Publicado por primera vez en 1924, Veinte poemas de amor y una canción desesperada es quizá el libro de Neruda que ha obtenido una más vasta popularidad y a la vez significó la plena consolidación del prestigio literario de su autor en el área hispánica. Obra de gran envergadura literaria, el remanente de la herencia modernista fue aliado en ella por Neruda de modo admirable a los hallazgos expresivos de la nueva vanguardia en una serie de piezas de conmovida intensidad lírica, cuyo acento de plenitud vital, exaltación genésica y erotismo panteísta cede el paso, en la hora de los duelos y las separaciones, a un tono de melancolía que le hermana a la herencia romántica. Intocables en su definitiva rotundidad de pieza maestra, estos Veinte poemas de amor y una canción desesperada constituyen desesperada constituyen sin duda una de las mayores cimas de la poesía amorosa en lengua castellana castellana
Pablo Neruda
Veinte Veinte poemas de amor y una canción desesperada ePub r1.0 Horus 12.06.13
Pablo Neruda, 1924 Editor digital: Horus ePub base r1.0
Poema 1 rpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos, areces al mundo en tu actitud de entrega. cuerpo de labriego salvaje te socava ce saltar el hijo del fondo de la tierra. solo como un túnel. De mí huían los pájaros pájar os mí la l a noche entraba su invasión poderosa. sobrevivirme te forjé como un arma, o una flecha en mi arco, como una piedra en mi honda. cae la hora de la venganza, y te amo. rpo de piel, de musgo, de leche ávida y firme. firm e. los vasos del pecho! Ah los ojos de ausencia! las rosas del pubis! Ah tu voz lenta y triste! rpo de mujer mía, persistirá en tu gracia. sed, mi ansia sin límite, lím ite, mi camino indeciso! uros cauces donde la sed eterna sigue, fatiga sigue, y el dolor infinito.
Poema 2 u llama mortal la luz te envuelve. orta, pálida doliente, así situada ra las viejas hélices del crepúsculo en torno a ti da vueltas. a, mi amiga, en lo solitario de esta hora de muertes na de las vidas del fuego, heredera del día destruido. sol cae un racimo en tu t u vestido oscuro. a noche las grandes raíces en de súbito desde tu alma, lo exterior regresan las cosas en ti ocultas. odo que un pueblo pálido y azul i recién nacido se alimenta. grandiosa y fecunda y magnética esclava ulo que en negro y dorado sucede: ida, trata y logra una creación tan viva sucumben sus flores, y llena es de tristeza.
Poema 3 astedad de pinos, rumor de olas quebrándose, quebrándose, o juego de luces, campana solitaria, úsculo cayendo en tus ojos, muñeca, cola terrestre, en ti la tierra canta! i los ríos cantan y mi alma en ellos huye o tú lo desees y hacia donde tú quieras. came mi camino en tu arco de esperanza ltaré en delirio mi bandada de flechas. orno a mí estoy viendo tu cintura de niebla silencio acosa mis horas perseguidas, es tú con tus brazos de piedra transparente de mis besos anclan y mi húmeda ansia anida. u voz voz misteriosa que el amor tiñe y dobla l atardecer resonante y muriendo! en horas profundas sobre los campos he visto larse las espigas en la boca del viento.
Poema 4 a mañana llena de tempestad l corazón del verano. o pañuelos blancos de adiós viajan las nubes, iento las sacude con sus viajeras manos. merable corazón del viento ndo sobre nuestro silencio enamorado. bando entre los árboles, orquestal y divino, o una lengua llena de guerras y de cantos. nto que lleva en rápido robo la hojarasca svía las flechas latientes de los pájaros. nto que la derriba en ola sin si n espuma stancia sin si n peso, y fuegos inclinado. ompe y se sumerge su volumen de besos batido en la puerta del viento vi ento del verano.
