QUE NADA SE SABE
INICIACION FILOSOFICA
QUE NADA SE SABE
INICIACION FILOSOFICA
FRANCISCO SANCHEZ
QUE NADA SE SABE Traducción del latín y prólogo por CARLOS MELLIZO
3 AGUILAR
Biblioteca de Iniciación Filosófica Primera edición 1977
Es propieda prop iedadd % Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723 © 1977 19 77 Ag Aguil uilar ar Argenti Argentina na S.A. de Ediciones Av. Cór C órdo doba ba 2100 21 00 — Buenos Aires Impres Im presoo en la Argentina Argen tina — Printed in Argentina «
T ítulo ítu lo origi original nal::
De D e multum nobili nob ili et prima univertali univertali sclentia sclentia quod qu od nlhil 9citur
Publicado en 1581, en Lyon.
PROLOGO
PROLOGO
I
Tras las investigaciones llevadas a cabo por P. H. Cazac azac 1 a principios princip ios de siglo, puede ya afi afirrmarse arse que Francisco Sánchez, conocido en los manua les de historia de la filosofía por el sobrenombre de “ el escé es cépp tico” tico ” , nació en en Tuy —ciudad ciudad en tonces perteneciente a la diócesis de Braga— en el año 1550. Por motivos desconocidos, aunque probablemente vinculados a su ascenden cia judaica, la familia Sánchez abandonó su pa tria de origen cuando Francisco contaba pocos años de edad. Antonio, su padre, era médico de valía y logró establecerse en Burdeos, donde pronto adquirió una firme reputación. Allí cursó Francisco las artes liberales. A poco de terminar las, y animado por el deseo de conocer mundo, emprendió viaje a Italia, donde residió hasta 1573, año en que regresó a Francia para matri cularse en la Facultad de Medicina de Montpellier. En Roma había obtenido Sánchez el Doctorado en Filosofía; el 13 de julio de 1574 le fue con 1 Cf. P. H. Cazac, “ Le lieu lieu d ’origine ’origine et les les dates dates de nais naissa sanc ncee et et de mort du Philosophe Francisco Sánchez*', Bullet Bu lletin in Hispa Hi spaniq nique ue, Vo V o l. V , 1 9 0 3 . pp. p p. 326*3 32 6*348 48.. Existe una version española espa ñola de ese ese mismo artículo en la Revis Re vista ta d e A rchi rc hivo vos, s, Bibl Bi blio iote teca cass y M u seos se os , 3 época, époc a, tom to m o 11, Julio, io, 1904. 190 4.
cedido en Montpeilier el de Medicina, e inmedia tamente comenzó a trabajar con el Dr. Hucher, canciller de la Universidad, siendo Sánchez, pro bablemente, el titular de la cátedra que Rabelais había ocupado cincuenta años antes. No permaneció Sánchez en Montpeilier por mu cho tiempo. Dos años después de fijar allí su residencia se trasladó a Toulouse. La razón de este nuevo desplazamiento se debió, según pare ce, a la circunstancia de que Montpeilier era des de 1567 un baluarte del protestantismo y una de las ciudades de Europa donde las diferencias por motivos de religión habían dado lugar a los episodios más sangrientos. Es lógico suponer que Sánchez, cuyas declaraciones de catolicismo no eran infrecuentes, buscara en Toulouse la seguri dad que Montpeilier no podía ofrecerle. Las de ficientes condiciones sanitarias de esa ciudad en la que nuestro autor habría de pasar el resto de su vida proporcionaron a Sánchez terreno ade cuado para el ejercicio de la profesión médica. Junto a ese interés por la Medicina, pronto dio Sánchez prueba de una honda preocupación por todo lo que estuviese relacionado con la ciencia y el pensamiento pensamiento en gener general al.. “ Sus Sus primeros tra tra bajos” —nos dice su discípulo y biógrafo Delassus™ “ tuvier tuvieron on lugar en el cam cam po de las las mate mate máticas. Y para ver lo que en esta disciplina adelantó, no puede traerse argumento mejor que aquellas dificultades y preguntas sobre las de mostraciones de la geometría de Euclides, que remitió a Clavio para su resolución. Clavio fue 2 C t. John Owen,The Th e Skeptics Skeptics o f the French French Renais Renaissan sance ce, Macmillan and Co. New York, 1893, p. 624.
en aquellos tiempos ornamento insigne de la geometría, y trató de resolverlas en respuesta honrosísima (perhonorifica responsione aunque en vano, según creía Sánchez, quien discute di chas cuestiones contra Theon, el primer comen tarista de Euclides; y que, halladas entre otros papeles mientras se recogían sus apuntes de me dicina para darlos a la imprenta, hubiéranse im preso si no se las creyera poco a tono con el rest restoo de la obra ob ra.” .” 3 La producción filosófica de Sánchez data de los años inmediatamente posteriores a su llegada a Toulouse. El Quod nihil scitur —que aquí se ofrece al lector y al cual nos referiremos más adelante con algún detalle— estaba ya terminado en 1576, aunque su primera edición es de 1581. Además de ese libro, que es el que ha alcanzado mayor difusión y ha hecho que su autor ocupase un puesto destacado en la historia del pensa miento europeo, conviene mencionar aquí el Poema sobre el Cometa del año 1577 (Carmen de Cometa) obra que, como afirma la más auto rizada crítica sancheziana, es de sumo interés pa ra definir la personalidad filosófica del médico tudense. El 12 de noviembre de 1577, un cometa había cruzado el firmamento en las cercanías de Lyon, y el suceso fue suficiente para que el sentir po pular padeciese el miedo que suelen traer consi 3 T exto ex to citado citad o p or J. Iria Iriarrte en “ Francisco Sánchez, el autor de “ Quod nihil scitur scitu r ” (Que nada se sabe), a la hiz de muy recientes estud estudios ios”” Raz . azón R ón y F e , Núm. 110, enero-abril, 1936, p. 31. Cf.% sobre la polém po lémica ica epistolar epistolar entre Sánchez Sánchez y Cía Cíavio, vi o, el excelen e xcelente te estudio, estu dio, también tamb ién de Iriarte, Iriarte, “ F. S., disfrazado disfraza do de Caxn Caxnea eade dess en discusión discusión epistolar epistolar con c on Cristó Cristóbal bal Clavio” , Gregortanum, XXI, 1940, pp. 413-451.
