Descripción: Las mentiras sobre el supuesto genocidio en la URSS han sido refutadas por los historiadores que han investigado y publicado sus conclusiones en repetidas ocasiones. En esta ocasión el MIM comenta...
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Descripción: Libro que nos enseña técnicas poderosas para aplicar la ciencia del psicoanálisis en personas ayudándolos a resolver problemas de índole emocional y personal
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Descripción: Libro de estudio para la seguridad
Si ud. quiere leer una pequeñísima descripción de algunos de los genocidios, terrores, dictaduras y otros crímenes de este régimen, lea este libro.Descripción completa
O EtfrorW Planeta, S. A.. tW8 CAncega, Í 7 ^-2Í L >- OMKK Banselnnn
Diteíln de entorta: T**mamas
Dcjy5>Lph Ligrf: M. |íUSO-l
R t K m d o j wió* ]LTÍ LivííctHnL. |SHI M: pennitt rípft*lu»:ir. ntiuncuiar en swtcnu* ík r naipe r w ü i * ifc I J ifirnriiiLKÜi ni c r u t n i ü r irígunu p.irte dn <^
II ,
1}
UN ESTADO CONTRA SU PUEBLO VIOLENCIAS. TEBRORES V REPRESIONES EN LA LlNlON SOVIÉTICA ADVr.KTENCIA. DEL TRADUCTOR 1. pAltAOÍJJAS V MALENTFNPIMS Oí. OCTUWUi 2. E L «uturaj AUMAOO DE LA DILTADITUA DRL pjttiLETAJUAK)» 3. El, TUTOR ROJO , 4 . LA «GUERRA SUCIA» , 5. DETAMBOU A I * HAMBRUNA 6 DE LA. TREGUA AL «C!»AN CIRO» 7, G'EjrtlvIittflON FDKZÍJSA Y raSKIll-AHIZACTON i. LA GRAN HAMBRE í>. «ELEMENTOS SOOALMENTCEXTRAÑOS»Vcíaos REPRESIVOS 10. EL CÍAN TÉSKK(I9Jé-l»S) Jl. Ei. rui'ERioDC LOS C.-AMIITÍ IMÍ ooMUwnuCKtol 12. E L HJEVFÍRSQ DE UNA tjcrojtiA IJ, AMCCDVOíBEQEI.GUlAfi 14. L A ÚLTIMA i:ouSí'inAritV.M 15. LASAUrMDKLESTALINISMO A MODO OK CONCLUSIÓN
í m p e t u en F^pata f frinted i r Spaún Emprctiria!: H-ucitas, S. A ,
C O M U N I S M O S DHASLA: E N T R E LA ^REEDUCACIÓN» Y LA MATANZA
L A KOMTNTliRN UH ACaCM
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La revolución en t u r o j x i . , KojTiiricírn y guerríi tivil - , Oic-wdiita, Cflniirtali/.aíisfi de lúa ofMwitoccí. y rcpcEstóu e a el seno de [a Komimern Frl p « n tetrm Hej;* a !a Komintem EJ terror erttr! seno d e los parrijos común ü u s La persecución de los ^trotskistíis* Antifascista y nevtdudofBiiofi exmnjcros vícdniíts det terror en JaURSS Guerra civil y guerra de Jil>eracióri nacional 1*A SOMÍHíA OEL NK.VO PROYECTAD* EH ESPAÑA La línea genera] Je los camu niaras <^onscierds*yajíen[rf «Después delísíjltimninis... tas hitas en la mica*, Víctor S e r p e . . . Mayo de 1937 y l i i e f r n i ^ c i ó r i d d K í U M ELNKVDciiiLtnpn Un «i Suceso J e Mos a i » en Ba redona — En Eas Brigadas ¡nrcrcíacionaJcs , Et exilio y la muerte efl la «patria de los proletarios» CüMrjNlS^YTERftOllí-^IO
C H ^ : ITOA L A I ^ MAMM* EN l A NQOÍE ,j[Jna tradición de-violencia? UnJ revolución inseparable del terror (1927-1946) , Refera a agraria y pu r¿>as urbanas {194Ó-1957) La rnaynrbainbntna de la historia [1959-1961) Un «gulae» oculto: el laot¡a¡ La Revolución Cultural: tin loialuarismo anárquico (1966-1976)... I j i c t a Den^' 1? disolución d d terror (desde 1976) Tibcí: ¿genocidio en d racbode! mundo? 2. COFJ-rt DKl. N o m i i . VlETNAM, L-AOS; 1.A SEMILLA DGL DRAGÓN Crímenes, t e n o r y secretos en Corea del Norte VLGTNAM: LOK CALLEJONES SIN SAUDA DE UN COMUNISMO Díi GULftK A Ijíjs:: r rt Kibr.At:iON ]jy F:CK'A 3. CAMBOYA: EN SL JbAlS UÍLOtlMIiN QHSCOWaüfTANTTÍ Conclusión SFXHCC3ÚW BIBLXOGStJÍFTCA DE ASIA
I-1. TERCER M U N D O
LA OTRA ÍIl'KOPA VÍCTIMA D E L C O M U N I S M O
2.
