NOTA DEL AUTOR
En un periodo periodo de más de veinte años, años, he escrito una serie de libros acerca acerca de mi aprendizaj aprendizajee con un brujo: don Juan Matus, un indio yaqui. Expliqu en esos libros que l me enseñ! brujer"a, pero no como nosotros la entendemos en el contexto de nuestro mundo cotidiano: el uso de poderes poderes sobrenaturales sobrenaturales sobre otros, o la convocaci!n convocaci!n de esp"ritus esp"ritus a travs travs de hechizos, encantamientos y ritos a #in de producir e#ectos sobrenaturales. $ara don Juan, la brujer"a era el acto de corporizar ciertas premisas especializadas, tanto te!ricas como prácticas, acerca de la naturaleza de la percepci!n y el papel que sta jue%a en moldear el universo que nos rodea. &i%uiendo la su%erencia de don Juan, me he abstenido de utilizar una cate%or"a propia de la antropolo%"a: el chamanismo, para clasi#icar su conocimiento. &iempre lo he llamado como l lo llamaba: brujer"a o hechicer"a. &in embar%o, al examinar este concepto me he dado cuenta de que llamarlo brujer"a oscurece a'n más el ya en s" oscuro #en!meno que me present! en sus enseñanzas. En trabajos antropol!%icos, el chamanismo es descrito como un sistema de creencias de al%unos %rupos nativos del norte de (sia) un sistema prevaleciente tambin entre ciertas tribus de indios de *orteamrica, el cual sostiene que un mundo ancestral e invisible de #uerzas espirituales, beni%nas y mali%nas, predomina alrededor nuestro) #uerzas espirituales que pueden ser convocadas o controladas por practicantes, quienes son los intermediarios entre el reino natural y el sobrenatural. +on Juan era ciertamente un intermediario entre el mundo natural de la vida diaria y un mundo invisible, al cual l no llamaba lo sobrenatural, sino la se%unda atenci!n. &u tarea de maestro #ue hacer accesible a m" esta enseñanza que us! con este prop!sito, al i%ual que las prácticas que me hizo ejercitar, la más importante de las cuales #ue, sin lu%ar a duda, el arte de ensoñar. +on Juan sosten"a que nuestro mundo, que creemos ser 'nico y absoluto, es s!lo un mundo dentro de un %rupo de mundos consecutivos, los cuales están ordenados como las capas de una cebolla. l aseveraba que aunque hemos sido condicionados para percibir 'nicamente nuestro mundo, e#ectivamente tenemnos la capacidad de entrar en otros, que son tan reales, 'nicos, absolutos y absorbentes como lo es el nuestro. +on Juan me explic! que para poder percibir esos otros reinos, no s!lo hay que desear percibirlos, sino tambin poseer la su#iciente ener%"a para entrar en ellos. &u existencia es constante tante e indep independ endien iente te de nuestr nuestraa concie concienci ncia, a, pero pero su inacce inaccesib sibilidad ilidad es totalm totalment entee una consecuencia de nuestro condicionamiento ener%tico. En otras palabras, simple y llanamente a ra"z de este condicionamiento estamos compelidos a asumir que el mundo de la vida cotidiana es el 'nico mundo posible. &e%uros de que s!lo nuestro condicionamiento ener%tico es nuestro impedimento para entrar en esos otros reinos, los brujos de la anti%edad desarrollaron una serie de prácticas desi%nadas a reacondicionar nuestras capacidades ener%ticas de percepci!n. /lamaron a esta serie de prácticas, el arte de ensoñar. 0on la perspectiva que el tiempo me da, ahora me doy cuenta de que la descripci!n más apropiada que don Juan le dio al ensueño #ue llamarlo 1la entrada al in#inito1. 0uando lo dijo, coment que su metá#ora no ten"a nin%'n si%ni#icado para m". -+escartemos las metá#oras -concedi!-. +i%amos que ensoñar es la manera práctica en que los brujos ponen en uso los sueños sueños comunes y corrientes. -2$ero c!mo pueden los sueños ser puestos en uso3 -pre%unt.
-&iempre caemos en la trampa del len%uaje -dijo-. En mi propio caso, mi maestro trat! de describirme el ensueño como la manera en que los brujos le dicen hasta mañana al mundo. $or supuesto que l ajustaba su descripci!n a mi mentalidad. 4o estoy haciendo lo mismo conti%o. En otra ocasi!n, don Juan me dijo: -El ensueño 'nicamente puede ser experimentado. Ensoñar no es tener sueños, ni tampoco es soñar despierto, ni desear, ni ima%inarse nada. ( travs del ensueño podemos percibir otros mundos, los cuales podemos ciertamente describir, pero no podemos describir lo que nos hace percibirlos. &in embar%o, podemos sentir c!mo el ensueño abre esos otros reinos. Ensoñar parece ser una sensaci!n, un proceso en nuestros cuerpos, una conciencia de ser en nuestras mentes. En el transcurso de sus enseñanzas, don Juan me explic! detalladamente los principios, las razones y las prácticas del arte de ensoñar. &u instrucci!n #ue dividida en dos partes. 5na era la enseñanza de los procedimientos del ensueño, y la otra, las explicaciones puramente abstractas de estos procedimientos. &u mtodo implicaba la combinaci!n activa de a%uijonear mi curiosidad intelectual con los principios abstractos del ensueño, y de %uiarme a buscar soluciones prácticas en los procedimientos. 4a he descrito todo esto tan detalladamente como me #ue posible. 6ambin he descrito el medio ambiente en el que don Juan me situ! para poder enseñarme sus artes. Mi interacci!n en este ambiente de brujos #ue de especial inters para m", ya que tuvo lu%ar exclusivamente en la se%unda atenci!n. (h" interactu con diez mujeres y cinco hombres que eran los brujos compañeros de don Juan) y con los ocho j!venes, cuatro hom bres y cuatro mujeres, que eran sus aprendices. +on Juan los reuni! inmediatamente despus de que yo lle%u a su mundo. Me explic! que ellos #ormaban un %rupo tradicional de brujos) una copia estructural de su propia a%rupaci!n, y que se supon"a que yo los habr"a de %uiar. &in embar%o, al tratar más conmi%o, descubri! que yo no era como l esperaba. Explic! la di#erencia en trminos de una con#i%uraci!n ener%tica vista 'nicamente por los brujos: en lu%ar de tener cuatro compartimentos de ener%"a, como l, yo ten"a solamente tres. 6al con#i%uraci!n, la que err!neamente l hab"a esperado #uera un de#ecto corre%ible, no me permit"a de nin%'n modo %uiar a esos ocho aprendices, o aun interactuar con ellos. /a presi!n que esto cre! #ue tan intensa que don Juan se vio obli%ado a reunir otro %rupo que #uera más semejante a mi estructura ener%tica. 7e escrito extensamente sobre esos eventos, pero nunca mencion al se%undo %rupo de aprendices) don Juan no me lo permiti!. (r%"a que aquellas personas pertenec"an exclusivamente a mi campo de acci!n, y que el acuerdo que ten"a con l era escribir sobre las acciones y la %ente de su campo, no del m"o. El se%undo %rupo de aprendices era extremadamente compacto. 