El objeto de la realización de este trabajo es la documentación de las investigacion es relativas a la Piedra Filosofal, de acuerdo con las exposiciones del alquimis ta francés Fulcanelli. La difusión de este escrito por cualquier medio de comunicación , red de usuarios de informática, impresión o fotocopia, cinta grabada, u otro siste ma de trasvase de datos o de información, queda absolutamente prohibido por cualqu ier persona o entidad, sin expreso permiso del autor de este estudio. Los libros de Alquimia han sido, y siguen siendo a causa de su carácter hermético, l a causa eficiente y genuina del grosero menosprecio de esta antigua Ciencia. Los textos escritos por los grandes Maestros están reservados a los iniciados, para c omprenderlos bien es necesario tener las CLAVES secretas, a saber, las sustancia s que se emplean en la elaboración de la Piedra Filosofal, y las nueve operaciones consecutivas que permiten obtenerla con todas sus características, y que vienen a constituir la llamada Escalera de los Sabios. En lo que se debe trabajar primer o es en descubrir esas claves, es decir, en conocer la doctrina, la teoría de la p osibilidad, los principios materiales que deben emplearse para la realización de l os trabajos y las formas de operar, en lugar de emplear tontamente el dinero y l os bienes en trabajos de dudosa utilidad. Los alquimistas de todos los tiempos p regonan que la Ciencia de la Alquimia se puede adquirir, aunque con grandísimas di ficultades en los libros, alguno de los grandes Maestros así lo ha conseguido, nor malmente no es posible adquirirla mas que por REVELACIÓN divina, o porque un buen y fiel Maestro tenga la bondad de enseñarla, pero como hay muy pocos a quienes Dio s ha hecho el don de esa Gracia, hay muy pocos que la puedan enseñar, por lo gener al se alcanza por voluntad divina. Por otra parte, los filósofos (alquimistas que conocen la Piedra Filosofal) se neg aron siempre a enseñar con claridad las verdades que habían recibido de la Antigüedad, pues consideraban que solo debían de revelarse a las gentes de bien, con el fin d e evitar el reproche, que no hubiera dejado de dirigírseles de pervertir a los pue blos, pues ellos habían observado ya en los tiempos en que vivían que la mayor parte de los descubrimientos, orientados al acrecentamiento del bienestar humano, se desvían rápidamente de su meta y se aplican de modo especial a la destrucción. En la a ctualidad sigue vigente esta característica del ser humano, de criminales intencio nes, y es de sobras conocido el papel preponderante de las Ciencias en las confl agraciones modernas y sus aplicaciones armamentísticas, que no precisan mayor acla ración. No se puede invocar por parte del hombre la justicia divina sin verse nece sariamente condenado por ella, y en tanto el hombre no cambie, difícilmente será cla ramente explicada la Alquimia por los filósofos modernos, al igual que ocurrió en el pasado. Fulcanelli explica en sus libros, avalados por su propia experiencia, que la Alq uimia es una Ciencia tan positiva, tan exacta y tan real como la óptica, la mecánica , o la geometría, y sus resultados tan tangibles como los de la Química. Deberíamos es tudiarla con el entusiasmo y la fe intima convenientes, pero evitar sus desviaci ones, sometiéndolas a la lógica, al razonamiento y a la experiencia. En su opinión, qu e compartimos, la Alquimia requiere una depuración, hay que librarla de las máculas con las que hasta sus partidarios la han ensuciado, después será mas sana y robusta, sin perder ni un ápice de su encanto y de su misteriosa atracción. Con el estudio de los textos, y el trato con personas entendidas en esta discipl ina, a lo largo del tiempo hemos aprehendido muchas de las claves necesarias par a poder interpretar correctamente a los Maestros antiguos y modernos. La PIEDRA FILOSOFAL es la piedra de toque con la que se han tropezado nuestros químicos, y s i los investigadores que nos precedieron hubiesen comprendido el lenguaje de los alquimistas, las prácticas de HERMES les serían conocidas, y la PIEDRA FILOSOFAL ha bría cesado hace mucho tiempo de ser considerada como quimérica. Para alcanzar el conocimiento mínimo necesario, y llevar a cabo la puesta en práctic a de la GRAN OBRA alquímica dice Fulcanelli que hace falta aplicar una voluntad ob
stinada de la que son incapaces los mediocres: Resulta muy difícil cambiar los dip lomas, los títulos académicos, los sellos y los pergaminos por el humilde manto del Filósofo; las dificultades de descifrar esta otra Ciencia en los bancos de otra es cuela, en la que hay que volver a apurar ese cáliz de brebaje amargo, humildemente confesar nuestros errores y tener el coraje de olvidarlo todo, así como centrar n uestra atención en aquellos puntos mas importantes. Por otra arte la Alquimia exig e del operador que acompase su ritmo de vida, su comportamiento y sus mas íntimas emociones al ritmo de las investigaciones emprendidas, si no quiere verse abocad o al mas estrepitoso de los fracasos, es de sobras conocida la influencia mutua entre la Piedra Filosofal y el alquimista que con ella trabaja, al contrario que en la Química, uno de cuyos postulados indica que las reacciones químicas son indep endientes del operador. No obstante hemos de señalar que esta influencia no se apr ecia en las primeras fases de la elaboración de la Piedra, en la que cualquier pro fano que conozca el procedimiento puede llegar a conseguir los mismos resultados que un experto alquimista, pero que son muy notables en las obras avanzadas, co mo las de las quintaesencias, u otras obras superiores. Para terminar este preámbulo me remito de nuevo a Fulcanelli, recordando de nuevo que nada hay en el mundo mas útil que la Sal de Sapiencia (en este caso se refiere n al fuego secreto) y el Sol, a saber, las materias empleadas por los alquimista s en la elaboración de la Piedra Filosofal, (en su denominación alquímica), y que serán objeto de estudio en este artículo. ASPECTOS FILOSÓFICOS RELATIVOS A LOS ESPÍRITUS METÁLICOS En Alquimia, todos los procedimientos están basados en la DISOLUCIÓN, tanto en la vía seca como en la húmeda. Solo a través de la disolución se consigue hacer efectivo el p rincipio general de la Alquimia "Los cuerpos no tienen acción sobre los cuerpos, s olo los espíritus son activos y penetrantes". Los espíritus son los agentes naturales que provocan las transformaciones en el se no de la materia. Son los únicos capaces de vencer la estrecha cohesión que liga ent re sí los denominados azufre y el mercurio metálicos, de ahí la importancia que adquie ren en el trabajo práctico del laboratorio del alquimista. En la Espagiria y la an tigua Alquimia se considera que los metales están compuestos por sal, azufre y mer curio, que según las teorías de los espagiristas, no coinciden con los conocidos por la química, al tener cada metal los suyos propios y específicos que lo componen. Tan solo los denominados espíritus metálicos tienen el privilegio de alterar, modifi car y desnaturalizar los cuerpos metálicos. Los alquimistas entienden que los espíri tus son influencias reales, aunque físicamente casi inmateriales como imponderable s, por ejemplo, la radiación lunar (luz polarizada), la radiación solar, el fuego, e tc. Lo que determina la aplicación de los espíritus es la afinidad que muestran los cuerpos entre sí, así como la que estos muestran por determinado espíritu. Los espíritus metálicos, en particular, son demasiado volátiles y en extremo sutiles, por lo que tienen necesidad de un envoltorio que sea capaz de retenerlos, su mat eria debe de ser extremadamente pura (para permitir al espíritu metálico residir en ella), de ahí la necesidad de las purificaciones previas y muy "fija" (para impedi r su volatilización), por otro lado se le debe exigir a esta materia la máxima fusib ilidad (para favorecer el "ingreso"), y también debe ser absolutamente resistente a los agentes reductores. Dicha materia no se puede buscar tan solo en la catego ría de los metales, se debe tomar el espíritu metálico (soporte químico de la Piedra Fil osofal) en la raíz metálica (entiéndase el metal, del que mas adelante hablaremos) que lo contiene. El objetivo de los trabajos que realiza el alquimista es la condensación, la aglom eración de ese espíritu en un envoltorio coherente, tenaz y refractario, capaz de ar roparlo, de impregnar todas sus partes y de asegurarle una protección eficaz. Esta alma o fuego reunido, concentrado y coagulado en la más pura, más resistente y más pe
rfecta materia terrestre es la llamada PIEDRA FILOSOFAL. Toda empresa que no ten ga por guía a este espíritu y a esta materia mineral por base no podrá llevar a ningun a parte en lo que se refiere a la Alquimia. En cuanto a los ESPÍRITUS VEGETALES, que tan ampliamente estudia la Espagiria, icamente no tienen aplicación en la Gran Obra, y son también muy volátiles, su en la Alquimia se restringe a ciertos trabajos realizados por Ramón Lull, y en disolución de la Medicina Universal en espíritu de vino (alcohol), o en aceite iva virgen (extraído en frío), para algunas de sus aplicaciones.
