervivencia, que abogaba por minimizar los riesgos sobre el medio por la acción incontrolada del hombre, con el resultado de la destrucción o alteración de los procesos ecológicos y el agotamiento de los recursos no renovables. En el fondo se estaba cuestionando a una sociedad consumista, a un modelo no deseable. En 1972 se celebró la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente, que atendía a dos frentes: la conservación del medio, y la lucha contra la contaminación. Se llamó la atención a los gobiernos sobre los problemas ambientales, se repudiaron las pruebas nucleares, se decidió vigilar la situación de la atmósfera, etc. Pero los resultados fueron más bien escasos, porque pronto surgieron las contradicciones entre las naciones industrializadas y las dependientes de recursos primarios, aunque sirvió para difundir al desarrollo sostenible. Y el primer Informe del Club de Roma (Los límites del crecimiento) expuso las bases del problema y propuso el crecimiento cero. En el segundo (La humanidad entre la encrucijada) planteó soluciones a escala regional, mientras en el tercero identificó los problemas ambientales. En conjunto lograron institucionalizar el problema ambiental, haciéndolo extensible a escala planetaria. El final de la década de los ochenta fue testigo del interés por el mantenimiento de los ecosistemas, y de la búsqueda de instrumentos técnica y financieramente eficaces, debate que sirvió para alumbrar la Estrategia mundial sobre biodiversidad, el Convenio sobre conservación de la biodiversidad biológica, y la Agenda 21. Entre todos contribuyeron al desarrollo de fórmulas, aunque restaron por establecer las medidas que llevaran a progresos significativos. Así las conferencias mundiales sobre el medio universalizaron la toma de conciencia sobre los problemas ambientales, y a su través las Naciones Unidas establecieron planes de conservación en diferentes áreas del mundo, y de ellas derivaron las conferencias sectoriales, aunque su aportación real ha sido discutida. La de Río (1992) introdujo varios convenios y, sobre todo, la Agenda 21 (Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y Desarrollo, 1992), que defraudó en sus expectativas al no ser firmado unánimemente el de biodiversidad, no aprobar un código ético para evitar el colapso en la explotación de los recursos naturales y en la gestión de los residuos y desechos, no establecer ni metas ni plazos, no conseguir los medios financieros necesarios, y no alcanzar acuerdos sobre la protección de los bosques. Pero estableció la biodiversidad como componente clave del desarrollo sostenible, y planteó actuaciones no vinculantes sobre cuestiones sociales, económicas y ambientales. La Agenda fue concebida como un amplio plan de trabajo, de ámbito mundial (en torno a medidas nacionales y a la cooperación internacional sobre desarrollo sostenible y protección ambiental hasta bien entrado el siglo XXI), con dos dimensiones socioeconómicas:
168
–
Combatir la pobreza, cambiar pautas de consumo, mejorar la salud humana, y la búsqueda del desarrollo sostenible.
–
La conservación y gestión efectiva de los recursos (proteger la atmósfera; combatir la deforestación, desertización y sequía; la protección de las áreas de montaña; la conservación de la diversidad biológica; la protección y gestión de los océanos y agua dulce; el empleo más seguro de los productos químicos tóxicos; y la gestión de los residuos peligrosos –esencialmente los radiactivos– y aguas residuales. PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 5. La acción humana sobre el medio
Por su parte, la Estrategia mundial sobre biodiversidad sostiene que sólo se detendrá la pérdida de ecosistemas cuando sea posible utilizar los recursos biológicos de manera justa a escala local, nacional e internacional, y que son los Estados quienes tendrán que explotar el medio, valorando sus recursos y protegiéndolos. Va más allá de la conservación al introducir cuestiones relativas al comercio, el uso del agua, los métodos de preservación de ecosistemas, etc., y establece vínculos entre y dentro de las naciones, indicando que la gestión de la biodiversidad supone un cuádruple esfuerzo: biológico, social, económico, y político. Sus propuestas se centran en: catalizar la cooperación internacional; intentar la reforma de las políticas nacionales mediante pautas generales; introducir al sector privado en la gestión de la biodiversidad; y establecer un sistema de incentivos para la conservación del medio a escala local, fortaleciendo la situación de los espacios protegidos y la capacidad para conservar las especies en hábitat naturales, y aumentar el aprecio sobre los valores de la biodiversidad. Pero también fortalecer el papel que desempeñan en la meta del desarrollo sostenible los grupos principales: mujeres, infancia y jóvenes; los pueblos indígenas; las ONGs; las autoridades locales; los trabajadores y sindicatos; y los científicos, técnicos, agricultores... Por último contempla los medios para la puesta en práctica: financiación, transferencia tecnológica, etc. Con todo su problema es ser gubernamental y no vinculante, y quizá por ello quedan pendientes desde su entrada en vigor (1993) muchas cuestiones graves: –
Las colecciones ex-situ ya existentes. Se trata de los materiales en poder de grandes empresas o Estados que han quedado fuera del reparto de costes-beneficios entonces acordado. De estas colecciones sólo se beneficiarán los países avanzados (quienes las lograron con anterioridad a 1993, y que son significativas en materiales orgánicos e inorgánicos de larga vida), mientras los productores han quedado fuera de los beneficios, aunque se hayan beneficiado de los costes.
–
Los mecanismos de financiación. Se creyó conveniente establecer un fondo propio, aunque pronto el G7-8 (el auténtico ejecutivo económico mundial) transfirió esa posibilidad al Banco Mundial.
–
La transferencia tecnológica del Norte al Sur. Se trata de un reto muy difícil de conseguir cuando el sector privado no está sujeto a controles gubernamentales.
–
La bioseguridad. En el trasfondo sólo se enmarca una doble corriente: los países avanzados no quieren desprenderse de sus adelantos para aprovechar íntegramente los recursos del medio; y los atrasados quieren participar de unos mecanismos que desconocen, al margen de sus posibilidades inversoras.
La conclusión más obvia es el logro de una sociedad sostenible, que no altere los procesos ecológicos, que sea preventiva y conservadora, y que equilibre las condiciones de explotación con las necesidades de las sociedades desarrolladas (pues condicionan el desarrollo de las más atrasadas). El objetivo central es respetar el equilibrio de la biosfera reduciendo actividades contaminantes, aplicando una tecnología no agresiva con el medio, y reciclando y devolviendo productos no dañinos al medio. Y ello sólo puede conseguirse mediante nuevas alternativas energéticas (solar, eléctrica...), y generando una conciencia ambiental, asumiendo unos principios: –
El hombre no tiene el derecho de destruir el medio, porque las consecuencias revertirán rápidamente sobre el propio hombre.
–
Superar la visión económica del desarrollo a costa del medio y de cualquier precio, e introducir la de progreso-calidad de vida, que incluye la conservación de los recursos naturales.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
169
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
–
El futuro depende de la conservación del medio, porque de él proceden la mayor parte de los recursos. Para ello se convierten en imprescindibles mecanismos coactivos, educativos, de modificación de los hábitos consumistas, de transformación de los modos de vida, etc.
Entre las estrategias más relevantes y lógicas para conseguir esos principios se encuentran: –
Las agrarias. Con nuevas técnicas que permitan una producción creciente sin alterar el equilibrio de la biodiversidad: el riego por goteo (que permite ahorro de agua y evita la salinización masiva de los suelos), el retorno al cultivo múltiple frente al abuso del monocultivo (que evita las adaptaciones de las plagas y malas hierbas y evita a los pesticidas), y la potenciación de los cultivos de montaña (que actúan eficazmente contra la erosión).
–
Las energéticas. Con un menor consumo de combustibles minerales se reducirá la contaminación, sustituidos por unas energías alternativas con menor grado de agresividad ambiental.
–
Las industriales. Han de conseguir cuatro objetivos: menor consumo de materias primas, reducción de las emisiones contaminantes a la atmósfera, optimización del consumo energético, y menor generación de residuos. Para ello se requiere un proceso industrial integrado, que incluya el reciclaje de residuos (que también depende de los hábitos de consumo) y la actuación legal sobre las industrias contaminantes o despilfarradoras de materias primas.
Las encargadas de llevar a la práctica esas estrategias son las organizaciones internacionales: –
170
Dentro de las Naciones Unidas: *
Agencias especializadas: UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), OMS (Organización Mundial de la Salud), OIT (Organización Internacional del Trabajo), OMM (Organización Meteorológica Mundial), OMI (Organización Marítima Internacional), y ONUDI (Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial).
*
Comisiones económicas regionales: CEPE (de las Naciones Unidas para Europa), CEPAL (para América Latina), CESAP (para Asia y el Pacífico), CEPA (para África), y CEPAO (para Asia Occidental).
*
Organismos y programas: OIEA (Organismo Internacional de la Energía Atómica) y PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente).
–
Organismos intergubernamentales fuera del sistema de las Naciones Unidas: CE (Consejo de Europa), UE (Unión Europea) y OCDE (Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos).
–
Organizaciones internacionales no gubernamentales: UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y de los Recursos Naturales), WWF (Fondo Mundial para la Vida Silvestre), FEEA (Fundación Europea para la Educación Ambiental en el Medio Rural y Urbano), FPNE (Fondo Patrimonio Natural Europeo), GREENPEACE, etc.
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 5. La acción humana sobre el medio
Estos organismos e instituciones son también los que deben forzar el cumplimiento real de convenios y tratados, y adoptar los informes. Entre ellos resaltan los siguientes: –
Los programas intergubernamentales sobre el Hombre y la Biosfera (MAB) de la UNESCO (1970), destinados al análisis de sistemas ecológicos y su exposición a la actividad humana (en cada país existe un Comité Nacional del MAB): ecosistemas forestales tropicales y subtropicales; gestión de la tierra en paisajes forestales mediterráneos y templados; pastoreo en sabana, pradera y tundra; regadío en zonas áridas y semiáridas; recursos de agua en zonas costeras; impactos humanos en ecosistemas montanos; ecología y uso racional de sistemas insulares; material genético en zonas naturales; gestión de plagas en ecosistemas terrestres y acuáticos; efectos ecológicos de las obras de ingeniería; ecosistemas urbanizados e industrializados; demografía y sus repercusiones ambientales; calidad ambiental; y efectos ecológicos de la contaminación.
–
La Conferencia de Estocolmo sobre el Medio Humano (1972), el acto internacional que más huella ha dejado en las políticas ambientales de todo el planeta. De ella salió la Declaración de Estocolmo, que establece metas globales y principios inspiradores de políticas ambientales.
–
La Carta de los Suelos, del Consejo de Europa (1972), que los declara como bien esencial y frágil, e indica la necesidad de protección, inventariado, uso racional y planificación.
–
La Declaración sobre las políticas de medio ambiente de carácter anticipativo de la OCEDE (1979), que se decanta por la integración de las políticas ambientales con las económicas para detectar las problemáticas de forma precoz, adoptar los instrumentos económicos, adecuar los modelos urbanos, agilizar las decisiones, establecer los controles de calidad, promover la educación ambiental, y desarrollar la cooperación interinstitucional e interestatal.
–
La Estrategia Mundial para la Conservación (1980), elaborada por la UINC, PNUMA, WWF, FAO y UNESCO, que intenta armonizar el desarrollo y la conservación de los recursos. En el trasfondo se encuentran las ideas de mantenimiento de los sistemas vitales, la diversidad genética y el aprovechamiento sostenido de los ecosistemas. Entre sus principios básicos están: el desarrollo sostenible, el mantenimiento del patrimonio biológico, el uso limitado de recursos renovables, el desarrollo de las tecnologías limpias, etc.
–
La sustentabilidad, una estrategia para el cuidado del planeta (1991), que desarrolla la Estrategia Mundial para la Conservación, ahora pensada para la década de los noventa. Se apoya en el desarrollo sostenible, pero incorpora estrategias de población y economía. Ya introduce la problemática del agujero de la capa de ozono, la lluvia ácida, los desequilibrios Norte-Sur, etc.
–
Nuestro Futuro Común, el Informe Brundtland (1992), presentado en la Cumbre de la Tierra o Cumbre de Río de Janeiro, que muestra la interconexión entre las realidades ambiental y socioeconómica, y señala la necesidad de reconducir los parámetros de las políticas económicas actuales con el objetivo de conseguir el desarrollo sostenible.
–
La Primera Revolución Global (Informe del Club de Roma, 1992), que contiene la idea de una política internacional en la reducción de emisiones de dióxido de carbono para evitar el sobrecalentamiento de la Tierra, y posibilitar la reforestación y el desarrollo de formas de energía alternativas.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
171
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
–
–
–
Tratados Internacionales sobre el Medio Ambiente. Se sustentan en la adopción de acuerdos multilaterales sometidos al Derecho Internacional Público e incorporados al ordenamiento jurídico internacional. Entre ellos resaltan: *
El convenio sobre Conservación de la Fauna y Flora en estado natural (Londres, 1933).
*
El convenio sobre Regulación de la pesca de la ballena (Washington, 1956), no adoptado por Japón.
*
La convención sobre el Control de seguridad en materia de energía nuclear (París, 1957).
*
El tratado de Prohibición de Pruebas Nucleares en la Atmósfera, el Espacio Ultraterrestre y Bajo el Agua (Moscú, 1963).
*
La convención sobre Protección del patrimonio mundial, cultural y natural (París, 1972).
*
El convenio sobre Prevención de la contaminación del mar por vertido de desechos y otras materias (Londres, México D.F, Moscú y Washington, 1972).
*
El convenio para la Protección del Mediterráneo contra la contaminación (Barcelona, 1976).
*
El convenio para la Prevención de la contaminación marina provocada por vertidos desde buques y aeronaves (Oslo, 1983).
*
El convenio para la Protección de la capa de ozono (Viena, 1985).
*
El convenio sobre Cooperación, preparación y lucha contra la contaminación por hidrocarburos (Londres, 1990).
*
El Tratado Antártico (Washington, 1959 y su Protocolo sobre la protección del Medio Ambiente, Madrid, 1991).
*
El convenio marco de las Naciones Unidas sobre El cambio climático (Nueva York, 1992).
*
El convenio sobre La diversidad biológica (París, 1992).
Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y Desarrollo (CNUMAD), o Conferencia de Río, de la que han salido de inicio o reforzados: *
La Declaración de Río sobre el medio ambiente y el desarrollo.
*
El Programa 21 (programa para aplicar una política ambiental mundial).
*
El convenio marco de las Naciones Unidas sobre El cambio climático.
*
El convenio sobre La diversidad biológica.
La Conferencia Mundial sobre el Cambio Climático (Buenos Aires, 1998) que intentó frenar la emisión de gases contaminantes a la atmósfera y que acabó con un mínimo acuerdo entre países pobres y ricos para reducir las emisiones de dióxido de carbono un 5,5% (con respecto a 1990) hasta el año 2012. Pero sólo unos pocos países ratificaron los acuerdos previos de la Conferencia de Kyoto (1997). La disputa surge cuando los países más desfasados se niegan a ratificar los acuerdos, ante lo que EE UU (el primer contaminador mundial) reacciona de igual modo. Ante tal panorama la I Conferencia Cumbre sobre Medio Ambiente y Desarrollo (Río de Janeiro, 1992) determinó las reformas ambientales necesarias a largo plazo. En la II Cumbre (Nueva York, 1997) se comprobó la ineficacia de la anterior,
172
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 5. La acción humana sobre el medio
sobre todo en lo referido a emisiones de CO2. Y no se llegó a un acuerdo en las reducciones de estos gases en un 15% para el año 2010 con relación al nivel de 1990. Para reducir la degradación ambiental la idea del crecimiento continuado debe de abrir paso a un uso más racional del medio. Y la respuesta ante el cambio climático se ha materializado en dos instrumentos jurídicos, la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (1992, pero entró en vigor en 1994), y el Protocolo de Kyoto (1997), que dota de contenido a una Convención ratificada por 186 países, con el objetivo de estabilizar las concentraciones de gases invernadero en la atmósfera. –
La política ambiental en la Unión Europea. Los denominados Programas de Acción sobre el medio, que comienzan en 1972, han logrado imponer la internacionalización de los costes ambientales (quien contamina paga) y hacer partícipes a los ciudadanos en el diseño y gestión de determinadas políticas ambientales. Han involucrado a instituciones no gubernamentales en la Oficina Europea del Medio Ambiente, con el respaldo de la Comisión Europea. Prioritariamente se ocupan de: tratamiento de residuos (reciclaje, recuperación y reutilización); agricultura, con el fomento de la biológica u orgánica, mantenimiento de cultivos leñosos en las zonas sujetas a erosión, disminución de la carga ganadera sobre territorios frágiles, etc.; lucha contra la contaminación atmosférica y de aguas, seguridad nuclear, energía, etc.; y conservación de flora y fauna (Red Natura 2000). Con el Acta Única ya se dispone de base legal, pues el art. 130 R (Tratado de Maastricht) se centra en: la conservación y mejora de la calidad de vida y del ambiente (protección a la salud de las personas, y uso racional de recursos y medidas ambientales), la adopción de medidas preventivas y armonizadoras entre los Estados miembros, y la cooperación con terceros países mediante acuerdos. El art. 130 S encarga al Consejo la elaboración de las disposiciones y medidas para el desarrollo y ejecución de la política ambiental de la Unión mediante instrumentos legislativos, operativos y financieros. *
Entre los legislativos hay un amplio conjunto de directivas, reglamentos y decisiones.
*
Entre los operativos están los Programas de Ejecución e Investigación y la Agencia Europea del Medio Ambiente (incorporan los preceptos del desarrollo sostenible emanados de la Conferencia de Río, y consideran prioritarios a los sectores de industria, energía, transporte, agricultura y turismo, y para su desarrollo se asume la subsidiariedad).
*
Entre los financieros se encuentran: el Fondo de Cohesión Social, los Fondos Estructurales (FEDER, FSE y FEOGA), el Banco Europeo de Inversiones, los Fondos de Cohesión y fondos específicos de los programas de ejecución e investigación.
La Unión también dispone de programas específicos (ejecución e Investigación): ALPENER (para el fomento de energías renovables y limitación de las emisiones de dióxido de carbono), LIFE (para restablecimiento de hábitats y biotopos originarios), ENVIREG (con Fondos Estructurales que ayudan a los programas ambientales en regiones desfasadas de la Unión), EPOCH (instrumento financiero para la prevención de desastres naturales e investigación climatológica), MATERIAS PRIMAS Y RECICLADO (con varios subtipos, materias primas primarias, reciclado de metales no férreos, etc.), MAST (para ciencia y tecnología marinas), MEDSPA (para el medio mediterráneo), NORDSPA (para zonas costeras de Irlanda, Mar del Norte, Báltico y Noroeste Atlántico), PROGRAMA DE RESIDUOS RADIACTIVOS (para el análisis de almacenamiento de los mismos), y STEP (para la protección del medio). GEOGRAFÍA E HISTORIA
173
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
BIBLIOGRAFÍA Beck, U. (1993) “De la sociedad industrial a la sociedad del riesgo”. Revista de Occidente, N.º 150; pp. 19-40. Bequette, F. Cero desechos. http://www.unesco.org/courier/1999_02/sp/planete/intro.htm Borras, A. (1985) Problemas internacionales del medio ambiente. Universidad Autónoma de Barcelona, Barcelona. Bosquet, M. et al. (1980) Crisis ecológica y economía. Miraguano, Madrid. Boukhari, S. Suelos al borde del agotamiento. http://www.unesco.org/courier/1999_01/sp/ planete/txt1.htm COMISIÓN MUNDIAL DEL MEDIO AMBIENTE Y DESARROLLO (1987) Nuestro futuro común. Oxford University Press, Oxford. Fernández Guillén, M.ª y Jongman, R. H. (1994) “Diversidad y agricultura”. El Campo. Monográfico Agricultura y Medio Ambiente. BBV, Madrid; pp. 65-80. García Abril, A. y Martín, M.ª A. (1994) “Medio ambiente y agricultura: las posibilidades de futuro”. El Campo. Monográfico Agricultura y Medio Ambiente. BBV, Madrid; pp. 9-30. García Barreno, P. (1994) “Desarrollo y Medio Ambiente”. El Campo. Monográfico Agricultura y Medio Ambiente. BBV, Madrid; pp. 203-214. Goodland, R. et al. (1991) Desarrollo económico en condiciones de sostenibilidad medioambiental. Banco Mundial. Haw Richard, C. (1980) The conservation of natural resources. Ed. Faber, London. Hernández del Águila, R. (1984) La crisis ecológica. Laia, Papel 451, Barcelona. Leang, G. y Hinrischsen, D. (1992) Atlas del medio ambiente. Ed. Algaida, Sevilla. Libro electrónico Ciencias de la tierra y del medio ambiente. http://www.ceit.es/ Asignaturas/ecologia/ López Bonillo, D. (2001) El medio ambiente. Cátedra, Madrid. Meadows, D. et al. (1972) The limits to growth. Universe Books, New York. Véase también (MEADOWS, D. et al. (1992) Más allá de los límites del crecimiento. Ed. Círculo de Lectores, Madrid. Meadows, D. y Meadows, D. (1973) Hacia el equilibrio global. Wright-Allen Press, Cambridge. Mulero Mendigorri, A. (1999) Introducción al medio ambiente en España. Editorial Ariel, Barcelona. Myers, N. (Coord.) (1987) El atlas Gaia de la gestión del planeta. Ed. Herman Blume, Madrid. Ortega Domínguez, R. y Rodríguez Muñoz, I. (1996) Manual de gestión del medio ambiente. Fundación Mapfre, Madrid. Pecci, A. (1981) Cien páginas para el futuro. Pergamon-Press, Nueva York.
174
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 5. La acción humana sobre el medio
Pnuma. Geo 2000 Perspectivas del medio ambiente mundial. http://www.grida.no/ geo2000/ Sauvy, A. (1973) ¿Crecimiento cero? Dopesa, Barcelona. Stend, G. S. (1981) Las paradojas del progreso. Alhambra, Madrid. Tamames, R. (1983) Ecología y desarrollo: la polémica sobre los límites del crecimiento. Alianza, Madrid. UNESCO-UNEP (1995) Global Change. France.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
175
Tema 6 La población mundial: modelos demográficos y desigualdades espaciales
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
ÍNDICE SISTEMÁTICO 1. INTRODUCCIÓN 2. EVOLUCIÓN DE LA POBLACIÓN MUNDIAL Y MODELOS DEMOGRÁFICOS: LA CONJUNCIÓN DE CICLOS EN EL DE BAJA FECUNDIDAD 2.1. El nuevo orden demográfico en los países desarrollados: la desnatalidad 2.1.1. La estructura por sexo y edad, fecundidad y natalidad 2.1.2. Evolución y variaciones de la mortalidad y la esperanza de vida 2.1.3. El crecimiento natural 2.1.4. Las migraciones 2.2. El nuevo orden demográfico en los países atrasados: la baja fecundidad 2.2.1. La estructura por sexo y edad, fecundidad y natalidad 2.2.2. Evolución y variaciones de la mortalidad y de la esperanza de vida 2.2.3. El crecimiento natural 2.2.4. Las migraciones 3. LAS DESIGUALDADES DERIVADAS DE LA DISTRIBUCIÓN ESPACIAL 3.1. Causas y determinantes 3.2. Focos de poblamiento y vacíos demográficos BIBLIOGRAFÍA
178
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
1. INTRODUCCIÓN Resulta complejo hacerse con ideas específicas sobre los distintos rasgos que definen a la población mundial, entre otras razones porque de censos precisos, actualizados y fiables sólo se dispone en los países avanzados, mientras suelen ser hasta tendenciosos en los desfasados (inflan o rebajan las cifras en función de la percepción de ayudas al desarrollo, a veces únicamente contemplan a determinados segmentos sociales y excluyen a comunidades esparcidas, hay registradas determinadas áreas de un país...). En los países avanzados el error censal no suele ir más allá del 1%, pero en los desfasados puede alcanzar veinte veces más, antecedentes que únicamente permiten disponer de aproximaciones mundiales, que parten de estimaciones. De ahí que al hablar de población mundial sólo pueda hacerse a partir de una cifra global, que buena parte de las instituciones fijan en unos 6.300 millones de personas, con nueve décimas partes emplazadas en el hemisferio Norte. Por regiones un 61% se concentra en Asia, menos del 14% en América y África respectivamente, un 11,5% en Europa, y un 0,5% en Oceanía. Con respecto al crecimiento la reducción relativa es un hecho: a comienzos de los años sesenta la población mundial crecía a un ritmo del 2,4% mientras que a finales del siglo había bajado al 1,2, aunque en valores absolutos represente un centenar de millones de personas al año. Pero ese auge esconde diferencias: –
En las regiones desfasadas crece a un ritmo medio del 1,5%, si bien en África y mundo árabe lo hace por encima del 2 e incluso del 2,5%.
–
En la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, que incluye a los países más avanzados del mundo) es inferior al 0,1%.
En la secuencia temporal es el periodo comprendido entre 1930 y 1960 el que marca el retraimiento de las áreas avanzadas, y el despegue de Asia-África, el que señala el paso a la etapa actual. Pero resalta una inversión notable: mientras en las regiones desarrolladas el máximo crecimiento se dio en la fase de industrialización, en las desfasadas se da en sectores y hasta en periodos de bajo crecimiento económico, y la resultante del proceso también será doble: –
En las regiones dependientes el incremento de la natalidad retrae el desarrollo, pues las necesidades demográficas van por encima de la previsión.
–
En las avanzadas el envejecimiento introduce consecuencias económicas: *
La población ocupada debe de realizar más esfuerzos para atender a un mayor volumen de población dependiente. Así, el parecido es notable con las áreas
GEOGRAFÍA E HISTORIA
179
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
desfasadas, aunque allí la población inactiva en auge procede de las estructuras poblacionales más jóvenes. *
Se incrementa el gasto de requerimientos sociales a cubrir por los Estados del Bienestar, que repercute en mayores impuestos y gravámenes sobre los activos.
*
El desarrollo equilibra las tasas de mortalidad y natalidad, las contrae (a las primeras con los avances técnicos, y dilata la esperanza de vida, y a las segundas como derivación de la tendencia a mejores cotas de bienestar social). Se llega a estimar que la reducción de la natalidad es la respuesta a evaluaciones de costes y rendimientos (los costes son superiores porque los hijos no contribuyen al mantenimiento familiar como en las sociedades desfasadas, mientras los gastos educativos y de todo tipo son infinitamente superiores). Los hijos son considerados como bienes de consumo superior, pues aquí prima el rendimiento creciente del capital humano (en las regiones desfasadas los hijos son mano de obra necesaria o factor de seguridad en la vejez). La contraposición entre ambos modelos es simple: en el mundo desarrollado aparecen familias pequeñas (pero con gran capital humano), y grandes en el subdesarrollado (con escaso capital humano).
Respecto a las migraciones algunos datos son relevantes: –
Las del siglo XIX fueron económicas, internas, internacionales y transcontinentales, porque la población huía de la tierra para encontrar nuevas oportunidades en la industria o bien en los servicios.
–
En las áreas más desfasadas han sido, y son, una válvula de escape a la presión demográfica.
–
Los emigrantes han servido de fuente de reactivación económica en los puntos de destino, por su contribución directa al desarrollo, y de origen, por las divisas introducidas.
–
Las grandes migraciones se estancan en los tiempos recientes como derivación tanto de las crisis económicas como de las leyes restrictivas en los lugares de destino. El sistema funciona al contrario en el resto de regiones.
Los rasgos de la población activa también son diferentes por regiones y sistemas económicos:
180
–
La involucrada en el proceso productivo es muy superior en las regiones desfasadas, con un 66% de media, mientras en las avanzadas está unos nueve puntos por debajo. Esa diferencia no puede ser extrapolada a rentabilidades, lo que explica las distancias económicas entre ambas.
–
En las regiones avanzadas se ha producido un proceso de feminización de las tasas de actividad como derivación del control voluntario de la natalidad y la incorporación de la mujer al mercado laboral. Y en las desfasadas una feminización del campo, que nada tiene que ver con las planificaciones familiares.
–
La estabilidad de las poblaciones (por descenso de la natalidad, mortalidad, y estancamiento del crecimiento natural) se traduce en un equilibrio entre las expectativas empresariales y el crecimiento de las poblaciones. La inestabilidad opera al contrario en las regiones desfasadas.
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 6. La población mundial
2. EVOLUCIÓN DE LA POBLACIÓN MUNDIAL Y MODELOS DEMOGRÁFICOS: LA CONJUNCIÓN DE CICLOS EN EL DE BAJA FECUNDIDAD Los datos históricos no son precisamente exactos, y menos cuanto más se retrocede en el tiempo. Aun así se estima que al inicio de la era cristiana la población mundial contaba con unos 250 millones de habitantes, que lograría doblarse en 1650. A partir de finales del siglo XVIII ya se dispone de datos más fiables debido a la instauración de los censos nacionales, aunque todavía en la pasada década de los años setenta la ONU barajaba estimaciones (unos 4.300 millones), que en muchos casos prolonga hasta la actualidad, sobre todo para los países subdesarrollados. Lo cierto es que en la secuencia histórica aparecen fases bien definidas: 1. Estacionaria, de 1750 a 1810 (con alta mortalidad y natalidad, con un promedio de ocho hijos por familia). 2. Expansión temprana, de 1810 a 1870 (con alta natalidad mantenida y bajada drástica de la mortalidad, con un notable aumento del total de población, matrimonios tardíos, superpoblación de las áreas rurales y emigración a otros países), 3. Expansión tardía, de 1870 a 1930 (con caída vertiginosa de la natalidad, mantenimiento de la baja mortalidad, lento cambio en la estructura por edades, descenso del sector agrícola y auge urbanizador). 4. Estacionaria baja, de 1930 a 1975 (con fluctuación de las tasas de natalidad, mortalidad baja, dominio de las pequeñas familias, incremento de la vejez, continuidad del proceso urbanizador…). 5. Estacionaria baja agudizada por la baja fecundidad, de 1975 a la actualidad (acompañada de hiperurbanización y migraciones en los países menos desarrollados, y de mayor desurbanización y envejecimiento en los avanzados). Es en la fase de expansión temprana cuando se inicia el despegue de la población mundial, que sigue en la siguiente de expansión tardía, para volverse estacionaria en la última. En dicha transición demográfica los procesos concatenados de industrialización y urbanización han sido los factores decisivos, y ello ha permitido que en los dos últimos siglos la población haya crecido de forma sostenida, pero con aceleración en la segunda mitad de la última centuria, en esencia debido al empuje de los países menos avanzados. Sin embargo en la etapa más reciente el proceso ha venido seguido de una marcada desaceleración actual. Para un buen número de autores los modelos demográficos son más simples, ya que se definen por la presencia de determinadas etapas y la disfunción Norte-Sur: –
Regiones avanzadas, que han pasado por tres modelos: *
Régimen demográfico antiguo, con natalidad muy elevada (en torno al 40 por mil) y mortalidad igualmente alta (también en torno al 40 por mil, y con especial incidencia de la infantil). Se sustentaba en una estructura socioeconómica predominantemente agraria.
*
Régimen demográfico de transición. Con descenso de la natalidad (en torno al 20 por mil) y sobre todo de la mortalidad (situada ya alrededor del 15 por mil). Se realiza con el trasvase a la sociedad industrial, y se caracteriza por el
GEOGRAFÍA E HISTORIA
181
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
notable control de la natalidad y la disminución progresiva de la mortalidad, especialmente de la infantil, debido a razones científicas y alimentarias. *
–
Régimen demográfico moderno. Con natalidad baja (por debajo del 15 por mil) y mortalidad muy reducida (menos del 10 por mil). Ahora la estructura socioeconómica es urbana e industrial, interviene la planificación familiar, y se reduce a mínimos la mortalidad, porque la alimentación, además de suficiente, es más equilibrada, y la contribución científica progresa aceleradamente.
Regiones desfasadas. Han pasado únicamente por dos modelos: *
Régimen demográfico antiguo. Con las mismas características y causas que en las regiones avanzadas.
*
Régimen de explosión demográfica. Se caracteriza por una elevada natalidad (mantenida en tasas similares a las del régimen demográfico antiguo) y un descenso notable de la mortalidad (incluso en ocasiones similar al de la fase del régimen demográfico moderno en regiones avanzadas). La gran afinidad con la etapa antigua es que no hay disimilitudes, porque se mantienen las estructuras socioeconómicas agrarias. La diferencia es que mejora la alimentación y la contribución científica para reducir la mortalidad. La resultante es un crecimiento desmedido de la población.
La evidencia indica que el crecimiento se ha disparado, pues del 0,3% a finales del siglo XVII se pasó al 1% a principios del XX, al 2% rebasado el ecuador de esta centuria, para decaer ligeramente a finales de los ochenta, cuando se cifraba en el 1,7%, y levemente desde entonces (al 1,6%). En efecto, si a finales de los años sesenta la velocidad de crecimiento se cifraba en el 2,06% en la actualidad ha caído a una tasa que puede ser calificada de controlada, aunque con ritmos regionales dispares, pues en los países avanzados está próxima o es de cero y en los atrasados alcanza desde el 1 al 2,3%. Pero en cifras reales se ha pasado de 50 millones de personas/año a los 90-100 actuales. Además, desde 1975 la población ha crecido un 60%, el mejor indicador para algunos autores de la explosión demográfica, si bien frente a esa eclosión una porción de la humanidad se estanca. La gran dificultad a escala mundial es pronosticar cuál va a ser la futura evolución de la fecundidad, pues los cálculos son más fáciles para la mortalidad, que en los países avanzados aumentará ligeramente como consecuencia del envejecimiento demográfico, mientras en los desfasados el proceso a la baja continuará con ritmos parecidos o bien algo más intensos a los producidos en los últimos años. Hoy las cifras calculadas no sólo sobrepasarán los 6.300 millones de personas, sino que van acompañadas de otro hecho significativo, la progresiva concentración de los habitantes del planeta en los países subdesarrollados (en 1980 el 75% y actualmente el 81%). Ello significa que la progresión y congestión de seres humanos en el mundo atrasado originará profundas modificaciones sociales, políticas y económicas, que cada vez serán más intensas. En contrapartida, las proyecciones consideran inapreciables, en cualquier área, los influjos ejercidos por la inmigración en el crecimiento demográfico. En el mundo avanzado el continente europeo tiende hacia el denominado invierno demográfico. Con más de 700 millones de habitantes el modelo se encuentra estancado, envejecido e instalado en la segunda transición demográfica, definida por una caída de la fecundidad, que no asegura el reemplazamiento generacional, y una prolongación de la esperanza de vida, que agudiza el envejecimiento. La citada implosión o entropía demográfica sólo la palia relativamente la inmigración. En Europa Occidental, los países mediterráneos, por su parte, muestran los índices de fecundidad más bajos del continente y el envejeci182
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 6. La población mundial
miento más rápido. Sin embargo en Europa Oriental, incluida Rusia, el modelo está definido por un retroceso de la esperanza de vida y por un incremento de las tasas de mortalidad infantil, debido al desmantelamiento del sistema sanitario comunista. Pero, en conjunto, el nuevo problema europeo es inmigratorio (heterogéneo, continental y extracontinental). En Norteamérica aparecen semejanzas notables con Europa Occidental, pero también diferencias en la mortalidad (debido a la presencia de un notable tercer mundo interior) y en la fecundidad, ligadas a la fuerte inmigración (generalmente ilegal). En Australia y Nueva Zelanda el parecido es mayor con Norteamérica. En Japón se ha culminado ya la transición demográfica, con un grado de envejecimiento alto y el problema de la superpoblación. Y en los dragones asiáticos (Hong Kong, Singapur, Taiwán, Corea…) el modelo se acerca al japonés, con una transición demográfica finalizada en los años noventa, y caracterizada por el control de la natalidad. En el mundo subdesarrollado Iberoamérica se convierte en el paradigma de los desequilibrios sociodemográficos, instalada en el tramo final de la segunda fase de la transición demográfica, como derivación de la caída de la fecundidad y de la fuerte emigración. La tasa de mortalidad infantil se encuentra controlada, y la de mortalidad ha caído desde los años ochenta (hechos que no se aprecian en la misma medida en Centroamérica y los Andes), con la resultante de un crecimiento notable. No obstante, el control no se da en el fuerte proceso urbanizador, con la consecuencia de la exclusión social al alza. Con todo, presenta un nivel específico, diferente, dentro del mundo desfasado, incluso próximo al avanzado. En China el índice de fecundidad se encuentra por debajo del nivel de reemplazamiento generacional debido a la política natalista, hecho que conduce al envejecimiento paulatino. Luego, la urbanización progresa a un ritmo del 4% anual, explicada por el fuerte éxodo rural, y caracterizada por un desorden que está propiciando fuertes desequilibrios territoriales. En Asia meridional la India dispone de un crecimiento exponencial, que dentro de medio siglo le hará alcanzar los 2.000 millones de habitantes, a pesar de haber experimentado una drástica transformación demográfica reciente que le ha permitido superar la primera etapa de transición. Pero el peso del mundo rural no favorece precisamente el cambio demográfico. La periferia de la India dispone de altas tasas de fecundidad y de mortalidad, que le sitúan en una fase del proceso de modernización demográfica. Y el sureste asiático ha acelerado su proceso de transición demográfica, con el descenso de las tasas de fecundidad y del crecimiento vegetativo, una modernización que no va bien acompasada con la económica. En los países islámicos aún despuntan unos altos índices de mortalidad materno-infantil, y las altas tasas de fecundidad y de crecimiento vegetativo (también explicado por el descenso de la mortalidad). Así la estructura demográfica es progresiva y rejuvenecida (incluso con el descenso reciente de la fecundidad). Otros rasgos definitorios son el proceso galopante de la urbanización y los elementos distintivos de la cultura islámica, con el reforzamiento de la familia sobre el individuo, la importancia de la familia numerosa (4 hijos por mujer), etc. Son los países del Asia Central los que presentan el mayor proceso de modernización demográfica. En África subsahariana se da el paroxismo demográfico. Con unos 700 millones de habitantes la hiperurbanización, el éxodo rural, las migraciones intra y extra continentales, la pobreza, los fuertes desequilibrios rurales y urbanos, etc., hunden las posibilidades de desarrollo y propician la espiral de explosión demográfica, cuando la agricultura no asegura las necesidades alimentarias y la subnutrición es generalizada. Sus elevadas y estables tasas de fecundidad y el lento descenso de las de mortalidad han generado un crecimiento GEOGRAFÍA E HISTORIA
183
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
natural que ronda el 2,5% y unas estructuras demográficas muy rejuvenecidas, unidas a una corta esperanza de vida (por debajo de los 50 años), altos valores de mortalidad infantil, etc. Y junto a ello el creciente grado de urbanización (ahora sobre el 40%). Es precisamente en los países subdesarrollados donde se experimenta la mayor reducción de las tasas de crecimiento, por las correspondientes de fecundidad y, en algunos casos (como en África subsahariana) por el incremento de las tasas de mortalidad epidémicas. Esta desaceleración se enmarca en la Teoría de la Transición Demográfica, dentro de la cual los países avanzados han llegado a la Postransición Demográfica, mientras los atrasados se encuentran en plena fase de transición. Así pues, no se está realmente en una fase de explosión demográfica sino de cambio demográfico, definido por la desaceleración demográfica en los más atrasados y la implosión demográfica, o envejecimiento, en los avanzados. Y a esta transición demográfica va ligada la transición epidemiológica, o sanitaria, que define a un proceso de cambio desde la mortalidad transmisible, típica de las sociedades desfasadas, a la crónica y degenerativa, ahora de las sociedades avanzadas. Pero la variedad de esos hechos es notable según las distintas áreas terrestres. Así, otras regiones (África, Sureste de Asia, Iberoamérica y China) se encuentran en la segunda fase de la transición epidemiológica; Europa Oriental y los países ex soviéticos en la tercera; y los más avanzados en la cuarta. Y ello permite comprobar la relación estrecha entre el desarrollo económico y la transición epidemiológica (así ocurre con la aparición de enfermedades erradicadas y de otras nuevas). Por tanto, en este principio de milenio se entra en la denominada segunda transición demográfica, en un nuevo orden demográfico marcado por las notables transformaciones poblacionales y territoriales. Arranca a mediados de los años setenta, coincidiendo con la crisis energética y económica, se refuerza en la década siguiente y se agudiza en la pasada con la aceleración de la globalización. Afecta básicamente al mundo avanzado, aunque se generaliza, con la desnatalidad y el envejecimiento como rasgos distintivos. Ello explica también el repunte de las migraciones internacionales y el mayor peso del sector terciario en la población activa. Además, se difunden las clases medias y las mujeres se incorporan masivamente al mercado laboral. En suma, que el nuevo proceso se define por: la caída de la fecundidad, el envejecimiento, los desequilibrios territoriales, un nuevo marco de la actividad económica, y la inmigración extranjera. Y todo ello traerá consigo cambios de calado, en las vidas social, económica y política (vivienda, cultura, ocio, pensiones, etc.). Pero también se agudizarán la urbanización galopante en los países subdesarrollados, las desigualdades, etc. Por tanto, si la demografía posterior a 1950 ha estado marcada por cuatro rupturas (baby boom de la postguerra, explosión demográfica del mundo subdesarrollado desde esa fecha, la desnatalidad de Occidente o baby bust, y la caída de la fecundidad general) hoy puede hablarse de un solo modelo universal, el de la baja fecundidad, acompañado de hiperurbanización y migraciones en los países menos desarrollados, y de desurbanización y envejecimiento en los avanzados. Incidimos en el hecho de que las consecuencias del nuevo orden demográfico serán variadas. En el mundo avanzado con el auge de lo informal y de la multiplicidad, las guerras generacionales en lo laboral, la escasa cohesión social, etc., y en el desfasado con las deficiencias sociales, demográficas, sanitarias, etc. Estas circunstancias implicarán una peligrosa relación entre la población y los recursos, y un fuerte desequilibrio entre el contingente humano y las disponibilidades. Se agudizarán y complicarán las desigualdades alimentarias, crecerán las corrientes migratorias desde el Sur hacia el Norte, será obligado el control del crecimiento demográfico, las explosiones demográficas incidirán más fuertemente sobre las crisis económicas, aumentarán las expectativas de crecimiento 184
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 6. La población mundial
demográfico por el rejuvenecimiento de las poblaciones, descenderán los niveles de vida, las afectaciones al medio serán más intensas, etc. Y tanto más cuando se calcula que en el año 2025 se alcanzarán los 8.000 millones de habitantes, y cuando a finales del siglo XXI la población podría alcanzar los 31.000 millones, ya con más del 90% viviendo en el mundo de los desfases.
2.1. El nuevo orden demográfico en los países desarrollados: la desnatalidad 2.1.1. La estructura por sexo y edad, fecundidad y natalidad La proporción por sexos en la población mundial se encuentra bastante igualada, si bien el dominio corresponde a las mujeres. La desigualdad, que se inicia en el mismo momento del nacimiento, es superior para los hombres (105 por cada 100 mujeres), para luego equipararse e invertirse conforme avanza la edad (la esperanza de vida para las mujeres es superior en unos tres años como media mundial, que se incrementa en el ámbito desarrollado). De modo que la diferencia de mortalidad es favorable para las mujeres, aunque también es alta la general debido a que las poblaciones están envejecidas. Y la composición por sexos de los movimientos migratorios indica que afectan más a los varones, más móviles (si bien en los de corta distancia dominan las corrientes migratorias femeninas). Sin embargo, esa generalidad ha de ser matizada, porque las oportunidades laborales proporcionadas por la industria, y sobre todo por el sector terciario, han favorecido la emigración de las mujeres (se habla incluso del terciario feminizado). En los países avanzados dominan las poblaciones maduras y escasamente dinámicas, con lo cual la tendencia a la dificultad del reemplazamiento generacional y al envejecimiento es la norma, de lo que derivan incrementos notables de las tasas de dependencia. Se enmarcan en los regímenes demográficos modernos, con cinco veces más población anciana (14% en Europa Occidental) que en las poblaciones jóvenes (3%), mientras los jóvenes representan menos de la tercera parte de la estructura social. Sin embargo, aquí sí aparecen fuertes contrastes derivados de los propios niveles de desarrollo: –
A niveles económicos bajos corresponden crecimientos de población más altos y menor envejecimiento.
–
A niveles altos toca un descenso de las tasas de la fecundidad y un incremento de la esperanza de vida, con el consecuente envejecimiento.
–
En las áreas urbanas se acumulan los contingentes de activos procedentes del campo, que mantienen unas dinámicas de crecimiento superiores y reducen el envejecimiento urbano. Al contrario, la salida de jóvenes del campo aminora la fecundidad y agudiza el envejecimiento.
–
En el interior de las urbes se dan también dos fuertes contrastes: *
Centros históricos (con escaso suelo urbanizable y caro) envejecidos.
*
Extrarradios industriales (con suelo más barato y vivienda más asequible), ocupados por inmigrantes o jóvenes urbanos, más dinámicos demográficamente y, por tanto, más rejuvenecidos.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
185
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
El índice sintético de las diferencias en la fecundidad entre los países desfasados y avanzados se explica por sí solo, porque los primeros triplican los valores de los segundos. Se aprecia, pues, que el descenso general desde mediados del siglo pasado es de un tercio, bajo y casi mantenido desde 1980 en los países desarrollados, y casi el doble en los desfasados, aunque con notable caída desde hace un cuarto de siglo. ÍNDICE SINTÉTICO DE FECUNDIDADa Años
Países desfasados
Países avanzados
Diferencia
1950-55
6,1
2,8
3,3
1960-65
6,0
2,7
3,3
1970-75
5,4
2,1
3,3
1980-85
4,2
1,8
2,4
1990-95
3,5
1,7
1,8
1990-95
3,4
1,7
1,7
1995-00
3,1
1,6
1,5
2000-05
2,9
1,6
1,3
2005-10
2,8
1,6
1,2
b
a:
número de niños que una mujer trae al mundo, como media, a lo largo de su vida, suponiendo que durante la misma se mantengan constantes los índices de fecundidad por grupo de edad observados en el periodo estudiado.
b:
proyección.
La tasa bruta de natalidad general oscila en torno al 21 por mil, pero con disparidades muy acusadas entre países. Las tasas brutas de natalidad y fecundidad en los países desarrollados se caracterizan por ser reducidas y relativamente uniformes. Los índices más bajos corresponden a Europa central y Japón, son algo mayores en EE UU, Canadá y Australia, y claramente más altos en países como Argentina o Irlanda. Por lo que afecta a los factores de la fecundidad son biológicos y sociales:
186
–
Los biológicos (que ejercen un influjo poco relevante sobre la distribución planetaria de la fecundidad) disponen de una ley válida para los países avanzados, que permite comprobar cómo las sociedades, a medida que evolucionan económicamente, van experimentando una reducción progresiva (y hasta peligrosa actualmente) de sus tasas de fecundidad y de natalidad. La reducción de la mortalidad infantil ha influido en el descenso de la natalidad en las sociedades avanzadas, y hasta la posibilidad familiar de conservar a los hijos concebidos ha actuado como causa reductora de la fecundidad; y más a medida que los gastos originados por el mantenimiento y la educación se han ido incrementando (la ya aludida diferencia entre costes y beneficios).
–
Los sociales (que incluyen los sociológicos, culturales...). Hay que tener en cuenta los progresos que coadyuvan a explicar el descenso de la fecundidad: la emancipación de la mujer, la edad más tardía al contraer matrimonio, o la mayor frecuencia de solteros en ambos sexos. Con respecto a la edad, la media de acceso al matrimonio suele ser mucho más elevada que en las regiones desfasadas. Factor de dePROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 6. La población mundial
cisiva influencia es el nivel de instrucción, porque existe una relación evidente entre la importancia y la duración de los estudios (sobre todo los de la mujer) y el nivel de fecundidad, en el sentido de que cuanto más elevados son aquéllos menor es esta última. El desarrollo de la educación actúa de diferentes maneras, y especialmente al favorecer la reducción de la mortalidad infantil, debilitar la costumbre de casar tan jóvenes a las mujeres, e incorporar el uso de métodos de regulación de la natalidad. Pero el grado de religiosidad también incide, ya que todas las grandes creencias monoteístas mantienen una actitud favorable a la natalidad. Atendiendo a este criterio puede establecerse una diferencia entre los países con mayoría católica o protestante: *
En los primeros la natalidad es más alta debido a la actitud de la Iglesia, contraria al uso de cualquier procedimiento artificial de control.
*
En los segundos es claramente inferior, como consecuencia de la posición más tolerante de las otras iglesias cristianas.
En lo que corresponde a la evolución reciente de la natalidad se mantuvo elevada en todas partes hasta entrado el siglo XIX (si bien los excedentes demográficos eran reducidos periódicamente, debido a las crisis de supermortalidad accidental). El descenso de la fecundidad y, consiguientemente, de la natalidad se produjo en momentos diferentes según los países. El declive se inició en Francia durante el primer tercio del siglo pasado, y en el transcurso de dicha centuria fue ganando a los países de Europa Occidental y Central, a los norteamericanos, y al continente australiano. Esta tendencia a la baja se interrumpió para muchas áreas en la década de los treinta; es el proceso conocido como baby boom, cuya tendencia a la disminución se intensificó a partir de los años sesenta. En la actualidad el índice bruto de natalidad está cercano a 10. ÍNDICE BRUTO DE NATALIDADa
a:
Años
Países desfasados
Países avanzados
Diferencia
1970-80
34,4
15,6
18,8
1981-90
31,0
14,2
16,8
1991-95
27,8
12,4
15,4
1996-00
25,5
11,3
14,2
2001-05
23,8
10,9
12,9
2006-10
22,5
10,7
11,8
por mil habitantes. División de la Población de la Secretaría de la ONU. World Population Prospective: the 2000 Revision.
2.1.2. Evolución y variaciones de la mortalidad y la esperanza de vida Desde el siglo XVIII se arrastra la disminución de las tasas de mortalidad, que afecta en primer lugar a las clases más pudientes en los países más avanzados, del norte de Europa. En la centuria siguiente el retroceso va extendiéndose por el resto de Europa y América del Norte, y desde comienzos del XX ya afecta a Japón, Rusia europea y la Sudamérica blanca, GEOGRAFÍA E HISTORIA
187
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
hasta llegar incluso a otras áreas del subdesarrollo. Lo curioso es que en el siglo XX la mayoría de los progresos, y en casi todos los lugares, se dan después de la Segunda Guerra Mundial, con un retroceso de la mortalidad que continúa produciéndose, aunque la esperanza de vida aumenta en las naciones desarrolladas y la tasa de mortalidad ha empezado a crecer debido al envejecimiento de la población. En el mundo avanzado son bajas, con variaciones muy reducidas, y descensos poco apreciables por las razones aludidas, mientras la distancia desfavorable, ahora, se incrementa con el mundo desfasado. Entre las causas dominan las endógenas (afecciones cardíacas o cancerígenas), a las que se añaden las exógenas (con incidencia de los accidentes de circulación). Son las famosas tres CES mortíferas: cáncer, corazón y carretera. ÍNDICE BRUTO DE MORTALIDADa
a:
Años
Países desfasados
Países avanzados
Diferencia
1970-80
11,9
9,5
2,4
1981-90
10,1
9,7
0,4
1991-95
9,3
10,2
-0,9
1996-00
8,9
10,1
-1,2
2001-05
8,8
10,2
-1,4
2006-10
8,7
10,4
-1,7
por mil habitantes.
Otro indicador muy válido es la mortalidad infantil, que ya presenta notables diferencias entre el mundo avanzado y el desfasado. En el primero se ha reducido en un tercio desde los años setenta, y con el rasgo distintivo de unas diferencias casi nueve veces inferiores con respecto al mundo desfasado. MORTALIDAD INFANTIL a
a:
Años
Países desfasados
Países avanzados
Diferencia
1970-80
105,5
19,9
85,6
1981-90
82,3
13,8
68,5
1991-95
70,8
10,1
60,7
1996-00
66,8
8,2
58,6
2001-05
60,9
7,5
53,4
2006-10
55,4
7,1
48,3
número de fallecimientos de niños menores de un año por cada mil niños que nacieron vivos.
Con referencia a la esperanza de vida ha subido en un quinquenio en las últimas tres décadas, y parece haberse llegado a un cierto estancamiento al alcanzar límites altos. Primero progresó por los avances materiales derivados de la organización social, sobre los que incidieron los progresos científicos. En los años treinta era de 60 años, hacia los setenta se alcanzaban los 72, mientras se agudizaban las diferencias entre sexos (siempre favorablemente para el femenino), y desde entonces progresa el envejecimiento hasta incidir 188
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 6. La población mundial
sobre las tasas de mortalidad. Se trata de un hecho que, unido al descenso de la natalidad, explica la tendencia o consecución del crecimiento cero o negativo. En las regiones ex socialistas es comparable, aunque menor en promedio, en la prolongación europea hasta los Urales. En Europa Oriental dicha esperanza disminuye ligeramente de norte a sur, pero en Asia los valores son algo superiores. Puede decirse, incluso, que la adscripción a los sistemas socioeconómicos capitalista y socialista no ha influido excesivamente en la evolución de la esperanza de vida y de la mortalidad. ESPERANZA DE VIDA a
a:
Años
Países desfasados
Países avanzados
Diferencia
1970-80
55,8
71,9
-16,1
1981-90
58,4
73,4
-15,0
1991-95
61,5
74,0
-12,5
1996-00
62,5
74,8
-12,3
2001-05
63,4
75,8
-12,4
2006-10
64,3
76,6
-12,3
número de años que vivirá de media un niño nacido durante el periodo indicado, suponiendo que los índices de mortalidad permanezcan invariables durante toda su vida con relación al periodo de nacimiento.
2.1.3. El crecimiento natural De forma sucinta las regiones avanzadas se han ajustado a la secuencia de las tres etapas en el desarrollo del crecimiento demográfico: modelo antiguo, de transición (con reducción previa de la mortalidad, antes que la correspondiente a fecundidad) y evolucionado o moderno. Y sólo con diferencias de tiempo entre un modelo y otro. Primero eliminaron las mortandades epidémicas, luego las ordinarias e infantiles, para reducir la fecundidad y llegar al envejecimiento. Es el resultado directo de la existencia de un modelo de transición demográfica larga (75 a 150 años) que caracteriza a los países europeos, que la han desarrollado desde 1815 hasta el ajuste final hacia 1970, con las modificaciones posteriores introducidas por la desnatalidad. ÍNDICE DE CRECIMIENTO NATURAL a
a:
Años
Países desfasados
Países avanzados
Diferencia
1970-80
2,25
0,61
1,64
1981-90
2,09
0,46
1,63
1991-95
1,85
0,22
1,63
1996-00
1,66
0,12
1,54
2001-05
1,50
0,07
1,43
2006-10
1,38
0,03
1,35
por cien habitantes
GEOGRAFÍA E HISTORIA
189
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
El índice de crecimiento natural se ha reducido drásticamente, partiendo de índices muy bajos, cuatro veces inferiores a los del mundo desfasado. Ello ha implicado la tendencia al temido crecimiento cero, que podría alcanzarse de forma generalizada a partir de 2010, y explicada por la caída de unos niveles de fecundidad que plantean la ya existente dificultad de renovación generacional. Los crecimientos no rebasan el 0,07% anual, con el valor más alto en Norteamérica (0,59) y los más bajos, negativos, en el continente europeo (-0,18). Dichos valores se adscriben al sistema demográfico neocapitalista, integrado por EEUU y Canadá, Europa Occidental, y Japón, más Australia y Nueva Zelanda, donde se encuentran las poblaciones mejor organizadas y de más alto nivel general. En la evolución de los regímenes demográficos en las regiones capitalistas despunta el ejemplo de Europa, que se caracterizó por un lento crecimiento derivado de las altas mortalidades generales, otras concentradas en la infancia, etc. Será con la revolución industrial cuando se incorporen las mejoras sociales, alimentarias, higiénicas... y como consecuencia descienda la mortalidad y comience el incremento de la población; además, se impone el modelo urbano que, a su vez, moderniza a las sociedades. En adelante, disminuye la natalidad y se controla la mortalidad, convergiendo ambas tasas; sin embargo, la crisis de los años treinta comprime la de natalidad y reduce el número de hijos por familia, que alcanza un mínimo histórico. La resultante será de crecimientos pequeños e incluso de estancamientos demográficos. Después de la Segunda Guerra Mundial aumenta la natalidad, como derivación de una eclosión económica generalizada y, entre tanto, la mortalidad sigue descendiendo, especialmente la infantil. Como resultado, el tiempo incorpora el proceso de envejecimiento de las poblaciones, un fuerte estancamiento demográfico, y hasta recesiones en algunos países.
2.1.4. Las migraciones Las migraciones libres transoceánicas tuvieron su etapa de apogeo entre mediados del siglo XIX y el primer tercio del XX, con la salida de Europa hacia ultramar de unos cincuenta millones de personas, que se dirigieron fundamentalmente hacia EE UU y Canadá, Iberoamérica y Oceanía. En origen la causa se encontraba en la ruina del artesanado, el excedente de mano de obra en la agricultura, y la reducción en el precio de los transportes. La emigración fue así un fenómeno de masas que se desarrolló libremente, sin trabas ni disposiciones que limitasen la corriente entre los países de origen y de destino. La etapa de decadencia, entre las dos guerras mundiales, fue debida a tres factores: las dificultades derivadas de ambos conflictos, la crisis económica intensa que acontece en torno a los años treinta, y la política restrictiva y selectiva de emigrantes que impusieron muchos de los países receptores, con la más clara en EE UU (con sus famosas leyes de cuotas), y otras restrictivas también emprendidas por antiguos dominios británicos, como Australia (que hasta se irradió a los países de Iberoamérica). En efecto, las naciones nuevas y ocupadas no necesitaban ya de aquella inmigración masiva y sin cualificar que caracterizó a la corriente en el siglo XIX y comienzos del XX; y menos en un momento de crisis económica que estaba afectando a todos sus sectores de actividad. La Segunda Guerra Mundial no hizo más que agravar esta situación. Son sustituidas por las de trabajadores poco o nada cualificados, que se desarrollan a media distancia, y que adquieren un notable incremento desde mediados de la pasada centuria, con un desarrollo fundamental en Europa. Sin embargo, aún suelen afectar a trabajadores de grado medio o bien a los cualificados, que desde algunos países avanzados se desplazan a las naciones en proceso de desarrollo. Las realizadas entre países o regiones relativamente próximas tienen origen y destino casi siempre dentro de un continente. 190
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 6. La población mundial
Precisamente la vecindad o proximidad hacen que esté presente el espíritu de retorno. En todos los continentes hay movimientos de este tipo, aunque el escenario más importante ha sido Europa, donde se han desarrollado con gran intensidad entre mediados del siglo y la primera gran crisis económica de 1973, que ya los redujo considerablemente. Incluso otras corrientes se pueden efectuar entre países de parecido nivel económico, y hasta desde los desarrollados a otros de menos nivel (como ocurre con los obreros o técnicos europeos instalados en el Golfo Pérsico, Argelia...), y que beneficiaron a: –
Los focos de origen, porque la salida de trabajadores alivió el paro y además se recogieron las remesas de dinero que enviaron los emigrantes.
–
Los focos de destino, que dispusieron de una mano de obra abundante y barata sin haber tenido que soportar gastos de educación.
La emigración de los trabajadores de media o de alta cualificación que se dirige desde los países industrializados a los desfasados se inicia en los años sesenta, en el marco de las cooperaciones técnicas y culturales. Las áreas expulsoras son variadas, pero entre las receptoras África se convirtió durante mucho tiempo en el principal foco, seguida de Iberoamérica. Las migraciones interiores, estacionales y temporales, son de carácter laboral y están integradas por agricultores, con destino principal en las ciudades, en la actualidad extendidas, aunque tuvieron su detonante en el mundo avanzado. Las definitivas o de larga duración están igualmente difundidas: del campo a la ciudad (que han definido dos procesos paralelos fundamentales del mundo contemporáneo, el éxodo rural y la urbanización), entre áreas urbanas (entre las pequeñas ciudades y las grandes, o entre las de servicios e industriales) y desde las ciudades a las áreas rurales intermedias (se trata de un proceso de descentralización urbana que caracteriza al no menos decisivo de la suburbanización). Pero son los otros tipos de movimientos internos (la suburbanización y las migraciones interurbanas) quienes adquieren una notable intensidad en casi todos los países, especialmente en los más avanzados, donde las tasas de movilidad interna llegan a alcanzar o superar a las de muchas naciones desfasadas. El caso más significativo tal vez sea EE UU, donde el índice de movilidad interior se establece en torno al 70 por mil. Un tipo especial de migración interna es la que se produce como consecuencia de la jubilación, que concentra a un número creciente de retirados en determinadas áreas especialmente privilegiadas por sus condiciones climáticas o paisajísticas. Pero la movilidad interurbana es hoy más importante que la generada entre el campo y la ciudad, pues dispone de unos rasgos que implican notables consecuencias generales: edad, con predominio de adultos jóvenes; sexo, con bastante equilibrio; estado civil, con un ligero predominio de los casados; y actividad, con dominio de los trabajadores de los sectores secundario y terciario. En lo que afecta a los movimientos habituales de población es preciso diferenciar dos tipos: –
Los relacionados con el trabajo, vinculados a todos los sectores económicos, y especialmente relevantes en las áreas avanzadas. Son conocidas con nombres diversos, entre los que resaltan los de movimientos pendulares u oscilaciones demográficas. En cualquier caso son: centrípetos (desde la periferia de las ciudades a las áreas centrales) y centrífugos (en sentido contrario, y menos frecuentes). Esta movilidad ha ido creciendo en los países desarrollados a partir de la Segunda Guerra Mundial, y las causas que la originan son variadas: de carácter laboral, debido a las mayores facilidades para encontrar vivienda; ecológicas (vinculadas al deseo de vivir en áreas no afectadas por los inconvenientes de los sectores cen-
GEOGRAFÍA E HISTORIA
191
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
trales de la ciudad); etc. Lo cierto es que el creciente proceso de suburbanización hace irreversible a estas migraciones, con áreas interiores de los núcleos urbanos (especialmente las centrales) que se vacían porque la población va a vivir a la periferia, cercana o lejana, aunque siga trabajando en la ciudad. –
Los ligados al ocio, que incluyen a los desplazamientos de fin de semana y a los de períodos vacacionales, también ligados a las regiones desarrolladas. Se dan masivamente en los países avanzados, donde el turismo de vacaciones se ha convertido en un fenómeno habitual, e incluyen: la doble residencia, aunque afecte sólo a las clases más acomodadas de la población; y el turismo de masas, preferentemente estival, con descenso del influjo de las distancias a medida que se internacionaliza el turismo.
Puede decirse que estos movimientos habituales constituyen fenómenos no sólo consolidados sino que afectan a un importante sector de población. Y la razón es simple: el grado de urbanización es elevado, y a medida que aumentan los porcentajes de población urbana y el tamaño de las ciudades crece lo hacen también las personas que realizan movimientos diarios entre su lugar de residencia y de trabajo. Luego se encuentra la generalización de las migraciones ligadas al ocio, que se realizan a una distancia cada vez mayor. Por tanto, dentro de las regiones avanzadas la movilidad europea se ha reducido, con especial grado la de medias y largas distancias, una circunstancia que acontece porque el mercado es cada vez más abierto y flexible. Se dan, pues, dos fenómenos: las poblaciones son más estables geográficamente, y la volatilidad de las actividades laborales es más inestable. Sin embargo, incide muy poco este hecho puesto que la búsqueda de trabajo se realiza en el mismo lugar, debido a que la oferta tampoco es amplia y a que, en ocasiones, las coberturas de desempleo se acaban y es preciso recurrir a los familiares. Por ello, la opción elegida ha sido mayoritariamente el inmovilismo. Además, el acceso a una propiedad cara también limita las salidas a media y larga distancia, pero multiplica a las cortas, que compensan las migraciones propiamente dichas, y amplía el proceso de periurbanización. Así pues: –
La movilidad intrarregional aumenta, de tipo laboral y mayoritariamente diaria.
–
La interregional disminuye.
–
La intracomunitaria es débil, a pesar de las facilidades de movimiento (aunque notablemente incrementada con la ampliación de la UE).
En Norteamérica la situación es diferente porque, de entrada, es el primer foco de inmigración del mundo, y porque los contingentes recibidos representan anualmente la mitad del crecimiento natural. Tradicionalmente la inmigración se repartía por igual entre los iberoamericanos y los asiáticos, pero en la actualidad dominan claramente los primeros (los europeos se han reducido a valores que algunos años son hasta testimoniales). El gran foco de atracción es doble, California y el Sur. Pero el gran movimiento es interno, con las redistribuciones geográficas de la población. De las migraciones Sur-Norte internas y de las recepciones externas europeas se ha pasado a los flujos internos Noreste-Oeste, unidos a la recepción de otros externos (básicamente iberoamericanos) en el Oeste. Actualmente se producen incluso modificaciones, puesto que el encarecimiento de los costes en California desplaza contingentes hacia Arizona y Nevada, mientras en el Este se confirman los de Nueva York a Nueva Jersey, por las mismas razones. Y aún más, pierde población la megalópolis del Noroeste y se beneficia Florida (si bien se trata de personas jubiladas, lo que convierte al Estado en uno de los más envejecidos de la Unión). Con todo, el fenómeno migratorio interno no acaba ahí, porque cada año se mueve la cuarta parte de la población dentro del mismo condado, lo que implica una altísima movilidad a corta distancia. 192
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 6. La población mundial
2.2. El nuevo orden demográfico en los países atrasados: la baja fecundidad 2.2.1. La estructura por sexo y edad, fecundidad y natalidad En las regiones desfasadas el dominio en la proporción de sexos corresponde a los hombres por dos razones básicas: –
Al tratarse de poblaciones jóvenes se da una mayor cantidad de nacimientos, controlados por la ratio favorables a los varones.
–
Las madres tienen una cantidad notable de hijos, lo que conlleva un desgaste biológico, con dos derivaciones: el descenso de su esperanza de vida, y una sobremortalidad en el parto y el puerperio, debido a las condiciones sanitarias precarias.
Se parte de poblaciones jóvenes y muy dinámicas, con lo que el rejuvenecimiento es continuo. Los flujos migratorios campo-ciudad incrementan la juventud de las áreas urbanas, pero no la reducen notablemente en el campo porque son muchos los jóvenes que quedan en él. Así, la fecundidad elevada se extiende en las áreas rurales y urbanas. Tampoco existen agudos contrastes entre las regiones (e incluso no se detectan en exceso los intraurbanos), porque las poblaciones jóvenes se emplazan en la periferia del desarrollo, y en los dos regímenes capitalista y ex socialista, donde hace un cuarto de siglo la población joven alcanzaba a la tercera parte, para luego subir. La excepción es China (por la imposición de la política del hijo único) y parte del Asia Septentrional (Corea del Sur y Taiwán, por la relación con el mundo capitalista avanzado, que les ha permitido disponer de sociedades con tasas de envejecimiento que doblan a las plenamente subdesarrolladas). Esta situación general representa un freno al desarrollo, ante la cantidad de consumidores en las sociedades y ante la incapacidad económica de los Estados para realizar las inversiones necesarias para atender a las denominadas necesidades de las nuevas bocas. Y la situación se complica más cuando las poblaciones activas son no sólo inferiores a las correspondientes a los países desarrollados, sino menos rentables por su inferior cualificación. Las tasas brutas de natalidad y fecundidad en los países desfasados se caracterizan por unos índices que van de elevados a muy elevados (las cifras más altas son las del continente africano): –
Los de fecundidad muy alta están integrados en África Occidental, Oriental y Septentrional.
–
Los de fecundidad un poco menos fuerte se localizan preferentemente en África del Sur y Central.
–
El continente asiático se define también por una elevada fecundidad, aunque los valores no son tan espectaculares como los africanos. Los mayores índices corresponden a los países de Oriente Medio.
–
Por último, los iberoamericanos presentan situaciones dispares: *
Los índices más altos corresponden a la América Central continental.
*
Las cifras bajan en los países andinos.
*
Y todavía descienden más en los países de la fachada oriental de la zona tropical.
Los intermedios, entre los del grupo precedente y los plenamente desarrollados, incluyen a China, y algunos países del Caribe y de Asia Oriental. GEOGRAFÍA E HISTORIA
193
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
Por lo que afecta a los factores de la fecundidad la reducción se realiza sin un progreso económico paralelo y significativo. Las tasas de mortalidad infantil siguen siendo altas, los niveles de educación bajos, y las aspiraciones materiales menores, hechos que favorecen el mantenimiento de un grado de fecundidad mayor. De manera que los factores de fecundidad en los países desfasados presentan una situación bien diferente a los del mundo desarrollado, sobre todo los sociales. Con respecto a la edad de acceso al matrimonio hay casos de una gran precocidad, como ocurre en los países musulmanes, donde la mayoría de las mujeres entre quince y diecinueve años ya se han casado. En otras situaciones este retraso se llega a imponer de manera más o menos forzada, como ha ocurrido y ocurre en China. Con referencia al celibato es rara la presencia de muchos solteros (con la excepción de China, también debido a connotaciones sociales). Y en las acusadas diferencias del nivel educativo entre el mundo desarrollado y subdesarrollado reside uno de los factores más influyentes para explicar sus distintas tasas de fecundidad. La evolución reciente de la natalidad indica que se mantiene todavía muy alta, en la fase de explosión de los nacimientos, con reducción de un tercio desde la década de los setenta, especialmente en los países asiáticos e iberoamericanos. La tendencia a la disminución se intensifica a partir de los años noventa, con un índice por debajo de 30, y especialmente la proyección futura señala que ya bajará de 20. Con todo, actualmente, como mínimo los indicadores doblan a los correspondientes al mundo avanzado.
2.2.2. Evolución y variaciones de la mortalidad y de la esperanza de vida A escala planetaria la disminución es mayor en los países desfasados, porque en los avanzados lleva controlada más tiempo. Las causas de esta recesión han sido fundamentalmente tres: –
Los progresos médicos, que han desempeñado siempre un papel relevante (vacunaciones, desarrollo de la cirugía, antibióticos, éxitos de la medicina preventiva, etc.).
–
La mejora de la alimentación (si bien aún se padece subalimentación).
–
La elevación del nivel cultural, plasmado en la posibilidad de la difusión de medidas de higiene pública, que también han contribuido muy decisivamente.
La tasa media está en cifras aún elevadas (el doble que las del mundo avanzado), con índices más fuertes y contrastados y notables disparidades (en China se dispone de la mayor ratio del mundo de médicos por habitante, lo que ha repercutido en un efectivo control de la mortalidad, mientras en los países más pobres dicho control queda muy lejano). Entre las causas dominan todavía las exógenas (infecciones, problemas alimentarios...) y las enfermedades digestivas y respiratorias, explicativas de la sobremortalidad infantil. Los índices de mortalidad infantil correspondientes a los años setenta eran cuatro veces superiores a la media del mundo avanzado, y desde entonces continúan siendo ocho veces superiores (aún habiéndose reducido internamente a la mitad). Con referencia a la esperanza de vida, en los años setenta era dieciséis años menor a la correspondiente al mundo avanzado, y aunque desde entonces dicha esperanza se incrementará hasta una década las diferencias son muy notorias todavía, pues se mantienen sobre la docena de años. Puede decirse que desde mediados del siglo pasado la mortalidad desciende a un ritmo rápido, pero que la esperanza de vida aún se mantiene 194
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 6. La población mundial
bastante baja. África (concretamente la subsahariana) es la región peor colocada con unos 48 años, seguida de Asia Meridional, Próximo Oriente y el resto asiático con unos 67. En contrapartida los datos correspondientes a Iberoamérica son cada vez más parecidos a los de las regiones avanzadas, debido a la estructura de edades de las poblaciones (mucho más explicativas que el control mismo de la mortalidad, no suficientemente efectivo). El descenso de la mortalidad infantil en todas estas regiones ha sido muy inferior a las avanzadas, lo que permite adscribirlas a los regímenes demográficos antiguos.
2.2.3. El crecimiento natural Las regiones desfasadas se encuentran todavía en el estadio intermedio, en el modelo de transición propiamente dicho, porque la reducción de las mortandades es más reciente, y porque los niveles de fecundidad se mantienen muy elevados. Las razones son: –
Estos factores funcionan de manera bastante independiente respecto al desarrollo económico.
–
Es mayor el retraso en la contención de los índices de natalidad.
–
Como derivación de los dos rasgos anteriores, el crecimiento demográfico es, cuando menos, cuatro veces superior al correspondiente a las regiones avanzadas. Se está, por tanto, lejos de conseguir el modelo demográfico evolucionado o moderno.
Es el resultado de un modelo de transición demográfica corta (40 a 80 años), con arranques lentos, pero precoces (hacia 1920), e incapacidad para terminar la fase hasta hoy. De ahí se deduce una inestabilidad de los problemas de la población por áreas, regiones o países: –
Países con problemática intermedia, que casi duplicarán su población en los próximos 30 (la media mundial) y 45 años (México, Indonesia, India, Brasil...).
–
Los que lo harán en las dos décadas venideras (Iraq, Irán, Siria, Níger...).
–
Quiénes lo conseguirán a más largo plazo, entre 40 y 65 años (China, Tailandia, Sri Lanka...).
Se parte de un valor de 2,25% en los años setenta, y desde entonces no ha parado de descender, con un hito clave en el primer quinquenio de los noventa. Pero esos logros hay que contrastarlos con las diferencias mantenidas respecto al mundo desarrollado, pues en la actualidad los índices son una vez y media superiores, cuando las condiciones económicas son muy inferiores. Ahora el mantenimiento y heterogeneidad de la tasa de fecundidad caracteriza a estas regiones (en muchos países africanos y otros del Asia Anterior se llegan a rebasar los seis hijos por mujer). Como resultado, para una parte de estas regiones el crecimiento natural se sitúa entre el 1,5 y 2,2%. Y aún más, los países que disponen de una demografía explosiva (más del 2%) son la tercera parte de los existentes en el mundo. En algunas regiones a mitad de camino entre desarrollo y subdesarrollo (las menos) los auges están entre el 0,5 y 1,5%. Se adscriben mayoritariamente al sistema demográfico que fue socialista, emplazado en la actual Rusia y su órbita, Europa Oriental, China (en transición), Asia Oriental, y sectores desgajados repartidos por otros continentes. Aquí se encuentran las sociedades sujetas a un modelo de transición, con el ejemplo más representativo en la antigua URSS. Desde principios de siglo la evolución demográfica se distancia de la correspondiente al mundo capitalista, y rebasado el ecuador de la centuria ya registran tasas de crecimiento del 1%, típicas de las regiones capitalistas. Las causas son GEOGRAFÍA E HISTORIA
195
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
las mismas, los niveles modernos en las tasas de mortalidad y natalidad. Desde entonces siguen a la baja las de natalidad, como derivación del incremento de la edad al matrimonio (aunque menor que en las regiones capitalistas). Más recientemente la fecundidad y la natalidad se han mantenido estables, ligeramente superiores a las regiones neocapitalistas. En la Europa Oriental, en el último cuarto de siglo, las similitudes generales respecto a Europa Occidental son bastantes palpables, es decir típicas de las poblaciones modernas. Sin embargo, tras la Segunda Guerra Mundial, su dinámica fue diferente; así, no experimentaron la explosión demográfica de los años sesenta sino que, incluso, redujeron su fecundidad y natalidad. Luego se iniciaría un proceso de recuperación que, desde entonces, ha ido por delante de la dinámica de los países occidentales. Las propiamente subdesarrolladas, con el 1,5% o más, quedan supeditadas al sistema demográfico desfasado, en el que se incluyen Iberoamérica, África, y porciones de Asia, áreas donde se enmarcan las sociedades adscritas al modelo demográfico más antiguo. El crecimiento más alto del mundo se padece en el África subsahariana, dentro de la décima parte de la población mundial; y es muy alto el centroamericano y caribeño, si bien aquí el problema no es la cantidad de población, sino el reducido espacio útil disponible; y en Asia Meridional, donde la situación es compleja, porque alberga a una cuarta parte de la población mundial.
2.2.4. Las migraciones Resaltan las forzadas, generalmente ligadas a hechos anormales (guerras, revoluciones, persecuciones...), que originan dos categorías de movimientos migratorios y de emigrantes: –
Los desplazados, que son expulsados de su lugar de origen o residencia como consecuencia de acontecimientos de carácter político (resaltan las transferencias de población que se realizan mediante acuerdos entre países, y que pueden consistir en intercambios de población y repatriación de minorías –regresos forzados al país de origen de personas que, por diferentes causas, residen fuera de él–).
–
Los refugiados (que abandonan voluntariamente su país cuando su libertad personal o sus condiciones genéricas de existencia no están garantizadas –se prolongan hasta hoy, aunque han tenido el escenario principal en Asia–).
Las migraciones libres suelen tener detrás unas motivaciones económicas. Las transoceánicas se han revitalizado extraordinariamente (especialmente hacia Europa y EE UU), y suelen afectar a trabajadores no cualificados o altamente cualificados, con su mejor exponente en la fuga de cerebros, identificada con la emigración de científicos, técnicos, médicos, ingenieros, profesionales de las artes y las letras, o personas de un elevado nivel de cualificación que emigran hacia las naciones más industrializadas al no encontrar en los países de origen los empleos o la remuneración adecuada a su capacitación. Desde mediados del siglo pasado parten desde los países africanos, asiáticos o iberoamericanos, donde dejan un hueco social y económico muy considerable. En la actualidad se habla de una etapa de reanudación migratoria, aunque ya no se trata de migraciones masivas ni de carácter espontáneo, sino rígidamente controladas por los países de acogida y sometidas a una gran selectividad. Por ello, predominan los obreros y profesionales con un nivel de cualificación elevado. EE UU, la UE, Canadá, Australia... continúan siendo los focos de atracción, aunque los países europeos, los antiguos suministradores de emigrantes, participan cada vez menos al ser sustituidos por los asiáticos, africanos e iberoamericanos. El gran cambio es que ya no sale tanta población de las regiones avanzadas, y sí más de las desfasadas. 196
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 6. La población mundial
Por su parte, los movimientos de trabajadores a corta o media distancia se explican por las desigualdades del desarrollo económico. Están integradas por trabajadores con escasa o nula cualificación, por quienes no tienen en sus países de origen las oportunidades de empleo o la remuneración adecuada a su trabajo. Se trata, por tanto, de adultos jóvenes, en edad activa, y predominantemente varones, que desempeñan en los lugares de destino los oficios más duros, peligrosos y peor remunerados, las ocupaciones que los trabajadores nativos del país de acogida no quieren realizar porque se han promocionado. Los más numerosos se realizan entre los países mediterráneos norteafricanos y los comunitarios más avanzados (aquí se incluye el flujo de emigrantes actual de magrebíes a España, Italia...), entre países o regiones relativamente próximas. En Asia es Japón quien recibe a los trabajadores coreanos; en Iberoamérica, Argentina recoge a los emigrantes paraguayos; en África la República de Sudáfrica absorbe a los obreros de los países del entorno; y en América son los EE UU quienes atraen a los trabajadores mexicanos, caribeños y centroamericanos. En lo que afecta a las migraciones interiores pueden ser definitivas o de larga duración. Resaltan las operadas entre las áreas rurales y otras nuevas, determinadas por la puesta en explotación de un espacio, generalmente pionero, de colonización. Pero también las del campo a la ciudad, que han aportado el proceso de suburbanización. Las estacionales o temporales (características de las sociedades agrarias), se han restringido considerablemente, aunque tienen mucha más importancia que en el mundo industrializado. Unas veces están originadas por las labores agrícolas, que demandan en determinadas épocas del año una gran cantidad de mano de obra suplementaria, y otras por ciertos trabajos urbanos que tienen también sus períodos punta (construcción, comercio...). Ambos tipos de migraciones cíclicas se encuentran en todo el bloque subdesarrollado, debido a los desequilibrios económicos entre unas regiones y otras, unas desigualdades especialmente notables en países con fachada litoral y sometidos a la colonización, que se caracterizan por unas intensas corrientes desde el interior rural y superpoblado a las ciudades costeras creadas en la época colonial, muy dinámicas comparativamente con el resto territorial. Pero el éxodo rural no sólo reviste mayor intensidad que en el mundo desarrollado, sino que es el de más amplitud, una consecuencia del retraso en su iniciación. La resultante es que estos emigrantes se acumulan en la periferia de las ciudades dando lugar a los barrios depauperados. Por el contrario, los movimientos centro-periferia en las ciudades y los interurbanos tienen menos intensidad, al ser procesos que acaban de empezar. En general, el tipo más característico de emigrante en estos países tiene unos rasgos diferentes a los señalados para el mundo avanzado, porque se trata de personas jóvenes, fundamentalmente varones, en su mayoría solteros, y agricultores. En lo que afecta a los movimientos habituales de población se identifican con los laborales, muy conectados con las actividades primarias, y con variantes: la agricultura, que les aporta una doble característica, ser diarios y a corta distancia; y la ganadería, cuando no es sedentaria, que origina dos tipos de desplazamientos que se realizan a mayores distancias y durante más tiempo, la trashumancia y el nomadismo. El resto de movimientos habituales son más esporádicos, y hasta excepcionales en el mundo subdesarrollado, si bien los desplazamientos diarios de trabajadores en torno a las ciudades comienzan a asentarse, aunque bajo unas fórmulas todavía incipientes y hasta rudimentarias. En el análisis de las áreas desfasadas merece la pena desentramar algunos ejemplos: –
En África cabe aludir a la explosión urbana y al éxodo rural, a las migraciones internas. Casi tres cuartas partes de la población es rural, pero con una estrecha conexión entre la vida rural y la urbana, si bien en la actualidad la urbanización es
GEOGRAFÍA E HISTORIA
197
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
siete veces mayor que a mediados de siglo. Capitales y puertos han servido de foco de atracción, con un crecimiento demográfico y urbano estrechamente ligados. Es decir, que el crecimiento urbano está más estrechamente ligado al vegetativo que a las corrientes inmigratorias, sin quedar éstas exentas. En el África Subsahariana es la miseria quien se encarga de enviar gente a las ciudades, que, a su vez, ejercen el denominado efecto escaparate (las corrientes intensas llaman a otras corrientes nuevas). Lo cierto es que en todo el continente la movilidad es mayor cuanto más próxima a las ciudades, aunque hay diferencias según las culturas, como también ocurre con las migraciones a larga distancia. En todo caso las intraafricanas son siempre superiores a las exteriores; suelen dominar las estacionales agrícolas en dirección a las grandes plantaciones dedicadas a la obtención de productos para la exportación; y luego las que se dirigen en dirección a las ciudades medias, que reciben mayores contingentes que las grandes urbes. El rasgo distintivo es que no se respetan las fronteras, porque las comunidades siguen los caminos de sus espacios étnicos o culturales; es decir, son intraafricanas, pero internacionales. Así, Costa de Marfil, Sudáfrica y Nigeria acogen a más de un millón anual de trabajadores de sus entornos. Pero también por África está repartido el mayor número de refugiados del mundo (unos ocho millones de personas), como derivación de la multiconflictividad existente. De ahí derivan los éxodos y hasta las repatriaciones injustas, que de migraciones forzadas pasan a impuestas. Y también se encuentra la vertiente exterior, hacia Europa Occidental o el Próximo Oriente, que tiene una faceta económica, y que se ha disparado en los últimos años, especialmente la norteafricana hacia la UE.
198
–
En China la apertura ha liberalizado al campo, hecho que ha modificado a las relaciones agro-urbe y costa-interior. Las áreas liberalizadas son muy dinámicas y están ejerciendo un notable papel de esponja sobre el resto; de ahí deriva la reactivación violenta de la urbanización y el masivo éxodo rural, que está intentado ser reconducido mediante la transferencia rural hacia las ciudades pequeñas e intermedias. En los últimos años la tasa de urbanización ha crecido, del 20% en 1960 a cerca del 40% en la actualidad. Pero lo llamativo no es el porcentaje, sino el tipo de crecimiento, que procede básicamente de las incorporaciones rurales. Además, queda una población flotante que migra temporalmente a las ciudades, y que oscila, según los años, entre 100 y 150 millones de personas. Se trata de una emigración salvaje que escapa a todo tipo de controles y que desplaza, incluso, a los inmigrantes no temporales al arrebatarles empleos, debido a los más bajos salarios percibidos por los temporeros. Es la denominada oleada de trabajadores populares, que suelen afincarse en las ciudades durante unos seis meses al año (incorporando la suburbanización con población flotante, haciendo subir su tasa de urbanización hasta el 50%), pero que no forman parte de la población urbana al seguir inscritos en los puntos de partida, y a los que dinamizan con los salarios percibidos.
–
En el mundo árabe el crecimiento urbano es más tranquilo porque comenzó antes, si bien las corrientes internas son fuertes en los países que se han incorporado tarde a las mutaciones económicas modernas. El auge de las grandes ciudades es más lento, con emergencia de las medianas y pequeñas, lo que indica que se trata de movimientos internos y cercanos. Ello significa que las ciudades, en general, crecen más por su dinámica interna que por las recepciones rurales. Pero la gran vertiente se ha correspondido con las migraciones internacionales en Oriente Medio y África del Norte, con flujos turcos y magrebíes que se han dirigido hacia Europa, y más recientemente hacia el Golfo Pérsico, que ha recibido contingentes más PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 6. La población mundial
diversificados (del norte del Próximo Oriente, del este asiático y del norte africano). Es claramente una inmigración de economía de renta, muy sometida a los efectos fluctuantes derivados de acontecimientos estratégicos o del propio precio de los crudos. Y, con el tiempo, se ha ido convirtiendo cada vez más en una inmigración menos musulmana y más diversificada, más masculinizada. En cualquier caso, suele dar lugar a choques culturales muy notables. –
En Iberoamérica son fuertes las corrientes campo-ciudad, y se ha producido el trasvase de la inmigración a la emigración. Centroamérica y los Andes no contaron casi nunca con aportaciones significativas de la inmigración, mientras el Sur con las aportaciones europeas. Hoy las numerosas salidas suelen ser ilegales, y destinadas a EE UU (más recientemente a España), con personas de baja cualificación, que buscan los trabajos agrarios o urbanos no deseados por la población de origen. Luego se adiciona otro flujo de refugiados políticos, tampoco desdeñable. Pero incluso han crecido los intercambios entre los propios países iberoamericanos, bien por motivos políticos (guatemaltecos en México, colombianos en Venezuela...) o bien laborales (argentinos en Venezuela, brasileños en Argentina...). Las migraciones transoceánicas son cuantitativamente poco numerosas todavía, pero sostenidas (antillanos a Europa, ecuatorianos a España…), y encuentran explicación doble: la depauperación de las economías locales, y el propio crecimiento natural.
3. LAS DESIGUALDADES DERIVADAS DE LA DISTRIBUCIÓN ESPACIAL 3.1. Causas y determinantes Cuatro son los caracteres que definen la distribución de la población mundial, y entre todos hacen que ese reparto sea extraordinariamente complejo: desigualdad, disparidad, irregularidad y discontinuidad. De todos ellos conjuntados se deriva la constatada oposición entre: –
El peso demográfico del Viejo Mundo (90% de la población mundial) frente a los reducidos efectivos del Nuevo.
–
La importancia que, en conjunto, adquiere la gran masa continental euroasiática (en la que vive casi tres cuartas partes de la humanidad), frente al resto de continentes.
Es decir, que entre los 20º y 60º Norte, en la zona templada y sus márgenes (desde ligeramente por debajo del Trópico de Cáncer hasta el límite meridional de Groenlandia), se emplaza cuatro quintas partes de la humanidad. Pero no acaba ahí la disparidad, porque incluso dentro de las zonas ocupadas se aprecia la notable diferencia de poblamiento entre los sectores costeros, interiores y elevados. De ese modo puede decirse incluso que: –
La inmensa mayoría de las poblaciones se concentra por debajo de los 500 metros de altitud, y preferentemente en zonas periféricas de los continentes, en las áreas costeras.
–
En algunos casos los interiores no son otra cosa que vacíos demográficos.
Y para explicar las diversidades de poblamiento entran en juego los denominados determinantes geográficos, el ensamblaje entre las civilizaciones y los espacios, el engarce entre los GEOGRAFÍA E HISTORIA
199
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
niveles de desarrollo y las posibilidades que ofrece el medio (así, a mayor desarrollo de una sociedad son superiores las posibilidades de intercambios y más alta la diversificación económica, con menor dependencia del medio, y a la inversa). Cabe hablar de dos variantes: 1. Las limitaciones físicas, que presentan dos facetas: –
Las climáticas, a su vez, con dos variantes: *
*
–
200
El frío (o hielo), que explica los grandes vacíos demográficos. •
En altas latitudes los suelos semihelados o helados no permiten los cultivos, y las actividades se reducen a la caza o pesca, o más rentablemente a la explotación reciente de los recursos del subsuelo. Las adversas condiciones climáticas explican el poblamiento sobre el espacio en forma de manchas.
•
En altitudes a veces se reproducen las características de las altas latitudes, si bien el límite de la altura aprovechable varía según las zonas climáticas (entre los 3.000 y 4.000 metros en el trópico y sobre los 200 en las montañas atlánticas). Por encima de las máximas citadas incluso los pastizales se reducen, sustituidos por los neveros. Por último, en las grandes cordilleras interiores continentales las poblaciones se asientan en los valles resguardados de los flujos septentrionales (como ocurre en las interiores de Asia). Lo cierto es que la altura combinada con el clima empuja a las poblaciones a las áreas bajas (donde vive la mitad de la población mundial, por debajo de los 200 metros).
Calor y humedad conjuntados, que desarrollan endemias que empujan a las poblaciones hacia las áreas altas o bien hacia los sectores deltaicos o tierras aluviales. Se está aludiendo a los denominados desiertos verdes, como la Amazonía o las selvas ecuatoriales africanas. Pero también, por contraste, existen los desiertos blancos, ahora derivados del calor aislado, de la aridez subtropical (Sahara, Sirio, Arábigo, Gibson y Victoria en Australia, Gobi en Mongolia...); es el déficit de precipitaciones la causa explicativa de los vacíos humanos. Pero también hay diferencias; así, por razones culturales e históricas los desiertos del viejo mundo están más poblados que los de los nuevos países; y actividades poco rentables como el pastoreo nómada o seminómada, el regadío en oasis, el tráfico de mercancías... explican las débiles densidades humanas.
Otros determinantes del medio son variados: *
La continentalidad, con sus agudos contrastes térmicos y la reducción de las precipitaciones no permite un correcto aprovechamiento del suelo, circunstancia que vuelca a las sociedades a las proximidades costeras, donde la atemperación que introduce la cercanía del mar y la potencial mayor humedad, así como la disponibilidad de agua (los cursos fluviales por gravedad buscan las áreas costeras hasta desaguar al mar) explican que la cuarta parte de la humanidad viva a menos de cincuenta kilómetros de distancia del mar. Al margen aparece otro hecho explicativo, la facilidad de comercio y la relación exterior por esta vía marítima, históricamente esencial.
*
La topografía, con sus pendientes más o menos agudas y la exposición o no a las corrientes atmosféricas húmedas, que arrastra a las poblaciones PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 6. La población mundial
hacia las áreas planas o lluviosas. Con todo, la ganadería ha representado siempre la alternativa de vida, hoy decadente o sustituida por el turismo en las regiones avanzadas, lo que explica la existencia de montañas bajas pero vaciadas (como los Pirineos). Por el contrario, en áreas desfasadas sirve de vía de escape a los ecúmenes más repulsivos (las montañas argelinas han estado superpobladas históricamente por ser la alternativa al desierto). Con respecto a las llanuras cabe hacer matizaciones, porque pueden ser rentables y estar muy desprovistas de población, como ocurre en las praderas interiores estadounidenses y canadienses, uno de los graneros de la humanidad, con densidades en algunos casos testimoniales. La mecanización y la consiguiente escasa demanda de mano de obra explican esta aparente anomalía. En otros casos se encuentran más ocupadas no sólo por su papel productor, sino por su emplazamiento geográfico que les hace ejercer de nudo de comunicaciones, como acontece con la llanura mesopotámica. 2. Los factores humanos. A escala local pueden incidir favorablemente en el poblamiento las modificaciones rápidas (urbanización, éxodo rural, reconversiones industriales, establecimientos de un aeropuerto o estación de ferrocarril...). Pero a escala amplia los territorios ocupados se densifican más, y los vaciados perviven como tales o se despueblan más. Así: –
En las áreas rurales (dominantes en sectores desfasados) se amplía el espacio conforme la presión humana crece sobre el medio (sólo cabe ganar terreno a ecúmenes vírgenes, lo que explica en parte el proceso de deforestación).
–
En las áreas industriales se consolida el fenómeno urbano y se dinamiza el sector terciario que, a su vez, aclaran los movimientos migratorios campo-ciudad, y hasta ciudad-ciudad. Nacen aquí los procesos de periurbanización, pero también en las áreas desfasadas por razones diferentes (no es el desarrollo ni la atracción industrial, sino la expulsión del campo por la presión humana sobre unas tierras que no pueden responder a las necesidades exigidas). En todo caso, el proceso conduce a la misma meta, a una urbanización elevada que despuebla el campo. La situación es doble, porque en el mundo desarrollado la producción agraria es alta, pero representa un porcentaje mínimo en su PIB; por el contrario, en el mundo subdesarrollado representa mucho, porque se vive del campo, mientras la población sale de él para amalgamarse en un sector terciario escasamente rentable y en un secundario testimonial y hasta desarticulado. Es la diferencia entre la urbanización en el Norte y la suburbanización y el precarismo urbano en el Sur.
3.2. Focos de poblamiento y vacíos demográficos A la vista de estos factores y de su incidencia los grandes focos del poblamiento humano son: –
Asia Oriental, costera e insular, con la cuarta parte de la humanidad en muy poco espacio terrestre, concentrada especialmente en la China útil (la mitad oriental) y Japón. La novedad es que es muy desigual en rasgos demográficos, porque corresponde a dos esferas de distinto componente político-económico (socialismo modificado-subdesarrollo-emergencia, y neocapitalismo avanzado, respectivamente).
GEOGRAFÍA E HISTORIA
201
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
–
Asia Meridional, con algo menos de la cuarta parte de la humanidad, pero concentrada en la mitad de espacio que la precedente. Aquí resaltan las esferas subdesarrolladas y los gigantes demográficos: India (con 1.065 millones), Indonesia (el país musulmán más grande del mundo, con 220 millones), Bangladesh (con 147) y Pakistán (154). Se trata de un contingente, superior a los 1.500 millones de personas, afectado por graves problemas derivados de su adscripción a una de las áreas con menor renta per cápita del mundo.
–
Frontera oriental de EE UU-Canadá, con escasísima superficie sobre la mundial y poco más del 5% de la población. La gran diferencia con las anteriores es que se trata de la sociedad más avanzada del mundo, postindustrial.
–
Europa y la Rusia Europea, que sobre el 5% de la superficie mundial asienta a algo más de la décima parte de la población mundial. Aquí no sólo se trata de sociedades avanzadas (en menor grado la segunda), sino bien distribuidas sobre el territorio (salvo alguna congestión, como la del noroeste europeo, superada por el nivel de desarrollo).
En contraposición a estos focos densos aparecen otros grandes espacios poco poblados o desprovistos de población. Son los denominados vacíos demográficos, que abarcan a la cuarta parte de las tierras emergidas, mientras albergan a contingentes testimoniales de la población mundial. Entre ellos resaltan: –
Las regiones periféricas, tanto por su posición geográfica con referencia al resto, como por sus climas repulsivos. Son las proximidades de las áreas polares de ambos hemisferios, que con una extensión algo inferior a la cuarta parte de la superficie mundial albergan a algo más del 0,01% del contingente mundial. En el Norte se trata de sociedades residuales, algunas todavía nómadas, o de pequeños grupos al cuidado de bases militares o explotaciones mineras o petrolíferas. El vacío es todavía mayor en la Antártida, ya que salvo las misiones científicas o militares no existe ningún grupo de población permanente.
–
Las zonas desérticas, periféricas por sus climas crudos, con menos del 1/70 de la población mundial, cuando su extensión abarca la octava parte del planeta. Albergan a poblaciones marginales y desfasadas, que habitan preferentemente en los márgenes áridos, porque en el interior de los auténticos desiertos la población es prácticamente nula. Quedan todavía grupos de pastores nómadas que recorren estas áreas con sus rebaños, aunque los gobiernos de los países donde se emplazan intentan su sedentarización. Pequeñas concentraciones están ligadas a la explotación de recursos minerales o petroleros (caso llamativo son las márgenes del Golfo Pérsico).
–
Las zonas próximas al Ecuador, donde las difíciles condiciones del medio (calor y humedad) determinan la debilidad de la ocupación humana, explicada por la baja rentabilidad agropecuaria debida a la fragilidad de los suelos.
–
Las áreas de montaña. Si en total los vacíos demográficos representan más de la cuarta parte de las tierras emergidas y sólo permiten vivir a un dos por ciento de la humanidad, en ellos se encuentran las áreas elevadas, en la mayoría de las ocasiones con ocupaciones testimoniales. Sin embargo, en otros casos la montaña es el gran foco poblacional, como ocurre con la Cordillera Andina (es la respuesta a los climas y suelos hostiles circundantes).
Puede decirse, por tanto, que las concentraciones humanas vienen explicadas por las condiciones ambientales favorables y por la presencia de recursos abundantes. Así, los 202
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 6. La población mundial
cuatro estados o macrorregiones con mayores contingentes del mundo (China, la Unión India, la UE y EE UU, por este orden) absorben a casi la mitad de la población del mundo. No es por azar: llanuras extensas y productivas, amplias áreas de costa que favorecen la construcción de establecimientos portuarios y la extracción de recursos del mar, montañas o escudos con recursos ambientales o mineralógicos, cursos fluviales regulares y amplios que permiten el regadío, etc., son las razones de tan altas concentraciones. A grandes rasgos, con referencia a la relación población-espacio-recursos puede sostenerse lo siguiente: –
–
Que los grandes Estados en regiones avanzadas o semiavanzadas no padecen ni padecerán problemas de sobrepoblamiento, porque sus poblaciones aparentemente están bien repartidas, hay recursos abundantes, y se encuentran en una situación de tendencia al estancamiento demográfico. Así: *
Europa es el continente que, en relación con su superficie, más carga demográfica alberga. Pero en las áreas de mayor concentración los recursos son altos. Entre tanto, las más dinámicas demográficamente son las que menos carga padecen (caso del sector mediterráneo, balcánico, oriental...).
*
La antigua URSS es gigantesca en extensión, pero es en el cuadrante nororiental, la Rusia Europea, donde se registra la mayor concentración (tres cuartas partes de la población sobre la cuarta parte del territorio nacional). Es ahí donde están los mayores recursos explotados, y donde la tendencia demográfica se ajusta a valores bajos. Por el contrario, en la inmensa mayoría del territorio (tres cuartas partes) el dinamismo es alto pero la presión baja (una cuarta parte de la población total), con lo que las posibilidades de expansión demográfica son altas.
*
En América del Norte la concentración es alta en el nororiente, pero el dinamismo demográfico está controlado y se compagina con recursos altos. Las posibilidades de expansión son notables en todo el subcontinente, tanto por la extensión de tierras disponibles como por la sociedad que las ocupa y los recursos disponibles.
*
En Australia y Nueva Zelanda, con sociedades avanzadas y una dinámica baja, la disponibilidad de tierras es alta, pero el rendimiento bajo. De todos modos se está hablando de unos contingentes testimoniales en el global mundial.
Otros grandes Estados y regiones (incluso pequeños países) desfasadas padecerán problemas de superpoblamiento, agotamiento de los recursos, alta presión sobre el medio, etc. Las razones son variadas: superficies nacionales a veces reducidas, alto crecimiento de las poblaciones, un punto de partida con altos contingentes demográficos, y las notables concentraciones o su mal reparto (sólo mencionar que la congestión es alta en el Asia oriental y baja en la occidental). Una aproximación a la problemática de estas áreas indica: *
En Asia suroccidental la presión es baja, la concentración litoral, el grado de urbanismo creciente y elevado, y los recursos notables. Los grandes problemas no son precisamente demográficos.
*
En la India la congestión es litoral y fluvial, sobre los ámbitos más rentables, donde se practican auténticos expolios a los recursos, cuando los medios son la base para sustentar el exponencial crecimiento de la población. Además, el interior no es rentable. Las perspectivas de sobrepresión ambiental son muy altas y las consecuencias derivadas graves, porque afectarán casi a la sexta parte de la humanidad.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
203
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
*
En Asia suroriental los contrastes son muy elevados. No hay grandes concentraciones en la península de Indochina (e incluso hasta densidades bajas y vacíos demográficos), salvo en los sectores deltaicos y de costa. Aquí la estabilidad socioeconómica va progresando lentamente y los problemas no se plantean a corto plazo. No ocurre lo mismo en los archipiélagos, donde si bien es cierto que los recursos son abundantes (petróleo y gas natural en Indonesia y Malasia...) las poblaciones son amplias (con el mejor ejemplo en Indonesia) y con crecimiento muy alto. De todos modos las posibilidades de ocupación de espacios aún son relativas.
*
En Sudamérica y el Caribe viven unos 550 millones de personas, pero las densidades son bajas y los vacíos demográficos extensos. Los problemas se plantean en las congestionadas costas (por encima del paralelo 40º), y muy especialmente en los sectores con peor punto de partida por su masa demográfica y su reducido espacio. Es el caso de los ámbitos insulares del Golfo de México y de Centroamérica, donde los recursos son escasos y el desfase social notable.
*
En África viven más de 850 millones de personas, emplazadas sobre las costas y con los vacíos demográficos en el interior (zonas húmedas y secas). Pero hay dos sectores bien diferenciados: •
Un Norte más volcado al mundo del desarrollo por sus relaciones, y con potencialidades. Su crecimiento demográfico es alto y las derivaciones se plantean a medio plazo.
•
Un sector subsahariano, problemático, altamente poblado (por encima de los 700 millones), muy dinámico demográficamente, amalgamado en las costas y en los espacios próximos, con una notable carencia de recursos interesantes, y conflictivo en lo social. Sus problemas no son de superpoblamiento, sino de sobrepresión sobre unos recursos limitados. De ahí que sean de muy corto plazo.
A la vista de los datos precedentes se observa que las disparidades son muy acusadas, y que, además, hay que poner en relación con el crecimiento de la población y las disponibilidades territoriales existentes. En todo caso los contrastes van desde los más de mil habitantes por kilómetro cuadrado en Bangladesh hasta los menos de diez en Rusia, pasando por gran número de situaciones intermedias. De todos modos hay trece que sobrepasan los 100, y seis los 200 hab./km2. Puede afirmarse lo siguiente: –
Asia se caracteriza por las gigantescas concentraciones de población, porque allí están seis de los diez estados con más de cien millones de habitantes.
–
Europa es el otro foco de concentración de población mundial, con reparto más homogéneo, si bien la ocupación es intensa en Europa Occidental.
–
América, África y Oceanía son los continentes poco poblados.
Y además es preciso hacer mención al cómo se distribuye la población. Así, la asociación entre los componentes urbanización-ruralidad es amplia:
204
–
En Australia el 85% de la población es urbana y la densidad de 2 hab./km2.
–
En Asia del Sureste el 75% vive en el campo, con 150 hab./km2 de media.
–
En Europa la tasa de urbanización supera el 80%, pero dominan las ciudades pequeñas y medianas, con poblamiento rural y urbano entrelazado. PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 6. La población mundial
–
En EE UU los contrastes se dan entre megalópolis y conurbaciones, con un campo semidespoblado.
–
En África subsahariana el urbanismo se reduce a mínimos (39%) y el ruralismo se difunde en pequeñas comunidades.
–
En Iberoamérica las tasas de urbanización ya sobrepasan el 75% (con las excepciones de la Cordillera y Centroamérica), y las ciudades son costeras (grandes y medianas), mientras las pequeñas y rurales son más interiores.
El cuadro siguiente indica cómo el crecimiento urbano en las áreas desfasadas multiplica por tres el correspondiente a las avanzadas, con África a la cabeza (especialmente la oriental), seguida de Asia, y muy alejada Oceanía. El mundo avanzado se emplaza por debajo del 1%. Con referencia al auge rural seis áreas regionales ya padecen porcentajes negativos, todas americanas o europeas, con la única excepción de Asia oriental. De todos modos la diferencia entre las dos grandes agrupaciones mundiales se cifra en un punto favorable para las desfasadas. AUGE URBANO Y RURALª Regiones África – Norte – Oriental – Central – Austral – Occidental Asia – Oriental – Meridional – Sureste – Occidental América del Norte Iberoamérica y Caribe Caribe Centroamérica América del Sur Europa-Rusia – Europa Septentrional – Europa Occidental – Europa Oriental – Europa Meridional Oceanía MUNDO Países Avanzados Países Desfasados a:
Crecimiento urbano % 4,9
Crecimiento rural % 2,0
3,9 6,4 5,1 3,5 5,3 4,2 4,3 4,0 4,1 4,1 1,0 2,6 2,3 2,9 2,6 0,7 0,4 0,4 1,0 1,0 1,4 3,0 0,8 4,2
1,3 2,4 1,9 0,8 2,1 0,5 -0,9 1,6 1,0 0,3 0,0 0,0 0,0 0,7 -0,4 -1,0 -0,5 -1,0 -1,1 -1,2 1,2 0,6 -0,3 0,7
ONU. Estimaciones para las décadas de los años ochenta y noventa.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
205
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
BIBLIOGRAFÍA BBVA (2002) El nuevo orden demográfico. El Campo, N.º 139. Madrid. Casas Torres, J.M. (1982) Población, desarrollo y calidad de vida. Ed. Rialp, Madrid. Chesnais, J.C. (1991) La population du monde de l´Antiquité à 2.050. Bordas, París. D´Entremont, A. (1988) “Cambio demográfico y cambio socioeconómico en el mundo: el dilema persistente”. Situación, 3, BBV, Bilbao; pp. 26-46. Dumont, G.F. (1995) Le monde et les hommes, les grandes évolutions démogéographiques. Ed. Litec, Paris. George, P. (1993) Geografía de la población. Ed. Oikos-Tau, Barcelona. Guillon, M. y Sztokman, N. (2000) Géographie mondiale de la population. Ed. Ellipses, Paris. Lerat, S. (1994) Les populations du monde. Bréal, París. Livi-Bacci, M. (2000) Historia mínima de la población mundial. Ed. Ariel, Barcelona. Mathiew, J. L. (1998) La population mondiale. Armand Colin, Paris. Noin, D. (1995) Géographie de la population. Ed. Masson, París. Precedo Ledo, A. (1988) “Población y desarrollo”. Situación, 3. BBV, Bilbao; pp. 5-25. Puyol, R. (1990) Población y espacio. Editorial Cincel, Madrid. Reques, P. (2001) Población, recursos y medio ambiente: ¿el final de los mitos? Universidad de Cantabria, Santander. Romero González, J. y Pérez Esparcia, J. (1992) Pobreza y desigualdad en los países en desarrollo. Editorial Síntesis, Madrid. Thumerelle, P. J. (1995) Las poblaciones del mundo. Ed. Cátedra, Madrid. Thumerelle, P.J. (1996) “Les populations du monde (distribution et dynamique spatiales, changement démographiques et sociaux, migrations). Orientation bibliographique”. Historiens et Géographes, 344; pp. 367-376. Vallin, J. (1993) La población mundial. Alianza Editorial, Madrid. Verón, J. (1994) Population et développement. Ed. PUF, Paris. VV AA (varios años) Geografía de la sociedad humana. Vol. I. Editorial Planeta, Barcelona. VV AA (1991) La población del mundo. Editorial Síntesis, Madrid.
206
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 7 El espacio rural. Actividades agrarias: situación y perspectivas en España y en el mundo
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
ÍNDICE SISTEMÁTICO 1. INTRODUCCIÓN 2. EL ESPACIO RURAL Y SUS FACTORES 2.1. El espacio rural-agrario 2.2. El hábitat rural-agrario 2.3. El paisaje agrario 2.4. Los factores condicionantes del espacio agrario 3. LAS FORMAS Y SISTEMAS AGRARIOS 3.1. Los sistemas tradicionales 3.1.1. Las primitivas 3.1.2. Las formas tradicionales transformadas 3.2. Las formas intensivas, especulativas o capitalistas 3.2.1. La agricultura de plantación 3.2.2. Las agriculturas evolucionadas 3.2.2.1. En la Europa comunitaria 3.2.2.2. En Norteamérica 3.3. Las agriculturas socialistas 3.3.1. Las agriculturas ex soviética y oriental europea 3.3.2. La agricultura tradicional y moderna en China 3.3.3. Otras agriculturas socialistas 4. MODERNAS IMPLICACIONES DE LAS ACTIVIDADES AGRARIAS EN EL MUNDO 5. EL SECTOR AGRARIO ESPAÑOL: SITUACIÓN Y PERSPECTIVAS 5.1. Rasgos distintivos de la agricultura española 5.2. Los paisajes agrarios. Tipificación del hábitat y despoblamiento rural 5.3 La ganadería y sus mutaciones 5.4. Modernización, capitalización, incidencia de la PAC y perspectivas BIBLIOGRAFÍA
208
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
1. INTRODUCCIÓN El estudio de los paisajes agrarios es abordado por la Geografía Agraria, que analiza los resultados de la explotación sobre el paisaje (forma de los campos, rotación de cultivos, estructura de la propiedad...), por la Geografía Agrícola, que relaciona la producción con las técnicas de cultivo (explotación del maíz en regadío, producción del cereal extensivo...), y por la Geografía Rural, que estudia los fenómenos del campo en su conjunto, incluso la incidencia de la proximidad de las ciudades. Pero cualquiera de ellas debe partir de los elementos que configuran un paisaje agrario, entre los que resaltan: clima, relieve y suelo, sistema de cultivo, tipo de cultivo, ganadería, estructura social, paisaje rural, hábitat y demografía agraria, etc. El clima ha de ser analizado en función del tipo de cultivo, y es preciso, por tanto, controlar la cantidad de calor que reciben las plantas, la cantidad de lluvia aprovechada por los cultivos, y las adversidades climáticas que les afectan (heladas, sequías, granizadas...); pero siempre irán referidas al ciclo vegetativo. El relieve a través de las consecuencias que origina en el clima, con la altitud (cada 180 metros de ascenso la temperatura desciende un grado), la exposición (cultivos sobre laderas resguardadas del viento o en umbría), la pendiente (con la menor retención de agua para cultivos), el tipo de roca (que aportará un tipo de suelo diferente para distintos tipos de plantas), etc. El suelo requiere de un análisis profundo, porque dependerá de su adecuación o no al tipo de cultivo. Desde el ámbito agrario, cuando está compuesto por granos de diferente tamaño posibilitará la retención de agua; por el contrario, cuando sea de grano fino absorberá agua rápidamente pero la perderá con igual rapidez, y cuando sea de grano grueso tendrá escasa capacidad de retención. Es esencial su composición química, y en especial la proporción que tenga de nitratos, potasa, calcio... así como el hecho de que disponga o no de cultivo, porque desprovisto resultará más erosionable que otro cultivado, en el que las raíces le proporcionarán una cierta cohesión. Los sistemas de cultivo son las asociaciones de plantas en explotación. Por regla general un sistema suele estar basado en la rotación de cultivos, bien haciendo uso de la barbechera o alternando cultivos sucesivos (un año cebada, otro centeno, uno más de trigo, otro de avena...). Normalmente lleva aparejado la vinculación ganadera para aprovechar las rastrojeras; pero puede ser extensivo (cuando el rendimiento por cultivo es débil pero la mano de obra baja) e intensivo (cuando por unidad es alto y la mano de obra abundante). El tipo de cultivo se refiere al destino que tiene un campo explotado, y puede disponer de tipos de consumo (trigo, vid, frutas...) y de pienso (centeno, forrajes, maíz...). Y la ganadería interviene en un paisaje agrario por sus relaciones con el sistema de producción (gastos GEOGRAFÍA E HISTORIA
209
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
y beneficios), y con el tipo de producción (se trata de obtener el destino de la ganadería, para trabajo o carne, aunque suele ser un complemento de la explotación agraria). La estructura social atañe a la distribución o reparto de la propiedad, que aportará la pista sobre la concentración de la misma. De igual modo, resulta útil conocer si el propietario reside en la explotación; de no hacerlo se puede lograr el índice de absentismo. Y se debe alcanzar la relación entre explotación directa y aparcería. No obstante, el concepto de propiedad es relativo desde el momento que en muchos países la tierra pertenece al Estado y hasta es explotada de forma conjunta. En otros, como ocurre en el África negra, incluso pertenece al jefe de tribu o bien al clan. Pero la Geografía Rural debe centrarse en la dinámica socioeconómica y en las estructuras espaciales creadas por las sociedades. El paisaje rural es el resultado de la ordenación de la tierra en explotación. El principal elemento de esa ordenación es la parcela, y otros son las terrazas de cultivo, los caballones o surcos, etc. El ager es el terreno cultivado, mientras el saltus los eriales, pastos, baldíos, etc. La silva se refiere al bosque, y el hortus a los terrenos de regadío hortícolas o frutícolas. El hábitat concierne a la incidencia de la vivienda en la explotación, por lo que puede hablarse de hábitat concentrado y disperso. Y la demografía agraria se convierte en imprescindible para analizar la cantidad de mano de obra disponible. De ese modo una fuerte presión demográfica sobre el campo llevará implícita una intensificación de los cultivos. En contrapartida, un descenso de la población rural no tiene por qué conllevar una mengua productiva, porque también el campo produce para conseguir excedentes, y los modernos métodos de mecanización lo permiten. Como corolario, las sociedades agrarias tradicionales han sido muy afectadas por cambios técnicos y de inserción en los circuitos comerciales, mientras que las de mercado han conocido una rápida transformación de sus estructuras agrarias, y las sociales experimentan mutaciones radicales.
2. EL ESPACIO RURAL Y SUS FACTORES 2.1. El espacio rural-agrario Es aquel marco geográfico donde se desarrollan actividades agrarias, ganaderas y de hábitat. Como rasgo distintivo en los países industrializados la extensión dedicada al cultivo se ha visto reducida, pero se han incrementado la producción e inversión. El espacio agrario representa la porción más importante del espacio rural, y comprende tanto los espacios agrícolas, como los pecuarios. Por tanto, el espacio agrario y el agrícola no son sinónimos, porque el segundo concede más resalte a la agronomía, a las técnicas de cultivo, y se centra en los resultados conseguidos por determinados productos, mientras el agrario se vuelca en los resultados de la explotación sobre el paisaje. El desequilibrio entre países subdesarrollados y desarrollados se agudiza en el terreno rural, porque en estos últimos se dan los mayores excedentes agrarios, debido a la mayor aplicación tecnológica, investigación, mecanización (resultados agronómicos), mientras que en los primeros falta la mayor parte de estas incorporaciones, y persisten problemas físicos profundos (sequías, monzones, etc.). Así pues, el espacio explotado (ager) es el terreno agrícola cultivado que dispone de un entramado parcelario. La parcela es la unidad de cultivo, cuya forma cambia con las características del terreno en que se enclava, y se definirá por su forma, tamaño y límites. 210
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 7. El espacio rural
El tamaño puede depender del tipo de cultivo, de la forma colonizadora, y de la evolución histórica de la sociedad correspondiente. Por ello podrá hablarse de latifundios y de minifundios. En todo caso el tamaño de la parcela dispone de dos manifestaciones: superficie y rentabilidad. Con referencia a la forma las parcelas pueden ser: alargadas sobre ejes longitudinales (carreteras, caminos...) y con aspectos tanto rectangulares como irregulares; y centradas, con disposiciones semicirculares más o menos regulares (circulares, pentagonales...). La mayor regularidad aparecerá en los países nuevos, donde no existían repartos previos ni presión sobre el suelo, o bien en sectores llanos donde el medio permite las formas geométricas más simples. Puede hablarse de longueros y de dehesas. Atendiendo a los límites o separaciones puede aludirse a la presencia de campos abiertos (openfield) sometidos a cultivos definidos (permanentes o estacionales), y campos cerrados (bocages). Y la abertura o cierre deriva de razones funcionales (dedicación ganadera o agrícola), tradicionales (necesidad de cercados para delimitar las propiedades), la presión sobre el suelo (carga histórica de las transmisiones hereditarias), las técnicas (el invernadero es un campo cerrado), etc. Un tipo intermedio es el abancalado en terrazas, difundido en valles medios y laderas. Atendiendo al tipo de cultivo la variedad de ager es notable. Puede ser de secano, regadío, anual, secano-leñoso, permanente, agrícola-natural, bosque, etc. El medio será el que determine el cultivo, y especialmente el clima. Los cultivos anuales pueden ser herbáceos (típicos en las praderas o estepas de los continentes), leguminosos, hortícolas y forrajeros. Los arbustivos pueden ser frutales, leñosos industriales (vid), de plantación (girasol, algodón...). Los arbóreos pueden ser de hueso, carnosos, secos, de pepita, etc. Cuando se introduce el riego aparecen las variantes de huerta, vega, y técnicas (riego por aspersión, goteo...). Y si únicamente hay cultivos de secano la variedad dependerá del producto y del lugar, pues hay diferencias entre los mediterráneos, los de interior continental, los templados-oceánicos, etc. Si lo analizado es el espacio natural (saltus) se trata de la parte no cultivada. Del monte bajo se extrae leña, flores para esencias, etc., y el pastizal tiene aprovechamiento ganadero. Pero hay saltus permanente (aguas interiores, tierras cristalinas, altas, turbosas...), que ocupa casi la cuarta parte de las tierras emergidas, y temporal, con monte bajo, pradera, etc., que no participa en el cultivo, pero que puede ser cultivado (representa casi la mitad de la tierra mundial). Dentro de este último se encuentra el bosque clímax, que puede ser maderable (casi la quinta parte de la superficie mundial) y abierto (la décima parte de la superficie mundial) y que sirve para explotación ganadera. También el matorral o monte bajo, una degradación del bosque, con tipologías: garriga, maquis, jaral, estepa armada (con espinosas), caatinga, bush, etc. Y la pradera natural, el gran pastizal, que ocupa la cuarta parte de la superficie del mundo, y que en gran medida es seminatural debido a la acción deforestadora del hombre. Se trata de un pastizal y no de un prado, ya que no reúne la condición de ser siempre verde; en todo caso podría hablarse de un prado seco sobre los espacios llanos continentales.
2.2. El hábitat rural-agrario Se refiere a los asentamientos humanos de las sociedades agrarias, a las edificaciones, porque los pueblos y viviendas forman parte del paisaje rural y no del agrario. Por tanto, forman parte del hábitat rural la casa de campo, y las aldeas o agrupaciones de casas. La casa de campo cumple la función del desarrollo de la actividad agraria, y hasta la define. Puede ser analizada desde una perspectiva morfológica, que traduce las necesidades para GEOGRAFÍA E HISTORIA
211
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
las que ha sido concebida, y se adapta al medio, a las condiciones físicas utilizando materiales del entorno y a las climáticas con su forma de construcción en el tipo de cubierta. Por ello su tipología es variada: de madera, en áreas de saltus forestal; de piedra, en el saltus rocoso; de argamasa, en saltus o ager calizo; de adobe, en ager donde abunda la arcilla y la paja; de piel curtida, en praderas y pastizales donde escasean todos los materiales menos los derivados animales; híbridas, en lugares no definidos donde preponderan varios materiales a la vez (granito y madera, cáñamo y palma...). El tipo de cubierta responde a las necesidades climáticas y se caracteriza por la inclinación; puede ser plana, a una vertiente, a dos aguas, a cuatro aguas, cónica, cilíndrica, etc. Las planas tienen por función recoger agua, las inclinadas evacuarlas rápidamente o evitar la acumulación de nieve, cuyo peso acabaría por hundirla, etc. Pero también puede ser analizada atendiendo a su función, ya que el plano responde a la función con que fue concebida, y presenta dos variantes: la casa bloque, con fusión de todas las estancias (vivienda, establos, silos...), y puede ser a ras de suelo, con dependencias únicas (donde conviven hombres y animales) o múltiples; y en altura, adaptada a las montañas o regiones muy lluviosas, a fin de evitar la humedad a las cosechas (una variante es la casa torre, ahora en sectores mediterráneos o europeos atlánticos). Otra variante de plano es la casa disociada, con varios edificios y patio interior, con dependencias múltiples, y correspondiente a la mezcla de explotación agropecuaria. En muchos casos las dependencias aparecen aisladas al objeto de separar la ganadería de la vivienda, como ocurre en los grandes ranchos o explotaciones coloniales. También cabe hablar de la especialización de la vivienda, que puede ser agrícola (con predominio de silos y cocheras), ganadera (con dominio de establos y silos de pienso), agropecuaria (con simultaneidad de las especializaciones precedentes). La residencia se adapta a los condicionamientos, tanto del medio como históricos, económicos, tipo de labor (aparcería, propiedad...). Las agrupaciones de casas son consecuencia de un entorno (cultivos, modelo económico...) que impone un hábitat disperso, sobre el que han incidido movimientos centrípetos derivados de las dimensiones de la explotación, posibilidades de transporte... que permiten una cierta concentración. Cuando esa agrupación es muy amplia se pasa al pueblo, que ya diversifica sus funciones. Los tipos de agrupamientos son: el caserío, conjunto de pocas viviendas emplazadas en un determinado lugar por razones físicas (elevación, fuente...) o de explotación (concentración de familias trabajando para un mismo propietario); la aldea, con mayor número de viviendas (incluso hasta quince), concentradas por parecidos motivos pero sobre grandes propiedades de varios titulares; el pequeño pueblo, con hasta treinta viviendas y dedicación agropecuaria, que suele ser residuo de un pueblo antiguo más relevante. Las formas dependen de la dimensión y del medio, pero pueden ser alargadas, apiñadas, radiales, etc.
2.3. El paisaje agrario Ager, saltus y hábitat se encuentra interrelacionados, si bien el tercero es consecuencia de los anteriores. Se puede hablar así de los siguientes tipos de paisajes agrarios: exclusivos, predominantes de saltus, y mixtos. Pero también aparecen calveros (cultivos en el interior del saltus), paisajes promiscuos (con mezcla confusa de cultivos) y definidos (con cultivos diferenciados). Por sus límites las fronteras de los cultivos atienden a factores, desde naturales (altitud, exposición, pendiente...) a humanos (seto, muro, pantalla de árboles...). Y hasta puede ser estable u oscilante. Y por la forma rectilínea, festoneada, etc. El paisaje agrario incluye redes de comunicación que sirven para la realización de las tareas agrícolas, y las hay imbricadas (que incluyen desde los caminos rurales que permi212
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 7. El espacio rural
ten llegar a la explotación concreta, las vías pecuarias que posibilitan los desplazamientos de ganados, los caminos que conectan explotaciones entre sí y con las carreteras), hasta generales (que permiten la salida de los productos a las ciudades, etc.). Pero las variantes son múltiples; así en los países donde se han efectuado procesos de colonización la red es completa, densa y adaptada a los procesos de mecanización incorporados, como también ocurre en las grandes haciendas coloniales o latifundios occidentales; en los de agricultura libre las deficiencias suelen ser la pauta dominante. Por su parte, las vías pecuarias tienen trazados y destinos definidos para permitir desplazamientos que requieren la preservación de los cultivos limítrofes; de ahí su anchura, pero también su jerarquía, con cañadas (unen pastos de estío con los de invernada), veredas (vías para la trashumancia), y cordeles (para el paso local de ganados).
2.4. Los factores condicionantes del espacio agrario Entre los factores que intervienen en el espacio rural resaltan los físicos y humanos, desarrollados a escala local, regional o zonal. Pero también puede hablarse de la incidencia de factores bióticos y abióticos, que son permanentes o elegidos, y culturales, si bien esta última categoría dispone de un sentido más ecológico que económico. Entre los físicos resaltan el clima y relieve, así como sus interactuaciones: –
El clima es el más complejo por las condiciones bióticas que proporciona, calor y humedad, e incide a través de la frecuencia de las precipitaciones, oscilaciones térmicas, etc. Influye a través del balance energético, la duración de la estación de lluvias y las alteraciones de las condiciones termohídricas, rasgos diferentes en los climas intertropicales, desérticos, subtropicales, templados, fríos, polares y de alta montaña, donde los diferentes elementos del clima aportan biomas característicos. Con todo, los sistemas agrarios sólo acaparan la décima parte de las tierras emergidas porque la temperatura establece márgenes en la actividad vegetativa; en invierno el ciclo vegetativo se ve alterado, y las plantas han de adaptarse a esta exigencia. La cantidad de luz también influye, así como el agua y la evapotranspiración. La rentabilidad agraria depende de la energía captada por el sistema de cultivo, convirtiendo al balance energético en modificador de la biomasa natural. Pero la productividad depende también del flujo de nutrientes, de la intensidad de la energía y de la eficacia de la transformación energética en biomasa. De ese modo la técnica desempeña un papel esencial incorporando energía a escala micro espacial.
–
El relieve puede ser denominado protofactor ya que, a veces, interviene a través de las modificaciones climáticas, como el descenso de la temperatura con la altura. Pero también, a través de la inclinación de las vertientes hasta aportar los abancalamientos como método de adecuación de cultivos, y disposición de las mismas (solana o umbría), ya que en el hemisferio norte las umbrías no son aconsejables por la escasa insolación y mantenimiento de las heladas, y justo al contrario en el hemisferio austral. También incide por medio de la erosión, que es una resultante climática, pero que contribuye a la desertización de los suelos por medio de la intensidad de las lluvias, acción del viento, de la escorrentía, etc.
Factores derivados son el componente edáfico y la cobertera vegetal existente. El suelo, por medio de sus componentes más importantes, como el espesor de la capa edáfica (son inapropiados los regosoles, litosoles y ranker), textura (arenoso o de grano grueso, limoso y arcilloso), estructura (disposición de los horizontes), y porosidad (elemento clave para la aireación y básico GEOGRAFÍA E HISTORIA
213
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
para el mantenimiento de la actividad biológica). Por su parte, la cobertera vegetal es un producto climático pero, también, un factor climático, ya que puede alumbrar microclimas; en todo caso se trata de un factor degradado, porque en buena parte de las ocasiones se corresponde con mantos vegetales sobrepuestos a los naturales. Aún así es orientador, ya que muestra las adecuaciones vegetales y su correspondencia con la vocación de los suelos. Entre los factores humanos despuntan las actuaciones sobre corrección de suelos, fertilización, regadío, tecnificación, etc., que transforman al medio, y contribuyen al cambio de la bioesfera en noosfera, o esfera de la inteligencia humana desarrollada sobre el espacio. Pero también actúa el hombre a través de la presión demográfica. No debe olvidarse que el paisaje agrario nace por aumento de la densidad, por una presión sobre el espacio motivada por la necesidad. Así, a todo aumento de la densidad humana sigue otro de agrarización. De ese modo puede establecerse la existencia de tres influjos de la densidad sobre el paisaje agrario: –
Las organizaciones nucleares, con bajas densidades debido a la baja humanización de los espacios, que forma un sistema no jerarquizado de pequeños núcleos dispersos.
–
Las nodales, con centros de poblamiento articulados de forma reticular, con lugares centrales y redes de transporte; se trata de una organización con rangos, con existencia de comunicaciones entre ellos.
–
Las polarizadas, discontinuas como derivación de la desigual utilización del espacio; son fruto del desarrollo desequilibrado entre los núcleos, que provoca una polarización en torno a un núcleo principal.
Pero el tipo de poblamiento también incide. En los países pobres el incremento constante de la población acarrea problemas alimentarios, mientras en los ricos la mejora de los rendimientos acarrea problemas de comercialización, al margen de despoblación y envejecimiento de la población rural. En los primeros la población activa empleada llega a alcanzar las tres cuartas partes. Además, en el mundo desfasado el aumento de pequeños agricultores y de braceros deriva en tensión social. En los segundos la tecnología ha provocado excedentes de mano de obra, y la consecuente emigración. El panorama se complica porque ha de contarse también con los factores socio-jurídicos, fruto de la historia. La propiedad se puede dividir en pública o colectiva, y privada o individual. La primera tuvo su primera expresión en las comunas socialistas, y la privada en la propiedad pública (al dividirse entre los señores y herederos provocó la individualización). Hay diferentes tipos de propiedades: bienes de propios (pertenecientes a una institución pública), de comunes (al colectivo de vecinos), del Estado, proindiviso (conjunta de varias personas), de sociedades, etc. También fragmentadas y concentradas. Entre el propietario y quien la trabaja se establece un régimen de tenencia, y si ambas figuras coinciden el régimen es directo; si no es así se conoce como indirecto (arrendamiento, aparcería). La capitalización del campo se impone, porque la actividad agraria es económica y modificadora. El regadío, la mecanización, la corrección de suelos, la fertilización, etc., también transforman a los paisajes. Se trata de corregir factores físicos mediante procedimientos también físicos, que buscan incrementar los rendimientos productivos. El regadío introduce, al tiempo, notables modificaciones, ya que altera al ciclo hidrológico del sistema biótico (incrementa la evapotranspiración, modifica la escorrentía superficial, impermeabiliza la porosidad del suelo, acrecienta el papel compactador o desintegrador del suelo, altera la calidad del agua al introducirle componentes fertilizantes, saliniza determinados suelos, etc.). Pero también permite la introducción de nuevas especies rentables que cambian la faz del paisaje agrario, y la presencia de una agricultura intensiva que dinamiza a los secto214
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 7. El espacio rural
res agrarios. Por su parte, la mecanización hace lo propio con la organización de los cultivos mediante rotaciones y la intensificación de las labores. Pero, también, en las actividades pecuarias posibilita el desarrollo de la estabulación, con incremento de los rendimientos. Otra innovación es que exige poca mano de obra, con la inmediata traducción sobre los paisajes agrarios de éxodos rurales por los excedentes de mano de obra.
3. LAS FORMAS Y SISTEMAS AGRARIOS Puede hablarse de dos grandes tipos de formas agrícolas, las tradicionales y las evolucionadas, y en ellas se han dado desde las recolecciones silvestres, los cultivos continuados por acumulación de trabajo, hasta los intensivos en rotación o científicos. El esfuerzo se ha dedicado a la obtención de una variada gama de productos, desde los básicos alimentarios hasta los cultivos ganaderos e industriales. Sin embargo, las formas tradicionales encubren gran cantidad de variantes y situaciones.
3.1. Los sistemas tradicionales De ellos dependen más de 1.500 millones de personas, que explotan unos 350 millones de hectáreas (unos diez millones son campos temporales, y con 75 millones de hectáreas de bosque devastadas anualmente para cultivos). La presión demográfica explica la entidad y el incremento superficial que tiene en la actualidad, aunque exige gran cantidad de esfuerzo y proporciona débiles rendimientos comparativos con los sistemas evolucionados. La demanda ha aportado dos soluciones: el abandono de los terrenos menos rentables (con su transformación en eriales) y la intensificación del regadío. Luego, las Revoluciones Verdes se han ido encargando de introducir novedades técnicas y jurídicas, aunque el objetivo es cubrir las cada vez más altas necesidades de una población creciente, de lo que se ocupa una fuerza de trabajo que representa dos tercios de la existente en el mundo. El resultado es un incremento de las producciones agrarias, que suele correr a cargo de explotaciones tecnificadas y empresariales. Y la tecnificación expulsa a esa mano de obra excedentaria, con lo que se clarifica el problema en el campo pero se complica en las ciudades. Con todo, el nuevo capitalismo y el auge demográfico presionan sobre las explotaciones, lo que hace disminuir la disponibilidad de tierra per cápita. Pero atraso técnico y presión sobre el suelo presentan caras muy diferentes en los diversos lugares del planeta.
3.1.1. Las formas primitivas En casi todos los lugares se han fundado en el bosque, que en la zona templada ha proporcionado gran cantidad de frutos, bien directos o bien en harinas, materias grasas, bebidas, productos para transformación (como el corcho, resinas...), raíces para consumo humano, hojas para animales, etc. En la ecuatorial y subtropical permanece más arraigada la recolección, porque la selva sirve como refugio a comunidades desfasadas. Frutos, tubérculos, yemas, pulpas, fibras... sirven para alimentar y como complementos curativos. En las regiones secas se recogen tubérculos, dátiles, papayas, savias, bayas…, cáñamos y espartos para textiles y utensilios, breas y gomas, etc. En casi todas las latitudes la cosecha de gramíneas es recolectada, dada la profusión de variedades de granos, que ha alumbrado su conversión en cultivo al representar la primera forma de explotación sistemática del mundo vegetal. GEOGRAFÍA E HISTORIA
215
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
Tras los recolectores se encuentran los nómadas con desplazamiento del ganado en busca de pastos, si bien pastoreo y caza a menudo van asociados. El tipo de ganado desplazado es diversificado (caprino, lanar, renos, camellos...), y los movimientos pueden ser a cortas o largas distancias. En el interior de los desiertos se da el desplazamiento irregular, mientras los estacionales están en relación con las lluvias, con largos recorridos en busca de contrastes climáticos, y que conllevan el correspondiente de la tribu; y en la montaña, ya que el frío invernal obliga a buscar los valles o el llano. En todo caso, el nomadismo se encuentra en retroceso, por imposiciones políticas que impiden desplazamientos transfronterizos, por implantación de políticas sedentarizadoras (con modelos individuales y colectivos), y por su reemplazamiento por el seminomadismo (dispone de las variantes desértica, esteparia y de desplazamientos cortos). Una alternativa es la trashumancia mediterránea, que intenta aprovechar los pastizales de las estaciones contrastadas; en verano se asciende a la montaña buscando prados frescos, y en invierno se desciende a las llanuras huyendo del frío de altura. Presenta las variantes directa (de llanura a montaña y viceversa) e inversa (que afecta a los bovinos). Otra forma tradicional es el cultivo itinerante, que implica un trabajo voluntario, generalmente asociado a la vida pastoril. El lavado de los suelos ecuatoriales, la desnitrificación en los templados, y la falta de agua en los secos forzaban a las migraciones. Así la itinerancia corresponde a un cierto nivel de civilización, que incluso impuso variantes. Una de ellas se corresponde con el desmonte y cultivo sobre cenizas, tradicionalmente europeo, pero también de zonas selváticas. Labores muy superficiales y el abono de las cenizas hacen rendir poco y agotan los nutrientes rápidamente. Pero también en las sabanas se ha de recurrir a la quema del herbazal para fertilizar el suelo. En todos los casos se trata de cultivos fugitivos, apoyados en la migración agrícola. El retroceso de la agricultura itinerante (que no vuelve al mismo lugar) o cíclica (retorna periódicamente) es un hecho al constatarse el descenso de la superficie dedicada, pero ha aumentado el número de personas que dependen de ella (250 millones). Y sólo pervive donde las comunidades y densidades humanas son bajas, porque se trata de sistemas despilfarradores de suelos. Las técnicas son muy elementales y los instrumentos rudimentarios. Se trata primero de seleccionar el terreno, talar los árboles (o quemar), sembrar policultivo (maíz, mandioca, ñame, mijo...), practicar alguna escarda y las cosechas escalonadas. El paisaje que resulta es muy difuso, la dimensión de las tierras explotadas varía mucho (depende de la presión demográfica y de las posibilidades del terreno, pero oscila entre una y dos hectáreas por familia), etc. Incluso todavía suele ir asociada a la caza y a la recolección, y dispone de alternativas: reducir el barbecho al no poder ampliar la superficie de cultivo, con lo que se rompen equilibrios ecológicos; y recibir ayudas técnicas para adoptar cultivos apropiados, con lo que se convierte en sedentaria. Ejemplos en la zona más extendida, la tropical húmeda, no faltan: conucos venezolanos (con extensiones de 1 a 5 hectáreas y agricultura temporal de secano), milpas maiceros (la tierra puede durar cultivada más de quince años), los ray y mir vietnamitas (se adaptan a las condiciones naturales y no introducen desertización), el sistema de rozas africano, etc.
3.1.2. Las formas tradicionales transformadas Resaltan dos modalidades esenciales, forzadas por la presión demográfica: las agriculturas sedentarias tradicionales de secano y las intensivas de regadío. Pero se ha de contemplar la importancia del autoconsumo para catalogar el nivel de subsistencia alcanzado por el tipo de actividad desarrollada. Si el total de la producción es consumido por el productor es subsistencia; de vender una parte se trata de subsistencia parcial; y de vender la mitad aún puede ser considerada actividad de subsistencia (cuando supera 216
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 7. El espacio rural
esos valores ya se está hablando de agricultura de mercado). Los rasgos de este modelo agrario sedentario pero desfasado son: empleo de fuerza animal o humana, autoconsumo y autoabastecimiento, predominio de cultivos destinados a víveres, y práctica mayoritaria en sociedades desfasadas. Los cultivos sedentarios con barbechos constituyen el paso más decisivo al establecimiento de poblaciones agrarias fijas. Se desarrollan muy ampliamente en el mundo tropical, y ya se trata de una agricultura preintensiva, que en África sigue siendo colectivista, mientras en Iberoamérica se ha capitalizado hurtando terreno a los minifundistas. Pero en todos lados deriva también de la escasez de tierras disponibles. Va ganando terreno a los sistemas extensivos tradicionales, los de campos temporales, pero sobre desequilibradas estructuras de la propiedad y notables incapacidades productivas. Por el contrario, el arrozal de regadío intensivo permite la alimentación a dos mil millones de personas en el continente asiático. Una variante de agricultura tradicional es la sedentaria africana, donde se complementa la ganadería con la agricultura, que recibe los abonos y desarrolla rotaciones de cultivos de acuerdo a la calidad de los suelos, y con un sistema individualista de explotación de policultivo, con distribución en círculos, hortícolas los próximos a la vivienda y los más alejados los que requieren menor requerimiento de tareas manuales. Es una agricultura de subsistencia complementada con palma de aceite y ganadería testimonial, con múltiples variantes. Mayor importancia tiene la agricultura de subsistencia asiática de arrozal. El riego permite el aprovechamiento continuo de la tierra, con hasta tres cosechas obtenidas al cabo del año. Así los rendimientos son altos, lo que a su vez explica las altas densidades en el campo. Sin embargo, las técnicas son elementales, aunque se usan las aguas por medio de complejos sistemas de diques, se rectifican colinas con el trazado de terrazas, y se aprovechan todas las tierras de valle. Exige mano de obra abundante, porque la dedicación es alta (desde el plantel, trasplante, riego, adecuación de fangos en las tierras, arado y nivelación de suelos, despejado de canales, etc.). Pero hay que distinguir entre arrozal extensivo (sobre llanuras inundables, con baja presión sobre el suelo y aprovechamiento de aguas de lluvia, y que es capaz de conseguir dos cosechas anuales), y el intensivo (que hace uso de aguas fluviales, se emplaza sobre fondos de valle o terrazas aprovechando complejos sistemas hidráulicos, y que en determinados lugares merced a la implantación de semillas de crecimiento rápido –hasta en tres meses se ha logrado acortar su ciclo vegetativo– puede ofrecer tres cosechas al año). Los rendimientos difieren según la intensidad del cultivo (en Corea unos 6.000 kg./ha, en China 5.000, en Indonesia 4.000...), y de la tecnología utilizada (en el Mekong se usan los tractores en explotaciones superiores a 4 hectáreas). La agricultura tradicional de subsistencia también perdura en sistemas agrarios como el openfield, bocage y en los diversificados mediterráneos, donde agricultura y ganadería son complementarias. En el openfield domina la pequeña propiedad y excesiva parcelación, con la combinación de lo individual y comunal organizado en tres anillos alrededor de los núcleos poblados: uno concéntrico en torno al poblamiento de explotación intensiva (hortalizas, forrajes...), otro excéntrico, de campos abiertos y producción cerealista, y un tercero de saltus usado como pastizal, aprovisionador de leña y explotación comunal. Es una organización típica de las economías agropecuarias. En el bocage las parcelas son cerradas, con una parte de la producción destinada a autoconsumo y otra al mercado, y no existe la explotación comunal. Pero también ganadería y agricultura se complementan. En los paisajes diversificados mediterráneos hay sistemas originales, ya que las difíciles condiciones ambientales imponen cultivos adaptados, cereales y arbustivos, mientras la montaña permite la explotación ganadera. Es una agricultura de subsistencia, con ganadería trashumante, tanto más arcaica cuanto más aparezca la montaña, el latifundio y los cultivos intensivos de huerta. GEOGRAFÍA E HISTORIA
217
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
3.2. Las formas intensivas, especulativas o capitalistas 3.2.1. La agricultura de plantación Configura una modalidad dedicada a cultivos alimentarios o industriales, con alto empleo de mano de obra, pero capitalista por el destino de productos a la exportación. Presenta dos modalidades, la plantación y la pequeña plantación campesina (que generalmente trabaja y produce para la grande). Pero una plantación es una gran explotación tropical con mano de obra asalariada en condiciones de trabajo más industrial que agrícola. Dispone, pues, de las siguientes características: especialización de cultivos por zonas, técnicas de recolección racionales, unidades cooperativas, mano de obra especializada, producción masiva, y fuertes inversiones. Se emplaza en países de colonización y dedica sus productos a la exportación, y presenta la variante de cultivos bajo contrato, con campesinos que producen para la gran plantación. La tierra controlada por la plantación suele ser mucho más extensa que la cultivada (la marginal es la entregada a los trabajadores para cultivos de subsistencia), se dedica a monocultivos, y capitaliza la explotación con la construcción, incluso de infraestructuras básicas. Su orientación es especulativa, porque suele dedicarse a la explotación de los cultivos más demandados en los mercados mundiales. Pero hoy pierde peso, desde el momento en que medianos y pequeños propietarios trabajan para ellas, lo que les evita la realización de grandes inversiones, y en que se han ido transformando en intermediarias del agro-negocio. En Iberoamérica se implantaron como frentes pioneros de colonización y las amplias propiedades derivaron de las concesiones de tierras durante el periodo colonial. Con los ferrocarriles fueron avanzando hacia tierras interiores, disponiendo de trabajadores inmigrados o de indígenas, a los que se concedían parcelas para el cultivo de subsistencia. Se han dedicado a cultivos específicos como el café, banano, etc. Y las grandes haciendas son evoluciones de las tradicionales plantaciones de café, que hoy combinan cultivo con ganadería. Se ha tratado de evitar la dependencia de un solo cultivo, debido a unos precios controlados desde el exterior, y muy sometidos a fuertes fluctuaciones. Se han mecanizado, e introducido forrajes, fertilizantes químicos, ganadería asociada, etc. Es, pues, un fenómeno que combina lo tradicional (el uso de mano de obra abundante) y moderno, y es típico todavía de las fronteras agrícolas (especialmente en Brasil). En el resto de continentes atrasados su expansión fue más tardía, y su orientación es más diversificada. En África el influjo europeo alumbró dos tipos de plantadores, indígenas (que combinan el cultivo comercial con el de subsistencia) y el exportador. Luego hay diversidad por regiones; así en Liberia la dedicación es al caucho, en Zaire a palmera de aceite, etc. En Asia la diversidad es mayor por la abundancia de mano de obra, bajos salarios y abundancia de puertos exportadores. Aquí aparecen las variedades: estates bajas, plantaciones de sociedades emplazadas en valles de baja altitud; las estates medias, propiedad de chinos; y los smallholdings, en llanuras litorales, propiedad de chinos y malayos. En general se trata de una agricultura tradicional muy transformada, que ha ido diversificando cultivos e industrializando los mecanismos de explotación. Actualmente se dedican a productos de uso industrial (látex, fibras vegetales...) y a otros de consumo directo humano (banano, cítricos...) o que implican manipulación industrial (caña de azúcar, cacao, grasas vegetales, té, café, tabaco...). En conjunto contribuyen con la quinta parte del comercio mundial de productos agropecuarios. Pero mientras algunas progresan (algodoneras, tabaqueras, plantaciones de hevea...) otras se estancan (fibras tradicionales como el yute, sisal...), la mejor prueba de que están a expensas del comercio 218
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 7. El espacio rural
mundial. Progresan más las dedicadas a cultivos de consumo humano, tanto por incremento de la población mundial, como por el ascenso del nivel de vida en los países desarrollados, los principales compradores. Entre ellas resaltan las frutícolas, azucareras, licoreras..., y las explotadoras de productos estimulantes (café, té, tabaco...), las más tecnificadas porque suelen exigir transformaciones industriales. Y la plantación campesina va ganando terreno a la gran plantación, mientras ésta resiste en los cultivos que exigen grandes infraestructuras de acondicionamiento (hevea, banano...). La gran plantación retrocede sustituida por las empresas agrarias capitalizadas individuales (para quienes trabajan los pequeños campesinos), y por las pequeñas plantaciones campesinas (que hacen uso del trabajo familiar).
3.2.2. Las agriculturas evolucionadas En los países industrializados domina la agricultura de mercado, sobre todo en la zona templada donde se alcanzan las mejores condiciones climáticas para su desarrollo; y a ello se han adicionado los medios técnicos necesarios. Con ello se ha incrementado la rentabilidad y se ha transferido mano de obra excedentaria a otros sectores económicos. Y estas agriculturas capitalistas combinan la explotación de cultivos con la ganadería, puesto que sus objetivos son comerciales. Las ventajas se identifican con la variedad de productos, la alta rentabilidad, la producción a escala y tecnológica, etc. La producción se adecua a las necesidades del mercado en calidad y variedad de productos. Se trata de modelos agrarios en los que se combinan formas tradicionales y especulativas, que conjuntadas alumbran la superproductividad, con la introducción de especies de alto rendimiento, la intensa mecanización, los modernos sistemas de rotación de cultivos, la preparación técnica de los agricultores... De ahí los excedentes acumulados en algunos lugares (en Europa vino, cereales, derivados lácteos, carne...). Ello permite también la existencia de cabañas ganaderas estabuladas, altamente productivas. La renovación puede catalogarse de revolución, ya que no sólo ha incidido en la producción, sino que ha tenido repercusiones sociales en el campo, pero también financieras, económicas, etc. Así, frente al descenso de los activos se han incrementado los rendimientos, y ha subido la renta media por agricultor. Sin embargo, estas agriculturas también padecen subproductividad en algunos artículos, y de ahí que instituciones, nacionales o supranacionales, intervengan subvencionando a los cultivos deficitarios (y sancionando a los excedentarios). Y también se irradian las actividades agrarias altamente especulativas, las tecnológicas, entre las que es preciso mencionar los cultivos hidropónicos, sobre suelos artificiales, como ocurre con el de flores ornamentales; el cultivo en turba, en los países nórdicos; el enarenado, consistente en superponer a una capa de estiércol otra de arena, lo que permite la obtención de tres cosechas al año debido a la conservación de la humedad del suelo; el cultivo bajo plástico, que crea las condiciones microclimáticas para la obtención de un producto fuera de temporada; el cultivo por goteo, que no requiere mucha mano de obra, es aplicable a cualquier tipo de terreno, y su objetivo es el aprovechamiento integral de los recursos hídricos; etc.
3.2.2.1. En la Europa comunitaria Es muy compleja porque existe la especialización regional, y porque pervive la herencia del pasado (cultivos, formas de propiedad...), con el contraste entre openfield y bocage y la trilogía agraria mediterránea. Pero todos han conocido transformaciones drásticas en las últimas décadas por imposición de las condiciones del mercado. Han experimentado una reciente revolución agraria, con éxodo rural y nuevas formas y explotaciones, con el papel GEOGRAFÍA E HISTORIA
219
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
director de la PAC (Política Agraria Común). Se ha desencadenado un enorme éxodo rural que ha hecho casi desaparecer las explotaciones reducidas (que a su vez ha expandido el papel de las ciudades, al desaparecer muchos servicios básicos en las áreas rurales). Se ha envejecido el campo, ha descendido el número de jornaleros, se han mecanizado y tecnificado las explotaciones, han crecido de tamaño por concentraciones parcelarias, se han difundido los abonos químicos, los fertilizantes, herbicidas y pesticidas, etc. Todo ello ha favorecido la integración de la agricultura en el mercado, si bien su contribución al PIB comunitario sigue siendo muy baja, y en descenso. Un modelo altamente productivo es el de la agricultura intensiva, con uno de los mejores ejemplos mundiales en los pólders holandeses, uno de los exponentes de la transformación. Se trata de un suelo fabricado o rectificado, altamente productivo a pesar del dominio de la pequeña propiedad, porque son altos los niveles formativos de los agricultores, por el dominio cooperativista, por la notable inversión de capital, y por la elección de cultivos de alta demanda. Luego la aplicación de métodos científicos a la explotación ganadera, como la rígida selección de razas, complementa la rentabilidad elevada. Dominan, pues, sectores de praderas en regiones bajas, conquistadas al mar, cultivos extensivos en pólders modernos, hortícolas en los cinturones urbanos, y una ganadería seleccionada y estabulada de enorme rentabilidad. Es una actividad agropecuaria resultado de un esfuerzo organizado, con un campesino tradicional sustituido por otro moderno y preparado que se traduce en un nivel notable de eficacia. La PAC, que surge como un conflicto de intereses entre productores y consumidores, y entre países miembros, como una política aislada del resto de la política económica. El conflicto de intereses es entre los países del Norte y los mediterráneos, y del cual salieron unos principios (unicidad de mercado, preferencia comunitaria y solidaridad financiera) encargados de construir la Europa Verde. Y logros (modernización de la agricultura, incremento de los rendimientos y de la productividad, y la creación de una agricultura muy eficaz), y contradicciones (elevados excedentes, protección a los precios, consolidación de zonas menos favorecidas –que disfrutan de ayudas al ganado, a inversiones colectivas, a modernización de explotaciones, a actividades complementarias...–, el incumplimiento del principio de preferencia comunitaria, etc.). Como estructuras resultantes aparece una agricultura políticamente sostenida con precios altos; e incluso con dos agriculturas, una familiar de tamaño insuficiente y otra regionalmente especializada. La familiar pone de manifiesto la importancia que todavía tienen las pequeñas y medianas explotaciones; se trata, por tanto, de una agricultura, intensiva y tecnificada, pero con dimensiones insuficientes y abundancia de explotaciones marginales y agricultores envejecidos. Se debe reducir el número y aumentar el tamaño para obtener no sólo mayor rentabilidad, sino mejores niveles de vida en el campo. Además, crece la agricultura a tiempo parcial y se consolida la gran explotación, que domina junto con la de tipo medio. Pero ello impide que la familiar pueda competir con las otras, y hace que se vea relegada en el proceso renovador. Y además también crece el arrendamiento. Con referencia a la especialización regional, las regiones de más peso agrario sobre el VAB total en su economía son las mediterráneas, que frente a la cantidad de gente que vive en el campo da lugar a fuertes desajustes económicos. Domina la producción ganadera, una actividad industrializada y capitalizada. En agricultura los cereales, con elevados rendimientos en la Europa continental y más bajos en la mediterránea. Frutas y hortalizas son cultivos especializados, como también el viñedo. Así la Unión Europea se ha transformado en una gran potencia agropecuaria, pero esa posición no va acompañada de estructuras agrarias competitivas y precios no intervenidos. Todo pasa por redimensionalizar las explotaciones y acabar con los fuertes excedentes de población agraria existente en algunos países, un panorama complicado con la entrada de nuevos miembros. 220
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 7. El espacio rural
3.2.2.2. En Norteamérica En EE UU y Canadá se padecen menos contrastes, sustituidos por una agricultura especulativa que parte del racional sistema de distribución de la tierra, inserta un elevado consumo de productos industriales, y alcanza un alto nivel de dependencia del mercado mundial. Por ello sólo introduce los productos más rentables, tanto la tradicional que ha evolucionado a comercial, como la comercial propiamente dicha. Es una agricultura industrial muy evolucionada, que acapara poca mano de obra, muy sujeta a la (PAA) Política Agraria Americana. Dispone de paisajes agrícolas diferenciados. A oriente dominan las pequeñas y medianas explotaciones destinadas a atender las necesidades de las ciudades, mientras hacia en el sur e interior las grandes extensiones se orientan al mercado mundial. Por una parte el rang canadiense, implantado por los franceses, sigue una disposición del parcelario (en longueras) paralelo a vías de comunicación. Y el sistema township domina en el oriente de EE UU, con cuadrados de 6 millas de lado, con 36 secciones de una milla cuadrada (259 hectáreas). Hacia el interior el parcelario se ajustó a la rentabilidad del suelo, y ya en las montañas y piedemontes orientales se impuso el ranching para ganadería extensiva, con una milla cuadrada por cabeza de ganado, y sin geometrización debido a la imposición del relieve. El colapso de 1929 forzó a la reducción de explotaciones, con lo que aumentó la superficie media de las que se mantuvieron, lo que a su vez permitió la rápida y rentable mecanización del campo. En ellas la producción ganadera siempre tuvo gran relevancia, mientras los belts especializados en cultivos concretos se van diversificando por imposición del mercado mundial. En el interior subsiste el dry farming, agricultura de secano extensiva, con barbecho, debido a la amplia disponibilidad de tierras y a lo relativamente barato de su explotación; pero la pérdida de suelos ha introducido técnicas como el laboreo siguiendo las curvas de nivel o bien el establecimiento de pantallas de arbolado, que en ocasiones transforman un openfield en bocage. Se trata de una agricultura científica, con adaptación de la maquinaria a los cultivos e integración en la industria, con uso masivo de fertilizantes, herbicidas, etc. La estabulación y la reducción de tierras de cultivo han traído un fenómeno contradictorio, pues mientras se han reducido extensiones de cultivo de secano y ranchos ganaderos se ha incrementado la producción final, la mejor prueba de que la rentabilidad deriva de los medios utilizados. Domina todavía la explotación familiar (96% de las totales), si bien un papel esencial lo desempeñan las sociedades, que ya generan la cuarta parte de la renta agrícola. La explotación media dispone de unas 170 hectáreas, aún insuficiente para elevar la renta de los agricultores. La concentración de propiedades es un hecho en el Oeste, en los ranchos, donde las multinacionales han creado auténticos imperios pecuarios o agrarios. La investigación agronómica y zootécnica son no sólo complementos, sino necesidades del sistema productivo, así como las cooperativas en la prestación de servicios. Hoy se trata de una agricultura de producción industrial, con empresas capitalizadas que buscan tipos estándar de productos, producción masiva, técnicas de organización, y usos de tecnología sofisticada como la informática aplicada a la agricultura. Luego se asocia a firmas comerciales, lo que implica la existencia de agricultores que trabajan para grandes firmas o cadenas alimentarias. De ahí que el control de la agricultura esté en las grandes ciudades, en los consejos de administración de grandes transnacionales. Además, el Estado subvenciona a la agricultura, financia las grandes obras hidráulicas, realiza préstamos a bajos intereses, garantiza precios mínimos, etc. Como resultante, la agricultura tradicional ha sido devorada por la comercial especulativa, por la superproducción exigida y por la integración con la industria. GEOGRAFÍA E HISTORIA
221
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
La PAA se sustenta en cuatro principios: protección al agricultor, adaptación de la producción a las demandas y coyunturas del mercado mundial, penetración en mercados exteriores, y uso de la producción como herramienta. Superado el colapso de finales de los treinta la PAA entra en una etapa de proteccionismo interior y conquista de los mercados mundiales; para ello subvencionó a los agricultores, sostuvo los precios, consiguió excedentes agroalimentarios y forzó la retirada de tierras poco productivas. Desde la gran crisis económica de 1973 entra en otra faceta, que hace uso de los recursos agroalimentarios como arma alimentaria, que luego ha desembocado en guerras comerciales con la Unión Europea. En esta segunda fase ha mantenido altos los niveles de protección mediante subvenciones indirectas, y ha acumulado producciones, hecho que obligó a la retirada de nuevas tierras de cultivo. Actualmente rige la especialización en climas aptos, y el mejor reflejo se encuentra en los grandes cinturones del medio-Este, especializados en cultivos forrajeros, derivados lácteos, soja, maíz, tabaco, algodón, cacahuete, belt mixtos, etc. Y también en las regiones de cultivos hortofrutícolas, haciendo uso de diversos sistemas de regadío. Pero el principal defecto de esta política es la acumulación productiva, lo que motiva unos niveles de protección y subvención muy superiores a los europeos. Se trata de una agricultura compleja, subvencionada, de grandes unidades, explotación familiar y empresarial, mecanizada, inserta en redes de comercialización, e industrializada, y en suma centrada en grandes inversiones en sectores hortofrutícolas y ganadería industrial.
3.3. Las agriculturas socialistas La extinción de la propiedad privada introdujo una nueva organización de las explotaciones en cooperativas, un modelo soviético que luego se irradió a su órbita (si bien también se han aplicado parcialmente en otros modelos capitalistas, como el israelí, el mexicano, el argelino...). El ex soviético incluso coincide con el especulativo americano en la geometrización del espacio agrario, si bien sus factores socioeconómicos son radicalmente diferentes. De todos modos los resultados de los sistemas agrarios socialistas han sido muy dispares según los lugares donde han sido aplicados; así, en la ex URSS la agricultura fue secundaria en la economía mientras adquirió primer plano en China. Luego, la caída del sistema socialista durante la década de los ochenta ha logrado introducir profundas modificaciones en las estructuras y hasta en los paisajes agrarios, con el mejor exponente en la nueva China, donde incluso el empresariado ha hecho su aparición.
3.3.1. Las agriculturas ex soviética y oriental europea A diferencia de la agricultura científica capitalista la soviética contó con altas densidades de población, y el arraigo en sistemas tradicionales de explotación. Con anterioridad a la revolución el sistema era análogo al europeo, con openfield y pequeña propiedad frente a grandes latifundios. Pero la revolución introdujo la redistribución de la tierra, con unas primeras organizaciones agrarias, los kog (asociaciones para la realización de trabajos comunales), artel (colectividades de productores), y comunas (organizaciones con bienes grupales). Se repartieron los grandes latifundios, y proliferó el minifundio, con lo que se estancó la producción. Sin embargo, pronto se comunalizó la tierra, en una fase de colectivización emprendida en 1928, con la organización de la producción en dos tipos de cooperativas: los koljoses, aldeas de gran tamaño administradas por un consejo, donde todo era colectivo con la excepción de la vivienda individual rodeada del un huerto de explotación individual (el dior, con menos de 0,50 hectáreas), el realmente encargado de mantener 222
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 7. El espacio rural
buena parte de la producción; y los sovjoses, resultantes de la fusión de varios koljoses o de su transformación tras la Segunda Guerra Mundial, granjas estatales con funcionamiento empresarial, de enorme extensión y monocultivos, que permitían la mecanización y la especialización. La célula básica del koljós era la brigada, de área agrícola o tecnológica, la primera encargada de los cultivos y aprovechamientos y la segunda especializada en un sector concreto, ganadero, fruticultura... Contaba con servicios, y era más una empresa que una explotación, ya que disponía de las MTS (Estaciones de Máquinas y Tractores). Pero después de la Segunda Guerra Mundial las MTS fueron reconcentradas, al tiempo que se incrementó el tamaño. En koljós y sovjós el hábitat era concentrado debido a la fórmula cooperativista de explotación, con la excepción del norte de la URSS; la razón era que los gobiernos socialistas suprimieron las ayudas a los agricultores individuales forzándoles al abandono con el objeto de incorporarles a los centros establecidos. Las viviendas carecían de los servicios típicos de las explotaciones, porque esos menesteres correspondían a los centros de explotación. Puede decirse, por tanto, que las líneas socialistas en la ex URSS potenciaron con el tiempo a los sovjós en perjuicio de los koljós, una política o fórmula que luego se irradió a su órbita socialista, e incluso a China. En los países socialistas europeos se han seguido las directrices soviéticas, pero con tres fases de aplicación: una de planificación oportunista, hasta el final de la Segunda Guerra Mundial; otra de colectivización acelerada, con planes quinquenales y fundada en la actividad industrial, que duraría hasta mediados de los años cincuenta; y una última de reequilibrio, y ya de más largo plazo. Pero casi todas fueron implantadas más suavemente, si bien pueden distinguirse tres tipos de evolución: –
Países con colectivización casi total (Bulgaria, Hungría, República Democrática Alemana). Se desarrolló rápidamente con el tipo koljós, si bien en Hungría los colonos llegaron a conservar derechos individuales.
–
De colectivización suprimida, como en Polonia y Yugoslavia, donde llegó a instaurarse la conjunción de explotaciones individuales y cooperativas.
–
Con sector comunitario preponderante en las llanuras e individual, menos representativo en las montañas (Rumania y Checoslovaquia).
Los objetivos del modelo soviético irradiado fueron: colectivización, elevación del nivel técnico, organización de la producción, y equiparación a los medios de producción industrial. Se trataba de multiplicar los aspectos de la empresa productiva, incorporar grandes superficies y medios técnicos (químicos), desarrollar la especialización, y concentrar a la producción. Para ello se partía de dificultades, como la gran cantidad de mano de obra en el campo, la herencia histórica de ineptitud productiva, y hasta la hostilidad del medio. Para solventarlas se eliminó la propiedad latifundista y el absentismo, se crearon empresas de trabajo colectivo con el objeto de incrementar la productividad, el Estado se convirtió en protector de la agricultura, y se planificó tanto la producción como los precios. Primero se modificaron las relaciones de producción con reformas agrarias, con una colectivización que representó la desaparición de las desigualdades sociales en el campo y la posibilidad de tecnificar, salvando el arrastre de descapitalización existente con anterioridad. Sin embargo, la tecnificación nunca alcanzó los niveles de las economías capitalistas, como tampoco los resultados derivados. La planificación agraria, que partía de bases de racionalización, no logró los rendimientos esperados. Pero sí consiguió grandes infraestructuras, aunque el mayor rendimiento siempre correspondió a la iniciativa individual. Por ello, desde muy pronto (década de los años cincuenGEOGRAFÍA E HISTORIA
223
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
ta) se intentó enderezar el rumbo por medio de la supresión de las MTS, un mayor relajamiento en el control de los koljós, la conquista de tierras vírgenes, etc. En los sesenta se habló del renacimiento de la agricultura debido a la duplicación de inversiones en el campo, reconversión y renovación de la maquinaria, y fijación de salarios garantizados a los empleados (a imitación de lo existente en los sovjós). Se llevó a cabo un proceso de integración y especialización que aportó un modelo pseudoindustrial, que tampoco generó los resultados esperados. De ahí que en los años ochenta las estrategias se dirigieran a la concesión de estímulos a los agricultores, con lo que se inició una de las últimas fases de reorganización; se aumentó la extensión de los lotes de explotación individual, y tierras de koljós y sovjós se arrendaron a familias, se alquilaron tierras a agricultores particulares, medios de producción... pero ya con periodos largos para estimular las inversiones. La propiedad continuó siendo colectiva, pero en la práctica los agricultores decidían cómo y qué se cultivaba. Es decir, que nació la agricultura familiar. Se ha tratado de cubrir las necesidades propias y del entorno socialista, pero las masivas importaciones son el mejor reflejo del fracaso político, que ha alumbrado estructuras agrarias anquilosadas y fuertes contradicciones (con alto desarrollo de algunos sectores y regiones y atraso en otras, pero también ha aportado la ganadería industrial). No ha sido fácil desmontar la infraestructura creada, y de ahí que pervivan todavía las grandes empresas agrarias estatales. Pero los koljós son muy autónomos, y sus dimensiones (unas 6.500 ha) menores a las de los sovjós (17.500), si bien los emplazados en mejores tierras han sido más extensos, mejor mecanizados y con mayor cantidad de parcelas entregadas a las familias. El poblamiento rural ha continuado muy jerarquizado, con 5.500 personas en los centros de distrito y sólo 200 en las brigadas, e incluso con cuatro niveles de poblamiento (centros de distrito, centros-sedes del soviet rural, dirección de koljós y sovjós en pueblos, y las sedes de las brigadas en aldeas), más las agrociudades, un intento de concentración en grandes cooperativas estatales.
3.3.2. La agricultura tradicional y moderna en China El modelo chino presenta caracteres diferenciadores, como las fuertes densidades y el sistema profuso y esencial de regadío destinado a la producción ricícola, necesario para alimentar a la sexta parte de la humanidad. El socialismo chino redistribuyó las tierras para luego ser decomisadas e integradas en comunas, grandes explotaciones que asociaban cultivo, transformación y comercialización. En una comuna la explotación se organizaba asignando parcelas a un grupo de trabajadores para su explotación temporal (el grupo formaba una unidad de trabajo denominada equipo); y el área compuesta por varias porciones trabajadas por otros tantos equipos ya podía disponer de maquinaria y edificios de explotación (estas áreas formaban unidades de trabajo denominadas brigadas); y varias áreas daban lugar a un núcleo de organización y administración, la comuna, que no era ni una organización estática ni uniforme en todo el territorio de China. Pero todas las comunas tenían en común la posesión colectiva de la tierra, la disposición de fábricas, escuelas y centros sanitarios, y estar divididas en brigadas y equipos de producción. En los años sesenta se llevó a cabo una Revolución Verde que mecanizó parte del campo y difundió nuevas técnicas y mecanismos. Pero a finales de los años setenta Deng Xiaoping procedió a la descolectivización del campo, a la liberalización de las fuerzas productivas, que introdujo disfuncionalidades, pero disparó la producción del campo. Nació el sistema de responsabilidad que ha difundido a la agricultura familiar, irradiando los contratos de trabajo, aumento de los lotes individuales, venta libre de los productos obtenidos, etc. En la práctica todo se ha ido limitando hasta la extinción de las comunas, brigadas y equipos, 224
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 7. El espacio rural
lo que ha traído consigo el desequilibrio en el campo, su empresarialización, el excedente de mano de obra, el abandono estatal a las infraestructuras (que cada vez van siendo más disfuncionales), el retroceso de la superficie regada, la pugna por el agua entre los agricultores, la caída de los precios de los productos en los mercados libres por exceso de oferta, etc. Pero ha subido el nivel de vida de los agricultores y la producción ha aumentado, hasta el punto que China se ha convertido en exportadora de algunos productos agroalimentarios. Puede decirse que la política china se ha caracterizado por la flexibilidad, pero ha incorporado también técnicas, ampliación de superficies cultivadas, y adaptación de los sistemas de explotación al tipo de célula organizativa y a la inversa. El progreso agropecuario es indudable, pero desajustado, pues requiere de grandes producciones de derivados animales y ajustar las nuevas estructuras agrarias a las necesidades presentes. Así, transferir la propiedad a los agricultores sustituyendo el sistema de arrendamientos y alquileres (similar al ex soviético), para capitalizar el campo, y ejercer control sobre los recursos básicos, como el agua, esencial en un país donde domina la agricultura tradicional intensiva ricícola.
3.3.3. Otras agriculturas socialistas En países no socialistas se han introducido variantes llamativas, entre las cuales resaltan las explotaciones colectivas en Israel, que se compaginan con las privadas. Pueden ser de cuatro tipos, si bien luego se afilian y dependen de los partidos políticos (Trabajadores Unificados, Partido Laborista de Israel, y Mapai): –
Kibbutz, centros de explotación donde todo es de todos, incluso la administración desarrollada por la asamblea de los miembros.
–
Moshav Shitufi, que a diferencia de los anteriores los miembros son asalariados.
–
Moshav Oudim, grandes cooperativas integradas por campesinos que trabajan explotaciones individuales siendo el beneficio y los instrumentos de trabajo privados.
–
Maabaroth, cooperativas generalmente orientadas al monocultivo cerealista, y cuya finalidad es fijar a la población inmigrante.
Es un sistema híbrido que ha aportado excelentes resultados, con el mejor en la autosuficiencia productiva, que ha convertido a este país en el único del Próximo Oriente capaz de atender a sus necesidades y permitirse exportaciones en buen número de productos. La introducción de este sistema deriva de varias necesidades: colocar a las corrientes de judíos inmigrados, muchos de los cuales vienen de países de la antigua esfera socialista, sin conocer otros sistemas agrarios, lo que explica el relanzamiento que han tenido estas fórmulas cooperativistas; y la aplicación de la moderna tecnología de que dispone, como único país desarrollado de la región (es en estas unidades agrícolas donde pueden implantarse innovaciones debido a su emplazamiento en zonas áridas, como los cultivos higropónicos, enarenados....).
4. MODERNAS IMPLICACIONES DE LAS ACTIVIDADES AGRARIAS EN EL MUNDO En los países desarrollados la agricultura decrece en el producto interior bruto y en el empleo, mientras se incrementa su productividad y la acumulación de excedentes. Pero proporciona al desarrollo económico cinco elementos clave, entre los que por áreas (incluiGEOGRAFÍA E HISTORIA
225
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
das las subdesarrolladas) cabe establecer matices. Primeramente al ser alto el crecimiento demográfico en los países desfasados se ve estimulada la demanda de productos agrarios, si bien la imposibilidad de cubrirlos opera negativamente en la subida de los precios. En segundo lugar proporciona exportaciones cada vez más diversificadas. Luego, transfiere fuerza de trabajo a los sectores no agrarios, que en el mundo del subdesarrollo parece ilimitada. Asimismo, la agricultura compone la principal fuente de capital para el crecimiento industrial. Y por último es un mercado para la industria, de tal modo que una agricultura pobre puede dificultar fácilmente el desarrollo industrial (se necesita incrementar los ingresos netos de los agricultores si se desea que la población rural ejerza como estímulo para la producción industrial). Además, la agricultura moderna ha introducido también tres novedades: –
La variación del peso relativo de las compras y ventas, adquiriendo los que permiten incrementar la producción y la productividad. Hoy la tierra ha dejado de ser un factor limitativo (incluso en los países desarrollados decrece la utilización para fines agrarios, mientras crece para usos no agrarios). Se han sustituido compras en función de las variaciones en sus precios e incorporado técnica, capital y conocimientos que se compran fuera de la agricultura, son producto de la investigación, y se utilizan a corto plazo.
–
Se incrementa como resultado la productividad, que se atribuye al cambio técnico (mejora biológica de las variedades de cultivos, de los nutrientes, de las técnicas de plantación, de nuevos cultivos ajustados al mercado...).
–
Se ha insertado en la trama productiva y vinculado a otros sectores económicos (hoy la agricultura se relaciona con los demandantes finales a través de la industria agroalimentaria, y por ello el agricultor debe de funcionar como un empresario en la búsqueda de productos y actuaciones competitivas).
Pero los recursos agrarios están desigualmente distribuidos en el mundo, y el empleo de la tecnología también es dispar. El desarrollo agrario sigue, así, líneas divergentes en aplicaciones múltiples (tecnología mecánica, biológica...). Por ello puede hablarse de tipologías agrarias: –
Países de colonización más reciente, donde prima el recurso tierra, con productividad alta del factor trabajo, pero baja de la tierra por unidad de superficie. Sus expectativas productivas son elevadas.
–
Países de Asia Oriental y algunos iberoamericanos y hasta africanos, con escasez de tierra y abundancia de trabajo, hechos que imponen productividad alta de la primera y baja del segundo, con lo que las expectativas son medias.
–
Países con equilibrada dotación de recursos, entre los que se encuentran los europeos y norteamericanos, con buenas perspectivas.
