Los puntos de vista' mantenidos por los diversos participantes en el simposio son perfectamente representativos de la gama actual del pensamiento filosófic acerca de la naturaleza de las teorÃ-a cientÃ-ficaspor tanto, las actas del simposio ofrecen una imagen reveladora de lo que corrientemente piensan los filósofo sobre la naturaleza de las teorÃ-a y su papel en el trabajo cientÃ-fico Una versi-n revisada y editada de las actas del simposio constituye la mayor parte de este volumen.
Ver Helmholtz (1921); H. Cohen (1871); (1902-12); Cassirer (1910). La gran mayorÃ- de la comunidad cientÃ-fic alemana permanecià hostil a ambas teorÃ-a bajo el periodo nazi, debido principalmente a que su posició neokantiana y predisposició antisemita se dirigÃ- contra las nuevas teorÃ-a que eran el epÃ-tom de la ciencia judÃ-a)>ver Presten (1971), cap. VII. Aunque el neokantismo de la escuela de Marbtfrgo continuà dominando la ciencia alemana hasta bien entrados los afios 30, no ejercià tanta influencia entre los filósofos siendo suplantado por posiciones n o platónica y má convencionales o pragmáticas como las de Friedrich Lange (1886) y Hans Vaihinger (1911). 13 14
Se puede observar con facilidad que esto ocurre asÃ-Segú el análisi anterior.
O' es una consecuencia válid de O,, ...,0 , TC; por lo tanto, por el teorema de deducció del cálcul de predicados de primer orden, çO 0 ' ..... . O, 2 O* es una con-
60 En una interpretacih realista (excepto cuando se requieren definiciones explÃ-citas TC desempeñ claramente un papel má amplio: describe diversas entidades inobservables y sus interacciones sistemáticas 61 Ver Craig (1956) para un tratamiento heurÃ-stic má detallado del teorema de Craig; la demostració completa del teorema està en Craig (1953); para un tratamiento má completo del teorema de Craig y de las generalizaciones hechas por Lyndon, ver Robinson (1963), cap. 4.
Esta idea, si es correcta, lleva a la de la que la clave para comprender los condicionales contrafácticos en la medida en que estos funcionan en el teorizar cientÃ-fic (pero no necesariamente en general), reside en los procedimientos experimentales usados para aplicar el formalismo de la teorÃ- (los principios T) a los fenómeno que caen dentro del alcance de la misma. Si esta sugerencia es viable, parece ofrecer dos ventajas sobre los procedimientos delineados antes para intentar la descripció del contrafáctico a saber, por un lado, esto puede permitir que se determine la naturaleza contrafáctic de las teorÃ-a cientÃ-fica sin resolver el problema general de los contrafáctico y, por otro, la comprensió de los mismos en contextos teórico puede arrojar alguna luz que ayude a resolver el problema má general de los contrafácticos- Como ninguno de los enfoques discutidos anteriormente goza de un consenso amplio como solució al problema de los contrafáctico o al de las leyes cientÃ-fica", esta propuesta alternativa justifica una consideració má amplia. ,
En este punto, sin embargo, Carnap salià al paso de la crÃ-tic de que su distinció observacional no corresponde a la que emplea en realidad la ciencia. Replica, 9
Secci6n VI11 (pAgs. 63-64 de la reimpresi6n de Feigl y Brodbeck) (1953). PAg. 41.
Al trazar el desarrollo de la Concepció Heredada, me he concentrado fundamentalmente en los desarrollos y cambios introdu104 Para un anAlisis de estos problemas, consultar los anhlisis de Hempel (1965b) sobre el fracaso del criterio de verificabilidad como criterio de significacibn cognitiva. 10s Ver Carnap (1956), Secciones 11 y IX, para una formulaci6n y justificaci6n mAs detallada.
¿Qu es lo que afirman los defensores de la Concepció Heredada cuando dicen que las teorÃ-a cientÃ-fica poseen formulaciones canónica que satisfacen las condiciones 1 a 5 anteriores? Muchos defensores de la Concepció Heredada hablan como si estuvieran dando una descripció de cóm se formulan en realidad las TeorÃ-a"'. Pero una rápid ojeada a las formulaciones de las teorÃ-a cientÃ-fica empleadas en la ciencia pone de manifiesto que dichas teorÃ-a no se formulan axiomaticamente como pretende la Concepció Heredada. Raramente se hallan formuladas axiomá ticamente, si exceptuamos ciertos estudios sobre fundamentos de ciertas ramas de la ciencia fÃ-sic y de ciertas ramas matemática de la ciencia social; y allÃlas axiomatizaciones no suelen conformarse a los requisitos de la Concepció Heredada. TodavÃ- menos frecuente es el encontrar formulaciones explÃ-citay generales -el únic sitio en que se las encuentra es en aquellas ramas de la ciencia tales como el behaviorismo radical de la psicologÃ- que han tratado deliberadamente de modelar su teorizació conforme a la versió operacionalista de Bridgman de la Concepció Heredada. Es evidente entonces que la Concepció Heredada no pudo haberse propuesto como una descripció exacta de las teorÃ-a cientÃ-fica ordinarias tal y como se hallan formuladas de hecho en la ciencia. 115 Por ejemplo, la introduccih de ~ a g e l(1961) a su versih de la Concepci6n Heredada produce esta inpresión aunque dudo de que Nagel lo haya pretendido.
