¿QUÉ ES LA LITERATURA ORAL? La literatura oral está constituida por los romances, tradiciones, leyendas, mitos, canciones que se transmiten de padres a hijos. Es una literatura popular, generalmente de carácter anónimo y es además tradicional, es decir: que el pueblo la hace suya y olvida su autor, la somete a reelaboraciones y modificaciones. En ocasiones, un autor individual toma una obra tradicional y la escribe; esta persona se llama recopilador. También hay muchas manifestaciones de la literatura escrita que se hacen tan famosas, que la gente las aprende y las cuenta en forma oral. La literatura oral siempre tuvo un carácter popular, surgida del pueblo y para el pueblo, se erigía sobre una b ase festiva y folclórica. En ella la improvisación y el canto eran esenciales; en ocasiones fue utilizada con fines pedagógicos, de ahí que muchos refranes y baladas desempeñaran esta función en la sociedad. LA LITERATURA OR AL: MITO Yı LEYENDAı
El empleo del término literatura oral obedece a la necesidad de separar su estudio del de la literatura escrita, patrimonio de las sociedades "letradas ': cuya tradición hace uso de la escritura como medio de comunicación. A la vez, el término, literatura oral, se refiere a la tradición que pasa oralmente, a través de las generaciones, utilizando ese aspecto formal de la narrativa tradicional como son y han sido los mitos. los cuentos, los relatos, las leyendas, adivinanzas, refranes y coplas; o sea, la tradición cultural oral del grupo. Se puede afirmar que la literatura oral constituye la suma de los conocimientos, valores y tradiciones que pasan de una generación a otra, verbalmente, utilizando diferentes estilos narrativos. La literatura oral se conserva en la memoria de los pueblos, es de creación colectiva, por lo tanto anónima; carece de autor, como no es el caso de la literatura escrita; es del pueblo )' como tal hace parte de su vida diaria y de su cultura. Por lo tanto, la literatura oral se constituye en fuente de investigación obligada'de las tradiciones histórico-culturales de los pueblos iletrados
Características de la literatura oral Las características más comunes de este tipo de relatos son:
- Pertenecen a un contexto cultural determinado. determinado. - Es transmitida de generación en generación. - Se ciñe a motivos y técnicas tradicionales. - Suele ser anónima. - Presenta variantes debidas a la multiplicidad de transmisores. - Juega un papel central en el registro de la memoria colectiva. colectiva. - Se difunde en espacios públicos o en jornadas laborales y de fiesta familiar .- Literatura Oral
La literatura oral es una característica de los pueblos con tendencias ágrafas (tal es el caso del pueblo aymara), es la base de todas sus creencias, de la visión que tienen del mundo, del cómo perciben su entorno. He aquí el aporte de Edwin Tito referente a la literatura oral: (…) El caso de la literatura oral. En principio, aunque se supone la existencia teórica de un autor, para todos los fines prá cticos es una obra colectiva. Todos los miembros de una sociedad una sociedad se creen con derecho, y además lo asumen, de cambiar, anular o aumentar a su libre albedrío algunos elementos a la obra total. Una obra literaria oral no existe fuera de su complemento inmediato: El auditorio. Se podría incluso decir que es el auditorio quien determina la narrativa, ya que el narrador-autor tendrá que estar atento a la composición del auditorio y a sus reacciones. Su acentuación, entonces, estará en función en función del auditorio" (Palacios Ríos, Felix. En el prologo de Unay Pachas…) Al respecto, una de las características más resaltantes de la literatura oral es que al no tener una autor (o por lo menos, no conocido), es el pueblo quien toma ese rol, y por lo tanto este tiene la capacidad de ir transformando el el cuento, cuento, esto esto no significa que el cuento cambie hasta perder su esencia.
I.- La literatura popular y tradicional Junto a la literatura culta - escrita, inalterable y de autor generalmente conocido - corre paralela otra literatura llamada popular y tradicional que muestra, a veces, una extraordinaria calidad artística. Esta literatura pertenece al folclore, es decir, al "saber tradicional del pueblo" que, además de las costumbres, los juegos, las fiestas, las creencias,... , incluye como aspectos destacados los cuentos las leyendas, las canciones y los romances. Este folclore literario es una de las más completas manifestaciones de la cultura y el modo de ser en España.
Características: La transmisión oral: Durante milenios, la palabra desnuda, mantenida en la memoria, fue el único procedimiento de
conservación y transmisión de la cultura literaria. El pueblo, que considera estas formas literarias como algo suyo, las transmite oralmente, de generación en generación, reelaborándolas.
