La de Utopía de Tomas Moro el libro segundo, en utopías del renacimiento La utopía se asocia con el modelo perfecto, el modelo inviable, lo ideal, lo imposible, algo inalcanzable, armónico y un modelo al que llegar, es la felicidad del hombre. La utopía se presenta hacia el futuro como algo armónico, que no presenta problemas; también se puede asociar a la utopía con algo soñado. Parte del pensamiento político tiene que ver con pensar y repensar el vivir con otros en el presente y en el futuro. La utopía contiene algo de político, tiene un significado presente; tiene que ver con una combinación y una crítica del presente. Tomás Moro se inserta culturalmente en el Renacimiento inglés, y una de las características que presenta este movimiento cultural es la recuperación del hombre como centro del cosmos y la razón como elemento que caracteriza al ser humano. Este Renacimiento se caracterizó por recuperar las fuentes griegas. En el ámbito histórico, el Renacimiento implica un pasaje del Feudalismo a la edad moderna; esta transición se muestra como una época altamente conflictiva; se caracteriza por una rebeldía, un intento de separación de la época anterior. En esta separación se quieren buscar nuevos valores; así es como aparece la revalorización del mundo, hay una importancia sobre lo que el hombre hace cotidianamente y una apuesta al futuro. Se piensa el presente y se apuesta al futuro. Los nuevos valores se basan en la acción del hombre en los medios en que está. “Utopía” quiere decir “no“no- lugar”, por eso en el texto se presenta un juego entre lo que está y lo que podría ser. Thomas caracteriza por nombrar y contar lo que Rafael vio en esa isla. Lo que muestra que la utopía puede realizarse, es tomar ejemplos de los pueblos de “Utopía” para resolver los pr oblemas oblemas de Inglaterra. Rafael comienza a caracterizar y nombrar las características de “Utopía”; la primera característica es que está separada de todo tipo de territorio, asilada; y tiene un sistema de defensa que impide y protege a la isla de la invasión extranjera. Una de las características principales de “Utopía” es que está perfectamente organizada y cuenta con 54 ciudades que son bastas y magníficas; cada ciudad posee autonomía propia. En el ámbito económico, no existe propiedad privada; cada ciudad está rodeada de tierra cultivable que producen y ofrecen trabajo a los habitantes de esa ciudad. Cada una, se estructura en torno a la familia y a la casa, de las que cada una (de las familias) tiene una porción de tierra cultivable que puede trabajar. La propiedad privada no existe porque no hay acumulación capitalista. En esas ciudades no existe el dinero. Respecto de la organización institucional, la isla de “utopía” tiene pocas leyes pero buenas, y la finalidad de las instituciones es garantizar la felicidad. Lo que hacen al no existe dinero, es intercambiar las cosas por medio de una especie de trueque. El modo de vida de los utópicos es comunitario. En esta isla, el ocio está totalmente desterrado, todo el mundo trabaja; utilizan el tiempo libre para actividades culturales e intelectuales. La forma de gobierno es muy particular, cada familia tiene un representante que es elegido y renovado cada año y todos los representantes eligen a uno superior que nombre de por vida; la única forma de destituirlo es en caso de que aparezca la tiranía. El representante es controlado permanentemente por un senado o consejo (puesto por las familias que también lo destituyen en caso de tiranía); los asuntos más importantes de la vida política son
puestos a la consulta del pueblo, se discuten democráticamente. En la isla existe un pluralismo religioso, la tolerancia es un principio fundamental de las ciudades. El objetivo de la isla es lograr la felicidad. La vida comunitaria de la isla, genera valores morales para poder llegar a la felicidad. Utopía, distopía y antiutopía La utopía es concebida en el Renacimiento por Tomás Moro. Su lado oscuro es la distopía. La distopía o el “mal lugar”, creó las condiciones de posibilidad para el nacimiento de un pensamiento caracterizado por negar, en nombre de los horrores de la historia reciente, la posibilidad misma de la utopía, y dio forma a una postura intelectual y política denominada antiutopía. El continuum conceptual tiene su superficie compuesta por los tres conceptos: utopía, distopía y antiutopía.
Utopía: es el no lugar que, sin embargo, existe (en algún lugar). La utopía es el buen lugar donde las injusticias han desaparecido, y los hombres han alcanzado una vida plena. Las primeras utopías se remontan al origen de todos los tiempos, hacia un pasado a la vez dorado y prehistórico. Las utopías antiguas son ensoñadoras y con inocente negación de la realidad. Las utopías antiguas idealizan el pasado y el futuro, distanciándose del presente. La utopía es un ejercicio negativo destinado a remover los poros libertarios de una sociedad en un momento histórico determinado. La utopía despliega una dialéctica negativa orientada a crear las condiciones necesarias para producir un cambio sustantivo. La raíz de todo pensamiento utópico es el deseo. Distopía: representa el mal lugar, el infierno en la tierra; el oscuro reverso de todo aquel otro lugar de felicidad, la utopía. La distopía tiene una doble localidad: está ubicada en el futuro, pero también en el presente. Es portadora de un contenido crítico cuyo objetivo es advertirnos sobre lo que podría pasar y, en consecuencia, sobre lo que deberíamos hacer para evitarlo. Antiutopía: es portadora de un pesimismo sobre la condición humana que no deja ningún resquicio donde introducir la esperanza. En el continuum conceptual la utopía y la antiutopía han sido los referentes antagónicos de este mapa cognitivo, puesto que sus significados y sus implicancias concretas se niegan mutuamente entre sí, allí donde hay utopía no hay antiutopía y viceversa. La distopía ha sido un elemento híbrido cuyo significado oscila entre la utopía y la antiutopía. La idea de continuum sugiere que la identidad conceptual de cada uno de estos términos no puede ser aprehendida individualmente, sin hacer referencia a los otros conceptos con los cuales cada uno de ellos interactúa y, en ese camino, define su sentido específico.