Poema xx Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Escribir, por ejemplo: “La noche está estrellada, y tiritan, azules, los astros, a lo le jos.” El viento de la noche gira en el cielo y canta. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. o la !uise, y a veces ella tambi"n me !uiso. En las noches como "sta la tuve entre mis brazos. La bes" tantas veces bajo el cielo in#inito. Ella me !uiso, a veces yo tambi"n la !uer$a. %&mo no haber amado sus grandes ojos #ijos. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Pensar !ue no la tengo. 'entir !ue la he perdido. (ir la noche inmensa, más inmensa sin ella. el verso cae al alma a lma como al pasto el roc$o. )u" importa !ue mi amor no pudiera guardarla. La noche está estrellada y ella no está conmigo. Eso es todo. * lo lejos alguien canta. * lo lejos. +i alma no se contenta con haberla h aberla perdido. %omo para acercarla mi mirada la busca. +i coraz&n la busca, y ella no está conmigo. La misma noche !ue hace blan!uear los mismos árboles. osotros, los de entonces, ya no somos los mismos. a no la !uiero, es cierto, pero cuánto la !uise. +i voz buscaba el viento para pa ra tocar su o$do. -e otro. 'erá de otro. %omo antes de mis besos. 'u voz, su cuerpo claro. 'us ojos in#initos. a no la !uiero, es cierto, pero tal vez la !uiero. Es tan corto el amor, y es tan largo el o lvido. Por!ue en noches como "sta la tuve entre mis brazos, mi alma no se contenta con haberla h aberla perdido. *un!ue "ste sea el ultimo dolor !ue ella me causa, y estos sean los ltimos versos !ue yo le escribo. Pablo Neruda
Me gusta cuando callas Me gustas
cuando callas por!ue estás como ausente, y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca. Parece !ue los ojos se te hubieran volado y parece !ue un beso te cerrara la boca. %omo todas las cosas están llenas de mi alma emerges de las cosas, llena del alma m$a. +ariposa de sue/o, te pareces a mi alma, y te pareces a la palabra melancol$a. +e gustas cuando callas y estás como distante. estás como !uejándote, mariposa en arrullo. me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza: d"jame !ue me calle con el silencio tuyo. -"jame !ue te hable tambi"n con tu silencio claro como una lámpara, simple como un anillo. Eres como la noche, callada y constelada. 0u silencio es de estrella, tan lejano y sencillo. +e gustas cuando callas por!ue estás como ausente. -istante y dolorosa como si hubieras muerto. 1na palabra entonces, una sonrisa basta. estoy alegre, alegre de !ue no sea cierto.
Pablo Neruda.
Gacela de la terrible presencia.
o !uiero !ue el agua se !uede sin cauce. cauc e. o !uiero !ue el viento se !uede sin valles. )uiero !ue la noche se !uede sin ojos y mi coraz&n sin la #lor del oro. )ue los bueyes hablen con las grandes hojas y !ue la lombriz se muera de sombra. )ue brillen los dientes de la calavera y los amarillos inunden la seda. Puedo ver el duelo de la noche herida luchando enroscada con el mediod$a. 2esisto un ocaso de verde veneno y los arcos rotos donde su#re el tiempo. Pero no me ense/es tu limpio desnudo como un negro cactus abierto en los juncos. -"jame en un ansia de oscuros planetas, 3pero no me ense/es tu cintura #resca4
Federico García Lorca.
Si el hombre pudiera decir
'i el hombre pudiera decir lo !ue ama, si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo como una nube en la luz5 si como muros !ue se derrumban, para saludar la verdad erguida en medio, pudiera derrumbar su cuerpo, dejando s&lo la verdad de su amor, la verdad de s$ mismo, !ue no se llama gloria, #ortuna o ambici&n, sino amor o deseo, yo ser$a a!uel !ue imaginaba5 a!uel !ue con su lengua, sus ojos y sus manos proclama ante los hombres la verdad ignorada, la verdad de su amor verdadero. Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien cuyo nombre no puedo o$r sin escalo#r$o5 alguien por !uien me olvido de esta e6istencia mez!uina por !uien el d$a y la noche son para m$ lo !ue !uiera, y mi cuerpo y esp$ritu #lotan en su cuerpo y esp$ritu como le/os perdidos !ue el mar anega o levanta libremente, con la libertad del amor, la nica libertad !ue me e6alta, la nica libertad por !ue muero. 0 justi#icas mi e6istencia: si no te conozco, no he vivido5 si muero sin conocerte, no muero, por!ue no he vivido.
Luis Cernuda.
Nanas de la cebolla. La cebolla es escarcha cerrada y pobre: escarcha de tus d$as y de mis noches. 7ambre y cebolla: hielo negro y escarcha grande y redonda. En la cuna del hambre mi ni/o estaba. %on sangre de cebolla se amamantaba. Pero tu sangre escarchaba de azcar, cebolla y hambre. 1na mujer morena, resuelta en luna, se derrama hilo a hilo sobre la cuna. 2$ete, ni/o, !ue te tragas la luna cuando es preciso. *londra de mi casa, r$ete mucho. Es tu risa en los ojos la luz del mundo. 2$ete tanto !ue en el alma, al o$rte, bata el espacio. 0u risa me hace libre, me pone alas. 'oledades me !uita, cárcel me arranca. 8oca !ue vuela, coraz&n !ue en tus labios relampaguea. Es tu risa la espada más victoriosa. 9encedor de las #lores y las alondras. 2ival del sol, porvenir de mis huesos y de mi amor.
