¿Quién le quemó los pies a Cuauhtémoc? Personajes:
*Narrador *Profesor *Supervisor *Juanita *Luisito *Pepito
*Directora *Presidente municipal *Comandante de policía *Varios alumnos
Primer cuadro Narrador: El profesor del grupo 6to. A, anuncia a sus alumnos que pronto los visitará el supervisor
escolar. Profesor: Niños… sh… niños… compórtense y escuchen: hoy vendrá el señor supervisor escolar,
por lo que les pido que se comporten adecuadamente, para que se lleve una muy, pero muy buena impresión. Alumnos: (diversas expresiones) Narrador: El supervisor llega y dice: Supervisor: Ejém… Niños, tengan todos ustedes muy buenos días. Alumnos: (A coro en distinto orden) ¡Buenos días señor supervisor! Supervisor: Ejém… el motivo de mi visita es hacer una e xploración de los conocimientos adquiridos en este curso. Así que les haré preguntas sobre distintas materias. Vamos a ver… tú
Juanito… ¿Qué es una raíz cuadrada? Juanito: mmm… (Piensa intensamente)… solo conozco la de los árboles y… creo que no son cuadradas… Supervisor: ¡Qué disparate muchacho!... Mejor preguntaré sobre Ciencias Naturales. Ejém, a ver
Luisito, ¿Qué estudia la patología? Luisito: (después de presumirle a sus compañeros que es “muy salsa” dice) Pssss… La patología es
¡el estudio de los patos! Supervisor: (Asombrado) ¿Cómo es posible esto maestro? Profesor: (Apenadísimo) Mil disculpas pido a usted, señor supervisor, es que… no hemos tocado
esos temas. Supervisor: Mmm… bien, solo espero que con la Historia de México estén mejor preparados.
(Pasea su mirada por el grupo y los alumnos tratan de esconderse lo mejor posible) A ver, tú, Pepito (Pepito se hace el sordo)… Pst, Pepito, a ver dime: ¿quién le quemó los pies a Cuauhtémoc? Narrador: La pregunta provoca diversas reacciones. El profesor queda en suspenso, unos alumnos indican que son inocentes, otros que no saben “ni qué onda” y Pepito dice entre lágrimas…
Pepito: ¡No fui yo señor supervisor, se lo juro que yo no fui! Luisito: Yo sé quién fue (se pavonea)… Fue “la tilica” (señala a una alumna)… (La tilica gimotea,
pega de brincos y alega su inocencia hasta que la interrumpe el supervisor) Supervisor: (a los alumnos) ¡Esto es el colmo! ¡Lo veo y no lo creo! (Amenazante al profesor) ¿Qué
me dice al respecto, maestro? Profesor: Bueno… este… usted lo ha escuchado señor supervisor. Él no fue, la tilica tampoco, así
que (enfático) ¡yo los apoyo! Supervisor: ¡Esto es intolerable! ¡Qué ignorancia hay en el grupo y en su maestro! En este
momento lo reportaré con la Directora. Segundo cuadro
(En tanto el narrador interviene, los actores abandonan el lugar cambiando al mismo tiempo de muebles. La escena es en la dirección, donde se encuentra la directora) Narrador: El supervisor sale del salón y se dirige a la dirección de la escuela visiblemente enojado, y al entrar dice… Supervisor: Oiga usted, señora directora… Directora: ¡Se-ño-ri-ta! Si me hace usted el favor. Supervisor: Bueno, bueno a lo que vine: ¿qué clase de personal docente labora en esta escuela Directora: A ver, a ver… ¿por qué lo dice señor supervisor? No le entiendo Supervisor: Pues mire usted, señorita directora: al examinar a los alumnos de 6to. Grado, me
encuentro con que nadie sabe nada ya que todos contestaron erróneamente a todas mis preguntas. Directora: ¡Eso no es posible! Supervisor: Eso no es nada, el colmo fue que al preguntarle a Pepito ¿quién le quemó los pies a Cuauhtémoc?, este alumno me contesta gimoteando que “él no fue” (la directora se intriga) y
cuando le reclamo al profesor, ¡asómbrese! En lugar de reprenderlo, dice que “lo apoya” (imitándolo) ¡hágame usted el favor! (la directora abre la boca) Directora: (se repone) Mire usted, señor supervisor… el hecho de que sea una autoridad educativa
no le da derecho de (altisonante) acusar a un alumno de semejante barbar idad… (Terminante) ¡Yo sí creo que Pepito no fue! Tercer cuadro
(Cuando el narrador interviene, sale la directora y el supervisor, se cambia rápidamente la posición del escritorio que ahora es una mesa de cantina. Entran los últimos actores) Narrador: El supervisor sale al borde de la histeria y desesperado se dirige a la cantina del lugar
donde casualmente se encuentra el presidente municipal y el comandante de policía, junto a otros parroquianos.
Presidente: ¿Qué le pasa señor supervisor? lo veo alterado… Supervisor: Más que alterado. ¡Estoy furioso! No puedo comprender que exista tanta ignorancia
dentro de nuestra escuela. Presidente: ¿Cómo está eso?, a ver platíqueme y yo me comprometo a resolver el problemita.
Para eso soy el presidente, faltaba más. Supervisor: Pues verá usted: fui de visita de inspección a la escuela, entré a un salón y al
preguntarle a Pepito ¿quién le quemó los pies a Cuauhtémoc?, me contestó llorando que él no había sido… ¡Y el colmo! (muy marcado)… su profesor y la directora ¡lo apoyan!... ¡habrase visto tamaña barbaridad! Presidente: No se preocupe señor supervisor, ¡ahorita mismo lo arreglamos!, voy a llamar al
comandante de policía (ademán). Narrador: El presidente hace llamar al comandante de policía para ponerlo al tanto, mientras el
supervisor se tranquiliza, pensando que el problema se resolverá deteniendo a los ignorantes mentores. Se acerca el comandante y dice: Comandante: A sus órdenes (cuadrándose al estilo Cantinflas) mi señor presidente. ¿En qué puedo
servirle? Presidente: Pues mire mi comandante, aquí el señor supervisor me trae una queja y yo me he
comprometido a resolverla, por ese motivo le ordeno que actúe de inmediato. El supervisor está muy disgustado por no tener una respuesta correcta de “quién le quemó los pies a un tal Cuauhtémoc” Comandante: (Cuadrándose) No se preocupen señores, denme 24 horas y yo les traeré al culpable… (el presidente aprueba, el supervisor se vuelve loco y el comandante sale orondo)