Poema 5 que tú me oigas palabras delgazan a veces o las huellas de las gaviotas en las playas. lar, cascabel ebrio tus manos suaves como las uvas. s miro lejanas mis palabras. que mías son tuyas. trepando en mi viejo dolor como las yedras. s trepan así por las paredes húmedas. tú la culpable de este juego sangriento. s están huyendo de mi guarida oscura. o lo llenas tú, todo lo llenas. es que tú poblaron la soledad que ocupas, tán acostumbradas más que tú a mi tristeza. ra quiero que digan lo que quiero decirte que tú las oigas como quiero que me oigas. oi gas. iento de la angustia aún las suele arrastrar. acanes de sueños aún a veces las tumban t umban uchas otras voces en mi voz dolorida. to de viejas bocas, sangre de viejas súplicas. ame, compañera. No me abandones. Sígueme. eme, compañera, en esa ola de angustia. se van tiñendo con tu amor mis palabras. o lo ocupas tú, todo t odo lo ocupas. haciendo de todas un collar infinito tus blancas manos, suaves como las uvas.
Poema 6 ecuerdo como eras en el último otoño. la boina gris y el corazón en calma. us ojos peleaban las llamas del crepúsculo s hojas caían en el agua de tu alma. alm a. gada a mis brazos como una enredadera. ojas recogían tu voz voz lenta y en calma. uera de estupor en que mi sed ardía. ce jacinto azul torcido sobre mi alma. to viajar tus ojos y es distante el otoño: a gris, voz de pájaro pájar o y corazón de casa a donde emigraban mis profundos anhelos ían mis besos alegres como brasas. o desde un navío. Campo desde los cerros. ecuerdo es de luz, de humo, de estanque en calma! calm a! allá de tus ojos ardían los crepúsculos. as secas de otoño giraban en tu alma.
Poema 7 inado en las tardes tardes tiro mis mi s tristes redes s ojos oceánicos. se estira y arde en la más alta hoguera oledad que da vueltas los brazos como un náufrago. o rojas señales sobre tus ojos ausentes olean como el mar a la orilla de un faro. guardas tinieblas, hembra distante y mía, u mirada emerge a veces la costa del espanto. inado en las tardes echo mis tristes redes e mar que sacude tus ojos oceánicos. pájaros nocturnos picotean las primeras estrellas centellean como mi alma cuando te amo. opa la noche en su yegua sombría arramando espigas azules sobre el campo.
Poema 8 ja blanca bl anca zumbas zum bas —ebria —ebr ia de miel m iel— — en mi alma alm a tuerces en lentas espirales de humo. el desesperado, la palabra sin ecos, ue lo perdió todo, y el que todo lo tuvo. ma amarra, cruje en ti mi ansiedad ansiedad última. i tierra desierta eres tú la última rosa. silenciosa! ra tus ojos profundos. Allí aletea alet ea la noche. desnuda tu cuerpo de estatua temerosa. es ojos profundos donde la noche alea. cos brazos de flor y regazo de rosa. arecen tus senos a los caracoles blancos. bl ancos. enido a dormirse en tu vientre vientre una mariposa de sombra. silenciosa! quí la soledad de donde estás ausente. ausente. ve. El viento del mar caza errantes gaviotas. gua anda descalza por las calles mojadas. moj adas. quel árbol árbol se quejan, como enfermos, las hojas. ja blanca, bl anca, ausente, aus ente, aún a ún zumbas en mi alma. alm a. ives en el tiempo, delgada y silenciosa. silenciosa!
Poema 9 io de trementina y largos besos, al, el velero de las rosas dirijo, ido hacia la muerte del delgado día, entado en el sólido frenesí marino. do y amarrado a mi agua devorante o en el agrio olor del clima descubierto. vestido de gris y sonidos amargos, amar gos, a cimera triste de abandonada espuma. , duro de pasiones, montado en mi ola única, r, solar, ardiente y frío, repentino, ido en la garganta de las afortunadas afort unadas s blancas y dulces como caderas frescas. bla en la noche húmeda mi vestido vesti do de besos mente cargado de eléctricas gestiones, odo heroico dividido en sueños briagadoras rosas practicándose en mí. as arriba, en medio de las olas externas, aralelo cuerpo se sujeta en mis brazos o un pez infinitamente pegado a mi alma do y lento en la energía subceleste.
