María Auxiliadora de los Cristianos
Ruega por nosotros
Novena a María Auxiliadora 2013 Centro Salesiano de Publicaciones Pastorales José Ruaro Av. 12 de Octubre N23-88 y Wilson Tel. 02-2506251 Colaboración especial: P. Alejandro Saavedra, sdb. Impreso en Centro Gráfico Salesiano - Cuenca Tel. 07-2831745
Novena a María Auxiliadora 2013 Centro Salesiano de Publicaciones Pastorales José Ruaro Av. 12 de Octubre N23-88 y Wilson Tel. 02-2506251 Colaboración especial: P. Alejandro Saavedra, sdb. Impreso en Centro Gráfico Salesiano - Cuenca Tel. 07-2831745
Novena a María Auxiliadora de los cristianos
HISTORIA DE LA DEVOCIÓN A MARÍA AUXILIADORA
E l primero que llamó a la Virgen María con el título de “Auxiliadora” fue San Juan Crisóstomo. En Constantinopla en el año 345, él dice: “Tú, María, eres auxilio potentísimo de Dios”. San Sabas en el año 532, narra que en Oriente había una imagen de la Virgen que era llamada “Auxiliadora de los enfermos”, porque junto a ella se obraban muchas curaciones. San Juan Damasceno en el año 749 fue el primero en propagar la jaculatoria: “María Auxiliadora, rogad por nosotros”. Y repite: la Virgen es “Auxiliadora para evitar males y peligros y auxiliadora para conseguir la salvación”. En Ucrania, Rusia, se celebra la fiesta de María Auxiliadora el 1 de Octubre desde el año 1030, en ese año libró a la ciudad de la invasión de una terrible tribu de bárbaros paganos. En el año 1551, el Emperador Carlos V donó para la Catedral de Lima la imagen de María Auxiliadora, la cual fue coronada por Juan Pablo II (1988) como “Nuestra Señora de la Evangelización, Auxiliadora de los Cristianos”. En el año 1572, el Papa San Pío Quinto ordenó que en todo el mundo católico se rezara en las letanías la advocación “María Auxiliadora, rogad, por nosotros”, porque en ese año Nuestra Señora libró prodigiosamente en la batalla de Lepanto a toda la cristiandad que
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venía a ser destruida por un ejército mahometano de 282 barcos y 88000 soldados. En el año 1600, los católicos del sur de Alemania hicieron una promesa a la Virgen de honrarla con el título de Auxiliadora si los libraba de la invasión de los protestantes y hacía que se terminara la terrible guerra de los 30 años. La Madre de Dios les concedió ambos favores y pronto había ya más de 70 capillas con el título de María Auxiliadora de los cristianos. En 1683 los católicos al obtener inmensa victoria en Viena contra los enemigos de la religión, fundaron la Asociación de María Auxiliadora, la cual existe hoy en más de 60 países, entre ellos nuestro Ecuador que se apresta a difundir con “ celo y amor” su devoción. En 1814, el Papa Pío VII, prisionero del general Napoleón, prometió a la Virgen que el día que llegara a Roma, en libertad, lo declararía fiesta de María Auxiliadora. Inesperadamente el pontífice quedó libre, y llegó a Roma el 24 de Mayo. Desde entonces quedó declarado el 24 de mayo como día de María Auxiliadora. En 1860 la Santísima Virgen se aparece a San Juan Bosco y le dice que quiere ser honrada con el título de “Auxiliadora”, y le señala el sitio para que le construya en Turín, Italia, su templo. Empezó la obra del templo con sus tres monedas de veinte centavos cada una, pero fueron tantos y tan grande los milagros que María Auxiliadora empezó a obtener favor de sus devotos, que en sólo cuatro años estuvo terminada la Gran Basílica. El Santo solía decir: “ Cada ladrillo de este templo corresponde a
un milagro de la Santísima Virgen”, desde aquel Santuario comienza a extenderse por el mundo la devoción a María bajo el título de Auxiliadora de los Cristianos. Desde allí ha salido “la Gloria de Dios a todo el mundo”. “Confíen en María Auxiliadora y , verán lo que son los milagros” (San Juan Bosco). PARA EL 24 DE CADA MES
E l día
24 de cada mes, para conmemorar la festividad de la Virgen Auxiliadora que se celebra el 24 de mayo, se inicia con la recepción de los Santos Sacramentos de la Confesión y Comunión y otros devotos ejercicios que ponemos a continuación: Los confesados y comulgados asisten a estos cultos (acompañados de la Exposición y Bendición con S. D. M, en una Iglesia u Oratorio de Padres Salesianos, o en una Iglesia en que esté erigida canónicamente la Asociación de la Virgen Santísima Auxiliadora. Lucran INDULGENCIA PLENARIA, aplicable a los difuntos, orando por las necesidades de la Iglesia y el Romano Pontífice. TRIPLE SALUTACIÓN A LA VIRGEN AUXILIADORA
