RESEÑA ANTROPOLOGIA ESTRUCTURAL LEVI-STRAUSS, LEVI-STRAUSS, Claude
Anthropologie Struturale Edit. Plon. París 1958, 452 pp. El estructuralismo es como una reacción contra el personalismo de doble orientación: teísta (Maunier ! ateo ("artre, #ue caracteri$a una parte de la %loso&ía de la post'uerra. El !o an'ustiosamente aislado del eistencialismo es reempla$ado en la moda intelectual de turno por la estructura, en'rana)e #ue dilu!e ! aprisiona al indi*iduo. +unto a este inu)o por reacción, con*iene apuntar otro, esta *e$ directo, el de la lin'-ística moderna. En su ori'en el estructuralismo es una teoría iniciada por el %lólo'o sui$o erdinand erdinand de "aussure en el terreno de la lin'-ística, #ue /a sido etendida a la etnolo'ía ! etno'ra&ía (0laude *i3"trauss, a la crítica literaria (. art/er, ". 6oubrous7!, M. oucault, al psicoanlisis (+. acan, a la interpretación del marismo (. de lt/usser, etctera, con*irtindola en cla*e nica ! uni*ersal. El principal representante del estructuralismo es, sin duda, *i3"trauss ! su obra ms epresi*a es ob)eto de este estudio *alorati*o. 0omo 'ermen ! compendio de su pensamiento basta para conocer las directrices ! el mtodo de la antropolo'ía estructural.
CONTENI!O Este estudio no es resultado de una 'estación unitaria ni de un alumbramiento al estilo de las obras publicadas de una *e$. "us capítulos reco'en #uince artículos publicados en *arias re*istas, ms dos (cap. ; ! <;= inditos. %n de &acilitar su estructuración or'nica, aparecen a'rupados en cinco apartados. os moti*os de la selección de estos diecisiete artículos entre ms de cien publicados por el a. durante treinta a>os /a sido su carcter no puramente etno'r%co ! descripti*o (c&r. (c&r. Préface), así como su *inculación ms directa con las preocupaciones metodoló'icas del a. en el campo antropoló'ico. antropoló'ico. 6e esta obra eiste una traducción castellana, Antropología castellana, Antropología estructural, uenos ires, 19?9, #ue a>ade al ori'inal &rancs el teto de la lección inau'ural del a. al tomar posesión de la ctedra de ntropolo'ía "ocial del 0ole'io de rancia en 19?@ (p. <<=3<;=== <<=3<;=== ! la biblio'ra&ía completa de los artículos del a. /asta el a. 19?2 (p. A593?A. a pa'inación de las citas en esta recensión responden al ori'inal &rancs, ecepto las de numeración romana.
INTRO!UCCION Cap" I. Historia y etnología #pp" $-$$%" 6e%nición pro*isional de etnolo'ía ! etno'ra&ía, su correspondencia con la antropolo'ía social ! cultural. a eplicación eplicación de los elementos comunes a 'rupos tnicos ! sociedades distintos no la o&rece: 1 el evolucionismo, no responde a un mismo o parecido 'rado de e*olución. ec/a$a la interpretación e*olucionista, se'n la cual la ci*ili$ación occidental sería la ms a*an$ada epresión de la e*olución de las sociedades /umanas ! los pueblos primiti*os Bsuper*i*encias de etapas anteriores, cu!a clasi%cación ló'ica proporcionar, proporcionar, a
la *e$, el orden de aparición en el tiempoC (p. ?. En tre los pueblos llamados primiti*os no /a! adecuación entre el rudimentario desarrollo tcnico ! la e*olución socioló'icaD 2 el difusionismo o diseminación por distintas reas 'eo'r%cas de uno o *arios elementos, #ue consi'uen enrai$ar en culturas di&erentes. elaciones elaciones de %liación ! de di&erenciación di&erenciación pro'resi*aD A el historicismo o *isión simplemente diacrónica de las instituciones, costumbres, etc.D 4 el funcionalismo, #ue Bdecepcionado en el intento de saberC cómo las cosas /an lle'ado a ser lo #ue son (/istoricismo, renuncia a Bcomprender la /istoria, para trans&ormar el estudio de las culturas en un anlisis sincrónico de las relaciones entre sus elementos constituti*os en el presenteC (p. 1A. a /istoria ! la etno'ra&ía tienen el mismo ob)eto: la *ida socialD el mismo propósito: la me)or comprensión del /ombreD el mismo mtodo. "e distin'uen por su distinta per&peti'a: Bla /istoria or'ani$a sus datos en relación con las epresiones conscientes de conscientes de la *ida social, la etnolo'ía en relación con las condiciones inconscientesC inconscientesC (p. 25. "i el etnó'ra&o recurre al conocimiento de los procesos /istóricos, a las epresiones conscientes de los &enómenos sociales, es para eliminar cuanto deban al acontecimiento ! a la reeión. Por deba)o de lo mudable /a! al'o permanente, los elementos estructurales. Ba estructura de la len'ua permanece desconocida para #uien la /abla /asta el ad*enimiento de una 'ramtica cientí%ca !, an entonces, si'ue modelando el discurso &uera de la conciencia del su)eto, a cu!o pensamiento impone cuadros conceptuales #ue son tomados como cate'orías ob)eti*asC (p. 2?. area area de la antropolo'ía estructural es descubrir la estructura de los &enómenos sociales, etc., como la &onolo'ía moderna lo /a conse'uido !a respecto de los &enómenos lin'-ísticos. o importante son las estructuras inconscientes, Bsub!acente en cada instituciónC ! Bprincipio de interpretación *lida para otras institucionesC, así como el medio de lle'ar a ellas (p. 28 ss..
I" LENGUA(E ) PARENTESCO #pp" $*-++% Cap" II" El análisis estructural en la lingüística y en la antropología #pp" $-*%" " a lin'-ística o&rece el modelo #ue debe aplicarse en el estudio de los &enómenos sociales, concretamente en los problemas de parentesco. parentesco. 6e acuerdo con los cuatro pasos &undamentales, se>alados por F. rubet$7o!, a%rma el autor #ue Bel sociólo'o se encuentra en una situación &ormal seme)ante a la del lin'-ística &onólo'oD como los &onemas, los trminos de parentesco son elementos de si'ni%caciónD como ellos, ad#uieren esta si'ni%cación sólo en el supuesto de inte'rarse en sistemasD los sistemas de parentesco, como los &onoló'icos, son elaborados por el espíritu en el plano del pensamiento inconscienteD la recurrencia, en re'iones del mun do ale)adas unas de otras ! en sociedades pro&undamente di&erentes, de &ormas de parentesco, re'las de matrimonio, etc., permite creer #ue, tanto en uno como en otro caso, los &enómenos obser*ables resultan del )ue'o de le!es 'enerales, pero ocultasC (pp. 4@341. Para #ue la transposición del mtodo &onoló'ico a los estudios de sociolo'ía primiti*a sea *lido, es necesario tener en cuenta el doble aspecto de los trminos de parentesco: a su eistencia socioló'icaD b su condición de elementos de discursos, de palabras, por e)emplo: padre, madre, /i)o, tío materno, etc. a dependencia de los trminos de parentesco respecto de los mtodos de anlisis lin'-ístico en cuanto al b es directoD en cuanto al a
la *e$, el orden de aparición en el tiempoC (p. ?. En tre los pueblos llamados primiti*os no /a! adecuación entre el rudimentario desarrollo tcnico ! la e*olución socioló'icaD 2 el difusionismo o diseminación por distintas reas 'eo'r%cas de uno o *arios elementos, #ue consi'uen enrai$ar en culturas di&erentes. elaciones elaciones de %liación ! de di&erenciación di&erenciación pro'resi*aD A el historicismo o *isión simplemente diacrónica de las instituciones, costumbres, etc.D 4 el funcionalismo, #ue Bdecepcionado en el intento de saberC cómo las cosas /an lle'ado a ser lo #ue son (/istoricismo, renuncia a Bcomprender la /istoria, para trans&ormar el estudio de las culturas en un anlisis sincrónico de las relaciones entre sus elementos constituti*os en el presenteC (p. 1A. a /istoria ! la etno'ra&ía tienen el mismo ob)eto: la *ida socialD el mismo propósito: la me)or comprensión del /ombreD el mismo mtodo. "e distin'uen por su distinta per&peti'a: Bla /istoria or'ani$a sus datos en relación con las epresiones conscientes de conscientes de la *ida social, la etnolo'ía en relación con las condiciones inconscientesC inconscientesC (p. 25. "i el etnó'ra&o recurre al conocimiento de los procesos /istóricos, a las epresiones conscientes de los &enómenos sociales, es para eliminar cuanto deban al acontecimiento ! a la reeión. Por deba)o de lo mudable /a! al'o permanente, los elementos estructurales. Ba estructura de la len'ua permanece desconocida para #uien la /abla /asta el ad*enimiento de una 'ramtica cientí%ca !, an entonces, si'ue modelando el discurso &uera de la conciencia del su)eto, a cu!o pensamiento impone cuadros conceptuales #ue son tomados como cate'orías ob)eti*asC (p. 2?. area area de la antropolo'ía estructural es descubrir la estructura de los &enómenos sociales, etc., como la &onolo'ía moderna lo /a conse'uido !a respecto de los &enómenos lin'-ísticos. o importante son las estructuras inconscientes, Bsub!acente en cada instituciónC ! Bprincipio de interpretación *lida para otras institucionesC, así como el medio de lle'ar a ellas (p. 28 ss..
I" LENGUA(E ) PARENTESCO #pp" $*-++% Cap" II" El análisis estructural en la lingüística y en la antropología #pp" $-*%" " a lin'-ística o&rece el modelo #ue debe aplicarse en el estudio de los &enómenos sociales, concretamente en los problemas de parentesco. parentesco. 6e acuerdo con los cuatro pasos &undamentales, se>alados por F. rubet$7o!, a%rma el autor #ue Bel sociólo'o se encuentra en una situación &ormal seme)ante a la del lin'-ística &onólo'oD como los &onemas, los trminos de parentesco son elementos de si'ni%caciónD como ellos, ad#uieren esta si'ni%cación sólo en el supuesto de inte'rarse en sistemasD los sistemas de parentesco, como los &onoló'icos, son elaborados por el espíritu en el plano del pensamiento inconscienteD la recurrencia, en re'iones del mun do ale)adas unas de otras ! en sociedades pro&undamente di&erentes, de &ormas de parentesco, re'las de matrimonio, etc., permite creer #ue, tanto en uno como en otro caso, los &enómenos obser*ables resultan del )ue'o de le!es 'enerales, pero ocultasC (pp. 4@341. Para #ue la transposición del mtodo &onoló'ico a los estudios de sociolo'ía primiti*a sea *lido, es necesario tener en cuenta el doble aspecto de los trminos de parentesco: a su eistencia socioló'icaD b su condición de elementos de discursos, de palabras, por e)emplo: padre, madre, /i)o, tío materno, etc. a dependencia de los trminos de parentesco respecto de los mtodos de anlisis lin'-ístico en cuanto al b es directoD en cuanto al a
sólo analó'ico. dems, dems, en cuanto al b debe obser*arse #ue el Banlisis &onoló'ico no opera de modo directo sobre las palabras, sino sólo sobre las palabras pre*iamente disociadas en &onemasC (p. 44, obser*ación *lida para todos los elementos leicales, tambin para los del parentesco. a anterior distinción &undamenta o ree)a los dos órdenes di&erentes, #ue recubre el sistema de parentesco, llamados por el a. 1 sistema de denominaciones (systéme des appelations), sistema leical, con)unto de trminos epresi*os de las distintas clases de relaciones &amiliaresD ! 2 sistema de actitudes o con)unto de relaciones psicosocioló'icas, psicosocioló'icas, por e)emplo, &amiliaridad3respeto, deberes3derec/os, a&ecto3/ostilidad, eistentes entre las personas desi'nadas por el sistema de denominaciones. "on dos sistemas distintos, si bien entre ellos se da Bun a relación &uncionalC. El a. aplica su teoría al problema del tío materno, Bpunto de partida de toda teoría de las actitudesC (p. 4G ss., en numerosos n umerosos pueblos primiti*os. ec/a$a la interpretación tradicional del tío materno como super*i*encia de un r'imen matriarcal ! a%rma la asociación del a*un culado con re'ímenes tanto patrilineales como matrilineales.
Cap" III" Lenguaje y sociedad #pp" *$-.% 6e la erección de la lin'-ística en modelo de todas las ciencias sociales a ni*el de morfemas al mar'en de la consciencia se deri*a un determinismo matemtico, /asta el etremo de #ue los mtodos matemticos de predicción, #ue /an /ec/o posible la construcción de las computadoras electrónicas, electrónicas, puedan etenderse a los distintos &enómenos sociales, por e)emplo a 1 la moda, Be*olución arbitraria en aparienciaC, pero #ue Bobedece a le!esC tan %)as #ue pueden ser descubiertas 'racias a un mtodo cientí%co, similar no sólo al de la lin'-ística estructural, sino tambin al de Bciertas in*esti'aciones en ciencias naturales, particularmente a las de eissier sobre el crecimiento de los crustceosC (pp. ?G3?8D 2 la or'ani$ación social, especialmente a las re'las del matrimonio ! a los sistemas de parentesco (p. ?8 ss.D A otros Baspectos de la *ida social (incluidos el arte ! la reli'ión ... C (p. G1 ss.. Hueda así abierto el camino para el anlisis estructural ! comparado de las instituciones, costumbres ! conductas, en una palabra, de todos los &enómenos /umanos ! sociales de cual#uier índole &amiliar, cultural, moral, reli'iosa.
Cap" IV" IV" Ling/0&tia 1 antropolog0a #pp" -2+%" -2+%" =nsiste una *e$ ms en la aplicación de los mtodos ri'urosos, cu!a e%cacia comprueba día tras día la lin'-ística, al comple)o mbito de la antropolo'ía: antropolo'ía: parentesco, or'ani$ación social, reli'ión, mitolo'ía, &ol7lore, etc., pe#ue>a puerta B#ue permite el accesoC de las ciencias /umanas ! sociales al uni*erso de las ciencias eactas ! naturalesC, /asta a/ora Bparaíso *edadoC (p. 8@. Iabla de la intercomunicación de los distintos &enómenos /umanos, sobre todo entre la len'ua ! la cultura. nali$a dos tipos de estructuras sociales: la indoeuropea ! la sinotibetana con a!uda de tres criterios: re'las matrimoniales, or'ani$ación or'ani$ación social ! sistema de parentesco (p. G@ ""., a %n de demostrar cómo el antropólo'o puede ir al encuentro del lin'-ista en un terreno comn.