0onsist"a 'nicamente en tres miembros: una ensoñadora, 8lorinda +onner) una acechadora, 6aisha (belar) y la mujer na%ual, 0arol 6i%%s. Estas tres personas interactuaban entre ellas y conmi%o exclusivamente en la se%unda atenci!n. En el mundo de la vida cotidiana no ten"amos ni la menor idea los unos de los otros. $or otro lado, en trminos de nuestra relaci!n con don Juan, no hab"a va%uedad. l interactu! con nosotros en los dos estados de conciencia y su es#uerzo para entrenarnos #ue i%ual en intensidad y minuciosidad. 7acia el #inal, cuando don Juan estaba a punto de dejar el mundo, la presi!n psicol!%ica de su partida empez! a menoscabar, en nosotros cuatro, los r"%idos parámetros de la se%unda atenci!n. El resultado #ue que nuestra interacci!n irrumpi! en el mundo de los asuntos cotidianos y todos nos conocimos, aparentemente, por primera vez. *in%uno de nosotros estaba consciente de nuestra pro#unda y ardua interacci!n en la se%unda atenci!n. $uesto que los cuatro estábamos involucrados en estudios acadmicos, terminamos más que conmocionados al descubrir que ya nos hab"amos conocido antes. $or supuesto que
esto era, y todav"a es, intelectualmente inadmisible para nosotros. &in embar%o sabemos que #ue totalmente parte de nuestra experiencia. (l #inal, nos quedamos con la inquietante certeza de que la psique humana es in#initamente más compleja de lo que nuestro razonamiento acadmico o mundano nos lo ha hecho creer. 5na vez le pre%untamos a don Juan al un"sono que nos sacara de dudas. +ijo que ten"a dos posibilidades explicativas. 5na era aplacar a nuestra malherida racionalidad diciendo que la se%unda atenci!n es un estado de conciencia tan ilusorio como ele#antes volando en el cielo, y que todo lo que cre"amos haber experimentado en ese estado era simplemente un producto de su%estiones hipn!ticas. /a otra posibilidad era no explicar pero s" describir la se%unda atenci!n de la manera como se les presenta a los brujos ensoñadores: como una incomprensible con#i%uraci!n ener%tica de la conciencia. Mientras llevaba a cabo mis tareas de ensueño, la barrera de la se%unda atenci!n no su#ri! cambio al%uno en nin%'n momento. 0ada vez que entraba en el ensueño, entraba tambin en la se%unda atenci!n, y despertarme del ensueño no si%ni#icaba, de nin%una manera, que hab"a salido de la se%unda atenci!n. $or años enteros, pod"a recordar 'nicamente #ra%mentos de mis experiencias de ensueño. /a masa total de aquellas experiencias permaneci! #uera de mi alcance. 9eunir su#iciente ener%"a para poner todo eso en un orden lineal, en mi mente, me cost! quince años de trabajo ininterrumpido, de ;<= a ;>>. 9ecord entonces una sucesi!n de eventos de ensueño, y #ui capaz, al #in, de llenar los que parec"an ser lapsos de mi memoria. +e esta manera, pude capturar la intr"nseca continuidad de las lecciones de don Juan sobre el arte de ensoñar) una continuidad al parecer inexistente debido a que al enseñarme don Juan me hacia #luctuar entre mi conciencia de ser en mi vida cotidiana y mi conciencia de ser en la se%unda atenci!n. Este trabajo es el resultado de haber puesto todo eso en un orden lineal. $uesto que no hay más #ra%mentos disociados en las lecciones de don Juan sobre el arte de ensoñar, me %ustar"a explicar, en trabajos #uturos, la posici!n actual y el inters de sus cuatro 'ltimos estudiantes: 8lorinda +onner, 6aisha (belar, 0arol 6i%%s y yo. $ero antes de que pueda describir y explicar el resultado de la tutela y la in#luencia que don Juan ejerci! sobre nosotros, debo revisar, de acuerdo a lo que s ahora, los #ra%mentos de las lecciones de don Juan en el arte de ensoñar, a los cuales no ten"a yo acceso antes. 6odo esto es lo que ten%o en mente como justi#icaci!n para escribir este libro) la raz!n de#initiva de este trabajo, sin embar%o, la dio 0arol 6i%%s. Ella cree que explicar el mundo que don Juan nos hizo heredar es la expresi!n #inal de nuestra %ratitud a l, y de nuestro prop!sito de continuar buscando lo que l buscaba: la libertad. 1
LOS BRUJOS DE LA ANTIGÜEDAD
+on Juan sol"a decirme, muy a menudo, que todo lo que hacia y todo lo que me estaba enseñando #ue previsto y resuelto por los brujos de la anti%edad. &iempre puso muy en claro que exist"a una pro#unda distinci!n entre esos brujos y los brujos modernos. 0ate%oriz! a los brujos de la anti%edad como hombres que existieron en Mxico quizá miles de años antes de la conquista española) hombres cuya obra #ue construir la estructura de la brujer"a, en#atizando lo práctico y lo concreto. /os present! como hombres brillantes pero carentes de cordura. $or otro lado, don Juan describi! a los brujos de ahora como hom bres renombrados por su sobriedad y su capacidad de recti#icar o readaptar el curso de la brujer"a, si as" lo juz%aban necesario. +on Juan me explic! que las premisas pertinentes al ensueño #ueron, naturalmente, contempladas y desarrolladas por los brujos de la anti%edad. 4a que esas premisas son de importancia clave para explicar y entender el ensueño, me veo en la necesidad de discutirlas una vez más. /a mayor parte de este libro es, por lo tanto, una reintroducci!n y una ampliaci!n de lo que en mis trabajos previos ya he presentado.
