Rodolfo Walsh: la narrativa en el conflicto conflicto de las culturaso+ por Ángel
Rama
La emergencia de la cultura dominada Argentina ha entrado en una nueva instancia' de esa remoción social que des de hace medio si glo viene desgarrándo desgarrándola la entre proposiciones contrarias, las cuales trazan la curva de
'Vei-sióri 'Vei-sióri revisada revisada y aliipliad a del ensayo "Roclolfo Walsh: Walsh: el confli cto de
cult~iras n la Argentinan, Escritura,
11'
2, Caracas, ulio-dicie~'~ibre
1976.
+ÁngelRnnm +ÁngelRnnm nació en Montevideo Montevideo (Umguay Madrid (Espa1926 murió %a), n 1983. Por sus apodes a la consolidación consolidación de la literatur literaturaa latinoantaicana &jeto de estudio, se lo considera considera un de hs niticos impurtantes del continente. realizó una intensa Mo editorial, penerrodZrtica penerrodZrticadocente docente diversos diversos la& Ademcu, realizó "Rodolfo Walsh: la narrativa en el conjlicto de las culturas", cuya versión original es de 1974, proporciona proporciona un a excelente excelente muestra de qué significa hacer hacer operatil~a a idea de interrogar los vínculos entre una literatura el campo espect@co en el que se Iroduce: "una detertninada cultura en un detenninado penódo histórico". Rama se sinle de autores autores uertenkente uertenkente marcados por por el materialismo materialismo marxista (M am in Hayris, Adorno, Adorno, Bordieu y, y, sohe todo, Gram ci), y presenta presenta u n exhaustivo análisis análisis de la estructuras de koder en la sociedad sociedad argentina. u mira da enfoca la relación entre entre las "Subculturcisdmninndas" "Subculturcis dmninndas" y los intelectuales a lo largo de la h i s t h a , da cuenta de una perspectiva perspectiva fina al considerar no sólo enómenos de dominación, sino también de negociación y resistencia. Szl estrategia estrategia argument ativa l .)m¿ ile eponer el el oljetivo político que el texto tuvo en su momento: iizterven.ir en el debate sobre el I>osicionamiento lo.$escritore escritoress con reqect o al pm ni s~ no , n tema decisiuo en aquella agitada coyunde lo.$ tura social. social. De De ah ís u reivindicación de la igura de Walslt, a pqhósito de la cual realiza un a serie serie de operacioim que ltnb nan de tener u?ta larga resonancia en la m'tica m'tica futura: futura: contrirle contrirle le~l irn alor literario génerm desprestigiad desprestigiados, os, establecer establecer u n camino de de alianza alianza entre entre r~a npa rdi sm o cultura p@uh ?; re& re& una zona de Borg Borges es qu ie parecia parecia cond m.ad o al t+gonalis t+gonalisnnreubicarlo como ?nodelo ?nodelo ormal de un a empresa litprari litprariaa id~ ológicamm tt! on,traria a la suya. F. A. Este eiisayo fiie escrito eri 1974, ateridierido a las entonces recientes recientes circiirist circiiristaricia ariciass políticas argeritirias:retiro clel clel ~iii litari siiio espués de siet
Sobre Rodoljo Walsh un afán d e transmutación siempre contenido
distorsionado.
Ella se expresa manifiestamente sobre el plano político pero sus bases bases s on de naturaleza naturaleza social, económica
cultural, e in-
terrogarlas directamente permite comprender mejor el dilema qu e viv vive e un a sociedad sociedad do nde se ha fraguado un conflicto entre las fuerzas de producción la estructura del poder, ent re el desarrollo de las clases sociales su incidencia decisoria en la conduc ción d el país. país. Si Si el problema ha sido abordado múltiples veces por los analistas políticos, económicos
sociales, bien con-
viene viene verlo verlo desde un ca qp o tan aparentemente alejado alejado como es el de la literatura narrativa. Sería impensable impensable que un conflicto conflicto social
registrara asimismo en la literatal envergadura no se registrara
tura, n o sól o en las proposiciones proposiciones explícitas explícitas programáticas programáticas d los grupos enfrentados sino en la producción misma de obras narrativas, frecuentemente frecuentemente más reveladora reveladora que el discurso o manifiesto intelectual. Pero Pero en la medida en que la literatura se produce entro . de una órbita más amplia, que es la de un a determin ada cultura en un de termina do período histórico, es este camp o específico el que interesa interrogar tratan do de ver sus vinculaciones con la producción de la obra de arte. Hay dos proposiciones encontradas fundamentales que admiten den tro de sí plurales plurales orientaciones correspondientes correspondientes
afosdlvFrsos grupos que conforman los bandos. Están Están por un lado los los intereses de una poderos
sofisticada oligarquía (el
primer patriciado m oderno q ue en América Latina Latina concibió concibió llevó llevó a cabo u n proyecto d e sistemática reestructuración de la sociedad, sociedad, incluyendo como eficaz moto r de ese plan el transversamien versamiento to de una cultura cultura superior superior
bases fueron extraí-
das de Europa y Adecua Adecuadas das a las las necesidades de dominación, para ser briosamente impuesta al país con áspero exclusivismo) que no se reduce a su gran sector agropecuario, agropecuario, que le ha conferido rasgos culturales definitorios, sino que abarca también un secto r financiero e industrial y especial mente la cúpula del sector comercial de intermediación, habiendo reclutado una vasta clientela entre las clases medias urbanas del sector terciario. Por ot ro lado se registran las tercas e insistentes demandas de un a baja clase clase media, un proletariado q ue ha crecido poderosamente con respecto al de otros países hispanoamericanos y un vasto sector marginalizado, en su mayoría de procedencia rural p ero d e reciente urbanización gracias gracias al proceso de industrialización de ampliación de las ciudades en este siglo, los cuales cuales rep resentan una mayoría de la socieda que alcanzó in cipientes nivele niveles s educativos en la misma medida en que la oligarquía fue extendiendo su operación modernizadora. Esta Esta mayoría mayoría es dueña también d e la cultura que, a pesar de su emparen tamie nto con la oficial (por vía vía del sistema educa-
años d e ejercicio del poder, elecciones que consagraron a Héctor Héctor Cámpora legal traslación a éste de la presidencia por parte del general Lanusse, posterior renuncia de Cámpora elección de Juan Dom ingo Perón con el 61,s por cieii to d e los votantes, triunfo triunfo del peronismo a pesar de sus primeras escisiones internas , visible visibless desde los sucesos de Ezeiza a la llegada del dirigerite exiliado. Los sucesos sucesos posteriores -muerte de Perón ascensióti a la presidencia d e su esposa esposa Isabel Isabel Martínez, conduc ción derechista a cargo de López Rega, ruptura del frerite peronista, crisis econóiiiica, acción de la guerrilla nioritonera la del I:.RP, golpe de Estado del ejército ejército en niarzo de 1976 co n el ascenso del general Videla a la presidencia, represión represión de la insurgencia del gremialismo, política económica fondomonetarista- son incidentes del niisiiio proceso en uno de sus períodos regresivos, sólo diferentes e grado respecto d e otros siiiiil siiiiilares ares momentos de regresión, en que también el ejército entró a contener los intentos de niodificación de la estructura ecoriómica social del país.
tivo) de su situación dominada den tro d e la estructura estructura general, ha manifes~do asgos priva privativo tivoss bien nítidos: sub cultur a dominada deformada en varios sentidos, religada subterráneamente a una herencia criolla premodema y precapitalist precapitalista, a, depositaria de antiguas tradiciones rurales aú n supervivientes bajo bajo la cás cara industrial modernizada, abastecida p or los desechos desechos de una ind ustria cultural local muy muy desarrollada
al mismo tiempo
normativizada normativizada férreamente den tro de los criterios unificadores unificadores de las las elites oficiales de la ciudad de Buenos Aires a las cuales se debe un a d e las imposiciones urbanizadoras más tesoneras que se cdnozcan qn la América Latina. Ese Ese mayoritario grup social, donde caben también dispares orientaciones que van
FI(:(:IONESR G E N T I N A S
del co mport amien to de los racioila racioilalizado lizadoss cuadros sindicales a las remanen cias folclóricas de los sectores marginales, ha revelado un envidiable envidiable nivel nivel expresivo: expresivo: lo ha h echo de manera tumultuosa, frecue ntemente vulgar vulgar (se trata d e un vulgo), nanada simplista simplista de ntr o de lo previsi previsible, ble, notoriamente original original en algunos productos (como el "sainete grotesco" de los años veinte o los músicos letristas letristas de tangos del mismo pe ríodo ), casi ca si siempre ruda, áspera. Este esqu ema, como todos los esquemas, simplifica simplifica la pluralidad d e tenden cias, estratos social sociales es e intereses de una carnbian te infraestructura, para tratar de ver los rasgos dominantes de por lo me nos dos formaciones culturales enfren tada s. Del Del mismismo modo que buena parte parte de los más elaborados escritores escritores de la cultura dominante rechazarán el calificativo de "oficiales", porqu e es cierto que han mantenido en menor grado siguen mante niend o una disputa con las formas formas esclerosa esclerosadas das retardatañas -d la conducción oficial oficial de la cultura, también en la corriente cultural dominada se podrán hacer distingos entre diversos diversos cuerpos doctrinales (el populismo respecto de co nc ep ciones ideológicamente revolucionarias) revolucionarias),, aunqu e es posible qu para u na perspectiva perspectiva futura se expliquen com o diversas diversas insinstancias tancias del proceso evolutiv evolutivo o de un a clase emergen te q ue va elaborando la conciencia conciencia de sí su interpretación de la sociesociedad al servicio de sus diversas diversas acciones acciones de lucha. Si la pugna de ambas fuerzas tiene categórica patencia en el or den político, político, con altibajos altibajos que marcan marcan los triunfos triunfos derrotas de cada una de ellas en el período de medio siglo transcurrido, al mismo tiempo la creciente intensidad del conflicto que de sus manifestacio manifestaciones nes multitudinar multitudinarias ias e n los años veinte ha alca nzado situaciones insurreccionales, insurreccionales, su base de sustentación puede rastrearse de un modo igualmente certero auténtico en el campo de la cultura, cultura, definiéndo la entonces como la pugna de dos culturas que han alcanzado alta organicidad, lo qu e implica la constancia constancia de que n las últimas últimas décadas la la cultura dominada ha conquistado un desarrollo q ue no tenia, estableciendo ya una coherencia interna una teoría
Sobre
Rodolfo Walsh
