SEBIPCA
SEMINARIO BÍBLICO PENTECOSTAL CENTROAMERICANO
LICENCIATURA EN MINISTERIOS CRISTIANOS.
MATERIA: “ETICA CRISTIANA”
“TRABAJO DE INVESTIGACION SOBRE EL REINO DE DIOS”
FACILITADOR: LIC. RAMON DIAZ
PRESENTA: JORGE ALBERTO MELENDEZ MENDOZA. MARIO ERNESTO ARGUETA MARROQUIN. OSCAR OBED GARCIA.
FECHA: SABADO 04 DE JUNIO DE 2016.
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EL REINO DE DIOS--- ¿QUÉ ES? La Predicación de Jesucristo y sus Apóstoles En el libro del evangelista Marcos (1:1,14,15), y en el de Mateo (4:17) leemos que Jesús comenzó su ministerio en Galilea, predicando “El Evangelio del Reino”, y diciendo: “el tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado: arrepentíos y creed en el evangelio.” Este evangelio del reino era el CENTRO de su mensaje y la razón de su venida. En Lucas 4:43 Jesús revela que le era necesario anunciar a otras ciudades el evangelio del reino de Dios, porque para esto fue enviado. “El Reino de los Cielos” El evangelista y apóstol Mateo, opta por hablar de: “El Reino de los Cielos”, cuando los otros tres evangelistas hablan de: “El Reino de Dios”. Solamente en 4 ocasiones Mateo usa la frase “El Reino de Dios” (6:33; 12:21, 28, 31, 43), en tanto que la frase “el Reino de los Cielos” aparece 32 veces en su evangelio. Generalmente se explica la preferencia
de
Mateo
por
esta
última
frase
para
denotar
el
carácter CELESTIAL del reino, vale decir, que proviene de ARRIBA, como un DON DE DIOS y no como una creación meramente humana y perecible. La lengua nativa de los judíos, en los tiempos de Cristo, era el arameo, un dialecto semítico muy cercano al hebreo. Jesús habló este dialecto en toda su predicación y enseñanza doctrinal. Sus dichos, tal como están registrados en los evangelios, fueron vertidos del vernáculo al griego, que era el idioma literario de la época. El respeto que tenían los judíos 2
hacia el nombre de Dios hacía que evitaran pronunciarlo. Temían incurrir en alguna frase que pudiera considerarse uso vano del nombre de Dios, y en consecuencia recurrían a substitutos: “Los cielos” era uno de los más empleados. Y es casi seguro que el mismo Señor lo haya usado también para evitar herir las susceptibilidades de sus paisanos. De este modo el evangelista se adapta a la peculiaridad de su público, y así hacer accesible el mensaje entre su propio pueblo. El Significado de “Basileia” En
su
expresión concreta, “basileia” quiere
decir “domino”,
“territorio”, “reino”, o “el pueblo sobre el cual gobierna el rey.” En su expresión abstracta denota “soberanía” y “poder real”. En términos concretos “baseileia” denota un nuevo orden, material y social, que será establecido mediante Cristo. Abstractamente podría denotar el reino de Cristo “en el corazón de los creyentes” mediante la vida, muerte y resurrección de su rey Jesucristo. El Reino de Dios en el Antiguo Testamento La expresión “el Reino de Dios” no aparece en el Antiguo Testamento aunque sí “El Reino de Jehová”, que es lo mismo, pues Jehová es Dios (ver 1 Crónicas 28:5). Y el salmista David habla de Jehová como un rey que
tiene
un trono y
un reino (103:19).
También
en
el
Antiguo
Testamento el significado del reino de Jehová se puede entender de dos maneras: Que Dios ya es un rey, y que reina sobre toda la tierra habitada y sus naciones que de alguna manera hacen su voluntad. Segundo: como un gobierno de Dios futuro en donde el mal será totalmente erradicado junto con los enemigos de Dios. Los profetas vislumbraron esa era maravillosa cuando Dios ejecute juicio en la tierra 3
y por fin establezca la paz y la justicia eternas. El mundo, finalmente, será hermoso como en el paraíso edénico, antes de la caída de los primeros padres humanos. Para ese entonces, Israel vivirá en paz con sus vecinos, y las guerras y miserias en la tierra quedarán en el olvido. Jerusalén será el centro del reinado del Mesías, el representante legal de Dios, que educará a las naciones en el conocimiento de Jehová (Isaías 9:6,7; 11:1-12; 24.23; 65:17-25; Miqueas 4:1-5). Los Judíos de la época de Jesús esperaban la venida del reino de Jehová (Dios). Muchos de los escritores apocalípticos esperaban que Dios estableciera su reino de manera espectacular con demostraciones de poder, trayendo la salvación a su pueblo y el castigo de sus enemigos. Los llamados CELOTES pensaban que el reino vendría más rápidamente si
ellos
lo
precipitaban
por
acciones
políticas
violentas.