+urante una de nuestras conversaciones, don Juan expuso que a #in de poder apreciar la posici!n de los ensoñadores y el ensueño, uno tiene que comprender el empeño de los brujos de ahora por cambiar el curso establecido de la brujer"a y llevarla de lo concreto a lo abstracto. -2( qu llama usted lo concreto, don Juan3 -le pre%unt. -( la parte práctica de la brujer"a -me dijo-. ( la insistencia obsesiva en prácticas y tcnicas) a la injusti#icada in#luencia sobre la %ente. 6odo lo cual era el quehacer de los brujos del pasado. -24 a qu llama usted lo abstracto3 -( la b'squeda de la libertad) libertad para percibir, sin obsesiones, todo aquello que es humanamente posible. 4o di%o que los brujos de ahora están en busca de lo abstracto, porque buscan la libertad y no tienen nin%'n inters en %anancias concretas) ni tampoco en #unciones sociales, como los brujos del pasado. +e modo que nunca los encontrarás actuando como videntes o#iciales, o como brujos con titulo. -2?uiere usted decir, don Juan, que el pasado no tiene valor al%uno para los brujos de ahora3 -$or cierto que tiene valor. El sabor de ese pasado es lo que no nos %usta. 4o personalmente detesto la oscuridad y la morbidez de la mente. Me %usta la inmensidad del pensamiento. &in embar%o, a pesar de mis %ustos y dis%ustos, les ten%o que dar crdito a los brujos de la anti%edad) ellos #ueron los primeros en descubrir y hacer todo lo que nosotros sabemos y hacemos ahora. +on Juan me explic! que el mayor lo%ro de los brujos de antaño #ue percibir la esencia ener%tica de las cosas. 8ue un lo%ro de tal ma%nitud que lo convirtieron en la premisa básica de la brujer"a. 7oy en d"a, con mucha disciplina y entrenamiento, los brujos adquieren la capacidad de percibir la naturaleza intr"nseca de las cosas) una capacidad a la que llaman ver . -2?u es lo que si%ni#icar"a para m" el percibir la esencia ener%tica de las cosas3 -le pre%unt una vez a don Juan. -&i%ni#icar"a percibir ener%"a directamente -me contest!-. &eparando la parte social de la percepci!n, percibir"as la naturaleza intr"nseca de todo. /o que percibimos es ener%"a, pero como no podemos percibir ener%"a directamente, procesamos nuestra percepci!n para ajustarla a un molde. Este molde es la parte social de la percepci!n, y lo que se tiene que separar. -2$or qu hay que separarlo3 -$orque reduce el alcance de lo que se puede percibir y porque nos hace creer que el molde al cual ajustamos nuestra percepci!n es todo lo que existe. Estoy convencido de que el hombre, para sobrevivir en esta poca, tiene que cambiar la base social de su percepci!n. -20uál es la base social de la percepci!n, don Juan3 -/a certeza #"sica de que el mundo está compuesto de objetos concretos. /lamo a esto la base social de la percepci!n, porque todos nosotros estamos involucrados en un serio y #eroz es#uerzo a percibir el mundo en trminos de objetos. -20!mo deber"amos entonces de percibir el mundo3 -0omo ener%"a. El universo entero es ener%"a. /a base social de la percepci!n deber"a ser entonces la certeza #"sica de que todo lo que hay es ener%"a. +eber"amos empeñarnos en un poderoso es#uerzo social a #in de %uiarnos para percibir ener%"a como ener%"a. 6endr"amos de este modo ambas alternativas al alcance de nuestras manos. -2Es posible entrenar %ente de tal manera3 -pre%unt.
+on Juan respondi! que s" era posible. 4 que esto era precisamente lo que estaba haciendo conmi%o y con sus otros aprendices. Estaba enseñándonos una nueva #orma de percibir) primeramente, #orzándonos a darnos cuenta de que procesamos nuestra percepci!n hasta hacerla encajar en un molde y, lue%o, %uiándonos con mano dura a percibir ener%"a directamente. Me ase%ur! que su mtodo era muy parecido al que se usa normalmente para enseñarnos a percibir el mundo cotidiano) y tambin me ase%ur! que l con#iaba plenamente que al procesar nuestra percepci!n, para hacerla encajar en un molde social, sta pierde su poder cuando nos damos cuenta de que hemos aceptado ese molde como herencia de nuestros antecesores, sin tomarnos la molestia de examinarlo. -$ercibir un mundo de objetos s!lidos, que tuvieran ya sea un valor positivo o ne%ativo, debe de haber sido absolutamente indispensable para la sobrevivencia de nuestros antepasados -dijo don Juan-. +espus de milenios de percibir de esta manera, sus herederos, nosotros, estamos hoy d"a #orzados a creer que el mundo está compuesto de objetos. -*o puedo concebir el mundo de nin%una otra manera, don Juan -me quej-. Es, sin lu%ar a dudas, un mundo de objetos. $ara probarlo, todo lo que tenemos que hacer es estrellarnos contra ellos. -$or supuesto que es un mundo de objetos) no estamos discutiendo eso. -2?u es lo que estamos discutiendo entonces3 -/o que estoy discutiendo es que, primero, este es un mundo de ener%"a, y despus, un mundo de objetos. &i no empezamos con la premisa de que es un mundo de ener%"a, nunca seremos capaces de percibir ener%"a directamente. &iempre nos detendrá la certeza #"sica de lo que t' acabas de señalar: la solidez de los objetos. &u ar%umento me dej! perplejo. En aquellos d"as, mi mente simplemente rehusaba considerar que hubiera otra alternativa de percibir el mundo, excepto aquella con la cual estamos todos nosotros #amiliarizados. /as a#irmaciones de don Juan y los puntos que se es#orzaba en plantearme eran proposiciones estra#alarias que yo no pod"a aceptar, pero que tampoco pod"a rehusar. -*uestra manera de percibir es la manera en que un predador percibe -me dijo don Juan en una ocasi!n-. 5na manera muy e#iciente de evaluar y clasi#icar la comida y el peli%ro. $ero esa no es la 'nica manera que somos capaces de percibir. 7ay otro modo) el que t e estoy enseñando: el acto de percibir la ener%"a misma, directamente. 1$ercibir la esencia de todo nos hace comprender, clasi#icar y describir al mundo, en trminos completamente nuevos) en trminos mucho más incitantes y so#isticados. Esto era lo que don Juan a#irmaba. 4 los trminos más so#isticados, a los que se re#er"a, eran aquellos que le enseñaron sus predecesores. 6rminos que corresponden exclusivamente a premisas básicas de la brujer"a) premisas que no tienen #undamento racional, ni relaci!n al%una con las verdades de nuestro mundo de todos los d"as, pero que s" son realidades evidentes para aquellos brujos que perciben ener%"a directamente y ven la esencia de todo. $ara tales brujos, el acto más si%ni#icativo de la brujer"a es el ver la esencia del universo. +e acuerdo a don Juan, los brujos de la anti%edad, los primeros en verla, la describieron de la mejor manera posible. +ijeron que se asemeja a hilos incandescentes que se extienden en el in#inito, en todas las direcciones concebibles) #ilamentos luminosos que están conscientes de s" mismos, en #ormas imposibles de comprender. +e ver la esencia del universo, los brujos de la anti%edad pasaron a ver la esencia de los seres humanos. /a describieron como una con#i%uraci!n blanquecina y brillante, parecida a un huevo %i%antesco. 4 por ello llamaron a esa con#i%uraci!n el huevo luminoso.
