Rito para instituir acólitos. Después de la proclamación del Evangelio, el Obispo, con mitra, toma asiento en su sede. Un diácono o un presbítero designado al efecto llama a los candidatos diciendo: Acérquense los que van a ser instituidos en el ministerio de acólitos. Los candidatos son llamados por su nombre; cada uno responde: Presente.
Y se acercan al Obispo, a quien hacen una reverencia. Entonces, todos toman asiento y el Obispo pronuncia la homilía y la concluye dirigiéndose a los candidatos con estas u otras palabras semejantes:
Queridos hijos:
Elegidos para el oficio de acólitos, participarán de un modo peculiar en el ministerio de laIglesia, cuya vidatiene su cumbre y su fuente en la Eucaristía, por la que es edificado ycrece el Pueblo de Dios. A ustedesse les encomienda a función de ayudar a lospresbíteros y a los diáconos en el ejercicio de su ministerio yse les confía, como ministrosextraordinarios ministrosextraordinarios distribuir la sagrada Comunión a los fieles y llevarla tambiéna aquellos queestán enfermos. Al ser destinados de una manera especial para este ministerio, esnecesarioque procuren vivir intensamente de la gracia que brota del sacrificio del Señor yse identifiquen cada vezmás con él, procuren percibir el sentido espiritual y profundo de lascosas; al cumplir su oficio, busquenprofundizar en su sentido espiritual para que puedanofrecerse cada día a Dios como sacrificio espiritual yaceptable, por po r Jesucristo, nuestromediador. Para hacer esto les ayudará recordar que así como participan de un mismo Pan con sushermanos, asítambién deben formar un solo cuerpo con ellos; por tanto, amensinceramente al Cuerpo místico deCristo, que es el Pueblo de Dios especialmente a losdébiles y enfermos y adecuen sus vidas al preceptoque el Señor dio a sus Apóstoles en laúltima Cena cuando dijo: "Ámense los unos a los otros como yo loshe amado". Concluida
la homilía, todos se ponen de pie y el Obispo, sin mitra, invita a los fieles a
orar,diciendo: Queridos hermanos: Supliquemos al Señor que derrame la abundancia de sus bendiciones sobre aquellos aquienes eligió parael oficio de acólitos y los fortalezca para ejercer fielmente este ministerioen su Iglesia. Y todos oran en silencio unos instantes. Luego, el Obispo prosigue: Dios misericordioso,que misericordioso,que confiaste a tu Pueblo el Pan de Vida, por medio de tu único Hijo,bendice a estos hermanos nuestros, que han sido elegidos para el ministerio de acólitos. Concede que sean asiduos servidores del santo altar,
distribuyan con fidelidadel Pan de la Vida
a sus hermanosy acrecienten constantemente su fe y caridadpara consolidar tu Iglesia. Por Jesucristo nuestro Señor.
R. Amén. Los candidatos se acercan al Obispo y éste entrega a cada uno el recipiente con el pan ocon el vinoque serán consagrados, mientras dice:Recibe este recipiente con el pan (con el vino)
destinado a lacelebración de la Eucaristía ycompórtate de tal manera que merezcas servir a la mesa del Señor y de laIglesia. El acólito responde:
Amén. Los acólitos, y si fueran muchos, sólo algunos de ellos, llevan durante la preparación delos dones laspatenas con el pan y el cáliz con vino. Los acólitos hacen la comunión inmediatamente después de los diáconos. El Obispo pude establecer que el acólito, hecho ministro extraordinario de la Eucaristía,ayude adistribuir la sagrada Comunión en la Misa en la que se le ha confiado esteministerio.