Cap" V" V" Ap3ndie de lo& ap0tulo& III 1 IV #pp" 2$-++4% 2$-++4 % espondiendo a las ob)eciones &ormuladas por Iaudricourt ! JranaK, precisa #ue trata de Binterpretar la sociedad, en su con)unto, en &unción de una teoría
de la comunicación, sin reducir la sociedad o la cultura a la len'uaC (p. 95. BEl ob)eto del anlisis estructural comparado no es la len'ua &rancesa o la in'lesa, sino cierto nmero de estructuras #ue el lin'-ista puede alcan$ar a partir de ob)etos empíricos tales como, por e)emplo, la estructura &onoló'ica del &rancs o su estructura 'ramatical o lica, o bien in clusi*e la estructura del discurso... 0on estas estructuras !o no comparo la sociedad &rancesa..., sino un determinado nmero de estructuras, #ue *o! a buscar allí donde es posible encontrarlas ! no en otro lu'ar: en el sistema de parentesco, la ideolo'ía política, la mitolo'ía, el ritual, el arte, el códi'o de la cortesía ! Lpor #u noN L la cocina ... C (p. 98. En las p'inas 99 ! si'uientes aplica su teoría a la cocina &rancesa, in'lesa ! c/ina, pues Bcreo #ue, al i'ual #ue la len'ua, la cocina de una sociedad es anali$able en elementos constituti*os #ue podrían llamarse, en este caso, 'ustemas ! #ue estn or'ani$ados se'n ciertas estructuras de oposición ! correlaciónC (99. ec/a$a la ob)eción, se'n la cual el anlisis estructural encierra al lin'-ista o al etnólo'o en la sincronía, aplicable se'n el a. a ciertos neopositi*istas americanos, no a los estructuralistas europeos. 0onsidera en 'ran medida ilusoria la oposición entre diacronía ! sincronía (p. 1@1 ss.. ermina a%rmando #ue el Bsi'no lin'-ístico es arbitrario a priori, pero de)a de serlo a posterioriC (p. 1@5, i.e. una *e$ constituido. BOna *e$ creado el si'no, su *ocación se precisa, por una parte, en &unción de la estructura natural del cerebro, por otra en relación con el con)unto con los otros si'nos, es decir, del uni*erso de la len'ua, #ue tiende naturalmente a &ormar sistemaC, (p. 1@8.
II" ORGANI5ACION SOCIAL #pp" ++-+64% Cap" VI, La noi7n del ara0&8o en etnolog0a #pp" ++$-$%" El apelati*o Bprimiti*oC desi'na un con)unto de pueblos, #ue /an permanecido desconocedores de la escritura !, consecuentemente, al mar'en de los mtodos ordinarios de la in*esti'ación /istóricaD la ci*ili$ación mecnica les /a lle'ado sólo en poca tardía o reciente. El a. admite esta de%nición tradicional de los primiti*os. Pero rec/a$a #ue pueblo Bprimiti*oC sea sinónimo de 1 pueblo BatrasadoCD 2 de un pueblo sin /istoria, aun#ue con &recuencia descono$ca su desarrollo /istórico (pp. 114 ! ss.. El primiti*ismo de una sociedad suele ser un a catalo'ación relati*a, i. e. en relación con otras ms e*olucionadas. "in embar'o, la di&erencia suele reducirse a al'unos aspectos, en otros ocurre al re*s. "i se considera a la sociedad supuestamente Bprimiti*aC o BarcaicaC no !a en relación con otras, sino en su estructura interior, nos topamos con #ue esa estructura abunda tambin en discordancias ! contradicciones. El estudio de los bororo ! de los nambi7ara le permite deducir el criterio discernidor del seudoarcaísmo o del *erdadero arcaísmo de un pueblo: la Bcoincidencia eternaC, #ue a primera *ista nos lo presenta como primiti*o, ! la Bdiscordancia internaC, por medio de la cual puede dilucidarse si los caracteres en apariencia arcaicos de la cultura de un pueblo son autnticos o residuos de una cultura empobrecida. as coincidencias eternas a&ectan a las superestructurasD las discordancias internas a la estructura o cora$ón mismo de la cultura, #ue realmente es lo de%nitorio de la primiti*idad o no primiti*idad.
Cap" VII" La& e&trutura& &oiale& en 9ra&il entral 1 oriental #pp" +$$:.%" En con%rmación de las conclusiones del capítulo anterior aduce las instituciones de al'unas tribus brasile>as de ba)o ni*el de cultura material (coincidencia eterna, por lo cual /an sido cali%cadas como mu! primiti*as, pero de una estructura social mu! comple)a. as estru cturas dualistas de estas tribus son o ilusorias o, en la ma!oría de los casos, residuales. 0aracterística de la or'ani$ación *erdaderamente dualista pone la Breciprocidad de ser*icios entre las mitades, #ue estn asociadas ! a la *e$ se oponenC (p. 1AG, reciprocidad, #ue se mani%esta en un con)unto de relaciones particulares entre tío materno3sobrino, encuadradas siempre en dos mitades di&erentes. 6ebe e*itarse el ries'o de con&undir la concepción de los indí'enas sobre su propia or'ani$ación social con su &uncionamiento real, #ue puede ser mu!, o incluso totalmente, distinto.
Cap" VIII" ;E #pp" +:-+64%" as seme)an$as de las creencias e instituciones de pueblos arcaicos en re'iones distanciadas, p. e). mrica e =ndonesia, se /an eplicado: a por su comunidad de ori'en o procedencia, b por la seme)an$a estructural de pueblos de ori'en distinto, pero #ue /abrían /ec/o elecciones similares dentro del nmero de posibilidades institucionales. El a. se inclina por esta seme)an$a entre los principios estructurales re'uladores, en una ! otra re'ión, de la or'ani$ación social ! de las creencias reli'iosas. Para con%rmarlo estudia el Bsistema dualistaCde or'ani$ación, distin'uiendo *arias modalidades: 1estructura diametral, en su ma!oría, aldea de plano circular, cu!as dos mitades estn separadas por un dimetro teóricoD 2 estructura concéntrica, aldea tambin circular, di*idida en dos mitades, pero no por un dimetro, sino en &orma de dos círculos concntricos, de los cuales el ms pe#ue>o corresponde al con)unto de c/o$as ! el otro al terreno culti*ado, el cual a su *e$ se opone a la sel*a, #ue rodea el con)untoD A estructura triádica, resultado de simultanear la estructura social en perspecti*a diametral ! concntrica. Faturalmente se admite una comple)a red de or'ani$aciones deri*adas de estas estructuras bsicas. En cual#uier caso el dualismo suele mani&estarse en di*ersos planos: cí*ico ! sa'rado (casas de reunión3pro&ano (*i*iendas, solteros3casados, /ombres3mu)eres centro3peri&eria, etc.
III" ?AGIA ) RELIGION #pp" +6+-**% Cap" I@" El hehiero 1 &u 8agia #pp" +6$-4$%" 0omo punto de partida toma los traba)os de 0annon sobre los mecanismos psico%sioló'icos determinantes de la muerte por con)uro o sortile'io: a aislamiento social del /ec/i$ado por parte de sus &amiliares ! ami'os, ! aislamiento pro&esional (su eclusión de las acti*idades #ue desarrollaba en la sociedadD b aproimación a'resi*a, pues lo consideran muerto, ob)eto de temores, ritos ! pro/ibicionesD c su muerte real por no /aber podido subsistir su inte'ridad &ísica a la disolución de su personalidad social ! al consi'uiente temor. On proceso similar eplica, se'n el a., la e%cacia de ciertas prcticas m'icas, si bien sta depende de la creencia en la ma'ia en tres aspectos complementarios: 1 creencia del /ec/icero en la e%cacia de sus tcnicasD 2
del en&ermo cuidado por l o de la *íctima perse'uida por el poder del /ec/iceroD A un clima colecti*o concordante. Esta eplicación, ms psicoló'ica #ue socioló'ica, es aplicada por el a. a, *arios casos de /ec/iceros ! c/amanes en distintos pueblos primiti*os (pp. 185 ! ss..
Cap" @" La eaia &i8B7lia #pp" 4.-*%" En la actualidad la psicoterapia *erbal suele ir unida a la tcnica teraputica #uirr'ica. En la anti'-edad se distin'uía sta, llamada Barte mudaC (;EJ Aen 12, A9G, de la curación por medio de la palabra (ensalmo o con)uro m'ico encantamiento, etc.. El a. anali$a un encantamiento de los indios cuna (Panam. El ob)eto de este canto m'ico (encantamiento es a!udar en un parto di&ícil, tarea encomendada al c/amn de la tribu, nico capa$ de dominar a Muu, responsable de la &ormación del &eto, #ue se /a apoderado del purba = «alma de la &utura madre. El canto describe la bs#ueda ! /alla$'o del purba. nali$a el a. tres tipos de curas c/amanísticas: 1 sometimiento del ór'ano en&ermo a una manipulación &ísica o a una succiónD 2 combate simulado contra los espíritus mal%cosD A encantamientos ! acciones sin relación directa con la en&ermedad. 6istin'ue en este encantamiento la mitolo'ía psico%sioló'ica de la psicosocial. "e'n el a. Bla cura c/amanística est a medio camino entre nuestra medicina or'nica ! las teraputicas psicoló'icas como el psicoanlisisC (pp. 218 ! ss.D anali$a las con*eniencias ! al'unas di&erencias, una de ellas esencial en cuanto el trastorno a cur ar en un caso es or'nico ! en el otro psí#uico.
Cap" @I, La e&trutura del 8ito #pp" -..%" os mitos, se'n el a., /an sido considerados como: a ensue>os de la conciencia colecti*aD b di*ini$ación de persona)es /istóricosD c intentos eplicati*os de &enómenos (meteoroló'icos, etc. di&ícilmente comprensiblesD d ree)os de la estructura social ! de las relaciones sociales. BEl estudio de los mitos nos conduce a comprobaciones contradictoriasC (p. 229. "in embar'o, los mitos aparentemente arbitrarios se reproducen con los mismos caracteres en re'iones distintas ! distantes. 0ómo eplicarloN Por medio del anlisis estructural, #ue nos permite lle'ar a tres conclusiones #ue al menos tienen un *alor de /ipótesis de traba)o: B1 El sentido de los mitos no depende de los elementos aislados, inte'rantes de su composición, sino de la manera en #ue estn combinados esos elementosD 2 el mito pertenece al orden del len'ua)e, del cual &orma parte inte'rante, sin embar'o, el len'ua)e, tal como es usado en el mito, mani%esta propiedades especí%casD A estas propiedades sólo pueden buscarse por encima del ni*el /abitual de la epresión lin'-ísticaD con otras palabras, son de naturale$a ms comple)a #ue las #ue se encuentran en una epresión lin'-ística cual#uieraC (p. 2A2. Por lo mismo, como toda realidad lin'-ística, el mito est &ormado por unidades constituti*as, a las cuales llama Bma!oresC o BmitemasC, a %n de di&erenciarlas de las unidades in&eriores ordinariamente presentes en las estructuras de la len'ua: &onemas, mor&emas ! semantemas. "e trata de unidades cada *e$ ms comple)as e inclu!entes de la inmediatamente in&erior, pero dotadas de u na or'ani$ación anlo'a ! sometidas a las mismas le!es, por e)emplo los mitemas tienen con los semantemas la misma relación #ue stos con los &onemas. Por ser de índole superior debemos descubrir los mitemas en el plano de la &rase, pues de otro modo el mito no se distin'uiría de las restantes &ormas de discurso. 0ada unidad constituti*a del mito posee las naturale$as de una relaci!n, i"
e" consiste en la asi'nación de un predicado: p. e). Edipo mata a su padre, Edipo se casa con su madre, etc. Pero las B*erdaderas unidades constituti*as del mito no son las relaciones aisladas, sino haces de relaciones (pa#uets des relations), y s!lo en &orma de combinaciones de estos /aces las unidades constituti*as ad#uieren una &unción si'ni%canteC (p. 2A4. Este sistema es a la *e$ diacrónico ! sincrónico. Ona de las comparaciones, puestas por el a. (p. 2A4, lo aclara. "i un ser etraterrestre, desconocedor de nuestra escritura, #uisiera desci&rar los *olmenes de una biblioteca, debería desci&rar pre*iamente nuestro al&abeto, i. e. la lectura de i$#uierda a derec/a (cada línea ! de arriba /acia aba)o (cada p'ina Lsistema diacrónico, sucesi*oL. Pero si pretende desci&rar una partitura para or#uesta, debe simultanear este sistema con el sincrónico. Ona partitura or#uestal sólo tiene sentido leída diacrónicamente se'n un e)e (p'ina tras p'ina, penta'rama tras penta'rama, de i$#uierda a derec/a, pero, al mismo tiempo, sincrónicamente se'n otro e)e, de arriba aba)o, con)untando los penta'ramas correspondientes a los distintos instrumentos ! *oces. 6ic/o de otra &orma, todas las notas colocadas sobre la misma línea *ertical constitu!en una unidad constituti*a ma!or, un /a$ de relaciones. El a. aplica esta teoría al mito de Edipo (pp. 2A5 34A ! a al'unos mitos americanos (pp. 24A35A, a'rupando los /aces de relaciones en cuatro columnas *erticales con un mati$ especí%co en cada un a de ellasD p. e). = ! ==: relaciones de parentesco sobrestimadas ! subestimadas, ===: ne'ación de la autoctonía, ! =;: su a%rmación o dependencia del /ombre respecto de la tierra. a repetición de una misma secuencia en los mitos tendría como %n poner de mani%esto la estructura del mito.
Cap" @II" E&trutura 1 dial3tia #pp" .-**%" "e /a *enido admitiendo #ue el mito ! el rito desarrollan el mismo tema, si bien el mito lo /ace en el plano de la palabra ! el rito en el de la acción ! los 'estos. El a. pretende demostrar #ue esta /omolo'ía no eiste siempre o, me)or an, #ue, si se da, Bpodría ser un caso particular de una relación ms 'eneral entre mito ! rito ! entre los ritos mismosC (p. 25G, es decir, la relación mito3rito no debe buscarse Ben una especie de causalidad mecnicaC, sino Ben un ni*el dialctico, ni*el accesible sólo a condición de /aber reducido pre*iamente uno ! otro a sus elementos estru cturalesC (p. 258. En las p'inas si'uientes trata de demostrarlo mediante el anlisis de unos mitos ! ritos de los indios pa$rie, eplicati*os del ori'en de los poderes c/amanísticos, así como de ritos de otros pueblos primiti*os.
IV" ARTE #pp" *-$44% Cap" @III El de&doBla8iento de la repre&entai7n en el arte de A&ia 1 A83ria #pp" *2-2:%" Estudio de arte comparado en un aspecto comn a las artes de la costa noroeste de mrica ! de la 0/ina arcaica: el desdoblamiento de las %'uras o representación del cuerpo, a *eces sólo de la cara, mediante una ima'en desdoblada a ambos lados de un e)e *ertical, representación de un indi*iduo *isto de &rente mediante dos per%les, simetría mu! elaborada de los elementos (o)o, ore)as, arru'as, elementos decorati*os, etc., compatible a *eces con asimetrías en los detalles, estili$ación, es#uematismo o simbolismo, etc.D un
&enómeno similar se aprecia en el tatua)e, sobre todo del rostro. En las %'uras desdobladas la escultura o el dibu)o presenta un carcter realista, mientras #ue el dise>o, lo decorati*o, es ms bien simbólico. a eplicación de la presencia de este &enómeno en pueblos tan distantes no est en el ori'en comn (di&usionismo de los 'rupos e)ecutores de este estilo artístico. as coneiones eternas podrían eplicar la transmisión de un arte comn, pero no su persistencia a lo lar'o de *arios si'los ! /asta milenios. "ólo las coneiones internas, i. e. las estructuras, pueden eplicar esta persistencia. El desdoblamiento de la representación ree)a, adems, una teoría socioló'ica del desdoblamiento de la personalidad (pp. 288 ! ss.. Este estilo artístico pertenece siempre a pueblos #ue practican el enmascaramiento, !a por medio de la mscara, !a mediante el tatua)e. 6e esta suerte el desdoblamiento lle*a a un dualismo en di*ersos aspectos: Bescultura ! dibu)o, rostro ! decorado, persona ! persona)e, eistencia indi*idual ! &unción social, comunidad ! )erar#uíaC (pp. 28G388.