-0uando los brujos ven seres humanos -dijo don Juan-, ellos ven una %i%antesca #orma luminosa que #lota, y que al moverse va haciendo un pro#undo surco en la ener%"a de la tierra) como si tuviera una pro#unda ra"z que va arrastrándola. /a idea de don Juan era que nuestra #orma ener%tica contin'a cambiando a medida que pasa el tiempo. +ijo que todos los videntes que l conoc"a, incluso l mismo, veían que los seres humanos son más como bolas, o aun como lápidas sepulcrales, que huevos) pero que de vez en cuando, debido a razones desconocidas, los brujos ven una persona cuya ener%"a tiene la #orma de un huevo luminoso. /o que don Juan su%iri! #ue que quizá las personas que hoy en d"a tienen la #orma de un huevo luminoso son más semejantes a la %ente de tiempos anti%uos. En el curso de sus enseñanzas, don Juan discuti! y explic! repetidamente lo que l consideraba el hallaz%o decisivo de los brujos de la anti%edad. /o describi! como la caracter"stica crucial de los seres humanos como %lobos luminosos: un punto redondo de intensa luminosidad, del tamaño de una pelota de tenis, alojado permanentemente dentro del %lobo luminoso, al ras de su super#icie, aproximadamente sesenta cent"metros detrás de la cresta del om!plato derecho. 4a que yo ten"a mucha di#icultad en visualizar esto, don Juan me explic! que la bola luminosa es mucho más %rande que el cuerpo humano) que el punto de intensa brillantez es parte de esta bola de ener%"a) y que está colocado en un lu%ar a la altura del om!plato derecho, a un brazo de distancia de la espalda de una persona. +ijo que despus de ver lo que este punto hace, los brujos anti%uos lo llamaron el punto de encaje. -2?u es lo que hace el punto de encaje3 -le pre%unt. -*os hace percibir -contest!-. /os brujos de la anti%edad vieron que en los seres humanos ese es el punto donde la percepci!n tiene lu%ar. Viendo que todos los seres vivientes tienen tal punto de brillantez, los brujos de la anti%edad lle%aron a la conclusi!n de que la percepci!n en %eneral ocurre en ese punto. -2?u #ue lo que los brujos de la anti%edad vieron para lle%ar a la conclusi!n de que la percepci!n ocurre en el punto de encaje3 -pre%unt. 9espondi! que, primero, vieron que de los millones de #ilamentos de ener%"a del universo que pasan a travs de la bola luminosa, s!lo un pequeño n'mero de stos pasa directamente por el punto de encaje, como es de esperarse, ya que es pequeño en comparaci!n con la totalidad de la bola. +espus vieron que un resplandor es#rico, li%eramente más %rande que el punto de encaje, siempre lo rodea, y que este resplandor intensi#ica enormemente la luminosidad de los #ilamentos que pasan directamente a travs del punto de encaje. 4 #inalmente, vieron dos cosas) la primera, que el punto de encaje de los seres humanos se puede desalojar del lu%ar donde usualmente se localiza. 4 la se%unda, que cuando el punto de encaje está en su posici!n habitual, a juz%ar por el normal comportamiento de los sujetos observados, la percepci!n y la conciencia de ser, son usuales. $ero cuando el punto de encaje y la es#era de resplandor que lo rodea están en una posici!n di#erente a la habitual, el ins!lito comportamiento de los sujetos observados es prueba de que su conciencia de ser es di#erente y de que están percibiendo de una manera que no les es #amiliar. /a conclusi!n que los brujos de la anti%edad sacaron de todo esto #ue que cuanto mayor es el desplazamiento del punto de encaje, más ins!lito es el consecuente comportamiento, y la consi%uiente percepci!n del mundo y la conciencia de ser. -+ate cuenta de que cuando hablo de ver , siempre te di%o que lo que veo tiene la apariencia de al%o conocido, o es como esto o lo otro -don Juan me previno-. 6odo lo que uno ve es al%o tan 'nico, que no hay manera de hablar de ello, excepto comparándolo con al%o que nos es natural.
+ijo que un ejemplo adecuado era la #orma en que los brujos tratan el punto de encaje y el resplandor que lo rodea. /os describen como una brillantez, y sin embar%o no puede ser una brillantez ya que los videntes los ven sin sus ojos. 0omo de una u otra manera tienen que traducir su experiencia a trminos visuales, dicen que el punto de encaje es una mancha de luz, y que alrededor de ella hay una especie de halo, un resplandor. +on Juan señal! que somos de tal modo visuales, y que estamos de tal modo re%idos por nuestra percepci!n de predadores, que todo lo que vemos tiene que ser inte%rado a lo que el ojo de predador normalmente ve. +espus de ver lo que el punto de encaje y el resplandor que lo rodea parecen hacer, los brujos de la anti%edad o#recieron una explicaci!n. $ropusieron que en los seres humanos, la es#era resplandeciente que rodea al punto de encaje se en#oca en los millones de #ilamentos ener%ticos del universo que pasan directamente a travs de l) y al hacerlo, automáticamente y sin premeditaci!n al%una, junta a esos #ilamentos de ener%"a, unos con los otros, los a%lutina, creando la percepci!n estable de un mundo. -20!mo es que esos #ilamentos, de los que usted habla, se juntan unos con otros y crean la percepci!n estable de un mundo3 -pre%unt. -*o hay quien pueda saber eso -contest! en#áticamente-. /os brujos ven el movimiento de la ener%"a, pero verlo no quiere decir que puedan saber c!mo o por qu la ener%"a se mueve. +on Juan expuso que, viendo c!mo ese resplandor que rodea al punto de encaje es en extremo tenue en personas que están inconscientes o a punto de morir, y que está totalmente ausente en los cadáveres, los brujos de la anti%edad se convencieron de que ese resplandor es la conciencia de ser. -24 qu pasa con el punto de encaje, don Juan3 2Está ausente en los cadáveres3 -le pre%unt. 0ontest! que el punto de encaje y el resplandor que lo rodea son la marca de la vida y la conciencia, y que no hay rastro al%uno de ellos en los seres muertos. /a inevitable conclusi!n a la que lle%aron los brujos de la anti%edad, al observar aquello, #ue que la conciencia, la vida y la percepci!n van juntas, y que están inextricablemente li%adas al punto de encaje y al resplandor que lo rodea. -27ay al%una posibilidad de que esos brujos se hayan equivocado respecto a lo que -pre%unt.
