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Alejandro
El califa s o c i n á p s i
P el á e z
Martín
ausente
Cuestiones de autoridad en al-Andalus durante el siglo XI
H
s e l a v e i d e m s o i d u t s
E n e o i r a t i s r e v i n
U
r e t s à m
L A K G flilD L A
CONTENIDO
PRÓLOGO
9
AGRADECIMIENTOS
13
INTRODUCCIÓN
15
Alejan Ale jandro dro Peláez Martín Martí n
EL C A L I F A A U S E N T E
Cuestiones de autoridad en al-Andalus durante el siglo XI
1 im UNIVERSIDAD AUTONOMA
ediciones
1D E ) .1ADRID
Colección MONOGRAFIAS DEL MASTER UNIVERSITARIO DE ESTUDIOS MEDIEVALES HISPANICOS . 15 Madrid, abril de 2018
© El califa ausente. ausente. Cuestiones de autoridad en al-Andalus durante el siglo siglo X I Esta edición es propiedad de EDICIONES DE LA ERGASTULA y no se puede copiar, fotocopiar, reproducir, traducir o convertir a cualquier medio impreso, electrónico o legible por máquina, enteramente o en parte, sin su previo consentimiento. Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) www.cedro.org ) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra © Todos los derechos reservados © Alejandro Peláez Martín © Ediciones de La Ergástula, S.L. Calle de Béjar 13, local 8 28028 - Madrid Madrid www.laergastula.com Diseño y maquetación: La Ergástula Ergástula Imagen de portada: Arquería del palacio hammúdí de la alcazaba de Málaga (Archivo). I.S.B.N.: I.S.B.N.: 978-84 -16242-29-0 Depósito Legal: M-3483-2018 Impreso en en España - Printed in Spain
ÍNDICE
PRÓLOGO (a cargo de Santiago Palacios Ontalva)
............................................
9
AGRADECIMIENTOS__________________________________________________________
13
INTRODUCCIÓN.....................................................................................................................
15
LA ABOLICIÓN DEL CALIFATO. LA DEPOSICIÓN DE HlSÁM III
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21
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31
EL MODELO DEL CALIFATO HAMMÜDÍ
LA REACCIÓN 'ABBADÍ 'ABBADÍ:: EL FALSO FALSO HlSÁM I I
........................................................
47
El establ est ableci ecimie miento nto del falso H iSám iS ám .................................................................. ........................................................................ ......
47
El reconocimiento del falso HiSám en el contexto de las taifas
.............
51
...................................................
79
LA SOLUCIÓN DE ‘ABD ALLÁH: ¿CALIFAS FICTICIOS O CALIFAS DE BAGDAD?
OTRAS SOLUCIONES A LA CUESTIÓN CALIFAL: CALIFAL: EL CASO DE DENIA Y LAS ACUÑACIONES SIN IMAM
.....................................
99
El califato marítimo de Denia: Muyáhid y al-Mu‘a al-M u‘ayy tí...... tí ............ ............ ............ ............ .......... ....
100 100
La última opción: la ausencia de imám
103
.......... ...................................................
.
LA OPINIÓN DE LOS ULEMAS: LOS TRATADOS DEL IMÁMATO
...............
109 109
Los ulemas, ulema s, el poder y los reyes de t a i fa s ......... .............. ......... ......... ......... ......... ......... .......... ............ ............ ......... ...
109 109
Los tratados trata dos del imám im ámato ato__________________________________________________ __________________________________________________
113 113
LA IMPORTANC IMPOR TANCIA IA DE LOS T ÍTU ÍT U LOS.............................. LO S................................................ ................................. .......................... ...........
121 121
Titulaciones Titulacione s funcionale func ionales____ s_______ ______ ______ ______ ____................ _................
------ --------------------
El laqab honorífico..................
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EL PAPEL DEL CALIFATO EN LA INTERVENCIÓN ALMORÁVIDE
CONCLUSIONES
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121 121 125
133
_______________________________________________________________
141 141
ANEXOS_________________________________________________________________________
145
FUENTES Y BLIOGRAFÍA
151 151
____________________________
Fuentes........................................ Bibliografía
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151
___________________________
153
_____________________________________
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El pasado es lo que recuerdas, recuerdas, lo que imaginas recordar, recordar, lo que te convences en recordar, recordar, o lo que pretendes recordar. Harold Pinter
PRÓLOGO
En tantas ocasiones recluida en un contexto académico impermeable y autocomplaciente, la labor historiográfica rebosa en ocasiones ese marco miope para convertirse en la herramienta real de comprensión del mundo, que debiera ser siempre. Se podrá decir que, en ocasiones, es la actualidad la que empuja a los académicos a preocuparse por determinados temas o son intereses espurios y partidistas los verdaderos motores del trabajo de algunos historiadores. Y se podrá argumentar también que es simple oportunismo temático o editorial el que impulsa la publicación de otras obras. Sin embargo, dentro de un contexto en el que la preocupación por “el califato” se ha convertido en objeto central de diferentes trabajos dedicados a la idea y materialización histórica de tal institución islámica, conviene detenerse en aquellas investigaciones que plantean un acercamiento original al tema, como la que introducen estas palabras. En el libro de Alejandro Peláez ese motivo de preocupación académica se revela revela esquivo o aparentem ente "ausente”; "ausen te”; oculto oculto tras eufemismos; insinuado en acuñaciones o simplemente recordado en el lenguaje de las cancillerías, de los talleres literarios o de los escritos de los ulemas. En cambio, no resulta menos interesante que se pergeñaran todo tipo de mecanismos para mantener viva una figura cargada de simbolismo y autoridad; tratando de hacer presente, en suma, una institución añorada y evocada por los poderes andalusíes atomizados del siglo XI, tan necesitados de legitimidad. De todo ello, de las referencias que los reyes de taifas tomaron para sostener sus fluctuantes realidades políticas, de sus apoyos en los hombres de religión o de la importancia simbólica que sus títulos evidenciaron, trata también este libro. Más allá de lo evidente, lo cierto es que estamos ante un trabajo que representa mucho más que una simple coincidencia cronológica o una feliz aportación a un contexto historiográfico fértil dedicado a la construcción del poder político tomando como modelo m odelo el califato omeya. Estamos además ante una obra obra concienzuda con cienzuda,, bien planteada, plantead a, reflexiva reflexiva y llena llena de posibles derivadas
e interpretaciones acerca de otros viejos temas plenamente vigentes hoy día: el de la memoria, su relato, uso, abuso y virtual utilidad en momentos especialmente delicados, cuando las certezas y las realidades erigidas sobre pilares teóricamente estables, presentan fisuras o se diluyen en crisis de identidad caprichosamente aprovechadas por iluminados líderes. Por supuesto la cronología de las fuentes empleadas en el trabajo y el contexto que interesa al autor remite a la realidad andalusí posterior a la desaparición del último califa omeya de Córdoba allá por el año 1031, pero en otras coordenadas nos podríamos referir también a al-Bagdadi y a la construcción, a partir del descontento y la radicalización de una parte del mundo islámico, de un supuesto estado llamado a extenderse y a ser la morada de todos los musulmanes. Como los reyes de las taifas andalusíes, el nuevo gobernante del Estado Islámico ha apelado a la institución califal como máxima referencia del poder; su idea se ha levantado a partir también de una idealización del pasado más cargada de sentimentalismo que de realidades; y se alimenta alim enta de la recreación de la historia, de las leyes y de unas supuestas costumbres inherentes a un pueblo, que además se encuentra firmemente cohesionado en torno a la religión. La presente obra no va tan lejos en el tiempo ni se presta a difíciles juegos comparativos, pero evidencia un desempeño historiográfico lleno del tesón e inteligencia que, hasta la fecha, han definido la dedicación de su autor. Con todo, lo más importante es que se trata de un trabajo prometedor en muchos sentidos, porque anticipa una futura tesis doctoral que, a partir de fuentes textuales y materiales diversas, incidirá en la pervivencia de la idea califal más allá del momento en el que colapso el califato en al-Andalus. La madurez de este primer trabajo, en definitiva, estamos convencidos que continuará con una progresión exponencial y con futuras aportaciones a la historia andalusí del siglo XI, que arrojarán nueva luz sobre un periodo muy interesante de la misma. Las últimas palabras de este prólogo es justo justo que sean de agradecimiento agradecim iento y reconocimiento. En primer lugar, gratitud enorme a la labor editorial de Enrique Daza y Elena Vega, responsables de Ediciones La Ergástula, que hace años apostaron con valentía por sostener la edición de los mejores Trabajos fin de Máster generados en el Máster de Estudios Medievales Hispánicos de la Universidad Autónoma de Madrid, a través de una colección que ha servido de trampolín a toda una generación de medievalistas. Una serie de libros, libros, como este último, de impecable factura y excelente contenido, c ontenido, sirven de muestra de aquella fructífera y generosa alianza. Y del mismo modo, la continuidad en la carrera académica de muchos de los jóvenes autores que publicaron sus primeras aportaciones en aquel contexto y ahora son doctores, jóvenes profesores o siguen trabajando en sus respectivas tesis con prometedores resultados, evidencian el mérito que les hizo merecedores
de aquella primera oportunidad, así como su gran preparación. Creo no equivocarme si pongo en mi boca, por tanto, el agradecimiento de todos ellos, así como de los diferentes tutores, profesores y responsables del máster que hicieron posibles los trabajos que están en el origen de este y aquellos libros. Para finalizar, el reconocimiento mencionado no podría ser sino para cuantos hicieron posible, con mucho esfuerzo, esfuerz o, trabajo y lealtad, lealtad, la impartición impartic ión durante varios cursos académicos de un posgrado especializado en los Estudios Medievales en la Universidad Autónoma de Madrid, especialmente a quienes fueron sus creadores y coordinadores, los profesores Carlos de Ayala y Fermín Miranda. Gracias a su labor, y a la de otros compañeros de la facultad, se sembraron las semillas de una prometedora generación de medievalistas que ya empieza a ser plenamente autónoma y a dar espléndidos frutos. Ninguno de sus integrantes, muchos de ellos autores en esta misma serie de libros, deberían olvidar que fue en las aulas de la UAM y en el seno del Máster de Estudios Medievales Hispánicos donde empezaron a formarse verdaderamente como historiadores, y que La Ergástula les ofreció una primera oportunidad editorial, tan difícil de conseguir en otras circunstancias. Ninguno de los docentes deberíamos olvidar, tampoco, que aquellos años fueron de intensa y fructífera dedicación académica, de intercambio intelectual igualmente provechoso con estudiantes y colegas, y que, por encima de discrepancias en el diseño o la gestión del título, estamos obligados a volver a generar un programa de posgrado dedicado al estudio de la Edad Edad Media que permita continuar co ntinuar la formación de muchos estudiantes interesados en nuestras disciplinas. De la generosidad de todos depende que este libro signifique el cierre definitivo de una de las etapas más fértiles de la disciplina en nuestra universidad, o el adelanto de nuevas promociones de alumnos especializados en los Estudios Medievales, que sean merecedores de ver publicados sus trabajos en una nueva colección. Madrid, octubre de 2017.
J. S a
n t ia g o
Pa
l a c io s
On
t a l v a
Profesor de Historia Medieval Universidad Autónoma de Madrid
AG A G R A D ECIM EC IM IEN IE N T O S
Este estudio nunca habría sido posible sin la ayuda y la colaboración de numerosas personas, quisiera comenzar expresando mi agradecimiento a todas ellas. En primer lugar, agradezco a mi director, Santiago Palacios, su disposición a dirigir y revisar todas y cada una de las partes de este trabajo. Le doy las gracias por sus innumerables consejos y correcciones, su infinita paciencia y su apoyo, sin él la idea que tenía en mente hace algo más de un año no habría podido llevarse a cabo. Me gustaría agradecer también de una forma forma especial la imprescindible im prescindible ayuda que tan amable y cariñosamente me ha prestado Maribel Fierro, resolviendo mis numerosas dudas, corrigiendo mis apreciaciones y valorando diferentes aspectos de este estudio. La importante base numismática sobre la que se apoya el trabajo es fruto de numerosas numerosas conversacio conversaciones nes con Alberto Alberto CantoyTa Can toyTa wfiqlbra him .Quierodar .Quiero dar las las gracias a ambos por su disposición y su colaboración. Por otro otro lado, también agradezco a los profesores del Máster de Estudios Medievales Hispánicos todo lo aprendido, sobre todo a Fermín Miranda, Carlos de Ayala, Fernando Valdés, Carlos Megino y Francisco Javier Villalba. Otros especialistas como Eduardo Manzano, Linda Jones y María Antonia Martínez han tenido la amabilidad de prestarme su tiempo, sus cono cimientos e incluso algunos de sus materiales. Por último, quiero dar las gracias a mi familia, sobre todo a mis padres, a mi hermana y a mis abuelos, por su paciencia a la hora de soportar un trabajo que en ocasiones parecía interminable y también a mis amigos por escucharme y darme su apoyo, especialmente a Diego, Noe, Manu, Tamara, Gonzalo, Sergio, Iván, Fran, Fani, Dani, David, Edu, Ana y Elena.
INTRODUCCIÓN
En estos días hablar sobre el califato no resulta nada extraño. El 29 de junio de 2014 tuvo lugar la proclamación del califato por el grupo llamado "Estado Islámico". Este acontecimiento ha generado que en los medios de comunicación occidentales se haya "redescubierto” un término que había permanecido "adormecido" desde la abolición del califato por la asamblea nacional turca a inicios del siglo pasado. Todo esto ha devuelto la atención académica hacia un elemento fundamental en el desarrollo histórico del mundo islámico. En ese sentido se enmarca la publicación de C. Kersten1 Kerst en1. Se trata trata de una compilación compila ción con los trabajos más destacados sobre la institución a lo largo de su dilatada trayectoria histórica. Dentro de este renovado interés por el califato se enmarcan las más que actuales publicacio pub licaciones nes sobre la cuestión de N. Mouline2 Moulin e2 y H. Kennedy3. Kennedy3. El El primero trata, sobre todo, el desarrollo de la idea califal a través del tiempo y de los diferentes califatos. La obra que edita C. Kersten y el libro de H. Kennedy siguen más el desarrollo político de los diferentes califatos pero prestando una atención algo menor a los califatos del Occidente islámico (el omeya, el hammüdí, el almohade, el hafsí, etc.) frente a los orientales. Por otro lado, ninguna de estas publicaciones dedica espacio al tema que se trata en este trabajo: el califato en al-Andalus en el siglo XI.4 A simple vista esta afirmación resulta llamativa pues la historiografía, tradicionalmente, ha afirmado de manera categórica que el califato terminaba en la Península Ibérica en el 1031, con la expulsión de los omeyas. Sin embargo, esto no sucedió, la memoria del califato se conservó durante 1 KERSTEN , C. (ed.), The Caliphate and Islamic Statehood - Formation, Fragmentation and Mode m Interpreta Interpretations tions,, 3 vols., Berlin-London, 2015. 2
MOULINE, MOUL INE, N., Le Ca lifat Histoire Histoire politique politique de l'Islam, l'Islam, Champs histoire, Flammarion, 2016.
3
KENNEDY, KENNEDY , H., The Caliphate. Pelican Caliphate. Pelican Books. 2016.
4 Querem os hacer referencia referenci a al proyecto "CALIFATS. Los Califatos del Occident Occi dente e islámico" (2015-2016, (2015-20 16, P. P. Cressier y M. Fierro, coord.) y al curso de formación continua "Los Califatos: desde los sucesores de Muhammad al Estado Islámico" (4-15 de abril de 2016, UAM).
todo el siglo XI. De hecho, no desapareció ni como idea ni como proyecto político. Los soberanos del siglo XI gobernaron como representantes de un califa (fueran los últimos omeyas de Córdoba, los hammüdíes, el falso HiSám II o el imam 'abd Alláh ), algo que se refleja en las titulaciones que van adoptando los gobernantes. Por otra parte, los pensadores del momento elaboraron distintos tratados sobre el imámato y discutieron acerca de la cuestión de quién debía colocarse a la cabeza de la comunidad como califa. La presencia del califato hammüdí en el sur peninsular hasta mediados del siglo XI da prueba de la prolongación de la institución más allá del año 1031. En definitiva, los soberanos del período se presentaban, bien como califas propiamente dichos (los Hammüdíes), o si no como servidores de un califa lejano, ausente, ficticio e impersonal. La opinión que se ha tenido sobre el período es la que transmiten, en buena medida, diferentes crónicas, cuyos autores añoraban los días del califato omeya y veían la situación de al-Andalus de la siguiente manera: Se pareció la situación situación de los reyes del Andalus, después de la revuelta, revuelta, a la situación de los reyes de taifas en Persia, después de la muerte de Darío, Darío, hijo de Darío. Darío. No dejaron dejaron de seguir seg uir así as í y la situac sit uación ión del Anda An dalus lus de debilitars debilitarsee y sus fronteras de perturbarse perturbarse y sus vecinos vecinos los cristianos cristianos de crecer en sus apetitos y de fortalecerse fortalecer se en sus preparativos, preparativos, hasta hasta que Dios hizo la concordia concordia y arregló arregló las divergencias divergencias y dispuso la un unió ión n y cortó cor tó la opos o posició ición n y for f orti tific fic ó la religión religió n y ens ensalzó alzó la palab pal abra ra del Islam y cortó cort ó las l as amb a mbici icione oness del d el en enemi emigo go con la feli fe lici cida da d del d el espíritu espí ritu del em e m ir de los musulmanes y musulmanes y defen de fenso sorr de la religión, religió n, Abú Ya'qüb Ya'qüb Yüsu Yü sufb fb.. Tásufín al-LamtünP.
Se trata de textos en exceso catastrofistas y aunque el territorio terminó desintegrándose, la idea del califato se mantuvo. Recordemos que en la concepción teórica clásica el califa es el eje fundamental para salvaguardar a la comunidad. La institución parecía resultar imprescindible en la teoría política de las sociedades islámicas56. 6. Si no se tiene en cuenta este aspecto, no sería posible entender adecuadamente adecuad amente el período de los reinos de taifas. taifas. 5
ABD AL-WÁHID AL-WÁHID AL-MARR ÁKllSI, Kitáb al-Muy'ib f¡ taljis taljis ajbár al-Magrib. Lo admirable en el resumen de las noticias del Magreb, trad. HUICI, A., Tetuán, Editora Marroquí, 1955, p. 74. 6 Así lo define el polígrafo cordobés cordo bés IBN HAZM: Puesto que el califato viene de Dios, por vía de su Profeta, Profeta, y es el soporte de los precep tos religiosos, necesitan las gen tes de quien haga entre ellos ellos las voces de su Profeta Profeta -b en dig ay sálvelo D ios-, p orque al temerle se atemperen las pa sio nes ne s desa de sata tada dass y al re spe tar le se conc c onc ilien ili en los co razo ra zone ness desun des un idos id os y p o r su po de r se aquie aq uieten ten las mano s que pugnan unas contra otras y po r reverenciarle se sometan los ánim os rebeldes, rebeldes, pu es el afá n de luch a y po derío de río qu e p o r natur na tur ale za ex ist e en e l géne gé ne ro hum hu m ano an o es tal ta l q ue sólo só lo renuncian a él si hay alguien lo bastante fue rte que lo imp ida y mantenga a raya (Cit. VIGUERA,
16
El trabajo viene a insertarse en este renovado interés por el califato pero en el contexto contexto del siglo siglo XI andalusí, and alusí, el de los reinos de taifas, taifas, algo que esperaba todavía ser abordado. Lo hace a través de una perspectiva cronológica, empezando con la "abolición" del califato y siguiendo con una serie de apartados que tratan de mostrar cómo se fueron planteando diferentes soluciones a esta cuestión en distintos territorios (los Hammüdíes, el falso HiSám II, el imam 'abd Alláh y otras alternativas). Se dedica un espacio a los ulemas y a sus relaciones con los gobernantes del periodo y con la idea del califato. Los títulos constituyen un apartado muy destacado pues hacen posible hablar de esa inserción de los mulük al-tawá’if en en el marco de la institución califal. Por último, la intervención almorávide constituye un epílogo que aborda la conquista de al-Andalus por los norteafricanos valorando la importancia del califato en la misma. En lo referente a los aspectos metodológicos, se ha consultado la bibliografía bibliog rafía esencial, esencia l, las las obras de Wasserste Was serstein7 in7, Clément8 Cléme nt8,, Rosado9 Rosado 9 y A riza1 riz a10 0, pero también tamb ién hemos he mos acudid ac udidoo a las fuentes básica b ásicass para estudiar estu diar el período: el Bayán de Ibn 'Idári, la conocida como Crónica Anónima de los Reyes de Taifas o Ta'ríj mulük al-tawá’if las Memorias del emir Abd Alláh y otras. A la Dajíra de Ibn Bassám se ha accedido por medio de los fragmentos traducidos que se hallan en diferentes estudios. Igualmente hemos extraído datos de las obras de los cronistas orientales siempre que ha resultado oportuno, para establecer la comparativa con la evolución del mundo islámico oriental. Sin duda todas estas fuentes merecen un acercamiento al original árabe en un estudio posterior y más amplio. Nos estamos refiriendo a crónicas en esencia pero las fuentes literarias, escatológicas, geográficas o biográficas también han aportado y pueden aportar numerosos datos de gran relevancia. Dejando ya este breve comentario sobre las fuentes textuales habría que pasar a hablar de las materiales. En este caso la numismática es la que se presenta como el elemento principal y fundamental. La moneda es un elemento fundamental para la transmisión de la ideología, la imagen M* )., “El mundo islámico", VALLESPÍN, F. (ed.), Historia Historia d e la teoría teoría política, 1, Madrid, Alianza, 1990, p. 354). 7 WA SSERSTEIN, D., The Rise and Fall o f the Party-Kings. Politics and Societ y in Islamic Spain, 1002-1086, Priceton, Priceton University Press, 1985; WASSERSTEIN. D., The Caliphate in the West. An Islamic Political Institution in the Iberian Peninsula, Oxford, Clarendon Press, 1993. 8 CLÉMENT, F , Pouvoir et légitimité en Espagne musulmane à l'époque des taifas (Ve/XIe siècle). L’imam fictif, Paris, L'Harmattan, 1997. 9 ROSADO, ROSAD O, M* D„ La dinastía dinastía ham mü díy el califato califato en el siglo XI, Málaga, Servicio de Publicaciones, 2008. 10
ARIZA, ARIZ A, A., De Barcelona a Orón. Orón. L as emisiones monetales a n ombre de los califas hammüdíes de al-Andalus, Grenoble, Omni, 2015.
del poder, siendo además inseparable de los acontecimientos políticos y económicos. En el numerario los soberanos expresan su título pero siguen empleando el califato como marco o se remiten a un califa como sostén de su poder. Precisamente esa presencia en las acuñaciones nos permite abordar el tema sobre un caudal de información muy relevante, estudiado en numerosas publicaciones y que constituye una fuente de información directa sobre la época tratada. Existen otro tipo de testimonios, los epigráficos, que también tienen mucho que aportar. Han resultado muy útiles a la hora de resolver y plantear cuestiones cronológicas y de titulaciones, adem ás de ser definitivos respecto a las problemáticas planteadas por la información cronística. El concienzud concie nzudo o cotejo de las fuentes y de la bibliografía generada gener ada en torno a este tema han sido la base de este estudio pero las seguras novedades que irá aportando la investigación numismática llevará a replantear la cuestión y algunas alguna s de las propuestas ofrecidas. ofrecid as. Sin duda, este trabajo no pretende ser, ni mucho menos, definitivo y consideramos que quedan cuestiones y aspectos que esperan todavía ser abordados. Igualmente es necesario ofrecer una perspectiva siempre en comparación con lo que estaba sucediendo en el resto del mundo musulmán. Por otro lado, la época de las taifas nos demuestra que las estructuras sociales permanecen aunque el poder se muestre frágil, de ahí el respeto a los poderes del momento para evitar la anarquía y el desorden. Esto nos conduce a una reflexión acerca de las diferencias entre poder (lo que se ejerce de hecho) y autoridad (lo que se ejerce de derecho). El segundo legitima al primero y a lo largo de la historia islámica se aprecia que ambos no van unidos". La autoridad califal se va diluyendo y la mayor parte de ella termina pasando a los estudiosos del Corán y la Tradición, los ulemas. Se fueron conformando redes de ‘ulamá’ en diferentes partes del mundo musulmán que superaban las divisiones políticas, su límite era la propia comunidad. Se fue desarrollando la idea de que la autoridad residía en la umma, unida por su aceptación de la Sari'a, y que la lealtad se debía a la ley y no al soberano. El gobierno era legítimo si contaba con la aprobación de los ulemas, lo que devino en una cierta cierta tensión tensión y, y, en ocasiones, enfr entamiento1 entam iento1 12. Para E. Manzano «the state’s déficit of authority and the community’s lack of power were a decisive factor in the peculiar configuration of Islamic institu ins titution tions»1 s»13. Este déficit défici t de poder pod er o autoridad autorid ad dio forma a las sociedad s ociedades es 11 Me rem ito al artícu lo de E. MANZ ANO en lo que sigu e sobre esta cues tión de la autoridad y el poder en en las sociedad es islámicas: MANZAN O, E„ "Why Did Islamic Medieval Institutions Become so Different from Western Medieval Institutions?", Medieval Worlds , 1, 2015, pp. 128-131. 12 «Based on a strongly hierarchical and basically secular structure, power in Islamic polities polities always faced a déficit o f legitimacy» (Ibíd., p. 129). 129). 13
Ibid., Ibid ., p. 130.
18
islámicas en un sentido diferente a las del Occidente europeo en las que se combinaban poder y autoridad. autoridad. Volviendo con nuestro tema, aunque desde los años 90 han aparecido estudios sobre diferentes aspectos del califato en el siglo XI como ya hemos seña se ñalad lado1 o14 4, especialm espe cialment entee sobre so bre el califato cali fato hammü ham müdí1 dí15 5, la complejid comp lejidad ad de la idea califal en el contexto de los reinos de taifas todavía está esperando una monografía que aborde la cuestión. Consideramos que el trabajo llena un hueco en relación a la permanencia de la idea y el proyecto califal en el contexto peninsular del siglo XI. Ésta es la historia de un fantasma que, aunque no lo parezca a simple vista, demostró estar vivo en diferentes momentos del siglo XI.
14 Además Adem ás de las obras ya citadas de WASSERSTEIN, WASSER STEIN, CLÉMENT, ROSADO y ARIZA ARIZ A véase FIERRO, M., "On Political Political Legitimacy in al-Andalus. A Review Article", Article", Islam, 73,1996, pp. 138-150; ACIÉN, M„ “Del Estado califal a los Estados taifas. La cultura material". Actas. Acta s. V Congre Con greso so de Arqueo Arq ueolog logía ía Med ieval iev al e spañola spa ñola (Valladoli (Vall adolid, d, 22 a 27 de marzo mar zo de 1999), 1999 ), Valladolid, 2001, vol. 2, pp. 495-513; MANZANO, MANZA NO, E., "Algunas "Algunas reflexiones sobre el fin del califato omeya de Córdoba", Ante Ante el milenario del reinado de Sanco el Mayor. Mayor. Un rey rey navarro para España y Europa, Europa, XX X Semana de Estudios medievales. medievales. Estella, Estella, 14 a 18 de juli o de 2003; Pamplona, 2004, pp. 155-172.
15 junto a las publicaciones citadas citadas de ROSADO y ARIZA se debe consultar ACIÉN, M., "Los hammúdfes, califas legítimos de Occidente en el siglo XI", LALIENA, C.y UTRILLA,). F., De Toledo a 1998, pp. 45-59. Huesca: Sociedade s Medievales en transición transición a fina les de l siglo X I (1080-1100 ), 1998,
LA ABOLICIÓN DEL CALIFATO. LA DEPOSICIÓN DE HISÁM III
En 1027 se ofrece el califato a un omeya refugiado en Alpuente, protegido por el gobernador de dicha localidad. El interés que mostró el candidato, futuro HiSám III, de la otrora todopoderosa familia no era demasiado ya que tardó dos años en instalarse en Córdoba. En el 12 de Jü J ü l-hiyya del 422/30 de noviembre de 1031 los notables decidieron decidie ron su derrocam derro camien iento1 to15 5y pregona preg onaron ron la total abolició abo lición n del d el califato, por p or no ser se r conv co nven enie ient nte,y e,y la expulsión expulsió n de los marwáníes, y a sí volvió Córdoba a la tutela tutela de los lo s visires1 1 67. Este texto
de Ibn Hayyán, Hay yán, recogi re cogido do por po r Ibn ‘Ifjári18 ‘Ifjári18, seria reprod re producid ucidoo en las fuentes posteriores, que lo tomaron para relatar lo sucedido. Habría que reflexionar sobre esta "abolición" y preguntarse si algo como el califato, una institución que había y ha marcado de un modo tan determinante la historia del mundo islámico, podía ser, sencillamente, abolido. ¿Cómo pueden los hombres acabar con algo que ha sido establecido por Dios? Veamos esa consideración jutb tba a del jatí ja tíb b Táhir al-AndalusT19: en una ju
16 Parece que HiSám HiSám III III fue depuesto depu esto por un golpe de estado estad o liderado por su primo Umayya b. ‘Abd al-Rahmán al-‘lráqT, nieto de Abd al-Rahmán III, que trataba de ser proclamado califa en su lugar, lugar, pero pero los cordobeses rechazaron la idea (IBN 'IDÁRl AL-MA RRÁKllSI, RRÁK llSI, La caída del Califato MAILLO, de Córdoba y los Reyes de Taifas (al-Bayán al-Mugrib). Estudio, traducción y notas por MAILLO, F., Salamanca, Universidad de Salamanca, 1993, pp. 130-131). 17 18
IBN 'IDÁRl AL-MARRÁKU AL-MA RRÁKUSl, Sl, La caída del Califato .... p. 130.
También presente en la obra de Ibn Bassám , la Dajíra (Rosado, M* D., La dinastía Ibn al-Jatlb (ROSADO, M8 D., D., La dinastía hammüdí..., p. 269) y en el Kitáh A'mál al-alám de Ibn hammüdí.... p. 297). 19 Esta jutb ju tb a se enmarca en un contexto determinado: el conflicto entre HiSám b. Sulaymán b. al-Násir al-Nás ir y Muhammad b. HiSám HiSám b. Abd al-?abbár, intitulado al-Mahdi. Los beréberes se sublevaron contra el nuevo califa, al-Mahd¡, con HiSám b. Sulaymán, un nieto de al-Ná$ir, al que dieron el título de al-RaS!d (Bien Encaminado) y sitiaron el alcázar de Córdoba en 1009. Sin embargo, terminaron derrotados y su candidato eliminado (IBN ‘IDÁRl AL-MARRÁKUSI, La calda del Califato.... p. 80).
Dios topoderoso creó el califato para la gente como Su protección y refugio, refugio, y Su bendición desde la oscuridad de d e la duda duda (...) Si no fuera por po r ello [el ello [el califato], el desorden irrumpiría, (...) irrumpiría, (...) pec pecad ados os se cometerían comet erían,, los vicios prohibidos serían lícitos, lícitos, y las iniquidades se considerarían considerarían legales20. Existe un primer inconveniente para corroborar la "abolición" y es que hay otras fuentes que no lo mencionan, es el argumento ex silentio de Wasserstein Wass erstein2 21. Al-Maqq Al-M aqqari, ari, en este sentido, sen tido, ofrece o frece una versión diferente, ya que simplemente comenta que HiSám III al-Mu'tadd fue depuesto por el ejército en el 422 y que fue el último miembro de la dinastía que había gobernad gobe rnadoo al-Andalus al-And alus y parte del norte de África Áf rica2 22. Resulta muy m uy llamativo que la noticia que coloca el autor justo después de ésta sea lo que estaba haciendo Yahyá al-Mu'talí en esos momentos. Esto nos conduce a dos planteamientos: no aparece la supresión del califato en ningún momento y se asocia, de algún modo, a los califas hammúdíes con los últimos califas omeyas, lo que implica un reconocimiento de la condición califal de Yahyá. Por otra parte, Wasserstein Wasse rstein2 23 también cuestiona cuestion a la interpretación interpret ación que se ha hecho de las expresiones que emplean las fuentes en el sentido de abolición: ibtál al-jiláfa al-jiláfa ("abolir el califato"), ibtál rasm al-jiláfa al-jiláfa ("abolir el trazo del califato"), mahaw rasm al-jiláfa ("desaparecer al-jiláfa ("desaparecer el trazo del califato"). Plantea que podrían tener otra lectura ya que se trata de la fraseología que utilizan las fuentes para referirse a las relaciones entre Hi§ám II al-Mu’ayyad y su háyib Ibn háyib Ibn Abi 'Ám 'Ámir. ir. Por ello, considera que estas frases asociadas asociad as al contexto de HiSám III no deben ser interpretadas teniendo en cuenta que sabemos que después no hubo más califas omeyas, es decir a posteriori. Siguiendo en esta línea sobre la "supresión" y las fuentes, hay que añadir que aut a utore oress como co mo al-N a l-Nuw uway ayrí2 rí24 4, Ibn al-Atí al- Atír2 r25 5, al-Hu al- Huma mayd ydí2 í26 6 o Ibn Jald Ja ldün ün2 27 no hablan de tal "abolición". "abolición". Es increíble que alguien tan apegado al legitimismo legitim ismo 20 JONES, JON ES, L. G., The Power o f Oratory in the Medie val Muslim World, World, Cambridge University Press, 2012, p. 139. 21
Ibid., Ibid ., pp. 152-153.
22 AL-MAQQARÎ, The History o f the mohammedan dynasties dynasties in Spain: extracted from the the Nafhu-t-tib min ghosni-l-andalusi-r-ratib wa táríkh lisánu-d-dín ibni-1-Khattíb by Ahmed ibn Mohammed al-Makkari, al-Makkari, translated translated by Pascual de Gayangos, vol. 2. Londres, 1840-1843, p. 244. 23
WASSERSTEIN, WASSE RSTEIN, D., The Caliphate Caliphate in in the W est.... p. est.... p. 150.
24 AL-NUWAYRl, Historia Historia de los musulmanes de España y África p or en-Nuguairi, texto en-Nuguairi, texto árabe y traducción española por GASPAR, M„ Granada, vol. 1,1917-1918, pp. 81-83. 25 IBN AL-ATlR, AL-AT lR, Kámil: Al-Kámilp l-ta'ríj, traduites l-ta'ríj, traduites et annotées par Fagnan, E., An Anna nales les du Maghreb et de l'Espagne, Argel, l'Espagne, Argel, Typographie Adolphe Jourdan, 1989, 1989, p. 436. 26 AL-HUMAYDl, Ÿajwa en Ÿajwa en Rosado, M* D., La dinastía hammùdt.... p. hammùdt.... p. 231. 27
IBN JALDÛN, JALDÛN , Kitáb al-'lbar en en Rosado, M* D„ La dinastía hammùdt.... p. hammùdt.... p. 304. 22
omeya como Ibn Hazm, contemporáneo de los acontecimientos, no haga ninguna alusión a un acontecimiento de tal magnitud. No parece admisible que un autor que criticó con ahínco, posteriormente, la existencia de cuatro hombres que proclamaban su condición califal a menos de tres jornadas el uno del otro28y que redactó un tratado sobre el imámato y otra obra sobre sobr e los califas cali fas2 29, no comente comen te esta "abolició "abo lición” n”.. Por otro lado, lad o, como com o señala M. Fierro, existen otros acontecimientos importantes de la historia andalusí sobre los que también se detecta un silencio en las fuentes. Un ejemplo es la adopción del título califal por 'Abd al-Rahmán III, cómo tuvo lugar30. Sin duda, el hecho de que sea Ibn Hayyán, que también vivió los hechos, el que hable de la abolición merece al menos pararse a meditar sobre ello dado que se trata, seguramente, del historiador andalusí más importante de todos los tiempos31. Si dejamos de lado, momentáneamente, la cuestión de la supresión y dirigimos nuestra mirada a referencias culturales al califato entre el 1031 y el período de las taifas nos encontramos con las siguientes apreciaciones. Para empezar, el alfaquí del siglo XII, Ibn al-Kardabüs, dedica las siguiente palabras al asunto: De esta manera, se extinguió el nombre del califato en la Península, los destructores destructores reveses reveses de la fortuna giraron y se echó a perder el estado estado de los gobernantes y de los gobernado gober nados, s, se elevó todo [ser] [s er] desconocido desco nocido y vil, vil, se sublevaron sublevaron losfacciosos facc iosos y en cada cada lugar el fuego fue go se encendi encendió; ó; (...)32.
Todo se desmoronó según el texto pero no podemos ser tan categóricos como el autor y afirmar que desapareció "el nombre del califato en la Península” en esa reiterada fecha del 1031. Ciertamente, este año no supuso un corte brusco con nada sino que se produjo un “deslizamiento" desde la fitn fi tna a hasta la plena consolidación de las taifas33. Pese a todo, el momento en que se pasa de un período a otro no está nada claro34. En su artículo sobre 28
WASSERSTEIN WASSE RSTEIN,, D., The Caliphate in the West.... p. 150.
29 IBN HAZM, Naqt al-'arüs, edición de SEYBOLD, C. F., traducción de SECO, L, índices de CÁRCEL, M*. M., Valencia, Textos Medievales, 1974. 30
FIERRO, M., "On Political Legitimacy Legitim acy ..., p. 147. 147.
31 MA MAILLO ILLO,, F., F., De historiografía árabe, Madrid, Abada, 2008, pp. 112-113; MANZANO. E., "Algunas reflexiones .... pp. 157-159. 32 IBN AL-KARDABÜS, Kitáb Kitáb al-iktifá'fiajb ár al-julaf al-julafá' á' de Ibn al-Kardabüs, trad. SALGADO, F., Historia de al-Andalus, Madrid, Akal, 2011,4* edición (1* de 1986), p. 90. 33 ACIÉN, M., "Los ham mü dfe s,.... pp. 45-59. 34 De hecho algunos autores, autore s, como com o el geógrafo geógr afo Abü ‘Ubayd ‘U bayd al-Bakr!, no ponen fecha al final déla fit na: na : La fitna, que comenzó al final d el año 400 de la Hégira/1009Hégira/1009-10, 10, y que continúa hasta hasta
la cultura material, M. Acién expone sus impresiones sobre los rasgos de la escritura propagandística de las diferentes taifas y deduce que un número importante decide mantener la tradición del califato de Córdoba35. Por otro lado, la referencia al Califato se presenta como ineludible en el papel de las cortes taifas como generadoras de manifestaciones culturales pero los artistas del período adaptarán los rasgos califales en combinación con influencias influe ncias contempor conte mporáneas áneas andalusíes andalu síes y foráneas3 foráneas 36. D. D. J. Wasserstein considera que el siglo XI se corresponde más con la etapa omeya y que ambos forman un período de la historia andalusí, que sólo entraría en una nueva nue va época époc a con la llegada lleg ada de los almorá alm orávid vides es3 37. De todos modos, resulta muy llamativo que la supuesta desaparición del califato no conllevara la eliminación de cualquier tipo de referencias al mismo. Los soberanos de las diferentes dinastías del siglo XI van a seguir presentándose como delegados de la autoridad califal, independientemente de quién sea su titular, tanto en sus sus titulacion titula ciones es como com o en las acuñacio acuñ aciones nes3 38 que lleven a cabo. Hay otra noticia interesante que nos cuenta el Bayá Ba yán3 n39 9 sobre Umayya b. ‘Abd al-Rahmán al-‘lráq¡, el primo de HiSám III, acerca de sus intentos para recuperar el poder en Córdoba en el 425/1033-1034. Las autoridades de la ciudad enviaron a alguien a asesinarle y abortaron la iniciativa pero lo importante es que parece que el omeya trataba de restaurar el califato. ¿Lo habría intentado si la institución hubiera sido suprimida? Existen datos que hablan de la continuidad del califato tras el 1031. El primero de ellos es que las emisiones monetales de la ceca al-Andalus, emplazada en Córdoba, no se detienen. Las monedas vienen acuñadas por un personaje cuyo nombre ha sido objeto de diversas opiniones por la bibliog bib liografí rafía, a, un u n tal Ibn Humá Hu mám4 m40 0, prefecto pre fecto de la ceca4 ce ca41 1. Este pers p ersonaj onajee está est á
nuestros días días ¡o sea, en 460/1067-68] (...) (BENABOUD, M., "La Economía", Historia de España de Ramón M enéndez Pidal, Los reinos de taifas. taifas. Al-Anda lus en el siglo XI, Viguera, M *). (coord.).VIIl,
Madrid, Espasa Calpe, 1994, p. 261). 35 ACIÉN. M.. "Del Estado ca lif al.... al .... p. 500. 36 ESCUDERO. j.y j. y BAENA, M* M* D., D., "Notas sobre al-An dalu sy su cultura material: material: de los omeyas a los almohades", Awraq Aw raq,, 7,2013, p. 113. 37 WASSERSTEIN, D„ The Caliphate Caliphate ¡n ¡n the W est.... p. 164. 38 En los diferentes difere ntes epígrafes epígra fes del trabajo se abordarán abord arán las diferentes diferent es soluciones soluc iones que la numismática taifa ofrece a la cuestión del califato. 39 IBN ‘IDÁRl AL-MARRÁKUSI. AL-MARRÁ KUSI. La caída del Califato .... p. 159. 40 Vives leyó el nombre como Tamam, Prieto como Hamám y Wasserstein como Humám (IBRÁHlM , T. T. y CANTO, A., "Suplemento "Suplement o a las monedas de los Reinos de Taifas" Taifas",, PRIETO Y VIVES. A., Los reyes de taifas. taifas. Estudio h istórico-numismático de los musulma nes españoles en el siglo V de la Hégira (Xldef C), Madrid. 2003, p. 133). 41 Más información sobre Ibn Humám se puede encontrar enco ntrar en WASSERSTEIN, WASSE RSTEIN, D., The Caliphate in the the W est.... pp. 34-49. 24
citado en las la s acuñacio acuñ aciones nes de Muhamma Muha mmad d III4Z III4Z, HiSám III y en las postum po stumas as de HiSám II. En el 421/1030 produjo fracciones de diñar a nombre de HiSám III, las primeras del nuevo califa. En el 422/1030-1031 también se emitió moneda, justo antes de su expulsión de la ciudad42 43. Sin embargo, el prefecto 43. no detuvo sus acuñaciones en ese momento y las continuó hasta, por lo menos, meno s, el 428/ 42 8/10 1036 36-10 -1037 374 445invocando 54invocando al imam HiSám amir al-mu'minin al-M al -Mu'a u'ayya yyad d bi-lláh bi-l láhA AS. Aunque coincidimos con la propuesta de A. Canto y T. Ibráhlm de que se trata de un califa “teórico”46, teniendo en cuenta la dudosa "supresión" del califato ¿por qué seguir haciendo monedas a nombre de un califa ya falleci fall ecido4 do47 7? Y no sólo eso, el Suple S upleme mento nto de A. Canto Cant o y T. T. Ibráhlm Ibrá hlm a la obra de A. Prieto y Vives contiene un apartado con monedas anónimas a nombre de Hisám II y Hisám III y de acuñación posterior a sus respectivos gobiernos484 0 5 9 . En la misma línea de lo que estamos exponiendo resulta de interés la siguiente noticia que aporta la Estoria de España de Alfonso X: Los de Cordoua non aviendo rrey ninguno, escreuien todos los cuentos e los epitafios e las monedas que fazien so el nombre de Ysem este de que agora deximos que se s e fuera fue ra para Caragofa*9. Caragofa*9. Este fragmento habla de esas monedas
a nombre de HiSám III después de su exilio (diciembre de 1031). Con estos datos, lo relevante es que para el mismo 422/1030-1031 hay una moneda con un califa acuñada en Córdoba y eso implica que la solución al problema por parte de las autoridades, al menos en las acuñaciones, fue rápida y que esa solución no fue el abandono de la institución califalso. 42 El hecho de de que que aparezca Ibn Humâm en esta moneda de Muhammad III III hace hace que se puedan relacionar sus emisiones con Córdoba a pesar pesa r de que la ceca que figure sea la genérica al-Andalus (VIVES y ESCUDERO, A., Monedas de las dinastías arábigo-españolas, Madrid. 1893, p. 116). 43 LÓPEZ, LÓPEZ , E., “Acuñacion Acuñ aciones es monetarias monetar ias de al-Andalus al-An dalus en la primera mitad del siglo V/XI: fin fin de un modelo, consolidación de las emisiones regionales", Al-Qa p. 76. 76. Al -Qanta ntara, ra, 36 ,1,201 5, p. 44 El abandono de esta invocación invocación en las las acuñaciones por parte parte de los cordobeses tiene que que ver con el uso del falso HiSám al-Mu’ayyad por parte de los 'abbádies de Sevilla desde el 1035 (WASSERSTEIN, D.. The Caliphate . ., p. 149). Caliphate in the W est .., 45 MILES, G. C., Coins o f theSpanish Mulükal-Ta York, The American Americ an Society, 1954, Mulükal-Tawá'i wá'if, f, Nueva York, p. 1; IBRÀHlM, T. y CANTO. A., “Suplemento a .... pp. 133-134; VIVES y ESCUDERO, A., Monedas de las .... p. 117; Prieto y Vives, A., Los Reyes de Taifas. Estudio históríco-numismático de los musulmanes españoles en el siglo V de la Hégira Hégira (XI de ]. C ), Madrid, jAEIC, 1926, p. 160. 46
BRÀHlM, BRÀH lM, T. y CANTO, A.. “Suplemento a .... p. 133. 133.
47 Este recurso de emitir a nombre de HiSám HiSám II al-Mu’ayyad traspasó la ceca cordobesa cordobes a ya que tenemos tenemos un ejemplar ejemplar del del 427/1035-1036 427/1035-1036 (IBRÁHlM.T.y (IBRÁH lM.T.y CANTO, A., A., “Suplementoa ,.,.,p ,p . 136) 136) acuñado acuñado por un desconocido ’Abd Abd Allah, gobernador independiente que ya habla producido un dinar invocando a Hi$ñm Hi$ñm III III al-Mu’tadd en el 426/1034-1035 426/ 1034-1035,, otra prueba de que otros lugares de al-Andalus siguieron reconociendo reconocie ndo al depuesto califa (Canto, A. e Ibrâhîm, T., T., La moneda andalusí .... .... p. 261). 48 IBRÂHÎM, T. y CANTO. A., “Suplemento a ...,p p . 135-136. 135-136. 49
CAMPA, M. de la, La Estoria de España de Alfonso X. Estudio y edición de la Versió Versión n Crítica desde Fruela hasta la m uerte de Fernando II, Málaga, Analecta Malacitana, 2009, p. 378. 50 WASSERSTEIN, D„ The Caliphate in the West .... .... p. 159.
Tendríamos que hacernos la pregunta sobre los motivos que tendrían las autoridades de la ciudad para colocar al difunto HiSám II al-Mu'ayyad en las emisiones. Sin duda, no se trata de un reconocimiento realsi pero habría que señalar aquí dos cuestiones. Una de ellas es que se trata del califa fi tna a , el imám del consenso previo a la guerra civil5 anterior a la fitn S2. 1 S2. La otra es que pareció existir un rumor entre el pueblo que afirmaba que el hijo de al-Hakam al-Haka m II había sobreviv s obrevivido5 ido53 3. Es posible que estos dos aspec a spectos tos fueran suficientes para mantener a este califa en las acuñaciones por ser la moneda una prerrogativa que iba necesariamente asociada al califato. Si se hubiera prescindido de la invocación hacia un imám, con qué legitimidad se habría presentado el gobierno de los visires para emitir numerario y más en unos momentos tan próximos a la expulsión de los omeyas como son los años inmedia inm ediatam tament entee posterior poste riores es al 10315 10 3154. El segundo motivo para, por lo menos, dudar de la abolición de la institución es el hecho de que los hammüdíes continuarán produciendo monedas desde la ceca al-Andalus como si nada hubiera sucedido y es que, pese a todo, seguían se guían siendo califas y lo van a demostrar demo strar con sus acuña ac uñacion ciones5 es55 5. De hecho, el mantenim ma ntenimiento iento de la tradición, del volumen y de la metrología de la época califal en las monedas moned as hamm ha mmüdíes üdíes5 56es un reflejo de la continuidad del califato en su dinastía dina stía5 57, junto a esto, hay que colocar colo car dos do s argumentos argum entos más planteados plante ados por D. J. Wasserstein. Para empezar, empezar, la teoría sobre el califato nunca aceptaría algo como la abolición abolición y al-Máwardí, que estaba elaborando su compendio al-Ahkám al-sultániyya wa-I-wiláya l-diniyya en el mismo 51 M. FIERRO indica que las monedas moned as podrían haber sido acuñadas acuñ adas en en memoria de una institución pasada y no como reconocimiento de su existencia (Fierro, M„ "On Política! Legitimacy..., Legitimac y..., p. 149). 52 Es importante indicar que HiSám al-Mu'ayyad había organizado organiz ado la defensa contra los celebró la fiesta de beréberes durante su segundo califato, lo que le haría muy popular: Cuando se celebró la gente [10 de dü l-hiyya = 25 d e ju lio de 1010] Hiiá Hi iám m al-Mu al-M u 'ayyad montó mont ó [a caba ca ballo] llo] y se dirigi d irigió ó al fos o, organ o rganizó izó a los individuos ind ividuos,, según segú n su grad o de fir de fir m eza ez a y de contro con troll para par a sus asunto as untos, s, y los prepa ró para par a la defensa d efensa contra sus su s en emigos emi gos (IBN 'IDÁRl AL-M ARRÁKllSI. La calda del Califato .... p. 159).
53 En el apartado dedicado a la impostura del falso falso HiSám HiSám en Sevilla tendremos ocasión de de explorar esas leyendas. 54 Habría también que tener en cuenta los los datos de acuñaciones por parte de otros soberanos de las taifas a nombre de un califa, inde pendientemente pendientem ente de quién sea. Por otro lado, parece que la ju fb a , también una prerrogativa prerrogativa califal, si que se habría ‘ actualizado’ actualizado ’’ ya que Ibn Bassám nos dice que tras el asalto al alcázar califal, oyó Hüám [111] la llamada en nombre de los visires pues había suprimido su nombre, de modo que perdió toda esperanza (IBN BASSÁM, Da jir Da jir a en ROSADO, M* D., La dinastía hammúdí.... p. 268). 55 La fecha del 422 no supone supon e ninguna interrupción en las monedas de Yahyá al-Mu'tal¡ bi-lláh, bi-lláh, que proseguirá con sus emision es hasta el 427, cuando le sucede su h ermano Idris al-Muta'ayyad al-Muta'ayyad bi-lláh (ARIZA, A., De Barcelona a Orón .... pp. 390-392). 56 CANTO, A , "Hallazgos monetarios en el período taifa taifa", ", Gaceta Numismática, 105/106,1992, p. 27. 27. 57
ACIÉN, M.. M.. ‘ Del Del Estado ca lifa l.... p. 495. 26
siglo, lo confirma confir ma,, ya que ni siquiera siqui era contem co ntempla pla esta opción opc ión5 58. Por otra parte, el rechazo de algunos soberanos al falso HiSám alzado por los sevillanos no viene determinado, en ningún momento, por estar suprimido el califato sino por tratarse de un impostor59. Analizados todos estos datos tendremos que preguntarnos qué factor resultó determinante para que la opinión historiográfica tradicional haya fijado el final del califato en el mítico año 1031. Sin duda la respuesta se encuentra en la misma historiografía y parece que la obra del arabista holandés Reinhart Dozy de 1861, Historia de los musulmanes de España, podría ser considerada como el inicio de esta consideración. En su tomo tercero sobre el califato de Córdoba, el autor termina con la abolición del califato califa to en el 1031 y con los visires tomando tom ando «las riendas rienda s del Gobie Go bierno rno»6 »60 0, siguiendo las fuentes que ya hemos comentado. El siguiente volumen, el cuarto, trata de los reinos de taifas. Esta división de la historia de al-Andalus es la que se ha seguido empleando en la historiografía y quizá sea Dozy el origen de las posteriores interpretaciones sobre el siglo XI61. Otro monumental trabajo ayudaría a reforzar esta visión. Hablamos de la extensa obra de É. Lévi-Provenfal, La España musulmana (1950), sobre la historia andalusí desde la conquista hasta el 1031. Desgraciadamente el prestigioso arabista falleció seis años después y eso le impidió proseguir con su labor, pero sería precisamente ese nuevo "corte" el que favoreció que la idea del final del califato califa to en el 1031 quedar qu edaraa bien asen a sentad tada6 a62 2. Será a partir de los años 80 y los finales de los 90 cuando se empiecen a cuestionar este tipo de ideas sobre el siglo XI. Por último, antes de concluir, habría que comparar esta "abolición” del califato de Córdoba en 1031 con otras situaciones similares a lo largo de la historia islámica. islám ica. D. J. Wasserst Was serstein ein6 63alude alud e a los casos del final del califato califat o ‘abbásí ‘abbás í y la abolición del fatimí y el otomano. Los "Abbásíes sucumbieron en 1258 a manos de Hülegü pero el califato fue restaurado en El Cairo por los sultanes mamelucos y pese a que el papel de los califas fue escasamente relevante, no hubo acto de abolición por parte de los mongoles sino, simplemente, una extinción. El caso otomano se halla demasiado alejado en el tiempo (1924) de lo que nos ocupa y fue la asamblea nacional turca, una institución secular, la 58 WASSERSTEIN, WASSER STEIN, D., The Caliphate in in the W es t.... p. 155. También hay que recordar que aunque para la teoría es inconcebible, lo cierto es que teoría y práctica no suelen ir de la mano (FIERRO, M., "On Political Legitimacy ..., p. 148). 59 Ibid., p. 157. 60 DOZY, R., Historia de los musulma nes de España hasta la conquista de los almorávides , Tomo tercero, trad. FUENTES, M„ Madrid, 1920, p. 333. 61 WASSERSTE WASSE RSTEIN, IN, D., The Caliphate Caliphate in the W est .... pp. 147-148. 62 63
ROSADO ROS ADO,, M* D., La dinastí dinastía a h am m údí.... p. 17. WASSERSTEIN, D„ The Caliphate Caliphate in in the W es t.... pp. 155-157.
que decidió, en este caso sí, la abolición64. La desaparición del califato fatimí sí se ofrece como un caso más próximo en el tiempo pero allí lo que ocurrió es que Saladino no suprimió la institución (1172) sino que fue desmantelando los apoyos de la dinastía fatimí y poco antes de la muerte del último califa jutb tba a a nombre del califa ‘abbásí65. Se trataba de un se ordenó pronunciar la ju cambio, pero no tanto de institución como de invocación66. Así que el caso cordobés parece ser único en la historia del mundo musulmán hasta la era contemporánea, sin embargo, el restablecimiento del califato en la persona del falso Hiâàm en Sevilla posteriormente a los sucesos del 1031 indica que la cuestión distaba mucho de estar resuelta. Algo similar, salvando las distancias, ocurrió durante el siglo XX tras la abolición del califato. En ese momento apareció un cierto espacio vacío que favorecía la adopción de diferentes soluciones67. Sin duda la cuestión no quedó resuelta y se ha prolongado hasta la actualidad. La mejor prueba de ello es la reciente proclamación del califato por parte del llamado Estado Islámico. Antes de las conclusiones, expongamos otra idea, lbn Hayyán indica que el califato fue f ue abolido pero dejando deja ndo esto de lado, como señala s eñala A. Ariza6 Ari za68 8, habría que q ue plantearse si esto fue o no un acto legítimo. Para ello volvemos a las fuentes: 64 En los inicios inicios de su lucha lucha contra la ocupación europea de Anatolia, Mustafa Kemal Kemal y sus seguidores se mostraban como defensores del Califato frente a las agresiones cristianas. Sin embargo, una vez que los griegos fueron derrotados (1922) Mustafa Kemal empezó a hacer serios esfuerzos por abolir el sultanato (recordemos que el sultán habla colaborado con los poderes occidentales en contra de d e Atatürk). Esta abolición fue progresiva y Kemal trató de reducir red ucir el papel de la familia gobernante otomana, que generaba un sentido de identificación con los mandos militares, convirtiendo el sultanato en una monarquía constitucional y luego aboliéndolo. La estrategia con el califato fue algo similar. Atatürk prohibió a 'Abd al-Maÿid usar el titulo de Halife-i-Resullulah y se esforzó en evitar las referencias al pasado otomano en su construcción de un estado turco homogéneo. De todos modos, la cuestión de la abolición se debatió pero Mustafa Kemal no contempló otras alternativas (tener un califa títere o proclamarse califa él mismo). Argum entaba que la idea de un califato universal no era posible en el mundo de los estados-nación. El califato no podía ser adaptado a la "civilización" occidental y debía ser. por tanto, rechazado (SAYYID, B. S„ A fund ament am ental al fear: fe ar: Eurocentrism Euroc entrism and the emerge e mergence nce o f Islamism, Zed Books, 2003, pp. 58-60). Todo esto se muestra en las palabras de Kemal Atatürk: La idea de un califa único, ejerciendo la suprema autoridad religiosa sobre todos los pueblos del Islam, es una idea salida de los libros, no de (MAÍLLO, F.. Diccionario de historia árabe & islámica, Madrid, Adaba, 2013, p. 60). la realidad (MAÍLLO,
65 Sobre el destino de los últimos Fátimies y cómo cóm o Saladino Saladin o fue preparando preparand o el terreno para para acabar con el califato fátiml se debe acudir a STERN, S. M., "The Succession to the Fatimid Imam al-Ámir, the Claims of the Later Fatimids to the Imamate, and the Rise of Tayyibi Ismailism", 4, 19 51 , pp. 193-255 y CASANOVA, CASANOVA, R, “Les derniers Fatimides" Fatimides",, Mémoires publiés par les Oriens, 4,19 membres de l'Institut F rançais d'Archéologie, d'Archéologie, 6,1897, pp. 415-445. 66
Esto se ve en la carta que Saladino Salad ino envia al al gobernad gob ernador or del Alto Egipto ordenando ordena ndo que la jutb ju tb a sea pronunciada a nombre del califa ‘abbásl al-Mustad¡' (CAMERON, M. y JACKSON, D. E. R, Saladin: The Politics Politics o f the Holy War, War, Cambridge University Press, 1982, p. 47). 67
Sobre esto se puede consultar cons ultar PANKHURST, R., The inevitable inevitable caliphate? A History o f the the Stugglefor Global Islamic Union, 1924 to the Présent, Oxford University Press, 2013. 68 ARIZA, ARIZA , A., Estudio sobre las monedas de los hammúdíes en al-Andalus (siglo V/XI). Tesis doctoral, Vol. I: Estudio, Madrid, Universidad Complutense de Madrid, 2010, p. 252. 28
Los visires y las gentes gente s pasaron la noche en la [mezquita] aljama y decidieron acabar con el asunto de HiSám; entonces fue conducido al castillo de Ibn Saraf, sin que tomasen su firma en la deposición, sin atestiguar su incapacidad para regentar el califato y [sin] la revocac revocación ión de la comunidad comu nidad de su compromiso de fidelidad fideli dad [que [qu e la obligaba], obligaba], según lo habitual en los contratos. Dios, empero, les hizo olvidar eso, ora por indiferencia, indiferencia, ora por p or olvido (...)69.