interpretativa. Índice de que ha conseguido la participación de un impo rtante equip o intelectual intelectual puesto a la tarea tarea de fundamentarla, articularle una historia propia, dotarla de una doctrina sociopolítica, proveerla de imágenes que la interpreten en especial la valoren, con lo cual ha pod ido enfrentar con mayores posibilidades de éxito la rica, poderosa secular estructura estructura de la cultura generada por el patriciado. patriciado. En términos de sociología del intelectual pued e explicarse explicarse el proceso proceso ocurr ido más que como un avance avance int erno de la subcultura dominada que le habría permitido fraguar un equipo propio, sosteniéndolo para que la pensara fundara teóricamente, como u na generalizada generalizada deserción deserción d e los intelecintelectuales tuales de las filas filas de la cultura d e dominación incorporándo se a los sectores populares poniendo su preparación superior al servicio servicio de sus necesidades internas. Se trata de un o de esos tí picos períodos transitivos que prenuncian preparan la inversión de la pirámide social, con sus complejas contradictorias manifestaciones, por cuanto estos intelectuales que se afilian a la cultura dominada proceden de la burguesía media donde fueron entrenado s para servir servir a los intereses intereses del aparato cultural pasan por un largo pe ríodo conflictivo conflictivo al asociarse asociarse al otro extremo del espectro social. Es evidente que comenzó a presentársele como más afín, que en él percibieron valores tácitos que les resultaron más atractivos veraces, más acordes con las dema ndas de l gru po intelectual, pero es evidente también que muchas veces se opera aquí un roishfull thinking muy irrigado irrigado por un romanticismo hasta un idealismo que procede los orígenes educativos del equipo intelectual de la burguesía media, lo que acarrea tropiezos, tropiezos, desencuentros y hasta fdsificaciones de la misma cultur a dominada a la que se pret ende end e servir servir s evidente evidente que hay también en estos momentos una cuota no despreciable de oportunismo social más que individual, mediante el cual se reinstaura la dominación cultural recurriendo a los esquemas de las clases medias, medias, a las cuales se dot a de un populismo pulismo epidérmico o e un revolucio revolucionaris narismo mo retórico q ue son postulados como modos canónicos de la cultura dominada,
FI(:(:IONESRGENTINAS tal tal como ociirrió en el el período posrevol ucio~~a rioexicano rio exicano gracias a la tenaz constancia de "las moscas" a que se refirió Azuela en sus novelas, esto es, los fiincionarios procede ntes de los sect ores medios que se reinstalan en las las nuevas estrucestructuras de poder. Del mismo m odo, la la cultura dominada no es un prod ucto químicamente puro, cosa impensable si se considera la composición posición genera l del sistema sistema y su puesto puesto den tro de él , por lo cual es frecuente q ue acarree
defienda formas tradicionales
que pue dan estimarse estimarse espurias espurias por ser contradictorias contradictorias a sus propios intereses, pero q ue son conservadas conservadas por la persistenpersistencia propia e las adquisi adquisiciones ciones hechas hechas en el pasado pasado aun que haya sido por imposición de los sectores dirigentes de la vieja sociedad. Todo esto hace la complejidad y también la fascinación de es tos períodos de transición transición en que se desnudan las f~ierzas f~ierzas n pugna se tornan notorias notorias perfiladas las culturas. Tales-períodos se constituyen en las vecindades de las mutaciones sociales importantes: antes, durante, aun después de ellas. Su modelo mejor estudiado (gracias a la distancia ya existente respecto de todas todas las f~ierzas ue en él se opusieron) es el d e las revoluciones burguesas d e los siglos siglos xvrn europeo los casos casos americanos americanos se han XI americ ano, aunque en todos los manifest ado rasgos propios, derivados de la peculiar constitución de la sociedad de la región; por un lado se registra registra un mayor peso d e las culturas populares populares d e origen rural, de tal modo qu e sus tradiciones tradiciones analfabet analfabetas as sus manifestaciones espontáneas cobran mayor mayor vigor vigor cuando se produce la irrupción de la masas marginadas marginadas en el escenario escenario histórico; histórico; por otr o lado, la sacralización de la letra escrita, caracterí característica stica de comunidades con reducidas elites intelectuales de educación universalista, opone severa condena a toda otra forma de vehicular la la cultu ra popular. Ambos resortes opuestos se conjugan en el "Poema conjetural" q ue Jorge Luis Luis Borges Borges escribió en 1943, cuando la Argentina se agitaba en la remoción cultural de esta emergencia social, remitiend o el problema al pasado recuperándolo (como cualquier historiador revisionista) al nivel de las guerras de
Sobre Rodoljo Walsh
independencia, cuando Francisco Laprida, "hombre de sentencias, tencias, de libros, libros, de dictámenesn, monologa a la espera de su muerte muerte e n manos de la montonera montonera gaucha. gaucha. s un pro blema que afecta a toda América Latina, con relieves lieves marcados en las áreas de impreg nación i ndíge na , en general, en las regiones donde opera una fuerte acción externa, por lo cual ha sid o en ellas que ha tenido especial atención crítica bajo la forma de análisis de la dependencia cultural y de los efectos de la domin ación sobre culturas enquistadas enquistadas en el cuerpo nacional, como lo testimonian las aportaciones de intelectuales peruanos.' peruanos.' En el caso caso de la Argentina, como como en el del Uruguay, el problema presenta un perfil diferente, propio de la situación de " sociedades transplantadas". Allí Allí las culturas en pugna p roceden, actualmente, de un mismo mismo tronco, marcamarcado por su filiación filiación europea mayoritaria mayoritaria dominante, a diferencia de la situación andina do nde la cultura originariamente foránea, la española, al imponerse sobre una cultura autóctona, no supo o no pudo destruirla ni asimilarla, asimilarla, limitándose limitándose a congelarla, lo que implica un apreciable margen d e distorsionamiendistorsionamiento. Sin Sin embarg o, conviene conviene apunt ar desde ya que el concepto drástico de "sucesión ecológica" ecológica" como consecuencia del alud inmigratorio de fines del siglo XIX, que maneja el antropólogo antropólogo Darcy Ribeiros" para conferir la Argentina una configuración cultural homogénea, típica de un pueblo trasplantad trasplantado, o, debería matizarse para dar cabida a los procesos de transculturación que se han producido al nivel de la población criolla
Véase Augusto Salazar Boridy, La rultura de la dependenna (Liiiia, (Liiiia, 1966) ,grupoo "rholo" sus zmnplz zmnplzrac racton tones es soh orirAníbal Q~iiLjario, a tnwrg encia dt l ,grup d a d p m a n a (Liiiia, 1964 ), "Ciiltura s para para el estuestu"Ciilturay y doiiiinacióri", er Dos dto de las leurínr del subdesarrollo (Caracas,La (Caracas,La Enseiiariza Viva, Viva, 197 3). Asirnisino superestructura y otros mrayos (C:a Toriiás A. Vascorii, Dtpnzdencta superestructuray (C:aii acas, acas , UriiverUriiv ersidad Central de Verieziiela, 1970) Alfreclo Chacóri, Contra In dependencta (Caracas,@íritesis 000, 1 973 ). Véase Darcy Ribeiro, La Amn.éncnr la nvllzumDn, Buerios Buerios Aires, Ceritro Editor de Aiiiérica Latina, 1972, 2"d. revisada ampliada.
FI<:(:IONES RGENTINAS R GENTINAS arrojada a las ciudades por la "política de los campos" también al nivel nivel d e los inmigran tes eiiropeos qu e se pusieron en contacto co n las aportaciones aportaciones culturales culturales d e esos sectores criollos llos de la sociedad. través de desculturaciones neoculturaciones, esos procesos atestiguan la permanencia de valores, costumbres, formas de vida
vision visiones es del mu ndo que autori-
zan zan a hab lar de una cierta continuidad histórica de la cultura rural argentina, procedente del acriollamiento del pcríodo colonial. Pero, además, el avance avance económico aceler ado del país, dentro de tesituras modernas, que implicó una educación masiva masiva de la población, n o sólo concu rrió a esa buscada uniformidad cultural de acuerdo al modelo eur opeo elegido, elegido, sino que, paradójicamente, también permitió q ue sectores de la baja clase media capitalista o pueblerina pudieran alcanzar niveles niveles de preparación merced a los cuales cuales dar rotundi dad configuraciones configuraciones culturales culturales propias, de tal modo que al proyec-te -do mi na~ te que dispus dispuso o de un equipo d e alta capacid capacidad ad para pensarlo fundarlo con rigor, de instrumentos eficaces a través través del sistema escolar, los diarios, etc., de un a sacraliz sacralizació ació de la literatura el arte que lo coronaba) coronaba) lograron oponerle algunas producciones algunas algunas teorías teorías rudim entarias q ue permitieron dar form a a los contenidos culturales tradicional tradicionales es en el pl ano d e las las expresio nes simbólicas. simbólicas. En todo caso es prudente desconfiar desconfiar de la id ea de un a homogenei dad cultu ral para la Argentina, la cual se ofrece como parte del proyecto proyecto dominante a manera de su fachada propa gandística más persuasiva. Por debajo de una cultura tesoneramen te oficializada, que no es tampoco la de las clases clases dominantes sin o la que ellas fabrican fabrican para consumo de la sociedad nacional nacional como parte del plan de encuadre ideológico, puede percibirse una p luralidad d o subculturas que van de sde las reremanencias indígenas autóctonas (para las las cuales ha te nido notable desvío desvío la mayoría de la intelligentsia intelligentsia arge nti na) , pasando por varias formas de las culturas olk, hasta aquellas urbanizadas, algunas algunas d e origen rural, otras filiadas filiadas en esa "c ultura d e la pobreza" breza" que d ebrozaron Harrington
Lewi Lewis, s, atrás sirv iendo d
Sobre Sobre Rodov
Waish
sustento a los recientes proletariado^.^ El mismo Ribeiro las ha reconoc ido, aunq ue sin concede rles su lugar, al anotar la pervipervivencia de las etnias originarias en "los cabecitas negras que comienzan mienzan a ascender a la condición de obreros de la industria". industria". Tales subculturas no pueden equipararse completamente a clases sociales pe ro mantiene n con ellas ellas diversos vínculos vínculos están situadas en los estratos bajos de la sociedad, a medio camino entre com portamientos rurales urbanos, pero es posible percibir sus rasgos peculiares en estratos más altos, a los que han sido arrastrados por el ascenso social reciente de sus portadores. Tampoco pueden conjugarse en idénticas pautas, pero en cambio se pueden integrar (al menos temporariamente y de acuerdo a la circunstancia que viven) al concepto global de subculturas dominadas, i observamos observamos que junto a sus elementos tradicionales, d e más antigua data, acarrean distorsiones, torsiones, eIementos pro cedentes d e estratos superiores superiores que ingresan ingresan co mo valores espurios atendi endo sobre todo a la dificultad que han tenido para desarrolla desarrollarse rse con apreciabl apreciabl autonomía. Sobre esas subculturas incide el proyecto de dominación minación que má qu e a través través de las propuestas educativas, les les llega medi ante los productos de la industria cultural, infiinfinitamente más inferiores. Aun los materiales afines a ellas, que esa industri a se ve forzada a manejar para trasmitir mejor sus asegurar la recepción de su mensaje, llegan a las las subculturas c omo imágenes d e sí mismas reflejadas en es pejos cóncavos o convexos;
así distorsionados son asumidos
en las conciencias de sus miembros. Como ningún otro país de América Latina ha llevado tan a fondo el proceso educativo nacional ha controlado con sin
Sobre la clasificacióri, véase Cliarles Wagley y Manin Harris, "ATypology of Latiri Ainerican Subcult~ires", ri A m c a n Anlhmpology, LVIII, ns 3, part. culttirales cori la prodticción 1, iinio de 1955.Acerca e la relacióri de la áreas culttirales literaria, véase iiii ensayo "Los procesos de transciilturacióri la nai-rativa Lafiiioaiiiericana", eri l h ~ i s t n hterntura Hnpanoamnm'cann, nQ 1974, Facultad de Huiiiariidacles Huiiiariidacles y E ciiicacióri, Universidad [le Z ~ilia,Maracaibo, ~ilia,Maracaibo,Venezuela.