Cap" @IV" La &erpiente on el uerpo lleno de pee& #pp" 2.-22%" Epone las coincidencias míticas en di*ersos pueblos primiti*os americanos de nuestros días, #ue a!udan a desci&rar al'unas %'uras artísticas de pocas pretritas. Ono de estos temas de doble tradición literaria (mito ! artística (decoración cermica es el de la serpiente con el cuerpo lleno de peces. 0omo en otros casos, el presente mítico permite acceder a la interpretación del pasado artístico.
V" PRO9LE?AS !E ?ETO!O ) ENSEÑAN5A #pp" $4+-:+6% Cap" @V" La noi7n de e&trutura en etnolog0a #pp" $4+-:+6%" Ba noción de estructura social no se re%ere a la realidad empírica, sino a los modelos construidos de acuerdo con staC (p. A@5. 6istin'ue así dos nociones con&undidas a *eces: la de estructura social ! la de relaciones sociales. Estas son Bla materia prima empleada para la construcción de los modelos #ue ponen de mani%esto la estructura social mismaC (p. A@?. Para #ue los modelos mere$can el nombre de estructura deben cumplir cuatro condiciones: B1 Ona estructura presenta un carcter de sistema, i. e. una modi%cación cual#uiera en uno de sus elementos implica una modi%cación en todos los demsD 2 todo modelo pertenece a un 'rupo de trans&ormaciones, cada una de las cuales corresponde a un modelo de la misma &amilia, de suerte #ue el con)unto de esas trans&ormaciones constitu!e un 'rupo de modelosD A las propiedades antes indicadas permiten predecir de #u manera reaccionar el modelo, en el caso de #ue uno de sus elementos se modi%#ueD 4 el modelo debe ser construido de tal manera #ue su &uncionamiento pueda dar cuenta de todos los /ec/os obser*adosC (p. A@?. En las p'inas AAA ! ss. re&uta nociones de estructura social distintas de la dada por l. continuación epone di*ersos aspectos: obser*ación (de los /ec/os ! eperimentación (sobre los modelos, conciencia e inconsciente, estructura ! medida matemtica, modelos mecnicos ! estadísticos. Esttica social o estructuras de comunicación (pp. A2? ! si'uientes en tres ni*eles: de mu)eres, de bienes ! ser*icios, de mensa)es. 6e a/í #ue pueda esperarse #ue la antropolo'ía social, la ciencia económica ! la lin'-ística conu!an un día en una disciplina comn: la ciencia de la comunicación.
6inmica social: estructuras de subordinación: a orden de los elementos (indi*iduos ! 'rupos en la estructura s ocial (pp. A42 ! ss.D b orden de los órdenes (pp. A4G ! ss.D la sociedad comprende un con)unto de estructuras correspondientes a distintos tipos de órdenes: 1 órdenes B*i*idosC i. e. Hue son a su *e$ &unción de una realidad ob)eti*a ! #ue cabe abordar desde &uera, con independencia de la representación #ue los /ombres ten'an de ellaD 2 estructuras de orden BconcebidasC, no B*i*idasC, no susceptibles de una comprobación eperimental. "on las correspondientes al campo del mito ! de la reli'ión, probablemente tambin la ideolo'ía política.
Cap" @VI, Ap3ndie al ap0tulo @V #pp" $.:-.%" espuesta a la re&utación del anlisis de estructura social del a., /ec/a por J. Jur*itc/. "e'n el a., el ob)eto especí%co de la etnolo'ía no es la ad#uisición de un conocimiento completo de las sociedades estudiadas, sino descubrir sus B*ariaciones di&erencialesC.
Cap" @VIII" Lugar de la antropolog0a entre la& ienia& &oiale& 1 proBle8a& planteado& por &u en&ean=a #pp" $-:+6%" Panorama de la situación actual en la ense>an$a de la antropolo'ía tanto por su concepto no uni&orme en los distintos países como por las tres modalidades principales de su ense>an$a: a ctedras dispersasD b departamentosD c escuelas o institutos, &órmula esta ltima #ue a )uicio del a. es la ms satis&actoria. Epone la relación ! di&erenciación de la antropolo'ía social respecto de la antropolo'ía &ísica, etno'ra&ía, etnolo'ía, &ol7lore, ciencias sociales. ines de la antropolo'ía: ob)eti*idad, totalidad, si'ni%cación. a or'ani$ación de los estudios antropoló'icos. Ense>an$a e in*esti'ación. Papel de los museos de antropolo'ía.
?DTO!O E I!EOLOGA !EL ESTRUCTURALIS?O ANTROPOLFGICO primera *ista resulta ob*ia la distinción #ue separa el mtodo estructural de la doctrina estructuralista. "in embar'o, de /ec/o la coneión entre mtodo ! doctrina es muc/o ms pro&unda de lo #ue puede parecer. odo mtodo, aun el ms asptico, si es instrumento e%ca$ de traba)o, debe adaptarse al terreno doctrinal, en el #ue traba)a, ! al &ruto #ue se desea recolectar por su medio. Fo obstante, la distinción entre mtodo e ideolo'ía resulta cómoda ! *iable al menos como /ipótesis de traba)o, aun#ue pronto resaltan su li'a$ón ! sus mutuas implicaciones.
A" El 83todo de la antropolog0a e&trutural" ?3todo tra&plantado de la ling/0&tia 8oderna" a &onolo'ía moderna se /a dado cuenta de #ue, ms #ue el si'ni%cado o contenido de las palabras, a la /ora de precisar su alcance semntico preciso importa el conteto, es decir, e con)unto de relaciones de cada palabra con las restantes del mismo conteto ! teto. Ms an, la &onolo'ía estructural labora en un plano ms pro&undo #ue el de las palabrasD se mue*e en el de los &onemas. sí descubre, a%rma el a. si'uiendo a F. rubet$7o!, los pasos &undamentales del mtodo &onoló%co: Ba la &onolo'ía pasa del estudio de los
&enómenos lin'-ísticos conscientes al de su estructura inconsciente% b re/usa tratar los términos como entidades independientes ! toma, al contrario, las relaciones entre los trminos como base de su anlisisD cintroduce la noción de sistema"""% d busca descubrir leyes generales """ (p. 4@, (el subra!ado a#uí ! siempre en otras citas es el del ori'inal, a no ser #ue epresamente se ad*ierta lo contrario. B"in reducir la sociedad o la cultura a la len'uaC, la antropolo'ía estructuralista inicia Bla re*olución copernicanaC, #ue Bconsiste en interpretar la sociedad, en su con)unto, en &unción de. una teoría de la comunicaciónC (p. 95D c&r. tambin pp. GG392, A92, A99, etc.. El len'ua)e, la lin'-ística, #ueda así eri'ido en Bmodelo ló'ico #ue puede a!udarnos Lpor ser ms per&ecto ! me)or conocidoL a comprender la estructura de las otras &ormas de comunicación ... C (p. 9?. a aplicación de estas perspecti*as a temas de antropolo'ía social es inmediata: B0omo los &onemas, los trminos de parentesco son elementos de si'ni%caciónD como ellos ad#uieren esta si'ni%cación sólo a condición de inte'rarse en sistemasD los Bsistemas de parentescoC como los Bsistemas &onoló'icosC son elaborados por el espíritu en el plano del pensamiento inconscienteD la recurrencia, en %n, en re'iones del mundo ale)adas unas de otras ! en sociedades pro&undamente di&erentes, de &ormas de parentesco, re'las de matrimonio, actitudes seme)antes prescritas entre ciertos tipos de parientes, etc., permiten creer #ue, tanto en uno como en otro caso, los &enómenos obser*ables resultan del )ue'o de le!es 'enerales, pero ocultasC (pp. 4@341. Esta transposición del mtodo estructural de la moderna &onolo'ía a la etnolo'ía se percibe !a en el transplante de sus mismos tecnicismos, p. e). sincronía, diacronía, etc., o la &ormación de al'unos nue*os, p. e). mythemes (mitemas, pp. 2AA ! ss., gustemes ('ustemas, pp. 99 ! ss., para desi'nar las Bunidades constituti*as ma!oresC de los mitos ! del B'ustoC o del arte culinario de una sociedad, por asimilación a las Bunidades menores constituti*asC del len'ua)e: &onemas, mor&emas, semantemas, leemas (palabras, a las cuales inclu!e en sentido propio en el caso de los mitemas (pp. 2AA3A4, por analo'ía en el de los 'ustemas. a transposición de este mtodo a!uda a eplicar la *isión sincrónica, a/istórica por no decir anti/istórica, pre*alente en el estructuralismo, aun#ue a *eces pare$ca ne'arse. la antropolo'ía estructural no le interesa la 'nesis de las instituciones, etc., sociales, sino el con)unto de relaciones #ue pueden descubrirse en un momento dado, la estructura sub!acente. 6e este punto se tratar ms tarde. 6e acuerdo con una comparación, presente !a en el precursor de la lin'-ística estructural (. de "aussure, &urso de ling'ística general, uenos ires, 19G1, 15831?@, en el mtodo estructuralista, como en una partida de a)edre$, las posibles ! reales relaciones de las distintas pie$as en una posición determinada estn al alcance de cual#uiera, tanto si acaba de lle'ar como si /a presenciado el desarrollo de toda la partida, a pesar de #ue cual#uier )u'ada no sólo a&ecta a la pie$a mo*ida, sino #ue repercute en toda la estructura del )ue'o. El mtodo estructuralista, en cuanta tal, en cuanto disociado de toda doctrina o ideolo'ía, como cual#uier otro mtodo tiene una &unción instrumental. "e a%rmar del todo o con atenuaciones o simplemente se rec/a$ar su empleo de acuerdo con los resultados positi*os o no, duraderos o transitorios, a los #ue condu$ca. mi )uicio, los resultados obtenidos en lin'-ística son, en 'eneral, *lidos. Precisamente este ito /a moti*ado su traslado a otros campos,
concretamente a la antropolo'ía, obraQ de *i3"trauss, #uien lo /a /ec/o con acierto respecto de los sistemas de parentesco, en cuanto a los trminos se re%ere, no respecto de lo ms pro&undo de las realidades &amiliares. El salto de una disciplina a otra recibe un impulso eterno desde la lin'-ística ! los ecelentes resultados en ella obtenidos. Pero la moti*ación interna *iene dada por el principio de la isomor&ía, #ue permite trasladar a una materia las ad#uisiciones del estudio de estructuras isomor&as en otra materia o disciplina. Este principio dio el impulso inicial para saltar desde los sistemas lin'-ísticos a los de parentesco. Pero despus, tal *e$ por la comodidad de la inercia, lo lan$ó a otros terrenos, por e)emplo, las instituciones sociales, la or'ani$ación social, el arte, la moda, la mitolo'ía, el ritual, la reli'ión, etc. (c&r. pp. 95, 11A ! si'uientes, 18A ! si'uientes, 22G ! si'uientes, 2?9 ! ss., 295 ! ss., etc., /asta el etremo de /aberse constituido en el e)e ! motor de toda la obra. Para comprobarlo, basta leer el capítulo <; (pp. A@A 3A51, del cual entresaco el si'uiente prra&o: BFuestras in*esti'aciones no tienen ms #ue un inters, #ue es el de elaborar modelos cu!as propiedades &ormales son, desde el punto de *ista de la comparación ! de la eplicación, reducibles a las propiedades de otros modelos, #ue los retoman en ni*eles estrat'icos di&erentes. sí podemos esperar abatir los tabi#ues entre las disciplinas *ecinas ! promo*er entre ellas una *erdadera colaboraciónC (p. A1A. a trans&erencia metodoló'ica ! el interdisciplinarismo estn cla*ados en la entra>a misma del estructuralismo al mismo tiempo #ue son la cla*e de su aplicación a sectores tan dispares como la reli'ión, el anlisis literario, el marismo, el arte, la cocina, las modas. Pero estos sucesi*os traslados se /an operado !a, al menos en ms de una ocasión, sin el ri'or cientí%co del primer paso. Precisamente estos pasos en &also por culpa de una intencionalidad ideoló'ica, es decir, el /ec/o de #ue el estructuralismo es al'o ms #ue un mtodo ! siempre un mtodo o instrumento usado con una intención mu! determinada, al ser*icio de una concepción concreta del /ombre, )usti%can su transcendencia ! el inters #ue /a suscitado. Esta concepción del /ombre implica su misma destrucción, sobre todo en cuanto indi*iduo ! persona. El /ombre !a n o es l ni un ser #ue se *a per&eccionando a lo lar'o de su *ida en colaboración con el di*ino Iacedor ! edentor, sino al'o /ec/o ! constituido por una realidad colecti*a inconsciente ! superior: la estructura. El /ombre #ueda así atrapado en las mallas de la tupida red de la estructura en sus distintas *ertientes: lin'-ística, bioló'ica, socioló'ica, etc., sin #ue nadie ni dentro de l mismo (el espíritu, el alma ni distinto de l (6ios pueda liberarlo, pues se prescinde de todo lo #ue no sean estructuras ! relaciones. betividad del método estructuralista en antropología y algunos reparos" *i3"trauss reali$a sus in*esti'aciones mediante un mtodo ri'urosamente ob)eti*o ! de escrupulosidad cientí%ca, al menos en apariencia. 6istin'ue Bla obser*ación de los /ec/os ! la elaboración de los mtodos, #ue permiten emplearlos para construir modelos... En el plano de la obser*ación la re'la principal Lcasi podría decirse la nicaL es #ue todos los /ec/os deben ser obser*ados ! descritos con eactitud, sin permitir #ue los pre)uicios teóricos alteren su naturale$a e importancia. Esta re'la implica otra, por *ía de consecuencia: Blos /ec/os deben ser estudiados en sí mismos... ! tambin en relación con el con)unto ... C (p. A@G. Ona ! otra *e$ insiste en la necesidad de Bla bs#ueda intransi'ente de una ob)eti*idad totalC (p. 298 ! en Bel cuidado por los detalles concretosC (p. A@G, Bla atención apasionada ! casi maníaca a