El texto es relevante por mostrar que en los planes de los cordobeses no estaba el de sustituir a un califa por otro. Lo que se deduce de aquí es que, más que deposición, se trató de una expulsión con bastante celeridad del califa. La opinión de D. J. Wasserstein es que la institución no fue abolida y M. Fierro Fierro considera que la "abolición" debería ser se r tomada como abolición ab olición del califato califat o omeya y de cualq c ualquier uier califato califa to real aunque aun que no de la idea70 idea70. Sin duda, du da, D. J. Wasserstein está en lo cierto cuando señala que hay que diferenciar la decisión decisi ón de d e no tener tene r más omeyas omeya s como com o califas de la de abolir aboli r la instituc inst itución7 ión71 1, y también hay que tener en cuenta el parecer de P. Guichard72, quien considera que los notables cordobeses no pudieron "suprimir el califato" pues eso no estaba en su mano, man o, no estaban estab an legiti le gitimad mados os para ello 73 73, simplemente simplem ente decidieron no reconocer a ningún califa. Carecía de sentido proseguir con la ficción de un califa presente en la sede califal y aspirante a lograr el dominio de ai-Andalus. Ya entonces el poder central había desaparecido y se había fragmentado en numerosas entidades territoriales lideradas por diferentes dinastías. Es posible que haya que plantear la situación como la deposición de un califa pero también la abolición del califato en su sentido real y práctico, no en la teoría (lo que no estaba a su alcance), como com o el único modo mo do de acabar acaba r con una situación que debía resultar desesperada para los cordobeses. La fitna fit na había sido demasiado larga, traumática y cruenta. Habían sido más de dos décadas plagadas de batallas, saqueos, saqueo s, asesinato ases inatos7 s74 4. Ante la imposibilidad de restaurar el califato omeya y la ausencia de un candidato capaz de obtener 69
IBN BASSÁM, BASSÁM , DA) IRA EN ARIZA, ARIZ A, A., Est Estudio udio sobre sobre la s .... p. 251.
70
FIERRO, M„ "On Political Political Legiti Le gitim m acy . . , p. 147-148. 147-148.
71
in the W est.... p. 152. WASSERSTEIN, WASSE RSTEIN, D„ The Caliphate in
72
GICHAR GIC HARD, D, P., Esplendor y fr agilida d de al-Andalus, Granada, Eug, 2015, pp. 142-143.
73 D. J. Wasserstein considera lo lo siguiente: «That an Islamic Islamic institution, institution, one one bom, bom , according to the theorists, of divine authority, might simply be abolished as a political action by the city fathers of Cordoba is startling in the extreme; it is, prima facie, a most unlikely sort of action, and, as the evidence, I believe, shows, it did not happen» (WASSERSTEIN, D„ The Caliphate in the West.... p. 148). 74 MANZ MANZANO, ANO, E., E., "Algunas reflexiones reflex iones ..., p. 161. Nada menos que siete califas omeyas y tres tres hammüdfes gobernaron en diferentes momentos.
el apoyo mayoritario mayori tario de la comunidad comun idad andalus an dalusí7 í75 5 lo mejor era acabar acab ar con el problema y con la inestabilidad. Por ello no se puso fin a la idea del califato7 califat o76 6, ya que en una sociedad plenamente plena mente islamizada islamiza da como com o la andalusí andalus í de estos momentos eso no era posible, pero sí se acabó con el hecho de que Córdoba Córd oba7 77 siguiera siendo sien do la dar al-j¡láfa, como com o la deno d enomi minan nan las fuen fu entes tes7 78. En este sentido, además de la abolición se expulsa a todos los Banü Omeya y se pregonó prego nó que nadie n adie de la prestigio pres tigiosa sa familia f amilia quedara que dara en la ciuda ci udad7 d79 9. Los hammüdíes seguían presentes en Málaga, siendo reconocidos en varios puntos de al-Andalus y el Magreb, pero Córdoba ya le había revocado la bay'a a Yahyá al-Mu'talí mucho antes80. De esta manera la antigua capital y sede del califato pasaba a ser gobernada por un consejo con Abü l-Hazm b. Yahwar al frente, que buscaba la estabilidad que llevaba sin disfrutar la fit na . No sabemos si lo que sucedió en 1031 ciudad desde el comienzo de la fitna fue traumático pero lo cierto es que el califato real hacía tiempo que era una ilusión y había caído en el descrédito81.
75
ARIZA, A., Est Estudi udio o sobre la s.... p. 252.
76 Los títulos, las acuñaciones, acuña ciones, la presencia hammüdi y el alzamiento por los sevillanos del del falso HiSám HiSám indican qu e si tuvo lugar la abolición, no todos estuvieron de acuerdo. 77 La carta que el eslavo Zuhayr de Almería Almería dirige a lo loss cordobeses indica un cierto reconocimiento del pasado califa! de Córdoba: Vosotros Vosotros,, tribu de dirigentes y grandes grand es hombres, sois los mejores del país, los restos de un época, la fuen te del fue go y del de l pensamien pen samiento, to, y la asamblea asam blea que es imitada y señalada, señalada, que vel vela a por la comunidad y a la que es confiada el cuidado y la prosperidad de la umma (...) (ROS (ROSAD ADO, O, M* M* D„ D„ LLaa dina dinastí stíaa h a m m ü d i p . 205) 205).. La que proporciona la correcta guia. (...)
78
IBN IALDÜN, IALDÜN , Kitáb al- lbar en en ROSADO, M* D„ La dinastía hammüdi.... p. 304.
79
IBN 'IDARl AL-MARR ÁKUSI, La caída caída del Califato .... p. 131.
80 ARIZA, A., Estudio Estudio sobre la s .... p. 252. 81 HiSám 111 envió a Fa’iz b. al-Mugira al-M ugira a Muqátil de Tortosa y allí el visir vis ir encontró al poeta Abü-1-Rabi‘a Sulaymán b. Ahmad al-Qudál al que le dijo que si marchaba a Córdoba podría ser visir como él pero el literato le respondió: ¡Míra ¡M írate te llam ándote ánd ote visir vi sir !¿D !¿ D e q uién uié n eres e res tú visir? vis ir? ¡Por ¡Po r al-Mu'minín no significa Dios la expresión Am ir al-Mu'minín significa nad a!¿Có mo po dría significar algo la de "visir del Amir al-Mu'minín? (IBN BASSÁM, Dajira, RAMIREZ, RAMIREZ, |, La orientalización orientalización d e al-Andalus. al-Andalus. Los días de los árabes en la Península Ibérica, Sevilla, Universidad de Sevilla, 2002, p. 209). 30
EL MODELO DEL CALIFATO HAMMÜDI
La dinastía califal de los Hammüdíes representa la transición entre el poder unitario y centralizado del Califato de Córdoba y el que se percibe en el período de los reinos de taifas, resultando un elemento imprescindible para comprender de manera adecuada el contexto de los mulük al-tawá’if. En este apartado intentaremos abordar, desde un punto de vista cronológico, la evolución del califato hammüdí en una síntesis necesaria y no demasiado detallada ya que existen estudios muy recien rec ientes tes sobre sob re la dinas din astía tía8 81. Un primer aspecto que debemos abordar es el de la legitimidad. La dinastía poseía unas credenciales intachables al ser descendientes del Profeta Profe ta por po r medio de su hija Fátima Fá tima,, casada casad a con ‘Al ‘Al!8 !82. Su proce pro ceden dencia cia también era idrísí (ver cuadro genealógico en anexo IV), familia que había gobernado el Magreb occidental pero sin arrogarse nunca el título califa ca lifal8 l83. El El otro gran pilar en el que se sustentar suste ntará á la legitimid leg itimidad ad de los Hammüdíes para estar al frente del califato será el presentarse como heredero s del califa omeya Hisám Hisám 11 al-M u’ayyad. Lo podemos ver reflejado en la siguiente composición de ‘Ubáda ibn Má' al-Samá’, en elogio de 'Al! ibn Hammüd:
81
ROSADO, ROSAD O, M* D„ La dina ...; ARIZA, A., De Barcelona a Orón . . . dinastí stía a ha mm üdí ...;
82 ROSADO, ROSA DO, M* D., La dinastía hammüdí.... p. hammüdí.... p. 101. Sin embargo, hay dudas sobre su impecable genealogia y su descendencia de 'Alt Algunos investigadores arrojan ciertas sospechas sospec has sobre el hecho de que Idris II fuera hijo de Idris I, véase BENCHEKROUN, C. T, "Raíid et les Idrissides : l'histoire « originelle » du Maroc entre marginalisation et glorification", Al-Qantara glorification", Al-Qantara,, 3 5,1,20 14, pp. 7-27. 7-27. 83 A pesar de ello las relaciones que los Omeyas establecieron establecier on con los idrisíes fueron fueron muy diferentes a las que mantuvieron con el resto de soberanos del espacio magrebí. El emirato independiente establecido por los idrisies se habla dividido en ramas y poderes independientes que sucumbiero sucu mbiero n en la pugna entre Fati míes y Omeyas po r el Magreb. Magreb . El califato de Córdoba, Córd oba, al ocupar Marruecos había hecho vasallos a varias ramas de la familia. «De este modo, controlados y de alguna forma "domesticados", hablan aportado al po der omeya una garantía siempre bien vista, por el valor mágico-religioso de su ascendencia profètica» (GICHARD, P„ Esplendor.... p. Esplendor.... p. 138).
A ti los lo s corazones, coraz ones, hasta los lo s espíri es píritus tus de rebeldía rebeldí a obedecen, obede cen, pues pu es el e l partido part ido de Dios Dio s es tu partido, part ido, ¡'Alí! Todo el que rivalice en el éxito contigo es embustero; del falso fa lso pretendiente imita el embuste. embuste. A ti preserva pres ervan n del frac fr acas aso o un pacto pac to con HiSám y un antep a ntepasa asado do HáSim. HáSim. Sólo te llaman con el nombre de ascendiente, Para Para que el primer prim er nombrado sobreviva en el segundo. segundo. Y si el vanidoso dice: «Mi padre es un tal» Bástete responder: «El mío m ío es el Profeta»8* Profeta»8*.
Esta composición señala de una forma muy determinante los dos puntos que comentábamos acerca de la legitimidad, pues habla del "pacto" con al-Mu'ayyad8 8 458 6y del hecho hech o de que su antep an tepasa asado do sea HáSim, bisabue bisa buelo lo del Profeta. Con estos argumentos ‘Alí ibn Hammúd se rebela contra el califa omeya Sulaymán al-Musta‘In (405/1014-1015), que le había nombrado gobernador de Ceuta, Ceuta, reconociendo en realidad realidad una situación de hecho“ . La princip principal al bandera enarbolada por ‘Alí contra la autoridad cordobesa era prestar auxilio a HiSám al-Mu'ayyad, que supuestamente le había nombrado heredero en una carta, ante la represión que Sulaymán al-Musta’ln había ejercido contra él87. El hammüdí envió la carta a Habbüs b. Máksan b. Zírí al-Sinháyí de Granada y a Jayrán al-'Ámirí de Almería, para que le ayudaran en su objetivo de auxiliar
84 85
dinastía a ha m mü dí.... p. 106. ROSADO, ROSA DO, M* D., La dinastí
HiSám HiSám solía decir, decir, mediant e enigmas de com bates y escritos de relatos, obsesionándose el mismo: «El que se levante en Ceuta d ominará al-Andalus; su nombre e mpieza po r ‘ayn». ‘ayn». Y no cesó de otear su aparición hasta que 'Alí b. Hammúd rigió Ceuta; entonces le escribió nombrándolo heredero, por la excelsitud de su casa, además de su renombre (IBN TDÁRl AL-MARRÁKUSI, La caída caída del Califat o .... p. 108). No sabemos si el califa omeya realmente nombró heredero a *AII pero M* D. Rosado plantea la posibilidad de que tuviera lugar (ROSADO. M* D., La dinastía hammüdí .... p. 91) y A. Ariza cuestiona la falsedad tajante que la historiografía ha atribuido a este hecho (ARIZA, A., Estudio sobre las .... pp. 117-124).
86
A ‘ lí ibn Tras la rota del Guadiaro (400/1010) y en la misma fecha, (...) (... ) efectuóse el paso de Alí Hamm úd a Ceuta, Ceuta, que se apoderó de ella en nombre de Sulaymán, (...) (IBN 'IDÁRl AL-MARRÁKUSI, La caída del Califato .... p. 90). Cuando Sulaymán se consolidó en Córdoba entregó el gobierno del Magreb a los Hammúdíes (Tánger y Arcila a al-Qásim; Ceuta a ’Alí) (ARIZA, A., De Barcelona a Orón .... p. 73). 87 Interesa señalar seña lar que desde el 405/1014, 405/101 4, 'A 'Alí ordena emitir, tanto en oro como en plata, monedas a nombre de HiSám al-Mu'ayyad en las que figura él como heredero (ARIZA, A., De Barcelona a Orón .... pp. 90-92).
32
luego la mar, mar, e veno se para Malaga, e fu e y bien rresfebid rresf ebido o de a HiSám88. Paso luego todos, (...J89. Después salió Jayrán de Almería y 'Ali 'Ali ibn ibn Hammüd de Málaga Málaga y marcharon sobre Córdoba. Combatieron a Sulaymán b. al-Hakam, Ali A ’ li le venció y le hizo prisionero90. 'Alí hizo su entrada en la sede califal el 22 de muharram de
407/1 de julio de 1016, y buscó a Hisám en el alcázar pero no lo encontró. Se le informó de que había sido ejecutado y A1T ordenó que fuera desenterrado. Finalmente depuso a Sulaymán y él mismo le dio muerte cortándole el cuello91. fi zo este A li venir ante si a todos los de Cordoua, e a todos los que fuera fue ran n Después fizo vasallos de (fulem (fulema; a; e fiz o los quel feziesen fezies en pleito e omenaje, ellos fezieron fezier on gelo. E de allí a llí en adelante adelante fue fu e el señor de todo el rregno 92.
De este este modo A lí se hizo reconocer recon ocer califa93y califa93y adoptó, ad optó, no por casualidad, el laqab de al-Násir li-dín Alláh, "El Defensor de la religión de Dios". Se trata del mismo título que llevó Abd al-Rahmán III, el primer califa de Córdoba, y expresaba la idea de situarse como una continuación de la dinastía omeya, que había regido el califato hasta entonces94. Se trataba de insertarse en la "tónica" andalusí, en una continuidad más que en la inauguración de un nuevo régimen vagamente Sí*í del que han sido habitualmente sospechosos los Hammüdíes95. Habiendo analizado ya el acceso de los hammüdíes al poder pasemos ahora a recorrer, de forma sintética, la evolución histórica de la dinastía. Los dos primeros califas, Alí al-Násir (407-408/1016-1018) y su hermano al-Qásim al-Ma’mün (408-414/1018-1023), tendrán que hacer frente a un escenario adverso. En contra del primer califa hammüdí alzarán los eslavos al califa omeya al-Murtadá bi-lláh ("El que es agradable a Dios") en el 407/1016-101 407/1 016-1017 7 o en el el 408/10 40 8/1017-1 17-10189 01896 6y eso desatará la ira ira del califa idrisí 88
ARIZA, A., Estudio sobre las ...,p. 115.
Escoria ia de España de Alfonso X .... p. 370. La cronística cristiana aporta 89 CAMPA, M. de la. La Escor algunos elementos interesantes sobre los Hammüdies en la Escoria de España de Alfonso X. Sobre la toma de Málaga por 'Ali hay que añadir que no todas las fuentes son unánimes (IBN 'IDARl AL-MARRÁKUSI, La caída del C alifato .... p. 106). 90 IBN ‘ASKAR ASK AR e IBN )AMIS, A’ A ’lám Málaqa M álaqa en ROSADO. M» D., La dinast dinastía ía ham mü dí.... p. 272.
91
Califato .... p. 106. IBN 'IDÁRl AL-MARRÁKUSI, AL-MARR ÁKUSI, La caída del Califato
92 CAMPA, M. de la, La Estoria de España de Alfonso X .... p. 370. 93 Según A. Ariza 'Al 'Alíí al-Násir b. Hammüd se convierte en el el primer califa ‘alawi y en el primer soberano háSimi que lleva el titulo de imam pues aunque ya algunos idrisfes hablan figurado con esta titulación en inscripciones, el protocolo idrisi dejaba la denominación de imam para el califa 'abbásí de Bagdad (ARIZA, A., Estudio sobre las .... p. 166). 94 De hecho, la interpretación interpretaci ón de Wasserstein Wasserste in es que no encontrar enco ntrar a HiSám vivo no no significaba significab a que los Omeyas fueran excluidos del califato y en ese plano estarla el laqab adoptado por 'Ali Rise and Fall ofth e Party-Kin Party-Kings gs .... p. 72). (WASSERSTEIN, D„ The Rise 95 GICHARD, GICHA RD, P„ Esplendor.... p. 139. 96 ROSADO, M* D., La dinastía hammüdí.... p. 113. Este biznieto de 'Abd al-Rahmán III se levantará contra los Hammüdies Hamm üdies aupado por el el gobernado gober nadorr Mundir Mund ir b. Yahyá al-Tuyíbí al-Tuyíbí de Zaragoza y su aliado el conde Ramón Borrell I de Barcelona, numerosas ciudades del este de al-Andalus
(que temió la agitación pro-omeya en la capital). Éste cambió de orientación en su política hacia las gentes de Córdoba sometiéndolas a [toda]clase de impuestos; resolvió resolvió despoblarla y exterminar a sus gentes, para que no hubiese jam ja m á s en ella un califa de los manv ma nván áníe íes9 s97 7. De este modo el Sarq al-Andalus
se rebela contra la nueva dinastía y ‘Alí al-Násir9899salió 9salió de campaña en el 408/1017-1018 para acabar con la sublevación. Sin embargo no pasó de Guadix y fue asesinado ese año en los baños de su palacio". Será sucedido por su hermano al-Qásim al-Ma'mün pese a que el heredero designado era su hijo Yahyá y será al-Qásim quien haga frente a la coalición. Ésta terminará derrotada frente a Granada por los ziríes y su califa al-Murtadá asesinado en Guad Gu adix ix por p or sus su s prop pr opios ios par p artid tidar arios ios1 100. Al-Qásim al-Ma’mün ("El Fidedigno", "El Protegido") representa un califato más conciliador y tratará de lograr el apoyo de las diferentes regiones de al-Andalus. Su política de pacificación, el reconocimiento de jayrán en Almería y la entrega de jaén. Baza y Calatrava a Zuhayr indican un planteamiento inteligente que habría hecho posible el asentamiento estable y progresivo p rogresivo del pode p oderr hammü ham müdí1 dí10 01. Sin embargo, embar go, en el 412/102 412 /1021 1 su sobrino sob rino Yahyá se subleva contra él con el apoyo de los beréberes, descontentos con un régimen que consideraban que los marginaba, y en contra también del veleidoso Jayrán. Al-Qásim huye a Sevilla y Yahyá entra en Córdoba (412/1021) donde se hace proclamar califa con el laqab de al-Mu'talí bi-lláh (“El elevado por Dios”). La situación que se produce ahora es de bicefalia como Valencia, Játiva, Alpuente, Tortosa y, posiblemente, Muyáhid de Denia (V1GUERA, M* |., “Historia política“, Historia de España de Ramón Menéndez Pidal, Los reinos de taifas Al-Andalus en el siglo XI, V1GUER V1GUERA, A, M *). (coord.J, VIII, Madrid, Espasa Calpe, 1994, 1994, p. 36; ARIZA, A., Estudio sobre sobre la s . . , p. 172). Destaca Destaca entre los soportes del califa omeya omeya el eslavo ‘amirí jayrán de Almería, que antes había prestado un decidido apoyo a ‘Alí. En realidad lo que buscaba jayrán era acabar HiSám, vivo y hacerse con el control de la situación. con el califa Sulaymán, encontrar encon trar o su señ or HiSám, Como no lo encontró decidió erig e rigirá irá un contracalifa contracalifa en el Levante Levante (IBN ‘IDÁRl AL-MARRÁKUSI, La caída del Califato .... pp. 110-111). 97 98
caída del Califato .. .. p. 111. IBN 'IDÁRl AL-MARRÁK USI, La caída Sobre el asesinato del primer califa hammüdí hammüd í véase la Dajíra de Ibn Bassám (ROSADO, M* D„ La dinast dinastía ía ham mü dí.... pp. 248-249). dinastí stía a h am mü dí . . , p. 277. 99 IBN AL-JATIB, Iháta en ROSADO, ROSADO , M* D„ La dina 277. Según otras fuentes, fuentes, esto sucedió el mismo día que el califa planeaba emprender em prender la expedición contra c ontra los rebeldes (Dikr bilád al-Andalus, al-Andalus, edición, traducción, notas e índices por MOLINA, L, Una descripción anónima de al-Andalus, vol. 2, Madrid, CSIC, Instituto Miguel Asín, 1983, p. 216). 100 GICHAR GIC HARD, D, P., Esplendor.... p. 140. Los ziríes reconocían a los hammúdíes y por ello, Záwí envía la parte del botín que le corresponde a al-Qásim como califa, entre ella el pabellón r eal de al-Murtadá (IBN BASSÁM, Dajíra en ROSADO, M* D., La dinast dinastía ía hom m üdí.... pp. 255-256).
101 101 GICHARD, GICHA RD, P. P. y SORAVIA, SORAV IA, B., Los reinos de taifas .... p. 36. Parece que Zaragoza y Valencia (desde el 411/1021 con la llegada de ‘Abd al-’Aziz al poder) también prestaron reconocimiento a al-Qásim. Alpuente parece mantener man tener su lealtad lealtad a los Omeyas ya que allí se refugia el hermano dinastí stía a h am m üdí.... pp. 198-199). del difunto al-Murtadá (ROSADO, M* D., La dina 34
en el califato ya que tío y sobrino continuarán siendo califas. El primero en Sevilla Sev illa y el seg s egun undo do en e n Cór C órdo doba ba1 102. Yahyá al-Mu'talI gozó del califato más extenso del que tuvieran los Hammüdíes (412-427/1021-1035) pero pero tuvo tuvo que hacer h acer frente frente a numerosos numerosos contracalifas. Su tío volvió a Córdoba en el 413/1023 y luego la dinastía omeya fue restaurad resta uradaa en Córdob Có rdobaa hasta hast a el 416/102 416/ 1025 5 con otros dos d os calif ca lifas as1 103. Dos veces también gobernó Yahyá en Córdoba (412-413/1021-1023 y 416/1025) pero parece que su política se orientó más hacia el norte de África. De ahí el cambio y traslado definitivo a Málaga como nueva sede del califa cal ifato1 to10 04 (ya que acuña con el nombre nomb re de ceca Madínat Málaqa1 Málaqa 10S1), 6 0 ), que permitía perm itía contro co ntrolar lar las ciudade ciud adess marítim mar ítimas as de ambos amb os lados lad os del Estr E strech echo1 o10 04. Yahyá nunca fue reconocido en la Marca Superior, ni en el Levante, ni en Alpuen Alp uente, te, y Sevilla Se villa se rebeló contra contr a él1 é l10 07. Cuando Cuand o trató trat ó de som s omete eterr a los Birzálíes de Carmona y a Sevilla (donde los 'Abbádíes acababan de alzar, supuestamente, al mismísimo HiSám II, como veremos en el siguiente apartado) fue derrotado y pereció (427/1035). Tras él, los Hamm H ammüdíes üdíes no intentarán volver v olver a Córdoba Córd oba1 108 y tendrán un control directo sobre un territorio no muy extenso (Málaga, Algeciras y Ceuta) aunque aun que seguir se guirán án prese p resentá ntándo ndose se como co mo calif c alifas as1 10910y, 0y, en general, gozarán del reconocimiento de las taifas beréberes del sur, de las zonas del norte del Magrib al-Aqsá y de algunos otros poderes (sobre esto hablaremos en el siguiente apartado). Los emires de esos territorios se presentan, teóricamente, investidos de su poder por el califa hammüdí aunque, en la práctica, sean independientes. «Pero solo toman laqabes en laqabes en dawlá dawlá (del tipo Sa yf al-Dawlá, al-Dawlá, que que significa "espada de la dinastía") y no acuñan moneda, lo que significa que dependen del poder superior del soberano de Málaga, cuyo cuyo sobrenombre incluye Alláh y que acuña una importante cantidad de moneda donde inscribe su nombre, (...)»no. 102 GICHAR GIC HARD, D, P„ Esplendor .... .... p. 141. 103 ROSADO ROS ADO,, M* D„ La dinast dinastía ía ha m mü dí.... pp. dí.... pp. 199-200. 104 A partir del 417/1026 417/1 026 con el el traslado definitivo de Yahyá a Málaga, el califato hammüdí hamm üdí se sustentará sobre dos polos: Málaga Málaga como com o sede del califa y Ceuta como la del del heredero hered ero (CALERO, M* I., "Dos ciudades hammüdíes: Málaga y Ceuta", Miscelánea Miscelánea d e Estudios Árabes y Hebraicos. Hebraicos. 42-43,1993-1994, p. 37). 105 ARIZA, A.. Estudio Estudio sobre las . ... p. ... p. 248. Más adelante se generaliza la forma Málaqa. 106 ACIÉN, M., "Los hammüd íes.......p. 56. 107 ROSADO ROS ADO,, M* D., La dina dinastí stíaa h am mü dí.... pp. dí.... pp. 200-201. 108 En el 420/1029-1030 420/10 29-1030 fue proclamado HiSám HiSám III III en Córdoba, siendo depuesto dos años después (422/1031) y no admitiendo tras él más califas. 109 Tampoco los últimos últimos califas califas omeyas habían sido reconocidos en todos los territorios de de al-Andalus ni habían gobernado más que la zona de Córdoba. 110 GICHARD, GICH ARD, P., Esplendor.... p. 142.
Idrís I sucede suce de a su hermano he rmano Yahyá y tendrá que hacer h acer frente al falso f also HiSám II111 de los sevillanos, sevilla nos, organizá o rganizándose ndose una razia contra Sevilla Se villa en su nombre (427/1036). Tras la muerte de este califa (431/1039) la historia de la dinastía se hace más comple com pleja1 ja11 12y la sucesión suces ión establec es tablecida ida se puede encontra e ncontrarr con rebeliones (Yahyá al-Qá’im bi-amr Alláh) y con restablecimientos del heredero designado (Hasan al-Mustansir). Desde el 434/1042 y hasta su asesinato asesinat o poco tiempo después, el eslavo Nayá’113 dirigirá los asuntos del gobierno en nombre de Idrís II al-'Álí. Contra este califa se alzó después su primo Muhammad al-Mahdí (438/1047) y se producirá una nueva bicefalia en el califato califato con el primero instalado en Comares Com ares o Bobastro Bobastr o y el segundo en Málaga. Se inició entonces una guerra civil en la que los sinháya intervienen a favor de Idrís II y fueron fuero n derr de rrot otad ados os1 114. Desde este punto la situac sit uación ión de división llega a su cénit en el 439/1047-1048 o el 440/1048-1049. Los soberanos de Granada, Carmona y Arcos deciden invocar a Muhammad b. al-Qásim b. Hammüd, hijo de al-Qásim que residía en Algeciras. En este momento, como dice Ibn Hazm, había en al-Andalus cuatro califas en un recorrido de tres jorna jor na das da s por otras tantas, cada uno de los cuales se hacía llamar emir de los creyen cre yen tes"5 tes" 5. Uno de ellos era el falso Hiáám y los otros
Muhammad b. al-Qásim en Algeciras, Muhammad al-Mahdí en Málaga e Idrís II al-'Álí en Bobastro. Ciertamente, el período en el que las taifas habían reconocido plenamente como califas a los Hammüdíes Hammü díes había pasado, y ahora sus soberanos intervenían en los conflictos dinásticos de aquellos apoyando a los diferentes difere ntes aspira a spirante ntess o haciendo haci endo y desha de shacie ciendo ndo cali c alifa fas1 s11 16. A comienzos del 445/1053 el califa Idrís II al-'Álí vuelve a Málaga de nuevo1 nue vo11 17 pero los territorios territo rios peninsulares peninsu lares de la dinastía se habían dividido 111 111 Esto se puede aprecia apr eciarr en su laqab al-Muta'ayyad (“El apoyado apoya do en Dios“) o, como proponen M. Vega y S. Peña, al-Muta’ayyid ("quien se apoya en Dios") que comparte raíz y sentido con al-Mu’ayyad bi-lláh, el laqab de Hisám II (VEGA. M. y PEÑA, S., "Un dlrham a nombre nomb re del hammudi hamm udi Al-Q antar tara, a, XXV, 2004, p. 246). Idrís al-'Azíz bi-[A]lláh (luego llamado al-Muta'ayyid bi-(A)lláh)", Al-Qan No podría ser casual que Idrís escogiera llevar ese laqab teniendo en cuenta su significado. 112 Sobre el el devenir de la dinastía se puede seguir la Crónica anónima (Anónimo, Ta'ríj mulúk al-tawá'if, Crónica Anónima d e los Reyes de Taifas, Taifas, Edición y traducción po r MAÍLLO, MAÍLLO, F„ Madrid, Akal, 1991, pp. 17-20), el Bayán, pp. 181-183 181-183 y las publicaciones ya citadas de M* D. Rosado y de A Aríza. 113 113 Regía Regía los destinos de Ceuta, Tánger y el resto resto de posesiones africanas de los los Hammúdies en nombre de Hasan al-Mu stan;ir. Cuando Cu ando éste muere pasa a la Península para para hacerse con Málaga Málaga y Algeciras pero sólo conseguirá someter la primera, siendo asesinado en el 434/1043 cuando regresaba del ataque sobre Algeciras (ROSADO, M* D., La dinastía hammudi.... p. 168). 114 El califa depuesto depues to Idrís II II se marchó allende el Estrecho, luego, después de eso, volvió a al-Andalus y permaneció jun to a Abú N úr b. Abi Qurra al-lfrani, al-lfrani, señor d e Ronda, unos meses, y lo invocó como califa (IBN 'IDÁRl AL-MARRÁKUSI, La caída del Califato .... p. 182).
115 Ibid., p. 203. 116 GICHARD, GICHA RD, P. P. y SORAVIA, SORA VIA, B., Los reinos de taifas .... pp. 77-78. 117 117 A Muhammad al-Mahdi le habla sucedido su sobrino Idrís Idrís III III al-Muwaffaq en un un brevísimo brevísimo gobierno. 36
y se regían desde dos sedes (Málaga y Algeciras). Todavía habrá dos soberanos más, al-Qásim al-Wátiq en Algeciras y Muhammad II al-Musta‘lí en Málaga. Sobre ellos pesa la duda de que adoptaran el título de califas. La bibliografía, siguiendo a al-Bakri y el Bayán, considera que Muhammad II tomó únicamente el laqab de al-Musta‘II pero no la dignidad califal porque los emires beréberes se lo habían conferido a Muhammad b. al-Qásim de Algeciras"8. Sin embargo Ibn Jaldün dice que se hizo la jutb a en su nombre en Málaga Málaga,, Almer íay Ronda"*. Ronda" *. Como elemento e lemento añadido hay un hecho hecho importante y es que no tenemos acuñaciones de Muhammad II al-Musta'11 y ésa podría ser la prueba de que no llegó a proclamarse califa aunque no habría que descartar que, en un futuro, futuro, aparezcan emisiones em isiones con su nombre1 nombre 120. 9 1 820. Por otro lado, para al-Qásim al-Wátiq de Algeciras A lgeciras sí contamos conta mos con acuñ a cuñacio aciones nes1 121 aunque aun que en varias vari as fuentes fuen tes consta con sta que no fue proclam pro clamado ado califa ca lifa1 122. Tampoco está clara la fecha de deposición para el caso de Muhammad II123 pues pue s las crónicas crónic as ofrecen ofrec en varias: 447 4 47/1 /105 0551 512 24 en opinión opini ón de al-Bakri, al-B akri, 449/1 44 9/1057 057-10 -10581 5812 25 según Ibn )aldún y el el lejano 465/1 465 /1072 072-10 -10731 7312 26 que consigna el Bayán. Finalm Fin almente ente será Bádís de Granada Grana da el que tome Má Málag laga1 a12 27
Málaga y Algeciras Algeciras,, Málaga, 1955, p. 49. M8 118 118 SECO DE LUCENA, L , Los hammüdíes, señores de Málaga D. Rosado señala que esto no es posible dado que por aquella fecha ya habla muerto Muhammad dinastía a ha mm üdí .... b. al-Qásim (ROSADO, M8D„ La dinastí .... p. 182). dinastía a ha mm üdí .... 119 IBN IALDÛN, IALD ÛN, Kitáb al-'lbar en en ROSADO. M8D.. La dinastí .... p. 307.
120 ARIZA, ARIZA , A., Estudio Estudio sobre las .... p. 574. 121 121 ARIZA, ARIZA , A., De Barcelona a Orón .... pp. 331-333. 122 ROSADO ROS ADO,, M8 D., La dinastí .... p. 189. dinastía a ha m mü dí .... 123 De hecho hec ho el Ibn ’Idári ’Idár i menciona menc iona a un hammü ham müdí dí más: Vahyà Vahyà b. Idris b. ‘AH. AH. Sobre él dice fue el último de ellos (...) un muchacho, (...) [a quien] su padre dejó pequeño, as í pues se encargó de su asunto un visir de su padre. padre. Se tituló este jove n eemir mir de los creyentes, adoptó el n ombre honorífico de al-M ah díy se le invocó invocó en en la jutba en los almimbares (IBN ’IDÀRl AL-MARRÀKUSI, La caída del Califato .... p. 221). M8 D. Rosado Rosado considera que se trata trata de un error (ROSADO, M8 D„ La dinastía hammüdí.... p. 182) pero otros autores lo consideran probable (ARIZA, A., Estudio sobre las .... p. 573) o cierto (IDRIS, H. R., "Les zirides d’Espagne", Al-An Al- Anda dalus lus,, 29, Vol. 1,1964, p. 73, nota 38).
Tampoco se conocen monedas acuñadas a su nombre. Sobre él se puede encontrar información en WASSERSTEIN, D., The Caliphate in .... p. 95. Al-Musta'li se exilió a Almería pero en in the W es t .... el 459/1067 pasó el Estrecho en dirección a Melilla, llamado por sus habitantes y por los Banú Wartadí que le hicieron la bay'a y que le reconocieron como califa hasta su muerte a fines del 460/1068 (ROSADO, M8D., La dinastí .... p. 186). dinastía a ha mm üdí .... 124 AL-BAKRI, Kitáb al-masálik wa 1-mamáUk, trad. Mac Guckin de Slane, Description de IAfrique septentrionale, Argel, 1913, p. 300. 125 IBN IALDÛN, IALDÛN , Kitáb Kitáb al-'lbar wa-diwán wa-diwán al-mubtada'wa l-jab arfiay yám al-'arab al-'arab wa l-'ayam l-'ayam wa I-barbar wa-man 'asara-hum min dawi I-sultán al-akbar, trad. parcial del Barón de Slane, Histoire des Berbères et des dynasties musulmans de l'Afrique septentrionale, vol. 2, Argel, 1854, p. 63. 126 IBN ’IDÀRl ’IDÀ Rl AL-MARRÀKU AL-MA RRÀKUSI, SI, La caída de l Califato .... p. 183. 127 Resulta llamativo que las Memorias de ‘Abd Alláh denominen a los últimos hammúdies sultanes y no califas (ABD ALLÀH BULUGGlN, Mudakkirát al-amir 'Abd Alláh, El siglo XI en 1.* persona: Las
y la anexione a sus dominios por miedo a que lo hiciera Sevilla, que ya había incorpora incor porado do Alge A lgecira cirass (446/ (44 6/10 105454-10 10551 5512 28). Efectuado ya un vistazo rápido por la evolución histórico-cronológica de la dinastía, pasemos a analizar otros aspectos dejando de lado, momentáneamente, el tema de los laqab/s, que será abordado en el epígrafe referido a los títulos honoríficos. Lógicamente a las emisiones monetales de los Hammüdíes habría que dedicar algo de espacio. Sus acuñaciones mantendrán la tradicional calidad de la moneda mon eda califal (al (al menos hasta el prime p rimerr tercio del siglo sigl o XI' X I'2 29) y constituyen la muestra por excelencia de que poseían el califato al acuñar en oro, tradicional prerrogativa califal. La calidad de las emisiones hammüdíes explica su dispersión incluso a espacios que no dominaban (hasta en los condad con dados os catalan ca talanes es se han hallado hallad o piezas) p iezas) y su imitación imitac ión por los cristi cri stian anos1 os13 30. Por otro lado, precisamente es en la numismática donde se aprecia el deseo hammüdí de elaborar un modelo que aglutine las distintas realidades de las dos orillas del Estrecho. En este programa hay varios elementos que se muestran como clave131: • el pez, su imagen aparece en dírhams ceutíes del califa 'Alí en el 408/ 40 8/10 1017 17-10 -1018 181 132(figura 1). Los peces podrían constitu con stituir ir una referencia "Memorias" de Abd Allah, último rey ziri de Granada, Granada, destronad o por los almorávides, traducción por
LÉVI-PROVENÇAL, E. y GARCÍA GÓMEZ, E., Madrid, Alianza, 2010 [1980], p. 134). 128 SECO DE LUCENA, L , Los hammüdíes hammüdíes .... p. 53. No se sabe mucho de al-Qásim tras su salida de Algeciras. Parece que pretendía pasar a Ceuta pero, al al saber que Suqqut al-Bargawáti no estaba dispuesto a recibirle, se dirigió a Almería donde permaneció hasta su muerte en el 450/1061-1062. Otras fuentes señalan que se marchó a Córdoba aunque M* D. Rosado considera que el destino almeríense es más probable por encontrar el laqab del califa califa bammúdi bammú di (al-Wátiq) en una moneda (ROSADO, M4D„ La dinastía .... p. 190), (ARIZA, A., Est dinastía hamm üdí .... Estudi udio o sobre sobre la s .... pp. 581-583). 129 ARIZA, A., "De "De la la legitimidad legitimidad hammúdf a la legitimidad legitimidad almorávide. La moneda de Taifas Taifas (siglo V/XI)", Revista Revista Num ismática OMNI, 1,2014, p. 115. 130 LÓPEZ, E., 'Acuñaciones monetarias de al- An da lus ,.... p. 75. 131 131 Seguimo s el análisis de A. Ariza (ARIZA, A., 'D e la legitimidad ha m m üd í.... pp. 116-117). 132 Sobre este peculiar ornamen to, que Codera identificó como un atún, las explicaciones propuestas han sido varias. 1.1. Rodríguez y T. Ibrâhîm señalan la importancia del atún en la industria ceutí desde época fenicia (RODRÍGUEZ, |. ). y IBRÀHlM, T, Numismática de Ceuta musulmana, Madrid, 1987, p. 84). A. Ariza rechaza la vinculación con la zona del Estrecho, lo considera considera un elemento ciertamente ciertamente mágico y protector del mal, talismànico talismànico (ARIZA, A , "Leyendas "Leyendas monetales, iconografia y legitimación en el califato hammúdf: las emisiones de ‘Ali b. Hammúd del año 408 (1017-1018)", al-Qantara, 25, 2004, p. 224-225). Para S. Peña y M. Vega el pez. basándose en un episodio corán ico, podría h acer referencia a la unión unión de las dos ciencias y sería reflejo de aspectos exotéricos y esotéricos del liderazgo espiritual (imáma), lo que convertía al pez en un simbolo perfecto para alguien como 'Ali, 'Ali, líder carismàtico [imàm) y con dominio sobre un territorio separado por los Dos Mares. Además, el pez representa un valor añadido para los íTíes íTíe s al haber sido ‘Ali ‘Ali b. Abi Tálib honrado por unos pescadores del Éufrates (PEÑA, S. y VEGA, M„ 'The Qur'ánic Symbol of fish on Hammúdid coins: al-Hadir and thè holy geography of the Straits of Gibraltar ", Al-Anda lus-Magreb, 13,2006, p. 277). Por último, M* D. Rosado, siguiendo 38
Figura 1. Dirham de 'Alt b. Hammüd, 408 H, Ceuta. Fuente: http://www.andalust http://www.andalustonegawa.50g. onegawa.50g.com/Hammudidis/IMG_5364. com/Hammudidis/IMG_5364.IPC IPC (30-6-2016).
simbólica al profeta Moisés y al cuarto califa rásidün, ‘AII b. Abl Tálib, que proporcionaba legitimidad a ‘Alí b. Hammüd pues le presentaba como sabio sab io y justo ante sus súbd sú bdit itos os1 1334 3 .1 • las estrellas, abundantes en las acuñaciones ceutíes de Yahyá pero también presentes en las de su padre AII, se insertan en la tradición omeya pero tienen una clara connotación Sí‘í,3\ • el octogra octo grama ma o Rub' al-Hizb ( Q ) 135 (figura (figura 2), enmarcando la leyenda leyenda central del área, supone una referencia simbólica al "Partido de Dios", en el que se encuentra encu entran n los hammüd ham müdíes íes como co mo desce d escendie ndientes ntes del Profeta Prof eta1 136. • el hexagrama hexagr ama o "Sello de Salomón" Salo món" 13 137 y el hexágono hexá gono (figura 3), delimitando delimita ndo las dos leyendas del área, vuelven al tema de la sabiduría sabidu ría y la la propuesta de S. Peña y M. Vega sobre la relación simbólica entre el pez y el profeta Moisés, recoge una serie de relatos que vinculan a la ciudad de Ceuta con el pez (ROSADO, M* D„ “Las acuñaciones de Alí b. Hammüd", Mainake, 31,2009, pp. 406-407). 133 ARIZA, A., "De la legitimidad ham m üd i..., p. 116. 116. 134 Como indica indica A. Ariza, según un un hadizel had izel Profetadijo: Profetad ijo: Las estrellas son una seguridad (aman) (aman) para pa ra los que qu e habitan habit an en los lo s cie los y mi ahí al-bayt es una seguridad para los que habitan en la se refiere a "hijos tierra [o: para par a mi com unidad uni dad ]. Los comentaristas consideran que ahí al-bayt se de Fátima" (ARIZA, A., Estudio Estudio sobre las .... p. 205). 135 El Corán se divide divide por necesidades de recitación y la división división más pequeña es el "cuarto" "cuarto" de Hizb que marca el final final de cada capitulo cap itulo o señala grupos de fórmulas litúrgicas. Hizb se refiere a "parte” o "porción” y a un grupo que sigue y defiende de fiende a un líder. líder. Hizb Alláh es "partido de Dios" Dios" y Rub” señor", "sustentador", "gobernante". Teniendo en cuenta que el nombre del califa aparece inscrito en él nos hallamos ante un símbolo legitimado r considerable (A RIZA, A., De Barcelona a Orón.... p. 181). Aparece con posterioridad en monedas ceutíes, zaragozanas, de Almería, Murcia, Tortosa y Tudela (ARIZA, A., "De la legitimidad hammüdi..., p. 117). 136 lbíd.,p lbí d.,p . 116. 116. 137 El hexagrama había aparecido en acuñaciones acuñac iones idrisíes y en una moneda moned a fatimí contemporánea contemp oránea de Sicilia, lo que supondría una connotación ST'Í del símbolo (ARIZA, A., Estudio sobre las ....
Figura 2. a) Dinar de Yahyá al-Mu'tali, 413 H, al-Andalus. Fuente: http://www.andalustonegawa.S0g.eom/Hammudidis/Yahya/2.jpg (30-6-2016). b) Dirham de Idris II al-'ÁII, 446 H, al-Andalus. Fuente: http://www.andalust http://www.andalustonegawa.50g.eom/Hammudidis/l onegawa.50g.eom/Hammudidis/ldrisll drisll/7.jpg /7.jpg (30-6-2016). (30-6-2016).
Figura 3. a) Dirham de Idris II al-'Álí, 446 H. al-Andalus. Fuente: http://www. http://www . andalustonegawa.50g.com/Hammudidis/ldrisll/7.jpg andalustonegawa.50g.com/Hammudidis/ldrisll/7. jpg (30-6-2016). (30-6-2016). b) Dirham de Idris II al-‘Ál¡, 437 H, al-Andalus. Fuente: http://www.andalustonegawa.50g . com/Hammudidis/ldrisll/IMG_0885.)PG com/Hammudidis/ldrisll/I MG_0885.)PG (30-6-2016). (30-6-2016). c) Anverso y reverso de Dirham de Idris II al-'Áli, 438 H, al-Andalus. Fuente: http://www.andalustonegawa.50g.com/Hammudidis/IMG.0107.jPG http://www.andalustonegawa.50g.com/Hammudidis/IMG.0107.jPG (30-6-2016). (30-6-2016).