Los FARISEOS, en cambio, creían que el reino vendría cuando el pueblo elegido de Dios obedeciera la ley de Dios fielmente. Todas estas expectativas prepararon la escena para la aparición de Juan el Bautista en el desierto proclamando que el Señor había llegado, y que “el reino de los cielos se había acercado” (Mateo 3:1-6). La Historia de la Interpretación La Iglesia Cristiana, a lo largo de su historia, ha interpretado el Reino de Dios de dos maneras: Una es la que tiene un carácter escatológico o futurista, y el otro que recalca sunaturaleza presente o consumada. Por cierto que en la Iglesia primitiva el concepto futurista fue el que predominó. Los llamados “Padres Apostólicos” contemplaron el reino como un asunto FUTURO de dicha que se consumaría con la segunda venida de Cristo al mundo. Además, algunos de esos “padres” sostuvieron, incluso, que sería un dominio terrestre, aunque otros no se atrevieron a mencionar lugares concretos. El único que no aceptó la 4
interpretación escatológica fue Orígenes. Él creyó que el reino tenía un significado espiritual o simbólico y no literal. Agustín de Hipona escribió en su obra ‘De Civitate Dei’ (La Ciudad de Dios) que la Civitate terrena (La Ciudad del Mundo), la cual se compone de todas las fuerzas y personas malas, encuentra su expresión histórica en la iglesia. En realidad, al identificar Agustín el reino con la iglesia militante, lo que estaba diciendo es que el reino milenario de Dios había sido inaugurado con la primera venida de Cristo, hace dos milenios. Los reformadores hicieron suyo el énfasis espiritual del reino de Agustín llevándolo al “corazón” del creyente. No obstante, los reformadores esperaban igualmente la manifestación visible de dicho reino con la segunda venida de Cristo al mundo. En el llamado periodo moderno de la historia de la Iglesia, se han producido una serie variada de ideas que desarrollan las diversas líneas anteriormente
mencionadas. Johannes
Weiss yAlbert
Schweitzer hicieron frente a un fuerte liberalismo que intentó eliminar el elemento escatológico del reino predicado por Jesús, y el cual era su mero núcleo vital. Según Weiss y Schweitzer, el reino, para Jesús, era una realidad totalmente FUTURA, apocalíptica, que aparecería al final de la historia humana, mediante la acción poderosa y sobrenatural de Dios. Afirmaron que la idea de una presencia actual del reino era un invento de los autores de los evangelios y que no debía considerarse como auténtica enseñanza de Jesús. Su interpretación del reino es conocida como “escatología consistente” o “coherente”. Para Harnack, el reino de Dios era el gobierno divino en “el corazón de los santos”. Para él, el reino es el poder que obra en el interior de la 5
vida humana. Dobschütz, Muirhead, Wellhausen, y Sharman han insistido,
del
mismo
escatológica NO era
modo,
esencial
en
en
la
sostener
que
enseñanza
la
de
dimensión
Jesús,
o
que
francamente se trata de un agregado que sus primeros discípulos o la iglesia
primitiva
creyeron
necesario
mensaje. F.C.Grant también rechazó
el factor
hacer
futurista
al
del reino,
afirmando que éste debía entenderse solamente en términos de una “redención social”. A.B. Bruce y James Orr no toman en cuenta el factor futurista del reino, considerándolo más bien sólo simbólico, o “en
el
corazón
una transformación
de social
los
hombres”,
el
cual
produciría
radical a medida que aumentara el
número de creyentes. Cuando todas las áreas de la vida y el pensamiento hayan sido penetradas y regeneradas mediante el poder del reino, entonces “éste habrá llegado”. Rudolf Otto, en su libro ‘El Reino de Dios y el Hijo del Hombre’, ve el reino como una esperanza futura, pero que de alguna manera ya se ha presentado en la persona y ministerio de Jesús. W.G. Kümmel, igualmente opina que el reino de Dios es presente y también futuro. Emil Brunner sostiene que el fin último de la historia ya comenzó con la iglesia, pero que todavía tenemos que esperar su cumplimiento final en el futuro. R. N. Flew habla del reino como presente y futuro, así: “El reino ha venido en la persona de Jesús, sus bendiciones pueden gozarse ahora mediante a fe. Pero no ha venido del todo. La consumación final aún se tarda.” (Jesús y Su Iglesia, pág.32). Ahora bien, la interpretación contemporánea más discutida es aquella del