los pormenoresC (p. A5G, #ue el etnó'ra&o debe conocer directamente, por B/aber *i*ido con los indí'enas ! /aberse *isto asociado a sus ceremonias como espectador o como participanteC (p. AG1, c&r. tambin pp. A9G 399 dedicadas precisamente a la Bob)eti*idadC. En su respuesta a Jur*itc/ mati$a an ms las dos etapas del mtodo estructuralista en antropolo'ía: a Bobser*ar, describir ! anali$ar, con una minuciosidad a *eces desalentadora, las &ormas de sociedad, los 'rupos ! los ms tenues matices de la *ida colecti*a ... CD b Bla in*esti'ación de las estructuras cuando, tras /aber obser*ado lo #ue eiste, tratamos de etraer los nicos elementos estables L! siempre parcialesL #ue permitirn comparar ! clasi%carC (pp. A5? 35G. Por tanto, los datos aportados en sus estudios sobre los trminos de parentesco, las costumbres, los mitos, los ritos, etctera, de tantas tribus americanas, comprobados personalmente por el a., merecen crdito, a no ser #ue al'n otro etnó'ra&o o estudioso demuestre su &alsedad del todo o en parte tras una con*i*encia ms prolon'ada o ms pro&unda con esas 'entes en el supuesto de #ue toda*ía eistan como 'rupo tnico ! de #ue no se /a!an alterado sus instituciones. Pero el criterio del a., su orientación seleccionadora en orden a elaborar la respecti*a estructura, puede retener unos elementos ! preterir otros o, al menos, determinados aspectos de los datos consi'nados, #ue tambin son autnticos, lo mismo #ue el ceda$o conser*a el sal*ado, los pa)otes, mientras de)a caer la /arina %na. *i 3"trauss selecciona datos con&orme a su personal entender, #ue cristali$an de acuerdo con su forma mentis, la cual e*identemente no es reli'iosa. El mismo autor lo reconoce en el capítulo dedicado a la estructura de los mitos. En concreto, cuando aplica el mtodo al mito de Edipo, con%esa #ue se trata de Buna cierta tcnica, cu!o empleo probablemente no es le'ítimo en este caso particular en ra$ón de las incertidumbres #ue acaban de ser indicadasC (p. 2A5. a estrate'ia se'uida en orden a alcan$ar el ob)eti*o pretendido #ueda al descubierto poco despus: B"e proceder... ensa!ando sucesi*amente di*ersas disposiciones de los mitemas, /asta #ue se encuentre una #ue satis&a'a las condiciones enumeradas en la p. 2AAC. 6e a/í su aler'ia a mane)ar todo el material realmente eistente ! la necesidad admitida de circunscribirse a parcelas reducidas. 6e a/í su tendencia a seleccionar los datos ! su *irtuosismo en la reali$ación de todas las combinaciones estructurales posibles. 6e a/í, en %n, #ue lle'ue a la mutilación o de&ormación de al'unas narraciones míticas, #ue de otro modo no enca)arían en su cuadriculado ideoló'ico, p. e). prescinde de la BserpienteC ! del Bpapa'a!oC en el mito ereno del ori'en del tabaco (c&r. su otra obra, *e &ruit et le &uit, París, 19?4, pp. 1@G31@8 ! ss., así como el /ec/o sintomtico de su pre&erencia casi eclusi*a por los mitos etioló'icos de un rea determinada (mrica del "ur, relacionados precisamente con la base económica (estructura marista de las culturas (superestructuras, mientras prescinde de los mitos teo'ónicos ! soterioló'icos, no menos 'enuinos ! primiti*os, pero incapaces de ser interpretados sin *alorar su sentido e in'redientes reli'ioso3morales. o mismo *ale de su descripción de los c/amanes, interpretados en cla*e socio3psicoló'ica (caps. =<3<. l menos los c/amanes euroasiticos tan &recuentes en la anti'-edad ! an /o! eistentes, por e)emplo en "iberia, estn caracteri$ados por su creencia en un alma o B!oC separable del cuerpo mediante tcnicas adecuadas an durante la *ida sobre la tierra con la posibilidad de *ia)ar, así separada, a re'iones le)anas, sobre todo al mundo de los espíritus. 6e a/í sus poderes peculiares. al *e$ los
c/amanes americanos presenten otra modalidad, ms no creo #ue lle'uen a di&erenciarse en lo esencial. 6e /ec/o la bs#ueda del BpurbaC o alma de la &utura madre por parte del c/amn, apuntada en la p. 2@G, con%rma la coincidencia. Pero el a. no consi'na los datos &enomenoló'icos del c/aman mismo, #ue pondrían de relie*e ! en primer lu'ar, la *ertiente espiritual del /ombre. Muc/o me temo #ue este silencio responda no a la ob)eti*idad metodoló'ica sino a un pre)uicio ideoló'ico. Hui$ sería interesante una in*esti'ación completa sobre el c/amanismo suramericano. 0on todo el a. reconoce #ue sus Binterpretaciones son &ra'mentarias ! aisladasC (p. AGA, así como. las limitaciones de sus obser*aciones eperimentales entre los actuales pueblos primiti*os: B0ómo penetrar en los resortes de una sociedad, #ue nos es etra>a, al cabo de una permanencia de unos meses, desconociendo su /istoria ! con un conocimiento de su len'ua rudimentario en la ma!oría de los casosN a in#uietud aumenta, cuando se nos *e tan impacientes por reempla$ar por es#uemas esta realidad #ue se nos escapaC (p. A58. Esta con&esión de)a la puerta abierta a una posibilidad, se'uramente realidad en ms de un caso. a n o percepción de al'unos datos *aliosos o su ol*ido puede deberse a no /aber sintoni$ado el in*esti'ador Lpor &alta de tiempo, de tacto o de mtodo adecuadoL con las 'entes primiti*as, ob)etos de la in*esti'ación. "i se trata de 'rupos de reli'iosidad esotrica, no rara en los pueblos primiti*os, resulta casi ine*itable #ue se escapen n o sólo distintas &ormas ! mani&estaciones reli'iosas, sino incluso el /ec/o mismo o la eistencia de su reli'iosidad. 6arin, tras /aber estado dos *eces en la ierra de ue'o, proclamó #ue los &ue'uinos, especialmente los yamana, carecían de reli'ión. la misma conclusión lle'aron no pocos misioneros, a pesar de *i*ir con ellos de modo prolon'ado. "u carencia de reli'ión, este ateísmo ori'inario, &ue un dato de cultura 'eneral entre los a%cionados a estos temas, /asta #ue Jusinde ! Roppers se 'anaron la con%an$a de los &ue'uinos, lle'ando a ser admitidos a su iniciación reli'iosa. "ólo así, 'racias a di*ersas circunstancias &a*orables, des*elaron el misterio de su creencia en un "er su premo, sus propiedades, las ple'arias ! sacri%cios, etc. (0&. S. Roppers, +l hombre más antiguo y su religi!n, en . Roeni', &risto y las religiones de la tierra, , Madrid, 19?@, pp. 1413152. En %n, la elección de unos datos, la preterición de otros ! el #uedar al'unos, si no ol*idados, del todo, por lo menos como en penumbra, puede atribuirse en ms de un caso a la precariedad de las tareas del in*esti'ador entre pueblos primiti*os o, #ui$, a 'enerali$aciones cómodas como, p. e). cuando centra la cuestión en Bsaber si en mrica del "ur es posible, en al'n caso, /ablar de autnticos ca$adores ! recolectoresC (p. 12A, *lida tal *e$ para el rea tropical estudiada por el a., mas no para el resto. a eistencia de tribus de *ida autnticamente ca$adora ! recolectora es una realidad demostrada para otras reas suramericanas. as 'enerali$aciones parecen ser un recurso ordinario en el estructuralismo antropoló'ico, dada la trans&erencia de las estructuras de un sector a otro, de una institución social a otra, por su naturale$a sub!acente e inconsciente (p. 28, etc.. "in embar'o, se'n #ueda indicado, tambin puede deberse en ms de un caso al tami$ mental, a la postura reli'iosa o irreli'iosa del in*esti'ador. "i se rastrean las inter&erencias entre mtodo, ciencia e ideolo'ía, se detectar el acarreo subrepticio de unos materiales ! la anulación de otros por ei'encias del ser*icio a una
determinada ideolo'ía. 6e a/í la oportunidad de per%lar ! de *alorar la ideolo'ía de *i3"trauss.
9" Ideolog0a del autor de la Anthropologie &truturaleH" El talante del in*esti'ador estructuralista inter*iene, por lo menos, tanto al determinar los principios Ladoptados no por su e*idencia, sino por permitir una ms &cil ! per&ecta sistemati$ación de los datos3 , cuanto en la selección de los datos empíricos, #ue deben inte'rarse en el sistemaD esta selección responder al criterio del autor en su distinta modalidad personal, de escuela ! de poca. 0ori&eo de la ltima moda intelectual, *i3"trauss incuba su talante /umano e intelectual en al'unos de los mo*imientos representati*os de nuestro tiempo: el marista, el &reudiano !, como amal'ama 'enrica, el positi*ismo. "e /a /ablado muc/o del inu)o del mtodo estructural de este a. "e /a insistido muc/o en ello ! no sin &undamento, pero tal *e$ demasiado en el /ec/o en sí sin tratar de poner al descubierto las moti*aciones de la adopción tan &er*iente de estructuralismo como mtodo antropoló'ico, por parte de *i3"trauss. Merece la pena intentar a*eri'uar si esta adopción /a sido resultado de un descubrimiento cientí%co o, ms bien, de un pre)uicio ideoló'ico. Ona con&esión autobio'r%ca del mismo a. nos brinda la cla*e: BIacia los diecisiete a>os &ui iniciado en el marismo... a lectura de Mar me arrebató tanto ms cuanto #ue a tra*s de ese 'ran pensador me ponía por *e$ primera en contacto con la corriente %losó%ca #ue *a de Rant a Ie'el. odo un mundo se me re*elaba. 6esde ese instante, este &er*or nunca se *io contrariado ! rara *e$ me pon'o a desentra>ar un problema de sociolo'ía o de etnolo'ía sin *i*i%car mi reeión pre*iamente con al'unas p'inas del -. /rumario de *uis /onaparte o de la &rítica de la economía política (ristes trópicos, uenos ires, 19G@, p. 45. a &uer$a de este reconocimiento: rara ve0 me""" mi re1e2i!n previamente""" acenta el intencionado sometimiento de todas sus in*esti'aciones antropoló'icas ! de su mismo mtodo estructural al ser*icio de la ideolo'ía marista. Esta ideolo'ía aparece tambin en esta obra ! naturalmente en su propio clima positi*ista ! ateo.
Po&iti'i&8o" "e /a /ablado del Bateísmo metodoló'ico de la cienciaC, ! no sin ra$ón en cierto sentido. El actual conocimiento cientí%co ! tcnico tiende 'eneralmente a ser positi*o, empírico, &enomenoló'ico. 0uando estas ciencias positi*as se mue*en en su propio terreno, pueden mantenerse al mar'en tanto de los principios %losó%cos, meta&ísicos, como de las realidades reli'iosas. a persona dedicada /abitualmente a las ciencias positi*as corre el ries'o de padecer miopía de alcance reli'ioso. "i el o)o, acostumbrado a *er de cerca en el caso de las personas consa'radas al estudio, padece como de %)ación ! su miopía le impide *er, al menos con normalidad, a una distancia distinta de la /abitual, el cientí%co /abituado a la inmediate$ de lo sensible ! eperimentable puede ser propenso a padecer de miopía reli'iosa, corriendo el ries'o de no *er o de prescindir de 6ios ! de lo espiritual. Este ries'o aumenta e n pocas de embria'amiento cientí%co ! sensorial como la nuestra, en las cuales /asta por la inercia ambiental se tiende a prescindir del pensamiento meta&ísico e incluso se menosprecia el conocimiento no sensible, no eperimentable ni mensurable. Esta mentalidad positi*ista eplica Bla atención apasionada ! casi maníacaC del a. Ba los pormenoresC ! a Blos detalles concretosC, #ue !a /e se>alado, así
como su postura despreciati*a e irónica respecto a la B%loso&íaC ! a la Bmeta&ísicaC, causa de #ue otros in*esti'adores rec/acen, se'n l, sus teorías (c&r. pp. 9?, AG@, etc.. simismo de a#uí arranca su postura ante lo reli'ioso, #ue le lle*a a prescindir de 6ios, del alma /umana, etc., e incluso a no mencionarlos: a no ser, por e)emplo respecto del alma, en el caso citado de BpurbaC, ! en otra ocasión por enca)ar dentro de su concepción dialctica de en&rentamiento ! /asta de Bluc/a de clasesC de Balmas masculinas3&emeninasC entre los nambi7ara, ree)o del sistema económico3social (c&r. p. 1A1D a esta luc/a asocia de al'n modo la oposición Breli'ioso3pro&anoC (p. 15G. Faturalmente ni en la biblio'ra&ía 'eneral (pp. 41934A5 ni en las notas de pie de p'ina cita obras de los etnólo'os e /istoriadores de p'ina cita obras de los etnólo'os e /istoriadores de las reli'iones de los pueblos primiti*os #ue epresan opiniones contrarias a la su!a en este punto, al'unos tan benemritos como S. "c/midt, RTpppers, ! toda la Escuela de ;iena, etc. Por tanto, prescinde de la di*inidad ! de lo espiritual, así como de lo primario del sentido de la dependencia del /ombre respecto de 6ios, #ue no estn al alcance de los sentidos. Pero calla tambin lo reli'ioso en sus mani&estaciones eternas: ritos concretos, mitos, 'estos oracionales, sacri%cios clticos, etctera, #ue en consonancia con la constitución psicosomtica del /ombre *a íntimamente unidos a lo primario, a pesar de ser apre/ensibles por los sentidos Lmuc/o ms entre los pueblos primiti*osL. Fi si#uiera por inters cultural estudia las mani&estaciones reli'iosas en la *ida de los pueblos ! en los mitos, ob)eto de su anlisis antropoló'ico. 0uando /abla del ritual o de los mitos salta por encima de su contenido pro&undo, reli'ioso, para #uedarse en la super%cie, con*irtindolos en meras re&erencias &ormales. Por eso, Bel mito, el rito, la reli'iónC #uedan reducidos a Blen'ua)es, similares a la len'ua mismaC (p. 9?, a &enómenos socioló'icos ! Baspectos de la *ida socialC (p. G1, a Buna reor'ani$ación de la eperiencia sensible en el seno de un sistema semnticoC (p. 1@9, a Bestructuras de ordenconcebidas, pero no vividas, #ue Bno corresponden directamente a nin'una realidad ob)eti*aC (p. A4G. esta ob)eción de positi*ismo, *i3"trauss podría respondernos #ue ni si#uiera /a pretendido lle'ar a una *isión completa del /ombre, pues supondría la con)unción de los resultados de no pocas especialidades cientí%cas, al'unas de las cuales apenas /an dado los primeros pasos !, por consi'uiente, son incapaces de /aber alcan$ado meta al'una o conclusiones serias (pp. A84 ! ss.. Precisamente a#uí se palpa la &alsedad del planteamiento de la antropolo'ía estructural. Propio de un in*esti'ador puede ser el circunscribirse a las ciencias positi*as. Mas el silenciamiento del dilo'o con otro sector ! en perspecti*as distintas descubre una postura decididamente ideoló'ica de si'no positi*ista. Este positi*ismo podría parecer in'enuo en los inicios de las ciencias naturales, psicoló'icas, socioló'icas, etc., pero a/ora el per&eccionamiento de los mtodos ! los a*ances conse'uidos respaldan su autosu%ciencia. El positi*ista estructural prescinde de la reli'ión ! de sus mani&estaciones, pero sin alardeD pasa por encima de las eteriori$aciones reli'iosas su mirada Bcientí%caC ! o no les /ace caso ni las consi'na o, si lo /ace, las cla*a en el lbum entomoló'ico de las estructuras inconscientes de base socioeconómica ! allí las de)a inertes, sin percibir su aleteo *ital.
