Miguel Morey, El hombre como argumento, argumento, Anthropos, Barcelona, 1989.
«Ninguna época acumuló tantos y tan ricos conocimientos sobre el hombre como la nuestra. Ninguna época consiguió ofrecer un saber acerca del hombre tan penetrante. Ninguna época logró que este saber fuera tan rápida y cómodamente accesible. Ninguna época, no obstante, supo menos qué sea el hombre. A ningún tiempo se le presentó el hombre como un ser tan misterioso». . !eidegger, Kant y el problema de la metafísica "#$%$&, '(), e*ico, #$+. -A /0 12)3/N4A25) 162 )7 5)2 8)7 !692): ;<= ese modo espec>?co de hablar acerca de lo humano que reconocemos ba@o el nombre nombre de A' ser ser>a >a contem contempor poráne áneo, o, no sól sólo o del descub descubrim rimien iento to del hombr hombre e como como problema, según e>amos, sino también de la posición del hombre como ob@eto de conocimiento. B. '. '. 8onceel " Antropología Antropología losóca, )diciones (arlos 7ohlé, 9s. As., #$C$&, desplegando la pregunta «-puede el su@eto ser conocido como su@eto:», declina algunas de ellasD «5i el su@eto es conocido, no lo es como su@eto sino como ob@eto. )n este caso, el conocedor es conocido pero no como conocedor. 5i el conocedor ha de ser conocido como tal, -por medio de qué ha de ser conocido: -1or medio de otro conocedor: )ntonces, éste ser>a el único que nos interesa. -1ero conoce por medio del mismo conocedor: )n este caso, este conocedor como su@eto conoce al conocedor como ob@eto. 1ero no nos interesa conocer al conocedor como ob@eto sino precisamente como su@eto. )s eidente que hemos llegado a una antinomia. )n cualquiera de las alternatias que admitamos, nos encontramos ante la duda. 5i decimos que podemos conocer al su@eto como su@eto tenemos que admitir, además, que, en este caso, el su@eto se ha uelto un ob@eto. E si decimos que no podemos conocer al su@eto como su@eto, tenemos que preguntarnos por qué lo representamos y hablamos de él». 7os discursos antropológicos, posiblemente sin pretenderlo, pero s> de hecho, inician un moimiento de disolución de la unidad del hombre ;<= ;<= en el momento en que se ob@etian por el conocimiento aspectos de lo humano se hace posible la transformación técnica de los indiiduos, y a la inersa, en la medida en que se ponen en obra tácticas operatias de manipulación de aspectos de lo humano se hace posible una ob@etiación cient>?ca de ellos. 8e este modo, la A', fundada como aquella disciplina que deb>a dar cuenta de lo huma humano no,, no pare parece ce pode poderr co const nstit itui uirse rse sino sino en co cont ntin inui uidad dad co con n un moi moimi mien ento to de disolución de lo que en el momento de su fundación se entiende como lo espec>?co del hombreD ser un su@eto. Nace en el coraFón de un moimiento de destronamiento de esa unidad del hombre Gcomo si el hombre rompiera a hablar de s> mismo en el momento en que comienFa a carecer de s>, a perderse ;<= ;<= ;<= es este te co cono noci cimi mien ento to de lo huma humano no que que se apli aplica ca a un su@e su@eto to ob@e ob@eti tiá ánd ndol olo, o, -es -es bene?cioso Gy de serlo, para quién:
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;<= en la medida en que nuestra realiFación en el seno de un proyecto, nuestro proceso de "auto&transformación, se da mediante el asentimiento a determinados enunciados que e*presan una Hdea de eso que somosIdebemos ser "en la estela de la a?rmación de 1indaroD llega a ser quien eres), una Hdea en la que reconocemos G-es posible llamar a este proceso "auto&conocimiento, Gtiene que er con la erdad que somos, o con el sentido que atribuimos a lo que "nos& pasa: 7A5 4A2)A5 8) 7A AN42616763JA 'H7656'H(A Hndependientemente de su legitimidad ?losó?ca o cient>?ca, e*isten discursos que pretenden dar raFón acerca del ser del hombre Gy son pieFa clae en los procesos de "auto&transformación de los indiiduos concretos de nuestra cultura. 4al eF sea, como sospechamos, totalmente criticable la pretensión de la A' de articular un discurso acerca del hombre como ob@eto de conocimiento Gpero mientras, y en la medida en que, los indiiduos concretos de nuestra cultura se constituyan como tales, en buena parte, gracias al reconocimiento que se les ofrece desde discursos de cuKo antropológico, este ámbito e*igirá un esclarecimiento ?losó?co. E es que la presunta desaparición del hombre como nudo epistémico no implica, ni tiene porqué implicar, la desaparición del hombre como Hdea reguladora ;<= 7o que, en de?nitia, el debate de los humanismos iene a denunciar es la e*istencia de una amplia doxa antropológica inmiscuida >ntimamente en el entramado de nuestra cultura, y responsable en buena parte de los procesos de formación y autoformación de los indiiduos concretos. E, en buena medida, con esta constatación es como si gran parte de los obstáculos ante los que se bloqueaba el ?losofar acerca del hombre hallen su principio de disolución. 1orque, de ser ello cierto, no deber>a buscarse ese punto arquimédico del conocimiento, a partir del cual es posible comenFar a determinar la pregunta por el ser del hombre Gser>a pensable entonces renunciar a esta empresa en la que se demoran hasta quedar e*angLes las más nobles de las A'. Miimos como si la respuesta por el ser del hombre estuiera ya respondida, incluso e*cesiamente respondida Giimos en el seno de una comprensión de eso que hemos sido, somos y queremos serD inmersos dentro de una doxa antropológica. 8e ser esto cierto, desde este punto de ista, la tarea de una A' deber>a, ante todo, serD mostrar cómo ha sido y es respondida la pregunta por el ser del hombre esclarecer esta doxa antropológica o paradigma ideológico acerca de lo humano y tratar, en tanto que ?losof>a, de pensar qué es el hombre más allá, frente y contra, las argumentaciones de los presuntos saberes acerca de lo humano. ;<= la ?losof>a surge "y siempre, no sólo en su m>tico momento originario& en compromiso abierto contra la doxa, contra las «opiniones de los mortales», contra las ideolog>as Gcontra todo lo que no es pensar.O 8e ser ello cierto, la A' se encontrar>a urgida, ante todo, por una tarea, en cierto modo propedéuticaD preparar el camino, desbroFar los obstáculos que imposibilitan ese pensar.
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