Poema 10 os perdido aún este crepúsculo. ie nos vio esta tarde t arde con las manos unidas ntras la noche azul caía sobre el mundo. isto desde mi ventana esta del poniente en los cerros lejanos. eces como una moneda ncendía un pedazo de sol entre mis mi s manos. e recordaba con el alma apretada sa tristeza que tú me conoces. nces, dónde estabas? e qué genes? iendo qué palabras? qué se me vendrá todo el amor de golpe do me siento triste, y te siento lejana? ó el libro que siempre se toma en el crepúsculo, mo un perro herido rodó a mis pies mi capa. pre, siempre te alejas en las tardes a donde el crepúsculo corre borrando estatuas.
Poema 11 i fuera del cielo ancla entre dos montañas itad de la luna. nte, errante noche, la cavadora de ojos. er cuántas estrellas trizadas en la charca. e una cruz de luto entre mis mi s cejas, huye. ua de metales azules, noches de las calladas luchas, orazón da vueltas como un volante loco. a venida de tan lejos, traída de tan lejos, ces fulgurece su mirada debajo del cielo. jumbre, jum bre, tempes t empestad, tad, remol r emolino ino de furia f uria,, a encima de mi corazón, sin detenerte. nto de los sepulcros acarrea, destroza, dispersa tu raíz soñolienta. arraiga los grandes árboles al otro lado de ella. tú, clara niña, ni ña, pregunta de humo, espiga. la que iba formando el viento con hojas iluminadas. rás de las montañas nocturnas, blanco lirio de incendio, nada puedo decir! Era hecha de todas las l as cosas. iedad que partiste mi pecho a cuchillazos, ora de seguir otro camino, cami no, donde donde ella no sonría. pestad que enterró las campanas, turbio revuelo de tormentas qué tocarla ahora, para qué entristecerla. seguir el camino cami no que se aleja de todo, de no está atajando la angustia, la muerte, el invierno, sus ojos abiertos entre el rocío.
Poema 12 mi corazón basta tu t u pecho, tu libertad bastan mis alas. de mi boca llegará hasta el cielo ue estaba dormido sobre tu alma. n ti la ilusión de cada día. as como el rocío a las corolas. avas el horizonte con tu ausencia. namente en fuga como la ola. icho que cantabas en el viento o los pinos y como los mástiles. o ellos eres alta y taciturna. tristeces de pronto como un viaje. gedora como un viejo camino. ueblan ecos y voces nostálgicas. desperté y a veces emigran y huyen ros que dormían en tu alma.
Poema 13 do marcando con cruces de fuego las blanco de tu cuerpo. oca era una una araña que cruzaba escondiéndose. i, detrás de ti, temerosa, sedienta. orias que contarte a la orilla del crepúsculo, eca triste y dulce, para que no estuvieras triste. cisne, un árbol, algo lejano y alegre. iempo de las uvas, el tiempo maduro y frutal. que viví en un puerto desde donde te amaba. oledad cruzada de sueño y de silencio. rralado entre el mar y la tristeza. ado, delirante, entre dos gondoleros inmóviles. e los labios y la l a voz, algo se va muriendo. o con alas de pájaro, algo de angustia y de olvido. como las redes no retienen reti enen el agua. eca mía, apenas quedan gotas temblando. embargo, algo canta entre estas palabras fugaces. o canta, algo sube hasta mi ávida ávi da boca. oder celebrarte con todas las palabras de alegría. tar, arder, huir, como com o un campanario en las manos de un loco. te ternura mía, qué te haces de repente? ndo he llegado al vértice más atrevido y frío orazón se cierra como una flor nocturna.