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justicia por medio de la figura del rey-profeta Salomón en las emisiones del califa Idris II*138. Serán, por tanto, los califas hammüdíes los encargados de introducir otras noved no vedade ades1 s13 39que influirán influir án en las acuñacio acuña ciones nes de las taifas y que luego aparecerán en las monedas almorávides e incluso en las ‘alawíes (el empleo del hexagrama). Por otro lado, a pesar de los problemas y anticalifas a los que se tuvieron que enfrentar los diferentes hammüdíes, lo cierto es que su sistema monetario se afianzó y en el 407/1016-1017, cuando 'Alí tomó el poder en Córdoba, cesaron las acuñaciones de los saqáliba saqáliba del Levante, lo que es prueba de que la legitimidad para regir los destinos de al-Andalus había caído en sus mano ma nos1 s14 40. La crisis del cali ca lifa fato to1 141 desde de sde el punto punto de vista vi sta numism num ismáti ático co lle llegar garía ía en el 429/1037-1038 y ese año es el primero en el que carecemos de dírhams ceut ce utíe íes1 s14 42. Las emi e misio sione ness sería se rían n cada c ada vez peore peo ress y más m ás irreg irr egula ulare res1 s14 43. Otro rasgo característico de los califas hammüdíes tiene que ver con las sospechas de 5I‘ísmo que se ciernen sobre ellos, debido a su condición de desce de scendie ndiente ntess del califa AH y de Fátima. En efecto, son llama l lamados dos "fat " fatim imíes íes"1 "144 en las fuentes pero eso no supuso ningún tipo de alianza con la dinastía pp. 472-476). Sobre la simbologfa del elemento se puede consultar la misma obra de A. Ariz (Ibld., (Ibld., pp. 477-483). 138 138 ARIZA, A., "De la legitimidad legitimidad ham m üdí.... üd í.... p. p. 117. 117. 139 Toda una una serie de nuevos elemento elem entoss aparecen en las acuñacion acuñ aciones es del del califa Idris II. II. Una sería la inclusión de la aleya 85, sura III del Corán por Idris II para desvincularse de cualquier sospecha de Sí'ísmo: Si alguien desea una religión diferente del Islam, no se le aceptará y en la otra vida será de los que pierdan. Este pierdan. Este lema será predominante en las monedas almorávides (Ibíd., p. 117 y KASIS, H. E„ "La moneda, pesos .... p. 307). Otra innovación será la aparición de dos laqab/s con laqab/s con connotaciones religiosas contradictorias, en un mismo cuño monetal ( al-'Álibi-Lláh, con una impronta pro-'álí, y al-Záfir bi-hawl Alláh, empleado Alláh, empleado ya por Sulaymán al-Musta'ín) y el añadido de la aparición de al-muslimfn a al-muslimfn a la titulación walial-'ahd ("encargado ("encargado del pacto [contrato] [contrato] de los musulmanes"), referida al heredero (cuyo nombre ya aparecía en las monedas del califa Sulaymán), por primera vez en las monedas andalusíes (otro precedente de las acuñaciones almorávides) (ARIZA, A., "De la legitimidad hammüdí.... p. 117). 140 LÓPEZ, E„ "Acuñaciones "Acuñaciones monetarias de al-Andalus .... pp. 73-74. 141 141 Esta crisis llevaría a iniciar las acuñaciones de plata a diferentes cecas andalusíes entre el el 429/1037-1038 y 431/1039-1040 (Ibíd., p. 79). 142 142 GOZALBES, GOZALBE S, C., "Monedas de la ceca hammudi de Ceuta halladas en en la provincia de Málaga Málaga", ", Cuadernos del Archivo Archivo Municipal de Ceuta, 4,8,1 Ceuta, 4,8,1 99 4, p. 36. 36. 143 143 Muestra de estos problemas es la aparición de otras cecas: posiblemen te Bobastro (439/1047-1048), (439/1047-1048), Wád iLáw (441/1049-1050) (441/1049-1050) y Algeciras (443/1051-1052(443/1051-1052-446/1054-1055) 446/1054-1055) (LÓPEZ, E.. "Acuñaciones "Acuñaciones monetarias de al-Andalus .... p. 80). 80). 144 144 En mi opinión opinió n el hecho de que se use use este término términ o no es es por estética literar literaria ia sino que vuelve a resaltarse una vez más la ascendencia fatimí de la dinastía, probablemente con toda la intencionalidad de remarcar el aspecto religioso que conlleva y su consiguiente amenaza para
fatimi fatim i ni la adopción ado pción de las doctri d octrinas nas ismá'Ilíes. Como expone expo ne M. Fierr F ierro1 o14 45, el Sí'ísmo de los Hammüdíes se limita a que el ¡marnato debe recaer sobre un descendiente de 'All y Fátima. La poesía aulica dedicada a estos califas se expresa en esta línea a la que nos referimos, en la de preferencia por una dinastía dina stía y no por po r una sec s ecta ta1 146. Si bien, hay que señalar señ alar que esta poesía tuvo su plasmación en el contenido de las monedas pues se incluyó en ellas parte de ese discurso carismàtico que luego tendría su desarrollo con almorávides y almohades147. Relacionado con ésto se encuentra el hecho de que algunos califas hagan uso de dos laqab/s, que laqab/s, que parecen reflejar una doble política. Es decir se busca una legitimidad que sea válida en el Magreb pero también en al-Andalus. Un caso ejem e jempl plar ar es el del califa cal ifa Idrís Idrí s I14 I148. Antes An tes de ser proc p roclam lamad adoo en Málaga (427/1035-1036) lo había sido en Ceuta y allí había adoptado el sobrenombre de al-'Aziz bi-lláh bi-lláh ("el inalcanzable por [medio] de Dios") de un claro renombre carismàtico (y ya portado por el califa fatimi Abü Mansür Nizár a fines del siglo X) y, y, por tanto, más en consonancia consona ncia con su ascendencia ascenden cia idrlsí. Cuando Idrís I llega a la Península, toma el nombre de al-Muta'ayyid bi-lláh bi-lláh ("quien se apoya en Dios"), título dentro de patrones omeyas. Otro ejemplo es el de Idrís II, que portó, como hemos señalado, los sobrenombres de al-'ÁI¡ al-'ÁI¡ bi-lláh b i-lláh ("el elevado por Dios”), con una clara impronta pro-'álí, y al-Záfir bi-hawl Alláh Alláh ("el vict v ictori orioso oso") ")1 149, emple em plead adoo ya por po r el califa calif a omeya Sulaymán. Lo que se detecta aquí, además de una política orientada hacia el norte de África o hacia al-Andalus, es un doble juego en el discurso de legitimación. Podría tratarse de un intento de procurar apoyos en ambos lados del Estrecho: el discurso carismàtico 'ali tendría más resonancia en el Magreb, mientras que el otro resultaba más aceptable en al-Andalus. Antes de pasar a otra cuestión habría que señalar un aspecto sobre el que no se tiene dema de masiad siadaa infor i nformaci mación ón de su uso en época omeya: la cortin cort ina1 a1SS0. 145 FIERRO, FIERR O, M., ■Polémicas", ■Polémicas", Historia de España de Ramón Menéndez M enéndez Pidal, Los reinos de taifas. taifas. Al-An Al- Anda dalus lus en e n el e l siglo sigl o XI, X I, VIGUERA VIGUERA , Ma ). (coord.j, VIH, Madrid, Espasa Calpe, 1994, p. 435. 435. 146 Aunque en varios casos expone una cierta proximidad proximidad al SiTsmo SiTsmo (ROBINSON, C , In praise ofson g. The Making ofCour ofC ourtly tly Cuture in al-Andalus al-Andalus and Provence, Provence, 1005-1 134A. D., Leiden Leid en - Boston Bosto n Kóln, Kóln, Brill, 2002, pp. 124-133; CONTINENTE, ). M., M., "Los hammüdíes y la poesía’ Awraq Aw raq,, 4,1981, pp. 57-72; DAMA). A. C„ "Relación entre el poeta y el poder político en la época de Taifas: de la concordia a la discrepancia', MEAH, Sección MEAH, Sección Árabe-Islam, Árabe-Islam, 53,20 5 3,20 04, p. 8; ROSADO, M* D.,La dinastía dinastía hammúdí..., pp. hammúdí..., pp. 106- 108 ,118 ,129 -130 ,131 -132 ,141 ,143 y 172). 172). Habrí Habríaa que preguntarse preguntarse hac hacia ia dónde se habría dirigido el califato hammúdí de haber triunfado y haber sido reconocido por todo al-Andalus. Seguramente hacia un modelo Sí‘í. 147 147 VEGA, M. y PEÑA, S„ "Un "Un dirham a nombre de d e l.... l. ... p. 251. 148 Lo que sigue recoge recoge los datos proporcionados propo rcionados en VEGA, M. y PEÑA, S., “Un dirham a nombre nombre d e l.... pp. 245-25 245-251. 1. 149 ARIZA, A., "De la legitimidad ham ha m m úd í.... p. 117. 117. 150 En el el ceremonial ceremo nial ‘abbási y fatimi, muy influidos por la tradición bizantina bi zantina y persa, el califa aparece detrás de una cortina (sitr (sitr ) ligeramente trasparente. Sólo cuando el háyib (la háyib (la relación 42
No hay evidencia del uso del hiyáb para los califas omeyas pero sí tenemos indicios con los hammüdíes. Del primer califa, ‘Al!, se cuenta que presidía las audiencias para dirimir las injusticias con la puerta abierta y la cortina [hiyáb) levan lev antad tada1 a15 51. Parece que qu e el califa ca lifa al-'Álí escuchab escuc habaa los paneg pa negírico íricoss a él dedic de dicad ados os detrá d etráss de d e una cor c orti tina na1 152. Hemos aludido a las sedes del poder hammúdí en la Península (Málaga y Algeciras) pero hay que hacer referencia también a sus ciudades norteafricanas. El Magreb occidental había estado bajo el poder omeya pero a medida que el califato se iba desintegrando los lazos con el norte de África también lo hacían. Sin embargo, sí se acuñó a nombre de los califas hamm ha mmüd üdíe íess en las cecas c ecas de Ceuta Ce uta,, Fez1 Fe z15 53, Wádí Wád í Láw L áw1 154 (al sur de Ceuta Ceut a y al este est e de Tetuán) Tetuán ) y Orá O rán1 n15 55. Todo esto es to habla ha bla de una con c ontin tinuid uidad ad entre entr e el califato omeya y el hammúdí en su influencia sobre el Magreb, pese a ser la de estos últimos más limitada (ver mapa 0). Ceuta resultó ser una plaza imprescindible imprescin dible y gran cantidad de las acuñacione acuñ acioness de la dinastí din astía1 a15 56 proceden de aquí, «la base de retaguardia más importante para su proyecto con el velo -hiyáb- queda clara en la propia terminología) da la autorización puede el visitante aproximarse. Esta adaptación se enmarca en el proceso de evanescencia del califa cuya última fase serla un ocultamiento pleno, una ausencia total para, paradójicamente, estar profusamente presente. No hay evidencia de esto en el califato de Córdoba pero es cierto que no tendrá tiempo para recorrer la trayectoria de sus rivales (BARCELÓ, M., "El califa patente: el ceremonial omeya Estructurasy form as d e! poder en la histori historia: a: ponencias. de Córdoba o la escenificación escenif icación del poder” po der” Estructuras Salamanca, Ediciones Universidad de Salamanca, 1991, pp. 52-53). Hay noticias de su uso con HiSám 111 (IBN MDÁRl MDÁRl AL-MAR AL-M ARRÁK RÁKUSI USI,, La caída del Califato .... p. 130). 151 151 IBN 'IDÁRl AL-MARRÁK AL-M ARRÁKUSI, USI, La caída del Califato .... p. 110. 152 AL-MAQQARÍ, Nafh al-tíb min gusn al-Andalus al-ratib wa-dikr waziri-há Lisán al-Din Ibn al-Jatib en ROSADO, Ms D., La dina dinastí stía a ham m údí.... p. 315. 153 ARIZA, ARIZ A, A., "Las emisiones emisione s de los Banü ‘Atiyya Atiyya de Fez a nombre de los califas hammúdies. Soberanía califa! y conflictos tribales", MEOUAK, M. y DE LA PUENTE, C„ Vivir de tal suerte. Homenaje a Juan Antonio Souto Lasala, Córdoba, CNERU y CSIC, 2014, pp. 65-84. Fez prestó reconocimiento a los Hammudies hasta el tercer califa, Yahyá al-Mu'tali (ARIZA, A., De Barcelona a Orán .... pp. 206-208). Es posible que luego adoptara la fórmula del imam 'abd Alláh amir al-mu'minín como se hacía en Siyilmása (SÁENZ-DfEZ, ). I., "The Khazrunids: Mas'üd Ben International Congress Congress o f Numismatics, Numismatics, Londres, 1986, pp. 423-427). También podría Wánúdin", International ser posible que hubieran seguido reconociendo a los Hammüdíes porque décadas después, cuando los almorávides amenazan Fez tras tomar el sur de Marruecos, la cabeza de Mahdl ibn Yüsuf Yüsu f al-K aznál, azn ál, señor de Mequinez y aliado a liado de Yüsuf ibn ibn Táüufin, Táüufin, es enviada a Suqüt, señor de Ceuta, por el gobernador de Fez, Tamlm ibn al-Mu‘ansar. Esto indica que existia, al menos, una cierta consideración hacia el soberano de Ceuta, como heredero de los Hammudies (VALLVÉ, (., "Suqüt al-Bargawáti, rey de Ceuta ", Al-Andalus. 28.1963, pp. 178-179). 154 MEDINA, MEDIN A, A., "Wadi "Wadi Lau, ceca africana afric ana de los Hammudies Ham mudies de Málaga. Muhammad Muhamm ad al-Mahdi al-Mahdi (438-444 H ¡ariq Institución Femando Femand o ¡a riq ue de E stu studios dios numism num ismátic áticos os Hispa Hi spano-á no-árabe rabes, s, Zaragoza, Institución el Católico, 1988, pp. 173-174. 155 GASPARIÑO, S., S., “Una nueva ceca hammúdí: Orán", Orán", Omni. 2013, pp. 142-156. 156 156 La producción de dinares y dírhams fue sistemática entre el 409/1018-1019 y 428/1036-1037 (LÓPEZ, E., "Acuñacion "Acuñaciones es monetarias de al-Andalus .... p. 74).
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Mapa 0. El norte de África y el califato hammüdí en el siglo XI.
expansiv expa nsivo»1 o»1” . Esta plaza plaza garantizaba garantizab a la seguridad segu ridad al otro lado lado del Estrecho y recordaba los verdaderos orígenes de la dinastía11 7 558. Por último cabe destac des tacar ar el papel que tuvo tuv o Málaga M álaga com c omoo sede califa ca lifal1 l15 59. M. Acién1 Acié n16 60insiste en ello, algo que queda claro en el siguiente sigu iente fragmento de las Memorias Memor ias de 'Abd 'Abd Alláh: El único asunto que aún excitaba los más vivos deseos de mi abuelo y en el que desplegó los m ayores esfuerzos fu e la toma de Málaga. Málaga. En efecto efecto,, cada vez que se apoderaba de alguno de los castillos de al-Andalus, 157 GOZALBES, C., "Monedas de la ceca .... p. p. 37. 37. 158 Los Hammüdies, Hamm üdies, por su ascendencia idrisí, idrisí, tenían una preocupación preocupación especial por el dominio y la sumisión de las tribus de los Gumára y posiblemente fue para mantener el control sobre ellas el motivo por el que el heredero fijó su residencia en Ceuta (CALERO, M1L, "Dos ciudades hammüdies .... pp. 37-38) 159 La posibilidad posibilid ad de que los Hammüdies Ham müdies plasmaran en la alcazaba de Málaga su condición condic ión califal califal fue planteada por TORRES, TORRES , L„ "Hallazgos arqueológicos en la alcazaba de Mál Málaga aga", ", Residencia, 5, 3,1934, pp. 95-97. 160 ACIÉN, M., "Los ha m m üd ies,.... ies ,.... pp. 52-53. 44
se enteraba de que al-Mu'izz ibn Bádis decía siempre: «El señor de Granada me escribe que ha tomado tales campos y pueblos. pueblos. Sólo S ólo si lo que hubiese tomado hubiera sido Córdoba o Málaga o alguna capital parecid par ecida, a, podría pod ríamo moss recon re conoc ocer er su sup s uper erior iorid idad ad»' »'6 6'.
El hecho de que la fuente señale que era algo que excitaba los más vivos deseos del soberano zírí y que coloque en la misma línea de importancia a Córdoba y a Málaga, indica que la pequeña ciudad costera gozaba de una gran consideración. Otros datos significativos que hablan de la importancia de Málaga son los de su conquista. Acabamos de ver la "obsesión" de Bádis por hacerse con ella y los 'Abbádíes intentaron conquistarla11 662 ante an tess de anexionarse Córdoba. Todos estos aspectos hablan por sí mismos. Resulta difícil ofrecer un dato aproximado de la población de Córdoba y de Málaga para el siglo XI pero teniendo en cuenta los análisis de Almagro Gorbea, que se basó en las planimetrías de las ciudades, parece que Córdoba, en el siglo XI, contaba con 65.000 habitantes y 165 ha. y Málaga con 14.000 habitantes y 41 ha16 ha163. Como Com o podem po demos os observar, ob servar, la realidad real idad urbana urb ana mala m alagu gueña eña es insignificante en comparación con la cordobesa, muy despoblada pero con una población notable todavía. «Por lo cual, el sarcasmo del zírí de Ifríqiyya al-Mu'izz al-Mu'iz z y la carrera carrera por su conquista, conq uista, ya vistos, tan sólo tienen sentido si se se considera cons idera ésta como una autént au téntica ica sede califa ca lifal»1 l»16 64. A modo de conclusión podemos señalar diferentes aspectos. Los Hammüdíes fueron califas legítimos desde diferentes puntos de vista, ya sea por su condición de descendientes del Profeta en un grado familiar mayor que el de los Omeyas o por presentarse como herederos h erederos de éstos en el el califato. Hemos visto, aunque volveremos sobre ello en el siguiente apartado, que fueron reconocidos por numerosas taifas (de hecho algunas no empezaron a acuñar hasta su desaparición) y que se hicieron coaliciones en su nombre hasta 1047-1 104 7-104 0481 816 65. Recordem Reco rdemos, os, por po r otro lado, que qu e los Hamm H ammüdíe üdíess aparecen en el Naqt al-'Arüs de Ibn Hazm al mismo nivel que el resto de califas cal ifas1 166. Hay que señalar señal ar también tamb ién la impo i mportan rtancia cia que los Hammü Ham müdíes díes dieron a Málaga, nueva sede califal, pues el numerario con ceca al-Andalus 161 161 ABD ALLÁH BULUGGlN. El siglo XI en .... pp. 133-134. 162 162 Según al-Bakri, al-Bakri , testigo presencial de estos hechos, el sitio de Málaga por los sevillanos sevillano s tuvo tuvo tugaren el 459/1066-1067. Sin embargo, la alcazaba resistióy se mantuvo fiel a Bádis, esperando la llegada del ejército ziri. Finalmente, los granadinos derrotaron a los 'Abbádies y Málaga volvió al dominio ziri (ROSADO, Ms D., La dinastí dinastía a ham m üdí.... pp. 184-185). 163 NAVARRO, J. y JIMÉNEZ JIMÉ NEZ,, P..Siyása : estudio arqueológico arqueológico del despoblado andalusí (ss. (ss. Xl- Xlll j, Murcia, El Legado Andalusí, 2007, p. 175. 164 164 ACIÉN, M., "Los "Los ham ha m m üdíes üd íes,..., ,..., p. 53. 165 Ibíd., p. 52. 166 IBN HAZM, HAZ M, Naqt al-'arús.... pp. 69-70.
fue acuñado allí. Resulta algo de una relevancia fundamental ya que Málaga se convertía así en ciudad central de las emisiones y no en un simple taller, un dato más que qu e reafirm rea firmaa la concien con ciencia cia califal c alifal de los Ham H ammú múdíe díes1 s16 67. Como hemos visto, durante gran parte del período de la taifas siguieron ejerciendo un poder efectivo y su autoridad religiosa fue reconocida en espacios de amba am bass ori o rilla llas1 s16 68. Con todo tod o esto, esto , coincid coin cidim imos os con co n Ma M a D. Rosad Ros ado1 o16 69 en señal señ alar ar que se trata de una dinastía relegada por la historiografía y cuya memoria ha empezado a ser rehabilitada. La bibliografía ha pasado a reconocerlos como algo más que actores pasivos del incierto panorama del islam peninsular del siglo XI. No se debe olvidar al delimitar las etapas históricas de al-Andalus que al califato omeya le sucedió el hammúdí. Aunque sus derechos al imámato no fueron reconocidos por un buen número de taifas, eran califas legítimos17011 7 . Sin embargo, su proximidad al 51‘ísmo impidió que su gobierno resultara aceptable para el mundo andalusí. Cuando Algeciras y Málaga, sus últimas sedes en la Península, fueron tomadas por Sevilla y Granada, desapareció la descendencia de ellos, del país de al-Andalus. El tiempo de su perma pe rmane nenc ncia ia en él é l fu e de 58 a ñ os'7 os '71 1.
167 ARIZA, ARIZ A, A., “Monedas “Mo nedas andalusíes de Málaga", Málaga", VIGUERA, VIGU ERA, M1). (coord.), Malaqa: entre Málaga y Ma laca, lac a, d el 7 de mayo m ayo al 2 7 de jun io de 2 009, 009 , Sala de exposiciones expo siciones del Rectorado, Universidad Universidad de Málaga, 2009, pp. 106-107. 168 VEGA, M. y PEÑA, S., "Monedas a nombre de los califas hammudies de Málaga en en el Museo Arqueológico y Etnológico de Granada", Granada", Mainake, 25,2003, p. 394. dinastía a ha m m üdí.... pp. 219-221. 169 ROSADO, ROSA DO, M» D., La dinastí 170 VEGA, VEGA , M. y PEÑA, S., "Moneda "Mo nedass a nombre .... p. 394. 171 171 IBN 'IDÁRl AL-MARRÁKUSI, AL-MARRÁ KUSI, La caída del Califato .... p. 183. 46
LA REACCIÓN ABBADÍ: EL FALSO HISÁM II
El establecimiento del falso HiSám p o r eso, Ibn 'Abbád instaló ins taló a un hombre hom bre en Sevilla, Sevil la, que la gent ge ntee (...) po identificab identificaba a como Hisám, y le rindió homenaje como si fuese fu ese Hisám. Hisám. La gent ge ntee lo reconoc reco noció ió afectu afe ctuos osam amen ente te po p o r je fe y las la s órden ór denes es se empezaron empeza ron a ejecutar en su nombre, pero él le ordenaba lo que quería. Así, cuando Ibn 'Abbád 'Abbád afianzó su jefatu ra, con el subterfugio de d e la desaparición de él, él, afirmó que había muerto y se adueñó del asuntom .
Este fragmento de la crónica de Ibn al-Kardabüs (siglo XII) resume una noticia de gran trascendencia. Hablamos de la solución de los 'Abbádíes al problema del califato. Recordemos que el último califa omeya fue expulsado de Córdoba en el 1031 y que marchó al norte, acuñándose a su nombre hasta el 428/1036-1037 en Zaragoza1 1 2 773 y murien mu riendo do el desafortu desaf ortunado nado personaje pers onaje en el 103 1 0361 617 74. Sin embarg em bargo, o, un año antes an tes (427/1 (42 7/103 035), 5), los sevilla sev illanos nos habían hab ían resuelto el problema de la vacante proclamando a un nuevo candidato: a un tal HiSám II. Antes de revisar el "restablecimiento" del califato en Sevilla, veamos qué le había h abía suce s ucedido dido al hijo de al-Hakam al-H akam II17 II175. Sobre esto se cuentan cuen tan dos historias. Una de ellas dice que HiSám al-Mu’ayyad escapó a Oriente de incógnito y llegó a La Meca. Allí permaneció dos días, marchando luego a 172 172 IBN AL-KARDABÜ AL-KAR DABÜS, S, Kitáb al-iktifa .... p. 90. 173 173 Pasando ese mismo año a acuñar acuña r en nombre del misterioso imam ‘ahd Alláh (MILES, G. C., Coin Coinss o f th e.... p. 77). 174 IBN IDÁRl AL-MARRÁKUSI, AL-MARR ÁKUSI, La calda calda del Califato Cal ifato .... p. 127; IBN AL-ATlR, Annal An nales es du Maghreb Maghre b et de .... p. 436. 175 El verdadero HiSám II II había sido asesinado por Sulaymán al-Musta'in cuando tomó Córdoba Córdoba (407/1016) pero corría el rumor de que el hijo de al-Hakam II se había salvado (GICHARD, P. y reinos de ta ifa s.... p. 71) SORAVIA, B., Los reinos
El-Merva donde trabajó como alfarero a cambio de un dracma y un pan. Cuando esta ocupación se le hizo demasiado prolongada se fue a Siria con una caravana. En jerusalén aprendió el oficio de esterero y se mantuvo allí durante muchos años. En el 424/1032-1033, tras estos viajes, regresó a la Pení Pe níns nsul ulaa Ibér Ib éric ica1 a17 76. La otra leyenda resulta menos fabulosa: Se recordó -y Dios sabe la verdad- que estaba oculto en Málaga cuando se apoderó 'Alt b b.. Hammüd Hamm üd del de l califato de Córdoba, y se ocultó su situación; luego pasó de Málaga a Almería con el afán de ocultarse, hasta que tuvo noticia de él su señor, señor, Zuhay Z uhayrr el Fatò, Fatò, que qu e le ordenó salir de Almería. Almería. Salió, pues, de ella y se refugió en Calatrava, Calatrava, dependencia depen dencia de Ibn Di-I-Nün; luego el cadilo trasladó, según ha de hacerse mención de ello en su lugar - s i Dios D ios Altísimo qu iere- al referir el reinado reinado de Ibn A ‘ b b á d l77. l77.
Ciertamente ninguno de estos dos relatos relatos ofrecen un contenido verosímil pero hablan del deseo de la población de retornar a los tiempos del califato y su estabilidad. Ya el arabista holandés R. P. Dozy consideró que estas historias historia s «no parece[n] parece[n] merecer mere cer ninguna confian con fianza» za»1 178 pero «el «el pueblo, muy adicto todavía a la dinastía omeya, no quiso creer en la muerte de este monarca, y acogía ac ogía ávidamente ávidam ente los extraños rumores que sobre sobr e él corr c orrían ían*1 *17 790 8 .1 Este carácter falso de las leyendas sobre al-Mu'ayyad es presentado en las propias crónicas. El Bayán al-Mugrib de Ibn 'Idárí nos dice que un grupo de los partidarios de HiSám al-Mu'ayyad mantuvo que no había muerto y propagó relatos que se s e apartab apar taban an de la verd ve rdad ad1 190. El origen de estas historias se sitúa en el ambiente de las mujeres, los eunucos y las gentes del alcázar cordo cor dobés bés1 181 y adquirieron adquir ieron tal vigor que se tomaron por ciertas para los los partida par tidarios rios de los marw ma rwání áníes es1 182. De este modo, mod o, en cuanto oyeron de su vuelta se le allegaron los más bajos del partido y se perdieron en eso en el error error,, burlándose de ellos la gente de cultura (. (...) 183. 176 AL-NUWAYRl, Histo Historia ria de l o s .... p. 91. 177 IBN 'IDÂRl AL-MARRÀKUSI. La caída del Califato Califato .... p. 162. 178 DOZY, R. P., Historia de los mu sulmanes sulma nes en España. Tomo IV, IV, Los reyes de Taifas. Madrid, Tumer, 1982, p. 32. 179 lb(d.,pp lb(d .,pp.. 30-31. Califato .... p. 167. 180 IBN 'IDÁRl AL-MARRÀKUSI, La caída del Califato 181 181 lb(d .,p. 167. 182 182 lbid lb id.,p .,p.. 167. 183 lbíd lb íd .,p. 168. 168. 48
Dejando ya de lado el asunto de las leyendas habría que plantearse cómo tuvo lugar la instalación del pretendido califa en Sevilla y por qué. Sobre lo primero, al-Nuwayrl indica que fue un hombre de Córdoba el que acudió ante el cadí sevillano para contarle que había visto a Hisám al-Mu’ayyad en Calatrava. Al servicio del cadí se encontraba el que había sido el pelu p eluqu quero ero del hijo h ijo de al-Ha al -Haka kam m II1 II 184. Muham Mu hammad mad b. Ismá' Ismá'T Tl envió en vió a dos hombres a buscar al supuesto HiSám a Calatrava. Cuando lo trajeron, el 'abbádí le hospedó y puso al peluquero a su servicio, que le reconoció como com o el califa ca lifa HiSám II y le besó las manos ma nos y los pie p ies1 s18 85. Según prosigue pros igue al-Nuwayrí, Muhammad b. Ismá'íl también besó las manos del esterero y le aclamó como califa. Sin embargo, la versión de Ibn al-Qattán, basándose basán dose en Ibn Ibn Hayyán, sobre el hallazgo del supuesto califa indica que éste residía en alguna población del territor ter ritorio io sevillano sevill ano,, ejerciendo ejercie ndo como c omo almuéd alm uédano ano y espart esp artero ero1 1869 1 8 .7 0 El cadí Abü al-Qásim, al-Qá sim, su hijo y su séquito se aproximaron a él y descendiendo des cendiendo de sus sus monturas, besaron el suelo ante el esterero. Pese a sus protestas, negando ser el califa al-Mu’ayyad, al-Mu ’ayyad, le invistieron invistieron del atuendo califal, le pusieron las tocas oficiales oficiales (qalánis) (qalánis) y le hicieron hicieron montar a caballo precedido por el cad í y por todo su séquito'97. De este modo hicieron su entrada en Sevilla proclamando
lo que sigue: «¡Sevillanos, dad gracias a Dios por el beneficio que os ha concedido, pues pu es ést éstee es vuest vuestro ro señor. Dios Dio s ha querido que rido transf tra nsferi erirr el califa cal ifato to de Córdoba a vuestra ciudad!'89».
Seguramente el texto de Ibn al-Qattán sea más próximo a lo que debió suceder: un espartero semejante a Hisám al-Mu'ayyad vivía en un pueblo de la cora cora sevillana. sevillana . Enterado de esto, Abü al-Qásim vio la respuesta al problema del califato de una forma muy clara y decidió comportarse del mismo modo que al-Ma al -Mansü nsürr había hecho con HiSám HiSám en Córd C órdoba oba'9 '99 9. Es decir, Ibn ‘Abbád le reconoció como califa y se hizo su háyib'90. Él gobernaría en su nombre e hizo que el supuesto Hisám predicara y recitara la oración del viernes en 184 AL-NUWAYRl, Histor Historia ia de lo s .... p. 89. 185 Ibfd., p. 90. 186 BO SCH, SC H,). ). y HOENERBACH, HOENERBA CH, W„ “Las taifas de la Andalucía islámica en la obra histórica de Ibn Jatíb: Los Bañó Abbad de Sevilla", Andalucí Anda lucía a islámica. Textosy Estudios, Estud ios, IV-V, 1983-1986. p. 30. 187 Ibfd., p. 30. 188 Ibfd., p. 30. 189 Ibfd., p. 30. 190 MA MAfLL fLLO, O, F., F., Crónica anónima .... p. 73.
la mezqui mez quita ta aljam alj ama1 a19 91. Las mujeres mujere s y los criados criad os del antigu an tiguoo alcáza alc ázarr omeya, lógicamente, lo reconocieron y convinieron en que era él mism o'92 o'92. También la población sevillana tuvo que reconocerle ya que el que no lo hizo terminó muerto mue rto o exilia ex iliado do1 193. Las gentes gente s entraron entr aron en el alcáza alc ázarr para hacer h acerle le la bay'a pero entre él y ellos había una cortina cortina corrida, desde detrá s de la cual les hablaba y decía que había convertido en su háyib a Ismá'il Muhammad Muhamm ad b. b. Ab A b bá d 19*.
Nos queda respond re sponder er a la cuestión del motivo por el que llevar a cabo toda esta pantomima. Las propias fuentes lo ponen en relación con la oposición de Sevilla y del cadí Abü al-Qásim hacia el califa Yahyá al-Mu'tal!, ya que el cadí había colocado (...) al HiSám éste por precaución 19S, para enfrentarse a los Banü Hamm Ha mmüd üd1 196. La misma opinió op inión n tiene tie ne Ibn al-Jatlb al-Jat lb al señal se ñalar ar que la "renovación" del juramento de fidelidad de los ‘Abbádíes a favor de HiSám se debía deb ía a la presión que los Hamm Ha mmúdíe údíess ejerc eje rcían ían1 197. También Tamb ién lo indica la Crónica Anónima al expresar que cuando Yahyá b. 'Ali b. Hammüd se tornó contra Ibn Ibn Abbád, se propuso matarlo matarlo y entrar en Sevilla. Sevilla. (...) Ibn Abbád hizo (...) 198. traer a al-Mu'ayyad (.
La verdadera importancia de toda esta farsa era la necesidad de lograr una base de legitimidad para los soberanos de Sevilla a través de la institución califal. Algo con lo que pudieran justificar su rebelión contra los Hammúdíes y el no reconocimiento de su califato. Los ‘Abbádíes buscaban la legitimidad de la que hablamos en todos los aspectos pero también en el asunto de la sede califal. Recordemos que los califas hammúdíes residían en Málaga y, de algún modo, ésa era ahora la sede del califato. Abü al-Qásim no podía reconocer esta situación si quería erigir una auténtica oposición a los califas del sur y para eso había que trasladar el califato a Sevilla como dice el texto recogido por Ibn ‘Idárí: Dios ha puesto el califato en vuestra ciudad, para que esté su sitio entre vosotros, y lo ha ha trasladado de Córdoba a vosotros199. Observemos el detalle de que se dice de Córdoba, y no de Málaga, a vosotros. Creemos que el matiz es relevante porque, de esta manera, se 191 AL-NUWAYRl, Historia de los .... p. 90. 192 192 IBN 'IDÁRl AL-MARRÁ KUSI, La caída del Califato .... p. 168. 193 193 lbíd .,p. 169. 169. caída del Califa to.... p. 169. Resulta muy llamativo el hecho 194 IBN ‘IDÁRl AL-MARRÁKUSI, AL-MARR ÁKUSI, La caída de que el "falso" califa fuera colocado detrás d etrás de una cortina para evitar ev itar ser visto. Ya hemos aludido a su uso por parte de los Hammúdíes Hamm údíes al igual que lo utilizaban los califatos ‘abbásí y fátimí. Tar$r al-ajb ár de 195 AL-‘ AL -‘UDR UDRl,l, "La cora de Sevilla en el Tar$r de Ahmad b. ‘Untar al-Udri", trad. parcial de VALENCIA, R., Anda An daluc luc ía islámica islá mica.. Textos y estud es tudios ios,, IV-V, 1983-1986, p. 138.
196 lbl d.,p . 168. 168. 197 BOSCH, j. y HOENERBACH, HOENERBACH , W„ W„ "Los Banü Banü Abbád .... p. p. 29. 198 MAÍLLO, MAÍL LO, F., F., Crónica anónima .... p. 73. 199 199 lbíd .,p. 169. 169. 50
esquiva deliberadamente la legitimidad de los Hammüdíes y de Málaga. La sede del califato omeya había sido y era Córdoba, y ahora pasaría a serlo Sevilla, supuestamente, en la persona del mismísimo califa omeya HiSám.
El reconocimiento del falso HiSám en el contexto de las taifas
La invocación al al califa propuesto por Sevilla Sevilla gozará de amplio am plio eco en muchas de las numerosas taifas. En este este apartado del trabajo trataremos de componer compo ner diferentes tablas con sus correspondientes mapas, en series de cuatro años, representando los territorios que decidieron prestar su invocación a los Hammüdíes y los que hicieron lo propio con el falso HiSám200.
Del 427/1035-1036 al 431/1039-1040
El inicio de todo está en las relaciones del califa Yahyá al-Mu'talí con el cadí Abü al-Qásim ibn 'Abbád. Sevilla había reconocido al califa hammúdí cuando su tío al-Qásim gobernaba en Córdoba, pero no le dejaron dejaron entrar en trar en la ciudad pese a sus esfuerzos (1023). Como rehenes el califa se llevó al hijo del cadí, el futuro al-Mu al- Mu‘tadid ‘tadid a Málaga2 Mála ga20 01 y a cambio cam bio obtuvo el reconocim recon ocimiento iento de jutb tba. a. Yahyá terminó su soberanía y la pronunciación de su nombre en la ju nombrando a Abü al-Qásim ibn ‘Abbád como gobernador de Sevilla y le devolvió a su hijo202. Sin embargo, la tensión entre la ciudad hispalense y el califato hammúdí iría a más, y ante la presión de Yahyá al-Mu'talí los sevillan sevi llanos os y sus su s aliados alia dos hicieron creer cree r que HiSám al-Mu al- Mu’ayyad ’ayyad estaba estab a vivo2 v ivo20 03. De este modo, los ‘Abbádíes pretendieron haber encontrado al hijo de al-Hakam II «ante la falta de príncipe omeya alguno cuya bandera enarbolar para deslegitimar» y oponerse a los Hammüdíes204. Yahyá al-Mu'talí reaccionó inmediatamente ante el alzamiento de este contraca con tracalifa lifa y lanzó una campañ cam pañaa contra Sevilla Se villa en el 427/1 42 7/103 035-1 5-103 0362 620 05. Según el Fath al-Andalus el objetivo de Yahyá era adueñarse de Córdoba 200 Seguimos Seguimo s el análisis de M* M* D. Rosado Llamas para para estudiar las relaciones y coaliciones de las diferentes taifas reconociendo a un califa o a un contracalifa (ROSADO, M* D., La dinastía hammúdí.... pp. 195-216). 201 BENABOUD, M.. Sevilla en el siglo XI. El reino abbadi abbadi de Sevilla Sevilla (1 023 109 1). Sevilla. Biblioteca de temas sevillanos, 1992, p. 15. 202 ROSADO, ROSA DO, M* D., La dinast dinastía ía ham m údí.... p. 147. 203 AL-HUMAYDl, Yadwa Yadwa:: Yadwat Yadwat al-muqtabis f í ta'rij 'ulam á'al-A ndalu s (ROSADO, M* D„ La dinast dinastía ía ham m údí.... p. 149). 204 ROSADO ROS ADO,, M* D., La dinast dinastía ía ham m údí.... p. 148. 205 MA MAÍLLO ÍLLO,, F., Crónica anónima .... p. 73.
y Sevil Se villa la2 206. El califa hammüdí trató de lograr el apoyo de Muhammad b.
‘Abd Alláh al-Birzáll de Carmona pero éste se había pasado al bando de los ‘Abbádíes y secundaba la pretensión hiSámí207. El birzálí huyó a Sevilla ante la llegada de Yahyá, Yahyá, que se mantuvo en Carmona Carm ona para para dirigir dirig ir el asedio contra Sevilla, Sev illa, asolan as olando do la región regió n que hay entre ambas am bas ciud c iudade ades2 s20 08. Ahora los relatos de las fuentes divergen y según Ibn Hayyán, el birzálí y los ‘Abbádíes acudieron a Carmona a atacar al hammüdí, que estaba borracho. Yahyá salió de la ciudad y se desató una auténtica batalla en la que pereció el propio califa hammüdí y su cabeza fue cortada, pasando a manos de Ibn ‘Abbád209. El Fath Fath al-Andalus al-And alus tiene otra versión: Yahyá se dispuso a sitiar Sevilla, pero salió a su encuentro Ismá'il b. Muhammad b. Abbá Ab ‘ bád d acompa aco mpañad ñado o de Ibn 'Abd 'Abd Alláh, Allá h, produc pro ducién iéndo dose se el enfrentamiento en la parte de Alcalá de Guadaira. Guadaira. Yahy Yahyá á b. AU fu e derrotad derrotado o y muerto muerto (...)210.
Ma D. Rosado Llamas considera cons idera que q ue el Fath tiene más crédito por resultar menos tendencioso que el relato de Ibn Hayyán, claramente pro-‘abbádí y cont co ntrar rario io a los lo s Ham H amm m üdíe üd íes2 s21 11. Tras estos sucesos, Muhammad b. ‘Abd Alláh al-Birzál! recuperó Carmona y la situación de al-Andalus se modificó sustancialmente. Los esfuerzos de Yahyá por acabar con los rebeldes a su califato no sólo habían fracasado sino que habían acabado con él y habían apuntalado la posición de Sevilla y el falso Hi§ám, que ganaría un respaldo importante entre las diversas taifas212. ¿Qué poderes se mostraron favorables al anticalifa de Ibn ‘Abbád? Según Ibn ‘Idárí ‘Id árí se adhirie adh irieron ron Valencia, Valen cia, Denia D enia y Baleares, Balea res, Tortos Tor tosa2 a21 13.4 1 2Sin embargo, podemos añadir a la lista una taifa más: Alpuente. Tenemos una moneda acuñada a nombre de Yumn al-Dawla2H que está invocando al imám Hisám, aunque carece de fecha. Si tenemos en cuenta que este soberano gobernó 206 Anónimo, Fath al-Andalus. La conquista de al-Andalus. trad. PENELAS, M., Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 2002, p. 102. 207 IBN 'IDÁRl AL-MARRAK ü SI, La caída caída del Ca lifato .... pp. 160. 208 VALENCIA, R.. R.. 'La cora de Sevilla .... p. 138. 138. 209 IBN IDARl IDARl AL-MARRAKÜSI, AL-MARRA KÜSI, La calda del Califato .... pp. 160-161. 210 Anónimo, La conqui conquista sta d e .... p. 102. 211 ROSADO, ROSADO , M* D., La dinast dinastía ía ham mü dí.... p. 152. 212 Ibid., p. 1S4. 213 IBN 'IDARl AL-MARRA KÜSI. La caída del Califato .... pp. 161-162. 214 IBRÁHlM.T. y CANTO, CANTO, A., "Suplement "Suplementoo a . ...p . 170. 170. 52
desde el 421 (1030) hasta el 434 (1042), y que la farsa del falso omeya empezó en el 427 (1035), la moneda pertenecería a un año del período 427-434 427 -434 (1030(10 30-104 1042)2 2)21 15. Por tanto, Alpuent Alpu entee se podría p odría incor in corpor porar ar a la nómina de las taifas que reconocen al falso al-Mu'ayyad. La enumerac enum eración ión de Ibn ‘Idári ‘ Idári también tamb ién incluye a la taifa de los Yahwarí Yah waríes2 es2’6 ’6.. Córdoba, ciertamente cier tamente reacia a reconocer a ningún ningún califa, sí parece que aceptó al falso HiSám21 HiSám217 y el hecho h echo de que la sede califal se trasladar trasl adaraa a Sevilla. Sev illa. El acta oficial de proclamación del nuevo príncipe de los creyentes la compuso el secretario Ahmad b. Burd al-Asgar2'82 ,9 1 que compuso también (...) una felicit feli citac ación ión [al califa] por p or su aparición apari ción y la vuelta al califato cal ifato1 119. Sin embargo, el resto de soberanos musulmanes de la Península no vieron el asunto tan claro, un un buen ejemplo ejemp lo es la carta que el gobernante gobern ante eslavo de Almería Zuhayr Zuh ayr po nerr a la envió a los cordobeses cordobese s entre el 427/1 42 7/1036 036 y el 429/1 42 9/1038 0382 220 para pone cabeza del principado principado sobre los hombros h ombros [correcto [corr ectos]y s]y colocar el califato califato en su 2 . El documento presenta un interés especial por correcto sustentador (...)2212
ser una defensa fervorosa del califa hammüdí de ese momento: (...) hemos acordado hac erla bay'a, bay'a, de buen grado, grado , con consentimiento y obed ob edien iencia cia al sierv sie rvo o de Dios, prín pr ínci cipe pe de los lo s creyen cre yentes, tes, Idrí Id ríss al-Muta'ayyad bi-lláh. Hemos purificado los almimbares de la inmundicia de esa invocación prestada y lo hemos proclamado abiertamente. abiertamente. Losjatib /es se han han subido a los pulpitos proclamándolo. proclamándolo. De este modo, la luz de los rayos del sol se ha manifestado plenamente plenamente con el brillo de una aurora y la oscuridad ha sido alejada por el resplandor del sol, por Su gracia -sea Dios exaltado-; la sofocante tormenta de la duda y la mentira que estaba pegada a nuestra garg ga rgan anta ta ha sid s ido o deste de sterr rrad ada1 a11 11.
215 Aunque Aunqu e del mismo sobera soberano no tenemos tenem os monedas que invocan al imam abdAllâh (DOMENÉCH X I Cong reso Nacio Na ciona nall de Num N umism ismátic ática a (Zaragoz (Zar agoza. a. VELDA, C.,"Un tesorillo de la taifa de Alpuente", XI 200 2), Zaragoza, 2003, p. 252). 216 IBN 'IDÀRl AL-MARRÀK AL-M ARRÀKUSI, USI, La calda del Califato .... p. 162. 217 Según el Bayán la bay'a a favor del falso al-Mu'ayyad tuvo lugar en Córdoba a primeros de muharram del 427 [5 de noviembre del 1035] (IBN 'IDÁRI AL-MARRÁKUS!, La caída del Califato.... p. 162). Es interesante señalar que tenemos una moneda a nombre de HiSám II acuñada en Córdoba en el 428 (IBRÂHÎM, T. y CANTO, A., “Suplemento a .... p. 134). Consideramos que habría que entender a este HiSám como un califa “teórico" más que un reconocimiento auténtico al falso HiSám. dinastía a h am mü dí.... p. 154. 218 ROSADO, ROSADO , M* D., La dinastí 219 IBN 'IDÀRl AL-MARRÀKU AL-M ARRÀKUSI, SI, La caída del Califato .... p. 162. 220 WASSERSTEIN, WASSERST EIN, D., The Caliphate Caliphate in the the W est .... p. 143. 221 ROSADO, ROSAD O, M* D., La dinast dinastía ía ham mü dí.... p. 206. 222 Ibfd., p. 206.
Lo que también manifiesta Zuhayr es que no está dispuesto a caer en las maquinaciones del cadí Ismá'íl b. ‘Abbád: (...) el peor pe or de este bando siniestro es Ibn Ibn Abbád Ab ‘ bád,, quien q uien ha desenv des envaina ainado do la espada de la guerra guer ra civil y civil y de la injustici inju sticia, a, (...). Ha tomado prestado el nombre del mártir Hisám al-Mu'ayyad bi-lláh para uno que no merece llevarlo (o no es merecedor me recedor de su familia), fam ilia), y se lo ha entregado a uno que no es e s de d e su dina di nast stía ía2 223.
¿Influyó esta carta en los Yahwaríes? Es posible pero por las fuentes sabemos sabem os que Ibn Yahwar Yahwa r nunca estuvo del todo conven con vencido cido2 224 y poco después despu és retiró el reconoc re conocimiento imiento al califa de los sevillanos. sevillan os. Soufi2 Sou fi22 25 considera que esto sucede por dos dos motivos: la amenaza de los Hammüdíes Ha mmüdíes había pasado al ser derrotado Yahyá al-Mu‘talí e Ibn 'Abbád solicitaba la instalación de HiSám en el alcázar de Córdoba226. Todo ello llevó a que Ibn Yahwar descubriera la impostura y se negara a preservar su fidelidad a al-Mu al- Mu’ayy ’ayyad ad2 227. Es muy proba pr obable ble que los motivo mo tivoss de Ibn Yahwar Yahw ar responda respo ndan n más a lo que propone Soufi. Lo que trataba de evitar era perder el poder, si los Hammüdíes Hamm üdíes hubieran derrotado a los sevillanos y tomado Córdoba, esto habría sucedido pero ahora existía ese riesgo si aceptaba las exigencias de Sevilla. En resumen, estaba dispuesto a reconocer a cualquier califa que no estuviera en condiciones de hacer efectivo su dominio. Varios ulemas rechazaron esto, se mantuvieron firmes en su juramento hacia el falso califa y se vieron forzados al exilio, como Abü Bakr Abd Alláh al-QuraSí al-Tamímí2 al-Tam ímí22 28. Hay que seña se ñalar lar que Córdo C órdoba ba no acuña acu ña dem d emasia asiado do durante du rante el siglo XI y cuando lo hace nunca es a nombre del supuesto HiSám II sino im am 'abd 'ab d A llá ll á h 229. del imam 223 Ibíd., p. 205. 224 Realmente varios varios gobernantes se mantenían muy escépticos, escépticos, enviándose a Sevilla varias varias delegaciones para comprobar que el personaje era el auténtico HiSám II y fuer fu eron on introdu intr oducido cidoss ante este hombre en una habitación oscura, alegando que padecía una enfermedad de los ojos;y as í les habló habló y le hablaron, hablaron, pero ellos no se aclararon aclararon sobre su fisonom ía y se marcharon marcharon de esta esta (IBN IDÁRl AL-MARRÁKUSI, AL-MARRÁ KUSI, La caída del Califato .... p. 170). manera (IBN
225 SOUFI, K„ Los Bañó Yahwar en Córdoba. Córdoba. 1031-1070 d. J. C - 422-462 H. Córdoba, Real Academia de Córdoba, Instituto de Estudios Califales, 1968, p. 64. 226 El propio Ibn 'Abbád acudió acud ió con su califa ante los muros de Córdoba pero Ibn Yahwar ordenó cerrar las puertas y [prohibir] que nadie subiese a sus muros, muros, ni se comunicase persona alguna alguna con él [o sea, con el supuesto califa], ni le diese respuesta, respuesta, y maldijo a este homb re y lo censuró, así como m aldijo a quien lo suscitó (IBN 'IDÁRl AL-MARRÁKUSI, La caída caída del Califa to .... p. 170).
227 IBN 'IDÁRl AL-MARRÁKUSI, AL-MARRÁK USI, La caída del Califato Califato .... p. 170. 228 ROSADO, M* D., La dinas dinastía tía ham mú dí.... p. 207. 229 ARIZA, A., "De la legitimidad ham ha m m úd í.... í... . p. 123. 54
En contra de la propuesta ‘abbádí y a favor del hammüdí Idrís I al-Muta'ayyad sabemos, por las fuentes y la bibliografía, que estaban Granada, Grana da, Carmo Ca rmona, na, Almería Alm ería y Rond R onda2 a23 30. Es posible, posibl e, proba pr obablem blemente ente,, colocar colo car a Badajoz Badajo z y a Mértola en el el reconocimiento recono cimiento a los Hammüdíes Hammü díes por sus conflictos con Sevilla231. ¿Cuál era la actitud del resto de taifas? Zaragoza acuñaba a nombre de HiSám III III al-Mu'tadd al-Mu't add desde de sde el 423/10 423 /103131-10 10322 3223 32 y lo va a mantener mant ener hasta el 428/1035-1036, intercalando con monedas que invocaban a Hi§ám II al-Mu al- Mu’ayya ’ayyad2 d23 33. Curiosamen Curios amente, te, en el 427 Mundir Mund ir al-Tuyíbí se abstiene abstien e de emiti e mitirr numerario, el mismo año de la proclamación del falso HiSám. En el siguiente año, 428/ 42 8/103 1036-1 6-1037 037,, vuelve vuelv e a al-Mu al- Mu'tad 'tadd2 d23 3425 3 , que debe morir en ese momento porque para ese mismo año contamos con otra moneda a nombre del imam 'abd Alláh2K, invocación que permanece hasta el 430/1038-1039236. Todos estos cambios sólo pueden responder a los deseos de los Tuyíbíes de expresar su plena independencia. Mundir había invocado en sus monedas, sin el menor reparo, al fallecido Hiáám II al-Mu’ayyad pero, ahora que en Sevilla se había proclamado su reaparición, no estaba dispuesto a secundar a Ibn 'Abbád y empleó distintas fórmulas para evitarlo. Primero utilizó a Hisám III y cuando éste murió pasó a la extraña invocación del imam im am 'abd 'a bd All Al láh237. En último lugar, encontramos aquellas dinastías que no reconocían ni al falso al-Mu’ayyad ni a los hammüdíes. Es la actitud de Toledo pues Ismá'íl inicia sus acuñaciones en el 428 pero con ‘abd Alláh como imam238. La taifa de los Banü Razln, Albarracín, es una de las pequeñas taifas que no acuña moneda pero nada se nos dice en las crónicas sobre su posición en esta "disputa" por el califato. Lo más probable es que no reconociera a nadie y evitara entrar en el juego durante todo el siglo XI. 230 IBN ‘IDÁRl AL-MARRÁKUSI, AL-MARRÁK USI, La calda del Califato.... p. 162; CAMPA. M. de la. La Escoria de Espa España ña de Alfonso Alfonso X .... p. 376; ARIZA, A., De Barcelona a Orón .... p. 228. 231 Badajoz Badajo z habla ocupado ocup ado Beja, ciudad ambicionada ambici onada por los ‘Abbádíes, Abbá díes, que la sitiaron con apoyo de Carmona. Carmon a. Pese al apoyo de las tropas de la taifa taifa de Mértola, M értola, los Aftasies salieron salieron malparados del sitio, llegándose a treguas en 1030. Un hermano de Ibn Tayfúr de Mértola fue crucificado en Sevilla en ese año por ayudar al al rey de Badajoz (VICUERA, M * )., "Historia polític política". a". Historia de España de Ramón Menéndez Pidal, Los reinos de taifas. Al-Andalus en el siglo XI, VICUERA, M* J. (coord.), VIII, Madrid, Espasa Calpe, 1994, pp. 84 y 101). 232 PRIETO Y VIVES, A., Los reyes de taifas.... p. 198; MILES, G. C., Coin Coinss of th e ..„ p. 77. 233 IBRÁHlM, IBRÁHlM , T. y CANTO, A., "Suplemento a .... pp. 157-159. 157-159. 234 lbid lb id.,p. .,p. 158. 158. 235 MILES, MILE S, G. C., Coins Coins o f the .... p. 77. 236 Ibld., p. 79. 237 ROSADO ROS ADO,, M* D., La dina dinastí stía a h amm üdí.... p. 207. La crónica de Ibn 'Idári nos dice que en el rechazo a la obediencia hacia ese Hiiám impostor, imitando a su padre Yahyáy a su tío materno Ism áV b. Di-n-Nun Di-n-Nun (IBN ‘IDÁRl AL-MARRÁKUSI, La caída del Califato .... p! 153). 238 Ibfd., p. 207.
Tabla 12N F a ls ls o H ß ä m 11 a l - M u ’ a y y a d
Idris I al-Mu ta'ayyad
Neutrales
Almería A lp u e n t e 2*0
Dénia y Baleares Sevilla Tortosa Valencia
Badajoz
Carmona Granada Málaga y los territorios territorios de los los Ham mü díes
A lb a r r a c ín
Toledo Zaragoza22 0 4 9 341 C ó rd o b a24 a242
Mértola
Ronda
Definidas ya las tres “opciones" califales y sus seguidores, nos quedaría hablar del grupo de pequeñas taifas del sur: Silves, Algarve, Huelva, Niebla, Arcos Arco s y Morón. Morón . Las distintas distin tas dinastí din astías as de estas taifas ta ifas no acuñan2 acuñ an24 43 (salvo Morón quizá qu izás2 s24 44). Se planteó plan teó que la respuesta resp uesta estaría estar ía en cuesti c uestiones ones financieras pero algunos de estos poderes tendrían la pujanza económica suficiente como para haberlo hecho. Clément considera que esto se debe a que la masa monetaria en circulación era suficiente y que todas estas taifas, salvo Albarracín y Murcia, estaban ubicadas dentro de la zona de influencia sevillana sevill ana (Abbád (Ab bádíes) íes) y de la zona malagueñ mala gueñaa (Ham ( Hammüd müdíes)2 íes)24 45. Lo más probable es que Silves, Algarve, Huelva y Niebla reconozcan al falso HiSám por hallarse en esa zona de influencia sevillana, mientras que Arcos y Morón harían lo propio con los Hammüdíes por hallarse en su esfera. Con todos estos datos podemos plantear el siguiente esquema de apoyos a cada una de las "opciones" para el 427 (mapa 1). 239 Diferentes notas irán explicando explic ando la posición de las taifas en las las sucesivas sucesiv as tablas. No se introducirá nota salvo que tengan lugar situaciones cambiantes o se requiera por algún motivo. 240 Existe una una moneda acuñada a nombre de Yumn Yumn al-Dawla sin sin fecha y a nombre del del imam HiSám. Como este soberano gobernó desde el 421 (1030) hasta el 434 (1042) Alpuente podría ser una de las taifas que reconocen al falso al-Mu'ayyad. 241 Se abstiene de acuñar este año. 242 Si tenemos tenem os en cuenta que Córdoba retiró la invocación al falso HiSám cuando cuand o el el peligro hammúdi habla pasado cuesta pensar que los fahwaríes prestaran reconocimiento a Idrís I (ARIZA, A., Estudio sobre las .... pp. 399-400). Es posible que no reconocieran a nadie. 243 Tampoco lo hacen Albarracín, Ronda, Carmona y los Banü Banü Táhir de Murcia (CLÉMENT, F., F., Pouvoir et légitimité .... 1997, p. 264). 244 FRANCÉS, D. y GASPARIÑO, S., "A "A vueltas con las taifas: ¿Morón?", ¿Morón?", Revista Numismática Las monedas que se atribuyen a Morón están publicadas en FRANCÉS, D., OMNI, 6,2 01 3, p. 122. Las La moneda han dusí en en al-Andalus, Montpellier, Omni, 2012, pp. 118-126. 245 CLÉMENT, CLÉME NT, F., Pouvoir et légitimité légitimité .... p. 267. 56
Mapa Ma pa 1 .4 27H /10 35-10 35- 1036 36.1 .1.. Mértola, 2. 2. Silves, 3. 3. Algarve, 4. Huelva, Huelva, 5. 5. Niebla, 6. Arcos, 7. 7. Morón, 8. Carmona, 9. Ronda, 10. Albarracfn, 11. Alpuente
Dos años después (429) perdieron un almimbar los Hammüdíes: el eslavo Zuhayr Zuha yr murió2 mu rió24 46 y los almerien alm erienses ses ofrecieron ofrecie ron el gobierno gob ierno a ‘Abd Abd al-A a l-Azíz zíz de Valenc Val encia2 ia24 47. Cuando Cuand o éste llegó a toma to marr posesión posesi ón de la ciudad, ciud ad, se invocó inv ocó en la jutba jutb a al falso fal so HiSám como com o se hacía ha cía en Valenc Val encia2 ia24 48. Un año despu de spués és (430) se ganaba otra o tra invocación para el califa de los sevillanos: la taifa de Zaragoza. En agosto de 1039 Ibn Hayyán nos cuenta que Mundir al-Tuyíbí fue asesinado por su primo Abd Alláh b. Hakím, que sacó la cabeza de Mundir del alcázar en lo alto de un palo gritando: gritand o: «Este es el galardón galardó n a quien se rebela contra el .)2 249. Como Co mo pode po demo moss emir em ir de los creyentes HiSámy HiSám y se opone a sus derechos», ( .....)
observar, el falso califa sirvió no sólo a los Abbádíes y a los gobernantes que colocaban su nombre en las acuñaciones sino también a los golpes y cambios dinásticos. dinásticos. 246 Murcia también pasó a manos de de Valencia y seguirá vinculada vinculad a a los 'Ámirfes 'Ámirfes hasta que Toledo conquiste Valencia en 458/1065-1066 (VIGUERA, Ma J, "Historia política ..., Los reinos de taifas.... p. 97). 247 Sin embargo emba rgo lo va a perder perde r a manos de su cuñado cuñad o Abü 1-A 1-Ahw hwas as Ma'n b. Muhammad Muham mad b. Sumádih hacia 1042 o 1043-44 y en las monedas acuñadas en Almería se pone el nombre de Crónica Anó nima .... "Abd al-’Azíz de Valencia entre 430/1038 y 435/1043-1044 (MAÍLLO, E, Crónica reinoss de ta ifas .... p. 98). pp. 25-26; VIGUERA, M* J, "Historia política .., Los reino 248 IBN 'IDÁRl AL-MARRÁKUSI, AL-MARRÁKU SI, La caída del Califato .... p. 145. 249 Ibíd., p. 153.