La carne aleteante, sbito el párpado, y el ni/o como nunca coloreado. 3%uánto jilguero se remonta, aletea, desde tu cuerpo4 -espert" de ser ni/o. unca despiertes. 0riste llevo la boca. 2$ete siempre. 'iempre en la cuna, de#endiendo la risa pluma por pluma. 'er de vuelo tan alto, tan e6tendido, !ue tu carne parece cielo cernido. 3'i yo pudiera remontarme al origen de tu carrera4 *l octavo mes r$es con cinco azahares. %on cinco diminutas #erocidades. %on cinco dientes como cinco jazmines adolescentes. rontera de los besos serán ma/ana, cuando en la dentadura sientas un arma. 'ientas un #uego correr dientes abajo buscando el centro. 9uela ni/o en la doble luna del pecho. ;l, triste de cebolla. 0, satis#echo. o te derrumbes. o sepas lo !ue pasa ni lo !ue ocurre. Miguel Hernánde.
!l cuerpo en el alba.
*hora s$ !ue ya os miro cielo, tierra, sol, piedra, como si viera mi propia carne. a s&lo me #altábais en ella para verme completo, hombre entero en el mundo y padre sin semilla de la presencia hermosa del #uturo. *ntes, el alma vi nacer y acud$ a salvarla, #iel tutor perseguido y doloroso, pero siempre seguro de mi mano y su aviso. *yud" a la hermosura y a su #elicidad, aun!ue nunca dud" !ue traicionaba al maestro, al disc$pulo, más, si a!uel daba #orma en su libertad al pensamiento de lo bello. as$ visti& su ropa mi hueso madurado, tan lleno de dolor y de negrura como noche nublada sin per#ume de #lor, sin lluvia y sin silencio< 'olo el cumplir mi paso, aun!ue por suelo tan arisco, me daba luz y #uerza en el vivir. +as hoy me abr$s los brazos, cielo, tierra, sol, piedra,igual !ue present$ de ni/o !ue iba a ser la verdad bajo lo eterno.
7oy siento !ue mi lengua con#unde su saliva con la gota más tierna del roc$o y prolonga sus tactos #uera de m$, en la yerba o en la obscura ra$z secreta y hmeda. +iro mi pensamiento llegarme lento como un agua, no s" desde !u" lluvia o lago o pro#undas arenas de #uentes !ue palpitan bajo mi coraz&n ya sostenido por la roca del monte. 7oy s$, mi piel e6iste, mas no ya como l$mite !ue antes me persegu$a, sino tambi"n como vosotros mismos, cielo hermoso y azul, tierra tendida< a soy 0odo: 1nidad de un cuerpo verdadero. -e ese cuerpo !ue -ios llamo su cuerpo y hoy empieza a asentirse a, sin muerte ni vida, como rosa en presencia constante -e su verbo acabado y en olvido -e lo !ue antes pens& aun sin llamarlo temi& ser: -emonio de la ada.
!milio Prados.
"mor constante más allá de la muerte
%errar podrá mis ojos la postrera 'ombra !ue me llevare el blanco d$a, podrá desatar esta alma m$a 7ora, a su a#án ansioso lisonjera5 +as no es de otra parte en la ribera -ejará la memoria, en donde ard$a: adar sabe mi llama el agua #r$a, perder el respeto a ley severa. *lma, a !uien todo un -ios prisi&n ha sido, 9enas, !ue humor a tanto #uego han dado, +"dulas, !ue han gloriosamente ardido, 'u cuerpo dejará, no su cuidado5 'erán ceniza, mas tendrá sentido5 Polvo serán, mas polvo enamorado.
Francisco de #ue$edo.
%esnuda
9ino, primero pura, vestida de inocencia5 y la am" como un ni/o. Luego se #ue vistiendo de no s" !u" ropajes5 y la #ui odiando, sin saberlo. Lleg& a ser una reina, #astuosa de tesoros... 3)u" iracunda de yel y sin sentido4 +ás se #ue desnudando. yo le sonre$a. 'e !ued& con la tnica de su inocencia antigua. %re$ de nuevo en ella. se !uit& la tnica, y apareci& desnuda toda... 3(h pasi&n de mi vida, poes$a desnuda, m$a para siempre4
&uan 'am(n &im)ne.
!l poeta a caballo
3)u" tran!uilidad violeta, por el sendero, a la tarde4 * caballo va el poeta... 3)u" tran!uilidad violeta4 La dulce brisa del r$o, olorosa a junco y agua, la re#resca el se/or$o... La brisa leve del r$o... * caballo va el poeta... 3)u" tran!uilidad violeta4 el coraz&n se le pierde, doliente y embalsamado, en la madreselva verde... el coraz&n se le pierde... * caballo va el poeta. .. 3)u" tran!uilidad violeta4 'e está la orilla dorando... El ltimo pensamiento del sol, la deja so/ando... 'e está la orilla dorando. .. 3)u" tran!uilidad violeta, por el sendero, a la tarde4 * caballo va el poeta... 3)u" tran!uilidad violeta4
&uan 'am(n &im)ne.
" un olmo seco
*l olmo viejo, hendido por el rayo y en su mitad podrido, con las lluvias de abril y el sol de mayo algunas hojas verdes le han salido. 3El olmo centenario en la colina !ue lame el -uero4 1n musgo amarillento le mancha la corteza blan!uecina al tronco carcomido y polvoriento. o será, cual los álamos cantores !ue guardan el camino y la ribera, habitado de pardos ruise/ores. Ej"rcito de hormigas en hilera va trepando por "l, y en sus entra/as urden sus telas grises las ara/as. *ntes !ue te derribe, olmo del -uero, con su hacha el le/ador, y el carpintero te convierta en melena de campana, lanza de carro o yugo de carreta5 antes !ue rojo en el hogar, ma/ana, ardas en alguna m$sera caseta, al borde de un camino5 antes !ue te descuaje un torbellino y tronche el soplo de las sierras blancas5 antes !ue el r$o hasta la mar te empuje por valles y barrancas, olmo, !uiero anotar en mi cartera la gracia de tu rama verdecida. +i coraz&n espera tambi"n, hacia la luz y hacia la vida, otro milagro de la primavera.