En los países más avanzados es donde se están consiguiendo las rentabilidades más elevadas debido a la alta capacidad de sustitución de unos factores declinantes por otros pujantes. La clave del crecimiento agrario se encuentra en la alteración de la función de producción hacia la tendencia a largo plazo de la dotación de factores. Por contra, en los subdesarrollados trabajo y tierra rinden poco, y las intervenciones públicas (subvenciones, políticas de precios...) alteran los precios de los factores y distorsionan la asignación de recursos (por ejemplo, mecanizando pronto una agricultura que luego se resiente de la retirada de subvenciones). De ahí derivan inadecuaciones y carencias de sustitución de factores; son estrategias a corto plazo y, por tanto, muy sensibles a mutaciones negativas. 226
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 7. El espacio rural
Hoy la agricultura mundial padece la existencia de unidades de producción pequeñas, lo que se traduce en ingresos reducidos por explotador. También las diferencias alimentarias son enormes entre las distintas partes del mundo. Y por último los niveles de inserción en el mercado son desde altos a nulos, según el lugar del planeta que se analice. Lo grave es que todas esas disparidades se dan en la ocupación humana más universal y base de otras actividades económicas; entre ellas sólo sale beneficiada la agricultura que ha sido capaz de concentrar el capital, la de los países desarrollados. Mientras, en los subdesarrollados las agriculturas se muestran cada vez más ineficaces a la hora de cubrir las necesidades agroalimentarias de sus poblaciones, con la excepción china. Por el contrario, los países del Norte acumulan excedentes que llevan a guerras comerciales entre los grandes, la UE y EE UU. El cambio es sustancial, porque hasta mediados de siglo era al contrario, los desarrollados dependían en buena medida de importaciones agrarias procedentes de sus antiguas colonias en el Sur. Y esa mutación es favorable para el Norte pero muy negativa para el Sur, porque se ha llegado a una situación de hambre acusada en muchos lugares. La relación entre producción y disponibilidad calórica es muy disfuncional en las áreas subdesarrolladas, de lo que se deduce que los contrastes espaciales entre producción y uso de alimentos es uno de los rasgos de la agricultura reciente. Las disparidades productivas limitan el equilibrio alimentario mundial, por lo que puede hablarse de países excedentarios, como EE UU y Canadá (principales productores mundiales de dos productos básicos como trigo y maíz, y con más de la mitad de los excedentes mundiales de estos productos), los comunitarios, más Argentina y Australia (y hasta Brasil, con excedentes de oleaginosas). Pero también de deficitarios, estructurales o coyunturales; entre los primeros resaltan casi todos los subdesarrollados, pero especialmente la ex URSS (con sus mantenidas importaciones de cereales), y entre los segundos casi todos los asiáticos (que dependiendo de las malas cosechas verifican entre ellos intercambios de arroz). Por ello, y al margen de productividades, la evidencia es un subconsumo alimentario humano, especialmente grave en los países subdesarrollados, y que afectando a amplios contingentes de población lo hace con especial virulencia sobre las poblaciones jóvenes, luego plasmadas en inaptitudes laborales. Esta situación es grave en África y Asia, donde, además, se agudiza en términos absolutos. El comercio mundial de productos agroalimentarios está dominado por los países ricos, que intercambian entre ellos, dedican cada vez mayores superficies y producciones a consumo ganadero, y disponen de más de dos terceras partes de las exportaciones mundiales de estos recursos (con la excepción de bebidas y productos tropicales), lo que representa un muy fuerte desequilibrio para el Sur. Un comercio, por lo demás, con precios en poder de quienes lo ejecutan, los países ricos. La producción de semillas y aceites tropicales sigue siendo fundamental en el mundo del subdesarrollo, pero sin controlar su comercio. Y el comercio mundial está dominado por los cereales (trigo, arroz y maíz, por ese orden). De modo que la producción esencial del Sur (semillas, aceites y arroz) y el consumo en el Sur (trigo, maíz, arroz) están controlados desde y por el Norte. Lo grave de la situación es que los poderosos del Norte se han convertido no sólo en productores masivos, sino en controladores de los precios, mientras los sometidos del Sur han pasado a compradores y dependientes de las oscilaciones de unos costes puestos en el Norte. En el comercio de productos pecuarios los países subdesarrollados sólo contribuyen con la décima parte del mundial de los productos cárnicos, con otro abrumador dominio de los desarrollados. Y en otros productos agrícolas (cítricos, vino, tabaco...) también la producción corresponde a los países del Norte (mediterráneos), mientras la mitad del tabaco mundial sale del Sur, si bien su comercio y manufactura está en manos de compañías transnacionales (generalmente estadounidenses). GEOGRAFÍA E HISTORIA
227
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
Como resultado, las perspectivas del mercado agrario mundial no son nada favorables para el Sur, porque las exportaciones de cereales, oleaginosas y derivados animales afianzarán a los actuales detentadores de dicho comercio, mientras los compradores agudizarán sus necesidades, compaginadas con las dificultades de pago. Sin embargo, muchos países subdesarrollados experimentan progresos que les permitirán ser menos dependientes de los vendedores. Pero la única ventaja actual para el Sur es el mantenimiento o incluso caída de los precios de productos agroalimentarios básicos, debido a que muchos están intervenidos en los países productores. No obstante, la contrapartida negativa viene inmediatamente: para asegurar rendimientos y regularidad de abastecimiento los ricos están insertando a sus agriculturas en cadenas alimentarias y concentrando empresas, que a su vez se están haciendo con porcentajes cada vez más elevados del comercio mundial de productos básicos. Se trata de la integración cada vez más intensa entre comercio minorista y mayorista, de la especulación agrícola al alza, reflejada en su sistema más perfecto, que cada vez perjudica más al Sur. Puede decirse, por tanto, que la agricultura no es explicable sin el comercio internacional, pero tampoco sin la incidencia de la Organización Mundial del Comercio. En la ronda de Uruguay (del antecesor de la OMC, el GATT, el Sistema General de Aranceles Aduaneros y Comercio) se optó por la reducción de medidas protectoras para el sector agrícola y a la exportación, que favorecieron mucho más al Norte. Y a pesar de los acuerdos los países desarrollados mantienen un sector agropecuario protegido, al objeto de salvaguardar las rentas de los agricultores (ya que se trata de agriculturas fuertemente excedentarias), lo que refleja una crisis de la agricultura moderna (con una estadounidense dependiente del mercado mundial y otra europea occidental más compleja, heterogénea, fragmentada y con mayores problemas de población activa). En el Sur la política agraria manifiesta no sólo afectaciones externas, sino tendencias contrarias, puesto que de una parte se ha favorecido a la producción interna para evitar unas compras que la deuda externa no facilitaba, pero compaginadas con la imposibilidad de frenar el fuerte éxodo rural; y de otro las Revoluciones Verdes se han mostrado como armas de doble filo, porque han incrementado rentabilidades pero agudizado las desigualdades entre los campesinos. Por ello se tiende ahora a la búsqueda de acciones equilibradas orientadas al desarrollo sostenible endógeno. Otro problema de futuro de la agricultura alude a su inserción en la etapa postindustrial, con la carga que representa la introducción de nuevos usos del suelo agrario y las crecientes interrelaciones con la vida urbana. La exurbanización está colocando a altos contingentes de población urbana en el campo, con las consecuentes modificaciones de fisonomía y actividades. Las áreas periurbanas mutan el campo, lo urbanizan y hasta lo industrializan en su orientación productiva. Pero la primera transformación comienza por la propia agricultura, que debe intensificarse, cuando no desaparece como derivación directa de la especulación del suelo. Y también se transforma en agricultura a tiempo parcial, especialmente en los entornos de las ciudades industriales. Pero las mutaciones agrarias derivan esencialmente de la demanda de suelo industrial, del emplazamiento de grandes superficies comerciales, servicios y complementos del automóvil, y por la fuerte solicitud de suelo por la función residencial, la que más espacio consume. De todo ello deriva un cambio social, con la instalación de las clases medias en las áreas periurbanas. Los más perjudicados son los espacios rurales con determinadas características ecológicas favorables, con el fenómeno de expansión de las residencias secundarias que no deja de crecer, alumbrando en algunos lugares un urbanismo rural salvaje. No deja de ser un fenómeno del turismo urbano en el campo y transformador de paisaje, modos de vida y trabajo rural. Otro cambio afecta al influjo del turismo rural, un fenómeno de carácter interno en casi todos los países. Es complejo porque está integrado por gran cantidad de formas, y se establece sobre espacios determinados (pueblos, case228
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 7. El espacio rural
ríos, bosques, superficies de agua, espacios agrícolas, montaña...). En cualquiera de esas modalidades los flujos tienden al alza, y en algunos casos a la saturación. Puede decirse que este turismo genera empleo al margen de las actividades rurales, pero también degrada los modos de vida agrarios. Otro fenómeno que altera las formas rurales es la vuelta de los denominados neorrurales, como los jubilados, los que se instalan en segundas residencias y las transforman en primera, los empleados de las industrias emplazadas en sectores rurales, etc. Una situación cuando menos curiosa se produce con la instalación de jubilados, que agudiza el envejecimiento del campo. Por su parte, la industrialización de las áreas rurales constituye uno de los principales agentes de cambio estructural en países desarrollados, porque diversifica las actividades y rompe el binomio rural-agrario existente por tradición en el campo. Revitaliza económicamente a las regiones rurales, pero a costa de exigencias y aportaciones al campo muy diferentes a sus necesidades, al introducir y consolidar la pluriactividad del espacio rural y minimizar sus costes de explotación en espacios periféricos (tanto por suelo más barato como por abundancia de mano de obra femenina, menos problemática y también más económica). El problema más grave se da cuando la industria se instala de manera difusa o espontánea en áreas periurbanas. Lo cierto es que las áreas rurales están incrementando su capacidad para atraer inversiones empresariales, si bien en función de condiciones territoriales y geográficas. Es decir, que se suelen aprovechar las ventajas comparativas de cada territorio y de cada espacio rural, lo que explica la existencia de áreas rurales en declive y de otras nuevas. A pesar de todo el espacio agrícola se mantiene; hoy sólo representa la décima parte de las tierras emergidas (unos 1.500 millones de hectáreas), si bien aumentan un veinte por ciento más al introducir las tierras dedicadas a pastizal. Y otro tanto puede decirse al incluir a una tercera parte del planeta con superficies boscosas explotadas. El conjunto agro-rural sube así de forma sustancial, y sigue reflejando en conjunto el esfuerzo humano para transformar ámbitos diversos y abastecerse. Frente a este espacio, relativamente poco habitado en el primer mundo, aparece otro reducido y muy poblado, el mundo urbano, que reclama al primero como área de expansión. Pero se encuentra con un ambiente modificado por las técnicas agrarias y de explotación en general, alterado por la acción del hombre. Se produce, así, la disfunción entre un hábitat urbano exigente en producciones del campo y, al tiempo, demandante de un medio expansivo para la ciudad, de un ámbito recreativo y cuidado. Exigencia de un lado y necesidad de otro han ido forzando al establecimiento de políticas que intentan frenar la deforestación (que en zonas tropicales lleva un ritmo imparable y que en sectores mediterráneos ha alcanzado máximos), que en valores absolutos supera los 200.000 km2/año. De igual modo se exige poner freno al proceso desertificador, propiciado por las aguas de escorrentía, erosión eólica, sobrepastoreo, salinización, laboreos en pendiente, etc. Y es la existencia de extensas zonas despobladas y desmontadas de vegetación la que ha propiciado el avance desertizador y del desierto. Se demanda, igualmente, un control más efectivo y racional sobre el uso de componentes químicos, que aportan resultantes negativas sobre aguas y suelos. Todos los factores citados, junto a otros múltiples, inciden sobre el deterioro ecológico, lo que implica que el desarrollo rural debe de pasar por la renovación agrícola, por la conjunción entre la producción y el respeto al medio ecológico. Las superficies regadas en el mundo han crecido en las últimas tres décadas un tercio, si bien en bastantes países se está produciendo una recesión como consecuencia de la pérdida de suelos fértiles al introducir agua, donde es nociva por la fragilidad de los componentes mineralógicos. Ello representa una descapitalización y dilapidación de un recurso imprescindible, el suelo. La conclusión es que no se debe ir contra la vocación agraria de las tierras, ni imponer unas GEOGRAFÍA E HISTORIA
229
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
pautas productivas demasiado exigentes a suelos que no pueden proporcionarlas. Y esta ha sido una de las pautas seguidas por las Revoluciones Verdes, cuya orientación debe ser modificada en los países subdesarrollados. Puede hablarse, por tanto, de tres problemas de la agricultura en el mundo: –
La destrucción o afectación del recurso esencial, el suelo.
–
La intrusión urbana en el campo, con los cambios de modos y dedicación de usos de tierras que introduce.
–
El factor humano, que se marcha del campo para encontrar nuevas oportunidades en el mundo urbanizado.
Se impone que toda política transformadora del campo disponga de unos diseños o evaluaciones de impacto ambiental, o análisis de la acción humana prevista y sus previsibles resultados. La idea es integrar los intereses económicos (rentabilidad), ecológicos (conservación) y sociales (perdurabilidad en el campo), pues el olvido de cualquiera de ellos repercutirá en los otros. Así, resulta imprescindible extender los abancalamientos en terrazas, laboreos siguiendo las curvas de nivel, cultivos en fajas combinando especies vivaces y anuales, introducir pantallas de arbolado, mantener el rastrojo, incidir en las repoblaciones forestales, difundir la agricultura ecológica o biológica, etc.
5. EL SECTOR AGRARIO ESPAÑOL: SITUACIÓN Y PERSPECTIVAS En la Edad Media el dominio del latifundio no era capaz de generar excedentes, y eran coincidentes con un minifundio escasamente productivo, con la resultante del jornalerismo agrario. Durante el siglo XVIII los reformistas ilustrados fracasaron en sus reformas por la oposición de los propietarios. En el XIX el problema se agravó con las desamortizaciones, con el traspaso de la propiedad a la burguesía, que mantuvo pautas de los terratenientes. A principios del siglo XX desciende ya la población activa, y durante la Segunda República se intenta la reforma agraria, que fracasó con la derrota republicana en la Guerra Civil. En el franquismo se da un impulso a la producción con los Planes de Desarrollo y se racionalizan las explotaciones con la concentración parcelaria, pero acompañados esos avances con el éxodo rural. Y en las últimas décadas el sector agropecuario ha perdido su protagonismo, con directrices marcadas por la PAC y los acuerdos de la OMC, con tres efectos esenciales: –
El descenso de la población activa.
–
La reconversión de las estructuras agro-ganaderas (tamaño de las explotaciones, mecanización, nuevos cultivos, concentraciones parcelarias, mejora de comunicaciones y suministros, etc.) para hacerlas competitivas en los mercados
–
La diversificación de funciones y usos del suelo, con incorporación de actividades de ocio, industriales y de servicios, con el resultado de otros agrosistemas y paisajes agrarios.
5.1. Rasgos distintivos de la agricultura española El medio físico (especialmente los suelos) no ofrece grandes facilidades al desarrollo agrario, salvo en el ámbito mediterráneo, por lo demás bastante difundido. Y el clima no 230
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 7. El espacio rural
acompaña en exceso: crudo en el interior con heladas y sequías, lluvias a veces torrenciales en la costa, reparto muy desigual de las precipitaciones, etc. En contrapartida se dispone de muchas horas de luz, de la cercanía al gran mercado europeo, de abundante mano de obra, de variedad de cultivos, etc. Además, por razones históricas la agricultura se ha caracterizado por el abundante empleo de mano de obra. Por ello, el gran rasgo distintivo de los últimos años ha sido el asombroso descenso de los activos agrarios, por encima de la media comunitaria, y que arrastra un declive antiguo. Desde los años sesenta el campo español ha sufrido fuertes movimientos migratorios, bien hacia Europa o hacia las grandes ciudades, con el consiguiente descenso de activos, despoblamiento y envejecimiento rural. Ello ha obligado a la instauración de algunas políticas de ajuste, como las jubilaciones anticipadas y reagrupaciones de propiedades en manos de activos más jóvenes, con un campo que desde los años ochenta inicia un proceso de rejuvenecimiento, una realidad debida a la falta de expectativas en otros sectores productivos, y no al despegue imparable de la agricultura. Asimismo, se arrastra la agudización de las grandes disparidades en disposición de superficie cultivada por regiones, muy poca en las industriales y hasta la tercera parte de la total en las grandes regiones tradicionales. En conjunto, el 40% del territorio nacional está cultivado (unas 42 millones de hectáreas), con un 66% en secano y sólo la décima en regadío. Del primero nueve décimas partes se orientan a cereal, mientras el segundo presenta un destino maicero. En el litoral mediterráneo, vid, olivar, almendro, cítricos y productos de huerta alcanzan los mejores rendimientos del país, y conforman una de las principales fuentes de exportaciones al conjunto europeo, mientras la meseta sufre los condicionamientos más agresivos, con bajos rendimientos y las más altas cotas de despoblamiento rural. España es todavía importadora neta de muchos productos, en especial trigo y maíz. Como resultante, aún siendo un país agrario, se continúa comprando más de lo que se vende. La diferencia entre la fuerte dedicación agraria y la dependencia externa se explica (al margen de los condicionamientos físicos), entre otras razones, porque el índice de tecnificación aún es bajo, como también ocurre con el tamaño de las explotaciones (más de la mitad tienen menos de 5 hectáreas.). Además, porque en el Norte domina todavía el minifundio, mientras al Sur los grandes latifundios. Pero el mayor desajuste es general, ya que el 0,8% de los propietarios poseen más de la mitad de la superficie cultivada (unos 21 millones de hectáreas, mientras el 52,5% de los propietarios sólo poseen el 10,5% de la tierra). Junto a ello el régimen de tenencia también indica que el arrendamiento se ocupa de la explotación de más de siete millones de hectáreas (28%), y la aparcería de cerca de un millón (3%). En total son 1,7 millones de explotaciones agrarias, con dominio de las de reducidas dimensiones. Estos desequilibrios se ha pretendido compensarlos con políticas agrarias que han intensificado y modernizado infraestructuras y que pretenden equilibrar la estructura de la propiedad (la concentración de tierras arranca de principios de los años cincuenta, y se realizó con mayor profundidad en el centro peninsular). Hoy con ayuda de las políticas comunitarias se han mejorado las explotaciones agrarias mediante la creación de estructuras industriales paralelas, centros de comercialización, mejora de las infraestructuras, etc. Significar, asimismo, que se ha producido un cambio en los gustos de consumo de los españoles que ha logrado mutar a la estructura rural, con una explotación ganadera que crece frente al estancamiento o retroceso de la producción agrícola. Con todo, el incremento de la renta agraria en más de la mitad se ha realizado a costa de reducir en más de dos millones y medio de agricultores la excesiva carga de activos que ha mantenido el campo (y que aún padece). Por regiones la estructura productiva es la siguiente: –
La tercera parte de la producción se emplaza en el Sur y Levante, con un fuerte incremento del peso agrario de la región valenciana.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
231
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
–
La amplia meseta sólo contribuye con la tercera parte.
–
El notable sector nororiental lo hace con menos de la cuarta parte.
–
Al resto del país corresponde la mínima aportación restante.
De forma condensada los rasgos recientes más relevantes de la agricultura española pueden ser centrados en los siguientes:
232
–
Una disminución en la contribución al PIB, que ha pasado de la cuarta parte a mediados del siglo pasado a menos de un 5%, debido al incremento del sector industrial y al aletargamiento del agrario.
–
La fuerte disminución de la población activa, tras la entrada en la Comunidad Europea. Hoy ocupa a menos de novecientas mil personas (5,6% de la población activa), sobre la que pende un alto índice de envejecimiento.
–
La población agraria se ha abierto a nuevas orientaciones productivas, a la introducción de nueva tecnología, y a las nuevas reformas agrarias. Aparece una nueva mentalidad productiva como derivación de unos activos jóvenes que comienzan a manejar novedosas pautas con las ayudas de los fondos comunitarios; es decir, modernas actividades se ajustan a la aplicación de los objetivos comunitarios.
–
Una reducción de las exportaciones, con tres cuartas partes menos que en los años sesenta, pero con un incremento en el valor de las ventas como consecuencia de la mejora y diversificación productiva.
–
Una mayor rentabilidad al reducirse la mano de obra empleada y subir la aplicación tecnológica. Como resultado ha crecido la renta agraria, y más todavía los rendimientos por producto, año y superficie.
–
Los datos más relevantes están alejados de los obtenidos en el resto europeo occidental. La producción comunitaria ha crecido por encima de la media peninsular, a pesar de que la disminución de efectivos agrarios en el campo español ha sido superior a la conseguida por el europeo.
–
El espacio agrario nacional aún cuenta con exceso de parcelas extremas, mientras se requiere el incremento de las estándar medias, que no se ha conseguido a pesar del abandono millonario de activos agrarios. Ello significa que se continúa arrastrando el viejo problema de la desigualdad social en el campo. Por tanto, el incremento de beneficios sólo hay que buscarlo en factores colaterales (ayudas comunitarias, mecanización, empleo generalizado de fertilizantes, aplicaciones de la investigación, etc.).
–
A escala territorial los desajustes todavía son muy relevantes. En la depresión del Ebro el despoblamiento, degradación del medio y la excesiva parcelación de la propiedad son los rasgos más notables; un panorama dotado de escasas perspectivas, incluso para un cereal que es excedentario en la UE. En el área mediterránea son mejores debido a la alta demanda de sus productos en el mercado continental, la diversificación productiva, y la alta rentabilidad conseguida; sin embargo, la competencia hortícola y frutícola de los países árabes, con mejores precios, y la cada vez mayor escasez de agua, se convierten en factores cada vez más adversos. En Andalucía la gran propiedad es la carga más difícil, junto a unos productos excedentarios como aceite y vino, y la excesiva carga de activos en el campo. En la meseta los rasgos no difieren excesivamente de los correspondientes al valle del Ebro.
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 7. El espacio rural
–
La inserción en Europa de la agricultura española le ha beneficiado al quedar inmersa dentro de las regiones prioritarias para la ayuda comunitaria a través de programas, infraestructuras y modernización agraria. Pero los efectos han sido muy distintos por regiones y sectores. Y la ganadería no ha salido muy beneficiada debido a las cuotas productivas impuestas por los grandes países productores del cinturón lácteo noreuropeo. Se ha tenido que sacrificar cantidad en beneficio de la calidad. En agricultura los excedentes han debido ser cambiados por otros productos, como ha ocurrido con el vino que también ha sacrificado cantidad por calidad. La producción hortícola ha tenido mejores perspectivas, porque los productos aún son competitivos en Europa.
5.2. Los paisajes agrarios. Tipificación del hábitat y despoblamiento rural La conjunción de factores agroecológicos e históricos alumbran los siguientes tipos paisajísticos agrarios: –
Secanos mediterráneos, que abarcan a casi trece millones de hectáreas, con una pérdida cercana a los dos millones desde 1965, en paralelo con la ganada por el regadío y fruticultura. La mitad del secano está ocupada por cereales, con la cebada como principal cultivo (que dobla la superficie ocupada por el trigo), invirtiendo el tradicional dominio triguero. Algo parecido ha ocurrido entre las tierras de leguminosas y cultivos industriales. El secano se distribuye entre la cuenca del Duero, Castilla-La Mancha, y depresiones del Ebro y Guadalquivir.
–
Secanos leñosos mediterráneos (olivar y viñedo). Los dos cultivos forman parte de sistemas complejos asociados con otros aprovechamientos, como la dehesa o el almendro. El olivar se concentra más que el viñedo, con Andalucía acaparando la mitad de la superficie nacional (Jaén a su vez la mitad de la regional, y la cuarta parte del total español). Domina el monocultivo, con rendimientos de hasta 2.000 kg/ha, de un olivar asentado sobre minifundio y latifundio (más de la mitad en explotaciones inferiores a 20 hectáreas). Es un sector que se ha modernizado con mecanización de recogida y abonado químico, lo que unido a las subvenciones comunitarias ha permitido que se asista a un proceso de reocupación de tierras; pero en la actualidad se ve sometido a la crisis derivada de las cuotas productivas y del cambio de la ayuda al consumo por otra a la producción, perjudicial para el sector. El viñedo, por su parte, se encuentra regionalmente muy repartido y ocupando más de 1,3 millones de hectáreas. Desde 1980 experimenta una fuerte recesión (casi medio millón de hectáreas), como derivación de las subvenciones comunitarias para arranque de cepas. No es rentable porque se concentra en pequeñas explotaciones de propietarios-jornaleros (más de la mitad de la extensión en propiedades menores de 20 hectáreas), lo que impide tecnificaciones notables (si bien los rendimientos por hectárea se han incrementado en un tercio desde 1985, pero con valores alejados de los países del entorno). Sus perspectivas quedan a expensas de los excedentes comunitarios y de la política restrictiva seguida por la UE, lo que implica el incremento de arranque de cepas productoras de vino de baja calidad.
–
Las dehesas occidentales, pastizales en explotaciones de gran tamaño de orientación ganadera y subsidiariamente forestal. Los mejores ejemplos están en Extremadura, con asentamiento sobre estructuras latifundistas. La dehesa española
GEOGRAFÍA E HISTORIA
233
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
entró en crisis desde los años setenta, cuando de una orientación casi exclusiva porcina y ovina ha pasado a bovina; con todo aún hoy la mitad del rendimiento lo proporciona la ganadería, pero con el complemento de la caza o la repoblación forestal. El rendimiento cárnico por hectárea y la rentabilidad se han doblado en los últimos años. –
Los paisajes rurales de montaña. Hoy aún puede hablarse de la presencia de agriculturas montañesas tradicionales y de evolución reciente. En estos paisajes han resaltado aspectos como el dominio de lo público, lo comunal y lo colectivo; también fondos de valle ocupados por agricultura y vertientes de praderas o bosque; y por encima del piso forestal prados de altura. Hoy el dominio de la propiedad pública le permite intervenir en repoblaciones y construcciones para reservas hídricas, mientras el despoblamiento motivado por actividades poco rentables ha encontrado sustituto en el turismo recreativo y rural y en las políticas de protección ambiental. Como resultado las actividades pecuaria, forestal y agricultura de autoconsumo se han reducido.
–
Los sistemas agrarios de regadío. Hay unos tres millones y medio de hectáreas regadas (15% de la superficie cultivada), cuyo aporte alcanza el 60% de la producción final agrícola. El añadido artificial de agua (un 15% subterránea) sobre excelentes condiciones agroclimáticas proporciona una gran diversidad productiva y paisajística. Los regadíos tradicionales (como los levantinos) alcanzan 1,2 millones de hectáreas, y los de iniciativa estatal (sobre grandes vegas y poblados de colonización) otra superficie similar; el resto son de iniciativa privada (con uso de la aspersión con aguas subterráneas y gestión de las Comisarías de Aguas). La mayor proporción del regadío es extensivo (60%), mientras poco más de la décima parte se dedica a horticultura y forrajes, respectivamente, y porcentajes menores a fruticultura. Puede hablarse de los siguientes paisajes:
–
234
*
Regadíos suratlánticos y canarios, de orientación hortofrutícola intensiva, difusión de invernaderos, con graves problemas de salinización de suelos, y orientación al mercado nacional e internacional. Dispone de dos subsistemas: fruticultura subtropical, mediterránea, temprana e intensiva al aire libre; y horticultura precoz bajo plástico. Se han desarrollado los cultivos del tomate de invierno, pimiento, melón, etc.
*
Regadíos hortofrutícolas de valles interiores, microfundista y de riego tradicional, con alta productividad y cada vez más volcados al mercado exterior.
*
Regadíos extensivos cerealistas, forrajeros e industriales del interior, el sistema dominante orientado a granos-pienso, cultivos industriales (remolacha, girasol...) adaptados a los contrastes térmicos, y forrajeros (alfalfa, berza...). Su extensión ha sido espectacular, si bien en muchos lugares la sobreexplotación de acuíferos es un hecho que impone limitaciones de extracción.
Sistemas agrarios atlánticos-húmedos. Se trata del dominio de la pradera natural sobre relieves quebrados, con explotación minifundista familiar, poblamiento en aldea o caserío, régimen de policultivo en continua recesión sustituido por ganadería (especialización bovina en raza frisona, y específicamente lechera), e integración ganadera en la industria. Pero la crisis industrial ha hecho crecer el número de microganaderos (12 cabezas por explotación). Hoy su problema se identifica con la superación de las cuotas productivas impuestas por la UE, con la consiguiente amenaza de sanciones anuales. PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 7. El espacio rural
Por lo que se refiere a la tipificación del hábitat las entidades singulares más pequeñas sólo cubren la tercera parte de las totales (con extensiones medias de explotación de 36 hectáreas), de las que Galicia y Asturias acogen casi a la mitad. El conjunto de entidades submunicipales rurales ha decrecido desde 1981 en casi tres mil unidades, mientras suben las densidades en los núcleos superiores a 5.000 habitantes, lo que es indicativo de un proceso de concentración de la población. Es decir, que se ha producido un acusado abandono de las entidades rurales más pequeñas (las menores de 100 habitantes, especialmente en las dos Comunidades citadas), mientras se da una estabilización o crecimiento de las semirrurales y un alza notable de las urbanas. Es el resultado más directo de que en el sistema de la población de España se haya alcanzado un nivel de concentración del 200% a lo largo del siglo XX para todo el sistema de hábitat español. Entre 1955 y 1965 la España agraria se convierte en urbana por medio de un proceso violento, ya que a principios de los años sesenta las entidades con menos de 2.000 habitantes perdían unos cien al año. Pero es paralelo al de desagrarización de la actividad productiva y económica, aunque parte de la España rural se urbaniza en Europa. Hoy un sector de la población rural se caracteriza por el aumento de la movilidad espacial, mientras la España rural es regresiva, envejecida y masculinizada. Pero, poco a poco, se ha convertido en móvil, en sedentaria nómada, con notables movimientos pendulares que ya no fuerzan a la emigración; y, al tiempo, se reciben retornos de jubilados o hijos del pueblo (tres cuartas partes) y nuevos residentes (la cuarta parte restante). Pero en las Comunidades del norte sigue el éxodo rural; en Castilla-León el envejecimiento y masculinización hipotecan el futuro desarrollo; por el contrario, en el litoral mediterráneo el medio rural absorbe contingentes (nueva agricultura, turismo...); en Madrid se produce la contraurbanización en los núcleos rurales más cercanos; y en el interior restante nacional salen los jóvenes del campo y se reciben emigrantes urbanos mayores. Por último, de estos paisajes deriva una superficie agraria útil de 18,5 millones de hectáreas para cultivos, otros 7 de prados y pastizales, mientras hasta los 42 millones existentes el resto es de terreno forestal. Sobre la superficie de cultivo 6,7 millones de hectáreas están dedicadas a cereales (18,1 millones de toneladas métricas de producción), 0,4 a hortalizas (12,8 millones de tm), 1,3 a frutales y cítricos (19,8 millones de tm), 2,4 a olivar y 1,2 a vid. De ahí deriva una producción superior a los quince mil millones de euros, que sumada al sector ganadero alcanza casi los veintisiete mil millones. Sin embargo, la rentabilidad no es superior debido a dos problemas fundamentales: –
La estructura comercial, definida por la escasez de canales y encarecimiento de los productos por el exceso de intermediación, con excesivos productos exportados en bruto y pérdida de valor añadido. Los mercados están en manos de empresas distribuidoras vinculadas a grandes superficies comerciales de capital extranjero.
–
La dispersión de las industrias agrarias y su heterogeneidad, con la convivencia de grandes multinacionales con empresas artesanales y cooperativas, pero con el dominio del minifundismo empresarial, que impide hacer frente a la competencia.
5.3. La ganadería y sus mutaciones La cantidad y calidad de los pastos han condicionado el desarrollo ganadero, sobre todo para el bovino, concentrado en la montaña y cornisa septentrional. La ganadería se adapta a pastos pobres, y de ahí que aporte el 40% del total de la producción agroganadera. Y ello contando con los cambios introducidos por la PAC, pero también de los alimentarios, con la GEOGRAFÍA E HISTORIA
235
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
derivación del incremento en el consumo de carne, que es consecuencia del nuevo modo de producción ganadera. Pero mientras ha crecido la cabaña ovina y porcina ha descendido la de vacas de leche. Las áreas de la ganadería española son cuatro: –
De especialización ganadera, la España húmeda, con predominio de bovino y orientación láctea.
–
De ganadería intensiva muy evolucionada y especializada, orientada a la demanda de los grandes centros urbanos, con porcino y aves.
–
De ganadería extensiva, dedicada a la producción de carne ovina y porcina y derivados lácteos, esencialmente en el interior.
–
Insular, de abastecimiento interno.
5.4. Modernización, capitalización, incidencia de la PAC y perspectivas A partir de 1960 entra en crisis la agricultura tradicional y se incorpora a otro modelo que consume bienes intermedios de fuera del sector y elabora los productos agrarios. Hoy sostiene la demanda de otras actividades industriales y de servicios y abastece a una potente industria agroalimentaria, que se ha convertido en un sector clave de la economía (es el más importante de la industria manufacturera española, con casi la décima parte media entre empleo y contribución al valor añadido total). La mayor demanda de alimentos y la reducción del factor trabajo en el campo, unidos a la dotación de usos han sido las claves del cambio. Y todo ha redundado en la intensificación agrícola, pero a costa de: –
El incremento de las tasas de desempleo en el campo y de unas resultantes fuertemente subvencionadas (que exceden una cuarta parte del valor añadido por el sector agrario, que le convierte en un sector asistido y dependiente del apoyo público).
–
El crecimiento general de la agricultura a tiempo parcial.
–
La desaparición de casi la cuarta parte de las explotaciones (más de medio millón) y el incremento en sólo 3 hectáreas de la explotación media (aunque sólo ocupan la cuarta parte de la superficie agraria útil), si bien las más pequeñas (menos de 5 hectáreas) se han mantenido estables.
Todo ello confluye en la idea de que el sector agrario ha pasado de productivo a asistido, cuando en realidad debería pasar de asistido a reconvertido. Y la PAC impone limitaciones en la oferta, y cambia del apoyo a la modernización al cheque compensatorio, lo que acarrea el desconcierto entre los agricultores. La resultante es que la modernización se ha quedado a medio camino. Luego, el fuerte aumento de la competencia agroalimentaria exterior, los altos tipos de interés que han dificultado la mecanización y transformación de explotaciones, los bandazos en la política productiva, el consumo interno largamente contenido, el fuerte éxodo rural padecido, etc., no han facilitado el afianzamiento de una nueva agricultura. Con todo, hoy la renta agraria se recupera con la reforma de la PAC (por las subvenciones), con el descenso de los tipos de interés que facilita las exportaciones, y con el alza de los precios por un conjunto de malas cosechas. Los excedentes de vinos, oleaginosas y derivados ganaderos en la Unión han obligado al reajuste, unido a las aportaciones del FEOGA (Fondo Europeo de Orientación y Garantía Agrícola) y del FEDER (Fondo Europeo 236
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 7. El espacio rural
de Desarrollo Regional), destinados a la mejora de las estructuras agrarias. La PAC tiende a lograr una situación de equilibrio entre los países miembros, y de ellos con el resto del mundo a través de la OMC, con liberalización de los mercados. Para ello se ha establecido las OCMs (Organizaciones Comunes de Mercado) de los productos agrarios. Y la Agenda 2000 establece las líneas hasta 2006, contemplando las ampliaciones de la Unión. Con esos antecedentes se detecta la consolidación de una agricultura dual española: –
Una tiende hacia la concentración de la producción en pocas explotaciones altamente productivas, especializadas y subvencionadas.
–
Otra es de mayoría de explotaciones familiares, sobre las que prima cada vez más la actividad a tiempo parcial y la diversificación de cultivos.
Pero las rentas agrarias siguen dependiendo de los apoyos públicos no vinculados a la producción; y los efectos estructurales de la PAC se detectan en exceso, tanto en las cuotas lecheras como en las ayudas directas a los cultivos herbáceos extensivos, las primas al ganado ovino, etc. La agricultura no puede continuar siendo la base material del medio rural, porque depende en exceso de una potente industria agroalimentaria que elige a sus proveedores ya en cualquier parte del mundo. Pero en adelante la situación será otra. La revisión intermedia de la PAC de 2003 consagra la disociación, progresivamente aplicada en todos los sectores agrícolas, introduciendo la generalización de la condicionalidad de las ayudas a criterios no productivos. A partir de 2005 las ayudas a los cultivos herbáceos, el arroz, la fécula de patata, las semillas, las leguminosas de consumo humano, los forrajes desecados, el vacuno de carne, el ovino y el caprino, y las ayudas regionalizadas, pasan a ser disociadas de la producción. Y la superficie elegible para la disociación incluye a todas las hectáreas de uso agrario, excepto a las afectadas a cultivos permanentes. Por tanto se marca un punto de inflexión para la PAC, esbozando un nuevo modelo de apoyo sobre la base de dos nuevos instrumentos (la disociación y la modulación obligatoria). Se llega, así, a la disolución de una política agrícola y a la consolidación de otra orientada hacia la competitividad de los productos en los mercados internacionales, y que introduce la desterritorialización agrícola. Y ello porque se ha optado por un modelo fundado en una agricultura competitiva y de calidad, de alto valor añadido, esencialmente por dos motivos: está destinada a unos mercados agrarios cada vez más abiertos y globales, y la ampliación de la UE repercute negativamente sobre la PAC, tal como ésta ha sido concebida hasta ahora, y, en consecuencia, afecta a los recursos percibidos por las actuales regiones. De ahí que la ampliación conllevara la necesidad de redefinir las políticas futuras (Consejo Europeo de Berlín, 1999), que abordó las perspectivas financieras para el periodo 2000-2006, reduciendo los fondos al nivel de 1992. Esa intervención estructural incidirá en un menor crecimiento económico español, y en el futuro del sector agrario en general. Como derivación, el Consejo Europeo de Bruselas de 2002 estableció la cantidad nominal de gasto para los mercados agrícolas y pagos directos para cada uno de los años, desde 2007 a 2013, basada en un crecimiento anual del 1%, lo que implica una reducción en el gasto de la PAC. Es decir, nada es seguro, ni la neutralidad presupuestaria de 2002, ni el montante de la modulación, ni siquiera España ha decidido cómo aplicar la PAC revisada. Sin embargo, sí es posible avanzar que en España la nueva vía representará una incidencia clara, pues dispone de un 19,5% de la SAU comunitaria, de un 15,4% de los ocupados agrarios, y percibe un 14,7% del FEOGA-Garantía y/o de las ayudas directas. Y afectará especialmente al gran número de regiones españolas de Objetivo 1 (785) y al 16,8% de su territorio en zonas rurales de Objetivo 5b. Y con respecto al reparto de los fondos por países, se fundará en la población (lo que favorece a España), y estará modulado por el PIB, la tasa de desempleo (que también favorecerá) y la de empleo. GEOGRAFÍA E HISTORIA
237
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
BIBLIOGRAFÍA AGE (1980) Los paisajes rurales en España. AGE, Valladolid; 356 pp. Andúgar Miñarro, A. y Cebrián Abellán, A. (2005) “Agricultura y ruralidad europeas frente a la neutralidad presupuestaria y el nuevo marco financiero”. Papeles de Geografía, N.º 40. Universidad de Murcia. Arango Fernández, J. (1995) “Los desequilibrios de la Política Agraria Común: un análisis de las diferentes regiones españolas”. Revista Española de Economía Agraria, N.º 171; pp. 225-255. Barceló, L.C. et al. (1995) Organización económica de la agricultura española. Adaptación de la agricultura española a la normativa de la Unión Europea. Fundación Alfonso Martín Escudero, Madrid; pp. 505. Butler, J.H. (1986) Geografía Económica. Aspectos espaciales y ecológicos de la actividad económica. Editorial Limusa, México D.F. Castillo Quero, M. (1994) “La agricultura a tiempo parcial en España. Aproximación a los factores diferenciales del fenómeno en cada región”. Revista Española de Economía Agraria, N.º 170; pp. 47-78. Cebrián Abellán, A. (2003) “Génesis, método y territorio del desarrollo rural con enfoque local”. Papeles de Geografía, Nº 38; pp. 61-76. Cebrián Abellán, A. (2004) “Desarrollo rural, territorio y ampliación comunitaria”. Aportaciones geográficas en homenaje al Profesor A. Higueras Arnal, Universidad de Zaragoza; pp. 53-62. Comisión europea-DG agriculture (2004) La situación de la agricultura en la UE: Informe 2002. Publicado en relación con el Informe General sobre la actividad de la UE-2002. COM (2003) 852 final, 8 de enero de 2004. Daumas, M. (1987) Estructuras y regímenes de tenencia de la tierra en España. MAPA, Madrid. Díaz Álvarez, J.R. (1982) Geografía y agricultura. Componentes de los espacios agrarios. Cuadernos de Estudio. Serie Geografía, Ed. Cincel, Madrid. Clout, H.D. (1976) Geografía Rural. Oikos-Tau, Barcelona. Estébanez, J. (1990) Los espacios rurales. Editorial Cátedra, Madrid. Faucher, D. (1975) Geografía Agraria. Editorial Omega, Barcelona. Fernández Blanco, C. (1988) Usos agrarios en áreas periurbanas. MAPA, Secretaría General Técnica. Serie: Recopilaciones Bibliográficas, N.º 7, Madrid. Florido Trujillo, G. (1994) “Geografía y hábitat rural en zonas de gran propiedad: necesidad de análisis y su problemática actual”. VII Coloquio de Geografía Rural. Córdoba; pp. 15-21. Fourneau, F.; Humbert, A.; Valenzuela, M. (Coords.) (1990) Géographie d´une Espagne en mutation. Casa de Velázquez, Madrid. 238
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 7. El espacio rural
Galdós Urrutia, R. y Ruiz Urrestarazu, E. (Coords.) (1999) Postproductivismo y medio ambiente. Perspectivas geográficas sobre el espacio rural. IX Coloquio de Geografía Rural. Ponencias. Departamento de Agricultura y Pesca del Gobierno Vasco, Vitoria; 381 pp. García Manrique, E. (1983) “Los nuevos paisajes agrarios. Los cultivos forzados”. En VIII Coloquio de Geógrafos Españoles. Acta, discursos, ponencias y mesas redondas. Asociación de Geógrafos Españoles, Barcelona; pp. 99-122. García Ramón, Tulla i Pujo y Valdovinos Perdíces (1995) Geografía rural. Editorial Síntesis, Madrid. Gil, A. (1988) De la agricultura tradicional a la tecnológica. Editorial Cincel, Madrid. Gómez Benito, C. y González Rodríguez, J. J. (Eds.) (1997) Agricultura y sociedad en la España contemporánea. Centro de Investigaciones Sociológicas y Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, Madrid; 1027 pp. López Iglesias, E. (2003) “Las estructuras agrarias en España. Análisis de sus transformaciones en la década de los noventa”. Papeles de Economía Española: Sector agroalimentario: PAC y cambios en la demanda. Nº 96; pp. 20-37. Márquez Fernández, D. (1992) Los sistemas agrarios. Editorial Síntesis, Madrid. Mata Olmo, R. (1997) “Paisajes y sistemas agrarios españoles”. Agricultura y sociedad en la España contemporánea. CIS, Madrid; pp. 109-172. Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (2003) Libro Blanco de la Agricultura y el Desarrollo Rural. Madrid. Molina Ibáñez, M.; Múñoz Ciudad, C. y Ruíz-Maya, L. (1999) El sector agrario. Análisis desde las Comunidades Autónomas. Madrid, Mundiprensa; 543 pp. Molinero, F. (1990) Los espacios rurales. Editorial Ariel, Barcelona. Morgan, W.B y Munton, R. J. (1975) Geografía Agrícola. Editorial Omega, Barcelona. Muñoz Cibdad, C. (1996) Estructura económica internacional. Editorial Cívitas, Madrid. Ortega Cantero, N. (1989) Los paisajes del agua. Universidad Alicante-Universidad de Valencia. Ortega Sada, J. L. (1996) La U.E. La PAC, los acuerdos del GATT y la reforma. MAPA, Madrid. Papadakis, J. (1960) Geografía agrícola mundial. Salvat Editores, S.A, Barcelona. Puente Fernández, L. de la (1995) “El regadío español: evolución reciente, competitividad y perspectivas en el contexto europeo y mundial”. Ciudad y Territorio. Estudios Territoriales, N.º 105; pp. 541-558. Ramos Real, E. y Cruz Villalón, J. (Coords.) (1995) Hacia un nuevo sistema rural. MAPA, Secretaría General Técnica, Madrid. Saén Lorite, M. (1990) Geografía Agraria: introducción a los paisajes rurales. Editorial Síntesis, Madrid.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
239
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
Sancho Comins, J. y Navalpotro Jiménez, P. (1995) “La extensificación de los secanos herbáceos españoles: efectos territoriales y sociales de la nueva PAC de la Unión Europea”. Estudios Geográficos, N.º 221; pp. 717-740. Sancho, R. (1997) “Estructura demográfica y tipificación de los asentamientos y áreas rurales españolas”. Agricultura y Sociedad en la España Contemporánea. CIS, Madrid; pp. 173-225. Sumpi Viñas, J.M. (1994) Modernización y cambio estructural en la agricultura española. MAPA, Madrid.
240
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 8 El espacio y la actividad industrial. Materias primas y fuentes de energía
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
ÍNDICE SISTEMÁTICO 1. INTRODUCCIÓN 2. ACTIVIDAD INDUSTRIAL Y SISTEMA DE LOCALIZACIÓN INDUSTRIAL 2.1. Las actividades industriales 2.2. El sistema de localización industrial 2.2.1. Las teorías económico-espaciales 2.2.2. El sistema de localización espacial 3. LOS FACTORES DE PRODUCCIÓN 4. FACTORES DE RELACIÓN, ECONOMÍAS DE AGLOMERACIÓN, GLOBALIZACIÓN Y DESINDUSTRIALIZACIÓN 4.1. Factores de relación y aglomeración 4.2. Cambios estructurales: globalización y desindustrialización 5. LA ACTIVIDAD INDUSTRIAL EN EL MUNDO 5.1. Áreas desarrolladas 5.2. Áreas ex socialistas 5.3. Áreas desfasadas 6. MATERIAS PRIMAS Y FUENTES DE ENERGÍA 6.1. Minerales: recursos y usos 6.1.1. Minerales metálicos 6.1.2. Minerales no metálicos 6.2. Fuentes de energía: tipología y usos 6.2.1. El carbón 6.2.2. El petróleo 6.2.3. Gas natural 6.2.4. Otras energías 6.2.5. Energías renovables BIBLIOGRAFÍA
242
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
1. INTRODUCCIÓN La Geografía Industrial tiene por objeto el análisis de la ordenación interna de los lugares industriales, su función y su repercusión sobre otros aspectos económicos; también los territorios industriales resultantes de la concentración o dispersión, la estructura industrial por áreas, y las relaciones e influencia de los factores sobre la industria y de ésta sobre aquéllos. Define a un espacio industrial como una construcción voluntaria, reglamentada y planificada, en desarrollo continuo (reconversión, ampliación, sustitución), con interconexiones interindustriales y con el mercado y focos de gestión. Puede ser de dos tipos: vertical (básica y de transformación –de equipamientos y consumo respectivamente–), y según peso (pesada, semiligera y ligera). En lo que afecta a su localización hay teorías diversas. Weber indica que se buscará el máximo beneficio con un coste mínimo, y el punto óptimo será el de coste mínimo. Para Isard y Green-Hut se habrá de contemplar el coste de transferencia (movimiento, almacenaje, seguros), más las variables sociales (gustos, preferencias). Lo cierto es que en su emplazamiento incidirán factores físicos como la topografía y clima, las materias primas y fuentes de energía, la mano de obra, el mercado... También económicos, como el capital, transporte, información e investigación, mercado de consumo, la actuación estatal, valor del suelo... Igualmente, factores humanos, como el trabajo y los elementos psicológicos. Asimismo, los de aglomeración, los que están al margen del proceso evolutivo (red de servicios, aumento de la demanda). Y los nuevos factores de aglomeración (aumento de la capacidad de carga del transporte, reducción de los precios por transporte al aumentar la cantidad, movilidad de la mano de obra). Hoy la actividad industrial se caracteriza por la incorporación tecnológica, nuevos métodos de trabajo y gestión, planificación de los métodos comerciales, concentración vertical (en una misma empresa están todos los estadios productivos), horizontal (diversificación de empresas) y global (holding y multinacionales), y por relaciones de complementariedad y jerarquía. Para el desarrollo industrial son básicos los minerales metálicos y no metálicos (los primeros con recirculación en la economía). El hierro es el mineral más importante, seguido de la bauxita. En su explotación prima la gran escala en manos de grandes transnacionales. Los metálicos no presentan problemas de abastecimiento, mientras que el consumo y la producción general se encuentran centrados en el Hemisferio Norte, el gran foco industrial del planeta. Por su parte, la energía presenta formas variadas, renovables y no renovables, y conforma una de las claves del desarrollo con fuerte desarrollo de las denominadas nuevas fuentes. Determinadas fuentes han visto reducido su consumo comparativo mientras las nuevas energías crecen, si bien los intereses económicos de las actividades tradicionales hipotecan aún su desarrollo; en otros casos la contestación social se ha interpuesto, como ha ocurrido con las energías nucleares. Con todo las denominadas fuentes alternativas constituyen el recurso energético del futuro. GEOGRAFÍA E HISTORIA
243
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
2. ACTIVIDAD INDUSTRIAL Y SISTEMA DE LOCALIZACIÓN INDUSTRIAL La industria es la transformación de una materia prima en un producto de uso e incluye los mecanismos que proporcionen productos en masa. Aún coexisten dos formas distintas de actividad industrial: –
Artesanal, un sistema tradicional de trabajo industrial sustentado en sencillos mecanismos de elaboración que dan lugar a producciones limitadas en cantidad. Se emplazan prioritariamente en países subdesarrollados y se definen por su dispersión en el espacio, agrupación en barrios o calles, pervivencia en niveles culturales bajos (lo que impide la asimilación de nuevas técnicas), escaso nivel adquisitivo de las clases sociales a que se dirige... También se da en países industrializados, donde a menudo incluso está sostenida por grandes empresas.
–
Industria propiamente dicha, que utiliza energía mecánica y produce a gran escala artículos diversificados.
La industria moderna se caracteriza por una serie de factores propios, entre los que resaltan:
244
–
La técnica. Implica que cada actividad se encuentre localizada cerca de la materia prima o de un factor o elemento esencial para la transformación, y requerirá procesos específicos de elaboración (la fabricación de aluminio se emplazará cerca de donde exista abundante agua), un panorama mutado por la revolución de los transportes.
–
La organización. Concierne a la distribución de actividades: órganos de gestión, administración, servicios...
–
Intercambios. Toda industria depende de un circuito comercial al comprar productos en bruto que destina al mercado una vez transformados. Este proceso de compra-transformación-venta es el puntal de la industria; de ahí, la importancia de sus órganos de gestión y organización.
–
El capital. Está en relación directa con su independencia o adscripción a grupos de empresas. Sea de una u otra forma, uno de los factores esenciales del desarrollo industrial es su grado de integración financiera, de su autonomía o no de otras industrias o grupos de industrias.
–
La mano de obra, en dos sentidos: cantidad y cualificación profesional. Generalmente a mayor entidad y mejor situación de una industria corresponde una mejor cualificación. Pero es preciso distinguir el tipo de industria porque algunas emplean mano de obra específica (la siderúrgica mano de obra masculina, la textil femenina).
–
El grado de ocupación. Se refiere a la incidencia pobladora de una industria sobre un espacio, lo que depende del tipo de actividad; de forma negativa influyen las hidroeléctricas, tecnificadas y que requieren muy poca mano de obra; por el contrario, la metalúrgica requiere abundante mano de obra y sus actividades derivadas suelen incidir muy favorablemente sobre los espacios circundantes.
–
La evolución industrial. La actividad que requiera notable mano de obra cualificada y disponga de capital por su pertenencia a potentes sociedades industriales será estable. La escasa competitividad o solvencia financiera pueden provocar una evolución decreciente. PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 8. Espacio y actividad industrial
La última gran revolución industrial ha afectado a los países más desarrollados y ha venido caracterizada por cinco hechos: empleo masivo de hierro y acero, uso de fuentes energéticas diversas, avance de la ciencia mecánica, división de funciones en un trabajo desarrollado en cadena, y facilidad de medios de transporte. Se ha basado en: –
Medios mecánicos que permiten la elaboración en masa de artículos ya conocidos o de otros semejantes que les sustituyen, más perfectos y producidos a gran escala, lo que trae consigo la disminución de los costes de elaboración y el abaratamiento de los productos en el mercado.
–
La invención de elementos (plásticos, reacción...).
–
El auge de las fuentes de energía, fundamentalmente la electricidad y la propulsión.
Las materias primas se han incrementado lo que ha contribuido al aumento de la producción; el auge de extracción se ha debido a tres circunstancias: –
Explotación de reservas en países industrializados.
–
Importación masiva de los países subdesarrollados.
–
Creación de materias primas nuevas con origen en la propia industria (derivados del reciclaje).
Pero la estructura industrial se encuentra condicionada por la actividad comercial, e íntimamente ligada al capital bancario y a controles de compañías multinacionales.
2.1. Las actividades industriales Un establecimiento es una unidad concreta de fabricación, y una empresa una unidad financiera de producción. La industria minorista produce en talleres bajo fórmulas de baja escala y la industria propiamente dicha aporta fábricas, variedad y producción para el mercado. Pero existen criterios para la clasificación de las industrias en razón de los factores que la definen. La diversa tipología puede agruparse en tres tipos industriales: –
De base, cuyos productos son la materia prima de otras industrias. Resaltan las extractivas, siderurgia y química.
–
De bienes de consumo, las que aprovechan las materias primas de la industria de base (minerales o agrícolas) y se orientan a la fabricación de productos destinados directamente al consumo. Entre ellas resaltan: *
Alimentarias. Derivan directamente del sector agrario y no sólo atañen a la transformación de productos del campo, sino a industrias conserveras, refrigeradoras... Su máximo desarrollo se ha experimentado en EE UU y la UE.
*
Textiles, que han ido sustituyendo productos tradicionales por fibras artificiales o sintéticas.
*
Metalurgia de transformación y construcciones mecánicas. La primera se ubica cerca de la industria siderúrgica (son las construcciones que requieren consumo de acero, como el material ferroviario); las segundas cerca de la metalurgia de transformación (automóviles, aeronaves).
*
Químicas altamente especializadas, y localizadas en EE UU, Alemania, Japón...; se orientan a artículos costosos como los productos farmacéuticos.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
245
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
–
Transportes, a los que además de servicios se considera actividad industrial (aún no llevando implícita transformación de materias primas). Su papel es tal que permiten medir el desarrollo económico de un país.
Otras clasificaciones hablan de industria artesana, doméstica y fabril. La fabril incluye producción especializada con actividades pesadas (metalurgia y siderurgia) y ligeras, a su vez divididas en alimentarias (conserveras, repostería, bebidas), textiles (que requieren materias primas asequibles, abundancia de agua blanda, energía suficiente, medios de comunicación adecuados, mercados accesibles) y curtidos, gráficas y editoras, bienes para el hogar, y construcción. Por actividades el análisis es el siguiente. Entre las mecánicas cabe resaltar el papel desempeñado por la industria textil, hoy dedicada a la obtención de derivados de las fibras artificiales o químicas. El algodón sigue siendo la principal fibra natural, masivamente obtenido en EE UU (la quinta parte del conseguido en el mundo, si bien exporta casi la mitad de su producción), la ex URSS, China, La India, Brasil, México, Egipto... Le sigue la lana, esencialmente obtenida en EE UU y la ex URSS. Entre las textiles tradicionales resalta su irradiación por el mundo debido a los grandes mercados interiores y notable y sostenida demanda. Entre las nuevas textiles las derivadas de fibras químicas, de superior producción. En las artificiales resaltan el rayón y las derivadas de la celulosa; las sintéticas (crylor, orlon, nylon), ahora de la petroquímica; y las químicas (neumáticos, lencería). Disfrutan de la ventaja de unos precios competitivos y la apoyatura en materias primas abundantes derivadas de la celulosa, hulla y petróleo; pero requieren notable infraestructura técnica, lo que explica que los primeros productores sean EE UU, Japón y la UE. Las industrias químicas se definen por la concentración geográfica y financiera, y suelen sustentarse en materias primas como los fosfatos, petróleo, celulosa... Por los productos obtenidos se clasifican en: amoniacales, ácidas, caucheras, carburantes, disolventes, plásticas... En razón de las posibilidades de transporte se ubican junto a los yacimientos o bien en el lugar de descarga de la materia prima, junto a los puertos. Las más especializadas se emplazan en las proximidades de las grandes ciudades (cosmética, farmacia). Las industrias pesadas también se definen por la concentración financiera y geográfica. La primera por la necesidad de recursos, lo que a su vez aclara que suelan ser empresas nacionales. La geográfica implica la existencia de siderurgia junto a la fuente de energía, cerca del mineral de hierro, o bien en los puertos donde llega el mineral o el recurso energético. Una variante es la industria pesada del aluminio. La metalurgia hace uso de acero, aluminio, aleaciones... con larga presencia en ámbitos urbanos o periurbanos, cerca de la mano de obra o del mercado, pero más recientemente las dificultades contaminantes, la presión social, la creciente mecanización... han motivado su dispersión geográfica. Hace uso y elabora bienes de equipo, de consumo y de investigación. Como básicas resaltan las industrias automovilística y la de comunicaciones.
2.2. El sistema de localización industrial Para explicar la localización industrial surgieron cuatro corrientes teóricas: mínimo coste (Weber), área de mercado (Lösch), interdependencia locacional (Hotelling) y los modelos integrados (Smith, Isard y Greenhut). Se han añadido otras que introducen factores subjetivos e irracionales (Rochefort, Pred). La Teoría General de Sistemas señala (Berry) que sistema industrial y localización industrial son dos realidades dependientes. La teoría de la
246
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 8. Espacio y actividad industrial
información indica que la iniciativa individual en la toma de decisiones es un nuevo marco de interpretación locacional. Puede hablarse de grandes formulaciones teóricas: –
La teoría normativa, funcionalista al dar relevancia a la racionalidad y objetividad, con defensores en Weber (mínimo coste), Fetter (optimización de la demanda), Hotelling (interdependencia espacial), Lösch, Greenhut e Isard (mínimo coste e interdependencia espacial integrados).
–
La comportamental, basada en el comportamiento (Simon, March y Pred), y con el empresario subordinado al entorno.
–
La de las estrategias de las grandes organizaciones empresariales internacionales, públicas o privadas. De ahí que la localización industrial sea cada vez menos pura y que las organizaciones influyan sobre el entorno.
–
La ecotecnológica, sustentada en la competitividad, innovación, calidad ambiental... Es la fusión de objetivos estratégicos y redes internacionales de localizaciones.
Entre los geógrafos, Renner (siguiendo a Weber) indicó que si los componentes están yuxtapuestos la localización industrial está predeterminada, mientras que si están aislados y separados la industria se localizará en el lugar más accesible para el factor más costoso. Aportó la teoría de la simbiosis industrial, que podía ser disyuntiva (cuando la localización próxima para dos industrias representa ventajas para ambas), y conjuntiva (cuando dos industrias diferentes se emplazan próximas por disponer de conexiones orgánicas), y que sería clave para la explicación de las economías de aglomeración y concentraciones industriales. Para Alexander y Murphy el papel del mercado urbano es una clave de la localización industrial. Para Rawstron hay restricciones: –
Física, cuando una industria utiliza recursos dispersos.
–
Económica, porque toda fábrica depende de los costes de trabajo, materias primas, suelo, mercado y capital. La suma será el coste de localización de los que derivarán los márgenes espaciales de beneficio.
–
Tecnológica, en razón de la dependencia de innovaciones.
Smith desarrolló la teoría espacial del coste-beneficio, muy en relación con la del mínimo coste. De ahí que el emplazamiento ideal sea el que proporcione máximo beneficio. Su aportación da mayor flexibilidad que las teorías optimalistas al introducir las líneas de costes isopléticos (considerando a los factores humanos y personales), que unen puntos de costes iguales (y que pueden ser usadas de modo similar a las isodapanas de Weber). De ahí partió la teoría de Pred con su método comportamental (origen de la escuela behaviorista), al indicar que el hombre actúa con conocimientos imperfectos y sólo puede conseguir emplazamientos satisfactorios o subóptimos, pero no óptimos; el hombre se mueve entre probabilidades y juega con elementos aleatorios, lo que contraviene las teorías de los modelos económicos normativos. Una buena gestión puede reducir costes y paliar los de localización, lo que permite el uso de esta teoría. Hooder, Berry, Hurst y Smith introdujeron la Teoría General de Sistemas; y Lloyd y Dicken actualizaron otras neoclásicas con la curva de isogasto (curva de costes de una combinación de factores), que añade las decisiones del empresario en los costes y riesgos de emplazamiento; es decir, compone un modelo unitario en el que se integran decisiones del empresario y factores de producción.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
247
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
2.2.1. Las teorías económico-espaciales Sus principios están relacionados con la Teoría Económica General. Un primer grupo está integrado por los defensores del Mínimo Coste, con Hoover, Palander, Weber. Otro defiende el análisis de las áreas de mercado, el acceso al mayor número de consumidores (Hoover, Palander, Lösch). Un tercero está encabezado por Hotelling, con la interdependencia locacional. Un último está tutelado por Greenhut, Isard y Smith, los defensores de la teoría del coste-beneficio. La distribución industrial puede o no ajustarse a la teoría de la localización de Weber, que parte de cuatro principios: una llanura isotrópica, un país homogéneo en todos sus ámbitos; abundancia de materias primas, pero muy localizadas; mano de obra abundante, pero en lugares concretos; y un transporte que varía en relación con el peso de la mercancía y la distancia recorrida; así, el coste irá aumentando con el trayecto y el peso. Partiendo de esta hipótesis la industria se localiza de acuerdo a: – El coste de transporte. Lo normal es que las industrias hagan uso de dos materias primas, que además suelen perder peso en el proceso de elaboración. Su ubicación seguirá entonces un proceso de triángulo donde el punto óptimo de localización estará situado a mitad de camino de los dos yacimientos y cerca del mercado. – Costes de mano de obra. Se introduce aquí el concepto de isodapana, o conjunto de líneas que unen puntos de iguales costes de transporte. Pero una materia prima tiene una pérdida de la mitad de su volumen. Conocida la relación transporte-pérdida de materia prima-distancia se pueden analizar los costes de la mano de obra en la industria. Se concluye que las industrias atraídas hacia localizaciones con bajos costes de mano de obra tienden a concentrarse, como también las dependientes de medios de transporte conjuntos. Se llega así a las economías de aglomeración y deglomeración. Las de escala aumentan el volumen de su producción, y las de aglomeración se benefician de la localización asociada al compartir servicios especializados. Para localizar a las economías de aglomeración hizo uso de las isodapanas y del coeficiente de manufactura (resultado de dividir el valor añadido entre el cociente del peso del producto y el precio de las materias primas); a mayor cociente mayor será la tendencia a la aglomeración de la industria. Pero hay dos críticas: el mercado no presenta una competencia perfecta, y los costes de transporte no varían proporcionalmente con la distancia. Hoover fue un teórico del mínimo coste que aportó la idea de que en determinado medio de transporte los costes aumentan menos que proporcionalmente a la distancia al intervenir la capacidad de carga; de ahí deriva que las fábricas estarán mejor ubicadas al final o principio de trayecto y no en lugares intermedios (así se explican las aglomeraciones en terminales). Los analistas de las áreas de mercado fueron seguidores y perfeccionadores de las teorías weberianas; indicaron que los compradores están dispersos y distorsionan el emplazamiento ideal del mercado weberiano. Lösch, Fetter y Palander fueron los representantes más solventes. Para Palander el precio de los productos es el indicador esencial, y el área de mercado será una línea que una puntos con iguales precios de los productos (isotanta). El mercado no será un punto. Pero la competencia es imperfecta por lo que pueden argumentarse las mismas críticas que al modelo weberiano. Para Lösch el principal factor de localización es el tamaño del área de mercado; introduce un área hexagonal (base de la teoría de Christaller) con el mayor número de compradores por vendedor y mínimos costes 248
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 8. Espacio y actividad industrial
de transporte y máximos de beneficios. Pero no consideró la desigual distribución de los factores de producción, por lo que el modelo sólo es válido para industrias con productos estandarizados. Puede decirse que la escuela weberiana se vuelca en determinar el mínimo coste pero se desentiende de la demanda mientras que los analistas del mercado se apoyan en la concentración de la demanda y se desentienden del resto de factores. De ese modo el ideal se encuentra en la complementación de ambas corrientes. La teoría de la interdependencia locacional, encabezada por Hottelling, señala que el emplazamiento de una industria es interdependiente, y ello le permite alejarse del mercado cuando la demanda es elástica. No contempla el coste de los factores y no resuelve qué ocurre cuando la demanda es inelástica, pero tiene en cuenta las decisiones del empresario en un mercado imperfecto. Otras teorías muestran preferencia por las relaciones ambientales. El modelo de Isard es weberiano, pero introduce la sustitución de los factores en función de sus precios. Transforma el modelo hexagonal de Lösch en otro más real, con densidades de demanda mayores en las proximidades de las concentraciones superiores. Integra la escala local (micro) en la general (macro), que juntas subrayan la aglomeración alrededor del nodo más accesible. Greenhut inserta el papel de la toma de decisiones y los contactos personales en las empresas pequeñas; anticipa el behaviorismo y explica con factores subjetivos localizaciones que no interpreta la teoría económica. Más que soluciones óptimas se trata de decidir la localización satisfactoria. Moses plasma la teoría de la producción. El punto de máximo beneficio coincide con el de mínimo coste; pero toda combinación productiva hace que la localización sea subóptima. Para Townroe las decisiones de localización son de inversión; de ahí que intervenga decisivamente la estrategia de la empresa, mucho más que el factor espacial que pasa a secundario, a un factor más.
2.2.2. El sistema de localización espacial Una industria es un sistema integrado por agentes que funcionan juntos y comprende los siguientes elementos: –
–
Una unidad de producción, una actividad fabril capaz de transformar materias primas, por medios mecánicos o químicos, en otros productos más valiosos con la incorporación de un valor añadido. Las actividades que se consideran industrias pueden ser clasificadas en: *
De extracción y primera transformación, las premanufactureras, que pueden o no dar paso a las de transformación más compleja; y las verdaderamente industriales, con procesos tecnológicos avanzados.
*
Actividades o personal que intervienen en el proceso de fabricación, entre el que aparece el ocupado en el terciario (directivos, investigadores).
*
Derivadas de la industria propiamente dicha: distribución, transporte... que pueden ser realizadas por la misma empresa. Se trata de actuaciones ligadas a la industria más que industriales.
En todo sistema industrial se dan dos tipos de relaciones: organizativas y técnico-económicas. Las primeras se refieren a la estructura funcional u orgánica de las empresas, al proceso de toma de decisiones y transmisión de las mismas. Se trata de las relaciones existentes entre cada unidad, y entre ellas y el sistema económico y social. Las técnico-económicas son ligazones tecnológicas y de otros tipos entre las distintas unidades de producción.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
249
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
–
El sistema industrial es una estructura conectada con el exterior por tres tipos de relaciones: influjos externos (que afectan a las decisiones empresariales), positivos (al permitir avances), y negativos (contaminación, etc.).
Un sistema industrial es complejo y responde a necesidades de quien planifica. El emplazamiento dependerá de la percepción que se tenga del medio, información disponible, y del contexto cultural y social. También de la cantidad y calidad del suelo disponible, accesibilidad y distancia al punto de consumo o suministro, valor del suelo, y de la tecnología disponible. Asimismo, intervienen factores correctores como la racionalidad (análisis de las ventajas de ubicación) y aleatoriedad (definirá a la pequeña empresa, guiada más por razones coyunturales). Pero una empresa suele adscribirse a tres categorías: individual, donde priman los criterios de localización, especialmente en las primeras fases del capitalismo cuando el Estado intervenía poco y las necesidades de capital eran reducidas; la sociedad anónima, agente principal en la era capitalista moderna que obliga a la concentración del capital; y las derivadas de políticas de desarrollo regional tras la intervención del Estado. En todos los casos los empresarios suelen atenerse a criterios de rentabilidad para elegir ubicaciones; es decir, prima el componente de racionalidad. También existen flujos que conectan a los sistemas industriales con otros sistemas: ligazones económicas (con el económico), institucionales (a través de la política económica), culturales y tecnológicos. Otros son flujos interindustriales o internos del sistema industrial, que pueden ser: verticales (pueden conducir a la integración de empresas); diagonales (contactos entre ellas); laterales (con industrias diferentes que participan en procesos comunes); y de servicios comunes (suministros o ventas). Respecto a los componentes funcionales del espacio industrial hay que considerar las ventajas y desventajas que ocasiona la diversificación industrial. Ésta proporciona estabilidad y disminuye las posibilidades de colapso industrial general; permite un uso más completo de la mano de obra; incrementa las relaciones intrarregionales, contribuyendo a la integración espacial; favorece el cambio tecnológico y hace crecer la movilidad social y ocupacional; y reduce los contactos campo-ciudad, aunque favorece la homogeneidad económica espacial. Por su parte un subsistema local, también complejo, será una aglomeración de fábricas de los siguientes tipos: –
Industrias dispersas, derivadas de la transformación de actividades artesanales, con dificultades para el transporte de energía y materias primas, y por ello emplazadas cerca de yacimientos. En la actualidad otros factores han intervenido, como bajo precio del suelo, mano de obra barata, y facilidad de comunicaciones, que han favorecido la dispersión. Las actividades que tienden a disgregarse son las semiartesanales, alimentarias, minería...
–
Concentraciones industriales, que a su vez pueden ser: *
Espontáneas, en focos industriales, aglomeraciones portuarias (importan materias primas y exportan productos acabados, ejerciendo incluso de creadoras de industrias por osmosis), núcleos ferroviarios, etc.
*
Concentraciones simples planificadas, con variantes: •
250
Polos de desarrollo creados por los gobiernos para estimular el crecimiento industrial de regiones periféricas aplicando políticas de desarrollo regional. Hay polos litorales basados en industrias de base, e interiores ligados a ciudades de tamaño considerable (pueden ser industriales o de servicios). PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 8. Espacio y actividad industrial
•
*
–
Un nuevo modelo son los parques tecnológicos o tecnópolis, centros de empresas innovadoras de tecnología punta, emplazados cerca de aeropuertos, centros universitarios o de investigación.
Concentraciones compuestas, que son asentamientos industriales de mayor tamaño, con los ejes industriales como modelos más característicos. En las conurbaciones se dan aglomeraciones de este tipo al unirse focos industriales próximos. En los ejes litorales, uno o más puertos o ciudades marítimas no portuarias pueden atraerse formando conexiones industriales. Un eje de desarrollo es un fenómeno de crecimiento lineal a partir de varios polos industriales.
Complejos industriales. Se trata de asentamientos fabriles que necesitan determinada dimensión en el número y tamaño de establecimientos, valor de la producción, volumen de capital invertido y mano de obra empleada, diversificación industrial, etc.; y que todo se localice en un espacio restringido. Se pueden clasificar en complejos portuarios y urbanos (de base hullera), y menos frecuentes (hidroeléctricos, petroquímicos, y mixtos).
En todos o casi todos los elementos descritos intervienen factores de racionalidad y aleatoriedad. Los estudios empíricos no muestran la aleatoriedad. Alchian y Tiebout mostraron el comportamiento adoptive, o de irracionalidad aparente basado en la supervivencia del más fuerte porque toda decisión empresarial tiene lugar en un medio económico competitivo. Y el adaptative, racionalizado en la localización espacial y amoldado a las ventajas de los factores de localización. Para Aydalot lo normal es la elección de factores sociales (clima laboral, cualificación). Pero también intervienen las decisiones del empresario; Hamilton distingue tres tipos de empresarios: individual, S.A y sector público, con actuaciones mixtas y de interconexión para reducir riesgos e incertidumbres. El tipo de empresario hace variar la decisión de localización (en las decisiones públicas intervienen conveniencias políticas). Todo depende de qué, por qué y para qué se quiere localizar. En ocasiones las motivaciones, arraigo, herencia... del empresario influyen sobremanera. Para Hurst, Hugget, Meyer... la información y las motivaciones del empresario son claves de la localización industrial. Raras veces los empresarios tienen la información necesaria ya que depende de la distancia (se difumina con la misma), de la fuente, de la posesión indirecta... Y luego intervienen los comportamientos del empresario y su capacidad de actuar a veces hasta por obediencia. Así lo que es decisión satisfactoria en un lugar puede no serlo en otro (decisiones de tipo familiar-empresarial).
3. LOS FACTORES DE PRODUCCIÓN La distinción entre industrias pesadas (las que ofrecen productos de un valor bajo en relación con su peso) y diferenciadas (consiguen artículos de alto valor en relación con aquél) permite obtener una distribución de la industria condicionada por los siguientes factores: –
Fijación de la actividad según la riqueza de los yacimientos que la abastecen. Para que una industria extractiva sea rentable es preciso que el yacimiento disponga de mineral de calidad, abundante...; pero también que se encuentre a cielo abierto, cerca de la costa... Las actividades derivadas serán metalurgia y siderurgia.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
251
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
–
Las industrias pesadas que exclusivamente operan con una única materia prima son las más fijas al aproximarse y mantenerse con un sólo mineral o recurso energético; el caso más representativo es el de las actividades dependientes del carbón de coque, encargado de atraer a otras como las químicas, que aprovechan subproductos derivados.
–
Las industrias pesadas que lo hacen con distintos productos o materiales básicos dependen del transporte para su abastecimiento, pero se relacionan con cuatro hechos: *
La fragilidad de las materias primas. Cuando un subproducto es fácilmente rompible lo normal es que se fabrique en el lugar de uso.
*
El peso del producto. Cuando en su elaboración intervienen varias materias primas lo lógico es ubicar la industria en las proximidades del material más pesado a fin de abaratar costes de transporte. Pero, esta regla en muchas ocasiones no se ajusta, como ocurre con la metalurgia estadounidense que suele emplazarse en sectores litorales debido a las masivas importaciones de algunos minerales; por tanto obedecen a la proximidad de los puntos de desembarque. En Gran Bretaña e Italia resulta a veces más rentable emplazar siderurgia y metalurgia en puntos de destino.
*
Los factores sociológicos, entre los que resalta el poblamiento encargado de proporcionar la mano de obra (región estadounidense y canadiense de Los Grandes Lagos). En sectores de Inglaterra ha sido la mano de obra la encargada de fijar a determinadas industrias.
*
Los factores políticos, como ha ocurrido en las democracias populares donde las ubicaciones industriales han sido determinadas por las autoridades (la siderurgia de la Alemania Oriental se emplazó por razones de abastecimiento de mineral soviético).
–
La localización de actividades en función de la energía usada. La producción de aluminio es la industria tipo para el emplazamiento junto a instalaciones hidroeléctricas.
–
El mantenimiento y situación dependen a su vez de otros factores adicionales. Resaltan las causas financieras, ya que se requieren grandes capitales para mantener potentes industrias siderúrgicas y metalúrgicas.
Para la mayor parte de los autores los factores de producción son fundamentalmente: materias primas, energía, mano de obra, capital, tecnología, mercado y espacio. Todos, o en parte, suelen influir en la decisión de localización industrial, porque en función del coste las empresas se emplazarán donde sea más bajo. Sin embargo, el influjo de cada uno será diferente según el tipo de industria. Y además las materias primas y energía se encuentran muy desigualmente distribuidas y, por tanto, su incidencia dependerá de su contribución proporcional al producto final, y del coste y facilidades de transporte. Una materia prima puede ser el material sobre el que la empresa realiza una operación productiva; su poder de atracción de un recurso dependerá de: la pérdida de peso durante el transporte o elaboración; la relación valor-unidad de peso, que aproxima o aleja del punto de procesado; la abundancia o escasez, y la posibilidad de sustitutos; la naturaleza del material (una relación baja de peso-volumen atraerá a la industria hacia la materia prima, y a la inversa); y la divisibilidad del componente primario (de ser alta la industria se colocará junto al mercado). Todos estos caracteres son aplicables a industrias que tratan grandes cantidades de materias primas: pesadas, agroalimentarias y de primera transformación. De 252
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 8. Espacio y actividad industrial
gran importancia son los recursos de origen mineral o energético, que requieren grandes inversiones. Y para asegurar la rentabilidad se deben contemplar los siguientes factores: evaluación cuantitativa del depósito, calidad del mineral, condiciones de explotación, nivel tecnológico, accesibilidad, disponibilidad de mano de obra, facilidad de acceso al mercado, interés político, e incluso clima. La mano de obra, como tercer factor de producción, condiciona a través de la calidad, cantidad y coste. No obstante, se está produciendo una sustitución del empleo fabril por la tecnología, que irradia el desempleo en el sector secundario y hace decaer su influjo sobre la actividad industrial. Los factores que definen la organización del mercado de trabajo son: –
Aumento continuado de la productividad debido a la constante aplicación tecnológica.
–
Descenso de la demanda por la estabilización demográfica en áreas desarrolladas, que provoca cierres empresariales.
–
Competencia de mano de obra, que repercute negativamente sobre los salarios en áreas desfasadas.
También, conviene aludir a los parámetros del factor trabajo que intervienen en la localización empresarial: –
La necesidad de mano de obra, que variará según el tipo de industria. Las grandes urbes disponen de posición ventajosa por oferta laboral y diversificación de la misma.
–
Cualificación. Las industrias avanzadas lo contemplarán más que las menos sofisticadas (elegirán cantidad).
–
El coste, que permite establecer una clasificación de actividades (Dezert): industrias con fuerte empleo y salarios elevados, con fuerte empleo y bajos salarios, con empleo medio y salarios elevados, poco empleo y salarios elevados, y empleo y salarios medios. Sin embargo, el coste no dejará de estar relacionado con la conflictividad laboral y el empleo sumergido o mano de obra doméstica a tiempo parcial.
El capital, como cuarto factor industrial, debe ser contemplado en su doble vertiente: fijo, en forma de activos contables como maquinaria, edificios, etc.; y circulante, desde los instrumentos legales hasta el dinero. Donde existe mayor acumulación de capital es más probable que se produzca superior inversión industrial; pero desde la crisis de 1973, se tiende a la concentración de la propiedad y a la búsqueda de economías de escala como mecanismo de defensa contra la incidencia de las crisis sucesivas registradas desde entonces. El de desconcentración, tampoco queda exento; se pretende centrar las actividades en grandes ciudades buscando la proximidad a servicios financieros y centros de decisión política. El resultado es la separación de centros de decisión y producción. El papel de la tecnología también incide notablemente. Es el proceso de invención inducida con el propósito de generar nuevos conocimientos técnicos y mayor y mejor productividad. Dependerá de la inversión en investigación, y tiende a concentrarse en grandes áreas urbanas en cuyas periferias se ubican actividades industriales especializadas. El mercado como factor de localización actúa a través de su orientación. El de bienes de producción y el de consumo son factores decisivos de emplazamiento para las industrias más dependientes de la tecnología. Y tanto más cuando en la actualidad los cambios tecnológicos, de los transportes, distribución y fácil desplazamiento de la población, y difusión de las ventas, han reforzado la orientación de las industrias hacia el mercado. Es frecuente GEOGRAFÍA E HISTORIA
253
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
que las industrias se localicen junto al mercado cuando se den las siguientes características: el producto aumente de peso en el proceso de fabricación, se trate de productos perecederos, la materia prima sea simple y homogénea, el producto sea barato y voluminoso, existan lazos técnicos con otras empresas, el mercado sea de gran escala... Tampoco conviene olvidar como factor adicional al espacio. Las industrias se ubican junto a ejes de transporte. Así, las zonas con redes densas de transporte confieren mayor accesibilidad, que aumenta en torno a las aglomeraciones. Ello explica las proximidades industriales a los centros y nodos ferroviarios, carreteras y otros ejes privilegiados (puertos y aeropuertos). El papel del ferrocarril hoy está ceñido a los transportes a grandes distancias para evitar costes de carga-descarga y almacenaje. El de las carreteras es vital en distancias medias y cortas, y para productos semielaborados o materias primas de poco peso. Por su parte, los puertos marítimos han desarrollado las mayores aglomeraciones industriales del mundo. Los aeropuertos están ligados a actividades de tecnología avanzada que requieren transportes de productos poco pesados y frágiles.
4. FACTORES DE RELACIÓN, ECONOMÍAS DE AGLOMERACIÓN, GLOBALIZACIÓN Y DESINDUSTRIALIZACIÓN 4.1. Factores de relación y aglomeración Las industrias es raro que aparezcan aisladas y muy frecuente que se encuentren integradas en complejos industriales. En cualquier caso de la organización, origen y complejidad de la actividad derivan los siguientes tipos industriales:
254
–
Dispersos. Se trata de industrias ligadas a fuentes de energía antiguas y que dependen de una ciudad en sus intercambios. Son rentables porque los salarios son más bajos; pero también inestables porque la dispersión encarece los transportes. Su difusión surge a partir de 1914 cuando se comenzó a generalizar el transporte de electricidad rentable a cortas distancias. En la actualidad se encuentran amenazadas porque dicho transporte se ha generalizado y encarecido a largas distancias, por lo que aún se ven forzadas a emplazarse en lugares donde dicha alimentación sea abundante y barata.
–
Agrupación de metrópolis industriales. Cuando hay ciudades próximas y con fuertes densidades de población se permiten las agrupaciones de fábricas tradicionales renovadas y con uso de mano de obra cualificada. Se trata de fábricas que elaboran productos caros y utilizan la electricidad; de ellas viven comarcas y ciudades.
–
Centralizados en una sola metrópoli. Es un tipo de concentración parecida a la precedente aunque difiere en la diversificación de productos y fuentes energéticas (con actividades concentradas en suburbios industriales).
–
Concentraciones de industrias portuarias, con ventajas: *
Recepción de materias primas importadas en grandes cantidades y a precio muy ventajoso.
*
Gozar de industrias diversificadas, desde la transformación del mineral en metal hasta su tratamiento para la obtención de productos derivados. PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 8. Espacio y actividad industrial
–
Complejos supeditados a la extracción de materias primas. No todas las extracciones dan lugar a industrias (petrolíferas), pero las transformadoras sí surgen en el lugar (férricas). Resaltan: *
Regiones extractivas coloniales con industria de primera transformación. Se corresponden con aquellas áreas muy alejadas que requieren la transformación del mineral a metal y la exportación de éste en bruto debido a las pérdidas en escorias.
*
Regiones extractivas en países no coloniales. Las industrias nuevas son las menos diversificadas mientras ocurre lo contrario con las antiguas renovadas. Específicamente las regiones hulleras o ferríferas han dado lugar a grandes complejos de industrias siderúrgicas o cualesquiera otras de transformación, e incluso de industrias diferenciadas.
La relación entre factores de producción, mercado y espacio económico genera economías de aglomeración. Son las que tienden a relacionarse con centros financieros, de servicios, flujos comerciales, etc. Suelen considerarse dos tipos de integración: horizontal (acuerdo de una industria con otra que elabora el mismo producto a fin de obtener ventajas de escala) y vertical (incrementando y concentrando el número de operaciones en un mismo lugar). La proximidad a las grandes ciudades se debe a los siguientes factores: innovación (centrada allí en mayor medida), expansión industrial local, y atracción ejercida sobre empresas industriales de otras regiones. Se tratará de economías de escala interna. Pero aparecen tipos de economías externas: –
De localización, que surgen de la concentración de fábricas de actividad similar en un área geográfica restringida, lo que genera ventajas que una sola industria sería incapaz de crear. Entre ellas, la reputación adquirida por un bien producido, creación de un soporte de mano de obra especializada, servicios locales adaptados a las necesidades particulares de la industria...
–
De urbanización, que derivan de la localización de una industria en una ciudad grande, con ventajas como un más fácil acceso a los mercados regionales, mano de obra más amplia, diversificada y dinámica, y que las ciudades mayores ofrezcan más servicios e infraestructuras.
–
De transporte o de transferencia, que devienen de la proximidad de las empresas para la compra y venta de una a otras contando con referencia fiel del coste de transporte de bienes, materiales y comunicación de informaciones.
Las empresas contemplarán también los medios de acogida. Así, se han demostrado tradicionales correlaciones como las siguientes. Los medios manufactureros se han correspondido con dinamismo industrial, alto nivel de vida de la población, iniciativa empresarial demostrada, dotaciones educativas, tradición artesanal, y protección pública a la industrialización. Y los medios de negocios se instalan en grandes metrópolis y puertos marítimos, lugares predilectos para las multinacionales o industrias punteras en tecnología. La concentración puede ser debida a influencias positivas (instalaciones en gran escala, investigación más desarrollo), o negativas (creación de monopolios, cárteles). La concentración de plantas en gran escala deriva de la especialización del trabajo o de la misma naturaleza indivisible de los factores de producción; de ahí que la concentración en una planta reduzca los costes. Cuando la producción se reparte en varias plantas se explica por el empleo y producción especializados. La investigación y desarrollo se emplazan primero en plantas piloto, especialmente en las firmas grandes. Y la cartelización trata de evitar competencias. De esta secuencia se infiere que en economías capitalistas es inevitable el GEOGRAFÍA E HISTORIA
255
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
fenómeno de la concentración empresarial e industrial, si bien el impacto de los diversos factores sobre la concentración industrial no ha sido uniforme en toda la industria. Pero cada vez más la actividad de aglomeración se define por la movilidad de los factores de producción y la geográfica. La tecnología permite la movilidad de las unidades de producción, que a su vez propicia la disociación espacial de las unidades de la empresa (centros de decisión, unidades de producción y de investigación). Las empresas transnacionales constituyen el último eslabón organizativo en la evolución de las actividades industriales. Hoy son actores esenciales de la actividad económica tras haber salido fortalecidas de las crisis económicas e industriales recientes. Disponen de una dirección centralizada y distribución de plantas de producción en diferentes partes del mundo; las decisiones obedecen a estrategias comunes y su objetivo es emplazarse en distintos mercados a un mismo tiempo, aprovechando una tecnología que les permite elaborar con buena calidad y a menores costes que otras empresas nacionales de cualquier sector; la información se convierte en uno de los factores clave actuales de su desarrollo productivo. Realizan fuertes inversiones en investigación y desarrollo buscando tecnología exclusiva que luego transfieren a sus filiales. Disponen de un poderío económico que les permite sacar a flote a empresas locales-filiales. Además, la propiedad suele estar en manos de accionistas mientras la organización y gestión está acaparada por profesionales. Otra tendencia es a la diversificación de riesgos, con la mirada puesta en la obtención de crecimiento ininterrumpido en sustitución de las inversiones de riesgo; todo se centra en abrir mercados con productos que puedan superar a los existentes o con introducción de otros nuevos. Se clasifican en: –
Etnocéntricas, con centralización de las funciones en las sedes nodriza y organizaciones en el exterior muy simples.
–
Policéntricas, con gran capacidad de maniobra por parte de unas filiales que se encargan de controlar sus ámbitos territoriales bajo las directrices de la gran empresa.
–
Geocéntricas, con filiales que funcionan como auténticas multinacionales, pero supeditadas a la sede madre.
Puede decirse que la nacionalidad ya no es un factor de ubicación ni identificación empresarial porque se trata de actividades industriales y empresariales de carácter global.
4.2. Cambios estructurales: globalización y desindustrialización Entre los cambios estructurales que han mutado a la industria cabe mencionar la formación bruta de capital, la innovación científica, el papel del empresariado, y las transformaciones institucionales. Se ha tratado de una revolución gradual, en oleadas denominadas por Schumpeter de destrucción creadora, las típicas del crecimiento capitalista. Se ha llegado a la actual industria a través de cuatro etapas: la ligada al vapor (Gran Bretaña), a la electricidad y al motor (EE UU), la apoyada en la electrónica y bienes de consumo (tras la II Guerra Mundial), y la de la informatización (la más reciente). La industrialización es el rasgo más relevante del crecimiento económico moderno, con un crecimiento industrial que se sustenta en factores de demanda, oferta y comercio exterior; pero con esta evolución se ha alterado la ventaja comparativa de los países. Hoy la industria permite el mantenimiento de economías de escala y éste la convierte en agente del cambio técnico. 256
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 8. Espacio y actividad industrial
Se han producido cambios sectoriales significativos con auge de la industria manufacturera y de actividades infraestructurales (construcción, electricidad, transportes y comunicaciones). Se ha entrado en una etapa de madurez con el declive de la industria en los PIB. Se trata de un movimiento de largo alcance que se inicia en los años setenta debido al encarecimiento de las materias primas (desde el petróleo hasta el factor trabajo) hasta la aparición de nuevos competidores en el mercado mundial que ofrecen productos de calidad y elaborados a bajo precio. Ello forzó a la readecuación de las estructuras productivas en los viejos países industrializados. Surgen nuevas actividades motoras y un conjunto de resultantes derivado del cambio estructural, entre las que cabe mencionar los siguientes: –
Agrupación de actividades por sus requerimientos de tecnología en el proceso productivo. Se trata de una concentración de la actividad tecnológica efectuada por los países que disfrutan de una especialización industrial.
–
Factores determinantes de la demanda, de tal modo que su variación provoca transformaciones en la oferta al objeto de satisfacerla; ello trae consigo cambios en la importancia de las actividades económicas.
–
Aportación de las variaciones de la demanda al cambio técnico. La industria intensiva en tecnología incrementa su peso tanto por demanda interna como exportaciones. La resultante es el declive de las industrias de bajo crecimiento, por lo que la capacidad tecnológica y de difusión es la clave de los procesos de reindustrialización.
Además, la industria se globaliza, lo que incide en dimensiones como la inversión, tecnología, comercialización, financiación... Así, la tecnología es más rentable a escala global; la inversión extranjera se efectúa a través de participaciones empresariales en otros países; y las alianzas, fusiones y acuerdos técnicos son fórmulas de desarrollo industrial. La globalización abre paso a la sociedad de los servicios, con un declive industrial que ya se nota en países tradicionalmente industriales como EE UU y Gran Bretaña. Se percibe en la caída del empleo industrial, especialmente desde 1973, y en la participación manufacturera decreciente en el PIB. Pero la industria en buena parte de los países desarrollados mantiene un papel muy relevante porque la tradicional se ha reconvertido. Lo cierto es que cada vez requiere menos empleo para obtener mayor productividad, y además reúne otras características: –
Los países más desarrollados disponen de una industria muy competitiva que les convierte en exportadores en sectores de intensidad tecnológica.
–
Producir más con menos empleo no es sinónimo de desindustrialización sino de una industrialización como causa del bienestar de las sociedades desarrolladas.
–
Se ha producido la externacionalización del trabajo en las empresas (en países subdesarrollados o a domicilio).
–
El progreso de muchos servicios queda a expensas de las demandas industriales.
–
El peso de la industria en las exportaciones y demandas internas supera a su participación real en los PIB.
5. LA ACTIVIDAD INDUSTRIAL EN EL MUNDO 5.1. Áreas desarrolladas En Europa ha existido una clara relación entre yacimientos de carbón, mineral y actividad industrial; pero tras la II Guerra Mundial las industrias de nueva creación se han ido escondiendo GEOGRAFÍA E HISTORIA
257
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
en el interior de los países o abriéndose a los puertos. En Europa Oriental los yacimientos todavía localizan a las grandes actividades industriales debido a la importancia que el socialismo ha concedido a las industrias de base. En la UE muchos filones han dejado de ser rentables, y las nuevas necesidades y competidores mundiales han configurado una región industrial alterada que ve sumidos en crisis sus sectores punteros. Aún así el sector todavía absorbe un tercio de los activos y aporta otro tanto al PNB. Por emplazamiento la gran industria pesada se ubica desde el Canal de la Mancha siguiendo el eje Alsacia-Lorena-Selva Negra (ampliándose hasta la Silesia polaca). En un segundo círculo ya hay núcleos dispersos instalados básicamente en los puertos; la incorporación del petróleo y su importación ha obligado a su instalación en las proximidades del desembarque. Aparecen cuatro grandes áreas industriales: –
Extractivas, vinculadas a las grandes cuencas hulleras septentrionales, como el Sarre, Sajonia, Bohemia, Silesia, Ruhr, Mosa. La crisis de los setenta ha cerrado una parte.
–
Portuarias, en el Noroeste, al amparo de las adquisiciones de crudos. El sector más importante se emplaza en Rotterdam, aunque son representativos los ejemplos de Amberes, Londres, Hamburgo, Bremen, Marsella, Bilbao...
–
Dispersas, orientadas a tecnología avanzada. Su dinámica actual parece transformarlas muy rápidamente en la alternativa a los grandes focos industriales precedentes.
–
Urbanas, al amparo de la demanda de las grandes ciudades con un conjunto de actividades muy diversificadas. Se trata de bienes de consumo finales que les dan una fuerte dinámica, y modifican la trama urbana con polígonos industriales.
En Norteamérica es preciso mencionar tres rasgos: –
Expansión de las grandes empresas. Entre cincuenta transnacionales controlan la mitad de la producción; es un sistema basado en la asociación de empresas hasta configurar trust, holding y procesos de inversión interindustrial (empresas de un sector penetran en otros).
–
Creciente investigación, con tres veces mayor cantidad de inversiones que sus homólogas europeas.
–
Intervención del Estado, que garantiza riesgos, financia empresas estratégicas y se convierte en primer consumidor.
La localización industrial vendrá definida por una evolución histórica favorable que la ha concentrado en el Noreste. Pero las guerras mantenidas en el Pacífico han dinamizado la costa californiana y desarrollado espectacularmente las energías alternativas. De esta evolución derivan cinco regiones industriales: California y costa del Golfo (nuevas industrias), Noreste (con industrias tradicionales estancadas), rurales (agroalimentarias e industrialización incipiente), Pacífico Norte (industria militar), y llanuras centrales (en retroceso). Grandes distritos industriales serán Baltimore - Filadelfia - Harrisburg; también Pittsburgh - Toledo y Erie; y Chicago - Milwaukee. Esta región dispone del 60% de la capacidad de fabricación norteamericana. En el Sur la revolución se está desarrollando; aún así, la mitad de los textiles salen de la zona. En el Oeste despunta la industria de defensa; su desarrollo deriva de las necesidades bélicas durante la II Guerra Mundial y un amplio mercado. El crecimiento industrial canadiense está ligado al de EE UU. El valle del San Lorenzo y la península de Ontario forman el corazón industrial, colindante con las grandes áreas metropolitanas del Norte estadounidense. Allí está la herradura dorada, donde se localizan las industrias diversificadas. 258
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 8. Espacio y actividad industrial
De Japón lo que primero llama la atención es su enorme capacidad productiva y de penetración en los mercados mundiales. Su modelo de desarrollo se encuentra en permanente estado de modificación industrial. El pueblo japonés ha funcionado con una cooperación muy estrecha entre mano de obra y capital, y con trabajo e intensidad de producción. La estrategia es: importar materias primas, trabajarlas y exportarlas. El masivo éxodo rural aportó el denominado frente de crecimiento en el litoral, sustentado en una impresionante base industrial, de tal modo que será el sector secundario el que organice la trama nacional. El centro litoral pacífico de Honshu concentra más del 60% del empleo y la producción, en los grandes focos de Tokyo, Nagoya, Osaka, Kyoto... Tras la Segunda Guerra Mundial, los avances tecnológicos eran entregados por el Estado a las empresas privadas, lo que permitió una alta tecnificación general. Se estableció la política de ventaja comparativa: cada industria debía producir los artículos para los que estuviera mejor dotada en términos de recursos, mano de obra, capital y tecnología. Hoy obtiene la décima parte del producto mundial y se sitúa como tercera potencia mundial productora y exportadora. La industria se encuentra en la base del desarrollo, con innovación tecnológica continua y costes laborales rentables. Hoy se intenta promover el desarrollo de áreas atrasadas mediante las industrias de alta tecnología, con las Tecnópolis. Se trata de la concentración de investigación más desarrollo en áreas limitadas, mediante la fusión de intervenciones de iniciativa local, empresas y universidades. Son medio centenar los sectores avanzados a promover, comprendidos en los macrosectores de electrónica, mecatrónica, biotecnología y nuevos materiales. El poder industrial es de tal calibre que algunos países ya son sucursales japonesas (desde Australia a Indonesia).
5.2. Áreas ex socialistas En la ex URSS los espacios industriales componen un elemento clave para la organización territorial. Desde la colectivización comienzan a generarse nuevos principios de localización, y un decidido apoyo a las industrias pesadas, que significó un acercamiento de las actividades a los yacimientos para ahorrar costes de transporte. Al tiempo, las dedicadas a productos de consumo directo se irán localizando en las proximidades de los grandes centros urbanos. Se llegó así al modelo de los combinats o complejos industriales sujetos a rígidos controles de jerarquización y especialización. También puede sostenerse que la industrialización rápida trastocó la distribución tradicional con un paulatino desplazamiento hacia el interior, al objeto de ocupar nuevos territorios y aprovechar yacimientos vírgenes. Aún así, los contrastes Este-Oeste se mantienen todavía al continuar dominando la concentración de la mayor parte de las actividades en el cuadrante noroccidental. Asimismo, aprovechando el poder de atracción de Moscú ha surgido un área industrializada a pesar de la escasez de recursos; en Ucrania, con amplia disponibilidad de recursos siderometalúrgicos, se ha desarrollado la mecánica; en el Volga Medio, con impresionantes recursos hidroeléctricos y petroleros y las facilidades de comunicación, se han consolidado las petroquímicas y derivadas del aluminio; los Urales, tras Moscú y Ucrania, constituyen la tercera región industrial más productiva, con una importantísima actividad de base, fertilizantes, maderera y química; por último, en Siberia la importancia radica más en los recursos potenciales que en lo conseguido. Las actividades han estado fuertemente controladas por el poder central, que ha practicado tal lealtad ideológica al marxismo que ha anulado la lógica del sentido productivo. El resultado es un desfase con respecto a Occidente, como reflejo de un modelo que no ha ofrecido los resultados prometidos.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
259
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
En China desde la subida del maoísmo al poder se establece una política de industrialización rápida sustentada en el modelo soviético, con fuertes inversiones en la industria de base porque la URSS proporcionó la ayuda técnica. A finales de los cincuenta se vio obligada a modificar su estrategia. Se potencia la industrialización interior para evitar desequilibrios con la costa, y se abaratan las actividades acercando las industrias a las materias primas. Pero esta política fracasó rotundamente. El petróleo pasa a ser la actividad más desarrollada, con los mejores yacimientos en Manchuria, la región más industrializada, donde los japoneses invirtieron cuantiosos fondos que los chinos han sabido aprovechar. Pero hoy la renta per cápita industrial es insignificante; de ahí que la apertura fuera una necesidad. El desfase entre industrias ligeras y pesadas comenzó a corregirse en 1978 con el relanzamiento de las últimas. Se optó también por modificar el sistema de gestión; ahora la empresa industrial conserva parte de sus beneficios para dedicarlos a ampliar la producción, y para fabricar bienes sobrantes dedicados al mercado. Se ha desarrollado el sistema de puertas abiertas aplicado en las Zonas Económicas Especiales, áreas costeras escogidas para que se instale el capital extranjero junto al nacional. Pero junto a la dinamización del sector también ha agudizado y potenciado los desequilibrios regionales. El Sureste de Asia compone una región puente con el bloque Occidental. En la ASEAN el capital exterior ha conllevado fuertes distorsiones tanto regionales como sectoriales, pues la mayor parte de los fondos han ido a actividades muy concretas y emplazadas en áreas urbanas. Desde los años setenta se ha producido un cambio radical; la razón se encuentra en las inversiones japonesas, que han incluido el área en su Zona de Coprosperidad. En los últimos años se consolida en la zona el denominado triángulo de oro asiático, que arrancando en Malasia sube hasta China, y que está asumiendo el modelo de desarrollo japonés que ha implantado aquí el modelo de deslocalización industrial.
5.3. Áreas desfasadas En Iberoamérica el férreo control estadounidense ha impuesto su ley: el capital extranjero ha tratado a la región como una colonia. La salida de materias primas impide la industrialización interna, mientras las industrias básicas en manos foráneas aletargan la inversión. Las hipotecas al desarrollo industrial tienen dos frentes básicos: la tutela exterior y los antagonismos internos. Las actividades extractivas continúan dominando, mientras el resto no controlado por el capital foráneo se intenta dinamizar acudiendo a agrupaciones nacionales. En el continente africano las fuentes energéticas son reducidas, pero amplias las mineralógicas. La parquedad de actividades industriales es la norma, de tal modo que aporta sólo el 2% a la producción mundial, igual contribución que la verificada por Hong Kong. Uno de los objetivos es crear una moderna actividad minera, y por extensión industrial. El mineral de hierro es muy abundante, el cobre posee una riqueza superior a la media mundial, la bauxita cuenta con reservas aún no evaluadas, los minerales preciosos son abundantes, y los elementos radiactivos muy sustanciales. Pero la industria sólo da empleo a la décima parte de la población y su aportación al PNB continental no alcanza la cuarta parte. Y esas contribuciones proceden de actividades del sector agroalimentario. Las tradicionales perviven en África tropical; las tradicionales y modernas en el Magreb y Golfo de Guinea; las dependientes del exterior en Egipto, Zimbabwe...; y las más complejas en Suráfrica. En el Próximo Oriente se contiene la cuarta parte de las reservas petroleras mundiales, cuyas exportaciones han permitido la inversión en actividades ligadas a su explotación. Pero se da una clara limitación de otras materias primas para sostener industrias pesadas. Los 260
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 8. Espacio y actividad industrial
países cuentan con graves deficiencias: la tecnología de explotación y transformación es importada, los altibajos productivos se explican tanto por la demanda mundial, como por conflictividad interna, la industria se encuentra desarticulada... Las extractivas representan el 90% de la producción industrial y ocupan una parte insignificante de activos. Pero lo más relevante es que se ha producido un desplazamiento industrial desde el Mediterráneo al Golfo Pérsico. El balance industrializador no es favorable, hasta sostenerse que el proceso es un lujo pagado por los petrodólares. Por último, en La Unión India los grandes esfuerzos tradicionales se centraron en la industria textil y extractiva, en este último caso por la abundancia y diversificación de recursos, que también le ha permitido desarrollar un notable impulso industrial reciente, aunque no capaz de lograr la autosuficiencia. Dispone de actividad diversificada y un fuerte sector de base, aunque las industrias de transformación semiartesanal de productos agrícolas son las dominantes. Resaltan por su importancia las extractivas, caracterizadas por la fragmentación en pequeñas unidades técnicamente insuficientes y marginales.
6. MATERIAS PRIMAS Y FUENTES DE ENERGÍA 6.1. Minerales: recursos y usos Son minerales las sustancias terrestres de composición química concreta, sólidas cristalinas (las sales), orgánicas (hidrocarburos), y no sólidas (mercurio). Están clasificados en metálicos (hierro, aluminio, estaño, mercurio, oro), no metálicos (nitrogenados, fosfatados), energéticos (carbón, petróleo, gas), y hasta el agua, el más abundante de los minerales. Con referencia a su extracción hay dos tipos de minas, subterráneas y canteras. En las primeras el procedimiento es el excavado de galerías horizontales a través de las que se extrae el mineral con el fragmentado de la veta mediante taladro; y de frente longitudinal, más adecuada para depósitos profundos, como ocurre en las minas europeas (pero en Suráfrica el oro se extrae a tres kilómetros y medio de profundidad). La minería a cielo abierto se caracteriza por la extracción de capas superpuestas (sobrecarga), con máquinas rozadoras y excavadoras o mediante línea de arrastre; cuando los minerales son duros se procede a la voladura, y luego se extrae mediante el procedimiento de terrazas (cobre), en el que las carreteras suben en espiral hasta la superficie. La minería aluvial se usa para conseguir estaño y oro; las menas son arrastradas por el agua tras el dragado de un curso. La minería de compresión sirve para obtener elementos como el azufre, que se extrae mediante sondas de tubos concéntricos; por uno se inyecta vapor de agua a presión para fundir el azufre; por otro aire comprimido para elevar el fundido, que asciende por el tercer tubo (hoy, sin embargo gran cantidad de azufre se obtiene de la extracción de gas natural). Otros minerales se logran por procedimientos químicos, como la sal a partir de estanques poco profundos tras la evaporación del agua marina. El cloruro magnésico se extrae de las canteras de sal haciendo reaccionar al agua con cal, y el magnesio se deposita por precipitación. La minería no se considera un generador directo de ingresos en el mundo económico, sobre todo comparativamente con el resto de actividades. Son esenciales para el desarrollo industrial dos tipos de minerales: –
Metálicos, con el hierro y sus aleaciones (manganeso, cromita, níquel, molibdeno, cobalto y vanadio), los de base (cobre, plomo, zinc y estaño), los ligeros (aluminio, manganeso y titanio), los preciosos (oro, plata y platino), y los raros (uranio, radio y berilio).
GEOGRAFÍA E HISTORIA
261
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
–
No metálicos, ahora con buena cantidad de variantes: de construcción (calizas, arena y grava, y materiales de cemento), químicos (sulfuro y sal), fertilizantes (roca fosfatada, potasio y nitratos), cerámica (arcilla y feldespato), refractarios (arcilla y magnesio), abrasivos (arenisca y diamantes industriales), aislantes (asbestos y micas), pigmentos y rellenos (arcilla, diatomita y barita), y piedras preciosas y gemas (diamantes y amatista).
6.1.1. Minerales metálicos Disponen de un cierto grado de recirculación dentro de la economía porque se trata de bienes de producción usados en las manufacturas y hasta en la agricultura. El incremento de su uso se debe esencialmente a tres factores conjuntados: el auge en los países industrializados, la difusión de los sistemas industriales, y la demanda derivada del incremento de la población mundial. Todos han forzado al aumento de las compras por parte de los países industrializados a quienes no los consumen en exceso, los subdesarrollados. Los grandes controladores de ese comercio son EE UU, Canadá, la UE, Japón, Australia, Rusia y la República de Suráfrica, mientras entre los vendedores más relevantes se encuentran Brasil, Chile, México, Perú, Venezuela, Malasia, Indonesia y la República de Suráfrica. El rendimiento de un yacimiento depende de varios factores: el tipo de mineral, su accesibilidad, la cercanía o lejanía a los centros industriales, la calidad, profundidad, el valor de la mena, y costes de transporte. Además, los recursos metalíferos son más escasos que los no metalíferos y sus precios suelen ser más altos. Hierro, aluminio y cobre son los que más profusamente se utilizan en la producción de materiales. Y, también, los emplazados en sectores cristalinos, como zinc, cobre, cromo, etc. Por lo que se refiere al uso de los metales se puede aproximar el siguiente: aluminio, para construcción de conductores, aviones, buques, automóviles, chapados; cromo, para cromados y acero inoxidable; cobre, para conductores, aleaciones (latón y bronce), monedas, fontanería; oro, como fuente de valor y para la fabricación en joyería y algún uso electrodoméstico; hierro, para estructuras y máquinas; plomo, para pilas, protección radiológica, cubiertas y tejados...; magnesio, para aleaciones de baja densidad para la aviación y máquinas; mercurio, para explosivos, instrumental científico, odontología; níquel, para chapados, aleaciones de acero, motores de turbina de gas, monedas; platino, para catalizadores en procesos químicos y gases de escape de vehículos; plata, para joyería, emulsiones fotográficas; estaño, para chapados, aleaciones (bronce y peltre); wolframio, para filamentos de lámparas eléctricas, aleaciones de acero, herramientas cortantes; uranio, para alimentación de centrales nucleares; zinc, para aleaciones (latón), acero galvanizado, etc. El hierro es el metal más importante porque alcanza las nueve décimas partes de todos los consumidos en el mundo. Es el segundo más abundante y la materia básica de la siderurgia. Es un metal dúctil, maleable y tenaz, que le ha permitido a determinados países situarlo como clave de su desarrollo (ex URSS, EE UU, Brasil, UE). Para que su explotación sea rentable debe contener un mínimo de la cuarta parte de metal. Se obtiene por fundición a partir de su paso por altos hornos, que es una materia prima de la que saldrá hierro colado o acero. El hierro colado es moldeable, mientras el acero es hierro colado al que se ha reducido la proporción de carbono mediante la inyección de oxígeno puro. El acero se consigue en forma de planchas fundidas, en láminas, barras o tiras y vigas, y puede ser puro o en forma de aleaciones según el uso industrial al que vaya destinado; los de alto contenido en carbono son más resistentes, y se endurecen por calentamiento y enfriamiento rápido con agua; el acero templado requiere una segunda cocción y enfriado 262
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 8. Espacio y actividad industrial
a temperatura ambiente. El combinado con níquel es de los más resistentes y se usa para herramientas que han de resistir esfuerzos; los mezclados con manganeso sirven para excavadoras y taladradoras; los aleados con cromo son los aceros inoxidables. La siderurgia constituye la primera etapa de la metalurgia y consiste en la fabricación de hierro y acero, de la que derivan los palastros (productos planos), perfilados (viguetas, raíles) y trefilerías (cables, tuberías). Esa producción sale esencialmente de tres grandes potencias tradicionales, EE UU, Rusia y Japón, y de cinco medias (Alemania, Gran Bretaña, Francia, Italia y China). Dicha elaboración está en manos de poderosas sociedades privadas o estatales que concentran siderurgias cerca del mineral, del carbón, usado como combustible, o en los sectores portuarios por donde entra alguno de ellos. Una de las siderurgias más significativas es la del aluminio. La bauxita domina en los países tropicales con Australia como primer exportador, seguido de Jamaica, Malasia, Indonesia, Guinea, Guayana y Surinam; la alúmina constituye la primera transformación, pero el mineral encierra sílice y óxidos de hierro más el óxido de aluminio; es una variedad de material ferralítico que permite ser extraído a cielo abierto. La producción consume gran cantidad de electricidad porque es la hidrólisis quien convierte a la alúmina en aluminio; eso explica que se concentre en países productores de electricidad a bajo coste, como Canadá y Noruega; pero los grandes monopolios están en EE UU y Japón. El cobre constituye una de las fuentes esenciales de las industrias siderúrgicas tanto estadounidense como rusa, que a la vez son los primeros productores del mundo respectivamente; otros países africanos (Zambia, Zaire) e iberoamericanos (Perú, Chile) exportan a Japón y Gran Bretaña. La metalurgia diferenciada hace uso del acero, cobre, aluminio, aleaciones... Recientemente experimenta el proceso de desconcentración geográfica con emplazamientos en áreas periurbanas, como también el de automatización, que le permite fabricar bienes de equipo (buques, maquinaria agrícola), de consumo (televisores, automóviles), y de investigación; pero también se caracteriza por la concentración financiera, especialmente la horizontal, que le permite la absorción de empresas pequeñas. Tras hierro y aluminio se encuentran los denominados metales menores: cromo, manganeso, magnesio, titanio, molibdeno, tungsteno, vanadio... usados en pequeñas proporciones para las aleaciones de acero. El cromo es muy utilizado para aleaciones de aceros inoxidables; pero junto con el manganeso se encuentran muy localizados (República de Suráfrica, ex URSS, Turquía, Brasil, Gabón). El magnesio es el metal más ligero conocido y de los mejor distribuidos por la superficie terrestre. Cabe hablar de los minerales metálicos escasos: cobre, plomo, níquel, uranio, estaño... pero vitales para el desarrollo industrial y tecnológico (comunicaciones, aeronáutica, electricidad). El cobre es el mejor conductor de electricidad y posee capacidad de aleación con numerosos elementos; se encuentra ampliamente distribuido (EE UU, Andes, Urales, y sectores africanos), pero sus reservas ya son escasas. Plomo y zinc son piezas básicas para la industria del automóvil; pero la alta demanda ha mermado los recursos, si bien son aún importantes productores EE UU, Australia y Canadá (también Perú, y parte de la ex Yugoslavia). El estaño se emplea para revestimientos al cobre y aluminio, en la industria química, soldaduras, fundición con aleaciones; aún quedan reservas disponibles en Australia, Iberoamérica y África, si bien los principales productores son asiáticos (Malasia, Indonesia, Tailandia, China, ex URSS). El mercurio puede formar amalgamas con oro, plata y plomo, con múltiples aplicaciones industriales (pilas eléctricas, dorados); las reservas no son amplias en los dos principales productores, España e Italia, junto con la ex URSS, aunque el principal consumidor es EE UU. El níquel es un metal de compleja elaboración, muy resistente y empleado para revestimientos de piezas metálicas (niquelados); disfruta aún de buenas perspectivas en los yacimientos existentes en Canadá, la ex URSS y Francia. El molibdeno es un muy duro metal empleado como aleación en aceros; tres cuartas partes de su producción se concentra en una trilogía de GEOGRAFÍA E HISTORIA
263
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
países (EE UU, Canadá y Chile). Entre los metales preciosos resalta el oro, cuya producción ha experimentado notables cambios, con el primer productor en Suráfrica, seguido de la ex URSS y Canadá. La plata es un metal conductible y aleado con el cobre conserva sus propiedades, pero también disfruta de alto consumo en la industria fotográfica y química; de Iberoamérica sale la cuarta parte de la obtenida en el mundo (México y Perú), y el resto de EE UU y Canadá y la ex URSS. La tendencia es a la consecución de extracciones a gran escala porque ello representa una reducción de costes de mano de obra por unidad de producción, aunque sea a costa de salarios altos. Así se explica la condensación de la explotación de minerales metálicos en manos de grandes compañías transnacionales, o mixtas con capital repartido entre país productor subdesarrollado y capital exterior privado procedente de un país industrializado (o consorcio entre países). Queda la expectativa futura de la explotación a escala en lechos marinos. Lo cierto es que hoy las reservas de minerales metálicos están muy repartidas por el mundo y las nuevas técnicas de explotación están aportando perspectivas favorables, como el uso de electromagnetómetros por aire con excelentes resultados en el descubrimiento de yacimientos (especialmente de níquel, plomo, barita). Pero el gran problema deriva de cuestiones políticas, puesto que los países industrializados no quieren depender de los subdesarrollados e inestables porque cualquier convulsión puede acarrear el cierre de aprovisionamientos, y el colapso de actividades industriales con cadenas de manufacturas dependientes; no pueden quedar a expensas de circunstancias coyunturas puntuales sobrevenidas. Esta es la razón del mantenimiento en muchos países avanzados de focos mineros abiertos aún a costa de su baja rentabilidad, y por medio de cuotas, tarifas, subsidios... Se trata de disponer de reservas estratégicas.
6.1.2. Minerales no metálicos Se clasifican según sus aplicaciones: fertilizantes, abrasivos y materiales de construcción. Los fertilizantes están integrados por los nitrogenados (con EE UU y la ex URSS como acaparadores de casi la mitad de la producción mundial), fosfatados (con los mismos productores más países norteafricanos, como Marruecos), y potásicos (concentrados en Norteamérica, con la cuarta parte de la producción total). Los abrasivos son esenciales para la tecnología moderna (pulido de aleaciones metálicas duras); resaltan los diamantes, con los máximos productores en África del Sur, Congo y Ghana. Los minerales no metálicos y voluminosos están condenados a consumos locales (a excepción de los valiosos, como las piedras preciosas). Luego, la demanda tiende a no ser elástica con respecto al precio; es decir, que la subida de los precios no tiene el efecto de reducir las compras. Aparentemente no hay problemas de abastecimiento, e incluso para cuando alguno comience a faltar ya existen sustitutos, como ocurre con los fertilizantes (el problema se plantea con los diamantes como abrasivos). La exploración sísmica ha dado buenos resultados en el descubrimiento de algunos minerales (sulfuros). Algunos como nitrógeno, calcio, potasio, cal, azufre... se encuentran difundidos. Como resultado de emplazamientos, explotación y consumos existe todavía un cierto equilibrio entre EE UU y la ex URSS, mientras la UE y Japón padecen mayor vulnerabilidad por su dependencia de importaciones.
6.2. Fuentes de energía: tipología y usos La energía se presenta en forma mecánica, eléctrica, electromagnética, química, nuclear y térmica. Y en relación con su uso puede distinguirse entre primaria (la almacenada), 264
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 8. Espacio y actividad industrial
intermedia (transformadora de los recursos energéticos en energía utilizable) y final. De la primaria sólo carbón, petróleo, energía hidráulica, gas natural y energía nuclear tienen significado económico. Entre la final las gasolinas, gasóleos, fuel, gas manufacturado, y coque superan el 95% de la consumida en el mundo. Pero, las fuentes de energía pueden ser renovables (procedentes del espacio) y no renovables (almacenadas en la tierra, finitas e irregulares en su distribución). Las renovables son: hidráulica, eólica, solar, geotérmica, del mar (olas, corrientes, mareas); y las no renovables: petróleo, gas natural, carbón, uranio, los hidrocarburos no tradicionales (arenas asfálticas, pizarras bituminosas), combustibles nucleares (como el torio), y no nucleares (como el deuterio). Por su grado de densidad pueden ser clasificadas en muy densas (fusión termonuclear, con uranio), densas (con combustibles fósiles), medianamente densas (madera, geotérmica, mareas y corrientes oceánicas), y poco densas (solar, eólica, térmica de los mares). El consumo de dichas energías ha pasado por ciclos. Desde mediados de siglo hasta hoy se ha reducido a la mitad el consumo de carbón, se ha incrementado una décima parte el de petróleo, se ha doblado el de gas natural y casi triplicado el de electricidad. Ello se debe a la aparición de demandas específicas, las mayores eficiencias demostradas por los combustibles que han prosperado, la comodidad en la sustitución, la limpieza de algunas fuentes (como la electricidad), y los movimientos de los precios que hacen a unos recursos más interesantes que otros. Ello ocurre en países desarrollados, los acaparadores del 90% del consumo mundial de energía (tres cuartas partes de la población sólo consume la cuarta parte de la energía mundial). Pero hoy la organización energética afecta a la del espacio porque existe una atomización geográfica de recursos clave como el petróleo. Las fuentes energéticas componen una de las claves del desarrollo porque los usos mecánicos han crecido paralelamente al crecimiento demográfico y las continuas revoluciones industriales. La evolución ha sido compleja: tradicionalmente las industrias consumidoras de energía se emplazaron junto a los yacimientos de carbón; con la llegada del petróleo comenzó la desvinculación y el inicio de un elemento típico del capitalismo, la división internacional del trabajo. Con la innovación tecnológica se relacionan las energías eléctrica, nuclear y el gas natural, si bien la mayor conexión entre alta tecnología y producción energética afecta a las energías renovables. La mayor parte de las actividades hoy necesitan energía, lo que implica que a mayor desarrollo exista mayor consumo energético y concentración espacial. El mayor consumo per cápita se da en Norteamérica, con casi el doble del existente en Europa, Japón y la ex URSS. Por actividades las de base son las más consumidoras, a las que se unen las mecanizadas y manufactureras. Pero el grado de desarrollo condiciona también no sólo la demanda, sino el tipo y estructura del consumo energético, incluso con descensos en los países más avanzados. Lo cierto es que el consumo mundial de petróleo entre la primera gran crisis de 1973 y finales los años noventa se ha incrementado en un tercio, casi se ha doblado el de carbón y energía hidroeléctrica, y se ha multiplicado por diez el derivado de la energía nuclear. En la OCDE el petróleo es la principal fuente de energía, si bien ha descendido ligeramente su consumo; el carbón ha crecido representando la cuarta parte; el gas aporta la quinta parte; y la electricidad (aún habiendo crecido un tercio) sólo alcanza el 6,5%. Ello representa una estructura energética más equilibrada que en el mundo del subdesarrollo, que se centra en recursos no renovables. Puede decirse que la energía de bajo coste es la usada en las sociedades industriales. Hoy la más extendida es la eléctrica si bien el petróleo constituye el combustible más usado para la fabricación energética. La industria se aleja del carbón por dos razones: el bajo coste de un petróleo que hasta hace un cuarto de siglo resultaba barato y abundante, y por la presencia de los adelantos de transporte en superpetroleros. Y ello se ha conseguido a GEOGRAFÍA E HISTORIA
265
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
costa de una extrema dependencia de algunos países industrializados de los productores, y de superar las agudas crisis manifestadas desde 1973 como derivación de las fuertes subidas de precios una vez que los productores fueron dueños de sus recursos; desde entonces las subidas han sido imparables hasta 1998, cuando se registra una caída sustancial, con precios similares a los de hace tres lustros.
6.2.1. El carbón Es una roca intensamente explotada en Europa Occidental (una de las bases de la Revolución Industrial), EE UU (en la cordillera de los Apalaches) y la ex URSS (Ucrania), y de la que existen cuantiosas reservas en China septentrional, Las Rocosas y Siberia. Hay tres clases: antracita, hulla y lignito; pero cuanto más antiguo posee mayor cantidad de carbono y más poder calorífico (por ello, la turba tiene una utilización muy restringida). La antracita disfruta de la menor cantidad de impurezas y el mayor poder calorífico, y su uso es muy amplio en centrales termoeléctricas. Puede ser empleado el carbón en estado natural o bien destilado y coquificado, mediante la liberación del gas e impurezas, lo que le permite gran cantidad de aplicaciones industriales. Su extracción la desarrollan grandes sociedades privadas o estatales (como ocurre en los países ex socialistas y en algunos capitalistas). El mayor productor es EE UU, seguido de la ex URSS y China, y productores medios como Polonia, Australia, República de Suráfrica, La Unión India... Su utilización se extendió como consecuencia de la facilidad de los transportes por ferrocarril, sobre todo en la denominada edad de oro del carbón, entre mediados del XIX y finales de la II Guerra Mundial, si bien se centró en un reducido número de países (EE UU, Gran Bretaña, Bélgica, Francia y Alemania). Luego, decayó como consecuencia del crac de 1929, que afectó a las estructuras productivas; se recuperaría ligeramente hasta finales de los cuarenta, para alcanzar los mínimos en la década de los setenta al ser sustituido masivamente por el petróleo. Decae en Europa porque su extracción es en profundidad y cara, mientras se mantiene en EE UU por ser conseguido a cielo abierto. En los años setenta a la cabeza se encontraban EE UU, la ex URSS y China, donde se recuperó como derivación de la crisis del petróleo y cuyo consumo se ha centrado en la producción termoeléctrica. Pero el ocaso se prolonga en Europa Occidental. Hoy China pasa a la cabeza de la producción mundial, seguida de EE UU, la ex URSS y la República de Suráfrica. Actualmente los altos hornos han sido reparados para el consumo de fuelóleo, con lo que se han reducido las necesidades de coquificados; el carbón se ha visto sumido en otra crisis, si bien los aumentos productivos se deben a la incorporación de nuevos productores como Colombia, Australia, las dos Coreas, India... Hoy los máximos consumos se dan en Asia y América del Norte, pero la mayor parte de la producción es absorbida por los productores, con la excepción de Australia, el principal exportador. El primer comprador ha pasado a ser Japón, seguido de la UE (la baja rentabilidad y la existencia de otro carbón importado más barato desde la República de Suráfrica o Polonia han conducido al cierre y reconversión de sectores y valles carboníferos). Entre las reconversiones se encuentra la reorientación de la hulla a la fabricación de amoniacos, benzoles, alquitranes, colorantes, abonos... En países necesitados las reservas abundantes como las de EE.UU (líder mundial en su producción y a precios módicos) explican que haya sido tradicionalmente un gran exportador y consumidor (sigue siendo muy utilizado para la fabricación de energía eléctrica). Desde una perspectiva geográfica los recursos del carbón presentan una ventaja respecto a los hidrocarburos, la regularidad y racionalidad de su distribución, porque se emplaza cerca de las áreas de consumo, y con la mayor parte de las reservas localizadas en 266
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 8. Espacio y actividad industrial
los consumidores (China, la ex URSS y EE UU). Se dedica a la generación de electricidad que mantendrá su consumo, mientras caerá drásticamente el orientado a necesidades domésticas. Además, la normativa ambiental presiona sobre las emisiones de óxidos, azufre, nitrógeno... Y, sobre todo, los precios de explotación, que no suelen ser competitivos con respecto a otros combustibles fósiles.
6.2.2. El petróleo El petróleo bruto es una mezcla de hidrocarburos gaseosos, líquidos y sólidos, formada por carbono e hidrógeno asociados en proporciones variables; pero, también, contiene agua, calcio, silicio, hierro, níquel... Su origen es orgánico, un lodo (sapropel) que evoluciona hasta el protopetróleo, que hidrogenado pasa a petróleo. Para su obtención cabe distinguir dos tipos de yacimientos: primarios, con el petróleo en el lugar de formación; y secundarios, hasta donde ha migrado desde su lugar de conformación. Pueden encontrarse a gran profundidad (incluso a más de cuatro kilómetros), y en plataformas marinas (off shore). Su consumo se disparó por la demanda de los automóviles, atendido por grandes compañías transnacionales (Standard Oil, Texaco, Mobil Oil). Hoy la producción está controlada en su tercera parte por los miembros de la OPEP; y la ex URSS , con cerca de la quinta parte. La producción se ha quintuplicado desde mediados de siglo, con los máximos en 1980, y aumentada muy significativamente en África y Asia, mientras se ha reducido con la imposición de cuotas en el interior de EE UU (que dispone de más de 700.000 pozos en explotación). Sin embargo, Norteamérica ha multiplicado su producción debido al aumento en Canadá y México; y Sudamérica debido ahora a la contribución de Venezuela y Colombia. Europa registra el salto cuantitativo más importante tras el descubrimiento de los yacimientos británicos y noruegos. La producción está repartida por buena parte del mundo, pero concentrada en unos pocos países; son más de cincuenta los productores. Oriente Medio y el Norte de África concentran la tercera parte de la producción mundial. Hoy los cinco sectores productores del mundo son Norteamérica, con grandes inversiones en el Suroeste y Alaska, al tiempo que EE UU se convierte en uno de los principales compradores del mundo; la ex URSS , que tras abastecer su consumo interno ha dedicado los excedentes a satisfacer la demanda de sus países satélites; Venezuela y México, donde es masivamente destinado a la exportación; los países del Golfo Pérsico y norteafricanos, con aproximadamente la mitad de las reservas mundiales, y que han convertido a Arabia Saudí en el primer exportador mundial al hacerse con las ventas que los iraquíes e iraníes no pueden atender por imposición de las Naciones Unidas, y a Nigeria. Hoy la tercera parte del transporte marítimo mundial mueve crudos, lo que representa el principal flete internacional. El número de petroleros ha descendido pero ha aumentado la capacidad de los que quedan, con auge espectacular de los superpetroleros que superan las 250.000 Tm de carga. Las principales áreas exportadoras son Próximo Oriente y la ex URSS, más China e Iberoamérica, que concentran casi tres cuartas partes del crudo vendido en el mundo. Con el refinado y la síntesis se obtienen tres grupos de productos: carburantes ligeros (gases licuados, gasolinas, naftas), medios (kerosenos y gasóleos) y pesados (asfaltos y fuelóleos). Los ligeros son los de más alta demanda; pero se ha registrado una caída en la capacidad productora mundial que sólo se recupera desde mediados de los ochenta. Hoy la capacidad de refino es superior a la de producción mundial de petróleo, pero está localizada en los países consumidores tanto por razones económicas, como estratégicas. Se GEOGRAFÍA E HISTORIA
267
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
ha detectado un fuerte incremento en los miembros de la OPEP (aunque sólo son capaces de consumir el 5% de lo que refinan). Actualmente las gasolinas y gasóleos representan la mitad (y por mitad), el mayor consumo de derivados del petróleo; el fuelóleo sólo alcanza la quinta parte. La razón es variada: incremento de la motorización, especialización industrial... Pero los usos del petróleo tras el refinado son múltiples: metano, keroseno, gasoil, aceites industriales... La petroquímica proporciona carburantes y fuel para las centrales térmicas; pero también colorantes, pinturas, plásticos... El impacto de las crisis petroleras ha sido notable, sobre todo cuando se comprobó que en 1973 los países del Próximo Oriente atendían más de la mitad de las necesidades occidentales. Entonces era un recurso tres veces más barato que el carbón, y además presentaba la ventaja de encontrarse pegado a las costas con las facilidades exportadoras consecuentes, y contaba con el hecho de que las compañías occidentales operaban bajo el régimen de concesión pagando cánones e impuestos por las extracciones. Pero la OPEP nace pronto, en 1960, y fue progresivamente incorporando miembros que a principios de los setenta ya no están de acuerdo con las masivas extracciones a precios baratos. Los más radicales, Argelia, Libia e Iraq, lo nacionalizan (situación que se mezcla con la guerra del Kippour); ello hace que los precios comiencen a multiplicarse (a finales del 73 y principios del 74, en sólo cuatro meses, se multiplicaron por cuatro); y hasta 1978 se volvieron a doblar, pero ya sobre precios elevados. Los países industrializados se vieron obligados a contraer la demanda, a lo que se unió un valor débil del dólar. Sólo a mediados de los ochenta los precios se recuperan, pero ya con oscilaciones, para volver a caer a finales de los noventa. En ellos ha tenido mucho que ver el descubrimiento y extracción de petróleo en otras partes del mundo (China, Sureste de Asia, Gran Bretaña, Noruega), junto al incremento de la producción en la ex URSS , México, Venezuela... Desde entonces las subidas son continuas. Todo coincidió con la sustitución de las grandes compañías transnacionales por otras estatales, e incluso por convenios entre productores y compradores; la razón se encontró en la incapacidad de las primeras para asegurar abastecimientos en épocas de crisis. Ahora estas compañías han diversificado sus actividades volcándose hacia otros recursos energéticos, como la energía nuclear, o bien se han pasado a la industria química. Por fin, el impacto del conflicto del Golfo ha sido muy moderado porque Arabia Saudí se ha ocupado de incrementar la producción, y porque muchos países occidentales tenían reservas.
6.2.3. Gas natural Va unido a la producción petrolera y es una fuente energética y materia prima para abonos químicos (azufre) o productos de síntesis (caucho). Es una mezcla de hidrocarburos saturados gaseosos (metano, etano, propano, butano), líquidos (pentano, hexano), y otros componentes (gas carbónico, hidrógeno sulfurado). El elemento fundamental es el metano, y puede hallarse bajo dos formas diferentes: como gas libre (tres cuartas partes de los yacimientos mundiales), y asociado generalmente al petróleo (la cuarta parte restante). Se encuentra, como el petróleo al que va asociado, en terrenos sedimentarios, si bien el transporte es más complicado porque se ha de proceder del gasificado al licuado, y en el lugar de destino nuevamente a la gasificación. Es una fuente más limpia que el petróleo o el carbón, lo que ha representado un incremento de su consumo (una cuarta parte de la energía consumida en el mundo). EE UU y Canadá han sido los incorporadores a un consumo estandarizado. La Unión Soviética tras la II Guerra Mundial también intensificó notablemente su producción y consumo. A Europa Occidental llega a partir de los años sesenta, porque eran más tradicionales los 268
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 8. Espacio y actividad industrial
gases derivados de la coquería y hulla. Asociado al petróleo aparece en abundancia en las extracciones británicas y holandesas, de donde sale la mitad del gas consumido en la UE; pero Alemania, Italia y Francia se han convertido en consumidores de su propia producción, mientras Argelia y Libia son los principales abastecedores. Hoy es la tercera fuente energética tras el petróleo y carbón respectivamente. Desde mediados de siglo su producción se ha multiplicado por diez, lo que constituye una de las principales novedades del panorama energético mundial, a lo que ha contribuido decisivamente una mayor estabilidad de los precios, en comparación con el petróleo, y también el mantenimiento de la producción en Norteamérica (de donde ha salido la mitad de la mundial). El mejor dato de la estandarización de su consumo se encuentra en que desde la mitad del siglo la representación de EE UU ha bajado desde el 93% a la mitad, una diferencia porcentual que ha sido ocupada bien por la extracción o consumo en la ex URSS y Europa occidental, por el desarrollo de los gasoductos y por el alto consumo urbano-industrial. En los países subdesarrollados el despegue ha sido mucho más modesto porque se depende más del petróleo y del carbón, y sólo se ha dinamizado la extracción para exportación especialmente en México, Venezuela, China e Indonesia. Hoy el principal productor es Rusia, aprovechando sus yacimientos siberianos, seguido de EE UU y la UE (estos últimos junto a Japón son los principales importadores mundiales). Otros productores esenciales son los países norteafricanos exportadores de petróleo y Nigeria, a los que se unen Argentina y Venezuela. Es la principal fuente energética en Holanda, la ex URSS..., y se prefiere al petróleo en Kuwait, Bahrein... En los industrializados se reparte el consumo entre industria y actividades domésticas, mientras en los desfasados se dedica a la industria casi con exclusividad. Las reservas mundiales son muy parecidas a las de crudos, con las mayores en la ex URSS, mientras en EE UU han descendido, si bien son muy notables las de Canadá lo que asegura el consumo norteamericano en general. Con todo, las mayores hasta hoy conocidas están en países del Tercer Mundo (México, Nigeria, Libia, Argelia). El problema reside en que el transporte es caro, lo que no impide que sea una de las fuentes energéticas con más futuro ya que reúne la doble condición de materia prima y recurso energético; y además es una energía más limpia que otras tradicionales. Las reservas y yacimientos están más diversificados que las del petróleo, lo que le permite disponer también de mejores posibilidades. A ello se une el ser una fuente energética más barata y que experimenta pocos sobresaltos en los precios, de más calidad y más versátil que el petróleo. La cuestión futura es solventar el reemplazamiento de las redes de gas manufacturado por las de gas natural, muy costosas en países industrializados.
6.2.4. Otras energías La alternativa más usual ha consistido en la obtención de energía a partir de plantas de fabricación y almacenamiento desde la fuerza del agua. La hidroeléctrica no es contaminante y no requiere consumos de combustibles; pero queda sujeta a la topografía e hidrología, con lo cual sus emplazamientos presentan el aditamento adicional de la rentabilidad según distancias a que ha de ser transportada la energía conseguida. Así pasa a fundamentar el equilibrio entre coste de producción y de transporte. Por ello se aprovechan las grandes infraestructuras hidroeléctricas para otros usos, como la extensión de regadíos. Las mayores infraestructuras y consumo se emplazan en los países desarrollados, lo que unido a las carestía de transporte hacen que en contadas ocasiones se den intercambios de esta modalidad energética. Además, se trata de una energía difícilmente almacenable, por lo que se produce para un consumo sujeto a variabilidad (temperatura ambiente, periodos vacacionales). GEOGRAFÍA E HISTORIA
269
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
En contrapartida se trata de una energía difícilmente agotable y no contaminante. Se obtiene por diferentes métodos: centrales de caída, en los tramos altos de los ríos; de hiperembalse, sobre caudales importantes; de fluyente, en tramos medios y caudales regulares; de presa, aprovechando valles estrechos, fuertes desniveles...; y de bombeo, con dos embalses situados a diferente altura (uno superior para atender mayores demandas). Con todo sólo contribuye al 6% de la demanda energética mundial, pero ha multiplicado por tres la producción y el consumo desde mediados de siglo. Hoy se da la paradoja de que países subdesarrollados se han puesto a la cabeza mundial de esta producción, como China, La India y Brasil, tres gigantes demográficos con alto consumo y escasa capacidad para la obtención masiva de energía por otros procedimientos. Estos tres son los encargados de haber subido la capacidad productora mundial en los países subdesarrollados a poco más del 60%. En los ochenta el primer productor mundial era Canadá seguido de EE UU, y luego la ex URSS y Brasil, cuatro de los países más extensos del planeta; de ello se deduce que la extensión es un factor clave; pero también la topografía ha hecho que países como Japón, Francia, Italia, España, Noruega, Austria... se hayan convertido en productores significativos. Hoy se detecta el descenso productivo en los países mediterráneos frente al incremento en los nórdicos europeos. Otros subdesarrollados han visto crecer espectacularmente su producción (Venezuela, Colombia, Zambia, Zaire); pero en general los potenciales están aquí poco desarrollados debido a la escasa demanda interna y casi nulas posibilidades de exportación. El país con más alta productividad relativa es Noruega, con el 99% de la energía consumida procedente de hidroelectricidad, seguida de Brasil con el 93%. En Suecia y Canadá representa la mitad; en el resto de países aproximadamente la cuarta parte o menos. Puede decirse que los mejor equipados son los nórdicos europeos, donde se dispone de uno de los mayores consumos del mundo y de una de las energías más limpias. La primera crisis petrolera de 1973 trajo como consecuencia la búsqueda de energías alternativas, que ya en los sesenta habían despuntado. Fue el caso de la nuclear, que de experimental pasaba a la etapa comercial. Pero los altos costes de obtención energética unidos a los problemas ambientales y a la salud humana derivados, y la contestación consecuente de sectores sociales, pusieron en entredicho esta fórmula de salida a la crisis energética. Luego se añadía en todo el mundo desarrollado la dificultad de encontrar uranio y plutonio, componentes que además tenían usos diferentes (armas nucleares) y larga vida radiactiva, con los inconvenientes derivados para los desechos. Constituye una fuente de energía primaria que se incorpora al consumo a mediados del siglo pasado sólo en los países de mayor desarrollo por su exigencia técnica. La reacción nuclear libera calor que se usa para generar vapor de agua, y éste para crear electricidad mediante equipos eléctricos. Se consigue en tres tipos de centrales nucleares: de uranio natural, con instalaciones de grandes dimensiones; de uranio enriquecido, las más irradiadas; y las de neutrones rápidos, con reactores reproductores y con alta rentabilidad (ahora hacen uso de plutonio). La productividad demostrada frente a la inseguridad del abastecimiento petrolero en los setenta es la causa del espectacular despegue en los países fuertemente industrializados; a la cabeza se sitúa EE UU, cuyas transnacionales dominan el comercio mundial de los minerales radiactivos; luego Francia, la ex URSS, Japón, Alemania, Canadá, Suecia, Gran Bretaña, España... En el mundo del subdesarrollo resaltan La India, Corea del Sur, la República de Suráfrica y Argentina. En todo este despegue también ha influido que los aprovisionadores de minerales radiactivos disponen de regímenes políticos más seguros que el resto de exportadores de crudos o gas. Y se trata de una energía en principio no contaminante sobre la que ha 270
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 8. Espacio y actividad industrial
intervenido decisivamente el Estado del Bienestar, aportando medios científicos y técnicos (tanto con fines civiles como militares), y sobre todo como organizador de la política energética general. Ello le ha permitido individualizar a la industria nuclear, que incluso en la UE dispone de una organización específica, la EURATOM. Con todo, desde mediados de los setenta, conoce una caída espectacular debido al reforzamiento de los grupos sociales de oposición (tanto ecologistas, medios de comunicación como partidos políticos) a esta fuente energética. De ahí que en los países desarrollados sólo contribuya ligeramente por encima de la décima parte en la satisfacción de las necesidades energéticas (sólo un 5% de la mundial), si bien en algunos constituye la principal fuente de aprovisionamiento (Alemania, Francia, Bélgica, Suecia). Puede decirse que los problemas económicos, técnicos y, sobre todo, de opinión pública han ido haciendo decaer a este tipo de producción energética. La opinión de la sociedad industrializada ha contado incluso en exceso porque en algunos países llegó a solicitar consultas, cuyos resultados forzaron a los gobiernos a cerrar las centrales menos seguras o más obsoletas. En otros el cierre tras accidentes ha sido pauta (la ex URSS). Luego se ha añadido la dialéctica social sobre los desechos de combustibles nucleares. También el rechazo al uso militar, que perjudica al civil por la oposición de sectores sociales a todo empleo de elementos radiactivos. En algunos casos se ha conseguido incluso la paralización de centrales nucleares, y hasta la reforma de la política energética nuclear. En ello han tenido mucho que ver accidentes (Harrisburg en EE UU, Chernobyl en la ex URSS); pero, también, se da el hecho contraproducente de que otras porciones sociales sean partidarias por considerar que es una fuente energética poco contaminante y respetuosa con el medio. Todo confluye en un futuro incierto, porque se dependerá de los progresos técnicos para asegurar la fiabilidad de los reactores, de los costes de tratamiento de los minerales radiactivos, de la evolución de sus precios (e incluso de otros combustibles fósiles), de las reservas, y hasta de la opinión de sectores sociales (Austria se ha visto obligada a cerrar su programa nuclear).
6.2.5. Energías renovables El consumo actual se basa en energías no renovables, que no pueden ser satisfechas por los no productores del Tercer Mundo y resultan gravosas para los países industrializados. Sin embargo, representan unas posibilidades menos ligadas a dependencias externas. Todo ello impone para un futuro el desarrollo de la tecnología enfocada a la búsqueda de medios energéticos menos contaminantes y más justos en la distribución del equilibrio de la producción energética mundial. Son la opción energética del futuro, si bien hoy sólo alcanzan la quinta parte del consumo mundial de energía (incluida la hidráulica). Las fuentes de energías no renovables se encuentran bien distribuidas por el mundo, pero afectan de manera diferente a los países; son discontinuas y las interrupciones son frecuentes (solar, eólica). Pueden ser clasificadas de la siguiente forma: tributarias del agua, de los rayos solares, de la tierra, del viento, y de la biomasa (aún importante en el mundo subdesarrollado, incluso con costosos procedimientos como los utilizados en La India y Brasil). Sus perspectivas son alentadoras conforme avance el progreso técnico porque son recursos indefinidos e inagotables, y sobre todo cuando las sociedades industrializadas son cada vez más partidarias del consumo energético no contaminante. Pero aunque el recurso sea infinito las obras para su transformación son todavía muy costosas y las técnicas empleadas necesitan alcanzar cotas superiores de madurez y rentabilidad. Una variante es la energía eléctrica geotérmica, aprovechando vapores que son llevados a las turbinas para que activen generadores productores de energía. Sin embargo no GEOGRAFÍA E HISTORIA
271
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
son tantos los países que disponen de vapores subterráneos para operar comercialmente, aunque algunos han alcanzado alto nivel de dotación (Japón, Islandia, costa occidental de EE UU). A unos diez kilómetros de profundidad el potencial energético supera el contenido en las reservas de combustibles fósiles en todo el mundo. Se obtiene introduciendo agua a temperatura ambiente hacia el interior de la Tierra y su posterior transformación en vapor permitirá el accionado de turbinas. El aprovechamiento del calor de los océanos es otra posibilidad, ya que estos reciben tres cuartas partes de la energía que llega al planeta. Con el agua cálida del mar se calienta amoniaco, y con su vapor se accionan turbinas, mientras las aguas frías de profundidad sirven para el condensado del vapor. Pero es una energía cara debido a que los sistemas de obtención no han alcanzado el desarrollo técnico necesario. Y además se concentra en sectores determinados, en los mares cálidos tropicales y ecuatoriales, donde menos recursos técnicos existen en los países que los disfrutan. Una variante adicional al uso de aguas marinas consiste en el aprovechamiento de las mareas y olas; se trata de hacer uso de una energía mecánica inagotable. Sin embargo quedan por solventar dos dificultades: que las instalaciones puedan hacer frente a la fuerza del mar, y que los materiales salven la corrosión de las aguas marinas. La gran alternativa del futuro se encuentra en la energía solar, porque ni es cara, es perpetua y está libre de contaminación. Puede ser de tres tipos: directa, difusa (por reflexión de la atmósfera, tierra y nubes), y reflejada (la procedente del albedo). El uso más común es para calefacción y agua caliente a partir de células fotovoltaicas. El gran problema es que la radiación captada por la superficie terrestre se distribuye de manera muy desigual. También la generada por el viento, que a partir del uso de generadores convierte su fuerza en electricidad. Pero no todas las regiones de la Tierra disfrutan de vientos con la suficiente potencia para implantar un sistema de explotación comercial. El progreso ha sido espectacular en la UE, con Dinamarca como primer productor y Holanda en segundo lugar. Al margen del consumo doméstico se ha difundido su uso en abastecimiento a trabajos agrícolas que requieren electricidad no concentrada, como alumbrado de granjas, riego de baja potencia... Otra alternativa más consiste en el uso de la biomasa como fuente energética, esencialmente los denominados cultivos energéticos, residuos forestales, agrícolas leñosos y no leñosos, urbanos, biodegradables... De ahí pueden salir alcoholes, carbones vegetales, gasógenos... Para un futuro no muy lejano se encuentra la perspectiva de emplazar estaciones solares satélites encargadas de interceptar la energía solar y transmitirla a la Tierra. Hasta entonces el potencial de energías renovables es enorme, si bien no existen canales de comercialización adecuados y la producción coincide con un consumo cercano. Entre todas la energía solar parece ser que lleva bastante ventaja. Pero todo dependerá del empuje de las políticas energéticas de los países desarrollados y de la Agencia Internacional de la Energía, porque será en su seno donde se producirán los avances técnicos necesarios, unos avances e implantaciones de energías renovables que exigen sus sociedades y que demanda el propio planeta, pues de lo contrario los combustibles fósiles abrirán más al agujero en la capa de ozono y agudizarán el efecto invernadero. En adelante las políticas energéticas se deben vincular cada vez más a una relación más respetuosa con el medio y el ahorro; pero quedan por solventar los poderosísimos intereses coincidentes en la actualidad entre las industrias extractoras de recursos y fuentes energéticas más tradicionales.
272
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 8. Espacio y actividad industrial
BIBLIOGRAFÍA Butler, J. H. (1986) Geografía económica. Aspectos espaciales y ecológicos de la actividad económica. Ed. Limusa, México. Dickson, D. (1980) Tecnología alternativa. H. Blume Ediciones, Madrid. Frutos, M.A. (1988) La era industrial. Ed. Cincel, Madrid. Instituto de Estudios Económicos (1980) El problema de la energía. Nº 2, Madrid. Martín, J.M. (1990) L´économie mondiale de l´énergie. La Découverte, Paris. Martínez Cortiña, R. (1990) Áreas económicas del mundo. Ed. Planeta, Barcelona. Molina Ibáñez, M. y Chicharro Fernández, E. (1990) Fuentes de energía y materias primas. Ed. Síntesis, Madrid. Moore, W. (1971) El impacto de la industria. Ed. Labor, Barcelona. Muñoz Cibdad, C. (1996) Estructura económica internacional. Ed. Cívitas, Madrid. Pardo Abad, C.J. (1993) Las fuentes de energía. Ed. Síntesis, Madrid. Precedo Ledo, A y Villarino Pérez, M. (1992) La localización industrial. Ed. Síntesis, Madrid. Reyes Bonacasa, J. (1983) La crisis energética. Ed. Cincel. Cuadernos de Geografía. Madrid. Smith, D. (1980) Geografía humana. Ed. Oikos-Tau, Barcelona. Utton, M.A. (1975) La concentración industrial. Ed. Alianza Universidad, Madrid. Weber, A. (1989) A theory of the location of industries. Ed. Chicago Univ. Press, Chicago. Zorzoli, G.B. (1981) El dilema energético. Ed. H. Blume, Madrid.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
273
Tema 9 Las actividades terciarias en las economías desarrolladas
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
ÍNDICE SISTEMÁTICO 1. INTRODUCCIÓN 2. EL SECTOR TERCIARIO Y LOS SERVICIOS. CLASIFICACIÓN DE ACTIVIDADES 2.1. Sector terciario y servicios 2.2. Clasificación de actividades 3. ACTIVIDADES TERCIARIAS BÁSICAS 3.1. Transporte 3.2. Comercio 3.2.1. El comercio interior: tipología y cambios 3.2.2. El comercio exterior: incidencia de la globalización 3.3. Las actividades administrativas: públicas y privadas 3.3.1. Públicas 3.3.2. Privadas 3.3.3. El ejemplo de la salud 3.4. Servicios colectivos y servicios a las empresas 3.4.1. Servicios colectivos 3.4.2. Servicios a las empresas 3.4.3. Servicios financieros 4. LA ESTRECHA RELACIÓN ENTRE COMERCIO Y TRANSPORTES: DE LAS REDES ESPECÍFICAS A LA RED MUNDIAL 5. OCIO Y TURISMO: UN SUBSECTOR CLAVE 5.1. El turismo: tipología y significado 5.2. Su aportación como fuente económica 5.3. Repercusiones: consumo de espacio e impacto sobre el territorio BIBLIOGRAFÍA
276
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
1. INTRODUCCIÓN El sector servicios aparece con la administración y el ejército de las primeras organizaciones estatales, mientras el comercio dará vida a las primeras clases sociales que viven del sector. Con el mundo helénico se consolida la actividad comercial y con el romano se implanta la administración, el ejército y las comunicaciones. Con el tránsito al Renacimiento aparecen nuevas actividades como la banca y se dinamizan otras como el comercio y la cultura. A partir del siglo XVII y sobre todo durante el XVIII la potenciación del secundario revitaliza a las actividades terciarias complementarias. Y con el proceso de industrialización del XIX se afianza ya definitivamente un sector terciario con formas complejas de comercio internacional y surgimiento de variadas profesiones. En el XX la expansión urbanizadora y desarrollo industrial dan el empuje definitivo a un sector que se transforma en clave del desarrollo en los países avanzados del mundo (encuadra a casi dos tercios de la población activa y además aporta una proporción similar al PIB). Algunas actividades del terciario no han sido consideradas por el socialismo y capitalismo como generadoras de bienes en el sector. Cabe distinguir entre servicios públicos y privados, pero con la particularidad de un intervencionismo cada vez más agobiante del sector público en la prestación de servicios debido a la presión social. Luego existen servicios de interés general (energía, mercados financieros) poco atractivos por su rentabilidad, por lo que también competen al Estado. Pero en ambos casos el aporte del terciario a las economías nacionales es cada vez más relevante, sobre todo en las desarrolladas, que se dividen en: –
Hiperindustrializadas (más de 10.000 $ hb/año y un 60% de contribución terciaria al PNB).
–
Industrializadas (más de 5.000 y 45% de contribución entre secundario y terciario).
En ellas las actividades terciarias son aquéllas que no producen bienes, y se caracterizan por su: heterogeneidad, inmaterialidad (seguros, transportes), producción-consumo directos, alto empleo femenino, elevadas cotas a tiempo parcial y sumergido, y gran dispersión en el tamaño empresarial. Lo cierto es que el terciario agrupa a las actividades que no producen bienes materiales en forma directa y satisfacen una necesidad de la población. La variedad es enorme porque incluye cualquier profesión que escapa al marco agrícola o industrial. Pero también es posible diferenciarlo por áreas de desarrollo: –
Un terciario parasitario, típico de las sociedades del Tercer Mundo.
–
Otro elemental, que no requiere cualificación.
–
Y un último cuaternario, que incluye a la investigación, decisión, etc.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
277
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
En países avanzados cada vez es más dominante y un claro estímulo al consumo, facilitando el incremento de la producción. Evoluciona con el desarrollo de los países y su transformación refleja tres aspectos del progreso: –
Construcción de la infraestructura material, que impulsa el desarrollo de la industria.
–
Aumento de los intercambios, de relaciones de negocio y de la organización financiera. Responde a la elevación del nivel de vida y a las mayores exigencias de la población.
–
Expansión de los servicios públicos, que traduce un esfuerzo creciente del Estado en favor de la organización general de un país y del bienestar social.
Constituye un sector clave en la sociedad actual de consumo que ha llegado al conflicto entre la productividad sin límites y la necesidad de dar salida a la misma. Publicidad, marketing, nuevos sistemas de distribución y venta, modernas necesidades, avance de las tecnologías... han confluido en la producción de necesidades de masas como derivación de novedosos estilos de vida. El ciudadano se ha transformado en consumidor (en Occidente se habla tanto de los derechos del consumidor como de los del hombre), y la era de la opulencia ha introducido modificaciones en la producción y demanda de servicios. Es el mito del bienestar al alcance de todos o casi todos, la etapa del desarrollo de la intermediación. Es la estandarización del escenario de lo cotidiano, de los hogares análogos, de los ocios programados, de la diversidad de los créditos y formas de pago... En suma de la uniformización de hábitos y consumos, del imperio de lo efímero, de la obsolescencia continua, del tiempo libre... Todo conjuntado introduce demandas, modificaciones e intervenciones públicas y privadas cada vez más intensas hasta transformar al terciario en sector vital del desarrollo. Las explicaciones modernas al peso creciente de los servicios se sustentan en la mayor elasticidad de su demanda, su menor productividad. Los servicios hoy tienen carácter inmaterial, es simultánea la producción y el consumo, se producen para clientes específicos, y son intensivos en trabajo y menos utilizadores de consumos intermedios. Se clasifican por el tipo de servicio prestado, por su novedad, por su orientación (de mercado y no destinados a la venta), por su productividad (personales, impersonales). Y han crecido porque ha cambiado su modo de provisión, el empleo en ellos es más estable (debido también al mayor número de autoempleo), crecen las instituciones prestadoras sin ánimo de lucro, sobre ellos inciden menos las recesiones económicas, suelen disfrutar de un reducido nivel de sindicación... Pero, sobre todo, porque se desregularizan los mercados y se internacionalizan determinados servicios clave (financieros, servicios a las empresas).
2. EL SECTOR TERCIARIO Y LOS SERVICIOS. CLASIFICACIÓN DE ACTIVIDADES 2.1. Sector terciario y servicios Tradicionalmente los servicios se han incluido en el sector terciario, aún englobando un alto número de actividades muy heterogéneas. Para que una actividad sea calificada como servicio debe ser intangible o inmaterial y un acto de intermediación entre producción y 278
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 9. Las actividades terciarias en las economías desarrolladas
consumo. Además resulta que las empresas de servicios son más dispersas que las industriales, es mayor su tamaño empresarial, más alta la mano de obra femenina y abundante el empleo a tiempo parcial. Una de las clasificaciones más ajustadas para ordenar a los servicios distingue entre los servicios a los productores y a la demanda familiar. Pero el término servicio es polisémico y posee tres acepciones: –
Ocupaciones en los servicios.
–
Rama de actividad que no se dedica a la manufactura.
–
Y un tipo concreto de consumo final.
Los servicios crecen por el aumento del consumo, la desindustrialización de las economías desarrolladas, y la demanda de empleos especializados. De ahí que su auge permita hablar hoy de sector servicios en vez de sector terciario, porque el término servicios alude a las actividades terciarias, pero desempeñadas en todos los sectores económicos. También se alude a la sociedad de los servicios o postindustrial porque engendra nuevos servicios. El impacto de las innovaciones tecnológicas ha sido clave porque ha incidido en la productividad y ésta ha necesitado de los servicios más ampliamente, que han sido consumidos vorazmente por la sociedad de masas. Pero también ha influido la fortaleza del sector público, la crisis del Estado del Bienestar, la expansión del comercio internacional... Se ha creado una sociedad de los servicios que los ha transformado en predominantes en la economía. No obstante, hay notas negativas: no han cubierto las expectativas de pleno empleo, y han irradiado el superconsumo perjudicando al ahorro. Lo cierto es que los servicios se han convertido en actividades axiales, dominantes en la economía actual, y convertidores del territorio en mero soporte pasivo cuando se desmarcan del proceso productivo. Los servicios están integrados por: –
Elementos, unos pertenecientes a la empresa (organización interna, personal de contacto), y otros al mercado (clientes). Los servicios conectan a ambos.
–
Relaciones, que pueden ser primarias (entre la empresa y el cliente) y secundarias (entre clientes).
El espacio de los servicios es el lugar donde se desarrollan y consta de: –
Soporte físico (un centro de investigación...).
–
Organización (grandes corporaciones, instituciones, empresas).
–
Los impactos o cambios inducidos por el influjo de los servicios (desarrollo de otras actividades).
–
Relaciones, que pueden ser de competencia o solidaridad entre servicios (uso conjunto de estaciones difusoras de comunicaciones).
La cobertura del mercado se realiza a través de redes o unidades de producción, que pueden ser de tres tipos: –
Empresas locales especializadas.
–
Grandes establecimientos con amplia gama de servicios y área de atracción dilatada.
–
Combinaciones de los anteriores, con múltiples servicios en gran número de localizaciones (supermercados).
GEOGRAFÍA E HISTORIA
279
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
2.2. Clasificación de actividades La ONU clasifica a las terciarias en cuatro categorías: –
Comercio al por mayor y menor, restaurantes, hoteles y reparaciones.
–
Transporte, almacenamiento y comunicación.
–
Servicios financieros, seguros, bienes inmuebles y servicios a las empresas.
–
Servicios comunales, sociales y personales: saneamiento y limpieza, ocio y cultura, servicios domésticos y personales, sanidad y servicios sociales, organizaciones privadas no lucrativas, administración pública y defensa.
Para algunos autores la clasificación es más minuciosa (Sanguin), con cuatro subsectores: –
Terciario, con distribución de bienes visibles (comercio al por mayor y menor).
–
Cuaternario, que presta servicio a los servicios y a los demás sectores.
–
Sextenario, que proporciona los enlaces con otros sectores (ideas, dinero, tecnología).
–
Septenario, que rige a los demás (investigación, planificación, ordenación, y administración).
Para Rochefort la clasificación atiende a la estructura de la empresa (de la que salen actividades de dirección y de servicios) y a que sea pública o privada (con finalidades diferentes). Luego la existencia dual de servicios destinados a las empresas y a la población, situación que se complica cuando aquéllas son públicas y atienden al consumo directo de ésta. Pero es evidente la contraposición entre servicios privados o de mercado (atienden a las fuerzas del mercado y responden a rentabilidad económica) y públicos (sometidos al control administrativo y no responden a rentabilidades iniciales). Para Browning y Singelman los tipos de servicios son: –
A las empresas: bancos y servicios financieros, seguros, actividades inmobiliarias y fiduciarias, asesoría jurídica, tratamiento de datos y diversas.
–
De distribución: transporte y almacenamiento, comunicaciones, correos y comercio minorista.
–
Sociales: médicos y hospitalarios, educación, administración pública, servicios sociales y profesionales diversos.
–
Personales: domésticos, hostelería, restauración, reparación, belleza y ocio y cultura.
Para la CEAT (Communauté d´Études pour l´Aménagement du Territoire) hay cuatro clases de actividad económica:
280
–
Fabricación, o actividades transformadoras de materia.
–
Circulación, o intermediación.
–
Distribución, que pone los bienes en el lugar de consumo.
–
Regulación, que mantiene y modifica el sistema, y que puede ser pública, privada, nacional, supranacional o internacional.
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 9. Las actividades terciarias en las economías desarrolladas
Otras clasificaciones aluden a distintos criterios, según: –
Destino (demanda de las empresas o de los particulares).
–
Propiedad (pública o privada).
–
Movilidad (desplazamientos largos o cortos).
–
Urgencia en la prestación.
Lo cierto es que los servicios se relacionan con el grado de desarrollo de un país y sus modos organizativos y de prestación derivan y dependen también del sistema político y del aludido grado de desarrollo. En las naciones avanzadas han prosperado excepcionalmente tanto en el empleo como en el valor añadido total de la producción, si bien comercio y transporte se estabilizan frente el extraordinario progreso que experimentan los servicios a las empresas y los comunitarios. Y todos están en permanente reestructuración.
3. ACTIVIDADES TERCIARIAS BÁSICAS Pueden ser condensadas en cuatro: transporte, comercio, actividades administrativas, y servicios a las empresas. Pero resaltan, especialmente por su significado algunas que merecen un estudio detallado: la comunicación y el ocio y recreación.
3.1. Transporte Toda producción es incompleta hasta que el bien conseguido no queda en manos del consumidor; por ello la especialización depende del transporte, y éste a su vez del coste, la velocidad, la carga y el embalaje. El coste depende también de cuatro factores: distancia, velocidad, embalaje y medio adoptado. De ahí que se recurra tradicionalmente a los caminos más baratos, que no tienen porqué ser los más cortos. El uso de las vías depende del coste de transporte y éste de: la distancia a recorrer, los medios, los obstáculos y la naturaleza de la mercancía. La rentabilidad del transporte vendrá dada por: la ininterrupción sobre grandes distancias, el tamaño de la empresa transportadora, el uso de vías directas, y el transporte de carga en dos direcciones. Pero cuando se esté hablando de mercancías perecederas el factor tiempo ha de ser introducido, circunstancia que también se extrapola al movimiento de pasajeros por razones de funcionalidad. De ahí que la rapidez imponga mejoras continuadas. El transporte incluye la mercancía transportada, el material fijo o infraestructura, y la capacidad técnica. Lo normal es que haga uso de redes, que se caracterizan por: –
Definir la articulación de un territorio y su especialización funcional así como su sistema urbano.
–
Su origen se encuentra en el desarrollo industrial, pero hoy constituyen un factor clave de su deslocalización.
–
La diversidad de infraestructuras, con amplio desarrollo de la aviación y movilidad por carretera.
Pero toda red requiere un análisis doble: el grado de comunicación y el tipo de mercancía. En el primero las medidas de conexión permiten determinarlo entre los vértices de GEOGRAFÍA E HISTORIA
281
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
una red, para lo que existe buen número de índices. El de conexión máxima sólo tiene en cuenta el número de vértices de la red. El alfa (o índice de Kansky) muestra la complejidad de la red a través del cálculo del número de rutas alternativas. El beta (también de Kansky) señala que al aumentar el número de aristas se eleva la conectividad entre los vértices. El eta señala la relación entre la longitud real de la red y el número de vértices. El iota representa el cociente entre la longitud de la red y los vértices estimados según las funciones que desempeñan. Todos se fundamentan en el número de vértices y de aristas de la red, con independencia del tipo de estructura que ésta configure. Las medidas de accesibilidad y centralidad permiten conocer la jerarquía de los vértices de la red; en ellas se usa el índice de Shimbel, que constituye la adición de las distancias entre cada vértice y todos los demás (la suma arroja el grado de dispersión). La centralidad media de la red viene determinada por el cociente entre el valor de Shimbel y el número total de vértices de la red menos uno. Esa centralidad media puede calcularse para cada vértice y su resultado permite representar las líneas de isoaccesibilidad. Todo lo aludido confluye en la teoría de grafos que sirve para detectar las insuficiencias de las redes sobre un territorio. Con las correcciones pertinentes se mejora la localización de los servicios y equipamientos. El análisis de redes de mercancías se mide a través de tres índices básicos. El Índice Ajustado de Especialización hace que la especialización de un puerto en el movimiento de determinada mercancía no dependa del volumen movido de la misma, sino de lo que éste signifique dado el tamaño del puerto; es decir, se basa en lo que representa el movimiento de una mercancía sobre el tráfico total en el puerto, y por lo que se mueve en un conjunto de puertos del que se excluye el de estudio. Con ello, se consigue la especialización de las mercancías en los puertos y su relación con la estructura económica de la zona. De ahí derivan cinco niveles de especialización: primero (>50), segundo (entre 50 y 20), tercero (entre 19 y 10), cuarto (entre 9 y 5) y quinto (<5). El índice de diversificación de GibbsMartin analiza las relaciones bilaterales entre puertos respecto al tipo de mercancía movida conectando el número de toneladas movidas, con valores extremos en cero y uno (el cero indica que el volumen total de mercancías de cada puerto está concentrado en el envío/ recepción de un tipo de producto, lo que señala alta especialización del puerto, mientras el uno en varios tipos). De ahí salen dos modelos de puertos: entre 0,5 y 0,99 diversificados; y entre 0 y 0,49 especializados. De la especialización y volumen movido derivan categorías de puertos: diversificados de gran volumen, de volumen medio y de escaso volumen (de 0 a 1%, de 1 a 10% y de 11 a 15% respectivamente) y especializados de gran volumen, mediano y de escaso volumen (idéntica secuencia). Por último, el índice de Bird permite establecer diferencias cualitativas entre el tráfico marítimo de distintos puertos; mide las relaciones comerciales (con áreas de cabotaje, exteriores), la polarización de un puerto y su fuerza de atracción dentro de un subsistema portuario respecto al tráfico marítimo en una zona. Casi todos los índices muestran que en países desarrollados las redes de transporte se encargan de integrar conjuntos regionales, de diversificar funcionalmente el espacio y de movilizar cada vez mayor volumen de mercancías y personas. Velocidad y frecuencia de desplazamiento se han transformado en dos valores del progreso, siempre que vayan conjuntadas con la telemática y la telecomunicación. Pero hay distintos tipos y medios de transporte que conviene analizar independientemente. El terrestre se encuentra condicionado tanto por el medio físico como por sus objetivos, factores que inciden en el comercio. Se estructura dando lugar a redes, que pueden ser: –
282
Centralizadas, con trazado radial y emplazadas básicamente en países europeos. Parten generalmente de las capitales estatales y conectan centros industriales o de servicios. PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 9. Las actividades terciarias en las economías desarrolladas
–
Ortogonales, con líneas horizontales cortadas en forma de malla, típicas de los países nuevos para conseguir una explotación más amplia del espacio.
–
Lineales, por condicionamientos del medio o imposiciones del sistema de explotación colonial del espacio. Ambas son razones que las ubican en países dependientes.
–
Anárquicas, resultantes de poblaciones dispersas, medio complejo y larga tradición histórica de establecimiento de comunicaciones (como ocurre en los Balcanes).
Los tipos de transporte terrestre son cada vez más variados por las complementariedades que logran, pero pueden ser citados como más representativos los siguientes: –
Ferrocarril. Responde a las demandas de las sociedades que han conseguido un determinado grado de industrialización, con rápida evolución reciente en los sistemas de seguridad, aumento de la velocidad, modernización de líneas y material ferroviario... Todo conjuntado le ha convertido en transporte clave de la siderurgia y metalurgia, y más recientemente de movimientos de mercancías complejas y pasajeros. Sin embargo ha ido perdiendo enteros en favor de la aviación y carretera, lo que ha obligado a nuevas renovaciones, nacionalizaciones, rebaja de tarifas, rigor en la puntualidad, aumento de la velocidad en los desplazamientos de pasajeros... Sus redes en el mundo son complejas, pero las más densas se encuentran en Norteamérica, cada vez más especializadas en transporte de productos energéticos, minerales, ganaderos, maquinaria, y viajeros. Puede hablarse de tipología de redes ferroviarias: *
De penetración, integradas, de gran densidad, en regiones industriales y densamente pobladas (cuencas del Ruhr, Londres, región de los Grandes Lagos, diagonal de Japón, Sureste de Australia....).
*
Transcontinentales, construidas por razones político-económicas (Transiberiano, transcontinental iberoamericana). Entre las más representativas están las que conectan las vertientes norteamericanas.
Con todo, para que una línea de ferrocarril sea rentable ha de procederse al establecimiento de una serie de parámetros: cierre de las antieconómicas, mejora de servicios interurbanos, eliminación de paradas intermedias con ahorro de tiempo, racionalización de trayectos dobles, introducción energética de la electricidad... –
Carretera. Resurge de forma vertiginosa con el desarrollo del automóvil hasta configurar una verdadera red internacional de clasificación compleja porque en los países viejos suele ser centralizada o radial, pero con múltiples variantes. La facilidad del transporte de mercancías hace que sea una competidora eficaz del ferrocarril en desplazamientos de cargas inferiores a 30 Tm. La densidad se complica en las proximidades de las grandes urbes como consecuencia de los desplazamientos diarios. Puede hablarse de sistemas, con un americano que potencia los desplazamientos particulares, otro exsoviético que posibilita los colectivos, otros equilibrados como el francés, y los nórdicos muy planificados.
–
Otros transportes terrestres. Cabe aludir esencialmente a los trazados para abastecimientos de agua y energía. Pero también los cables aéreos son esenciales para el transporte especializado en estaciones invernales o industrial (en Jamaica la bauxita es movida por este medio). Los oleoductos llevan desde recursos energéticos hasta derivados lácteos; los más representativos son los instalados por los grandes productores de petróleo, y hasta por los consumidores para transportar el crudo recibido en la costa hacia los lugares de consumo (no es extraño que EE UU disponga de mayor trama con 300.000 km lineales).
GEOGRAFÍA E HISTORIA
283
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
En otros tipos de transporte la variedad cada vez es más significativa, pero resaltan los siguientes: –
Fluvial y marítimo. El fluvial en áreas desarrolladas ha sido reemplazado en gran medida por los anteriores, si bien es importante todavía en Europa Central y EE UU. Las vías fluviales suelen ser estatales y el comercio que fluye por ellas está en manos de pequeños comerciantes en Europa y de grandes compañías en EE UU. La navegación marítima sólo se acomoda a facilidades costeras y redes complementarias en los puertos. Además presenta ventajas innegables: la vía es libre, no necesita obras de conservación, admite el paso de grandes calados, es barata... Puede decirse que ha evolucionado significativamente el transporte de mercancías mientras el de pasajeros ha seguido una secuencia inversa con el sólo desarrollo de los desplazamientos de ocio. Al analizar las rutas el Atlántico ha dejado paso al Pacífico en el tráfico de mercancías, debido esencialmente al empuje económico de Japón y de la ASEAN. En zonas desarrolladas resalta el tráfico registrado en el Mediterráneo, pero también las rutas del Atlántico Norte (que une a la UE con NAFTA), Mediterráneo-Índico, El Cabo, Atlántico Sur (desde la UE a Iberoamérica), Canal de Panamá (del Caribe al Pacífico y viceversa), y Pacífico Norte (NAFTA y Esfera Asia-Pacífico). Según el valor de los puertos pueden ser: de refugio, ordinarios (naturales y artificiales) y comerciales. Según su función, de pasajeros, comerciales, de depósito, estaciones de correo, interiores, de escala, petrolíferos, pesqueros y bases navales. Los exteriores constituyen un tipo especial, con aguas profundas y típicos de la Europa Occidental (el ejemplo más representativo es Rotterdam). Pero en los países desarrollados todo puerto debe reunir condiciones como: anclaje seguro y protegido, profundidad adecuada, accesibilidad en todas las estaciones, comunicación interior fluida, y muelles de carga y descarga (los comerciales de dársenas especializadas, vías férreas y estaciones de contenedores). Subsidiariamente deberá disponer de diques secos y flotantes.
–
Aéreo. Es el tipo de más rápida y vertiginosa evolución tanto en transporte de pasajeros como mercancías. Sólo está supeditado a las condiciones meteorológicas y presenta grandes ventajas en movimientos a largas distancias o cuando se trata de desplazamientos rápidos o mercancías valiosas o perecederas. Sin embargo todavía es un medio caro por lo que las mercancías no suelen rebasar la décima parte de lo movido. En contrapartida ya moviliza a la tercera parte de los pasajeros (a la cabeza se sitúa EE UU). Existen dos tipos de líneas aéreas: las de compañías independientes que ofrecen vuelos chárter (transporte mediante contrato y bastante ceñidas a épocas vacacionales porque su función básica es el traslado de viajeros), y líneas regulares, con horarios fijos y servicios programados (a su vez presentan la dualidad de vuelos interiores e internacionales). El transporte de chárter no ha dejado de crecer, con la mitad de los desplazamientos realizados por compañías que se dedican sólo a este tipo de actividades. En vuelos regulares crecen espectacularmente las compañías asiáticas. A escala general el desarrollo de las redes aeroportuarias ha tenido efectos multiplicadores sobre otras redes de transporte, especialmente las terrestres. Como novedad los vuelos de tercer nivel (desplazamientos interregionales) ya comienzan a ser rentables por lo que el futuro de la aviación parece incontenible.
Otros medios de comunicación se condensan en el término telecomunicaciones, centradas en la información, y que constituyen sistemas eficaces y rápidos. Hoy conforman un cuarto sector debido tanto a su significado social como a la cantidad de mano de obra que 284
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 9. Las actividades terciarias en las economías desarrolladas
absorben. Aquí se incluyen teléfono, telégrafo, radio, prensa, televisión, informática, satélites... De ellos derivan accesos a información a través de videotex, cable, teletext... con un valor de las comunicaciones vital para la predicción del tiempo, prevención de catástrofes, desarrollo de los negocios, difusión comercial, fines políticos... Por ello se han dinamizado distintos tipos de lenguajes, y hasta se habla de la presencia ya de lenguas comerciales y francas. La telemática cuenta con redes diferentes a las de transporte y comunicación porque aporta flujos invisibles (teleflujos) que utilizan como campo de acción el sistema planetario, y que influyen a largo plazo casi sobre todos los territorios. Suelen basarse en la fibra óptica y el satélite; pero hay dos grandes grupos: –
Las redes cuyos soportes son la telefonía, microondas, satélites y fibras ópticas, lo que se conoce como redes digitales que suelen controlar Japón (como Estado) y EE UU a través de sus transnacionales (le permite disponer de la mayor extensión y cantidad de redes). La difusión de la telecomunicación telefónica constituye el mejor exponente del desarrollo mundializador de estos métodos. La red televisiva está controlada por estadounidenses y la UE.
–
Las redes de servicios telemáticos derivan de las informáticas y su relación con las telecomunicaciones. A su través se canalizan: servicios de producción y transmisión de datos (teletexto, telefax, datafax, burofax), de vídeo texto (videotexto, acceso a base datos), teleconferencias, y servicios de entretenimiento.
La mayor parte de los cambios experimentados por las sociedades desarrolladas no hubieran sido posibles sin la intervención de los medios de comunicación de masas. La nueva antropología cultural, la moderna sociedad de consumo, debe mucho a la estandarización conseguida a través de la difusión de imágenes o palabras. Su instalación en la vida cotidiana no sólo ha estandarizado consumo sino necesidades que el sistema industrial no satisfacía. Mensajes, nuevas ideologías, ruptura de fronteras, nuevos códigos de interpretación de la realidad... han mutado radicalmente las bases y códigos de conducta tradicionales de la sociedad industrial. Las fuentes de información no sólo se han irradiado sino diversificado extraordinariamente y además democratizado, lo que ha permitido su orientación puntual y específica (radios que difunden programas educativos, prensa económica). La información se ha pluralizado, pero también ha uniformizado comportamientos, difundido necesidades y valores y colaborado a crear al ciudadano consumidor. Puede incluso mantenerse que la materia prima del nuevo sistema industrial es la masa de consumidores. Los medios de comunicación se han transformado en incitadores al consumo al tiempo que objetos de consumo. Constituyen un eficaz medio comercial, hasta el extremo que una sociedad no informada y no informadora no es del bienestar. Hoy la renta per cápita ya se mide en número de televisores por hogar, de periódicos leídos por cada mil habitantes... El sector de la información es la clave del sistema actual, hasta el extremo que la actividad industrial se regula muy directamente por él. Los medios de comunicación de masas son los grandes protagonistas sociales, los creadores de la antropología del consumo. Pero la publicidad no es el único motivador del consumo, si bien transforma a las personas en individuos y a los individuos en masa, con motivaciones manipuladas por las técnicas de persuasión eliminando a la soberanía del consumidor. Cada vez son más las escuelas sociológicas que se inclinan por afirmar que el consumo es resultado de las técnicas comerciales de publicidad transmitidas por los medios de comunicación de masas. El verdadero vendedor es el intermediario publicista, el persuasor. Hoy lo importante es tanto el medio de producción como el de reproducción; el mejor dato es que la mayor dedicación de los directivos de empresas se destina a transacciones de información, porque ésta y su control son sinónimos de poder, y el verdadero puente entre productor y consumidor. GEOGRAFÍA E HISTORIA
285
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
El televisor es el tótem electrónico que satisface las necesidades secundarias de las personas. Y hasta la vida familiar se ha convertido en un auditorio, con un aparato central en la vida que modifica hábitos e introduce costumbrismos de otros lugares y culturas. Es el ocio de la cultura familiar, de una cultura despersonalizada, de la telegenia, que transforma al espectáculo en consumo. Es el más poderoso de los instrumentos de persuasión que influye decisivamente en los comportamientos consumistas diarios; pero menos de lo esperado en los políticos, religiosos o sociológicos de los individuos. Nacen nuevas estéticas audiovisuales, cinematográficas, televisuales, plásticas, radiofónicas, periodísticas... Se trata de primar lo instantáneo y efímero, lo universal y general sobre lo específico y local, lo popular sobre lo elitista; en una idea, la demanda sobre la oferta y la cantidad sobre la calidad en la mayor parte de las ocasiones. Se han generado nuevos estilos, formas, y se ha montado un hiperconsumo del que en gran medida son responsables los medios de comunicación de masas. La alta alfabetización conseguida en los países avanzados ha permitido que la lectura sea un fenómeno de masas y que la prensa diaria se haya generalizado y transformado en el mejor medio de explicación de los hechos. Hoy como medio de diálogo social la prensa es insustituible en las sociedades modernas. Se ha producido una gran concentración financiera y las nuevas tecnologías (fotocomposición, ordenador, transmisión de clichés a distancia, etc.) han imprimido mayor dinamismo al periódico. El poder de la prensa sigue siendo grande, pero no ha evitado la competencia de otros canales de comunicación. La radio es el medio más asequible y masivamente utilizado en todo el planeta. Su agilidad le confiere un papel insustituible. Pero la televisión ha tenido mayor poder de atracción y persuasión; en los países avanzados se encuentra controlada por los gobiernos como instrumento de poder. Las nuevas tecnologías (cable, satélite, antenas parabólicas) hacen al medio televisivo muy difícil de controlar y facilitan su internacionalización, mientras las grandes inversiones necesarias para su instalación han abierto la participación a grandes grupos financieros. Así, el control de las multinacionales convierte al poder de informar en un sucedáneo del poder del dinero. Periódico, radio y televisión venden ante todo información, que suele reflejar la ideología de los propietarios de los medios. Pero una forma específica de formar opinión es la publicidad, que juega con elementos psicológicos, afectivos y de prestigio social para incitar al consumo de un determinado producto. La difusión de información, ideas y mensajes publicitarios informa al ciudadano y le cambia hábitos de vida. Por último es preciso resaltar la incidencia de Internet.
3.2. Comercio Se inicia con la misma división del trabajo en las civilizaciones sumerias, egipcia y del valle del Indo, y con ellas los oficios e intercambios de productos por víveres y viceversa. Luego habrá que esperar centurias para llegar al comercio a gran escala. Lo evidente es que desde antiguo se crean las bases del comercio: diferenciación de productos, excedente, demanda de artículos, medios adecuados de transporte, y condiciones de mercado oportunas. Pero esas bases se encuentran condicionadas por las diferencias de recursos naturales entre países y por los excedentes de productos que generan, si bien todo excedente no tiene que dar lugar a intercambios porque se requiere la demanda antes del comercio. 286
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 9. Las actividades terciarias en las economías desarrolladas
Hoy el intercambio de productos de base o primarios por otros manufacturados constituye el aspecto más relevante de un comercio mundial facilitado por el desarrollo de los transportes y las estables bases políticas dentro del mundo desarrollado. El comercio se define como la intermediación entre producción y consumo, y su utilidad es cuádruple: –
Espacial (coloca los productos en el punto de demanda).
–
Temporal (en el momento adecuado).
–
Formal (en condiciones idóneas).
–
Y de posesión (en manos del comprador final).
Además, incluye transporte, almacenamiento y distribución. Puede ser de dos tipos: –
Interior. En áreas desarrolladas da lugar a las grandes superficies comerciales, proporciona dinamismo en las comunicaciones, provoca nuevos hábitos de compra, y se encuentra concentrado en manos de grandes empresas transnacionales, con la consiguiente disminución del pequeño comercio. En áreas socialistas se encuentra regulado por la planificación centralizada, con deficiente calidad, alta burocratización, y escasez en la diversidad de productos ofrecidos.
–
Internacional. Sus rasgos son: incremento constante de la diversificación, internacionalización bilateral y multilateral, y liberalización y concentración en grandes mercados o bloques. El GATT (OMC) ha propiciado que tres cuartas partes se encuentren en manos de Occidente, y en concreto de las multinacionales que penetran en todos los mercados, desarrollan técnicas avanzadas, ejercen un claro influjo político, y su tendencia es permanentemente expansiva. Los flujos son Sur-Norte (materias primas y productos energéticos) y Norte-Sur (industria y servicios).