?arosC (p. A?4. esalta sí eplícitamente el propósito de sus in*esti'aciones etnoló'icas, así como la pre*alencia de la ideolo'ía sobre lo cientí%co ! la supeditación del mtodo estructural a la misma. econoce #ue de /ec/o /a conse'uido Bcolocar ambas nociones (sociedad ! cultura en una perspecti*a compatible con los principios del marismo...C, al mismo tiempo #ue /a elaborado Buna /ipótesis marista sobre el ori'en de la escrituraC ! dedicado Bdos estudios a tribus brasile>as (cadu*eo ! bororo, #ue son una tentati*a de interpretación de las superestructuras indí'enas, &undada en el materialismo dialcticoC (p4 A?5. 6e a/í su reacción, no mu! considerada, cuando al'n crítico presenta su doctrina como des*iada de la doctrina de Mar o de En'els, ! su empe>o en demostrar su concordancia ms %el (c&r. pp. A?83AG5 o su de&ensa de la antropolo'ía aplicada por la sola ra$ón de /aberla usado Mar en la redacción del libro primero de El capital (p. 41G, nota l, así como la cate'oría de maestro ! autoridad suprema de Mar a la /ora de precisar !, en cierto modo, recti%car completando la doctrina del precursor del estructuralismo lin'-ístico, . de "aussure, incluso sobre temas como la diacronía ! la sincronía de e*idente ori'en e impronta lin'-ística (p. <<<=;. En con%rmación de este ltimo aspecto pueden comprobarse las citas tetuales de Mar ! el *alor #ue se les atribu!e (c&r. pp. A1, 1@9311@, A?93G@, etc..
!e&arrollo dial3tio de la ultura" El marismo de la antropolo'ía estructural presupone la aplicación del e*olucionismo dialctico, /e'eliano, a la cultura ! distintos aspectos de la *ida de los pueblos. la tesis: Bsociedades &ríasC (pueblos primiti*os, Bre'idas por los laos de consan'uinidad (llamados /o! estructur as de parentescoC (p. A?9, /abría sucedido la antítesis: Bsociedades calientesC, aparecidas tras la re*olución neolítica con la luc/a de clases ! castas como base de%nitoria de su constitución (pp. A?93G@ ! &uente esencial de su de*enir, para desembocar en la síntesis o inte'ración de las características de ambas sociedades en u n &uturo presa'iado por el etnó'ra&o. Entonces se reali$ar el BparaísoC en la tierraD se pasar Bde un tipo de ci*ili$ación, #ue inau'uró en el pasado el de*enir /istórico, pero al precio de una trans&ormación de los /ombres en m#uinas, a una ci*ili$ación ideal, #ue conse'uiría trans&ormar las m#uinas en /ombresC (pp. <=;3<;=. a e#uiparación de los pueblos primiti*os actuales ! de los anteriores al neolítico carece de &undamento. Ua se descon&ía de la *alide$ del comparati*ismo etno'r%co, por el cual se traslada lo Bprimiti*oC actual a lo arcaico, saltando por encima de miles de 7ilómetros en el espacio (de los Bprimiti*osC australianos, americanos, centroa&ricanos, etc., a los ca*ernícolas cntabro3pirenaicos3&ranceses del paleolítico ! milenios inmediatamente post3paleolíticos ! de milenios en el tiempo (del s. << d. 0. a los milenios <<<3;== a. 0. (por respetar la di*isoria neolítica puesta por el a. (c&r. M. Juerra,&onstantes religiosas europeas y sotoscuevenses, ur'os, 19GA, ?A3?G. dems media la di&erencia radical de #ue los /ombres paleolíticos
e*olucionaron mientras #ue los llamados primiti*os de nuestros días continan estancados o se etin'uen por culpa de un medio ambiente /ostil o por la irrupción del /ombre ci*ili$ado con sus tcnicas. Por otra parte, si nos empe>amos en buscar la cla*e del pro'reso de las Bsociedades calientesC desde el neolítico /asta nuestros días, ms #ue en la luc/a de clases inter/umana la encontraríamos en la luc/a con el medio ambiente. 6e /ec/o la e*olución cientí%co3tcnica se /a operado en las re'iones templadas o &rías de la tierra, no en las clidas tropicales, donde el /ombre necesita menos de todo, /asta de comida ! *estido, e incluso su misma *oluntad padece de indolencia. En %n, todo lo #ue se a%rme sobre esa Bci*ili$ación idealC del &uturo ser producto apriorístico de una ideolo'ía, en este caso marista, empe>ada en ubicar el BparaísoC sobre la tierra ! en el ms ac de la muerte. Por lo dems es un acierto del a. la re&utación de la concepción de *i3ru/l, se'n la cual la mentalidad del primiti*o es ms p reló'ica #ue ló'ica ! no se sentía obli'ada a e*itar lo #ue el /ombre ci*ili$ado de mente ló'ica o racional llama contradicción. as representaciones míticas no pueden #uedar recluidas en la antecmara de la ló'ica (pp. <=, 254 255. a di&erencia (entre la mentalidad cientí%ca ! la mítica no consiste tanto en la cualidad de las operaciones intelectuales, cuanto en la naturale$a de las cosas sobre las #ue recaen dic/as operaciones (p. 255. Fo obstante, resulta un tanto roussoniana la a%rmación: BOn pueblo primiti*o no es un pueblo atrasadoC respaldada por el /ec/o de #ue Bpuede, en tal o cual campo, re*elar un espíritu de in*ención ! reali$ación #ue de)a mu! por detrs los lo'ros de los ci*ili$adosC (p. 114. Fotemos de paso #ue el mismo a. /abla de su descubrimiento de Mar (condicionamientos económicos, etc., de ousseau. (bondad de la naturale$a /umana ! de reud (el inconsciente, etc., de #ue /ablar despus. esulta sintomtico #ue en esta obra el nico epí'ra&e a uno de sus capítulos, el <;, sean unas &rases de +. +. ousseau, tomados precisamente de su 3iscours sur * 4origine de *4inégalité parmi les hommes" Ona cosa es #ue no sea necesariamente atrasado o el a%rmar la i'ualdad intelectual e in&erioridad instrumental, tcnica, del primiti*o respecto el ci*ili$adoQ *lido tambin para los /ombres del paleolítico (c&r. M. Juerra, o. c., 2@1 ! ss., ! otra bastante distinta el aioma de #ue Bun pueblo primiti*o no es un pueblo atrasadoC. a mentalidad, imbuida del proceso dialctico, probablemente a!ude a eplicar las pre&erencias del a. por descubrir tesis ! antítesis, ! su tendencia a concebir como en&rentados casi todos los &enómenos sociales. 6e a/í su a%rmación del dualismo en casi todos los ni*eles, p. e). los capítulos dedicados al dualismo social ! las re&erencias al mismo #ue salpican casi toda la obra (pp. 14, 15, 29, A@, ?@, 11G3121, 12G, 1AA3145, 14A318@, AG4 o, en 'eneral, al proceso dialctico de la /istoria (pp. 25G3??, etc. ! su aplicación a las actitudes ! denominaciones (pp. A4A ! ss.... Probablemente, tambin es sta la cla*e de su desinte'ración de los mitos en /aces de relaciones, inte'radas de dos en dos en tesis3antítesis, p. e). relaciones de parentesco sobrestimadas ! subestimadas, a%rmación ! ne'ación de la autoctonía (pp. 2A? ! ss.. "e trata, por consi'uiente, de una cla*e, producto de una ideolo'ía, ! ms sub)eti*a #ue ob)eti*a o ree)o de la realidad social o mítica. +structura socio5econ!mica y superestructuras" "on clsicas las de%niciones de estructura en lin'-ística, #ue suelen %'urar /asta en los manuales: BEntidad autónoma de dependencias internasC o, con otras palabras, Bun todo &ormado por &enómenos solidarios, de tal suerte #ue
cada uno depende de los otros ! no puede ser el #ue es, sino en ! por su relación con ellosC. *i3"trauss reco'e los elementos de la estructura social, #ue reduce a cuatro en el capítulo dedicado precisamente a este tema (pp. A@A3A52, sobre todo en el prra&o !a transcrito (p. A@?. El inu)o de la de%nición de estructura en lin'-ística es claro. Ms an, su insistencia en la repercusión de cual#uier modi%cación de uno de sus elementos en todos los dems recuerda la comparación de . de "aussure ( &urso de ling'ística""", 159, sobre el inu)o de los mo*imientos de cual#uier pie$a de a)edre$ en los restantes. "in embar'o, resalta su procedencia marista , cuando reconoce B/aberla tomado de Mar ! de En'els Lentre otrosL, otor'ndole un papel esencialC (p. A?4, silenciando, esta *e$, el inu)o de los lin'-istas #ue podemos suponer implícitos en el inciso Bentre otrosC. 6esde lue'o, el pro!ecto de la estructura social coincide en, no pocos puntos con el marista. asta la si'uiente enumeración: a =n&raestructura ! superestructuras. BEn la misma línea del pensamiento de MarC establece la distinción entre Bin&raestructura ! superestructuras C (pp. A??, A48 ! n ota l, #ue, a %n de epresarse Ben un len'ua)e ms &amiliar a los antropólo'os an'losa)onesC la cambia por la de structures d6ordre «concues y «vécues (pp. A4G3A48. a in&raestructura, base de todo lo /umano ! social, o Blas estructuras de orden *i*idasC, nicas, #ue Bson a su *e$ &unción de una realidad ob)eti*aC (p. A4G, estn constituidas por lo socioeconómico (pp. A?53??, A2G3A@, A49, etc.. as superestructuras entrete)en todos los dems aspectos /umanos: reli'ión, mitolo'ía, arte, derec/o, etc. (pp. A4G 349, A?5, etc., las cuales Bestructuras de orden concebidas, no !a *i*idas, no corresponden directamente a nin'una realidad ob)eti*aC ! escapan a toda Bcomprobación eperimentalC (pp. A4G348. Por tanto, todo o es materia o simple ree)o de la estructura material. En sintonía con el ms puro marismo no nie'a la eistencia de &actores reli'iosos, literarios, )urídicos, artísticos, políticos, etctera, pero los reduce a materiales. 6e acuerdo con las Bense>an$as del materialismo /istóricoC no postula Buna especie de armonía preestablecida entre los di*ersos ni*eles de estructura. Pueden mu! bien /allarse L! esto ocurre con &recuenciaL en contradicción unos con otros, pero las modalidades se'n las cuales se contradicen pertenecen todas al mismo 'rupo. Entre la base in&raestructural ! las superestructuras, incluso entre estas mismas, se dan íntimas relaciones positi*as ! ne'ati*asD mas n unca es admisible la eistencia de una &uer$a puramente espiritual, ni consi'uientemente su capacidad de alterar el proceso social #ue est determinado siempre ! sólo por &uer$as materiales de uno u otro tipoC (pp. A?5 ! ss.. Para e*itar la contradicción, silencia los datos antropoló'icos, #ue no enca)an en este sistema. Ms an, selecciona los mitos con tanto ri'or marista #ue no acepta ni anali$a sino los etioló'icos, o sea, los re&eridos de ordinario a la base económica de las culturas primiti*as o en cuanto a ella se re%eren, prescindiendo de los teo'ónicos ! soterioló'icos, en los cuales salta a la *ista la inter*ención de la di*inidad ! de lo espiritual, así como la repercusión de las creencias reli'iosas de ms enrai$amiento especí%camente /umano #ue lo económico apriorísticamente catalo'ado como base ! condicionamiento re'ulador de todas las acti*idades del /ombre ! de los pueblos. "i al'una *e$ aporta al'n dato reli'ioso o, se'n su terminolo'ía pre&erida, Bmeta&ísicoC (p. 1A1, etc., no es para resaltar su autonomía ni sublimación, sino para presentarlo como pro!ección de la or'ani$ación laboral,
por e)emplo el destino de Blas almas masculinas (reencarnaciónC ! &emeninas (disipadas en el *ientoC tras la muerte de acuerdo con el sistema de traba)o ! de aportación económica de los /ombres (Bcomo los rastro)os de sus poseedores sern nue*amente culti*adas tras los lar'os barbec/osC ! de las mu)eres (almas, Bcondenadas a la misma inconsistencia #ue la recolección ! el almacenamiento, propias de las mu)eresC en el ms ac de la muerte entre losnambi7$ara (p. 1A1. n admitido ese dispar destino ultraterreno de las almas de los /ombres ! de las mu)eres, no de)a de sorprender a cual#uier mirada imparcial esa Btraducción del con)unto (socioeconómico ! laboral en el plano meta&ísico, en la desi'ualdad del destino #ue espera a las almas masculinas ! &emeninasC (p. 1A1, #ue probablemente tiene ms BinconsistenciaC #ue la atribuida a las tareas a'rícolas de las mu)eres. El positi*ismo marista del estructuralismo antropoló'ico reduce así con un por#ue sí ideoló'ico Lpre)uicio apriorístico de nin'n modo cientí%coL, la comple)idad psicosomtica de todos ! cada uno de los /ombres, a lo materialmente empírico ! estadístico. a *erdadera ! nica realidad del /ombre es su base económica ! bio#uímica. sí lo reconoce con descaro en otras obras su!as: BEl %n primordial de las ciencias /umanas no es constituir al /ombre sino disol*erle..., reinte'rar la cultura en la naturale$a !, %nalmente, la *ida en el con)unto de sus condiciones &ísico3#uímicasC (+l pensamiento salvae,Mico, 19?4, pp. A5G358, de suerte #ue al'o de tanta comple)idad socio3política, reli'iosa, etc., como una re*olución Bse resuel*e en un a multitud de mo*imientos psí#uicos e indi*iduales. 0ada uno de sus mo*imientos traduce e*oluciones inconscientes, ! stas se resuel*en en &enómenos cerebrales, /ormonales ! ner*iosos, cu!as re&erencias son tambin de orden &ísico o #uímicoC (bídem, p. A4@. U la ra$ón, la inteli'encia, lo ms ecelso del /ombre pierde su espiritualidad para #uedar cosi%cadaD se con*ierte en Bcosa entre cosasC (*e &ruit et le &uit""", p. 18. Ms #ue la denominación Bmaterialismo trascendentalC, aplicada por +. P. "artre al estructuralismo antropoló'ico, ! admitida por *i "trauss, le con*iene la de Bmaterialismo craso ! *ul'arC. 6e a/í #ue la unidad &undamental del /ombre, de lo /umano ms espiritual Lla inteli'encia, la conciencia, el amorL, pro*en'a de le!es &ísico3#uímicas, constituti*as de la Bestructura inconscienteC, base de toda la acti*idad /umana tanto indi*idual como colecti*a. B"i, como pensamos, la acti*idad inconsciente del espíritu consiste en imponer &ormas a un contenido, ! si estas &ormas son &undamentalmente las mismas para todos los espíritus, anti'uos ! modernos, primiti*os ! ci*ili$ados... es necesario ! su%ciente alcan$ar la estructura inconsciente, sub!acente en toda institución ! en toda costumbre para obtener un principio de interpretación *lida para otras instituciones ! otras costumbres, con tal #ue, naturalmente, se lle*e bastante le)os el anlisisC (p. 28. Fo /ace &alta decir #ue el trmino BespírituC, usado a#uí con el mismo sentido #ue Bespíritu / umanoC empleado dos *eces ms (pp. 81, 91, tiene un si'ni%cado di&erente del #ue ordinariamente se le concede. "e trata de un B/usped presente en nuestros debates (de antropolo'ía social sin /aber sido in*itadoC (pp. 91 ! 81, Bcu!os resortes secretosC, #ue Blo mue*enC, se lle'arn a descubrir Bal'n díaC, asociando Bdi&erentes mtodos ! disciplinasC en la misma línea estructural (p. 91.