FI(:(;IONES ARGENTINAS
cación masiva, concediendo primacía al adiestramiento cult~iral para internalizar un sistema de valores, pudo creerse, desde los sectores medios conformados por ese proceso desde la infancia, que el universo de las aulas, la la palabra escrita o las imágenes impuestas constituía la totalidad social, rkmplazaba las singularidades de la realida d, sus variaciones, variaciones, sus sus anacronismos, sus sus ir regularidades, sus sabores peculiares, sus remanencias. Pudo creérselo además porque una de las sabidurías del proyecto oficia oficiall de la cultura dominante consistió consistió en no negar ni ignorar (como hicieron las culturas andinas de dominación) a los productos de las subculturas, sino que los los integró al plan de encuadre ideológico, claro está que neutralizándolos despojándolos ta como ocurriera en la cultura europea, la sobrevaloración de la apreciación estética en desmedro de la capacidad referencial de la literatura. De José Hernández a Gabino Eseiza, del pericón al tango, del gaucho al compadrito, de Florenci Sánchez a los saineteros, todo producto de las subculturas fue molido e n la rueda del plan de dominación. Para esa realización, tanto más aguda clarividente que la ineficaz ten-
europeos, se contó con un equipo intelectual intelectual de excepción: excepción: piénsese piénsese l o qu e Sarmiento hizo con la figura de los caudillos rurales, Mitre con la historia de la emancipación, Lugones con la literatura gauchesca, Borges con el compadrito el universo suburbano. Por tratarse de un engaño, esa presunta homogeneidad cultural que d efinir ía el casco casco céntrico de Buenos Aires Aires presentado como ejem plo d e la universalidad universalidad unificante ("Buenos Aires Cosmópolis", clam ó Darío al finalizar el siglo XX se subvierte de golpe de mo do grotesco , casi casi en los lindes de la irrisión, cuando ingresan a él los sectores sectores dominados: dominados: eso ocurrió e n la década peronista volvió volvió a vérselo bajo las especies de un sainete como los d e Discépolo, en 19'73, generando en muchos grupos educados el previsible rechazo al sentirse asaltados por la
ola de vulgaridad vulgaridad que el peronismo desencadenaba. desencadenaba. Lo que se mostró libremente a la luz fue una cultura comprimida encubierta bajo la máscara europeísta oficial, la cual ofreció su rostro real con agresividad agresividad compensatoria: podían percibirs en él tanto los valores valores más fecundos co mo las distorsiones. distorsiones. Pero ésa fue también una ocasión privilegiada para revisar la historia, también oficiali oficializada zada por el plan de la cultura dominante revisarla a la luz de las nuevas circunstancias operadas por estos estos cambios políticos políticos que traducía n e iluminaban las realirealidades sociales encubiertas. Los historiadores revisionistas se encargaron de remontar estas circunstancias culturales a los orígenes de la nacionalidad: ta nto vale decir decir que le concedieron energ ía propia como para perdu rar debajo del modelo liliberal o debajo de la ola inmigratoria inmigratoria que él promovió promovió (d 1880 1930) hasta trasvasar nueva sangre italiana española española en el cuerpo nacional. Un sector importante de la sociedad se memoria atávica atávica (qu e de hecho es una pervivencia cultural reactivada por situaciones socioeconómicas semejantes) que habría resguardado las las pautas identificadotas identificadotas d e la nación." Como la política constituye la parte visible del iceberg social, en ella pueden pesquis me las las fechas clave claves s de lo que, en esta disdisputa de derechos e intereses socioeconómicos de tipo clasista,
En el libro de Tiilio Tiilio Halperín Donghi El ~ ~ m i s r nistútico o argentino (Biierios Aires, Siglo xxi, 1971) se pu ede seg uir la evolucióri evolucióri del re visionismo argeritirio argeritirio desde las aportaciones d e Julio Rodolfo Irazusta Irazusta ("a la vez, antidemocrático, elitista elitista y hostil a la hege mon ía extranjera"), pasando por dolfo Puiggrós, venido del comu nismo. aportarido que "la Argentir Argentiria ia tiene tradiciones ideológicas de izquierda", hasta las d e José M aría aría Rosa, afiliado al peronisiiio, e n quieri la "claracoricien cia d la dimeiisióri política que domiria miria la tarea histórica ericuentra su prem io eri la ind udable eficacia tambiéri política política que ésta alcanza". alcanza". Er todos los casos se c oniprueba el aserto de base: "El niarco po lítico ciiltural ciiltural es entonces decisivo para para entender e l nacimienque
de vida vida argentina" (p. 7).
Sobre
FI(:(:IONES RGENTINAS
manifiesta la la pugna cultural profunda. En el medio siglo transcurrido se asiste, como e n una sístole una diástole, a la emergencia
a la represibn de las subcultura: 1928, arrasadora
Rodolfo
Walsh
se infiltra en sus operaciones: al santoral, la galería de modelos que que construye toda la cul tura oficial oficial cuando debe encarar la acción proselitista
educativa para grandes masas con la
segunda elección de Irigoyen, Irigoyen, que convoca convoca una aglutinación nacionalista populista con demandas sociales claras; 1930,
previsible simplificación de los recursos puestos en juego, se correspondió otro santoral, algo más romántico por reivindi-
golpe militar militar d e Urihuru, e n qu e se refrena el avance popular apelando al ejército, al servicio de los intereses oligárquicos;
cativo. Así, a la ,serie de grandes figuras mencionadas, se opu-
1946, elección de Juan Domingo Perón, que ap unta a una frag mentación mentación del ejército, a la ap ar ic ió ~ e un proletariado proletariado reciente ajeno al enma rcamiento d e la izquierda; izquierda; 1955, Revolución Libertadora, en que el ejército juega otra vez vez la carta conservadora conta ndo con el apoyo de la clas clase e media urbana un vasvasto sector intelectual; 1973, reelección, por insólito margen , de Perón, quien vuelve al poder en una confusa situación: dispone d e un masivo masivo apoyo proleta rio y, y, por p rimera vez, de los jóvenes de la clase media los intelectuales que se integran a una órbita populista a pesar de las difíciles formas que asume el proceso con el añ o de los cuatro presidentes presidentes sucesiv sucesivos, os,los contragolpes Cám pora-Lastir la fórmula electoral Perón-Perón. Bajo esos focos ha venido discurriendo un debate cultural que, por ser tal, implicó raigalmente a los hombres. Las demandas económicas sociales sociales no son sino un aspecto, capital desde luego, de la conformación cultural global, por lo que no es obligatorio verlas proyectadas en un exclusivo terreno economicista sino percibirlas a veces como modos paralelos de la acción que en otros campos lleva a cabo la misma subcul t~i ra. or lo tanto es posible posible encarar sus expresiones en la literatura aun considerar que ésta ha sido un fiel sismógrafo sismógrafo de todo el proceso. Las oleadas sucesivas del populismo, del nacionalismo revisionista, de la izquierda que comenzó a nacionalizarse, concluyeroii edificando una galería de modelos literarios literarios correspondientes correspondientes a la cultura dominada, con lo cual se alcanzó esa situación casi pintoresca d e los santorales paralelos, el oficial el opositor. Si eso da testimonio del progreso alcanzado por los triunfos sucesivos sucesivos de la subcultura subcultura dom inada, también evidencia evidencia la copia del sistema dominante que aún
so la serie paralela de los Alberdi, Cambaceres, Hernández, Discépolo, Arlt, Scalahrini Ortiz, Marechal, etc. Es evidente que en esta operación, beligerante exclusivista como corresponde a períodos de brusca emergencia, se comprueba el avance registrado por la cultura dominada al asaltar las concepciones historicistas de sus señores, invirtiéndoles el signo: ha comenzado a c onstruirse antepasa dos ilustre ilustress propios, saca dos de la nación, ha articulado un Parnaso, ha esbozado una ideología hasta un a escuela artístico-literari artístico-literaria, a, acciones que delatan el vigor con que se trata de derrumbar las estructuras culturales del oficialismo. Pero es también co mprobab le el general confusionismo qu e fatalmente le repro charán los más más ririgurosos intelectuales: essíntoma de las condiciones operativas circunstanciales en que esa cultura desarrolla su trabajo, del bagaje que transporta, del momento histórico que vive. Esa Esa emergencia ha genera do una disociaci disociación ón den tro del cuerpo aparenteme nte ho mogéneo de la literatura literatura argentina (reflejo de esta ot ra conc epción homogénea cultural d e las clases clases domi-nantes) tal com o se lo venía registrando en la historiografía literaria, incluso en las operaciones constructivas del discurso crítico que promovió la generación nacionalista (Ricardo Rojas sus continuadores vanguardistas. Este aparte de aguas no respo nde únicamente a abruptas razones razones polí ticas (aunque éstas lo rigen) sino a identificaciones artísticas específicas; específicas;quizá se de ber ía ha blar d e "sabores" que son registrados trados por los los críticos críticos contemporáne os unto con los cuerpos doctrinales o ideológicos que perciben en esta corriente, bastante abrumada aún de populismo. Efectiva Efectivament mente, e, es ésta una ta res cumplida cumplida por un conjunto de críticos pertenecientes variadas aun contradictorias orientaciones, como es propio de este
FI(:(:IONESRGENTINAS confuso momento histórico de transición, donde entre otros resultan ineludibles los nombres de Martínez Estrada, Estrada, Hemánde Arregui, Arturo Jauretche, Jorge Abelardo Ramos, Julio Mafud, David David Viñas, Adolfo Prie to, Noé Jitrik, José Sebreli, Nicolás Rosa, Pedro Orgambide. No sólo han restablecido una continuidad, proced iendo a una lectura interpretativa del total avizorable avizorable por ellos de las letras argentinas, sino que se han definido sobre todo por el enjuiciamiento de los valores aceptados hasta el moment o, haci endo d e la tarea crítica un equivalente de la fiscafiscalizadora de la historia de los revisionistas. En 1965, Noé Jitrik lo definía co mo la "bipolaridad de la historia historia de la literatura argentina"%n argentina"%n una contribución para un estudio sistemático que a ún está por hacerse y del cual David David Viñas ha adelantado una consideración más restrictamente ideológica p ~ l í t i c a . ~ s probable que ese estudio sólo alcance su dimensión plena través través de un a revisión antropológica de la formación el-desarrollohistórico el-desarrollo histórico de la sociedad argentina, proyecto yecto especialmente especialmente arduo porque impondrá la renuncia a muchas arraigadas convicciones sobre la civilización argentina. s obvio que tal investigació investigación n resultará útil. Incluso para algunos grupos que manejan una concepción política filiada en las izquierdas izquierdas per o que forman parte de la cultura de la dominación sin, al parecer, tomar conciencia de ellos, here dan, más que invalidar, el mundo burgués que la ha estatuido, por lo cual maneja n e n forma similar las las aportaciones de las sub culturas, asumiéndolas a veces en un nivel nivel folclórico folclórico que las neutraliza neutraliza o e mbridand o sus explo explosiv sivas as energías con estructuras constric constrictivas tivas (sedic entemente normativas) que parecen parientes parientes d e las anteriormente fraguadas por el proyecto dominante. Es éste un pun to que h a tenido amplio debate en
lerna,
Noé
Jitrik, Ensayos estudios de la literatura argentina, Buerios Aires, Ga-
1970.
David Viíias, Literatura argentina realidad política, Buenos Aires, Aires, Jorge Álvarez, 1964.
Sobre Rodolfo Walsh
otras situaciones situaciones históricas históricas donde también se ha oper ado un tránsito tránsito social, como ya hemos a punta do re firiéndonos al modelo de la sociedad burguesa posrevolucionaria como se ha visvisto en la sociedad proletaria posrevolucionaria soviética, toda vez vez que nuevas estruc turas políticas han debi do recrear mecanismos nismos de la difqsión cultural pro ponie ndo modos canónicos de la producción artística. veces veces el acercam iento entre los grupos de la izquierda los conglomerados mayoritarios del peronismo ha transitado por la asunción d el folclorismo folclorismo del populismo, cuando no por cierto declamatorio pompier destinado a las masas. Conviene insistir en que no se trata de un fenóme no restrictamente argentino, ni peronista, peronista, es probable que el estudio de la literatura del período "allendista" en Chile arroje similares comprobaciones.