A la altura del 431/1039-1040 (mapa 2) el sistema de apoyos había cambiado: Tabla 2 Falso HiSäm II al-Mu’ayyad
Idris I al-Muta'ayyad
A lp u e n t e
Badajoz
Almería Dénia y Baleares Sevilla Tortosa Valencia Zaragoza
C ar m o na 250 Granada Málaga y los territorios de los Hammúdíes Mértola 251
Neutrales
A lb a r r a c ín
Toledo Córdoba
Sobre esta tabla que ofrecemos comentaremos los casos que aparecen en cursiva. Respecto a Alpuente y a Albarracín nos encontramos con la misma situación de la tabla anterior. No hemos hallado ningún dato en las fuentes que nos indique que Badajoz pasará a reconocer al falso HiSám, de modo que o permanecía neutral o invocaba a los Hammúdíes. Parece más probable esta última opción por la manifiesta hostilidad con Sevilla“ Sevilla “ 2. Por otra parte, sobre las las reducidas taifas del sur (Silves, Algarve, Huelva, Niebla, Arcos, Morón y Ronda) no tenemos testimonios te stimonios numismáticos numism áticos ni en las fuentes sobre su posición en esta fecha. Es posible que las taifas del suroeste, a excepción de Mértola, invocaran al califa HiSám por hallarse en la zona de influencia sevillana a la que aludíamos antes, mientras que Arcos, Morón y Ronda estarían bajo la esfera hammúdí. Precisamente sería ser ía a inicios del del 4312 431 253 (1040) cuando c uando tuvo lugar el enfrentamiento entre Sevilla y el bloque liderado por los califas hammúdíes. Ibn Abbád quería hacerse con unas fortalezas cercanas a Sevilla que estaban 250 Es muy probable probable que Carmona reconociera a los hammúdíes porque en el el 431 431 Muhammad b. Abd Alláh al-Birzál¡, al-Birz ál¡, ante el asedio ased io del hijo del cadí Ibn ‘Abbád, Abb ád, Ismá'íl, pide ayuda al califa Idris I al-Muta'ayyad (AL-MAQQARl, The History 251; VIGUERA. M *)., "Historia "Historia po lítica .... History o f th e.... p. 251; Los reinos de taifas taifas .... p. 251). 251 Carecemos de datos para para asignar a Mértola Mértola una posición posición en esta esta disputa entre califas pero pero no hay que olvidar que la taifa será conquistada por al-Mu'tadid de Sevilla en el 436 /1044-1045 y que las relaciones re laciones con los ‘Abbádíes ‘Abbádíes hablan sido de hostilidad h ostilidad tras ayudar al al soberano so berano de Badajoz contra Carmona y Sevilla en el asedio de Beja (VIGUERA, M* J., "Historia política", Los reinos de taifas.... p. 101). 252 Ibn ‘Idári expone que la tensión entre Abbádíe Abb ádíess y Aftasles continuaba continuab a tras tras los sucesos de Beja: Cuando llegó el año 42S (...) (...) salió IsmáTI con el ejército contra la tierra del enemigo, bajo acuerdo entre él e Ibn al-Afias. Cuando Ibn Abb ád se adentró en el país de Ibn al-Afias. en su camino de regreso, salió contra él Ibn al-Afias; (...) (IBN 'IDÁRI AL-MARRÁKUSI, La caída del Califato....
p. 172). Esto tuvo lugar en el 425 (1033-1034 ) y la tabla tabla que presentamos recóg rec ógela ela información referida al 431, no parece parece nada probable que los Aftasíes hubieran h ubieran pasado a reconocer recono cer al supuesto imám HiSám II al-Mu'ayyad. 253 MAÍLLO, MAÍLLO , F., F., Crónica anónima .... p. 74.
Mapa Ma pa 2 . 431 H/103 H/1 039-1 9-104 040.1. 0.1. Mértola, Mértola, 2. 2. Silves, Silves, 3. 3. Algarve, 4. Huelva Huelva,, 5. Niebla. Niebla. 6. Arcos, 7. Morón, 8. Carmona, 9. Ronda, 10. Albarracín, 11. Alpuente
en manos ma nos de los beréberes2 berébe res25 54 y por ello envía a su hijo Ismá'íl a la cabeza de un ejército para apoderarse de estas regiones, y Carmona, (...) y Écija fueron fuero n conquistadas. conquistadas. El príncipe derrotado se dirigió a Idrís y a Bádis b. Habbüs, el príncipe sinháya sinh áya:: (,..)255. La Yadwa indica que cuando la coalición hammüdí se acercaba al lugar donde se hallaban las tropas sevillanas, surgió el pánico ante la falta de hombres para acabar con el cerco de Carmona y se procedió a la retirada2 retir ada25 56. Bádis escrib esc ribió ió a las tropas tropa s hammü ha mmüdíe díess para que qu e regresara reg resaran n y los dos ejércitos derrotaron a los sevillanos cerca de Écija257. Las fuentes dicen que las tropas beréberes que acompañaban al primogénito del cadí desertaron y que sólo le quedó un pequeño grupo de oficiales y esclavos258. Finalmente Ismá'íl se retiró pero terminó malherido al caer en un precipicio. Allí fue decapitado por un sinháya y su cabeza fue llevada a Málaga, a Idris b. A1I259. 254 'ABD 'ABD AL-WÁHID AL-MARRÁK AL-MA RRÁKUSI, USI, Lo admirable admirable en e l ..., l ..., p. 76. 255 IBN AL-ATlR, An AL-ATlR, Annal nales es du d u Maghreb Magh reb et d e .... .. .. p. 432. 256 ROSADO, ROSAD O, M* D., La dinastía hammüdí.... p. hammüdí.... p. 159. 257 Anónimo, La conqu conquist istaa d e .... p. .... p. 103. 258 IBN 'IDÁRl AL-MARRÁK AL-MA RRÁKUSI, USI, La caída del Califato Califato .... p. .... p. 170. 259 'ABD 'ABD AL-WÁHID AL-MARRÁKUSI, AL-MARR ÁKUSI, Loadmirableen Loadmirableen e l.... l.. ..p. p. 76. Según el Bayán el Bayán el enfrentamiento enfrentamien to entre los 'Abbádíes 'Abbádíes y los partidarios de los Hammüdíes Ham müdíes tuvo lugar en el marco del asedio sevillano sobre Córdoba (IBN 'IDÁRl AL-MARRÁKUSI, La caída caída del Califato . ... p. ... p. 170). 59
Esta última noticia, el envío de la cabeza al califa hammüdí, nos permite interpretar el hecho en clave califal. Como indica M. Fierro, la cabeza cortada es la prueba de la muerte del enemigo y el testimonio del éxito. En la época omeya en al-Andalus, el envío de cabezas de enemigos derrotados notificaba lo que sucedía con los que osaban desafiar la autoridad emira em iral2 l26 60. «La cabeza cab eza pierde pierd e su carácter cará cter distinti dis tintivo vo entre entr e los seres sere s humano hu manoss y se convierte con vierte en un trofeo tro feo»2 »26 61. En el el caso que nos ocupa ocu pa la simbo sim bolog logía ía que se podría aplicar a la cabeza de Ismáíl enviada a Idrís 1al-Muta’ayyad haría referencia a lo que sucede a los que se rebelan contra el auténtico y verdadero califa. Pese a la contundente derrota de Sevilla, la situación en al-Andalus no había cambiado en la práctica y los apoyos a cada califa seguían siendo los que antes hemos expuesto. Además los Hammüdíes iban a iniciar un período de declive y desintegración mientras que el falso HiSám iba siendo reconocido por po r más y más taifas taif as en los años año s 30 del siglo sig lo V de la Hégir Hé gira/ a/10 1038-1 38-104 0482 826 62.
Del 435/1043-1044 al 439/1047-1048
De este modo, llegamos al 435/1043-1044. 435/1043-104 4. Dos años antes (433/1041-1042) había hab ía muerto mu erto el cadí c adí Abü 1-Qá 1-Qásim sim ibn Ismá'íl2 Ismá'í l263y su hijo al-Mu al- Mu'tad 'tadid id bi-lláh b i-lláh va a continuar la política iniciada por éste pues HiSám al-Mu'ayyad lo colocó en razón de su oficio y funcio fun cione ness de háyib en el puesto de su padre2 padre 264. El nuevo sobera sob erano no de Sevilla inicia la acuñac ac uñación ión de dina d inares res2 265, invocan inv ocando do a HiSám al-Mu'ayyad como califa y oponiéndose a los califas hammüdíes Hasan al-Mustansir y a su hermano y sucesor Idrís II al-'Álí266. La fecha del 435, a la que acabamos de hacer referencia, es importante por ser uno de los momentos en que al-Andalus se halla dividido, casi en su totalidad, entre los reinos de taifas que reconocen al falso HiSám y los que mantienen la invocación a la dinastía hammüdí. Ibn Hayyán enumera a las taifas presentes en cada "partido": 260 FIERRO, M.. Abd erram err amán án I I I y el califato cali fato omeya om eya de Córdoba Córd oba,, San Sebastián, Nerea, 2011, pp. 175-176. 261 PUENTE, PUENT E, C. de la, la, “Cabezas “Cabeza s cortadas: cortadas : símbolos de poder y terror. Al-Andalus Al-And alus s. II/VIII-IV/X", II/VIII-IV/X", FIERRO, M. y GARCIA, F. (eds.), El cuerpo derrotado: cómo trataban musulman es y cristianos a los enemigo s vencidos (Península Ibérica, ss. VIII-XIII VIII-XIII), ), Madrid, CSIC, 2008, pp. 319-347. 262 ROSADO, ROSADO , M* D., La dinastía dinastía ham m üdí.... p. 208. 263 VALENCIA, VALENCIA, R., R., “La cora de S e v i l l a p . 138; 138; BOSCH, BOSCH, J. y HOENERBACH, W., W., “Los Banú Banú 'Abb 'Abbad ad .... p. 31. 264 MAfLLO, F„ Crónica anónima .... p. 74. 265 LÓPEZ, E., “Acuñaciones Acuñac iones monetarias de al-Andalus .... p. 81. 266 ROSADO, M* D., La dinastía .... p. 209. dinastía hamm üdí ....
(...) Sulaymán b. Hüd al-Yudami, señor de la frontera superior -y
estaba con él Muqátil el esclavón, esclavón, señor señ or de TortosaTortosa - y 'Abd 'Abd al-Azíz al-A zíz b. Ab A b í Ámir, señor señ or de Valencia, y los que qu e estaban estaba n bajo ellos ell os dos d os de [entre] [en tre] los regidores de las provincias en el interior, interior, y eran Ibn Ma'n, Ma'n, señor señ or de Almerí Alm ería, a, S a ld b. Rufayl, Rufay l, seño se ñorr de Segura, Segu ra, y otros otr os de los arr arráe áeces ces [que [qu e tendían tend ían]] hacía el e l visir Muha Mu hamm mmad ad b. Yahwar Yahwar,, señor señ or de Córdo Có rdoba2 ba2667. Todos ellos invocaban a HiSám, el alzado en Sevilla, (...) (. ..)2 268 pero Granada Grana da y los otros emires beréberes invocaban a su imam en Málaga, o sea, a Idrís b. Yahyá b. Alí b. Hammüd al-HasanP69. Sin embargo, sabemos que no todas las taifas cuyos soberanos eran beréberes apoyaban a los Hammüdíes. De hecho, Ibn 'Idárí añade que las siguientes taifas también invocaban al falso califa de Ibn 'Abbád: Abü Nür b. Abí Qurra de Ronda, Muyáhid de Denia, los Aftasíes de Badajoz, Yahyá b. Dí-l-Nün de Toledo, Isháq b. Muhammad al-Birzál! de Carmona, Ibn Nüh de Morón e Ibn Jizrün de Arcos270. Con estos datos podemos pasar a elaborar la tabla para el 435 (mapa 3): Tabla 3 F al a l s o H iS i S ám á m II I I a ll - M u 'a ' a y ya ya d A lp u e n t e 27' Almería Arcos Badajoz Carmona Denia y Baleares Baleares Morón Ronda Segura Sevilla Toledo Tortosa Valencia Zaragoza
I dr d r ís ís I I a l -‘ - ‘À l ï
Neutrales
Granada Málaga y los territorios d e los Hammüdíes Mértola 272
Alb A lb a r r a c ín Córdoba
267 IBN 'IDÁRl 'IDÁR l AL-MARRÁKUS AL-MAR RÁKUSI,I, La calda del Califato Califato .... pp. .... pp. 183-184. 268 lbíd., lb íd.,p. p. 184. 184. 269 lbfd., lb fd.,p. p. 184. 184. 270 lbíd., lb íd.,p. p. 184. 184. 271 Alpuente Alpue nte acuña en el 446 a nombre de HiSám HiSám pero pero lo más probable es que salvo en algunos momentos como éste y otros que hemos señalado anteriormente, anterior mente, esta taifa se mantuviera neutral neutral en la cuestión del califato (ARIZA, A., "De la legitimidad hammüdi.... p. 123). 272 La taifa de Mértola va a ser incorporada incorporad a a Sevilla por al-Mu'ta^id en el el 436/1044-1045 436/1044 -1045.. Teniendo en cuenta que las relaciones relacione s con los 'Abbádies 'Abbádies habían sido de hostilidad es posible que prestaran reconocimiento a los Hammüdíes. 61
Ma pa 3 . 435H Mapa 43 5H /10 43-10 43 -1044 44.1 .1.. Mcrtola, 2. 2. Silves, Silves, 3. 3. Algarve, 4. Huelva, Huelva, 5. Niebla, Niebla, 6. Arcos, 7. Morón, 8. Carmona, 9. Ronda, 10. Albarracfn, 11. Alpuente, 13. Segura.
La numismática nos permite aclarar algunos aspectos de este esquema. Colocamos a Córdoba en el apartado de taifas neutrales porque, a pesar de lo que dice Ibn 'Idári, los Banü Yahwar acuñan desde el 439 al 442 invocando al imam 'abdAlláh 273y las mone m onedas das anteri a nteriores, ores, las de Ibn Hamám Ham ám o Ibn I bn Hummám Hum mám,, con Hisám II como imám i mám responden respon den a otros motivos2 motiv os27 74. No hay monedas mo nedas cordobesas acuñadas a nombre del falso HiSám y no hay motivos para pensar que los cordobeses, aunque lo hubieran reconocido en un primer momento, hubieran vuelto a invocarlo tras renegar de él (además Sevilla atacó Córdoba hacia el 43 4 3 1275). Por P or todo ello sería serí a difícil difíci l inclu i ncluir ir a Córdoba Córdo ba en el aparta a partado do de taifas que qu e reconocen reco nocen la "pretensión "pretens ión hi§ámí"27 hi§ámí"276. ¿Invocaban ¿Invoca ban entonc e ntonces es a ldris ldri s II al-‘ al- ‘Álí? Álí ? Parece Parec e que no, ya que como c omo señala s eñala Ma D. D. Rosado Ro sado Llama Ll amas2 s27 77una 7un a cita del Bayán indica que los Banü Dí-l-Nün no prestaban reconocimiento a nadie a imitación (...) de las gentes de Córdoba; Córdoba; (,..) (, ..)2 278pero 8pe ro esto debe deb e hacer ha cer referencia refer encia 273 PRIETO Y VIVES, A., Los Reyes de Taifas Taifas ... . pp. 220-221. 274 Como ya hemos visto, visto, las las monedas de Ibn Hammám/Hummám acuñan a nombre de HiSám HiSám II mucho antes de la proclamación del falso HiSám por los sevillanos. Habría que entender a este HiSám como un califa "teórico" (IBRÁHlM, T. y CANTO, A., "Suplemento a ..., p. 133). 275 IBN IDÁRI IDÁRI AL-MARRÁKUSl, La caí caída del del C a li fa t o p. 170; SOUFI, K, Los Banü Yahwar.... p. 65. 276 ROSADO, M* D., La dinastía hammúdí.... p. 209. 277 Ibíd., p. 210. 278 IBN 'ipÁ Rl AL-MARRÁKUSI, La caída del Califato .... p. 184. 62
a antes del 435 o después porque contamos con monedas acuñadas a nombre de Hisám y que se han atribuido al 435279. Como podemos observar, los apoyos de las taifas a una y otra "opción" califal van variando variand o en función de diversos intereses y acontecimientos acontecimie ntos pero no responden al viejo esquema de la solidaridad étnica. Aunque la historiografía ha hablado de "coalición anti-beréber", el término "coalición anti-hammüdí" propuesto por Ma D. Rosado Llamas resulta mucho más apropiado ya que en ella participan Badajoz, Ronda, Arcos y Morón, todas taifas beréberes. Dentro de las distintas taifas encontramos algunos aspectos referentes al tema de estas “coaliciones califales" que merecen la pena ser destacados. La zona del sur y Granada se mantienen man tienen dentro de la la invocación hammüdí ham müdí mientras mientra s que los eslavos del Levante se mantienen mantie nen en el reconocimie rec onocimiento nto al falso Hi$ám de Sev Sevilla. illa. El resto de taifas va variando como hemos ido viendo. Habría que preguntarse el motivo por el que taifas que, tradicionalmente, habían venido reconociendo a los califas de Málaga cambiaron la invocación. No tenemos respuesta para esto pero quizá tenga algo que ver la crisis monetaria del califato hammüdí, que supuso el comienzo de la expansión monetaria y política 'abbádí, gracias a la legitimidad que les proporcionaba su falso califa omeya280. Cuatro años después de todos estos sucesos, en el 439, la situación volvió a cambiar. Badajoz, que había estado acuñando a nombre de HiSám hasta ese mismo m ismo año2 añ o28 81, abandon aban donaa su invocación. invoca ción. ¿A qué se debe esto? Sevilla se había anexionado Mértola en el 436/1044-1045 y ahora trataba de hacer lo mismo con la pequeña taifa de Niebla. 'Izz al-Dawla, ante la agresión de los Abbádíes, pidió ayuda a al-Muzaffar282. De nuevo la relación entre Sevilla y Badajoz volvía al enfrentamiento283. Se crea otra liga o coalición de taifas contra Sevilla pues Badajoz llamó a un contingente de sus aliados aliad os beréberes, beréberes, que acudieron a él sin reflexionar sobre las consecuencias de su conducta (...) y decidió avanzar con ellos hasta Sevilla e hizo que se apiñasen en torno a su ... ) 284. Granada Granad a se alía con al-Mu al- Muzaf zaffar far de Badajoz Badaj oz caudillo Bádis b. Habbüs, ( ...)
y con varias taifas vecinas de los ‘Abbádíes: Carmona, Morón y Arcos. Todos 279 PRIETO Y VIVES, A., Los Reyes de Taifas .... números 322-327, p. 216 y p. 134. 134. 280 LÓPEZ, E., E., "Acuñacion "Acuñaciones es monetarias de al-Andalus .... p. 81. 281 281 ARIZA, A„ "De la legitimidad legitimidad ham ha m m úd i.... p. p. 123. 123. 282 IBN TDÁRl AL-MARRÁKU AL-MAR RÁKUSI, SI, La calda del Califato .... p. 176. 283 El Boyan señala que qu e Ibn tah wa r trató de mediar med iar en las tensiones entre 'Abbádíes 'Abbádíes y Aftasíes para evitar que de aquella acción de ellos se derivase lo que [había ac aecido] en otras parecidas (...). Como cada bando tenía su propio califa, lo que hizo el visir cordobés fue su gerir que [apartasen las invocaciones como] él las había apartado lejos de la sospecha; pues él y la comunidad de Córdoba habían suprimido toda invocación. Envió emisarios con estos mensajes m ensajes para asustarlos por las las terribles consecuencias de sus actos (IBN 'IDÁRl 'IDÁRl AL-M ARRÁKllS ARR ÁKllSl,l, La caída del Califato..., pp. 176-177). Sabemos, sin embargo, que los cordobeses invocan al imam 'abd Alláh en sus Reyes de Ta ifas.... pp. 220-221). monedas desde desd e el 439 al 442 (PRIETO Y VIVES, A., Los Reyes
284 lb(d., p. 176.
reconocían al hammüdí hammü dí Muhammad b. al-Qásim b. Hammüd al-Hasaní, al-Hasa ní, como imam2 ima m28 85. Todos estos est os sobera sob eranos nos formaron form aron una liga y asediar ase diaron on Sevilla Se villa pero Dios castigó a la mayoría de estos arráeces que asediaron a Ibn 'Abbád por su mala mal a cond co nduc ucta ta en esa cam ca m paña pa ña2 286. Sevilla resistió y aunque lbn Hayyán diga
que hubo h ubo saque sa queos os y desórd des órden enes es2 287, la coalición coalic ión contra con tra los ‘Ab ‘Abbád bádíes íes y Hisám II había fracasado. La tabla de las taifas que reconocían a los Hammüdíes y al falso Hi§ám para el 439 (mapa 4) es la siguiente: Tabla 4 Falso HiSám II al-Mu 'ayyad A lm er ía 289 Ca lata la ta yu d 290 Dé nia y Ba lea res 291 L é r id a 292 Sevilla T o rto rt o sa 293 Valencia294 Zaragoza29526 9
Ca lifas li fas ha m m üd íes28 íes288 Arcos Badajoz Carmona Granada Málaga y los territorios de los Hammüdíes Morón Niebla
Neutrales
A lb a r r a c ín A lp u e n t e
C ó rd o b a29 a294 T o led le d o 297
Ronda
285 IDRIS, H. R.. "Les A b s id e s de Badajoz" Badajoz",, Al-An Al- Anda dalus, lus, XXX, 1965, pp. 280-281; IBN 'IQÀRI AL-MARRÁKUSI, La calda del Califato .... pp. 191-192. 286 IBN 'IDA r I AL-MARRAKUSI, La caída del Califato Califato .... p. 192. 287 lbíd .,p. 177. 177. 288 288 Hablamos de califas califas hammü díes porque, en estos estos mom entos, en los territorios tradicionalmente inclinados a reconocerlos, se invocaba el nombre de tres califas a la vez: Muhammad b. Idris en Málaga, Muhammad b. al-Qásim en Algeciras e Idris II b. Yahyá en Bobastro, Ronda y Ceuta (ARIZA, A., De Barcelona a Orón .... p. 262). 289 Hay monedas moned as almeriense alme riensess que reconocen a HiSám HiSám II II en el 439 (VIVES (VIVE S Y ESCUDERO, A., Monedas Monedas de la s .... p. 161). 290 ARIZA, A., "De la legitimidad ham ha m m úd i.... p. 123. 123. 291 La taifa de Dénia acuña a nombre de HiSám HiSám II hasta el el 455 (BRUCE, T , La taifa de Denla et la Méditerranée au Xle siècle, Toulouse, Méridiennes, 2013, pp. 375-381). 292 PRIETO Y VIVES, A., Los Reyes de Taifas .... p. 207. 293 Tortosa invoca invoca a HiSâm en sus monedas hasta su desaparición desaparición en el 452/1060-1061 (Ibid, (Ibi d, p. 123). 123). 294 Aunque Aunq ue no contamos contamo s con acuñaciones acuñac iones para el 439 si para el 438 y para el 440 y en ambas fechas se invoca al imám HiSàm. HiSàm. Si tenemos en cuenta que seguirá haciéndolo h aciéndolo hasta h asta el 451, habría que pensar que para el 439 se reconocía al califa HiSám (Ibld., p. 123.). 295 Ibld., p. 123. 296 Las monedas moned as de los Ÿahwarles invocan al imàm ‘abd Alláh a lo largo de la historia de sus acuñaciones (ARIZA, A., "De la legitimidad hammüdf.... p. 123). 297 Las acuñacione acuñ acioness de Toledo desde el 434 no llevan nombre de de imám imám (Ibld., p. 123). 64
Mapa Ma pa 4 . 439H /1047-1 /10 47-1048 048.2. .2. Silves, 3. Algarve, 4. Huelva, Huelva, 5. 5. Niebla, 6. Arcos, 7. 7. Morón, 8. 8. Carmona, 9. Ronda, 10. Albarracín, 11. Alpuente, 12. Calatayud.
Del 440/1048-1049 al 448/1056-1057
El período que se inaugura, la década del 440/1048-1058, ahora es nuevo. La situación en el panorama de taifas empieza a cambiar. A la altura del 444/105 444 /1052-105 2-1053 3 al-Mu'tadid había incorporado inco rporado las taifas taifas de Niebla2 Niebla 298 y Huelv H uelva2 a29 99. Aunque Aun que las fechas fech as que proporc pro porciona ionan n las fuentes fuente s resultan contradictorias, es posible que también hubieran sido incorporadas las taifas taif as de Santa Sa nta María Mar ía del Alga Al garv rve3 e30 00 y Silve Sil ves3 s30 01. Intente Inte ntem m os aclar ac larar ar la 298 Las fechas difieren difieren sobre la conquista de esta ciudad ciudad por las tropas ‘abbádies. ‘abbádies. Según al-'Udri la toma de Niebla fue en el 442/1050-1051 (VALENCIA, R., "La cora de Sevilla ..., p. 139). Ibn Hayyán retrasa la fecha un año, al 443 (IBN ‘IDÁRl AL-MARRÁKUSI, La caída del Califato .... p. 200). Sin embargo, la Crónica Crónica Anónim a considera que es mucho más tarde, en el 445/1053-1054 (MAÍLLO, F., Crónica anónima .... p. 40). 299 443 es el año que da Ibn Ibn Hayyán (IBN 'IDÁRl AL-MARRÁKUSI, La caída del Califato .., p. 200) y Crónica anónim anó nima a. . , p. 37) también la Crónica Anónima (MAÍLLO, F„ Crónica 37) pero, de nuevo, al-'Udri ofrece ofrece un año anterio anterior, r, 442 442 (VALENCIA R-, R-, “La cora cora de de S e v i l l a p . 139). 139). Lo que muestran muestran ambos, Ibn Hayyán Hayyán y al-'Udri, al-'Udri, es que la toma de Niebla y Huelva tuvo lugar en el mismo año, independientemente de cuál sea éste. 300 La Crónica Anónima considera que la incorporación a Sevilla es en el 443/1051-1052 (MAÍLLO, F., Crónic Crónica a anó nim a .... p. 36). Al-'Udri aporta la fecha del 444/1052-1053 (VALENCIA, R., "La cora de Sevilla .... p. 139) e Ibn 'Idári lo retrasa hasta el 449/1057-1058 (IBN ‘IDÁRl AL-MARRÁKUSI, La caída del Califato .... p. 181). 301 Esta conquista conqu ista tuvo lugar en el el 444/1052-1053 444/1052-10 53 según al-'Udri (VALENCIA, R., R., "La cora de Sevi Se villa lla.... .... p. 140) 140) pero la la Crónica Anónima nos proporciónala lejana fecha deiomvó/del 455 (27
situación situac ión estable e stablecien ciendo do una tabla de invocacione inv ocacioness califales para el 44530 445302 (mapa 5). Tabla 5 F al a l s o H iS iS ám á m II I I a ll- M u 'a ' a yy y y ad ad Dénia y Baleares L é rid ri d a 303 Sevilla Tortosa Valencia Zaragoza
I d ri r i s II a l - ' Á li li
Neutrales A lb a r r a c ín
G ra n ad a30 a304 Málaga y los territorios de los Hammudíes Ronda 30S3 6 0
A lm e ría rí a 304 A lp u e n t e 307
B a d aj o z30 z308 Córdoba Toledo
La pregunta es qué sucede con el resto de taifas. Es difícil considerar a quién reconocían como califa para este momento pero con algunos datos intentaremos ubicar a las taifas que faltan en esta tabla. No sabemos si Santa María del Algarve ya había sido incorporada a Sevilla pero, en cualquier caso, estaba bajo su influencia y posiblemente reconocía al califa de los 'Abbádíes. de septiembre a 25 de octubre de 1063). M* D. Rosado Llamas opina que la información de la Crónica Anónima resulta equivocada porque el Bayón dice que en el 449/1057-1058 Muhammad b. ‘Abbád, futuro al-Mu'tamid, era gobernador de Silves, lo que indica que la plaza ya estaba en dinastí stía a ha mm údí.... p. 214). manos sevillanas (ROSADO, M* D., La dina 302 En esta ocasión, desplazarem desplaz aremos os dos años el análisis aná lisis de reconocimien recon ocimientos tos califales por por parte de las diferentes taifas por resultar excesivamente complicado establecer el cuadro de invocaciones para el 443, dados los problemas en el seno de la dinastía hammúdí. 303 No conocemos conoce mos emisiones para este año pero sí una anónima anónim a para el 443 (VIVES Y ESCUDERO, ESCUDERO, A , Monedas de las .... p. 125, p. 199). Para el resto de acuñaciones que hace esta taifa, hasta su desaparición a manos de Zaragoza, siempre invoca a HiSám II por lo que posiblemente para el 445 al-imám Hiiám reconocía al califa califa de los sevillanos (aunque (aunq ue una moneda del 449 combina el lema al-imám al-Mu'ayyad bi-llúh bi-llúh con 'abd Alláh amir al-mu'minin, es probable que haya que leer esta fórmula así: el imam HiSám al-Mu'ayyad al-Mu'ayy ad bi-lláh siervo de Dios príncipe de los creyentes) (Ibíd., p. 201). Monedass de la s .... p. 125; 304 Ibíd., Moneda 125; ARIZA, A , De Barcelona a Orón .... pp. 274-275. Thee History History o f th e.... p. 247) o 305 Idrís II al-Álí al-Á lí acudió a Málaga desde Comares (AL-MAQQARl, Th admirable en e l .... desde Ronda (‘ABD ABD AL-WÁHID AL-M ARRÁKUSI, Lo admirable .... p. 64). De todos modos Ibn Hayyán nos cuenta que el califa se refugió en Ronda cuando regresó de Ceuta después de haber intentado recuperar el poder en Málaga tras haber sido depuesto (IBN (IBN 'IDÁRl AL-MARRÁKUSI, La calda del Califato .... p. 182). Por todo ello no resultaría extraño que Ronda reconociera al califa hammúdí cuando volvió a gobernar desde Málaga. 306 En las monedas de al-Mu'tasim (443-484/1052-1091) no se invoca invoca a ningún imam (VIVES Monedas as d e .... .... pp. 162-163). Y ESCUDERO ESCUDERO,, A , Moned
307 Un año después, en en el 446, 446, Alpuente acuña con HiSám como califa califa pero en el el 445 no sabemos Reyes de Taifa s .... p. 220). a quién reconocía, posiblemente a nadie (PRIETO Y VIVES, A., Los Reyes e n emisiones posteriores también lo 308 Badajoz acuña en el 441 a nombre del imam 'abd Alláh y en hace, probablemente probablemente en el el 445 hacía lo mismo (AR IZA A , "De la legitimida legitimidad d ham h am m údí.... úd í.... p. 123). 123).
Mapa 5 .4 45H /105 3-10 54.3. Algarve, Algarve, 6. Arcos, 7. 7. Morón, Morón, 8. 8. Carmona, Carmona, 9. Ronda, 10. 10. Albarracín, 11. Alpuente
Por otro lado, las pequeñas taifas de Carmona, Carmo na, Morón M orón y Arcos, gobernadas goberna das por dinastías beréberes, presentan un panorama más complejo. Carmona había acudido en ayuda de al-Muzaffar de Badajoz en el el 442/1050-1051. 442/1 050-1051. En ese año Sevilla invadió el territorio de los Aftasíes, derrotando a las tropas de al-Muzaffar y de Isháq b. ‘Abd Alláh al-Birzáll, muriendo el hijo de este último últim o en la batall ba talla3 a30 09. Interesa Intere sa resaltar resalt ar la noticia notic ia que q ue aporta ap orta el Bayán cuando nos dice que el señor de Carmona se afligió (...) po p o r la desgrac desg racia ia de su hijo, pero per o no se s e humilló hum illó a su advers adv ersario ario 'Abbád en lo relativo rela tivo a pedirle ped irle la cabez ca beza3 a31 10.
Es decir, pese a la derrota, se mantuvo hostil a Sevilla y los conflictos entre ambos am bos fueron fue ron conti co ntinu nuos3 os31 11. Con todos estos est os datos, posibl po sibleme emente nte Carmo C armona na reconociera a los Hammüdíes, quizá a Idrís II al-'Áli. Respecto a Morón y Arcos no tenemos datos que nos permitan afirmar su participación en algún tipo de reconocimiento. Lo único que podemos es proponer propon er que invocaran invocaran a los Hammüdíes por haberlo hecho con anterioridad y por hallarse próximos al territorio de estos califas. Por último, antes de acabar con el análisis del 445 habría otro dato más que aportar. De los ejemplares acuñados por el califa hammüdí Idrís II al-'Áli de 309 IBN IBN IDÁRl AL-MARRAKUSI, AL-MARRAK USI, La caída de l Califato .... p. 196. 310 lbfd .,p. 196. 196. 311 Ibfd., p. 224. 67
Málaga, el el año 445 es el el segundo con mayor número de dírhams emitidos, emitidos , sólo por detrás det rás del 4373 4 3731 12. Conocemo Conoc emoss por po r los menos me nos 18 para el el 445. 44 5. Esto Es to result res ulta a muy llamativo, y podría indicar un deseo de Idris II por tener mayor presencia en el numerario ahora que Sevilla avanzaba tanto en su incorporación de otras taifas y seguía acuñando a nombre de su califa Hisám. Quizá habría que relacionar todo esto con el hecho de que el 445 sea el momento en que más dirhames se acuñan acu ñan por parte de d e la otra rama de d e califas hammüdí ham müdíes, es, la de Algeci Alg eciras ras3 31334 .1
Del 449/10 57-10 58 al 452/1060-1061. La muerte del fals o Hisám Hisám Si continuamos avanzando en nuestro trabajo, el siguiente año que procederemo proce deremoss a estudiar estu diar es el el 449. Veamos cómo había quedado que dado el panorama de las taifas para ese momento. Para empezar, al-Mu‘tadid seguía avanzando en su conquista conquis ta de territorios. En este caso se trataba de un lugar luga r importante, el régulo sevillano había tomado Algeciras en el 446/1054-1055. Allí (...), sitió a Muhammad b. al-Qásim, quitándosela de su poder*'*. Lo mismo había hecho Bádls b. Habbüs H abbüs ocupa o cupando ndo Málaga en el 448/105 448 /10563 6315 para evitar que la ciudad cayera en manos de los 'Abbádíes. De este modo, el poder de los califas hammüdíes desapareció. Antes de proseguir con nuestro análisis habría que preguntarse si también había acabado la farsa del falso califa HiSám. Las fuentes no se ponen de acuerdo sobre el momento en que murió el sosia. Veamos la información que facilitan las distintas crónicas. Ibn Bassám cuenta en la Dajira que HiSám falleció en el 1044: Cuéntase que [al-Mu'tadid] convocó a los principales personajes de su corte y les anunció la muerte de su imam Hisám; les aclaró que había falle fa lleci cido do tiempo tiem po atrás, de una enferm enf ermeda edad d crónica, crónic a, y les explicó explic ó que la situación de guerra era tan crítica entre él y los otros soberanos de al-Andalus que se le oponían, que fue impedimento para revelar la muerte de este imam imam y hacerle funerales funera les públicos... pú blicos... Cuéntase también también que escribió a los soberanos de al-Andalus que reconocían obediencia 3'6. al pretendido pretendido HiSá HiSám, m, y les comunicó su fallecimiento fallecimiento 3'6 Al-Nuwayrí no es demasiado preciso. Se limita a decir que el falso califa se mantuvo (...) más de veinte años en su alta posición, (...)317. 312
AR1ZA, A., De Barcelona a Orón .... p. .... p. 290.
313
Ibfd., p. 334.
314
BOSCH, J. y HOENERBACH , W.. "Los Banú Banú Abbad .... pp. 33.
315
ROSADO. M* D., La dinas dinastía tía ham m üdí.... p. üdí.... p. 214.
316 VIGUER A, M *)., "Historia política política". ". Los reinos de taifas .... p. 111. 317 AL-NUWAYRl, Histor Historia ia de lo s .... p. 92.
68
Otras fuentes, como la Crónica Crónica Anónima, Anónim a, indican que no se supo el año de la muerte del supuesto califa porque al-Mu'tadid tuvo oculta su muerte m uerte hasta que su situación situación se consolidó, consolidó, se proclamó soberano y se pronunció la jutba en su nombre3'8. Como podemos observar las crónicas coinciden en ubicar la defunción del califa mucho antes de que al-Mu'tadid la hiciera pública3319. 8 1 319. Podría parece par ecerr una fecha fec ha sin más m ás pero per o como Ma D. Rosado Llamas Llam as ha seña se ñala lado do3 320, el propio Bayán relaciona la toma de Algeciras por los ‘Abbádíes con la supresión, en los almimbares de todas sus provincias, de la mención de su imam HiSám b. al-Hakam, el retornado32'. Así pues, la fecha más probable sería la del 451 para la supresión del nombre de HiSám en la jutba, tras la expulsión de al-Qásim al-Wátiq de Algeciras (446/1054-1055), la de Muhammad II al-Musta‘lí de Málaga (448/1056) y la muerte de al-Qásim al-Wátiq (450/1058-1059)322. Nos parece acertado el planteamiento de Ma D. Rosado Llamas. Desaparecidos los Hammüdíes de la escena política nadie estaba en disposición de aspirar al califato, ¿por qué entonces seguir manteniendo la ficción del falso HiSám? Las emisiones a nombre del falso califa no se interrumpieron en el 451/1059-1060. De hecho, Sevilla no modificará la leyenda de sus monedas hasta la muerte de al-Mu'tadid y la subida al poder de su hijo al-Mu'tamid (461/1 (46 1/106 068-1 8-106 069) 9)3 323. Como vemos, vem os, los 'Abbádíes «continuaron «continu aron acuñando acuñ ando monedas en su nombre nom breyy lo mismo hicieron hicieron otros taifales que parecen haber optado por la idea de que HiSám II era poco menos que inmortal324». Pasemos ahora a trazar el cuadro de reconocimientos califales para el 449 (mapa 6). Nos queda por situar a las pequeñas taifas beréberes del sur (Arcos, Morón, Ronda y Carmona). Carmona quizá no prestara reconocimiento a nadie como Granada, dada la ausencia de los Hammüdíes, pero su situación con Sevilla era de guerra constante325. Sobre los otros emiratos J. Vallvé y R. P. Dozy, empleando las fuentes, aportan la siguiente noticia: en el 448/1056 al-Mu'tadid salió de caza y llegó a Ronda, donde fue recibido 318 MA MAÍLLO ÍLLO,, F., Crónica anónima .... p. .... p. 74. 319 El Bayán Bayán indica que esto tuvo lugar en los finales del 451/5 de febrero del 1060 (IBN 'IDÁRI AL-MARRÁKllSI, La caída del Califato .... .... p. 179) pero el Kitáb ai-Mu'yib lo ai-Mu'yib lo retrasa hasta el 455/1063 ('ABD ('ABD AL-WÁHID AL-MARRÁKUSI, AL-MARRÁKU SI, Lo admirab admirable le en en e l .... p. .... p. 78). 320 ROSADO, ROSAD O, M* D., La dinast dinastía ía ha m m üdí.... p. üdí.... p. 215. 321 IBN 'IDÁRI AL-MARRÁKUSI, AL-MARRÁK USI, La caída del Califato .... p. .... p. 179. 322 ROSADO, ROSADO , M* D„ La dina dinastí stíaa h am mü dí.... p. dí.... p. 215. 323 Ibfd., p. 215. 324 MAN MANZANO, ZANO, E., Épocas medievales. Historia de España. FONTANA,). España. FONTANA,). y VILLARES, R. (dirs.), Crftica/Marcial Pons, Barcelona, vol. 2,2010, p. 286. 325 IBN ■IDÁ IDÁRI AL AL-M -MAR ARRÁ RÁKU KUSI, SI, La caída del Califato .... p. 224.
Mapa Map a 6 . 449H/10 449 H/1057-10 57-1058.6. 58.6. Arcos, Arcos, 7. Morón, Morón, 8. Carmona, Carmona, 9. Ronda, Ronda, 10. 10. Albarradn, Albarra dn, 11. 11. Alpuente
con honores326. La Crónica Anónima alude a las buenas relaciones entre Abü Nür de Ronda y al-Mu'tadid327. Antes de esto, el soberano de Sevilla había pasado por Morón. R. P. Dozy nos dice que se trataba de una visita a dos de sus s us vas v asall allos os3 328. No resul re sultar taría ía extr e xtraño año que las tres tre s pequ p equeñ eñas as taif t aifas as3 329 del llamado "cinturón beréber" en torno a Sevilla estuvieran en una situación de vasallaje dada la expansión de esta última, especialmente tras la conquista de Algeciras y su mayor presencia en la zona. Es posible que al pasar estas taifas a la zona de influencia sevillana y, debido también a la ausencia de emisiones hammüdíes, la moneda que circulara fuera la que invoca a Hisám. Existe, sin embargo, otra posibilidad. Parece que la situación se mantuvo en paz hasta el 449. Las crónicas dicen que al-Mu'tadid al-Mu't adid invitó a Abü Nür b. Abl Qurra de Ronda, Muhammad b. Nüh al-Dammarí de Morón y Abdün b. jizrün visitarlo a fin de reunirlos -afi rm ab a- con motivo de la la circuncisión circuncisión de Arcos a visitarlo de sus hijos. hijos. Esto fu e po r su parte pa rte un ardid ard id y [también] un engaño a ellos33 ellos330. 326 VALLVÉ, J , "Una fuente importante impo rtante de la historia de al-Andalus: La «Historia» «Historia » de Ibn Askar", Al-A ndulus, ndu lus, 31,1-2,1966, p. 252. 327 MAÍLLO, F., Crónica anónima .... p. 67. 328 DOZY, R. P., Historia de los musulmanes .... p. 80. 329 Ronda, Morón y Arcos. 330 IBN IBN ‘ip ÁR l AL-MARRÁKUSi, La caída del Califato .... p. 225. 70
Tabla 6 Falso HiSäm II al-Mu'ayyad
Dénia y Baleares Lérida S e v illa il la 331 Tortosa Valencia Zaragoza
Neutrales
Alb A lb a r r a c ín Almería A lp u e n t e 3 132 Badajoz Ceuta333 Córdoba Granada3 Granada 334 Toledo
Cuando acudieron a Sevilla, al-Mu'tadid los aprisionó en su alcázar, a fin de tenerlos bajo su vigilancia, vigilancia, y les hizo pasar estrecheces con sus subsistencias335. subsistencias335. Esto debió suceder en el 449 pues ese año murió el soberano de Morón en las prisiones de al-Mu'tadid y su hijo Manád ascendió al trono336. Lo más destaca des tacable ble es que parece pare ce que acuñó ac uñó moned m onedaa en el 4493 449 337 y en ella se invoca el nombre del imam 'abd Alláh, oponiéndose Alláh, oponiéndose «como buen beréber y enemig ene migoo de al-Mu’tad al-M u’tadid, id, mante ma ntened nedor or de la superc sup ercher hería ía del falso Hisam» Hisa m»3 338. Sería posible que estos emires beréberes no invocaran a nadie en la ju la jutb tbaa y su reconocimiento se dirigiera al imam 'abd Alláh Alláh ante la extinción de los Hammüdíes. 331 Hasta el 446/1054-10 446/10 54-1055, 55, los ‘Abbádíes Abb ádíes acuñan dinares de forma anual pero pero no en los tres años posteriores. E. López Martínez de Marigorta propone un planteamiento interesante para responder a estoa esto y considera que habría que relacionarlo con la desaparición de los califas hammüdíes hammü díes y la no emisión emisión de dinares dinar es a su su nombre. Esto habría reducido la necesidad de acuñar dinares de los sevillanos (LÓPEZ, E., "Acuñaciones monetarias de al-Andalus .... p. 92). 332 Probablemente Alpuente había había decidido decidido rechazar cualquier invocación. invocación. 333 Desconocemos Descono cemos a quién reconocía Ceuta en este momento momen to pero pero la última moneda acuñada a nombre de Idris II fue posiblemente en el 446 (RODRÍGUEZ, |. J. y IBRÁHlM, T„ Numismática d e .... p. 104). Teniendo en cuenta que no se vuelve a acuñar hasta el 455 y ya con el imam 'abd Alláh Allá h en la leyenda (ARIZA, A., "De la legitimidad hammüdí.... p. 123), habría que plantearse si ese interludio no respondería a la falta de soluciones ante la desaparición de los Hammüdíes. Es posible que se optara por no reconocer a nadie o que se siguiera acuñando a nombre de algún califa hammúdf como si nada hubiera sucedido. 334 Al año siguiente siguien te emitirá monedas mon edas desde la ceca de Málaga a nombre del difunto califa hammúdf Idris II pero para este momento no sabemos si invocaba a los Hammúdies. Puede que no reconociera a ningún imam. 335 MAÍLLO, MAÍLLO , F.,Crónic ., Crónicaa anónima ...,p ... ,p.. 30. Tambié También n murió ‘Abdún Abdún b.)izrún de Arcos pero Muhammad b.\Í b.\Í7. 7.rú rúnn se alzó entre ellos en lugar de su hermano [...)(\BN'i [...)( \BN'iDAR\ DAR\AL-fA AL-fAARRÁ ARRÁKUS\ KUS\,, La caída del Califato .... p. 226). El único que logró salir vivo fue el soberano de Ronda, que regresó a su taifa y depuso a su hijo, que se había hecho con el poder (MAÍLLO. F., Crónica anónima .... p. 68). 68). 336 Ibld., p. 31. 337 FRANCÉS, FRANC ÉS, D. D. y GASPARIÑO, S., "A vueltas vuelt as con ..., ... , pp. 88-89.
Del Del 453/ 1061-1062 al 461/ 461/ 1069-1070
La situación situació n que pasamos pasa mos a describir describ ir en las siguientes siguien tes tablas es la del período que se extiende entre 453 y el 461. En líneas generales, se puede apreciar que el reconocimiento hacia el falso califa de los sevillanos va decayendo y termina casi desapareciendo frente a la opción de invocar al imam ‘abdAlláh, una solución muy cómoda al problema del califato. Los Hammüdíes van a finalizar como alternativa al falso HiSám dada la extinción de su dinastía en al-Andalus. Ofrecemos a continuación las tablas para los años 453 (mapa 7), 457 (mapa 8) y 461 (mapa 9). Tabla 7 - 453 Falso HiSäm II al-Mu'ayyad
I d ri r i s II a ll - ‘Ä li li
N e ut u t r al al e s A lb a r r a c ín
Almería A lp u e n t e
Denia y B aleares aleares Lérida Sevilla Z ar ag o za 339
Granada M á la g a34 a340
Badajoz C e u ta 341 Córdoba Toledo V alen al en cia3 ci a34 42 Carm ona, Arcos, M orón y R o n d a34 a343
339 Zarago za había anex ionad o la la taifa de Tortosa en el 452/ 1060 -106 1 (IBN 'IDÁRl 'IDÁRl AL-MARRÁKUSI, La caída del Califato .... p. 226). 340 ARIZA, A., Est Estudio udio sobre la s .... p. 685. Bádls b. Habbüs había acuñado en nombre del califato hammúdí en el 450/1058-1059 y eso pudo provocar que Sevilla reanudara la producción anual de dinares en el mismo año (LÓPEZ, E., "Acuñaciones monetarias de al-Andalus ..., p. 93). De este modo, Granada seguía apelando a la legitimidad hammüdi, aunque de Idris II, un califa difunto. 341 El Bayán señala que en este año tuvo lugar en Ceuta lo siguiente: siguiente: (...) ( ...) Suwwáyyátal-Bargawátí atacó a Rizq Alláh, Alláh, lugarteniente junt o con él de los hammüdíe s en Ceuta, Ceuta, entonces lo mató, tomó el nombre nombre de al-Mansury gobernó deform a independien independiente te después de él (IBN 'IDÁRl AL-MARRÁKUSI, La caída del Califato .... p. 179). No se conocen acuñaciones para esta fecha pero teniendo en cuenta la notica que transmite Ibn 'Idári y que las monedas de esta taifa invocan al imam abd Alláh All áh,, lo más probable es que en este año no se reconociera a nadie (VIVES Y ESCUDERO, A., Moneda Monedass d e .... .... p. 131-132).
342 Valencia deja de de reconocer a Hiüá Hiüám m y pasa a acuñ ar a nombre de 'abd alláh (VIVES Y Monedass d e .... .... p. 168). ESCUDERO, A., Moneda 343 Sevilla había intentado anexionarse Morón, Arcos y Ronda acabando con sus sus soberanos soberanos (excepto con Abü Nür b. Abl Qurra de Ronda). Por tanto, la hostilidad hacia los 'Abbádíes era manifiesta. Carmona mantenía una guerra casi continua con Sevilla. Estas taifas debían abstenerse abstenerse de reconocerá ningún imam. 72
Mapa Map a 7 . 453H/1 453 H/1061061-1062 1062.6. .6. Arcos, Arcos, 7. Morón, Morón, 8. Carmona, 9. Ronda, 10. 10. Albarracfn, Albarracfn, 11. Alpuente Alpuente
Ma pa 8 . 457H/10 457 H/1065-10 65-1066.6. 66.6. Arcos, 7. 7. Morón, 8. Carmona, 10. 10. Albarracfn Albarracfn,, 11. Alpuent Alpuente e
Tabla 8 - 457 Falso HiSäm II al-M u’ayyad
Hammüdíes
Neutrales
A lb a r r a c ín
Almería A lp u e n te
Lérida Sevilla Zaragoza
G ra n ad a34 a344
Badajoz Ceuta Córdoba D en ia y B ale ar es 34536 4 M u r c i a 3441 Toledo Carm on a, Arco s, M orón 347
Tabla 9 - 461 Falso HiSäm II al-M u’ayyad
I m a m ‘a b d A l l a h
Neutrales
A lb a r r a c ín
Zaragoza
Badajoz Denia y B aleares aleares Ceuta G ra n ad a34 a348 Sevilla349
Almería A lp u e n t e
Murcia Toledo
En el 460/1067-1068 cesan las emisiones a nombre del falso HiSám en Sevilla Sevil la y eso habría hab ría que qu e poner p onerlo lo en relaci re lación, ón, según se gún Ma D. Rosado Llamas3 Llam as35 50, con la partida de Muhammad al-Musta'11 en el 459/1067 hacia Melilla. Los Hammüdíes habían desaparecido y con ellos la invocación califal. Pese a 344 No sabemos a quién reconocían los Zíries pero en el el 460 vuelven vuelven a emitir moneda moned a a nombre de los Hammüdíes (ARIZA, A., Est Estudi udio o sobre la s .... p. 685). 345 En el 455 Denia De nia hace su su última acuñación acuñac ión a nombre nom bre de HiSám HiSám II y en el 457 se pasa al lema del imam 'abdAlláli (BRUCE, T., La taifa de .... p. 381). 346 Murcia no acuña hasta la época ‘abbádí y se había convertido en independiente al ser conquistada Valencia por Toledo Toledo (VIGUERA, (VIGUE RA, M* J , "Historia políti política" ca".. Los reinos reinos de taifa s.... p. 97). No podemos precisar a qué califa reconocía, probablemente a nadie. 347 Ronda había sido anexionada por po r Sevilla en el 457/1064-1 457/ 1064-1065 065 (MAÍLLO, F., F., Diccionario de historia árabe .... p. 315). 348 Aunque un año antes los Zíríes Zíríes acuñan a nombre de los Hammüdíes, la desaparición de las emisiones a nombre de HiSám II dejaría de hacer necesaria la acuñación de más monedas a nombre de otros califas. Los Zíríes debieron pasarse al lema de 'abdAlláh. 349 Había incorporado Arcos, Carmona, Carmo na, Morón y Córdoba (MAÍLLO, F„ Diccionario de historia historia 315). árabe.... pp. 312,313 y 315). 350 ROSADO, ROSAD O, M* D., La dinast dinastía ía ham m údí.... p. 216. 74
Mapa 9.461/1069-1070. 10. Albarracfn. ll.Alpuente
todo, la taifa de Zaragoza optó por seguir acuñando moneda a nombre del fallecido fallec ido por p or segunda segun da vez HiSám, hasta el 475 4 75/1 /108 082-1 2-108 0833 335 51, «llevando «lleva ndo su ficción a extremo, pues entonces Hiáám habría cumplido unos ciento veinte años»352. La conclusión que nos genera todo ello es que a mediados del siglo V/XI todavía era necesario invocar a un califa para lograr la legitimidad en el gobierno y poder emitir dinares353. *
*
*
Para concluir este apartado deberíamos hacernos la siguiente pregunta: ¿por qué el falso HiSám recibió un reconocimiento tan amplio entre los diferentes soberanos de las taifas? A esto habría que añadir que la situación viene agravada por ser de sobra conocido por todos estos soberanos que, en realidad, no se trataba del auténtico hijo de al-Hakam II como demuestran los comentarios de las fuentes354. 351 Ibíd., p. 216. 352 VIGUERA, VIGUERA , M *)., “Historia política .... Los reinos de taifas .... p. 76. 353 LÓPEZ, E.. E.. "Acuñaciones "Acuñaciones monetarias de al-Andalus .... p. 93. 354 IBN 'IDÁRl AL-MARRÁKU AL-MAR RÁKUSl, Sl, La caída caída del Ca lifato .... p. 203; AL-NUWAYRl, Historia Historia de los .... p. 91; BOSCH, |. y HOENERBACH, W.. "Los Banü 'Abbad .... p. 30.