En el curso de su desarrollo, surgieron un gran númer de crÃticas contra varias de las caracterÃ-sticade la Concepció Heredada; en su mayorÃ-aestas crÃ-ticafueron hechas por aquellos seguidores que quisieron perfeccionar y mejorar el análisis Se considerará en la Secció 111. En esta Secció quiero volver a la diversidad de crÃ-ticaque surgieron, con el fin de mostrar que la Concepció Heredada es fundamentalmente insostenible y debe sustituirse por algú otro análisi alternativo. Estas crÃ-ticasjunto con los análisi alternativos de las teorÃ-a que se considerará en la Secció V, consiguieron finalmente que se produjera un rechazo general de la Concepció Heredada. A.
¿E ADECUADA
LA CONCEPCION HEREDADA COMO ANALISIS GENERAL DE LAS TEORIAS CIENTIFICAS?
La Concepció Heredada fue propuesta por sus creadores como una explicació adecuada de todas las teorÃ-acientÃ-fica-la idea era que si una teorÃ- no admite una reformulació can6nica que cumpla las condiciones de la versió final de la Concepció Heredada, no es una teorÃ-cientÃ-ficgenuina 12-. Sorprendentemente, las Una versi6n muy explÃ-cit de la idea contenida en la versi6n inicial de la Concepci6n Heredada, se encuentra en Carnap (1932) Secciones V, VII; en la adenda a
parcial, pero, como antes, el empleo que en esas versiones se hace de la nociónes inaceptable, debido a su estrecha dependencia de la distinció teórico-observacional
(Interpretació de teorÃ-aempÃ-ricament verdaderas segú la Concepció Heredada.)
/'
Sistemas atómico del mundo
Relació icónica,supuest
\
6
-- - - - --+
Modelo de la bola de billar
Condiciones observables
(AnalogÃ- Positiva y Neutral) Figura l b (Interpretació de teorÃ-a cmpÃ-ricamcnt verdaderas si la propuesta de Naye1 fuera adoptada por la Concepció Heredada.)
reveladoras desde el punto de vista epistemológico del acoplamiento experimental de la teorÃ- y de los datos concretos. Finalmente, me parece que la carecterizació que Suppes hace de este
F. CUESTIONES DE FORMALIZACION
Segú la Concepció Heredada, las teorÃ-ason de tal naturaleza que se puede hacer una reformulació canónic de ellas conforme al requisito de la versió final de la Concepció Heredada (Sec. IV). , Esta reformulació canónic es como un sistema axiomátic TC. En la Secció IV-A hemos defendido que muchas teorÃ-ano admiten en su estado actual, una exiomatizació fructÃ-fery que, en consecuencia, no se pueden poner en la forma canónic requerida por la Concepció Heredada. De este modo, al insistir en la reformulació axiomáticase ve restringida la generalidad del análisi de la Concepció Heredada. ¿Dquà sirve insistir en las reformulaciones axiomática si limitamos nuestra atenció a aquellas teorÃ-aen que son posibles tales reformulaciones axiomáticas ¿Qu clase de comprensió se gana exigiendo axiomatización Sobre este punto hay un desacuerdo considerable. Por una parte, Suppes (1968) y Kyburg (1968) encuentran esencial la axiomatizació para resolver virtualmente todos los problemas de la filosofÃ- de la ciencia, mientras que por otra, a Hempel (1970) le parece que la formalizació o axiomatizació deja sin tocar la mayorÃ- de los problemas filosófico má intere228 La inclusió del primer tipo de reglas de correspondencia entre los componentes de una teorÃ- puede que sea legÃ-timaEste tipo de reglas corresponde a los principios puente de Hempel (ver su artÃ-culen la Sec. 1). 229 Para un análisi del tercer punto, hecho desde una perspectiva diferente, ver Suppe (1972b).