práct empleo la de ol
En los puntos posteriores hablaremos de las materias y técnicas empleadas por los alquimistas, explicadas en su propio lenguaje, comentando aquellos puntos de dic ho léxico que consideremos precisen la traducción a nuestro lenguaje actual, situándol os entre paréntesis intercalados en las frases. EL FUEGO SECRETO El mineral que contiene el fuego secreto es aquel en el que se fundamenta el Art e de la Alquimia, los alquimistas lo conocen también la Salamandra (por ser el imp ulsor de las metamorfosis del compuesto filosofal), es la única materia con la que debemos de trabajar al principio. Contiene la mas pura semilla (de la Piedra Fi losofal) y la sustancias mas próximas a la Gran Obra que existen entre los metales y los minerales. La Piedra filosofal es de origen mineral y metálico, y por lo tanto no hay mas que buscarla en la raíz mineral y metálica, (el mineral del que tratamos y por otra par te el metal base) que fue reservada por el Creador y prometida a la generación sol a de los metales. La Naturaleza actúa solamente en la especie que le es propia, no se desarrolla ni se perfecciona sino en ella y por ella, sin que ninguna cosa h eterogénea venga a estorbar su marcha, o a contrariar su poder generador. El mineral que contiene el fuego secreto es la base de la Alquimia, porque de él s e extraen todos los elementos que el alquimista necesita, y por él se efectúa la Obr a entera: El fuego secreto presenta una intensa actividad, una vitalidad perpetua y perman ente. Es el único dispensador del agua celeste, primer mercurio disolvente, que se presenta bajo una forma salina y con una consistencia dura, se extrae del fuego por reiterada destrucción, resolviendo y sublimando. Provoca todas las metamorfosis (cambios visibles en el estado físico, coloración etc .) en el seno del compuesto, y no se puede prescindir de él, como hemos indicado, cataliza las reacciones y se incorpora a la fórmula. Fuera de el no se puede descubrir ni producir nada, porque es el único cuerpo capa z en toda la naturaleza de procurarle al alquimista los elementos indispensables , es el guardián y único dispensador de los frutos herméticos, a saber, la Piedra Filo sofal y todos sus derivados. Es la vasija (contiene todo lo necesario para la Obra) indispensable a la que no es preciso añadir nada extraño. Son precisos pocos días y poco trabajo para extraer d e él la LUNA y el SOL herméticos. Es todo cuanto precisamos para la OBRA. De este ap artado hablaremos mas adelante, desarrollándolo al hablar de los diferentes Mercur ios empleados en la Obra. El triple empleo del Fuego Secreto
El empleo del fuego secreto es triple, es el EJE del arte de la Alquimia, provoc a todas las metamorfosis (cambios físicos y químicos) en el seno del compuesto vía dis olución (por fusión en la vía seca , o por disolución en el espíritu en la vía húmeda). Se lea: En la elaboración del primer mercurio (denominación que dan los alquimistas al prime r compuesto obtenido en la Obra), nada es capaz de sustituirlo, una vez preparad o, lo exalta, lo anima, y forma cuerpo con el después de extraerlo de la materia i nmunda. Hace destilar de la esta planta (alusión a la coloración verde) árida y seca e n apariencia un agua que no moja las manos que se obtiene en forma salina, señalad a por el sello hermético, astro de seis rayos, es el licor metálico (materia muy fus ible) fertilizado por el fuego mineral. Sin el fuego secreto la materia preparad a no podría ser forzada ni cumplir sus funciones de madre (de ella nace la Piedra Filosofal), quedando la labor de los alquimistas como quimérica y vana. Toda generación (paso a la siguiente fase en la elaboración de la Piedra Filosofal, con obtención de un producto completamente terminado) requiere la ayuda de un agen te propio y determinado en el Reino en que la Naturaleza lo ha colocado, y toda cosa lleva su semilla. Los minerales tienen por semilla un licor metálico (no debe confundirse con el metal mercurio) fertilizado por el fuego mineral, pues este es el AGENTE ACTIVO introducido por el Arte en la semilla mineral, es lo que hac e mover el eje y girar la rueda (provoca las reacciones químicas del compuesto, ac tuando como catalizador de las mismas e integrándose en la propia fórmula). Este FUEGO espiritual (volátil), informado y corporeizado en sal es el AZUFRE esco ndido (nombre que se le da por su aspecto externo, lo que da lugar a grandes con fusiones, pues también se le denomina mercurio, como hemos visto anteriormente), d e la misma esencia que el azufre del oro (término de Espagiria mineral, como hemos indicado anteriormente para los alquimistas los metales están compuestos de sal, azufre y mercurio), pero menos digerido (evolucionado en lenguaje moderno), se u ne con facilidad al mercurio de los minerales y de los metales imperfectos, se e ncuentra en el Vientre de ARIES (alusión al hierro), que esconde en si el acero mági co, y lleva en su escudo el sello hermético, astro de seis puntas. Sin esta materi a nada se puede hacer, y nada la puede sustituir. Cada uno de los frutos del Jardín de Hesperia (productos obtenidos en la elaboración de la Piedra Filosofal) es el resultado de una condensación progresiva del FUEGO SOLAR (alusión a la materia que se emplea siempre con el fuego secreto) por el FUE GO SECRETO , y son los rayos juntados de este DOBLE FUEGO (doble debido a que si empre se emplean conjuntamente) los que colorean (dan las especiales característic as de color, transmutativas y curativas) la PIEDRA FILOSOFAL. Lo que dicen los alquimistas acerca del fuego secreto · Basilio Valentín, Senior Zadhit, Mynsicht, y otros filósofos denominan tierra romana y Vitriolo romano a la sustancia terrestre que proporciona nuestro disolvente. Lo describen como una "sal" de olor fuerte y desagradable, que cuando se machaca ba se volvía negra, adquiría una consistencia esponjosa y un aspecto graso. · En el Testamento de Basilio Valentín se señalan las excelentes propiedades y virtude s del Vitriolo, pero no se reconocerá la veracidad de sus palabras si no se sabe d e que mineral se está hablando: "El Vitriolo es preferible a los otros minerales, y debe de concedérsele el primer lugar después de los metales. Pues aunque todos los metales y minerales estén dotados de grandes virtudes, este, el Vitriolo, es el úni co suficiente para obtener de él y hacer la bendita piedra, lo que ningún otro en el
mundo podría conseguir por si solo y a imitación suya". · El Vitriolo filosófico tiene propiedades "magnéticas" y de "atracción" del azufre, (ca pacidad de extracción del llamado azufre metálico, pero no es atraído por el campo mag nético), calidad de fusible y fácil licuefacción. · El Vitriolo filosófico es el objeto inicial y primer ser de la Piedra Filosofal. A l fuego se funde en su propia agua de cristalización, como ocurre con los demás vitr iolos, y adquiere el aspecto del aceite o del mercurio, tiene un aspecto vítreo, u na coloración verdosa y una fluidez grasienta al fuego. · Saturno, por lo demás, entra fácilmente en solución y se coagula del mismo modo, se pr esta de buen grado a dejarse extraer su mercurio, que es tan puro como el del Or o. · La mayúscula M sirve para identificar este mineral que denominamos nuestra Magnesi a, del que por otra parte es su inicial. Preparación canónica del fuego secreto Entendemos como preparación canónica de una materia aquellos trabajos físicos y químicos previos de laboratorio para conseguir que resulte adecuada para su empleo en lo s diferentes trabajos de la Gran Obra. El objeto de estos trabajos es alcanzar e l grado de pureza suficiente de la correspondiente materia, para su posterior ut ilización sin los problemas que originaría la contaminación del mineral o sustancia en la elaboración de la Piedra Filosofal, tal como lo proporciona la Naturaleza. Se emplea el mas que conocido procedimiento químico de las recristalizaciones sucesiv as para obtenerlo en las condiciones requeridas. La preparación canónica del fuego secreto consiste en disolver el mineral, tal como sale de la mina, en agua hirviente, dejarlo decantar y separarle las heces, a ra zón de 1 kilogramo de mineral por cada 4 litros de agua. Se recristaliza y se reti ran los cristales. Se reitera el proceso hasta que no se produzcan mas heces en la disolución y posterior recristalización en las aguas madre. Una vez completadas l as recristalizaciones se procede a su secado al Sol hasta el color de las ceniza s, un exceso de insolación lo inhabilita para su empleo en la Obra, lo que es noto rio al variar la coloración notablemente a tonos oscuros, cuando esto sucede se re aliza una posterior recristalización y secado. Se emplea molido finamente, y se almacena en recipientes de cristal, al abrigo d e la luz y de la humedad, ya listo para su utilización. Su empleo debe realizarse a los pocos meses pues pierde actividad quimica, en caso de que se pase de tiemp o, siempre es posible recuperarlo recristalizándolo de nuevo. EL SOL (ORO HERMÉTICO) El oro hermético es el astro dispensador de la luz, es el vehículo de elección del espír itu de nuestra Corona Radiada, la LUZ mineral, su función es servir de intermediar io entre el cielo y la tierra. La Vara de Hermes (otra denominación del Sol, u oro Hermético), es en verdad el Cetr o de nuestro Arte, vil abyecto y despreciable, es mas buscado por el filósofo que el oro natural (oro metálico), y es un precioso don que ha hecho Dios a los hombre s. Aarón golpeó la roca de Horeb con esta vara, haciendo brotar el agua que esconde en su seno (alusión a la primera operación de la Gran Obra). El Sol es la sustancia que provoca todas las reacciones (agente), en el seno del fuego secreto (paciente), rompiendo su equilibrio químico, y haciendo que este ac túe como motor de todas las reacciones en el seno del compuesto. Sin el Sol no res ultaría posible la Alquimia, pues este actúa siempre conjuntamente con el fuego secr
eto, como se ha señalado en los párrafos previos al hablar de éste. Lo que los alquimistas dicen del Sol u Oro hermético · Los únicos alquimistas que Fulcanelli conoce que han to verbal del Sol, u oro hermético han sido Quercetano al que ocurre con el mineral del Fuego Secreto, muchos incluso lo clasifican entre las materias inútiles para .
declarado explícitamente el epíte y Nicolas de Valois. Al igu alquimistas lo nombran e los trabajos de la Alquimia
· Se le puede encontrar en los tres Reinos de la Naturaleza (mineral, animal y veg etal), pero se puede obtener directamente en uno de ellos. Ejemplos de sustancia s que se encuentran en los tres Reinos de la Naturaleza son el agua, algunas sal es, el carbono, etc. · En Espagiria está representado por un círculo coronado por una cruz, símbolo del globo terrestre, y signatura de nuestro pequeño mundo, es una sustancia común que está a nu estro alcance, su materia nos resulta familiar y es la llave que proporciona el agua misteriosa, buscada en vano en otra parte, el húmedo radical, o mercurio. · Los antiguos lo representaban mediante la letra H, que designa el espíritu univers al, alma universal de las cosas, el principio activo y todopoderoso que se recon oce en la Naturaleza en perpetuo movimiento. Es nuestro Sol, astro dispensador d e la luz (Elios, Hl u w s ). Es la indicación del primer peldaño de la escalera de l os sabios, del conocimiento adquirido del AGENTE hermético, promotor misterioso de las transformaciones en el reino mineral. Su función es la de servir de intermedi ario entre el cielo y la tierra (une lo fijo con lo volátil). · La letra G, séptima letra del alfabeto es la inicial del nombre LOS SABIOS, sustancia extraída de la mina, que no es propiamente aún metálica, como enseña Filaleteo en el Introitus (al no ser ni ni metálica, parece lógico buscar este TEMA entre las diferentes orciona la Naturaleza).