Precisamente el hecho de que numerosas taifas adoptaran la invocación al falso califa habla de lo necesario que resultaba el califato, al menos como marco teórico. Los distintos soberanos vieron la oportunidad de obtener la legitimidad que les faltaba y además, sin ningún tipo de compromiso. «De repente, la idea de convertirse en chambelanes de un califa fantoche al que sólo se veía en determinadas fechas del año, pareció una forma de articulación política no sólo posible sino también deseable. El califato como fuente de una cierta autoridad política y, sobre todo, religiosa quedaba asegurado (...)3553 6 5 ». ». Por otro lado, al-Marráku§í nos aporta un curioso detalle. A la muerte del falso HiSám, al-Mu'tadid prese pre sentó ntó el acta act a que qu e le redact red actóó el citado cita do HiSám con la que pretendía que él era el emir que le sucedía en toda la península del Andalus*Sb. Andalus*Sb. ¿Qué es lo que podemos apreciar en esto? Sea cierto o no, constituye un intento de los ‘Abbádíes por reforzar más su legitimidad pero pasando a otro modelo. Hasta ese momento habían tenido la necesidad de que un califa (el falso HiSám II) ratificara su posición, pero desaparecido el califato hammüdí, la situación había cambiado y la farsa ya no era necesaria. Sin embargo, se mantenía un último vínculo con la autoridad omeya: presentarse, de algún modo, como sus herederos. El "montaje" que llevaron a cabo los Abbádíes se parece a lo que Muyáhid había intentado hacer en Denia (1015-1016) con su califa Abd Alláh (o 'Ubayd Alláh) al-Mu'aytí, perteneciente a una rama omeya diferente de la reinante. reinante. Por medio medio de este califa califa había legitimado su poder p oder y su su expedición e xpedición a Cerdeña357. Existe otro caso en la historia del mundo islámico similar: el de los mamelucos358. La toma de Bagdad por los mongoles (1258) había puesto final al califato 'abbásí. Los mamelucos "rescataron" a los miembros supervivientes de la dinastía y hallaron una forma de justificar su gobierno. Baybars hizo la bay'a a bay'a a al-Mustansir y fue investido con el sultanato universal (126 (1 261)3 1)35 59. El califa quedo que do relegado releg ado a un papel pa pel de referente refer ente religios reli giosoo pero sin ninguna jurisdicción y capacidad de mando. El problema de fondo del caso mameluco y del ‘abbádí era el mismo: legitimar a un poder. Sin embargo, el uso de un doble de un califa omeya fallecido dejaba a la estratagema sevillana en un nivel menor de credibilidad360. La invocación de un califa en las monedas seguirá siendo necesaria hasta el final del período, aunque no para todas las taifas. Lo que sí hay que añadir 355 MANZ MANZANO, ANO, E., Épocas Épocas me dievale s.... s.... pp. 286-287. 356 ABD AL-WÁHID AL-MARRÁKUSI, AL-MARRÁKU SI, Lo admirabl admirablee en e l.... p. l.... p. 78. 357 GICHARD, GICH ARD, P. P. y SORAVIA, SORAV IA, B., Los reinos de taifas .... p. .... p. 73. 358 WASSERSTEIN, WAS SERSTEIN, D., The Rise Rise and Fall oft he Party-Kings Party-Kings .... .... p. 122. 359 HOL.T, .T, P. P. M., M., "Some observation observ ationss on the ‘abbásid ‘abbási d caliphate of Cairo" Cairo",, Bulletin Bulletin o f the the School o f Oriental and African African Studies, 47,3,1984, Studies, 47,3,1984, p. 502. 360 GICHARD, GICHAR D, P. y SORAVIA, B., B., Los reinos de taifas taifas .... p. .... p. 73.
es que la identidad de ese personaje que se hallaba, en teoría, al frente de la comunidad irá perdiendo importancia y buena prueba de ello es la 'a bdAl Allá láh h como veremos en el siguiente apartado. invocación del ¡mam 'abd
77
LA SOLUCIÓN DE ABD ALLÁH: ¿CALIFAS FICTICIOS O CALIFAS DE BAGDAD?
Se trata de una de las más peculiares opciones que la numismática de época taifa ofrece respecto al tema califal y ha sido la más discutida en la bibliografía. El enigma que se plantea es a quién se hace referencia con la fórmula 'abd Alláh. En primer lugar, intentaremos aproximarnos a los posibles orígenes y antecedentes de la expresión para pasar, después, al contexto penins pen insular ularyy repasar sus apariciones en las las acuñaciones del siglo XI. XI. Después, expondremos las teorías e hipótesis planteadas sobre la identidad del misterioso personaje y nuestro punto de vista. Comenzando con el aspecto de los orígenes de 'abd Alláh ("siervo de Dios"), sabemos que la expresión nos conduce a los mismos orígenes del islam, pues el propio Profeta aparece denominado así en el Corán361: » >•
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Y: 'Cuando el siervo de Dios se levantó para invocarle, poco les faltó para, en masa, arremeter contra él'». Corán362, LXXII, 19 Los califas también van a portar lo que parece haberse convertido en un título. Lo encontramos, por ejemplo, acompañando al califa ‘Umar en la carta de Lydda: En el nombre de Dios, el Misericordioso, el Compasivo. Esto es lo que el siervo de Dios, Dios, 'Uma 'Umar, r, el Comandante de d e los Fieles, Fieles, concedió co ncedió a la gente gen te
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El Siervo de Dios ('abdAlláh ('abdAlláh)) al-Walid
Figura 4. a) Inscripción en una presa construida por el califa Mu'áwiya, 40-60 H/661-80. Fuente: http://www.islamic-awareness.org/History/Islam/lnscriptions/muwinsc3.html (17-3-2016) b) Papiro bilingüe egipcio de protocolo mencionando al califa al-Walid, Egyptian National Library, inv. Ns 66,95-96 H/714-715. Fuente: http://www.islamic-awareness.org/History/ Islam/Papy ri/moril.html (17-3-2016 (17-3-2016))
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b Figura 5. a) Dirham de Hárún al-RaSid, 170 H, Bagdad. Fuente: http://www.davidmus.dk/en/ collections/islamic/dynasties/abbasiderne/coins/c400?show=design (17-3-2016). b) Inscripción en el Domo de la Roca a nombre del califa 'abbásí al-Ma’mún (lado sureste). Fuente: KESSLER, C„ "'Abd al-Malik's Inscription in The Dome of the Rock: A Reconsideration", (ournal (ournal o f the Royal Royal Asiatic Society of Great Britain and Ireland, ne 1,19 70 , p. 9.
de Lydda Lyd dayy a toda toda Iag Iagen ente te de Palestina Palestina que están están en la misma categoría363. categoría363. Con los califas califa s omeyas om eyas3 364, el título aparec apa rece e con frecu fr ecuenc encia ia (figura 4) y tambié ta mbién n con los califa ca lifass 'abb 'a bbás ásíe íes3 s365 en inscr ins cripc ipcio ione nes3 s366, texti te xtiles les3 367 y otros o tros restos rest os de 363 AL-TABARl, Ta'rij Ta'rij al-rusul wa l-mu lük, The history o f al-Tabari, al-Tabari, The Battle ofal-Qa disiyy ah and the Conqu est o f Syria and Palestine A.D. 63S-637/A.H. 14-15, traducción 14-15, traducción de FRIEDMANN, Y., State University of New York Press, series in Near Eastern Studies, vol. 12, p. 192. 364 Mu'áwiya aparece con este título en los documento docu mento s árabes: 'abd Alláh Mu'áwiya amir al-mu'minin (figura (figura 4 a); esta fórmula se tra nscribe en los docum entos griegos y en un dirham en pahlavi. Parece que la titulación completa de los primeros soberanos musulmanes hasta el final del período omeya fue: ‘abd Alláh * nombre nombre del soberano + amir a l-mu’minin l-mu’minin (BOWERING, (BOWER ING, G. (ed.), The Princeton Encyclopedia En cyclopedia o f Islamic Political Thought, Princeton Thought, Princeton University Press. 2013, p. 82). 82). 365 Aparece con frecuencia vinculado a los los califas al-Mutawakkil, al-Muntasir (AL-TABARl, (AL-TABARl, Ta'rij al-rusul wa l-mulúk, l-mu lúk,The The history ofal-Tabari, ofal-Tabari, Incipient Decline: Decline: TheCaliphatesofal-Wathiq.al-Mutawakkil, and al-Muntasir AD. 841-863/AH. 227-248, traducción 227-248, traducción de KRAEMER, |. L, State University of New York York Press, Press, series series in Near Easter Eastern n Studies, vol. vol. 34, pp. 97-9 8,10 0,19 9-200,2 9-2 00,2 06,2 13). 13) . 366 MUNT, H.. The Holy Holy City o f Medina. Sacre d Space in Early Islamic Arabia, Cambridge Arabia, Cambridge University Press, 2014, p. 167. 367 Se puede encontrar en una inscripción de un fragmento de tejido de al-Amin. En ella el califa aparece como 'abd 'abd Alláh Alláh al-Amin Muham mad am ir al-mu'minin al-mu'minin ( (http://www.discoverislamicart http://www.discoverislamicart .
cultura material (figura 5). Así pues, en Oriente el título aparece como un elemento asociado al poder califal pero, ¿qué sucede en la Península Ibérica? En las monedas andalusíes no se encuentra 'abd Alláh Alláh hasta los inicios del siglo XI con el califa 'Abd Alláh al-Mu'aytí como nombre propio y como título en un dírham de Fez del 410. Sin embargo, esta titulación sí aparece en la época époc a del Califat C alifatoo omeya ome ya de Córdob Córd oba3 a36 68, en la ciudad califal de Madínat M adínat al-Zahrá' y en un lugar tan emblemático y significativo como la mezquita de Córdoba (figura 6), en el minbar de la Qarawiyyln de Fez (figura 7) o en la inscripción fundacional del arsenal de Tortosa (figura 8). Sin duda, los Omeyas lo adoptan porque se han proclamado califas y toman los títulos que habían llevado los Omeyas en Oriente y los 'Abbásíes pero especialmente porque lo llevaban los Fátimíes369. También tenemos datos que señalan que los Hamm Ha mmüd üdíes íes port p ortaba aban n esta titul tit ulac ació ión3 n37 70. ¿De dónde dó nde procede este título? Manuel Acién3 Acié n37 71 postuló que la fórmula no fuera otra cosa más que una traducción de la leyenda empleada por los emperadores bizantinos en sus monedas desde la época de Heraclio, "humilde siervo de Dios". Sin embargo, el título servus Christi es Christi es extraño372. La primera ocasión en la que lo encontramos es en las monedas del primer org/databaseJtem.php?id=object;lSL;eg;Mus01;49;es; org/databaseJtem.php?id=object;lSL;eg;Mus01 ;49;es; 3-8-2016). 3-8-2016). 368 Los emires emires de Córdoba Córdoba no lo hablan llevado llevado antes antes (MARTÍNEZ, M* A., "Sentido de la la epigrafía epigrafía omeya de al-Andalus", al-Andalus", VICUERA, VICUERA , M1J. y CASTILLO, C. (eds.). El Esplendor de los Omeyas Om eyas Cordobeses: la Civilización Civilización Musulmana de Europa Occidental, Granada, Occidental, Granada, El Legado Andalusi, 2001, 2001 , p. 413). 369 Lo plasmaron en sus acuñaciones acuñacione s desde por lo menos al-Mansùr (LAVOIX (LAVOIX,, H., Catalogue des monnaies musulmanes de la Bibliothèque Nationale: Égypte et Syrie, Paris, Syrie, Paris, Bibliothèque Nationale, Nationale, 1896, p. 43) (NICOL, N. D.. A D.. A Corpus Corp us o f Fatim Fa timidC idCoin oins, s, Trie Trieste, ste, 2006, 2006, pp. pp. 29,71-7 2 9,71-7 2,74-75 ,110-112 , 116-129,180-185,187-190,229-230,233,237-238,240-242,327-328,355,364-365) (figura 9). Los califas de esta dinastía van a destacar especialmente su condición de 'siervos de Dios* y eso aparece en las jut las jutba ba-s -s (WALKER, (WALKER, P. E., Orati Orations ons o f the Fatimid Caliphs. Festival Sermons Sermo ns o f the Ismaili Imams, Imams, An Edition Edition of the Arabie Texts Texts and English Translation Translation o f Fatimid khutbas. khutbas. I.B. Tauris, London & New Yor York, k, 2009, 2009, pp. pp. 1 7,2 1,2 4,9 7,1 04 ,10 9,1 10 ,12 2) y en objet objetos os como la la arque arqueta ta halla hallada da en en Cam Ca m ó n de los Condes (Patencia) (Patencia) a nombre del califa al-Mu'izz. La vinculación vinculación de los Fátimíes con esta titulación se aprecia también en fechas tardías. En 1058 Bagdad fue tomada por un guerrero turco, Basásirí, que emprendió emprend ió la rebelión contra los selÿüqtes y reconoció a los Fátimíes, expulsando al al califa 'abbási y acuñando moneda a nombre de al-Mustan$ir. En ellas el fátimi aparece como "siervo de Dios" y eso no aparecía en las monedas 'abbasíes anteriores de al-Qá'im (JAFAR, Y, The Seljuk Period in Baghdad, 447-5S2h. A numismatic and historical study, London, Spink, 2011, pp. 7-10). Esta situación se mantuvo durante casi un año. 370 Se ha ha conservado conse rvado el acta de nombramiento como cadf de Ibn al-Hasan por po r parte de Idris Il al-'Âli y en ella se dice que el nombramiento lo hace el imam amir a mir al-muslimin 'abd Alláh al-'Áli bi-lláh, bi-lláh, es decir el imam "príncipe de los musulmanes" "siervo de Dios" "el Elevado por Dios" (CALERO, M* 1., 1., "Un personaje pers onaje clave en la conquista de d e la Málaga M álaga hammudi por los ziries", Baetica. Estudios de Arte, Geografía e Historia, 8,1985, Historia, 8,1985, p. 542). Interesa destacar aparte del uso de 'abd Alláh All áh el el de "principe de los musulmanes" que emplearían luego los almorávides. 371 ACIÉN. M.. M.. "Del Estado califal ..„ p. 496. 372 BRECKENRIDGE, BRECKENR IDGE, |„ The Numismatic Numismatic ¡conogaphy of¡ustinian II, II, The American Num ismatic Society. 1959, p. 63.
Figura 6. a) Inscripción de la Puerta de las Palmas, Mezquita de Córdoba. Fuente: http:// www.artencordoba.com/MEZQUITA-CATEDRAL/FOTOS/PUERTA.PALMAS/MEZQUITA . CATEDRAL_CORDOBA_PUERTA_PALMAS_ARCO_BENDICIONES_08.jpg (20-3-2016). b) Inscripción en el zócalo del interior del mihráb de la Mezquita de Córdoba. F uente: http:// www.catedraldecordoba.es/visita/ (20-3-2016), www.catedraldecordoba.es/visita/ (20-3-2016), captura de pantalla. p antalla.
reinado de Justiniano II (685-695) pero parece ser una reacción al uso de 'abd Alláh por p or parte del califa c alifa omeya o meya 'Abd al-Ma al -Malik lik3 373 y no al contrar con trario io (ya que, como hemos visto, los califas empleaban el título desde mucho antes). El origen de ‘abd Alláh tiene que ser anterior. Si miramos en la Biblia, encontramos también el término "siervo de Dios (Yahvé)” referido a una gran cantidad de personajes: los patriarcas374, Moisés375, Josué376, David377, los pro p rofe feta tas3 s37 78, Israe Isr ael3 l37 79 y hasta ha sta Na Nabu buco codo dono noso sor3 r38 80. Se trata de d e un nom n ombre bre honorífico que Dios concede a todas estas figuras y que expresa sobre 373 BELLINGER, BELLIN GER, A. R. y GRIERSON, P„ Catalogue ofthe Byzantine coins in the Dumbarton Oaks Collection Collection and the Whittemore Colecction, Colecction, volumen two, Pho cas to Theodosius III, 602- 717, p a r t í Phocas and Heraclius (602-641), p. 100.
374 374 Gén. 24,14 ; 26,24; Éx. Éx. 32,13; 32,1 3; Det. Det. 9,27; 9,2 7; Sal. Sal. 105,6. 105 ,6. 375 Éx. 14,31; 14,3 1; Núm. 12,7; 12,7 ; Dt. Dt. 34 ,5; )os. )os. 1,1 y 1,13; 1,1 3; 2R. 2R. 21 ,8 etc. etc. 376 377 377 378 378 379 380
|os. 24,29 24 ,29.. IR . 3 ,6 y 8,25; 8,2 5; Sal. Sal. 18,1; Is. Is. 37,35; 37,3 5; )e )er. 33,2 6. 2R. 9,7 9, 7 ; 17,23 ; 21,10; 21,1 0; 24,2; 24 ,2; Esd. Esd. 9,11 ; |er |er.. 7,25; 7,2 5; Am. 3 ,7 etc. etc. Is. 41, 8; 8; 43,10 43, 10;; 44 ,1; 45 .4; .4 ; 48, 20; 20; 49. 3; 3; |er |er.. 30,10; 30,1 0; 46, 27; 27; Ez. 28, 25; 25; 37, 25 etc. Jer. Jer. 25,9. 25, 9. Por ser quien quien lleve a cabo el castigo dictado dictado por Dios merece ese título. título.
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El Siervo de Dios ( 'abd 'abd Alki Alkih) h) HiSüm Figura 7. Inscripción del almimbar de la mezquita al-Qarawiyyln de Fez. Fuente: MARTÍNEZ, M*. A., Epigrafía árabe, Madrid, Real Academia de la Historia, 2008, p. 287.
todo la dispon di sponibilid ibilidad ad respecto respec to a la voluntad volun tad divina3 divi na38 81. Si Si compar com param amos os los términos en árabe [‘abd Alláh) Alláh ) y en hebreo ['ebed Yahwehi) Yahwehi) para referirse al "siervo de Dios" comprobaremos las semejanzas. Como hemos visto, la titulación se refiere a numerosas figuras bíblicas pero, especialmente, a los profetas. Quizá con este epíteto, que remarca la humildad y la disponibilidad respecto a Dios, los califas se enmarcaban en esa tradición profètica382, en presentarse como herederos de los profetas: 3. Entonces Dios delegó la trayectoria de su Profecía sobre Sus califas, cuando Él llevó de regreso a Su Profeta 4. As A s í que qu e los califa ca lifass de Dios Dio s se sucedie suc ediero ronn a cargo car go de lo que qu e Dios les había había hecho heredar de sus profetas y sobre los que los había había delegado383. Pasamos ahora a colocarnos en el panorama de la Península Ibérica en el siglo XI. La primera vez que aparece es en las monedas de la enigmática ceca de Elota, sin identificar, pero importante por ser la primera ceca andalusi ubicada fuera de Córdoba, la sede del califato. Desde aquí el eslavo Muyáhid acuñó dírhams entre 401/1011-1012 y 406/1015-1016. Las emisiones de 405/1014-1015 y 406/1015-1016 mencionan el lema 'abd Alláh amír 381 GERARD, GERAR D, A., Diccionario de la Biblia, Anaya Biblia, Anaya & Mario Muchnik, 1995 [1989], p. 1372; HAAG, H„ VAN DEN BORN, A. y ANSEJO, S. de. Diccionario de la Biblia, Herder, Biblia, Herder, Barcelona, 2005 [1963], p. 1848; BOGAERT, P. et al., Diccionario Diccionario enciclopédico enciclopédico dé la Biblia, Herder Biblia, Herder,, Barcelona, Bar celona, 2003, 20 03, p. 1435; Biblia Biblia de Jerusalén , Nueva ed. totalmente revisada, Bilbao, Desclée de Brouwer, 2009. 382 382 POPP,V., POPP,V., "The Early Early Histor Hi storyo yofIslam fIslam , Following Following Inseríptio Inseríptional nal and Numism aticTestimony" aticTestimony " OHLIG, K. y PUIN, G. (eds.), The Hidden Origins o f Islam. Islam. New research into its early history, h istory, New New York, Prometheus Books, 2009, p. 33. 383 Carta de al-Walid II II (CRONE, P, God ’s caliph. caliph. Religious Religious authority in thè firs t centuries o f Islam, Cambridge, Islam, Cambridge, 1986, p. 120).
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'abd 'abd A lla h ‘abd al-Rahmün am îr
Figura 8. Inscripción fundacional del arsenal de Tortosa, 333 H. Fuente: Gentileza de la prof. Maria Antonia Martínez Núñez.
al-m al -mu' u'm m inin in in3 3B*. Se trata del califa omeya establecido en Denia por Muyáhid
para legitimarse: ‘Abd Abd Alláh (o ‘Ubayd Alláh) Alláh) al-Mu‘aytí. al-Mu ‘aytí. Aunque Aun que sabemos sabe mos que el laqab de este califa era al-Muntansir bi-lláh ("el que pide la ayuda de Dios”) y que esto no aparece en las monedas, se trata del mismo personaje3 385. 4 8 385. Tras esos dos años, Muyáhid renunció a esto y depuso a su candidato al-Mu‘aytí, colocando a otro omeya, 'Abd al-Rahmán al-Murtadá, en el trono386. Esta primera ocasión en la que vemos a 'Abd Alláh en las monedas no plantea ningún tipo de problema y sería, sin duda, el nombre propio del califa omeya de Muyáhid. 384 MI LES, G. C , Coins F., "La formalizaci form alización ón del poder en las monedas m onedas Coins o f Che.... p. 43; RETAM ERO. F., de los mulúk de de Denia (siglo V/XI d. C .y.AIQantara, 2 7,2,20 7,2 ,20 06, 06 , p. 421; 421; PRIETO PRIETO Y VIVES, VIVES, A., A., Los Reyes Reyes de T aifas.... p. 181. 385 WASSERSTEIN, D„ The Caliphate in Che.... p. 101. En las acuñaciones del 406/1015-1016 no se encuentra el nombre de Muyáhid, la hipótesis de Prieto es que el califa había dado por perdido al esclavo y su nombre fue suprimido en las monedas (PRIETO Y VIVES, A., Los reyes de taifas .... p. 35). Wasserstein propone otra hipótesis: al-Mu‘aytT intentó excluir del poder a Muyáhid (WASSERSTEIN, D„ The Caliphate .... p. 101). Caliphate in in the W est .... 386 LÓPEZ, E., "Acuñaciones monetarias mone tarias de al-Andalus al-Anda lus ..., p. 71, n. 4.
Siervo de Dios ( 'abd Aliali)
Figura 9. a) Dinar del califa fatimi al-'Azíz, 368 H. Fuente: http://www.davidmus.dk/en/ collections/islamic/dynasties/tulunids-and-fatimids/coins/cl84?back=l&show=design (1-4-2016) b) Dinar del califa fatimi al-Hákim, 409 H. Fuente: http://www.davidmus.dk/en/collections/ islamic/dynasties/t islamic/dynasties/tulunidsulunids-and-fat and-fatimids/coins/c255? imids/coins/c255?back= back= l&show =design (1-4-2016) (1-4-2016)
La primera aparición de 'abd Alláh sin hacer referencia a un nombre propio es en un dírham de Fezd el 410/101 410 /1019-10 9-1020 20 (figura 10) 10) con la siguiente fórmula: al-imám 'abd Alláh amir al-mu'minin. Resulta muy interesante que aparezca sin ningún laqab pues en las monedas peninsulares de varias taifas se suele acompañar de un título honorífico387. El caso de Fez se puede calificar como algo ocasional pues tras esa moneda del 410 se pasa de nuevo a acuñar acuñ ar a nombr no mbree del califa ca lifa ham h ammü müdí dí Yahyá al-Mu‘ al-M u‘ta!í ta!í bi-lláh bi- lláh3 388. A. Ariza plantea que la explicación a esta aparición de 'abd Alláh en esta moneda podría ser reflejo del conflicto entre los beniatíes (Banü ‘Atiyya) de Fez. Es decir, la rebelión de Mu'ansar b. Mu'izz contra su primo al-Mu‘izz b. ZTri, que reconocía la soberanía hammüdí389. La siguiente aparición de 'abd Alláh la tenemos en las monedas de los Tuyibíe Tu yibíess del año 416 4 16/10 /1025 25-10 -1026 26,, de la ceca de Zarag Za ragoza oza3 390. Se muestra mu estra a Yahyá b. Mundir como háyib de ese califa ‘abd Alláh, seguido del título amir 387 Son los los casos de Zaragoza (MILES, G. C., Coinsofthe .... p. 77), Badajoz Bad ajoz (Ibid., (Ibid ., p. 139), Sevilla Sevilla (Ibíd., p. 147) y Murcia (Ibid., p. 153). 388 Las emisiones de Fez se pueden consultar en el el excelente excelente cuadro de ARIZA, A., De Barcelona a Orón .... pp. 206-208. 389 Seria posible que Mu'ansar b. Mu'izz hubiera controlado Fez brevemente, entre la muerte de su prim o al-Mu‘ izz b. b. ZIri y la llegada al trono de su herm ano Hamám a Ibn al-Mu'izz, al-Mu'izz, y acuñar moneda a su nombre (pudiendo adoptare! de Man$ür)y al del imam ‘abd A lláh (ARIZA, (ARIZA, A .,‘ Las Las emisiones de los Banü 'Atiyya..., p. 80). 390 LÓPEZ. E., E., "Acuñaciones monetarias mone tarias de al-A nd alu s..., pp. pp. 76-77; ROSADO, M* D„ La dinastía
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Figura 10. Dirham de Mansúr, 410 H, Fez. Fuente: http://www.andalustonegawa.50g.com/ Taifas/Fas/faslO.jpg (16-2-2016).
al-mu’minin y acompañado u’ayyad d (figura 11). La acomp añado o no del laqab al-M u’ayya La fórmula fórmul a completa sería al-imám ‘abd Alláh amir al-mu’minin al-Mu’ayyad. En el caso
de las monedas del valle del Ebro se mantiene hasta el 420/1029-103039', vuelve a reaparecer en el 428/1036-1037 428/1036 -1037 y se prolonga hasta hasta el 430/1038103931 9 392. Podemos ver que la adopción de la fórmula es intermitente y 392. responde a los deseos de los señores de la Marca Superior de mostrar su plena autonomía respecto a Córdoba393. Como hemos podido apreciar, en el lema de las monedas zaragozanas se mezcla al enigmático ‘abd Alláh con el laqab de HiSám II, al-Mu’ayyad bi-lláh ("el que recibe la ayuda de Dios”), creando así un híbrido entre el imam ’abd Alláh y el desaparecido u’ayyad bi-lláh bi-lláh que HiSám II al-Mu’ayyad 394. 394. Otra variante es ’abd Alláh al-M u’ayyad podemos encontrar encon trar en las acuñaciones de Yahyá Yahyá b. b. Mundir M undir (416/1025-1026 (416/10 25-1026 391 ROSADO, Mj D., La dinastía hammúdí.... p. 200. 392 MILES, G. C., Coins of the .... pp. 77-79; ARIZA, A.. “De la legitimidad hammúdí.... p. 121. 393 Los TuyTbí TuyTbíes es habían empeza em pezando ndo sus emisiones emisio nes monetales moneta les en 415/1024 -1025 y en ellas se referían al califa hammúdí al-Qásim, expulsado de Córdoba un año antes. Cuando Yahyá b. Ali b. Hammúd recupera la capital califal (1025-1026) Zaragoza cambia la invocación al imam 'abd All áh. áh . Los Tuyibies continuaron basando su legitimidad en la autoridad califal, como el resto de soberanos, pero sólo reconocerían a un califa que no pudiera interferir en sus dominios. Por otro lado, las acuñaciones en oro no constituyen una casualidad pues la acuñación en oro era una prerrogativa califal. Los Tuyibies son los primeros en emplear una ceca local para emitir dinares que, sin abandonar la referencia al Principe de los Creyentes, resaltaran su soberanía en el Valle del Ebro (LÓPEZ, E., “Acuñaciones monetarias de al-Andalus .... p. 77). 394 CLÉMENT, CLÉMEN T, F„ Pouvoir et légitim ité.... p. 247. 87
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Fig ura ur a 11. Diñar de al-Muzaffar Yahyá Yahyá ibn Mundir, Mundir, 417 H, Zaragoza. Fuente: Fuente: http://www . andalustonegawa.50g.com/Taifas/Zaragoza/Banu% 20Tudjib/tl.jpg (14-2-2016). (14-2-2016).
y 417/1 41 7/1026 026-102 -1027) 7) y Mundir Mun dir II de Zaragoza Zar agoza (420/1 (42 0/1029 029-103 -1030)3 0)39 9S. A este modelo mod elo se pasa ‘Umar ‘U mar al-Mutawak al-Muta wakkil kil (1068(10 68-10 1094) 94)3 396. Siguiendo con las etapas cronológicas, el siguiente momento en el que encontram enco ntramos os la fórmula fórm ula pero modifica mo dificada3 da39 97es en Sevilla Sev illa (figura 12). 12). Cuando llega al poder al-Mu'tamid se abandona la invocación del falso HiSám y se pasa a la del extraño 'abd Alláh con ese peculiar añadido. Lo que puede parecer un ligero cambio (el paso de al-Mu'ayyad billáh a al-Mu'ayyad bi-nasr Alláh -*el favorecido del amparo de Dios"-) esconde algo más. Se trata de uno de los títulos título s del propio prop io al-Mu'tam al-M u'tam id39 id398 como com o la epigrafía epigr afía nos muestra (figura 13). Sin embargo, el rey poeta coloca esta novedad en las monedas mon edas en el 461 4 61/10 /1068 68-10 -10693 6939 99, el mismo mism o año que ascend as cendió ió al trono tron o pero no parece, par ece, según seg ún Wasse W asserste rstein4 in40 00, que antes an tes de toma to marr Córdoba Córd oba (domingo (dom ingo 20 de sa'bán del 461/ 46 1/10 1068 684 401). Teniendo Tenien do en cuenta cue nta estos e stos datos, da tos, Wasse W asserste rstein in sugiere que lo que trata de hacer al-Mu'tamid es transferirse el laqab de HiSám II (al-Mu’ayyad) y añadir bi-nasr Alláh. F. Clément ha llegado más 395 CANTO, A., IBRÁH lM, T. T. y MARTÍN, F., F., Monedas andalusíes, Madrid, Real Academia de la Historia, 2000, p. 203; PRIETO Y VIVES, A., Los reyes de taifas.... p. 197. 396 CANTO. A. e IBRÁHlM, T„ La moneda G. C , Coin moneda anda lusí.... p. 285; MILES, G. Coinss o ft h e .... .... p. 139. 397 El lema en las monedas mon edas es: al-imám ‘abd alláh am ir al-mu'minin al-mu'minin a l-Mu'ayyad bi-nasr Alláh. 398 WASSERSTEIN, D„ The Rise Rise and Fall of th e Party-Kings Party-Kings .... p. 157. 399 PRIETO Y VIVES, A., Los reyes de taifas .... pp. 231-236. 400 WASSERSTEIN, D., D., The Caliphate ¡n the West.... notas 20 y 42, capitulo cap itulo 4. 401 BOSCH, J.J. y HOENERBACH, HOEN ERBACH, W., W., “Las “Las taifas de la Andalucía islámica en la obra histórica de Ibn al-jatib: los Banú Yahwar de Córdoba "An dalu cía Islámica. Textos Textosy Estudios, Estudios, 1,1980, p. 98. La antigua
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Aii I jt j t a Á j al-im&m 'abdAIkih íitwr ai-mu minln al Mu ayyad bi-nasr Alláh
Fig ura 12. Diñar de al-Mu'tamid, al-Mu'tamid, 464 H. Fuente Fuente:: http://www.davidmus.dk/en/colIections/ islamic/dynasties/spain/coins/c319?back=l&show=design (21-4-2016).
lejos. Plantea que tras abandona aban donarr la referencia referencia al falso HiSám HiSám e incorporando una a sí mismo en las acuñaciones, lo que buscaba el 'abbádí era allanar el terreno para proclamar su califato. Para sostener esto habría que tener en cuenta la expansión sevillana y la posible reunificación de al-Andalus bajo su dominio402. Se plantea, de algún modo, un pseudo-califato. Sin embargo, no parece que ningún poder taifa pudiera ser capaz de alcanzar semejante aspiración por muchas pretensiones que pudieran tener sus soberanos403. A partir del 478/1086, en las monedas 'abbádíes acuñadas en Murcia, se pasa al lema al-imám 'abdAlláh, abandonando 'abdAlláh, abandonando el añadido al-Mu'ayyad bi-nasr Allá Al láhh404. Sin embargo, la situación en la ceca de Murcia no es estable. En 402 CLÉMENT, CLÉME NT, F., Pouvoir et légitim ité .... .... p. 246. Cuando al-Mu'tamid alcanza el poder, Sevilla había ocupado todas las taifas de sus alrededores: Carmona, Mértola, Niebla, Santa María del Algarve, Silves, Huelva, Morón, Ronda, Arcos, jerez y Algeciras (V1GUERA, M*. J„ Los reinos de taifas y las invasiones magrebíes, Madrid, magrebíes, Madrid, Mapire, 1992, p. 138). 403 El hecho de que el laqab de al-Mu'tam id sea el el mismo que el de HiSám II II (al-Mu'ayyad (al-Mu'ayyad ) pero añadiendo bi-nasr Alláh (“el Alláh (“el favorecido del amparo de Dios") no tiene necesariamente que implicar un posible intento de proclamar el califato sino la adopción plena de un título califal y la “normalización' de la situación, abandonando los recursos de legitimación que los taifas habían mantenido durante la primera mitad del siglo XI y recurriendo a fórmulas tan ambiguas como la del imam 'abd Alláh para Alláh para seguir manteniendo la teoría islámica clásica de un imam al frente de la comunidad. com unidad. Las acuña ciones de la etapa de al-Mu'tam al-Mu'tamid id lo único que muestran es el conjunto de títulos que tenía este soberano pero no parece haber motivos para plantearse que existieran ocultos intentos de proclamar un califato. 404 PRIETO Y VIVES, VIVE S, A., Los reyes reyes de ta ifas .... p. 256. 89
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Figu ra 13. Fragmento de la inscripción que conmemora la restauración restauración de un un alminar por al-Mu‘tamid. Fuente: MARTÍNEZ, M*. A., Epigrafía árabe. Madrid, Real Academia de la Historia, 2008, p. 193.
diferentes momentos se vuelve a acuñar al-imám 'abd Allah am ïr al-mu'minïn al-Mu'ayyad bi-nasr Alláh. Para complicar más la cuestión, en las monedas del 483/1090-1091 se añade un laqab nuevo: al-Mu'tadd bi-lláh ("el que confía en Dios"). Se trata del título califa! de HiSàm III y la fórmula sería la siguiente: al-imám ‘abd Allah amïr al-mu’minïn al-Mu'tadd bi-lláh*°s. Es complejo determinar el motivo de esto. Recientemente, T. Ibrâhîm ha postulado que los cambios hacia al-imám ‘abd Allah amïr al-mu'minïn, sin ningún laqab como acompañante, se deberían a las relaciones estrechas entre los ‘Abbádíes y los almorávides, que reconocían al califa califa ‘abbásí de Bagdad4406. 5 0 406. El último modelo y el más simple es el de al-imám ‘abd Alláh amïr al-mu'minïn sin laqab. Aparece en el dirham de Fez del 410/1019-1020 y en las acuñaciones de Zaragoza de Yahyà b. Mundir, Mundir II407; en las de Bada Ba dajoz joz de Muham Mu ham mad ma d al-Mu al- Muza zaffa ffar4 r40 08, en las de d e Córd C órdoba oba de Abü Ab ü 1-Walíd 1-Walíd4 409, en las de Málaga de Tamím410, en las de Ceuta de Saqqüt411, en las de Valencia de Abd A bd al-Malik al-M alik4 412 y en las de Mallorca Mallorc a de d e al-Murt al-M urtadà adà y MubaSSir41 MubaSSir413. El período en el que encontramos esta fórmula va desde el 410/1019-1020 hasta el 508 5 08/11 /1114 14-11154 -111541 14. Como podem os ver, ver, surge desde desd e momen m omentos tos muy tempranos pero su etapa de auge y consolidación será en los años centrales del siglo XI. Llegamos Llegamo s así a la cuestión clave: clave: ¿quién ¿qu ién es este 'abdAlláh? Es Es una pregunta difícil de responder. Se trata de un asunto que lleva bastante tiempo siendo 405 40 5 Ibíd., p. 237; MILES, G.
Coinss o f th e.... p. 153. G, Coin
"'Abd Allah" on the coinage o fAl-Andalus and Al-Maghrib Al-Maghrib 406 IBRÀHlM.T., The use o f the generic "'Abd al-Aqsa during llth-13th centuries, Messina/Taormina, XV Congresso Internazionale di Numismatica, 201 5, diapositiva diapositiva 9. the .... pp. 76-77. 407 MILES, G. C., Coins of the
408 PRIETO Y VIVES, A., Los reyes de taifas .... p. 222. Coins o f the the .... p. 134. 409 MI LES, G. C„ Coins
410 PRIETO Y VIVES, A., Los reyes de taifas .... p. 177. Coins o f the ..„ pp. 39-40. 411 MILES, G. C , Coins
412 PRIETO Y VIVES, A., Los reyes de taifas .... p. 186. 413 Ibid., pp. 194-196. 414 ARIZA, A., “De la legitimidad ha m m úd í.... p. 123. 123. 90
debatido. Expondremos, a continuación, las dos propuestas que se han lanzado para dar respuesta al enigmático asunto. La primera la planteó el arabista decimonónico F. Codera, que sobre esto decía lo siguiente: «Al dejar de figurar en las monedas el nombre de Hixem, y aun antes, algunos reyes de Taifas proclaman en las mismas la soberanía espiritual de un Imam Ábd-Allah, Al-Muw áyyad billah billah ó Al Alm m uwáy uw áyya yad d binasr-Allah-, binasr-Allah-, como el Abd-Allah puede tomarse y se toma, aun en monedas, no como nombre propio, sino como calificativo, y figura por espacio de más de 50 años, creemos que los reyes de Taifas reconocieron la soberanía espiritual de los Califas de Oriente, sin cuidars cuid arsee de cóm c ómoo se llam lla m aban ab an»4 »41 15; «pues «pue s a tal distancia dista ncia,, era muy m uy fácil que aún después de averiguado, la moneda fuese acuñada cuando ya hubiera muerto, y poco les importaba se llamase Ámru ó Zaid, como si dijéramos Juan ó Pedro»416. Para ejemplificar esto Codera habla de las curiosas monedas acuñadas en Toledo por Alfonso VIII, «(...) en ellas el Imamato de la Religión del Mesías en el Papa romano, romano, sin decir quién sea éste; y por cierto que Alfonso VIII en el no corto período de su reinado, si hubiera puesto en sus monedas el nombre del Papa, hubiera tenido que cambiarlo con bastante frecuencia»417. Codera indica que es M. Cerdá de Vellarestan el primero en considerar que se trata de los Califas de Oriente y lo encuentra admisible: «El carácter del nombre Ábd-Allah se presta bien á esta conjetura: sabido es que todos ó la mayor parte de los nombres propios árabes han sido ántes nombres comunes; esto, que es aplicable a los demás, lo es de un modo especial al nombre Ábd-Allah, que se emplea muchas veces en el sentido etimológico de Siervo deAllah, áun deAllah, áun en las genealogías, genealog ías, como antepuesto á las mismas; mismas; al hablar de las monedas de los Nasaries de Granada, veremos que casi todos sus reyes se llamaban en ellas Áb ellas Ábdd-Al Alla lahh (sier (s iervo vo de Alla Al lah) h),, fula fu lann o : resulta por tanto admisible el que estas monedas estén acuñadas á nombre del Imam de Oriente, sin decir cómo se llama»418. Con todo esto. Codera avanza que no se trata de un nombre propio sino de un "calificativo", al fin y al cabo la expresión 'abd Alláh Alláh se traduce por 415 415 COD ERA Y ZA IDÍN , F., Tratado de Numismática Arábigo-española, Arábigo-española, Madrid, 1879, p. 132. 416 CODERA CODER A Y ZAIDfN, F., Títulos y Títulos y nomb no mbre ress propi pro pios os en las mone mo neda dass aráb ar ábigo igo-e -esp spañ añola olas, s, Madrid. Madrid. 1878, pp. 27-28.
"siervo de Dios" y si se mira desde este significado primario en árabe y no como nombre nom bre propio, cualquier califa califa podía ser denominado de esta manera manera aunque no fuera su nombre419. Codera considera que la expresión hace referencia a los califas ‘abbásíes de Bagdad, realmente los únicos califas sunníes "disponibles" desde la desaparición del califato hammüdí (1056). Lo ve como una alusión más bien teórica y muy ideal pues los mulük al-tawá'if ni siquiera se cuidaron "de cómo se llamaban" los califas ‘abbásíes del momento. Lo mismo sugiere A. Vives y Escudero: «el reconocimiento del Imam Abdallah es sólo nominal, ya que probablemente se refiere al califa de Oriente y sería seguramente desco de sconoc nocido ido de casi todos tod os los reyes de taifas, taifas , que com c omoo éste le recono rec onocen cen"4 "42 20. De llaa misma mi sma opinió o pinión n es A. Prieto Pr ieto y Vives4 Vives 421, aunqu aun quee con más convic co nvicción ción:: “(... “ (...)) o bien al de Oriente, con la denominación genérica de Abda Ab dala la (literalmente Siervo de Dios), (...)». Curiosamente los califas ‘abbásíes del período que va desde el 1031/422 hasta el 1094/487 tienen por nombre propio 'Abd Alláh: Abü Ya’far ‘Abd Alláh al-Qá’im bi-amr Alláh (1031-1075) y Abü-l-Qásim ‘Abd Alláh ‘Uddat al-Dín al-Muqtadi bi-amr Alláh (1075-1094). Como vemos las al-ta w á’if. á’if. Sería posible, por fechas coinciden coincide n con la época époc a de los mulük al-taw p or tanto, tanto, que los taifas se estén refiriendo a los califas de Bagdad con el lema del imam 'abd Alláh. Sin embargo, un problema se presenta al tener una moneda de Fez del 410 a nombre de ‘abd A lláh, gobernando en ese momento en Bagdad el califa Abü-l-'Abbás Ahmad al-Qádir billáh, que no llevaba 'Abd Alláh por nombre nom bre propio. pr opio. Algo Alg o similar sim ilar sucede suce de durante dur ante el período perí odo almo al moráv rávide ide4 422. Éstos desde sus inicios acuñaron a nombre del imám 'abd Alláh. Veámoslo con cierto detalle. Las primeras monedas acuñadas por los almorávides contienen la siguiente leyenda: al-imám 'abd Alláh amir al-mu'minin. Es un lema que se mantien ma ntienee constan con stante te a lo largo de todo el perío pe ríodo do4 423en que qu e esta dinastía dina stía rigió los destinos del Occidente islámico. En este caso todo parece indicar que se trata de un recon r econocim ocimiento, iento, indudablem indud ablemente ente voluntario, volun tario, al califato 'abbásí4 'abbá sí42 24. 419 ROSADO, M* D., La dinastí dinastía a ha m m üd í.... í.... p. 49. 420 VIVES V ESCUDERO. A., Monedas de las .... p. 54. 421 PRIETO Y VIVES, VIVE S, A., Los reyes de taifas .... p. 98. 422 Cuando también se pone 'abd Alláh en las mon edas, coincidiendo hasta 1094 con con los dos califas que se llaman asi pero con las acuñaciones posteriores coinciden con los reinados de otros califas que no se llamaban 'Abd Alláh. 423 Lo podemos apreciar en el el apartado dedicado a los almorávides de HAZARD, H., The Numismatic History o f Late Medieval North Africa. Nueva York, Espasa Calpe, 1952, pp. 97-143; en IBRÁHlM, T., "Dinares almorávides en la colección de improntas del I. V. D.). no recogidos por Hazard", Gaceta Numismática, 93,19 89 , pp. 25-36 25-36.. 424 KASSIS, H. H. E„ “ La moneda, mone da, pesos y medidas", Historia de España de Ramón M enéndez Pida!. Pida!.
Varios elementos nos inducen a pensar que se trata de los califas de Bagdad. La crónica al-HulalAI-MawSiyya nos al-HulalAI-MawSiyya nos indica en varias ocasiones que los emires almorá alm orávides vides eran lugar l ugarten tenient ientes es de los califas califa s de Orien Or iente4 te42 25. Pero quizá esto no sea suficiente para considerar que los almorávides reconocieran a los ‘Abbásíes Abb ásíes mediante median te una fórmula tan poco explícita . ¿Por qué no colocaron los laqab/s laqab/s de los califas? Desde luego no es por desconocimiento. Una novedad que nos indica que se trata de los ‘Abbásíes empieza a aparecer en las l as m oned on edas as del emi e mirr A1 A1T b. Yüs Y üsuf uf del 53 3 /114 /1 140 0 -11414 -1 14142 26: al-imám 'abd Alláh All áh am ir al-mu'm al-m u'minin inin al-'ab al- 'abbá bási. si. La fórmula puede variar la posición de estos eleme e lementos ntos4 427 pero lo im portante portan te es que se añade a ñade al-'abbási. al-'abbási. Ahora no cabe duda, se están refiriendo a los Abbásíes pero parece una especie de añadido aclaratorio: "el imam imam Siervo de Dios Príncipe de los Creyentes el Abbásí". No se trata de cualquier persona, de cualquier imám sino de los califas de Bagdad. ¿Por qué recurrir ahora a esa "explicación"? Cuando la doctrina almohade y el imámato imámato de su mahdl empiezan a difundirse los emires almorávides recurren a esta incorporación en el lema de sus dinares para evitar evit ar cualqu cua lquier ier posible po sible error4 err or42 28. Antes Ant es de ese mome mo mento, nto, se supone sup one que los almorávides acuñan moneda a nombre de los Abbásíes pero con la fórmu fór mula la am a m bigu bi gua4 a42 29. H. E. Kassis Kas sis4 430alud 0a lude e a un diñar, diñar , hasta hast a la fecha fec ha el prim p rimero ero acuñado por los almorávides, con la siguiente leyenda central en el reverso: (aunque la lectura al-imám ‘abd Alláh al-Qá'im bi-amr Alláh Yahya ibn 'Umar (aunque resulta muy dudosa y compleja). Parece que fue batido por el primer emir almorávide, Yahya b. ‘Umar (1056-1058), muy posiblemente en Siyilmása, pero carece de fecha y ceca. ¿Habría que entenderlo como una lealtad almorávide a los califas de Bagdad desde el primer momento? Es posible aunque con el siguiente emir, Abü Bakr b. 'Umar, se pasa a la fórmula de 'abd Alláh All áh.. Quizá los almorávides decidieron pasar a la fórmula califal que había estado funcionando en el Occidente islámico a lo largo del siglo XI. Puede que esa primera moneda a nombre de los Abbásíes viniera sugerida por la presencia del ulema al-Murádí en las filas almorávides aunque el título de 425 Anónimo, Al-H Al -H ul al AI-M awSiyya awS iyya.. Crónic Cró nica a árab ár abee de las la s dina di na stías stí as alm oráv or ávide ide,, alm al m oh ad e y benimerín, benimerín, traducción de HUICI, A., Tetuán, Colección de Crónicas árabes de la Reconquista, Instituto General Franco de Estudios e Investigación Hispano-árabe, 1951, pp. 41-42. 426
KASSIS, H. E„ "La moned a, pesos .... p. 309.
427 En el 535 aparece al-imám al-'abbási'abd Alláh amiral-mu'minín. En el 536: al-imám 'abd Alláh All áh al-'a al -'a bb ási ás i amir am ir al-m a l-mu'm u'minin inin (Ibíd., p. 309). 428
KASSIS, H. E., "La mon eda, pesos .. .„ p. p. 308.
429 En las cartas de los Banü al-'Arabl solicitando la investidura para para el el emir almor ávide por el califa se dice que [el emir] acuña moneda en su nombre nombre [del califa 'abbásí] (VIGUERA, M* ]., "Las cartas de al-Gazál! y al-TurtüSI al soberano almorávide Yüsuf b. TáSuftn", AlTáSuftn", Al-An Anda dalus lus , 42,2, 1997, p. 353). Esto se produce estando Yüsuf b. TáSufin en el poder, lo que supondría que ese imám 'abd 'abd Alláh am iral-mu'm inín es inín es el califa de Bagdad. 430
KASSIS, H. E., "La mon eda, pesos ...„ p. 304.
93
a I intani .iM A JIúh ¿u nir a l mu in iñ n
Fig ura 14. Dinar de Mas'ùd Mas'ùd ibn Wanudin, sin sin fecha, Siÿilmàsa. Siÿilmàsa. Fuente: Ibrâhîm, T , The use of Al- Andalus alus a nd Al-Ma Al- Maghr ghrib ib al-Aqsa al- Aqsa durin d uring g 11th-13th the generic “'Abd All ah 'on Che coinage o f Al-And Messina/Taormina, XV Congresso Inte mazionale mazion ale di Numismatica, 2015, diapositiva 20. 20. centuries, Messina/Taormina,
al-Qá'im bi-amr Alláh*3' es algo que cuenta con cierta tradición en el oeste del mundo musulmán. Por otro lado, en Al-H A l-H ulal ul al Al-M Al -Maw awsiy siyya ya aparece recogida una carta del califa ‘abbási al-Mustazhir a ‘Alí b. Yüsuf. Nos interesa especialmente el comienzo del documento:
El año 512 — 512 — 24 24 abril ab ril 1118 11 18 a 13 abril ab ril 1119 — 1119 — le llegó la carta del califa 'abbási de Bagdad, cuyo texto es: «De 'Abd Alláh, Abü-I-Abbás, Ahmad al-Mustazhir al-Mustazh ir bi-lláh bi-lláh,, Em ir de los creyentes, creyentes, al caudillo del d el imperio 'abbási 'abbási y je j e fe de s us ejér e jército citoss en al-Magri al-M agrib, b, 'Alib. Yüsu Yü suff b. Tásufin, Tásufin, (...)4 4 1 332. Como podemos observar, se hace referencia al califa iniciando la carta con Abd Alláh. ¿Por qué se le da este nombre cuando sabemos que este califa se llamaba Abü -l-Abbá s, Ahmad al-M ustazhir bi-lláh? Sin duda, en en este caso, se trata de un título, de una referencia al califa como "siervo de Dios". Los almorávides habrían utilizado esta ambigua fórmula, para referirse a los califas de Bagdad pero es que esta expresión formaba parte de la titulación de los califas, como ya hemos visto. Recientemente, T. Ibráhím ha vuelto sobre el tema y ha postulado que el imam 'abd Alláh, Alláh, al que se refieren las acuñaciones, sería de nuevo el califa de Bagdad. Para sostener esta posición ha recurrido a las acuñaciones recién 431 FIERRO, FIERRO , M., "Sobre la adopc ión del título califa! por ‘Abd Abd al-Rahm án III", III", Sharq al-Andalus, 6, 1989, pp. 33-42; FIERRO, M„ "Espacio sunní y espacio SIT, VIGUERA, M«). y CASTILLO, C. (eds.), El Esplendor de los Omeyas Cordobeses: la Civilización Civilización M usulmana de Europa Occidental, Granada, El Legado Andalusí, 2001, pp. 168-177. Cr ónica ica á r a b e .... pp. 105-106. 432 Anónimo, Al -H u la l Al- M aw iiy ya . Crón
descubiertas y todavía no publicadas, de los jazruníes en Siyilmása, en concreto a las de Mas'úd ibn Wanudln. Estas monedas se refieren también al-imám 'abd Alláh amir al-mu'minin (figura 15) hasta el 445/1053, cuando los almorávides conquistan la ciudad. Lo importante imp ortante es que los los recién llegados no modificaron, como ya hemos visto, esta fórmula, la mantuvieron. Los almorávides almorávid es reconocían a los califas de Bagdad y preservaron el lema, así pues esto debía hacer referencia a los ‘Abbásíes433. El problema de todo esto viene con que, en un primer momento, sí hicieron modificaciones, recordemos que el primer emir em ir parece haber acuñado con el nombre n ombre y el el laqab del califa 'abbásí de turno, señal de que la cuestión no debía de estar tan clara. La "hipótes "hip ótesis is 'abbásí", como com o la denom den omin inaa D. J. Wassers Wass erstei tein4 n43 34, tiene vario v arioss argumentos a su favor. El primero es que en caso de que la fórmula se refiera a un califa real, éste no podría ser otro que el de Bagdad. El califato era una institución humana hum ana en el sentido en que sus poseedores debían ser personajes auténticos y, de nuevo, los únicos disponibles eran los 'Abbásíes. Como ya hemos comentado, los califas de Bagdad de estos momentos se llamaban 'Abd Alláh y el lema de las monedas no aparece acompañado de ningún otro nombre nomb re propio pr opio4 435 (sí de títulos como c omo hemos hemo s visto), lo que refuerza la idea de que, aparentemente, se trata de una persona real y no de un título. El último argumento a favor de esta hipótesis es el hecho de que los almorávides, como im ám 'abd Allá Al láh* h*3 36. acabamos de ver, pusieran en sus monedas al imám La segunda propuesta la avanzó, de algún modo, M. van Berchem, quien, también a inicios del pasado siglo, consideraba que el imam ‘abd Alláh se refería a un «personnage fictif qui represénte, á leurs yeux, le califat abbasside». Pero consideraba que se trataba de «une profession de foi plutót qu’un qu ’un acte ac te de vassela v asselage ge direct direc t et personn pe rsonnel» el» 437. Lo más desta d estacado cado de estas palabras de Berchem es el presentar el tema del ‘abd Alláh de las monedas desde una óptica diferente, la del personaje ficticio. Serán F. Clément y D. J. Wasserstein los que más desarrollen esta postura. El primero define a este imám como algo abstracto, ficticio, y que simboliza la obediencia al principio 433 IBRÁHlM,T., Th 20-22. Thee u se of thegeneric thegeneric ....diapositivas 20-22. 434 WASSE RSTEIN, D., The Caliphate in the West..., p. 110. 435 Wasserstein Was serstein hace referencia a las monedas de Lérida entre 1049 y 1066-7, 1066-7 , en en las que bi-lláh 'abd Alláh amiral-mu'm inin (VIVES aparece el siguiente lema: al-imám Hiiám al-Mu'ayyad bi-lláh Y ESCUDERO, A.. Monedas de las .... p. 201; PRIETO Y VIVES, A., Los reyes de taifas .... p. 208; MILES, G. C„C o iinn s o f t h e .... p. 106). Parece que aquí podría tratarse de un título añadido al falso califa HiSám II, al al fin y al al cabo, es una titulación que aparece apare ce junto a los nom bres de los califas, al fin y al cabo significa "siervo de Dios". De todos modos quizá necesitará de una mayor reflexión como indica M. Fierro, ya que 'abd Alláh y Hiiám al-Mu'ayyad bi-lláh coexistieron y el segundo no sustituyó al primero (FIERRO, M., "On Political Legitimacy..., p. 149). 436 Ibíd., pp. 110-111. El único inconveniente con estos último s argum entos es que los califas ‘abbásíes antes de 1031 y después de 1094 no se llamaron ‘Abd Alláh. 437 VAN BERCHEM, BERCHEM , M., M., "Titres "Titres califiens d'Occídent, á propos de quelques monnaies méridinides et ziyanides”, Jo u rn al Asia série, 9,190 7, pp. pp. 269-270. 269-270. A sia tiq ue, ue , lO e série,
califal4 cali fal43 38. Wassers Wass erstei tein4 n43 39 es quien qu ien más se ha dedi d edicad cadoo a la cuestió cue stión n y no considera que se trate de los 'Abbásíes por varios motivos. El primero porque se conocen los laqab/s de de los califas califas de Oriente en al-Andalus, como co mo Ibn Hazm muestra en el Naqt al-'Arús44°, y cua c uand ndoo apar ap arec ecee ‘abd Alláh en las monedas con laqab, éste no es un título llevado por los Abbásíes, como cabría esperar, sino por los Omeyas4 Om eyas44 41 (lo que en todo caso implicaría una conexión con los Omeyas Omey as y no con los Abbás Abb ásíes íes4 442). Un segundo se gundo argume argu mento nto sería se ría que no existe ninguna evidencia textual ni material que nos indique que los mulük al-tawá'if ofrecieran algún tipo de reconocimiento rec onocimiento (ni (ni siquiera nominal) a los los Abbá Ab básíe síes4 s44 43. Respecto a la aparición del lema en las monedas mon edas almoráv a lmorávides, ides, Wasserstein lo ve una coincidencia y considera que se obvia el medio y el contexto en el que se desenvuelven los taifas, que no es el mismo que el de los almorá alm orávid vides4 es44 44. Éstos son, funda fun dame menta ntalme lmente nte,, sus argu ar gume mento ntos4 s44 45en contr c ontraa de la hipótesis 'abbásí. Las normas dictaban que un califa debía ser nombrado en las acuñaciones pero no había uno disponible en al-Andalus y no hay motivos para reconocer a los califas de Bagdad y menos aún a los Fátimíes. La única opción era preservar la mención al califa como imám y amir al-mu'mimn pero omitiendo el nombre, lo que implicaría comprometerse con una dinastía en particular, «not only was the person of the caliph absent, but also the dynasty. And what remained was the idea»**6. Para ello emplearon un título 'abd Alláh, Alláh , aunque califal habitual 'abd aunq ue no en las mone m onedas das anda a ndalusí lusíes es anter an terio iores res4 4478 4 . Wasserstein propone la sede vacante**8 como respuesta a la cuestión. 438 CLÉMENT, CLÉMEN T, F., Pouvoir et légitim ité.... p. 230, n. 1; CLÉMENT, F., "L’apport "L’apport de la numismatique num ismatique lo giee isla i sla m ique iq ue , 4,1994, pp. 72-73. pour l’étude des taifas andalouse s du V '/Xl' siècle", siècle", Ar ch éo logi 439 WASSERSTEIN, WASSE RSTEIN, D., The Caliphate in the West.., pp. 111-119. 440 440 IBN HA ZM , Naqt al- urüs ..., p. 66. 441 Recordemos los casos de ‘abd Alláh al-Mu'ayyad bi-lláh y 'abd Alláh al-Mu'tadd bi-llàh, laqab/s de califas omeyas. 442 WASSERSTE WASS ERSTEIN, IN, D., The Caliphate in the West ..„ ..„ p. 114. 443 Coincidim Coin cidimos os con Wasserstein Was serstein en que el nombrar nom brar a un califa ’abb ’abbásí ásí en en la jutba habría sido algo que los cronistas habrían registrado ya que, tras dos siglos mencionando a los Omeyas y hasta mediados del siglo XI a los Hammudies, era un suceso relevante (WASSERSTEIN, D.. The Caliphate Caliphate in the W est .... .... p. 113). 444 lb id.,p . 116. 116. 445 Wasserstein también habla del caso de la moneda de Zaragoza a nombre del imám 'abd Alláh al-Mu'ayyad bi-lláh, cuando el califa ’abbási se llamaba Ahmad y no ’Abd Alláh y no llevaba ese laqab (Ibfd., p. 115). Recordemos que, recientemente, se ha encontrado la primera moneda en la que aparece el imám 'abd Alláh en Fez (410/101 (410/101 9-1020), dejando a la tuÿibf como la segunda. 446 FIERRO, M., M., “On Political Legitimacy .... p. 149. 149. Caliphate in in the W est .... 447 WASSERSTEIN, D„ The Caliphate .... p. 117.