veían3
-*o te puedo explicar c!mo, pero no hay manera de que los brujos se puedan equivocar en lo que ven -dijo don Juan en un tono que no admit"a ar%umento-. (hora bien, las conclusiones a las que lle%an como resultado de ver pueden ser err!neas, quizá debido a que son in%enuos, no instruidos. ( #in de evitar este desastre, los brujos tienen que cultivar su mente, de la manera más #ormal que puedan. En se%uida suaviz! su tono, y coment! que realmente ser"a pre#erible que los brujos se atuvieran 'nicamente a describir lo que ven, pero que la tentaci!n de sacarlo en limpio y explicarlo, aunque s!lo sea a si mismos, es tan intensa que es irresistible. /os e#ectos del desplazamiento del punto de encaje #ueron otra con#i%uraci!n ener%tica que los brujos de la anti%edad pudieron ver y estudiar. +on Juan dec"a que cuando el punto de encaje se desplaza a otra posici!n, un nuevo con%lomerado de millones de #ilamentos ener%ticos entran en jue%o en esa nueva posici!n. /os brujos de la anti%edad, al ver esto, concluyeron que ya que el resplandor de la conciencia está siempre presente en cualquier lu%ar donde el punto de encaje se encuentre, automáticamente la percepci!n se realiza en esa ubicaci!n. $or supuesto que el mundo resultante no puede ser nuestro mundo de eventos cotidianos, sino que tiene que ser otro. +on Juan explic! que los brujos de la anti%edad distin%uieron dos tipos de desplazamiento del punto de encaje. 5no, era el desplazamiento a cualquier posici!n en la super#icie o en el
interior de la bola luminosa) un desplazamiento al cual llamaron cambio del punto de encaje. El otro, era el desplazamiento a posiciones #uera de la bola luminosa) al cual llamaron movimiento del punto de encaje. +escubrieron que la di#erencia entre un cambio y un movimiento estaba en la clase de percepci!n que cada uno de ellos permite. $uesto que los cambios del punto de encaje son desplazamientos dentro de la bola luminosa, los mundos en%endrados por ellos, por raros, maravillosos o incre"bles que #ueran, son mundos a'n dentro del reino de lo humano. El reino de lo humano está compuesto, naturalmente, de todos los billones de #ilamentos ener%ticos que pasan a travs de toda la bola luminosa. $or otro lado, los movimientos del punto de encaje, desde el momento en que son desplazamientos a posiciones #uera de la bola luminosa, ponen en jue%o a #ilamentos ener%ticos que están #uera del reino de lo humano. $ercibir tales #ilamentos en%endra mundos que sobrepasan toda comprensi!n) mundos inconcebibles que no tienen huella al%una de antecedentes hu manos. En esos d"as, el problema de la veri#icaci!n desempeñaba un rol muy importante para mi. -+isc'lpeme don Juan -le dije en una ocasi!n-, pero este asunto del punto de encaje es una idea tan rebuscada, tan inadmisible que no s c!mo tomarla o qu pensar de ella. -7ay al%o que puedes hacer -replic!-. @Ve el punto de encajeA *o es tan di#"cil verlo. /a di#icultad está en romper el pared!n que mantiene #ija en nuestra mente la idea de que no podemos hacerlo. $ara romperlo necesitamos ener%"a. 5na vez que la tenemos, ver sucede de por si. El truco está en abandonar el #ort"n dentro del cual nos res%uardamos: la #alsa se%uridad del sentido com'n. -Es obvio, don Juan, que se requiere de mucho conocimiento para poder cuesti!n de tener ener%"a.
ver .
*o es s!lo
-0reme que es s!lo cuesti!n de ener%"a. 6ener ener%"a #acilita poder convencerse a uno mismo que si se puede hacer, pero para ello, se necesita con#iar en el na%ual. /o maravilloso de la brujer"a es que cada brujo tiene que veri#icar todo por experiencia propia. 6e hablo acerca de los principios de la brujer"a, no con la esperanza de que los memorices sino con la esperanza de que los practiques. $or cierto que don Juan estaba en lo correcto acerca de la necesidad de tener #e, y de con#iar en el na%ual. En las primeras etapas de los trece años de mi aprendizaje con don Juan, me dio mucho trabajo a#iliarme a su mundo y su persona. 6al a#iliaci!n requer"a con#iar impl"citamente en l como el na%ual y aceptarlo sin duda ni recriminaciones. El papel que desempeñaba don Juan en el mundo de los brujos se sintetizaba en el nombre titular que sus con%neres le otor%aban) lo llamaban el na%ual. Me explicaron que se puede otor%ar el nombre titular de na%ual a cualquier persona, hombre o mujer, dentro del mundo de los brujos, que posea una espec"#ica con#i%uraci!n ener%tica, semejante a una doble bola luminosa. /os brujos creen que cuando una de tales personas entra en el mundo de la brujer"a, la car%a extra de ener%"a se convierte en capacidad para %uiar. +e esta manera, el na%ual se convierte en la persona más apropiada para diri%ir, para ser el l"der. (l principio, sentir tal #e y con#ianza en don Juan era para m" al%o no solamente inaudito sino aun molesto. 0uando discut" esto con l, me ase%ur! que con#iar de tal #orma en su maestro le hab"a resultado i%ualmente di#"cil. -/e dije a mi maestro lo mismo que t' me estás diciendo ahora -explic! don Juan-. Mi maestro me contest! que sin esa #e y con#ianza en el na%ual no hay posibilidad de alivio y, por consi%uiente, no hay posibilidad de limpiar los escombros de nuestras vidas a #in de ser libres. +on Juan reiter! cuán en lo cierto estaba su maestro. 4 yo reiter mi pro#undo desacuerdo. /e cont que yo hab"a crecido en un ambiente reli%ioso r"%ido y coercitivo que todav"a me perse%u"a en mi vida actual. /as declaraciones de su maestro, y su propia aquiescencia a su maestro, me
