TRASTORNOS DE PERSONALIDAD TRASTORNO ESQUIZOIDE El trastorno esquizoide de la personalidad (TEP) está englobado dentro del grupo A de los trastornos de la personalidad. Los individuos que lo padecen se caracterizan por la falta de interés en relacionarse socialmente y por una restricción de la expresión emocional. Puede aparecer durante la infancia o la adolescencia, aunque se suele diagnosticar en la edad adulta. Su prevalencia se estima en menos del 1 % de la población. A. Un patrón general de distanciamiento de las relaciones sociales y de restricción de la expresión emocional en el plano interpersonal, que comienza al principio de la edad adulta y se da en diversos contextos, como lo indican cuatro (o más) de los siguientes puntos: 1. Ni desea ni disfruta de las relaciones personales, incluido el formar parte de una familia 2. Escoge casi siempre actividades solitarias 3. Tiene escaso o ningún interés en tener experiencias sexuales con otra persona 4. Disfruta con pocas o ninguna actividad 5. No tiene amigos íntimos o personas de confianza, aparte de los familiares de primer grado 6. Se muestra indiferente a los halagos o las críticas de los demás 7. Muestra frialdad emocional, distanciamiento o aplanamiento de la afectividad B. El trastorno esquizoide de la personalidad no debe diagnosticarse si los patrones de comportamiento aparecen exclusivamente en el transcurso de una esquizofrenia, un trastorno del estado de ánimo con síntomas psicóticos, un trastorno psicótico o un trastorno generalizado del desarrollo, o si son debidos a los efectos fisiológicos de una enfermedad neurológica o de otro tipo.
TRASTORNO POR EVITACION El Trastorno de la personalidad por evitación (TPE), o trastorno de la personalidad ansiosa, cuya principal característica es un patrón generalizado de inhibición social; sentimientos de inadecuación; hipersensibilidad a la evaluación negativa, rechazo o desaprobación; y evitación de la interacción social, que comienzan en la adolescencia o al comienzo de la edad adulta y que se da en diversos contextos. Las personas con trastorno de personalidad por evitación se consideran socialmente ineptos, con escaso atractivo personal y evitan la interacción social por temor a ser ridiculizados, humillados o rechazados, o simplemente desagradar.
TRASTORNO DEPRESIVO Los trastornos del estado de ánimo cuya principal característica subyacente sería una alteración del estado de ánimo del individuo. Suelen diferenciarse dos grupos de trastornos del estado de ánimo, en función de si incluyen o no la presencia de episodios de manía o hipomanía: los trastornos depresivos y los trastornos bipolares. De los trastornos depresivos, el más conocido es el trastorno depresivo mayor, habitualmente conocido como «depresión clínica» o «depresión mayor». Denominado «depresión mayor», «depresión unipolar» o «depresión clínica». Se da en aquellos casos en los que el paciente ha sufrido uno o más episodios depresivos mayores. Cuando solamente ALUMNA: MALDONADO DIAZ SUSANA IVONNE SEP 2017
se ha experimentado un episodio depresivo mayor, el diagnóstico es de «trastorno depresivo mayor, episodio único». Cuando el número de episodios depresivos mayores sufridos es superior a uno, el diagnóstico es de trastorno depresivo mayor recurrente. Los casos de depresión en los que no se presentan episodios de manía se denominan en ocasiones como «depresión unipolar», dado que el estado de ánimo se mantiene en un único "polo" o extremo emocional. Los diagnósticos diferencian entre diversos subtipos de trastorno depresivo:
La depresión atípica (DA) se caracteriza por un estado de ánimo reactivo (anhedonia paradójica) y positividad; una ganancia de peso significativa o un incremento del apetito; exceso de sueño o somnolencia (hipersomnia); sensación de pesadez en las extremidades (parálisis plúmbea); y un deterioro social significativo como consecuencia de una hipersensibilidad al rechazo social percibido. La validez y prevalencia de este subtipo de depresión se ha puesto en cuestión, dada la dificultad que existe a la hora de identificarla y medirla con precisión.