Los productos intercambiados pueden ser agrupados en dos categorías esenciales: primarios, que circulan desde el mundo del subdesarrollo hacia el Norte; y secundarios, que lo hacen a la inversa. Pero también se producen intercambios entre productores de bienes manufacturados y de primarios (si bien es menos usual). Ello da lugar a los dos tipos de comercio citados: el interior (los bienes que compran y venden los miembros de una comunidad, especialmente intenso en los países desarrollados); y el exterior (intercambios de bienes entre dos o más países, con la salvedad de las autarquías empleadas por algunos con altos recursos). El exterior presenta las variantes de importaciones (entradas de productos procedentes del extranjero) y exportaciones (salida de productos al exterior). Lo razonable consiste en equilibrar ambas en valor. Entre producción y venta existe un circuito de distribución a través de una cadena de intermediarios. En la economía planificada la distribución está asegurada por el Estado, con servicios comerciales deficientes y mal abastecidos. En las áreas subdesarrolladas el autoconsumo y la práctica del trueque reducen considerablemente el comercio; pero también porque las redes de distribución son incompletas y el comercio es una actividad imperfecta. En las avanzadas se diversifica entre comercios tradicionales familiares, mercadillos, ferias... Y las nuevas modalidades que dan respuesta a las modernas necesidades (venta en grandes superficies, por correspondencia, a través de reuniones domiciliarias, autoservicio); dominan los hiper, con autoservicio y gran variedad de productos que han transformado la compra diaria en semanal o quincenal.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
287
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
3.2.1. El comercio interior: tipología y cambios La distribución es el conjunto de operaciones que aseguran la circulación de bienes y servicios entre la producción y el consumo. Es un subsector intermedio para muchos bienes y servicios, y al tiempo una actividad productiva de servicios y utilidades porque la comercialización añade un valor a los productos, unas utilidades: de lugar (los productos son situados en la localización accesible al comprador), de tiempo (en el momento adecuado), de forma (en las condiciones idóneas) y de posesión (desde el productor al comprador). Esas operaciones son realizadas por variados agentes y procedimientos múltiples, cuyas combinaciones (de agentes y cometidos) dan lugar a los circuitos comerciales de canal corto (venta directa) o largo (con múltiples escalones), y mayorista o minorista. En las sociedades desarrolladas el objetivo no sólo es producir sino vender, y en ese trayecto la distribución desempeña un papel propio, con las denominadas nuevas formas y el pequeño comercio; pero son numerosos los factores externos que inciden en la distribución. También los nuevos hábitos de compra, la heterogeneidad geográfica... Surge un sistema comercial dual: –
Las nuevas formas (superficies comerciales), que disponen de personal abundante y cualificado, usan técnicas eficaces de venta, desarrollan el autoservicio, aplican métodos racionales de gestión y organización...
–
El comercio minorista, caracterizado por el minifundismo empresarial, pequeño tamaño de los establecimientos, técnicas tradicionales de venta, localizaciones específicas con clientela próxima y a veces escasa...
La productividad y rentabilidad la consiguen hoy las empresas medianas y grandes, circunstancia que explica su difusión; luego las multinacionales consolidan gigantescos establecimientos sofisticados en técnicas de marketing, mecanización, informatización... Crean espacios singulares y diferentes a los comerciales interiores de las ciudades, en las periferias y con alta rotación de mercancías. Como nuevas formas pueden ser calificadas también las de asociación comercial, verticales (mayoristas-minoristas) y horizontales (mayoristas o sólo minoristas). Las principales son: –
Cadena voluntaria, o agrupación organizada de mayoristas a los que se adicionan minoristas para aprovisionamientos.
–
Cadena franquiciada, o establecimientos que se integran bajo contrato o licencia de franquicia en una cadena.
–
Cadena sucursalista, integrada por los establecimientos que pertenecen a una misma empresa central que asume las funciones mayoristas y minoristas.
–
Cooperativa detallista, o agrupación de comerciantes detallistas que se rigen por fórmulas cooperativistas, y que disponen desde gran autonomía hasta alta integración.
–
Cooperativa de consumidores, una sociedad destinada a montar establecimientos comerciales para suministro de bienes de consumo.
–
Agrupación de compras, empresa constituida por productores, comerciantes o consumidores para comprar conjuntamente y conseguir ventajas frente a los proveedores.
Los comercios han aumentado su tamaño, eficiencia y gestión y han remodelado las estructuras comerciales. Así, los grandes almacenes se emplazan en centros urbanos y 288
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 9. Las actividades terciarias en las economías desarrolladas
en edificios monofuncionales. Los almacenes populares lo hacen en barrios periféricos porque sus productos van dirigidos a clases con bajo nivel adquisitivo. Los autoservicios (supermercados, superservicios y autoservicios propiamente dichos) han alcanzado gran difusión en lugares bien comunicados y con facilidades de aparcamiento. Los autoservicios minoristas han experimentado un crecimiento exponencial. Los hipermercados han convulsionado el comercio y la demanda, se han hecho con el mercado de la alimentación, y más recientemente progresan en secciones como electrodomésticos, ropa y juguetería. Su competitividad deriva de su tamaño, gestión, servicios postventa (colocar las adquisiciones en el domicilio del comprador), y por emplazarse en lugares periféricos de suelo barato. Los centros comerciales designan a las áreas con concentración de comercios en una única unidad espacial y con gestión centralizada. En ellos se planifica la ubicación, el número de comercios, el emplazamiento junto a grandes áreas comerciales... Resaltan las cadenas especializadas en comercio concreto con una clientela que llega en automóvil y que espera recibir confort y calidad. Suelen estar conectados a grandes promociones inmobiliarias con las que mantienen intereses financieros. Cabe mencionar la presencia de nuevas formas de venta, entre las que resaltan la telecompra, la venta por máquinas automáticas, por catálogo, a domicilio... E incluso la actualización de los comerciantes independientes con absorción de empresas de servicio que prestan su trabajo conjunto (escaparatismo, ambientación, gestión). También la instauración de calles peatonales que se han especializado en un comercio organizado por asociaciones de comerciantes de calle para promociones conjuntas.
3.2.2. El comercio exterior: incidencia de la globalización En la antigüedad los medios de transporte limitaban las actividades comerciales por lo que se centraban en tráficos de mercancías de poco volumen, fácil transporte, no perecederas y no frágiles. De ello derivaban márgenes de beneficios amplios porque se trataba de productos valiosos (oro, plata, tejidos, seda, especias, marfil). Ya en la fase industrial los ejes tradicionales (encabezados por el Mediterráneo) se desplazan hacia el triángulo Europa-América-África, una situación que se mantiene hasta el siglo XIX cuando la Revolución Industrial introduce novedades: intercambios de mercancías sin que ya sea condición su peso o volumen, movimientos intercontinentales, progreso general de todos los transportes, introducción de normativas comerciales, incremento de la mano de obra dedicada a la actividad mercantil, creación de clases especulativas (importadores y exportadores), intervención del Estado en la construcción de infraestructuras, ligazón del comercio con otras actividades (industriales y financieras)... Con el siglo XX se mundializa la actividad comercial. En una primera fase los países desarrollados adquieren materias primas de otras partes del mundo. En una segunda se produce la especialización productiva por áreas regionales, lo que favorecerá enormemente a los países mejor preparados que se desentienden de actividades poco rentables para dedicarse a las más lucrativas; es ahora cuando ya se detecta el intercambio desigual, que desembocará en el fuerte endeudamiento de los países menos preparados y subdesarrollados. Y los mercados (locales, nacionales e internacionales) se rigen por los precios señalados por las Bolsas bajo la premisa de un comercio libre, si bien las intervenciones estatales o macroestatales se hacen cada vez más patentes no sólo con el mantenimiento de los monopolios, sino con actuaciones en precios mínimos. Los acuerdos preferenciales siguen esta vía, y hasta acaban en mercados comunes cuando se fusionan intereses económicos o de otro tipo entre una agrupación de países fuertes. GEOGRAFÍA E HISTORIA
289
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
Entre los grandes organismos internacionales del comercio figuran la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC), Asociación de Libre Comercio del Caribe (CARIFTA), UE, NAFTA (mercado común integrado por EE UU, Canadá y México), MERCOSUR (Mercado Común de los Países del Sur de Iberoamérica), Pacto Andino (PA), Mercado Común Centroamericano (MCCA), Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN), Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), y múltiples agrupaciones africanas y hasta asiáticas. Pero en estrecha relación con muchas de ellas se encuentran el Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, Organización Mundial del Comercio (OMC), la Organización Consultiva Marítima Internacional (IMCO), la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI)... En algunas de esas integraciones las relaciones comerciales adquieren alto grado al incluir desde zonas preferenciales a otras de libre comercio o uniones aduaneras. Las zonas preferentes de comercio consisten en un trato comercial favorable entre países; el tratado general de preferencias (promovido por la UNCTAD) las concede para productos específicos a los países subdesarrollados por delegación de los avanzados. Las zonas de libre comercio agrupan a países que eliminan entre ellos los aranceles pero mantienen los suyos frente a terceros. Las uniones aduaneras implican desarmes arancelarios entre los miembros pero establecen un arancel común frente al exterior. Un mercado común implica la libre transferencia de mercancías, servicios, capitales y trabajadores. Una unión económica elimina las restricciones al movimiento de mercancías y factores e implica armonizaciones de las políticas económicas (un paso superior es la integración económica). Con todo, el ejemplo de efectividad más representativo es la Unión Europea. Lo cierto es que productos alimentarios, materias primas y manufacturas constituyen la clave del comercio mundial (más de la mitad del mismo se realiza con manufacturas). El comercio internacional está dominado por el tráfico de productos primarios procedentes de los países subdesarrollados con destino hacia los más avanzados, mientras que estos reenvían productos elaborados y servicios. Petróleo y carbón más hierro y aluminio se configuran como productos de primera fila en el comercio mundial, con origen en el subdesarrollo y destino en los países del Estado del Bienestar. En sentido inverso va el tráfico de maquinaria, tejidos, muebles, calzado, química ligera, tecnología, asistencia técnica... El comercio más intenso se da entre los países miembros de la OCDE, integrada por los más avanzados del mundo. Ese comercio internacional proporciona una serie de ventajas: permite disfrutar de bienes no producidos en el lugar de consumo, la elección entre mayor número de productos, conseguir bienes más baratos que los propios, la especialización económica, el incremento de los niveles de vida, y el desarrollo económico de los países. Pero una nación no puede desembolsar en compras más de lo que consigue en ingresos. Cuando las necesidades obligan se llega al endeudamiento, que sólo en parte se ve limado con las exportaciones invisibles; se trata de los servicios (derechos de embarque, transporte aéreo, operaciones bancarias, seguros, rentas de inversiones, ingresos por turismo). De ahí derivan las cuentas internacionales de los países: balanza comercial visible, artículos invisibles, y capitales transferidos. El comercio internacional permite comprobar la evolución económica de los países y los cambios en la especialización internacional: como los productores agrarios tradicionales diversifican sus ventas, los manufactureros desplazan sus actividades a los subdesarrollados aprovechando las ventajas comparativas, y las industrias producen en serie y a costes muy rentables como consecuencia de la automatización. La ventaja comparativa es aprovechada por grandes empresas que hacen uso de las diferentes dotaciones de recursos entre países y se apropian de las economías de escala. Hoy el comercio internacional reúne varios rasgos: –
290
Es creciente a pesar del proteccionismo, va por encima incluso de la producción, y está dominado por los productos manufacturados entre países desarrollados porque estos son los grandes productores (encabezados por EE UU, Alemania, Japón, FranPROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 9. Las actividades terciarias en las economías desarrolladas
cia y Reino Unido que totalizan casi la mitad de las importaciones y exportaciones mundiales; pero casi el cincuenta por ciento está en poder de Europa Occidental). Tres cuartas partes del comercio se ejecuta entre los países avanzados, los miembros de la OCDE. El grueso de la exportación son productos manufacturados, mientras combustibles y derivados agropecuarios rondan la décima parte respectivamente. –
Crece el comercio intraindustrial, no entre industrias diferentes sino dentro de las mismas agrupaciones industriales, lo que permite la especialización, la diversificación de productos y la competencia entre modelos, con innegables ventajas para el consumidor. Pero ello ocurre sólo dentro de los países avanzados.
–
Aumenta la competencia internacional con apertura a las compras en muchos países, lo que se traduce en mayor oferta de productos para el consumo. Ello se debe a la irrupción de nuevos exportadores masivos, como Japón, Singapur, Corea del Sur, Taiwán... Y explica también que EE UU pierda cuotas de mercado mundial de manufacturas.
–
Se dan cambios en los factores productivos que incorporan las exportaciones. Hoy los países desarrollados exportan productos industriales conseguidos mediante economías de escala o diferenciados con el sustrato de una amplia base científica. Decaen los recursos naturales o los productos que requieren gran cantidad de trabajo; y ello se traduce incluso a las importaciones.
–
Se internacionalizan los procesos productivos. Se habla de la fragmentación de la cadena de producción, plasmada en el mencionado comercio intrafirma.
La evidencia muestra que el comercio es un catalizador del desarrollo, tanto más cuando se van eliminando los obstáculos a la movilidad de recursos y se va acentuando la acumulación de capital. Por ello el desarrollo procede a la transformación continua del patrón exportador y al establecimiento de continuas estrategias comerciales, aunque ha habido dos tradicionales, y una tercera más rentable: –
La exportadora de productos primarios, que todavía define a los países subdesarrollados, y que ha alumbrado los modelos centro-periferia, las teorías del crecimiento empobrecedor, del intercambio desigual...
–
La industrialización sustitutiva de importaciones, también en los países desfasados, que ha aportado mayor productividad, incorporación tecnológica, ruptura con los modelos más tradicionales... Se ha sustentado en el proteccionismo industrial y arancelario, pero ha aislado a las economías de los mercados y deteriorado las balanzas comerciales.
–
La rentable ha sido la industrialización orientada al mercado internacional, la de los Nuevos Países Industrializados. La producción se ha visto sometida a la competencia internacional (lo que ha eliminado a las actividades no rentables). De ahí ha derivado la obtención de calidades y la continua revisión de los costes de producción. Estos países han exportado al mercado mundial pero al tiempo han incorporado de él tecnología, métodos de gestión, factores de producción... Esta orientación exportadora permite deducir una ventaja sobre las otras dos vías mencionadas, la superioridad de la exportación por razones tanto técnicas como económicas, que se plasma en una serie de explicaciones: aumento de la productividad al centrar los recursos en el uso más productivo, obtención de una especialización horizontal (con gamas estrechas de productos comercializados intraindustrialmente), innovación tecnológica continua, una competencia que ha obligado a la revisión continua de calidades y precios...
GEOGRAFÍA E HISTORIA
291
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
Actualmente la relación real de intercambio entre países desarrollados y subdesarrollados se deteriora por dos motivos: –
La demanda de productos industriales se expansiona más que la de primarios como derivación del incremento de las cotas de bienestar en los países ricos.
–
Los productos primarios han visto estabilizados sus precios, lo que no ha influido en el auge de la demanda.
Pero también por la existencia de proteccionismos con aranceles, cuotas, normas sanitarias... medidas que han proliferado y que son discriminatorias para los países peor preparados. No rompen la disciplina internacional porque suelen ser de carácter bilateral y se compaginan con los avances de la reducción arancelaria.
3.3. Las actividades administrativas: públicas y privadas Las organizaciones administrativas cristalizan servicios sobre el territorio. Al tiempo la globalización despliega los servicios administrativos internacionales. Dada la variedad de situaciones políticas e históricas los modelos organizativos de administración territorial son complejos y diversos. Las actividades administrativas pueden ser de tres tipos: públicas nacionales e internacionales, y privadas o empresariales. Su análisis se convierte en extremadamente complejo al estar influidas permanentemente por decisiones claramente coyunturales y políticas (sí están definidas por unas pautas genéricas, aunque luego específicas en razón del nivel de desarrollo del país y sistema político). Las privadas o empresariales se definen por la división técnica interna, la multiplicación de corporaciones, por las tareas tanto directivas como laborales, alto uso de la información, dispersión espacial, y una difusión planetaria. Buena parte de las tareas directivas y de gerencia se proyectan a las distintas divisiones de una empresa al objeto de maximizar la capacidad productiva, lo que implica ajustes temporales, espaciales, y fases de producción y postproducción. Para ello se requiere información, que permitirá diseñar planes estratégicos.
3.3.1. Públicas Las públicas nacionales se corresponden con los servicios administrativos que ejecutan decisiones políticas. Desempeñan un alto peso en el funcionamiento nacional, y contribuyen decisivamente al crecimiento de un país. Las públicas internacionales desarrollan parecidas funciones aunque su contribución e importancia es muy superior. A veces, unas y otras, también se caracterizan por su colapso o ineficiencia, generalmente por razones políticas. Representan la cristalización del instrumento que se utiliza para ejercer el poder. Constan del núcleo de decisiones y de unos órganos encargados de garantizar su ejecución. Es decir, foco de decisión y servicios investidos de competencias sobre materias específicas. Las funciones son múltiples: legislar, juzgar, ejecutar, controlar, defender, planificar, recoger y distribuir fondos. De ahí que el crecimiento de la máquina estatal haya sido continuo tanto en cantidad como en variedad de funciones.
292
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 9. Las actividades terciarias en las economías desarrolladas
Sobre un territorio se distribuyen órganos, competencias y ámbito abarcado, configurando una malla. Territorio y gobierno resultan inseparables, lo que en niveles nacional y regional da lugar a cuatro grupos: –
Unitarios o centralizados.
–
Federales, donde existe una autonomía territorial mínimamente limitada.
–
Cuasifederales, donde se da autonomía territorial limitada porque el gobierno central retiene importantes poderes.
–
Auténticamente federales, donde se ejerce en cierta gama de funciones.
Otra clasificación (Bennett) alude a: sistemas fundidos, típicos de países centralistas; duales, como ocurre en Inglaterra; de jerarquía dividida, propia de Escandinavia; y de las antiguas democracias socialistas, con una forma especial de interdependencia central-local. En todo caso los criterios utilizados para la distribución de competencias dentro de un Estado son: identidad colectiva, eficiencia técnica, área de beneficio, y preferencias de los ciudadanos y empresas. La evidencia indica una expansión muy apreciable del sector público en los países avanzados, lo que convierte a las administraciones públicas en cliente principal del mercado interior y en consumidor nada desdeñable en el mercado exterior. El intervencionismo administrativo fomenta el consumo, las políticas fiscales actúan en la redistribución de la renta, y el gasto público interviene en los servicios sociales, aún a costa del déficit presupuestario. Puede decirse, por tanto, que la administración pública es empresaria y organizadora social. Pero desde la crisis de 1973 se ha llegado a la crisis fiscal del Estado y a la descentralización como resultado de la presión de movimientos étnico-culturales. En el primer caso la imbricación tan estrecha entre las administraciones públicas y la actividad económica es la causa explicativa, que ha afectado a la organización administrativa del Estado asistencial. La economía capitalista moderna descansa en las administraciones públicas, que desempeñan un papel clave en la estabilidad de los precios y empleo, protección de los recursos, regulación de los conflictos sociales... La función pública se emplea como recurso, de forma que sea posible manipular la política de empleo, al tiempo que las vinculaciones laborales flexibles le permiten reducir sus efectivos permanentes. Por su parte, el desafío descentralizador ha convertido a las administraciones públicas en instrumentos aproximados a las instancias decisorias de los ciudadanos; ha alumbrado nuevos niveles de gobierno como respuesta a las demandas sociales; y ha producido el federalismo cooperativo con autoridades locales y regionales que inciden en los procesos de elaboración de políticas públicas nacionales. Se trata de dos agrupaciones de intereses, la topocracia.
3.3.2. Privadas Los territorios que albergan los focos de decisión de las grandes compañías transnacionales pronto se convierten en centros de poder, capaces de concentrar otros centros de servicios (profesionales, financieros, asiento de la administración pública y del poder político). Hoy, sin embargo, se tiende a la descentralización, como consecuencia de la irradiación planetaria de muchas de estas multinacionales. Puede decirse que hay dos modelos de localización de las sedes centrales de las empresas: –
El funcional, que prefiere las grandes ciudades al ofrecérseles un complejo de servicios.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
293
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
–
El sectorial, con predilección sobre las aglomeraciones de actividades productivas de un sector determinado.
Las hay creadoras de servicios y absorbedoras de servicios, como se comprobará más adelante.
3.3.3. El ejemplo de la salud En las prestaciones al sistema de servicios de salud se complementan administraciones públicas y empresas privadas. La Organización Mundial de la Salud la define como el estado de completo bienestar físico, mental y social. Por ello, el sistema sanitario se considera como un servicio esencial (junto con la educación), lo que obliga no sólo a su desarrollo integral, sino a modificaciones continuas como derivación de las innovaciones tecnológicas. En el sistema capitalista occidental, donde la salud está subordinada a la producción, el sistema de salud está integrado por dos componentes: recursos y organización. Pero existen tres modelos de sistemas de salud (si bien las combinaciones resultantes pueden ser múltiples): –
Liberal, con medicina privada, especializado y de alta calidad pero que perjudica claramente a las clases sociales peor colocadas.
–
Servicio nacional de salud, con acceso socioeconómico total, y que puede ser centralizado y descentralizado (y a su vez con grados de autonomía diferente).
–
Mixto, con cobertura parcial del sector público.
Las características propias del sistema de salud son: la existencia o no de universalidad en las prestaciones, la globalidad o parcialidad ofrecida por el sector público, la accesibilidad (socioeconómica y geográfica), y el grado de movilidad (convenios regionales, internacionales). La salud pública incluye organización, planificación, administración y evaluación de servicios preventivos, curativos y de rehabilitación. La sanidad pública interviene mediante políticas coyunturales, estructurales y sectoriales o generales. El gasto sanitario se expresa en unidad monetaria per cápita o en porcentaje del PNB, porque en los países desarrollados la política sanitaria se vuelca en la búsqueda de la justicia, equidad y universalización de la asistencia, pero intentando conseguir el equilibrio entre la oferta institucional pública y privada. Recientemente la crisis del Estado del Bienestar ha introducido las soluciones particulares con la estandarización de seguros médicos. Los recursos sanitarios son materiales, humanos y normativos. Los materiales están integrados por los establecimientos sanitarios, equipos de diagnóstico, farmacia... Desde la perspectiva asistencial resaltan los escalones de atención primaria (en un nivel comunitario), y secundaria y terciaria (servicios especializados). Pero, también, pueden ser clasificados atendiendo a la dependencia patrimonial: públicos y no públicos (instituciones benéficas, negocios de salud). Los recursos técnicos son cada vez más variados y completos en los Estados del Bienestar. Los humanos son hospitalarios y extrahospitalarios, e incluso los primeros compaginan su actividad pública con la privada; su volumen se mide de diversas formas (número de médicos por cada 100 camas hospitalarias, de enfermeros por médico). Los recursos sanitarios se distribuyen de acuerdo a modelos: – Utilitario, con la búsqueda de la eficiencia. – Igualitario, con homogeneización en la igualdad de resultados. – De igualdad de acceso desde la perspectiva social y territorial. – De mercado, con el libre juego entre oferta y demanda de servicios. 294
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 9. Las actividades terciarias en las economías desarrolladas
La sanidad, por constituir un servicio directo a la población, obliga a la intervención estatal en casi todos los países, especialmente para corregir desajustes y establecer accesibilidades al recurso necesitado. El espacio juega así un papel esencial en la aplicación de políticas de salud. Pero la salud afecta indirectamente al espacio cotidiano (y a la inversa, pero de forma directa). Así un hospital puede ser un agente económico en ciudades pequeñas, y cada equipamiento sanitario complejo es deseado en proximidad (un hospital especializado) o indeseado (un centro psiquiátrico). Puede decirse que este servicio (como otros muchos) es interdependiente en muchos sentidos: entre lo público y privado, con otros servicios, con el territorio...
3.4. Servicios colectivos y servicios a las empresas 3.4.1. Servicios colectivos Se centran en los siguientes: docente, sanitario, religioso, asistencial (guarderías, residencias de ancianos), cultural, deportes y ocio, parques y jardines, de orden, y seguridad e higiene (penitenciarías, comisarías, cementerios). Todos están mostrando un aumento global, pero con tendencias dispares según el tipo de servicio. Además los grupos sociales de más renta gastan más servicios mientras los de menor renta hacen uso sólo de más servicios sanitarios. Pero influye también el tamaño de la familia nuclear (las unipersonales consumen más servicios externos como limpieza, guarderías, ocio). Incide también el valor o precio de los bienes, de ahí que el gasto en complementarios se reduzca en favor de los duraderos y básicos. Asimismo los cambios culturales, el uso del tiempo, las necesidades de la oferta laboral, la irradiación de la urbanización, las nuevas tecnologías... Al tiempo los factores de demanda y uso de equipamientos colectivos, como su rentabilidad medida en explotación pública y sobre todo privada. De ahí que incida también la calidad, precio, horario, coste de accesibilidad. La gestión corresponde generalmente a las administraciones públicas aunque participa la iniciativa privada (educación, sanidad) y hasta fundaciones y organizaciones voluntarias. La demanda de calidad en la prestación de estos servicios colectivos ha dado lugar a la entrada de las transnacionales. Pero, también, se han mutado formas tradicionales; así cada vez es más fácil estudiar en el extranjero, el servicio al consumidor se internacionaliza (instituciones docentes que se establecen en varios países), y se estandarizan los fenómenos culturales, deportivos, políticos... capaces de arrastrar más allá de las fronteras a masas humanas. En países desarrollados el objetivo es reducir las desigualdades regionales, los contrastes rural-urbanos y conseguir un acercamiento al mercado. Es decir, ajustar los mapas y zonaciones a las necesidades y equipamientos. Cada vez está más claro que incide tanto el tamaño demográfico como las características de la población demandante de esos servicios colectivos. Al tiempo, dentro de la ciudad se trata tanto de consolidar funciones (educativas, sanitarias) que inciden y condicionan desarrollos, como de equilibrar dichas funciones para que sea surtida la mayor cantidad de prestaciones. Sin embargo uno de los mayores problemas de las dotaciones intraurbanas de servicios es que los barrios presentan diferentes composiciones sociales, lo que ha conducido a discriminaciones socioespaciales; se ha comprobado la existencia de modelos radiocéntricos de equipamientos, con zonas centrales bien dotadas y descenso hacia el exterior, como también modelos que funcionan a la inversa cuando las clases bien situadas se han desplazado a los extrarradios. De una u otra forma las implicaciones sociales y políticas son claras, por lo que cada vez disponen de mayor importancia las planificaciones de servicios colectivos. El objetivo es evitar las GEOGRAFÍA E HISTORIA
295
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
segregaciones socioespaciales por niveles de equipamiento de servicios colectivos, meta compleja porque tras las intenciones igualitaristas se encuentra la realidad de que todas las clases sociales no consumen la misma cantidad y calidad de servicios colectivos. Esa misma circunstancia se plantea en las externalidades porque los efectos externos originados por una instalación poseen un campo espacial alrededor de ella; y el tamaño del campo de externalidad es función del tipo y magnitud de la instalación (un parque urbano incide más que una zona ajardinada). Pero la demanda de un servicio siempre dependerá del tipo de población. En el medio rural los equipamientos suelen ser deficitarios por menor volumen de la demanda, inferior capacidad económica... Allí la eficiencia del gasto en inversiones de equipamiento disminuye, lo que se traduce en desdotaciones que a su vez empujan a la emigración, y aportan falta de equidad, desintegración social... No obstante la contraurbanización en muchos casos se está encargando de paliar estas deficiencias.
3.4.2. Servicios a las empresas Van hacia un mercado que no es el final, sino otras empresas. Se trata de servicios especializados con un significado cada vez más crucial. Pueden ser resumidos en los siguientes: asistencia y asesoramiento jurídico, inversión y financiación, proyectos, asesoramiento contable o contabilidad, gestión de personal, impuestos o clientes, tratamiento informático de datos, auditorías, selección de personal, servicios de limpieza, seguridad, control de productividad, diseño, control de calidad, desarrollo tecnológico, estudios de mercado, publicidad, comercialización, transporte... En unas ocasiones se trata de servicios ligados internos (que se autoproporciona la propia empresa); en otras las empresas se complementan entre sí (las de informática a las manufactureras...); y en la mayor parte de los casos se trata de empresas que prestan servicios al mercado, y que son las que más tienden a la internacionalización de sus prestaciones. Cuando son públicas su objetivo suele ser científico o político mientras que las privadas sólo se rigen por principios de rentabilidad. La demanda de dichos servicios depende del tamaño de la firma, el tipo de actividad industrial, y la clase de servicio (generalmente mantenimiento, limpieza, seguridad, asesoría, publicidad y distribución). Hoy dicha demanda radica en varios hechos: la obtención de prestaciones especializadas con mejores rendimientos que los propios, el deseo de muchas compañías de desprenderse de servios propios de baja o muy alta cualificación, la incapacidad de las medianas y pequeñas empresas de mantener exceso de personal... Luego inciden factores globalizadores como la complejidad creciente del comercio internacional, de la fiscalidad, de la informática, de las nuevas tecnologías... Puede hablarse así de empresas prestadoras de servicios de diferentes tipos: técnicas, funcionales y sectoriales. En cualquier caso es un sector servoindustrial e inmaterial en los procesos de producción industrial. Se ha llegado incluso a la internacionalización de los servicios a las empresas, con multinacionales de servicios a los clientes, servicios intrafirma realizados por empresas multinacionales, y destinados a clientes externos (los fabricantes de productos informáticos a menudo disponen de las mismas empresas de asesoramiento en marketing, publicidad). Las multinacionales prestadoras de servicios se concentran en determinadas actividades (negocios, información especializada, consultoría, publicidad). Pero la desigualdad espacial es la norma porque los países desarrollados detentan casi el 85% de dichas empresas, específicamente EE UU con dominio de los servicios de auditorías, contabilidad, publicidad, consultoría estratégica, ingeniería industrial y servicios financieros; en Japón dominan los de marketing y publicidad y negocios internacionales. 296
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 9. Las actividades terciarias en las economías desarrolladas
La centralidad de los servicios prestados a las empresas acentúa procesos tales como la sobrevaloración de los precios de suelo, inmuebles y locales, dinamización del desarrollo regional, expansión de las empresas locales... Todo lo mencionado conduce a la idea de unos servicios a las empresas que se han ido transformando en actividades básicas, hasta alumbrar incluso tecnopolos (parques tecnológicos) destinados a la promoción de I+D (Investigación más Desarrollo). No se trata ya de centros industriales sino de servicios que reclaman y demandan otros servicios complementarios. Ahora se ven implicados servicios universitarios, de investigación, telecomunicaciones, sanidad, empresas de alta tecnología, ocio, cultura...
3.4.3. Servicios financieros El sistema financiero proporciona servicios que facilitan el comercio por medio de operaciones a diversas escalas territoriales y entre numerosos agentes sociales. Los principales agentes son: la banca oficial (central de cada país y bancos oficiales), la central (de titularidad pública que regula las materias financieras y hace cumplir las reglamentaciones), la bolsa (para contratación pública mercantil de títulos o valores), la banca industrial y de negocios (que invierte en empresas industriales), la comercial (se centra en operaciones en el sector comercial y servicios, si bien coincide a grandes rasgos con la industrial), las cajas de ahorro (exentas de lucro mercantil, pero ejercen las operaciones típicas del resto de entidades financieras), las cooperativas de crédito (que sirven a las cooperativas y a sus asociados, como en España las Cajas Rurales), las sociedades y agencias de valores (cuya actuación está reservada a ese mercado), las compañías de seguros (con el objeto en el seguro, reaseguro y capitalización, aunque su papel es de intermediación financiera), otros agentes financieros (sociedades de financiación de compras y ventas, de alquiler con opción a compra, de garantía recíproca, de crédito hipotecario, de inversión colectiva), y bancos internacionales, nacionales, regionales y locales (según su área de operación). Las operaciones financieras se han liberalizado, al tiempo que también se ha desregularizado el régimen y controles sobre la inversión y la banca extranjera en los países más avanzados. La internacionalización bancaria ha sido la resultante, con la derivación de concentraciones y fusiones y la creación de gigantescos holding financieros. Hoy se funciona mediante nuevas relaciones de clientela (cajeros automáticos, tarjetas de crédito, banco en casa a través del ordenador o videotex) y formas internas (introducción de métodos informáticos, reducción de personal administrativo, incremento del especializado). Además, documentos físicos como talones, letras... se ven sustituidos por redes telemáticas, y las relaciones con el cliente cada vez se diversifican más hacia el teléfono, se establecen horarios amplios... En suma, se sustituyen los desplazamientos del cliente por flujos de información y se reducen sucursales con puntos de servicio automatizados. A escala internacional, la supremacía de la banca japonesa es indiscutible. A otra local, la actividad financiera se concentra en núcleos urbanos muy relevantes a los que ya se denomina centros bancarios internacionales. Los primarios son Londres y Nueva York; otros son de registro (Caimán, Nassau); los de acopio son un tercer tipo (Singapur, Panamá); y los de recogida son los últimos (Bahrein). Generalmente los grandes centros financieros mundiales son los que concentran bolsas de valores, operaciones de seguro y reaseguro, bolsas de comercio, servicios financieros especializados... (los centros offshore son comparados con las zonas económicas libres porque operan de forma más libre y con menor cantidad de presión fiscal). Al tiempo se trata de lugares con alta estabilidad social y política, emplazamiento geográfico accesible, con modernos equipamientos e infraestructuras...
GEOGRAFÍA E HISTORIA
297
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
Dentro del espacio urbano los servicios se irradian y diversifican mientras los especializados se polarizan. Así crecen las oficinas bancarias que se han transformado en gestoras de las economías domésticas. Y se han expandido por el fenómeno de la competencia, derivado de la desregularización e internacionalización. Con todo, el centro de la ciudad sigue siendo el financiero, mientras las sucursales operan y se distribuyen en razón de las cuentas de depósito disponibles por áreas. A una escala macro resulta además que las relaciones económicas internacionales no son reales exclusivamente, sino financieras. El dinero es un medio de pago estándar y un símbolo de valor, pero existen monedas (dólar, yen y euro) de referencia con respecto a las cuales se fija el valor de otras. Éstas son las acaparadoras de las transacciones comerciales internacionales. Los mercados de divisas y de tipos de cambio son los encargados de la provisión de esas monedas, y se forman en función de la oferta y demanda de cada divisa (monedas de otros países vendidas en los mercados de cambio). La existencia de países deudores y otros acreedores y la posesión de títulos financieros por parte de agentes de diferentes países dan como resultado mercados financieros muy activos e interdependientes. Un ejemplo paradigmático es el euromercado, no sometido a legislaciones nacionales, de mayoristas (banca o grandes empresas), e innovador, y que desarrolla operaciones interbancarias (depósitos de bancos de un país en bancos de otros en moneda distinta a la del depositante), préstamos sindicados (que se conceden por prestamistas con participación de varias entidades para diversificar riesgos), eurobonos (títulos representativos de deuda a medio y largo plazo)... Hoy se puede hablar de la globalización de los mercados financieros, que ya funcionan como un único mercado mundial con un alto volumen y movilidad internacionales de capital, y crecimiento de los riesgos para cualquier país que puede verse desestabilizado (su política económica siempre es más débil que la del mercado financiero único). En el tráfico comercial también intervienen los bancos que movilizan el ahorro de los ciudadanos. La banca se define como el conjunto de organismos que facilita los pagos de particulares y empresas por medio de préstamos. Es la intermediaria entre poseedores y solicitantes de capital, y actúa por medio de letras de cambio, billetes, cuentas bancarias y tarjetas de crédito. Hoy el sistema bancario está compuesto por bancos comerciales o de depósito (que captan el ahorro privado y tienen como principal objetivo conseguir el máximo beneficio para sus accionistas); y bancos de negocios o industriales (que intervienen en la creación y financiamiento de empresas). Unos y otros se han ido convirtiendo en bancos mixtos: los comerciales operan con empresas, mientras los de negocios abren oficinas al público. Son también agentes de diferenciación espacial. Al ser centros de captación y distribución de capitales deciden dónde van las inversiones y créditos, con gran responsabilidad en los desequilibrios regionales, tanto internos de los Estados como interestatales. Por último, son un factor decisivo de la mundialización de la economía: la aparición de instituciones financieras internacionales modifica la actividad y emplazamientos económicos. Entre ellas, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial promueven inversiones públicas o privadas en el extranjero.
4. LA ESTRECHA RELACIÓN ENTRE COMERCIO Y TRANSPORTES: DE LAS REDES ESPECÍFICAS A LA RED MUNDIAL La situación del comercio se ha visto condicionada tradicionalmente por el desarrollo de los transportes; pero hoy ningún país avanzado puede vivir al margen de una corriente 298
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 9. Las actividades terciarias en las economías desarrolladas
comercial exterior porque su balanza de pagos es resultado de todas las transacciones económicas, incluyendo intercambio de mercancías (balanza comercial), de servicios (exportaciones invisibles, seguros, patentes, turismo), y de capitales. Las redes de transporte definen la situación económica de un país y el comercio refleja los fuertes desequilibrios del mundo actual. Los países desarrollados de economía de mercado dominan los intercambios mundiales, y los Norte-Sur se sitúan en términos de flagrante desigualdad, con fuertes fluctuaciones de precios que perjudican cada vez más a los países subdesarrollados; mientras los productos industriales aumentan de valor los primarios se encuentran condicionados por la demanda y no por la oferta. Unos y otros son movidos desde el Norte por su disponibilidad, posesión y coste de los transportes. Otra característica es que el comercio exterior se encuentra regulado por los Estados, la OMC, la UNCTAD... El control comercial reside en pocas manos, con dos figuras clave: la Bolsa y la sociedad transnacional. Las grandes Bolsas, emplazadas sólo en áreas desarrolladas, ejercen una fuerte tutela sobre los intercambios; allí se fijan los precios de los productos agrícolas y minerales. Las sociedades multinacionales son dueñas de los fletes, aseguran un tercio del comercio mundial, han contribuido a la división internacional del trabajo, y diversificado los flujos comerciales. Producción y disponibilidad de movimiento son causas explicativas del dominio del Norte. Los transportes modifican las economías regionales, y de ellos depende la localización de las actividades económicas y el reparto geográfico de la población. El ferrocarril fue el gran protagonista del siglo XIX alcanzando su apogeo en el XX cuando se destina a la conquista de nuevos espacios y forma ejes de poblamiento en países nuevos desde donde salían las mercancías. Mientras, en los países subdesarrollados continúa constituyendo un factor esencial de impulsión económica. Pero ha debido adaptarse a las nuevas necesidades; así, desde la década de los sesenta se asiste a una activa modernización de infraestructuras y material. Se ha introducido la alta velocidad y el empleo de contenedores que agiliza considerablemente el transporte de mercancías; el aumento de confort y de servicios al viajero le está devolviendo papel protagonista, significativo cuando se crean espacios económicos supranacionales (como el europeo). La carretera es la gran triunfadora en los transportes del siglo XX, gracias al automóvil y al camión. Su importancia ha generado una completa jerarquía: desde las vías rurales, hasta las redes regionales, nacionales e internacional, con la construcción de grandes transcontinentales y autopistas de circulación rápida. Su agilidad permite articular mejor el espacio regional y local, y competir perfectamente con el ferrocarril en trayectos cortos y pequeños volúmenes. El automóvil ha supuesto un profundo cambio social y cultural, a la vez que se ha convertido en agente de desarrollo industrial. El marítimo es el transporte internacional de mercancías por excelencia, con gran importancia durante la etapa de la Revolución Industrial cuando constituyó la máxima expresión de los intercambios entre los países industriales y los proveedores de materias primas. Se caracteriza por ser de grandes masas, a largas distancias y con bajas tarifas. Ello explica que aún hoy cubra tres cuartas partes de los intercambios internacionales, y que favorezca los cambios de la economía de escala a través de las distintas innovaciones de que ha disfrutado. Después de la Segunda Guerra Mundial tiende al gigantismo, y con el nacimiento de la gran navegación de cabotaje, los superpetroleros, los buques frigoríficos... se redujeron considerablemente los costes. El último adelanto ha sido el uso del contenedor para las mercancías diversas, que representan dos tercios del tráfico marítimo (hoy los portacontenedores alcanzan la mitad de la flota mundial). Está dominado por compañías fuertemente vinculadas a bancos y empresas aseguradoras, y entre las primeras potencias figuran los grandes países y otros de tradición marinera (Suecia, España, Noruega), mienGEOGRAFÍA E HISTORIA
299
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
tras los pabellones de complacencia dan facilidades laborales y fiscales a sus flotas (Liberia, Panamá, Honduras). Recientemente han surgido otras grandes potencias comerciales marítimas (Hong Kong, Corea del Sur, Taiwán). El tráfico aéreo confiere a los flujos carácter planetario. Desde principios de los setenta ha experimentado un crecimiento espectacular: –
Ha quintuplicado el número de pasajeros por kilómetro recorrido.
–
Ha arrebatado el transporte de viajeros a la navegación marítima, y en gran parte al ferrocarril.
Explotado por grandes compañías, con intervención estatal, es decisivo en los países industriales, e indispensable en los poco equipados en otros medios de transporte. Los vuelos no regulares y los organizados con fines turísticos están acaparando una importancia cada vez más decisiva. Pero los transportes se hallan mucho más desarrollados en las regiones más activas porque una red introduce un efecto multiplicador, y genera nuevas actividades que a su vez reclaman más comunicaciones. Los movimientos de flujos de mercancías y personas se traducen en unas líneas de transporte que confluyen en nodos, lugares de convergencia de las líneas. Nodos y líneas forman las redes, entre las cuales también se introduce una jerarquía. La mayor o menor eficacia de una red depende de su conectividad o grado de integración, accesibilidad y densidad, y su morfología es buen indicador del nivel de desarrollo de una región. Una red dentrítica enlaza ciudades en línea y deja al resto del territorio incomunicado y sin posibilidad de sacar sus mercancías. Una radial aporta fuerte confluencia de tráficos en un centro y da una figura de tela de araña que comunica bien al territorio. Y una policéntrica dispone de mayor número de nodos y mejor accesibilidad, promoviendo un desarrollo más armónico. El aumento de la capacidad y velocidad del transporte y el descenso continuo de la relación distancia-tiempo y peso-precio está propiciando la configuración de una red mundial, el hecho más significativo del transporte de finales del siglo XX, con varios hitos: –
Se han creado cadenas completas de transporte transcontinental, integrando diversas tareas.
–
Las comunicaciones marítimas son las más densas.
–
Las aéreas son las más rápidas.
–
Las terrestres las más utilizadas.
Lo cierto es que redes regionales y continentales están interconectadas a través de los grandes nudos de confluencia que son los puertos y los aeropuertos.
5. OCIO Y TURISMO: UN SUBSECTOR CLAVE 5.1. El turismo: tipología y significado Fruto del desarrollo alcanzado por las sociedades desarrolladas el tiempo libre y la disponibilidad económica han transformado al turismo en una actividad tan representativa como el comercio o la industria. Parte del ocio se aprovecha haciendo uso de espacios definidos por una serie de caracteres y factores. De ellos derivan los sitios-decorados natu300
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 9. Las actividades terciarias en las economías desarrolladas
rales no urbanizados, urbanizados, los envoltorio, los sitios-decorados urbanos, y los sitiospostizos. Pero, también, inciden factores de civilización que hacen del arte y la cultura otro elemento de localización turística (con un buen ejemplo en las peregrinaciones, rutas del románico). Asimismo, otros llevan al turismo paracultural o mnemoma (memorial), al uso de los parques-diversión, jardines turísticos, conmemoraciones temáticas, exposiciones nacionales o universales... Por su parte, el turismo deportivo, de negocios y de congresos ha dinamizado regiones e incluso especializado a áreas o enclaves, aunque los dos últimos suelen escoger a las zonas mejor preparadas. En cualquier caso todas estas modalidades requieren medios de acogida, transportes eficaces, animación complementaria... Pero el peso de los factores socioeconómicos es clave para explicar la localización de los centros y flujos emisores, de lo que se infiere que al margen de los factores geográficos y de civilización los hechos económicos se encuentran en el origen de las motivaciones turísticas; paralelamente ciertas zonas disponen de un geopotencial turístico muy favorable. Y ambas circunstancias coinciden en el mundo desarrollado. Los recursos aprovechados por el turismo son muy variados: espacio (naturaleza en sí o para prácticas como senderismo, deporte de riesgo, caza, pesca), fiestas y festejos populares, gastronomía, artesanía, embalses, arte y cultura, aguas termales... En cuanto a tipología hay espacios turísticos polivalentes y abiertos, pero con variantes: –
–
Tipos costeros a su vez divididos en: *
Costeros tradicionales, con centros polinucleares y multipolares, y pequeños y medianos centros polinucleares, binucleares y mononucleares (Mónaco, San Remo, Málaga). Sus rasgos son: localización a la orilla del mar junto a playas acondicionadas, paseos marítimos como principal atractivo, estructura urbana lineal, semiconcéntrica o cuadriculada, enlaces rápidos con las regiones emisoras...
*
Lacustres, que pueden ser de rivera, mirador...
*
Intermedios costeros, con las variantes: •
Bipolar tradicional poco costero, con actividades turísticas heliotrópicas secundarias (Saint-Malo, con clara separación entre ciudad y playa).
•
Bipolares costeros recientes, con los mejores ejemplos en Acapulco, costa de Florida...
Tipos urbanos no costeros, que pueden ser: *
Multipolares y polinucleares, con el ejemplo en las grandes capitales históricas europeas occidentales (París, Londres) y orientales (Varsovia, Praga, Budapest).
*
Mononucleares y unipolares, con rica herencia histórica y menos de medio millón de habitantes (Florencia, Pisa, Brujas), si bien se presenta el caso peculiar de las ciudades de peregrinación.
–
Tipos verdes, con los núcleos agroturísticos polivalentes, y la característica de una organización espacial definida por la concentración-dispersión (concentración del alojamiento y animación y dispersión de las actividades sobre el espacio rural).
–
El rururbano, una mezcla de turismo y ocio con actividades paraturísticas allá donde abunden las residencias secundarias.
En el aprovechamiento turístico de espacios puede hablarse de flujos mayores (más de cinco millones de turistas/año) y menores (menos de cinco). Por ámbitos espaciales GEOGRAFÍA E HISTORIA
301
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
en Europa los flujos heliotrópicos y balneotrópicos se dirigen hacia el Sur por razones geográficas, mientras el turismo blanco hacia el centro también por motivos geográficos. En Norteamérica puede hablarse de flujos interiores (en dirección Noreste y Suroeste) y exteriores (básicamente hacia Europa Occidental e Iberoamérica). Pero los flujos mayores en Norteamérica son menos concentrados en el tiempo y en el espacio que los europeos, abriendo una brecha clara entre los dos ámbitos espaciales con mayor cantidad de emisores. Por su parte, los flujos emisores menores presentan variantes: hacia el Mediterráneo meridional (Egipto, Marruecos, Túnez, Argelia e Israel), los flujos menores asiáticos (Hong Kong, Singapur, Japón, China Popular, y La India), los africanos (África negra y República de Suráfrica), iberoamericanos (esencialmente Caribe, México y Andes), los menores noreuropeos (Irlanda y Escandinavia), y los intertropicales (islas exóticas del Pacífico, Índico). Como centros turísticos tradicionales pueden ser mencionados los europeos occidentales. Entre ellos la Europa Mediterránea, el foco más importante de concentración turística mundial, con los polos turísticos mayores costeros (Costa Azul, Costa del Sol), y los centros urbanos históricos (Venecia, Roma, Lisboa, Atenas). Luego la Europa atlántica y septentrional, con centros más dispersos y un turismo más difuso pero intenso (Londres, París). También el arco alpino, el más importante del mundo en turismo de montaña. En el sector de Europa Oriental y Rusia Europea cabe mencionar a los centros costeros (Mar Negro, costa del Báltico, y ciudades tradicionales como Moscú, Praga). En Norteamérica resaltan los centros costeros tradicionales (costas atlántica, especialmente Florida, y californiana), los grandes centros urbanos tradicionales (Nueva York, Washington, Nueva Orleans) y los peculiares (Niágara, Yellowstone, Colorado, Las Vegas). Como sectores recientes del turismo internacional resaltan los centros nuevos del Mediterráneo meridional (Marruecos, Túnez, Egipto) y los asiáticos (Taiwán, Seúl). Luego los lejanos (África negra y Oceanía). Si bien EE UU es la primera potencia turística del mundo Europa es el primer foco emisor y receptor del turismo mundial, con Italia, España y Francia a la cabeza. A oriente tiene menos importancia, con flujos interiores dirigidos hacia los grandes balnearios. Norteamérica controla el turismo internacional de negocios y circuitos, y lo orienta más hacia las metrópolis. El resto de los países industrializados genera escasos flujos, con la excepción de Japón por la revalorización del yen. En el Tercer Mundo los asentamientos turísticos son poco numerosos, aunque el internacional crece por el abaratamiento de las tarifas aéreas y las facilidades concedidas por los gobiernos para su desarrollo. Los focos de mayor atracción se sitúan casi siempre a menos de tres horas de vuelo de los países industrializados. Por ello, destaca el Norte de África, e incluso el África negra, etc.
5.2. Su aportación como fuente económica El desarrollo del turismo va unido a la industrialización; satisfecha la necesidad del descanso surgió el concepto de ocio, que supone el empleo del tiempo libre en actividades voluntarias que contribuyen al desarrollo de la persona. Puede decirse que la revolución industrial urbanizada extiende a las masas el derecho de esparcimiento, y la tecnológica abre el camino a una sociedad del ocio que influirá en la transformación del paisaje y en la ordenación del territorio. Se crean infraestructuras especializadas y se establecen medios de transporte que facilitan el acceso a los espacios de ocio. El turismo es la actividad más representativa del empleo del tiempo libre, que moviliza masas de población y tiene importantes repercusiones económicas. Comporta el traslado temporal de personas desde su residencia a otros lugares. Cambios en el gusto de la clien302
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 9. Las actividades terciarias en las economías desarrolladas
tela, que se dirige masivamente a la playa y montaña, y la aparición de vacaciones pagadas han sido los dos grandes detonantes para su conversión en un fenómeno de masas. Luego, la propensión al consumo, la difusión del automóvil, la accesibilidad del avión... le han hecho insustituible en las sociedades modernas, donde la mitad de la población sale de vacaciones, lo que ha diversificado el turismo desde el hotel a la casa particular, camping, colonias de vacaciones... El auge de la residencia secundaria, las migraciones de jubilados, los desplazamientos de fin de semana, y el turismo de negocios añaden variedad y complejidad. El turismo se ha convertido en una gran industria apoyada en la publicidad que se encarga de promocionar destinos. Compañías mayoristas contratan hoteles, y sistemas de transporte completos aseguran la frecuentación de lugares. Las economías familiares, empresas y poderes públicos son atraídos cada vez más por el nuevo maná y se encargan de crear la infraestructura básica. Es una actividad económica que resulta de la transformación del espacio en mercancía de uso y consumo, por lo que en las últimas décadas se ha convertido en uno de los sectores de la economía de mayor dinamismo y crecimiento. Contribuye a sostener la economía de muchos países, sobre todo mediterráneos, alpinos, y algunos subdesarrollados. Beneficia directamente a los trabajadores y empresarios del sector, y tiene un efecto multiplicador sobre servicios, comercio, construcción, industria y agricultura. Exige un importante volumen de mano de obra porque se consideran necesarios 1,5 trabajadores por habitación turística, a lo que se añade el empleo ligado a otras formas de alojamiento y restauración. La proporción de empleo inducido es de las más altas con relación a otras actividades: dos o tres trabajadores por cada empleo directo. De este modo, el turismo contribuye a mantener a las poblaciones en las regiones de acogida, amenazadas tradicionalmente por la despoblación y desindustrialización. Y modifica la estructura socioprofesional, ya que la mayor parte de la población activa en las zonas turísticas trabaja en esta actividad, cuando hace unas décadas lo hacía en la agricultura o industria. Pero su carácter estacional desencadena procesos de inflación por desajuste entre oferta y demanda, y por la existencia de políticas rígidas que no permiten la importación paralela de los bienes solicitados. Los clientes aceptan pagar más durante las vacaciones, pero esa subida de precios es soportada por el conjunto de la población. Por otra parte, las inversiones no benefician siempre a las regiones turísticas. La construcción de infraestructura es realizada a menudo por grupos financieros que drenan los beneficios hacia los centros de decisión, a veces extranjeros. En general, los flujos económicos aprovechan más a quienes los organizan que a quienes los acogen. Pero la actividad turística representa una mina muy desigualmente repartida porque las balanzas comerciales más fuertes se dan en los países industrializados, especialmente en América del Norte y la UE. Por ello, y al margen de los ingresos directos, lo relevante son los económicos inducidos, sobre todo en los niveles micro (abastecimientos a las regiones turísticas, precio de los terrenos, empleo, ordenación política de recursos). El impacto socioprofesional es claro porque el turismo es generador de empleos directos e indirectos, lo que puede acarrear una redistribución geográfica de la población en razón de la especialización turística de ciertos espacios, lo que a su vez provocará desequilibrios territoriales. El turismo es consumidor y modificador de espacios, pero también interviene afectando a los transportes y vías de comunicación (especialmente el turismo de masas y cultural), con su traducción en presiones ecológicas, económicas, sociales, espaciales... Igualmente hace insertar las políticas de desarrollo y ordenación, que pueden ser clasificadas en tradicionales (sobre espacios puntuales), sistémicas (en centros turísticos), pluridimensionales (con acciones concertadas), planificadas (en países muy desarrollados o en los ex socialistas), puntuales (en países subdesarrollados), interregionales...
GEOGRAFÍA E HISTORIA
303
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
5.3. Repercusiones: consumo de espacio e impacto sobre el territorio Los espacios litorales son las formas dominantes de ocupación turística. El auge de los deportes náuticos ha reforzado este predominio. Los asentamientos de montaña se orientan, en principio, al alpinismo y, más tarde, hacia los deportes de nieve, lo que permite el aprovechamiento de sus instalaciones a lo largo del año (lo que ha salvado el declive de los pueblos de montaña). El agroturismo o turismo verde es una forma nueva que incorpora a los agricultores a la función de acogida e intenta paliar la crisis del campo. Los tipos de espacios turísticos abiertos se definen por la presencia de centros lujosos tradicionales y otros recientes. El tipo termal especializado se convierte cada vez más en multipolar, con transformación de núcleos próximos en centros de recreo. Los grandes centros culturales especializados unipolares y multipolares se especializan más, como ocurrió antes con las estaciones de invierno tradicionales (las de segunda generación nacen ya especializadas); la novedad ahora radica en la configuración de estaciones-pueblo polivalentes. Pero ciertos espacios especializados se desarrollan de manera autónoma, los enclavados o cerrados, como acontece con las estaciones de invierno integradas (con urbanismo de apartamentos, galerías comerciales, equipamientos técnicos de teleféricos, cabinas de remonte, clientela específica, estructura espacial poco diversificada, núcleo de acogida). Los tipos costeros enclavados y semiabiertos, transicionales con el costero polivalente y abierto, disponen de puertos de recreo específicamente creados, especialización turística muy acentuada, actividades recreativas muy diversificadas... Pero también transforman o consumen espacio los enclavados más o menos cerrados, que se identifican con los complejos marítimos (que disponen al margen del puerto específico de instalaciones de golf, casinos), las aldeas costeras (auténticos quistes turísticos con clara vocación ecológica), los complejos hoteleros costeros (bajo el lema los pies en el agua), el naturismo costero (nudismo), los parques y reservas naturales (con frecuentación turística reglamentada, y definidos como espacios turísticos ambiguos), las reservas-safaris (con turismo cinegético, fotográfico)... Los tipos de espacios turísticos regionales son variados: –
–
304
Los fuertemente polarizados, con los tipos: *
Costero con multipolaridad regional densa y diversificada (polivalentes, especializados e integrados), con fuerte concentración costera y debilidad de frecuentación turística hacia el interior.
*
Costero especializado con polaridad regional discontinua, con importantes espacios intermedios no turísticos entre cada centro turístico. La disposición costera lineal es menos densa y más suelta, con centros intermedios tradicionales y grandes espacios de suelo agrícola.
*
Urbano diversificado y multipolar, con regiones no costeras y multipolaridad urbana en una gran ciudad (Roma, París), en múltiples ciudades (Córdoba, Granada, Sevilla).
*
Multipolar de montaña, con tierras altas especializadas y bajas más polivalentes.
No polarizados, con espacios poco polarizados (con frecuentación turística, pero sin ocupación intensa del espacio) y sin verdadera polarización (Kenia, Siberia).
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 9. Las actividades terciarias en las economías desarrolladas
Lo cierto es que el turismo convierte al espacio en un medio de producción, que puede llegar a alterar o destruir por una explotación intensiva. El paisaje puede ser dañado por la presión inmobiliaria o la construcción de infraestructura. Por su parte, la frecuentación turística incontrolada provoca la ruptura del equilibrio ecológico, con destrucción de la fauna y flora. Los deportes de nieve originan deforestación y desaparición de pastos; los camping y las caravanas aceleran la erosión del suelo y contribuyen a la polución de aguas; etc. A la vez, las sociedades de acogida son afectadas por choques de mentalidad y cultura que pueden motivar reacciones populares de rechazo. Por último, la construcción y mejora de infraestructura viaria no suele respetar la jerarquía urbana, no tiene en cuenta la organización regional preexistente, y hasta puede alterar ecosistemas y favorecer incluso inundaciones. El interés por el patrimonio artístico e histórico es antiguo, y hoy son imprescindibles medidas para evitar la degradación de edificios y obras de arte por las visitas intensivas y permanentes. Las primeras normas de protección del medio natural preceden al desarrollo del turismo contemporáneo; pero la actual presión turística, que comporta polución y degradación del medio, refuerza las políticas de salvaguarda de espacios naturales sensibles. En todas partes se han creado parques nacionales y se han establecido reservas naturales, prohibición de construir en playas, defensa de dunas, etc. Para evitar la destrucción social de los núcleos de acogida en países como los musulmanes de régimen teocrático se obliga a los turistas a plegarse a las costumbres locales; en otros se imponen limitaciones restrictivas al libre desplazamiento. En muchos lugares los cambios de actitud se han consolidado con mutación radical, con respecto a finales de los setenta cuando la planificación turística se regía casi exclusivamente por motivaciones de desarrollo socioeconómico, con acciones que se dirigían al aumento de la capacidad de acogida y a obtener la máxima rentabilidad de los equipamientos. La producción turística era concebida como un instrumento de equilibrio regional y el turismo era considerado como panacea para salir del subdesarrollo. Hoy triunfan políticas de ordenación integradas que toman conciencia del carácter limitado de los recursos naturales y humanos. Se combinan actuaciones puntuales a escala local, y otras más amplias en los niveles regional, nacional e internacional. En los países desarrollados se multiplican los planes turísticos con un compromiso entre desarrollo liberal y planificado, y donde las condiciones espaciales pesan cada vez más sobre las localizaciones turísticas. Por el contrario, en el bloque subdesarrollado las políticas de turismo son puntuales porque sigue primando el interés socioeconómico sobre la conservación del medio. Pero la necesidad de armonizar el turismo entre Estados, sobre todo en espacios fronterizos, también conduce a acciones de planificación interregional.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
305
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
BIBLIOGRAFÍA Bailly, A.S. y Maillat, D. (1988) Le secteur tertiaire en question. Activités de service, développement économique et spatial. Ed. Régionales Européennes y Paris, Economica. Paris. Bertrand,M.J. (1979) Geografía de la administración. Ed. IEAL, Madrid. Butler, J.H. (1986) Geografía Económica. Ed. Limusa, México D.F. Cueto, J. (1981) La sociedad de consumo de masas. Ed. Salvat, Temas Clave, Barcelona. Daniels, P.W. (1987) “The geography of services”. Progress in Human Geography, 11 (3); pp. 431-447. Hernández Sánchez, T. (1987) Las actividades terciarias del sector servicios. Ed. Akal, Madrid. Lozato-Geiotart, J.P. (1990) Geografía del Turismo. Ed. Masson, Paris. Martínez Roda, F. (1988) Comercio y transportes internacionales. Ed. Cincel, Madrid. Moreno, A. y Escolano, S. (1992) Los servicios y el territorio. Ed. Síntesis, Madrid. Moreno, A. y Escolano, S. (1992) El comercio y los servicios para la producción y el consumo. Ed. Síntesis, Madrid. Olivera, A. (1993) Geografía de la Salud. Ed. Síntesis, Madrid. Pinch, S. (1985) Cities and services. The geography of collective consumption. Routledge and Kegan Paul, Londres. Río, C. del, Cuadrado, J.R. y González, M. (1989) “Desarrollo económico, cambio estructural y evolución de los servicios”. Ekonomiaz; pp. 20-43. Seguí, J. y Petrus, J. (1991) Geografía de redes y sistemas de transportes. Ed. Síntesis, Madrid. Smith, C.J. (1983) Geografía humana. Un enfoque del bienestar. Oikos-Tau, Barcelona. Stanback, T.M. et al (1981) Services: the new economy. Allanheld, Osmun, Totowa. Wolkowitsch, M. (1982) Géographie des transports. A. Colin, Paris.
306
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 10 El proceso de urbanización en el planeta. Repercusiones ambientales y socioeconómicas
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
ÍNDICE SISTEMÁTICO 1. INTRODUCCIÓN 2. EL PROCESO DE URBANIZACIÓN 3. LA CIUDAD PREINDUSTRIAL 3.1. Las primeras civilizaciones urbanas 3.2. El legado de la antigüedad clásica 3.3. La herencia medieval 3.4. La aportación renacentista 3.5. Contribución del Barroco 4. LA CIUDAD INDUSTRIAL 5. LA CIUDAD POSTINDUSTRIAL 5.1. La ciudad en Occidente 5.2. La ciudad socialista 5.3. La ciudad del Tercer Mundo 6. REPERCUSIONES AMBIENTALES Y SOCIOECONÓMICAS DE LA URBANIZACIÓN 7. PROBLEMAS AMBIENTALES PROPIOS Y TRANSFERIDOS 7.1. Del propio crecimiento urbano 7.2. De la irradiación sobre el entorno 7.3. Del influjo de la ciudad en la región 8. REPERCUSIONES SOCIALES DE LA URBANIZACIÓN 9. OTRAS REPERCUSIONES DE LAS FUNCIONES SOCIALES DE LA CIUDAD 9.1. Culturales 9.2. De acogida 9.3. Administrativas y políticas 9.4. Funciones acumuladas 10. REPERCUSIONES DE LAS FUNCIONES ECONÓMICAS DE LA CIUDAD BIBLIOGRAFÍA
308
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
1. INTRODUCCIÓN Una ciudad se define por su componente numérico (que varía según los países), y es lo no rural (clasificada en capas sociales delimitadas, relaciones laborales estructuradas...); lo ciudadano (forma de vida); y un espacio vivido por el ciudadano (con calles, tráfico, líneas de separación entre áreas urbanas bien separadas, división en distritos con características propias o comunes, lugares emblemáticos por su actividad, puntos de referencia que proporcionan identidad...). La ciudad es un fenómeno complejo, mezcla de planos objetivos y subjetivos, y cambiante en el tiempo y espacio. El concepto está integrado por cinco elementos: tamaño (los criterios difieren según países), densidad (también variable), morfología (infraestructura), función (área de influencia, dedicación industrial o de servicios), y cultura (movilidad, relaciones, consumo). Por el contrario, el término urbano alude al área de influencia, que desborda a la ciudad, e incluye suburbanización y rururbanización. La Sociología interpreta la organización social y su inserción en el espacio urbano. La Geografía incorpora pautas para la comprensión del espacio y la adaptación al mismo de las actividades humanas. La Economía lo hace para estudiar la localización y distribución de actividades. Y se han sucedido y suceden las explicaciones organicistas, funcionalistas, estructuralistas y sistémicas en la explicación de los fenómenos urbanos. Así, la Ecología Social aportó una visión naturalista de la ciudad en la que los grupos sociales compiten por el espacio y el equilibrio se alcanza por simbiosis, que permite la convivencia una vez distribuidos los grupos sobre las zonas. La investigación actual pone de manifiesto el carácter contingente y no naturalmente ordenado de la sociedad, que aparece como un campo de tensiones. Se abre paso así una creciente oposición al aceptar la visión del hombre como un simple seguidor de reglas. Luego, el veloz aumento de tamaño de las ciudades provoca repercusiones en las relaciones entre los ciudadanos y con los territorios que las rodean. Estos, a su vez, se ven sometidos a fuerzas centrífugas (que revierten hacia el exterior una parte de las actividades) y centrípetas (que tienden a concentrarlas en ellas). De ambas clases de fuerzas, y de múltiples interferencias más, se derivan graves problemas: hacinamiento, especulación del suelo, congestión de la circulación, contaminación atmosférica, desintegración social y violencia, deterioro ambiental, dispersión de desechos y vertidos contaminantes, destrucción de entornos naturales... La población urbana crece rápidamente hasta llegar alrededor del 50% de la total mundial, y tiende a estabilizarse en torno al 75% en áreas desarrolladas. La gran novedad reciente es que este proceso se está produciendo en muchos casos sin el estímulo de la industrialización. En adelante va a seguir concentrándose en las ciudades más grandes, GEOGRAFÍA E HISTORIA
309
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
porque se ha experimentado un incremento en los países subdesarrollados. Los aumentos más fuertes que se esperan corresponden a África, donde la población urbana se ha triplicado desde mediados de siglo; pero Iberoamérica y Asia van a multiplicar sus poblaciones urbanas por cifras comprendidas entre dos y tres. La grave crisis urbana de nuestro tiempo tiene sus causas no en esta concentración de la población, sino en la forma, compulsiva y desprovista de márgenes de maniobra en ciudades carentes de capacidad para hacer frente a un crecimiento. Por ello, muchas ciudades dejan de cumplir sus funciones y desarticulan al entorno. Por el contrario, en áreas desarrolladas surgen y se consolidan nuevas formas urbanas y se complican las funciones de las ciudades.
2. EL PROCESO DE URBANIZACIÓN Cuando el hombre comenzó a cultivar la tierra y a domesticar animales hace unos diez mil años se produjo una alteración favorable en el sistema de alimentación, que condujo a una transformación en la organización social permitiendo ya una mayor concentración de población. La evolución condujo a la aparición de la ciudad, hace unos cuatro o cinco mil años, pero con un nuevo cambio: el aumento de la población dedicada a tareas no agrarias. Las ciudades eran además de centros de intercambio núcleos de concentración de un poder detentado por una minoría no productiva. Por razones diversas (gestión y control del agua, fortificación para defensa de un territorio, establecimiento de un punto central de comercio...) la ciudad surge en etapa temprana bien por un motivo concreto o por la conjunción de varios. Históricamente está constatado que el fenómeno urbano parte de la región mesopotámica con fin defensivo (hace tres milenios); es un nacimiento no sólo novedoso, sino complejo ya que se identifica con la ciudad-Estado, que luego encontrará su continuación en el Valle del Nilo. A lo largo del primer milenio a.C. se produce el florecimiento y expansión de la urbanización mediterránea a través de la abundante fundación de ciudades llevada a cabo por los griegos y romanos. La colonización griega se extendió hacia Oriente, mientras el imperio romano se convertía en un eficaz creador de urbanización al necesitar centros en los que ir apoyando su dominio militar y su red política y administrativa. En el Asia Oriental y meseta índica lo hará unos quinientos años después con fines más comerciales y económicos, en concreto con el surgimiento de los denominados Estados Hidráulicos, como sede para el control y gestión del agua. En el continente americano la vida urbana no empezó hasta poco antes del principio de la era cristiana; pero las grandes ciudades precolombinas se desarrollaron coincidiendo cronológicamente con el Imperio romano y la Edad Media. Lo cierto es que, en estos dos últimos casos, también se da un claro componente teocrático, ya que al margen de las funciones gestoras aparece el complemento de una base teocrática (de ahí el tamaño que algunas llegaron a alcanzar, hasta 250.000 habitantes). En general, se trataba de pequeños núcleos que dependían al tiempo del campo y de nuevas actividades comerciales o seudotransformadoras. Durante la etapa de la edad oscura el proceso de urbanización quedó bastante frenado porque las invasiones bárbaras forzaron a emigraciones y ciudades nodales en el comercio fueron desalojadas o adquirieron nuevas funciones (de comerciales pasaron a defensivas), si bien a partir del siglo XI se incrementó el ritmo urbano con el resurgimiento comercial y artesanal, y la organización gremial urbana. El amurallamiento cumplirá la doble función defensiva y fiscal; pero el encorsetamiento derivado de la compresión por las murallas forzó a complejos y laberínticos trazados, además de incómodos poco higiénicos. Se presentaba ya la doble disfunción entre centro administrativo, gestor y religioso, y arrabales hacinados e insalubres. Se logró el dinamismo de las urbes estratégicamente emplazadas sobre cruces de caminos, puertos... que avanzaron por el progreso mercantil. Luego el liberalismo y 310
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 10. El proceso de urbanización en el planeta
el posterior establecimiento de economías de mercado irán propiciando el surgimiento de un protoproletariado a expensas de la misma dinámica urbana y de los incrementos derivados de la inmigración desde el campo. Todo irá conduciendo al final del feudalismo y al nacimiento de la revolución industrial. Será el desarrollo comercial quien influya sobre el auge urbano, imponiendo requerimientos como la necesidad de salvar los imponderables de callejuelas estrechas y tortuosas que impedían fluidos intercambios. El trazado irregular se irá corrigiendo conforme se desbordan los sectores amurallados, si bien los planos más regulares corresponden a las ciudades de nuevo trazado, como las iberoamericanas. Luego, el desarrollo también impone la centralización del poder real, que además lo refleja en el trazado urbano con la constitución de símbolos. De ahí, de la concentración de poder y de actividades, que arrancan y consolidan el capitalismo industrial, parte el gran florecimiento urbano (si bien es cierto que en ciudades asiáticas dicho esplendor se consigue antes, para luego ser transformado por la colonización). En la cultura islamista se da gran parecido con el modelo asiático; es decir, la coincidencia en el nodo urbano de administración, control político, religioso, comercial... El punto central será religioso y mercantil, pero irregular en el trazado porque las fortificaciones también dejaron su impronta. En el período renacentista continuó el crecimiento de los núcleos urbanos con cuantiosas fundaciones coloniales en América. Los siglos XVII y XVIII y parte del XIX presentan el auge, embellecimiento y enriquecimiento de las ciudades europeas y algunas americanas. Pero con la Revolución Industrial se impone una nueva organización, con amplias y decisivas repercusiones sobre el proceso de urbanización, ya que la industrialización se apoyaba en la concentración humana en las ciudades, convertidas en centros de producción. Luego, el paso a la ciudad postindustrial, con el surgimiento de áreas metropolitanas, regiones urbanas, megalópolis, sistemas urbanos, variantes socialista y del Tercer Mundo, multiplicación de funciones urbanas y de la problemática derivada. Así es posible establecer una secuencia evolutiva de la ciudad: preindustrial, industrial, postindustrial (con sistema metropolitano y contraurbanización), y las variantes actuales (con ciudades socialistas, y de espacios subdesarrollados).
3. LA CIUDAD PREINDUSTRIAL Puede decirse que la ciudad preindustrial presenta, al margen de matices de culturas particulares, rasgos comunes: –
Murallas e irregularidad en el trazado.
–
Diferenciación de asentamientos para distintos grupos sociales (en lo que dejaron su impronta los gremios).
–
Concentración de funciones básicas en el centro urbano.
–
Periferias anárquicas y relacionadas con el campo.
3.1. Las primeras civilizaciones urbanas En los valles del Tigris y Eúfrates se encontró la cuna de las civilizaciones asiria y caldea que alumbraron las ciudades más antiguas del mundo. La mejor conocida es Babilonia, de gran tamaño y monumentalidad, dotada de grandes edificios religiosos y terrazas artificiales GEOGRAFÍA E HISTORIA
311
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
cubiertas de vegetación (los famosos jardines colgantes); de planta rectangular se organizaba en barrios por medio de amplias calles rectas. En el valle del Nilo se encontraban las ciudades de los dioses y de los muertos, espectaculares realizaciones en las que los egipcios demostraron gran dominio de la geometría, con uso de explanadas y avenidas. En el valle del Indo también se dio el trazado regular de calles rectas, con conducciones de agua a los domicilios, y un sistema complejo de alcantarillado bajo las calles principales. En el valle del Río Amarillo apareció también la planta geométrica, con planos subdivididos en rectángulos. La antiquísima civilización cretense produjo notables manifestaciones urbanas; Homero llamaba a Creta la isla de las noventa ciudades, con un orden geométrico ortogonal, pero sin simetrías ni formas regulares de conjunto, y sin una clara adaptación al relieve. La micénica también produjo gran número de ciudades, de las que se conocen restos como los de Micenas, Tirinto y Troya, poco ordenadas geométricamente, pero bien emplazadas para la defensa. Los mayas y los aztecas desarrollaron una civilización urbana notable durante el primer milenio a. C. (Teotihuacán resaltó por sus disposiciones urbanísticas, que recuerdan los rasgos de ciudades del Viejo Mundo).
3.2. El legado de la antigüedad clásica Los rasgos de las primeras ciudades griegas fueron la falta de orden regular y geométrico en su organización, y la presencia de dos elementos: la acrópolis y el ágora. Se repetía el modelo oriental de ciudad monumental de los dioses, con la ciudadela alta poblada de templos, y la secundaria ciudad de los hombres, un conglomerado de casas desordenadas con un elemento nuevo, el ágora (la expresión arquitectónica y urbanística de una nueva forma de organización política y social, y el lugar donde se desarrollaba la vida cultural y hacía la política). Aparece, desde muy pronto un refinamiento estético en la forma de insertar los volúmenes arquitectónicos en el paisaje. Por ello, es famosa la originalidad y libertad compositiva de la Acrópolis de Atenas: primero aparecen unos ejes rectos cortándose también en ángulo recto; y después una sistemática descomposición en manzanas, compuestas de casas modulares correspondientes a un mismo tipo de vivienda unifamiliar con atrio. Otra incorporación es el trazado Hipodámico, u organización en cuadrícula del puerto del Pireo, de calles ortogonales que formaron manzanas cuadradas. El trazado geométrico presidió la formación de las creaciones griegas del período helenístico. Los etruscos fundaban sus ciudades acordes a condicionamientos religiosos, con un trazado ortogonal, y con el cruce de dos calles principales orientadas en relación con el curso del sol. Los romanos perfeccionarían el sistema adicionándole labores de ingeniería como el abastecimiento de agua, cloacas, y comunicaciones (calzadas, puentes...). También, las edificaciones en altura (Roma llegó a tener construcciones de hasta diez pisos). Roma aportaría la forma básica del mapa urbano occidental (planos ortogonales) hasta bien entrada la Edad Media.
3.3. La herencia medieval La economía de subsistencia dispersó a la población hacia formas de vida rural bajo la fórmula organizativa del feudalismo. El castillo pasó a ser el centro de organización territorial, el aglutinante de unos primeros crecimientos urbanos a su alrededor que llegaron a consolidarse en forma de anillos concéntricos; también los monasterios hicieron parecido papel. Ya en el segundo milenio fue apareciendo la ciudad burguesa, cada vez más inde312
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 10. El proceso de urbanización en el planeta
pendiente, basada en el comercio y la artesanía, y organizada a través del sistema gremial. Aparece, así, un nuevo tipo de ciudad amurallada, sede del comercio, la artesanía y la organización corporativa. Crece sin trazados aunque se difunden las formas curvas y las plazas son irregulares. Pero la falta de alcantarillado se veía agravada por la convivencia doméstica con los animales. Al margen de las citadas resaltan dos variantes: –
Las bastidas, de planta rectangular y trazado en cuadrícula, que obedecían a la explotación de nuevos territorios.
–
La ciudad islámica, que en Europa sólo se da significativamente en España; se caracteriza por una organización discontinua, por un constante fraccionamiento del espacio que se ramifica y subdivide a través de un laberinto de cortos tramos y calles tortuosas. Los mejores ejemplos serán los de Fez y Marraquesh.
3.4. La aportación renacentista Surge con el redescubrimiento de la antigüedad clásica y se complementa con una intensa actividad teórica para definir modelos como alternativa al caos aparente de la ciudad medieval. Ahora la más abierta mentalidad pretende consideraciones utilitarias, sanitarias, estéticas o sociales. Ello permitió contribuciones como las de Alberti, con sus diez libros de arquitectura (De re aedificatoria); y Averulino, que planteó el modelo ideal de ciudad sometido a un orden geométrico inscrito en una estrella de ocho puntas, con un sistema radial de calles entre las que se situaba un conjunto simétrico de plazas (además preveía áreas comerciales, escuelas, centros cívicos, etc.). Nuevas necesidades estratégicas hacen aparecer sistemas defensivos sobre grandes bastiones, siguiendo el perímetro de un polígono irregular. La inserción del conjunto de calles, plazas, manzanas y edificios en la planta poligonal da lugar a una variada serie de propuestas en razón del número de lados del polígono, la situación de las puertas de la ciudad, y el sistema de organización de calles y manzanas (que resulta notablemente diferente si adopta forma radiocéntrica o cuadricular). Pero toda la teorización tiene poca repercusión real porque al margen de ella fueron realizadas operaciones de embellecimiento y renovación urbana, abriendo vías y plazas (como las transformaciones de Roma efectuadas por Sixto IV). La colonización española fundó ciudades, pero no utilizó la planta radiocéntrica sino la cuadricular. Las Ordenanzas de Felipe II constituyen un completo código de urbanismo; sistematizaban la regularidad geométrica de los trazados, y su capacidad de adaptación y extensión en condiciones de crecimiento y cambio. Elemento fundamental fue la plaza mayor, que servía de centro urbano, y a cuyo alrededor se disponían edificios singulares y se desarrollaban actividades directivas.
3.5. Contribución del Barroco Algunos de los rasgos característicos del urbanismo barroco habían sido anticipados por los renacentistas, como la exaltación de la perspectiva visual. Pero esta contribución es altamente innovadora, especialmente en sus aspectos de organización formal y visual, en el juego de los volúmenes arquitectónicos y en las formas de modelar el espacio; la ciudad se convierte en una obra de arte, y los edificios configuran espacios de formas variadas y de base geométrica. Frecuentemente se buscan puntos de convergencia de diversas perspectivas lineales. La unidad entre urbanismo y arquitectura alcanza su punto más alto. GEOGRAFÍA E HISTORIA
313
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
La ciudad en Europa se ha convertido en la sede del poder central del Estado, con su montaje militar y burocrático; la ciudad ya es símbolo de poder, y por ello se le dota de obras consideradas de interés público. Las espectaculares transformaciones de Roma durante varios pontificados (desde Sixto IV) preparan el despegue del barroco italiano. El esplendor que requería la monarquía francesa llevó a una organización monumental de París, y a una sistematización del territorio circundante, en el que se inscribiría una red viaria general y un conjunto de palacios (entre los que resalta Versalles). Otros ejemplos se encuentran en San Petesburgo, creación de Pedro I como nueva capital rusa; Karlsrhue en Alemania; Washington, con sus grandes avenidas; Madrid y Aranjuez, durante el reinado de Carlos III, donde se implanta la ordenación de tres avenidas convergentes sobre el palacio; etc.
4. LA CIUDAD INDUSTRIAL La industrialización implicó que sobre las ciudades se instalaran las fábricas, lo que provocó amplios movimientos migratorios de campesinos pobres para los que hubo de prepararse acomodo. Las ciudades atrajeron a la industria y ésta hizo crecer las ciudades porque la filosofía dominante era la del más crudo liberalismo, por lo que no es extraño que todo el proceso de transformación de la ciudad se desarrollase libremente. El crecimiento urbano era el producto de operaciones privadas movidas por la búsqueda del máximo provecho, y los resultados fueron una dislocación del espacio urbano anterior y una degradación del medio circundante, la destrucción de los valores de la ciudad tradicional, la aparición de condiciones de inhabitabilidad (contaminación de la atmósfera y agua, acumulación de detritus humanos e industriales), de conglomerados de viviendas de ínfima calidad producidos por especuladores natos, etc. La sustitución del artesanado por la producción industrial a partir del siglo XVIII es resultado de la previa revolución agrícola y de los transportes. Todas conjuntadas alumbrarán un rápido desarrollo urbano asentado sobre la ya existente red urbana mercantilista o bien a partir de nuevas actividades que serán la base de sustentación de las nacientes formas industriales (es el caso de los enclaves mineros o energéticos). Unas y otras requieren y conllevan la intensificación de intercambios, lo que a su vez dinamiza a las ciudades portuarias. Todas las urbes incorporan contingentes demográficos procedentes de un éxodo rural explicado por la expulsión de agricultores (la introducción de la tecnología en el campo fuerza a salidas masivas), y por las mejores condiciones de vida teóricas en unas ciudades que ofrecen puestos de trabajo. Dicha circunstancia obliga a nuevas dotaciones de servicios e impone el establecimiento de áreas urbanas específicas para la masa de proletarios recién llegados, ahora realizadas con dotaciones mínimas. Se establece así la diferencia entre centros dinámicos y áreas suburbiales, pero unida al incremento de funciones de la ciudad. Simultáneamente se desarrolla la ciudad de una burguesía que aplica operaciones de embellecimiento interior y planifica grandes extensiones de acuerdo a trazados regulares en cuadrícula (en España se llamaron ensanches). Pero la ciudad se sacrifica a la producción económica porque los mercantilistas eran partidarios de la concentración de las fuerzas productivas a todos los niveles, y por tanto de las grandes ciudades. Sin embargo, la reacción surge de manos liberales que ven en las concentraciones desigualdades en el espacio y en la sociedad que lo ocupa; es decir, que de la fórmula desequilibradora mercantilista se intenta llegar a la del igualitarismo liberal. Para estos últimos la ciudad es útil siempre y cuando repercuta en las áreas agrícolas circundantes. El objetivo es difundir el capital, lo que explica, por ejemplo, que utópicos y socialistas pretendieran la localización idónea de las ciudades, con fábricas a distancia considerable de los núcleos urbanos. Se buscaba el igualitarismo espacial. Esta será la base de las construcciones urbanas soviéticas después de la revolución de 1917. 314
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 10. El proceso de urbanización en el planeta
Con la revolución del XVIII el modelo de reorganización más representativo es la reforma de París realizada por el barón Haussmann, que luego influirá en muchas ciudades europeas. Intentó establecer una ciudad radiocéntrica sustentada en el esquema concéntrico de los precios del suelo, con la consolidación de la ciudad de los ricos y la desaparición de la pobre (que pronto reaparecería en la periferia). Como resultado hoy buena parte de las ciudades europeas padecen la dificultad de entender el espacio central o más original. Y ello porque desde la Revolución Industrial hay varios centros. El crecimiento se lleva a cabo mediante ensanches, un modelo que se amolda y adapta a las condiciones nuevas de producción. Los rasgos del ensanche son: –
Es el espacio de una nueva clase social, la burguesía industrial. Será polifuncional, y dispondrá de un nuevo centro de la ciudad, áreas residenciales e industriales.
–
Será un área abierta, con posibilidades de expansión casi intactas, no comprimida como la ciudad medieval.
–
Se ordena según figuras geométricas como base de la parcelación del nuevo suelo urbano.
–
Los equipamientos y la urbanización corresponden al sector público mientras las viviendas y la industria son objetivo de desarrollo del capital privado.
–
Se atiene a planes urbanísticos que la nueva burguesía desea no sólo construir, sino someter en su evolución.
–
Han sido especialmente representativos en la cuenca mediterránea (Barcelona, Madrid, Atenas, Turín...), en EE UU (Los Ángeles, Chicago, Filadelfia...) e Iberoamérica (Santiago de Chile, Buenos Aires...).
Otra variante de adecuación a las nuevas formas y tiempos será la ciudad jardín, también de carácter reformista y sustentada en el socialismo británico. Ello explica que sea el ámbito anglosajón el que más haya difundido dicho modelo, si bien se encuentra irradiado por distintos lugares del mundo (especialmente en los suburbios de las ciudades del mundo inglés, como respuesta a los estragos de la industrialización rápida y voraz, mientras no se ha desarrollado en áreas incipientes o poco industrializadas). Para las poco avanzadas el modelo de ciudad consiste en la cobertura de necesidades colectivas, y la potenciación de localizaciones industriales, residenciales y de servicios. Ello se consigue de dos formas: –
Orientando el gasto público local (dotación de servicios comunes, entre los que resaltan las vías de enlace, diagonales, cinturones portuarios, articulación del tráfico...). Papel capital desempeñarán el establecimiento de los servicios educativos, la vivienda urbana como servicio público, y los espacios verdes.
–
Ordenando la actividad urbanística privada, es decir zonificando los usos del suelo.
El nuevo siglo ha visto nacer nuevas formas de organización de la empresa, mercado y publicidad. El centro principal y directivo de la actividad pasa de la fábrica a la oficina; aparecen los empleos de cuello blanco, y la mujer hace su irrupción en el mundo del trabajo. Todo ello repercute directamente en la concentración urbana, porque los mundos burocrático y directivo de la industria, comercio, comunicación y publicidad necesitan concentrarse en la proximidad de las esferas de la administración, la política y la investigación. El aumento de las velocidades de los medios de comunicación y transporte, la mejora y multiplicación de las redes infraestructurales, el crecimiento de la producción de vehículos, y la generalización del uso de la vía aérea, suponen una nueva relación entre la ciudad con el territorio circundante. Se rompe definitivamente la antigua clara distinción entre campo GEOGRAFÍA E HISTORIA
315
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
y ciudad, y ésta se extiende sobre el territorio de forma discontinua, perdiendo su anterior compacidad y la definición de sus límites. Por ello la rápida, y hasta convulsa dinámica urbana, obliga a replanteamientos. Surgen así teorías tendentes al establecimiento de ciudades más cómodas con la introducción de zonas verdes, vías de comunicación rápidas, ensanches... La oportunidad para las reformas parte del final de la Segunda Guerra Mundial cuando se inicia el proceso de reconstrucción en muchas ocasiones partiendo de bases novedosas. Nacen las áreas de descongestión, las ciudades satélites...; es el momento de instauración del funcionalismo urbano, con la separación de usos del suelo (vivienda, comercio, administración...). De las ideas del siglo pasado se desarrollan los grandes planes: la Ciudad Lineal (Arturo Soria) y la Ciudad Jardín (Howard). De esta última deriva el modelo de organización radiocéntrico, con limitación de la extensión urbana indefinida y la creación de núcleos satélites. Puede decirse que la limitación espacial es la base de la organización formal de la mayor parte de los grandes planes de los años cuarenta y cincuenta en todo el mundo; consiste en un diseño radiocéntrico del sistema de comunicaciones, y en una concentración puntual y limitada de la población y las actividades, evitando fusiones y continuidades. Con este modelo se planearon Moscú, Roma, París y Tokio. En España casos ilustrativos serán Bilbao, Valencia y Madrid. La revisión del plan de París plantea la acogida de un amplio desarrollo urbano, combinando la creación de ciudades nuevas y la reestructuración de las existentes en el ámbito regional, y organizando la estructura general sobre dos ejes paralelos, y un sistema secundario de carreteras y ferrocarril. Junto a este modelo estaba el contrapunto de la linealidad como forma de contrarrestar la congestión del centro y la extrema dependencia respecto a dicho centro de todo el sistema urbano territorial. La Ciudad Lineal sirve para la adaptación del desarrollo urbano al papel estructurante de la linealidad del transporte. El primer plan que utilizó este principio fue el de Copenhague de 1945, denominado de los Dedos, y en el que cada uno corresponde a una extensión lineal de la ciudad, con su propio eje. Los planes de Varsovia, Hamburgo, y Washington son ejemplos de esa organización basada en concentraciones lineales de vivienda y actividades, aprovechando la capacidad de los sistemas del transporte colectivo.
5. LA CIUDAD POSTINDUSTRIAL 5.1. La ciudad en Occidente En los años treinta estudios realizados en Inglaterra ponían de manifiesto los inconvenientes de una concentración de la población industrial en grandes ciudades; se recomendaba la descentralización, lo que influyó en el planeamiento de Londres y en la creación de las ciudades nuevas. La política urbanística y el planeamiento urbano se sometían así a los dictados del regional. Pero con el tiempo el problema iba a complicarse más. La experiencia de planificación centralizada, que muchos países tuvieron que poner en marcha durante la Segunda Guerra Mundial, ayudó a fortalecer la autoridad estatal y a incrementar su maquinaria administrativa. El planeamiento regional pasa así a ser una pieza clave dentro de las estrategias de desarrollo económico, en las cuales el objetivo prioritario era el crecimiento global de la economía nacional. Los años cincuenta y sesenta vieron abrirse camino a la doctrina del desarrollo desigual o polarizado, según la cual un crecimiento económico rápido y sostenido, apoyado en la dinamicidad de polos de desarrollo, se traducía a la larga en desarrollo de las regiones deprimidas. Ello sirvió de fundamento al denominado 316
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 10. El proceso de urbanización en el planeta
Equipamiento del Territorio, la más sistemática y organizada experiencia de planeamiento regional desarrollada en países no socialistas. Pero el crecimiento, desigual en muchos casos, ha agravado los desequilibrios, y en otros ha obligado a pagar altos costes sociales en congestión, disfuncionamientos y deterioro ambiental. Las previsiones se han cumplido escasamente porque se ha desconocido la importancia de las fuerzas económicas y sociales que estaban produciendo la modificación de las relaciones entre ciudad y territorio. El pretendido urbanismo científico no ha llegado a incidir significativamente en los procesos reales de desarrollo urbano. La ciudad se ha extendido hacia afuera porque el fenómeno de desbordamiento de la explosión urbana se produce en la periferia. Lo cierto es que el desarrollo del proceso urbano conduce a la compactación de la ciudad tradicional y a la superposición de actividades y población en espacios reducidos de su interior, mientras que también se desarrolla la explosión urbana manifestada en la urbanización de zonas periféricas, en la aparición de una semiurbanización dispersa y extensa, y en la absorción de núcleos rurales próximos. Cuando este proceso es muy vigoroso puede llegar a afectar a ciudades más distantes, alumbrando una nueva forma de asentamiento humano al que se denomina área metropolitana. Y aún más, la región urbana, aquel territorio que puede identificarse por la existencia de varias áreas metropolitanas fuertemente relacionadas entre sí. Esta nueva realidad ha recibido el nombre de ciudad-región. El avance de los servicios y la terciarización reciente de las economías han dejado sus huellas en la evolución de las ciudades. Su concentración en urbes dominantes impone el modelo de la metrópoli, que se retroalimenta y hace depender funcionalmente a ciudades circundantes, su área metropolitana. La gran diferencia con la ciudad precedente es que la vivienda ya no tiene porqué coincidir con el punto de trabajo. Pero también ha de establecerse la distinción conceptual entre área urbana formal (la circunscrita a un límite administrativo) y área metropolitana funcional (el conjunto de la estructura urbana dependiente de un nodo central). En la consolidación ha incidido el avance de los transportes, su abaratamiento y rapidez. Y la conexión e interrelación entre áreas metropolitanas ha alumbrado otra estructura más compleja, la megalópolis, un organigrama urbano administrativamente independiente pero funcionalmente interdependiente. Estas megalópolis hoy se encuentran emplazadas en: –
El Noreste de EE UU, con cerca de 50 millones de habitantes integrados en un amplio conjunto de áreas metropolitanas (Baltimore, Filadelfia, Nueva York, Boston...).
–
El sector meridional de los Grandes Lagos, con más de 40 millones de habitantes, desde Chicago a Pittsburg pasando por Detroit, Cleveland, Milwaukee, Siracusa... Se extiende a Canadá integrando a Toronto, Montreal, Otawa, Quebec...
–
La costa californiana, desde San Diego a Los Ángeles pero ascendiendo hasta Seattle y Vancouver en Canadá.
–
El área conurbada de Tokio, con unos 50 millones de habitantes integrados entre Yokohama, Osaka, Nagoya...
–
La megalópolis de Londres, con unos 35 millones de residentes entre la capital y Manchester, Liverpool, Birmingham...
–
Otras europeas son secundarias, como la gestada en torno a la región franco-belga-renana.
Dentro del sistema metropolitano también se producen redistribuciones de población, con un esencial papel desempeñado por la suburbanización, definida por el alto crecimiento comparativo con respecto a la ciudad central. Es la disociación más clara entre lugar de GEOGRAFÍA E HISTORIA
317
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
residencia y de trabajo, explicada por dos fenómenos conjuntados: la carestía del suelo en la zona central urbana y el abaratamiento y difusión de los transportes e infraestructuras de comunicación. Pero junto a la irradiación de la residencia hacia los extrarradios se ha producido el acompañamiento de actividades industriales y de servicios, lo que ha implicado una diversificación con intensas relaciones entre áreas suburbiales, que además les convierte en más autónomas y funcionalmente menos dependientes de los nodos urbanos centrales. En EE UU el fenómeno suburbanizador descrito se ha convertido en otro disociador y segregador racial, ya que ha provocado incluso inversión de residencia: mientras los blancos migran hacia las áreas suburbanas la población negra ocupa los centros urbanos. En Europa el proceso suburbanizador es no sólo más tardío, sino menos intenso debido a la mayor tradición urbana; no obstante, la carestía del suelo urbano también ha forzado a la salida hacia las ciudades funcionalmente dependientes de los grandes centros. Con todo, a partir de los años setenta se da un decrecimiento de las áreas metropolitanas en dos frentes: – El auge es inferior al de la población de los países. – Algunas incluso pierden contingentes demográficos. Dicho proceso, bien detectado en algunas de EE UU, se denomina de contraurbanización, que se caracteriza no sólo por la aludida pérdida, sino por las ganancias en las ciudades intermedias y pequeñas debido a la descentralización experimentada por las actividades industriales. Pero no es una explicación excluyente ya que aparecen otras como la búsqueda de mejores condiciones de vida en urbes más manejables. Todo ello trae consigo un equilibrio más armónico en las redes urbanas. Además el proceso contraurbanizador se compagina con la gentrificación. La rehabilitación de cascos históricos o centros urbanos está provocando el cambio de fisonomía y actividades; así, de una población envejecida en el centro de las ciudades se está llegando al reemplazamiento por otra más joven y dinámica que ocupa los sectores rehabilitados, aprovechados para la ubicación de actividades ligadas a fórmulas del sector cuaternario. Lo cierto es que la reestructuración socioeconómica ha permitido el auge de dos tipos de aglomeraciones urbanas, pero también porque las ciudades herederas de la primera revolución industrial entraron en crisis aguda. La globalización ha provocado una desindustrialización, sobre todo en las industriales de producción en masa (siderúrgica, naval...). El surgimiento de deseconomías de aglomeración, el deterioro de la calidad ambiental, la búsqueda de mejores niveles de vida... han forzado a las empresas a descentralizar su producción. Por ello las ciudades intermedias bien comunicadas y especializadas han sido las beneficiarias de este proceso, y porque resultan atractivas tanto por su emergencia como por su triple tipología: –
De tipo medio, orientadas a la industria de transformación y bienes de consumo dependientes en su expansión de una gran área urbana.
–
Las emplazadas junto a grandes corredores o en áreas de expansión de las grandes metrópolis europeas, que se han aprovechado de su localización y recursos humanos (las cercanas a Londres, París, Milán, Munich, Madrid...).
–
Las pequeñas especializadas como centros culturales (Oxford, Cambridge, Bolonia, Utrecht, Nimes...) que han acaparado núcleos de investigación.
Por otra parte, información y capital se concentran en las grandes metrópolis o ciudades globales, por lo que su capacidad de decisión y atracción desborda claramente límites prefijados. Se benefician de las economías de aglomeración convirtiéndose incluso en mercados mundiales. En Europa serán Londres y París las que alcanzan esta categoría; luego, y por debajo, están las eurociudades, con aglomerados de primer orden nacional (Bruselas, Milán, Roma, Madrid, Zurich...). 318
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 10. El proceso de urbanización en el planeta
Ambas corrientes, la descentralizadora y la globalizadora, no son excluyentes porque los dos fenómenos son dos caras de una misma moneda si bien implican la existencia de unos perdedores, las ciudades periféricas, que suelen quedar al margen de los grandes circuitos económicos. La mayoría pierden población y se llegan a dar fenómenos de contraurbanización, y de reconcentración de la actividad y de la densidad en los centros (como consecuencia del declive de sus coronas urbanas, escasa accesibilidad a los mercados, baja cualificación de la mano de obra...). En Europa se da un sistema urbano principal, desde Londres a Milán, que concentra las grandes aglomeraciones urbanas, los principales flujos de transporte y de capital. La principal área de expansión está en el Mediterráneo. Los restantes son periféricos y condenados a un cierto estancamiento. Mientras el primero se refuerza con el triángulo Londres-ParísBruselas, sedes de las grandes empresas multinacionales y decisionales políticos, el arco atlántico no se amolda a los cambios rápidos provocados por la reestructuración socioeconómica. Por su parte, los sistemas urbanos interiores se desarticulan. Pero cabe aludir individualmente a la variedad y complejidad de ciudades en Europa. Así las nórdicas disponen de escasa vida urbana, condicionada por el medio y adaptadas a las adversidades físicas, y donde el mar ha sido en buena medida el origen más extendido. Nacen del comercio marítimo y tienen un carácter abierto, internacional, lo que explica que la jerarquía urbana cabalgue sobre las fronteras. Unas son tardías y otras nuevas, pero la civilización colectiva desempeña un lugar preeminente y los recursos circundantes aseguran la existencia de las ciudades. Las europeas centrales y occidentales derivan de las fuertes densidades, y de las buenas condiciones ambientales que han aportado una jerarquía equilibrada y con pocas regiones que escapen al control de una ciudad. Pero también porque la urbanización ha pasado por varios ciclos: intercambio en el ámbito rural con mercados agrícolas, perfeccionamiento de los transportes y desarrollo de la industria, y auge del poder de atracción y absorción de los grandes focos económicos urbanos. Incluso hoy se asiste a un cuarto ciclo, la reorganización voluntaria del espacio urbano. Pero unas ciudades se han estancado en el primer ciclo, otras en el segundo, mientras la mayor parte han llegado al tercero e instalan el cuarto. Las más importantes se emplazan en áreas mineras, industriales o portuarias, pertenecen a países evolucionados y de nivel de vida alto lo que explica sus elevados niveles de equipamiento. Actualmente están en la fase de reconstrucción de centros históricos y de recuperación del tejido urbano. Por el contrario, en Europa Oriental se reflejan caracteres de transición entre los influjos occidentales y los rusos, o lo que es decir industrialización y predominio de la vida rural. Así, entre Bohemia y Eslovaquia los contrastes son fuertes y la vida urbana reúne caracteres europeos centrales y hasta ucranianos. Las ciudades mediterráneas disponen de gran antigüedad, con sujeción a planos, herencias monumentales, y variedad de estilos urbanos. Vicisitudes históricas y religiosas las han plagado de carga de siglos, luego transformada en parte por la actividad industrial y el proceso reciente de emigración del campo. Otras, son modernas; pero en todas domina la influencia del medio: son abiertas y se adaptan al relieve y a la luz y calor (calles estrechas que producen sombra permanente, patios interiores que permiten aprovechar el buen tiempo...). Son ciudades con vida al aire libre, tanto más intensa cuanto más próximas al mar, donde el turismo agudiza ese acontecer. Pero la fisonomía industrial es menos sensible que en el resto del continente. En otros ámbitos del mundo occidental, como Australia y Nueva Zelanda, la trama urbana es anglosajona como derivación del sistema colonizador y su emplazamiento en núcleos costeros. Luego la fuerte inmigración recibida desde los sectores rurales ha dado lugar a la extensión de las áreas suburbanas sobre calles geométricas y viviendas unifamiliares. Por su parte, en Norteamérica resalta la desigualdad en la distribución de las redes aún a pesar de que la civilización urbana es vigorosa y a la fuerte concentración de la urbanización. Las GEOGRAFÍA E HISTORIA
319
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
ciudades carecen de tradición histórica y por ello han podido crecer en vertical e irradiar sus áreas suburbanas, hasta resultar difícil saber dónde comienzan o acaban. El dominio del transporte individual permite alejarse de la ciudad, bien para residir bien o para trabajar. El origen urbanizador se encuentra en puntos costeros y centros de intercambio comercial, así como en puntos de avanzada para la conquista de tierras interiores; y luego la revolución de los transportes y la explotación de yacimientos han asentado o dinamizado ciudades. Por ello la variedad de ciudades industriales es grande, desde pequeños focos a gigantescos enclaves portuarios o mineros. Y el tipo de localizaciones urbanas muy diverso. Pero hoy crecen las ciudades de gran diversificación industrial y las especializadas. Desbordado el meridiano cien la disponibilidad de terreno y el hábito anglosajón propician la aparición de amplísimas áreas suburbanas, con casas uniformes en el estilo; son las ciudades permanentemente inacabadas, de crecimiento indefinido, dispuestas en cuadros geométricos que permiten la intensa circulación y rodeadas de autopistas de descongestión. Además, son la expresión de matices regionales diversos, y hasta raciales. En Japón la concentración urbana es de las más fuertes del mundo, lo que no implica la existencia de uniformidad. Así, aparecen algunas (como Tokio) donde la conformación es a través de barrios difusos. En las más importantes se concentran las actividades industriales poderosas y rentables, con barrios de negocios de estilo occidental, y grandes concentraciones a la americana o europea con migraciones pendulares, ciudades satélites, y un nuevo urbanismo muy desarrollado. La vida urbana es litoral, con ciudades portuarias, pero con el mantenimiento de los espacios tradicionales ajardinados, los barrios residenciales encajados en ambientes naturales privilegiados...
5.2. La ciudad socialista Engels y Marx, con sus propuestas de eliminación de la división social del trabajo y de integración de industria y agricultura condujeron a la condena de la gran ciudad. Lenin propondría el reparto territorial y la diseminación de la industria porque la tesis del urbanismo lineal, basada en la planificación territorial del transporte, podía establecer una nueva forma de urbanización extensiva que no era ni campo ni ciudad. Stalin zanjará definitivamente la cuestión del modelo ideal de la ciudad socialista porque la gran planificación económica se hace asumiendo la concentración urbana, y el planeamiento de la nueva realidad urbana socialista (tal como se manifiesta en barrios y ciudades nuevas) responde a los mismos planteamientos funcionalistas que han caracterizado al moderno urbanismo occidental. El concepto de unidad vecinal y la estética son adoptados como base de la organización de la ciudad. Donde puede encontrarse la diferencia con la ciudad occidental es en el proceso de urbanización, libre de las secuelas de la especulación y unido a unos niveles de motorización privada muy reducidos, que dan por resultado que muchos de los problemas caracterizadores de la ciudad actual (congestión, contaminación...) no se den en la misma medida en las socialistas. El problema urbano se presenta inmediatamente después de la Primera Guerra mundial. El modelo de Otto Bauer aplicado en Austria (y que no pudo ser desarrollado) incluye la socialización industrial, de los solares no edificados y de las casas de habitación. El suelo urbano debe quedar en manos del municipio, como ocurrió en Viena hasta 1923 y que se tradujo en la masiva edificación de casas bloque despejadas y rodeadas de vegetación. Surgió así un nuevo tipo de ciudad; pero sólo en parte ya que el centro continuó en manos de las clases dominantes. En Rusia el triunfo de la revolución aceleró el proceso de urbanización, especialmente en Moscú que al recibir fuertes contingentes de inmigrados dobló en muy poco tiempo su población; en los años treinta se introdujeron innovaciones: 320
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 10. El proceso de urbanización en el planeta
–
Los antiguos centros industriales, con crecimiento vertiginosamente hasta padecer graves problemas (Moscú, Leningrado, Bakú, Tostov...).
–
Las regiones del Donbas, Urales, Kuzbass, cuenca de Moscú... grandes centros industriales heredados o de nueva creación, que planteaban problemas algo diferentes.
–
Las áreas agrarias, que precisaban de la consolidación o transformación de ciertos núcleos en nodos regionales, lo que suponía la intervención casi imposible sobre cientos de miles de pequeños núcleos.
De forma condensada cabe señalar que el objetivo era triple: consolidar la dotación de la ciudad capitalista heredada, asentar nuevos núcleos industriales, y sustituir los infrapueblos por ciudades agropecuarias adaptadas a las nuevas necesidades y objetivos del sistema. Sólo a partir de mediados de siglo se intervendría en la vivienda con la masiva construcción de unidades dotadas de los servicios necesarios. Una década después se desarrollaría el sistema de casas-comuna (ochocientas células de habitación con servicios amplios). Pero el sistema hubo de ser abandonado porque los esfuerzos fueron a los servicios colectivos en perjuicio de las dotaciones individuales de la vivienda. Las ciudades de la antigua URSS componen, por todo ello, un laboratorio del urbanismo moderno, con modalidades, tipos y ciclos de desarrollo casi autónomos. La Vieja Rusia, como la Europa Oriental, ha padecido una larga tradición rural manifestada en pueblos con mercados. Y muchas ciudades semirrurales se han desarrollado sin carácter propio, asentadas sobre cursos fluviales o enclaves básicos comerciales. Hoy siguen vinculadas al tráfico mercantil sobre el río y viven de actividades derivadas de la abundancia de agua, como ocurre a lo largo del Volga. Otras han surgido de la nada, de un movimiento urbanizador político que implantó nuevas actividades industriales que no sólo dinamizaron ciudades, sino que lograron crear áreas satélites, barrios industriales... (red urbana de Ucrania, del Ural...). En contrapartida, las redes rusas y europeas orientales recuerdan por su complejidad a las europeas occidentales, con pequeños centros urbanos, comerciales e industriales, otros mayores industriales y hasta poderosas aglomeraciones. Pero la gran diferencia radica en las áreas suburbanas, con grandes complejos residenciales que economizan espacio y reducen distancias al centro de trabajo. En el Asia ex soviética la densificación urbana se intensifica con el alejamiento debido a un proceso colonizador apoyado en vías de transporte y en el aprovechamiento económico de recursos naturales. Pero la tónica es la presencia desde centros mineros, núcleos industriales de transformación, nudos de vías de comunicación que ejercen la función de mercado local, grandes centros de múltiples funciones... Los de nueva creación se caracterizan por la instalación de grandes avenidas, espacios verdes amplios, ausencia de segregación social por barrios y de diferencias arquitectónicas entre los mismos, escasez de dotaciones para la circulación privada... Puede hablarse de un territorio ex soviético sometido a transformaciones masivas, rápidas e inacabadas de las redes urbanas. China fue en la antigüedad famosa por sus ciudades con actividad artesanal y comercial, que además asumían funciones administrativas, religiosas y militares, y que habían nacido por razones locales, como centros agrícolas, comerciales, portuarios, mineros... En el Norte y Noroeste dominaron más los motivos defensivos. Pero, en conjunto, se trataba de núcleos urbanos sin unidad orgánica. Fue la Revolución quien les dotó de servicios, y hasta creó ciudades nuevas de colonización en Manchuria y cuencas interiores. A pesar de ello las grandes ciudades han conservado su carácter (Shanghai, cosmopolita y abierta, Pekín incrementando sus funciones políticas y administrativas...). La variedad es enorme por diversidad de emplazamientos, construcciones, diversidad de habitantes...; y en sus interiores dominan la proliferación de oficios, la comunicación fluvial, y la prolijidad de barrios (desde tradicionales a modernizados, de flotantes a occidentalizados...). Se ha intentado GEOGRAFÍA E HISTORIA
321
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
una experiencia de construcción, una alternativa urbanística a la del mundo productivista occidental, con la creación de pequeñas unidades urbano-rurales y agrícola-industriales tendentes a garantizar cierta autosuficiencia sobre la base de recursos locales, y con una integración no agresiva con el medio debido al mínimo consumo energético. Hoy la veloz expansión de la nueva vía china (un modelo dos sistemas) está cambiando rápidamente muchas facies urbanas, especialmente en los sectores costeros, los dinámicos.
5.3. La ciudad del Tercer Mundo En las ciudades de la periferia capitalista la evolución no ha seguido un proceso autónomo sino en buena medida dirigido desde el exterior. Y no existe una correlación entre el proceso de crecimiento urbano y el desarrollo progresivo de la industria. Por eso la industrialización no es la clave del fenómeno del gigantismo urbano. Entre tanto, las grandes corrientes migratorias se dirigen hacia las ciudades más conectadas con el exterior, las que más posibilidades de empleo pueden ofrecer; ya en ellas es difícil catalogar la ocupación principal de los habitantes de la ciudad. De ese modo su característica es la desestructuración, hoy con alta concentración de industrias que les someten a problemas de contaminación típicos del primer mundo, si bien más serios por la velocidad con que ha crecido una producción industrial caracterizada por la falta de planeamiento y regulación, y su concentración en lugares muy concretos. En contaminación se observan problemas asociados con el plomo de combustión, mercurio, cadmio, óxidos de azufre, monóxido de carbono... Y son las multinacionales las encargadas de insertar las industrias contaminantes en estos países evitando así la sujeción a controles de contaminación; las industrias sucias han sido las transferidas al Tercer Mundo. El medio donde moran los habitantes de bajos ingresos se encuentra entre los más degradados e insalubres existentes. Entre la cuarta parte y la mitad de la población vive en alojamientos muy por debajo de las condiciones mínimas recomendables, y que presentan unas pautas comunes de falta de agua potable, conexiones de desagüe, recolección de basuras, medidas elementales para prevenir enfermedades, atención médica, etc. Así, muchas enfermedades pasan a endémicas (disentería, tifus...). Otras consecuencias derivan de las condiciones de hacinamiento, que implican el que las enfermedades de transmisión, como la tuberculosis, encuentren un campo idóneo de desarrollo. Pero es posible hacer la distinción entre quienes habitan en viviendas precarias, construidas ilegalmente, y quienes lo hacen hacinados en edificios construidos legalmente. Suele decirse que los primeros viven en villas de emergencia o villas de la miseria, mientras que los segundos lo hacen en los conventillos. A las poblaciones urbanas obligadas a vivir en moradas ubicadas sobre terrenos ilegalmente ocupados se les denomina usurpadoras. Esas moradas ilegales van en contra de los planes de ordenación urbana, y se emplazan en lugares inapropiados para la vivienda. Hay ejemplos en las laderas de Río de Janeiro expuestas a los aludes, en el desierto arenoso de Lima, en terrenos sujetos a inundaciones (Guayaquil, Lagos, Bangkok...). En Ciudad de México un millón y medio de personas vive sobre el lecho desecado de un lago, expuesto a tormentas de polvo en la estación seca y convertido en un fangal cuando llueve. Pero los grupos de bajos ingresos eligen estos lugares porque no son aptos para urbanizaciones comerciales, y existe una oportunidad de no ser desalojados. Como contrapartida las autoridades de la ciudad no se sienten obligadas a la provisión de agua, saneamientos, transporte público... A pesar de todo la construcción de estos asentamientos es una de las principales fuentes de viviendas en las ciudades del Tercer Mundo. 322
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 10. El proceso de urbanización en el planeta
En la mayoría de las ciudades existe un alto porcentaje de población de bajos ingresos que vive en edificios ubicados en zonas más céntricas. Muchos albergaron a familias de posición económica desahogada que al salir a vivir en la periferia fueron ocupadas por varias familias de clases bajas, una situación que enmascara deplorables situaciones de hacinamiento. Pero el sector privado ha construido en muchas ciudades conventillos a medida en épocas en que la inmigración era particularmente rápida y los controles públicos no frenaban su construcción. Los chawls de Bombay, inquilinatos de una pieza que en la actualidad alojan a millón y medio de personas, tienen un origen similar. Hong Kong proporciona ejemplos donde no es raro encontrar que veinte personas vivan en un apartamento. El 15% de la población de Mumbay vive en 11.000 edificios que están al borde del colapso. Existen otras soluciones aún más desesperadas, como las posadas de camas calientes: hasta cuatro personas con diferentes horarios de trabajo pueden usar una misma cama en el día. En América del Sur la población urbana crece muy rápidamente en ciudades coloniales, portuarias o bases litorales de intermediación con la costa. Otras, también coloniales, son agrarias o mineras. Y unas últimas se emplazan en altura por condiciones climáticas. Más recientemente la necesidad de industrialización ha creado ciudades industriales, la ciudad obrera desconocida hasta ese momento, geométrica y financiada por capital extranjero. Las tradicionales crecen de forma convulsiva, más rápidamente que lo hacen sus equipamientos, en forma de barrios miserables e insalubres que sólo aportan hacinamiento y condiciones de vida urbana degradadas. La población industrial es baja y los complejos industriales no atienden a razones urbanísticas. Sólo las más tradicionales conservan en sus centros el entramado en cuadrícula impuesto por el sistema colonizador. En el norte africano la tradición urbana ha sido notable y la jerarquía de funciones establecida (incluso compleja); pero también había ciudades especializadas, portuarias, administrativas... y en el interior dominaban los mercados rurales. La llegada de los europeos transformó los focos antiguos con la incorporación de avenidas, y creando ciudades para explotar recursos mineros o plantaciones. Se produjo así la yuxtaposición de civilizaciones plasmada en barrios urbanos, tradicionales y modernos, que conviven, pero donde la civilización del automóvil y el comercio occidental se imponen con la consecuente irradiación de las ciudades siguiendo pautas occidentalizadas. El Sur sahariano desarrolló una civilización de colonización europea, primero portuaria, luego administrativa, y por último de conquistas interiores para explotación de recursos. Con todo las ciudades son escasas y desempeñan funciones especiales; son casi los únicos focos industriales y comerciales de vastísimos territorios. Su estructura es diversificada, con barrios especializados y civilizaciones separadas. Es la marcada oposición entre las ciudades blanca y negra, la primera relacionada con el exterior a través del puerto y del comercio, y que controla la actividad financiera y de servicios; se emplaza en barrios residenciales a la europea. La negra se hacina en los límites de la otra, con carencia de servicios y dependiente de la primera. Pero algunas ciudades presentan una evolución compleja dependiente del modelo colonizador, con un anglosajón abierto en la disposición de las construcciones, o como ocurre en la República de Suráfrica donde en las ciudades se deja notar el influjo multipolar no sólo de la conquista, sino de la recepción de inmigrantes asiáticos. Existe en el África negra toda una gama de estructuras urbanas, desde la antiguamente implantada, la influida por inmigraciones exteriores, la desarrollada por el modelo colonizador, hasta la existencia de grandes metrópolis con funciones similares a las occidentales. En Próximo Oriente ha existido una de las grandes encrucijadas del viejo mundo donde el influjo occidental ha sido poco marcado. Algunas ciudades, surgidas en enclaves portuarios, han tenido funciones comerciales o militares, y otras ocupan desembocaduras de valles, centros de fértiles llanuras o nodos comerciales; las menos se emplazan por razones GEOGRAFÍA E HISTORIA
323
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
religiosas; y unas últimas dinamizadas por el desarrollo de la actividad petrolera. Disponen de sus viejos barrios, verdaderos mosaicos de culturas y religiones. Y el influjo europeo se ha basado en administraciones y técnicas, luego plasmado en barrios occidentales y equipamientos modernos. El mejor ejemplo ha sido la instalación judía que ha alumbrado ciudades nuevas, prácticas, industrializadas... y otras de colonización. Y tampoco escapa el modelo de expansión a la creación de áreas suburbanas marginales. En el sur y sureste asiático se experimenta un vigoroso movimiento de concentración urbana en sectores donde el influjo europeo ha quedado marcado. Se pueden distinguir centros coloniales en las grandes ciudades de La India, barrios tradicionales especializados, obreros modernos, y áreas marginales de chabolas. Las tradicionales han acusado el mercantilismo colonial, y las artesanales se han ido volcando a actividades más modernas y rentables; han surgido centros mineros y hasta complejos siderúrgicos que han dinamizado ciudades cambiando su fisonomía o implantando otras de nueva creación. Resalta la gran disfunción entre mercados locales del interior y las grandes ciudades portuarias o deltaicas, con horizontes urbanos de escasa altura y la oposición entre barrios residenciales y de chabolas.
6. REPERCUSIONES AMBIENTALES Y SOCIOECONÓMICAS DE LA URBANIZACIÓN Entre las ambientales cabe mencionar la contaminación de las aguas una vez que han pasado por el consumo urbano porque los medios de depuración son costosos. Además está el problema del consumo, con una altísima demanda cada vez más difícil de satisfacer y un abastecimiento cada vez más complejo y grave al no ser proporcional al crecimiento de las ciudades. Luego, la contaminación atmosférica, derivada del masivo uso de calefacciones y vehículos privados, revierte negativamente sobre la salud. Allí donde la estabilidad atmosférica sea pauta la gravedad de la situación se multiplica. Además, una ciudad es capaz de generar un microclima urbano porque actúa como acumulador térmico, acaparando calor durante el día para soltarlo por la noche. Es el fenómeno de la isla de calor, que también incide sobre la salud en determinadas estaciones, tanto más cuando la sequedad sea reinante. La contaminación acústica afecta a las poblaciones menos resistentes, ancianos y niños. Y la de residuos sólidos a todos, generalmente a través de la incineración porque el reciclaje no es todavía una técnica excesivamente difundida. Las repercusiones sociales son inmediatas. Desde las patologías médicas, como estrés, ansiedad, agresividad... a las lesiones físicas derivadas de la contaminación, bien atmosférica bien acústica. Entre las económicas resalta la propia orientación de actividades urbanas, con salidas de las clases pudientes de las zonas contaminadas y el consiguiente incremento del precio del suelo, que marca la función residencial del espacio. Lo cierto es que los procesos de contaminación ambiental se hallan en las zonas más urbanizadas, en las metrópolis, regiones urbanas... porque la urbanización atiende a rentabilidad económica más que al bienestar ciudadano. Así, las ciudades son al tiempo agentes y pacientes de los problemas ambientales que generan, porque el modelo urbanístico es congestivo. Pero esos impactos ambientales superan lo físico-ecológico (aire, vegetación, agua...) para llegar a los auténticamente generadores de contaminación (emisión de gases, vertidos sólidos, residuos...), y concluir en las condiciones de vida y trabajo de la población (confort, seguridad...).
324
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 10. El proceso de urbanización en el planeta
La mejora de las condiciones urbanas es temprana porque se inicia en la segunda mitad el siglo XIX con los ensanches, cuando se contemplaba el concepto de confort público e higiene de la vivienda privada, que bien es cierto afectó a las burguesías urbanas. El ideal se alcanzó con la ciudad jardín (Howard) como alternativa a la ciudad industrial británica, o la ciudad lineal (Arturo Soria), que pretendían integrarla con las condiciones ambientales del espacio rural. En ambos casos se absorbió la vegetación en la trama urbana. Luego el racionalismo en el periodo de entreguerras se inspiró en Le Corbusier, con el bloque abierto, separación del tráfico... Era un enfoque práctico que pretendía separar las funciones urbanas, con la consiguiente mejora del ambiente pero congestión de la calidad residencial por el uso masivo de los desplazamientos privados. Pero revalorizó los espacios libres y los de actividades de ocio. El urbanismo postmoderno desbordó los anteriores esquemas al adscribirse a la austeridad, con especial atención a los cascos históricos y previsión de las expansiones futuras. Se trataba de consumir espacio y recursos urbanos (agua, materiales, energía...), se buscaban infraestructuras ambientales (artificiales o naturales), y la creación de equipamientos comunitarios (sociales y tecnológicos), espacios libres, y viviendas de densidades medias. Se le ha denominado urbanismo austero, que ha dejado a un lado la descentralización de actividades a espacios accesibles y baratos. Los problemas ambientales nunca son unidimensionales porque las ciudades se encuentran conectadas a redes o sistemas urbanos. Por ello se requiere algo más que instrumentos urbanísticos para hacerles frente. Así se explica que las políticas urbanas se destinen a atajar efectos y no a prever causas; y que sean sectoriales y no globalizadoras. Hay pues un claro divorcio entre políticas ambientales y urbanísticas, cuando se ha de asumir el problema ambiental en el contexto urbano, regional, nacional... Se requieren evaluaciones ambientales de potenciales impactos antes de desarrollar los planes urbanísticos. Se trata de implantar políticas preventivas más que remediables, de introducir parámetros ambientales en los planes de ordenación urbana, superando así el nivel de ordenanzas municipales. Como pasos en esta dirección cabe mencionar el Libro Verde del Medio Ambiente Urbano (1990), que se dirige al origen de los problemas ambientales urbanos, especialmente al transporte, revalorización de las zonas naturales dentro de la ciudad, gestión de la energía, de los residuos... El texto El Futuro Europeo del Medio Ambiente Urbano (1991) incluye a la ciudad como centro de las cuestiones ambientales, y apuesta por la reutilización del suelo urbano desaprovechado, que además protegerá los espacios abiertos del entorno. El Libro Blanco Plan de Acción para las Ciudades de Europa es complementario e incluye aspectos de la calidad de vida como la salud mental, física y social de las personas. Por su parte el Programa de Acción 21, de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y Desarrollo (Río de Janeiro, 1992), pretende instaurar un modelo integrado para la aproximación ambiental al hecho urbano. La Carta de Mulhouse quiere involucrar a público, empresarios e instituciones en la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos. El programa Comunidades Agenda Local 21 propicia adecuar el planeamiento a los criterios del desarrollo sostenible urbano. Igualmente las declaraciones Ciudades sin coche (1994) y la Carta de las Ciudades Europeas Acción y Desarrollo Sostenible (1994) estimulan las iniciativas locales con planes de acción a largo plazo en favor del desarrollo sostenible; el concepto de sostenibilidad urbana implica ahora el respeto a la salud pública, calidad de agua, aire, suelo... para garantizar el bienestar humano. El proyecto Ciudades Sostenibles, de la UE, se centra en economía urbana, planeamiento y transporte. También, las ONGs plantean que el problema ambiental urbano es más general que propio (Greenpeace).
GEOGRAFÍA E HISTORIA
325
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
Desde la Cumbre de Río se ha optado por la búsqueda del consenso entre ciudadanos y organizaciones empresariales. En esa línea está el proyecto Comunidades Sostenibles; indica que sean éstas las que identifiquen los objetivos ambientales adecuados y las estrategias idóneas de sostenibilidad urbana. Se trata de atajar primero el problema ambiental en las franjas urbanas-rurales, un ejemplo de despilfarro directo (uso masivo de suelo, iluminación...) e indirecto (incremento de viajes...). Una alternativa original es la llamada aldea urbana, con masivo uso de luz del sol, uso público (transporte, biodiversidad...)...; trata de combinar ciudad y campo, idea ya mantenida por Howard y Soria. El objetivo es densificar las residencias, lo que propiciará la disposición de espacios libres y concentraría servicios. Caso diferente es el de las ciudades del mundo subdesarrollado donde los problemas ambientales son más negativos. Especialmente los de vivienda, cuyas soluciones no se encuentran sólo en las herramientas urbanísticas convencionales, incapaces de hacerles frente. La alternativa son los programas de Reconquista Ambiental basados en el espíritu comunitario y la dinámica de grupo, y fundados en la percepción por la población de los problemas ambientales y en la implantación en el medio urbano de sus hábitos culturales. La mejora del ambiente urbano y del entorno construido es la prioridad en los años noventa, porque el incremento de la contaminación se enmarca en las distintas variantes urbanas (industrial, turística...) y en los ámbitos intraurbanos (cascos, periferias residenciales...). Entre las contribuciones internacionales, directivas regionales, incorporaciones de entidades supranacionales, y aportaciones nacionales y locales es raro el país desarrollado que no dispone de legislaciones protectoras muy diversas: contra las actividades molestas, insalubres, nocivas y peligrosas; leyes de protección del ambiente atmosférico; declaración de zonas de atmósfera contaminada; planes de saneamiento atmosférico; leyes de reforma y protección del suelo, de ordenación urbana, y de ordenación del territorio; de lucha contra la contaminación acústica; planes de aguas, de infraestructuras hidráulicas, y de saneamiento integral; creación de unidades ambientales; leyes de disciplina urbanística, de contención de actuaciones ilegales, y de coordinación metropolitana; mejora del medio urbano o rural, y protección del paisaje urbano y rural; medidas vertebradoras; evaluación estratégica ambiental; de zonas urbanas problemáticas; recuperación de tejidos urbanos; remodelación de barrios; de redes arteriales; de anillos verdes; planes de reforma interior, y especiales de urbanismo; etc.
7. PROBLEMAS AMBIENTALES PROPIOS Y TRANSFERIDOS Pueden ser condensadas en dos grandes apartados: los problemas internos derivados del propio crecimiento urbano, y los transferidos al entorno (influjo derivado del control y tutela sobre los espacios circundantes).
7.1. Del propio crecimiento urbano Los problemas espaciales del crecimiento propio son múltiples. De un lado están las dificultades de expansión en las grandes ciudades con la invasión de municipios circundantes que hace proliferar las interferencias entre distintas administraciones (al final repercuten en las reglas urbanísticas y en el entramado urbano); y la configuración de zonas residenciales en los extrarradios que fuerza a dotaciones de servicios, con las complejidades derivadas de la correspondencia al municipio central o a la comunidad receptora. A ellos se adicionan los del propio auge espacial con invasión de zonas rurales y las recalificaciones y subidas del 326
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 10. El proceso de urbanización en el planeta
precio del suelo agrícola. Pero la industria urbana también exige nuevos y amplios espacios; incluso algunas ciudades se industrializan a partir del ofrecimiento de suelo industrial. Esta fórmula ha conllevado la oficialización de la descentralización industrial consistente en la transferencia de actividades desde ciudades congestionadas hasta núcleos circundantes. Lo cierto es que la especulación de los terrenos llega a convertirse en paralizante de la expansión; la respuesta es el crecimiento en altura. Sin embargo, es preciso distinguir entre unas adaptaciones anglosajonas más proclives a la vivienda unifamiliar (lo que explica las interminables áreas suburbanas con escandalosos consumos de espacio), y otras latinas más volcadas a los inmuebles colectivos. Los asiáticos y africanos optan por ciudades bajas y extensas, como herencia de un mundo rural próximo a sus vivencias. En Iberoamérica se adoptado la irradiación por crecimiento subintegrado. El sector problemático por su emplazamiento es el industrial, porque las actividades que utilizan gran cantidad de materias primas requieren medios de transporte pesado y han de buscar emplazamientos externos a la ciudad, que además en Europa deben situarse a oriente para no trasladar a las urbes la contaminación por el dominio de los vientos del Oeste. Pero el núcleo central ofrece problemas espaciales particulares. A menudo centros antiguos congestionados impiden la circulación, y hasta son peatonales por imposibilidad de conjuntar tráfico y comercio. Es la derivación de la congestión histórica; de núcleo monumental se ha pasado a sector de negocios y comercial con descomunales precios sobre el valor del suelo o vivienda. En otros casos, la inexistencia de núcleo monumental ha forzado por especulación al establecimiento de edificaciones en vertical, con instauración de densidades humanas insufribles. Son los sectores de la ciudad que más caro pagan el fenómeno de las migraciones pendulares; de ahí que en muchos países la población pudiente haya optado por la residencia en áreas suburbiales, por consumir espacio. Pero la congestión lleva implícita su propia limitación: la dificultad de aparcamiento, de circulación, alquileres inalcanzables... han forzado a la salida de negocios a otras zonas de la ciudad. Los espacios residenciales se emplazan a medida que el alejamiento del centro comercial aumenta; es entonces cuando se incrementa la vivienda unifamiliar, especialmente en el ámbito anglosajón. Y además crecen cuanto mayor es la disponibilidad de terreno y más nueva es una ciudad. Será en las grandes ciudades del mundo del subdesarrollo donde más grave sea el problema de captación de espacio por una urbanización compulsiva escasamente respetuosa con el medio no sólo urbano. Por el contrario en las regiones más avanzadas es en los extrarradios donde se emplazan las áreas residenciales de las capas sociales más acomodadas, en sectores donde la industrialización no existe y donde la intensa actividad urbana se retrae; es más, se enmarcan en condiciones favorables de la naturaleza, lo que les proporciona fisonomía original. En las ciudades industriales estas áreas de expansión suelen ser reducidas, mientras que en las terciarizadas son más amplias y homogéneas. Pero en cualquier caso están muy ligadas al transporte individual. Incluso hay establecidas aureolas determinadas (aunque son múltiples las situaciones según cada ciudad; la norma es la existencia de una primera que será el núcleo urbano propiamente dicho, de renta media; otra segunda obrera de renta baja; y una tercera alejada y extensa de renta alta). Otra cuestión afecta a la circulación y los transportes urbanos, grandes consumidores de espacio. La configuración de redes de autopistas de circunvalación responde a la necesidad de evitar el centro urbano y encrucijadas vitales por medio de desvíos periféricos, mientras los desplazamientos al interior de la ciudad se aseguran a través de cualquier sistema colectivo (especialmente significativos en los países socialistas donde fueron concebidos con carácter masivo), lo que obliga a la realización de costosas obras (metro) o al trazado de radiales. GEOGRAFÍA E HISTORIA
327
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
El abastecimiento a la ciudad es otro problema de envergadura porque ha de ser abundante y variado, lo que exige medios diversos y circuitos adaptados. Se precisa suministro energético con altos costes de instalación (gas natural, energía eléctrica...); pero también otras fuentes, como materias primas para las ciudades industriales, recursos agroalimentarios.... Para ello es esencial la disposición de almacenajes periurbanos. Luego viene el problema de la redistribución a través de redes de almacenes al detalle enmarcados en cadenas de distribución (conjuntadas las necesidades de abastecimiento con las del tráfico imponen la necesidad de horarios de reparto). Entre los abastecimientos más relevantes se encuentra el del agua, un elemento sin sustituto y de consumo masivo. Todo depende del tipo de ciudad, ya que la industrial multiplicará la demanda, la suburbial impondrá alto requerimiento por la existencia de jardines particulares... Lo normal es un consumo medio por persona de 50 a 60 litros/día, pero el problema es doble porque requiere una doble red, de abastecimiento y de salida. La primera suele ser costosa porque a menudo el agua ha de ser conseguida en lugares alejados; luego los costes se incrementan con el tratamiento de las de consumo y las residuales. La evacuación de desechos urbanos es al tiempo un problema espacial y ambiental. Por la misma razón que la ciudad absorbe gran cantidad de productos elimina otros tantos. Pero la cuestión reside en el tipo de uso; así unas industrias contaminan por lavado o enfriado, pero otras (como las químicas) deterioran muy negativamente. Puede establecerse una diferencia clara entre las ciudades avanzadas, que disponen de los medios de tratamiento necesarios, y las desfasadas o incluso nuevas que vierten las aguas utilizadas directamente a cauces o las reinyectan en el subsuelo transmitiendo en superficie o profundidad sus impurezas. Y a este problema se adiciona el de los residuos sólidos, con varias alternativas: incinerado (en ciudades desarrolladas), triturado para su conversión en abonos, seleccionado de productos para reciclado... A pesar de todo domina el simple amontonamiento en vertederos, controlados o no dependiendo del tipo de ciudad y tamaño. Se añade el problema de los materiales de derribo, que unas veces se usan para rellenar bahías, otras se vierten directamente en el mar, o bien acaban amontonados en extrarradios urbanos. Otra cuestión espacial afecta al problema de las saturaciones urbanas por imposibilidad de disposición de terrenos o por inmanejables cuando su volumen se vuelve incontrolable. Cuando hay imposibilidad de crecimiento el hacinamiento es la consecuencia derivada, que puede volverse contra la propia salud de los ciudadanos; cuando no se pueden realizar inversiones la congestión será la resultante, con densificación del tráfico, humos, ruido... que también inciden en la misma dirección; y cuando la ciudad se convierte en inmanejable se llega al precarismo urbano, a la autoconstrucción, a la invasión de zonas vitales, a la especulación compulsiva... Por todo lo aludido se requiere una ordenación urbana que dirija el crecimiento y planifique atendiendo al interés público compaginado con los proyectos individuales. Con carácter genérico han aparecido tres grandes grupos de fórmulas: la creación de ciudades equilibradas, la armonización de las estructuras internas, y la disposición de áreas funcionales. Algunas han tratado de evitar el crecimiento desmesurado de las ciudades grandes mediante descentralizaciones (París, Londres, Moscú...). Y todas han pretendido humanizar la ciudad buscando tamaños óptimos de sedes (barriadas, complejos...), o como en los países socialistas concibiendo las agrociudades (traslado al campo de la función urbana). Se han buscado niveles óptimos conteniendo a la urbanización espontánea que caracterizó a otras épocas. Pero toda regla encuentra su excepción, en los países subdesarrolladas donde el camino por recorrer es muy largo. El objetivo es buscar ciudades prácticas, con un buen ejemplo en las denominadas nuevas ciudades británicas, organismos completos que posibilitan vivir a sus ciudadanos en circuitos cerrados, con estructuras piramidales, jerarquías de barrios y empleo en el propio lugar. En Japón se ha optado por la irradiación de las ciudades satélites, y por la elección del modelo de las tecnópolis. 328
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 10. El proceso de urbanización en el planeta
7.2. De la irradiación sobre el entorno Cabe aludir aquí a la extensión de las ciudades, a la creación de áreas suburbanas, interurbaciones y conurbaciones, y sobre todo al influjo de la ciudad en la región con la creación de áreas de influencia. Con referencia a la expansión de las ciudades los transportes favorecen la forma en estrella, especialmente el trazado de los ferrocarriles suburbanos. La absorción de pueblos plantea no pocos problemas sociológicos por el diferente comportamiento de la sociedad urbana y rural. Otras veces la expansión anárquica provoca la aparición de barrios chabolistas (especialmente significativa en el mundo subdesarrollado). En ocasiones se produce la expansión polinuclear, opuesta a la de aglutinación. Se trata de la yuxtaposición de ciudades junto a otras ya existentes, a menudo de forma espontánea o como derivación de implantaciones industriales. Pero su independencia suele ser efímera al depender funcionalmente de otras más grandes. Hoy la explicación deriva de los transportes rápidos; pero se trata tanto de expansión de la ciudad grande como de la creación de conjuntos urbanos nuevos. Existe la variante de la expansión dirigida generalmente por razones administrativas, políticas o de otro orden. Se produce cuando el trazado de alcantarillado, comunicaciones... va delante de la construcción urbana propiamente dicha. Los poderes públicos toman la iniciativa y orientan el emplazamiento urbano del que se hará cargo la iniciativa privada. En ocasiones la instalación de establecimientos públicos sirve de aglutinador, con la norma cada vez más difundida de la construcción de barriadas con viviendas de protección oficial (muy significativas en muchos países capitalistas, pero con el precedente en los socialistas). Sea como fuere, salvo en los países subdesarrollados, la expansión no se abandona a la libre iniciativa privada. Y aún así en el siglo XX el crecimiento de las ciudades es suburbanizador y circunurbano con hábitat diseminado en el campo. Es posible encontrar tipos de áreas suburbanas: hortícola, dormitorio, industrial y de esparcimiento. Casi todas traducen las funciones de la ciudad y no son más que un aspecto de su expansión. Pero entrañan dificultad de definición desde el momento en que pueden ser próximas o lejanas, y éstas últimas son a veces más que un área de influencia. Es el fenómeno de urbanización del campo que rodea a la ciudad. Otro influjo sobre el entorno se produce cuando se establece contacto con otra ciudad, cuando hay continuidad de la superficie edificada. Se da una acumulación de ciudades en la que cada cual mantiene su individualidad. Es la yuxtaposición de ciudades que han crecido separadamente, y las hay desde dobles a múltiples; pero exige un determinado nivel de densidad urbana y de unidades urbanas con problemas comunes (transporte, agua, electricidad...), que implican a menudo la constitución de órganos intermunicipales o supramunicipales para resolverlos. Por su parte, las interurbaciones son ciudades complementarias de una conurbación, que al no estar dotadas individualmente de los servicios necesarios necesitan la colaboración mutua. Una conurbación evoluciona de muy diferente forma según el lugar y las condiciones, pero con frecuencia una de las ciudades se hace con la primacía y las demás se le subordinan haciendo incluso el papel de áreas suburbanas. Al tiempo, conurbación no significa fusión de funciones ya que cada ciudad puede conservar y ampliar las suyas. Por su parte, las megalópolis son cadenas continuas de ciudades independientes pero próximas, tanto que el espacio entre ellas suele ser relativamente urbanizado. La megalópolis es la expresión del gigantismo de una conurbación. La expansión de una ciudad se detecta también en la aparición de ciudades satélites, industriales o residenciales, caracterizadas porque sus habitantes trabajan en la ciudad centro, que asegura los servicios, mientras la ciudad satélite recibe a la población de la GEOGRAFÍA E HISTORIA
329
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
central para estancias de esparcimiento. Pero hay ciudades satélites de producción (industriales) y de consumo (dormitorio). En algunos casos el surgimiento es irremediable por congestión de la ciudad centro, con el mejor ejemplo en las new towns para descongestionar Londres. Presentan la ventaja de evitar desplazamientos masivos de trabajadores cuando se funden residencia y trabajo. La aglomeración se caracteriza porque una ciudad integrada en una conurbación es el soporte del sistema urbano. Es decir, que a su alrededor gravita una población más numerosa que la propia, y englobaría a las ciudades incluidas en la aglomeración hasta donde las densidades sean decrecientes. Pero hay varios sectores dentro de la aglomeración: la ciudad central, los barrios, los exteriores, y las áreas suburbanas interior y exterior. Y también tres áreas: la aglomerada (con los municipios limítrofes), la interdependiente (con actividades urbanas), y la marginal (con modos de vida urbanos e interdependencias mutuas de trabajo, comercio...). Lo cierto es que los problemas humanos además de urbanos se plantean a una escala regional.
7.3. Del influjo de la ciudad en la región La ciudad ejerce un múltiple papel: demográfico (de atracción y desplazamientos centrífugos), de tutela agrícola (abastecimientos y propiedad), comercial y financiero (proveedora de esos servicios), industrial, administrativo, sanitario, cultural, político, de esparcimiento, etc. El papel demográfico regional de la ciudad lo ejecuta desde el momento que dispone de un espacio contiguo, más o menos amplio. Todo depende del dinamismo (caso de las ciudades industrializadas y mineras, cuyo reclutamiento deriva de factores laborales) y del tamaño de la ciudad, y será real en función de la capacidad de empleo de que disponga. Se irradiará en relación a la capacidad de las infraestructuras de comunicación, y también a la existencia de una o más ciudades dinámicas capaces de atraer población (el primer caso es el de áreas avanzadas, y el segundo de áreas desfasadas). En las ciudades pequeñas se da una convergencia hacia las actividades situadas en el centro, mientras en las ciudades socialistas la difusión de los medios públicos de transporte hace que las áreas regionales de reclutamiento sean amplias. En Europa las redes de migraciones temporales se dan sobre una multiplicidad de núcleos de atracción. Los desplazamientos centrífugos se dan en ciudades que han alcanzado un determinado nivel de desarrollo, y se identifican con migraciones cotidianas laborales y de residencia (suburbanos). Por lo que se refiere a la tutela agrícola puede decirse que el éxodo rural agudiza la propiedad de los ciudadanos sobre las tierras circundantes a la urbe; los propietarios conservan sus tierras pero pasan a ser habitantes-ciudadanos de la urbe. Por ello, cuanto mayor es la ciudad más lejos se extienden sus propiedades. La tutela se ejerce primero a través de sus propiedades en el campo. Pero el abastecimiento alimentario a la ciudad hace que el campo dependa de ella, con extensiones hortícolas, granjas... destinadas sólo a la venta de productos en la ciudad, áreas que se hallan amenazadas permanentemente por la extensión urbana; así, la facilidad de comunicaciones las aleja cada vez más. Pero esa tutela cambia y se subordina incluso en función de los gustos de los ciudadanos. Además, se incluye aquí el abastecimiento de materias primas, que incluye una tutela que se agudiza cuando está en manos de empresas capitalistas emplazadas en las proximidades de ciudades subdesarrolladas.
330
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 10. El proceso de urbanización en el planeta
Otro tipo de control es inverso, la provisión por la ciudad a la región; la primera es mercado que dispone de clientela exterior a la misma. Así al abastecimiento de la ciudad hay que adicionar el proveniente de la ciudad. E incluso ésta es el almacén central de los comercios circundantes instalados en otras de menor entidad y próximas. En las ciudades socialistas el comercio local está dirigido por la administración, con lo cual la influencia urbana es menor. Una variante es la tutela financiera desarrollada por medio de préstamos a los agricultores, industriales o comerciantes, o de depósitos de los mismos en la banca de la ciudad. Esta forma de control constituye una de las más reales de vinculación de la ciudad con la región. La tutela industrial está influida por las migraciones temporales debidas al progreso de los transportes. Por ello, muchas empresas se emplazan en medios rurales buscando suelo barato y disponibilidad de mano de obra agraria o incluso de la propia ciudad. La creciente industrialización del campo sólo refuerza la influencia urbana. La administrativa se ejerce con respecto al entorno en casi todas las ciudades, especialmente en las capitales (provincia, distrito, condado...). Pero una región administrativa no tiene por qué coincidir con una comercial. La sanitaria se ejerce porque los servicios suelen estar emplazados en la cabecera regional, y la ciudad pasa a ser el hospital general del que depende toda la comarca (dicho funcionamiento no tiene por qué darse en áreas subdesarrolladas). La cultural, política o religiosa tienen parecido significado (la última tiene otro muy variable). Por último, la tutela de esparcimiento a partir de anexos residenciales, instalaciones deportivas, recursos ambientales, cotos de caza, vacaciones en pueblos circundantes... Casi todas las fórmulas implantan y modifican hábitos y modos de vida (el comercio se adapta a los llegados, el campo urbanizado adopta formas diferentes a las rurales...). A la inversa la ciudad es el centro de esparcimiento de los habitantes del campo. Así, las formas de influencia de la ciudad sobre el campo se combinan y suelen ser muy variables, aportando dependencias estrechas o débiles. El problema es delimitar dicha área de influencia, si bien generalmente se atiende a tres categorías de relaciones entre ciudad y región: fundamentales (o imprescindibles, como las alimentarias); ocasionales (orientadas hacia la ciudad de forma estable); y excepcionales (expresan la influencia de la ciudad de forma mucho más irregular). Pero su delimitación en conurbaciones se vuelve casi imposible porque es donde mayor cantidad de interferencias se presentan. Las áreas de influencia permiten definir la región urbana, aquélla donde las relaciones con la ciudad son recíprocas y superiores a las mantenidas con ciudades vecinas. Cuando la región está en torno a una ciudad se habla de región nodal o funcional (también polarizada). Así la región se inserta teniendo a la ciudad como centro, y cada ciudad tiene en torno a sí una región de la que es el centro, que a su vez depende de centros mejor dotados, y así hasta llegar a las metrópolis (Christaller agrupó esta jerarquía en un sistema hexagonal, teórico-ideal que jerarquiza a las ciudades en una región). Pero hay ciudades sin centros subordinados, como ocurre en los países subdesarrollados; y además dicha teoría no es aplicable en la realidad porque hay centros que no se organizan espontáneamente (como ocurre con los industriales). Y en los países socialistas la creación de ciudades deriva de la preocupación industrial, mientras el comercio es una consecuencia (en los capitalistas éste sería causa originaria). Es decir, que la cantidad de variantes y modelos implica que dicha teoría no sea fácilmente aplicable. Con todo puede hablarse de centralidades ejercidas por una ciudad de primer, segundo y tercer grado (o bien de ciudades primarias, secundarias y terciarias en razón al grado de influjo ejercido sobre la región). También de ciudades centros-regionales, centros de subregión, pequeñas ciudades, ciudades industriales, ciudades-villas, y villas de transición entre ciudad y pueblo. En estas redes cada núcleo desempeña un papel determinado, y serán tanto más ciudades cuanto mayor sea su desarrollo intermediador. GEOGRAFÍA E HISTORIA
331
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
8. REPERCUSIONES SOCIALES DE LA URBANIZACIÓN El ciudadano no es más que un integrante, un engranaje del mecanismo urbano, un segmento más de la heterogeneidad por la presencia de diferentes colectividades en el interior de un mismo núcleo. Las ciudades son tanto más heterogéneas, cuanto mayor sea su entidad, accesibilidad y radio de influencia. Son, por tanto, centros de síntesis integrados por elementos muy diversos y en ámbitos muy distintos. Es posible distinguir una tipología de ciudades: con migraciones rural urbanas moderadas (y otras con una orientación específica que le dan particularidad); y urbes en países en proceso de urbanización. En las de ritmo de urbanización lento casi todo depende de los factores demográficos propios, aunque suele comprobarse la primacía del sexo femenino. Sin embargo, en las de dedicación específica, como las industriales, domina la composición masculina derivada de la mayor oferta de empleo para este sexo por el sector secundario. Pero otras ciudades con función especial, como las turísticas, la regla no se cumple porque la presencia de jubilados es fuerte y la longevidad más alta de las mujeres hace que sea acusado el dominio de dicho sexo. Asimismo, es preciso considerar la forma inmigratoria caracterizada por el desplazamiento individual del varón a grandes distancias, mientras la mujer es quien migra sola en distancias reducidas. Dichos rasgos son mucho más comunes en las estructuras urbanas de las áreas desfasadas del mundo. Conviene considerar igualmente la composición por edades. Así, entre los inmigrantes económicos más de la mitad llegan a la ciudad antes de los treinta años, e incluso un tercio sobre los veinticinco. De ese modo, una ciudad es acaparadora de individuos jóvenes, en la edad justa para la formación de unidades familiares; así se explica la abundancia de adultos, más elevada que en el conjunto de un país. En contrapartida es más reducida la cantidad de niños, jóvenes y ancianos. Dicha regla es tanto más intensa cuanto mayor sea la ciudad; y sin embargo cuando se pasa a las categorías de aglomeración urbana y arrabal urbano se incrementa la cantidad de jóvenes. Asimismo, se constata que en ciudades emplazadas en países subdesarrollados la cantidad de jóvenes es notablemente alta, rasgo indicativo de que allí se desplazan más fácilmente a las urbes. Puede sostenerse igualmente que las ciudades con una larga tradición histórica, incluso las monumentales, son capaces de acaparar mayor cantidad de residentes de edad avanzada. Otro rasgo a analizar es el comportamiento familiar, desde el momento en que la ciudad aglutina gran número de adultos con la consecuente fecundidad potencial. Sin embargo, el medio urbano posibilita el acceso al trabajo femenino (terciarizado), lo que se traduce en un descenso de su fecundidad. Luego viviendas reducidas, altos alquileres, sueldos módicos... se encargan de limitar las tasas natalistas; y aún más porque aparecen condiciones psicológicas que reducen el tamaño familiar, y entre ellas el acceso a la instrucción, el crecimiento de las aspiraciones personales, la difusión de los métodos contraceptivos, etc. Como norma, además, la vida urbana es limitadora y retardadora del matrimonio (sobre todo en las mujeres), que encima es menos estable que en el campo. En contrapartida, las áreas suburbanas ofrecen mejores condiciones de suelo y vivienda barata lo que repercute en un incremento familiar (en él incide notablemente la mayor cantidad de inmigrantes). Por todo ello, cabe establecer en lo que afecta a cuestiones familiares un triple tipología:
332
–
Ciudades en países muy avanzados, donde no es posible detectar diferencias entre fecundidad urbana y general.
–
Ciudades en fase de evolución, con alto nivel de activos que aportan contrastes entre fecundidad urbana y rural, siempre más alta la segunda.
–
Ciudades en países subdesarrollados, con alta fecundidad urbana, similar a la general. PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 10. El proceso de urbanización en el planeta
Una repercusión social trascendente se corresponde con el control de la salud de los ciudadanos. De un lado promiscuidad y hacinamiento difunden enfermedades; y de otro la presencia de medios técnicos y especialistas las controlan. Así pues, la ciudad reúne al tiempo las características favorable y desfavorable. En la ciudad aparecieron las enfermedades profesionales que tradicionalmente incrementaron la mortalidad; pero ésta se encuentra más controlada que en el campo. No obstante, perdura en la actualidad la absorción de infecciones incorporadas por los inmigrantes a las ciudades de países subdesarrollados (con todo la mortalidad infantil es donde más retrocede). No ocurre lo mismo con la población adulta, con más altas tasas de mortalidad en las ciudades debido al alto contingente de población con avanzada edad. Por países las tasas de mortalidad de las ciudades suelen estar bastante relacionadas con las nacionales. De otro lado, la renta individual media del ciudadano urbano es superior a la del rural; ello permite la duración de estudios más prolongados para sus hijos, a lo que se unen mayores posibilidades de ocio y recreación. Del mismo modo, sus medios son superiores para la posesión de residencias secundarias, que le convierte en más móvil. Otro rasgo distintivo de la ciudadanía urbana es la variedad de oportunidades para la realización de actividades profesionales muy diversas, en un terciario evolucionado como sector dominante o en un secundario complemento. Atendiendo a las actividades que pueden desarrollar los ciudadanos puede establecerse la siguiente clasificación de ciudades: –
–
–
–
Con sector primario representativo. Se trata de centros urbanos ligados al campo, con tres categorías: *
Ciudades rurales especializadas en cultivos hortícolas o frutícolas, con industrias alimentarias y mercados agrícolas (representativas en Europa).
*
Ciudades del mundo del subdesarrollo conectadas con un área suburbana integrada por pueblos rurales.
*
Agrociudades, emplazadas básicamente en áreas socialistas, donde se mantienen notables relaciones con las actividades agrícolas.
Con sector terciario dominante, con tres variantes: *
De la periferia capitalista, con población dependiente de recursos limitados, como artesanado y comercio por cuenta propia sin asalariados.
*
Antiguas del continente europeo, con un sector terciario notablemente avanzado donde pervive la función administrativa o comercial sobre el entorno.
*
Muy especializadas en actividades modernas, como las portuarias o comerciales, al por mayor o al por menor.
Con sector secundario preponderante, hasta el extremo que la población empleada en la industria supere el 60% de la total. Presentan las tres siguientes categorías: *
Dominadas por una sola actividad industrial, como ocurre con las ciudades mineras, o bien otras orientadas a la obtención de un artículo específico.
*
Industriales muy especializadas, como las dedicadas a la industria textil, mecánica...
*
Con industrias variadas, generalmente emplazadas en áreas industriales destinadas al efecto.
Con sectores equilibrados, como ocurre con las grandes capitales estatales, aunque ciudades de tipo medio pueden ofrecer equilibrios notables al equipararse a actividades industriales, administrativas, comerciales, funcionales...
GEOGRAFÍA E HISTORIA
333
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
Cabe establecer una última clasificación atendiendo ahora a las categorías sociales que integran las ciudades: –
De clase alta y media dominante; son ciudades administrativas con alto número de funcionarios y comerciantes.
–
Con notables contingentes de clases altas y medias que incluyen desde burguesía a clase obrera.
–
Donde las clases media y alta son superadas por la obrera; suele tratarse de ciudades especializadas.
–
De clase obrera dominante que puede alcanzar el 75% de la población urbana; se identifican con ciudades industrializadas y con un resto de funciones reducidas.
–
Obreras, básicamente mineras con escaso dinamismo comercial y limitación de las funciones elementales. Los obreros puede alcanzar más del 80% de la población total.
Junto a ellas cabe aludir también a otras que no encajan en la clasificación, como las creadas por los europeos en antiguos territorios coloniales donde todavía se da el paralelismo entre herederos de la sociedad colonial (que ocupan los puestos directivos) y una masa de población autóctona (que ejerce los trabajos manuales). Por tanto, puede decirse que la ciudad es un factor de transformación, formación e información, que constituye el ámbito ideal para la promoción individual por la oferta y diversidad de puestos de trabajo, acceso a la formación...
9. OTRAS REPERCUSIONES DE LAS FUNCIONES SOCIALES DE LA CIUDAD 9.1. Culturales Cabe citar en primer lugar la función religiosa que caracteriza a algunas ciudades, y que cumplen cuando reciben contingentes humanos llegados expresamente para dicho ejercicio. En ocasiones unas la ejercen sólo con respecto a las regiones o comarcas circundantes, y hasta en paralelo con la función comercial. En contrapartida, otras se constituyen en verdaderas ciudades de culto, en centros de peregrinación (La Meca, Lourdes, Benarés, Santiago de Compostela...). Pero toda ciudad religiosa cumple otras funciones, entre las que resalta la comercial, turística y hasta de enseñanza. Así, las ciudades religiosas al margen de su función se caracterizan por multiplicar sus facetas. Hay ciudades que cumplen una marcada función universitaria, que en ocasiones arranca precisamente de la religiosa. Puede establecerse una triple modalidad de ciudad universitaria: de atracción regional, nacional o internacional. En unas predomina la universitaria como tal, aún a costa de la renuncia a extender sus funciones (Marburgo, Bolonia, Pisa, Salamanca, Coimbra, Oxford, Upsala, Lovaina...). En ellas la población joven es la dominante. Pero otras grandes ciudades universitarias han optado por ampliar sus funciones (es el caso de las representativas de antiguos imperios y de tradición histórica). Lo normal es que en la actualidad dicha función se compagine con actividades industriales (Oxford, Upsala...). Incluso más, se ha producido el desplazamiento de las universidades no sólo a barrios universitarios sino a espacios más alejados que han servido de germen para la conexión de ciudades anexas. 334
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 10. El proceso de urbanización en el planeta
Las ciudades también son centro de irradiación cultural o de atracción monumentalturística. Desde círculos literarios hasta comercio de pintura, y muy especialmente bibliotecas, que les hacen asumir la función de centro cultural. La absorción más relevante se encuentra en las ciudades museo (París, Madrid, Florencia, Venecia...), donde la función cultural y comercial más estrechamente aparecen unidas. Es preciso mencionar a las ciudades feriales o las que disponen de eventos periódicos (congresos, festivales...). Algunas se han especializado tras la construcción de Palacios de Congresos dotados con la infraestructura necesaria (Lieja, Bruselas...).
9.2. De acogida El rasgo distintivo es que la mayor parte de la población es flotante o no permanente. Pueden mencionarse aquí las de especialización, con variantes diferenciadas: –
Curativas, por aprovechamiento de propiedades terapéuticas, como enclaves de montaña bien ventilados y aislados, núcleo idóneo para sanatorios antituberculosos, leproserías... Se mantienen por tradición (determinados enclaves suizos), si bien el control efectivo de dichas enfermedades ha provocado su decadencia. En segundo lugar balnearias, con manantiales con ciertas sustancias de propiedades curativas, que eclosionaron durante el siglo XIX y no siempre por motivos de salud, por lo que cada vez fue más cuidado su entorno para cumplir otra función de reposo. Las más representativas se encuentran en Europa, donde es antigua la tradición de hoteles lujosos, de industrias farmacéuticas derivadas, embotellados de agua, etc. No dan lugar a grandes ciudades por su estacionalidad.
–
Turísticas de sol y playa, en lugares especialmente dotados por un clima suave y playas amplias. En ocasiones han sido la alternativa para el lanzamiento de pequeñas ciudades portuarias o pesqueras. Han experimentado la evolución en el tipo de ciudadano recibido (de la clase alta se ha pasado a la media).
–
Turísticas de montaña, de menor tamaño, más dispersas y más estacionales que las precedentes. Estas ciudades de esparcimiento tienen muy diverso origen, desde aldeas hasta de nueva creación (las ciudades cremallera). El problema común es la reducida población fija frente al descomunal aumento estacional. Fuera de temporada el problema es mantenerse a flote (en las denominadas temporadas muertas), y hacer frente a la competencia del turismo rural y transnacional.
–
Las de retiro, las especializadas en una función de refugio permanente porque disponen de excelente clima y fluidas comunicaciones, y porque no se encuentran muy alejadas de grandes capitales. Suele tratarse de ciudades profusamente dotadas debido a que las capas sociales que pueden practicar dicho retiro son las más acomodadas.
9.3. Administrativas y políticas La mera administración municipal no alumbra una función urbana, pero cuando se aúnan funciones comarcales, regionales o nacionales se acumulan administraciones jurisdiccionales, judiciales, universitarias, eclesiásticas... y las aparejadas comerciales o económicas. Resaltarán las de capitalidad o supercapitalidad. La primera resalta por la función política, que además se concentra en ciudades de tradición. Pero todo depende del tipo de país (dimensión, población, tradición política...). En los Estados fuertemente centralistas se GEOGRAFÍA E HISTORIA
335
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
acumulan todas las funciones en un mismo núcleo, mientras en los federales la distribución es un rasgo evidente. Su papel será ejercido más certeramente en razón de sus comunicaciones y posibilidades de acceso a la prestación de servicios. Sin embargo, la dependencia de una capital acarrea problemas de desarticulación territorial. Una función básica es la estatal, lo que a su vez conlleva un crecimiento continuado de las administrativas y políticas, como derivación de la cada vez más compleja maquinaria nacional. Además, la información es hoy pieza clave del sector privado, lo que acarrea la concentración de actividades terciarias y cuaternarias avanzadas cerca de los centros políticos de decisión. Junto a todo ello las capitales suelen ser ciudades monumentales, lo que les permite compaginar su función esencial con la turística, comercial e industrial. La supercapitalidad se identifica con la sede de grandes instituciones supranacionales. Así Londres lo fue de la Commonwealth, el Vaticano lo es del cristianismo, Bruselas de la Unión Europea, Nueva York de la ONU, París de la OCDE... La complejidad de la función explica el desarrollo de las máquinas administrativas generadas y de las funciones complementarias.
9.4. Funciones acumuladas Acontecimientos sobrevenidos mutan la función de una ciudad. Lo normal es que la función industrial sea sustituida por otra más moderna producto de reconversiones, y que una perdida función política (por traslado de capitalidad...) alumbre otra diferente, porque lo lógico es que las infraestructuras tengan funciones diversas (pero es difícil combinar función industrial y turística, lo que suele explicar que cada ciudad mantenga su carácter, su función dominante complementada con otras muchas secundarias). Se hace incluso difícil clasificar a las ciudades por la cantidad de funciones compaginadas en distinto grado. Se está hablando de la multifuncionalidad de la ciudad. Pero dicha circunstancia se da en la gran ciudad, que suele ser la capital, si bien el desarrollo económico ha dinamizado funciones múltiples en ciudades importantes, generalmente puertos marítimos, focos de absorción de industrias derivadas del comercio.
10. REPERCUSIONES DE LAS FUNCIONES ECONÓMICAS DE LA CIUDAD Son las derivadas de actividades de la ciudad dirigidas al exterior, las que justifican su existencia y desarrollo y las que aportan los recursos económicos para su subsistencia. De ahí que pueda hablarse de ciudades mineras, industriales, comerciales... Son básicamente tres: militar, comercial e industrial, si bien múltiples las combinaciones posibles. La militar cada vez es menos relevante, aunque resaltan todavía los puertos de guerra, (de abrigo o refugio para flotas que los protegen), y de punto de apoyo (instalados en sectores estratégicos, en las grandes rutas marítimas y que sirven de escala de aprovisionamiento, como Singapur, Gibraltar, Adén...). Algo parecido, y con semejante clasificación, aparece en los emplazamientos y tipología aeroportuaria, que a menudo son complementarios de los precedentes. Las ciudades surgidas a su amparo han diversificado sus funciones, en muchas ocasiones extrapoladas a la marina mercante. La función comercial suele ser la esencial, pero ha sido la posición geográfica quien ha transformado a ciudades comerciales en comerciales a gran escala. Los cruces de caminos y de rutas de comercio complementarias (puerto, ferrocarril, carretera...) han favorecido el 336
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 10. El proceso de urbanización en el planeta
desarrollo. Abundantes materias primas y facilidad de comunicaciones alumbrarían el nacimiento de actividades industriales. En este proceso las capitales nacionales casi siempre han llevado la mejor parte. Lo cierto es que los puertos marítimos han desempeñado históricamente el papel clave, especialmente en el tráfico intercontinental de mercancías. Por ello la función comercial es la que explica en mayor medida la existencia de las ciudades portuarias, emplazadas en sectores bien definidos por razones geográficas que permitieran la defensa y por otras de relación comercial con el interior continental. Así, los puertos son el foco de cristalización urbana, con la dualidad siguiente: el puerto vive de la ciudad y la ciudad del puerto. Pero no sólo de la vida comercial propiamente dicha sino de las actividades ligadas a la misma dinámica del puerto (dársenas, repuestos, combustibles, oficinas, seguros...). El puerto atrae a la industria, y no es raro que existan astilleros en puertos dinámicos, como tampoco que surjan empresas transformadoras de materias primas energéticas, etc. Los puertos de mar aportan una de las formas urbanas más dinámicas del planeta. Por su parte, los aeropuertos disponen de un tránsito de pasajeros cada vez más elevado por la autonomía, seguridad y rapidez de los vuelos a larga distancia. La ciudad crece en dirección contraria al aeropuerto, huyendo de los inconvenientes. La función industrial es otra de las más representativas porque su evolución ha tendido a la adaptación a la forma urbana. Se da la doble vertiente: la ciudad engendra a la industria y la industria a la ciudad. A diferencia de las ciudades comerciales han necesitado mano de obra importada, y por ello se han transformado en más inestables, pero más dinámicas. Las ciudades mineras disponen de una función industrial menos ligada al comercio que las otras. En su evolución ha incidido el tipo de mineral. Además, cuando coinciden mineral y fuente energética lo normal es la creación de ciudades industriales. Ello ha ocurrido con los grandes yacimientos carboníferos, que han dado lugar a grandes concentraciones industriales (cuando haya cuencas próximas aparecerán conurbaciones). En los países muy desarrollados suelen estar integradas en conjuntos urbanos más amplios; por el contrario en países desfasados o cuencas aisladas su evolución es lenta. Puede decirse que a una actividad minera original se adicionan industrias de transformación, especialmente si se trata de minerales con gran cantidad de escoria (requiere una primera transformación para abaratar precios de transporte). Las de industrias de transformación son más complejas. Se fabrica para abastecer al comercio, lo que ocurre en muchas ciudades del mundo del subdesarrollo, que han configurado actividades para atender las necesidades del capital exterior; es una labor urbana especializada, pero asentada sobre bases neocolonialistas. La cercanía de la materia prima ya puede ser un determinante (industrias textiles laneras, mineral de hierro...), aunque el progreso de los transportes hace que se asista a una división del trabajo industrial urbano. Luego incide la facilidad para el reclutamiento de mano de obra, de cuadros técnicos (que sólo se forman en grandes ciudades), de la vecindad de centros de consumo para colocar el producto elaborado... Así, la localización de industrias transformadoras urbanas puede darse cuando una actividad puede hacerse con toda la ciudad (tres cuartas partes de la población activa de Eindhoven trabaja para Philips, otro tanto en Rochester para Kodak, Detroit para el automóvil, Yawata para el acero, Morez para la óptica...). Pero también cuando una industria fuerza a una ciudad al requerimiento de industrias complementarias (la textil necesita maquinaria y embalajes...). Todo indica que la ciudad debe adaptarse a la función industrial que le corresponda. Pero ya no es válido hablar sólo de ciudad industrial, sino de complejos industriales que aglutinan a conjuntos de ciudades dedicadas a pocas actividades, que el tiempo ha ido transformando en complejas e interdependientes. El último paso es el proceso de deslocalización y establecimiento de sedes en grandes ciudades. GEOGRAFÍA E HISTORIA
337
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
BIBLIOGRAFÍA Beaujeu-Garcnier, J. y Chabot, G. (1975) Tratado de Geografía Urbana. Ed. Vicens-Vives, Barcelona. Chaline, C. (1981) La dinámica urbana. Instituto de Estudios de Administración Local, Madrid. Clemente, E. (1991) “Medio ambiente y urbanismo. Hacia un enfoque integrado”. En El futuro europeo del Medio Ambiente Urbano. MOPT, Madrid; pp. 23-26. Estébanez, J. (1988) “Los espacios urbanos”. En R. Puyol, J. Estébanez y R. Méndez. Geografía Humana. Ed. Cátedra, Madrid. George, P. (1974) Geografía urbana. Ed. Ariel. Colección Elcano, Barcelona. Gutiérrez Puebla, J. (1987) La ciudad y la organización regional. Ed. Cincel, Madrid. Puyol Antolín, R. (coordinador) (1990) Geografía Humana. Ediciones Pirámide, S.A, Madrid. Rodríguez Pose, A. (1995) “Transformaciones en los sistemas urbanos europeos y españoles durante la etapa postindustrial”. Situación, 3, BBV, Bilbao; pp. 129-148. Terán, F. de (1982) El problema urbano. Ed. Salvat, Madrid. Valenzuela Rubio, M. (1984) “El medio ambiente urbano. Su conceptualización y problemática desde la óptica geográfica”. En Geografía y Medio Ambiente, CEOTMA, Madrid; pp. 275-307. Valenzuela Rubio, M. (1997) “Perspectiva urbanística”. En Novo, M, Lara, R. (coordinador) El análisis interdisciplinar de la problemática ambiental. UNESCO y Fundación UniversidadEmpresa, PNUMA, Madrid; pp. 19-105. Vinuesa Angulo, J. y Vidal Domínguez, M. (1992) Los procesos de urbanización. Ed. Síntesis, Madrid. Williams, H.E. (1991) “Medio ambiente y desarrollo urbano”. En Medio Ambiente Urbano. Contribución de los expertos. Comisión de las Comunidades Europeas, Bruselas; pp. 39-51.
338
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 11 Los países de la Unión Europea: aspectos físicos, sociales y económicos
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
ÍNDICE SISTEMÁTICO 1. INTRODUCCIÓN 2. ESTRUCTURA CONTINENTAL Y CLIMA TEMPLADO FAVORABLES 3. LA TRAMA DEMOGRÁFICA Y URBANA 3.1. Envejecimiento y renovación inmigratoria 3.2. El proceso urbanizador 4. LAS PAUTAS ECONÓMICAS Y SU REFLEJO ESPACIAL 4.1. La agricultura 4.1.1. Paisajes agrarios y mutaciones recientes 4.1.2. La política agraria: la PAC 4.2. Un sector industrial poderoso 4.3. Un dinámico y expansivo sector servicios 4.3.1. La red transnacional de transportes 4.3.2. El mercado comercial único y otros servicios 5. LA COMPLEJIDAD Y LA DIVERSIDAD INTERNA. LAS RELACIONES ECONÓMICAS EXTERNAS 5.1. La complejidad y diversidad del territorio 5.2. Problemas colaterales y respuestas económicas 6. LOS INSTRUMENTOS Y POLÍTICAS SOCIOECONÓMICAS BIBLIOGRAFÍA
340
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 11. Los países de la Unión Europea
1. INTRODUCCIÓN Para muchos autores sólo es la península occidental de la gran masa euroasiática, cuya individualización radica en sus valores físicos y culturales, en su variedad geográfica y en la abundancia de recursos, rasgos que la han convertido en una cuna cultural del mundo. El viejo continente está delimitado por el Mediterráneo, el área de contacto con otras culturas, la cordillera de los Urales, el aislante del mundo asiático, y el océano Atlántico, que ha volcado a las actividades en dirección al mar. Como espacio geográfico los rasgos que le singularizan son: la variedad y moderación de los rasgos físicos, la naturaleza esencialmente marítima, la heterogeneidad cultural, el elevado nivel de desarrollo económico, los fuertes contrastes regionales, la división en áreas de estabilidad e inestabilidad, el relevante papel histórico, el dinamismo de sus componentes y la continua transformación de sus estructuras, la imprecisión de las fronteras con las regiones vecinas, etc. La inexistencia de barreras montañosas a occidente permite la penetración hacia el interior de las masas de aire cargadas de humedad, una causa de la rápida y efectiva ocupación del espacio y del progreso alcanzado, tan efectivo que permitirá la difusión de la Revolución Industrial, del modelo capitalista y de civilización, etc. Devastado el continente por las dos guerras mundiales perdería esa privilegiada situación, y tras la segunda quedaría dividido en dos bloques enfrentados y con orientaciones ideológicas contrapuestas. Superadas las desastrosas consecuencias de esa división comenzó el proceso de despegue con la agrupación de los países democráticos, lugar donde se consiguió uno de los niveles de vida más altos del mundo, seguido de la posterior absorción del sector mediterráneo, que consolidó su posición privilegiada en el contexto universal, y acabado con la incorporación del oriente continental, que le confirma como una agrupación regional hegemónica. Ha sido un largo camino, salpicado de avances propios y de otros supeditados a los apoyos externos, estadounidenses y a recursos apropiados en las colonias, pero también de estancamientos y frenos, impuestos por los particularismos políticos internos, debidos a la complejidad territorial y cultural, a la excesiva atención al sector primario (que aún recibe unos excesivos fondos, necesarios para otros sectores), etc. Con todo, aparecen dos sectores bien diferenciados, el occidental, uno de los puntos de referencia del desarrollo mundial y escaparate para buena parte del subdesarrollo, y el oriental, el liberado del socialismo, económica y socialmente a remolque, con unas estructuras generales de funcionamiento en fase de adaptación para su incorporación a la dinámica, el oeste. A medio plazo el objetivo conjunto es consolidar una agrupación macro regional, un contrapeso y un complemento de EE UU. En la actualidad la Europa comunitaria acapara a unos 530 millones de habitantes de los veintisiete miembros. El continente está integrado por dos grandes sectores, el occidental desarrollado y el oriental a remolque. Y fraccionado en varias agrupaciones regionales, GEOGRAFÍA E HISTORIA
341
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
que por nivel de renta se estructuran en la siguiente secuencia: Benelux, Europa Nórdica, Islas Británicas, Europa germánica, Europa Latina, Mediterráneo Oriental, Europa Central, Europa Báltica y Europa balcánica.
2. ESTRUCTURA CONTINENTAL Y CLIMA TEMPLADO FAVORABLES El conjunto europeo abarca 1/14 de las tierras emergidas, una extensión que le convierte en el continente más reducido después del australiano. Se presenta con una configuración de pequeñas unidades morfoestructurales que le proporcionan una forma triangular, con penínsulas, archipiélagos y una amplia fachada marítima. Consta de cuatro unidades dispuestas en sentido de los paralelos, que permiten la penetración de las masas de aire oceánicas, un hecho que ha favorecido la densa ocupación del espacio:
342
–
Las tierras altas del Noroeste, o cordilleras atlánticas, extendidas desde Fenoscandia (el escudo báltico) hasta las Islas Británicas y la Bretaña francesa. Se trata de un sector integrado por los fragmentos de una cordillera paleozoica, con más de cuatro mil quinientos millones de años de antigüedad, asociado a un plegamiento caledoniano formado hace unos cuatrocientos cuarenta millones de años, fracturado por los movimientos orogénicos posteriores, y muy afectado por la dilatada exposición a los agentes erosivos, a la acción de los hielos, que han aportado unos suelos poco rentables, unos paisajes recortados y la difusión de áreas pantanosas. El aspecto es el de un relieve montañoso aplanado, con formas suaves pero muy retocadas, con los márgenes costeros encrespados, y la profusión de fiordos sobre unas aguas poco profundas. De ahí que tanto la escasa rentabilidad en tierra como los abundantes recursos pesqueros de la plataforma continental hayan volcado las actividades de las sociedades nórdicas al océano.
–
La gran planicie europea, una de las grandes llanuras de la Tierra, extendida desde la cordillera de los Urales hasta el estrecho de Gibraltar, y sólo tajada por los Pirineos. Su génesis es precámbrica, con rocas metamórficas recubiertas de sedimentos. Conforma una superficie de tierras onduladas, al norte con formas del relieve marcadas por el glaciarismo, materiales heterogéneos, abundancia de áreas palustres y lacustres, y al sur con morfologías fluvioglaciares, sobre las que se han asentado los principales cursos (Elba, Oder, Vístula…), y con espesas capas de loes aportados por el drenaje del deshielo. Al oeste los sectores arenosos son los propios de la dinámica litoral, y las áreas caledonianas y hercinianas están recubiertas de materiales paleozoicos y mesozoicos, aunque también aparecen bloques alzados y cuencas tectónicas, con morfología de cuestas (como la Champagne), escarpes y cuencas (como las de París, Aquitania…). Sobre estos espacios planos y de suelos ricos se emplazan unos climas templados muy favorables, una conjunción que ha permitido el notable desarrollo agrario conseguido. Pero también están dotados de gran cantidad de recursos del subsuelo, especialmente en la zona de contacto con las tierras altas septentrionales, donde abunda el hierro y el carbón, la base de la densa industria asentada en el denominado corazón económico del continente. Además, los ríos más importantes, que fluyen hacia el norte, han proporcionado unas excelentes vías de comunicación, favorecidas por una planitud que también ha permitido el trazado de una densa red de infraestructuras a bajo coste.
–
Las tierras altas centrales o macizos hercinianos. Desde el interior de la gran planicie hasta el sur aparecen unos territorios asociados a un plegamiento herciniaPROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 11. Los países de la Unión Europea
no de hace unos trescientos cincuenta millones de años, de características apalachenses, con formas suaves, e integrado por las cordilleras checas y eslovacas, el macizo de Bohemia, la Selva Negra, la Selva de Turingia, los montes Harz, el macizo ucraniano, con la prolongación por el este hasta los Urales y por el oeste hasta las Ardenas y el Macizo Central francés. La antigüedad de los materiales y la implicación de sedimentos del carbonífero explican la abundancia de energía fósil. Pero los relieves están denudados, con reactivaciones de la orogenia alpina, mientas al este del Mediterráneo aparecen restos hercinianos incorporados a los relieves alpinos (Transilvania, macizo de Rópode…). –
La región alpina. Los plegamientos derivan de la colisión de las placas africana y arábiga con la europea durante el mesozoico superior y el terciario, hace unos sesenta millones de años, y abarcan desde el sur de la Península Ibérica hasta los confines sur orientales del continente. Al oeste resaltan las cordilleras Béticas, con materiales mesozoicos, al igual que sucede con los Pirineos, con morfologías de erosión glaciar. Los Alpes son la muestra más compleja de los plegamientos, con mantos de corrimiento, realzamientos, sobre imposiciones de redes fluviales, morfologías glaciares, etc. El Jura (que da nombre a los plegamientos jurásicos) presenta sinclinales y anticlinales de materiales mesozoicos plegados, cortados por valles fluviales (los cluses). Los Alpes Dináricos se definen por los plegamientos cársticos, con el mejor exponente en Dalmacia, mientras los relieves Helénicos son una continuación. Los Cárpatos (que prolongan a los Alpes) presentan afloramientos de sedimentos paleozoicos metamorfizados, con actividad volcánica, mientras las sierras balcánicas (una continuación carpática), estructuras de cabalgamientos de sedimentos mesozoicos, y vulcanismo. La península de Crimea (la extremidad noroccidental del Cáucaso) dispone de plegamientos mesozoicos, de sedimentos diversos al norte y de acantilados sobre el Mar Negro. Y el Gran Cáucaso alberga a intrusiones volcánicas cuaternarias que afectan a los materiales precámbricos, en tanto los sedimentos paleozoicos se estructuran en cabalgamientos. Lo escabroso del terreno explica que haya predominado la ganadería, si bien en los bordes mediterráneos el clima costero permite los cultivos subtropicales y en el interior la tríada mediterránea, que explican la tradicional existencia de más activos agrarios que el resto europeo.
