Textos recopilados por: Patricia Bustamante Avendaño Primera Edición
NOVENA LLAMADA “INFALIBLE” PARA OBTENER GRACIAS DE LA
SANTÍSIMA VIRGEN EN LOS CASOS MÁS DESESPERADOS QUITO - ECUADOR “La Prensa Católica” 1954
NOTA DEL TRADUCTOR Explicación de la Novena En uno de mis viajes al Perú quise, como lo hago en todas partes, visitar a los Jesuitas y a las Monjas. Me hallaba un día en el Colegio de San Pedro que tienen estas últimas en Lima. Mis angustias eran grandes. La escasez o, por mejor decir, la carencia de mis recursos pecuniarios, absoluta. Llegó a saberlo o comprenderlo así una de aquellas santas mujeres, quien, conociendo mis creencias religiosas, se retiró improvisadamente a su celda y volvió al momento con un librito que puso en mis manos, diciendo: “Están disipadas las penas de usted. Comience hoy, ¡pero hoy mismo!, esta Novena a la que nosotras hemos dado el nombre de Novena Infalible. Vea usted nuestro edificio, nuestra Capilla. Pues bien, todo se ha hecho con esta Novena. Está escrita en Inglés..., pero usted conoce ese idioma. Nunca ha sido vertida a ninguna lengua. Haga, pues, el favor, apenas la rece, de traducirla al Castellano.” Para los Católicos de Inglaterra y Estados Unidos no hay novena como la presente, y tienen tal Fe en ella que les aseguro a ustedes que la llevan siempre en el bolsillo, de la misma manera que su otro libro de oraciones a Carlos XII de Suecia. Y, he aquí la traducción que me recomendó la monja. El Traductor
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INTRODUCCIÓN Puedo asegurarles, hermanos, que Nuestro Señor les concederá cuanto le pidan, siempre que recen devotamente la siguiente oración, si conviene a la gloria y salvación de sus almas. Les aseguro también que, si en todas sus necesidades quieren mover el Cielo, a los Santos, a los Ángeles, a la Santísima Virgen, al mismo Nuestro Señor Dios Padre y al Espíritu Santo, no tienen más que decir: “¡Oh, Padre, Hijo y Espíritu Santo! ¡Santísima Trinidad! ¡Oh, Jesús! ¡Oh, María! ¡Los Santos todos del Paraíso! Les pido tal gracia, por la Preciosa Sangre de Jesucristo”. Si perseveran en ello, confíen en que los Santos todos, los espíritus celestiales y el Corazón de María les concederán el favor que solicitan, si así les conviene. La Novena puede hacerse a cualquier hora, siempre y en todas partes. Si les es fácil, pueden valerse de la oración que sigue, recitándola por nueve días ante una imagen de la Virgen Santísima. Reciban en el primero y en el último día la Santa Comunión y ofrézcanla a la Bendita Virgen en honor de la Pasión y Preciosa Sangre de Jesús. Traten, si pueden, de comulgar esos días o en cualquier otro de la Novena, o en el último siquiera. Si esto fuera verdaderamente imposible, preparen, al menos cada mañana, su alma por medio de la Meditación, de modo que se halle en verdadera disposición de recibir la gracia que desean de la Divina Majestad por mediación de la Santísima Virgen. Lo primero que para el efecto se requiere es examinar la intención, la cual tiene que tender principalmente a la gloria de Dios, a la salvación de nuestra alma y la de nuestro prójimo y alivio de las Almas del Purgatorio, así como también a obtener para nosotros y los demás todo cuanto es necesario al alma y al cuerpo. Se termina diciendo: “Nos acogemos a tu protección...”
