Vanguardismo y realismo europeo y latinoamericano
Bernardo Ramírez Araújo Estudiante 8º
Profesor Aníbal
Instituto Miguel Fernández Gtz de Piñeres Cartagena, Agosto de 2010
1. El Vanguardismo
Es el movimiento artístico y cultural más revolucionario de la historia. Tiene lugar alrededor de 1914, año en que comienza la primera guerra mundial, que de la mano con los avances tecnológicos, los amplios conocimientos históricos, la crisis espiritual que surge por el momento que se vive despierta conciencia para un nuevo cambio que se origina en la humanidad. Esta es la razón del punto de partida del surgimiento
de
varias
escuelas
artísticas
que
expresan
el
desmoronamiento del orden burgués y del clasicismo. Entre esas escuelas están: el expresionismo, cubismo, ultraísmo, futurismo, el creacionismo, entre otras.
El Vanguardismo inaugura un nuevo modo de ver la literatura caracterizado por la primacía del prosaísmo versus musicalidad, feísmo versus preciosismo y absurdo versus comunicación lógica. De ahí que las vanguardias tuviesen en sí un carácter límite. Ruptura de la traición que habíamos heredado pero también ruptura de la ruptura, rechazo de la imitación. Los poetas vanguardistas se caracterizan, además, por rendir culto a la novedad y a la sorpresa. Los poetas vanguardistas cambian la estructura formal del poema; renuevan completamente los recursos expresivos. Metáforas, la imagen y otros recursos se convierten en reveladores de una dimensión interior. Exploración de lo irracional. El verso se presenta
sin leyes métricas ni lógicas, regido por el juego, las similitudes y el azar.
Como características generales del Vanguardismo podemos señalar:
Cosmopolitismo: las calles de todas las ciudades forman una
red internacional más vital que la red de las academias.
Actitud ante la literatura como juego intrascendente,
esteticismo. Abolición de los ornamentos, oscuridad rebuscada. Esquematismo.
Ingenio: ingeniosidad y fantasía frente a la realidad. Aforismos.
Culto a la novedad y a la sorpresa.
Sentimientos: deshumanizan el arte obliterado todas las
fuentes del sentimentalismo. Destruían el “yo”. Horismo.
Feísmo: desorden, estrafalario, chocante, anti-bello.
Morfología: lengua no comunicativa, el letrismo, la jitanjáfora y caligramas.
Sintaxis: destrucción de la sintaxis. Palabras en libertad. Se
tachaban los nexos, las frases medianeras.
Métrica: abandono de los moldes eutróficos, de la rima, de la
medida, del ritmo. Prosaísmo.
Temas: exclusión de lo narrativo y anecdótico.
Imaginismo: la metáfora.
Los vanguardismos despuntan inmediatamente antes o durante la Primera Guerra, llegan a su apogeo durante la década de los años 20, entran en crisis a partir de 1929 y desaparecerán en la década de los 30. En esos años, los artistas vanguardistas se han enfrentado al mundo de ideas proveniente del pensamiento burgués: unos derivarán hacia el antiburguesismo de tipo fascista, como es el caso del futurismo italiano de Marinetti; otros volcarán su rebeldía en el movimiento proletario izquierdista. De esta forma, los dos grandes movimientos que marcarán el siglo XX, el fascismo-nazismo y el comunismo, serán expuestos y cantados en sus iniciales años de poder a través de una estética y unas formas vanguardistas. El caso más ilustrativo es el del surrealismo francés y su apuesta por la revolución comunista. Posteriormente serán ellos mismos perseguidos y prohibidos por los propios aparatos culturales de estado, como ocurrió en la URSS estalinista a partir de 1923 y en la Alemania nazi de 1933. En el primer caso, los poetas futuristas serán criticados a partir de la nueva estética realista y populista tras la guerra civil revolucionaria. En el segundo caso, los jerarcas nazis secuestrarán la pintura vanguardista que había caracterizado el renacer cultural alemán, considerada a partir de entonces como "arte degenerado".
1.1. El vanguardismo europeo
Es una corriente que viene de Europa y se caracteriza por una nueva sensibilidad que busca distintas formas experimentales, oponiéndose
a las tradicionales. En la raíz de estos movimientos está la inseguridad humana por la crisis de una sociedad dividida entre tradicionalista y revolucionarios.
Del Vanguardismo europeo vamos a seleccionar tres movimientos exclusivamente: Futurismo, Cubismo y Dadaísmo.