Poema 14 as todos los días con la luz l uz del universo. l visitadora, llegas en la flor y en el agua. más que esta blanca cabecita que aprieto o un racimo entre mis manos cada día. adie te pareces desde que yo te amo. ame tenderte entre guirnaldas amarillas. én escribe tu nombre con letras de humo entre las estrellas del sur? déjame recordarte como eras entonces cuando aún no existías. ronto el el viento aúlla y golpea mi ventana cerrada. ielo es una red cuajada de peces sombríos. í vienen a dar todos los vientos, todos. t odos. esviste la lluvia. n huyendo los pájaros. iento. El viento. solo puedo luchar contra la fuerza de los hombres. emporal arremolina hojas oscuras elta todas las barcas que anoche amarraron al cielo. stás aquí. Ah tú no huyes e responderás hasta el último grito. llate a mi lado como si tuvieras miedo. miedo. embargo alguna vez corrió una sombra extraña por tus ojos. oj os. ra, ahora también, pequeña, me traes madreselvas, nes hasta los senos perfumados. ntras el viento triste galopa matando mariposas e amo, y mi alegría muerde tu boca de ciruela. nto te habrá dolido acostumbrarte a mí, i alma sola y salvaje, a mi nombre que todos ahuyentan. os visto arder tantas t antas veces el lucero besándonos los ojos bre nuestras cabezas destorcerse los crepúsculos en abanicos girantes. palabras llovieron sobre ti acariciándote. é desde hace tiempo tu cuerpo de nácar soleado. ta te creo dueña del universo. raeré de las montañas flores alegres, copihues, lanas oscuras, y cestas silvestres de besos. ero hacer contigo ue la primavera hace con los cerezos.
Poema 15 gustas cuando callas porque estás como ausente, e oyes desde lejos, y mi voz no te toca. ce que los ojos se te hubieran volado rece que un beso te cerrara la boca. o todas las cosas están llenas de mi alma rges de las cosas, llena del alma mía. iposa de sueño, te pareces a mi alma, pareces a la palabra melancolía; gustas cuando callas y estás como distante. tás como quejándote, mariposa en arrullo. e oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza: me que me calle con el silencio tuyo. ame que te hable también con tu silencio o como una lámpara, simple como un anillo. como la noche, callada y constelada. ilencio es de estrella, tan lejano y sencillo. gustas cuando callas porque estás como ausente. ante y dolorosa como si hubieras muerto. palabra entonces, una sonrisa bastan. toy alegre, alegre de que no sea cierto.
Poema 16 (Paráfrasis a R. Tagore) Tagore) i cielo ciel o al crepúsculo eres como una nube color y forma son como yo los quiero quier o mía, eres mía, mujer de labios dulces ven en tu vida mis infinitos sueños. ámpara de mi alma te sonrosa los pies, grio vino mío es más dulce en tus labios: egadora de mi canción de atardecer, o te sienten mía mis sueños solitarios! mía, eres mía, voy gritando en la brisa a tarde, y el viento arrastra mi voz viuda. adora del fondo de mis ojos, tu robo nca como el agua tu mirada mir ada nocturna. a red de mi música estás presa, amor mío, is redes de música son anchas como el cielo. alma nace a la orilla de tus ojos de luto. us ojos de luto comienza comi enza el país del sueño.
Poema 17 sando, enredando sombras en la profunda soledad. ambién estás lejos, ah más lejos que nadie. sando, soltando pájaros, desvaneciendo imágenes, enterrando lámparas. panario de brumas, qué lejos, allá arriba! gando lamentos, moliendo esperanzas sombrías, molinero taciturno, viene de bruces la noche, lejos de la ciudad. ci udad. resencia es ajena, extraña a mí m í como una cosa. so, camino largamente, mi vida antes de ti. ida antes de nadie, mi áspera vida. rito frente al mar, entre las piedras, iendo libre, loco, en el vaho del mar. mar . uria triste, el grito, la soledad del mar. bocado, violento, estirado hacia el cielo. mujer, qué eras allí, qué raya, qué varilla se abanico inmenso? Estabas lejos como ahora. ndio en el bosque! Arde en cruces azules. e, arde, llamea, chispea en árboles de luz. l uz. errumba, crepita. Incendio. Incendio. i alma baila herida de virutas de fuego. én llama? Qué silencio poblado de ecos? a de la nostalgia, hora de la alegría, al egría, hora de la soledad. mía entre todas! ina en que el viento vi ento pasa cantando. ta pasión de llanto anudada a mi cuerpo. udida de todas las raíces, to de todas las olas! aba, alegre, alegre, triste, interminable, mi alma. sando, enterrando lámparas en la profunda soledad. én eres tú, quién eres?