E&trutura& inon&iente& 1 relaione& &oiale& 'i&iBle&" El estructuralismo antropoló'ico est marcado por la n aturale$a inconsciente de las estructuras, #ue ciertamente son uno de sus distinti*os de%nitorios. as
estructuras son elaboraciones del inconsciente, Bór'ano de una &unción especí%caC, #ue Bse limita a imponer le!es estructurales a elementos inarticulados pro*enientes de otra parte: pulsiones, emociones, representaciones, recuerdos ... CD a su *e$, Bel con)unto de las estructuras &orman lo #ue llamamos el inconscienteC (pp. 224225. o importante son las estructuras inconscientes. "i bien /a! tambin modelos conscientes LB#ue se llaman comnmente normasCL, Bno debe ol*idarse #ue las normas culturales no son automticamente estructuras, sino ms bien pie$as importantes #ue a!udan a descubrir estas ltimasC (pp. A@8A@9. BEstas estructuras son las mismas ! poco numerosas... en todos los /ombres ! para las di*ersas acti*idades /umanas: reli'iosas, literarias, artísticas, etc.C 6e a/í #ue, por e)emplo, Bla colección in'ente de mitos ! cuentos... puede reducirse a un pe#ue>o nmero de tipos simples en los #ue operan... unas &unciones &undamentalesC (p. A@8. os mitólo'os suelen distin'uir entre el *ariado ! *istoso ropa)e de los mitos ! el mitolo'ema o ncleo, tema central #ue en/ebra los distintos elementos de cada mito, ! #ue en 'eneral es comn a *arios mitos an de pueblos ! re'iones distantes. os nombres, las %'uras, los prota'onistas mitoló'icos son ms intercambiables ! mudablesD el mitolo'ema permanece o, al menos, puede permanecer idntico a pesar de #ue el cambio de ropa)e puede des%'urarlo para la mirada del no especiali$ado en su desenmascaramiento. Esta distinción ob)eti*a, basada en los elementos mismos del mito, se sub)eti*i$a en el estru cturalismo. 6e a/í la indi&erenciación aioló'ica de todas las *ersiones del mismo mito, rito o instituciónD Bel anlisis estructural deber considerarlos a todos por i'ualC (p. 24@. El mismo *alor tiene la *ersión del mito de Edipo de "ó&ocles #ue la de reud. BFo eiste *ersión *erdadera, de la cual las otras serían ecos de&ormados. odas las *ersiones pertenecen al mitoC (p. 242D c&r. tambin 24@. o importante es descubrir la estructura mediante el mane)o de datos ! &rases seleccionadas por el in*esti'ador. 6e nue*o el sub)eti*ismo ! la sub)eti*ación ms absoluta, disimulada ba)o la torrencial aportación de datos. Vtro punto dbil de esta sub)eti*ación, #ue no respeta el *alor absoluto u ori'inario de nin'una *ersión, es su perspecti*a sincrónica, #ue prescinde de la diacronía, o sea, de la *isión /istórica ! de la e*olución de cada mito o de las instituciones, #ue con el paso del tiempo *en o, por lo menos, pueden *er eliminados, enri#uecidos o *ariados al'unos o muc/os de sus elementos constituti*os. "ub)eti*ismo #ue, por otra parte, da la mano al determinismo, pues supone in*ariable la estructura !, como en los casos de cristali$ación, con capacidad con%'uradora de todos los elementos nue*os o cambiados de acuerdo siempre con la misma %'ura. Fo cabe duda de #ue la condición inconsciente de las estru cturas dicen relación con reud. El a. lo mani%esta adems con sus citas nominales (por e)emplo, pp. <<=;, <<<===, <<<=;, 2AA, 2A5 ss. 24@, 242, 25A, A?A. Pero reconoce de nue*o su dependencia de Mar, pues tambin Bla /istoria económica esQ en 'ran medida, la /istoria de las operaciones inconscientesC !, se'n la clebre &órmula de Mar: Blos /ombres /acen su propia /istoria, pero no saben #ue la /acenC, &órmula #ue B)usti%ca, en su primer trmino, la /istoria !, en el se'undo (inconscienteC la etnolo'íaC (p. A1. as instituciones sociales, por e)emplo, la pro/ibición del incesto, los impedimentos matrimoniales entre parientes, el le*irato, etc., ! las concreciones artísticas, míticas, culturales, etc., nacen, se'n el a., de u na estructura, obra del
inconsciente %)ada e inconscientemente actuante en los /ombres, con la particularidad de #ue cual#uiera de esas estructuras, por e)emplo la dualista, es Binconsciente, sin duda, an para los pueblos de or'ani$ación dualista, pero #ue, por su carcter inconsciente, debe estar por i'ual presente en a#uellos pueblos #ue )ams /an conocido esta instituciónC (p. 29. a estructura, por el /ec/o mismo de su BinconscienciaC por /allarse anclada en el inconsciente de los /ombres, sótano ms pro&undo ! obscuro #ue el subconsciente !, desde lue'o, #ue el consciente (pp. 224 3225, es uni*ersal ! *lida para todos ! cada uno de los / ombres. 6e este modo, en cierta medida, *iene a ser un substituti*o de la Bnaturale$a /umanaC. 6e la estructura inconsciente se deri*an asimismo la comunidad e i'ualdad entre los /ombres, por deba)o de las apariencias ! di&erencias somticas, caracterioló'icas, culturales, etno'r%cas o de ra$a, de su pertenencia a pueblos llamados primiti*os o no primiti*os, etc. Oni*ersalidad ! comunidad de la estructura inconsciente #ue se eri'e en cla*e interpretati*a de todas las realidades ! &enómenos /umanos en las manos de #uienes creen /aber lle'ado /asta ella, Bsub!acente en cada institución o en cada costumbreC ! Bprincipio de interpretación *lida para otras instituciones ! costumbresC (p. 28. 6e a/í #ue el a. se considere con derec/o para etender las conclusiones de sus estudios sobre los pueblos primiti*os americanos a todos los pueblos, aun#ue no / a!a una procedencia comn ni posteriores contactos culturales (p. 284. a a%rmación de la identidad bsica de todos los /ombres no resulta Lpara el autorL de la comunidad constituti*a de los mismos en cuanto inte'rados de cuerpo3alma o en cuanto son un !o psicosomtico, seres dotados de una misma naturale$a racional, sino de la comn estru ctura inconsciente. Por eso *i3"trauss no elabora una antropolo'ía del /ombre en sí, aun#ue pueda di&erir su concepción, por e)emplo el pluralismo (Iomero, etc. o el dualismo (Platón, etc. antropoló'icos, la dualidad antropoló'ica (F. estamento, sino una Bantropolo'ía estructuralC se'n resalta en el mismo título de esta obra o, tambin BsocialC (pp. A8?3A9A, etc.. Ua el /ombre no se compone de cuerpo3alma, reducidos a la unidad inte'radora (dualidad antropoló'ica o esencialmente en&rentados (dualismo con la consi'uiente repercusión escatoló'ica: subsistencia de sola el alma (dualismo, #ue en la antropolo'ía cristiana desemboca en la resurrección %nal del cuerpo ! la eistencia resucitada de todo el /ombre, sino de Bestructuras ! relacionesC, #ue, en cuanto corresponde a lo Bin*isible, inconscienteC ! a lo B*isible, conscienteC, seme)an ser un substituti*o psicoló'ico de lo espiritual3corporal del /ombre, del alma3cuerpo, constituti*os antropoló'icos. El a. pone inters en distin'uir la BestructuraC de las Brelaciones socialesC, B#ue ponen de mani%esto la estructura social mismaC, si bien Besta no puede ser reducida, en nin'n caso, al con)unto de relaciones sociales obser*ables en una sociedad determinadaC (pp. A@53A@?, A4G ss..
Origen de la religi7n" as conclusiones de di*ersos estudios, demostrati*os de la *inculación de lo mítico ! de lo ritual a la in&raestructura socioeconómica, se'n el a., Bpermiten esperar #ue un día estaremos en condiciones de comprender no !a la &unción de las creencias reli'iosas en la *ida social (caso resuelto desde los tiempos de ucrecio, sino los mecanismos #ue les permiten cumplir dic/a &unciónC (p. A49.
El a. da por supuestos el ori'en ! %nalidad de la reli'ión o, me)or, de las Bcreencias reli'iosasC por resaltar ms su naturale$a sub)eti*a. U lo supone como al'o claro !a desde los tiempos (s. =. a. 0. del epicreo latino en su obra 3e rerum natura. os maristas &undamentalmente coinciden con la misma eplicación lucreciana de la reli'ión, concepción mu! en consonancia con el talante de su maestro, Epicuro, cu!a eistencia resulta modlica de la /ipersensibilidad llamada Bmiedo del miedoC. *i3"trauss, de acuerdo con su positi*ismo, no se plantea el tema de si se debe aceptar o rec/a$ar la reli'ión ni el de su ori'en. "ólo le interesa a*eri'uar Blos mecanismosC #ue permiten a las creencias reli'iosas cumplir su &unción socioló'icaD a*eri'uación por a/ora, se'n el a., estril. 0omo ucrecio ! el materialismo, silencia el %n especí%co de la reli'ión ! la con*ierte en uno de tantos &actores de *i'encia &uera del materialismo, al mismo tiempo #ue busca su ori'en n o en el ms all, en la di*inidad (re*elación natural ! sobrenatural, sino en el ms ac, concretamente en la &orma de ser de los /ombres en determinados momentos de la /istoria. l i'ual #ue ucrecio, considera la reli'ión como un resultado del miedo, de la debilidad ! de la necesidad de a!uda ante realidades terrorí%cas #ue les desbordan, por e)emplo, los &enómenos atmos&ricos, la muerte, etc., antes de #ue las ciencias ! las tcnicas /a!an eplicado su naturale$a, lle'ando en muc/os casos a dominarlos. "ería, por tanto, una creación del /ombre mismo #ue, inerme, /abría *isto sur'ir en sí mismo el sentimiento de dependencia respecto de uno o *arios seres, distintos de l ! su periores, pero sin eistencia real. Este sentimiento /abría sido utili$ado por los poderosos al ser*icio de sus intereses, o sea, eplotado por una minoría política, #ue intu!ó la reli'ión dotada de la esceno'ra&ía cltica, a %n de dominar a la plebe i'norante. "ólo en cuanto tal, en cuanto in strumento político, Bopio del puebloC del marismo, sería admisible la reli'ión, se'n a%rma !a el so%sta 0ritias (s. ; a. 0. !, probablemente, unos si'los ms tarde Polibio. Esa sería Bla &unción de las creencias reli'iosas en la *ida socialC de los pueblos no liberados por el positi*ismo materialista. Por tanto, el ori'en de lo reli'ioso es socioló'ico ! socioló'ico su destino, su &unción. En el caso de los c/amanes, /ec/iceros ! de la ma'ia se>ala ms bien un ori'en psicoló'ico de tipo indi*idual !, al mismo tiempo, colecti*o, social, por obra del con*encimiento tanto del c/aman como de la tribu en la e%cacia de sus poderes ! de sus tcnicas. "erían &enómenos de psicolo'ía pro&unda, cu!a eplicación estaría al alcance del psicoanlisis, con un complemento popular, socioló'ico (pp. 18A3225. El a. parece no conocer ms reli'iones #ue las denominadas celestes o tnico3políticas. Estas se /allan dominadas por el sentimiento re*erencial de lo tremendum ante la di*inidad altísima, celeste, transcendente. Estas reli'iones pertenecen a pueblos, al menos ori'inariamente, nómadas, pastores ! de constitución patriarcal. al *e$ su pre)uicio positi*ista3marista sobre el ori'en de la reli'ión ! el masculinismo de las reli'iones celestes a!uden a eplicar el /ec/o sintomtico de la pre&erencia, casi eclusi*a, del a. por los pueblos primiti*os americanos de constitución patriarcal así como el masculinismo de toda su eposición, /asta el punto de #ue, se'n reconoce l mismo, no es rara Buna crítica diri'ida a las structures élémentaires de la parenté, #ue lo clasi%ca como libro anti&eminista, por#ue en l las mu)eres son tratadas como ob)etosC (p. G@. 6e /ec/o las mu)eres son consideradas como Bmensa)e del len'ua)e matrimonial ! del parentesco, #ue circulan entre los clanesC, B*alores de un tipo esencialC, ob)eto Bde circulación en la serie del