1.2.1. Futurismo. El Futurismo fue el primer movimiento de vanguardia. Comenzó en Italia, en 1909 de manos de Marinetti. A partir de ese año, este artista publicará una serie de Manifiestos (declaraciones teóricas y normativas de lo que debía ser el movimiento y las obras futuristas) que definen el movimiento. Podemos destacar los siguientes rasgos:
a. Temas: la velocidad, el riesgo, el peligro, lo moderno, las máquinas, la violencia, los deportes, la guerra, el militarismo, las fábricas, etc.
b. Reformas literarias: Destrucción absoluta de la sintaxis; sustitución de los signos de puntuación por signos matemáticos y musicales; supresión del YO; primacía de la imaginación sin ataduras de ningún tipo; alteración y juego con la tipografía; Espíritu: odio a la inteligencia a favor de la intuición; ruptura con todo lo pasado; espíritu iconoclasta. Ruptura con las convenciones culturales; optimismo y vitalidad.
1.2.2. Cubismo. El Cubismo en artes plásticas surgió hacia el año 1907 con pintores como Picasso o Braque que se vieron impresionados por el arte africano y polinésico, pero también por la pintura románica medieval. El Cubismo literario apareció algunos años después y su máximo representante ha sido Apollinaire. Algunos rasgos definitorios serán:
a. Descomponer la realidad. Observación de la realidad desde diferentes
perspectivas.
b. Integración de las artes. Esto explicará el género literario del caligrama (pintura + literatura) o el pictórico del collage (pintura + escultura + literatura). c. Intentan crear obras de arte que tengan vida propia, independientemente de su parecido con la realidad. d. Eliminación de lo anecdótico y descriptivo. e. Fragmentarismo. El poema se suele convertir en una sucesión de emociones, ideas, anotaciones, etc. f. Espontaneidad. Niegan la elaboración formal posterior de la obra de arte. Buscan lo ilógico, huyendo del intelectualismo. g. Los temas que tratan será los propios del mundo en que viven, en sus aspectos positivos y negativos. El poeta se ocupará de todo aquello que hiera su sensibilidad.
1.2.3. Dadaísmo. Dadá nació en Suiza durante la Primera Guerra Mundial de manos de Tristan Tzara. Los rasgos que pueden definirlo son:
a. Espíritu: deseo de independencia del artista respecto a la sociedad; Libertad absoluta del arte; Hacer “tabla rasa” con todo lo existente; Empezar desde cero, desde la invención del idioma;
b. Temas: Crear una palabra expresiva que fuera válida por sí misma, por su sonido, y no por su contenido, por su relación con la realidad; Burla del espectáculo y del mundo del arte. Burla de todo lo aceptado socialmente.
c. Reformas literarias: Abolición de la lógica; Descubrimiento del absurdo como medio de expresión literaria; Valoración del humor; Exaltación
de
las
contradicciones.
1.2. Vanguardismo latinoamericano El vanguardismo latinoamericano gira en torno la oposición entre cultura y naturaleza, que en el siglo XIX se ha expresado como civilización contra barbarie, y que, a comienzos del XX, se va a expresar como culturalismo contra autoctonismo. El culturalismo se expresa mediante el Modernismo. El autoctonismo lo hace en el indigenismo de principios del XX, como una contestación al primero.
Es justo dentro de esta problemática donde van a surgir los movimientos
de
vanguardia.
La diferencia con Europa es que ésta considera la línea de modernización nefasta, porque ha llevado al hombre al caos. La vanguardia europea también se plantea proyectar una mirada crítica sobre otros desarrollos históricos que han seguido esta misma línea o no la han agotado todavía. Se plantean así qué ocurre con el mundo primitivo. Vemos así como hay un interés hacia lo primitivo, lo exótico, entendido como lo auténtico, lo puro (interés que halla un correlato filosófico en La decadencia de Occidente, de Oswald Spengler), que concidirá con el movimiento indigenista, autoctonista hispanoamericano. Los vanguardistas europeos postulan que si todo el camino de la modernización está agotado, es necesario volver los ojos hacia otras civilizaciones no desarrolladas. Se mira así hacia África
y
hacia
Latinoamérica.
El indigenismo será el rasgo fundamental que aporte la literatura hispanoamericana a las vanguardias. Con la absorción de la influencia europea, pasada por los elementos culturales propios, se producirán unas manifestaciones literarias propias, diferentes a las europeas.
