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SIRVAMOS DE TODA AL A L MA EN EL SERVICIO DEL CAMPO COMPILACIÓN DE NUESTRO MINISTERIO SERIE DE 5 ARTÍCULOS
01/06/2010
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Sirvamos de toda alma en en el servic io d el campo *** km 7/91 págs. 1-2 Parte 1: La importancia de mostrar aprecio por Jehová ***
PARTE 1: LA IMPORTANCIA DE MOSTRAR APRECIO POR JEHOVÁ 1
El profundo agradecimiento a Jehová por todo lo que ha hecho a favor nuestro nos mueve a servir de toda alma en el ministerio. (2 Sam. 22:2, 3.) El ver con empatía la situación difícil en que se encuentra la humanidad apartada de Dios debería hacer que nos esforzáramos aún más en el servicio del campo. (Mat. 9:36; 2 Cor. 5:14, 15.) Cuanto más profundos sean nuestro interés por otras personas y nuestra devoción a Jehová, más fuerte será nuestro deseo de participar con entusiasmo en el ministerio del campo. (Mat. 22:37-39.) Nuestro ministerio se convierte entonces en un tesoro muy preciado. (2 Cor. 4:7.) Pero ¿cómo se puede desarrollar tal aprecio por el ministerio? LA CLAVE PARA DESARROLLAR APRECIO DESARROLLAR APRECIO 2
El estudiar la Biblia personalmente y en la congregación, junto con meditación y oración, nos ayuda a desarrollar una relación personal con Jehová. Llegamos a discernir la belleza de sus cualidades y de su personalidad. ¿Sigue usted un programa para la lectura semanal de la Biblia? ¿Aparta tiempo regularmente para estudiar las publicaciones de la Sociedad? ¿Se prepara para todas las reuniones de congregación, asiste y participa en ellas? (Heb. 10:24, 25.) El meditar durante cada período de estudio personal, e incluso después del mismo, creará en nosotros aprecio por la agradable personalidad de nuestro bondadoso Dios y por lo que ha hecho para la adoración verdadera. (Sal. 27:4.) 3
Otra manera de aumentar nuestro aprecio es mediante considerar detenidamente el ejemplo de otros ministros de Dios que han servido de toda alma. El profeta Jeremías sintió como un fuego ardiente dentro de sí por la obra que se le había encomendado. (Jer. 20:9.) Jesús nos dejó un modelo al desplegar un espíritu de aprecio y celo. (Juan 4:34.) Mediante sus esfuerzos en el ministerio, el apóstol Pablo dio prueba de lo agradecido que estaba por la bondad divina que se le mostró. (1 Tim. 1:12, 13, 17.) Al reflexionar en esos ejemplos, así como en ejemplos de tiempos modernos, podemos desarrollar la clase de aprecio que hará que sirvamos de toda alma en el ministerio. 4
El aprender sobre el glorioso esplendor de la dignidad de Jehová y el interesarnos en sus maravillosas obras nos impulsará a declarar su grandeza y clamar con gozo para alabanza suya. (Sal. 145:5-7.) Al buscar diligentemente maneras de esparcir el mensaje del Reino mostramos que atesoramos nuestras oportunidades de testificar acerca del nombre divino. (Luc. 6:45.) 5
Pero ¿habrá otras cosas que nos impulsen a participar de toda alma en el ministerio? Si las hay, ¿cuáles son? ¿Cómo pueden ayudar los ancianos, siervos ministeriales, precursores y otros publicadores experimentados? ¿Cómo nos ayudan las metas a cultivar entusiasmo? ¿Qué beneficios podemos esperar? Estas preguntas, y otras, se contestarán en una serie de cinco partes en números subsiguientes de Nuestro Ministerio del Reino.