11. La reorientación de los escr itores de la cultura dominante
El acontecimiento nuevo en la vida intelectual argentina es el cambio cambio opera do entr e los escritores escritores,, preferentemente los de mediana edad o los más jóvenes, aunque también los los de la generación adulta, respecto de las opciones políticas del país. Aquellos mismos que en 1955 celebraron la derrota del peronismo a manos de los militares de la Revolución Libertadora, son los que en 1973 adhirieron a la fórmula Perón-Perón, desdespués de hacer campañ a pública en favor del nucleamiento po pular bajo la conducción mayoritaria del peronismo al tiempo de esforzarse por insuflar en sus filas posiciones más más radicales e idearios teñidos por las distintas doctrinas de la izquierda. Un escritor como Julio Cortázar, Cortázar, que se f ue de la Argentina Argentina a comienzos de los cincuenta por no p oder soportar al peronisperonismo, volvi volvió ó a Buenos Aires para dec ir su espe ranza en la acción renovadora renovadora d e la juventud peronista. peronista. Tal comportamiento define la actitud asumida por escritores m& jóvenes, pertenecientes a doctrinas d e izquierda izquierda (como David David Viñas), Viñas), que, si no se incorpor aron al peronismo, se situaron a su lado como compañeros de ruta, desde lo que aspiró a ser una izquierda
Sobre
radical del peronismo. Otro5 ingresaron aIborozados a las Tilas, las, sin sin ni ngun a suerte de discriminació discriminación, n, en una a ctit ~ld estinada a redi mir la viej vieja a culpa -haber incom pren dido los aspectos positivos del movimiento en su década triunfal de 15345 1955desde luego no faltaron quienes treparon al carro de jugge rnaut antes de ser aplastados aplastados Es una reconversión masiva de una intelectualidad surgida de ntro de la burguesía burguesía media, formada formada en los lineamient lineamientos os artísticos doctrinales de la cultura dominante que conforman un sistema sistema poderosamente articulado. articulado. Abandonándolo quizá más epidérmicamente de lo presumen, estos escritores escritores procuraron reinsertarse reinsertarse dentr o de los agrupamientos colecti colectivos vos que resguardan a la cultura dominada, dominada, buscando contribuir a ella con su, por lo común, más más elahorado pertrechamiento intelectual. Se trata de un procesamiento tan complejo que no puede definirse con una sola resultante tiene esa turbulencia que-ofrece cam po propicio a variadas variadas inautenticidades. previsible previsible que , como ya anotamos, promueva la resurrección de esquemas antiguos e inoperantes, de ésos que están solapadamen te a la espera de coyuntura coyunturass como ésta para reimponer su magisterio: es previsibl previsible e también que los escritores escritores qu e ha elegido la incorporación a un movimiento tan dispar aun caótico caótico tomo el encuadrado por el peronismo peronismo ( que se ha ido orie ntan do hacia los partidos políticos policlasi policlasistas stas)) tengan por d elante un arduo pe ríodo de vicisitud vicisitudes es e inadecuaciones, que no responderán exclusivamente a conflictos con las tendencias políticas políticas del movimiento sino a los conten idos culturales que transporta, a sus peculiares peculiares inclinaciones artísticas, artísticas, a las deformaciones propias de u n largo sometimiento; es previprevisible por último qu e se tardará en deslindar la fuente cultural originaria a la que se rec urre, la cual manifiesta manifiesta mayor permanencia, d e los encuadres políticos que, como los mismos mismos peronistas, son siempre circunstanciales. Ese Ese vasto vasto con junto d e escritores, tránsfugas de su clase de los principios ideológicos de su cultura, comienzan su deserción con un cambio al parecer exclusivame exclusivamente nte político, político, aun que tal
Rodoyo Walsh
opción responde frecitei~temente una opción de tipo social, muchas veces canalizada por los idearios de la izquierda, teiidiente a reconocer la legitimidad de la demanda obrera o de los sectores marginales, moviéndose en la amplia gama que va desde el reformismo economicista economicista del sistema imperante -si por eso invalidarlo- hasta su subversión a través de la lucha de clases. Pero si la opción político-social de los intelectuales es la más flagrante, hay que reconocer también la presencia de una atracción profunda que los acerca a las expresiones de la cultura popular popular.. Esta atracción no comporta poner en entredicho lo estas intelectuales valores singularidades de la cultura en se han formado que de buena fe consideran útiles para sus nuevos nuevos destinatarios, per o implica implica sobrevalorar la comunidad popular popular como portado ra de un mensaje mensaje transformador transformador dentro de la interpretación marxista de la clase proletaria, aun cuando no se distinga distinga nít idament e cuál es su situación situación con creta real en ese momento histórico y por lo tanto no se perciba perciba que la subcultiira que transporta resulta polisémica, permitiendo que en ella comulgue t anto el romanticismo revolucionario revolucionario como el "majismo" aristocrático. El principio, alguna vez vez establecido por Lenin , acerca de que la herencia cultiiral acumulada por los siglos siglos tiene tiene como natural destinatario a las clase clasess emergentes q ue destruyen l desigualdad social e instauran una nueva sociedad, puede percibirse en la actitud de los intelectuales de la burguesía media argentina que se trasladan al campo cultural d e las clase clase populares. pulares. Pero también es perceptible, perceptible, de ntro del mismo terri torio dilemático, que parten de una creciente insatisfacción por el callejón sin salida que c oncluyó llevándolos Ia cultura de dominación que se refleja, paradigmáticamente, en la inanidad del epigonalismo borgeano. Aceptando la vinculación soterrada entre las opciones políticas las culturales, debemos reconocer en la elección de las primeras por los intelectuales una serie de modificaciones que ha n ven ido ope rándos e en las valoraciones valoraciones d e ti po cultiiral, las cuales estos escritores perciben a través de las
FI<:(:IONES ARGENTINAS
concretas actividades actividades literarias literarias que han estado cumpliendo en la última década. Su aproximación o su ingreso al peronismo responde a la imantación (y a veces veces hipnotismo) q ue sobre el intelectual-individuo de la sociedad burguesa ejercen los mo vimientos vimientos de masas masas cua ndo éstos transportan valores y sabore sabore de una subcultura popular, tal como viene ocurriendo en el mundo occidental desde la instauración del ideario románticorealista del siglo XX, den tro de l cual se inscriben las formulaciones de socialis socialistas tas utópicos o científicos, científicos, desde Sa intSimon Fourier hasta Karl Marx. Tal imantación enciende oscuras napas de la conciencia del escritor quien, desde aquella época, percibe percibe allí un paraíso perdido, acogedor y pleno, del cual ha sido arrojado por la estructuración estructuración de la actividad actividad intelectual intelectual que ge neró la burguesía a lo largo del sigl XWII e impuso al mundo de sde el sigl XIX, conde nándo lo a la quemante gloria de ser un a conciencia escindida de la totalidad. totalidad. La singularidad de esta reciente traslación traslación de los escritores argentinos, no radica radica meram ente en su aproximación aproximación a u agrupamiento político que está ligado a una cultura dominada, pues eso lo hicieron ya otros resulta suficiente con evocar a Raúl Scalabrini Scalabrini Ortiz o Arturo Jauretche, sino que estos escritores escritores nuevos pertenecían, lo supieran no, a la cultura dominante han d ebido por lo tanto c ruzar un Rubicón. Tras Tras ladan múltiples estructuras estructuras culturales culturales de u no a otro campo, lo que en su tarea específica, la creación literaria, tiene que traducirse por diversas diversas rearticulaciones, tanto d e contenidos ( los cuales pueden sentirse muy dispuestos) como de estéticas, de sensibilidades, sensibilidades,de formas, de manejos del imaginario aun de la misma escritura. Ésta se hallaba instalada cómodamente en la complicidad lingüística, ideológica artística que estatuye un determinado público público afín aho ra se desplaza a u n me dio visi visi blemente distinto, con u na coherencia sistemática propia un repertorio d e formas, léxico, léxico, ideas, ideas, diferente, lo que se hace visible cuando el escritor sale del ambiente propicio que le presta la elite (que son los mismos colegas) toca al nuevo público, con e l que pretende comunicarse. comunicarse. .--
Sobre Rodolfo Wialsh
Este Este cam bio es el que deseamos interrogar, distinguiéndolo muy nítidamente de 10s comportamientos creativos habituales les que se producen en la subcultura dominada que, aun más más claram ente qu e en aquellos autores que se han desarrollado dentr o de ella, podemos ver en las las zonas menos educaeducaas del del f~n ~ion ar arnie nie nto iterario. Si bien la cultura dominada, e n su vertien te literaria, vi e apropiándose d e las inveninvenciones del se ctor domina nte, las que trasmuta, soci sociali aliza za reinserta e n su cauce pro pio, tam bién es evidente su capacicapacidad pa ra desarrollar recursos propios, incluso en sus operaciones con el idioma, movilizándolos para producir obras representativas. Puede partir de elementos originarios de las literaturas cultas que h an sido abandonados a las capas in feriores de la sociedad, pero más que a esas previsibles fuentes nos interesa la elaboración artística a que los somete, como en un ejercicio de bricolage. En las aportaciones de los letristas letristas de tango (que han contado con con un bue n examen estilística a cargo de IdeaVilariño)x podemos reconocer invenciones de la poesía culta que se remontan hasta el período modernista de las letras hispanoamericanas, pero también podemos reconocer que alcanzan un grado importante de autonomía gracias a la aculturación aculturación d que son objeto e n manos de poetas espontáneos. En En las las creaciones de una figura como Homero Manzi puede comprobarse esta doble función. Basta recordar la primera estrofa de uno de ur , / u sus más divulgados tangos: SU^; /paredón después. S ur lu la
de almacén. Ya nunca me verás como me vieras, recostado en vidriera esperánduté". Es posible que el "esperándoté" de
doble acentuación descienda del "acsmpáiiamé" de Rubén Da río ("Francisca Súnchez, acompáñad3; es posible que la enumeración que incorpora un adverbio de tiempo con voluntaria deformación sintáctica ("Sur; paredón después") venga de Oliverio Girondo, primer poeta vanguardista argentino, pero
Aires, Schapire, 1965. Idea Vilariño, Las fetras de tango, Buenos Aires,
S o b e R o d o lf lf o
esos elementos elementos adquieren funcionalidad de ntro d e las coordecoordenadas del poema d e Manzi Manzi (e n su letra
en su apoyatura mu-
sical) diseñando una órbita privativa de la creación artística.'' Este trabajo se cumple en el terreno in terno de la cultura dominada; puede vincularse a las operaciones que se efectúan nor mal men te en el campo folclórico, pero se distingue de ellas porque responde a una creación individual, escrita, con autor conocido con canales de difusión responsable, no pudiendo aplicársele aplicársele por lo tanto las correcciones correcciones pertinentes d Jakobson'" respecto d e las dificult dificultades ades que enf renta el folclofolclore para resguardar la peculiaridad individual de la invención culta. Es un ejemplo de la tarea productiva de la subcultura domin ada en aquel caso caso en qu e trabaja trabaja internamente aprovechan do materiales materiales de estratos superior superiores. es. Otra es la situación situación a que se enfrentan los escritores escritores argentinos de q ue hablamos: aquí se trata del pasaje pasaje de un a cultura domin ante heterodoxa, con su respectiv corpw de literaturas literaturas cultas,alser%icio de una cultu ra dominada o , más estrictaestrictamente, de un público que vive de ella, la ha ido formando y desarrollando. En la historia contempo ránea d e estas estas transformaciones es obligat oria una fecha clav clave: e: la publicación en 1948 de la novela Marechal(1900-1970). Tras as la o Adán Buenosayres de Leopoldo Marechal(1900-1970).Tr ción política, en ese mom ento solitaria considerada imperdonable traición por su grupo intelectual (los vanguardistas de la revista Martin Fierro, 1924 1927 ), que llevó a Marechal al peronismo, configuró la la asunción dentr o de la literatura de esa opción, no diría yo yo que estableciendo estableciendo un conducto religante con la cultura dominada pero sí testimoniando un afán d
Distinta situacióri a la del poeta hrasilefio Viriicius de Moraes (1913), quien hace su priiiiera obra eri uria tesitiira versicular claudeliaria para sólo en las íiltiiiias íiltiiiias déca das iricorl>orarse a las fornias ritinos populares qiie le 1)eriiiitir 1)eriiiitirári ári su in greso e n la n iúsica de raíz folclórica. 10 Véase "Le folklore, fornie spécifique d e créatiori", créatiori", en Roniari Ja soii, Qu~stions ePodique, París, Du S euil, 1973.
