INTRODUCCIÓN
La mayoría de las granjas o fincas ganaderas es el proceso de producción es uno de los factores que determina el éxito o la actividad económica relacionada con la producción. Por lo que define como reproducción todos los procesos ligados a la generación de nuevos individuos partiendo de la gametogénesis, fecundación, parto y reproducción. Para lograr una eficiente reproducción debe tomarse en cuenta los factores interno y externos. La reproducción como tal tiene como objetivo fundamental la producción ya sea de carne o leche y desde luego evaluar el hato mediante la dinámica de parición como indicador de eficiencia e inicio de todos los procesos productivos. Es por eso que la reproducción tiene una importancia indispensable, porque es la actividad esencial para iniciar la producción de Carne, leche o doble propósito, dependiendo la eficacia de los programas de reproducción y de la selección de sementales y vacas. La eficiencia reproductiva se mide por el número de crías obtenidas en el año, en relación al número de hembras preñadas y total existente, numero de servicio ya sea por monta natural o artificial. El comportamiento reproductivo de toda especie nos define su grado de adaptación al ambiente en el cual se desarrolla, y el indicador más práctico para definirlo, es, si esa especie se está ó no reproduciendo, es decir, está ó no dejando descendencia; la cual debe producirse en un intervalo razonable de días o meses. El comportamiento reproductivo lo podemos definir como la respuesta animal a una serie de eventos que comienzan cuando se produce el parto, durante el postparto (periodo comprendido desde el parto hasta la total involución uterina), reinicio de la actividad ovárica; fecundación e implantación de un nuevo embrión hasta la culminación de una gestación; no debemos olvidarnos de una serie de factores fisiológicos, sanitarios, nutricionales, aspectos de manejo y ambientales (°C, humedad, precipitación, evaporación, horas de luz) que influyen sobre la conducta reproductiva.
¿Qué es manejo reproductivo? Manejo Reproductivo es el conjunto de medidas utilizando recursos técnicos, humanos y estructurales con la finalidad de alcanzar determinados objetivos que serán variables en función del modelo productivo propuesto o deseado. Si bien cuando se trabaja con animales nada es exacto ni estático y como todo proceso dinámico está expuesto permanentemente permanentemente a cambios, lo primero sería definir el modelo productivo en el cual se ubica nuestro establecimiento y luego establecer un estrategia reproductiva que se adecue al mismo. Otro concepto importante a tener en cuenta es la interrelación que existe entre los distintos procesos biológicos: Producción -Reproducción - Sanidad; lo que afecte a uno de ellos también incide sobre los resultados del otro.
¿Cuál es el objetivo del Manejo Reproductivo? En términos generales el manejo reproductivo, tendría que alcanzar dos objetivos:
La mayor cantidad de bovino y búfalo, con intervalo interparto (I.I.P.) lo más
cercano a 365 días. Esto es aplicable para la mayoría de los predios productores de leche que existen en el país y en la región.
La mayor cantidad de vacas y búfalas de reemplazos preñadas con potencial de
producción con el menor intervalo intergeneracional (I.I.G.). Dicho de otra forma edad al parto de 24 meses con peso posparto superior a 500 Kg. Atendiendo estas dos categorías estaríamos potenciando el ingreso de dinero que debería ser el objetivo final. Obtener buenos resultados reproductivos, crean un buen potencial productivo para que luego con alimentación, sanidad y manejo podamos expresar todo el potencial genético de nuestros animales, a través de la producción de leche. Cuantos más vientres preñados tengamos, obtendremos más picos de lactancia que son los momentos que mas rédito da una vaca y búfala lechera. Por otro lado además nos generan más crías que al ser bien atendidas logramos mayor número de reemplazos por año. Esto nos posibilita tres t res alternativas:
¿Qué es manejo reproductivo? Manejo Reproductivo es el conjunto de medidas utilizando recursos técnicos, humanos y estructurales con la finalidad de alcanzar determinados objetivos que serán variables en función del modelo productivo propuesto o deseado. Si bien cuando se trabaja con animales nada es exacto ni estático y como todo proceso dinámico está expuesto permanentemente permanentemente a cambios, lo primero sería definir el modelo productivo en el cual se ubica nuestro establecimiento y luego establecer un estrategia reproductiva que se adecue al mismo. Otro concepto importante a tener en cuenta es la interrelación que existe entre los distintos procesos biológicos: Producción -Reproducción - Sanidad; lo que afecte a uno de ellos también incide sobre los resultados del otro.
¿Cuál es el objetivo del Manejo Reproductivo? En términos generales el manejo reproductivo, tendría que alcanzar dos objetivos:
La mayor cantidad de bovino y búfalo, con intervalo interparto (I.I.P.) lo más
cercano a 365 días. Esto es aplicable para la mayoría de los predios productores de leche que existen en el país y en la región.
La mayor cantidad de vacas y búfalas de reemplazos preñadas con potencial de
producción con el menor intervalo intergeneracional (I.I.G.). Dicho de otra forma edad al parto de 24 meses con peso posparto superior a 500 Kg. Atendiendo estas dos categorías estaríamos potenciando el ingreso de dinero que debería ser el objetivo final. Obtener buenos resultados reproductivos, crean un buen potencial productivo para que luego con alimentación, sanidad y manejo podamos expresar todo el potencial genético de nuestros animales, a través de la producción de leche. Cuantos más vientres preñados tengamos, obtendremos más picos de lactancia que son los momentos que mas rédito da una vaca y búfala lechera. Por otro lado además nos generan más crías que al ser bien atendidas logramos mayor número de reemplazos por año. Esto nos posibilita tres t res alternativas:
Lograr el crecimiento del rodeo.
Aumentar los ingresos por la venta de vientres preñados que son los que más se
valorizan.
Si hemos invertido en genética, tener un progreso mucho más rápido al aumentar
la presión de selección en menor tiempo. ti empo.
REPRODUCCION Y MANEJO. Comportamiento reproductivo en bufalinos estacionalidad reproductiva Antes de la programación de cualquier evento reproductivo en bufalinos, es necesario el conocimiento previo de la característica reproductiva estacional de la especie. Los búfalos, cuando son criados en localidades distantes de la región ecuatorial, tienen un comportamiento reproductivo influenciado positivamente por la disminución de horas luz del día (Zicarelli, 1990). Se puede decir que los búfalos son poliéstricos estacionales estacionales de días cortos, semejante a los ovinos y caprinos. Debido a esta característica, en el centro-sur del país, donde existe variación anual en la duración de horas de luz conforme a la estación del año, es observada una concentración mayor de las manifestaciones de celo en el período de otoño.
Manejo de la búfala El proceso tecnificado de producción en el campo se inician con la preñez de la búfala. Las bubillas, alcanzan su madurez sexual, y están listas para concebir. Síntomas y determinación del celo en las búfalas Son similares a los del vacuno, siendo muy discretos en la búfala, esto hace como lo dicho anteriormente que sea de difícil labor. Existen signos y síntomas comunes. El celo se diagnostica por palpación rectal del útero, el cual presenta en esta fase el tono aumentado. Dentro de los factores q afectan la eficiencia reproductiva de rebaños bufalinos, la detección del celo es el que más se destaca, debido a la manifestación de sintomatología discreta y la necesidad de personal más capacitado para su identificación. Por este motivo, la utilización de vio tecnologías de la reproducción se encuentran limitados debido a la dificultad de detectar las características del comportamiento durante el celo en esta especie. Existen evidencias de que, en la especie bufalina, el celo posee menos intensidad que en la vacuna.
