¿Cómo alimentar el alma?
La meditación, el silencio, la contemplación de la belleza, la bondad, la música, la pintura, la la amistad, el estudio, la oración, la reflexión, la virtud, la vida buena… Todos ellos gratuitos y al alcance de cualquiera… Porque no tienen precio. Regalos de Dios a los hombres… Para que éstos descubran y desarrollen su naturaleza – su filiación- divina.
El ser humano necesita comer para vivir. Si no se alimenta, se debilita, sufre y –
finalmente- muere. Es algo que todos conocemos, algo que todos hemos experimentado,
dependen de que cuidemos nuestro espíritu del mismo modo que cuidamos nuestro cuerpo, ofreciéndole esos alimentos (que recibimos como don) que expanden nuestro espíritu, que lo engrandecen hasta permitirle abrazar al munDo entero…
El alma que sale de su estrecha individualidad y se descubre en la unicidad divina.
una ley propia de nuestra
naturaleza… Pero que sólo aplicamos a una parte de nosotros mismos: al cuerpo. Sin embargo, muchos somos conscientes de que somos algo más que un conjunto de células… No importa que le llamemos conciencia, energía, alma o espíritu… Percibimos que somos algo más que nuestro físico… pero, ¿no necesitará también alimentarse?
consagración (hacer sagrado), purificación, transmisión de la energía vital De Dios…
algo que nos dicta el instinto,
La mayoría de tradiciones espirituales – y humanísticas tienen bien claro que sí y, en el caso de las religiones, se ha plasmado externamente en un rito que no siempre es bien comprendido: la bendición de la mesa.