De esa configuración estructural se deduce un claro contraste paisajístico, de llanuras al norte y de montañas al sur, si bien la península Ibérica los reproduce, una circunstancia que le confiere la denominación de continente en miniatura. Por latitud, la mayor parte del continente está enclavada en la zona templada, elemento reforzado por un influjo marítimo que suaviza las temperaturas y hace regulares las precipitaciones, ya que las borrascas atlánticas penetran bastante al interior. Ocupa la franja planetaria entre los 35º y 70º norte, definida por el control alternativo del clima alumbrado por las circulaciones atmosféricas subtropicales vinculadas al anticiclón de las Azores y los tipos de tiempo asociados a la circulación atmosférica del oeste, así como al desplazamiento hacia el sur de las masas de aire polares y árticas. Son dos los factores que repercuten en los climas: –
Los sinópticos, con acumulación del déficit energético conforme se gana en latitud. Las dos grandes áreas continentales (llanos y montañas) están sometidas a un triple influjo, presente en casi todas las estaciones, con intensidad y situación que varía considerablemente: *
El centro de bajas presiones de Islandia, derivación del Frente Polar, que en invierno se desplaza hacia el sur generalizando el descenso de las temperaturas y las lluvias al contactar con las masas cálidas meridionales.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
343
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
–
*
Las altas presiones de las Azores, o anticiclón atlántico, derivación del cinturón subtropical de altas presiones, que proporciona tiempo estable en verano y suave en invierno.
*
El anticiclón de Siberia, cuya acción se ve intensificada por la extensa capa de nieve y la continentalidad de Eurasia. En invierno las depresiones atlánticas se mueven hacia el mar de Noruega o el Mediterráneo, pero cuando lo hacen hacia el Este ocluyen y desaparecen antes de penetrar en el interior de Siberia. Ello permite que el anticiclón siberiano sea casi permanente en esta estación, y que cuando se extienda hacia el oeste gran parte del continente se vea sometido a fríos rigurosos. En verano la presión es baja sobre Asia y las depresiones atlánticas pueden seguir una dirección más zonal, aunque son menos intensas y los frentes más débiles.
Los geográficos, con la mayor o menor lejanía al mar y con la mayor o menor altitud, con ganancia de continentalidad hacia el este y disminución de las temperaturas y precipitaciones hacia el interior, y descenso de las primeras y ascenso de las segundas con la altura. La topografía ejerce un marcado efecto sobre el clima. Así, los montes Escandinavos componen una barrera climática por su disposición frente al flujo occidental, mientras el aire ártico descendente no afectará al occidente noruego al quedar las olas de frío bloqueadas a oriente. Por su parte, los Alpes, Pirineos y Balcanes separan a los climas mediterráneos del resto europeo, pues las masas nórdicas es poco frecuente que desborden a estas barreras, y con la humedad depositada en las laderas meridionales. También merece la pena resaltar el influjo del Mediterráneo, una reserva de calor y humedad que contagia a las masas de aire circulantes, con la difusión termorreguladora y de energía en forma de episodios de lluvias torrenciales. Los Alpes componen una frontera climática: hacia el norte el clima es marítimo, templado y húmedo, que alumbra a paisajes verdes; y al sur, subtropical y seco, con ambientes xerofíticos y amarillentos. Los tipos climáticos son:
344
–
Marítimo, moderado y húmedo por la procedencia atlántica de las masas de aire que arrastran a los vientos que tienen su origen en la Corriente del Atlántico Norte, y que aportan al occidente unos inviernos y veranos húmedos. Pero las abundantes precipitaciones y la módica oscilación térmica se irán alterando conforme se avance hacia el interior, hasta transformarse en elementos continentales, cuando las masas de aire, en su prolongado contacto con el suelo, se van enfriando, lo que provoca fuertes contrastes estacionales. Hacia el norte la razón es latitudinal, zonal, con un norte interior dominado por una tundra, que es sustituida hacia el sur por un bosque boreal de coníferas, degradado hasta alumbrar, tierra adentro, una estepa de gramíneas, hoy transformada por la agricultura. Por ello hay tres variantes climáticas: la fría septentrional, la húmeda-continental, y la interior continental muy marcada.
–
Subtropical, con verano seco y caluroso e inviernos térmica y pluviométricamente moderados. Es el dominio del clima mediterráneo, con una fuerte radiación solar de baja latitud y explicado por la proximidad al área subtropical de altas presiones, que en verano se desplazan hacia el norte cubriendo a la cuenca mediterránea y proporcionado cielos despejados y sequedad ambiental, mientras su variación meridional en invierno permite que su lugar sea ocupado por las masas de aire continentales europeas u oceánicas, que traen el efecto contrario. El resultado es la presencia de un ritmo de sequedad-humedad reflejado en una vegetación resistente a la PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 11. Los países de la Unión Europea
evaporación (cortezas gruesas, espinas, hojas pequeñas y coriáceas...), que permite una amplia gama de cultivos, y una alta disponibilidad de días de sol, que ahora favorece a otras actividades, con el mejor reflejo en el turismo. La escasa repercusión de la tectónica alpina sobre los antiguos macizos y las coberteras sedimentarias ha permitido la configuración de cuencas muy evolucionadas y de gran extensión (las del Volga, Danubio y Dniéper avenan a la cuarta parte del territorio continental), mientras al sur la situación es inversa. Relieve y regímenes pluviométricos permiten distinguir a una dualidad hidrográfica: –
Al norte el régimen de lluvias se traduce en ríos caudalosos y regulares (una excelente vía de comunicación y factor clave para el desarrollo industrial), rasgos que se van perdiendo hacia oriente, según se atempera el régimen pluviométrico.
–
En la vertiente mediterránea son más cortos, con mayores pendientes, e irregulares, hasta con estiaje, circunstancias que han limitado más su aprovechamiento, si bien han colaborado con el clima idóneo al aprovechamiento agrario en las proximidades costeras. En general puede hablarse de cuatro regímenes hidrográficos:
–
Pluvial oceánico, con caudal abundante y muy regular, pero con máximo relativo en otoño-invierno y mínimo en verano (Sena, Loira, Garona, Mosa y Rin).
–
Oriental, con mínimo acusado en invierno por la retención nival y aguas altas a partir de abril, con inundaciones derivadas del rápido deshielo.
–
Pluvial mediterráneo, con irregularidad en los caudales, máximos equinocciales (en las estaciones intermedias) y mínimo estival, recorridos cortos y desbordamientos con las gotas frías.
–
Pluvial alpino, con caudal bajo en invierno por la retención nival y alto desde la primavera (tramos superiores del Rin, Ródano, Danubio, Po, Ebro, Garona…).
Por último, la diferenciación morfológica coincide a grandes rasgos con la climática, lo que permite distinguir entre una Europa noroccidental, templada y húmeda, y otra meridional, cálida y más seca. En el primer caso la formación típica será el bosque de hoja caduca, transformado en pradera hacia el interior; y en el área mediterránea dominará el bosque degradado a matorral de maquis o garriga. Pero las formaciones originarias se encuentran muy degradadas por la fuerte presión humana sobre el espacio. Como residuales aparecerán una franja fría con dominio de la tundra, y otra subdesértica con vegetación xerofítica. Por tanto, los grandes biomas pueden ser clasificados del siguiente modo: –
Mediterráneo, fronterizo entre los tropicales y polares, definido por la aridez estival e irregularidad pluviométrica, con vegetación esclerófila y xerofítica, con las formaciones de encinar, maquis, garriga, pinares, sabinares, enebrales, etc., sobre suelos pardos y terras rossas, y una fauna rica en endemismos.
–
Bosques nemorales, en la fachada atlántica (50-60º), con inviernos suaves, flora de frondosas caducifolias (hayas, robles y sotobosque) sobre suelos forestales grises, y una fauna que realiza migraciones invernales.
–
Taiga, a más de 60º de latitud, con inviernos muy prolongados, perennifolias y sotobosque sobre suelos podsoles, y con especies animales que ejercen migraciones e hibernación.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
345
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
–
Estepas sudorientales, en las llanuras pannórica y póntica, con acusada continentalidad y déficit hídrico, xeromorfismo, ausencia de leñosas y presencia de herbazales de gramíneas sobre tierras negras o chernozen, y herbívoros que practican la trashumancia.
–
Tundra, al norte del círculo polar, con gelivación y presencia de musgos, líquenes y hasta de leñosas postradas, sobre unos suelos muy pobres, los permafrost, y migración invernal de las especies animales.
–
Biomas oreales, azonales o geográficos, en las montañas, con gradiente térmico altitudinal (0,5º cada cien metros), gelivación, y con vegetación adaptada a los pisos altitudinales.
3. LA TRAMA DEMOGRÁFICA Y URBANA 3.1. Envejecimiento y renovación inmigratoria En la época romana las más altas densidades estaban al sur, donde se desarrollaron las economías más florecientes. Luego, acaecería una etapa de fuerte recesión, la Edad Oscura, hasta el siglo X, seguida por otra de altas pérdidas (peste bubónica, Guerra de los Cien Años, Guerra de los Treinta Años...). Ya en el siglo XVIII se consigue igualar las tasas de natalidad y de mortalidad, con incidencia de la Revolución Industrial, que también propiciará que las concentraciones se agudicen al noroeste. En esa centuria se produjo el mayor incremento de la población, pues se pasaría de 95 millones de habitantes en 1700, a 111 en 1750 y a 146 en 1800, inaugurando una etapa del crecimiento sostenido con esa primera revolución demográfica recién iniciada, aunque para muchos autores sólo fueran los meros comienzos de la transición al régimen demográfico moderno. En el bloque de mayor crecimiento estuvieron los bordes orientales de Europa, en un plano intermedio Inglaterra-Gales, Austria…, y Francia (el país más poblado), España, Italia, etc., en el más moderado. Lo cierto es que el Mediterráneo, el centro demográfico y económico hasta el siglo XVI, transfiere esa primacía al norte-atlántico, que la gana con la Revolución Industrial, y que se consolida desde entonces como centro socioeconómico continental. Actualmente Alemania es la potencia demográfica, y tres países más superan los cincuenta millones de habitantes. Pero entre seis (Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, España y Polonia) acaparan el 61% de la población comunitaria, con fuertes desigualdades, pues catorce disponen de contingentes inferiores a los diez millones. Europa alumbra, así, una de las áreas más pobladas del mundo, con densidades medias superiores a los 100 hab./km2. La densidad más elevada, superior a los 170 hab./km2 (a excepción de la maltesa) aparece en los Países Bajos, Bélgica, el Reino Unido y Alemania, conformando un sector noroccidental de congestión, y económicamente muy dinámico. La explicación reencuentra en las condiciones naturales, en la suavidad térmica, los buenos suelos, los yacimientos y una rentable red fluvial en la proximidad de la costa atlántica, que han permitido el rápido desarrollo económico. Y el contraste aparece en las áreas de montaña o los ámbitos subárticos, donde no se alcanzan los 20 hab./km2, debido a la rigurosidad climática y a la topografía. Las estructuras demográficas se pueden clasificar en cinco grupos de poblaciones: – 346
Muy jóvenes (más del 25% de jóvenes), en el sur y este, con un retraso relativo en el proceso de transición demográfica. PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 11. Los países de la Unión Europea
–
Jóvenes (con un peso superior a la media europea), en Europa central y oriental, junto con los tres estados del Báltico (Estonia, Letonia y Lituania), Irlanda, Islandia y algunos países meridionales (Chipre…).
–
Con tendencia a la madurez (un 20% de jóvenes), en los países occidentales, donde se conjuga la inmigración y una fecundidad aún elevada, y en los del centro y este de Europa (Hungría, República Checa y Eslovenia), donde la reducción de la fecundad conduce al envejecimiento.
–
Estructuras maduras (déficit de jóvenes), con la caída de la natalidad ya antigua en algunos países (Bélgica, Alemania, Austria…), y en otros donde el fenómeno es más reciente (España, Italia, Grecia…).
–
Con estructuras inmigratorias con predominio de la población adulta, en los pequeños estados, donde la inmigración ha alterado a la estructura por edades.
La población ha llegado a un crecimiento muy bajo, con estancamiento en muchos sectores. La mejora de las condiciones de vida ha permitido la reducción de las tasas de natalidad, pues un menor número de hijos permite alcanzar y mantener unas más altas cotas de bienestar. No obstante, la razón no es excluyente, porque en los países orientales es, precisamente, la ausencia de ese bienestar la encargada de reducirlas. Y los adelantos científicos que acompañan al alto nivel de desarrollo han permitido controlar al máximo las causas de mortalidad, con las diferencias mantenidas con el este. Como consecuencia, sobre la población europea pende un alto índice de envejecimiento, una carga cada vez más difícil de sobrellevar para las arcas de la mayor parte de los Estados, y que se ha transformado en causa de una contradicción aparente, el aumento de la mortalidad debido a la mayor cantidad de ancianos. La longevidad conseguida (unos 75 años, que para las mujeres alcanzan casi los 80) contrasta con la dinámica de crecimiento negativo, significativa en Europa central y oriental. Como resultado las pirámides de edades aparecen comprimidas en la base y cada vez más ampliadas en la cúspide, hechos de los que derivan tres consecuencias inmediatas: el mercado de trabajo se ve privado de mano de obra potencial, las tasas de dependencia suben continuamente, y la inmigración extra continental pasa a configurar una necesidad, tanto para solventar el problema laboral como para aliviar las cargas que aportan los volúmenes de población dependiente. El continente presenta cuatro modelos de envejecimiento: –
Acentuado, debido al mantenimiento de una fecundidad bajo reemplazo y a una creciente longevidad, en el entorno germánico y en Europa occidental.
–
Acentuado tardío, con rápido crecimiento debido al brusco y reciente declive de la natalidad y al aumento de la longevidad, en Italia, Portugal, España, Grecia, Malta y Chipre.
–
Gradual, en la Europa septentrional y Francia, debido a una fecundidad que ha ejercido un efecto retardador del envejecimiento.
–
Moderado, en Europa oriental, derivado de un modelo demográfico con una reducida fecundidad acompañada de una mortalidad superior a la media continental.
El movimiento de población tiene a Chipre e Irlanda como puntos de referencia positivos, aunque España, Italia y Luxemburgo despuntan por el influjo transmitido por la inmigración reciente, con los dos primeros casos muy llamativos, al pasar en breve espacio de tiempo desde tasas preocupantes a otras favorables. En el lado opuesto están Polonia, Hungría y las repúblicas bálticas, que se han colocado en valores negativos. Pero Alemania, la República Checa y Eslovaquia tampoco alcanzan valores de uno. Sin embargo, el movimiento natural GEOGRAFÍA E HISTORIA
347
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
medio experimentado en el último quinquenio ya muestra un crecimiento en los países más pequeños y menos poblados, mientras ocho figuran con tasas negativas, encabezados por los países bálticos y Hungría, y diez más por debajo de 0,2, acercándose rápidamente al estancamiento. De manera que la Europa centro oriental presenta los valores más bajos, mientras la mediterránea los amplía respecto a los comienzos del quinquenio 2000-2005, y el resto se mantiene estable, pero con cifras continentales preocupantes. Los países bálticos y Hungría también disponen de más mujeres por cada cien hombres, mientras los nórdicos disponen de una mayor paridad, junto a otros pequeños países. Y la situación de los recién entrados (Bulgaria y Rumania) no difiere de la correspondiente a los peor situados. Población Densidad % sobre Movimiento Movimiento Mujeres por Saldo en de el total de Natural cada 100 Migratorio millones población de la UE población1 medio2 hombres Alemania 82,4 230,6 18,1 0,0 0,1 1,8 104,6 Francia 60,1 108,8 13,1 4,4 0,5 0,9 105,8 Reino Unido 59,3 241,3 13,0 3,1 0,3 1,7 — Italia 57,3 192,2 12,7 8,4 -0,1 8,9 — España 41,6 79,8 9,2 15,5 0,2 14,2 — Polonia 38,6 123,6 8,4 -0,7 -0,1 -0.4 106,5 Países Bajos 16,2 473,7 3,6 3,8 0,5 0,2 102,0 Grecia 11,0 83,1 2,4 3,1 0,1 3,2 — Bélgica 10,3 337,1 2,3 3,9 0,2 3,4 104,4 Portugal 10,1 112,1 2,3 6,5 0,1 6,1 106,9 República 10,2 129,7 2,2 0,8 -0,1 2,5 105,4 Checa Hungría 9,9 109,5 2,2 -2,5 -0,5 1,5 110,5 Suecia 8,9 21,6 2,0 3,9 0,1 3,2 102,0 Austria 8,1 95,8 1,8 4,8 0,1 4,0 106,4 Dinamarca 5,4 124,3 1,2 2,6 0,2 1,3 102,2 Eslovaquia 5,4 109,7 1,2 0,2 0,1 0,3 106,0 Finlandia 5,2 17,0 1,1 2,6 0,2 1,1 104,6 Irlanda 4,0 54,6 0,9 15,3 1,1 7,1 101,3 Lituania 3,5 53,3 0,8 -4,8 -0,6 -1,8 114,1 Letonia 2,3 36,5 0,5 -5,3 -0,9 -0,3 117,3 Eslovenia 2,0 98,3 0,4 0,7 -0,1 1,7 104,5 Estonia 1,3 30,2 0,3 -4,0 -1,1 -0,3 — Chipre 0,7 118,4 0,2 21,4 3,8* 17,8 104,0 Luxemburgo 0,4 170,9 0,1 7,3 2,8* 4,7 102,8 Malta 0,4 1265,4 0,1 6,5 2,2* 4,3 — País
Fuentes: Eurostat y World Population Prospect: The 2002 Revision (ONU). 1
Por 1.000 personas. Diferencia entre el tamaño de la población del año 2003, con respecto al 2002. Es igual a la suma algebraica del crecimiento natural y del saldo migratorio (corregido). El crecimiento es negativo cuando sus dos componentes son negativos o cuando uno de los dos es negativo y superior al otro en valor absoluto.
2
Por 1.000 personas. Diferencia entre los nacimientos (vivos) y las muertes entre los años 2000 y 2005 (*2002-2003).
348
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 11. Los países de la Unión Europea
Si el dinamismo demográfico condiciona el nivel de vida, y éste a los desplazamientos de población, los sectores más avanzados son el foco de atracción, tanto por sus niveles de renta como por la falta de activos, mientras los más dinámicos demográficamente han sido los expulsores de los recursos humanos. Todo ello explica que desde mediados del siglo pasado se produjeran fuertes movimientos desde el sur hacia el centro y norte. Pero en la actualidad los grandes movimientos proceden de otros continentes, de África y Asia, con llegadas que comenzaron a ser importantes a principios de los años cincuenta y que se intensificaron hasta la primera crisis económica. Coincidieron con la etapa de esplendor económico, que permitió la llegada de unos quince millones de personas, una inmigración económica inicialmente con carácter temporal, aunque se transformó en definitiva cuando esos contingentes demográficos se apropiaron permanentemente de los puestos laborales abandonados por los trabajadores europeos ya promocionados. La corriente inmigratoria (a pesar de las restricciones) después de un periodo de declive se recupera, tanto que el flujo neto de entrada en la UE se ha incrementado de forma imparable: de 581.000 personas en 1998 a 756.000 en 2000, y desde entonces a más de un millón anual. Alemania ha sido el segundo país (detrás de España), con un saldo neto de 181.000 nuevos inmigrantes, mientras que España acoge a uno de cada cuatro inmigrantes asentados en la UE, con unas 250.000 personas anuales desde 2001, con tal significado que debido a ese saldo exterior en 2001 ya pasó a ser el país de la Unión con mayor incremento de población en cifras absolutas, superior a las 300.000 personas (7,11‰), aunque en términos relativos fue superado por Luxemburgo e Irlanda. Pero tampoco Italia se ve libre de esa recepción. Hoy España, Chipre, Italia, Portugal e Irlanda presentan los saldos más favorables, con la primera destacada, mientras Polonia y las repúblicas bálticas padecen saldos negativos. En general, la inmigración neta es desde al año 2000 superior al 2,8‰, y está alimentada por las corrientes mediterráneas, esencialmente de magrebíes, y asiáticas (en el caso español también iberoamericanas), con el primer flujo problemático, pues se estima que desde el norte africano podría llegar el equivalente al 15% del crecimiento demográfico regional, al que se añadirá otro contingente cada vez mayor de subsaharianos. Atendiendo al peso relativo de la población extranjera en relación a la total aparecen tres grupos de países: –
Con escasa presencia de población extranjera (menos del 2,5%), la mayor parte de la Europa central y oriental, algunos países escandinavos y parte de la Europa del sur (Portugal, Grecia…).
–
Con una proporción media de extranjeros (entre un 2,5 y un 5%), el Reino Unido, Irlanda, Países Bajos y Dinamarca.
–
Con porcentaje elevado de extranjeros (más del 5%) figuran Francia, Alemania, Austria, Bélgica y Suecia.
Un último frente a abordar es la interacción entre las características demográficas y el nivel de renta de la población comunitaria. Hasta ahora parecía claro que a las más altas rentas correspondían las tasas de crecimiento más bajas y el mayor nivel de atracción inmigratorio, unos parámetros que se están viendo modificados (baste señalar que por encima de la renta española hay muchas en Europa, y las tasas de crecimiento natural son de las más bajas y el nivel de atracción inmigratorio de los más altos). El nivel de renta más elevado aparece en Europa occidental (por encima de 25.000 $), mientras en la oriental desciende notablemente (más de 10.000). Está encabezado por Luxemburgo (61.000 $), el más alto del mundo y casi el doble que los siguientes países, Irlanda (36.360), Dinamarca (30.940), Países Bajos (29.100), seguidos de Bélgica (27.570), Alemania (27.100), GEOGRAFÍA E HISTORIA
349
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
Francia (26.920), Italia (26.430), Finlandia (26.190), Reino Unido (26.150) y Suecia (26.050). Y con el más bajo aparece un recién entrado, Rumania (6.560). En una posición intermedia, próxima a la primera, figura el ámbito mediterráneo (España con 21.460 $, Grecia con 18.720 y Portugal con 18.280). Se configuran, así, dos sectores: –
El occidental, central y septentrional, poderoso, extendido hasta Italia, con un segundo espacio circundante, mediterráneo, en el que todavía se mantiene una relación directa entre el crecimiento demográfico bajo y el nivel de renta alto.
–
El oriental, con el más bajo nivel, explicado por la herencia del sistema socialista, el anclaje en modelos económicos desfasados, el aislamiento de la economía de mercado, etc. (que se transforman en pesadas cargas para la Unión ampliada y en proceso de ampliación), donde ahora la relación es directa entre rentas más bajas y el crecimiento estancado o negativo.
3.2. El proceso urbanizador El desarrollo urbano ha sido desigual, con las primeras grandes aglomeraciones en torno al Mediterráneo, con fundamento en la cultura urbana del imperio romano, irradiada en sus dominios desde Gran Bretaña hasta Turquía. En la Edad Media las ciudades romanas, como París, pasaron a puntos de referencia continental, mientras Roma mantuvo su nivel. A partir del siglo XVI el dinamismo urbano se ve impulsado por el comercio internacional, con buenos ejemplos de auge portuario en Londres y Rotterdam. Y en el siglo XIX el crecimiento es espectacular en París, Londres y varias ciudades alemanas, en el último caso debido a la rápida industrialización, con los focos de producción rodeando al Rin. Pero será en el siglo pasado cuando se produzca la devastación de las ciudades, el posterior crecimiento de las grandes y su expansión a expensas de urbes cercanas más pequeñas. Y también se ha generado un último cambio, pues a principios de esa centuria las mayores aglomeraciones del mundo eran europeas, mientras a finales ninguna se encontraba ya entre las diez más grandes. Además, mientras la población crece muy lentamente, cuando no retrocede, la urbana sube con más rapidez que nunca, con suburbanización y extensión fuerte de las ciudades. Así, en los Países Bajos la cuarta parte del territorio se encuentra casi urbanizado, en Inglaterra un 18%, en Alemania un 15%..., con la razón en la antigüedad e incomodidad de las ciudades centrales. Hoy tres cuartas partes de la población europea es urbana, una expansión que llega con la industrialización, aunque el empuje lo aportaron las corrientes migratorias del campo atraídas por la oferta de trabajo. Ambos hechos sobrepuestos a la evolución histórica aportan unas ciudades estructuradas alrededor de su centro histórico, con inadecuaciones a las necesidades actuales, y con lenta desaparición de las actividades industriales del interior, removidas hacia los polígonos industriales, con ciudades más residenciales que las norteamericanas. Es posible distinguir dos tipos de áreas urbanas:
350
–
Metropolitanas, que han crecido al amparo de un núcleo central y se han irradiado con ciudades satélites, que funcionalmente dependen de aquél. Las grandes metrópolis europeas son Londres y París, seguidas de Madrid.
–
Conurbaciones, surgidas de un crecimiento homogéneo de distintos núcleos próximos (Manchester-Liverpool, Frankfurt-Wiesbaden...).
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 11. Los países de la Unión Europea
Aglomeración Londres
Millones de habitantes 11,8
París
9,8
Cuenca del Ruhr
6,1
Madrid
5,1
Berlín
4,2
Barcelona
3,8
Milán
3,8
Atenas
3,5
Roma
3,3
Nápoles
3,0
Lisboa
2,9
Stuttgart
2,7
La planificación urbana ha sido más intensa en los países nórdicos durante los gobiernos de corte socialista, y la intervención pública en la ordenación y planificación más drástica en la Europa Oriental, donde la reconstrucción de las ciudades tras la Segunda Guerra Mundial impuso la funcionalidad y adecuación a la política de industrialización rápida pretendida por los Planes. De igual modo, su estructura es distinta, pues la pretensión política se centró en acercar la vivienda al puesto de trabajo, un fenómeno opuesto al de las ciudades satélites occidentales, donde la segunda vivienda es frecuente, e incluso la vivienda única se emplaza en los extrarradios, buscando precios más asequibles o bien el alejamiento de los congestionados centros urbanos. En todo caso, a oriente la pretensión del igualitarismo se plasmó en unidades vecinales organizadas individualmente. Además, la necesidad de industrialización rápida en los nuevos regímenes comunistas conllevó la creación de una fuerte maquinaria administrativa, que potenció el desarrollo de las capitales estatales y acarreó fuertes desequilibrios regionales, hasta el extremo de que el peso de estos países descansa todavía en su capital, tanto que la congestión obligó a la creación de otras nuevas (Dimitrograv en Bulgaria). En la UE cada ámbito estatal presenta un modelo de jerarquía urbana, en función tanto de la trayectoria histórica como de las circunstancias particulares, que con la integración pasarán a acentuar su comportamiento como subsistemas urbanos integrados e interdependientes de un sistema urbano que vertebra a todo el territorio comunitario. Pero ello no es obstáculo para que las fuerzas de mercado acentúen los desequilibrios territoriales e introduzcan contradicciones en numerosas regiones. En áreas urbanas cercanas al medio millón de habitantes la mayor representación aparece en Holanda y Bélgica, debido a la combinación de una reducida extensión nacional, una alta tasa urbanizadora, una elevada densidad demográfica, y una larga tradición urbana e industrial. En Luxemburgo el escaso peso demográfico rompe la norma. Alemania dispone de una malla más equilibrada tras la reunificación. En el Reino Unido hay regiones donde se hace notable la carencia de grandes unidades urbanas. En Francia y España las grandes aglomeraciones son periféricas, como resultado de la pervivencia de un modelo centralista acusado. En Italia la disposición territorial permite la inexistencia de desequilibrios en la morfología urbana. Tanto en Irlanda como en Dinamarca el conjunto de efectivos GEOGRAFÍA E HISTORIA
351
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
demográficos impide una jerarquía similar al resto, dándose acusadas macrocefalias. En Portugal y Grecia la bipolaridad será el rasgo dominante. Y en Europa Oriental las fuertes desarticulaciones y desequilibrios tienen un alto componente político. A escala regional la mayor concentración de grandes unidades urbanas corresponde al cuadrilátero Londres, Radstadt holandés, Ruhr, Rin y París, el sector de mayor significado comunitario. Las distancias medias entre los bordes están en torno a los 500 kilómetros, lo que convierte a la región en una de las más urbanizadas del mundo, en el auténtico corazón europeo. En segundo lugar, y rodeando al cuadrilátero, dos regiones periféricas con redes urbanas desarrolladas: el espacio central del Reino Unido y el resto alemán y danés. Luego, el eje mediterráneo, que abarca en su parte central al arco comprendido entre Barcelona y Roma, extendiéndose en sentido de los paralelos. Desde el noroeste italiano enlaza con el anterior, pero en su interior padece disarmonías. En cuarto lugar la porción periférica comunitaria, extrema en Grecia y muy marcada en Portugal, Irlanda y buena parte de España. Por último, la Europa oriental, la periferia urbana de la Europa comunitaria, más ligada en el centro y norte. Recientemente en la UE han aparecido modificaciones en el desarrollo urbano, con una descentralización que afecta al papel de las ciudades, con centros emergentes y otros que irán perdiendo su preeminencia, competición que adquiere especial vigencia en las regiones periféricas. Y en este devenir hay fases: –
Desde mediados del siglo pasado hasta los años setenta se expandieron las áreas metropolitanas por la difusión de las infraestructuras y las áreas residenciales.
–
En el primer quinquenio de los años ochenta la tendencia se orientó a la recuperación del tejido urbano, con atención al valor patrimonial y al diseño de marcos urbanos más adecuados.
–
Desde los años noventa la evolución ya apunta a la descentralización urbana para hacer frente a los nuevos modos industriales, formas de pobreza, de participación, composición étnica, crisis urbana, poder creciente de los municipios, incremento de relaciones interurbanas y de la accesibilidad entre las regiones, mayor demanda de bienes y servicios, etc.; y a los problemas de seguridad, integración social, calidad ambiental...
A la nueva situación las ciudades deben responder cooperando con la empresa privada, volcándose en hacer óptimas las funciones urbanas, a la planificación del desarrollo urbano a partir de la investigación de mercado, a dar respuesta a los objetivos empresariales, a mejorar la oferta cualitativa, a captar empresas modernas, y a diversificar la economía urbana para salvar la rigidez del mercado de trabajo. La dinámica urbana y territorial viene determinada por cuatro hechos: la consolidación de la Megalópolis Europea, el desplazamiento de los ejes dinámicos hacia el sur, la desarticulación de los espacios periféricos, y la incorporación de la trama del este, con una estructura urbana diferente. Está compuesta por subconjuntos de ciudades que componen corredores urbanos policéntricos, en cuyo interior se organizan redes urbanas regionales conformadas por ciudades integradas y complementarias, que dan el perfil de diversificación, jerarquización y competitividad. Y sobre esa estructura los dirigentes municipales, que han ido perdiendo la confianza en la planificación regional, han pasado a ser los responsables de su funcionamiento económico, tras el éxito conseguido por algunas ciudades con el modelo de planificación estratégica urbana, aunque el fracaso de otras (parques tecnológicos, empresariales...) indica que el Sistema Territorial sigue ejerciendo su papel selectivo, que no se pueden emprender políticas autónomas sin contar con las regionales. 352
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 11. Los países de la Unión Europea
También se establecen políticas de renovación e intervención urbana con varios frentes: – La recuperación del marítimo, tras el abandono de muchas relaciones comerciales portuarias, que dejan amplios espacios disponibles para usos terciarios o residenciales. Son notables las reformas emprendidas en Londres, Rotterdam, Amsterdam, Copenhague, Cardiff, Barcelona, Marsella, etc. – La recuperación de ciudades industriales en crisis, creando nuevas formas de actividad por reconversión, terciarización..., como ha ocurrido con Birmingham, Göteborg, Lille, Glasgow, etc. – La terciarización de metrópolis turísticas rehabilitando edificios, creando espacios de recreo, o construyendo dotaciones hoteleras, aprovechando especiales características monumentales, históricas, de costa, montaña, etc., como en Venecia, París, Londres... – La terciarización de otras no turísticas, para hacer frente al empleo decreciente, congestión urbana, deterioro de la calidad de vida, etc., creando nuevas dotaciones (oficinas, museos, teatros..., en edificios rehabilitados) para dinamizar los espacios urbanos. – En el caso de las capitales, muy dependientes del sector público, ejerciendo nuevas atracciones sobre la iniciativa privada u orientando sus actividades hacia otros frentes (Atenas, Praga, Varsovia...). – En las áreas urbanas periféricas rurales, mal dotadas y comunicadas, se ha optado por un desarrollo endógeno a través de creaciones turísticas, y aprovechando la proximidad con otras ciudades. – Por último, las políticas nuevas en ciudades tecnológicas, con el precedente francés de Lyon, Burdeos, Montpellier, que arrastraron inversiones hacia los sectores avanzados, un modelo útil para las ciudades medianas o pequeñas con características excepcionales. En todo ello ha tenido mucho que ver el Proyecto URBAN, destinado a revitalizar ciudades y barrios desfavorecidos y a promover su desarrollo urbano. Durante el Plan Urban I (1994-1999) se financiaron programas en 118 zonas urbanas, con una aportación comunitaria de 900 millones de euros, que permitió una mejora en la calidad de vida de más de tres millones de personas. El segundo ciclo del Programa, URBAN II (2000-2006), está financiado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), y sus objetivos son la renovación de edificios y espacios públicos, las iniciativas locales a favor del empleo, la mejora de los sistemas de educación, el desarrollo más ecológico de los sistemas de transporte público, el uso de energías renovables y el aprovechamiento del potencial que ofrecen las tecnologías de la sociedad de la información. Abarca a setenta zonas desfavorecidas en toda la UE, y dispone de una financiación de 728 millones de euros.
4. LAS PAUTAS ECONÓMICAS Y SU REFLEJO ESPACIAL 4.1. La agricultura 4.1.1. Paisajes agrarios y mutaciones recientes Hasta el siglo XVIII la actividad económica dominante era la agricultura, pero en adelante la Revolución Industrial modificó la orientación, una mutación que conllevó la emiGEOGRAFÍA E HISTORIA
353
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
gración de contingentes agrarios hacia las ciudades. Pero ello no impidió la introducción de modificaciones favorables, pues con el tiempo se amplió la superficie de cultivos, se redujo la extensión del barbecho, y se consiguió un auge productivo, aunque las sucesivas transmisiones hereditarias redujeran las propiedades. Y como resultado de la imposición de sistemas librecambistas o proteccionistas y de las propias condiciones naturales aparecen paisajes distintos: en la costa el bocage, o campos cerrados; en las llanuras el openfield, de campos abiertos y disposición alargada en bandas rectangulares especializadas en la producción cerealista y ganadera; y en el entorno mediterráneo el policultivo, basado en el regadío intensivo y compaginado en el secano con la tríada (cereal, vid y olivo). Por tanto, es posible distinguir tres áreas agropecuarias: –
Norte, donde las rigurosas condiciones climáticas impiden el desarrollo agrícola, pero permiten el ganadero, ofreciendo una banda de pastoreo tanto más importante cuanto más al oeste y se descienda en latitud, hasta aportar el productivo cinturón lácteo continental.
–
Centro, cerealista y ganadero. En las regiones más septentrionales se extendió el sistema rotativo trienal, transformado en año y vez con el descenso latitudinal. En las áreas más próximas a la costa la escasa disponibilidad de horas de sol impide el correcto aprovechamiento cerealista, pero la pradera natural encuentra su hábitat idóneo. Esa doble orientación ofrece dos tipos de paisajes agrarios: el openfield, ligado a la actividad mixta ganadera-cereal con hábitat concentrado, y el bocage, con hábitat disperso y fuerte dedicación hortícola y ganadera.
–
Mediterráneo, con notable diversidad derivada de la complejidad cultural, y la complementación de secano y regadío. El cereal se asienta sobre el openfield, el olivo en las vertientes y la vid en los terrenos flojos. Incluso en algunos sectores el sistema se complica con la agricultura promiscua. Los pastos se reducen a la montaña y rastrojeras, ámbitos distantes que explican la tradicional importancia de la ganadería trashumante. En la costa el hábitat disperso en el regadío, fruticultura y minifundio serán las notas dominantes.
Los cereales encabezan la producción agrícola de la UE, que en el 85% están representados por trigo, cebada y maíz, buena parte dedicados a la exportación. Le siguen las frutas y hortalizas, con el especial resalte del tomate, sobre todo en los países del sur, mientras la uva representa más del 40% de la producción frutícola, con la mitad de la producción mundial de vino. Después de China la producción hortofrutícola es la segunda del mundo, aunque la mayor parte se consume en el interior de la Unión. Por su parte, la producción de derivados lácteos se mantiene ligeramente al alza, mientras la cárnica es más inestable, con la explicación en el año 1996, cuando se produjo la primera crisis de Encefalopatía Espongiforme Bovina, repetida en el año 2000, y que ha generado un cambio, con predominio del porcino (casi la mitad), avicultura (22%), y bovinos (que han caído al 20%). Pero todas las producciones se han visto favorecidas por la mejora del contexto económico internacional, combinada con la depreciación del euro, que fortaleció la competitividad de las exportaciones comunitarias, con la excepción de la carne de vacuno y los aceites de semillas. El tradicional mapa de intensidad agrícola del oeste europeo se está viendo modificado por las necesidades industriales, que presionan sobre el tipo de producto, con el cereal cediendo terreno. Y en el Mediterráneo se ha llegado a la especialización por la demanda del mercado de consumo. Pero la incidencia de la PAC (Política Agraria Común), con la imposición de cuotas productivas, también ha introducido fuertes mutaciones. Por último, la irradiación urbana y de los servicios ha permitido el solapamiento entre lo urbano y rural, y 354
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 11. Los países de la Unión Europea
consolidado la agricultura a tiempo parcial. La consecuencia más directa es la existencia de un panorama agropecuario complejo, y hasta contradictorio, resumido en tres aspectos: –
Diferente grado de especialización regional. En un nivel avanzado figura el noroeste, con una agricultura cerealista asociada a las plantas industriales. En uno intermedio las ganaderas de costa y de montaña. En tercer lugar, los espacios vitícolas, con producción ya limitada por la acumulación de excedentes, y que han conducido a una supresión de superficie. En otro nivel, las huertas mediterráneas de cultivos especializados, que sufren la competencia de los productos africanos, más baratos por el menor coste de mano de obra. En un último escalón figura tanto el openfield mediterráneo como el de Europa Oriental.
–
Diferencias nacionales. A las correspondientes al tamaño de las explotaciones se añaden las de población empleada o la participación agrícola en el conjunto de la economía. Aparecen, así, dos agriculturas diferenciadas: la del noroeste, y la periférica (desde Irlanda hasta Grecia, ocupando toda la región mediterránea).
–
Distintos niveles productivos. En conjunto, es una agricultura con excedentes en algunos productos (sobra gran cantidad de cebada, trigo, vino y aceite, conseguidos a precios altos y con difícil salida al mercado mundial), y con alta demanda de otros (frutas, tabaco, arroz... que deben ser importados).
La agricultura europea se encuentra regulada por la Política Agraria Común, con un antecedente claro en el mercado común agrícola, y cuyo inicio puede centrarse en 1970, cuando había que solventar graves problemas, como el elevado proteccionismo, la escasa competitividad por el mantenimiento de unos precios superiores a los de mercado, la dependencia de las subvenciones estatales, etc. Las mutaciones desde entonces pueden centrarse en: –
El descenso de los activos, con una reducción superior a la mitad en Alemania, España, y sobre todo en Luxemburgo. En otro conjunto de países la cuantía se ha reducido sólo a la cuarta parte, aunque el dato comparativo más llamativo se encuentra en Holanda, donde la situación permanece estable. En la periferia meridional el papel de la agricultura en el PIB mantiene una acusada pérdida de activos desde 1960. Cerca de la mitad de los desempleados y desocupados temporales agrarios de la Unión están vinculados a esta región. Las razones son complejas, pero se encuentran básicamente en la dicotomía entre latifundio y minifundio (que proporciona fuertes disparidades de rentas), en la debilidad de las estructuras económicas, y en la tradicional incapacidad para reaccionar ante otras agriculturas competitivas.
–
La reducción del número e incremento de la dimensión de las explotaciones. La dinámica es parecida a la norteamericana, si bien el auge ha sido pronunciado en Dinamarca, Francia y Luxemburgo, países que ya disponían de unas explotaciones de tamaños similares o superiores a la media comunitaria. Casi estabilizado aparece otro grupo (Irlanda, Italia y Reino Unido). El caso más relevante será Portugal, donde la dimensión media presenta una evolución contraria a la comunitaria. En la última década el número de explotaciones disminuyó sobre un 5%, a la vez que su tamaño promedio aumentó otro tanto.
–
El incremento de los rendimientos. La racionalización de las explotaciones ha revolucionado a las estructuras tradicionales, salvo excepciones (Grecia, Portugal, Irlanda...).
GEOGRAFÍA E HISTORIA
355
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
4.1.2. La política agraria: la PAC La Política Agraria Común (PAC), también conocida como las Europas Verde y Azul, es la fórmula política aplicada más consolidada de la Unión, sustentada en seis objetivos tradicionales: elevar la productividad interna; asimilar el nivel de vida agrario al resto de sectores económicos; estabilizar el mercado evitando los productos excedentes y produciendo los deficitarios; permitir una regularidad en el abastecimiento; conseguir unos precios razonables que permitan compaginar una adquisición módica y la elevación del nivel de vida en el campo; y lograr la complementariedad entre las regiones modernizando a las agriculturas más desfasadas y acortando las disparidades regionales, para lo cual se creó el FEOGA (Fondo Europeo de Orientación y Garantía Agrícola). Y sus principios han sido: la unidad de mercado con un sistema de precios único, la preferencia por los productos propios, y la responsabilidad financiera común (lo que significa una contribución equitativa de todos los países en función de su PIB). Pero al haber funcionado bien durante varias décadas fue víctima de su propio éxito, con unos excedentes muy difíciles de transferir a otros mercados, lo que obligó a elevar las subvenciones generales de almacenamiento, transformación o abandono de actividad. Se ha subvencionado la creación de una agricultura intensiva que rentabiliza a los grandes propietarios y cooperativas, pero no ha consumado la gran revolución para los pequeños agricultores ni para la Europa pobre, y hasta ha creado una agricultura europea con una fuerte demanda de productos importados y uso intensivo de capitales. Por ello el Libro Verde de la Comisión Europea señaló algunas medidas: la instauración de una política de precios restrictiva, traducida en una disminución de los de mantenimiento en los sectores excedentes; la aplicación de mecanismos estabilizadores, con un sistema de cantidades máximas garantizadas más allá de las cuales se aplican reducciones de precio o ayudas; las medidas particulares para ciertos productos (destilaciones obligatorias, cuotas de producción, etc.); el desarrollo de una política de calidad, que implica rendimientos inferiores; el fomento financiero al abandono de tierras, la repoblación forestal o la puesta en barbecho; y las ayudas a la agricultura de montaña, para evitar el despoblamiento rural en zonas desfavorecidas y preservar el patrimonio natural. La agricultura se ha transformado e integrado en los circuitos comerciales nacionales e internacionales, la liberalización del comercio ha incrementado la competencia, y el proteccionismo ejercido por la PAC ha dado sus frutos. Desde 1981 (período de desarrollo integrado) se produce una convergencia de la política estructural y de precios para impulsar un desarrollo integrado, con ayudas tendentes a la supresión de los desequilibrios, a frenar el éxodo rural y a permitir el auge agrario. La fórmula quedó en manos de los Objetivos Comunitarios, que han aportado una política contradictoria, pues han asistido a las zonas agrícolas frágiles y han yuxtapuesto otras prácticamente retiradas de la economía agrícola con especializadas. Ante tales contradicciones internas y la contestación externa, a partir de 1999 se ha modificado con una reforma (aprobada en 2003) que beneficiará a los agricultores, a los consumidores, al sector agroindustrial y al medio. Tiene por objeto ampliar la de 1992, sustituyendo las medidas de apoyo a los precios por otras ayudas directas, y aportar así una política rural coherente. Las prioridades de la Comisión Europea han sido garantizar una mayor competitividad de la agricultura europea en los mercados comunitarios y mundiales, lograr una agricultura más respetuosa con el medio y proteger el nivel de vida de los agricultores. Constituye un paso adelante hacia un régimen de ayudas a las personas en lugar de a los productos, y la indemnización de los agricultores en función de la producción y de su aportación a la conservación del campo y del medio natural. Con ello se pretende ga356
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 11. Los países de la Unión Europea
rantizar que el 90% de la producción de los agricultores siga teniendo un acceso prioritario al mercado, y también ampliar y diversificar la producción. Y, como no, atender a nuevos desafíos, tanto internos como externos: –
Los precios de la PAC son elevados para extraer provecho de la expansión del mercado mundial, con el riesgo de que reaparezcan excedentes.
–
El apoyo a la agricultura se reparte desigualmente entre los productores y las regiones.
–
Con las ampliaciones de la Unión es necesario crear un nuevo modelo descentralizado, que conceda un mayor grado de libertad a los Estados sin nacionalizar la PAC.
Las propuestas de la Comisión partían de las reformas de 1992 que habían conseguido reducir los excedentes y contener los gastos, sin impedir un aumento medio de la renta de un 4,5%. Esta orientación fue recogida en las líneas directrices siguientes: la competitividad debe garantizarse mediante un descenso de los precios, y el desarrollo rural debe convertirse en el segundo pilar de la PAC. La situación para los productos más representativos es la siguiente: –
En carne de vacuno los ganaderos podrán sufrir pérdidas de ingresos que deberán compensar adaptando sus métodos de producción y sus inversiones, con ayudas directas por cabeza de ganado.
–
En lácteos se establece una nueva organización basada en la intervención y el almacenamiento público de mantequilla y leche desnatada en polvo.
–
El régimen del tabaco se prórroga en las mismas condiciones.
–
En la producción de aceite de oliva se propone sustituir el régimen de apoyo a los precios con ayudas directas.
–
La prohibición de plantar vides se mantiene, con flexibilidad para permitir el desarrollo de la producción de tipos de vino que gozan de fuerte demanda.
–
En el sector de los cultivos herbáceos se reduce el precio de intervención.
–
Las ayudas directas a las semillas oleaginosas y a las de lino no textil se irán reduciendo hasta situarlas al mismo nivel que las de los cereales.
–
Para los cultivos de proteaginosas, se prevé una ayuda directa más elevada.
–
Se mantiene la puesta en barbecho obligatoria y se autoriza la voluntaria, y el nivel de ayuda para la retirada de tierras de la producción, tanto obligatoria como voluntaria, es el mismo que el de los cereales.
Las medidas complementarias o de acompañamiento antes financiadas por la Sección de Garantía del FEOGA (Fondo Europeo de Orientación y Garantía Agrícola) se completan con ayudas para las regiones desfavorecidas y las zonas retrasadas. Para las zonas rurales que puedan acogerse al Objetivo 1 de los Fondos Estructurales, se mantiene el sistema actual, pero las zonas rurales encuadradas en el nuevo Objetivo 2 (antiguos objetivos 5a y 5b) serán financiadas por la Sección de Garantía del FEOGA, si bien la financiación general de este Objetivo dependerá del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), el Fondo Social Europeo (FSE) y el Instrumento Financiero de Orientación de la Pesca (IFOP). Pero todas las medidas en favor de las regiones rurales que no puedan acogerse a los Fondos Estructurales serán cofinanciadas por la Sección de Garantía del FEOGA. GEOGRAFÍA E HISTORIA
357
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
Gastos de la PAC
Desarrollo rural y medidas de acompañamiento
Periodo 2000-2006
(excluidos el desarrollo rural y las medidas de acompañamiento)
2000
40.920
36.620
2001
42.800
38.480
2002
43.900
39.570
2003
43.770
39.430
2004
42.760
38.410
2005
41.930
37.570
2006
41.660
37.290
Entre tanto, las medidas de preadhesión para los nuevos miembros se centran en la agricultura como fuente de empleo, la eficacia de las explotaciones y de las agrupaciones de productores, la transformación y distribución, la promoción de los productos de calidad, los controles veterinarios y fitosanitarios, la concentración parcelaria, la gestión del agua, la formación profesional, la protección del medio y la conservación del patrimonio rural. Pero todo el proceso ha de ser conseguido con unos presupuestos de gastos de la PAC y del desarrollo rural y medidas de acompañamiento para el periodo 2000-2006 descendentes desde 2002. Y muy especialmente el que afecta a una nueva política de desarrollo rural, que se rige por un enfoque integrado y multisectorial, y que valora el que la agricultura desempeña una función clara en la conservación del patrimonio rural, y admite la creación de fuentes alternativas de ingresos para el agricultor. Una innovación es la integración de las medidas en un paquete único encargado de: –
La creación de un sector agrícola y forestal más pujante, mediante la modernización de las explotaciones agrícolas y la transformación y comercialización de los productos agrícolas de calidad. Además, la viabilidad de las explotaciones se incrementará por medio de medidas que favorecerán la instalación de jóvenes agricultores. El sector forestal se reconoce como elemento clave del desarrollo rural, con ayudas cuando desempeñe una función ecológica.
–
El aumento de la competitividad de las zonas rurales. Los principales objetivos se centran en el apoyo a la calidad de vida de las comunidades rurales y en el fomento de la diversificación hacia nuevas actividades, para crear fuentes alternativas de ingresos y empleo para los agricultores.
–
La conservación del medio y del patrimonio rural. Las medidas agroambientales se encargarán de fomentar los métodos de explotación agrícola respetuosos con el medio, y conformarán el único elemento obligatorio del desarrollo rural, con la ampliación de las indemnizaciones compensatorias (hasta ahora otorgadas a la agricultura de las zonas menos favorecidas) a las zonas en las que la actividad agrícola está limitada por dificultades ambientales específicas.
Pero resta el problema agrícola en la Europa oriental. En términos de superficie, de aportación al PIB y de población activa, la agricultura es más relevante en los diez países del sector (PECO). Tras una disminución de la producción agrícola en los primeros años de 358
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 11. Los países de la Unión Europea
la transición se ha conseguido cierta estabilización, con una mayoría que ha pasado a importadores de productos alimentarios y un resto a exportadores (Polonia, Hungría y la República Checa). Y en varios se ha observado un flujo migratorio hacia el campo, tras empeorar las condiciones económicas durante la transición. Pero tanto el subempleo como el paro encubierto en la agricultura de subsistencia conforman problemas de hondo calado. Para solventar esas problemáticas se aplican instrumentos de ayuda, desde el sostenimiento de los precios de mercado y varios tipos de pagos directos hasta las ayudas a la inversión y las exenciones fiscales. Como resultado, tiende a disminuir la diferencia de precios en la explotación respecto a la UE. En general, han ido aumentando las ayudas y la intervención en el mercado, y como derivación la diferencia de precios con la UE ha disminuido en el caso de los cereales, carne de porcino y aves de corral. Y las perspectivas respecto a los principales productos indican que aumentarán el excedente de su producción de cereales, oleaginosas y carne de porcino, pero se reducirá el de productos lácteos, y la región será autosuficiente en carne de vacuno y aves de corral. En el trasfondo de la reforma de la PAC se encuentra la ampliación comunitaria, el Pacto de Estabilidad y Crecimiento (Cumbre de Amsterdam, 1997), la situación del mercado mundial con las rondas de negociaciones de la Organización Mundial de Comercio (OMC), y la mejora de las posiciones negociadoras frente al gran competidor de la agricultura comunitaria, EEUU. Los acuerdos establecidos para el comercio mundial de recursos agro alimentarios implican mejoras en el acceso a los mercados (mediante la rebaja de las medidas de protección frente a importaciones), la reducción de las subvenciones a la exportación (con tendencia a su eliminación), y las reducciones de las ayudas internas (las causantes de la distorsión de dicho comercio). Se busca la liberalización del comercio de los productos agrícolas mediante la convergencia de los precios. La PAC, acordada en el Tratado de Roma (1957), no ha variado al mantenerse vinculada a la normativa de comercio internacional, y al articularse mediante las Organizaciones Comunes de Mercado (OCMs) donde, a través de la regulación de la producción agraria, se estructuran los sectores agrícolas y ganaderos mediante dos mecanismos: la intervención en los mercados con precios mínimos; y los derechos de aduana, para proteger las mercancías propias en el mercado interior, y restituciones a la exportación, para mejorar la competitividad en el mercado exterior. Las OCMs se constituyeron para cereales, leche y carne, pero regulan el 90% de las mercancías agrarias, mientras los mecanismos de intervención sirven para controlar las caídas de los precios, pues la orientación de la PAC ha sido exportadora. En la actual reforma los cambios en algunas OCMs tienen la función de reducir los precios de intervención, limitar la producción o modificar la retirada obligatoria de las tierras. Mediante una única ayuda por explotación se borra el rastro del cálculo de la prima, y con la modulación se pretende contener el gasto y desviarlo a los programas de desarrollo rural, que no tiene por qué incorporar producción, y, por tanto, no distorsiona el comercio mundial. Y a la Europa Verde se añade la Europa Azul, que considera la Unión como un Estado a la hora de abordar cuestiones como la conservación o la ampliación de caladeros, la gestión y explotación de los recursos marinos, y la modernización del sector. La pesca contribuye a la economía de los Estados miembros con menos del 1% del PIB, si bien hay 300.000 pescadores y las industrias vinculadas (naval, suministradores de equipos, y transformación de pescado) emplean a varios centenares de miles de personas. Sin embargo, las poblaciones de peces se hallan en franca disminución. Pero la política pesquera comenzó en la década de los años setenta por otro motivo, cuando los gobiernos de algunos países ampliaron su soberanía a las doscientas millas náuticas. El acuerdo más desarrollado se alcanzó en 1983, al excluir el libre acceso a todos GEOGRAFÍA E HISTORIA
359
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
los caladeros, ampliar la franja costera a doce millas, y establecer un sistema común para la conservación y gestión de las aguas comunitarias. Además, la entrada de España y Portugal (1986) duplicó al número de pescadores y multiplicó por tres la capacidad pesquera, lo que impuso la necesidad de aplicar unos acuerdos transitorios, en vigor hasta 1995. En 1992 se estableció un régimen comunitario para la pesca, esencialmente debido al grave desequilibrio entre el número de buques y la cantidad de peces disponibles, completado con una iniciativa comunitaria especial (PESCA, 1995), y con medidas socioeconómicas de acompañamiento para ayudar a la industria pesquera a paliar las consecuencias sociales y económicas de la reestructuración del sector.
4.2. Un sector industrial poderoso Una extensa gama de factores opera para determinar el emplazamiento de los núcleos industriales: las fuentes de materias primas, la necesidad de mano de obra, la proximidad de los mercados, la facilidad de transporte, el abastecimiento de agua, la política gubernamental, etc., pero con una clara relación tradicional entre yacimientos de carbón, mineral de hierro y actividad industrial. Tras la Segunda Guerra Mundial aparece un nuevo mapa industrial, con la reubicación de las actividades de nueva creación, aunque en Europa Oriental los yacimientos todavía localizan las grandes actividades. La Europa herciniana, muy bien surtida de recursos, ha sido el sustrato de la Revolución Industrial, aunque tras la aguda explotación muchos filones se han agotado o han dejado de ser rentables. Entre tanto, las bases de las aleaciones (bauxita, cobre, estaño...) han de ser importadas, con la consiguiente dependencia del exterior. La Europa oriental no está bien dotada de recursos minerales, a excepción de Silesia y Bohemia, y es deficiente en energéticos. En general, la siderurgia, la construcción naval y las actividades textiles han dejado de ser rentables, incluidas las manufacturas de los países orientales incorporados, frente a otros competidores asiáticos, configurándose como una pesada carga para la Unión. También los productos electrónicos sufren la competencia de los japoneses y norteamericanos. El resultado es una Europa industrial alterada, que ha visto, y ve, sumidos en crisis cada vez más duraderas, subsectores punteros, hecho grave cuando el sector absorbe la tercera parte de activos y aporta otro tanto al PIB comunitario. La gran industria pesada se ubica en el sector comprendido desde el Canal de La Mancha siguiendo el eje Alsacia-Lorena, Selva Negra hasta la Silesia polaca, mientras en un segundo círculo ya hay núcleos más dispersos, instalados básicamente en los puertos. Aparecen cuatro grandes áreas industriales:
360
–
Extractivas, vinculadas a las grandes cuencas septentrionales de hulla, como el Sarre, Sajonia, Bohemia, Silesia, Ruhr (Renania-Westfalia), Mosa... La fuerte crisis tras los años sesenta ha ido cerrando una parte e incorporando a otras actividades sustitutivas en las costas.
–
Portuarias, en Europa noroccidental, al amparo de la importación de los crudos. La más importante se enclava en Rotterdam, que ha atraído a industrias de refino y derivadas, aunque son representativas las de Amberes, Londres, Hamburgo, Bremen, etc., y más al sur Marsella, Bilbao y Génova.
–
Dispersas, orientadas a la tecnología avanzada. Su dinámica actual las transforma en la alternativa a los grandes focos industriales precedentes.
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 11. Los países de la Unión Europea
–
Urbanas, al amparo de la fuerte demanda de las grandes ciudades, con actividades de bienes de consumo finales, muy dinámicas, y capaces de modificar la trama urbana a través de los polígonos industriales.
Y mientras las regiones extractivas están en decadencia se refuerzan los núcleos industriales articulados sobre ejes de comunicación (Rin, Ródano...), ya que las nuevas actividades se localizan cerca de donde se produce la irradiación de las ligadas al sector cuaternario (informática, finanzas...). Pero es entre los macizos antiguos y las fosas de hundimiento terciarias del sector herciniano donde se localizan tanto las aglomeraciones urbanas como las grandes áreas industriales, formando una ancha banda a ambos lados del paralelo 50º, los países negros, extendida a las áreas portuarias tras la Segunda Guerra Mundial. Tres grandes sectores resaltan especialmente: –
Yorkshire, en el centro de Inglaterra, la mayor concentración industrial de las islas. Carbón, hierro y centros textiles hicieron de Bradford, Leeds, Manchester y Liverpool las ciudades industriales más dinámicas del mundo, aunque tras la crisis económica de 1973 la diversificación ha marcado el devenir reciente.
–
Lorena. En torno al Macizo Central francés aparecen yacimientos carboníferos dispersos, con los dos relevantes en Nord Pas de Calais y Lorena, una continuación meridional de la región del Sarre. También la proliferación de hierro ha dinamizado la cuesta del Mosela, el denominado cuadrilátero pesado, donde resaltan Thionville, Metz y Nancy. Pero no existen industrias de transformación y el acero ha de ser reexpedido, por lo que numerosos valles han visto paralizadas sus actividades.
–
Sarre y Ruhr, los dos grandes centros industriales transformados con la reconversión industrial. Despunta el Ruhr, que se extiende por la región de RenaniaWestfalia, el centro de la mayor aglomeración industrial de la UE. La facilidad de comunicaciones a través del Rin y la tradición urbana e industrial explican el fenómeno, concentrado en núcleos industriales como Dortmund, Bochum, Essen, Duisburgo..., y más al sur en las ramificaciones de Wuppertal y Düsseldorf.
Respecto a la política industrial hoy se tiende a la liberalización de los mercados, una de las claves para la rentabilidad empresarial. El núcleo de esta política se inspira en el Tratado de la Unión Europea (1993), que establece cuatro objetivos: acelerar la adaptación de la industria a los cambios estructurales; fomentar un entorno favorable a las empresas (en particular a las PYMEs); otro favorable a la cooperación entre las empresas; y favorecer un mejor aprovechamiento de las políticas de innovación, investigación y desarrollo tecnológico. Para hacer competitivas a las empresas en los mercados mundiales los objetivos pasan por el desarrollo de las infraestructuras y mercados de la información, y por la adaptación de las industrias a los cambios. Las acciones se centran en el fomento de: –
La Información y Desarrollo Tecnológico (I + DT). Los factores intangibles se han convertido en un factor clave de la competitividad, por lo que se transforma en crucial la aplicación eficaz de prácticas correctas de gestión y de las tecnologías de la información. Para ello los programas de investigación y desarrollo se vuelcan en las tecnologías de la información y la comunicación, pero también en el medio, las ciencias biológicas, la energía y los transportes.
–
La calidad. Se centra en cohesionar a las políticas comunitarias que influyen en la gestión de las empresas.
–
La cooperación industrial. El programa Esprit es el mejor ejemplo, complementado por iniciativas como el programa UE-Japón sobre electrónica de consumo. Y con
GEOGRAFÍA E HISTORIA
361
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
el diálogo empresarial transatlántico se ha generado una nueva relación con los empresarios norteamericanos, centrada en las prioridades de la política industrial. –
El mercado interior y el fortalecimiento de la competencia industrial. La eliminación de las barreras comerciales permite rebajar los costes e innovar con mayor rapidez. Se entiende que la legislación comunitaria se debe limitar a establecer unos requisitos esenciales (respecto a la seguridad, la protección de la salud y el medio) para que los productos puedan comercializarse. Y la certificación permite acreditar que los productos cumplen las normas para su comercialización, y contribuye tanto a la consolidación del mercado interior como a perfeccionar la competencia interna.
–
La competencia internacional. El fortalecimiento de la competitividad interior es un medio para el aumento de la correspondiente al mercado mundial. La tarea de la Comisión es analizar las barreras existentes en ciertos mercados mundiales y llevar la iniciativa para su abolición.
–
Las relaciones de la administración pública con la industria. La sociedad de la información lleva a una modernización de la industria, pero también a una redefinición del papel de los poderes públicos y de su relación entre sí, por medio de redes telemáticas transeuropeas entre administraciones (Programa IDA) y de proyectos de I + D con el fin de prestar apoyo a las actuaciones industriales concretas.
4.3. Un dinámico y expansivo sector servicios Los servicios son los hechos que mejor definen a la Europa más desarrollada (la terciarización de la economía, plasmada en dos tercios de activos en el sector y una aportación equivalente al PIB), con países altamente terciarizados, como los del noroeste, y otros más atrasados, como los orientales. Resaltan cuatro grandes tipos de actividades: de distribución (transportes y comercio), de producción (actividades intermedias, como servicios financieros, seguros, servicios a las empresas…), al consumo (comercio minorista, hostelería y restauración, actividades de ocio, servicios personales…), y servicios colectivos (como la educación o la salud). Se trata de actividades heterogéneas y básicamente urbanas, que marcan su localización. Están ligadas a tres hechos básicos: al paso de las redes nacionales de transporte y comerciales a otras transnacionales, a la concentración empresarial como una exigencia del mercado global, y al papel esencial del sector público en estas actividades. Además, los servicios afianzan a una sociedad particular definida por rasgos como: la reducción de la edad activa de los trabajadores, la generalización de los servicios básicos, la mutación del mercado laboral, el reciclaje continuado, la aparición de nuevas clases laborales (inversores, aseguradores, financieros...), etc. Entre todas las actividades terciarias resaltan los transportes y el comercio.
4.3.1. La red transnacional de transportes En la Unión Europea se cuenta con la segunda red de carreteras más completa del mundo en longitud, y con la tercera de navegación fluvial y comunicación por ferrocarril. Si el indicador es la densidad del trazado se alza al primer lugar, que denota el fuerte nivel de actividad económica alcanzado. La navegación marítima dispone de una larga tradición, reflejada en el primer puesto que ocupa la flota comunitaria, que le convierte en el centro 362
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 11. Los países de la Unión Europea
comercial mundial de este tráfico. Y la cantidad y nivel de los aeropuertos sólo tienen equiparación con EEUU. Además, como fórmula de desarrollo de la política regional tendente a equilibrar y repartir las fuerzas nacionales, la infraestructura de transporte es vital para la Unión, y porque aparece imbricada con la urbana. De ahí que la pretensión se haya centrado en adecuar la intercomunicabilidad y las redes, y recientemente en varias prioridades: la red de ferrocarriles de alta velocidad, el acceso a las estaciones alpinas, los transportes combinados de interés comunitario, los enlaces transpirenaicos por carretera, los enlaces escandinavos, las conexiones terrestres con el arco mediterráneo, la mejora de las comunicaciones de tránsito en países implicados en la política comercial comunitaria (Suiza y las repúblicas surgidas de la desmembración yugoslava), etc. La elección se ha realizado a través de un indicador, el interés comunitario, medido en términos de tráfico intracomunitario o de necesidad para un sistema integrado de transporte. Con ello se ha tratado de lograr una integración del espacio europeo fundada en frentes básicos: –
Las villas nodales, de gran importancia en el sistema de transportes, seleccionadas según su capitalidad o relevancia como centro de transporte fundamental o capital regional.
–
Las relaciones entre villas nodales, esencialmente entre regiones, con clara anteposición de criterios geográficos.
–
Los estrangulamientos y saturaciones en líneas principales.
–
Las líneas esenciales con países vecinos.
Sin embargo, la periferia se ha visto beneficiada relativamente, ya que las obras de mayor alcance han afectado siempre a las regiones saturadas, porque han primado los criterios funcionales. En estas regiones periféricas los desembolsos han sido notables, pero menos elevados de lo que corresponde a la situación real de la demanda y desfase. Por ello, las nuevas orientaciones de la política comunitaria se centran en un conjunto de programas muy precisos que derivan de la reforma de los Fondos Estructurales, entre los que despunta Interreg, que desarrolla sistemas de transportes y comunicaciones destinados al sector mediterráneo. Asimismo, los enlaces con el resto europeo, y muy especialmente con la Europa Oriental, cuya estructura es deficiente y definida por la sobrecarga. Además, el conjunto de redes requiere de una reorientación, con fuertes inversiones en las conexiones transfronterizas, ya que la mayoría de los enlaces se ajustan al eje este-oeste, por lo que se hace necesario potenciar el norte-sur. El mayor problema se localiza en el oriente alemán, que contaba con una infraestructura relativamente extensa, aunque en condiciones deficientes, centrada en torno a los grandes núcleos. Los objetivos de esta política comunitaria de transportes es posible que se hayan diversificado en exceso, aunque mantienen dos frentes: cobertura de necesidades derivadas del dinamismo económico, e incorporación al desarrollo de las regiones desfasadas. El primero se encuentra mejor cubierto ya que, por lo general, las demandas se encuentran próximas al foco económico comunitario; y el segundo aparece con las ampliaciones de la Unión. El objetivo central es la integración del espacio comunitario, conseguido lentamente por motivos distintos, y en concreto por las bajas inversiones en relación con las necesidades. Aún así se ha alcanzado un cierto grado de vertebración global, pero aún predominan los subsistemas nacionales urbanos y el alto grado de polarización espacial es un inconveniente para una vertebración espacial armónica. Y ese grado no ha sido superior porque otros factores han condicionado el desarrollo de la red de transportes, como la internacionalización de la economía y la construcción económica de Europa, que han desdibujado a las redes nacionales y han pasado a un segundo plano los ferrocarriles y la navegación fluvial e interior, aunque, en contrapartida, han dinamizado las carreteras, autopistas, puertos GEOGRAFÍA E HISTORIA
363
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
y aeropuertos. Como consecuencia se mantienen fuertes diferencias regionales, entre el corazón europeo y las áreas periféricas, que se van corrigiendo con la incidencia en la transformación del mosaico en redes transeuropeas de transporte, que combinan diferentes modos e integran las redes nacionales en las generales. Un último paso, de gran desarrollo, se está dando en las redes intangibles de transporte, con la revolución de las telecomunicaciones, desde la tecnología digital y con el proceso de liberalización del sector.
4.3.2. El mercado comercial único y otros servicios A escala universal, la UE es una de las tres potencias comerciales (junto a EEUU y Japón), con más del 40% de las exportaciones de mercancías y algo menos de las importaciones mundiales, pero con una clara asimetría entre los sectores geográficos occidental y oriental, y hasta en saldos comerciales, casi siempre favorables (a excepción de los negativos debidos al déficit energético) para los primeros. Es el primer mercado mundial, el de mayor movimiento interno, o lo que es decir que la UE es el principal abastecedor y cliente de EE UU. El comercio internacional es fuerte con el resto de países desarrollados del mundo, y mantiene estrechos vínculos con los mediterráneos (ligados a la política exterior) y con la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), al margen de la proliferación de acuerdo bilaterales. Las importaciones están dominadas por los productos alimentarios, energéticos y materias primas, mientras las ventas por los productos químicos y farmacéuticos, maquinaria y equipos de transporte, más los servicios y transferencias o inversiones. Las potencias comerciales son Alemania, Países Bajos, Reino Unido, Francia e Italia, con el principal comercio interno entre ellas, a excepción del Reino Unido (con los países mediterráneos). En otros servicios resaltan los financieros y bancarios, afectados por los cambios en la estructura de los bancos centrales tras la unión monetaria, la creación del Banco Central Europeo, y el proceso de concentración bancaria. Las funciones de los bancos centrales estatales se han visto condicionadas por la política monetaria y por el proceso de concentración (que no es europeo, sino general), afectado por el impulso del euro (convertido en factor de fusión), y que ha permitido el incremento de la competitividad de los bancos a escala continental, y de megafusiones internacionales. Pero se trata de un proceso no exento de costes, con el cierre de multitud de instituciones bancarias y la pérdida de incontables puestos de trabajo. Y además ha consolidado a Luxemburgo como el gran centro bancario europeo. Por su parte, las bolsas y el mercado de valores han pasado a mercado único, con una Bolsa paneuropea, de entidad similar a las de Nueva York y Tokio.
5. LA COMPLEJIDAD Y LA DIVERSIDAD INTERNA. LAS RELACIONES ECONÓMICAS EXTERNAS 5.1. La complejidad y diversidad del territorio Frente a la clasificación más simple (continental, marítima y de transición) resalta un continente repleto de células estatales, de regiones deprimidas frente a otras poderosas. Atendiendo a los niveles de renta aparecen nueve, cuyos rasgos socioeconómicos son los descritos en el cuadro. 364
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 11. Los países de la Unión Europea
INDICADORES SOCIOECONÓMICOS EUROPEOS E. Germ. Benel. Población
97,8
Densidad
178
Europa Islas Europa Europa Europa Mediterráneo Países TotalNórdica Británicas Latina Central Balcánica Oriental Bálticos media
27
23,8
292
43,5
63,1 150
168,7 185
64,1 116
56,3 89
12,2 468
7
520
39
173
Crecimiento población (2000-05) %
0,3
0,7
0,2
0,7
0,7
-0,1
0,1
0,4
-0,8
0,2
Índice fecundidad
1,4
1,7
1,7
1,7
1,4
1,2
1,6
1,7
1,2
1,5
Esperanza de vida
78,5
78
79
77,5
79,5
74
73
78
72
77
Población urbana %
61
85
77
74,5
79,3
65
54
74
67
71
% del PIB europeo
21,3
6,1
16,0
12,1
31,0
8,5
2,4
2,1
0,5
Crecimiento PIB (1992-2002) %
1,3
3,4
2,9
5,5
2,1
3,2
3,9
3,4
2,3
3,1
Crecimiento OIB 2003 (%)
0,03
0,5
0,9
1,9
0,4
3,4
3,9
2,5
6,8
2,3
Índice de inflación 2003 (%)
1,0
2,1
2,0
2,7
2,6
3,5
5,0
3,0
1,0
2,5
Renta per cápita $
27260
38514
31053
30891
23626
13615
8422
18997
10970
22594
Elaboración propia.
A la vista del cuadro precedente la potencia demográfica es la Europa latina, seguida de la Europa germánica, rasgos que se mantienen en la aportación al PIB continental. Pero atendiendo a otros indicadores se comprueba que el más alto nivel de desarrollo aparece en el Benelux, mostrado tanto por la renta per cápita como por la población urbana y por el segundo crecimiento más alto del PIB interanual desde 1992. Atendiendo al nivel de renta la clasificación regional queda establecida de la siguiente forma: –
El Benelux. Integrado por Bélgica, Luxemburgo y los Países Bajos, todos miembros de la UE. Con 74.626 km2 y 26.9 millones de habitantes (el 5% de la población continental), dispone de la segunda densidad más elevada del continente, de un crecimiento de la población cinco puntos superior a la media, como también ocurre con el índice de fecundidad y la esperanza de vida. El crecimiento de su PIB desde 1992 también es superior a la media, y el índice de inflación es menor. Sus proveedores son europeos (en menor medida en los Países Bajos debido a sus relaciones con las antiguas colonias, que le proporcionan la tercera parte de sus necesidades), al igual que ocurre con sus clientes.
–
La Europa Nórdica o Escandinava, integrada por países afines (Dinamarca, Finlandia, Noruega y Suecia), con sólo dos miembros de la UE (Dinamarca y Suecia), y con aplicación de la solidaridad escandinava. Con más de 1,3 millones de km2 alberga a menos del 4,5% de la población, de los que 493.960 km2 y 9,8 millones de habitantes corresponden a la UE. El bajo doblamiento es explicado por un ambiente adverso que condiciona la economía, aunque la extracción de minerales y los recursos del mar han permitido un alto nivel industrial, a su vez fuente de
GEOGRAFÍA E HISTORIA
365
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
unas actividades terciarias avanzadas. Y todo ello se ha traducido en la segunda renta continental. La densidad media es la tercera más baja, el crecimiento natural desde el año 2000 es bajo, aunque el índice de fecundidad se mantiene entre los más altos, al igual que ocurre con la esperanza de vida, y la población urbana, seis puntos por encima de la media. El crecimiento del PIB desde 1992 está sobre la media continental, mientras el índice de inflación ronda la media. Los proveedores y clientes son europeos, con la salvedad de Suecia que realiza la quinta parte de sus ventas a países subdesarrollados.
366
–
Las Islas Británicas. Con 313.180 km2 es la región mejor definida, integrada por el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y la República de Irlanda, ambos miembros de la UE. Dispone de una agricultura autosuficiente y moderna, unas industrias tradicionales y otras nuevas poderosas, unos consolidados servicios, y una posición privilegiada en las relaciones con el mundo del subdesarrollo, rasgos que le han proporcionado una renta de 30.891 $. Con el 12% de la población continental (con 63,2 millones de habitantes), la densidad aún está por debajo de la media, con un crecimiento reciente de la población que se mantiene como el más alto (junto con el Benelux). El índice de fecundad también está entre los más elevados, mientras la esperanza de vida se aleja en un lustro de la Europa latina, y la población urbana se emplaza cuatro puntos sobre la media. El crecimiento interanual reciente de su PIB ha sido muy superior a la media, rebajado en la actualidad, y con un índice de inflación situado sobre la media. Sus proveedores y clientes mayoritarios son europeos, que se diversifican a los asiáticos, en el caso del Reino Unido, a sus antiguas colonias (la quinta parte de las compras y algo menos de las ventas).
–
La Europa Germánica, que comprende a Alemania y a los Estados alpinos de Suiza, Austria y Liechtestein. Con unos 481.000 km2 (de los que 440.890 corresponden a la UE, aportados por Alemania y Austria). Las cordilleras condicionan a una economía dominada por el poderío alemán, y el espacio alberga a casi el 19% de la población europea (con 90,6 millones de habitantes, de los que 82,5 son aportados por Alemania), hecho que se traduce en la segunda densidad continental. El crecimiento natural aun siendo bajo está ligeramente por encima de la media. El índice de fecundidad está sobre la media, la esperanza de vida ligeramente sobre ella, y la población urbana muy por debajo (realmente ficticia porque es rebajada por Liechtestein, con sólo el 22%). La renta está unos cuatro mil quinientos dólares por encima de la media. El crecimiento interanual del PIB ha sido dos veces y media inferior a la media, hecho que se mantiene en la situación actual, y el índice de inflación es más contenido que en el resto del continente, solamente igualado por los países bálticos. Las compras y ventas se realizan también en Europa.
–
La Europa Latina, integrada por Andorra, España, Francia, Italia, Mónaco, Portugal y la República de San Marino, que abarca 1,45 millones de km2 y 168,7 millones de habitantes (el 32,5% de la población europea). Sólo los grandes países están integrados en la UE, con lo cual no hay casi modificaciones en extensión y población. Francia aparece con economía equilibrada, mientras Italia despunta por un Norte avanzado y un Mezzogiorno dependiente del resto del país. Y la Península Ibérica, con 581.000 km2, presenta espacios contrastados y población periférica. La densidad regional está ligeramente por encima de la media, y el crecimiento reciente de la población entre los más altos. El índice de fecundidad es similar a la media, y la esperanza de vida es la más alta del continente, y del mundo. La población urbana es la segunda del continente, después del Benelux. Y se dispone de PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 11. Los países de la Unión Europea
una renta de mil dólares por encima de la media. El crecimiento interanual del PIB ha sido inferior a la media, situación que se mantiene en la actualidad, mientras el índice de inflación es similar al medio. El comercio exterior se realiza en Europa, con las salvedades de Francia (que coloca la cuarta parte de sus ventas en las antiguas colonias). –
El Mediterráneo Oriental, integrado por Chipre, Grecia y Malta, todos miembros de la UE (de Chipre el sector griego), con unos 12,2 millones de habitantes (el 2,3% de la población europea), y una renta media de 18.997 $. La región presenta la densidad más elevada, un crecimiento de la población del doble de la media, un índice de fecundidad ligeramente superior al europeo, una esperanza de vida superior a la media, como también ocurre con la población urbana. El crecimiento interanual del PIB ha estado sobre la media europea, el actual ha bajado, pero se mantiene sobre la media, y el índice de inflación es elevado. Los proveedores son europeos, pero con elevadas adquisiciones en Asia.
–
Europa Central, los países eslavos y danubianos (República Checa, Eslovaquia, Hungría y Polonia, todos miembros de la UE) componen una región con 544.160 km2 y 64,1 millones de habitantes (el 12% de la población europea), donde la homogeneidad la proporcionan las cordilleras carpáticas y el puntos de conexión del Danubio, más una larga pertenencia al socialismo (que explica las deficiencias infraestructurales), la dedicación agraria básica complementada con los potentes sectores industriales polacos y húngaros, y el control del poderío polaco y su orientación al Báltico. Ha adquirido una renta media de 13.615 $, que se aleja en nueve mil dólares de la media continental. La densidad es módica, y el crecimiento demográfico negativo en todos los países, conformando la segunda región europea por este concepto, junto a los países bálticos. El índice de fecundidad es también inferior a la media, y la esperanza de vida aún es baja. Algo parecido ocurre con el porcentaje de población urbana, ahora similar a la báltica. El crecimiento interanual del PIB ha estado sobre la media, y el actual se mantiene por encima de la media, mientras el índice de inflación es alto. Por último, el comercio exterior está vinculado a la Unión Europea, pero con fuertes lazos mantenidos con el resto de los antiguos países comunistas.
–
La Europa Báltica, integrada por Estonia, Letonia y Lituania (todos miembros de la UE), con 165.00 km2 y unos siete millones de habitantes (el 1,3% de la población europea), con la densidad más débil del continente. El crecimiento natural no sólo es negativo, sino el más bajo de Europa. El índice de fecundidad también es inferior a la media, como también ocurre con la esperanza de vida de 72 años y la población urbana. El crecimiento interanual del PIB es inferior a la media continental, aunque en la actualidad se ha situado muy por encima, casi el triple que la media. El índice de inflación es muy bajo y contenido. Todo ello se traduce en la segunda renta más baja del continente, y en un comercio exterior que sigue pautas parecidas a las precedentes.
–
La Europa Balcánica, integrada por Albania, Bosnia-Herzegovina, Bulgaria, Croacia, Eslovenia, Macedonia, Rumania y Serbia-Montenegro, con 633.880 km2 (de los que 349.300, los correspondientes a Bulgaria y Rumania, pertenecen a la UE), y con 56,5 millones de habitantes (de los que 30,2 corresponden a la UE), el 11% de la población europea. Los Balcanes definen la economía, porque la fragmentación física es el principal impedimento para la estructuración e integración regional. Además, la compleja historia y tormentosas relaciones sociales explican la inestabilidad. Se padece la renta más baja (el 37% de la europea), con una explicación
GEOGRAFÍA E HISTORIA
367
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
socorrida en las consecuencias del conflicto balcánico y en la larga adscripción a regímenes políticos endogámicos. La densidad media es la mitad de la europea, y el crecimiento de la población similar a la media. La esperanza de vida es siete años inferior a la media, mientras la población urbana es la más baja del continente. El crecimiento interanual del PIB regional superior a la media, mientras el actual se mantiene en el mismo nivel. El índice de inflación es el más elevado del continente, y las relaciones externas de los no miembros tienen la Unión Europea como punto de referencia, pero con mantenimiento de fluidas relaciones entre los antiguos miembros comunistas. A la vista de esta división regional Europa se ajusta a la fórmula Complejidad = diversidad + densidad, tanto que se habla de la Europa pluralista, de la Europa de las regiones, etc., y hasta de dos bloques: el del liberalismo cultural, desde Escandinavia hasta la Península Ibérica, de corte atlántico y abierto al mundo, y otro, económicamente muy dinámico y conservador, emplazado en el centro continental, pero también de las regiones netamente agrícolas, las más marginadas por la escasa contribución al PIB; de las que muestran una clara tendencia agro-industrial, mejor situadas, y de las de comportamiento urbano, las mejor colocadas. Así pues, es posible hablar de tres tipos de regiones europeas: –
Periféricas desfasadas, de base agraria, poco desarrollo del resto de sectores, y una escasa jerarquización de los centros regionales. Son las que padecen con mayor virulencia los efectos de las crisis económicas.
–
Industriales, con actividades antiguas fijadas aún a los recursos (sureste de Bélgica, área holandesa de Limburgo, sur de Gales, País Vasco...), y fuerte retroceso económico en los últimos años.
–
Urbanas, donde una gran conurbación o centro de notables dimensiones genera una economía de aglomeración fundada en actividades propias y en la reducción de los costes de transporte por la fluidez y densidad de las infraestructuras. Actualmente son las más dinámicas de la Unión.
Pues bien, a pesar de todas esas estructuras es posible extraer cuatro grandes áreas: –
El cuadrilátero central, con su periferia más próxima y mejor conectada, el corazón continental, desde donde fluye el dinamismo económico hacia el resto de Europa.
–
Los sectores enlazados al cuadrilátero por ejes de conexión consolidados o en proyecto, y que abarca a las regiones próximas (los nuevos lazos y trazados incorporan a una buena porción de Italia y España).
–
El arco mediterráneo, en proceso de reestructuración y que ha dispuesto de fuertes y recientes inversiones infraestructurales.
–
La Europa ampliada, muy desligada del resto en infraestructuras y la más periférica de todas en su configuración económica.
5.2. Problemas colaterales y respuestas económicas La Unión ha dado el paso desde una entidad esencialmente económica hacia otra política, con el objetivo de crear un gran espacio europeo, y de hacer frente a grandes retos: la competencia creciente de Asia y de otras regiones, que a partir de mano de obra barata fabrican a bajo coste; la inmigración masiva, pues tan malo es crear un muro como recibir 368
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 11. Los países de la Unión Europea
a todos; la nueva situación mundial, de la que han salido reforzados sus aliados económicos (EEUU y Japón); las antiguas economías socialistas de Transcaucasia y Asia central, reconvertidas y que desean mayores y más intensas relaciones exteriores; las pretendientes alejadas de la dinámica europea (Turquía, Marruecos, Ucrania, Moldavia...) de integrarse a más largo plazo; y la Europa de la seguridad, frente a los regímenes inestables que la rodean. Atender a esos frentes implica superar la entropía, que encuentran su reflejo en la incapacidad para dar respuestas a problemas europeos. Tampoco hay que olvidar las debilidades económicas de la Europa oriental, ya que la situación ha evolucionado con: la caída de la producción, especialmente de la industrial y ganadera, con la única excepción de Polonia; el fuerte incremento de los precios, producto de la imparable inflación y fuente de empobrecimiento de amplios sectores sociales; el descenso generalizado del nivel de vida, tanto debido a la inflación como a la desaparición de los servicios sociales propios del régimen anterior; y el auge del desempleo, con malestar social y desmoralización generalizada. Es el resultado de medidas ya aplicadas en Iberoamérica, y que no habían dado resultados. Por ello, la integración ha tomado la forma de una colonización externa. No obstante, puede hablarse de elementos macroeconómicos favorables: liberalización económica (precios, comercio exterior, reducción arancelaria...), estabilización macroeconómica (con recortes drásticos en los subsidios, convertibilidad de las monedas, restricción en la expansión del crédito interno...), privatización (con la conversión de las empresas estatales en sociedades anónimas y la transferencia de la propiedad pública al sector privado), aumento de las exportaciones a los mercados occidentales (especialmente llamativas en Hungría y Polonia), y el rápido desarrollo de la empresa privada (construcción, comercio, servicios..., y sobre todo en el sector industrial). Pero el talón de Aquiles de las reformas es el sector industrial, tanto por sus dimensiones como por la urgencia de reestructuración y modernización. Y con las dimensiones política y económica no se extinguen los problemas, porque la economía de mercado ha producido fuertes desigualdades, tanto sociales como territoriales. En el marco exterior la UE colabora con la OMC aplicando el principio de Nación Más Favorecida a todos los países miembros de dicha institución, y el Sistema de Preferencias Generalizadas a los menos desarrollados. Mantiene acuerdos específicos con países no europeos, divididos en grupos: –
Mediterráneos, por su proximidad geográfica, afinidades históricas y culturales y flujos migratorios (reales y potenciales), plasmados en la política de integración regional, conocida como enfoque global mediterráneo. La Unión vincula a través de acuerdos de asociación o de cooperación a: Turquía, con acuerdo de asociación dirigido a establecer una unión aduanera, ya que tiene presentada candidatura de adhesión (1987); y los Países del Magreb (Argelia, Marruecos y Túnez), del Machrek (Egipto, Jordania, Líbano, Siria y los Territorios palestinos) e Israel, vinculados con acuerdos de cooperación comercial, industrial y de asistencia técnica y financiera. La asociación euromediterránea (Conferencia de Barcelona, 1995) definió las relaciones económicas y comerciales interregionales, con el fundamento en la creación para el año 2010 de una zona euromediterránea de libre comercio, ajustada a las normas de la OMC, que permitirá que los productos circulen exentos de derechos en el mercado transmediterráneo, que se convertirá en la mayor zona de libre comercio del mundo, con más de 600 millones de potenciales consumidores. Y ya se participa en proyectos de desarrollo socioeconómico con la intervención del Banco Europeo de Inversiones (BEI), en forma de préstamos a largo plazo, que han convertido a la UE en el principal contribuyente a las reformas en los países del sur del Mediterráneo.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
369
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
–
África, Caribe y Pacífico (ACP). Afecta a las antiguas colonias europeas (setenta y un países), ajustadas a relaciones nuevas tras el proceso descolonizador (Acuerdos de Lomé). La colaboración se desarrolla a partir de subvenciones y préstamos bonificados del Fondo Europeo de Desarrollo (FED) y a colaboraciones en los sectores industrial y agrario. El Convenio permite que los productos industriales de la ACP entren en la Unión sin derechos de aduana y reciprocidad.
–
Iberoamérica y Asia. Los países disfrutan del sistema de preferencias generalizadas, que otorga a sus exportaciones un trato preferencial, y apoya a las integraciones económicas regionales. Con Iberoamérica las relaciones se estructuran alrededor de las reformas institucionales y el proceso democrático, la lucha contra la pobreza y la marginación social, y el apoyo a las reformas económicas. Y con Asia se basan en la nueva estrategia asiática, que tiene por objeto desarrollar las relaciones comerciales e industriales y reforzar la inversión, la cooperación entre las empresas y la investigación y el desarrollo.
–
Otros países subdesarrollados. La UE absorbe a la quinta parte de sus exportaciones, y, como contraprestación, las ayudas se orientan a la financiación de proyectos de desarrollo y ayudas alimentarias. En otros casos las relaciones son más estratégicas, centradas en el establecimiento y consolidación de regímenes democráticos, como ocurre con algunas de las antiguas repúblicas ex soviéticas.
–
Países desarrollados. La declaración transatlántica (1990) con EEUU refuerza la alianza política y estratégica en el marco de la Alianza Atlántica, y desde entonces la cooperación euro-americana se centra tanto en cuestiones estratégicas mundiales como en razones económicas, ya que la UE es el primer socio comercial de EEUU. Las relaciones con Japón van dirigidas a una mayor apertura del mercado nipón.
En la política exterior los acuerdos comerciales de primera generación, puestos en vigor desde 1988, han facilitado los intercambios y ayudas para la consolidación de los nacientes Estados democráticos de la Europa Oriental, que no se extendieron a la ex URSS (sustituidos por los acuerdos de nación más favorecida). Y la política regional externa con los países en desarrollo se inicia muy pronto, a través del FED (Fondo Europeo de Desarrollo) y del BEI. Las denominadas estrategias alimentarias se orientan a los países más pobres, al tiempo que conforman un instrumento para dar salida a los excedentes y así mantener niveles internos de precios. En definitiva, esas ayudas también constituyen una fórmula para hacerse o consolidar áreas de influencia frente al potencial económico estadounidense y japonés.
6. LOS INSTRUMENTOS Y POLÍTICAS SOCIOECONÓMICAS En la actualidad está integrada por veintisiete miembros: Alemania, Austria, Bélgica, Bulgaria, Chipre (sector griego), Dinamarca, España, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Hungría, Irlanda, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Malta, Países Bajos, Polonia, Portugal, Polonia, Reino Unido, República Checa, Rumania y Suecia (unos 530 millones de habitantes). Y además hay veinte territorios de ultramar ligados a la UE, que disfrutan de las políticas comunitarias: –
370
Franceses: Mayotte, Nueva Caledonia, Polinesia Francesa, San Pedro y Miquelón, Territorios Australes Franceses, Islas Wallis y Futuna. PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 11. Los países de la Unión Europea
–
Británicos: Anguila, Islas Caimán, Islas Malvinas, Georgia del Sur e islas Sandwich del Sur, Montserrat, Islas Pitcairn, Islas Santa Elena, Ascensión y Tristán da Cunha, Territorio Antártico Británico, Territorio Británico del Océano Índico, Islas Turcas y Caicos, e Islas Vírgenes Británicas.
–
Neerlandeses: Aruba, Antillas Neerlandesas (Curaçao, Bonaire, San Martín, San Eustaquio y Saba).
–
Groenlandia, por sus especiales relaciones con Dinamarca.
Y el reflejo práctico de los diferentes tratados se encuentra en avances tan sustanciales como la libertad de circulación (mercancías, personas, servicios, capitales...), medidas fiscales comunes (IVA), mercado único con adopción de políticas comunes (agricultura, pesca, minería, transportes, comercio exterior...), complementarias (social, regional...), genéricas (ayuda al Tercer Mundo, promoción de la investigación...), etc. Los instrumentos son dos: los Fondos Estructurales y el Fondo de Cohesión. Los Fondos Estructurales se centran en dos objetivos básicos: –
Regionales: fomentar el desarrollo y el ajuste estructural de las regiones menos desarrolladas; reconvertir a las regiones gravemente afectadas por el declive industrial; fomentar el desarrollo rural facilitando el ajuste estructural de las zonas rurales; y fomentar el desarrollo y el ajuste estructural de las regiones con una densidad de población muy baja.
–
Comunitarios: combatir el paro de larga duración y facilitar la inserción profesional de los jóvenes y de las personas expuestas a la exclusión del mercado laboral; promover la igualdad de oportunidades para hombres y mujeres en el mercado de trabajo; facilitar la adaptación de los trabajadores a las mutaciones industriales y a la evolución de los sistemas de producción; fomentar el desarrollo rural acelerando la adaptación de las estructuras agrarias en el marco de la reforma de la política agrícola común; y en el contexto de la revisión de la política común de la pesca, fomentar las medidas de adaptación de las estructuras pesqueras.
Los Fondos Estructurales son cuatro: –
El FEDER, para financiar la ayuda estructural mediante programas de desarrollo regional, destinados a las regiones más desfavorecidas.
–
El FSE, el instrumento de la política social, que otorga ayudas a los planes de formación profesional, reciclado y creación de empleo, destinados a desempleados jóvenes, de larga duración, a grupos sociales marginados y a las mujeres.
–
El FEOGA, vinculado a la PAC.
–
El IFOP (Instrumento Financiero de Orientación de la Pesca). Desde 1994 agrupa a los instrumentos comunitarios relativos a la pesca.
El Fondo de Cohesión, creado en el Tratado de Maastricht, está orientado a fortalecer la cohesión económica y social, con los siguientes rasgos: ayudar a los países cuyo PIB sea inferior al 90% de la media comunitaria; conceder ayuda financiera a distintos proyectos ambientales o de infraestructuras de transporte; conseguir un equilibrio entre la financiación de ambos tipos de proyectos; hacer respetar las normas sobre competencia, medio y adjudicación de contratos públicos.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
371
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
BIBLIOGRAFÍA Bavoux, D. y Bavoux, J. J. (1997) “Les équipaments de transports européens: travaux et projets”. Annales de Géographie, Vol. CVI; pp. 218-228. Blotevogel, H. H. y Fielding, A. J. (Eds.) (1997) People, jobs and mobility in the New Europe. Strasbourg, European Science Foundation; 312 pp. Bras, H. LE (1996) Le peuplement de l’Europe. Datar-La Documentation Française, Paris. Campesino Fernández, A. (1996) “Escenario y tendencias urbano-territoriales en la Europa comunitaria de 2015”. En García, R. (Coord.) Programar la esperanza. El método prospectivo en los estudios sobre Extremadura. Junta de Extremadura, Mérida; pp. 93-98. Caravaca Barroso, I. y Méndez Gutiérrez del Valle, R. (1995) “La industria en la Unión Europea”. En Puyol, R. y Vinuesa, J. (Eds.) La Unión Europea. Síntesis, Madrid; pp. 141-182. Carroué, L. (1999) “Les systèmes productifs européens, nouvelles problemátiques, nouvelles méthodologies”. Méditerranée, N.º 3; pp. 21-26. Cattan, N. y Saint-Julien, T. (1998) “Modèles d’integration spatiale et réseau des villes en Europe occidentale”. L’Espace Géographique, Vol. XXVII; pp. 1-10. Cebrián Abellán, A. (1993) “Transportes y política regional comunitaria. El desfase en los niveles bajos de perificidad”. Papeles de Geografía, N.º 18, pp. 105-115. Cebrián Abellán, A. y Andúgar Miñarro, A. (2005) “Agricultura y ruralidad europeas frente a la neutralidad presupuestaria y el nuevo marco financiero”. Papeles de Geografía, N.º 39. Universidad de Murcia, Murcia. Cole, J. y Cole, F. (1997) A Geography of the European Union. Routledge, Londres. Conseil de l’Europe (1998) Evolution démographique récente en Europe. Paris. Decroly, J. (1997) “Les territoires démographiques de l´Europe: un diagnostic à la fin des années 80”. L’Information Géographique, Vol. 61, N.º 3; pp. 114-121. Dent, C. M. (1997) The European economy: the global context. Routledge, New York. Faus Pujol, M. C. (1995) “Changes in the fertility rate and age structure of the population of Europe”. En R. Hall y P. White (Eds.) Europe’s Population. Towards the next century, UCL Press, London; pp. 17-33. García Alvarado, J. M. y Sotelo Navalpotro, J. A. (1995) “Significado del sector servicios en los contextos geográficos europeos”. En Puyol, R. y Vinuesa, J. (Eds.) La Unión Europea. Síntesis, Madrid; pp. 183-269. Hudson, R. (1998) “Industrial restructuring in Europe: recent tendencies in the organization and geography of production”. En Unwin, T. (Ed.) A European Geography. Longman, Singapur; pp. 169-185. Jordán Galduf, J. M. (Coord.) (1999) Economía de la Unión Europea. Cívitas, Madrid; 577 pp. 372
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 11. Los países de la Unión Europea
Livi Bacci, M. (1998) “Abundancia y escasez: las poblaciones europeas en el cambio del milenio”. Revista de Occidente, N.º 200; pp. 43-72. López de Heredia, D. y Montoro, C. (1998) El envejecimiento de la población en la Unión Europea. Pamplona, Universidad de Navarra; 108 pp. López Palomeque, F. et al. (2000) Geografía de Europa. Editorial Ariel, Barcelona. Molina Ibáñez, M. y Rodríguez Pose, A. (1992) “Transformaciones agrarias en la Europa Comunitaria: efectos de la PAC”. El medio rural español: cultura, paisaje y naturaleza. Universidad de Salamanca, T. II, pp. 699-706. Monnier, A. (1997) “La construction démographique de l’Union Européenne”. Populations & Sociétes, Nº 330. Panadero Moya, M. y García Martínez, C. (Coords.) (1997) Migraciones extranjeras en la Unión Europea. Universidad de Castilla-La Mancha, Cuenca; 131 pp. Parant, A. (1997) “Le vieillissement démographique de l’Union européenne”. Population & Sociétés, Nº 321. Perotti, A. (1997) Migration et société pluriculturelle en Europe. L’Harmattan, Paris; 240 pp. Precedo Ledo, A. (1993) “Las políticas de desarrollo y renovación urbana en Europa”. Estudios Territoriales, Vol. I, N.º 98, pp. 579-597. Roca Zamora, A. (1997) “Las intervenciones en el sector industrial”. Economía de la Unión Europea. Civitas, Madrid; pp. 347-374. Serrano Martínez, J. Mª (1993) “Vertebración e integración del espacio europeo comunitario según su sistema urbano”. Boletín de la AGE, N.º 17, pp. 141-166. Unwin, T. (Ed.) (1998) A European Geographical. Lorgman, Singapur.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
373
Tema 12 China: sociedad y economía
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
ÍNDICE SISTEMÁTICO 1. INTRODUCCIÓN 2. LAS TRASCENDENTALES MUTACIONES DEMOGRÁFICAS Y SOCIALES 2.1. El Estado hidráulico como modelo de organización 2.2. Los caracteres demográficos y las mutaciones recientes 2.2.1. Un crecimiento condicionado por el control de la natalidad 2.2.2. Los drásticos cambios sociales 2.2.3. Las transformaciones urbanas 3. LA ECONOMÍA AGRARIA: EL SUSTRATO NACIONAL 3.1. Los cambios del socialismo: de los tres niveles al sistema de responsabilidad 3.2. La diversificación de la producción y las regiones agrícolas 4. LA MODESTIA DEL RESTO DE SECTORES Y SU TRANSFORMACIÓN 4.1. Las bases del nuevo proceso 4.2. La irradiación de las fórmulas empresariales 5. LA SEGUNDA REVOLUCIÓN Y LAS CUATRO MODERNIZACIONES ECONÓMICAS 5.1. El sistema maoísta 5.2. Las razones para el cambio de modelo 5.3. Las Cuatro Modernizaciones 5.4. Los efectos indeseados de la reforma 6. DE LOS ANTECEDENTES A LAS ESTRATEGIAS RECIENTES: LAS ZEE 6.1. El sistema de puertas abiertas: las Zonas Económicas Especiales 6.2. Las consecuencias económicas directas 7. LOS DESEQUILIBRIOS SOCIOECONÓMICOS DE LOS TERRITORIOS 7.1. Antecedentes y consecuencias 7.2. Una estructura socioeconómica regional desequilibrada 7.2.1. Las economías marginales en las regiones periféricas 7.2.1.1. La Mongolia interior 7.2.1.2. El Sinkiang Uighur o China del Noroeste 7.2.1.3. El Tibet 7.2.2. Las economías vitales en las regiones centrales 7.2.2.1. Manchuria 7.2.2.2. La China del Norte 7.2.2.3. La China Central o del Yang Tsé Kiang 7.2.2.4. La China Meridional BIBLIOGRAFÍA 376
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
1. INTRODUCCIÓN Con 9,6 millones de kilómetros cuadrados China dispone de dos grandes espacios, el útil y el no útil. Con una densidad media de 139 hab./km2, alrededor de un tercio del país son altiplanos, una cuarta parte mesetas, una quinta son cuencas, y una décima está abarcada por colinas y llanuras, respectivamente, con el consecuente dominio de las alturas al oeste y de las áreas bajas al este. El país está dividido en dos grandes ámbitos: las tierras interiores, con una altitud media de unos 1.500 metros, y las tierras bajas, el oriente, ahora con unos 900 metros. Ello representa que cuatro quintas partes del territorio están por encima de los 500 metros, una altitud que determinará, de un lado, la extensión de las zonas yermas (más de la mitad del país es árido y semiárido, la occidental, la denominada China no útil), y, de otro, la dificultad del trazado de la imponente red hidrográfica. China meridional dispone de un clima monzónico (el estival aporta al sudeste unos 3.500 milímetros), mientras en el resto es continental. De manera que el mayor contraste se da entre el este húmedo y subhúmedo (monzón oriental) y un resto árido y subárido. La densa red hidrográfica está presidida por el Yang Tsé Kiang, con más de dos millones de km2 de cuenca vertiente y 5.500 kilómetros de longitud, que es capaz de aglutinar en sus márgenes al más denso poblamiento de China, y a uno de los más notables del mundo. Pero acompañado por el Sikiang, muy caudaloso, a pesar de ser fuertemente sangrado para el regadío, y el Hoang Ho. Por tanto se está hablando de un país con notables imposiciones del medio, a excepción del agua, alrededor de la cual se ha organizado la sociedad, la economía, y hasta el sistema político.
2. LAS TRASCENDENTALES MUTACIONES DEMOGRÁFICAS Y SOCIALES 2.1. El Estado hidráulico como modelo de organización China supera los mil trescientos millones de habitantes, la inmensa mayoría de los cuales son han (de ahí que el idioma nacional, el gwoyu, una variante modificada del dialecto de Pekín, sea el más hablado en el mundo), con un escaso porcentaje (7%) distribuido en las regiones exteriores (zhang al sur, quigurs turcos al oeste, yis y miaos tibeto-birmanos al suroeste, tibetanos al sur, y mongoles, manchúes y coreanos al norte), debido a la altitud, la pobreza de los suelos y los climas rigurosos. El reparto prácticamente permanece inmutable desde hace siglos, a excepción de Manchuria, poblada en el siglo XX. El oriente, la GEOGRAFÍA E HISTORIA
377
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
región de climas lluviosos y atemperados, concentra al 90% de la población, y el oeste, la región pobre, que abarca a casi dos terceras partes del territorio, alberga a menos de cien millones de personas, la mayor parte de las minorías. China acapara más de la sexta parte de la humanidad, una inmensa masa demográfica concentrada sobre un espacio limitado por las adversidades, sujeta al modelo de los denominados Estado-Continente tradicionales (China y la Unión India), impuesto por las fuertes concentraciones de población, un fenómeno antiguo. Y precisamente la antigüedad, junto a la unificación cultural, ha sido un elemento común, si bien los dos gigantes asiáticos han dispuesto de diferente formación, con la diversidad de China sometida por un Estado centralista, mientras en la India el sistema se ha acomodado a largos períodos de fragmentación y reunificación, más el dominio de potencias extranjeras, que China no ha conocido en la misma medida. Se trata de dos modelos típicos del despotismo oriental, con un Estado centralizado y autoritario, impuesto y necesario para el control del agua, fundado en las condiciones de producción en relación con el medio, y reflejado en las denominadas monarquías hidráulicas, donde las técnicas agrícolas y las estructuras de poder se han condicionado mutuamente. El país presenta la oposición clásica entre una China útil, la oriental (con fuertes concentraciones de población), y otra interior, sobre las altas montañas y las plataformas áridas (que hacen descender a la población). En algunos sectores se alcanzan densidades superiores a los 700 hab./km2 (llanura Norte, vega del Yangzi, deltas de Sichuan y Zhu, valle del Xi, al sur, y llanuras nororientales), unas concentraciones sólo explicables por la existencia de un medio natural compatible con la actividad agrícola continuada: altitudes moderadas, llanuras amplias, formaciones aluviales fértiles, áreas de deltas técnicamente susceptibles de ser sometidas por el hombre, grandes cursos fluviales, veranos cálidos, lluvias abundantes, etc. Pero no son condiciones necesarias, porque también se observan fuertes densidades en algunas regiones áridas (Cuenca Roja) o frías (China interior o Manchuria), explicadas ahora por la evolución histórica, con pueblos relegados que se han amoldado a unos territorios adversos, o por condiciones ambientales especiales. En general, las grandes densidades vienen esclarecidas por la conjunción de dos elementos: – –
Una cultura de regadío para la explotación ricícola (que impuso un sistema de control del agua y la movilización de una gran cantidad de fuerza de trabajo para su aprovechamiento, el objetivo de la producción masiva). La cobertura de las necesidades alimentarias básicas.
Es un sistema económico edificado por el Estado, quien controla la producción, proporciona la seguridad, facilita el crecimiento demográfico, permite el desarrollo de la fuerza de trabajo, y garantiza el suministro alimentario.
2.2. Los caracteres demográficos y las mutaciones recientes 2.2.1. Un crecimiento condicionado por el control de la natalidad Al finalizar el imperio manchú no superaba los 400 millones de habitantes, y en la década de los años treinta de la pasada centuria aún no alcanzaba los 500, con lo cual la transición demográfica se ha desarrollado paralela a la del mundo subdesarrollado. 378
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 12. China: sociedad y economía
La bifurcación en la tendencia entre China y la India tiene un corte ideológico, con similitudes ya muy lejanas debido a la política socioeconómica seguida por ambos Estados en el último medio siglo. Entre finales de la década de los años cincuenta y principios de los sesenta se da una drástica disminución de los nacimientos, compaginada con el ascenso de la mortalidad, que arroja un crecimiento natural negativo. Luego vendrá una recuperación posterior, que entre mediados de siglo y de la década de los años ochenta logrará doblar a la población. En 1949 tenía 542 millones de habitantes, en 1965 eran 725, diez años después 924, una década más tarde 1.050, y en 2005 ya son más de 1.300. Durante la última década los mayores incrementos se han experimentado en el sureste y en el espacio circundante a la capital, junto con los sectores occidental y tibetano, seguidos de una orla que circunda al centro del país, mientras el norte ha permanecido más estancado. En la década de los años cincuenta Mao sostenía la idea de un crecimiento demográfico tolerable, siempre que la población lograra estabilizarse en torno a los 600 millones de personas. No obstante, como el auge se despegaba de las previsiones emprendió la política de regulación de los nacimientos, pronto abandonada en aras del relanzamiento económico nacional contemplado en el Gran Salto Adelante. Se instauró el Plan de Salud Pública para eliminar la práctica genocida con las niñas (una raigambre histórica) y reducir la mortalidad, lo que representó un auge de las tasas de crecimiento natural, y la posterior difusión de los métodos anticonceptivos como medida directa para su control. Pero también de otras indirectas, como la concesión de parcelas estándar a las familias, con independencia del número de componentes, el establecimiento de una edad media al matrimonio (20 años para el hombre y 18 para la mujer, que luego sería ampliada a 25 y 23 en las áreas rurales y a 28 y 25 en las ciudades), el trabajo bien remunerado a las mujeres, una tasa de mantenimiento de salud para la familia hasta que el hijo alcanzara los 14 años de edad, un plus en la puntuación del trabajo rural, unos subsidios mensuales unidos a los beneficios adicionales en la adquisición de los productos directos estatales, la persecución fiscal a las familias, y la más drástica, la difusión del aborto. Era la política del hijo único, cuyo control se dejó en manos de los colectivos rurales y urbanos, los encargados de estandarizar a los matrimonios tardíos, y que ha logrado colocar al país como primero del mundo en la aplicación de técnicas contraconceptivas. Dicha política permitió en la década de los años setenta una bajada a la mitad de la tasa de crecimiento natural, pero también se introdujo una distorsión por sexo en la proporción de nacimientos (que encuentra su razón en costumbres históricas nocivas para las mujeres), que ha pasado de la estándar (100 mujeres por cada 105 varones) a 100/115, con la consecuencia de la acumulación de más de treinta millones de hombres solteros. En la cara opuesta se aprecia una muy notable reducción de la mortalidad, especialmente de la infantil (un 250% desde mediados del siglo pasado), y una prolongación de la esperanza de vida, logros en los que ha tenido mucho que ver el hecho de haber alcanzado una alta relación de médicos por número de pacientes (uno por cada 600 personas), que le convierte en el país mejor dotado del mundo. El dominio de la cultura china ha impuesto sus pautas a las minorías (especialmente a 36 de los 55 grupos étnicos), a quienes se les ha reconocido autonomía en sus regiones, pero con la fórmula rusa, con cinco millones de chinos controlándolo todo. El Partido penetró, así, en todos los rincones del país, pero no consiguió vencer a las particulares formas de vida, aunque las minorías en lo fundamental debían adaptarse a las normas generales. De ese modo los patrimonios minoritarios no han corrido el peligro de ser absorbidos por la cultura china, e incluso con la apertura se tiende al retorno hacia ciertas formas de cultura tradicional. Lo evidente es que desde 1949 los pueblos minoritarios han doblado su población, un indicador muy válido para constatar que la política de control de natalidad o no ha GEOGRAFÍA E HISTORIA
379
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
llegado o les ha afectado con menor rigor. Incluso se ha comprobado que las restricciones familiares en el caso de minorías con población escasa se abandonaron muy pronto, lo que explica la pujanza demográfica que algunas han llegado a disponer, así como su vigorosa recuperación. En ciertas regiones autónomas se llegó a permitir durante la etapa maoísta el nacimiento de tres hijos por familia, y la edad del matrimonio se rebajó a los 20 años para los hombres y a 18 para las mujeres. En adelante, el panorama del crecimiento demográfico no se plantea claro, pues China cuenta con una población muy joven y con una extraordinaria fertilidad potencial, traducida en un crecimiento anual del 0,7%, superior a los diez millones de personas. A principios de los años noventa la cuarta parte de la población tenía entre 18 y 28 años de edad, lo que representaba un contingente superior a los 250 millones de personas, que actualmente ya ha subido a 325. Y ese incremento es coincidente con una cantidad de tierra cultivable per cápita que se reduce de manera continuada (aunque ya se ha había rebajado a la mitad desde la subida del maoísmo al poder), y con la circunstancia de que van quedando atrás las políticas de planificación en las áreas urbanas. No obstante, este auge no representa en sí mismo un problema social, pues la revolución maoísta ha conseguido tres objetivos básicos: –
Eliminar el hambre (una circunstancia enormemente representativa al tener en cuenta el volumen demográfico y la disparatada proporción de suelo no útil).
–
Solventar el problema de la vivienda, con la construcción masiva y promoción de bajos alquileres.
–
Alcanzar mayores logros en el campo educativo que en cualquier otro lugar del subdesarrollo (la educación ha afectado incluso a la población adulta, con la reducción del analfabetismo desde el 80% a mediados de siglo hasta el 14% en la actualidad).
Pero resta por solucionar el gravísimo problema de la población activa, de unos 750 millones de seres. La población urbana media aún es relativamente baja (39%), sobre todo al compararla con su entorno geográfico, con más de doscientas urbes que superan el cuarto de millón de habitantes acaparando a la cuarta parte de la producción nacional y a casi la mitad de la industrial. Los niveles de urbanización constatan las más altas tasas en el área de Pekín, tanto por la atracción ejercida por la metrópoli nacional como por el creciente fenómeno de las migraciones temporales. Pero sobre todo en la región oriental de Manchuria, donde se alcanzan tasas que desentonan del resto del país, debido tanto al dinamismo industrial como a un poblamiento reciente.
2.2.2. Los drásticos cambios sociales Algo más se ha movido en la sociedad china durante la etapa maoísta. Hasta la revolución la sociedad tradicional descansaba en las relaciones familiares a escala de la aldea, basadas en las normas éticas del confucionismo. Con una clara primacía del jefe de familia sólo los herederos varones eran los sucesores, los encargados de asegurar la perpetuidad del apellido, mientras las mujeres no tenían reconocido derecho alguno de tenencia y quedaban totalmente excluidas de la toma de decisiones. Una agrupación de familias formaba un clan, y una agrupación de clanes una asociación, concentrada ya alrededor de objetivos religiosos o comerciales. Era, por tanto, un sistema patriarcal y autárquico. Pero la mujer, 380
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 12. China: sociedad y economía
que sólo era valorada por su aportación al trabajo, con la implantación del socialismo maoísta adquirió responsabilidades familiares y prerrogativas sociales, y se reconoció su contribución económica, como miembro asalariado y contribuyente a la unidad familiar y al Estado. Bajo esta perspectiva el confucionismo fue totalmente arrasado. Pero también en otras, pues la revolución maoísta obtendría un notable éxito con la modificación del sistema aldea, con el cambio en la jerarquía social, pues la autoridad del varón más anciano sería trasvasada a un miembro más joven, modificando el nivel organizativo, e incluso las propias reglas del confucionismo. Resulta sorprendente que la aldea, la parte más tradicional y conservadora de China, haya sido la unidad que más haya participado de los cambios, aunque los verdaderos agentes de la modernización han sido las ciudades, donde los barrios y distritos han funcionado como unidades sociales capaces de proporcionar todos los servicios. En los últimos años las mutaciones pueden ser calificadas de excepcionales, no sólo las lógicas del paso de una sociedad agraria hacia otra industrial, y de una rural hacia otra cada vez más urbana, pues el marxismo-leninismo-maoísmo, hoy muy modificado, busca la aceleración del crecimiento y una apertura cada vez más amplia al mundo occidental. Y en esas transformaciones resalta el hecho de que desde 1987 se haya detectado un denso movimiento interno de población, antes prohibido. El dinamismo de las áreas de costa ha introducido una emigración cifrada en más de un centenar de millones de personas, que anualmente abandonan el campo para lograr empleo en las ciudades. Por ahora se trata de una oleada estacional, que desde enero se pone en movimiento fluyendo desde las provincias rurales hasta las prósperas ciudades costeras, y que se identifica con un excedente agrario (en 1970 la población activa que vivía y dependía del campo era del 82%, mientras en 1987 ya había bajado al 68%). Pero en algunas ciudades el flujo se transforma en definitivo, como ocurre en Pekín y Shanghai, debido a la amplia oferta de trabajo en la construcción. Y porque la inmigración rural nutre al boyante mercado de doncellas, el nuevo signo de distinción de la sociedad pudiente del país. Por último, además del hecho demográfico en sí, la creciente movilidad está erosionando los estrictos controles sociales que reglamentaban la vida de los ciudadanos, tanto que el Estado ha intentado atajarla sin conseguirlo (en 1990 disminuyó como derivación del plan de austeridad, que redujo el trabajo eventual, para volver a crecer después).
2.2.3. Las transformaciones urbanas La Revolución China pretendió incentivar el desarrollo de las ciudades intermedias sin abandonar el apoyo a las grandes industrias emplazadas en los gigantes urbanos costeros. Pero, en cualquier caso, fue el dinamismo de los grandes centros comerciales e industriales lo que provocó el masivo éxodo rural mencionado. Surge así un urbanismo típicamente ganglionar, espectacular en el valle del Yang Tsé Kiang, donde sobre unos 50.000 km2 se amalgaman más de setenta millones de habitantes. Y en Shanghai unas sesenta ciudades satélites albergan a la mitad de la población, en un área de unos 50 kilómetros. Sin embargo, este sistema de descentralización se basó en razones estrictamente sociales, convirtiendo en anárquico el proceso de distribución espacial de la economía. El método de interconectar las ciudades a distancias óptimas de Shanghai sirvió más a la población que a una irradiación económica racional. La fase de trasvase de la población desde la costa, cada vez más estrangulada por la congestión humana, hacia el interior fue paralela a la reforma socialista. Se pretendía crear una imbricación de todos los sectores productivos a través no sólo de trasvases de población, sino GEOGRAFÍA E HISTORIA
381
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
de la creación de lazos comerciales entre el campo y la ciudad. Pero el apoyo a la industria de los grandes centros urbanos hizo fracasar el propósito, por lo que ahora se ha pretendido descentralizar las funciones hacia las ciudades satélites y las pequeñas ciudades, sin olvidar que el objetivo no es social ni económico, sino evitar la congestión. Y también las ciudades experimentan cambios espectaculares, con un rápido proceso de urbanización que ha trastocado al tradicional sistema de las danwei, unidades de organización urbana alrededor de las cuales se desarrolla la actividad social y laboral. Poco a poco se rompen sus estructuras internas, las sub-danwei, así como las fórmulas de organización apoyadas en los comités de trabajadores residentes. Unas y otras van dejando de ser el nexo de unión entre el pueblo y el Partido, y hasta en las grandes ciudades han aparecido dificultades en la prestación de unos servicios que hasta ahora eran ofrecidos por estas células urbanas. El crecimiento espectacular de las empresas privadas también está acabando con el monopolio de los conjuntos urbanos organizativos del Partido, aunque aún componen la base para la integración de sus miembros en amplias regiones, sobre todo las interiores. La pertenencia se alcanza por nacimiento, empleo, petición o asignación, pero la flexibilidad permite que los trabajadores vivan fuera de estas células, hecho que ha introducido la novedad de las denominadas danwei flotantes, asentadas por los movimientos temporales de carácter laboral o migraciones económicas de los últimos años, un elemento confirmatorio de la mencionada tendencia. De los más de dos millones y medio de células, caracterizadas por el tradicional autoritarismo en el control, se ha pasado a la liquidación, aunque en muchas ciudades aún constituyen una piedra angular del funcionamiento, allí donde ha sido más difícil instaurar las nuevas medidas de apertura.
3. LA ECONOMÍA AGRARIA: EL SUSTRATO NACIONAL 3.1. Los cambios del socialismo: de los tres niveles al sistema de responsabilidad La historia de China es la de un pueblo creador de tierra, de paisajes agrarios, de tal modo que ha sido posible hablar de tierra china antes que de imperio chino. La construcción de diques, canales, presas, terrazas de cultivo, desecaciones, transformaciones de áreas estériles en productivas, etc., son la obra colectiva de un pueblo, a cuyo amparo surgiría un vasto entramado de unidades regionales: confederaciones fluviales, defensas estratégicas, áreas agrícolas, etc. La agricultura de este país ha conseguido incrementar sus producciones a partir de la incorporación masiva de insumos orgánicos y de una abundante mano de obra, y a través de sus rendimientos ha permitido el auge demográfico, pero alumbrando el denominado engañoso equilibrio de alto nivel, ya que a cada incremento demográfico sucedía otro de pobreza, que unido a una dependencia masiva de un campo con gran cantidad de absentistas, aparceros y pequeños propietarios, con excesivo fraccionamiento de la propiedad y abusiva presión humana sobre el espacio útil, propiciaría la instauración del sistema maoísta. Con él surge la etapa de la agricultura moderna, pues se plantea como meta la subida productiva y la mejora de los cultivos por medio de reformas agrarias, redistribuciones de tierras, conquista de otras vírgenes, modernización de los sistemas de riegos, mecanización incipiente... Con el tiempo consiguió que la producción del campo fuera acompasada con el incremento demográfico, pero con una rentabilidad todavía baja, como bien han probado las masivas importaciones de cereal australiano o canadiense. Pero en los años sesenta el país ya era autosuficiente, a pesar de que sólo la décima parte del territorio es rentable, unos noventa y cinco millones de hectáreas. 382
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 12. China: sociedad y economía
Así pues, el desarrollo agrícola reciente ha pasado por cambios drásticos. Desde la subida del maoísmo al poder hasta 1952 se ejecuta la denominada reforma territorial con la confiscación de tierras, y la consecuente redistribución apoyada en la fórmula de los equipos de ayuda mutua, que dividieron a los agricultores en grupos de trabajo. Hasta 1957, y coincidiendo con el primer plan quinquenal, la pretensión se centró en lograr la autosuficiencia productiva, e incluso excedentes que permitieran una atención industrial. La ligazón con el modelo marxista soviético explica que las afinidades y metas fueran parecidas, sobre todo en el férreo control gubernamental de la actividad (que llegó a suprimir el comercio individual). Al concluir el plan había más de tres cuartos de millón de cooperativas, con medio millar de personas por unidad. En efecto, en 1956 se crean las cooperativas socialistas, en las que participaba tres cuartas partes del campesinado, las encargadas de terminar con la propiedad de la tierra y los medios de producción. Se gestaron las comunas, integradas por cooperativas de producción, distribución y comercialización, cada una con una extensión de 150 km2, e integrada por el conjunto de aldeas de un territorio, hasta alcanzar los 15.000 miembros. En su interior los agricultores se organizaban en grupos y brigadas sujetos a las directrices laborales del órgano central del Partido, enclavado en el centro de la comuna. Se crearon sobre la base de la autosuficiencia productiva, y para lograrla cada familia formaba parte de una brigada, recibiendo contra el trabajo prestado una puntuación que después canjearía por producción real. Cuando el sistema no era de pago, del beneficio obtenido cada trabajador sólo dispondría de la parte correspondiente a la mitad, mientras el resto se destinaba a amortizar gastos. A partir de esos momentos los soviéticos abandonan a su suerte al modelo chino, que se ve obligado a buscar nuevas fórmulas, condensadas en el denominado Gran Salto Adelante, que pretendió elevar el número de comunas, reforzar el sistema de equipos y brigadas, e incluso restablecer una modalidad de parcelas de explotación individual. Poco tiempo después (1962) surgirá la denominada etapa del camino sobre dos piernas, que reorganiza a la economía tras el fracaso precedente. Primeramente se adoptó un sistema de remuneración por unidad de tiempo, y luego por tareas, que ya incentivaba a los rendimientos, incrementados con los procedentes de las parcelas de explotación individual. Así se iba sacrificando el colectivismo en favor del individualismo, que poco a poco superaba en rentabilidad al primero. Pero entre mediados de los años sesenta y setenta se desarrolla la Revolución Cultural, que propugnaba un incremento productivo sustentado en estímulos tanto ideológicos como materiales, con el choque de dos conceptos bien diferentes: el economicista, que buscaba el incremento de las cotas productivas, y el ideológico, con el propósito de consolidar el sistema. La pugna consiguiente descompuso al control efectivo sobre la productividad, finalizando el período con los resultados más pobres de toda la etapa maoísta. Y desde finales de los años setenta hasta la mitad del primer quinquenio de los ochenta se establece el sistema de responsabilidad, auspiciado por Deng Xiaoping y, sobre todo, por Zhou Enlai, con la descolectivización del campo y la introducción del sistema de alquiler de las parcelas y el de cupos de producción, por el que las familias campesinas entregan producto en concepto de imposición fiscal. Pero la política de Mao de llenar los graneros a toda costa introdujo inconvenientes graves, pues implicó la ocupación de todas las tierras, sin obtener el máximo provecho al arroz o al trigo en áreas no apropiadas. También se sentenció la producción animal (criar más de tres aves por familia llegó a ser considerado un reducto del capitalismo), y la maquinaria, considerada nociva porque quitaba trabajo. Desde entonces el modelo palió el hambre, pero estancó al campo, una situación que fue atajada entre 1979 y 1984, con el sistema de los tres niveles (comunas, brigadas y equipos de producción) puesto en cuestión, de tal modo que el denominado sistema de responsabilidad, su sustituto, ya conllevaba el alquiler de las parcelas a las familias, que debían vender una parte de la producción al Estado, y GEOGRAFÍA E HISTORIA
383
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
deducidos los gastos y el alquiler la resultante era el beneficio. La brigada de antaño pasaría a ser el pueblo, y la comuna una administración municipal llamada xian. Al principio los plazos de alquiler eran de tres años, pero al comprobarse que los agricultores no invertían, ante la inseguridad de renovación, se ampliaron a quince, e incluso los de terrenos hortícolas a cincuenta. Y aparecía la posibilidad de transmitir la concesión a los hijos, de alquilar más tierra de la necesaria, pudiendo subarrendarla o contratar braceros (siempre que el número no superara las siete personas), y hasta se eliminó las restricciones ganaderas y se auspició el intercambio mercantil. El nuevo sistema ha trazado, así, una distinción muy clara entre la propiedad de la tierra y su uso, de tal manera que mientras el Estado conserve a la primera el sistema de responsabilidad encaja dentro del maoísmo. Aparejada a la nueva dinámica los mercados libres se han difundido a una velocidad imparable, con tres fórmulas: –
Los adyacentes a los tradicionales, al objeto de captar compradores en masa.
–
Los surgidos al amparo de una demanda que no existía por la carencia de mercados tradicionales oficiales.
–
Los espontáneos, en las grandes áreas peatonales.
A diferencia de los oficiales son minoristas y ofrecen mayor diversidad de productos, al margen de unos precios libres. Por tanto, el nuevo modelo se ha fundado en unos objetivos marcados: la liberalización de las relaciones económicas agrarias, la modificación de las fuerzas del mercado con la movilidad en el trabajo, la incentivación a la productividad, y la apertura al exterior. No obstante, el sistema de responsabilidad también ha aportado rasgos negativos. Así, el VII Plan (1986-90) preveía reforzar la producción agroalimentaria, pero las fuerzas reaccionarias constataron que los agricultores sólo cultivan productos de fácil venta. También la excesiva fragmentación de la tierra. Para que cada familia obtuviera tierra de todas las calidades los campos de las comunas fueron divididos en gran cantidad de estrechas franjas, unas más próximas al núcleo poblado y otras muy lejanas, con una media de un quinto de hectárea, una superficie tan reducida que no permite ni organizar los cultivos ni obtener la rentabilidad deseada, porque la mecanización tampoco es viable. Y ha desaparecido la acción colectiva, hasta el extremo de que las tierras de regadío permanecen estancadas, porque han primado los intereses individuales sobre los proyectos públicos. Han surgido las disputas y las tensiones por el uso del agua, y hasta se ha consolidado una doble estructura organizativa, desde el momento en que en el interior del país subsisten las tradicionales mientras en las áreas abiertas se irradia la agricultura familiar de iniciativa individual. Los maoístas ortodoxos consideran estos cambios como una traición al socialismo, como el detonante de la irradiada corrupción, y como los causantes del excedente de mano de obra rural, unos 225 millones de agricultores, el responsable de los movimientos internos de población, uno de los mayores desafíos a resolver por el Estado.
3.2. La diversificación de la producción y las regiones agrícolas Tres cuartas partes de la población deben vivir de la décima parte de la superficie, porque la tierra cultivable por habitante es un tercio inferior a la media mundial. Pero también es cierto que casi la mitad de la superficie cultivada es de regadío, y que la mecanización en el norte ya ha permitido rendimientos altos, muy superiores a la media nacional. La 384
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 12. China: sociedad y economía
actividad ganadera domina en el norte y el oeste (la mitad del país, la práctica totalidad de las tierras interiores más la región de clima manchú), mientras las regiones arroceras son las del sur y este, y la triguera de secano el norte (con mijo y sorgo). La doble cosecha sólo se obtendrá en valles intermontanos costeros meridionales y en la región sujeta al influjo monzónico, con una extensión dos tercios inferior a la de cultivo único. Y conforme se avanza hacia el centro se irradian cultivos como té, caña de azúcar, legumbres (obtenidas en parcelas de explotación individual, a imitación de los dior soviéticos), que han abarcado la décima parte de la superficie arable. Tres son las grandes regiones agrícolas: –
Este y Noreste, con más de la mitad de las tierras de cultivo, un tercio de la producción alimentaria, otro tanto de la población activa, y de la rentabilidad ganadera.
–
Sureste, no muy alejada en significado de la precedente, y donde la ricicultura proporciona un elevado porcentaje de la más alta producción alimentaria total, conseguida en esta región por la mayor proporción de activos, que también aportan más de la mitad de la ganadería porcina y bovina.
–
Oeste, con un marcado significado ganadero, especialmente de ovinos. Este y Noreste
Sureste
Oeste
52,0%
44,1%
3,9%
6,2
93,3
0,5
Prod. alimentaria total
35,8
61,2
3,0
Algodón
57,0
39,5
3,5
Bovinos
30,1
53,6
16,3
Porcinos
31,5
67,7
0,8
Ovinos
36,2
8,1
55,7
Población agrícola
35,1
63,0
1,9
Tierras cultivadas Ricicultura
El sureste es el sector ricícola, pero presenta una deforestación muy acusada que agudiza la erosión, y hasta padece los excesos de unos aportes orgánicos y minerales que han salinizado los suelos. El centro es también una región triguera, cultivo combinado con algodón, tabaco, maíz o tubérculos, que exigen más recursos al suelo de los que éste dispone, con la resultante de un agotamiento generalizado. El noroeste es una región triguera de oasis, aunque los cultivos rentables son el algodón y el maíz, de consecuencias edáficas peores. El noreste es el sector maicero, aunque se buscan alternativas en la soja, azúcar y hasta en el arroz. La región tibetana incluye a los tubérculos y a la ganadería de altura. Tanto la especialización por áreas como los nuevos métodos han conseguido que desde 1985 la producción haya alcanzado cotas que se esperaban para el año 2000. El Estado se ha encargado de fomentar la diversificación de los productos para evitar excedentes, limitar las importaciones, y hacerlos circular en el mercado interno, una política que ha permitido la extensión de algunos cultivos, como el algodón, que ya registra excedentes. Como derivación, los ingresos de los campesinos han aumentado en una cuarta parte. GEOGRAFÍA E HISTORIA
385
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
4. LA MODESTIA DEL RESTO DE SECTORES Y SU TRANSFORMACIÓN 4.1. Las bases del nuevo proceso Cuenta China con una base de recursos diversificada e importantes reservas que aseguran la autosuficiencia y la independencia, y que le permiten obtener notables divisas por exportaciones a Corea del Sur y Japón. Y además de abundantes se encuentran bien repartidas, muy especialmente sobre el territorio económicamente útil. Resalta el mineral de hierro de Hopei, y manganeso, molibdeno, estaño, mercurio, plomo, zinc, etc., más los recursos carboníferos al norte del Yang Tsé Kiang, en el sector limítrofe con el sur de Mongolia, que a pesar de representar algo más de la décima parte del territorio nacional alberga a tres cuartas partes de las reservas y abastece a la mayor parte del consumo interno. También proliferan las áreas petroleras, extendidas sobre una buena parte del país, incluida la región más occidental, que han permitido un incremento de la capacidad de refino, conseguida en los centros de Daqing, Shengli y Dagang. Con todo, las grandes reservas de recursos naturales se encuentran en la China no útil. El país se abre paso en el sector secundario con la industria textil, aprovechando su contacto con Occidente desde los puertos comerciales. Con anterioridad a 1949 la industria estaba concentrada en Shanghai, Tientsin, Cantón y Manchuria, una atomización a la que se unían la vulnerabilidad estratégica (como bien demostraron los japoneses) y el alejamiento a los grandes focos de las materias primas y recursos energéticos, e incluso respecto a la mano de obra y al mercado. A esas contrariedades se unió el que Mao quisiera ser el propulsor de la nueva industria china, para lo que contaba con tres innegables ventajas, que aprovechó: la abundante mano de obra, los excelentes recursos diversificados, y la ayuda soviética. En el I Plan Quinquenal completó las obras del noreste (las siderurgias de Penki, las centrales de Kirin y las grandes fábricas de mecánica de Shenyang), erigió nuevas actividades en el norte, noroeste y centro, e inició la ingente tarea de industrializar a un suroeste básicamente agrario. Su afán le llevó a incorporar a las industrias al campo a través de las cooperativas para el desarrollo de las áreas rurales. Puede decirse que toda su intención desarrollista se centró en la modificación y en la modernización más que en la construcción, o lo que es lo mismo, que centró sus esfuerzos en la mitad septentrional, y especialmente en el noreste, pero también en el noroeste, en los núcleos industriales de Sian y Lanchow, y en los campos petrolíferos de Gansu y Karamai. Pero no logró diversificar en exceso las concentraciones industriales, pues la mitad de la capacidad seguía instalada en las provincias costeras (Kiangsi, Hebei y Liaoning), valor que subía a dos tercios al añadir a Sicuani y Hubei. El II Plan Quinquenal fue un error, ya que pretendió seguir las pautas soviéticas pero sin su ayuda. A partir de 1961 el apoyo ya es decidido a las actividades agropecuarias, pero con ayudas divididas entre los grandes complejos y las pequeñas industrias rurales. Se favoreció la planificación de la agricultura, se colocó en segundo lugar la industria ligera, y la pesada pasó a tercer término. Incluso la producción industrial fue encaminada hacia la atención a la agricultura (abonos, insecticidas, útiles agrícolas…). Pero hasta el progreso industrial quedó sometido a controversia, tras instaurarse en 1966 el tercer plan, con una industria algodonera que padeció notables reveses, con notable incidencia de la Revolución Cultural. De manera que la obsesión por la cantidad también fue en perjuicio de la calidad. Por tanto, desde la subida al poder del maoísmo se establece una política de industrialización rápida sustentada en el modelo soviético, con fuertes inversiones en la industria de base, porque la URSS proporcionaba gran parte de la ayuda técnica. Pero a finales de los 386
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 12. China: sociedad y economía
años cincuenta surgen los problemas entre ambos países y la URSS retira su apoyo, hecho que obliga a China a modificar su estrategia, potenciando la industrialización del interior para evitar los fuertes desequilibrios con la costa, y de paso abaratar las actividades acercándolas a las materias primas. El fracaso en la calidad de los productos se incorpora con el período del camino sobre las dos piernas, que aprovecha conjuntamente las pequeñas y las grandes unidades de producción, una política industrial dual. El letargo en que estaba sumida la industria requería de una modificación tan sustancial como el campo. Y el desfase se corrigió en parte en 1978 con el relanzamiento de las industrias ligeras, que ofrecieron un notable despegue al empleo y al mercado. Pero se mantenían estrangulamientos (industrias energéticas, transportes, y telecomunicaciones), que impedían atender a la demanda. Por ello en 1985, y tras varios intentos fallidos, se desplazan las innovaciones a las ciudades, donde residían ochenta millones de activos industriales, que propiciaron la consolidación de la producción de automóviles, acero, cemento, hidrocarburos transformados...
4.2. La irradiación de las fórmulas empresariales Junto a la situación del campo la industria era otro de los síntomas más claros de la ineficacia de un sistema económico regido por principios ya no válidos. Por ello, y ante la escasa probabilidad de que el Partido cediera competencias, y de que la propiedad pública fuera sustituida en la industria, se optó por modificar el sistema de gestión, concediendo más autonomía a las empresas. Era preciso eliminar tanto al complejo sistema como a su rigidez, con empresas estatales en dos conjuntos vinculados de jerarquías, del departamento y regional (ésta con tres niveles –provincial, urbano y de distrito–), y un control que seguía varias tutelas y directrices, a pesar de ser centralizadas, sin contar con el burocratismo exacerbado. Uno de los derechos establecidos con la reforma ha sido la posibilidad de que la empresa conserve parte de sus beneficios para dedicarlos a la ampliación de la producción, y la de producir bienes sobrantes para destinarlos al mercado. Por último se ocupan del comercio de exportación, y conservan parte de sus ingresos para importar tecnología y materiales nuevos. Todo ello unido al cambio en las subvenciones estatales, que ahora pasan a ser préstamos bancarios. Pero una de las mayores innovaciones, con ser importantes las mencionadas, es el derecho empresarial a despedir obreros, aplicado con cautela y en casos graves. Sin embargo, el sistema inicialmente no ofreció los resultados esperados, porque las empresas de menores rendimientos tenían las mismas posibilidades de conseguir idénticos objetivos que las más productivas. De ahí que en 1980 ya pudieran conservar todos sus beneficios, pero asumiendo todas sus pérdidas. Las fábricas trasvasaban parte de sus beneficios al Estado en forma de impuesto sobre la renta, lo que ya significaba que las ineficientes iban a la quiebra y sus empleados al paro, una situación regulada en 1986 con la promulgación de la ley sobre bancarrotas. La aplicación del sistema campesino de contratos trajo problemas insuperables en el sector industrial, pues los elementos productivos de una cadena fabril no podían ser repartidos como trozos de tierra. Y, además, era muy difícil decidir sobre la división justa de los ingresos cuando el esfuerzo correspondía a muchos. Para solventar esas cuestiones se optó por trasvasar la propiedad estatal del capital inactivo a los trabajadores por medio de acciones limitadas, generando un cambio tan drástico que minaba al socialismo como ideología y modelo económico, ya que el dinero invertido en la empresa pasaba a ser un signo de seguridad en el empleo, de mayor productividad, y de movimiento monetario. En 1986 entraron en vigor los sistemas de contratación, con el trabajo sometido a las fuerzas del mercado. GEOGRAFÍA E HISTORIA
387
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
De un lado, el sistema de mercado ofrece ya cada vez mejores productos y más calidad, pero, de otro, los precios aún están controlados por el Estado, con lo cual la inflación opera negativamente al no incentivar al nuevo sistema. Y, además, se han consolidado feudos administrativos y empresariales que únicamente se preocupan de su sistema y se olvidan del entorno y de su ámbito productivo. Y el Estado responde fomentando la unión de empresas, con una repuesta diversa, aunque se han creado consorcios que desbordan las fronteras administrativas. Se intenta que el orden burocrático dé paso al económico, probablemente a través de la reorganización regional, ahora apoyada en el papel de las grandes ciudades.
5. LA SEGUNDA REVOLUCIÓN Y LAS CUATRO MODERNIZACIONES ECONÓMICAS 5.1. El sistema maoísta Mao pasó de un radical igualitarismo a un economicismo a ultranza, e incluso en sus comienzos padeció las críticas internas hacia el modelo estalinista basado en un poder omnímodo, personalista, y hasta en el VIII Congreso Nacional del Partido Comunista Chino se recogieron ideas económicas opuestas. Desde entonces se dedicó a crear una nueva ideología, el maoísmo, sustentado en establecer el comunismo y después el desarrollo de las fuerzas materiales, cuando en realidad la pureza ideológica comunista indicaba que lo determinante en el progreso social son las fuerzas materiales, mientras el progreso se lograría en su desarrollo. Su ideario económico quedó reflejado en la idea el hombre es el factor decisivo, apoyándose en el esfuerzo militar desarrollado por las masas de obreros y campesinos en la guerra civil. Después, la revolución permanente, en la que las rupturas irían dando pasos a nuevas fórmulas comunistas. Concibió la ideología no como algo estático, sino muy dinámico y cambiante, pues la búsqueda del equilibrio entre las contradicciones internas del socialismo sería el motor de los cambios históricos, y no la aceptación única del purismo ideológico marxista. Luego, su particular concepto de la lucha de clases, que no era económico sino de comportamiento político individual. Para Mao la clase administrativa del comunismo era una facción privilegiada, como también los socialistas de fachada (que llegó a calcular en más de treinta millones), a los que sometió a una despiadada persecución, un argumento buscado para deshacerse de sus oponentes políticos. Por último, atribuyó la mayor importancia a las masas campesinas, porque su atraso era el mejor fermento para consolidar la revolución socialista. Todo este bagaje de ideas le condujo a una revolución permanente, que le llevó a un enfrentamiento con los ortodoxos, partidarios de un desarrollo de las estructuras productivas, porque la masa campesina no se encontraba preparada para realizar una revolución económica desde abajo. Se trataba, al fin y a la postre, de mantener el sistema importado de la URSS, que proporcionó, cuando menos, esperanzas a medio plazo. Y sus ideas más radicales las plasmó en el Gran Salto Adelante, que provocó una convulsión y una catástrofe económica, con explicación en la política voluntarista, más que en el abandono soviético y en las catástrofes naturales. Por ello, los moderados retomaron el poder, e introdujeron la lógica racionalista en la economía, con la que el país pudo despegar. Pero a partir de 1966 lanzó la Revolución Cultural, de devastadores efectos humanos (más de cien millones de personas se vieron afectados, directa o indirectamente, por persecuciones ideológicas), y que representó la casi eliminación ideológica de los ortodoxos. Con su muerte los pragmáti388
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 12. China: sociedad y economía
cos se refuerzan frente al radicalismo de la Banda de los Cuatro, pero lo hacen bajo nuevos elementos ideológicos, y con el convencimiento de una pérdida irrecuperable en el contexto productivo internacional. Eran conscientes del atraso de China con respecto al mundo avanzado, y la apertura se convertía no en una huida hacia delante, sino en una necesidad incuestionable. Los ortodoxos pasaron a reformistas, con las prioridades centradas en el fomento del consumo, la búsqueda de unas relaciones exteriores estables, y la cooperación económica con el resto del mundo. Pero hay un legado de Mao que todavía perdura, la unidad nacional y su representatividad externa. Introdujo una revolución de tipo nacionalista apoyada en el leninismo (porque el peso marxista fue más bien escaso), y en las tradiciones, y hasta en cierta medida se convirtió en el sustituto de los emperadores, en una figura capaz de aglutinar a las masas tras la azarosa historia vivida durante la primera parte del siglo. Como aquéllos, estableció a una minoría en el poder supeditada a una cúspide personalista, rasgos a los que el pueblo chino ha estado acostumbrado durante siglos. Por tanto, no puede hablarse con propiedad de un Mao, sino de una personalidad con dos ideologías: –
Una radical izquierdista, que aportó anarquía y desorden, pero que fue capaz de consolidar la unidad nacional. De esta línea poco queda en la China actual, a no ser la independencia y la consolidación de su papel internacional.
–
Otra, más pragmática, que consiguió logros económicos y transformó a China en una potencia regional adoptando el modelo soviético. De ella resta la base de la reforma como una necesidad, pero ahora sobre un sustrato de las fuerzas de mercado no incompatible con la movilidad ideológica propugnada por el maoísmo, que creyó, desde casi un principio, que el marxismo era refutable y mutable.
Tras la muerte de Zhou Enlai, en 1976, la Banda de los Cuatro fue acusada de conspiración y arrestada, y Deng Xiaoping rehabilitado, logrando consolidar su poder cuatro años, periodo que aprovechó para establecer el estatuto encargado de regular las joint ventures, y para hacer lo propio con la inversión extranjera, momento desde el cual las gestiones comerciales quedaban descentralizadas, un cambio que supuso el inicio de la prosperidad actual. Así pues, de la izquierda radical, sin apenas convulsiones, se ha pasado a un giro drástico a la derecha del Partido, que ha elegido, a la primera oportunidad, la vía económica del capitalismo.
5.2. Las razones para el cambio de modelo En 1981 nace una nueva etapa calificada por Deng Xiaoping como la Segunda Revolución, una clara desviación de la ortodoxia marxista que adopta lo útil del sistema capitalista. Su escaparate han sido los países de la Europa del Este, y ha resultado de sumo interés para gran cantidad de naciones subdesarrolladas del mundo, puesto que una de las rentas por habitante de las más bajas del mundo (inferior a la de Pakistán o Zaire) creaba un nuevo modelo saltando gran cantidad de etapas intermedias, y que en un tiempo récord ha alcanzado los 4.900 $ de renta, justo en el límite de la salida del grupo de países con renta baja y del paso a las rentas medias. Una de las razones del giro político es meramente económica: alcanzar un nivel de desarrollo similar al occidental para mediados de la centuria presente. Pero en el trasfondo se encuentra el desengaño aportado por un sistema confucionista de izquierdas que ha empleado décadas sin lograr avances equiparados con las necesidades de una población creciente. El III Pleno del Comité Central detectó en 1978 los avances conseguidos en otros GEOGRAFÍA E HISTORIA
389
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
modelos, especialmente los alcanzados por los pequeños enclaves asiáticos, y desaparecido Mao dos años antes era el momento de iniciar un cambio en los derroteros ideológicos. Y también constató que la hiperpolitización fue sólo superficial, porque el marxismo fue escaso, y también que la perdurabilidad de algunos elementos tradicionales siempre ha estado vigente (jerarquía, paternalismo estatal, escasa relevancia de las leyes...). Todo ello vino a dejar constancia de que la base confucionista nunca desapareció, pero también de que el pueblo chino estaba preparado, e incluso deseoso de cambios. Estas conclusiones fueron esgrimidas por los reformadores, que se sirvieron de la exaltación de los errores pasados para instaurar las innovaciones. Junto a esos elementos es preciso aludir a la figura del reformador, a Deng Xiaoping, un genuino representante del confucionismo-leninismo, o lo que es lo mismo, del pragmatismo liberado de la hiperpolitización. Caído y rehabilitado varias veces, se hizo con el poder tras el III Pleno del Comité Central y buscó el apoyo estadounidense para consolidar y aplicar sus ideas de apertura, pero sólo unas ideas socioeconómicas, nunca políticas, porque para él no eran acordes con la tradición china. Gobierno autoritario y paternalista, basado en la nítida separación entre gobernantes y gobernados, y ausencia de democracia son los caracteres del confucionismo chino que explotó, lo que ha representado, desde el principio, una reforma sin democracia.
5.3. Las Cuatro Modernizaciones Bajo el lema las Cuatro Modernizaciones (agricultura, industria, ciencia-tecnología y defensa) los dirigentes chinos han procedido al desmantelamiento maoísta, a la creación del socialismo con características chinas, que no tiene límites definidos ni fórmulas económicas precisas. Tanto es así que la imagen del cambio a menudo se desdibuja, con la tendencia reformista que abraza a las políticas liberales en un momento dado para retroceder después. Deng Xiaoping consiguió ir arrinconando a la vieja guardia, con el retiro de más de un millón de funcionarios del partido, en una maniobra política sin precedentes en ningún país (en 1983 dejó a 75 de los 656 cuadros del partido, y el número de ceses posteriores y renovaciones rebajó en diez años la media de edad de los cargos públicos). Además, se rodeó de otro tipo de dirigente, más joven y preparado, y con experiencia en cargos administrativos inferiores. La reforma llegaría pronto al ejército (con el retiro de 30.000 oficiales sólo en 1990). Es la política conocida como el reverdecimiento de los dirigentes, definida por pasos medidos (debilitamiento de los mandos militares, luego del Partido, administración, etc.), aunque no fueron sangrías al estilo de la Revolución Cultural, sino retiros subsidiados para evitar desórdenes y protestas, unas jubilaciones inteligentes, con remuneraciones superiores a las percibidas en activo, con lo cual no hubo respuestas negativas, salvo cuando los tradicionalistas (pero también reformistas) recuperaron posiciones en 1987, con Zhao Ziyang, sustituido al frente del gobierno por Li Peng. Con las manos libres pudo innovar en el mercado de trabajo. Con la planificación centralizada se estableció un sistema de asignación obligatoria de trabajadores, que apenas fue tocado a lo largo de los años ochenta. Una vez asignado el trabajador por el Estado a la empresa la fórmula de movilidad quedaba casi extinguida, una política encubierta de pleno empleo. Aquí la danwei (también una unidad de trabajo) es vital para entender el proceso laboral, una auténtica sociedad en miniatura que absorbe las prestaciones sociales, el mayor obstáculo para la introducción del despido. Pero la posterior adversidad de la administración ha sido solventada con algunas innovaciones, como el desarrollo de los incentivos a través de primas o gratificaciones, que alcanza ya a más de la cuarta parte de los salarios. 390
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 12. China: sociedad y economía
Además, ha aparecido la diversificación salarial, con más de una decena de tipos capaces de premiar la laboriosidad o el rendimiento, al margen de una masa salarial en razón de los objetivos conseguidos. Ahora, los trabajadores intervienen en la negociación de sus salarios, al margen de que las empresas occidentales hayan introducido también nuevas fórmulas. Otra modificación sustancial afecta a la dinámica de los precios, pues ahora se propicia que el mismo funcionamiento del mercado se haga cargo de parte de aquéllos, lo que implica la existencia de dos mercados: el subsistente estatal, y el novedoso regido por las leyes de la libertad de precios. En ciertos casos es libre toda la producción, y en otros la que sobrepase unas determinadas cuotas. La inclinación en una u otra dirección ha dependido de las tasas de inflación. Una segunda vía de la nueva política china afecta a la apertura exterior. A diferencia de otros momentos históricos se trata de una apertura voluntaria, en plano de igualdad con otros países, e impulsada por la necesidad económica. Se busca dinamizar al mercado interno mediante la introducción de innovaciones, ofreciendo al mercado mundial una masa consumista nada desdeñable. Del exterior se esperan tecnología, capitales, empresas, y métodos de gestión, y se ofrecen fuentes de ingresos, exportaciones masivas, mano de obra abundante, materias primas notables, etc. La apertura supuso, de entrada, un espectacular aumento de las importaciones (desde el inicio hasta mediados de los años ochenta se multiplicaron por seis), que hubo de reducirse para controlar el equilibrio de la balanza de pagos. Y el despegue fue vertiginoso con los países industrializados, con más de la mitad de las compras procedentes de Japón, EE UU, la Comunidad Europea, y también de Hong Kong. De ese modo, frente a la crisis y a la deuda acumulada por el mundo subdesarrollado este país aparecía como un mercado solvente (sin deuda externa debido a la endogamia económica) y de gran potencialidad, aunque a menudo se le achacaba no aceptar el sistema de licitaciones o concursos internacionales, que introduce la competencia entre los suministradores, y preferir la adjudicación directa o el concurso restringido. Desde el momento de la apertura más de veinte mil empresas se han beneficiado de esta iniciativa, que ha aportado tecnología, capital y mano de obra cualificada capaz de difundir los nuevos métodos capitalistas. Asentadas sobre las ZEE (Zonas Económicas Especiales), la parte china aporta los terrenos, la mano de obra y las materias primas, mientras la extranjera los capitales, la tecnología y las divisas. Una variante se encuentra en los créditos exteriores, con una muy generosa contribución japonesa, y muy cuantiosos los denominados créditos blandos, sobre todo los del Banco Mundial. Pero ante el crecimiento de la deuda con la apertura, y los replanteamientos de muchos países prestamistas tras los sucesos de Tiannamen (que representaron un freno temporal de la apertura), hubo de ser establecida una política restrictiva de las importaciones. Desde entonces, y en buena medida, las ayudas han ido condicionadas a la racionalización económica, que debía compaginar compras con ventas, razón por la cual las salidas han experimentado también un auge espectacular, multiplicándose por siete hasta 1990 (especialmente textiles, artículos y maquinaria de consumo). Con ello la balanza comercial ha logrado reducir su déficit, pasando incluso a superávit con muchos países, logrando así invertir la tónica histórica. Puede resumirse el proceso en la idea de que las reformas económicas han sido realizadas a pesar de la ausencia de una reforma política radical. Y además han sido un éxito, pues desde 1978 el PIB ha crecido a un ritmo del 8,5% anual, muy alto, e incluso en el período posterior a los sucesos de Tiananmen al 4,5%, para mantenerse después en el 9,3%. Pero también es cierto que cuando el Estado inicia las reformas no existía hiperinflación, no había que afrontar problemas de deuda externa, y el proceso se enmarcaba en un escenario de relativa estabilidad institucional. Y que fue ventajoso aplicar las reformas primero a la agricultura, un sector que requería de pocos cambios organizativos y que se prestaba GEOGRAFÍA E HISTORIA
391
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
a incrementos rápidos de productividad. Se eliminaron los obstáculos al desarrollo de los mercados locales y las unidades familiares pasaron a ser factores de decisión en lugar de las cooperativas. Y aunque los efectos de la revolución agraria no tuvieron otros tangibles a corto plazo sobre las condiciones de vida, sí contribuyeron a crear un clima favorable para otras reformas en distintas áreas. Asimismo es preciso aludir a la excelente disposición de la clase dirigente hacia los nuevos planteamientos pragmáticos, uno de cuyos exponentes máximos será la aceptación de unos métodos de reforma no convencionales.
5.4. Los efectos indeseados de la reforma Con la reforma la economía el país ha progresado excepcionalmente, con un crecimiento anual del PIB en 1993 que subió del 14%, por delante de cualquier país del mundo, un interanual desde 1992 que lo ha hecho a un ritmo del 9,3%, y un actual que lo hace por encima del 9%, con su reflejo en un índice de inflación muy controlado, del 1,2%. Pero también se han experimentado los denominados efectos indeseados con el liberalismo económico: desempleo, desequilibrios en la distribución de la renta, corrupción, una criminalidad económica (por desfalcos, sobornos, fraudes) que ha subido un 50%, etc. Hasta la educación ha pasado a un plano secundario, porque los precios de los colegios se han disparado y el profesorado busca actividades más lucrativas. Y el resurgir de tradiciones desterradas por el maoísmo, como los matrimonios arreglados. Asimismo, los desequilibrios económicos generados entre la masa social por el crecimiento sectorial de los salarios y el desempleo asociado al desordenado éxodo rural, pero también al urbano, que alcanza el 18%. Y con esos efectos se ha confirmado y asentado el sistema político en su carencia de respeto a los derechos humanos, con ejecuciones sumarias por delitos comunes como estafas o robos (sólo entre mayo y junio de 1990 más de mil), o la devolución de personas a sus lugares de origen para atajar a la movilidad económica interna (en 1987 unos 700.000 mendigos fueron detenidos y devueltos a sus hogares). Todos estos efectos indeseados han contribuido a explicar el descontento ante una situación que no ha cubierto todas las expectativas despertadas, con su plasmación en los sucesos de Tiannamen, que representaron un serio golpe a la reforma porque la oferta financiera internacional dejó de ser generosa, el afán comercial disminuyó, subieron los tipos de interés, surgieron las sanciones económicas, etc. El Estado se vio en la obligación de rectificar a la reforma para controlar los efectos indeseados, y desde entonces los objetivos clave se centraron en corregir el desorden económico, sanear el comportamiento empresarial, limitar la descentralización exagerada, y congelar las reformas en materia de precios y empresarial, por medio de un riguroso plan de estabilización que sometió a la inflación y consiguió transformar a la balanza comercial en positiva. Pero se trató de una actuación basada en la moderación, porque una reacción involucionista hubiera sido de efectos no imaginables para una sociedad ya contagiada del modelo capitalista. Ajustado el modelo, en adelante han pervivido serias dificultades para que se haya instalado una economía de mercado pura, y entre ellas las distorsiones económicas y un conjunto de subeconomías provinciales escasamente interrelacionadas, que desaprovechan las posibilidades que ofrece el macromercado potencial. Y lo más grave es que restan por definir cuestiones económicas vitales, como: la disciplina del mercado, la integración del mercado nacional, los claros desequilibrios entre oferta y demanda, etc. Y tampoco las autoridades invistieron al gobierno central de una responsabilidad suficiente para formular las políticas macroeconómicas, si bien el concepto de descentralización fue ampliado, hasta tal extremo que llegó a asentar la idea de que las políticas fiscales y monetarias deberían 392
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 12. China: sociedad y economía
ser determinadas por las entidades locales. Como consecuencia ha sido muy limitado el grado de responsabilidad sobre la política fiscal y monetaria que han tenido tanto el Ministerio de Hacienda como el Banco Popular, el central del país, con el mantenimiento del sistema bancario, constituido todavía por cuatro grandes bancos responsables de la agricultura, industria, construcción, y transacciones con el exterior, una situación que explica el desarrollo reducido de otros intermediarios financieros, y que el crédito bancario esté regulado por un programa central que establece la cuantía del crédito que puede concederse a cada sector y en cada provincia. Otro aspecto donde los progresos no han sido los esperados se ha identificado con las restricciones presupuestarias sobre las operaciones de empresas estatales. Aunque se benefician de subvenciones, una tercera parte ha funcionado con pérdidas, hecho que constata la aversión de las autoridades a permitir la quiebra de las no eficientes. Así pues, las omisiones no han proporcionado toda la eficacia debida al proceso de reforma. Se conserva la especificidad política (ideológica y administrativa, con una república socialista unitaria y multinacional, estructurada alrededor de veintidós provincias, cinco regiones autónomas y los cuatro grandes ayuntamientos de Pekín, Shanghai, Tianjín y Chongquín), y sobre ella se aplican transformaciones sucesivas, aunque sin cuestionarse la unidad del Partido Comunista Chino. Pero la economía socialista de mercado aplicada desde los años noventa continúa siendo dubitativa, porque por encima de ella se encuentra todavía un principio de aplicación obligada, el mantenimiento del orden en todas las facetas de la vida nacional. La explicación se encuentra en que la nueva vía consiguió inicialmente abrir varias fracturas, y luego agudizarlas, entre el mundo rural y el urbano, la espacial, con una China (la costera) y tres mundos (el centro, el sur y el oeste), y la social, con una décima parte de la población acaparando a buena parte de la riqueza. Así no es de extrañar que el mundo local se haya sublevado contra las autoridades locales, y el que el obrero lo haya hecho contra las empresas públicas, sobre todo con las abocadas a la quiebra. De ahí que el actual presidente Hu Jintao se haya impuesto acabar con el desorden y con los efectos indeseados aportados por la nueva economía. La enmendada Constitución (2004) ya prevé el acceso a la propiedad privada, una de las reivindicaciones sociales, aunque las novedades van referidas a reformas económicas, dejando de lado al Estado de Derecho, otra de las mayores demandas sociales. Al Estado le interesa el crecimiento económico, que se apoya en la demanda interior y en las protestas de sus socios comerciales por unas balanzas comerciales siempre favorables para China. Pero también en la dependencia de los créditos exteriores, que han llegado a alcanzar casi el 40% del PIB, dejando malparada a la solvencia de la banca china. Y las autoridades se han convertido en gestoras, pues el Estado se reserva el derecho de intervenir en las empresas ligadas al capital exterior, especialmente en Hong Kong, donde en 2004 se instauró la zona de libre comercio del país.
6. DE LOS ANTECEDENTES A LAS ESTRATEGIAS RECIENTES: LAS ZEE La ruptura chino-soviética, que comienza hacia 1956, se explica, entre otras razones, por la incompatibilidad entre Mao y Kruschev, ambos proclives a apartar a Asia, África e Iberoamérica del campo capitalista, aunque discrepaban sobre la forma. Los chinos querían multiplicar los regímenes comunistas, mientras los soviéticos preferían las revoluciones antiburguesas, aunque pronto acabarían por ser indiferentes a los intereses chinos, cancelando la cooperación económica y abandonando su apoyo al Gran Salto Adelante. Pero China estaba decidida a convertirse en una potencia, y en líder de los nuevos países GEOGRAFÍA E HISTORIA
393
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
independientes, aunque también jugó la baza del aislamiento, que luego le permitiría la readmisión en el seno de la comunidad de naciones. La distensión entre Mao y Nixon y la posterior inclinación prooccidental de Deng Xiaoping fueron los primeros signos de la nueva situación, caracterizada por la ayuda técnica y financiera, pero sin intromisión en el modelo político. La reforma y la apertura condujeron a China a una relación política más pacífica y estable en la comunidad internacional, y especialmente en tres frentes: la ya ex URSS, EE UU y el conjunto de Asia (sintomático este último caso, porque en el contexto asiático existía el temor al expansionismo chino desde el apoyo a las guerrillas y partidos comunistas del continente). Pero tampoco se trató de un cambio de la noche a la mañana, porque a principios de los años setenta se había iniciado una alianza con EE UU, o una alianza contra la URSS. Desde 1978 las relaciones con Japón también habían adquirido unas bases muy sólidas, hasta convertirle en uno de los socios comerciales principales. Actualmente se ha entrado en una fase de la política exterior menos condicionada por el dogma y más libre, ya que se ha descartado la postura maoísta de estar preparados para luchar, e incluso ya no es obsesiva la política nuclear, y, sobre todo, la economía se ha abierto, con lo cual sus relaciones internacionales se acoplan cada vez más a la dinámica mundial. La estabilidad interna depende del índice de apertura económica (la adición de las importaciones y exportaciones en relación con el PIB), que ha alcanzado el 40%, en lo que ha tenido mucho que ver el respaldo estadounidense al mantenimiento de la situación actual en el estrecho de Taiwán, y las garantías de la UE para evitar un referéndum en ese país sobre las relaciones con la China continental. Y también el papel de mediador con Corea del Norte le ha conferido una nueva responsabilidad internacional. Ha apaciguado las tensiones fronterizas con la India, tras su reconocimiento en 2003 de la soberanía china sobre el Tibet y de China sobre la India en Sikkin. Con el sudeste de Asia está estudiando la creación de una zona de libre comercio, tras la firma en 2003 de un tratado de cooperación.
6.1. El sistema de puertas abiertas: las Zonas Económicas Especiales El país dispone de un modelo que ha conjugado socialismo y capital exterior, aprovechando, inicialmente, el hecho de que fuera de sus fronteras vivieran unos veinte millones de chinos, que controlaban buena parte del comercio en sus lugares de residencia y que acaparaban las mayores fortunas del sureste de Asia. Este grupo ha contribuido de forma muy especial al desarrollo nacional, pues con su iniciativa y la ayuda de capitales procedentes de sus países receptores se han llegado a construir anualmente más de mil empresas, un capital que ha entrado por la zona franca de Shenzhen, frente a Hong Kong. Pero la adopción de un sistema de puertas abiertas se apoyó en varios objetivos: salir de la autarquía dinamizando a la economía, evitar el aislamiento internacional (tanto político como económico), y conseguir apoyos para recuperar la soberanía sobre Taiwán, Hong Kong y Macao. Pues bien, de todos esos frentes sólo le resta la recuperación de Taiwán. La apertura se concentró en cinco zonas especiales (junto a Hong Kong, cerca de Macao, y frente a Taiwán), con escasa población y superficie, que tenían por objeto compaginar el modelo socialista y el neocapitalista, solapando a los dos sistemas para que el trasvase de uno a otro se efectuara sin traumas sociales y económicos. Conseguida esa meta se fueron ampliando las zonas especiales a un conjunto de ciudades costeras (inicialmente catorce), elegidas y también estratégicamente situadas, coincidentes con los 394
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 12. China: sociedad y economía
grandes puertos comerciales, para que sirvieran de plataformas exportadoras y de focos experimentales de innovación tecnológica procedente de Occidente. En 1990 las características de las zonas eran las siguientes: Shenzen
Zhuhai
Shanton Hiamen
Hainan
Población en millones
1,02
0,19
0,06
0,37
6,54
Superficie en km2
327,5
121,0
52,60
131
3400
% de inversión extranjera
65,5
38,0
82
500
10,5
Número de firmas extranjeras
757
411
174
272
220
Fuente: L’Information Géographique, Vol. 56, N.º 2.
Aprovechando la corriente inversora de las multinacionales occidentales en los países subdesarrollados que ofrecían garantías y disponían de mano de obra cualificada y barata, la política de puertas abiertas ha permitido su implantación en las Zonas Económicas Especiales, también conocidas como islas de rendimiento. Creadas en 1980 fueron escogidas tras valorar su ya existente apertura al exterior, desde los puertos, con el citado objetivo de estimular inicialmente a las inversiones de los emigrantes chinos (que habían partido precisamente, y de forma masiva, de estos lugares), con la meta preferente de introducir empresas que incorporaran de modo intensivo la tecnología y el capital extranjero. Debían de ser un laboratorio donde se pusieran a prueba las reformas económicas y de gestión, para luego ir siendo transbordadas hacia el interior. La política de puertas abiertas tenía el objetivo de atraer a los chinos emigrados y a sus fortunas, y de aprovecharlos como profesionales. Las mayores concentraciones de emigrantes están enclavadas en el sureste de Asia, Singapur, Malasia, Indonesia y Tailandia. Y la ZEE de Hiamen fue concebida para ellos, una ciudad con larga tradición comercial con el resto del mundo que entró muy modestamente en la rueda de la apertura, en 1981, cuando contó sólo con veinte proyectos de inversión, si bien poco más tarde firmas de la envergadura de Standard Oil, Kodak o Sony ya la controlaban. Sin embargo ha resaltado la de Shenzen, un auténtico espectáculo surgido en menos de un quinquenio, ya que de ciudad arrocera pasó a ser no sólo un centro urbano, sino un arquetipo de la modernidad. Ha sido la mayor y más desarrollada de las zonas especiales, y su éxito inspiró a Xiaoping a abrir catorce ciudades más a las empresas extranjeras. En su concepción original debía establecerse una economía impulsada predominantemente por las inversiones y la alta tecnología extranjera, y basada en la fabricación acelerada destinada a la exportación. Pero este aspecto no ha tenido éxito, porque el desarrollo de estas Zonas ha sido posible gracias a las grandes transfusiones internas, mientras las extranjeras han procedido esencialmente de Hong Kong (en Shenzen el 80%). Probablemente la razón se haya encontrado en que las empresas occidentales han exigido mano de obra especializada, que en estas Zonas no existía con la cualificación deseada, y como consecuencia los productos fabricados no han reunido la calidad suficiente para competir con los ofrecidos por los dragones asiáticos, con lo cual su orientación hacia el mercado interior era obligada. Incluso la discrepancia entre lo que deberían ser las ZEE y lo que han resultado quedó plasmada en el denominado escándalo de Hainan, donde las empresas nacionales conseguían altos niveles de beneficios, que no llegaban a sus habitantes. El Estado concedió a la isla el privilegio de importación de bienes, y entre ellos los vehículos, que luego serían vendidos en el mercado chino a precios ocho veces superiores, una fórmula que originó el nacimiento de auténticas mafias. GEOGRAFÍA E HISTORIA
395
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
6.2. Las consecuencias económicas directas La vitalidad económica no sólo ha derivado de las facilidades otorgadas por China desde el desarrollo de la política de apertura, pues también el colapso económico de la Europa Oriental y la extinción de la URSS han desviado muchas inversiones hacia este país. Luego se añadió la recesión mundial, muy favorable para China, que se benefició de la obligación con que se encontraron muchos inversores occidentales de invertir en el exterior, y buscar mano de obra barata y mercados amplios, elementos que se daban precisamente en China. De ahí que ya en 1993 se aprobaran más de cuarenta y ocho mil nuevos proyectos de inversión, y que los extranjeros invirtieran tres veces más que el año precedente. Con el fundamento en todas las razones conjuntadas China se ha convertido en una potencia económica mundial desde el momento en que aporta el 12,5% al PIB planetario, y en uno de los socios mercantiles más importante y buscado, si bien es cierto que su posición en los indicadores del desarrollo humano aún le sitúan en una posición muy atrasada (111), y que su renta per cápita aún le coloca en los niveles de renta baja. Pero la máquina del crecimiento está concentrada en un sector, el costero, donde se encuentran las ZEE, un auge que se apoya en desórdenes productivos e injusticias laborales, con la proliferación de los sweatshops, o pequeños talleres sujetos a condiciones infrahumanas, tanto laborales como higiénicas, y a salarios ínfimos, pero que se han erigido en una de las bases de la eclosión económica. También se apoya en la carencia de innovaciones, pues los chinos se han convertido en los auténticos maestros del copyright, con falsas etiquetas que se extienden a todos los campos comerciales, pero muy especialmente al textil, que en exportaciones salta por encima de las cuotas de producción, por lo que muchos productos se etiquetan con marchamo haitiano o mongol y se comercializan a través de su conexión en ese tercer país. Puede sostenerse que la China del confucionismo ha ido desapareciendo, sustituida por la del materialismo. En la década de los ochenta la eclosión ya era relevante, cuando el comercio exterior se triplicó, pero a costa de que muchos trabajadores ya sintieran que se les estaba convirtiendo en un gran mercado para los productos japoneses, y en 1985 las reacciones derivaron de la comprobación de un balance comercial que se inclinaba excesivamente en favor de los nipones. Hubo que controlar las compras y relanzar las ventas de sus principales productos de exportación (materias primas, alimentos, productos textiles y armas), y más recientemente otros productos de exportación se han visto resentidos por la dinámica del comercio mundial, por el proteccionismo occidental, mientras en la correspondiente a muchos artículos se padece la fuerte competencia de los dragones asiáticos (Taiwán, Corea del Sur, Singapur). E incluso la mayoría de las relaciones comerciales con China siguen siendo una experiencia frustrante, pues los empresarios en muchas ocasiones se sienten desamparados ante la voracidad económica de los avispados inversores occidentales. Los medios para mantener la balanza de pagos estable son la emisión de bonos en el exterior, los créditos de ayuda, los ingresos por turismo, y sobre todo la inversión exterior directa a través de las empresas conjuntas y extranjeras: – Con acciones de interés variable. Se forma una sociedad limitada, cuyos socios nacionales y extranjeros comparten los riesgos y beneficios en proporción a su inversión. – Contractuales. Los extranjeros ponen la tecnología y el capital, y los nacionales la infraestructura y la mano de obra. Representan acuerdos libres, la fórmula más difundida. – Empresas totalmente extranjeras, confinadas a las ZEE, dedicadas a industrias ligeras, textiles y hasta turismo, cerrando las expectativas a otras más productivas o necesarias. 396
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 12. China: sociedad y economía
En adelante la apertura debe de reorientarse hacia múltiples frentes, hacia la integridad del término, pues los esfuerzos requeridos son múltiples, con el mejor exponente en que la población crecerá en 250 millones en los próximos quince años, mientras el PIB per cápita lo hará a ritmo más lento respecto a EE UU. 1990
2000
2020
2100
Población en millones
1143
1298
1558
2029
PIB per cápita (1990% 100)
100
150
347
14157
PIB per cápita (% del de EEUU)
3,5
4
8
24
Fuente: FOSSAERT, R. (1991).
7. LOS DESEQUILIBRIOS SOCIOECONÓMICOS DE LOS TERRITORIOS 7.1. Antecedentes y consecuencias El análisis histórico y el correspondiente al espacio chino son indisociables, porque sólo los acontecimientos pasados permiten descifrar los cambios de la red económica natural y sus consecuencias. Sólo así se pueden entender los ciclos de desarrollo y declive en el interior de las macrorregiones, lo que significa que la base regional se encuentra en la jerarquía de las historias locales y regionales. Son los ciclos históricos los que mejor han legitimado al espacio chino, los que explican los cambios de estado de las macrorregiones, fundamentalmente de las agrarias. La estabilidad de las regiones ha sido garantizada por la correspondiente de la economía, y ésta, a su vez, por la integración con sus cursos fluviales. Por tanto, se debe buscar la conexión entre el avance económico y la correspondencia con el medio, factores explicados también por los elementos históricos, condicionantes y condicionados por el control del agua, el sustrato de la economía. Así, la inercia del espacio es fruto tanto de los acontecimientos naturales como de los heredados. Hoy las claves de la regionalización nacional se encuentran en la herencia de las redes de comunicaciones y circuitos comerciales, de las redes hidráulicas y de los modos de operatividad con las tierras, de las especializaciones y concentraciones urbanas, más las tensiones entre las fuerzas locales y con el Estado central. Con la llegada del socialismo los planes quinquenales pretendieron limar las diferencias espaciales, aunque siempre les ha faltado una política coherente de planificación regional, sólo sustentada en el aprovechamiento de los recursos naturales. Un país variado en su morfología sólo ha conseguido concentrar sus contingentes demográficos en los grandes valles, en algo más de la décima parte del territorio nacional, con un peso demográfico sobre el territorio que se ha configurado como uno de los principales inconvenientes para desarrollar a las políticas planificadoras. Los primeros planes fueron concebidos a escala estatal, lo que fue en claro perjuicio de las regiones menos favorecidas. A partir de mediados del siglo pasado el país es fraccionado en seis grandes regiones, sustentadas en unos criterios geoestratégicos antes que económicos. Pero dicha regionalización, basada en la autosuficiencia, fracasó rotundamente debido a las claras disonancias entre los poderes provinciales y los regionales, y de éstos con el central. Luego, las grandes industrias comenzarían a ubicarse en los centros urbanos, trasvasando la capacidad inversora hacia el GEOGRAFÍA E HISTORIA
397
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
interior. Y en la etapa del camino sobre las dos piernas la política regional fue abandonada en beneficio de la productividad, y tras la ruptura con la URSS el suroeste se verá claramente beneficiado por estrictas razones de seguridad nacional. Con posterioridad los planes regionales han pretendido involucrar a todo el país, trasvasando fondos hacia las regiones dependientes del interior e industrializando a la periferia. Sólo la muerte de Mao traerá consigo un cambio, muy tardío y poco drástico: – Las áreas de costa, las más dinámicas, debían seguir ejerciendo su papel motor nacional. – Las de vocación extractiva deberían consolidar su proyección. Con ello el crecimiento regional volvía a quedar supeditado a intereses de Estado. El VII Plan Quinquenal (1986-1990) incardinó el desarrollo (económico, social, tecnológico, de recursos y ambiental), para lo cual se dividió al país en tres sectores según niveles de desarrollo: – La costa (para la modernización económica y la apertura al exterior). – El cinturón central (generador de materias primas). – El oeste (producción agrícola y minera). Cada región concentró planes parciales dirigidos a incrementar la tasa urbanizadora, pero controlando el incremento de las grandes urbes y racionalizando el de medianas, de tal modo que los gigantes urbanos pasarían a ser controlados directamente por el Estado. Pero la mejor aportación se centró en la posibilidad de que las provincias y las regiones pudieran elaborar sus propios planes de desarrollo regional. No obstante, los resultados fueron escasos debido a las tensiones interregionales, sobre todo entre las regiones abiertas a la economía mundial y las dependientes. Además faltaron fondos, y la poca consistencia inicial se confirmó con el paso del tiempo, como también el más decidido apoyo a la organización de las redes urbanas, en detrimento de las coherencias espaciales. A grandes rasgos la planificación de las producciones tampoco ha sido capaz de evitar los fuertes desequilibrios regionales tradicionales: – En el noreste predomina el secano, y sólo en áreas más húmedas el arroz y los tubérculos. Pero es la región industrial más importante del país, por la accesibilidad al carbón y petróleo, así como por la densidad del trazado de las vías férreas, hecho que se ha traducido en una mayor producción industrial por persona, superior a la media nacional. – En la región central los cereales y el algodón la convierten en una de las más fértiles del país, a lo que se une la proliferación de las actividades industriales derivadas. – A oriente lo harán los cereales, la horticultura y hasta la seda, y en la costa las actividades pesqueras y derivadas, mientras en Shanghai y Nankín es notable el desarrollo siderúrgico, así como los textiles, que transforman sus áreas de influjo en la cabeza productiva del país. – En el suroeste el retraso industrial es considerable a pesar de los recursos mineros e hidroeléctricos. –
Al mediodía el arroz y los cultivos tropicales constituirán la fuente de ingresos.
Como resultante las regiones ricas de Manchuria, los valles bajos y la costa contienen a la mayor parte de las quinientas principales empresas del país, mientras el cinco por ciento se instala en las seis provincias y regiones autónomas. Al este las vías navegables, férreas y de carreteras conectan una economía muy atractiva, donde se inscriben las ZEE. Hacia el oeste 398
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 12. China: sociedad y economía
el camión y la aviación son las vías de contacto, si bien la conexión de las redes ferroviarias con el Transiberiano ha sido retomada tras una treintena de años de abandono. También el nivel de vida crece en las áreas orientadas al sector servicios, mientras se estanca en el campo. Y la inversión extranjera va destinada preferentemente a actividades industriales.
7.2. Una estructura socioeconómica regional desequilibrada 7.2.1. Las economías marginales en las regiones periféricas Son las Regiones Autónomas, o periferia de China (Mongolia, Sinkiang Uighur, y Tibet), tanto en términos físicos como demográficos, históricos y culturales. Bordean los territorios propiamente chinos, desde el noroeste al suroeste, integrando al arco de las expansiones chinas tradicionales, donde el componente sínico fue siempre minoritario, con predominio mongol en el norte, turco en el oeste, e indio y birmano en el sur.
7.2.1.1. La Mongolia interior Toda Mongolia quedó bajo soberanía de China hasta comienzos del siglo XX, luego repartida entre la ex URSS, China y la propia Mongolia. Es el territorio chino asociado a las tribus mongolas, que ocupan casi medio millón de kilómetros cuadrados dedicados a la explotación ganadera nómada (con notable crecimiento de la cabaña, explicado por la demanda de lana por parte de la industria textil tradicional), con un componente básicamente rural de la población (unos seis millones de habitantes), supeditado al influjo del colectivismo chino. Las mesetas sur-orientales del desierto de Gobi son las que integran actualmente el territorio de la Mongolia Interior, una penillanura árida con aguas escasas, y sujeta a una intensa erosión eólica. Ha experimentado un notable despegue de la siderurgia al amparo de las riquezas carboníferas y férricas, aunque muy concentrado. Y algunas bolsadas de petróleo pueden ser interesantes a corto plazo para los grandes centros industriales de Hopei. En el desierto se encuentra el gran foco atómico de China, tanto por su posición estratégica frente a la ex URSS como por los ricos yacimientos de minerales radiactivos. Pero es una región dependiente de los fondos de desarrollo económico.