La depresión melancólica se caracteriza por la pérdida de la capacidad de experimentar placer (anhedonia) en casi todas o en todas las actividades cotidianas; el fracaso a la hora de reaccionar adecuadamente a los estímulos; un estado de ánimo cualitativamente más afectado que en los casos de aflicción o duelo no patológicos; un empeoramiento de los síntomas durante las primeras horas del día; despertares tempranos; retardo psicomotor; pérdida de peso excesiva (debe diferenciarse de la provocada por la anorexia nerviosa) o un excesivo sentimiento de culpabilidad.
La depresión psicótica o depresión psicótica mayor (PMD, según sus siglas en inglés), es un término para referirse a aquellos episodios depresivos mayores, particularmente de naturaleza melancólica, en los que el paciente experimenta síntomas psicóticos como delirios o, de forma menos frecuente, alucinaciones. Estos síntomas suelen ser congruentes con el estado de ánimo (es decir, su contenido suele estar relacionado con ideas depresivas).
La depresión catatónica es una variante rara y severa de la depresión mayor que se caracteriza por la presencia de trastornos de la conducta motora, entre otros síntomas. El paciente suele presentar mutismo, y un estado casi estuporoso. Puede permanecer inmóvil, o realizar movimientos extraños, o sin finalidad aparente. Los síntomas catatónicos también pueden presentarse en el transcurso de una esquizofrenia o de un episodio maníaco, así como del síndrome neuroléptico maligno.
La depresión postparto está contemplada como un caso específico en el DSM IV TR. Se refiere a la depresión intensa, persistente y en ocasiones incapacitante que experimentan algunas mujeres después de dar a luz. La depresión postparto, que afecta a entre el 10 y el 15% de las mujeres, suele presentarse durante los primeros tres meses tras el parto, aunque puede tardar hasta un año en aparecer. Resulta bastante habitual que las mujeres experimenten una cierta sensación de tristeza y cansancio las primeras semanas después de dar a luz; pero no debe confundirse esto con la depresión postparto, que es diferente porque puede provocar un deterioro significativo en la vida doméstica, en el trabajo, o en las actividades académicas, así como en las relaciones interpersonales (familia, amigos, ALUMNA: MALDONADO DIAZ SUSANA IVONNE SEP 2017
etc.), o incluso en la relación con el recién nacido. En el tratamiento de la depresión postparto, así como en el de otros tipos de depresión unipolar en mujeres que están amamantando, los fármacos que suelen prescribirse son nortriptilina, paroxetina y sertralina. Se considera que las mujeres con un historial personal o familiar de trastornos del estado del ánimo presentan un riesgo elevado de desarrollar depresión postparto.
El trastorno afectivo estacional (TAE), también conocido como «depresión de invierno», es una alteración muy específica. Algunas personas presentan un patrón estacional por el que experimentan episodios depresivos que aparecen durante el otoño o el invierno, y remiten al llegar la primavera. Se diagnostica cuanto tienen lugar al menos dos episodios durante los meses fríos, y ninguno durante el resto del año, en un periodo de dos o más años. Se ha hipotetizado que puesto que las personas que viven en latitudes más altas experimentan una menor exposición a la luz solar durante el invierno, deberían presentar tasas más elevadas de TAE, pero los estudios epidemiológicos no apoyan de manera firme esta teoría (y la latitud no es la única responsable de la cantidad de exposición solar a la que se someten los ojos durante el invierno). El TAE tiene una prevalencia mayor entre individuos jóvenes, y suele afectar más a las mujeres que a los hombres.
La distimia es un trastorno similar a la depresión unipolar, ya que se caracteriza por la presencia del mismo tipo de problemas cognitivos y físicos, pero en un grado menos severo, con una duración mayor (por lo general, al menos dos años). El tratamiento de la distimia es a grandes rasgos el mismo que el de la depresión, lo que incluye antidepresivos y psicoterapia.
