Desarrollo histórico de la Opinión Pública
El concepto de la Opinión Pública ha contribuido a la formación de espacios abiertos para intercambiar ideas, mensajes, símbolos y mercancías. En la actualidad, la opinión se ha introducido en el terreno del mercado: Las agencias de publicidad, las figuras públicas y sobre todo, los medios de comunicación se rigen por las leyes de la oferta y la demanda, vendiendo opiniones a los públicos. Pero la opinión pública no siempre fue entendida de este modo, han existido a lo largo de la historia diferentes teorías para explicar este fenómeno. A partir de la Edad Moderna la opinión pública cobra gran relevancia debido al desarrollo de la imprenta, al papel de la prensa como foro que propicia la expansión de las ideas democráticas. Las primeras grandes teorías sobre el concepto y la función de la opinión pública surgen durante el Liberalismo. Posteriormente, ya durante el S. XX surgen las teorías basadas en la investigación científica, que hacen un estudio sistemático de la opinión. Sin embargo, el concepto de la opinión pública como lo entendemos hoy en día surge solamente al lograrse los puntos de convergencia entre las distintas ciencias sociales que se relacionan con este fenómeno, como son la Sociología, la Política y la Comunicación. Para comprender a la opinión pública y el papel que juega en la sociedad actual, se hace necesario un repaso al desarrollo histórico de este fenómeno social. Desde la filosofía griega hasta el Liberalismo, en el S.XIX, se ha recorrido un largo proceso en lo que concierne a la conceptualización y ejercicio social de la opinión pública. El fenómeno social de la opinión pública, tiene tanta antigüedad como la propia vida social. Existen referencias sobre la Opinión Pública en los documentos d ocumentos de los asirios, en Babilonia, en Egipto e Israel. Podemos ver entonces que desde los orígenes de la humanidad han existido comportamientos sociales que actualmente se describen como co mo Opinión Pública. Esto se debe a que el Ser Humano es un animal social y por lo tanto se desenvuelve en grupos, y en estos grupos se dan relaciones de varios tipos: horizontales, las cuales se dan entre grupos del mismo rango; relaciones verticales, que son las de un grupo con una autor autorid idad ad que que se impon impone; e; rela relaci cione oness de comuni comunica caci ción ón polí políti tica ca entre entre gobe gobern rnan ante tess y gobernados; y por último, siempre ha habido, por mínima que sea, la posibilidad de participación del pueblo en asuntos públicos, lo cual significa la capacidad de opinar sobre asuntos de interés común; es decir, opinión pública. En Grecia, sin embargo, se asentaron las primeras bases para la definición de la opinión pública. El sofista Protágoras, acuñó la frase: “dogma poleon” que quiere decir “la creencia de las ciudades”, “creencia pública” o “el parecer de la colectividad”. Platón, por su parte distinguía dos vías para acceder a la verdad: la opinión ( doxa) y la ciencia (episteme). Para Para este este filó filósof sofoo “la “la doxa representa un conocimiento parcial e inseguro de la realidad, un semisaber basado en impresiones y ambigüedades, el saber
propio del vulgo” (Monzón, 1996). En cambio, Aristóteles entiende a la doxa como un conocimiento aproximado o probable que sirve al hombre a aproximarse a la verdad. El Ágora, en la Grecia Antigua servía para el ejercicio de la opinión pública, ya que en dicho lugar se discutían asuntos públicos, a semejanza del Foro romano, que era un lugar abierto para celebrar asambleas y tratar negocios públicos. En Roma, Cicerón habla de la fuerza que ejerce sobre cada uno de nosotros la publicam opiniones. Aquí Aquí la opin opinió iónn públ públic icaa se enti entien ende de ya en el sent sentid idoo publ public icit itar ario io,, en contraposición del sentido filosófico que el atribuían los griegos. A partir de los romanos la opinión pública es sinónimo de apariencia, notoriedad e imagen. La Edad Media no reúne las condiciones político-sociales para elaborar una teoría sobre la Opinión Pública, pero sí pueden hallarse fenómenos en los cuales se practica la opinión públic públicaa sobre sobre tod todoo entre entre las elites elites religi religiosa osas, s, intele intelectua ctuales les y pol polít íticas