Obesidad Infantil; problema de salud en México
Una alim alimen enta tacción ión y nutri utricción ión adec adecua uada da son son la base base para ara la super upervi vivvenci encia a, la salud alud y el crec crecim imie ient nto o del del ser ser huma humano no.. La desn desnut utri rici ción ón a larg largo o plaz plazo o tien tiene e efec efecto toss nega negatitivo voss sobre el desarrollo cognoscitivo y motor, la inmunidad y tal vez la incidencia de enfe enferm rmed edad ades es crón crónic ico o dege degene nera ratitiva vas. s. En el ámbi ámbito to inte intern rnac acio iona nall se ha esti estima mado do que que 178 millones de niños menores de cinco años en el mundo sufren de desnutrición crónica (baja talla para la edad), la cual es responsable del 35% (3.5 millones) de muertes en este grupo de edad (BLACK et al., 2008). En México, 1.5 millones de niños la padecen y es más prevalente en la región sur (19.2%) así como en las zonas con población indígena (GUTIERREZ et al., 2012). Con base en datos de ENSANUT (En (Encuesta Nacional de Salud y Nutrición) indican que uno de cada tres adolescentes de entre 12 y 19 años presenta sobrepeso u obesi besida dad. d. Para Para los los esco escola lare ress, la prev preval ale encia ncia combi ombina nada da de sobr sobrep epes eso o y obes obesid idad ad ascendió un promedio del 26% para ambos sexos, lo cual representa más de 4.1 millones de escolares conviviendo con este problema. La desnutrición inf infantil tie tiene oríg rígenes complejos que inv involucran ran deter terminantes biológicos, socioeconómicos y culturales. Sus causas inmediatas incluyen la alimentación inadecuada en cantidad o calidad, la incidencia de enfermedades infecciosas y el cuidado impropio del niño, del cual depende su adecuada alimentación y salud. Éstas son, a su vez, el resultado de una inapropiada disp isponibili ilidad de alime imentos tos, de servicios de salud, de educación, así como de una infr infrae aest stru ruct ctur ura a sani sanita taria ria defi defici cien ente te (cau (causa sass suby subyac acen ente tes) s).. Asim Asimis ismo mo,, ésta éstas, s, a su vez, vez, son conse onsecu cuen enci cia a de ine inequid quidad ad en la distr istrib ibuc ució ión n de recu recurs rsos os,, serv ervicio icioss, riq riquez ueza y oportunidades (causas básicas) (UNICEF, 2008). Determinantes sociales basados en la familia y salud infantil
La Comisión sobre los Determinantes Sociales de la Salud de la Organización Mund undial ial de la Salu alud (OMS (OMS)) ha defi defin nido ido los los dete etermin rminan ante tess socia ociale less de la salu salud d como omo "las "las cond condic icio ion nes en que las las pers ersonas onas nace nacen, n, crece recen, n, viven iven,, tra trabaja bajan n y envej nvejec ecen en"" y
"los factores fundamentales de estas condiciones ( la distribución de poder, dinero y recursos) ". Los cambios en la nutrición y la actividad física, incluido el comportamiento sedentario, pueden afectar tanto el estado del peso como el riesgo de enfermedad cardiovascular. Una intervención de estilo de vida estructurado para niños con sobrepeso y obesidad con cardiopatía congénita, tiene el potencial de disminuir la salud cardiovascular y los factores de riesgo del síndrome metabólico mediante la mejora de la nutrición, la condición física, la composición corporal y los resultados de salud relacionados. La relación entre los determinantes sociales y la salud pública es particularmente preocupante en la infancia, durante la cual la salud está estrictamente relacionada con los determinantes sociales de los padres. Los niños son considerados particularmente vulnerables debido a la dependencia de sus familias de las necesidades básicas, apoyo social, socialización y habilidades para la vida. Los estilos de vida de los niños pueden conducir al sobrepeso, la obesidad, la inactividad física o la exposición al humo de tabaco ambiental. Por otro lado, la prevalencia de sobrepeso y obesidad en menores de cinco años ha registrado un ligero ascenso a lo largo del tiempo, casi 2 pp de 1988 a 2012 (de 7.8% a 9.7%, respectivamente) (figura 8.1). El principal aumento se registra en la región norte del país (figura 8.4) que alcanza una prevalencia de 12% en 2012, 2.3 pp arriba del promedio nacional.