La depresión doble se diagnostica a los pacientes que presentan un estado de ánimo depresivo (distimia) que se prolonga durante al menos dos años, y en un momento dado experimentan uno o más episodios de depresión mayor.
El trastorno depresivo no especificado es uno de los códigos de diagnóstico del DSM-IV (el 311), y se aplica a aquellos trastornos depresivos que resultan incapacitantes, pero no entran dentro de los criterios de ningún otro subapartado clasificatorio. Según el DSM IV, se refiere a cualquier trastorno depresivo que no reúne los criterios de un trastorno específico. En este grupo se encuentran el trastorno disfórico premenstrual, la depresión postpsicótica en la esquizofrenia, el trastorno depresivo breve recurrente y la depresión menor.
El trastorno depresivo de la personalidad (TDP) es un diagnóstico psiquiátrico controvertido. Ha sido recientemente incluido en el DSM-IV, en el apéndice B, que es un apartado destinado a aquellas entidades clínicas que deben estudiarse para su posible incorporación en revisiones posteriores. Por su parte, la CIE, en su décima y hasta ahora última edición, ha dejado de considerar este trastorno como independiente, pasando a englobarlo dentro de las distimias.
El trastorno depresivo breve recurrente (TDBR) se distingue del trastorno depresivo mayor principalmente por sus diferencias en la duración. Las personas con TDBR experimentan episodios depresivos más o menos una vez al mes. Estos episodios duran menos de dos ALUMNA: MALDONADO DIAZ SUSANA IVONNE SEP 2017
semanas (por lo general, dos o tres días). Para su diagnóstico se requiere que los episodios tengan lugar al menos una vez al mes durante un periodo de un año, y en las mujeres se requiere que sean independientes de su ciclo menstrual. Las personas con depresión clínica pueden desarrollar TDBR, y viceversa, y ambos trastornos presentan riesgos similares.
La depresión menor es un diagnóstico que se aplica a aquellos casos en los que se cumplen los criterios mínimos de duración para un diagnóstico de depresión mayor (dos semanas), pero no están presentes en su totalidad el resto de los síntomas requeridos
TRASTORNO POR DEPENDIENCIA El trastorno dependiente de la personalidad es un tipo de trastorno de la personalidad del grupo C (desórdenes ansiosos o temerosos). Estos individuos tienen una necesidad general y excesiva de que se ocupen de ellos (comportamiento de sumisión o adhesión), además de un gran temor de separación. 1. Tiene dificultades para tomar las decisiones sin un excesivo aconsejamiento y reafirmación por parte de los demás. 2. Necesidad de que otros asuman la responsabilidad en las áreas fundamentales de su vida. 3. Tiene dificultades para expresar desacuerdo debido al temor a la pérdida de apoyo o aprobación. 4. Tiene dificultades para iniciar proyectos o para hacer las cosas a su manera. 5. Va demasiado lejos llevado por su deseo de lograr protección y apoyo de los demás. 6. Se siente incómodo o desamparado cuando está solo debido a sus temores exagerados. 7. Cuando termina una relación importante, busca urgentemente otra relación. 8. Está preocupado por el miedo al abandono y que tenga que cuidar de sí mismo.
TRASTORNO LIMITE PARANOIDE Estas personas son sujetos que se creen explotados por los demás, son desconfiados, patológicamente celosos, reaccionan a menudo de forma agresiva. Afectivamente son individuos fríos, egocéntricos y rígidos. No tiene mucho deterioro social ya que suelen guardar para sí sus ideas, y sólo en casos graves se ven afectadas las relaciones de tipo social. Tienen una cierta incapacidad para perdonar los agravios o perjuicios, presentan un sentido combativo y tenaz de los propios derechos al margen de la realidad, hay una predisposición a sentirse excesivamente importantes con una actitud autorreferencial constante, sienten preocupación por conspiraciones sin fundamento, son querulantes, rencorosos, reticentes a confiar en los demás por temor injustificado a que la información que compartan vaya a ser utilizada en su contra, se enorgullecen de ser racionales y objetivos, lo cual no es cierto. Se muestran muy impresionados por el poder y el rango social y expresan desdén por aquellas personas que consideran débiles, enfermas o con defectos. En situaciones cotidianas pueden parecer muy competentes, pero habitualmente generan conflictos a los demás.