V. Dios mío, atiende a mi socorro. R. Señor, ayúdame prontamente. Gloria al Padre, etc.
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I
S oberana Señora, hija predilecta del Padre, Tú fuiste
designada por el mismo Dios para ser auxilio poderoso de los cristianos en todas sus necesidades públicas y privadas. Por esto acuden continuamente a Ti los enfermos, en sus enfermedades; los pobres, en sus apuros; los atribulados, en sus aflicciones; los náufragos, en las tormentas; los soldados en las batallas; los caminantes, en los peligros; los moribundos en las ansias de la agonía…, y, todos reciben de Ti consuelo y aliento. Acoge, pues, con bondad mis pobres plegarias, Madre de Misericordia y cobijándome con tu maternal manto, asísteme amorosa en todas mis necesidades, líbrame de todo mal, y alcánzame abundantes gracias para esta vida y sobre todo para la hora de la muerte. Tres Avemarías y después la jaculatoria: María, Auxilio de los Cristianos, ruega por nosotros. II 8
¡ Oh María Santísima, Madre, augusta de mi Salvador y
valioso Auxilio de los Cristianos! Destruiste las herejías e hiciste salir victoriosa a la Iglesia en las luchas más encarnizadas. ¡Cuántas personas, cuántas familias, han sido no solo libradas, sino también preservadas por Ti de las mayores calamidades! Es que en cuanto se implora tu auxilio, los enemigos se desbaratan, las enfermedades huyen precipitadamente, y la misma muerte se ve obligada a soltar su presa. Concédeme ¡Oh María!, una viva confianza en Ti, para que en
mis necesidades pueda experimentar que tú eres verdaderamente el socorro de los necesitados, el amparo de los perseguidos, la salud de los enfermos, el consuelo de los afligidos, el refugio de los pecadores y la perseverancia de los justos. Tres Avemaría, etc. III
¡ Oh
María Auxiliadora, Esposa muy amada del Espíritu Santo y bondadosa Madre de los Cristianos! Me poso a tus plantas implorando tu Auxilio. Líbrame, por piedad del pecado y de las acechanzas de mis enemigos espirituales y temporales; aleja de mí los castigos que he merecido por mis culpas; haz, en fin, que experimente en mis necesidades, los efectos de tu bondad y de tu poder. ¡Soberana Señora, cuánto suspiro por el dichoso día en que me será dado contemplarte cara a cara en la feliz mansión del Paraíso! Pero, a veces un funesto pensamiento me asalta y me dice que por mis innumerables pecados yo no disfrutaré esa dicha. Dulcísima Madre, no permitas tal desventura; ruega por mí, intercede por mí, alcánzame de Jesús, un verdadero pesar de mis culpas y la gracia de hacer una buena confesión, a fin de que viviendo en paz los días que me quedan de vida, coronándolos con una dichosa muerte, pueda ir al Cielo, a gozar contigo, eternamente. Amén. Así sea. Tres Avemarías, etc .
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“Siempre he puesto toda mi confianza en María Auxiliadora”, San Juan Bosco. Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. ACTO DE CONTRICIÓN
S eñor
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mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, creador, Padre y Redentor mío, en quien espero, a quien amo y estimo más que todas las cosas, me pesa haberte ofendido, por ser quien eres, bondad infinita y ayudado de tu gracia, propongo nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta. Amén. ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
S antísima
Virgen María, Reina de todos los santos y Madre mía, designada por tu Hijo expirante en la Cruz para salvar a todos los hombres, acudo a Ti, con amor y confianza, pues eres Abogada de los pecadores y auxilio de los cristianos. Alcánzame,
Señora mía, el perdón de mis culpas, un verdadero dolor de ellas, luz y acierto para poder conseguir la gracia de Dios y con auxilio para mi eterna salvación. A este fin te ofrezco todos los obsequios de esta novena, que consagro en tu honor. Recíbelos mi buena Madre y haz que logre la gracia que me he propuesto pedirte en el curso de esta novena. Si me conviene para el bien de mi alma, te pido la gracia (cada uno pide la gracia que le conviene)… y deseo Señora mía, que en todo se cumpla la voluntad de Dios; pero bien lo ves, mi buena Madre, cuántas ansias y penas afligen mi corazón; apresura pues, tu auxilio a tantas necesidades mías. Te lo pido por los méritos de los dolores que sufriste al pie de la cruz, cuando Jesús te constituyó Madre y Auxilio de los cristianos. Amén. ORACIONES PARA EL FINAL I
¡ Oh
María, Auxilio poderoso de los Cristianos que se acercan llenos de confianza al trono de tu misericordia! Oye los ruegos de tus hijos que imploramos tu socorro, a fin de poder huir del pecado y de las ocasiones de pecar! II
Poderosísima Reina del Cielo, que siempre has sido verdadera Auxiliadora de los Cristianos, asístenos. No nos dejes solos ni un instante, hasta que, felices contigo, cantemos en el Cielo, por toda la eternidad, Tu gloria y las misericordias de Tu Hijo.
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DÍA PRIMERO
¡ Oh Santísima María, Auxilio poderoso de los cristianos
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que acuden confiados al trono de tu misericordia, escucha las plegarias de un pecador, que implora tu asistencia para poder huir siempre del pecado y de las ocasiones de pecar! “El que haga la voluntad de Dios, ese es mi hermano y mi hermana y mi madre” (Mc 3, 35). Para meditar: Así se concibe la santidad. Y María cumplió como nadie la voluntad de Dios. El sí rotundo, confiado y pleno que la Santísima Virgen dio al Padre nos sirvió a nosotros para poder alcanzar la salvación. Las plegarias de una Madre, la más tierna de todas las madres, sobre el corazón de un hijo, cuya bondad es infinita y cuyo poder no tiene límites ¿podrán ser desatendidas? Si alguna devoción puede y debe ser eficaz es esta, la devoción a la que es Madre nuestra y Madre de quien desea y puede ayudarnos. “Recordemos siempre que el ser devotos de María es un medio de los más seguros y eficaces para conseguir la vida eterna” (San Juan Bosco). Compromiso: A imitación de Don Bosco, haz que tu vida sea también continua manifestación de amor a María.