7.2.1.2. El Sinkiang Uighur o China del Noroeste Engloba a la región del Turkestán chino, con sólo seis millones de personas, la conocida como el medio oeste asiático, tanto por el anárquico sistema de organización como el proceso colonizador, convertida en vital tras el descubrimiento de ricos yacimientos de uranio. Es la provincia perdida de poniente, con una extensión de 1,6 millones de kilómetros cuadrados, emplazada sobre una meseta por encima de los mil metros de altitud y dividida en dos regiones naturales, Zhungaria, al norte, y Kashgaria, al sur, en el desierto de Takla Makan y la cuenca de Tarim. La complejidad del medio y el clima continental aclaran la desolación de un territorio que siempre ha dispuesto de una gran importancia estratégica tradicional, como ruta comercial, y más recientemente, durante la etapa de colaboración estalinista, porque aquí se instalaron las sociedades mixtas chino-soviéticas. El origen turco de la población es predominante, aunque supeditados a los chinos, cuya llegada respondió GEOGRAFÍA E HISTORIA
399
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
a la necesidad del control regional, pero sobre todo a la explotación de oro, uranio (que ha propiciado una notable actividad atómica), petróleo y cobre. Pero también se trata de una región sujeta a la fuerte dependencia de los fondos de desarrollo económico, desestructurada por la escasez de redes de comunicación con el resto del país.
7.2.1.3. El Tibet Es una meseta maciza situada entre los 3.000 y 4.500 metros de altitud, y por ello cuna de grandes ríos y sede de imponentes glaciares, con un clima muy riguroso en invierno, rasgos que le convierten en un territorio inhóspito, con sólo dos millones de habitantes, y cuya capital (Lhasa) sólo cuenta con 50.000. La población dominante es la tibetana, dedicada a una ganadería de montaña centrada en la explotación de muy pocas especies, entre las que resalta el yak. Es un ámbito teocrático budista, cuyas tareas absorben a la quinta parte de la población. El respeto de los países limítrofes al acuerdo de 1951, la Pacífica Liberación del Tibet, fue roto por China en 1959, que lo consideró como parte integrante de su territorio, si bien la razón era hacerse con su privilegiada situación estratégica. Luego, la llegada de los técnicos chinos del Partido acometió las reformas maoístas, distorsionando a parte de la vida del denominado paraíso perdido, de la república monástica.
7.2.2. Las economías vitales en las regiones centrales 7.2.2.1. Manchuria Es una llanura con más de un millón de kilómetros cuadrados, de clima continental riguroso (con heladas que duran más de medio año, y un suelo que permanece congelado en superficie), y con extensas masas de coníferas. Invadida por los rusos y luego por los japoneses debido a su posición estratégica y ricos recursos del subsuelo, el despoblamiento ha sido el rasgo distintivo tradicional. Cuenta con una población china mayoritaria, mezclada con pueblos circundantes (coreanos y mongoles), que ya alcanza los cien millones de habitantes, con un poblamiento disperso, y una economía basada en una agricultura de cultivos resistentes, cerealistas, y en la ganadería extensiva. Su riqueza esencial se centra en las reservas mineralógicas y energéticas, la base del fuerte desarrollo industrial emprendido por los japoneses durante su estancia. Después de la Segunda Guerra Mundial se relanzó a una importante industria siderúrgica y química, con el apoyo soviético. El centro regional es la ciudad de Mukden, rodeada de una corona de urbes industrializadas, y enlazada por el norte con Vladivostok, la gran ciudad rusa de la ventana al Pacífico, y con Pyongyan, la capital de Corea del Norte. El sector meridional costero está a expensas de los fondos de desarrollo económico, a pesar de contar con recursos petroleros, masas forestales preservadas, unos suelos poco castigados, una fuerte conexión con Hopei, Pekín y Kiangsu a través de una trama de centros industriales ubicados linealmente hacia el sur, y un notable desarrollo de fuerte componente siderometalúrgico.
7.2.2.2. La China del Norte Alberga a la tercera parte de la población nacional (unos 450 millones de habitantes), hecho que explica sus excelentes posibilidades agrícolas y mineras. Es la región de los loes amarillos, con sedimentos que llegan a alcanzar los cien metros de espesor, fáciles de ro400
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 12. China: sociedad y economía
turar y que retienen la humedad, pero con un clima continental, incluso extremado (al que se adicionan las crecidas de los ríos en la época de deshielo, que arrasan a buena parte de la llanura, a pesar de la cincuentena de presas construidas y de una red de canales que supera los ocho mil kilómetros). Su vocación es cerealista y algodonera, con un importante cinturón hortofrutícola en las proximidades de Pekín. Cuenta con abundantes recursos férricos que, junto a Manchuria, le convierten en un núcleo vital del país. Y de esta región parten los más importantes nudos de comunicaciones, que la unen con el Kazajstán, Mongolia, la península de Corea y con el Pacífico. La capacidad de atracción de Pekín desborda a los límites regionales, como ocurrirá también con la ciudad de Hsian. Dispone de un fuerte dinamismo económico basado en un conjunto de centros industriales próximos a la costa, enlazados con los manchúes y con el costero de Chiangsu, con el gran núcleo industrial en Hopei. Con excepciones, el territorio está integrado por las denominadas provincias ricas, aunque a occidente aparecen sectores dependientes de los fondos de desarrollo económico.
7.2.2.3. La China Central o del Yang Tsé Kiang Toda la actividad regional se ordena en torno a un río que dispone de 50.000 kilómetros de vías secundarias navegables, y por el que acceden barcos de gran calado cientos de kilómetros tierra adentro. Sus crecidas pudieron ser controladas parcialmente con las importantes obras hidráulicas construidas por los franceses, luego completada por los chinos. La Cuenca Roja recibe su nombre del color de los loes depositados, que permiten cultivos templados y tropicales (trigo en invierno y ricicultura en verano), tan fértiles que en regadío aportan dos cosechas anuales (de ahí que albergue a más de cien millones de personas), si bien las extensas estepas áridas y los paisajes arrasados impiden la ampliación de las áreas de cultivo. Pero la mayor parte de las provincias quedan enclavadas dentro de las deprimidas o dependientes de los fondos de desarrollo económico, entre otras razones por las deficiencias marcadas en comunicaciones, sobre todo hacia el oeste, donde las densidades demográficas se van diluyendo.
7.2.2.4. La China Meridional Se ordena en torno a los valles del Sikiang y Hoang Ho, con un clima tropical monzónico que aporta unas abundantes precipitaciones, que a su vez, permiten la irradiación de los dos cultivos prioritarios, el arroz y el algodón. Sector cárstico y de inundación, la rentabilidad se obtiene por la fuerte dedicación de la mano de obra, con la resultante de una productividad alta derivada de la doble cosecha anual de arroz, más la de remolacha y caña de azúcar. La falta de otras riquezas (cabe mencionar el carbón) ha sido subsanada con un tradicional comercio con Indochina. Aquí se encuentra la región autónoma de Kuangsi Chuang, de componente humano vietnamita, y que mantiene una larga tradición reivindicativa para incorporarse a su núcleo originario, una fuente de litigios permanentes con Vietnam. Como gran ciudad regional resalta Hong Kong, el gran puerto del Extremo Oriente, y también Cantón, aunque con un dinamismo diferente. Entre ambas son capaces de organizar la trama económica regional, especialmente tras su devolución a la administración china. Y cuenta esta región con unas Zonas Económicas Especiales que han aportado un notable dinamismo a un mercado muy amplio, ya que la región alberga a unos 600 millones de personas, y unos contactos fluidos con el exterior. Pero tres provincias próximas a la costa se encuentran entre las dependientes del resto, y otras dos de los fondos de desarrollo económico. GEOGRAFÍA E HISTORIA
401
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
BIBLIOGRAFÍA Banque de France (1989) “Un bilan de dix ans de réforme économique en Chine”. Problèmes Économiques, N.º 2144, pp. 6-10. Banco exterior de España (1986) La economía china: de la revolución a las cuatro modernizaciones. Servicio de Publicaciones, Madrid. Bianco, L. (1994) La Chine. Flammarion, Paris; 128 pp. Cartier, M. (1990) “Conditions technologiques, sociales et politiques de la croissance démographique chinoise”. En Gernet, J. Des labours de Cluny à la révolution verte, pp 43-61. Cebrián Abellán, A. (1994) “Un modelo para el Tercer Mundo: la Segunda Revolución china”. Papeles de Geografía, N.° 19. Universidad de Murcia; pp. 91-103. Chao Tai, H. (1989) Confucionism and economic development: an oriental alternative. Washington Institute Press, Washington. Enríquez de Salamanca, M. J. (1992) China. El País-Aguilar, Madrid. Fanjul, E. (1991) Reforma y crisis en China. Ed. Arias-Montano Editores, Madrid. Fossaert, R. (1991) Le monde au 21 siècle. Une théorie des systèmes mondiaux. Ed. Fayard, Paris, p. 367. Gentelle, P. (1996) “Crisis et mutations des agricultures et des espaces ruraux: le cas de la Chine continentale”. L’Information Géographique, Vol. 60; pp. 133-140. Gentelle, P. (1997) Chine. Peuples et civilisations. La Découverte, Paris; 187 pp. Hocquet, J. C. (1991) “Production du sel et changement technique en Chine”. Annals, 46, N.º 5, pp. 1020-1040. Larivière, J. P. (1994) Les chinois. Armand Colin, Paris; 176 pp. Larivière, J. P. (1996) “Quelle transition démographique en Chine?” Espace, Populations, Sociétés, N.º 1; pp. 153-160. Leeming, F. (1993) The changing geography of China. Blackwell Publishers, Oxford. Louapre, E. y Salvador, A. (1997) L’incroyable métamorphose de la Chine. L’Harmattan, Paris; 310 pp. Ma Mung, E. (1994) “Non-lieu et utopie: la diaspora chinoise et le territoire”. L’Espace Géographique, T. XXIII, N.º 2, pp. 106-114. Macdougall, C. (1989) “Les difficultés de la réforme économique en Chine”. Problèmes Économiques, N.º 2118, pp. 20-23. Perkins, D. H. (1992-93) “El enfoque gradual de las Reformas de Mercado en China”. Pensamiento Iberoamericano, N.º 22-23, T. II, pp. 121-154. Smith, J. C. (1991) China. People and places in the land of one billion. Westview Press, Boulder-San Francisco-Oxford. Shen, J. (1998) “China’s future population and development challenges”. The Geographical Journal, Vol. 164; pp. 32-40. 402
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 12. China: sociedad y economía
Tricart, J. L. (1988) “Nouvelle politique économique en Chine”. Annales de Géographie, N.º 354, París pp 181-187. Tricart, L. F. (1989) “Population, industrialisation et urbanisation en Chine”. L’Information Géographique, V. 53, N.º 5, pp. 185-194. Troillet, P. (1994) “Peut-on parler d’une diaspora chinoise?”. L’Espace Géographique, T. XXIII, N.º 2, pp. 97-106. Trolliet, P. (1996) Géographie de la Chine. Presses Universitaires de France, Paris; 128 pp. Wang, J. y Bradbury, J. H. (1986) “The changing industrial geography of the chinese special economic zones”. Economic Geography, Vol. 62, N.º 4, pp. 307-321.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
403
Tema 13 Japón y el área del Pacífico: desarrollo industrial y comercial
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
ÍNDICE SISTEMÁTICO 1. INTRODUCCIÓN 2. LAS GRANDES RECURSOS: LA POBLACIÓN, LA ORGANIZACIÓN Y LA ORDENACIÓN ESPACIAL DE LAS ACTIVIDADES 2.1. Las peculiaridades sociológicas 2.2. La orientación de actividades y la nueva trama espacial 3. JAPÓN MODERNO. DE LAS TRANSFORMACIONES AL ESTADO S.A. 3.1. Las etapas del desarrollo 3.1.1. Del modelo endogámico a la apertura y cooperación Estado-iniciativa privada 3.1.2. La Segunda Transformación: el alineamiento con Occidente y la política de ventaja comparativa 3.1.3. La Tercera Transformación: de Japón S.A. a motor económico mundial 3.1.4. Las contribuciones de las dos últimas etapas 4. LOGROS Y LÍMITES DEL NUEVO MODELO 4.1. Caracteres del ciclo reciente 4.1.1. El relanzamiento de la demanda interna 4.1.2. Los cambios en la política económica exterior 4.1.3. La internacionalización del yen 4.2. Los límites del modelo: la economía de la burbuja y la era Hei Sei 5. EL PODER EMERGENTE: LAS RAZONES DEL CRECIMIENTO IMPARABLE Y LOS FACTORES DEL CAMBIO 6. LA ECONOMÍA Y LOS TERRITORIOS 6.1. Hokkaido 6.2. Honshu 6.2.1. Tohoku 6.2.2. Chugoku y el frente de crecimiento 6.3. Shikoku 6.4. Kyushu 7. LA ESFERA DE COPROSPERIDAD Y LAS RAZONES DE LA EXPANSIÓN ECONÓMICA 7.1. La Esfera de Coprosperidad 7.2. Las razones de la irradiación económica por el Pacífico asiático 7.2.1. Las estrategias económicas de deslocalización 7.2.2. El modelo de los vértices de desarrollo 7.2.3. El modelo de desarrollo extremo-oriental y la revitalización de las ciudades-estado BIBLIOGRAFÍA 406
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
1. INTRODUCCIÓN Lo primero que llama la atención de Japón es una enorme capacidad productiva encajada en una reducida dimensión nacional (378.000 km2), y su individualización, la originalidad que introduce en el contexto en que se sitúa, incluso con la imposibilidad de compararlo con cualquier otro modelo existente del mundo desarrollado. Resalta, además, por varios rasgos: su conversión rápida en potencia económica universal, la concentración espacial de las actividades, la configuración de la mayor megalópolis del mundo, la regulación del crecimiento y la estructuración regional, la fuerte dependencia externa tanto en compras como en ventas, la posición líder en innovación tecnológica, la alta capacidad de penetración en los mercados mundiales, la favorable posición y capacidad de reacción ante las crisis económicas, el notable parecido con el resto asiático en algunos elementos frente a la creación de un modelo occidental a la japonesa, etc. Pero hay argumentos para aproximarse a la comprensión del modelo nipón: –
La superación del determinismo geográfico. Se ha convertido en el mejor exponente de que un país es algo más que la base de recursos, una sociedad y un sustrato histórico y político capaces de superar las contrariedades del solar. La regulación y programación de la riqueza y la acumulación social han sido las fórmulas más rentables para maximizar esfuerzos, mientras el Estado se convierte en uno de los mejores ejemplos de ordenación coherente del espacio en función de una lógica concreta de desenvolvimiento económico.
–
Socioeconómicos, con una brusca ruptura con el modelo feudal, y la escasez de traumas para controlar a su crecimiento demográfico, que contrasta radicalmente con la dinámica de los países del entorno.
–
La megalópolis, con un intenso desarrollo urbano fruto de la concentración de los efectivos humanos orientada por el Estado, hasta conformar la aglomeración de mayores dimensiones del mundo.
–
La versión japonesa del desarrollo, al compaginar tradición y modernidad, que permite hablar de una fusión del modelo keynesiano con la tradición sintoísta. Ha superado los modelos propios para despegar luego de forma autónoma, y de un período de plagio y dependencia ha llegado a otro de apertura al exterior, porque está a expensas de la economía del mundo.
–
La construcción de Japón S.A. Es el país no occidental encajado en el grupo de los más ricos, situado a la cabeza de importantes organizaciones financieras y económicas, hecho excepcional al contrastar esa circunstancia con su
GEOGRAFÍA E HISTORIA
407
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
menguada base de fuentes naturales, y explicado por el aprovechamiento de sus recursos humanos, mediante un método netamente empresarial (importar, transformar y expedir). –
La Esfera de Coprosperidad. Con Taiwán, Corea del Sur, Hong Kong y Macao (e incluso con las costas de China y hasta sectores de Malasia e Indonesia y Singapur) es la cabeza occidental en el Pacífico Asiático.
Japón debe muchos de sus logros al hecho de ser el exponente de una verdadera nacionalidad, definida por los siguientes rasgos: –
Pueblo histórico, dotado de unidad e instituciones permanentes.
–
Civilización, con clara comunidad de intereses, tanto endógenos como exógenos.
–
Mecanismos organizativos (unidad, consenso y tradición).
–
Exclusivismo insular, que le proporciona identidad doble:
–
*
Carácter diferencial en el contexto asiático.
*
Especificidad en las relaciones con Occidente y con su Esfera de Coprosperidad.
Socialización homogénea, fundada en tres frentes: familia, escuela y empresa.
Esos rasgos han explicado su transformación y su mantenimiento como sociedad industrial, plasmados en otras particularidades: –
Estrategias económicas peculiares canalizadas a través de los partidos, que han respondido a las expectativas económicas, con resultados espectaculares.
–
Modelo en permanente modificación, pero con escasas variaciones en la organización industrial y social, donde los individuos se implican en una tarea económicosocial común.
–
Un aparato, una sociedad sustentada en un tipo de organización tendente a la búsqueda de objetivos pragmáticos, como reflejo de unas elites políticas procedentes de las finanzas y de la industria.
2. LAS GRANDES RECURSOS: LA POBLACIÓN, LA ORGANIZACIÓN Y LA ORDENACIÓN ESPACIAL DE LAS ACTIVIDADES El origen del pueblo japonés es difícil de precisar, pero probablemente se encuentre en la sobreimposición de los yamato, a principios de la Era Cristiana, sobre el resto de tribus, a las que fueron absorbiendo. De ahí deriva la homogeneidad actual en casi todos los órdenes, pero especialmente los demográficos-sociológicos, y la orientación de sus actividades y la nueva trama espacial conseguida.
2.1. Las peculiaridades sociológicas Con una densidad media por kilómetro cuadrado de tierra disponible (sólo 80.000 km2 de llanuras) que sobrepasa las 1.600 personas, y con una general superior a los 337 hab./km2, los 128 millones de habitantes se reparten sobre un territorio de dimensiones 408
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 13. Japón y el área del Pacífico: desarrollo industrial y comercial
similares a Italia. Pero el reparto es muy desigual, la mejor prueba de las adversidades que aporta el medio, con las vertientes montañosas padeciendo densidades muy bajas debido a la escasa rentabilidad agraria, y un pobre papel agrario y ganadero (sólo un 1,2% del territorio dedicado a pastizal). Son hechos que agudizaron el éxodo rural en época muy temprana, que llegó a congestionar rápidamente a unas ciudades que comienzan su despegue con la Revolución Meijí. Herencia histórica es, también, el fuerte contraste entre el norte y el sur, con una línea divisoria que marca las diferencias de cultivos, el paralelo 37º. Por encima, unas densidades módicas vienen explicadas por la rigurosidad climática, y por debajo un clima subtropical aclara la congestión rural tradicional sobre las escasas llanuras existentes y los focos urbanos más desarrollados, los auténticos imanes para la población nacional. Más recientemente el avance económico ha creado fuerzas centrífugas y centrípetas, generando una auténtica barrera humana que divide en dos al país, la Megalópolis, junto a las costas del Mar Interior, el auténtico corazón nacional, desde donde el alejamiento irá diluyendo a las densidades, con Tohoku alcanzando la mitad de la nacional y Hokkaido sólo la cuarta parte. El auge demográfico siempre ha sido espectacular, pues desde la Revolución Meijí (1868) hasta el primer cuarto del siglo pasado la población llegó a doblarse. El fuerte despegue encuentra explicación en varios hechos: la peculiar idiosincrasia del pueblo japonés, una alimentación barata basada en la pesca, y una rentable agricultura. Pero el verdadero problema se plantea tras la segunda gran guerra, con la repatriación forzosa de unos seis millones de personas (el 15% de la población total) y la pérdida de casi 300.000 km2 de territorios ocupados, y de los recursos correspondientes. Esa debacle, unida a la imposición de indemnizaciones de guerra, llevó al Estado a la necesidad de ordenar a sus recursos humanos, con la implantación de una política de control de la natalidad (también motivada por la prevención de nacimientos con malformaciones, como consecuencia de las bombas atómicas), con la tendencia al estancamiento, ligada a una caída drástica desde los años setenta, coincidente con la incidencia de las crisis energéticas y sus derivaciones económicas. Pese a los problemas demográficos (estancamiento y consecuente envejecimiento) la razón del triunfo japonés hay que buscarla precisamente en la masa humana, transformada, a un tiempo, en un instrumento laboral y en un mercado, y en la correcta conjunción entre el auge demográfico y el económico. Pero, y sobre todo, en la calidad de sus recursos humanos, especialmente en su alto grado de homogeneidad cultural y racial, en el fuerte sentido de la unidad e identidad nacional. Es un pueblo que reúne gran cantidad de caracteres, entre los que resaltan sus extraordinarias dotes de adaptabilidad, casi perfecta, a un medio hostil y, al propio tiempo a la asimilación y perfeccionamiento de culturas y tecnologías de otras sociedades y civilizaciones, una habilidad constatada con la adopción de la cultura china en la era premoderna y de la tecnología occidental en época reciente. Igualmente resalta la enorme capacidad de ahorro y dedicación, cualidades inculcadas por la carencia de recursos y por la creencia religiosa, configurada como un modo sociológico de comportamiento. A menudo se dice, con razón, que el eclecticismo es la gran virtud oriental, unida al sintoísmo, una mezcla del confucionismo, que exige disciplina, y del budismo adoptado, que proclama la solidaridad. Con esa simbiosis se concluye en la exaltación de las virtudes nacionales, un principio inspirador del pueblo nipón como nación, y de las relaciones verticales estructuradas en términos de derechos y deberes, y horizontales, en un sentido más místico, como grupo orgánico. Todo se funda en una trilogía, lealtad, disciplina y solidaridad, que sin estar exentas encajan de manera más difusa en el modelo occidental. Los japoneses parten del principio de que el individualismo occidental es una causa básica de GEOGRAFÍA E HISTORIA
409
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
la compleja historia y altibajos nacionales, y que, por tanto, sólo el funcionamiento social, como entidad, sólo la conciencia colectiva, como motor social, aportará resultados. La adaptabilidad mencionada encuentra uno de sus mejores reflejos en la combinación de las creencias básicas de orientación interior, moral y de conciencia, con una actividad productiva, cuando la creencia sintoísta vela por la salud moral del individuo y ésta choca con el afán de rentabilidad productiva. Surgen así las contradicciones del modelo, que pueden ser enfocadas de la siguiente forma: –
Formación de elites por la administración y el sector privado, con una posterior trama de asalariados. Esta pauta organizativa y productiva es la garantía de la estructura vertical del proceso productivo, que choca frontalmente con la proclama dogmática del grupo.
–
Cooperación entre la mano de obra y el capital, gracias a las dádivas de un modelo que ofrece excelentes resultados. Pero significa, igualmente, la negación del acceso directo grupal, porque se impone una rígida jerarquía de promociones, contactos y producciones.
–
Trabajo e intensidad de la producción. La estrategia japonesa es muy clara: importar materias primas, trabajarlas y exportarlas. Es una fórmula de sustitución de la necesidad de recursos por el trabajo, pero de forma masiva y bajo la consideración de que todo producto acabado es aún una materia prima que ha de pasar por rígidos controles. Sin embargo, si la creencia sintoísta se funda en que el hombre ha de vivir preferentemente hacia dentro, cuidando su aspecto intimista, resulta que la dedicación excesiva al trabajo impuesta por el modelo le aísla de esa posibilidad.
Así pues, mientras en Occidente el individuo prima sobre el grupo en Japón el grupo es quien proporciona la posibilidad de desarrollo y de promoción individual, aunque la sociedad se encuentra jerarquizada, y el progreso individual se mide por el ascenso a escalas superiores, que se deberá conseguir a través del trabajo y el ahorro. Además, la alta productividad japonesa encuentra otra explicación sociológica, pues mientras en el resto del mundo capitalista se acentúa la tendencia en busca del tiempo libre aquí los trabajadores prefieren mantener un alto rendimiento laboral, porque revierte en forma de ingresos, que proporcionarán ahorro, que, a su vez, propiciará una vejez tranquila y segura. Por último, la competitividad empresarial también se consigue motivando a las empresas, y éstas a sus trabajadores, una cadena que ha llevado a la configuración de un sistema conocido como adicción al trabajo. El sistema es aceptado por la población porque proporciona otro conjunto de ventajas adicionales a la seguridad de los sueldos, y entre ellas que los salarios contemplen incrementos automáticos e incentivos a la eficacia laboral. Al final incluso figurará una renta vitalicia de acuerdo a las necesidades del trabajador. Entre los treinta y treinta y cinco años los aumentos salariales son módicos; hasta los cuarenta y cinco elevados, debido a las obligaciones familiares, y en especial para atender la educación de los hijos, considerada preferente por el Estado; y después de los cincuenta años vuelven a ser módicos, porque se considera que los hijos ya han abandonado el hogar. Es un sistema que contempla, además, incentivos a la eficacia colectiva, al objeto de evitar la desleal competencia individual:
410
–
Para una eficacia colectiva de tipo medio la empresa responde con incrementos legalmente tipificados.
–
Cuando esa eficacia sea superior a la media nacional se acelera automáticamente el ritmo de incremento salarial. PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 13. Japón y el área del Pacífico: desarrollo industrial y comercial
–
Cuando es muy superior a los incrementos medios se pueden adicionar las promociones laborales.
En consecuencia los incrementos salariales son pequeños, pero los sueldos aumentan considerablemente en razón directa de los rendimientos. De ahí se explica la notable dedicación al trabajo y la lealtad a la empresa. Y a todo ello se añade el hecho de que las compañías se mantienen a flote en los momentos difíciles, circunstancia que genera un sentimiento de seguridad en los trabajadores, que les impulsa a trabajar incluso más en las peores etapas productivas. Pero también existen penalizaciones, los traslados, para castigar el peor delito que se puede dar en la empresa japonesa, la carencia de espíritu de cooperación en el trabajo. A efectos comparativos el sistema organizativo de funcionamiento macro empresarial japonés y estadounidense se resume en los siguientes frentes respectivos: –
El empleo suele ser vitalicio, si bien en lo que afecta a la población femenina la participación laboral se centra en criterios temporales reducidos; por el contrario, en EE UU el empleo es a corto plazo.
–
El proceso de promoción es lento y rápido, respectivamente. En el primer caso se asegura la rentabilidad futura tras un prolongado aprendizaje, compaginado últimamente con la rotación en la cadena productiva; y en el segundo es el resultado a corto plazo lo que se valora.
–
El proceso de toma de decisiones es colectivo en Japón, mientras netamente individualista en EE UU, como también ocurrirá, respectivamente, con la responsabilidad laboral.
–
Por último, el interés productivo es integralista y segmentado en uno y otro caso.
Además, surgen notables diferencias respecto a la dinámica de los países occidentales. Así, no existe en Japón un sistema legal de participación de los trabajadores en la gestión de las empresas, aunque resulta ser muy superior a la desempeñada por los trabajadores estadounidenses o comunitarios. Sí existe el sindicalismo, que cada vez distorsiona más a una realidad laboral muy tranquila, sólo modificada por el incremento del desempleo. El peculiar sistema de participación se consigue a través de la denominada autodeclaración, consistente en la aportación de sugerencias (33 anuales) a través de los llamados Círculos QC (Control de Calidad) creados por los propios trabajadores. Cuando esos consejos son rentables la empresa puede responder en forma de participación económica.
2.2. La orientación de actividades y la nueva trama espacial La población activa está encabezada de forma abrumadora por el sector terciario (71,5%), seguida del secundario (19%) y de un primario todavía notable (9,5%), mientras la tasa de urbanización es relativamente baja (65%). El éxodo rural ha ocasionado que el grado de autoabastecimiento haya descendido casi en un tercio en el último cuarto de siglo, también debido al descenso de las tierras cultivables. Y ello contando con que la salida de contingentes agrarios se desarrolla más tarde que en el resto de la OCDE, aunque con una intensidad mayor, agudizando los desequilibrios regionales más que nunca y en menos tiempo. Ello significa que las medidas correctoras introducidas por los estadounidenses tras la Segunda Guerra Mundial, destinadas a paliar las graves deficienGEOGRAFÍA E HISTORIA
411
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
cias infraestructurales del campo (alto índice de absentismo y aparcería), no dieron los resultados esperados, si bien permitieron el incrementó del número de propietarios tras las expropiaciones masivas, con la contrapartida de la reducción del tamaño medio de las explotaciones. Luego la falta de rentabilidad transformó a la agricultura en una de las más subvencionadas del mundo. Y los subsectores maderero y extractivo de recursos del subsuelo han caído a la par. Entre tanto, los sectores industrial y el poderoso de los servicios se concentran en la región conurbada y en las áreas metropolitanas de Tokio, Nagoya y Osaka, que acaparan a más de cincuenta millones de personas, dividiendo al país en dos grandes espacios: –
El denominado frente de crecimiento, la concentración humana del litoral pacífico.
–
El resto del país, convertido en suministrador de mano de obra, mercado y factores productivos.
El frente se sustenta en una impresionante base industrial, mientras la dependencia externa en suministros de base concentra a las actividades en la costa, desde donde la secuencia de crecimiento es sencilla: la industria representa el auge urbano, y viceversa. El centro litoral pacífico de Honshu concentra a más del 60% del empleo y de la producción, mientras la acumulación de las actividades y urbana es máxima en los grandes focos (Tokyo, Nagoya, Osaka, Kyoto...), con la mitad de los empleos en la industria manufacturera, establecida en los tres principales nudos de la Megalópolis. Pero recientemente la política de dispersión territorial de las actividades no dependientes de los recursos procedentes del exterior se ha ido encargando de descongestionarla, paliando, al mismo tiempo, los fuertes contrastes regionales, si bien la política inversora de las empresas extranjeras mantiene la preferencia por los centros dinámicos, con tres cuartas partes de las de nueva creación establecidas en las grandes aglomeraciones urbanas, con la fuerte atracción de Tokio, el gran centro financiero nacional, y uno de los principales del mundo. En valores absolutos, Tokio con más de treinta y tres millones de personas se ha convertido en una de las mayores áreas urbanas del mundo. Y más de ochenta millones integran la megalópolis más consolidada del planeta, debido a la tradicional orientación gubernamental de concentrar a la industria en este sector, hecho esencial en una economía de escala dotada de escasos recursos, y que permite manejar grandes cantidades de materias primas a bajo coste de transporte. Siguiendo la secuencia de las grandes ciudades se tiene localizada a gran parte de la trama industrial y de servicios. CIUDADES
412
POBLACIÓN (incluyendo a las áreas metropolitanas)
Tokyo
33.413.000
Osaka-Kyoto-Kobé
17.621.500
Nagoya
8.657.000
Fukuoka-Kita-Kyushu
4.193.600
Sapporo
2.253.200
Hiroshima
1.641.400
Sendai
1.314.800
Okayama
1.274.900
Shizuoka
1.213.300
.../...
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 13. Japón y el área del Pacífico: desarrollo industrial y comercial
.../...
Hamamatsu
1.094.600
Kumamoto
666.500
Toyohashi
573.200
Oita
564.100
Kagoshima
553.800
Niigata
503.500
Fenómeno llamativo es el migratorio, pues en la diagonal (menos de la cuarta parte del territorio nacional) se concentra más de la mitad de la población, ya que desde mediados del siglo pasado hasta la mitad de los años setenta se instalaron casi cuarenta millones de ciudadanos, lo que explica que de ahí salgan tres cuartas partes de la producción del país. Los fuertes movimientos alumbran un conjunto de quince urbes con sus áreas metropolitanas que acaparan a unos setenta y cinco millones de habitantes, con unos cincuenta sólo en las dos primeras. El Estado pretendió frenar las fuertes corrientes migratorias campociudad ya en los años sesenta, aunque hasta la década siguiente no se abordaría el problema por medio de subsidios para las infraestructuras. Era el Plan Tanaka, que pretendía paliar el nivel de atracción hacia las áreas más dinámicas, si bien su relativo éxito también ha de ser atribuido a los efectos recesivos de la economía, a las fuertes crisis derivadas de las energéticas de esa década. En 1983 se promoverá el desarrollo de los sectores atrasados con la creación de ciudades nuevas, donde ya se complementan actividades industriales modernas y espacios habitables. Las altas tecnologías se instalan, así, en áreas de menor densidad, aunque ajustadas a algunos condicionantes: cercanía de alguna gran ciudad, medios de transporte rápidos, cooperación entre iniciativa empresarial y pública para dinamizar al nuevo espacio, etc. La nueva concepción espacial tiene sus antecedentes en la rápida evolución del modelo shi (aglomeraciones que superan los 30.000 habitantes, y que componen un centro comercial importante), cuya vivacidad ha sido considerable, muy especialmente desde 1960 al acaparar un masivo éxodo rural, cuando el gobierno adopta una política de desarrollo acelerado de la economía y las empresas invierten en las ciudades. Pero la secuencia posterior muestra hechos sintomáticos: –
La máxima tasa de urbanización aparece en las regiones de Hokkaido, Kanto, Tokaido y Kinki.
–
Las regiones más urbanizadas se reparten en dos grupos (al este de Hokkaido, y al sur del gran eje Kanto-Sanyodo).
–
Las menos urbanizadas en los distritos de Chugoku y Kyushu, con el centro de gravedad en el oeste de Japón.
–
El resto de poco urbanizadas en los de Tohoku, Chuokochi, Hokuriku y Shikoku.
De manera que el dominio urbano de Tokio se completa con el eje Tokio-YokohamaNagoya-Osaka, con una auténtica corte de ciudades anexas que configuran la diagonal urbana, la mayor conurbación del mundo concentrada en una reducida superficie. Hacia el norte la trama se diluye, mientras el sur queda a expensas y dependencia del volumen urbano y de los servicios del citado eje. Así quedan estructurados los grandes servicios del país, y entre ellos los más representativos, el transporte y el comercio interior. GEOGRAFÍA E HISTORIA
413
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
Por ello puede hablarse de tres tipos de ocupación del espacio: –
Los grandes ejes de comunicación Tokio-Kobe y Kobe-Kitakyshu (Tokaido), que atraviesa las regiones más pobladas del país. Es la continuación de la Megalópolis de Tokaido.
–
Las regiones menos pobladas, donde la población rural afluye hacia las ciudades, con una densidad de población urbana relativamente alta (Hokaido y centro de Honshu). Pero no por ello quedan exentas de trama industrial, porque de ello se encargará el modelo de las tecnópolis.
–
Alrededor de los centros regionales, las cabeceras de prefectura.
El índice de urbanización alcanza sus máximos en las aglomeraciones de Tokio y Osaka. En Osaka y Nagoya ya aparecerán notables disfunciones entre el área urbana propiamente dicha y los sectores rururbanos. Pero las ciudades próximas acaban formando nebulosas urbanas, un fenómeno muy rápido en Tokio y Osaka, así como en las prefecturas vecinas. Las grandes ciudades refuerzan así su papel de centros administrativos y laborales, mientras el rápido crecimiento conduce a dos grandes sectores urbanos: residencial y de actividades, y popular. La congestión y especulación se adueña del primero, forzando a salir a los residentes, que luego volverán a trabajar a sus lugares habituales.
3. JAPÓN MODERNO. DE LAS TRANSFORMACIONES AL ESTADO S.A. Junto a los recursos humanos la otra gran explicación al auge japonés hay que buscarla en su peculiar evolución económica, impuesta por razones históricas y por la necesidad de producir con recursos muy limitados.
3.1. Las etapas del desarrollo Un país con tan notable escasez de recursos, y que partiendo casi de cero tras la Segunda Guerra Mundial logra situarse a la cabeza del desarrollo ha debido disponer de un sistema modélico, profusamente analizado por los economistas del mundo del subdesarrollo para constatar sus posibilidades de aplicación. Independientemente de la inestimable ayuda estadounidense, ha de tenerse presente también su peculiar evolución, que ha proporcionado los antecedentes, tanto funcionales como sociológicos, para entender el milagro económico posterior, basado tanto en la industria como en los servicios. Puede hablarse de tres grandes etapas evolutivas.
3.1.1. Del modelo endogámico a la apertura y cooperación Estado-iniciativa privada A mediados del siglo XIX todavía era un país autárquico, con difícil conexión entre las regiones y una mayoría de población dedicada a las tareas agrarias bajo un régimen de minifundio, y hasta con herencias de clara raigambre feudal. Durante la etapa Meijí se realizaron gran cantidad de reformas, con especial relevancia de las económicas, que implicaron 414
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 13. Japón y el área del Pacífico: desarrollo industrial y comercial
la ruptura del modelo endogámico y la toma de postura hacia una marcada interrelación regional fundada en la trama de los ferrocarriles. Los reformadores tomaron ya buena nota de los desajustes en su vecino, de la economía china, y así eliminaron las restricciones al comercio, mientras el Estado comenzó a intervenir en la economía, siguiendo unas pautas típicamente occidentales. Los gobernantes instauraron la educación universal (1872), aunque con la premisa de que el ideal educativo debía de estar al servicio del Estado y no del individuo, un sistema que produjo ciudadanos aptos en las habilidades del trabajo, e imbuidos de los principios de lealtad al Estado y a sus instituciones. La llegada de la tecnología, unida a los progresos educativos y salarios módicos, propiciaría la posibilidad de incrementar las ventas al exterior. La modificación fue tan sustancial que en el medio siglo comprendido entre 1875 y 1925 las exportaciones crecieron más que en ningún otro país del mundo, porque los japoneses habían convertido a la economía en moderna, estable y abierta al exterior. Fueron suprimidas las restricciones feudales a las actividades industriales, se dotó al país de una moneda estable, se impuso un sistema fiscal muy razonable, y se creó una máquina burocrática adaptada a los nuevos tiempos, mientras el gobierno comenzaba a intervenir en el proceso económico, apoyando a la iniciativa privada, e iniciando el largo y fructífero proceso de cooperación entre el Estado y las grandes empresas. Ahora bien, el esfuerzo de Japón por modernizarse respondía también a la necesidad de la autodefensa. Los ejemplos de la India y de China dejaron claro que se debía de hacer algo para evitar el peligro del reparto colonial entre las potencias occidentales, y la respuesta se encontró en la denominada Ley de Extraterritorialidad, por la cual los extranjeros debían de ser juzgados en sus consulados por los delitos cometidos en territorio japonés, una legislación que sería reconocida por los países occidentales, sentando así las bases de su autonomía internacional. Luego, la potencia económica alcanzada le permitiría lograr un papel regional hegemónico, haciéndose con el control de su defensa y con la realidad de un imperio colonial. Millones de japoneses respondieron a las nuevas oportunidades y contribuyeron a un rápido proceso de modernización nacional. Al principio se hizo un gran esfuerzo por desarrollar las esferas tradicionales, la agricultura, el comercio y la industria artesanal, evitando el error de montar una actividad económica sobre unas bases débiles, como hicieron algunas economías occidentales. Con buen criterio se creyó mucho más oportuno consolidar lo existente, y sobre ese sustrato montar unas estructuras económicas funcionales. Poco a poco se inició una notable actividad naval, siderúrgica y de infraestructuras de comunicación, que forzó a la importación de materias primas, una salida de divisas que debía ser compensada, y para ello se eligió la fórmula de implantar un proceso que primaba a las exportaciones sederas y textiles. Con todo, el despegue real sólo comenzaría a principios de la pasada centuria, tras la derrota infringida a los rusos. Desde entonces el crecimiento se multiplicó por doce y las exportaciones por veinte, hasta la crisis de los años treinta. Ya comenzaban a fabricar más barato que Occidente, táctica que se encargaron de perfeccionar desde entonces, así como la de las conquistas territoriales para consolidar su posición de nueva potencia asiática y asegurarse los recursos, que concluiría con el desastre de la Gran Guerra, si bien permitió la disposición de gran cantidad de materias primas a bajo coste. Sólo se padeció un gran lunar económico, en la agricultura, que ha pagado posteriormente, y con creces, el coste del progreso acelerado. Otro hito fundamental de esta etapa sería el crecimiento demográfico, ya que se logró doblar la población en el período de la Primera Transformación Meijí. Y la congestión rural expulsó población en dirección al floreciente sector secundario, un cambio laboral que se agudizó durante la depresión de los años treinta, pero que al ser mano de obra no GEOGRAFÍA E HISTORIA
415
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
cualificada permitió mantener unos salarios bajos. La producción industrial se hizo masiva, especialmente la textil y sus derivados, convirtiendo a Japón en un país privilegiado en el contexto económico mundial, aunque a ello contribuyó la implantación de una economía de guerra. Luego aparece una mentalidad colectiva de frustración ante el trato recibido en la Conferencia de Washington (para mantener la estabilidad en el Pacífico), a la que se unieron los problemas agrícolas y comerciales. Las bases del resentimiento para participar en el segundo gran conflicto bélico mundial comenzaban a gestarse, aprovechando que ya había logrado convertirse en nación acreedora.
3.1.2. La Segunda Transformación: el alineamiento con Occidente y la política de ventaja comparativa Tras la debacle de la Segunda Guerra Mundial el país no sólo quedó en ruinas, sino que fue despojado de su imperio, con unas repercusiones de tal calado que únicamente pudieron ser superadas con la ayuda estadounidense. Y desde entonces el crecimiento se convirtió en imparable. En 1945 se lleva a efecto la capitulación sin condiciones, que supuso incluso la disolución por los estadounidenses de los zaibatsu, la aplicación de la Ley Antimonopolio (1947), el desmonte de las industrias de guerra, la supresión de la explotación indirecta de la tierra, el establecimiento de la libertad sindical, y la liberalización del comercio. Pero en 1951, por el Tratado de San Francisco, Japón recupera su independencia y comienza la Segunda Transformación, que supuso el alineamiento con Occidente, y que llevó a un acontecimiento insólito: en el transcurso de una década el país había logrado recuperarse, y convertirse nuevamente en potencia asiática. Desde 1955 comienza el resurgimiento y la creación de las bases de la sociedad industrial y de masas, con la inestimable ayuda de la línea Dodge, que trató de reducir la inflación y poner las bases de una economía autosuficiente, y que contó con el aditamento de algunos acontecimientos ajenos, como la Guerra Fría o el triunfo comunista en China, que forzaron a los estadounidenses a devolver totalmente el control del país. Además, el mercado de EE UU permaneció abierto, y los japoneses se beneficiaron de la protección militar e investigación. Aprovechando esas ventajas el Estado difundió los créditos, que agilizaron la circulación de dinero estatal, al contrario que en EE UU, donde era básicamente privado. La estrategia dio tal resultado que a mediados de siglo el producto nacional bruto se había multiplicado por tres. El Estado lleva a cabo una ordenación territorial complementaria de la intervención económica, para planificar las actividades nacionales futuras. Y los avances tecnológicos conseguidos por las empresas estatales eran entregados a la iniciativa privada, hecho que permitió una tecnificación difundida, mientras a las industrias ineficientes se les trataba con rigor, tras el establecimiento de una política de ventaja comparativa, lo que forzaba a que las empresas debían producir sólo los artículos para los que estuvieran mejor dotadas en términos de recursos, mano de obra, capital y tecnología. Y, sobre todo, se reconstituyen los zaibatsu bajo una nueva fórmula, los zakai, cuya base está formada por un gran banco que adquiere las acciones de las sociedades de los viejos zaibatsu (de ahí que los tres principales recopilaran los nombres de sus precursores, Mitsubishi, Mitsui y Sumitomo), sentando las bases del funcionamiento posterior, cuando cada una de estas células integra a grandes compañías, que representan a cada uno de los sectores industriales más característicos de la economía. A su alrededor un notable grupo de compañías satélites, que abarcan desde empresas familiares más o menos desarrolladas hasta medianas, suelen prestar casi su único servicio productivo en esta dirección. Sin embargo, no forman parte del grupo y, por tanto, carecen del sistema protector o de garantías y respaldos de que gozan los grandes socios. La gran célula y los subgrupos supeditados funcionan bajo un 416
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 13. Japón y el área del Pacífico: desarrollo industrial y comercial
sistema de relación bilateral, de tal modo que los segundos suelen tener a aquéllas como cliente fijo, y por regla general casi único. La relación de confianza y supeditación funciona, aunque no exenta de la aplicación de criterios y fórmulas económicas rígidas, y a veces poco éticas. Extrapolado el sistema a otros ámbitos occidentales es más difícil encontrar unas relaciones de tutela-dependencia empresarial sujetas a fórmulas tan drásticas y basadas en relaciones de confianza. Y el Estado también fue proteccionista, estableciendo unos fuertes aranceles sobre los productos extranjeros y restringiendo la inversión exterior. Hasta los años setenta Occidente aceptó el reto, pero tras las crisis energéticas se obligó a Japón a alterar esas barreras arancelarias. Otro acontecimiento marca este período que llega hasta la crisis petrolera de 1973, el papel político de los estadounidenses. A través del SCAP (Suprem Command for the Allied Powers), bajo la autoridad de MacArthur, se estableció un régimen parlamentario impuesto por una nueva Constitución, que convirtió al emperador en símbolo de la unidad nacional. Se declaraba la libertad de cultos y se abolía el sinto como religión oficial. Pero las consecuencias duraron poco, porque a partir de 1952 reaparecen las elites tradicionales, que exigen revisar la Constitución, hecho que propiciará la consolidación de dos grandes fuerzas políticas y un régimen bipartidista de partido dominante, mantenido hasta la actualidad (aunque alterado recientemente, cuando los pequeños partidos asociados desbancan a los tradicionales). Pero el influjo estadounidense más sobresaliente se ha correspondido con el alineamiento japonés con el capitalismo occidental (luego iniciará una política de aproximación y de control económico del continente asiático), con un resultado espectacular, pues entre la etapa de recuperación (primer quinquenio de los años cincuenta) y la primera gran crisis económica (1973) el crecimiento anual del PNB quedó situado muy por encima de lo conseguido por cualquier otro país avanzado.
3.1.3. La Tercera Transformación: de Japón S.A. a motor económico mundial La última etapa del desarrollo japonés, la Tercera Transformación, la que ha conferido al país la denominación de Japón S.A., abarca las últimas tres décadas, marcadas por la consolidación y la expansión del crecimiento económico, la irradiación planetaria de la economía, las secuelas del desarrollismo de la Segunda Transformación, y la fuerte incidencia de las crisis energéticas. Las actividades industriales se han confirmado como detonante del crecimiento, con una representación en el producto interior bruto creciente desde 1950 (25%) hasta 1990 (cuando alcanza el 39%), para caer drásticamente con posterioridad. Y del 35% de activos ha bajado al 28% en 2003, dato indicativo de que los servicios han ido ganando mucho terreno (han pasado en los últimos tres lustros del 54 al 66%), convirtiendo a la sociedad en terciaria o posindustrial, hecho traducido en una renta per cápita de casi 27.000 $. Se ha realizado un gran esfuerzo de renovación en las actividades más representativas, las pesadas, químicas y mecánicas, y se ha atendido a las de demanda media, como automóviles y maquinaria, en las que se coloca como primer productor mundial. Y en esta secuencia de consolidación ha tenido un gran significado el proceso de deslocalización en el entorno asiático, especialmente de las industrias textiles, eléctricas y químicas, así como el esfuerzo inversor en investigación en subsectores industriales, como la electrónica, y en robotización de los procesos productivos para abaratar los costes laborales y obtener artículos altamente elaborados. Esta secuencia le permite exportar manufacturas de alta demanda (vehículos, material electrónico e informático…), frente a la importación de materias primas, una línea que mantiene la balanza de pagos siempre favorable. GEOGRAFÍA E HISTORIA
417
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
Ha conseguido no sólo recuperar las tasas de crecimiento, sino mantener un ritmo superior a la media de la OCDE, reflejado en las bajas cifras de desempleo y en el ejercicio de un auténtico papel de centro y motor económico mundial. Y a pesar del vertiginoso crecimiento del sector terciario la industria aún es una base del desarrollo, apoyada en la innovación tecnológica continua, en los costes laborales más rentables que en Occidente, y en la política de descentralización de las actividades que requieren mano de obra poco cualificada, unida a la necesidad de sacar los excedentes dinerarios líquidos del país. Así se ha conseguido obtener rentabilidad fuera de sus fronteras, abaratando los costes de transporte y logrando mercados para unos productos propios fabricados en los lugares de consumo. Todo ello le conduce a una posición privilegiada en la producción de algunos artículos de alta demanda mundial, de elevada rentabilidad añadida por el modelo de gestión y organización muy rentables. Donde mejor despunta el nuevo modelo japonés es en un sector específico, el de manufacturas altamente elaboradas, definido por los siguientes rasgos: –
Elevada capitalización, con tres macroempresas que controlan la mayor parte del mercado (Mitsui, Mitsubishi y Sumitomo), que se iniciaron en el sector industrial y que pronto fueron acaparando cuotas mayores de mercado por medio de fuertes absorciones empresariales, hasta controlar sectores tan dispares como la química avanzada, metalurgia, navegación, electrónica... Son los ya aludidos nuevos modelos de zaibatsu.
–
Alta diversificación, con la particularidad de que uno de los mayores ingresos proceden de la metalurgia de base, pero con notable proliferación de las actividades complejas.
–
Papel de la investigación, que repercute inmediatamente en la rentabilidad y en la calidad productiva, y en los fuertes ingresos por “royalties” y patentes.
Es preciso mencionar su papel como primera potencia naviera del mundo, la única que progresa mientras las demás se estancan o retroceden. Junto a Corea del Sur ha sido capaz de hacerse con más del 60% de los astilleros del mundo y el más alto nivel de pedidos. Tecnología avanzada y bajos costes de producción se configuran como los elementos explicativos. Y la capacidad de su flota de altura se explica por la dimensión, calidad y distribución geográfica de las áreas de pesca. Asimismo, la irradiación espacial e importancia de las acerías, buena parte de cuya producción va destinada a los potentes astilleros, que le convierten en la primera productora mundial de buques. Al tiempo, sus empresas comerciales van acaparando altas cotas del mercado mundial, como derivación no sólo de su preparación, sino de la nueva situación creada por los flujos comerciales. La información, derivada de la inversión en previsión, les permite disponer de una posición ventajosa para localizar las oportunidades. Se trata de compañías también financieras, con lo que ello representa de liquidez y rapidez en la inversión para desarrollar actividades negociables. Tecnología, control de la producción, flota avanzada y poderosa, y control de los flujos a través de la capitalización le permiten la tutela de las grandes líneas marítimas asiáticas, e incluso pacíficas. A su vez, esta fórmula, fusionada con la necesidad de sacar capitales de sus fronteras, favorece el proceso de irradiación de sus actividades y deslocalizar la producción por medio de la operación desarrollo + subdesarrollo, o lo que es decir, la fusión de tecnología avanzada con mano de obra barata para hacer competitivos los productos y reciclar sus excedentes financieros. Sin embargo, su feroz competencia, la voracidad para acaparar mercados, y los recelos tanto regionales como internacionales se han convertido 418
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 13. Japón y el área del Pacífico: desarrollo industrial y comercial
en elementos exteriores de controversia frente a un macromercado controlado por más de ocho mil sogo sosa, empresas integradas de comercialización-producción, que verifican casi tres cuartas partes de las compras y ventas. Además, si bien es cierto que las exportaciones en volumen son similares a las de cualquier país occidental, no lo es menos que su valor económico es extraordinario, y que se han ido incrementando de forma desmesurada debido a una demanda nacional que no va equiparada al crecimiento productivo, pero sobre todo a que se trata de productos muy competitivos, obtenidos a bajo precio y con calidad elevada. Puede decirse, por tanto, que la economía japonesa se funda hoy en un sistema integrado de desarrollo (industria, comercio y finanzas), sustentado en el abaratamiento de los costes, el control riguroso de la producción, y el enfoque exportador, aunque con reorientación forzada hacia el interior. Y configurada en una fuerte correlación basada en el triángulo grandes metrópolis, capital privado y puertos comerciales, sobre el que gravita el desarrollo de las áreas más dinámicas del país, la costa del Mar Interior. Por ello, muchos de los esfuerzos de cambio han ido dirigidos a aliviar el congestionamiento de la megalópolis y a la construcción de nuevas industrias en sectores desfasados, con el objeto de reconducir la redistribución de la población a través de la oferta de puestos de trabajo. Para ello se creó una poderosa institución por los fondos manejados, la Corporación de Reubicación Industrial, dependiente directamente del gobierno, y encargada de otorgar los incentivos financieros y fiscales para atraer a las industrias a determinadas regiones, ofrecer mejoras en infraestructuras básicas, etc. Todo ello conseguiría, adicionalmente, la reducción de la contaminación, una mejora de la calidad de vida, y una descongestión de los sectores vitales del país. Pero el proceso económico no ha estado exento de oscilaciones, como el denominado shock Nixon, que impuso cotas a las importaciones japonesas, mientras el nuevo sistema de cambio de divisas, acompañado de la fuerte inflación derivada de la crisis del petróleo, convulsionó a la economía. Con todo, a finales de la década de los setenta ya había logrado encauzar la línea de consolidación precedente, y posteriormente la experiencia acumulada en las primeras crisis energéticas le permitió a la economía estar más preparada. También el déficit comercial de la balanza estadounidense con Japón le acarreó fuertes tensiones, que concluyeron en el establecimiento de barreras arancelarias en la etapa de Reagan, cuando EEUU se iba convirtiendo en una colonia comercial japonesa, con el agravante de que los estadounidenses vendían materias primas y productos alimentarios mientras los japoneses colocaban otros altamente elaborados. A principios de los años noventa la balanza comercial era favorable a los nipones en unos cuarenta mil millones de dólares, con dominio abrumador de algunos sectores (los vehículos acaparaban la tercera parte del mercado estadounidense, mientras a la inversa el balance se reducía a menos del uno por ciento). De ahí que las cortapisas estadounidenses forzaran a los japoneses a buscar nuevos frentes, y en Europa encontraron un buen punto de referencia, de tal modo que en esas fechas los intercambios ya se habían incrementado en la tercera parte. Y los europeos también se vieron obligados a establecer vías proteccionistas. Con los dos frentes bloqueados a Japón sólo le quedaba aplicar las medidas adoptadas a comienzos de 1994, tendentes a la apertura del mercado interno al exterior y a ampliar su nivel consumista. Fruto de su alta rentabilidad Japón ha establecido capitales en buena parte del mundo, convirtiendo su economía en una de las más internacionales, tanto que en Asia se tiene el convencimiento de que ha logrado crear con el capital lo que no pudo mantener por la fuerza de las armas, un imperio, la denominada Gran Esfera de Coprosperidad del Este de Asia. Los japoneses ponen el capital y el resto de países la mano de obra barata, las materias primas e incluso el mercado, estableciendo una relación de metrópoli-colonia. Y GEOGRAFÍA E HISTORIA
419
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
no son pocos los gobernantes asiáticos, defensores del principio del nacionalismo económico, que han expresado su descontento, al constatar que son mayores los beneficios que salen de sus países en dirección al núcleo nodriza que los realmente dejados en el lugar de la inversión. Y hasta en la ayuda exterior Japón ha sido objeto de muy duras críticas, pues, aún siendo más generoso que EEUU en términos porcentuales, ha sido muy rígido en las condiciones de concesión, que ligan a las economías receptoras de manera muy estrecha al capital nipón. La gran cuestión es la enorme capacidad productiva de la industria, que ha forzado una orientación económica hacia los servicios, siguiendo las pautas estadounidenses y europeas. Reduciendo las ayudas a la industria ha restringido la capacidad exportadora, y ha acallado a muchos países descontentos. Ha superado, de esta manera, una etapa de transición, la que definió a los años ochenta, de reducción de las adquisiciones de productos primarios, hacia otra tendente a equilibrar la balanza de pagos con sus mejores clientes. Sin embargo, esa pérdida de superávit la compensa con la recepción de capital occidental, que luego vuelve a recolocar en otros países subdesarrollados, una nueva reformulación económica que tampoco es del agrado occidental.
3.1.4. Las contribuciones de las dos últimas etapas De forma resumida, las mutaciones industriales han ido acompasadas con los cambios internos y externos. El período de reconstrucción y consolidación adoptó como prioritario el sistema de producción adjudicado a sectores clave, a lo cual se dirigieron todos los esfuerzos (inversión y capital disponible). A partir de los años sesenta la mayor elasticidad de las rentas hizo fijar la atención en la demanda, que ya representó cambios sustanciales en la tipología y en el modelo productivo. En los años setenta la alta tecnología es resultado de los grandes esfuerzos en investigación y de la necesidad de reconversión para muchas empresas, ante el declive de algunas producciones que habían encontrado sustitutos. Pero la revalorización del yen y la política energética serán los otros detonantes esenciales, además de las altas cotas de previsión en todas las etapas, con medidas para hacer frente, y de forma rápida, a las crisis, proyectos de ayudas estatales, protección a la rentabilidad, etc. Todo ello ha conducido a una secuencia de desarrollo bien organizada, fijada sobre unos objetivos muy precisos y a largo plazo, causa explicativa de la privilegiada posición económica actual en el contexto universal.
4. LOGROS Y LÍMITES DEL NUEVO MODELO 4.1. Caracteres del ciclo reciente El ciclo reciente viene marcado por la política del que fuera primer ministro Nakasone, que hizo descansar la economía japonesa en tres pilares.
4.1.1. El relanzamiento de la demanda interna La gran crisis petrolera de 1979 retrajo la tasa de crecimiento debido a la fuerte escalada en los precios de los combustibles, de los que el país es muy dependiente del exterior. Y para evitar otra situación similar el gobierno decidió en 1983 relanzar la política de 420
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 13. Japón y el área del Pacífico: desarrollo industrial y comercial
inversiones en investigación, con la que se lograrían avances para evitar las dependencias exteriores y, al propio tiempo, invirtiendo en el interior se efectuaba una operación indirecta para rebajar las fuertes exportaciones. Para ello se creó la Agencia Económica de Planificación, entre cuyos objetivos básicos se encontraba hacer de Japón un país autónomo, pero también conseguir que el tipo de producción fuera muy por delante de la demanda, un segundo objetivo que pasó casi desapercibido en Occidente, hasta que despertó demasiado tarde, cuando Japón, aprovechando la recesión económica mundial, disparó su producción e inundó el mercado planetario con unos productos altamente elaborados y competitivos. La consecuencia fue que el país participaba con el 15% en el comercio mundial de mercancías, manteniendo una relación privilegiada con EE UU, a donde destinaba la tercera parte de sus exportaciones, mientras incorporaba la cuarta parte de las ventas norteamericanas, una relación desequilibrada y convertida en fuente de conflictos económicos permanentes.
4.1.2. Los cambios en la política económica exterior La fuerte aceleración productiva conseguida en este período encuentra la explicación en el equipamiento conseguido, en el movimiento financiero, y en el esfuerzo investigador, que hoy representa ya una buena parte de las exportaciones. Japón se ha convertido en una potencia financiera, la primera del mundo, con una estrategia consistente en la concesión de créditos y en la compra masiva de títulos de deuda en los países occidentales. A EE UU han ido a parar los flujos más importantes de las inversiones directas, preferentemente dirigidas al sector inmobiliario, banca, seguros, agencias turísticas..., si bien no se han desdeñado las inserciones de capital en adquisiciones industriales, especialmente siderúrgicas, mecánicas, eléctricas... Con la UE la relación es menos estrecha, aunque el mercado comunitario es de sumo interés por su potencial adquisitivo e inversor. Vende alta tecnología y mecánica de vehículos, que representan la cuarta parte de sus ventas por este concepto, y, a la inversa, llegan a Japón productos agroalimentarios de los que tan necesitado está el país. En general, los intercambios con la UE suponen la cuarta parte de los totales nipones, mientras las inversiones financieras van dirigidas al rentable sector inmobiliario. El gran problema surge cuando las relaciones comerciales se mantienen con los países sometidos a bloqueos internacionales, una situación que en algunos momentos ha sido grave, como ocurrió en el segundo quinquenio de los ochenta, cuando Japón fue condenado por el GATT (actual Organización Mundial del Comercio), que impuso limitaciones a las prácticas proteccionistas. Pero los cambios exteriores han sido sustanciales. Cuando Nakasone subió al poder Japón contribuía al comercio mundial con la décima parte de las exportaciones mundiales (por debajo de Alemania y EE UU, que habían despegado vertiginosamente), pero en contrapartida su balanza de pagos era fuertemente excedentaria con los países industrializados, que absorbían más de la mitad de las exportaciones japonesas, especialmente EE UU. Esas ventas, y a esos lugares, eran imprescindibles para Japón por su fuerte especialización en productos altamente elaborados, que sólo podía colocar en el mundo avanzado. Pero la situación únicamente presentaba una alternativa para solucionar el conflicto, ampliar la política de importaciones y hacer elástica la paridad de la moneda japonesa con las occidentales. Sin embargo, no fue suficiente, y la presión internacional obligó a Nakasone incluso a reducir el volumen de sus ventas al exterior. Por tanto, el rasgo probablemente más llamativo de la economía nipona es que se haya visto obligada a tolerar injerencias externas, en su producción, en la reducción de las tarifas aduaneras, las más bajas de Occidente, y hasta en la modificación de las pautas de comportamiento laboral. GEOGRAFÍA E HISTORIA
421
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
4.1.3. La internacionalización del yen Se explica por la intervención estadounidense, y la razón es bien simple: el yen era una moneda muy fuerte, con revalorizaciones continuas, mientras el dólar se depreciaba a lo largo de la segunda mitad de los años ochenta. Con exportaciones masivas al mercado norteamericano las pérdidas en divisas estadounidenses eran inmanejables, sólo contando las devaluaciones del dólar o revalorizaciones del yen. Es decir, que el precio de las exportaciones japonesas al resto del mundo cada vez era más alto, mientras las importaciones se abarataban. Y, además, la internacionalización e inclusión de la moneda japonesa en el sistema mundial trajo otra consecuencia muy beneficiosa, la posibilidad de exportar capitales, que permitió la introducción de fortísimas sumas en EE UU, lo que, a su vez, fue el fiel reflejo de una nueva tendencia japonesa, la exportación de servicios, que cubrían el hueco dejado por las ventas industriales.
4.2. Los límites del modelo: la economía de la burbuja y la era Hei Sei El modelo de Nakasone disfrutó de una fuerte coherencia: – Hacia el exterior reducir las tensiones. – En el interior se centró en la reorientación económica del país, con el trasvase paulatino de la actividad económica al sector terciario. No obstante, en el cambio interno no se prestó la suficiente atención a otros acontecimientos, como el desmesurado auge de la población dependiente (desde 1980 al 2000 se ha doblado la proporción de jubilados), con los graves problemas económicos, y hasta de desarraigo, que ello está acarreando. También es una evidencia que ha conseguido transformar al país en un gigante económico, pero a costa de mantenerlo como un enano político, pues a Japón se le respeta como máquina productiva, pero no en la misma medida como miembro de la comunidad internacional, entre otras razones porque ha cometido el repetido error de buscar siempre la rentabilidad en sus actuaciones. El Partido Liberal Democrático, tras casi cuarenta años de hegemonía, ha dejado paso a otras fuerzas políticas, aunque el país continúa siendo básicamente conservador. Y los escándalos públicos recientes enmascaran una nueva realidad, plasmada, entre otros hechos, en el descontento del ejército de asalariados, la espina dorsal de la economía japonesa. Puede decirse que nace un período de transición, abierto en 1989, que desautoriza a los grandes partidos y abre la renovación. Ahora se entiende que el crecimiento japonés se ha fabricado a costa de los trabajadores y de los consumidores, que no han soportado la explosión especulativa de los años ochenta y de la denominada economía de la burbuja (especulación en bolsa y bajo precio del dinero). El cambio se explica porque era necesario eliminar los excesos y poner al descubierto la debilidad de algunos puntos fuertes del sistema financiero, con una clara tendencia a la contracción de las inversiones, tanto internas (por escasez de ahorro) como en el exterior. En esta nueva etapa se entra en una fase económica de madurez, encargada de solucionar los problemas internos, pero sobre todo de hacer frente a la competencia exterior. Las estrategias de las empresas y de los grupos de interés ya no son tan coincidentes, y la política de expansión económica no es tan viable como lo era en los años noventa. Por tanto, la situación de la economía se ha convertido en el auténtico motor del cambio político, 422
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 13. Japón y el área del Pacífico: desarrollo industrial y comercial
forzado por el hecho de asumir cada vez más obligaciones en la economía internacional, bien por necesidad propia o bien bajo la presión del resto del mundo desarrollado, hasta alcanzar una equivalencia entre la representatividad productiva y su traducción en relevancia política. Y si bien es cierto que las líneas no están suficientemente definidas es posible que la acción de Japón se estructure en torno a tres ejes: –
Estabilización de las relaciones económicas internacionales. Japón necesita un crecimiento mundial sostenido, que garantice sus potencialidades futuras.
–
Promoción del conocimiento, basado no sólo en investigación, sino en transferencias tecnológicas al exterior.
–
Ayuda al desarrollo. Es la fórmula más válida para garantizarse las necesidades, la denominada interdependencia pragmática con los países productores de materias primas en el Tercer Mundo. Aún así es muy parca, pues representa el 9% de la total, la mitad de la estadounidense y dos veces y media inferior a la correspondiente a la UE, lo que despierta los lógicos recelos entre los perceptores y hasta entre los dadores. Las relaciones con otros países asiáticos son una prioridad, aunque participa de forma activa en distintos frentes, como la lucha contra el terrorismo, y prestando ayuda para garantizar el crecimiento de la economía mundial y el mantenimiento de la estabilidad regional asiática.
Del mismo modo, la fusión de esfuerzos y entendimiento con la UE y EE UU es ineludible, pues dependen también de recursos naturales externos, requieren de un marco monetario estable, el proteccionismo es enemigo del crecimiento, etc. De manera que del bilateralismo con EE UU se fue pasando a un trilateralismo con la UE, y más reciente a un multilateralismo, con otros países del mundo. Es la nueva era Hei Sei.
5. EL PODER EMERGENTE: LAS RAZONES DEL CRECIMIENTO IMPARABLE Y LOS FACTORES DEL CAMBIO Japón presenta un modelo socioeconómico que recoge lo mejor de Occidente y lo más selecto de la tradición oriental, plasmado en soluciones coherentes, como una muy racional distribución de los espacios productivos para atajar la escasez de recursos, un sistema económico capitalista perfeccionado y ajustado a las necesidades, el respaldo estatal a las acciones empresariales, la expansión continua sobre los mercados, etc. Y, ante todo, se sustenta en la predisposición de la población. En 1945 el país estaba postrado, pero en el transcurso de una generación recuperó la categoría de potencia asiática, reconstruyendo sus industrias, recuperando su comercio exterior y reconstituyendo sus reservas monetarias, si bien es cierto que la guerra de Corea dinamizó su economía, una inesperada oportunidad a la que se unió rápidamente la disciplina del pueblo japonés. En 1962 suscribió un acuerdo comercial con China, país que por su inmensidad y mercado potencial captó rápidamente la atención japonesa. Y los intercambios y la producción le permitieron a lo largo de la década alcanzar notoriedad fuera de Asia, aunque las relaciones con EE UU se trocaron temporalmente malas, por lo que se volvió la vista nuevamente hacia Pekín. El problema fundamental en los años setenta fue la conversión en un consumidor voraz de los productos mundiales sin tener los medios para obtenerlos, para evolucionar, luego, hacia otra fase caracterizada por la colocación de una parte de la riqueza en el extranjero, primero en dirección a los dragones asiáticos (Corea del Sur, Taiwán, Singapur…), seguida de otra hacia Malasia, Indonesia, Tailandia y Filipinas, y una última en Occidente, hasta convertirse en un acaparador de la producción mundial. GEOGRAFÍA E HISTORIA
423
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
La privilegiada situación económica se asienta en varios factores externos: –
El control del Pacífico marítimo, ejercido económicamente, pero con la carencia de la madurez y consolidación ideológica suficiente para imponer criterios de otra índole, pues el hecho de haber estado durante décadas al amparo estadounidense le ha convertido en un complemento de la primera potencia del mundo. Sin embargo, será preciso aguardar a la constatación de si es capaz de mantener su voracidad expansionista, o, a la inversa, si la economía del mundo consiente a los japoneses mantener las criticadas directrices actuales. Lo cierto es que consolida su papel regional al desarrollar buena parte del comercio con los países ribereños y reinvertir los beneficios en la región, que complementa con otras ayudas (el 60% de la internacional que llega a Asia procede de Japón, que le consolida como potencia benefactora).
–
Es un centro económico mundial. En los años ochenta las inversiones japonesas en el exterior se duplicaron, y le convirtieron en el primer inversor del mundo, y en una superpotencia económica y financiera, un éxito debido más a su espectacular desarrollo que a la recuperación económica mundial. Y ello lo ha conseguido siguiendo las reglas comunes del mercado occidental, pero con recelos por parte de Occidente, una situación que ha solucionado con las empresas mixtas, la participación en los grandes organismos internacionales, transformándose en uno de los principales donantes al desarrollo, etc.
–
La difusión del modelo. Japón no ha podido establecer todavía un modelo de desarrollo extremo-oriental, pues la diversidad de voces, sociedades, estadios económicos, fórmulas productivas, herencias colonizadoras, etc., lo han impedido. Pero ha gestado los pequeños Japón: *
Corea del Sur que instaura los keiretsu, a imitación de las macro empresas niponas, pero más controladas por el Estado.
*
Hong Kong y Taiwán con los qiyejituan, mucho más patrimoniales, e incluso familiares, y con mayores facilidades de escisión.
Pero no es fácil que pueda desarrollar un modelo propio, porque está fundado en la regionalización interna del desarrollo por medio de las tecnópolis, una fórmula consolidada en fases:
–
424
*
En los centros de crecimiento (1962-69).
*
De proyectos industriales de amplia base en áreas remotas (1969-72).
*
De fomento de las tecnópolis (1983), sustentada en la movilización de los recursos institucionales descentralizados, propiciando un desarrollo regional endógeno.
La hiperaceleración, entendida como la modificación vertiginosa de la producción, llevada a efecto en ciclos: *
En una primera etapa de éxito urbanizador e industrializador apareció la denominada adicción al trabajo (explicada por una mezcla de estabilidad sintoísta, orden confucionista y vitalidad budista).
*
En la última se atacaría la relación calidad-precio, la automatización generalizada, la internacionalización económica, la división vertical inversa del trabajo (adaptándose a las necesidades, gustos y marcas de los países de destino del producto), etc. Es el ciclo actual, rápidamente complementado por el de la información, con el conocimiento y la previsión como sustitutos del capital como eje de poder. PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 13. Japón y el área del Pacífico: desarrollo industrial y comercial
–
La consolidación empresarial. La dificultad para instaurar el modelo ha sido solventada con el apoyo a una serie de polos secundarios y de sinergias en la región del Pacífico. Malasia e Indonesia han cogido el tren de la exportación de productos elaborados, Tailandia ha diversificado su economía, y de Singapur a Seúl el desarrollo tecnológico está disfrutando de avances considerables. El triángulo de crecimiento Singapur-Malasia-Indonesia se ha convertido en el sector de aprovisionamiento, mientras en la fachada china, en sus zonas económicas especiales y puertos francos, Japón deposita todo su interés, al considerarla como el principal baluarte para asentar en el continente asiático el modelo nipón desarrollista. Conquistado ese mercado, y bajo esa fórmula, las expectativas niponas de hacerse con el control económico completo de Asia serían irrefutables.
Y la situación interna se explica en la promoción del desarrollo basado en industrias de alta tecnología, y, al tiempo, en el fomento de las posibilidades de crecimiento de las actividades avanzadas, proporcionando los medios necesarios de expansión. Para ello las instituciones básicas son las Organizaciones de Promoción de la Innovación y los Institutos Regionales para la Investigación Industrial Aplicada, estructuradas en una modalidad trisectorial (administraciones locales, empresas y universidades), concebida para que las primeras fijen las directrices de desarrollo espacial, y ofrezcan los incentivos fiscales necesarios. La concentración de Investigación más Desarrollo (I+D) en áreas limitadas ha sido una pauta típica de los países avanzados, si bien en Japón la tendencia ha ido enfocada a extender esas inversiones a las regiones no centrales, con el más ambicioso plan conocido para unir esfuerzos de desarrollo tecnológico, compaginado con las necesidades de regionalización en las tecnópolis japonesas. A principios de los años ochenta las empresas privadas de implantación múltiple estaban fuertemente concentradas en Tokio, Osaka y, en general, en las grandes áreas metropolitanas. E incluso la relación trisectorial no era estrecha. Y la descentralización pasaba a configurar un objetivo preferente desde esos momentos. Era una evidencia la necesidad de inversiones en tecnología punta para un país cuyas perspectivas se encontraban en el control de los mercados exteriores, pero también la de una distribución equilibrada de las nuevas actividades para evitar la congestión de la megalópolis. La conjunción de esas dos prioridades se fundió en las Tecnópolis, una estrategia para desarrollar las regiones desfasadas, creando ciudades atractivas, actividades académicas, y espacios habitables, fundiendo los complejos industriales de alta tecnología, instituciones científicas, y los espacios residenciales, capaces de ofrecer garantías de un nivel de vida atractivo. Pero, además, reúnen otro conjunto de aportaciones: son la base para el desarrollo autónomo de las economías regionales (ofreciendo empleo y creando nuevos productos) y de la nueva iniciativa local (al auspiciar la cooperación con la administración central y el sector privado). La demanda de emplazamientos en casi todas las prefecturas (47) obligó a la promulgación de la Ley de las Tecnópolis (1981), que imponía condiciones: áreas urbanas donde las industrias no estuvieran concentradas, con equipamientos suficientes, menos de 200.000 habitantes, universidades o centros que permitieran el desarrollo investigador, empresas de alta tecnología ya instaladas, facilidades de comunicación, y disposición de suelo industrial y suministro de agua. La financiación estatal se transformaría en privilegiada, tanto en inversiones públicas (especialmente en perfeccionamiento de infraestructuras) como al incentivar a las empresas. Y la iniciativa se dejó en manos de las entidades locales, lo que proporcionó a esta política la denominación de ahorrar dinero al gobierno central. Pero a la hora de aplicar la Ley las disparidades afloraron, porque se pueden encontrar Tecnópolis en ciudades con menos de cien mil habitantes, y en otras con más de un millón. Con todo, se ha conseguido la ligazón entre la investigación y la producción in situ, espeGEOGRAFÍA E HISTORIA
425
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
cialmente representativa en actividades como farmacia, telecomunicaciones, electrónica, óptica, medicina, automoción, proceso de datos, ingeniería... Son más de medio centenar los sectores avanzados en promoción, casi todos comprendidos en cuatro macrosectores: electrónica, mecatrónica, biotecnología, y nuevos materiales. La Ley para la Aceleración del Desarrollo Regional (conocida como Ley de las Tecnópolis) estaba destinada a regular los Complejos Industriales de Alta Tecnología e irradiarlos por las regiones periféricas. Y ha conseguido instalar en ellas a casi la mitad de las nuevas actividades, especialmente en Hokkaido. Pero la pretensión alcanza una última etapa, una desconcentración máxima de las actividades, de tal modo que sea posible establecer Tecnópolis en cualquier parte del país. Se trata de una política que dispone de una doble interpretación: –
De un lado es clara la fórmula para movilizar los recursos regionales o locales, con la doble aportación estatal y regional.
–
De otro, también lo es la delegación de las responsabilidades del Gobierno Central en lo referente al desarrollo regional, ahora entendida como derivación directa de la crisis fiscal del Estado central.
En cualquier caso, dicha fórmula es básicamente financiera, y está estructurada en varias modalidades: –
Ayudas a la expansión de las instituciones trisectoriales a través de participaciones en proyectos de investigación.
–
Préstamos a bajo interés a las medianas y pequeñas empresas para modernizar su equipamiento tecnológico.
–
Aportaciones a fondo perdido.
–
Subvenciones para adquisición de moderna tecnología e incluso instalaciones.
–
Reducción de los tipos de interés, ampliando el sistema de interés preferencial para el desarrollo tecnológico regional.
–
La creación de las Fundaciones Tecnópolis, que ligan estrechamente las iniciativas pública y privada, ya que se apoya en la creencia de que la etapa keynesiana se encuentra desfasada.
Se trata de un sistema complejo en su estructura, que requiere de una fuerte base previa (infraestructural de conocimiento, financiera…), de un fuerte consenso entre los sectores público y privado, etc., por lo que resulta muy compleja su difusión exterior.
6. LA ECONOMÍA Y LOS TERRITORIOS 6.1. Hokkaido Abarca menos de la cuarta parte del territorio nacional, con un poblamiento tardío y acoplado cerca de la Fosa de Hokkaido, donde se asienta la capital, Sapporo. Los sucesivos planes de desarrollo han conseguido un notable despegue explotando los recursos minerales y energéticos, que alumbrarían la siderurgia de Muroran, y otros centros secundarios de fabricación de pasta de papel y transformación pesquera. Luego vendría la introducción de la ganadería especializada, y el resurgir de las actividades turísticas. Será tras la Segunda Guerra Mundial cuando aumente el ritmo colonizador, apoyado en la repatriación de un 426
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 13. Japón y el área del Pacífico: desarrollo industrial y comercial
amplio contingente demográfico tras serle arrebatado a Japón su imperio colonial. En 1946 se promulga la Ley de Reforma Agraria y el Estado adquiere la tercera parte del suelo útil de la isla, procediendo al reparto y prohibiendo el absentismo. Y poco después se crea la Agencia del Desarrollo Regional para ocupar el resto de tierras útiles. Posteriormente fueron modificadas las actividades ganaderas (aquí se concentra más de la cuarta parte de las cabañas de bovino y ovino del país) y pesqueras (especialmente de altura), con el resultado de la mayor parte de los activos del país en el sector primario. Actualmente la economía regional se funda en la extracción de carbón y algún hierro, destinados ahora a la gran industria meridional, pues la propia está necesitada de fuertes reconversiones tendentes a desligarla de los recursos naturales. También despuntan las industrias transformadoras (contrachapados, madereras, celulosas...), agroalimentarias y turísticas de invierno (ahora aprovechando el túnel de Seikan, que une a la isla con Honshu).
6.2. Honshu Es la base económica nacional, dividida en dos grandes sectores:
6.2.1. Tohoku Es un área de relieve intrincado, que tradicionalmente ha impedido el desarrollo de las comunicaciones, aunque, en contrapartida, la industria extractiva del hierro y cobre, completada con otros recursos procedentes de Hokkaido, alumbra actividades siderúrgicas y metalúrgicas, una actividad relanzada, hasta convertir a la región en la primera productora nacional de minerales. La actividad pesquera también es relevante (cultivos familiares de algas marinas, industrias transformadoras y conserveras...), confirmando la función de región despensa, impuesta desde el sur. Y el resto de actividades no difiere de las descritas en Hokkaido. Se trata de antecedentes que no aportan una rentabilidad comparable a la región meridional de Honshu, y que explican el notable despoblamiento padecido durante la década de los años setenta, con dirección a las grandes conurbaciones meridionales, entonces en formación. Sin embargo, tras esa sangría emigratoria la política del gobierno, promoviendo la industrialización, ha logrado colocarla como región bien situada dentro del poblamiento del país, hecho propiciado también por un acontecimiento indirecto, la ordenación urbana tendente a descongestionar el sur, que ha propiciado una red rápida de comunicaciones y la creación de centros industriales poderosos y modernos.
6.2.2. Chugoku y el frente de crecimiento Integra la gran conurbación japonesa. A lo largo de casi 350 kilómetros se suceden, sin solución de continuidad, complejos industriales alternados con grandes yacimientos, alumbrando a una compleja maraña industrial y una enorme densidad demográfica. Tokio es también la capital de la megalópolis, que configura un área propia con enorme diversificación industrial, extendida hasta su área de influencia más representativa, Nagoya. Las características fundamentales serán el rapidísimo crecimiento de las ciudades costeras y la fuerte orientación productiva a las industrias electrónicas, en casi su totalidad dedicadas a la exportación. El problema se plantea en las grandes urbes concentradas en el litoral pacífico, en un frente de crecimiento a expensas del interior, explicado por la concentración de las actividades industriales dependientes de materias primas importadas por los puertos, y de aquellos productos elaborados que también van destinados al exterior. GEOGRAFÍA E HISTORIA
427
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
Las regiones de Kanto, Tokai y Kinki, en la costa pacífica de Honshu acaparan dos terceras partes del empleo y de la producción total, mientras en el sur se concentra la mitad de la producción manufacturera. Las actividades menos dependientes del suministro exterior (mecánicas o de alta tecnología) han visto desarrollarse un proceso difusor siguiendo los ejes vitales de comunicación. Hacia la periferia, tanto norte como sur, las actividades primarias se encargan de mantener el empleo. Así pues, los desequilibrios territoriales del rápido proceso urbanizador derivan del correspondiente industrializador, luego dinamizado e incluso sustituido por el auge de los servicios, que no sólo afectan a la atracción ejercida por la megalópolis, sino a la fuerte dinámica urbana general, con casi doscientos núcleos que ya superan los cien mil habitantes. Su cercanía hace que se formen estructuras urbanas funcionales, que no sólo se encargan de organizar y abastecer a los territorios circundantes, sino de absorberlos, operando así mayores desequilibrios.
6.3. Shikoku El sector más septentrional se encuentra integrado en el gran conjunto económico del Mar Interior. De este a oeste se suceden núcleos urbanos e industriales que alcanzan medias superiores a los 1.000 hab./km2. Pero en el sur se mantiene una agricultura tradicional, sostenida sobre bases ancestrales con el fin de mantener los reflejos del pasado, con objetivos turísticos. Pero la aportación de la isla a la economía es esencial, especialmente en la construcción naval y materiales de equipamiento.
6.4. Kyushu En su costa oriental se acomodan los principales núcleos, hasta conformar una prolongación de Shikoku. En el resto de la isla se da una significativa concentración industrial y urbana, aunque la costa occidental se muestra bien diferente, con profundas bahías y multitud de islas con débiles densidades.
7. LA ESFERA DE COPROSPERIDAD Y LAS RAZONES DE LA EXPANSIÓN ECONÓMICA 7.1. La Esfera de Coprosperidad La esfera japonesa del Pacífico supera con creces al ámbito de los dragones asiáticos, y se justifica inicialmente por la abundancia de recursos fósiles (Indonesia y Borneo), de rígida demanda por Japón, y de minerales metálicos (manganeso, oro, bauxita, cobre, zinc...), de los que el país es también muy dependiente. Y, después, porque el sector más dinámico es el secundario (los nuevos países industriales), tanto que en algunos países genera cerca de la mitad del producto interior bruto, doblando el equivalente de hace tres décadas. De manera que por recursos, mercado, población activa, dedicación y avances en el desarrollo industrial, etc., la denominada Esfera de Coprosperidad japonesa abarca el ámbito comprendido desde Corea del Sur, pasando 428
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 13. Japón y el área del Pacífico: desarrollo industrial y comercial
por las ZEE (Zonas Económicas Especiales, Nuevos Puertos Francos de China, Hong Kong y Macao), Taiwán, hasta el sureste asiático, con el mejor exponente en los enclaves tradicionales del capitalismo, Singapur y Brunei. La esfera real (Japón, Taiwán, Corea del Sur, Hong Kong, Singapur y Brunei) alberga a doscientos millones de habitantes (con el 63% en Japón), un área con una renta per cápita media de 22.434 $, encabezada por Japón (27.574) y Hong Kong (27.239), y por encima de los veintitrés mil aún aparecen Taiwán y Singapur. La densidad media del sector es elevadísima (2.581 hab./km2), esencialmente debido a las contribuciones de las ciudades-estado, Hong Kong (7.120) y Singapur (6.859). El crecimiento medio de la población es del 1,1 por mil, pero muy bajo en Japón (0,1) y muy alto en Brunei (2,3). Y la población urbana es elevada (83%), pero también dispar, desde la más baja en Japón (65%) hasta la totalidad de la población en las ciudades-estado. La economía está controlada por Japón (62,5% del total), con un crecimiento interanual medio de 1992 a 2002 del 3,9%, muy notable, esencialmente debido al empuje de las tres más florecientes, Singapur (6,4%), Corea del Sur (5,5%) y Taiwán (5%), mientras Japón se ha mantenido en el 1%. El actual ha bajado al 2,8%, pero sigue siendo superior al europeo, ralentizado por Singapur. El índice de inflación es del 0,4%, negativo en Taiwán, Hong Kong y Japón, con el más alto en Brunei. Como resultado, la renta per cápita es muy alta en Japón y Hong Kong, y las más bajas aparecen en Corea del Sur y Brunei. Por último, las relaciones comerciales están centradas en Asia, esencialmente los proveedores (Japón un 59%, Corea del Sur un 64%, Hong Kong un 82%, y Singapur y Brunei un 66%), seguida de la Unión Europea, con la décima parte, pero con alta dependencia de Brunei (casi un tercio). Las ventas siguen parecida secuencia, aunque con valores más reducidos, a excepción de Singapur y Brunei, seguida de la Unión Europea, con especial resalte de Japón (la cuarta parte). De forma pormenorizada los rasgos de los dragones o tigres asiáticos son: –
Corea del Sur. Con 99.260 km2, casi cuarenta y ocho millones de habitantes, una densidad de 481 hab./km2, una tasa de urbanización del 80%, un crecimiento de la población del 0,6 por mil, unos índices demográficos controlados (la esperanza de vida ya alcanza los 76 años), una población activa en la industria del 19% y casi del 72% en los servicios, es un país terciarizado, aunque dos terceras partes de sus exportaciones sean bienes manufacturados. Ante la presión internacional Japón ha iniciado la conquista de nuevos mercados, y entre ellos el coreano meridional, buena parte de cuya actividad es filial nipona, introduciendo modificaciones en sus pautas productivas, con el reforzamiento de los servicios, la estabilización de la economía, el ajuste de las inversiones para hacer frente a las recientes crisis financieras, etc. Se trata de pautas conducentes, también, a la consecución de otros objetivos, similares a los japoneses, entre los que se encuentran: *
Mundializar más su economía (reduciendo sus compras de productos manufacturados y potenciando las ventas de maquinaria y material de transporte).
*
Abrir más su mercado a las inversiones extranjeras.
*
Diversificar sus inversiones exteriores.
Para ello cuenta con dos ventajas: Japón es su principal proveedor y EE UU su cliente más fiel. –
Taiwán. Con 35.980 km2, casi veintitrés millones de habitantes, una densidad de 628 hab./km2 y una tasa de urbanización del 75%, presenta balanzas comerciales
GEOGRAFÍA E HISTORIA
429
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
muy favorables, si bien su consolidación depende de los lazos comerciales estrechos con Japón y EE UU, sus principales proveedores, más la UE como cliente. Sus pautas no varían en exceso de las correspondientes a Corea del Sur, si bien presenta un doble problema:
–
*
Su mayor dependencia del nodo nipón, que le involucra en sus crisis financieras.
*
La resolución del conflicto geopolítico con China, que le impide penetrar como realmente quisiera en tan sustancioso mercado.
Hong Kong y Macao: *
Hong Kong, con siete millones de habitantes y 26.900 $ de renta, disfruta de unas amplias relaciones con Occidente y de la diversificación de sus intercambios, aunque arrastra los efectos de la caída del empleo industrial, como derivación de las masivas recolocaciones de actividades en la China del Sureste tras su trasvase a la soberanía de este país. De ahí su transformación en centro de servicios. Sus relaciones de provisión son básicamente asiáticas, mientras las ventas ya las diversifica a EE UU y a la UE.
*
Macao presenta un crecimiento demográfico anual alto, aunque compaginado con otro muy favorable del PIB y una tasa de inflación de las más controladas del sector. Sin embargo, sus exportaciones, centradas en juguetes y textiles, convierten el enclave en sumamente dependiente.
El complemento a los dragones aparece en un amplio sector del Pacífico oriental, incluido el meridional:
430
–
Singapur, en el Asia del sudeste insular, que junto a Hong Kong integra el espacio más rico de Asia, se funda en una ciudad-Estado con poco más de cuatro millones de habitantes y una densidad superior a los 6.800 hab./km2, pero con 24.000 $ de renta, hecho explicativo de haber aprovechado al máximo sus posibilidades estratégicas, navieras y mercantiles. Es el mayor puerto del sureste asiático y el mejor situado, con la mayor parte de su población china, experta en actividades comerciales y mercantiles. Vinculado a Gran Bretaña desde 1867 su actividad se ha basado en el comercio de reexportación de productos malayos, y debido precisamente a su valor logístico quedó excluido de la adscripción a la Federación Malaya (tras un breve paso por la misma en 1965 se declaró independiente). Después, aplicando un sistema de desarrollo nipón, haciendo uso de su gran recurso, la población se ha convertido en la isla de la prosperidad, con el objetivo futuro puesto en Vietnam, para captar un amplio e interesante mercado y hacerse con la explotación de sus riquezas. En la actualidad sus principales proveedores son asiáticos, seguidos de EE UU y la UE, al igual que ocurre con sus clientes.
–
Brunei, con 5.770 km2 y unos trescientos cincuenta mil habitantes, es una única monarquía absoluta que goza de inmensas reservas petrolíferas, y cuya independencia se explica por las intrigas británicas para no perder puntos estratégicos y ricos en sus antiguas colonias. Con los ingresos petroleros pretende diversificar una economía que atiende las necesidades de una escasa población, lo que explica las elevadas rentas (19.200 $). La diversificación de sus relaciones con el exterior es un síntoma de una posición privilegiada de riqueza y atractivo inversor, con clientes y proveedores similares a los anteriores, pero con más fuertes lazos con Japón por las fuertes adquisiciones de crudos.
–
Las Zonas Económicas Especiales de China, cada vez más insertas en el modelo y ámbito de influencia japonés. Pero mientras la absorción y asimilación de PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 13. Japón y el área del Pacífico: desarrollo industrial y comercial
los mercados de Corea del Sur y Taiwán se produjo en época muy temprana, China ha buscado la cooperación económica después de 1978, con la reforma, y desde entonces las relaciones con Japón han adquirido una base muy sólida, hasta convertirle en uno de los socios principales, que ha centrado su interés en las ZEE, que compaginan un sistema organizativo socialista con el modelo económico capitalista. En lo espacial se han colocado estratégicamente (junto a Hong Kong, Macao, Bahía de Pekín, muy cerca de Corea, y frente a Taiwán), ampliando sus caracteres a los puertos francos, coincidentes con los grandes puertos comerciales, para que ejerzan de plataformas exportadoras y focos experimentales de innovación tecnológica. Son las islas de rendimiento, abiertas a las empresas extranjeras que aplican tecnología exterior para fabricar y exportar productos elaborados, aunque la calidad no permite todavía competir plenamente con los dragones, por lo cual se orientan al mercado interno (salvo los de Xiamen, una auténtica colonia japonesa). Se trata, pues, de una inserción china desequilibrada en el área del Pacífico, ya que sólo afecta a las áreas costeras. Sin embargo, ha logrado hacerse con suministradores y compradores muy solventes, dominados por Japón. –
El sureste asiático, con larga tradición de contactos con la economía japonesa. Con la excepción de Singapur el sector alimentario es el mayoritario, seguido del petroquímico (tutelado por empresas extranjeras, encabezadas por las japonesas), y a más larga distancia por las industrias textil y mecánica. El sector industrial moderno y abierto está sujeto a una considerable dependencia nipona, que domina a los subsectores clave. Hasta 1980 los países capitalistas se dedicaron a consolidar sus patrones de comercio exterior con las antiguas metrópolis, mientras el intrarregional se ha movido en cifras muy módicas, debido a los fuertes lazos de dependencia comercial extra-ANSEA. Pero pronto establecieron relaciones con Japón (el gran nudo de impulsión interior de la región), que se ha dedicado a hacerse con su control, complementando al nudo de impulsión exterior, EE UU. Y, como resultado, el área presenta dos agrupaciones básicas: *
Los países taller del comercio internacional, con Tailandia en Indochina, más Filipinas e Indonesia en los archipiélagos. El país más interesante de ambas agrupaciones es Indonesia, por su mercado, población activa potencial, y por la producción de crudos y recursos agroalimentarios.
*
Malasia, entre la península y los archipiélagos, como área de expansión.
A la cabeza de los intercambios de ambas agrupaciones pronto quedó situado Japón, aprovechando que toda la región, sin demanda interna ni recursos financieros y técnicos suficientes, presentaba un patrón comercial que le convertía en muy vulnerable y dependiente del exterior. En los años setenta los productos primarios descendieron en el valor total de las ventas, a pesar de continuar siendo vitales los combustibles acaparados por Indonesia y Malasia; y las manufacturas han incrementado su contribución en un tercio, con el más importante esfuerzo en productos químicos, maquinaria y material de transporte. En las compras se denota la conexión cada vez más estrecha con el bloque capitalista, con alta incidencia japonesa, y con la dinámica del mercado mundial. Pero la llegada masiva de capital extranjero incrementó las deudas externas, por lo que todos los países capitalistas relanzaron la cooperación económica exterior. Sus objetivos desde 1976 se han centrado en: –
Mejorar el acceso a los mercados exteriores de sus productos, eliminando barreras arancelarias a través de acuerdos bilaterales con Estados o Asociaciones.
–
Diversificar los productos de exportación para evitar la dependencia de las oscilaciones del mercado mundial.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
431
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
–
Negociar de forma unificada al objeto de presionar de manera más contundente en determinadas reivindicaciones. Se ha tratado de articular principios básicos, pero sin renunciar a las negociaciones bilaterales, es decir, hacer uso del consenso como fuente de desarrollo. El diálogo ha quedado canalizado de forma estrecha con tres frentes vitales y, por ello, donde más esfuerzos se han dedicado: Japón, EE UU y UE.
Japón desarrolla un papel esencial por las inversiones que mantiene en la ANSEA (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático) y, a la inversa, para los nipones por su dependencia de los recursos primarios, si bien el problema ha radicado en las barreras arancelarias japonesas a los productos extranjeros. La importancia de EE UU se funda en las inversiones. Y la UE va ganando puestos con el establecimiento de tratos preferenciales a determinados productos, especialmente después de 1980 cuando se firma un acuerdo de cooperación basado en varias premisas: aplicación de la cláusula de nación más favorecida a todos los países miembros; eliminación paulatina de las barreras arancelarias y creación de nuevas fórmulas de intercambio; y ayudas al desarrollo y cooperación regional y financiera. Más al sur, incluso Australia se ha insertado económicamente en el denominado Nuevo Orden Asiático, ya que el mercado de este continente supera en importancia para los australianos al estadounidense o europeo. Y ello ha traído consigo que el capital japonés poco a poco vaya utilizando más a la economía australiana en beneficio propio, transformándola en un trampolín para salvar las dificultades impuestas por el mercado estadounidense a la entrada de capital nipón.
7.2. Las razones de la irradiación económica por el Pacífico asiático 7.2.1. Las estrategias económicas de deslocalización Toda esta región ribereña del Pacífico asiático goza de un emplazamiento geográfico envidiable dentro del mundo subdesarrollado, y dispone de enclaves vitales disputados por las grandes potencias económicas (Corea del Sur y Taiwán por su productividad, Indonesia, Malasia y Brunei por sus riquezas, Filipinas por su posición estratégica, y otros por sus bancos pesqueros). La vitalidad e importancia de la región desborda su significado meramente económico y geoestratégico, que se aprecia en las estrategias japonesas en Indonesia, donde Japón ha ejercido una política de deslocalización de las actividades menos rentables o más gravosas en necesidades de recursos del subsuelo, y ha aprovechado la abundancia de recursos y de mano de obra. Además, los dirigentes japoneses han considerado con énfasis la situación geoestratégica y la riqueza petrolera, hasta transformarla en una colonia de explotación. Tiene el capital nipón varios objetivos claros en este país:
432
–
Acaparar un mercado potencial enorme, tanto laboral como de consumo (220 millones de habitantes).
–
Controlar la riqueza petrolera, de extraordinaria importancia para el abastecimiento regular japonés.
–
Asegurar el derecho de libre paso de los navíos japoneses hacia Occidente, a donde portarán sus productos.
–
Atajar en lo posible el influjo estadounidense, especialmente en cuestiones económicas, pues las geoestratégicas puras no se plantean. PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 13. Japón y el área del Pacífico: desarrollo industrial y comercial
Esta fórmula de los países taller o colonias de explotación cuenta, no obstante, con los fuertes inconvenientes que algunos dirigentes han aportado, y entre ellos los países más pobres argumentan que el levantamiento de las barreras comerciales supondrá la ruina de sus economías. Además, tampoco son del agrado de los receptores las fórmulas voraces del capital japonés, que somete a un sistemático expolio a algunos de sus recursos básicos, comenzando por las pautas laborales implantadas a la población activa dependiente de este sistema.
7.2.2. El modelo de los vértices de desarrollo El nuevo modelo de desarrollo extremo-oriental, captado cada vez más por las pautas económicas japonesas, se funda en el interés despertado por Indonesia, que representa, al tiempo, la puerta del Índico y del Oeste. Pero también por otros intereses en el Asia insular y peninsular, donde los bajos salarios atraen al capital exterior, especialmente en un triángulo de crecimiento: –
El primer vértice se encuentra en Malasia, que desde 1980 ha emprendido la base de la industrialización masiva, ya que desde 1986 las máquinas y componentes eléctricos han pasado al primer rango exportador.
–
El segundo en Tailandia, que ha diversificado la economía con el sector terciario, y en concreto con el turismo.
–
El tercero entre Singapur e Indonesia, con sistemas productivos ya diversificados y unas relaciones externas muy complejas y variadas.
En el triángulo resalta el desarrollo de la ciudad-Estado, que organiza la industria y la mano de obra y crea un cada vez más importante sector terciario. Pues bien, este triángulo se amplía a cuadrilátero, incorporando un cuarto y amplio vértice, con el punto de partida en Hong Kong, que asciende hacia las áreas costeras abiertas de China, engloba a Taiwán, y acaba en Corea del Sur, el vértice realmente integrado en la economía japonesa, y representado por los Nuevos Países Industrializados (NPI).
7.2.3. El modelo de desarrollo extremo-oriental y la revitalización de las ciudades-estado La seducción que en los asiáticos produce el modelo japonés es precisamente el ser asiático, que conviene más al sistema continental, entre otras razones porque la sensibilidad asiática es altamente receptiva a la adopción de las soluciones japonesas, simplemente porque las tensiones propias de todo cambio social y económico serán menores. Despierta interés el sistema de relaciones del trabajo, muy artificial, pero capaz de aprovechar todas las potencialidades sociales asiáticas, y de responder a las necesidades de un mercado sujeto a una relativa estabilidad y calma sociolaboral, elementos necesarios en unas sociedades inestables. Luego, se aprovecha el papel tradicional de la ciudad-estado, reforzándolo ahora hacia la ciudad global o ciudad mundial, que encuentra su paradigma en Hong Kong, corazón de rutas aéreas y marítimas, centro de flujos comerciales y financieros, la menos asiática de las ciudades de ese continente, y la gran cabeza de puente con Occidente. Su papel de escaparate es seguido con viveza por otras grandes urbes, bien por afinidades claras GEOGRAFÍA E HISTORIA
433
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
al emplazarse en enclaves estratégicos, o aprovechando la macrocefalia de estos países. También Singapur es un ejemplo de ciudad mundial, un nexo entre el mundo chino y el occidental, utilizado por Taiwán como vía para su comercio indirecto, y que desea serlo del capital multinacional occidental con Asia. Su ejemplo cunde rápidamente en el entorno, y siguiendo el ejemplo de algunas macrourbes, el triángulo de crecimiento sostiene la línea de reforzar como polo meridional de Malasia a Johore Bharu, mientras Indonesia lo hace con Batam, estratégicamente situada justo al sur de Singapur. En todas estas ciudades-estado o ciudades-mundo las formalidades fronterizas han sido simplificadas a mínimos y las legislaciones económicas alineadas y liberalizadas, pues el objetivo último es internacionalizar más sus funciones, y mundializar las redes bancarias y financieras locales, así como la gestión de infraestructuras básicas de transporte y servicios.
434
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 13. Japón y el área del Pacífico: desarrollo industrial y comercial
BIBLIOGRAFÍA Association of Japanese Geographers (1980) Geography of Japan. Ed. Teikoku-Shoin, Tokyo. Aguirre Gonzálo, J. (1983) Japón hoy, nuevo modelo. Ed. APD, Madrid. Berque, A. (1982) Vivre l’espace au Japon. Presses Universitaires de France, Paris. Berque, A. (1989) “Japon: l’aménagement déphasé”. L’Espace Géographique, T. XVIII, N.º 4, pp. 291-295. Berque, A. (1987) Le Japon et son double (lógiques d’un autoportrait). Ed. Masson, Paris. Cockson, C. (1991) “S’implanter au Japon: la méthode ICI”. Courrier International, N.º 30. Delage, F. (1993) “Japón, el fin de una época”. Política Exterior, Vol. VII, NE 35, pp. 140158. Florida, R. y Kenney, M. (1992) “Restructuring in place: japanese invest, production organization, and the geography of steel”. Economic Geography, V. 68, N.º 2, pp. 146-174. Gibney, F. (1984) El milagro programado: las verdaderas razones del triunfo económico del Japón. Editorial Planeta, Barcelona. Ishihara, S. (1991) “El mundo empresarial japonés”. Política Exterior, Vol. V, NE 21, pp. 28-46. Itakura, F. (1985) “On the exodus of industry from urban areas in Japan”. The Sciencie Reports (Geography). Vol. 35, N.º 1, pp. 1-14. También “The Soft sector of japonese industry”, Vol. 34, N.º 2, pp.1-12. Kornhauser, D. H. (1982) Japan, geographical background to urban industrial development. Ed. Logman, London. L’Espace Gèographique (1990) Spècial Japon. Art. Passim, N.º 2. MacDonald, D. (1985) Geography of modern Japan. Ed. Paul Norbury, England. Marcadou, J. (1990) “La puissance maritime des pays d’Extreme Orient: chantiers navals et flottes marchandes”. L’Information Géographique, Vol. 54, pp. 61-74. Mcdowell, B. y Ward, F. (1974) “Those successuful japanese”. National Geographic, Vol. 145, N.º 3, pp. 322-361. Michel, M. (1992) “Le Japon dans le système économique mondial”. L’Information Géographique, N.º 1, pp. 1-11. MITI (1982) “Regional technology maps of Japan”. Ministry of International Trade and Industry, Regional Development Office, Tokyo. MITI (1984) “Outline of the Technopolis Plan”. Ministry of International Trade and Industry, Tokyo. Morishima, M. (1984) Por qué ha triunfado el Japón: tecnología occidental y mentalidad japonesa. Ed. Crítica-Grijalbo, Barcelona. Murphy, R.T. (2000) “Japan’s Economic Crisis”, New Left Review (II) 1. GEOGRAFÍA E HISTORIA
435
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
Piera, A. (1991) “Japón el nuevo orden mundial”. Política Exterior, Vol. V, N.º 21, pp. 122135. Pitte, J. R. (1990) Le Japon. Ed. Sirey, Paris. Problemas económicos (1989) N.º 2110, febrero: –
“L’evolution de l’economie japonaise depuis 20 ans: du miracle à la maturitè”, pp. 0-14.
–
“Le Japon et le Pacifique (1968-1988)”, pp. 14-18.
–
“Nouveaux pays industrialisès d’Asie Japon: de la dèpendence à la concurrence?”, pp. 18-22.
–
“L’implantation en Asie des gèants japonais de la distribution”, pp. 30-32.
Sabouret, J. F. (1989) El Japón actual. Editorial Civilización, Barcelona. Sáenz de Buruaga, G. (1985) “Regionalización del desarrollo tecnológico: las tecnópolis japonesas”. Arbor, Julio-Agosto, pp. 131 y ss. Silva Castro, A. (1991) “Algunas claves para acercarse a la sociedad japonesa”. Política Exterior, Vol. V, N.º 21, pp. 170-183. Stöhr, W. (1987) “Innovación regional tecnológica e institucional. La política japonesa en relación a las tecnópolis”. Estudios Territoriales, N.º 23, pp. 29-45. Takeshi, H. (1990) Desarrollo económico del Japón. Internactional Society for Educational Information, Inc. Japón. VVAA (1980) Spécial Japon. L’Espace Géographique, Vol. IX, N.º 2. Yoshitomi, M. (1991) “La economía japonesa del siglo XXI”. Política Exterior, Vol. V, N.º 21, pp. 65-76.
436
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 14 África: territorio y sociedades. África Mediterránea y África Subsahariana: contrastes físicos, socioeconómicos y culturales
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
ÍNDICE SISTEMÁTICO 1. INTRODUCCIÓN 2. LA HOSTILIDAD DEL MEDIO COMO CONDICIONANTE DEL DESARROLLO 3. LA DEBILIDAD SOCIOECONÓMICA Y EL NEGATIVO INFLUJO DE LA COLONIZACIÓN Y DE LA DESCOLONIZACIÓN 4. LAS ESTRUCTURAS AGRARIAS Y LA CONTRIBUCIÓN DE LAS ACTIVIDADES INDUSTRIALES Y COMERCIALES 4.1. La dualidad de las estructuras y el desfase agrario 4.2. La débil contribución del sector secundario y la dispar de las actividades comerciales. Las ayudas ligadas 4.3. La economía y los territorios 5. LOS PROBLEMAS BÁSICOS DEL CONTINENTE 5.1. Del colonialismo al anticolonialismo 5.1.1. La identidad y estabilidad nacionales 5.1.2. La existencia de diversas vías de desarrollo 5.1.3. La conflictividad permanente 5.1.4. La unidad supranacional: del neutralismo al economicismo 5.1.5. La insuficiencia de recursos transformados 5.1.6. La dependencia externa 5.1.7. Las múltiples explicaciones de la inestabilidad 5.1.8. Los fuertes desequilibrios territoriales 6. LAS DOS GRANDES ESTRUCTURAS REGIONALES 6.1. El África blanca 6.2. El África negra BIBLIOGRAFÍA
438
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
1. INTRODUCCIÓN El continente está ocupado por un zócalo que abarca más del 95% de la superficie, cuyos materiales ofrecen una amplia riqueza mineralógica, limitada en superficie por la geométrica distribución zonal de los medios bioclimáticos en franjas casi simétricas a ambos lados del Ecuador, que explica la discontinuidad humana en el espacio. Sobre ese sustrato la estructura africana ha sido interpretada aplicando instrumentos ajenos, con un fraccionamiento político excesivo, una invención de países que ha dado lugar a un mapa político muy complejo (cincuenta y cuatro Estados). Alberga a 855 millones de habitantes, dispone de una densidad media de 62 hab./km2, de un crecimiento anual del 2%, de un índice de fecundidad de 4 hijos por familia, de una esperanza de vida de unos 60 años, de una población urbana del 50% (con un crecimiento acelerado y desordenado), y de una renta per cápita de 3.115 $, que le coloca en el nivel más bajo del desarrollo. Puede establecerse la nítida distinción entre dos sectores, entre dos Áfricas: –
La septentrional o blanca (Argelia, Libia, Marruecos, Túnez y Egipto), con unos ciento cincuenta millones de habitantes, pero rasgos demográficos más favorables y económicos más solventes, reflejados en una renta de 6.037 $, en los niveles de las rentas medias, y similar al del sureste asiático.
–
El África negra, integrada por cuarenta y ocho países (el 90% del total), con setecientos cinco millones de habitantes, una esperanza de vida que baja a los 48 años, y una renta de 2.832 $ (283 por debajo de la media continental), que le coloca como el último escalón del subdesarrollo.
Por último, casi todas las economías africanas son exportadoras de productos primarios, y en consecuencia cuentan poco en la economía mundial. Como colofón, tras la Guerra Fría el continente ha perdido casi todo el interés geopolítico, a excepción del: –
Cono sur, por la relevancia de sus recursos y su papel comercial entre diversas partes del mundo.
–
El espacio septentrional, también por sus recursos, y por su potencial contribución a la estabilidad del Mediterráneo.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
439
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
2. LA HOSTILIDAD DEL MEDIO COMO CONDICIONANTE DEL DESARROLLO Con unos treinta millones de kilómetros cuadrados es el segundo continente más extenso, después de Asia, con tres cuartas partes dentro de la zona tropical, dos tercios de las cuales se enclavan al norte del ecuador. Dispone de más de veintiocho mil kilómetros de costa, pero presenta un relieve sencillo debido a que es un gran zócalo precámbrico inclinado hacia occidente, que aflora directamente (granitos, esquistos y gneis) o recubierto de una fina película sedimentaria sometida a rigurosos procesos erosivos. Las altitudes superan los mil metros en el oriente, mientras al sur aparece un borde abrupto, en el Drakensberg de Sudáfrica. En los extremos del continente figuran los únicos pliegues montañosos: –
Al norte el Atlas, asociado a los conjuntos montañosos de Eurasia, y resultado del contacto de la placa africana con la euroasiática.
–
Al sur los montes del Cabo, de menor altitud, y fruto del empuje de la placa pacífica sobre la africana.
Es una amplia plataforma rodeada de cordilleras al norte y de altas mesetas al este, con unas altitudes orientales debidas a la acción conjunta de las compresiones precedentes con otras este-oeste, que generaron la fractura del Rift Valley, una gran falla que une al norte continental con los grandes lagos interiores, y que a punto estuvo de romper en dos al continente (otra falla paralela desagregó la isla de Madagascar). Se extiende entre otras fallas paralelas bordeadas de volcanes (entre los que resaltan el Kilimanjaro y Virunga) y de lagos (Tanganyka, Abaja, Rodolfo, Natrón, Nyasa, Eduardo, Victoria…). Y mientras las tierras bajas son poco comunes, y generalmente asociadas a los deltas, resalta la alternancia de abombamientos y cubetas. De norte a sur esa secuencia queda reflejada en la tabula sahariana (de baja altitud media), las cordilleras (Montes de Camerún) y las depresiones (cubeta del Congo), también reproducida en el África austral, con cubetas (desierto del Kalahari), depresiones (Zambeze) y cordilleras (Montañas del Cabo). En todas las regiones, a excepción de los extremos continentales, la altitud establece las mejores condiciones de vida (las laderas y mesetas conservan los climas favorables para pastos y cultivos). Y el zócalo aporta mineralizaciones, que son el resultado de intrusiones sobre capas muy profundas desarrolladas durante el Jurásico y Cretácico, con gran cantidad de recursos (hierro, diamantes, cobre, oro, etc.), aunque los energéticos no son abundantes (salvo en la tabula sahariana y el Golfo de Guinea). En África se albergan algunos de los cursos más importantes del mundo, con especial resalte del Nilo, con casi siete mil setecientos kilómetros de recorrido, una cuenca que abarca a la décima parte del continente, y notables afluentes, como el Nilo Azul y el Atbara. El segundo río es el Congo, con más de tres millones y medio de kilómetros cuadrados de cuenca, más extensa que el Mar Mediterráneo, que le convierte (después del Amazonas) en el segundo río más regular del mundo al recibir afluentes de los dos hemisferios, y en el único de los grandes ríos africanos que desemboca en el Atlántico. El Níger, que tiene su cabecera en el macizo de Futa-Yalón (junto con el Senegal), durante las crecidas inunda más de cien mil kilómetros cuadrados, y desemboca a través de un extenso delta. Y en el África austral dos grandes cursos: el Zambeze, repleto de rápidos y cataratas, con sus fuentes en las altiplanicies centrales; y el Orange, que atraviesa a casi toda Sudáfrica hasta perderse en la cuenca cerrada del Kalahari, tras ser sometido a una intensa sangría para irrigación. El enorme potencial hidrográfico se completa en las grandes fracturas de la meseta oriental, con inmensas fosas ocupadas por agua (con el segundo lago más profundo 440
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 14. África: territorio y sociedades
del mundo –dos mil metros– el Tanganyka), que siguiendo un sistema de vasos comunicantes acaban conectadas entre sí. Si bien es cierto que el desierto líbico, más antiguo que el sahariano (donde se enmarca) ya había aislado al valle del Nilo, convirtiéndole en un rincón de África al margen del devenir continental, fue la desecación sahariana lo que partió a África en dos mitades incomunicadas: al norte, una región influida por los avatares de la historia mediterránea, y el resto cerrado en la africanidad. En el clima africano interviene el juego de las presiones y vientos (fruto de la enorme latitud abarcada por el continente): dos anillos de altas presiones subtropicales (uno sobre cada trópico) y otro de bajas presiones (sobre el Ecuador). Los tres ascienden y descienden en latitud según las estaciones, si bien las bajas presiones se mantienen muy fijas, propiciando precipitaciones continuadas. Y el régimen persistente de los alisios será el responsable de las dos grandes fajas desérticas, al norte y al sur. Además, debido al gran desarrollo de las tierras emplazadas bajo los trópicos la aridez transforma al más cálido de los continentes en el más seco. Y el relieve interviene en dos casos concretos: –
La cordillera rifeña, que impide la penetración hacia el sur de las lluvias aportadas por las masas atlánticas o los centros de bajas presiones formados en el Mediterráneo.
–
Las mesetas orientales, que provocan oscilaciones térmicas derivadas de la altitud.
Por último, inciden las corrientes marinas: en el Atlántico la de Canarias y la cálida del Ecuador ejercen efectos diferentes; y en el Índico la de Mozambique, como ramificación de la subecuatorial, que favorece el transporte de la humedad por los alisios. El resultado es una distribución de los biotopos en disposición zonal, con repetición casi simétrica en ambos hemisferios: –
Hiperhúmedo, con selva ombrófila de pisos arbóreos, asentada sobre suelos ferralíticos muy lixiviados, y que cubre la décima parte del continente. Definido por unas precipitaciones altas (1.500-2.000 milímetros) y unas temperaturas constantemente elevadas, entre el sol y la lluvia no hay estadios intermedios. Aquí más que la cantidad incide la regularidad en el abastecimiento de lluvia, unida a los fenómenos de brusca condensación y rocío nocturno, que favorecen la eclosión de la vida, con una variedad de floresta (más de un centenar de tipos de selva) que no encuentra parangón en otras latitudes similares.
–
Tropical, con alternancia de estaciones pluviométricas y mayor diversidad climática. Es la variante de transición entre los climas lluviosos y los secos, los cálidos y los áridos, con biotopos variados, desde los sahelianos o sudaneses (con débiles precipitaciones y contrastes térmicos) hasta la sabana arbórea con herbazal (una degradación del bosque ecuatorial). Al norte, el Sahel, con unas precipitaciones medias de 500 mm, y llanuras amarillentas aprovechadas para el pastoreo trashumante. Y al sur, con un tercio más de agua, la sabana de hierbas altas y bosque claro, con una vida animal ajustada a largos desplazamientos estacionales.
–
Árido hipertropical, con precipitaciones inferiores a la evaporación, que impiden la presencia de una red hidrográfica jerarquizada y explican la diseminación de la vegetación xerofítica. Pero se pueden distinguir cuatro tipos desérticos: los interiores, muy extremados; los costeros, de régimen térmico más suave; las estepas espinosas, una transición entre las sabanas y los desiertos propiamente dichos; y los de altura, con mayor humedad y presencia vegetal.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
441
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
Una cuarta parte del continente (equivalente a la extensión europea) está ocupada por el desierto del Sahara (con la sucesión de erg arenosos o serir de cantos, y de hamadas o mesetas calcáreas), a la que es preciso añadir la del Kalahari, que ocupa la cubeta del mismo nombre. En estas regiones áridas las plantas se han adaptado al clima y a la nula calidad del terreno. Para sobrevivir desarrollan el sistema de raíces en un intento de aprovechar al máximo la humedad, reducen el tamaño y cantidad de hojas para evitar la evaporación, y se vuelven rastreras para defenderse del viento. En los espacios mediterráneos, sobre los sectores plegados de los extremos continentales, la cobertera vegetal es muy heterogénea, con dos regiones bien diferenciadas: –
La estepa mediterránea, de inviernos lluviosos y veranos cálidos, y vegetación dominante de arbustos y matorral.
–
La subhúmeda, con precipitaciones más regulares y una mayor variedad, con bosque de frondosas (encinares y pinares) compaginado con matorral.
En los dominios de montaña hay pisos vegetales en función de la altitud y la exposición: el piso inferior, hasta los 2.000 metros, con bosque ombrófilo en la zona cálida; el superior (hasta los 3.000) con bosque y helechos; hasta los 4.000 los brezos y el matorral gigante; y el alpino (hasta los 5.000), con la pradera. Por tanto, dominan los ambientes áridos, semiáridos y húmedos, en los que las oscilaciones pluviométricas, la evapotranspiración elevada y la dotación de las condiciones necesarias para la proliferación de enfermedades endémicas aclaran la estrechez de las actividades económicas en superficie. Y la ausencia de diversidad de ecosistemas limita la posibilidad de diversificación de los cultivos y comprime las posibilidades de aprovechamiento ganadero. Por tanto, el clima condiciona a África, tanto que la mayor parte de millones de kilómetros cuadrados se encuentran en la zona tropical, mientras el resto del continente, aún siendo diverso, está dominado por variantes climáticas rígidas e irregulares, salvo la templada (residual y focal). Así, el clima asume una importancia singular, que se incrementa al considerar el movimiento del Frente de Convergencia Intertropical, entre el Sahara y el Kalahari, que lo hace con variaciones cada vez más notables del área abarcada. Las alternativas para el aprovechamiento del espacio no son amplias. En las áreas más secas el nomadismo ganadero ha sido la fórmula más rentable, y que ha agotado a extensas áreas, hecho que unido a las sequías ha influido en la disminución de la cabaña ganadera. Otra respuesta ha sido la agricultura marginal instalada en los lechos de las corrientes esporádicas, con las cosechas ligadas a la estación de lluvias, aunque el regadío facilita la propagación de los insectos (lo que a su vez limita la presencia humana) y saliniza a los suelos. En los ámbitos húmedos el desmonte permite la obtención de tubérculos o de cultivos industriales (cacao, café, aceite de palma...), pero la fertilidad de los suelos es temporal, ya que los latosoles rojos se deterioran muy rápidamente, porque los nutrientes le son proporcionados por la cobertera vegetal, que desaparece con la puesta en producción. En contrapartida la introducción de cultivos de elevado porte preserva la fertilidad del suelo. Una de las fórmulas más viables ha sido el sistema de rozas, que tras la explotación permite la regeneración, pero que en la actualidad deja de ser una alternativa debido al continuo incremento de la presión demográfica.
442
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 14. África: territorio y sociedades
3. LA DEBILIDAD SOCIOECONÓMICA Y EL NEGATIVO INFLUJO DE LA COLONIZACIÓN Y DE LA DESCOLONIZACIÓN El continente ha dependido siempre de las intervenciones exteriores, que han perturbado su normal desarrollo. Así, la baja densidad y el escaso avance económico del interior se deben a factores históricos como el aislamiento, y que al ser ocupado ha generado la ruptura de las sociedades tradicionales. Y las altas en la costa se explican por las mejores condiciones climáticas y por los contactos con el exterior. De esa diferencia entre interior y márgenes han surgido los fuertes desequilibrios entre las sociedades tradicionales y las más avanzadas de la periferia. Pero no es una condición suficiente, como bien demuestra uno de los dos gigantes demográficos (ambos periféricos), Nigeria (con 124 millones de habitantes y una renta de 908 $, inferior a las bajas), en el África negra, aunque confirmada por el otro coloso, Egipto (con 72 millones y una renta de 3.813 $), en el África blanca. Algo parecido ocurre con el resto de rasgos, tanto demográficos como sociales, una simple traslación de los generales entre las dos Áfricas. Desde unas pérdidas muy notables por la sangría esclavista se llegó a finales del siglo XIX a la situación de un continente semivacío en el interior y semivaciado en su conjunto, una secuencia rota desde mediados del siglo pasado. Dos etapas penosas para el continente fueron la precolonial y colonial, cuando se padecieron fuertes pérdidas, y cuando los grupos raciales fueron enfrentados entre sí en guerras fratricidas por las exigencias de la trata, con la consecuencia de vastos despoblamientos, la extinción de civilizaciones, la ruptura del equilibrio social y de las relaciones entre los grupos (que recrudeció un dilatado período de violencias), y el quebranto de las estructuras organizativas. Además, la trata dejó un poso inevitable de recelos en la negritud, porque superada la etapa esclavista se impuso la colonialista, con nuevos desplazamientos, guerras y persecuciones. A partir de entonces del comercio de esclavos se llegó a la institucionalización de las servidumbres, ya no en provecho de particulares, sino de naciones. En suma, que a lo largo de este dilatado periodo África se volvió contra África, sumiéndola en su fase histórica más calamitosa, tanto que entre los siglos XVI y XIX fueron llevados a América más de diez millones de esclavos (si bien únicamente la mitad de los que salieron llegaron al nuevo mundo), unas salidas a las que se ha de adicionar las dirigidas hacia Asia, y que en ambos casos afectaron a los individuos más útiles para impulsar el desarrollo de los distintos pueblos. La división en dos del continente la confirma la existencia de otras tantas culturas bien diferenciadas: –
La blanca musulmana, integrada por los camitas (bereberes, tuareg y maures) y los hamitas (semitas, nubios…).
–
La negra tradicional, al sur del Sahara, con los grupos negroides (sudanés, guineano, nilótico y bantú), en la que se desarrollan las instituciones tradicionales: * Las anarquías, o estructuras políticas no jerarquizadas en sociedades igualitarias y carentes de una auténtica organización política, donde las actividades se regulan por normas ancestrales y las leyes son sustituidas por la obediencia a las creencias religiosas y a los hábitos sociales. * Las jefaturas, con linajes dominantes, donde el poder se ejerce por derecho superior o descendencia. * Los Estados, donde una persona se impone a una agrupación de jefes.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
443
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
De manera que la africana ha sido una sociedad autónoma respecto a los modelos europeos, basada en la célula familiar, y en la autoridad del jefe y del consejo de familias, tanto que sólo tomando en bloque la vida social, religiosa y familiar se puede trazar el camino recorrido por el continente. El crecimiento demográfico siempre ha sido alto, y el actual del 2%, también es elevado, que continúa dándose dentro de la sociedad más desfasada, en el lugar donde la producción de alimentos es inferior a la de 1970, donde el sesenta por ciento de la población tiene menos de veinte años (con una enorme fertilidad potencial escondida), y donde algunos recursos plantean muchos problemas (áreas de pastoreo nómada que pagan las consecuencias del efecto invernadero, la deforestación incontrolada, etc.), con la consecuencia de masivos desplazamientos de población y de ciento treinta millones de desplazados (como ocurrió en 1992, con la sequía que desbordó al cuerno de África, alcanzando a Namibia, Zambia, Tanzania, Zimbabwe, Angola...). La mejor situación corresponde al África blanca, con un crecimiento demográfico del 1,7%, con Túnez que se acerca al uno, mientras sólo Libia (1,9%) supera la media del sector. En el extremo opuesto el África negra presenta un auge del 2,2%, con exponentes negativos muy relevantes, como Etiopía (4,2%), Liberia (4,1), Sierra Leona (3,8), Eritrea (3,7) y Níger (3,6), y otros positivos, aunque emplazados únicamente en dos sectores, el insular o el extremo sur, como Bostwana (0,9%), Suazilandia (0,8), Seychelles (0,7), Sudáfrica (0,6), Zimbabwe (0,5), y sobre todo Lesotho (0,1). El crecimiento no es superior por la presencia de unas altas tasas de mortalidad, en unos casos consecuencia de las hambrunas, en otros de las dificultades económicas y técnicas, y en unos últimos por la enorme difusión territorial alcanzada por las endemias. De los más de cien millones de personas afectadas en el mundo por el paludismo unos noventa se encuentran en África, y otros quinientos millones de africanos son enfermos potenciales por vivir en las áreas palúdicas. Pero también se propagan diversos tipos de malaria, tuberculosis o cólera (como ocurrió con los refugiados ruandeses en Zaire). Y sobre esas endemias se sobrepone la del siglo XXI, el SIDA, que tiene el exponente máximo de sus consecuencias precisamente en África. Los datos sobre la propagación muestran que entre la cuarta parte y la mitad de la actual generación de africanos de raza negra que tienen entre veinte y cuarenta años la padecerá en una década, con niveles de infección que superan el 80% en los grupos de población no estable. África oriental y central concentran tres cuartas partes de los infectados, especialmente en las áreas urbanas portuarias, con una fuerte relación entre la infección y las líneas de intensidad de los flujos comerciales o de mano de obra (Brazzaville, Kampala-Copper Belt-Mombasa). África occidental es la tierra de la inmigración estacional masculina, una circunstancia que ha convertido al corredor Abidjan-Dkar en la línea de propagación del SIDA. Pero todo el Golfo de Guinea es realmente un área endémica. Lo cierto es que las tasas de mortalidad general e infantil son inferiores en el ámbito blanco, y desproporcionadas en algunos países del África negra, como ocurre con las de mortalidad infantil en Congo-Kinshasa, con 120 por mil (frente al 21 por mil de Libia). Con todo, las proyecciones de población anuncian un ligero incremento (0,3%) para los próximos años, debido al correspondiente de la fecundidad en el África negra. El índice medio de fecundidad es de 4, que sube a 5,2 al sur del Magreb, donde aparecen valores desmedidos, entre los más elevados del mundo: Níger (8), Etiopía (7,3), Angola (7,2), Uganda (7,1), y Malí (7). Pero también la esperanza de vida es un excelente indicador que marca las diferencias entre los dos sectores africanos, con 71 años en el África blanca (que llega a los 73 en Túnez) y sólo 48 en la negra, y con disparidades muy acusadas (desde los 75 años de Reunión, los 70 en Cabo Verde, Santo Tomé y Príncipe, Angola y Botswa444
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 14. África: territorio y sociedades
na, hasta los 40 en la República Centroafricana, los 39 de Ruanda, los 38 de Malawi y Mozambique, los 35 de Lesotho, los 34 de Suazilandia, los 33 de Zimbabwe o los 32 de Zambia). Por último, la población urbana también establece distancias, con el 62% en el sector blanco (Libia supera el 86%) y el 39% en el negro, una sociedad básicamente rural, pero con fuertes disparidades (91,5% en Reunión, y 84% en Gabón y Yibuti, pero 10% en Burundi, 12% en Uganda, 16% en Malawi, 15% en Somalia, 18% en Burkina Faso, Ruanda y Lesotho, 20% en Eritrea, etc.). Puede decirse que fruto de la diversidad y de la azarosa historia reciente el continente se caracteriza por los siguientes cuatro hechos: –
La módica densidad, sobre todo interior, justificada por la hostilidad del medio.
–
La redistribución de la población, efectuada según el trazado de la red de infraestructuras creada por los colonizadores europeos, que también explica la concentración costera, en las áreas dinámicas portuarias.
–
El carácter muy tardío de la explosión demográfica, tanto por la adversidad del medio como por las pérdidas de población, cuyo control ha sido muy reciente y no completo, por lo que el trasvase al ciclo demográfico moderno se inicia a partir de finales de los años cincuenta.
–
El desarrollo del urbanismo acelerado, sustentado en la instalación de unas administraciones centralistas y en la instauración de las economías de mercado, que provocarán la decadencia de las ciudades interiores y el esplendor de las portuarias.
4. LAS ESTRUCTURAS AGRARIAS Y LA CONTRIBUCIÓN DE LAS ACTIVIDADES INDUSTRIALES Y COMERCIALES 4.1. La dualidad de las estructuras y el desfase agrario De las mutaciones introducidas por las sociedades modernas deriva la pervivencia de una dualidad de estructuras agrarias: –
Tradicionales. La solidaridad colectiva basada en la división del trabajo ha sido un elemento decisivo para la supervivencia del grupo cuando el nivel de desarrollo no podía asegurar la existencia del individuo aislado. Por ello, muy a menudo, los intercambios se ejercen bajo la forma de una prestación gratuita de mano de obra. Además, el sistema de solidaridad trata de evitar el enriquecimiento personal, y se constituye en un factor de nivelación de las rentas. En el África negra una mayoría de las sociedades desconocen la apropiación privada de la tierra, con la que establecen una relación de alianza, dividiendo el terreno en parcelas de las que cada familia es usufructuaria en el marco de una propiedad colectiva, que los órganos ejecutivos de las agrupaciones o tribus redistribuyen periódicamente. El sistema presenta algunas variantes: *
Itinerante, basado en la roturación de una hectárea por familia, que aún conserva importancia en el África tropical, pero en continuo retroceso debido a la presión humana sobre el medio ejercida por el crecimiento demográfico, el más alto del continente.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
445
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
–
*
Nomadismo ganadero, sobre las áreas sahelianas (tuareg, maures, bereberes...), también en retroceso, ahora por las limitaciones impuestas tanto por los conflictos armados como por el deterioro propiciado por el indiscriminado pastoreo.
*
Sedentario intensivo, con aplicación de abonos orgánicos y métodos de cultivo introducidos por los británicos. Es muy representativo en el Golfo de Guinea y en las altas mesetas orientales.
*
Sedentario de inundación en los valles fluviales, que reporta pobres resultados por la falta de aplicación técnica, si bien despuntan los conseguidos en el Nilo y Níger.
Las estructuras comerciales. Mientras en los grandes imperios de dominación asiática (China y la India) la concentración de la producción permitió la realización de las obras colectivas, aquí la jerarquía ha estado más marcada, ya que los colonizadores buscaron apoyos en los estratos sociales dirigentes, convirtiéndoles en intermediarios entre las masas explotadas y los intereses exteriores. Es decir, que la introducción del monetarismo supeditó a las sociedades africanas al capitalismo a través del sistema de cosecha-comercialización-subordinación, una aportación europea que destruía las formas antiguas e introducía las contradicciones y distorsiones. Ha aprovechado los productos autóctonos (palmera de aceite, goma de hevea...) y ha introducido otros importados (algodón, remolacha...), como también la especialización, pero sacando los beneficios fuera del continente. Resaltarán dos tipos de explotaciones: *
Las industriales, en manos de las grandes multinacionales, y cuyos productos van al mercado mundial.
*
Los grandes latifundios, con escaso eco en el continente, dedicados a la producción de fibras naturales, y que hace tiempo entraron en declive debido a la competencia de las fibras sintéticas.
Este sistema se asienta sobre los suelos más fértiles, pero no colabora a los abastecimientos nacionales porque la producción va dirigida a la exportación. Tras la independencia distintos países han intentado crear una agricultura moderna apoyada en las cooperativas como fórmula idónea para la difusión de las técnicas, y basada en los cultivos industriales, aprovechando que cada región y zona sólo ofrece la posibilidad de obtener unos pocos productos. Así, la costa se ha especializado en plantaciones de palmera, cacao y café; los sectores tropicales en cacahuete y aceites refinados; y en el resto aparece una oferta algo más amplia. Lo cierto es que la agricultura es la actividad principal, e incluso para un buen número de Estados desprovistos de otras riquezas es el sector básico, pero escasamente productivo. Y la alternativa de los créditos internacionales al desarrollo agrícola se convierte en un arma de doble filo, porque suelen estar sujetos a la especulación interna. Cuando son concedidos a los campesinos medios pronto se convierten en prestamistas de los pequeños agricultores, con lo cual su distribución contribuye a aumentar las desigualdades sociales en el campo. Por tanto, la creación de una clase media agraria, deseable en su incremento, se transforma en un factor negativo del desarrollo. Es el caso de la mayor parte de los países centrales o situados en las márgenes desérticas (Malí, Alto Volta, Níger, Chad, Ruanda, Burundi...), donde, además, los productos alimentarios son objeto de intercambio comercial muy limitado fuera de los circuitos modernos, y sólo dan lugar a transacciones locales, tanto por las deficiencias del mercado como por las insuficiencias infraestructurales. Pero tampoco los cultivos mediterráneos, templados o industriales tienen fácil salida al mercado mundial, ahora por razones externas, entre las que resaltan los excedentes comunitarios y estadounidenses. 446
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 14. África: territorio y sociedades
4.2. La débil contribución del sector secundario y la dispar de las actividades comerciales. Las ayudas ligadas La silvicutura dispone de una quinta parte del continente (la cuarta parte del área forestal del mundo), si bien los beneficios más sustanciosos van a parar al exterior. La posesión de minas fue uno de los móviles predilectos de conquista, y luego el capitalismo plurinacional ha seguido con la explotación basada, como antaño, en la práctica del desnatado, o agotamiento de los minerales más ricos en metal puro, un irracional procedimiento que altera ecológicamente a amplias superficies, y que reduce a mínimos la reinversión ante la preferencia de otros yacimientos rentables a corto plazo. Sólo algunos países procedieron a nacionalizaciones, tras las cuales crearon un sistema de explotación estatal. El sector minero resalta por la riqueza y variedad. El mineral de hierro es muy abundante, de gran calidad y distribuido por casi todo el continente. El cobre lo es menos, pero su riqueza es superior a la media mundial. La bauxita cuenta con reservas que aún no han podido ser evaluadas. El oro aporta la mitad de la producción mundial, y constituye una de las fuentes de ingreso para algunos países (Zimbabwe, Sudáfrica...). Los diamantes proporcionan tres cuartas partes de la producción mundial. Es abundante el cobalto, y en general, los elementos radiactivos disponen de reservas no bien evaluadas, hecho que ha despertado el interés de las antiguas metrópolis, que ya se habían desentendido de un buen número de países. Los recursos minerales están concentrados en tres grandes zonas: África septentrional, meridional y la región del cobre (cubeta del Congo y Zambia). Y los energéticos, sin ser abundantes, disponen de notable riqueza de componentes, sobre todo las reservas petrolíferas y de gas natural del norte (Libia y Argelia) y del Golfo de Guinea (Nigeria). El enorme potencial hidroeléctrico (el 40% del mundial) está poco aprovechado, cuando este recurso es para África lo que el petróleo para el Próximo Oriente. Por último, la escasez de carbón ha impedido la instalación de industrias de base. El desarrollo industrial se estimuló especialmente en Sudáfrica, durante la Segunda Guerra Mundial, cuando se redujeron los suministros procedentes de Europa. Y en casi toda África las perspectivas de nacimiento o expansión de las actividades industriales han estado relacionadas con la producción hidroeléctrica. Pero la parquedad de las actividades modernas contrasta con la abundancia de materias primas, tanto que África aporta a la producción industrial mundial una contribución semejante a la de un dragón asiático. De ahí que uno de los objetivos marcados por los nuevos gobiernos haya consistido en crear una moderna actividad minera sobre la cual apoyar el desarrollo industrial. Con todo, la industria moderna en la mayor parte de los países sólo da empleo a la décima parte de la población, y su aportación al producto nacional bruto continental no alcanza la cuarta parte. Ello se explica por el dominio de los sectores tradicionales, como el textil, o las actividades conectadas a la extracción de minerales o petróleo, a los que se han incorporado las de transformación de componentes extranjeros o las sustitutivas de importaciones. Pero la irradiación industrial es poco probable, tanto por la falta de estabilidad política en muchos países (que afecta a las estrategias inversoras de los productores extranjeros) como por la práctica ausencia de mercados internos y de escala. Puede establecerse una aproximación a las áreas industriales: –
Intertropical, con actividades tradicionales que perviven inmóviles desde la etapa colonial.
–
Transicional, entre las tradicionales y modernas, donde resalta el Magreb y la línea de costa del Golfo de Guinea.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
447
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
–
Diversificada, con clara dependencia del exterior, y cuyos ejemplos más relevantes son Egipto y Zimbabwe.
–
Sudáfrica, con una estructura industrial compleja, muy por encima de la media continental. Unos ricos yacimientos de carbón y férricos, más las excelentes conexiones con Occidente, le han permitido desarrollar actividades muy diversificadas y complementarias.
El sector terciario también se mantiene anclado en las fórmulas tradicionales, pero con una representación desproporcionada respecto a las necesidades, ya que se ha convertido en el principal polo de atracción del ahorro local. Los bancos son filiales de los europeos o estadounidenses, y esa escasez de banca privada propia explica la importancia de los institutos públicos, encargados de garantizar la financiación de la mayor parte de las inversiones, y una de las causas explicativas de la notable envergadura alcanzada por las máquinas estatales. Así, no es de extrañar que el poder quede en manos de una burguesía apoyada en clientelas de funcionarios, que componen la cúspide de la pirámide social. Y si el Estado se consolida y perpetúa con el apoyo a la burguesía y de los asalariados públicos la resultante será un desorbitado crecimiento de las burocracias, que no guarda relación con las necesidades. El comercio se encuentra ahogado por el parasitismo de los intermediarios, y por una organización arcaica, sobre todo el interno, donde pervive un trueque que no moviliza el dinero. En un segundo escalón están los miembros de la pequeña burguesía mezclados con pequeños comerciantes urbanos, los intermediarios semimayoristas, mientras la venta al por mayor es muy limitada. Pero tanto el comercio interior como el exterior están controlados por bancos y compañías transnacionales. Hacia fuera el comercio representa en muchos casos dos tercios de la renta, aunque está fundado en muy escasos productos, y sobre los cuales se carece de la posibilidad para decidir sobre unos precios que varían por simples tendencias especulativas. A ello se añade el deterioro de los términos de intercambio (la mayor parte de los países deben de exportar cada vez más para importar la misma cantidad de otros productos manufacturados, debido al continuo incremento de estos precios frente al estancamiento o retroceso en el valor de aquéllos). Y esa disfunción lleva aparejado el recurso a los préstamos exteriores, que conduce a la inexorable subida de la deuda. Las relaciones básicas, tanto en compras como en ventas, se dan lógicamente con las antiguas metrópolis, con la UE, y con Asia, sobre todo las correspondientes a los grandes países, Egipto, Nigeria y República de Sudáfrica, si bien aparece alguna salvedad y la continua inversión de los frentes citados, siempre en relación directa con la calma diplomática existente con las antiguas metrópolis. La salida a esta difícil situación de la economía africana se ha encontrado en los mecanismos de cooperación, siempre bajo la premisa de que las necesidades de financiación no pueden ser cubiertas al no ser alcanzado el coeficiente de inversión necesario anual, tanto por la baja productividad como por el fuerte incremento demográfico. Por ello existe un déficit estructural de los medios de financiación, que sólo podrá ser cubierto con anticipos externos. Al margen de los desembolsos de los organismos internacionales la mayor parte de las necesidades son cubiertas a través de acuerdos bilaterales, más flexibles para la concesión de contrapartidas. Pero la cooperación económica suele llevar aparejada a las ayudas ligadas, con un país perceptor comprometido a la satisfacción de las necesidades del donante. En general la economía presenta una mejor situación en el África blanca, que absorbe casi el 59% del producto interior bruto continental, en sólo cinco países. Aquí el crecimiento medio interanual (1992-2002) del producto interior bruto ha sido del 3% (similar al del Áfri448
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 14. África: territorio y sociedades
ca negra), pero con el 4,5% en Egipto, el país con mayor producto interior bruto regional (el libio, del 1,1%, se explica por sus especiales relaciones exteriores). Pero el mejor dato se encuentra en el crecimiento actual, del 5,2% (frente al 2,6% en el África negra), con Túnez y Argelia por encima del 6%, pero con Egipto con el 3,1%. Y sobre todo el mejor indicador pasa a ser el índice de inflación actual, del 2,1% (frente al 21% del África negra), aunque ligeramente superior en Egipto. La traducción de estos hechos se encuentra en una renta per cápita de 6.037 $ (3.205 más que en el África negra, casi el doble), con Libia (9.206 $), Túnez (7.076) y Argelia (6.199) dentro del nivel de las rentas medias. África negra se emplaza en el nivel más bajo del desarrollo, con el 41% del producto interior bruto africano, una contribución realizada por medio centenar de países. El crecimiento interanual de dicho producto ha llegado a ser del 3,2%, pero con fuertes contrastes: Guinea Ecuatorial (24,8%), Mozambique (8,1), Cabo Verde (7,3) y Uganda (7), y negativo en Congo-Kinshasa (-6,7%), Sierra Leona (-4,8), Burundi (-1,8), Yibuti (-0,9), Zimbabwe (-0,5) y Guinea Bissau (-0,4). El crecimiento medio actual del PIB (2,6%) es la mitad del septentrional, con algunos países que resaltan favorablemente, como Guinea Ecuatorial (14,7%), Chad (10), Madagascar (9,6) y Gambia (8,7), y otros muy desfavorablemente, como Liberia (-29,5%), Zimbabwe (-13,2), República Centroafricana (-5,8), Seychelles (-5,1) y Costa de Marfil y Somalia (-3,8). El índice de inflación medio es muy elevado (21,1%), y explica el empobrecimiento paulatino de las economías familiares, con exponentes muy relevantes, como Zimbabwe (432%), Angola (98), Mauritania (31,7), Ghana (26,4), Eritrea (22,6), Zambia (21,5), Nigeria (20,4), Togo (19,2) y Somalia y Liberia (15). La renta per cápita sólo presenta los rasgos más favorables, los niveles de las rentas medias-altas, en cuatro países, Guinea Ecuatorial (19.202 $), Seychelles (11.847), Mauricio (11.233) y la República de Sudáfrica (10.045), mientras en las rentas medias únicamente hay dos, Bostswana (9.382) y Cabo Verde (5.200 $). El resto, cuarenta y dos Estados, se incluye en las bajas, en algunos casos entre las más pobres del mundo: Etiopía (488 $), Sierra Leona (562), Congo-Kinshasa (581), Tanzania (602), Malawi (616), Somalia (677), Burundi (692), Madagascar (778), Níger (816), Malí (850), etc.
4.3. La economía y los territorios Atendiendo al nivel alcanzado por los distintos países es posible establecer la secuencia de economías menos desarrolladas, intermedias y más desarrolladas. De un lado, en los ambientes más secos las economías son muy vulnerables a las fluctuaciones climáticas, con descensos productivos en la franja saheliana, ya que la ausencia de diversidad en los ecosistemas limita las posibilidades productivas. La época de lluvias es muy corta, de uno a cuatro meses, y la cantidad escasa. Pero además se dan marcadas diferencias anuales en el desplazamiento del Frente de Convergencia, con lo cual la irregularidad pluviométrica anual trastoca a la economía de Níger, Malí, Chad, Alto Volta, Etiopía o Somalia. En los ambientes con exceso de agua el desmonte no es rentable, porque se empobrece a los suelos, y la ganadería está limitada. Otros países o subregiones se adscriben al nivel más bajo del desarrollo por su emplazamiento continental (por ejemplo, Uganda depende de Kenia para su acceso al mar), con nueve rodeados de tierra, o bien porque su territorio es muy reducido (como ocurre con Togo y Gambia). El grupo de las naciones en situación intermedia de desarrollo está integrado por las que disponen de unas economías en crecimiento, aunque poco diversificadas y muy vulnerables a los efectos de la economía mundial, al depender de pocos productos de exportación. En líneas generales se trata siempre de países con bajo nivel de actividad económica, GEOGRAFÍA E HISTORIA
449
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
aunque acompañado de unas perspectivas de futuro moderadas. Un grupo estaría formado por países donde predomina un sólo sector. Túnez, Costa de Marfil, Tanzania, Sudán… son ejemplos claros de una supeditación a la agricultura, aunque sus posibilidades de desarrollo se fundan en la variedad de ecosistemas internos, que les puede permitir desde la diversificación productiva hasta el desarrollo turístico (como está haciendo Costa de Marfil, Kenia, y sobre todo Túnez). Otro grupo ha podido elegir a la explotación de minerales como alternativa al agro pastoreo, con el mejor ejemplo en Mauritania. Y un última agrupación presenta recursos diversificados (Congo-Kinshasa, Gabón y Angola poseen minerales variados; Zambia y Guinea de recursos del subsuelo y ambientales; Ghana ha complementado la dependencia del cacao con la extracción de bauxita, diamantes, manganeso y electricidad; etc.). En conjunto, las naciones intermedias van desde las relativamente pobres (con la urgencia de diversificar a la base económica) hasta las que necesitan distribuir a la riqueza entre los sectores económicos de menor peso. Por último, las naciones más desarrolladas presentan dos variantes: –
Las productoras de recursos energéticos o minerales. Uno de los mejores ejemplos será Libia, con una industria de crudos que domina la economía y que dispone de muy alta capacidad de atracción nacional. Así, la mayoría de la población se concentra en menos de un tres por ciento de la superficie nacional, en la costa, una circunstancia aprovechada para desarrollar, con los fondos del petróleo, proyectos en la cuenca de Kufra, con la intención de convertirla en productora de carne.
–
Las economías integradas. Son las de Egipto, Argelia y Sudáfrica, países relativamente autosuficientes, con una producción agrícola diversificada, un sector industrial muy notable y unos servicios en auge continuo. También muestran una marcada concentración demográfica en los asentamientos urbanos, tanto por la dinámica propia de los movimientos humanos como por el volumen albergado, con poblaciones capaces de sostener a un sector urbano en crecimiento.
5. LOS PROBLEMAS BÁSICOS DEL CONTINENTE 5.1. Del colonialismo al anticolonialismo Entre 1870 y 1890 Ferry (Francia), Disraeli (Gran Bretaña), Crispi (Italia), y Bismark (Alemania) justificaron ideológicamente el expolio africano. El litigio entre Bélgica, Portugal e Inglaterra sobre los límites en las regiones del Congo, forzó a que Alemania invitara a las potencias europeas y a EE UU a una conferencia en la que se determinaran las áreas de influencia y ocupación, el reparto de África. Los gobernantes franceses, que en la Guerra de Prusia habían perdido parte de su territorio, necesitaban mostrar que su decadencia era ficticia, mientras los británicos querían proteger militarmente su acceso a la India. Pero en el trasfondo se encontraba el crecimiento económico y la consecuente presión del gran capital, hecho que hizo volver la mirada en dirección a la búsqueda de fuentes de aprovisionamiento, de materias primas abundantes y baratas, y de nuevos mercados. En dicha conferencia se consagrará la división arbitraria del continente bajo el pretexto del desarrollo comercial, generando un entramado político y económico que sobrevivirá a la colonización, y el Tratado de Berlín (1885) se convertirá en la carta fundamental de la colonización europea. Contenía tres principios fundamentales: libertad de comercio, navegación fluvial, y normativa para los nuevos establecimientos coloniales (toda ocupación interior debía ir 450
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 14. África: territorio y sociedades
precedida de otra costera, debía ser efectiva, y la navegación interna estaría abierta a las potencias colonizadoras). Y con su aplicación se afianzan varias tendencias: –
La penetración de las naciones europeas se fundará en intereses políticos y económicos, sin atender a fundamentos geográficos o sociales.
–
Se constituyen o expanden los dominios imperiales.
–
Se crean relaciones sociales especiales, se reservan las normas institucionales y jurídicas de origen, y se gesta un régimen de tutela para los nativos, con el que se irradia la segregación racial.
Con ese apoyo Francia y Gran Bretaña desarrollan una política expansionista: la primera se queda con la mayor parte del occidente africano y la segunda con el oriente. Pero se instauró una tetralogía de fórmulas colonizadoras: –
Francesa, que incorporaba a las comunidades más avanzadas al sistema colonial. Se creó a una burguesía totalmente nueva, extraña a las culturas nacionales (de ahí la existencia de una burguesía agraria en más de la tercera parte de los nuevos países del África tropical), si bien la colonización fue efectuada por campesinos.
–
Inglesa, de gobierno multirracial, con un sistema adaptado a los espacios concretos y con grandes concesiones para el autogobierno. La colonización fue realizada por ciudadanos, con las ventajas inherentes en la cuarta parte de los países del África tropical. Por ello se consolidó como el más rentable.
–
Assimilada, que consideraba a la población autóctona como portuguesa.
–
Evvolué o belga, de expolio sistemático y con difícil absorción indígena.
Después de la Primera Guerra Mundial, la Sociedad de Naciones instaura los mandatos internacionales en aquellos territorios que a consecuencia del conflicto habían pasado de una soberanía a otra, los cedidos por Alemania a las potencias aliadas vencedoras. Así, entre 1920 y 1939 África vivió los años más difíciles del pasado colonial, con reyes, emires, sultanes, y jefes sometidos a las autoridades exteriores, y con una recuperación europea que convirtió al continente en un gran recurso, pues importar productos a bajo precio y requisar otros para exportarlos se convirtieron en objetivos decisivos al abandonarse el libre cambio. Pero también se realizó un irregular desarrollo económico, limitado a escala local y fuertemente desequilibrado. Se impuso la economía de mercado, y las sociedades entraron en un conflicto entre la tradición y la modernidad. Después de la Segunda Guerra Mundial las Naciones Unidas crearon la Administración de Territorios de Fideicomiso, bajo la autoridad de un régimen internacional. Pero este conflicto también influyó decisivamente en la aparición de las ideologías anticolonialistas, tanto porque las metrópolis exigían demasiado a las colonias en unos momentos de extrema necesidad como porque la Carta Atlántica (suscrita por Roosevelt y Churchil en 1941) ratificaba el derecho a la autodeterminación de los pueblos privados de libertad. La realidad era que EE UU pretendía la disolución colonial, porque su moderno capitalismo no necesitaba de las bases coloniales tradicionales, y porque le resultaba más rentable tratar con gobiernos débiles que hacerlo con las potencias colonizadoras. Sin embargo, la Guerra Fría alargó el proceso, porque EE UU necesitó del respaldo aliado, y por tanto no se enfrentó a las metrópolis. Pero la independencia de los países asiáticos (India, Birmania, Indonesia...) sirvió de detonante, y cerca del 40% de los Estados la obtuvieron en 1960 (el año de África), un 30% hasta los años setenta, y el resto desde entonces. El proceso nacionalista surgió en el África negra, con un nacionalismo continental de origen negro americano, apoyado en las teorías de Garvey y Du Bois, que ya habían reiGEOGRAFÍA E HISTORIA
451
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
vindicado el panafricanismo en la década de los años veinte, luego fue difundido por los estudiantes africanos en la diáspora, y que daría pie al concepto de negritud divulgado por Senghor. Entre tanto en el África blanca el nacionalismo se inspiró en la herencia arábigoislámica, sustentada sobre la solidaridad panárabe y el purismo musulmán, que alimentó la difusión de los movimientos guerrilleros y de liberación.
5.1.1. La identidad y estabilidad nacionales Las potencias europeas introdujeron una fragmentación arbitraria del continente, unas fronteras que la OUA (Organización para la Unidad Africana) aceptó como intocables, y que alumbran casos sangrantes, con sociedades dispares agrupadas bajo un mismo límite y otras homogéneas segregadas en varios Estados. Pero el concepto de nación estaba por fabricar, y la solución se encontró bajo la capa de un partido convertido en el núcleo básico de la acción, con el atraso como argumento para concentrar todas las energías nacionales en una sola dirección, la marcada por el Partido. Se ha tratado de partidos de centro basculados a la derecha o bien a la izquierda, hasta que han logrado imponer una línea oficial, un totalitarismo monolítico. Con el fascismo guardan similitudes, como el nacionalismo violento, del socialismo han adoptado la técnica del poder, y de ambos el escaso recurso al establecimiento de Constituciones, bajo el pretexto de aprovechar las instituciones existentes. Y, además, el ejército se ha convertido en el gran protagonista, como agente de revolución y, al tiempo, de contrarrevolución, pero implantando instituciones convenidas para camuflar a la dictadura, hasta configurarse como partido-régimen, cuyo objetivo ha sido instaurar un modelo despótico, clave para contener y prevenir movimientos disidentes y lograr la perpetuación en el poder. Con este bagaje muy pocas naciones africanas parecen haber resuelto satisfactoriamente la conciliación entre un país unido sobre unas bases tradicionales mantenidas y la consecución de una cultura nueva autónoma. La realidad es que las poblaciones no se identifican con el Estado, que los grupos étnicos o poderes locales influyen o conducen a la conducta política, que la lengua oficial no se corresponde con la mayoritaria, que los objetivos y metas de los dirigentes no son coincidentes con los de la mayoría, e incluso que los mandatarios no representan a las masas. Así, es válida la acepción de Estado como modelo organizativo, pero no el concepto de nación, porque el Estado-nación es transétnico y transregional.
5.1.2. La existencia de diversas vías de desarrollo Desde un primer momento quedó clara la dualidad África negra, basada en una clara conciencia africanista, y mundo árabe o África blanca, con un nacionalismo revolucionario y universalista, hegemónico, que buscaba la unidad árabe destrozada por los extranjeros. A esa realidad se sobrepuso la instalación de las vías capitalista y socialista, y, entre ambas, de una tercera, la denominada vía socialista a la africana. El objetivo de la capitalista ha sido el desarrollismo auspiciado por el capital procedente de las antiguas metrópolis, hecho que ha supeditado a estos jóvenes países a la dependencia exterior, tanto de capital como de tecnología, con la lógica y masiva salida de beneficios. Es la vía que ha predominado en Zimbabwe, Marruecos, República de Sudáfrica... La socialista deriva de la formación de políticos en el extranjero, con sus mejores representantes en Sekú Touré (Guinea) y Bumedian (Argelia), y siempre le ha perjudicado la falta de proletariado, además de haberse presentado como marcadamente anticolonialista, con la consiguiente mengua de los recursos financieros. Y la genuina vía africana logró extenderse por casi todo el continente, 452
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 14. África: territorio y sociedades
basándose en las directrices de su inspirador, el senegalés Leopoldo Sedar Senghor, que la concibió como una exaltación de la africanidad o conjunto de valores específicos de las culturas tradicionales, pero acaparando rasgos tanto socialistas como capitalistas, basados en la captación del capital extranjero y en la redistribución de los beneficios.
5.1.3. La conflictividad permanente La existencia de conflictos repartidos por toda la extensión continental tiene tres orígenes básicos: –
Disputas fronterizas, derivadas del expansionismo incontrolado de algunos países (como Marruecos, con la anexión del antiguo Sahara español).
–
Rencillas internas racistas, con su mejor reflejo en el cono sur (reflotadas recientemente en Zimbabwe).
–
Conflictos ideológicos, que hicieron surgir movimientos de liberación muy notables (SWAPO, FRELIMO, UNITA...).
Estos tres tipos de conflictos crearon una situación conocida como la vietnamización de África, en la que contaban más los intereses estratégicos de las grandes potencias que los nacionales. Sin embargo, la desaparición de la URSS, y la consecuente extinción de la confrontación ideológica entre los sistemas dominantes, aportó el efecto dominó sobre las dictaduras (de izquierdas o de derechas) y un cierto florecimiento de los sistemas pluripartidistas, con dos modelos democráticos: el de Nigeria (con dos o tres partidos) y el senegalés (con la fragmentación pluripartidista). Pero pronto interfirió otro acontecimiento, la prioridad de las antiguas metrópolis para la reconstrucción y recuperación económica de la Europa del Este, con la contrapartida de la disminución de las ayudas a África, y la derivada inestabilidad de los regímenes políticos.
5.1.4. La unidad supranacional: del neutralismo al economicismo La integración es una necesidad para muchos Estados, tanto que para algunos representa la posibilidad más viable de supervivencia y el único medio para acercarse a la modernidad. Entre las vías más llamativas se ha encontrado el denominado neutralismo africano, desarrollado en varias etapas. La primera vio nacer al Grupo de Brazzaville, o de los reformistas, sustentado en la posibilidad de la cooperación africana, aunque quedó muy sujeto al influjo neocolonialista francés. El Grupo de Casablanca, o revolucionario, estuvo integrado por los más ricos, y pretendía liquidar al neocolonialismo, aunque su declarado antioccidentalismo le llevó hacia una inclinación socialista. El Grupo de Monrovia, o moderado, abogaba por la cooperación interafricana, hasta dar paso a la corriente panafricanista, hábilmente manejada por el dirigente egipcio Nasser, que propiciaría la creación de la OUA, una institución que nació bajo un claro corte anticolonialista, inclinándose luego en distintas direcciones, para acabar por no ser la voz de la cohesión africana. Entre sus objetivos entraba reforzar la unidad y solidaridad entre los Estados, intensificar su colaboración, defender su soberanía e integridad territorial, y eliminar toda forma de colonialismo. Pero también han surgido otras vías o agrupaciones regionales de corte económico, que han funcionado según el tipo de dirigentes en el poder. En 1959 los países que forGEOGRAFÍA E HISTORIA
453
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
maban la comunidad francesa crearon la Federación de Malí. En el corazón africano también se intentó otra federación, la Unión de Repúblicas de África Central, que no pasó de ser una fusión aduanera. En 1959 se creó el Consejo de la Entente o Unión Sahel-Benin para la cooperación técnica y unión aduanera. También la Comunidad Económica de África Occidental, con países de pasado colonial francés y objetivos económicos comunes. Asimismo, una organización para el aprovechamiento del río Senegal. En África central la Unión Aduanera y Económica (Tratado de Brazzaville), que agrupó a las antiguas colonias francesas bajo una misma aduana, y que dispuso de un fondo de solidaridad para mitigar los desequilibrios interterritoriales, e incluso del Banco de África Central. Al este resaltó la Comunidad Económica de África Oriental, con un grupo de países unidos desde 1922 por una aduana y una moneda común (Kenia, Uganda y Tanzania), y con los objetivos de fomentar los intercambios comerciales y de llegar a un auténtico mercado común.
5.1.5. La insuficiencia de recursos transformados Es evidente en infraestructura y transportes, ya que a excepción del norte, del África blanca, no hay verdaderas redes de ferrocarriles, y las existentes enlazan a los yacimientos con los centros portuarios exportadores. La deficiencia es suplida por una red de carreteras que en cada país enlaza a las ciudades más relevantes, y que no dispone de otra organizada y paralela de servicios. De ahí que no resulte extraño que un abrumador porcentaje de las ventas y compras de cada país se efectúen con el resto del mundo, y que las realizadas con los vecinos se reduzcan en muchas ocasiones a mínimos. Pero el desarrollo continental se encuentra tan condicionado por los problemas políticos como por los técnicos. Y los intentos de fusión sólo han aportado instituciones muy vulnerables e ineficaces organizaciones subregionales, sobre todo las centradas en la revitalización del sector primario, acuciado por incontables problemas técnicos, cuando el continente dispone de la superficie potencial de tierras arables más importante del mundo, superior a los setecientos millones de hectáreas (unos ciento cincuenta millones más que Sudamérica, doscientos treinta más que Norteamérica, y más del doble que Rusia, Europa o China.). O en los recursos del subsuelo, en muchos casos ni tan siquiera evaluados y generalmente explotados desde el exterior. De modo que la disposición tecnológica solventaría muchos problemas, aunque tampoco se trata de una condición suficiente, porque también requiere de la necesaria estabilidad política.
5.1.6. La dependencia externa En el continente han aparecido tres claros intereses, bien es cierto que con diferente intensidad: –
454
De las antiguas metrópolis, que intentaron mantener su influjo para asegurarse el abastecimiento de materias primas, y a las que se fueron añadiendo otras potencias, como EE UU y Japón. Con las antiguas metrópolis las relaciones se plantearon en un plano de igualdad, hecho que unido a los litigios heredados complicaron la situación en los nuevos tiempos. Pero ha existido de todo, desde los Estados en simbiosis con su ex metrópoli hasta los que rompieron todo nexo. La mayoría, sin embargo, se han encontrado en una situación intermedia, dependiente de la duración de la experiencia colonial, del comportamiento del nuevo régimen, de la aportación económica de la metrópoli, de la fórmula de obtención de la indepenPROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 14. África: territorio y sociedades
dencia, de la presencia o no de conflictos de intereses entre ex colonia y ex metrópoli, de las amenazas de los nuevos Estados limítrofes, etc. Buena parte de los Estados surgidos de las antiguas colonias francesas mantuvieron la continuidad en las relaciones, porque la independencia fue alcanzada por una elite que pretendía replantear el orden colonial, lo que también permitió una fácil inserción en el área del franco. La ruptura radical se dio en casos específicos, como Guinea, donde la independencia se consiguió a través de movimientos de masas que intentaron liquidar el sistema colonial. Por último, los Estados que emergieron de guerras independentistas (otra porción de las ex colonias francesas o británicas y, sobre todo, lusitanas) acabaron en la alianza entre elites y masas. –
De Rusia, que inició una etapa de control tras instaurar a Nasser en Egipto y al coronel Gaddafi en Libia, pero que luego no mostró énfasis debido a su debilidad económica.
–
De China, cuyo influjo se apreció en sectores del África negra (Tanzania, Madagascar...).
Así pues, la gran diversidad de factores alumbra combinaciones múltiples, si bien casi todos los nuevos países tendieron a ampliar sus relaciones internacionales y a diversificar sus mercados y fuentes de ayuda, mientras los que se decidieron por el mantenimiento de unos lazos únicos afrontaron enormes dificultades. Los establecidos con Europa y EE UU han sido muy fuertes, como indican el comercio exterior africano, la vinculación a las instituciones militares, y las fuertes conexiones culturales (con sistemas de enseñanza europeos en buena parte de los casos). Francia es la antigua potencia que ha mantenido las conexiones más estrechas con sus antiguos territorios, mientras la política británica se ha mostrado menos uniforme, con una ayuda económica de mucha menor cuantía e inversiones más pobres, un hueco cubierto por EE UU, cuya política ha presentado aspectos contradictorios. En el resto de frentes nadie ha sido generoso con el continente, y los rusos entre los que menos, con una ayuda económica muy escasa, de la cual sólo algunos países salieron favorecidos (Egipto, Argelia, Marruecos, Guinea, Somalia…). La ayuda técnica se centró en el África blanca, y el resto de contribuciones en intereses bajos de los préstamos, pero a cortos plazos de amortización y con devolución de los créditos a precios fijos (una práctica que provocó las iras de los deudores), al margen de ser poco proclive a la renegociación de las deudas. La gran excepción fue Egipto, con la explicación no en África, sino en Oriente Próximo. Y los logros de China en África se han exagerado en exceso, porque el continente le ha sido tan ajeno como a la URSS, aunque llegó en una etapa parecida y al mismo lugar, Egipto. Entre los objetivos que impulsaron a los chinos se encontraba la búsqueda del reconocimiento internacional, la admisión en la ONU y el establecimiento de conexiones con el resto del mundo subdesarrollado, aunque después de la ruptura con la URSS (y sobre todo tras el reconocimiento francés del régimen comunista de Pekín en 1964) se trataba, también, de ofrecer su modelo revolucionario, más pragmático que el soviético debido a la orientación rural de estos países. Pero se convirtió en un fracaso porque los chinos poca ayuda económica podían ofrecer, salvo a Tanzania, el denominado gran amigo.
5.1.7. Las múltiples explicaciones de la inestabilidad Sea cual fuere el método de acceso a la independencia lo cierto es que la situación ha sido caótica para la mayor parte de los nuevos Estados, ya que en muchos casos han confluido los intereses de varias potencias (en Angola, Namibia, Sudán... los estadounidenses y rusos), con altísimas inversiones en pertrechos de guerra en unos países acosados GEOGRAFÍA E HISTORIA
455
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
por la miseria, con el consecuente e incesante incremento de la deuda externa. Luego se ha irradiado el radicalismo islámico, que ha manifestado la voluntad de volver a la pureza original del mensaje coránico, compaginada con la crítica a Occidente. La resultante es que el islamismo se presenta como la alternativa capaz de aglutinar a las frustraciones de las ideologías contestatarias tradicionales (marxismo, antiimperialismo, africanismo...), en fase de recesión o disolución. Y la gran novedad es que no se ha limitado a plagiar el modelo clásico islámico, sino que muchos países se han permitido amplias cotas de libertad para amoldarlo a las peculiaridades de sus civilizaciones. La nueva configuración territorial se hizo atendiendo a los intereses económicos o estratégicos de los colonizadores, con intersecciones étnicas en ocasiones irreconciliables (ibo y yoruba en Biafra, manding y tuareg en Mali, etc.), disgregaciones (los senufo escindidos entre Mali, Burkina Faso y Costa de Marfil), etc. Así pues, la polarización étnica es un punto de sustentación del Estado africano, a la que se añaden las polaridades económica (moderna, tradicional, seudomarxista, neocapitalista...), regional (estepa, desierto, subdesierto, selva ombrófila...), nacional (Estado tradicional, moderno, islámico, del África negra, controlado desde el exterior...), etc. Y el control de la riqueza lo ejercen algunos grupos étnicos, hecho que introduce el sistema de exclusión económica al resto de etnias. De modo que mientras los conflictos y las sequías destruyen los circuitos de producción el clientelismo político acapara los de aprovisionamiento, porque se está hablando de Estados patrimoniales. África, por estas y otras razones, no despierta excesivo interés en el mercado mundial, y tampoco porque sus productos se pueden obtener a igual precio pero con mayor regularidad en otras partes del mundo, como el sureste asiático o Iberoamérica.
5.1.8. Los fuertes desequilibrios territoriales Entre los factores diferenciadores de los espacios resaltan: –
Las riquezas del subsuelo, con unos países septentrionales que han aumentado su renta, y otros centrales que presentan perspectivas potenciales de desarrollo, mientras los carentes de recursos dependen en exceso de la agricultura, y, como consecuencia, sus problemas para generar desarrollo son muy agudos.
–
La religión y la cultura. La creencia musulmana asociada a la cultura islámica domina al África blanca y a extensas áreas de la costa occidental y oriental. En el resto se mantienen los vestigios de antiguas culturas y otras creencias y lenguas occidentales.
–
La escasa diversidad económica, con la sobresaliente posición de Egipto y Sudáfrica a la que se incorpora casi todo el Magreb y países aislados. Pero la ausencia de industrias modernas y pujantes domina en todo el continente.
–
La localización e incidencia del medio. Los problemas de distancia y acceso a los circuitos mundiales han perjudicado claramente a los países interiores, como también el emplazamiento interior. Así, no es casual que los países más atrasados sean los tropicales e interiores.
–
La dependencia externa, con unas antiguas potencias coloniales o nuevas que han prestado su sombra en razón de diferentes juegos de intereses, que han favorecido más a unos países que a otros.
Con inmensos espacios rurales no servidos por ninguna ciudad frente a un reducido número de aglomeraciones urbanas normalmente periféricas, la presencia de las grandes 456
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 14. África: territorio y sociedades
urbes tiende a acelerar las desigualdades al acaparar las pocas actividades industriales y de servicios, y servir deficientemente a las necesidades de amplísimos territorios. Ese desequilibrio aparece incluso dentro de cada ciudad, debido a la incapacidad de dar empleo y de cubrir las demandas de la población recibida anualmente, por crecimiento propio o por inmigración. Y, de otra parte, aparecen extensas regiones no tocadas por la mano del hombre, como los espacios saharianos o de selva, frente a algunas excesivamente involucradas en la economía de mercado, como las costeras. Lo cierto es que estos fenómenos acarrean, cuando menos, dos consecuencias negativas: la falta de integración económica y espacial de muchos países, y la dependencia de los grandes centros económicos mundiales de la práctica totalidad del continente. Con estas premisas, las mejores perspectivas aparecen en los lugares conectados con el mercado mundial. De modo que África es el resultado de una colonización mal concebida y de la peor gestión posterior. Una salida podría encontrarse en la estructuración alrededor de los Estados más capaces de pilotar al continente, dos de ellos consolidados (Nigeria y Sudáfrica), aunque los otros han demostrado no ser alternativa: –
Nigeria, el más grande Estado negro del mundo, con capacidad económica para orientar y organizar a su entorno, pero cuya inclinación sólida hacia el islam ha despertado la preocupación en Occidente. Es un gigante entre los Estados africanos y no sólo por su tamaño, pues llegó a estar entre los seis primeros productores de petróleo del mundo, ha logrado dominar la Organización Económica de Estados Africanos Occidentales, y se ha convertido en miembro activo de una variada gama de organizaciones internacionales (OUA, OPEP y ONU).
–
La República de Sudáfrica, que basa parte de su consolidación como potencia regional en los intereses depositados en Namibia y Bostwana. Su irradiación desborda los límites regionales a través de sus multinacionales, e intenta sacar partido de sus infraestructuras económicas y financieras, potencial militar y tecnológico, y de su doble articulación entre desarrollo regional y del continente africano. En Occidente se piensa en esta república como el vértice de las relaciones entre los poseedores de las materias primas del continente y los consumidores del Norte, como gestor e intermediario.
–
Egipto, que debería encauzar al Magreb, pero que está más ligado a las implicaciones del Próximo Oriente que a las africanas.
–
Kenia, que en África negra oriental ejerce un papel dirigente, aunque poco consolidado. Es la nación del entorno que más progresos ha conseguido en el terreno económico, aunque modestos en términos absolutos debido al deficiente funcionamiento financiero de sus estructuras.
6. LAS DOS GRANDES ESTRUCTURAS REGIONALES La mayor diferencia territorial es la que se establece entre el norte, la franja mediterránea, el área de proyección o África blanca, y el resto, el sur, la denominada África negra o de la miseria.
6.1. El África blanca Es la franja del continente que por su historia forma parte de la civilización arábigo-islámica, e incluso en algunos casos con vínculos económicos más afines al Próximo Oriente que al GEOGRAFÍA E HISTORIA
457
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
resto del continente africano, con el que también difiere por el modelo de dominio europeo, en forma de protectorados y acuerdos, diferente de las anexiones realizadas bajo la tabula sahariana. Egipto y el Magreb conforman una isla africana orientada a Europa, integrada en la Unión del Magreb Árabe (UMA), a excepción de Egipto, y heredera de excelentes vínculos con el continente europeo. Su problema más acuciante es el demográfico, sobre todo en Egipto, que ya cuenta con setenta y dos millones de habitantes. Pero también en el Magreb, esencialmente por las repercusiones directas en la emigración hacia Europa. Población
1990
2020
2100
MAGREB (millones)
63
113
255
Resto de África
547
1267
4062
MAGREB
1,4
1,4
1,1
Resto de África
3,0
4,9
10,2
MAGREB
Base 100
150
1139
Resto de África
Base 100
124
4725
PIB (% del mundial)
PIB per cápita
Fuente: Fossaert, R (1991); pág. 444.
Mientras el Mediterráneo europeo mantendrá estabilizada su población el norte de África presenta una multiplicación por dos en aquellos países de mayor contingente demográfico. En el Magreb la situación en las próximas dos décadas indica que la población crecerá un 36%, y todo apunta a que la economía no lo haga en la misma medida, con lo cual los excedentes demográficos buscarán su alternativa de vida en la UE. En 1980 los magrebíes seguían la dirección de Francia y Benelux, pero después han reconducido los destinos hacia España e Italia. El origen del problema se encuentra en unos países cuya montaña está en crisis, el medio rural degradado, y la industrialización conduce a decepciones y a distorsiones sociales. En Marruecos, el gran expulsor de mano de obra, surge un déficit alimentario creciente como consecuencia de la desvalorización de la sociedad rural (ya en la década de los setenta la producción alimentaria por habitante descendió un 16%, mientras la superficie cultivada por persona de 0,32 hectáreas a mediados de los setenta hoy está próxima a las 0,20). PERSPECTIVAS DE CRECIMIENTO DE LA POBLACIÓN (en millones) 2005
2025
Argelia
31,8
50,6
Marruecos
30,6
44,4
Túnez
9,8
13,3
Libia
5,6
12,8
77,8
121,1
Total
Fuente: Proyecciones de población mundial de las Naciones Unidas, 1988. Population Studies, N.º 106. 458
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 14. África: territorio y sociedades
Los países del Magreb, especialmente los centrales, han emprendido políticas recientes de modernización para vincularse al polo europeo, con el hito en el establecimiento de las relaciones entre Argelia y Marruecos (1988) y en la creación en 1989 de la UMA, que representó la aceptación de las consignas del FMI, la privatización de empresas, el respaldo de la UE, etc. Pero también el relanzamiento de las relaciones euro-magrebíes en el Consejo de Lisboa de 1992, con el punto de mira puesto en el desarrollo económico. Sin embargo perviven problemas económicos y políticos: está pendiente de desarrollo del sistema financiero y de las infraestructuras de apoyo a la iniciativa privada; el Estado de Derecho no está asumido plenamente y brota a menudo el carácter árabe, mediterráneo y bereber; los gobiernos sufren crisis de legitimidad; crece el integrismo islamista; etc. Libia (la Jamahiriya Árabe Libia Popular y Socialista) no tiene unidad geográfica, salvo la proporcionada por la aridez, como área de transición entre el desierto egipcio y los países del Atlas. Con sólo cinco millones y medio de habitantes el sector poblado está limitado a los dos relieves costeros, unos territorios útiles que no superan el 6% de la superficie nacional. Pero el descubrimiento de petróleo modificó la vida del país (tanto que dispone de la segunda renta más elevada del Magreb), trastocada con el abandono ruso, la operación de castigo estadounidense y la derrota en Chad, que ahora intenta reconducir abriéndose a la UE, con quien desarrolla el 60% de las compras y el 82% de las ventas. Túnez, con menos de diez millones de habitantes, se presenta como un país rico, montañoso y con climas diferenciadores, y con una agricultura estable e incluso avanzada tras la construcción de diques y pantanos para regadío. Por sus reducidas dimensiones la densidad es alta, pero casi el 64% de la población se asienta en las ciudades. Es también un excelente productor de fosfatos, minerales y algún petróleo y gas natural. En Argelia, el tercer país más extenso del continente, dominan los fuertes contrastes. Concentra también la población en la franja mediterránea, donde la agricultura es dominante, aunque se han dedicado muy notables esfuerzos a la industria pesada, no suficientemente recompensados debido a la inestabilidad propiciada por la insurgencia islamista, que ha asolado al país. La minería es el recurso nacional (hierro, manganeso, uranio, platino, fosfatos...), junto con las fuentes energéticas (petróleo y gas natural), y por ello el sector industrial clave está ligado a la extracción petrolera, así como el exportador (el 98% son hidrocarburos), con un 59% a la UE, que también es su proveedor básico (65%), especialmente Francia. Marruecos es el país más bereber, el menos sahariano y el más ligado a Europa, con el dominio de la base agropecuaria de autoconsumo, si bien la pesca y la minería han adquirido una notable relevancia. Pero la actividad industrial aún es débil debido a la escasa atención prestada, con las explicaciones más socorridas en el mantenimiento del conflicto saharaui, que ha obligado a fortísimos desembolsos (especialmente destinados a la construcción de los muros defensivos, una frontera artificial), y en sus devaneos políticos (acercamiento a Israel, alianzas poco razonadas con Libia, etc.), que le han granjeado la enemistad y la falta de apoyo económico de parte del mundo árabe. Aún tiene pendiente de resolución el conflicto del Sahara Occidental (266.000 km2) disputado con el Frente Polisario (el movimiento independentista saharaui). Egipto en realidad es sólo una parte del Valle del Nilo, el Nilo Bajo (una extensión de unos mil trescientos kilómetros cuadrados), el sector del país cultivado y habitado, con el delta albergando a casi toda la población. El desierto occidental cubre a tres cuartas partes del territorio, una continuación del gran desierto de Libia, mientras el oriental llega hasta el mar, del que está separado por los montes del Mar Rojo. La península del Sinaí, en Asia, es una meseta triangular elevada hacia el sur, y rica en petróleo. La agricultura es rentable por el suministro de agua y la aplicación de innovaciones técnicas, aunque el petróleo (región de El Alamein) y el turismo histórico son las fuentes más importantes de ingresos. Las GEOGRAFÍA E HISTORIA
459
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
grandes industrias tienen su punto de sustentación en la agricultura (las más relevantes son las textiles) y en los recursos energéticos (petroquímicas), concentradas en El Cairo y en Alejandría. Con una renta per cápita equivalente a la marroquí es todavía una de las cabezas visibles de la OUA, y el interlocutor africano en los problemas del Asia anterior.