Poema 18 í te amo. os oscuros pinos se desenreda el viento. forece la luna sobre las aguas errantes. an días iguales persiguiéndose. esciñe la niebla en danzantes figuras. gaviota de plata se descuelga del ocaso. eces una vela. Altas, altas estrellas. cruz negra de un barco. . eces amanezco, y hasta mi alma está húmeda. na, resuena el mar lejano. es un puerto. í te amo. í te amo y en vano te oculta el horizonte. stoy amando aún entre estas frías cosas. eces van mis besos en esos barcos graves, corren por el mar hacia donde no llegan. e veo olvidado como estas viejas anclas. más tristes los muelles cuando atraca la tarde. atiga mi vida inútilmente hambrienta. o lo que no tengo. Estás tú tan distante. astío forcejea con los lentos crepúsculos. la noche llega y comienza a cantarme. una hace girar su rodaje r odaje de sueño. miran con tus ojos las estrellas más grandes. mo yo te amo, los pinos pi nos en el viento, ren cantar tu nombre con sus hojas de alambre. alam bre.
Poema 19 a morena y ágil, el sol que hace las frutas, ue cuaja los trigos, el que tuerce las algas, tu cuerpo alegre, tus luminosos ojos boca que tiene la sonrisa del agua. sol negro y ansioso se te arrolla arrol la en las hebras a negra melena, cuando estiras los l os brazos. uegas con el sol como con un estero te deja en los ojos oj os dos oscuros remansos. a morena y ágil, nada hacia ti me acerca. o de ti me aleja, como del mediodía. la delirante juventud de la abeja, mbriaguez de la ola, la fuerza de la espiga. corazón sombrío te busca, sin embargo, o tu cuerpo alegre, tu voz suelta y delgada. iposa morena dulce y definitiva, o el trigal y el sol, la amapola y el agua.
Poema 20 do escribir los versos más tristes esta noche. ribir, por ejemplo: "La noche esta estrellada, itan, azules, los astros, a lo lejos". iento de la noche gira en el cielo ci elo y canta. do escribir los versos más tristes esta noche. la quise, y a veces ella también me quiso. as noches como ésta la tuve entre mis brazos. esé tantas veces bajo el cielo infinito. me quiso, a veces yo también la l a quería. o no haber amado sus grandes ojos fijos. do escribir los versos más tristes esta noche. sar que no la tengo. Sentir que la he perdido. la noche inmensa, más inmensa sin ella. verso cae al alma como al pasto el rocío. importa que mi amor no pudiera guardarla. oche está estrellada y ella no está conmigo. es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos. alma no se contenta con haberla perdido. o para acercarla mi mirada la busca. corazón la busca, y ella no está conmigo. isma noche que hace blanquear los mismos árboles. otros, los de entonces, ya no somos los mismos. o la quiero, es cierto, pero cuánto la quise. oz buscaba el viento para tocar su oído. tro. Será Será de otro. Como Como antes antes de mis besos. oz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos. o la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. an corto el amor, y es tan largo el olvido. ue en noches como esta la tuve entre mis mi s brazos, lma no se contenta con haberla perdido. que éste sea el último dolor que ella me causa, tos sean los últimos versos que yo le escribo.