POLONIA, LA íOjjiaON'EKEMifirjKr Las represiones soviet-cas etíntra loa JOBEOS Polonia ICJ4^ - J 9&9: el sistema d e represión EtrTÍO^ACíWJÍA^YDJíLSLJltÉSlJÍ.., ¿Terror «ínaijrtrtiidDft? Los procesos políticos contra los aliados no comunistas La [fcítrucción déla sociedad civil El pueblo llano y el sistema de campos de conten tinción L U Í procesos de ios difidentes comunistas Del «posrerroi^ al posCOnaunismo Una gestión compleja (W pasado
63-1 £45 64S 714 720
QUINTA PXFTE
TBrtWJto^inT,
1.
516 519 5íí 53J 544 555 573 605 609 614 614
¿;09 4Q9 422 A4\ M \. 44/; 455 462 472 487 502
1.
A « Í I U Í : A L A T I ^ ^ , CAMPO DL PRUEBAS DE TODOÜ Í¿ K COMUNISMOS
2. 3.
Cuba: el ifiTerminable totalit^risniíu irupicaí Nicacafitia: el fncaso de UÍI proyecto totíilíurio Perú: Insangriencn *larfm n>ard>i* de Sendero Luminoso AFItOCftMUNlSMCR ETlürfA, AHÜOLA V MOKAHBIQUC E L íjrtMuNisMf) r u AFGANISTAN
725
725 74^ 754 762 7í>R
¿POR QVÍi ?
M
LOS AUTORES
^*
ÍNDICE-: O N O M Á S T I C O
W
O e ha podido escribir que «Jg historia es la ciencia de Ja desgracia de !os hombres^' y nuestro siglo íle violencia, parece confirmar la veracidad de esta /rase Je unst manera contundente. C* cierto que en Eos siglos anteriores pocos pueblos y pocos esmdos se hím visto libres de algún tipo de violencia en mas*, Ld£ principales potencias europeas •se vieron implitiiidas t i l (a icsrti» de esclavos nebros; la- Reptiblicii franeesii practicó una colonización queb J pcsitr de ciertos logros, se VtO señalada por numerosos episodio* repugnantes que se repitieron hasta su final Los, Esrados Unidos sjflucn inmersos en una áertú cultura de tfl violencia que hunde sus mfces t n tíos Clfrncncs enormes; Ja «c^vílud de los negros y d exterminio de los indios. Pero iodo eso no contradice el hcebn de que nuestro si^Lo parecí haber superado al respecto a los si-filos anreriores- Un vislazo retrospectivo impone Linj conclusión soorecogedora: fue el siglo de IÜS:H runde? enristróles humanas -•dos j-uenras mundiales, d nat/smo, sin habl.tr de traecdias ma> local iradas en Amieoia, Bioíni, Jíu;ii*da y orros hjga.rc*—- 1H imperio otomano se entregó ciertamente ni genocidio ¿e Ins. armenios y Alemania al ele Los judíos y gitanos. I.íi llalla de MUSSOIÍJIF asesinó a los eriopcSr Ltw checos han tenido u,uc ndnií[ir a reBnñadwntes que su eompomuniento en relación con lo* alemanes Je los Su Jetes durante l°-í5-4ó na estuvo par encima de t a j a sospecha. ]í incfitso b pequeña Sui^i se encuentra hoy en día arrapada por su pasudo Je Eticara dei ero rotado pyr los nazis n los judíos exterminados, incluso aunque ei pilado de atrocidad de « l e cuniportamienro no tcn^i ningún punto de compunción Con el tlcl gen «¡diesel comunismo se inserta en esta parte del tiempo historien desbiorJante de tragedias. Constituye incluso uno dv ñ u mementos nuis intensos y signid' caiivos. El comunismo, fenómeno trascendouiü de este breve siglo JíK quecomicnxR en 1914 y concluye en Moscú en 19¡JJ, se encuentra ei> el cemro mismo del panorama. Se Trata de un comunismo que oaal i 6 antes quee! fascismo y que el nanismo y qtw los sp-hrevivió, y que alcanzólos cuatro grandes rojitinenteí. ijOué es lp que designarías exaeiamenté bajo la denominación ue * w munismo»? lis necesario IniroJircir aquí ¡rubedunracnte una distinción entre T:i doctrina y la práctica. Como filosofía, pellica, el comimisnto chiste desde llitce siglos. Incluso milenios. ¿Acaso no fue Platón quien, en 1J RcpúSrfiw. es1