"ntonio Machado.
Palabras para &ulia.
0 no puedes volver atrás por!ue la vida ya te empuja como un aullido interminable. 7ija m$a es mejor vivir con la alegr$a de los hombres !ue llorar ante el muro ciego. 0e sentirás acorralada te sentirás perdida o sola tal vez !uerrás no haber nacido. o s" muy bien !ue te dirán !ue la vida no tiene objeto !ue es un asunto desgraciado. Entonces siempre acu"rdate de lo !ue un d$a yo escrib$ pensando en ti como ahora pienso. La vida es bella, ya verás como a pesar de los pesares tendrás amigos, tendrás amor. 1n hombre solo, una mujer as$ tomados, de uno en uno son como polvo, no son nada. Pero yo cuando te hablo a ti cuando te escribo estas palabras pienso tambi"n en otra gente. 0u destino está en los demás tu #uturo es tu propia vida tu dignidad es la de todos.
(tros esperan !ue resistas !ue les ayude tu alegr$a tu canci&n entre sus canciones. Entonces siempre acu"rdate de lo !ue un d$a yo escrib$ pensando en ti como ahora pienso. unca te entregues ni te apartes junto al camino, nunca digas no puedo más y a!u$ me !uedo. La vida es bella, t verás como a pesar de los pesares tendrás amor, tendrás amigos. Por lo demás no hay elecci&n y este mundo tal como es será todo tu patrimonio. Perd&name no s" decirte nada más pero t comprende !ue yo an estoy en el camino. siempre siempre acu"rdate de lo !ue un d$a yo escrib$ pensando en ti como ahora pienso.
&os) "gustín Go*tisolo.
!l remordimiento
7e cometido el peor de los pecados !ue un hombre puede cometer. o he sido #eliz. )ue los glaciares del olvido me arrastren y me pierdan, despiadados. +is padres me engendraron para el juego arriesgado y hermoso de la vida, para la tierra, el agua, el aire, el #uego. Los de#raud". o #ui #eliz. %umplida no #ue su joven voluntad. +i mente se aplic& a las sim"tricas por#$as del arte, !ue entreteje nader$as. +e legaron valor. o #ui valiente. o me abandona. 'iempre está a mi lado La sombra de haber sido un desdichado.
&orge Luis +orges.
No $ol$er) a ser ,o$en
)ue la vida iba en serio uno lo empieza a comprender más tarde =como todos los j&venes, yo vine a llevarme la vida por delante. -ejar huella !uer$a y marcharme entre aplausos =envejecer, morir, eran tan solo las dimensiones del teatro. Pero ha pasado el tiempo y la verdad desagradable asoma: envejecer, morir, es el nico argumento de la obra.
&aime Gil de +iedma
-ba tocando mi lauta...
>ba tocando mi #lauta a lo largo de la orilla5 y la orilla era un reguero de amarillas margaritas. El campo cristaleaba tras el temblor de la brisa5 para escucharme mejor el agua se deten$a. otas van y notas vienen, la tarde #ragante y l$rica iba, a compás de mi msica, dorando sus #antas$as, y a mi alrededor volaba, en el agua y en la brisa, un enjambre doble de mariposas amarillas. La ladera era de miel, de oro encendido la vi/a, de oro vago el raso leve del jaral de #lores n$veas5 allá donde el claro arroyo da en el r$o, se entreabr$a un ocaso de esplendores sobre el agua vespertina... +i #lauta con sol lloraba a lo largo de la orilla5 atrás !uedaba un reguero de amarillas margaritas...
&uan 'am(n &im)ne.
/ctubre
Estaba echado yo en la tierra, en#rente el in#inito campo de %astilla, !ue el oto/o envolv$a en la amarilla dulzura de su claro sol poniente. Lento, el arado, paralelamente abr$a el haza oscura, y la sencilla mano abierta dejaba la semilla en su entra/a partida honradamente Pens" en arrancarme el coraz&n y echarlo, pleno de su sentir alto y pro#undo, el ancho surco del terru/o tierno, a ver si con partirlo y con sembrarlo, la primavera le mostraba al mundo el árbol puro del amor eterno.
&uan 'am(n &im)ne.
Nota biográica
?loria uertes naci& en +adrid a los dos d$as de edad, pues #ue muy laborioso el parto de mi madre !ue si se descuida muere por vivirme. * los tres a/os ya sab$a leer y a los seis ya sab$a mis labores. o era buena y delgada, alta y algo en#erma. * los nueve a/os me pill& un carro y a los catorce me pill& la guerra5 a los !uince se muri& mi madre, se #ue cuando más #alta me hac$a. *prend$ a regatear en las tiendas y a ir a los pueblos por zanahorias. Por entonces empec" con los amores =no digo nombres=, gracias a eso, pude sobrellevar mi juventud de barrio. )uise ir a la guerra, para pararla, pero me detuvieron a mitad del camino. Luego me sali& una o#icina, donde trabajo como si #uera tonta =pero -ios y el botones saben !ue no lo soy=. Escribo por las noches y voy al campo mucho. 0odos los m$os han muerto hace a/os y estoy más sola !ue yo misma. 7e publicado versos en todos los calendarios, escribo en un peri&dico de ni/os, y !uiero comprarme a plazos una #lor natural como las !ue le dan a Pemán algunas veces.