6.2. El África negra Al sur del mundo mediterráneo africano es muy difícil encontrar Estados consistentes, a excepción de la República Sudafricana, ya que en toda esta inmensa región se ha de importar como mínimo más de la cuarta parte del consumo, con la consiguiente repercusión en el incremento de las deudas. De ahí que las reformas económicas hayan ido dirigidas a aliviar las deudas y a canalizar las ayudas exteriores, porque muchos países han heredado tanto la deuda independentista como los excesos de los precios del petróleo, y aún a pesar de que desde los años setenta se implantaran políticas de ajuste orientadas por el BM, FMI y la ONU, que pretendieron reducir gastos, potenciar el ahorro y estimular la producción. Los programas simultáneos de estabilización fueron dirigidos a incrementar los ingresos y a controlar el precio del dinero, un ajuste que, sin embargo, no ha sido capaz de resolver los problemas, entre otras razones porque los precios de exportación han ido contracorriente, como también la carga de la deuda. Reformas drásticas fueron las de Malí, Somalia, Sudán, Ghana, Zaire, Burundi, Congo, Mozambique, Guinea, Nigeria, Senegal, Tanzania, Níger..., y otras débiles se implantaron en Etiopía, Liberia, Zambia, Burkina Faso... Pero el fracaso también ha sido concomitante a la dificultad de aunar los esfuerzos. Y, además, ha resultado imposible salir del bache de la deuda debido a las dificultades añadidas por las catástrofes naturales, económicas o humanas: sequía del Sahel (1973), hambrunas en Etiopía (1985), plagas de langosta en Sudán (1988), inundaciones en Tanzania (1989), difusión del SIDA, guerra de Ruanda (1994), etc. Así no resulta extraño que a principios de los años noventa la deuda africana se acercara a los doscientos billones de dólares, con explicaciones diferentes y variadas: baja productividad, inestabilidad interna, corrupción política, pagos de intereses atrasados, escasa capacidad para movilizar recursos nacionales, fuga de capitales, etc. Y menos extraño es que desde entonces haya continuado creciendo, incluso en algunos casos de forma disparatada. La región del Sahel (Malí, Mauritania, Níger, Chad, la República Árabe Saharaui, Burkina Faso, Eritrea y Sudán) está rodeada al norte por el Sahara y al sur por la sabana, y salpicada de muy escasos relieves montañosos. Padece un clima extremadamente seco, con la alternancia de estaciones bien definidas. Sahel significa frontera, y lo es climática más que territorial, con unos alisios continentales que han desplazado a los sistemas de dunas hacia el sur, desorganizando a una red hidrográfica escueta, porque en toda la región resaltan los ríos Senegal, Níger, Chari y Nilo. Esas condiciones explican una economía pastoril nómada, volcada hacia el sur (cuando las disputas tribales lo permiten), con el efecto derivado de unas estepas degradadas por el sobrepastoreo; y otra agrícola sedentaria, en oasis o márgenes fluviales. Resalta la carencia de fuentes energéticas, la escasez de actividades industriales, un comercio exterior ejercido a través de los Estados marítimos, unas graves deficiencias infraestructurales, una cierta mentalidad antieconómica de los grupos de poder, y la conciencia de una dependencia tradicional de los fondos internacionales de ayuda o colaboración, hechos que conjuntados ofrecen un preocupante panorama económico. Y en lo social merece una mención especial el pueblo tuareg, cada vez más arrinconado hacia el norte por el empuje de las comunidades negras, y que en determinados momentos ha contado con el apoyo de Gaddafi, cuando abogaba por la creación de una república tuareg, provocando su insurgencia en el macizo de Aïr, el foco de refugio. 460
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 14. África: territorio y sociedades
Mauritania (uno de los países más desérticos del mundo) ha padecido un desarrollo extremadamente dependiente de Francia, que ha mantenido a regímenes militares duros. Una situación parecida presenta Níger (atravesado por el río del mismo nombre, la arteria de la vida nacional), pero con la diferencia de una gran cantidad de conflictos internos, amortiguados por las inyecciones de capital nipón. Tampoco difiere mucho la situación de Malí, aunque peor colocado por carecer de salida al mar. Chad cuenta con la riqueza del lago que le da nombre (pero que comparte con Níger, Nigeria y Camerún), aunque padece las consecuencias derivadas de una larga guerra civil, complicada con las injerencias externas, pues tras la paz los tubus del desierto, que habían sufrido más que cualquier otro grupo étnico la represión gubernamental, siguieron combatiendo con el apoyo libio. Y Sudán, el país más extenso de África, en realidad es el valle del Nilo medio y alto, una superficie plana y vía de penetración hacia el interior del continente, controlada por el grupo nilótico. Por ello su dependencia del agro es acusada. Pero ha estado acuciado por la conflictividad interna, cuando el presidente Numeiry aplicó leyes y castigos islámicos a las hordas de hambrientos procedentes de Etiopía y Chad. Luego, la mala gestión interna paralizó los servicios y la seguridad, la deuda externa excedió el valor de las exportaciones, y el sur cristiano se levantó en armas, con la consecuencia de que la quinta parte de la población se moría de hambre. Pero a pesar de un azaroso pasado reciente ha reforzado sus lazos con Egipto y ha sabido captar la ayuda de los poderosos occidentales. Con unos ochenta y siete millones de habitantes (más de treinta y tres aportados por Sudán), es la segunda región más poblada del África negra (después del Golfo de Guinea), y presenta una densidad de unos 18 hab./km2, la mitad de la media, realmente aportada por Burkina Faso (47,5). El crecimiento anual de su población es muy alto, del 3,1% (el doble de la media africana negra), esencialmente aportado por Níger y Eritrea (que suben del 3,6%), mientras el índice de fecundidad es de 6,3 (también doblando a la media), con dos extremos, Níger que alcanza 8 y Sudán 4,4. La esperanza de vida es de sólo 49 años (sobre la media), con Chad en un polo (no se alcanzan los 45) y en el otro Sudán (casi 56). La población urbana es del 31% (de las más bajas), pero con Mauritania (62%) y Burkina Faso (18), más Níger (22) como extremos. El PIB regional representa la décima parte del africano negro, con un crecimiento interanual de 1992 a 2002 del 4,7%, superior a la media (encabezado por Sudán y Burkina Faso y con el menor en Níger), y el más alto de la región. El crecimiento reciente es del 5,4% (casi el doble que el regional), con el resalte favorable de Chad. El índice de inflación es del 9,1% (de los más módicos del África negra), pero disparatado en Mauritania (31,7) y Eritrea (22,6), y negativo en Chad y Níger. La renta media es de 1.260 $ (inferior en menos de la mitad a la africana negra), con el despunte de Sudán (2.025), y de Malí, Níger y Eritrea, que bajan de los mil. Entre los proveedores regionales se encuentra la UE, que dota la mitad de las necesidades (a excepción de Sudán, que lo hace desde Asia), mientras las ventas se reparten entre esos dos continentes, con Mauritania, Chad y Níger que lo hacen a la UE y el resto a Asia, y, de nuevo, con el mejor exponente en Sudán, que lo hace a China en una cuarta parte. La región del Extremo Occidental (Cabo Verde, Gambia, Guinea Bissau, Guinea, Senegal, Sierra Leona y Liberia) por un conjunto de circunstancias extrañas está multifraccionada, con fronteras irracionales y tribus y religiones diversas y enfrentadas, que han aportado una larga conflictividad a toda la región, pero sobre todo a Sierra Leona y Liberia. La influencia climática aporta dos áreas, pues los alisios del norte no son portadores de agua, mientras el sureño descarga la humedad sobre las barreras orográficas costeras. El área occidental del desierto está habitada por moros, la central por tuareg y la oriental por tubus, sociedades muy jerarquizadas, mientras la paleonegrítica por poblaciones expulsadas de sus antiguos emplazamientos (lobi, somba...). Sólo despuntan dos países. Liberia, en cuya génesis fue una creación de la Sociedad Americana de Colonización, que hacia GEOGRAFÍA E HISTORIA
461
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
1820 pensó adecuada la creación de un Estado para acoger a una colonia de negros americanos liberados de la esclavitud. Y Senegal, largamente estable porque la homogeneidad étnica es superior a la general del área, y por la riqueza generada por sus yacimientos de bauxita y el río del mismo nombre. Todo ello le proporciona una estructura económica más avanzada que en el entorno, avalada por la protección francesa, que convirtió a Dakar en el cuarto puerto de las ex colonias francesas. La estabilidad la instauró Leopoldo Sédar Senghor, que, frente al nacionalismo del entorno, instauró un régimen modelo para la región y el continente. La región dispone de unos treinta millones de habitantes (un 4% del África negra), con 8,5 aportados por Guinea, y de una densidad de 66,6 hab./km2, elevada por la aportación de los 115 de Cabo Verde (frente a los 30 de Liberia). El crecimiento anual de su población es del 2,8% (por encima de la media y de los más altos del África negra), sobre todo el liberiano (4,1) y de Sierra Leona (3,8), frente al 1,6 de Guinea. El índice de fecundidad es de 5,6, también por encima de la media y de los más notables de su contexto, con 7,1 en Guinea Bissau, 6,8 en Liberia y 6,5 en Sierra Leona, pero sólo 3,3 en Cabo Verde. La esperanza de vida alcanza los 49,5 año (ligeramente superior a la media), pero con notables disparidades, desde los 70 años en Cabo Verde hasta los 34 de Sierra Leona o los 41 de Liberia. Y la población urbana es del 31% (por debajo de la media y de su entorno), con el 56% en Cabo Verde y sólo el 26% en Gambia. De modo que en los rasgos humanos resalta la excelente posición de Cabo Verde y de Senegal, muy por encima de la media del África negra, y en el extremo opuesto Guinea Bissau, Liberia y Sierra Leona. El PIB regional es el 4% del africano, que en realidad es una contribución de Senegal. El crecimiento interanual desde 1992 ha sido del 2,4% (inferior a la media en un 0,8%), aportado realmente por Cabo Verde (7,3%) porque Guinea Bissau y Sierra Leona lo han padecido negativo. El actual es negativo (-0,3%), un 2,3% inferior a la media, esencialmente debido al colapso económico de Liberia (-29,5%) y a la mala situación de Guinea Bissau (-1,2%). El índice de inflación es del 8,1%, casi tres veces inferior a la media, con el 18% en Gambia y el 13% en Guinea, pero contenido en Senegal y Cabo Verde. Y la renta per cápita media es de 1.767%, el 62% de la correspondiente a su sector, pero con Cabo Verde con 5.200 (en las rentas medias) y Sierra Leona (562 $) y Guinea Bissau (782 $) en el extremo contrario. Las adquisiciones en el exterior se realizan mayoritariamente en la UE, y en Asia (Gambia y Liberia), mientras los clientes siguen la misma secuencia, incorporándose los asiáticos en Guinea y Guinea Bissau, y se incorporan otros africanos en Senegal. De modo que nuevamente Cabo Verde vuelve a resaltar por la situación de su economía, ahora seguido de Guinea Bissau, Gambia y Senegal. La región del Golfo de Guinea (Benín, Costa de Marfil, Ghana, Nigeria y Togo), resalta por la diversidad, aunque sobresaldrá Nigeria por su potencial petrolero e ingresos de divisas. No es un país homogéneo, aunque le proporciona cierta unidad el río Níger, mientras el clima es tropical al norte y ecuatorial al sur. La lengua oficial es el inglés, aunque cada grupo mantiene la propia, tan diferentes que para que dos nigerianos, del norte y sur, se entiendan deban hacerlo en inglés. Además, es un país dividido por los credos, el cristianismo al sur y el islamismo al norte. Y la proliferación de recursos petroleros en el sureste explica parte del conflicto de Biafra, al independizarse la región oriental, hasta que fue reducida en 1970. Con 173 millones de habitantes (la cuarta parte de la población del África negra), pero concentrada en Nigeria (134 millones, que le convierten en el Estado negro más grande del mundo), la densidad es de 173 hab./km2 (más del doble de la media). El crecimiento demográfico anual es de 2,3 (un 0,6% superior a la media), pero con 2,7 en Benin y sólo 1,6 en Costa de Marfil. El índice de fecundidad es de 4,5 (casi el doble de la media), 462
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 14. África: territorio y sociedades
debido a las aportaciones de Nigeria y Togo (por encima de cinco). La esperanza de vida alcanza los 50 años (veintiuno por debajo de la media), con buena parte de la explicación en Costa de Marfil, que sólo alcanza los cuarenta y uno. La población urbana es del 43% (cuatro puntos por debajo de la media), pero con Togo en el 35%. El PIB representa el 17% del África negra, evidentemente debido a la aportación nigeriana, con un crecimiento interanual del 3,1%, similar a la media (si bien Togo sólo ha alcanzado el 1,4), otro actual del 4% (el doble que la media), aunque por encima del 10% en Nigeria y negativo en Costa de Marfil (-3,8), y un índice de inflación del 14,3% (alto pero por debajo de la media), esencialmente debido al 26,4% de Ghana, y a los elevados de Nigeria y Togo. La renta per cápita media es de 1.400 $ (justo la mitad de la media), encabezada por Ghana (2.250) y cerrada por Nigeria (908). El comercio exterior sigue las pautas precedentes, con la UE y países africanos como proveedores y vendedores, aunque también resaltan los asiáticos (salvo en Costa de Marfil). África Central (Camerún, República Centroafricana, Congo-Brazzaville, Gabón, Guinea Ecuatorial, Congo-Kinshasa, más los archipiélagos de Santo Tomé y Príncipe) está tajada por el Ecuador y definida por la gran cuenca hidrográfica del Congo, con marañas de selvas y una profusa red hidrográfica. Los bantúes son dominantes, como también las creencias animistas y una economía agrícola tradicional, compaginada con la de plantación. La ganadería está limitada por las endemias, pero son altos los recursos mineros y forestales. Algunos países dependen del petróleo, otros de los productos agroalimentarios (como la República Centroafricana, de la exportación de algodón), y unos últimos de la ayuda internacional. Con setenta y siete millones de habitantes (11% de la población del África negra) es la tercera región más poblada, con la mayor cantidad aportada por Congo-Kinshasa (52 millones), mientras la densidad es de 37,6 hab./km2 (la mitad de la media), básicamente aportada por Camerún (34). El crecimiento demográfico anual es del 2,2% (igual a la media), pero de 2,9 en Congo-Kinshasa; y el índice de fecundidad de 5,2 (igual a su contexto), aunque nuevamente Congo-Kinshasa vuelve a sobresalir con 6,7. La esperanza de vida es de 50 años, con Gabón en sentido favorable (57) y la República Centroafricana en el extremo opuesto (40). La población urbana alcanza el 50% (superior a la media), con el 84% en Gabón y sólo el 32% en Congo-Kinshasa. El PIB es el 7,5% del sector, con un crecimiento interanual desde 1992 a 2002 del 4,1% (superior a la media), muy alto en Guinea Ecuatorial (24,8%) y negativo en CongoKinshasa. El actual ha bajado al 3,7% (superior a la media), con un 14,7% en Guinea Ecuatorial y -5,8% en la República Centroafricana. El índice de inflación es del 5,1% (cuatro veces inferior a la media), pero por encima del 9% en Congo-Kinshasa y Santo Tomé y Príncipe, y ligeramente superior al uno en Camerún. La renta per cápita es de 4.514 $ (la tercera más alta), con Guinea Ecuatorial en el nivel de renta media-alta (19.209 $) y Gabón en el de renta media (6.406), mientras baja de los mil en Congo-Kinshasa (581). Por último, las relaciones externas son variadas, pero la UE suele ser la proveedora (salvo en Congo-Kinshasa, con países africanos), al igual que ocurre con los clientes, más repartidos, salvo en Congo-Brazzaville, donde suelen ser africanos (52%) y asiáticos. Por tanto, la situación general más holgada corresponde a Guinea Ecuatorial y Gabón. África del Este (Ruanda, Burundi, Kenia, Uganda y Tanzania) es la región de las mesetas acantiladas a más de mil metros de altura (aunque sin plegamientos montañosos propiamente dichos), altiplanicies seccionadas por valles y fosas tectónicas con macizos volcánicos aislados (Kilimanjaro –5.895 metros–, Kenia –5.199–, Ruwenzori...). También es una de las reservas hidráulicas más importantes del continente, al englobar a gran número de lagos y a una compleja red hidrográfica. Fue el escenario de la masiva expansión de las tribus bantúes, que sometieron y aislaron a los residentes más antiguos y formaron el GEOGRAFÍA E HISTORIA
463
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
principal grupo étnico, una circunstancia que le proporciona una cierta homogeneidad, luego enriquecida con indopaquistaníes e indios durante la etapa colonial. El interés británico ha sido doble: económico en los territorios costeros y de altura (con una riqueza potencial superior a la de buena parte del continente), y estratégica, pues resultaba vital para unir sus intereses en El Cabo y el Valle del Nilo. Tanzania ha sido siempre el pariente pobre de los dominios británicos en África, por lo cual a la primera oportunidad adoptó un modelo de socialismo peculiar. En Ruanda el sangriento golpe de Estado de Octubre de 1993 fue obra de la etnia minoritaria tutsi, que representa sólo el 15% del total nacional (pero que ha mantenido el poder desde la independencia de Bélgica, sometiendo a los hutus bajo un régimen de apartheid, con fuertes salidas hacia el exterior como consecuencia de la cruenta y reciente guerra civil). La región tiene 110 millones de habitantes (el 15,5% de la población del África negra) con treinta y siete millones en Tanzania y treinta y dos en Kenia, y una densidad de 152 hab./ km2 (la segunda más alta del África negra, después del Índico), elevada por la contribución de Burundi (245 hab./km2). El crecimiento demográfico desde el año 2000 es del 2,4% (sobre la media), pero con el 3,2% en Uganda y sólo el 1,5 en Kenia, mientras el índice de fecundidad es de 5,7 (ligeramente superior a la media), por encima de siete en Uganda y cercano en Burundi, con el más bajo en Kenia (4). La esperanza de vida es de 43 años (de las más bajas, y cinco años menor que la media), con 46 en Uganda y sólo 39 en Ruanda (de las más bajas del mundo). La población urbana es muy parca, del 23% (frente al 39% de media), con sólo el 10% en Burundi y el 12% en Uganda. El PIB es el 8% del África negra, encabezado por Uganda y Kenia, con un crecimiento interanual desde 1992 del 2,5% (de los más módicos del sector e inferior a la media), con los extremos del 7% en Uganda y negativo en Burundi, e igual al actual (ahora negativo en Burundi), mientras el índice de inflación es del 7,7% (tres veces inferior a la media), pero superior al 10% en Burundi. La renta per cápita es de 975 $ (por debajo del nivel de las rentas bajas, y la segunda más reducida del África negra después del Nordeste), esencialmente debido a las menguadas contribuciones de Tanzania (602 $) y Burundi (692). Por último, los proveedores suelen ser asiáticos y africanos, seguidos de la UE, aunque se invierten los términos con los clientes de Burundi. En todo el contexto sobresaldrá la mejor situación general de Kenia. El Nordeste (Yibuti, Somalia y Etiopía) está dominado por la acantilada meseta etíope, que conforma una serie de rellanos sobre los 2.300 metros, coronados por imponentes macizos de paredes verticales y cumbres aplanadas que superan los 4.000 metros. Su borde occidental presenta las hendiduras de los valles encajados que discurren hacia el Nilo, mientras la altiplanicie somalí, o Cuerno de África, incluye a las elevadas mesetas que descienden hacia el sureste. La región septentrional es camita y nilótica, pero en la meseta etíope una migración semita yemení se fusionó con los grupos camitonilóticos alumbrando a los pueblos abisinios, que han mantenido contacto con el Próximo Oriente, el occidente cristiano y el norte musulmán. La resultante es una región inestable, de encuentro de diferentes razas y religiones, un puente entre África y Asia, no menos importante que el pasillo del Sinaí, y, por ello, un escenario de reivindicaciones territoriales respaldadas por potencias exteriores. La agrupación está controlada por los etíopes, cuya principal preocupación la han constituido sus vecinos somalíes no bantúes, integrados en una nación acuciada por las sequías continuas, la erosión permanente de los suelos, las plagas periódicas, y las guerras fratricidas, rasgos extendidos al entorno, y que han convertido al sector en una de las regiones africanas del hambre. La ONU recomendó la unión de Eritrea a Etiopía bajo un estatuto federativo, aunque la ausencia de respeto etiope (que no quería perder su salida al mar) condujo a la creación del Frente de Liberación de Eritrea (1961), que desencadenó una guerra de liberación de tres 464
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 14. África: territorio y sociedades
décadas, y que concluyó con el nacimiento de uno de los países más jóvenes del mundo, Eritrea. Luego, la situación regional ha variado sustancialmente desde los años ochenta, momento hasta el que fue de extrema importancia geopolítica debido a la fuerte tensión entre los estadounidenses y los soviéticos en la esfera del Mar Rojo. Pero a partir de 1988 los soviéticos dejaron claro que ya no formaba parte de sus intereses, incrementándose el influjo de EE UU. Y se ha arrastrado la enorme carga para los Estados receptores dejada por las fuertes migraciones forzadas, que incluso han utilizado este argumento para sus políticas represoras. Con poco más de veinte millones de habitantes (3% de la población del África negra), y la aportación testimonial de Yibuti (0,7 millones), presenta una densidad de 31 hab./km2 (elevada precisamente por Yibuti, con 30), casi tres veces inferior a la media debido a las condiciones ambientales. El crecimiento demográfico actual es del 2,8% (superior a la media), debido a la contribución etíope (4,2) y a la limitación introducida por Yibuti (1,6), con un índice de fecundidad de 6,4 (más de uno por encima de la media), incrementado por Etiopía (7,3). La esperanza de vida sólo alcanza los 46 años, homogénea e inferior a la media, con la más alta en Etiopia (48). La población urbana es del 45% (superior a la media), pero con fuertes disparidades, ya que es incrementada por Yibuti (84%), una de las más altas del continente, y rebajada por Somalia (15,6%), que padece una de las más bajas de África. El PIB representa el 4% del correspondiente al África negra, aportado realmente por Somalia, con un crecimiento interanual (1992-2002) del 2,2% (algo inferior a la media regional), negativo en Somalia, y otro anual negativo (también en Somalia). El índice de inflación es del 8,6% (casi tres veces inferior a la media), y elevado por el 15% de Somalia. La renta per cápita es de sólo 961 $ (casi 1.900 inferior a la media), y la más baja del África negra, junto al África del Este. Y los proveedores son asiáticos (Somalia y Yibuti), y africanos para los somalíes, mientras los clientes son asiáticos y africanos, salvo para Somalia, con la UE (30%). Así pues, la mejor situación relativa corresponde a Somalia. África Subtropical (Angola, Malawi, Mozambique, Zambia y Zimbabwe) es el dominio de las grandes cuencas fluviales alternadas con mesetas, de las selvas y sabanas, y de los pueblos bantúes. Angola, Zambia y Mozambique constituyeron la vanguardia africana de la descolonización, pero, en contrapartida, fueron de los últimos países en independizarse, entre otras razones porque no constituyeron colonias de explotación, y, sobre todo, porque la Constitución portuguesa les catalogaba como provincias, hecho que conllevaría el surgimiento de grupos y guerras de liberación. De Angola (la joya del imperio portugués por sus riquezas del subsuelo) resaltará su larga adscripción al marxismo-leninismo más ortodoxo, que conllevó el cierre del ferrocarril (1975) que sacaba al mar los minerales de exportación de Zaire y Zambia, bloqueando sus economías. Mozambique, a medio camino entre el socialismo y la dependencia del FMI, ha padecido las injerencias de Zimbabwe, con la respuesta de la declaración de guerra por el FRELIMO (Frente de Liberación de Mozambique). Sus recursos no han sido precisamente la causa de los continuos conflictos, sino la ambición de sus dirigentes por sellar alianzas con los países vecinos, centradas en la liquidación conjunta de los últimos vestigios del colonialismo. Zimbabwe ha sido un país dominado por la comunidad blanca, pero ha padecido graves problemas raciales, reflejados en el revanchismo del gobierno actual, que de un modelo económico solvente en el contexto africano (basado en la cría de ganado y en las industrias extractivas y siderúrgicas) ha caído en el caos debido a la reciente y turbulenta evolución político-racial. Con sesenta y ocho millones de habitantes (algo menos de la décima parte de la población del África negra), y repartida de forma homogénea, presenta una densidad de 37 hab./km2 (casi la mitad de la regional), elevada por Malawi (102) y rebajada por Angola (11). Su crecimiento demográfico actual es del 1,7% (0,5% por debajo de la media), esenGEOGRAFÍA E HISTORIA
465
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
cialmente debido al muy módico de Zimbabwe (0,5) y Zambia (1,2), mientras el índice de fecundidad es de 5,7 (similar a la media), con los extremos en Angola (7,2) y Zimbabwe (3,9). La esperanza de vida es de 36 años (muy baja, doce por debajo de la media), y rebajada por Zambia (32) y Zimbabwe (33). Y la población urbana del 32% (la tercera más baja del África negra), pareja en todos los países, a excepción de Malawi (16%), que presenta una de las más reducidas del continente. El PIB representa el 7,5% del regional, con la mayor aportación de Zimbabwe, con un crecimiento interanual reciente del 2,4% (un punto inferior a la media), con el más alto en Mozambique (8%) y negativo en Zimbabwe (-1,5), y otro auge actual del 1,4% (la mitad del regional), con los extremos nuevamente en Mozambique (7%) y Zimbabwe (-13%). El índice de inflación es el más alto del África negra (115%), debido a las aportaciones de Angola (98%), y sobre todo de Zimbabwe (432%), con uno de los más elevados del mundo. La renta per cápita es de 1.378 $ (la mitad de la regional), debido a las escasas contribuciones de Malawi (616 $) y de Zambia (830), por debajo de las rentas bajas. Y los proveedores son africanos en Zambia y Mozambique, pero asiáticos en Zimbabwe y europeos en Angola, mientras los clientes son asiáticos en Zambia y europeos en Malawi y Mozambique. De manera que dentro de un contexto poco favorable resalta Angola, pero también la caída de Zimbabwe. El África Austral (Botswana, Lesotho, Suazilandia, Namibia y la República de Sudáfrica), dispone de la homogeneidad proporcionada por el muy dilatado control europeo y por unas potencialidades naturales muy notables. Namibia, con una enorme superficie (mayores dimensiones que Francia) cuenta con muy escasa población (dos millones de habitantes), y tras su independencia todavía continúa controlada por su poderoso vecino del sur, que mantiene fuertemente tuteladas tanto a las inversiones en explotaciones mineras como a la plataforma pesquera, a las industrias y a los servicios. La República de Sudáfrica se enmarca en una altiplanicie rodeada de montañas, que ejercen un papel decisivo en la distribución de un clima favorable. Y su solvencia económica se ha debido a las efectivas maniobras de una minoría blanca que ha aprovechado la gestión de los ricos yacimientos, una agricultura rentable y mecanizada y una ganadería productiva. Esa minoría integra al grupo afrikaner, impulsor del largamente mantenido apartheid, camuflado desde 1984 con un arbitrario reparto del poder con las minorías no negras (mestizos e indios), y plasmado en el largo mantenimiento de reservas para la población negra, bajo la denominación de territorios autónomos bantúes. En efecto, el Partido Nacionalista Sudafricano implantó en 1948 una política racista basada en la superioridad de la raza blanca, para conservar la integridad de un sistema considerado como propio, y para mantener a las etnias en una relación de subordinación, que servía para asignar las áreas de residencia a los bantúes, a las reservas (batustones) de Tanskei (1976), Bophuthatswana (1977), Venda (1979), Ciskei (1981) y Kwandebele (1984). El Partido pretendió, además, oficializar entre los negros el african (un dialecto derivado del holandés) e incorporar a los indios y mestizos al parlamento, circunstancias que despertaron las iras de la población negra. En 1912 ya había nacido el Congreso Nacional Africano, pero en 1960 el Congreso Panafricano reivindica la igualdad, como también el Movimiento de Conciencia Negra. En 1983 la ONU, forzada por la presión internacional, rechazó el sistema, hecho decisivo porque dio paso a la reforma de Frederick De Klerk, acompañada por el levantamiento del movimiento zulú Inkata. La concesión compartida del Premio Nobel de la Paz a Nelson Mandela y a De Klerk dio el espaldarazo definitivo a un nuevo sistema, que culminará con la elección de Mandela como primer presidente negro en la historia del país. Pero esa dilatada secuencia le granjeó el repudio internacional y el desequilibrio económico, derivado de embargos y rupturas de relaciones comerciales por parte de Occidente. 466
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 14. África: territorio y sociedades
En la actualidad el interés mundial es creciente sobre el África Austral, porque allí se contienen reservas básicas para los países más avanzados. En concreto de esta región sale para EE UU la mitad del cromo consumido, el 82% del platino, el 73% de vanadio, el 80% de ferrocromo, el 87% del manganeso, y casi el 70% del oro. Japón compra carbón en abundancia, hierro y minerales raros. Pero también lo hace la UE desde la República de Sudáfrica, que, asimismo, aporta la mitad del consumo de uranio. Y de aquí salen al exterior los minerales procedentes del África Central, con Sudáfrica abasteciendo a tres cuartas partes de las necesidades del entorno. Además, África Austral rige las relaciones entre el Índico y el Atlántico, ya que frente al Cabo circula un tercio del tráfico marítimo mundial, y el 80% del realizado entre África y el mundo desarrollado. Aquí se ha consolidado una burguesía industrial y agraria, las actividades se han amoldado al consumo del mercado africano, y toda la región se ha afianzado como suministradora mundial de recursos naturales. Como corolario, la República de Sudáfrica, tras la estabilización del nuevo sistema, se ha convertido en el laboratorio de experimentación política hacia el que vuelve su mirada buena parte del continente. Con una población que no alcanza los cincuenta y dos millones de habitantes (poco más del 7% de la regional), aportada por Sudáfrica (45 millones), la densidad media es de 33 hab./km2 (la mitad de la regional), explicada por los 59 hab./km2 de Lesotho, porque las correspondientes a Namibia y Bostwana son inferiores a dos. El crecimiento natural de la población es del 0,8% (con diferencia el más bajo del África negra), casi típico de las sociedades avanzadas, sobre todo en Lesotho (0,1) y Sudáfrica (0,6), y el más alto en Namibia (1,4), pero que sólo afecta a dos millones de personas. El índice de fecundidad es de 3,8, el segundo más bajo el África negra (después de la región del Índico), debido a los 2,6 hijos por mujer de Sudáfrica (aunque por encima de 4,5 se emplazan Namibia y Suazilandia). La esperanza de vida es de 40 años (inferior en ocho a la media), similar a la del África del Este, y con 34 en Suazilandia y 35 en Lesotho, pero 48 en Sudáfrica, y debida a la débil contribución de las comunidades negras, ya que la población blanca dispone de rasgos similares a los europeos. La población urbana es del 36,6% (ligeramente inferior a la media), elevada por Sudáfrica (48%) y rebajada por Lesotho (18%). El PIB es con mucho el más alto de la región (39,5%), casi todo debido a la aportación de Sudáfrica, con un crecimiento interanual reciente del 3,7% (ligeramente superior a la media), con el más alto en Bostwana (5%) y el más bajo en Sudáfrica, y otro actual del 3,4%, que mantiene la secuencia. El índice de inflación es del 21,2% (idéntico a la media), pero elevado por Suazilandia (81%), porque en el resto se mueve en valores entre el cinco y el siete por ciento. La renta per cápita es de 6.527$ (entre las rentas medias, y el doble que la regional), debida a la aportación de Sudáfrica (10.045), entre las mediasaltas, Bostwana (9.382 $) y Namibia (6.270), entre las rentas medias, con la más baja en Lesotho (1.999). Por último, los proveedores son africanos en todos los casos, a excepción de Sudáfrica, con la mitad de sus compras procedentes de la UE y buena parte del resto de Asia, con unas ventas que mantienen esa estructura. De modo que la mejor situación corresponde a la República de Sudáfrica y a Botswana, seguidas de Namibia y Suazilandia. El Índico (Comores, Mauricio, Reunión, Seychelles y Madagascar) es una agrupación controlada por Madagascar (la cuarta isla más extensa del mundo, pero con unos indicadores socioeconómicos inquietantes), que ha elegido al turismo como la gran alternativa económica, abandonando en cierto modo la rentable agricultura (en Madagascar practicada por la notable comunidad asiática). Con sólo veinte millones de habitantes (menos del 3% de la población regional), la mayor aportación es la de Madagascar (17,4 millones). Presenta una densidad de 291 hab./km2 (con diferencia la más elevada de la región), debido a las aportaciones de Mauricio (599), Comores (345), Reunión (301) y Seychelles GEOGRAFÍA E HISTORIA
467
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
(180). El crecimiento anual de la población es del 1,8%, el tercero más bajo (después del África Austral y África Subtropical), con el 0,7% en Seychelles, y el más alto en Madagascar y Comores (2,8%). El índice de fecundidad es de 3,3 (muy inferior a la media), e inferior a dos en Mauricio y Seychelles, pero de 5,7 en Madagascar. La esperanza de vida es de casi 67 años (dieciocho superior a la media), la más elevada de la región, esencialmente debido a la contribución de Mauricio y Seychelles (por encima de los setenta años) y sobre todo de Reunión (75). Y la población urbana del 49% (diez puntos por encima de la media), con el 91,5% en Reunión y sólo el 26,5% en Madagascar. El PIB sólo alcanza el 0,5% del África negra (aportado casi por igual por Madagascar y Mauricio), con un crecimiento interanual desde 1992 a 2002 del 3,2% (igual a la media), debido a la contribución de Mauricio (5,1%), y otro anual del 2,5% (igual a la media), ahora por la aportación de Madagascar (9,6%), mientras es negativo en Seychelles (-5,1%). El índice de inflación es del 3,9% (cinco veces inferior a la media), un claro indicador del nivel de desarrollo alcanzado, negativo en Madagascar, y sólo del 7% (el más alto) en Seychelles. La renta per cápita es de 6.059 $ (la segunda más alta tras el África Austral), dentro de las rentas medias, por dos aportaciones: Mauricio (11.233 $) y Seychelles (11.847 $). Los proveedores mayoritarios son europeos, a excepción de Comores (africanos), mientras los clientes son europeos en todos los casos. Por tanto, la mejor situación corresponde a Seychelles y Mauricio, mientras la peor, muy alejada del resto, a Madagascar.
468
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 14. África: territorio y sociedades
BIBLIOGRAFÍA Alcay, D et al. (1990) “El ocaso de África blanca”. Historia 16. Madrid. Amin, S. (1976) Impérialisme et sous-développement en Afrique. Editions Anthropos, Paris. Cabot, J. (1978) “Les frontières coloniales de l’Afrique”. Hérodote, N.º 11, pp. 114-132. Cabot, J. (1986) “L’Afrique explosive, fille du désordre européen”. Hérodote, N.º 41, pp. 39-46. Coquery-Vidrovitch, C. (1978) “Économie de traite et misére des investissements en Afrique noire”. Hérodote, N.º 11, pp. 69-87. Coquery-Vidrovitch, C. (1985) “Ségregation spatiale, ségregation sociale?”. Cahiers d’Etudes Africaines, XXV (3), pp. 293-295. Crawford Young, M. (1986) “Nationalism, ethnicity, and class in Africa: a retrospective”. Cahiers d’Etudes Africaines, XXVI (3), 103, pp. 421-497. Dumont, R. y Mottin, M. F. (1982) L’Áfrique étranglée. Ed. Seuil, Paris. Europa Publications (1990) Africa South of the Sahara 1990. London. Fisette, J. y Salmi, M. (1991) “Le désengagement de l’Etat en Áfrique et les initiatives locales: la naissance de nouvelles formes de partenariat”. Cahiers de Géographie du Québec, V. 35, N.º 95, pp. 349-369. Fossaert, R. (1991) Le monde au 21 siècle. Une thèorie des systèmes mondiaux. Ed. Fayard, Paris, p. 444. Foucher, M. (1988) Front et frontières. Un tour du monde géopolitique. Ed. Fayard, Paris. Girgis, M. S. (1987) Mediterranean Africa. University of America, Lanham. Grellet, G. (1982) Les structures économiques de l’Áfrique noire. Press Universitaires de France, Paris. Grellet, G. (1988) “Stratégies d’industrialisation pour l’Áfrique noire”. Revue Tiers Monde, T. XXIX, N.º 115, pp. 1007-1019. Ikubolajeh, B. y Kidane, M. (1993) “IMF-World Bank adjustment and structural transformation in Sub-Saharan Africa”. Economic Geography, Vol. 69, N.º 1, pp. 1-25. Lewis, L. A. y Berry, L. (1988) African environment and resources. Ed. Unwin Hyman, Boston. Marolles, A. De (1988) “África Austral: desafío estratégico y polo de desarrollo”. Política Exterior, Vol. II, N.º 8, pp. 170-180. Marolles, A. DE (1992-1993) “África negra, continente en regresión”. Política Exterior, Vol. VI, N.º 30, pp. 180-190. Mehretu, A. (1986) “Towards a framework for spatial resolution of structural polarity in African development”. Economic Geography, Vol. 62, N.º 1, pp. 30-52. GEOGRAFÍA E HISTORIA
469
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
Monafo, D. (1991) “Les difficultés de l’integration économique interrégionale en Áfrique noire: l’exemple de la zone UDEAC”. Les Cahiers d’outre-mer, N.º 174, pp. 167-186. Ortega Martín, C. (1993) “Cal y arena en el Magreb”. Política Exterior, Vol. VII, N.º 34, pp. 91-108. World Bank (1983) Sub-Saharan agriculture. Syntesis and trade prospectes. World Bank Staff Working Papers, N.º 608, Washington.
470
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 15 Canadá y Estados Unidos: aspectos físicos y humanos
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
ÍNDICE SISTEMÁTICO 1. INTRODUCCIÓN 2. UN TERRITORIO VARIADO Y CON AMPLITUD DE RECURSOS 2.1. Las grandes unidades del medio 2.2. Unos climas variados 2.3. Los grandes biomas 2.4. Las aguas y los problemas del medio 3. LA POBLACIÓN Y EL PROCESO URBANIZADOR 3.1. La situación y los problemas sociales en Canadá 3.2. La población en EE UU 4. LA INMIGRACIÓN Y LOS PROBLEMAS SOCIALES EN EEUU 4.1. La inmigración tradicional y el auge de la ilegal 4.2. Los problemas sociales 5. HACIA UNA NUEVA CONCEPCIÓN ESPACIAL ESTADOUNIDENSE 5.1. La atracción occidental y urbana 5.2. Los modelos humanos en la diversidad regional 6. LA POBLACIÓN Y LA ECONOMÍA NORTEAMERICANA BIBLIOGRAFÍA
472
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
1. INTRODUCCIÓN Norteamérica abarca más de 19,6 millones de km2, repartidos casi por igual entre Canadá y EE UU, con un medio favorable: – El escudo aporta recursos minerales, hidroeléctricos e hidrocarburos. – La llanura atlántica espacios agrícolas productivos y recursos hídricos. – Los Apalaches carbón, metales y madera. – Las llanuras centrales ejes fluviales, carbón, hidrocarburos y amplias tierras agrícolas y ganaderas. – Las cordilleras occidentales recursos minerales, valles fértiles costeros y recursos madereros y paisajísticos. Las regiones orientales han sido las más transformadas aprovechando los grandes ríos que favorecían la penetración hacia el interior, como el Hudson, y sobre todo a los Grandes Lagos, que hizo de corredor. Las praderas fueron taladas para utilizar los ricos suelos y para atender a las necesidades industriales del noroeste. Y los Grandes Lagos se han resentido de la contaminación, con la lluvia ácida que ha incidido con fuerza sobre buena parte de la región nororiental, y con unos suelos interiores afectados por la erosión y la contaminación. Pero el mayor recurso de ambos países es su población, mayoritariamente inmigrada y con una dinámica demográfica propia de los países desarrollados. En EE UU se encuentra en proceso continuo de organización espacial, es culturalmente diversa, dominan los fuertes desequilibrios espaciales en su reparto, la inmigración se define por encontrarse continuamente al alza, y el proceso de involución metropolitana es imparable. En Canadá algunos parámetros no sólo cambian sino que llegan a ser los contrarios, con tasas de crecimiento ligeramente inferiores por el menor influjo de la inmigración y la mayor emigración hacia EE UU, más alto desequilibrio en el reparto espacial, y un tradicional enfrentamiento entre las dos comunidades mayoritarias del país, la anglófona y la francófona, distribuidas, en los dos sectores más poblados y ricos.
2. UN TERRITORIO VARIADO Y CON AMPLITUD DE RECURSOS 2.1. Las grandes unidades del medio Se trata de un bloque cuadrangular y compacto, con orientación meridiana de los conjuntos estructurales, organizados sobre el núcleo precámbrico del escudo canadiense, al nororiente, rodeado de terrenos paleozoicos de norte hasta el sur, que albergan a las llanuras GEOGRAFÍA E HISTORIA
473
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
centrales y a los Apalaches, y cerrado al oeste por una alineación montañosa que arranca en Alaska y se prolonga hasta Centroamérica, con relieves complejos. Esta estructura dispone de una larga evolución geológica, caracterizada por compresiones entre placas y emersiones de cordilleras, con sismicidad en las áreas tectónicamente más activas, las occidentales (como ocurre en la falla de San Andrés, de las más dinámicas del mundo) y con fracturaciones sobre los materiales más antiguos, a oriente. Luego el glaciarismo cuaternario, especialmente el septentrional, incidió de forma notable sobre la evolución de los territorios. En Canadá resaltan tres grandes unidades: –
El escudo canadiense. En el noreste, el núcleo originario de América del Norte, cuyo origen se remonta a más de mil millones de años. El límite que lo separa de las grandes llanuras interiores está formado por restos de cordilleras desaparecidas, e incluso por sectores desplomados por debajo del nivel del mar, como el rosario de Los Grandes Lagos. En el resto la erosión glaciar define la mayor parte del paisaje, con potentes depósitos morrénicos y gran cantidad de profundas estrías sobre las que se ha asentado una de las más importantes redes de drenaje del mundo. Es un zócalo precámbrico con profundas huellas glaciares extendidas por los Apalaches, las cordilleras occidentales, y hasta las secundarias cadenas árticas, y que también explican la densidad alcanzada por los lagos interiores. Esos rasgos unidos a la abundancia de rocas cristalinas y metamórficas y a la escasez de materiales nuevos (a excepción de las tierras bajas del río San Lorenzo, en el sureste, al sur de Québec y Ontario) han limitado la conquista de tan amplio espacio, tanto que no se ha realizado en su integridad, a pesar de incorporar una notable reserva de recursos forestales, hídricos y energéticos. Ocupa el centro y este del país (4,5 millones de kilómetros cuadrados), y desciende hasta perderse en la Bahía de Hudson, bordeado por la gran cordillera al oeste, los Apalaches al sureste, y los Grandes Lagos al sureste. A modo de apéndice, en el borde sur oriental se encuentran los Apalaches, de plegamiento primario, que en la costa aportan una compleja trama de fiordos, bahías, cabos y penínsulas. Y al oste aparece la complejidad y la altitud de las montañas recientes.
–
–
474
Las Rocosas. Al oeste, topográficamente complejas, y afectadas por climas fríos por la altitud y latitud, hechos que también explican un tardío y mínimo poblamiento general, a excepción del sector meridional costero. Están integradas por cuatro grandes unidades: *
Las Rocosas Canadienses, en el interior, con alturas entre los tres y cuatro kilómetros.
*
La Cordillera Costera, que baja hasta los dos kilómetros y medio de altitud, perdiéndose en la costa en forma de fiordos. Está plagada de depresiones, con la del Yukón como única abierta al mar. Y en contacto con el litoral hay cordilleras más recientes, con los Montes McKinley.
*
Los macizos y valles interiores, volcánicos.
*
La alineación oriental, con cumbres por encima de los cuatro kilómetros, muy erosionada y rejuvenecida posteriormente, con profusión de fallas.
Las praderas septentrionales, asentadas sobre el escudo y repletas de sedimentos continentales y marinos, paleozoicos y cenozoicos, que aportan notables recursos del subsuelo (especialmente hidrocarburos) en las provincias de Alberta y Saskatchewan, y un sector favorable a la explotación de cereales de invierno, de rentabilidad alta a pesar de quedar a expensas de las rigurosas condiciones invernales. PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 15. Canadá y Estados Unidos: aspectos físicos y humanos
En Estados Unidos el territorio también está dispuesto alrededor del escudo canadiense, el núcleo estructural de Norteamérica. Ahora resaltan las seis siguientes unidades: –
El escudo canadiense, que sólo aparece en el sector más septentrional, y por ello también afectado por la erosión y la acumulación glaciar, con la consecuencia de una notable red fluvial, pero más desorganizada que al norte.
–
Los Apalaches, la única cordillera paleozoica existente en todo el subcontinente, con más de 3.600 kilómetros lineales, y tres sectores: *
Meridional, con los Viejos Apalaches, el eje de la cordillera, estructurado en dos ámbitos: •
A oriente, con profusión de rocas metamórficas.
•
En el interior los Montes Azules, que alcanzan los dos kilómetros de altura, con abundancia de granitos.
*
Al oeste los Apalaches Jóvenes, con pliegues apretados, crestas y valles, que alumbran el típico relieve apalachense, de formas paralelas, fruto de sucesivos aplanamientos y levantamientos, con cortes transversales del río Tennessee y de sus afluentes.
*
El sector comprendido entre los Montes Azules y la región de las crestas el Gran Valle, con materiales más ondulados por el efecto de los empujes tectónicos, en los Estados de Kentucky, Tennessee y Virginia, y con abundantes recursos carboníferos.
Se trata de una unidad rejuvenecida por las últimas orogénesis, pero organizada en alineaciones separadas por depresiones, una estructura disimétrica con gran cantidad de fallas, que ha permitido el establecimiento de centrales eléctricas y la generación muy notable de energía, y la incidencia de la erosión diferencial, glaciar e hidrográfica, que explica la escasa altitud, y que limita su papel de barrera frente a los influjos oceánicos del Atlántico. El paisaje de colinas paralelas con fuertes pliegues, fallas profundas y capas sedimentarias con distinta resistencia a la erosión (con resalte especial en el Gran Valle) ha dado nombre a los tipos de plegamientos similares. Constituyó un área de asentamiento para los primeros colonizadores por la oferta de aprovisionamientos de recursos del subsuelo, una profusión explicada por la antigüedad de la erosión, el agudo metamorfismo, y la presencia de sedimentos paleozoicos, con la resultante de gran cantidad de carbón con origen en el envolvimiento derivado de un choque de placas hace casi 250 millones de años. Pero también de excelentes suelos agrícolas en sus márgenes y la reserva maderera (que encuentra su continuación en los grandes sectores de inundación de la península de Florida), que aclaran su tradicional contribución a la economía y al poblamiento estadounidense. –
Las montañas de Nueva Inglaterra. Son una continuación de los Apalaches, pero con vulcanismo latente, y más erosionadas por la acción glaciar debido a la más alta posición latitudinal. Disponen de dos sectores: *
De tierras altas, con materiales antiguos y descendentes hacia el mar.
*
De crestas, en el área litoral, que aportan una costa recortada y compleja.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
475
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
–
–
La llanura atlántica, una franja litoral sedimentaria que abarca desde New Brunswick hasta Florida y la costa del golfo de México, y divida en dos sectores: *
El septentrional, lluvioso y continentalizado por los rigores de la corriente fría del Labrador, con abundancia de pastizales, que explican su orientación ganadera y agrícola, y con unas costas recortadas con estuarios.
*
El meridional, con inviernos suaves por influjo de la corriente del Golfo de México, y veranos también suaves y lluviosos, que aclaran el dominio de las plantaciones.
Llanuras interiores, una gran cuenca sedimentaria rellenada de sedimentos continentales y marinos, entre el sur del escudo y la costa del Golfo de México, ceñidas por las cordilleras del este y oeste, y apoyadas sobre notables yacimientos hulleros, especialmente en las proximidades del escudo. En efecto, los sedimentos paleozoicos y cenozoicos aportan carbón (desde los Apalaches a las Rocosas) e hidrocarburos (prolongación de los existentes en el interior de las praderas canadienses, de las provincias de Alberta y Saskatchewan, abarcando a Wyoming, Illinois, Colorado, Kansas, Nuevo México, Oklahoma, Texas y Louisiana). Componen una de las áreas planas más extensas del mundo (aunque resalta su configuración continuamente ondulada), asentada sobre espesas capas sedimentarias, con altitud que aumenta hacia el oeste, donde llega a sobrepasar los 1.500 metros, hasta enlazar con las Rocosas. Es una de las regiones del mundo más favorables a la explotación agrícola, dominada por grandes ejes fluviales, como el Mississippi, que recoge las aguas de buena parte de ella con sus más de 6.000 kilómetros de longitud. El clima continental de que disfrutan, el más difundido, permite el cultivo de cereal, incluso hacia el interior, donde la sequedad se deja notar en largos períodos al cabo del año. Hacia oriente se va dulcificando, y, junto a los suelos aluviales, la rentabilidad se incrementa con otros cultivos, los industriales. Está integrada por cuatro unidades:
–
476
*
Mississippi. Los sedimentos están poco deformados por la incidencia glaciar, que, sin embargo, explica la abundancia de lagos en Minnesota. Dispone de poca altitud y dominan los relieves en cuesta.
*
Grandes Lagos. Se extienden sobre un cuarto de millón de kilómetros cuadrados, sobre cubetas formadas en rocas antiguas por el hielo glaciar.
*
Las grandes llanuras. Formadas por pliegues sobre materiales más recientes procedentes de las Rocosas, con erosión fluvial y eólica sobre los más blandos.
*
Las montañas interiores. Al oeste del Mississippi, las denominadas Tierras Altas del Interior, con dos sectores: •
Al norte de rocas graníticas.
•
Al sur similares a la región de crestas y valles de los Apalaches.
Las Rocosas, el complejo de tierras altas emanado de la compresión entre placas, ensanchado conforme se desciende en latitud, lo que le permite albergar cuencas interiores cerradas. Las montañas costeras no son volcánicas, porque hace unos setenta millones de años la costa comenzó a elevarse por incidencia de la placa pacífica, que corría por debajo de la norteamericana, por lo que se elevaron rocas
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 15. Canadá y Estados Unidos: aspectos físicos y humanos
sedimentarias, luego metamorfizadas en pizarras, con mezcla de rocas desmenuzadas en superficie. Recientemente las glaciaciones formaron valles, hoy aptos para la explotación agraria. Hay dos sectores diferenciados: *
Al este de la línea de costa la cadena de las Cascadas dispone de un origen parecido, lo que explica la profusión de rocas sedimentarias, aunque ya alberga volcanes, y grandes valles, al estar atravesada por el río Columbia.
*
A oriente las Rocosas propiamente dichas, elevadas hace cinco millones de años, con estratos sedimentarios y metamórficos penetrados por inclusiones graníticas, y salpicadas de circos y glaciares por la incidencia de las glaciaciones.
Se trata, por tanto, de un conjunto de cadenas perioceánicas plegadas desde el Mesozoico, con cuencas interiores, rocas metamórficas y cristalinas. Dejan entre sus alineaciones y la costa del Pacífico depresiones instaladas sobre fallas y cordilleras desgajadas, y en su interior altas mesetas (Meseta del Colorado y Gran Cuenca) y líneas de dislocación (que no han favorecido su explotación), y una reciente recomposición que explica el vulcanismo latente en ciertos sectores, como la Cordillera de las Cascadas. La Cordillera del Pacífico, que toma diversos nombres, es una gran alineación integrada, en sentido ascendente, por Sierra Nevada (California) y la Cordillera de las Cascadas (Oregón y Washington), una enorme línea de valles excavados como el de California, depresión recubierta de aluviones que, unidos al clima suave, le convierten en una de las regiones más fértiles del mundo, el vergel americano. Ese Gran Valle desaparece al norte por subsidencia, pero antes de hacerlo los abundantes depósitos glaciares explican la fertilidad de las tierras californianas. Por último cabe mencionar las costas, integradas por los dos grandes sectores que delimitan al país, densamente poblados (a diferencia de Canadá, donde su representación es potencial a pesar de la longitud de las mismas): –
En la fachada occidental son abruptas, porque las montañas se pierden directamente en el mar y porque la plataforma continental es tenue. El rasgo distintivo es que las aguas frías, por efecto de la corriente descendente desde el norte, pasan en verano a cálidas, por influjo de la corriente japonesa, aportando abundante plancton y una riqueza biótica marina muy estimable.
–
La línea atlántica es muy recortada, con profusión de bahías, ensenadas, estuarios, islas costeras, etc. Está integrada por tres sectores: *
La septentrional, rocosa, con el reflejo de la fuerte incidencia de los glaciares y de las fisuras y fallas que la fracturan, como fiel escaparate de lo que ocurre tierra adentro.
*
La central, con arenales separados de la costa por lagunas salobres y bahías. Las playas son de fragmentos gruesos, guijarrosas, mientras en las bahías y estuarios aparecen bancos fangosos que facilitan la instalación de pantanos.
*
La meridional, donde los vientos constantes amontonan la arena formando campos de dunas, que explican también la formación de las profusas islas existentes desde la desembocadura del río Chessapeake hasta el Golfo de México.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
477
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
2.2. Unos climas variados En Norteamérica se da gran cantidad de variantes climáticas, desde subtropicales hasta polares, desde húmedas a desérticas, pero especialmente los climas templados. Así: –
En el escudo, el ártico y el continental subártico.
–
En la llanura atlántica, el continental húmedo al norte y el subtropical húmedo al sur.
–
En los Apalaches hay gran cantidad de variantes en razón de la altitud y exposición.
–
En las llanuras centrales las variaciones continentales son norte-sur y este-oeste.
–
En las cordilleras occidentales los climas de montaña, los áridos en las cuencas interiores, y el oceánico en la costa norte y una variante mediterránea en la sur.
Los regímenes términos son variados debido a la extensión, altitud, latitud y proximidad o lejanía al mar, y aportan notables tipos climáticos. Mientras en las montañas aparecen climas rigurosos de altura en la fachada meridional el embolsamiento de calor que aporta la cercanía del Golfo de México explica el clima benigno, que ha convertido al sector en turístico y especializado en productos subtropicales. Por su parte, los regímenes pluviométricos aportan dos grandes regiones húmedas: –
La oriental, a lo largo de la costa atlántica, suavizada conforme la lejanía al mar aumenta, con la excepción de los Apalaches por la acción de la altimetría.
–
La occidental, desde Sierra Nevada hasta Alaska meridional, con grandes variaciones según latitud, altitud, exposición, etc. Al oriente de las Rocosas aparece una gran región seca debida al efecto barrera, mientras hacia el norte la explicación se encuentra en la escasa evaporación potencial, factores que aportan una extensa estepa con matices desérticos, y baja rentabilidad a las tierras interiores occidentales.
En Canadá septentrional domina el aire ártico continental, gélido por su origen en los hielos del norte, que afecta durante el invierno y no aporta precipitaciones. El resto de masas son marítimas y más húmedas, árticas, que aclaran las lluvias abundantes en la vertiente pacífica. La masa tropical marítima, más cálida y húmeda, incide a oriente en la etapa estival, mientras en invierno queda limitada al extremo suroriental del país, generando nieblas persistentes. Sólo en el suroeste aparece un clima templado propiamente dicho, mientras en el interior el dominio es de la continentalidad, tanto más aguda hacia el norte, con precipitaciones nivosas. En la mayor parte del ámbito septentrional dominan los suelos helados, los permafrost, sobre los que se asienta la tundra. Tras la retirada de las glaciaciones, la erosión fluvial se encargó de modificar amplios sectores, aunque el clima postglaciar no ha sido excesivamente severo con los suelos meridionales. En EE UU aparecen desde los climas tropicales hasta los desérticos y continentales, mientras son más limitados los oceánicos. Pero las oleadas de frío procedente del norte pueden llegar hasta Florida, y las cálidas del Golfo de México hasta el límite con Canadá. Esta enorme variedad y extensión de los climas se explica por cinco factores: –
478
La latitud, que aclara las variaciones de temperatura entre norte y sur.
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 15. Canadá y Estados Unidos: aspectos físicos y humanos
–
Las corrientes oceánicas, al oeste la cálida del Pacífico y la fría de California, y al oriente la fría del Labrador, que explican los contrastes térmicos existentes entre ambas fachadas.
–
La forma maciza del espacio, con el único entrante del Golfo de México, que explica ahora el dominio de la continentalidad.
–
La disposición meridiana del relieve occidental, de las Rocosas, que detienen las masas de aire procedentes del Pacífico, generando un notable descenso de las precipitaciones al oeste del meridiano 100º (el centro del país), transformado en la gran zona ganadera.
–
La extensión de las llanuras, que permite el flujo de masas de aire muy diferentes, desde septentrionales frías hasta meridionales cálidas.
Pero realmente el clima está definido por la confluencia de dos tipos de masas de aire: –
Polares, frías, que generan cielos despejados, y cuyo descenso latitudinal ocasiona crudas oleadas gélidas.
–
Tropicales marítimas, del sur, con elevadas temperaturas y humedad, y que pueden ascender muy al norte proporcionando lluvias invernales.
Ambas confluyen en verano cerca de la región de los Grandes Lagos, alumbrando temperaturas cálidas y un ambiente húmedo cuando dominan los vientos del sur, y otras frías y tiempos secos cuando son los del norte. En invierno lo hacen cerca del Golfo de México, con lluvias abundantes, salvo en el suroeste, donde el aire tropical marítimo es constante y estabilizado por la corriente fría de California, que proporciona calor y el ambiente desértico. En la fachada pacífica el aire polar marítimo aporta más lluvias, en tanto la atlántica está afectada por aire polar groenlandés, continental, que aporta bruscos descensos térmicos, y por aire marítimo, con frío invernal y precipitaciones estivales en el noreste. Como consecuencia el régimen término dominante es el continental, con enormes amplitudes térmicas, porque la atemperación procedente del Pacífico no llega al interior. Y el régimen más suave lógicamente aparece en las costas. El pluviométrico es acusado en las montañas pacíficas septentrionales, sur de los Apalaches y sureste, mientras al oeste del meridiano 100º dominan las regiones áridas. Ello permite establecer tipos climáticos: –
De costa pacífica, una franja litoral con clima oceánico de veranos secos.
–
Californiano, con sequía estival, inviernos suaves y veranos frescos por incidencia de la corriente fría del mismo nombre, si bien al sur se transforma en desértico.
–
De montaña occidental, con climas desde semidesérticos, desérticos orográficos debidos al efecto barrera, hasta de alta montaña, aunque el dominante es el estepario de zona templada modificado.
–
Tropical, en el sureste (con temperaturas y precipitaciones altas) y suroeste (desierto cálido).
–
Templado de litoral atlántico, que penetra hacia el interior porque los Apalaches no ejercen el efecto barrera, con un área templada fresca al norte, de rasgos agudizados por efecto de la corriente fría del Labrador en invierno y precipitaciones altas y distribuidas por la frecuente incidencia de borrascas. Un poco más al sur es más cálida, con precipitaciones ligadas al frente polar y vientos oceánicos atraídos hacia el interior.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
479
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
–
Continental, con amplitudes térmicas acusadas, inviernos fríos, veranos cálidos y escasa precipitaciones generales, dominantes en la etapa estival por su origen tormentoso.
Los suelos son excelentes en la franja Ohio, Indiana, Illinois, Iowa…, una de las regiones más productivas del planeta. Los mejores son los aluviales de los grandes valles (Mississippi, Missouri, Tennesse, Valle de California...). Los cherzonien de las grandes planicies son menos rentables, y cuando dominan las sequías el cultivo de cereal se transforma en explotación ganadera extensiva. Junto a los mollisoles, las tierras negras se han convertido en área privilegiada y en el segundo centro económico nacional. Los menos rentables, en las mesetas del interior de las Rocosas y piedemontes orientales, se dedican en exclusiva a la ganadería extensiva. En una aproximación somera los suelos se clasifican en dos grandes tipos: –
Los cálcicos, en las regiones áridas o semiáridas, en el oeste.
–
Los férricos, con acumulación de compuestos y hierro y aluminio, en las áreas más lluviosas orientales.
Y en otra clasificación más completa aparecen regiones edáficas bien delimitadas: –
Ácidas, en la región noreste.
–
Orgánicas, en las llanuras centrales, con alta fertilidad agrícola.
–
Arcillosas, en el sureste, de gran fertilidad.
–
Aridosólicas, en el suroeste y cubetas intramontanas de las Rocosas.
2.3. Los grandes biomas Fruto de la variedad orográfica, climática y edáfica la vegetación presenta casi todos los arquetipos: –
Al norte, la tundra, un biotopo estrecho con musgos y líquenes por las gélidas temperaturas, vientos huracanados y escasez de precipitaciones.
–
Descendiendo en latitud la taiga, desde Terranova hasta Alaska, un bosque boreal de coníferas en el escudo, que se extiende sobre más de la mitad de la superficie canadiense y configura una de las mayores masas forestales de abetos y pinos del mundo.
–
Luego, los bosques de hoja caduca, una transición desde la taiga a las franjas de abedules, álamos y alerces, con dos sectores, con dominio del arce:
–
480
*
El bosque acadiense en el este.
*
Al sur, cerca de los Grandes Lagos, el laurentino.
Ya en las llanuras, al norte domina el bosque de coníferas, pero hacia el sur la humedad más limitada genera: *
Una pradera alta en los rebordes septentrionales y orientales.
*
Una estepa al oeste.
*
Un pastizal bajo, disperso y xerofítico, en las márgenes occidentales y meridionales. PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 15. Canadá y Estados Unidos: aspectos físicos y humanos
En EE UU dominan las praderas interiores, herbáceas y arbustivas, con la floresta limitada a los bosques galería y a las colinas. En los Apalaches el bosque de frondosas se dispone en estratos, con robles, hayas, nogales, castaños…; por encima aparece el sotobosque herbáceo, con líquenes asociados; y al sur bosque mixto, con pinos y cipreses, hasta llegar a los manglares de la península de Florida. La vegetación herbácea, rala y discontinua, y la xerofítica con cactus se extienden por las áreas áridas. En la costa pacífica las coníferas gigantes, con las sequoyas y abetos. La vegetación herbácea alta sólo aparece en las áreas que superan los 600 milímetros, hoy sustituidas por cultivos que aprovechan la riqueza de los suelos. Al oeste del meridiano 100º el descenso pluviométrico y la acusada continentalidad mantienen al herbazal bajo, aprovechado para pastoreo extensivo. Y en las cubetas interiores la escasez de lluvias sólo permite el desarrollo de arbustos leñosos. La mayor riqueza biótica se encuentra en los bosques septentrionales, con formaciones dominantes de pinos rojos, sobre los suelos más pobres, y alerces, sobre los más húmedos. Pero también abundan los abetos, entremezclados con manchas de álamos y abedules. El clima invernal riguroso hace que la nieve supere el metro de altura, y los veranos no son ni muy húmedos ni muy cálidos, lo que limita los ciclos vegetativos. Las aves están bien representadas, con arrendajos (que permanecen todo el invierno), perdiz canadiense, y muchas pequeñas aves migratorias desde tierras meridionales. Los mamíferos también proliferan, con la liebre americana, el ursón, los castores, armiños, etc. Los predadores están encabezados por el lobo y lince canadiense. Pero en invierno las temperaturas alcanzan -30 ºC, los lagos se congelan, las especies migran hacia el sur, y muchas otras se retiran a invernar. Nace así la vida bajo la nieve, que cuando supera el metro de espesor aísla de la temperatura ambiental y permite la vida de las especies en su interior, donde el anhídrido carbónico producido por el metabolismo se concentra disminuyendo el correspondiente de oxígeno, y cuando falta se impone la necesidad de salir a respirar, el momento de la depredación, que permite el mantenimiento de las especies predadoras no invernantes. Pero también surgen las adaptaciones, con almohadillas que sirven de raquetas (lince), la alimentación de las ramas de los árboles (alce), etc. En el cinturón costero occidental aparecen los bosques pluviales, con el fenómeno de las coníferas gigantescas, los seres vivos más longevos conocidos (algunos con 3.500 años). Se trata de un acontecimiento único en el hemisferio norte explicado por las peculiares condiciones climáticas, por la captación de la humedad procedente de las masas de aire originarias del Pacífico, que envuelven a las montañas en nieblas, en un clima bonancible y húmedo. Se dan varios hechos capaces de explicar el vigor alcanzado por las coníferas: –
Las nevadas permiten que dispongan de agua buena parte del año.
–
Las nieblas facilitan que desarrollen la fotosíntesis todo el año.
–
La abundancia de humedad propicia que acumulen reservas de agua con sales, minerales y carbohidratos (que les permite disponer de nutrientes durante la etapa menos lluviosa).
–
La copa piramidal consigue absorber las radiaciones a través de cielos nubosos.
–
Las hojas asaeteadas consiguen la liberación rápida del agua permitiendo la transpiración.
–
Las resinas y otras sustancias protectoras las protegen de enfermedades e insectos nocivos, etc.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
481
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
Entre las especies resaltan las píceas, el abeto de Douglas, la tuya gigante, la tsuga del Pacífico, y especialmente las secuoyas roja y gigante. Y la densidad forestal hace que la fauna también sea relativamente variada (topo musaraña americano, castor de montaña, oso negro, ciervo mulo, perdiz oscura, cárabo manchado, etc.). En el suroeste de EE UU hay desiertos orográficos a sotavento de las Rocosas, cuencas áridas interiores (como las de Nevada y Utah) y pequeños desiertos. Pero es sólo una aproximación porque se pueden distinguir cuatro regiones: – La de las grandes cuencas (desde Oregón suroriental e Idaho meridional a través de Nevada hasta Arizona septentrional, Colorado suroriental y California oriental). La mayor parte son de altura, con inviernos muy fríos y precipitaciones nivosas, y una estación estival breve. Por ello la vegetación es de arbustos, con bosque galería. – La del desierto de Mojave, que limita a California suroriental, Nevada meridional y Arizona occidental, de menor altura, con lluvias invernales y heladas frecuentes, con vegetación arbustiva enana. – El desierto de Chihuahua, de Arizona suroriental, Nuevo México meridional, Texas suroccidental, y extendido hasta Chihuahua, en México. Está ubicado sobre alturas todavía notables, con inviernos fríos, lluvias escasas estivales, y vegetación de arbustos bajos y plantas suculentas. – El desierto de Sonora, la región más rica y variada, que se extiende sobre Arizona meridional, California suroriental y baja hasta México (Sonora y Baja California). Los inviernos ya están carentes de heladas y la lluvia más abundante se reparte estacionalmente, con la resultante de la densidad de cactáceas, flora y fauna. También resaltan por sus peculiares características los de Pincate y la Gran Cuenca (con el Valle de la Muerte, el punto más seco de todo el hemisferio occidental, por el denominado efecto caldera, con 57 ºC). Pero de todos los desiertos el más espectacular es el Gran Cañón, en Arizona noroccidental, con 460 kilómetros de longitud y 1.600 metros de profundidad. A lo largo de diez millones de años el río Colorado fue excavando, y al finalizar la última glaciación los torrentes de gran caudal, cargados de gravas y rocas, recortaron el cañón. Los cambios introducidos por el hombre en el río han alterado algunas especies, aunque otras refugiadas en el cañón han sobrevivido por la especial protección de que disfrutan. Por último, señalar que en todas estas regiones y desiertos son raros los mares de arena, aunque sí aparecen las extensiones de dunas blancas en Nevada y Nuevo México. De ahí que las especies animales se emplacen en hábitat limitados.
2.4. Las aguas y los problemas del medio La riqueza hídrica se concentra en Canadá, con la décima parte del caudal de los ríos del mundo, más la abundancia de lagos, con un 17% de la superficie nacional ocupada por aguas dulces. Resaltan los ríos Mackenzie, Yukón y San Lorenzo (que desagua a los Grandes Lagos al Atlántico). Los de la vertiente oriental son cortos y de régimen regular, mientras en la opuesta de mayor longitud e irregularidad. En todo caso se está hablando de una red densa y caudalosa, dos rasgos que explican los notables recursos hidroeléctricos extraídos. En EE UU el Mississippi y su red de afluentes permiten la difusión del regadío, y han ejercido el notable papel de fuente de comunicación a bajo coste. Los Grandes Lagos, compartidos por ambos países, están conformados por una serie de cinco, que alberga la quinta parte de las aguas dulces del mundo. Son poco profundos y fueron excavados por los glaciares hace más de diez mil años, con el Erie despuntando como el menos profundo, mientras en el resto es la superficie lo que impide que se hielen en invierno. 482
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 15. Canadá y Estados Unidos: aspectos físicos y humanos
Y han sido los notables recursos del medio estadounidense los que explican que se encuentre muy afectado por la sobreexplotación y la contaminación. El problema de las aguas deriva de la necesidad de abastecer a la agricultura, a los enormes cinturones urbanos y a la gran industria, con el resultado de unas capas freáticas que han descendido considerablemente en las áreas rururbanas y en sectores agrarios del interior. La contaminación de aguas la padecen de forma incisiva los Grandes Lagos, con la consecuencia de una pérdida anual para el regadío de más de 50.000 ha, la extinción de flora y fauna... Otros recursos también han sido sobreexplotados, como petróleo, cobre, níquel, manganeso, etc., y algunos yacimientos se encuentran muy debilitados, tanto que explican las masivas importaciones de minerales (también debidas a razones estratégicas). Desde la segunda mitad del siglo XIX la explotación agrícola ha sido ilimitada, y la mayor parte de las tierras se encuentran dañadas por una sistemática repetición de cultivos que ha originado la pérdida de horizontes fértiles, y también por la política estatal practicada de abandono de tierras y cultivos para evitar acumulaciones productivas. El resultado es que en las llanuras estadounidenses hay dañadas casi quinientos millones de hectáreas. Para evitar el incremento superficial del deterioro se introdujo un sistema de cultivo adaptado, la disposición de los plantíos siguiendo las curvas de nivel. A la degradación del medio contribuyen, asimismo, los arrastres eólicos hacia el Golfo de México o la erosión fluvial (la del Mississippi se evalúa en unos 1.000 millones de tm/año). De este proceso es responsable la deforestación paulatina de las llanuras para ponerlas en explotación, uso de la madera para fines industriales o para crear las primeras infraestructuras de ferrocarriles, o catástrofes naturales (incendio de Michigan en 1825). Y también la contaminación, tanto atmosférica como de aguas, unida al ruido y la degradación paisajística. La atmosférica aporta una proyección al aire de más de doscientos millones de toneladas de humos, muy peligrosos cuando llegan las inversiones térmicas. A la cabeza se encuentran áreas de alerta continuada como Denver, Nueva York, Indianapolis, Pittsburg, Cleveland... Un amplio sector nororiental padece el fenómeno de la lluvia ácida, ya que los lagos y ríos están contaminados por sustancias químicas ácidas, causadas por la combustión de carbón, aceites minerales y gas natural, que en la atmósfera acumulan óxido de azufre y nitrógeno, y que en contacto con el oxígeno y el vapor de agua reaccionan formando ácidos sulfúrico y nítrico. Así la acidez de las aguas sube y disuelve los compuestos del aluminio, y cuando evapora los ácidos se concentran en los cristales al condensar, y reparten su incidencia sobre el espacio, afectando a la vegetación. Pero en las aguas acaban directamente con la fauna piscícola y con los invertebrados, alterando la cadena trófica. Y a la mayor parte de estos problemas no es factible poner remedio por razones estrictamente económicas: las firmas fabricantes de los productos contaminantes son al mismo tiempo las productoras de los descontaminantes, de lo que se infiere que a más contaminación hay mayor venta, un circuito controlado por las multinacionales, que elaboran además productos estratégicos, con lo cual el Gobierno se ve continuamente presionado en la imposición de normativas. Y la mejor prueba es la negativa estadounidense a la firma del Protocolo de Kyoto.
3. LA POBLACIÓN Y EL PROCESO URBANIZADOR 3.1. La situación y los problemas sociales en Canadá Los primeros pobladores fueron ingleses, y en el siglo XVII llegan los franceses a Nueva Escocia, que siguiendo la ruta del río San Lorenzo aplican el sistema rang en Québec (explotaciones de 20 hectáreas perpendiculares a las vías de comunicación o curso fluviaGEOGRAFÍA E HISTORIA
483
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
les). Los ingleses se emplazan en las riberas de los lagos Erie y Ontario, para expandirse después hacia el norte, aplicando el sistema town (una milla de lado con 258 hectáreas). Pero las relaciones entre ambas comunidades de inmigrados siempre estuvieron plagadas de litigios, hasta que los ingleses derrotaron a los franceses en 1763, con la consecuencia inmediata del traspaso de soberanía de Québec a los vencedores. En la costa contraria la colonización comenzó más tarde, en el siglo XVIII, con la ocupación de Vancouver por los ingleses. Y todavía más tardía fue la correspondiente a la pradera, a finales del siglo siguiente, cuando la construcción de las primeras infraestructuras férreas permitió la conquista y el asentamiento esporádico. La experiencia demográfica ha sido tradicionalmente similar a la estadounidense, sobre todo en las tasas de natalidad y mortalidad, aunque la gran diferencia ha residido en el proceso inmigratorio, lo que explica que la población sea muy inferior. La explicación a esta diferencia es doble: –
Gran parte del espacio canadiense no es adecuado para los asentamientos, lo que redujo el atractivo y la consecuente inmigración.
–
En la segunda mitad del siglo XIX (a partir de 1867) fueron millones los asentados en Canadá que emigraron a EE UU.
Como consecuencia más directa aparece un crecimiento natural más lento que en su vecino del sur, tanto por la alta cantidad de emigrados en esa dirección como porque eran los más jóvenes, con las repercusiones derivadas en las tasas de fertilidad. Sin embargo desde principios del siglo XX llegaron notables contingentes de Europa, una circunstancia que permitió elevar las tasas de natalidad, con una secuencia ya similar a la estadounidense, incluso en las etapas, con auge mantenido tras las guerras mundiales y recesión en los mismos momentos. Puede decirse, por tanto, que la gran diferencia con EE UU no sólo ha sido la inmigratoria, sino que dentro de ella muchos de los inmigrantes rebotaron hacia el sur, cuando no regresaron a sus países de origen (los que se quedaron son en su mitad de ascendencia británica y en una tercera parte francesa, seguida de alemanes, italianos y ucranianos). También, que la inmigración positiva sólo ha aparecido en dos momentos (en el primer cuarto del siglo pasado y con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial, la etapa de mayor crecimiento), mientras en EE UU se ha caracterizado por ser continua y al alza. En efecto, la Primera Guerra Mundial representó el detonante del crecimiento demográfico, al socaire del dinamismo económico generado por la necesidad de abastecer a los contendientes. El proceso se repite tras el segundo conflicto universal, y decae con la correspondiente bajada de la economía, siguiendo pautas similares al resto de los países desarrollados, un retraimiento de las tasas de crecimiento con la mejora de las condiciones de vida, cuando las familias renuncian al número de hijos para mantener o incrementar sus cotas de bienestar. Y recientemente las tasas de natalidad han descendido de forma considerable, a un nivel antes no conocido, como en los países más desarrollados, con la derivación de un proceso de envejecimiento acelerado. Ello ha representado un cambio en la estructura por edades, de repercusiones económicas y sociales evidentes, con una carga excesiva de impuestos y de requerimientos para una población económicamente activa decreciente, que ha de mantener a otra inactiva jubilada constantemente en ascenso. Buena parte del territorio impone serias limitaciones a la ocupación, lo que explica las bajas densidades. Desde oriente la penetración hacia el interior fue tardía y explicada por la instalación de los ferrocarriles. Por ello, los Estados de Québec y Ontario se reparten el 60% de la población (entre el Valle de San Lorenzo y suroeste de Ontario absorben más de la mitad de la estatal), mientras la pradera sólo acapara el 16%. En el oeste, Vancouver y el Valle de Paz son los encargados de aglutinar a la inmigración. El Noroeste y Yukón (40% 484
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 15. Canadá y Estados Unidos: aspectos físicos y humanos
de la superficie nacional) únicamente atraen al 0,2% del cómputo demográfico. Otro rasgo distintivo es que la mayor parte de la población se reparte en ciudades que, como término medio, bordean los 30.000 habitantes, razón que eleva la tasa de urbanización y hace decrecer la dedicación al campo. Pero el rasgo distintivo es una muy superior homogeneidad con respecto a la estadounidense. De manera que el modelo de la población es similar al estadounidense, con la concentración en un sector del país, el suroriental, en Québec y Ontario, con vacíos interiores y poblamiento reciente en la fachada del Pacífico. La población está espacialmente concentrada en una franja cuyo límite norte ronda los trescientos kilómetros de la frontera estadounidense, con la excepción de los núcleos establecidos en las praderas, y de una décima parte de la población emplazada en la costa oeste. Casi la totalidad del escudo y de las Rocosas conforman ámbitos despoblados, mientras las concentraciones urbanas se dan en unas pocas ciudades metropolitanas. Y, además, la inmigración no ha configurado una de las claves esenciales del desarrollo urbano, pues se ha concentrado en ámbitos específicos. Con todo, el proceso urbanizador ha sido rápido, tanto que ha colocado al país en los primeros puestos mundiales por este concepto. La línea divisoria temporal que lo marca se realiza a mediados de la pasada centuria, pues con anterioridad era auspiciado por la emigración del campo en busca de las mejores posibilidades ofrecidas por las actividades industriales emplazadas en las ciudades. Después, con el notable declive de la población rural, el crecimiento urbano pasa a propio, debido al crecimiento sostenido del sector industrial y a la aparición y consolidación de un vigoroso sector terciario. Sin embargo es desequilibrado, ya que se concentra en grandes metrópolis muy definidas, como Montreal y Toronto, Winnipeg, Alberta y Vancouver. Por tanto, la estructura urbana está definida por un sistema de centro-periferia, con la concentración en el límite meridional, en el área de contacto con EE UU que representan los Grandes Lagos. Es el centro nacional, que funciona como una periferia estadounidense, el encargado de controlar a un enorme país, hasta el sector en que lo hace la ciudad de Vancouver, en la costa del Pacífico. Las ciudades industriales y terciarias básicas se concentran en los dos espacios clave, Québec y Ontario, y se corresponden con sus capitales, conformando una clara estructura bipolar, tanto en lo económico como en lo cultural (cada una representa a una cultura europea de las mencionadas, la primera a la francesa y la segunda a la inglesa). Luego Vancouver, mientras en las praderas las metrópolis son de configuración reciente, y por ello no se sustentan sobre una estructura urbana sólida. Así pues, tanto en el Estado como en las provincias la red urbana está integrada por núcleos no complementarios, sino competidores, lo que origina fuertes deseconomías regionales, esencialmente debido a dos factores: –
La falta de tradición urbana, al poblamiento reciente.
–
El uso de los avances tecnológicos para emplazar a las ciudades, con distancias notables entre los núcleos medianos y pequeños, que ahorra unidades de poblamiento, y que explica el contraste entre la acumulación urbana en un sector del país y los enormes vacíos en el resto.
Los asentamientos se estructuran espacialmente en forma de ejes, con tres fundamentales: – Uno dominante, desde Windsor (en el Lago Erie) hasta Québec (en el San Lorenzo, con las metrópolis de Montreal y Toronto) y el Río San Lorenzo (como línea tradicional de accesibilidad). – La región urbana del Atlántico, a remolque de la precedente. – La vertiente del Pacífico, con Vancouver, extendida hasta Seattle, en Washington (EE UU). GEOGRAFÍA E HISTORIA
485
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
Y, por su parte, las ciudades no se diferencian de las estadounidenses, con amplios espacios verdes interiores, un centro, varios subcentros, áreas suburbanas e industriales, y el periurbano propiamente dicho. La situación canadiense encuentra explicación en el rápido ascenso de la población, con veinticinco áreas metropolitanas por encima de los 100.000 habitantes, donde se inserta más del 60% de la población. Desde 1986 todas han experimentado notables ascensos, pero las ubicadas en la Main Street han registrado las mayores alzas (Toronto 13,4%, Ottawa-Hull 12,4, Kichener 14,5, Oshawa 18,0, London 11,5...). Comprende una banda de poco más de mil kilómetros de longitud y unos doscientos de anchura, donde se ubica la mitad de las áreas metropolitanas, incluyendo a las de mayor volumen demográfico (el 42% de la población canadiense y el 72% de la urbana), que le configura como centro neurálgico del país. Esta región acumula el 65% del auge de las áreas metropolitanas. Vancouver y Victoria en el Pacífico han ganado sólo un cuarto de millón. Y en las provincias atlánticas la dinámica del crecimiento es contrastada. Cada vez se afianza más el protagonismo demográfico de Ontario que ya acapara el 37% nacional, mientras Québec pierde primacía. Aún así, entre ambas albergan a bastante más de la mitad de la población del país, rasgo indicativo de la fuerte concentración y de los agudos contrastes territoriales. Y más aún cuando es clara la amalgama en el eje San Lorenzo-Grandes Lagos. Así pues, la jerarquía urbana sigue controlada por la tradicional morfología bipolar, con el claro protagonismo de Toronto y Montreal, si bien durante las últimas décadas se ha producido el ascenso constante de la primera y la dinámica ralentizada de la segunda, que poco a poco va quedando relegada a un papel de metrópoli de Québec. La tercera metrópoli pasa a ser Vancouver, relanzada por el incremento de relaciones nacionales con los países ribereños del Pacífico así como por su ligazón al eje Portland-Seattle. Por último, sobre unos treinta y dos millones de habitantes, el problema social es de identidad y de unidad. En lo que afecta a los problemas históricos el nacionalismo parte de los años treinta del siglo XVIII, cuando se produce la confrontación entre una sociedad católica y agraria y otra anglosajona más volcada al progreso y la industrialización. La comunidad francófona, que ha sabido conservar su identidad tanto lingüística como religiosa, asentada sobre Québec acarrea problemas de unidad nacional, pues ya no se conforma con la autonomía y es recelosa de la posibilidad de asimilación cultural por la poderosa sociedad angloamericana. Québec sólo es una provincia canadiense, pero los francófonos se consideran nación distinta, si bien la igualdad de las naciones choca con la de las provincias, de donde deriva la crisis surgida tras el fracaso del acuerdo del Lago Meech (1190), que reconocía su carácter diferenciado. Además, la crisis política se vuelve irresoluble, tanto por falta de un acuerdo federal completo como por la carencia de medios. Y si algo faltaba habría que añadir varios hechos: –
Por muchas razones el problema ya reside en el desplazamiento económico estadounidense hacia el oeste.
–
En segundo lugar la economía norteamericana se está estructurando alrededor de redes metropolitanas transnacionales constituidas por aglomeraciones urbanas de tamaño medio, y la región de Québec no queda incluida.
–
Y en tercera instancia las dificultades económicas desbordan el área de Québec para incluir a Montreal, su metrópoli, que desde 1970 (cuando acaparaba las inversiones públicas y privadas) registra una caída.
Para paliar estos inconvenientes y detener las protestas, desde 1980 se establecieron medidas de desarrollo regional, si bien comenzaron a aplicarse de forma efectiva a partir de 1992. A pesar de todo desde esta fecha se revela un claro divorcio entre el equipamiento 486
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 15. Canadá y Estados Unidos: aspectos físicos y humanos
del territorio y el desarrollo regional, y por ello ahora se intenta resaltar el papel motor del gobierno regional dotándole de más autonomía, y realzando el papel coordinado de la escala municipal, los agentes de desarrollo socioeconómico (sector privado), los órganos dispensadores de servicios sobre el territorio (sector parapúblico), etc. Pero se requiere de una mayor armonización entre la ciudad y el campo, y entre los poderes generales y locales, evitar el reparto desigual del empleo, y el acaparamiento de las inversiones y beneficios en Montreal y Québec. Hasta ahora puede decirse que la intervención gubernamental ha reforzado los efectos regionales del principio de ventajas comparativas, la lógica del mercado aplicada al espacio, y la consiguiente desintegración regional, con el denominado círculo vicioso del funesto desarrollo rural, que empobrece y hace frágiles a las áreas agrícolas, y es responsable de los efectos demográficos negativos. En este contexto de desfase económico, de desestructuración del nivel de vida de las comunidades locales, se enmarcan las reivindicaciones territoriales. Se contesta a la inadecuada política estatal con un movimiento regionalista en las áreas periféricas de Québec apoyado en las colectividades locales, que quieren constituirse en la máquina del desarrollo territorial frente a unas fuerzas externas insensibles a las realidades locales. De ahí arranca la Coalición de Urgencia Rural (1990) y la Ralliement Gaspésien et Madelinot (1991), base de una movilización popular y de la resistencia territorial, un movimiento ruralista que pretende nuevas fórmulas polivalentes de explotación del espacio, partiendo de la revalorización de la identidad territorial. Pero centrar las estrategias de desarrollo únicamente sobre las iniciativas locales traería la acentuación de las disparidades de desarrollo. Así pues, dos fórmulas territoriales son las que están en juego, entre espacio rural y urbano (tradición y modernidad) y entre regiones centrales y periféricas.
3.2. La población en EE UU El desarrollo nacional se experimenta en los dos últimos siglos, con hitos bien marcados, como los años treinta, los cincuenta y la última mitad del siglo pasado, con sustrato en un enorme potencial y en su correcta disposición sobre el espacio. Pero las primeras fases también son clave en el desarrollo de la población. La base inicial se centra en el millón de indios estimados en la etapa de la conquista, que rápidamente fueron diezmados con la expansión colonizadora hacia el interior y la costa oeste, hasta quedar los supervivientes arrinconados en las áreas más inhóspitas, en reservas. La oleada inmigratoria fue ocupando tan enorme espacio de forma gradual, con la masiva afluencia de los anglos, seguidos de alemanes, que sólo se vería detenida con las guerras napoleónicas, para reanudarse posteriormente y con gran intensidad, con la Revolución Industrial, tras la ruina del artesanado en Europa, y hasta por las controversias religiosas. Con el final de la Primera Guerra Mundial serían europeos orientales y mediterráneos los contingentes más numerosos. Se fue consolidando así un auténtico crisol cultural, frenado con la Segunda Guerra Mundial, para afirmarse después otra corriente diferente, procedente del mundo subdesarrollado, frenada con leyes restrictivas (que ya disponían de un primer exponente en la Quota Acts de 1921). Puede decirse, así, que desde la década de los años treinta la inmigración se ralentiza, y que desde entonces el crecimiento demográfico ya está poco influido por las poblaciones exteriores, si bien la representación en ese auge aumenta más recientemente. Otro alto número de no americanos originarios corresponde a la población afroamericana, que comienza a ser llevada a comienzos del siglo XVII, para ser utilizada como mano de obra esclava en las plantaciones, una práctica prohibida a comienzos del siglo XIX, pero con el sistema esclavista mantenido hasta la Guerra de Secesión. El contingente no pasó GEOGRAFÍA E HISTORIA
487
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
de medio millón de personas, y además su crecimiento fue muy lento debido a las penosas condiciones de vida, si bien entrado el siglo pasado, con su cambio de situación, aumentó la esperanza de vida y creció extraordinariamente su ritmo demográfico, muy superior a la media del resto de la población. Luego, su emplazamiento sureño tradicional también se ha visto modificado con el desplazamiento hacia el norte y el oeste, sobre todo tras la prohibición de la inmigración de raza amarilla (Chinese Exclusión Act) a finales del siglo XIX. La llegada de eslavos y latinos a finales del siglo XIX, y desde principios del siglo XX de mexicanos y asiáticos, provocaría la primera crisis de asimilación, a la que se unió el desplazamiento voluntario de los negros hacia el norte generando la segunda crisis de asimilación. Surge así la división de la sociedad en dos estructuras (blancos y no blancos) con tres grandes grupos culturales (angloamericanos al norte, y latinos y negros diseminados), que se ve alterada posteriormente, con la variación de la política inmigratoria (no ocurre lo mismo en Canadá, porque la situación es diferente, con un tercio francófono en el Estado de Québec, que ha planteado y plantea problemas institucionales). Si la inmigración fue el detonante del desarrollo la dinámica demográfica interna ha sido la típica de los países occidentales, modificada por las etapas de esplendor económico, que los demás no han disfrutado. Pero también se ha producido la modificación espacial, pues a comienzos del siglo XIX sólo la décima parte vivía fuera de la fachada atlántica, hasta reducirse a la mitad de la total como derivación del trasvase de contingentes hacia el interior. Hoy es posible distinguir dos grandes dominios separados por el meridiano 100º: –
Al este, el sector poblado, con grandes densidades en el noreste y bajas en los Apalaches, que a pesar de sus recursos presenta el inconveniente de la altimetría y de la pobreza de los suelos. En el sureste aparecen las densidades típicamente rurales, con los máximos en el litoral y los ejes de comunicación.
–
Al oeste, el área de bajas densidades, que suben en la costa del Pacífico, con poblaciones agrupadas en enclaves dispersos, en oasis agrarios o mineros. Las montañas ya conforman espacios vacíos, salvo el gran valle litoral, donde se configura la megalópolis del oeste.
Con una población cercana a los trescientos millones, el rápido crecimiento se ha debido a los índices de fecundidad (hoy de 2,11), a las tasas decrecientes de mortalidad, y al proceso inmigratorio. Tras la Segunda Guerra Mundial la estructura demográfica viene marcada por la etapa posterior al baby boom, cuando EE UU vive una eclosión económica sin precedentes, tras su control económico universal, reflejado en un considerable aumento de las tasas de natalidad, animadas por las derivaciones de la inmigración. En la actualidad la tasa de crecimiento está justo en la barrera psicológica del 1% (parecida situación define a Canadá, con un 0,8% de crecimiento, pero con la diferencia de que no es un foco de atracción semejante). Junto a ello se agudiza el envejecimiento, inferior en dos años dentro de EE UU con respecto a Canadá por la diferente dinámica de la población negra e inmigrada de áreas desfasadas del mundo. Por último, el proceso urbanizador reciente se ha visto reflejado en una forma de vida básicamente ciudadana. El cambio ha sido sustancial, porque en el primer cuarto de la pasada centuria la mayoría de la población era rural. Después el proceso de urbanización va fuertemente conectado al de industrialización. Las primeras ciudades importantes surgen en el siglo XVII (Boston, Nueva York, Filadelfia…), con funciones comerciales, y sin un centro dominante sobre el resto, ya que se limitaban a organizar su entorno. Dos siglos después se dinamizan los centros portuarios y surgen las ciudades interiores (Richmond, Pittsburg, San Luis, Cincinatti, Bufalo…), con el desarrollo de las vías de comunicación. Y sobre esa estructura se sobreimpone la ciudad de Nueva York, que crece rápidamente, al 488
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 15. Canadá y Estados Unidos: aspectos físicos y humanos
igual que ocurre con el entorno urbano de los Grandes Lagos (Detroit, Cleveland, Chicago…). En el sur sólo lo hará Nueva Orleáns, y en el oeste San Francisco. Y ya en el siglo pasado el paso a la economía capitalista hace que se desarrollen extraordinariamente las ciudades costeras próximas al gran nudo industrial del noreste, y también las de los litorales de Florida y California, así como las emplazadas en los centros mineros de la cordillera de los Apalaches. En la actualidad crecen las ciudades medias y grandes, pero también las áreas metropolitanas, que generan las conurbaciones, lo que provoca desequilibrios regionales de urbanización, con el dominio del noreste y California, y valores muy bajos en el interior de las praderas y las Rocosas. Asimismo, en el interior de las ciudades se producen dos cambios: –
El agudo proceso de suburbanización, que encuentra su razón de ser en hechos múltiples, pero que se consolida por la densidad de comunicaciones y medios de transporte, y aporta una masiva irradiación horizontal de las ciudades.
–
El proceso de inversión de residencia, con los distritos interiores de las grandes capitales abandonados por las clases pudientes, y rápidamente ocupados por las más desfavorecidas.
Pero ambos procesos se han ralentizado por tres fenómenos, coincidentes en el tiempo: –
El retraimiento del crecimiento demográfico.
–
La finalización de la emigración rural a las ciudades.
–
El control sobre la inmigración (a pesar de todo la ilegal cada vez es más numerosa).
4. LA INMIGRACIÓN Y LOS PROBLEMAS SOCIALES EN EE UU 4.1. La inmigración tradicional y el auge de la ilegal Desde los años de mayor incidencia, anteriores a la Primera Guerra Mundial, nunca han sido tantos los extranjeros que pretenden entrar en EE UU. En términos absolutos ha recibido en las últimas seis décadas a la mitad de todos los inmigrantes legales del mundo, la población recibida más numerosa en un solo país. Hay varias razones para entender el auge, y entre ellas la supresión de los límites restrictivos en 1965, cuando: –
Se concedieron visados de inmigración por orden de solicitud.
–
Las cuotas nacionales se reemplazaron por otras hemisféricas.
–
Se dio preferencia a los parientes de los ciudadanos estadounidenses y a los inmigrantes con las aptitudes laborales que eran necesarias.
Pero también en 1978, cuando el Congreso abandonó el sistema de cuotas hemisféricas y estableció un límite máximo universal, que abrió aún más las puertas a la inmigración. Luego, la aprobación del Acta de Inmigración, Reforma y Control de 1986, amnistiaba a muchos ilegales residentes desde 1982. La ley de inmigración revisada de 1990 estableció un tope flexible de 675.000 al año, tratando de atraer a trabajadores y profesionales más cualificados y a inmigrantes laborales; pero también legalizó la situación de casi un millón de ilegales. Asimismo, la política sobre refugiados ha permitido la entrada de fuertes continGEOGRAFÍA E HISTORIA
489
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
gentes de indochinos, cubanos, etc. En otros casos las especiales relaciones de EE UU con algunos países explican las fuertes entradas. Como resultado, en los años noventa cerca de veinte millones de personas habían nacido en el extranjero. Lo cierto es que el cambio ha sido sustancial. Hasta 1890 la mayoría de los inmigrantes llegaban de Europa Occidental, después de Asia y Europa Oriental, pero desde 1920 hasta 1960 cambia drásticamente la composición por nacionalidades, y al final de los años ochenta más del 80% provenía de Asia e Iberoamérica, que pasaron en su mayor parte a legales con la regularización de 1990. Una característica de la actual inmigración es la continuación de las tendencias de los años cincuenta: la progresiva reducción de personas procedentes de países desarrollados y el aumento paulatino de los subdesarrollados. Entre estos últimos resaltan los caribeños, la periferia de EE UU, o los asiáticos que han mantenido vínculos históricos, políticos o militares. México y Filipinas han enviado a casi la cuarta parte de los legales en los últimos treinta años (sólo en 1989 llegaron dos millones de mexicanos). Y entre los países de más reciente expulsión hacia EE UU se encuentran aquellos supeditados al intervencionismo militar de los años cincuenta (una de las consecuencias más irónicas de las guerras es que llevaron a millares de estadounidenses a Corea y Vietnam, y a la inversa) o bien los ayudados (India, China, Taiwán...). Desde los años sesenta alrededor de la tercera parte de los inmigrantes legales eran profesionales de alto nivel, proporción que declinó a finales de los años ochenta. Esa fuga de cerebros ha predominado en la afluencia de indios, coreanos, filipinos y chinos (también entre japoneses, británicos, soviéticos...). El resto presentaba los rasgos opuestos, lo que explica que durante los años ochenta se registraran las cifras más altas de pobreza y dependencia de la asistencia social entre los grupos de origen asiático (especialmente de Indochina). El estrato más bajo incluye a los recientes inmigrantes de México y la República Dominicana, pero buena parte de los no cualificados o ilegales quedan sujetos a inexplicables niveles de explotación y marginación. Con todo, los inmigrantes han podido ser catalogados como grupos con recursos superiores a la media de sus países. Y el impacto en la cultura es significativo, pues se concentran en las áreas urbanas, en grado tanto mayor entre la clase obrera, con el número como elemento de fortaleza y de oportunidades. Actualmente hay inmigrantes en todos los Estados, aunque las áreas metropolitanas de Los Ángeles y Nueva York son las preferidas (más de tres de cada diez de los nacidos en el extranjero). En el reparto de la inmigración siete de cada diez nacidos en el extranjero viven en los seis Estados que tienen una población de nacidos en el extranjero de un millón de personas o más. El mayor contingente se emplaza en California (8,8 millones), Nueva York, Nueva Jersey, Illinois... Y, con independencia del lugar de procedencia, el enriquecimiento cultural transforma a la sociedad estadounidense en un crisol de formas de vida, al tiempo que afloran las intolerancias. El Censo de 2000 muestra un país racialmente diverso, aunque el capítulo de dicho censo denominado Panorama de raza y origen latino indica que el 75% de la población se declara blanca, el 12% afroamericana, el 3,5% asiática, el 1% nativa americana, y el resto de otras razas. Pero, en pregunta separada, los latinos representan el 13%, con más de 35 millones, la mitad de los cuales se identifica como blancos. En total los inmigrantes se acercan a los 60 millones, uno de cada cinco residentes en el país, elevando la proporción de nacimientos de uno a veinte con respecto a hace tres décadas, y alcanzando el 21% por ciento de la población nacional menor de 25 años (en comparación con el 7% en el año 1970). Además, nueve de los diez principales países de origen de los nacidos en el extranjero eran suramericanos y asiáticos, aunque a México correspondía la cuarta parte de esta población inmigrada. 490
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 15. Canadá y Estados Unidos: aspectos físicos y humanos
4.2. Los problemas sociales El problema estadounidense no es demográfico sino social, pues la relación entre la población blanca y la negra ha sido difícil. Hasta principios del siglo pasado los negros vivían de la agricultura (un 90%), pero después de la Primera Guerra Mundial se cortan las corrientes inmigratorias de europeos, lo que permitió que la población negra pudiera ascender hacia los grandes emporios fabriles del norte, pasando del sector primario al secundario. La Great Migration consistió precisamente en el trasvase masivo de población negra hacia las ciudades del Norte, a barrios marginales y a guetos superpoblados. Pero también lo hicieron los indios, desde los espacios a que fueron reducidos, a las fábricas textiles del norte. Y hasta los chicanos, con gran cantidad de clandestinos afectados por graves problemas de comunicación, civilización y rechazo, y los asiáticos, que han instaurado células y comunidades aisladas. Y esos sectores raciales y sociales chocan con una cima de la jerarquía social aquejada por el fenómeno de la movilidad descendente, que les achaca los problemas añadidos del crack, la cocaína, el SIDA, los sintecho y la violencia, con una amplitud y un coste social sin precedentes en el país. Y en la medida en que esos problemas se unen a la noción de raza revelan un nuevo estado de ánimo que dificulta la armonía racial futura, y se agudizan cuando la relación se establece entre dos culturas, la desarrollada (blanca y protestante) y la dependiente (multirracial y multiideológica), en permanente colisión, y que arrojan modelos, modos y contracorrientes: –
La vieja cultura tecnológica da prioridad a los derechos de propiedad sobre los personales, a las exigencias de la tecnología sobre las humanas, a la competencia sobre la cooperación, y al producto y al beneficio por encima de todo. Su ideario se basa en el supuesto de que el mundo no contiene los medios suficientes para satisfacer las necesidades, y por ello la población debe disputarse los recursos.
–
La contracultura, surgida de las capas menos pudientes de la sociedad, invierte las prioridades, y se sustenta en el supuesto de que las necesidades humanas son escasas y los recursos abundantes, con lo cual la competencia es innecesaria.
De ahí que a la sociedad estadounidense se le califique de ambivalente, insolidaria, individualista, móvil, etc., rasgos que no repercuten precisamente en el crecimiento económico. Sí puede decirse que se encuentra sumida en un período de incertidumbres sociales derivadas de la presencia de cuatro culturas: –
La blanca dominante.
–
Las etnias asimiladas.
–
Las etnias no asimiladas.
–
La cultura de la coca, que engloba a importantes porciones de las anteriores.
Y entre todas no sólo aportan tensiones, sino que rebaten el mito americano de la sociedad sin clases, pues: –
La décima parte de la población acapara tres cuartas partes de la riqueza nacional.
–
La exclusión es el rasgo distintivo de la población negra.
–
La décima parte de la población es pobre (un tercio entre los negros).
GEOGRAFÍA E HISTORIA
491
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
–
Un 40% de la población carece de servicios básicos en un Estado social, como ocurre con los sanitarios.
–
El más alto nivel del proletariado corresponde a las filas étnicas.
El problema social es tan grave que en escuela de los realistas se ha llegado a hablar de apartheid americano, apoyándose en las derivaciones de la segregación, en la violencia. Otro grave problema es el de la crisis de identidad económica y social, manifestada de forma muy especial en tres grandes ciudades: –
Los Ángeles, con la rivalidad entre negros e hispanos, negros y blancos, entre grupos de color, etc., que se transforma cíclicamente en violencia racial. Una especial atención merece el entorno de Los Ángeles (con 146 grupos étnicos), donde casi la mitad de la población es hispana (hecho que explica el que disponga ya de un alcalde de ese origen), y donde los negros padecen tan duras condiciones laborales que les llevó a la sublevación contra los blancos en la revuelta de los parados de 1992, e incluso contra los asiáticos o hispanos que trabajaban sujetos a fórmulas de ilegalidad. Se trata de un área resultado de la suma de una cuarentena de suburbios étnicos en busca de una ciudad. Una gran estructura polinuclear sustentada en áreas especializadas de actividad, convertidas también en germen segregacionista.
–
Washington, la gran capital negra, que requirió en octubre de 1993 a las fuerzas que combatieron en el conflicto del Golfo para contener los disturbios.
–
Nueva York, el mejor exponente numérico de la segregación racial.
5. HACIA UNA NUEVA CONCEPCIÓN ESPACIAL ESTADOUNIDENSE 5.1. La atracción occidental y urbana La mayoría de la población estadounidense (80%) se encuentra a oriente del Mississippi, e incluso concentrada en el cuadrante nororiental, mientras en la costa oeste lo hará en las áreas bajas. Es uno de los pocos países occidentales cuyo reparto espacial de la población está en evolución, con flujos internos derivados de razones económicas (mejoras en el empleo, mayores remuneraciones, incremento de la calidad de vida, etc.). Para unos autores han prevalecido tradicionalmente varios hechos: la cultura del ven al Oeste, las nuevas tendencias rurales, o el atractivo del prometedor Sur, a los que se han unido recientemente los porcentajes de activos, la renta industrial, la tasa de paro, el porcentaje de otras etnias o razas en el conjunto de la población, la congestión urbana, los saldos migratorios de la población negra, las rentas de los servicios, los niveles de demanda, etc. Sin embargo, para otros autores la regionalización se basa exclusivamente en el hecho urbano (densidad de la red de ciudades y desigual dinamismo), que incorpora regiones desarrolladas y a remolque, con:
492
–
Un noreste industrial.
–
Un sur definido por los elementos físicos.
–
Un resto que recorta la diversidad en la irradiación humana. PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 15. Canadá y Estados Unidos: aspectos físicos y humanos
En suma: –
El noreste representa la tradición anglosajona.
–
El este la región gestora.
–
Los Grandes Lagos la industria.
–
El Medio Oeste la despensa.
–
La megalópolis atlántica, el corazón del país.
–
El Viejo Sur los desequilibrios económicos.
–
Los Nuevos Estados (Florida y Texas) el dinamismo demográfico y económico.
La redistribución comenzó antes de que se terminaran los asentamientos iniciales, con el despegue industrial como detonante del auge urbano, y que estimulado por los servicios se convertiría en la auténtica esponja demográfica, sobre todo en el noreste, que ha experimentado el más rápido crecimiento. Pero también la costa oeste se ha urbanizado muy rápida y recientemente. Otro auge corresponde a las AEME (Áreas Estadísticas Metropolitanas Estándares), que a la hora del despegue tenían hasta tres millones de habitantes, con los mejores ejemplos en Phoenix y Tucson. El fenómeno se compagina con un despegue vertiginoso de las áreas metropolitanas y de las megalópolis, o constelaciones de ciudades, entre las que resaltan: –
San Francisco-San Diego, en el oeste.
–
Chicago-Detroit en la región de los Grandes Lagos.
–
Boston-Washington en la costa este.
Y en su interior los movimientos pendulares, con amplios contingentes humanos que diariamente se desplazan desde la periferia al centro para desempeñar su trabajo. Los movimientos más recientes se dan desde el norte y noreste al oeste (California ha acaparado más de diez millones de personas, e incluso en las Rocosas estados como Nevada y Arizona han experimentado un auge superior al 30%) y sur (con un incremento del 20%, en Florida y Texas). Entre tanto el norte (Michigan, Indiana, Ohio o Iowa) perdía importantes contingentes. Como consecuencia han crecido las pequeñas ciudades, mientras los gigantes urbanos descendían, como Nueva York, Boston o Chicago, pero sobre todo Washington. Hoy puede hablarse de cuatro tipos de ciudades: –
Las metrópolis (capaces de atraer una fuerte diversidad de actividades que propician un fuerte dinamismo).
–
Los centros urbanos especializados en actividades concretas.
–
Los centros de bienes manufacturados (coincidentes con centros urbanos relativamente pequeños).
–
Las urbes de atracción consumista (turística, comercial...).
Y se refuerza la fórmula dicotómica entre los centros de producción y los de consumo, entre los centros de decisión y los dependientes. Su poder de atracción sobre las esferas circundantes es muy versátil, no tanto en razón de la dinámica urbana como del fenómeno osmótico regional. También varía según la capacidad urbana; así, el noreste y la costa Pacífica albergan más del 80% de población urbana, mientras otros sectores se alejan considerablemente. Y ello porque los polos económicos dominantes se desplazan de una posición única a otra periférica, con una cada vez más marcada tendencia hacia el oeste. También GEOGRAFÍA E HISTORIA
493
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
hacia el sur, que ha registrado una revolución industrial con actividades muy avanzadas, con ciudades como Orlando (Florida), Atlanta (Georgia) y Charlotte (Carolina del Norte), de tal modo que las nuevas grandes industrias han pasado al sur. En una primera etapa comercial las ciudades no han sido excesivamente complementarias, porque su distribución respondía al reparto de las materias primas. Sin embargo, el paso a la sociedad de la información ha modificado la trama, hasta alumbrar unos alineamientos marcados por una fuerte interacción. Los más cohesionados son, al tiempo, los más dinámicos (costas, Grandes Lagos y su cordón meridional), mientras los más lentos en su configuración son los interiores (Edmonton-Denver y Winnipeg-San Antonio). Con todo, ponen de manifiesto la fuerte conexión existente en la trama urbana norteamericana.
5.2. Los modelos humanos en la diversidad regional Existen cinco modelos precisos, postindustriales los tres primeros, dentro de la pluralidad regional estadounidense: –
Los Grandes Lagos, dominado por los emporios industriales de Detroit, Cleveland y Chicago, el auténtico corazón industrial del país.
–
La costa Pacífica, definida por la posición estratégica durante la Segunda Guerra Mundial, que implicó un alto dinamismo, mantenido y relanzado posteriormente por esas mismas razones y otras económicas (las conexiones comerciales con Asia). Junto al clima bonancible, la amplitud de costa y la alta rentabilidad agraria no es de extrañar que California haya ido sustituyendo a Nueva York como estado más poblado de la Unión. Ese crecimiento tiene dos caras: *
La atracción de fuertes contingentes demográficos de Estados y regiones próximas (Oregón, Rocosas...).
*
La atracción del extranjero.
Y ello porque junto al atractivo climático también ofrece otro sociológico, pues el conservadurismo del este se encuentra relajado en el oeste, con un modo de vida más latino, propiciado por la mezcla social. Y económicamente es una región muy rica, como lo demuestran una renta per cápita media superior a la media nacional y una tasa de paro inferior. El producto regional bruto sitúa a California como uno de los primeros del mundo, lo que permite hablar a los economistas de un Estado diferenciado del resto de la Unión.
494
–
La Costa del Golfo, que ha acaparado las grandes inversiones en investigación y ha promocionado al sector turístico, convirtiéndose en alternativa a la Costa de California.
–
Las grandes llanuras, desde Canadá a México, alumbran espacios vacíos con la agricultura como actividad básica, aunque la mecanización ha expulsado contingentes. El principal problema es que la producción aportada es muy elevada, con orientación exportadora, por lo cual depende de la dinámica mundial del comercio agroalimentario. Y la solución adoptada de abandonar tierras ha acarreado erosión y pérdida de suelos. Además, se añade el problema del sistema de propiedad, ya que aparece una clara disfunción entre la propiedad de tamaño familiar y las grandes heredades en poder de firmas multinacionales, con explicación en la existencia de ricos recursos del subsuelo, que ha generado intereses encontrados entre los PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 15. Canadá y Estados Unidos: aspectos físicos y humanos
agricultores, los ganaderos y los mineros. Asimismo, las actividades industriales aparecen estrechamente ligadas a las alimentarias, con lo cual las producciones también quedan a expensas de las necesidades del mercado mundial. Por último, grandes ciudades como Houston, Dallas, Oklahoma City... sufren problemas de sobrecrecimiento. –
Las montañas (Montana, Idaho, Wyoming, Colorado, Nuevo México, Arizona, Utah y Nevada), en plena expansión económica, a pesar de que sólo albergan al 5% de la población nacional, por lo demás una población joven (Utah registra la tasa de crecimiento demográfico más elevada de América del Norte) atraída en los últimos años al amparo de: *
La explotación de ricos yacimientos energéticos (petróleo y gas natural), mineralógicos (uranio), paisajísticos (Colorado vive del turismo, fruto de la extensión alcanzada por sus parques y reservas naturales).
*
Actividades industriales (Arizona se está convirtiendo en un Estado industrial, tras afincarse algunas de las más poderosas industrias estadounidenses, como Motorola o General Electric), etc.
El hecho de que se desplazara hasta estos territorios mano de obra joven les permite disponer de un ritmo demográfico de los más elevados del país.... Otro rasgo distintivo es la concentración de la población en grandes ciudades: –
Phoenix y Tucson absorben tres cuartas partes de la correspondiente a Arizona, con una clara bicefalia.
–
Denver y Colorado Springs otra porción similar de Colorado.
–
Salk Lake City más del 60% de Utah.
–
Las Vegas y Reno más del 80% de la de Nevada.
Se trata de oasis urbanos que padecen problemas derivados de su rápida expansión, al margen de la lejanía del resto poblado del país.
6. LA POBLACIÓN Y LA ECONOMÍA NORTEAMERICANA El lado oscuro del sector agrícola incorpora a los agricultores períodos alternos de prosperidad y de recesión. Mientras la alta productividad mantiene bajos los precios a los consumidores los agricultores han perdido beneficios, pues el valor de la maquinaria, fertilizantes, pesticidas… se ha elevado más rápidamente que los precios de las cosechas. Y a ello se añade el largo periodo de dificultades económicas surgido en los años ochenta, cuando decayeron las exportaciones debido a la sobrevaluación del dólar, que elevó el precio de los productos en los mercados extranjeros, y como derivación se desplomaron los de las cosechas y se incrementaron las tasas de interés. Y paralelamente a lo ocurrido en la Gran Depresión buen número de agricultores perdió sus propiedades, una razón más para explicar que alrededor de una tercera parte lo sean a tiempo parcial, y que una quinta parte del ingreso agrícola pertenezca a grandes corporaciones. Hoy los agricultores individuales poseen el 85% de todas las explotaciones, pero sólo cuentan con el 64% de la tierra de cultivo, ya que el resto pertenece o bien a corporaciones o bien a industrias relacionadas. No obstante, el número de explotaciones grandes y pequeñas ha crecido conforme la población en las áreas rurales ha dejado de disminuir, pero en detrimento del número de las medianas. GEOGRAFÍA E HISTORIA
495
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
En Canadá son grandes los parecidos, aunque la gran diferencia estriba en la compaginación de esa actividad con la silvicultura, ya que dispone de más de tres millones de kilómetros cuadrados de bosque boreal, y con las pesquerías, aprovechando los caladeros de Terranova. En la industria el New Deal de Roosevelt garantizó a los trabajadores el derecho de afiliarse a los sindicatos y de negociar colectivamente, estableciendo el National Labor Relations Board para resolver las disputas entre sindicatos y patronales. Poco después se creó una nueva organización laboral, el Congress of Industrial Organizations. Tras la Segunda Guerra Mundial las huelgas para demandar salarios más altos recorrieron todo el país, y el Congreso aprobó leyes que prohibían el acuerdo closed shop (una empresa con un convenio firmado con un sindicato determinado implicaba la sindicación de todos los empleados), y se permitió a los Estados promulgar leyes referentes al trabajo y a sus condiciones. Más recientemente ha caído el numero de afiliados, debido al declive de las industrias pesadas y a la constante automatización de los procesos productivos, si bien el sindicalismo goza de gran fuerza. El fenómeno más significativo probablemente se corresponda con la concentración empresarial, que ha alumbrado un sistema casi cerrado, con unas doscientas empresas multinacionales acaparando a cerca de la mitad de la producción. Además, tanto la crisis de 1973 como las inmediatas sucesivas debilitaron a la industria y reforzaron a las grandes corporaciones, agudizando el proceso aglutinador de actividades. Y otro fenómeno a resaltar es el de la concentración espacial, tradicionalmente al socaire de recursos específicos y del mercado de consumo, en el noreste, una región bien dotada de los primeros y con el más alto contingente demográfico. Se ha generado así un muy desigual reparto espacial de la producción y del empleo, con abundancia de regiones periféricas, a excepción de California. Con un 23% de activos trabajando en el sector los productos manufacturados representan el 82% de las ventas exteriores del país, con un incremento cercano al 20% en las últimas tres décadas, el mejor exponente del mito de la debilidad industrial y laboral estadounidense, expresado tras la etapa de las reconversiones forzadas, con la caída productiva, de puestos laborales (más de dos millones en el noreste), y de activos (un 7% en el último cuarto de siglo). En Canadá el sector está ligado al estadounidense, como indica el altísimo grado de inversión, pero con un resurgir más lento y una madurez que sólo se alcanzará con la respuesta a las demandas de su vecino del sur. Con un 22,5% de activos (y una caída del 4% en los últimos veinticinco años) aporta casi el 61% de las ventas, con un incremento del 16% desde mediados de los años setenta. El valle del río San Lorenzo y la península de Ontario forman el corazón industrial, lindante con las grandes áreas metropolitanas del norte estadounidense. Más de la mitad del empleo industrial se concentra en Ontario (con dominio de la industria pesada y avance de los sectores innovadores), como derivación de la concentración demográfica, y un tercio en Québec (con industrias ligeras y tradicionales), dilatando hacia el norte el cinturón estadounidense. Sólo recientemente la provincia de Alberta se ha industrializado, apoyándose en sus recursos petroleros, mientras la Columbia Británica lo ha hecho de manera más autónoma, al amparo de su actividad portuaria. Uno de los cambios recientes más importantes en ambos países ha sido el paso de la producción de bienes a la prestación de servicios, como en todo país desarrollado, con un sector terciario que domina la economía. En EE UU el sector emplea al 74% de la población activa, con descenso actual que rompe la secuencia ascendente desde 1990, lo que parece indicar que ha alcanzado un límite máximo. Y su contribución a las exportaciones 496
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 15. Canadá y Estados Unidos: aspectos físicos y humanos
supera los 300.000 millones de dólares. Ambos hechos le convierten en el sector clave de la economía, con una de las puntas de lanza en la banca (a mediados de la pasada década había más de once mil bancos, con más de 70.000 oficinas), las bolsas de valores (de las más notables del mundo), y las pequeñas empresas de servicios (más de 700.000), con el notable empuje de las más novedosas, las de productos cibernéticos, aeroespaciales o bioquímicos de alta tecnología. El sector terciario canadiense ha alcanzado tal dinamismo que ha convertido al país en un gran centro de servicios, entre los que resalta una estructura bancaria de inspiración británica, muy sólida y de una solvencia reconocida internacionalmente. Pero la dependencia de EE UU es excesiva (controla tres cuartas partes del comercio exterior e inversiones de capital, y la mitad de la industria transformadora, más el petróleo y el gas natural), como también de Japón, que hace tiempo desplazó a Gran Bretaña en el segundo lugar de los intercambios. Ha incrementado sustancialmente sus relaciones con los países emergentes del sureste de Asia y con la UE. Además, está el hecho de ser realmente una sucursal estadounidense, hasta el extremo de que la frontera es más testimonial que administrativa. En la actualidad emplea al 74% de los activos, y aporta 40.000 millones de dólares, multiplicando por cuatro la contribución de 1990.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
497
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
BIBLIOGRAFÍA Bailly, A.; DoreL, G.; Racine, J.B. y Villenueve, P. (1992) “États-Unis, Canada”. En Brunet, R. y Ferras, R. (Dir.) Géographie Universelle. Belin-RECLUS, Montepellier, Vol. 5; 480 pp. Bruneau, P. (1994) “La nouvelle urbanité américaine ou la ville inverseé”. Norois, T. 41, Nº 161, pp. 73-90. Chevalier, J. (1994) “Les espaces métropolitains de la région des Grands Lacs aux ÉtatsUnis: restructuratio et inégal développement”. Norois, T. 41, N° 161; pp. 91-110. Chevalier, J. (1994) “Les espaces métropolitains de la région des Grands Lacs aux ÉtatsUnis: restructuratio et inégal développement”. Norois, T. 41, N.º 161, pp. 91-110. Dionne, J.C. (1990) The geomorphology of Canada. An introduction. Oxford University Press, Toronto; 240 pp. Ford, L.R. (1995) “Continuity and change in the american city”. The Geographical Review, Vol. 85; pp. 552-568. Fox, K. (1989) Metropolitan America: urban life and urban policy on United States 1941980. Washington. Guinness, P. y Bradshaw, M. (1985) North America. A human geography. Hodder & Stoughton, London. Knox, P. et al. (1988) The United States: a contemporary human geography. Ed. Logman, London. Lacroix, J.M. (Ed.) (1997) Villes et politiques urbaines au Canada et aux États-Unis. Presses de la Sorbonne Nouvelle, Paris; 315 pp. Lariviere, J.P. (1988) “Une deuxiéme nouvelle inmigration aux États-Unis”. Norois, T. 35, Nº 137, pp. 5-18. Mauduy, J. (1996) Les États-Unis. Armand Colin, Paris; 240 pp. McDowell, J. M. y Singell, L. D. (1993) “An assessment of the human capital content of international migrants: an application US inmigration”. Regional Studies, Vol. 27, N.º 4, pp. 351-365. McHugh, K.E. (1987) “Black migration reversal in the US”. The Geographical Review, Vol. 27, N.º 2, pp. 171-183. Paterson, J.H. (1992) North America. Oxford University Press, London; 503 pp. Pelletier, J. (1995) Diversité du Canada. Armand Colin, Paris; 168 pp. Plane, D. A. (1992) “Age-composition change and the geographical dynamics of interregional migration in the U.S.” Annals, Vol. 82, pp. 64-86. Rees, J. (1996) “La nouvelle géographie de l’emploi aux États-Unis”. L’Espace Géographique, Vol. XXV; pp. 309-313. Rogers, A. y Hemez-Descryve, C. (1993) “Évolution des migrations interrégionales et de la redistribution de la population aux États-Unis: une approche longitudinale”. Espace, Populations, Sociétés, Nº 1-1993; pp. 35-46. 498
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 15. Canadá y Estados Unidos: aspectos físicos y humanos
Serrano Martínez, J.M.ª (1996) “Estados Unidos de América. Un siglo de cambios en la distribución espacial de su población. Datos y consideraciones”. Investigaciones Geográficas, N.º 16; pp. 115-136. Serrano Martínez, J. M.ª (1997) “Llegada de inmigrantes a Estados Unidos de América en los últimos decenios del siglo XX ¿Nueva procedencia o modificación ocasional de sus orígenes?” Papeles de Geografía, N.º 26; pp. 137-158. Serrano Martínez, J.Mª. (1999) “El sistema urbano canadiense y sus relaciones con el de Estados Unidos: integración y discontinuidades”. Papeles de Geografía, N.º 30; pp. 129-149. VV AA (1994). “Amérique du Nord”. Norois, N.º 161. Walker, R.; Ellis, M. y Barff, R. (1992) “Linked migration systems: immigration and internal labor flows in the US”. Economic Geography, Vol. 68, N.º 3, pp. 234-249. Wargon, S.T. (1997) La démographie au Canada, 1945-1995. Institut National d’Études Démographiques, Paris; 40 pp.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
499
Tema 16 Los países iberoamericanos: problemática económica y social
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
ÍNDICE SISTEMÁTICO 1. INTRODUCCIÓN 2. LA PROBLEMÁTICA ECONÓMICA 2.1. Permanencias y mutaciones en los espacios rurales 2.1.1. La problemática heredada y mantenida 2.1.2. Producciones básicas y reorientaciones productivas 2.1.3. Los efectos de las revoluciones: formación regional y especialización 2.2. Las derivaciones de la industrialización por sustitución de importaciones 2.2.1. La industria y la planificación territorial 2.2.2. Valoración social y regional del proceso 2.3. Los servicios y la transnacionalización regional 2.3.1. Los servicios comerciales 2.3.2. Los servicios turísticos y avanzados 2.4. Las imposiciones: integración, privatización y globalización 2.5. Las estrategias contra la deuda 2.6. Los efectos regionales de la deuda. Crisis y costes derivados 2.7. La situación económica regional 2.7.1. La América Media 2.7.2. América del Sur 3. EL CRECIMIENTO DEMOGRÁFICO. LOS PROCESOS DE CAMBIO 3.1. El auge demográfico 3.2. Las diferencias sociodemográficas 3.3. Las cargas derivadas 3.4. La metropolización y el precarismo urbano 4. EL DESARROLLO INTERMEDIO Y LOS RASGOS DEFINIDORES BIBLIOGRAFÍA
502
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
1. INTRODUCCIÓN Sobre unos veinte millones de kilómetros cuadrados se configura una región con desarrollo intermedio, no alcanzado en Centroamérica y la Cordillera, pero superado al sur. Puede establecerse, también, otra secuencia de la diversidad en razón del volumen de las economías: de mayor tamaño (Brasil, México y Argentina), de dimensión intermedia (Colombia, Chile, Perú y Venezuela), y de pequeño volumen (Centroamérica y el Caribe, más el resto). El PNB por habitante es superior al promedio de los países en desarrollo de ingreso medio, aunque la distribución no es equitativa. Ello es resultado de unas actividades que se van diversificando hacia los servicios (57%), de una industria que alcanza la tercera parte del PIB regional (pero con notables diferencias por naciones), y de un agro que mantiene gran parte de las cargas históricas. Y resalta la diversidad nacional en los dos primeros sectores citados, una pauta opuesta a la homogeneidad de la representación de la agricultura en el PIB, que se mantiene casi intacta desde hace un cuarto de siglo. El PIB creció en los años noventa un 2,6% y el PIB por habitante un 0,8%. De todo ello es derivación, y derivan, consecuencias económicas y sociales trascendentes. La población se distribuye y crece de manera muy irregular, ya que el 66% vive en el sur y el resto en Centroamérica y el Caribe. Representa el 6% de la mundial, con un crecimiento promedio del 1,7% (que hasta el año 2020 bajará al 1,4%), y resalta por el contraste entre una homogeneidad cultural con idiomas predominantes (español y portugués) frente a la composición étnica muy variada (indígena, ibérica, africana, árabe, hindú, china...), de la que derivan otros contrastes. Además, los indicadores del desarrollo humano señalan otras disparidades acusadas, como una tasa de alfabetización del 87% en algunos países del cono sur, mientras en los sectores centroamericanos no se alcanza tan siquiera el promedio regional.
2. LA PROBLEMÁTICA ECONÓMICA 2.1. Permanencias y mutaciones en los espacios rurales 2.1.1. La problemática heredada y mantenida Más del 60% de la población iberoamericana vive en condiciones de pobreza, consecuencia directa de una estructura socioeconómica del agro que se caracteriza por unas formas de tenencia, un uso de la tierra y unas relaciones sociales condicionadas por el GEOGRAFÍA E HISTORIA
503
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
predominio del latifundio en coexistencia con el minifundio, con la derivación del 2% de los propietarios controlando el 47% de las tierras, y el 80% de las explotaciones con menos de 50 hectáreas ocupan el 10% de la superficie agrícola. Las haciendas constituyen el rasgo más notable, con un sistema de plantación (mantenido en Brasil y en la cuenca del Caribe) que utiliza a mano de obra asalariada indígena para conseguir unos productos destinados al mercado exterior. Esa gran propiedad se ha combinado con el minifundio, donde el campesino obtiene parte de su subsistencia, completada con el trabajo en el latifundio. Las soluciones han pasado por las reformas agrarias, con las que se pretendía la redistribución de la tierra, y una doble meta: política (reducir la injusticia social y modificar las desigualdades sociales y regionales) y económica (modernizar la agricultura de subsistencia, aumentar la productividad agraria, y elevar el nivel de vida de los agricultores). Las políticas de reforma agraria, de larga trayectoria, se condensan en dos tipos: –
–
504
Las que buscaban acallar las reivindicaciones populares, con dos ejemplos representativos: *
Brasil, donde la mitad de las explotaciones no superaban las 100 hectáreas y representaban el 45,5% de las tierras cultivadas, pero más del 90% de las de cultivo estaba en manos de la décima parte de los propietarios rurales. Modificar esta situación fue el principal objetivo del Instituto Brasileño de Reforma Agraria, expropiando a los absentistas e instalando minifundios en tierras sin explotar. En la práctica fue dando paso a movimientos reivindicativos, como el MST (Movimiento Sin Tierra). En 1971 se creó el Plan PROTERRA para preparar las expropiaciones de explotaciones con más de 100.000 hectáreas y poco utilizadas, al objeto de ser colonizadas por el INCRA (Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria).
*
Chile, donde a partir de la toma del poder en 1970 por la coalición de izquierdas, se entró en un proceso de eliminación del latifundio. Pero en 1973 el golpe de estado y la contrarreforma agraria aplicaron nuevos parámetros, con prohibición de asentamientos y restitución de las fincas con criterios políticos.
Las de inspiración colectiva, definidas como variantes del socialismo, con México y Cuba como ejemplos: *
La de México fue la pionera, en 1917, tras la guerra civil, con la restitución de las tierras a las comunidades indígenas. Bajo la presidencia de Porfirio Díaz se consolidó la figura del ejido como propiedad colectiva, indivisible e inalienable. Tras la revolución las tierras de cultivo fueron segregadas en parcelas individuales, hereditarias, cada una cultivada por el ejidatario. Desde entonces se ha ido profundizando en la redistribución, aunque el problema agrario continúa: diez millones de campesinos sin tierras, y unos ejidos que no representan más del 45% de las tierras cultivadas en régimen de pequeña propiedad. En 1991 el gobierno de Salinas de Gortari dio luz verde para transformar a las tierras ejidales en fincas privadas o en cooperativas, para propiciar la mecanización e incrementar la productividad, y permitir que las sociedades privadas, nacionales y extranjeras, invirtieran en la agricultura.
*
En Cuba fue en 1960 cuando se comenzó una planificación económica centralizada que limitaba a sesenta y siete hectáreas el máximo permitido de tierras en manos privadas. Pero en 1994 comenzó la entrega de parcelas en usufructo. PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 16. Los países iberoamericanos: problemática económica y social
No obstante, a pesar de las reformas la situación agrícola se mantiene debido a condicionamientos estructurales: –
La continuidad de unas oligarquías que bloquean el proceso de redistribución.
–
La presión demográfica en el campo, fuente de expansión de un minifundio reacio a la mecanización.
–
El derecho rural de las costumbres (en algunos lugares la tierra pertenece a la comunidad).
–
Unos Estados que han frenado el individualismo campesino renovador.
–
Las continuas dudas gubernamentales entre la colectivización y el régimen liberal.
2.1.2. Producciones básicas y reorientaciones productivas En la mayoría de los países el área agrícola y ganadera se ha ido ampliando, como ocurrió durante la denominada Revolución Verde (1950-1975), en algunos lugares combinada con reformas agrarias (México, Cuba, Perú), si bien la razón esencial es triple: el proceso de colonización de las áreas vacías, la abundancia de mano de obra barata en la periferia (orientada a cultivos de gran escala, cría de ganado o minería), y la necesidad de disminuir las migraciones campo-ciudad. Con ese sustrato la agricultura entró en un proceso de modernización, que no implicó cambios significativos en sus características estructurales, lo que explica: –
La persistencia de la concentración latifundista y la carencia de tierras para la mayoría de los campesinos, agravada por el aumento de los minifundios.
–
La distribución desigual de los ingresos en el mundo rural.
–
La preferencia por la agricultura de exportación.
–
La monoproducción y el subempleo de la fuerza de trabajo agrícola, íntimamente ligados en las economías de plantación.
–
La indiferencia por la preservación del medio.
Pero la modernización sí ha conseguido que Iberoamérica mantenga o adquiera un papel relevante, por este orden, en la producción mundial de café verde, azúcar en bruto, soja y cacao. Y, sobre todo, en el mercado de la droga, como ha resaltado la DEA (Drug Enforcement Administration), la Agencia Antidrogas de EE UU, y en casi todos los cultivos de enervantes, y de la coca en particular, con una superficie que superaba en el momento del cambio de milenio las 200.000 hectáreas en Perú, Bolivia y Colombia. Su erradicación está siendo controlada desde la DEA a cambio de ayudas económicas, ya que sus derivados (cocaína, pasta base y crack) se destinan a los mercados europeo y norteamericano.
2.1.3. Los efectos de las revoluciones: formación regional y especialización Una de las grandes aportaciones de la Revolución Verde ha sido la conformación de nuevas regiones con la colonización agrícola reciente, que disponen de características definidas: localización junto a los grandes ejes de comunicación y en las cercanías GEOGRAFÍA E HISTORIA
505
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
de las fronteras políticas; alto grado de urbanización, con pequeñas redes regionales; especialización agropecuaria y dependencia de otras regiones manufactureras; alta proporción de población flotante en busca de empleo (a veces inmigrantes de países próximos); explotación irracional del suelo; y un modelo de desarrollo planificado desde arriba. Es resultado, también, de la estrategia de sustitución de importaciones, que separó el trabajo rural y el urbano al concentrarse las actividades industriales en las grandes urbes. De ahí que las transformaciones espaciales en las dos últimas décadas hayan dejado unas nuevas relaciones campo-ciudad, definidas por: los nuevos papeles y jerarquías de la ciudad; la deslocalización rural de determinadas actividades industriales; las nuevas actividades de diseño, dirección, gestión y supervisión localizadas en las ciudades intermedias, con nuevas ramas terciarias; los nuevos flujos entre la ciudad y su entorno rural; y la ciudad como lugar de residencia de agricultores, con nuevas formas de rurbanización. La consecuencia inmediata es que un continente rural se ha convertido en la región más urbanizada del mundo. Pero, independientemente de esa contrapartida, también aparece la especialización regional agraria, ya que el monocultivo se ha consolidado e irradiado: trigo en la Pampa; arroz en las tierras de inundación de Centroamérica, Venezuela, Colombia, Brasil, Paraguay y Uruguay; caña de azúcar en las húmedas; café en las alturas medias tropicales; frutas tropicales y templadas (piña, plátano, uva, manzana, pera, cereza, ciruela, melocotón, cítricos, etc.) en casi todo el continente; banano en el Caribe y América ecuatorial... Además, la producción de plantas industriales es acaparada por la gran propiedad: oleaginosas (cacahuete, girasol, palmera de coco, etc.), textiles, (henequén, maguey para la fabricación del tequila), cáñamo, y sobre todo el algodón. Por su parte, el tabaco sigue anclado en sus regiones originarias, y sujeto al sistema impuesto por las grandes compañías tabaqueras. Y el cultivo de hoja de coca se incrementa en los valles andinos, aunque cede en la montaña amazónica. En general, la agricultura de exportación se ha especializado, localizado y crecido debido a la demanda de los países ricos, aunque ello conlleve una clara insuficiencia de recursos alimentarios para los exportadores. Las áreas de colonización se caracterizan por la especialización pecuaria en bovino de carne, mientras en la costa intertropical la agricultura tradicional se diversifica con turismo, pesca, actividad forestal..., e incluso algunos piedemontes se han convertido en cocaleros. Puede decirse que las regiones de colonización reciente muestran: la localización en regiones periféricas conectadas a la red urbana nacional; un alto nivel de urbanización, formando una red de ciudades pequeñas y medianas; una producción agropecuaria especializada y dependencia en suministros de las regiones desarrolladas; una elevada proporción de población flotante, temporeros o desplazados de otras actividades; un modelo de desarrollo vertical; un impacto ambiental debido a intereses exógenos; y un incremento de la tensión social por la tierra (en Brasil el Movimiento Sin Tierra, o en México el Ejército Zapatista de Liberación Nacional). Con la especialización y la colonización permanecen, y hasta se acrecientan, desequilibrios regionales y socioeconómicos: concentración económica en las principales ciudades, con una red urbana desarticulada; microcefalia metropolitana; debilidad de las políticas de desarrollo humano; desigualdades en el reparto de la tierra, con déficit alimentario y desequilibrios campo-ciudad; problemas étnicos, culturales, de marginalidad y desigualdades sociales como el subempleo, redes de clientelas, etc.; y fenómenos migratorios que complican el panorama anterior.
506
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 16. Los países iberoamericanos: problemática económica y social
2.2. Las derivaciones de la industrialización por sustitución de importaciones Entre 1929 y 1950 la orientación política y económica de una gran parte de la región cambió, porque el modelo de crecimiento impulsado por la exportación de recursos fue parcialmente suplantado por una estrategia de industrialización mediante la sustitución de importaciones, y porque el poder político detentado por las elites comenzó a ser cuestionado por una política populista, de extracción urbana. La ISI (Industrialización por sustitución de importaciones) ha sido un proceso de desarrollo industrial destinado a producir para el mercado interno (y propiciar así el salto al mercado exterior) iniciado tras la crisis económica de los años treinta. Sin embargo, a medida que se profundizaba en el proceso crecía la dependencia de las importaciones, pues ahora había que comprar materias primas, productos industriales y maquinaria para fabricarlos en el lugar, una situación que dio lugar a crisis en las balanzas de pagos nacionales. Por ello la ISI no consiguió acabar con las desigualdades y desequilibrios socioeconómicos, y hasta agudizó la autarquía, el proteccionismo y el exceso de subsidios, que dificultaban el crecimiento armónico. Las cuatro causas que llevaron al fracaso de esta política económica fueron: la excesiva regulación administrativa por los gobernantes; la negativa a fomentar las exportaciones y a restringir las importaciones; la infrautilización de la capacidad instalada; y la subutilización de la mano de obra. Los países que habían avanzado más (México, Brasil y Argentina) observaron los primeros síntomas de agotamiento de la ISI (inflación y balanza comercial negativa), aunque la crisis de mediados de los años setenta no afectaba a la industria iberoamericana lo mismo que a los países desarrollados, un hecho que ha permitido que países como Brasil hayan superado el modelo ISI y entrado en una etapa de industrialización generalizada, con fabricaciones diversificadas bajo los auspicios de la inversión exterior. Argentina y México han realizado avances notorios, aunque en el resto la industria sigue a un nivel bajo o muy bajo. Como resultado aparecen dos grupos de países industriales: –
Los NPI’s (Nuevos Países Industrializados), donde a pesar de que la industria sigue creciendo su peso relativo sobre el PIB ha descendido en detrimento de los servicios.
–
Una serie de países emergentes desde el punto de vista industrial, donde resaltan la extracción minera, el petróleo, la agroindustria y las nuevas formas productivas (como las maquilas).
En todos ellos la importancia del empleo industrial es notable debido a la intensidad de la mano de obra en los procesos productivos dominantes, al retardo tecnológico y al predomino de PYMEs y microempresas.
2.2.1. La industria y la planificación territorial Se puede hablar de dos formas opuestas de concebir al desarrollo industrial: –
Un modelo keynesiano, de mayor equidad distributiva de la renta, con mejoras de infraestructuras y estímulo de la inversión pública y privada en las regiones de mayor atraso económico.
–
Un modelo neoclásico, con el acento en un desarrollo industrial autónomo que confía en las fuerzas del mercado para nivelar los desequilibrios. Su predominio casi total en la década de los noventa ha allanado a la fase actual neoliberal, de privatizaciones generalizadas.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
507
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
Ambos modelos se alternaron hasta los años noventa buscando un equilibrio. Pero la región no ha sabido desarrollar una política industrial definida, con producciones sobre una base endeble y escasos avances en la adquisición de ventajas comparativas, al margen de estar orientada por bajos salarios, tipos de cambio elevados, recesión en el mercado local, altos subsidios a las exportaciones, etc. En definitiva, el modelo ISI (público o privado) se ha mostrado insuficiente, poco competitivo a un nivel internacional, y, además, con interrelaciones industria-territorio de una gran complejidad. En las principales metrópolis la diversidad de espacios industriales es notable, pero las empresas se desplazan hacia amplios corredores industriales en la periferia, huyendo de las deseconomías de aglomeración de la ciudad interior. Desde las perspectivas cualitativa y cuantitativa existen notables diferencias entre estas metrópolis, no solamente industriales sino por la expansión de los servicios en las áreas centrales, o core areas. Los desequilibrios urbanos constituyen la otra lectura a esta expansión: fuerte competitividad, espacios económicos y sociales segmentados, cambios rápidos en el empleo, etc.
2.2.2. Valoración social y regional del proceso La industria surgió con el proteccionismo oficial, y hasta supo mantenerse cuando desaparecieron las condiciones iniciales, porque los sectores populares urbanos tenían fuerza suficiente para participar en el reparto de la riqueza, y porque para los trabajadores fabriles la garantía del trabajo era también la defensa del sector industrial. Pero a finales de los años ochenta (la llamada década perdida) el nivel de vida era inferior a comienzos de la misma, y de ahí que los cambios económicos aplicados en Argentina, México o Brasil respondieran a la lucha contra la inflación, que batió récord en Bolivia (1985), Nicaragua (1988) y Perú (1989), e implicaran costosos ajustes. La urbanización y las migraciones internas sin límites fueron la nota más destacada de la época, con la derivación del chabolismo generalizado en las grandes ciudades, primero, y después extendido a las intermedias, con poblados miserables conocidos como favelas (Brasil), villas de la miseria (Argentina), callampas o campamentos (Chile), categriles (Uruguay), pueblos jóvenes (Perú), pueblos paracaidistas (México), etc. Desde los años ochenta se ha extendido un amplio sector informal urbano en el marco de la economía sumergida, paralela o encubierta, que aprovechando la situación de desempleo generalizado está dominando amplios sectores económicos. Los valores medios de urbanización han crecido más en términos relativos que en el resto del mundo: en 1960 afectaba al 46% de la población, y en 1990 al 72% (en América del Sur la cifra se dispara hasta el 84%; por el contrario, en América Central a un 54%). El proceso de hiperurbanización surgido en los años treinta ha continuado imparable, como resultado de tres factores: éxodo rural originado por la crisis agraria, la industrialización sustitutiva de importaciones, y el intervencionismo estatal. Algunos rasgos del proceso son:
508
–
Desarrollo de la industria y del sector terciario, con uso y consumo de bienes y servicios del modelo urbano.
–
Rápido desarrollo de nuevos valores.
–
Mayor flexibilidad en la estratificación y movilidad social.
–
Presiones a favor de la democratización.
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 16. Los países iberoamericanos: problemática económica y social
Pero la razón esencial del proceso se encuentra en que las grandes ciudades proporcionan posibilidades de empleo y subsistencia a una mano de obra abundante y barata, luego sujeta a mecanismos como: –
Adaptación de las estructuras productivas y de servicios al sector informal urbano, con una mano de obra excedente ocupada en talleres artesanales, unidades domésticas, y PYMEs industriales.
–
El sector terciario sufre una expansión desproporcionada en relación con las necesidades reales de la economía, pero impuesta por el peso político del sector.
–
La población en situación de marginalidad y submarginalidad tiende a expandirse. Se caracteriza por: el desempleo o la desocupación disfrazada, o por la ocupación inestable; los bajos niveles de ingreso y consumo; y la falta de integración.
Por otro lado, la situación de crisis económica y sociopolítica, permanente y sin solución a corto plazo, tiene una contrapartida ecológica. La sobreurbanización espontánea, la violencia, el desorden, etc., determinan la dimensión excesiva de los asentamientos, el aumento exponencial de las ciudades… Y la concentración de la propiedad del suelo urbano, su uso inadecuado y especulativo sin control efectivo, agrava la situación. Como consecuencia el medio urbano se deteriora con suma rapidez.
2.3. Los servicios y la transnacionalización regional Un deficiente desarrollo industrial ha dado lugar a unos servicios empobrecidos y descualificados, aunque se han abierto las participaciones con el sector privado mediante modalidades: asociación con empresas públicas, compra de empresas públicas, participación pública en empresas, prestación directa de los servicios, concesión de servicios públicos, concesiones de la construcción de obra, concesión para la prestación de un servicio, etc.
2.3.1. Los servicios comerciales Las fuerzas tecnocráticas que apoyan al modelo neoliberal se reafirman en aquellos aspectos que están a favor del libre mercado, un Estado más reducido, y la importancia de conseguir la estabilidad macroeconómica. En la mayoría de países se han incorporado a los gobiernos tecnócratas formados en economía en centros universitarios estadounidenses, que dan su apoyo a la gestión fiscal, a la privatización de firmas estatales, a la flexibilización del mercado laboral, y a la liberalización del mercado financiero y comercial. La reforma fiscal ha buscado la reducción del déficit público, y la liberalización comercial ha potenciado el desarrollo del comercio internacional, reduciendo las tarifas de importación y potenciando las inversiones extranjeras en la industria nacional y los servicios. Pero, con todo ello han aparecido los impactos sociales negativos de las reformas, que han supuesto: un aumento del desempleo y mayor precariedad laboral; un salario mínimo real que se ha reducido ante las primeras crisis y que ha caído como consecuencia de la presión inflacionista; un fuerte impacto de las inversiones exteriores debido a las ventajas fiscales y a las reformas comerciales; y un sector informal que no para de crecer. Esta línea liberalizadora ha resaltado la tendencia de las empresas multinacionales a concentrarse donde haya un mercado interno relativamente grande o en los países semiindustrializados, razones que explican su mayor presencia en Brasil y México. Uno de los GEOGRAFÍA E HISTORIA
509
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
aspectos positivos de este proceso de transnacionalización es que favorece a las políticas nacionales de industrialización al establecer líneas de producción intensivas en mano de obra y escoger los métodos de producción que generen empleo interno. Así se confirma la importancia de las principales firmas estadounidenses y europeas, e incluso la penetración empresarial silenciosa desde la Cuenca del Pacífico (Japón, Hong Kong, Corea del Sur), que constituyen un lobby decisivo para algunas economías nacionales (como Guatemala o Bolivia). Y de ese poder transnacional surge el modelo de expansión de las ZFP’s (zonas francas productivas), unos sistemas integrados dependientes de multinacionales que han deslocalizado sus procesos, a mitad de camino entre actividades secundarias y terciarias. Se diseñaron programas para favorecer áreas enfocadas hacia el comercio, la logística, las finanzas y la creación de empresas, y últimamente el software, que acabaron plasmados en las zonas francas y en las áreas de procesamiento de inversiones, que delimitan unas ciudades o parques empresariales en los que se realizan actividades manufactureras bajo condiciones económicas y administrativas muy ventajosas. Estos enclaves en ocasiones se localizan en paraísos fiscales emplazados en el Caribe o en capitales con nivel de vida alto y baja fiscalidad, hechos que favorecen a las operaciones financieras internacionales, y que les ha convertido en sectores para el blanqueo de dinero y la evasión fiscal. El tipo de inversiones se realiza en informática, I+D y actividades empresariales, y en estudios de mercado, contabilidad, consultoría, y asesoramiento sobre dirección y gestión de sociedades. Un caso específico es el de los pabellones de conveniencia (Panamá controla el 18% de la flota mundial, extendida a Bahamas, San Vicente y Granadinas, Bermudas, Antigua, Islas Caimán y Honduras), que mediante una maraña de empresas interpuestas y sociedades pantalla escapan a los controles y responsabilidades ejercidas por la Organización Marítima Internacional. Estos emplazamientos están dotados de infraestructuras industriales y de servicios, lo que posibilita la instalación de empresas manufactureras para el mercado externo, pudiendo adquirir productos exteriores con exención de aranceles. Las ventajas son: apoyo al capital, rebajas fiscales, ayudas financieras, facilidades administrativas y comerciales, ausencia de controles ambientales y otras regulaciones administrativas, amplia dotación y oferta de infraestructuras y servicios, desregulación del mercado laboral, promoción del comercio internacional, generación de fuentes de empleo, efecto multiplicador que produce en la economía interna, mayor valor agregado de las exportaciones, aliento a las empresas nacionales para desafiar a la competencia internacional, facilidades para la introducción de nuevas tecnologías en los procesos productivos industriales, impulso en la realización de obras de infraestructura de servicios en las áreas colindantes, etc. Los desfases en los servicios comerciales encuentran múltiples explicaciones. Desde una inadecuada política de relaciones externas, inoperancia del sistema, claros efectos de relegación por la carencia infraestructural, deficientes conexiones con el exterior, hasta el control foráneo. Ante algunas de esas adversidades los distintos gobiernos han emprendido reacciones, luego controladas por intereses exteriores (multinacionales), o bien oligárquicos internos. Ello significa que ante parte de los problemas las soluciones no presentan visos de realidad, y entre ellas la política infraestructural adquiere especial relevancia. En todos los países el coste de transporte se detecta en la espiral de gastos por unidad de peso transportada, con un exorbitante despilfarro, entre otros motivos porque las alternativas férreas no han sido consideradas con seriedad, y como consecuencia se ha consolidado un sistema de factoría que pone en comunicación a las zonas productoras con las de embarque. Y el efecto arrastre de las infraestructuras sobre los intercambios es claro, especialmente sobre un comercio interno que se mantiene estancado, con la excepción del cono Sur. 510
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 16. Los países iberoamericanos: problemática económica y social
Como resultado, a partir de finales de los años ochenta, Iberoamérica ha llegado a situarse en niveles relativos del comercio mundial, aunque con altibajos, en una situación más favorable que la media de los países en vías de desarrollo. Pero las relaciones de intercambio siguen por debajo de la década precedente, ahora porque los precios de ciertos productos básicos continúan en niveles más bajos que hace veinte años, un serio obstáculo para sanear la balanza de pagos de las economías exportadoras de productos primarios. Y, además, la actual fase de liberalización del comercio exterior hará aumentar la demanda de mano de obra no cualificada y disminuirá la de cualificada, y que se produzca un diferencial de precios entre los productos exportables y los destinados al mercado interno. Por su parte, en el comercio interior la actividad manufacturera ha tenido por objeto asegurar el aprovisionamiento de bienes y servicios de consumo temporal, con una localización de las industrias que ha seguido el reparto geográfico de la población, lo que explica que el sector tradicional se concentre en los principales puertos y ciudades.
2.3.2. Los servicios turísticos y avanzados El turismo internacional se ha convertido en una actividad emergente con alta dependencia de los países centrales. Aproximadamente la mitad se concentra en América Central, seguida en proporciones semejantes por el Caribe y Suramérica, con un número actual de visitantes casi duplicado en los tres últimos lustros, aunque pierde peso relativo sobre el total mundial (del 9,1% al 8,3%) y unos ingresos que se han triplicado en los últimos veinte años, que en términos relativos también descienden sobre el conjunto mundial. Entre los destinos internacionales domina México, Costa Rica y Cuba, con los hoteles-isla y las ciudades turísticas. Y su crecimiento se explica por una especulación turística que nace bajo ofertas cada vez más exóticas. Son los resorts, que en realidad constituyen el mismo modelo fordista de sol y playa difundido en los países caribeños por operadores que los desvían desde áreas saturadas hacia destinos con una relación calidad/precio más favorable (Cabo San Lucas, Ixtapa-Zihuatanejo, Bahía de Banderas, San Andrés, etc.), junto a otros turísticos tradicionales (Acapulco o Punta del Este). En servicios avanzados resalta el desarrollo de programas de innovación tecnológica dirigidos desde el BID (Banco Interamericano de Desarrollo). Entre ellos los orientados a innovaciones en telecomunicaciones, con buena parte de las mismas procedentes de PYMEs. Se contempla también la promoción de las actividades de I+D (Investigación y Desarrollo) a través de la promoción de alianzas tecnológicas con las multinacionales. Pero las empresas iberoamericanas suelen actuar más como imitadoras que como innovadoras. Por último conviene referirse a la concentración de la propiedad de los medios de comunicación, con alta dependencia de las agencias de noticias. Las emisoras de radio se han convertido en monopolios estatales. Con la televisión el abanico es muy amplio, dando lugar a grandes grupos de comunicación y complejas redes de propiedad (familiares, multinacionales...).
2.4. Las imposiciones: integración, privatización y globalización En las últimas décadas los procesos de integración se han convertido en un mecanismo estatal para mejorar los resultados económicos y actuar sobre la deuda externa y la globalización del comercio mundial: en el campo económico, CARICOM, MERCOSUR, MCC, TLC o NAFTA y el PA; y en el ámbito político, los parlamentos subregionales (Andino, Amazónico GEOGRAFÍA E HISTORIA
511
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
y Centroamericano), el Parlamento Latinoamericano (Palatino), el Parlamento Indígena de América, la Comisión Parlamentaria Conjunta de MERCOSUR y la añeja OEA panamericana, que ha reorientado su política después de la guerra fría, de igual forma que las iniciativas principales en materia de integración económica (BID y ALADI –Asociación Latinoamericana de Intercambios–). La cooperación política de la década de los noventa constituye una aportación propia cuajada desde el proceso de Contadora (1983) y el Grupo de Río (1986), y su ampliación posterior (1990). Era una necesidad para afrontar una nueva situación, ya que si desde la Primera Guerra Mundial los EE UU se convirtieron en la potencia del hemisferio en la actualidad la UE conforma un elemento clave de las relaciones regionales externas, internas y subregionales. Y todo ello ha forzado a que las economías se hayan visto en la obligación de realizar reformas estructurales y estabilizaciones macroeconómicas. Los programas de ajuste estructural desarrollados en la última década coinciden en el tiempo con el proceso de privatización iniciado a mediados de los años ochenta, programas que tuvieron su coste sobre los sectores sociales más desprotegidos de la sociedad y sobre el sector público, y con miras a corregir, entre otras cuestiones, el déficit fiscal. La privatización, o traspaso de las empresas y actividades gubernamentales a los inversionistas privados, se convirtió en el escaparate de la modernización. Pero la inversión extranjera es antigua, pues se inicia a comienzos de siglo pasado con la llegada de capital británico a la banca, ferrocarriles, servicios, minería, etc. Desde entonces ha resaltado la llegada masiva de capital estadounidense, y sólo desde los años setenta los distintos Estados han tenido alguna capacidad para diversificar la procedencia. Hay, por tanto, que hacer especial mención a las inversiones de EE UU, que tras la Segunda Guerra Mundial se diversificaron hacia los países con recursos del subsuelo; después, el ritmo fue ya imparable y dirigido a las actividades mineras y servicios. Pero han sido ambivalentes: de un lado, han proporcionado capital y equipo, generado empleo y ramificado la producción; y, de otro, la mayor parte del beneficio conseguido ha ido a parar a EE UU. Por último, han permitido la irradiación de sus multinacionales. Durante la década de los años sesenta hubo una ronda de privatizaciones, y el movimiento cobró fuerza en el decenio siguiente debido a los problemas en la mayoría de las empresas estatales: carencia de objetivos en concordancia con la política general del gobierno, sistemas de control inadecuados, interferencias políticas, y descapitalización. Y en los años noventa surge la década de la esperanza, interrumpida por la crisis de la deuda externa. La privatización de la economía tenía la pretensión de convertirla en competitiva, por necesidad y para participar en el proceso de globalización económica o mundialización. Pero el proceso se efectúa desregulando las economías, lo que ha acarreado la reducción de la calidad y cantidad de los servicios, sobre todo en las áreas más atrasadas, ya que el proceso ha conllevado desequilibrios territoriales. La privatización ha traído consigo que los países desarrollados continúen siendo el origen y el destino principal de las inversiones extranjeras directas, que en Iberoamérica se han caracterizado por: su menor importancia en los flujos mundiales de capital en la región; la profundización en las diferencias entre países; el importante aumento de las destinadas al sector servicios (en particular banca, seguros y telecomunicaciones); el cambio de dirección de las inversiones estadounidenses; y una participación creciente de las inversiones japonesas y de la Asociación de Países Asia-Pacífico. Desde mediados de los años noventa las empresas extranjeras incrementaron su concentración en Argentina, Brasil y México, relacionada con las operaciones de fusión y adquisición. Y en la entrada las transnacionales han actuado movidas por: la búsqueda de la eficiencia en los sistemas internacionales de producción integrados; el acceso a los mercados nacionales y subregionales; la localización de las materias primas; y la entrada en los mercados nacionales de sectores de servicios 512
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 16. Los países iberoamericanos: problemática económica y social
(sobre todo en los financieros, energéticos y telecomunicaciones). Y entre ellas resaltan las españolas, cuya inversión tradicional se polarizó en el sector manufacturero, para el abastecimiento de mercados nacionales fuertemente protegidos, como Argentina, Brasil y México, con grandes mercados internos, o en aquellos utilizados como plataforma de exportación (México y el Caribe). Pero la situación cambió en los años noventa, cuando la inversión española alcanzó el segundo lugar, tras EE UU, debido a las buenas perspectivas de Argentina, Colombia, Chile, Brasil, México y Venezuela. Y ya representó el 60% del total de la inversión bruta en el exterior (más de 70.000 millones de dólares en la década de los noventa), configurándose como la más relevante en tres subsectores: financiero, telecomunicaciones, y turismo y hostelería. Así, tras el tradicional dominio estadounidense se operó una paulatina sustitución en esa primacía no sólo por la UE, sino por parte de España, que en el año 2000 se equiparaba a EE UU. Empresas como Telefónica, Endesa, Gas Natural, varios bancos (fusionados o no), etc., han realizado fuertes inversiones directas o adquirido empresas. La mayor empresa financiera en Iberoamérica ha sido la estadounidense CitiBank, ya superada por la española BSCH (tras la fusión del Banco de Santander y el Central Hispano), hasta constituir el primer banco de Iberoamérica. En nivel de ventas las empresas españolas son las primeras en casi todos los países. Con todo, Brasil recibe casi la cuarta parte de la inversión española, seguido de Venezuela y Argentina. En México el principal inversionista aún es EE UU (60% del total). Por objetivos las perspectivas del capital español en Iberoamérica se centran en tres estrategias: la búsqueda de eficiencia en el sector secundario, materias primas, y el acceso al mercado en los sectores secundario y servicios.
2.5. Las estrategias contra la deuda Muchos países con sus esfuerzos inversores no han conseguido los logros esperados, y buena parte del crecimiento se explicaba, y explica, por la actitud de unas transnacionales que suelen acaparar a los sectores más dinámicos y productivos. Una razón clave es que la industrialización se ha efectuado en términos de bienes finales demandados por los sectores sociales de ingresos más elevados, a pesar de lo cual desde mediados del siglo pasado la economía ha crecido con rapidez, si bien los niveles de renta se han estabilizado o reducido debido al crecimiento demográfico. También las economías se han diversificado, con el resultado de un crecimiento debido a la mayor productividad industrial y de servicios, aunque desde la crisis económica de los años setenta las altas tasas de inflación han afectado a las tendencias favorables. En lo que respecta a la diversificación económica, la agricultura continúa siendo el medio de vida de la mayor parte de la población, mientras los otros sectores se han convertido en más dinámicos. Lo cierto es que la política económica ha conducido a la deuda (en 1978 cada persona debía 450 dólares, en 1980 unos 610 y a comienzos del siglo actual más de 1.000). Además entre los grandes deudores se encuentran los productores de petróleo (México y Venezuela), que eligieron la política del endeudamiento en la etapa de los más altos precios del crudo. Y en el caso de Brasil y Argentina las dictaduras propiciaron la rapiña de los privilegiados. Pero lo evidente es que la deuda no ha dejado de crecer por irresponsabilidad tanto de los deudores como de los acreedores, pues a mediados de los años setenta únicamente los intereses pagados por el subcontinente alcanzaban el 12,5% de las exportaciones de bienes y servicios, y a finales de los ochenta cerca de la tercera parte. Y ello a pesar de los intentos de control y de los efectos favorables, como unas tasas de crecimiento económico en los años noventa por encima de la media del resto del mundo, aunque lejos de las exGEOGRAFÍA E HISTORIA
513
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
perimentadas por el sureste asiático. Ello significa que la revitalización ha aparecido en las naciones que han realizado fuertes ajustes económicos, aunque la inflación se ha movido dentro de cotas muy alejadas del resto del mundo. Y ello ha venido a demostrar que era necesario sanear al sector público, dar más protagonismo al privado, y reducir el déficit, incluso privatizando las empresas (desde 1988 el proceso se ha multiplicado por cuatro). Más recientemente se trata de evitar monopolios y de reducir aranceles. Pero la deuda externa continúa creciendo en términos absolutos (representa más de la cuarta parte de la balanza comercial en gran número de países) y, como derivación, se continúa necesitando en extremo el financiamiento externo (con unas entradas de capital que desde 1990 se han multiplicado por tres, la cuarta parte del flujo a los países en desarrollo). Así pues, algunas estrategias contra la deuda han permitido que los países presenten unos signos evidentes de recuperación, si bien las economías crecen acompañadas del desempleo, pero con inflación y déficit fiscales contenidos. A ese auge han contribuido: la expansión del comercio mundial; la bajada de los tipos de interés de las principales monedas del mundo; el incremento del precio de los crudos, que ha estimulado a los exportadores (circunstancia contraria a lo ocurrido con otros productos primarios como el cobre, café, algodón...); el regreso de capitales, lo que se ha interpretado como una respuesta internacional a las crisis de México y Argentina; la demora de los plazos de vencimiento de las deudas; la reducción de la inflación en la mayoría de los países, y de los déficit fiscales, que han ido logrando una tendencia favorable hasta aproximarse a los presupuestos equilibrados; el auge de las exportaciones, que ha permitido una relativa acumulación de reservas (representan el 1% del PIB regional); y la continuación de las reformas estructurales, con una clara tendencia a la liberalización comercial y a la integración subregional. Como resultante, la región ha ido tendiendo a alejarse de las crisis severas (económica y financiera), aunque se mantiene el escaso progreso en las políticas de inversiones, ahorro y empleo. Y hasta la recuperación se ha sustentado en dos elementos de la globalización: el acceso a la inversión extranjera, y la imposibilidad de adquirir nuevos endeudamientos por imposición del capital internacional. Los dos hechos conjuntados condujeron a los ajustes, pero con el problema de la reducción de las deudas antiguas, objetivo prioritario del Plan Brady (1988), que indicaba la posibilidad de refinanciación de las viejas deudas una vez satisfechas determinadas metas, lo que incluso permitiría acceder a nuevos endeudamientos. La secuencia seguida es fácil de inferir: la imposibilidad de acceder al financiamiento privado externo hizo crecer el público externo procedente del FMI, BM, BID..., para luego cobrar importancia los mercados privados de capital en países avanzados. Y ahí radica la raíz de la acumulación de la deuda externa, porque a una mayor demanda aparecía una mayor oferta de fondos. Fue una doble causa coincidente: una sobreoferta, y la internacionalización de los bancos existentes en la tríada (EE UU, la UE y Japón). Dicha confluencia auspició una deuda inmanejable en los años ochenta, hasta llegar a la crisis de la deuda. Habían desaparecido los condicionantes políticos para los deudores, porque los acreedores ya no eran las agencias financieras públicas, y para los nuevos acreedores privados se abría todo un mundo de futuros y rentables negocios. Así, subió el crédito a los países necesitados, sobre todo a los que ofrecían potencialidades de desarrollo. Con referencia a la deuda mundial, en 1975 la iberoamericana era de 69.000 millones de dólares (la mitad de la existente en el bloque subdesarrollado), que se triplicó en 1980 (unos 220.000 millones), volvió a doblarse en 1990 (458.000 millones), y casi repitió la secuencia en la barrera del año 2000 (750.000 millones). En síntesis, que en el último tercio del siglo pasado la deuda, con respecto al mundo atrasado, se ha multiplicado por veintidós.
514
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 16. Los países iberoamericanos: problemática económica y social
Recientemente vendrían nuevas crisis como el efecto tequila (1994) y las repercusiones de la crisis asiática (1997) o rusa (1998). Pero ahora las salidas serán más rápidas. Y con ellas la posibilidad de condonar las deudas a los más alejados de la posibilidad de satisfacerlas (Bolivia, Guyana, Honduras y Nicaragua), tal y como acordó el G7 (Colonia, 2000). Y es preciso referir que en la recuperación ha incidido la inversión directa estadounidense a lo largo de la década de los noventa, que representó la cuarta parte de la total, centrada en los sectores de automoción, agroindustria, minería, electrónica y energía eléctrica. Le ha seguido la UE (encabezada por Alemania, Francia e Italia), ajustada a electricidad, gas, telecomunicaciones... Y Japón, que la ha mantenido reducida. A finales de la década la situación cambia, porque la inversión europea ha sido superior a la estadounidense (36% frente al 26%). Como síntesis, en los años noventa ha habido modalidades de financiamiento externo, definidas por: la reducción de los préstamos bancarios, el traspaso de las obligaciones del sector público al privado, y el incremento de las inversiones directas. Pero también hay que hacer alusión a tres factores que han tenido mucho que ver en la acumulación de la deuda general: –
El descenso del índice de crecimiento anual, con una situación actual inferior a la media del mundo subdesarrollado.
–
El desorbitado crecimiento de la inflación anual, hasta extremos inauditos en los años noventa (siete veces superior a la media del conjunto subdesarrollado), e igualarse a la misma en la actualidad, con un efectivo control en la última década, aunque se arrastren sus consecuencias.
–
El estancamiento de las exportaciones.
La consecuencia de todo el proceso es la segunda deuda externa total, que dobla o triplica a las más bajas. La deuda externa desembolsada no ha parado de crecer. La de Centroamérica y México desde 1975 ha experimentado un auge del 90%. En la región caribeña la acumulada es proporcional al volumen de las economías (representa actualmente sólo el 1,5% de la iberoamericana), pero la progresión es alta. La evolución conjunta ha sido elevada, pues de 1975 a 1980 se multiplicó por cinco y desde 1980 a 1985 por dos, para mantenerse estable desde entonces. El sur propiamente dicho en 1975 ya acumulaba el 63% de la deuda total iberoamericana, que subía al 70% en 1980, para bajar al 63% a mediados de los ochenta y volver a subir al 71% en la actualidad. Es la más elevada e inestable, y con tendencias regresivas inmediatas a las recuperaciones. La más alta es la brasileña (la tercera parte de toda la iberoamericana y casi la mitad del sector considerado), que se ha multiplicado por diez en el periodo analizado. Pero hay progresiones como la argentina, que se ha multiplicado por veinte.
2.6. Los efectos regionales de la deuda. Crisis y costes derivados En lo que afecta a los efectos regionales, en la ALADI la población ha llegado a casi 450 millones, en la COMUNIDAD ANDINA a 120, en el GRUPO DE LOS TRES a 170 y en MERCOSUR a unos 230, datos que es necesario contrastarlos con la evolución del PIB y
GEOGRAFÍA E HISTORIA
515
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
per cápita, con favorable evolución en MERCOSUR y ALADI y desfavorable en el resto. La comprobación de la deuda externa total como proporción del PIB también es esclarecedora, así como su relación con la media de Iberoamérica. A finales de los años noventa la más elevada correspondía al MCCA, y aparecen MERCOSUR y ALADI, no muy distantes de la media. Por tanto, se puede inferir que: ALADI presenta progresiones medias superiores a otras instituciones, si bien los parámetros más relevantes se mejoran en MERCOSUR; las asociaciones menos solventes padecen todavía rémoras que costará superar a corto plazo, como el significado de la deuda en el PIB y la lentitud en el crecimiento del PIB por habitante; los países más pobres progresan en el control de las deudas externas, aunque sus niveles siguen siendo muy altos; y otros, como Guyana, Nicaragua u Honduras, requerirán de notables esfuerzos externos. De ahí derivan importantes costes sociales, pues el proceso de crecimiento deudor ha impedido la eliminación de las injustas estructuras heredadas en la distribución de la tierra, que mantiene una polarización extrema de la propiedad (un 10% supera las cien hectáreas y controla el 90% de la producción agraria). Al mismo tiempo ha incorporado el incremento de la pobreza y las disparidades en el progreso, porque el 2% de los agricultores tiene en su poder la mitad del suelo disponible y un 2% de la tierra es explotada por la cuarta parte de la población. Pervive, así, una estructura agraria anquilosada y muy sensible a estímulos externos. Y en la insuficiencia de rendimientos hay otra dualidad, porque procede tanto de la estructura citada como de la baja utilización de los recursos y de la fuerza de trabajo. Y la necesaria presencia de las multinacionales ha propiciado entreguismos gubernamentales y el ejercicio de prácticas indolentes y abusivas. La última oportunidad se encontraba en el cultivo de productos rentables, y entre los que más rinden están los enervantes, con un comercio internacional de productos derivados de la coca que en la región supera en términos económicos a cualquiera de los demás productos agrícolas. Y hasta ha generado un proceso de descampesinización. Asimismo, la deuda ha incidido en las disparidades de renta y en un subempleo que afecta a casi la tercera parte de la población económicamente activa, porque las actividades modernas sólo logran absorber a una parte de la mano de obra que la agricultura no retiene, una diferencia que hace crecer en progresión geométrica al subempleo urbano. Entre los sucesivos planes de ajuste estructural, la inflación, el déficit y la deuda han provocado la fuerte caída de las remuneraciones, con la victoria de los precios frente a los salarios, y el consecuente incremento del empleo clandestino, hasta conducir al nuevo dominio del trabajo por cuenta propia, tras la consolidación del fenómeno denominado efecto trabajador desalentado. En suma, que las consecuencias más negativas han recaído sobre los grupos sociales más débiles, los más amplios, con una caída de los salarios reales convertida en causa explicativa de la magnitud que han alcanzado los hogares en situación de pobreza. Incluso los efectos son capaces de explicar que se iniciaran los años noventa con niveles de pobreza peores que los existentes en los setenta. Las bajas rentas han producido una homogeneización hacia la pobreza general. Aún así México tiene una inflación controlada y disfruta de las ventajas propiciadas por la renegociación de la deuda, apertura de fronteras, reorientación hacia la exportación, el apoyo estadounidense, y algunas innovaciones forzadas por la integración en el Tratado de Libre Comercio. Centroamérica se encuentra en la fase donde se dan las condiciones para el despegue porque: el criterio supranacional es bajo, las economías dependen de muy pocos productos, los excedentes son escasos, etc. Y las Antillas dependen del suministro de los países industrializados (con lo cual la inflación y la deuda afectan en mayor medida que a otros países iberoamericanos). Por tanto están en la etapa de precondiciones de despegue. El Litoral Caribe de Suramérica está sujeto a los apoyos occidentales, con 516
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 16. Los países iberoamericanos: problemática económica y social
recursos mal aprovechados y una organización política que ha obstaculizado los esfuerzos de modernización económica. Puede decirse que la Cuenca del Caribe, bajo los auspicios estadounidenses, conforma un ámbito vulnerable a los influjos multinacionales. La región Andina se encuentra en la fase de precondiciones para el despegue, ya que se sustenta en una base rural y en una fuerte división entre las actividades económicas para consumo local y las destinadas al mercado mundial. La Suramérica meridional cae cerca de la categoría de naciones ricas, aunque se encuentra en la etapa de impulso hacia la madurez. No obstante, la dureza con que han incidido las crisis económicas recientes ha bloqueado sus posibilidades de desarrollo, si bien la vuelta a la vía democrática ha permitido que se estrechen lazos económicos, y que se impulse la corriente panamericanista con el reforzamiento de algunas integraciones económicas como MERCOSUR. Por tanto, la crisis iberoamericana es resultado de las perturbaciones externas, con la deuda como principal desencadenante, aunque han dejado notable impronta las deficiencias estructurales: –
Demográfica. El fuerte dinamismo demográfico exige a los gobiernos dedicar la décima parte del PIB para atender las necesidades básicas, lo que unido al pago de las deudas externas absorbe buena parte de los beneficios de producción.
–
Agraria. Se explica por la baja superficie dedicada a explotación, que no supera el 7% de la total, una proporción parca que contrasta con las cada vez mayores necesidades. Además, la poca tierra cultivada está afectada por problemas de regímenes de tenencia y disparidades productivas.
–
Urbana. Fruto de la masiva emigración rural han aparecido casos de gigantismo urbano, con un crecimiento exógeno y anárquico, que incorpora masas humanas no cualificadas y subempleo.
–
Dependencia externa. La inversión extranjera impone un axioma: por cada dólar invertido saca al exterior en forma de beneficios unos cinco. Aparece, así, un enorme contrasentido: la región es la principal receptora de capitales, y al tiempo la exportadora en intereses y abonos de deuda.
–
Política. El recambio de las dictaduras militares se correspondió con una catastrófica gestión económica, y hoy la clase dominante refuerza su control económico en la mayor parte de los países.
De todo lo antedicho derivan los costes sociales. Así, los nuevos pobres, que se extienden cada vez entre sectores más amplios de la población, tienden a incrementarse en términos más elevados en las áreas urbanas. La reducción del gasto social por los poderes públicos se ha traducido en aumentos de la desnutrición y el subempleo, y en auge de la informalidad, pues las crisis inciden con especial virulencia en los estratos inferiores del sector formal urbano, que pasan a las economías sumergidas (hasta un 60% de la población económicamente activa podría estar adscrita al sector informal de la economía). Las alternativas se encuentran en el fomento: rural (artesanado, introducción de reglamentación laboral, formación, y reformulación de las estructuras de tenencia y productivas), industrial (acompasando el sector tradicional al moderno y posibilitando los cauces necesarios de comercialización, incorporando las ciudades medias al sector secundario, para descongestionar las grandes urbes), y humano (con una educación básica generalizada que permitirá multiplicar las posibilidades de empleo, y desde esta premisa nivelar el reparto de la riqueza). La satisfacción de las necesidades básicas es el punto de partida, y después la eficacia de los servicios públicos, la dinamización de unos inoperantes servicios internos, GEOGRAFÍA E HISTORIA
517
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
etc. Pero Iberoamérica debe transferir la credibilidad necesaria, puesto que no ha habido políticas de desarrollo, sino estrategias para el desarrollo. Y, junto a ello, solventar mejor las imposiciones de la globalización neoliberal, que se reflejan en un doble proceso: –
Impuesto. Desde la crisis de los años ochenta los gobiernos se vieron forzados a recurrir a las ayudas externas, por la vía de la refinanciación de la deuda y la aceptación de condiciones impuestas por los organismos financieros internacionales, que acabaron por extenderse al sistema institucional, al estilo de gobierno, a las formas sociales... Luego, la mayoría de los países ha sido incorporada a la Organización Mundial del Comercio (sucesora del GATT).
–
Consolidado. Con la recuperación económica y la difusión de los avances tecnológicos, muy retardados con respecto a las áreas desarrolladas.
Incluso el FMI ha redefinido sus políticas para aplacar el descontento social. Y se ha puesto en vigor la convergencia entre neoliberalismo y neoestructuralismo, que ha aportado una recuperación difícil de mantener por varias razones: las privatizaciones a gran escala ya han pasado, continúa siendo fuerte la salida de capitales en forma de pagos e intereses de la deuda externa, el crecimiento de las exportaciones es fluctuante, etc. En este contexto la región, más que nunca, debe de insistir en la explotación racional de recursos, aprovechar la inagotable reserva de mano de obra disponible (sobre todo una vez constatados los buenos resultados conseguidos en el sureste de Asia), revisar la Revolución Verde, limitar el componente especulativo exterior en el campo, y modificar la situación del denominado ejército de reserva. También ha de dinamizar la actividad industrial, dirigida por fuerzas externas, a pesar de los costes sociales que pueda conllevar. Ha de convertir a las tecnocracias en competentes, tal y como imponen tanto la lógica como la economía-mundo. Todo debe pasar por organizar interiores, por la búsqueda del desarrollo endógeno, equilibrado, paralizando los procesos desajustados, imponiendo acciones integradoras... Y ello cuando la gran expectativa no se encuentra sólo en la unión hemisférica, sino en la Esfera del Pacífico, la mayor configuración mercantil del mundo, con más de dos mil millones de personas (que no de consumidores) y con una producción equivalente a la conjunta de la UE y del Tratado de Libre Comercio (TLC o NAFTA).