tablcCJÓ Ja idea Je una dudad ideHi[ dando las hombres no serían corrompidos poreJ dinero n i e l poden donde mandarían Ja sabiduría, !a razón y fa justicia? Un pensadorj hombre de estado tan eminente como sir Tomás Maro, canciller de Ingto-erra en 153Gb autor de la famosa Utopía y muerto bajo e! Etacha deJ verdugo de Enrique V I Í I , ¿acaso no fue oíro. precu tsor d r esa K'sisde la ciudad ideáis J,a trayectoria urópica da la impresión de ser perfectameníe legítima como crítica úrií de ]a sociedad. Participa del debate de iileas, ovíge.' no dtr nuestras democracias, Sin embargo, c! comunismo deJ que habíamos aquí no se sitúa en di cido de las ideas. Se trata de un comunismo muy real que hji existido en un* é]>oea determinad1*, en países concretos, encarnado por dirgemes célebres —Lenin, Stalin, Mao, Ho Chi Minfi r Castro, etc n y, más cerca de nuestra historia nacional» MaLfrirc Tharea, fac^ue* Duelos, floorpes Marcháis—.J Sea euil sea d grado de implicación de la doctrina comunista anterior a 1917 en ia práctica del comunismo real'—un tema sobre ef que volveremos—, fue este el eme puso en fundanajiiiento una represión sistemática, hasta llegar a erigir, en momentos de paroxismo, c| ¡error tomo forma de gobierno. ¿Es ínocence, sin embargo, fa ideología? Algunos espíritus apesadumbrados o escolásticos siempre podrán defender que ese comunismo real no tenía nada que ver ron eí comunismo idení.. Sería evidentemente absurdo impotar a tco' rías elaboradas antes de Jesucristo. durante d Renacimiento o incluso en d siglo XIX SUOefiM acontecidos dunntc el s¡g?u XX, No obstante, como escribió Ignazin Silonc, ^-verdaderamente, Ua neyoluciones como los árboles se reconocen por sus fíUíOs». f\ro enredó d i nasorces d que los socinldeinócratas tü 1 sos, conocidos con el nombre de «bolcficvi^ueN^. decidieran en noviembre de ]9I7 denominarse ^comunistas*. Tampoco se debió a| azar eí que erigieran al píe del Kremlin un monumento a la gloria de aquello* que consideraban [>rccursores suyos: MnrooCampaudJn, Superjijido tos crímenes individuales, los asesinatos puntuales, circunsi nncíates* los regímenes comunistas, a fin de ascntar.se en ct poder, erigieron ef crimen en masa e» un verdadero sistema de gobierno-. Es cierto que al cabo de ui] lapso de tiempo variable —que va de algunos anos en Eutropa del Jíste a varias décadas en fa URSS o en China—ei terror ¡TcrcÜó su vigor y los regímenes se estabífízaron en una. gestión de t t represión cotidiana, a través de \\\ censura de todos los medios. Je comunicación, del control de las fronteras y de fa expuuátVn de Jos disidentes. Pero l^i «memoria del terror* continuó vise(jurando la credibifidaLJ, y por lo runro Ja eficacia, de la amenaza represiva. Ninguna de ias experiencia? comunistas qtjc en algún mnmei]to fueron populares en Occidenie escapó de esa ley: ni !a China del «Gian Timonel^, ni la Giren íle. Kim I I Sunj;, ni siquiera ei VEetnam del «agradable Tío H o * o
?