Gloria Fuertes
La $o a ti debida
*yer te bes" en los labios. 0e bes" en los labios. -ensos, rojos. ue un beso tan corto !ue dur& más !ue un relámpago, !ue un milagro, más. El tiempo despu"s de dártelo no lo !uise para nada ya, para nada lo hab$a !uerido antes. 'e empez&, se acab& en "l. 7oy estoy besando un beso5 estoy solo con mis labios. Los pongo no en tu boca, no, ya no @Aad&nde se me ha escapadoB@. Los pongo en el beso !ue te di ayer, en las bocas juntas del beso !ue se besaron. dura este beso más !ue el silencio, !ue la luz. Por!ue ya no es una carne ni una boca lo !ue beso, !ue se escapa, !ue me huye. o. 0e estoy besando más lejos.
Pedro Salinas.
0ol$erán las oscuras golondrinas
9olverán las oscuras golondrinas en tu balc&n sus nidos a colgar, y otra vez con el ala a sus cristales jugando llamarán. Pero a!uellas !ue el vuelo re#renaban tu hermosura y mi dicha a contemplar, a!uellas !ue aprendieron nuestros nombres... 3esas... no volverán4 9olverán las tupidas madreselvas de tu jard$n las tapias a escalar, y otra vez a la tarde an más hermosas sus #lores se abrirán. Pero a!uellas, cuajadas de roc$o cuyas gotas mirábamos temblar y caer como lágrimas del d$a... 3esas... no volverán4 9olverán del amor en tus o$dos las palabras ardientes a sonar5 tu coraz&n de su pro#undo sue/o tal vez despertará. Pero mudo y absorto y de rodillas como se adora a -ios ante su altar, como yo te he !uerido...5 desengá/ate, 3as$... no te !uerrán4
Gusta$o "dolo +)c1uer.
Lenta humedad.
'ombra #eliz del cabello !ue se arrastra cuando el sol va a ponerse, como juncos abiertos= es ya tarde5 #r$a humedad lasciva, casi polvo=. 1na ceniza delicada, la secreta entra/a del junco, esa delicada sierpe sin veneno cuya mirada verde no lastima. *di&s. El sol ondea sus casi rojos, sus casi verdes rayos. 'u tristeza como #rente nimbada, hunde. r$o, humedad5 tierra a los labios.
0icente "leixandre
Sonatina La princesa está triste< A)u" tendrá la princesaB Los suspiros se escapan de su boca de #resa, !ue ha perdido la risa, !ue ha perdido el color. La princesa está pálida en su silla de oro, está mudo el teclado de su clave sonoro, y en un vaso, olvidada, se desmaya una #lor. El jard$n puebla el triun#o de los pavos reales. Parlanchina, la due/a dice cosas banales, y vestido de rojo piruetea el bu#&n. La princesa no r$e, la princesa no siente5 la princesa persigue por el cielo de (riente la lib"lula vaga de una vaga ilusi&n. APiensa, acaso, en el pr$ncipe de ?olconda o de %hina, o en el !ue ha detenido su carroza argentina para ver de sus ojos la dulzura de luzB A( en el rey de las islas de las rosas #ragantes, o en el !ue es soberano de los claros diamantes, o en el due/o orgulloso de las perlas de (rmuzB 3*y4, la pobre princesa de la boca de rosa !uiere ser golondrina, !uiere ser mariposa, tener alas ligeras, bajo el cielo volar5 ir al sol por la escala luminosa de un rayo, saludar a los lirios con los versos de mayo o perderse en el viento sobre el trueno del mar. a no !uiere el palacio, ni la rueca de plata, ni el halc&n encantado, ni el bu#&n escarlata, ni los cisnes unánimes en el lago de azur. están tristes las #lores por la #lor de la corte, los jazmines de (riente, los nelumbos del orte, de (ccidente las dalias y las rosas del 'ur. 3Pobrecita princesa de los ojos azules4 Está presa en sus oros, está presa en sus tules, en la jaula de mármol del palacio real5
el palacio soberbio !ue vigilan los guardas, !ue custodian cien negros con sus cien alabardas, un lebrel !ue no duerme y un drag&n colosal. 3(h, !ui"n #uera hipsipila !ue dej& la crisálida4 CLa princesa está triste, la princesa está pálidaD 3(h visi&n adorada de oro, rosa y mar#il4 3)ui"n volara a la tierra donde un pr$ncipe e6iste, @la princesa está pálida, la princesa está triste@, más brillante !ue el alba, más hermoso !ue abril4 @%alla, calla, princesa @dice el hada madrina@5 en caballo, con alas, hacia acá se encamina, en el cinto la espada y en la mano el azor, el #eliz caballero !ue te adora sin verte, y !ue llega de lejos, vencedor de la +uerte, a encenderte los labios con un beso de amorF.
'ub)n %arío.
La "urora
La aurora de ueva orG tiene cuatro columnas de cieno y un huracán de negras palomas !ue chapotean las aguas podridas. La aurora de ueva orG gime por las inmensas escaleras buscando entre las aristas nardos de angustia dibujada. La aurora llega y nadie la recibe en su boca por!ue all$ no hay ma/ana ni esperanza posible. * veces las monedas en enjambres #uriosos taladran y devoran abandonados ni/os. Los primeros !ue salen comprenden con sus huesos !ue no habrá para$so ni amores deshojados5 saben !ue van al cieno de nmeros y leyes, a los juegos sin arte, a sudores sin #ruto. La luz es sepultada por cadenas y ruidos en impdico reto de ciencia sin ra$ces. Por los barrios hay gentes !ue vacilan insomnes como reci"n salidas de un nau#ragio de sangre.