Es evidente que aquellos que encuentren básicament inadecuada, pero no demasiado, la Concepció Heredada sól aceptará algunos de estos rasgos como esenciales para un análisi adecuado; pero hay una considerable diversidad de opinió acerca de cuále de esos rasgos son esenciales. A pesar de esta diversidad de opinió parece darse el consenso general de que son esenciales los suficientes rasgos como para que cualquier análisi que los incluya se desvÃconsiderablemente de la Concepció Heredada y no pueda concebirse ya como otra versió de la misma.
ALTERNATIVAS A LA CONCEPCION HEREDADA Y CRITICAS DE LAS MISMAS
A la vez que la Concepció Heredada era objeto de crÃ-ticadirectas, se iban proponiendo una serie de análisi alternativos de las teorÃ-asestas alternativas eran de tal naturaleza que su aceptació requerÃ- o presuponÃ- el rechazo de la Concepció Heredada. Algunas de ellas han sido objeto de seria atenció y de intensa crÃ-tica actualmente ningú análisi de las teorÃ-agoza de aceptació general entre la mayorÃ-de los filósofo de la ciencia. Para comprender el estado actual y el alcance del pensamiento filosófic acerca de las teorÃ-aes preciso comprender estas alternativas. Pues lo que se considere esencial para un adecuado análisi de las teorÃ-aestà en cierto modo condicionado por la respuesta que a uno le merezcan las crÃ-tica tanto de la Concepció Heredada como de las diversas alternativas. En esta secció voy a considerar las alternativas a la Concepció Heredada que me parecen má influyentes y/o prometedoras, asÃcomo algunas de las crÃ-ticaque han recibido. A diferencia de la Concepció Heredada, estas distintas alternativas son tema actual de discusió entre los filósofo de la ciencia; esto hace que mi forma de considerarlas sea algo diferente de la que seguÃen el caso de la Concepció Heredada. La Concepció Heredada, al ser una Concepció abandonada por la mayorÃ-de los filóso fos de la ciencia, pertenece ahora a la historia de la filosofÃ-ay mi aproximació a ella ha sido la de un historiador analÃ-tic de la filosofÃ- que conoce la suerte final de ese movimiento. En cambio, en el caso de las alternativas actualmente propuestas no tengo la ven-
La idea de que un análisi adecuado de las teorÃ-ano puede sei una J-econstrucció racional es central a muchas de las alternativas propuestas. En ellas se estima que, má q u ~ q f r e c e run análisi cóm deben formularse idealmente_las~tgor~s (ideal ue en la r5rtiTa-las 1 S G T T a T X o à • 5 ~ a l ~ n z un a r )análisi adecua o e as teo f h X T e E 3k ?Z a r l a ~ a  ¡ - ~ o mde hecho se-emplean en la cien c i a m s i s de las teorÃ-ade& ser, pues, una descripció de las mismas tal y como la ciencia las usa en realidad. Tras una considc ració de las teorÃ-acomo se las emplea en la ciencia, algunos auto res han resultado tan impresionados por la diversidad de teorÃ-a halladas y de funciones que cumplen que han renunciado a ofrecn un análisi global de las teorÃ-aque recoja las propiedades básica comunes a todas ellas.
Algo muy parecido a esta argumentaci6n se halla implÃ-cit en la exposici6n de Achinstein. 253 En la Secci6n V-C veremos que ni siquiera esto es correcto. AllÃdefenderà que las teorÃ-acientÃ-ficano son en modo alguno sistemas de proposiciones. En cambio. aquÃestoy presuponiendo, s6lo con fines argumentales, que las teorÃ-aincluyen proposiciones.
debe, evidentemente, prestar una atenció considerable a la historia de la ciencia y a los factores sociológico que influyen en el desarrollo, articulaciónempleo y aceptació o rechazo de weltanschauungen en la ciencia. El cometido del filósof de la ciencia coincide en darte con los del historiador y del sociólog de la ciencia.