Petición: Santa María, Auxiliadora de los cristianos, enséñanos a seguir tu camino de santidad cumpliendo siempre la voluntad de Dios, especialmente cuando se trata de servir a los demás. Oración final Tres Avemarías, Gloria, Gozos. María Auxiliadora de los Cristianos, ruega por nosotros. DÍA SEGUNDO
S antísima María, Madre de bondad y de misericordia
que con tu visible patrocinio libraste tantas veces al pueblo fiel de los sobresaltos, te suplico, libres a mi alma, de las acechanzas del mundo terrenal, concédeme en todo tiempo la más completa victoria sobre los enemigos de mi alma. “La Madre de Jesús dijo: No tienen vino” (Jn 3,3). Para meditar: Madre buena, cuida de nosotros. Ella alcanza de su Hijo Jesús todas las gracias que nosotros le pedimos con fe. Alegrémonos de tener tal Madre y dejemos que lo sea de verdad, no la marginemos de nuestra vida. Y procuremos siempre ser dignos hijos suyos. Bajo cualquier advocación que a la Santísima Virgen recurramos, será siempre para implorar su Auxilio. Por qué, pues, no hemos de reconocer la necesidad que tenemos de este auxilio que imploramos y por
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qué no hemos de llamarla siempre, a boca llena y con filial confianza, con el hermosísimo título de Auxiliadora nuestra. “Dios, especialmente en estos últimos tiempos, se complace en obrar las más grandes maravillas en pro de las almas afligidas, por intercesión de María Auxiliadora”, San Juan Bosco. Compromiso: Al acostarnos y al levantarnos, miremos la imagen de María y pidámosle su maternal bendición. Petición: Auxiliadora de los cristianos, Madre amable, que nunca perdamos la confianza en Ti. Que busquemos imitarte en la amabilidad. Que sepamos ser amables con todos. Que quien nos mire, te vea. Oración final Tres Avemarías, Gloria, Gozos. María Auxiliadora de los Cristianos, ruega por nosotros. 14
DÍA TERCERO
P oderosísima
Reina de los Cielos que sola pudiste triunfar de las innumerables herejías que pretendían arrancar a tantos fieles del seno de nuestra Madre Iglesia; ayúdame, por piedad, a permanecer firme en la fe y conservar puro mi corazón de las acechanzas y del veneno de tan perversas doctrinas.
“Haced lo que Él les diga” (Jn 2,5). Para meditar: Fue su consejo en las bodas de Caná, y es el mismo que nos repite a nosotros. Y, ¿cuántas veces desoímos su petición y enrumbamos nuestra vida por senderos distintos a los que el Señor nos tiene trazados. Nos hacemos de los oídos sordos. María es Madre de la “Omnipotencia por esencia”. Con su auxilio ha favorecido a cuantos confiadamente han recurrido a su poder. Poblada está la Tierra de Santuarios en su honor, en donde se atestigua su continua protección y en nuestra vida cotidiana muchas son las muestras de su poder. “No me consta que nadie haya recurrido en vano a María Santísima, Auxiliadora de los Cristianos. Un favor espiritual o material, más o menos señalado ha sido siempre el fruto de la súplica hecha con fe a esta piadosa Madre, Auxilio de quien la invoca”, San Juan Bosco. Compromiso: En tus dificultades, recurre con confianza a la Santísima Virgen y pídele que alivie tus sufrimientos. Petición: Madre Auxiliadora, señálanos el camino correcto para llegar a Dios cuando nos encontremos en una encrucijada. Danos tu buen consejo para poderlo seguir. Sé Tú nuestra Madre y Consejera. A quien podamos recurrir confiados en tu Auxilio. Oración final Tres Avemarías, Gloria, Gozos. María Auxiliadora de los Cristianos, ruega por nosotros.
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DÍA CUARTO
D ulcísima Madre mía, que por tus innumerables actos
de abnegado heroísmo, mereciste el título de Reina de los Mártires, dígnate comunicar a mi corazón la fortaleza necesaria para ser constante en tu servicio; concédeme además la gracia de que, venciendo todo respeto humano, pueda practicar públicamente mis deberes religiosos y gloriarme de ser hijo tuyo hasta la muerte. “Bendita Tú entre las mujeres” (Lc 1,42). Para meditar: María Auxiliadora, son tantos tus prodigios que solo eres digna de alabanza, como decía S. Bernardo “De María nunca es bastante todo lo que podamos decir”. Tú eres el himno de alabanza a Dios. La proclamada “llena de gracia” ¿habrá de carecer de bondad y de ternura para con sus hijos? ¡Buena es para habernos aceptado por hijos suyos, previendo nuestra poca reciprocidad! ¡Buena es al seguirnos 16 favoreciendo a pesar de nuestra frialdad y tibieza! “Honrad, amad, servid a María y procurad hacerla conocer y amar por los demás. No solo no perecerá un hijo que haya honrado a esta buena Madre, sino que podrá confiadamente esperar una grande corona en el Cielo”, Don Bosco. Compromiso: Háblale a una persona sobre las bondades de María Auxiliadora.