eminente
teólogo
como “escatología
inglés C.H.Dodd, y
realizada”. Él
la
desarrolló
que en
se su
conoce libro“Las
Parábolas del Reino”. El estudio hecho por Dodd de las parábolas de 6
Jesús, y otros dichos colaterales, lo llevó a creer que, para nuestro Señor, el reino ya había venido. El futuro formaba parte, ahora, de la experiencia actual de los hombres. El absoluto ha penetrado la arena histórica. El supuesto Cristo Eterno ha entrado en el tiempo. Él mismo sería el cumplimiento de la esperanza escatológica. Su venida es la venida del reino de Dios. Su reino vino con él y, por tanto, no hay que esperarlo para mañana. El futuro se está realizando en la vida de Cristo y en la vida de su iglesia. Pero para ser justos, Dodd no presta mucha atención a los dichos de Jesús en cuanto a la venida aún futura del reino, y sólo se limita a darles a éstos un sentido meramente simbólico. El Reino: Presente y Futuro El aspecto del reino presente se encuentra en los textos de Marcos 4:3 ss. En donde el reino presente se compara con una semilla que se siembra en los corazones de los hombres en esta vida. En Marcos 12:34 Jesús le dice a un escriba: “no estás lejos del reino de Dios”. En Mateo 12:28 Jesús dice que: “El reino ciertamente ha llegado a vosotros” por el hecho de expulsar a los demonios de un ciego y sordo. En Mateo 13:44-46 Jesús habla del reino como un tesoro escondido en la tierra, que los hombres pueden descubrir ahora. En
Lucas
17:20-21
Jesús
declara
que “el
reino
está
entre
vosotros”. Es decir, su presencia en la tierra es la presencia del reino de Dios. Si bien es verdad que algunas declaraciones de Jesús muestran un reino presente en su ministerio, también es cierto que hay una dimensión futurista del mismo en otras de sus declaraciones. En primer término,
6
de
las
Bienaventuranzas
sólo
podrán
cumplirse
en
el FUTURO (Mateo 5:4-9). En Mateo 25:31,34 Jesús habla de un reino que sólo se podrá heredar cuando él vuelva por segunda vez. En Mateo 7
26:29, durante la última cena, Jesús les dice a sus discípulos que anticipa el día cuando beberá con sus discípulos del fruto de la vid, en el reino de su Padre. Aunque el apóstol Pablo no suele usar muy a menudo la palabra reino, las veces que lo hace lo hace dando a entender su carácter presente como futuro. En Romanos 4:17 el apóstol Pablo parece indicar que el reino puede ser vivido ahora entre los creyentes. En Colosenses 1:13 él igualmente
parece
indicar
que
de
alguna
manera
el
creyente
está “ahora” trasladado al reino de Cristo. Pero Pablo no pasa por alto el aspecto futuro del reino, porque en 1 Corintios 6:9, 15:50; Gálatas 5:21; y 2 Timoteo 4:1,18; lo que tiene en mente es un reino en la tierra eminentemente FUTURISTA, que exige nuestra previa conversión y transformación física por la resurrección venidera. Estos textos tienen estrecha relación con la PARUSÍAo segunda venida de Cristo. En Hechos 14:22, Pablo recalca el hecho de que para entrar reino se requiere pasar por muchas tribulaciones. El Reino y La Iglesia de Jesucristo Agustín de Hipona creía que el reino de Dios era la iglesia militante. La tardanza de un reino literal hizo que ese ideal se viera reflejado en una sociedad, que llegó a conocerse con el nombre de “iglesia”. E. F. Scott , en su obra “El Reino de Dios en el nuevo Testamento”, página 170 dice: “Jesús había proclamado el reino, pero en su lugar se levantó la iglesia”. Lo que Jesús realmente hacía era buscar un nuevo pueblo a quien se le daría el reino. El Reino de Dios y la iglesia son inseparables, pues a ésta Dios le ha prometido darle su reino (Lucas 12:32). La iglesia es la que recibirá el reino de Dios. Es el pueblo escogido querestaurará el reino davídico en la tierra. El reino está conformado por hombres santos (Judíos y Gentiles) 8