oh
Walsh
transito que por sí solo implicó múltiples adecuaciones en el plano estético. Antes qu e él, otros escritores escritores proced entes de una generación posterior (com o es es visi visible ble en las primeras no-
cirfechas s cundante a la realidad cotidiana que en esas mismas fechas
vela velass de Juan Carlos Onet ti) se habían mostrado
esfumaba esfumaba de la ob ra del principal novelista novelista culto, Eduardo Mallea Mallea (190'3); pero si la novela de Marechal resultaba paradigmática es porque se trataba de una reconversión: él encontró
Adán Buenosayres en su camino a Damasco. i se reclamara pru eba de los beneficios beneficios d e esa súbita "iluminació minación", n", de ese encuentr o con una otredad qu e genera re pentina chispa procreadora, dialéctica, la presta la novela de Leopoldo Marechal, texto fundacional de la narrativa nueva hispanoamericana,sólo comparable con otro que mantiene con él sutiles contactos: Paradiso del cubanoJosé cubano José Lezama Lima. (Me pregunto si Lezama no l o conoció, si no fue Adán Bumosayres la chispa chispa súbita súbita que encend ió su decisión decisión de aco meter Parudivisto que la novela d e Marechal apareció e n Buenos Aires Aires so, visto en 1948 el primer primer ca pít~ ilo e Paradiso se publicó en el número 22 de Origenes, apare cido a mediados d e 1949.) Su capacapacidad para instalarse en la experiencia sensible, en esa realidad realidad inmediata inmediata ricamente autobiografica,desmesurándola autobiografica,desmesurándola hasta convertirla en cifra de una experiencia vital de la cultura; su aprehensión gozosa de un mundo corriente, en sus hondas sabrosas raíces vulgares, reconociéndolo como la "suficiente maravilla" que simultáneam ente permite recup erar de igual manera a la obras cumbres de la literatura, descortezándolas de la trivial trivialiización zación de las aulas; su su man ejo hum orístico, hiperbólico suntuoso de la información realista, lo que autoriza la incorporación al discurso discurso narrativo d e una escritura culta, culta, arborescente, llena de asociaciones literaria de perspectiv perspectivas as simbólicas, que cuando parece invalidada por la lección de lo real sobre ella misma se levanta con mayor ímpetu; la doble perspectiva (que surge como derivación derivación del man ejo de la imagen en su proyec ción analógica), construyendo d os discursos paralelos que absorben la totalidad totalidad d e las fuentes contradictorias de la obra de
Sobre Rodolfo Walsh
arte, instaurando a ésta como única realidad, que sustituye, sustituye, dialécticamente, a los elementos constitutivos; todo eso está en
la asun ción del arte de Adán Buen Buenos osay ayre res. s. Los Los prim eros proyec-
Adán Buenosayres como en Paradiso,
una solución definitiva, hasta que las experiencias experiencias de coparticipación con los hombres de la subcultura popular le permi-
los caminos caminos por dond
llegaron a esa expresión s on semejantes en ambos escritores. La "teología insular" que Cintio Vitier descubre en la poesía de Lezama Lima y concluyentemente en Paradiso ("ese mundo que hemos sin e tizado com o exper experien iencia cia sen sensi sibl ble, e, con tin uam ent integrándose con la otra mitad del todo poético que Lezama persigue en el horizonte de su ambición creadora, es decir, con su experiencia vital a2 la cultura") podría llamarse "teología continental" en Marechal, Marechal, sus fuentes son b ien similares, pues ambos proceden de la tradición cristiano-cat cristiano-católica ólica,, subrayando subrayando dent ro de ella uno de sus rasgos rasgos centrales: centrales: la capacidad capacidad de proceder a un a lectura simbólica de lo real que permite equilibrar el fluir de la historia siempre renovada con la fijeza de las significaciones (mitos, símbolos, imágenes) que han quedado consolidadas como esencias invariantes invariantes o, de o tro mod o, taretación--entre revelación e historia. No es de menores paradojas que estos tradicionalistas tradicionalistas -imbuidos de una cultura milenaria milenaria caprichosamente recogida aun que atraída centralcentralmente por los órdenes simbólicos, se trate de los "vasos órficos" en un caso o de "la dottrina che che s'asconde s'asconde sotto sotto il velam velame e dell vmi strani7'en strani7'en otrotr- sean quienes quienes con una más aguda experiencia de lo concreto restauran la "cubanidad" o la "argentinidad que los rod ea, viviéndola degustándolas en su inmediatez si necesidad de teorizarlas teorizarlas abstractamente. las innoLa evolución de Leopoldo Marechal, que i ntegra las vaciones del arte vanguardista con las lecciones del catolicismo tradicional (él pertenece al movimien to "cursillista" que insufló nuevas energías al conservadurismo argentino a comienzos de la década de los treinta), lo muestra aproximándose a la la subcult ura popular com o obligado paso previo para
Cintio Vitier, Lo cubano en Villas, 1958 cl Las Villas,
la poesía,
Central La Habana, Universidad Central
tos de la novela, surgidos en París, no llegan llegan estructurarse en
ten conju gar las dos órbitas que se ajustan en su obra. Su descubrimiento del 17 de octubre de 1945 -que después será lla mado "Día ¿e la Lealtad*- tien e algo de brusca revelación, tal como él lo contó años después, explicando la resolución repe nti na q ue 10 10 acometi ó al. al. oír a la muchedumbre coreando salutación a Perón: "Me vestí apresuradamente, bajé a la calle me u ní a la multitud que avanzaba rumbo a la Plaz Plaza a de Mayo. Vi, reconocí amé los miles de rostros qu e la integraban: no había rencor en ellos, ellos, sino la alegría de salir a la visibilidad visibilidad en reclamo de su líder. Era la 'Argentina invisible' que algunos habían an unciad o literariamente, sin conocer ni amar sus millones de caras concretas, concretas, qu e no bien las conocieron les dieron la espalda. Desde aquellas aquellas horas me hice peronista". La alusión a Eduardo Mallea su teo ría d e la "Argentina invisiblen invisiblen junto a su incapacidad para reconocerla bajo las especies concretas del prójim o, apuntan a la orientaci ón participativa, participativa, real sensible que es asumida definitivamente por Marechal Marechal que conduce su ingreso a la narrativa: "Retomé mi cien veces postergado Adán Buenosayrcs, lo rehice casi todo le di fin. sabes por q ué? Porque mi personaje había evolucionado conmigo realizado todas mis experiencias"." Es comprensible que quien en 1949 detectó primero la originalidad del camino que abría Marechal, haya vuelto a registrarlo en 1966 para Lezama Lima: me refiero a Julio Cortázar.'" Corno también es comprensible que las lecturas lecturas profundas profundas del
12 Alfredo Aridrés, Palabras de Leopoldo Marechal, Buenos Aires, Carlos Pérez editor, 1968. 13 El artículo bibliográfico sobre Adá n Buenosayrc Realidad, ño 111, Buenosayrc 11- 14, Buenos Aires, marzo-abril de 1949; el referido a Lezama Lima Paradiso, Unión, Habana, 1966.
Sobre Rodolfo Walsh
período inicial inicial hay hayan an ~ er te ne ci do No6 No6 Jitrik Jitrik
Adolfo Prieto,
los míticos míticos de la joven gene racibn en tonces emer gente, poniendo en evidencia la apertura estética e ideológica que ellos llevarían a ca bo." l artículo de Cortázar Cortázar importa como una lectura perspicaz perspicaz de un arte que parecía insólito en el rumbo de la literatura vanguardi vanguardista sta del m omento, per o además como un a soterrada filiación a esa vía puesta en marcha por la novela (como lo prob ó con Losp Losprem remio ios, s, que obtuvo la frialdad d e los pares literarios que ya antes había condenado a Adán Buenosayres), vía que habría de comprome ter a un pequeño g rupo de escritoescritores a quienes hasta entonces sólo representaba la revista Sur. Decía Cortázar: "Muy "Muy pocas veces ent re nosotros se había sido tan valerosamente leal a lo circu ndante , a las cosas cosas que están ah í mientras escribo estas estas palabras, a los hechos que mi propia vida me da me corrobora diaria mente , a las las voces voces las ideas I_os_s I_os_s&mi &mi_os _os qu e cho can con mig son yo en la calle, en s círculos, en el tranvía y en la cama. Para alcanzar esa inmediatez Marechal entra resuelto po r un camino ya ya ineludible si se quiere escribir novelas novelas argentina s: vale vale decir que n o se esfuerza por resolver sus antinomias sus contraríos en un estilo de compromiso o un término aséptico, aséptico, entre lo que aq uí se se habla, se siente se piensa, sino que vuelca rapsódicamente rapsódicamente las maneras que van van c orresp ondien do a las situaciones situaciones sucesivas sucesivas la expresión que se adecua a su contenido". Se intuyen en estas palabras palabras las meditaciones de u n escritor que, abandonando poemas iniciales dramas m itológicos itológicos pero na el univers universo o conceptiial que los ampara, está en este momen to escribiendo los ciientos que integrarán su primer libro propio: Bestiario (1951). Un c uento como "Las puertas del cielo", de ese volumen, miiestra que también él, como
14
Jitrik, "Adbn B U P ~ Z O Ta~laiio\rela Ma1.c-chal hal", ", eti ~ ~ S , tie Leo poldo Ma1.c-c
Aires, septiei i~l>i-e e 1055; Adolfo Prieto , "Los ri~iir1c1o.s ri~iir1c1o.s Buenos Aires, i" 1, Sarita Sarita Fe 1959. li Adhn Bic~nosn~ws",ii b k í n 12 Lziernturnr Htsl>cin~rnr,i"
Co>~ton~o, 1- 5-6,
Onetti co ás impedimentos que éste dado que se moverá por mucho tiempo dentro de la narrativa llamada fantástica, ha elegido ese "c amino ya ineludible" que consiste en inserinsertarse dent ro del vivir vivir d e los seres de la cultura sometida, yendo a su encuentro, portando el bagaje bagaje d e su educa ción, su sensibilidad su arte, desarrollados en el seno de la cultur superior de su tiempo, cuya heterodoxia notable respecto del oficialis oficialismo mo no impide q ue permanezca al mismo ámbito dominación. Las notorias diferencias entre Marechal Cortázar Cortázar pueden rastrearse, rastrearse, al margen de sus escrituras personales, en el hecho de que se trata trata de representante representantess de dos generaciones literarias sucesivas (Marechal nació en 1900, Cortázar en 1914) a q ue definen dos instancias suce sucesiv sivas as de este camino que comienzan a recorrer los escritores qu proceden d el vanguardismo, vanguardismo, e n el cual ya ya estaba presupuesta esta eventualidad aunque no afirmada categóricamente. Si tuviera que citar a un tercer o, habría muchos entre los cuales cuales elegir, elegir, correspondientes correspondientes a esa floración floración de narradores real is tas, críticos comprometidos qu e surge a la caída de Perón (1955), pero sin embargo me inclinaría, por razones que expondré , por Rodolfo Walsh, Walsh, nacido e n 1927. Marechal no se incorpora a la cultura domina da sino que sitúa al poeta dent ro de ella para q ue conviv conviva a ese universo en el que descubre la presencia -vivient -viviente, e, no sólo intelectual libresca- de los arqu etipos Allí se efectúa el eterno cumplimiento de las normas ideales qu e sólo devienen posibles, posibles, sólo se tornan "visib "visibles les", ", mediante la encarn ación. Su ca ra en res puesta al ensayo crítico de Adolfo Prieto, que él tituló "Claves de Adán Bueno~ayrar",~deecho no hace sino reiterar en los diversos niveles en que pude situarse una obra literaria -un poco a imagen imagen de la carta de Dante al Ca Grande- el proceso
15Vé ase Alfred Andrés, op. cit., pp. 121-138. Sobre las iiiterpretacioiies de la novela, véase Graciela Coulson, M a r ~ c l r n l . pasión metnf.nca, Buenos Aires, Ferriarido Ferriarido Garcia Cambeiro 1974.
Sobre Rodoyo Walsh
FICCIONESRGENTINAS
de descendimiento encarnación de los valores ideale idealess dentro d e la realidad circundante, circundante, que no puede ser exclus exclusiv iva a de escritor sino la de una vasta comunidad que transporta esa esa eveneventualidad, diríase diríase q ue "sanguineamente": ya se trate del pasaje de la epopeya clásic al género novela, el simbolism o del viaje viaje a la peripecia narrativ a, de la Solveig terrest re a la Solveig Solveig celeste, celeste, de los mod elos literarios universales (Vita Nuova, La Odisea, Odisea,
La Iiíada, Vida defilósofos defilósofos ilustres) ilustres)a la materia próxima
vulgar
de la narrativa moderna. El poeta estará en esa realidad porte ña y suburbana, como un visitante enam orado; vivirá vivirá en ella podrá amarla amarla porque ella certifica certifica la presencia presencia completa de los arquetip os. Pero no será parte de ella, lo que en la producción literaria se hubiera traducido traducido p or el engendramiento d e nuevos arqueti arquetipos pos o al menos d e nuevas coyunturas históricas, simplemente. La vinculación se alcanza alcanza por la encarnació n d e lo et erno , cuya cuya prosapia ideal religiosa religiosa es tan evidente. Se regi stra, así, un juegCdG-á~%ximación de distanciación, una oscilación entre dos coordenadas diferentes que tejen la obra. Esa distancia, funcionando d esde su conciencia y det erm ina ndo su apreciación estética, es la que estimula el estilo paródico de su arte, del cual el propio Marechal ha señalado múltiples ejemplos en "Claves Adá n Buenosayres Buenosayres", ", aunque defendiéndose de una posible interpretación externa retórica retórica del término que n es sin embargo la que cabe e n rigor a su escritura. Todo estilo paródico (com o lo supieron bien Bertolt Brecht Thomas Mann, como lo percibió Hermann Broch al detectar las formas artísticas artísticas vulgares vulgares que se incorpo raban a una sociedad sin sin valores) valores) corresponde a un cier to derrumbamiento todavía todavía inicial, de las pautas estéticas vigentes vigentes y por en de d las doctrinas doctrinas filosóf filosófica icass que s ostienen u na determ inada comunidad. En la historia de la literatura asoma esa posibilidad de proceder a un a lectura distorsionante distorsionante d e u n texto consagra consagra do por el medio, cuando los sistemas axiológicos sobre los cuales reposa sufren una erosió n notoria. Es evidente en el desarrollo del arte barroco europeo y en esas resurrecciones
contem poránea s en América Latina, Latina, especialmente en el área cultural caríbica. Todo estilo paródico conlleva conlleva una dosis de barroquismo , aun que n o ocurra necesariamente la situación situación inver inver sa, porque postula un pretext partir del cual se construye el texto, reclama ndo por lo tanto la colaboración colaboración de un lector cómplice que con un solo libro efectúa dos lecturas simultáneas, distanciadas distanciadas ent re sí y combinadas e n un a tercera posibilidad que es aquell a que está presente a sus ojos. ojos. No es Leopoldo Marechal el único que descubre la adecuación del estilo paródico, pues e n ese caso mal podríamos concederle a tal forma una significación epistemológica amplia. Se lo pesquisa pesquisa e n las letras europea s d e ent re ambas guerras en la propia Argentina se transformará en un patrimonio común d e los cultos durante décadas, en prim er término Jorge Luis Borges, Borges, revelándonos en q ué m edida todos ellos tietienen conciencia oscura pero veraz del resquebrajamiento de los valores consagrados que están viviendo, aunque los más no traduzcan este descubrimiento estilística a posiciones sobre el p lano político o social. Hay diferencias entr e los diver diver sos modos de acometer ese estilo, que pueden atribuirse a la distinta ubicación ubicación de los polos del cam po de fuerza encontradas que es el sistema paródico: n o será de iguales resultados el remedo de una nota bibliográfica, así sea "Pierre Menard, autor del Qugote", qu e el redescubrimiento, redescubrimiento, e n una escena escena suburbana, d e un texto clásico clásico.. Cuan do Marechal cuenta una riña de comadres en las calles de un barrio porteño, reescribiéndola biéndola sobre el ca nto primero de La Ilíada, y cuand o Mi nerva nerva saca destempladamente del combate Juno gritándole gritándole "Gaviota, "Gaviota,cuan to más vieja vieja más loca", es la realidad primera la que ha asumido la positividad, es el plano de la "encarnación" del modelo literario el que cobra principalía, pero la plenitud estética que el emisor reclama al receptor de su mensaje artístico sólo es posible si el lector percibe esta escena sobre la evocación del texto clásico, clásico, pues sólo gracias esa conjunción se alcanza el efecto efecto humorístico que anima al es tilo paródico puesto en uego.