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ORACIÓN Para rezar nueve días seguidos ¡Oh, Inmensa y Eterna Majestad de Dios, Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo! Yo, vil criatura, Te Adoro y Te Alabo. Quiero y deseo alabarte con el respeto y afecto de todas las criaturas del pasado, del presente y del futuro en Tu Divina presencia, en la de la Santísima Virgen María, en la de la Inmaculada Emperatriz de los Cielos, en la de mi Ángel de la Guarda, en la de mis Santos Patrones ____ y en la de toda la Corte Celestial. Te hago, pues, esta oración y súplica por los méritos de la Preciosísima Sangre de Jesús, para la honra y gloria de Tu Majestad, de la Santísima Virgen y de toda la Corte Celestial, para la salvación de mi alma y la de mi prójimo y para ayuda y alivio de todas las Almas del Purgatorio. Te la ofrezco en particular por todas las necesidades presentes de mi alma y mi cuerpo. Te pido la gracia únicamente por los infinitos méritos de la Preciosísima Sangre de Jesucristo, no por mérito alguno mío, que confieso ser el más vil pecador, indigno de comparecer ante Tu Presencia y de la Reina de los Ángeles, la Santísima Virgen, pues estoy lleno de miseria y pecados. ¿Qué puedo hacer en mi presente estado, sino confesar las ofensas y pecados que he cometido desde mi infancia hasta el momento actual? Por la Preciosa Sangre de Jesús, Te pido perdón por ellos. Sí, Dios mío, me entristecen y me arrepiento con todo mi corazón, no por temor del infierno, ni porque tema perder el Paraíso, sino puramente porque Te he disgustado. ¡Oh, Infinita Bondad! Te pido compasión y perdón, y prometo confesar con verdadera... con sincera contrición mis pecados lo más pronto posible. Por Tu Bondad, por Tu Clemencia, por la Preciosa Sangre que Jesús derramó por nuestra redención... ¡Perdón! Resuelvo firmemente hacer penitencia por lo pasado, y con Tu ayuda, jamás ofenderte en lo futuro. ORACIÓN A LA VIRGEN Para estimularlos a tener mayor Confianza, digan la siguiente oración ante una imagen de la Virgen Bendita: ¡Oh, Dios mío! Ven en mi auxilio. ¡Oh, Señor! Date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén. María, Tú eres toda pura, Jamás te manchó el pecado original. Eres bella e Inmaculada, purísima Virgen María, Reina de los Cielos, Emperatriz de los Ángeles, Señora del Mundo y Madre de Dios. Quiero Amarte, Honrarte, Admirarte y Bendecirte ahora y siempre.
Sea admirada tu cabeza llena de sabiduría celestial. Sean benditos esos tus graciosísimos ojos con los cuáles viste por primera vez al Hijo del Dios verdadero. Sea bendita tu santísima lengua, que después de la del Ángel, fue la primera en pronunciar el santo nombre de Jesús. Benditos sean tus oídos, los primeros que de la boca del Ángel escucharon el Santísimo Nombre de Jesús. Bendito tu puro y clemente corazón, contra el cual tan a menudo oprimiste al dulce Infante Jesús. Benditos tus pies que tantos pasos dieron por Amor a Jesús. Bendito tu puro y virginal seno en que Jesús fue llevado. ¡Oh, María! Recurro a Ti, te invoco. ¡Ayúdame, oh dulce Madre de Dios, Emperatriz del Cielo! ¡Ayúdame, oh misericordiosa Abogada de los pecadores! ¡Ayúdame, oh Madre del Dulce Jesús! ¿De qué manera mejor podría yo tocarte el corazón y obligarte a acceder a mi súplica, sino es mostrándote a tu Hijo crucificado, señalándote Sus Sagradas Heridas, refiriéndote Sus tristezas... sufrimientos, presentándote la corona que rodeó su Divina Cabeza, los azotes que despedazaron Su inocente Cuerpo, los clavos que agujerearon Sus Manos y Pies, la venda con la que cubrieron Sus Ojos, la hiel que Le dieron a beber y la lanza con la que, después de Su muerte, en tu presencia fue abierto Su Adorable Corazón? ¡Oh, María! Como el que desea obtener el Cielo no puede, por ningún medio mejor, llegar a tal resultado, sino elevando su petición a Ti, es mi intención hacerlo así, como en verdad lo hago, por los golpes, las salivas, las blasfemias, los insultos, las injurias, los desprecios y ultrajes que tu Dulcísimo Hijo Jesús sufrió por nosotros. Como no hay petición que sufra tu rechazo, cuando se te hace por la Pasión de Jesús, por la Sangre que derramó en la Cruz en tu presencia, por la Preciosísima Sangre que manó de Sus Ojos y delicada Faz, ¡oh dulcísima Madre, concédeme lo que Tú no puedes rehusar! ¡Te lo pido! ¡Te lo imploro! ¡Te lo suplico! Y no cesaré de pedírtelo hasta que lo obtenga. ¡Oh, Madre misericordiosa! Confío en que obtendré esta gracia de Ti, que, desde luego, te la pido por los infinitos méritos de la Preciosísima Sangre de tu Divino y Amado Hijo Jesús. (Pedir la gracia) 1. Te la pido, Madre Santísima, por la purísima, inocente y bendita Sangre de Jesús, tu Hijo, la que derramó en Su circuncisión, cuando no tenía más que ocho días de nacido. Ave María