Brevedad: El pueblo prefiere las composiciones breves que se pueden captar fácilmente y por eso a veces se llega a una condensación quizás excesiva, en el afán de reducir y eliminar lo superfluo. Sencillez: La literatura popular es sencilla en el fondo y la forma. No presenta demasiados convencionalismos ni artificios, porque brota espontánea como expresión de un sentir general. Pese a esto presenta una curiosa efectividad poética. Anonimia: Hay un creador inicial, un individuo especialmente dotado que interpreta y expresa el sentir del pueblo. Otros individuos a través del tiempo van rehaciendo la obra que se considera un bien común a disposición de la comunidad. Variantes: Como consecuencia del punto anterior, y de su carácter oral, aparece uno de los aspectos más claramente diferenciadores de la literatura popular de la culta: las numerosas variantes de un mismo cantar, cuento o romance.
JUEVES 4 DE OCTUBRE DE 2007 LEYENDAS DE MARCA CANLIN En los tiempos antiguos vivía un gigante cuyo corazón sonaba tan fuerte que de lejos se escuchaba can-lín, can-lín, de ahí que todos lo llamaran Canlín. Este gigante tenía la virtud de ayudar a los campesinos humildes que sufrían los abusos de los terratenientes, por lo que éstos se unieron y planearon asesinarlo. En secreto le tendieron una trampa, y lo mataron a balazos y cuchillos. Enseguida lo enterraron y se fueron contentos a su casa. Pero pronto Canlín despertó y volvió a ayudar a la gente. Los ricos del lugar volvieron a matarlo, y Canlín volvió a levantarse. Entonces por fin idearon la estratagema para matar a Canlín y dividir su cuerpo en pedazos. Así lo hicieron, descuartizaron a Canlín y su sombrero lo enterraron en un lugar llamado Qaratsuku, el brazo lo enterraron en Ricrahuás, su calzón en Calzonruri, y el corazón en Shonconruri. Otra versión señala que Canlín era un ogro que salía de Qaratsuku a matar y comer a la gente que por allí pasaba, y que por eso fue muerto por los pobladores.
APUJIRCA Y LIMAQJIRCA Una pastora en la puna oyó que los cerros Apujirca y Límaqjirca conversaban entre sí, manifestando que tenían hambre y que iban a comerse a la pastora. Asustada, la mujer dejó su choza en la puna y bajó a la carrera a Marca, donde contó lo sucedido. A los pocos días regresó a su choza acompañada por varios pobladores, y la encontró destrozada, las ollas rotas y los animales muertos, señal de que los cerros, enojados al no encontrarla, habían destrozado todo lo que hallaron a su paso.
JUAN OSO Un oso de la puna se enamoró de una linda muchacha y la raptó. La llevó a vivir a su cueva ubicada en las alturas de Límaqjirca, y tuvo un hijo que nació mitad oso y mitad hombre, al cual llamó Juan Oso. Cuando Juan Oso creció y vio triste a su madre, decidió devolverle la alegría y juntos planearon el escape. En una titánica pelea, Juan Oso venció al papá Oso y lo encerró en una cueva, y enseguida bajó con su madre a Marca para iniciar una nueva vida. Pero al verlo mitad oso y mitad hombre, los niños de la escuela lo molestaban, y Juan Oso de un solo golpe y sin querer los fue matando uno a uno. Pronto el pueblo se puso contra ellos, y Juan Oso y su madre tuvieron que huir del pueblo. En la puna llegaron a una chacra abandonada, en cuya casa vivía un condenado. Juan Oso peleó contra el fantasma y lo venció, con lo cual rompió la maldición, y se quedó como único dueño para gozar junto a su madre de las inmensas tierras y ganado que acababa de heredar del condenado.
EL ICHIQ OLLQO El Ichiq Ollqo es un ser pequeño de cabello dorado que por las noches de luna llena sale de las aguas del río y se sienta sobre una piedra grande a peinar su hermosa y rubia cabellera. A veces los niños o las mujeres incautas se acercan a admirarlo, y el Ichiq Ollqo aprovecha para llevárselos consigo al fondo de las aguas, donde desaparecen para siempre.
LA QEQI Cuando los compadres tienen relaciones amorosas, la cabeza de la mujer se desprende de su cuerpo mientras duerme y sale por las noches a vagar y gritar su propia maldición. Es la Qeqi, la cabeza voladora cuya fuerza es capaz de arrastrar a cualquier persona que se le cruce en el camino. Al volver la mañana, la mujer no recordará nada de lo que haya hecho su cabeza, pero la sentirá pesada, cansada, con los arañazos y golpes fruto del desvelo nocturno de la misteriosa Qeqi.