'rupo socialC, de transacción, pues Bson los /ombres, #uienes intercambian a las mu)eres ! no a la in*ersaC, Bseres e&ecti*amente #ueridos, pero ostensiblemente despreciadosC (pp. 5G, ?9, G@, 1A1. Precisamente al a%rmar su Bre*olución copernicanaC, #ue consistir en interpretar Bla sociedad, en su con)unto, en &unción de una teoría de la comunicaciónC con la consi'uiente trans&erencia del estructuralismo lin'-ístico a la antropolo'ía, a%rma #ue esa teoría es aplicable en tres ni*eles: en el lin'-ístico, en el económico ! en el matrimonial, por#ue, respecto del ltimo, Blas re'las matrimoniales ! del parentesco sir*en para ase'urar la comunicación de las mu)eres entre los 'ruposC (p. ?9D c&r. tambin A2?. 6e a/í su repulsa del matriarcado ! la catalo'ación del a*unculado como institución neutra en su ori'en, o sea, Bcomn a re'ímenes matrilineales ! patrilinealesC, es decir, no super*i*encia residual del matriarcado (p. 9, 48 ss, 5G, etc.. En respuesta a esta concepción del ori'en de la reli'ión ! a sus &undamentos sociopsicoló'icos, baste recordar la unidimensionalidad, por no decir parcialidad, de su catalo'ación de las reli'iones. Hui$ como /ipótesis puede admitirse #ue el temor ante los &enómenos atmos&ricos ! la incertidumbre *ital /a inuido en la reli'iosidad de al'unos indi*iduos e incluso de *arios 'rupos tnico3políticos a ni*el de &amilia, clan, tribu ! /asta pueblo. Pero *i3"trauss desconoce o, por lo menos, parece i'norar del todo: a la eistencia de la reli'iosidad telrico3mistrica con un concepto inmanentista de la di*inidad ! con lo fascinans como característica del sentimiento reli'ioso de sus miembros. En las numerosas ! tan diseminadas mani&estaciones de esta constante reli'iosa desaparece o, a lo ms, apenas inu!en lo tremendum del sentimiento reli'ioso !, en su lu'ar, resalta la B&ascinaciónC 'o$osa del iniciado en la intimidad de la suprema di*inidad telrica, &emenina, madre e inmanente, &a*orecedora de la compenetración BmísticaC ! BmistricaC por medio de numerosos ritos tanto indi*iduales como colecti*osD b la di&usión de este tipo de reli'iosidad no sólo por el rea indomediterrnea sino tambin por mrica, Vceanía, etc.D c el /ec/o de #ue, al menos de acuerdo con los testimonios conser*ados, pertene$ca a estratos cronoló'icamente anteriores a los de los pueblos, en cu!a reli'ión predomina lo tremendum, el temor ! temblor ante la di*inidad celeste. Por consi'uiente, aun#ue este sentimiento pudiera eplicar el ori'en de al'unas reli'iones, no eplica el de la reli'ión o, con otra &ormulación, el de todas las reli'iones ! Ldato importanteL tampoco el de las ms anti'uas, al menos con&orme a los testimonios rupestres, ar#ueoló'icos, literarios, etc., con los #ue en nuestro tiempo puede contar la /istorio'ra&ía reli'iosa (c&r. M. Juerra, &onstantes religiosas""", 993148, 28G329G, 52G35G1. El desconocimiento o, al menos, la no *aloración de la reli'iosidad telrico3mistrica eplica #ue no pocos de los estudios de B*an'uardiaC de nuestro tiempo care$can de &undamento en puntos esenciales de sus eposiciones. anto +. . obinsonQ 8incero para con 3ios, arcelona, 19?G, como I. 0o, *a ciudad secular, arcelona, 19?8, como otros muc/os conocen solamente las reli'iones celestes o tnico3políticas, caracteri$adas por la transcendencia de la di*inidad ! por lo tremendum como de%nitorio del sentimiento reli'ioso de sus miembros. 6e a/í #ue se se>alen t res etapas en el concepto de la di*inidad !, consi'uientemente, en la postura reli'iosa de la /umanidad: a 6ios arriba. 6i*inidad concebida como celeste por su nombre, por sus atributos ! teo&anías, por su residencia, etc.D b 6ios a&uera, ! c 6ios dentro de cada uno, inmanente en *e$ de transcendente ! distinto. a ltima
corresponde, se'n ellos, a nuestro tiempo. Por eso se parte del supuesto (por e)emplo, ultmann de #ue /a! #ue eliminar de los e*an'elios ! del cristianismo como mítico, perteneciente a &ormas reli'iosas arcaicas, !a superadas o, por lo menos, eplicar de modo nue*o, todo lo #ue no sea ese B6ios dentroC o no &omente la inmanencia de la di*inidadD por e)emplo, la encarnación, la ascensión, etc., de +esucristo. parte del desconocimiento de la reli'iosidad telrico3mistrica Lms anti'ua #ue la celesteL #ue es de índole inmanentista: B6ios dentroC, desconocen #ue el cristianismo es la nica reli'ión #ue, 'racias a la re*elación, /a conse'uido superar esa antinomia, aunando la transcendencia ! la inmanencia. Estas concepciones de la di*inidad ! de la reli'ión carecen de apo!o incluso en una simple *isión completa ! ob)eti*a de la /istorio'ra&ía reli'iosa de la / umanidad. Fo /ace &alta subra!ar #ue lo tremendum lucreciano no es el ori'en del cristianismo, #ue adora al B6ios morC (1 +o. 4, 8, !, por obra de la re*elación *erdaderamente di*ina, /a conse'uido sal*ar la antinomia de la transcendencia e inmanencia de la di*inidad, de lo tremendum ! de lo fascinans del sentimiento reli'ioso, tanto en el plano indi*idual como en el eclesial ! en el cósmico, en esta *ida ! en la otra: 6ios creador3conser*ador del mundo ! de todos los seres, distinto pero operante en lD encarnación del Ii)o, presencia eucarística ! comunión, in/abitación trinitaria, 'racias ! *irtudes in&usas, dones del Espíritu "antoD repercusión de la redención ! de la se'unda *enida de 0risto en el cosmos, #ue 'ime ba)o el pecado, etc. Por otra parte, es e*idente #ue no todos los &enómenos reli'iosos, /abidos ! por /aber, son autnticosD a *eces pueden tener una eplicación psicoló'ica, socioló'ica, etc. "i se #uiere determinar la *erdadera naturale$a de los &enómenos reli'iosos de índole etraordinaria, es preciso responder a un interro'ante en torno a la triple posibilidad de su ori'en ! condición: sobrenatural (di*ino, preternatural (demoníaco o natural (/umano, pero desconocidos por las ciencias en su estado actual. En ocasiones se darn su'estiones ! an estados psicopatoló'icos, como alucinaciones o espe)ismos. El reconocimiento de un ser supremo, no su ori'en real ni su creación, est implicado en el /ec/o de #ue el /ombre /a!a descubierto con ma!or o menor nitide$ las /uellas de la di*inidad impresas en el cosmos ! en el mismo cora$ón o naturale$a racional del /ombre (re*elación natural, cósmicaD reli'iones no cristianas o por medio de la re*elación di*ina en Bla plenitud de los tiemposC (9al :, -:)(cristianismo, a pesar de #ue no siempre la sintonía es nítida por culpa de molestas inter&erencias de distinto si'no, especialmente pro*enientes de la misma naturale$a /umana corrompida por el pecado ori'inal ! sus consecuencias. En %n, su depreciación de la mu)er le lle*a a considerarlas Becluidas por naturale$a de los misterios de la reli'ión (así ocurre, por e)emplo, con la &abricación ! manipulación de los rombos, #ue se reali$an en la casa de los /ombres ! estn pro/ibidas, ba)o pena de muerte, a la mirada &emeninaC (p. 15G. un#ue esta obser*ación se re%ere nicamente al pueblo primiti*o llamado bororo, la ob)eti*idad ! /onrade$ cientí%ca ei'en al'unos datos ms, #ue el a. silencia. as mu)eres estn ecluidas de toda participación en la *ida reli'iosa de este ! de otros pueblos o sólo de al'unas de sus mani&estacionesN En el caso de los rombos, se trata de instrumentos reser*ados para la iniciación masculinaN En este ltimo supuesto, #ue parece ser lo probable, es natural #ue así sea, del mismo modo #ue, a la in*ersa, en el culto, por e)emplo,
de la ona 6ea, estaba terminantemente pro/ibida la asistencia de los /ombresD /asta los animales mac/os eran ec/ados &uera de la casa donde se celebraban las reuniones (Plut, ;uaest, rom, <% +O;, +pist 9G, <) e incluso los cuadros con %'uras masculinas eran descol'ados o cubiertos ( +O; >, ?:% "EFE0, +pist 9G, <)" 6a la impresión de #ue el a. no alcan$ó ser admitido a los ritos ms íntimos de la iniciación, al menos por lo #ue se re%ere a la parte &emenina ni consi'uió su re*elación por parte de al'una testi'o, a no ser #ue se admita su silencio intencionado. Por otra parte, sería curioso etender el anlisis estructural, #ue el a. /ace de las aldeas de al'unos pueblos primiti*os (pp. 15G anteriores ! ss., a no pocos pueblos castellanos ! de otras naciones, dotados de una estructura similar: casa de conce)o ! taberna, reser*adas /asta /ace pocos a>os a los /ombres, en el centroD dos barrios paralelos o diametralmente con los domiciliosD en el entorno las %ncas a'rícolas o el monte (sel*a de los primiti*os para la 'anadería !, a *eces, con)untamente o por partes, la base de los dos sistemas de *ida a'rícola ! 'anaderaD la i'lesia unas *eces en el centro, otras en un alto$ano de la peri&eriaD pre*alencia de la endo'amia o de la eo'amia de pueblo en el sistema matrimonial. 6esde lue'o, las conclusiones no de)arían de ser Bori'inalesC ! Bpere'rinasC.
!eter8ini&8o" En la antropolo'ía estructural #ueda todo reducido a BestructurasC ! Brelaciones socialesC. 0on el socorrido e)emplo del a)edre$, importa menos el *alor de cada %'ura #ue su colocación en el tablero de la *ida social. "olamente #ue e estructuralismo nie'a la eistencia del )u'adorD las pie$as se mue*en como autómatas, mecani$adas, por sí mismas. Fo /a! 6ios ni alma indi*idual ni libertad personal. odo lo /umano se reduce a Bmodelos mecnicosC ! BestadísticosC (pp. A11 ! ss.. U en la n oción misma de estructura est metido el determinismo, pues implica como una de su s propiedades el poder Bpredecir de #u manera reaccionar (el sistema estructural en el caso de #ue uno de sus modelos se modi%#ueC (p. A@?. a noción de estructura se /a enri#uecido sin duda, 'racias a la Bteoría de los 'ruposC en matemticas ! a la noción de BmodeloC en ciberntica. El mismo autor lo reconoce: Bas in*esti'aciones estructurales /an aparecido en las ciencias sociales como una consecuencia de ciertos desarrollos de la matemtica modernaC ! epresamente alude a Bla ló'ica matemtica, teoría de los con)untos, teoría de los 'rupos ! topolo'ía ... C (p. A1@D c&r. tambin el cap. ===. Iasta en el cambio de las modas prescinde de la libre decisión o del clculo de los modistos, a pesar de conceder a la moda Bel aspecto ms arbitrario ! contin'ente de las conductas sociales ... C (p. ?G. 6e a/í #ue todo, tambin la moda, puede ser ob)eto de Bun estu dio cientí%coC, positi*o !, por cierto, en el mismo o parecido ni*el #ue Blas in*esti'aciones de las ciencias naturalesC, ms concretamente, Blas del crecimiento de los crustceosC (p, ?8. Por descontado, Bla dialctica estructural no contradice al determinismo /istórico, sino #ue lo reclama ! le da un nue*o instrumentoC (p. 2??. El /ombre en sí mismo considerado se con*ierte, se'n /emos *isto, en un comple)o B&ísico3#uímicoC, en &enómenos cerebrales, /ormonales ! ner*iososC ! su inteli'encia en Bcosa entre cosasC. El /ombre ! lo /umano #ueda como atrapado en el denso reticulado de las estructuras en sus di*ersos ni*eles ! de las relaciones sociales *isibles. El /ombre aparece así con*ertido en un ser unidimensional, BsocialC, con relaciones mecnicas con su entorno, sin consistencia indi*idual ni *ocación !
libertad personales, trascendentes, como una abe)a o una /ormi'a. Pero la sociedad /umana es muc/o ms #ue un /ormi'uero o una colmena, per&ectamente estructuradas a la /ora de traba)ar en relación con los dems. El /ombre es a'lutinamiento de elementos bio#uímicos, es animal !, si se #uiere, es como una síntesis de lo mineral3*e'etal3animal, pero una síntesis reali$ada en un plano esencialmente distinto ! superior. sí lo demuestra su racionalidad, su libertad, su reli'iosidad, #ue en el cristianismo es sobrenatural.
El 8atri8onio" En el marismo es una institución de ori'en, naturale$a ! destino social, sin consistencia ni le!es naturales, inmutables, por encima de la *oluntad o de los capric/os indi*iduales o de la sociedad. *i3"trauss acenta, si cabe, la BarbitrariedadC del matrimonio. ec/a$a como Bla idea ms peli'rosaC Bla idea... se'n la cual la &amilia bioló'ica constitu!e el punto a partir del cual toda sociedad elabora su sistema de parentescoC, a pesar de admitir #ue Bsería di&ícil /allar otra #ue reco)a en la actualidad una unanimidad ma!orC. Para el a. Bun sistema de parentesco no consiste en los la$os ob)eti*os de %liación o de consan'uinidad dados entre los indi*iduosD eiste solamente en la conciencia de los /ombres, es un sistema arbitrario de representaciones ! no el desarrollo espontneo de una situación de /ec/oC (pp. ?1, AA4. "e cae así en un sistema de relaciones ms #ue de realidades !, por a>adidura, sub)eti*o, producto de la conciencia /umana. Fo siempre aplica la distinción, #ue establece entre el sistema de denominaciones ! el de actitudes. 6e ordinario parece mane)ar trminos, denominaciones, ms #ue realidades. Ms an, le importan menos Blos trminosC #ue las Brelaciones entre los trminosC (pp. 5G, ?G3?8. "in embar'o, por encima de las relaciones con!u'ales ! &amiliares ! anterior al punto de partida bioló'ico, ne'ado por el a., est su ori'en di*ino ! su &undamentación en la naturale$a /umana, #ue le es dada al /ombre, !, se'n la cual, debe *i*ir para reali$arse como persona. Por tanto, no se puede deducir lo #ue el /ombre es ! debe /acer en la *ertiente natural del matrimonio, p. e). mono'amia, indisolubilidad o sus contrarios, de lo #ue el /ombre o los /ombres /acen o /an /ec/o a lo lar'o de la /istoria ni considerarlo como producto de su conciencia sub)eti*a. El /ombre es libre, ! adems su)eto a errores ! des*íos, todo lo cual puede lle*arle !, de /ec/o, le lle*a a actuar, a *eces, al mar'en de la le! natural, en contra de su misma naturale$a ! de lo #ue realmente le con*iene. Por eso el matrimonio ! el parentesco, en su desarrollo /istórico ! concreto, depender en parte del uso #ue cada uno / a'a de su libertad ! tambin de di*ersos condicionamientos económicos, sociales, de concepciones reli'iosas ms o menos acertadas o desacertadas, etc. l *alorar la multiplicidad ! /asta disparidad de estos elementos en los pueblos primiti*os, tambin en los actuales, &uera del cristianismo, se comprender #ue el matrimonio, aun dentro de unas directrices comunes, presentar modalidades distintas incluso a *eces matices contrapuestos. Por tanto, el antropólo'o, el etnó'ra&o no puede deducir una estructura matrimonial o &amiliar determinada de la obser*ación de unos cuantos datos matrimoniales de un pueblo o tribu americanos ni menos concederle *alor uni*ersal, aplicable a todos los pueblos.