Federico García Lorca
Nocturnos
* veces, cuando en alta noche tran!uila, sobre las teclas vuela tu mano blanca, como una mariposa sobre una lila y al teclado sonoro notas arranca, cruzando del espacio la negra sombra #iltran por la ventana rayos de luna, !ue trazan luces largas sobre la al#ombra, y en alas de las notas a otros lugares, vuelan mis pensamientos, cruzan los mares, y en g&tico castillo donde en las piedras musgosas por los siglos, crecen las yedras, puestos de codos ambos en tu ventana miramos en las sombras morir el d$a y subir de los valles la noche umbr$a y soy tu paje rubio, mi castellana, y cuando en los espacios la noche cierra, el #uego de tu estancia los muebles dora, y los dos nos miramos y sonre$mos mientras !ue el viento a#uera suspira y llora4
&os) "sunci(n Sil$a
Piedra negra sobre una piedra blanca
+e morir" en Par$s con aguacero, un d$a del cual tengo ya el recuerdo. +e morir" en Par$s @y no me corro@ tal vez un jueves, como es hoy, de oto/o. Hueves será, por!ue hoy, jueves, !ue proso estos versos, los hmeros me he puesto a la mala y, jamás como hoy, me he vuelto, con todo mi camino, a verme solo. %"sar 9allejo ha muerto, le pegaban todos sin !ue "l les haga nada5 le daban duro con un palo y duro tambi"n con una soga5 son testigos los d$as jueves y los huesos hmeros, la soledad, la lluvia, los caminos...
C)sar 0alle,o
'osa íntima
0odas las rosas son la misma rosa, amor, la nica rosa. y todo !ueda contenido en ella, breve imagen del mundo, 3amor4, la nica rosa. 2osa, la rosa... Pero a!uella rosa... La primavera vuelve con la rosa grana, rosa amarilla, blanca, grana5 y todos se embriagan con la rosa, la rosa igual a la otra rosa. A>gual es una rosa !ue otra rosaB A0odas las rosas son la misma rosaB '$. Pero a!uella rosa... La rosa !ue se a$sla en una mano, !ue se huele hasta el #ondo de ella y uno, la rosa para el seno del amor, para la boca del amor y el alma, ... para el alma era a!uella rosa !ue se escond$a, dulce entre las rosas, y !ue una tarde ya no se vio más. A-e !u" amarillo a!uella #resca rosaB 0odo, de rosa en rosa, loco vive, la luz, el ala, el aire, la honda y la mujer, y el hombre, y la mujer y el hombre. La rosa pende, bella y delicada, para todos, su cuerpo sin penumbra y sin secreto, a un tiempo lleno y suave, $ntimo y evidente, ardiente y dulce. Esta rosa, esa rosa, la otra rosa... '$. Pero a!uella rosa...
&uan 'am(n &im)ne.
Sue2o
>magen alta y tierna del consuelo, aurora de mis mares de tristeza, lis de paz con olores de pureza, 3premio divino de mi largo duelo4 >gual !ue el tallo de la #lor del cielo, tu alteza se perd$a en tu belleza... %uando hacia m$ volviste la cabeza, cre$ !ue me elevaban desde el cuelo. *hora en el alba casta de tus brazos, acogido a tu pecho transparente, 3cuán claras a m$ tornan mis prisiones4 3%&mo mi coraz&n hecho pedazos agradece el dolor, al beso ardiente con !ue t, sonriendo, lo compones4
&uan 'am(n &im)ne.
0o nue$a
A-e !ui"n es esta vozB APor d&nde suena la voz esta, celeste y argentina, !ue transe, leve, con su hoja #ina el silencio de hierro de mi penaB -ime, blancura azul de la azucena, dime, luz de la estrella matutina, dime #rescor del agua vespertina: Aconoc"is esta voz sencilla y buenaB 9oz !ue me hace volver los ojos, triste y alegre, a no s" !u" cristal de gloria de oro, en !ue el ángel canta su 3*leluya4 )ue no es de boca ni lad !ue e6iste, !ue no ha salido de ninguna historia... A-e !ui"n, de !u" eres, voz !ue no eres suyaB
&uan 'am(n &im)ne.
Canci(n de in$ierno
%antan. %antan. A-&nde cantan los pájaros !ue cantanB
7a llovido. *n las ramas están sin hojas nuevas. %antan. %antan los pájaros. AEn d&nde cantan los pájaros !ue cantanB
o tengo pájaros en jaulas. o hay ni/os !ue los vendan. %antan. El valle está muy lejos. ada...
o no s" d&nde cantan los pájaros =cantan, cantan= los pájaros !ue cantan.
&uan 'am(n &im)ne.
3na rosa * milton
-e las generaciones de las rosas )ue en el #ondo del tiempo se han perdido )uiero !ue una se salve del olvido, 1na sin marca o signo entre las cosas )ue #ueron. El destino me depara Este don de nombrar por vez primera Esa #lor silenciosa, la postrera 2osa !ue +ilton acerc& a su cara, 'in verla. (h t bermeja o amarilla ( blanca rosa de un jard$n borrado, -eja mágicamente tu pasado >nmemorial y en este verso brilla, (ro, sangre o mar#il o tenebrosa %omo en sus manos, invisible rosa.
&orge Luis +orges
"rte po)tica
+irar el r$o hecho de tiempo y agua recordar !ue el tiempo es otro r$o, 'aber !ue nos perdemos como el r$o !ue los rostros pasan como el agua. 'entir !ue la vigilia es otro sue/o )ue sue/a no so/ar y !ue la muerte )ue teme nuestra carne es esa muerte -e cada noche, !ue se llama sue/o. 9er en el d$a o en el a/o un s$mbolo -e los d$as del hombre y de sus a/os, %onvertir el ultraje de los a/os En una msica, un rumor y un s$mbolo, 9er en la muerte el sue/o, en el ocaso 1n triste oro, tal es la poes$a )ue es inmortal y pobre. La poes$a 9uelve como la aurora y el ocaso. * veces en las tardes una cara os mira desde el #ondo de un espejo5 El arte debe ser como ese espejo )ue nos revela nuestra propia cara. %uentan !ue 1lises, harto de prodigios, Llor& de amor al divisar su >taca 9erde y humilde. El arte es esa >taca -e verde eternidad, no de prodigios. 0ambi"n es como el r$o interminable )ue pasa y !ueda y es cristal de un mismo 7eráclito inconstante, !ue es el mismo es otro, como el r$o interminable.