vulgar del TEMA DE mineral y menos propiamente mineral, sales que nos prop
Preparación canónica del Sol Se emplea el procedimiento de las recristalizaciones sucesivas para obtenerlo en el grado de pureza requerido, como hemos realizado con el fuego secreto. Se introduce en un horno bien molido y se calcina, tal como nos lo entrega nuest ra madre naturaleza, a continuación se disuelve y recristaliza en agua, y se vuelv en a calcinar los cristales. Esta operación se realiza varias veces al objeto de a umentar en lo posible su causticidad y eliminar por completo la humedad residual , que inhibiría en gran parte su actividad química sobre el fuego secreto, con el qu e actúa conjuntamente. Fulcanelli aclara que debe ser muchas veces lavado y recris talizado, obteniéndose en forma de una sal blanca, pura y brillante. Se conserva en frascos herméticos, generalmente de cristal, finamente molido, cerr ados herméticamente para impedir el paso del aire y de la humedad hasta su posteri or empleo en la Gran Obra. LA MATERIA VIRGEN O DRAGÓN ESCAMOSO La operativa de Fulcanelli se basa completamente en el conocimiento de esta mate ria, de la que a lo largo de la operativa separaremos su ganga arsenical. La des cripción que se nos da es muy esclarecedora de sus características. Los alquimistas la denominan Dragón (por su repulsivo aspecto, su olor infecto, y su coloración: · Este cuerpo, con que debemos trabajar al principio, primitivo y volátil, está repres entado como un dragón negro y recubierto de escamas, es la serpiente venenosa hija
de Saturno y la mas querida de sus criaturas. En contra de la opinión general, qu e pretende que jamás ha sido designado, muchas obras lo nombran, e incluso lo clas ifican entre los cuerpos impropios para la Obra. Este mineral, toma el aspecto d e una masa sólida, negruzca, densa, friable, quebradiza, cuya escasa utilidad lo c onvierte en vil, abyecto y despreciable a los ojos de los hombres. · Hay que dirigirse a la piedra bruta y vil, sin repugnancia por su aspecto misera ble, su olor infecto, su coloración negruzca, y sus sórdidos jirones. Precisamente s on estos caracteres poco seductores los que permiten reconocerla. · El diablo es el jeroglífico de la primera sustancia mercurial, su aspecto negruzco , cubierto de láminas escamosas a menudo revestidos de puntos rojos, o de envoltur a amarilla, friable y deslucida, de olor fuerte y nauseabundo, mancha los dedos cuando se toca, y parece reunir todo cuanto puede desagradar, es la única materia dispensadora del "agua celeste", primer mercurio y gran Alkaest. · Es el caos de los sabios, en el cual los cuatro elementos encerrados, pero confu sos y desordenados, es nuestro Anciano y el Padre de los metales. Aún se le llama Dragón Negro cubierto de escamas, serpiente venenosa, hija de Saturno y la mas ama da de sus criaturas. Esta sustancia primaria ha visto interrumpida su evolución po r la interposición y penetración de un azufre infecto y combustible que empasta el M ercurio puro, lo retiene y lo coagula. Y aunque sea enteramente volátil, este merc urio primitivo, corporeizado bajo la acción secativa del azufre arsenical, toma el aspecto de una masa sólida, negra, densa, friable, cuya escasa utilidad la convie rte en vil, abyecta y despreciable a los ojos de los hombres. En este tema, pari ente pobre de la familia de los metales, el artista esclarecido encuentra , sin embargo, todo cuanto necesita para comenzar y perfeccionar su gran Obra, pues in terviene, según los autores, al principio, en medio y al final de la Obra. Preparación canónica del Dragón Como desconozco en la actualidad cual es su exacta preparación canónica, no se expli ca en este trabajo. NOTAS Las llamadas preparaciones canónicas permiten que las materias primas se puedan ll evar al grado de pureza requerido, generalmente empleamos el procedmiento de rec ristalización. Si no se realizan estas operaciones, es fácil comprobar que las produ cciones pueden a llegar a ser muy inferiores debido a la contaminación química y a l as impurezas, que las hacen inapropiadas para su empleo. Este punto ha sido toca do mas de cerca por los químicos que por los alquimistas, salvo algunos entre ello s, que lo señalan. Es necesario saber que la introducción de sustancias ajenas a la Obra, puede afect ar en gran modo la calidad de la Piedra Filosofal, y a la de la Medicina obtenid a al final de la misma, así como a la potencia transmutativa de la Piedra, al modi ficar la estructura cristalina del compuesto filosofal. Por otra parte el comportamiento del compuesto filosofal es muy diferente, por c ontaminación química, a los ojos del observador, si no se emplea el material canónicam ente preparado, por lo que las purificaciones del material evitan unos inconveni entes muy importantes a la hora de llevar a la práctica la realización de una Obra. LA PRIMERA CONJUNCIÓN, EL MERCURIO DE LOS FILÓSOFOS Es el primer producto que debe obtener el alquimista a partir de las materias, c anónicamente preparadas (lo que ha sido objeto puntos anteriores), de las que se e xtrae en el crisol.
El autor del Triunfo Hermético (Limojon de Saint Didier, suyo anagrama es DIVENS S ICUT ARDENS), explica que "Nuestra piedra nace de la destrucción de dos cuerpos". Fulcanelli añade que uno es metálico y el otro mineral, crecen ambos en la misma tie rra. La oposición tiránica de su comportamiento contrario les impide conformarse el uno con el otro, salvo cuando la voluntad del artista les obliga a ello, sometie ndo a la acción violenta del fuego a cada uno de ambos antagonistas. Tras un largo y duro combate (reacción química), de su descomposición se engendra un tercer cuerpo, heredero de la energía vital y de las cualidades mezcladas de sus progenitores di funtos. Tal es el origen de nuestra PIEDRA, provista desde su nacimiento de la d oble disposición metálica, que es seca e ígnea, y de la doble virtud mineral, fría y húmed a. La reacción mutua de las dos materias, una activa y la otra pasiva, suministra al final del combate filosófico la primera sustancia de la Obra. Nicolás Flamel y Basil io Valentín han dado a estos elementos el epíteto de dragones, el dragón celeste, que representan alado, caracteriza el principio volátil, mientras que el dragón terrestr e, áptero, designa el cuerpo fijo (el metal). Generalmente los filósofos, al hablar del dragón, se refieren sólo al cuerpo volátil. Re comiendan darle muerte atravesándolo de un lanzazo. El AGENTE está velado tras los n ombres de Marte, Marthe, Marcelo, Miguel, Jorge, etc. (aludiendo directamente al hierro, cuya denominación en la antigua espagírica es MARTE). Este Caballero abre u na ancha herida en el costado de la serpiente mítica, de la que sale una sangre es pesa, negra y viscosa. Entre los cuerpos metálicos, el que encierra mayor proporción de "fuego", o de "luz latente" es el hierro. Este fuego activo es lo que importa comunicar al sujeto p asivo, al que los sabios llaman León Verde, solo él tiene poder para modificar su co mplexión fría y estéril, volviéndola prolífica y ardiente. Si el lector ha comprendido, sa brá cuales son los materiales cuya reciproca destrucción abre la puerta de la Primer a Obra. La combinación de ambas materias iniciales, una volátil y una fija da un tercer cuer po mezclado, que marca el estado de la Piedra de los filósofos, mitad águila, mitad León, símbolo que se corresponde con el Cisto de Baco, y el Pez de la iconografía cris tiana. Los dos materiales juntos, retenidos por el Oro de los Sabios, deben empl earse en la proporción requerida. Acerca de lo cual Fulcanelli expone: Si deseáis poseer el GRIFO (nuestro primer mercurio), tomad dos partes de tierra v irgen, nuestro dragón escamoso, y una del agente ígneo, el cual es ese valiente Caba llero armado con la lanza y el escudo. ARES (el hierro), mas vigoroso que ARIES, debe de estar en menor cantidad. Pulverizad y añadid la quinceava parte del total de esa SAL blanca, muchas veces lavada y recristalizada, que necesariamente debéi s de conocer (el Oro de los Sabios, canónicamente preparado). Mezclad íntimamente, y tomando ejemplo de la dolorosa Pasión de Nuestro Señor, crucifi cad (pasada por el crisol) con tres puntas de hierro, para que el cuerpo muera y pueda resucitar otra vez. La lucha de nuestro Caballero con nuestro dragón no ces a sino con la muerte de ambos campeones. Estas tres PUNTAS DE HIERRO, son las qu e cambian la naturaleza íntima de nuestra MAGNESIA, que se separa, ordena y purifi ca los elementos del caos mineral (la materia prima preparada, el fuego secreto) . Es el instrumento con el que se da muerte al Dragón y con el que se le resucita de nuevo. Hecho esto (una vez enfriado el crisol), apartad del cadáver (debido a s u coloración oscura) los sedimentos mas groseros, machacad y triturad sus huesos, y amasad el total en el fuego con una varilla de acero,. Echad en esta mezcla la mitad de la segunda sal, extraída del rocío que en el mes de mayo fertiliza la tier ra (nuestro primer producto), y obtendréis un cuerpo mas claro que el precedente. Nuestro Dragón libra en primer lugar una oleada oscura, maloliente y venenosa, cuy a humareda, espesa y volátil es tóxica en extremo La materia sometida largo tiempo a
la acción de la llama cede sus partes impuras y combustibles. El fuego, por su ac ción reiterada y frecuente sobre el agua (primer mercurio alquímico) obliga a esta a defender sus cualidades específicas, abandonando sus superfluidades. El agua se r epliega y se contrae para resistir la tiránica influencia de VULCANO. Se nutre del fuego, que le agrega las moléculas puras y homogéneas, y al fin se coagula en una m asa corporal densa y ardiente, hasta el punto en que la llama no puede exaltarla más. El cuervo, así decapitado, expirará y perderá sus plumas. Esta segunda solución del cuerpo coagulado tiene por objeto aumentarlo y fortifica rlo, alimentándolo con la leche mercurial a la que debe el ser, la vida y el poder vegetativo. Se convierte por segunda vez en volátil, para tomar, al contacto con el fuego la consistencia seca y dura que había adquirido precedentemente. Llegado a este punto, una tercera solución, semejante a las dos primeras, nos conducirá, sie mpre por el camino del Régimen y la vía lineal del fuego al astro segundo, emblema d e la materia perfecta y coagulada, que bastará cocer, continuando con los grados r equeridos, siguiendo aquella vía lineal (proceso de obtención de la Piedra filosofal ) que constituye la base del espíritu, fuego o azufre incombustible Para realizar correctamente este trabajo es necesario conocer cuales son las inf luencias exteriores para poderla realizar con éxito, (momento propicio, hora, luga r, estación, etc.), que Fulcanelli detalla como nocturnidad, dado que la luz del s ol es enemiga de toda generación, y recomienda la estación primaveral para el inicio de los trabajos (Aries, Tauro), el cielo debe estar despejado y el aire tranqui lo. El rocío de mayo (primer mercurio obtenido por el alquimista) se extrae fácilmen te de un cuerpo particular, abyecto despreciable.... Esta manipulación es en extremo delicada, implica un peligro real, el artista debe provocar al viejo dragón, guardián del Vergel de las espérides, obligarlo a combatir y matarlo sin piedad, si no quiere convertirse en su víctima. Por ello se debe obr ar con la mayor prudencia. Si basta con conocer la sustancia secreta figurada po r el dragón para descubrir su antagonista, es indispensable conocer que MEDIO empl ean los sabios para atemperar el ardor excesivo de los dos beligerantes, sin est e MEDIADOR indispensable, (el Oro de los