Mientras que en los vacunos el comportamiento de celo es previsible, en los bufalinos, al contrario, es muy variable, es por ese motivo que resulta difícil predecir el momento de la ovulación, probablemente ligada al final de este periodo. Una característica reproductiva que debe ser tomada en consideración en los bufalinos es la baja incidencia de comportamiento homosexual durante el celo, esto se refiere, al hábito de las hembras montar unas a otras durante la fase de aceptación. Al contrario de los vacunos, es raro observar esta sintomatología en bufalinos, ósea, solamente en 3.44%. Lo que indica que, con mayor frecuencia, el macho realiza la monta en el periodo de celo este comportamiento disminuye la visualización externa del celo y durante mucho tiempo se hizo pensar que los bufalinos presentaban celos débiles y silentes, lo que demuestra que es indispensable la utilización de retajos para la detección del celo en esta especie. Esta característica, asociada a la gran variación de la duración del celo en los bufalinos (6 a 48 horas), torna el manejo de la detección del celo más trabajoso y dificulta la utilización de la inseminación artificial. Las búfalas tienden a ser estacionarias y paren durante los meses de agosto a enero, siendo los meses con más concentración de partos octubre, noviembre y diciembre. En la raza murrah la gestación mantiene una medida de 306 días, variando de 298 a 317 días según la raza. Para fines de cálculos, se pueden utilizar valores en torno de 10 meses para la duración de la gestación de las búfalas. Las hembras preñadas suelen buscar un lugar escondido entre los arbustos para parir y a veces permanecen hay dos o más días. Por lo tanto, antes del parto procuramos transferirlas a pastos donde no hayan arbustos, hierba alta o escondites, para poder prestar prontamente asistencia a los recién nacidos. Muchas veces sucede que las hembras al parir, se inquietan al ver a los pájaros carroñeros o a los perros intentando comer el resto de la placenta o también el ombligo de los bucerros. Los barriales, las ubres con pezones muy grandes y la presencia de bucerros más viejos, entre otros, son obstáculos que imposibilitan que el becerro mame en las primeras horas de nacido. Si no mama el primer día, al segundo día ya se encuentra muy flaco, sin fuerzas para mamar y al tercer día muere. Muchas veces los encargados para evadir responsabilidad dicen que nació enfermo lo cual regularmente es falso.
Edad y peso a la primera monta Una de las razones por la cual la edad a la primera monta es importante en la producción zootécnica, es que cuanto más precoz sea el animal, más productos la matriz podrá producir durante su vida reproductiva. La evaluación de animales precoces en cuanto a productividad es realizada más rápidamente, disminuyendo los costos de mantenimiento de hembras poco productivas. La edad y peso a la primera cobertura varían significativamente, conforme al manejo adoptado. Entre ellos, el manejo nutricional es uno de los más importantes. Becerras bufalinas que sufren restricciones alimentarías durante la época de amamantación y recría, y novillas bufalinas que no alcanzan un peso adecuado, cuando son sometidas a monta, presentan baja tasa de manifestación de celo y consecuentemente una disminución en la fertilidad. Estos animales sufren atrasos en la edad a la primera cobertura, lo que acarrea prejuicios al productor. Se observa también una diferencia entre propiedades destinadas a la producción de leche y de carne. En las propiedades donde las búfalas no son ordeñadas, las becerras no sufren restricciones alimentarías y son desmamadas con peso superior, alcanzando con mayor rapidez la madurez sexual. En las propiedades lecheras, los becerros deben tener una suplementación alimenticia, evitando un atraso en el desarrollo. Después del destete, dentro de las condiciones de manejo de la propiedad, el lote de novillas bufalinas debe permanecer en los mejores pastos para obtener un buen crecimiento y resultados satisfactorios en cuanto a la fertilidad. Se recomienda el inicio de la actividad reproductiva de novillas bufalinas criadas a campo con 2 años de edad, pesando aproximadamente 400 Kg. Para alcanzar estos resultados, las novillas bufalinas deben ganar, en media, entre 0,55 y 0,60 kg de peso vivo por día. En estas condiciones, estos animales alcanzan la madurez sexual y están aptas para la cobertura y en condiciones de desarrollar y llevar a término una gestación, dentro de los padrones zootécnicos recomendados. Los datos de investigación levantados en la estación de Zootecnia del Valle de Ribeira, referentes a la edad a la primera monta de novillas bufalinas criadas a campo.
Ovulación y tiempo de inseminación La mayoría de las hembras ovulan entre 9-24 horas después del síntoma del celo. Así para alcanzar los porcentajes del 85% de fertilidad es necesario intensificar la observación de los síntomas del celo y realizar una profunda inseminación artificial después de que cese los síntomas del celo, es decir cuando el retajo no demuestra ningún interés por la búfala. En las búfalas, los celos aparecen entre 20-40 días después del parto son los más fértiles debido a condiciones uterinas y endocrinas. El celo es útil, cuando es seguido por la concepción o por una fase luteal capaz de permitir un celo sub-consiente. La preñez puede no siempre seguir a un celo manifiesto especialmente si el celo es al menos uno antes del comienzo de un periodo a cíclico. El estudio de la dinámica folicular durante el ciclo estral puede ayudar a esclarecer los fenómenos que interfieren en la sincronización del ciclo estral y en la ovulación, así como en la respuesta ovariana de búfalas superovuladas, colaborando para el aumento de la fertilidad. Por definición, la dinámica folicular puede ser resumida como el proceso continuo de crecimiento y de regresión de un grupo de folículos antrales, donde uno de ellos se desarrolla hasta formar un folículo preovulatorio (Lucy et al .,
1992). Estudios endocrinológicos y ultrasonográficos demuestran que el
crecimiento folicular durante el ciclo estral en bovinos ocurre en ondas (Savio
et al .,
1988; Sirois; Fortune, 1988; Ginther et al ., 1989b; Knopf et al ., 1989; Driancourt, 1991; Fortune
et al .,
1991; Roche; Boland, 1991). En cada onda de crecimiento folicular, se
desarrolla un folículo dominante que suprime el crecimiento de los otros folículos menores. Los folículos dominantes que crecen y alcanzan su diámetro máximo en la mitad del ciclo estral, bajo altos niveles de progesterona, no ovulan e inician un proceso de regresión, permitiendo el desarrollo de una nueva onda de crecimiento folicular. El folículo dominante que se desarrolla durante la última onda de crecimiento folicular de cada ciclo estral es el folículo ovulatorio
Sincronización del celo Después del punto de vista práctico los tratamientos de sincronización del celo no se deben efectuar cuando no exista una actividad reproductiva evidente. Se debe usar solo cuando se observe una actividad sexual intensa, por lo tanto el celo se sincroniza, no se induce. Con en uso prostaglandina F2 alfa. El celo se presenta a las 72 y 96 horas con buenos resultados. En valle rivera Brasil, se sincronizaron 46 búfalas y se observo 91.3% de exactitud en la detección de celo.