&orge Luis +orges
" un poeta menor de la antología
A-&nde está la memoria de los d$as !ue #ueron tuyos en la tierra, y tejieron dicha y dolor y #ueron para ti el universoB El r$o numerable de los a/os los ha perdido5 eres una palabra en un $ndice. -ieron a otros gloria interminable los dioses, inscripciones y e6ergos y monumentos y puntuales historiadores5 de ti s&lo sabemos, oscuro amigo, !ue o$ste al ruise/or, una tarde. Entre los as#&delos de la sombra, tu vana sombra pensará !ue los dioses han sido avaros. Pero los d$as son una red de triviales miserias, Ay habrá suerte mejor !ue la ceniza de !ue está hecho el olvidoB 'obre otros arrojaron los dioses la ine6orable luz de la gloria, !ue mira las entra/as y enumera las grietas, de la gloria, !ue acaba por ajar la rosa !ue venera5 contigo #ueron más piadosos, hermano. En el "6tasis de un atardecer !ue no será una noche, oyes la voz del ruise/or de 0e&crito.
&orge Luis +orges
Poema de los dones
adie rebaje a lágrima o reproche Esta declaraci&n de la maestr$a -e -ios, !ue con magn$#ica iron$a +e dio a la vez los libros y la noche. -e esta ciudad de libros hizo due/os * unos ojos sin luz, !ue s&lo pueden Leer en las bibliotecas de los sue/os Los insensatos párra#os !ue ceden Las albas a su a#án. En vano el d$a Les prodiga sus libros in#initos, *rduos como los arduos manuscritos )ue perecieron en *lejandr$a. -e hambre y de sed Cnarra una historia griegaD +uere un rey entre #uentes y jardines5 o #atigo sin rumbo los con#ines -e esa alta y honda biblioteca ciega. Enciclopedias, atlas, el (riente el (ccidente, siglos, dinast$as, '$mbolos, cosmos y cosmogon$as 8rindan los muros, pero intilmente. Lento en mi sombra, la penumbra hueca E6ploro con el báculo indeciso, o, !ue me #iguraba el Para$so 8ajo la especie de una biblioteca. *lgo, !ue ciertamente no se nombra %on la palabra azar, rige estas cosas5 (tro ya recibi& en otras borrosas 0ardes los muchos libros y la sombra.
*l errar por las lentas galer$as 'uelo sentir con vago horror sagrado )ue soy el otro, el muerto, !ue habrá dado Los mismos pasos en los mismos d$as. A%uál de los dos escribe este poema -e un yo plural y de una sola sombraB A)u" importa la palabra !ue me nombra si es indiviso y uno el anatemaB ?roussac o 8orges, miro este !uerido +undo !ue se de#orma y !ue se apaga En una pálida ceniza vaga )ue se parece al sue/o y al olvido.
&orge Luis +orges
La llu$ia
8ruscamente la tarde se ha aclarado Por!ue ya cae la lluvia minuciosa. %ae o cay&. La lluvia es una cosa )ue sin duda sucede en el pasado. )uien la oye caer ha recobrado El tiempo en !ue la suerte venturosa Le revel& una #lor llamada rosa el curioso color del colorado. Esta lluvia !ue ciega los cristales *legrará en perdidos arrabales Las negras uvas de una parra en cierto Patio !ue ya no e6iste. La mojada 0arde me trae la voz, la voz deseada, -e mi padre !ue vuelve y !ue no ha muerto.
&orge Luis +orges
/riente lores
*ntonio, en los acentos de %leopatra encantado, la copa de oro olvida !ue está de n"ctar llena. , creyente en los sue/os !ue evoca la sirena, toda en los ojos tiene su alma de soldado. La reina, hoja tras hoja, deshojando sus #lores, en la copa de *ntonio las deja dulcemente... prosigue su cuento de batallas y amores, aprendido en las magas tradiciones de (riente... -eti"nese... *ntonio ve su copa olvidada... +as pone ella la mano sobre el borde de oro, y, sonriendo, lenta hacia s$ la retira... -espu"s, siempre a los ojos del guerrero asomada, sella sus gruesos labios con un beso sonoro... da la copa a un siervo, !ue la bebe y e6pira... Manuel Machado.
Lo 1ue de,) por ti
-ej" por ti mis bos!ues, mi perdida arboleda, mis perros desvelados, mis capitales a/os desterrados hasta casi el invierno de la vida. -ej" un temblor, dej" una sacudida, un resplandor de #uegos no apagados, dej" mi sombra en los desesperados ojos sangrantes de la despedida. -ej" palomas tristes junto a un r$o, caballos sobre el sol de las arenas, dej" de oler la mar, dej" de verte. -ej" por ti todo lo !ue era m$o. -ame t, 2oma, a cambio de mis penas, tanto como dej" para tenerte.
'aael "lberti
0ida
1n pájaro de papel en el pecho dice !ue el tiempo de los besos no ha llegado5 vivir, vivir, el sol cruje invisible, besos o pájaros, tarde o pronto o nunca. Para morir basta un ruidillo, el de otro coraz&n al callarse, o ese regazo ajeno !ue en la tierra es un nav$o dorado para los pelos rubios. %abeza dolorida, sienes de oro, sol !ue va a ponerse5 a!u$ en la sombra sue/o con un r$o, juncos de verde sangre !ue ahora nace, sue/o apoyado en ti calor o vida.