320 Ibid., Sec. V I I ; admito que la interpretació que acabo de dar supone una buena dosis de lectura entre lÃ-nea siguiendo la pista dada en el artÃ-cul de Kuhn de má adelante, en Kuhn (1970a) y en el ~ P o s t c r i p tde ~ Kuhn (1970b). 321 Ibid., pág 77, leyendo à § t e o r Ãen - lugar de ~ p a r a d i g n i a ~Esta . lectura del ultimo enunciado citado no me parece totalmente apropiada, ya que, de acuerdo con Kuhn, una revolució cientÃ-fic supone fundamentalmente la sustitució de una matriz disciplinar por otra. Esto indica que serÃ- mejor leer matriz disciplinar)) en lugar de çparadigma~ sin embargo, dicha lectura inducirÃ- a engaiÃ-oya que parece sugerir que las matrices disciplinares pueden ser directamente analizadas, modificadas o rechazadas por el cientÃ-ficocuando en realidad la tesis de Kuhn parece ser que esos cambios de matrices disciplinares se producen sól de forma indirecta como consecuencia de la alteració de ciertas generalizaciones simbólica o de ciertos ejemplares. Por consiguiente, no parece que sea uno quien realmente decida rechazar una matriz disciplinar, sino que má bien uno decide dejar tina generalizació simbólic interpretada por otra, lo cual lleva consigo el aceptar un nuevo conjunto de ejemplares y, en consecuencia, un cambio de matriz disciplinar. No he logrado encontrar ninguna lectura adecuada del tkrmino aunque no del todo correcta, parece la mejor aproximación y ademá tiene el mkrito de poner de relieve el que la discusi6n entre matrices disciplinares en competencia se muestra como una discusió entre teorÃ-a en competencia. Finalmente, debe destacarse que ninguna de las sugerencias implÃ-cita en los párrafo anteriores de que las matrices disciplinares pueden ser directamente analizadas, modificadas o rechazadas, carece de intención
Hanson (1958a), pAg. 71. Ibid.. v à ¡ 72. ~ 3 4 Ibid.,pág90. 345 En Hanson (1963). Hanson desarrolla un detallado estudio de su anhlisis en tkrminos del descubrimiento del positrón estableciendo al hacerlo muchas de las mismas tesis. 346 Kuhn (1962), Sec. X, reconoce una deuda con Hanson en relació con el primer punto. Es importante recordar, a la hora de establecer comparaciones entre los dos, que el libro de Hanson apareciÃcuatro añoantes que el de Kuhn. 342 343
neutral de observación lo que Hanson trata de echar abajo. Para ello, parte de una consideració wittgenteniana de esta concepció a la luz de diversos dibujos, tales como conejos-patos, cuboscajas transparentes y demás que una misma persona los ve unas veces como una cosa y otras como otra. Por ejemplo, la siguiente figura
puede verse unas veces como un antÃ-lopy otras como un pelÃ-cano Segú la teorÃ- del núcle sensorial, uno ve el mismo dato sensorial (una imagen visual que tiene la forma, y demásdel anterior gráfico y lo interpreta bien como un antÃ-lopebien como un pelÃ-canoSi, mientras la miro, lo que veo se convierte de un antÃ-lopen un pelÃcano, sigo viendo la misma cosa, aunque mi interpretació cambie. Hanson responde a esta consideració con varios argumentos: 1)Si ver la figura primero como un antÃ-lopy luego como un pelÃ-can :supone interpretar las lÃ-neade forma diferente en cada caso, entonces tener una interpretació diferente de (la) figura.. . es justa- . mente para nosotros ver algo diferente. Esto no significa que veamos la misma cosa y luego la interpretemos de forma diferente))350. Lo que Hanson està manteniendo aquÃes que, una vez que se admite que la interpretació influye en lo que uno ve, no hay má remedio que dar por sentado que ver la figura bajo la interpretació de antÃlope y verla bajo la interpretacihn de pelÃ-can equivale a ver dos cosas diferentes. AsÃpues, dentro de la postura de los datos sensoriales cabe el que se puedan ver cosas diferentes mirando la misma figura. Ademásde este hecho s6lo no se sigue que exista algo comú que se vea. 2) Una vez establecido que cuando vemos la- figura como un antÃ-lopeycomun pelÃ-can estamos viendo cosas distintas, Hanla interpretació se realice en diferente momento que la percepció del dato sensorial; la otra, la teorÃ- del núcle sensorial, reconoce que percepció e interpretació son simultáneas pero admite la posibilidad de distinguirlas analÃ-ticamente Como casi nadie mantiene hoy la teorÃ- de la inferencia discursiva, estoy interpretando a Hanson como si sus ataques estuvieran dirigidos contra la versió del núcle sensorial, suponiendo que no est6 atacando a un fantasma. Las crÃ-ticade Firth a la teorÃde los datos sensoriales son especialmente agudas. Para una muestra representativa de argumentos a favor y en contra de la teorÃ-aver los diversos artÃ-culoincluidos e n Swartz (1965). 350 Hanson (1958a), pág 9. En el pasaje citado, Hanson se està refiriendo a una figura distinta de la del antÃ-lope-pelÃ-can pero la elecció de figura no afecta para nada a su interpretación en general limitarà mi exposició a la figura reproducida antes, sin acudir a la pluralidad de ejemplos óptico que Hanson emplea.