sabios), el experimentador, ignorante s e expondría a graves peligros. El experimentador, ignorante se expondría a graves pe ligros. Espectador angustiado del drama, que imprudentemente, habría desencadenado , no sería capaz de dirigir sus fases, ni de regular sus furor. Proyecciones ígneas, incluso la explosión brutal del horno serían las tristes consecuencias de su temeri dad. Por ello, conscientes de nuestra responsabilidad, rogamos con insistencia a aquellos que no posean este secreto que se abstengan hasta aquí. .... Cuando oigáis en el recipiente un ruido análogo al del agua en ebullición, fragor sordo de la tie rra cuyas entrañas desgarra el fuego, disponéos a luchar, y conservad vuestra sangre fría.. Advertiréis humaredas, llamas azules y verdes, y violetas, que acompañan una s erie de detonaciones precipitadas...... Una vez pasada la efervescencia podréis go zar de un magnífico espectáculo. En un mar de fuego se forman islotes sólidos que sobr enadan, animados con movimientos lentos y toman infinidad de colores, Su superfi cie se hincha, revienta por el centro y los hace semejantes a minúsculos volcanes. Desaparecen a continuación para dejar sitio a hermosas bolitas verdes, transparen tes, que giran sobre si mismas, ruedan, se tropiezan y parecen perseguirse en me dio de las llamas multicolores y reflejos iridiscentes. Repetid tres veces la mi sma técnica y habréis llegado a la MINA de nuestro MERCURIO, y habréis ascendido el pr imer peldaño de la escalera de los sabios. La operación se realiza por la vía SECA, es decir, en el crisol, está terminada cuando aparece en la superficie una estrella formada por rayos que emanan de un centro único, prototipo de las grandes rosas (rosetones) de nuestras catedrales góticas. E l emblema distintivo del Mercurio es el signo de la buena nueva, sello de Salomón que confirma la unión del Cielo y de la Tierra, del fuego s y del agua t , signos que unidos forman la estrella A , marca segura de procreación, lo que significa fi jación del sol. La estrella no se muestra sino después del combate, cuando todo se h a calmado y las primeras efervescencias han cesado. Nuestros propios trabajos no
s garantizan una signatura efectiva que presenta todos los caracteres geométricos y regulares de un astro perfectamente dibujado, hecho de líneas entrecruzadas, mar ca maravillosa del Todopoderoso, polo central, y Estrella del Norte, que nuestro Imán hace aparecer ante ti. El cinturón de Offerus, (léase la Leyenda de S. Cristóbal), aparece pespunteado a rayas entrecruzadas, semejantes a las que presenta la sup erficie del disolvente cuando ha sido canónicamente preparado, tal es el Signo que todos los filósofos advierten para señalar la virtud, la perfección y la extraordinar ia pureza intrínsecas a su sustancia. En la primera conjunción se produce la primera mortificación (caracterizada por el c olor negruzco). La disolución, o muerte alquímica, es el hecho capital objeto de las preocupaciones esenciales del verdadero hijo de Hermes, la muerte de la que nac e la vida, puede revelárnoslo todo, Ella detenta las llaves del laboratorio de la Naturaleza, ella sola libera el espíritu, encarcelado en el centro del cuerpo mate rial. La muerte es útil y necesaria, hemos recibido licencia del Eterno para provo car la muerte en la materia grave, sometida, según las órdenes de Dios a la voluntad del hombre. Por ella, el espíritu, imperecedero y siempre actuante, resuelve, cri ba, separa, limpia y purifica el cuerpo, y tiene posibilidad de reunir las parte s limpias y construir con ellas su nuevo domicilio, y de transmitir, en fin, a l a forma regenerada una ENERGÍA que no poseía. La muerte está caracterizada por la diso lución íntima profunda y radical de los cuerpos. Por ello la DISOLUCIÓN fue llamada MU ERTE por los antiguos autores, es la primera y mas importante LLAVE de la OBRA. Quien descubra el artificio de la verdadera DISOLUCIÓN y vea consumarse la putrefa cción consecutiva (caracterizada por el color negruzco) tendrá en su poder el mayor secreto del mundo. Para completar lo expuesto por Fulcanelli, citaremos al filósofo moderno OMAR EXOS LIUS, la activación del mercurio alquímico probablemente se deba a la resonancia vib racional de la estructura cristalina de los átomos del compuesto mineral proporcio nado por la naturaleza, y que esta resonancia constituye, per se, la VIDA del mi smo, vida que hay que saber conservar a lo largo de todo el proceso, lo que cons tituye la esencia de los trabajos de la Gran Obra (véase "Materia Viva (3), INTERN ET,
[email protected]). Entre las principales características del MERCURIO de los sabios cabe destacar que su naturaleza es doble, en parte fija y material, en parte volátil y espiritual, y que basta para comenzar, acabar y multiplicar la Obra. Es la única materia de la que tenemos necesidad, es la MINA Y RAÍZ DEL ORO, que se encierra en un aceite tr ansparente que se coagula con facilidad, es la sal de los metales, y la sal de n uestra PIEDRA, tiene estructura cristalina, un parecido físico con la SAL fundida, y transparencia. Esta es la verdadera entrada al Palacio del Rey, según Irineo Filaleteo, la primer a puerta de Ripley y de Basilio Valentín, puerta que es preciso saber abrir para p oder obtener la GEMA hermética, o PIEDRA FILOSOFAL. ESQUEMA DE LA PREPARACIÓN DEL MERCURIO HIERRO CRISOL TAPADO FUEGO SECRETO HUMOS DRAGÓN ESCAMOSO ROCÍO DE MAYO SOL ROCÍO DE MAYO MERCURIO DE LOS FILÓSOFOS Y
PRIMER AZUFRE 2da parte El objeto de este trabajo es continuar con la exposición de las teorías expuestas po r el alquimista Fulcanelli en sus dos tratados, publicados en español por Plaza y Janés. La primera parte desarrolla la entrada a la Gran Obra, conla obtención del pr imer mercurio, también denominado Pájaro de Hermes. Dicho Mercurio es sólido, con aspe cto salino y consistencia dura. Es necesario en la práctica extraer el mercurio de l libro cerrado (nuestro mineral secreto), para obtenerlo vivo y abierto, si que remos que a su vez pueda abrir el metal y convertir en vivo el azufre inerte que encierra. La apertura del primer libro prepara la del segundo, pues hay ocultos en el mismo emblema dos libros cerrados, el del sujeto hermético y el del metal ( el hierro), y dos libros abiertos, el mercurio y el azufre. Por otro lado hay qu e señalar que el metal proviene de la materia inicial y el azufre tiene su origen en el Mercurio. En esta parte trataremos de la obtención del Azufre Filosófico y del Mercurio Filosófico. LAS PALOMAS DE DIANA Y EL ESPÍRITU UNIVERSAL El GRIFO (Mercurio hermético, que hemos explicado en la primera parte), lleva en l ugar de una melena de león o un collar de escamas, una cresta de aletas de pez. El detalle tiene su importancia, pues se trata de provocar el encuentro y dominar el combate. Es preciso aún descubrir el medio de captar la parte pura, esencial de l cuerpo producido de nuevo, es decir, el MERCURIO DE LOS SABIOS, Los poetas nos cuentan que Vulcano, al sorprender en adulterio a Marte (el metal ) y a Venus, se apresuró a rodearlos con una red, para que no pudiesen escapar a s u venganza. Por otra parte los maestros recomiendan captar el producto a medida que va apareciendo. El artista pesca metafóricamente el PEZ místico, y deja el agua vacía, sin alma. El hombre en esta operación debe matar al GRIFO (primer mercurio). Este es el enigma hermético mas ingrato de descifrar, el del MERCURIO FILOSOFAL, c uya sustancia, profundamente escondida en el cuerpo, se coge como el pez en el a gua, con ayuda de una red apropiada. Para obtener este segundo mercurio filosofal, que Basilio Valentín denomina Hiperión , es preciso que mortifiquemos y descompongamos esta "tierra", lo que equivale a matar el grifo, y pescar el pez, separando lo sutil de lo espeso, suavemente y con gran prudencia. Hiperión en griego es la contracción de U p e r (encima) y de e r i o n (sepulcro, tumba), por lo que significa aquello que está encima de la tier ra, del sepulcro de la materia. Por otra parte U p e r e i o n (violeta) encima del violeta, variante con perfecta concordancia hermética. Esta AGUA, que tiene por símbolo el cuervo, no puede ser lavada por medio del fueg o, deberá de ser lavada mediante la técnica de las abluciones ígneas, en las que aband onará el color negro y tomará el color blanco No cabe alcanzar el Mercurio Filosófico en la primera conjunción, nuestra piedra neg ra tiene tantas impurezas que resulta en extremo difícil desembarazarla de ellas. Se la debe de someter a numerosas lixiviaciones para limpiarla de sus impurezas y de las escorias tenaces que la envuelven, y de verla tomar en cada en cada una de estas operaciones más esplendor, limpieza y brillo. Todos estos lavados son ígne os, se hacen por el fuego, con el fuego y por el fuego, reciben el nombre de ÁGUIL AS. Del combate del Caballero, nuestro Azufre secreto, con el Dragón, nuestra virgen s in mácula, nace la PIEDRA ASTRAL, blanca y firmada con el sello de Hermes. Vamos a intentar explicar las Palomas de Diana de una manera un poco más asequible
para todos. El MERCURIO inicial, del que hemos hablado en las páginas precedentes , es el hijo de un ANCIANO (metal caduco) y de una joven VIRGEN (nuestro mineral secreto). Una vez concluida su misión el anciano cederá el sitio a otro más joven que él. Filaleteo nos ha enseñado que una VIRGEN puede estar casada dos veces, sin perd er su virginidad, este es el secreto fundamental en el que basaremos nuestra ope ración. Nuestro joven representa el SUJETO hermético, materia prima de la obra, de la que hemos hablado en el capítulo precedente. La VIRGEN es nuestro mineral bruto, que c ontiene en si el ESPÍRITU activo, el único capaz de realizar por estas cosas los mil agros de una sola cosa. La siguiente adquisición del alquimista a partir del MERCURIO inicial, es el Mercu rio de los Filósofos y el ESPÍRITU UNIVERSAL, que se obtienen conjuntamente mediante una serie de operaciones denominadas SUBLIMACIONES, por las que nuestro MERCURI O debe elevarse progresivamente al grado de pureza requerido, estas reacciones n ecesitan la ayuda de una sustancia especial, nuestro indispensable mediador, el fuego secreto. Las sublimaciones se conocen por el nombre de PALOMAS DE DIANA, o ÁGUILAS. La impronta significativa del Mercurio Filosófico no se puede obtener mas que tras una serie de operaciones largas, ingratas y repulsivas. No debe ahorrar se tiempo ni esfuerzo, ni temer la fatiga si se quiere estar seguro del éxito. El ESPÍRITU no permanecerá estable en un cuerpo inmundo o insuficientemente purificado. Las sublimaciones tienen su correspondencia en el trabajo de Hércules de la limpi eza de los establos de Augías hay que hacer pasar sobre nuestra tierra todas las a guas del mundo, pues nuestro Mercurio dice que prefiere antes la muerte que la m ancha Por otro lado cabe señalar que no podremos extraer el AZUFRE de nuestro MERCURIO, en tanto no se haya purificado éste convenientemente, pues como ya hemos indicado en otra parte, es en extremo dificultoso purificarlo de sus impurezas. Por la conjunción de estos dos cuerpos ha lugar el nacimiento de un agua, capaz de penetrar los cuerpos, agua metálica que es de oro, o al menos dorada, nuestro DIS OLVENTE hermético, el DON DE DIOS, y el secreto mas guardado de la Obra, que Fulca nelli explica en la fábula de la unión de Zeus y Danae. El ESPÍRITU se va recogiendo a lo largo de la operación, mientras que el MERCURIO, solidificado, se recoge al fi nal del proceso. El ESPÍRITU es el resultado de un trabajo de la Naturaleza, mient ras que el MERCURIO obtenido es una producción del Arte Las fases operativas de la operación se pueden dirigir a gusto del alquimista, su técnica, si bien requiere cierto tiempo, es de una extremada simplicidad, solo req uiere el conocimiento de un curioso artificio que jamás ha sido revelado, y que pr obablemente no lo será jamás, cualquier profano la ejecutará tan bien como el mas expe rto alquimista. Este artificio, o técnica, que desde el punto de vista químico se pu ede calificar de absurdo, ridículo o paradójico, porque su acción inexplicable desafía t oda regla científica, marca la encrucijada en que la Ciencia Alquímica se aparta de la Ciencia Química. El Mercurio segundo, es el resultado de las reacciones de dos cuerpos, el ORO fi losófico, de carácter fijo y de otro volátil, el MERCURIO común del que hemos hablado en el capítulo precedente. Esta solución ejecutada según las reglas del Arte, con todas las disposiciones y condiciones requeridas, está muy alejada de las operaciones quím icas análogas. Además de la longitud del tiempo y el conocimiento del medio idóneo, ob liga a numerosas y penosas reiteraciones. Es un trabajo verdaderamente largo y f astidioso. Unicamente OMAR EXOSLIUS menciona un procedimiento que ha desarrollad o él mismo por el que se pueden obviar estas repeticiones en una sola operación, per o se requiere una amplia experiencia para saber llevarlo a cabo. Siguiendo el consejo del autor del TRIUNFO HERMÉTICO, hay que abrevar a menudo la tierra con su agua y secarla otras tantas veces. Por estas lixiviaciones sucesiv