recordaban el do%ma de obediencia que tuve que aprender de niño, el cual yo aborrec"a sobre todo lo demás. -0uando habla usted acerca del na%ual, me suena como si estuviera usted expresando una creencia reli%iosa -le dije. -$uedes creer lo que se te d la %ana -contest! don Juan-. El hecho es que sin el na%ual no hay partida. 4o s y te lo di%o. (s" lo dijeron todos los na%uales anteriores a m". $ero no lo dijeron como asunto de importancia personal) ni yo tampoco. +ecir que sin el na%ual no se puede encontrar el camino, se re#iere por completo al hecho de que el na%ual es un na%ual porque puede re#lejar lo abstracto, el esp"ritu, mejor que los demás. $ ero eso es todo. *uestro v"nculo es con el esp"ritu mismo y s!lo incidentalmente con el hombre que nos trae su mensaje. (prend" a con#iar impl"citamente en don Juan como el na%ual, y esto, tal como me lo hab"a dicho, me trajo un pro#undo alivio, y mayor capacidad para aceptar lo que l se es#orzaba por enseñarme. En sus enseñanzas, puso un %ran n#asis en continuar sus explicaciones acerca del punto de encaje. 5na vez le pre%unt si el punto de encaje ten"a que ver con el cuerpo #"sico. -*o tiene nada que ver con lo que normalmente percibimos como el cuerpo -dijo-. Es parte del huevo luminoso, el cual es nuestro ser ener%tico. -20!mo se desplaza3 -pre%unt. -( travs de corrientes ener%ticas, que son como empellones de ener%"a que se sienten a#uera o adentro, no del cuerpo sino del huevo luminoso. Beneralmente, son corrientes impredecibles que ocurren de por s". 0on los brujos, sin embar%o, son corrientes predecibles) controladas por el intento de ellos. -2$uede usted sentir esas corrientes, don Juan3 -6odo brujo las siente. 4 lo que es más, todo ser humano las siente. /o malo es que la %ente com'n y corriente está muy ocupada con sus problemas y no le presta atenci!n al%una a este tipo de sensaciones. -2?u siente uno al recibir una de esas corrientes3 -0omo una leve molestia) una sensaci!n va%a de tristeza se%uida inmediatamente por una desmedida eu#oria. 4a que esa clase de tristeza o de eu#oria no tienen #undamento real, nunca los consideramos como verdaderos asaltos de lo desconocido, sino como inexplicables arranques de mal o de buen humor. -2?u pasa cuando el punto de encaje se mueve a#uera del huevo luminoso3 2&e queda col%ando a#uera o está atado a l3 -Empuja el contorno de la #ormaci!n luminosa hacia a#uera, sin romper sus limites ener%ticos. +on Juan me explic! que el resultado de un movimiento del punto de encaje es un cambio total en la estructura ener%tica de los seres humanos. +e ser una bola o un huevo luminoso, se convierte en al%o parecido a una pipa de #umar. El pitillo de la pipa es el punto de encaje, y el cuenco es lo que queda de la bola luminosa. &i el punto de encaje contin'a movindose, lle%a un momento en que la pipa luminosa se convierte en una del%ada l"nea de ener%"a. +on Juan prosi%ui! explicando que los brujos de la anti%edad #ueron los 'nicos que lo%raron esta proeza de trans#ormar la estructura ener%tica del huevo luminoso a l"nea. 4 yo le pre%unt que si con esa nueva estructura esos brujos se%u"an siendo seres humanos.
-$or supuesto que se%u"an siendo seres humanos -dijo-. $ero creo que lo que t' quieres saber es si eran hombres de raz!n, personas di%nas de con#ianza, 2verdad3 $ues no lo eran del todo. -2+e qu manera eran di#erentes3 -En sus intereses y expectativas. /os es#uerzos y preocupaciones humanas no ten"an para ellos nin%'n si%ni#icado. (demás hasta ten"an un di#erente porte #"sico. -2?uiere usted decir que no parec"an seres humanos3 -4a te dije que eran hombres como todos nosotros. 2?u otra cosa podr"an ser3 $ero no eran del todo como t' o yo esperar"amos que #ueran. &i me pon%o a decirte de qu manera eran di#erentes, me meter"a en camisa de once varas. -20onoci! usted al%una vez a al%uno de esos hombres, don Juan3 -&", conoc" a uno. -20!mo era3 -En cuanto a apariencias, era como una persona com'n y corriente. /o que era ins!lito era su comportamiento. -2+e qu modo era ins!lito3 -6odo lo que te puedo decir es que el comportamiento del brujo que conoc" es al%o que sale de lo ima%inable. $ero convertirlo en un asunto s!lo de comportamiento es en%añoso. Ese brujo es al%uien a quien realmente uno debe ver para poder apreciar. -2Eran todos esos brujos anti%uos como el que usted conoci!3 -*o s c!mo eran los otros, excepto por las historias y cuentos que los brujos han %uardado por %eneraciones. En esas historias, esos brujos aparecen como seres bastante extrava%antes. -2?uiere usted decir monstruosos3 -En cierto modo. +icen que eran muy simpáticos, pero que a la vez causaban pavor. En realidad eran criaturas desconocidas. /o que hace homo%nea a la humanidad es el hecho de que todos somos como huevos o bolas luminosas. 4 esos brujos ya no eran as". Eran l"neas de ener%"a tratando in'tilmente de doblarse para #ormar un c"rculo. -2?u es lo que #inalmente les sucedi!, don Juan3 2&e murieron3 -/as historias de los brujos dicen que al alar%ar su #orma ener%tica, tambin lo%raron alar%ar la duraci!n de su conciencia) de manera que están vivos y conscientes de ser hasta hoy d"a. /as historias tambin cuentan que reaparecen peri!dicamente en la 6ierra. -2?u piensa acerca de todo esto, don Juan3 -$ara m", todo esto es demasiado extrava%ante. 4o quiero la libertad. /ibertad de mantener mi conciencia de ser y sin embar%o desaparecer en la vastedad. En mi opini!n, los brujos de la anti%edad eran hombres tenebrosos, obsesivos, caprichosos y hasta apostar"a que debido a ello se quedaron atrapados en sus propias maniobras. 1$ero no dejes que mis opiniones y sentimientos personales te nublen el panorama. El lo%ro de los brujos de la anti%edad es ini%ualable. $or lo menos, nos probaron que los potenciales del hombre no son cualquier cosa.