Petición: Señora, mía, poderoso auxilio de los cristianos haz que yo pueda amarte, y alabarte cuando Tú debes ser alabada y servirte cuanto pueda para tu gloria. Oración final Tres Avemarías, Gloria, Gozos. María Auxiliadora de los Cristianos, ruega por nosotros. DÍA QUINTO
A mada
Madre mía, que en el triunfo del gran Pío VII diste otra prueba de la eficacia de tu patrocinio, cobija bajo tu piadoso manto de la Iglesia toda, especialmente a su augusto Jefe, el Supremo Pontífice; defenderle en todo tiempo contra los ataques de sus enemigos, hazle más llevaderas sus penas, y asístele siempre para que pueda guiar al puerto la navecilla de San Pedro triunfando de las oleadas que quieren sumergirlas. “Hágase en Mí, según tu palabra” (Lc 1,38). 17 Para meditar: Fiel es quien cumple lo prometido y quien no es incrédulo, sino que tiene fe. Extraordinaria fue la fe de la Virgen, y su fidelidad en atenerse a ella. Fiel a su fe y a su entrega a Dios hasta el Calvario. ¡Qué falta nos hace que fortifiquemos nuestra fe y la realización de nuestros propósitos! Auxilios materiales hacen fe. ¡Somos tan terrenales! Y pese a eso María nos los concede. Buena pescadora
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de almas, se sirve de estas gracias de orden natural para abrir los ojos de nuestra inteligencia y conducirnos a Jesús. “Cuántas gracias y bendiciones alcanzará María de su amado Jesús a favor de quienes, con sus consejos, con sus obras, con sus oraciones, limosnas o en cualquier otra forma, ejercen actos de caridad para con el prójimo”, San Juan Bosco. Compromiso: Háblale a una persona sobre las bondades de María Auxiliadora. Haz que la ame. Petición: María Auxiliadora, haz que sintamos la responsabilidad que entraña el pertenecer a la Iglesia de Dios. Haz que tu ejemplo de fidelidad sea eficaz ayuda para nosotros, para que el día del juicio final merezcamos ser llamados hijos de Dios. Examinemos nuestra fidelidad junto a María. Oración final Tres Avemarías, Gloria, Gozos. María Auxiliadora de los Cristianos, ruega por nosotros. DÍA SEXTO
¡ Oh
María, Reina de los Apóstoles, toma bajo tu valiosa protección a los ministros del altar y a los miembros todos de la Iglesia Católica; alcánzales espíritu de unión, de perfecta obediencia al Romano
Pontífice y de ardiente celo por la salvación de las almas. Especialmente te suplico que veles con amorosa asistencia por los misioneros, a fin de que puedan llevar la fe de Jesucristo a todos los pueblos de la tierra, y formar con el mundo entero un solo rebaño que conozca por Jefe a tu Vicario, el Sumo Pontífice. “María meditaba estas palabras en su corazón (Lc 2,19). Para meditar: Sin oración no hay entrega ni comunicación con Dios. Y la Virgen oraba y se comunicaba con el Señor continuamente, le entregaba a Él sus pensamientos. Roguemos a María Auxiliadora que nos enseñe a orar, pero a orar con el corazón y el pensamiento puestos en el cumplimiento de la voluntad de Dios. ¿Cuáles son las dificultades en mi oración y qué hago para superarlas? María encamina todos sus favores y nos empeña su palabra de que quien la glorifica, habrá de tener la vida eterna. “En esta vida tenemos necesidad de una medicina que nos preserve de toda suerte 19 de males. Y ¿qué mejor medicina, qué remedio más eficaz que esta Reina de los Cielos, justamente llamada por la Iglesia: Salud de los enfermos?...” San Juan Bosco. Compromiso: Pídele a María Auxiliadora que te conserve siempre en su gracia, reza durante el día por la conversión de los pecadores.
Petición: Virgen mía, Auxiliadora de los Cristianos, haz que Contigo aprendamos a orar y por medio de la oración unirnos a Dios nuestro Padre y Creador. Oración final Tres Avemarías, Gloria, Gozos. María Auxiliadora de los Cristianos, ruega por nosotros. DÍA SÉPTIMO
¡ Oh
María, Madre de piedad y de misericordia! Que con tu intercesión haz librado tantas veces a los cristianos de la peste, de la guerra y de otras cala- midades, acude en nuestro socorro y líbranos ahora de la irreligión y del vicio que a tantos alejan de la Iglesia y de la virtud. Madre mía, anima a los buenos para que perseveren; fortalece a los débiles y haz que se conviertan los descarriados y los pecadores a fin de que, triunfando la verdad aquí en la tierra y estableciéndose el reinado de Jesucristo, sea mayor 20 tu gloria y mayor el número de los elegidos del cielo. “Todos están llamados a la santidad pues esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación” (1 Tes 4, 3). Para meditar: María se entregó totalmente a la Voluntad Divina. Solo será plenamente Madre y Reina nuestra si nosotros buscamos también corresponder a la llamada de santidad. ¿Pides a María que te vincule estrechamente con Dios, a tu familia, a tu trabajo, a tu vida cotidiana?
Encomiable herencia la que Jesús, agonizante, dejó a su Santísima Madre al pie de la Cruz: una humanidad que no lo comprendía. Pero ella abnegada, propagó el amor de su Hijo. “María es nuestra Madre y nos ama infinitamente más de cuanto pudieran amarnos todos juntos los corazones de las madres terrenales”, San Juan Bosco. Compromiso: Da una parte, cualquiera que sea, de los bienes que Dios te ha dado, en beneficio de las obras de caridad. Petición: María Auxiliadora, Reina de todos los santos, te suplicamos que seas el eslabón que nos una a Dios y que aprovechemos esta vida terrena para poder llegar a la eterna junto a Dios. Oración final Tres Avemarías, Gloria, Gozos. María Auxiliadora de los Cristianos, ruega por nosotros. DÍA OCTAVO
¡ Oh
María, Columna Espiritual de la Iglesia y Auxi- liadora de los cristianos! Te suplico me concedas la perseverancia en el bien, la libertad de los hijos de Dios. Por mi parte, te prometo no manchar ni enca- denar mi alma con el pecado. Es mi deseo, Madre mía, obedecer al Sumo Pontífice y a los Obispos que están en comunión con él, vivir y morir en el seno
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de la religión católica, en la cual tengo seguridad de salvar mi alma. “Dios te salve, llena eres de gracia, el Señor es Contigo” (Lc 1, 28). El arcángel San Gabriel fue quien comenzó el rosario, y la misma Virgen lo ha recomendado. El saludo del Ángel de Dios nos hace pensar en la verdadera dimensión de la grandeza de María, nuestra Madre, y qué mejor que repetirla cada vez que rezamos el Santo Rosario. ¿Tiene tu devoción y amor a María su fundamento en la imitación de sus virtudes? Prométele a María Auxiliadora que, como fruto de este Novenario, será tu vida la que glorifique. “Avivemos en nosotros y en nuestras familias la devoción al Santo Rosario. Si en las casas, escuelas y talleres se rezara el Rosario, tendríamos fundados motivos para esperar que cesaren los azotes que nos afligen, florecía la religión y aparecerían para nosotros días de paz y de ventura”, San Juan Bosco. 22 Compromiso: Purifica tu alma mediante el Sacramento de la Confesión, haciendo un serio examen de conciencia. Petición: Virgen María, Auxilio de los cristianos, que por Ti suba nuestra alabanza a Dios nuestro Padre y que todos los días de la vida nos alegremos de tu grandeza y alabemos su obra.