0icente "leixandre
Hi,as del $iento
7an venido. >nvaden la sangre. 7uelen a plumas, a carencia, a llanto. Pero t alimentas al miedo y a la soledad como a dos animales pe!ue/os perdidos en el desierto. 7an venido a incendiar la edad del sue/o. 1n adi&s es tu vida. Pero t te abrazas como la serpiente loca de movimiento !ue s&lo se halla a s$ misma por!ue no hay nadie. 0 lloras debajo de tu llanto, t abres el co#re de tus deseos y eres más rica !ue la noche. Pero hace tanta soledad !ue las palabras se suicidan.
"le,andra Piarni4
Serán cenias...
%ruzo un desierto y su secreta desolaci&n sin nombre. El coraz&n tiene la se!uedad de la piedra y los estallidos nocturnos de su materia o de su nada. 7ay una luz remota, sin embargo, y s" !ue no estoy solo5 aun!ue despu"s de tanto y tanto no haya ni un solo pensamiento capaz contra la muerte, no estoy solo. 0oco esta mano al #in !ue comparte mi vida y en ella me con#irmo y tiento cuanto amo, lo levanto hacia el cielo y aun!ue sea ceniza lo proclamo: ceniza. *un!ue sea ceniza cuanto tengo hasta ahora, cuanto se me ha tendido a modo de esperanza.
&os) "ngel 0alente
Noche oscura
En una noche oscura con ansias, en amores in#lamada, 3oh dichosa ventura4 sal$ sin ser notada, estando ya mi casa sosegada. * oscuras, y segura, por la secreta escala dis#razada, 3(h dichosa ventura4 a oscuras, y en celada, estando ya mi casa sosegada. En la noche dichosa en secreto, !ue nadie me ve$a, ni yo miraba cosa, sin otra luz y gu$a, sino la !ue en el coraz&n ard$a. *!u"sta me guiaba más cierto !ue la luz del mediod$a, adonde me esperaba !uien yo bien me sab$a, en parte donde nadie parec$a. 3(h noche !ue guiaste4
3(h noche amable más !ue la alborada: oh noche !ue juntaste *mado con *mada. *mada en el *mado trans#ormada4 En mi pecho #lorido, !ue entero para "l s&lo se guardaba, all$ !ued& dormido, y yo le regalaba, y el ventalle de cedros aire daba. El aire de la almena, cuando yo sus cabellos esparc$a, con su mano serena en mi cuello her$a, y todos mis sentidos suspend$a. )ued"me, y olvid"me, el rostro reclin" sobre el *mado, ces& todo, y dej"me, dejando mi cuidado entre las azucenas olvidado.
San &uan de la Cru.
S(lo el amor
%uando el amor es gesto del amor y !ueda vac$o un signo s&lo. %uando está el le/o en el hogar, mas no la llama viva. %uando es el rito más !ue el hombre. %uando acaso empezamos a repetir palabras !ue no pueden conjurar lo perdido. %uando t y yo estamos #rente a #rente y una e6tensi&n desierta nos separa. %uando la noche cae. %uando nos damos desesperadamente a la esperanza de !ue s&lo el amor abra tus labios a la luz del d$a.
&os) "ngel 0alente
Soneto -5 Cuando me paro a contemplar mi estado...
%uando me paro a contemplar mi estado, y a ver los pasos por do me ha tra$do, hallo, segn por do anduve perdido, !ue a mayor mal pudiera haber llegado5 mas cuando del camino est& olvidado, a tanto mal no s" por d& he venido5 s" !ue me acabo, y más he yo sentido ver acabar conmigo mi cuidado. o acabar", !ue me entregu" sin arte a !uien sabrá perderme y acabarme, si ella !uisiere, y aun sabrá !uererlo5 !ue pues mi voluntad puede matarme, la suya, !ue no es tanto de mi parte, pudiendo, A!u" hará sino hacerloB
Garcilaso de la 0ega
6oda la noche me alumbres...
0oda la noche me alumbres redonda en el silencio. 0oda la noche, luna, almbresme en el cielo. 0oda la noche me alumbres, escudo de mi pecho, escudo de verdad #irme en el cielo negro. 0oda la noche me alumbres desnudo contra el sue/o: con la luz !ue reluces hazme más verdadero. %on la luz !ue reluces toda la noche me alumbres.
&os) "ngel 0alente
La uente
Hoven, te o#rezco el don de esta copa de plata para !ue un d$a puedas colmar la sed ardiente, la sed !ue con su #uego más !ue la muerte mata. +as debes abrevarte tan s&lo en una #uente, otra agua !ue la suya tendrá !ue serte ingrata, busca su oculto origen en la gruta viviente donde la interna msica de su cristal desata, junto al árbol !ue llora y la roca !ue siente. ?u$ete el misterioso eco de su murmullo, asciende por los riscos ásperos del orgullo, baja por la constancia y desciende al abismo cuya entrada sombr$a guardan siete panteras: son los 'iete Pecados las siete bestias #ieras. Llena la copa y bebe: la #uente está en ti mismo.
'ub)n %arío
-nsomnio.