2. Diferencias entre realismo europeo y realismo latinoamericano
El Realismo literario es una corriente inventada por el escritor y contertulio francés Jules Champfleury (1821-1889), quien por primera vez definió su arte como realista. El realismo literario se halla inscrito de un movimiento más amplio que afecta también a las artes plásticas, al cine (Neorrealismo), a la fotografía (que surge con el siglo XIX), y a la filosofía de la ciencia (Karl Popper y Mario Bunge). Las obras realistas pretenden testimoniar documentalmente la sociedad de la época y los ambientes más cercanos al escritor, en oposición a la estética del Romanticismo, que se complacía en ambientaciones
exóticas
y
personajes
poco
corrientes
y
extravagantes. La estética del Realismo, fascinada por los avances de la ciencia, intenta hacer de la literatura un documento que nos pueda servir de testimonio sobre la sociedad de su época, a la manera de la recién nacida fotografía. Por ello describe todo lo cotidiano y típico y prefiere los personajes vulgares y corrientes, de los que toma buena nota a través de cuadernos de observación, a los personajes extravagantes o insólitos típicos del anterior Romanticismo. Esta estética propugna a su vez una ética, una moral fundamentada en la moderación y síntesis de cualquier contradicción, la objetividad y el materialismo.
Los rasgos fundamentales del Realismo son los siguientes:
Procura mostrar en las obras una reproducción fiel y exacta de la realidad. Hace un uso minucioso de la descripción, para mostrar perfiles exactos de los temas, personajes, situaciones e incluso lugares; lo cotidiano y no lo exótico es el tema central, exponiendo problemas políticos, humanos y sociales. Rechaza el sentimentalismo, muestra al ser humano objetivamente pues da toques de una realidad dura. El lenguaje utilizado en las obras es coloquial y crítico, ya que expresa el habla común y corriente. Así como rechaza lo sentimental, de igual forma lo espiritual, dando como resultados toques individualistas. Las obras muestran una relación mediata entre las personas y su entorno económico y social, del cual son exponentes; la historia muestra a los personajes como testimonio de una época, una clase social, un oficio, etc. Temas relacionados con los problemas de la existencia humana. El autor analiza, reproduce y denuncia los males que aquejan a su sociedad. Transmite ideas de la forma más verídica y objetiva posible. 2.1. Evolución del realismo europeo
El origen del realismo literario europeo hay que buscarlo en la literatura española medieval y la novela picaresca española y, en concreto, en la versión que configuró sobre esa tradición el novelista
Miguel de Cervantes. El desmitificador modelo cervantino influyó poderosamente en la literatura europea posterior, pero el descrédito por el que pasó el género narrativo durante el siglo XVIII aplazó su influjo europeo hasta bien entrado el siglo XIX, salvo en el caso de Inglaterra, que en el siglo XVIII comenzó su propio realismo de la mano de Henry Fielding y Tobias Smollett, y del que buena parte de los escritores realistas posteriores son deudores...
La novela realista europea viene a ser la épica de la clase media o burguesa que ha conseguido —a lo largo de sucesivas revoluciones que le han ido confiriendo cada vez mayor poder (1789, 1820, 1830 y 1848), instalarse como clase dominante en todos los aspectos de la vida, incluido el cultural y el estético. Los ideales burgueses (materialismo, utilitarismo, búsqueda del éxito económico y social) irán apareciendo en la novela poco a poco, y en su fase final también irán apareciendo algunos de sus problemas internos (el papel de la mujer instruida y sin embargo desocupada; el éxodo del campo a la ciudad y la mutación de valores subsecuente, por ejemplo). Por otra parte, cuando se vayan reiterando y agotando los temas relativos a la burguesía, la descripción realista irá penetrando en otros ámbitos y dejará la mera descripción externa de las conductas para pasar a la descripción interna de las mismas, transformándose en novela psicológica y generando procedimientos narrativos introspectivos como el monólogo interior. Todo ello posibilitó la aparición de movimientos en cierta manera opuestos, como el Espiritualismo, por
un lado, visible en la última etapa de narradores realistas como Benito Pérez Galdós, Fiódor Dostoievski y León Tolstói, y el Naturalismo, por otro, que exageraba los contenidos sociales, documentales y científicos del Realismo, aproximándose a la descripción de las clases humildes, marginadas y desfavorecidas. Los autores tratarán de ofrecer personajes y situaciones comunes, lo que convierte a la obra literaria en una fuente de primer orden para el conocimiento del pasado histórico, aun teniendo en cuenta las precauciones que deben tomarse para un uso documental de las fuentes literarias.
2.2. El realismo mágico latinoamericano
El Realismo Mágico es la respuesta iberoamericana a la literatura fantástica de mediados del siglo XX. El realismo mágico, es una característica propia de la literatura latinoamericana de la segunda mitad de siglo XX que funde la realidad narrativa con elementos fantásticos y fabulosos, no tanto para reconciliarlos como para exagerar su aparente discordancia. El reto que esto supone para la noción común de la “realidad” lleva implícito un cuestionamiento de la “verdad” que a su vez puede socavar de manera deliberada el texto y las palabras, y en ocasiones, la autoridad de la propia novela. Nace a raíz de las discrepancias surgidas entre cultura de la tecnología y cultura de la superstición, y en un momento en que el
auge de las dictaduras políticas convirtió la palabra en una herramienta infinitamente preciada y manipulable.