Ibid., pág61. La últim posibilidad se limita probablemente a que funcione en un lenguaje ilc datos sensoriales; hay motivos para dudar de que se dà esta posibilidad; ver el final de Suppe (1973b). 385
1) Razones para aceptar una hipótesisH y 2) Razones para seguir H en primer lugar. Las primeras son razones para pensar que H es verdadera, mientras que las segundas son razones que hacen de H un tipo de conjetura plausible. Esta forma de plantear las cosas deja abierta la cuestió de si las diferencias entre las dos clases de razones es de tipo lógico psicológico sociológic o una simple diferencia de rado. Dado que Hanson pretende establecer que es una distinció hgica, la reformula como una distinció entre
f
1') Razones para aceptar una hipótesi H concreta, especificada con todo detalle, y 2') Razones para sostener que sea cual sea la afirmació especÃ-fic que contenga H, siempre serà una hipótesi de un tipo y no de otro 39C. Hanson trata de mostrar que estos dos tipos de razones son ldgicamente distintos mostrando la existencia de razones del últi mo tipo que podrÃ-a no funcionar como razones del primero. Para ello considera las razones que Kepler tuvo para suponer que la 6rbita de Júpite no era circular. En De Motibus Stellae Martis, Kepler habÃ- establecido que la órbit de Marte era una elipse, inclinada respecto a la elÃ-ptic y uno de cuyos focos era el sol. MAS tarde (en Harmonices Mundi) generalizà esto a Júpite y a otros planetas, empleando hipótesi como:
H': La órbit de Júpite es de tipo no circular. Una de las razones existentes para formular H' era que tradicionalmente Marte se consideraba el planeta standard y, en consecuencia, si su órbi ta es elipsoide, hay razones para esperar que las demá órbita (por ejemplo, la de Júpiter) sea cual sea su forma exacta, será de tipo no circular. Comentando esto, Hanson observa: pero tales razones no permitirÃ-a establecer H'. Pues lo que hace que sea razonable que H' serà de cierto tipo es algo de carácte analógico Y las analogÃ-a no permiten establecer hipótesis ni tipos de hipótesi siquiera... Desde el punto de vista lógico las razones que Kepler tenÃ- para presentar a H' como de un cierto tipo eran válidas Pero, desde el punto de vista lógico estas razones no hubieran sido válida para afirmar la verdad de un valor especÃfico de H'. .. 391. Otra clase de razó para concluir que es neceÃ
y demás Por otra parte, su consideració del razonamiento retroductivo no ha sido desarrollada hasta llegar a ser una çlógica Má bien es preferible considerar que Hanson està tan sól haciendo un bosquejo general de un programa para un análisi posible de la investigació cientÃ-ficaEl que dicho programa resulte o no satisfactorio dependerà de su posterior desarrollo, y es difÃ-cijuzgar ante la falta de tal desarrollo. Algo està claro, sin embargo: la viabilidad del programa depende de la de sus nociones básicas las nociones de observació y de hecho como provistos de una carga teórica Si su posició básic en relació con ellos es o no es sostenible lo consideraremos en la Secció V-B-2 siguiente.
d) El Realismo de Popper y de Feyeraben
Paul Feyerabend ha propuesto un análisi de las teorÃ-a cientÃ-fica que incorpora y lleva hasta sus última consecuencias varias de las ideas que hemos encontrado en los análisi de Toulmin, Kuhn y Hanson. Al propio tiempo, el análisi de Feyerabend debe mucho a la filosofÃ- de la ciencia de Sir Karl Popper. De ahÃque Feyerabend haya escrito: aNo creo haber producido una sola idea que no està ya contenida en la tradició realista y especialmente en la interpretació que de ella hace el Profesor Popper~395. En este sentido, un breve resumen de la filosofÃ- de la ciencia de Popper servirà de fondo para considerar las ideas de Feyerabend. 1.
table como norma, estableciendo que las condiciones de consistencia y de invariancia del significado son irracionales. Que la condició de consistencia es indeseable, lo expresa de la siguiente manera:
Para el desarrollo de este argumento, ver Heisenberg (1930). Von Newmann (19.551, págs 206-211 y cap. 4, Sec. 11. Bohm (1957), pág 79-96.