La canción desesperada rge tu recuerdo r ecuerdo de la noche en que estoy. ío anuda al mar su lamento obstinado. ndonado como como los muelles muel les en el alba. a hora de partir, parti r, oh abandonado! abandonado! re mi corazón llueven frías corolas. sentina de escombros, feroz cueva de náufragos! i se acumularon las guerras y los vuelos. i alzaron las alas los pájaros del canto. o te lo tragaste, como la lejanía. o el mar, como el tiempo. Todo en ti fue naufragio! la alegre hora del asalto y el beso. ora del estupor que ardía como un faro. iedad de piloto, furia de buzo ciego, ia embriaguez de amor, todo en ti fue naufragio! a infancia de niebla mi alma alada y herida. cubridor perdido, todo en ti fue naufragio! eñiste al dolor, te agarraste al deseo. umbó la tristeza, todo en ti fue naufragio! e retroceder la muralla de sombra. uve más allá del deseo y del acto. carne, carne mía, mujer que amé y perdí, en esta hora húmeda, evoco y hago canto. o un vaso albergaste la infinita ternura, infinito olvido te trizó como a un vaso. la negra, negra soledad de las islas, isl as, lí, mujer de amor, me acogieron tus brazos. la sed y el hambre, y tú fuiste la fruta. el duelo y las ruinas, y tú fuiste el milagro. mujer, no sé cómo pudiste contenerme a tierra de tu alma, y en la cruz de tus brazos! deseo de ti fue el más terrible y corto, ás revuelto y ebrio, el más tirante y ávido. enterio de besos, aún hay fuego en tus tumbas,
los racimos arden picoteados de pájaros. la boca mordida, oh los besados miembros, miem bros, os hambrientos dientes, oh los l os cuerpos trenzados. la cópula loca de esperanza y esfuerzo ue nos anudamos y nos desesperamos. ternura, leve como el agua y la harina. hari na. palabra apenas comenzada en los labios. fue mi destino y en él viajó mi anhelo, el cayó mi anhelo, todo en ti fue naufragio! sentina de escombros, en ti todo caía, dolor no exprimiste, exprimist e, qué olas no te ahogaron. umbo en tumbo aún llameaste llam easte y cantaste ie como un marino en la proa de un barco. floreciste en cantos, aún rompiste en corrientes. sentina de escombros, pozo abierto y amargo. do buzo ciego, desventurado hondero, ubridor perdido, todo en ti fue naufragio! a hora de partir, la dura y fría hora la noche sujeta a todo horario. inturón ruidoso del mar ciñe la costa. en frías estrellas, emigran negros pájaros. ndonado como como los muelles muel les en el alba. la sombra trémula se retuerce en mis manos. más allá all á de todo. Ah más allá de todo. a hora de partir. part ir. Oh abandonado.
PABLO NERUDA. De nacimiento Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto (Parral, 12 de julio de 1904 – Santiago, Santi ago, 23 de septiembr septi embree de 1973). Poeta chileno, chil eno, es considerado conside rado como uno de los más grandes autores del siglo XX, siendo reconocida su valía e influencia en el mundo de las letras al otorgarle el Premio Nobel de Literatura Literat ura en 1971. Criado en una familia humilde, Neruda comenzó su carrera literaria concursando en galardones como el de los Juegos florales del Maule, donde obtuvo un tercer puesto, y colaborando en varias revistas literarias. Es en esta época, a partir de 1920, cuando decide usar el seudónimo de Pablo Neruda para evitar incomodar a su padre, quien no mostraba entusiasmo por los intereses literarios de su hijo. En 1924 le llegaría uno de sus grandes éxitos al publicar el poemario Veinte poemas de amor y una canción desesperada, clásico de la poesía que se sigue reeditando hoy en día con éxito. Con posterioridad se acercaría a las vanguardias y ya a partir de 1927, iniciada su carrera diplomática, que lo llevaría de Singapur a Java, de Buenos Aires a Madrid, pasando por numerosos destinos, su poesía se volvería impura —como él decía—, surrealista. Es en España donde edita la revista Caballo verde para la poesía, de vital importancia para la Generación del 27. La Guerra Civil Española supuso un acontecimiento que marcó a Neruda. No sólo por la muerte García Lorca, ya que Neruda siempre había mostrado su activismo político en favor de la república y las políticas de izquierda. Neruda ejerció sus contactos e influencias en varias ocasiones durante la guerra en favor de grupos de refugiados ref ugiados antes de volver en 1937 a Chile. Destinado en México, Neruda continuó con su producción y escribe sus Cantos Generales, para recibir en 1945 el Premio Nacional de Literatura de Chile. Sin embargo, su pertenencia al Partido Comunista, que fue prohibido en 1948, le llevaría a enfrentarse al gobierno de Videla con una gran ferocidad. Como consecuencia, Neruda tuvo que exiliarse en Capri y desde allí inició una serie de
conferencias por Europa. A su vuelta a Chile, ya en 1952, fue publicando grandes clásicos como Los versos del capitán , Odas elementales y, sobre todo Estravagario Estravagar io. Ya en la década de los 70 y con el gobierno de Allende es nombrado embajador en Francia. En 1971 le fue otorgado el Premio Premi o Nobel. Neruda murió en 1973, poco después del golpe de estado de Pinochet, durante el cual su casa fue incendiada y su biblioteca destruida.