*** km 8/91 págs. 1-8 Parte 2: Por medio de infundir entusiasmo ***
PARTE 2: POR MEDIO DE INFUNDIR ENTUSIASMO 1 Es más fácil mostrar entusiasmo por cierta actividad cuando uno disfruta de ella. Por lo general, también es cierto que uno disfruta de hacer algo para lo cual está preparado. Ese ciertamente es el caso al efectuar plenamente nuestro ministerio. (2 Tim. 4:5.) LA PREPARACIÓN ES ESENCIAL 2
Nuestro entusiasmo en el ministerio del campo se relaciona directamente con nuestra buena preparación y con la frecuencia con que salgamos al servicio del campo. Por ejemplo, si en el ministerio de casa en casa hablamos con un musulmán, ¿qué podemos decirle? Un publicador bien preparado pudiera responder: “Que interesante. No son muchos los musulmanes con quienes he podido hablar. Pero, en este libro leí algo sobre algunas de sus enseñanzas religiosas. [Diríjase a la página 23 del libro Razonamiento.] Aquí dice que ustedes creen que Jesús fue un profeta, pero que Mahoma fue el último profeta y el más importante de todos. ¿Es cierto eso? [Permita que responda.] ¿Creen ustedes también que Moisés fue un profeta verdadero? [Deje que conteste; lo más seguro es que responderá afirmativamente.] ¿Pudiera
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mostrarle en los Santos Escritos lo que Moisés aprendió acerca del nombre personal de Dios?”. [Lea Éxodo 6:3.] Así pudiera comenzar una conversación interesante. 3
A muchos de nosotros se nos hace difícil recordar los números de ciertas páginas específicas. Pero, con un poco de preparación y ensayo podemos valernos de la sección “Obstáculos a la conversación”, cerca del comienzo del libro Razonamiento. Esa sección incluye varias páginas de información para ayudarnos a responder a los que se identifican con cierta religión en particular. 4
El libro Razonamiento también contiene una excelente sección de introducciones. ¿Por qué no amoldar sus introducciones a estas? Quizás tengamos que adaptar la presentación a las circunstancias. Al final de muchos de los temas del libro Razonamiento hay una sección titulada “Si alguien dice”, la cual provee información clave en respuesta a preguntas específicas u objeciones relacionadas con el asunto. Sin embargo, toda esta excelente información será valiosa solo hasta el grado que la usemos para prepararnos. CÓMO PREPARARSE 5
Esté alerta a cualesquier publicaciones que se consideren en la Reunión de Servicio y téngalas a mano para referirse a ellas durante las consideraciones y las demostraciones. Así se podrá beneficiar aún más de la preparación de otros. 6
Resultará muy útil dedicar tiempo a prepararse para el servicio del campo. Asegúrese de obtener la literatura que necesite. Dedique unos minutos a estudiar el Tema de Conversación. Repase los textos que usará y busque en la literatura que ofrezca puntos específicos para entablar conversaciones. Puede resultar muy provechoso hacer esto como familia. 7
Tenga sesiones de ensayo. Puede ensayar en diversas ocasiones: después del Estudio de Libro de Congregación, en reuniones sociales, en el auto mientras se dirigen al campo, al ir de una puerta a la otra, etc. Se puede pasar un rato agradable haciendo presentaciones y demostrando cómo vencer objeciones, lo cual también provee buenas ocasiones para mejorar nuestras habilidades. 8
La preparación diligente aumentará nuestro entusiasmo por el ministerio y nos permitirá ser trabajadores hábiles, y así conseguir gozo y satisfacción. (Juan 2:17.) *** km 9/91 págs. 1-3 Parte 3: Contribuya al progreso de otros ***
PARTE 3: CONTRIBUYA AL PROGRESO DE OTROS 1
A menudo se cita la relación que había entre Pablo, un hermano de edad, y Timoteo, un joven devoto, como ejemplo excelente de entrenamiento para el ministerio. (1 Cor. 4:17.) Pablo instruyó a Timoteo a impartir a otros el mismo conocimiento e instrucción que él había recibido. (2 Tim. 2:1, 2.) Hoy, hacemos bien en seguir el mismo procedimiento en la congregación. 2
Adi estre est re a otros: La necesidad de adiestrar a otros se hace patente cuando notamos que en los Estados Unidos ahora hay unos 70.000 publicadores más que hace tres años. La mayoría de estos de seguro se beneficiarían de la instrucción que pueden dar publicadores experimentados. Cierta hermana, que por lo general dedicaba solo una o dos horas al mes al servicio del campo, aprendió a hablar eficazmente con la ayuda de una publicadora de experiencia. Con el tiempo desapareció su actitud renuente hacia el ministerio, y llegó a ser publicadora celosa de las buenas nuevas. Ahora, como precursora diestra, dice en retrospección: “Lo que necesitaba era que se me enseñara qué decir, y entonces comencé a disfrutar del ministerio”. 3
Si usted es anciano, siervo ministerial, precursor o publicador experimentado, ¿qué puede hacer para contribuir al progreso de otros? El primer paso sería informar al conductor del Estudio de Libro de Congregación al que asiste que desearía ayudar a otro publicador. 4
Organícese y esté preparado: Algo que ayuda es hacer planes definidos para trabajar juntos. Al principio, su compañero quizás esté nervioso o inseguro, pero agradecerá el que alguien trabaje con él para que le ayude cuando surja la necesidad. (Ecl. 4:9.) Si es posible, escoja un territorio en que la gente esté más dispuesta a conversar sobre temas bíblicos. Eso ayudará al publicador nuevo a participar en la conversación y así cobrar confianza en sí mismo.