2. Santísima Virgen, te pido esta gracia por las heridas de Jesús, los méritos de Su Preciosísima Sangre, que derramó a torrentes de todo su bendito Cuerpo, particularmente la que brotó de Su Divina Faz en la Agonía del Jardín y que regó la tierra. ¡Escucha mi petición, Madre mía! Ave María 3. Santísima Virgen, te pido esta gracia por las heridas de Jesús y los méritos de Su Preciosísima Sangre, especialmente la que derramó en el camino, cuando fue conducido desde Jerusalén hasta la casa del sumo sacerdote. ¡Escucha mi ruego, Madre mía! Ave María 4. Santísima Virgen, te pido esta gracia por las heridas de Jesús y los méritos de Su Preciosísima Sangre, que derramó cuando fue golpeado en la mejilla, y por los insultos que recibió en la casa del impío Caifás, la tremenda noche antes de Su Pasión. ¡Te suplico, Madre mía, que me oigas! Ave María 5. Santísima Virgen, te pido esta gracia por las heridas de Jesús y los méritos de Su Preciosísima Sangre, que derramó de todo Su Cuerpo la mañana que le llevaron de Caifás a Pilatos, de Pilatos a Herodes y de Herodes a Pilatos. Ave María 6. Santísima Virgen, te pido esta gracia por las heridas de Jesús y los méritos de Su Preciosísima Sangre, que derramó en abundancia cuando se le despojó de Sus vestidos, se le ató a un pilar y se le azotó cruelmente. Ave María 7. Santísima Virgen, te pido esta gracia por las heridas de Jesús y los méritos de Su Preciosísima Sangre, que inundó Sus ojos y Faz cuando le coronaron con agudas espinas. Ave María 8. Santísima Virgen, te pido esta gracia por las heridas de Jesús y los méritos de Su Preciosísima Sangre, que derramó en el patio, el pretorio y las escaleras del Palacio de Pilatos, cuando Le llevaban para ser crucificado. Ave María 9. Santísima Virgen, te pido esta gracia por las heridas de Jesús y los méritos de Su Preciosísima Sangre, que derramó en el Camino del Calvario, llevando sobre sus hombros la pesada Cruz, y por el indecible dolor que sufrió tu corazón al acompañarlo al Monte Calvario. Ave María 10. Santísima Virgen, te pido esta gracia por las heridas de Jesús y los méritos de Su Preciosísima Sangre, que derramó de Sus Santísimas Manos y Pies cuando le clavaron en la Cruz. Ave María
11. Santísima Virgen, te pido esta gracia por las heridas de Jesús y los méritos de Su Preciosísima Sangre, que cubrió el madero de la Cruz cuando fue clavado en ella. Ave María 12. Santísima Virgen, te pido esta gracia por las heridas de Jesús y los méritos de la Preciosísima Sangre que Jesús derramó sobre tu manto cuando, presa del dolor, permaneciste a los pies de Jesús Crucificado. Ave María 13. Santísima Virgen, te pido esta gracia por las heridas de Jesús y los méritos de la Preciosísima Sangre que Jesús derramó sobre los vestidos de San Juan Evangelista y Santa María Magdalena, cuando llorando permanecieron a los pies de su crucificado Maestro. Ave María 14. Santísima Virgen, te pido esta gracia por las heridas de Jesús y los méritos de Su Preciosísima Sangre, especialmente por la Santísima y Preciosa Agua que brotó de Su Sagrado Costado cuando después de su muerte una lanza cruel abrió su divino Corazón. ¡Escúchame, pues, oh, compasiva Virgen María! Ave María 15. Santísima Virgen, te pido esta gracia por las heridas de Jesús y los méritos de Su Preciosísima Sangre. Apelen ahora a los Ángeles y Santos para que con la Santísima Virgen intercedan por ustedes y Ella les conceda la gracia que solicitan. Exprésense así: San Miguel, San Rafael, San Gabriel, Ángel Santo de mi Guarda, todos ustedes Ángeles y Arcángeles, Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades, Virtudes, Querubines y Serafines hagan que la Santísima Virgen María me conceda la gracia que pido, por la Sangre, Pasión, Crucifixión, Agonía y Muerte de Jesús, a cuyos méritos deben ustedes su felicidad en los Cielos. San José... San Juan Bautista... Patriarcas y Profetas...