as, se extrae progresivamente la humedad viscosa, oleaginosa y pura del metal, e n la cual reside la energía, y la gran eficacia del mercurio filosófico. El agua viva, actuando sobre la materia pesada, rompe su cohesión, la ablanda, la hace soluble poco a poco, afecta solo a las partes puras de la materia disgregad a, abandona las otras, y asciende a la superficie, arrastrando lo que ha podido tomar conforme a su naturaleza espiritual. Nuestro disolvente, todo espíritu, dese mpeña en ella el papel del águila arrebatando su presa. Es necesario hacerlo volar, el espíritu se eleva y la materia se precipita El ESPÍRITU UNIVERSAL, es el que produce el movimiento, mantiene la vida, provoca su destrucción y su muerte, hace evolucionar la sustancia y se afirma como animado r de cuanto es. Es un agua que su fuente fluye hacia el mar hermético Cada una de las águilas no suministra más que una pequeña cantidad de este ESPÍRITU del que tenemos necesidad. La determinación (y la obtención del ESPÍRITU) es el secreto mejor guardado por los al quimistas, pues su conocimiento garantiza el éxito pleno en las operaciones inicia les de la Obra, se aplica en la preparación del Mercurio Filosófico animado. La ener gía del Espíritu Universal tiene su correspondencia en el Sol, en tanto que es el an imador y modificador perpetuo de todas las sustancias corporales. Es el único agen te de las metamorfosis de la materia, por él el Mercurio se transforma en Azufre, el Azufre en Elixir y el Elixir en Medicina Con el ÁGUILA se produce la volatilización de las partes puras del cuerpo fijo por e l mercurio, obteniéndose el MERCURIO FILOSÓFICO, que se recoge encima del "agua". De bajo queda el CAPUT MORTUUM, inmundo, grosero, tierra condenada del cuerpo, impu ra, inerte y estéril, que la acción del disolvente rechaza y precipita como un resid uo inútil y sin valor. El espíritu metálico es la parte mas pura y mas clara del cuerpo, su naturaleza lo h ace brillar a partir del momento en que se encuentra separado de la opacidad gro sera y corporal que lo arropa. Este espíritu metálico no puede, sin embargo abandona r por completo el cuerpo, pero se hace de una vestidura mas próxima a su naturalez a, y mas flexible, con las partículas mondas y limpias que puede recoger a su alre dedor, como vehículo nuevo. Alcanza entonces la superficie externa de la sustancia agitada, y continúa moviéndos e sobre las aguas, hasta que la LUZ aparece, entonces toma al coagularse un colo r blanco brillante, y su separación de la masa es muy fácil, se ha colocado por si m isma sobre el celemín, dejando al artista únicamente el cuidado de recogerla, una ve z concluida la operación y enfriado el vaso. Esta separación se hace progresivamente y se repite cuantas veces sea necesario. Legítimamente este MERCURIO es llamado DIANA, LUZ, y la LLAVE, es el agua divina q ue aclara la oscuridad de la noche, es la ÚNICA entrada a la Obra, en todas las vías explicadas por Fulcanelli, y la LUZ que ilumina a todo hombre La fórmula magistral que propone el Maestro es la habitual de las composiciones al químicas, una del cuerpo (nuestro SUJETO, que contiene el Espíritu), por dos del dra gón (nuestra VIRGEN mineral). Sin embargo no comenta la cantidad de ORO hermético se debe emplear, pues en ello se cifra buena parte del secreto del artificio, que no se revela) y que acompaña todas las operaciones realizadas con nuestra SALAMAND RA. El MERCURIO FILOSÓFICO es importante para producir la piedra, porque él está solo, sin embargo desempeña el trabajo el papel de hembra, debe de estar unida a un segundo MACHO, si se desea obtener el REBIS, materia prima del Magisterio. Cabe señalar q ue el MERCURIO FILOSÓFICO se caracteriza porque es inconstante y volátil, tiene una naturaleza femenina y una gran virtud generadora en el sentido de que es la madr
e y la nodriza de nuestro Rey. El MERCURIO FILOSÓFICO (sublimado) manifiesta su parte fija, y esta base sulfurosa marcará el primer estadio de la coagulación, con la extracción de su seno del AZUFRE, agente esencial, que permanecerá exaltado bajo el nombre de ELIXIR, o multiplicad o bajo el nombre de PIEDRA FILOSOFAL en el producto final de la Obra El MERCURIO FILOSÓFICO está sometido al AZUFRE, del que es su servidor y su esclavo. En el curso de las operaciones el MERCURIO desaparece y queda confundido con su dueño. EL AZUFRE Introducción Todos los metales llevan en sí la facultad de multiplicar su especie. La filosofía e nseña que los metales, gracias a su propia simiente, pueden ser reproducidos y des arrollados en cantidad. Esta semilla es el Azufre de los metales. La obtención del Azufre metálico se hace a partir del MERCURIO FILOSÓFICO del que ya h emos hablado, que se mutará parcialmente en AZUFRE fijo. El eje del Arte es precis amente el saber extraer esta semilla o AZUFRE, y arrojarla en su tierra específica o MERCURIO, cuya operación se buscará en vano entre los más célebres autores. El CISNE, es decir el MERCURIO FILOSÓFICO, muere por sus propias plumas, él nos prop orciona una de las materias que servirá para matarle, es decir, el AZUFRE salido d e su propia sustancia, y que servirá para obtener ese MERCURIO FILOSÓFICO o ANIMADO, en parte fijo y en parte volátil, que la subsiguiente maduración elevará al grado de perfección del GRAN ELIXIR. Estudio inicial Todos los artistas coinciden en sacrificar al AVE de HERMES y en provocar la mut ación de sus propiedades mercuriales en propiedades sulfurosas, ya que toda transf ormación permanece sometida a la descomposición previa y no se puede realizar sin el la. El procedimiento de obtención del AZUFRE lo explica Basilio Valentín con la frase: <
>, y añade <>. Entendemos que Basilio con la expresión <> hace referencia a un principio segundo, que resulta de la combinación de dos agentes de complexión cálida y ardiente de la naturaleza de los azufres metálicos Se trata de la combinación de do s cuerpos de propiedades semejantes y de especificaciones diferentes A saber: El AGENTE posee un azufre magnífico, tan puro y resplandeciente como el del ORO, p ero sin su fijeza. El HIERRO, por el contrario, tiene mucho azufre fijo, de un tono rojo, sombrío, ap agado, inmundo y tan defectuoso que, pese a su cualidad refractaria, no sabría par a que utilizarlo, y sin embargo, exceptuando se buscará en vano un mercurio mas lu minoso, más penetrante y mas manejable. En cuanto a la lasciva VENUS está bien coloreada, todo su cuerpo no es mas que TIN TURA y de color semejante al Sol, y a causa de su abundancia, tira hacia el rojo , pero su cuerpo está leproso y enfermo, la tintura fija no puede permanecer en él,
y al perecer el cuerpo, perece con él, a menos que no sea acompañada de un cuerpo fi jo en el que pueda establecer su morada de manera fija y estable. NOTA: Me permito aclarar en este lugar que el buen Basilio Valentín, al tratar de VENUS, no se refiere al metal en este jeroglífico, sino a cierto mineral secreto, pobre pariente de los metales, que como bien señala esta leproso, disimula así con u na técnica PARTICULAR, lo que toca muy de cerca uno de los secretos mas importante s en la ejecución de la Gran Obra. Por lo tanto hay que darle el sentido anfibólico (o segundo sentido) que le corresponde, y no el sentido que a primera vista apar enta. Estos datos proporcionados por FULCANELLI son, en mi opinion, mas que suficiente s para poder descifrar el enigma del AZUFRE DOBLE sin mas quebraderos de cabeza. Para extraer el AZUFRE del MERCURIO FILOSÓFICO es necesario despertar a ese PEZ es condido que el mercurio ha captado y que retiene entre las mallas de su RED. El Azufre es el embrión del Mercurio y marca el punto a partir del cual efectúa su rota ción, trazando así el signo gráfico del SOL, padre de la LUZ y del espíritu del Oro, dis pensador de todos los bienes terrestres. La serpiente, desprovista de alas, sigue siendo el jeroglífico del MERCURIO común, p uro y limpio, extraído del cuerpo de la Magnesia, nuestra materia prima. Ciertas e statuas alegóricas de la Prudencia tienen como atributo una serpiente fijada en un espejo, suministrado por la Naturaleza, al manifestar su vitalidad en la serpie nte, oculta bajo su grosero envoltorio. Así gracias a este primitivo agente, resulta posible devolver la vida al AZUFRE de los metales muertos. Al ejecutar la operación el Mercurio, disolviendo el metal, se apodera del azufre, cediéndole la vitalidad que le es propia. Esto es lo que los Maestros quieren explicar cuando ordenan matar al vivo para r esucitar al muerto, corporeizar los espíritus y reanimar las corporeizaciones. Poseyendo este AZUFRE VIVO y activo, clasificado de FILOSÓFICO, bastará unirlo en pr oporción justa al MERCURIO VIVO, para obtener el MERCURIO FILOSÓFICO o ANIMADO, mate ria única de la PIEDRA FILOSOFAL. Todo el ARTE se reduce pues a la DISOLUCIÓN, y dependiendo de la manera de ejecuta rla, es la clave del MAGISTERIO, el SOLVE ET COAGULA, disuelve el cuerpo y coagu la el espíritu. En este caso el objeto de la disolución es la obtención del Azufre. Se basa en la pr opiedad de que toda materia seca bebe con avidez su húmedo. Este Azufre , despojad o del Mercurio metálico es el que constituye el núcleo central, o semilla. No es mas que la proporción más pura y más volátil del metal disuelto. Por tanto, concluiremos que la disolución filosófica realiza la purificación absoluta y radical de los metales imperfectos. Cualquiera que sea la vía empleada, húmeda o seca, la disolución es absolutamente indi spensable. Lo que distingue a la disolución filosófica de todas las demás es que el di solvente no se asimila al metal básico que se ofrece, rechaza sus moléculas, por rup tura de la cohesión, se apodera de los fragmentos de azufre puro que se puedan obt ener, y dejan el residuo, formado por la mayor parte del cuerpo, inerte, disgreg ado, estéril y completamente irreductible. El disolvente filosófico, conocido desde la mas remota antigüedad, no se ha utilizad o más que en ALQUIMIA, por manipuladores expertos en la práctica del truco especial que exige su empleo, y del que ya hemos hablado anteriormente.