LAS HUACAS
Las huacas eran mujeres montaraces vestidas de negro y blanco que vivían en las cuevas de Picún. Comían únicamente maíz negro, que recogían de las chacras de Huamancayán y Llapta; y si no encontraban su alimento preferido, causaban destrozos y malograban los sembríos. Siempre desaparecían cuando algún hombre se asomaba, mientras gritaban: «Huelo a carne cruda». El pueblo decidió combatirlas acudiendo a los rezos de un cura que regó con agua bendita los campos de los marquinos, y las huacas nunca más volvieron a aparecer.
LA PASTORA Y LA CALAVERA Una mujer que gustaba de vivir sola en la puna fue visitada por un extraño que le pidió no encender el fuego porque le dañaba la vista. Pero cuando la mujer atizó las leñas de la cocina logró ver de reojo que el extraño era una calavera que derramaba la mazamorra que acababa de invitarle por entre sus huesos. Con el pretexto de ir a traer agua de la acequia, la mujer salió y enseguida corrió con todas sus fuerzas y llegó a Marca, donde le esperaban sus pequeños hijos. Desde la calle, la calavera la observó dormir acompañada por los niños, mientras decía entre dientes que la inocencia de los pequeños acababa de salvarle la vida.
LA PUSHANLLA Cuando pensamos demasiado en la persona amada o el familiar querido, y si nos encontramos solos en las chacras, se presentará repentinamente esa persona como si nuestro deseo se hubiera cumplido. Pero en realidad se trata de la Pushanlla, un ser malvado que toma la apariencia de nuestra persona más querida para luego conducirnos hacia lugares escabrosos donde sin duda caeremos a horribles precipicios hasta morir. La única forma de identificar a la Pushanlla es mirándole los pies: tiene patas de cóndor o gallinazo que deja huellas claras en la tierra, y por eso se nos presenta de lejos y a escondidas, para que no podamos descubrir su trampa.
GALINDO, LA MUJER SALVAJE Antiguamente existía cerca de las punas de Warmijirka una mujer que vivía desnuda entre las cuevas y que tenía una conducta salvaje, no sabía hablar y era violenta. Pero como era muy hermosa, los hombres fueron a cazarla, y con trampas y engaños lograron atarla de pies y manos y así la llevaron al pueblo. A la mujer le decían Galindo, y pronto le enseñaron a hablar y a comportarse como mujer civilizada, y como era bonita, un marquino se enamoró de ella, la llevó a su casa y tuvieron muchos hijos.
IGLESIAQAQA Durante una excursión escolar a las altas ruinas de Iglesiqaqa, un muchacho subió con facilidad por las inac cesibles paredes de la roca y logró ingresar por la ventana pircada que era un reto imposible para todos. Pasaron las horas, y el muchacho no respondía a los gritos y llamados de su profesor y sus compañeros, quienes al no obtener respuesta optaron por retirarse. A los pocos días el muchacho salió, y contó en secreto que algo misterioso lo había impulsado a subir hacia la ventana, en cuyo interior encontró a un auquish (viejito) que le entregó objetos de oro y plata y le hizo prometer que no debía contar su aventura.
EL CERRO LUPIN Si desde Marca se mira hacia la costa, se observará la punta de un cerro que sobresale sobre la alfombra de nubes que cubre la costa. Es el cerro Lupín, un cerro misterioso y chúcaro que tiene un poderoso imán que atrae a cualquier avión o helicóptero que se atreve a cruzar por sus aires. Los que intentaron escalarlo cuentan que está poblado por animales silvestres y abundante ganado, y que allí se guardan tesoros que los españoles no pudieron arrebatarle a los incas. Pero subir es imposible, porque causa un inevitable soroche que desmaya y puede matar a cualquier aventurero. En Marca se cree también que el día en que Lupín sea cubierto totalmente por las nubes, entonces habrá buena cosecha para todos.
LA FUNDACION DE MARCA Cuentan que cuando los españoles llegaron a Marca y vieron que los naturales del lugar vivían en las altas cumbres, decidieron formar el pueblo a orillas del río. Pero los antiguos marquinos no acostumbraban a construir sus casas en el valle, sino en las alturas, de modo que aceptaron reunirse en un nuevo pueblo sobre el cerro Jáncush, y para tal efecto construyeron una capilla
con la imagen de San Lorenzo traída por los conquistadores. Sin embargo, los españoles a su vez preferían la comodidad de las orillas del río, así que idearon la estratagema de raptar la imagen del santo y la bajaron al valle escondiéndola entre matas de hierbasanta. Cuando los marquinos vieron la desaparición de la imagen, la buscaron por todos lados y recién pudieron hallarla cerca del río. Este hecho se repitió en varias oportunidades, por lo que los astutos españoles interpretaron que se trataba de una decisión divina: San Lorenzo quería que el nuevo pueblo de Marca se asentara en el valle, y no debía desobedecerse su voluntad. De ese modo, Marca fue fundada a orillas del río que la divide en dos bandas y que lleva su mismo nombre.