l'ÍPJllíí en CikciHB q\K fil JupflT la fnaotñ. Par* (•] tdin cinjíuil Lhibría qntJritcr rr/rr^nci»,
luCLLib;i det radiante l_"idel,flCOtupañadopor el ¡JUTO Che C^cv-ara, sin olvidar h Etiopía de Mcngfsru, fa Angola de N'ero y ei Aíííanistjtn de Najibullan:, Sin nnbnrHO. los crimenes del comunismo no han ¡¿ido sometidos a una evalitaciún legítima y normal tanto desde el punto de vista histórico como desde el punto de vista moraL Sin duda, esta es una tic las pomeras ocasiones en que se intenta realizar un itcercíimiento al comunismo ínterroj-ándose acerCni de esta dimensión criminal como si se tratara de una cuestión a la vea cen tra] y duba!. Se nos replicará que Ja. mayoría de cslos crímenes respondían a una «legalidad» apÜcüda por IrrsrJrucáKIR qiK js^rreneí í*n A regimenes en ejercicio, reconocidos en el plano inreniocionid y cityos jcíes fuero» recibides con £r¡*n pompa por nuestras propios dirigentes. Pero ¿acaso nn sucedió lo mismo con el nazJsmni1 F,os crEmenes Í-^LK: exponemos en este libro no se definen de acuerdo con Ja jurisdicción de los tejírme-nes comunistas, sino con Jn del código no escrito de Jos derechos nuturaJes de la ultima ni dad. La hisiorra de ios regEiftenc* y de Jos partidos comunistas, de su poJitícaH de sus relaciones con sus sociedades nacionales y con Ifi comunidad internacional, no se resumen en esa dimensión criminal, ni incluso en una dimensión de terror y de represión. En ia UlíSS y en lasftdenTOCratiaspopulares* después de fa rnuerte de StaJin, en China despues de la de Moo, el :error se atenuó, la sociedad comenzó a recupenr su tendencia y Ja «coexistencia pacífi' can —incluso si Se tratabü de *Ufia continttación de la Jucha de clases bajo miras rormíií»—v; cniivifíió en un dmcsinos muertos de Jiambre solo fueron «accidente*» coyun tu rales, propios de determinado país o dctenmintida época. Niwsira trayectoria supera cada terreno específico y considera la dimensión criminal como una de Jas dimensiones propias del conjunto del sEs:eilui comunista durante todo so perín do dccsííte:ida. ¿De-, que vamos a hablara ¿De que críniciws? KJ comunismo Ka cometido innumerables: primero, crímenes contra el espíritu, pero también crímenes cónica la cultura universal y contra las culturas nadooales. Slafin hi/o demoJer cvntenare?: de iglesias en Moscú. Oaueracti *3etímyó eríOfi;ií. de hombres, de mujeres, de- rsiños? Nos hemos limitadoi por lo tantO,alíH crímL-nesCont ni las pcrwnaS, que conscíluyen Ea esencia del fenómeno de terror. Estos responden a una nomen-