Estos elementos se someterán al fuego según el Régimen de las cuatro estaciones, que l levarán a la mortificación y descomposición de nuestra semilla natural, del REBIS filo sofal, el espíritu aguarda la descomposición del cuerpo y la dislocación de sus partes para trabajar en la depuración y después en la refección de la sustancia modificada y clarificada con la ayuda del fuego. El Mercurio filosófico, de materia aún grosera, muere, y obtiene una envoltura corporal mucho más noble que la primera, que le pr ocura una ENERGÍA VITAL que no poseía y la FACULTAD GENERADORA de la que una mala co nstitución le había privado hasta entonces. Nuestro mercurio dispone en si mismo el principio sulfuroso que producirá su coagu lación posterior, y aunque es lamentable la extremada lentitud de este agente, por que no permite al observador observar reacción alguna en los primeros día de la Obra . Vía SECA del Azufre El AZUFRE se puede obtener por la vía seca directamente en lugar de hacerse por la vía húmeda, pero su operación apenas es factible de encontrarla en los autores. La representación del combate de la Rémora y de la Salamandra de Cirano de Bergerac, a mi parecer, nos describe perfectamente el procedimiento de obtención del AZUFRE por la VÍA SECA. Partimos, al igual que en la vía húmeda, con el Azufre inicial y el Mercurio Filosófico. El MERCURIO debe absorber el Fuego Secreto, la energía ígnea de la Salamandra, mante nerse estable, siempre victorioso, bajo la protección del Maestro. El combate, sin tregua ni cuartel, no cesa sino por la muerte de uno de los combatientes, pero aquí no lo hemos reproducido por considerarlo demasiado extenso para la longitud d e este trabajo El empleo de los materiales debidos, canónicamente preparados, es fundamental, el progreso de la operación es muy lento, su desarrollo es contrario a las leyes químic as, y tiene un oscuro mecanismo, es un misterio real que la Naturaleza, en su si mplicidad parece proponernos, el enigma ante el que la lógica retrocede, la razón se turba y el juicio se extravía. El ESPÍRITU METÁLICO, es la fuerza que mueve en masas compactas y nuevas los cuerpos disueltos, las moléculas del sólido mercurial se agregan progresiva y lentamente ba jo su secreta acción como un saco comprimido por ligaduras entrecruzadas, la PIEDR A se corporeiza por el trabajo en el CRISOL, impulsada bajo la acción de la llama. La fase más delicada es cuando la primera coagulación de la Piedra aparece sobre la s aguas. Es preciso entonces redoblar la precaución y la prudencia en la aplicación del fuego, si no se quiere enrojecerla antes de tiempo y precipitarla. Al comienzo se manifiesta por una película delgada que muy pronto se rompe, cuyos fragmentos desprendidos de los bordes se apartan y luego se sueldan y adquieren la forma de un islote llano, la isla del Cosmopolita, y tierra mítica de Delos, an imada de movimientos giratorios y sometida a continuas translaciones. Esta isla no es mas que otra figura del PEZ HERMÉTICO nacido del Mar de los sabios , primer estado embrionario de nuestra PIEDRA. Cabe destacar que una vez terminado el combate, Fulcanelli recomienda la retirad a del cadáver de la Salamandra, llamando la atención acerca de los "ojos de la Salam andra", que retira y guarda cuidadosamente para su aplicación en la vía seca. Para terminar con este punto, comentaremos que el AZUFRE no tomará mas MERCURIO de l que puede retener, la proporción de materia asimilable depende directamente de l a energía metálica propia, que siempre es variable, por lo que toda la obra estará suj eta a las cualidades, naturales o adquiridas tanto del agente, como del sujeto i
nicial. En consecuencia ocurre igual con el poder transmutatorio de la PIEDRA, q ue jamás deja un producto de potencia igual y semejante a ella misma, a pesar de u n trabajo regular. Vía HÚMEDA del Azufre El ORO FILOSÓFICO no es la PIEDRA, solo se trata de la primera materia con la que se elabora, y requiere una labor ininterrumpida de alrededor de 150 días La vía húmeda requiere el empleo de nuestro azufre blanco, el Mercurio Filosófico y el mediador indispensable (nuestro fuego secreto). La travesía se hace por mar, en e l mar de los Filósofos. El agua que nos da el AZUFRE filosófico, no puede servirle d espués a esta simiente solar como alimento, lo que consideramos oportuno de señalar. El cuerpo reducido a fino polvo, y puesto en digestión con una pequeña cantidad de a gua, es a continuación irrigado poco a poco, (técnica que los sabios llaman imbibición ), se obtiene así una pasta cada vez mas blanda, después un jarabe, luego un aceite y por fin queda fluida y limpia. Sometida entonces, en ciertas condiciones, a la acción del fuego, el licor se condensa en una masa que cae al fondo, y que se rec oge con cuidado. Este es nuestro AZUFRE precioso, el reyecito, pez simbólico, llam ado también ECHENEIS., RÉMORA o DELFÍN, Perseo, o pez del mar ROJO Este azufre extraído por el disolvente, constituye el AZUFRE principio, es la verd adera semilla del metal, es el AZUFRE VIVO, agente principal de la Piedra, y de las transformaciones que se pueden esperar de ella. Puede generar a continuación u n ser nuevo, semejante a él y de esencia superior , sin embargo, y capaz de obedec er a las leyes del dinamismo evolutivo. Aunque sea preferible la vía seca en la obtención del AZUFRE, los autores describen la vía húmeda por DEBER. La totalidad de los materiales preparados y reunidos bajo el nombre de COMPUESTO , REBIS, AMALGAMA, etc., constituyen el principio de la vida , o ARCHÉ, la materia ígnea, base de la PIEDRA FILOSOFAL. Arché, (el Arqueo) significa en griego comienzo , origen, principio y fuente. Bajo la acción del fuego exterior, que excita el fuego interino del arqueo, el com puesto entero se licúa y reviste el aspecto del agua, y de esta sustancia líquida qu e la fermentación agita e hincha, toma el carácter de inundación diluvial. Al principio, amarillenta y fangosa, se le da el nombre de LATÓN, que no es otro q ue APOLO y DIANA, Latona. En griego, LETO significa bien común, y representa la do ble envoltura común al doble embrión. Los cabalistas indican que la fermentación se debe de hacer en un tonel cortado en dos, denominado recipiente de encina,. por lo que Latona se convierte en el len guaje de los adeptos en la tonelada, o el tonel, lo que explica la dificultad en conocer la VASIJA secreta en que fermentan las materias. Al cabo del tiempo requerido se ve ascender a la superficie, flotar y trasladars e sin cesar, bajo los efectos de la ebullición, una delgadísima película en forma de m enisco, que los sabios han llamado la ISLA FILOSÓFICA, primera manifestación del esp esamiento y coagulación. Muchos navegantes, poco experimentados naufragaron en esta primera travesía, debe velarse por la orientación del NAVÍO, maniobrar con prudencia, temer los saltos del viento, estar alerta, evitar la Cueva de Caribdis y el escollo de Escila, luchar sin pausa, día y noche, contra la violencia de las olas. No es fácil dirigir la nav e hermética, nuestro azufre, que sufre enérgicamente a los asaltos, a la influencia
detersiva de la humedad mercurial, pero acaba por ser vencido y morir bajo los g olpes de la mar, víctima de los grandes vómitos que sufre en el agua. Los vómitos del azufre son los mejores indicios de su disolución y mortificación, la O bra toma en esta fase el aspecto de un pisto graso y salpimentado, a partir de e ste momento, el Mercurio, se ennegrece cada vez más, su consistencia se hace como de jarabe, y luego pastosa. Cuando el negro alcanza la máxima intensidad, la putre facción de los elementos se consuma y se realiza, todo aparece firme en el vaso ha sta que la masa sólida se resquebraja, se agrieta, y por fin cae en forma de un po lvo amorfo como el carbón. Filaleteo escribe: verás entonces un color negro notable y toda la tierra será desec ada, la muerte del compuesto ha llegado, los vientos cesan y las cosas entran en reposo. Es el gran Eclipse del Sol y de la Luna. Ninguna luminaria hay ya sobre la tierra y el mar desaparece. La larga operación que permite el empaste progresivo y la fijación final del Mercuri o tiene gran analogía con las travesías marítimas y las tempestades que las acogen. El compuesto hermético hierve constante y regularmente, representa una mar agitada y encrespada, las burbujas se rompen en la superficie y se suceden sin cesar. Pes ados vapores cargan la atmósfera del recipiente y las nubes inquietas, opacas y lívi das oscurecen las paredes y se condensan en gotas que fluyen por la masa eferves cente. Todo contribuye a la sensación de un temporal a tamaño reducido. Levantada por los l ados el Arca flota, sin embargo, bajo la lluvia diluviana, Asteria se dispone a formar Delos, tierra hospitalaria y salvadora de las hijas de Latona. El delfín nada en la superficie de las olas impetuosas, y esta agitación dura hasta que la rémora, huésped invisible de las aguas profundas, detenga al delfín, con un anc la poderosa, el navío que va a la deriva. Progresivamente, bajo la acción continua d el fuego interno, la isla moviente queda entonces fijada, y este espectáculo da en tonces al alquimista la seguridad de que el tiempo del parto de Latona ha llegad o. En este momento el misterio vuelve. Una nube pesada, oscura y lívida asciende y se exhala de esta isla caliente y estabilizada, cubre de tinieblas esta tierra parturienta, envuelve y disimula las cosas en su opacidad, llena el cielo filosófi co de SOMBRAS CIMERIAS, y en el gran Eclipse del SOL y de la LUNA, oculta a los ojos el nacimiento de los gemelos herméticos, futuros progenitores de la PIEDRA. La tradición mosaica narra que Dios, hacia el final del diluvio hace soplar sobre las aguas un viento cálido que las evapora, y hace descender de nivel. Las cúspides de las montañas emergen del inmenso manto líquido, y el arca va a posarse en Armenia ,. Noé abre la ventana y sujeta al cuervo, que es la réplica para el alquimista de l as sombras CIMERIAS. Entonces renace la calma, y los vapores se reabsorben. Una película embebe toda la superficie y espesándose y afirmándose cada día, marca el fin del diluvio, el nacimie nto de Diana y de Apolo, el del triunfo de la tierra sobre el agua, de lo seco s obre lo húmedo, y la época del Fénix. Una vez terminado el Diluvio, Noé soltó una paloma, que regresó llevando una rama verd e de olivo. Este es el signo por excelencia de la verdadera vía y de la marcha reg ular de las operaciones, es el síntoma del desecamiento de la tierra y de la veget ación del nuevo cuerpo formado. Solo entonces se puede estar seguro de poseer aquella luz admirable, don del ESPÍR ITU SANTO, que Jesús envió al quincuagésimo día (PENTECOSTÉS). LA AMALGAMA