laciones que permanecen efectivamente constantes o invariantes; cuando esas invarianzas son relaciones necesarias, constituyen leyes causales. Ahora bien, una ley causal nunca es absoluta, pues çun sól debe considerar necesaria una ley de la naturaleza caso de que uno la abstraiga de contingencias, representando asÃfactores independientes y esenciales que pueden existir fuera del marco de cosas que pueden ser tratadas por las leyes en cuestió y que no se siguen necesariamente de nada que pueda ser especificado en el contexto de dichas leyes. Tales contingencias llevan al azar. De ahÃque consideremos condicional la necesidad de una ley de la naturaleza, dado que se aplica sól en la medida en que puedan dejarse de lado esas contingencias))454. Si por causas significativas de un efecto dado queremos indicar aquellas condiciones o acontecimientos que, en el contexto que se considere, ejercen una influencia apreciable sobre los efectos en cuestió 455, no cabe duda de que muchas leyes causales especifican solamente algunas de las causas significativas; semejante ley çrepresent una conexió causal objetivamente necesaria, pero, en este caso, lo que es necesario es que el efecto permanezca dentro de ciertos lÃ-mitesy no, como en tipos má simples de leyes causales, que està especialmente determinado))456. Para aumentar la precisió de tales leyes es preciso añadi causas significativas adicionales que tomen en consideració <(factorescausales nuevos y cualitativamente distintos)>457. Las contingencias poseen una relativa independencia de las propiedades de las cosas dentro de un contexto. Dado que muestra experiencia nos muestra que todas las cosas está relacionadas entre sÃde alguna manera y en alguna medida))458, vemos que
*
Ibid., Ibid.,. Ibid., Ibid. Ibid., Ibid. Ibid.,
pág 2; el subrayado es del original. pág 8. - pág 17. pág 20. pág 22.
presentarse en cualquier contexto en el que los casos casuaejerzan una influencia insignificante en los acontecimientos f.yueden las leyes estadÃ-sticaen cualquier otro en que los casos causales LS
Esas leyes no son má que aproximaciones que dependen del supuesto de que los casos causales o casuales no considerados por la teorÃ- ejercen una influencia insignificante en los acontecimientos caracterizados; en este sentido, las leyes y las teorÃ-aa las que se incorporan sól tienen un dominio de validez limitado. En consecuencia, leyes y teorÃ-a no pueden representar verdades absolutas; las teorÃ-a son verdades aproximadas, condicionales y relativas 471. ¿Cuálson, para esta concepción las caracterÃ-stica especÃficas de leyes y teorÃ-asEn primer lugar, una ley (o teorÃ-agenuina çproporcion un conocimiento correcto que va má allà de los hechos experimentales que han ayudado a llegar a la propuesta del mismo))472 y çtien un dominio de validez bastante amplio))473. El dominio de validez de una ley o teorÃ- generalmente no se conoce, pero si la ley se aplica má allà de dicho dominio, se verà falsada; de ahÃque sól sea posible especificar el dominio de validez de una ley o teorÃ- por medio de su falsaciónDado que todas las leyes y teorÃ-a tienen un dominio de validez restringido, todas las leyes o teorÃ-a será en realidad falsas si se las concibe como verdades generales; son sól verdades restringidas474.Asà pues, las leyes o teorÃ-a describen aquello que en los fenómeno es relativamente invariante: :Se considera que una ley de la naturaleza, dada nuestra verdadera forma de concebirla, expresa el hecho de que en cierto coniunto de cambios que tienen lugar en la naturaleza, asÃcomo en el conjunto de cambios de punto de vista, de marcos de referencia, de modos de investiga470 471 472
de teorÃ-apercepció y comunicació lo son de una parte 484. Su desarrollo de esta tesis acaba en una concepció weltanschauungistica de la ciencia enormemente parecida a la de Feyerabend. Como esta concepció es sometida a una amplia discusió y consideració crÃ-tica en el comentario del Profesor Causey, en la respuesta del Profesor Bub a Causey y en la discusió de su artÃ-cul de la Sesió IV, no me voy a detener aquÃen una crÃ-tic detallada -excepto en la medida en que las crÃ-tica generales de las concepciones weltanschauungÃ-sticaconsideradas en la próxim secció se apliquen a su postura; dada la enorme semejanza entre su postura y la de Feyerabend, estas última crÃ-ticaconstituyen un duro ataque a su posició 485. 2. CrÃ-ticaGenerales a los Análisi WeltanschauungÃ-stico A pesar de las diferencias de postura y desarrollo existentes entre ellos, los análisi weltanschauungÃ-sticoque acabamos de analizar 486,presentan concepciones de la ciencia muy parecidas. Los análisi propuestos por Bohm, Feyerabend, Hanson, Kuhn y Toulmin consideran todos ellos a la ciencia como algo que surge desde una weltanschauung, concepció segú la cual teorÃ-adistintas requieren o producen weltanschauungen distintas. Por otra parte, las consideraciones que tanto unos como otros hacen de cóm una ~eltar~schauung contribuye a la empresa cientÃ-fic incluyen todas ellas alguna versió de las tres tesis siguientes:
asociada a la teorÃ-aen este sentido no hay un conjunto neutral tic hechos que permita juzgar la adecuació relativa de dos teorÃ-a
en competencia; sino que la adecuació de una teorÃ- se debe uzgar en relació con el conjunto de normas proporcionadas por i~weltanschauung a ella asociada.