Oración final Tres Avemarías, Gloria, Gozos. María Auxiliadora de los Cristianos, ruega por nosotros. DÍA NOVENO
P iadosísima Madre Mía, que en todo tiempo quisiste
ser la Auxiliadora de los cristianos, asísteme con tu poderosísimo patrocinio durante mi vida, pero especialmente en la hora de la muerte; y haz que después de haberte amado y honrado en la Tierra, pueda cantar tus misericordias en el cielo. “Todos estaban unidos, insistiendo en la oración, con María, la Madre de Jesús (Hech 1, 14). Para meditar: Siempre estás con nosotros en todas las persecuciones de la Iglesia. Nuestra oración debe ser una palanca para liberarnos de nuestras pequeñas y grandes faltas, de nuestras esclavitudes. Jesús sufrió sus últimas angustias mortales. Junto a la Cruz estaba María, de pie: el amor vence al dolor. 23 Ve salir del costado abierto de su Hijo la última gota de sangre vertida a causa de quienes le crucifican… de los que Ella recibe en herencia… “El devoto de María que durante su vida supo recurrir a Ella, al llegar sus últimos momentos, se arrojará con mayor confianza entre sus brazos amorosos como el infante en brazos de su madre. Y si María está con nosotros ¿quién
podrá estar en contra nuestra? En el regazo de esta Madre buena y tierna plácidamente nos adormecemos para despertar con Ella en el Cielo”, San Juan Bosco. Petición: Auxilio de los cristianos, Señor de todas las victorias, no nos desampares en nuestras luchas, danos fuerzas para perseverar en nuestra fe y en las obras dirigidas a la gloria de Dios. Oración final Tres Avemarías, Gloria, Gozos. María Auxiliadora de los Cristianos, ruega por nosotros. ORACIONES INDICADAS POR SAN JUAN BOSCO PARA OBTENER LA PROTECCIÓN DE MARÍA AUXILIADORA
I NOVENA 24
R ezar, durante nueve días seguidos tres Padrenues-
tros, Avemarías y Gloria Patri al Santísimo Sacramento con la jaculatoria Sea Alabado y renovado en todo momento el Santísimo y Divinísimo Sacramento y tres Salves a la Santísima Virgen con la jaculatoria María Auxiliadora de los cristianos, ruega por nosotros. Recibir con las mejores disposiciones los sacramentos de la Confesión y Comunión. Llevar al cuello la medalla de María Auxiliadora y dar
una limosna para los huérfanos, proporcional a los medios de que disponga. II PARA PEDIR UNA GRACIA
¡ Dios te salve, Reina y Madre de misericordia y Auxilio
de los Cristianos! Pobre hijo de Eva. ¿A quién dirigiré mis ojos en este valle de lágrimas sino a Ti, que eres la vida, la dulzura y esperanza nuestra?... A Ti, pues, dirijo mis súplicas. Pongo a tus pies el peso de mis pesares. Poderosa Auxiliadora, date a conocer como abogada piadosa; baja tus ojos maternales sobre mí, que imploro tu auxilio… ¡Ah! Madre, hoy más que nunca necesito de tu misericordia y santa ayuda. Dirige sobre nuestros ojos misericordiosos y mi corazón quedará inundado de alegría. Soy pecador, es verdad, pero tú eres piadosa; ¡oh, pía…! Yo soy ingrato, pero tú eres dulce; ¡Oh dulce Virgen María! No mires mis culpas… acuérdate solo de nuestra bondad. Yo me entrego a Ti, como un niño en el seno de su madre. Dios Te salve Reina, etc. María Auxiliadora de los cristianos, ruega por nosotros. III EN LAS MAYORES TRIBULACIONES DE LA VIDA
B ien conoces, ¡oh dulcísima Auxiliadora!, la desgracia
que me aflige. En tan grave desventura solo me queda
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un consuelo: Tú, Madre querida. Tú me amas y yo no debiera temer nada confiando en la protección que me dispensa tan gran Reina. Pero mi corazón vacila y mis ojos se deshacen en lágrimas. Quisiera sufrirlo todo con resignación en obsequio tuyo –que tanto sufristepor mí al pie de la cruz; pero no puedo… ¡Madre mía, es demasiado duro este golpe! Tres Avemarías y la jaculatoria María Auxiliadora de los cristianos, ruega por nosotros. Madre dulcísima yo me abandono en las manos de tu misericordia, pero al pensar que acaso en estos mismos instantes estás consolando a otros que, como yo, han recurrido a Ti, siento que mi corazón se abre a la esperanza y confío en que he de ser consolado… ¿Quién podría contar las lágrimas que haz derramado en este día? ¡Oh Auxilio de los Cristianos!, consuela también las mías. Te prometo amarte siempre más y más. Tres Avemarías, etc. IV
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EN UNA NECESIDAD
N ecesito
un favor especial, y confiado en tu bondad a ti recurro, poderoso auxilio de los cristianos. Conocedor de las innumerables mercedes que diariamente concedes a tus devotos, he puesto siempre en Ti toda mi confianza; y hoy humildemente postrado a tus plantas, te suplico con todo el fervor de mi alma medies en mi necesidad
(expóngase la gracia que se desea obtener) . Bien sé, Madre querida que yo no merezco nada; y aún temo que mis culpas sean al fin obstáculo de nuestra bondad. Más Tú puedes, dulcísima Señora, sacarme de este lastimoso estado y hacer que sirva con fidelidad a Ti y a tu divino Hijo, a fin de que yo también pueda experimentar la maravillosa eficacia de tu sano auxilio. María Auxilio de los cristianos, ruega por nosotros.