El intervalo entre la aplicación y en comienzo de la manifestación de los síntomas fue de 62.57 horas. Los elementos a considerar a través de la palpación son el feto y membranas fatales, el alargamiento del útero y el frémito de la arteria uterina media. También se cuenta con los niveles de progesterona pero es costoso. Una característica reproductiva que debe ser tomada en consideración en los bufalinos es la baja incidencia de comportamiento homosexual durante el celo, esto se refiere, al hábito de las hembras montar unas a otras durante la fase de aceptación. Al contrario de los vacunos, es raro observar esta sintomatología en bufalinos, ósea, solamente en 3,44% (Baruselli, 1992; lo que indica que, con mayor frecuencia, el macho realiza la monta en el período de celo. Este comportamiento disminuye la visualización externa del celo y, durante mucho tiempo, hizo pensar que los bufalinos presentaban celos débiles y silenciosos, lo que demuestra que es indispensable la utilización de rufiones para la detección de celo en esta especie. Esta característica, asociada a la gran variación de la duración del celo en los bufalinos (6 a 48 horas), torna el manejo de la detección de celo más trabajoso y dificulta la utilización de la inseminación artificial.
Ciclos sexuales Fuera de la estación reproductiva y en animales pre púberes, se observa en los ovarios un crecimiento de ondas foliculares sin llegar a la ovulación, aproximadamente cada 10,3 días (en hembras con dos ondas), sin manifestaciones visibles de celo, ni modificaciones en el tono uterino (Singh
etal .
1984). Las vaquillas púberes y las vacas
que no parieron durante la estación de monta comenzarán sus ciclos reproductivos con presentación de ciclos anovulatorios sin formación de cuerpo lúteo, los que se repiten entre los 7 a 9 días, luego se presentan estros silenciosos y cortos en los que el cuerpo lúteo tiene una vida media corta, 6 ó 7 días (Cockrill 1991). Una vez establecida la ciclicidad propia de la especie, el ciclo sexual de la búfala dura en promedio unos 21 días con una variabilidad de 58,6% de los casos de 18 a 25 días, en un 4,3% entre 10 a 12 días, y en un 36,9% superiores a los 25 días (Baruselli al.
et
1993). Para otros autores la duración del ciclo es de 21,2 días con un rango de 18 a
29 días (Jacomini et al . 1989).
El ciclo se divide en tres fases: Fase folicular, fase periovulatoria y fase luteal:
Fase Folicular : comienza con la luteólisis, y las concentraciones de
progesterona en sangre decaen abruptamente a niveles menores a 1 ng/ml, consecuentemente, aumenta la frecuencia de los pulsos de LH y, en menor grado, la FSH (Schams 1987). El desarrollo folicular se completa y se produce estradiol para iniciar el celo y la descarga preovulatoria de LH (Ireland et al . 1987).
Fase periovulatoria : se producen el inicio del celo y ovulación. Los niveles de
estradiol aumentan hasta alcanzar niveles máximos el día previo al inicio del celo, lo que provoca el comportamiento propio del celo e induce la descarga preovulatoria de LH que causa la ovulación (Hurnik 1987).
Fase luteal : después de la ovulación se forma el CL y las concentraciones de
progesterona comienzan a elevarse en los días 3 o 4, alcanzan un pico entre los días 8 y 12 (Fitz
et al.
1982) y luego disminuyen hasta concentraciones básales antes del
próximo estro, como respuesta a la secreción uterina de PGF2a y en ausencia de un embrión viable en el útero. El celo esta dentro de la fase folicular y podríamos definirlo como el período comprendido entre la primera aceptación de monta hasta el primer rechazo. Los cambios en el balance hormonal de progesterona-estrógeno determinan cambios morfológicos, que asientan en el tracto reproductivo, y comporta mentales que se diferencia del ganado bovino. La frecuencia de los síntomas clínicos del celo es muy variada, dependiendo de la edad, la hora del día, la temperatura y humedad ambiente y estado nutricional.
Inseminación artificial en bufalinos La inseminación artificial en bufalinos procura la mejora cuali-cuantitativa de la producción de carne y leche de la especie. Al contrario de los vacunos, los bufalinos fueron poco estudiados cuanto a la utilización de la inseminación artificial como método de rutina para la mejora genética. Pocos son los países que adoptan esta técnica con frecuencia y son recientes los conocimientos científicos relacionados a las metodologías para su implantación. A continuación, se encuentran las ventajas y limitaciones de la utilización de la inseminación artificial en la especie bufalina.
Ventajas
Permitir mayor aprovechamiento de reproductores que presentan características mejoradoras. En condiciones de monta natural, un toro produce hasta 50 becerros/año en cuanto que, con la inseminación artificial, puede producir 5000 o más becerros por año.
Facilitar la selección genética del rebaño, posibilitando al criador trabajar con varios linajes de reproductores.
Evitar la consanguinidad del rebaño a través de la utilización facilitada de semen de diversos reproductores de otros criadores.
Disminuir la cantidad de toros en la finca, facilitando el manejo y evitando peleas, reduciendo también los gastos con la adquisición y mantenimiento de reproductores.
Asegurar al propietario la posibilidad de almacenar y utilizar el semen de un reproductor incluso después de muerto.
Posibilitar a los criadores con condiciones financieras limitadas la utilización de reproductores de alto valor zootécnico, debido al bajo costo y facilidad de transporte del semen.
Contribuir para un mayor control sanitario y reproductivo del rebaño, eliminando las enfermedades reproductivas como campilobacteriosis, vibrosis, brucelosis y otras.
Colaborar, por medio de la asistencia médico veterinaria continua y de la organización del rebaño, en la detección de posibles problemas.
Controlar todo el rebaño y controlar los índices de fecundación, natalidad, eficiencia reproductiva, número de servicios por concepción, entre otros, y eliminar animales con fertilidad inferior a la del rebaño.
Limitaciones
Exige personal capacitado y equipos especiales. Necesita de un inseminador capacitado, honesto y responsable, con conocimiento anatomo-fisiológico de los bufalinos (foto).
Puede diseminar rápidamente características indeseables cuando no se conoce el reproductor utilizado.
Puede propagar algunas enfermedades, causar lesiones e infecciones en el aparato reproductivo de la hembra cuando el método no es utilizado correctamente.
Es necesario un manejo adecuado, con buena alimentación, mineralización correcta, asistencia médico veterinaria y responsabilidad.
Conforme a la localización de la propiedad, el suministro periódico de nitrógeno puede ser dificultado.
Por los datos de duración del celo y momento de ocurrencia de la ovulación en la especie bufalina, se puede proponer una tabla de inseminación artificial. Como existe una gran variación en la duración del celo en bufalinos, se recomienda inseminar lo más próximo posible al final de las manifestaciones del celo, cuando las hembras no acepten más la monta. En un levantamiento realizado durante el Programa de Inseminación en Bufalinos del Vale do Ribeira, se observaron variaciones en la duración de las manifestaciones del celo (de 6 a 108 horas), sin embargo la tasa de gestación se mantuvo relativamente constante y no sufrió interferencia en la duración del celo. La duración del celo fue estimada calculando el intervalo de tiempo entre la primera aceptación de monta y su rechazo. En estas propiedades, existían tres horarios de observación de celo: por la mañana (6:00 as 7:00 h), al medio día (12:00 as 13:00h) y en la tarde (18:00 as 19:00h). Las búfalas que presentan celos de 12 horas (62,23%) son inseminadas según la propuesta realizada por Trimberger para vacunos, en la cual las vacas que son observadas en celo por la mañana deben ser inseminadas en la tarde del mismo día y las vacas que son observadas en celo por la tarde deben ser inseminadas en la mañana del día siguiente, bien temprano. No en tanto, búfalas que presentan celos de duración diferente (38,77%), son inseminadas cuando no aceptan más la monta. Este tipo de manejo tiene como objetivo aproximar el horario de inseminación al final de las características del celo, cuando la posibilidad de concepción es más elevada. De esta manera, se intenta eliminar la gran variación observada en el período de duración del celo en la especie bufalina. Se recomienda hacer una observación de celo al medio día para aproximar el horario de inseminación al final de celo y para mejorar la eficiencia en la detección.