448 Retoma un término de Vives: Vives: «(...) El Imam Abdallah E mir Almuminin no tiene significado concreto, que en la mayor parte de las veces se refiere al califa de Oriente, pero que en algunos
Vistas las dos opciones, ¿podrían referirse los reyes de taifas a los califas 'abbásíes por medio de esta fórmula tan ambigua y poco precisa? Es posible pero, en las series de acuñaciones en las que se añade un laqab al imam 'abd Alláh, Alláh, cuesta pensar que se haga referencia al califa de Bagdad por no llevar ese laqab. laqab. ¿Podría ser que se desconocieran los títulos de los 'Abbásíes? 'Abbásíes? Esto no es posible porque el Naqt de lbn Hazm lo muestra Naq t al-'Arüs al-'Arüs de en varias ocasiones. En las monedas del sultanato de Delhi (que se inicia en los comienzos del siglo XIII) se coloca el laqab laqab del califa ‘abbásí del momento (figura 15). No es contemporáneo del período de las taifas pero el dato ofrece una muestra del conocimiento que en lugares lejanos del mundo islámico se tenía de los laqab/s de los lo s califas ca lifas de Bagd Ba gdad ad4 449. Si en espa es pacio cioss tan recónditos se veía necesario recurrir a nombrar en la oración a los distantes califas 'abbásíes y a acuñar monedas en su nombre, quiere decir que en el al-Andalus del siglo XI no debía de serlo y la ambigüedad no planteaba al-taw á'if no no colocan c olocan los laqab/s de laqab/s de los 'Abbásíes en problemas. Si los mulük al-taw sus acuñaciones no es porque los desconozcan. Con todo esto y tratando de establecer unas conclusiones, todo parece señalar que la fórmula al-imám 'abd Alláh amír al-mu’minin al-mu’minin no se refiere a un personaje auténtico y real sino a un califa teórico y anónimo. Hablamos de un título, un modo de referirse indirectamente al marco del califato, a la institución pero sin concretar en nadie, sin comprometerse. Se trataría más bien de una profesión de fe que de un acto de vasallaje directo y personal como M. van Berchem comenta4 com enta45 50 pero no co nsideramos nsidera mos que haya suficientes datos como para precisar que sea una referencia a los Abbásíes ni a nadie en concreto. A continuación establecemos una lista de las fórmulas empleadas: • al-imám ‘abd Alláh amír al-mu'minín: al-mu'minín: podría referirse al califa 'abbásí o a cualquier califa, al fin y al cabo la traducción es "el imám siervo de Dios príncipe de los creyentes”. • al-imám ‘abd Alláh amír al-mu'minín al-Mu'ayyad : parece una clara referencia a Hisám II, que era quien había portado el laqab de al-Mu'ayyad, una al-Mu'ayyad, una alusión a la legitimidad califal en términos omeyas. ■ al-imám 'abd 'abd Alláh a mír al-mu'minín al-Mu'ayyad bi-n asr Alláh: en este caso se plantea la duda de que se trate de un pseudo-califato por parte de al-Mu'tamid, portad or del laqab al-Mu'ayyad bi-nasr Alláh Alláh ("el ("el muchos de los Reinos de Taifas Taifas es un estado intermed io entre el recon ocimiento de un Imam real y la supresión de este reconocimiento» (VIVES Y ESCUDERO, A., Monedas de las .... p. .... p. LXXXVII). 449 Se pued e enco ntrar un un desa rrollo completo de esta cuestión en ERNST, ERNST, C., Eternal Garden: Garden: Mysticism, History, and Politics at a South Asian S ufi Center, Delhi, Center, Delhi, Oxford University Press, 2004, pp. 55-56. 450
VAN VAN BERCHEM, BERCHEM, M., M., T itr e s califiens califiens ..., p. 270.
97
al-ima al-i mam m / al-Mustansir aml mlrr / al-mu miríin
Figura 15. Dirham de Radiyya Begum ibnat Iltutmish, 635 H, Lakhnawti. Fuente: http://www.davidmus.dk/en/collections/islamic/dynasties/sultanates/coins/ c20S?show=design [21-3-2016).
favorecido del amparo de Dios") pero es difícil considerar esto dado que ningún soberano taifa, ni siquiera Sevilla, estuvo en condiciones de aspirar a la reunificación de al-Andalus y a la proclamación de un nuevo califato. Si consideramos sólo ‘abd Alláh podría referirse a cualquier califa. califa. • al-imám ‘abd Alláh amir al-mu’minln al-Mu'tadd bi-lláh: parece una referencia a Hisám III al-Mu'tadd, de nuevo semejante al segundo caso. Recapitulando, la fórmula 'abd Alláh de las monedas s implemente serían un sustituto que evita decir el nombre de un califa real, una manera ambigua y no demasiado ortodoxa de cumplir las normas con una institución tan venerable como el califato. Lo que no es posible concluir es a quién se refiere, si a los 'Abbásíes o a la sede vacante y a califas ficticios. En palabras de Wasserstein: «The problem that existed for taifa rulers (...) was how maintain the norms of coin inscription in an Islamic environment, and how to maintain m aintain their own claims to some sort o f Islamic legitim acy»4 acy» 451.
451
Caliphate e in the W est .... p. 117. WASSERST EIN, D., D., The Caliphat
OTRAS SOLUCIONES A LA CUESTIÓN CALIFAL: EL CASO DE DENIA Y LAS ACUÑACIONES SIN IMAM
Hemos visto ya las soluciones principales al problema del califato que se ofrecieron desde diferentes territorios. Una era el reconocimiento a los califas hammüdíes o la alternativa ofrecida por los ‘Abbádíes con el falso HiSám II. Sin embargo hubo una opción más generalizada a medida que las otras dos iban desapareciendo: la invocación al imam 'abd Alláh. Esto suponía no comprometerse con nadie pero permitía mantener la sumisión teórica a la idea califal. Pero además de todas estas posibles opciones se plantearon otras para resolver la cuestión. Una muy singular es la ofrecida por Ismá'Il b. 'Abd Alláh al-Ru‘ayní entre finales del siglo X y comienzos del XI. Este personaje era el líder del núcleo masarrí de Pechina y era era considerado consider ado como com o imam y califa por p or los de de su secta y a él se debía la limosna legal ( zaká ). Sus discípulos consideraban que había za kát t ). adquirido el don profètico y que conocía el lenguaje de las aves y vaticinaba el futuro. Parte de las doctrinas de Ismá'íl al-Ru'aynl fue rechazada por sus propios seguidores y por otros masarríes, separándose separán dose algunos de él. él. No hay noticias de que hubiera persecución persecu ción pero podría deberse a la escasa difusión de las enseñanzas de al-Ru‘ayní452. Lo que nos interesa es la respuesta ofrecida al problema del imámato representada por este grupo masarrí: el califa debe ser elegido por su excelencia y no por su genealogía453. Hubo otras alternativas. En esta apartado exponemos el curioso hecho que tuvo lugar en Denia con Muyáhid y la proclamación de un califato en su territorio, algo que nos lleva a los primeros momentos de la desintegración del califato de Córdoba. En segundo lugar veremos la extraña y peculiar solución al problema del califato: la ausencia de imám en las emisiones 452 FIERRO, FIERR O, M., La heterodoxia en al-Andalus durante el período omeya, Madrid, Instituto Hispano Árabe de Cultura, 1987, pp. 167-168. 453 FI ERRO, ERRO, M.. M.. T h e qádi as ruler". Saber religioso religiosoy pode r político político en el Islam. Islam. Actas d el Simposio Internacional: (Granada, (Granada, 15-18 octubre 1991), Agencia Española de Cooperación Internacional, 1994, p. 105, n. 128.
monetales. Exploraremos también otras soluciones solucione s en el apartado dedicado a los ulemas y los tratados del imámato. El califato marítimo de Denia: Muyáhid y al-Mu'aytí
En el 405/1014 Muyáhid da un paso decisivo y decide reconocer a un nuevo califa454: el omeya al-Mustansir bi-lláh ("el que pide la ayuda de Dios"), de nombre ‘Abd Abd Alláh al-Mu'aytí. al-M u'aytí. Se trata de algo llamativo porque este e ste califa no supuso ningún peligro para para Sulaymán al-Musta'ín al-Musta'ín como com o sí lo sería después A lí ibn Hammúd y al-Murtadá bi-lláh para este último. Tampoco fue reconocido por nadie n adie en al-Andal al-A ndalus us aparte ap arte de Muyáhi Mu yáhid4 d45 55. Si Si esta proc p roclam lamació ación n no tuvo efectos en al-Andalus, habría que preguntarse con qué fin se hizo. La respuesta a la pregunta la ha dado T. Bruce. El objetivo era ocupar Cerdeña Cerd eña4 456y controlar c ontrolar sus rutas comerciale com erciales. s. Muyáhid, M uyáhid, retomando retom ando la política de los primeros califas omeyas45748 5 , planteó su nueva formación política en términos de expansión territorial y guerra santa. Para lograrlo, era necesaria la creación de un califato que legitimara e\yihád marítimo (como lo califa Ibn Jaldün) y que diera consistencia a la idea de que se trataba de un acto contra la "morada de la guerra" [dar al- ha rb yse yse. ¿De dónde había salido este al-Mu'aytí? El Bayán nos dice que era un facc fa ccio ioso so de los lo s Banú Ba nú Omeya Om eya y que estaba en Córdoba, pero salió de ella durante (.. .)4 459. Así As í que, qu e, era un omey o meyaa pero su s u familia fam ilia estab e stabaa apartad apa rtadaa la guerra guerr a civil (...) de la línea de gobernantes460. Pero ¿era tan novedoso lo que estaba haciendo 454 Convinier Convinieron on M uyáhidy quienes estaban estaban con él en alzara este al-Mu'aytípor califa califa ( ...). Entonces lo proclamaron proclamaron soberano y lo nombraron nombraron emir de los creyentes (...) (IBN 'IDÁRl AL-MARRÁKUSI. La caída del Califato de Córdoba y los Reyes de Taifas Taifas (al-Bayán al-Mugrib). Estudio, traducción y Maíllo, F., Salamanca, Universidad de Salamanca, 1993, p. 105). notas po r Maíllo,
455 FRANCÉS, D. y GASPARI ÑO, S., "De lo lo que aconteció en la Taifa Taifa de Denia entre el el año 400 y su enajenación por los Almorávides. Ensayo histó ricoy numismático" numismático",, Gacetilla de Estudios Epigráficos califa sí logró ser reconocido po r el el eslavo eslavo y Numis Nu mis mátic má ticos os Andal An dalusí usíes, es, 3 ,20 16 , p. 35. Parece que el califa jayrán de Almería como muestra un dirham, posiblemente del 406. Esto debió suceder en el mom ento en que el eslavo deja de reconocer reco nocer a ‘AH AH ibn Hamm Ha mmúd úd y antes de que el omeya al-Murtadá al-Mu rtadá fuera alzado (ARIZA, A., "Las cecas de taifas bajo dominio eslavo", Actos del VI encuentro de e studios numismáticos: numismáticos: La producción y circulación circulación de moneda en Sharq al-Andalus durante las primeras 149-150). taifas (404-478/1013-1085), Gaceta numismática, 10 5/106 ,1992, pp. 149-150). 456 Muyáhid inicia la la construcción de una ciudad y trae allí a su familia. Todo eso indica que sus planes buscaban convertir a Cerdeña en el centro político del Mediterráneo y del nuevo califato (BRUCE, T„ "Le califat méditerranéen et maritime de Denia", Revue des mondes musulm ans et de la Méditerranée, 130,2011, p. 78). 457 BRUCE, BRUC E, T., T., “The politics o f violence violen ce and trade: Denia and Pisa in the eleventh century", Jo u rn al o f Medie Me die val va l Histo Hi story ry,, 32,2006, p. 133. 458 BRUCE, BRUC E, T., T., "Le califat méditerranéen méd iterranéen ... . p. 72. 459 Ibn ‘IDÁRl AL-MARRÁ KUSI, La caída del Califato Califato de Córdoba .... p. 105. 460 ROSADO, M* D., La dinastía hammúdí.... p. 96. 10 0
Muyáhid? Realmente estaba retomando el papel de Almanzor con el califa omeya HiSám II. Sin embargo, su plan no era intervenir en los conflictos por el poder califal en Córdoba y no trató de derrocar al régimen de Sulaymán al-Musta'ín. Lo que buscaba era instaurar un nuevo califato en un espacio distinto y ampliar las fronteras de la "morada del Islam” ( dar al-lslám ) por la vía marítima461. Con su poder asentado en Denia y con las Baleares bajo su dom do m inio4 ini o46 62, Muyáhid M uyáhid se lanza a la campañ cam pañaa contr c ontraa Cerd C erdeña eña4 463 (405). (405 ). No nos detendremos en el desarrollo de la expedición y en su fracaso puesto que no es el objetivo obje tivo de este tra t rabaj bajo4 o46 64. Lo impor im portant tantee es que qu e la derrota derr ota de Muyáhid parece par ece haber hab er dado "aires de libertad" a su califa y que éste pretendía gobernar sin él. Pero Muyáhid cayó sobre él, él, le sacó de su Consejo y le detuvo ju n to a los l os comp co mpañ añer eros os que qu e esta e staba ban n con é l ,y le quitó qu itó su mando*6* mando*6*. El califa fue desterrado, terminando sus días entre los beréberes kutáma como maestro de sus niños466. Para lograr todo esto Muyáhid había tenido que elaborar todo el entramado que proporcionara legalidad a su candidato al califato, lo que le aportaba legitimidad a él mismo. Para eso, hizo que la población hiciera la bay'a, el nombre del califa fue pronunciado en la ju jutb tb a y se acuñó en los dírhams. Respecto al yih y ih á d , se colocó el nombre de al-Mu‘ayti en los jutb tb a , la moneda y la guerra santa eran estandartes467. Así pues la bay'a, la ju los elementos imprescindibles para reconocer a un califa y recibir, a cambio, la aprobación en el ejercicio del poder468. Vamos a centrarnos ahora en el tema de las acuñaciones. Desde la ceca Elota, todavía todavía sin identificar identificar,, Muyáhid acuñó dírhams entre el 401/1014-1015 y el 406/1015 406/1 015-101 -1016. 6. En la emisión emis ión del 4054 40 546 69 se inscribe inscrib e a Muyáhid en el 461 BRUCE, T., "Le califat méditerranéen méd iterranéen ..., p. 75. hay ib por su c alifa, ocupa las Baleares y adopta el título de dü l-wizáratayn 462 Investido Investido como hayib {GICHARD, P. y SORAVIA. B.. Los reinos de taifas .... p. 59).
463 El interés de Muyáhid por Cerdeña Cerd eña se explica por su posición geográfica. geog ráfica. Esta isla isla junto con Córcega y Sicilia Sicilia conforma la "ruta "ruta de las isla s' que unían las ciudade s italianas y el el Mediterráno Mediterráno septentrional con los lucrativos mercados del sur. Además. Cerdeña y Córcega poseían valiosos recursos en madera. Se trataba de una isla que resultaba imprescindible también para Pisa y Génova (BRUCE, T., T., "The Politics Politics o f .... pp. 133-134). 464 Para más información información se pueden pueden consultar consu ltar los trabajos de T. Bruce: BRUCE. T , "The Politics of...; of. ..; BRUCE, T„ "Le califat méditerranéen...; FRANCÉS, D. y GASPARIÑO, GASPARIÑO, S., S., "De lo que aconteció e n ...... A'm ál, FRANCÉS, D. y GASPARIÑO, S., "De lo que aconteció en .... p. 49. 465 IBN AL-jATIB, A'mál,
466 WASSERSTEIN, D.. D.. The Caliphate in the West ... p. 127. 467 BRUCE, T., T., "Le califat méditerranéen médite rranéen .... p. p. 76. 76. Es cierto que muchos de esos elemento elem entoss se se pueden dar en un momento dado en tomo a un gobernante, y no hablamos necesariamente de califas, pero en la teoría se mantuvieron, en lineas generales, las apariencias de que todo ello se ju tb a hacia en nombre del imam. Los soberano s acuñan invocando invocand o a un califa, se le nombra en la jutb yi há d . y él debe convocar al yihá taifa a d e ... p. 79. 468 BRUCE, T„ La taif
reverso y a un tal 'Abd al-Rahmán en el anverso. No es sorprendente hallar el nombre Muyáhid ya que, tradicionalmente, los nombres propios de los personajes más relevantes se habían inscrito en las monedas de los califas omeyas4 ome yas47 70. Siguiendo Siguiend o la práctica p ráctica omeya, om eya, Abd A bd al-Rahmán al-Rah mán debía ser alguien de la corte, posiblemente el encargado de la ceca. Sin embargo, según F. Retamero, Ibn al-jatlb recoge una información interesante: que Muyáhid hizo que se incluyera al hijo de Abd Alláh al-Mu'aytí, de nombre Abd al-Rahmán, en las monedas y en los estandartes471. Se trata de un aspecto muy relevante ya que expresaría la construcción de un entramado califal plenamente legal y con todos to dos los requ r equisit isitos4 os47 72. Sin emb e mbarg argo, o, este modelo mod elo monetar mon etario io no tuvo continuidad y las acuñaciones del 406 se limitan al lema al-imám Abd Alláh amlr al-mu'minln sin hacer alusiones a nadie más473. Para concluir con el asunto de las emisiones monetales resultaría adecuado echar un vistazo a las acuñaciones de Muyáhid en este primer período. Las monedas del 402 y 403 de Elota están a nombre del califa Hi§ám al-Mu'ayyad bi-lláh, las del 405 y 406 al de Abd Alláh al-Mu'aytí y después nada. Hay una ausencia de acuñaciones hasta el 435/1042 cuando se vuelve a producir numerario invocando al falso Hisám de los Abbádíes47446 7 4 5 . Consideramos que este hecho es muy significativo pues muestra que durante casi tres décadas Muyáhid carecía de la legitimidad para acuñar monedas. De los aspectos señalados, hablemos brevemente sobre el yi h á d , que no puede llevarse a cabo sin el califa, sin la aprobación de la cabeza de la comunidad musulmana. Únicamente de esta manera, la legitimidad de la acción militar ofensiva quedaba garantizada. De hecho, por esto el Bayán indica con bastante claridad que al-M u'aytie u'a ytienv nvió ió a Muyáh M uyáhid id a Cerdeña*7 Cerdeña*7S S. Ibn ‘Idárí recoge otro dato llamativo: Ibn Abbád de Sevilla señala que un motivo para el ocultamiento ocultam iento de Hi§ám Hi§ám II durante la fitn fi tn a había sido el hacer la guerra santa sin él*76. Como vemos, ese deber califal queda claro en las fuentes. De no haber sido así ¿para qué habría necesitado Muyáhid proclamar a un califa en su propio territorio? 470 CANTO, A. e IbrÁhlm, IbrÁhlm , T., T., La moned .... p. 285; MILES, G. C., Coins moneda a an dalus í .... Coins of th e .... .... p. 210. 471 RETAMERO, F., “La formalización del p o de r.... p. p. 420-421. 472 Todo esto esto induce a pensar que aportar legalidad al nuevo poder exigía tanto un un califa califa como un suce sor previsto en el imámato. Se trataba asi de reflejar la construcción de un orden duradero y no temporal ni improvisado (Ibíd., p. 421). 473 PRIETO y VIVES, A., Los Reyes Reyes de Ta ifas .... p. 181. Se trata de un reflejo de los intentos de al-Mu'ayti por gobernar en solitario (ARIZA, A., "Las cecas de taifas .... p. 145). 474 RETAMERO, F., "La formalización del poder .... p. 424. En el 430 ya hay acuñaciones de Denia pero a nombre del hijo de Muyáhid, Hasan, se desconoce el motivo (ARIZA, A., "Las cecas de taifas .... p. 145). 475 IBN ‘IDÁRl AL-MAR RÁKUSI, La caída del Califato de Córdoba ..„ p. 105. 476 lbíd .,p. 168. 168. 102
La declaración del califato de al-Mu'aytí en Denia fue una maniobra política pero también hay que señalar que Muyáhid tomó en serio el plano religioso de este acto. Sabemos que era un enérgico defensor de la ortodoxia y que convirtió su capital en un centro de lectura coránica. Esto trajo cierta legitimidad a Denia y también a sus empresas políticas, especialmente el nomb no mbram ramien iento to de al-Mu'a al-M u'aytí ytí como calif c alifa4 a47 77. De hecho, hecho , las fuentes señalan señ alan que este omeya fue escogido por ser un hombre piadoso y sabio en ciencias religiosas, además de por su ascendencia478. Finalmente, Finalm ente, Muyáhid, sin su su califa y sin reconocer recono cer al al régimen de Sulaymán Sulaymá n al-Musta'ín en Córdoba, que iba aproximándose hacia el colapso, se mantuvo sin doblegarse ante nadie479. Sólo cuando los sevillanos proclamen al falso al-Mu’ayyad (427/1035) Muyáhid decidirá invocar el nombre de este califa (435/1043-104 (435/1 043-1044) 4) por encontrarse muy lejos de de Denia y no ser un obstáculo obstáculo para su poder480. Al contrario, era un factor que hacía posible mantener una legalidad fingida y teórica. Como hemos podido apreciar en este apartado, los saqáliba se van a ir distanciando del régimen cordobés, sumido en el caos de la fitn fi tn a entre diferentes facciones. Con ello, los saqáliba tienen que recurrir a diversas estrategias estrate gias para dotar d otar de legitimid le gitimidad ad al poder que detentab dete ntaban4 an48 81 y eso es lo que hizo Muyáhid482.
La última opción: la ausencia de imám
Se trata de la última solución que ofrecen las acuñaciones de los mulük dud a, la más radical de todas. Lo que se plasma plasm a es esa al-tawá’if y es, sin duda, ausencia de un califa reconocido por toda la comunidad. Realmente no hay una respuesta clara al motivo por el que algunas taifas dan este paso y resuelven la cuestión de este modo. Lo que sí se puede añadir es que es 477 BRUCE, T., "Le califat méditerranéen . ... p. p. 76. 478 EPALZA, M., "El origen político po lítico del estado esta do de Denia en el siglo XI: el califa Al-Muaiti y el el rey rey Muyáhid", Primer Congrès d'Estudis de la Marina Alta. Alicante, 1986, p. 160. 479 Muyáhid Muyáhid no sustituyó a su califa califa por otro, no trató trató de restaurar el califato califato "marítimo" "marítimo" pero eso no supuso que renunciara a intervenir en el Mediterráneo. Prosiguió con su corsarismo pero calificándolo como ÿih ÿ ih à d . Sin la legitimidad que le otorgaba su califa, el eslavo tenia que justificarse (BRUCE, T , "Piracy as Statecraft: The Mediterranean Policies Policies of o f the Fifth/EleventhCentury Taifa Taifa o f Denia", Denia", Al-M 242).. Al -Mas asaq aq,, 22 ,3,20 10 , p. 242) 480 WASSERSTEIN, D., D., The Caliphate in the West.... p. 128. 481 BRUCE, BRUC E, T , "La "La Place de la légitim ité dans la la construction const ruction d'un d 'un pouvoir pou voir taifal", taifal", SÉN SÉNAC, AC, P. P. (ed.j, Al-An Editions Al- Anda dalus lus . le Mag M aghre hreb b et e t la Médi Mé diter terra rané néee occid oc cid ental en tale; e; VIIP-X VII P-XIW IW sièc s iècle les. s. Toulouse, Editions Framespa, 2007, p. 261.
un caso bastante excepcional y que habla de la incertidumbre que se vivía en al-Andalus en estos tiempos y de la progresiva desaparición del califato como fuente de autoridad en detrimento de unos poderes (los taifas) que habí ha bían an ocup oc upad ado o su lug l ugar ar4 483. Parece que la primera taifa en acuñar moneda sin invocar el nombre de ningún imam será Toledo en una fecha tan temprana como el 434/10421043. Se trata de un modelo que la taifa de los Banü Dí-l-Nún (figura 18) consoli con solidar dará, á, ya que qu e lo va a mante m antener ner hasta h asta el final de su exist e xisten encia cia4 484. El paso dado por los toledanos era, sin duda, atrevido y muestra de ello es que hasta una década después no nos hallamos ante la siguiente emisión sin reconocimiento califal. Será la taifa de Lérida en el 443/1051-1052 la que lo haga, seguida seg uida de Almería Almer ía con al-Mu'ta al-M u'tasim sim (443-4 (44 3-484/ 84/105 1052-10 2-1091) 91)4 485. De nuevo habrá que esperar tiempo, catorce años, para encontrar otra más y será Valencia (457/1064-1065) tras ser conquistada por al-Ma’mün de Toledo. Lo mismo sucederá diez años después (467/1074-1075), cuando el mismo soberano se anexione Córdoba. Desde esta fecha, el hecho se vuelve más habitual y se extiende a otras taifas: 468/1075-1076 en Segura; desde el 474/108 474/ 1081-10 1-1082 82 en Zarag Z aragoza, oza, Málaga, Málag a, Granada Gran ada y Cuenca Cue nca 486; 475/108 475/ 1082-1 2-1083 083 en Denia Den ia y 484/10 484 /1091 91-10 -1092 92 en Tortos Tor tosa4 a48 87. Habría que reflexionar sobre este peculiar elemento que nos ofrece la numismática taifa. Sin duda es una muestra de los problemas que existían a la hora de enfrentarse a la cuestión del califato. Esto deja claro dos aspectos: en primer lugar que no hay consenso sobre quién debe ser el imám de la comunidad y, en segundo término, que se ha perdido definitivamente el marco del califato en la acuñación de monedas. Las soluciones hasta el momento mome nto habían ha bían sido tres: el califato ham múdí, el falso HiSám y el imám 'abd Allá Al láh. h. Aparte de esto, no había más posibilidades, ninguna dinastía podía presentarse como garante de la unidad de la comunidad y, mucho menos, presen pre sentar tar a un imám de impec im pecable able gen g enea ealog logía4 ía48 88. Por otra parte, de todas las cecas aludidas las que gozan de mayor estabilidad y muestran que el modelo estaba plenamente consolidado son Toledo, Zaragoza y Denia (esta última bajo dominio húdí desde el 483 La sociedad había aceptado de un modo bastante rápido la nueva situación y la estabilidad de la época taifa junto con la ausencia de mahdis en este período hace pensar que no apareció ningún ningún sentimiento de desamparo político (FIERRO, M.. "Doctrinas y movimientos de tipo mesiánico en Al-Andalus", de la Iglesia, J. I. (coord.), Milena rismosym ilenarístasen la Europa Europa medieval: medieval: IXSemana Estudios medievales. Nájera, Instituto de Estudios Riojanos, 1998, pp. 169-170). 484 Excepto en el 435, cuando contamos con acuñaciones a nombre del del falso HiSám que se han atribu atribuido ido a esa esa fecha fecha (PRIETO (PRIETO Y VIVE S, A., A., Los Reyes Reyes de Ta if a s n ú m e r o s 322-327, 322-327, p. 216 216 y p. 134). 134). 485
VIVES y ESCUDERO, A., Monedas de las .... p. 162-163.
486
Cuenca estaba bajo el mando de los los Banü Banü Dí-I-Nün Dí-I-Nün de Toledo.
487 ARIZA, A., "De la legitimidad ha m m üd f.... p. 121. 121. 488
RETAMERO, RETAMERO, F., 'L a formalización formalización del del po de r.... p. p. 426.
r
al-M a'm ün, el de la Doble Gloria (Qü l-Mavdayn)
Muhammad, el hüyib Saraf
al-Dawla, es el mensajero de Dios Figura 18. Anverso y reverso de Dirham de al-Ma'mün, 410 H, Toledo. Fuente: http://www . davidmus.dk/en/collections/islamic/dynasties/spain/coins/cl82?show=faq (5-7-2016).
468/ 46 8/107 10764 648 89) que llevarán llev arán este e ste modelo mode lo hasta h asta su final como co mo poderes pode res indep ind epend end ientes ien tes4 490. Como podemo pod emo s ver, ver, se trata de las taifas ta ifas que eran cabeza de las marcas en los tiemp os del emirato y el califato califato de los Omeyas. Tanto Toledo como Zaragoza eran ciudades "acostumbradas" a gozar de auton au ton om ía49 ía491. El caso de Toledo es famoso por su tradicio tra dicional nal carácter cará cter rebelde ante los emires omeyas. En Zaragoza y el valle del Ebro, por otra parte, se había venido consolidando un gobierno independiente en la práctica de su autoridad con los Banü Qasí y luego con los Tuyíbíes. Ambas zonas rebeldes no serían sometidas hasta las campañas de ‘Abd al-Rahmán III III al-N al- N ásir y no sin una po lítica de pactos pact os y un esfu erzo cons co nside iderab rab le49 le492. De este modo, no resulta extraño que, una vez libres de la sumisión a Córdoba,
489
VIGU ERA, M* J„ "Historia política ..., Los reinos de taifas .... p. 63.
490 También Tortosa mantuvo la la ausen cia de recon ocimien to califal hasta hasta su su desapar ición (Ibíd., p. 123). Tanto en este caso como en el de Denia la explicación de esas acuñaciones tan particulares tiene que ver con el el hecho de que estén gobernadas p or los Hüdíes, la misma dinastía que gobernaba en Zaragoza. 491 491 Sobre esto se pueden consu ltar MANZ ANO, E„ La frontera de Al-Andalus en época de los Omeyas, Omeyas, Madrid, CSIC, 1991; MANZANO, E„ Conquistadores, emires y califas. califas. Los omeyas y la form fo rm ac ió n de al-An al- Anda dalus lus,, Barcelona, Crítica, 2006. 492 FIERRO, FIERRO, M., Ab M., Ab da l-R ah m an III. The Fi rst Cordob Co rdobán án Caliph Cal iph,, Londres, Oneworld Publications, 2012, pp. 60-64.
estas taifas se consoliden y sean muy celosas de su independencia, no teniendo reparos en mostrarse rupturistas con la tradición califal incluso en su cultura material493. Pero vayamos a la pregunta que nos surge, ¿qué era lo que se estaba evidenciando con esta solución tan excesiva? Zaragoza nos da la respuesta. Sería la dinastía de los Tuyíbíes, auténticos señores de frontera, la primera en emitir em itir numerario de todas las taifas, taifas, asumiendo esa importante prerrogativa califal. Serían sus sucesores, los Banü Húd, los que junto a Toledo plasmarían con más abundancia en sus monedas esta ausencia de califa. De esta forma, quedó sancionado que el sultán podía existir sin necesidad de someterse de un modo explícito a la dirección califal494. Es decir, se podía ejercer el poder sin asociarlo con la autoridad califal. Desde luego no resultaba la solución más idónea para cumplir con las normas del imámato pero era una opción ante el vacío generado y, finalmente, se aceptó la descomposición y fragmentación de al-Andalus para permitir que se mantuviera el orden y los preceptos religiosos pudieran ser aplicados. Esto fue aceptado por los ulemas, también por los grandes teóricos orientales (al-Máwardí y al-Gazálí) ante el declive del califato ‘abbásí y la irrupción de nuevas dinastías que debían ser legitimadas en su toma del poder. Sin embargo, se podía ceder mucho y admitir la situación con una visión pragmática pero no se superó el marco del califato, la ju jutb tba a y la acuñación monetaria seguían siendo asuntos califales. La opción extrema que hemos visto en las taifas señaladas no generó una teorización contem con temporá poránea nea que sanciona sanci onara ra su legalidad legali dad4 495. Por otro lado, y a modo de conclusión, todo esto evidencia los problemas que hemos comentado pero también la escasa importancia que tenía entonces el marco institucional del califato en la sociedad islámica peninsular del siglo XI. Con esto nos referimos a que sabemos de varios acuñ aron sin sin hacer referencia a ningún imam pero mulük al-tawá'if que acuñaron que, pese al posible malestar de los ulemas, no fueron desalojados del poder por ello ni estallaron revueltas por ese motivo. Al final, volvemos a lo que ya hemos comentado en otros apartados: el poder se legitimaba por la aceptación de la sociedad sobre la que gobernaba. Para empezar, la población no mostró un rechazo de principio a los nuevos poderes que surgen tras la desintegración del régimen cordobés. Las élites sociales ( jás já s s a ) colaboraron con los nuevos soberanos e incluso se pusieron al frente de algunos territorios en algunos casos. El resto de la población, en líneas generales, acepta la situación y sólo se rebela en el marco de conflictos habituales entre gobernantes y gobernados. Sólo cuando el 493 ACIÉN, ACIÉN , M.. 'Del 'D el Estado califal. p. 510. 494 RETAMERO, F., F., "La formalización form alización del poder .... p. p. 427.
modelo almorávide por razones de seguridad, fiscalidad y justicia social les parece una mejor solución, cambian su fidelidad. Algo similar a lo que sucede con los ulemas y alfaquíes que, como vamos a ver, mantuvieron su posición posició n y privilegios privile gios sacand sa candoo provecho p rovecho del nuevo sistema siste ma4 496.
496 CLÉMENT, F., F., "La localización del pode r en la España musulm ana. Sus consec uencias para la Reconquista", Barrios, M. y Vincent, B„ Granada 1492-1992. Del Reino de Granada al fu tu ro d el M un do M ed iter it er rá ne o, Universidad de Granada, Diputación provincial de Granada, 1995, p. 19. 10 7
LA OPINION DE LOS ULEMAS: LOS TRATADOS DEL IMÀMATO
Los ulemas, el poder y los reyes de taifas El relevante papel desempeñado por los ulemas en las sociedades islámicas es ampliamente conocido. En este apartado nos proponemos revisar el espacio que tuvieron en las construcciones de poder y en las cuestiones de legitimidad que tantos problemas plantearon a los mulük al-tawá'if. Empecemos con algunas consideraciones filológicas. La palabra procede de la raíz 'ilm , "sabiduría”, referida concretamente al saber religioso. El ulema es el sabio, el que está especializado en el saber religioso islámico. Su conocimiento de las fuentes de la Revelación, el Corán y la Sunna, y su labor de intérprete de las mismas le coloca por encima del resto de creyentes. La figura de los ulemas lleva a aludir a la cuestión de la "rutinización del carisma", defin d efinido ido por Max Webe W eber4 r497. A la muerte mu erte del Profeta apar a parece ece el problema de la desaparición del líder carismàtico y la transformación de esa autoridad carismàtica en varios carismas imperson ales. El modelo sunní llevará a cabo la segmentación y la constitución de dos autoridades: el califa, guardián del cumplimiento y aplicación de la ley, y los ulemas, los sabios que la interpr inte rpreta etan4 n49 98. En el al-Anda al-An dalus lus del siglo XI la desapa des aparició rición n de d e la figura figu ra real del califa4 cal ifa49 99habría 9habr ía reforz r eforzado ado a los ulem u lemas, as, un sect s ector or ya de por sí con un papel p apel de primer prim er orden5 ord en50 00, como herederos hered eros de Muham Mu hammad mad y aquellos aquello s que qu e eran los the Prophet: Prophet: Charisma and Religious Religious Authority 497 Sobre esto véase TAKIM, TAKIM , L. N., The Heirs o f the in Shi’ite Islam, Albany. Islam, Albany. State University of New York. 2012, pp. 1-36. 498 49 8 Véase FIERRO, M., M., "La legitimid legiti midad ad del poder pode r en el Islam", Islam", Aw raq, ra q, 15, 1994, pp. 147-184; State, Princeton FELDMAN, N., The Fall and Rise o f the Islamic State, Princeton University Press, 2008, pp. 23-35. dinastía 'ámiríy la población se quedó sin imam (ABD imam (ABD ALLAH BULUGGlN, 499 Cuando concluyó la dinastía El siglo XI en en l 1 persona .... p. .... p. 98). 500
alianza entre el poder omeya y las
jurídico-rcligiosas jurídico-rcli giosas hablan sido uno de los
encarg enc argado adoss de preserva prese rvarr su heren her encia5 cia50 01. El El desarrollo desar rollo históric hist óricoo del mundo mund o islámico terminó conduciendo a la fragmentación y sería la desaparición de esa unidad política lo que determinó que el esfuerzo se desviara en preservar la unidad unida d ideo id eológi lógica, ca, algo a lgo que se logró logr ó gracias gra cias a los ulem ul emas5 as50 02. Las relaciones de los hombres de religión con los poderes del momento nos lleva de nuevo a tratar la cuestión de la autoridad. Los reyes de taifas eran ilegítimos desde diferentes puntos de vista pero con ellos se va a asentar un hecho que poco a poco iba e iría sucediendo en distintas partes del mundo islámico: los califas van a perder gradualmente el poder directo y serán los gobernantes locales los que lo acaben ejerciendo en su nombre. En todo caso se podía conquistar ese poder, pero resultaba necesario legitimar la posición que se tenía. Aquí es donde entran en juego los ulemas ulema s y es que los soberanos sunníes aprendieron que el apoyo de los ‘ulamá’ era era indispensable si querían evitar ser s er acusados acus ados de ilegitim ileg itimidad idad5 503y manteners mant enersee en el poder. poder. En conclusión, con clusión, eran los ulemas los que fijaban los límites pero necesitaban de un gobernante que preservara el orden y mantuviera alejados los peligros exteriores504. El nuevo sistema que se establece tras la desaparición del califato de Córdoba no busca modificar el estatus ni el privilegio de los guardianes de la Tradición (‘ulamá’ (‘ulamá’ y fuqahá'), que se adaptan a la situación, imponiéndose el principio de necesidad (durariyya ) que podemos observar en las palabras de al-Gazáli: Las concesiones que hacemos no son espontáneas, pero la necesidad hace legal lo que está prohibido. Sabemos que no es legal alimentarse de un anim al muerto. muerto. No obstante, es pe or morirse de hambre. A los que pret pr eten ende den n que qu e el calif ca lifat ato o está mu muer erto to para pa ra siem si em pre pr e y que qu e nada nad a podr po dría ía reempla reemplazarl zarlo, o, querríamos querríamos preguntarle preguntarless ¿qué es preferible?¿El ca os y el fi n de la vida vid a soci so cia a l porq po rqu u e no hay h ay au tori to rida da d const co nstitu ituida ida corre co rrecta ctame mente nte,, o el reconocimiento reconocimiento del pod er de hecho, hecho, sea el que fu er e P505 del Simposio Internacional (Granada, (Granada, 15-18 octubre octubre 1991), 1991), Madrid, Agencia Española de Cooperación
Internacional, 1994, 1994, p. 286). 286). En este sentido, es curiosa la idea Sff de que durante la ausencia del imam los ulemas heredaban su autoridad y se constituían colectivamente en su "representante general", al-ná'ib al-'ámm (VIK0R, K. S„ Between God an d the Sultán. Sultán. A History of o f Islamic Law. Londres, Hurst & Company, 2005, p. 132). Sobre esto véase también STEWART, D. J, Islamic Legal Orthodoxy: Twetver Shiite Responsos Responsos to the Sunni Legal Leg al System, University of Utah Press, 1998, 1998, pp. 211 y 215. 501 501 FIERRO, M., M., "Ulemas en las las ciudades andalusíes: religión, política política y prácticas sociales sociales", ", MARTÍNEZ, V. (ed.). Congreso Internacional Escenarios urbanos de al-Andalusy el Occidente musulmán (1 *. 20 10 Véle z-Mála z-M álaga ga), ), Málaga, Iniciativa Urbana 'De Toda la Villa', 2011, p. 135. 502 FIERRO, M., M., "Ulemas "Ulem as en las ciudades ciudade s andalus and alusíes..." íes..." pp. 140-141. 140-141. 503 La desaparición desaparición de los marwáníes había vaciado vaciado de contenido la legítima legítima aspiración aspiración al poder según varios juristas, y los mulúk eran eran sólo usurpadores de ese poder (S0RAV1A, B., “Les 'ulamá' andalous andalous au Ve siecle .... p. 287). 504 FIERRO, M., M., "Ulemas "Ulem as en las ciudades ciuda des andalus and alusíes..." íes..." pp. 141-142. 141-142. 505 RA M fRE Z,)., Z,)., "La Yáhiliyya y la legitimidad del poder en al-Andalus", Qurfuba, 6, 2001, pp. 110-111.
Esta necesidad de unos y otros es lo que explica que las relaciones entre los soberanos y los 'ulamá' se basaran más en la colaboración que en el rechazo y la confrontación. Aunque algunos ulemas reaccionaron en contra de la situación y acusaron a los mulük al-tawá’if de impiedad, como hizo Ibn Hazm506, en líneas generales a los ulemas y a los fu q a h á ' no pareció incomodarles incom odarles la situación de ilegitimidad en la que se hallaban los soberanos del siglo XI, y mientras, los gobernantes siempre podían distribuir cargos y magis m agistratu traturas ras entre en tre ellos ello s para no tenerlos tenerlo s en con c ontra5 tra50 07. Hay diferentes difer entes ejemplo ejem ploss de ese "buen trato" recibido recib ido por po r los los juristas jurist as5 508 pero existen dos casos que cuenta ‘Abd Alláh en sus Memorias y que, como señala M. Fierro509, hablan de la importancia de los ulemas en este juego de legitimidades. El primero se refiere a la recuperación de Málaga por Bádís ibn Habüs de las manos de los ‘Abbá ‘Abbádíes. díes. El emir zírí decidió perdonar p erdonar a los sectores religiosos de la ciudad ciud ad5 510porque 0porq ue sin la adhesión adhes ión de los ulemas ulema s la lealtad de la población poblac ión no estaba asegur ase gurada ada5 511. El otro episod epi sodio io habla hab la de los tiempos tiem pos algo al go cínicos cí nicos que se vivían cuando cu ando el alfaquí alfa quí Ibn a!-Qulay‘Tle a!-Qulay‘Tle sugería al emir em ir zírí 'A 'Abd Alláh Alláh que asociara a Ibn Sahl en el cadiazgo con él porque así: y a ve verá ráss qu é m arav ar avil illo losa sa m en ente te marc ma rcha han n las la s co sa sass de acue ac uerd rdo o con tus deseos, tanto en lo referente a los Almorávides como en tu propio reino. En efecto, si quieres sacar a cualquiera aunque no sea más que un dirhem contra la ley, las gentes lo tendrán por odioso, y, en cambio, si les sacas mil por vía legal, podrás hacerlo sin que nadie diga nada 512.
Como se puede apreciar, la autoridad de los ulemas era muy considerable. A lo largo del gobierno omeya en al-Andalus los ulemas se habían ido consolidando consolid ando y los los cadíes habían alcanzado alcan zado una posición muy destacada. Esto Esto queda reflejado en el hecho de que fueran cadíes los que se hicieran cargo del 506 CLÉMENT, CLÉMEN T, F., Pouvoir .... p. 100. Pouvoir et légitim ité .... 507 MANZANO, MANZANO , E., Épocas medievales .... p. 286. 508 El alfaqu í Ibn Ibn al-'Arab¡ ocupó altos cargos bajo el gob ierno de al-Mu'tam al-M u'tam id. Muyáhid convierte a Denia en un centro de estudios coránicos, atrae y protege a muchos ulemas como ai-Báyí. Algo parecido tiene lugar en Ceuta y al-Ma'mün de Toledo y al-Mu ‘tasim ‘tasim de Almería les ofrecen hospitalidad y patrocinio (CLÉMENT, F., Pouvoir et légitimité.... pp. 100-101). 509 FIERRO, M., "Ulemas en las ciudades ciud ades andalusíes...", pp. 152 y 157. 510 Concedió monturas y monturas y seña se ñaló ló excel ex celen ente tess emo lum lu m en tos to s a los a lfa lf a qu le sy lec l ector tor es alco al corá ráni nico co s de Málaga, (...). Es más, (...), tuvo po r buena política política no castiga ra ninguno d e ellos, ellos, porque todos eran igualmente culpables y nadie puede retener en su poder una ciud ad sin sin co ntar con con sus habitantes (ABD ALLÁH BULUGGÍN, El siglo siglo XI en 1 J persona persona .... p. 160).
511 FIERRO, M.. "Ulemas "Ulem as en las ciudades ciuda des andalusíes...", p. 152. 512 ABD ALLÁH BULUGGÍN, El siglo XI en I.» pe rso na .... p. 254.
gobierno gob ierno cuando el poder pod er central entraba en períodos pe ríodos de desin tegración tegra ción5 513. En el período de los mulük al-tawá'if esta situ ación tuvo lugar con relativa relativa al-tawá'if esta situación frecuencia. En Toledo (Ya'íá b. Muhammad b. Ya'íS b. Mundir al-Asadí), Sevilla (Muhammad b. Ismá'íl b. Abbád), Silves ('ísá b. Abí Bakr Muhammad b. Sa'íd b. Muzayn) y Valencia (lbn Yahháf) tenemos casos de cadíes que se hicieron hicie ron con c on el pode p oderr en el siglo XI 514. Como Com o vamos va mos vien v iendo do,, en tiem pos de incertidumbre y confusión, los cadíes emergieron como los representantes de los intereses de la población, algo que sucedería en al-Andalus también en los lo s sig s iglo loss XI X I y XII X II5 515. La ausencia de un califa unánimemente reconocido dio lugar a este tipo de soluciones en el gobierno de diferentes ciudades andalusíes. Entre ellas es interesante el ejemplo de Toledo, donde se otorgó el poder al cadí YaTá por su riqueza y su 'ilm. 'ilm. Ya'IS no adoptó, sin embargo, el título de ra7s y ra7s y se mantuvo como fa como fa q ih y qádi. Nombró qádi. Nombró a su hijo rals, lo rals, lo que resultaba contrario a la norma, y gobernó intentando "m oralizar" a la población. El pietismo y el el puritanismo puritan ismo terminaron termin aron por generar gen erar la animad versión de los toled anos5 ano s516. En los otros casos, excepto en Valencia (por el acoso cristiano), se afianza el gobier gob ierno no de d e los diferent difer entes es cad c adíes5 íes51 17. El El hecho hec ho de que los cadíes cadíe s alcanza alca nzaran ran el poder local cuando la autoridad central era decadente no fue algo inusual en la histo his toria ria del d el mun m undo do islám isl ám ico5 ico 518. En definitiva, los jueces que adquirieron una posición muy relevante en este período de crisis política eran miembros de linajes locales importantes por su fortuna o su 'ilm. 'ilm. También influyó su posición en la administración urbana al ejercer el cadiazgo y su indudable prestigio. Por otro lado, en parte era algo lógico ya que el cadí era la autoridad local de 513
FIERRO, FIERRO, M., M., "Ulemas "Ulemas en las ciudades ciudades a n d a lu s íe s .p p . 149-1 149-150. 50.
514 Un desarr ollo completo de la cuestión del cadí al frente del gobie rno se puede hallar en FIERRO, M., "The qádi as ..., pp. 71-116. 515 KENNEDY, H., H., "Muslim Spain and Portugal: al-Anda lus and its neighbours", LUSCOMBE , D. y RILEY -SMIT H,)., H,)., The New C ambridge M edieval History IV: c. 1024-c. 1198. Part I. Cambridge University Press, 2004, p. 603. 516 La población ejecutó al hijo de YaT YaTS S y le depusie ron en el 417 /102 6 tras catorce años en el poder, ofreciendo el gobierno a los Banú Dí-l-Nün tras algunos vaivenes (FIERRO, M., "The qádi as..., p. 76; FIERRO, M., "Ulemas en las ciudades andalusíes..." p. 152). 517 Muham mad b. Ismá'íl Ismá'íl b. ‘Abbá Abbá d era hijo del cadi Ismá'íl Ismá'íl b. ‘Abbád Abbád y poseían la tercera parte de las tierras de Sevilla. Muham mad b. Ismá'íl Ismá'íl se fue afian zando en el control de la ciudad gracias a su riqueza, su prestigio y su enfrentamiento contra los Hammúdíes no tanto por su formación intelectual. El caso de Silves es un poco distinto, el cadi ‘Isá b. Muzayn alcanzó el poder tras la rebelión contra el tirano Ahma d b. Yaráh Yaráh a causa del prestigio de su familia y afianzó a su dinastía en Silves hasta la conquista sevillan a, lbn Y ahhá f derrocó a al-Qá dir y tomó el control de Valencia con el apoyo de la población. Tanto en su caso como en el de Silves parece que cuan do son alzados al poder, abandonan el cadiazgo (FIERRO, M., "The qádi as ..., pp. 78-86). 518 A finales del siglo XI el gobi erno de Tiro qued ó en manos de la familia local local de cadfes the Party-Kings Party-Kings .... pp. 137-138). (WASSERSTEIN, D., The Rise and Fall o f the
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las ciudades islámicas y representaba al gobierno central como delegado del califa ca lifa5 519. De todos modos mo dos,, sólo en algun alg unas as urbes u rbes tuvo lugar lu gar esta toma del poder por los cadíes, en otras se mantuvieron fieles a la autoridad central o a los nuevos señores (comandantes, gobernadores, emires, visires, etc)520. En líneas generales, los ulemas y alfaquíes se centraron en preservar su statu quo y fueron empleados en distintas funciones políticas por las diferentes difer entes dinast din astías5 ías52 21, aceptand acep tandoo a los poderes po deres que q ue se habían ha bían formado form ado tras la desaparición de los Omeyas como un mal menor. Las relaciones entre los reyes de taifas y los ulemas alcanzan su punto de inflexión con la caída de Toledo (1085) y la victoria en la batalla de Sagrajas (1086) contra los cristianos. Esta victoria había sido fundamentalmente de los almorávides y con su llegada lle gada los l os ulemas ulem as vieron vier on sus su s posicion pos iciones es afian a fianzad zadas5 as52 22, emitiendo emitie ndo,, al-tawá’i f finalmente, dictámenes que legitimaran la deposición de los mulúk al-tawá’i por parte de los norteafricanos. Volveremos sobre estas cuestiones en el último apartado del trabajo.
Los tratados del imámato
En la primera mitad del siglo XI se empiezan a articular entramados teóricos sobre el califato en Oriente. Aunque antes se habían formulado algunas opiniones, es en estos momentos cuando el contexto que se vive demanda soluciones que ayuden a integrar la realidad (surgimiento de califatos rivales al de Bagdad y toma del poder en las provincias por parte de los gobernadores) con la teoría. El califato tiene una posición nuclear en la doctrina islámica, ya que es el califa el que debe aplicar las leyes divinas div inas y vigila vi gilarr su cum cu m plim iento por parte de la com unida un idad5 d52 23. De acuerdo con una tradición -atribuida al Profeta- arraigada desde la época omeya, om eya, la la existencia de un único califato era necesaria para acceder a la salvació salva ción5 n52 24. Todos los actos acto s religioso relig iososs y secu s eculares lares de los creyentes creyen tes 519 CALERO, CALER O, M* M* I., I., "Cadfes y alfaqufes: el m onopo lio málikí", málikí", El esplendor de los omeyas cordobeses. La civilización musulmana de Europa Occidental. Exposición en Madlnat al-Zahrá, 3 232. de mayo a 3 0 de septiembre de 2001, Granada, El Legado And alusí, 2001, p. 232.