El MERCURIO, sublimado, manifiesta en su parte fija; esta base sulfurosa marca e l primer estado de la coagulación. El intermediario es abandonado, o desaparece, y ya no intervendrá más. El AZUFRE (o el ORO filosófico) y el MERCURIO realizan lo que se ha convenido en l lamar la AMALGAMA FILOSÓFICA, simple combinación aún no radical. La cocción del compuest o provocará la unión indisoluble e irreductible de sus elementos y su transformación c ompleta en azufre rojo fijo, o medicina de primer orden. El AZUFRE y el MERCURIO de los metales se han extraído y aislado con ayuda de nues tro primer agente, o disolvente secreto, se reducen por si mismos, por simple co ntacto, en forma de aceite viscoso, untuosidad grasa, que los antiguos llamaron "aceite radical metálico", y Mercurio de los Sabios. Este licor está compuesto por l os elementos fundamentales, el AZUFRE y el MERCURIO, y es el representante de un metal licuado y reincrudado. En estado de simple mezcla, el mercurio filosófico c onserva el equilibrio, la estabilidad y la energía de sus constituyentes, aunque e stos se vean empujados a la mortificación y a la descomposición que preparan y reali zan su interpenetración mutua y perfecta. Mientras el MERCURIO no ha experimentado el abrazo del mediador ígneo se puede con servar indefinidamente, siempre que se tenga el cuidado de sustraerlo a la acción combinada del aire y de la luz. Las dos vías de la obra requieren dos maneras diferentes de operar la animación del mercurio inicial, dado que el AZUFRE es capaz de absorber hasta 12 veces su peso de agua. Animación del mercurio para la vía seca La primera pertenece a la VÍA CORTA, e implica una sola técnica por la cual se humed ece poco a poco el fijo, pues toda materia seca bebe con avidez su propio húmedo, hasta que la afusión reiterada del volátil sobre el cuerpo, haga hinchar el compuest o y lo convierta en una masa pastosa, o con aspecto de jarabe (sirope), según el c aso. El procedimiento se realiza por la técnica de las Imbibiciones Animación del mercurio para la vía húmeda El segundo método consiste en digerir el azufre en tres o cuatro veces su peso de agua, decantar a continuación la solución, desecar el residuo, y tomarlo de nuevo co n una cantidad proporcional de nuevo mercurio. El procedimiento se realiza por l a técnica de las Reiteraciones. Cuando la disolución está terminada, se separan las heces, si las hay, y los licores , mezclados, se someten a una lenta destilación al baño. La humedad superficial qued a así desprendida, dejando el mercurio en la consistencia requerida para sufrir la cocción hermética. La estrella, manifestación exterior del Sol interno, se presenta cada vez que una porción nueva de Mercurio viene a bañar el Azufre no disuelto. El artificio de la solución del azufre por el mercurio conduce a la obtención del Me rcurio Filosófico, obtenido del azufre puro unido radicalmente al agua primitiva y celeste. La identificación de esta agua es una figura estrellada e irradiante que la coagul ación hace aparecer en la superficie. La signatura astral del mercurio se afirma c on mayor nitidez y vigor, cuanto mas progresa la animación y se revela mas complet a. LA VÍA SECA
La Vasija de la Naturaleza esta hecha de la misma arcilla roja de la que se sirv ió Dios para hacer el cuerpo de Adán. Representa un cuerpo que contiene los espíritus metálicos, agentes únicos de lo que necesitamos. Requiere el concurso de una tierra vil, comúnmente extendida, de tan bajo precio q ue en nuestra época, una cantidad insignificante de dinero, basta para adquirir un a cantidad superior a las necesidades, se encuentra en las casas de todas las ge ntes, pero que nadie puede conocer sin revelación. De una facilidad extrema, la vía seca no requiere mas que la presencia del artista , pues la misteriosa labor se realiza por si misma, todo lo más. Se elabora en un crisol de tierra refractaria, y requiere la aplicación de un fueg o muy enérgico, que es el truco en cuestión de la operación. El AGENTE encargado de ej ecutar la voluntad del artista es también el FUEGO. ¿Cual es ese fuego natural y des conocido que el artista debe saber introducir en su sujeto?. Naturalmente, nuest ro FUEGO secreto, que no tiene necesidad mas que de ser excitado por el fuego or dinario para operar las mas sorprendentes manifestaciones. Quien quiera que ignorando el truco de la operación se arriesgue a emprenderla, de berá temerlo todo del fuego. Corre un peligro real, y difícilmente puede escapar a l as consecuencias de un acto irreflexivo y temerario. Hay que tomar las oportunas precauciones y redoblar la prudencia, la experiencia termina lo mas a menudo co n la explosión del horno. Existe un medio de poder evitarla, y un truco para la op eración regular. La palmera datilera, la palmera y la higuera, representan al FÉNIX hermético en los dos magisterios, y su resultado, las piedras blanca y roja. La higuera represent a la sustancia mineral de la que los filósofos extraen los elementos del renacimie nto milagroso del Fénix. La VIRGEN madre lleva al NIÑO en su seno, es el emblema de la sustancia pasiva, caótica, acuosa y fría, matriz y vehículo del ESPÍRITU encarnado. El artista quita al monstruo vencido sus dos ojos en el combate de la Rémora y de la Salamandra, y se debe aplicar a continuación a reunirlos en uno solo, operación m isteriosa, fácil de ejecutar a quien sabe usar el cadáver de la Salamandra. ¿Se SIEMBR A en vuestro país grano de Halalidge y de mirobálano?. Tendréis dificultades en concebir esta producción milagrosa, el Fénix es hermafrodita, y el milagro de la naturaleza, lleva el CRECIENTE de PLATA, o una ESTRELLA dora da en la testa, su cuello es un ARCO DEL FÉNIX. Es el único testigo de todas las eda des del mundo, el único que juega con la muerte, y la convierte en su nodriza y su madre haciéndole parir la vida. tiene el privilegio de renovarse por un fallecimi ento milagroso, se prepara en un montón, en el que deja la vida, de manera que no es otro Fénix inanimado, y allí en los brazos temblorosos de una PALMA, encomendándose al Sol, su matador y su padre, se posa en la pira. Entonces la naturaleza cae e n trance, la primavera reina mientras la ceniza está inanimada, calentada la natur aleza por los rayos del Sol, se convierte en un gusanillo, luego en un huevo, y finalmente en un AVE, diez veces más hermosa que la otra. Los cuatro elementos, si n pronunciar palabra, cantan un motete a cuatro en alabanza a la Naturaleza para conmemorar la repetición del milagro de los pájaros y del mundo. La vía seca se basa en el empleo de materiales sólidos y cristalizados, solo exige e l concurso del CRISOL, y aplicar temperaturas elevadas, manteniendo largo tiempo las materias en estado de fluidez. La vía seca no esclarece al operador en un momento dado cualquiera del trabajo, to do acontece en el más profundo misterio en el interior del crisol, cuidadosamente cerrado. Importa ser pues muy experimentado, y conocer bien el comportamiento de l FUEGO, pues desde el principio al fin, no se puede descubrir en él la menor indi