Ctro t!pico de las explicaciones de don Juan #ue lo indispensable que son la cohesi!n y la uni#ormidad ener%tica para el acto de percibir. &u punto de vista era que la humanidad entera percibe el mundo que conocemos, en los trminos en que lo hacemos, solamente porque compartimos cohesi!n y uni#ormidad ener%tica. +ijo que adquirimos estas dos condiciones automáticamente en el transcurso de nuestra crianza) y que las tomamos a tal punto por dadas que no nos damos cuenta de su importancia vital sino al momento de en#rentarnos con mundos distintos al mundo habitual. En esos momentos se hace evidente que, para poder percibir de una manera coherente y total, necesitamos una nueva, apropiada cohesi!n y uni#ormidad ener%tica. /e pre%unt qu eran la cohesi!n y la uni#ormidad. Me explic! que la #orma ener%tica del hombre tiene uni#ormidad puesto que todos los seres humanos son como una bola o un huevo luminoso. El hecho de que la ener%"a del hombre se mantiene en un haz, como bola o como huevo, es prueba de que tiene cohesi!n. +on Juan dio como ejemplo de una nueva uni#ormidad y cohesi!n el caso de los brujos de la anti%edad. 0uando convirtieron su #orma ener%tica en una l"nea, todos ellos, uni#ormemente, mantuvieron su cohesi!n lineal. 5ni#ormidad y cohesi!n, a ese nivel lineal, les permitieron percibir un mundo nuevo y homo%neo. -20!mo se adquiere una nueva uni#ormidad y cohesi!n3 -le pre%unt. -/a clave es la posici!n del punto de encaje, o más bien, la #ijaci!n del punto de encaje -dijo. En esa ocasi!n no quiso explicar más sobre el asunto. $ero yo insist" en pre%untarle si esos brujos habr"an podido retroceder de la #orma lineal a su anti%ua #orma de huevo luminoso. Me contest! que en un momento dado habr"an podido hacerlo, pero no lo hicieron. /ue%o, la cohesi!n lineal se #ij! en ellos, hacindoles imposible el re%reso. +on Juan cre"a que lo que realmente los cristaliz! y les previno volver a su #orma inicial #ue una cuesti!n de avaricia. El alcance perceptivo de esos brujos, como l"neas de ener%"a, era in#initamente más %rande de lo que un hombre o un brujo com'n y corriente pueden alcanzar. Explic! que el dominio humano, como masas ener%ticas, incluye todos aquellos #ilamentos que pasan a travs de la bola luminosa. *ormalmente, no percibimos todo el potencial humano sino quizá solamente una milsima parte de ste. &i tomamos esto en consideraci!n, se puede apreciar la enormidad de lo que los brujos de la anti%edad hicieron. &e extendieron en una l"nea de ener%"a mil veces más lar%a que un huevo luminoso, y percibieron todos los #ilamentos que pasaban á travs de esa l"nea. ( resultas de su insistencia, hice es#uerzos %i%antescos por entender el modelo de con#i%uraci!n ener%tica que me estaba delineando. 8inalmente, despus de mucho trabajo pude ima%inarme #ilamentos adentro y a#uera de una bola luminosa. &in embar%o, si me ima%inaba una multitud de bolas luminosas, el modelo dejaba de ser aplicable. 9azonaba yo que en una multitud de bolas luminosas, los #ilamentos que están a#uera de una, por #uerza estar"an adentro de otra adyacente. $or lo tanto, en una multitud no podr"an existir #ilamentos ener%ticos que estuvieran a#uera de nin%una bola luminosa. -Entender eso no es ciertamente un ejercicio para la raz!n -contest!, despus de haber escuchado atentamente mis ar%umentos-. *o hay manera de explicar lo que los brujos quieren decir cuando se re#ieren a #ilamentos adentro o a#uera de la bola o huevo luminoso. 0uando los videntes ven, ellos ven una sola bola o huevo de ener%"a. &i hay otra bola al lado, la vende nuevo como una sola y aislada bola de ener%"a. /a idea de una multitud de bolas luminosas te viene de las muchedumbres humanas. En el universo de la ener%"a, existen 'nicamente individuos solos, rodeados por el in#inito. 1@$ero todo esto, tienes que verlo t' mismoA (r%" que era in'til decirme que lo viera yo mismo, puesto que l sab"a muy bien que yo no pod"a. Me propuso entonces que tomara prestada su ener%"a y la usara para ver . -20!mo puedo hacer eso3 6omar prestada su ener%"a.
-Muy simple. 0on mi ener%"a puedo hacer que tu punto de encaje se desplace a otra posici!n más adecuada para percibir ener%"a directamente. 6al como me acuerdo, esta #ue la primera vez que l me habl! intencionalmente acerca de al%o que hac"a conmi%o desde el principio de mi aprendizaje: hacerme entrar en un incomprensible estado de conciencia que pon"a en tela de juicio mi idea del mundo y de m" mismo) un estado al cual l llamaba la se%unda atenci!n. $ara lo%rar que mi punto de encaje se desplazara a una posici!n más adecuada para percibir ener%"a directamente, don Juan sol"a darme, con la palma de su mano, un %olpe en la espalda, entre los om!platos, con tal #uerza que me hac"a perder el aliento. En la ocasi!n de la que estoy hablando, su %olpe pareci! causarme un desmayo o quizá me dorm". +e repente vi o soñ que ve"a al%o literalmente más allá de las palabras. Drillantes #ilamentos de luz sal"an disparados por todos lados) #ilamentos luminosos indescriptibles. +ecir que eran #ilamentos de luz es un eu#emismo disparatado para determinar al%o que, de no ser por don Juan, jamás hubiese entrado en mis pensamientos. 0uando recuper el aliento, o me despert, don Juan me pre%unt! en un tono de %ran expectativa: -2?u #ue lo que viste3 4 cuando le contest sinceramente: -&u %olpe me hizo ver estrellas -se dobl! de risa. 9ecalc! que yo no estaba todav"a listo para comprender percepciones #uera de lo usual. -7ice que tu punto de encaje cambiara -prosi%ui!-. 4 por un instante ensoñaste los #ilamentos del universo. $ero a'n no tienes la disciplina o la ener%"a para arre%lar tu uni#ormidad y cohesi!n. /os brujos anti%uos eran los maestros consumados de ese arre%lo. (s" #ue como vieron todo lo que puede ser visto por el hombre. -2?u si%ni#ica, don Juan, arre%lar la uni#ormidad y la cohesi!n3 -&i%ni#ica que uno entra en la se%unda atenci!n debido al acto de retener el punto de encaje en una nueva posici!n, previniendo de este modo que se deslice de re%reso a su sitio ori%inal. +on Juan me dio all" una de#inici!n tradicional de la se%unda atenci!n. +ijo que los brujos anti%uos llamaban al resultado de #ijar el punto de encaje en nuevas posiciones, la se%unda atenci!n. 4 que trataban a la se%unda atenci!n como a un área de total actividad, de la misma manera que la atenci!n del mundo cotidiano es un área que incluye total actividad. 9ecalc! que los brujos tienen realmente dos áreas absolutas para realizar sus acciones. 5na muy pequeña, llamada la primera atenci!n o la conciencia de nuestro mundo cotidiano, o la #ijaci!n del punto de encaje en su posici!n habitual. 4 otra área mucho más %rande, la se%unda atenci!n o la conciencia de otros mundos, o al acto de mantener el punto de encaje #ijo en cada una de las innumerables nuevas posiciones que puede adoptar. +on Juan me ayud! a experimentar cosas inexplicables en la se%unda atenci!n. Me hacia entrar en ella por medio de lo que l llamaba su maniobra de brujo: el #uerte %olpe en la espalda a la altura de los om!platos. +esde mi posici!n subjetiva, tales desplazamientos de mi punto de encaje si%ni#icaban que mi conciencia entraba en un inquietante estado de ini%ualable claridad) un estado de superconciencia que duraba cortos periodos de tiempo, y en el que yo pod"a entender cualquier cosa con m"nimos preámbulos. *o era un estado del todo placentero) en la mayor"a de los casos, era como un sueño tan extraño e intenso que en comparaci!n, la conciencia normal palidec"a. +on Juan justi#icaba su maniobra de brujo diciendo que era tradicional e indispensable que los aprendices recibieran conceptos y procedimientos básicos, en estados de conciencia normal, y que se les dieran explicaciones abstractas y detalladas, en la se%unda atenci!n.