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Para continuar con el adiestramiento progresivo, sería bueno considerar qué hacer al visitar de nuevo a los que mostraron interés. Eso incluye colocar el fundamento en la conversación inicial por medio de plantear una pregunta que se contestará la próxima vez que lo visiten. Asegúrese de ayudar al publicador menos experimentado a prepararse y luego acompáñelo a la revisita. Si se comienza un estudio y el publicador nuevo aún se muestra inseguro en cuanto a sus aptitudes, entonces el de más experiencia puede conducir el estudio unas cuantas veces hasta que el publicador nuevo se sienta capaz de encargarse del estudio. 6
Con el aumento constante de personas que entran en la organización se hace patente lo sabio de dar instrucción intensiva en el ministerio del campo. Se necesita la ayuda de los que han desarrollado sus aptitudes en la obra de predicar. Si usted puede ayudar a alguien, este, con el tiempo, también estará ‘adecuadamente capacitado para enseñar a otros’. (2 Tim. 2:2.) *** km 10/91 pág. 1 Parte 4: Organizados para efectuar eficazmente nuestro ministerio ***
PARTE 4: ORGANIZADOS PARA EFECTUAR EFICAZMENTE NUESTRO MINISTERIO 1
Un ministerio público de toda alma requiere buena organización personal. Jesús fijó un modelo sobresaliente para nuestra actividad ministerial hoy. (Luc. 10:1, 2; Hech. 1:8.) También podemos aprender de la manera como sus discípulos del primer siglo cumplieron con su ministerio. (Hech. 5:42; 2 Tim. 4:5.) Pero ¿cómo pudiera usted organizarse mejor y disfrutar de resultados similares hoy? 2
Programe tiempo para el servicio del campo: El ministerio no es un aspecto casual o incidental de nuestra vida. No se puede dejar al azar la cantidad de tiempo que le dedicamos. Para organizar eficazmente nuestro ministerio tenemos que apartar tiempo para participar en sus diversas facetas. (Efe. 5:15, 16.) Muchos publicadores hallan hall an provechoso ponerse poner se una meta m eta de horas que dedicarán mensualmente al ministerio. Por lo general, eso requiere organizar sus asuntos para participar en el servicio del campo cada semana. Los padres cristianos deben ayudar a sus hijos a apartar tiempo para participar regularmente en diferentes rasgos del ministerio del campo. (Deu. 6:7; Pro. 22:6.) 3
Póngase metas definidas: Las metas realistas le darán un objetivo hacia el cual trabajar. Cuando alcance su meta, experimentará el gozo del logro. (Pro. 13:12.) El apóstol Pablo exhortó: “De todos modos, hasta donde hayamos progresado, sigamos andando ordenadamente en esta misma rutina”. (Fili. 3:16.) Al igual que en todo aspecto del progreso espiritual, su actividad en el campo debe dar prueba de una rutina ordenada. 4
Por ejemplo, ¿lleva usted un buen suministro de tratados y hojas sueltas? ¿Tiene suficientes ejemplares de las revistas más recientes, y están en buenas condiciones? ¿Emplea bien los registros de casa en casa, usando uno para anotar los que muestran interés y otro para apuntar los hogares donde no hay nadie? 5
Antes de participar en el ministerio aparte tiempo para repasar el Tema de Conversación actual. Aísle puntos para conversación tomados de la publicación que se esté ofreciendo y prepárese para usar estos eficazmente a fin de estimular el interés de la gente. Además, esté listo para emplear el manual para el servicio del campo, Razonamiento a partir de las Escrituras. Hasta entre visitas puede consultar rápidamente algunas de sus muchas sugerencias. El aplicar esos puntos prácticos mejorará la eficacia de su ministerio. 6
El participar plenamente en “la obra santa de las buenas nuevas” en estos últimos días es un privilegio que encierra bendiciones. (Rom. 15:16.) Debemos esforzarnos por efectuar nuestro ministerio por medio de dar el mejor testimonio posible, “el fruto de labios”. (Heb. 13:15; compárese con Oseas 14:2.) Para lograr esto, apartemos tiempo para participar regularmente en el servicio del campo y establezcámonos metas razonables que nos permitan efectuar nuestro ministerio para alabanza de Jehová.