V TRIDUO POR LA CURACIÓN DE UN ENFERMO
M il y mil veces, ¡Oh
bendita Madre de Dios!, fuiste la salvación prodigiosa de los enfermos, y lo sigues siendo todavía en todos los ámbitos del mundo. Dispensadora soberana de los favores celestiales, escucha las súplicas que te dirigimos por la salud de este amado enfermo. ¡Ah!, si no ha de ser obstáculo para su salvación eterna, manifiesta en este caso la grandeza de tu poder… y se acrecentará en nuestros corazones tu devoción. Una Salve y la Jaculatoria María Auxilio de los Cristianos, ruega por nosotros. Mil y mil cristianos, ¡Oh bendita Madre de Dios!, se han postrado llorosos ante tu imagen en los trances más apurados de la vida. La muerte llamando a las puertas de sus hogares, amenazaba arrancar su cariño a una persona amada. Nuestra casa está también amenazada. Madre bondadosa; aleja
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de ella, por piedad, todo peligro, y te prometemos pasar cristianamente el resto de nuestros días para merecer siempre tu valioso patrocinio. Una Salve, etc. Mil y mil enfermos por Ti curados. ¡Oh bendita Madre de Dios!, entonaron himnos de gratitud ante tu poderosa imagen. Por las lágrimas de gratitud que ellos derramaron, por sus plegarias perfumadas con el más profundo cariño, escúchanos. Reina poderosísima… y desde luego los primeros pasos de tu querido enfermo serán para dirigirse a tu templo a cantar junto con nosotros el himno de agradecimiento. Señora, conmuévete por nuestras lágrimas, por nuestras oraciones y también por nuestras promesas. Remedia nuestra necesidad; salva al enfermo, si esto no ha de ser un obstáculo para su salvación eterna. Sí, piadosísima auxilio de los Cristianos, despacha favorablemente las plegarias de los que ponen en Ti toda su confianza. 28 A continuación se dirán las Letanías de la Santísima Vir- gen María Auxilio de los Cristianos, ruega por nosotros. VI RECOMENDACIONES DE LOS HIJOS
¡ Oh
Virgen Santísima! ¿A quién después de Dios, pudiera yo encomendar mis hijos mejor que a Ti? A Ti bendita y piadosa Señora Auxilio de los Cristianos.
Así pues, yo pongo a todos y cada uno de mis hijos bajo tu protección y amparo. Tenlos benignamente como tus hijos adoptivos y muestra que eres su Madre. Con maternal solicitud aparta de ellos, por el poder de tu intercesión, todo lo que pueda dañarles, principalmente el pecado; por tu mano poderosa, ¡oh llena de gracia!, descienda sobre ellos en todo tiempo la plenitud de las divinas gracias para que perseveren y adelanten en todas las virtudes cristianas y el santo nombre de Dios sea por ellos honrado y glorificado. En particular alcánzales, ¡oh Madre castísima!, la gracia de una inmaculada inocencia y pureza de corazón y un perfecto amor a Jesús, tu hijo divino. Amén. Avemaría. VII ORACIÓN A MARÍA AUXILIADORA
¡ Oh
María Auxiliadora! ¡Oh Madre tan feliz en el cielo! En medio de tus goces no olvides las tristezas de la tierra! ¡Ruega por los que se aman y a quienes Dios ha sometido a la dura prueba de la separación! ¡Ruega por el aislamiento del corazón tan lleno de tristeza, de abatimiento y de algunas veces de terror! ¡Ruega por los que luchan contra las dificultades de la vida y a quienes falta poco por llegar al desaliento y quizá al olvido de sus deberes! ¡Ruega por los que el mundo atrae y la desgracia no ha abatido aún!
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¡Ruega por aquellos a quienes Dios ha dado más que a otros la ternura de su corazón y la delicadeza de sentimientos! ¡Ruega por los que se han retirado de la oración, de la Eucaristía y de la paz del corazón, que lloran en silencio sin atreverse a volver a Dios! ¡Ruega por aquellos a quienes amamos y por los que nos aman, hazlos santos, aunque los hagas sufrir. Si alguna vez se alejan de Ti, ¡toma todos mis goces y por mi parte de felicidad retenlos cerca de Jesús! ¡Ruega por los que lloran, por los que oran y por los que no saben hacerse amar! A todos, oh María Auxiliadora, llénalos de esperanza y paz. VIII HACIMIENTO DE GRACIAS
Te venero
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y te doy gracias desde lo íntimo de mi corazón por los favores obtenidos ¡Oh Madre Auxiliadora! Te consagro mi alma con todas mis potencias y me asocio a las alabanzas que en el cielo te tributan las almas que Tú haz salvado. Tres Avemarías, etc. Te suplico además, Madre mía, que me alcances otra gracia, mucho más importante que las que hasta ahora he obtenido y es la perseverancia final, la gracia de poder cantar algún día tus alabanzas en el cielo. Amén. Así sea. Tres Avemarías, etc.