Resumiendo, podemos esquematizar un sistema para inseminar búfalas.
Búfalas que estén en celo durante el período de observación (mañana o tarde) y que no acepten más la monta en el período siguiente deben ser inseminadas inmediatamente. Estos animales son inseminados 12 horas después de la detección de celo. Esta situación es encontrada en 60% de las inseminaciones de búfalas.
Búfalas que estén en celo durante el período de observación (mañana o tarde) y que continúen en celo en el período siguiente no deben ser inseminadas y ser observadas en el próximo período. Si no aceptaran más la monta, deben ser inseminadas. Estos animales son inseminados 24 horas después de la detección de celo. Esta situación es encontrada en 25% de las inseminaciones de búfalas.
En el caso de celos de mayor duración (más de 24 horas), se debe inseminar cuando estas hembras no acepten más la monta. Esta situación es encontrada en 5% de las inseminaciones de búfalas.
Sincronización de la ovulación objetivando la inseminación artificial en tiempo fijo La utilización de la inseminación artificial en vacunos ha sido ampliamente estudiada y utilizada en propiedades rurales de todo el mundo, permitiendo que la mejoría genética de los rebaños sea más rápida y eficiente. No en tanto, en bufalinos esta biotécnica ha sido poco utilizada por los criadores, debido a ciertas dificultades en la identificación de las manifestaciones estrales y del momento apropiado para la realización de la inseminación artificial. Esta dificultad ha sido observada durante la implantación y el desarrollo del Programa de Inseminación Artificial en Bufalinos del Vale do Ribeira-SP, coordinado por el Departamento de Reproducción Animal de la FMVZ-USP y por la Estación Experimental de Zootecnia del Vale do Ribeira. En este programa ya fueron realizadas más de 2.500 inseminaciones artificiales en 12 propiedades rurales de la Región, las cuales sirvieron como base para la publicación de varios trabajos de investigación (Baruselli et al .,
1995b; Baruselli
et al .,
et al .,
1995; Baruselli
1994; Barnabe
et al .,
et al .,
1995a; Barnabe
1997a; Baruselli, 1998). Para la
identificación de celo de bufalinos son necesarias dos ó más observaciones diarias, ininterrumpidas, durante toda la estación reproductiva, además de la necesidad de detectar el inicio y el final del celo para realizar la inseminación artificial en el momento más apropiado.
Los resultados obtenidos por la inseminación artificial con detección visual de celo demuestran una media de 51,8% de tasa de concepción en la primera y de 57,9% en la segunda inseminación, obteniendose un 75% a 80% de tasa de preñez en la inseminación artificial del rebaño al final de la temporada reproductiva. Se observa que estos índices presentan una gran variación conforme al manejo general de la propiedad. Además de la detección de celo en bufalinos, uno de los mayores factores que limitan el desempeño reproductivo de rebaños inseminados artificialmente es la falla en la detección de estro por el inseminador. El manejo correcto para la detección de celos exige continuas observaciones del rebaño y necesita de mano de obra calificada, con gran responsabilidad y conocimiento específico. Rebaños con ineficiencias en la detección de celo presentan disminución en el desempeño reproductivo con consecuente aumento en el período de servicio y en el intervalo entre partos, acarreando serios prejuicios al criador. Es por esto, que la utilización de protocolos que no necesiten de identificación de celos contribuirá para el incremento de la utilización de la inseminación artificial en los rebaños bufalinos, principalmente debido a su facilidad de ejecución. Estos protocolos objetivan sincronizar la inseminación artificial y utilizarla en todos los animales de la propiedad, mismo en aquellos que estén manifestando estro o ciclicidad, colaborando así, para el aumento de la utilización de esta biotecnología en los rebaños de bufalinos, permitiendo que el mejoramiento genético y el aumento de la productividad de carne y leche sean más rápidos y eficientes.
Técnicas de manejo reproductivo de la vaca Detección de celos La detección de calores es de gran importancia cuando se emplea la inseminación artificial (I. A.), ya que el momento óptimo para realizar esta técnica se determina con base en la manifestación del celo de la vaca. La observación visual directa de los animales para detectar la conducta estral es el método más ampliamente usado en ganado bovino. Sin embargo, no siempre se realiza en forma correcta, lo que ocasiona que tenga baja precisión y eficiencia. El momento de observación es muy importante para tener eficacia en la detección. Se pierden muchos celos si no se hace la detección en los mejores momentos del día.
La recomendación tradicional es observar a las vacas durante 30 minutos al amanecer y otros 30 minutos al atardecer. Se ha determinado que aproximadamente 28% de los celos solo se manifiesta durante las horas de oscuridad. De las 6 a. m. a medio día se manifiestan el 22% de los celos, solo 10% de medio día a las 6 p. m., de las 6 p. m. a media noche 25% y de media noche a las 6 a. m. 43%. Se ha demostrado que si se invierte más tiempo en la detección la eficiencia mejora mucho. La nueva recomendación de la "detección intensiva de calores" requiere dedicar dos horas a la observación al amanecer y otras dos al atardecer, además de una hora extra a medio día. Con esta rutina se obtiene una eficiencia similar a la de los métodos electrónicos de detección (85 - 100% de celos detectados correctamente). Un factor que afecta la precisión de la detección es la jerarquía social de las vacas. Los animales dominados generalmente manifiestan poco el celo si están presentes las vacas dominantes. Una técnica de manejo que ayuda a detectar el celo de estos animales consiste en continuar la observación durante al menos 30 minutos más después de separar las vacas que ya fueron detectadas en celo. La correcta identificación del inicio del estro mejora los porcentajes de concepción y preñez. La tasa de concepción fue de 62% observando estros dos veces al día durante 30 minutos contra 82% con detección intensiva. El porcentaje de preñez se duplicó de 35% a 71% con el programa de detección intensiva. Los signos de celo son la clave para identificar correctamente a las vacas en estro. Aunque el único signo definitivo de estro es el reflejo de inmovilidad cuando el animal es montado por otro, se presentan otros signos que pueden ayudar al observador para encontrar a los animales a los que debe prestar más atención para detectarlos en calor. Los signos secundarios de estro son: escurrimiento de moco cristalino por la vulva, moco pegado en miembros posteriores o cola, tratar de montar a otras vacas, seguirlas, colocar su cabeza sobre el dorso, lomo o anca de otra vaca, bramidos, inquietud, caminar a lo largo de los límites del corral o potrero y caminar más en búsqueda del toro. A fin de facilitar la detección de celos y mejorar su eficiencia se han desarrollado varios métodos auxiliares para la detección de calores.