convertidos por el evangelio de Cristo. A estos santos, de todas las épocas, podemos llamarlos como: “La Iglesia de Dios”, “El Cuerpo de Cristo”, “La Novia”, “Los Elegidos”, etc. La iglesia es la heredera del reino (Mateo 25:31,34). Jesús afirmó que el reino es algo que se puede VER y ENTRAR (Juan 3:3,5), y Pablo también dijo que “carne y sangre” (los mortales) no lo pueden heredar (1 Corintios 15:50). En cambio, uno puede ser parte de la iglesia siendo mortal. Esta es la gran diferencia sustancial entre el reino y la iglesia. Por otro lado, uno puede ser
parte
de
la
iglesia inmediatamente
después
del
bautismo (Hechos 2:38,41); en cambio, para heredar el reino uno tiene que haber sufrido por Cristo y también haber crecido en la fe y el conocimiento del Señor. Y lo más importante aún es haber recibido la transformación física cuando Cristo regrese nuevamente a este mundo (ver 2 Pedro 1:8-11; Hechos 14:22; 1 Corintios 15:45-50). Aunque en la iglesia se admiten“niños espirituales” ( 1 Corintios 3:12) que deben crecer a la estatura de Cristo, en el reino sólo ingresan los “maduros
espirituales”,
aquellos
que
han
llegado
a
la “perfección espiritual” (Efesios 4:12,13,15) (2 Pedro 1:3-11). Por otro lado, parece evidente que nuestro Señor consideraba que alguna forma de asociación y organización de carácter comunitario era esencial para a mejor promoción del reino. A lo largo de la historia de la Iglesia Cristiana, los teólogos de la iglesia han insistido en la íntima relación entre la iglesia y el reino. Pero hay, evidentemente, diferencias entre ellos con respecto a la naturaleza y a los alcances de esta relación. Pero en la medida que la iglesia está verdaderamente sometida al gobierno divino, puede decirse que es el reino de Dios. Pero el orden divino nunca logra realizarse del todo en este orden humano finito; por eso
la
Iglesia
Cristiana
espera la
consumación
final,
cuando
Dios perfeccione esa fraternidad humana centrada en Cristo. Entonces se podrá decir con plena seguridad que el reino de Dios habrá venido plenamente. 9
El Reino Futuro y Su Naturaleza Real La Biblia nos habla del reino venidero, pero: ¿Cómo es su naturaleza? No se nos dice si habrá de presentarse como un reino terrenal, que será seguido por un reino celestial, o si hemos de esperar una acción decisiva y final, mediante el cual “cielo y tierra” serán cambiados según los propósitos de Dios. No obstante, sería necio negar que la Biblia sí presenta una naturaleza política y terrena del reino de Dios. El Antiguo Testamento está repleto de profecías que hablan de un reino que se establecerá en esta misma tierra. En la literatura judía, el reino se presenta
de
3
formas
posibles:
1).
El
reino
producirá
una transformación de los cielos y la tierra. 2). El reino será eterno en la tierra. 3). El reino es un orden temporal y terreno, que será seguido por un reino celestial y eterno. En el Nuevo Testamento existen pasajes clarísimos que hablan de un reino
terrenal.
Jesús,
por
ejemplo,
dijo: “Bienaventurados
los
mansos, porque ellos heredarán a tierra”(Mateo 5:5, con referencia al Salmo 37:11). En otra ocasión les enseñó a sus discípulos a que oraran por la venida del reino a la tierra (Mateo 6:10). Ahora bien, de la Biblia entera se desprende que el reino tiene estos aspectos básicos y muy claros: 1.- Dado que el reino futuro tiene relación con la segunda venida de Cristo, su implantación estará acompañado por eventos visibles, sobrenaturales, y catastróficos (1 Tesalonicenses 4:15-17; Marcos 13:24-27).