FI(:(:IONESRGENTINAS
Sobre Rodoljo
No de o tro modo funciona la escritura del Quijote, ni la parodia barroca de Quevedo, cuando traspone el mito de los amores del dios solar solar Apolo con la ninfa Dafne, a un a escena prostibiilaria: "Berm qazo platero de la s cumbres a cuya luz se espulga la canalla. La ninfa Dafne, que se afufa gozar, paga no alumbres". alumbres".
calla
si la quieres
Sólo aquellos que se muevan dentr o de los presuntos cultos de la composición composición literaria, dent ro d e los valores valores ideáles ideáles que "encarnan n en la pantalla pantalla de la realidad circundante, pueden medir íntegramente el texto, colocarse en el punto foca1 de percepción, lo que implica que tanto el autor como el lector son poseedores de una suma equivalente de informaciones, informaciones, es decir q ue ambos se hayan hayan situados en e l hemisferio hemisferio culto desde el cual avizoran avizoran la zona sometida. Al estimar estimar que "toda perc ep de desciframiento", Pierre Bourdieu deduce, correctamente: "Ac@-&4esci "Ac@-&4escifram framiento iento que se ignora como tal, la comprensión inmediata adecuad a sólo es posible y efectiva efectiva en el caso particular e n que la cifra cifra cultural que posibilita posibilita el acto de desciframiento es dominada completa e inmediatamente por el observador (bajo la forma de competencia o de disposición cultivada) cultivada) y se confunde con la cifra cifra cultural que ha he cho posible la obra percibidan.'" Por lo cual "toda operación de desciframiento exige un código más o menos complejo, cuyo dominio es más o menos total", por lo mismo "las satisfacciones satisfacciones vinculadas a esta percepción no son accesibles accesibles más más que a quienes e stán dispuesto a apropiárselas apropiárselas porque les atribuyen un valor, sobreentendíendo q ue n o pueden atribuirle atribuirle un valor sino sino porque disponen de los medios de apropiárselas". apropiárselas".
16 Pierre Bourclie~i, Éléiiierits d'une théorie sociologiq~ie e la perceptio artisticllle", el1 Les aris duns la societé societé,, Rei~u e nte~~nntionalr: es Sciences Sociales, París, u~i;.sc:o,ol. ol. cc, ri" 4, 1968. Socilogía del arte, Buerios Aires, Nueva Visióri, 1971.
Walsh
El círciilo círciilo de quiene s detentan el código, pueden descifrar la obra saben qu es un valor del que conviene apropiarse, al pasar de Ma rechal a Cortázar, sufre una no toria ampliación, que postula, en el representante de la segunda generación, la asunción más más amplia del campo de la cultura domina da aunque sie mpre d,entro de las las tesituras estéticas de las cuales procede. Si en M arechal el polo positivo está represen tado por los arquetipos ahistóricos ahistóricos que "encarnan" en la realidad circundante, en Cortázar ese ese polo comienza a desplazarse hacia esa parte "ineludible" a la cual corresponde ser "valerosamente real". real". Cuand o Julio Cortázar titula "Circe" a uno de los cuentos de Bestiano, ha avanzado otro paso, pues ese título no restaura un arquetipo sino que se ofrece como un guiño cómplice al lector cul to, suficientemente discreto discreto como para que p ueda ignorarse. ignorarse. E cuento podría haberse titulado "María" o "Juana", visto que su instalación desarrollo alcanzan alcanzan apreciable autonomía no re claman la asunción del "arque tipo", como en cambio pasaba en Los rqies, para conquistar su entera dimensión. Del mismo modo, otro de los cuentos del volumen que reconstruye el mito de la barca de los muertos que se remonta a la antigua cultura egipcia, bajo el transparente titulo de "Óm nibusn, maneja una materia muy directamente extraída de la circunstancia circunstancia de que él hablaba a propósito de Marec hal, pero qu e ya ya no lo es a los elementos reales reales simplemente sino a las las concepciones de lo real que se generan en esta percepción del entorno. La autonomía narrativa que surge de la instalación en la inmediatez, se rubrica y ensancha por los recursos lingüísticos empleados: hay un trabajo de simplicida simplicidad d que procura abrir el foco de percepción para que en él quepa ese lector eventual procedente de otro estrato cultural sin que por ello resulte resulte eludido el lector culto, a quien se le reservan segundas posibilidades interpretativas , más ricas. Cuando se llega al cuento "Las puertas del cielo" pueden estimarse impertinentes las alusiones dantescas que de pronto aparecen: la experiencia que despliega la narración se independiza del significado codificado en cualquiera d e los modelos recibidos por lo mismo atiende con más equilibrio a las percepciones
FI(:(;IONES RGENTINAS
Sobre Rodolfo
de los dos lectores posible posibless mediante la instauración de u n cam po comp artido . Sin duda hay recursos humorísticos humorísticos que nibrican la perspectiva distanciada del autor y por ende del lector culto q ue s e le asocia asocia (e l velorio, velorio, la descripción d e los "mons tn ~o s" n el bailongo, etc.), pero la acción acción que ejercen ejercen los eleelementos d e la cultura dominada, incluso aquellos que podríamos considerar espurios, es de alta intensidad, se posesiona del p tagonista
genera escrúpulos escrúpulos en su conciencia de ho mbre
culto, como para concluir derrotand o a los alejamientos alejamientos
las
elusiones y \estatuyendo \estatuyendo un ámbito co mún entre receptores procedentes de distintas zonas. Estas Estas aperturas crecientes, crecientes, donde la recuperación d e una realidad circundan te propia de la cultura domin ada va va ascendiendo a los medios de percepción, en la misma medid a en qu e adquiere autonom ía con respecto a los modelos, métodos paradigmas de la cultura dom inante, todavía todavía queda constreñida dentro de '.terarias recibidas, recibidas, pertenecientes al repositorio de un retórica moderna: es una novela, son cuentos, dentro de las 1íneas peculiares del vanguardismo. vanguardismo. aunqu e en la producción producción posterior de Julio Cortázar Cortázar encontraremos múltiples búsquedas búsquedas de nuevas forma más que nada una lucha constante contra los órdenes literarios literarios heredados, habrá q ue pasar a u na tercera tercera generación de escritores escritores para enco ntrar modificaciones que empiezan a afectar nuestros nuestros arraigados arraigados conceptos acerca de lo que es li teratura. No se trata de las invenciones privativas del laboratorio experimental d e la vanguardia vanguardia:: n o p odría ser10 ser10 porque se trata aquí de adentrarse en una comunidad po rtadora múltiples materiales tradicionales, dotad os ya de un aura distinta, distinta, trabajar den tro de sus líneas tendenciales hacia la búsqueda de estructuras adecua das al mensaje destinado a esos lectores. 111.
Nuevos temas, nuevas formas, nuevos géneros
En ener o de 1969, al concluir las delibera ciones de los jurados del pre mio Casa de las Américas, propu se e n su reunió n conjunta la institución institución de una nueva categoría, a la que designaba con la palabra "Testimo "Testimonio", nio",obtenie ndo e l acuerdo de los colecole-
Walrh
as de las autoridades de la Casa, quienes al añ o siguiente con cedían po r vez primera el Premio Testimonio, que recayó recayó en la serie serie de reportajes qu e María Esther Giglio Giglio reunió en La lla tupamara. La proposición buscaba preservar la especificidad artístic artística a de la narrativa que en períodos de máximo interés polípolítico tico puede sey sey preten da, pero sobre todo ap untaba a un conjunto de libros que crecen día a día
que, situados aparentemente
en los lindes de la literatura, son remitidos
la sociología (la
serie iniciada por la obra del antropólogo Oscar Lewi Lewis) s)
sobre
todo al periodismo (como era era en aquel m omento el libro de dolfo Walsh Operación m c ~ s a m , omo sería dentro d e otra orienta ción Las venas abiertas de Amér América Latina, de E duar do Galean o). n ese rechazo no sólo se detecta un legítimo afan de "deslinde* 10 Alfonso Reyes sino también un irreprimido desdén por los estratos estratos desconocidos de que emergen libros libros que n o pueden filiarse en ninguno de los géneros reconocidos como artísticos. Alguna recorrida por los orígenes de estos géneros, revisando las las humild es cunas en que nacieron y el mucho tiempo en que sus productos fueron desdeñados por los culto cultoss de la época, a pesar d e las que hoy son, para nosotros, virtudes inoinocultables cultables de la comedia-menipea, de los "laude" de Jacopone de Todi, de los po emas épicos medievales, medievales, de la cuentística árabe o de los folletines decimonónicos , así como alg una revisión revisión de tanto criterio seudoculto actual que enfáticamente desvaloriza productos llamados del mercantilismo industrial, sin ver que, como ya anot ara Luis Cernuda, frecuen temente Dashie Dashiell ll Hammett es mejor narrador que Ernest Hemingway Hemingway o que en el goticismo de la seri e de Batman hay más invención artística artística que en innumerables novelas sociales bien intencionadas, me ha llevado a atender con particular interés las elaboraciones recientes de las letras , marginales al periodism o, a la investigació investigació sociológi sociológica ca de campo , al documentalismo escrito o visual visual.. Partía de comprobar el arcaísmo retórico que aún rige la apreciación literaria: literaria: mientras la m era demarcación de un fragmento de la realidad realidad física ha resultado aceptada por las artes plásticas plásticas contemporáneas, ente ndie ndo que la opción demarcadora conlleva conlleva
Sobre
un cr iterio estético, el registro registro de un discurso autobiográfico de un personaje popular, con su sintaxis, sintaxis, su léxico,sus imágenes, su cosmovisión cosmovisión -implícita -implícita en la estructura lingüística-, lingüística-, n o logra aceptación por los esquemas de apreciación crítica vigente. vigente. Tal arcaísmo restringe la capacidad descubridora de la literatura, a la que sólo se le consiente la incorporación de elementos nuevos cuando se insertan dentro de los modelos de la vanguardia narrativa, a la que se habría así congelado. Delata la asunción de una concepción elitista retrógrada que paradójicamen te se aplica a un material, material, el vanguardista, vanguardista, signado por la vocación de ruptura de apertura incesante hacia esas zonas culturales que la democratización social instaura. La novación de nuestros conceptos sobre la literatura, por obra d e múltiples múltiples incorporaciones procedentes d e variados variados oscuros estratos de las operaciones lingliísticas en la sociedad actual, es obligación obligación crítica que aú n está demor ada. En general se la admite cuando viene respaldada por un escritor que ya ha d emostrado su pericia en los géneros establecidos: establecidos: sólo el prestigio prestigio de Octavio Paz Paz o de Julio Cortázar ha logrado qu sean ac eptable s como las obras orgánicas qu e son Blanc Blanco o o Úl timo round Pero cuando el escritor precede de zonas tenidas por no literarias (y el periodismo periodismo es un a de ellas, como lo es el radiote atro) sus producciones son rechazadas Pensand o en lo qu e sucediera después, suena a imprevista imprevista burla u na confesión desdeñosa de Rubén Darío a fines del siglo registrar la aparición dentro de los diarios de la época, XIX. jun to a los "cronist "cronistas" as" representados por él y demás poetas modernistas de la hora , de los que entonces se llamaban, a la la americana, rqorters, afirmaba que esos advenedizos nunca podrían remplazarlos por la sencilla razón de no tenían estilo. Las cosas fiincionaron exa ctamente al revés: la especie de los "cronistas" es hoy casi casi extinta mientras q ue sobreviv ieron los los rq~o rque efectivamente elaboraron un nuevo estilo. Bueno malo, se trata de una operación literaria literaria que se ha cumplido --
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tuales.