ALUMNA: MALDONADO DIAZ SUSANA IVONNE SEP 2017
TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es un trastorno de ansiedad, caracterizado por pensamientos intrusivos, recurrentes y persistentes, que producen inquietud, aprensión, temor o preocupación, y conductas repetitivas denominadas compulsiones, dirigidas a reducir la ansiedad asociada.
Obsesiones: son ideas, pensamientos, imágenes o impulsos recurrentes y persistentes que son egodistónicos, es decir, que no son experimentados como producidos voluntariamente, sino más bien como pensamientos que invaden la conciencia y son vividos como exagerados o sin sentido, a veces como repugnantes. El enfermo realiza intentos para ignorarlos o suprimirlos, a veces sin conseguirlo. Es entonces cuando se ponen en marcha las conductas compulsivas encaminadas a reducir la ansiedad motivada por la obsesión.
Compulsiones: son conductas repetitivas, generalmente «caprichosas», y aparentemente finalistas que se realizan según determinadas reglas de forma estereotipada y cuya principal función es reducir la ansiedad provocada por la obsesión. La conducta no es un fin en sí misma, sino que está diseñada para producir o evitar algún acontecimiento o situación futura, relacionados con la obsesión en cuestión, por lo que su realización reduce la ansiedad provocada por la última.
TRASTORNO MASOQUISTA Este trastorno de la personalidad es también conocido como el trastorno autodestructivo de la personalidad y tiene en su punto crucial en los sentimientos de humillación, el insulto y otros factores que llevan a estar deprimido y triste. La definición de los trastornos masoquistas de la personalidad se le ha dado a una persona que adopta un comportamiento auto-destructivo y contraproducente. Esta condición generalmente se desarrolla en la edad adulta y afecta el resto de la vida de una persona.
Ellos sienten que tienen que ser sacrificados y aceptan la explotación de los demás. Ellos pueden sentir que no son dignos de amor y que no merecen el amor de su vida. De hecho, encuentran factores como el amor, el afecto y la atención muy poco atractivos. Evitan las experiencias placenteras de la vida, en todas sus formas. Todo lo que conduce al placer lo van a encontrar engorroso, y rechazarán el mismo. Ellos se meten en las relaciones que están destinadas al fracaso, así como las situaciones que están obligadas a conducir a la decepción y otras emociones negativas. Esto lo hacen incluso cuando saben que hay mejores opciones disponibles. En el caso de la ayuda ofrecida por alguien, rechazan la misma y les molesta la persona que lo ofrece. Ellos buscan el sufrimiento y el dolor en todas las situaciones que enfrentan y en todas las relaciones que tengan. Ellos se fijan metas que claramente son poco realistas para ellos, por lo tanto, no alcanzan las mismas y pasan de liderazgo a la decepción. Ellos reaccionan con enojo cuando no son capaces de sabotear su propio plan en el fracaso, ya que no pueden disfrutar de las recompensas del éxito. A continuación, tratan de producir daño en forma de algún dolor físico, provocar un accidente. ALUMNA: MALDONADO DIAZ SUSANA IVONNE SEP 2017
Se exhiben las habilidades requeridas para hacer algo por los demás, pero dejan de hacer lo mismo para sí mismos, a pesar de que su bienestar depende de estas habilidades. Ellos se dedicarán a la conducta de auto sacrificio excesivo a pesar de que la persona a quien se le puede estar haciendo lo mismo no tiene demanda para ello. Esto se debe a su necesidad de ser reconocido. Ellos exhiben un comportamiento de tal forma que resultará en el rechazo y la ira de los demás y por lo tanto, funciona como una profecía autocumplida. Ellos nunca son capaces de tomar buenas decisiones por sí mismos.