Una de las primeras medidas tomadas para favorecer la detección de celos fue el uso de animales celadores, como los toros marcadores imposibilitados para la cópula con el pene desviado, con dispositivos como el Pen-o- Block, vasectomizados, con epididimectomía caudal, vasectomía, penectomía, falectomía, resección del músculo retractor del pene o con mandiles para lograr una marca en la grupa de las hembras que se dejaban montar como consecuencia del estro. En algunos hatos se han utilizado vacas "machorras" (con quistes ováricos crónicos o androgenizadas mediante inyecciones de testosterona). En el Cuadro 1 se muestran algunas opciones de animales celadores, la elección de alguno depende de las condiciones particulares de cada hato. Otra forma de buscar eficientizar la detección de celos es el empleo de dispositivos en los animales, que tienen la finalidad de ayudar en la observación de animales en celo, aunque no sustituyen esta observación. Existen dispositivos que se colocan en los animales celadores. Uno de los más usados es el marcador de barbilla (Chin ball), que deja marcada a la vaca en calor con pintura en el lomo y grupa pues se coloca bajo la quijada del animal que monta. Es una ayuda muy efectiva, aunque el costo de la tinta usada puede ser elevado. También se pueden usar dispositivos en los animales a detectar, colocados generalmente en la parte medial de la grupa o el inicio de la cola. Algunos funcionan mediante la aparición de un colorante cuando la vaca es montada, siendo los más usados el parche detector de celos Kamar, el Bovine Beacon y el Hot Flash. De manera similar se emplea la aplicación de crayón o pintura en la línea media sobre el sacro y la base de la cola. Aquí la desaparición del colorante es lo que nos indica que la vaca se ha dejado montar.
Palpación del aparato reproductor de la vaca En el proceso reproductivo se da mucha atención a la hembra debido a que es la unidad productora y hay mayor proporción de hembras que de machos. Al examinar a la vaca no solo lo hacemos usando la palpación vía rectal, sino que debemos conocer su historial reproductivo (partos, servicios, abortos, infecciones), condición general (mediante inspección visual y palpación externa), comportamiento y su historia de vacunaciones y desparasitaciones.
El examen vaginal no se emplea rutinariamente pero es un buen complemento de la palpación trans-rectal, así que habrá de considerarse en algunas condiciones específicas. La palpación de los genitales internos a través de la pared rectal es una de las herramientas más valiosas que se emplean en los programas de manejo reproductivo en el ganado bovino, ya que proporciona información útil y es muy práctico y económico. El equipo esencial es el guante de palpación, que cubre la mano y el brazo del profesionista que realiza el examen reproductivo a fin de protegerlo del contacto directo con la materia fecal de la vaca, donde pueden existir microorganismos causantes de zoonosis. Se recomienda entrenar ambas manos para la palpación. La anotación de los hallazgos es tan importante como el examen mismo. El profesionista puede protegerse con overol, botas de hule y mandil para evitar manchas con las heces de la vaca. La lubricación facilita la dilatación del esfínter anal y el paso del brazo al recto, reduciendo el riesgo de dañar la mucosa rectal. La mano enguantada y lubricada debe cerrarse en forma de cono para dilatar el año y penetrar al recto. Esto estimula el reflejo de defecación y deben suspenderse los movimientos de la mano durante la onda peristáltica. Si la materia fecal estorba para el examen debe retirarse para que solo quede la pared rectal entre la mano y el aparato reproductor. Esto debe hacerse sin sacar la mano del recto pues de lo contrario entra aire y distiende la ampolla que hace imposible la palpación. Debe evitarse la manipulación brusca que daña la mucosa rectal. La palpación depende del tacto y requiere puntos de referencia para la orientación en la cavidad pélvico-abdominal, como los huesos de la pelvis y el cérvix, de consistencia dura y posición uniforme. Para hacer la palpación primero se identifica el cérvix y se rodea colocando la mano debajo de él. Las dimensiones y ubicación del órgano son muy variables debido principalmente al número de partos del animal. Su forma es cilíndrica a semicónica y su soporte por los ligamentos anchos y la vagina permite gran libertad de movimiento. A continuación deben identificarse los cuernos uterinos, que pueden estar en posición pélvica o abdominal. En este último caso es necesario realizar la retracción del útero, a menos que el estado de gestación ya no lo permita. Esta maniobra se realiza jalando hacia atrás el ligamento uterino intercornual ventral con el dedo medio hasta colocar el útero en la cavidad pelviana.
La retracción puede hacerse por dos métodos. En el método indirecto se jala el cérvix lo más atrás posible, deteniéndolo con el pulgar y el ligamento ancho se toma con los otros dedos, que están cerca de la punta del cuerno y el ovario de ese lado. Con movimiento hacia la línea media se sostiene el cuerno en la palma de la mano y siguiendo en esa dirección se localiza el ligamento intercornual, dirigiendo el órgano hacia atrás, flexionándolo sobre el cérvix. La retracción completa permite ubicar los cuernos uterinos totalmente en la cavidad pelviana. Para la retracción por el método directo se toma el cérvix y se lleva hacia atrás, deteniéndolo con el pulgar. Se dirigen los dedos sobre los cuernos y se identifica su bifurcación externa y el ligamento intercornual, que se jala hacia atrás como se describió en el método indirecto. Este método es el indicado en caso de que el útero no se encuentre muy profundo en la cavidad abdominal. Muchos animales presentan el aparato reproductor localizado en su totalidad en la cavidad pelviana, no siendo necesario hacer retracción en ellos. El peristaltismo rectal puede interferir la retracción. En caso de contracción el útero se debe soltar y reiniciar la retracción al pasar la onda peristáltica a fin de evitar lesiones y hemorragias del recto. Terminado el examen se retira la mano del recto sin ser necesario regresar el útero a su posición original, que es recuperada en cuanto el animal se mueve. La palpación uterina es útil para el diagnóstico de gestación, la involución posparto, los cambios durante el ciclo estral, anormalidades anatómicas y procesos infecciosos. La palpación de los ovarios debe hacerse en el examen rutinario de los animales no gestantes. Para revisarlos no es necesario hacer retracción, basta con localizar el ligamento ancho y ubicar el ovario, tomándolo en la palma y girando la mano de tal forma que el ovario quede encima de la palma y el ligamento ovárico entre los dedos anular y medio dejando libres pulgar e ínice que se pasan por la superficie ovárica para sentir las estructuras presentes, como folículos, cuerpo lúteo o quistes ováricos. El folículo se caracteriza por su forma redondeada, con diámetro de 1.0 a 2.5 cm, y su consistencia suave y fluctuante debido al líquido que contiene en su cavidad. Un día después de la ovulación se puede palpar la depresión presente en el lugar donde estuvo el folículo.
Durante los siguientes 5 a 7 días se palpa el cuerpo hemorrágico, que generalmente tiene una parte que sobresale de la superficie ovárica y es de consistencia crepitante debido al coágulo que lo forma. El cuerpo lúteo se presenta del día 7 al 19 en un ciclo de 21 días y tiene diámetro de 2.5 a 3.5 cm, distorsionando el ovario, con consistencia no fluctuante y menos firme que el resto del ovario, generalmente con una parte que sobresale del ovario, conocida como corona, y con una línea que lo limita del resto del ovario, la cual puede sentirse si se ejerce ligera presión con la punta del pulgar. En muchas ocasiones el CL puede presentar una cavidad interna llena de líquido que la da sensación fluctuante. Después de la involución del CL se puede sentir el cuerpo albicans como un pequeño gránulo de consistencia similar al ovario. La palpación de estructuras ováricas permite determinar el estadio funcional del ovario, la fase del ciclo estral, anormalidades anatómicas, inflamación, quistes, tumores y abscesos. Los quistes ováricos pueden ser de dos tipos: 1) Folicular, que puede ser único o múltiple, similar a un folículo pero de mayor tamaño, a veces de 7 ó más cm de diámetro, por lo general acompañado de ninfomanía o androgenización. 2) Luteínico, similar al folicular pero con pared algo engrosada debido a la luteinización parcial de las células, generalmente únicos, con fluctuación menos aparentey acompañados normalmente de anestro. El oviducto y la bolsa ovárica no se palpan en el examen rutinario pero es importante revisarlos en casos de infertilidad. Se toma el ovario entre los dedos extendidos, que se tocan en las puntas, y sin girar la mano como se hace en la palpación ovárica, se abren los dedos dejando libre el ovario y la bolsa ovárica (formada por mesovario y mesosálpinx) queda al rededor de los dedos. El oviducto se reconoce como una estructura acordonada, de 2 a 4 mm de diámetro, que se une a la punta del cuerno uterino. El oviducto y la bolsa deben estar libres de adherencias, quistes (conocidos como paraováricos) e inflamación. La palpación es el principal método para hacer el diagnóstico de gestación en el ganado bovino con base en la identificación de cambios asociados con la preñez que solo se encuentran en los animales gestantes, conocidos como signos positivos de gestación, y cambios que se presentan también en animales no gestantes, los signos auxiliares de gestación.