cación. Al final del trabajo, se advierte un signo, el único, cuya aparición confirma la per fección del AZUFRE por el MERCURIO. Este signo es la rotura espontanea de la VASIJ A, por una acción química, por desgracia imposible de concebir y de explicar. LA MULTIPLICACIÓN El procedimiento para la realización de la multiplicación de la PIEDRA FILOSOFAL es el clásico SOLVE ET COAGULA. La Piedra, fija y perfecta es afectada por el MERCURIO, para disolverse en él, nut rirse con él de nuevo y aumentar en él, no solo de peso y volumen, sino también en ene rgía. Volverá a su estado, color y aspecto primitivos mediante la cocción, al que su e scamoso pericarpio le ha valido el nombre de ERIZO, de aspecto parecido al de la s castañas o de las nueces; y su núcleo, cristalino y translúcido, casi esférico, tiene un color semejante al del BALAJ. Sería imprudente, en lo concerniente a la TRANSMUTACIÓN y la MEDICINA, sobrepasar la séptima reiteración, redisolviendo la piedra en el MERCURIO. Cuanto más progresa la PIEDRA, mas penetrante resulta, y es más rápida su elaboración, q ue exige para cada grado de aumento, la octava parte del tiempo requerido para l a operación precedente. La cuarta reiteración apenas lleva dos horas, la quinta se r esuelve en 90 segundos, y en teoría, la sexta requeriría tan solo doce segundos, por lo que lo instantáneo de la operación la convertiría en impracticable. Por otro lado, la intervención del peso y del volumen, acrecentados sin cesar, obl igarían a reservar una parte de la producción, a falta de una cantidad proporcional de nuevo mercurio, siempre largo y costoso de preparar. La piedra, multiplicada a los grados 5º y 6º, exigiría, dado su alto poder ígneo, una ma sa importante de oro puro, para orientarla al metal, pues de lo contrario se arr iesgaría a perderla por entero. LA VÍA HÚMEDA introducción a la vía húmeda Durante la evolución del REBIS, se manifiestan cuatro flores o colores, revelando al alquimista las fases sucesivas del trabajo interno, estas fases diversamente coloreadas, llevan el nombre de REGÍMENES, o REINOS. Ordinariamente se cuentan sie te, y vienen a formar la llamada Semana de las semanas, o también Gran semana: MERCURIO (HERMES) = Base, fundamento SATURNO (CRONOS) = El anciano, el loco JÚPITER (ZEUS, IOVE) = Unión, matrimonio LUNA (DIANA, ARTEMISA) = Vestidura brillante, cabellos blancos como la nieve VENUS ( AFRODITA) = Belleza, gracia
MARTE (ARES) = Adaptado, fijo. Príncipe de atavío teñido en sangre coagulada SOL (APOLO) = El Triunfador, emperador teñido de brillante escarlata. Los maestros se han limitado a señalar cuatro colores esenciales y preponderantes, a saber, negro, blanco, citrino y rojo. Estas cuatro flores deben de ser cortad as sucesivamente, según el orden de su floración. También los autores aconsejan prudencia, tratando de alcanzar antes la meta no con seguirían mas que quemar las flores del compuesto, y arruinarían por completo la Obr a. El fuego en la vía húmeda La vía húmeda recibe el nombre de FUEGO DE RUEDA, que so pena de detenerse implicand o la pérdida consecutiva de las materias, sería incapaz de cesar un solo instante de su acción. Una disminución de su energía, o el descenso de la temperatura, son accidentes perju diciales para la marcha regular de la operación, pues si nada se pierde, el tiempo , ya considerable, se ve todavía aumentado. Un exceso de fuego lo estropea todo, pero si la amalgama filosófica simplemente ha enrojecido, pero todavía no se ha calcinado, es posible regenerarla, disolviéndola de nuevo, según el consejo del COSMOPOLITA, y reemprender la cocción con más prudencia . La extinción completa del hogar causa irremediablemente la ruina del contenido, au nque éste al análisis, no parezca haber sufrido modificación: El ORO, una vez resuelto en ESPÍRITU, si siente el frío se pierde con toda la Obra. No activéis demasiado la llama en el interior de vuestra linterna, y velad para no dejarla apagarse, significaría que salís de CARIBDIS, para caer en ESCILA. Composición del VASO y duración de la vía húmeda La vía larga, la que emplea el vaso del Arte, es larga, laboriosa, ingrata y acces ible a las personas afortunadas, pero de gran honor, por el esfuerzo que exige. Precisa un trabajo ininterrumpido de 12 a 18 meses. Se parte del "ORO" natural canónicamente preparado, disuelto en el MERCURIO FILOSÓFI CO, se cuece en un matraz de cristal. El compuesto, formado por cuerpos vitaliza dos, comienza su evolución, el misterio más impenetrable cubre con su velo el orden, la medida, el ritmo, la armonía y el progreso de esta admirable metamorfosis, que el hombre no tiene en absoluto la facultad de comprender ni de explicar. Los cuatro grados del fuego Los alquimistas que sometan la amalgama a las temperaturas crecientes de los cua tro regímenes del fuego, se verán frustrados a causa del resultado inesperado. No se trata del fuego de las cocinas, de nuestras chimeneas, ni de los Altos Hor nos, el fuego ordinario de la Obra no sirve mas que para alejar el frío y los acci dentes que este pudiese causar. Filaleteo comenta que la cocción es lineal, es decir, igual y constante de un extr emo a otro de la obra, el fuego es uniforme y permanente. Hay una correlación entre el fuego y el azufre, de manera que los cuatro grados de
l fuego se corresponden con los cuatro del otro. La operación no es directa, implica el empleo de muchas fases o regímenes, simples r eiteraciones de una sola y misma técnica, que el artista avispado sabrá encontrar. El pequeño Magisterio La LUNA marca el final de la OBRA AL BLANCO, y el período de transición para la OBRA AL ROJO. El REBIS ofrece el aspecto de hilos finos y sedosos, de cabellos exten didos, que progresan de la periferia hasta el centro, de ahí el nombre de blancura capilar que sirve para designar esta elaboración. Es la LUNA en su primer cuarto. Después progresa a toda la masa, y cambia al amarillo limón, es la LUNA llena, el cr eciente se ha ampliado hasta llenar el disco lunar perfecto, ha llenado todo el ORBE. Si el artista no desea llegar más lejos, o no sabe como conducir la Obra hasta el rojo, no le quedará mas solución que multiplicar esta PIEDRA, reiniciando las operac iones para aumentar su potencia y su virtud. Mas allá del punto de saturación, demasiado sutil, ya no se puede coagular, queda así en aceite espeso, luminoso en la oscuridad, y sin acción sobre los seres vivos y l os metales. El gran Magisterio Lo que se ha dicho para el pequeño Magisterio. Basta aumentar la temperatura a par tir del momento en que se ha obtenido la blancura cetrina, no obstante sin tocar ni abrir la vasija, y a condición de que se haya sustituido al comienzo, el ferme nto rojo por azufre blanco (según Filaleteo, pero no según Flamel), lo que se explic a con facilidad si se conocen las directrices de las vías y de las operaciones. Sea como fuere, prosiguiendo la acción del cuarto grado de fuego, el compuesto se disolverá por si mismo, se sucederán colores nuevos, hasta que un débil rojo, denomina do flor de melocotonero, que se vuelve poco a poco más intenso a medida que se ext iende la sequedad, anuncia el éxito y la perfección de la Obra. Enfriada la materia ofrece una textura cristalina, hecha de pequeños rubíes aglomera dos, raras veces libres, de elevada densidad, y fuerte brillo, arropados frecuen temente en una masa opaca y roja denominada por los antiguos tierra condenada de la Piedra. El residuo, fácil de separar, no es de utilidad, y debe de ser desechado. La piedra Filosofal se nos presenta, pues baja la forma de un cuerpo cristalino, diáfano de masa roja, y amarilla después de su trituración, es muy densa, fusible y f ija a cualquier temperatura, que la hacen incalcinable, incisiva, ardiente, pene trante e irreductible, es soluble en vidrio en fusión, y se volatiliza instantáneame nte si se proyecta en metal fundido. La Piedra transmutatoria, obtenida por vía húmeda Si se fermenta la MEDICINA UNIVERSAL sólida con ORO o PLATA muy puros, por fusión di recta se obtiene el llamado POLVO DE PROYECCIÓN, tercera forma de la PIEDRA FILOSO FAL Se trata de una masa translúcida, roja o blanca, según el metal escogido, pulverizab le, apta tan solo para la transmutación de los metales, y no es aplicable a los de más reinos.
La PIEDRA TRANSMUTATORIA jamás ha estado dotada del mismo poder, este es función de la propia Piedra y del metal sobre el que se la emplea, usualmente se toma como referencia la potencia transmutatoria sobre el mercurio metálico. Sírvase como refer encia una PIEDRA roja de potencia 1000, que transmutará en oro: 1000 partes de mercurio 100 partes de plata 50 partes de cobre 30 partes de estaño 20 partes de plomo La PIEDRA al blanco tendría la mitad de potencia que la piedra al rojo. La Medicina Universal Las propiedades medicinales del ELIXIR, colocan a su feliz poseedor al abrigo de las taras y miserias fisiológicas, heridas y muchas afecciones, disuelto en un li cor espiritoso transparente, recibe el nombre de ORO POTABLE, porque toma un her moso color amarillo, aunque no contenga el menor átomo de oro. El elixir no sirve para la transmutación. Hay algún autor que llega a afirmar que la piedra fermentada con oro puede ser empleada como medicina (Bastford), disolvie ndo 24 granos en 2 onzas de alcohol, y empleando entre 1 y 4 gotas, según la exige ncia de la enfermedad. Muchos filósofos difieren de esta opinión. Las multiplicaciones en la vía húmeda Dios lo hace todo a partir de la nada, crea. El hombre toma una parcela de ese t odo y la multiplica, prolonga y continúa. De ese modo el MICROCOSMOS amplia el MAC ROCOSMOS. Las tres piedras o medicinas de JABIR, reciben el nombre de AZUFRE filosófico, ELI XIR u oro potable, y la PIEDRA FILOSOFAL o MEDICINA UNIVERSAL. Cada una de estas PIEDRAS ha tenido que sufrir la cocción en el ATANOR, prisión de la Gran Obra. Para estar regularmente conseguida, la Piedra ha tenido que sufrir 3 repeticione s sucesivas de una misma serie de 7 operaciones, lo que totaliza 21. En la práctic a hay que redisolver tres veces la PIEDRA en el Mercurio Filosófico, para obtenerl a con todas sus cualidades. La técnica de la multiplicación y del acrecentamiento está fundada en que el AZUFRE nu evo siempre permanece disponible de absorber una cantidad determinada y proporci onal de MERCURIO. La PIEDRA fija y perfecta es afectada por el MERCURIO, a fin de disolverse en él d e nuevo y aumentar en él, no solo de peso y de volumen, sino también en ENERGÍA