ALCOHOLISMO El alcoholismo consiste en un consumo excesivo de alcohol de forma prolongada con dependencia del mismo. El alcoholismo es una enfermedad crónica producida por el consumo incontrolado de bebidas alcohólicas, lo cual interfiere en la salud física, mental, social y/o familiar así como en las responsabilidades laborales. El alcoholismo es un tipo de drogodependencia. Hay dos tipos de dependencia en esta adicción: la física y la psicológica. La dependencia física se revela por sí misma, cuando se interrumpe la ingesta de alcohol, con síntomas muy claros como la tolerancia, cada vez mayor, al alcohol y enfermedades asociadas a su consumo. El efecto directo del alcohol en el sistema nervioso son la depresión, como resultado de la disminución de la actividad, la ansiedad, tensión e inhibiciones. Incluso un pequeño nivel de alcohol dentro del cuerpo enlentece las reacciones. La concentración y el juicio empiezan a empeorar. En cantidades excesivas, el alcohol produce una intoxicación y envenenamiento.
USO DE SUSTANCIAS La drogadicción es una enfermedad que consiste en la dependencia de sustancias que afectan el sistema nervioso central y las funciones cerebrales, produciendo alteraciones en el comportamiento, la percepción, el juicio y las emociones. Los efectos de las drogas son diversos, dependiendo del tipo de droga y la cantidad o frecuencia con la que se consume. Pueden producir alucinaciones, intensificar o entorpecer los sentidos, provocar sensaciones de euforia o desesperación. Algunas drogas pueden incluso llevar a la locura o la muerte. La dependencia producida por las drogas puede ser de dos tipos: - Dependencia física: El organismo se vuelve necesitado de las drogas, tal es así que cuando se interrumpe el consumo sobrevienen fuertes trastornos fisiológicos, lo que se conoce como síndrome de abstinencia. - Dependencia psíquica: Es el estado de euforia que se siente cuando se consume droga, y que lleva a buscar nuevamente el consumo para evitar el malestar u obtener placer. El individuo siente una imperiosa necesidad de consumir droga, y experimenta un desplome emocional cuando no la consigue. ALUMNA: MALDONADO DIAZ SUSANA IVONNE SEP 2017
Algunas drogas producen tolerancia, que lleva al drogadicto a consumir mayor cantidad de droga cada vez, puesto que el organismo se adapta al consumo y necesita una mayor cantidad de sustancia para conseguir el mismo efecto. La dependencia, psíquica o física, producida por las drogas puede llegar a ser muy fuerte, esclavizando la voluntad y desplazando otras necesidades básicas, como comer o dormir. La necesidad de droga es más fuerte. La persona pierde todo concepto de moralidad y hace cosas que, de no estar bajo el influjo de la droga, no haría, como mentir, robar, prostituirse e incluso matar. La droga se convierte en el centro de la vida del drogadicto, llegando a afectarla en todos los aspectos: en el trabajo, en las relaciones familiares e interpersonales, en los estudios, etc.
HOMOSEXUALIDAD La explicación sobre el origen intrapsíquico de la homosexualidad varía según las corrientes dentro de la psicología, la psiquiatría y el psicoanálisis. En este sentido, el rol de los profesionales de la salud mental es utilizar las categorías diagnósticas sin fines discriminatorios, aceptando al otro como un igual desde su autenticidad más íntima. Para Joyce McDougall no existe una «sexualidad normal» porque la sexualidad es considerada normal o patológica «en función de su coincidencia o de su alejamiento de las normas de la sociedad a la que pertenece» ya que la norma social tiene una dimensión socio-cultural y las normas sexuales cambian continuamente
ALUMNA: MALDONADO DIAZ SUSANA IVONNE SEP 2017