La técnica para hacer el examen de preñez se inicia localizando el órgano de referencia usual, el cérvix, determinando su situación y movilidad. Se intenta hacer la retracción (posible en animales vacíos o en gestantes en los primeros dos meses y medio de preñez) y se lleva el útero a la cavidad pelviana. Se revisan ambos cuernos uterinos en su totalidad, sin ejercer presión excesiva ni hacer movimientos bruscos, comparando su tamaño y características. En caso de determinar que el útero no es retraíble deberá introducirse más profundo el brazo para palpar el útero delante del cérvix y determinar su tamaño y características. Entre los signos auxiliares tenemos la presencia de cuerpo lúteo en un ovario, por lo general el del lado del cuerno grávido, aumento de tamaño del útero que causa asimetría de los cuernos uterinos, presencia de líquidos que fluctúan en el útero, adelgazamiento de la pared uterina ocasionado por la distención del órgano por acúmulo de líquidos, flacidez del órgano por acción de la progesterona, cambio de posición del útero debido al aumento gradual de peso e hipertrofia de la arteria uterina media al aumentar las necesidades de aporte sanguíneo del útero, acompañada de frémito o aumento en la presión sanguínea local en cada pulsación de la arteria. Estos signos se palpan en animales gestantes pero no son suficientes para el diagnóstico pues están también en otras condiciones normales o patológicas. Para hacer el diagnóstico definitivo es necesario determinar la presencia de alguno o varios de los signos positivos en el animal preñado o la ausencia total de ellos en la vaca vacía. Los cuatro signos positivos se encuentran únicamente en animales gestantes y son 1) deslizamiento de la membrana corioalantoidea, que se detecta desde los 32 días de gestación comprimiendo el cuerno y dejándolo resbalar entre los dedos a fin de sentir el paso de la banda fibrosa longitudinal de la membrana donde están contenidos sus vasos sanguíneos, 2) vesícula amniótica, que contiene al embrión y el líquido amniótico, palpable como una estructura fluctuante, turgente y ovalada, entre los 30 y 60 días de preñez, ejerciendo presión suave a lo largo del cuerno, 3) placentomas, formados por las carúnculas endometriales y los cotiledones placentarios, se sienten desde los 65 días como estructuras ovaladas múltiples en la pared uterina y 4) el feto, palpable desde los 50 días cuando la vesícula amniótica empieza a perder turgencia; puede palparse directamente o mediante peloteo haciendo movimientos repetidos de la mano contra el útero que provocan el rebote del feto hacia la mano.
El cálculo de la edad de la preñez es de utilidad cuando se utiliza la monta natural en condiciones extensivas, cuando no se cuenta con registros precisos de eventos reproductivos o cuando la vaca ha sido inseminada cuando ya estaba gestante y se requiere determinar cual fue el servicio efectivo. Se realiza mediante la determinación del tamaño de algunas estructuras tanto del útero como del feto y sus membranas, que sufren cambios paulatinos a lo largo de la gestación. En el Cuadro 3 se presentan las principales características utilizadas para determinar con bastante aproximación la edad de la preñez. A continuación se presentan algunas recomendaciones generales relacionadas con la palpación:
El diagnóstico de gestación debe ser el primer paso en cualquier examen genital.
Tener la certeza de estar palpando las estructuras correctas del aparato
reproductor o del feto y sus membranas y no otro órgano, como la vejiga, rumen o intestino, o confundir ovarios con placentomas.
Manipular con delicadeza la pared rectal y los órganos reproductivos para evitar
lesiones en ellos o en el embrión o feto y sus membranas.
No debe indicarse ningún tratamiento en caso de duda de existencia de
gestación.
No se puede asegurar que la vaca está vacía si no se palparon ambos cuernos
uterinos en su totalidad.
No se puede diagnosticar como gestante a un animal si no se detectó alguno de
los cuatro signos positivos de preñez.
Al estimar la edad de la gestación deberá tenerse en cuenta que es solo
aproximada pues hay variaciones individuales en el tamaño de las estructuras utilizadas.
La historia reproductiva del animal debe usarse como información adicional.
Registrar los hallazgos y tratamientos de cada animal identificado en forma
individual e inequívoca.
En caso de no poder hacer un diagnóstico definitivo por las características del
aparato reproductor en ese momento,
Recomendar la reexaminación en fecha posterior.
Inseminación artificial en la vaca. Es una técnica de mejoramiento genético encaminada a obtener mayor producción de carne o leche, mediante el uso de sementales de alto valor en estos caracteres de interés económico, logrando un mejoramiento masivo en grandes poblaciones de ganado. Hay muchas quejas y objeciones sobre su adopción, pero más del 90% de éstas provienen de su mal uso y del desconocimiento de algunos aspectos fundamentales. Las ventajas de la inseminación artificial (I. A.) incluyen el mejoramiento genético masivo, uso de semen de alta fertilidad, programación de cruzamientos, mejor control de vientres, disminución de peligros e inconvenientes del mantenimiento de toros, mejores programas de reproducción y parición y control efectivo de enfermedades venéreas. En cuanto a desventajas, generalmente son relativas, como la necesidad de capacitación del inseminador, costo del semen y el equpo, y necesidad de detección de celos por personal capacitado. En el ganado bovino productor de carne, especialmente el mantenido en condiciones extensivas, generalmente se realiza la I.A. en forma de empadres estacionales, en una o dos ocasiones al año durante 2 ó 3 meses en cada uno, siendo común el empleo de la sincronización estral. En el ganado lechero explotado en condiciones intensivas normalmente se usa la I.A. a lo largo de todo el año para mantener constante la producción láctea, generalmente inseminando a celo no sincronizado o con sincronización de ovulaciones. Antes de comenzar los trabajos de I. A., se debe acostumbrar al personal y a los animales a los movimientos diarios que deberán efectuarse para tal fin. Es esencial llevar actualizado un registro de datos de los animales con los eventos más importantes desde el punto de vista de la reproducción, y los datos de genealogía, enfermedades, vacunaciones, trastornos en la reproducción, observaciones, etc. Los animales deben identificarse individualmente con tatuaje en la oreja y numeración en aretes, medallas, o a fuego o frío en el cuerpo, que permita la lectura a cierta distancia. Es recomendable llevar un libro donde se asienten diariamente las inseminaciones realizadas. En caso de contar con el manejo electrónico de datos conviene tener un respaldo en tarjetas o libros.