El Santo Rosario
F orma de rezar el Santo Rosario Hacer la señal de la cruz, recitar el Credo. Rezar el Padre Nuestro, tres Avemarías y Gloria. Se contempla el Misterio… y a continuación se reza un Padre Nuestro, Diez Avemarías y Gloria. Y después, Oración de Fátima: Oh Jesús mío perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva a todas las almas al cielo, especialmente a las más necesitadas de Tu misericordia. Rezo del Santo Rosario
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el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Se recita el Credo (agarrado la Cruz). Padre Nuestro (Primera cuenta). Tres Avemarías. Se anuncia el Primer Misterio (del día). Se recita el Padre Nuestro, diez Avemarías y Gloria (Meditando el misterio). Después de cada decena se reza la oración que pidió la Virgen María de Fátima: “Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno,
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conduce a todas las almas al cielo, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia”. •
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Se anuncia el segundo Misterio. Terminados los cinco Misterios del día se reza la Salve: “Dios te salve Reina y Madre de Misericordia…”. Misterios Gozosos (Lunes y sábado)
1. L a Anunciación del Ángel a la Virgen María. Llegó el ángel hasta ella y le dijo: Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo… Concebirás en tu seno y darás a luz un hijo al que le pondrás el nombre de Jesús, Lc 1, 28-31. 2. L a Visitación de la Virgen María a su prima Santa Isabel. Isabel se llenó del Espíritu Santo y exclamó en alta voz: “Bendita tú eres entre las mujeres” y bendito el fruto de tu vientre… Lc 1, 41-42. 32
3. E l nacimiento de Jesús en el portal de Belén. Y dio a luz su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, pues no había lugar para ellos en la posada, Lc 2, 7.
4. L a Purificación de la Virgen María y la Presentación del Niño Jesús en el Templo. … al cumplir el rito de purificación, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, como está
escrito en la Ley del Señor. “Todo varón primogénito será consagrado al Señor”, Lc 2, 22-24.
5. E l Niño Jesús perdido y hallado entre los
doctores del templo. Al tercer día lo hallaron en el Templo, sentado en medio de los maestros de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas… quedaban asombrados de sus respuestas, Lc 2, 46-47. Misterios Luminosos (Jueves)
1. B autismo de Jesús. … bautizado, Jesús salió del agua. En ese momento se abrieron los Cielos y vio al Espíritu de Dios que bajaba como una paloma y se posaba sobre Él. … se oyó una voz del cielo que decía: “Este es mi Hijo, el Amado, éste es mi elegido”, Mt 3, 16-17.
2. L a propia revelación de Jesús en las bodas de Caná. … la Madre de Jesús le dijo: “No tienen vino”… Luego dijo a los sirvientes hagan lo que Él les diga. Había allí seis recipientes… Jesús dijo llenen de agua… y lleven al encargado… el encargado probó el agua convertida en vino… Jn 2, 1-11.
3. E l anuncio del Reino de Dios. Jesús anuncia el reino de Dios e invita a la conversión. Después de que tomaron preso a Juan, Jesús fue a
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Galilea y empezó a proclamar la Buena Nueva de Dios. “El tiempo se ha cumplido. El Reino de Dios está cerca. Cambien y crean en la Buena Nueva”, Mc 1,14-15.
4. L a transfiguración de Jesús. La transfiguración de Jesús en el monte Tabor. Jesús acompañado de Pedro, Santiago y Juan subió a un monte a orar… su rostro se transformó, su rostro brillaba como el sol y su ropa se volvió blanca como la luz… Mt 17, 1-2.
5. L a institución de la Eucaristía. Después tomó pan y, dando gracias, lo partió y se lo dio diciendo: “Esto es mi cuerpo, que será entregado por ustedes… Hizo lo mismo con la copa… Esta copa es la alianza nueva sellada con mi sangre que será derramada por ustedes”, Lc 22, 19-20e. Misterios Dolorosos (Martes y viernes) 34
1. L a oración de Jesús en el huerto de Getsemaní. Entró en agonía y oraba con mayor insistencia. Su sudor se convirtió en gotas de sangre que caían hasta el suelo. Se levantó de la oración, fue a sus discípulos y los encontró dormidos por la tristeza… Lc 22, 44-45.
2. L a flagelación de Jesús, atado a la columna. Entonces Pilatos tomó a Jesús y ordenó que fuera azotado, Jn 19, 1.
3. J esús es coronado de espinas. Le quitaron sus vestidos y le pusieron una capa de soldado de color roja. Después le colocaron en la cabeza una corona que habían trenzado con espinos y en la mano derecha le pusieron una caña… Se burlaban de Él diciendo: “Viva el rey de los judíos”, Mt 27, 28-29.
4. J esús con la cruz a cuestas, camino del Calvario. … cargado con su propia cruz, salió de la ciudad hacia el lugar llamado Calvario… en hebreo Gólgota, Jn 19, 17.
5. L a crucifixión y muerte de Jesús. … y Jesús gritó muy fuerte: “Padre en tus manos encomiendo mi espíritu”. Y dichas estas palabras, expiró, Lc 23, 46. Misterios Gloriosos (Miércoles y domingo)
1. L a Resurrección del Señor. Jesús resucitó en la madrugada, el primer día de la semana, y se apareció primero a María Magdalena… ella fue a comunicar la noticia a los que habían vivido con Él. Ellos no creyeron, Mc 16, 9-11.