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*** km 11/91 pág. 1 Parte 5: Los muchos beneficios del servicio de toda alma ***
PARTE 5: LOS MUCHOS BENEFICIOS DEL SERVICIO DE T ODA ALMA 1
Jehová provee muchas excelentes bendiciones a sus siervos que le sirven de toda alma. (Sal. 116:12.) ¿Cómo podemos disfrutar a plenitud de las bendiciones de Jehová en nuestro ministerio? ¿Qué beneficios nos aguardan? ¿Qué debemos hacer para asegurarnos de tener su aprobación y su favor? 2
Se requiere esfuerzo personal: El grado al que usted disfruta de las bendiciones de Dios depende en gran manera de cuánto se esfuerza por hacer la voluntad de Dios. Con relación al ministerio, Pablo escribió: “Cada persona recibirá su propio galardón según su propia labor”. (1 Cor. 3:8.) Por lo tanto, participemos en el ministerio tan cabalmente como sea posible. El apóstol Pablo tuvo la recompensa personal de ayudar a mucha gente a conocer a Dios, hasta a congregaciones enteras. ¡Qué gozo le dio ver la firmeza de ellos en la fe! (1 Tes. 2:19, 20.) Es posible que sus circunstancias no le permitan participar en el ministerio tan plenamente como lo hizo Pablo. Sin embargo, ¿no sería una gran bendición ayudar a alguien o a una familia de personas mansas como ovejas a estar firmemente encaminadas en la senda de la vida? ¡Qué incentivo para trabajar duro en el ministerio de casa en casa, hacer revisitas y conducir estudios bíblicos! 3
Beneficios adicionales: Un beneficio incomparable del servicio de toda alma es que, como colaboradores de Jehová y Jesucristo, llegamos a tener una relación más estrecha con ellos. (Mat. 11:29, 30; 1 Cor. 3:9.) ¡Qué gozo es sentir el espíritu de Dios ayudándonos en el ministerio! (Mat. 10:20; Juan 14:26.) Además, el trabajar diligentemente con otros en la congregación fortalece nuestro lazo de amor y unidad. 4
No podemos disfrutar a plenitud de los beneficios que Jehová da a menos que apoyemos de lleno a la organización que él usa para efectuar su voluntad en estos últimos días. (Compárese con 2 Reyes 10:15.) Cuando seguimos con sumo cuidado y de buena gana la instrucción que recibimos mediante el conducto de Dios y participamos cabalmente en las actividades de la congregación, recibimos protección de las artimañas de Satanás. Nuestra participación en el ministerio será más productiva. 5
Esta serie de artículos en cinco partes, sobre el servir de toda alma en el ministerio del campo, ha hecho resaltar muchos factores relacionados. ¿Recuerda usted cuál es la clave para desarrollar aprecio por Jehová, lo cual motiva a uno a servir de toda alma? (Julio) ¿Por qué es esencial la preparación para infundir entusiasmo por el ministerio del campo? ¿Cómo podemos prepararnos? (Agosto) ¿Cómo pueden los publicadores experimentados ayudar a otros a servir de toda alma? (Septiembre) ¿Cómo nos puede ayudar la organización personal a servir de toda alma en el ministerio? (Octubre) ¿Está usted poniendo en práctica estas sugerencias? 6
Jehová desea que nos beneficiemos mediante obedecerle. (Isa. 48:17.) Además, los beneficios del servicio de toda alma se extienden a los que nos escuchan. (1 Tim. 4:15, 16.) Podemos estar seguros de que, a medida que nos esforcemos diligentemente en la obra que hay que efectuar, Jehová notará eso y ‘recibiremos el debido galardón de la herencia’, vida eterna. (Col. 3:23, 24.)
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