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2.- El actual orden de cosas será juzgado (2 Tesalonicenses 1:5-12; 2 pedro 3:4-10; Apocalipsis 19:11-16). 3.- Todos los que se oponen serán sometidos a Dios (Filipenses 2:9-10; 1 Corintios 15:20-23). 4.- Se cristalizarán todas las promesas hechas a los fieles de todos las épocas (Apocalipsis 21:3,4), las cuales incluyen: a-
El reino se establecerá en Jerusalén.
b-
El Mesías tendrá su trono con sus apóstoles en Jerusalén
c-
El reino será mundial y todos pueblos se someterán a Cristo y a su autoridad: Un solo gobierno.
d-
Habrá paz, justicia, y desarme mundiales.
e-
Los rebeldes e impíos serán destruidos.
f-
Los elegidos recibirán el reino en la segunda venida de Cristo, cuando obtengan su inmortalidad.
ghi-
El reino durará mil años. No existirán pobres ni desamparados. El diablo será atado junto con sus demonios para que no engañen a los pueblos.
j-
Habrá sólo una religión y un solo gobernante mundial con la autoridad de Dios.
kl-
La vida será más larga y saludable. No habrá explotadores ni explotados.
m- No habrá revueltas, ni protestas, ni descontentos populares. n-
Los que no quieran servir al Rey Cristo no les irá nada bien, y por tanto, optarán por él de buena gana. Preferirán las bendiciones que las maldiciones de Dios Padre.
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Por tanto, sostener que el reino es sólo presente o futuro, es ignorar las mismísimas palabras de Jesucristo. Los eruditos, en su mayoría hoy, creen
en
un
cumplimiento futuro del
reino.
No
obstante,
los amilenialistas (los que no creen en un reino personal y futuro de Cristo en la tierra por mil años), sean católicos o protestantes, sólo ven un reino presente en la iglesia militante. Jean Hearing, en su estudio escatológico sobre “El Reino de Dios y su Venida”, escribe: “Jesús enseñaba que un germen invisible del reino de Dios existía desde el comienzo de su predicación; pero tal es su noción del reino, que ella exige una realización completa visible en el futuro mediante una transformación del orden cósmico.” El
teólogo
católico Karl
Adam reconoce
que: “Restringir
lo
fundamental de su mensaje a esta predicación moral, sería desconocer
el
contenido
religioso,
más
precisamente,
el
carácter sobrenatural y escatológico del nuevo reino” (...) su venida está todavía en el futuro, y es preciso decir: Que tu reino venga.”
Algunos Testimonios Interesantes El
carácter
futurista
el
reino
fue
expresado
por Padres y Apologistas de la fe. Ireneo (185 D.C, Obispo de Lyon), escribió: “...en su segunda venida les dará a los suyos un lugar en su reino.” (Contra las herejías). Clemente Romano (96 D.C, Segundo obispo de Roma) escribió en su segunda epístola, lo siguiente: “Si entonces hacemos lo que es justo a la vista de Dios,
entraremos
al
reino,
y
recibiremos
las 12
promesas...esperemos cada día y cada hora el reino de Dios en amor y rectitud”. Ignacio (Obispo de Antioquia, siglo II) creyó que el viejo reino del mal sería destruido en la segunda venida de Cristo (Ign. Eph. 16:1). Hermas, un profeta de Roma (siglo II), tenía una clara visión futurista del reino y enfatizó en la conducta moral para entrar en él. (Herm. Sim. 9:16.2-4). Papías de Hierápolis (Siglo II) creyó que la esperanza para un reino milenario en la tierra era real. También Cerinto dice que después de la resurrección la casa real de Cristo estará en la tierra (Gayo de Roma, de la Historia de la Iglesia de Eusebio 3.28.2). Por otro lado, es interesantísimo el testimonio del Apologista Justino Mártir (Siglo II). Él hace uso de la palabra reino frecuentemente en su Diálogo con el Judío Trypo, y en donde se registran los debates más frecuentes entre cristianos y judíos. Justino le asegura al judío Trypo que Cristo volverá al mundo para recompensar a sus seguidores, dándoles entrada en su reino milenario que se establecerá en Jerusalén (Diálogo 80). CONCLUSION El Reino de Dios fue y es aún interpretado como un asunto presente y futuro. Desde el siglo II el reino tiene un carácter escatológico. Los autores cristianos del segundo Siglo son uniformemente FUTURISTAS. Y para algunos de ellos, dicho reino sería, además, TERRESTRE Y MILENIAL. Tal es el caso de Cerinto, Papías, Justino Mártir, Ireneo, y otros. Es con Orígenes (185-254) que viene el cambio del uso común de la palabra reino por otro “espiritual” y “en el corazón de los hombres”. En
cierto
modo
Orígenes
fue
influenciado
por
el
pensamiento Gnóstico de la época que sostenía un reino en el alma. Se puede decir que él sentó las bases del pensamiento Agustiniano y de
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otros filósofos cristianos protestantes de los siglos venideros. Orígenes se alejó del pensamiento cristiano post apostólico del siglo II.
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