2.7. La situación económica regional 2.7.1. La América Media Está integrada por México, América central (incluido México) y las Grandes y Pequeñas Antillas, una amplia región caracterizada por el fuerte control económico ejercido por EE UU. Uno de los países que más ha progresado ha sido México, involucrado en la dinámica de América del Norte, con un proceso de desarrollo comenzado hace más de medio siglo que ha concluido en la multiplicación de sus exportaciones, diversificándolas más que cualquier país suramericano, bajo la fórmula de gobiernos estables. Pero la economía sigue siendo frágil. El país se fracciona en tres grandes ámbitos: las áreas rurales interiores, con un campesinado pobre; las urbanas, con sociedades modernas e industrializadas; y el México de transición, integrado por contingentes rurales ubicados entre el mundo moderno y el tradicional. Centroamérica padece un vertiginoso crecimiento demográfico y riquezas limitadas. Para estos países el MCCA es un paso lógico para superar los reducidos mercados nacionales, aunque hasta ahora han sido más los inconvenientes que las ventajas, 518
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 16. Los países iberoamericanos: problemática económica y social
pues las políticas económicas son proteccionistas, las economías dependen de muy pocos productos, y los excedentes para comerciar son muy escasos. Y las Antillas difieren de América Central en tres aspectos importantes: la producción para la exportación, la dependencia del suministro de países industrializados (con lo cual la inflación ha afectado en mayor medida que a otros países iberoamericanos), y la sujeción a las adversidades naturales periódicas. Las Grandes Antillas (Bahamas, Caimán, Cuba, Haití, Jamaica, Puerto Rico y la República Dominicana) disponen de la renta per cápita más elevada de América del Sur, con 10.791 $, esencialmente debido a la contribución de las Islas Caimán (24.474 $), en el nivel de los países desarrollados de renta alta, y de las Bahamas (17.374), en el nivel de los desarrollados de renta media-alta, donde también se encuentra Puerto Rico (11.200). Pero la media es rebajada de forma drástica por Haití (1.613) y Jamaica (3.917). La mayor aportación al PIB regional la realizan las Bahamas y Puerto Rico, por ese orden. El crecimiento interanual (1992-2002) del PIB ha sido del 0,1%, de los más bajos de Suramérica, debido a las aportaciones negativas de Cuba, la República Dominicana y Haití. Y esos datos muy inferiores a la media suramericana se complementan con un índice de inflación del 15%, el segundo más elevado, sólo superado por Venezuela y las Guayanas. En ello ha tenido mucho que ver la situación de dos países, donde ha resultado inmanejable, Haití (32,5%) y la República Dominicana (27,4), con el valor llamativo de Cuba, que junto a las Bahamas lo ha mantenido controlado en torno al 5%. Por último, las relaciones exteriores son diversificadas, en las Bahamas, con un tercio de sus compras en Asia, y Haití con otro tanto en Suramérica, mientras el resto se proveen mayoritariamente en la Unión Europea o en EE UU. El principal cliente es EE UU, con la excepción de Cuba que vende a la Unión Europea. Las Pequeñas Antillas (Antigua y Barbuda, Barbados, Dominica, Granada, Guadalupe, Martinica, Santa Lucía, San Vicente y Granadinas y Trinidad y Tobago) se emplazan en el segundo escalón de la renta per cápita, con 9.146 $, en el nivel de los países subdesarrollados de renta media, debido a contribuciones dentro de los niveles desarrollados de renta media-baja (Barbados, con 15.518 $, Antigua y Barbuda y Martinica, por encima de once mil, y Trinidad y Tobago con 10.578). El crecimiento del PIB interanual reciente ha sido del 2,4%, igual a la media suramericana, con el más alto en Trinidad y Tobago y el más bajo en Dominica, mientras el actual del 2,1%, ligeramente inferior a la media, mantiene idéntica secuencia. El índice de inflación es del 1,8%, ocho veces inferior a la media, con el más alto en Trinidad y Tobago (3,5%). Y los proveedores son suramericanos en Barbados, Granada y Santa Lucía, asiáticos en Dominica, norteamericanos en Trinidad y Tobago y europeos en el resto. Los clientes siguen la misma secuencia, a excepción de Dominica, donde son asiáticos. América Central, con México, ya ocupa el penúltimo lugar suramericano en nivel de renta, con 5.458 $, y le coloca en la situación económica más complicada de la región y del subcontinente. Además, dicha renta media es elevada por México y Costa Rica, en el límite mismo de los países desarrollados de renta media-baja, pero rebajada por Guatemala (3.838 $), Honduras (2.562) y Nicaragua (2.427). El crecimiento interanual reciente es del 3,6%, un punto superior a la media, rebajado por México, mientras el actual del 2,8%, un punto por encima de la media, sigue la misma secuencia. El índice de inflación es justo la mitad del suramericano, elevado por el de Costa Rica y Honduras. En las relaciones comerciales externas los proveedores asiáticos son mayoritarios en Panamá, los suramericanos en Belice, Guatemala y Nicaragua, y el resto está acaparado por EE UU. Y los clientes mantienen esa línea, a excepción de Panamá, donde son mayoritarios los europeos, mientras que los surtidos en Suramérica ahora lo hacen en EE UU. GEOGRAFÍA E HISTORIA
519
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
2.7.2. América del Sur Esta integrada por Venezuela y las Guayanas, la América Andina y el denominado Sur. Por sí sólo Brasil ya es un mundo aparte, cuya consideración como peso pesado internacional es cuestionada al albergar a una de las miserias más acuciantes del planeta, una situación extensible a la cordillera, donde la distancia entre las capas sociales cada vez es más amplia, mientras hacia el norte, Colombia, la excepción durante largo tiempo, está sumida en una situación sociopolítica poco envidiable. El cono sur (Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay) es la región más avanzada, con la tercera renta suramericana (8.950 $), superior a la media en más de mil dólares, encabezada por Uruguay (11.513 $) y rebajada por Paraguay (4.221). Chile, Argentina y Uruguay presentan unas clases medias bien definidas, pero la dureza con que han incidido las crisis económicas recientes ha bloqueado posibilidades de desarrollo, aunque se ha contado con la ventaja de la vuelta a la vía democrática, iniciada en los años ochenta, que ha permitido el impulso y el reforzamiento de MERCOSUR. En toda la región el crecimiento interanual del PIB desde 1992 a 2002 ha sido similar a la media suramericana, elevado por la contribución de Chile, la más alta, y el doble de la media, pero ralentizado por Uruguay y Argentina. El actual también es el doble de la media, rebajado por el crecimiento negativo de Brasil. El índice de inflación es del 13%, muy elevado pero inferior a la media, y controlado en Chile. La excepción al comercio exterior es Brasil, que tiene a la Unión Europea como principal proveedor y cliente, mientras el resto a Suramérica, a excepción de Chile que cuenta con Asia como principal cliente. Entre todos los países merece una especial mención Brasil, el quinto país del mundo en extensión (supera los 8,5 millones de km2, casi la mitad del subcontinente). Los núcleos nacionales son el sureste (triángulo Belo Horizonte, Río-Sao Paulo), con Minas Gerais como región industrial, y Sao Paulo como urbe de escala continental y capital económica del país, que junto a su órbita de ciudades satélites alberga a cuatro quintas partes de la producción industrial nacional. A partir de 2000 el país entró en recesión, y sin dinamismo en el sector agrario el PIB ha ido descendiendo, la construcción se ha hundido, el comercio ha caído, la renta ha bajado un 1,5%, el consumo de las familias ha disminuido, el paro se ha agravado en casi dos millones de desempleados, la deuda pública se ha incrementado, la inflación ha aumentado hasta el 15%, ha crecido la ocupación de tierras por el Movimiento Campesino sin Tierra, etc. Pero, en contrapartida la balanza comercial ha pasado a excedentaria, se han emprendido reformas estructurales, se ha modificado el reparto de los ingresos fiscales entre los Estados federales y los municipios para favorecer la integración de las regiones menos desarrolladas, se han mejorado los intercambios con la Unión Europea, se ha aplicado la austeridad presupuestaria, etc. La región Andina (Colombia, Ecuador, Bolivia y Perú) ocupa el cuarto lugar en el nivel de renta, con 7.276 $, similar a la media, debido a la contribución de Colombia (6.776 $), pues el resto entra en las rentas más bajas. Es un conjunto con una fuerte división entre las actividades económicas para consumo local y las destinadas al mercado mundial. Colombia es un país básicamente rural, con ambientes diversificados pero escasez de recursos naturales, y los existentes no han sido aprovechados por la falta de una organización política viable, que ha obstaculizado los esfuerzos de modernización económica. Las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) y los secuestros han sido enfrentados con la denominada política de seguridad democrática y con otra de recaudación, que han aportado desmovilizaciones. Ecuador y Perú resaltan por circunstancias parecidas, el colapso económico y los escándalos políticos, una situación extensible a Bolivia. Toda la región ha registrado un crecimiento interanual desde 1992 del 3%, superior a la media suramerica520
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 16. Los países iberoamericanos: problemática económica y social
na, pero rebajado por Ecuador, una situación similar al crecimiento actual, que se mantiene casi inalterable, con la salvedad de que Bolivia también se ha incorporado a los niveles más bajos. El índice de inflación es la mitad de la media (5,2%), elevado por Ecuador y Colombia (por encima de siete). Y los proveedores son suramericanos en todos los casos, mientras que Colombia, Ecuador y Perú tienen a EE UU como principal cliente. La región de Venezuela y las Guayanas (Guayana Francesa, Surinam y Guyana) es la del Litoral Caribe de Suramérica, parte integrante del Virreinato de Nueva Granada, si bien las Guayanas nunca fueron ocupadas de forma efectiva por los españoles, con una colonización británica, holandesa y francesa. Venezuela dispone de crudos y minerales férricos, mientras las Guayanas son territorios fundados en agriculturas comerciales y sujetos a apoyos occidentales. Ocupa el último lugar en nivel de renta, con 5.196 $, con la más elevada en Guyana y Surinam, mientras el resto se integra en el grupo de las rentas bajas. El crecimiento interanual reciente del PIB ha sido ligeramente superior a la media, elevado por Guyana (7%) pero negativo en Venezuela (-0,2%). El actual es negativo (-1,2%), debido a las aportaciones de Venezuela (-9,2%) y la Guayana Francesa (-0,2%), pero alto en Surinam (5,8%). El índice de inflación es del 20%, el doble que la media suramericana, debido ahora a las contribuciones de Suriname (23,8%) y Venezuela (31%). Y en las relaciones comerciales externas Guyana y Surinam mantienen a proveedores europeos, a sus antiguas colonias, una situación que se amplía a todos cuando se abordan a sus clientes.
3. EL CRECIMIENTO DEMOGRÁFICO. LOS PROCESOS DE CAMBIO 3.1. El auge demográfico Durante la mayor parte de la historia regional el crecimiento de la población fue muy lento, ya que lo característico eran las altas tasas de natalidad y de mortalidad junto a las grandes corrientes inmigratorias internacionales, que afectaron básicamente a la costa oriental. En general, la población no alcanzó los niveles precolombinos hasta aproximadamente el primer cuarto del siglo pasado, y desde esos momentos el crecimiento ha sido exponencial. En el siglo XX multiplicó su número por cinco, y en la última década la cantidad superó en diez veces a la de 1900. Sin embargo, ese auge no será generalizado, ya que afectará esencialmente al sector tropical y a Centroamérica. Desde mediados del siglo se da un conjunto de procesos bien definidos que afectan de forma drástica a la dinámica humana. En primer lugar, el considerable auge demográfico, que casi llegó a triplicar los contingentes anteriores a la Segunda Guerra Mundial hasta alcanzar algo más de la décima parte de la población mundial, lo que ha supuesto no sólo un fuerte incremento, sino que algunas regiones perdieran predominio en la representación de su volumen demográfico, como ha ocurrido con la Suramérica blanca; otras, en cambio, han subido considerablemente, como Centroamérica. Las tasas medias han alcanzado una desaceleración desde mediados del siglo pasado, que en valores absolutos ha supuesto que para el año 2000 no hayan nacido unos sesenta millones de personas. Pero mientras las tasas de fecundidad se han reducido se ha incrementado la cantidad de población en edad fértil efectiva y potencial, pues casi la mitad tiene menos de quince años (factor que, a su vez, explica la baja productividad per cápita). Por tanto la clave del dinamismo es la tasa natural interna, ya que las corrientes inmigratorias GEOGRAFÍA E HISTORIA
521
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
se consideran acabadas, con altas tasas de natalidad y el cada vez mayor control de las de mortalidad, especialmente la infantil (para Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay, Venezuela, etc., son comparables a las de países desarrollados). Lo cierto es que la población es mucha desde la frontera de Río Grande hacia el Sur. El contingente mexicano es superior al del Istmo y Caribe (y todavía inferior al brasileño) y el suramericano, excluido el gigante brasileño, tan alto como el de toda Norteamérica. Es decir, las cifras son hasta peligrosas al contrastarlas con el PIB regional, muy bajo.
3.2. Las diferencias sociodemográficas Los más de quinientos millones de habitantes se reparten de forma muy desigual: –
Desde México a la cuenca meridional del Caribe hay unos doscientos cincuenta millones de personas, casi la mitad de la población iberoamericana. Pero México acapara el 41% del sector y la quinta parte del contingente total, mientras la Centroamérica continental concentra el equivalente a la tercera parte de la población mexicana, y una similar a la que disponen las Grandes y Pequeñas Antillas (unos cuarenta millones en las primeras y sólo tres en las segundas). En la cuenca meridional del Caribe hay otros setenta millones (un 98% concentrado en Colombia y Venezuela). Aparece, pues, un notable contingente al norte y sur del sector, fuertemente concentrado en México.
–
En el sector andino centro-meridional se superan los sesenta millones, con Perú acaparando más del 41%. Este ámbito alberga a una población ligeramente inferior a la existente en la cuenca baja del Caribe. Y en la región centro y sur del subcontinente se han sobrepasado ya los doscientos quince millones (el 42% de la población total), pero con matices, porque se encuentra muy concentrada en Brasil, que aglutina al 79% del sector y a la tercera parte de la iberoamericana.
Dicho de otro modo, que las disparidades son muy acusadas, porque entre Brasil y México superan la mitad de la población iberoamericana, mientras las Antillas y la Centroamérica continental sólo alcanzan la quinta parte, y adicionándoles los Andes centro-meridionales y la cuenca baja caribeña difícilmente llegan al 40%. Las diferencias son más agudas al contrastar a las poblaciones medias por país. En Centroamérica es de 5 millones, en las Grandes Antillas de 4, en las Pequeñas Antillas de 325.000 personas, en la cuenca baja del Caribe de 13 millones, en los Andes centromeridionales de 15, y en el centro-sur de 53. Y luego, las establecidas por cada país en su sector. Así, Guatemala concentra la tercera parte de la población de la Centroamérica continental; entre Cuba, la República Dominicana y Haití más de tres cuartas partes de la existente en las Grandes Antillas; entre Dominica, Santa Lucía, y Trinidad y Tobago el 63% de las Pequeñas Antillas; en la cuenca baja caribeña entre Colombia y Venezuela el 98%; Perú el 41% del sector andino considerado; y Brasil el 79% del suyo. Si el parámetro es la densidad de población las disparidades vuelven a aflorar con notoriedad. En Mesoamérica los 50 hab./km2 son alcanzados en México, mientras en la Centroamérica continental se llega a los 87, con salvedades muy especiales (en El Salvador a los 285 y en Guatemala a los 100, mientras en Panamá y Nicaragua no son superados los 40). En las Grandes Antillas la media es de unos 200 hab./km2, más del doble de lo acontecido frente a sus costas. En La Commonwealth de las Bahamas la densidad es de 30, mientras el resto de componentes superan los 100, e incluso en Haití y Jamaica los 200, hasta alcanzar los 430 en Puerto Rico. En las Pequeñas Antillas la media es todavía superior, 284 522
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 16. Los países iberoamericanos: problemática económica y social
hab./km2, con sólo Dominica por debajo de los 100, y Barbados en el extremo opuesto con 623, que junto a Martinica y San Vicente superan la media. En la cuenca sur del Caribe es donde la media desciende espectacularmente, para quedar en 15 hab./km2, ya que en las Guayanas está por debajo de 5. En el sector andino es de 22,5 hab./km2 (si bien en Ecuador se llega a los 44, mientras en Bolivia sólo a 7). Y en el centro-sur es de 16 hab./km2, con notable similitud en las medias nacionales, con las más bajas en Argentina y Paraguay (13, respectivamente) y las más altas en Brasil y Uruguay (19, también respectivamente). Así, puede establecerse la siguiente secuencia. La media centroamericana es de 127 hab./km2, con un área de escasa densidad en el bajo Caribe, otra de congestión en los sectores insulares, y una intermedia en el istmo. Al sur la media es ligeramente superior al área baja caribeña. De ese modo aparece un sector de congestión al norte y otro de bajas densidades al sur de Panamá. La densidad en Mesoamérica ocupa una proporción muy elevada con respecto a la media general, con las Pequeñas Antillas alcanzando los 284 hab./km2 y las Grandes Antillas llegando a los 199. En Centroamérica continental la cifra asciende a 87, mientras en México baja a 50 y en la cuenca sur del Caribe a sólo 15. Por su parte, en los Andes centro-meridionales únicamente se alcanzan los 22 y en el sector centro-sur 16. Además, otra distorsión ahora general: la población se concentra masivamente en las costas y la montaña, mientras las densidades en el interior son muy bajas. Por tanto, en el reparto de la población es preciso significar un superpoblamiento en el Istmo y Caribe y un subpoblamiento comparativo en el resto. El análisis de los porcentajes de población urbana de nuevo pone de manifiesto las amplias disparidades, con especial resalte entre la Centroamérica continental y el centrosur. Sin embargo, por encima de los pequeños enclaves caribeños resaltarán Uruguay, Argentina, Venezuela y Brasil, con tasas de urbanización típicas del desarrollo, por encima del 80%. En valores absolutos despunta el centro-sur con el 79%, seguido por las Grandes Antillas y los Andes centro-meridionales (el 70% respectivamente). Luego, la cuenca sur del Caribe (65%), las Pequeñas Antillas y México (61% respectivo), y Centroamérica continental con sólo el 50%. En Mesoamérica la media mexicana es superada por Nicaragua, mientras se descuelga mucho Guatemala. Las Grandes Antillas disponen del mayor porcentaje de población urbana, y muchos de sus integrantes con valores típicos del mundo desarrollado, con especial resalte en Caimanes (100%), Bahamas (88), Cuba (77), y Puerto Rico (74); pero con la distorsión introducida en la media por Haití. En las Pequeñas Antillas baja mucho, si bien Guadalupe se asimila a Caimanes (100%), Martinica (94), Trinidad y Tobago (73), con la media también distorsionada por Antigua y Barbuda y Granada. En la baja cuenca del Caribe sube algo, si bien es muy alta en Venezuela (87) y Colombia (74), pero con la alteración de Guyana. En los Andes es alta, con Chile (84) y Perú (72) elevándola, pero más baja en Ecuador y Bolivia. Y en el sector centro-meridional aparecen algunas de las más altas de Iberoamérica en Uruguay (91), Argentina (89), y Brasil (80), mientras la baja se da en Paraguay. Si el criterio considerado es la tasa anual de crecimiento demográfico de la población (periodo 1995-2003) las disparidades continúan destapándose. En México es del 1,6 por mil, en Centroamérica continental un 0,7 por mil superior, en las Grandes Antillas desciende al nivel mexicano, en las Pequeñas Antillas aparecen rasgos típicos del mundo desarrollado, y en la baja cuenca caribeña se disparan otra vez (incluso por encima de las mexicanas), a un nivel equivalente al sector andino y al resto subcontinental. Es decir, que al sur de Panamá la homogeneidad es más relevante que al norte, donde las diferencias de los países centroamericanos continentales con los demás son palpables (especialmente con los antillanos); e incluso resaltan las existentes entre los propios antillanos. Por tanto, se da un área fuertemente expansiva en los sectores insulares y del istmo y otra expansiva en el resto. GEOGRAFÍA E HISTORIA
523
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
Las sustanciales diferencias hay que ubicarlas en la situación concreta por países. En Mesoamérica continental la media es superada por casi todos, con excepciones como El Salvador y Panamá (en este caso igual a la de México), que la hacen descender. La más alta está en Honduras y Nicaragua con 2,7, y la más baja en Panamá (1,6). En las Grandes Antillas se encuentran por encima de la media Caimanes (3,6), Bahamas (1,8), Haití (1,7) y la República Dominicana (1,7), mientras el resto está por debajo de cero. En las Pequeñas Antillas es baja, pero sobre ella están Guadalupe y Santa Lucía (1,4 respectivamente), aunque Dominica es el único enclave iberoamericano con crecimiento negativo (-0,1). En la cuenca baja del Caribe la media es típica de la Iberoamérica continental, si bien se dobla en la Guayana Francesa (4,2), y se iguala en Venezuela y Colombia. En los Andes centro-meridionales es idéntica a la precedente, aunque es superada en Bolivia y Ecuador. Y en el centro-sur desciende ligeramente, pero en Paraguay alcanza 2,6 mientras en Uruguay baja al 0,7. Si el parámetro es la esperanza de vida actual las disparidades vuelven a ser notables. En México es superior a la centroamericana continental, pero inferior a las Pequeñas Antillas. En la baja cuenca caribeña es similar a la de las Grandes Antillas. En la región andina es muy baja, y en el centro sur pareja a la existente en la baja cuenca caribeña. En suma, que en Centroamérica y el Caribe la media de vida es superior al resto. Pero conviene emplazar situaciones concretas. Así, en Centroamérica continental por encima de su media quedan Costa Rica (76 años), Belice (75) y Panamá (74). En las Grandes Antillas se encuentra muy por encima de la media propia Caimanes (77), y por debajo el resto, pero muy descolgada Haití (54), con la más baja del subcontinente. En las Pequeñas Antillas con la media más alta surge Martinica (79), coincidente con la esperanza de vida más elevada del subcontinente, y Guadalupe (77). En la baja cuenca caribeña sólo la Guayana Francesa alcanza los 76, mientras por debajo incluso de los 65 está Guyana. En la región andina Ecuador y Bolivia bajan de los 70 años. Y en el centro-sur Uruguay alcanza los 74, y Brasil baja de los 67.
3.3. Las cargas derivadas No es tanta la capacidad de los recursos para acomodar a unos incrementos tan notables de población, pues la producción del campo no va acompasada con las necesidades de una población creciente. A pesar de todo, el volumen demográfico no representa en sí mismo un problema insuperable, ya que el problema demográfico real se plantea en razón de la generación de empleo y la estabilidad y desarrollo necesarios, objetivos siempre rezagados con respecto a la dinámica demográfica, lo que se convierte en fuente de desajustes sociales permanentes. Asimismo, y también como factor adverso al desarrollo social, resulta que esa población es masivamente consumidora: no hay correspondencia entre las bocas a atender y las manos para conseguir ese logro. Por tanto las cargas demográficas son múltiples:
524
–
El problema alimentario. Ni la agricultura ni la ganadería han conseguido elevar la producción suficientemente. Por ello, aparece déficit en los países donde el crecimiento demográfico es parejo al económico.
–
El auge demográfico no es un estímulo suficiente para el desarrollo industrial, ya que anualmente se incorporan masivos contingentes de población dependiente que cuando llegan a la etapa activa no se encuentran cualificados. Su bajo nivel adquisitivo y de renta no les permite convertirse en consumidores, con lo cual la demanda es escasa y llega a transformarse en un auténtico factor de bloqueo económico. PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 16. Los países iberoamericanos: problemática económica y social
–
El crecimiento demográfico es el factor determinante del éxodo rural y del crecimiento urbano espontáneo. La migración de las zonas rurales a las urbanas y de las pequeñas aldeas a los grandes pueblos progresa rápidamente, y afectará en mayor medida a la América meridional y tropical. Desde 1960 al año 2000 esa población urbana pasó de 100 a cerca de 400 millones de personas (la mitad de esa cifra en Brasil), y, a su vez, otra mitad es urbana inmigrada, analfabeta o semianalfabeta y no cualificada, abocada a la economía sumergida y al precarismo urbano.
–
Las nuevas tendencias demográficas alumbran nuevas fórmulas de poblamiento, conjuntadas con las actuales circunstancias económicas y la pervivencia de injustas estructuras de la propiedad y novedosas relaciones entre población activa y dependiente. Cada año entran al mercado de trabajo millones de personas menores de veinte años, que no puede ser absorbidas por una economía con graves deficiencias estructurales. Por ello la problemática se centra en dos frentes: *
El rural, que conserva las deficiencias de raigambre histórica y es fermento continuo de hostilidades y demandas de justicia social.
*
El desmesurado crecimiento urbano, definido por la falta de un planeamiento racional.
Además, ya se indicó que la Revolución Verde ha complicado la situación al propiciar fuertes excedentes de mano de obra. Sólo le faltaba este compañero de viaje al minifundio y al crecimiento demográfico para transformar a las corrientes iniciales de incipientes en fuertemente arraigadas y abundantes. Y encima la población rural no se ha contraído. Todos estos procesos arrancan de etapas tempranas, y por ello muy pronto se pusieron en marcha intentos de solución. El primero fue la puesta en vigor de las reformas agrarias, tanto para solucionar el problema rural como para evitar el éxodo a las urbes. Prácticamente en todos los países ha habido ensayos reformistas, con mayor o menor incidencia, que no han solucionado los problemas del campo y han agudizado los de las ciudades, a donde han ido a las inversiones, retardando así el desarrollo agrario y alejándolo cada vez más del dinámico proceso urbano. Generalmente han fracasado por la falta de fondos, el deficiente planteamiento, el exceso de rapidez o rigidez, los muchos riesgos asumidos en la transformación de la agricultura de autoconsumo en comercial, la deficiente elección de prioridades, etc. La solución pasa por crecer mediante el progreso técnico compaginado con el trabajo necesario para una población creciente.
3.4. La metropolización y el precarismo urbano El fracaso relativo de las reformas conduce a una obtención limitada de productos de consumo, a la dependencia del exterior, y al mantenimiento de una alimentación de mínimos donde la presión humana sobre el espacio se multiplica. Campesinos y desheredados se ven expulsados del campo, y cuando llegan a la ciudad no disponen de renta monetaria real, circunstancia que les mantiene al margen de la economía y del consumo. Se produce el fenómeno de involución metropolitana, cuando un gran número de pobres urbanos crea las bases de las formas económicas menos modernas y dinámicas y con menor peso en el crecimiento económico. Y otras razones del proceso se encuentran en la baja productividad del proletariado y en los planes de ajuste estructural, que han provocado la fuerte caída de las remuneraciones, la victoria de los precios frente a los salarios en la carrera inflacionaria. GEOGRAFÍA E HISTORIA
525
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
Como consecuencia, se ha incrementado el empleo clandestino, el que no abarca protección social, hasta conducir al nuevo dominio del trabajo por cuenta propia tras la consolidación del fenómeno denominado efecto trabajador desalentado. Y la citada caída de los salarios explica la magnitud que han alcanzado los hogares en situación de pobreza, con un aumento muy superior en las áreas urbanas. Incluso los efectos sociales de la crisis reciente son capaces de explicar que en los años noventa los niveles de pobreza fueran peores que los existentes en los setenta. En casi todas partes se ha producido una homogeneización hacia la pobreza, y con la disminución del ingreso de las familias se han incrementado otros problemas (desnutrición infantil, trabajo infantil, abandono...), y muy especialmente unos patrones de consumo muy por encima de los medios disponibles, que han desviado a los más jóvenes urbanos al sector violento. La tendencia ha conducido hacia la metropolización, con un auge desorbitado de las ciudades con más de 100.000 habitantes, las más dinámicas, las que concentran a la mayor parte de las actividades económicas. Desde mediados de siglo se observa el surgimiento de los denominados asentamientos precarios, las ciudades de chabolas. Hasta esas fechas la población con más bajos ingresos residía en los tugurios, integrados en los centros urbanos; y desde entonces, el crecimiento urbano ha alcanzado tal calibre que el 60% del espacio construido está en manos del sector informal, rasgo que expresa el precarismo urbano. Se ubica en áreas de escaso valor por sus caracteres físicos (pendientes, áreas de inundación...), y su edificación fuera de reglas implica la infradotación de servicios. De ahí derivarán consecuencias negativas, que redundarán de múltiples formas en la dinámica social y estabilidad, tanto urbana como nacional. La secuencia ascendente del proceso de metropolización es desorbitada al compararla con el resto del mundo. Desde mediados del siglo pasado se convierte en imparable, hasta llegar a la actualidad con tasas ya típicas del ámbito desarrollado, pero dentro del atraso. Una concentración que se enmarca en grandes ciudades, sobre todo en las mayores de un millón de habitantes, y en las que superan los cinco millones vivirá la cuarta parte de la población urbana en muy corto espacio de tiempo. En esta última referencia casi ningún sector del subdesarrollo se acerca. Entre las ciudades que han adquirido un más rápido crecimiento en todo el mundo subdesarrollado ocupan las dos primeras posiciones México (de poco más de tres millones en 1950 ha pasado a 33 en el año 2005) y Sao Paulo (de 2,5 a 28). Pero es un gigantismo ficticio, plagado de contradicciones, porque las ciudades se construyen de abajo arriba; son los ciudadanos quienes crean la ciudad, y la expansión se regula según directrices autónomas. Los ciudadanos excluidos del mercado generan comportamientos y fórmulas de organización social, alumbrando un mercado ilegal y una dinámica propia de comercialización de la ciudad. Una nueva modalidad en la ocupación del suelo urbano es la invasión organizada, pues ya no se trata de familias que se instalan por afinidades, familiares o temporales, sino de grupos que concienzudamente analizan los terrenos a invadir, incluso con asesoramiento técnico, tanto para la construcción, como para las negociaciones con las autoridades o propietarios. Y la hostilidad institucional inicial se ha transformado con el tiempo en consentimiento, incluso con regularización del sistema de propiedad de los ocupantes.
4. EL DESARROLLO INTERMEDIO Y LOS RASGOS DEFINIDORES El término subdesarrollo se refiere a las sociedades sometidas a la economía mundo al estar aquejadas de fuertes contradicciones internas derivadas de la explotación incorrecta o insuficiente de los recursos propios. Es el resultado de una modernización fragmentaria, 526
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 16. Los países iberoamericanos: problemática económica y social
que se define por los condicionantes impuestos por unas estructuras rígidas. Y no es un fenómeno estático, sino arrastrado, evolutivo y dinámico, caracterizado por un corte histórico que se produce desde mediados del siglo pasado, cuando el desfase productivo con el mundo desarrollado adquiere una gravedad irreversible. Entre las categorías a que se adscriben los países iberoamericanos figuran: –
Subdesarrollados de renta media, definidos por una industria reciente y en proceso de consolidación, que les permite insertarse con ciertas garantías en el mercado mundial. Es el caso de los países blancos de Iberoamérica.
–
Subdesarrollados de renta baja, donde a la debilidad económica se une la presión demográfica. Aquí está la mayor parte de la población, convirtiendo al grupo en el más problemático.
Pero el subdesarrollo también define a los países con falta de industria, a los afectados por un acusado colonialismo, a los que padecen un dualismo económico y social resultante de la falta de articulación entre una economía moderna y otra tradicional, etc. Por ello el progreso lento sólo abarca al sector moderno, el conectado con Occidente, con lo cual la distancia con el tradicional es cada vez mayor. La supeditación al mercado mundial es lo que propicia el progresivo debilitamiento de los mercados internos y la carencia de interdependencia entre los sectores productivos. En ciertos países el fenómeno presenta matices cada vez más claros de irreversibilidad, desfase, desigualdad..., y la alternativa se busca en las integraciones subregionales. Sea como fuere, la resultante general es un desarrollo intermedio con respecto a otras áreas del mundo, caracterizado por un conjunto de elementos: –
El crecimiento demográfico, que no es un factor del subdesarrollo sino un efecto inherente, pero que entra en contradicción con la propia rigidez de las estructuras socioeconómicas, agravando las situaciones de desequilibrio entre la población y los recursos. El crecimiento demográfico no es un estimulante de la vida económica porque: *
El incremento de consumidores es más rápido que el de productores, problema más grave al comprobar su baja productividad.
*
El auge demográfico necesita de inversiones que permitan incorporar a la sociedad las denominadas nuevas bocas. Esos desembolsos se evalúan entre un 4 y un 5% del PNB por cada 1% de crecimiento humano, sólo para mantener el nivel existente; y al querer incrementarlo la cifra se dobla. Pero en estos países el ahorro es mínimo y las inversiones realizadas sirven exclusivamente para estabilizar la situación imperante.
Lo negativo, por tanto, no es el incremento, sino el auge desprovisto del marco conveniente, que conlleva fuertes desequilibrios en las estructuras de la población. Así pues, el crecimiento en sí no es la causa primordial del atraso, aunque contribuye a complicar las contradicciones económicas, sociales y políticas. –
Las necesidades pendientes. Entre ellas el espectro del hambre, al que se adicionan otras colaterales, como las necesidades sanitarias, educativas y las denominadas nuevas necesidades, porque el crecimiento demográfico conlleva el incremento del resto de requerimientos. A esta problemática es complejo ponerle solución, porque en muchos países las compras de alimentos al exterior absorben buena parte de las divisas obtenidas por exportaciones. Además, el estado sanitario es muy deficiente, y otras carencias se refieren a la alfabetización (en términos
GEOGRAFÍA E HISTORIA
527
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
relativos ha disminuido el analfabetismo, pero en valores absolutos ha crecido por el simple incremento demográfico y la incapacidad de atención íntegra a los nuevos contingentes). Son causas fundamentales del atraso y un resultado inmediato de los mecanismos políticos, económicos y sociales que justifican su perpetuación. Pero también figuran como principales problemas la necesidad familiar de la mano de obra infantil y juvenil, las nuevas necesidades para evitar el hacinamiento, cubrir los cambios sociales y de comportamientos que requieren nuevos modelos de consumo, de hábitos por el trasvase del campo a la ciudad, etc., fenómenos que aportan desarraigo y frustración. –
–
El paro acumulado. Se identifica con la escasez de mano de obra cualificada, con el consiguiente alto subempleo y elevadas cotas de paro acumulado. Entre las consecuencias conviene resaltar: *
La productividad media del trabajo ya es de por sí reducida, como muy elevada la carga de inactivos, sobre todo en relación con la proporción de activos. El subempleo se transforma así en causa primordial de la pobreza y estrechez de los mercados interiores.
*
La necesidad de trabajar fuerza a una injusta competencia. El desorden en la oferta laboral es total, y como resultado actúa el submercado laboral de clientelas. El débil progreso de la industria y la lenta difusión de la enseñanza impiden la reducción del subempleo, mientras el auge demográfico lo hace crecer.
*
La temporalidad de los trabajos. La extrema sensibilidad de las economías especializadas en muy pocos productos de exportación a las variaciones de la coyuntura internacional incrementa los períodos de sequía laboral.
*
El subempleo adquiere formas muy variadas, entre las que resalta el paro disfrazado o subempleo oculto. Se trata de personas que se dedican a varias actividades, pero con una productividad reducida.
Un modelo agrario inadecuado. La población rural, mayoritaria, se encuentra en un modelo económico inapropiado, y de ahí derivan dos consecuencias: *
La baja rentabilidad del campo, tanto por empleo de técnicas inadecuadas como por el influjo de unas condiciones naturales a veces muy poco favorables.
*
La pervivencia de injustas formas de apropiación de los medios de producción y de reparto del beneficio obtenido.
Buena parte de las tierras se ubican en la zona tropical, con lo cual se padecen serios obstáculos a la explotación. Pero el desfase no se explica tanto por las condiciones naturales como por la mediocridad de los equipamientos o la alta presión humana sobre el espacio. Es cierto que la superficie de los medios tropicales está extendida sobre Iberoamérica, donde el bosque ombrófilo (2,7 millones de km2) representa el 40% de la extensión mundial, conformando el área más tropical del mundo. Y además el mesófilo está bien desarrollado. Como consecuencia la buena tierra no predomina, y sólo un 61% del territorio se adscribe a los medios naturales manejables, donde la dotación y la explotación son imperfectas. Y aquí se enlaza con otro de los grandes males, la debilidad de la propensión a invertir en el campo, con muchos bienes potenciales derrochados. Y el circuito productivo tiene fácil razonamiento: la pobreza impide el movimiento del dinero, éste la inversión, ésta la baja producción, y así se cierra el círculo de la pobreza. Además, no puede olvidarse el papel de la agricultura colonial moderna, que conlleva que el beneficio no 528
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 16. Los países iberoamericanos: problemática económica y social
quede en el lugar de la producción, con empresas que hacen pervivir dos modelos desconectados, y provocan la destrucción de las estructuras agrarias tradicionales. Y tampoco se debe de olvidar a la expansión de la agricultura moderna autóctona, asociada a las grandes multinacionales, y que da lugar a una actividad supeditada a los intereses foráneos. –
Crecimiento urbano subintegrado. La intensidad de los desplazamientos desde el campo adquiere una enorme dimensión cuantitativa. Las salidas adquieren fórmulas diversas: temporales, estacionales, intrarregionales, internacionales, rural-urbana temporal o definitiva, etc. Las grandes urbes se ajustan cada vez más a la denominada Ley del doble, cuando el incremento alcanza valores dos veces superiores a la tasa media proporcionada por el saldo nacional, circunstancia que establece una inercia acumulativa que incluso complica todavía más el ya complejo panorama urbano. El desempleo rural se transfiere al ámbito urbano, y en las ciudades millonarias se disparan las secuelas derivadas de un auge muy superior a las previsiones. El ritmo de crecimiento urbano se cifra en un 7% anual, lo que plantea graves inconvenientes, como las formas de crecimiento espontáneo, que tienen varios rasgos comunes: *
Carencia de título de propiedad de la vivienda. Es el fenómeno de los squatter de terrenos.
*
Construcciones que no requieren inversión, de lo que derivan hacinamiento y precarias condiciones de habitabilidad.
*
Ausencia de servicios, con graves consecuencias sanitarias.
*
Falta de planificación urbana, que posibilita la inserción de bidonvilles, con el agravamiento de los problemas y condiciones insalubres.
La derivación inmediata es la desarticulación de la trama urbana. Las ciudades se han consolidado y crecido en virtud de su proyección hacia el exterior, y no de acuerdo a las necesidades del territorio regido. De ahí que la macrocefalia sea el rasgo distintivo de muchos países, que descansa en la capital estatal, donde se acumula el dinamismo nacional. Se trata de espacios urbanos fuertemente centralizados, que conducen a la concentración de las rentas, de los flujos comerciales, de los negocios, etc. La resultante del proceso será la existencia de unos vastos espacios desarticulados. –
La inflación de actividades. El sector terciario aparece hipertrofiado debido a su rápido despegue. El terciario tradicional despunta tras la construcción de poderosos aparatos estatales, una estrategia de las metrópolis que confió el poder político a los representantes de minorías privilegiadas autónomas para que les mantuvieran controlados sus intereses económicos. Los aparatos fueron sólidos tanto a instancias occidentales (para evitar movimientos revolucionarios) como propias, y el aumento de los funcionarios permitió el de las actividades terciarias, y éstas, a su vez, el del atractivo urbano, rasgo unido al deterioro inversor en el campo.
–
La industrialización y el intercambio desigual. Iberoamérica mantiene un aprovechamiento de sus recursos vinculado a los mecanismos de intercambio establecidos en las áreas de consumo, por la cual el modelo sigue impuesto desde los centros receptores. Hay que distinguir etapas: *
La de industrialización de sustitución de importaciones, definida por la instalación de actividades en el foco de la materia prima.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
529
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
*
La de embalaje, a partir de los años sesenta, con piezas fabricadas en Occidente; las actividades nacionales comenzaron a quedar bloqueadas, y la necesidad de préstamos fue obligada.
*
La del excedente natural de la oferta de trabajo, desde 1980, caracterizada por la creación de filiales multinacionales para fabricar mercancías destinadas a Occidente, ahora aprovechando otros recursos (productividad alta y salarios bajos).
En todas ellas la dependencia del exterior ha supuesto la supeditación de las economías a las injerencias foráneas. Ello supone que las ventas no siempre están en función de la oferta sino de la demanda, una situación contra la cual muy poca capacidad de reacción ha tenido y tienen las economías más débiles. La respuesta se encontró en la constitución de asociaciones suprarregionales, que han aportado resultados desde dispares hasta tardíos. Los intentos han sido múltiples y casi siempre como reacción a una Organización Mundial del Comercio que ratifica la defensa del librecambio. Y a pesar de la existencia de instituciones regionales el deterioro de los intercambios ha sido un hecho constatado, el fenómeno de la desacumulación, tanto por pérdida de ingresos como por incremento en la salida de divisas por diferentes conceptos (especialmente por la satisfacción de la deuda). –
La relación desarrollo-independencia. Es preciso mencionar varios factores: *
El mantenimiento de unas estructuras comerciales vulnerables plasmadas en el desequilibrio crónico de las balanzas comerciales. Los déficit suelen venir explicados por tres fenómenos: el peso de las necesidades energéticas, la importación de bienes de consumo para las clases favorecidas, y la necesidad de acelerar el ritmo de crecimiento económico, con la consecuente compra de bienes de equipo.
*
Las exportaciones de productos en bruto son el reflejo de una clara dependencia, y la evolución de los mercados mundiales es doblemente desfavorable para estos vendedores, porque cada vez hay más sustitutos (los denominados productos de síntesis), y con unas exportaciones alimentarias reducidas a la mitad en el último cuarto de siglo. Al margen de la desigualdad establecida en las relaciones comerciales, las exportaciones están sujetas a las fluctuaciones de precios y a la degradación de los términos de intercambio por varios motivos: la inestabilidad de precios de los productos de base; del lado de la demanda los fenómenos psicológicos y especulativos amplían desmesuradamente las tendencias de los precios; y los factores climáticos pueden ofrecer excedente o déficit, que alterarán a los precios y harán funcionar los movimientos especulativos.
*
La afirmación de la perificidad, que presenta dos vertientes: •
En los países importadores de petróleo la situación se ha degradado, porque han pagado la voracidad recaudadora de sus compañeros de viaje.
•
Los exportadores de productos manufacturados conforman un club cerrado.
Como consecuencia muchos países afianzan una doble dependencia: de los países desarrollados, y de los compañeros que se les imponen.
530
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 16. Los países iberoamericanos: problemática económica y social
BIBLIOGRAFÍA Benito Arranz, J. (1999) “Notas sobre el desarrollo humano y sus dimensiones en Iberoamérica”. En UB (1999) Profesor Joan Vilá Valentí/El seu maestratge en la geografía universitaria; Colecció Homenatges, Universidad de Barcelona; pp. 495 y ss. Calzado Pradas, J. (1999) “Cambios demográficos en América Latina: Análisis del proceso de envejecimiento”. En Márquez Fernández, D.; Navarro Luna, J. y García Gómez. A. Territorio y Cooperación. Actas del V Congreso del Grupo de América Latina AGEAL. Universidad de Sevilla-Editorial Kronos, Sevilla; pp. 139 y ss. Cebrián Abellán, A. (1994) “Empleo y salario en la cresta de la crisis iberoamericana”. Geografía de los Países Latinoamericanos, Boletín del Grupo de Trabajo de América Latina de la Asociación de Geógrafos Españoles, N.o 7; pp. 35-40, Castellón. Cebrián Abellán, A. (1996) Iberoamérica, región en crisis. DM Editorial, Murcia. Cebrián Abellán, A. (1997) “Consecuencias adversas del proceso industrializador iberoamericano. La carga de la década perdida”, en AGE, Actas de la II Reunión “América Latina en la Geografía Española”, 1993, pp. 105-118. Peñíscola. Cebrián Abellán, A. (1999) “Reemergencia, rearreglo de modelos y redependencia iberoamericana del proceso mundializador”. V Reunión de América Latina. América Latina: lógicas locales, lógicas globales. Colección Estudios, N.º 54. Ediciones de la Universidad de Castilla La Mancha, Cuenca; pp. 49-60. Cebrián Abellán, A. (Coord.) (2001) Geografía de Iberoamérica. Editorial Moralea, Albacete. CEPAL (1999) Financiamiento externo y deuda externa de América Latina y el Caribe. Caracas, Venezuela. Del Río Sánchez, F. J. y Alcántara Alejo, C. (1999) “La década de los noventa en América Latina y el Caribe: coyuntura y tendencias económicas”. América Latina Hoy. Perspectivas y Situación Económica, N.º 22; pp. 5-10. Franco, R. y Sáinz, P. (2001) “La agenda social latinoamericana del año 2000”. Revista de la CEPAL, N.º 73; pp. 55-56. García Zarza, E. (1999) “Dinámicas demográficas iberoamericanas: otro peculiar rasgo de su modelo demográfico”. En Panadero Moya, M. y Cebrián Abellán, F. (Coord.) América Latina: lógicas locales, lógicas globales. Col. Estudios, N.o 54. Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha, Cuenca; pp. 153-177. Gwynne, R.N. (1999) “El futuro del neoliberalismo en el siglo XXI: implicaciones para Latinoamérica”. En Román Rodríguez, Alcides Dos Dantos, y José Mascarenhas (Coords.). Desarrollo local y regional en Iberoamérica. Seminario sobre perspectivas de desarrollo en Iberoamérica. Universidad de Santiago. Kosacoff, B. y Ramos, A. (1999) “El debate sobre política industrial”. En Revista de la CEPAL, N.º 68, pp. 35-60. Mayobre, E. (2000) “El sistema financiero internacional y su impacto sobre América Latina y el Caribe”. Conferencia Internacional sobre Deuda Externa. Confederación Latinoamericana de Trabajadores (CLAT), San Antonio de los Altos.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
531
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
Paunero Amigó, F.X. (2001) “El territorio y sus transformaciones”. En Cebrián, A. (Coord.) Geografía de Iberoamérica. Editorial Moralea, Albacete; pp. 137-216. Tokman, V.E. y O´Donnell, G. (Comp.) (1999) Pobreza y desigualdad en América Latina. Paidós, Buenos Aires. Vacchino, J. M. (2000) “Opciones estratégicas en materia de apertura al exterior”. América Latina y los intercambios comerciales. SELA, Montevideo. Villa, M. (1996) “Distribución espacial y migración de la población de América Latina”. En Celton, D. (Coord.) Migración, integración regional y transformación productiva. Centro de Estudios Avanzados. Universidad Nacional de Córdoba, Córdoba; pp. 9-87.
532
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 17 La Península Ibérica: relieve, clima y vegetación. Diversidad regional de la España peninsular e insular
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
ÍNDICE SISTEMÁTICO 1. INTRODUCCIÓN 2. EL RELIEVE Y SUS DOMINIOS 2.1. Los rasgos generales de un medio complejo 2.2. La desigual incidencia de las eras geológicas 2.3. Las diversas unidades del paisaje 2.4. La estructura orográfica 2.5. El modelado 2.6. La amplia variedad de suelos 2.7. Los grandes dominios 2.7.1. El hercínico 2.7.2. El alpino 2.7.3. El neógeno 2.7.4. El volcánico. Las Canarias 2.8. Las costas 3. LOS 3.1. 3.2. 3.3. 3.4. 3.5.
ELEMENTOS CLIMÁTICOS Los factores climáticos Los elementos climáticos Los tipos de tiempo El ritmo estacional Las variedades climáticas
4. LA RED HÍDRICA Y SU RELACIÓN CON EL CLIMA: LA IRREGULARIDAD 4.1. La red fluvial y las cuencas vertientes 4.2. La red fluvial y su irregularidad 5. LA VARIEDAD DE LOS PAISAJES NATURALES 5.1. La variedad de zonas húmedas 5.2. Los grandes paisajes naturales 6. LAS REGIONES GEOGRÁFICAS Y LOS CARACTERES REGIONALES 6.1. Las regiones geográficas 6.2. Los tipos y caracteres regionales BIBLIOGRAFÍA
534
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
1. INTRODUCCIÓN La península dispone de un centro rodeado de montañas a cuyos pies se emplazan depresiones, pero domina la alternancia de mesetas, montañas y llanuras con varios conjuntos geológicos. El dominio hercínico aporta grandes unidades: el macizo ibérico septentrional, las montañas del ángulo castellano-galaico, el macizo asturiano, el Sistema Central, el Campo de Calatrava, la meseta extremeña, y Sierra Morena. La Era terciaria dejó las grandes cordilleras, y la cuaternaria se encargaría de retocarlas. En el dominio alpino despuntan las cordilleras intermedias (montañas santanderinas, montes vascos, Sistema Ibérico, y las Cordilleras Catalanas), y las propiamente alpinas (Pirineos y Béticas). En el neógeno resaltan las cuencas del Duero, Tajo, Ebro y Guadalquivir. Y en el archipiélago canario sobresale el vulcanismo. Los aspectos climáticos se definen por la adscripción a la variante templada mediterránea, irregular debido a la complejidad orográfica peninsular. Dominan los tipos de tiempo ciclónicos y anticiclónicos, pero las precipitaciones se encargan de alumbrar áreas secas y húmedas. Dos regímenes pluviométricos caracterizan al conjunto peninsular, el oceánico y el mediterráneo. Y dos térmicos, el de máximo estival y mínimo invernal. Los dominios climáticos son dos: templado-húmedo y mediterráneo, con variantes regionales (áridas, subtropicales, autóctonas de los archipiélagos y focales). La red fluvial es irregular, con fuertes contrastes en la extensión de las cuencas vertientes y alimentación básicamente pluvial. Resalta la dualidad atlántica y mediterránea (Portugal sólo dispondrá de la primera), con ríos que disponen de caudales y recorridos inferiores a las medias continentales. La vegetación aporta gran diversidad, y se adscribe al dominio floral holártico con las regiones mediterránea, eurosiberiana, macaronésica, y las formaciones de montaña, con variedad fitogeográfica y difusión de endemismos. Se puede sostener la existencia de una variedad regional notable en el conjunto peninsular: morfoestructurales (regiones de plegamiento y sedimentación) con compartimentación del territorio, edáficas (silicias, calizas, arcillosas y volcánicas), estructurales (Meseta y unidades externas), climáticas (secas y húmedas, atlánticas y mediterráneas, continentales y subregiones de microclima), hidrográficas, y fitogeográficas (eurosiberiana, mediterránea y macaronésica).
GEOGRAFÍA E HISTORIA
535
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
2. EL RELIEVE Y SUS DOMINIOS 2.1. Los rasgos generales de un medio complejo Por su relieve la península pertenece a: –
La Meso-Europa herciniana, con plegamientos precámbricos, materiales endurecidos por metamorfismo (transformación que sufren las rocas en el interior de la corteza a consecuencia de cambios de temperatura y presión, a lo que se une la introducción de gases y disoluciones) y desgastados por la erosión (conjunto de fenómenos externos encargados de modificar las formas creadas por los fenómenos endógenos, la tectónica y el vulcanismo).
–
La Neo-Europa alpina, integrada por cordilleras nacidas del mar de Thetis (geosinclinal situado entre el Mediterráneo y la India posterior, incluidos el Asia Menor y el espacio del Himalaya, durante el periodo que va desde el paleozoico hasta el terciario superior –orogenia alpídica–; aquí quedaron depositadas las capas sedimentarias que dieron origen al plegamiento alpídico, del cual el Mediterráneo es un resto), en la Era terciaria, pues así lo indican los plegamientos más relevantes, las cuencas de sedimentación, la desnivelación del Macizo Gallego, el abombamiento meseteño, etc.
El relieve peninsular está definido por un conjunto de rasgos esenciales: –
El perfil recortado de las costas. Los mares no penetran en tierra, hecho que proporciona la proliferación de costas rectilíneas, recortadas al noroeste, y una línea al mar amplia (3.144 kilómetros peninsulares) con tres grandes ámbitos: septentrional, flanqueado por una cordillera que aísla al interior; mediterráneo, donde también hay alineaciones montañosas, menos elevadas pero que no dejan extenderse a las llanuras costeras; y meridional, con el más alto relieve peninsular, pegado a la costa.
–
Una configuración maciza, con un zócalo herciniano (un zócalo o escudo conforma grandes llanuras o plataformas de rocas cristalinas, granitos o gneis, y herciniano o varisco es un plegamiento o era de plegamiento situada entre el Devónico inferior y el final del Pérmico, cuando se plegaron las montañas variascas de Europa central y el sistema armoricano en la occidental), que incluye a una Meseta interior (plataforma con estratos sedimentarios poco perturbados o efusiones volcánicas, con formas de deposición), que abarca las tres cuartas partes de la península.
–
Una compartimentación del relieve, elevada altitud media y montañas periféricas. Es la configuración maciza quien proporciona la fragmentación, con unidades periféricas a una Meseta diseccionada (Sistema Central y Montes de Toledo), que la cierran y la aíslan, con la excepción del oeste. La quinta parte del territorio tiene entre los 500 y 1000 metros de altura, que confieren una altitud media más del doble que la europea, aunque es un rasgo proporcionado por la Meseta. Como las tierras bajas interiores son escasas su lugar es ocupado por los altiplanos (relieves planos u ondulados a una altura considerable) y montañas secundarias.
Las unidades morfoestructurales son variadas: –
536
Los macizos antiguos. Están compuestos por rocas metamorfizadas y graníticas de naturaleza silícea, los terrenos rígidos. Se trata de cordilleras convertidas en zócalos por arrasamiento erosivo, y abombadas o fracturadas debido a la presencia PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 17. La península ibérica: relieve, clima y vegetación
de unos materiales imposibles de plegar. Un rasgo de la complejidad es que el Macizo Ibérico aflora en áreas internas de los grandes plegamientos. –
Las cordilleras de plegamiento se instalan en el este, y se gestan desde los materiales sedimentarios marinos, mientras las intermedias han estado menos afectadas por los pliegues. Resaltan el Sistema Ibérico y el sur de las Cordilleras Catalanas, mientras entre las alpinas lo harán los Pirineos.
–
Las depresiones terciarias. Se han formado en abombamientos del zócalo (Duero, Tajo y Guadiana) o en depresiones prealpinas (Ebro y Guadalquivir).
Se puede recapitular del siguiente modo: el punto de referencia es un macizo Ibérico con dos cuencas tectónicas (ambas Castillas, llanas y elevadas) separadas en parte por el zócalo elevado (el Sistema Central), en cuyos bordes hay sectores sedimentarios plegados (al norte la Cordillera Cantábrica, al este la Ibérica, muy contrastada, y al noroeste resalta la discontinuidad, con Galicia como otro sector del macizo ibérico) y depresiones. Se trata, pues, de: –
Un centro cercado de montañas a cuyos pies se extienden depresiones: al noreste la del Ebro, que se abre camino hacia oriente enclaustrada entre montañas (Pirineos, Cordillera Cantábrica y Cordillera Catalana); y al suroeste la del Guadalquivir, encajada entre Sierra Morena y la Cordillera Bética, con su punto más bajo buscando el Atlántico.
–
Un edificio del relieve alpino con dos grandes cordilleras: los Pirineos, con altitudes que superan los dos kilómetros, con plegamientos robustos y complejos; y las Béticas, con dominio de los macizos al oeste y la cumbre más alta de la península (Mulhacén), y de las depresiones en el centro y oriente. A las dos se adiciona otra alineación exterior, la Cordillera Catalana, de altitud modesta. El resto del relieve exterior es de llanuras discontinuas.
Por tanto, se puede hablar de una estructura definida por la alternancia de montañas, mesetas y llanuras, que ha permitido una gran variedad de regiones naturales, hasta señalarse a la península como un continente en miniatura.
2.2. La desigual incidencia de las eras geológicas El mar de Tethys permitió a la península disponer de caracteres morfoestructurales compartidos y padecer las compresiones ejercidas por la placa africana sobre la euroasiática. La conjunción de la ubicación geográfica y de las compresiones se refleja en varios conjuntos geológicos: precámbricos, cámbricos, silúricos, secundarios, terciarios dislocados, y materiales sedimentarios plegados por la orogenia alpina, asentados sobre un núcleo (el Macizo Ibérico, hercínico) con otros más modernos en sus bordes. La tectónica de placas sería la encargada de abrir fosas en los períodos de distensión, y en los de compresión permitiría levantamientos y plegamientos. Esa evolución se ha traducido en dos ciclos tectónicos, el herciniano y el alpino (de ahí que la península distribuya su territorio entre la Meso-Europa herciniana y la Neo-Europa alpina). En el mioceno se define la placa Ibérica (aunque ya estaba individualizada en el mesozoico), y surgirán las Béticas y los Pirineos. La compresión alpina repercutirá tanto en el cratón (parte de la corteza terrestre que por su dureza y solidez no puede ser plegada, y equivale a escudo, macizo o zócalo) hercínico del Macizo Ibérico como en la creación de las montañas tectónicas (Sistema Central, Montes de Toledo, Macizo Gallego), de las cuencas terciarias intracratónicas (Duero y Tajo), de las cordilleras intermedias (Sistema Ibérico y Cordilleras Catalanas), de las alpinas, y de las GEOGRAFÍA E HISTORIA
537
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
cuencas del Ebro y del Guadalquivir. Del mioceno al cuaternario se pasa de la compresión a la distensión, y de ello deriva el surgimiento de las fosas y fracturas acompañadas de sismicidad y vulcanismo. En el cuaternario el glaciarismo aporta una morfología característica a las montañas más elevadas, y la actividad periglaciar aparece en las intermedias. Por eras geológicas la evolución ha sido:
538
–
Primaria (o paleozoica). Capas sedimentarias fueron cubriendo los materiales precámbricos hasta dar lugar a los primeros vestigios de las tierras ibéricas. A finales, en el Pérmico, el plegamiento herciniano formará una cordillera en la Meseta, aunque otro más intenso y anterior (Carbonífero) explica los recursos del subsuelo en diversos puntos del oeste. El plegamiento siguió la dirección NO-SE, acompañado de intrusiones magmáticas, origen de los granitos en el macizo gallego y Sistema Central. En los últimos momentos de la Era se producirá el arrasamiento de los sectores montañosos.
–
Secundaria (o mesozoica). Ahora se desarrolla un proceso de sedimentación con materiales paleozoicos, compaginado con invasiones marinas (sobre todo en los sectores donde se instalarán los Pirineos y las Béticas). Continúa el arrasamiento de los elevados y la acumulación de materiales en los geosinclinales próximos a las costas, y en los sectores bajos los materiales sedimentarios son afectados por la acción fluvial y marina (transgresiones y regresiones del océano de Tethys): las transgresiones sedimentan las calizas y margas, hasta las cordilleras vascas y el Sistema Ibérico; y las regresiones hacen lo propio con las areniscas y conglomerados en el Sistema Ibérico. En lo que luego serán las montañas alpinas, sobre grandes fosas, se depositan sedimentos finos.
–
Terciaria (o Neozoica). El contacto de las placas levanta las cordilleras alpinas tras deformar a los sedimentos, al tiempo que aquéllas fueron forzando a la retirada del mar de Tethys. Primero se produce la colisión de la microplaca ibérica con la europea, y luego la de ésta con la africana, que conjuntamente aportaron: la formación de las cordilleras Pirenaica, Bética (prolongada a las Baleares), Sistema Ibérico, Sistema Central, Montes de Toledo...; y la configuración definitiva del Sistema Central y de las cuencas y fosas sedimentarias (Duero, Tajo, Ebro y Guadalquivir). Los zócalos presionaron sobre los materiales sedimentarios del fondo de los geosinclinales, y las montañas surgieron en los bordes de un zócalo dislocado por las fuertes compresiones. Es así como en unos sectores nacieron cordilleras, mientras en otros hundimientos y depresiones. A finales del terciario sólo se darán reajustes alpinos, movimientos isostáticos (los altibajos de la corteza terrestre encuentran su compensación correspondiente en el interior; la pérdida de masa por erosión se ve compensada por elevación, o equilibrio isostático) y vulcanismo, junto a la actividad erosiva sobre las cumbres recién generadas. En sectores de costa baja proseguirá la sedimentación marina, compaginada con movimientos de reactivación del paroxismo (período de máxima intensidad en un movimiento orogénico, sísmico, etc.) alpino y de la acción erosiva. Poco a poco los plegamientos alpinos fueron sometidos a otra intensa actividad erosiva, y la acción pluvial fue condensando materiales por la acción química (calizas y yesos) sobre las cuencas. En el archipiélago canario la actividad volcánica creará relieves jóvenes, todavía en proceso de configuración.
–
Cuaternaria (o Antropozoica). La acción de los hielos sobre las formas existentes alumbrará paisajes glaciares y periglaciares. Al inicio, climas secos y fríos tallaron los glacis o rampas en el centro peninsular, sobre materiales arrastrados por el agua hacia las llanuras. Más tarde se fue construyendo la red hidrográfica y las PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 17. La península ibérica: relieve, clima y vegetación
cuencas fluviales, aprovechando períodos más lluviosos que incrementaron los caudales y permitieron tallajes sobre los materiales, desde cortadas y gargantas sobre los más duros (Prepirineo, Picos de Europa...), hasta grandes valles sobre los más débiles y finos (Duero, Tajo, Ebro, Guadalquivir...). En las etapas más frías sobre la alta montaña (Pirineos, Sistema Central...) aparecerá un modelado glaciar de circos y valles glaciares, y procesos periglaciares sobre laderas y vertientes. Sintetizando, es posible hablar de dos ámbitos: –
Herciniano, con materiales paleozoicos, en el norte y oeste (con vestigios en el Sistema Central, Pirineos y Béticas). Al oeste las rocas metamórficas ascendieron del gran sinclinal generado en el plegamiento herciniano.
–
Alpino, con materiales depositados en el geosinclinal (parte de la corteza terrestre alargada y hundida, que constituye el espacio de sedimentación para el material erosionado de los geoanticlinales que lo rodean) mesozoico, aunque entre las montañas y la Meseta haya sedimentos terciarios. La diferencia entre las dos grandes depresiones es clara, porque en la del Guadalquivir hay sedimentos modernos, aportados por el mar. Los materiales cuaternarios ya se emplazan en las costas y tierras bajas.
2.3. Las diversas unidades del paisaje Los tipos de relieve son los siguientes: –
Cordilleras marginales (los Pirineos y las Béticas).
–
Sistemas de bloques (el gallego y los centrales, hasta Sierra Morena y la Cordillera Costera Catalana).
–
Plegamientos apalachenses, en el área de afloramiento del zócalo.
–
Cadenas con pliegues de cobertera, adosados a la Meseta y cerrando el valle del Ebro por el noroeste (las Sierras de la cadena Ibérica y el oriente de la Cordillera Cantábrica).
–
Conjuntos mixtos, con el mejor reflejo en la Cordillera Cantábrica.
–
Montañas volcánicas menores, con formas simples.
Las unidades del paisaje natural resultante son: –
Regiones de montaña (las correspondientes a las cordilleras marginales, los sistemas de bloques, los plegamientos apalachenses y las cadenas de pliegues de cobertera), en Galicia occidental, Montes de León y Galicia suroriental, montañas cantábricas, Pirineos, montañas catalanas e ibéricas, Sistema Central, Montes de Toledo, sierras levantinas, Sierra Morena, Prebéticas, Subbéticas, macizo de Grazalema, Serranía de Ronda y Campo de Gibraltar, y altas sierras béticas.
–
Valles periféricos. La depresión del Ebro y el valle del Guadalquivir.
–
Llanuras interiores. La cuenca del Duero, la penillanura salmantina-zamorana, la depresión del Tajo, la penillanura de Extremadura, y las vegas del Guadiana-Tierra de Barros.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
539
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
–
Franjas costeras orientales. Con especial resalte en el litoral valenciano-catalán, y bajo Segura-Campo de Cartagena.
–
El archipiélago canario, con rasgos diferentes debido a la fracturación del fondo oceánico y a la presencia de un triple grupo de islas: occidental (La Palma y Gran Canaria), el más complejo; oriental, el más simple; y central (Tenerife y Gran Canaria), especialmente en Tenerife, donde se cruzan las líneas encargadas de guiar al vulcanismo. Hay un triple subgrupo de islas: lineales (Lanzarote y Fuerteventura); angulares, debido al cruce de fracturas (Tenerife, El Hierro y La Palma); y circulares, con enrejado de fracturas (La Gomera y Gran Canaria).
2.4. La estructura orográfica La clasificación orográfica es la siguiente:
540
–
Cordillera Cantábrica. Para algunos autores está integrada por el Macizo Asturiano y las montañas cántabras y vascas, y para otros éstas enlazan con los Pirineos. A occidente es una cadena de bloques y montes de zócalo, en el centro de bloques de zócalo masivo, y a oriente de cadenas en pliegues de cobertera.
–
Macizo gallego-leonés. Formado por las sierras occidentales, surorientales y las septentrionales-nororientales, con bloques cristalinos y metamórficos.
–
Sierra Morena. Con los sectores oriental y centro-occidental, y las cadenas de bloques con apalachismo.
–
Sistema Ibérico. Con las sierras noroccidentales, y las ramas aragonesa, levantina y castellana. Es una cadena de bloques y cobertera.
–
Sistema Central. Con las parameras orientales, y las sierras orientales, centro-orientales, centro-occidentales y occidentales. Es una cadena de bloques de zócalo.
–
Sierras interiores de la Meseta sur. Con los Montes de Toledo, Las Villuercas, los Montes del Campo de Calatrava, y las sierras centrales extremeñas. Son relieves apalachenses sobre bloques de zócalo.
–
Pirineos. Con las sierras exteriores e interiores, la depresión intermedia, y la zona axial. Es una cordillera intracontinental de zócalo y cobertera, con aloctonía (origen en otro lugar).
–
Béticas. Con el Prebético, la Subbética interna y el Surco Intrabético. Se asientan sobre un zócalo con mantos disimétricos y vulcanismo periférico.
–
Sierras de Mallorca. Con la Tramuntana y Llevant, sobre un roquedo calcáreo carstificado.
–
Sistema costero catalán. Con la Cordillera Litoral, y las alineaciones prelitoral y transversal. Se trata de un zócalo y de cobertera con fracturaciones y pliegues.
–
Montañas volcánicas. Únicamente las montañas de las Canarias adquieren el rango de cadenas volcánicas, si bien hay sucesos eruptivos al sur pirenaico, las Béticas, el litoral valenciano, y la Meseta meridional.
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 17. La península ibérica: relieve, clima y vegetación
2.5. El modelado Según el tipo de modelado la clasificación del territorio peninsular es: –
En el zócalo occidental. Se dan arrasamientos y penillanuras, aunque hay etapas en las actuaciones sobre el zócalo, plasmadas en relieves apalachenses y en las aportaciones hacia las cuencas.
–
En montañas y valles. En las primeras surgen los modelados glaciar y periglaciar (Picos de Europa, Gredos, Sierra Nevada…), y en los segundos formas fluvio-torrenciales.
–
En cuencas y depresiones. Es el área de desarrollo de las formas fluviales, con glacis, conos de deyección (acumulación de productos angulosos procedentes de la alteración mecánica seca de las rocas a la salida de un surco de la pared rocosa en forma de medio cono; y acumulación de los materiales acarreados por un río a su entrada en un valle o en la llanura con una pendiente tanto menor cuanto más finos son los materiales), etc.
–
En el litoral. Resalta la acción marina, con morfotectónica en el norte y formas menores activas (albuferas, marismas, dunas, deltas, etc.) en el sur y levante.
–
En las conexiones entre las formas precedentes. Entre todas resalta la montaña canaria, con laderas entre las máximas alturas y el mar de más de 3.500 metros de desnivel.
Los mecanismos morfogenéticos (creación de las formas de la superficie terrestre bajo la acción de fuerzas endógenas o exógenas) han generado relieves propios en montañas, mesetas, depresiones, llanuras y áreas de costa. –
Montañas. Su origen deriva de la combinación de factores tectónicos y litológicos, así como de los sistemas morfogenéticos. Los relieves heredados emanan de los episodios fríos del Pleistoceno. Las formas son las siguientes: *
Superficies de aplanamiento. Se definen por la denudación y desgaste de los relieves, hasta configurar altiplanicies, con tres ejemplos bien diferenciados: •
El Pirineo oriental. Con origen en los arrasamientos del mioceno y formas topográficas derivadas de la acción de los hielos. La morfología es resultado de acciones morfogenéticas y está dominada por la acción neotectónica.
•
El centro-oriente del Sistema Ibérico. Resaltan las particulares orografías de las sierras de Albarracín, Javalambre, Gúdar... Son superficies de erosión con origen en el plioceno superior, pero con una efectiva labor neotectónica posterior que ha compartimentado el relieve. Adicionalmente el dominio de los carbonatos ha favorecido los procesos de carstificación, agudizados por el aplanamiento, que ha permitido las disoluciones. El resultado se plasma en campos de dolinas, poljés...
•
Las lomas de Sierra Nevada. Se dan en un marco joven y afectado por la neotectónica. Los materiales vulnerables a la meteorización y la disposición del relieve han permitido que las lomas dominen los relieves de interfluvio. El emplazamiento a diferentes niveles deriva de la tectónica y de la reactivación de fallas.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
541
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
–
–
*
Morfologías glaciares. El glaciarismo cuaternario tuvo un desarrollo especial debido a: las notables alturas por encima de las nieves perpetuas; las condiciones topográficas que permitieron el almacenamiento y conservación del hielo; y la exposición a las lluvias y vientos dominantes que propiciaron sobrealimentaciones nivales. Pero la actuación del hielo fue considerable en los Pirineos y limitada en el resto de montañas. Generó esculpidos en el Pirineo central, con crestas rocosas, aristas, circos..., y en los valles morfologías en U. En la Cordillera Central, Sistema Ibérico y Béticas los retoques quedaron reducidos a las cumbres.
*
Morfologías periglaciares. La dinámica geomorfológica se adaptó a los cambios y crisis climáticas del Pleistoceno. Los procesos periglaciares se extendieron y dieron lugar a formas de relieve que caracterizaron a las laderas de las montañas elevadas en el norte.
Mesetas, depresiones y llanuras: *
Las mesetas. Son las superficies de erosión que caracterizan al bloque paleozoico de la Meseta, cuya elaboración deriva de la denudación ejercida hasta las etapas postmiocénicas. La continuidad topográfica es la característica dominante, sólo rota por los relieves residuales que emergen.
*
Las depresiones (Ebro y Guadalquivir en los márgenes meseteños externos, y Duero y Tajo en su seno), en cuyas formas han intervenido la acción de los ríos y la neotectónica. El resultado corresponde a dos tipos de relieves heredados: de origen litológico, como los páramos esculpidos sobre las series carbonatadas; y derivados de la acumulación de materiales, como las terrazas fluviales, los glacis de acumulación... Las plataformas o parameras son superficies de erosión labradas sobre calizas, y después los agentes erosivos han intervenido con diferente intensidad. Abundan los relieves en cuesta, muy relevantes en las depresiones del seno meseteño.
*
Las planicies o llanuras detríticas. Tanto en el interior de las depresiones como en sus límites se produjo la sedimentación de materiales fluviales, y en la linde de los rebordes montañosos se acoplaron los glacis, con formas escalonadas. Estas formas corresponden al cuaternario, y se deben a la variabilidad del caudal de los ríos. Otros relieves heredados en el contacto entre rebordes de plataforma y fondo de valle y entre montaña y llano son los depósitos detríticos, rampas que encuentran su origen tanto en los procesos de erosión como en los de acumulación fluvial, luego retocados por las acciones interglaciares o interpluviales. Los glacis asociados a materiales calcáreos están muy difundidos (sobre todo en el sureste), como también los mantos detríticos o rañas (típicas de la depresión del Duero), que son glacis antiguos. Pero la mayor dimensión de glacis se alcanza en el valle del Ebro.
Áreas de costa. El modelado de la línea de costa es reciente, si bien los relieves son heredados. Por su parte, las planicies litorales mediterráneas corresponden al paso del plioceno al cuaternario. Resaltan dos tipos de relieves, los heredados y los de acumulación (deltas). La tipología queda estructurada de la siguiente forma: *
Relieves de abrasión (heredados). Hay dos áreas de costa: •
542
En el litoral cantábrico y gallego dominan las rasas o plataformas y los valles inundados por el mar. Las rasas son plataformas de abrasión marina (actividad del oleaje del mar; en costas escarpadas el oleaje va socavando PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 17. La península ibérica: relieve, clima y vegetación
las paredes costeras y formando una garganta; el material que cuelga por encima se desploma y origina los acantilados; el fondo del acantilado se va desgastando por el roce, y ahí se gesta la plataforma de abrasión); paralelas al mar son producto de la acción marina de las transgresiones desde la segunda mitad del terciario a los inicios del cuaternario, y sobre todo de su diferente intensidad. •
En el litoral mediterráneo las playas elevadas denuncian las oscilaciones del mar. Especial mención merece el sector valenciano, ya que los movimientos de subsidencia han permitido que el mar pudiera invadir unas playas sobreelevadas, hoy inundadas.
*
Valles invadidos por el mar (heredados). Salpican la costa septentrional y son fondos de valle anegados por aguas marinas en el tramo más bajo (rías). En Galicia su ordenación es estructural, ya que el relieve montañoso llega dislocado al mar y los valles son perpendiculares a la línea de costa.
*
Planicies costeras detríticas (de acumulación). Su génesis se encuentra en las postrimerías del plioceno, y abundan en el litoral mediterráneo debido a los aportes de los cursos fluviales en áreas costeras rehundidas. Las más representativas son: •
El Golfo de Cádiz y las marismas del Guadalquivir. El primero ha sido rellenado por el Guadiana, Guadalquivir, Tinto y Odiel, y en las segundas sólo la colmatación reciente las ha transformado en área de inundación.
•
El bajo Llobregat, que genera un golfo debido a una falla postalpina invadida por el mar y colmatada por dicho curso en el holoceno.
•
El delta del Ebro, con bahías enmarcadas por flechas litorales, lagunas y marismas internas. Su desarrollo es reciente, desde el plioceno, con una génesis similar a la del Llobregat, aunque el margen externo está sometido a procesos erosivos del mar y a otros de alimentación fluvial.
2.6. La amplia variedad de suelos Los suelos ibéricos se pueden clasificar atendiendo a: –
Los caracteres térmicos. Se dividen en regímenes: mésicos (los de la mitad septentrional, con una temperatura media anual a medio metro de profundidad de 8 a 15 ºC); térmicos (los de la mitad meridional, depresión del Ebro y sectores insulares, y que tienen entre 15 y 22 ºC); frígidos (los típicos de las montañas, con entre 0 y 8 ºC); e isotérmicos (en el archipiélago canario, y con menos de 6 ºC entre temperaturas medias invernales y estivales).
–
El grado de humedad: arídicos (en el sureste y depresión del Ebro, con muy baja humedad); údicos (en el sector eurosiberiano, ahora con humedad elevada); y xéricos (los dominantes, coincidentes con los de baja humedad).
–
La ubicación, componente edáfico y situación actual: ácidos (al occidente, aunque al oriente son básicos), volcánicos (los típicos del archipiélago canario), delgados (los generales de las montañas) y antrópicos (los genuinos de las llanuras).
GEOGRAFÍA E HISTORIA
543
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
Otras clasificaciones atienden a criterios diferentes (inceptisoles, entisoles, aridisoles y alfisoles), pero la que mejor alude a sus características y aprovechamientos es otra. Cambisoles (calcáreos), dominantes en más de tres cuartas partes de la península, en Baleares y Canarias. Los ácidos del noroeste son pobres en nutrientes por la naturaleza silícea del sustrato y por el lavado a que son sometidos por las lluvias regulares. En las montañas predominan los luvisoles, y en las áreas más áridas los calcisoles; pardocalizos, que abundan en el País Vasco y los Pirineos, típicos de la región eurosiberiana (en la mediterránea disponen de poca materia orgánica); regosoles, los más abundantes en las mesetas; luvisoles, al este, los suelos maduros (rojos); las terras rossas castellanas, una evolución de los luvisoles; vertisoles, en el valle del Guadalquivir, las tierras negras; fluvisoles, en las llanuras aluviales; y andosoles, en las cuencas, los suelos oscuros.
2.7. Los grandes dominios 2.7.1. El hercínico Es el embrión de la placa ibérica y se divide en cinco subunidades: –
544
El macizo ibérico septentrional. De él forman parte: *
El macizo galaico. Con escasa altitud media, y que geológicamente forma parte del zócalo herciniano de la Meseta. Sus relieves muestran un arrasamiento traducido en formas suaves, mientras los surcos fluviales se encajan sobre las fracturas. Compuesto de rocas antiguas (granitos, pizarras y cuarcitas), en el relieve se conjugan bloques montañosos con hundidos, y una disposición caótica. La orogénesis herciniana presentó una fase de plegamiento intenso, que aportó pliegues tumbados y replegados, y otra menos intensa que afectó al interior. Después los movimientos alpinos fracturaron las rocas duras y dieron lugar a penillanuras, sobre las que algunos cursos han excavado sus valles. En el neógeno continúa el levantamiento de las sierras, mientras en el plioceno se reactivan las fracturas. Sus unidades son las montañas orensanas y orientales, las cubetas y depresiones rellenadas, la penillanura gallega, y el bloque de costa fracturado sobre el que se han encajado las rías. Así pues, los relieves forman parte del abombamiento NO de la Meseta, plagado de fosas y fallas, luego excavadas en el plioceno y cuaternario por la red fluvial.
*
Las montañas del ángulo castellano-galaico, con rocas paleozoicas también fracturadas por los movimientos alpinos, con cimas aplanadas y retocadas en el cuaternario por los hielos. Es un conjunto desordenado de sierras de pizarras, no muy elevado, con altitudes menores en las tierras occidentales de Zamora y Salamanca, que muestran una extensa llanura labrada con incisiones en forma de valles (como el del Duero). La tectónica de fracturas, la diversidad litológica, la huella de los plegamientos, y la incidencia del mar son los rasgos explicativos de la variedad geomorfológica.
*
El macizo asturiano, sobre un extenso roquedo paleozoico. El sector occidental presenta una continuidad con los relieves gallegos, con materiales cuarcíticos. Las formaciones paleozoicas están muy plegadas, con retoques alpinos que elevaron al macizo hercínico. Así, frente a los relieves apalachenses (caracterizados por la erosión diferencial y superficies de arrasamiento) se presentan PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 17. La península ibérica: relieve, clima y vegetación
fallas derivadas de la orogénesis alpina. Por tanto, el relieve está modelado y rejuvenecido sobre el macizo hercianiano. Es el tramo más representativo de la Cordillera Cantábrica, paralelo al litoral, con una vertiente al Cantábrico con desniveles más acusados y otra que drena al Atlántico (Duero, Miño-Sil). La primera es más heterogénea, y a oriente dominan las rasas, en las sierras prelitorales (con el resalte en los Picos de Europa), y a oriente las alineaciones son perpendiculares a la costa. Pueden distinguirse los siguientes dominios (N-S):
–
•
Las sierras litorales, con modelado cárstico y fallas.
•
El surco prelitoral, con varias cubetas tectónicas.
•
Los Picos de Europa, un relieve tectónico de calizas retocadas por la acción glaciar, periglaciar y de excavación (con gargantas labradas por erosión fluvial sobre roquedos muy resistentes). Su aspecto recuerda a las montañas pirenaicas, calcáreo de paredes subverticales, de altas cumbres (Peña Vieja, 2.615 m, Naranjo de Bulnes, 2.516, etc.), con intensa carstificación, etc.
•
Las cuencas intramontanas, con origen en un vaciado erosivo.
•
Las sierras meridionales y occidentales, con un relieve apalachense.
La Meseta y los relieves del Sistema Central. Tras la peniplanización anterior al triásico la región emergió, para ser denudada en el cretácico. Se fracturó en el terciario y se hundieron las depresiones. En el mioceno se instaló la red fluvial y se generaron los depósitos. Basculada en el triásico, la orogenia alpina abombó y fracturó, dando origen al Sistema Central y Montes de Toledo, y a las depresiones del Duero y Tajo. El sector básico del relieve peninsular es la Meseta Central, un macizo (grupo de alturas o montañas constituido por rocas antiguas rígidas, a diferencia de las montañas jóvenes) basculado hacia el oeste y dividido por la Cordillera Central. Está repleto de llanuras con altitudes medias entre los 700 y 1.100 metros, superiores en cien metros en la Meseta Septentrional, que, además, enmarca la gran cuenca del Duero (la meridional a las del Tajo, Guadiana y Júcar). Está rodeada de relieves, junto a los cuales aparecen las depresiones (concavidades del terreno, o bien regiones de tierra firme situadas por debajo del nivel del mar) del Ebro y del Guadalquivir, la primera aislada del Mediterráneo por la Cordillera Costera Catalana, y la segunda abierta al Atlántico. Al norte el aparato peninsular lo culminan los Pirineos, y al sur las Béticas. Dos relieves la definen: *
El Sistema Central, integrado por los macizos de la Sierra de Gredos, la de Guadarrama y Somosierra, relieves emanados de la deformación del zócalo. El resultado se traduce en alturas que se alzan a más de 2.000 metros, sobre roquedos hercínicos. La Cordillera Central es la columna vertebral de la Meseta, con una diversidad debida a la tectónica de fracturas, reactivadas por el plegamiento alpino, aunque también intervino el tipo litológico (granítico en las sierras occidentales, de gneis en Guadarrama, y de pizarra en Somosierra). El glaciarismo cuaternario produjo formas menores. Así pues, su morfología se organiza en bloques fallados, levantados o hundidos, afectados por los movimientos alpinos, retocados por el modelado glaciar y periglaciar.
*
Los Montes de Toledo, elevaciones discontinuas con macizos como los de Sierra del Castañar-Yébenes, Sierra de San Pablo, Sierras de la Jara..., que separan a dos cuencas hidrográficas, la del Tajo y la del Guadiana. Resaltan los materiales cristalinos, la serie paleozoica plegada (la elevada) y los depósitos adosados. Pero, y sobre todo, las macroestructuras plegadas y falladas.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
545
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
Ambos relieves son un conjunto de alineaciones compartimentadas y de modesta altitud, con rocas muy antiguas sobre las que se desarrolló un arrasamiento notable, y una cordillera de bloques tectónicos separados por fosas entre las cuencas del Tajo y Guadiana. Sus cumbres superan los 1.500 metros, aunque sobresalen las rañas, depósitos de aspecto desordenado, con origen en los procesos de desmantelamiento de las sierras cuarcíticas. –
El Campo de Calatrava, con relieves cerca de un centenar de metros por encima de la superficie manchega, ya que se trata de un abombamiento del zócalo meseteño. Presenta idéntico roquedal y evolución similar a los Montes de Toledo, aunque con la presencia de actividad volcánica terciaria.
–
La meseta extremeña, una amplia superficie ubicada entre 300-500 metros de altitud, arrasada por la erosión, y con relieves residuales, que entra en territorio portugués.
–
Sierra Morena, el reborde geológico y geomorfológico meridional de la Meseta, compuesto por capas paleozoicas y rocas magmáticas, y con relieves esculpidos por la erosión diferencial. Las alturas son modestas, pues es un abombamiento interpuesto entre las cuencas del Guadiana y del Guadalquivir. Engloba terrenos paleozoicos, pero con fisonomía diferente en tres regiones: en la occidental, con influjos submarinos volcánicos procedentes del carbonífero, y con arrasamiento de relieves, muy conectados con la meseta extremeña; en el centro los hay contrastados, desde alomados hasta enérgicos; y a oriente predominan las calizas precámbricas y las pizarras cámbricas, que alumbran relieves diferenciales y apalachenses. La deformación tectónica procede de una flexión del macizo que arranca del mesozoico, con desniveles y fosas. Pero los relieves se caracterizan por el arrasamiento y las formas apalachenses. Es de interés resaltar: la acción fluvial, con aguas de la Meseta que avenan hacia el Guadalquivir labrando gargantas; las extensiones arrasadas, con superficies de erosión; y un brusco escalón en dirección al valle del Guadalquivir.
2.7.2. El alpino Está integrado por capas mesozoicas a las que se incorporan otras paleozoicas, y cuyos materiales se hallan plegados violentamente por la orogenia alpina. Se distinguen dos grandes unidades: –
546
Las cordilleras intermedias, en los bordes del antiguo macizo, con tectónica compleja. Ejemplos representativos son: *
Las montañas santanderinas, con materiales mesozoicos que terminan sobre el mar con desniveles de 2.000 metros.
*
Los Montes del País Vasco, que ofrecen una morfología suave.
*
Los relieves del Sistema Ibérico. El sistema está adosado a la meseta, desde cerca de la Cordillera Cantábrica hasta el Mediterráneo, en las Subbéticas. Es la divisoria entre las cuencas del Ebro, Tajo, Duero, Turia y Júcar, dilatada en sierras, macizos y depresiones. Son cordilleras intermedias, con zócalo de materiales precámbricos y de cobertera (calizas y dolomías) superpuestos. El paroxismo (periodo de máxima intensidad en un movimiento orogénico, sísmico, etc.) herciniano compartimentó y formó fallas, mientras la tectogénesis alpina ejerció compresiones, y distensiones en el plioceno-cuaternario, deformando a PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 17. La península ibérica: relieve, clima y vegetación
las series sedimentarias y creando pliegues y mantos de corrimiento. Por tanto, presentan rasgos sencillos, pero con pliegues. Entre sus tipos morfoestructurales se encuentran:
*
–
•
Las sierras con capas mesozoicas, entre las que abundan las calizas plegadas y arrasadas. El arrasamiento ha permitido que en algunas cumbres existan modelados cársticos (serranías de Cuenca, Albarracín...). También hay circos glaciares (cavidades con paredones abruptos y escarpados de forma semicircular en la cabecera de un valle alto; se originan por transformación glaciar en cuencas de recepción, nichos de nivación o valles antiguos; y se encuentran por encima del límite de la nieve, y a menudo encierran un glaciar), en los Picos de Urbión y Moncayo.
•
Las depresiones, de origen tectónico (Teruel) y erosivo (Calatayud).
La Cordillera Catalana, paralela a la costa a lo largo de 300 kilómetros, con dos alineaciones: litoral, y la prelitoral, con la depresión prelitoral intermedia colmatada por materiales. Aglutinan formas contrastadas por la amalgama de tierras y por la incidencia de varios periodos orogénicos.
Las cordilleras propiamente alpinas, que muestran complicación tectónica: *
Los Pirineos, desde el Golfo de Vizcaya hasta el Mediterráneo (435 kilómetros) con altitudes superiores a los tres kilómetros, una barrera que separa dos grandes cuencas (la de Aquitania al norte, y la del Ebro al sur). Su origen se encuentra en la serie de esfuerzos tectónicos del terciario, que arrojaron una estructura compleja, con cabalgamientos (una superposición anormal parcial de un conjunto geológico sobre otro) y mantos de corrimiento (proceso característico de la orogénesis alpina en el que una fracción del pliegue queda separada de su raíz y empujada sobre capas más jóvenes). Las rocas se agrupan en tres conjuntos: zócalo, con materiales precámbricos y paleozoicos, deformados por la orogenia herciniana; cobertera, con materiales mesozoicos y terciarios afectados por los plegamientos alpinos; y materiales postorogénicos, del néogeno y cuaternario y poco afectados por los plegamientos recientes. La distribución es aparentemente simétrica, pero la litología permite hablar de cinco zonas estructurales: •
Antepaís plegado meridional, con materiales de la cuenca del Ebro y plegamientos suaves.
•
Surpirineo, con cabalgamientos y mantos de corrimiento.
•
Zona axial, con materiales de zócalo y superposición de estructuras hercinianas y alpinas.
•
Norpirineo, con tierras mesozoicas deformadas y residuos del zócalo.
•
Antepaís plegado septentrional, con tierras del zócalo sobre los que se superponen otros más recientes.
Puede dividirse en varias subunidades organizadas longitudinalmente: •
Pirineo axial (Central), donde aflora el zócalo paleozoico a alturas respetables. Es el armazón de la cordillera, el mundo herciniano, cuya estructura fue afectada violentamente por la orogenia alpina. Es el Pirineo en sentido estricto, el de las máximas alturas (Aneto con 3.400 metros, Posets con 3.375...) y el dominio del modelado glaciar. La nota distintiva es la presen-
GEOGRAFÍA E HISTORIA
547
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
cia de granitos que afloran en batolitos (masas ígneas configuradas en profundidad por la intrusión de magma entre otras rocas; la parte superior tiene forma de cúpula y suele aparecer en superficie tras la denudación de los materiales suprayacentes).
*
•
Sierras interiores, pegadas al Pirineo herciniano, con pliegues y formas abruptas y escarpadas, que superan los 2.500 metros de altitud. Su procedencia se encuentra en el Pirineo axial, con mantos y series despegadas. La cobertera mesozoica es muy potente, el área de las calizas, y la del ambiente glaciar y periglaciar (Monte Perdido).
•
Depresión media, un amplio y complejo sinclinorio, desde Navarra hasta Cataluña, entre las sierras interiores y las exteriores, con altitudes modestas, en torno a los 800 metros. Hay abundancia de materiales blandos, margosos (que ha permitido la excavación de depresiones y de formaciones agrestes, como San Juan de la Peña).
•
Sierras exteriores, el límite meridional del Pirineo, paralelas a las interiores pero con altitudes más parcas, y que entran en contacto con la depresión del Ebro. Se trata de un sector de estructura compleja, donde la erosión ha labrado superficies y propiciado la aparición de formas cársticas, depresiones, y cañones fluviales (Flumen, Vero...).
La cordillera Bética, el único conjunto peninsular que geológicamente es verdaderamente alpino, extendido desde el estrecho de Gibraltar hasta el cabo de la Nao (Alicante), prolongado hacia el este hasta constituir el armazón de las Baleares. Se formó en el área de interacción de la subplaca de Alborán y de la placa africana y la microplaca ibérica. Ofrece la complejidad alpina, con estructura muy complicada: •
La zona externa. Integra al prebético y al subbético, con materiales mesozoicos y terciarios, afectados por la tectónica hasta el mioceno, que generó la estructura compleja de pliegues y mantos de corrimiento. Las alineaciones prebéticas se enmarcan en el ámbito oriental, con una estructura sencilla porque los plegamientos fueron más tardíos (Sierra de Alcaraz). Las Subbéticas, con gran continuidad entre Sierra Espuña y Cádiz, tienen una estructura más compleja. Al sur la depresión intrabética, con relieves afectados por carst. Se extiende hasta Baleares, con la mayor complejidad en Menorca.
•
La zona interna (penibética), con las máximas alturas de la península, sobre una estructura muy complicada. El modelado se muestra con formas culminantes poco enérgicas, debido a un roquedo poco resistente a la erosión y a la escasa huella de los glaciares cuaternarios.
2.7.3. El neógeno Las cuencas sedimentarias se colmataron de materiales terciarios liberados por la erosión en las áreas de montaña. Resaltan las siguientes: –
548
Duero, que ofrece una topografía con llanuras escalonadas como derivación de la poca resistencia a la erosión de unos materiales blandos (arcillas, margas...), sobre los que ha incidido el río y su red de afluentes ampliando el valle, creando páramos y campiñas bastante planas. PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 17. La península ibérica: relieve, clima y vegetación
–
Tajo, con una mayor complejidad geológica. En el sector central y oriental se encuentran los páramos alcarreños, y al sur de los Montes de Toledo la depresión manchega, sin accidentes debido a la nula eficacia erosiva de la red del Guadiana.
–
Ebro, una amplia fosa delimitada por tres conjuntos montañosos (Pirineos, Sistema Ibérico y Sistema Catalán) que la separan del Mediterráneo. Su evolución ha sido muy compleja al estar su origen vinculado a la cordillera pirenaica; se han labrado sierras, páramos y sectores de glacis.
–
Guadalquivir. Su territorio estuvo ocupado por el océano, cuyas aguas esbozaron un golfo en el que se acumularon sedimentos marinos. Buena parte del modelado posterior ha sido ejercido por el Guadalquivir y sus afluentes, que han acumulado depósitos aluviales hasta alumbrar un paisaje de terrazas (superficies planas, estrechas y alargadas, que interrumpen a una pendiente, formadas por la acción del agua).
2.7.4. El volcánico. Las Canarias El vulcanismo peninsular es de volcanes menores, y de relieves jóvenes en el archipiélago canario. Es periférico, y está presente al sur de los Pirineos, en el litoral valenciano y en la Meseta meridional, con especial significado en el Campo de Calatrava, que dispone de cráteres y de conos adventicios (los pequeños cráteres secundarios que rodean al principal de un volcán). Pero el más significativo es el vulcanismo canario, debido a la proximidad al centro de la Gran Dorsal Atlántica, y resultado de la actividad magmática de un antiguo rift (valle de origen tectónico que se tiende a asociar a zonas de desgarre o separación de placas tectónicas) marginal del Atlántico, donde el relieve está configurado por bloques y fosas con fisuras volcánicas. El orden morfológico se define por un sistema básico de fracturas, NO-SE y NE-SO, con otro secundario N-S y E-O, y con él las dorsales volcánicas de Tenerife y La Palma, más Las Cañadas del Teide, el campo de volcanes de Lanzarote, y el volcán de Arafo (en la dorsal del Teide). Las repercusiones alpinas fueron agrietando al fondo oceánico, a través de cuyas fracturas ascendieron rocas volcánicas que fueron creando un archipiélago, aunque la actividad volcánica continúa en el Teide. En una aproximación simple pueden diferenciarse distintos sectores: –
Los macizos antiguos, con una morfología volcánica muy deteriorada por los procesos erosivos.
–
Las dorsales, una serie amplia de relieves unidos a construcciones volcánicas alargadas y de edad muy reciente.
–
El conjunto volcánico de las Cañadas, donde se emplaza el Teide, el edificio estructural más complejo del archipiélago.
En otra aproximación ya más precisa los elementos del relieve son: –
Los afloramientos de la corteza submarina en Fuerteventura, La Palma y La Gomera.
–
Los macizos volcánicos antiguos en Tenerife, La Palma, Lanzarote, Fuerteventura, La Gomera y Gran Canaria.
–
Las dorsales volcánicas en La Palma, Tenerife y El Hierro.
–
Las calderas de Las Cañadas y el Teide.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
549
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
–
Los conos volcánicos y las coladas (presentación característica de yacimientos de lava, con frecuencia largos y estrechos) en Timanfaya, la profusión de domos (formas abovedadas que presentan algunos cerros en los que la erosión ha actuado uniformemente), etc.
Sobre estos relieves la erosión pluvial ha creado depósitos de barranco, glacis escalonados en las islas orientales, acciones periglaciares en la montaña, etc. En la costa resaltan acantilados de más de 600 metros, cantiles colgados, y dunas litorales.
2.8. Las costas La subplaca Ibérica define el norte costero acantilado, y la placa Africana a las depresiones en las costas del sur. La cantábrica es acantilada. En el oeste gallego se enmarcan las Rías Bajas (desembocaduras ahogadas), mientras las Altas son más parecidas a una desembocadura. Como rías se incluyen las situadas en las costas cantábricas y las de la Costa Brava. Los esteros del atlántico son desembocaduras invadidas por las trangresiones marinas. Al sur el rasgo mediterráneo es la presencia de llanuras, y las calas en el archipiélago balear y la Costa Brava, y albuferas (lagunas formadas en tierras bajas contiguas al mar). Las dunas (dependientes de vientos intensos y constantes) están en el extremo suroccidental (Huelva y Cádiz), y también las marismas (terrenos bajos y pantanosos que se inundan por las aguas del mar), en la desembocadura del Guadalquivir. Las calas (valles cortos sumergidos) tienen buenos ejemplos en Baleares. Las costas se clasifican en: –
Bajas, o litorales sin acantilado, con: playas de arena o con grava superpuesta a la arena; costas de dunas; y costas de restinga (cordón de arena de origen marino) y albufera, en aguas someras.
–
De acantilado medio (menos de 15 metros), con base en aguas someras y notable incidencia fluvial (como al sur de la desembocadura del Ebro).
–
De alto acantilado (más de 15 metros), ahora con base en aguas profundas.
Tres estilos litorales aparecen definidos: –
–
550
Atlántico. De líneas rectas y con la presencia de rías. Presenta las variedades: *
Cantábrica. Con estructura longitudinal, rías y altos cantiles (País Vasco y Cantabria). En Asturias la erosión es intensa con ensenadas y calas, y playas dentro de las rías.
*
Gallega. Con dos tipos de rías. Las bajas, que no coinciden con los ríos más caudalosos, aunque es notable la erosión reflejada en arenales, albuferas y marismas. Las altas, entre cantiles, son más cantábricas.
Mediterráneo. Con mayor profusión de variantes: *
Gólfo de Cádiz. Es un litoral con alta presencia de marismas y dunas.
*
Andaluza oriental. Es la típica costa de montaña, con acantilados y costa baja.
*
Murciana y Valenciana. En la primera predominan altos cantiles, más la presencia del Mar Menor y su restinga (punta o lengua de arena o tierra debajo del agua y a poca profundidad). En la valenciana cordones dunares y playas desde Alicante hasta el Golfo de Valencia, con alternancia de golfos, albuferas y hasta el tómbolo (franja de tierra que une una isla o islote a la costa) de Peñíscola. PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 17. La península ibérica: relieve, clima y vegetación
–
*
Balear. En Menorca aparece una costa acantilada, y en Mallorca hay tres sectores: el de las sierras, con cantiles de hasta 40 metros, Sa Marina, con tectónica y carst, y las bahías (Palma, Alcudia y Pollença), con restingas y playas.
*
Catalana. Hasta la desembocadura del Ebro es costa baja, pero más al norte hay alternancia de acantilados y playas, hasta la Costa Brava, que ya es tectónica.
Canario. En la costa septentrional dominan los acantilados volcánicos, en las islas orientales las formas dunares, y en las occidentales los cantiles.
3. LOS ELEMENTOS CLIMÁTICOS La mediterraneidad define el clima, régimen hídrico y vegetación, debido al prolongado influjo de las altas presiones subtropicales, aunque se dispone de una fachada septentrional extramediterránea, la abierta al flujo del oeste. Dominan los tipos de tiempo anticiclónicos, sobre todo en verano, cuando inciden las altas presiones del anticiclón subtropical de las Azores, mientras en invierno se explican por el influjo de los noratlánticos o por el anticiclón frío de Europa central. Los tiempos ciclónicos acaparan las estaciones intermedias y el invierno, cuando desciende latitudinalmente la Corriente en Chorro (fuerte corriente de viento, en la zona de transición a la estratosfera, que forma parte del sistema de vientos occidentales; su velocidad es a menudo de más de 400 km/h). Los contrastes climáticos son agudos entre las costas, y de todas con el interior, diferencias que se explican por: la posición alejada de la circulación general del oeste, la cercanía a los anticiclones subtropicales, la orla montañosa que circunda la Meseta y la aísla del mar, la incidencia térmica ejercida por la Meseta interior, y el influjo de las corrientes oceánicas.
3.1. Los factores climáticos Dos rasgos explican los caracteres climáticos peninsulares: los continentes, europeo y africano, las fuentes originarias de las masas de aire frías y cálidas que afectan al territorio peninsular; y el emplazamiento latitudinal, que convierte a la península en una área de transición sobre la que actúan y se interfieren los mecanismos de los climas templados (con origen en el Frente Polar y que invaden el territorio desde el otoño a la primavera) y tropicales (con la incidencia del Anticiclón (área de alta presión, estacionaria o variable, con débil pendiente de presión en el interior; las corrientes de aire van de dentro hacia fuera; origina un tiempo claro, seco y de viento débil) de las Azores desde finales de la primavera hasta el otoño, con tiempos secos y cálidos. El clima depende de las masas de aire atlánticas, de las del Mediterráneo occidental y de las africanas, si bien dos factores de abrigo lo definen: –
La posición de abrigo topográfico relativo respecto a la circulación del oeste. Así la sequedad del sureste está en relación con las Cordilleras Béticas.
–
La posición de abrigo aerológico frente a la circulación polar. Es la latitud o ubicación subtropical, si bien los caracteres del tiempo dependen de los mecanismos polares (las irrupciones provienen del norte y del oeste) y no de los tropicales (las corrientes perturbadoras de origen tropical no intervienen eficazmente, ya que, incluso, las del oeste o suroeste están compuestas por aire polar que ha descrito un arco en el Atlántico).
GEOGRAFÍA E HISTORIA
551
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
Pero la situación es más compleja por la incidencia de factores conjuntados: –
El emplazamiento meridional sobre la circulación general del oeste, lo que representará un bajo influjo de las borrascas atlánticas.
–
La proximidad a la subsidencia subtropical, la causa esencial de la incidencia del Anticiclón de las Azores. Su borde septentrional inserta aire tropical marítimo en la circulación del oeste, mientras el meridional lo hace con flujo del alisio hacia el archipiélago canario. Pero también el aire tropical continental sahariano, cálido y seco, puede llegar, originando olas de calor. El verano seco dominante es el resultado del ascenso latitudinal de la subsidencia subtropical (los inviernos fríos se deben a penetraciones de aire polar continental procedentes de anticiclones térmicos europeos).
–
El influjo mediterráneo en dos frentes: la generación de borrascas procedentes de la masa de aire mediterránea; y la incidencia térmica mar-tierra (con vientos como la tramontana, levante, mediodía, lebeche, poniente, cierzo, etc.).
–
El relieve (altitud, exposición y topografía), que afecta a las temperaturas, vientos, precipitaciones y nubosidad. Así, el invierno se prolonga en las montañas y las nieblas en los valles; las lluvias son más abundantes en las montañas y la nieve más regular, como también el viento; los microclimas abundan en los valles intermontanos (según solanas o umbrías, altitud, etc.), y los climas locales se difunden (Rías Bajas, Valle del Jerte, etc.). La uniformidad climática no se produce debido a la elevada altitud de ciertos territorios y a la complejidad orográfica: al norte las cadenas montañosas reducen las características atlánticas a estrechas franjas litorales; al oeste los influjos atlánticos penetran tierra adentro, siguiendo los grandes valles; y al este los influjos marítimos mediterráneos se apagan cerca de las costas. Los factores descritos generan una notable diversidad de climas: oceánicos, de verano seco, semiáridos y desérticos, de montaña, mediterráneos puros (archipiélago balear) y subtropicales con incidencia del alisio (Canarias).
Además, el clima peninsular está definido por la presencia de dos regímenes, térmico y pluviométrico: –
Por influjo de las temperaturas el oeste y norte son atlánticos, pues el océano suaviza. El resto es mediterráneo, con un mar que dulcifica y atempera las costas, y con un interior típico de las tierras elevadas y frías en invierno. Hay, pues dos sectores: el interior (con acusadas heladas) y el litoral (donde suelen estar ausentes). Y dos regímenes térmicos: de máximo estival y de mínimo invernal.
–
Por influjo de las precipitaciones hay dos regímenes pluviométricos: oceánico y mediterráneo, con lluvias que marcan una diagonal NO-SE con descensos hacia oriente. Cuando el origen es del Atlántico, las lluvias alumbran dos ámbitos: húmedo occidental, a barlovento, y otro a sotavento, con escasas e irregulares precipitaciones (las procedentes de la dinámica del oeste llegan debilitadas, y las mediterráneas se quedan en los contrafuertes montañosos).
La península pertenece, por tanto, al dominio de los climas templados mediterráneos, con los que comparte varios rasgos: la estacionalidad de las temperaturas, reflejada en la regularidad de unos inviernos fríos y veranos cálidos; la sequía, como repercusión más directa en la disminución de las precipitaciones estivales; y la variabilidad interanual de los principales elementos climáticos. 552
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 17. La península ibérica: relieve, clima y vegetación
3.2. Los elementos climáticos Los más representativos son dos: –
Las temperaturas. Hacia el interior la continentalidad (influencia del continente sobre un determinado fenómeno) aumenta, introduciendo las amplitudes térmicas. En la Meseta meridional las amplitudes se incrementan hacia el este, donde no llegan ni las influencias atlánticas ni mediterráneas, mientras en la septentrional las inversiones térmicas convierten en duraderas a las nieblas. Por tanto, los climas dominantes son los templados, con veranos calurosos. Hay un sector periférico sujeto a los influjos atlánticos o mediterráneos, y un interior continental, una dualidad costa-interior. La península repite los rasgos continentales, con julio como mes más cálido y enero como el más frío. En las áreas costeras el mes más cálido es agosto, y en las de montaña es febrero el más frío. La temperatura media anual disminuye desde la costa hacia el interior. Las mínimas se dan en el borde oriental y en las planicies del interior, asociadas a la invasión de masas de aire polar continental o ártico. Las costas del este o del sur disponen de temperaturas superiores a las septentrionales. Y en verano la Meseta es calurosa, por el efecto caldeo de los suelos. Los regímenes térmicos presentan uniformidad, pero con dos variantes: máximo estival (julio-agosto), y mínimo invernal (enero-febrero). Y dos elementos rompen dicha homogeneidad: la latitud (explicativa de la diferencia térmica entre las costas del sur y las cantábricas); y en el resto del territorio los factores geográficos explican otros hechos (la disposición del relieve aclara que las áreas más frías coincidan con los puntos más elevados; el emplazamiento interior de las mesetas explica la continentalidad climática, si bien con influjos latitudinales al norte –frescos y húmedos– y al sur –secos y cálidos–; la influencia marítima es palpable en la mitad occidental; y la costa mediterránea registra temperaturas elevadas, tanto por influjo subtropical como por el derivado marítimo). En la oscilación térmica anual se pueden diferenciar sectores:
–
*
Dónde es pronunciada: en las dos mesetas. En invierno las temperaturas son bajas debido al enfriamiento y a las frecuentes heladas, y en verano el contacto de las masas de aire con el suelo aporta las temperaturas altas.
*
Dónde es atenuada: la orla septentrional y buena parte de la costa atlántica, con inviernos suaves y veranos frescos, como derivación clara del influjo atlántico que pervive casi todo el año; y la costa mediterránea, que mantiene inviernos cálidos (por incidencia de la proximidad marítima y por la posición geográfica al resguardo de los frentes fríos septentrionales), y veranos calurosos (el Mediterráneo no es regulador pleno debido a sus reducidas dimensiones y por las invasiones de aire cálido procedente del norte africano).
Las precipitaciones. La diagonal NO-SE presenta situacions contrastadas: las borrascas del Atlántico aportan más de 800 mm en el NO y la fachada septentrional, pero las lluvias se reducen en la Meseta norte y valle del Ebro. La secuencia se mantiene hasta llegar al SE, con los sectores menos lluviosos del continente (200 mm). El verano mediterráneo, acusado y seco, es consecuencia de la subsidencia (movimiento lento del descenso del aire sobre una porción terrestre) subtropical. Las lluvias de invierno se dan en los sectores húmedos, y en las tierras elevadas del interior. El máximo de otoño-invierno en el litoral cantábrico, norte de Castilla-León, Sistema Central, submeseta meridional, Extremadura y Portugal. En otoño-prima-
GEOGRAFÍA E HISTORIA
553
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
vera o primavera-otoño en Castilla-La Mancha, centro de Castilla y León y Aragón. El máximo otoñal es marcado en el área mediterránea y el estival en el Sistema Ibérico, Pirineos e interior catalán. Pero se diferencian áreas: *
Superiores a los 800 mm, desde Galicia hasta Cataluña (debido a la posición septentrional sujeta al influjo de las borrascas y frentes templados) y en las sierras de Grazalema y Gredos (debido a su exposición a los frentes húmedos que se han colado hacia el interior).
*
Entre 600 y 800 mm. El paso a los sectores secos es gradual a través de una franja circundada por los rebordes meridionales de las alineaciones septentrionales y centrales, del sector occidental de las mesetas interiores, y de las vertientes de barlovento de las montañas orientales y meridionales.
*
Entre los 400 y 600 mm, se incluyen las mesetas, valle del Ebro, la fachada mediterránea, una porción del valle del Guadalquivir, y la mayor parte de los archipiélagos). Es el ámbito seco, donde el descenso pluviométrico se debe a que los flujos perturbados atlánticos llegan descargados de humedad al centro peninsular; y a la mayor frecuencia de las situaciones anticiclónicas hacia el sur.
*
Inferiores a 400 mm, en los sectores del interior y sureste. La posición muy tierra adentro en el primer caso, y el efecto de pantalla ejercido por los relieves orientales frente a los flujos húmedos atlánticos, en el segundo, son las razones de las carencias de agua.
Los regímenes de intensidad pluviométrica son dos principales: oceánico, con máximos en invierno, en los sectores de flujos atlánticos; y mediterráneo, con máximos en otoño y primavera, en la mitad este peninsular. El mínimo en el estío es derivación del desplazamiento hacia el norte del anticiclón subtropical de las Azores, y se intensifica hacia el sur. Es cuando surgen las lluvias de convección (transporte vertical de calor como consecuencia del movimiento ascendente del aire recalentado en contacto con el suelo).
3.3. Los tipos de tiempo La variedad de masas de aire que afecta a la península es notable:
554
–
Ártica polar continental, de procedencia eurosiberiana, fría y seca, que llega durante el invierno y provoca descensos térmicos y nevadas. Cuando se carga de humedad en el Mediterráneo aporta nevadas hasta en las costas y en el archipiélago balear, y en el resto del año ocasiona tormentas de granizo y lluvias en el litoral mediterráneo.
–
Ártico marítima, fría, con nevadas en invierno y granizos y tormentas en otras estaciones, y descenso de las temperaturas. Afecta en invierno con temporales de nieve y notables heladas, en verano produce inestabilidad con lluvias convectivas, y el resto del año inestabilidad, con granizadas en primavera.
–
Polar marítima, fría y húmeda con origen en los cinturones de bajas presiones de Islandia, Groenlandia e Islas Británicas. Aporta borrascas frontales, y afecta todo el año. En invierno provoca lluvias y descenso térmico, actuando sobre la mitad oeste y el suroeste, y en verano descenso térmico y lluvias en las montañas septentrionales. PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 17. La península ibérica: relieve, clima y vegetación
–
Tropical marítima, cálida y húmeda, con origen en el anticiclón de las Azores. Eleva a las temperaturas y llega con la circulación zonal del suroeste. Afecta durante todo el año, con frecuencia estival, cuando aporta bochorno, calinas y ausencia de lluvia. En invierno introduce nieblas.
–
Tropical continental o sahariana, con aire muy cálido y seco, más frecuente en verano. Es la responsable de las olas de calor y del descenso de la humedad, aunque en primavera, otoño e invierno hace subir las temperaturas, y en invierno genera nieblas interiores.
Los tipos de tiempo responden a dos modelos, según dominen las depresiones (régimen ciclónico) o los anticiclones (régimen anticiclónico). Las situaciones atmosféricas son, pues, ciclónicas y anticiclónicas: –
Las ciclónicas. Los períodos de mal tiempo emanan de las depresiones atlánticas, ligadas al cinturón de bajas presiones subpolares, con tiempos inestables, nubosidad, precipitaciones, vientos, etc. Las situaciones ciclónicas son las generadoras de precipitaciones, con tres variantes principales: *
Las frontales, asociadas a una circulación zonal del oeste, las más frecuentes y con mayor pluviometría. Afectan a las áreas abiertas al mar.
*
Gotas frías y convecciones térmicas, en las estaciones intermedias y durante el estío. Su origen se encuentra en la Corriente en Chorro, que al disminuir de velocidad se rompe en pequeñas borrascas (las gotas frías), que al contactar con aires cálidos y húmedos provocan nuevamente su ascenso y una condensación rápida, traducida en precipitaciones muy intensas, con las inundaciones derivadas en las costas mediterráneas. En invierno se centran en Andalucía, mientras en otoño lo hacen sobre el Levante.
*
Situaciones frías del norte o noreste. El origen se encuentra en la recepción de masas árticas o polares, que provocan descensos que pueden llegar a los –20 ºC en el interior. Las lluvias suelen ser escasas, pero las bajas temperaturas las transforman en nieve.
Las situaciones complejas más comunes son las siguientes: *
Del norte, con aire polar, con escasa actividad pluviométrica, pero fuerte descenso térmico.
*
Del noroeste, con aire polar marítimo, con agua y frío.
*
Del oeste, específica de invierno. Las perturbaciones atlánticas aportan tiempo húmedo, con vientos fuertes, cielos cubiertos y lluvias duraderas, pero con temperaturas suaves (el tiempo de la costa atlántica, con pasos de frentes cálidos y fríos).
*
Del Noreste, con aire polar continental y temperaturas extremas que afectan negativamente al área mediterránea, ya que el eje se establece sobre el Mediterráneo occidental.
*
Del Noreste mixto (NE/SW). Desde el continente europeo o Mediterráneo occidental llega a la península una onda ártica con aire polar continental o marítimo, con precipitaciones dispares y vientos.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
555
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
–
*
De Levante o del este, por las irrupciones meridianas de aire polar, hasta individualizar gotas frías en el estrecho, que pasan al Mediterráneo occidental con lluvias torrenciales en el sur y este.
*
De Pantano/gota, con gota fría en las capas altas. El tiempo atmosférico es desigual, inestable, con chubascos y tormentas forzadas por el relieve, preferentemente en verano.
*
Del Suroeste, por irrupciones de aire polar marítimo o ártico que alcanza a las Azores, frecuentes entre octubre y abril, originando los temporales de poniente, con viento, pero también suavidad térmica.
Las anticiclónicas. Derivan de las altas presiones centradas en el oeste, noroeste, Mediterráneo occidental, anticiclón de las Azores o bien de los anticiclones oceánicos. El tiempo es estable, sin nubes ni viento, con tiempos secos y soleados. En verano aportarán calinas (neblina de calor debida a masas de polvo elevadas por aire ascendente cálido) en la Meseta y el sur. Las anticiclónicas son inhibidoras de las precipitaciones, con dos variantes: *
*
Cálidas, a su vez con tres tipos: •
Con aire tropical marítimo en verano, proporcionando una fuerte insolación, que puede dar lugar a borrascas térmicas en el interior y sureste. Es el anticiclón de las Azores (ascendente en verano, alcanzando la península con tiempos estables, despejados y cálidos).
•
Con aire marítimo tropical en invierno, con tiempo estable por el día y heladas nocturnas no muy intensas y nieblas.
•
El anticiclón sahariano, tropical continental, con aire muy seco y cálido que puede afectar al sur con olas de calor.
Templadas y frías, con otros tres tipos, según el origen del centro anticiclónico: •
Del Atlántico, que manda flujos húmedos, con tiempos estables pero fríos, y heladas poco intensas.
•
Del continente europeo, que envía aire seco y frío. Suelen ser relativamente estables.
•
Del anticiclón escandinavo continental, muy frío y seco que explica las olas de frío riguroso.
Las situaciones complejas más comunes son:
556
*
Oceánica fría (polar marítimo), con bancos de niebla por la irradiación térmica nocturna.
*
Oceánica cálida de poniente (corriente zonal del oeste), con altas temperaturas e insolación.
*
Asociada al alta continental europea, al anticiclón de Europa central, expandida hacia el sur, y con bajas temperaturas.
*
Asociada al alta continental ibérica, en invierno, con fuerte continentalización de las temperaturas, y tiempo seco y frío.
*
Asociada a la baja térmica del norte de África, entre junio y septiembre, con flujos de levante y vientos de lebeche, secos. Aporta olas de calor. PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 17. La península ibérica: relieve, clima y vegetación
3.4. El ritmo estacional –
Primavera. Dominan los tiempos ciclónicos, con perturbaciones ligadas al frente polar. Es la estación de las depresiones atlánticas alternadas con anticiclones polares, que proporcionan tiempos de la circulación del oeste, y después los del suroeste y noroeste. El rasgo dominante son los cambios bruscos.
–
Verano. El anticiclón de las Azores aporta buen tiempo, con su aire cálido subtropical, aunque hay depresiones térmicas interiores debido al recalentamiento del aire. Domina el tiempo soleado y seco. Las temperaturas máximas se dan con las invasiones de aire africano, y con la baja térmica peninsular. El dominio de los anticiclones (Azores o subtropical norteafricano) hace que sea la estación menos perturbada.
–
Otoño. El anticiclón de las Azores se retira hacia el sur, por lo que domina el tiempo ciclónico ligado a las depresiones suratlánticas, con vientos del oeste que aportan lluvias abundantes. Cuando llegan masas polares o árticas marítimas a un Mediterráneo caldeado se pueden producir lluvias torrenciales en la costa levantina. Es la estación más lluviosa, con aguaceros en el Mediterráneo y frentes en el Atlántico. Entre mediados de septiembre y noviembre hay temporales asociados a perturbaciones atlánticas, con tiempos anticiclónicos intercalados.
–
Invierno. El anticiclón de las Azores se desplaza hacia el sur, y se acentúa el contraste térmico entre la masa continental europea fría y el agua tibia del océano. Dominan los tipos de tiempo ciclónicos, y los anticiclónicos proporcionan tiempo frío y despejado. Los tipos de tiempo ciclónicos más relevantes son los del suroeste y oeste, portadores de lluvias en las vertientes occidentales.
3.5. Las variedades climáticas Son básicamente cuatro: atlántica, mediterránea, continental y canaria. –
Atlántica: *
Oceánica. Se instala en el litoral y prelitoral septentrional, con lluvias abundantes y uniformes, máximos en invierno, y sin meses secos (la precipitación media es de unos 1.250 mm) por la presencia de borrascas atlánticas, que proporcionan unas temperaturas medias entre 11 y 15 ºC, con bajas amplitudes. Presenta los índices de insolación más bajos de la península.
*
Suboceánica. De transición entre los climas oceánicos y continentales, en el norte de Castilla y León, y sur de las cordilleras cantábricas y pirenaicas. Sus precipitaciones son de unos 700 mm, pero con invierno crudo.
*
Verano seco e insolación anual. En la franja costera andaluza, la abierta al Atlántico, con la más alta insolación de la península (de ahí la denominación de Costa de la Luz), con temperatura media de 18 ºC, inviernos suaves y veranos cálidos. La lluvia alcanza los 700 mm, debido al influjo de la circulación y situaciones del suroeste.
*
Verano caluroso y seco. En la depresión del Guadalquivir, que registra las más altas temperaturas de la península (17 ºC de media), con inviernos suaves, aunque con presencia de nieblas, y precipitaciones de unos 500 mm.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
557
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
–
–
558
*
Verano seco y elevada amplitud térmica. En Extremadura, con los máximos de lluvias en invierno y primavera (más de 500 mm de media), y temperaturas también medias de 16 ºC.
*
Montaña. En las meridionales se da una notable escasez estival de agua, con la excepción de la Sierra de Grazalema, abierta a los flujos del suroeste. En las septentrionales son abundantes durante todo el año las tormentas (especialmente en verano) y las nieblas.
Continental, con las siguientes variantes: *
Escasez de precipitaciones y presencia del cierzo. Son las condiciones en la depresión del Ebro, hasta Navarra, La Rioja, Tarragona, Lérida, etc. Presentan un invierno frío y veranos cortos y calurosos. La temperatura media es de 14 ºC, mientras la media pluviométrica está en 450-500 mm, con lluvias en las estaciones intermedias. En invierno domina el viento reseco del noroeste, el cierzo, que se encaja en el valle del Ebro (también en primavera).
*
Largos inviernos y veranos secos. Definen la Castilla septentrional, con estíos cortos y secos. La amplitud térmica anual es de 17 ºC, y la media pluviométrica de 450 mm, con dominio en las estaciones intermedias.
*
Escasez de lluvia y fuerte amplitud térmica. Se enmarca en la Castilla meridional, con inviernos fríos y veranos calurosos, con 19 ºC de amplitud térmica (la mayor de la península). Las lluvias alcanzan los 450 mm de media, con las máximas en invierno y primavera.
*
Montaña interior. En el Sistema Ibérico y Montes de Toledo, con lluvias medias de 700 mm, superiores en las montañas ibéricas y Sierra de Gredos. Los inviernos son largos y fríos y las heladas se prolongan hasta mayo.
Mediterránea. Con las siguientes variantes: *
Invierno duro, abundantes lluvias y tramontana. En el litoral de Cataluña, con 850 mm, repartidas entre el otoño e invierno, y con temperaturas medias de 15 ºC, las más bajas del ámbito mediterráneo, con inviernos frescos y veranos suaves. Un viento del norte, frío y seco, la tramontana, hace descender las temperaturas.
*
Invierno suave y verano caluroso y seco. En la costa mediterránea, entre Cataluña y el sureste, y las Baleares. Las precipitaciones son de 550 mm, aportadas por vientos de levante. En otoño las lluvias convectivas formadas en el Mediterráneo pueden ser torrenciales (las gotas frías). Los inviernos son suaves y los veranos calurosos, con temperaturas de 17 ºC.
*
Sequías y contrastes pluviométricos. En el sureste, con sequía y lluvias concentradas (menos de 400 mm). La temperatura media es de 18 ºC.
*
Inviernos suaves. En la fachada meridional, con media de 18 ºC y temperaturas suaves en invierno, y la lluvia de 650 mm.
*
Reducidas precipitaciones e invierno frío. Es la variante de los altiplanos, en el surco intrabético y noreste murciano, con lluvias de 450 mm, descendiendo hacia oriente, con estío cálido y temperaturas de 14 ºC, e invierno frío.
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 17. La península ibérica: relieve, clima y vegetación
*
–
Montañas. Es la variante mediterránea de las áreas costeras de Cataluña, Tramontana (Mallorca), oriente de la Cordillera Ibérica y relieves béticos del sureste. El clima es frío en invierno y soleado en verano, con temperaturas medias inferiores a 16 ºC y precipitaciones de 700 mm.
Subtropical. Los climas canarios, con flujo frecuente del alisio (viento tropical que sopla durante todo el año desde la zona de altas presiones, situada a 30º latitud N y 40º latitud S, hacia las bajas presiones ecuatoriales, y que a consecuencia de la rotación de la Tierra y del roce del hemisferio N es desviado hacia el SW) que proporciona tiempo estable en invierno. Pero es acusado el contraste de lluvias entre las islas occidentales y las demás, y entre las vertientes norte y sur de las montañas. Las precipitaciones son invernales. Hay tres variedades: costera (dulcificada, con 20 ºC de media y lluvias inferiores a 350 mm), montañosa (con 750 mm y temperatura media de 14 ºC) y de altura (con menos de 12 ºC y 500 mm, y heladas invernales). VARIEDADES CLIMÁTICAS
TEMPERATURA MEDIA PRECIPITACIÓN MEDIA ºC mm
Atlántica – Oceánica
11-15
1250
– Suboceánica
10-11
700
– Verano seco e insolación anual
18
700
– Verano caluroso y seco
17
500
– Verano seco y amplitud térmica
16
500
Variable
Variable
– Escasez de lluvias y presencia del cierzo
14
450-500
– Largos inviernos y veranos secos
17
450
– Escasez de lluvia y fuerte amplitud térmica
19
450
Variable
700
– Invierno duro, lluvias y tramontana
15
850
– Invierno suave y verano caluroso y seco
17
550
– Sequías y contrastes pluviométricos
18
400
– Inviernos suaves
18
650
– Reducidas precipitaciones e inviernos fríos
14
450
– Montaña
16
750
Variable
Variable
– Montaña
Continental
– Montaña interior
Mediterránea
– Subtropical GEOGRAFÍA E HISTORIA
559
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
4. LA RED HÍDRICA Y SU RELACIÓN CON EL CLIMA: LA IRREGULARIDAD La red fluvial es irregular, y resalta la dualidad entre las vertientes atlántica y mediterránea, aunque en ambas los ríos disponen de caudales y recorridos inferiores a las medias continentales. La alimentación es básicamente pluvial, porque los grandes cursos emanan de los territorios expuestos a las borrascas atlánticas. En la atlántica desembocan el Duero, Tajo, Miño, Guadalquivir y Guadiana, mientras en la mediterránea el Ebro y los ríos de segundo orden (Júcar, Segura, Turia…).
4.1. La red fluvial y las cuencas vertientes Se define por la disimetría (derivada del relieve) y las diferencias de caudal (consecuencia de las climáticas). La disposición del relieve, basculado a occidente, hace que tres cuartas partes de las aguas drenen hacia la vertiente atlántica (que abarca dos tercios de la superficie), los cursos que tienen su origen en las Mesetas, el valle del Guadalquivir, y en las cordilleras cantábricas. Hacia la mediterránea lo hacen los que recogen aguas del valle del Ebro, las montañas penibéticas, y las alineaciones mediterráneas. Las cuencas cantábrica y mediterránea marcan grandes desniveles hacia el mar.
Vertiente
Ríos y longitud total en la vertiente con sus afluentes (kilómetros)
Atlántica (400.839 km2, 69% del territorio) Colectores de la Meseta (36%)
Duero (913), Tajo (1202), Guadiana (820)
Colectores periféricos de la Meseta (21%)
Miño (343), Otros (135)
Colectores de la depresión Bética
Guadalquivir (580)
Mediterránea (182.661 km2, 31% del territorio) Derrames béticos (3%) Derrames ibéricos (7%)
Segura (341), Júcar (534)
Derrames valle del Ebro (15%)
Ebro (928)
Derrames de los Pirineos orientales y Cataluña (6%)
Llobregat (170) y Ter (184)
Las grandes cuencas son: –
560
Ebro. La más caudalosa, con dos regímenes: de montaña (los grandes derrames de los Pirineos), y mediterráneo (los aportes de la Cordillera Ibérica). PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 17. La península ibérica: relieve, clima y vegetación
–
Duero. Con la cuenca más extensa, y tres aportes: derrames de la Cordillera Cantábrica, los del Sistema Central, y los procedentes de los acuíferos.
–
Guadalquivir. Con dos aportes: de la mitad de su módulo son responsables el Guadalimar, Guadiana menor y Genil, y del resto los acuíferos cársticos.
–
Guadiana. Con dos contribuciones básicas: el drenaje calcáreo de La Mancha, y los aportes de la Serranía de Cuenca, Montes de Toledo y Sierra Morena.
–
Tajo. Con la tercera cuenca y dos aportaciones clave: casi la mitad procede de la Cordillera Central, y el resto del Sistema Ibérico.
4.2. La red fluvial y su irregularidad Se distinguen dos tipos de variantes fluviales, porque el clima condiciona al régimen de alimentación de los cauces, básicamente pluvial: –
Atlántica, de alimentación lluviosa bastante continua, con caudales absolutos (cantidad de agua de un río que pasa por un punto dado en su curso, y se mide en m3/seg) reducidos, por sus limitadas cuencas vertientes, pero regulares, si bien los caudales relativos (en relación con la superficie drenada) son altos.
–
Mediterránea, con otros dos tipos: régimen complejo por aportes ya diferenciados, y con caudales moderados; y ríos levantinos, de corto recorrido, e irregulares. Crecidas y estiajes serán los rasgos distintivos.
La variabilidad de los regímenes fluviales indica que la escorrentía anual media es de 220 mm (sobre los 684 mm de precipitación). La España silícea es la que aporta más escorrentía. Con respecto a la variabilidad estacional dominan los regímenes complejos, y las categorías son: –
Pluviales. La dominante, con tres subtipos: atlánticos (en el norte y noroeste), con máximo invernal, coincidente con el de lluvias, y con mínimo estival; mediterráneos (sureste), con mínimo estival y máximos en otoño y primavera; y subtropicales (Béticas), con aguas altas invernales y bajas estivales.
–
Pluvio-nivales. En montaña (máximos en primavera y mínimos en verano).
–
Nivales. En ríos de alta montaña, con tres subtipos: de montaña, de transición, y nivo-pluvial.
–
Nivales de montaña. En las cumbres por encima de los 2.500 metros, con aguas altas en verano y bajas en invierno.
Otra clasificación alude a tres grandes sectores: –
Ríos de montaña. Con crecidas rápidas en primavera al fundir los neveros (Segre, Ter, Noguera, Gállego, Lozoya…).
–
Ríos atlánticos. Los cantábricos (Bidasoa, Nervión, Nalón, Navia, Eo, Ulla, Miño…) y atlánticos (Duero, Tajo, Guadiana y Guadalquivir, con aportes de las montañas del interior). Las lluvias de carácter oceánico proporcionan alta regularidad a sus caudales.
–
Ríos mediterráneos. Con la excepción del Ebro son cortos y con gran irregularidad en sus caudales, pero con avenidas y crecidas.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
561
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
Río
Longitud
Caudal absoluto
Caudal relativo
Superficie cuenca
Ebro
910
614
7,4
85.997
Duero
835
660
6,8
98.375
1.007
500
5,6
81.947
Guadiana
578
79
1,6
67.500
Guadalquivir
657
164
3,7
57.421
Júcar
498
50
2,3
22.145
Segura
325
21
3,0
16.164
Miño
310
340
19,0
17.757
Turia
280
10
1,9
6.394
Tajo
Longitud: km Caudal relativo: l/sg/km
Caudal absoluto: m3/sg 2
Superficie de cuenca: km2
De los nueve cursos más importantes de la península, tres superan los 800 kilómetros de longitud, cinco los 650, y cuatro bajan de los 500. Por tanto, la red hidrográfica está muy descolgada de las longitudes medias de los grandes cursos europeos. En caudal absoluto sólo tres superan los 500 m3/sg, muy lejos del disponible por los ríos europeos de cuencas parecidas. Esos mismos cursos (Ebro, Duero y Tajo) más el Miño superan los 5 l/sg/km2 en caudal relativo, lejos también de los oceánicos continentales; los mínimos se dan en los ríos mediterráneos, pero con valores que hasta en un par de casos bajan de los 2. Por superficie de cuenca vertiente el Duero supera ampliamente a los dos siguientes, pero multiplica por cuatro (y hasta más veces) a los de menor cuenca, la mejor prueba de la aludida influencia del relieve.
5. LA VARIEDAD DE LOS PAISAJES NATURALES La vegetación se adscribe al dominio floral holártico con las regiones mediterránea, eurosiberiana, macaronésica, y las formaciones de montaña. Resalta la variedad fitogeográfica y la difusión de endemismos. La mediterránea es la vegetación dominante, y en el sector seco (menos de 600 mm) el bosque esclerófilo (encina, alcornoque…). El largo estío acompañado de calor explica la difusión de la estepa (área periódicamente seca en los subtrópicos, así como en las regiones continentales de las zonas templadas, generalmente sin árboles). Al oriente, más caluroso, se acopla el lentisco, acebuche, palmito.... Y en sectores más húmedos el quejigo, roble..., las especies mesófilas. La transición al bosque húmedo oceánico se da en el norte con el haya, roble común, tilo, avellano, castaño... En el archipiélago canario resalta desde la laurisilva (laurel) hasta las xerófitas (tipo de planta cuya estructura se adapta a los lugares secos).
562
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 17. La península ibérica: relieve, clima y vegetación
5.1. La variedad de zonas húmedas Los humedales son sistemas de transición entre los terrestres y los acuáticos, ecotonos. Se establece la siguiente clasificación: –
De alta montaña. En cubetas glaciares, con más de un millar de lagos y lagunas en los Pirineos, en los macizos montañosos de León y de la Cordillera Cantábrica, Cordillera Ibérica y Sistema Central.
–
Lagunas ligadas a los acuíferos cársticos. En la Cordillera Cantábrica, Prepirineo, Prebéticas, Campo de Montiel (Lagunas de Ruidera), y Cordillera Ibérica (las torcas de la serranía conquense).
–
Humedales interiores. Relacionados con los flujos subterráneos de las cuencas terciarias. La mayor diversidad se encuentra en La Mancha, la abundancia en el Valle del Ebro, las lagunas en la depresión del Duero…
–
Humedales costeros. Con tres sectores: Cantábrico, con marismas y rías; Mediterráneo, con albuferas en los deltas, cerradas con restingas, o bien salinas; y Golfo de Cádiz, con marismas.
Los lagos se encuadran en dos sistemas: glaciares y cársticos. –
Los sistemas glaciares. En la cordillera Cantábrica el núcleo está en los Picos de Europa. En el sector occidental se extienden hasta los contrafuertes del Macizo Galaico, hasta Sanabria (Zamora), el mayor lago peninsular. En el Sistema Ibérico se limitan a los Picos de Urbión (2.228 m.) y sierras próximas. En el Sistema Central en la Sierra de Béjar, Gredos y en Peñalara (Guadarrama).
–
Los sistemas cársticos. Cuando los depósitos cierran a un río se generan cubetas, como ocurre en las Lagunas de Ruidera. En las estribaciones cantábricas los escasos ejemplos se emplazan en el sector oriental, en las calizas y margas del secundario. En el Prepirineo resalta Banyoles (el segundo lago más extenso de la península y el mayor cárstico). En las serranías del Sistema Ibérico hay cubetas cársticas (torcas de Cuenca). Y en el Campo de Montiel las Lagunas de Ruidera.
Los humedales se reparten entre: –
Cuencas sedimentarias. Son los lavajos, bodones y navas, en ambas mesetas y en las depresiones del Ebro y Guadalquivir. En la Meseta meridional son los navajos, salobrales y tablas, con la mayor variedad de humedales de toda la península. Hay cársticos, de cráter (Campo de Calatrava), etc., y la mayor concentración está en pleno corazón manchego, en las tablas, llanuras de inundación o endorréicos (territorio en el que los cursos de agua no tienen salida al mar). Resaltan las Tablas de Daimiel y los Ojos del Guadiana.
–
Costeros. Entre los atlánticos (rías y marismas) resaltan las rías cantábricas, y las marismas (desde la desembocadura del Bidasoa hasta la del río Eo). En Galicia despuntan las marismas en los estuarios formados por las rías; en las Rías Altas hay desde esteros (terreno inmediato a la orilla de una ría por el cual se extienden las aguas de las mareas) a arenas mareales. En el Golfo de Cádiz las marismas de la desembocadura del Guadiana y del Guadalquivir conforman el complejo de humedales más importante de la península. Entre los mediterráneos sobresalen los espacios palustres y salinos (Torrevieja, Santa Pola…). En el litoral levantino despunta el Mar Menor (13.000 ha.), la mayor de las lagunas costeras de la península. Y los sectores palustres del delta del Ebro, Llobregat, etc.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
563
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
5.2. Los grandes paisajes naturales La vegetación dispone de gran diversidad, que deriva de una situación geográfica particular (latitudinal y penínsular), unos rasgos climáticos diferenciados, y un relieve definido por contrastes líticos y edáficos. La riqueza vegetal se cifra en 5.500 especies, pero la más original es la macaronésica, con más de la tercera parte de las especies endémicas. Las comunidades más representativas son: –
–
–
–
Las arbóreas, con variantes: *
El bosque mediterráneo, formación no muy alta, perenne, y con predominio de encinas y alcornoques. La arbórea ha sido sustituida por un matorral denso, la garriga.
*
El bosque de hoja caduca, de la región eurosiberiana, floresta densa y alta, con resalte de robledales y hayedos. El haya es un árbol de montaña, entre los 1.000 y 1.500 metros, sobre un sotobosque poco abundante, sustituido por castaños (al igual que el robledal), y luego por pinos y eucaliptos.
Las arbustivas, donde el clima mediterráneo alcanza un elevado grado de aridez, con maquis (asociación de arbustos y plantas leñosas en lugares cercanos a la costa mediterránea, con el ciclo principal de crecimiento en invierno). Los rasgos son: xerofilia, porte reducido, y discontinuidad. Y aparecen variedades: *
El maquis, un matorral denso que puede alcanzar los dos metros de altura.
*
Las áreas de transición (formaciones de origen euroasiático y mediterráneo).
*
Las formaciones diferenciadas: una más próxima al ambiente atlántico, más húmeda y de vegetación densa, y otra más árida, ocupada por quejigales.
Las de montaña, con tipos básicos: *
Alpinas. En el Pirineo se distinguen tres pisos: subalpino, con coníferas; alpino, hasta los 3.000 m, con dominio de los prados naturales; y nival, por encima de los 3.000 m.
*
Mediterráneas. En Sierra Nevada se aprecian dos pisos: montano, con quejigos, y supraforestal, con pradera.
La macaronésica, endémica y tropical, una formación boscosa de laurisilva con una gran riqueza de especies. El matorral dominante está formado por jaras y retamas.
Según el emplazamiento y las características biogeográficas resultantes los paisajes naturales son: de llanura (septentrionales y mediterráneas), de montaña (septentrional, mediterránea, y canaria), de litoral (acantilado y llano), y humedales y riberas. La tipología es variada: –
564
Llanura: *
Eurosiberianas, o septentrionales. Entre el País Vasco y Asturias los robledales, con tilos, castaños, arces, avellanos, etc., y en el noreste de Galicia los brezales.
*
Mediterráneas. Son extensas, con formaciones arbóreas, arbustivas y herbáceas, muy transformadas. El alcornoque, en el suroeste, está mezclado con jaras, brezos, espliegos, etc. El robledal en suelos silíceos, sobre todo en la cuenca del Duero y sectores bajos del Sistema Central. El quejigo sólo en las PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 17. La península ibérica: relieve, clima y vegetación
cuencas del Tajo, Duero y en la Mancha septentrional, sobre calizas. La sabina albar en las llanuras meseteñas. La coscoja en el litoral. Y el pinar por las depresiones del Ebro, Duero y en la llanura manchega. –
Montaña. Con tres variantes: *
Eurosiberiana o septentrional. En los pisos inferiores los hayedos y robledales, con tres tipos de hayedos: eútrofos, muy húmedos, en los valles pirenaicos y la cadena Costera Catalana; oligótrofos, en suelos ácidos, desde la Cordillera Cantábrica a Galicia y sectores orientales del País Vasco; y submediterráneos, en los ámbitos menos húmedos y más calurosos. Los robledales se extienden por el occidente de las montañas atlánticas. En la media montaña domina el bosque mixto de arces, fresnos, tilos, olmos, avellanos, etc., y perennifolias, como el laurel, encina, acebo… En suelos ácidos los abedules, tejos, fresnos…, y los avellanos en las vaguadas. En las vertientes meridionales las especies más xéricas (carrascas, quejigos, pinos, sabina, enebro, etc.). En la Cordillera Cantábrica el piso subalpino comienza a partir de los 1.600 metros, con pastizal y matorral, y turberas en los humedales; el alpino, desde los 2.300 metros, con pastizal. En los Pirineos el subalpino es forestal hasta los 2.300 metros, con abetos y pino albar, y caducifolias en espacios húmedos. El alpino llega hasta los 2.900 metros, con pastizal y matorral rastrero.
*
Mediterránea. Con matorrales, pastizales y árboles esclerófilos. En los pisos bajos abundan las carrascas, encinas, alcornoques, quejigos, acebuches, etc. En las Béticas la carrasca se extiende mezclada con herbazal y matorral, y en el Sistema Ibérico con sabina albar, hasta los páramos aragoneses y manchegos. En el Sistema Central se combina con el enebro. El roble se extiende por el occidente, hasta los Montes de Toledo, por el sur hasta Sierra Morena, y por el norte hasta Cataluña. En la Meseta meridional se instala en las Béticas, sierras levantinas, y Sistema Central. El haya y el abedul son residuales. El quejigo se encuentra en el alto Guadalquivir, y la sabina albar sustituye a la encina en las áreas frías, mientras el pinar está presente en pisos de montaña: el pino carrasco en las Béticas, Sistema Ibérico y Pirineos orientales; el negral en las Béticas orientales y Sierra de Gredos; y el laricio en el Pirineo catalán, Sistema Ibérico y Béticas orientales. En la alta montaña en suelos silíceos abunda el matorral de enebro, y en calizos (Béticas y Sistema Ibérico) los sabinares rastreros. En sectores de nieves prolongadas lo harán los pastizales.
*
Canaria. Hasta los 400 metros domina la vegetación xerofítica, y por encima la sabina, acebuche, palmera y drago. En las áreas húmedas la laurisilva (La Gomera, Tenerife y La Palma). Por encima de los 1.200 metros el pino canario, y superando los 2.000 el matorral arbustivo. Más allá de los 2.700 los endemismos.
–
Litoral. En playas, arenales y dunas prospera el pino y el sotobosque de coscoja y lentisco. En estuarios, rías, marismas y albuferas las praderas, el matorral y jarales.
–
Riberas fluviales y humedales interiores. Hay dos variantes: *
En riberas. En los tramos altos sauces, y en los medios y bajos sotos y bosques aluviales. En el sector mediterráneo hay chopos y álamos.
*
Los humedales. En los saladares predominan las herbáceas, juncos, tarajes, etc., y en las lagunas dulces la vegetación de juncos y carrizos.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
565
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
6. LAS REGIONES GEOGRÁFICAS Y LOS CARACTERES REGIONALES 6.1. Las regiones geográficas Dominan las variedades regionales: estructurales (Meseta y unidades externas), morfoestructurales (regiones de plegamiento y sedimentación) con la compartimentación del territorio, y edáficas (silicias, calizas, arcillosas y hasta volcánicas). Y es posible distinguir unos conjuntos regionales de características afines por sus rasgos esencialmente fisiográficos:
566
–
El Septentrional (País Vasco, la cornisa cantábrica, y Galicia). La orla septentrional cantábrica incluye la mayor parte de la llamada España húmeda, desde las costas gallegas hasta los límites con el Pirineo. Sus rasgos distintivos son: precipitaciones, de las más altas de la península, superiores a los 1.000 mm; y su carácter serrano, pues constituye el reborde montañoso septentrional de la meseta española, pero encarado al mar. Estos rasgos aportan muchos aspectos del desarrollo: el relieve explica las comunicaciones difíciles con el interior, debido a los elevados puertos que separan a la vertiente cantábrica y a la Meseta; las profundas rías, excelentes puertos naturales y el gran desarrollo de la fachada marítima explican que en este sector costero haya despuntado la vocación marinera; y la industrialización es derivación de los amplios recursos mineros (carbón, hierro...), reforzada, además, con las posibilidades de obtención de energía eléctrica. Por último, el clima impone la frondosidad de la vegetación, con bosques de hayas, robles... y un sotobosque de brezos, tojos, helechos... propios de las landas atlánticas.
–
La Meseta, subdividida en dos: Septentrional (con Castilla y León) y Meridional, con dos subregiones (Castilla La Nueva y Extremadura). Su situación céntrica y sus condiciones geográficas han asegurado su papel de aglutinante peninsular. Se caracteriza por: las llanuras esteparias monótonas, de altitud media elevada entre 500 y 800 metros; unos relieves montañosos interiores, como la Cordillera Central y los Montes de Toledo, que aportan subregiones diferenciadas, la Submeseta superior (Castilla y León) e inferior (Castilla La Nueva y Extremadura); y un clima que, a causa de la altitud y del aislamiento del mar por las montañas que la circundan, es de acentuado matiz continental, que explica la pobreza de la vegetación arbórea y la extensión de las soleadas y mal llamadas estepas españolas.
–
Aragón y Navarra. Integran la mayor parte del Valle del Ebro, también con genuinos rasgos definidores. Así: en una llanura árida la vida se concentra a lo largo de los cursos de agua importantes, alrededor de los cuales y con el regadío de áreas extensas se han creado magníficas huertas, verdaderos oasis en medio de un paisaje estepario hostil; y hacia la depresión del Ebro convergen parte de los valles que forman las montañas de la periferia, y que avenan a la gran arteria regional, con orígenes pirenaicos al norte y de la Cordillera Ibérica al sur.
–
El Mediterráneo, con subregiones: Cataluña, Valencia, Levante, Baleares, y Andalucía. La periferia mediterránea comprende en su mayor parte a la mitad levantina de la Cordillera Ibérica. Por el Norte se añade el complejo catalán, desde el Pirineo oriental a las Cordilleras Costeras, incluyendo entre ambas a un buen sector de la Depresión del Ebro. Por el sur el extremo oriental de las alineaciones Béticas, que apuntan por Alicante hacia el mar en dirección a Baleares, una región caracterizaPROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 17. La península ibérica: relieve, clima y vegetación
da por: ser un área de paisajes donde alternan las montañas calcáreas de altitud media, poco acogedoras, con valles, depresiones interiores y franjas costeras no demasiado anchas; la diversidad de recursos agrícolas; y la falta de unidad. El grupo insular de Baleares participa de muchos rasgos del conjunto mediterráneo, aun cuando la insularidad le confiere características especiales. El mediodía constituye el vasto conjunto andaluz que se extiende por el norte hasta las laderas de Sierra Morena y por el sur hasta el mar; y entre dichos límites se encuentran la depresión del Guadalquivir y el gran complejo montañoso de las Béticas con sus depresiones interiores (hoyas de Baza, Guadix, Granada..., llanuras elevadas, convertidas en vegas), que contrastan con las montañas periféricas, más inhóspitas. Hacia el sureste el clima mediterráneo se hace cada vez más cálido y árido, con limitación de recursos. Más hacia el oeste, la humedad atlántica deja sentir su influencia sobre todo en las montañas occidentales de Andalucía y en gran parte de la depresión del Guadalquivir. –
Canarias, con el genuino clima y relieve.
–
Las Azores, con el particular clima.
–
El oeste, que abarca Portugal, con dos sectores diferenciados: el septentrional, con los rasgos atlánticos, y el meridional, con los mediterráneos. Pero también en el septentrional surgen otra serie de caracteres: una compleja tectónica que ha alumbrado relieves quebrados y erosionados (la continuación de las características del Sistema Central); pluviosidad elevada, con escueto periodo seco estival; vegetación típicamente caducifolia; unas las tierras orientales a sotavento de las cordilleras costeras, la región de Trás-os-Montes, que ofrecen climas contrastados y secos; por el contrario, en el fondo del Valle del Duero los inviernos son cálidos y secos; transicionalmente hacia el sur aparece el valle del Tajo, con materiales terciarios y cuaternarios (también las cordilleras plegadas, junto a la costa). Y en el Portugal meridional resaltan dos grandes sectores: el Alentejo, con la quinta parte de Portugal en extensión, y variados rasgos (baja pluviosidad y fuerte sequía veraniega, y dominio del alcornoque y la encina con sotobosque o matorral de charneca); y el Algarbe, con acusada originalidad dentro de las tierras del sur lusitano, porque se encuentra limitado por pequeñas cordilleras que agudizan sus rasgos climáticos, proporcionando mayor sequedad y calor, y porque se extiende por una llanura litoral soleada. Así pues, el contraste entre el Portugal septentrional y meridional es tan acusado como el de la España septentrional y meridional.
6.2. Los tipos y caracteres regionales Puede hablarse incluso de dos grandes regiones estructurales: la Meseta, con los denominados sistemas interiores (las dos Mesetas, el Sistema Central y los Montes de Toledo), y los bordes externos (Montes de León y macizo Galaico, Cordillera Cantábrica, Sistema Ibérico y Sierra Morena); y las Unidades externas, con las depresiones prealpinas (Ebro y Guadalquivir), las Cordilleras (Costeras Catalanas, y alpinas, las Béticas y los Pirineos), y los relieves insulares. En ambas las subregiones disponen de una fisonomía particular. Así en la Meseta hay niveles de penillanuras, con planicies elevadas, los páramos; y otras bajas, las campiñas. En las cordilleras hay sectores estructurales diferentes, y zonas internas y externas. Y en las depresiones cuencas de subsidencia sobre fosas prealpinas. GEOGRAFÍA E HISTORIA
567
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
Cuatro grandes sectores o regiones definen al país, y al conjunto peninsular: –
Arcilloso, en las llanuras y cuencas, con materiales finos, blandos y erosionados, cuya capacidad de retención de agua les convierte en suelos útiles. Es el sector de los sedimentos neógenos (periodo superior de la era terciaria compuesto por el plioceno y el mioceno) y cuaternarios, emplazado en las dos Mesetas y en las depresiones (Ebro y Guadalquivir), el área de las llanuras, con margas y yesos, que aporta paisajes abarrancados por la acción de la erosión pluvial y fluvial, y que presa de la arroyada forman los badlands (las llamadas tierras malas, con sedimentos blandos fuertemente erosionados por la acción intensa del viento y de la lluvia, y muy representativos en el sureste). En las cuencas terciarias las formas serán de taludes suaves que enlazan con glacis (declives con pendientes insensibles que se extienden delante de una montaña, perdiéndose en la llanura).
–
Calcáreo, desde Cataluña a Asturias descendiendo hasta el Sistema Ibérico y las Béticas, con tierras secundarias, calizas y sedimentarias (areniscas, conglomerados...), con suelos pobres y secos. Es el sector mesozoico, en los rebordes meseteños y montañas periféricas (Cordillera Catalana, Prepirineos, Cordillera Cantábrica, Prebéticas y Subbéticas), el de margas, areniscas y conglomerados, con relieves agrestes cuando la acción erosiva es mecánica, o bien cársticos. Es al ámbito alpino, con suelos básicos, permeables y sujetos a la acción erosiva del agua, delgados y porosos, con modelados cársticos. Si bien el componente es mesozoico los hay también paleozoicos en el sector cantábrico (Picos de Europa). En las montañas jóvenes dominarán los escarpes, crestas… Y dominan las terras rossas (tipo de suelo rojo, rico en óxido de hierro, característico de los climas cálidos, especialmente en el ámbito mediterráneo, con el horizonte A situado directamente sobre la roca madre, y que se origina por la alteración de la caliza y de la dolomita en climas secos, siendo sustituido el calcio por el óxido de hierro; es un suelo fértil).
–
Silicio, desde el Sistema Central y Sierra Morena hacia el Oeste, la región de los plegamientos antiguos y terrenos viejos (granitos y rocas metamórficas, así como en sectores aislados y en las Béticas y Pirineos, donde afloran los materiales más antiguos), con suelos pobres, sobre formas alomadas. Es el área paleozoica o herciniana, la de suelos ácidos, impermeables y arenosos, la de los paisajes suaves, salvo en la alta montaña. Los granitos son susceptibles de alteración química en profundidad, y en superficie de transformación en arenas, en granos o en bolas gruesas en la alta montaña, etc. Sobre cuarcitas y pizarras se dará un relieve apalachense (tipo morfoestructural resultante del aplanamiento de un relieve en estructura plegada seguido de un desgajamiento de crestas en rocas duras, consecuencia de una reactivación de la erosión, con los mejores ejemplos en los Montes de Toledo, cornisa cantábrica, Asturias…).
–
El volcánico, en Canarias y sectores centrales de la península y catalanes.
Atendiendo al elemento edáfico puede hablarse de tres grandes regiones:
568
–
Las de suelos incipientes, en las zonas elevadas y bajas.
–
De perfil poco diferenciado, sobre los sectores calizos, los sudesérticos, los cristalinos...
–
Las de suelos diferenciados, sobre sectores silicios o calizos, y con variantes (pardo húmedos, silicios; pardos meridionales, silicios; pardo calizos; de perfil evolucionado; los vertisuelos, ricos en arcilla; los orgánicos; los podsolizados, graníticos...). PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 17. La península ibérica: relieve, clima y vegetación
Cuando se atiende al aprovechamiento de los suelos también salen regiones: –
Atlántico-cantábrica (de especial vocación ganadera y forestal).
–
Mediterránea fría o continental (con orientación a la triada mediterránea).
–
Mediterránea cálida (seca, pero con regadíos intensivos).
Cuando se maneja el factor climático la diferenciación regional es nítida, con los sectores seco y húmedo, y hasta las regiones de transición y áridas. –
La húmeda, la septentrional y montañosa, entre 800 y 1.000 mm anuales.
–
La de transición, entre los 600 y 800 mm, en la periferia húmeda.
–
La seca, en las Mesetas, Valles del Ebro y Guadalquivir, y la fachada mediterránea más los sectores insulares (menos de 600 mm).
–
La árida, un reducto en el Sureste (más algunos sectores zaragozanos, del sureste manchego, y cuenca del Duero), con menos de 300 mm.
Incluso se establece la división entre la España: –
Marítima, con las variantes oceánicas puras (de transición, y con influencia subtropical) y mediterráneas (mediterránea suavizada, seca y árida).
–
Continental (de matiz continental suavizado y acusado, y climas de montaña).
–
De los microclimas (subtropical y marítimo insular, subalpino...).
Las regiones climáticas son, pues, de dos tipos: las adscritas a dominios de clima templado y las regiones húmedas y secas. Las primeras son: –
Templadas-húmedas, lluviosas durante casi todo el año. Afecta a la denominada Iberia húmeda, que abarca desde el litoral cantábrico a Galicia y por sus extremos se expande por el litoral portugués y la vertiente meridional de los Pirineos. Es el dominio de las borrascas atlánticas, que aportan humedad elevada y regular. Se concentran las lluvias en invierno (aunque la lluvia se reparte en buena parte del año), la estación fresca, mientras el verano es más seco. Las oscilaciones térmicas son reducidas. Dichos caracteres climáticos se traducirán en una pradera verde.
–
Húmedas y secas. Los mínimos pluviométricos se desplazan a los enclaves más deprimidos (cuencas, depresiones interiores, etc.), llanuras a sotavento de los vientos, etc. Con el límite de la isoyeta de 800 mm se distinguen tres áreas: la húmeda (800 mm y más), la de transición (300 a 800), y la árida (menos de 300 mm). *
La húmeda, integrada por los ámbitos siguientes: •
Galaico-duriense y cordilleras pirenaica y cantábrica. Es el área más lluviosa; en el litoral se llega a los 1.000 mm, penetrando hacia el interior hasta alumbrar sectores con 1.500 mm (sobre todo en el oeste gallego, comarca zamorana de Sanabria, Picos de Europa, etc.).
•
Sistema Central. Desde las Hurdes a Sierra de Gredos, Guadarrama y Somosierra, pero con sectores que alcanzan los 1.400 mm en Navacerrada, los 1.700 en Guadarrama, etc.
•
Montes de Toledo, en las sierras de Guadalupe, Portalegre, etc., ligeramente por encima de los 800 mm.
•
Sierra Morena, sobre la sierra de Aracena, con más de 1.100 mm.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
569
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
•
Las Béticas. Desde Algeciras, Sierra de Ronda y Grazalema, que van desde los 800 mm en la primera hasta los 2.100 en la última.
•
Cataluña, sobre todo en el macizo del Montseny, con casi 1.100 mm.
*
La de transición. Comprende el litoral levantino y meridional, más las dos submesetas. Sus rasgos son: las lluvias descienden de oeste a este y de norte a sur, debido a la posición en latitudes templadas (un factor planetario); las precipitaciones aumentan con la altitud (debido al efecto condensador de los relieves); las lluvias disminuyen del litoral hacia el interior (por la continentalidad y la presencia de la altiplanicie interior); hay escasez de aguas a sotavento y en áreas deprimidas (hoyas y depresiones); y las tierras bajas costeras reciben poca agua, con la excepción de Galicia y el litoral cantábrico.
*
La árida. En el sureste y en el Bajo Duero y Valladolid. En Alicante, Murcia y Almería, hay dos núcleos áridos: en el sur de Alicante (menos de 250 mm), y en Cabo de Gata (menos de 160, el mínimo pluviométrico de Europa). La sucesión de años secos o lluviosos, cálidos o fríos, constituye una característica más.
Otras regiones climáticas tienen menor extensión, pero son muy significativas, como los archipiélagos, con las connotaciones de la insularidad. En Canarias interviene, además, su proximidad al mundo tropical, la corriente marina fría que baña sus costas, y la disposición del relieve. El régimen térmico es muy poco diferenciado, y el de precipitaciones similar al mediterráneo. Desde una perspectiva hidrográfica la relación es estrecha con las regiones secas y húmedas y con las litológicas. Y las comunidades ibéricas se reparten en cuatro regiones fitogeográficas:
570
–
Mediterránea, irradiada por las áreas de veranos con sequía. La vegetación presenta troncos leñosos, cortezas gruesas y revestimientos de resinas. Dominan los bosques perennifolios, los encinares, si bien sobre los suelos silicios se asientan los alcornocales, sobre los más húmedos los robledales, y sobre los más pobres las diferentes variedades de pinos (piñonero, resinero...). En los bordes del Mediterráneo hay formaciones residuales rastreras (tomillo, espliego, romero...), y un matorral xerófilo con especies autóctonas, como el palmito y acebuche.
–
Eurosiberiana, por las áreas de clima atlántico. La vegetación es exuberante, con abundancia de caducifolias (roble, fresno...) y una pradera verde.
–
Macaronésica, que dispone de rasgos tropicales y pisos bioclimáticos, y se circunscribe al archipiélago canario.
–
Montaña. La modificación de los elementos climáticos con la altura introduce la gradación en pisos vegetales: inferior, afín a las comunidades de los sectores bajos; montano, con caducifolias debidas a la mayor humedad; subalpino, con coníferas resistentes al frío y a la escasa humedad; y alpino, con matorral y pradera.
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 17. La península ibérica: relieve, clima y vegetación
BIBLIOGRAFÍA Alcaraz Ariza, F. et al. (1987) La vegetación de España. Editores M. Peinado Lorca y S. Rivas-Martínez, Madrid; 544 pp. Arija Rivarés, E. (1982) Geografía de España. Editorial Espasa-Calpe, Madrid. Bosque Maurel, J. y Vila Valenti, J. (Dirs.) (1989) Geografía de España. Editorial Planeta, Barcelona. Capel Molina, J.J. (2000) El clima de la península Ibérica. Ariel Geografía, Barcelona. Casado de Otaola, S. y Montes del Olmo, C. (1995) Guía de los lagos y humedales de España. Reyero Editor, Madrid. Floristán Samanes, A. (1990) España, país de contrastes geográficos naturales. Editorial Síntesis, Madrid. Font Tullot, I. (1983) Climatología de España y Portugal. Ministerio de Transportes y Comunicaciones. Instituto Nacional de Meteorología, Madrid. López Gómez, A. (1982) “Las regiones climáticas de España”. En Miscelánea Conmemorativa Universidad Autónoma de Madrid. Prensa Universitaria de Cantoblanco, Madrid; pp. 153-170. López Palomeque, F. (1989) España (2 Tomos). Anaya, Madrid. Méndez, R. y Molinero, F. (1993) Geografía de España. Editorial Ariel, Barcelona. Ministerio de Obras Públicas (2000) Libro Blanco del agua en España. Madrid. Mulero Mendigorri, A (1999) Introducción al medio ambiente en España. Editorial Ariel, Barcelona. Solé Sabarís, J. (1978) Geografía de España. Editorial Ariel, Barcelona. Vilá Valentí, J. (1964) “Características de las regiones naturales españolas”. Anales de la Universidad de Murcia, Murcia. Terán, M. DE y Solé Sabarís, L (1987) Geografía regional de España. Editorial, Barcelona. Terán, M. De, Solé Sabarís, L. y Vilá Valentí, J. (Dirs.) Geografía General de España. Editorial Ariel, Barcelona. Vilá Valentí, J. (1987) La península ibérica. Editorial Ariel, Barcelona. VV AA. (1989) Geografía de España. Vol. 1. Geografía Física. Editorial Planeta, Barcelona. VV AA. (1994) Geografía de España. Vol. IV. El medio natural. Instituto Gallach, Barcelona.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
571
Tema 18 La actual ordenación territorial del Estado español. Raíces históricas
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
ÍNDICE SISTEMÁTICO 1. INTRODUCCIÓN 2. LAS 2.1. 2.2. 2.3.
ENTIDADES TERRITORIALES EN LA ACTUAL ORDENACIÓN DEL ESTADO Las entidades territoriales Los órganos centrales del Estado sobre el territorio Las entidades locales: provincias y municipios
3. LAS 3.1. 3.2. 3.3. 3.4. 3.5.
CC AA: NOCIÓN Y SIGNIFICADO CONSTITUCIONAL Los principios constitucionales de la configuración autonómica Los tradicionales tipos de CC AA y los procedimientos de configuración Competencias de las CC AA Funcionamiento institucional de las CC AA Las denominaciones estatutarias en las CC AA
4. LOS CONTRASTES ESPACIALES Y LA ORDENACIÓN TERRITORIAL 4.1. Los contrastes espaciales 4.2. La ordenación territorial 5. LOS ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA ORDENACIÓN ESPACIAL 5.1. Los antecedentes históricos 5.2. La formación y consolidación del Estado Autonómico BIBLIOGRAFÍA
574
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
1. INTRODUCCIÓN Ha sido la necesidad de planificar a los territorios la que ha introducido la de integrar a los espacios económicos sobre el marco de entidades políticas que se hicieran cargo de los servicios, ordenaciones y regulaciones. Con ello, se ha concedido al factor institucional una notable importancia a efectos de planificación y de gestión territorial, haciendo de la región un ámbito de proyección de su poder regulador en la sociedad. En casi todos los países suele darse una relación o carga de tensiones entre la cúspide de la administración (el Estado) y las unidades de menor entidad (regiones, departamentos, estados federales, entidades metropolitanas...). Pero se da con más fuerza y frecuencia en los desarrollados, pudiendo incluso complicarse con la existencia de unidades territoriales fuertes de segundo grado que, a su vez, agrupan a otras inferiores con las que también mantienen tensiones. En el caso español ha tenido lugar una superposición de redes de centros administrativos por simple herencia histórica. Al inicio del Estado constitucional sólo existían el Estado y los municipios; pero con el Estatuto de Calvo Sotelo la provincia adquirirá el carácter de entidad local, aunque sin alterar (en lo municipal) la división territorial del Estado. Sobre ese esquema tradicional se han superpuesto, por mandato de la actual Constitución, las Comunidades Autónomas, que han introducido una mayor complejidad en la distribución territorial del poder institucional. Las tareas a realizar han pasado a múltiples, a semejanza de las administraciones públicas en las sociedades modernas. Podría hablarse así de un espacio administrativo en el que las actividades son realizadas por una organización, que no deben ser atribuidas a otra al mismo tiempo y actuando sobre el mismo territorio. Sin embargo, la duplicidad de funciones continúa siendo una carga arrastrada en la mayor parte de los Estados descentralizados, con el consiguiente coste financiero sobre los mantenedores de dichas instituciones. Surge, pues, un doble peligro: si no se sustraen competencias a los órganos periféricos del Estado será casi imposible que las Comunidades Autónomas presten servicios a la población (carecería de sentido su existencia); pero de suprimirse los órganos periféricos del Estado en su totalidad, o en su mayor parte, supondría la anulación de la presencia estatal en el territorio de las Comunidades Autónomas. Hay que partir por ello del sistema constitucional, que se ocupa de la materia en el Título VIII. Siguiendo la literalidad de su contenido, son elementos de la organización territorial las Comunidades Autónomas, las provincias, y los municipios, entes todos que gozan de autonomía para el cumplimiento de sus fines. Pero también se debe tener presente la organización del propio Estado, especialmente sus divisiones territoriales y órganos periféricos, también aludidos en la Constitución. GEOGRAFÍA E HISTORIA
575
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
Sin embargo la estructura organizativa no es sinónimo de equilibrio territorial, como bien lo muestran numerosos indicadores, pero especialmente los sociales y económicos. Tanto la estructura generada como los desequilibrios existentes, en buena medida encuentran explicación en situaciones heredadas, en antecedentes históricos, que otorgan una notable peculiaridad al sistema de organización territorial español y a sus resultados (con notables exponentes en las reivindicaciones territoriales a pesar de la existencia de mecanismos de cohesión y equilibrio territorial, tanto nacionales como comunitarios).
2. LAS ENTIDADES TERRITORIALES EN LA ACTUAL ORDENACIÓN DEL ESTADO 2.1. Las entidades territoriales Junto al Estado central (con su administración periférica) figuran las provincias, los municipios y las CC AA. –
El Estado central no sólo constituye una de las piezas clave de la Constitución, sino que cuenta con una amplísima legislación encargada de desarrollar la multiplicidad de órganos y funciones que desarrolla. No interesa tanto aquí su trama administrativa como su distribución territorial de poder y el impacto de los órganos centrales y periféricos de la Administración del Estado sobre el resto de entidades territoriales.
–
Las provincias, que arrancan de la división de 1833 (Javier de Burgos), y que son meras entidades intermedias entre el municipio y las CC AA. En la vigente Constitución están reflejadas en el artículo 141, que las contempla, al mismo tiempo, como entidades locales y fracciones territoriales, con la función de cumplir más acertadamente las actividades estatales. Están gobernadas por las Diputaciones. Artículo 141: 1. La provincia es una entidad local con personalidad jurídica propia, determinada por la agrupación de municipios y división territorial para el cumplimiento de las actividades del Estado. Cualquier alteración de los límites provinciales habrá de ser aprobada por las Cortes Generales mediante Ley Orgánica, 2. El gobierno y la administración autónoma de las provincias estarán encomendados a Diputaciones u otras Corporaciones de carácter representativo. 3. Se podrán crear agrupaciones de municipios diferentes de la provincia. 4. En los archipiélagos, las islas tendrán además su administración propia en forma de cabildos o Consejos.
–
576
Los municipios gozan de autonomía y personalidad jurídica, están gestionados por gobiernos electos (si bien en entidades muy reducidas está admitido el régimen de asamblea), disponen de un territorio real, y pueden agruparse (a tenor de lo dispuesto en el artículo 141) en mancomunidades, aldeas...
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 18. La actual ordenación territorial del Estado español
–
Las CC AA (que merecerán el capítulo más amplio), contempladas en la Constitución en su: Artículo 2.º La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas.
2.2. Los órganos centrales del Estado sobre el territorio El masivo traspaso de competencias a las CC AA ha provocado la necesidad de configurar bajo nuevo cuño a la tradicional Administración central del Estado. Así la introducción del vigente organigrama constitucional se ha traducido en un incremento de competencias para las autonomías y el consiguiente vacío de las correspondientes a la Administración central. Esas dos circunstancias, que son la misma, han implicado la doble necesidad de suprimir órganos de la citada Administración central o bien de reducir muy considerablemente su volumen. Según el texto constitucional las materias reservadas a Ley Orgánica son siempre competencia del Estado, que además se reserva la legislación básica a desarrollar por las CC AA mediante ley, pudiendo corresponder a éstas la reglamentación o bien la ejecución de la misma. Pero la Administración central será la encargada de preparar la legislación básica sobre distintas materias y hasta la legislación ordinaria y los reglamentos. De esa forma, al Estado corresponden las materias que no son competencia de las CC AA por ser ajenas a su territorio o interés y que afectan a todo el Estado (obras públicas, vías de comunicación, transportes, turismo...) o bien a varias Comunidades. Además la Administración central deberá gestionar las competencias no asumidas por las CC AA. En ocasiones la Administración central conserva sus competencias en determinadas zonas del territorio nacional, pues no tiene por qué darse obligatoriamente una coincidencia absoluta entre las competencias asumidas por las CC AA. Puede afirmarse que son dos los bloques de competencias estatales: –
Preparación de legislación básica y de aplicación directa.
–
Gestión y ejecución de las materias y actividades en las que su competencia es directa (la ordenación de la actividad económica, planificación de la economía...).
El traspaso de competencias a las CC AA ha implicado la reforma de los órganos periféricos (Delegaciones de Ministerios y Organismos Autónomos). Los órganos de competencia general han sido los Gobiernos Civiles (y sus sustitutos recientes) y las Delegaciones de Ministerios. Los primeros se ocupan de la Administración local y asuntos políticos. Los segundos son los denominados órganos de competencia especializada, y han sido tantos como ministerios (con las excepciones de Asuntos Exteriores y Justicia, más los de más reciente creación como Administraciones Públicas, Asuntos Sociales…). También se incluyen aquí los Organismos Autónomos de competencia territorial limitada a una zona geográfica, como las Confederaciones Hidrográficas, Puertos, etc. Estas redes periféricas de la Administración central podían hacer uso de un espacio supraprovincial o infraprovincial (Partidos Judiciales de la Administración de Justicia), y son resultado, por su número, de las apetencias de poder burocrático por parte de dicha GEOGRAFÍA E HISTORIA
577
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
Administración central, puesto que han ejercido más esta función que la de instrumento orgánico de prestación de servicios. Además han contribuido decisivamente para vaciar de competencias a los entes locales. Desde que funciona el sistema constitucional las pautas han sido la desconcentración y la subsistencia de órganos periféricos. La Constitución considera a la provincia como una división territorial para la realización de las actividades del Estado (art. 141.1), lo que entra en conflicto con el hecho de ser, al tiempo, lo mismo para las CC AA. Sólo se ha resuelto satisfactoriamente el problema en las Comunidades uniprovinciales, donde ha desaparecido una de las autoridades posibles (la correspondiente a la Administración central), pero con sustitución por el Delegado del Gobierno. A su través el Gobierno central mantiene parcelas como la legislación, el control electoral, sus relaciones con las autoridades autonómicas, y la coordinación de los órganos periféricos del Estado. Por lo demás se reconoce el nivel supraprovincial de algunos de esos controles. Así las Direcciones Territoriales y Regionales y las Comisiones de Coordinación (presididas por el Delegado del Gobierno) dentro de cada Comunidad Autónoma. La no coincidencia de las Direcciones Territoriales o Regionales con los territorios de una sola Comunidad Autónoma ha traído consigo notables disfuncionalidades.
2.3. Las entidades locales: provincias y municipios No existe una Administración local sino una pluralidad de entes locales, entre los que resaltan: – – – –
Los municipios. Las provincias (denominadas entidades de segundo grado). Las entidades menores locales (de extensión inferior a un municipio). Los entes locales supramunicipales.
El municipio es una fórmula organizativa que tiene por finalidad vertebrar la representación política de una población determinada y la correspondiente prestación de servicios. Forma parte indisoluble del Estado, si bien está afectado por un dualismo: la pervivencia de viejas estructuras, y residuos psicológicos que ven a las otras Administraciones y entes como algo lejano. Pero cabe resaltar otros dos rasgos: la articulación entre representación popular y jefatura unipersonal de los servicios (Ayuntamiento y Alcalde); y el hecho innegable de que las necesidades crecen en los municipios más grandes, con lo que ello representa de carga financiera que acaba agobiando a entidades a veces poco solventes. Entre los caracteres generales de los municipios resalta el inframunicipalismo, con un número muy elevado desde el inicio de las demarcaciones como reflejo de la aplicación del modelo francés. A ello se suma la fuerte emigración experimentada en los últimos años que no sólo les descarga de población, sino que los envejece y transforma en inviable el mantenimiento de cargas fiscales. Y aún más, porque por debajo del municipio resalta la proliferación de aldeas (se ha llegado en muchas ocasiones a calificar a España como el país de las aldeas), las que más han pagado la emigración. Cabe mencionar también la heterogeneidad, con la muy diferente extensión de los términos municipales y su población, dos hechos que concuerdan con el ruralismo y el inframunicipalismo mencionados. Con el tiempo, los más grandes han visto crecer su cantidad de población, y sobre todo los municipios cabeceras provinciales (dentro de ellos ha ido apareciendo el fenómeno de las áreas metropolitanas). 578
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 18. La actual ordenación territorial del Estado español
La tónica general es la citada debilidad financiera, porque salvo en Madrid y Barcelona no ha existido un desapoderamiento financiero por parte del Estado (absorción de impuestos municipales compensándolos mediante una participación en los tributos del Estado), una fórmula que es insuficiente para el normal desarrollo de las prestaciones de servicios. Se nutren financieramente de arbitrios, tasas, multas y bienes de propiedad municipal, por lo que periódicamente han de recurrir al endeudamiento (el prestamista ha sido tradicionalmente el Banco de Crédito Local). En el sistema de entidades locales predomina el centralismo, con dos datos demostrativos: –
La unidad (las entidades locales son las mismas en todo el territorio nacional) es pauta, porque las excepciones son únicamente dos: las islas y los entes urbanos que administran a las grandes ciudades.
–
La uniformidad (se rigen por las mismas normas), con sólo cuatro salvedades: *
Las provincias de régimen foral (Vascongadas y Navarra).
*
Los municipios de Madrid y Barcelona.
Ello indica que la política española para con las entidades locales ha sido esencialmente conservadora (tradicionalmente ha explicado el caciquismo), y hasta reforzada con el régimen franquista que adicionó un control administrativo. Sólo muy recientemente se estableció la legislación que permitía: –
La absorción de municipios pequeños por otros mejor dotados de medios.
–
Un régimen especial para municipios con menos de 5.000 habitantes.
–
La vertebración de inframunicipios para la prestación de servicios (Municipio-comarca).
–
Un régimen especial para los municipios turísticos (como derivación de los fenómenos migratorios).
–
La participación en los recursos financieros estatales o de las CC AA.
Municipio y provincia presentan algunos caracteres en la Constitución, pues son concebidos como personas jurídicas que no están desvinculadas la una de la otra, porque la provincia es una agrupación de municipios. Pero también el texto constitucional menciona particularidades históricas como el régimen de concejo abierto, tradicional en los municipios rurales muy pequeños donde no suele haber ayuntamiento y las decisiones se toman mancomunadamente. Por su parte, la provincia ha salido reforzada del texto constitucional, porque sus límites no podrán ser alterados, salvo por Ley Orgánica, mientras ignora el complejo organizativo de las grandes ciudades. Asimismo, la Constitución reconoce la autonomía municipal (la posibilidad de darse normas propias y configurar su organización y administración de sus recursos financieros). El contenido de dicha autonomía está contenido en la Ley de Bases del Régimen Local, pero se trata de una autonomía menor o administrativa desde el momento en que los entes locales no pueden aprobar leyes y quedan sometidos bien a las centrales o bien a las de las CC AA. Por el contrario, sí disponen de potestades para atenciones elementales (alumbrado, agua, urbanismo, tráfico, servicios culturales, sociales...). La provincia pasa a ser el órgano competente para la cooperación con los municipios y la encargada de prestar los servicios supramunicipales. Dentro de los entes locales hay que diferenciar entre los funcionales y los asociativos. Pero conviene precisar previamente algunos tipos. Un ente territorial significativo es la comarca, configurado con carácter técnico para resolver las cuestiones referidas a la GEOGRAFÍA E HISTORIA
579
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
prestación de servicios. Las entidades locales menores son núcleos pequeños de población emplazados dentro de un municipio, pero que disfrutan de entidad propia y organización peculiar (Junta vecinal con Alcalde Pedáneo y dos Vocales, o bien con régimen abierto). La entidad metropolitana también es un ente territorial contemplado en los Estatutos de Autonomía. Las entidades funcionales reciben la denominación de fundaciones públicas del servicio y son análogas a los Organismos Autónomos estatales. Las asociativas son agrupaciones forzosas de municipios para cumplir un fin específico. Una finalidad análoga tienen las mancomunidades de municipios (si bien son voluntarias). También son entidades asociativas los consorcios (con forma de sociedad mercantil). Los entes municipales se rigen por la citada Ley Reguladora de las Bases del Régimen Local, pero además por las Leyes de las CC AA y por sus Estatutos (que a menudo reconocen competencias de las CC AA en materia de régimen local o de ordenación territorial). Pero también por sus propios reglamentos aprobados en Plenos de las Diputaciones Provinciales y Ayuntamientos. Los regímenes especiales para provincias afectan a los forales (Vascongadas y Navarra) y a los insulares (Baleares y Canarias). En las islas la especificidad reside en que no existe la provincia como entidad local, porque sus funciones corresponden a la isla, que administra los intereses comunes a través de un órgano denominado Cabildo (en Canarias) o Consejo Insular (Baleares). En cuanto a los municipios muy pequeños la organización municipal puede ser la de concejo abierto, y en los muy grandes se sustenta en leyes especiales (Madrid y Barcelona). Los entes locales se rigen por el Alcalde y el Ayuntamiento. El gobierno local está integrado por los representantes elegidos por la población, mientras la administración depende del Estado central. Algo similar puede decirse de las Diputaciones, que gestionan a las provincias. Una provincia está integrada por los municipios agrupados en ella. Pero al margen de las diferencias citadas la esencial es que los términos municipales pueden ser alterados por las CC AA, mientras los límites provinciales son intocables.
3. LAS CC AA: NOCIÓN Y SIGNIFICADO CONSTITUCIONAL 3.1. Los principios constitucionales de la configuración autonómica Quedan contenidos en el citado artículo segundo de la Constitución que indica la sujeción a varios principios: –
Unidad. Que refuerza a un Estado central (soberano) al negar el federal.
–
Autonomía. Es un derecho propio de los ciudadanos, que luego desarrolla en el artículo 143 (al hablar de autogobierno). Pero se trata de una autonomía política supeditada a la soberanía del Estado.
–
Solidaridad. Se desarrolla en el artículo 138, y se basa: *
580
En el Fondo de Compensación (contenido en el artículo 158), al objeto de conseguir un desarrollo equilibrado del territorio nacional. PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 18. La actual ordenación territorial del Estado español
*
En la imposibilidad de desarrollar legislaciones económicas contrarias al espíritu de las estatales, con el objetivo ahora de evitar modelos beneficiosos para unos y perjudiciales para otros.
*
Artículo 138: 1. El Estado garantiza la realización efectiva del principio de solidaridad consagrado en el artículo 2 de la Constitución, velando por el establecimiento de un equilibrio económico, adecuado y justo entre las diversas partes del territorio español, y atendiendo en particular a las circunstancias del hecho insular. 2. Las diferencias entre los Estatutos de las distintas Comunidades Autónomas no podrán implicar, en ningún caso, privilegios económicos o sociales.
La Constitución incluye la relevancia pero no la naturaleza constitucional de las CC AA, por las siguientes razones: –
Relevancia constitucional. Es evidente que la poseen desde el momento en que no sólo están contenidas en la Constitución, sino que ésta se ocupa de ellas con profusión, aludiendo incluso a su organigrama, funcionamiento...
–
Naturaleza constitucional. No la tienen desde el momento en que no son independientes del Estado, al no ser éste federal. Otra cuestión será cuando todas hayan adquirido su nivel máximo de competencias (entonces podrían acercarse mucho al federal).
Establecidos los principios y la naturaleza (que no la definición, ausente en la Constitución), las Comunidades Autónomas pasan a ser: –
Provincias o agrupaciones de provincias que acceden a su autogobierno mediante la aprobación de sus respectivos Estatutos.
–
La unidad básica territorial es la provincia, salvo en el caso especial de los territorios insulares, bien admitiendo que se agrupen las provincias limítrofes o bien refiriéndose a las provincias como entidad regional histórica (esta importancia otorgada a la provincia la robustece como ente de ordenación territorial).
–
Entes autogobernados. Dicho concepto consiste en el derecho de la población que habita en las provincias integrantes de la Comunidad Autónoma a darse una organización propia y asumir determinadas funciones.
–
Entidades regidas por Estatutos (normas institucionales básicas de su funcionamiento). El Estado no sólo los ampara, sino que los reconoce como parte de su propio ordenamiento, al margen de componer la pieza de engarce o conexión entre ese ordenamiento estatal general y el de las CC AA. Pero la Constitución se ha preocupado también del contenido de los Estatutos, exigiendo que resuelvan algunos de los problemas que plantean las regionalizaciones; así, impone que se especifiquen: la denominación de la Comunidad, su territorio, las instituciones de autogobierno, y las competencias asumidas.
