SE ACABÓ EL SHOW: OIRAN TU VOZ, LEERÁN TU VOZ. La músi música ca y punt puntua ualm lmen ente te el rock rock han han demo demost stra rado do en todo todo tiemp tiempo o y cont contex exto to ser ser apasionada fuente de las más profundas pasiones, es por ello que se han dicho y escrito incont incontabl ables es textos textos que preten pretenden den explic explicar ar tal afecto afecto.. En estos estos términ términos, os, desde desde su aparición, el rock ha sido motivo de encendidos debates, largos discursos, gloriosas procla proclamas mas y aguerr aguerrida idas s apolog apologías ías;; hoy la perfe perfecta cta excusa excusa para para insumi insumirno rnos s en este este inconmensurable género es un libro, un compendio inmejorable de documentación visual y escrita, de un periodo por demás complejo para la historia del rock peruano: la movida subterránea, la instauración de la vertiente independiente de la música en este país, en donde sus protagonistas, enfundados en rebeldía juvenil, rodeados de crisis y violencia, exasperados por la frivolidad del circuito “comercial” y con hartos ánimos de hacer oír su voz se procuraron un espacio, una modalidad e incluso un público que, con el tiempo, se vio profundamente influido, recreando a su vez sucesivas versiones de lo que ofrecieron los precursores under. Carlos Torres Rotondo ha consolidado su faceta de escritor de rock con “Se acabó el Show. 1985 El estallido del rock subterráneo” , un repaso a varias voces sobre la gestac gestación ión del movimie movimiento nto rocker rockero o underg undergrou round nd peruan peruano o en la primer primera a parte parte de los ochentas, una espontanea manifestación contracultural que ha repercutido sus formas e idea ideas s hast hasta a nues nuestr tros os días días,, resp respue uest sta a naci nacion onal al por por supu supues esto to a la expl explos osió ión n punk punk londinense de los setentas que apenas recogía ecos en estos lares en aquel momento, pero también fenómeno social autóctono de disconformidad con un establishment que ya mostra mostraba ba las garras garras de la unifor uniformiz mizac ación ión ideoló ideológic gica a moder moderna, na, provoc provocand ando o rabiet rabietas as adolescentes y conatos de desesperación. Los personajes de “Se acabo el show” resultan tan reales como ficticios, tan ciertos como mitológicos, y es que Torres Rotondo no define una certeza histórica, sino que despliega la imag imagin iner ería ía de los los part partíc ícip ipes es de su rela relato to,, conf confro ront ntán ándo dolo los s y expl explay ayán ándo dolo los s simultánea simultáneament mente, e, hilvanand hilvanando o un documenta documentall sólido sólido y bien contrasta contrastado; do; cinco cinco bandas bandas esenciales son el instrumento de trazo del libro: Leusemia, Narcosis, Guerrilla Urbana, Zcuela Zcuela Cerrada Cerrada y Autopsia, Autopsia, pilares fundacion fundacionales ales del rock subterráneo subterráneo capitalino capitalino que transgredieron la cerrazón y conservadurismo de la época, instalando prerrogativas como la autogestión en producción de material, la crítica ácida y directa en las liricas de las canciones, la intención musical por sobre la destreza o el aburrido virtuosismo al momento de ejecutar y la personalidad creativa por encima del pobrísimo remedo. Pero, “Se acabó el show” no sólo presenta las versiones de los directos implicados, sino tambié también n de los elemen elementos tos circun circundan dantes tes a esta esta bizarr bizarra a faránd farándula ula,, artist artistas, as, activi activista stas, s, músi músico cos, s, lite litera rato tos s y públ públic ico o se conv convie ierte rten n tamb tambié ién n en coau coauto tore res s de esta esta hist histor oria ia,, completando así los vacíos de una historia tan relevante como dejada de lado por los medios convencionales. convencionales. Torres Torres Rotond Rotondo, o, enton entonces ces,, vislum vislumbra bra 1985 1985 como como el moment momento o más releva relevante nte de la contracultura en el Perú, período en que se gestaron los más importantes e interesantes fundamentos para el rock en nuestro país, incluso, posiblemente, el único momento en el que música completamente ajena al formato radial alcanzo tal popularidad.
Dejamos entonces con ustedes al escritor Carlos Torres Rotondo, autor de “Demoler”, “Nuestros Años Salvajes” y del libro que nos ocupa hoy “Se acabó el show”. -
Revisados los orígenes del rock subterráneo y su influjo sobre al escena independiente actual, ¿Qué tan directo crees que sea el antecedente del movimiento punk setentero sobre el movimiento subterráneo nacional y por qué crees que tardó tanto en llegar al Perú?
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En relación a los movimientos de rock subterráneo en otros países latinos, ¿qué papel juega el underground peruano de los ochentas?
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Antes de la explosión del rock subterráneo y de la actitud contestataria que el mismo arrastraba, ¿has encontrado rastros de algún antecesor con tales características?
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El rock subterráneo tuvo como bastión a la autogestión y la reticencia a masificarse, sin embargo esas mismas particularidades se convirtieron en su debilidad, pues muchas bandas no aprendieron a ser congruentes con los tiempos negándose a cualquier intento de difusión distinto al que conocían. El tiempo y la modernidad ha demostrado que aun expuestos en mass media como youtube o las redes sociales, las propuestas independientes más inteligentes no calan en los gustos mayoritarios. ¿Cuál es tu percepción al respecto?
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Si bien tu estudio se centra en la capital como ineludible centro geográfico que originó al rock subterráneo, ¿has encontrado indicios de un movimiento similar en provincias? ¿o es que los otros departamentos resultábamos tan ajenos al suceder limeño que apenas si teníamos noticias de aquel movimiento?
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En el momento de mayor auge del rock subterráneo en la capital, se forjaron también posturas contrarias que pretendieron satanizarlo al punto de relacionarlo incluso con tendencias terroristas ¿hasta dónde ese nexo ha sido revisado en tus investigaciones?
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¿Qué diferencia puedes apreciar entre la juventud ochentera, que agradecía la intención contestataria de sus representantes sónicos y por ello se afiliaba a ellos y la juventud actual que apenas se interesa en los contenidos o, peor aún, no capta la intención del artista?
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Si tuviésemos que ser objetivos, con que período de la historia del rock peruano te quedas, con el de los sesentas – que se presentaba muy elaborado pero con referencias e influencias demasiado marcadas – o con el de los ochentas - precario, caótico y limitado pero mucho mas personal y particular.
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