VALORACION !OCTRINAL ras la eposición anterior salta a la *ista la incompatibilidad del estructuralismo antropoló'ico con la doctrina cristiana, al menos en numerosos puntos ! /asta en su mismo en&o#ue. Me re%ero a la doctrina e ideolo'ía, #ue *ertebra todas sus eposiciones. %n de concretar esa impresión primera, normal en cual#uier conocedor de la doctrina cristiana ! de la ant ropolo'ía estructural, *o! a con&rontar sta con el Ma'isterio de la ='lesia, %el custodia del depósito re*elado. esulta superuo obser*ar #ue nin'n documento del Ma'isterio eclesistico /abla directa ni eplícitamente de la antropolo'ía estructural ni del estructuralismo. "in embar'o, se le pueden ! deben aplicar no pocas eposiciones condenatorias de los principios positi*istas ! maristas, sobre los cuales se asienta, así como las cautelas ! pro/ibiciones contenidas en los 6ecretos del "anto V%cio del 1 de )ulio de 1949 (c&r. 6en$3"c/Tn., A8?5. *i3"trauss prescinde de 6ios, de +esucristo, del alma /umana, de la subsistencia tras la muerte, etc., en una palabra, de todas las *erdades ! realidades del cristianismo, así como, en 'eneral, de cual#uier reli'ión. a realidad de lo espiritual en sus distintas *ertientes: di*ina, an'lica, demoníaca, /umana, anímica, es ne'ada como un aioma, #ue n o necesita demostración. 6e a/í el ries'o de conta'io insensible por parte de #uienes acepten esta antropolo'ía con el deseo o preteto de pro&undi$ar en la doctrina cristiana, en su a&n de adaptar la e*elación ! la &e a la Bmentalidad del /ombre modernoC, a los Ba*ancesC o a las BconclusionesC de la ciencia. "e cae así en una *isión positi*ista de lo reli'ioso, en lu'ar de contemplar lo espiritual, lo /umano ! todas las realidades Ltambin temporalesL, con *isión teoló'ica, a la lu$ de la &e de luminosidad ms pro&unda ! de ma!or alcance #ue la ra$ón (racionalidad del /ombre !, e*identemente, #ue los sentidos (animalidad. 6e esta suerte se in*ierte ! per*ierte todo el sentido reli'ioso del /ombre ! el contenido de numerosos, por no decir todos, los do'mas. En la antropolo'ía estructural desaparece la re*elación natural, cósmica, precristiana o no especí%camente cristiana, ! la sobrenatural, bíblica, cristiana, )unto con la radición ! la misión, ra$ón de ser, de la ='lesia. El /ombre #ueda cosi%cado, made)a de estructuras ! relaciones, cu!a cla*e ! desenredo sólo es posible por medio de la in&raestructura económica ! del inconsciente. 0uantos asuman esta antropolo'ía de&ormarn !, #ui$, ne'arn *erdades &undamentales de orden natural, ase#uibles por la misma ra$ón (aun#ue, en atención a su repercusión esencial para la sal*ación, /a!an sido adems re*eladas sobrenaturalmente por 6ios: 0&r. 0onc. ;aticano =, sess. ===, 0onst. 3ei @ilius, cap. 2D 6en$. 1G8?D 6en$3"c/Tn, A@@5. ntes #ue el aspecto socioló'ico del /ombre, a la antropolo'ía cristiana interesa el ónticoD ms #ue el /ombre ! las cosas (*isión de la antropolo'ía social ! estructural, importa el /ombre en sí mismo, ciertamente no reducido a estructuras inconscientes, a merced de manipulaciones sub)eti*istas, ! a relaciones *isibles, sino compuesto de realidades o, si se pre%ere, sustancias por sí mismas consistentes. En primer lu'ar, Bla criatura /umana (est constituida de espíritu ! de cuerpoC (0onc. ;aticano =, 0onst. 3ei @ilius, cap. 1, 6en$. 1G8A, 6en$3"c/Tn, A@@2D c&r. tambin 0onc. ateranense =;, a. 1215, 3e de catholica, -, 6en$. 428, 6en$3"c/Tn., 8@@, ! su aplicación a +esucristo en cuanto /ombre en el nmero si'uiente. 6e la composición constituti*a del /ombre, o&rece ms di%cultad para ser admitido el componente espiritual e
inmortal, el alma. 6e a/í la ma!or in sistencia del Ma'isterio en su eistencia. Esta es la &e de la ='lesia: B0on la aprobación de este sa'rado concilio, condenamos ! reprobamos a todos los #ue a%rmen #ue el alma racional es mortal... 6e%nimos como absolutamente &alsa toda aserción contraria a la *erdad de &e re*elada ... C (0onc. ateranense ;, sess. ;===, 193123151AD 6en$., GA8, 6en$3"c/Tn., 144@. Esa inmortalidad se deri*a de su espiritualidad (Pío <=, Enc. 3ivini Bedemptoris, 193A319AG, ", 29 W19AGX, ?531@?. Ia! traducción castellana, p. e). P. Jalindo, &olecci!n de +ncíclicas y documentos ponticios, -, Madrid, 19?2, 15431GG. #uí citar por la pa'inación del ori'inal. El teto transcrito puede *erse tambin en 6en$3"c/Tn, AGG1. Precisamente la espiritualidad e inmortalidad del alma &undamenta la di'nidad /umana (0onc. ;aticano ==, 0onst. 9audium et spes, nm. 14. a *ida del /ombre, dotado de un alma espiritual e inmortal, n o termina con la muerte, ! su ei'encia de &elicidad no puede satis&acerse con el apriorístico ad*enimiento de un BparaísoC en la tierra, resultado del desarrollo dialctico de la cultura, se'n a%rma el positi*ismo marista del a. En el &ondo, aun#ue no se a%rme eplícitamente, esta teoría marista parece ser como un retorno desmiti$ado a la Edad de Vro de las mitolo'ías arcaicas, sin Bmío ni tu!oC, o sea, en comunidad, por no decir comunismo,, de bienes ! &elicidad. la Edad de Vro, tiempo paradisíaco de )usticia, de pa$ ! de bienestar, se lle'aba, se'n el proceso mítico, una *e$ superada la Edad de Iierro, caracteri$ada por las in)usticias, tantas #ue en ella la ustitia no podía permanecer ni en el campo, donde se /abía re&u'iado /u!endo de los atropellos de las ciudades, por lo cual se *eía obli'ada a re&u'iarse en el cielo, en el si'no del $odíaco Cirgo (c&r. ;EJ, 9eorg 2, 4G2 ! ss.D 1, AA ! ss.D +glog 4, ?. 6e allí retorna solamente al comien$o de una nue*a Edad de Vro. a )usticia caracteri$a tambin el paraíso en la tierra del marismo ! de la antropolo'ía estructural, de la misma manera #ue las in)usticias, opresión ! la consi'uiente luc/a de clases caracteri$an a las sociedades BcalientesC (c&r. p. A2 de esta recensión. 6esde lue'o, el paso no sería brusco como creían los estoicos tras la ecpyrosis o Bcona'raciónC cósmica, puri%cación por medio del &ue'o, sino pro'resi*o al estilo pita'órico o, me)or, dialctico ! acelerado en las ltimas etapas de la luc/a de clases, ati$ada por el marismo. a &elicidad eterna es comn a todos los biena*enturados, %eles al "e>or, miembros *i*os del 0uerpo Místico de 0risto, !, por lo mismo, comunitaria, sobrenaturalmente social, eclesial. Pero el paraíso ultraterreno est al alcance de cada indi*iduo de cual#uier tiempo o lu'ar a impulsos de la 'racia di*ina. "e sal*a o se condena cada uno de los indi*iduos por separado. El Ma'isterio de la ='lesia ense>a la subsistencia de las almas, separadas de sus cuerpos despus de la muerte ! antes de la resurrección, !a sea en la 'loria, en el pur'atorio o en el in%erno (0onc. == de !on, ?3G312G4, sess. =;, 6en$, 4?4, 6en$3"c/Tn, 85?3859: Professio @idei Dichaelis Palaeologi" 0&r. tambin Epístola Ee#ua#uam sine dolore, 213==31A21, 6en$"c/8n, 991. as palabras del == 0oncilio de !on &ueron reprecisó la misma doctrina en la ula Ee super his, 6en$3"c/Tn, 991. as palabras del == 0oncilio de !on &ueron reco'idas tetualmente por el 0oncilio orentino, ?3G314A9, en la ula *atentur &aeli, 6en$, ?9A, 6en$3"c/Tn, 1A@4, 1A@?. Mas la eistencia de%niti*a tras la muerte no ser la desencarnada, propia de sola el alma, sino la resucitada de toda la persona. Miembros de 0risto, 0abe$a de su 0uerpo Místico, los incorporados a El, muerto ! resucitado, resucitarn tambin con El. especto
de la resurrección &utura para biena*enturan$a o para condenación, e*idente en la "a'rada Escritura, basta citar la constitución /enedictus 3eus de enedicto <==, 293131AA? (6en$, 5A@, 6en$3"c/Tn, 1@@@31@@1. 0&r. tambin Epístola 8uper #uibusdam, 293931A51, 6en$, 5G@, 6en$3"c/Tn, 1@?G, pre'unta de 0lemente ;= al &atholiconde los armenios en orden a la unión. 0&r. tambin las &órmulas de los distintos símbolos de la &e, 6en$, 1 ! ss., 1A, 1?, 2@, A@, 8?, etc. 6en$3"c/Tn, 1 ! ss., 44, G2, G?, 15@. los puntos anteriores de la doctrina cristiana alude Pío <= en su Enc. 3ivini Bedemptoris (a. 19AG, documento dedicado eclusi*amente a eponer ! condenar el comunismo ateo (", 29 W19AGX ?9, basado sobre Bel materialismo, llamado dialctico e /istórico de 0. MarC (p. ?9: BFo #ueda )u'ar al'uno para la idea de 6ios, no eiste di&erencia entre el espíritu ! la materia, ni entre cuerpo ! alma, ni subsiste el alma tras la muerte, ni, por consi'uiente, puede /aber esperan$a al'una en una *ida &uturaC (p. G@. 6e este modo se precipita en el ms absoluto monismo materialista: BFo eiste ms #ue una sola cosa o realidad: la materiaC, (bídem), presente ! actuante de modo intencionado en la antropolo'ía estructural de *i3"trauss /asta el etremo de reducir, se'n /emos *isto, el alma racional o, por emplear sus palabras, la inteli'encia, la ra$ón, a Bcosa entre cosasC. "e nie'a así #ue /a!a acciones /umanas #ue no sean producto bio#uímico ni estn determinadas por le!es meramente bioló'icas, desapareciendo la libertad /umana, la responsabilidad personal, la posibilidad de mrito ! de demrito o pecado. Banto la moral como el sistema )urídico !a no serían sino una emanación del sistema económicoC (p. G1. a encíclica epone ! condena esta eliminación de la di'nidad /umana, de la libertad personal, de la moralidad ! de todos los derec/os naturales (pp. G1 ! ss.. ec/a$a asimismo la luc/a de clases (pp. ?93G@, como es concebida por el proceso dialctico ! por el determinismo del marismo ! del estructuralismo antropoló'ico. Fo puede admitirse la luc/a de clases ni menos an catalo'arla entre las realidades necesarias en la e*olución /istórica, pues es totalmente contraria no sólo a la e*elación, a la concepción cristiana de la *ida, sino tambin a la misma ra$ón /umana (c&r. eón <===, " Berum novarum, a. 1891, ", 2A W1891X, ?48349. Puede *erse la traducción castellana de esta encíclica en P. Jalindo, o. c., 1, 5953?1G, el teto citado en pp. ?@@3?@1. 0iertamente el desenlace del proceso dialctico de las culturas (antropolo'ía estructural o de la /istoria (marismo, comunismo no puede desembocar en Bel paraíso en la tierraC, #ue es Birreali$able, pues siempre /abr en&ermedades, miserias ! muerteC (3ivini Bedemptoris, ", 88. 0&r. tambin Berum novarum, ", ?483?5@. llí se denuncia tambin otro de los puntos cla*es del positi*ismo marista, incrustado en el estructuralismo antropoló'ico, a saber, la consideración de lo económico como base, in&raestructura, de la moral, del derec/o, del matrimonio, etc., #ue se reducirían a superestructuras, adaptadas a la base económica ! a sus mudan$as (pp. G1, G83G9. Ba epresión reli'iosa del espíritu /umanoC, o lo reli'ioso primario, #ue se eteriori$a a tra*s de lo reli'ioso secundario,. no puede ser considerada Bcomo epresión del sentimiento o de la &antasíaC (Dater et Dagistra, ", 5A W19?1X, 452D /a! traducción castellana de esta encíclica, c&r., p. e)., P. Jalindo, o c., 2, 22A5322G4 o, se'n la &órmula de *i3"trauss, las Bestructuras de orden concebidasC, aun#ue e*identemente la encíclica no se re%ere directamente a ellas. ampoco puede ser concebida
Bcomo producto de una contin'encia /istórica, #ue se /a de eliminar como elemento anacrónico o como obstculo al pro'reso /umanoC (Dater et Dagistra, ", 452, al modi%carse la in&raestructura económica en nuestros días. a ei'encia reli'iosa no es un simple aditamento ni al'o accesorio, de lo #ue el /ombre, la /umanidad, pueda prescindir para siempre en un momento determinado de su *ida o de la /istoria por obra del proceso dialcticoD se /alla cla*ada en la esencia misma de Blos seres /um anosC, #ue en ella Bse re*elan como lo #ue *erdaderamente son: seres creados por 6ios ! para 6ios ... C ! anan la doble Bdi'nidad de criaturas ! de /i)os de 6iosC (Dater et Dagistra, ", G13G2D 3ivini Bedemptoris, ", G8. a condición creatural del /ombre eplica #ue / a!a recibido de 6ios )unto con el ser unas orientaciones o le!es impresas en su misma naturale$a. Estas, por lo mismo, son uni*ersales, o sea, *lidas para todos los /ombres, pues la naturale$a /umana es comn a todos los seres racionales, al mismo tiempo #ue personales en cuanto la naturale$a /umana no es al'o abstracto, especie de idea uni*ersal, sino al'o eistente de modo personali$ado en cada uno de los /ombres. Precisamente Bes cosa a*eri'uada #ue la &uente primaria ! ms pro&unda de los males #ue /o! ai'en a la sociedad moderna brota de la ne'ación, del rec/a$o de una norma uni*ersal de rectitud moral, tanto en la *ida pri*ada de los indi*iduos como en la *ida política ! en las mutuas relaciones internacionalesD la misma le! natural #ueda sepultada ba)o la detracción ! el ol*idoC (Pío <== , 8ummi Ponticatus, 2@31@319A9, 6en$3"c/Tn, AG8@. Fo son resultado de un &atalismo ni de u n determinismo /istóricoD tampoco se /allan a merced del a$ar ni del capric/o arbitrario de los / ombres ni es posible reducirlas a productos meramente sub)eti*os. Estn impresas por el 0reador en la naturale$a misma de la criatura /umana. U en cuanto a la institución del matrimonio ! a las prerro'ati*as bsicas de la &amilia, B/an sido determinadas ! %)adas por el 0reador mismo, no por *oluntad /umana ni por &actores económicosC (3ivini Bedemptoris, ", G83G9, 6en$3"c/Tn, AGG1D c&r. tambin Pío <=, &asti connubii, A1312319A@, ", 22, oma, 19A@, 5A93582, 6en$, 2225, 22A?D 6en$3"c/Tn, AG@@, AG@2, traducción castellana de esta encíclica en P. Jalindo, o. e., 1?@931?4@. Es inadmisible la doctrina marista, #ue B/ace del matrimonio ! de la &amilia una institución puramente con*encional ! ci*il, o en otras palabras, el &ruto de un determinado sistema económicoC(3ivini Bedemptoris, ", G1. En %n, ni 6ios ni, por tanto, la reli'ión, es decir, el reconocimiento sub)eti*o de la reli'ación ob)eti*a del /ombre respecto de la di*inidad con las consi'uientes mani&estaciones clticas, son producto de /ombre ni de sus temores: BU no es #ue 6ios eista, por#ue así lo creen los /ombres, sino #ue El eiste creen en El ! ele*an a El sus splicas cuantos no cierran *oluntariamente los o)os ante la *erdadC(3ivini Bedemptoris, ", G8. B6ios puede ser conocido con certe$a por la lu$ natural de la ra$ón /umana, partiendo de las cosas creadas (om. 1, 2@C, !, adems, de modo ms se'uro ! &cil por medio de la re*elación sobrenatural (0onc. ;aticano =, 0onst. 3ei @ilius, 6en$, 1G85, 18@?, 6en$3"c/Tn, A@@4, A@2?. El reconocimiento de la eistencia de 6ios, a tra*s de su /uella en el cosmos, Bpor las obras *isibles de la creación..., como la causa por sus e&ectos ...C, depende de las creencias reli'iosas de los /ombres, pero no así su misma eistencia. 6ios eiste ! si'ue actuando lo crean o no los /ombres, lo admitan, lo rec/acen con encarni$amiento prometeico (maristas, comunistas o