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que nos ha provisto provisto de ob ras considerables. considerables.
RodolJo Wakh
Del mismo modo -y para tomar ejemplos de una sola área cultural- parec e difíc difícil il elim inar de la literatura literatura aJ wn PéraJo PéraJolot lote, e, por más que Ricardo Pozas Pozas no sea un literato, la monumen tal serie sobre Los indios de Méxi México co,, ob ra d e un novelista, Fernando Benítez, o un libro como La noche de Tlatelokode Elena Poniatows towska ka o los volúm enes de artículos confesadamente periodísticos de Jorge ibargiiengoitia o Carlos Monsivá Monsiváis is.. Salvo Salvo que nos dispusiéramos dispusiéramos a eliminar también un capítulo íntegro de la His toria de la Literatura Latinoamericana, titulado "Cronistas "Cronistas de Indias", dias", pues parecería muy injusto q ue aquellos historiadores historiadores-pe-periodistas del siglo hayan sido pasibles pasibles de incorporación a las letras y no pueda n serlo sus equivalentes del sigloxx. La curva demográfica que viene cumpliendo nue stro planeta desde el siglo XWII la incorporació n en sucesivas sucesivasoleadas de los sectores marginados a los beneficios de las formas culturales, superiores, se ha traducido en sucesi sucesivas vas modificaciones de éstas; éstas; sólo un criterio p aternalista conservador conservador puede pensar que los que llegan a disfrutar d e la literatura se limitaran a recibir pasivamente la que ya ha sido formulada dentro de las estructuras tructuras de otro tipo de sociedad no propiciarán propiciarán formas que les resulten propias, adecuadas a sus niveles niveles cosmovisiones. Si las las revoluciones burguesas, al favorecer el ascenso de una clase, pusieron fin a la liter atura dramá tica en vers crearon lo que hasta hoy hoy los italianos siguen llamando el "teatro de prosa", eso no significó la ruina d e un géner o, sino por el contrar io, su salsalvación. vación. Si Si el ascenso en nuestra época d e fuertes sectores de la clase media así como las demandas proletarias campesinas nos han deparado nuevos instrumentos de la comunicación masiva (de los diarios revistas revistas ilustradas hasta las radio televisoras) es previsible que en su seno se fragüen nuevas formas, nuevos nuevos géneros, nuevos lenguajes, lenguajes, que puedan atacar libremente a temas, temas, personas, concepciones del mun do que han emergido violentamente a ese campo de la literatura que se consideraba delimitado y cuidadosamente cercado En uno de los múltiples rengIones en que se expresa una realidad cultural nueva, se encuentran los productos del
RGENTINAS R GENTINAS FI(;(;IONES
Sobre Rodo!olf Walsh
periodismo. Podemos considerarlos a partir de una de las las dos es cuelas que los distinguen históricamente: la norteamericana,
se encontraban más cerca de un público masivo cuya expansión comenzaba sería acelerada por el industrialismo de los
fundada e n l a segunda mitad mitad del siglo XIX, expandida triunfal-
años de la guerra mundial
mente por todas las las sociedades sociedades contemporáneas contemporáneas hasta remodelar a su progenitora, y competidora, la escuela anglo-fi-ancesa. Porque su difusión m undial (que implicó un sistema altamente ela-
tra la cual cual mili tara furiosamen te Borges. De De más incidencia en el medio que algunas traduccio nes (Kafka, (Kafka, Faulkner) habrán de
borado d e comunicación de la noticia, noticia, de m anejo del reportaje, de incorpo ración de la imagen, etc.) etc.) se produjo conju ntamente con gén eros semiliterarios semiliterarios que le son afines (o proceden de las mismas mismas imposicionesculturales) que han llegado a disponer y de la venerable venerable antigiiedad de un siglo, siglo, por lo menos: la novela novela policial, la novela de aventuras, los comics. Pertenecen todas esestas formas a operaciones racionalizadoras de la información, paralelas traductoras de las las convenciones estmcturan tes de las sociedades industriales modernas, así como de su necesidad d simplificar objetivar los mensajes destinados a público s masivos masivos de escasa preparación, pudie ndo sin embar go ser planificadas como para absorber las irrupciones irracionales rescatarlas dent ro del esquema raciona racionaliza lizador. dor. No es éste el m omento de analizar las perversiones que estas formas padecieron al insertarse en los designios designios de una industria cultural cultural decidida a transmitir consignas conservadora conservadoras, s, sin sin con tar q ue ello h a sido estudiad o ya ya por las cabezas cabezas de la Escuela de Fr ankfurt, Horkhei mer Adorno, e n su período d e residencia residencia en los Estados Unidos Unidos du--
rante la Segunda Guerra Mundial. En cambio es necesario ver su su incorpo ración a América Latina, no sólo en el nivel de los instrum entos comerciales corrientes del trasvasamiento trasvasamiento cultural sino en los niveles artísticos má altos. altos. Porque quienes detectaron agud amente su aparición inicial fueron Jorg e Luis Borges y su círculo. La "modernidadn de Borges en los años veinte treinta, con respect o a sus contemporáneos literarios tipificados tipificados por Ezequiel Martínez Estrada Eduar do Mallea, radica en su alejamiento d e las formas lite rarias tradicionales, aun aquellas prestigiadas po r el sello vanguardista europeo, en beneficio de otras, marginales, escasamente prestigia prestigiadas das e incluso incluso condenadas po r los cultos, que
por los de la década peronista con-
ser las las colecciones editoriales que dirige: una, am parada por una insignia nervaliana. "La puerta de marfil" marfil" no hace sino re poner la atención por la novela novela de aventuras aventuras (todo Ccnra d); otra, designada con una alusión dantesca, "El séptimo circulo", hace aceptable al lector preparad o una pasión pasión oculta vergonzante: la la novela policial. Ambos gén eros, relegado s hasta el momento a los suburbios de la cultura prestigiada, prestigiada, ingresan al re ce nocimiento público se extienden con la voracidad de una epidemia, especialmente la policial policial que co nstitui rá una lectura central de las nuevas generaciones, cosa de la qu e creo el propio Borges Borges concluyó lamentándos e. Los autore s, al menos los iniciales, que publicaban esas colecciones, buscaban dar prueba de que el género era redimible rescatable para una literatura superior, puesto que ni William Blake, ni Leo Perutz, ni Joseph Conrad, podían considerarse narradores desdeñables. Para Para completar el panora ma puede revisarse revisarse la colección colección del diario Critica en los años treinta, cuya sección sección literaria dirigió rigió Borges Borges con un sentido opuesto al del suplem ento de La Nación Prensa, promoviend o una culturización popular al día muy atenta a la novedad a las lecturas atractivas dentro de ese concepto del "moderno" que había fijado la actividad "martinfierrista". adjuntarle su actividad de crítico cinematográfico, interesado en la producción norteamericana de la hora con frecuencia deslumbrado con un material cuyo valor artístico artístico tardó en reconocer se se ha alcanzado tras la evocación nostálgica: el esquemático cine de los ambientes gangsteriles de las películas de violencia. Má importante es consignar la presencia de los géneros nuevos nuevos en su ob ra creativa: en la Historia universal de la infamia (1935) se halla presente esta pasión pasión d e la aventura que una vid sedentari sedentaria a en una gran biblioteca biblioteca no ha hecho sino exacerbar, exacerbar,
Sobre Rodoljio
Wakh
reconocida en la mediación mediación libresca libresca puesto que las las aventuras que en su volumen narra no son (salvo "Homhre de la esquina
en cierto modo tradicional de la narrativa donde impuso su
rosada") sino las que se cuentan en los libros; en Eljardín
singularidad creadora, sino en los arrabales de la palabra es-
íie sen(1944) la atracción d deros deros que se bifurc an (1941) en Acczones (1944) la narrativa policial con sus esquemas simples poderosamente racionalizados, sus brutalidades irreales a fiierza d e violentas distantes, sus enigmas o meras charadas a resolver con rigor e ingenio, su adelgazamiento de personajes transformándolos en piezas de u na operación matemática o de un juego. juego. Estos Estos planteos servirán a temas sedicentemente metafísicos, en un trasplante que les otorga diferente dimensión sin que ella oculte las fuentes literarias menores de que proceden. Un cuento representativo de los temas borgianos, el "Tlon, Uq bar, Tertius Orbis" (1938) , es un a investigación investigación bibliográfica bibliográfica que maneja procedimientos procedimientos de una investi investigaci gación ón policíaca al servicio servicio d e una información fantástica. Cada vez más estas articulaciones simples se aplicarán a pesquisas de otra magnitud: el tiempo, la predeterminación divina, el universo absurdo, el azar, la brutalidad. Si n esta línea "modernizadora", que rescata para u na cultura oficial materiales materiales de bajo origen, de biera buscarse un descendi ente de Borges Borges en las letras letras argentinas, más más qu e en el consabi do Bioy Bioy Casares habría qu e pe nsar en Rodolfo M
N. as novelas policiales del pobre
En el caso de Rodolfo Walsh Walsh (nacido e n Buenos Aires en 192'7 192'7 den tro d e una familia descendiente de a ntiguos pobladores irlandeses) asistimos a una conjugación de las líneas tendenciales que se suceden en las culturas en conflicto, las cuales, desvirt~iando l viejo esquema ortegiiiano ("yo y mi circunsta ncia" ), parecen tejer el "yo" "yo" con la lanzadera de las circunstancias. Siendo uii excelente narrador, de refinada sensibilida para penetra r en los procesos formativo formativoss de la personalidad, como lo muestran los "cuentos "cuentos de irlandeses" irlandeses" que se enc uentran dentro de sus tres volúmenes de ficción (Los oficios terrestres, 1965, 1972 aun que kilo de oro, 1967 y n oscuro oscuro día cle usticia, 1972
escrito escrito en 1961) no ha sido sin sin embargo de ntro de este cauce
crita que am para el periodismo Su nombre es más conocido por los reportajes periodísticos (Operaciólz masacre ha llegado a su novena edición) que por su obra restrictamente literaria, a pesar de que su tarea periodística periodística es sin duda obra de escritor escritor que supo aprovechar aprovechar la lección de sus mayore mayores. s. En especial la de Borges, Borges, de quien se le podría considerar un descendiente heterodoxo, porque si bien sus ideas políticas políticas y sus sus concepciones del mun do son diametralmente opuestas, de él ha recibido Walsh esa lección de rigor también reconocida por otro disidente, Cortázar, y sobre todo la inclinación por las formas formas literarias los géne ros narrativos de la "modernidad". Progresivament Progresivamente e invadieron invadieron su queha cer literario conduciéndolo a asumir, unto con las nuevas formas narrativas, el contexto cultural que las engendrara. Dando un paso adelante, procedió a nacionalizarlas reinsertándolas en una tradición peculiar de la subcultura popular argentina. En esa opción rad ican sus posteriores resoluciones intelectuales tuales que lo distancian distancian d e un magisterio magisterio donde se formaron tantos óvene s argen tinos de su genera ción, o sea la de los nietos de Borges, los nacidos en torno al año 1930. 1930. De De ellos es quien registró con mayor intensidad la tendencia "modernizadora" que signó al primer Borges: mientras otros compañeros retornaron a la novela novela realista, ahora de estirpe exist existenci encia1 a1 de fuerte im pronta crítica, crítica, como es el caso del mayor novelista novelista de la promoción, David Viñas, él parecerá demorarse en una actitud epigonal que sin embargo comporta algunas sutiles reconversiones. Su fascinación fascinación es el géne ro policial, ese que d urante su adolescencia fue erarquizado por la colección "E sé timo círculo" que el maestro su di scípu lo (Bioy (Bioy Casares) pusieron en circulación: circulación: su primer libro será un volumen volumen de c uentos policides, Variaciones en rojo (1953) incluid o en un a de esas colecciones que se di f~i nde n n kioscos. kioscos. Escrit Escritos os con sabiduría dentro de la órbita lingüística borgeana, no se ofrecen al público