San Andrés... San Bartolomé... San Santiago... San Mateo... San Juan... San Simón...
Ruega por nosotros. “ Rueguen por mí a la Santísima María para que me conceda la gracia que pido, por la Sangre y Pasión de Jesús. Ruega por nosotros. “ “ “ “ “
Santo Tomás... San Judas Tadeo… San Matías... San Lucas... San Bernabé... San Marcos...
Ruega por nosotros. “ “ “ “ “
Todos ustedes, Evangelistas y Discípulos de Nuestro Señor, rueguen por mí a la Santísima Virgen María, y alcáncenme, por la Sangre y Pasión de Jesús, la gracia que solicito. Santos Inocentes... San Esteban... San Lorenzo... San Vicente... Santos Fabián y Sebastián... Santos Cosme y Damián... Santos Gervasio y Protasio...
Rueguen por nosotros. Ruega por nosotros. “ “ Rueguen por nosotros. “ “
Todos ustedes, Mártires que derramaron su sangre por Amor a Jesús, intercedan por mí con la Virgen Santísima y alcáncenme, por la Pasión y la Sangre de Jesús, la gracia que pido. San Silvestre... San Gregorio... San Ambrosio... San Martín... San Agustín... San Nicolás... San Jerónimo... San Cayetano...
Ruega por nosotros. “ “ “ “ “ “ “
Todos ustedes, Santos Doctores, Pontífices y Confesores, rueguen por mí a María Santísima y alcáncenme la gracia que pido por la Pasión y Sangre de Jesús. San Antonio... Santa Inés... San Benedicto... Santa Catalina... Santa Ágata... Santa Cecilia... Santa Lucía... Santa Atanasia...
Ruega por nosotros. “ “ “ “ “ “ “
Todos ustedes, vírgenes y viudas, pidan por mí a María Santísima, y por la Pasión y Sangre de Jesús, para que me alcance la gracia que solicito. Todos ustedes, Santos de Dios, Moradores del Cielo que contemplan la Beatífica Visión, rueguen por mí a María Santísima, su Reina, para que me alcance la gracia que pido. Recurro también a ustedes, Almas Benditas del Purgatorio, a fin de que por la Pasión y Sangre de Jesús rueguen por mí a María Santísima para que me conceda la gracia que deseo. No me abandonen en esta urgente necesidad, puesto que se los pido por la Preciosísima Sangre que Jesús derramó de sus Cinco Llagas, en cuyo honor y para su sufragio voy a rezar: Cinco Padre Nuestro - Cinco Ave María
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COPIADA DE LA NOVENA ORIGINAL Publicada en Quito - Ecuador por “La Prensa Católica” En 1954 Vicaría General de la Arquidiócesis Quito, 12 de febrero de 1948 Puede imprimirse: Víctor M. Carrillo Moscoso Vicario General Ángel Humberto Jácome Secretario