Es indispensable tener los animales en buena salud para obtener buenos resultados con la I. A., controlando las enfermedades infecciosas, parasitarias y funcionales del aparato reproductor. Para constatar el estado normal de los órganos genitales debe hacerse la palpación de los animales destinados a la I.A. Esto permite desechar hembras que nunca llegarán a parir o tardarán en quedar preñadas por presentar anomalías genitales, enfermedades o trastornos hormonales. La I.A. no hace milagros, no preña animales improductivos o incapacitados, y no debe culpársele de los fracasos de esta naturaleza. La palpación permite separar los vientres preñados y someter a I.A. solo a los vacíos. La buena nutrición es uno de los aspectos más críticos en la reproducción. Las deficiencias tienen relación con mala manifestación de celos fértiles, mortalidad embrionaria, retención de placenta, y anestro, que se traducen en baja eficiencia reproductiva. La elección de la época de empadre en explotaciones extensivas es muy importante y depende de la disponibilidad de pasturas. En condiciones intensivas se maneja el periodo de espera voluntaria, que es el tiempo que se deja pasar después del parto para empezar a inseminar y que generalmente va de 40 a 100 días. La detección de celos debe hacerse por lo menos dos veces al día y deberá establecerse el momento de I.A. para cada animal con base en el inicio de su celo. Las técnicas de I.A. existentes son la recto-vaginal y la del vaginoscopio o "torito". A continuación se coloca la mano enguantada con los dedos en forma de cono y se introduce suavemente en el recto, venciendo la resistencia del esfínter anal, se elimina el estiércol de la ampolla rectal y se sujeta el cérvix. El aplicador de I.A. se enfrenta con la entrada del cuello, conocida como "flor radiada" y se jala un poco la camisa sanitaria para que pase el aplicador al conducto cervical. Se manipula el cérvix para que el instrumental pase por los anillos cervicales hasta la porción final del canal, depositando el semen en el cuerpo uterino. Si es imposible pasar el instrumento a lo largo de todo el cérvix se deposita el semen lo más profundo posible. Una vez expelido el semen se retira el instrumento y se desecha el equipo usado, lavando las manos y limpiando y desinfectando las botas y se llena el registro de I.A.
En la técnica del vaginoscopio, se descongela el semen de la forma descrita, se coloca en la vagina de la vaca un instrumento cónico desfinfectado que permite visualizar la flor radiada del cérvix, y el aplicador de I.A. se enfrenta con la flor radiada y se introduce lo más profundo posible en el conducto cervical, depositando el semen ahí, se retira el instrumento y se desinfecta antes de usarlo en otro animal. La estimulación de los genitales después de la I.A. puede mejorar la fertilidad. En un estudio las vacas que recibieron masaje del clítoris durante 10 segundos tuvieron 58.4% de concepción, contra 52.1% en vacas no estimuladas. Las vacas que recibieron estimulación cervical y de clítoris ovularon 4.7 horas más temprano que las no estimuladas. El semen congelado se conserva en nitrógeno líquido (-196 ºC) en un tanque metálico con doble pared , que soporta el frío extremo ya que entre ambas paredes hay un espacio aislante, al vacío. La tapa es de material aislante y no cierra herméticamente para permitir la evaporación del nitrógeno.
Sincronización de estros y ovulaciones Entre las herramientas de manejo reproductivo que permiten eficientizar la I.A. se encuentran la sincronización de celos y la sincronización de ovulaciones. Los métodos hormonales de sincronización se basan en el efecto luteolítico de la prostaglandina F2 alfa, el efecto lúteo de los progestágenos o el control folicular y lúteo con hormona liberadora de gonadotropinas (GnRH) y prostaglandina F2 alfa. Se pueden usar en conjunto con prácticas de manejo de la lactancia como el destete temporal o definitivo y la lactancia controlada. La sincronización estral con prostaglandina F2 alfa se basa en que esta destruye el CL. En el protocolo de 2 inyecciones, se inyectan todos los animales y se aplica una segunda dosis 11 - 14 días después, procediendo a detectar celos e inseminar (am-pm). Este método supone el uso de dos dosis de prostaglandina F2 alfa por cada animal tratado. Una alternativa es la inyección de todos los animales inseminando los que se detecten en celo (am-pm) tras la inyección. Las hembras no detectadas en celo reciben una segunda inyección en 11 - 14 días y se someten a detección de celos e I. A., reduciendo el número de dosis a 1.5. Una opción similar consiste en detectar celos durante 6 días e I. A., aplicando una dosis de prostaglandina F2 alfa a las vacas no vistas en celo en ese periodo. En este caso se requieren 0.7 dosis por animal.
Se ha llegado a recomendar la I.A. a tiempo fijo después de la última inyección de prostaglandina, pero generalmente se obtiene baja fertilidad. La prostaglandina solo funciona en animales ciclando y con CL y son abortivas en animales gestantes. El empleo de progestágenos (progesterona o sus análogos) se fundamenta en la acción inhibitoria de la progesterona para la manifestación del celo. Al administrarlos en dispositivos vaginales (durante 7 días), implantes subcutáneos (9 días) o por vía oral (14 días) actúan como un CL artificial y mientras ejercen su acción la vaca no manifiesta estro. Al retirarlos permiten la presentación del celo. En animales que están en anestro logran inducir el estro y en animales ciclando funcionan en cualquier etapa del ciclo estral. Se puede emplear la I.A. a tiempo fijo después de terminar la administración del progestágeno, pero se obtiene mejor fertilidad si se insemina a celo detectado (am-pm). En animales que probablemente estén en anestro y en vacas lecheras en producción se recomienda aplicar gonadotropina coriónica equina (eCG o PMSG) al momento de retirar el progestágeno para estimular una mejor respuesta al tratamiento. En las vacas lecheras se han observado mejores resultados si se aplica una dosis de prostaglandina 1 ó 2 días antes de suspender el progestágeno.
Descongelación y transferencia directa de embriones. La Transferencia de Embriones (T.E.) es otra técnica para el mejoramiento genético del ganado, que consiste en provocar que una vaca o vaquilla "donadora", mediante un tratamiento hormonal e inseminación con un toro probado con un alto valor genético, produzca varios embriones que siete días después le son extraídos para ser transferidos a otras hembras "receptoras", que previamente fueron sincronizadas con el calor de la "donadora". La receptora no transmite ninguna característica genética a la cría y sólo sirve para mantenerla hasta el parto y durante la lactancia. En condiciones normales, cada vaca produce una sola cría al año, lo cual significa que cuando mucho producirá 6 a 8 becerros durante su vida. A través de la I.A. se pueden obtener miles de crías de un toro; con la transferencia de embriones se han llegado a tener más de cien crías de una vaca durante su vida productiva, lo cual facilita el mejoramiento genético, con el consecuente incremento de la producción de carne y/o leche.
Entre las ventajas de la T.E. podemos citar:
Selección genética rigurosa por el lado materno para lograr mayor progreso.
Se pueden obtener crías de vaquillas que aún no alcanzan la edad y peso para
cargarse, ya que será la receptora quien se encargue de mantener la preñez y parir la cría.
Es posible obtener becerros de vacas de alta calidad que por enfermedad o edad
avanzada ya no son capaces de producir por sí mismas una cría.
Con la ayuda de la bipartición de embriones se pueden obtener partos gemelares
y aumentar la cosecha de becerros, sin el riesgo de obtener hembras estériles ya que ambas crías, por proceder del mismo embrión, serán del mismo sexo.