Para la población en edad escolar, (de 5 a 11 años de edad), la información se presenta en la figura 8.5 y en el cuadro 8.1. La prevalencia nacional combinada de sobrepeso y obesidad en 2012, utilizando los criterios de la OMS, fue de 34.4% (19.8 y 14.6%, respectivamente). Para las niñas esta cifra es de 32% (20.2 y 11.8%, respectivamente) y para los niños es casi 5 pp mayor 36.9% (19.5 y 17.4%, respectivamente). Estas prevalencias en niños en edad escolar representan alrededor de 5 664 870 niños con sobrepeso y obesidad en el ámbito nacional. En 1999, 26.9% de los escolares presentaron prevalencias combinadas de sobrepeso y obesidad (17.9 y 9.0%, respectivamente), sin embargo, para 2006 esta prevalencia aumentó casi 8 pp (34.8%). El análisis de tendencias indica que estas cifras no han aumentado en los últimos seis años y que la prevalencia se ha mantenido sin cambios de 2006 a 2012. El aumento entre 1999 y 2006 fue de 1.1 pp/año o 29.4% en tan sólo seis años para los sexos combinados (figura 8.5). En contraste, entre
2006 y 2012 se observa una ligera disminución en la prevalencia de sobrepeso y obesidad para los sexos combinados. En 2012 la prevalencia combinada de sobrepeso y obesidad fue de 34.4% en ambos sexos, 0.4 pp o 1.1% menos que en 2006. Sin embargo, se observan algunas variaciones por sexo y en relación con el sobrepeso y la obesidad (figura 8.5). Prevención de la obesidad infantil
El sobrepeso y la obesidad son en gran medida prevenibles. Las políticas, los entornos, las escuelas y las comunidades son fundamentales, pues condicionan
las decisiones de los padres y los niños, y pueden hacer que los alimentos más saludables y la actividad física regular sean la opción más sencilla (accesible, disponible y asequible), previniendo, así, la obesidad.. La industria alimentaria puede desempeñar una función importante para reducir la obesidad infantil, y a tal fin procurará:
● Reducir el contenido de grasa, azúcar y sal en los alimentos procesados para lactantes y niños pequeños; ● Asegurar la disponibilidad de opciones saludables y nutritivas que sean asequibles para todos los consumidores; ● Realizar una promoción responsable dirigida a los padres de los lactantes y los niños. La comparación de las encuestas a lo largo del tiempo, muestra desaceleración de la tendencia al alza en la prevalencia de peso excesivo (sobrepeso y obesidad) en niños y adolescentes. Este hallazgo es de gran relevancia dado que las encuestas previas indicaban prevalencias altas y crecientes de este problema a edades cada vez más tempranas. Atenuar esta tendencia es importante porque la obesidad repercute de manera importante en la salud y el desempeño a lo largo del curso de la vida. Una tercera parte de la población entre 5 y 11 años de edad en el país presenta exceso de peso corporal (sobrepeso más obesidad) y esto persiste como un gran reto de salud. Como ya se mencionó, un resultado alentador es que no se observó un aumento importante en dichas prevalencias a partir de 2006, lo que puede deberse a diferentes causas que serán exploradas en los análisis detallados de los resultados de los factores de riesgo de obesidad recogidos en esta misma encuesta. A pesar de que no hubo aumento durante los últimos seis años en la prevalencia de peso excesivo en la edad escolar, la cifra continúa siendo inaceptablemente alta, dadas las graves consecuencias para la salud que acarrea el exceso de peso. La alentadora detención en el aumento de las prevalencias de obesidad en escolares en México, coincide con observaciones recientes en diversos grupos de edad en otros países. Existen distintas explicaciones posibles para este fenómeno. Una de ellas es que existe un porcentaje poblacional con alta
susceptibilidad a desarrollar peso excesivo por razones genéticas que constituye el techo en la prevalencia, al que se está llegando ya en ciertas poblaciones. Una segunda explicación, es que se han modificado los factores de riesgo (ingestión de energía o actividad física) como resultado de acciones gubernamentales de regulación o de educación, o del aumento en la conciencia colectiva o en ciertos grupos sociales sobre los efectos adversos de la obesidad o en las normas sociales como resultado de la socialización del problema mediante medios masivos de difusión o de campañas colectivas de concientización y educación. Análisis detallados de las encuestas de nutrición así como otros estudios actualmente en curso, y de evaluaciones rigurosas de las políticas de prevención de obesidad, podrán generar información que permita responder a estas interrogantes. Durante la administración federal de 2006 a 2012 se inició la aplicación de políticas nacionales de prevención de obesidad, entre las que destaca el Acuerdo Nacional para la Salud Alimentaria (ANSA) - Estrategia contra el Sobrepeso y la Obesidad, que impulsó diferentes programas de difusión sobre el problema de la obesidad y sus consecuencias y acciones en el ámbito escolar para mejorar la alimentación y la práctica de actividad física, las cuales deben fortalecerse, asegurando su correcta implementación, vigilancia y evaluación para fines de rendición de cuentas, innovación y mejoría.
Fuentes:
● Carmela Protano, Federica Valeriani, etl, “Determinantes sociales basados en la familia y salud infantil: estudio transversal”, Official Journal of the Japan Pediatric Society, Vol. 59, II, 2017, pag. 201-208 ● http://ensanut.insp.mx/informes/ENSANUT2012ResultadosNacionales.pdf ● http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs311/es/ Obesidad y sobrepeso, Nota descriptiva, Octubre de 2017 ● Teresa Shamah Levy, Maritza Alejandra Amaya Castellanos, Lucia Cuevas Nasu ”Desnutrición y obesidad: doble carga en México” Revista Digital Universitaria, 1 de mayo de 2015 vol.16, No.5