520 FIERRO FIERRO,, M., M., T h e q á d i as ..., pp. 106-107. 521 WASSERSTEIN, WASSE RSTEIN, D„ The Rise Rise and Fall o fth e Party-Kings Party-Kings .... p. 150. 522 Habría que aludir aquí aquí a la la compartida filiación filiación malikí entre entre los ulemas y los almorávides y Venerac ración ión y polémica. Muhammad que explica en parte la sintonía sintonía entre am bos (ALBARR ÁN, J., Vene en la obra del Q ádi Tyád, La Ergástula, pp. 40 y 53). 523 FIERRO, M„ "Unidad religiosa, religiosa, prácticas y escuelas", escuelas", Historia de España de Ramón Menéndez (coord.),, VIII, Madrid. Madrid. Pidal, Pidal, L os reinos de taifas. taifas. Al-Andalus en el siglo XI, VIGUERA MOLfNS, M *). (coord.) Espasa Calpe, 1994, p. 399.
eran ilega ile gales les si no estaban estab an insertos inse rtos en ese m arco5 arco 52S. A los pensad pe nsadore oress se les planteaba la siguiente cuestión: ¿Cómo podía ser reformada la institución califal para ser capaz de soportar las responsabilidades que la com unidad dem andaba anda ba de ella? e lla?5 526 Lo que se va a hacer hace r es desarro llar diferentes soluciones que ayuden a conciliar la realidad política con el ideal de la comunidad unida. La cuestión del califato y de quién debía ser su depositario también generó un amplio e intenso debate en el al-Andalus del siglo XI, y muestra de ello son los planteamientos de diferentes juristas andalusíes. El málikí al-Báyl, en su Wasiya li-waladay-hi (Testamento a sus do s hijos) les dice (a sus hijos) que hay que obedecer a los gobernantes, aunque sean injustos y opresores, para evitar la fitn fi tn a y los conflictos. Si éstos no consiguen evitarse evita rse se debe aba a band ndon onar ar el lugar antes ante s que levantar leva ntar una revu r evuelta5 elta52 2758 .2El tradicionista tradicio nista Ibn ‘Abd ‘Abd al-Barr dedica d edica un capítulo a la autoridad y la política política al-mayális wa-uns al-muyáli al-muyáliss b i-m áy ay rí f i l-mudákarát min min en su Bahyat al-mayális gu g u r a r a l-a b yá t w a -na -n a w á d ir a l-h ikáy ik áyá á t (Regocijo de las sesiones literarias y e n tret tr eten en im ien ie n to d e l co nt nter ertu tulio lio con los lo s m ejo ej o res re s p o e m a s y m ás curi cu rio o sa sass anécd an écdota otass que qu e circula n p o r las tertu t ertu lias)5 lias) 529. En él expone el extraño
planteamiento de que el gobierno quede en manos de un infiel pero no de un tirano, alguien que gobierna de manera injusta. El jurista rechaza, evidentemente, la opción ya que sólo tiene la intención de recalcar la importancia impo rtancia de la justicia jus ticia5 529 pero refleja el ambiente amb iente de desconcie desc oncierto rto que se vivía. Un caso muy peculiar es el de Abü ‘Umar al-Talamankí. Este ulema fue acusado de herejía y de mantener posturas próximas a las de los primeros járiyíes, salvándo salvá ndose se gracias al apoyo del cadí de Zaragoza, Ibn Furtün. M. Fierro propone que en el proceso contra al-Talamankí también intervino su posible planteamiento al tema de califato. Cuando tiene lugar todo esto (425/1034), los Tuyíbíes de Zaragoza siguen reconociendo al depuesto Hisám III, refugiado en Lérida. Los zaragozanos pidieron el parecer de al-Talamankí, quizá sobre la cuestión califal, y posiblemente éste no se mostró partidario de la dinastía omeya (teniendo en cuenta que entre sus acusadores había clientes omeyas, no es aventurada la 525 Un arcaísmo dada dada la débil posición posición de los los califas califas 'abbásies 'abbásies y ante los cambios estructurales que tienen lug ar en el el mundo m undo m usulmán entre los siglos VIII y XIII. 526 KENNEDY, H„ The C a l i p h a t e p. 217. 527 FIERRO, M„ 'Unid 'U nid ad religiosa
p. 399; FIERRO. M.. "AI-BáJ "AI-BáJ-i -i.. Abü l-Walíd” l-Walíd ”, Biblioteca de al|. y PUE RTA,) RTA ,).. M. (eds.), vol. 1, Almería, Fundación Anda An dalus lus . De al-'A al- 'Abb bbad adyy yya a a Ibn A byad by ad , LIROLA, |.y Ibn Tufayl Tufayl de Estudios Árabes, 2004, p. 242. 242. 528 Pl NILLA, R., R., 'U na obra andalusí de adab: la l a Bahyat al-mayális de Ibn 'Abd 'Abd al-Ba rr (s. XI XI |C )’, Sharq Al-Andalus, 6,1989, p. 94; FIERRO, M., "Ibn 'Abd al-Barr, Abü 'Umar", Biblioteca de al-Andalus. De al-'Abbadyya a Ibn Abyad, LIROLA, |. y PUERTA. J. M. (eds.), vol. 1, Almería, Fundación Ibn Tufayl de Estudios Árabes, 2004, p. 577.
hipótesis). La propuesta del jurista quizá señaló que el imám debe ser el mejor musulmán de la comunidad, sin tener en cuenta la genealogía, lo que explicaría la acusación de jári£ísmoS30. En este ambiente intelectual de respuesta a la cuestión del imámato se sitúa la obra de Ibn Haz H azm m S31, que es la que analiz an alizare aremo moss con algo alg o más de detalle. Este andalusí, natural de Córdoba, representa la tesis más conservadora y tradicional sobre este tema. En su Fisal, magna obra en la que el polígrafo compara los principios islámicos con los de otras religiones en el formato de polémica que tanto le agradaba, analiza el imámatoS32, en concreto le dedica el tratado cuarto que, a su vez, divide en cinco capítulos. El primero empieza con un discurso sobre el imámato y sobre la excelencia de los compañeros del Profeta. Interesa destacar la necesidad del imámatoS imám atoS3 33 que postula el autor: (...) afirmar la necesidad de una jefa je fatu turr a supr su prem ema a o imámato, a cuya obediencia se someta la (...) comunidad islámica islámica y a cuya justa g estión se le encom iende el ha cer cumplir las leyes divinas y el gobiern o político según las norm as canónicas promulgadas por el Enviado de Dios53*. También afirma, con firmeza, que sólo puede haber
un imám 53S en contra de la postura del oriental orien tal al-Bagd al-B agdád!, ád!, que contem con templa pla la posibilidad de que convivan dos a la vez, siempre que sus territorios estén separados por un mar536. Tras esto aparece un aspecto clave de la teoría del califato, el linaje: 530 FIERRO, M., "El proceso contra Abü ‘timar al-Talaman al-Talamankí", kí", Sharq Al-Andalus, 9,199 2, p. 125; 125; FIERRO, M., “Unidad religiosa ....... p. 444. Aunque es posible que fuera un caso más próximo al sufismo que al jári^ísmo (FIERRO, M., "The q á d i as .... p. 105, n. 128). 531 Para la teoría de Ibn Hazm sobre el el califato se debe cons ultar TURKI, TU RKI, A., "L’engage "L’engage ment politique et la théorie du califat d'lbn Hazm (384/994-456/1064)", Bulletin d'études orientales, 221-251. Mélanges offerts a Henri Laoust, volume second. 30,19 78, pp. 221-251. 532 Sobre el pensam iento islámico acerca de la cuestión del califato califato se pueden consultar Present. Routledge, BLACK, A.. The History o f Islamic Political Thought: from the Prophet to the Present. 2001; CRON C RONE, E, P., P., God's rule. Government and Islam, New York, Columbia University Press. 2004; CRONE, P., Medieval Islamic political thought, Edinburgh University Press, 2005. 533 No es es llaa opinión de al-Báqillání al-Báq illání pero sí la de al-Bagdád! al-Bagd ád! (LAMBTON (LAM BTON,, A. K. S.. State and Governm ent in Medieval Islam. An Introduction to the Study o f Islamic Political Thought: the Ju rist ri st s, Oxford, Oxford University Press, 1981, p. 77), la de al-Máwardí (AL-MÁWARDl, Al-Ah Al- Ahká kám m al-Sul(ániyya w’al-Wiláyát al-DIniyya, trad. YATE, A., The Laws of Islamic Governance. Londres, Ta-Ha Publishers, 1996, p. 10) y la de al-Gazáli (LAOUST, H., La Politique de Gazali, Paris, Paul
Geuthner, 1970, pp. 234-235). 534 Traducción del Fisal por por ASf N, N, M „ Aben Ab enhá háza zam m de Córdob Cór doba a y su Histor His toria ia critic cri tica a de las ideas ide as religiosas, vol. 5, Madrid, Ediciones Turner, 1984, p. 7. 535 Ibíd., p. 9. En En esa línea línea se sitúa sitúa el jurista ai-Bá qilláni, (LAM BTO N, A. K. K. S., S., State and Government.... p. 75) y al-Máwardí (AL-MÁWARDl, The The Laws o f.. ., p. 16). La situación andalusí que llegó a generar cuatro califas al mismo tiempo, tres hammúdíes y el falso Hiiám, resultaba Califato .... pp. 203-204). escandalosa para Ibn Hazm (IBN ‘IDÁRÍ AL-MARRÁKUSI, La caída del Califato 536 LAMBTON, LAMBT ON, A. K. S..State and Government .... .... pp. 78-79. Se trata de un hábil m odo de aceptar, de alguna manera, al califato sunni de Córdoba, al otro lado del Mediterráneo, e invalidar al 11 5
(...) el imámato pe rten rt enec ecee p o r ne nece cesid sidad ad a los desc de scen endi dien ente tess de Fihr Fi hr ben Málic exclusivamente, y para ello nos fun dam os en la palabra del Enviado de Dios, que textualmente dijo que los imames o jefe s serían de la tribu de Coraixy que a esta tribu pertenece el imámato537. imámato537.
Ibn Hazm deja muy claro que el califa debe ser, obligatoriamente, un qurayáí para ser legítimo. En concreto un descendiente de Fihr Qurays, necesariamente, por vía paterna ya que si sólo su madre es quraysí no sería lícito538. Con esta postura, la de un descendiente de QurayS, están de acuerdo al-B al -Baq aqül ülán ánl5 l53 39, al-B al -Bag agdá dádí dí5 540, al-M al -Máw áwar ardí dí5 541 y ala l-Ga Gazá zálílí5 542. Por Po r si que q ueda dara ra alg algún ún tipo de duda sobre las titulaciones, nuestro autor señala que tanto el la imám al-mu'minin y la de califa le corresponden sólo al musulmán de como la de amir al-mu'minin la tribu de Coraix, Coraix, encargado encargad o del gobiern gob ierno o de los negocios ne gocios de todos los fie les le s543. Sobre la excelencia del imám, abordada en el segundo capítulo, Ibn Hazm considera que el imámato no deja de ser legítimo por no ser ocupado por el más excele ex celente nte de los hom bres5 br es54 44, como sosti s ostien enen en los sl'íes. La mayoría de juristas están de acuerdo con esto54 esto545 aunque aunqu e al-Báqillání al-Báq illání tiene una postura postu ra algo peculi pec uliar ar5 546. Para que el califa sea legítimo legít imo debe d ebe cum c umpli plirr ocho condiciones: ser qurayáí, mayor de edad, tener pleno uso de razón, ser varón y musulmán, m usulmán, estar e star al al frente del gobierno, conocer las obligaciones religiosas y cumplir con los preceptos morales y de la religión. Si no se cumple con estos est os requisit req uisitos os el califato califa to es inválido, inv álido, ilegí il egítim timoo e ilícito5 ilícito 547. Resum Res umiend iendo, o, el la s costu co stum m bres br es del imám debe cumplir estrictamente las leyes del Alcorán Alcorán y las Enviado de Dios, pues en este compendio se suman todas las virtudes virtudes548. califato fátimí de Egipto, contiguo al califato 'abbásí. En definitiva, una concesión del sunnismo a la realidad (CLÉMENT, F., Pouvoir et légitimité .... .... p. 40). 537 ASÍN, M., Ab enhá en háza zam m de Córdo Có rdoba ba .... pp. 10-11. 538 Ibid., Ibid ., p. 10. 539 LAMBT ON, A. K. S., State and Government.... p. 76. 540 Ibid., p. 79. 541 AL-MÁWARDÍ, The The Laws Laws o f .... .... p. 12. 542 KENNEDY, H., The Caliphate .... p. 229. 543 ASÍN, M„ Ab enhá en háza zam m d e C órdo ór doba ba .., pp. 11-12. 544 Ibid., p. 22. 545 Son los casos de de al-Bagdâ dî (CLÉMENT, (CLÉMENT, F, Pouvoir et légitimité .... p. 41) y al-Màwardi (AL-MÀWARDl, Th Thee Laws Laws o f .... .... p. 15). 546 La comunidad debía seleccion ar al más excelente como imam pero pero si si no había acuerdo y la guerra civil civil era una realidad se podía optar por el menos excelente. Su imá mato seguía siendo legítimo aunque posteriormente se descubriera a un imam más excelente (LAMBTON, A. K. S., State State and Governm ent.... ent.... p. 74). 547 ASÍN, M., Aben Ab enhá háza zam m de Córdo Có rdoba ba .... ... . pp. 24-25. 548 Ibíd., p. 26. 11 6
Si comparamos estas condiciones con las que proponen otros tratadistas encontramos que no son demasiado diferentes. Al-Báqillání opina que además de quraySí, debe tener coraje en la guerra y saber gestionar al ejército, la determinación en el ámbito administrativo, saber jurídico-religioso y sangre fría54 fría549. Al-Ba Al- Bagd gdád ádíí expone expo ne las mismas mis mas cualid cu alidade adess pero susti s ustituyen tuyendo do la sangre fría por la piedad550. Al-Máwardí habla de siete exigencias, cuatro morales e intelectuales (honradez, saber, buen juicio y valentía), dos físicas (integridad sensorial y correcto funcionamient funcio namientoo de los miembros del cuerpo) y la pertenencia al linaje quraySí551. Para al-GazálT el imám debe reunir una serie de cualidades además de ser quraysí: nayda552, kifaya (competencia para gobernar), wara (piedad) e 'ilm (conocimiento religioso)553. Resulta llamativo, por otro lado, que Ibn Hazm considere que los defectos físicos, al contrario que al-Báqillánl554y al-Máwardí, no son un problema a la hora de acceder al califato555. Llegamos así a los capítulos tercero y cuarto en los que se tratan los procedimientos para designar al califa y la corrección del califa injusto por los fieles. Respecto a lo primero, el califa puede ser designado por el califa anterior, por uno o varios hombres de la confianza del califa difunto o que se adelante adela nte cualqu cu alquiera iera digno dign o del cargo car go a ocupar ocu parlo5 lo55 56. Los diferentes diferen tes jurista jur istass coinciden en la designación por parte del imám anterior pero discrepan en lo demás5 dem ás55 57. Por otra parte, nuestro nue stro autor a utor opina op ina que q ue cualq cu alquie uierr injusticia, injus ticia, incluso la más mínima, tiene que ser llevada ante el imám para ser reparada pero si el califa no reacciona, debe ser depuesto y reemplazado por otro que cumpla con la ley558. Según al-Báqillání el imámato podía perderse si desaparecía la probidad a causa de la herejía o la injusticia. También en 549 CLÉMENT CLÉM ENT,, F„ Pouvoir et légitimité .... .... p. 38. 550 Ibfd., p. 41. 551 551 GAR CIA, A., "Legalidad "Legalidad islámica y legitimidad legitimidad política en en el califato de Córdoba: la proclamación de HiSám II (360-366/971-976)“, Al-Q Al -Qan anta tara ra,, 29,2008, p. 67. 552 Es difícil de definir, definir, se resume resum e en que el califa debe ser capaz capa z de cumplir cump lir con sus funciones (HILLEBRAND, C .,“lslamic .,“ lslamic Orthodoxy o r Realpolitik? Realpolitik? AI-Ghazáli's AI-Ghazáli's Views on Government” Gove rnment”,, Jour Jo urna na l ofPersian Studies. 26,1988. p. 83; KENNEDY, H., The Caliphate .... pp. 229-230). 553 HILLEBRAND, C., "Islamic Orthodoxy Orthodo xy .... .... pp. 84-85. 554 CLÉMENT CLÉM ENT,, F., F., Pouvoir .... p. 39. Pouvoir et légitim ité .... 555 ASÍN, M.. Abenh Abe nház ázam am de Córdo Có rdoba ba .... p. 26. 556 lbíd .,pp. 31-33. 31-33. 557 557 Al-Báq illání illání opina que la la elección elección debe ser efectuada por alguien cualificado cualificado (LAMBTON, (LAMBTO N, A. K. S., State .... p. 74), al-Bagdádi so stiene que debe ser nombrado State and Governm ent .... por la comunidad, a través del iytihód, por los que están cualificados (CLÉMENT, F., Pouvoir et .... p. 40), al-Máwardí considera que el califa debe ser elegido por un grupo reducido légitimité .... como los califas ráSidún (AL-MÁWARDl, Th Thee Laws Laws o f .... p. 13) y para al-Gazálí lo importante es el establecimiento de una base de poder militar (Sawka ) para el imám y que reciba la bay'a
caso de enfer e nfermed medades ades mentales men tales y físicas fís icas5 559. Al-Máward¡ Al-Máw ard¡ tiene tien e una opinión similar y considera que el califa puede perder su condición si no mantiene la decen dec encia cia (se vuelve inmor i nmoral) al) o por defici def icien encia ciass física físi cas5 s56 60. El último capítulo está relacionado con el anterior y en él se plantea si es lícito efectuar, bajo un imam "malvado", la oración ritual, la guerra santa y la peregrinación, la entrega del impuesto religioso y el cumplimiento de sus leyes. Para Ibn Hazm, en líneas generales, se debe cumplir con todos estos aspectos a pesar de que el imám sea inmoral porque esto es algo secundario siempre que el califa sea legítimo, su autoridad no esté en entre en tredic dicho ho y sus leyes sean sea n acord ac ordes es con el Corán C orán y la tradic tra dición ión5 561. Según da a entender nuestro autor, cuestiones como la oración o la guerra santa están por encima de la actitud que tenga el imám. Se ve aquí su punto de vista conservador, pues es preferible que se mantenga el orden que caer en lo contrario y hacer imposible la aplicación de la ley. La rebelión contra el imám tiene que ser a causa de una desviación extrema y notoria de la Sarí'a y si el califa no es moralmente corrupto, la rebelión es ilegal y cae en la apostasía562. Dejando ya a Ibn Hazm, que añoraba los tiempos del califato y era un partidario partida rio de los Omeyas5 Omey as56 63 tanto como com o Ibn Hayyán, Hayyán , pasemos pasem os a hablar de las opiniones de otro jurista de finales del siglo XI. Se trata del tunecino Abú Bakr Ibn al-Hasan al-Murádí (m. 489/1095-1096), quien parece que estuvo en al-Andalus en dos ocasiones y quizá al no hallar el el m mecenazgo ecenazgo que buscaba se unió a los almorávides en el Magreb. Al-Murádí entró al servicio del hijo del emir Yahyá b. ‘Umar y recibió el cargo de cadí y predicador de las tropas. Se convierte en cadí de Agmát con el siguiente emir, Abú Bakr b. ‘Umar y marchará con éste al Sáhara cuando los almorávides se dividan en dos ramas ram as (463 ( 463-46 -465/1 5/107 071-1 1-107 072) 2) 56 564. La La obra que nos no s interesa intere sa de este autor es su Kitáb al-lsára fi tadbir al-imára (Libro de la señal, acerca de cómo conducir el gobierno), una especie de manual sobre política de treinta capítulos para que, según su autor, el lector adquiriera su contenido en un 559 LAMBTON, LAMBTO N, A. K. S„ State State and Govern men t.... t.... p. 74. 560 AL-MÁWARDl, Th Thee Laws Laws of .... pp. 29-31. en há zam za m de Córdo Có rdo ba .. .. pp. 43-48. 561 ASÍN, M., Ab enhá Reaching a new un derstanding derstanding o f the An dalusi 'ulama'o f the the Ta Taif ifa a kings 562 MALCZYCKI, MALC ZYCKI, W. M., Reaching the University o f Utah Utah in partial fulfillment era (1013-1086), A thesis submitted to the faculty of the o f the requirements, 2001, pp. 105-106. 105-106.
563 PUERTA, |.|. M., "Abu "Abu Muhamm ad ‘All All Ibn Hazm: A Biographical Sketch", Sketch", ADANG, AD ANG, C., FIERRO, Life and Works Works o f a Con troversial Thinker, M. y SCHMIDTK SCH MIDTK E, S. (eds.), Ibn Hazm o f Cordoba. The Life Leiden-Boston, Brill, 2013; 2013; Handbook of Oriental Studies, Section 1; The Near and Middle East, voi. 103, pp. 20 y 38. al-Andalus. D e Ibn al-Dabbág 564 FIERRO, M„ "Ibn al-Hasan al-Ha san al-Muràd al-M uràdì,ì, Abu Bakr" Bakr",, Biblioteca de al-Andalus. a Ibn Kurz, LIROLA, |. y PUERTA, |. M. (eds.), voi. 3, Almería, Fundación Ibn Tufayl de Estudios Árabes, 2004, pp. 300-301.
mes56556 . Parece que estaba destinado a la formación de un joven de cara a su acción de gobierno, aunque al-Murádl no hace referencia a ningún soberano del pasado, y se centra en la cuestión del gobernante ideal, el que es sabio para preservar su religión, a sí mismo, su honor y su salud. Define a los tres tipos de soberanos: el confuso y perdido, el opresor pero buen admini strador y el justo y fidedigno que, lógicamente, era su preferido. El jurista trató de identificar así al soberano que se guía por la sabiduría y la sunnaSbb. Con todo lo dicho, queda claro que el califato siguió siendo objeto de discusión en el siglo siglo XI en al-Andalus al-Anda lus al igual que lo estaba siendo en Oriente. Como hemos comentado en este apartado los ulemas debatieron sobre la necesidad neces idad del califato, califat o, sobre las cualidade cuali dadess y debere deb eres5 s56 67 del imám, im ám, sobre su linaje, etc. Aunque hablamos de opiniones diferentes, en líneas generales los planteamientos eran bastante próximos y venían a responder al problema de los siglos X y XI: cómo hacer que la teoría se adaptara a la práctica. Antes de ese momento, los tratados teóricos sobre el califato eran escasos, cortos, y casi accidentales. El califato es necesario en la base de la ley divina y su mandato man dato proviene p roviene de Dios; es su prerrogativa prerroga tiva delega de legarr su poder5 pode r56 68 y dar legitimidad a otros miembros de su gobierno (el visir, el cadí, etc.)569. De este modo, se llegó a la formulación clásica sunní de la doctrina del califato: ser quraySí, quraySí, varón, mayor de edad, y poseer varias condiciones condic iones físicas y morales, cuyo papel es velar por que la ley se aplique y se cumpla, reservando su interpretación a los ulemas. El último paso fue adoptar como válida la toma del poder por la fuerza siempre que se respetara la Sarí'a y la obediencia al califa fuera proclamada570.
565 KASSIS, H., "A "A fifth/eieventh century Maghrebi treatise on the cond uct of the ideal ruler”, ruler”, The Magreb Review, 17,1992, p. 89. 566 Ibfd., p. 92. 567 Defender Defend er la religión, religión, ejecutar las sentencias y mediar med iar en en las disputas, proteg er el territorio, aplicar las penas legales, defender las fronteras, emprender el fi h á d , cobrar la limosna legal, reclutar al al personal de la administración y nom brar consejeros, determinar equilibrad amente los salarios y pagar a tiempo, asegu rar el empleo de la gente de confianza y los consejeros capaces y ev itar delegar excesivamente excesivamente su autoridad (AL-MÁWARDl, Th Thee Laws o f... . p.*28). 568 El califa es, en definitiva, el origen de toda legitimid ad. Las funciones públicas púb licas son son válidas sólo si surgen del dese o del califa, cuya existencia es la la base mism a de la continuidad de la SarTa. Si no hubiera un califato, todas las instituciones religiosas serían suspendidas y la propia ley estaría amenazada por la extinción extinción (HILLEB RAND, C , "Islamic Orthodoxy .... pp. 82-83). 569 BOWERING, G., The Princeton Princeton Encyclopedia . ... p. 85. 570 FIERRO, M„ "La legitimidad d e l.... l. ... pp. 150-151 150-151 y 157. 157.
LA IMPORTANCIA DE LOS TÍTULOS
En este apartado tenemos la intención de abordar las titulaciones que emplearon los soberanos de las distintas taifas. Se pueden clasificar en dos grupos, funcionales y honoríficas. El estudio de los títulos nos permitirá apreciar las conexiones, relaciones y referencias al califato que siguen manteniendo los gobernantes de al-Andalus a lo largo del siglo XI.
Titulaciones funcionales
Consideramos que lo más adecuado a la hora de tratar los títulos de los diferentes soberanos es empezar em pezar por los de de su función, el papel institucional que ellos se atribuían en el marco del califato. Empleamos el término de "títulos de función" que usa F. Clément para referirse a estas denominaciones de carácte car ácterr político polít ico adm ad m inistr ini strativ ativo5 o57 71. Como hemos indicado en la introducción del trabajo, el "rey taifa" no es un soberano de derecho sino de hecho, manteniendo la referencia, al menos teórica, a la autoridad autorida d legítima l egítima,, que no puede ser otra que la del califa califa o imam. Este hecho hech o era lo que les permit per mitía ía const co nstrui ruirse rse una fachada fach ada de legitim legi timida idad5 d57 72. Realmente, Realm ente, lo que hacían no era algo tan extraño pues pu es Almanzo Alma nzorr y su dinastía ya habían dirigido los asuntos del califato pero siempre en nombre de Hi§ám II, que reina rei naba ba pero per o no gob g ober erna naba ba5 573. Ningún soberano tomó el título califal de amtr al-mu’minín y sólo la dinastía hammüdí mantendrá la denominación de califas hasta el final de su presen pre sencia cia en al-An a l-Andal dalus us (105 (1 056)5 6)57 74. Los títulos título s que se dieron d ieron los 571 CLÉMENT, CLÉME NT, F„ Pouvoiret légitimité .... .... p. 224. 572 VIGUER VIG UERA, A, M* J., "Historia política”..., Los reinos de taifas.... p. 138. 573 CLÉMENT, F„ "L'app "L'a pport ort..., ..., p. 73. 73. 574 WASSERSTE WASSE RSTEIN, IN, D., The Rise and Faii o f the Party-Kings .... p. 123. De todos modos existen
diferentes régulos de las taifas para expresar su poder fueron de un tipo más mundan mu ndano” o” 5, sin reflejo de de connotación connota ción religiosa (algo que sí queda laqab/s ): m alik, sáhib, ra'is, ra'is, amir, wazir, háyib, etc. expresado en los laqab/s): Empecemos por uno de los más empleados, sobre todo al principio del período55765 5 7765 ,7el de háyib577 ("cham ("ch ambelá belán"). n"). Un título que q ue evocaba evoca ba a Almanzor, el personaje más poderoso que usó esta titulación en la Península, y que trasluc tra sluciría iría una u na legiti l egitimid midad ad con base b ase en el marco m arco ome o meya5 ya57 78. Al fin y al cabo, cabo , el título y la función habían surgido en el período omeya pero tomaría un rango inferior al del visir con los Abbásíes. Sin embargo, en al-Andalus, sucedió justo lo contrario y de hecho se elegía al háyib entre los visires con el papel de reem re empla plazar zar al califa en el ejercicio ejercic io del poder po der cuand cu andoo fuera nece ne cesar sario5 io57 79. Recordemos que la palabra se refiere "al que tapa o vela", el que autoriza a que se aproximen al príncipe de los creyentes. Fue el propio Almanzor el que había colocado a Hisám II en una posición más simbólica que real y el que se había hab ía transfe tra nsferido rido la legitim legi timida idad d política po lítica del m ismísim ism ísimoo califa5 ca lifa58 80. Así As í pues, los mulük al-tawá'if no hacen otra cosa que seguir un camino que ya había sido despejado. El título de amir contaba con una larga tradición para designar a los soberanos de hecho. La palabra se refiere, literalmente, al que está investido de a m r ("poder, autoridad"), procede de una raíz que significa "discurso” u "orden" y el emir es el que ordena581. A lo largo de la historia del mundo 575 VIGUER A, M* M* J„ "Historia política ..., ..., Los reinos de taifas .... p. 138. Varios de los títulos emplea dos por los taifas cuentan con una tradición en en la historia preislámica: MEOUAK. M., "Las instituciones políticas del islam temprano. Notas sobre siyáda, sultán y dawla", AM . 8-9, 20002001, pp. 37-48. 576 El título aparece durante todo el el siglo siglo XI. El El mom ento de máxima utilización tiene lugar lugar entre los años 1040-1070 (CLÉMENT, F., F., ‘ L'ap port.... po rt.... p. 73). Se aplica al soberano pero también puede ser conced ido a sus hijos y, y, especialmente, al heredero como es el caso de Buluggin, hijo hijo de Bádis de Granada o ‘Abbád Siráy al-Dawla, hijo de al-Mu'tamid de Sevilla (VIGUERA, M* )., "Historia "Historia política.... Los reinos de taifas .... p. 140; PRIETO Y VIVES, A., Los reyes de taifas .... P- 234). 577 Hemos podido rastrear algunos casos en los los que los los gobernantes adoptan el título de háyib teniendo en cuenta la numismática, la Crónica Anónima, el Bayán de Ibn Tdári y las Memorias de ‘Abd Allah: Manàd b. Muhammad b. Nüh al-Dammarí de Morón, Abü 'Abd Allah Muhammad b. ‘Abd Allah b. Birzäl de Carmona, Abü Nür Hilâl b. Abi Qurra b. Dünâs al-lfranî de Ronda, ‘Isà b. Abi Bakr b. Muzayn de Silves, Bádis b. Habbús de Granada, los ‘Abbádíes de Sevilla (en este caso investidos por el falso HiSám II con el cargo), Abü Yahyá Mu'izz al-Dawla de Almería, Ahmad b. Muhammad de Alpuente, Sábúry los dos últimos aftasíes de Badajoz, Abü Muhammad Hudayl b. 'Abd al-Malik b. jalaf b. Lubb b. Razin de Albarracín, Abü al-Hasan Hasan b. IsmáTI b. Di-I-Nún de Toledo, los los tuÿibies de Zaragoza y algunos hüdíes de la Marca Super ior en su conjunto. Rise and Fall of th e P arty-Kings .... p. 123; 578 WASSERSTEIN WASSE RSTEIN,, D., The Rise
579 MAfLLO, MAfLL O, F., F., Diccionario de historia árabe .... p. 104. 580 CLÉMENT, F., "L'ap "L 'ap port..., po rt..., p. 73 581 LEWIS, LEW IS, B., El lenguaje político del Islam. Taurus, Madrid, 1990 [1988], p. 90; MAILLO, F., Diccionario de historia árabe .... p. 76.
musulmán, una gran variedad de gobernantes emplearon este título. Las atribuciones de este cargo eran muy considerables pues disponía de poderes administrativos, religiosos (dirección de la oración), financieros (acuñación de moneda), judiciales y militares. Se podría decir que, a escala provincial, el emir em ir gozaba gozab a del papel y la autorida auto ridad d del califa5 ca lifa58 82y, recordemos recorde mos que éste fue el título que tomaron los Omeyas en al-Andalus. En el siglo XI, lo encontramos en al-Andalus al-Anda lus con relativa frecuencia5 frecuenc ia58 83 para referirse al gobernante: gober nante: Los Lo s clientes amiríes, cuando se apartó de ellos Muyáhid, confiaron su caso a un gru g ru po de su s jeq ue ues, s, que qu e acons aco nseja ejaro ron n reco re cono noce cerr a un emir, (...)584. Así pues, las crónicas hablan de imárat B ani I-Aftas I-Aftas ("emirato de los Aftasíes"), imárat ("emirato de los Yahwaríes") e imárat Bani Yahwar ("emirato imárat BaniSum ádih ("emirato
de los Sumádih Sum ádih”) ”)5 585o bien se concreta concre ta en persona pers onajes jes con tal titulación titula ción,, como el emir al-Ma’mün Yahyá b. Dí-l-Nün586. Existe otra titulación que se encuentra en las fuentes: sultán. Durante las primeras centurias de la historia islámica, el término significa "poder", en abstracto, y especialmente "poder gubernamental”. Sin embargo, con el tiempo, el concepto terminará personalizándose y es frecuente encontrar dicha palabra para referirse a los califas cordobeses en el Muqtabis de Ibn Hayyán, Hayyán , aunque aunq ue se siguió sigu ió mant m anteni eniend endoo en el sentido sent ido abst a bstract racto5 o58 87. Parece que cuando el término avanza, de manera muy directa, hacia un auténtico título soberano con personificación es en el siglo XI, tanto en Oriente (con los turcos selyüqíes588) como en Occidente589. No obstante, los ejemplos en el caso de las taifas no son demasiado abundantes590. 582 MAZZOLI MAZZOLI-GUI -GUINTAR NTARD, D, C yA R IZ A , A., Gouverne r en terre d'Islam Xe-XVe siècle. Université de Rennes, Pur, 2014, p. 51. 583 MA MAlLLO, lLLO, F., Crónica anónima .... p. 72; 72; IBN 'IDÂRl AL-MA RRÄKUSI, La caída del Califato .... pp. 144,147,200,220; 'ABD ALLÄH BULUGGlN, El siglo siglo XI en 1.» pe rso na .... .. .. p. 98. 584 IBN ipA Ri AL-MARRÄK USI. La calda del Califato .... p. 142. 585 MEOUAK, M„ "Poder político político y onomástica árabe: títulos y alqób de los mulúk al-tawá'if («Reyes de Taifas» en los textos árabes", HERNANDO DE LARRAMENDI, M. y PEÑA, S. (eds.), El Corán ayer y hoy. hoy. Perspectivas actuales sobre sobre e l islam. islam. Estudios en hon or al profesor Julio Cortés.
Córdoba, B erenice, 2008, p. 177. 586 IBN 'IDÄRl AL-MAR RÀKUSI, La caída del Califato .... p. 143. 587 GICHARD, ?.. Al-Andalus fren te a la conquista cristiana. Valencia, Biblioteca B iblioteca Nueva Universität de Valéncia, 2001, p. 383. 588 Tughril Beg recibe el título de sultán de manos del del califa califa ‘abbásí, que en abstracto significa "poder, autoridad" pero que ahora se va a personificar en los soberanos selyüqíes. Para los turcos la palabra adquiere un nuevo significado, un título para un imperio universal. Con el sultanato aparece, en la práctica, una nueva autoridad suprema (LEWIS, B., El lenguaje político .... p. 90). 589 El título personificado perso nificado se puede apreciar claramen te en lo que ‘Alí Alí b. b. Hammüd Hamm üd le dijo a Sulaymân al-Mu staln y que recoge Ibn Ibn al-jatíb en sus A'mál: No m ata a un 'zultá 'zu ltán's n'sino ino otro o tro 'zultán' 'zu ltán' (ROSADO, M* D., La dinas dinastí tía a h am m údí.... n. 400, p. 103). 590 'ABD 'ABD ALLÀH BULU GGlN. El siglo XI en 1.» pe rso na .... .. .. pp. 121, 127; MAILLO, F„ Crónica anónima .... p. 39.
1 El título por el que fueron más conocidos los soberanos de taifas es el de malik. malik. "rey”, a pesar de que no aparece en las fuentes con tanta frecuencia como com o podrí p odríaa pensar pe nsarse se a primera prim era vista vi sta5 591. La La tradición trad ición islámica islám ica no suele su ele ver con buenos ojos la realeza, el mulk. mulk. Esto tiene raíces preislámicas. El islam consideró la monarquía como la búsqueda del interés particular a costa del bien común. El poder sólo pertenece a Dios y todo uso humano ilegítimo de esto era una usurpación e iba en contra de los intereses divinos. El califa o imám reconocía el poder como derivado de Dios y lo empleaba sometido a la voluntad divina, por eso su gobierno estaba de acuerdo con los deseos de los creyentes. El rey, por el contrario, concebía el poder como de su propiedad y lo utilizaba para sus propios fines, subyugando al resto por la fuerza y privándo privá ndolos los de d e su libe l iberta rtad5 d59 92. En diferentes difer entes contexto cont extoss se alude alu de a los soberanos como mulük al-tawá'if pero en otras fuentes se les da el simple papel de ambiciosos ambiciosos jefe s o se les caracteriza como tales 59356 9 5 4 . En las fuentes se pueden hallar otros títulos de menor rango como walP9*, Sa yfm, sáhib sáhib s96(“señor"), ra7s ("arráez") ra7s ("arráez") 597y wazir598. Como podemos observar observar,, todas estas titulaciones permiten imaginar im aginar que que se trata de poderes delegados que mantienen la ficción de un califa, al que se 591 591 AB D ALLÁH BULUGGlN, El siglo XI en en i.» pe rson rs on a .... pp. 214, 221, 329; IBN 'IDÁRl AL-MARRÁKUSI, La calda calda del C alifato .... p. 220. También aparece la palabra palabra “reino": “reino": A BD ALLÁH BULUGGlN, El siglo XI en 1.» persona .... .... pp. 111, 209; ABD AL-WÁHID AL-MARRÁKUSI, Lo admirable admirable en e l .... .... p. 52. 592 CRO NE NE,, P., God's God's ru le .... .... pp. pp. 45-46. Ya en época preislámica, los árabes consideraban a los reyes como com o tiranos insufribles aunque también existía cierta admiración porque eran obedecido s por individuos sujetos a ellos (Ibíd, pp. pp. 44-45). 593 (...)>'sus extensos dominios dominios (los de los Banü Marwán) en África, así como en al-Andalus, se convirtieron en presa de ambiciosos jefes, jefes, (...) (AL-MAQQARÍ. The history of the .... .... p. 245); Al A l s e r dest d estron ronad adaa la dinas din astía tía Omeya Om eya con la desti de stituc tución ión de Hix Hixem em [Ab ubéq ub éque uerl rl,, cada cad a je fe de taifa se enseñoreó en señoreó de una capital y se declaró independiente en ella (AL-NUWAYRÍ, Historia de los .... p. 83); Los jefes y los señores de las diversas diversas localidades localidades se repartieron repartieron España España y cada uno obtuvo obtuvo una parte, parte, (...) (IBN AL-ATlR, A AL-ATlR, Ann nnal ales es du Magh Ma ghreb reb e t de d e .... p. 437). 594 (...) y (...) y dejó de jó com co m o v a lí de ella, el la, en su nom no m bre, br e, a su cuña cu ñado do Ma'n Ma 'n b. Sum Su m ád ih ih (IBN ‘IDÁRl AL-MARRÁKUSI, La caída del Califato Califato .... .... p. 150). 595 IBN 'IDÁRl AL-MARR ÁKUSI, La caída del Califato Califato .... p. .... p. 142. Se trata de una titulación que adopta el que tiene tie ne cierta autoridad y que era el jefe de la tribu tribu o del clan en la Arabia preislámica preislám ica (MAÍLLO, F., Diccionari Diccionarioo de histori historiaa á ra b e.... p. 228). 596 Abú l-Walíd l-Walíd b. Yahwar (MAÍLLO, F., F., Crónica anónima.... p. anónima.... p. 39); IBN 'IDÁRl AL-MARRÁKUSI, La caída del Califato .... pp. .... pp. 149,150,154; 'ABD ALLÁH BULUGGlN, El siglo siglo XI en en 1 J persona .... .... pp. 133,262,329. 597 Hace referencia “ai que está a la cabeza“ cabe za“.. Es Es decir, decir, jefe o dirigen te y se aplicaba aplicab a a los lideres lideres de un grupo socioprofesional (MAÍLLO, F., Diccionario de historia árabe .... p. 205; IBN ‘IDÁRl AL-MARRÁKUSI, La caída del Califato Califato .... .... p. 163). 598 (...) y (...) y conv co nvino ino la gent ge ntee de Córdo Có rdoba ba en da r el mand ma ndoo a l visi vi sirr Abú A bú al-Ha al- Hazm zm b. Yahwar Yahwa r (IBN 'IDÁRl AL-MARRÁKUSI, La caída del Califato Califato .... p. .... p. 157). En las fuentes también encontramos la palabra sayyid, "señor, sayyid, "señor, jefe”.
reserva reserva la soberanía soberanía y la autoridad. En En palabras de de Eduardo M anzan anz ano:«( o:«(...) ...) el territorio de al-Andalus se encontraba plagado de chambelanes que, aparte de asumir aparatosos títulos honoríficos, creaban sus propias dinastías, cual si fueran "almanzores" "alman zores" exportado expo rtadoss desde Córdoba a las provincias. (...) ( ...) Todos ellos se veían a sí mismos como servidores de un califa ausente y lejano, al que servía s ervían n lealm le almente ente desde d esde su ciudad ciu dad o terri te rritor torio» io»5 599.
El l a q a b honorífico
Una de las cosas que me irritan en al-Andalus es el uso de títulos como al-Mu'tadid y al-Mu'tamid. Títulos reales tan mal puestos, como el gato que trata de imitar la fuerza del león, hinchándose600. Este texto de autor desconocido pone la atención sobre la gravedad que suponía la adopción de títulos honoríficos por parte de los reyes de taifas. Pequeños monarcas tratan de adoptar sobrenombres demasiado pretenciosos, titulaciones muy pomposas. Lo que aquí nos interesa es el laqab o o sobren sobr enom ombre bre6 601, conjunto conju nto que qu e incluye inc luye desde desd e los defect de fectos os hasta los títulos honoríficos de los soberanos602. Los que los mulük al-tawá’if adoptaron fueron, lógicamente, los segundos. Por otro lado, se debe añadir que lo que hacían no era era nada extraño extra ño respecto r especto a lo que sucedía en las tierras orientales del mundo islámico. Si nos remontamos a los orígenes del empleo de los laqab/s laqab /s tendríamos que acudir a la dinastía 'abbásí pues los califas râSidün y râSidün y los Omeyas fueron, simplemente, conocidos por sus nombres. Los califas de Bagdad adoptaron títulos reales y teóforos para expresar su dependencia, su vínculo con Dios y su defensa de la fe603. Puede que esto se deba a la notable atmósfera de mesianismo que rodeó la llegada de la familia 'abbásí al poder604. Sin 599 MANZANO, E., Épocas medievales .... p. .... p. 286. 600 Autor anónimo, PÉRÈS, PÉRÈS, H., Esplendor de al-Andalus. La poesía andaluza en árabe clásico en el siglo XI. Sus a spectos generales, sus principales temas y su valor documental, traducción documental, traducción de GARCÍA-ARENAL, M„ Madrid, Hiperión, 1990 [1937], p. 114. 601 Sobre Sobr e el laqab y laqab y el nombre árabe se puede cons ultar SUBLET, J., Le voile du nom. Essa i sur le nom propre arabe, arabe, Paris, Puf. 1991. 602 BALLESTÍN, X., A X., All-M M a n su r y la daw da w la 'amiriya. 'amir iya. Una dinám din ám ica ic a d e p od er y legi le gitim tim idad id ad en el occidente musulmán medieval, Barcelona, medieval, Barcelona, Universidad de Barcelona, 2004, p. 28. 603 KENNEDY, H., The Proph etand th eA ge ofth e Caliphate Caliphates: s: the the Islamic Islamic Near Eastfrom thesixth to the eleventh eleventh centur y, Barcelona, y, Barcelona, Pearson, 2004 [1986], p. 14. 604 Sobre el laqab véase laqab véase BOSWORTH, C. E., "Lakab”, Encyclopaedi Encyclopaediaa o f Islam, Second Edition, ed. Edition, ed. P. Bearman, Th. Th . Bianquis, Bia nquis, C.E. Bosw orth, E. van Donzel and W.P. W.P. Heinrichs. Brill, 2016. Brill Online. 04 February 2016 http://referenceworks.brillonline.com/entries/encyclopaedia-of-islam-2/ lakab-COM.0563.
embargo, el declive progresivo de la autoridad califal conllevó que estos sobrenombres dejaran de pertenecer en exclusiva al Príncipe de los Creyentes y que terminaran siendo tomados por otros soberanos a partir del siglo X. Un ejemplo de esto lo constituyen los Büyíes y los Hamdáníes. El califa delegaba parte de sus atribuciones en algunos emires y estos ejercían su poder "delegado” revestidos de sobrenombres como mu'izz al-duwla ("el que honra a la dinastía"), ‘adud al-dawla ("pilar de la dinastía"), ’izz al-dawla al-da wla ("gloria de la dinastía"), sa y f al-dawl al-dawla a ("espada de la dinastía"). Como se puede ver, ningún laqab se apoya en Dios, algo reservado al califa, sino en la dinastía (dawla ), en este caso la 'abbásí, en teoría la auténtica fuente de legitimidad. Estos laqab/s se difundieron en al-Andalus a partir del segundo ‘ámirí y luego con los reyes de taifas605. Volviendo a la Península Ibérica, procederemos a examinar ahora las titulaciones de las diferentes dinastías. Los únicos que, desde el primer momento, van a mantener sobrenombres de tipo califal, es decir apoyados en Allá Ham müdíes, íes, y de los doce laqab /s empleados por los trece trece A lláh, h, serán los Hammüd miembros de las dinastía, cinco tienen una connotación claramente Sí'í606: • al-Muhdi "el Salvador". Lo llevaron Muhammad I de Málaga y Muhammad Muhamm ad ibn al-Qásim de Algeciras. Este laqab tiene una resonancia resona ncia Srí muy destacada aunque Wasserstein considera que, en el caso del califa de Málaga, Má laga, no tenía ningún sign s ignifica ificado do añad añ adido ido6 607 y Rosado Llamas que no es más que otro laqab pro-’Al!608. Sobre el soberano de Algeciras hay dudas de que llevara este sobrenombre. Wasserstein considera extraño que dos miembros de la misma dinastía llevaran el mismo laqab y propone que esto se deba a los deseos de Bádls y sus aliados beréberes por apuntalar la posición de Muhammad al-Mahdí de Málaga609. Rosado Llamas considera que el título alude a la condición de descendiente de 'Alí610. Por otra parte es siempre un título títu lo de reso re sona nanci ncias as esca es cato toló lógic gicas as6 61162 1y, en este caso, c aso, asocia aso ciada dass al concepto de fit f itn n a bU. bU. • al-'Ali bi-lláh “el Excelso por Dios" (Idrís II), al-Mu'tali bi-lláh "el Elevado por Dios" (Yahyá I), al-Musta'li bi-lláh “el Alzado por Dios" (Muhammad II), los tres derivados de 'Alí. Se trata de sobrenombres 605 GICHARD, GICH ARD, P.. Esplendor.... pp. 145-146. 606 El esquema esqu ema que seguimo segu imoss es de CLÉMENT, F., F., Pouvoir et Iég itimité .... .... p. 251. 607 WASSERSTEIN, WASS ERSTEIN, D., D., The Rise Rise and Fall of th e Party-Kings Party-Kings .... p. 125, n. 21. 608 ROSADO, ROSA DO, M* D., D., La dina dinastí stía a ha m m úd í.... í.... p. 174. 609 WASSERSTEIN, D„ The caliphate in the West.... p. 194. 610 ROSADO, M1 D., D., La dina dinastí stía a ha m m údí.... p. 188. 611 ACIÉN, ACIÉ N, M., "Los hammüd ham müd íes .... p. 56. 612 FIERRO, M., M., "Doctrinas "Doc trinas y movimiento mov imiento s .... p. 169.
que tienen fuerte connotación pro-'AU, es decir son evidentes alusiones a la familia del Profeta613. También hacen referencia a los siglos de gobierno idrísí en el norte de África, siendo un recordatorio que enfat e nfatizab izabaa el gobiern gob iernoo hamm ha mmüdí üdí sobre sob re el Magr M agreb6 eb61 14. • al-Qá'im bi-amr Alláh "el que sale en defensa de Dios". Lo adoptó Yahyá II, sobrenombre que había llevado el segundo califa fatimí. Los Hammüdíes también tomaron laqab/s con alusiones y referencias a los Omeyas: al-Násir li-din Alláh "el victorioso por la religión de Dios” ('Alí b. Hammüd) como ‘Abd al-Rahmán III; al-Mustansir bi-lláh "el que busca la ayuda victoriosa de Dios" (al-Hasan) como al-Hakam II; incluso el laqab al-Muta’ayyad al-M uta’ayyad bi-lláh bi-lláh de Idris I recuerda al de HiSám II; o al-Mu'ayyad al-Mu'ayya d bi-lláh bi-lláh "el que recibe asistencia victoriosa de Dios”. Otros títulos, por p or su parte, fueron alusiones alusio nes a los 'Abbásíes: 'Abbásíes: al-Ma’mún "el Fidedigno" Fidedig no" "el Protegido" (al-Q (a l-Qás ásim imb. b. Hamm Ha mmüd6 üd61 15), a/-M a/-Mu't u'tas as/m /m (Muhamm (Muh ammad ad ibn al-Qásim de Algeciras616) y al-Wátiq (al-Qásim b. Muhammad de Algeciras). Así pues, los Hammüdíes se insertaron en modelos conocidos y sus títulos reafirmaron su descendencia del Profeta o su derecho a gobernar sobre sobr e todos tod os los musu m usulma lmanes nes6 617. Merece ser s er señala señ alado do,, como ha indicado indic ado P. C. Scales6 Scale s61 18, que durante duran te el gobierno gobie rno de los tres primero prim eross califas califa s hamm ha mmüdíe üdíess ('Alí ('Alí b. b. Hamm H ammüd, üd, al-Qásim al-Q ásim y Yahyá b. ‘Alí) ‘Alí),, todos to dos6 619los que q ue adopt a doptaron aron laqab/s escogieron los de tipo sultánico, los relacionados con al-dawla (la dinastía). Como ya hemos comentado, el uso de este tipo de laqab/s se hace habitual 613 Ibíd., p. 56. dinastía a ha m m üd í.... í.... p. 130; AR1ZA, A„ De Barcelona a Orón .... p. 261, 614 ROSADO, M* D., La dinastí n. 942.
615 Parece que es el único califa en al-Andalus que llevó un titulo al que no siguió el el nombre de Dios (CICHARD, P., Esplendor.... p. 140). Esto se ha puesto en relación con la prudente política de este califa. califa. Sin embargo, em bargo, al analizar sus emisiones monetales si aparece la fórmula bi-lláh en algunas acuñaciones, acuñaciones , como las del 410 de Fez (ARIZA, A., "Las emisiones de los Banü 'Ati 'Atiyy yyaa .... .. .. p. 83). 616 Recordemos que a este califa se le le atribuyen atribuyen dos laqab/s pero Rosado Llamas considera que sería el de al-Mu'tasim el sobrenombre que realmente llevó el califa y no el de al-Mahd¡, siendo contraria a la opinión de Wasse rstein. Argumenta que no se trata trata de algo casual el hecho de que el titulo de Muhammad ibn al-Qásim de Algeciras tenga rem iniscencias 'abbásíes pues el el de su padre (al-Ma'mün) y el de su hijo (al-Wátiq) también las tienen. Opina que se trata de un continuismo dinástico, que los califas de Algeciras tomaron com o base a los los ‘Abbásíes, A bbásíes, dinastía que habla desplazado a los Omeyas del poder, como lo hicieron los Hammüdíes (ROSADO, M4 D., La dinast dinastía ía ham m üdí.... p. 188). Pouvoir et légitim ité.... p. 251. 617 CLÉMENT, F., F., Pouvoir
618 SCAL ES, P. C., The Fall oft he Caliphate o f Córdoba. Berbers an d Andalusis in Conflict, Leiden; Nueva York; Köln, Brill, 1994, pp. 179-180. 619 Excepto el fa tá 'ámirl Muyáhid al-Muwaffaq ("el Exitoso”) de Denia y Abú Muhammad Ismáll b. ‘Abd al-Rahmán b. DI-l-Nün al-Záfir ("el Victorioso") en Toledo (Ibld., p. 179).
en Oriente y desde el 946 es utilizado por los Büyíes como expresión de su dominio sobre Bagdad. Sin embargo, son los Fátimíes los que ofrecen una mejor perspectiva comparativa. Parece que éstos reservaron los laqab/s califales para sí mismos, dejando los otros títulos para sus más altos dignatarios. Lo mismo que sucede con los hammüdíes y los primeros reyes de taifas. De algún modo, los laqab/s laqab/s sultánicos manifestaban un poder delegado y subordinado al del califa, en este caso a los Hammüdíes620. La práctica totalidad de las dinastías utilizaron entre uno y cuatro laqab/ s62 s621, dando da ndo lugar luga r a unas una s titulacio titul acione ness que F. Clément Clém ent ha clasificad clasi ficadoo en tres: pseudo-califal, sultánica y mixta (tabla 1). Los dos primeros son mayoritarios y aparecen en un número muy similar mientras que los últimos apenas alcanzan la decena. Procederemos ahora a comentar cada una de esas categorías brevemente. b revemente. Sobre los laqab/s pseudo-califales, laqab/s pseudo-califales, podemos fijarnos en las taifas que los utilizan y apreciaremos que sobre todo lo hacen las pujantes y poderosas: Sevilla, Badajoz, Toledo, Zaragoza, Granada, Valencia, Córdoba, etc. Los emiratos pequeños, sin embargo, son más modestos en sus pretensiones y emplean títulos sultánicos (excepto algunos casos como Silves, Santa María o Arcos). Parece que desde los años 1029-1030, este tipo de laqab/s laqab/s se hizo más abundante y dos décadas después, a mediados de siglo, los soberanos beréberes del sur de al-Andalus empiezan a adoptar sobrenombres califales y pseudo-califales. Curiosamente, esto coincide con el declive y final de la dinastía hammúdí622. Según los datos aportados por F. Clément6 Clémen t62 23 (tabla 2) treinta y cuatro c uatro soberan sob eranos os adoptan ado ptan veintitrés v eintitrés títulos de este tipo: al-Muzaffar, al-Mutawakkil, al-RasId, al-Mansür, al-Záfir, al-Záfir, al-M a’mún6 a’m ún62 24, al-Mu‘tadid, al-M u‘tadid, al-Mu‘tam al-M u‘tamid, id, al-M a l-Mu’tamin, u’tamin, al-Muqtadir, al-MustaTn. Como podemos ver, no se trata de nada inédito sino de laqab/s em laqab/s emple pleado adoss por diferen dife rentes tes dinastía din astíass califal ca lifales6 es62 25: ‘Abbás Ab básíes, íes, Omeyas O meyas 620 Un ejemplo de ese reconocimiento a los hammüd íes lo lo tenemos tenemos en los versos del del poeta Ibn Darráy al-Qasjalli al-Qasjalli del 1018, donde llama al tuyibí Mundir I 'nues tro se ñor' ño r' y lo asocia con el califa al-Qásim, 'nuestro soberano' (GICHARD, P., De la Expansión Árabe a la Reconquista: Esplendor y fragilidad de al-Andalus. al-Andalus. Sevilla. Sevilla. El Legado Andalusí, 2000, p. 139). 621 Sólo los Banü Dunas de Ronda y los Banü Táhir de Murcia se abstuvieron abstuvier on de adoptar adopta r un laqab laqab honorífico. También hay que señalar que entre los Banü Birzá) de Carmona el uso fue bastante minoritario (CLÉMENT, F., Pou voire t légitimi légitimité té .... p. .... p. 251). 622 SCALES, P. C , The The Fall Fall o f .... .... p. 180. 623 CLÉMENT, F.. Pouvoir Pouvoir et légitim ité.... p. ité.... p. 255. 624 La rima rima satírica de Abü Marwán ibn Gusn sobre al-Ma’mün Yahyá Yahyá b. Dí-I-Nün nos expresa la consideración que este tipo tipo de titulaciones generaban: Has tomado injustamen te el sobrenom sobrenom bre honorífico de al-Ma'mún (aq uel en quien se tiene confianza); pero y o tengo más confianza en un perr pe rroo (PÉRÉS, H., Esplendor de al-Andalus .... p. .... p. 445). 625 Abü Muhammad 'Ab 'Abd al-Wáhid al-Marr ákuíi en en su kitáb al-Mu'yib f i taljís ajbár al-Magrib dice lo siguiente sobre los laqab/s: {,... {,...)) y se repa rtieron los títulos califales ('ABD AL-WÁHID AL-MARRÁKUSI, Lo admirable admirable en e l .... p. .... p. 65).