Si bien esta tendencia a fundir lo real con lo fantástico ya existía en las obras de novelistas de todos los tiempos, principalmente en escritores como François Rabelais y Laurence Sterne; otros precedentes más inmediatos pueden ser las novelas del ruso Vladimir Nabokov o del alemán Günter Grass. El realismo mágico floreció con esplendor en la literatura latinoamericana de los años sesenta y setenta, a raíz de las discrepancias surgidas entre cultura de la tecnología y cultura de la superstición, y en un momento en que el auge de las dictaduras políticas convirtió la palabra en una herramienta infinitamente preciada y manipulable. Al margen del propio Carpentier, que cultivó el realismo mágico en novelas como Los pasos perdidos, los principales autores del género son Miguel Ángel Asturias, Carlos Fuentes, Julio Cortázar, Mario Vargas Llosa y, sobre todo, Gabriel García Márquez. Las novelas de este último, Cien años de soledad (1967), El otoño del patriarca (1975) y Crónica de una muerte anunciada (1981) siguen siendo obras notables del género.El Realismo Mágico no es una expresión literaria mágica, ya que su finalidad no es la suscitar emociones sino más bien expresarlas, y es por sobre todas las cosas, una actitud frente a la realidad. La estrategia del escritor pasa por sugerir un clima sobrenatural sin apartarse de la naturaleza, deformando para ello la
percepción de las cosas, los personajes y los acontecimientos reconocibles de la trama de su trabajo. he aqui un fragmento de "Pedro paramo narrado por el mismo autor que fue una novel realista
2.2.1. Propuesta literaria de García Mçárques y otros realistas mágicos latinoamericanos. Dentro del realismo mágico podríamos
encontrar también
elementos
de auto-reconocimiento
de los
escritores latinoamericanos, la búsqueda y justificación de sí mismos e identidad latinoamericana fuera del contexto europeo. En cuanto al espacio, existe un “Mínimo y vital” donde se dinamiza y activa el contenido de las acciones; posibilita
observar
las
Atmósfera interiorizada;
figuras
gramaticales
de
esa
también época.
En cuanto a los personajes presentes en las obras de esta corriente de vanguardia, suelen tener viajes no de tipo físicos como los que sufren los personajes de las obras criollitas para dar un ejemplo, sino que estos cambian de espacios y tiempos desde sus pensamientos y estados oníricos.
Gabriel García Márquez, es conocido por todos como el mayor representante del género literario del "realismo mágico", es decir un híbrido entre la realidad y la fantasía, fenómeno propio de nuestro continente paradójico. En su cimera obra Cien Años de Soledad personifica en Macondo al Caribe colombiano, a América Latina, y al
mundo que cree en la imaginación o si se quiere la infancia de un escritor grandioso. La reciente autobiografía del Maestro Gabriel García Márquez nos permite acercarnos a su relación con la fantasía durante su primera etapa vital, desde la niñez hasta el inicio de la edad adulta. El realismo mágico no sólo se contempla en las obras de Quiroga, Carpentier, Asturias, Fuentes, Cortázar, se vive y se padece en la cotidianidad de nuestras comarcas.
El realismo mágico se define como la preocupación estilística y el interés de mostrar lo irreal o extraño como algo cotidiano y común. No es una expresión literaria mágica, su finalidad no es la de suscitar emociones sino más bien expresarlas y es, sobre todas las cosas, una actitud frente a la realidad. Una de las obras más representativas de este estilo es Cien años de soledad de Gabriel García Márquez.
El realismo mágico comparte ciertas características con el realismo épico, como la pretensión de dar verosimilitud interna a lo fantástico e irreal, a diferencia de la actitud nihilista asumida originalmente por las vanguardias como el surrealismo.
Una vez Gabriel García Márquez dijo: “Mi problema más importante era destruir la línea de demarcación que separa lo que parece real de lo que parece fantástico. Porque en el mundo que trataba de evocar, esa barrera no existía. Pero necesitaba un tono inocente, que por su
prestigio volviera verosímiles las cosas que menos lo parecían, y que lo hiciera sin perturbar la unidad del relato. También el lenguaje era una dificultad de fondo, pues la verdad no parece verdad simplemente porque lo sea, sino por la forma en que se diga.”