2. L a ascensión del Señor al cielo. Jesús llevó a los apóstoles hasta cerca de Betania y, alzando sus manos, los bendijo. Y mientras los
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bendecía, se separó de ellos y fue llevado al cielo. Ellos, después de postrarse ante Él, se volvieron a Jerusalén con gran gozo, Lc 24, 50- 52.
3. L a venida del Espíritu Santo sobre la Virgen María y los Apóstoles. Llegado el Día de Pentecostés, de repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso… Se les aparecieron unas lenguas de juego que se posaron sobre cada uno de ellos, quedaron todos llenos del Espíritu Santo… Hch 2, 14.
4. L a Asunción de la Virgen María al cielo. … Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, de la misma manera Dios llevará consigo a quienes murieron con Jesús, Tes 4, 13-14.
5. L a coronación de la Virgen María como
reina universal de todo lo creado. Y se abrió el Santuario de Dios en el cielo. Una gran señal apareció en el cielo. Una mujer, vestida de sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce 36 estrellas sobre su cabeza, Ap 11, 19-12,1.
Letanías de la Santísima Virgen
Señor, ten piedad. Cristo, ten piedad. Señor, ten piedad. Cristo, óyenos. Cristo, escúchanos. Dios Padre Celestial Dios, Hijo Redentor del mundo Dios, Espíritu Santo Trinidad Santa, un solo Dios
Santa María
(2v) (2v) (2v) (2v) (2v) Ten Ten Ten Ten
piedad piedad piedad piedad
de de de de
nosotros nosotros nosotros nosotros
Santa Madre de Dios, Trono de sabiduría Santa Virgen de las vírgenes, Causa de nuestra alegría Madre de Cristo, Vaso espiritual Madre de la iglesia, Vaso digno de honor s Vaso insigne de devoción Madre de la divina gracia, o Rosa mística Madre Purísima, r Torre de David Madre castísima, t Madre virginal, o Torre de marfil s Casa de oro Madre sin corrupción, o Arca de la alianza Madre amable, n Puerta del Cielo Madre admirable, Madre del buen consejo, r Estrella de la mañana Madre del Creador, o Salud de los enfermos p Refugio de los pecadores Madre del Salvador, a Consuelo de los afligidos Virgen prudentísima, g Auxilio de los cristianos Virgen digna de veneración, e Virgen digna de alabanza, u Reina de los Ángeles 37 R Reina de los Patriarcas Virgen poderosa, Virgen clemente, Reina de los Profetas Cordero de Dios, que quitas Virgen fiel, el pecado del mundo: Reina de los Mártires Perdónanos, Señor. Reina de los Confesores, Cordero de Dios, que quitas Reina de las Vírgenes, el pecado del mundo: Reina de todos los Santos, Escúchanos, Señor. Reina concebida sin pecado original, Cordero de Dios, que quitas Reina elevada al cielo, el pecado del mundo: Reina del Santísimo Rosario, Ten misericordia de Reina de la Paz. Espejo de justicia nosotros.
NOVENA DE LAS NUEVE HORAS A MARÍA AUXILIADORA
(Esta novena debe decirse por nueve ocasiones consecutivas en un mismo día). Oh Jesús mío que has dicho “Pedid y recibiréis, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá”, por la intercesión de María vuestra Santísima Madre, yo llamo, yo busco, yo pido que mi petición sea concedida. (Aquí se hace la petición) Oh Jesús mío que has dicho, “Todo lo que pidieras al Padre en mi nombre, os lo concederá” ; por la intercesión de María tu Santísima Madre, humilde y urgentemente pido al Padre en vuestro nombre que mi petición sea concedida. (Aquí se repite la petición). Oh Jesús mío que has dicho, “Los cielos y la tierra pasarán pero mi palabra no pasará” , por la intercesión de María, tu Santísima Madre, me siento confiado de que mi petición será concedida. 38 (Aquí se repite de nuevo la petición). EL ANGELUS
G. El Ángel del Señor anunció a María. T. Y concibió por obra del Espíritu Santo. Dios te salve, María…
G. He aquí la esclava del Señor. T. Hágase en mí según tu Palabra. Dios te salve, María… G. Y el Verbo de Dios se hizo carne. T. Y habitó entre nosotros. Dios te salve, María G. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. T. Para que seamos dignos de alcanzar las gracias de Nuestro Señor Jesucristo. Amén. OREMOS:
Te suplicamos, Señor, que derrames tu gracia en nuestros corazones para que, habiendo conocido por el anuncio del Ángel la Encarnación de Tu Hijo Jesucristo, por su pasión y su Cruz seamos conducidos a la gloria de la Resurrección. Por 39 Jesucristo Nuestro Señor. Amén. CREDO
Creo en Dios Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María
Virgen. Padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén. GLORIA
Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo, como era en el principio ahora y siempre por los siglos. Amén. SALVE
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de 40 lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María! Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Bendición Sacerdote Nuestro auxilio es el nombre del Señor. Todos Que hizo el cielo y la tierra. S. y T. Dios te salve, María… Bajo tu amparo nos acogemos, Santa S. Madre de Dios, no deseches las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien líbranos siempre de todo peligro. Oh Virgen Gloriosa y bendita. María Auxilio de los Cristianos. Ruega por nosotros. T. S. Señor, escucha nuestra oración. Y llegue a Ti nuestro clamor. T. S. El Señor esté con vosotros. Y con tu espíritu. T. S. Oremos: Dios Todopoderoso y eterno, que, con la ayuda del Espíritu Santo, preparaste el cuerpo y el alma de María, la virgen madre, para ser digna morada de tu Hijo, al recordarla con alegría, líbranos, por su intercesión, de los males presentes y de la muerte eterna. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén. T. S. La bendición de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo + y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros y permanezca para siempre. Amén. T.
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