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y Fátimíes. También se emplean los títulos de los ‘Ámiríes. Respecto a las cifras parece que predominan los de los ‘Abbásíes pero los sobrenombres "preferidos "pre feridos"" por p or los taifas ta ifas fueron f ueron los 'Ámiríes62 'Ámiríes626. Las alusione alus ioness a los Omeya O meyas, s, en comparación compa ración,, son muy reducidas. De todo esto se deduce que la dinastía de Almanzo Alm anzorr constituyó el modelo mode lo a seguir6 segu ir62 27 por su forma de acceder acced er al poder pero respetando la "supuesta" delegación de la autoridad. Se trataba de una dependencia teórica del califa, cuya soberanía fue, en la práctica, inexistente y se hizo cada vez más evanescente628. Por otro lado, los laqab/s sultánicos expresaban un poder delegado y subordinado, pues son aquellos que se apoyan en dawla ("dinastía”). Estos títulos suelen aparecer en las taifas de menor tamaño: Alpuente, Albarracín, Morón, Arcos, Niebla, etc. F. Clément señala que se trata de unos veinte laqab/s que aparecen a parecen en un número núm ero superior su perior a la cuarente c uarentena6 na62 29 (tabla 3). Estos sobrenombres transmiten la imagen que los soberanos quieren dar de su gobierno. Las nociones y temas a los que se hace referencia no son desconocidos: victoria, guerra, prestigio, protección, orden, poder, etc. Son los laqab/s más frecuentes, designando a los que gobiernan o atribuidos al "príncipe heredero“630. Autores de la época, como Ibn Hazm631, consideraron que últimamente se ha abusado del empleo de estos títulos, de tal modo, que han llegado a envilecerse; no tuvo reparos en calificar a los que con ellos fueron designados como ladrones, ladrones, bandidos y picaros, y afirmó que la tiempo, por p or el utilización de estos títulos había llegado a tal punto que en su tiempo, vulgo, vulgo, se apodaba a un individuo de Córdoba llama do Asid b. b. Hubayd H ubayd con el de Am A m a l al-D a l-Daw awla. la. 626 Parece que los 'Ámiríes 'Ámiríes de Valencia fueron los primeros soberano so beranoss de las taifas en incluir laqab/s pseudo-califales en sus acuñacio nes (las (las otras taifas que acuñan tempranamente, Zaragoza y Alpuente, no usan títulos de este tipo en sus primeras monedas, sí los de tipo sultánico). Es posible que se sintieran legitimados por el hecho de que sus antepasados habían llevado este tipo de titulaciones durante el califato de HiSàm II aunque ni el mismísimo Almanzor estuvo en condiciones de colocar ni su título título de hàÿib ni su propio nombre en sus acuñaciones (GICHARD, P., “Al-Mansür ou al-Mansür bi-Lláh? Les laqabs de Amirides d'après la numismatique et les zo r, Madrid, Nerea, documents officiels", Archéo logie islamique, 5,1995, p. 50; BARIANI, L. Alm an zor, 2003, p. 173; 173; IBR ÂHÎM, T., "Adiciones a la numism ática de los taifas del Sarq al-Andalus", Gaceta Numismática, 103 .199 1, p. 29; IBRÂHÎM. T. y CANTO, A.. "Suplemento a ..., pp. 157-158). 157-158). 627 CLÉMENT, CLÉM ENT, F., F., Pouvoir et lég itim ité.... p. 257. 628 La prudencia de Alman zor se puede apreciar en su laqab, al-Mansür, que debería ser desarrollado correctamente con el apoyo en Dios: al-Mansür bi-Uáh. El hecho de que evitara plasmar esto en las monedas indica que no reivindica un poder de tipo califal y no usurpaba ni invadía el espacio reservado al amiral-mu'minin. Lo mismo m ismo sucedió s ucedió con su hijo 'Abd 'Abd al-Malik. El título de malik que que las fuentes atribuyen atribuyen a Alm anzor evoca una soberanía puramente temporal, sin dimensiones religiosas ni evocación a la investidura divina (GICHARD, P„ "Al-Mansür ou ou .... pp. 47-53). 629 CLÉMENT, CLÉME NT, F., F., Pouvoir et légitimité .... .... p. 257. 630 GICHARD, GICHA RD, P. P. y SORAVIA, B.. B.. Los reinos de taifas .... p. 118. al-'arûs .... p. 126. 631 IBN HAZM , Naqt al-'arûs
La última categoría de laqab/s serían los mixtos o duales. Sin duda, son los menos abundantes. Veamos algún ejemplo con ‘Abd al-Azíz, del que el Bayán al-Mugrib de lbn 'Idárí nos cuenta lo siguiente: [El califa] le dio el nom n ombre bre de d e al-Mu'tam al-M u'tam in Dü D ü l-Sábiqa l-Sáb iqatay tayn6 n63 32. Es decir, el califa al-Qásim b. Hammüd es el que le concede el título de "Aquél en quien se confía, poseedor de las dos primacías“. ¿A qué podría hacer referencia lo de "las dos primacías"? Recordemos que el soberano de Valencia Valencia era hijo de Abd alalRahmán “Sanchuelo” y nieto del gran Almanzor. Éstos son los dos invocados en la titulación. La fuente nos indica que la legitimidad del primer 'ámirí en Valencia venía de manos de los califas y de su prestigiosa genealogía633. Algunas otras titulaciones en esta línea son Dü l-Maydayn ("Doble Gloria"), Dü l-Wizáratayn ("Doble Visirato”), Dü l-Riyásatayn ("El de las dos Posiciones Po siciones más elevadas"), Dü l-Siyádatayn ("El de las dos Soberanías"). F. Clément no atribuye al primero ningún significado especial y lo considera un caso de vanidad. vanida d. El resto resto derivan de los títulos visirales que ya habían sido empleado emple adoss durante la época del Califato omeya de Córdoba634. Antes de terminar con este apartado habría que hacer referencia a una categoría más de laqab/s, de hecho hech o al nivel nivel más elevado e levado de todos, tod os, a los títulos puramente califales. No nos referimos a los califas hammúdíes sino a varios dirigentes de las taifas. Esta tendencia comienza a aparecer en los años 40 del siglo siglo XI y el el primer caso que la numismática atestigua es el de Sulaymán b. Húd (1039-1046), que toma el laqab de al-Musta'ín bi-lláh. Parece que tuvo dudas antes de dar este paso pues las las primeras prime ras monedas m onedas con su nombre carecían de la coletilla "bi-lláh"635. Estos títulos podrían haber sido tachados de "ilegales" por "invadir" un espacio dedicado al califa, yendo más lejos de lo que Almanzor había hecho. Sin embargo, su uso se difundió pronto entre otras dinastías: los Banú Abb ád (al-Mu'tadid (al-Mu'tadid bi-lláh, al-Mu‘tamid ‘alá Alláh), los Banü Sumádih (al-Mu‘tasim bi-lláh), los Banú al-Aftas al-Aftas (al-Mansür (al-Mansü r bi-lláh, bi-lláh, al-Mutawakkil ‘alá Alláh), los Banú DI 1-Nún (al-Qádir bi-lláh), los Banú Húd (al-Musta'In bi-lláh), los Banú ZTrí (al-Muzaffar bi-lláh, al-Násir li-dln Alláh, al-Mustansir bi-lláh, al-Mu'Izz li-dln Alláh) y los Banú Yahwar (al-Mansür bi-lláh, al-Záfir bi-fadl Alláh). Esta última tipología de laqab/s merece más explicación. P. Guichard y B. Soravia consideran el paso, dado por algunos soberanos, como una demostración de su «pretensión al pleno ejercicio de la soberanía, reserva hecha de la evocación ritual del califa teórico»636. ¿Qué es lo que intentan afirmar? No sería muy adecuado pensar que una soberanía al conjunto del mundo islámico. Seguramente ni siquiera al del conjunto 632 IBN IBN ‘IDÁRl AL MARRÁKUSI, La caída del Califato .... p. 143. 633 CLÉMENT CLÉM ENT,, F., Pouvoiret légitimité .... .... p. 259. 634 Ibíd., pp. 259-260. 259-260 . 635 PRIETO Y VIVES, A., Los reyes reyes de t aifa s .... p. 199. reinos de taifa 636 GICHARD, GICHA RD, P SORAVIA, SORAV IA, B., Los reinos
p. 120.
andalusí pues, salvo la taifa de los ‘Abbádíes de Sevilla, ninguna otra dinastía controló tal extensión territorial ni mantuvo una política exterior a ese nivel. Sería más lógico plantearlo como «una operación propagandística con fines políticos políti cos limitad lim itados os en el tiemp tie mpoo y en el espacio esp acio»6 »63 37. Las fuentes fue ntes,, de todos modos, critican esto con bastante dureza: Este Este equivocado desvergonzado se magnificó y se elevó hasta el punto de darse a sí mismo el nombre de Dü l-Siyádatayn, al-Mansür bi-lláh, al-Záfir bi-fadli-lláh bi-fadli-lláh (...) Ni su padre ni su abuelo generalizaron en su emirato nombre de potestad [alguno], y ni se apartaron de la traza del visirato, (...). Se apartó pues, este equivocado, de todo eso y se opuso en ello a sus antepasados; (...)638. A modo de conclusión hagamos un breve balance de lo que todas estas titulaciones nos indican. Realmente, no nos encontramos en los laqab/s de los mulük al-tawá’i dem asiadoo novedoso. nove doso. En su mayor parte, parte , se ajustan al-tawá’i f nada demasiad a las normas establecidas esta blecidas y siguen colocándose colocándos e dentro de lo lo que la tradición tradición había venido definiendo en los siglos anteriores. La mayoría, especialmente los títulos funcionales, sólo expresan un poder delegado del califa, sea el que sea. Resulta muy indicador que el título más adoptado en los inicios del período de las taifas sea el de háyib, una legitimidad claramente emanada em anada de la institución califal. Sería a mediados del siglo XI cuando las titulaciones de tipo sultánico, pseudo-califal y califal sean adoptadas, lo que fue en relación con la progresiva evolución y asentamiento del poder de los diferentes soberanos, paralelo a la desaparición de los últimos califas hammudíes y de las referencias, cada vez más escasas, a la institución califal. Pese a todo, algunos nunca aspirarán a laqab/s de tipo califal o no lo plasmarán en sus monedas aunque lo porten, lo que no puede tener más explicación que un cierto recuerdo de que el lugar que ocupaban en la estructura políticoinstitucional no podía ser más que delegada de un ente superior, lejano y abstracto.
637 MEOUAK, M., M., "Poder político y onom ástica .... p. 180. 638 IBN 'IDÁRl AL-MAR RÁKUSí, La caída d el Califato .... p. 194.
EL PAPEL DEL CALIFATO EN LA INTERVENCIÓN ALMORÁVIDE
Se independizó cada uno de sus caudillos en la administración de la zona de que se había apoderado y se suprimió la invocación invocación del Califat Califato o y la mención mención de su nom bre en los almimbares y no se citó el nombre de un un Califa Califa ni omeya ni há Sim i-'a bb ás í- en ningún ningún territorio territorio del Andalus, (...)639.
Este fragmento de la obra de Abd al-Wáhid al-MarrákuSí alude al tema del califato y a la falta de reconocimiento de un califa por parte de los diferentes poderes que se constituyen tras la fi t n a . Sin embargo, sabemos que esto no fue del todo así, al menos durante la primera mitad del período de las taifas. De hecho, el propio autor indica, a continuación, que hubo un momento en el que se invocó al falso HiSám de Sevilla640. Efectivamente, como hemos visto, las fuentes señalan que el califa impostor de los los Abb ádíes ád íes fue reconocido por num erosas taifas taifas y debieron debieron mencionarlo en la ju j u t b a , al igual que las taifas del sur hicieron con los califas hammüdíes. Sin embargo, la farsa del falso HiSám concluyó hacia el 1044641, la ju t b a se hizo a nom bre de al-M u'tad id64 id642 y los Hamm Ha mm üdíes desaparecieron también entre 1054 y 1056. Como se puede observar, la pruden pru dencia cia se impuso imp uso a la form for m alización aliza ción de la ruptu ru ptura6 ra64 43. Sin embar em bargo, go, desde mediados del siglo XI habría que dudar de que realmente en la admirable en e l .... p. 74. 639 'ABD 'ABD AL-WÀHID AL-MARRÀK AL-M ARRÀK USI, Lo admirable
640 F. Clement señala que los eslavos Muÿâhid Muÿâhid y Labib hicieron hicieron pronunciar la ju tb a a su nombre en Valencia en el 409-410/1018-1020, en pleno califato de al-Qâsim al-Ma'mün, lo que indica que la legitimidad del poder central estaba cuestionada (CLÉMENT. R, Pouvoir et légitimité .... . ... p. 228). 641 Aunque las emisiones sevillanas que le invocan invocan no cesan hasta el 461/1068-1069 . 642 MAÍLLO, MAÍL LO, F„ Crónica anónima ..., p. 74. 643 CLÉMENT CLÉM ENT,, F., F., Pouvoir et légitimité.... p. 230.
ju t b a de las diferentes taifas se invocara a alguien más aparte de a los propios soberanos644. La situación situac ión se mantuvo m antuvo en ese estado hasta la llegada llegada de los almorávides, que pasaron a invocar a los Califas 'abbásíes en en sus su s almimbares almim bares en sus días y no cesó la la invocación ‘ab bá síy la mención de sus Califas en en los almimbares almimba res del An A n d a lu s y del de l Mag M agrib rib,, hasta ha sta que qu e se s e sup s upri rim m ió p o r el e l alza a lzami mien ento to de Ibn Túma Tú mart rt con los Masmudíes en el país del Süs, Süs, (...)645. Lo que vamos a analizar en este apartado es ese reconocimiento al califato de Bagdad por parte de los almorávides y si la ausencia de una invocación plena y auténtica de un califa por parte de los taifas fue un argumento esgrimido por los norteafricanos para incorporar al-Andalus a su imperio. No es el objeto de este epígrafe exponer la ocupación almorávide de al-Andalus sino relacionar esa conquista con la cuestión del califato. Según Según el cronista oriental Ibn al-Atír, fueron los juristas los que comunicaron al jefe almorávide que su autoridad debía emanar del califa para resultar obligatoria para todo el mundo. Y ése habría sido el motivo por el que Yüsuf Yü suf b. b. Tásufin Tásufin envió una embajada con numerosos presentes y una carta carta en la que exponía sus conquistas frente a los cristianos y demandaba la investidura para estas regiones. La oficina califal expidió el título y le mand m andóó los vestidos vest idos de honor h onor que q ue confirm con firm an el cargo6 car go64 46. Ibn Jaldün también tam bién recoge la noticia y especifica que fueron los Ibn Ibn al-A rabí6 ra bí64 47 los que cumplieron con éxito esta misión6486 9 4 . Autores tardíos como Ibn al-Jatlb califican la intervención almorávide en al-Andalus como resultado de una orden del califa: Escribió [Yüsuf [Yü suf b. b. Tásufin] alcatifa 'abbásíal-Mu stazhir bibi Allá A lláhh quien qu ien le oto o torg rgóó su n om bra br a m ien ie n to so s o bre br e el pa p a ís del de l Mag M agri ribb y al-An al- Anda dalu lus, s, ordenándole deponer a los rebeldes que allí había6*9. Las fuentes, por tanto, nos presentan la conquista almorávide de al-Andalus como el resultado del no reconocimiento de los taifas hacia el califa 'abbásí. Parece tratarse de una legitimación a posteriori ya que las fechas, como luego veremos, no encajan. Por otro lado, el califa no estaba ni mucho menos en disposición de exigir esta intervención a los almorávides. 644 El recurso al ffalso also HiSám HiSám desaparece de las las monedas sevillanas sevillanas desde el 461/1 068-1069, de las zaragozanas desde el 475/1082-1083 y del resto de taifas que acuñaban a su nombre habla desaparecido antes (ARIZA, A., "De la legitimidad hammüdí.... p. 123). No parece lógico entonces que se le mantuviera en la ju la ju tb a . Por otro lado, las taifas emiten numerario a nombre del imàm 'abd Allah, quizá Allah, quizá lo mencionaran en la ju la ju tb a pero resulta bastante dudoso. 645 645 ABD ABD AL AL--WÀHI WÀHID D A I-M A R R A IS ! . Lo admirable admirable en e l .... .... pp. 74-75. 646 IBN IBN AL -A JlR , An Anna nale less du d u M aghr ag hreb eb et de .... .. .. p. 514. 647 Se trata del jurisconsu lto sevilla no Abü Muhamm Muh amm ad ‘Abd Abd Allah b. ‘Umar ‘Um ar al-'Arabï al-'Arabï y su hijo hijo Abu Bakr. 648 IBN JALDÜN. JALD ÜN. Histoire des Berbères .... Berbères .... p. 82. 649 IBN AL-|ATlB, KitàbA'mâlal-a'lüm, trad. trad. CASTRILLO, R., Historia Historia medieval islámica del Norte de África y Sicilia, Sicilia, parte parte 3*, Madrid, Instituto Hispano-Árabe de Cultura, 1983, p. 150.
Y hay otro factor a tener en cuenta, y es que el imperio de estos beréberes no busca la legitimidad que proporciona el ser delegados de los ‘Abbásíes desde el primer momento. El movimiento almorávide había tenido desde sus inicios un liderazgo dual entre una figura política-militar, los emires almorávides, y otra religiosa-legal, el conocido Ibn Yásín. Tras el fallecimiento de este último en el el 451/1 451 /105 059, 9, el imám religioso desap d esapare arece ce en la rama almoráv almo rávide6 ide65 50 que se concentra en la expansión por Marruecos y al-Andalus, y la dirección direcció n queda que da en manos m anos de Yüsu Yü suff b. TáSufín65 TáSufín651. Los emires em ires alm orávides oráv ides se convirtieron convirtieron en gobernantes gobernan tes porque habían conquistado conqu istado el poder, poder, como al-tawá’if, pero legitimaron su gobierno como delegados de los los mulük al-tawá’if, 'Abbásíes652, aunque con un reconocimiento algo ambiguo como muestra el lema de sus monedas653. No buscaron de manera real la investidura por el califa de Bagdad hasta los años 482/1089-484/1091 por medio de un tal ‘Atíq b. ‘Imrán al-Rabá'T, que no logró volver tras haber obtenido las cartas del califa al-Muqtadí para el dirigente almorávide, siendo detenido por los Fátim Fá timíes6 íes65 54. Sería Ser ía más m ás tarde, tarde , hacia el 491/1 491 /109 098, 8, cuand cua ndoo los Banü al-‘Arabí lleven a cabo las gestiones en Oriente para lograr un documento que invista a Yüsuf b. TáSufin655. De todos modos, se trata de una mera formalidad ya que reconocer a Bagdad no conllevaba ninguna obligación en la práctica y nunca dejó de ser algo bastante tenue. Podemos considerar, desde el punto de vista de la numismática, que el reconocimiento es pleno cuando los almorávides plasmaron en sus monedas la leyenda alimám 'abd Alláh amir al-mu’minin al-'abbás¡, sin duda apremiados por el surgim surg imiento iento de los almoh alm ohade ades, s, com c omoo hemos h emos visto6 visto 656.* Para Para tratar el tema que nos ocupa, la conquista almorá a lmorávide vide de la Península y el uso del califato como elemento que proporciona legitimidad a este suceso, debemos dirigir nuestra atención a esa fuente de gran interés a la 650 Al emir Abü Bakr b. b. 'Umar le acompañó acom pañó un alfaquí malikí malik í de Qayrawán, Abü Bakr al-Murádl, en su expansión hacia el sur del Sáhara. Se dice que el alfaquí pretendi ó ocupar ocupa r la vacante dejada por Ibn Yásín y eso indica el mantenimiento de la doble dirección en el movimiento del sur (FIERRO. M., "Entre el el Magreb M agreb y al-Andalus: la autoridad política y religiosa en época almorávide", almorávide", SABATÉI CURULL, F.. Balaguer: 1105: cruílla de civilitzacions, 2007, p. 118). 651 FIERRO, M., “Ulem as en las ciudades ciuda des andalusíe anda lusíes..." s..." pp. 155-156. 652 FIERRO, M., "The q á d i as .... p. 105. 653 Recordem os que la fórmula que adoptan adop tan es es la de al-imám 'abd Alláh amíral-mu'minin. Por otro lado, ése era el lema que había predominado en las acuñaciones de los taifas y del Magrib al-Aqsá, del Occidente islámico en general. 654 VAJDA, VAJDA, C„"L'av entu retra giqu ed’un cadi maghrébin en Egypte Egypte fatimide”, e”, Arábica , 15,1968, pp. 1-3. 655 FIERRO, M., M., "Entre "Entre el Magreb y al-Andalus .. , p. 105. 105. 656 Sin duda el reconocimiento reconoc imiento del califa 'abbásf por parte parte de los almorávid almo rávides es es muy anterior anter ior
1102, prosiguiendo con Alpuente y Albarracín (1104) y seis años después Zarag Za ragoza oza6 664. Algo de esto est o se mani m anifiesta fiesta en el texto de Ibn al-‘Ara al-‘Arabí bí cuand cua ndo, o, como antes señalábamos, dice que quedaron algunos soberanos remisos a la autoridad de Yüsuf en la zona oriental de al-Andalus. Es en esta parte de la carta del sevillano cuando sus intenciones y las del emir magrebí quedan al descubierto. Ahora se le pregunta a al-Gazáll si es lícito combatirles (pero ya se les había combatido y habían sido anexionadas varias taifas) y qué hacer luego con sus bienes. Se pide al califa de Bagdad una investidura para Yüsuf b. TáSufin para reforzar las palabras que éste lanzaba contra los taifas, presentándose como delegado del poder ‘abbásí665. El texto señala que los soberanos andalusíes no creían las palabras del emir almorávide pero Ibn al-'Arabl dice que éste era el delegado del califa en Occidente porque cumplía cum plía con los requisitos requisitos fundamentales: fundam entales: le menciona en la ju jutb tb a (la carta indica que desde más de dos mil almimbares) y acuña moneda en su nombre66668 6 7 . Como antes hemos señalado, Ibn Jaldün y otros autores dicen que Yüsuf b. TáSufin envió a los Ibn al-‘Arabí con un mensaje para el califa al-Mustazhir y su declaración de lealtad ( bay'a)“ 7. Ya tenemos tenem os el último elemento que nos faltaba, realmente son los mismos aspectos que Muyáhid había reunido para su califa. Por otra parte debemos dejar algo de espacio para tratar cómo aborda al-Gazálí la legitimación de los almorávides. Para el jurista oriental la solución es clara y es la misma que la empleada con los turcos selyuqíes: el sultanato. Al-Gazálí en su Ihyá' 'ulüm al-din trata el tema de las relaciones entre califas y sultanes. Su planteamiento planteam iento se resume en la siguientes palabras: Consideramos, pues, pue s, que qu e el califat cal ifato o es contr co ntract actua ualme lmente nte as asum umido ido p o r el miemb mie mbro ro de la casa 'abbásí que se encarga encarga de sus funciones, y que el oficio oficio del d el gobierno (wiláya ), en las distintas tierras, es válidamente ejecutado por sultanes que siguen las instru ins trucci ccion ones es del d el califa6 ca lifa66 6*. El califa es la persona reconocida por el que posee la fuerza (sáhib al-Sawka). Igualmente, el sultán es el que tiene el mando (hukm ) y el fallo jurídico [al-qadá’)669. Todo aquel que ejerce una autoridad independiente, mientras muestre lealtad al califa al mencionar su nombre en jutba y en la moneda, es un sultán670. Para nuestro pensador, el califa está la jutba
Al m oráv or áv ides id es y a lm o h a d e s .... pp. 53-54. 664 VIGUERA, VIGUER A, M1)., M1 )., "Historia política". política". Alm
665 VIGUERA. VIGUER A. M* J„ "Las cartas de ..., p. p. 352. 666 Ibíd., p. 353. 667 LÉVI-PROVEN£AL. E., "Le titre souverain des almorávides et sa légitimation par le califat Ar ábic ica a O c c id e n ta ls , 2,19 55, p. 269. 'abbáside", Aráb 269. 'ulüm al-din, LAMBTON, A. K. S., State State and Governm ent .... 668 AL-GAZÁLl, Ihyá' 'ulüm .... pp. 116-117.
669 SAFI, O., The politics o f knowledg e in premod ern islam: N egotiating Ideology and Religious Religious Inquiry, The University of North Carolina Press, 2006, p. 114. 'ulüm al-din, LAMBTON, A. K. S., State State and Governm ent.... p. 117. 670 AL-GAZÁLl, Ihyá' 'ulüm
obligado a reconocer al emir/sultán que solicite su investidura671. Esta fuerza del sultán de la que habla está concebida, en teoría, para servir al califa y protegerlo. Idealmente, los dos se prestan apoyo y se legitiman el uno al otro y por ello, inclinarse ante la Orden de Dios supone el reconocimiento del sultán sultán imam verdadero y que al califato justo ju sto,, que qu e mantien ma ntienee su lealtad lea ltad al imam califato 'abbásí se afilia672. Así pues, y como refiere el autor damasceno, al-Dahabí (siglos XIII-XIV), el califa al-Mustazhir invistió a Yüsuf b. TàSufïn del sultanato en los territorios que gobernab go bernaban an los almorávides6 almoráv ides67 73al igual que q ue lo había hecho con los selyuqíes. Por otra parte, y volviendo al inicio del apartado, lo que se nos planteaba era hasta qué punto llegó a influir la "falta” de reconocimiento a un califa en la deposición de los mulük al-tawá’if Consideramos que durante la conquista de al-Andalus por los almorávides no debió de plantearse este asunto. Los pilares fundamentales de la campaña de los norteafricanos eran la eliminación de los impuestos ilegales, e\yihády la la aplicación de la ley. Sin duda, el objetivo es lograr una legitimación de la intervención y conquista de al-Andalus pero de manera posterior, después de que buena parte de ésta haya tenido lugar674. Se pide al califa bagdadí al-Mustazhir un edicto en el que se especifique que se da poderes a Yüsuf b. TâSufïn para actuar del modo en servido r del Imam que lo ha hecho con los mulük al-tawá’i al-tawá’i f por tratarse de un servidor ‘abbásí67S. Como hemos podido apreciar, los beréberes erigían imperios en el extremo occidental del mundo islámico al mismo tiempo que los turcos lo hacían en la zona oriental. Se trata de «una más de las llamativas sincronías que con frecuen frec uencia cia se produje pro dujeron ron entre entr e ambas amba s regio re giones nes»6 »67 76. En definitiva, el Occidente islámico abandona la referencia al ya lejano califato omeya y, en principio, se mantiene la invocación a los ‘Abbásíes por parte de los almorávides hasta su desaparición a manos de los almohades y el establecimiento de un nuevo califato. En realidad, cuando llegaron los 671 (...), pues imam de la metrópolis viene obligado pu es el imam obligado a autorizar a todo ¡mám justo jus to,, con pod er sobre alguna parte de la Tierra, Tierra, a que pronuncie la jutba en su nom bre y proclame su lema, impulsando a las gentes a lo que es justo y equitativo equitativo (...) (VIGUERA, M* |„ "Las cartas de ..., p. 354). 672 Ibíd., "Las cartas de .... p. p. 354. 673 AL-DAHABl, Kitáb duwal al-lslám (Le s dynasties de l'Islam). l'Islam). Traduction Traduction ann otée des années NÈGRE, A., Damasco, Institut français français 447/1055 -6 à 656/1258. Introduction, lexique et index pa r NÈGRE, de Damas, 1979, p. 67. 674 Antes hemos visto que las las gestiones de los los Banû al-'Arabï al-'Arabï en Bagdad debieron debieron tener lugar algunos años antes de junio de 1098, pues es en esa fecha cuando llega la investidura ‘abbásí al emir Yüsuf (VIGUERA, M* j., "Las cartas de .... p. 349). Para entonces sólo Valencia y el norte resistían resistían en al-Andalus a los almorávides. Al-Gazáli se refiere en en pasado (con justic ia o bró) cuando se refiere a los actos del emir almo rávide en su fetua a Ibn al-'Arabí. al-'Arabí. Por otra parte consid era que el proclamar el lema califal es algo obligado aunque esa investidura califal llegue con retraso para Yüsuf b. TáSufin (Ibíd., pp. 353-355). 675 Ibíd., p. 353. 676 FIERRO, M.. "Historia islámica en la Península Ibérica", Aw raq, ra q, 9,2014, p. 26.
que antes nos referíamos: la consulta del jurista sevillano Abü Muhammad Ibn al-'Arabí y la fetua de al-Gazáli en respuesta. Ibn al-'Ar al-'Arabí abí pide a al-Gazáli que emita una fetua que proporcione propo rcione legalidad leg alidad a la interven inte rvención ción almo a lmoráv rávide ide y a la anexión anexió n de al-And al- Andalu aluss a su imperio imp erio6 657. Curiosamente, esto se produce cuando los almorávides ya han emprendido sus campañ cam pañas as de conquis con quista ta y no al contrar con trario6 io65 58. Para lograrlo, lograrlo , Ibn al-'Arabí habla de las excelencias de Yüsuf b. Tááufín, emir de «los dos Occidentes» Occidentes »659 y de su consagración y dedicación al yihád. Lo que más nos interesa es cómo al-tawá’if. los llama "sublevados” y dice que los habitantes define a los mulúk al-tawá’if. los de al-Andalus no habían podido liberarse de su mando. El hecho de que Ibn al-'Arabí califique de este modo a los emires de al-Andalus implica que, en el argumento que está elaborando, se han rebelado contra la autoridad, que en este caso no puede ser otra que la califa!. El autor no ahorra reproches:
Se dieron dieron a s í mismos títulos títulos califales califales y en sus propios nombres mandaron pro nun nunciarl ciarla a jut jutba ba,, acuñaron moneda también a su nombre, fom fo m en enta taro ron n en entre tre ell ellos os la disens dis ensión ión porq po rque ue todo to doss deseab des eaban an dom do m inar in ar a los otros; otros; (...) pidie pi diero ron n au auxil xilio io a los lo s cris cr istia tiano noss a l cree cr eerr cada ca da uno que tenía más derechos soberanos que los demás, cuando ya los recursos de los musulmanes estaban agotados; así descubrieron a los cristianos la propia debilida debilidad, d, y éstos conocier conocieron on las entradas y salidas del país musulmán, reclamando fortalezas y tomando en guerra muchas de ellas, sin s in gran gra n dispend disp endio io ni n i dificult dific ultad ad6 660. Este fragmento nos señala dos aspectos importantes. El primero de ellos es la atribución de las prerrogativas califales (sobrenombres honoríficos, mención en el sermón de los viernes y acuñación de moneda) por parte de los "reyes de taifas". El segundo nos remite al tema del yihád. Los mulúk al-tawá'if no no sólo no cumplían con este deber sino que mantenían conflictos bélicos entre ellos, debilitando a sus poblaciones y haciendo posible que el enemigo cristiano avanzara, además de tener tratos con él. Para hacer frente a este peligro se llamó a Yüsuf Yüs uf b. Tááufín, que triunfó sobre los cristianos, pero parece que hubo hub o reparos ante la cuestión de la Guerra Santa. Los soberanos de al-Andalus rechazaron prestar acatamiento al emir de los almorávides con el siguiente argumento:
657 Sobre los motivos motivos y el destino destino de los Banü Banü al-' al-'Arabi Arabi véase VIGUERA. M *)., “Las cartas cartas de..., pp. 348-351. 658
Ibid., p. 349.
659
Ibid., p. 351.
660
Ibid., pp. 351 -352.
«No acompañaremos a la Guerra Santa sino a un Imam que sea de Qu rayS.y ray S.y tú no eres eres tal, tal, o al representante de un Imam así, y tampoco lo eres», eres», a lo que respondió: «Yo «Yo sirvo al Imam 'abbásí» 'abbásí»,, y contestaron: contestaron: «Pues muéstranos de qué modo te ha dado sobre nosotros prioridad»; les aclaró entonces: enton ces: «¿No se reza reza en su nombre en todo mi territorio?», territorio?», a lo que replicaron: «Eso es una argucia», y de form for m a solapada solap ada actuaban contra e'/66 e'/661.
Aquí se halla de nuevo la tesis central de Ibn al-‘Arabí sobre el no reconocimiento de la autoridad califal por parte de los gobernantes andalusíes. En definitiva, lo que más nos interesa es la manifestación de que los taifas no pueden emprender la Guerra Santa porque carecen de un imam de la tribu de QurayS, de un califa que les convoque a emprender el fih f ih á d . Esto, sin embargo, no debió de suponer un inconveniente para todos los mulük al-tawá’if, al menos en un principio, pues a Yüsuf b. TáSufin le enviaron, tras la caída de Toledo, una delegación en busca de ayuda. Estaba encabezada por el visir sevillano y los cadíes de Badajoz, Sevilla, Córdoba y Granada. Aunque siempre hubo cierta tensión entre andalusíes y magrebíes, la situación de debilidad deb ilidad frente a Alfonso Alfons o VI llevó a los taifas a esta esta petición de ayuda. Yüsu Yü suff cruzó a la Península, convocó con vocó a los andalusíes y el rey castellano fue derrotado en 1086 en Sagrajas o Zallá Za lláqa qa6 662. Como se puede observar los gobernantes de al-Andalus no parecieron mostrarse tan escrupulosos con la cuestión de que un imam no qurayáí les condujera a\yihád. La situación de los taifas terminaría volviéndose insostenible, atrapados entre los cristianos y los almorávides, como bien bien cuenta el emir granadino Abd A bd Alláh y muestr m uestran an los sucesos de Aledo unos u nos años después. El emir emir Yüsufdecideinco Yüsufdecid eincorporar rporaral-And al-Andalusasu alusasusdom sdom iniosy aprovech aprovechando ando la crítica situación de los mulük al-tawá’if, los va deponiendo uno a uno: Granada y Málaga (1090), Córdoba, Sevilla y Murcia (1091). A la altura de 1092 el valle del Guadalquivir y el sur del Levante estaban en manos de los beréberes. Dos años después sería todo al-Andalus excepto el norte y la región medio-oriental, sometida a un cierto protectorado por el Cid, el territorio terr itorio penins pen insula ularr que estaría esta ría en pode p oderr almorávi almo rávide6 de66 63. Antes Ant es de estos actos, el emir almorávide había solicitado fetuas a los alfaquíes magrebíes y andalusíes. En ellas se condenaba la conducta de los taifas y se aprobaba la intervención norteafricana en la Península Ibérica. Sin embargo, la situación en el Levante se estancó y los almorávides no tomaron Valencia hasta 661 Ibfd., p. 352. Historia de España de Ramón M enéndez Pida!, Pida!, Almorávides 662 VIGUERA, VIGU ERA, M* ) , "Historia política", política", Historia y alm oha des . Sigl Si glos os XI-XII XI- XIII, I, VIGUERA MOLÍNS, M* |. (coord.), VIII, Madrid, Espasa Calpe, 1997, pp. 50-51.
663 BOSCH, J„ Los almorávides, Granada, Universidad de Granada, 1995, p. 154.
as soluciones al tema del califato fueron inéditas respecto al panorama sriental del momento. Salvando todas las distancias posibles, la situación recuerda lejanamente a la de los reinos germánicos y el Imperio romano oriental en el siglo V. Las diferentes monarquías germánicas intentaron insertarse en la teoría imperial romana. Ahora la labor de gobierno pasaba a las manos de los líderes germanos por teórica delegación del augusto de Constantinopla. Los reinos que van surgiendo buscan esa inserción en el marco del Imperio datando diplomas, inscripciones y crónicas por el reinado del del emperador empe rador de Oriente Orien te de turno6 turn o67 76. Un ejemplo ejem plo de esto sería ser ía el caso ca so del ostrogodo ostrogod o Teodorico Teo dorico que derrotó a Odoacro por mandato imperial y fue investido con el título de patricio. Además el emperador Anastasio le envió los ornamenta palatii de los emperadores empe radores de Occidente. O ccidente. Pero esto esto también se dio en otros otros soberanos: los burgundios tomaron toma ron el título de patricio y el rey franco franco Clodoveo recibió la titulación de cónsul cónsu l por parte de Anasta An astasio6 sio67 77. Por otro lado, los visigodos visigo dos y la práctica práctica totalidad de las monarquías mona rquías de los "bárbaros" acuñaron a nombre de los emperadores de Oriente678. Lo que más nos interesa señalar con esto es que, en ambos casos, existía una autoridad, el califa en uno y el emperador en otro, que pese a tener un poder reducido o ser una figura lejana, proporcionaba legitimidad a unos regímenes que habían conquistado los territorios sobre los que gobernaban por la fuerza pero necesitaban presentarse como delegados d elegados de esa autoridad superior. Es decir, podían ignorarla en el ejercicio diario de su poder, pero no obviarla como referencia de legitimidad. El caso andalusí es algo distinto. En primer prime r lugar esa autoridad dejó de existir y la figura figura del califa termina desapareciendo desapare ciendo en el Occidente islámico, por lo lo que los taifas taifas deben recurrir a diversas soluciones ante el problema que se les planteaba: ocupar el poder de una manera ilegítima. Se presentan como simples delegados de un poder califal, que nunca termina de desaparecer en el plano teórico pero sí en el práctico. La cuestión continuó siendo debatida pero no impidió que la sociedad siguiera desarrollándose desde el punto de vista económico y cultural. De algún modo, y sin que nadie se atreviera a decirlo, el asunto del califato fue dejado en suspenso pero no eliminado. A medida que avanza el siglo XI, el apoyo de la población y los ulemas terminará convirtiéndose en el respaldo más importante para sostener su gobierno. De algún modo, los taifas aunque ocuparan el poder de un modo no legítimo, no podían dar el historia de los godos, Madrid, Nowtilus, 2015, pp. 110-111. 676 MIRANDA, MIRA NDA, F., Breve historia
677 GARCÍA, L. A., La construcción de Europa. Siglos V-VIII, Madrid, Sintesis, 1999, pp. 87-88; CASTELLANOS, S., En el fin al de Roma (ca. 44S-480), Madrid, Marcial Pons, 2013, pp. 181-182. 678 Los visigodos acuñaron a nombre de de los emperad ores de Constantinopla hasta la época de de Leovigildo. Véase Véase PLIEGO VÁZQUEZ, V ÁZQUEZ, R., La moneda visigoda, Sevilla, Secretariado de Publicaciones de la Universidad de Sevilla, 2009, pp. 72-81.
paso y reconocer, sencillamente, que el califato había muerto y que la unión política de la comunidad había dejado de existir. Serían los almorávides los que generarían una nueva vitalidad para las sociedades islámicas del Occidente. El punto final de este tipo de alternativas a la cuestión del califato terminará con la llegada de los almorávides, cuando se deja atrás definitivamente el recuerdo del califato de Occidente, ya que reconocieron como autoridad teórica al califa de Bagdad. La continuidad con la idea califal que habían representado los Omeyas y se había mantenido, de algún modo, con los taifas, aunque reinventándose, se pierde de manera definitiva con la llegada de los imperios magrebíes pues, tanto almorávides como sobre todo después los almohades, llevarán a cabo un nuevo patrón ideológico sobre el que sustentar su régimen. El reconocimiento del califato ‘abbásí por parte de los primeros y la proclamación de un califato por parte de los segundos segund os fueron propuestas propues tas muy particulares6 particu lares67 79 que dejaron atrás, a trás, de manera definitiva, las diferentes soluciones que los taifas habían arbitrado para resolver el problema del califato, a su vez tan distintas entre sí y con respecto a las de otras regiones del mundo islámico. Habría que hacerse una pregunta definitiva antes de concluir: ¿por qué el califato desapareció en Occidente y no en Oriente? Los ‘Abbásíes contaban con una posición muy endeble pero siguieron gobernando con mayor o menor fortuna hasta mediados del siglo XIII, mientras que el régimen omeya se hundió en al-Andalus a inicios del siglo XI. No tenemos una respuesta definitiva pero se pueden ofrecer algunas ideas que lleven a reflexionar sobre la cuestión. En primer lugar, hay que señalar que los Abbásíes nunca fueron sustituidos por otra dinastía y pese a los intentos de los Fátimíes los califas se mantuvieron en Bagdad68 Bagdad680 sobreviviéndo sobrev iviéndoles les incluso a ellos y a sus antiguos rivales Omeyas. En al-Andalus, sin embargo, los Omeyas fi tn a por los Hammúdíes681, fueron reemplazados en varios momentos de la fitn lo que generó un enfrentamiento entre ambas familias por hacerse con el califato y ser reconocidos con esa condición. Por otro lado, los Hammúdíes podrían haberse mantenido recluidos en Málaga y Algeciras como los 679 Son abundantes las publicaciones sobre el el califato almohade almo hade,, nos limitamos a señalar las pe rsp ectiva ect iva s, siguientes: FIERRO, FIER RO, M., CRESSIE R, P., P., y MOLINA, MO LINA, L. (eds.). Los almohades: problemas y persp revolution. Politics Politics and Madrid, CSIC-Casa de Velázquez, 2 vols., 2005; FIERRO, M., The Alm ohad revolution. religión in Che Islamic West during the twelfth-thirteenth centuries, (Variorum Collected Studies Series), Farnham, Ashgate Variorum, 2012. ju tb a a nombre del califa fatimi. En 680 Hubo un breve periodo en el que en Bagdad se hizo la jutb 1058 la la ciudad fue tomada por un guerrero turco, Ba sásiri, sás iri, que empre ndió la rebelión contra los turcos selyüqies y expulsó al califa 'abbási, reconociendo a los califas de Egipto. Esta situación se mantuvo durante casi un año.
681 Además Adem ás la decisión del califa HiSám HiSám II II de nombrar nombr ar heredero al califato califato a Abd al-Rahmán Sanchuelo, Sanchu elo, el hijo de Almanzor, supuso el detonante detona nte de la fit n a, al quebrar la estructura construida por los ‘Ámiríes.
norteafricanos a al-Andalus, la idea califal se mantenía, podríamos decir que en teoría pervivía pues la mayoría de las taifas no habían sido capaces de desprenderse del ¡mam ¡ma m 'abd 'a bdA A lláh llá h en las invocaciones de sus monedas pero, aunque la teoría no lo reconociera, en la práctica el califato efectivo hacía tiempo que había desaparecido. Los almorávides mantendrán esa referencia referencia califal califal con más firmeza firm eza que los taifas si se quiere, pero esa "sumisión" no dejó nunca nunca de ser hacia h acia un poder dem asiado lejano lejano y remoto. remoto.
CONCLUSIONES
El objetivo de este trabajo ha sido abordar la cuestión califal en el contexto del siglo XI andalusí, la época de los reyes de taifas. Se trata de un tema escasamente tratado por la bibliografía de modo específico. Lo que se pretende es establecer las bases de futuras investigaciones de una profundidad mayor acerca de la idea del califato en el Occidente islámico y su importancia a la hora de comprender las complejas legitimidades y variadas soluciones que idearon los gobernantes del siglo XI para sostener su poder. Por otra parte, la comparación con lo que estaba teniendo lugar en el resto del mundo islámico se presenta como fundamental para establecer semejanzas, diferencias y procesos. Para todo ello se ha acudido a la bibliografía esencial y a las fuentes textuales cruciales para estudiar el período de los reinos de taifas. Pero, sin duda, han sido fuentes materiales como la epigrafía y, especialmente, la numismática las que han constituido la base principal y fundamental del trabajo. El califato pudo desaparec des aparecer er en la práctica pero no como marco referencial al que acudir para explicar las cuestiones de legitimidad, herencia, inercia, necesidad, etc., que se dan en la Península en el siglo XI. El hecho de que la institución no fuera más que un recuerdo, un fantasma, a medida que el siglo XI va avanzando no significa que la idea llegara a desaparecer nunca. Los mulük al-tawá'if, al-tawá'if, salvo excepciones, se mostraron incapaces de romper de un modo tajante y definitivo con la imagen del califato y la referencia a un imam, imam, estuviera vivo, muerto o no fuera nadie en concreto. Si echamos un vistazo a lo que estaba sucediendo en el resto del mundo islámico encontramos una serie de aspectos de gran interés que nos hablan de una cierta peculiaridad de al-Andalus. A lo largo del siglo XI el Oriente musulmán va a estar controlado por diversas dinastías: en Iraq Iraq y el occidente de Persia los Büyíes; Büyíes; en el Irán oriental los Sám áníes, seguidos segu idos por po r los turcos turcos gaznawíes y los turcos selyüqíes. Todas estas dinastías nunca dejaron de reconocer a los Abbásíes como califas. Esto no sucedió en al-Andalus, donde
últimos Omeyas lo estaban en Córdoba o los Abbásíes en Bagdad, pero su proximidad al áí'ísmo les encaminó hacia su fracaso y a su no aceptación por tna a debió ser terrible y la inestabilidad la sociedad andalusí. Sin duda, la fi la fitn provocó que los cordobeses decidieran poner fin al problema. Esto no tuvo lugar en Bagdad por mucho que la inestabilidad fuera también manifiesta en varios momentos. El hecho de que los Büyíes no abolieran el califato pese a ser 51 51‘ íes682 y la necesi ne cesidad dad de legitimac legiti mación ión de los Selyüqí Sely üqíes es como co mo sultan s ultanes es ayudó a que los ‘Abbásíes perduraran. De hecho, en momentos de declive los califas llegaron a alcanzar una cierta autonomía y recuperación de sus funcio fun ciones nes política polí ticas6 s683. En definitiva, definiti va, el califato no se hundió hund ió en Oriente Orie nte y no desapareció del modo en que lo hizo en el otro extremo de la Dar al-lslúm. La conclusión a la que podemos llegar después del desarrollo y al-tawá'if se insertan a la elaboración de este trabajo es que los mulük al-tawá'if se perfección en los cambios y transformaciones que el mundo islámico está atravesando en el siglo XI. Su caso cumple también con uno de los elementos que casi podríamos calificar de característicos de las formaciones islámicas: primero alcanzar y ocupar el poder para luego buscar una autoridad que legitime esas acciones. Por ello no fueron capaces de prescindir del marco del califato y debieron seguir manteniendo la ficción de que existía, en algún espacio indefinido, un lejano y ausente califa, al que representaban y que les había concedido ese poder del que gozaban.
682 Aunque Aun que eran Sí'íes Sí'íes se oponían a las las pretensiones pretension es al califato universal de los Fátimíes y mantuvieron la figura del califa, califa, convirtiéndo se en sus visires, evitando colocar a un descendiente de 'AII que les desplazara en su monopolio del poder. 683 En los siglos de dominio dom inio búyí y selyuqí sobre el el califato, los los ‘Abbásíes Abbá síes se reafirmaron no como líderes po líticos sino como referentes referentes espirituales del mundo sunní.
ANEX AN EXOS OS
L a q a b / s p s e u d o - c a l if if a l e s Laqab
N ú m e ro r o d e s ob o b er e r an a n os os
R ef e f e re r e nc nc ia
al-M uz affar
9
‘Á m i r í e s
al-M ans ûr
7
‘A b b à s i e s / F à t i m ie ie s / 'Á m i r í e s
a l - M u 't a s i m
3
a l-Z à fir
3
al-Musta'în
2
a l - M u ' ta ta m a n
2
a l-N à s ir
'Abbâsies
Abbàsies/Omeyas
2
Omeyas
al-M am ùn
1
'Abbàsies/Fàtimies
a l - M u 'â n
1
al-M u’ayyad
1
Omeyas
al-Mu'ïzz
1
Fàtimies
al-M uq tad ir
1
'Abbâsies
a l-M u r ta d à
1
Omeyas
al-M ustan sir
1
Omeyas
al-M ustazh ir
1
Omeyas
al-M uta did
1
‘Abbâsies
al-M uta m id
1
'Abbâsies
al-Mutawakkil
1
'Abbâsies
al-Muwaffaq
1
'Abbâsies
al-Qàdir
1
'Abbâsies
al-Qâ'im
1
Fàtimies
al-Rasïd
1
'Abbâsies
al-W âtiq
1
'Abbâsies
Tomada de CLÉMENT, F., Pouvoir et légitimité en Espagne musulm ane à l'époque des taifas (V /X P siècle) siècle).. L'im L'imam am fictif, Paris, L'Harmattan, 1997, p. 256.
D i s t r ib ib u c i ó n d e l a s T i t u l a c i o n e s
N ú m e r o d e s o b e r a n o s q u e a d o p t a n u n a t it i t u la l a c ió ió n Taifas P s e u d o - c a li fa l A l b a r r a c í n
( B . R a z in )
(Z u h ayr) ( B . S u m á d ih )
1 1
( B . Q á s im )
(B . J iz r ü n )
A r c o s
(B . a l- A f ta s )
Badajoz
C a l a t a y u d ( B. Carmona
(B . Y a h w a r ) D e n i a (Eslavos) (B.Hüd) G r a n a d a ( B . Z Ir í)
Córdoba
Huelva
( B . B ak r)
Huesca
(B. Hüd)
Jaén
(B . A b í'Á m ir)
Lérida
1
1
4 1 1 2 2 2 1
1 2
1 1 1
(B. Húd)
Mallorca
(Eslavos)
(B . Z i r í )
Málaga Morón
(B. Dammar)
Murcia
(B. Táhir)
Niebla
( B . Y ah y á )
Ronda
(B. Dúnás)
Santa María
(B . H á r ú n )
1
1
1 2 2 1
Sevilla
(B . 'A b b ád )
2
Silves
(B . M u z a y n )
3
2
2
1
Toledo
(B . DI l - N ü n ) (Eslavos)
Tortosa Tudela
Zaragoza
(B. Húd) TOTAL
2 1
(B. Húd)
Valencia
(B. Ab l Ám ir) (B . T u y íb i)
1
4
Húd)
( B . B ir z á j)
m ix ta
2
A lm e r í a
A lp u e n t e
s u ltá n ic a
1
1
2 2
2
1 2
27
28
7
Tomada de CLÉMENT, F., Pouvoir et légitimité en Espagne musulma ne à l'époque des taifas (Ve/ Xle X le siècle). sièc le). L'imam fict fi ctif if.. Paris, L'Harmattan, 1997, pp. 253-4.
14 6
L a q a b / s S u l t á n ic ic o s
Laqab
N ú m e r o d e s o b e ra ra n o s
Noción
' Iz Iz z a l - D a w l a
7
poder
‘Imäd al-Dawla
5
apoyo
Mu'izz al-Dawla
4
poder
Husám al-Dawla
3
guerra
Nizäm al-Dawla
3
orden
'Amid al-Dawla
2
apoyo
A d u d a l - D a w la
2
apoyo
Diyä' al-Dawla
2
brillo
N ä s i r a ll- D a w l a
2
victoria
S a y f a ll- D a w l a
2
guerra
Sayfal Milla
2
guerra
Sayyid al-Dawla
2
autoridad
T â ÿ a l -D -D a w l a
2
prestigio
Balia' Balia' al-Daw la
1
brillo
Ÿabr al-Dawla
1
autoridad
Ÿanâh al-Dawla
1
protección
I q b ä l a ll- D a w l a
1
felicidad
Mu’ayyid al-Dawla
1
protección
S a r a f a ll- D a w l a
1
prestigio
Yumn al-Dawla
1
p r o s p e r id a d
musulm ane à l'époque Elaborada con datos de CLÉMENT, F., Pouvoir et légitimité en Espagne musulmane des taifas (Ve/XIe siècle). L'imam fictif, Paris, L'Harmattan, 1997, p. 258; Maíllo, F., Diccinario de 312-317; Scales, Sc ales, P. P. C , The Fall o f the Caliphate historia árabe & islámica, Madrid, Adaba, 2013, pp. 312-317; Caliphate o f Córdoba. Córdoba. Berbers and Andalusis in Conflict, Conflict, Leiden; Nueva York; Köln, Brill, 1994, p. 213.
G e n e a l o g ía í a d e lo lo s H a m m ú d i e s
‘ AD ibn AbQ AbQ | alib ■I-Masan
I
Hasan
I
■Abd Allah
I
Idris
I
Idris 'Umar
I-------Ubayd Allah
al-Qäsim
I
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Muhammad
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I
I
Ibrahim
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I
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al-QásinvQattún/Qanndn
MaymQn
al-f.lasan
Abd al-'Aysh
•Ai/iIra Muham uhamm mad a l-'A l- 'A rtil
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IdrtJl «l-Mula'ayyad
a l - M r ia l
b. al-QA sim
Fâliina 'Uqayl
Labbdna
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Alejandro Peláez Martín
es Graduado en Historia por la Universidad Autónoma de Madrid (premio extraordinario) y Màster en Estudios Medievales Hispánicos por la Universidad Autónoma de Madrid (2016) donde realizó su Trabajo Fin de Màster bajo la dirección del Dr. Santiago Palacios Ontalva. Sus principales líneas de investigación se centran en las cuestiones de poder y autoridad en el mundo islámico, especialmente en el contexto andalusi de los siglos X y XI. Ha participado en divers diversas as jorna das da s y seminarios. Actualmente, está cursando sus estudios de doctorado e inmerso en la elaboración de su tesis doctoral acerca de la temática de la autoridad en el siglo XI.
Tradicionalmente, la historiografía, ha afirmado de manera categórica que el califato terminaba en la Península Ibérica en el 1031, con la expulsión de los omeyas. Sin embargo, esto no sucedió, la memoria del califato se conservó durante todo el siglo XI. De hecho, no
__ __ LA_ U N I V E R S ID A D
AUTONOMA
IEUM33I
desapareció ni como idea ni como proyecto político. Los soberanos del momento gobernaron como representantes de un califa (fueran los últimos omeyas de Córdoba, los Hammüdíes, el falso HiSám II o el imam 'abd Alláh), algo que se refleja en las titulaciones que van adoptando los gobernantes. Por otra parte, los pensadores del momento elaboraron distintos tratados sobre el imámato y discutieron acerca de quién debía colocarse a la cabeza de la comunidad como califa. La presencia del califato hammúdí en el sur peninsular hasta mediados del siglo XI da prueba de la prolongación de la institución más allá del año 1031. En definitiva, los soberanos del período se presentaban, bien como califas propiamente dichos (los Hammüdíes),o si no como servidores de un califa lejano, ausente, ficticio e impersonal. El califato pudo desaparecer en la práctica pero no como marco referencial al que acudir para explicar las cuestiones de legitimidad, herencia, inercia, necesidad, etc.
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E M U L A
■ MONOG ONOGRA RAFÍA FÍAS, S, 15
MÀSTER UNIVERSITARIO EN ESTUDIOS MEDIEVALES HISPÁNICOS