LEYENDAS DE SAN LORENZO DE MARCA Los marquinos cuentan múltiples historias sobre milagros, intervenciones y apariciones del patrón del pueblo. En una oportunidad, los pobladores no tuvieron medios para celebrar las fiestas de agosto, y decidieron pasarla en paz. De pronto, en la fecha precisa se apareció una banda de músicos que dijo haber sido contratada por un señor y que el pueblo iba a pagarle los costos. Al entrar en la iglesia, se sorprendieron de constatar que el contratista era nada menos que el mismo San Lorenzo; entonces el pueblo comprendió que el santo no quería que se dejara de celebrar su día, y armaron la fiesta con Inca y Rumiñahui y pallas y corridas de toros, como era costumbre, y la banda de músicos no dejó de acudir todos los años a Marca convencida del milagro del santo. En otra oportunidad, durante el terremoto de 1970 que asoló toda la sierra peruana, la cresta de piedra del cerro Sháncur iba a desplomarse sobre el pueblo, pero San Lorenzo la detuvo con sus manos e impidió el desastre. También cuentan que vieron al santo dirigiendo partidos de fútbol, manejando camiones y salvando vidas, y en fin, protegiendo a los marquinos de los sinsabores de la vida. Relatos orales recogidos en la ciudad de Marca, prov incia de Recuay, región Ancash. Recopilador: Ricardo Vírhuez Villafane
El zorro y la cigüeña El viento murmuraba suavemente entre las hojas y mecía las margaritas que punteaban el claro del bosque. El día era hermoso. El zorro y la cigüeña, sentados sobre la fresca hierba, almorzaban. El zorro, que era el dueño de casa, engullía afanosamente la sopa de uno de los platos en que la había servido. Pero el solemne pájaro que era su invitado estaba sentado cortésmente ante su plato, observando en silencio. Al parecer, no tenía hambre. De vez en cuando, sumergía su largo pico puntiagudo en el plato, pero apenas lograba atrapar unas gotas. Cuando el zorro, con su larga lengua flexible, hubo lamido ambos platos de sopa hasta no dejar nada en ellos, se relamió y dijo: —¡Qué buena cena! E hizo chasquear sus labios ruidosamente. —¡Muy buena cena! —repitió—. Lamento que no hayas comido más. La cigüeña no hizo comentario alguno. Sólo sugirió que el zorro le hiciera el honor de acudir a cenar con ella al día siguiente. El zorro aceptó de buena gana y a la hora convenida, llegó trotando al claro del bosque donde habían cenado la víspera. Pero... ¡cuál no sería su consternación al encontrar, sobre la mesa de la cigüeña, una cena de deliciosas canes picudas, servidas en jarros altos y angostos! Con su largo pico, la cigüeña podía penetrar en lo más profundo de los jarros, y comía ávidamente, mientras que el zorro, a quien se le hacía la boca agua, miraba desaparecer un bocado tras otro. Lo único que pudo obtener fue lo poco que había goteado por los bordes de las jarras. Por fin, cuando hubo renunciado a toda esperanza, se alejó gruñendo, mientras la cigüeña batía las alas con aire de triunfo.
TRADUCIDO EN CASTELLANO EL ZORRO Y LA HUALLATA (Cuento)Cierto día, una huallata seguida por sus polluelos caminaba orgullosapor la orilla de una laguna.La mamá zorra admirada, observaba la belleza de la huallata y suspolluelos desde lejos. Acercándose a la mamá huallata le conversóde la siguiente manera: _Señora huallata, por favor, dígame ¿Porqué las patitas de sus pollitos son tan coloraditas?.La huallata llena de orgullo respondió: _Las patitas de mis hijitosson tan coloraditas porque yo las he tostado en ceniza y fuegodentro de un horno. Tú también hornea a tus hijos, para que suspiececitos sean coloraditos. Cuando escuches que revientan vas adecir: ¡ay!, ¡ay!, ¡ay!.La zorra creyendo que era cierto regresó corriendo a su casa yhorneó a sus cachorros y cuando el fuego crepitaba, ella decía_¡ay!, ¡ay!, ¡ay!, tal como había sido instruida por la huallata. Pero alsacarlas del horno los cachoritos se encontraban completamentechamuscados; la zorra lanzó un alarido de susto e inmediatamentese echó a buscar a la huallata, diciendo: _¿Dónde está esa huallata?Y corrió hacia la laguna en su búsqueda. La huallata al verla se fue alcentro de la laguna. La zorra queriendo atrapar a la huallatacomenzó a beber el agua de la laguna y de tanta boconada de aguamurió. Así, de esta manera, la huallata se burló de la mamá zorra.