RGENTINAS FI<:(:IONES
culto sino al indiferenciado que lee policiales sin reparar en quien las firma. distinguiéndose de Ficciom, donde el esquema esquema policial presta apo yatura a una indaga toria filosófica filosófica donde por lo tanto su estructura sirve sirve a una cosmovisión cosmovisión que la invalida o, al menos, l a distorsion a de los cometidos para los cuales ha sido instituida com o apropiado vehículo, los los cuentos de Walsh Walsh cum plen respetuosamente con las leyes del género. Hasta 1955, fecha de la caída de Perón, Rodolfo Walsh Walsh parecería o tro de los intelec intelectuales tuales que conforman e l variadís variadísimo imo y selecto selecto gru po de opositores opositores al régimen, donde se apelmazan derechistas e izquierdistas. Pero la represión que la Revolución Libertadora inicia contra el movimiento proletario, la que ué es esto?), ha de motiva el sobresalto de Ma rtínez Estrada iluminar una reorientación que apela al instrumento periodístico. Desde entonces data una persistente persistente acción intelectual dentro de una tónica ilustrada por la tradición norteamericana del géner~xlperiodistadenunciante, l que sólo está comprometido con la verdad, el que descubre las tramoyas secretas las pone a la luz de la palabra escrita, escrita, el guardián d e la honestidad, el servidor servidor incorruptible de la justicia, justicia, e n fin, ese último descendiente del liberalismo liberalismo norteamericano, norteamericano, más mítico q ue real, donde han persistido algunos valores valores centrales d e la cuitura norteamericana del pasado, pasado, aunque hoy sepamos que en esa imagen subyace un esfuerzo ideologizante cumplido por el grupo periodístico en lucha con las imposiciones del sistema. Ese periodista ideal viene de los filmes de la década progresista del "New "New Deal", que a su vez vez procede n e un mode lo literario fijado por Sherwood Anderson Anderson e n los cue ntos de Ohio de los preteridos neorrealistas. diversos periódic os de opos ició n, Propósitos, Propósitos, Revolució NaciolzaE especialmente en la revista revista Mayoria, comenzaria a publicar desd e 1957 series de artículos, reportajes, den uncia s, en que un periodista periodista solitari solitario o intenta vencer la conjura represiva de los militares que habían derrotado a Perón. Lo singular estaba en que ese periodista pertenecía al peronismo, aunque a lo largo largo de este combate combate se asociara asociara a sus reclamaciones
Sobre Rodoyo
Walsh
a los valores culturales que el movimiento comporta al punto que desde 1967 será uno de los redactores del semanario CGT, que expresó el pensamiento de los sindicatos agrupados bajo la conducción d e Ong aro (contra el sindicalismo sindicalismo buroburocrático de de Vandor); actuará junto a otro de los brillantes brillantespenopenodistas distas argentinps, Rogelio García Luppo, ambos procedentes de un nacionalismo que se radicaliza y se adoctrina libremente en los pnRcipios pnRcipios de u na lucha de clases clases impregnada impregnada de concepciones socialistas socialistas.. Lo singular radicaba tam bién en el tipo de periodismo periodismo que ejercitan: campañas personales personales de denuncia en torno a temas fundamentales de la vida argentina argentina que implican tareas de investigación, hallazgo de pruebas, convencimiento a testigos, enfrentamiento a la justicia venal al poder militar, militar, lucha con tra el silencio o la falsificación falsificación informativa informativa de los diarios oficialistas. De aquí saldrán tres libros que reelaboran los artículos artículos de las las principales campañas: Operación masacre (195'7), Caso Satanorusky (1958) n a tó tó a Ro Ro se se nndd o (1969) . En él prólogo de éste, se lee: "Si "Si alguien quiere le er este libro com o una simple novela policial, policial, es cosa suya". suya". Seguramente, para un lector alejado de los sucesos políticos sindicales argentinos, que ig el Iíder sindical nora quién es Livraga, el doctor S a m o w s k y Rosendo García, para quien ninguna emoción despiertan los nombres del teniente coronel Fernández Suárez o del general Cuaranta, efe del SIDE, la lectura d e cualquiera de estos libros libros conservará igual validez, al margen de su correspondencia con hechos reales, aun alcanzará la intensidad intensidad el suspenso de una excelente policial. No se equivocará en esta percepción porque efectivament efectivamente e están construidos sobre el m odelo del gén ero, salvo salvo que se trata de novelas policial policiales es para pobres. Rotan todos sobre sucesos que en primera instancia abastecieron la crónica roja d e las diarios, con un trasfondo sociosociopolítico que se trató de escamotear: en Opnnción masame es el irrisorio fusilamiento de varios trabajadores, algunos enteramente ajenos a cualquier militancia revolucionaria, en la noche del frustrado leva ntamiento de los generales peronistas Vall Vall
Sobre RodolJo Wnlslz
Tanco con tra el gobierno d e la Revolució Revolución n Libertadora en misterioso asesinato de u n faCaso Satano~usky, l misterioso moso abog ado udío a rgentino (pre sentado por sus sus asesinos por la prensa como un crimen racial copiado del texto borgeano de "La muerte la brújula") cumplido en 1957 por unos mate nes al servicio de la Inteligencia Militar, tras la sucia persecución de las las acciones de un importante importante diario; en cuanto a madefinición la ha da do el autor: "Su tema supertó a Rosendo? la definición ficial es la muerte del simpático matón capitalista capitalista d e jueg que se llamó Rosendo García, su tema profundo es el drama del sindicalismo peronista a partir de 1955, sus destinatarios naturales son los trabajadores de mi país". Los tres tramos diseñan los niveles de los tres libros: un asunto policial, un trasfondo político-social político-social oscuro, ainbos objeto d e una investigación investigación que pasa por la prensa por los tribunales de justicia por último -o primero- una opción de lector que predete rmina los instrumento s, el lenguaje, las formas formas literarias literarias empleadas. Cúa ñdo IIegan IIegan al libro, el autor no se limita a junta r sus notas periodísticas. periodísticas. Las Las reelabora para q ue la camp aña de denuncia devenga la materia del libro, como uno de sus temas, de m odo que en ellos se describe describe el proceso de u na investigainvestigación policial cumplida por un periodistadetective al mismo tiempo q ue se dan a conocer los sucesos sucesos los personajes-actores, manejando los recursos del género. Si algo explica el parcial fracaso del filme Operación masacre, estrenad o sólo en septiemseptiembre de 1973 aunque filmado clandestinamente tiempo antes bajo la dirección de Jorge Cedrón guión del director el autor del libro, es el intento de conferirle tesitura tesitura testimonial testimonial y heroica una novela policial judicial judicial que se hubiera adecuado mejor al esquema tribunalicio tribunalicio que en sus filmes filmes políticos políticos desarrolla el director francés Costa Gavras (Z, La confesión confesión,, Estado de sitio). Viniendo desde las formas formas de la novela policial anglosajona, Walsh desemboca, sin embargo, en un género que pertenece muy ahincadam ente al imaginario de las clases clases populares populares (al punt o d e ha berle concedido Antonio Gramsci, en sus refle reflexioxio1956; es, e
ne ssa bre la novelíst novelística ica popular," popular," un lugar privil privilegiad egiado o dentr de los temas que interpretan las secretas secretas demandas demandas de una cultura)
la tradición nacional de la misma subculhira popular.
Se trata de los "dramas policial policiales", es", como tituló a una parte d e su abundante producción folletinesca el primer novelista popular que tuvo América Latina, el argentino Eduardo Gutiérrez (1851-1889),quien (1851-1889), quien en los archivos de la policía
de la justicia
espigó historias reales de "gauchos malos" reconstruyendo tanautoridades jueces. Cualquiera de sus novelas, de las qu Juan Moreira fue la más exitosa (sobre todo por la adaptación escénica deJosé de José Podestá que e n 1886 dató los orígenes orígenes del teatro nacional rioplatense), comporta dos secuencias: la correspondiente a la vida los crímenes del protagonista la que narra persecuciones a causa de la injusticia de tribunales y leyes, yes, asunto este último último en que se ha concentrado la protesta de las capas populares de todas las naciones, como lo ilustra la condena de E dmundo Dantés en el castillo castillo de I su retorno a la sociedad opresora e n calidad de ángel justiciero. justiciero. Pasó lo mismo e n los libros de Walsh. Walsh. El El resorte d e la obra no es meramente la investigación de un hecho de sangre hasta descubrir al asesino (como en los modelos del género que descansan sin decirlo sobre la confianza en la imparcialidad eficacia cacia de la justicia) justicia) sino que b uena parte trata de la lucha contra la venalidad judicial, las triquiñuelas abogadiles que enreda n la verdad, las palancas palancas que ma neja el pode r político para deformar la acción d e la justicia. Si estos volúmenes restablecen una verdad, es en oposición a los tribunales que instauran silencio o injusticia. injusticia. Estamos, Estamos, como pensaba Gramsci, ante u na de la aspiraciones vehementes d e las culturas sometidas, para las cuales el aparato judicial judicial fue un instrumento para aplastarla aplastarla para justificar a los grupos sociales superiores.
17 Antonio Grairisci, Cultura y 1967.
litmlura,
Bar celo i~a, ditorial ditorial Peiiíiisul Peiiíiisula, a,
FI(:(:IONES RGENTINAS R GENTINAS
También la visión visión del mundo ha cambiado respecto d e los maestros "modernizadores":sustituyendo la concepción d e u na universal irrisión, de una injusticia global un caos instituido por dioses torpes, de una arbitrariedad esencial esencial a la exisexistencia humana (como se recoge en el texto de múltiples cuentos de Borges), presenciamos el funcionamiento claramen te identificado de la injusticia injusticia mediante aparatos del poer
tribunales, ejercido sobre una también determinada
Esta inversión de significacio significaciones nes maneja, no obstante, órdenes verbales com o los qu e ilustrara Marcel Schwob en la Ar gent ina patrocinara Borges, pues es normal en cont rar en los libros de Walsh estas descripciones: "Rolando Villaflor Villaflor creci en hechos ignorados, ignorados, amistades amistades que n o se nombran, secretos qu e se llevaron amigos muertos". muertos". esta altura del conflicto de culturas, que confiere fu ndamento a la pugnacidad política social de la Argentina contempoi;ínea; los escritores escritores que han desertado la cosmovisión cosmovisión las estructuras de la cultura dominante han constituido un anch o camino de creaciones creaciones de sistemas sistemas expresivos expresivos que tienden un puent e con las aportaciones propias propias veces rudimentarias que la subcultura dominada ha podi do preservar llevar adelan te. Esta aproximación aproximación puede q ue no obvie los conflictos previsible previsibles, s, sobre todo porque dentro d e la cultura popula funcionan poderosas energías conservadoras retardatarias (hijas de la deformación impresa por la situación represiva en que se la ha tenid o), para las cuales cuales toda nueva incorporación, toda nov edad, es un sacrilegio. Ellas Ellas han han construido u n mito de pureza, de folclorismo folclorismo populismo, o sea de todas las las deformaciones insufladas en un siglo por las clases dominadoras con el fin de paralizar paralizar su creatividad, creatividad, que puede constreñir la necesaria, imprescindible expansión de los evidentes valores valores que acarrea el tumultuoso río de estas culturas en el mome nto en
que acometen una nueva instancia de ascenso al poder.