1
Dado el importante papel que desempeña estas tesis en los anAlisis weltanschauungÃ-sticosla posible adecuació de este enloque para entender la ciencia y sus teorÃ-a depende en buena medida de si son o no sostenibles. Cada una de ellas ha sido objeto de- objeciones crÃ-ticasEn las subsecciones a) a c) consideraremos 1n.s mAs importantes; en la subsecció d ) sacaremos algunas conclusiones acerca del enfoque weltanschauungÃ-stico
Segú la tesis l), la observació posee una carga teórica lo que uno ve u observa està determinado por la weltanschauung. Esto es enormemente vago, y admite las dos interpretaciones siguientes: 1') Los objetos que uno observa, asÃcomo las propiedades que poseen, está constituidos en parte por la weltanschauung. 1") Aunque los objetos que uno observa, asÃcomo las propiedades que poseen, sean, como lo son, independientes de la weltanschauung del observador, el tipo de objetos que se observa que hay y las propiedades que se observa que tienen, viene determinado en parte por la weltanschuuungw.
Para poder juzgar 1) serà preciso considerar, por una parte, MI 1') y 1") son sostenibles y por otra, si son adecuadas para los objetivos que se proponen los análisi weltanschauungÃ-sticos Basándos en una serie de observaciones tales como la de Kuhn di* c ue d a s matrices disciplinares son componentes de la naturalet n " y la de Hanson de que Tycho y Kepler ven cosas diferentes mundo contemplan el amanecer, Scheffler (1967) cree que los detensores de análisi weltanschauungÃ-sticomantienen l') 489, y a conflnt~aciópasa a demostrar que 1') es insostenible. La razón a su 4-7 1.n diferencia entre estas dos interpretaciones puede expresarse en tbrmimi- ti{cnicos de la siguiente forma: segú la tesis 1') los datos de observació son
r~~llilinles intencionales, mientras que segun la tesis 1") no lo son; para un aná llçl tic datos intencionales, ver Chisholm y Sellars (1958). Kuhn (1962), pág 109; leyendo #matrices disciplinar es^ donde dice #paraHumus~.
l'hgs.14-15, y cap. 2. Aunque Scheffler no formula en ningú sitio 1') y 1") duda de que esta atribuyendo a los defensores de los análisi de wiiltiinachauungen una posició semejante en lo esencial a 1'). 4~
terios propios de adecuación En tal caso, sól irracionalmente se puede elegir quà criterios aceptar; es preciso, pues, rechazar (111) para evitar semejante irracionalidad 538. Es importante darse cuenta de lo que esta crÃ-tic afirma y deja de afirmar. En primer lugar, no se niega que las weltanschauugen asociadas a una teorÃ-impongan criterios de adecuació a dicha teorÃ-ani tampoco se niega que esos criterios puedan variar de una teorÃ- a otra. Lo que se niega es que esos sean los único criterios para juzgar una teorÃ-aLo que la crÃ-ticafirma en concreto es que debe de haber algunos criterios generales para juzgar la relativa adecuació de teorÃ-a en competencia; estos criterios generales podrÃ-a ser ingredientes comunes a todas las weltanschauungen o criterios de corden superior^ para uzgar las diversas afirmaciones de adecuació hechas acerca de as teorÃ-aen competencia, basándos en los criterios ofrecidos por sus respectivas weltanschauungen. Considerar estas última afirmaciones representa una forma adecuada de evaluar (111). Las siguientes observaciones acerca de las teorÃ-a será útile para determinar lo que es relevante para juzgar una teorÃ-aSupongamos que se propone una teorÃ-y que se da de ella una formulació determinada T. La formulació T contiene diversas descripciones eneralizadas propuestas como caracterÃ-stica de alguna clase de knómeno Esta clase de fenómeno es el alcance pretendido por la teorÃ-aUna condició necesaria para la adecuació de la teorÃ- es que esas descripciones generalizadas sean empÃ-ricamentverdaderas para dicho alcance. Como la mayorÃ-de las descripciones, estas descripciones generalizadas seleccionan ciertos aspectos de los fenó menos que se describen. Es corriente, en efecto, seleccionar como parametros ciertos aspectos de los fenómeno pertenecientes al cÃ-mbit pretendido por la teorÃ-ay la teorÃ- intenta describir los fenómeno únicament en la medida en que incluye esos parametros. Si los valores de esos parametros son independientes de cualquier factor que no se incorpore como parametro y si las generalizaciones ofrecidas por T son empÃ-ricament verdaderas, entonces esas generalizaciones describirá esos fenómeno como de hecho ocurren. Sin embargo, sól en contadas ocasiones los parametros seleccionados cumplen esta condició de independencia; en la mayorÃ- de los casos los parametros seleccionados se hallan influidos por factores no seleccionados como parámetrosEn dichos casos, la teorÃ-