Es una excelente ayuda para evaluar la capacidad fertilizadora de los sementales,
así como para determinar si son portadores de algunos defectos hereditarios.
A través del congelamiento de embriones y la fertilización en el laboratorio se
pueden tener crías de donadoras que ya murieron. Como desventajas podemos mencionar las siguientes:
Se requiere una fuerte inversión inicial debido al costo de hormonas, equipo y
mano de obra, así como de la alimentación de donadoras y receptoras.
El procedimiento tiene infinidad de detalles que deben realizarse a la perfección
para lograr buenos resultados, por lo que se requiere personal altamente capacitado.
La principal desventaja es la imposibilidad para predecir los resultados, ya que
hay mucha variación en la producción de embriones por cada donadora; además de que muy fácilmente una pequeña falla en el proceso reduce drásticamente el porcentaje de gestación. El procedimiento de la T.E. está formado por los siguientes puntos: 1. Selección de donadoras, sementales y receptoras. 2. Superovulación e I.A. de las donadoras. 3. Sincronización estral donadora - receptoras. 4. Recolección y evaluación embrionaria. 5. Transferencia a la receptora. 6. Congelación, refrigeración y microcirugía embrionaria.
La donadora debe ser un animal sobresaliente en producción de carne y/o leche, con buenos antecedentes reproductivos, presentando ciclos estrales normales, con buena fertilidad, libre de enfermedades, sometida a un programa de vacunación y desparasitación y en perfectas condiciones físicas. Deben emplearse toros probados, en producción y tipo, para garantizar la calidad de las crías. Las receptroras pueden ser de cualquier raza o cruza, sin importar su producción, jóvenes, sanas, con buen desarrollo corporal, buena fertilidad, en perfecto estado nutricional, dóciles, fáciles de manejar, vacunadas, desparasitadas y con producción láctea suficiente para criar hasta el destete al becerro. La súper ovulación es la inducción de más de una ovulación (que es lo que sucede normalmente), mediante la aplicación de hormonas que estimulan los ovarios de la vaca, con la finalidad que al inseminarla produzca más de un embrión. Para esto se usan FSH y LH (inyectadas cada 12 horas durante 4 días a partir del día 10 del ciclo estral) que, al contrarrestar los efectos de los estrógenos e inhibina, hacen que en ambos ovarios de la vaca se desarrollen varios folículos dominantes, los cuales ovulan después de que la donadora sale en calor al aplicarle prostaglandina dos días después de haber empezado el tratamiento. También puede utilizarse para inducir la superovulación la gonadotropina sérica de yegua gestante (eCG o PMSG) que por su larga vida media se aplica en una sola inyección el día 10 del ciclo seguida de prostaglandina dos días después. La eCG además de su fácil manejo tiene la ventaja de ser más barata que la FSH-LH, pero la gran desventaja de que, también por su larga vida media, estimula exageradamente los ovarios y por lo general se obtienen menos embriones y algunas donadoras desarrollan quistes ováricos persistentes. Normalmente se emplea la I.A. de la donadora, dando un servicio a las 12 horas y otro a las 24 horas de detectado el celo. Esta doble inseminación se debe a que el período de ovulación puede llegar a ser de hasta 24 horas en las donadoras súper ovuladas. En casos especiales, como en ganado de lidia o cuando se tiene un semental que su semen no se puede congelar, se usa la monta natural y se recomienda que el toro permanezca con la donadora desde la aplicación de la prostaglandina hasta que finalice el celo a fin de que tenga la oportunidad de darle varios servicios.
Para sincronizar los estros entre la donadora y las receptoras se pueden utilizar prostaglandina, progestágenos o
sincronización
de
ovulaciones
(GnRH
y
prostaglandina), utilizando de preferencia el Selectsynch (opción sin la segunda GnRH) para no inhibir el celo de la receptora, pues es esencial detectar el celo para determinar el momento óptimo de la T.E. Las receptoras deben estar en celo al mismo tiempo que la donadora o cuando mucho un día antes o uno después que ella; si lo manifiestan en otro día no se podrán usar para la T.E. pues su medio ambiente uterino "asincrónico" no será favorable para la supervivencia del embrión.
Eficiencia reproductiva del ganado bovino El evaluar el trabajo reproductivo de un hato bovino representa la culminación del proceso. Cuando se realiza en forma manual es un evento un cuanto fastidioso, pero los beneficios que aporta son muy grandes. Afortunadamente existen muchos programas computacionales para facilitar esta labor. Solo mediante la evaluación sistemática del proceso reproductivo se pueden detectar fallas que normalmente pasarían desapercibidas. Los registros reproductivos son la base de la evaluación de la eficiencia reproductiva. Deben ser lo más sencillos que se pueda, captar la información necesaria, ser flexibles para que se aumente o disminuya con facilidad el número de datos o animales, y objetivos, duraderos y económicos. Los registros electrónicos deberán respaldarse siempre con registros en papel. Cada vaca debe tener un número individual de identificación. Para cada animal existirá una tarjeta electrónica y una física en las que se anotarán, usando generalmente abreviaturas, sus eventos reproductivos. En la Figura 22 se muestra la tarjeta física que comúnmente se usa, que es sumamente sencilla. Las tarjetas físicas se pueden ordenar por número de identificación progresivo del animal o por eventos reproductivos como vacas paridas, vacas a servir, vacas gestantes y vacas secas. Los programas de cómputo manejan la información individual en un gran número de formas.
CONCLUSIÓN
En este documento se describió cada unos de los aspectos relacionados con la reproducción bovino y de bufalos dentro de los principales se detallaron los siguientes:
a) Que unas de las principales importancias es que la reproducción es
una actividad esencial para la producción tanto de carne como de leche y doble propósito en las unidades de producción permitiendo medir el numero de cría en el año numero de vientres disponibles, cantidad de hembras preñadas, números de servicios ya sea por monta natural o Inseminación Artificial.
b) Existen factores directos e indirectos que inciden en la reproducción
(humedad relativa, velocidad del viento, alimentación y alto índice de enfermedades).
c) Las etapas reproductivas partiendo desde la pubertad y el ciclo sexual
o estral ( Proestro, estro, metaestro, diestro y anestro).
d) La duración y detección del celo que se da en consecuencia del
proceso evolutivo.
e) Los tipos de monta: (monta en libertad, monta dirigida o vigilada y
monta libre estacionada.)
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Baruselli, P.S. 1992. Actividades varían el comportamiento reproductivo no período pos-parto em búfalos (bubalus bubalis). Tesis de Maestría, Facultades de Medicina Veterinaria e Zootecnia, Universidades de Sao Paulo, Brasil, p. 99-100. Baruselli, P.S.; Oliveira, J.F.S.; Mendes, M.L.M.; Jorge, A.M.; Fujii, T.; Palazzo, J.P.C. 1993. Diagnóstico da bubalinocultura do Vale do Ribeira. Campinas. Docum.Técnico CATI, v.94, 16p. ASOCIACIÓN
LATINOAMERICANA
DE
PRODUCCIÓN
ANIMAL
(ALPA). Problemas de reproducción bovina en América latina. Informe mimeografiado. 5 p. 1976.
La principal señal y única segura del celo es cuando la vaca se queda quieta al ser montada por otro animal.
La detección del celo se debe hacer observando las vacas por lo menos 20 a 30 minutos dos veces al día (de mañana y de tarde)
Signos secundarios del celo. Prestar atención a la vaca en particular por si se deja montar .