+adrid es una ciudad de más de un mill&n de cadáveres Csegn las ltimas estad$sticasD. * veces en la noche yo me revuelvo y me incorporo en este nicho en el !ue hace IJ a/os !ue me pudro, y paso largas horas oyendo gemir al huracán, o ladrar los perros, o #luir blandamente la luz de la luna. paso largas horas gimiendo como el huracán, ladrando como un perro en#urecido, #luyendo como la leche de la ubre caliente de una gran vaca amarilla. paso largas horas preguntándole a -ios, preguntándole por !u" se pudre lentamente mi alma, por !u" se pudren más de un mill&n de cadáveres en esta ciudad de +adrid, por !u" mil millones de cadáveres se pudren lentamente en el mundo. -ime, A!u" huerto !uieres abonar con nuestra podredumbreB A0emes !ue se te se!uen los grandes rosales del d$a, las tristes azucenas letales de tus nochesB
%ámaso "lonso
Soneto --5 !n in a $uestras manos he $enido...
En #in a vuestras manos he venido, do s" !ue he de morir tan apretado !ue aun aliviar con !uejas mi cuidado como remedio me es ya de#endido5 mi vida no s" en !u" se ha sostenido si no es es en haber sido yo guardado para !ue solo en m$ #uese probado cuánto corta una espada en un rendido. +is lágrimas han sido derramadas donde la se!uedad y el aspereza dieron mal #ruto deltas, y mi suerte: 3basten las !ue por vos tengo lloradas5 no os vengu"is más de m$ con mi #la!ueza5 allá os vengad, se/ora, con mi muerte4
Garcilaso de la 0ega
Soneto ---5 La mar en medio * tierras he de,ado...
La mar en medio y tierras he dejado de cuanto bien, cuitado, yo ten$a5 y y"ndome alejando cada d$a, gentes, costumbres, lenguas he pasado. a de volver estoy descon#iado5 pienso remedios en mi #antas$a, y el !ue más cierto espero es a!uel d$a !ue acabará la vida y el cuidado. -e cual!uier mal pudiera socorrerme con veros yo, se/ora, o esperallo, si esperallo pudiera sin perdello5 mas de no veros ya para valerme, si no es morir, ningn remedio hallo, y si "ste lo es, tampoco podr" habello.
Garcilaso de la 0ega
Soneto -05 3n rato se le$anta mi esperana...
1n rato se levanta mi esperanza5 mas, cansada de haberse levantado, toma a caer, y deja, mal mi grado, libre el lugar a la descon#ianza. A)ui"n su#rirá tan áspera mudanza del bien al malB i(h coraz&n cansado4 Es#uerza en la miseria de tu estado5 !ue tras #ortuna suele haber bonanza. o mismo emprender" a #uerza de brazos romper un monte, !ue otro no rompiera, de mil inconvenientes muy espeso. +uerte, prisi&n no pueden, ni embarazos, !uitarme de ir a veros, como !uiera, desnudo esp$ritu o hombre en carne y hueso.
Garcilaso de la 0ega
Soneto 05 !scrito está en mi alma $uestro gesto...
Escrito está en mi alma vuestro gesto y cuanto yo escribir de vos deseo5 vos sola lo escribiste, yo lo leo tan solo, !ue aun de vos me guardo en esto. En esto estoy y estar" siempre puesto5 !ue aun!ue no cabe en m$ cuanto en vos veo, de tanto bien lo !ue no entiendo creo, tomando ya la #e por presupuesto. o no nac$ sino para !uereros5 mi alma os ha cortado a su medida5 por hábito del alma misma os !uiero5 cuanto tengo con#ieso yo deberos5 por vos nac$, por vos tengo la vida, por vos he de morir y por vos muero.
Garcilaso de la 0ega
'etrato +i in#ancia son recuerdos de un patio de 'evilla, y un huerto claro donde madura el limonero5 mi juventud, veinte a/os en tierras de %astilla5 mi historia, algunos casos !ue recordar no !uiero. i un seductor +a/ara, ni un 8radom$n he sido @ya conoc"is mi torpe ali/o indumentario@, más recib$ la #lecha !ue me asign& %upido, y am" cuanto ellas puedan tener de hospitalario. 7ay en mis venas gotas de sangre jacobina, pero mi verso brota de manantial sereno5 y, más !ue un hombre al uso !ue sabe su doctrina, soy, en el buen sentido de la palabra, bueno. *doro la hermosura, y en la moderna est"tica cort" las viejas rosas del huerto de 2onsard5 mas no amo los a#eites de la actual cosm"tica, ni soy un ave de esas del nuevo gay=trinar. -esde/o las romanzas de los tenores huecos y el coro de los grillos !ue cantan a la luna. * distinguir me paro las voces de los ecos, y escucho solamente, entre las voces, una. A'oy clásico o románticoB o s". -ejar !uisiera mi verso, como deja el capitán su espada: #amosa por la mano viril !ue la blandiera, no por el docto o#icio del #orjador preciada. %onverso con el hombre !ue siempre va conmigo @!uien habla solo espera hablar a -ios un d$a@5 mi solilo!uio es plática con ese buen amigo !ue me ense/& el secreto de la #ilantrop$a. al cabo, nada os debo5 deb"isme cuanto he escrito. * mi trabajo acudo, con mi dinero pago el traje !ue me cubre y la mansi&n !ue habito, el pan !ue me alimenta y el lecho en donde yago. cuando llegue el d$a del ltimo vKaje, y est" al partir la nave !ue nunca ha de tornar, me encontrar"is a bordo ligero de e!uipaje, casi desnudo, como los hijos de la mar. "ntonio Machado.
La prima$era besaba
La primavera besaba suavemente la arboleda, y el verde nuevo brotaba como una verde humareda. Las nubes iban pasando sobre el campo juvenil... o vi en las hojas temblando las #rescas lluvias de abril. 8ajo ese almendro #lorido, todo cargado de #lor =record"=, yo he maldecido mi juventud sin amor. 7oy en mitad de la vida, me he parado a meditar... 3Huventud nunca vivida, !ui"n te volviera a so/ar4
"ntonio Machado