En la Secció V-B-1 hemos hecho un esbozo de los principales rasgos de los má importantes análisi weltanschauungÃ-slico acerca de la naturaleza de la investigació cientÃ-ficaal mismo tiempo, hemos considerado algunas de las crÃ-ticade algunos rasgos especÃ-fico de esos diferentes análisis A pesar de existir diferencias significativas entre ellos, en la Secció V-B-2 hemos visto que hay un fondo de acuerdo. Las teorÃ-allevan consigo una weltanschauung que ejerce una influencia decisiva en la naturaleza de la investigació cientÃ-ficalas má importantes de dichas infuencias fueron resumidas en las tesis 1) a 3). Hemos pasado luego a examinar esas distintas tesis y hemos descubierto que, aunque podrÃ-a interpretarse como si propusieran una separació entre la ciencia y la determinació de la naturaleza objetiva de las cosas, no es preciso interpretarlas asÃ-Hemos visto, concretamente, que las versiones 1"), 2'") y 3') de las tesis l), 2) y 3) son defendibles con tal de que
Segú donde caiga la ley en esta doble clasificació se empleará caracterÃ-stica diferentes para representar el comportamiento de los sistemas fÃ-sicosComo ejemplo de ley determinista de coexistencia consideremos la ley de los gases ideales de Boyle-Charles que se representa mediante la ecuació PV = RT y que establece que en un momento dado la presión volumen y temperatura de un gas satisfará esta ecuación Esta establece, en efecto, que sól será fÃ-sicament posibles aquellos puntos del espacio-fase cuyas coordenadas satisfagan esta ecuació y, en consecuencia, segrega un subconjunto del espacio-fase como fÃ-sicament posible. En general, las leyes deterministas de coexistencia seleccionan los subconjuntos fÃ-sicament posibles del espacio-fase. Las leyes del movimiento de la mecánic clásic son ejemplo de leyes deterministas de sucesión Como indica nuestro ejemplo anterior de la mecánic clásic de partÃ-culaslas leyes de sucesió seleccionan las trayectorias que son fÃ-sicament posibles en el espacio-fase. Un ejemplo de ley estadÃ-stic de coexistencia es la hipótesi de Boltzmann de que cada microestado de un gas tiene la misma probabilidad. Tales leyes especifican, en efecto, una medida de probabilidad en el espacio-fase la cual especifica la probabilidad que tiene cada estado de realizarse fÃ-sicamenteEn las ciencias sociales son varios los fenómeno que se conciben como cadenas finitas de Markov. Las leyes de tales teorÃ-a son ejemplos de leyes estadÃ-stica de sucesión Estas leyes describen una matriz de probabilidad de transició en el espacio-fase. Finalmente las leyes deterministas y estadÃ-stica de interacció describen las consecuencias de varios sistemas diferentes (de los tipos caracterizados por las anteriores clases de leyes); las configuraciones que imponen al espacio-fase son compuestos de las consideraciones ya mencionadas 563. Las leyes de la teorÃ-aindependientemente de cuá sea el tipo implicado, imponen configuraciones al espacio-fase, cada una de las cuales especifica el comportamiento o configuració de un sistema fÃ-sic particular (por ejemplo, en la mecánic clásic de partÃ-culasal comportamiento de cada sistema fÃ-sic corresponde una trayectoria en el espacio-fase). Si se suprimen todas las configuraciones menos una, el resultado es un sistema fÃ-sics64. Por tanto, las teorÃ-a 563 Para má detalle, ver van Fraassen (1970), págs 330-334. Para una mayor discusió de las leyes deterministas y estadÃ-stica de sucesión ver Suppe (1967), CapÃ-tul 2, donde se alude a ellas como representaciones de mecanismos de transició de estado. 564 La anterior interpretació no nos permite manipular leyes estadÃ-stico-deter ministas del tipo de las que se encuentran e n la teorÃ- cuAntica. Sin embargo, si el análisi se amplÃ- hasta admitir la posibilidad de espacios-fase de infinitas dimensiones, pueden tener cabida dichas teorÃ-as En tal caso, la representació de la teorÃ- cuántic serà presentada en von Neumann (1955), en donde las configuraciones son, dicho toscamente, corrientes viscosas en un espacio de Hilbert de infinitas dimensiones con proyecciones de paquetes en esas corrientes segú subespacios lineales que son espacios de Borel. Propuestas detalladas de c6mo han de representarse tales teorÃ-a segú esta consideració s e pueden en-