*ormalmente, los aprendices no recuerdan esas explicaciones en su vida diaria, pero de al%una #orma, las %uardan intactas y #ielmente en lo que los brujos llaman el aparato de perceptividad. /os brujos han utilizado esta aparente peculiaridad de la percepci!n, y han convertido el acto de recordar todo lo que se les enseñ! en la se%unda atenci!n, en una de las tareas tradicionalmente más di#"ciles y complejas de la brujer"a. /os brujos explican que cada vez que uno entra en la se%unda atenci!n, el punto de encaje se encuentra en una posici!n di#erente. 9ecordar, para ellos, si%ni#ica situar de nuevo el punto de encaje en la posici!n exacta en la que se encontraba en los momentos en que ocurrieron las entradas a la se%unda atenci!n. +on Juan me ase%ur! que los brujos no solamente recuerdan sino que reviven todas sus experiencias en la se%unda atenci!n, por medio del acto de volver a situar su punto de encaje en cada una de las posiciones donde estuvo. +on Juan me dio explicaciones muy detalladas de la brujer"a mientras yo me hallaba en la se%unda atenci!n, sabiendo que la #idelidad y precisi!n de tal instrucci!n permanecer"a #ielmente intacta conmi%o por el resto de mi vida. (cerca de esta calidad de #idelidad, dijo: -(prender al%o en la se%unda atenci!n es como lo que aprendemos de niños) permanece con nosotros toda la vida. +ecimos 1es muy natural1 cuando hablamos de al%o aprendido muy temprano en la in#ancia. Juz%ando todo esto desde mi punto de vista actual, me doy cuenta de que don Juan me hizo entrar en la se%unda atenci!n tantas veces como pudo. ?uer"a, se%'n l, #orzarme a sostener, por lar%os periodos de tiempo, nuevas posiciones de mi punto de encaje y percibir coherentemente en ellas) en otras palabras, su prop!sito era #orzarme a arre%lar mi uni#ormidad y mi cohesi!n. nnumerables veces, lle%u a percibir, en la se%unda atenci!n, de una manera tan precisa como percibo el mundo de todos los d"as. Mi #alla era mi incapacidad de crear un puente entre mis acciones en la se%unda atenci!n y mi conciencia del mundo cotidiano. 0omprender qu es la se%unda atenci!n me tom! un lar%o tiempo y un %ran es#uerzo. *o tanto por lo intrincado y lo complejo de ellas sino porque una vez que re%resaba a mi conciencia normal me era imposible recordar que hab"a entrado en la se%unda atenci!n, o que ese estado siquiera exist"a. Ctro descubrimiento monumental que los brujos anti%uos hicieron, que don Juan me explic! cuidadosamente, #ue el darse cuenta de que el punto de encaje se desplaza muy #ácilmente durante el sueño. Esta realizaci!n dio lu%ar a otra: que los sueños están totalmente asociados con ese desplazamiento. /os brujos anti%uos vieron que cuanto mayor era el desplazamiento, más inusitado era el sueño, o viceversa: cuanto más inusitado era el sueño, mayor era el desplazamiento. +on Juan dijo que esta observaci!n los llev! a idear tcnicas extrava%antes para #orzar el desplazamiento del punto de encaje, tales como la in%esti!n de plantas alucino%nicas) o el someterse a estados de hambre, #ati%a, tensi!n) o el control de los sueños. +e esta manera, y quizá sin siquiera saberlo, crearon el arte del ensueño. 5n d"a, cuando nos paseábamos en la plaza de la ciudad de Caxaca, don Juan me dio la más coherente de#inici!n del arte del ensueño, desde el punto de vista de un brujo. -/os brujos consideran el ensoñar como un arte extremadamente so#isticado -dijo-. /o llaman tambin el arte de desplazar el punto de encaje de su posici!n habitual, a voluntad, a #in de expandir y acrecentar la %ama de lo que se puede percibir. +ijo que los brujos anti%uos construyeron el arte del ensueño basándolo en cinco condiciones que vieron en el #lujo ener%tico de los seres humanos.
5no, vieron que s!lo los #ilamentos ener%ticos que pasan directamente a travs del punto de encaje pueden ser trans#ormados en percepci!n coherente. +os, vieron que si el punto de encaje se desplaza a cualquier otra posici!n, sin importar cuán %rande o diminuto sea el desplazamiento, otros #ilamentos ener%ticos que no son habituales comienzan a pasar a travs de ste. Ello hace entrar en jue%o al #ul%or de la conciencia, lo cual #uerza a estos #ilamentos ener%ticos a trans#ormarse en percepci!n coherente y estable. 6res, vieron que en el transcurso de sueños normales, el punto de encaje se desplaza #ácilmente y por si solo a otras posiciones en la super#icie o en el interior del huevo luminoso. 0uatro, vieron que por medio de la disciplina es posible cultivar y ejecutar, en el transcurso de los sueños normales, un sistemático desplazamiento del punto de encaje. 4 cinco, vieron que se puede hacer que el punto de encaje se desplace a posiciones #uera del huevo luminoso y entre al reino de los #ilamentos ener%ticos del universo #uera de lo hu mano.