go las creencias supersticiosas. Eran aquéllos los tiempos del ocultismo, de las cébalas, de la as tronomía judicial. Si a eso se une la inestable situación político-religiosa por la que Francia en tonces atravesaba, se comprenderá que muchos vieran en la aparición del cometa un presagio de calamidades y catástrofes. A tan alto grado ha bía llegado el temor del pueblo, que hasta los más doctos se contagiaban de esa neurosis colec tiva. Con su Poema, Sánchez se propone extirpar el vano temor, hijo de la superstición, que había hecho presa de sus contemporáneos. Interpretan do la aparición del cometa como un simple fe nómeno natural, se burla de quienes habían que rido ver en dicho fenómeno un augurio de des gracias: ¿“ Qué tiene que ver un astro barbado con la muerte del rey? ¿Qué con las olas arreba tadas de los ríos, o con el útero operado de la madre? ¿Qué tiene que ver un cometa con los forajidos?” 4 La profunda vocación científica de Sánchez lo lleva a buscar las causas naturales de las cosas, tildando de herejes y de ignorantes a quienes están predispuestos a ceder a la tentación supers ticiosa. El respeto que el médico de Tuy mostró siempre por la Naturaleza, con mayúscula, entendida co mo algo subsistente, com o realidad “ eterna” —según él la llama, aunque en el Quod nihil scitur se desdiga de esa concepción tan cercana al
4 Cit. por J. Iriarte, I a-ob. cit., p. 37.
panteísmo— parece ser guía fundamental de sus especulaciones. Esa nota del pensamiento sancheziano aproxima a nuestro autor a la tradición neoplatónica, tan extendida en la Italia que a él le tocó conocer, y nos obliga a relacionarlo con su coetáneo, y, posiblemente, amigo, Giordano Bruno, cuya llegada a Toulouse coincidió con la publicación del Carmen de Cometa . Las vidas de Sánchez y de Bruno se entrecruzaron durante los años en que uno y otro profesaban juntos en las aulas de la misma Universidad. Como señala J. Iriarte 5, es sumamente improbable que entre ambos pensadores no mediase un intercambio, doctrinal por lo menos, que quedaría definitiva mente interrumpido cuando el Nolano salió hacia París, en 1581, para acudir, veinte años después, a la trágica cita que en Campo di Fiori le tenía preparada el destino. Muy otra, y mucho más afortunada, fue la suer te de Francisco Sánchez: Su prestigio como mé dico y profesor hizo que se le encomendara du rante veinticinco años la cátedra de filosofía y durante once la de Medicina en la Universidad de Toulouse, donde otro médico-filósofo espa ñol, Ramón Sabunde, lo había precedido. Fue también director del Hospital de Santiago desde 1602 hasta su muerte, y llegó a desempeñar los cargos de Decano de la Facultad de Artes y de la de Medicina, así como el de Rector de la Universidad. Estudioso y admirador de Vesalio, se dedicó a la disección de cadáveres, práctica que hubo de hacer en secreto para no ser vícti ma del prejuicio popular. Amigo de Charron y de Montaigne —al que, según parece, le unían Ibid., pp. 34-40. 5 J. Iriarte,
lazos familiares— gozó de una fama singular y fue apreciado de todos, tanto por su vasta cultu ra como por sus virtudes personales. Murió Francisco Sánchez en noviembre de 1623. Acerca de la obra que nos dejó, y, en particular, del Quod nihil scitur —libro de espíritu renova dor en el que están presentes las notas del tiem po nuevo que se inicia con su siglo— trataremos de decir algo a continuación *. II Por regla general, la primera y última noticia que el estudiante de filosofía recibe sobre Fran cisco Sánchez se limita a registrar la orientación escéptica de su pensamiento. Ha sido Sánchez —como tantos— víctima de los manuales; y su nombre suele ir aparejado al de otros filósofos de la edad moderna cuya obra reclama de continuo, y únicamente, los principios y actitudes del “ na da se sabe” pirrónico. A partir de L. Gerkrath6, las interpretaciones de Sánchez que se han hecho admiten de una vez por todas que, por debájo de sus declaracio nes de escepticismo total, el médico de Tuy se afanaba en poner los cimientos de un nuevo mé todo científico libre de las sofisterías y vanas lucubraciones del escolasticismo decadente. El Quod nihil scitur es obra de carácter intro * He utilizado en los párrafos que siguen parte de mi estudio “ La Preocupación Pedagógica de Francisco Sánchez*'. Franz Sánchez: Ein Beitrag zur Geschichte 4 Cf, L. Gerkrath, des Philosophischen Bewegungen in Anfänge der Neueren Zeit , Wien, 1860.