La denominación no ha planteado mayores problemas, como también la delimitación de territorios ha resultado relativamente fácil al adecuarse a la base provincial. La cuestión se ha reducido a la agrupación de provincias o bien a la creación de CC AA uniprovinciales. Respecto a la organización la Constitución sólo precisa cuáles han de ser las instituciones
GEOGRAFÍA E HISTORIA
581
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
de autogobierno en el caso de las Comunidades constituidas por un procedimiento determinado (artículo 151), especificando que se trata de: – Una Asamblea Legislativa. – Un Consejo de Gobierno (con su Presidente al frente). – Un Tribunal Superior de Justicia. Sin embargo, en la práctica las Comunidades Autónomas constituidas por los demás procedimientos han seguido el mismo esquema.
3.2. Los tradicionales tipos de CC AA y los procedimientos de configuración Como derivación de la forma de acceso y nivel competencial adquirido las CC AA han llegado a ser clasificadas de la siguiente forma: –
Privilegiadas. Son las Comunidades históricas (Cataluña, País Vasco y Galicia), las eximidas de determinados requisitos para acceder al más alto grado de autonomía.
–
De Primer Grado. Igual que las anteriores, pero ateniéndose a determinados requisitos, normalmente excepcionales y pensados para Andalucía.
–
De Segundo Grado. Las que han accedido a la autonomía a través de requisitos (artículo 148) más rígidos y con mayor dilatación temporal. Son el resto de CC AA.
La Constitución se refiere a distintos sistemas o procedimientos de acceso de las CC AA a la autonomía, e incluso establece determinadas excepciones en favor de ciertas Comunidades. A consecuencia de ello se ha extendido la idea de que existen Comunidades de distintas clases o tipos, que en principio puede ser hasta errónea, porque en el sistema constitucional existe un solo tipo de Comunidad Autónoma (aunque se puede acceder a él mediante procedimientos diferentes). La existencia de un tipo único se demuestra en que todas las Comunidades tendrán las mismas competencias, aunque para un grupo se demorara la plenitud de su ejercicio hasta pasados cinco años desde su creación como tales. La Constitución conoce tres procedimientos: –
582
Común. Regulado en el artículo 143 y con varios contenidos: *
Iniciativa. Corresponde a las Diputaciones provinciales o en su caso al órgano interinsular correspondiente, y a los dos tercios de los ayuntamientos de cada una de las provincias respectivas que representen al menos a la mayoría de la población provincial.
*
Elaboración del proyecto de Estatuto. Corresponde, en cambio, a una Asamblea integrada por los diputados y senadores de las provincias respectivas y por miembros de las Diputaciones de los órganos interinsulares.
*
Aprobación. Es competencia de las Cortes Generales mediante Ley Orgánica.
*
Organización. No hay previsión expresa.
*
Competencias. No pueden alcanzar el máximo declarado en el sistema constitucional hasta pasados cinco años. Sin embargo, cuando los territorios hayan alcanzado la preautonomía, los órganos colegiados del ente preautonómico pueden sustituir a la voluntad de las Diputaciones o de los órganos interinsulares, en su caso. PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 18. La actual ordenación territorial del Estado español
–
Especial. Regulado por los artículos 151 y siguientes, y con sus contenidos correspondientes: *
Iniciativa. Corresponde, también, a las Diputaciones o bien a los órganos interinsulares, pero ahora se exige a los Ayuntamientos que se pronuncien a favor de acceder a la autonomía por este procedimiento que sumen las tres cuartas partes de cada una de las provincias, y que deban representar siempre a la mayoría de los electores. Además, se ha de celebrar un referéndum en el que se obtenga la mayoría a favor de la iniciativa en cada provincia.
*
Elaboración del proyecto de Estatuto. Corresponde a una Asamblea de parlamentarios de las provincias, que lo someten a la Comisión Constitucional del Congreso.
*
Aprobación. En caso de ser obtenido acuerdo sobre el texto se hace por un voto de ratificación del Congreso y del Senado.
*
Organización. Consiste en una Asamblea Legislativa, un Consejo de Gobierno con su Presidente, y un Tribunal Superior de Justicia.
Los territorios sujetos a este procedimiento gozan de dos salvedades cruciales:
–
*
Los que en el pasado hubiesen plebiscitado afirmativamente un Proyecto de Estatuto (Cataluña, Galicia y País Vasco) sustituyen el voto afirmativo de las Diputaciones por el órgano colegiado preautonómico.
*
Están exentos de referéndum.
Excepcional. Consiste en que las Cortes, de acuerdo con lo previsto en el artículo 144, autoricen la constitución de Comunidades cuando el ámbito de éstas no haya de superar el de una provincia o el territorio esté integrado en la organización provincial. En el caso de Ceuta y Melilla para que formen Comunidades Autónomas se requiere una mayoría favorable de los respectivos ayuntamientos, además de la preceptiva autorización de las Cortes.
A través del examen de estos procedimientos se comprueba que la creación de una Comunidad Autónoma es un acto complejo en el que intervienen varias voluntades: de las entidades locales, del Estado, y de las poblaciones. Por ello, todo dependerá de la complejidad de voluntades indicada, si bien el Estado deberá cooperar lealmente a que se cumplan los Estatutos, aprobados por sus Cortes Generales y que forman parte de su ordenamiento.
3.3. Competencias de las CC AA Quedan contenidas en los Estatutos de Autonomía, normas estatales con rango de Leyes Orgánicas. Pero disponen de un mínimo y máximo competencial: –
El mínimo se contiene en el artículo 147, que además es obligatorio. 1. Dentro de los términos de la presente Constitución los Estatutos serán la norma institucional básica de cada Comunidad Autónoma y el Estado los reconocerá y amparará como parte integrante de su ordenamiento jurídico. 2. Los Estatutos de autonomía deberán contener: a) La denominación de la Comunidad que mejor corresponda a su identidad histórica.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
583
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
b) La delimitación de su territorio. c) La denominación, organización y sede de las instituciones autónomas propias. d) Las competencias asumidas dentro del marco establecido en la Constitución y las bases para el traspaso de los servicios correspondientes a las mismas. e) La reforma de los Estatutos se ajustará al procedimiento establecido en los mismos y requerirá, en todo caso, la aprobación de las Cortes Generales, mediante Ley Orgánica. La denominación en alguna ocasión ha planteado conflictos, así como la delimitación territorial, desde el momento que en Comunidades limítrofes han aparecido porciones territoriales que pertenecen a una Comunidad si bien sus formas culturales son de otra. En contrapartida no se alude (y menos se prohíbe) a la organización territorial interna de las CC AA (por ejemplo su estructura comarcal). –
Otros contenidos, que ahora se reflejan en el artículo 142. Las Haciendas locales deberán disponer de los medios suficientes para el desempeño de las funciones que la ley les atribuye a las Corporaciones respectivas y se nutrirán fundamentalmente de tributos propios y de participación en los del Estado y de las Comunidades Autónomas.
Pero también se establece otra diferencia (ya citada) según el acceso a la autonomía, entre dos procedimientos fijados en otros tantos artículos: Artículo 143: 1. En el ejercicio del derecho a la autonomía reconocido en el artículo 2 de la Constitución, las provincias limítrofes con características históricas, culturales y económicas comunes, los territorios insulares y las provincias con entidad regional histórica podrán acceder a su autogobierno y constituirse en Comunidades Autónomas con arreglo a lo previsto en este Título y en los respectivos Estatutos. 2. La iniciativa del proceso autonómico corresponde a todas las Diputaciones interesadas o al órgano interinsular correspondiente y a las dos terceras partes de los municipios cuya población represente, al menos, la mayoría del censo electoral de cada provincia o isla. Estos requisitos deberán ser cumplidos en el plazo de seis meses desde el primer acuerdo adoptado al respecto por alguna de las Corporaciones locales interesadas. 3. La iniciativa, en caso de no prosperar, solamente podrá reiterarse pasados cinco años. Artículo 151: 1. No será preciso dejar transcurrir el plazo de cinco años... cuando la iniciativa del proceso autonómico sea acordada... por las Diputaciones o los órganos interinsulares correspondientes, por las tres cuartas partes de los municipios de cada una de las provincias afectadas que representen, al menos, la mayoría del censo electoral de cada una de ellas y dicha iniciativa sea ratificada mediante referéndum por el voto afirmativo de la mayoría absoluta de los electores de cada provincia en los términos que establezca una ley orgánica.
584
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 18. La actual ordenación territorial del Estado español
2. En el supuesto previsto en el apartado anterior, el procedimiento para la elaboración del Estatuto será el siguiente: 1.º El Gobierno convocará a todos los Diputados y Senadores elegidos en las circunscripciones comprendidas en el ámbito territorial que pretenda acceder al autogobierno, para que se constituyan en Asamblea, a los solos efectos de elaborar el correspondiente proyecto de Estatuto de Autonomía, mediante el acuerdo de la mayoría absoluta de sus miembros. 2.º Aprobado el proyecto de Estatuto por la Asamblea de Parlamentarios, se remitirá a la Comisión Constitucional del Congreso, la cual, dentro del plazo de dos meses, lo examinará con el concurso y asistencia de una delegación de la Asamblea proponente para determinar de común acuerdo su formulación definitiva. 3.º Si se alcanzare dicho acuerdo, el texto resultante será sometido a referéndum del cuerpo electoral de las provincias comprendidas en el ámbito territorial del proyectado Estatuto. 4.º Si el proyecto de Estatuto es aprobado en cada provincia por la mayoría de los votos válidamente emitidos, será elevado a las Cortes Generales. Los Plenos de ambas Cámaras decidirán sobre el texto mediante un voto de ratificación. Aprobado el Estatuto, el Rey lo sancionará y lo promulgará como ley. 5.º De no alcanzarse el acuerdo a que se refiere el apartado 2.º de este número, el proyecto de Estatuto será tramitado como proyecto de ley ante las Cortes Generales. El texto aprobado por éstas será sometido a referéndum del cuerpo electoral de las provincias comprendidas en el ámbito territorial del proyectado Estatuto. En caso de ser aprobado por la mayoría de los votos válidamente emitidos en cada provincia, procederá su promulgación en los términos del párrafo anterior. 3. En los casos de los párrafos 4.º y 5.º del apartado anterior, la no aprobación del proyecto de Estatuto por una o varias provincias impedirá la constitución entre las restantes de la Comunidad Autónoma proyectada, en la forma que establezca la ley orgánica prevista en el apartado 1 de este artículo. Atendiendo a las competencias de las CC AA la Constitución sigue un sistema de doble lista: –
El artículo 148 relaciona las competencias que pueden asumir las Comunidades, aunque las plantea de modo potestativo; pero lo normal es que se haga uso pleno de la posibilidad y se asuman todas las detalladas. Es preciso significar que el Estado ha pormenorizado lo que da: *
La organización de las instituciones de autogobierno.
*
Las alteraciones de términos municipales.
*
Las facultades sobre entes locales: urbanismo, cultura, y transportes y sus vías en el interior de la Comunidad.
1. Las Comunidades Autónomas podrán asumir competencias en las siguientes materias: 1.ª Organización de sus instituciones de autogobierno. 2.ª Las alteraciones de los términos municipales comprendidos en su territorio y, en general, las funciones que correspondan a la Administración del GEOGRAFÍA E HISTORIA
585
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
Estado sobre las Corporaciones locales y cuya transferencia autorice la legislación sobre Régimen Local. 3.ª Ordenación del territorio, urbanismo y vivienda. 4.ª Las obras públicas de interés de la Comunidad Autónoma en su propio territorio. 5.ª Los ferrocarriles y carreteras cuyo itinerario se desarrolle íntegramente en el territorio de la Comunidad Autónoma y, en los mismos términos, el transporte desarrollado por estos medios o por cable. 6.ª Los puertos de refugio, los puertos y aeropuertos deportivos y, en general, los que no desarrollen actividades comerciales. 7.ª La agricultura y ganadería, de acuerdo con la ordenación general de la economía. 8.ª Los montes y aprovechamientos forestales. 9.ª La gestión en materia de protección del medio ambiente. 10.ª Los proyectos, construcción y explotación de los aprovechamientos hidráulicos, canales y regadíos de interés de la Comunidad Autónoma; las aguas minerales y termales. 11.ª La pesca en aguas interiores, el marisqueo y la acuicultura, la caza y la pesca fluvial. 12.ª Ferias interiores. 13.ª El fomento del desarrollo económico de la Comunidad Autónoma dentro de los objetivos marcados por la política económica nacional. 14.ª La artesanía. 15.ª Museos, bibliotecas y conservatorios de música de interés para la Comunidad Autónoma. 16.ª Patrimonio monumental de interés de la Comunidad Autónoma. 17.ª El fomento de la cultura, de la investigación y, en su caso, de la enseñanza de la lengua de la Comunidad Autónoma. 18.ª Promoción y ordenación del turismo en su ámbito territorial. 19.ª Promoción del deporte y de la adecuada utilización del ocio. 20.ª Asistencia social. 21.ª Sanidad e higiene. 22.ª La vigilancia y protección de sus edificios e instalaciones. La coordinación y demás facultades en relación con las policías locales en los términos que establezca una ley orgánica. 2. Transcurridos cinco años, y mediante la reforma de sus Estatutos, las Comunidades Autónomas podrán ampliar sucesivamente sus competencias dentro del marco establecido en el artículo 149. Las competencias absorbidas por las CC AA pueden ser clasificadas, atendiendo a este artículo 148, de la siguiente forma: 586
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 18. La actual ordenación territorial del Estado español
–
*
Estatuyentes. Consisten en la facultad de autodotación del Estatuto, que después justifica también su existencia.
*
Legislativas. Están limitadas a actos concretos, y además controladas tanto por el Gobierno como por el Tribunal Constitucional.
*
Administrativas. Derivan de la potestad legislativa y se aplican sobre las materias propias o que cede el Estado (artículo 149).
*
Judiciales. Quedan referidas en el artículo 152, que contempla la existencia de un Tribunal Superior de Justicia.
Artículo 152. 1. En los Estatutos aprobados por el procedimiento a que se refiere el artículo anterior, la organización institucional autonómica se basará en una Asamblea Legislativa, elegida por sufragio universal, con arreglo a un sistema de representación proporcional que asegure, además, la representación de las diversas zonas del territorio; un Consejo de Gobierno con funciones ejecutivas y administrativas y un Presidente, elegido por la Asamblea, de entre sus miembros, y nombrado por el Rey, al que corresponde la dirección del Consejo de Gobierno, la suprema representación de la respectiva Comunidad y la ordinaria del Estado en aquélla. El Presidente y los miembros del Consejo de Gobierno serán políticamente responsables ante la Asamblea. Un Tribunal Superior de Justicia, sin perjuicio de la jurisdicción que corresponde al Tribunal Supremo, culminará la organización judicial en el ámbito territorial de la Comunidad Autónoma. En los Estatutos de las Comunidades Autónomas podrán establecerse los supuestos y las formas de participación de aquéllas en la organización de las demarcaciones judiciales del territorio. Todo ello de conformidad con lo previsto en la Ley Orgánica del Poder Judicial y dentro de la unidad e independencia de éste. Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 123, las sucesivas instancias procesales, en su caso, se agotarán ante órganos judiciales radicados en el mismo territorio de la Comunidad Autónoma en que esté el órgano competente en primera instancia. 2. Una vez sancionados y promulgados los respectivos Estatutos, solamente podrán ser modificados mediante los procedimientos en ellos establecidos y con referéndum entre los electores inscritos en los censos correspondientes. 3. Mediante la agrupación de municipios limítrofes, los Estatutos podrán establecer circunscripciones territoriales propias, que gozarán de plena personalidad jurídica.
–
El artículo 149, en cambio, se refiere a las competencias exclusivas del Estado. Ahora la pormenorización es excesiva, con la explicación en el intento de evitar una colisión de intereses entre quien transfiere y quien pide las transferencias. De todos modos, a la vista del citado artículo se aprecia la infinita mayor trascendencia de las competencias reservadas (especialmente las exclusivas) frente a las donadas. 1. El Estado tiene competencia exclusiva sobre las siguientes materias: 1.ª La regulación de las condiciones básicas que garanticen la igualdad de todos los españoles en el ejercicio de los derechos y en el cumplimiento de los deberes constitucionales.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
587
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
2.ª Nacionalidad, inmigración, emigración, extranjería y derecho de asilo. 3.ª Relaciones internacionales. 4.ª Defensa y Fuerzas Armadas. 5.ª Administración de Justicia. 6.ª Legislación mercantil, penal y penitenciaria; legislación procesal, sin perjuicio de las necesarias especialidades que en este orden se deriven de las particularidades del derecho sustantivo de las Comunidades Autónomas. 7.ª Legislación laboral; sin perjuicio de su ejecución por los órganos de las Comunidades Autónomas. 8.ª Legislación civil, sin perjuicio de la conservación, modificación y desarrollo por las Comunidades Autónomas de los derechos civiles, forales o especiales, allí donde existan. En todo caso, las reglas relativas a la aplicación y eficacia de las normas jurídicas, relaciones jurídico-civiles relativas a las formas de matrimonio, ordenación de los registros e instrumentos públicos, bases de las obligaciones contractuales, normas para resolver los conflictos de leyes y determinación de las fuentes del Derecho, con respeto, en este último caso, a las normas del derecho foral o especial. 9.ª Legislación sobre propiedad intelectual e industrial. 10.ª Régimen aduanero y arancelario; comercio exterior. 11.ª Sistema monetario; divisas, cambio y convertibilidad; bases de la ordenación del crédito, banca y seguros. 12.ª Legislación sobre pesas y medidas, determinación de la hora oficial. 13.ª Bases y coordinación de la planificación general de la actividad económica. 14.ª Hacienda General y Deuda del Estado. 15.ª Fomento y coordinación general de la investigación científica y técnica. 16.ª Sanidad exterior. Bases y coordinación general de la sanidad. Legislación sobre productos farmacéuticos. 17.ª Legislación básica y régimen económico de la Seguridad Social, sin perjuicio de la ejecución de sus servicios por las Comunidades Autónomas. 18º. Las bases del régimen jurídico de las Administraciones públicas y del régimen estatutario de sus funcionarios que, en todo caso, garantizarán a los administrados un tratamiento común ante ellas; el procedimiento administrativo común, sin perjuicio de las especialidades derivadas de la organización propia de las Comunidades Autónomas; legislación sobre expropiación forzosa; legislación básica sobre contratos y concesiones administrativas y el sistema de responsabilidad de todas las Administraciones públicas. 19.ª Pesca marítima, sin perjuicio de las competencias que en la ordenación del sector se atribuyan a las Comunidades Autónomas. 20.ª Marina mercante y abanderamiento de buques; iluminación de costas y señales marítimas; puertos de interés general; aeropuertos de interés general; control del espacio aéreo, tránsito y transporte aéreo, servicio meteorológico y matriculación de aeronaves. 588
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 18. La actual ordenación territorial del Estado español
21.ª Ferrocarriles y transportes terrestres que transcurran por el territorio de más de una Comunidad Autónoma; régimen general de comunicaciones; tráfico y circulación de vehículos a motor; correos y telecomunicaciones; cables aéreos, submarinos y radiocomunicación. 22.ª La legislación, ordenación y concesión de recursos y aprovechamientos hidráulicos cuando las aguas discurran por más de una Comunidad Autónoma, y la autorización de las instalaciones eléctricas cuando su aprovechamiento afecte a otra Comunidad o el transporte de energía salga de su ámbito territorial. 23.ª Legislación básica sobre la protección del medio ambiente, sin perjuicio de las facultades de las Comunidades Autónomas de establecer normas adicionales de protección. La legislación básica sobre montes, aprovechamientos forestales y vías pecuarias. 24.ª Obras públicas de interés general o cuya realización afecte a más de una Comunidad Autónoma. 25.ª Bases del régimen minero y energético. 26.ª Régimen de producción, comercio, tenencia y uso de armas y explosivos. 27.ª Normas básicas del régimen de prensa, radio y televisión y, en general, de todos los medios de comunicación social, sin perjuicio de las facultades que en su desarrollo y ejecución correspondan a las Comunidades Autónomas. 28.ª Defensa del patrimonio cultural, artístico y monumental español contra la exportación y la expoliación; museos, bibliotecas y archivos de titularidad estatal, sin perjuicio de su gestión por parte de las Comunidades Autónomas. 29.ª Seguridad pública, sin perjuicio de la posibilidad de creación de policías por las Comunidades Autónomas en la forma que se establezca en los respectivos Estatutos en el marco de lo que disponga una ley orgánica. 30.ª Regulación de las condiciones de obtención, expedición y homologación de títulos académicos y profesionales y normas básicas para el desarrollo del artículo 27 de la Constitución, a fin de garantizar el cumplimiento de las obligaciones de los poderes públicos en esta materia. 31.ª Estadística para fines estatales. 32.ª Autorización para la convocatoria de consultas populares por vía de referéndum. 2. Sin perjuicio de las competencias que podrán asumir las Comunidades Autónomas, el Estado considerará el servicio de la cultura como deber y atribución esencial y facilitará la comunicación cultural entre las Comunidades Autónomas, de acuerdo con ellas. 3. Las materias no atribuidas expresamente al Estado por esta Constitución podrán corresponder a las Comunidades Autónomas, en virtud de sus respectivos Estatutos. La competencia sobre las materias que no se hayan asumido por los Estatutos de Autonomía corresponderán al Estado, cuyas normas prevalecerán, en caso de conflicto, sobre las de las Comunidades Autónomas en todo lo que no esté atribuido a la exclusiva competencia de éstas. El derecho estatal será, en todo caso, supletorio del derecho de las Comunidades Autónomas. GEOGRAFÍA E HISTORIA
589
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
Por otra parte, la diferencia entre los procedimientos de los artículos 143 y 151 es una cuestión ya aludida, pero decisiva: –
Las Comunidades constituidas por el artículo 143 deben esperar cinco años para asumir las competencias estatales, tomadas de las enunciadas por el Estado.
–
Las conformadas por el artículo 151 presentan una diferencia básica en este sentido al poder asumir dichas competencias desde el primer momento. Ello ha sido visto por parte de las Comunidades incluidas en el artículo 143 como una concesión irritante a favor de aquéllas.
Pero las Comunidades pueden recibir cualquier otra competencia del Estado a tenor del artículo 149, aunque esta asunción no puede afirmarse sin matices. Habrá que llevarla a cabo en las condiciones previstas en los indicados artículos 148 y 149, que hacen remisiones cada uno al otro afirmando la competencia de las Comunidades, pero haciendo salvedades a favor del Estado y a la inversa. Se puede afirmar la competencia del Estado en materias clave como: seguridad, ordenación de la economía, y política económica general. Pero también hay materias en las que el Estado se reserva aprobar la legislación, dejando después la ejecución a las Comunidades Autónomas. Todo ello explica la prolijidad y diversidad de la regulación de competencias en los Estatutos de las Comunidades: –
En ciertas materias esas competencias son ejercidas por ellas de forma exclusiva, teniendo encomendado aprobar la legislación y ejecutarla. Pero hay excepciones (montes y obras públicas, infraestructuras y transportes –siempre y cuando no afecten a otra Comunidad, fundaciones y asociaciones – sólo de actuación regional...).
–
A veces lo son de acuerdo con las bases de la legislación estatal: * Planificación económica en la Comunidad. * Industria, agricultura, minería y comercio interior. * Créditos y cajas de ahorro. * Sector público de las CC AA. * Regulación de la enseñanza.
–
En otros casos, en cambio, las Comunidades son competentes para el desarrollo de la legislación estatal: administración autonómica, expropiación y concesión, ordenación crediticia y bancaria, minería, energía, pesca y medio ambiente, consultas municipales, propiedad y comercio, medios de comunicación, y sanidad interior y Seguridad Social (sujeta a las normas de su régimen económico).
–
En ocasiones sólo tienen competencia para la ejecución de las leyes y reglamentos del Estado: * Derecho laboral, propiedad intelectual e industrial. * Pesos, medidas, ferias. * Museos, archivos, bibliotecas estatales. * Puertos y aeropuertos generales y transporte. * Control de vertidos y productos farmacéuticos.
Por otra parte, no conviene olvidar que, además de las reconocidas por los Estatutos, el Estado puede transferir o delegar otras competencias estatales a las Comunidades, siendo éste el único papel que ejerce en el sistema de descentralización territorial. La posibilidad se ha utilizado para nivelar las competencias de las Comunidades creadas al amparo del artículo 143 (Valencia, Canarias) con las de la vía del artículo 151. 590
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 18. La actual ordenación territorial del Estado español
En lo que afecta a los límites de las competencias de las Comunidades Autónomas existen algunos, mientras otros juegan a favor de la competencia del Estado. Hay grandes zonas de la actividad estatal que no pueden ser asumidas por las Comunidades: justicia, defensa, relaciones institucionales, política económica, y ordenación de la economía. Por último, un límite importante de la competencia de las Comunidades Autónomas deriva de la existencia de materias en las que la Constitución establece reserva de Ley Orgánica (su aprobación corresponde exclusivamente a las Cortes Generales). Téngase en cuenta que ello afecta, entre otras materias, a la regulación de los derechos y libertades fundamentales. Una cuestión diferente es la que corresponde a la aplicación prioritaria de la legislación y los conflictos de competencias. El otorgamiento a Cataluña y País Vasco de las máximas competencias posibles ha provocado que otras Comunidades aspiren a alcanzar el mismo techo máximo. El Estado tiene una situación ventajosa frente a las Comunidades, derivada de la regulación sobre conflictos de competencias. Además de los límites de actuación de las Comunidades (ya señalados) deben tenerse en cuenta las competencias residuales, las no asumidas expresamente por las Comunidades y que se otorgan al Estado. La legislación de éste se aplica además prioritariamente, salvo que se trate de competencias exclusivas de las Comunidades. Excepto en este último supuesto el orden de aplicación de normas es el siguiente: –
Ley del Estado.
–
Reglamento del Estado.
–
Ley de la Comunidad.
–
Reglamento de la Comunidad.
En cambio, cuando la competencia se haya otorgado por los Estatutos de forma exclusiva el orden es el inverso, aplicándose primero las normas de las Comunidades (Leyes y Reglamentos), y sólo a continuación las normas estatales, aunque se trate de leyes. Y el sistema para resolver los conflictos también es ventajoso para el Estado. La competencia al efecto se ha otorgado al Tribunal Constitucional, que, en principio, sólo se pronuncia sobre la inconstitucionalidad de las leyes. No obstante, el Gobierno puede impugnar Reglamentos de las Comunidades, pero no a la inversa (los Reglamentos estatales no pueden ser impugnados).
3.4. Funcionamiento institucional de las CC AA El autogobierno consiste tanto en la no interferencia del poder central como en el doble sometimiento al control judicial (Tribunal Constitucional, Tribunales de Justicia y Tribunal de Cuentas), y al texto Constitucional. Las bases se encuentran en los Estatutos de Autonomía (poco originales, porque responden al esquema de funcionamiento estatal, algo similar a lo que ocurrirá con los Reglamentos de funcionamiento de los distintos órganos), que indican la existencia generalizada de los siguientes órganos institucionales autonómicos: 1. Legislativos. Nada indica la Constitución sobre la posibilidad de establecimiento de órganos uni o bicamerales, como tampoco si han de tener carácter legislativo propiamente dicho. Sin embargo, las CC AA han optado por un orden legislativo unicameral. A las Asambleas corresponde: –
La iniciativa legislativa.
–
La elaboración y aprobación de los proyectos y proposiciones de ley.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
591
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
–
La elaboración y aprobación de los procedimientos especiales (reforma del Estatuto de Autonomía, ejercicio de iniciativa ante el Congreso de los Diputados...).
–
La investidura y las cuestiones de confianza.
–
El ejercicio del control al gobierno autónomo por medio de las preguntas, interpelaciones e iniciativas de control.
–
La función económica (aprobación de los presupuestos de la Comunidad).
Su configuración será proporcional a los resultados electorales, y su organización se sustentará en: –
Grupos parlamentarios.
–
Órganos de gobierno y dirección: Presidente, Mesa, y Junta de Portavoces.
2. Ejecutivos. Son: –
El Presidente de la Comunidad, que es el representante de su Comunidad en el exterior, del Estado en ella, y Jefe del Consejo de Gobierno (preside sus reuniones y coordina sus funciones). Dirige la administración, pero sin desarrollar funciones administrativas, y elabora los planes económicos. Su figura se encuentra regulada por un procedimiento análogo al de los Diputados nacionales. Es responsable ante la Asamblea Legislativa, porque de ella sale nombrado e investido.
–
El Consejo de Gobierno, que ejerce las funciones ejecutivas y administrativas. Es un órgano colegiado que responde ante el Presidente (quien lo elige) y ante la Asamblea (de donde sale). Es la más alta instancia de poder político, implicando su actuación disciplina de gabinete. Sus funciones son básicamente tres: *
Política: elaboración de programas, líneas de actuación...
*
Normativa: iniciativa legislativa, facultades presupuestarias...
*
Administrativa: ejecución de leyes aprobadas por las Asambleas regionales y coordinación de la administración autonómica.
Podrá crear Comisiones Delegadas en dos situaciones: *
Cuando los asuntos afecten a varias Consejerías.
*
Para la elaboración de directrices generales.
Los Consejeros serán los responsables administrativos y de organización de cada Consejería con potestad de inspección, reglamentaria, ejecutiva, de resolución económica, etc. 3. Judiciales, representados en el Tribunal Superior de Justicia de cada Comunidad (que culmina el organigrama de la organización judicial en el ámbito de cada Comunidad), sin perjuicio de que su jurisdicción corresponda al Tribunal Supremo. Su relación con las Comunidades Autónomas no es orgánica, sino territorial, y sus competencias dependen del poder judicial. Estarán integrados por las Salas: –
Civil y Penal. Se ocuparán de: *
592
Las demandas de responsabilidad civil por hechos cometidos contra las instituciones y órganos de la Comunidad, cuando la competencia no corresponda al Tribunal Supremo. PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 18. La actual ordenación territorial del Estado español
–
–
*
Las cuestiones de competencias entre órdenes jurisdiccionales del orden civil con sede en la Comunidad, cuando no dispongan de otro superior.
*
Las causas penales que el Estatuto de Autonomía le reserve.
*
Los recursos y actos procedentes de los órganos de gobierno de la Asamblea en materia administrativa y de personal.
*
Los recursos contencioso-electorales contra las Juntas Electorales y sobre la proclamación de Presidentes de las Corporaciones Locales.
Contencioso-Administrativo. Conocerá en instancia única de: *
Los recursos contencioso-administrativos que se formulen contra las disposiciones administrativas del Consejo de Gobierno de la Comunidad, su Presidente o los Consejeros.
*
Los recursos contencioso-administrativos electorales.
Social. Entenderá de: *
Los recursos que establezca la ley contra las resoluciones de los juzgados de lo social en la Comunidad Autónoma.
3.5. Las denominaciones estatutarias en las CC AA Comunidad Autónoma
Estatuto
Legislativo
Ejecutivo
Asturias
1981
Junta General del Principado
Consejo de Gobierno
Navarra
1982
Cortes de Navarra
Diputación Foral
Comunidad Valenciana
1982
Cortes Valencianas
Consell
Canarias
1982
Parlamento Canario
Gobierno de Canarias
Andalucía
1981
Parlamento Andaluz
Consejo de Gobierno
Galicia
1981
Parlamento Gallego
La Xunta
Cataluña
1979
Parlamento Catalán
Consell Executiu
País Vasco
1979
Parlamento Vasco
Gobierno Vasco
Castilla y León
1983
Cortes de Castilla y León
La Junta
Extremadura
1983
Asamblea de Extremadura
La Junta
Baleares
1983
Parlamento Balear
Gobierno Balear
Madrid
1983
Asamblea de Madrid
Consejo de Gobierno
Murcia
1982
Asamblea Regional
Consejo de Gobierno
Cantabria (Diputación Regional)
1981
Asamblea Regional
Consejo de Gobierno
Aragón
1982
Cortes de Aragón
Diputación General
Castilla-La Mancha
1982
Cortes de Castilla-La Mancha
Consejo de Gobierno
GEOGRAFÍA E HISTORIA
593
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
4. LOS CONTRASTES ESPACIALES Y LA ORDENACIÓN TERRITORIAL 4.1. Los contrastes espaciales Las CC AA creadas son territorialmente muy contrastadas. Tanto que entre las dos Castillas y Andalucía acaparan la mitad del territorio nacional, mientras otras Comunidades (Baleares, Cantabria y La Rioja) sólo un 3%. Comunidad Autónoma Andalucía
% superficial 16,4
Aragón
9,4
Asturias
2,1
Baleares
1,0
Canarias
1,4
Cantabria
1,0
Castilla-La Mancha
15,4
Castilla y León
18,7
Cataluña
6,3
Comunidad Valenciana
4,6
Extremadura
8,2
Galicia
5,8
Madrid
1,6
Murcia
2,2
Navarra
2,0
País Vasco
1,4
Rioja, La
1,0
Aun siendo los territoriales muy notables los mayores son los sociales y económicos. –
594
Los contrastes sociales. Fue durante la Edad Media cuando se produce el impulso a la homogeneización demográfica peninsular, ya que tanto el proceso de conquista por los musulmanes como el de Reconquista por los cristianos implicaron masivos desplazamientos de poblaciones. Y, luego, en la Edad Moderna las expulsiones étnicas, que fueron continuación de las emprendidas en la etapa precedente, se encargaron de eliminar a la heterogeneidad. El núcleo demográfico fue el centro, Castilla, y en adelante lo será la periferia. PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 18. La actual ordenación territorial del Estado español
En el siglo pasado Andalucía y La Rioja fueron la primera y última Comunidad en la escala demográfica nacional, si bien a comienzos de esa centuria la primera multiplicaba por diecinueve veces a la segunda y hoy lo hace por veintiséis. Además, han perdido representación a lo largo de ese periodo nada menos que diez CC AA (Aragón, Asturias, Cantabria, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Extremadura, Galicia, Murcia, Navarra y La Rioja), con ejemplos espectaculares, como los de Castilla y León y de Galicia, mientras han crecido Canarias, Cataluña, la Comunidad Valenciana, Madrid y el País Vasco, todas periféricas a excepción de la capital estatal.
Comunidad Autónoma Andalucía
% población en 1900
% población en 2000
18,8
18,1
Aragón
4,9
2,9
Asturias
3,4
2,7
Baleares
1,7
2,1
Canarias
1,9
4,2
Cantabria
1,5
1,3
Castilla-La Mancha
7,4
4,3
Castilla y León
12,5
6,1
Cataluña
10,5
15,5
Comunidad Valenciana
8,5
10,2
Extremadura
4,6
2,6
Galicia
11,0
6,8
Madrid
4,1
12,9
Murcia
3,1
2,8
Navarra
1,7
1,3
País Vasco
3,2
5,2
Rioja, La
1,0
0,7
La evolución de las densidades establece las desigualdades. Castilla-La Mancha es la única Comunidad que ha visto descender su valor, pero Castilla y León, Extremadura y Navarra prácticamente lo mantienen, con el descenso en el interior (a excepción de Madrid) y la congestión en la costa. Las disparidades se explican por los fuertes movimientos migratorios que encuentran su punto de salida en las primeras y el de recepción en las segundas.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
595
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
Comunidad Autónoma
Densidad en 1900
Densidad en 2000
Andalucía
40,5
83,8
Aragón
19,5
24,9
Asturias
60,2
101,5
Baleares
63,4
169,4
Canarias
48,6
229,0
Cantabria
52,5
99,8
Castilla-La Mancha
27,6
21,8
Castilla y León
24,9
26,3
Cataluña
61,8
195,0
Comunidad Valenciana
68,8
177,2
Extremadura
21,0
25,7
Galicia
70,1
92,3
Madrid
96,3
648,4
Murcia
96,3
101,6
Navarra
51,4
52,3
País Vasco
83,3
290,1
Rioja, La
37,8
52,4
Las tasas de natalidad muestran también a un conjunto de Comunidades dinámicas (Murcia, Baleares, Canarias y Andalucía), las de mortalidad son más parejas, y las de crecimiento natural marcan a una costa cantábrica y parte del centro en un nivel peor que el resto, más dinámico. Además, en Andalucía, Murcia, Extremadura y Baleares es más elevada la proporción de jóvenes, y el envejecimiento es más acusado en las regiones con menor crecimiento demográfico, como Castilla y León, Aragón y Asturias. Pero lo preocupante es que estas previsiones se mantengan. Con anterioridad a 1975 toda región industrializada era un foco de atracción demográfica, mientras las netamente agrarias eran los focos emisores, hecho arrastrado pero agudizado con la crisis económica (derivada de las sucesivas crisis petrolíferas de aquellas fechas), que forzó a la posterior reconversión industrial de algunas Comunidades punteras, unido al incremento de la terciarización. Esa crisis retuvo a las migraciones internas, y además contribuyó al relanzamiento de otras Comunidades, como la Valenciana, Madrid, Murcia y los archipiélagos, con nuevos ejes de desarrollo, en el Valle del Ebro, el Arco Mediterráneo, Madrid y los archipiélagos, ejes en declive como la cornisa cantábrica, y en espacios de desarrollo deficiente (el interior, Galicia y Andalucía).
596
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 18. La actual ordenación territorial del Estado español
–
Los contrastes económicos. Utilizando algunos indicadores se confirman las situaciones precedentes. Así el Producto Interior Bruto indica que las Comunidades más ricas son Baleares, Madrid, Cataluña, Navarra, País Vasco, La Rioja y Aragón, por ese orden, con ocho que superan a la media nacional, si bien es cierto que a mediados de siglo las diferencias eran todavía mayores, y además entonces la secuencia estaba encabezada por el País Vasco. La tasa de actividad más alta corresponde a Baleares y la más baja a Asturias, dos ejemplos claros del mayor dinamismo económico del país y de la mayor carga padecida por la desindustrialización, respectivamente. Con referencia a la participación de los sectores de actividad productiva se aprecia la existencia de regiones que sobrepasan la media dedicada al sector primario (Extremadura, Andalucía, Castilla-La Mancha, Murcia, Castilla y León y Galicia), de otras que hacen lo propio con el sector secundario (Navarra, País Vasco, Cataluña, Asturias, Aragón…), y es más variada la situación en el terciario, aunque con resalte de los archipiélagos y Madrid.
Comunidad Autónoma Andalucía
Primario
Secundario
Terciario
15,7 %
24,1 %
60,2 %
Aragón
6,8
38,7
54,5
Asturias
5,1
38,0
56,9
Baleares
2,0
15,2
82,8
Canarias
4,8
19,2
76,0
Cantabria
5,3
35,1
59,6
Castilla-La Mancha
13,8
38,0
48,2
Castilla y León
11,2
35,6
53,2
Cataluña
1,9
40,5
57,6
Comunidad Valenciana
5,0
36,6
58,4
Extremadura
18,7
28,1
53,2
Galicia
10,1
33,2
56,7
Madrid
0,5
24,7
74,8
Murcia
11,3
32,2
56,5
Navarra
5,0
47,0
48,0
País Vasco
2,1
46,5
51,4
Rioja, La
9,1
43,0
47,9
GEOGRAFÍA E HISTORIA
597
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
4.2. La ordenación territorial De esos contrastes sociales y económicos deriva la necesidad de aplicar mecanismos institucionales y políticas de solidaridad y cohesión territorial, o la solidaridad interterritorial, protegida constitucionalmente (arts. 2 y 40). Para ello se dispone de cuatro mecanismos: –
Los instrumentos de coordinación legislativa. Destinados a armonizar las competencias entre el Estado y las CC AA, con los conflictos resueltos por el Tribunal Constitucional.
–
Las comisiones mixtas de transferencias. Encargadas de preparar la normativa de transferencias y los fondos necesarios para su aplicación, evitando diferencias de calidad y coste para los españoles, con independencia del lugar en que residan.
–
Las conferencias sectoriales (Estado-CC AA). Encauzan a los sectores afectados mediante las mejores soluciones.
–
El Consejo de Política Fiscal y Financiera. Para regular y articular la distribución del Fondo de Compensación Interterritorial.
La política regional pretende conseguir la cohesión territorial en sus orientaciones económicas, mediante tres vías: la propia capacidad fiscal y presupuestaria de las CC AA, la actuación directa del Estado, y a través del FCI (Fondo de Compensación Interterritorial). Además, la política regional está influida por la política comunitaria, ya que el propio Tratado de la Unión alude al desarrollo armónico y equilibrado de las regiones, para lo cual se dispone de fondos. Y España ha sido de los países más beneficiados, al haber recibido más fondos que los aportados a los presupuestos comunitarios, ya que la mayoría de las regiones españolas entran en la categoría de las europeas menos desarrolladas (con un nivel de riqueza inferior al 75% de la media comunitaria). Con dichas percepciones se han realizado cuantiosas infraestructuras, se han mejorado servicios, y en general se ha avanzado en muchas regiones, sobre todo en las denominadas áreas de mayor desenclave (Extremadura, Galicia, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Andalucía, Asturias, Cantabria, Baleares y Canarias). Los Fondos Estructurales han sido los encargados, con cometidos diferentes, y entre ellos:
598
–
FEDER (Fondo Europeo de Desarrollo Regional). Encargado de reducir las disparidades regionales, desarrollando a las regiones más atrasadas (con la reconversión de las que padecen crisis industrial y promocionando a las rurales).
–
FSE (Fondo Social Europeo). Participa en programas laborales, de formación, de desempleo, enseñanza, orientación…
–
FEOGA-Orientación (Fondo Social Europeo de Orientación y Garantía AgrícolaSección Orientación). Participa en la financiación de medidas que contribuyan al desarrollo rural.
–
IFOP (Instrumento de Orientación para la Pesca). Presta apoyo financiero a las medidas de la Política Común de pesca.
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 18. La actual ordenación territorial del Estado español
5. LOS ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA ORDENACIÓN ESPACIAL 5.1. Los antecedentes históricos Los romanos introdujeron la unidad política inicial y las primeras células administrativas, de larga vigencia, porque duraron hasta la etapa visigoda, que frágil, movediza y con tales síntomas de debilidad pronto fue anulada por la conquista musulmana. En adelante, la misma conquista y posterior permanencia árabe servirán de fermento a la construcción de las identidades regionales, bien por asimilación o bien por reacción: –
Al Norte peninsular se irán consolidando sociedades de reacción.
–
Al Este septentrional otras, con su reflejo en entidades políticas cristianas más vinculadas a los francos que a los árabes, y que tras diferentes vaivenes históricos acabarán en reinos autónomos.
–
Al Noroeste el aislamiento conformó peculiaridades.
–
En el siglo XII nacerá la Corona de Aragón.
–
En el Sur seguirá perviviendo una cultura política diferente, la musulmana.
La evolución de estos territorios durante siglos se caracterizó por la diversidad en todos los órdenes. Pero desde la construcción aragonesa los grandes espacios políticos ya están en proceso de consolidación, con su germen en la Alta Edad Media y el desarrollo en las fusiones de monarquías. Desde entonces cada sector regional ha dispuesto de la posibilidad de mantener algunas de sus peculiaridades (jurídicas, administrativas...), incluso dentro de la unidad del país conseguida por los Reyes Católicos. Puede decirse, por tanto, que el nacimiento de las regiones históricas españolas alcanza la Alta Edad Media. Pero el fermento regional arranca de la reacción cristiana ante la imposición de la cultura y civilización musulmana. Esa lucha llegará a conformar no sólo particularidades regionales, sino una entidad nacional por parte de los reinos cristianos. Así, la Reconquista es la base de la diferenciación regional española, con dos Españas: una replegada en el Norte, y otra de expansión musulmana en el resto. La conciencia de resistencia y unidad existente en la primera, unida al retroceso musulmán (tras la derrota en Poitiers), aprovechó el vacío de poder para consolidar su conciencia cristiana, de resistencia y espacial. Pero el aislamiento de los núcleos de resistencia será la causa de las diferenciaciones y de la aparición de reinos, germen de las posteriores regiones históricas. En Asturias el origen regional se encuentra en la etapa del reinado de Alfonso I, que inició la reconquista y ampliación del territorio. Posteriormente el citado aislamiento arraigó fórmulas de gobierno que no fueron aceptadas por los vecinos de la cornisa septentrional, de tal modo que vascones y alaveses se levantaron contra el asturiano Fruela. Sin embargo los asturianos mantuvieron una conciencia expansiva, aglutinadora de los reinos cristianos peninsulares bajo el mandato de Alfonso II. Asturias será precisamente el núcleo sobre el que pivotará la unión de la España occidental. Castilla aparece inicialmente basculada al enclave asturiano desde el reinado de Alfonso III, que expande sus dominios hacia el Sur por medio de fortificaciones. Sus sucesores irían ampliando territorios hasta hacerse con el Valle del Duero.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
599
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
Vasconia quedó aislada entre la resistencia asturiana y navarra (origen de la Comunidad de Navarra), y todos se mantuvieron autónomos y desarrollaron su propia guerra contra los musulmanes. Los asturianos con Alfonso III avanzaron hacia la meseta e implantaron la capitalidad en León (desplazándola desde Oviedo). Galicia se incorpora a esa expansión y se fusiona con el reino astur-leonés. Castilla hará lo propio con Alfonso VI, pero haciéndose con el control expansivo y aglutinando al resto. La Rioja se incorporaría a Castilla tras la muerte de Sancho Garcés IV de Navarra (1076). Luego los Reyes Católicos fundarían el primer estado de la Edad Moderna en el continente europeo con la fusión de las Coronas de Castilla y Aragón. Aragón y Cataluña conformarán el núcleo sobre el que se constituirá la denominada España oriental, que arranca desde las marcas francas al sur de los Pirineos. Aquí fueron las particularidades de los valles que conforman un territorio fraccionado lo que forzó a uniones defensivas y pactos de compromiso que acabaron en la constitución de un sector territorial de entidad en el contexto peninsular. Cataluña englobaría a un conjunto de condados alrededor del más significativo, el de Barcelona, a partir del cual Wifredo el Velloso unificó el mando, y desde entonces se configura como entidad específica. La unificación de Aragón y Cataluña se produce con el matrimonio de Ramón Berenguer IV y Petronila de Aragón, tras el contacto de las fuerzas correspondientes en el Valle del Ebro, el eje vertebrador del sector y con la meseta. Desde allí se irradiaría la expansión cristiana hacia el resto peninsular, y hasta el sector insular mediterráneo. Esta herencia histórica de reinos y condados es el resultado de la fragmentación geográfica del territorio y de los avatares históricos, ahora con sinergias coincidentes por intereses contra el invasor musulmán. Pero tras la unificación aparece la conciencia de nación, que se consolida con la Reconquista. Con los Austrias perviven las unidades territoriales con sus estructuras organizativas y legislaciones particulares. El sentimiento de unidad se sustentaba en el respeto a una diversidad que abarcaba desde medidas a monedas. La adecuación administrativa y modernización del Estado se llevará a cabo con la llegada de los Borbones, que centralizan la administración y economía (siguiendo el modelo francés) y acaban así con la descentralización existente desde los Reyes Católicos. Y ello porque aún a comienzos del siglo XVIII la heterogeneidad administrativa y política seguía siendo la pauta organizativa, y el país se mantenía como un ejemplo de pluralidad en todos los órdenes. Sin embargo, el sistema centralista de los Borbones homogeneiza con la supresión de los derechos históricos de representación en Aragón, Valencia y Cataluña (Decretos de Nueva Planta, 1707 y 1716) en favor del centralismo imperante desde aquellos momentos (Felipe V quería amarrar de ese modo una unidad forzada, y preservarse ante los descontentos que no apoyaban su estancia al frente del Estado). Desde entonces los corregidores, regidores y alcaldes se irradian por el país para hacerse cargo de las distintas esferas administrativas en un proceso uniformizador, y sin precedentes, de las instancias políticas y administrativas. No obstante pervivieron gran cantidad de competencias particulares (e incluso las unidades territoriales menores como los condados, merindades, abadías...), aunque a veces tapadas por la nueva figura del Intendente, al frente de cada una de las unidades administrativas que formaban el mapa de las intendencias (las futuras provincias). Sólo a finales de la centuria el Conde de Floridablanca intentó otra división más racional ante la inoperancia administrativa, y hasta por la falta de control efectivo sobre los territorios por parte de la Corona. Ya en el XIX las Cortes de Cádiz fueron la primera institución del Estado en proponer una estructura provincial, que sólo será retomada por los liberales en la primera etapa fernandina, aunque los absolutistas poco más tarde hicieron vano el intento. Tras la muerte del rey, será Javier de Burgos el encargado de llevar a cabo una nueva ordenación territo600
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 18. La actual ordenación territorial del Estado español
rial en 1833, pensada exclusivamente como instrumento de centralización, con la mejor prueba en la designación de un gobernador representante del Estado en ellas y encargado de su gestión, tanto general como hasta particular de las entidades menores (municipios). Sin embargo, la estructura político-organizativa ha pervivido hasta la actualidad, hasta el extremo que constituye la base territorial sobre la que se han fundado las Comunidades Autónomas. Sólo adoptó criterios funcionales, los necesarios para hacer ágil el funcionamiento de la máquina estatal, pero desestimó a las particularidades territoriales, que fueron absorbidas por un proceso homogeneizador puramente liberal. Fruto de la artificialidad con que fueron concebidas las provincias no se logró apagar nunca las conciencias regionales. En Cataluña sólo perderá fuerza dicho planteamiento durante parte del siglo XIX, para despertar de nuevo muy pronto. En Vascongadas y Navarra, a consecuencia de las Guerras Carlistas, subsiste durante esta centuria (y parte de la actual) el régimen de los Fueros de las tres provincias, y el de Navarra que se reconoce por el Estado en virtud de la Ley Paccionada (1841). Pero puede sostenerse que el regionalismo reaparece como una reacción ante la supresión de los privilegios históricos por los Borbones, y no tanto frente al régimen liberal (que estaba de acuerdo con el mantenimiento del Estado centralista). También incidieron en dicha recuperación regionalista nuevos movimientos culturales (foralista, celtista, laicista, romanticista...). En cuanto a la posible existencia de la región como división territorial durante el siglo XIX no faltaron ocasiones en que se pensara superponerla a las divisiones provinciales. Pueden citarse aquí los proyectos regionales de Escosura (1847), Moret (1884) y Sánchez de Toca (1891). Sin embargo, el planteamiento regionalista propiamente dicho proviene de finales del XIX y principios del XX. Se habla especialmente de Cataluña y del País Vasco, pero no deben olvidarse otros casos en que el regionalismo se ha debido a diferencias lingüísticas (Galicia), a factores geográficos (Canarias y Baleares), a razones históricas (Navarra), o bien a condicionantes como el aislamiento (Asturias). Pero el punto de vista institucional, la creación de dicha unidad administrativa, no prospera nada más que en Cataluña, donde se crea una mancomunidad provincial. Con la dictadura de Primo de Rivera, como todas las dictaduras fuertemente hostil al regionalismo, crecieron los Organismos Autónomos y subsistieron las Confederaciones Hidrográficas. Pero lo más significativo fue la aprobación del Estatuto Municipal (1924), que consagra el régimen democrático de las elecciones, y el provincial (1925), que confiere a la provincia el carácter de entidad local. Tras el paréntesis de la dictadura la cuestión regionalista se plantea en la II República. El regionalismo autónomo está presente incluso en las actividades políticas previas a la instauración de la República, ya que se incluye en el compromiso que firman los futuros dirigentes republicanos, conocido como Pacto de San Sebastián (1930). El gobierno responde incluyendo en la Constitución de 1931 la posible existencia de regiones autónomas regidas por sus Estatutos. Pero se antepusieron hechos, porque recién implantada la República la cuestión surge desde el primer momento, ya que Cataluña tiende a autoorganizarse sin esperar a las decisiones del gobierno central. El Decreto de la Generalidad, sólo ocho días después de la proclamación del nuevo régimen, se arroga determinadas atribuciones a favor de la propia Generalidad. El Estatuto Catalán se redacta antes que la Constitución de la República. En el País Vasco las incidencias fueron muchas. El referéndum de aprobación se retrasó por las distintas posiciones mantenidas respecto a la inclusión o no de Navarra en el País Vasco. Se aprobó finalmente su Estatuto por las Cortes; pero fue en plena guerra civil y estando el sector en la zona republicana. En Galicia llegó a celebrarse un referéndum aprobatorio de su Estatuto; pero el estallido de la guerra y la pertenencia de la región desde el primer momento a la zona nacionalista también impidieron su aprobación por las Cortes. Y otras GEOGRAFÍA E HISTORIA
601
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
regiones prepararon anteproyectos de Estatuto, que tan siquiera llegaron a someterse a referéndum (Valencia, Andalucía y Canarias). Conviene, por tanto, centrarse en el Estatuto Catalán. De acuerdo con él funcionaron como órganos de gobierno: –
El Parlamento de la Generalidad.
–
El Presidente, elegido por el Parlamento.
–
El Tribunal de Casación, que era competente para aplicar el derecho civil catalán (las relaciones entre el Estado y la Generalidad eran competencia del Tribunal Supremo).
La Constitución distinguía entre funciones o tareas (aunque ya entonces se usó indebidamente el término competencias) exclusivas del Estado, las que eran propias de la Generalidad, y las compartidas, en cuyo caso la legislación correspondía al Estado y la ejecución a los órganos administrativos catalanes. Las funciones residuales se asignaban al Estado. Sólo estuvo vigente desde septiembre de 1932 a enero de 1935; y, aunque se restableció después, sólo fue durante los últimos meses de la guerra. La pérdida de la guerra civil por el bando republicano supuso la privación de todo atisbo regionalista. La hostilidad del régimen franquista al planteamiento regionalista le llevó no sólo a rechazar el regionalismo autónomo sino a mantener una actitud negativa respecto a la posible existencia de regiones como entidades locales. Por eso, durante el largo período de control del nuevo régimen instaurado por la fuerza, la región existe en España exclusivamente en su aspecto de división territorial del Estado, como fracción especial para prestar determinados servicios. Numerosas escisiones especiales para el ejercicio de competencias por los órganos periféricos del Estado utilizaron el ámbito supraprovincial, porque sencillamente la provincia se había quedado insuficiente. En los últimos años del régimen una Ley Orgánica dispuso divisiones territoriales distintas a la provincia; pero nunca llegaron a ponerse en práctica. De modo que durante el régimen franquista se aplicó un modelo unitario, centralista y uniformizador territorial, con la provincia y el municipio como únicas unidades. Ya con la nueva Constitución los Títulos Preliminar y VIII se dedican a la organización territorial, combinando la unidad nacional y el derecho a la autonomía territorial siempre dentro de la citada unidad. Se ha optado por ampliar el derecho a dicha autonomía a todo el territorio español, incluidas las ciudades de Ceuta y Melilla (disposición adicional quinta de la Constitución).
5.2. La formación y consolidación del Estado Autonómico Se venía advirtiendo desde tiempo atrás la necesidad de divisiones territoriales más amplias que las provincias, que se habían quedado pequeñas para la prestación de determinados servicios. Por otra parte, la presión del Estado sobre los ciudadanos (que lo sienten desde ajeno hasta lejano a sus propias vidas), hizo revivir (al menos como aspiración) realidades históricas anteriores cuya identidad nunca fue absorbida por completo ni por la administración regia del Estado absolutista ni por el Estado constitucional. Especialmente en los reinos enclavados en las antiguas Coronas de Castilla y Aragón, en lo que se ha llamado con acierto los principados medievales.
602
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 18. La actual ordenación territorial del Estado español
La doctrina administrativa se ha preocupado de estos hechos individualizando tres enfoques posibles de la región en la actualidad: –
Como un hecho relativo a la identidad de los habitantes de un territorio por razones lingüísticas, culturales, históricas o étnicas.
–
Como elemento territorial de la planificación económica, procurando evitar las desigualdades de nivel de vida entre poblaciones de distintos lugares.
–
Como espacio adecuado para la prestación de servicios administrativos.
La región, como simple división territorial para prestar servicios, presenta una doble vertiente: de un lado supone una racionalización del poder del Estado, y de otro deja insatisfechas las aspiraciones políticas vinculadas a los planteamientos de identidad regional. Por ello, sólo parece como plenamente viable en un Estado fuertemente centralizado donde hayan desaparecido o diluido las identidades regionales (como en Francia). No obstante, es claro que creando estas entidades regionales se facilita la colaboración de los habitantes del territorio. La región autónoma supone el disfrute (otorgado) de un poder político propio que satisface las aspiraciones de identidad. Pero esto conlleva numerosos problemas, entre los que cabe citar los siguientes: –
No es fácil una delimitación adecuada de las regiones (siempre existen territorios cuya adscripción a una u otra entidad regional no resulta clara).
–
Es difícil fijar la capitalidad.
–
Los entes locales plantean la sospecha de que se trata de sustituir el centralismo de la capital de la nación por el más próximo de la capital de la región.
–
Se deben crear nuevos impuestos que aumentan la presión fiscal con el disgusto consiguiente de los habitantes que sostienen el sistema.
A la vista de estos planteamientos la nueva realidad regional española se hizo atendiendo a criterios funcionalistas, pero incluyendo las realidades históricas, culturales y de otros tipos. A pesar de ello mantienen las inadecuaciones de las lindes administrativas arrastradas desde la división de Javier de Burgos (que se atuvo a criterios esencialmente de equilibrio económico del territorio, pero desestimando otras realidades). Se trata de una descentralización, que ha calado en mayor o menor medida (y consecuentemente la consolidación regional ha llegado más rápidamente o de forma más lenta): –
En algunos casos es coincidente con los tradicionales sentimientos regionalistas (País Vasco, Cataluña, Galicia, Comunidad Valenciana, Navarra).
–
En otros la falta histórica de tradición regionalista ha hecho que fuera surgiendo, poco a poco, como reacción a la atención prestada por el Gobierno central a regionalismos ya consolidados. Ha sido, en varios casos, no otra cosa que un efecto de contestación (Madrid y Castilla-La Mancha).
Y ello porque hay establecida una tipología de regiones: –
Las históricas tradicionales: *
Cataluña. Por razón idiomática, potencial económico, y raigambre del derecho tradicional catalán. Pero también porque las bases autonómicas datan de 1918, se amplían en 1931 (cuando se redacta el Estatuto de Nuria), se
GEOGRAFÍA E HISTORIA
603
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
consolidan en 1933 (cuando se promulga la Ley Fundamental de Cataluña), y terminan en 1936 (con el Decreto de Autonomía de Guerra).
–
–
–
604
*
País Vasco. Por motivos lingüísticos, herencia del derecho foral, tradiciones culturales diferenciadas... Y porque su base autonómica data del Convenio de Vergara, de 1839; tras eliminaciones intermedias se refuerza en 1924 con el Proyecto de Autonomía; y en 1936 se arraiga con el Estatuto Vasco.
*
Galicia. Por aislamiento geográfico y cultura particular. Y porque su régimen foral data del siglo XIX, y su proyecto de autonomía republicano de la segregación de los vascos en 1932.
Las históricas de nuevo cuño: *
Andalucía. Por potencial demográfico y cultura diferenciada con origen en la herencia musulmana. Pero su regionalismo es tan reciente que data de 1931, con la Junta Liberalista.
*
Aragón. Con autonomía histórica e institucional. Su resurgir nacionalista arranca de 1936, con el Estatuto de Caspe.
*
Baleares. Por aislamiento geográfico e idioma. Data de 1931, pero el proyecto no contemplaba la inclusión de Menorca.
*
Canarias. Por idénticas razones y la existencia histórica de los Cabildos. Su devenir regional es más antiguo ya que arranca de 1912, con la Ley de los Cabildos.
*
Asturias. Por aislamiento geográfico y devenir histórico de tradiciones particulares. Las iniciativas sólo parten de la etapa republicana.
*
Valencia. Por razones esencialmente lingüísticas. Los primeros gérmenes regionalistas parten del Estatuto de Mancomunidad (años veinte), pero se incorpora al movimiento regionalista cuando casi todas las regiones, en la etapa republicana.
De nuevo cuño: *
Castilla y León. Por unión histórica (1230, con Fernando el Santo), y homogeneidad geográfica. Pero siempre la conciencia regional fue débil.
*
Extremadura. Es un regionalismo reivindicativo y exento de conciencia regional pasada.
*
Murcia. Es un regionalismo reactivo al control castellano, y por ello también exento de conciencia tradicional regionalista.
Artificiales: *
Castilla-La Mancha. Deriva de ser una región geográficamente homogénea, pero históricamente heterogénea, lo que forzó a fusiones provinciales que no han aportado conciencia regional.
*
Rioja. Es un regionalismo reactivo al control castellano.
*
Cantabria. Dispone de idéntica situación a la riojana.
*
Madrid. Por aislamiento debido a su fuerte papel centralista del Estado. Es de las regiones más artificiales del país. PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 18. La actual ordenación territorial del Estado español
En todo caso la vigente Constitución señala ya en su artículo segundo el derecho a la autonomía de las regiones, que luego completa en su título VIII (artículos 137 a 158). Esta base dará lugar al establecimiento de las Preautonomías. En efecto, desde el primer momento de la transición democrática se intentó demostrar buena voluntad hacia el hecho regional, creando una Comisión Regia para el País Vasco. Pero pronto se cambió el planteamiento con el giro político efectuado al nombrarse al presidente Adolfo Suárez. A partir de ahí se crean las llamadas entidades preautonómicas, primero en Cataluña y el País Vasco y después en otras regiones, hasta cubrir prácticamente todo el territorio nacional. Nacieron así unas entidades que nunca habían existido, los entes preautonómicos, unas regiones definidas como entes locales creados transitoriamente mediante un proceso descentralizador. Tenían un ámbito supraprovincial (salvo en las regiones uniprovinciales) al que le fue aplicada subsidiariamente la legislación del régimen local. Por último, es claro que son resultado de una descentralización, ya que fueron creados por la voluntad del poder central, y sin consulta alguna a las entidades locales o a la población. La organización de los entes preautonómicos varía de unos a otros. Así Cataluña prefigura completamente un auténtico gobierno autónomo, mientras en el resto de las regiones la administración del ente corresponde a un amplio órgano colegiado del que formaron parte los parlamentarios representantes de las respectivas provincias. De este modo la estructuración creada en la década de los setenta es compleja, producto de una figura nueva, y como consecuencia el Estado resultante no es: –
Unitario (porque pasa a descentralizado con unidades de nuevo cuño).
–
Federal (porque dichas entidades no adquieren las prerrogativas de los Estados Federados, y entre ellas la libertad constituyente).
–
Regional (como el modelo italiano, por ejemplo).
Es un Estado Autonómico porque, aun siendo sólo en parte regional, las nuevas entidades son exclusivamente autónomas (es el resultado del consenso establecido entre las fuerzas políticas nacionalistas, partidarias del Estado Federal, y las centralistas conservadoras, sólo inclinadas a la concesión de autonomía limitada). Y la asunción de competencias tiene lugar mediante los traspasos que efectúa el Estado en un proceso que comenzó antes de que se aprobara la Constitución, mediante las transferencias a favor de los entes preautonómicos realizadas en 1978. La entidad de las competencias traspasadas fue entonces muy diversa, resultando claramente favorable en los casos de Cataluña y País Vasco, en comparación con las otorgadas a otras regiones. Pueden distinguirse dos etapas: 1. La preautonómica, durante los años 1979 y 1980. El sistema se inaugura de modo pleno al aprobarse los primeros Estatutos y, por tanto, pudieron traspasarse en firme las competencias en ejecución de los mismos. Se produjo una gran profusión de Comisiones Mixtas porque continuaban existiendo las que habían negociado los traspasos a los entes preautonómicos. Se crearon en cada ministerio tantas como Comunidades Autónomas o entes preautonómicos existían, lo que dio lugar no sólo a una cierta confusión sino a que fuera muy difícil mantener una política unitaria ante la dispersión de órganos negociadores. 2. A partir de 1980 el Ministerio de Administración Territorial racionaliza la situación al disponer que existiera sólo una Comisión Negociadora por ministerio, que se entendería con todos los entes autonómicos o preautonómicos en las materias de competencia del Departamento. Al mismo tiempo se establece una regla general: GEOGRAFÍA E HISTORIA
605
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
se traspasan a la vez que las competencias los funcionarios que gestionan su ejecución, los créditos presupuestarios indispensables para ejercerlas, y los elementos patrimoniales (edificios y otros medios necesarios). Como resultado, las competencias asimiladas por las distintas CC AA han resultado desiguales. Con todo, algunos autores marcan etapas del regionalismo más ajustadas en el tiempo: –
Inicial (1977-1979), diseñada por el Profesor Clavero, y caracterizada por la ausencia de un modelo regional definido.
–
De racionalización (1980), cuando los partidos mayoritarios pactan la LOAPA (Ley Orgánica de Armonización del Proceso Autonómico).
–
De armonización (1981), defendida por el Profesor Enterría, con el objetivo de equilibrar los desajustes de acceso y competenciales entre las nuevas entidades.
–
De reaceleración (1982), tras un frenazo considerable que partía de 1980.
–
De culminación (1983), para completar el mapa autonómico.
–
De consolidación (1984-86), con la promulgación de la Ley Orgánica del Fondo de Compensación Interterritorial que hace efectiva la solidaridad económica interterritorial.
A esas etapas habría que incorporar alguna más. Cuando menos una de estabilización, que abarcaría hasta entrada la década de los años noventa. Y otra reciente de contestación, de demanda, encabezada por el País Vasco, y que encuentra su punto culminante en el debate parlamentario y posterior rechazo de la propuesta vasca de libre asociación con el Estado central. En cuanto a la financiación de las CC AA viene determinada por el mandato constitucional, que otorga la potestad tributaria originariamente al Estado, que la ejerce mediante ley. Por tanto, las Comunidades podían financiarse con impuestos propios hasta que el Estado hubiera concedido total o parcialmente impuestos anteriores. La cuestión ha sido resuelta por la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas, que señala cómo aquéllas se costearán mediante sus propios impuestos, recargos en los estatales, y tributos cedidos por el Estado, a los que se suman los créditos del Presupuesto del Estado previstos para ejercer las competencias transferidas (que se traspasarán al mismo tiempo que aquéllas y los funcionarios). Sin embargo, salvo el País Vasco y Cataluña, las Comunidades no han creado aún sus propios impuestos con carácter general.
606
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 18. La actual ordenación territorial del Estado español
BIBLIOGRAFÍA Arroyo Ilera, F. (1989) “El factor geográfico en el problema de España”. Estudios Geográficos, N.º 196; pp. 333-368. Bielza de Ory, V. (Coord.) et al. (1989) Territorio sociedad en España (II Tomos). Editorial Taurus, Alfaguara, Madrid. Ceotma (1980) Divisiones territoriales de España. Centro de Estudios de Ordenación del Territorio y Medio Ambiente. Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo. Serie Monografías, N.º 3, Madrid. Esteban, J. y López Guerra, J. (1981) El régimen constitucional español. Editorial Labor, Madrid. Ferrás, R. (1985) L´Espagne, écritures de géographie régional. Ed. Reclus, Montpellier. García Alvarado, J. M. y Sotelo Navalpotro, J. A. (Eds.) (1999) La España de las Autonomías. Editorial Síntesis, Madrid; 703 pp. García Ballesteros, A. y Pozo Rivera, E. (1994) Las desigualdades socioeconómicas en la España de las Autonomías. Editorial Masson, Barcelona; 169 pp. García de Enterría, E. et al. (1980) La Constitución Española de 1978. Editorial Cívitas, Madrid. García Fernández, J. (1993) “La singularidad geográfica de España”. Atlas de España, Madrid, El País-Aguilar, Tomo II; pp. 6-12. García Roca, F. J. (1985) Contribución al estudio de la forma territorial del Estado Español. Editorial Universidad Complutense, Madrid. Mella Márquez, J. M. (Coord.) (1998) Economía y política regional en España ante la Europa del siglo XXI. Madrid, Akal y Asociación Española de Ciencia Regional; 696 pp. Muñoz Machado, S. (1987) Derecho Público de las Comunidades Autónomas. Editorial Cívitas, Madrid. Sánchez Goyanes, E. (1987) La Constitución Española comentada. Editorial Paraninfo, Madrid. Serrano Martínez, J. M.ª (1997) Proceso de desarrollo y cambio territorial en España durante los años postreros del siglo XX. Murcia, Universidad de Murcia; 450 pp. Serrano Martínez, J. M.ª (2003) España en el nuevo milenio: realidad territorial y retos pendientes. Universidad de Murcia; 683 pp. Torres del Moral, A. (1985) Principios de derecho constitucional español. Editorial Átomo, Madrid. Valero de Tornos, J. (1984) España en fin de siglo. Editorial Top. Suces de Rivadevera, Madrid.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
607
Tema 19 La población española. Comportamiento demográfico. Fenómenos migratorios
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
ÍNDICE SISTEMÁTICO 1. INTRODUCCIÓN 2. HACIA EL CRECIMIENTO DEMOGRÁFICO NEGATIVO 2.1. Los regímenes demográficos 2.2. Composición por edad y sexo. La nueva estructura familiar 2.3. La recesión de la nupcialidad y su efecto sobre la caída de la natalidad 2.4. El aumento del envejecimiento de la población y sus derivaciones socioeconómicas 2.5. Una mortalidad alcista derivada del envejecimiento 2.6. Un crecimiento demográfico recesivo 3. DISTRIBUCIÓN DE LA POBLACIÓN Y MOVILIDAD INTERNA 3.1. El medio y el desigual reparto de la población 3.2. La movilidad espacial: tendencias regionales, urbanas y rurales 4. DE LA EXPULSIÓN A LA RECEPCIÓN. EL SALDO MIGRATORIO FAVORABLE 4.1. La migración externa 4.2. Incremento de la corriente inmigratoria y saldo migratorio favorable 4.3. La natalidad y la fecundidad de la población inmigrante 5. LA ACTIVIDAD LABORAL Y LOS SECTORES ECONÓMICOS BIBLIOGRAFÍA
610
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
1. INTRODUCCIÓN A mediados de la pasada centuria España era un país con sólo dos regiones industrializadas, Cataluña y el País Vasco; pero desde entonces los cambios han sido rápidos, continuos y sustanciales, con tres factores que han logrado la transformación: –
El proceso de industrialización, lento y poco eficaz en sus inicios, pero a partir de los años sesenta rápido y generalizado. Las tradicionales regiones industriales no sólo consolidaron su posición, sino que ampliaron su espacio, y donde la actividad estaba esbozada en poco tiempo aparecieron regiones industrializadas. En torno a Madrid, por ser el principal centro del capital español y por su privilegiada posición en la red de comunicaciones, se había construido al comenzar los años sesenta la segunda red industrial del país (después de la catalana). Y las ciudades que ya tenían un precedente pasaron a ser importantes núcleos industriales, como Valencia, Zaragoza, Valladolid y Burgos. Pero otras surgieron casi de la nada (Logroño, Castellón de la Plana, Murcia...). Incluso en algunas de poca o nula tradición industrial surgieron centros de cierta importancia (Vigo, Ferrol, Sevilla, Huelva...). Lo cierto es que en tres lustros España se transformó en un país industrializado, aunque en su afán de industrializar a toda costa el proceso adoleció de graves defectos. Fue el gravoso legado que transmitió el franquismo al modelo democrático, que inició su andadura en una época de crisis y recesión, y con la perspectiva de los ajustes ante la integración en la CEE. Hubo de procederse a penosas reconversiones, lo que motivó un proceso industrializador más sosegado. Todo repercutiría de distinta forma en el proceso demográfico nacional.
–
La emigración española a los países europeos a partir de los años sesenta. Con anterioridad el régimen franquista había clausurado la emigración exterior; si bien las necesarias reformas de 1959 para hacer viable el funcionamiento del país obligaron a abrir las fronteras con varios objetivos prefijados: era un modo de eludir el paro que se avecinaba ante las reformas; un medio para relajar la presión demográfica sobre las zonas rurales; y un recurso para obtener divisas. Alrededor de dos millones de personas salieron de España, solventando el problema interno y contribuyendo desde fuera al desarrollo económico. Pero tan elevado contingente, perteneciente a la población más modesta, también tuvo otros efectos: el contacto con otras sociedades le impregnó de nuevos hábitos y modos de vida; y constituyó un importante factor de cambio social y de mentalidad entre las clases populares.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
611
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
–
La fuerte atracción que España ejerció para muchos europeos, muy especialmente las costas mediterráneas y sectores insulares. Adquirió pleno desarrollo en los años sesenta, para mantener un ritmo de crecimiento prácticamente imparable desde entonces. Se convirtió en una fuente fundamental de ingresos y en uno de los principales capítulos favorables de la balanza de pagos, proporcionándole signo positivo en unos momentos en que la industrialización requería de fuertes inversiones en equipos procedentes del exterior. Asimismo, esta corriente introdujo modelos a imitar, y muchos hábitos externos no tardaron en adaptarse, como el heliófilo, que luego se irradiaría aportando fuertes flujos migratorios interiores hacia los espacios litorales de ocio, consolidando incluso el fenómeno de las segundas residencias.
Así, pues, la industrialización, la emigración a Europa y el turismo han sido los tres motores del cambio nacional, tanto económico como social. Y el primero y último son los que han tenido mayores efectos multiplicadores, porque de ellos han derivado unos movimientos migratorios internos trascendentes. Desde principios de los años sesenta hasta mediados de los setenta unos doce millones de personas cambiaron de residencia, desde las áreas rurales hacia las industrializadas o turísticas, con el resultado de una población española con una distribución todavía más desequilibrada que hasta entonces, pero con un contacto con la modernidad que le impregnó de nuevas formas, luego traducidas en fenómenos demográficos. Algunas de las regiones tradicionales de emigración, como las montañas, han experimentado un vaciamiento que les ha llevado al borde mismo de la despoblación, con el agravante de que las salidas han correspondido a la población joven. Pero este vaciamiento no es en su totalidad negativo, porque: los jóvenes que permanecieron han podido contar con las tierras que otros abandonaban; han podido crear explotaciones de tamaño medio, que han permitido su mecanización y realización de actividades más rentables; ese vaciamiento ha sido un ajuste entre los efectivos demográficos y las potencialidades del suelo; y en muchos espacios rurales el problema planteado más que económico es demográfico, debido a la escasa vitalidad de los contingentes humanos que han permanecido. Todos esos rápidos e importantes cambios han llevado consigo otro no menos capital, el de la sociedad española, hoy muy distinta a la que era hace un cuarto de siglo, porque: el reforzamiento de la economía ha elevado el nivel de renta y vida; hoy se tienen cubiertos los riesgos de vida, y se participa de los bienes de consumo de manera generalizada; aparece la imagen de una sociedad equilibrada, aunque las desigualdades son muy sensibles; hay diferencias en la mentalidad de los distintos grupos sociales, pero también ha surgido una crisis de valores, una hiperinflación de derechos; la sociedad se ha asimilado rápidamente a la de países evolucionados, con la adquisición de una escasa vitalidad demográfica; y las nuevas generaciones desertan de las ocupaciones más costosas, con la paradoja de una demanda de puestos de trabajo insatisfecha que es colmada por inmigrantes del Tercer Mundo, y unas cotas de desempleo a la cabeza de la UE. Por tanto, se está en la denominada segunda transición demográfica, marcada por las notables transformaciones poblacionales y territoriales. Arranca con la crisis energética y económica, se refuerza en la década siguiente y se agudiza en la pasada con la globalización. Está caracterizada por la desnatalidad, el envejecimiento, la inmigración internacional y el alto peso del sector terciario en la población activa. Se trata de un modelo de la baja fecundidad, acompañado de desurbanización.
612
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 19. La población española
2. HACIA EL CRECIMIENTO DEMOGRÁFICO NEGATIVO 2.1. Los regímenes demográficos La población española ha pasado por tres fases o regímenes demográficos: 1. Antiguo. Llega hasta bien entrado el siglo XVIII, con un crecimiento muy bajo, altas tasas de natalidad y también elevadas de mortalidad, más las altas sangrías de la emigración exterior (incluidas las forzadas, como la expulsión de los judíos en el siglo XV y de los moriscos en el XVII). Se caracteriza, igualmente, por la estabilidad demográfica en unos niveles bajos, derivación de una población escasa. Y presenta una secuencia bien definida: –
Hacia finales del siglo XV se contaba con unos seis millones de habitantes, mayoritariamente concentrados en Castilla.
–
Hacia el siglo XVI el hambre y las enfermedades epidémicas diezmaron a muchas poblaciones, aunque apareció la compensación de las inmigraciones francesas (los gascones).
–
Hasta mitad del siglo XVII la población creció lentamente debido a las elevadas tasas de mortalidad infantil, a las hambrunas y a los conflictos armados, con la expulsión de los moriscos y las emigraciones a América.
2. De transición. Entre los siglos XVIII y XIX, con crecimiento demográfico, pero con dos subfases: –
La del XVIII, con mantenimiento de la alta natalidad, descenso de la mortalidad y crecimiento alto de la población, que ya inicia el despegue demográfico. Las causas hay que encontrarlas en la mayor disponibilidad de alimentos (al ampliarse las tierras de cultivo y aplicarse las técnicas de cultivo), y en el mejor control de las enfermedades endémicas. La población logró superar los diez millones de habitantes.
–
La del siglo XIX, con descenso de la natalidad y de la mortalidad, y crecimiento natural ahora muy alto, reflejado en un auge de seis millones de personas, aunque con fuertes salidas hacia América y pérdidas de calidad de vida por las hambrunas y los rebrotes de las enfermedades epidémicas.
3. Moderno. De equilibrio demográfico en niveles altos, con dos etapas, en las que se ha conseguido doblar a la población: –
De 1900 a 1975, con descenso de la natalidad y de la mortalidad, crecimiento natural alto y una estructura demográfica equilibrada en niveles altos. Resaltaron las fuertes emigraciones hacia América y Europa, con la recuperación a partir de 1941 y un ritmo posterior sostenido hasta el baby boom (1955-1975), con un fuerte crecimiento de la población debido al espectacular auge de la natalidad, coincidente con las migraciones campo-ciudad.
–
Desde 1975, con la caída drástica de la natalidad y de la mortalidad (con tasas del 9 por mil), aumento de la esperanza de vida, envejecimiento de la población, y una estructura demográfica desequilibrada, estabilizada en niveles
GEOGRAFÍA E HISTORIA
613
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
cuantitativos altos. Es la etapa de entrada en el denominado invierno demográfico, con el modelo estancado, envejecido e instalado en la segunda transición demográfica, definida por una caída de la fecundidad, que no asegura el reemplazamiento generacional, y una prolongación de la esperanza de vida, que agudiza el envejecimiento (implosión o entropía demográfica).
2.2. Composición por edad y sexo. La nueva estructura familiar DEPENDENCIA DEMOGRÁFICA E ÍNDICE DE JUVENTUD CC AA
IDD
IJ
Andalucía
58,0
193,2
Aragón
56,0
96,0
Asturias
52,5
100,8
Baleares
54,5
149,2
Canarias
50,3
242,8
Cantabria
54,6
122,5
Castilla León
56,7
98,5
Castilla-La Mancha
60,3
122,4
Cataluña
51,1
130,9
C. Valenciana
54,4
155,6
Extremadura
60,8
135,2
Galicia
52,8
125,7
Madrid
48,8
189,2
Murcia
58,0
189,1
Navarra
52,4
122,6
País Vasco
45,3
138,1
La Rioja ESPAÑA
55,6
101,4
53,9
145,5
IDD: Índice de dependencia demográfica. IJ: Índice de juventud.
En la composición por sexo se mantiene desde hace ya unas tres décadas un índice de masculinidad superior para las mujeres en cuatro unidades, más desequilibrado en el campo por el abandono femenino. Por grupos de edad la situación es la siguiente: –
614
El grupo más joven (de 0 a 14 años) representa sobre el quince por ciento de la población, cuando a principios del siglo XX alcanzaba la tercera parte, hasta igualarse con el de ancianos. PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 19. La población española
–
El de la población teóricamente activa (15-65 años), sobre el 70% (la realmente activa está sobre el 45%), aporta un incremento de varios puntos desde el inicio de la centuria pasada. El mayor contingente se encuentra entre los 25 y 39 años.
–
El de población anciana (más de 66 años) casi triplica los valores de principios del siglo pasado, con dominio en las áreas rurales (debido al éxodo rural de los más jóvenes).
También por grupos de edad (salvo los ancianos, que merecen un capítulo aparte), según reparto territorial, aparece la siguiente secuencia: –
La población joven es escasa en las provincias interiores (especialmente en la meseta septentrional, donde no se alcanza el 20%, cinco puntos por debajo de la medida nacional, promedio que no se consigue en treinta provincias). Éxodo y caída de la natalidad son las causas explicativas. El índice de juventud resalta especialmente en Ceuta y Melilla, y en Canarias; por encima de la media nacional están, igualmente, Andalucía, Madrid y Murcia; y con los menores valores figuran Aragón, Asturias y La Rioja, si bien ocho Comunidades más se enmarcan por debajo de dicha media.
–
Dentro del grupo activo la tasa de dependencia (menores de 15 años y mayores de 65) queda situada en torno al 54%, muy irradiada por el conjunto nacional, si bien es superada en Extremadura y Castilla-La Mancha. Se emplazan sobre dicha media Andalucía, Aragón, Baleares, Cantabria, Castilla y León, Murcia y La Rioja (y hasta Ceuta y Melilla). Muy por debajo se encontrará el País Vasco, Madrid y Canarias. Y en el índice de juventud se encuentran muy por debajo de la media nacional Aragón, Asturias, Castilla y León, y La Rioja, mientras es muy superior en Canarias, Madrid y Murcia.
Respecto a la estructura familiar, en las últimas tres décadas han aparecido cuando menos dos novedades: ha crecido el número de hogares, al tiempo que se ha reducido el tamaño familiar medio; y se ha dado un incremento de las nuevas formas de convivencia. En los años noventa casi la mitad de la población era soltera, y desde los años setenta creció sobremanera el grupo de separados y divorciados (si bien con uno de los porcentajes más bajos de la UE). De ese modo, mientras en las tres últimas décadas la población española se ha incrementado en un 15% el número de hogares lo ha hecho en una cuarta parte, esencialmente debido a las mejoras del nivel de vida, aunque el hecho contrasta con el cada vez más tardío abandono de los hijos del hogar de los padres. La razón se encuentra en que los que más han crecido son los unipersonales con residentes mayores, y los de matrimonios solos. Los que disponen de mayores de 65 años han incrementado su número en un tercio desde 1970, mientras los que tienen hijos menores de 16 años han caído en una décima parte en el mismo periodo, con el descenso de la natalidad y el envejecimiento acelerados como causas explicativas. El mejor dato del descenso natalista es que apenas la décima parte de los hogares tienen un miembro menor de cuatro años; pero en otra décima parte de hogares vive un anciano con más de 80 años; y en menos de la cuarta parte conviven todas las generaciones a un tiempo. De manera que los hogares polinuclares han descendido de forma espectacular, al tiempo que ha aumentado la edad de sus residentes al quedar los hijos solteros residiendo más tiempo del habitual. El hogar medio español está integrado por cuatro miembros, con una drástica reducción en las últimas décadas. Territorialmente los hogares mayores persisten en Murcia y Andalucía (donde hay abundancia de familias numerosas), y por debajo de ese valor están las dos Castillas y el resto de Levante.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
615
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
2.3. La recesión de la nupcialidad y su efecto sobre la caída de la natalidad Tras un prolongado y tradicional mantenimiento de las altas tasas de natalidad se ha llegado a otro con tasas inferiores, no sólo inferiores a la media europea, sino de las más bajas del mundo. El retroceso de la natalidad se inicia en el último tercio del siglo XIX, sostenido durante décadas, con la excepción del baby boom, para reducirse a partir de los años ochenta y alcanzar valores muy preocupantes en la actualidad. Del 34 por mil a principios del siglo pasado se descendió al 25 por mil después de la Guerra Civil, al 20 por mil en los años setenta, hasta el 9 por mil en la actualidad, con una reducción a la cuarta parte en el último siglo. Consecuentemente, aparejada a esa reducción está la de fecundidad, hasta alcanzar un hijo por mujer, justo la mitad del umbral crítico para el relevo generacional. A principios del siglo pasado era de 4,5 hijos, en 1975 de 3 (la más elevada de Europa Occidental), en 1995 de 1,3 (la más baja del mundo), y en la actualidad de un solo hijo. En la espectacular caída de las tasas de natalidad ha incidido la evolución de la nupcialidad, que ha descendido, al tiempo que se han diversificado los comportamientos nupciales. Solamente entre mediados de los años setenta y principios de los ochenta la cifra de matrimonios cayó en una cuarta parte, y los realizados eran incluso más precoces. Es decir, que frente a menos enlaces la edad se ha ido reduciendo pausadamente, aunque ello no ha significado la existencia de más matrimonios jóvenes, sino una retracción en ambos sexos entre las edades comprendidas de los 25 a los 35 años. Esa vaguada estadística en los enlaces encuentra su contrapunto en el incremento de la cohabitación a esas mismas edades, significativa en las clases sociales acomodadas, mientras en el resto el retraso al matrimonio se ha debido a principalmente a dos motivos: a los cambios sociológicos aludidos, y a las dificultades económicas para la creación de una unidad familiar. Y durante este periodo la caída de los matrimonios llegó a afectar a todo el país (únicamente estuvieron a salvo cinco provincias), aunque la tendencia bajista fue heterogénea, porque incidieron tanto la emigración como el arraigo de determinados comportamientos culturales. Así es posible extraer la siguiente clasificación espacial:
616
–
Provincias donde la precocidad es alta, asociadas a la insularidad y costa peninsular, Andalucía especialmente (en contrapartida los sectores interiores se caracterizan por accesos más tardíos al matrimonio).
–
El sector oriental, donde se da el mayor índice de nupcialidad.
–
La combinación de precocidad e intensidad arroja, a su vez, cuatro variantes: *
Atlántico débil, precoz pero escasamente intenso. La precocidad, tradicional y cultural, no es alta por la reducción de efectivos derivada de la emigración (Galicia es el mejor ejemplo).
*
Mediterráneo intenso, con precocidad elevada debido a razones culturales y a la mayor disponibilidad de trabajo para los jóvenes en el sector turístico (toda la costa oriental).
*
Tardío (por razones culturales) e intenso (por la recepción de inmigrantes). Un caso representativo es el País Vasco.
*
Con matrimonio tardío pero intenso, con influencia de una emigración que fuerza a la irradiación del celibato. Es el caso de ambas Castillas y Extremadura, siendo muy notable en sus áreas rurales.
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 19. La población española
Puede decirse, recapitulando, que el descenso rápido de la nupcialidad ha incidido en el aumento de la edad de acceso al matrimonio, que a su vez ha generado un modelo de enlace tardío y poco intenso. En todo ello ha debido tener una repercusión singular el influjo de las crisis económicas y los cambios culturales (que a su vez han traído consigo la elevación de las tasas correspondientes a las segundas nupcias, como derivación de la extensión del divorcio). Tasa 1995
Tasa 2003
Andalucía
5,58
5,78
Aragón
4,63
4,85
Asturias
4,34
5,15
Baleares
5,43
4,97
Canarias
4,95
3,73
Cantabria
4,55
5,54
Castilla León
4,74
4,99
Castilla-La Mancha
5,73
5,56
Cataluña
5,06
4,70
Comunidad de Valencia
5,40
5,65
Extremadura
5,25
5,17
Galicia
4,40
4,36
Madrid
4,58
4,34
Murcia
5,69
5,35
Navarra
5,11
5,02
País Vasco
4,65
4,91
Rioja
4,75
5,36
Ceuta
4,10
4,71
Melilla
6,53
6,30
5,05
5,02
CC AA
ESPAÑA
Fuente: España en Cifras 1997-2003. INE.
Nueve CC AA, más Ceuta, registran tasas inferiores a la media nacional. De ellas, salvo Ceuta, todas se encuadran al norte de la línea madrileña (con la Comunidad de Madrid incluida); es decir, que aparece un sector español septentrional donde ha descendido la tasa de nupcialidad comparativamente más que en el resto. Y en el meridional despuntan Murcia y Andalucía, por ese orden, precedidas por la más alta tasa nacional en Melilla. Y entre mediados de los noventa y 2003 sólo seis Comunidades Autónomas han incrementado la tasa, mientras el resto generalmente la ha rebajado, si bien la media nacional se mantiene. En el descenso natalista es preciso aludir a dos factores iniciales: los objetivos (como los avances médicos) y los subjetivos (los más trascendentes). Entre estos últimos cabe mencionar a los cambios de mentalidad, con la aparición de nuevas fórmulas de relación GEOGRAFÍA E HISTORIA
617
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
de pareja, el citado retraso en la edad de acceso al matrimonio, y el control voluntario de la natalidad. En esos cambios de mentalidad también entra la relajación de la creencia religiosa, unida al proceso de urbanización. Pero también inciden los factores indirectos, como los socioeconómicos, y entre ellos cabe mencionar la distinta consideración de los hijos, el reducido espacio útil de las viviendas urbanas, el acceso de la mujer al mundo del trabajo, la renuncia al número de hijos en aras de conservar o ampliar los niveles de bienestar familiar, la búsqueda del ocio y tiempo libre, los cambios drásticos que ha experimentando la escala de valores en la sociedad española (unido a la alta incidencia de la difusión de los métodos contraconceptivos, la regulación del aborto legal, y la difusión del aborto legal en el extranjero), etc. Lo cierto es que la tasa bruta de natalidad ha decrecido ininterrumpidamente, y hasta se ha precipitado desde la segunda mitad de los años setenta: a mediados de los años cincuenta la media era de 2,5 hijos/mujer, y la edad al nacimiento de los hijos era de 30 años; a finales de los noventa las cifras habían bajado hasta un hijo, mientras la edad de las madres había descendido a los 28 años (en esta situación estaban más de cuarenta provincias); y la fecundidad en mujeres de edad superior a los cuarenta años había bajado en más de tres veces en el último medio siglo, situándose ya en un valor ínfimo (2,5 por mil, cuando a finales de los ochenta era 3,6). Con referencia a la evolución secuencial de la natalidad y su reparto territorial es posible distinguir varias etapas: –
Hacia la década de los años setenta la natalidad era de las más altas de nuestro entorno (20 por mil), pero con fuertes contrastes regionales. Así mientras Cataluña veía descender su tasa, en Baleares se experimentaba un proceso natalista que era un reflejo del desarrollo turístico. Los valores inferiores correspondían a las regiones expulsoras de población durante la década precedente, mientras las capitales eran las receptoras de las migraciones intraprovinciales, con lo que veían incrementar sus tasas a costa de las áreas rurales, donde descendían notablemente. Canarias y Murcia entonces superaban con creces la media nacional.
–
En el segundo quinquenio de los años setenta ya se experimenta un inflexión, pero con acortamiento de las diferencias espaciales. El índice de natalidad desciende al 18 por mil, y en todas las regiones, con especial incidencia en Canarias, donde baja hasta cinco puntos, incorporándose de golpe a la transición demográfica.
–
El gran descenso estructural se da en los años ochenta y en todo el país, cuando el índice baja de golpe al 14 por mil, con una inflexión muy intensa en el País Vasco, Canarias, Madrid, Baleares... Las causas son variadas, pero se mantiene en unos casos la fuerte emigración y en otros el control voluntario (tanto por el desarrollo social como por la incidencia de la crisis económica). Ya en los años noventa la caída es imparable y generalizada (sobre el 9 por mil).
Desde los años setenta se produce otro gran cambio: las tasas específicas de fecundidad descienden en todas las edades, salvo entre los 15 y 20 años, lo que indica la aparición de una mutación sociológica con la difusión de las relaciones sexuales a edades tempranas (pero acompañada de una carencia de formación, denotada por la escasez de medidas preventivas, y traducida en el incremento de los natalicios en madres de esas edades). Desde entonces, sin embargo, bajó considerablemente. Las disparidades espaciales de la fecundidad son considerables. En los años setenta comienza a descender la capacidad de reemplazamiento generacional en todas las provincias, y a inicios de la década siguiente caen todavía más, si bien aún por encima de la media nacional quedaban 618
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 19. La población española
Andalucía, Murcia y Canarias. Y se aproximaban ligeramente, por encima de dicha media, Extremadura y la Comunidad Valenciana. Muy escasamente por debajo ya sólo quedaban dos regiones, Castilla-La Mancha y La Rioja. El resto se aproximaba a la imposibilidad del reemplazamiento generacional, con la excepción aragonesa, que ya no lo garantizaba. En los años noventa la tasa media nacional ya bajó de la barrera psicológica del diez por mil. Se extiende una gran área meridional que mantiene las más altas del país, con Murcia y Andalucía a la cabeza, seguidas de Extremadura y Castilla-La Mancha. A esta agrupación se unen los sectores insulares, y los enclaves de Ceuta y Melilla con las más elevadas del país, que casi doblan a la citada media nacional. A grandes rasgos puede establecerse una gran afinidad entre las áreas de máxima nupcialidad y natalidad, y a la inversa. Pero un hecho novedoso y sintomático es que las tasas de natalidad entre 1995 y 2003 se han recuperado, en España y en todas las CC AA, a excepción de Canarias, Castilla-La Mancha y Extremadura, circunstancia en la que ha tenido mucho que ver otro hecho novedoso y acaecido de forma masiva, la inmigración, con provincias donde ya nacen más hijos de extranjeros que de españoles. El número de hijos medio por mujer ha subido de uno a 1,15, que aún superan nueve CC AA, más Ceuta y Melilla. El valor más bajo aparece en Asturias, si bien por debajo de uno están también Cantabria, Castilla y León, Galicia y País Vasco. Tasa natalidad 1995
Tasa natalidad 2003
N.º hijos/mujer 2000
Andalucía
11,30
11,49
1,42
Aragón
7,83
9,03
1,12
Asturias
6,05
6,79
0,83
Baleares
10,63
11,87
1,36
Canarias
10,93
10,84
1,27
Cantabria
7,13
8,84
0,95
Castilla León
7,06
7,56
0,99
Castilla-La Mancha
10,12
9,60
1,41
Cataluña
8,86
11,12
1,18
Comunidad de Valencia
9,39
10,89
1,21
Extremadura
10,13
9,39
1,39
Galicia
6,86
7,56
0,99
Madrid
9,27
11,90
1,17
Murcia
11,83
13,15
1,45
Navarra
8,83
10,88
1,14
País Vasco
7,39
9,29
0,91
Rioja
7,52
9,96
1,11
Ceuta
14,24
16,08
1,90
CC AA
Melilla ESPAÑA
16,52
19,58
1,21
9,23
10,50
1,15
Fuente: España en Cifras 1997-2003. INE. Elaboración propia. GEOGRAFÍA E HISTORIA
619
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
2.4. El aumento del envejecimiento de la población y sus derivaciones socioeconómicas El auge del envejecimiento de la población española deriva de dos hechos: el menor número de jóvenes como consecuencia del descenso de la natalidad, que hace aumentar la tasa de envejecimiento; y el control de la mortalidad como derivación del incremento de los niveles de bienestar social y de los avances técnicos (prevención laboral y desarrollo de la medicina, esencialmente). La proporción ha evolucionado extraordinariamente: a principios del siglo XX sólo 26 personas podían superar los 65 años de edad, mientras a finales de los años noventa eran 84. Y como resultado la población anciana ha crecido de forma vertiginosa: se ha quintuplicado en una centuria. Los muy viejos (mayores de 75 años) se han multiplicado por diez, y los mayores de 65 años representan un porcentaje muy elevado de la población española, y una tercera parte de los hogares. Con referencia a la esperanza de vida se mantienen o se acentúan los siguientes rasgos: –
Una ralentización, y hasta estancamiento, en las ganancias de edad en los últimos años frente a lo ocurrido desde 1960 a 1990, cuando los varones pasaron de menos de 69 a 74 años y las mujeres de menos de 72 a 80 (edades que han subido a 75 y 81 en 2005). El incremento de la esperanza de vida ha sido de los mayores del mundo, especialmente para el segmento de población que ya ha superado los 65 años.
–
Un ensanchamiento de los diferenciales de mortalidad entre los sexos, puesto que en ese periodo ya se han superado los seis años favorables para las mujeres. Este desequilibrio por sexos se debe a una sobremortalidad masculina, con una relación en los muy viejos (más de 75 años) que pasa a ser de cuatro mujeres por cada hombre, lo que significa que hay consolidado un proceso de feminización de la vejez, en el que incide notablemente su mayor longevidad general (siete años como media, a la que España se acerca).
–
La acentuación de las diferencias territoriales de mortalidad. Hay un Sur, Levante y sectores insulares más mortalistas, y otra porción territorial de submortalidad en Cataluña y el interior. Llama la atención que áreas de mayor mortalidad tradicional, como Castilla y León, hayan pasado a la banda contraria.
En lo que se refiere a la distribución casi todo el país ha incrementado sus contingentes de ancianos, pero resalta el interior peninsular, el sector de emigración tradicional de los más jóvenes y el conservador de los grupos de avanzada edad. El envejecimiento de este sector no es nuevo, puesto que arranca de la etapa temprana de las emigraciones desde las áreas rurales. Lo llamativo es que se agudiza recientemente con la vuelta de notables contingentes a los lugares de origen, tras la jubilación de los emigrantes. Pero no es del todo cierto que el campo sea el ámbito más envejecido, ya que los sectores más afectados son los urbanos, y en concreto las dos grandes ciudades nacionales, Madrid y Barcelona, que absorben más viejos que todo el territorio nacional (a excepción de las capitales provinciales). Sin embargo, las áreas de montaña han perdido a más de la mitad de sus efectivos poblacionales, hasta alcanzar desde principios de los ochenta, el crecimiento cero y negativo. Por lo que respecta a las causas de muerte controladas cabe hacer siguientes matizaciones individualizadas, que han repercutido en la esperanza de vida: –
620
Las enfermedades infecciosas. Su control ha incrementado la esperanza de vida en un año. PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 19. La población española
–
Los tumores. Han hecho perder un año de esperanza de vida a los hombres, y se irradian entre las mujeres. Las mayores mortandades se dan entre los 55 y 80 años.
–
Las enfermedades circulatorias. Es el grupo que más ha contribuido a incrementar la esperanza de vida, con más de tres años de media, y las ganancias se han producido en los grupos de edades más avanzadas.
–
Las enfermedades respiratorias. Han aumentado, restando más de un año de esperanza media de vida.
–
Las enfermedades digestivas. Han proporcionado una ganancia de un año de vida, aunque se incrementan las cirrosis en los varones.
–
Las enfermedades congénitas y perinatales. Han subido la vida en dos años, en menor medida a las mujeres. Con todo, el control de la mortalidad infantil ha cerrado posibilidades de mayores incrementos en la esperanza de vida.
–
Las causas externas, con un impacto cada vez mayor, sobre todo en la población masculina y en las edades jóvenes.
–
El conjunto de otras enfermedades, que no incorpora más de medio año de vida. Resalta la favorable evolución de las enfermedades del sistema nervioso, y de las complicaciones del embarazo y parto. Por el contrario se agudizan las endocrinas en los varones y las osteomusculares en las mujeres.
La esperanza de vida se alarga, pero como resultados inmediatos del envejecimiento, aparecen los tres siguientes: España está ya entre los diez países del mundo con mayor número de viejos; es el tercer país en ritmo de envejecimiento de su población; y es el quinto europeo en porcentaje de población anciana. Y, como derivación, otra cuestión a tener muy presente es el conjunto de consecuencias del proceso de envejecimiento, cuya primera carga recae en el régimen de pensiones y en la protección social. –
El régimen de pensiones está constituido por el Sistema de la Seguridad Social (soportado en los últimos años por un número de activos decreciente, como derivación del alto desempleo padecido). La carga para el Estado es alta, porque las pensiones no son gratuitas, y, porque, además, si el envejecimiento de la población es más intenso que el de los individuos, debido a la caída de la fecundidad, los sistemas de pensiones basados en el reparto (como es el caso del español) sufren muchas dificultades. Tanto la caída de la tasa de fecundidad como el aumento de la esperanza de vida dan lugar al envejecimiento, un dato que implica una demografía adversa para las pensiones de reparto, y del que se deduce que un desequilibrio entre los diferentes grupos de edad trae consecuencias económicas adversas, ya que las pensiones de reparto han de financiarse con las aportaciones de unos activos cuyo número desciende proporcionalmente. Una de las salidas se encuentra en una inmigración que se encargue de sustituir a la falta de brazos aportada por la baja fecundidad, tanto que se estima que si el proceso de envejecimiento y la baja fecundidad prosiguen harían falta unos quince millones de personas adicionales hasta el año 2050, los encargados de cubrir el desfase demográfico y de mantener la relación de cotizantes a pensionistas. Pero no es la única salida, pues dado el deterioro de esa ratio las medidas deberían de pasar también por el incremento de la fecundidad y de la edad de jubilación.
–
La protección social es mantenida básicamente por los empresarios.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
621
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
Pero los gastos de vejez no sólo incluyen a la jubilación, sino al alojamiento, a la ayuda a domicilio y a otros servicios sociales que, a pesar de estar teóricamente cubiertos, conviene no olvidar en las situaciones de desfase económico que definen a la población anciana española, con pensiones bajas (las mujeres en niveles todavía peores) y casi una quinta parte de los ancianos sujetos a pobreza severa, mientras una cuarta parte queda en el segmento de pobreza moderada. Y hay otras características que también califican a este segmento social como marginado: la precariedad de la vivienda (dominan los propietarios, pero también los denominados alquileres bajos); las dotaciones de equipamiento en sus viviendas, que están por debajo de la media nacional, ya que sólo una quinta parte disponen de calefacción y la tercera parte de teléfono, lo que se explica por la mayor antigüedad de las mismas; el que sólo la tercera parte de los hogares españoles tienen ancianos, la mayor parte en zonas rurales, aunque casi un millón de hogares sólo albergan a ancianos; y que únicamente un tercio de la población anciana viva en alojamientos colectivos, con mayor presencia de las mujeres, pero con una clara insuficiencia de plazas en residencias, con la relación actual entre disponibles y demanda en la tercera parte que la media europea. Otra cuestión más alude a las cargas derivadas del mantenimiento de la salud en los ancianos. Más de la mitad de los jubilados padecen enfermedades crónicas (especialmente las mujeres), identificadas con la hipertensión y colesterol. La cuestión gravosa para la prestación de cobertura de esa necesidad es que se agudiza el fenómeno de la multimedicación, porque la cuarta parte de los ancianos padecen cuando menos dos dolencias acusadas, y más de la mitad de los discapacitados de dos simultáneas. De todo ello deriva que la tercera parte de las consultas médicas, otra cantidad similar de los ingresos hospitalarios, y la mitad de las estancias hospitalarias tengan como usuarios a los ancianos (mayoritariamente mujeres). Las repercusiones económicas, pues, no requieren mayores aclaraciones. Pero cabe aludir también al papel económico desempeñado por los jubilados, especialmente a través del ocio y movilidad, auspiciado por los programas de vacaciones elaborados precisamente para ellos, en los que los usuarios pagan la mitad de los gastos y el Instituto Nacional de Servicios Sociales (INSERSO) el resto. En parte, los meses más flojos para el turismo son salvados en las costas levantinas por los viajes programados por dicha institución pública. Los mayores usuarios son los hombres, y los destinos se centran en la citada costa, en los circuitos culturales, y en el termalismo social. Así pues, crece el contingente de ancianos, que además es más longevo y dispone de mayor cantidad de prestaciones sociales. Alrededor del proceso de envejecimiento surgen actividades empresariales o se refuerzan otras existentes, y, en contrapartida, perviven unos ingresos bajos y los ancianos en niveles de pobreza son muchos. Además, se rompen cada vez más los lazos familiares y se debilitan las relaciones, agudizando la denominada soledad compartida (entre los cónyuges ancianos). Como corolario, la carga para el Estado se incrementa como derivación del auge de los gastos sociales destinados a este segmento de la población, que irán al alza por la incorporación creciente de jubilados y por los incrementos de las necesidades nuevas (ajustes infraestructurales, equipamientos modernos, creación de mayor número de residencias, diversificación de las ofertas recreativas y de ocio...).
2.5. Una mortalidad alcista derivada del envejecimiento En España el descenso de la mortalidad fue con retraso respecto al resto de países europeos vecinos. Desde finales del siglo XIX la tendencia ya es clara a la baja, hasta alcanzar hoy una de las más reducidas del mundo. En 1900 todavía era de las más altas de Europa, 622
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 19. La población española
con el 31 por mil la tasa de mortalidad general y del 180 por mil la infantil. Pero en una década bajó al 23 por mil la general, aunque se incrementó posteriormente con la Guerra Civil. Después de mediados de siglo bajó al 10 por mil, y en 1983 al 7 por mil, para subir al 9 por mil debido al proceso de envejecimiento, mientras la infantil es inferior al 8 por mil, similar a la mortalidad general. Hasta mediados del siglo pasado las tasas de mortalidad generales e infantiles más elevadas se daban en las regiones menos desarrolladas, Andalucía, Extremadura y las dos Castillas, y desde entonces se han reducido las diferencias territoriales, y se han agudizado las rurales y urbanas, y hasta las correspondientes a los grupos sociales. Con tasas inferiores a la media nacional están Canarias, Ceuta, Melilla, Madrid, Murcia, Andalucía y País Vasco, por ese orden, en tres casos debido a la mayor cantidad de población joven (Andalucía, Murcia y Canarias), aunque en todos por la entrada de fuertes flujos procedentes de la inmigración. En el resto son superiores a la media, debido a una población envejecida por la fuerte emigración, el retorno de emigrantes jubilados, etc. El grado de urbanización explica en muchos casos las caídas de la mortalidad, al absorber los flujos de contingentes jóvenes procedentes de áreas rurales, aunque mueren en las áreas urbanas mayores cantidades de gente, pero de otros lugares. Ahora bien, esa mortalidad no ha evolucionado de la misma forma para los dos sexos y para los diferentes grupos de edad: –
En los primeros tres cuartos del siglo pasado la de varones menores de cinco años se redujo en treinta y una veces, mientras la de mujeres en treinta y seis.
–
La de mayores de cincuenta en sólo dos y la de mujeres más del doble que la de varones.
–
La reducción más espectacular se ha dado en los menores de un año de vida, con un 94% en el mismo período, debido a la mejora de los centros asistenciales (por sexos ha afectado más favorablemente a las mujeres).
Como resultado, la mortalidad española a mediados de dicha centuria ya estaba entre las más bajas del mundo, y desde entonces ha seguido descendiendo. En la actualidad es irrelevante la mortalidad exógena, la derivada de enfermedades infecto-contagiosas, aunque ha crecido la endógena o degenerativa, encabezada por el cáncer y los accidentes cardiovasculares, y hasta el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA). Merece la pena detenerse en las causas de muerte: –
El 90% se corresponden, por orden de importancia, con las enfermedades respiratorias, accidentes, y aparato digestivo, que afectan más a los grupos de edad más avanzada.
–
Los accidentes se dan en mayor proporción en menores de 14 años.
–
Las enfermedades cardiovasculares afectan especialmente a la población mayor de sesenta y cinco años.
–
En menores de un año de vida las enfermedades infecciosas y del aparato respiratorio representan tres cuartas partes de los fallecimientos.
–
Con referencia a la actividad ocupacional los accidentes explican las muertes de trabajadores en actividades de riesgo, transportistas y peones no agrarios.
–
Han caído drásticamente las muertes por tuberculosis, neumonía y bronquitis, debido al control sanitario efectivo, entre los más completos del mundo.
–
Se ha registrado un progresivo aumento de los óbitos derivados de enfermedades cerebro-vasculares, cirrosis, accidentes y tumoraciones malignas.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
623
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
Puede decirse, por tanto, que se mantienen las enfermedades cardiovasculares como causa principal de muerte, mientras el resto han permitido un incremento de las expectativas de vida, si bien cabe aludir a un auge de la mortalidad debido a causas del comportamiento y hábitos individuales, además irradiados a los dos sexos. En la mortalidad infantil las diferencias territoriales se han limado, si bien algunas disparidades son muy acusadas, incluso más que las correspondientes a la mortalidad general. Y las causas externas se han reducido hasta un 75% respecto a unas pocas décadas atrás, si bien las endógenas han sido más controladas por los avances médicos, mientras los accidentes dejan excesiva huella (especialmente los del hogar, descuidos en periodos de ocio, trayectos escolares...). Queda por aludir al reparto territorial de las causas de muerte generales. Las tres principales (aparatos circulatorio y respiratorio y tumores) se distribuyen de manera semejante por el país. Sin embargo, es posible agrupar, de nuevo, a las citadas causas por factores. Así: –
A mayor desarrollo económico del territorio se incrementan las correlacionadas con las cardiopatías, enfermedades coronarias, cerebro-vasculares y hasta suicidios. Representan la tercera parte de las totales.
–
Asociadas al hábitat despuntan la tuberculosis (Asturias) y los accidentes. Representan la cuarta parte.
–
Ligadas al estilo de vida surgen las cirrosis hepáticas y el cáncer de pulmón, que crecen en Andalucía y Cataluña y descienden en el interior.
–
Influidas por las dotaciones sanitarias, ya que a menor disponibilidad se incrementan los enfisemas, asma, nefritis... Lo llamativo es que despunten en Comunidades costeras, suficientemente dotadas de medios sanitarios (Valencia, Murcia, Galicia...), mientras lógicamente se retraen en las de mejores infraestructuras, como Madrid y Canarias.
Por tanto, hoy la media nacional de la tasa bruta de mortalidad es baja, y las menores del país en el País Vasco, Andalucía, Murcia, Madrid, los enclaves africanos y Canarias. La más alta se registra en Asturias, Aragón, Baleares, Galicia, Castilla y León, y Cantabria. La explicación deriva del grado de envejecimiento; así las poblaciones más rejuvenecidas (Ceuta y Melilla) disfrutan de las más bajas, mientras las más envejecidas (caso de Asturias) padecen las más elevadas. La media de mortalidad para menores de un año es muy inferior a la general, pero la superan ocho CC AA más Ceuta y Melilla, y es sorprendente que sea muy elevada en Madrid (por el mayor número de nacimientos), Melilla y Asturias.
2.6. Un crecimiento demográfico recesivo A lo largo de la pasada centuria se ha asistido no sólo a una progresión súbita de los efectivos poblacionales, sino a la intensificación de ciertos factores que determinan y explican su extraordinaria movilidad espacial. Pero también al reajuste de sus principales caracteres estructurales. Si desde los inicios del siglo XX hasta la actualidad la población se ha duplicado, tal incremento es resultado de una trayectoria discontinua, supeditada tanto a los desiguales aportes que resultan de la dinámica vegetativa como a los factores de índole general que la justifican. Las altas tasas de natalidad y de mortalidad alcanzadas a principios de dicha centuria subrayan todavía un régimen demográfico histórico; pero hay una modificación especial, cuando superadas las mortandades catastróficas el país pasa a adquirir los ritmos típicos de un régimen demográfico de transición. A partir de 624
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 19. La población española
1952 el índice de defunciones desciende sin pausa, una tendencia reiterada en la mortalidad infantil, que ha experimentado uno de los descensos más llamativos del mundo, y con un aumento poblacional hasta los años sesenta determinado por una política claramente pronatalista. En adelante las pautas se encuentran en consonancia con las típicas de un régimen demográfico moderno, definido por la difusión de los métodos de contraconcepción y la planificación familiar, con un crecimiento del 0,4 por mil a finales de los años ochenta, otro posterior en los noventa del 0,15 por mil, hasta llegar al 0,7 por mil en 2005, con la imposibilidad del relevo generacional y las consecuentes derivaciones negativas, tanto sociales como económicas. EVOLUCIÓN DE LA POBLACIÓN POR CC AA EN EL SIGLO XX CC AA
1900
1950
2000
2003
% 2000
Andalucía
3,5
5,6
7,3
7,6
18,12
Aragón
0,9
1,1
1,2
1,2
2,94
Asturias
0,6
0,9
1,1
1,1
2,66
Baleares
0,3
0,4
0,8
0,9
2,09
Canarias
0,3
0,8
1,7
1,9
4,24
Cantabria
0,3
0,4
0,5
0,5
1,31
Castilla-La Mancha
1,3
2,0
1,7
1,8
4,28
Castilla León
2,3
2,8
2,5
2,5
6,12
Cataluña
2,0
3,2
6,3
6,7
15,46
C. Valenciana
1,6
2,3
4,1
4,5
10,17
Extremadura
0,9
1,4
1,1
1,1
2,64
Galicia
2,0
2,6
2,7
2,7
6,75
Madrid
0,8
1,9
5,2
5,7
12,85
Murcia
0,6
0,7
1,2
1,3
2,84
Navarra
0,3
0,4
0,5
0,6
1,34
País Vasco
0,6
1,1
2,1
2,1
5,18
Rioja
0,2
0,2
0,3
0,3
0,65
18,5
28,1
40,5
42,7
99,65
ESPAÑA
Fuente: INE, 2003. Elaboración propia (cifras en millones, con decimal redondeado al valor inmediatamente inferior o superior). Ceuta y Melilla en 2000 disponen de 0,14 millones (0,35% nacional).
GEOGRAFÍA E HISTORIA
625
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
Cabe aludir a los hechos significativos más próximos. Desde 1960 el movimiento natural de la población experimenta una clara regresión, hasta el punto que en los años setenta el crecimiento se atribuye al efecto retorno de los emigrantes españoles de etapas precedentes. Pero por CC AA dicho crecimiento ha sido irregular, y además se han dado hasta situaciones contrapuestas: –
En algunas era elevado por su adscripción meridional o su atraso (Andalucía y Murcia, más Canarias).
–
En otras era bajo, y no por ser de las más avanzadas (Galicia, Asturias, Aragón y La Rioja).
Hoy el rasgo distintivo son las bajas tasas generales (natalidad, mortalidad y crecimiento vegetativo), e incluso en las CC AA que habían experimentado auges demográficos se debían a la entrada de inmigrantes (Madrid, País Vasco y Cataluña), que, al cesar o reducirse, han visto descender los valores hasta aproximarse a la media europea. Las resultantes territoriales del crecimiento demográfico son las expresadas en la siguiente tabla, donde el crecimiento experimentado en la década de los noventa ya está muy influido por la inmigración, como bien se detecta posteriormente, entre 2000 y 2003, tras el penúltimo proceso de regularización, y que se verá muy afectado en el próximo censo, con el proceso extraordinario realizado en la primavera de 2005, que regularizará a unos setecientos mil inmigrantes, generalmente en las mismas Comunidades Autónomas, e incluso provincias, ya afectadas por el precedente. Las bajas tasas de natalidad aún no se traducen en crecimiento negativo, porque también son bajas las de mortalidad. La tasa de crecimiento natural para 1995 indica la presencia de ocho CC AA con un crecimiento negativo, y de otras cinco ligeramente por encima del cero. Es decir, que la tendencia al estancamiento y a la regresión hace una década ya era la pauta de la dinámica de la población española. Y el movimiento natural, en sí y sobre el territorio, ofrecía visiones clarificadoras: –
En las citadas ocho CC AA, todas septentrionales, ya se registraban crecimientos negativos (Aragón, Asturias, Cantabria, Castilla y León, Galicia, Navarra, País Vasco y La Rioja), cinco incorporadas a esta situación desde mediados y finales de los ochenta, con tres más en los años noventa.
–
En el resto septentrional el crecimiento estaba por debajo de la media nacional (como también las tasas de natalidad).
–
En una situación intermedia estaba el centro peninsular (dominado claramente por Madrid, y con Castilla La Mancha y Extremadura alejadas).
–
Por encima de la media resaltaban Murcia (nueve veces superior), Andalucía (seis veces) y las islas Canarias (diez veces por encima, la más alta de España con la excepción de los enclaves africanos, y muy contrastada con la balear, por debajo de la media, y con un comportamiento claramente septentrional).
–
Las poblaciones más jóvenes del país, las norteafricanas (los enclaves demográficos más dinámicos) mantenían tasas hasta veinte veces superiores a la media nacional.
A finales de la centuria ya son once las CC AA con crecimiento negativo, con el más bajo en el centro-norte peninsular, seguido de la orla que le rodea por el sur, mientras se mantienen con signo positivo sólo seis regiones, dos insulares, con el crecimiento más elevado en Canarias, Madrid y Andalucía, por ese orden. 626
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 19. La población española
TASA DE CRECIMIENTO NATURAL CC AA Andalucía
Tasa 1995 Tasa 2000 3,04
2,08
Aragón
-2,58
-3,15
Asturias
-4,93
-5,31
Baleares
0,35
0,48
Canarias
4,02
3,35
Cantabria
-2,60
-2,64
Castilla León
-2,52
-3,34
Castilla-La Mancha
0,63
-0,35
Cataluña
0,03
-0,08
Comunidad de Valencia
0,32
0,01
Extremadura
0,69
-0,30
Galicia
-3,52
-3,35
Madrid
1,92
2,19
Murcia
3,82
2,00
Navarra
-0,03
-0,10
País Vasco
-0,96
-0,91
Rioja
-1,99
-1,49
0,44
0,9
ESPAÑA
Fuente: España en Cifras 2003. INE. Elaboración propia.
A la vista de dicha distribución puede decirse que aparece una divisoria Norte-Sur, con Madrid como punto de referencia: –
Por encima el crecimiento es negativo, con una caída de nacimientos muy fuerte en las regiones que han padecido el declive industrial (Asturias, Cantabria, País Vasco y Cataluña).
–
Por debajo de Madrid el auge es más expansivo, y hasta dinámico en Comunidades del sur y sureste (Andalucía y Murcia), los archipiélagos, y sobre todo las ciudades de Ceuta y Melilla.
–
Por encima de la media nacional están Baleares, Canarias, Murcia, Comunidad Valenciana, Madrid, Navarra y Cataluña, y por debajo el resto.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
627
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
3. DISTRIBUCIÓN DE LA POBLACIÓN Y MOVILIDAD INTERNA 3.1. El medio y el desigual reparto de la población En la Edad Media se produjo la homogeneización demográfica, con los desplazamientos forzados por la invasión musulmana y la Reconquista, con las repoblaciones. Y en la Edad Moderna se invirtió la situación, con la redistribución del poblamiento, desde el interior a la periferia, un fenómeno agudizado desde el siglo XIX, y en gran medida auspiciado por el ferrocarril. En España resaltan las tierras poco aptas para la producción, por las deficiencias de los suelos y por los climas contrastados, hechos que acoplan a las concentraciones demográficas en los sectores costeros, donde la suavidad térmica y la posibilidad del regadío han permitido extraer el máximo beneficio, hoy complementado con la actividad turística. Puede decirse que el contraste entre secanos y regadíos ha definido al poblamiento español, con altas concentraciones en Levante y bajas en la España húmeda, ahora no tanto por la mayor o menor disponibilidad de agua, sino por lo intrincado del territorio. Hasta finales del siglo XIX la población se ha concentrado en las costas y en los valles, pero también en los sectores atlánticos, donde las condiciones naturales no favorecían precisamente el desarrollo, y forzaban la salida al extranjero, tanto que se convirtieron en los suministradores principales de la emigración. Hasta esa centuria las provincias litorales albergaban las máximas densidades, mientras las menores se encontraban en las interiores montañosas. Pero a mediados del siglo XX el centro peninsular aglutinó población de forma muy rápida, como derivación de la industrialización de las regiones circundantes a Madrid. La intensidad de los trasvases poblacionales ha cristalizado en las enormes disparidades observadas en la distribución espacial de los efectivos humanos, que reproducen las diferencias en el reparto de la riqueza y en las desigualdades potenciales de crecimiento. La densidad media es de 79 hab./km2, muy lejos de los valores europeos de nuestro alrededor, con sólo diecinueve provincias rebasando con holgura dicha media, aunque en ellas aparece censada casi tres cuartas partes de la población española. De modo que su distribución en el espacio se corresponde con la reiterada dualidad que distingue al centro de la periferia, toda vez que la dinámica de crecimiento ofrece sus índices más elevados a lo largo de la franja litoral, sin interrupciones en el borde oriental y más discontinua en la costa andaluza y la fachada atlántica. Una coherencia puntualmente alterada en provincias muy concretas del interior, donde la fortaleza de los focos urbanos dotados de mayor dinamismo contrasta con la extrema debilidad de sus respectivos entornos regionales. La imagen de antagonismo cobra mayor nitidez al comparar las provincias más pobladas con las colocadas en los últimos puestos de la secuencia. Las habitadas por más de un millón de personas abarcan apenas la quinta parte del territorio, pero acaparan más de la mitad de los efectivos poblacionales. Y el aumento ha sido espectacular desde mediados del siglo pasado, claramente protagonizado por Madrid y Barcelona, cuya primacía consolida una clara bicefalia, pues ambas provincias han conseguido duplicar el peso relativo que les correspondía a comienzos de la década de los sesenta hasta situar su densidad en una cota no compartida por ninguna otra. El reverso de la moneda viene dado por la crisis en que se debaten las diez provincias con una cifra más reducida de habitantes.
628
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 19. La población española
CC AA
Densidad (hab./km2) 2005
Andalucía
82
Aragón
25
Asturias
105
Baleares
153
Canarias
216
Cantabria
101
Castilla León
27
Castilla-La Mancha
22
Cataluña
193
C. Valenciana
170
Extremadura
26
Galicia
95
Madrid
636
Murcia
96
Navarra
51
País Vasco Rioja
293 53
ESPAÑA
79
El cuadro precedente indica el resalte significativo de la densidad en la Comunidad de Madrid (de reducida extensión y con la mayor ciudad del sistema urbano español). Por encima de la media nacional figuran también Baleares, Canarias, Cataluña, Valencia y País Vasco. Y muy por debajo se encuentran las Comunidades más extensas, y además interiores (Aragón, ambas Castillas y Extremadura). En esta anómala distribución de la población mucho ha tenido que ver la movilidad espacial interna.
3.2. La movilidad espacial: tendencias regionales, urbanas y rurales En líneas generales se puede admitir que los movimientos migratorios traducen una dinámica ambivalente, pues se asiste al descenso de la importancia históricamente ofrecida por los movimientos migratorios transnacionales, y son evidentes los cambios operados en la movilidad desplegada en el territorio nacional. Pero las migraciones internas han evolucionado en tres periodos: –
1900-1936. Con el lento traslado del campo a la ciudad, siguiendo el proceso de industrialización urbana y de mecanización del campo, con la salida tanto del minifundio costero como del latifundio interior. Se vio interrumpido por la Guerra Civil y por la economía de guerra posterior.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
629
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
–
1959-1975. De aceleración del proceso migratorio, coincidente con el inicio del segundo franquismo, con la reactivación de la economía tras la aplicación del Plan de Estabilización, los Planes de Desarrollo, etc. El origen se encuentra en el centro peninsular y el destino las costas, archipiélagos y Madrid. Ganaron muchos contingentes Madrid y Barcelona, pero también Valencia, Vizcaya, Alicante, Baleares, Guipúzcoa, Tarragona…, mientras el sur y el centro se despoblaban.
–
1976 hasta la actualidad. Un período alterado por la incidencia de las crisis económicas, que frenó el éxodo rural, hecho conjuntado con el regreso de emigrantes europeos. Muchas regiones y provincias se vieron afectadas por la desindustrialización y el desempleo, y dejaron de ser receptoras de migraciones internas. Pero a partir de los años noventa cambia la tendencia económica y aparecen o se intensifican las migraciones residenciales, pendulares, interurbanas, de retorno rural, intracomunitarias estatales (las más significativas)… Y surge con excepcional fuerza la inmigración exterior (la cuantitativa más relevante).
Como resultante de la secuencia descrita en la actualidad la población española se encuentra muy desigualmente repartida. Desde la segunda mitad del siglo XX hasta hoy se observa una clara tendencia hacia la concentración en determinados espacios, en detrimento de grandes vacíos que pierden peso relativo en el conjunto nacional. Las resultantes son las tres siguientes: la periferia ha aumentado su población a costa de las pérdidas del centro; las áreas rurales han perdido en favor de las industriales; y se ha visto perjudicado el campo en relación con las áreas urbanas. Hoy la gran mancha del descenso de habitantes comprende las provincias interiores que rodean a tres oasis, que ven crecer su centro (Valladolid, Álava y Madrid). La España dinámica está formada por las provincias marítimas, sobre todo de la franja mediterránea, porque la atlántica es recesiva. La secuencia temporal y espacial ha sido: –
En la primera mitad del siglo pasado se desarrolló la concentración de población en el triángulo septentrional Madrid-Barcelona-Vizcaya.
–
Después crece el correspondiente meridional Madrid-Alicante-Málaga, al que se unen los archipiélagos.
Se ha producido, pues, un movimiento heliotrópico por el que los españoles se han dirigido hacia los lugares peninsulares soleados, una tendencia que tiene su paralelo en dos declives: el de la industria pesada, y el de la economía ganadera del norte e interior peninsulares. Como consecuencia las provincias cantábricas han visto descender su censo en los últimos años, coincidiendo con la gran reconversión industrial. En cambio, a las meridionales y mediterráneas la crisis les ha significado la oportunidad para el desarrollo turístico y de las actividades industriales intensivas. Y una tercera conclusión: las provincias que mejor han salvado las pasadas crisis económicas son las que han basado su desarrollo en los servicios, mientras han padecido los peores efectos las agrarias interiores y las asentadas en la industria pesada. El resultado es que las migraciones interiores poseen una impronta espacial relevante, y hasta pueden sostenerse dos hechos: que se trata de una movilidad histórica; y que la intensidad de los desplazamientos se acentuó a medida que aumentó la crisis de la agricultura tradicional y la necesidad de minorar la presión demográfica sobre el campo. Sólo así se explica la extraordinaria dimensión del éxodo rural ocurrido durante los años sesenta, cuando más de tres millones y medio de personas cambiaron de residencia para vivir en las capitales provinciales, y sobre todo en los grandes centros industriales de Madrid, Barcelona, Valencia y País Vasco. Esta polarización tiende a aminorarse en los años posteriores a la crisis, a cuyos efectos no permanecen inmunes los centros polarizadores 630
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 19. La población española
de la oleada migratoria. Después surgen nuevas condiciones: la relativa recesión de los grandes núcleos industriales, la redistribución de las inversiones, y el poder articulador del hecho autonómico. Desde ellas no es difícil apreciar un auge significativo de los movimientos migratorios concebidos a escalas más reducidas, y con singular relevancia los que se desarrollan en el marco de los espacios interurbanos e intrarregionales. Es la razón de ser de la destacada posición adquirida por determinadas ciudades que revalidan, de nuevo en la actualidad, su carácter centrípeto a expensas de su propio espacio de incidencia directa, con el resultado de casi la mitad de la población española residiendo en unos cuarenta mil kilómetros cuadrados, el espacio de atracción de las grandes aglomeraciones urbanas. Así, pues, es posible aproximarse a las siguientes etapas recientes introductorias de modificaciones en el modelo centro-periferia: –
–
Desarrollo por concentración y desconcentración (1960-1975). Es el período que consolida el modelo centro-periferia con dos variantes: *
La España dinámica es la del crecimiento a partir de las grandes áreas metropolitanas o del más difuso desde los medios locales. El sector interior es el gran perdedor de población debido a una economía no diversificada y agraria. La mayor tasa de crecimiento se da en la franja levantina y Madrid, potenciada por el turismo y los servicios en general.
*
El sistema urbano ve crecer la tasa de urbanización desde un 57% al 68,5%. Hay doce áreas metropolitanas que albergan otros tantos millones de habitantes (casi el doble que en 1960), con un alto peso en Madrid y Barcelona, mientras parte de las periféricas registran un dinamismo inferior (salvo las norteñas). La explicación está en la variable industrial, que se encarga de confirmar el sistema centro-periferia según jerarquía urbana. El sistema rural decrece en las regiones dinámicas, con unas pérdidas cercanas a los dos millones de habitantes, si bien el decrecimiento de esta población implica también a toda la periferia.
Desurbanización (1976-1986). La industria deja de ser el factor urbanizador, de ejercer de esponja con respecto a la población rural, como consecuencia de la crisis. Ahora las capitales autonómicas crean nudos nuevos de absorción y dinamización. Pero siguen resaltando las provincias de prosperidad turística, nueva industrialización o economía diversificada. La población urbana sólo crece en tres millones de habitantes desde el anterior periodo (cuando creció en siete); es decir, que el ritmo es decreciente, y se ralentiza el auge metropolitano, especialmente en los subsistemas de vieja industrialización (Norte). El mayor auge se da en la costa mediterránea, con un sistema urbano dinamizado por el turismo y la nueva agricultura; es un crecimiento de abajo arriba. En el interior lo harán Madrid, Valladolid y Zaragoza, los grandes subcentros metropolitanos, más el gran nudo madrileño. Mejor suerte corren las ciudades intermedias, y especialmente las pequeñas del interior, que de la depresión precedente llegan a la reversión de su tendencia. Desde la perspectiva rural será la franja mediterránea la que registre una evolución regular y creciente; luego Andalucía y Galicia. También son progresivos los municipios interiores. Puede decirse que desde antes de 1987 existe ya una similitud de funcionamiento entre los sistemas rural y urbano (declive en el Sur y crecimiento en el Este). Y se explican claramente algunos casos: *
Las regiones de vieja industrialización norteña presentan la causa-efecto de desindustrialización-decrecimiento.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
631
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
*
En el Mediterráneo también la existente entre dinamismo urbano-terciarización y el auge de los sistemas urbanos y rurales.
*
En Andalucía y Galicia no hay conexión entre la situación de los sistemas urbano y rural.
*
Los subsistemas interiores en parte se explican por el efecto retorno o remigración desde las urbes grandes a las pequeñas, y del cese de la migración campo-ciudad, como derivación de la crisis urbana. El auge de esos subsistemas también se esclarece por el proceso mantenido de industrialización local con modelos endógenos.
Puede decirse, por tanto, que en el último cuarto de siglo, y especialmente desde la década de los años noventa, se han producido cambios: –
La oposición entre un norte rico y un centro-sur pobre se va limando considerablemente, mientras crece el este. El significado industrial ha sido sustituido por el turístico como efecto aglutinador, con Levante en el primer plano del crecimiento.
–
Se dinamiza extraordinariamente el sector costero que abarca el sureste peninsular y la costa andaluza, con actividades nuevas y rentables que crean otro modelo centro-periferia con sus ámbitos interiores.
–
Tierra adentro la dinámica ahora es Sur-Norte, con una Extremadura y Castilla-La Mancha algo más pujantes que la meseta septentrional. Algo parecido ocurre con el valle del Ebro y la cornisa cantábrica.
–
Las ciudades intermedias crecen a mejor ritmo que las grandes áreas metropolitanas, como también ocurre con las capitales autonómicas.
–
Se revitalizan las ciudades pequeñas, especialmente las costeras, mientras en el interior se produce la alternancia entre las depresivas y de reposición.
La movilidad interna se encuentra también ralentizada en su intensidad y con cambios en sus direcciones: –
Los mayores movimientos coinciden con el descenso de las salidas al exterior (primer quinquenio de los setenta).
–
Luego se ralentizan como derivación de la crisis económica, para incrementarse después, y estancarse recientemente.
Los destinos tradicionales fueron Madrid, Barcelona y Levante. Pero desde mediados de los setenta se dan varios hechos, más agudos con el paso del tiempo:
632
–
Aumentan las ciudades intermedias y las provincias inmigratorias de la segunda generación (especialmente las levantinas).
–
Se realizan las corrientes de retorno hacia los lugares de origen, produciéndose una reconversión territorial que reduce los desequilibrios del reparto demográfico nacional.
–
Crecen los movimientos intraprovinciales en las provincias de mayor renta, incluidos los de ciudad-campo, porque ocluyen los inversos.
–
Se confirma la crisis del crecimiento de las grandes urbes, y se intensifican las modalidades interurbanas. PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 19. La población española
Puede decirse, por tanto, a la vista de los caracteres anteriores, que en la actualidad: –
Cada Comunidad Autónoma es el destino de sus propios emigrantes y el origen de sus inmigrantes, debido a la creciente relevancia de los movimientos intrarregionales e intraprovinciales.
–
Las migraciones extra regionales se mantienen en los límites tradicionales de origen y destino (de Andalucía a Cataluña y Madrid...), a las que se incorporan las corrientes entre Comunidades Autónomas limítrofes.
–
Se da un acusado equilibrio por sexos, con dos tercios de activos en el contingente desplazado, además identificado con trabajadores de los servicios. Es decir, los parámetros típicos de la migraciones a corta distancia, hoy especialmente significativas.
Entre mediados de los años noventa y 2003 las migraciones interiores presentan la siguiente secuencia: CC AA Andalucía
Saldo 1995
Saldo 2003
-2.964
10.670
290
-597
Asturias
-1.040
-839
Baleares
4.749
-978
Canarias
6.882
1.501
766
2.379
-3.068
-5.017
5.417
12.395
-3.468
1.017
7.440
15.502
Extremadura
-447
-1.285
Galicia
-399
-3.627
Madrid
-10.671
-27.856
Murcia
820
191
1.300
-15
-5.746
-2.922
Rioja
181
977
Ceuta y Melilla
-42
-1.511
0
0
Aragón
Cantabria Castilla León Castilla-La Mancha Cataluña Comunidad de Valencia
Navarra País Vasco
ESPAÑA
Fuente: España en Cifras 1997-2003. INE.
Los datos señalan en la primera fecha la presencia de una Comunidad de Madrid que perdió por encima de 10.500 personas, el País Vasco más de la mitad de ese valor, y Cataluña, Castilla y León y Andalucía alrededor de una tercera parte de ese contingente. Junto GEOGRAFÍA E HISTORIA
633
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
con Asturias, Extremadura, Galicia (y Ceuta y Melilla con valores testimoniales) se transformaban en las CC AA recesivas. Por el contrario, la Comunidad Valenciana, las dos insulares y Castilla-La Mancha se convertían en los focos receptores. De ese modo se producía la dicotomía entre un norte expulsor (con las excepciones a veces testimoniales de Navarra, Cantabria y Aragón) y un centro-este receptor. Desde entonces, se han producido cambios sustanciales, con Andalucía y Castilla-La Mancha convertidas en receptoras, mientras la Comunidad Valenciana ha reforzado su tendencia, los archipiélagos y Madrid han revertido su situación, y las regiones atrasadas se han reafirmado en su posición. Cabe hacer, por último, una alusión a los desplazamientos diarios en las áreas metropolitanas españolas, que también han modificado sus pautas: –
Aumenta su número conforme se incrementa el tamaño de las aglomeraciones.
–
Los focos captadores son los centros históricos y comerciales, y los polígonos industriales y los ensanches de las áreas metropolitanas.
–
Los desplazamientos con fines laborales y de ocio son los más numerosos.
–
Buena parte de los segundos son de corta duración, pero ésta crece conforme aumenta el volumen de la aglomeración.
–
En la secuencia temporal referente a su duración en las aglomeraciones del sur las movilidades se retrasan en su curso horario con respecto a las del norte.
4. DE LA EXPULSIÓN A LA RECEPCIÓN. EL SALDO MIGRATORIO FAVORABLE 4.1. La migración externa Las migraciones españolas transoceánicas perduraron hasta la década de los años setenta de la pasada centuria, con tres fases:
634
–
Desde mediados del siglo XIX hasta 1914 (la Primera Guerra Mundial), coincidiendo con la pérdida de las colonias, en dirección al Caribe (Venezuela y Cuba) y al continente sudamericano (Brasil, Argentina y Uruguay), aunque coincidió con la repatriación de amplios contingentes procedentes de Filipinas y de otras colonias independizadas. Pero también hacia EE UU, Canadá y Australia, por ese orden, con origen en Galicia, Canarias, y la cornisa cantábrica, en las regiones periféricas menos desarrolladas.
–
Desde 1914 a 1948, el periodo de entreguerras, de emigración débil por la situación económica mundial y por los efectos del crac de 1929, pero con alta salida hacia América y África (Argelia) de republicanos derrotados en la Guerra Civil.
–
1949-1970. Con partidas desde 1949, cuando se levantó el cerco internacional impuesto a España tras la Segunda Guerra Mundial, en dirección a Venezuela, Brasil y Argentina, nuevamente desde Canarias y Galicia. En los años sesenta fue disminuyendo por los efectos del desarrollismo interno, y a finales comienza a desaparecer.
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 19. La población española
Las migraciones continentales han sido de corta duración, individuales y laborales de escasa cualificación, con destino en el oeste europeo, y también con tres fases: –
Hasta mediados del siglo pasado, cuando eran estacionales y laborales, generalmente en dirección a Francia, destino que perduró hasta 1929, y que se intensificó, con otras connotaciones, tras el final de la Guerra Civil, con el masivo éxodo de republicanos derrotados (casi medio millón).
–
1950-1973, hacia el oeste y centro europeo (Alemania, Gran Bretaña, Francia, Suiza, etc.), donde había una amplia oferta laboral motivada por la reconstrucción postbélica (que solventaba el superávit español y paliaba los efectos del éxodo rural en las ciudades), y salarios elevados en comparación con los nacionales. Esos dos hechos explican la salida de españoles con el punto de origen en Andalucía, Galicia y Castilla y León, una población joven con una media de estancia de dos años en el extranjero.
–
Desde la crisis del petróleo hasta la actualidad, con la recesión económica europea y del desarrollo interno, que se encargaron de retener las salidas y que ocasionaron incluso el retorno de emigrantes, con el repunte de las estancias de corta duración en los países más próximos (con un excelente ejemplo en la vendimia francesa).
De manera que la emigración exterior es ya la menos importante en el balance migratorio por su acusado descenso. Las líneas maestras del proceso vienen impuestas por la situación de ruptura que tiene lugar a partir de la segunda mitad de la centuria pasada, coincidiendo con el declive de su histórico carácter ultramarino y con el apogeo acelerado de la orientación europea. Si hasta entonces los países iberoamericanos habían galvanizado los afanes de encontrar en el extranjero las posibilidades de promoción y trabajo, la cuantía de los retornos comienza a reducir desde 1956 la entidad de las salidas, hasta eclipsar casi por completo el valor de ese destino. Habrán de ser los países del occidente europeo los principales aglutinantes de la corriente emigratoria a través de una secuencia progresiva, que alcanza su momento cumbre en los años cincuenta y sesenta, cuando cerca de dos millones de personas en edad activa, y en su mayoría hombres, se encaminan hacia Europa occidental, un flujo que acumulará, sin embargo, los efectos recesivos de la crisis económica, que favorece la aparición de importantes movimientos de retorno. Es decir, que surgen dos novedades: desaparecen definitivamente los desplazamientos masivos, y se delimita el sentido de la corriente a favor de las emigraciones temporales de trabajos agrícolas con dirección a Francia y Suiza. Por tanto, puede hablarse del ocaso español de las grandes emigraciones internacionales, aunque es cierto que aún quedan en el exterior casi dos millones de españoles. Este declive además coincide con dos hechos: las contracorrientes en el interior, y la conversión del país en foco receptor de migraciones. Sólo de 1970 a 1973 España perdió más de cien mil personas; pero desde 1974 a 1980 recibió casi trescientas mil procedentes de retornos; entre 1981 y 1986 se volvieron a marchar treinta y seis mil; y desde entonces los saldos anuales son muy favorables, influidos por la corriente extranjera (especialmente numerosa la ilegal). Lo cierto es que la emigración extra europea es muy reducida desde los años setenta. La dirección ha sido Iberoamérica, y ahora se nutre de reagrupaciones familiares, con casi un tercio de menores y mayores, y otro tanto de mujeres. Otra corriente reducida se ha dirigido a América del Norte y Australia, y una más modesta a los países árabes productores de petróleo (Libia, Arabia Saudí, Iraq, y especialmente Argelia). La europea también declina desde los años setenta, pero se ha mantenido, no obstante, la de temporada (inferior a GEOGRAFÍA E HISTORIA
635
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
tres meses o un año), a Francia, y que también retrocede desde los años ochenta. Madrid, Galicia y Canarias son las Comunidades que más han contribuido a las salidas permanentes o temporales de larga duración, y Andalucía a la temporal de corta duración. Y por lo que afecta a la estructura de los emigrantes también se ha modificado: –
Primero fueron varones en edad activa dedicados al peonaje agrario, obreros industriales y de la construcción.
–
Después, y como se adelantó, un alto contingente se ha venido identificando cada vez más con población dependiente.
4.2. Incremento de la corriente inmigratoria y saldo migratorio favorable La inmigración es una cuestión muy reciente, y definida por varios rasgos: un aumento sin precedentes del número de llegados, el predominio de jóvenes y adultos, la elevada tasa de actividad generada, el balance fiscal muy favorable, el reducido grado de estabilidad residencial, el alto grado de diversidad humana (que aporta discriminación en el mercado laboral), su concentración en pocos sectores de ocupación, las diferentes oportunidades de regularización, etc. Y se explica por la eclosión económica nacional, la fuerte demanda de trabajo foráneo, la extensión de la economía sumergida, y por una cultura permisiva. Además, el todavía reducido número de extranjeros en España (comparativamente con otros países comunitarios) es el mejor exponente de la recién estrenada condición de país inmigratorio, aunque ha modificado las pautas receptoras anteriores, caracterizadas por mano de obra cualificada o población inversora. El auge inmigratorio experimentado en los años ochenta ya fue espectacular, contabilizando sólo a la población regularizada, con un crecimiento similar de todas las procedencias que, desde 1982, es muy notable. Con ello se confirma la transformación radical del proceso: en 1991, antes de la regularización, un 66% de los residentes en España eran europeos, y tras ella bajaron al 50%. Así pues, surge una corriente inmigratoria procedente del Tercer Mundo, que confirma dos hechos: –
Es masiva y económica, pero el número de inmigrantes crece muy por encima de los permisos de trabajo concedidos y hasta de las necesidades laborales reales del país.
–
El problema se plantea a largo plazo por la procedencia mayoritaria de los inmigrantes de países subdesarrollados, caracterizados por crisis agudas, transición demográfica, agriculturas degradadas, agua limitada, urbanización acelerada, industrialización decepcionante...
En el conjunto de extranjeros calculado en España el grupo africano ha sido el más problemático por su crecimiento, pues entre principios de 1986 y finales de 1988 creció un 135%, mientras la regularización de 1991 confirmó que el número de residentes era ya casi el triple de los registrados oficialmente. Además, su distribución espacial es muy desequilibrada, con una fuerte concentración en las provincias mediterráneas, buscando el trabajo en los sectores agrario, la construcción o servicio doméstico. En la agricultura predominan marroquíes y subsaharianos, sujetos al temporeo, y en el resto de actividades se distribuyen de forma irregular y con mucha movilidad en la tipología de trabajos.
636
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 19. La población española
SALDO MIGRATORIO EN LOS AÑOS NOVENTA
EXTRANJEROS RESIDENTES*
Andalucía
1,10
67.127
Aragón
0,73
6.877
Asturias
0,65
6.562
Baleares
0,52
28.111
Canarias
3,19
53.188
Cantabria
1,16
2.864
-0,78
6.516
2,54
14.628
-0,13
106.809
C. Valenciana
1,86
57.790
Extremadura
1,31
5.060
Galicia
2,21
16.833
Madrid
0,04
93.031
Murcia
2,63
7.390
Navarra
2,76
4.202
País Vasco
-2,21
13.569
Rioja
-0,93
1.659
Ceuta y Melilla
---
1.859
ESPAÑA
0,80
499.773
Castilla León Castilla-La Mancha Cataluña
(Promedio años noventa) * 31-12-1995.
Los datos precedentes indican que el saldo era negativo en sólo cuatro Comunidades (Cantabria, País Vasco, La Rioja y Cataluña), y nivelado en Galicia. En el resto ya era positivo, pero con fuertes diferencias, muy favorable en Canarias y altamente favorable en Castilla-La Mancha, Navarra y Murcia. Y nueve Comunidades se encontraban por encima de la media nacional. Otra cuestión diferente es el tipo de población recibida, que en el Levante y Andalucía se identifica doblemente con turistas europeos de larga temporada y temporeros magrebíes y sudamericanos. Señalar también que dos quintas partes de los extranjeros residentes se distribuían entre Cataluña y Madrid, mientras valores altos se concentraban en Andalucía, Canarias y Valencia. Desde entonces el significado de la inmigración ya es muy notable, pues actualmente representa la mitad del crecimiento de la población absoluta y empuja muy notablemente al sector primario (donde trabaja la tercera parte de los inmigrados), a la construcción (un 15%), a la hostelería y restauración (11%), etc. El verdadero fenómeno inmigratorio se inicia precisamente a partir de mediados de los noventa, cuando España pasa a la cabeza de la Unión Europea en el aumento del número de inmigrantes residentes. Pero ha sido un proceso convulso, pues de los 430.000 extranjeros en 1993, se pasó a 800.000 a finales de 1999 y 1,3 millones en 2002 (con 400.000 regularizados en 2000), con un aumento del 50% en sólo tres años, del triple en ocho, y que puede dispararse hasta valores disparatados tras la regularización de 2005, ya GEOGRAFÍA E HISTORIA
637
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
adelantados por el avance del padrón de este mismo año (datos provisionales), que indica la presencia de casi 3,7 millones de extranjeros. La tendencia netamente alcista se registra desde 1997, y ha aprovechado la confusión derivada de los cambios legislativos de los últimos años, con un modelo de política de inmigración pendiente todavía de definición. Como contrapartida también ha representado un aumento disparatado de los afiliados a la Seguridad Social, con la mitad de todas las altas en este periodo. EXTRANJEROS RESIDENTES EN EL PRIMER TRIMESTRE DE 2005 (antes de la regularización extraordinaria de abril-mayo) Nacionalidad europea
Total Alemania extranjeros
Austria
Dinamarca
Finlandia
Francia
Grecia
Holanda
Irlanda
Ambos sexos
3.691.547
131.887
6.678
26.388
8.326
76.949
2.318
33.554
9.521
Italia
Luxemb.
Portugal
R. Unido
Suecia
Chipre
Eslovenia
Estonia
Ambos sexos
94.464
461
65.611
224.841
15.658
107
466
617
Nacionalidad europea
Hungría
Letonia
Lituania
Malta
Polonia
R. Checa
R. Eslovaca
Bulgaria
2.516
1.364
12.471
110
35.962
4.141
3.491
91.339
Noruega
Rumania
Rusia
Ucrania
Resto europeo
12.444
314.339
35.942
65.096
50.366
Argelia
Gambia
Marruecos
Resto africano
45.791
15.745
505.373
139.035
Canadá
EE UU
2.830
25.576
México
Cuba
22.766
44.594
Nacionalidad europea
Ambos sexos Nacionalidad europea Ambos sexos
1.327.427
Nacionalidad africana Ambos sexos
705.944
Nacionalidad norteamérica. Ambos sexos
28.406
Nacionalidad centroameric. Ambos sexos
141.472
Nacionalidad sudamericana Ambos sexos
1.290.302
Nacionalidad asiática Ambos sexos
186.227
Nacionalidad de Oceanía Ambos sexos
R. Resto Dominica. Centroam. 56.421
17.691
Argentina Colombia
Ecuador
Perú
Venezuela
Resto A. Sur
151.878
268.931
491.797
84.427
48.740
244.529
China
Filipinas
Resto Asia
86.681
19.622
79.924
Oceanía 2.284
2.284
702
702
Apátridas Ambos sexos
Fuente: INE 2005. Elaboración propia. 638
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 19. La población española
Ya se indicó que la proporción de extranjeros es muy inferior a la media de los países de la UE, pero ya se acerca al 4% de la población total. Los sudamericanos (con Centroamérica) acaparan el mayor porcentaje de la inmigración total, con el 38,8%, desplazando por primera vez a los europeos, y claramente encabezados por los ecuatorianos (el 13,5% de la inmigración total). De los extranjeros con permiso de residencia en el año 2000 los procedentes de países desarrollados representaban el 38%, que ya ha bajado al 36% en la actualidad, la mayoría nacionales de países de la UE, una fracción reducida de los realmente instalados en nuestro país y no registrados, ya que están catalogados como turistas residenciales y no como inmigrantes (con un claro dominio de los británicos y alemanes). El dominio corresponde ahora a los rumanos, una inmigración claramente económica. Los africanos representan el 19% de la población inmigrada (encabezados por los marroquíes, que representan el 13,7% de la inmigración total, y equiparados a los ecuatorianos). Y la menos relevante es la inmigración restante, aunque con repunte de la asiática, especialmente de la china (que es económica, y a diferencia del resto trabaja como autónoma). A pesar de estos datos resulta casi imposible conocer el número real de inmigrantes, y la mejor prueba de la irregularidad existente reside en la frecuencia con que se recurre a los procesos de regularización, cada vez más extraordinarios, masivos (entre 1986 y 2000 ya fueron cuatro) y próximos en el tiempo. Y la realidad indica que los inmigrantes en España son irregulares, como bien muestran las masivas regularizaciones después de los distintos procesos (en 2000 fueron 400.000 los regularizados), que además implican la aparición de los denominados efectos llamada, que vuelven a multiplicar a los irregulares (con otro buen ejemplo en la regularización de abril-mayo de 2005, con una cifra estimada de unos 600.000 regularizados). La proporción de asilados y refugiados es muy baja, mientras dominan los jóvenes de entre 25 y 44 años, los inmigrantes económicos, a excepción de los europeos, con más de tres de cada cuatro fallecidos extranjeros en España. En los procedentes de África el control corresponde a los hombres, mientras entre los sudamericanos a las mujeres, aunque en conjunto hay más hombres que mujeres (55% frente al 44%). Ahora bien, la situación está cambiando muy rápidamente con las reagrupaciones familiares, como así lo indica el número de inmigrantes matriculados en las escuelas, hecho que está representando el paso muy rápido hacia otro ciclo inmigratorio, que introduce nuevos perfiles sociodemográficos. La inmigración puede ser estructurada en: nacionalizados (tras años de permanencia y cumplir determinadas condiciones, que generalmente afecta a iberoamericanos); con permiso temporal de residencia (trabajadores regularizados en sus condiciones laborales y de residencia, grupo al que también pertenecen los refugiados políticos); e inmigrantes ilegales (de procedencia iberoamericana, mabrebí o subsahariana, muchos regularizados en el proceso de abril-mayo de 2005). Pero otra clasificación alude a dos formas diferentes: –
–
En situación legal. Los focos de ubicación son Madrid, Cataluña y Levante, y sus orígenes diversos: *
Más de la mitad son europeos y comunitarios.
*
Luego iberoamericanos (argentinos y venezolanos).
*
En tercer lugar africanos (magrebíes, esencialmente).
Ilegales. Con tres colonias principales: iberoamericanos, marroquíes, y filipinos.
En cualquier caso se asientan en las grandes áreas metropolitanas y en las de cultivos de primor levantino y andaluz. Pero el problema reside en la intensidad de los flujos, hecho que plantea un doble problema: el control de los que llegan y la integración de los que ya están. Y se trata de una inmigración diversa en su componente, un rasgo típico de GEOGRAFÍA E HISTORIA
639
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
las migraciones recientes, ya que se recibe población de todas las partes del mundo (especialmente de veintitrés nacionalidades), pero con pérdida de los países desarrollados e incremento constante de los atrasados, con casi el doble que los primeros. La tendencia al incremento procede de Ecuador, Colombia, China y Rumania. La presencia numerosa de comunitarios todavía va asociada a la penetración de capital extranjero, o bien son rentistas y jubilados. A la cabeza figuran los británicos, alemanes, portugueses e italianos. En la inmigración de europeos resaltan los comunitarios que, en valores relativos, han supuesto desde los años sesenta la mitad de los inmigrados. La explicación es doble: los atraídos por cuestiones laborales, ya que el capital financiero europeo representa la tercera parte del mercado financiero español; y los jubilados que se instalan en las costas mediterráneas e insulares. Dos países han experimentado un incremento notable en flujos enviados. Así, los británicos recibidos desde los años sesenta se han multiplicado por doce hasta representar la tercera parte de los comunitarios en España, y los alemanes que se han cuadruplicado. Se concentran en los archipiélagos y en las costas orientales, donde se emplazan tres cuartas partes de los europeos. Alicante y Málaga son las provincias que acaparan la mayor cantidad, y donde más de la mitad de su colonia extranjera es comunitaria. En el sur dominan los ingleses, mientras en las islas se equipara la cifra con los alemanes. Se trata de personas de edad avanzada, con más de 65 años. La población activa comunitaria aquí afincada dispone de alta cualificación dentro del terciario, preferentemente, y se localiza en Madrid y Barcelona. Lo más sintomático de la inmigración actual europea es el auge con origen en países más desfasados, como Rumania, Polonia y Ucrania. A partir de 1988 (con la caída del Telón de Acero) su número ha crecido, cuadruplicando y quintuplicado a sus efectivos. Despunta también en los últimos años la llegada de ex yugoslavos, como derivación ahora de los conflictos en la zona, aunque su número no es alto. Y su reparto territorial es muy desigual, aunque casi la mitad se concentran en Madrid (dominan los polacos, rusos, rumanos, búlgaros, húngaros, y hasta ex yugoslavos); luego en Barcelona, Comunidad Valenciana, Andalucía y Asturias. Pueden deducirse, por tanto, los siguientes rasgos referidos a la población inmigrada: – Desequilibrio entre sexos, especialmente llamativo en las comunidades procedentes del subdesarrollo.
640
–
Fuerte envejecimiento de la europea (con la excepción de portugueses, polacos, ucranianos, etc.) y notable juventud en el resto.
–
Alto nivel de instrucción de los comunitarios, medio de los iberoamericanos y hasta de Oceanía, y bajo en los demás.
–
Elevadas tasas de desempleo (especialmente entre las comunidades polaca, cubana, dominicana, marroquí, etc.).
–
Numerosos empresarios entre los europeos y asiáticos, frente al alto nivel de asalariados en el resto.
–
Abundancia tradicional de profesionales y técnicos entre los europeos (limitada con la masiva llegada de rumanos) y peones agrarios e industriales en todos los demás.
–
Incremento de la llegada de los países del Este y de norteafricanos (inmigración económica, en expansión), y con unos contingentes al alza por reagrupamientos familiares.
–
Alto índice de ilegales o clandestinos (calificada como inmigración necesaria, pero también de exclusión). La europea ha dejado de serlo en gran medida tras la aplicación del Tratado de Schengen, selectivo en la recepción (corriente de limitación, pero calificada de integración). PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 19. La población española
Por último, el balance fiscal para España es muy ventajoso, puesto que los inmigrantes contribuyen a la generación de riqueza (pagan impuestos, cotizan a la Seguridad Social, son consumidores, etc.), y, en contrapartida, hacen uso escaso de determinados servicios (no consumen pensiones, no hacen uso de servicios geriátricos, etc.).
4.3. La natalidad y la fecundidad de la población inmigrante Desde 1997 el 5% de las nuevas generaciones nacidas en España son descendientes de madres extranjeras, siendo el nivel medio de la natalidad del colectivo de 23 nacimientos por cada mil inmigrantes (frente a 9 de la población española). Pero el número de nacidos ha ido en aumento, desde la primera fecha hasta 2001 del 244% (frente al 4,3% de las madres españolas). Los incrementos más significativos se han producido en Murcia, Navarra, Aragón, Castilla-La Mancha y Comunidad Valenciana, mientras los más débiles en Galicia, Canarias y País Vasco. Pero Madrid y Cataluña han acaparado casi la mitad de los nacimientos, y entre Andalucía, Comunidad de Valencia y Murcia casi la cuarta parte, o, lo que es decir, que en esas Comunidades reside el mayor número de inmigrantes extranjeras entre 15 y 49 años de edad. Pero las Comunidades donde los inmigrantes acusan mayor natalidad son Aragón, Murcia y La Rioja con más de 30 nacimientos por cada mil inmigrantes en 2001, con una alta coincidencia con los niveles de natalidad más bajos de la población española. Todo ello significa que el 76 por mil de las extranjeras en edad de procrear han tenido hijos en España, hecho que duplica al nivel de la fecundidad alcanzado por la mujer española. La media de hijos de los extranjeros es de 2,6, que asegura la renovación de la generación siguiente, frente a la imposibilidad de los nacionales. Y ello se debe a que las extranjeras más fecundas son las que tienen entre 20 y 34 años de edad, con las mayores intensidades entre los 20 y 24 años, con la consiguiente concentración de los nacimientos en edades jóvenes. De manera que las grandes diferencias con la población española son la precocidad en la maternidad y una fecundidad más intensa en todas las edades (frente a las madres españolas, que lo son seis años más tarde como media). Pero no todas las nacionalidades aportan el mismo número de mujeres a la inmigración, con dominio de los nacimientos de originarias americanas, y concretamente andinas (41% de los nacimientos), seguidas de las africanas (27%) y europeas (19,5%). Por países son las marroquíes quienes aportan la mayor cantidad de nacidos (22%), ecuatorianas (17%) y colombianas (8%), que representan a casi la mitad de los nacidos de madre extranjera en España. Sin embargo las tasas más altas de natalidad no corresponden a las marroquíes, sino a las subsaharianas, y las europeas al sector oriental (Polonia y Rumania). En todo este proceso las causas fisiológicas no parecen explicar las diferencias de fecundidad con la población española, y sí las actitudes, que son resultado de contextos sociales y culturales diferentes, como las creencias religiosas, la consideración social de la mujeres, y sobre todo el nivel cultural, que marca unos índices de fecundidad inversamente proporcionales al grado de desarrollo humano alcanzado, como bien muestran las mujeres originarias de África y Sudamérica, por este orden, que mantienen en España las mismas actitudes de procreación que en sus países. Pero el hecho clave se encuentra en la estructura de edades, muy favorable a la natalidad, pues mayoritariamente están comprendidas en edades fértiles. Además, el 77% de las extranjeras convive con una pareja estable (porcentaje que sube al 88% en las iberoamericanas), frente al 55% de las españolas. Y además el 62% de las residentes de religión musulmana no hacen uso de métodos anticonceptivos. GEOGRAFÍA E HISTORIA
641
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
5. LA ACTIVIDAD LABORAL Y LOS SECTORES ECONÓMICOS La conjunción de toda una serie de factores determina la génesis de un cambio estructural en el que se perciben síntomas claros de homologación con los caracteres dominantes en las sociedades europeas occidentales. La tendencia al envejecimiento simboliza uno de los rasgos básicos de la composición por edades, aunque es cierto que la importancia relativa de la población senil no alcanza aún los umbrales críticos de algunos países comunitarios. No hay que ignorar que el descenso de la mortalidad y alargamiento de la esperanza de vida coadyuvan en esta dirección; de la misma manera que la elevada fecundidad de los sesenta contribuyó a fortalecer la entidad de los estratos de población juvenil que se distancian muy sensiblemente de la inflexión en los escalones inferiores, los más directamente afectados por el decrecimiento brusco de la natalidad. Pero la mutación de mayor envergadura es la apreciada en la recomposición jerárquica de la población activa. Los cambios registrados en la producción repercuten de modo directo sobre el empleo, ajustándolo a las posibilidades de aumento o reducción de mano de obra por parte de los grandes capítulos del sistema productivo. El profundo retroceso del empleo agrario es concomitante con la propia dinámica de un sector forzosamente abocado al incremento de la productividad, incompatible con el elevado contingente humano en que tradicionalmente se sustentaba. Así se explica esa tendencia declinante que se ha acentuado de modo intensivo a partir de los años sesenta, cuando todavía el 40% del empleo descansaba en la agricultura, para alcanzar a principios de los años noventa una fracción próxima al 13%, y decaer en 2005 hasta el 5,5%. Más fluctuante y aleatorio, el peso de los activos industriales no ha sido ajeno a los traumas sufridos por la evolución reciente del sector. De ahí que su participación real sea la expresión de la misma lógica de consolidar la productividad y competitividad a expensas del factor trabajo, dentro de un contexto poco proclive al despliegue de iniciativas para generar necesidades de mano de obra. No cabría entender de otro modo esa trayectoria de la población ocupada en la manufactura, que, partiendo de una base relativamente modesta en 1960, experimenta un efímero repunte en la etapa de crecimiento previa a la crisis para situarse posteriormente (como consecuencia de una lógica minoración del empleo fabril) en un umbral similar al detectado en la etapa inicial del despegue económico contemporáneo, hasta llegar al 17,6% de la población activa. Bajo estas coordenadas la expansión de la construcción y los servicios no ha cesado de reafirmar su papel creciente como gran sector de captación laboral, pues en torno a la variada tipología de funciones que lo integran gravita en los momentos actuales bastante más de la mitad de la población activa, merced a un proceso de incremento constante que casi llega a multiplicar por dos su participación relativa en 1960 (29% sólo en los servicios), y que se ha incrementado en 2005 hasta el 64,6% (por lo demás, con unos servicios feminizados, con un 83,5% del empleo). Si todos estos indicadores no difieren de las orientaciones típicas de una economía y de una sociedad desarrolladas, conviene plantearse hasta qué punto tan importante remodelación no enmascara la existencia de fuertes tensiones internas, entre las que la importancia primordial corresponde a las elevadas tasas de desempleo registradas en el país, con mucho las más altas de nuestro entorno socioeconómico. Se ha asistido a la paradoja de que el crecimiento económico ha ido asociado a un descenso muy sensible de la tasa de ocupación, coincidente con un avance de la tasa de actividad femenina (en 2005 del 46,3%, frente al 78,4 de los hombres, todavía muy desproporcionada) y con el aumento de la población terciaria auspiciada por el sector público, convertido de hecho en 642
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 19. La población española
el catalizador esencial del empleo generado. De esa forma el fenómeno del paro se ha convertido en uno de los problemas fundamentales de la población española por su dimensión numérica (23% en algún momento), que obedeció más bien a una crisis provocada por la destrucción neta de empleo en los sectores críticos, con problemas de canalización hacia los alternativos. En 1999 la economía se había recuperado y el desempleo ya descendió al 18,5%, una secuencia que se ha mantenido desde entonces, hasta bajar al 10,25% en 2005. Sin embargo es preciso hacer alusión al tipo de empleo generado, ya que la tasa de temporalidad en España casi triplica a la media comunitaria. En 2005 la tercera parte de los trabajadores tienen empleo temporal, con estadísticas peores entre los menores de 25 años, con un 82,5% de los jóvenes entre 16 y 19 años con contratos temporales, que se incrementan en las mujeres, en los niveles formativos inferiores, y en Andalucía. También el desempleo es un problema fundamental por sus evidentes y problemáticas implicaciones sociales: está concentrado en los grupos de edades más jóvenes (menos de 24 años), es elevado el porcentaje de quienes buscan primer empleo, ofrece una dimensión excesiva la bolsa de parados de larga duración, y es superior para las mujeres (en el año 2005 con un 28,5% frente al 10,4 de los hombres). No sólo la población activa ha cambiado considerablemente en los últimos años, sino que algo parecido ocurre con la estructura socio-profesional. Desde 1960 se ha producido el aludido fuerte descenso de activos dedicados al sector primario, y un incremento de las profesiones vinculadas al resto de sectores, con fuerte auge de la población asalariada, en íntima relación con el nivel de desarrollo alcanzado por el país, donde una organización empresarial adecuada ha repercutido en la disminución de la población activa independiente y en el auge de la dependiente. OCUPADOS POR GRUPO DE EDAD, SEXO Y SECTOR ECONÓMICO Total
16-19
20-24
25-54
+ 55 años
18.492,7 miles (100%)
364,4 (1,8%)
1.562,7 (8,5%)
14.546,3 (78,7%)
2.037,3 (11%)
Agricultura
5,5 %
0,1 %
0,4 %
3,8 %
1,2 %
Industria
17,6
0,3
1,6
13,8
1,9
Construcción
12,3
0,4
1,3
9,5
1,1
Servicios
64,6
1,0
5,2
51,6
6,8
AMBOS SEXOS
11.162,9 (60,8%)
1,3 %
5,3 %
46,7 %
7,5 %
Agricultura
VARONES
4,0 %
0,1 %
0,4 %
2,7 %
0,9 %
Industria
13,3
0,3
1,3
10,1
1,6
Construcción
11,6
0,4
1,4
8,9
1,1
Servicios
31,5
0,5
2,2
25,0
3,9
7.329,8 (38,7)
0,1 %
3,2 %
31,9 %
3,5 %
1,5 %
0,0 %
0,0 %
1,1 %
0,3 %
Industria
4,3
0,0
0,0
3,6
0,3
Construcción
0,7
0 ,0
0,0
0,6
0,0
Servicios
33,1
0,1
3,2
26,6
2,9
MUJERES Agricultura
Fuente: INE. Encuesta de población Activa (EPA), 2005. Elaboración propia. GEOGRAFÍA E HISTORIA
643
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
El cuadro precedente indica que los servicios dominan claramente a la economía y que el 61% de la población activa es masculina, con un sector terciario distribuido en paridad por los sexos, aunque con ligero predominio de las mujeres. También que el grupo activo más joven es el menos representativo, y controlado por los varones, seguido del comprendido entre 20 y 24 años, con idéntica secuencia, dos grupos que muestran la dificultad laboral a las más tempranas edades de actividad. El dominante es el comprendido entre los 25 y 54 años, también controlado por los varones, en tanto el de 55 y más años de edad supera incluso a los dos grupos de edad iniciales (16 a 24 años), y con secuencias parecidas a las mencionadas. Asimismo, se han producido fuertes diferencias interprovinciales, porque el crecimiento económico ha venido marcado por su desequilibrio espacial. A comienzos de los años sesenta la sociedad era básicamente agraria y la tasa de asalarización de las provincias tiene mucho que ver con la estructura de esa propiedad. Entonces dicha tasa era elevada en Canarias y en la mayoría de las provincias meridionales de la península (donde era abrumador el latifundio); a ellas se adicionaban los centros industriales de Madrid, Barcelona, País Vasco, y Valencia-Alicante. Las tasas más bajas quedaban en las septentrionales (con minifundio dominante). Pero ya en los ochenta la situación era bien diferente, cuando la mayoría de las provincias experimentaban aumentos en la tasa de asalarización, aunque con un ritmo de crecimiento diferente, que permitía distinguir a una serie de grupos con dinámicas distintas. Las mayores tasas se registraban en dos tipos de provincias: –
El primer grupo con los grandes centros industriales que hace un cuarto de siglo se encontraban en esta situación. A la cabeza estaba Madrid y Barcelona, Vizcaya, Guipúzcoa y Valencia-Alicante.
–
El segundo sigue incluyendo a las andaluzas y Canarias, donde la terciarización ha contribuido al aumento de la asalarización.
La novedad más importante es la aparición, dentro del grupo con mayores tasas de provincias como Álava, Valladolid, Zaragoza, Navarra..., en el último cuarto de siglo, un espectacular crecimiento industrial. Las más bajas siguen en el interior, en la Galicia profunda, Castilla y León, Aragón, Cuenca y Cáceres, aunque han sufrido los mayores incrementos de la tasa, superiores a los de los grandes núcleos industriales. Puede afirmarse que el sector terciario, el dominante, se caracteriza por: –
La elevación de su grado en los últimos años y en todas las comunidades, debido no tanto al dinamismo del propio sector como al retroceso de los otros.
–
El auge se debe muy especialmente a la mano de obra recibida del sector primario.
–
A la cabeza figuran Madrid, Murcia y Valencia.
–
Los mayores incrementos se registran en el empleo terciario asalariado, lo que demuestra que el sector público ha tenido un papel expansivo en materia de empleo.
–
El empleo no asalariado ha seguido una trayectoria negativa en algunas CC AA, lo que significa que la evolución del empleo del sector ha incidido negativamente.
Hoy el terciario es el motor de la economía española, pero el desempleo le ha afectado especialmente, y en concreto, en las comunidades donde está más desarrollado (Madrid, Cataluña, Andalucía y Valencia). Las mayores tasas de crecimiento del paro se han registrado en La Rioja, Galicia, Asturias y Cantabria. No obstante, la participación del desempleo terciario en el total de cada comunidad no ha sido muy elevada. Merece la pena recordar la creciente escasez de empleo para los más jóvenes, y que las mujeres cada vez más desean compaginar la actividad laboral con su papel tradicional. 644
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 19. La población española
Desde mediados de los años noventa a 2005, la situación de la población activa ha variado sustancialmente, un fiel reflejo del mejor funcionamiento de la economía nacional, pero con una tasa de actividad muy influida por la inmigración, por el sistema nuevo de contabilidad impuesto por la UE, y con alta incidencia del denominado empleo en precario. Tasa actividad 1995
Tasa paro 1995
Tasa actividad 2003
Tasa paro 2003
Tasa actividad 2005
Tasa paro 2005
Andalucía
48,25
32,45
52,93
18,57
64,79
14,31
Aragón
48,13
15,13
52,22
10,76
72,82
6,19
Asturias
43,54
20,94
46,89
11,20
62,72
11,43
Baleares
53,46
13,45
61,26
9,25
71,86
10,67
Canarias
50,78
22,05
58,25
11,42
69,01
12,82
Cantabria
45,14
23,76
52,59
10,55
67,73
9,82
Castilla León
46,15
19,87
50,17
10,98
68,67
10,20
Castilla-La Mancha
45,14
19,48
51,15
9,78
67,33
9,64
Cataluña
52,71
18,94
59,33
9,27
75,00
8,00
C. Valenciana
51,68
21,77
57,03
10,81
71,92
10,16
Extremadura
46,21
30,07
50,94
17,36
65,83
17,60
Galicia
48,91
18,60
53,14
12,63
68,22
11,08
Madrid
52,09
20,51
56,72
7,22
74,57
8,31
Murcia
49,04
23,89
56,02
10,56
68,59
9,07
Navarra
49,02
11,35
55,61
5,51
73,89
6,33
P. Vasco
49,17
21,04
55,80
9,19
71,19
7,94
Rioja
47,27
14,07
52,77
6,12
72,93
7,35
CC AA
Ceuta y Melilla ESPAÑA
51,11
29,02
48,85
9,12
64,45
18,77
49,61
22,21
55,03
11,30
70,25
10,25
Fuente: España en Cifras 1997. INE (los datos provisionales para 1998 indicaban que la cifra de desempleo ya había bajado al 18,5%, que la población activa empleada había subido a los 13,3 millones, y que crecía el empleo temporal, ya que cada tres nuevos trabajos dos se ajustaban a ese parámetro). INE 2005.
A la vista de los datos ofrecidos la tasa general para 1995, y para ambos sexos, era amplia (si bien los varones doblaban a las mujeres). Era superada por cinco CC AA más los enclaves africanos. Pero, en contrapartida, era muy baja en Asturias. La tasa media de desempleo era muy elevada y escandalosamente alta en Andalucía, Extremadura y Ceuta y Melilla, que la superaban en nueve puntos como media. Las más bajas en Baleares, La Rioja y Navarra. En 2003 la subida de la tasa de actividad era general (salvo en Ceuta y Melilla), con una media nacional de casi cinco puntos y medio, mientras la de paro experimentaba drásticas bajadas, en algunos casos a la mitad y en otros a un tercio, como Ceuta y Melilla. Y en el primer trimestre de 2005 (con un nuevo sistema de contabilidad) las subidas de la tasa de actividad son generales, como también el paro (aunque mantenido o ligeramente incrementado en Asturias, Baleares, Canarias, Extremadura, Madrid, Navarra y La Rioja, y casi doblado en Ceuta y Melilla –los núcleos con mayores y más llamativas variaciones–). GEOGRAFÍA E HISTORIA
645
Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional
BIBLIOGRAFÍA Abellán García, A. (Coord.) (1996) Envejecer en España. Manual estadístico sobre el envejecimiento de la población. Fundación Caja de Madrid, Madrid; 4 pp. Almoguera Sallent, M. P. (1996) “Hogares, familias y viviendas”. Ponencies i Relatories del V Congrés de Població Espanyola. Treballs de la Societat Catalana de Geografía, N.º 41; pp. 107-134. Bodega Fernández, I. y Cebrián de Miguel, J. A. (1995) “Una lectura económica de algunas migraciones contemporáneas. El caso de España”. Estudios Geográficos, N.º 221; pp. 645-674. Bustelo, F. (1988) “La transición demográfica en España y sus variaciones regionales”. I Jornadas sobre población en el País Valenciano. Valencia; pp. 9-20. Calvo Palacios, J. L. (1993) “La población española”. En: Méndez, R. y Molinero, F. (Coords.) Geografía de España. Editorial Barcelona; pp. 504-533. Cebrián Abellán, A. (1999) “El marco legal de la pluralidad cultural en la Unión Europea. Su incidencia en España”. Anales de Historia Contemporánea, N.º 15, Universidad de Murcia, Murcia; pp. 87-102. El Campo (2002) El nuevo orden demográfico. N.º, 139. Servicio de Estudios BBVA, Madrid. Faus Pujol, M. C. e Higueras Arnal, A. (1999) “Características de la población rural española”. En: Professor Vilà Valentí. El seu Mestratge en la Geografia Universitària. Universsitat de Barcelona, Barcelona; pp. 913-930. Ferrer Regales, M. y Calvo Miranda, J. L. (1994) Declive demográfico, cambio urbano y crisis rural. Las transformaciones recientes de la población española. Pamplona, EUNSA; 249 pp. Fundación Cajamadrid (1996) Envejecer en España. Manual estadístico sobre el envejecimiento de la población. Madrid. García Ballesteros, A. (1995) “Desempleo y empleo en España a finales del siglo XX”. Anales de Geografía de Universidad Complutense, N.º 14; pp. 135-164. Gozálvez Pérez, V. (1996) “La inmigración africana hacia España: el acceso a través de la frontera sur”. Investigaciones Geográficas, N.º 15; pp. 5-18. Gozálvez Pérez, V. (2001) “Las migraciones internacionales en España: rupturas y espacios”. Espacio natural y dinámicas territoriales. Homenaje al Dr. Jesús García Fernández. Universidad de Valladolid, Valladolid; pp. 261-286. Méndez Fernández, R. (1994) “Descenso de natalidad y crecimiento negativo en España. Diferencias regionales”. XIII Congreso Nacional Geografía. Sevilla; pp. 517-520. Miguel, A. de (1992) La sociedad española 1992-93. Informe sociológico. Universidad Complutense-Alianza Editorial, Madrid. Monllor Domínguez, C. y Gómez Fayrén, J. (2004) “La natalidad y la fecundidad de la población inmigrante en España”. Nimbus, N.os 13-14; pp. 143-166. Universidad de Almería. 646
PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA
Tema 19. La población española
Olivera Poll, A. (1996) “Población, salud y bienestar”. En Ponències i Relatories del V Congrés de Població Espanyola. Treballs de la Societat Catalana de Geografía, N.º 41; pp. 135-171. Pujol Antolín, R. (1996) La población española. Síntesis, 2.ª edición, Madrid. Requés Velasco, P. y Rodríguez Rodríguez, V. (1998) Atlas de la población española. Análisis de base municipal. Universidad de Cantabria, Santander. Rodríguez Osuna, J. (1985) Población y territorio en España. Espasa Calpe Universitaria, S.A., Madrid. VV AA (1993) Nuevos procesos territoriales. XIII Congreso Nacional de Geografía. Universidad de Sevilla, Sevilla. VV AA (1995) Habitar, vivir, prever. Actas del V Congreso de la Población Española. Universitat Autònoma de Barcelona-Centre d´Estudis Demogràfics y AGE, Barcelona; 538 pp.
GEOGRAFÍA E HISTORIA
647