icas:: Las disput disputas as religiosas entre órdenes de Franciscanos y Dominicos, la lucha entre los papas y el Sacro Imperio Romano implicaban esfuerzos para persuadir, lograr seguidores conformar la opinión de sus seguidores a su favor. También los llamamientos de Papas y Emperadores pidie pidiendo ndo al pueblo pueblo unirse unirse a las Cruzada Cruzadass contri contribuy buyen en a la formació formaciónn de una opi opinió niónn pública. Así mismo, los juglares también representaron un papel importante durante la Edad Media como instrumentos de la opinión pública, escasos en aquella época de oscurantismo y elitismo en el conocimiento. Dominaba en esta época la concepción vertical (teocrática o descendente) en la que el pueblo era sinónimo de una masa de súbditos sin posibilidad de opinar. Sin embargo, ya Tomás de Aquino reconocía ciertos poderes en el pueblo cuando el gobierno es elegido democráticamente. Según Monzón (1996), en la Edad Media “no existe lugar para la opinión pública, aunque sí podría haber un hueco para la vox populi, entendida como mentalidad o conjunto de sentimientos de una comunidad.” Mientras que durante la Edad Media la concepción de lo público y lo privado se encontraba oscu oscure reci cida da,, en el trán tránsi sito to de ésta ésta époc épocaa al Barr Barroc oco, o, se regi regist stra ra un camb cambio io en la representación. Las actividades se resguardan de las plazas a los salones de palacio. Sólo ent entonce oncess comi comien enza zann a esci escind ndir irse se las esfe esferras públ públiica y pri privada vada en un sent entido específicamente moderno. Con el Renacimiento se da una ruptura de la estructura descendente de la Edad Media. El hombre se vuelve el centro del universo, la razón es su más importante herramienta. Los humanistas surgen caracterizados por el espíritu crítico y respeto por las distintas opiniones. Durante esta época se recupera una distinción bastante nítida entre lo público y lo privado. En la Inglaterra del siglo XV se usa el adjetivo público que se identifica con el bien común de la sociedad, mientras lo privado equivale en ocasiones a lo privilegiado o a lo que está situado e un alto nivel de gobierno. La categoría de lo público se reserva, no ya para la corte, sino para lo estatal y su funcionamiento.
La aportación de Nicolás Maquiavelo a la teoría de la opinión pública es importante. En su libro “El “El Príncipe” Príncipe” (escrita (escrita en 1513, publicado publicado en 1532) reconoce el poder de la opinión opinión pública con el objeto de construir una teoría de manejo de esta opinión que él sabe maleable, sensible a la fuerza y fácil de engañar. En su obra, afirma que el príncipe necesita siempre el aprecio, la estima o el favor popular, además del apoyo de los grandes del reino; para obtener eso necesita tener una buena imagen. Entonces Maquiavelo recoge el concepto romano de la opinión, entendida como la (buena o mala) imagen que los demás tienen de uno. No se plantea la verdad de la opinión como hacían los filósofos griegos. No importa que el príncipe sea bueno o malo, pero sí importa que aparezca con la mejor imagen posible. En ésta época surge una nueva clase social, conocida como burguesía. La burguesía pone en funcionamiento un nuevo sistema de producción que con el tiempo creará un nuevo orden social. La clase burguesa desarrolla actividades intelectuales y por tanto produce un ambiente propicio para el surgimiento de la opinión pública. Con esta nueva arma, y además con un fuerte poder económico, la burguesía se enfrenta a las monarquías decidida a obtener un poder político, el cual por fin obtienen con el consolidamiento del liberalismo. Un factor importantísimo que contribuye al desarrollo del concepto y al ejercicio de la opinión pública son la reforma protestante a cargo de Lucero y Calvino en el S.XVI, debido a que contribuye al cambio de la mentalidad medieval en mentalidad moderna, así también influye la recuperación de la tradición clásica durante el Neoclasicismo y el surgimiento del Estado-Nación. La imprenta, inventada en 1456 se convierte en el mejor soporte para de la comunicación y la publicidad y en el transcurso de dos siglos ayudará a crear las bases necesarias para el surgimiento de la opinión pública. Durante la Revolución Inglesa (S.XVII) surgen las “hojas de noticias” y posteriormente las “hojas de polémica” en forma de panfletos que impulsan la opinión pública. Posterior Posteriormente mente esta corriente crítica crítica del pueblo hacia el gobierno será recogida recogida por los periódicos y periodistas a finales del S.XVII y principios del XVIII. La abolición de la censura censura en Inglat Inglaterr erraa en 1695, permite permite que las decision decisiones es tomadas tomadas en el Parlam Parlament entoo adquieran carácter público. Esto representa un antecedente de gran importancia para el desarrollo de la opinión pública mundial. Otro de los foros en los que se desarrollaba la opinión pública durante la época de la Revolución Inglesa, eran los cafés de Inglaterra, que a mediados del S.XVII se convierten en centros populares comunicar noticias y para hacer debates políticos. Por su parte, los salones franceses alcanzaron su máximo esplendor en el siglo XVIII. En ellos se reunían hombres y mujeres que eran considerados todos como iguales y discutían temas públicos. De esa manera, la opinión pública de París se dictaba desde los salones y no desde la corte. En 1789 estalla la Revolución Francesa. La opinión de los grupos burgueses se hace oír a través de las trabas del poder. Como resultado de estas revoluciones, entre 1789 y 1793 tanto tanto las Consti Constituc tucion iones es como como las Declar Declaraci aciones ones de Derecho Derechos, s, reconoc reconocen, en, entre entre otras otras
muchas libertades, el derecho a manifestar ideas y opiniones de palabra o por escrito o en imprenta. Estas llamadas libertades individuales contribuyen decisivamente al desarrollo de la opinión pública. Estos cambios en el panorama político de los países europeos conducen al surgimiento del Liberalismo y es durante esta etapa que se hace una primera formulación teórica de la opinión pública. Desde los griegos existían dos formas de entender el término “opinión”: La doxa entendida como semisaber, conocimiento incierto, y la opinio entendida como imagen y reputación ante los demás. Los liberales defienden (en contra del pensamiento griego) que la vía de la opinión (dialogo, constaste de opiniones, debate) es un camino adecuado para llegar a la verdad de las cosas. Por otro lado, la concepción de opinión pública como imagen encontrará su mayor desarrollo en el mundo periodístico y en ciertas concepciones elitistas de la sociedad. Según Habermas, la perspectiva que desarrolla el primer sentido se encuentra en autores como Hobbes, Bayle, Rousseau, Burke y Kant. Aunque algunos no utilicen como tal la expre expresi sión ón "opin "opinió iónn públi pública ca”, ”, todo todoss irán irán desar desarro roll lland andoo poco poco a poco poco el conc concept eptoo y describiendo sus funciones en la sociedad. El liberalismo aparece como la filosofía de la clase burguesa y se define por su confianza y en el hombre, y su optimismo acerca de su naturaleza racional y libre, que lo conducirán al progreso y a la consecución de la felicidad universal. El liberalismo constituye una visión individualista y utilitarista de la vida, que fue resumida en la famosa frase acuñada por Auguste Comte: “Orden y progreso”. Por ello, el liberalismo explicaba la opinión pública desde el raciocinio público que se ejercita a través de la circulación de ideas y el debate con otros hombres racionales interesados en los asuntos públicos. La Opinión Pública, entonces, emergerá como punto de unión entre la esfera de lo privado, es decir, las opiniones de los ciudadanos; y la esfera de lo público, entendida como el bien común o el interés general. A finales del S. XVIII se llega finalmente al nombre y al concepto de la opinión pública como es entendido a la manera moderna, aunque la definición de la opinión pública tal y como la entendemos en la actualidad se da hasta bien entrado el S.XIX.
BIBLIOGRAFÍA •
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Monzón, Cándido (1996), Opinión pública, comunicación y política. La formación del espacio público. Ed. Tecnos. Madrid. Muñoz Alonso, Alejandro y otros (1992), Opinión Opinión pública pública y Comunicac Comunicación ión política política. Ed. Eudema. Madrid. Ruíz San Román, José A. (1997), Introducción a la tradición clásica de la opinión pública. Ed. Tecnos. Madrid.